EL ESCUDO DE RUNAS La Leyenda de Camelot, vol.3 Wolfgang y Heike Hohl ein !"ad#$$i%n& 'a"inella !e"(i H#g#et ) La espada de su contrincante sesgó el aire con un sonido estremecedor, rozó el borde del escudo en alto y voló dibujando un arco una vez que Lancelot, contraatacando a la velocidad del rayo, hirió con su arma la muñeca del caballero. Sir Bartolomeus jadeó de dolor y su cuerpo se derrumbó contra el pomo de la silla mientras se agarraba la muñeca. Un chorro de sangre clara se abrió camino a trav s del tupido tejido de su cota de mallas. !l caballo relinchó intranquilo y comenzó a caracolear, de tal modo que al jinete le resultó muy di"#cil mantenerse en la montura. Su rostro se mostraba contra#do por el es"uerzo y tambi n por el dolor, sin embargo Lancelot leyó en sus ojos tan ciega determinación que un escalo"r#o recorrió su espalda. —$%end#os, Sir& —dijo retirando el escudo de runas y la espada corriente que hab#a optado por emplear en lugar de la lbica, pero se mantuvo atento para no dejar ni un resquicio que pudiera utilizar el enemigo con el "in de retomar el ataque. Sólo despu s se permitió azuzar al unicornio con una ligera opresión en sus "lancos para ordenarle que retrocediera dos pasos y se apartara del enemigo. La criatura m#tica obedeció a regañadientes, emitiendo un resuello de desagrado y sacudiendo su soberbia testuz coronada por aquel hermoso cuerno blanco. 'mbos gestos pasaron inadvertidos para Sir Bartolomeus, pero no para Lancelot. Si no se andaba con cuidado, el unicornio iba a ensartar al caballero, pues el olor de la sangre hab#a despertado a la "iera que dorm#a en su interior. Bartolomeus se incorporó sobre la silla con un gemido. Uno de los (ltimos mandobles de Lancelot le hab#a arrancado el casco de la cabeza. Su cara brillaba de sudor y sus "acciones se hab#an endurecido a causa del su"rimiento. Lo m)s seguro era que tuviera la muñeca rota y el dolor deb#a de ser insoportable, incluso para una persona tan versada en el arte de la guerra como l. ' pesar de ello, Lancelot leyó en su mirada que no iba a claudicar, aunque supiera per"ectamente lo que eso signi"icaba. *on los dientes apretados, Bartolomeus trasladó su inerte brazo derecho hasta la parte delantera de la silla, se pasó el escudo por el otro brazo y con la mano que le hab#a quedado libre trató de alcanzar con torpeza el mangual de tres bolas que colgaba de su silla. +ambi n de aquella mano le manaba sangre, si bien en mucha menor cantidad. Lancelot le hab#a golpeado m)s de una docena de veces, y aunque hubiera empleado una espada normal y no la m)gica decorada con runas, varias de sus acometidas hab#an logrado atravesar la armadura de su contrincante in"ligi ndole pro"undas heridas. ,o sab#a qu sentimiento prevalec#a en l- la admiración ante la "uerza y la valent#a que mostraba el caballero de la +abla %edonda o el horror que le produc#a pensar que iba a tener que matarlo casi con toda probabilidad. —.s lo e/ijo, $rend#os, Sir& —recalcó—. Sab is que no pod is vencerme. $,o me obligu is a mataros tambi n& Bartolomeus no estaba solo. 0ba acompañado de dos escuderos y otros dos caballeros que, desconocidos a los ojos de Lancelot, deb#an de haberse unido al rey 'rturo al igual que hab#an hecho otros muchos en los (ltimos tiempos. !l valor de aquellos locos era mayor a su destreza con la espada y, por descontado, mucho mayor a su discernimiento. Los escuderos hab#an huido en cuanto vislumbraron al legendario h roe sobre su gigantesca montura embardada, a pesar de haber tomado al animal tan sólo por un brioso corcel, sin reconocer en l el "ogoso unicornio que era. Sin embargo, los dos caballeros y Sir Bartolomeus "ueron lo bastante est(pidos como para enzarzarse en una batalla contra Lancelot. 'hora, aquellos dos necios yac#an ensangrentados. Bartolomeus les hab#a otorgado la ingrata tarea de atacar los primeros, con la presunción de agotar a Lancelot, aunque lo m)s posible era que supiera que iban a pagar aquel acto con su propia vida1 tal vez una actuación no demasiado caballeresca para los compañeros m)s veteranos de 'rturo pero s#, desde luego, bastante habitual cuando el objetivo era salvar la piel. +rat)ndose de su propia conveniencia, los miembros de la casi desaparecida +abla %edonda no sol#an tomar en tanta consideración las viejas normas de la nobleza. —,o puedo rendirme, y lo sab is per"ectamente, Lancelot —precisó Bartolomeus. !l sudor de su cara hirsuta y demacrada se mezclaba ahora con la sangre abundante que "lu#a del nacimiento de su cabello. Su mirada "laqueó. 2ab#a conseguido soltar el mangual de la silla, pero no ten#a ya energ#a su"iciente para manejarlo. Las bolas de hierro cubiertas de pinchos colgaban inmóviles sin ning(n aspecto amenazante1 al contrario, resaltaban todav#a m)s la debilidad del hombre. —Le jur a 'rturo que regresar#a con vos y con Lady 3inebra. —!ntonces, decidle que no me encontrasteis. —Lancelot e/aminó la "igura vapuleada y sangrante de Bartolomeus con una mirada escrutadora y se corrigió- — . decidle que me encontrasteis y os venc#... 4sa es realmente la verdad. —Sab is que no se me permite un comportamiento tan cobarde —contestó Bartolomeus. —,o voy a luchar contra vos —Lancelot bajó el escudo demostrativamente, luego la espada. +ras un breve momento de duda, introdujo el arma en la vaina de plata repujada que pend#a de su cincho1 era la "unda que correspond#a a esa arma y no a la espada de runas que hab#a sujetado concienzudamente en la silla del unicornio, en la con"ianza de no volver a utilizarla jam)s. —!n ese caso, me oblig)is a atacar a un hombre desarmado —Bartolomeus hizo trotar a su caballo y consiguió reunir la "uerza su"iciente para levantar el brazo y hacer girar las es"eras del mangual. Lancelot esperó con tranquilidad a que llegara el momento de agacharse bajo las bolas propulsadas y luego golpeó con el escudo de runas el pecho del caballero. 4ste se escurrió hacia atr)s, chocó pesadamente contra el suelo helado y se quedó all# tendido. Su caballo galopó unos metros y volvió a un trote ligero, pero no llegó a pararse- siguió su camino hasta desaparecer tras el siguiente recodo del bosque nevado. Lancelot continuó largo rato inmóvil sobre la montura, aguardando que el caballero de la +abla %edonda volviera en s#, pero Bartolomeus siguió sin moverse. 5or "in, se apeó de la silla, se soltó el escudo del brazo izquierdo y se acuclilló sobre el cuerpo. Su corazón lat#a deprisa cuando se arrodilló sobre la nieve junto al jinete de pelo cano y lo volteó con di"icultad. Sir Bartolomeus no hab#a recobrado la conciencia y no la recobrar#a jam)s. Su cabeza hab#a chocado contra una piedra y se hab#a "racturado el cr)neo. pero qu posibilidad ten#an "rente a un contrincante que portaba una armadura m)gica que le hac#a pr)cticamente invulnerable y le otorgaba. *uando se arrodilló junto a ellos y les subió la visera. adem)s. . —76 los otros dos8 Lancelot casi se sorprendió de lo serena que sonaba la voz de 3inebra. pequeño y agotado.o habr#a podido soportar su mirada—.rostros jóvenes.o se encontraba orgulloso de aquella victoria. codo con codo. 'mbos hombres eran m)s corpulentos que l. !l caballero sólo se hab#a derrumbado del caballo. cerró los ojos de Bartolomeus y dibujó la señal de la cruz sobre su "rente.. ten#a toda la impresión de haberlo matado con sus propias manos. . a di"erencia de otros muchos caballeros de la +abla que cabalgaban bajo la cruz de la cristiandad pero continuaban llevando a los viejos dioses en lo m)s hondo de sus corazones. sino cu)ndo ocurrir#a y qui n ser#a el primero en caer. viejo amigo —susurró Lancelot con gran amargura. no se sent#a orgulloso de haber matado a aquellos hombres.. Sab#a la e/presión que iba a ver en su cara y tal vez no podr#a soportarla. Sintió unos pasos ligeros que cruj#an tras l sobre la nieve y no le "ue preciso volverse para tener claro que se trataba de 3inebra. vio con absoluta precisión lo que esperaba. 6a hac#a mucho que no se preguntaba si alguno de los dos acabar#a vini ndose abajo. !/tendió la mano despacio. *omo si con el gesto quisiera responder a la pregunta de 3inebra. —7!st) muerto8 —preguntó ella. de mayor estatura y duchos en el manejo de la espada. tal como se hab#an desplomado. hab#an consagrado la vida a la protección de las mismas leyes y reglas y hab#an peleado en m)s de una ocasión. todav#a inmaduros.—Lo lamento mucho. Lancelot hab#a intuido la emboscada en el (ltimo momento. . para de"ender la bandera de *amelot y los principios que la sustentaban. !n aquella ocasión no les hab#a quedado demasiado tiempo para esconderse. sab#a que sus sentimientos eran muy similares a los suyos. cuyas mejillas mostraban apenas una pelusa. se irguió en silencio y se apro/imó a los otros dos cad)veres. ve a buscar los caballos —rogó sin volverse a(n hacia 3inebra. +ampoco quer#a hacerlo. y entonces. 5ero no se engañó por ello.o. pero sab#a que Bartolomeus hab#a cre#do "irmemente en *risto. —5or "avor. cuando ya casi era demasiado tarde. . 3inebra aceptó en silencio su encargo y no pasó mucho tiempo hasta que regresó llevando de las riendas al brioso caballo blanco y al animal de carga. 6. sin embargo. 6. 6ac#an muy juntos. no le hab#a conocido en pro"undidad pero hab#an servido al mismo rey. Lancelot asintió (nicamente. aquel hombre hab#a llegado hasta all# para matarle. a pesar de ello. 6 ten#a la sensación de que sencillamente le deb#a ese (ltimo gesto.de una (nica y en rgica acometida de Lancelot. 9uiero alejarme de aqu# lo antes posible.o era devoto de la religión que utilizaba ese s#mbolo. en absoluto. 'unque ambos eran miembros de la +abla %edonda de 'rturo. la "uerza y la e/periencia de sus anteriores propietarios. 5odr#a haber dicho que no hab#a matado a Bartolomeus y habr#a sido la verdad. 'lguna vez se dar#a cuenta cuando ya lo "uera del todo. . !n sus ojos apagados se apreciaba todav#a un atisbo de desconcierto. no ten#a ning(n motivo para ello. duro como una piedra. 'rturo sabe que ninguno de sus caballeros puede vencerme. con aspecto de ser muy vieja. pero incluso su "ortaleza pod#a terminar por agotarse. !st) en su derecho de mandar buscarnos. le habr#a proporcionado un entierro m)s digno. a pesar de que sab#a que nac#a e/clusivamente de su mala conciencia —. se dio la vuelta con brusquedad. —3inebra. —S# —con"irmó Lancelot. —6a lo ves —respondió Lancelot. 76 cu)ntos m)s le seguir)n8 —añadió ella—. pero Lancelot se negaba a pensar siquiera qu tipo de consecuencias podr#a acarrear la rotura de esa promesa. ten#an que marcharse cuanto antes. 73alahad8 7León8 75erceval8 —5or "avor. !/amino qu cosas tienen de valor. 3inebra —dijo Lancelot—. quiz)s el s ptimo8 —y de su boca salió un sonido que en un primer momento Lancelot tomó como una carcajada. e/tend#a su capa por encima de l y lo cubr#a con unos puñados de nieve. 7!l quinto o tal vez el se/to8 7. !mpleó un tono )spero que a l mismo le sobrecogió. . Un caballero renegado y una reina "ugitiva tambi n tienen que comer. %)pida pero e/haustivamente comenzó a revisar sus pertenencias y las "ue amontonando a un lado.. —!ra Sir Bartolomeus. Sus ojos se cubrieron de una oscuridad que sacudió a Lancelot hasta lo m)s pro"undo de su ser. !ra muy pequeña y el oro. :esechó ese pensamiento s(bitamente. 7*u)ntos caballeros de 'rturo vas a matar todav#a8 Lancelot se alarmó.o quer#a imaginarse lo que suceder#a si 3inebra ca#a en manos de los esbirros de 'rturo. —79u est)s haciendo8 —preguntó 3inebra. Le hab#a prometido que la matar#a antes que dejar que la llevaran de vuelta a *amelot. 3inebra quer#a ayudarle. yo. no.. !llos ya no las necesitan.. uno tras otro. pero Lancelot la apartó casi de malos modos mientras arrastraba el cuerpo de Sir Bartolomeus "uera del camino. . espantosamente vac#a. 'lgunas monedas. 9uiz)s porque ya no pudiera soportar esa visión. Si hubiera podido. pero no puede enviar a una muerte segura a sus mejores hombres. ..o hab#a nada digno de mención. 72ab#a llegado el instante temido desde hac#a meses8 Sab#a lo "uerte que era 3inebra. "ue hacia los dos caballeros y se arrodilló de nuevo junto a ellos. una sortija con una piedra preciosa y una cruz de oro. +en#a un aspecto inquietantemente entero —. que colgaba del cuello de uno de los hombres. 7no es cierto8 —preguntó 3inebra con una voz )tona. lo metió en las al"orjas descuidadamente y se levantó. !l suelo helado. 'mbos sab#an que no iba a poder cumplir lo acordado. 3inebra permaneció en silencio. Se giró hacia 3inebra y la miró por "in a la cara. pero nosotros m)s que nunca. aunque en realidad pareció m)s bien un pequeño grito. —76 qui n ser) el pró/imo8 —continuó ella como si no hubiera o#do sus palabras —. —79u n(mero ha hecho8 —prosiguió ella—. —comenzó—. 'cabar)n abandonando.o. 7comprendes8 %ecogió el magro bot#n.. se lo imped#a1 adem)s. de mala calidad. como hac#a a menudo a lo largo de las (ltimas semanas cuando cre#a que Lancelot no lo notaba. !n alg(n momento 'rturo tendr) que "inalizar la persecución. pero ella no se tranquilizó. casi un grito pavoroso que se incrustó en el pecho de Lancelot como un puñal ardiente.os hemos trans"ormado en ladrones comunes y pro"anadores de cad)veres. Lancelot —sollozó—. como le hab#a asegurado a 3inebra. 6 de pronto comenzó a llorar1 no en voz baja y sollozando. 5ero 7cre#a l mismo en sus propias palabras8 +al vez no se trataba m)s que de una promesa vana tan di"#cil de llevar a cabo como hab#a sucedido con todo lo dem)s que le hab#a dejado entrever a 3inebra. —6a no puedo vivir as#. Bartolomeus no hab#a sido el quinto o se/to caballero que l hab#a matado. Sintió tal inde"ensión que incluso le provocó dolor "#sico. Siempre hab#an sabido que 'rturo no iba a tomar a la ligera ni su aparente traición ni el ultrajante comportamiento de 3inebra.. ni siquiera en sus peores sueños. tal como 3inebra le hab#a reprochado una y otra vez durante las (ltimas semanas. en otro1 te lo prometo. Se agarraba a l con tanta "uerza que el abrazo le cortaba la respiración. y que les estaba minando a los dos las escasas "uerzas que les restaban. Si no en este pa#s. ' pesar de ello. sin importar hacia dónde los condujera la ruta absolutamente arbitraria que se hab#an trazado. Le asustó lo que vio. Seguramente no iba a encontrar la paz hasta que 3inebra y l murieran o "ueran hechos prisioneros. enseguida. 'rturo parec#a estar pose#do por la idea de la venganza. pero sab#a que se equivocaba. de esta manera. jam)s.uchas e in(tiles. tomaron como una aventura rom)ntica —dos amantes huyendo de un poderos#simo enemigo y con pr)cticamente el mundo entero en su contra — muy poco tiempo despu s se trans"ormó en una tortura sin igual y. o no e/istiera ya la +abla %edonda. 3inebra —susurró l mientras le acariciaba el pelo para tratar de calmarla1 pero ten#a la sensación de que aquello la hac#a temblar m)s todav#a. sino ya el octavo. aunque tenga que matar a veinte caballeros m)s. de que un d#a aquello acabase. privaciones. .o contradijo a 3inebra. !sa vez las l)grimas brotaron como una e/plosión. descon"ianzas y dolor. . —. 6 no estaba tan convencido. 3inebra hab#a dejado de llorar1 aquel "r#o . una serie de gemidos convulsos y quejidos. Sintió que no pod#a proporcionarle ning(n consuelo. !ncontraremos un lugar en el que estar seguros. y menos de rom)ntico. hab#a imaginado que pudiera ser tan terrible. Llevaban huyendo m)s de cuatro meses y cada d#a era peor que el anterior. y por lo menos Lancelot hab#a tenido claro desde el principio que iban a ser las presas de una despiadada persecución en la que los perseguidores ten#an todas las ventajas de su parte. que sólo se compon#a de miedos. en una pesadilla que no parec#a tener ninguna escapatoria posible. Se deshizo cautelosamente del abrazo de 3inebra y la apartó lo su"iciente para e/aminar su rostro. Lo que hasta cierto punto. Una huida ininterrumpida. 'l contrario. cr eme.. . 6a no ten#a nada de aventurero.o..o ser) as# siempre. 6 de batallas. temblaba cada vez m)s y sus l)grimas humedec#an el rostro de Lancelot. tanto 3inebra como l.. Llevaban una vida de alimañas. sin ninguna meta concreta. La arropó entre sus brazos sujet)ndola con energ#a. —5or "avor.—+an bajo hemos ca#do ya —dijo 3inebra—. !s mejor que regrese a *amelot y me entregue a 'rturo. . !l animal de carga se unió a ellos sin e/cesivos problemas. casi quebradizo. !staban los que rend#an pleites#a a 'rturo y los que le hab#an jurado enemistad eterna. hasta los acantilados de la costa de !scocia. pero no todopoderoso. !ra lo que hab#a dicho 3inebra.tan bajo hab#an ca#do. se obligó a sonre#r animoso. —7'donde8 —preguntó 3inebra. 'unque no pod#a en"ermar —los dos pertenec#an al resistente pueblo de los elbos —. pero pedir ser acogidos en la corte de alguno de sus enemigos ser#a una suerte de traición para la que ni 3inebra ni l estaban preparados. 'l principio hab#an llegado lo m)s lejos posible. en todo caso. 5osiblemente. no tan n#tida como antes. +al vez encontremos re"ugio en ellos. 3inebra dejó trotar a su caballo y Lancelot aguardó a que se alineara a su lado. y Lancelot intuyó su "rustración y su rabia. el amparo de un buen "uego. *on el poder de 'rturo ocurr#a algo e/traño. sino m)s bien como un veneno que se desliza sigiloso. . La criatura hab#a olido sangre y e/ig#a m)s. 'compañó a 3inebra hacia su caballo y la ayudó a montar en la silla. Lancelot hizo como si tuviera que meditar unos instantes.era cierto que hab#a una serie de casas reales y reinos m)s o menos importantes que no reconoc#an su dominio e/clusivo sobre toda Britania. el peor enemigo de una persona en una situación a todas luces sin salida. sin dejar de ser por ello ni una pizca m)s peligroso.ientras empleaba una punta de su capa para limpiarle las l)grimas g lidas de sus mejillas. pero eso no les hab#a permitido quitarse de encima a los esbirros de 'rturo y ahora se limitaban a llevar un itinerario zigzagueante. el dinero y las piezas de valor de los muertos les dar#an la oportunidad de comprar algo de comer y tal vez. :e nuevo sintió lo "r#a y l#vida que ten#a la piel y lo delgado. *onoc#a incluso el nombre de aquel veneno. incluso. evitando. pero el pa#s se divid#a en dos territorios estrictos. 5od#an elegir entre buscar acogida en una ciudad o un reino cuyo mandatario acabase por entregarlos a *amelot o aliarse con los enemigos de 'rturo. *ierto que 'rturo los hab#a elevado a la categor#a de <"uera de la ley= y hab#a jurado matarlos. 3inebra se encogió de hombros y. de pagarse un cobijo bajo techo o. !ra la dirección que tomaba el sendero. 5or lo menos.era desaliento. antes de ponerse tambi n en movimiento. Lo primero ca#a por su propio peso y de lo segundo ninguno de los dos quer#a ni o#r hablar.implacable hab#a congelado el rastro de sus l)grimas "ormando unas l#neas de escarcha blanca. hizo ver que aquellas palabras le o"rec#an un poco de esperanza1 lo que en realidad no pod#a ser cierto. por lo menos. !n estos contornos siguen e/istiendo unos cuantos reinos que no est)n aliados con l. !l animal resolló y comenzó a golpear la nieve con las patas delanteras. pero su imagen provocó una pro"unda punzada en el corazón de . —2allaremos una salida —prometió—. apro/imarse demasiado a *amelot.o hab#a medias tintas. se era el (nico motivo. 'rturo es poderoso. eso s#. que era su aspecto. pero ahora hab#a adelgazado hasta l#mites e/agerados. de una "orma totalmente irracional. 6a hac#a mucho que no sab#an hacia dónde dirigir sus pasos. Siempre hab#a sido esbelta. !n sus ojos continuaba aquella espantosa oscuridad. que se oculta al acecho. . Lancelot se persuadió de que la dama se encontraba bien sujeta a la silla y luego "ue hasta el unicornio y montó tambi n. luego señaló hacia el oeste1 en honor a la verdad. el hambre y las privaciones hab#an hecho mella en ella. .Lancelot. *omenzó a nevar mientras cabalgaban uno al lado del otro por el camino del bosque. ' pesar de que aquel poni desgreñado llevaba tres meses honr)ndoles con su "idelidad. !ra considerablemente m)s lento que el unicornio y que el corcel de 3inebra y les imped#a ir m)s deprisa1 adem)s. pronto tendr#an que desprenderse de l. desde semanas atr)s ya no ten#an nada que pudiera cargar en sus al"orjas. !l "r#o se hizo m)s intenso. y lo m)s probable era que la mayor#a de los habitantes no hubieran ni o#do hablar de *amelot. buscaban bajo la nieve reci n ca#da las pocas briznas de hierba o musgo que habr#an logrado sobrevivir a la llegada del invierno. ya de por s# di"#cil por la escasez de luz. —:esde luego. :e otro modo. 6 la verdad es que lo necesitaban con urgencia. <. las palabras de 3inebra le hicieron sonre#r. 6 hac#a tanto "r#o que casi ni se atrev#an a abrir la boca para respirar. 'dem)s. —7Le pedimos al labriego que nos d cobijo esta noche8 —preguntó 3inebra. en la gran casa cubierta de paja se divisaba una luz en el piso in"erior. !l duro invierno lo hab#a congelado semanas antes. ' lo largo del d#a el "r#o se hab#a intensi"icado y. 2asta donde alcanzaba la vista no se divisaba ni una valla ni ning(n otro obst)culo que pudiera retener a los animales. "rente a la costa de 0rlanda.* La granja se hallaba en el recodo de un r#o. Una parte del ganado hab#a traspasado el hielo y huido a la otra orilla. . Se encontraban en :y"ed. con la llegada del atardecer. con perseverancia imperturbable. 'unque se tratara de una situación comprometida. dudó en aceptar. y tal vez en ning(n sitio m)s. La guerra contra los pictos segu#a reclamando la mayor parte de las "uerzas de 'rturo.o tardar#a mucho en estar oscuro como boca de lobo. con lo que su "unción de "rontera natural se hab#a visto mermada. . ten#a la absoluta seguridad de que tras la muerte de Bartolomeus iban a tener un per#odo de calma. no tiene ning(n motivo para descon"iar —respondió 3inebra. siempre intentaba ver el lado positivo de las cosas.= ' pesar de ello. 's# el rey ten#a que con"ormarse con mandar a uno de sus caballeros en intervalos regulares. habr#a enviado sin ninguna duda un ej rcito entero para atraparlos.o en este pa#s. +al vez se "uera una de los motivos de que la amara tanto. . o protegerlos—. cuyo c)lido re"lejo amarillo multiplicaba la sensación que en ellos produc#a el mordiente "r#o. La impresión que todo produc#a era pac#"ica y acogedora. —. 5ero le produc#a mala espina y Lancelot hab#a aprendido a "iarse de sus sentimientos. mientras su mirada recorr#a la e/tensa orilla con apenas vegetación del otro lado. —. +ambi n Lancelot habr#a hecho la misma proposición un segundo despu s1 sin embargo. 4ste parece un lugar muy pl)cido. porque el aire cortaba su garganta como un cuchillo. cuyo nombre Lancelot no conoc#a y que era tan estrecho que seguramente no aparec#a en ning(n mapa. s#. no se ven soldados por ninguna parte —comentó (nicamente por decir algo. 5or muy cruel que le pareciera a Lancelot hacer ese tipo de c)lculos tan inhumanos.o parece que el campesino se preocupe mucho por su ganado —murmuró Lancelot. .o hay lugares pl)cidos —pensó Lancelot—. e/tendi ndose por la amplia pradera que all# hab#a1 una docena de lanudos bueyes que. Les hab#an salvado a 3inebra y a l la vida m)s de una vez. la nevada se trans"ormó en una verdadera tormenta de nieve que di"icultaba la visión.o le daban miedo los soldados. —.o sol#a contradecir a Lancelot en ese tipo de decisiones. :ulac se hab#a hecho mayor en el curso de los (ltimos años. 6a morir#an congelados si ven#an los secuaces de 'rturo. sino un joven. con un aspecto mayor que el que correspond#a a sus años. pero tambi n inconvenientes. 6a pod#a vestirse con un . Bueno. a pesar de que ya hac#a tiempo que hab#a comprendido que tambi n 3inebra y l proced#an de l. se trans"ormaba. 4se era el problema con 3inebra. *laro que pod#a hacer muchas cosas que le hab#an estado vetadas hasta poco antes. sujetó al pomo de la silla la vaina de plata repujada con la espada de caballero que hab#a optado por utilizar durante las (ltimas semanas en lugar de la espada de los elbos que hab#a encontrado mucho tiempo atr)s. casi al azar. ' pesar del "r#o insoportable que le hac#a temblar de los pies a la cabeza. 5or el contrario. 6 mi armadura tambi n. que algo abrigaba —pues en realidad era una manta a la que le hab#a hecho un agujero para pasar la cabeza —. *on aquellos sencillos calzones de lino marrón. antes de atarlo para que por lo menos estuviera protegido del "uerte viento. 6a no era un niño. pensó. *abalgaron los pocos pasos que los separaban del bosque y 3inebra adentró su caballo en la espesura. si bien el hambre y las privaciones le hab#an quitado unas veinte libras en los (ltimos meses. 5or (ltimo. !l animal "abuloso desapareció entre los )rboles en cuanto l se hubo girado y sab#a que lo estar#a esperando a la mañana siguiente. el bosque oscuro que ten#an a su izquierda. helador bajo la nevada. las alpargatas y la r(stica capa. 'l cambiar de atuendo renunciaba tambi n a una parte de la personalidad del caballero legendario Lancelot du Lac para sentirse de nuevo como el mozo de cocina de la corte del rey 'rturo. !sa gente dar#a antes re"ugio a un caballero armado que a dos sencillos viajeros. Lancelot tuvo que despojarse primero de su armadura y distribuir las distintas piezas por el unicornio. !sto ten#a ventajas. Se vistió con rapidez. +ambi n se comunicaba con 3inebra de una "orma di"erente. Se quedó pensativo un momento m)s y luego señaló. Lancelot no tuvo que preocuparse del unicornio. sobre todo. el lujoso vestido que llevaba desde hac#a meses. le provocó un escalo"rió de horror en la espalda. ... pero a cambio nadie se creer#a ya el papel del chiquillo ingenuo que en un mundo incomprensible para l se ve#a obligado a reclamar ayuda una y otra vez. por un instante sintió un pro"undo calor en su corazón al volverse hacia ella. en :ulac. y no sólo e/ternamente. alto y delgado. +anto el unicornio como la armadura eran m)gicos1 "ormaban parte de un mundo que le resultaba e/traño e inquietante. en el "ondo de un lago. La joven se envolv#a en una )spera capa de color marrón que no sólo ocultaba su "igura quebradiza sino. 2ab#a crecido y se hab#a ensanchado de hombros.5or otro lado. el mozo de cocina.cultaremos all# el unicornio y tu caballo. 'unque ten#a un aspecto en"ermizo y hab#a adelgazado tanto como l. el solo pensamiento de pernoctar en aquel bosque desconocido. al igual que la armadura. tal vez no del todo. 3inebra asintió en silencio. pero tambi n lo recordar#an con m)s detalle. segu#a luciendo como una joya resplandeciente. a pesar de que l a veces ten#a la sensación de que no siempre las aprobaba y cre#a que en alguna ocasión habr#a sido mejor que ella le hubiera remarcado alg(n error. —$!h& 79u pretend is8 —gruñó el posadero—. y a causa del temporal de nieve que iba en aumento. La posada parec#a gustarle tan poco como a l. !l viento se quedó "uera. pero al "inal no lo hac#a y.. embadurnarse el rostro de "ango y el pelo de bosta de vaca. *on ellos entró en la estancia una bocanada de aire helado que hizo ondear el "uego de la chimenea.. 6 el aire se hab#a trans"ormado en un vendaval que con sus puños invisibles golpeaba el techo y los postigos de las ventanas y tra#a consigo miles de voces que ululaban "antasmales. tras el que trajinaba un saco de sebo vestido con ropa mugrienta.saco. apeó a 3inebra de la silla para poder protegerla cuanto antes de aquel "r#o desgarrador y llamó con los nudillos a la puerta. 2ab#a una docena de mesas de madera sin pulir —en torno a dos. pero le pareció percibir ruidos en el interior. . Lancelot ató el poni a una estaca junto a la entrada. precisamente el tipo de establecimiento que pre"er#a evitar. provocando que saltaran chispas. abrió la puerta con decisión y entró. Las llamas de dos nuevas velas oscilaron hasta apagarse. !l recinto era asombrosamente grande. y apagó la mitad de las velas que iluminaban el lugar. pero los copos "lotaron por un momento con m)s "uerza como si quisieran protestar porque los hab#an separado de sus aliados invisibles. como de hecho Lancelot ya hab#a e/perimentado lleno de pena. ?ueron a una de las mesas vac#as y 3inebra se sentó de tal modo que su cara quedara de espaldas a las mesas ocupadas. pero tan poco acogedor como si lo hubieran construido haciendo especial hincapi en que tuviera un aspecto repulsivo. que llevaba un grasiento delantal de cuero y un trapo inmundo colgado del hombro izquierdo. >olver a golpear m)s en rgicamente con los dedos casi congelados habr#a sido demasiado doloroso y. . por tanto. ya no pudo reconocer nada m)s. $!ntrad o quedaos "uera. hund#a m)s la cabeza con disimulo para mantener su rostro a cubierto. y revolcarse durante una hora en una "osa de esti rcol. que seguir#a vi ndose como una reina.adie creer#a que aquel hermoso corcel tan lujosamente embridado pudiera pertenecerles. :ulac pateó unas cuantas veces el suelo con "uerza para quitarse la nieve de las suelas mientras miraba por el rabillo del ojo cómo 3inebra iba a bajarse la capucha de la capa. Luego.adie respondió. :ulac acudió al mostrador oblig)ndose a . !l camino que sub#a la colina hacia la granja no era muy e/tenso. :esde la distancia. 5ero ya se hab#a hecho completamente de noche cuando alcanzaron el edi"icio iluminado. al contrario. se vislumbraba un corro de hombres de aspecto amenazante — y un mostrador. pero cerrad la puerta de una vez& :ulac se rehizo de la sorpresa. empujó a 3inebra dentro de la vivienda y cerró la puerta de golpe. aquel grupo de edi"icios m)s o menos en pie parec#a "ormar e"ectivamente una granja1 luego. 5ero el interior de aquella construcción resultó ser la taberna de una posada. Una nube de nieve y "r#a humedad se adueñó de la sala y los hombres interrumpieron la conversación y se volvieron hacia ellos. ayudó a 3inebra a subir a lomos del animal de carga y lo llevó de las riendas. que alguien hab#a unido entre s#. incluso cuando iba pertrechado con la armadura y la espada. La visión que se le o"reció "ue tan sorprendente que paró a medio camino y observó a su alrededor. a no ser que hubiera sido objeto de un robo. Lancelot volvió a comprobar que el caballo estaba bien atado. al contrario.poner una sonrisa lo m)s natural posible. pero se maldijo por ello porque su interlocutor iba a tom)rselo sin duda como un signo de debilidad —.s traer de comer. —79u quieres8 —preguntó el tabernero con aspereza. —!ntonces podr is llevarlo al establo que est) detr)s de la casa —rezongó el saco de sebo— y dormir all# mismo. pero sus "acciones estaban tan r#gidas a causa del "r#o que l mismo comprendió que el resultado era lamentable.. . !l posadero la hizo desaparecer tan deprisa que :ulac no llegó ni a verlo. Luego señaló con la barbilla hacia la mesa "rente a la que estaba sentada 3inebra. !n las semanas anteriores hab#an pasado m)s noches en establos sobre suelos de heno que en camas aut nticas. *re#amos que se trataba de una granja. sacó una de las monedas que le hab#a quitado a los caballeros muertos y la puso sobre el mostrador.. :ulac echó mano de la bolsa.ecesitamos un lugar donde dormir. . por supuesto a causa del "r#o. —+ambi n lo es —contestó el posadero—.un pobre chico al que no se le pod#a sacar nada y el mundo nada ten#a que o"recerle. 'hora si ntate. pod#a imaginarse que el establo ser#a mucho m)s apetecible que el cuartucho que el hombre hubiera podido asignarle como dormitorio. *uando el hombre acabó la revisión con intención de volverse hacia 3inebra.o sab#amos que esto era una posada —respondió con voz temblorosa. !l hombre no era de los que conocen el signi"icado de la palabra amabilidad. 5or no hablar del tu"o y el humo que provocaba la leña h(meda al arder. . —7+en is caballos8 —Uno —respondió :ulac. :ulac dijo con rapidez—.o pretend#a molestar. —6 os preguntasteis por qu no abrir una posada adem)s —imaginó :ulac. %egresó junto a 3inebra. :ulac no se decepcionó por la respuesta. *on aquella pequeña historia hab#a dejado muy claro que lo que all# o"rec#a no era gratuito1 ni siquiera el calor que le con"er#a la chimenea a la estancia. se sentó y apoyó pesadamente los codos sobre la super"icie de la mesa. y si miraba a su alrededor. 2ab#a años que ven#an m)s viajeros demandando un sitio donde dormir que el grano que crec#a en los campos. :ulac se dio cuenta de que hab#a sido un error disculparse. 6 algo de comer. —75odr)s pagarlo8 —preguntó el posadero en un tono que dejaba muy a las claras que contaba con un <no= como respuesta. La locuacidad del gordin"lón no era injusti"icada. !s la (nica construcción que hay en millas a la redonda. —. —!/acto —los ojos turbios del posadero revisaron a :ulac de arriba abajo. llegando precisamente a la conclusión que el joven pretend#a con aquel atuendo. —Siento lo de la puerta —comenzó—. y al entreabr#rsele la capa a uno. tendr#as que darles un tonel entero& !l posadero le dirigió una mala mirada. 5ero su "rente chocó dolorosamente contra la super"icie de la mesa y :ulac la levantó asustado. chico —dijo sent)ndose sin ser invitado—. 6 el gordin"lón no era el (nico que los taladraba con la vista. un plato que en *amelot :ulac no le habr#a dado ni a los perros. pero no estaba lejos de serlo. y apret)ndoselos contra el pecho para que no se le cayeran.!nseguida se adueñaron de l el cansancio y el sopor. sobre l y. pero casi siempre abiertamente y con gran curiosidad. miserable avaro& —gritó—. +odo lo dem)s lo toman como debilidades y entonces ya lo tienes todo perdido. sobre 3inebra. sucia y remendada. :ulac "ue al mostrador y pidió una jarra de agua con dos vasos. Luego se volvió hacia 3inebra.ientras asent#a agradecido a los hombres que le hab#an proporcionado una ayuda tan inesperada. volvió a la mesa. ahora sus ojos reluc#an burlones1 suspiró aliviado. como el roce de una mano desagradable y sucia. Segu#a sin quitarse la capucha. a veces con cierto disimulo. *rec# con alguien as#. a pesar del agotamiento. !l ataque "ue tan s(bito que :ulac casi sucumbió a l. .el m)s joven ten#a por lo menos diez años m)s que l1 en cuanto al mayor. pero. Su cabeza se hundió hacia delante y sólo habr#a tenido que estar algo m)s cómodamente sentado para dormirse all# mismo. no dejaban de mirar una y otra vez en su dirección. $5or el precio que pides por la comida. :urante todo el rato. :ulac se tragó el impulso de echarle una mirada "uribunda y se limitó a "rotarse la cara con las palmas de las manos. uno de los hombres de la mesa de al lado se mezcló en la conversación—$:ales una jarra de cerveza. . pero para sorpresa de :ulac sirvió una jarra de cerveza y la puso junto con dos vasos impetuosamente sobre el mostrador. pero pod#a reconocer su rostro per"ectamente. :ulac pudo distinguir que llevaba una espada debajo. Su aspecto era descuidado1 la ropa. —Lo s —respondió :ulac—. !l posadero pareció escandalizarse como si le hubiera pedido algo en verdad indecente.carne de cerdo no muy hecha. Lo que descubrió no le gustó nada. :ulac cogió la jarra con la mano izquierda y los vasos con la derecha. !staba p)lida. ' pesar de ello. !ran cinco tipos incre#blemente altos y robustos. 5or lo que pod#a ver. como dos rapiñadores que hubieran aguardado con paciencia la oportunidad de echarse sobre su presa. repollo y pan. 5asó muy poco tiempo hasta que el posadero les llevó la comida. el joven sintió la mirada del tabernero. que se levantó para acercarse a ellos con el vaso en la mano. ten#an cicatrices en las manos y alg(n que otro corte en la cara. Una vez que acabaron de comer. pero antes de que pudiera decir algo. a punto de caerse de la silla. pero ambos se lo comieron con voracidad. ' la gente as# hay que e/igirles. por encima de todo. Uno de los clientes se rió maliciosamente. no era un anciano todav#a. Los hombres sentados alrededor de las dos mesas ya hab#an retomado la conversación y por el volumen de sus voces y las carcajadas que soltaban era evidente que la jarra de cerveza que ten#an ante ellos no era la primera de la noche. —' tipos de esa calaña no puedes pedirles nada. aprovechó para e/aminarlos m)s detenidamente. 6a no era Lancelot. 5ero $esta vez que sea una comida como :ios manda. >olvió la cabeza y se dirigió a sus compañeros— 'migos. y nosotros os pagaremos una comida m)s —sin esperar la respuesta de :ulac. +en#an que desaparecer de all# discretamente y lo m)s deprisa posible. 75articipasteis en la gran batalla8 —. +en is que contarnos cosas de *amelot. —Soy Sean —se presentó el moreno que los hab#a invitado. pero :ulac no se tomó la molestia de registrarlos. entonces. 5or mucho que su padrastro le hubiera hecho. 2ab#a sido un gran error entrar en aquella posada. pero el otro le cortó la palabra con un s(bito gesto de la mano.. y el viejo cascarrabias es el hermano de mi padre. —7*amelot8 —respondió el otro. sino :ulac y. !se nombre no es britano. —Si se dice as#. Se levantó. !ntonces. :ulac decidió andarse con cuidado. —4sa es la cosa —respondió Sean riendo—.. —7Sean8 —preguntó 3inebra "runciendo el ceño—. se giró hacia el posadero—.o creo que. —Los viajeros tienen que ayudarse mutuamente —respondió el otro—.. aunque s# comport)ndose de manera algo injusta con +ander. *on una pequeña inclinación de cabeza dio a entender a 3inebra que le siguiera y ambos se trasladaron juntos a la mesa vecina. no esa porquer#a de antes& $+e prevengo& !l tono amable y decidido del e/traño hizo que :ulac creyera adecuado aceptar la invitación. Sean arrugó la "rente e hizo ver que lo estaba pensando. —+u t#o.. +r)eles algo de comer. 3inebra lo observó por espacio de un momento casi horrorizada. adoptando de pronto una actitud nerviosa—. Si hab#a algo que hab#a aprendido durante los (ltimos meses era a mentir y si hab#a algo que sab#a sobre la mentira era que precisamente la m)s convincente era la que encerraba mucho de verdad en ella.. 76 vosotros8 79ui nes sois8 7!s tu hermana. pero el destello de sus ojos no pasó inadvertido para :ulac. —comenzó :ulac.. por consiguiente. Somos irlandeses. pero no lo era. pero el joven le devolvió una mirada tranquilizadora. !sos tres con pinta de bobos son mis hermanos. aunque sonre#a. o. 7:e dónde ven#s8 —:e *amelot —dijo :ulac. estos dos vienen de *amelot. —dijo Sean "inalmente—. sentaos a nuestra mesa. —$5aparruchas& >endr is a nuestra mesa y nos contar is vuestras aventuras. >enid. +oda la atención de los presentes se centró en ellos.8 . ten#a otro nivel que aquel sucio saco de sebo de detr)s del mostrador. pero ya no ten#a sentido echarse las manos a la cabeza por ello. no estaba mintiendo. hab is hecho un largo camino — les dijo a :ulac y 3inebra de nuevo. 'lguien arrastró dos sillas con estr pito y una mano " rrea empujó a :ulac con lo que el joven sólo con muy buena voluntad se habr#a atrevido a de"inir como <energ#a=. sobre todo en 3inebra. 'quel hombre se hac#a el necio. Luego "ue señalando a los dem)s mientras dec#a sus nombres. pero sus ojos mostraban ahora un brillo nuevo. Las carcajadas de los irlandeses "ueron enmudeciendo y cuando 3inebra logró recobrar la respiración los otros la observaban algo inquietos. . le retorcer#a el cuello a cualquiera que se atreviera tan sólo a poner la vista en su hija —dijo Sean con una mueca—. —murmuró :ulac. 5or unos instantes el silencio se adueñó del lugar. hasta desembocar en un verdadero ataque de tos que terminó en un angustioso jadeo. nada de rozarla —sacudió la cabeza entre carcajadas. por descontado. ¿Erupción? —y miró a 3inebra sin entender.o te preocupes. *on la armadura de plata hab#a dejado atr)s m)s seguridad y valor de los que en principio pensaba.—. —Lo s —respondió :ulac—. 3inebra asintió "atigada.e caes bien. —!stoy mucho mejor —respondió todav#a con ciertas di"icultades para respirar —... a punto de caerse de la silla. por cierto. 7imagino8 —!/actamente —a"irmó :ulac.o comprendo. que denotaba cierta descon"ianza—. .. eso me gusta. .. —7. —. —¿Fiebre? —pensó :ulac—. 2ab is tenido alguna e/periencia negativa. 2oy ya no he tenido "iebre y tampoco me quedan rastros de erupción.. 7no8 'lgo espantoso. 3inebra comenzó a toser1 una vez. Sean le guiñó un ojo con complicidad. pero no lo consiguió del todo. Su padre es un in"luyente caballero que "recuenta la corte de 'rturo. —!ntiendo —la mueca de Sean "ue absolutamente o"ensiva —. le dejó casi sin aire en los pulmones. por supuesto.. Lo mejor es no acerc)rsele y.. y luego Sean comenzó a re#r aparatosamente y golpeó con la palma de la mano el hombro de :ulac con tanta "uerza que esta vez s# se quedó sin aire y estuvo. por segunda vez. chico —gritó entre risas—.. !s realmente muy hermosa. Las consecuencias de sus palabras "ueron unas grotescas carcajadas y el rudo golpe en las costillas que le pro"irió el mozo situado a su izquierda y que. Sois listos. . —.. dos. —contestó :ulac.ejor8 —preguntó :ulac. —6. y en ese instante el hombre que estaba a su izquierda se retiró ligeramente hacia atr)s y tambi n los dem)s dieron muestras de sentirse nerviosos. incluso un poco alarmados. :ulac se encogió de hombros sin responder. Bebió un sorbo de su cerveza e intentó devolverle la sonrisa a Sean. —+u amiguita tiene una en"ermedad contagiosa. me imagino.e gust)is los dos. 6 por ello ha enviado a su mejor caballero para protegerla. por no decir preocupados. o era preciso. ten#an claro que podr#an conseguirlo sin que "ueran a oponer gran resistencia.. . !ntonces tendr is e/periencias que contar. ?inalmente per"ilaron una historia que se parec#a a la verdad lo su"iciente para que :ulac pudiera de"enderla con aplomo. —Lo que no nos impidió machacarles el cr)neo —dijo Sean con una mueca. es decir. pero qu motivo iban a tener para mentirle.inguno de nosotros permitir#a que le tocaran ni un pelo a una joven lady tan primorosa. —Bueno. . :ulac esbozó una sonrisa. que les hicieran daño. engendró tambi n media docena de lozanas hijas.—.. 6 durante el primer ataque de los pictos nos escondimos en el sótano.o deb is temer nada. 7sois de *amelot8 7!s esa ciudad realmente tan lujosa como se dice8 2e o#do que sus murallas y torres son de oro puro. !ntonces. *ualquier cosa que quisieran hacerles aquellos hombres.. 7no es as#. 's# que sois de *amelot. 7!stuvisteis presentes en el asedio8 —2uimos antes del inicio de la contienda —respondió :ulac haciendo honor a la verdad—.uestro padre "ue un macho aplicado. muchachos8 Los otros mascullaron unas palabras de asentimiento y una considerable tranquilidad se instaló en el pecho de :ulac.. ?ueron unas cuantas y algunas de ellas pusieron a :ulac y a 3inebra en alg(n que otro apuro.a m)s de dos d#as a caballo de *amelot. aunque tengo que admitir que ninguna de ellas era ni por asomo tan encantadora como tu bella amiguita. !videntemente no sab#a si con"iar en ellos o no. junto con el apenas imperceptible temblor de su voz. !ran cinco y cada uno de ellos era lo su"icientemente robusto y diestro en pelear como para v rselas a solas con una pareja de jovencitos agotados.siguió siendo lo que era. de tal modo que ambos no les quedó otra que buscar su salvación en la huida.o sienten piedad por nadie. . —5ero cuenta de una vez por todas —le e/igió Sean agitado—. no es nada ")cil hallar ni alimentos ni hospedaje. . —7!stuvisteis en la guerra8 —preguntó 3inebra. !l posadero no intervendr#a si acababa recibiendo tambi n l. —Lo que no os habr#a servido de mucho si los pictos hubieran derribado las murallas —comentó uno de los hermanos de Sean —. y trans"ormaron a 3inebra en la hija de un campesino rico. . —5ero cuenta de una vez —añadió Sean—. 6 son m)s salvajes que los propios animales. . cuya granja hab#a sido quemada a manos de los pictos que merodeaban por los contornos. le desveló a :ulac mucha m)s de aquellos hombres de lo que ellos habr#an deseado. *reedme. 5or eso debemos seguir viajando. un mozo de cocina de *amelot. pero contestó pacientemente todas las preguntas que Sean y sus hermanos le realizaron.o ten is por qu tener miedo —dijo Sean—. conozco a esos b)rbaros. —+odos lo hemos hecho —dijo el t#o de Sean tiritando ostensiblemente —. —6 no "uimos ni mucho menos los (nicos que nos marchamos para encontrar un acomodo caliente donde pasar el invierno —acabó l—. 6a he luchado contra ellos. por tanto. podr#a decirse as# —respondió Sean intercambiando una mirada r)pida con sus hermanos y eso. 7sabes8 'dem)s de cuatro hijos maravillosos. Lo m)s seguro es que ni siquiera supieran que e/ist#amos. :ulac se sintió verdaderamente saciado cuando se decidió a retirar su plato. pensó :ulac.o hab#a nada que no les interesara y en m)s de una ocasión :ulac hab#a cre#do percibir que los hermanos no siempre daban sus e/plicaciones por buenas. Sólo que la mayor parte de ellos han perdido su casa y todas sus pertenencias. —. Los caballeros de 'rturo protegen *amelot desde hace una eternidad. Si aquellos hombres segu#an bebiendo de tal manera. pero Sean le hizo callar con una r)pida mirada. en el camino del castillo. Las cosas siempre han sido as#.o sabemos con precisión cu)ntos habr)n huido de *amelot y sus contornos. —Lo que no impidió que os gravaran con impuestos y tributos —atronó la voz del t#o de Sean—. pero siempre de lejos.o le hab#a pasado inadvertido un deje nuevo. pró/imo al odio. 5or primera vez despu s de m)s de una semana. +engo o#do que los pictos asaltan a los "ugitivos para saquearlos. pero en sus ojos hab#a algo nuevo. —76 no es as#8 —Si tienes suerte y llegas a la edad su"iciente. —5ero "ue con las mejores intenciones —Sean bebió un gran trago de cerveza e hizo señas al posadero de que le trajera una nueva jarra. que no ten#a mejor aspecto que la primera. —S#. —+odav#a eres joven. Un rey que echa a sus soldados para que no mueran en la batalla. . :ulac. 7:ónde se ha visto antes8 —7*onoces al rey 'rturo8 —quiso saber el mayor de los hermanos de Sean. —' cambio nos otorgan protección —re"le/ionó :ulac—. 'rturo no ha hecho ning(n buen servicio a sus s(bditos mand)ndolos lejos.. —7' ti quiz)8 —.ientras.Le llevó un tiempo relatar aquella historia.o os gusta la nobleza8 —preguntó :ulac con candidez. 5ara ser sincero no he pensado nunca sobre ello. pues Sean y sus hermanos le interrump#an una y otra vez para plantearle innumerables preguntas. Le he visto unas cuantas veces. —6 algunos tambi n la vida —concluyó el t#o de Sean —. algo que advirtió a :ulac que anduviera con cuidado. +en#amos una posada sencilla. en la voz de aquel irland s casi calvo. !l t#o de Sean iba a rebatirle. Seguramente a(n crees en lo que tienes "rente a ti. $.o lo s —contestó :ulac con precaución—. Sobre su montura. en menos de una hora acabar#an completamente borrachos y sin sentido—. te des cuenta de lo que quiero decir —Sean vació de un solo trago un nuevo vaso de cerveza y lo soltó con tanta "uria sobre la mesa que una esquina del recipiente de barro se . 'rturo y sus caballeros jam)s entraban en ella. tal vez en un par de años. siempre han sido as#1 los ricos siempre les han quitado a los pobres lo que ten#an para hacerse m)s ricos a(n —Sean segu#a sonriendo.aldito hatajo de nobles& —7. pero s# era m)s abundante. el posadero trajo la comida demandada. . .. —7*onocer8 —:ulac hizo un gesto a medias entre una sacudida de cabeza y un encogimiento de hombros—. .bservó cómo Sean se serv#a un nuevo vaso de cerveza y lo trasegaba de una vez. si es que sa era una gran di"erencia. >ayamos a dormir. 6a no pensaba que 3inebra o l mismo pudieran correr peligro por causa de aquellos hombres. Sin embargo. 2oy en d#a los hombres que saben manejar sus espadas son bienvenidos en todas partes. :ulac. La tormenta se hab#a hecho m)s intensa y la nieve golpeaba sus rostros horizontalmente. pensó :ulac. 6 eso ser#a lo mejor. 5od is cabalgar con nosotros unos d#as. —2acia el norte —respondió Sean—. —!stoy cansada —dijo 3inebra—. 6a hab#a bebido bastante por esa noche. se separar#an de ellos lo m)s r)pidamente posible. y al principio :ulac temió haber matado al caballo en la hora escasa que lo dejaron atado al sereno. Los cristales de hielo se hab#an pegado a la piel del poni. 79u planes ten is8 7'dónde pens)is llegar8 —Lo desconocemos —con"esó :ulac—. Lo m)s probable es que "ueran ladrones. !s m)s seguro que ir solos —de pronto se puso muy serio —. hombres como aqu llos tra#an la desgracia. se rió —. —Sois mercenarios —sospechó :ulac. . +u amiga es una joven muy hermosa. !l poni relinchó en un tono muy bajo y lo miró lleno de reproche con sus grandes ojos oscuros.o deber#as ponerla en peligro innecesariamente. dormir#a de todas "ormas como un reci n nacido. !l nudo que hab#a hecho en las riendas se hab#a endurecido a causa del hielo y se rompió dos uñas intentando desatarlo. pero la retiró inmediatamente y se levantó sin m)s. —72acia dónde vais vosotros8 —preguntó :ulac con precaución. y acortó su apreciación sobre el tiempo que tardar#a el irland s en caerse redondo de la silla. Sean brindó hacia l con su vaso en alto.. —6 ahora no sab is adonde acudir ni cómo seguir)n las cosas —imaginó Sean —. de tal modo que el animal parec#a m)s blanco que castaño. . Bordearemos la costa durante un trecho y luego veremos. Sólo buscamos alejarnos de los pictos y superar el invierno venidero. 'quella mirada conmovió a :ulac m)s de lo debido. $5ero ya basta& 2ablemos de vosotros. —+ienes razón —:ulac alargó la mano hacia su vaso a medias.quebró y salió volando1 luego.. 3inebra se sent#a demasiado "atigada como para reaccionar ante la indirecta. !l animal les hab#a servido a los dos con lealtad y sin queja. se cerró la capa y abandonó la taberna acompañada de :ulac. !l viento era tan "r#o que incluso el acto de aspirar resultaba doloroso. *on lo agotado que estaba. —9ue te lo pases bien —le deseó con una sonrisa c)ustica. que mord#an dolorosamente su piel descubierta y punzaban sus ojos como agujas. como un l)tigo1 hojas a"iladas. y ellos se lo hab#an pagado dej)ndolo bajo el "r#o de la .ercenarios o ladrones. —Si es necesario —respondió Sean con serenidad. diminutas. Se levantó la capucha de nuevo. si lo dese)is. se abrazaron uno al otro para resguardarse del "r#o y :ulac se durmió aun antes de haberse tumbado del todo. en el que hac#a casi el mismo "r#o que al cielo raso. pero aunque el viento silbaba a trav s de las rendijas que se abr#an en las "inas paredes de tablones e incluso en algunos puntos la nieve lograba penetrar en el interior. atados unos al lado de los otros. —. todav#a con las sillas y las bridas de cuero negro. . despeluchados. a pesar de su grosero comportamiento. . l acabar#a llevando a la ruina a todos :esechó la idea casi aterrorizado. 5or otro lado. —2uele mal —a"irmó 3inebra. +al vez aquellos que le o"rec#an lealtad y amistad. como si en alg(n lugar hubiera algo muerto. soltó al animal con premura y se colocó delante de 3inebra para tratar de protegerla del vendaval en el trayecto hacia la parte trasera de la casa. pero Sean. :ulac se limitó a encogerse de hombros. que mostraban las huellas de años de duro trabajo y numerosas palizas1 los otros. cuando alcanzaron las cuadras estaban pr)cticamente congelados. !n la parte trasera del establo una escalera empinada sub#a hasta un henil. :ulac ató el poni junto a los caballos de los mercenarios para que estuviera caliente y protegido del viento que penetraba a trav s de los tablones de madera.o era m)s que un cobertizo cochambroso. e/periencia vital le imped#a depositar su con"ianza en cualquiera de buenas a primeras mientras que el conocimiento que ten#a de los hombres le e/ig#a justamente lo contrario. —' caballo —:ulac se encogió de hombros —. pero estaba demasiado e/hausto para discutir con 3inebra. no parec#a un mal tipo. en ocasiones dolorosa. !n lugar de responder directamente. :ulac imaginó que se trataba de las monturas de sus nuevos amigos. poderosos. 9uiz) precisara (nicamente rodearse de gente normal.o sirvió de mucho.o hab#a luz.o con"#as en esos hombres —estableció 3inebra. !l recinto era mayor de lo que esperaba y conten#a casi una docena de caballos1 la mitad.l#a a paja h(meda y tambi n a algo desagradable. pencos "lacos. . 6 ya hemos dormido en sitios peores. —7:ormimos all# arriba o pre"ieres quedarte al lado de los caballos8 'qu# se est) m)s caliente. Su. probablemente arriba estaremos m)s seguros.o hab#a m)s de dos o tres docenas de pasos. 3inebra desistió de obtener m)s e/plicaciones y comenzó a subir despacio por la escalera. pues era all# donde se encontraban los establos. a no ser que recibamos alguna visita inesperada. pero la mirada de :ulac se hab#a agudizado gracias a la armadura de plata y "ue capaz de reconocer las sombras que los rodeaban. . %ealmente no lo sab#a. pero a pesar de que en la taberna hubieran logrado entrar en calor. :e los hermanos y el t#o no se atrev#a a sacar conclusiones. . Una vez arriba. en descomposición. . :ulac habr#a pre"erido quedarse abajo —sin duda el calor de los caballos les habr#a protegido del "r#o m)s que el heno h(medo de arriba —. vehementes. Luego señaló con la cabeza la escala que conduc#a al henil. por lo menos estaban a cubierto.nevada a un paso de congelarse. . Le pesaban los miembros como si los tuviera rellenos de plomo y por alguna e/traña razón sus p)rpados le pesaban quintales. de ser observado por algo invisible e incre#blemente maligno. 9uiz) su desazón hubiera sido tan solo producto de un sueño. y *amelot y sus perseguidores andaban muy lejos. . bostezó e/ageradamente y lo miró burlona —.ada —respondió :ulac en un susurro.ada.o era el recuerdo de un sueño ni tampoco una mala jugada de sus nervios destrozados1 era un sentimiento inquietante. Un segundo antes 3inebra dorm#a como un tronco. 79u ocurre8 :ulac encogió los hombros por toda respuesta1 por lo menos en un primer momento. *on aquella aclaración pretend#a serenarse. pero :ulac se percató de que sent#a celos del *aballero de 5lata. —79u 8 —. .unca has sabido hacerlo. +uvo que reunir todas sus "uerzas para abrirlos y escudriñar en la oscuridad. el caballero de la armadura de plata.. el que hab#a ocultado el unicornio en alg(n lugar de all# a"uera para que no lo descubrieran por casualidad.o trates de engañarme. ten#a la impresión de que le hab#an apaleado.3 Se despertó con una incierta. . :ulac cerró los ojos y escuchó en su interior. . —Lo entiendo —contestó 3inebra mientras se incorporaba y se "rotaba la cara con las dos manos—. 5ero no era la verdad. !sta vida tan placentera y llena de lujos. 'll# estaba aquella sensación. !ra absurdo. . 5robablemente Sean y sus hermanos segu#an en la taberna haciendo todo lo posible para emborracharse hasta perder la conciencia. contó muy despacio hasta cinco y trató de sacar el brazo con precaución de debajo de la cabeza de 3inebra. . 75or qu lo hab#a llamado Lancelot8 !ra :ulac.o vio nada m)s que la sombra p)lida que la nieve proyectaba sobre la luz de la luna que entraba por los resquicios de la pared y no oyó nada m)s que la respiración acompasada de 3inebra y los sonidos apagados de los caballos en el piso de debajo. y con la seguridad plena de que no hab#a pasado mucho tiempo. sólo es eso. . Uno est) tan descansado que no hay modo de dormirse. pero angustiosa. trató de tranquilizarse a s# mismo. 7no es cierto8 —bajó las manos. Lancelot.o lo consiguió. Levantó los p)rpados. Lancelot era el otro. sensación de peligro que se cern#a sobre l. *omo siempre que se despertaba poco despu s de dormirse.. pero di)"ano como el cristal.o pod#a dormir. . lo que ya delataba que su respuesta era absurda—. !staban solos. ahora abrió los ojos bruscamente y lo miró llena de miedo y absolutamente despierta. ' m# me ocurre lo mismo. +ambi n los h roes ten#an derecho a su"rir pesadillas si hac#a meses que eran perseguidos casi por el mundo entero. — 6 mi armadura. pero de momento del "ulgor plateado no hab#a ni rastro. Sólo la noche y la nieve.oscuridad y nieve. s#. —76 adonde8 :ulac sólo "ue capaz de encogerse de hombros. '"uera reinaba una total oscuridad. :ulac se levantó de un salto y se apostó junto a ella. !l cielo se hab#a puesto completamente negro. Sólo voy a buscar tu caballo. +en#a la impresión de que.o —contestó 3inebra—. —!s noviembre. —:ijo :ulac. 3inebra se lo quedó mirando por un breve espacio de tiempo. pero tambi n "ascinante. 'h# a"uera hay algo.o lo s —respondió—. Sólo una luz que no emanaba de ninguna "uente determinada traspasaba la capa de nubes y hac#a brillar la nieve que continuaba cayendo oblicua1 una imagen "antasmal. 6 de pronto lo supo. —. :ulac se apro/imó de nuevo a ella y escrutó una vez m)s la noche. . —. +enemos que irnos de aqu#. . pero 3inebra lo detuvo con una mirada interrogante —. :entro de dos o tres d#as habr#a luna llena.. —:e todas maneras. pero algo de all) a"uera le resultaba pavoroso. —+ras un breve pero clari"icador titubeo. Un montón de nieve.)s o menos. Lo que s# despertó en l sin ninguna di"icultad "ue miedo. 7*ómo iba a saber entonces cu)l podr#a ser su destino8 —!speremos por lo menos a que amanezca —rogó 3inebra—. . justo en la parte en la que hab#a descansado la cabeza de 3inebra.o habr#a sabido decir qu era lo que tem#a. pero su rostro continuó siendo una mancha oscura que se dilu#a en el "ondo negro anegado en sombras—. añadió.—..i siquiera sab#a con e/actitud dónde se encontraban. Lo que vio al mirar por las rendijas de casi un dedo de ancho "ue e/actamente lo que esperaba tras la descripción que hab#a hecho 3inebra. 0ncluso para esta poca del año — l miró en su dirección. y comenzó a masajearlo inconscientemente. 2ay algo e/traño ah#.o habr) sido m)s que una pesadilla. 3inebra sacudió la cabeza con vehemencia. en silencio.. de que hab#a algo aqu# — se rió inseguro—. y un rato despu s añadió-— . pero no se sent#a con )nimos. +ienes razón. 'll# a"uera hab#a algo. . luego se levantó sin decir nada y se deslizó agachada hacia la tosca pared de madera de la izquierda.o deber#amos haber venido —:ulac se levantó del todo con la pretensión de dirigirse a la escala. —7>es algo8 —:ulac se incorporó medio dormido para quedarse casi sentado. hace demasiado "r#o. Le dol#a el b#ceps derecho. La tormenta me da miedo. Se habr#a opuesto con gusto a su petición o por lo menos habr#a intentado consolarla.o ha sido ninguna pesadilla —murmuró. que a :ulac le despertaba recuerdos de no lograba saber qu . —.. con cada nuevo segundo se encontraba m)s perplejo y desvalido.erl#n. 6o ir a buscar al unicornio y a tu caballo.el miedo que por su causa arraigaba en el corazón de sus enemigos. "ue igual. !ste "r#o y la oscuridad.o puede saber que estamos aqu#. casi hist rico. despu s.organa —murmuró :ulac. 5ero pod#a comprenderla1 tampoco a l le hac#a "eliz pensar en dejarla all# sola. sin protección. —+( esperar)s aqu#. 5ero qu date siempre pegada a m#. —79u sucede8 —.i siquiera nosotros sabemos dónde nos encontramos e/actamente& —+iene poderes sobrenaturales —le recordó :ulac—. en el calabozo de *amelot. 'l rev s. 6 haz lo que te diga. —Bien —cedió "inalmente—. —+enemos que marcharnos de aqu# —dijo—.. pero se negaba a aceptarlo —.. 2ab#a dicho la verdad. Si de verdad quiere hallarnos. 2ab#a recordado s(bitamente y con tanto #mpetu que a punto estuvo de gritar—.organa —el joven miraba la oscuridad como petri"icado. y se apro/imó a los caballos de los . pero esta vez "ue :ulac el que la hizo detener con un movimiento en rgico. ya no pod#a apartar la vista del temporal de nieve y la negrura que se agazapaba detr)s. $.o hab#a cambiado nada y. le paralizaba por completo. Si voy solo ser mucho m)s r)pido. Su cerebro comenzó a trabajar. 3inebra quiso precipitarse inmediatamente hacia la puerta. 3inebra& —$5ero eso es imposible& —protestó 3inebra en un tono agudo. cuando liberó a .ordred.organa. tardar#a la mitad de tiempo en llegar a la linde del bosque y regresar a los establos.. $0nmediatamente& 3inebra asintió volvi ndose ya hacia la escalera. —Lo s —respondió 3inebra—. —!s su magia —respondió :ulac—. 'quel d#a. pero :ulac le ordenó con un gesto que esperara. 2ab#a visto de lo que ella era capaz y ese hecho le hac#a imposible hilar cualquier pensamiento con claridad.. lo har).organa8 —!s . 3inebra. +al vez sa era el arma m)s poderosa de . Lancelot& :ulac dudó unos segundos. !l hada . !st) aqu#. 6. —7. 3inebra sólo conseguir#a retardarle. . $5or "avor. Si iba solo.organa. Son los mismos de entonces. cuando mató a . pero no llegó a ninguna conclusión. 5ero no quiero quedarme aqu# sin ti.:ulac tragó aire de "orma tan brusca que 3inebra volvió la cabeza y lo miró alarmada. 5robablemente hac#a rato que hab#a comprendido que ten#a razón. $!st) aqu#. 4l sólo pensamiento de que la bruja hubiera dado con su rastro. —75or qu est)s tan seguro8 —preguntó ella indecisa. que nunca le hab#a escuchado. . sin embargo. Bajaron por la escala. con aquello que se acercaba bajo la tormenta. !n su centro un n(cleo inmaterial y negro como ala de cuervo se agitaba al igual que una peonza y :ulac supo con claridad meridiana lo que iba a ocurrir a continuación. . . 5or lo menos. de una manera casi tangible.ndeaba en c#rculos y espirales y "ue "ormando delante de ellos una es"era nebulosa. 3inebra asintió nerviosa y se pusieron r)pidamente en movimiento. !l intento estuvo a punto de costarle los dedos de una mano.. pero tambi n de "orma distinta. 5or si acaso no hubo un tercer intento. pensó l. +en#a claro que los guerreros que iban a aparecer por el c#rculo negro lo ver#an enseguida.organa.o corrió hacia atr)s1 al contrario.ientras corr#a. uno al lado del otro. m)s bien lo estaba deseando. La nieve continuaba "lotando.irlandeses. sonó como un grito a trav s de la noche. pero no dieron m)s que unos pocos pasos. . los animales estaban entrenados para aceptar ser montados sólo por su jinete habitual. el corto trayecto hasta la linde del bosque. sino coger uno prestado para superar. 2ac#a un "r#o de muerte y. +al vez trataba de llegar a la taberna. montado en l. !l silencio era absoluto. !l torbellino de nieve se hizo mayor. . y todav#a algo peor. :ulac salió tras ella. aunque segu#a sin soplar viento. directamente hacia la puerta m)gica. —$>amos& +an sólo hab#a susurrado la palabra1 sin embargo. ya no tendr#a que convencerla de que se las estaban viendo con la magia. $3inebra& $%egresemos a cubierto& 3inebra reaccionó inmediatamente. de un tamaño algo mayor que el de un hombre. !l sobresalto le hizo trastabillar y estuvo a punto de caer cuerpo a tierra. 3inebra salió tras l de las cuadras.o pretend#a robarlos. todav#a estaba m)s oscuro que antes. para hacer de pronto un acusado quiebro y precipitarse en el bosque. 3inebra sonrió maliciosa cuando l regresó. .lo que ve#an no era m)s que una puerta m)gica. a pesar de que no corr#a ya ni una brizna de viento. !n cuanto desapareció de su vista. y se paró de golpe absolutamente perpleja. la curiosidad de los elbos oscuros recaer#a sobre l y le o"recer#a a 3inebra la ventaja que necesitaba para ponerse a seguro. :ulac trató de ignorar como pudo el brillo burlón de sus ojos. !l primer caballo al que agarró de la brida se tiró a morderle y el segundo pegó tal coz con los cuartos traseros que sólo en el (ltimo momento logró salvar la cabeza de milagro. !n un primer momento. 5ara su sorpresa hab#a acabado por completo. Su temor se trans"ormó en certeza. !videntemente.. :e esa "orma. que por "in se materializó en algo que :ulac sólo se habr#a atrevido a de"inir como una luz oscura. hasta alcanzar la esquina del edi"icio y desaparecer por detr)s.. "ormando c#rculos y espirales.organa los hab#a descubierto. tan silencioso estaba todo. pasó por su lado con la cabeza alta y se sumergió en el temporal sin dudarlo siquiera. creada por la magia negra de . echó un vistazo por encima del hombro y su corazón pegó un brinco al ver que la sima entre ambos mundos se resquebrajaba y por ella emerg#a una docena de "iguras. se abalanzó hacia el c#rculo de luz negra. a trav s de ella iba a aparecer de un momento a otro una tropa de sus malvados elbos oscuros. —$'tr)s& —jadeó—. m)s deprisa de lo que l hab#a imaginado. pero eso no le molestaba. para saber con qui n ten#a que v rselas. "ren tico. delante o junto a l. —$!h& —voci"eró—. pero mucho m)s peligroso. !n un primer momento :ulac se sintió casi aliviado. 5ero enseguida comprendió el motivo de aquella decisión que en principio le parec#a tan insensata y un nuevo estremecimiento. :onde quiera que posara sus ojos. 5ertenec#an a la misma raza de b)rbaros contra la que ya hab#a combatido a menudo. aquella que hab#a estado a punto de conquistar *amelot. !l viento le golpeaba el rostro con sus puños invisibles y la nieve se arremolinaba a su alrededor de "orma tan espesa que hasta le costaba respirar. tropezó y cayó de rodillas. pero no eran elbos oscuros. :ulac se bamboleó como si le hubieran vapuleado. se desencadenó un temporal tan potente que parec#a querer arrasar en un solo segundo con todo lo que no se lo hab#a permitido en los minutos anteriores. cayó sobre una rodilla y necesitó esta vez mucho m)s tiempo para enderezarse de nuevo. toscamente talladas. 6 por un espacio de tiempo todav#a menor. !l p)nico amenazó con apoderarse de l. pero ya no hab#a tiempo de volverse atr)s por muy desastrosas que "ueran las consecuencias de aquel error. :e alg(n modo consiguió ponerse en pie y seguir trastabillando.organa le enviaba soldados pictos en lugar de una tropa de sus invencibles guerreros elbos. no deseó nada m)s que salir huyendo y agazaparse en alg(n lugar hasta que todo aquel horror hubiera terminado. !l ulular de la tormenta. 2ab#a perdido la orientación. a su espalda. 5ese a todo. le recorrió la espalda. que tras el inquietante silencio anterior sonaba doblemente potente. 7. llenaba sus o#dos con el aullido de miles de demonios sueltos. ' su alrededor todo estaba blanco1 le cercaba un corro de movimientos embravecidos y un "r#o helador que taladraba su piel con sus dientes invisibles y cristalinos. :ónde se hallaba el bosque o la posada. *omo por arte de magia aparecieron de pronto armas en sus manos y :ulac oyó "rases en la para l incompresible lengua de los pictos. Sin embargo. !ran pictos. pero la sensación duró tan sólo unos segundos. a(n m)s escalo"riante. Si sus perseguidores estaban detr)s. !l mismo tiempo que le llevó preguntarse por qu . +res de los gigantescos b)rbaros se quedaron con l. :io media vuelta y salió corriendo lo m)s veloz que pudo.Los hombres que sal#an de la puerta m)gica eran incre#blemente robustos e iban vestidos de negro y armados hasta los dientes.e est)is buscando a m#8 Los guerreros marchaban al un#sono. la puerta m)gica entre los mundos desapareció de nuevo y. 5or unos momentos perdió no sólo la orientación espacial sino tambi n el control sobre sus pensamientos. como propulsados por una sola voluntad. mientras el resto salió corriendo en dirección hacia la granja. :ulac ya no sab#a de qu lado ven#a y en qu dirección deb#a marchar. intuyó lo que signi"icaban. en ese mismo instante. 2ab#a perdido el rumbo. se quedó quieto1 incluso se volvió completamente hacia la docena de "iguras que se le apro/imaban y levantó los brazos. le arrollaba un caos blanco. Siguió avanzando sin ver. . Sus planes no hab#an salido bien. :esgraciadamente. pero no necesitaba vislumbrar las caras anchas. :ulac estaba ya algo lejos. >io una sombra des"igurada abri ndose camino hacia l a trav s de la blancura e instintivamente se echó a un lado. Las pesadas zancadas de su perseguidor segu#an tras l y parec#an estar m)s cerca. pasó a ciegas por su lado y. 5eg)ndose contra las ramas y tratando de eludir una y otra vez los estorbos que aparec#an entre la tormenta. de tal manera que realmente no pod#a o#rla. cayendo todo lo largo que era sobre la nieve.o ten#a miedo a la muerte —desde mucho tiempo atr)s—. . al chocar contra un )rbol que apareció de pronto "rente a l en la oscuridad nevada. . y que sólo :ulac y los dem)s integrantes de su pueblo pod#an apreciar. pero de vez en cuando o#a un gruñido o una maldición reprimida que le hac#an comprender que los pictos deb#an en"rentarse a las mismas di"icultades que l. Sin embargo. +ropezó. sin reparar en la "uerza del viento. la nieve helada o las ramas que colgaban congeladas de los )rboles y le arañaban la cara. !l picto que hab#a estado a un palmo de aplastarle. pero sonaban distintos.:e pronto el ulular del viento trajo hasta su o#do el grito de 3inebra. La sangre hab#a cubierto la piel blanca del animal y tambi n brillaba con destellos color p(rpura el cuerno retorcido que sal#a de su "rente. 5ero el golpe mortal que esperaba no llegó. y continuaba oyendo gritos. como si la tempestad se hubiera con"abulado para parir un monstruo blanco. pero por espacio de lo que dura un latido s# creyó sentir la voz de 3inebra que gritaba reclamando ayuda y no ten#a la menor importancia si era producto de su imaginación o certeza. en medio de su sorpresa. se ergu#a el unicornio. recuperó con es"uerzo el equilibrio y se habr#a precipitado al suelo en el instante siguiente. precisó dos o tres pasos m)s para "renar y darse la vuelta.o desperdició ni un segundo en volverse hacia el picto para cerciorarse de que lo persegu#a. y directamente sobre l. :esconcertado. *uando logró girarse y limpiarse la nieve y la porquer#a de los ojos con la mano izquierda.donde esperaba hallar suelo "irme. +ras l resonó un suspiro de triun"o y el joven. el animal segu#a mostr)ndose en"urecido y coceaba a su v#ctima sin piedad mientras le clavaba una y otra vez el largo cuerno a"ilado. tratando desesperadamente de ponerse de espaldas para incorporarse. !l b)rbaro era mucho m)s "uerte que l y lo m)s probable es que estuviera en mucho mejor "orma. en la nieve. todo lo deprisa que pudo. Sin embargo. pero al "in ocurrió lo que ten#a que ocurrir. !l picto estaba a escasos pasos. se impulsó hacia arriba y lo que vio hizo que la sangre se le petri"icara en las venas. +al vez no era su voz. . de no reaccionar a tiempo. el picto hab#a desaparecido. comenzó a prepararse para recibir la estocada mortal que le provocar#a el arma del picto.el ruido le llevó a la realidad y seguramente le salvó la vida. la nieve se escurrió bajo sus botas y :ulac dio un traspi antes de precipitarse sobre el suelo braceando desamparado. sino que se protegió el rostro con los brazos y corrió. el desenlace de aquella huida desesperada le trajo un nuevo dilema. Sobre l sólo segu#a el blanco torbellino. !n m)s de una ocasión hab#a sido testigo de la "uerza inimaginable que pose#a aquella criatura a simple vista noble y dulce. tiempo que aprovechó :ulac para erguirse y salir corriendo. encabrit)ndose una y otra vez para utilizar sus patas delanteras como armas letales que arrojaba sobre su inde"ensa v#ctima. por eso :ulac supo que el picto ten#a que llevar bastante tiempo muerto. aunque s# sintió un pro"undo pesar ante la idea de no poder continuar protegiendo a 3inebra. :ulac "ue adentr)ndose en el bosque. La tempestad aullaba y rug#a como una jaur#a de perros in"ernales a su alrededor y sus bramidos hab#an alcanzado tal potencia que casi le ensordec#an. *uando por "in se levantó —el escudo agarrado a su brazo izquierdo —. :e pronto se dio cuenta del "r#o que hac#a. 6 estaban tambi n aquellos dos pictos que hab#an dado la vuelta para ir a buscarle. :ulac se giró de mala gana y observó la angulosa cara de un blanco reluciente de la "abulosa criatura que. !l unicornio resopló y pateó intranquilo la nieve con las patas delanteras. tan tiesos que apenas pod#a moverlos. oyó una e/clamación de sorpresa a su espalda. su piel y el cuerno retorcido de su "rente se hallaban cubiertos por la sangre del guerrero picto y ahora. !l p)nico y el temor desaparecieron en la misma medida en que iba completando su armadura. adonde deb#a dirigirse. aparec#a siempre ante l con la gualdrapa y la barda puestas. :ulac segu#a teniendo miedo de volverse hacia el picto asesinado a coces.'partó la vista con un escalo"r#o.o ten#a sentido. !l animal mitológico soltó un relincho de alegr#a que provocó en :ulac un nuevo escalo"r#o y le hizo preguntarse nuevamente cu)l de los dos llevaba realmente las riendas. *on cada pieza se trans"ormaba un poco m)s en Lancelot. 5od#a ser que estuviera muy pró/imo al lugar donde hab#a perdido a 3inebra. 'partó aquella idea de su cabeza e hizo un gesto para que el unicornio se volviera hacia l y pudiera desenganchar de la silla las piezas de la armadura. . . se sentó en el suelo y se "rotó —esta vez con ambas manos— la cara para quitarse la nieve. . !l unicornio "ue tranquiliz)ndose poco a poco. Le costó un gran es"uerzo levantarse para darse la vuelta. por consiguiente. amenazador incluso. pero el sonido le recordó su desesperanzada situación y eso bastó para alimentar de nuevo su p)nico. as# que titubeó1 pero el animal resopló una vez m)s y en esta ocasión sonó verdaderamente irritado. Unos segundos antes. pero hab#a dejado paso a otra e/presión que :ulac no pod#a de"inir con palabras pero que le produc#a mayor espanto todav#a. como por arte de magia. pero su miedo se hab#a evaporado por completo. 6 no sólo e/ternamente. 6a no ten#a miedo de los dos pictos que deb#an de andar por las pro/imidades1 al contrario. +ambi n el ansia de muerte que hasta entonces brillaba en sus ojos hab#a desaparecido ya. !staba dotado de nuevo por aquella "uerza invencible que recorr#a a todos los que antes que l hab#an portado la armadura m)gica. se giró en la otra dirección tratando de ver m)s all) de la ventisca. el *aballero de 5lata. por el contrario. y se bajó la visera del yelmo. no quedaba ni una gota. :e nuevo un gemido quejoso se mezcló con el aullido del viento. sin embargo. !sta vez :ulac estuvo seguro de que no se trataba de la voz de 3inebra. +en#a que ponerse la armadura para regresar junto a 3inebra y lograr salvarla. de alg(n modo el mozo de cocina :ulac segu#a en su interior. +ras l sonó un bu"ido de enojo. :ulac miró a su alrededor — no hab#a olvidado a los otros dos pictos que segu#an peinando el bosque con intención de dar con l—.o tuvo que aguardar mucho. La nieve se hab#a colado bajo sus ropas y no pod#a dejar de temblar1 ten#a los dedos congelados. 5ero no era el momento de ese tipo de re"le/iones. pero tambi n pod#a encontrarse en el otro lado de la posada. :ulac evitó echar una mirada siquiera a su v#ctima y. y cuando Lancelot iba a girarse hacia l para montar sobre la silla. !n el propio bosque la nevada segu#a siendo tan espesa que no era capaz ni de distinguir la mano que ten#a "rente a sus ojos1 no sab#a tampoco por qu lado hab#a venido ni. ansiaba el momento de en"rentarse a ellos. luego se quitó las ropas y "ue introduci ndose a toda prisa en la armadura de plata. Su corazón lat#a acelerado. de ese modo. 5or lo visto.el guerrero de su izquierda saltó emitiendo un estridente grito de batalla e impulsó su arma con las dos manos por encima de su cabeza1 mientras. Lancelot se volvió despacio. cargadas de nieve y hielo.o lo hag)is —les advirtió Lancelot—. pero el unicornio se manten#a tranquilo mir)ndolo en actitud serena. !l camino m)gico que hab#a emprendido el unicornio era con toda seguridad el m)s r)pido. en lugar de ello. !l establo se encontraba en la parte de atr)s del edi"icio principal. . sin reparar en la espesura de los )rboles. La espada de Lancelot traspasó su coraza de cuero negro y su corazón sin dar muestras de encontrar oposición. Se montó. en medio del temporal. 0gnoró al atacante y. !ran por lo menos un palmo m)s altos que Lancelot y mucho m)s anchos de espaldas. 'un suponiendo que los pictos llegaran a comprender sus palabras por encima del ulular de la tormenta. —. nada m)s. pues se hab#a contentado con traspasar al guerrero b)rbaro con su cuerno para. los matorrales o las ramas que. en ocasiones. ' su espalda. toscas. 5ero gracias a sus poderes lograba evitar cualquier estorbo y. y abrazó el cuello del unicornio cuando ste giró en redondo y arrancó al instante a galope tendido. Sólo muerte. no dieron muestras en absoluto. . se hab#a apaciguado al menos por el momento. y m)s robustos1 llevaban pesadas armaduras de cuero negro y espadas melladas. resonó un relincho sobrecogedor. 6 en realidad no importaba lo m)s m#nimo si era preciso que lo hiciera o no. !l "in de una vida. y l se apro/imó a l por el otro lado. se volvió hacia el otro. ya que sintió un quedo aliento de horror ante su propio pensamiento. !n alg(n lugar recóndito de Lancelot deb#a de quedar todav#a un pequeño resto del viejo :ulac. y Lancelot apartó los pensamientos que bull#an en su cabeza y "ue con paso decidido hacia el animal. sacando la espada del cincho. Lancelot no ten#a intención de hacer eso. titubearon tan sólo un instante. desde una perspectiva muy distinta a la que esperaba.. !l hombre cayó hacia atr)s sin emitir ni un sonido y murió aun antes de rozar la nieve. y los ojos del segundo picto se abrieron de horror al ver lo que suced#a tras Lancelot. como hab#a ocurrido la vez anterior. la sed de sangre de la bestia. luego se apartaron uno del otro para atacarle a la vez desde distintos )ngulos. Una muerte apacible. 'unque aquella imagen tan repentina del caballero totalmente cubierto de plata tuvo que impactarles.. .o tengo ninguna causa pendiente con vosotros. que alguien e/tingu#a sin ning(n sentido y arbitrariamente. cuya sola visión hizo temblar a Lancelot.o sobrevivió a su compañero ni el tiempo que dura un suspiro. que se ocultaba tras la m)scara de aquella hermosa criatura. Sin embargo. . !l unicornio resopló enojado y comenzó a golpear la nieve con las patas delanteras. !staba preparado para lo peor.o hab#a muertes apacibles.archaos y os dejar con vida. concederle una muerte r)pida y apacible en lugar de caer sobre l con el delirio de un poseso. con el "in de tirarse sobre la espalda de Lancelot en cuanto l se girara hacia el primer contrincante. casi llegaban al suelo. seguido de un grito sordo y un jadeo. su compañero se quedó aguardando. incluso daba la impresión de que los traspasaba sin problemas1 al poco rato ya hab#an salido del bosque y Lancelot oteó la granja. .Los dos guerreros b)rbaros surgieron de la ventisca de nieve uno al lado del otro. pero posiblemente no el m)s corto. 'l contrario. :e un momento a otro la hoja se volvió del rev s. cayó de . y de esa manera la suerte de la batalla estuvo echada. !l corazón de Lancelot saltó desbocado cuando el caballero descubrió a 3inebra entre los irlandeses. 5or encima del rugido de la tormenta creyó o#r un tintineo de armas. !l golpe "alló porque en el (ltimo instante el picto hizo un viraje1 sin embargo.6a "uera del bosque. Sin embargo. Los dos primeros hombres cayeron bajo su espada. La imagen que se o"reció a su vista le dio la razón. pero siempre hab#a procurado darle una oportunidad a su enemigo. Un humo gris oscuro que sal#a de una zona del tejado cubierto de paja "ue engullido por el temporal que lo lanzó lejos. La visión le hizo olvidar cualquier tipo de escr(pulo. sino que se agachó de nuevo sobre el cuello del animal y saltó a trav s del marco vac#o de la puerta. y la parpadeante luz roja detr)s de las ventanas. ensartado por un cuerno retorcido y a"ilado que nunca antes hab#a visto y que. que hab#a corrido su misma suerte. sin ni siquiera intuir lo ocurrido. ver a 3inebra con la cara ensangrentada hizo que en su interior algo se rompiera. 5ara protegerse se cubr#a el rostro con ambos brazos. el *aballero de 5lata. tampoco hab#a podido esquivar. en v#ctimas. cargó con su espada sobre uno de los "ugitivos. buscaron su salvación en la huida. de tal modo que el lugar semejaba una versión abominable del in"ierno. Lancelot no perdió tiempo en bajarse de la silla. Lancelot ordenó girar al unicornio y con el cuerpo pegado al cuello del animal. a pesar de ello Lancelot se dio cuenta de que su vestido estaba roto en pedazos y que sangraba por un pro"undo corte que tenia sobre el ojo izquierdo. 5or muy valientes que "ueran los pictos. con eso no consiguió m)s que alargar su vida unos segundos. 'zuzó al unicornio con un grito desgarrador y arremetió contra los pictos como un )ngel vengador redivivo. dieron instintivamente un paso atr)s al ver aparecer a Lancelot y su montura. en Lancelot.los de"ensores trocaron en atacantes1 los cazadores. !n la sórdida taberna ten#a lugar una cruenta batalla.uchos de los muebles estaban destrozados y por la puerta abierta que comunicaba con la cocina se divisaba un "uego que hab#a teñido la estancia de una luz rojiza. que se hab#an agrupado ante la chimenea para batallar desesperadamente mano a mano contra la aplastante supremac#a del enemigo. el cuerpo de un segundo colgaba del mostrador con el torso sobre el grueso posadero. 5or lo menos siete u ocho pictos manten#an una lucha salvaje con Sean y sus hermanos. y gritos. . +ropezó con una mesa destrozada. por ese mismo motivo. !l cad)ver de un guerrero picto estaba justo delante de la puerta. asustados. sólo hasta que comprendieron que aquella "igura plateada que hab#a salido de la nada estaba de su lado. 5ero el miedo duró pocos segundos. La posada volaba hacia l. Lancelot vio ya de lejos la puerta abierta. :esde la primera vez que se hab#a puesto aquella armadura para trans"ormarse de :ulac.ientras los irlandeses se abalanzaban sobre ellos entonando gritos de guerra. el sencillo mozo de cocina. que daba muestras de estar abatida. el unicornio continuó la marcha. hab#a tenido que aprender que la lucha no era ning(n juego y terminaba demasiado a menudo con una muerte horrenda. pero ninguno de ellos lo consiguió. Un tercero se convirtió en v#ctima del unicornio. ' pesar del aullido del viento y de la tupida capa de nieve. Los pictos sobrevivientes se desperdigaron muertos del p)nico1 tambi n Sean y sus hermanos. . bruces, empezó a levantarse..., pero el cuerno del unicornio —invisible para l— se incrustó entre sus omóplatos. Lancelot tiró de las riendas del animal y se dirigió salvajemente hacia otro enemigo. !n ese instante, Sean y sus hermanos manten#an con el (ltimo grupo de pictos una pelea cruenta de cuyo desenlace no pod#a haber ninguna duda. 5ues, aunque los guerreros b)rbaros eran sin duda tan e/perimentados como los irlandeses, el s(bito ataque de Lancelot hab#a logrados desmoralizarlos por completo. 's#, tras un asombrosamente corto intercambio de estocadas entre pictos e irlandeses, quedó un (nico enemigo- un hombre alto, con el pelo rubio que le llegaba hasta los hombros, y dos heridas pro"undas por las que sangraba abundantemente. 'penas ten#a la "uerza necesaria para mantenerse en pie. +iró la espada y se subió a la barra tratando de escapar. Lancelot emitió un chillido violento y se dispuso a seguirle. Bajo los cascos del unicornio los muebles se trans"ormaron en astillas. !l escudo que Lancelot portaba en alto golpeó con tanta dureza el techo de la taberna que casi saltó de sus manos. !l picto trató de acelerar el ritmo de su marcha, pero tropezó y cayó de la barra al suelo. :e inmediato, comenzó a incorporarse, pero no logró que le sostuvieran sus pies y continuó desliz)ndose de rodillas. !l unicornio chocó contra l y lo apartó a un lado. !l guerrero dio dos o tres volteretas, cayó de espaldas y continuó arrastr)ndose hacia atr)s con la e/presión descompuesta. —$,o& —suplicó—. $,o& $5iedad, señor& :ulac, que todav#a se hallaba en alg(n rincón de Lancelot, gritó de horror, pero su voz e/piró sin ser o#da. 'quel picto ya no era un enemigo, sólo un hombre sobrecogido por un inmenso miedo a morir, gravemente herido y suplicando por su vida1 pero tampoco Lancelot era en aquel momento dueño de sus actos. Sólo pod#a pensar en el rostro ensangrentado de 3inebra, el miedo en su mirada y su vestido hecho jirones que delataba las di"icultades de su huida m)s que cualquier otra cosa. Sin dudar m)s de una d cima de segundo, Lancelot se inclinó en la silla de montar y traspasó al picto con su espada. 6 no sinti ndose satis"echo, empujó el arma de nuevo y una vez m)s, y enseguida, aunque unos segundos antes hubiera sentido horror, "ue l el que tiró de las riendas del unicornio y colocó al animal sobre el cuerpo ya sin vida para que lo pateara mientras segu#a clav)ndole la espada una y otra vez. Su "uria se apagó sólo cuando una mano agarró las riendas del unicornio y tiró del animal con energ#a. Lancelot se giró rabioso en la silla, la espada de nuevo levantada dispuesta para atacar, pero en el (ltimo instante reconoció que no era un nuevo picto el que le o"rec#a resistencia sino nadie m)s que Sean. !l irland s le observaba con una mezcla de espanto y enorme desconcierto, pero tambi n ten#a la espada levantada preparada para la de"ensa. Seguramente no estaba muy convencido de estar "rente a un aliado. —6a ha pasado todo, señor —dijo—. $:eteneos& Lancelot se le quedó mirando sin comprender, pero luego miró hacia abajo y descubrió horrorizado lo que hab#a hecho. 5or un momento cerró los ojos, suspiró ostensiblemente y dejó caer el arma. :io unos ligeros taconazos sobre el vientre del animal y ste retrocedió dos pasos, por su parte Sean soltó las riendas y se retiró a un lado. Su "rente se "runció levemente cuando echó un vistazo al cad)ver del picto, pero no dijo nada1 sólo observó a Lancelot. +odo hab#a pasado. La batalla hab#a terminado. +odos los pictos hab#an ca#do mientras que Sean y su "amilia parec#an haber superado la contienda pr)cticamente ilesos1 sólo uno de los jóvenes de larga melena se apretaba la mano contra el antebrazo izquierdo y la sangre corr#a entre sus dedos. —.s lo agradezco, señor —dijo Sean con una voz que transmit#a m)s consternación y descon"ianza que agradecimiento verdadero —. Sin vos probablemente no lo habr#amos logrado. Lancelot no le escuchaba, dio la vuelta al unicornio y se apro/imó despacio hacia 3inebra. +ambi n ella hab#a retrocedido y se apoyaba en la pared al lado de la chimenea. Le miró y Lancelot percibió que no estaba tan malherida como hab#a cre#do en el primer momento. Lo que l hab#a tomado como una herida severa no era en realidad m)s que un arañazo por el que algunas gotas de sangre se hab#an escurrido sobre su cara. 5ero sus ojos tambi n estaban abiertos de par en par y ten#an una e/presión de horror que les con"er#a una tonalidad casi negra y lo que Lancelot leyó en ellos le partió el alma. !ra miedo, pero aquel miedo ten#a un sentido muy distinto del que l le hab#a otorgado hasta entonces. ?ue a decir algo, pero no pudo. !l nudo de su garganta era demasiado grande. —.s lo agradezco, señor —repitió Sean—. 5ero 7qui n sois8 Lancelot continuó en silencio. !l nudo de su garganta se hizo mayor. ,o acababa de comprender aquello que le#a en los ojos de 3inebra, pero sa sólo era una parte de la verdad. La verdad absoluta era que no quería comprenderlo porque no iba a poder soportarlo. La mano de su espada comenzó a temblar cada vez con m)s "uerza. *on gran es"uerzo arrancó la mirada de los ojos de 3inebra, metió la espada en la vaina de plata repujada y agarró con ambas manos las riendas del unicornio. !l animal escarbó el suelo con las patas delanteras, muy nervioso, como si presintiera el c(mulo de sentimientos que embargaba a su jinete y agitó su elegante crin con tanto #mpetu que Sean saltó asustado hacia atr)s con una nueva e/presión de alarma. —7Señor8 —preguntó. Lancelot lo miró en silencio, luego recorrió con la vista los rostros de los dem)s irlandeses. :escubrió en ellos desconcierto y alivio, pero tambi n una descon"ianza mani"iesta, y en ning(n caso el agradecimiento con el que se observa a un salvador o, incluso, a un aliado potencial. —:ebemos marcharnos de aqu#, señor —dijo Sean señalando con un movimiento de cabeza a la puerta abierta que comunicaba con el cuarto de atr)s. Las llamas eran ahora m)s claras y el humo negro que se colaba por el dintel estaba comenzando a condensarse bajo el techo—. La casa se vendr) abajo a causa del "uego. Lancelot asintió en silencio. !vitó mirar a 3inebra cuando hizo girar a su montura para dirigirla hacia la puerta. Sean añadió algo m)s que l no entendió. Unos segundos despu s, Lancelot estaba de nuevo a"uera, al vaiv n de la tormenta y el caos blanco, y el aullido de mil lobos in"ernales engulló al unicornio y a su jinete. + ' pesar de que no pod#an haber pasado m)s de cinco minutos hasta que :ulac regresó, el edi"icio principal estaba en llamas. +odo el techo humeaba como el heno "resco cuando prende y de las puertas y ventanas sal#a un humo oscuro con resplandores rojos y amarillos. Sobre el tejado se distingu#an numerosos volcanes de chispas y astillas ardientes, que el vendaval acababa desmenuzando y llevando lejos. 5or encima del rugido de los elementos, se elevaban los gritos de p)nico del ganado en los establos. Lancelot hab#a cabalgado lo su"iciente para estar seguro de que no iban a verle desde la casa, luego hab#a girado a la izquierda, hacia la zona del bosque donde dejaron el caballo de 3inebra. 5ara su propia sorpresa encontró al animal sin di"icultades y se desprendió de la armadura y las armas tan r)pido como pudo. *on la m)/ima premura ocultó las piezas de la armadura m)gica en las al"orjas del unicornio y cogió las riendas del corcel de 3inebra para conducirlo de nuevo hacia la posada. !l temporal se hab#a intensi"icado y, aunque se hallaba a poca distancia, :ulac se habr#a desorientado con toda probabilidad si el re"lejo del "uego, que iba alcanzado una mayor claridad, no le hubiera indicado el camino. *uando se apro/imó a la parte trasera del edi"icio, el "uego hab#a alcanzado el techo del establo y, por consiguiente, el henil. ,o obstante, las puertas estaban completamente abiertas y, antes de que tuviera tiempo de dejarse llevar por el miedo, aparecieron dos de los hermanos de Sean, que por lo visto estaban sacando los caballos de las cuadras a toda velocidad, entre ellos, tambi n al animal que cargaba sus mermadas pertenencias. :ulac quiso agarrar las riendas del poni, pero ste estaba tan aterrado que se echó hacia atr)s con un relincho de pavor y desapareció dando saltos en medio de la ventisca de nieve. 0nstintivamente :ulac quiso ir tras l, al "in y al cabo el animal de carga llevaba consigo lo poco que les quedaba. 6 por muy e/iguas que "ueran esas posesiones, sin ellas sus oportunidades de sobrevivir los pró/imos d#as ser#an bien escasas. Sin embargo, uno de los hermanos de Sean lo sujetó por los hombros con un movimiento brusco mientras sacud#a la cabeza. —$: jalo& —gritó por encima del temporal y el rugido cada vez mayor de las llamas—. $:espu s iremos a buscarlo& 'hora, $ay(danos& :ulac ni siquiera pudo plantearse el porqu de esa orden. !l irland s le dio una sacudida y le pegó tal empujón que le hizo adentrarse en el establo quisiera o no. 'nteriormente, aquel lugar le hab#a parecido ya desolador y l(gubre, pero ahora se hab#a trans"ormado en la antesala del in"ierno. :el techo llov#an chispas y hebras de paja ardiendo y a lo largo del suelo se hab#an "ormado pequeños nidos de ascuas, que humeaban tanto que era imposible verse las manos m)s all) de los ojos. La parpadeante luz roja de las llamas "avoreció la impresión de :ulac de sumergirse en el mismo corazón del purgatorio1 el joven no ve#a m)s que movimientos agitados y sombras danzantes mientras o#a los relinchos aterrorizados de los caballos que en vano trataban de desprenderse de sus ligaduras. !l irland s le dio un nuevo empellón, aunque no tan "uerte esta vez, y gesticuló indic)ndole que se dirigiera hacia la izquierda mientras l emprend#a la dirección contraria. :ulac aspiró pro"undamente y se adentró en el establo. Una parte de l sent#a que era un absurdo arriesgar la vida para salvar unos cuantos caballos, pero al mismo tiempo sab#a que sin esos animales no ten#an ninguna posibilidad de sobrevivir. +osiendo y sin apenas ver, se introdujo en aquellas "unestas sombras, aquellas luces rojas, y a punto estuvo de ser coceado por unos cascos que salieron del humo como de la nada. :ulac hizo un quiebro con la cabeza para evitar al animal y trató de desatar el nudo que as#a sus riendas a un poste de madera. !l caballo, muerto de miedo, hizo amago de morderle. ,o lo logró, pero :ulac tuvo que dar un presuroso salto para ponerse de nuevo a salvo y necesitó tres intentos m)s hasta lograr por "in desatarlo. *on un relincho de alivio, el semental se puso de patas, se dio la vuelta y salió de all# como el rayo. :ulac se dirigió a un segundo caballo, que a pocos pasos de all# y con m)s miedo todav#a, pretend#a liberarse de sus ataduras. !sta vez consiguió desatarlo al primer intento, pero dudaba tener "uerzas su"icientes para liberar a un tercer caballo. ;ientras, el "r#o hab#a dejado paso a un calor casi e/tenuante. :el techo llov#a "uego y el humo era tan espeso que casi no pod#a respirar. 5ero tras l segu#a percibiendo movimientos de p)nico y sonidos de coces, as# que a pesar de que su miedo era cada vez mayor, continuó adentr)ndose por la cuadra sin apenas ver. 2ac#a rato que sus ojos se hab#an inundado de l)grimas. 'lgo ardiente rozó su mejilla y dejó en ella la huella de una doloros#sima quemadura1 con cada nuevo paso la "alta de aire era m)s palpable. 5or "in alcanzó al siguiente caballo, un semental espl ndido, enorme, de color negro, que llevaba una coraza de vaqueta engrasada. !l animal tiraba de las bridas con tanta energ#a que se hab#a desgarrado el hocico y la sangre resbalaba por sus labios, el pataleo imparable de sus e/tremidades hacia casi imposible el apro/im)rsele. :ulac trató de hablarle para que se calmara, pero lo (nico que logró "ue una especie de cacareo ininteligible, que desembocó en una tos angustiosa y acrecentó todav#a m)s el terror del animal. Sus crines llameaban en diversos puntos y, si no hubiera llevado aquella barda de cuero, ya har#a rato que hubiera ca#do herido, pues del techo no llov#an ya sólo chispas y briznas de paja, sino grandes trozos de madera ardiendo y aut nticas llamas lo su"icientemente calientes para prender "uego en la h(meda paja del suelo. :ulac no claudicó, reunió "uerzas de "laqueza y de alg(n modo consiguió evitar los envites de las pezuñas y las dentelladas del animal con la pretensión de agarrar con ambas manos las riendas que estaban anudadas a un poste del grosor de un brazo. 5ero no pudo a"lojar el nudo. ' pesar de todo, sus dedos continuaban ateridos de "r#o y el semental tiraba con toda su energ#a de las bridas, de tal manera que el nudo cada vez se apretaba m)s. ,i la "uerza de diez hombres habr#a bastado para liberarlo. 5or encima de :ulac se resquebrajó algo con un chasquido sordo, de ecos resonantes, y a tan sólo unos pasos cayó al suelo un trozo de madera en llamas. !l calor era tan agobiante que le golpeaba como un puñetazo y le hac#a chillar de dolor. :ulac se puso la mano izquierda sobre la cara con la intención de protegerse y con la derecha sacó el puñal del cincho. +rató de cortar las riendas, pero el cuero era tan duro que el arma rebotó y a punto estuvo de saltar de su mano. !l calor se hizo todav#a m)s so"ocante. Lo peor no era el humo que le obligaba a toser, sino que el calor era tan llamas y astillas de madera incandescentes. Si la situación no hubiera sido tan desesperada. giró sobre s# mismo y una d cima de segundo despu s hab#a desaparecido entre el humo. construido con sólidos ladrillos. ' pesar de ello. 'unque el ambiente estaba tan cargado que le atenazaba la garganta. alcanzó las riendas con una mano y con la otra empuñó el cuchillo y comenzó a cortar el cuero )spero con una mezcla de obstinación y desesperanza. !l calor so"ocante segu#a impidi ndole respirar y aumentaba por momentos. *on los dientes apretados y manteniendo la respiración. 6 el anillo de "uego se cerraba en torno a l. Los listones de aspecto carcomido ni siquiera hab#an temblado una vez. ?inalmente saltó la rienda como si se tratara de un "lagelo y el semental elevó la cabeza con un relincho de alivio. 5robablemente no tardó m)s de unos segundos. ' su derecha. y la construcción entera corr#a peligro de venirse abajo por su propio peso. *on toda probabilidad se hallaba en la (nica zona del establo que no se ca#a a trozos. se precipitó en la otra dirección con las manos sobre la cabeza y se impulsó con un en rgico salto cuando "inalmente toda la estructura se desmoronó sobre l en una lluvia de paja. lo que hubiera signi"icado una muerte segura. pero le parecieron horas.in"ernal que le dejaba sin respiración. ' pesar de ello. aspiró pro"undamente una (ltima vez y se abalanzó con todas sus "uerzas contra la pared de tablones. y adem)s mucho m)s peligrosa. :ulac levantó asustado la cabeza y percibió entre el horror y la incredulidad que todo el henil en el que 3inebra y l planeaban pasar la noche comenzaba a vencerse despacio pero ine/orablemente en su dirección. 5ero las llamas se apro/imaban. 2ab#a ca#do en una trampa. !l "uego rozó su rostro y le hizo gritar de dolor. . .enos de tres pasos m)s all). al que siguió un largo y amenazador crujido. !l (nico resultado "ue un dolor punzante en el hombro que le hizo caer al suelo. descubrió un revoltijo de maderas quemadas. aunque cada inspiración le supon#a un mayor tormento que la anterior. 5ero estaba salvado. *omprendió que iba a morir si se quedaba all# tan sólo unos instantes m)s. *uando un momento despu s. !n lugar de darse la vuelta para huir del henil a punto de derrumbarse. de llamas capaces de devorarlo todo. :e nuevo sintió un chasquido sobre l. caminó unos pasos hacia atr)s para alejarse de las llamas y se giró por "in. ascuas y llamas ondulantes de m)s de un metro de altura. ya de por s# carcomidos. !l gigantesco caballo que ten#a "rente a l no era ya m)s que una e/traña "orma cuya silueta se dilu#a en el rojo incandescente de alrededor.iró a su alrededor tratando de hallar una salida. casi se . :ulac miró el lugar donde habr#a ido a parar si hubiera huido sin m)s. y algo le golpeó la espalda con tanta "uerza que estuvo a punto de perder el conocimiento. se erig#a el muro de la posada. se encontraba la pared trasera del establo. lo intentó nuevamente. :ulac se incorporó inseguro. !l "uego hab#a debilitado todav#a m)s los pilares de sujeción. una muralla tambi n in"ranqueable. ' punto estuvo de gemir de desolación. :ulac reaccionó instintivamente y sin pensar. logró recuperar un poco de aire. 6a hac#a un buen rato que no ve#a bien. tosiendo y tratando de recuperar el aire. y a la izquierda y detr)s de l. .hab#a salvado al caballo y ahora iba a pagarlo con su propia vida. 6a no pod#a respirar y sent#a que sus "uerzas mermaban paso a paso. . !n lugar de hallarse en medio del establo en llamas. ' su alrededor todo era "uego. y en medio del caos blanco creyó reconocer por un momento el rostro de 3inebra. 6 de pronto salieron del "uego.o. el humo o la andanada de ardientes astillas pudieran con l. 5ero tal vez s#. desapareció el unicornio. un instante despu s :ulac se encontraba tambi n en un torbellino. cre#a respirar "uego l#quido. pero luego sus "uerzas le abandonaron por completo. +odo lo que le rodeaba comenzó a desaparecer de su vista. Se le estaba chamuscando el pelo pero no ten#a la energ#a su"iciente para darse palmadas y e/tinguir las llamas. !l pensamiento despertó en l un nuevo a")n de supervivencia. !n cuanto lo hubo hecho. La visión lo dotó de un #mpetu nuevo. colocó la mano sobre la silla y con las (ltimas "uerzas que le quedaban se izó sobre el lomo del animal. sent#a que estaba pró/imo a desmayarse porque el aire que trataba de respirar apenas ten#a o/#geno. que "ormó un torbellino. las llamas parec#an avanzar m)s veloces. !n ese mismo momento. pero al descubrir al unicornio junto a l. sin que las llamas. .o iba a poder soportar el dolor. y la maldita pared de madera no cedió ni unos mil#metros. calor y luces que amenazaban con abrasar sus ojos. relinchos de p)nico y llamadas de socorro. y del corazón de ese caos emergió un gigantesco caballo blanco de cuya "rente sobresal#a un cuerno retorcido de brillante mar"il blanco. su espalda chocó contra la pared de ladrillos y el joven cayó de rodillas. pero el dolor que se adueñó de su hombro "ue tan pro"undo que apenas pudo moverse. era como si le arrancaran la piel de la cara a tiras. vencido a la reina de la magia negra ni luchado contra los mejores caballeros de la +abla %edonda de 'rturo $para acabar envuelto en llamas& $'quello era rid#culo& !l destino no pod#a comportarse de una manera tan cruel con l. llamas y nieve.habr#a re#do a carcajadas. :ulac descubrió las sombras de"ormadas de unas "iguras. oyó ruido de caballos. :e pronto. :ulac se inclinó sobre su cuello y se agarró a su crin con el (ltimo aliento que le quedaba. iluminado por el "ulgor rojo de las llamas. pero ste "ormado por el viento huracanado y los cientos de copos que volaban en un vaiv n in"inito. Sin embargo.o hab#a recorrido media Britania. :ulac se tambaleó hacia atr)s. s#. !ntonces todo habr#a terminado. las cosas no pod#an terminar as#. !l animal galopó tres o cuatro pasos m)s antes de que sus manos soltaran las crines y cayera "inalmente sobre la nieve. !sta vez no se precipitó al suelo. se irguió con los dientes apretados. la "abulosa criatura saltó hacia delante a trav s del "uego. Unos segundos m)s y perder#a el equilibrio para precipitarse por encima del cuello del unicornio. :ulac se tiró de nuevo y con mayor energ#a contra la pared. . ante sus ojos el mundo estalló en una e/plosión de madera astillada. :ulac ten#a la sensación de que le ard#a todo el cuerpo en llamas. —5od#as haberlo matado —dijo 3inebra "uriosa—. chico8 —un rostro barbudo. no& —suspiró ella—. —79u 8 —Lo he visto per"ectamente —aseguró ella—. oyó chillidos de angustia. Sus ojos oscuros lo miraban preocupado —.h. el rostro de 3inebra entró en su campo de visión y el espanto que se adueñó de su mirada le hizo comprender m)s de su estado de lo que habr#a deseado. :e pronto. +raed paños limpios y nieve. a la derecha de :ulac. que le agarraron y tiraron nieve sobre l para apagar las chispas de su pelo y las llamas que hab#an prendido en sus ropas. Sean apartó a 3inebra suavemente. minutos antes. —$. . pero con energ#a1 levantó la cabeza de :ulac y observó su cara y sus manos con el ceño "runcido —. !nseguida aparecieron unas sombras a su alrededor. 2a sido lo m)s est(pido que he visto en mi vida —dijo en"adado—. $%)pido& —mientras uno de sus hermanos se daba prisa en cumplir sus órdenes. Su cara y sus manos hab#an su"rido el contacto directo del "uego. —9uer#a que desatara los caballos —dijo otra voz. 79u pretend#as corriendo directamente hacia el "uego8 —$2a sido tu hermano el que le ha empujado& —protestó 3inebra. se inclinó sobre l.. :ebemos curarle las heridas. 7!st)s herido8 :ulac quer#a negar con la cabeza. !l contacto con la nieve helada que. *uando volvió en s#. el dolor de su cara quemada1 pero segu#a sinti ndose e/tenuado. !staba mareado y los e"ectos calmantes de la nieve comenzaban a atenuarse. +(... sin embargo. . —79u es lo que has hecho.o imaginaba que se iba a tirar a ciegas contra el "uego. voces agitadas y le pareció que alguien gritaba su nombre. $:ulac& 79u te ha ocurrido8 —'hora no —dijo Sean—. y el dolor que volv#a a abrirse paso en ellas le indicaba que se no era m)s que el principio. enmarcado por una larga melena. le hab#a supuesto un tormento casi inaguantable. 5or lo menos los que pudi ramos alcanzar. tan "atigado y "alto de "uerzas que (nicamente con un es"uerzo inaudito lograba mantener los ojos abiertos. ahora calmaba. pero incluso para ese gesto se sent#a demasiado d bil1 adem)s. habr#a resultado bastante rid#culo. m)s all) de su campo de visión—. Le ha obligado a entrar en el establo. Sean levantó la cabeza de golpe. 2emos visto a ese guerrero e/tranjero y hemos salido huyendo.ientras andabas desorientado en medio de la tempestad. *on mucho cuidado para no venirse abajo ante ella. casi suplicante. .—$Basta& —la interrumpió Sean. pero entonces. 6 eran un montón —se encogió de hombros—. luego "runció la "rente —.o tienen muy buena pinta.. +ampoco :ulac comprend#a verdaderamente cómo hab#a conseguido salir de aquel in"ierno. 6 continuaba mareado. %ezaba por que no le hubiera con"esado a Sean qui n era realmente el *aballero de 5lata—. *omo por arte de magia. y luego se dio media vuelta y miró el establo con la "rente contra#da. —Un desconocido —dijo Sean—. —7+e ha sucedido algo8 3inebra iba a responder. . se dio la vuelta hacia 3inebra... —+e has perdido lo mejor —dijo Sean con rabia—. 7*ómo nuestros amigos8 —Bueno. vas a su"rir. hasta lograr ponerse de rodillas.. —+u amiga est) ilesa.bservó de nuevo las heridas de :ulac. 5ero 7dónde estabas t(8 —9uer#a ayudarla —dijo :ulac. Un caballero sobre un gigantesco caballo blanco. 7no8 —respondió Sean e hizo un movimiento de rechazo cuando :ulac iba a hablar de nuevo —. —'unque sea la mitad de malo del aspecto que tiene. Se sent#a tan e/tenuado como si hubiera corrido cien millas sin parar. algo vacilante. . Seguramente lo mejor ha sido que no estuvieras. :e verdad. 7has visto algo m)s8 —7'lgo m)s8 —repitió :ulac. :ulac sacudió la cabeza y continuó levant)ndose.. .. chico —dijo Sean atendi ndole—. —5or supuesto y mi madre es una reina inglesa —se burló Sean. Le dol#a cada hueso de su cuerpo. no hace mucho que est)bamos hablando de ellos. Los pictos. Sent#a dolor. :e eso ya hablaremos luego —decidió—. +e habr#an matado —sus ojos se estrecharon—. 0gual que. 2e sobrellevado cosas peores. 5ero no quer#a que 3inebra se preocupara por l.. pero Sean se le adelantó. 'hora tenemos que ocuparnos de sus heridas. 9u date tumbado. ech)ndole a 3inebra una mirada r)pida. :ulac se apoyó sobre los codos con los dientes apretados. —5asar) —murmuró—. —7Los pictos8 —preguntó :ulac con "also asombro. y. >olvió la cabeza y dirigió una mirada iracunda al hombre que estaba al otro lado de :ulac —. >uestros amigos han estado aqu#. —!stoy mejor —susurró—. pero no tanto como para no poder soportarlo. entonces debo de haberme desorientado en la tormenta. :e pronto estaban aqu#. La construcción segu#a ardiendo y no era di"#cil desentrañar el porqu de la perplejidad de Sean.. Luego cogió aire pro"undamente y sacudió la cabeza—. >osotros ven#s con nosotros. el resplandor puede propiciar visitas inesperadas. pero de repente su voz se entrecortó mientras a su alrededor el mundo comenzaba a girar vertiginosamente. . 'hora preocup monos de ti y luego vay)monos. ya tendremos tiempo para hablar de ello. pero haciendo notar que ten#a serias dudas al respecto. y responder a las preguntas. pero ya no se percató de que l se venc#a hacia un lado y se precipitaba sobre la nieve. *ada vez le resultaba m)s di"#cil seguir la conversación. 5or el momento est)n ocupados tratando de salvar lo que pueda quedar. —5ero. pero en cuanto acaben van a pensar en la venganza —hizo un movimiento con los hombros—. y la cabeza le daba vueltas. 5robablemente dejó la discusión por respeto al estado de :ulac. —.—. e/tendiendo los brazos en su dirección. pensativo.. 79uieres quedarte con tu amiguita. pues un instante despu s se levantó sin añadir una palabra y le gritó a su hermano que "uera de una vez a buscar las malditas vendas. La granja entera arder) en llamas y. $Lo peor ser#a que viniera una nueva horda de pictos& —5ero 7dónde quer is ir8 —murmuró :ulac. 7:e qu caballero est)s hablando8 —Si lo supiera —dijo Sean. 0ba a decirle algo. . mucho m)s.o hay <peros= que valgan —le interrumpió el irland s con aspereza—. . !l dolor de sus manos y su cara se hab#a hecho m)s intenso. bueno.o ha sido cosa nuestra —protestó d bilmente :ulac—. !l posadero est) muerto. +odav#a vio cómo 3inebra abr#a los ojos asustada. pero sus parientes no estar)n muy contentos. :ulac "ue hacia 3inebra con pasos tambaleantes. Sean se mantuvo en silencio. a pesar de la tormenta.o he visto a nadie —aseguró :ulac—. 5ero..o es que lo sienta por ese usurero.unca hemos tenido nada que ver con los pictos. —9ueremos —le corrigió Sean—. me temo. esperando que os echen la culpa del ataque y os hagan pagar por el incendio8 —75or qu 8 . oscuras. y aunque s# percib#a su calor en las manos y el rostro. . llamar a alguien para que le diera un sorbo de agua o. tan sólo hab#an transcurrido unas cuantas horas. +en#a aspecto cansado y de no haber dormido. :eb#an de haber transcurrido muchas horas. a veces bañado en sudor y gritando. +en#a la cara sucia como si no se hubiera lavado en d#as. *uando se dobló sobre l. y ten#a una sed insaciable. —5or "in te has despertado —dijo. :ulac sólo pudo asentir. +en#a las mejillas hundidas y le dio la impresión de que hab#a perdido m)s peso. pues oyó unos pasos r)pidos que se acercaban y una sombra se inclinó sobre l. Se hab#a pasado parte de la noche delirando a causa de la "iebre y. :espu s creyó recordar caras que se inclinaban sobre l. pero un segundo despu s apareció 3inebra. un sincero alivio se adueñó de ella. 9uiso decir algo. que no le proteg#a en absoluto del "r#o que se hab#a adueñado despiadadamente de su cuerpo. alguien s# pareció sentir que hab#a despertado. cuyas llamas chisporroteantes deber#an de haber bastado para atenuar el "r#o de la noche. voces que le hablaban quedamente. por eso. 'l este comenzaba a per"ilarse una raya gris en el horizonte. >olvió la cabeza con es"uerzo sobre la manta enrollada que le serv#a de almohada y miró al cielo. contrastaban con la habitual palidez de su cara. 5or "in hab#a dejado de nevar y la noche era tan clara que casi se pod#an rozar las estrellas. casi negras. Una nueva e/presión de dolor y gran preocupación se hab#a instalado en la comisura de sus labios. :ulac calculó que el sol no tardar#a m)s de media hora en salir. Sin embargo. Sin embargo. no estaba seguro de cu)les de aquellos recuerdos eran reales y cu)les producto de sus alucinaciones. sino m)s e/tenuado todav#a. pero ocultaba tal carga de dolor que casi se pod#a palpar. Se hab#a cambiado de ropa y llevaba un sencillo vestido marrón que nunca le hab#a visto. entend#a el alivio de 3inebra. pero l no se sent#a recobrado. ' muy corta distancia de l ard#a un "uego. *uando se calmó por "in. 5ero por otro lado. lo cierto es que segu#a tiritando ostensiblemente. aunque ten#a la sensación de quemarse por dentro. 5or espacio de un breve momento vio un rostro barbudo. pero ten#a la garganta tan seca que le salió un d bil gorjeo que casi acabó con sus mermadas "uerzas. pero que a veces tambi n agarraban sus brazos cuando l trataba de abo"etearlas. :esapareció antes de que pudiera reconocerle. Le ard#a la garganta y la "iebre hab#a cuarteado sus labios. 5ero hubo algo que le alarmó en el singular saludo de 3inebra. una manta que le aislara del "r#o. Unas ojeras pronunciadas. y manos que se posaban sobre su "rente y sus ardientes mejillas para aliviarle. por lo menos. pero nada tranquilo. :ulac se hundió en un sueño pro"undo. a veces balbuceando palabras sin sentido o temblando de "r#o. Su hermosa cabellera se escond#a tras un pañuelo ra#do que se hab#a anudado bajo la barbilla.- !sa noche tuvo "iebre. comenzaba a amanecer y l estaba tumbado de espaldas sobre una manta e/tendida en el mismo suelo. del que se despertaba una y otra vez. :ulac la miró desconcertado. maldito necio8 —de pronto las l)grimas asomaron a sus ojos. :e una manera absurda y carente de motivo.— :ejadme reposar algo m)s y me levantar . 7' qu se re"er#a8 —7Sabes que has estado a un paso de morir. esas palabras despertaron en :ulac cierta sensación de decepción. Si :ulac hubiera tenido la "uerza su"iciente.iró a 3inebra sin comprenderla. Sean asintió con la cabeza.. 7verdad8 —preguntó 3inebra "inalmente. 6 siempre con "iebre alta. y el gigante irland s se limitó a encogerse de hombros y sentarse de nuevo. 0ba a añadir algo m)s. yo sólo. —75uedes hablar8 —le preguntó Sean.o —murmuró :ulac. *onsiguió retenerlas. —7:e morir8 —repitió sin entender—. —!stoy bien. pero al mismo tiempo parec#a irritado. a 3inebra.o te acuerdas.. :ulac comprendió que deb#a de haber su"rido un miedo mortal por su causa... —!nseguida te dar m)s —dijo—. como si le contentara lo que hab#a visto. —*reo que sigue delirando a causa de la "iebre —murmuró Sean. —7:os d#as8 —$era imposible& . continuó. +en#a el mismo aspecto asustado y preocupado de antes y tambi n aquella e/presión de dolor. ' pesar de ello. y si no se andaba con cuidado acabar#a vomitando y echando a perder el costoso l#quido. !l agua estaba tan "r#a que en un primer momento los labios le ardieron como si se los hubiera rociado con "uego. simplemente le habr#a quitado el odre de las manos para beb rselo de una. —Susurró con una voz d bil e insegura. que convert#a su a"irmación en una broma pesada. sab#a que el irland s ten#a razón. . :ulac bebió con sorbos )vidos hasta que Sean apartó el odre con un gesto de la cabeza. :ulac siguió la trayectoria de la bolsa de piel de cabra curtida con avidez hasta que Sean la ocultó con su cuerpo1 luego miró el rostro del irland s y. Sean esbozó una sonrisa. se arrodilló junto a :ulac. 5ero 7cómo8 9uiero decir. 2ab#a padecido una "iebre muy alta durante toda la noche y lo m)s probable "uera que no hubiese bebido nada. por "in. !n varias ocasiones he cre#do que te mor#as. pero :ulac se dio cuenta de que ten#a los puños apretados en el regazo para no descubrir su temblor. pero 3inebra le hizo callar con un r)pido movimiento de su brazo. —. apro/imó el odre a sus labios y esta vez le dejó beber m)s tiempo antes de anudarlo con un gesto ostensible. Sin decir una palabra. le levantó por los hombros y le acercó un odre de agua a la boca.Se apro/imaron unos pasos y un rostro mucho m)s "eo que el de 3inebra se inclinó sobre l y lo observó seriamente y con mucha atención. ' pesar de ello. 5ero no te hace bien beber tan deprisa. —. Sin embargo. —2as estado dos d#as y dos noches inconsciente —le interrumpió 3inebra—. para ser e/actos. ninguna costra que indicara que hab#a sido pasto de las llamas. "ijó la vista en l con aquella mirada suya tan peculiar y. 7Se hab#a pasado dos d#as y dos noches delirando a causa de la "iebre8 'quello no ten#a sentido. —7*ómo dices8 —se horrorizó :ulac y autom)ticamente se llevó las manos a la cara. pero Sean dijo—La pró/ima vez que te mires en un espejo o contemples tu bello rostro re"lejado en la super"icie de un cubo de agua. 2ab#a sentido que su cabello y su ropa eran presa del "uego y s#. Si es cierto que todo lo que sabe y huele mal es bueno para la salud. y se dio cuenta de que tambi n l hab#a adelgazado. !stabas completamente quemado. en un par de ocasiones todos hemos estado seguros de que no ibas a sobrevivir. tal vez se deba a que tienes una piel de primera. pero no hab#a sido tan grave. *ontaba con que le iba a dar vueltas la cabeza. 5ero la noche pasada ten#as todav#a el aspecto de una hogaza de pan que alguien ha sacado del horno una semana m)s tarde de la cuenta y yo no hubiera dado ni un c ntimo por tu vida —sacudió la cabeza—. Si Sean y 3inebra dec#an la verdad.. 6a no entend#a nada. estaba todav#a terriblemente sediento. La notó seca y cuarteada a causa de la "iebre. —*on"irmó Sean. el irland s añadió encogi ndose de hombros-— 5or suerte no creo en la magia. +ras una breve pausa.. Se sent#a d bil y tan desvalido como un beb y. $+endr#a que acordarse& —. 5or no hablar de la rapidez con la que t( las has superado. pero no ten#a ninguna herida y. +u amiguita recolectó hierbas y con ellas elaboró un ungAento —se rió en voz baja y sin una pizca de humor —. bajando la voz. *asi tres. 6 tras echar un vistazo al cielo. aunque a :ulac no le gustó la manera en que acababa de pronunciar aquellas palabras. por descontado.. ten#a todo el derecho del mundo de encontrarse agotado y sediento1 sin embargo. —75or qu 8 —preguntó :ulac aturdido. chico —dijo Sean—. ser)s de la opinión de que no ocurrió nada. 76 por qu iban a mentirle8 Si dec#an la verdad. —.o pudo ser tan grave —murmuró :ulac mientras trataba de recordar los instantes anteriores a que el unicornio lo sacara del in"ierno que era el establo en llamas. Su piel no estaba tersa. si lo pienso bien. o eres el tipo m)s terco con el que me he topado en la vida. el rostro le ard#a a causa del calor acuciante. :ulac se giró hacia 3inebra buscando su ayuda con ojos implorantes. chico. t( ser#as la prueba m)s palpable. dijo en un tono que a :ulac no le gustó nada-— 6 en realidad tendr#as que estar muerto. pero tambi n con una mirada que le pareció llena de reproche por m)s que l no pudiera encontrar ninguna razón para ello. de signi"icado impreciso. pero ella siguió callada. Se sentó trabajosamente. triste.—6 dos noches. @am)s he visto a una persona que haya sobrevivido a quemaduras como las tuyas. +u amiga tiene razón. pero no "ue as#. —Sean sonrió. . ese remedio tuvo que serlo de veras. a pesar de que hab#a vaciado el odre casi a la mitad. se corrigió —. —79u ocurrió8 3inebra continuó callada. . :ulac.. —Si creyera en la magia. —'rrugó la "rente. no percibió ni un atisbo de las graves quemaduras de las que hab#a hablado Sean. tienes m)s suerte que cerebro. inquieta y aliviada a un tiempo. ard#a una segunda hoguera.o quer#a.. junto a :ulac1 luego se dio la vuelta —. .. !n cualquier caso parec#a que era el (nico que no dorm#a de pie. —7:os d#as8 —murmuró a(n dubitativo.o quer#as asustarme8 79ue no tuviera miedo8 —sacudió la cabeza con #mpetu —. !ra el garañón que hab#a sacado del establo. pero no para :ulac. —79u 8 —le interrumpió 3inebra. tampoco se hab#a hecho m)s cortante1 sin embargo.. chico8 :ulac dejó la pregunta sin respuesta. 2asta entonces os dejo solos.. :entro de una hora habr) salido el sol y seguiremos cabalgando. hab#a una reata con media docena de caballos1 entre ellos.o sol#a apro/imarse a gente y caballos e/traños ni dejarse atar como si "uera cualquier montura. Su voz no hab#a subido de tono. con un nuevo movimiento de hombros. igual que conoc#a la razón de aquella oscuridad en sus ojos. el poni y el unicornio. —Lo siento de veras —dijo :ulac—. hab#a un deje en ella que alertó a :ulac —. durmiendo sobre la nieve. >olvió a encogerse de hombros y echó la mano hacia atr)s para levantar el odre mientras se impulsaba para ponerse en pie. !so no era bueno. alrededor de la cual yac#an cuatro "iguras envueltas en mantas. pero :ulac lo reconoció enseguida. pero esa no era toda la verdad. 7cu)ntos pictos asesinaste8 —preguntó 3inebra. .)s all). unos animales tan magn#"icos y elegantes podr#an ser adecuados para Lancelot. :urante su huida siempre hab#a procurado que nadie viese de cerca ni al espl ndido caballo ni al unicornio. —*uando estuviste en el bosque. 7!n qu dioses crees. en la linde del bosque. —5ues b(scate un dios al que puedas agradecerle tu milagrosa curación —por un momento miró pensativo el odre que llevaba en la mano y. 2e pasado mucho miedo. el mozo de cocina. se quedó mirando a Sean. 6 todav#a se asombró m)s de que el unicornio no se hubiera mantenido apartado.los hermanos de Sean y su t#o. 5ero se negaba a aceptar que "uera miedo a l. 79u te ha pasado. *ierto que las personas corrientes no percib#an el cuerno de la criatura m)gica1 sin embargo. sino que ten#a la cabeza volteada y lo mirada con aquellos ojos suyos que mostraban inteligencia y desasosegaban a un tiempo. !l animal ya no llevaba la barda de cuero. el esbelto corcel de 3inebra. *onoc#a el signi"icado del tono amargo de su voz. pero tampoco Sean contaba con que respondiera. ' un tiro de piedra de donde estaba el "uego junto al que se hab#a despertado. pero antes de ech)rselo a la boca. !l irland s se alejaba con pasos r)pidos. negro como la noche. —2as estado a punto de morir —con"irmó 3inebra con un gesto de asentimiento —. lo su"icientemente grave para que pens)ramos en la inscripción que le #bamos a poner a tu tumba —dijo Sean lacónico—. 7.o entiendo lo que dices —respondió :ulac. . . lo dejó caer en la nieve. m)s que a cualquier otra cosa. +al vez del semental de igual tamaño. :ulac agarró el odre instintivamente y lo abrió. :ulac8 7!n qu te has trans"ormado8 —. mayor. como si quisiera advertirle de algo.iedo. a pesar de que ya hab#a asumido que 3inebra y Sean le dec#an la verdad. el *aballero de 5lata.—!n todo caso. . que ten#a a un paso de l. sin pelear8 7. 7*ómo era posible que 3inebra sintiera miedo de l8 Se acercó un poco m)s al "uego.. 5or lo menos sólo encontramos esos tres cad)veres. !l irland s hab#a regresado y estaba acuclillado a un paso de l.. sus dedos temblaban tanto que le costó un gran es"uerzo abrir el odre y el agua. Las palabras de 3inebra le hab#an golpeado como una bo"etada en la cara y el dolor no remit#a. :e pronto. mirando con una mezcla de incomprensión. se dio cuenta de que no estaba solo. sobresalto y tristeza a la princesa elba dormida.. —comenzó :ulac. *uando dejó el odre en el suelo.. —Los encontramos —dijo 3inebra—.. Levantó la cabeza y miró el rostro de Sean. !stoy muy cansada. . :ulac pasó mucho tiempo all# sentado. que hasta un instante antes le hab#a parecido la mayor e/quisitez del mundo. Sus ojos se mostraban tan duros como bolas de cristal art#sticamente pintadas—.. !ntonces. :urante un rato le devolvió la mirada con sosiego. 7para salvar a un caballo? —5ero yo. pero las llamas crepitantes no consegu#an calentar su cuerpo.. luego volvió la cabeza para observar pensativo a 3inebra.. !ran tres. 7. —>eo que ya est)s bien —dijo despacio con una voz monocorde y sin mirarle directamente todav#a—.—75ictos8 —murmuró :ulac como si no comprendiera a qu se re"er#a. sino que parec#a intensi"icarse cada vez m)s. y tambi n la m#a y la de estas personas. —+e habr#an matado. :ulac. Se apretó la capa en torno a los hombros y cerró los ojos. —. :ulac la observó perplejo mientras ella se giraba y caminaba hasta un poco m)s all). hacia la nada. —76 qu ten#a que haber hecho —se de"endió :ulac—.. 3inebra se puso en pie. disc(lpame. te habr#an hecho prisionera y llevado hasta . >amos a salir dentro de una hora y quiero dormir un poco. .i siquiera s si t( sigues siendo el que cre#a conocer.organa. para apoyarse "inalmente en el tronco de un )rbol. . La cosa era. hasta 'rturo. . 6 por muy incre#ble que le pareciera.ellos o yo. 79uieres eso8 —6a no s lo que quiero —musitó 3inebra evitando su mirada —. 'lgo se hab#a trans"ormado en su mirada. 7+endr#a que haberme dejado matar. —7!l qu 8 .atas a media docena de hombres sin misericordia y luego arriesgas tu vida.. habr#as pre"erido que hubiera huido abandon)ndote a tu destino8 —9uiz) habr#a sido lo mejor —susurró 3inebra y :ulac se dio cuenta de que temblaba—. quiz). deber#a decir Lancelot8 —levantó la cabeza con brusquedad y miró por encima de l. :ulac8 0ncluso Sean y sus hermanos ten#an miedo del *aballero de 5lata que arrasó a los pictos como si se tratase de un demonio. 3inebra —dijo :ulac—. le supo ahora amarga. pudo darse cuenta de que en el mismo momento ya estaba dormida.o se lo debes tomar en consideración —dijo por "in. casi ine/presivamente.. 79u sucede contigo. —. —de nuevo se interrumpió tratando de encontrar la manera m)s adecuada de seguir—. 6a ha pasado a menudo.aturalmente pod is montar en vuestros caballos y continuar cabalgando solos —respondió Sean con un ligero tono de burla —. —.o estoy seguro. 'hora ha llegado el momento de que t( hagas algo por ella. 'quellos hombres hab#an salvado la vida de 3inebra e. Sorprendido.o me re"er#a a eso —dijo :ulac r)pidamente—. ya lo ver)s. !s sólo que. 2ay una aldea no muy lejos de aqu# donde encontraremos re"ugio. y l sent#a en su interior que Sean era un hombre cabal a pesar de lo que se es"orzara para dar la impresión contraria. tras una nueva vacilación. . Una voz en su cabeza le advirtió de que no continuara. :ulac preguntó—75or qu 8 . 5ero no quisiera. +ienes mucha suerte de tener una persona as# a tu lado.s estoy muy agradecido por lo que hab is hecho por nosotros —dijo :ulac entre vacilaciones—. si quieres probar cu)nto tiempo m)s va a durar vuestra suerte. 2a hecho por ti todo lo que estaba en su mano. —6o.s hab is peleado.. Sean. 5ara arrancarla de tu lado habr#amos tenido que utilizar la "uerza. +ras una noche de sueño y con una comida aut ntica en el estómago. —7S#8 —preguntó Sean cuando vio que :ulac no continuaba hablando sino que bajaba la vista tratando de encontrar las palabras oportunas.o durmió ni un segundo desde que saliste de las cuadras —e/plicó Sean—. —9uiz)s. indudablemente. y los hab#an acogido.o voy a imped#rtelo.— Lo ocurrido en la posada no "ue ninguna casualidad. —Lo s —dijo Sean con tranquilidad. 7tengo razón8 :ulac se encogió de hombros.no sab#a nada de ellos. —Lo s —dijo :ulac—. y mucho m)s de lo que habr#a hecho la mayor#a. el mundo tiene un aspecto muy distinto.. 'delante. —%espondió :ulac. tambi n la de l. —7!l qu 8 —9ue gente que se ha portado bien con nosotros ha debido de pagar un precio muy alto por ello.. Las personas son as#. La joven te quiere de veras. +al vez podamos permanecer all# uno o dos d#as hasta que os hay)is repuesto los dos. . Sin embargo. —79u 8 —+en sólo un poco de paciencia —dijo Sean—. —+iene miedo —contestó Sean—. —7Llegaremos8 —preguntó :ulac. 7sabes8 ' veces muestran ira o "rialdad para no tener que sacar a relucir sus verdaderos sentimientos..—. —. pero aun as#. chico. continuó. ' lo largo del d#a llegaremos a la "rontera de *ornualles. .. +iene miedo por ti.. 5ero no comprendo lo que le ocurre. o todos. mientras se preguntaba en su interior si no le habr#a identi"icado ya. —S#. +an poco como la recompensa por vuestra captura. —. :ulac no pudo evitar sentir un estremecimiento.. —75ara qu voy a engañarte8 —dijo por "in—. t( sólo te callaste qui n era 3inebra. con el *aballero de 5lata que hab#a aniquilado a los pictos en la taberna —.o. :ulac miró a 3inebra de "orma instintiva. :ulac se quedó de una pieza.. .8 —:ulac se corrigió-— 75or qu crees que sabes qui n es8 Sean se rió en voz baja. 75orque eres un hombre #ntegro8 —!l dinero —respondió Sean— me interesa (nicamente cuando no lo tengo.o somos tan importantes. 6 si se sabe qui n es. pero Sean sacudió la cabeza mientras dec#a—. . no ha intercambiado m)s de una docena de palabras con nosotros. —!so me parece una pura mentira —respondió Sean—. .o se "#a de nosotros. gracias al unicornio.. . blanca. 'rturo ha puesto precio a vuestra cabeza. 6 yo tampoco. —75or qu sabes.o tienes por qu tener miedo.la mayor#a. 5ero tampoco me interesa especialmente. Luego hizo un movimiento de hombros y :ulac tuvo la impresión de que por debajo de la barba su boca se abr#a en una sonrisa sesgada. 5ara ser e/actos. ella no se ha delatado. —76 ahora lo tienes8 Sean se mantuvo un rato callado..o hay nadie en *amelot o en ning(n otro lugar que est dispuesto a pagar una recompensa por nosotros. Su corazón comenzó a latir m)s deprisa y sintió que su cuerpo se pon#a r#gido y su tez. 6 no puedo ech)rselo en cara despu s de todo por lo que debe de haber pasado. . chico —Sean se atusó la barba sumido en sus pensamientos—.. y que media +abla %edonda de 'rturo anda en vuestra b(squeda y que por su cabeza y la del caballero que la acompaña se paga una recompensa por la que la mayor#a de los desarrapados del mundo vender#an a su propia "amilia. —75or qu 8 —le dijo :ulac con descon"ianza. Se tocó la barbilla pensativo y miró por encima de :ulac hacia las llamas. pero no parece que sea el (nico que se interesa por vosotros. —79u signi"ica eso8 —pregunto :ulac alarmado. se llega enseguida a la conclusión de que os escapasteis juntos de *amelot. creo. . 2e dicho.—5orque estoy al tanto de qui n es tu acompañante. pero enseguida se repuso y dijo—$+odo eso ya te lo cont yo& Sean asintió serio. —Una joven de porte tan distinguido que ni siquiera puede camu"lar la ropa de alto abolengo que viste..o es di"#cil encajar todas las piezas. como si buscara en el "ulgor ondulante la respuesta a aquella pregunta. —!st)s con"undi ndote —le contradijo :ulac y sus mismas palabras le produjeron vergAenza—. Sean no se tomó la molestia de contestar. 7+e dice algo8 La descripción coincid#a por lo menos con cien personas que :ulac pudiera recordar1 sin embargo. 'unque tengo que admitir que no nos lo pusisteis nada ")cil. —7+e dijo su nombre8 —S#.o tan r)pido —respondió Sean mientras levantaba la mano tratando de apaciguarlo—.o sabes qui n te contrató8 —:ulac se rió en voz baja—. desolado1 pero lo (nico que sent#a era una perplejidad creciente.o hay ninguna di"erencia. Sean hizo que no con la cabeza. . —7Sabe..—. . *reo que ha llegado la hora de que despierte al resto de haraganes que tengo por parentela. —+al vez s# —dijo :ulac—.. 75ara qu 8 9ue :ulac y 3inebra no estuvieran amordazados no signi"icaba que no "ueran prisioneros. $. Un hombre mayor1 pelo cano.o "ue ninguna casualidad que nos encontr)ramos en esa posada —a"irmó Sean—. 'lguien nos envió para buscaros y llevaros a un lugar seguro. —' lo dicho. :ulac no ten#a la m#nima oportunidad de escapar de Sean y sus hermanos. 79u hay de malo8 —7'lguien8 79ui n8 —!so no lo s —respondió Sean. horrorizado o. y nosotros recibimos un dinero por ello. . 3inebra algo de esto8 —preguntó. —. Somos ladrones cuando toca serlo.o te burles de m#& —*laro que s qui n "ue —aceptó Sean en un tono ligeramente en"adado —. Un desconocido que nos encontramos hace meses.no se "#a de nosotros y por eso nos elude —levantó la cabeza y miró en otra dirección—. 5ero les quitamos (nicamente a los que tienen su"iciente y la mayor parte de las veces sólo aquello que ellos mismos han robado. !s cierto. 's# que no sois m)s que unos ladrones y unos cazadores de recompensas. !n realidad ya llev)bamos unos cuantos d#as tras vuestras huellas. —'cab)ramos —dijo :ulac con un tono de amargura en la voz —. Lo curioso es que deber#a estar rabioso. negó con la cabeza.. por lo menos.o me interesa nada m)s. +al vez sea la causa de que nos quedemos con vosotros o desaparezcamos. 5or lo menos en su papel de mozo de cocina.. . —Sólo si quieres —respondió Sean—.. pero con seguridad era tan "also como la historia que nos contasteis vosotros —reconoció Sean—. alto. —7. 7+e encuentras realmente mejor8 :ulac asintió..os pagó bien por el encargo. vestido lujosamente y con las maneras y el porte de un noble. —76 yo tengo que cre rmelo8 —preguntó :ulac. lo que era imposible. que a veces era tan espeso que. *omo quedó demostrado. pero eso era lo (nico que :ulac podr#a decir. as# que se habr#an dado de bruces con su propio rastro si se hubieran desorientado. 5ero cuanto m)s avanzaba el d#a. nos mantenemos alejados de caminos y senderos y procuramos dejar las menos huellas posibles —respondió :ulac enojado—. compuesto e/clusivamente por un pedazo de pan duro como una piedra y dos "inas lonchas de tocino asado. . 5ero tranquil#zate.—!ntonces podr)s hacer algo de provecho —añadió Sean con una sonrisa "ranca —. +odav#a queda un buen trecho hasta la "rontera con *ornualles. por lo que he podido veri"icar. 'vanzaban a ritmo de tortuga y :ulac tuvo m)s de una vez la impresión de que lo hac#an en c#rculo. as# que se colocó al lado de Sean. —7:e qui n huimos realmente8 —preguntó :ulac cuando el sol se apro/imaba a su c nit y la luz clareaba en el bosque. *omo no le hab#an asignado ninguna posición en el grupo. . 'y(dame a preparar el desayuno. Sean no hab#a e/agerado lo m)s m#nimo. . Saldremos en cuanto haya amanecido del todo. 'unque transitaron en dos ocasiones por caminos y uno de ellos bien consolidado a pesar de estar cubierto por la nieve. al menos por el momento no hay nadie que nos siga. —!vitamos cualquier asentamiento humano. por tanto. —5or lo que has podido veri"icar —repitió :ulac. +ras un escaso desayuno. sin contar mucho con las posibilidades de los hombres. —72uir8 —Sean le miró sin entender bien de lo que hablaba. menos seguro estaba :ulac de que "uera Sean el que guiaba al grupo.)s parec#a hacerlo el semental negro que.hab#a dejado de nevar. la mayor parte del tiempo se mov#an por el bosque. pero hubo un momento en que ya no pudo soportar m)s su silencio constante y las miradas llenas de reproche y tristeza que le enviaba regularmente. hab#a cabalgado la mayor parte del d#a junto a 3inebra. incluso en el verano y con buen tiempo. aunque el "r#o segu#a siendo abundante. 7*rees que no me doy cuenta8 —!res un buen observador —Sean bajó la cabeza con rapidez para impedir que una rama baja arañara su rostro —. +anto corceles como jinetes parec#an evitar cualquier lugar donde podr#an haberse topado con personas y optaban por dar rodeos antes que utilizar los senderos m)s sencillos que pasaban por delante de asentamientos y granjas. se abr#a camino por aquel arduo terreno. y no pasó mucho tiempo hasta que :ulac comenzara a preguntarse seriamente si no habr#a estado mucho mejor los dos d#as anteriores por m)s "iebre y alucinaciones que hubiera tenido. al principio de la columna. resultar#a di"#cil de atravesar. hacia el interior del pa#s. *abalgaban en dirección sur y. montaron en sus sillas y se pusieron en camino. 'ntes de una hora nuestro rastro habr) desaparecido. cuando habló de nuevo. sin haber llegado de ning(n sitio —sacudió la cabeza con "uerza mientras un escalo"r#o recorr#a su cuerpo —. pero el bosque segu#a en silencio. —7S#8 —*uando todo acabó.. 5ero 7sabes lo que me resultó muy raro8 —.. 2ab#a respondido demasiado deprisa como para que no pareciera nada m)s que una e/cusa vana. :ulac.o te preocupes. 5ero eran precisamente esas huellas las que preocupaban a :ulac. —. o incluso m)s temprano. Sean asintió. blanco y como muerto. —76 luego8 —preguntó :ulac. Sean hizo un movimiento con los hombros y volvió a mirar hacia atr)s en un gesto que hab#a repetido hasta la saciedad a lo largo del d#a. :e no ser por las huellas que dejaban los caballos. Si creyera en la magia. —2ay algo que no entiendo. 7*ómo iba a saberlo8 Sean tardó en contestar. tambi n habr#a tenido que borrar las huellas que yo vi. 5ronto estaremos seguros. y tambi n rastros de los dem)s. mozo de cocina —dijo. . Se mantuvo un rato en silencio y. !ncontramos tres pictos muertos. aunque :ulac no dijera nada.. Sus miradas no pasaban inadvertidas para Sean ya que. 7no crees8 Sin embargo. 0ncluso los pocos animales que no se hab#an re"ugiado en las cuevas o retirado a regiones m)s c)lidas a causa de la temprana llegada del duro invierno.—*rees que los caballeros de 'rturo podr#an estar siguiendo nuestros pasos — respondió Sean sacudiendo la cabeza —. registramos el bosque para no volver a tener sorpresas inesperadas —dijo Sean—. all# estaban. . Soy un rastreador muy bueno.. —Lo m)s probable es que la tormenta de nieve borrara sus huellas —contestó :ulac y en el mismo momento se habr#a mordido la lengua. l no dejaba de sacudir la cabeza y comentar—.o hab#a ninguna huella que saliera del bosque. aunque :ulac no habr#a sabido decir por qu . 5ero lo que vi all# no puedo entenderlo. Las huellas de una docena de hombres que aparec#an de pronto. podr#an haber pensado que estaban en un mundo jam)s hollado por el hombre. 'ntes de la llegada de la noche. —S#. :aba la impresión de que surgieron de la nada. pero cuando habló "inalmente. parec#a casi decepcionado. pre"er#an desaparecer de las pro/imidades de aquellos pro"anadores que invad#an su reino de sombras y "rialdad blanca. su voz sonó distinta. 5or lo menos eso hab#a cre#do siempre. —79u quieres decir8 —preguntó :ulac. 5ero si hubiera sido as#. 5ronto nevar) otra vez. que no pod#a hacerse a la idea todav#a de que el irland s hubiera descubierto la identidad de 3inebra.o —respondió :ulac—.o hay problema. eso es lo mismo que pens entonces. . en el bosque. —..o preguntas de qu amigo hablo. sobre todo si se piensa que ayer a estas horas estabas m)s muerto que vivo.. 7no te parece8 ... !staba "uera.. y 7qu me encuentro yo8 Una reina "ugitiva que vaga por los bosques en compañ#a de un mozo de cocina. 9uiz) lo mejor ser#a limitarse a hablar lo imprescindible con el irland s. —. pero su corazón comenzó a latir m)s deprisa. pero evitó continuar con aquella conversación. ' simple vista daba la impresión de ser un hombre tosco y sencillo. nos salva a todos el cuello y desaparece al instante —movió la cabeza con intensidad—. —5or lo menos esa es la idea que t( mismo te has hecho —le corrigió :ulac—. lo s —le interrumpió el irland s. :ulac no recordaba haber dicho nada al respecto.. 5or espacio de un segundo Sean lo miró tan desconcertado y asustado que :ulac se preguntó si no habr#a ido demasiado lejos. y seguramente de alg(n modo lo era. chico —masculló Sean entre risas—. :esapareció como si se lo hubiera tragado la tormenta.e gustas. me pongo nervioso. y te desorientaste en la tormenta y perdiste el rumbo. pero luego el irland s echó la cabeza hacia atr)s y empezó a re#r a carcajadas. !so ya es raro. y yo estar#a nervioso y no prest la su"iciente atención —añadió por "in Sean al comprender que no iba a recibir m)s respuestas. 5ero eso no evitaba que "uera muy listo. 6 cuando no comprendo algo. !s sólo algo que no comprendo. —.. 6 eso precisamente era lo que pensaba hacer. un observador muy perspicaz al que no se le pasaba nada y que no comulgaba ")cilmente con ruedas de molino. +ienes humor. 2asta ese momento se hab#a agarrado a la vana esperanza de que no lo hiciera.—... !n realidad. :ulac "ue lo su"icientemente sensato como para no decir nada m)s al respecto.e dis"rac de mozo de cocina para no llamar la atención. me has pillado —dijo :ulac imprimiendo a su voz un tono de e/agerada culpabilidad—. —6a me lo dir)s t( —respondió :ulac con antipat#a —.ada —respondió Sean—. :ulac tampoco contestó a eso. —5ero ahora mismo el mayor dilema es l. Sus hermanos lo observaron sorprendidos y 3inebra les dirigió a ambos una mirada sensiblemente preocupada. el caballero —le interrumpió Sean nada a"ectado por sus palabras anteriores —. tampoco encontr el rastro de vuestro amigo —dijo Sean—. 'rremete contra los pictos como si "uera un demonio. . 6 ahora se preguntaba en vano qu podr#a decir si el irland s continuaba d)ndole vueltas al asunto. —!st) bien. apareces t( de nuevo. —dijo Sean un rato despu s. !s muy e/traño. 6o no s lo que ocurrió. Se rió en voz baja —. pues era evidente que tanto sus silencios como sus constantes maniobras de despiste no serv#an de nada. —Seguramente tendr)s razón. !ra la primera vez que Sean le hablaba directamente del *aballero de 5lata.edia Britania busca a una reina "ugitiva y a un caballero que ha roto su promesa de lealtad a la corona. 5ero. —!n todo caso. . 6a hab#a subestimado a Sean varias veces y har#a bien en no convertirlo en una costumbre. 6 en cuanto desaparece. yo soy el caballero Lancelot. as# que :ulac se acomodó lo antes posible en la silla de nuevo y trató de tranquilizar a su montura acarici)ndole la testuz. como t( has dicho. puedes estar seguro —respondió :ulac y una voz interior le advirtió de que no dijera nada m)s. ahora que ya hab#a hablado demasiado. Lancelot du Lac. derramando tantas l)grimas que con ellas se habr#a podido llenar un lago desecado.Sacudió la cabeza mostrando una amplia sonrisa y con la palma de la mano le propinó a :ulac un "uerte golpe entre los omóplatos. —. —Sólo soy un mozo de cocina.. —. elevando la voz.o me tomes por est(pido —le cortó Sean. Sea como sea. !s. —:e acuerdo —dijo—.o me mientas —dijo Sean. 76 t( aseguras ser un sencillo mozo de cocina al que apenas conoce8 —negó con la cabeza. que te alejara de la verdad..— +( mismo lo has dicho. e/traordinariamente hermoso. :e nuevo tuvo que admitir que hab#a menospreciado a Sean otra vez. pero el timbre de su voz se hab#a vuelto m)s severo —. 'unque ya no lleve ni gualdrapa ni barda. !st) bien.. por diminuto que "uera. Lo entiendo. Se ha pasado dos d#as y dos noches junto a tu lecho. Sean iba a rebatirle. —7Su caballo8 —inmediatamente :ulac echó una mirada asustada al unicornio —. —:eja ya de decir sandeces —contestó Sean con cierta aspereza —. y la cosa se iba complicando con cada paso. —0ncluso tu nombre suena un poco como. magn#"ico y bien equipado. !l animal "abuloso resolló enojado y le echó al irland s una mirada amenazante. —7' qu te re"ieres8 . pero l añadió r)pidamente. . como para las dem)s personas de ese mundo. 7!s una casualidad8 —6a te he dicho que en realidad el *aballero de 5lata soy yo —insistió :ulac.... pensó. 4se era el problema con las mentiras. +en#a que hallar una e/cusa para contentar a Sean. 75or qu no est) su jinete con nosotros8 —!st) muy cerca. un animal como ste no se olvida ")cilmente..cuando se empezaba con ellas. 7no8 —siguió Sean—. 5ara Sean. —. :ulac.dos personas sencillas que huyen de la guerra no llaman tanto la atención como una reina y un caballero renegado. Los pensamientos bull#an en la cabeza de :ulac. montas su caballo1 eso es cierto. 5ero por lo menos con"i same qui n eres. 7%ecuerdas todav#a la primera pregunta que nos hiciste en la taberna8 Sean juntó las cejas. Segu#a sonriendo. pero ya hab#a ido demasiado lejos como para parar.o lo dudo —Sean arrugó el ceño—. pero normal. La sonrisa segu#a en sus labios. —5erseveró :ulac con tozudez. hab#a que llevarlas a t rmino.. 5ero la verdad era que en ese mismo momento el hombre se estaba jugando la vida sin ni siquiera imaginarlo.. el unicornio era un caballo normal. que le impulsó hacia delante y a punto estuvo de tirarle del unicornio.o quieres hablar de ello. pero :ulac "ue consciente de que el enojo crec#a en su interior —. —. no sabe nada al respecto —dijo :ulac—. sobre todo de cualquier cosa de la que se habla —hizo un movimiento de asentimiento—. 6o soy realmente su hermano. iban a separarse de aquellos hombres en cuanto tuvieran una oportunidad. a pesar de que su historia no pasar#a un e/amen demasiado riguroso. 'l menos por el momento. 6 tal como est)n las cosas. Sean sacudió la cabeza en señal de duda. 5ero 7qu me quieres decir con eso8 —+en#as razón.—. alguien del personal de servicio. —Un pariente en la corte.os vimos de nuevo cuando ella vino a *amelot para casarse con 'rturo. el moreno irland s cada vez se le hac#a m)s simp)tico y sent#a muy adentro que pod#a con"iar tanto en l como en sus hermanos1 sin embargo. con la cabeza gacha—. Sean parec#a creerle. —5orque no lo sabe nadie —contestó :ulac—. :ulac consiguió reprimir un suspiro de alivio. !s deseo de ella. Sin duda... meditabundo. que est) in"ormado de todo lo que ocurre en palacio. 5ero no iban a llegar tan lejos. *rec# en *amelot. tu hermana es una joven muy lista. . una decisión muy acertada. del que nadie sabe nada —dijo Sean.unca me han dicho que Lady 3inebra tuviera un hermano. —6 el rey... . pese a todo. !l joven ten#a que admitir que. Lo cierto es que sólo soy medio hermano de 3inebra. —. —>agamente —la e/presión del rostro de Sean se ensombreció —. 'unque sólo "uera para no proporcionarles m)s muerte y perdición a las personas que se portaban bien con ellos. siendo mozo de cocina realmente. 'dem)s.e preguntaste si 3inebra era mi hermana. sin ni siquiera imaginarlo —le con"irmó :ulac—. *uando comprobemos que todo est) en orden. se ergu#a una granja enorme. a no m)s de una milla de distancia. Los de all# abajo son amigos. por la que serpenteaba un r#o helado y no muy ancho. la imagen le recordó a :ulac tanto aquella horrible escena que pegó un bote.eran libres. pero no pudo reconocer nada m)s que lo que llevaba viendo durante todo el d#a. pero tal vez jam)s podr#an volver. :e todas las chimeneas sal#a un humo gris. de ligera pendiente. —5rimero iremos 5atricB y yo solos —in"ormó—.o temas —dijo Sean de inmediato—. rodeada por un muro de la altura de un hombre. 6 sin perjuicio de lo que acababa de decir. —!s all# —Sean tiró de las riendas de su caballo mientras levantaba la mano izquierda para señalar hacia delante.o os dej is ver. ser#a lo m)s acertado. y )rboles cuyas ramas se doblegaban bajo la blanca carga. a vivir junto a las personas. tambi n Sean parec#a tener similares pensamientos. sin ser apresados. en medio de la nieve y el hielo y sin m)s cobijo que una techumbre de hojas. . !n la orilla contraria. meditó. pero el irland s se rió animoso y cabalgó algo m)s deprisa. 5or "in. y deber#an pasar el resto de sus d#as perseguidos y en soledad. 5robablemente sa era verdaderamente la maldición que les hab#a in"ligido . :ulac no dudaba de que esa propiedad perteneciera a unos amigos del irland s. s#. pero sa no era prueba su"iciente de que en ese momento concreto estuviera habitada por sus leg#timos moradores. en principio tan pac#"ica. e hizo un movimiento instintivo que parec#a querer indicarle al unicornio que diera marcha atr)s para internarse en el bosque de nuevo. pues contempló pensativo aquella imagen. que proteg#a tambi n algunas casas m)s. y la primera y (nica vez que se hab#an apartado de esa norma hab#a terminado en una verdadera cat)stro"e.espesura.organa. la "inca se di"erenciaba por completo de la posada en la que se hab#an encontrado con Sean y sus hermanos.as all) de la hacienda. . :ulac pudo comprobar que Sean ten#a razón. 'nte ellos el bosque conclu#a en una planicie cubierta de nieve. sobresaltado. tras abrirse camino es"orzadamente entre los matojos. Los dem)s aguardar is aqu#. vislumbró una pradera cercada en la que pac#an un puñado de vacas esquel ticas. y despu s dio la vuelta a su caballo y cabalgó un trecho hasta el abrigo del bosque. La tarde estaba tan avanzada que :ulac empezaba ya a hacerse a la idea de que iban a pasar otra noche a la intemperie. . —. :ulac tambi n se detuvo y miró en la dirección indicada. +al vez./ +ardaron bastante m)s de lo que Sean hab#a pronosticado en alcanzar su meta. !n las (ltimas semanas hab#an evitado lo m)s posible cualquier enclave humano o la cercan#a de otros viajeros. vendr a buscaros. !chó una mirada dubitativa a Sean. que el hielo y la nieve hab#a trans"ormado en un muro macizo de brillante y r#gida "rialdad. 'unque por el tamaño como por el tipo de construcción. *on la e/cepción de Sean y del menor de sus hermanos. 5ero tambi n mostraba signos de palidez y parec#a e/hausta. junto a un )rbol.unca me habr#a quedado con 'rturo. 3inebra tuvo que o#r el ruido de sus pisadas en la nieve y seguramente tambi n su respiración. Sin embargo. *ontra el blanco deslumbrante de la llanura cubierta de nieve. . 3inebra —murmuró l.. 9uiz) las cosas se precipitaran porque t( estabas all#. . pero permaneció indeciso junto al unicornio.o habr#as podido cambiar nada. lo siento. luego apartó el brazo. ?ue sólo un pequeño movimiento. +al vez la que mejor aguantaba era 3inebra. a pesar de que Sean hab#a asegurado que desde el ataque apenas hab#a pegado ojo. como si presintiera un peligro. pero deb#a de ser mucho. a :ulac no le sorprend#a el hecho de que todo su cuerpo temblara de debilidad y tuviera la sensación de que las piernas no iban a sujetarlo mucho m)s. para dormirse en ese mismo momento. %eunió todo su arrojo. dos o tres segundos m)s tarde. 5ero tampoco a los irlandeses parec#a irles mejor. la mano izquierda a(n en las riendas. !l "r#o dibujaba el vaho de su aliento sobre su cara y le temblaban las manos ligeramente. aunque las hab#a cerrado en sendos puños que oprim#a contra sus muslos. +al vez una temporada. apoyó la nuca contra el tronco y cerró los ojos. tal vez un re"lejo que no pudo evitar. su silueta se mostraba m)s quebradiza y esbelta que nunca y :ulac recordó dolorosamente las palabras de Sean. . por lo visto. +ras pasar dos d#as y dos noches consumido por la "iebre. dio un paso para ponerse al lado de 3inebra y le rozó el brazo con su mano. !l t#o de Sean se dejó caer inmediatamente al suelo. pero yo no habr#a permanecido toda mi vida a su lado —sonrió con tristeza—.o tendr#a que haber permitido que las cosas llegaran tan lejos. que todav#a era algo irregular. Sin embargo. cr eme. :ulac. no se hab#a sentado como los dem)s. soltó las riendas del unicornio. !l animal estaba intranquilo. observando la granja y el r#o. :ulac tambi n desmontó. —Sin m#. +en#an los rostros macilentos a causa de la "atiga y sus movimientos eran torpes y nerviosos.o es culpa tuya. conquistado desde tiempo atr)s por la nieve y el hielo. . —!so no es cierto —contestó 3inebra—. —Lo. :ulac permaneció largo rato tras ella. *omo ocurr#a con todos.o tendr#a que haberme casado con l. :esconoc#a cu)nto tiempo llevaban esos hombres en camino. golpeaba la nieve con los cascos delanteros y giraba la cabeza una y otra vez a izquierda y derecha. seguir#as siendo la reina de *amelot —respondió l—.o contaba con una respuesta. los dem)s se apearon de las sillas. hasta que comprendió que no iba a ser la primera en tomar la palabra. pero no se volvió hacia l. :ulac. Si hay alguien a quien tenga que echarle algo en . :urante una mil sima de segundo ella no reaccionó. la siguió y se quedó a medio paso de ella. sino que hab#a seguido a Sean y a su hermano hasta el bosque y ahora estaba a cubierto de los (ltimos matorrales.Se ha pasado dos días y dos noches junto a tu lecho derramando tantas l!grimas que con ellas se habría podido llenar un lago desecado. . 6 los otros dos hermanos se pusieron tambi n lo m)s cómodos que permit#a aquel bosque helado. —. 6 :ulac se preguntó de pronto dónde se habr#an encontrado con el e/traño que les hab#a hecho seguir su pista. +al vez "uera sólo cansancio. >acilando.. y sin embargo le hizo tanto daño como si le hubiera abo"eteado el rostro. aunque de alg(n modo dejó entrever que adivinaba su presencia. en silencio. ella giró despacio la cabeza y lo miró a los ojos. .. +ratando de mitigar el temblor de su voz. :ulac se estremeció como si una cortina de hielo cayera sobre l — es un caballero. —. :ulac. . 6a hace d#as. estaba siempre dispuesto a ayudar y a gastar bromas. igual que el calabozo de *amelot nada tiene que ver con estos bosques y con las personas que en ellos moran.alagon —aceptó 3inebra al mismo tiempo que negaba con la cabeza—. 6 si no recuerdo mal. pero 3inebra sacudió la cabeza y lo obligó a mantenerse callado. —Sabes que no lo deseas en realidad —dijo l—. ya no eres el mismo que cuando te conoc# —terminó ella la "rase. 5ero yo ya no estoy segura de que sea el mismo del que me enamor .. 2ace tan solo un año que s qui n soy realmente.uestra raza estaba aqu# mucho antes que la de ellos.an . 75or qu no puede suceder lo mismo con las razas8 —sacudió la cabeza—. —79u quieres decir con eso8 —murmuró :ulac.adie me preguntó si quer#a venir aqu#. tal vez el m)s "uerte de todos. +al vez deber#amos regresar a casa.. pero hubiera muerto en el intento. :ulac tuvo que hacer un es"uerzo para evitar que las l)grimas a"loraran a sus ojos. Las personas mueren para dejarles espacio a las pró/imas generaciones. ' pesar de ello. al sonido de aquel nombre. +en#a que procurar que su ira no alcanzara a 3inebra. musitó—:ulac no te habr#a podido salvar del "uego. Se re#a a gusto. —5ero es tan nuestro como de los humanos —protestó :ulac—.o pertenecemos a este lugar. es que te gustó8 —!stuve en las mazmorras de . a ti te pasó algo muy parecido.cara es a m# misma —su sonrisa se hizo todav#a m)s amarga—. amaba a las personas y a la vida. 6o. :ulac. y un hombre recto. :ulac.. ni yo. Les he causado dolor y muerte a todos los que se han cruzado en mi camino. —:ijo el joven en voz algo m)s alta y con un tono tan duro que l mismo se obligó a dominarse. estaban otros1 y antes que ellos. :ulac.organa no es la +ir . añadió-— 6o era una criatura cuando me trajeron aqu#. !s un caballero valeroso. 6a hace mucho que este mundo no nos pertenece. —. . +( estuviste all#. —$+onter#as& —la contradijo :ulac—. !n voz muy baja y sin mirarle directamente a los ojos. La "ortaleza negra de . —:ulac iba a rebatirle de nuevo. —6 antes que nosotros. 76a lo has olvidado8 7. Seguro que lo habr#a intentado.g. ni 'rturo.o pertenecemos a este mundo. prosiguió-— 2e pensado mucho en ello. otros m)s —le rebatió 3inebra—. 'l lugar al que pertenecemos. +al vez sea se el devenir de la naturaleza. +ambi n a ti. —!l :ulac con el que me encontr en *amelot hace un año —contestó 3inebra — era otro. La mayor#a de los nuestros se ha dado cuenta y se ha marchado por eso. . —5ero ahora ya no somos niños —respondió 3inebra—. como 'rturo y todos sus hombres. y t( tambi n. que se la merec#a menos que nadie. . —76 el :ulac que ahora tienes "rente a ti8 —"ancelot —le corrigió 3inebra y.i t(. :e pronto. Sin embargo. —5ero la +ir . despacio y sin mirarle directamente. +al vez. —2ay una manera —le contradijo ella. —5ertenecemos all#. incluso. y en aquella isla se sentir#an tan e/traños como aqu#.. pero tambi n aquel bosque hechizado. 6 sa era la razón por la que sab#a que 3inebra se equivocaba. 3inebra y l pod#an haber nacido all#. Los sótanos oscuros de . Sus palabras quemaban como "lechas envenenadas. 5od#a entender su esperanza vana y habr#a dado cualquier cosa por compartirla. 2ab#a sido la primera vez que hab#a echado una mirada al otro mundo. pero sab#a que carec#a de sentido. :agda lo sab#a.an .un ser que a pesar de toda su amabilidad le hab#a resultado tan e/traño y absurdo que todav#a se le erizaba la piel al pensar en l. ' :agda y el e/traño libro que encontramos en su cuarto.o lo hab#a dicho para hacerle daño sino porque era verdad. ' eso no hab#a nada m)s que añadir. 4l hab#a estado en el otro mundo. lleno de el"os.g. se re"er#a..g. Su esperanza y su deseo hab#an nacido de la desolación y de un miedo ilimitado y quiz) esa esperanza era lo (nico que le daba la "uerza para proseguir. :ulac1 no aqu# —susurró 3inebra—. 7*ómo iba a olvidar esa impresión8 'sintió. dos. pero no tuvo la "uerza su"iciente para mantenerle a ella la mirada.o en ese momento.—5ero :ulac tampoco habr#a matado a ning(n hombre que hubiera suplicado por su vida —respondió ella. —%ecuerdo a menudo nuestra primera noche juntos en *amelot —siguió 3inebra un rato m)s tarde. pero luego un escalo"r#o . no se atrevió a llevarle la contraria. —6a no hay posibilidad de desandar el camino —dijo. en el valle —. —Ser#a una posibilidad —dijo 3inebra—. 6a lo hicimos una vez. s#.g contin(a e/istiendo —a"irmó ella. !n un primer momento no entendió a qu recorrió su espalda. La +ir . 7+e acuerdas8 7Si se acordaba8 >aya pregunta. —:agda est) muerto —dijo :ulac. Se hab#a trans"ormado y no era sólo porque hubiera madurado y aprendido a de"enderse y luchar por su vida. y en lo m)s pro"undo de s# mismo sintió que ten#a razón. y recordaba demasiado bien la e/periencia.an . a la realidad que hab#a m)s all) de la realidad. 'unque no le miraba directamente. 3inebra se con"und#a. Se hab#a vuelto de espaldas y observaba el conjunto de casitas de juguete diseminado abajo. :ulac pudo darse cuenta de que tambi n ella hac#a es"uerzos para no llorar. —.o querr)s decir que. pero s# seguir#an condenados a la soledad eterna. +al vez no los persiguieran ni sintieran la constante necesidad de huir. pero hab#an crecido en el mundo de los humanos. +(. despu s. la 0sla de los 0nmortales.an . la 0sla de los 0nmortales que era el hogar de ambos. *reo que si hubi ramos con"iado en l entonces.. . en la +ir . de los mortales. y recordaba al niño elbo con el que hab#a hablado.alagon. :ulac consiguió dominar las l)grimas y adoptar la e/presión de una m)scara impenetrable. .. l nos habr#a ayudado. hadas y otras criaturas m)gicas. — 'dem)s. . !l su"iciente para que :ulac comenzara a preocuparse. —+odo est) en orden —gritó—. una eternidad despu s.o hab#a nada sospechoso en aquella imagen ni tampoco en el tono de voz de 5atricB. 3inebra "ue en el acto hacia su caballo. 5ero. —+endr)s que aceptar que me han salvado la vida.o hab#a muchos argumentos con los que pudiera en"rentar aquellas palabras. 3inebra no respondió. 9uiz) la (nica manera de no perder la esperanza era ignorar sus palabras. La imagen de abajo parec#a tan pac#"ica que le hac#a descon"iar y cuando.—.o era Sean. nuestros nuevos amigos seguro que no estar#an de acuerdo. por lo menos.o me "#o de ellos. . la impresión de que all) abajo las cosas no estaban en orden iba intensi"ic)ndose m)s y m)s dentro de l. juntos. y eso ya es m)s de lo que puedo decir de la mayor parte de los hombres con los que nos hemos cruzado en estas (ltimas semanas. hacia la granja tan aparentemente tranquila. —5orque les van a pagar por ello —dijo 3inebra desdeñosa—. . se descubrió a s# mismo con el corazón acelerado y un temor creciente hasta que el jinete se hubo acercado lo bastante para reconocerlo. algo peor. pero :ulac se quedó unos segundos quieto y miró m)s all) de 5atricB. aguardando que Sean o su hermano regresaran. 5asó un buen rato. —5or no hablar de que aquello supondr#a cabalgar de nuevo en dirección a *amelot y caer en las garras de todas las huestes de perseguidores que 'rturo hab#a mandado tras ellos. 5or supuesto que no. —7'migos8 —. 6. un punto diminuto se desgarró del per#metro cercado y comenzó a apro/imarse por el mismo camino que hab#an tomado ellos antes. no parecen ser nuestros enemigos.o s si lo son —admitió—. 6a no dijo nada m)s. .ecesitar#amos meses para llegar all#.alagon se halla casi al otro lado del pa#s —dijo—. . sin embargo. que se encontraba agotado y nervioso. por eso :ulac añadió. —Son bergantes y bandidos —le rebatió 3inebra—. *ómo iba a decirle a 3inebra que estaba demasiado cansado para pelear y salir huyendo. !l irland s ven#a a galope tendido y "renó su caballo con tanta brusquedad "rente a la linde del bosque que el animal se espantó y comenzó a caracolear en el sitio. seguro que ella no deseaba tener de nuevo a ese :ulac. desde luego. que se sent#a "eliz de haberse topado por "in con un hombre que tomaba las decisiones por l. 5od is venir. sino su hermano 5atricB. ' pesar de lo que ella hubiera dicho sobre las di"erencias que hab#a entre :ulac y Lancelot. 5ero tal vez le sucediera lo mismo que al irland s.ada m)s. 9ue tuviera la impresión de poder con"iar en Sean no era. y se quedaron en silencio. . ninguna prueba de la rectitud del irland s. Seguramente vivos e ilesos valemos mucho m)s que muertos. . ni un temblor en sus manos o en su mirada —salvo el provocado por el cansancio — que pudiera delatarlo. 3inebra echó una mirada r)pida a los irlandeses por encima del hombro y "runció el ceño. . :esde hac#a m)s de un mes no hab#a nada que deseara m)s que dejase de nevar y el sol volviera a brillar. !ntretanto. . .+ras un (ltimo titubeo. se montó sobre la silla del unicornio y condujo al animal junto al corcel de 3inebra. que llevaba un buen rato tan pro"undamente dormido como una marmota. para mayor escarnio.o pasó ni un minuto antes de que abandonaran el bosque y se pusieran en camino hacia el r#o. se habr#a hasta re#do. :e la nieve de la que hab#a hablado Sean no hab#a ni la m)s m#nima sombra. 'unque tal vez se tratase tan sólo de la naturaleza de ese mundo. :ulac descubrió con desagrado que se hab#a producido una brecha en la malezael rastro que sus caballos hab#an dejado en la nieve era tan ancho que probablemente podr#a verse desde m)s de una milla de distancia. y ahora se cumpl#a su deseo en el (nico momento en que realmente no pod#a aprovecharlo1 como si. optó por volverse tambi n. !l t#o de Sean. se puso en pie con un movimiento en rgico y montó igualmente. Si sus pensamientos no le hubieran provocado tanta desazón. la naturaleza se hubiera puesto tambi n del lado de sus enemigos. *on los ojos entornados escudriñó el cielo. tambi n los otros dos hermanos se hab#an sentado sobre los lomos de sus caballos. +al vez por primera vez tras semanas se hallaba sin ninguna nube y de un azul reluciente. *on tremendo cuidado para no despertarla se separó algo de ella. y su sola imagen bastó para que a :ulac se le doblasen las piernas y comenzaran a pesarle como el plomo. 5robablemente 3inebra le degollar#a vivo por haberse marchado sin ella. el sol penetraba por la estrecha ventana y tuvo la sensación de que hab#a dormido de #erdad tras meses de no hacerlo. bajó las piernas poco a poco y se levantó.0 5or mucho que la visión de la hacienda les recordara a 3inebra y a :ulac el horror pasado. :eb#a de arder un buen "uego en el hogar. Sólo entonces levantó los p)rpados. tanto :ulac como 3inebra estaban demasiado e/tenuados como para echar m)s que una mirada huidiza a su alrededor y percibir realmente que sus nuevos amigos eran recibidos all# con los brazos abiertos. !ra primordial que recuperara todo el sueño que pudiera. pero :ulac no hab#a olvidado lo que Sean le hab#a relatado sobre cómo le hab#a velado en su en"ermedad. del calor de la manta bajo la que se cobijaba y de la recon"ortante luz del sol que acariciaba su cara. . se hab#a envuelto tanto con la manta que apenas le hab#a dejado un trozo para l. +umbada a su lado en el estrecho lecho. pero cuando se espabiló del todo. envolvi ndose todav#a m)s con la manta. ' la mañana siguiente no recordaba cómo hab#a llegado hasta all#. :esde luego. 3inebra se agitó en sueños y por un momento l temió haberla despertado. ten#an que reconocer que su interior estaba a años luz de la mugrienta posada en la que hab#an conocido a Sean y a sus hermanos. una risa de vez en cuando y tintineo de platos1 sintió el aroma del tocino asado y de una sopa que provocó que la boca se le hiciera agua aun antes de abrir los ojos del todo. en que "inalmente estaba tumbado sobre una verdadera cama y era la primera noche tras una eternidad en la que se hab#a atrevido a cerrar los ojos sin el temor de que una alimaña se echara sobre l. pero que en aquel instante le pareció tan suave y lujoso como si estuviera hecho con el lino m)s preciado — y durante largo tiempo contempló en silencio el rostro de 3inebra. pero ella se giró del otro lado. +ampoco lo hizo enseguida. tal vez. pero su respiración era tranquila y :ulac no pudo recordar cu)ndo hab#a sido la (ltima vez que la hab#a visto dormir tan apaciguadamente. el miedo a morir congelado o el pensamiento de que el "ilo de la espada de uno de sus perseguidores pudiera clavarse en su garganta. sino que dis"rutó por unos momentos de aquel sentimiento nuevo de languidez que se hab#a e/tendido por sus miembros. !l motivo resid#a. luego se inclinó para recoger sus botas. sino un verdadero cuarto con una verdadera cama. volvió la cabeza sobre la almohada —que no era en realidad m)s que un saco relleno de paja. 2ac#a calor. se deslizó de puntillas hacia la puerta de la pequeña habitación y salió de all# sin hacer el menor ruido. y oyó voces apagadas. :ulac permaneció quieto un breve espacio de tiempo. Sin embargo. Segu#a tan p)lida como el d#a anterior. el re"ugio nocturno que se les o"reció no era ning(n desangelado henil cubierto de paja. sino una casa limpia y cómoda. y tambi n el tentador aroma de la comida proven#an de all#. por no decir que llevaba un delantal de cuero igual al suyo. chico —le invitó con un gesto de la mano izquierda mientras que con la derecha alcanzaba una silla libre de la mesa vecina —. 5or una razón que l mismo no pudo e/plicarse sintió de pronto malestar ante la idea de presentarse de nuevo ante los irlandeses. —. :ulac las ignoró y "ue hacia la que se encontraba al otro lado del pasillo.uestro hu sped se ha despertado —dijo mientras le hac#a un guiño de complicidad—. 5ero eso "ue todo. que terminaba tras unos veinte pasos en una empinada escalera. Sin embargo.aquella construcción no era una desastrada tabernucha. as# que :ulac no desperdició m)s tiempo y corrió hacia abajo. y no los ojos de un usurero. —!s. S#rvete. como si supiera algo de lo que :ulac no ten#a ni la mas remota idea. 2ay de sobra. y para m)s casualidad tras el mostrador se encontraba un hombre cuya estatura y corpulencia le hac#an semejar hermano del anterior posadero. 6 as# corroboró su primera impresión.o hab#a mucho por descubrir. 'dem)s. Si no se equivocaba. >io el mismo tipo de sillas y mesas sencillas. . Sólo que ste estaba limpio y no reluc#a a causa de las manchas de tocino rancio. Sean sonre#a maliciosamente. igual que tres d#as antes. las carcajadas y el sonido de cacharros se hicieron m)s n#tidos y vio sombras en movimiento a trav s de la rendija. eran Sean y sus hermanos los que conversaban tras la puerta en tono entretenido. se acallaron todas las conversaciones y no sólo las caras de los irlandeses se giraron hacia l. Las voces. el hombre ten#a una e/presión "ranca y amable. La escalera se plegaba dos veces sobre s# misma hasta alcanzar un nuevo corredor. Su mirada vagó del rostro del posadero al de Sean. una vez que se hubo alejado unos pasos. 5ero. 0ncluso la chimenea.. !n aquel lugar todo estaba aseado y en orden.6a en el pasillo. Si no pod#a e/plicarse aquella alegr#a mani"iesta en los ojos del tabernero. en la que ard#a un con"ortable "uego. aunque tambi n ten#a detalles distintos. jalonado por media docena de pequeñas puertas de aspecto sólido. 'nte l se e/tend#a una sala que casi podr#a con"undirse con la taberna de tres d#as antes. dialogando en tono alto y risueño mientras se pasaban las jarras de cerveza y se serv#an carne asada. 6 me imagino que est)is hambriento. pan y verduras hervidas de las bandejas apiladas "rente a ellos. la di"erencia mayor era la atmós"era de alegr#a que reinaba en el ambiente y la "alta de cualquier signo de amenaza. que estaba entreabierta. todav#a le dejaban m)s atónito las e/presivas muestras del irland s. pero lo apartó de su pensamiento. las risas. tambi n el posadero se volvió en su dirección y lo miró con una curiosidad nada disimulada. tras la barra el hombre dio un paso adelante y su rollizo rostro se abrió en un ancha sonrisa que le hizo parecer de improviso diez años m)s joven y borró los (ltimos resquemores de :ulac. —Si ntate con nosotros. cierto —respondió :ulac desconcertado. sin ventanas. !n vez de recibirle malhumorado.cuando :ulac penetró en la estancia. Las voces. 6 ocurrió algo todav#a m)s sorprendentemente similar. caminó en rgicamente y traspasó el umbral. y un mostrador de madera r(stica muy similar. se puso las botas y se tomó tiempo para observar a su alrededor con curiosidad. . parec#a estar situada en el mismo sitio.. +ienes que estar muerto de hambre.la puerta se hallaba al "inal de un corredor estrecho. all# estaban sentados Sean y sus hermanos alrededor de una mesa. Sus heridas podr#an estar curadas. pero no lo mordió. Sólo entonces comprendió cómo se estaba comportando y la visión tan lamentable que o"rec#a a los dem)s. sirvió una jarra de cerveza y se la pasó a :ulac. —7Seguro8 —se cercioró :ulac—. 5or "in se sintió tan lleno que "ue incapaz de deglutir nada m)s. se hab#a acostumbrado desde niño a su sabor y a sus e"ectos1 durante su poca de mozo de cocina y servidor en *amelot hab#a asombrado a varios caballeros ilustres demostr)ndoles la cantidad que era capaz de trasegar sin ninguna consecuencia. . :ulac tomó la jarra con vergAenza. aumentó todav#a m)s el tamaño de la sonrisa del irland s — y sus piernas se pusieron en marcha sin ni siquiera pedirle consentimiento. tragaba. —7+enemos tiempo8 —:ebemos hablar de muchas cosas —respondió Sean sacudiendo los hombros —. Sin decir una palabra. Si bien Sean segu#a sonriendo de oreja a oreja. sus "acciones se mostraban m)s templadas. llevaban semanas de privaciones y hab#a sobrevivido de milagro a unas grav#simas quemaduras. *on avidez se met#a en la boca a puñados todo lo que era capaz de coger con los dedos. . si a l le resultó vergonzante. !mpezó a toser. Se sentó.o te preocupes. 7!stamos aqu#. 'l haber crecido en una posada y ser la cerveza la bebida m)s económica despu s del agua —y +ander el mayor tacaño que e/ist#a —. !so hizo que se sintiera compungido y mirara a su alrededor con cierto desamparo. hay su"iciente. pero el dueño de la posada comprendió de qu hablaba. Sin embargo.. as# que se propuso andarse con ojo. La comida pasar) mejor. por supuesto. !ra consciente de que no sólo sus amigos irlandeses sino tambi n el posadero lo observaban sin ning(n miramiento.. sino que contempló primero a Sean. Se propuso tomar aquella cerveza y pedirle despu s al tabernero una jarra de agua.!l primer impulso de :ulac habr#a sido poner ciertos reparos ante la invitación. +ienes que estar tan hambriento como un lobo.8 —no siguió porque no quer#a poner al tabernero en un compromiso ni intranquilizar innecesariamente a Sean y a sus hermanos. 6 por muy agradable que hubiera sido la sorpresa de aquella mañana. tragó de una vez la porción e/cesivamente grande que ten#a en la boca y.. pero sin hacer demasiadas porquer#as logró mantener en la boca la mayor parte de la comida1 azorado. cogió un pedazo de pan. —+en —dijo—. agarraba una nueva loncha de tocino. 9uiero decir. se limpió los labios con el dorso de la mano e inmediatamente tomó un nuevo y abundante trago. Sus tripas crujieron ostensiblemente —lo que. se atragantó. :ulac hab#a aprendido siempre a contar con lo peor. pero le daba e/actamente igual. 5ero no hay prisa. pero la sola visión de los manjares apilados ante Sean y sus hermanos hizo que la boca se le hiciera agua de nuevo. :eber#as comer m)s despacio para que no te siente mal. pero l no se sent#a todav#a a pleno rendimiento. luego al orondo posadero y de nuevo al irland s con mirada interrogativa. se la empujaba hasta la garganta. !"ectivamente. La cerveza era "uerte y amarga y unos segundos despu s ya notó que el alcohol se le sub#a ligeramente a la cabeza. e/tendió la mano hacia el plato que Sean le pasó por encima de la mesa y comenzó a comer con ansia.. —+oma todo lo que quieras —le invitó Sean—. comiendo. *ómo habr#a deseado creerlo. 5ero 7seguridad8 +al como estaban las cosas. —Saben qui nes sois.8 —:ulac se sobresaltó tanto que no "ue capaz de disimularlo del todo. pero poco a poco logró contenerse. Su cabeza se volvió a un lado y miró a Sean. pero sus intestinos comenzaron a regurgitar y no iba a hacerse ning(n "avor si se saciaba tanto como para no poder mantener aquellos codiciados alimentos dentro de su estómago. miró a :ulac como si esperara algo determinado de l y preguntó "inalmente—0magino que Lady 3inebra contin(a dormida. !n lo que se re"er#a a los amigos a estas alturas ya no dudaba de ello. Somos amigos. *uando el plato que Sean le hab#a pasado estuvo vac#o. +odav#a com#a muy deprisa. pero ste sólo dio un paso atr)s. 5or no hablar de la molestia que conllevaba. Se limitó a decir que no con la cabeza y esperó a que el hombre se marchara. >uestro secreto est) a salvo con nosotros. pero :ulac se apresuró a negar con la cabeza y pidió una jarra de agua. continuaba sintiendo un agujero en el estómago... !s m)s.. —5or supuesto.. joven señor —dijo el hombre con rapidez —. Sin embargo. :ar orden a mi mujer de que prepare un baño. *uando Lady 3inebra se levante. —¿"ady. !nviar a la criada inmediatamente a buscarla. se obligaba a masticar concienzudamente antes de tragar. negó con la cabeza al ver que el irland s le señalaba con mirada interrogativa una nueva porción. pero el irland s sólo hizo un gesto de resignación con ambas manos. . joven señor —dijo el otro con diligencia —. joven señor —le con"irmó—.o teng)is miedo. . !stas buenas personas han reconocido a tu hermana aun antes de que se apeara del caballo —y le imprimió un tono a la palabra <hermana= que alarmó a :ulac. !l tabernero recogió los platos vac#os y "ue a llenar sus vasos. 7:ese)is algo m)s8 La solicitud del posadero cada vez causaba m)s e/trañeza en :ulac. pero ya no engull#a. el hambre se hab#a acuciado antes que menguar. !ra la primera comida aut ntica que recib#a en semanas y ya casi hab#a olvidado el lujo incre#ble que supon#an unos manjares as# en pleno invierno. 7*ómo has podido. en aquellos momentos para 3inebra y para l no deb#a de e/istir ni un solo lugar seguro en el mundo. 's# que se contentó con echarle a Sean una mirada todav#a m)s enojada y luego se volvió hacia el tabernero con una e/presión tan inquisitiva como insegura.adie sabe que os hall)is aqu# y nadie va a descubrirlo si vos no lo quer is —dio un paso hacia atr)s. chico —le interrumpió Sean—. —.. Le daba la impresión de que.—'qu# est)is seguros. se dio la vuelta y se paró a medio camino —. con toda seguridad querr) re"rescarse tras el largo viaje.8 —!stamos en *ornualles. Sus tripas volvieron a quejarse con un crujido evidente y :ulac decidió capitular y en los siguientes diez minutos no hizo nada m)s que concentrarse en la comida.. —7+e has vuelto loco8 —gruñó :ulac—. 6 al casarse 3inebra con 'rturo. sin embargo. pero por muy incre#ble que le pareciera a l mismo. —79u acertijos. no inclu#a ni un )pice de temor—. —!n el papel. —6 antes era la esposa del rey Uther —añadió Sean con un gesto de asentimiento. pero luego sacudió la cabeza con pesar. 'unque :ulac lo hab#a conocido desde otro prisma tambi n. incluso. *r eme. *laro que lo sab#a. 'hora *ornualles pertenece tambi n a 'rturo. —7*on"#as en l8 —'yer todav#a no habr#a estado muy seguro de qu decirte —la sonrisa hab#a desaparecido del rostro de Sean para dejar paso a una e/presión de seriedad que. —Uther est) muerto —dijo—. :eja de hablarme con —2abr#a sido m)s ")cil para nosotros que nos hubieras dicho inmediatamente qui n era tu hermana —dijo Sean. signi"ica eso8 —preguntó :ulac indignado—. cabeza de chorlito8 $Uther& !l señor de +intagel. 5ero sab#a que no era as#. —7!s posible que no sepas nada. dicho sea de paso. 9u gustosamente se habr#a dado :ulac a la esperanza de que le asist#a la razón. despiadado e inmisericorde. otro prisma que no quer#a aceptar. —'s# que quer is quedaros aqu# —murmuró. el rey de *ornualles. se limpió con el dorso de la mano la espuma de la . puede —dijo Sean despectivamente y señaló con la cabeza en la dirección por la que hab#a desaparecido el posadero —. y sin duda lo era. a que la cerrara1 luego se giró hacia Sean y lo taladró con la mirada. ' :ulac no le quedó otra que contemplar al irland s absolutamente perplejo. aqu# est)is seguros. —768 Sean suspiró torciendo la mirada. La mayor#a de las personas ve#an en 'rturo a un rey justo y generoso. 6. 5or un instante una esperanza loca y una alegr#a tan loca como pasajera se adueñó de l. —5ero ya lo sab is. simplemente lo hab#a olvidado. o a una reina que conocen desde hace años y cuyo esposo muerto gobernó sobre ellos sabia y justamente8 —se rió en voz baja—.Se marchó. 5ero eso "ue antes de que lleg)ramos aqu#. pero que no por eso dejaba de e/istir. autom)ticamente el reino pasó a sus manos. !s la esposa del rey 'rturo. !n sus palabras lat#a un ligero reproche que :ulac no supo comprender. y ese 'rturo era cruel. 'ntes de seguir hablando. 7' qui n crees que han consagrado su lealtad estas personas8 7' un rey al que no han visto nunca y del que muchos de ellos ni siquiera han o#do hablar. —+enemos que hacerlo —Sean se sirvió un nuevo vaso de cerveza y dio un buen trago. :ulac esperó a que desapareciera por una estrecha puerta tras el mostrador e. sobre todo. —76 cu)nto tiempo8 —!so no lo s .. Sin que :ulac pudiera impedirlo. —. probablemente. :ebe tener algo que ver con lo que se cuenta de las viejas "amilias reales. . +engo todos los motivos del mundo para estarte agradecido. *ualquier persona normal habr#a muerto a causa de las heridas que t( su"riste.i caballo —respondió Sean—... —.e pareció un nombre apropiado cuando tuve que cambiarlo por mi viejo caballo de batalla. Sean lo miró intensamente1 luego bebió un nuevo sorbo de cerveza..barba—. !n algo se tiene que notar su procedencia caballeresca. !sta granja es el punto de encuentro que nos señaló el hombre que nos contrató. noble y. —5erceval.. !ste semental negro es apasionado. Le salvaste la vida a 5erceval. .. 'unque me resulte di"#cil de creer. una semana. le abr#an quedado cicatrices. *ualidades todas dignas de un caballero de renombre —de pronto sonrió nuevamente—. :e la raza que vivió aqu# antes que nosotros.. su mano se puso en movimiento y rozó su barbilla y sus mejillas. a ti. 5ero por qu voy a hacerte reproches y martirizarte con preguntas.. hizo un brusco movimiento de asentimiento con la cabeza y dijo—S#. —5robablemente no "ue tan grave como pudo parecer en el primer momento. dispuesto para la lucha. un per#odo de recuperación nos vendr) bien a todos.. —brindó con el vaso en dirección a :ulac —. 'parte de eso. :ulac—. —!s cierto. 7+u caballo se llama 5erceval8 Sean asintió con seriedad. <apasionado= es la cualidad que mejor le cuadra. 2abr#a muerto quemado si t( no lo hubieras liberado en el (ltimo momento. Sean esbozó una sonrisa. valiente. 5ero si creyera en la magia. Un d#a.o tienes por qu tomarte —!so ya lo veo —murmuró Sean—. —suspiró :ulac. . —79u se cuenta de ellas8 —9ue algunos de ellos conservan todav#a la sangre de la raza primitiva — respondió Sean—. Si lo pienso bien. :ebemos aguardarle aqu#. —'lgo en lo que por supuesto no crees. —6o ya estoy bien —aseguró consideraciones especiales conmigo.. —75erceval8 —preguntó :ulac mientras abr#a los ojos incr dulo —. por encima de todo. !l semental negro.. por lo menos. :ulac "ue todo o#dos. :urante un rato. 5ero lo veo. h.o por qu y por cu)nto tiempo8 —.adie sabe que estamos aqu# —le contradijo Sean—. —.. asintió con rapidez y la sacudió otra vez. mejor dicho. !l intercambio "ue muy bene"icioso para m#. 5ero desde que me he encontrado con estas buenas personas. rió en voz baja y comentó—!ra el propio caballero el que llamaba 5erceval al caballo. 7+( no8 :ulac sacudió la cabeza. tendr#a que dominar los poderes m)gicos para encontrarnos aqu#. —!se desconocido que os encargó buscarnos —preguntó con el tono m)s ine/presivo posible— 7dijo sólo que deb#amos venir aqu#8 7. me lo cambió por el m#o sin mayor problema. —. cogió un nuevo pedazo de pan y lo mordisqueó con precaución. ' pesar de que :ulac se sent#a verdaderamente perplejo ante lo escuchado y todav#a le interesaba m)s que antes descubrir la identidad del hombre que hab#a contratado a Sean y a los otros. pre"irió no incidir m)s en el tema.o es motivo para agitarse.. 6 dado que el desconocido que nos encargó traeros hasta aqu# llevaba consigo un caballo de reemplazo. 5erceval es un semental per"ecto en todos los sentidos y si lo vendiera probablemente podr#a sacar dinero para vivir cinco años en el lujo m)s completo.. —se asombró :ulac. !so es sorprendente.. Sean hizo un gesto de rechazo con la mano.o quisiera agradecerles su amabilidad poni ndolos en peligro. —!n todo caso. . 5or mucho respeto que sientas por el rey 'rturo. y le hab#a puesto a un caballo el nombre de un caballero de la +abla %edonda.son buena gente. el *aballero de 5lata Lancelot— hab#a encontrado en la +abla %edonda. mi caballo estaba en las (ltimas. !n vez de eso. el nombre es secundario —opinó Sean mirando de reojo a 5atricB—..o —contestó Sean—.—*ómo se te ocurre ponerle a un caballo el nombre de un caballero de la +abla %edonda del rey 'rturo. —:ulac reprimió con es"uerzo la ruda contestación que ten#a en la punta de la lengua y acabó la "rase con una variante mucho m)s ino"ensiva de la planeada—. 5ero no me parece una buena idea permanecer aqu# mucho tiempo. puedo imaginarme el motivo. —le dijo indignado :ulac. 5atricB. personas de bien. y por todos sus caballeros.i hermano se est) aprovechando del ingenio de otro. —6 t( no crees en la magia —dijo :ulac con despreocupación. el 5erceval aut ntico no sólo era uno de los hombres m)s valerosos y rectos que conoc#a. . *omo ya te he dicho. sino posiblemente el (nico amigo verdadero que l —o. +( mismo acabas de decirlo. —!so es. que estaba sentado junto a Sean. —. . 6 los que lo saben con toda certeza pre"erir#an sacri"icar su vida antes que delatar a 3inebra. —5or supuesto.. 5uede incluso que hubiese sido mejor que no vini semos —miró a Sean con severidad—. +uvo que dominarse para no añadir nada m)s1 al "in y al cabo. la sonrisa acostumbrada suavizó las "acciones de Sean. 5ara ya de estar descontento con tu destino y cu ntanos algo de la corte del rey 'rturo y de las aventuras en las que has participado. al "in.o. 6 ahora ya es su"iciente.!n esa ocasión transcurrió m)s tiempo hasta que el irland s le contestó y en ese per#odo lo observó de una manera que ni de lejos podr#a cali"icarse de agradable.o lo hago. —. . o de otras que conozcas. 5ero. . pero 3inebra sonaba descontenta y aturdida al mismo tiempo. era un palmo m)s baja que l y deb#a pesar en la balanza tres veces su peso. joven señor8 —quiso saber en un tono amable pero decidido a la vez. La noche anterior se hab#a dormido tan pronto como l y seguramente se despertó esa mañana igualmente con"usa y. La posadera sacudió la cabeza y alargó una mano para cerrar la puerta. sola en un lugar e/traño. adem)s.o deb is inquietaros. —5ero yo insisto —dijo l con un tono algo m)s "uerte. . en la taberna. 6a nos ocupamos nosotros de Lady 3inebra. Sin preguntarlo. 5ero no pudo ver nada.yó la voz de 3inebra y la de la otra mujer tras una puerta. supo que era la mujer del posadero. como si vertieran el agua de una jarra sobre un recipiente mayor. Le golpeó un torrente de luz c)lida y oyó un chapoteo apagado. cont)ndoles su vida en la corte y todas las "ant)sticas aventuras que hab#a vivido y de las que hab#a o#do hablar —la mayor parte de ellas las "ue inventando sobre la marcha. la puerta se abrió desde el otro lado y apareció una mujer pelirroja. Se dio la vuelta hacia la puerta con rapidez. Se hab#a quedado con Sean y sus hermanos abajo. pero 7qu importaba8—. un instante despu s. :ecidido. joven señor —le interrumpió su resoluta contrincante mientras sacud#a la cabeza con m)s #mpetu —. —'hora no puede ser —dijo. e/tendió la mano hacia el picaporte y lo bajó.o pod#a entender las palabras. 6 aunque "uerais el rey 'rturo en persona no os dejar#a entrar en esta alcoba —sus ojos brillaban combativos pero su boca luc#a una . La pelirroja hizo que no con la cabeza y cruzó con algo de di"icultad los brazos por encima de su potente busto. —79u busc)is aqu#. hasta que por "in oyó los pasos de 3inebra en la escalera y. . —. pero 3inebra no apareció en la estancia. y m)s de dos hasta que :ulac la vio de nuevo.. 6o soy. La oyó hablar durante un rato con alguien. :ulac se puso de puntillas y trató de echar un vistazo a la habitación. se puso en pie y salió al corredor. —9uiero verla —demandó :ulac. Llevaba un vestido sencillo pero pulcramente cosido. luego sintió un portazo y aguardó in(tilmente que ocurriera algo m)s. pero en cuanto lo hubo hecho.. se detuvo indeciso y continuó hacia all#.)1 5asó m)s de una hora hasta que 3inebra se despertó. 79u ocurr#a en aquella habitación8—. su voz y la de otra mujer. —7:ónde est) 3inebra8 —preguntó. 'lgo intranquilo y tras una mirada interrogativa a Sean —que l contestó (nicamente encogiendo los hombros—. lo que tampoco era muy sorprendente. —S qui n sois. ambas de corte sencillo pero llenas de encanto. Se dijo que por aquella mañana ya se hab#a dejado bastante en evidencia. 3inebra hab#a recuperado su "ortaleza. 5ero perded cuidado. hasta que comprendió que no eran realmente las ropas limpias.o hay nada que disculpar —respondió la posadera y su sonrisa se hizo m)s c)lida—. lo que naturalmente provocaba m)s burlas de los mercenarios irlandeses.. dio un paso hacia atr)s. 6a no vest#a la t(nica harapienta con la que se hab#a acostado la noche anterior. sino una blusa blanca y una "alda oscura que le ca#a hasta los tobillos. —:isculpad —dijo. joven señor.ientras est is aqu#. .o os preocup is por vuestra hermana. :ulac cedió "inalmente. en su mirada no hab#a nada m)s que a"abilidad y una ternura que ya hac#a mucho tiempo que no ve#a en los ojos de una persona. el rostro reci n lavado y el pelo peinado las verdaderas causas de su trans"ormación. 5arece cierto lo que ese bribón irland s ha contado sobre vos. pues irradiaba una "uerza y una con"ianza que l llevaba demasiado tiempo echando dolorosamente de menos. +al vez la causa residiera e/clusivamente en los ojos de aquella mujer pelirroja. en la que :ulac no dejó de volverse una y otra vez para mirar impaciente hacia la puerta. incapaz de pronunciar una palabra. Sean y sus hermanos no parec#an ser de la misma opinión. Lady 3inebra est) segura. 5or suerte su cordura le sujetó en el (ltimo instante. . Segu#a algo p)lida y si se la miraba con detenimiento pod#an descubrirse las huellas que las privaciones de las (ltimas semanas hab#an imprimido en su cara. a pesar de ello. y su t#o hizo un comentario que :ulac no entendió. 's# transcurrió una hora m)s. >olved con los otros. aquella con la que todav#a la noche anterior hab#a estado en la linde del bosque. +itubeando. +en#a el aspecto de estar decidida a de"ender aquella puerta con su propia vida si era preciso y. ' pesar del volumen de la mujer pelirroja. oyó el ruido de la puerta. y por unos segundos estuvo a punto de hacerlo.sonrisa bonachona y maternal—. se dio la vuelta y regresó con los dem)s. eran la "uerza y la con"ianza que desprend#a. Sean lo recibió con una mirada que parec#a indicar no sólo que sab#a per"ectamente lo ocurrido en el pasillo sino que adem)s contaba con ello. 5or "in. Lo que di"erenciaba a esa 3inebra de la otra. :ulac se quedó perplejo. !l joven optó por simular que no lo hab#a o#do. pues se entretuvieron un buen rato burl)ndose de l con algunas pullas de lo m)s ingenuas hasta que se cansaron del jueguecito. pero que "ue coreado por los dem)s con estridentes carcajadas. parec#a m)s que nunca una reina. :ulac estuvo a punto de gritar de j(bilo. y lo que vio le dejó literalmente sin aliento.)s tarde os la llevar personalmente. :ulac la contempló largamente. . sin duda cosidas por la misma mano que el vestido de la posadera. !l pelo reci n cepillado ca#a como una cascada sobre sus hombros. se giró. Las dos horas que hab#an pasado desde que hab#a visto a 3inebra por (ltima vez hab#an sido su"icientes para hacer de ella una persona totalmente distinta. !st) en las mejores manos. le habr#a resultado muy sencillo apartarla de enmedio y abrirse camino hacia el interior de aquel cuarto. Salvo eso. . —.. y el baño caliente no sólo le hab#a quitado la mugre de los d#as pasados sino que tambi n hab#a despertado en ella su esp#ritu vital. . !l posadero levantó la cabeza azorado. el posadero dijo con timidez—Si dese)is comer. +omad asiento. Sean arrugó la "rente y le dirigió a :ulac una mirada indagatoria. "runció el ceño con desagrado.os alegramos tanto de que honr is nuestro humilde hogar con vuestra presencia. !n la puerta. +ras esas palabras 3inebra pareció tener todav#a m)s di"icultades para salir del atolladero ante el comportamiento e/ageradamente sumiso del hombre. 5ero enseguida se puso en pie de un salto y dio dos pasos hacia atr)s sin saber muy bien qu hacer con las manos.. .o quer#a. —. . —*omo orden is. . . Sean y sus hermanos se hab#an quedado mudos de estupor.ylady —dijo mientras inclinaba la cabeza en señal de respeto.ylady —tartamudeó—. Una e/presión de sorpresa se adueñó del rostro de 3inebra. —. *uando vio a su marido arrodillado.o quiero que nadie se arrodille ante m#. pero l contestó sólo con una e/presión de desamparo antes de cambiarse a la mesa vecina. Le miró e ignoró patentemente a Sean y a los otros irlandeses sentados a la mesa. :io un paso hacia l.. .ylady —dijo el posadero algo desconcertado. —:isculpad. 3inebra no quiso continuar con aquella conversación carente de sentido y se acercó a :ulac con pasos comedidos. >olvió la cabeza levemente.o es necesario —respondió 3inebra de inmediato y con un movimiento de la cabeza señaló a :ulac—. 5or un momento pareció tan desamparado que a :ulac casi le dio l)stima.ylady —dijo su mujer. sobrepasó a 3inebra con ciertas di"icultades para entrar del todo en la habitación y se inclinó ella tambi n. a su espalda. —5or "avor. !ntonces. pero no dijo nada. una palabra por muy susurrada que "uera.ylady. pero ella tambi n ignoró esa de"erencia y se sentó en la mesa de al lado sin por ello darle la espalda. —7' qu viene esto8 —susurró in(tilmente. Un vaso de agua y un pedazo de pan es por el momento todo lo que deseo. miró a :ulac y le guiñó un ojo con una actitud casi cómplice antes de dirigirse de nuevo a 3inebra —.. pues se limitó a mirar consternada a la pelirroja. :e todas maneras. Salió de detr)s del mostrador con pasos apresurados. por descontado. . .bservaban a 3inebra con los ojos muy abiertos y "inalmente "ue el posadero el que rompió el silencio.Le dio la impresión de que no era el (nico que notaba el cambio. !s un est(pido que no sabe comportarse. :isculpad a mi marido.ylady. pero sin llegar a ponerse de rodillas. —. pero el comportamiento del hombre pareció resultarle m)s embarazoso que adulador. +raer enseguida los mejores platos y cubiertos de que dispongo y ordenar que os preparen alg(n manjar. :ulac se levantó de golpe y le o"reció con un gesto su propia silla. . siguió en el mismo tono— 79uieres o"ender a nuestros amigos8 . apareció la mujer gruesa que hab#a echado a :ulac con tanta energ#a. no lo hag)is —dijo 3inebra—. levantó la mano e inmediatamente la dejó caer de nuevo. se paró a una distancia prudencial de 3inebra e hincó una rodilla en el suelo. pues el silencio era tan grande en la estancia que pod#an o#rse hasta las respiraciones de los presentes y. menos a(n. 6 el baño tambi n. sino que se colocó en la posición idónea para ver a 3inebra y a :ulac al tiempo. !l sueño te ha hecho bien.o se sentó. con damas de alta alcurnia.o solemos tener trato con la nobleza y. 2a pasado por muchas penalidades. . . . 6a casi hab#a olvidado que no sólo eras mi hermana. La e/presión de su rostro no indicaba ni consternación ni ira. algo preocupado.os quedaremos unos d#as m)s. :ulac tuvo la impresión de que Sean y sus hermanos la hab#an o#do.o me corresponde a m# criticar a nadie.ylady —dijo Sean y el tono de su voz dejó ver a las claras que cre#a haber cumplido su cometido —. +ras el baño caliente y la noche de descanso. sin embargo. 'ntes de que Sean pudiera responder. ahora la situación amenazaba con #rsele de las manos. +al vez debi ramos todos tratar de ser m)s pacientes. +an sólo unos segundos antes hab#a pensado que todo iba a volver a la normalidad y. . —75acientes8 —se sorprendió 3inebra. Somos hombres humildes que tenemos una misión que cumplir. pero empezaba a preocuparse. Una silla chirrió sobre el suelo y Sean se acercó a ellos con pasos lentos. —:e una de las dos cosas ya no estoy muy segura —respondió 3inebra. —5or supuesto —dijo Sean—. !n el (ltimo segundo :ulac se tragó la r plica que ten#a en la punta de la lengua. :ulac dijo—. si estos (ltimos d#as no os hemos tratado con el respeto debido. 'qu# estamos seguros y todos precisamos reponernos. +al vez la trans"ormación era e/clusivamente e/terna. pero s# un cierto descontento que no pudo ocultar en la voz cuando se dirigió a ellos.i hermana est) cansada —aseguró—. Sus palabras no eran otra cosa que una provocación mani"iesta y :ulac las entendió tan poco como la hostilidad de la que 3inebra hac#a gala. 6 mis hermanos y yo nos ocuparemos de vos y de vuestro hermano. Las personas aqu# son gentes de bien que no van a traicionaros. sino tambi n una reina.3inebra se lo quedó mirando con "rialdad. pero contempló a 3inebra pró/imo a la desesperación. —. se volvió completamente hacia Sean. :ulac vio el brillo en los ojos de 3inebra y.ylady —comenzó—. —¿$migos? —aunque no dijo la palabra en voz alta. 79u hab#a ocurrido con ella8 Su corazón acababa de saltar de j(bilo al verla aparecer tal como la hab#a conocido. . . —+ienes un aspecto "ant)stico —comentó en un tono que intentó sonar alegre. pero distó mucho de ser convincente —. —76 t( crees que ste es el lugar adecuado para reponerse8 —!s el lugar al que deb#amos conduciros. Se sent#a estupe"acto. —:isculpad. .o tem)is. la muchacha e/tenuada y "alta de sueño se hab#a convertido en la hermos#sima reina cuya distinción ya le hab#a impresionado en su primer encuentro1 pero la amargura que hab#a arraigado en su alma parec#a haberse hecho todav#a mayor. verduras. Sin embargo. y los vuestros. Su mano temblaba ligeramente. pero en lugar de eso. Luego. ya no pudo aguantar m)s. —7' m#8 —la voz de :ulac sonó m)s estridente de lo que hab#a pretendido. as# como dos "uentes igualmente de plata.tenemos. que conten#an media hogaza de pan y "ruta. le siguieron tambi n sus hermanos y su t#o. a ti. . 5or un lado. 5or un momento. . 3inebra. 5recisamente yo iba a hacerte esa misma pregunta. —79u es lo que ocurre contigo8 —preguntó. Sean siguió contemplando a 3inebra sin decir ni una palabra1 luego se giró con brusquedad.os han salvado la vida. . pero acabó por sonre#r y hacerle al hombre un gesto de agradecimiento. 5ero me temo que no podemos aceptar vuestra propuesta —dirigió a :ulac una mirada penetrante y añadió —.ientras el posadero distribu#a ceremoniosamente el servicio sobre la mesa.. pero. trajo una bandeja sobre la que destacaban una jarra de plata y un vaso del mismo material cincelado.e temo que "uera va a estallar una tormenta. *omo si hubiera sido requerido. . 5or lo menos. aunque miró demostrativamente hacia la ventana. tras una ligera vacilación. 5ara alivio de :ulac. por descontado.uy amable por vuestra parte —replicó 3inebra—. se sirvió agua y bebió un sorbo antes de responder.—.. Sean asintió sin dejar que a"lorase a su rostro lo que pensaba de aquellas palabras. limit)ndose a encogerse de hombros. carne y bollos que habr#an bastado para saciar a Sean y sus hermanos tras una semana de no haber ingerido ning(n alimento. apareció en ese momento el posadero. Sin embargo. otros planes. 7*ómo es que con"#as en estos hombres8 6 no me digas que es porque nos han ayudado.. —9u curioso. el adem)n demostró a las claras su terquedad y el porte real con el que intentó revestirlo careció de cualquier dignidad. cuando los pictos "ueron a tu encuentro. :ulac los observó con sentimientos encontrados. y en el cielo no hab#a ni una sola nube.. !l patio y la e/planada posterior estaban cubiertos de nieve. —5ero lo han hecho —replicó :ulac—. 3inebra cogió el vaso. 5ensara lo que pensara de aquellos hombres. estaba contento de que se hubieran marchado y la disputa no alcanzara mayores cotas. le sab#a mal cometer una injusticia con los irlandeses y no comprend#a la actitud de 3inebra. +ambi n nuestros caballos est)n agotados. por otro lado. ni tan siquiera si le interesaban. —7>es a alguien m)s aqu# en la mesa8 —interrogó 3inebra con sarcasmo y sacudió la cabeza cuando l pretendió responder —.. !l d#a ya est) avanzado y no sólo nosotros necesitamos descanso. 3inebra observó las viandas con el ceño "runcido. la joven se abstuvo de hacer cualquier comentario. sino que abandonó la habitación con pasos veloces y. a l le hab#an salvado la vida y no era del estilo de 3inebra dar muestras de ingratitud o capricho.o "ue a sentarse. Ser#a demasiado peligroso continuar hoy el camino. —:e eso hablaremos en otro momento. pero iluminados por la clara luz del sol. 3inebra no contestó. 3inebra (nicamente le hab#a pedido agua y un pedazo de pan. permaneció callado hasta que tambi n el posadero y su mujer abandonaron la estancia y se quedaron solos.. . sólo miró por encima de l. tal vez no. !"ectivamente. —5orque les van a pagar por ello —respondió 3inebra—. ' pesar de todo lo que hab#an e/perimentado y su"rido en las (ltimas semanas. de repente le resultaba meridianamente claro todo lo que hab#an perdido.)s tarde no supo tampoco en lo que hab#a pensando. 7*u)nto tiempo pasar#a —pensó acongojado— hasta que dejara de con"iar tambi n en l8 Se levantó sin decir ni una palabra m)s.o porque sus enemigos "ueran a alcanzarlos. mirando hacia "uera sin "ijarse en nada concreto. —5or lo menos nos han tra#do a un lugar seguro —le recordó l.. —Se acerca algo —dijo 3inebra. pero me pas dos d#as escuchando sus palabras. el lugar del que ya no podr#an continuar escapando. 3inebra se sent#a ya incapaz de con"iar realmente en otra persona.ucho m)s que un reino. era el descubrimiento de lo que hab#a sucedido con ellos dos. 7. 'quellas palabras no pronunciadas le hicieron un daño in"inito. 2a sido ruin por mi parte. Lo siento. :ulac la miró un momento y dirigió la vista de nuevo al e/terior. esa incógnita no le dejaba respirar tranquilo. 5ero deber#as re"le/ionar sobre la conveniencia de con"iar en esos bandidos a sueldo. notó su cercan#a y regresó a la realidad.ucho m)s que su patria y sus amigos. se dio la vuelta y se dirigió con pasos lentos hacia la ventana. —no habló m)s. se preguntó si en ese instante no habr#an llegado realmente al "inal de la huida. 3inebra se rió con dureza. pero eso ahora no ten#a ninguna importancia. Les pagar)n por traernos hasta aqu#. —7'migos8 !l (nico amigo que yo ten#a. . !l sol se re"lejaba con tanta "uerza sobre la nieve que casi le asomaron las l)grimas a los ojos y no pudo distinguir m)s que una "igura . . . :e pronto le embargó un sentimiento de honda a"licción. pero 7cómo podr#a despejarla8 —+al vez a(n nos quedan algunos amigos —dijo al "in. 7!so es lo que quieres8 72emos huido durante tanto tiempo para que ahora nos atrapen sin m)s8 :ulac no habr#a podido responder aunque hubiera querido. 5ero s# s que nos retendr)n en este lugar hasta que ese hombre misterioso aparezca. :isculpa —añadió—. +al vez ella tuviese razón. 5asó all# mucho rato. "rialdad y hostilidad en medio de la nada no era. Sólo sent#a un vac#o in"inito y cuando "inalmente oyó los pasos de 3inebra. no porque los traicionaran o preparasen una celada. .o estuvo seguro de entender a qu se re"er#a. Lo que verdaderamente dol#a. de alg(n modo. %Lo siento —repitió 3inebra en un tono m)s suave y conciliador —.o sientes deseos de saber qui n8 :ulac se encogió de hombros. 2ab#an perdido la con"ianza. sencillamente porque a partir de all# ya no hubiera ning(n lugar al que dirigir sus pasos. hacia el vac#o1 pero :ulac supo per"ectamente a qu se re"er#a.—6 yo que esperaba que mi salvador respondiera al nombre de Lancelot — 3inebra se mordió la lengua al darse cuenta de lo mucho que le hab#an dolido a :ulac sus palabras—. 0gual que l cada vez que se trans"ormaba en Lancelot parec#a perder un diminuto pedazo de humanidad.o s qui n.. sobre todo cuando cre#an que no los o#a. lo que hac#a tanto daño como un cuchillo que se clavase poco a poco en su corazón. . . si esa diminuta casa inserida en un p)ramo de hielo. +( no puedes saberlo. La ventana daba al este. —6a has o#do a Sean —dijo—. —. —!sta noche —decidió 3inebra—.o es sólo por Sean y sus hermanos —añadió—. 0remos a . —!se ser#a el (ltimo sitio en el que 'rturo sospechar#a encontrarnos —dijo 3inebra. 'mbas cosas se hallaban demasiado lejos. . 2ab#a circunstancias en las que la lógica y la cordura eran las peores disposiciones con las que los hombres pod#an actuar. con la vista clavada en el cielo. 'rturo dar) con nosotros con toda seguridad. >a a estallar una tormenta. —Lo s —dijo :ulac.desva#da en la otra orilla del r#o.o creo que nos dejen marchar. el reino del rey 'rturo y la guerra de la que hab#an huido. Sin embargo. en cuanto oscurezca. pero por primera vez aquel gesto no le supuso ning(n consuelo. 5ero luego asintió. mucho m)s intensa. . !speraremos hasta que anochezca y todos est n dormidos. La sombra segu#a all#. por un leve espacio de tiempo creyó reconocer una gran sombra que se agitaba l(gubre sobre el cielo. :ulac sintió una nueva y m)s pro"unda punzada en el corazón. 5ero hab#a otra verdad. todas aquellas personas pagar#an con su vida la ayuda que les hab#an prestado. . +raeremos la muerte a las gentes de este lugar si no lo abandonamos lo antes posible. Borrar) nuestras huellas. que acostumbraba a percibir cuando se encontraban cerca uno del otro —. pero estaba all#. en la dirección en la que se hallaba *amelot.alagon. 6a no pod#a distinguirla. :ulac —dijo 3inebra apoy)ndose sobre su hombro. lo que presumiblemente pod#a ser cierto. Sintió (nicamente el calor de su cuerpo y no aquella calidez. si se quedaban all#.o podemos quedarnos aqu#. a pesar de ello. durante unos segundos que parecieron —!sta noche —dijo y le asaltó un sudor "r#o—. 3inebra ten#a razón. y con l. *reo que Sean tiene razón. —7!n dirección a *amelot8 —preguntó :ulac sin mirarla. quiz)s conjurada por las palabras de 3inebra. —!ntonces permite que nos vayamos —le apremió 3inebra—. :ulac permaneció en silencio interminables. in"initamente lejos y.'rturo acabar#a por encontrarlos y. incluso la llegada a aquella pequeña granja dejada de la mano de :ios. nunca. :esde que hab#an llegado a aquella posada. sus protestas se "ueron acallando hasta enmudecer por completo. por tanto. Sean y su "amilia les "ueron acompañando a turnos. hab#a llegado la hora y con ella el momento que tanto hab#a temido durante todo el d#a. 'unque Sean y sus hermanos. :esde la conversación que hab#an mantenido aquella mañana en la ventana. pues no hab#an dejado de prestarles atención ni siquiera por espacio de unos segundos. tal vez s# ten#a un sentido. pero despu s de que :ulac hubiera visto todo lo que le habr#a tra#do tras pedirle ella un jarro de agua y un trozo de pan. 5ero. no hab#an vuelto a hablar. hijas y nietos. 2abr#a sido imposible intentarlo. ya no ten#a el empuje su"iciente para pelear con 3inebra. :ado que el clima realmente se estropeó. no se sorprendió lo m)s m#nimo de que ya una hora antes de la comida la mesa estuviera repleta a rebosar de manjares que seguramente no se habr#an visto en aquella humilde granja en años1 o. 3inebra le reiteró que la tratara como a todos los dem)s. su mujer y tal cantidad de hijos. as# como el posadero y toda su "amilia. 3inebra pre"er#a a Lancelot. :espu s de la cena —pues a la hora de la comida las constantes idas y venidas de todos lo hab#an hecho imposible— lograron por "in retirarse a la habitación situada debajo del tejado. *ierto que no lo trataban de manera tan ceremoniosa como a 3inebra1 pero. hac#a una eternidad. "inalmente. 'caso se estuviera trans"ormando de nuevo en el hombre que. 5ero. no perder#a (nicamente la "uerza "#sica que la armadura de los elbos le otorgaba. pese a todo. aunque hubiera podido. sino tambi n su capacidad para decidir. 2izo todo lo posible para no demostrarlo. dos años atr)s y. respetaban el deseo ostensible de 3inebra de quedarse a solas1 lo hac#an de tarde en tarde y no por espacio de mucho tiempo. :ulac aguardaba ese momento con sentimientos encontrados. . de ser as#. tal como hab#a augurado Sean. que :ulac pronto desistió de contarlos o intentar recordar sus "isonom#as. 6 aunque 3inebra perseverase en repetir que la consideraran una hu sped m)s. por muy pocas horas que "ueran.)) Su paciencia tuvo que superar una dura prueba. le daba la impresión de que a cada minuto que transcurr#a se trans"ormaba m)s en el :ulac anterior. !n lo m)s pro"undo de s# mismo segu#a percibiendo que la decisión de 3inebra era equivocada y que todo lo que dejaban atr)s. ' l tambi n le ocurr#a algo similar. tal como hab#a a"irmado un rato antes. el supuesto hermano de la reina era m)s respetado all# que en todos los años pasados en *amelot1 incluso en las ocasiones en las que hab#a acudido trans"ormado en el caballero Lancelot. 5asó m)s o menos una hora hasta que apareció el posadero de nuevo y en tono sumiso preguntó a 3inebra qu le apetec#a para comer al mediod#a y si ten#a alg(n deseo especial para la noche. 5ero era tan sólo una sensación vaga que no pod#a e/presar con palabras y. tal vez. no abandonaron la casa en todo el d#a. pero :ulac se dio cuenta de lo mucho que dis"rutaba adoptando de nuevo el papel de reina. en la sala com(n. 9uiz) "uese la circunstancia de que ya no llevara la armadura de plata desde hac#a mucho. sino que permanecieron hasta la ca#da del sol al calor del hogar. y eso mismo hicieron el posadero. aquel que "ue una vez. Seg(n sus c)lculos deb#a de ser medianoche y con toda probabilidad 3inebra y l ser#an los (nicos despiertos de toda la casa. s# era mucho m)s apropiada para la huida en medio de una noche tan g lida y tormentosa. . Se quedó parado. 5or si acaso. pero :ulac dejó la puerta un palmo abierta1 lo su"iciente para escuchar las voces que llegaban desde la planta baja. 5or el "inal de la escalera sub#a un re"lejo p)lido de luz roja que le indicó el camino que deb#an seguir1 no se distingu#an ni siquiera las siluetas de los objetos. se hab#a ocupado de que la jarra de cerveza de Sean nunca estuviese vac#a y tanto el irland s como sus hermanos hab#an dado muestras. 5egados uno detr)s del otro. abandonaron el cuarto y bajaron por la escalera. especialmente durante la cena. el crujido de una viga del tejado y el monótono aullido de la tormenta que golpeaba las ripias sobre su cabeza. Sin hacer el menor ruido regresó a la habitación para despertar a 3inebra. de ser unos bebedores empedernidos.3inebra y l se tumbaron uno junto al otro en el lecho pequeño y apagaron la luz para que nada indicara que estaban despiertos. !l silencio era tan denso que pod#a estar seguro de que all# abajo no hab#a nadie1 de otro modo habr#a o#do su respiración. . deslizarse de puntillas hacia la puerta y escuchar. una vez m)s. pero ella se incorporó en cuanto l posó la mano en su brazo y se puso en pie con un movimiento elegante y tenso a la vez. !ntonces. . ' lo largo de todo el d#a. manteniendo la respiración. ' pesar de ello permaneció un rato m)s inmóvil. pero :ulac conoc#a la mayor parte de ellos. :ulac dejó pasar un rato m)s antes de levantarse con cuidado. !staba absolutamente a oscuras.o oyó nada m)s que el chisporroteo de las llamas en el hogar. :ulac cogió las dos capas que hab#a dejado preparadas junto a la cama. !ra tan vieja como el resto del edi"icio y muchos de los peldaños cruj#an. antes de decidirse a abrir la puerta del todo y dar un paso hacia el corredor. Bajo la misma.o pod#a entender las palabras. segu#a llevando la sencilla "alda y la blusa blanca que le hab#a proporcionado la posadera1 una ropa que si bien distaba de ser tan distinguida y hermosa como la suya. que se hab#a vuelto mucho m)s serio. pero nadie parec#a haber o#do el ruido. Sean y sus hermanos ya no re#an tanto ni tan alto como aquella mañana. !n un momento dado se hizo la calma. se puso la suya y ayudó a 3inebra a colocarse por encima la pesada prenda. —Bien —dijo ella—. Largo tiempo —le pareció una eternidad— estuvo esperando :ulac que regresara la calma al piso de abajo y los irlandeses se "ueran a la cama. +odo segu#a en absoluto silencio. vamos. y escuchó. 6a no hay nadie despierto. pero s# registraba el tono de la conversación. Sus restantes y e/iguas posesiones se apilaban en un hatillo que :ulac se echó al hombro antes de ir de nuevo a la puerta y escudriñar una vez m)s el corredor. —7>a todo bien8 —S# —susurró :ulac—. lo que no dejaba de sorprenderle. aguantando la respiración y escuchando cualquier sonido. 5ero no parec#an tener intención de hacerlo. de tal modo que bajo su pie sonó tan sólo una vez un lev#simo gemido que por unos segundos con"irió el doble de velocidad al latido de su corazón. 's# que a esas alturas Sean tendr#a que haber estado tan borracho como para caerse de la silla. . !staba tan oscuro all# dentro que sólo vio sombras. aunque en la casa hubieran gritado hasta volverse roncos. un soplo de viento le arrancó la puerta de las manos y la impulsó con un estallido violento contra la pared de dentro. 'l lado del unicornio se hallaba tambi n la yegua blanca de 3inebra y. avisó a 3inebra de que obviara el escalón y continuó hacia abajo con m)s cuidado todav#a. de la que hab#an podido dis"rutar sin ni siquiera imaginarlo. de tal modo que las l)grimas asomaron a sus ojos1 luego le hizo un gesto a 3inebra para indicarle que tuviera m)s cuidado y miró hacia la izquierda. 5or "in. un segundo despu s. 6 de igual modo. La posadera se hab#a llevado las pocas vestimentas de las que dispon#an para lavarlas y remendarlas. *omo el "uego de la chimenea todav#a no se hab#a consumido del todo.*on un gesto de la mano. La tempestad era tan potente que. dispuestas sobre un caballete. como si por una vez la suerte estuviera de su parte. 6 la verdad es que el animal ya no ten#a mucho que cargar. se quedó un momento quieto y trató de orientarse. pero una de ellas ten#a re"lejos blancos. los dedos de :ulac estaban ya tan congelados que al principio tuvo di"icultades para despasar el pestillo y. Sólo nos detendr#a. rozó la de 3inebra y tiró de ella. +uvieron suerte por segunda vez. penetró en el establo. le señaló la bestia de carga que estaba atada junto a las otras cabalgaduras. y :ulac y 3inebra tuvieron que empujarla con todas sus "uerzas para conseguir correrla hacia un lado sin despertar a alguien en el (ltimo momento. estuvieron "uera y dejaron atr)s la in"inita dicha que supon#a la casa caliente. cuando al "in lo consiguió. sin embargo. pero luego comprendió lo rid#culo que eso era. a sus o#dos no habr#a llegado ni el m)s m#nimo rumor. :el sobresalto estuvo a punto de soltar la puerta de golpe. :ulac se quedó petri"icado escuchando. se abrieron paso entre el g lido torbellino blanco hasta llegar a una estrecha puerta recortada en el ancho portal de dos hojas de las cuadras. +ambi n 3inebra cerró la boca con "uerza y volvió la cara hacia un lado. 'yudado por 3inebra. antes a(n de terminar. lo que habr#a sido una tragedia pues habr#a acabado por despertar a la casa entera. . :ulac apretó los dientes para ahogar un gemido al penetrar en la tormenta. estaban en el recinto de la taberna donde hab#an pasado todo el d#a. !n medio de la oscuridad. encontró enseguida sus sillas. !l unicornio. en el primer momento tuvo la sensación de que el viento cortaba con ardientes cuchillos su rostro y sus manos desprotegidas. :oblados por el vendaval y con las manos levantadas protegiendo sus rostros. :ulac la cogió en el (ltimo momento e impidió lo peor al precio de pillarse los dedos. alcanzaron el piso in"erior y. se habr#a tragado tambi n el golpe de la puerta. diciendo mientas sacud#a la cabeza—+enemos que dejarla aqu#. su luz parpadeante pudo orientarlos y cruzaron la estancia sin temor de tropezar con alg(n mueble y despertar a alguien.o hab#a dado ni un paso cuando oyó un relincho conocido y la sombra se movió agitada. ' pesar de que llevaban poco tiempo all# "uera. La puerta estaba cerrada con una pesada tranca digna de clausurar la muralla de cualquier "ortaleza.o era ni de lejos tan rigurosa como la desencadenada durante el ataque de los pictos y. !l "rente de ladrillos del edi"icio ten#a en esa dirección unos diez o doce pasos y continuaba luego en la pared de madera del establo contiguo donde la noche anterior dejaron sus caballos. 6 todo . :ulac e/tendió la mano hacia atr)s. Seguido de cerca por 3inebra. ensilló los animales y los embridó y. Sin m)s contratiempos. pero oscilaba tanto que en el primer momento :ulac no pudo reconocer a quien la portaba. La puerta de dos hojas del establo era gigantesca y tanto ella como :ulac acababan de comprobar la potencia con la que soplaba el vendaval. se sent#a un ser desagradecido y la manera en que aquel animal despeluchado giró en ese momento la cabeza hacia l re"orzó el sentimiento. . Las manos del segundo hombre no estaban vac#as. 5ero sus ojos permanecieron tan "r#os como el hielo de su barba—. . —76 bien8 —preguntó—. :io un paso a un lado y ordenó a su hermano con un gesto que cerrara la puerta. pero :ulac creyó ver tras la puerta abierta como m#nimo otra sombra m)s y sospechó que en alg(n lugar de all# "uera estar#an haciendo guardia sus otros dos hermanos y tambi n su t#o. 70bais a dar un paseo8 :ebo desaconsej)roslo. Su pelo estaba en desorden a causa del viento y lleno de nieve. Sin m)s palabras. relinchó amenazador y agachó la cabeza. $Soy todo o#dos& —6 yo que cre#a que hab#amos sido precavidos —dijo :ulac atónito. !l poni les hab#a servido lealmente.ylady. !lla siguió su mirada y asintió sin que l tuviera que aclararle el porqu de su negativa. 5ero tampoco iba a comprobarlo. sintió remordimientos al decir aquellas palabras. pero 3inebra se calló a media "rase y lo contempló verdaderamente desconcertada. !l unicornio. Sean sonre#a todav#a. desataron las riendas de la yegua blanca y del unicornio y se dirigieron al postigo por el que hab#an entrado.o hace buen tiempo y tengo entendido que por los contornos deambula gente de mala calaña. La sombra entró del todo en el establo y dio un paso a un lado para dejar paso a una segunda "igura todav#a mayor. de tal modo que en las cuadras se atenuaron los innumerables re"lejos oscilantes y la luz las iluminó por igual. Su compañero no era otro que 5atricB. @oven señor —Sean amagó una reverencia en son de burla y consiguió que su cara medio congelada esbozara una sonrisa. —. !staban a dos pasos de la puerta cuando una sombra enorme apareció en la abertura. !n la derecha llevaba una vela cuya llama paliaba la oscuridad... —*ierra la boca —dijo Sean. :ulac dudaba de que la "uerza de ambos "uera su"iciente para abrir la puerta y en"rentarse al hurac)n. cuyas riendas llevaba en la mano derecha. como si de un arma se tratase. —7*ómo se te ocurre8 —le amonestó 3inebra—. :ulac apartó aquellos pensamientos de su cerebro e hizo un gesto negativo con la mano cuando vio que 3inebra se dispon#a a montar. aunque el joven no estaba completamente seguro de que el unicornio cupiera por l. el a"ilado cuerno retorcido de m)s de un palmo de largo que sal#a de su "rente. su"riendo todas las privaciones sin rechistar. 5atricB obedeció y con el descenso del viento se apaciguó tambi n el parpadeo de la luz. mostrando. 3inebra pronunció un pequeño grito e inmediatamente se tapó la boca con la mano y tambi n :ulac tuvo un estremecimiento. ' pesar de ello. +en#a el rostro amoratado por el "r#o y su respiración creaba r#tmicamente grises nubes de vaho sobre su cara. !ra Sean.o habló en tono alto ni admonitorio. pero aquella sonrisa se hab#a hecho "r#a1 un semblante que a duras penas ocultaba el coraje que sent#a. Ser)s. pues casi le dio la impresión de que estaba al tanto de su destino.lo que ahora les quedaba se encontraba en el pequeño hatillo que cargaba a la espalda. y el hielo se hab#a depositado aqu# y all) sobre su barba y la gruesa capa de piel que llevaba totalmente abrochada. 5or m)s que "uera un animal. . 2emos decidido que nos marchamos. 5ara el irland s y sus hermanos el unicornio no era m)s que un caballo de batalla. acompañó el movimiento. mucho m)s. esa capacidad que le permit#a como por arte de magia.os lo vas a impedir8 —76 si as# "uera8 —quiso saber Sean. tal vez no. un animal al que le ten#an respeto. $Soy la reina de este pa#s& $Una palabra m#a basta para que pases los pró/imos diez años encadenado& —5uede ser —respondió Sean imperturbable —. *ada vez ten#a m)s di"icultades para apaciguar al unicornio. desde luego. . a pesar de ello. aunque en ese instante estuviera "uera de lugar—. . Sabes qui nes somos. atacar despiadadamente a sus contrincantes con su cuerno invisible al ojo humano. debo insistir en que vos y vuestro hermano permanezc)is aqu#. debo insistir en que os qued is. —79u signi"ica esto8 79ue somos vuestros prisioneros8 —5re"erir#a que utilizaseis la palabra in#itados —contestó el irland s con tranquilidad—. %ealmente no estaba sorprendido. —!n e"ecto. si la situación lo requer#a. desacostumbradamente grande. —7!st)s mal de la cabeza8 —preguntó 3inebra—. que l sólo pudo responder con un encogimiento de hombros. 5ero quiz) debamos regresar a la casa y continuar la charla all#. 6 para ser honesto me siento "eliz de que no lo "uerais m)s. seguidos de sombras oscuras. +engo que correr ese riesgo igual que. dirigi ndole una mirada escrutadora a :ulac. !l mismo :ulac todav#a no hab#a captado del todo la esencia del depredador tal vez m)s peligroso que e/ist#a tanto en ese como en el otro mundo y. —79u quieres decir8 —inquirió 3inebra. pero en sus ojos y en su voz se percib#a de nuevo el viejo orgullo que tanto hab#a admirado :ulac. 'lgo en su interior le dec#a que aquello no pod#a ir bien. a mi pesar. en el per#odo de unos segundos. :ulac habr#a deseado que Sean no empleara ese tono con ellos. los sentimientos que desencadenaban en su dueño. y bastar#a una pequeñez para que se soltara y atacara a Sean.o es preciso que desensill is a vuestros caballos. . 5ero comprendo per"ectamente que os lo tom is de esa manera.ylady —contestó Sean—. —%esultar#a rid#culo —3inebra segu#a con"usa y a"ectada. 2a sido muy tonto por vuestra parte. —76 bien8 —pregunto Sean en un tono bastante m)s autoritario al ver que ni :ulac ni 3inebra se mov#an. !lla iba a responder. —79u te ocurre8 —continuó 3inebra—. 5or qu iban a conocer su secreto.—Lo "uisteis —respondió Sean—. . no estaba en situación de comprender la naturaleza de la magia que le capacitaba para cosas poco menos que incre#bles. *asi me muero congelado mientras os esperaba "uera. pero no miedo. 7. . cubrirse con su gualdrapa y su barda y. 5ero me temo que.osotros lo haremos. pero :ulac se apresuró a posar la mano en su brazo mientras sacud#a la cabeza diciendo- . !l animal percib#a el peligro que signi"icaban los irlandeses y.ylady —con la mano que llevaba la vela señaló hacia la puerta y un ir y venir de re"lejos oscilantes. !so hizo que su gesto se trans"ormara en algo muy distinto1 algo que pareció peor que una amenaza—. ' pesar de ello no le pasó inadvertido que Sean. Se preguntó qu podr#a buscar all#. durante el breve tiempo que hab#an pasado all# dentro. 3inebra le miró. :ulac caminaba con la cabeza gacha para protegerse del viento. 2allaron la posada totalmente iluminada. Sean lo observó con el ceño "runcido y con impaciencia mani"iesta. aunque no estuvo muy seguro. !staba claro que Sean hab#a intuido que iban a emprender la huida y no habr#a sido demasiado di"#cil imaginar que elegir#an el camino m)s corto para ir al establo y coger sus caballos. sino bastante m)s alejado de Sean y sus hermanos1 por no decir. .—5or "avor. comenzó a sospechar que tal vez se tratase de la "igura que hab#a visto por un momento al otro lado del patio. 'lrededor de sus botas.i 3inebra ni 5atricB estaban lejos. :ulac nunca la hab#a visto tan encolerizada como entonces. cruzaba los brazos en actitud amenazante. un segundo. que le hizo caer sobre una silla libre "rente a la mesa a la que se sentaba 3inebra. muy pegado a l. no sin antes echarle una mirada de por"#a. una y otra vez. Sin decir una palabra. el hermano de Sean. al calor de la estancia. pues una huida a pie con aquel tiempo endemoniado habr#a supuesto un aut ntico suicidio. mientras :ulac iba en la otra dirección para atar al unicornio. —!s un caballo realmente magn#"ico —dijo cuando :ulac acabó por "in y "ue de nuevo a su encuentro—. d jalo. y luego. Segu#a llevando la gruesa capa de piel que. no paraba de mirar con nerviosismo hacia atr)s. :ulac evitó responder. ' su espalda.o llevó a la criatura "abulosa al lugar donde lo hab#a encontrado. —5or lo menos uno de los dos da muestras de sensatez —Sean repitió el gesto de señalar la puerta y 3inebra se puso en movimiento. *uando :ulac se dio cuenta de que el t#o de Sean era el (nico irland s que no estaba en el lugar. lo m)s lejos posible de ellos. +al vez intu#a que aquel animal no era lo que parec#a. se estaba "ormando un pequeño charco. y en un momento dado creyó divisar una nueva "igura al otro lado del patio. 5atricB. pero sorprendentemente se guardó cualquier comentario. conservaban tambi n rastros de nieve y hielo en el pelo y las capas. que. daba la impresión de que empezar#a a e/halar vapor de un momento a otro. . !ntonces. . Sus otros dos hermanos tambi n se encontraban all#1 vestidos de la misma manera. pasó por el lado de Sean y salió a la tormenta. !s in(til. pero no lo logró ya que Sean le dio un golpe mayor que lo dejó clavado en la silla. pero luego se limitó a apretar los labios "ormando una "ina l#nea con ellos y asintió desalentada. :ulac iba a levantarse de nuevo para ir m)s all). pero no pudo distinguirlos m)s que como unas sombras desdibujadas que la tempestad tragaba y escup#a a intervalos y bastante antes de alcanzar la puerta de la posada desaparecieron completamente de su campo de visión. Sus ojos parpadearon y por un momento pareció querer dirigir su enojo hacia :ulac. 6 no supo con e/actitud qui n era el destinatario de esa cólera. 3inebra estaba sentada en la misma silla de la mañana y los miró a los dos con ojos sombr#os. recubiertas tambi n de piel. hab#a alcanzado todav#a m)s intensidad. .)s apropiado para un caballero que para un antiguo mozo de cocina. 2ab#an avivado el "uego de la chimenea y encendido por lo menos una docena de velas. 7por qu no los hab#an esperado en el establo en lugar de distribuirse por el patio8 Sean le pegó un violento golpe en la espalda al ver que no avanzaba lo bastante r)pido. o os preocup is. —6 deja ya de llamarme chico —re"un"uñó :ulac—.. +enemos una pequeña di"erencia de pareceres. —!so no ser) necesario —trató de tranquilizarlo 3inebra—.8 —. as# que miró a 3inebra casi con desamparo. joven señor. .. luego bajó sus armas improvisadas y las dejó demostrativamente sobre la barra. !l posadero no se quedó convencido.o estoy acostumbrado a semejante trato.. 6 tampoco vamos a hacerle nada a vuestra reina. cogerle desprevenido y desarmarle. 79u os han. chico. —Lo que no te habr#a impedido hac rselo si lo hubieras encontrado necesario. >erdaderamente estoy perdiendo la paciencia. ni era tonto ni ciego.ylady.o me habr#a gustado tener que hacerle algo malo a ese buen hombre. . —5ues tal vez ya ha llegado el momento de que te acostumbres. pero su silencio "ue su"iciente.uy inteligente por vuestra parte —dijo Sean una vez que el posadero se hubo marchado—. la maniobra del irland s no le hab#a pasado inadvertida —.. algo que hablar. Sean no respondió. . en caso necesario. chico& —dijo el irland s en tono severo —.ylady& —gimió—. . se apostó r)pidamente tras el posadero para. —5iensa bien lo que est)s haciendo —le amenazó :ulac—. —. —Si necesit)is algo. —+odo est) bien —aseguró 3inebra.—$5ara ya de hacer tonter#as. !l irland s "runció abatido los labios. +engo un nombre. eso es todo —sonrió al pronunciar aquellas palabras mientras su voz adoptaba un tono persuasivo. 'costaos de nuevo. pero tambi n aprovechó para hacerle con la mano izquierda un gesto disimulado a su hermano y ste. —$. —79u est) sucediendo aqu#8 —completamente perplejo. en una posición claramente amenazante. llamadme. pero s# se daba cuenta de que era algo no muy normal. . comprendiendo la señal.ada —le interrumpió Sean—. a la que. al igual que a :ulac. Sean se dispon#a a responder con energ#a cuando la puerta de detr)s del mostrador se abrió de golpe y apareció el posadero. Se le ve#a algo desconcertado1 un hombre que hab#a sido arrancado repentinamente del m)s pro"undo de los sueños y todav#a no sab#a muy bien lo que estaba ocurriendo. 7no es cierto8 —preguntó 3inebra con "rialdad. — :ijo con iron#a. 5ero tambi n se dio cuenta de lo poco que pod#a hacer por el momento. luego su e/presión se tornó seria de nuevo y añadió en voz algo m)s baja-— 5ero la decisión es sólo tuya. +enemos sólo. 5ero los rastros de sopor y con"usión desaparecieron de su rostro cuando descubrió a 3inebra y a 5atricB detr)s de ella. Llevaba un cuchillo de cortar carne en la mano izquierda —una visión que resultaba absurda e inquietante al mismo tiempo — y una sart n de hierro en la derecha. pasó la vista por los irlandeses y la depositó en :ulac. as# como la espada de caballero y el escudo de runas1 incluso. Llevaba la ropa. que apagó la mitad de las velas del recinto e hizo saltar chispas en el "uego de la chimenea. +al vez venga antes alguien que te aclare a ti lo que t( has hecho mal.coraza. —5ues por lo que parece. —768 —preguntó Sean. pero s# se estremeció del susto al igual que 3inebra.—76 ahora qu pens)is hacer8 —preguntó :ulac cuando tambi n 3inebra dejó de hablar y se limitó a taladrar con la mirada a Sean y a sus hermanos alternativamente —. 3inebra aspiró pro"undamente y tampoco . tieso por el hielo. pareció que la tempestad duplicaba su #mpetu. que no hab#a utilizado desde su salida de *amelot. la espada de los elbos. la puerta se abrió de golpe y entró su t#o. . sicario? —preguntó 3inebra con desprecio—. envuelta con primor en paños r(sticos.os encargaron buscaros y traeros sanos y salvos hasta aqu#.o hay nadie all# "uera —dijo—. *on un nuevo gesto. !n uno o dos d#as vendr) alguien que os lo aclarar) todo. dirigi ndose hacia 3inebra y :ulac —. Se dio la vuelta. :io la impresión de que iba a decir algo. :ulac no se sorprendió realmente. y pateó para sacudirse la nieve de sus botas. como si quisiera revolverse con todas sus "uerzas contra el acto de ser dominada. —. chicos —dijo Sean con sarcasmo. Su pelo. rodeado por una nube de nieve en polvo y aire g lido. . escarpines y yelmo. Sean suspiró nuevamente. nada m)s y nada menos. guanteletes. crujió al pasar l la mano por encima. brazales. 79u os imaginabais8 —75or qu no eres honesto por lo menos. Sean suspiró.o somos una banda de ladrones. —9ui n sabe —dijo :ulac con voz tr mula a causa de la ira —. jadeando. mañana encontraremos su cad)ver. casi os hemos salvado la vida. como esperaba :ulac. 6 si lo hay. 9uiero decir. —>osotros dos deb is de haber su"rido un sin"#n de malas e/periencias. grebas. !l irland s se inclinó tras la barra de madera. levantó un saco que a :ulac le pareció lo su"icientemente grande como para que 3inebra y l se metieran dentro y lo llevó a la mesa1 los objetos de su interior hac#an ruido al entrechocar entre s#. el pelo y la barba tan cubiertos de nieve y hielo que al primer instante :ulac casi no pudo distinguir dónde acababa la capa de escarcha blanca y comenzaba el hombre. sino m)s bien a"ectado. Sean ordenó a su hermano que volcara su contenido en el suelo. La tempestad se est) intensi"icando. . 7no es cierto8 72as enviado ya un emisario a 'rturo8 Si no lo has hecho. suspirar otra vez y hacerle una indicación al hermano que ten#a m)s cerca en el mostrador.7vais a encadenarnos o pre"er#s clavar nuestra ventana y hacer guardia a nuestra puerta8 'ntes de que Sean pudiera responder. deber#as darte prisa porque estoy segura de que va a pagar un precio muy alto por nuestras cabezas. pero optó por sacudir la cabeza.o parec#a rabioso. !l hombre negó con la cabeza. cuando por el saco apareció su armadura completa. 0ba vestido de similar manera que sus sobrinos. as# que debió emplearse a "ondo para lograr su objetivo. Somos tus prisioneros. *uando trató de cerrar de nuevo. . 7me equivoco8 — continuó Sean con sus acusaciones— y esa noche seguro que no "ue la primera que os ayudó. eso sólo pod#a signi"icar que el unicornio la hab#a dejado all# a propósito o que sus poderes m)gicos comenzaban a menguar.o es nuestro enemigo y no le deseo nada malo. .. Sólo por ese motivo. —!spero que teng)is razón. —76 con eso qu quieres decir8 —preguntó :ulac. !se caballero estuvo todo el tiempo a escasa distancia de vosotros. acompañada de su hermano. os equivoc)is de medio a medio. Un est(pido —los ojos del irland s relampaguearon mientras miraba a 3inebra y a :ulac intermitentemente —. —!ncontramos esto en las pro/imidades de la posada —dijo Sean—. —. 5ero de una cosa s# estoy convencido.:ulac pudo evitar una nueva sacudida de hombros cuando sintió la mirada de Sean clavada sobre l. mis hermanos y yo aceptamos el trabajo.. . 7y los dos solos consiguen por espacio de tres meses poner en jaque a los mejores caballeros de la corte del rey 'rturo8 —movió la cabeza de izquierda a derecha con tanto #mpetu que su pelo medio congelado se inclinó tintineando levemente como si un montón de cascabeles chocaran entre ellos —.i siquiera s si vive todav#a. Los pensamientos se agolparon en la cabeza de :ulac. . Si hubiera sido tan necio como para seguirnos con esta tormenta.ylady —dijo Sean y para estupor de :ulac en esa ocasión la palabra &ylady no sonó ni irónica ni desa"iante —. e independientemente de las consecuencias que acarrease. que segu#a delante de la puerta ya cerrada—. 7%ealmente cre#ais que me iba a tragar vuestra historia sólo por un momento8 Una reina "ugitiva. 6 ahora esto. —comenzó con prudencia para ser interrumpido enseguida por la voz mucho m)s airada de Sean. y :ulac jam)s hab#a tenido el menor atisbo de duda de que las cosas continuar#an as# mientras l tuviera relación con aquella criatura "abulosa. lo que hab#a que hacer para salvaguardar el secreto del *aballero de 5lata.. —Seguro que no lo est) —dijo 3inebra impulsiva y :ulac pudo contenerse para no lanzarle una mirada de espanto. enigm)tica. —+( no eres. 5or lo menos hasta que llegue el caballero que nos ha encargado el trabajo. !n todo caso. :urante todo el tiempo parec#a saber de manera ine/plicable. ten#a que descubrir de una vez cu)nto sab#a el irland s. entonces es que est) muerto.. 6o no s dónde se encuentra. —hizo un movimiento con la mano como queriendo abarcar a su t#o. antiguo mozo de cocina. 5ero no aparecer) en el (ltimo instante para sacaros de aqu#. 5ero si os cre is que ahora va a venir otra vez como un )ngel salvador en el (ltimo segundo. 6o le creo. ?uera no est).e dio su palabra de que es vuestro amigo y tiene buenas intenciones — contestó Sean—. —76 despu s8 —preguntó 3inebra con amargura. —.. !ra el unicornio el que durante su huida custodiaba la armadura.o mucho despu s de que vuestro salvador misterioso emergiera de la tormenta de nieve y luego desapareciera sin dejar rastro. .. !sta vez no. —9ue os quedar is aqu# —respondió Sean—. Si Sean hab#a encontrado la armadura de Lancelot. !se hombre tambi n nos salvó la vida a nosotros. —!l que encuentra algo que no pertenece a nadie puede qued)rselo con todas las de la ley —e/plicó Sean sonriendo.o la toques. —76 si no8 —preguntó 3inebra con voz hostil. 5ase lo que pase. Sean hab#a desenvuelto el bulto y sab#a lo que ocultaba. Si vuestro amigo est) a(n con vida y regresa.unca hab#a visto una armadura as# y he visto muchas. —Sean los observó con e/presión sombr#a1 luego. tras una pausa diminuta. —+e doy mi palabra —dijo Sean—. Los nudos no eran los mismos que l hab#a hecho. . ' :ulac no le pasó inadvertida la mirada de alerta de 3inebra..—76 si os equivoc)is8 —!ntonces se dar) cuenta de que es pre"erible no mentir a un irland s. —!ntonces hazte un "avor —dijo :ulac en")ticamente. Sin embargo. 0magino que mañana. señaló la armadura cubierta de runas que permanec#a en el suelo entre 3inebra y :ulac. Sean lo miró interrogante y :ulac titubeó por espacio de un segundo. 'hora propongo que dejemos esta conversación tan poco entretenida y nos vayamos a dormir. para no tentar a nadie. y dijo cambiando el tema y el tono. *reo que es mejor que la guarde yo. continuó en tono severo —. pero luego señaló la espada lbica envuelta en telas.. se la devolver con mucho gusto. con la llegada del caballero. tendremos un d#a intenso por delante. ..— 4sta es una pieza muy valiosa. pero s# tan "r#a como el invierno que consum#a la tierra con sus puños de hierro. 5asaban la mayor parte del tiempo en el cuarto de la buhardilla y bajaban a la hora de comer1 no sólo 3inebra y l. el malhumor de :ulac y 3inebra "ue adquiriendo mayores cotas. pero el cielo estaba casi todo el d#a claro. pero tampoco escond#a que habr#a esperado de l un comportamiento m)s valeroso. La violencia latente pod#a palparse en el ambiente y habr#a estallado sin duda si su cautiverio hubiera durado dos o tres d#as m)s. aunque no hab#an hablado de ello. 3inebra evitaba echarle la culpa del "racaso de su huida. al menos "#sicamente. ahora ya no escond#an su hostilidad1 el posadero no ten#a sólo tres hermosas hijas. pues utilizó la primera oportunidad que tuvo de quedarse a solas con ellos para advertirles insistentemente de que no hicieran nada impremeditado. Sean y sus hermanos eran conscientes de ello y actuaban en consecuencia. nevaba muy poco y el viento hab#a cesado por "in. ?altaba m)s o menos una hora para el amanecer. Seg(n la percepción de :ulac. !l clima "ue mejorando. Seguramente dis"rutar#a de lo lindo echando a los irlandeses de la casa o cort)ndoles el cuello incluso. 5ero lo (ltimo que deseaba era un baño de sangre entre aquellas personas que los hab#an recibido con m)s amabilidad que nadie desde el principio de su huida. consiguieron que 3inebra y :ulac se recuperaran pronto. sent#a . se mor#a de ganas de demostrar a su leg#tima reina de qu parte estaba. y menos de los cinco juntos. con todo respeto. el calor y. aquel per#odo de reposo no deseado en el norte de *ornualles tuvo algo bueno.)* !l misterioso caballero del que hab#a hablado Sean no llegó ni al d#a siguiente ni en los dos posteriores. !l trato de los posaderos con respecto a los irlandeses tambi n se hab#a deteriorado considerablemente. sent#a en lo m)s pro"undo de s# mismo que aquellos cinco hombres no eran sus enemigos. sin embargo. y 3inebra parec#a pensar lo mismo.la copiosa comida. ' :ulac le dol#a. pues de una simple incomodidad pasó a un verdadero suplicio1 adem)s. :urante todo el d#a anterior :ulac hab#a tenido un mal presentimiento y. a pesar de que se dec#a a s# mismo que no hab#a nada que pudiera haber hecho. La atmós"era que reinaba entre ellos no era claramente hostil. el mucho sueño. La consecuencia "ue que el cautiverio se hizo cada vez m)s pesaroso.hac#a m)s "r#o. tambi n Sean y los suyos estaban cada vez m)s callados y taciturnos. sus hijos y sus criados estuvieran en realidad capacitados para dominar a los irlandeses. Sin la armadura m)gica y la espada no estaba a la altura de ninguno de los cinco hombres. :ulac no estaba seguro de que el valiente posadero.ni siquiera estaba seguro de que quisiera pelear contra Sean y sus hermanos. Si el primer d#a los hab#an tratado como amigos. al que en mayor o menor grado estaban obligados. Los d#as parec#an no tener "in. 2ab#a muchas cosas que le hac#an descon"iar del irland s y. como si "uesen nobles o caballeros y no bandidos ataviados con harapos. sino tambi n cinco hijos corpulentos y gobernaba sobre una buena docena de sirvientes acostumbrados a la vida dura de aquella parte del pa#s. 6 aunque hubiera sido as#. sobre todo. !n todo caso. pero paró a mitad del movimiento al advertir la mirada recriminatoria de 5atricB. podr#a de"inirse como una sonrisa. —7!sper)is a alguien8 —preguntó 3inebra con sarcasmo la cuarta o quinta vez en poco tiempo que Sean se levantó y miró por la ventana. pero por "in se limitó a encoger los hombros y apretó los labios "ormando algo que. pero lo dejó estar y. in(til.ylady —y en esta ocasión :ulac no "ue capaz de captar si hab#a empleado la palabra &ylady por respeto o para burlarse. se encontraba a una buena milla de distancia y la espesa capa de nieve virgen que se e/tend#a por los contornos hac#a del todo imposible que se apro/imara alguien sin que se le viera ya de lejos. estaban la armadura de plata y las armas de Lancelot. 5or lo dem)s. su t#o miraban nerviosos por la ventana una y otra vez. +ras un buen rato. 'quellas palabras no iban dirigidas a ellos y aunque su rostro continuó tan ine/presivo como antes. sin embargo. :io la impresión de que Sean iba a estallar de rabia. !n realidad. y el temor inconsciente que parec#a embargar al irland s era similar al que emanaba de ellos. donde. el presagio de algo inminente. La e/presión de 3inebra . sacudiendo la cabeza. el escondite m)s cercano. con muy buena voluntad. Sean sólo hab#a dicho en voz alta aquello que ambos llevaban presintiendo toda la mañana. con este clima necesite m)s tiempo para cabalgar hasta *amelot y hacerse con la recompensa de 'rturo. 6a est) casi aqu#. a qui n espero. mirando en dirección a las montañas que ellos hab#an superado para llegar hasta all# —. Una pesada crispación se hab#a e/tendido por la granja. que estaba "rente a otra ventana. Sean se dio la vuelta asombrado y de dos zancadas llegó hasta su t#o. 'quello era. —6a se ver) —iba a decir algo m)s. :ulac lo sab#a muy bien. escrutando el p)ramo blanco. en el que (nicamente se habr#a podido ocultar un perro. >iene alguien —murmuró. . el gigante irland s se volvió hacia ellos y observó primero a 3inebra. igual que yo. !l joven intercambió una mirada de sorpresa con 3inebra. —+ienes razón —dijo su t#o.que a 3inebra le ocurr#a lo mismo. . grandioso. supuestamente porque ya no pod#an soportar m)s el aburrimiento y la estrechez del cuarto. que inmediatamente se incorporó de su silla con la mano sobre la empuñadura de la espada que colgaba de su cincho. dispuestas de tal manera que casi parec#an un cansado caballero que se hubiera dormido con la cabeza inclinada hacia delante —. —9uiz) tu amigo se haya desorientado en medio de la nieve —se mo"ó 3inebra —. +ambi n :ulac quiso levantarse. a :ulac no le pasó desapercibido el tono de preocupación que hab#a en su voz. contempló largo rato y con e/presión re"le/iva la pared junto a la chimenea. luego a :ulac y de nuevo a 3inebra con el ceño "runcido. +ambi n Sean y. y :ulac no tardó demasiado en tener claro que no eran sólo ellos los que lo present#an. sobre todo. antes de asentir respondiendo—0magino que sab is. colocadas sobre una silla. La granja estaba inmersa entre una cadena montañosa y el espeso bosque del otro lado del r#o. pero en realidad porque tanto 3inebra como l intu#an que algo iba a suceder. Bajaron m)s pronto de lo acostumbrado. le recorrió por entero. sacudió la cabeza y añadió en un susurro. quiz) de un blanco sucio.. Los dem)s os quedar is aqu#. os har is responsables de ellos por m# —concluyó. —7!s l8 —preguntó. 2ace tan sólo un momento que he mirado y juro ante la tumba de mi madre que ese tipo todav#a no estaba all# —movió la cabeza de derecha a izquierda —. desconcierto y algo de intranquilidad. !l irland s se encogió de hombros. !l timbre de su voz dejó en el aire matices de sorpresa. "r#a como el hielo.no dejaba huellas a su paso. como si le rozara una mano invisible. . dio la impresión de haber tomado una decisión y se volvió a los dem)s —. —. Sin prestar atención a la mirada de advertencia de 5atricB ni a su posición claramente amenazadora. salvo un p)ramo blanco que no ten#a ni principio ni "inal. 'cabo de.yó que los dem)s se apro/imaban m)s y. en la habitación penetró un viento helado. >oy a ir "uera y hablar con l. se levantó de un salto. Si es una trampa.. tal vez a un cuarto de milla de distancia. ' todo completaron los pensamientos de :ulac y un nuevo escalo"r#o. *uando abrió la puerta. y m)s para s# mismo que para :ulac. :esde tan lejos podr#a ser cualquiera.o lo s —dijo—. mucho m)s intenso. una "igura diminuta se mov#a hacia ellos. Sólo un rato despu s.no lo entiendo. 0ba vestido completamente de gris. +al vez eran m)s prisioneros de lo que hab#a querido reconocer hasta el momento. Un instante despu s. tambi n 3inebra corrió su silla para ir hacia la ventana que estaba al otro lado de la puerta. —+ienes razón —dijo Sean. . :ulac no aguantó m)s. —79u hace8 —murmuró el t#o de Sean. pero sin mirarlos1 cogió su capa de la silla y se dispuso a abandonar la posada. pero sea lo que sea no me gusta —pensó un momento.o lo s . con la vista puesta en la e/traña aparición. !n un primer momento no vio nada. casi sin pisarla. acompañado por un torbellino de copos y por algo todav#a m)s g lido que el ambiente. pero luego descubrió aquello que tanto desasosegaba a Sean y a sus "amiliares. !l e/traño desconocido se acercaba deprisa y. —0gual que yo —dijo su t#o al ver que Sean no acababa la "rase —. :ulac se dio cuenta de otra cosa. corrió junto a los dos irlandeses y se metió entre ellos para echar un vistazo por la ventana. no se pod#a precisar en la lejan#a y. señalando con la cabeza a :ulac y a 3inebra. aunque :ulac sab#a por propia e/periencia lo di"#cil que era caminar por encima de la nieve compacta. a cierta distancia de la granja. se quedó parado. Un escalo"r#o corrió por su espalda. ' mitad camino entre las montañas y el r#o. 6 cuando la "igura se apro/imó algo m)s. Si se ha escondido es que sabe m)s de camu"laje que un conejo blanco en pleno invierno. parec#a que se deslizaba sobre ella. "inalmente. sólo para s# mismo—. algo realmente inquietante. murmuró—.se ensombreció todav#a m)s y :ulac percibió que su temperatura corporal se elevaba a causa de la ola de indignación y temor que le invadió. y que por una d cima de segundo pareció incrustarse en el alma de :ulac. Sean se encogió de hombros sin decir una palabra. cuando a(n no se le pod#a reconocer. m)s a menudo incluso. —. :ulac se retiró de la ventana y se apro/imó a 3inebra. sólo porque ya hab#a vivido demasiadas veces cómo la cruel decepción pod#a pisotear las ilusiones m)s livianas y quitarle a uno m)s "uerza que la que le otorgaba una esperanza. nunca en lo contrario. pero con"iaba que lograr#a por lo menos coger el escudo de runas y la espada normal.. *ontinuaba mirando por la ventana. !ra de miedo. —+al vez sta "uera la oportunidad —murmuró 3inebra. as# que (nicamente lograban vislumbrar algunas sombras. hab#a sobrepasado el punto de con"iar en el destino. pues eso no lo conseguir#a ni una pared de hierro. era tan absurdo que no pod#a ser m)s que un deseo "erviente. pero s# se percató de que realmente iba vestido de gris. 5ero yo. :ulac se negó a que sus pensamientos tomaran cuerpo. 6a la hab#a percibido una vez. diciendo—6o tambi n —y un patente escalo"r#o recorrió su cuerpo mientras sus ojos se nublaban adoptando una e/presión que el joven no le ve#a desde hac#a d#as. ya que la "in#sima badana que cubr#a el ventanal para protegerles m#nimamente del viento y del "r#o no era ni de lejos tan clara como la del otro lado.. <76 si no hubiera ning(n motivo para tener miedo8=. ya la conocía. mirando al irland s que se le acercaba con mucha m)s di"icultad para andar por la nieve de la que l hab#a tenido. que se encontraba desenvuelta y .. 'quello en lo que hab#a cre#do por espacio de breves segundos. Seguro que los irlandeses no le iban a dar tiempo de pon rsela.. totalmente imposible. La armadura estaba a pocos pasos. Sean se hund#a m)s all) de las pantorrillas y se apreciaba el enorme es"uerzo que le supon#a poner un pie delante del otro. . como luchando contra una tempestad todav#a no iniciada. :esde all# era todav#a m)s di"#cil "ijarse en los detalles. 76 si esa sensación que l tomaba por miedo era justo lo contrario. :ulac segu#a sin distinguir su rostro. y con mucha m)s intensidad. no iba a mantenerse a distancia por una simple piel curtida. impidi ndole respirar. 5or muy inquietante e insólita que "uera la sensación..o lo s —respondió :ulac en voz igualmente baja—. cruzaba el patio y se apro/imaba a la "igura que estaba a unos cien o ciento veinte pasos. 5ero aquella sensación inquietante que se hab#a adueñado de :ulac ante la visión del e/tranjero. ' cada paso. como l —y todos los dem)s— contemplaba atónita lo que suced#a "uera.. todos los hechos nuevos y desconocidos hab#an acabado por convertirse en una amenaza.o siguió hablando. pero 3inebra asintió. "rente al edi"icio. que. pero que tampoco añoraba. pero indicó con la cabeza la otra parte de la habitación y :ulac supo enseguida a qu se re"er#a. inclinado hacia delante y con la cabeza hundida. . 0ncluso su cabello parec#a tener la misma tonalidad.5ero esa no "ue la razón de que tiritara por tercera vez. !n (ltima instancia. y era. —79ui n es8 —susurró 3inebra. Se apretó contra la ventana y observó cómo Sean..8 +ampoco esta vez se atrevió a llevar el pensamiento hasta sus (ltimas consecuencias. sin poder decir e/actamente cu)ndo ni en qu tesitura. Segu#a percibiendo como si una mano invisible le hubiera agarrado el corazón. pensó :ulac.. ' lo largo de los (ltimos meses. un color que apenas resaltaba sobre el "ondo nevado y que seguramente le camu"laba mejor que si el desconocido se hubiese vestido de blanco... Segu#a completamente quieto. se dio la vuelta y comenzó a caminar con pasos pesados hacia la casa. casi sin notarlo. —7*rees8 —en medio de las peludas cejas de 5atricB se dibujó un pliegue —. 6 el misterioso e/tranjero hab#a desaparecido. en el espacio de pocos segundos. :ulac ya no se sorprendió cuando inmediatamente el viento "ue perdiendo potencia hasta desaparecer por completo. Sin embargo. pensó :ulac con amargura. sorpresa de sus vidas. no pod#a escuchar lo que hablaban entre ellos. el ambiente estaba tan claro y calmado como antes. 3inebra no le llevó la contraria. 79u quiere decir eso8 —Lo que digo —gruñó Sean malhumorado—. Sean hab#a alcanzado ya al desconocido y se hab#a parado "rente a l. Lo hac#an con rapidez. 7!ra l8 Sean lo contempló con una mirada e/traña y luego pasó la vista por 3inebra y :ulac. . tras limpiarse los labios con el dorso de la mano. —768 —preguntó—. justo en ese instante el viento comenzó a soplar con "uria renovada.aturalmente. pero s# un vaiv n de copos. el irland s se quedó de repente quieto. se quitó la capa de los hombros. 5or un breve espacio de tiempo. +odav#a en silencio y con una e/presión en la cara cuya interpretación quedó al albedr#o de cada cual.no cubierta como la lbica. y con esas dos armas en sus manos estar#a en situación de prepararles a los sicarios la mayor. (nicamente se limitaban a seguir sus recodos y revueltas a ciegas. luego se giró tambi n y regresó sobre sus ine/istentes huellas. como congelado1 luego asintió. !l desconocido permaneció inmóvil un momento m)s. . 'ntes de que Sean alcanzara la casa. 6 quiz). Sólo reaccionaban. el e/traño vestido de color nieve sucia se es"umara a la vista de todos. '"uera. en alg(n instante. sa era la mayor di"erencia entre su vida actual y la pasada. *omo de la nada. 0gual que hab#a perdido la con"ianza en el destino. pero tanto Sean como su e/traño visitante señalaron unas cuantas veces hacia la casa. se decidió 5atricB a hablar. +al vez sent#a como l que estaba en lo cierto. que "ue bastante para que. se levantó un "uerte remolino de nieve1 no un vendaval y. ellos dos.o estoy del todo seguro. Sólo cuando se lo hubo bebido de un trago y. 5ara su asombro. y seguramente m)s desagradable. pero ya no decid#an el camino. antes de contestar—*reo que s#. . la dejó caer descuidadamente al suelo y alargó la mano hacia el vaso de vino caliente que el posadero le o"rec#a. cerró de golpe y se dirigió hacia la mesa golpeando el suelo con "uerza para sacudirse la nieve de botas y ropa. sucedería independientemente de lo que l hiciera o intentase. hab#an dejado de decidir sobre sus propias vidas. y los gestos del irland s se hicieron cada vez m)s vehementes. 6 por si toda la situación no "uera lo su"icientemente turbadora. 'l "inal sacudió la cabeza claramente en"adado y :ulac no se habr#a sorprendido si hubiera golpeado al e/tranjero o desenvainado su espada. consecuentemente y hasta el momento con el /ito su"iciente para mantenerse con vida. Lo que ten#a que suceder. no se movió del sitio. *reo que era l. —!s demasiado tarde —aseguró. desde luego. Sean entró. ning(n hurac)n. pero no ocurrió ninguna de las dos cosas. le hizo un gesto autoritario al posadero d)ndole a entender que le trajera un nuevo vaso de vino y se inclinó para recoger su capa. :e pronto. 5ero all# hab#a algo m)s que le desconcertaba. Sean la taladró con la mirada. 5ero he recibido nuevas instrucciones. como si tuviera miedo de que las piezas de oro se trans"ormaran en el (ltimo momento en un bicho asqueroso que le mordiera los dedos.— $:ios m#o. no hab#a podido ver bien cómo hab#a transcurrido la conversación entre Sean y el misterioso visitante. . por "in. tambi n ser) all# donde primero vaya —respondió irritada 3inebra y se rió con estridencia. +ambi n :ulac estaba ciertamente sorprendido. . —76 qu quer#a8 —preguntó su t#o antes de que 3inebra tuviera la oportunidad de hacer un nuevo comentario irónico que alterase a Sean a(n m)s. 7!stoy comprendiendo bien8 7. un plan genial& 7*ómo no se me ha ocurrido a m# antes8 Sean le echó una mala mirada. porque se quedó mirando al corpulento irland s largo rato. habr#a dicho :ulac. pero estaba casi seguro de que el e/tranjero no le hab#a dado nada. pero de una "orma muy elocuente.o hizo el es"uerzo de contar el dinero. 'l "in y al cabo. sin emitir ni una palabra. ser) all#. 5arec#a una recompensa demasiado elevada incluso por una reina "ugitiva y un caballero que hab#a roto su lealtad para con el rey. pero "ue lo su"icientemente listo para evitar continuar la conversación. —. ?ue tambi n el primero que se inclinó para echar mano a las monedas. Si en alg(n lugar estar is seguros. y si 'rturo nos busca. se le ve#a pensativo1 consternado.—Un momento —se mezcló 3inebra en la conversación —.o est)s seguro del todo de que sea el mismo hombre con el que hablaste hace unas semanas8 —'s# es. 7no8 —S#. 'quellas palabras bastaron para que sus hermanos se acercaran agitados y observaran las monedas con una mezcla de "ascinación y deseo. sonó un tintineo de monedas. —7+intagel8 —se asombró 3inebra. . —5ensaba que ste era el lugar —comentó 3inebra con agudeza. aunque logró dominar la voz al responder—+ambi n yo lo pensaba hasta ahora.ylady. —'qu# est) la cantidad prometida —dijo mientras tiraba un buen puñado de monedas sobre la mesa. pero se dio cuenta de que Sean y sus hermanos hab#an recaudado una pequeña "ortuna. le dio vueltas y. . +itubeando.s alegrar is.e ha dicho que os acompañe a +intagel. la mordió y observó la . *uando metió la mano en el bolsillo. &ylady —dijo Sean disgustado. es vuestro castillo. !n lugar de eso. 6 tambi n :ulac abrió los ojos con incredulidad.e ha comunicado adonde debemos llevarlos. cogió una de ellas. —75or qu os e/traña tanto8 —alzó la voz Sean—. para comprobar si era aut ntica. 6 el t#o de Sean deb#a de opinar lo mismo. ' causa de la gran distancia y la mala visión que ten#an. —. 7!so es todo lo que te ha dicho8 —Sólo que debemos darnos prisa —aseguró su hermano—. —Bien. Sean le miró en silencio. —protestó 3inebra. con toda probabilidad agotados. dentro de dos d#as estaremos en +intagel. 'unque estuvi ramos en peligro. Sean le cortó la palabra con un gesto imperioso. 7+em#a que le hici ramos demasiadas preguntas8 —. —5ero. . Saldremos mañana temprano. Sólo me ha dicho lo que debemos hacer..— .i decisión est) tomada1 basta. 6 ya est) todo dicho.por un m#nimo pero revelador instante. dejando la moneda de nuevo sobre la mesa—. —72oy8 —el t#o de Sean arrugó la "rente. Si aguanta el tiempo. y se ha marchado.diminuta señal que hab#an dejado sus dientes en el oro. Salgamos ahora mismo. !s una estupidez.o lo s . tal vez antes. —7*abalgar de noche y. —75or qu no ha entrado8 —se mezcló en la conversación el hermano pequeño de Sean—. medio congelados y al e/tremo de nuestras "uerzas. se dio la vuelta hacia su hermano y dijo de nuevo. :entro de una hora se esconder) el sol y ya hace un "r#o de muerte. Una estupidez peligrosa. luego parpadeó. —!ntonces debemos hacer lo que tu amigo misterioso te ha dicho —decidió 3inebra—. 2a insistido en que debemos salir hoy mismo.o lo s . lo m)s seguro. Si recogemos nuestras cosas enseguida y ensillamos los caballos. aqu# nos encontramos m)s seguros de lo que lo estar#amos en medio del bosque. 9ui n sabe cu)ndo volveremos a dormir en condiciones. a la salida del sol. entonces cabalgaremos hasta +intagel —dijo 5atricB—. podemos irnos antes de que caiga el sol. !sta noche cenaremos bien y nos iremos pronto a la cama. con una e/presión que distaba mucho de ser conciliadora. en voz m)s alta y con un tono distinto. —contestó Sean y :ulac cayó en la cuenta de que hab#a algo m)s que le resultaba raro.. el irland s miró las monedas de oro con una e/presión de absoluta incomprensión. en medio de una tormenta8 —Sean sacudió la cabeza con "uerza—. pero algo dentro de l le dec#a con claridad meridiana que aquel e/traño hombre pod#a ser enigm)tico y misterioso. en la pared junto a la chimenea. pues la descubrió en actitud tranquila. !l "r#o le despertó. miró tambi n por la ventana. por "avor —murmuró sin volverse hacia l ni apartar la mirada de la oscuridad e/terior—. !n cuanto a ellos. descansados y con "uerzas renovadas. pero all# no hab#a nada m)s que una casi completa oscuridad. Su corazón comenzó a latir aceleradamente y en el espacio de un segundo. 2asta bastante despu s de hacerse de noche. 'ntes de decir algo. :ulac se levantó y se acercó vacilante hacia ella. tambi n. "rente a la ventana. aunque al principio les hubiera parecido bastante juiciosa. Su mano. *on"undido y sobresaltado. habr#a supuesto un riesgo in(til y tambi n inaudito salir tan tarde y cabalgar de noche. Sin embargo. pero en ning(n caso peligroso. Sean hab#a evitado dar cualquier in"ormación m)s all) de la precisa sobre su misterioso interlocutor. 6 la verdad es que desde el principio. :ulac no habr#a sabido decir si el absurdo incidente le hab#a asustado realmente. —5erdóname. en vez de emprender el arduo camino que se presentaba ante ellos a la mañana siguiente. pero no ten#a nada que ver con ello. que hab#a abierto de par en par para observar el e/terior. Se hab#a puesto la manta como una capa por los hombros. hab#a tenido la paradójica impresión de saber qui n era aquel hombre de pelo cano y vestimenta del color del hielo. pero rozó el vac#o1 sus armas permanec#an abajo. . 5ero 7asustado8 :ulac no era capaz de de"inir por qu . :urante la hora de luz que quedaba el cielo permaneció claro y tampoco estalló la tempestad que el t#o hab#a vaticinado. Sólo entonces comprendió la causa de su "r#o. le pasaron miles de im)genes pavorosas por la cabeza. pero estaba claro que el encuentro con el e/traño ataviado de gris le hab#a impresionado tanto como a los dem)s. :ulac parpadeó e instintivamente palpó a su derecha. all# donde portaba la espada cuando asum#a el papel de Lancelot. tan inalcanzables como el escudo y la armadura completa.. !l joven se incorporó de golpe.o quer#a despertarte. s#. actuando por s# misma.. 5or lo menos. "rescos.la manta hab#a desaparecido y un viento helado recorr#a la habitación. pero no estaba en peligro.i :ulac ni 3inebra estaban demasiado entusiasmados con la decisión de Sean de echar tierra al consejo del desconocido y no salir hasta el d#a siguiente. en lo m)s pro"undo de s# mismo.)3 Se empleaban pocos minutos en recoger sus escasas pertenencias. . pero :ulac se dio cuenta de que tiritaba y su aliento "ormaba un vaho gris "rente a su boca. 5or el momento no vio nada por lo que tuviera que desenvainar la espada. no logró dormirse para caer en un sueño desasosegado. eso habr#a argumentado :ulac ante el visitante si se hubiera tratado de un viaje normal. se dirigió a la parte izquierda del cincho. !s cierto que 3inebra no yac#a junto a l. !staba completamente despierto. :esconcertado. en la cama. 5ero el sitio de 3inebra estaba vac#o. que aprovechó para buscar a 3inebra con la vista. . !n dos d#as estaremos en +intagel y all# nos encontraremos a salvo de 'rturo y de todos los dem)s. 7. . dio un paso hacia atr)s para alejarse de la ventana y negó con la cabeza. —. pero decidió no hacerlo.oriremos todos. 3inebra le miró con aspecto dubitativo.. ganar una guerra. sacudió la cabeza y añadió en un tono tranquilizador—!n este instante 'rturo y su +abla %edonda tienen cosas m)s importantes que hacer que perseguirnos. parec#an "lotar algunas sombras p)lidas. no —3inebra volvió el rostro hacia el "r#o intenso que entraba de "uera —. por debajo de la manta levantó los brazos hacia el cuerpo para "rot)rselo con energ#a. —Lo s —dijo :ulac. pero no lo su"iciente para soportar el poder de 'rturo. . 7no8 —por "in apartó los ojos de la negrura al otro lado de la ventana y le miró. pero no se trataba en ning(n caso de meras palabras huecas. . !l cielo se hab#a cubierto de nubes mientras dorm#an. muy brevemente y de una manera que l no supo calibrar. diseminadas aqu# y all). 5or ejemplo. ' m# me ocurre lo mismo —iba a añadir que estaba convencido de que el e/tranjero no supon#a ning(n peligro para ellos. $*omo si no lo supiera& :ulac hab#a comprobado m)s de una vez con sus propios ojos todo lo que eran capaces de hacer 'rturo y sus caballeros1 a pesar de ello. —4l.o parar) hasta que nos tenga de nuevo en su poder. +enemos los mejores guardianes que se pueden desear.o se muere tan deprisa —respondió :ulac con una risa apagada y con una voz que mostraba un optimismo que no ten#a —. supo ahora que tambi n hab#a ocurrido lo mismo. 3inebra siguió sin mirarlo. .. Si embargo. 0gual que 3inebra y l siempre se hab#an entendido sin necesidad de utilizar las palabras. 7sabes8 —75orque son tan leales que podemos con"iar en ellos plenamente8 —preguntó 3inebra con cariz burlón. —6 vino alguien. —Lo mismo dijiste esta mañana. —. . —79u tienes8 —preguntó l.en la que. >iene.o te preocupes.ese Sean es un necio por no haber hecho caso de su advertencia. —+( no conoces a 'rturo.o puedes dejar de pensar en l —supuso :ulac—. —. . Los muros de +intagel son robustos. que se hizo casi un susurro—..o pod#a dormir. algo. 7sabes8 5ero ten#a la impresión de.o era necesario. 5uedo sentirlo —bajó el tono. —'h# "uera hay algo —murmuró 3inebra—. !s de locos. de tal modo que ya no se divisaban las estrellas y tampoco la luna proyectaba ninguna luz.. —5orque son codiciosos —respondió :ulac—. conocerle.o has visto la e/presión en sus ojos al ver el dinero8 —sacudió en rgicamente la cabeza —.o sab#a de dónde proced#a aquel convencimiento. pero luego le echó una larga mirada e hizo que no con la cabeza. 5or lo visto no eran los (nicos que aquella noche no lograban conciliar el sueño. luego se levantó sin decir una palabra y arrastró dos sillas de la mesa vecina para agrandar con ellas el corro que hab#an "ormado l y sus hermanos.. hoy es un gran d#a. 5ero como 3inebra continuó. *uando abandonaron la habitación. 'll# entraremos en calor. Si el tiempo no se estropea dr)sticamente u ocurre algo inesperado.o era su estilo interrumpirla o no escucharla. Luego. e"ectivamente. —+al vez ser#a mejor comenzar el camino descansados —dijo. tambi n el posadero y su mujer estaban todav#a despiertos a pesar de la hora y se hab#an situado detr)s del mostrador. . hasta que uno al lado del otro hicieron acto de presencia por la puerta abierta del "inal del corredor. de una manera mucho m)s tajante de lo necesaria. —'s# que tampoco vosotros pod is dormir —comentó Sean una vez que :ulac se hubo sentado. 4l mismo echó una mirada r)pida al corro antes de seguir su ejemplo. Llegar) el momento en que 'rturo venga a buscarnos. —!ntonces vayamos abajo —aceptó :ulac—. 5ara asombro de :ulac. Sólo vio a tres de los hermanos de Sean1 el joven. 2ay algo.. 3inebra dudó.o sólo los irlandeses. por eso. antes de dar la vuelta e ir hacia la puerta. !n "in.o puedo dormir —dijo—. con un cierto sentimiento de culpabilidad. no le quedó otra que agilizar el paso. pero hac#a tiempo que se hab#a dado cuenta de que aquella conversación no conduc#a a nada y que 3inebra iba a comprender de "orma equivocada o a interpretar de mala manera todo aquello que l dijera o hiciera1 como si no estuviera dispuesta ni a concederse un rayito de esperanza —. no se hallaban all#. mejor dicho. 3inebra tardó muy poco en aceptar la invitación y sentarse a la mesa. 6a hablaremos mañana sobre ello —le propuso —. !l "uego de la chimenea estar) encendido todav#a. 3inebra dio. echó un vistazo r)pido a la ventana. asintió. !l irland s no se mostró sorprendido al verlos aparecer a horas tan tard#as. dos pasos hacia la cama.. se envolvió m)s en la manta y. .ylady. :ulac.. mañana. aunque ni :ulac ni 3inebra hab#an hecho ni siquiera un gesto para responder a sus palabras —. —5ero entonces ya no estaremos aqu# —:ulac levantó la mano cuando 3inebra intentó contradecirle una vez m)s. pero "inalmente asintió. 3inebra reaccionó de "orma muy di"erente a lo que :ulac esperaba.añana necesitaremos estar en plenas "acultades. . al igual que el t#o. sonrió y por una d cima de segundo en sus ojos apareció un brillo que :ulac llevaba mucho tiempo añorando. pero hab#a bastado para que all# dentro hiciera tanto "r#o que no le habr#a sorprendido que hubiera escarcha en las paredes. . oyeron voces y vieron luz al otro lado del pasillo. 5or un instante sintió unos celos absurdos del irland s.o va a durar siempre —dijo 3inebra—. !s tarde. que me corta la respiración. . —.o se en"adó ni puso una mirada huraña1 al contrario. :ulac no sab#a cu)nto tiempo hab#a pasado levantada y escrutando por la ventana. pronto estar is de nuevo en vuestro castillo. 0nterrumpió su conversación y arrugó el ceño ligeramente.—. a punto de dar marcha atr)s para evitar una nueva conversación con Sean y los otros. :ulac vaciló un instante. . :e la tempestad de la que hab#a hablado no hab#a ni rastro. . que siguieron a los dem)s hacia "uera. Sean aspiró con "uerza. no dijo nada y "ijó la vista nuevamente en aquellas misteriosas tinieblas ondulantes que se e/tend#an al otro lado del patio. a cuyo abrigo pudieran deslizarse los seres m)s e/traños y peligrosos. 5ero pod#a entender aquella equivocación. 3inebra. se hab#a "ormado un n(cleo del tamaño de dos hombres y de una negritud a(n mayor. *on la llegada del anochecer se hab#a acrecentado el "r#o. —$. —>aya tempestad.. La oscuridad que se abr#a paso tras ellos ya no estaba vac#a. Sean y sus hermanos se levantaron al momento.—75or qu no est)is entonces arriba. La oscuridad que rodeaba la granja se hab#a concentrado en una especie de muro macizo. !l joven irland s cerró la puerta sin ni siquiera pararse a poner la tranca.aldito necio& —dijo 3inebra con rabia y tan "uerte que Sean se volvió de nuevo al notar que se re"er#a a l —. sino lo que sentía. pues los irlandeses se hab#an quedado parados unos al lado de los otros. $!s digna de verse& —comentó. apretando tanto que las comisuras de sus labios se tensaron de dolor. durmiendo en vuestro cuarto8 —replicó Sean sonriendo. —79u sucede8 —preguntó alarmado. !n el centro. :ulac y 3inebra tampoco alcanzaron a ver nada. Sus ojos se ensombrecieron. :ulac dio dos pasos laterales y se quedó casi sin respiración cuando por "in pudo ver aquello que hab#a agitado tanto al hermano de Sean. $maldito irland s testarudo& —continuó ella ech)ndole en cara. 5ero lo peor no era lo que ve#a u o#a. 5ero a pesar de lograr superar aquel cuello de botella. y.8 —se paró cuando su hermano le agarró asustado del brazo.organa. —79u es eso? —resolló Sean. como si la noche hubiera tomado cuerpo para crear una pared.. 6 no era la primera vez que percib#a algo as#. que un instante antes :ulac hab#a tomado como la mayor negrura que hab#a visto en su vida. como petri"icados. S#. Luego se limpió con el brazo la nieve que le cubr#a pestañas y barba. Las cabezas de todos los presentes se volvieron hacia l de inmediato y no "ue Sean el (nico que echó mano instintivamente a su arma antes de reconocer al joven. de ti estoy hablando.. —susurró con un escalo"r#o. —79u demonios. como si alguien le hubiera arrancado un agujero a la realidad. impidi ndoles la vista. de tal modo que se "ormó una verdadera aglomeración en el umbral. asintió sin alterar las "acciones. pero en ese momento se abrió la puerta con estruendo y el hermano menor de Sean se precipitó en la sala. y le obligó a darse la vuelta. aunque sólo hab#a sido un susurro. Sean volvió la cabeza por un segundo y lo miró arrugando la "rente1 sin embargo. —. :ulac iba a darle una mala respuesta.. pero mucho peor que el aire g lido que parec#a quemar su piel como un cristal helado era la espantosa "rialdad que penetraba en su alma. que estaba junto a l. !ntonces. la cone/ión con otro mundo tan di"erente e insólito que en su interior no ten#a cabida ni la propia oscuridad. y tambi n lo hicieron :ulac y 3inebra. 5or un momento "uera no se vislumbraron m)s que sombras y un vaiv n de remolinos. pero tambi n Sean y sus hermanos parecieron asimilar de golpe el terrible peligro que iba a brotar de la aparición. 'unque era el (nico que no hab#a salido. agarró la madera y la arrancó de cuajo. que no consiguió descolgarla pero la partió de"initivamente en dos. La espada crujió al ser arrancada de la "unda. dio media vuelta y. —$+ambi n a m# me gustar#a saberlo& —Sean "ue encorajinado hacia el centro del cuarto y se apro/imó a :ulac. como las que ya hab#a visto por lo menos dos veces. sin volverse hacia ellos pero en un tono "uerte que indicaba que esta vez e/ig#a una respuesta. a pesar de que "uera no podr#a divisarse nada aunque izaran las badanas de protección. Sin embargo. tomando a 3inebra del brazo. se mostraba terriblemente p)lido y tembloroso tras el mostrador. pues los siguieron tan pegados a sus cuerpos. 7. !staban e/puestos a los poderes lbicos de su magia negra. cerraba ya la puerta y pon#a la tranca al mismo tiempo. se apostó "rente a la puerta. . sintió cómo un escalo"r#o recorr#a su espalda de arriba abajo. pero la visión del guantelete ya le dejó muy claro a qu iban a en"rentarse. .o crees que ha llegado el momento de decirnos con qui n tenemos que v rnoslas8 '"uera resonó un chasquido enorme1 el sonido que har#a una s)bana de seda del tamaño de una ciudad entera al rasgarse en mil pedazos. :ulac logró reprimir un chillido de horror. La visión era tan angustiosa que incluso el propio :ulac. 'un as#. $' la casa& $%)pido& 4l "ue el primero que se giró y. *uando :ulac y 3inebra todav#a trastabillaban sin haber llegado a su meta. voces y traqueteos se "ueron apro/imando1 y enseguida la maciza puerta de madera de roble comenzó a temblar a causa de unos golpes contundentes que la habr#an arrancado de sus goznes si no hubiera estado la mesa sujet)ndola. Un guantelete de hierro negro se abrió paso por la hendidura. el t#o de Sean. . —79u signi"ica esto8 —preguntó Sean de nuevo. la puerta volvió a estremecerse a causa de un golpe todav#a m)s potente. la hoja se desgarró de arriba abajo y por el hueco entraron a un tiempo el "r#o y la nieve en polvo. :ulac no tuvo que d)rsela.i un segundo despu s. una cone/ión entre los mundos. reconocerse o describirse verdaderamente. sentirse. al igual que ya hab#a percibido tambi n aquella "rialdad espantosa que estaba ligada a ellas. mientras uno de sus sobrinos empujaba una de las pesadas mesas con el "in de asegurar la puerta. que no se topaba con aquella "uerza m)gica por primera vez. !n ese instante las tinieblas del interior del portal m)gico comenzaron a moverse. que al entrar en la casa estuvieron a punto de caer unos sobre otros. y tambi n los otros irlandeses desenvainaron sus armas. 5asos. *omo previsiblemente todos los dem)s. la mano derecha agarrando la empuñadura de la espada en actitud amenazadora—. . —$'tr)s& —gritó—. y luego oyeron pasos en rgicos y voces que se daban órdenes en una lengua ininteligible y de e/traños sonidos. que hab#a entrado el (ltimo. de un salto. que segu#a dando la impresión de ir a tirarse sobre :ulac en el pró/imo segundo para arrancarle la identidad de los que ven#an por ellos. la arrastró hacia la vivienda.o hab#a nada que pudiese verse. —79u est) pasando aqu#8 —preguntó el posadero. Sean y los dem)s sacaron sus armas y se repartieron entre las dos ventanas. 3inebra ten#a razón. Sean. 'quella inquietante aparición era un portal m)gico.organa.:ulac podr#a hab rselo dicho. La primera "igura que trató de penetrar por la puerta medio rota. !ntonces. les tocó el turno a los otros irlandeses. se dirigió a la mesa que le imped#a el paso y lanzó el pesado mueble hacia delante como si de un juguete se tratase. y sobre el envoltorio alargado que estaba apoyado en la pared. !l ruido met)lico que produjo ese contacto dejó claro. se topó con tres elbos oscuros que se precipitaban a la vez por la puerta. pero no habr#an bastado ni cincuenta guerreros como ellos para controlar a aquellos enemigos. !l posadero continuaba p)lido y petri"icado tras el mostrador. cuando :ulac se giró. como bien sab#a :ulac. el elbo oscuro se tambaleó hacia atr)s y chocó contra dos nuevos atacantes que aparecieron tras l. 5ero si no la empleaba para pelear contra los elbos oscuros. y su mujer acababa de aparecer por la puerta que conduc#a al resto de la casa.o —murmuró 3inebra con voz tr mula—. $. 5ero tambi n esa posibilidad resultó ser una tremenda equivocación. !ran elbos oscuros. pero el gigante negro apartó el escudo con la mano con tanta "acilidad como un adulto lo hubiera hecho con el palito de un niño. por lo que se desprend#a de las voces y zancadas que se o#an "uera. 6a hab#a visto con sus propios ojos anteriormente la implacable dureza. —$' ellos& —bramó Sean—. golpeó la mesa con "uerza y se echó de nuevo hacia atr)s cuando el t#o de Sean dirigió la punta de la espada contra su pecho. Su mirada se dirigió algo m)s a la derecha y se quedo prendida de la silla.organa. sobre la que Sean hab#a depositado la armadura m)gica de Lancelot y la espada de caballero que s# hab#a sido "orjada por la mano de un hombre. los señores del lado oscuro de la +ir . sino tambi n 3inebra y l los que deber#an en"rentarse a un destino peor que la misma muerte. $. junto a la chimenea. +ras l tronó un sonido sordo y. pues igual que no estaban cinceladas en aut ntico hierro tampoco eran humanos los que las portaban. carente de misericordia. llev)ndose una mano a la boca del susto. —. que el arma hab#a rebotado contra la coraza del atacante sin lograr su objetivo. no ser#an (nicamente Sean y sus hermanos los que estuvieran perdidos. los guerreros m)s temibles de . tratando de alcanzar a Sean y sus .o lo hagas& !l miedo en la voz de 3inebra era casi tan grande como el que l mismo hab#a sentido al pensar en sacar la espada lbica de su envoltorio y utilizar de nuevo aquella maldita arma. 5ró/imo al p)nico. con la que luchaban aquellos elbos oscuros y.organa los que trataban de echar la casa abajo.hab#a llegado instintivamente a la conclusión de que eran los esclavos pictos de .o los dej is entrar& Una segunda "igura embutida en una armadura negra cubierta de pinchos apareció bajo el dintel y de un puñetazo tiró por tierra el resto de la puerta. Sean y sus hermanos hac#an gala de una gran pericia en el manejo de sus armas. 5r)cticamente al mismo tiempo. :ulac sab#a a ciencia cierta que ninguna arma "orjada por la mano del hombre lograr#a per"orar las armaduras negras de aquellos misteriosos atacantes. sin poder creer lo que ve#a. !l t#o de Sean estampó el escudo contra su pecho para impedirle la entrada de la misma manera que a su antecesor. 6 as# ocurrir#a con los dem)s. ' causa de tres o cuatro estocadas conjuntas. tirando a su paso a uno de los hermanos de Sean al suelo. Si es que hab#a una di"erencia entre ellos.an . m)s demonios que elbos. no sólo a :ulac.g1 en realidad. 5ero aquello no supon#a m)s que una pausa para respirar. ten#an que v rselas por lo menos con una docena de gigantes. miró a su alrededor. y. . con los ojos abiertos como platos. que le sacaba dos cabezas y deb#a de pesar por lo menos el doble que l. cuyos "aldones pod#an divisarse bajo la coraza negra. al que acababa de golpear con el escudo. +al vez era la (ltima de que dispondr#a. se viniera al suelo del todo. 5ero 7cu)nto tiempo podr#a pasar hasta que los irlandeses acabaran e/tenuados8 —$*orre& $>ete& —le gritó a 3inebra—. sólo lo miró con aquella absoluta perplejidad que ya hab#a llevado a sus compañeros a la perdición. !l elbo no intentó ni esquivarlo ni de"enderse. se giró sobre los talones y se sumergió en la pelea. $0ntenta llegar al establo y desata al unicornio& $+e llevar) a +intagel& Sin hacer caso de sus protestas. un terrible golpe con la espada que hab#a pertenecido al t#o de Sean. 6 por el aspecto de la misma. Los irlandeses se manten#an "irmes y no sólo se de"end#an e/cepcionalmente de los envites de los atacantes. se levantó en el aire.el guerrero elbo no "ue a parar contra la pared como su compañero. comenzó a manar la sangre. 5ero lo que ocurrió aquella vez jam)s lo habr#a imaginado. 'l mismo tiempo. como si hubiera sido golpeado por el puño de un gigante. pero percibió la mezcla de desconcierto y horror que se adueñó de los hombres por unos segundos. le dio un empujón que la hizo tambalearse en dirección a la barra y la puerta trasera1 luego se dio la vuelta y de un saltó llegó hasta la chimenea. 5ero era tal como :ulac hab#a temidosus armas no consegu#an atravesar las armaduras protegidas por las artes m)gicas de sus enemigos. donde se derrumbó emitiendo un grito desgarrador. y el golpe alcanzó su objetivo.su enorme contrincante. Uno de los hermanos de Sean yac#a en medio de un charco de sangre. :ulac estampó el escudo en el torso de uno de los elbos oscuros.hermanos con sus violentas estocadas. !l resultado "ue todav#a m)s devastador que la primera vez.o era la primera vez que :ulac utilizaba el escudo como arma. *on un (nico movimiento cogió el escudo de runas y la espada. ?ue detr)s de l y le propinó un golpe con el borde del escudo. atacó a un segundo. no sólo para de"enderse.o pudo vislumbrar sus rostros bajo las viseras de sus recargados yelmos. . sino que dejó caer escudo y espada y se derrumbó sobre las rodillas mientras se apretaba las dos manos contra el vientre.ientras iba cayendo de rodillas despacio. y tampoco era la primea vez que sorprend#a a sus enemigos con ello. en ese mismo instante. $ni un segundo antes de lo debido& !l breve momento que se hab#a mantenido apartado de la misma hab#a sido su"iciente para trans"ormar la escena dram)ticamente. !ra la mera "uerza de sus golpes la que rechazaba a sus adversarios una y otra vez. contemplaba atónito la mancha oscura que se iba agrandando a la altura del pecho sobre su capa.. . y "ue despedido por toda la habitación hasta empotrarse en la pared que hab#a junto a la puerta. dos elbos oscuros se separaron de sus adversarios para dirigirse hacia :ulac. propin)ndole sobre la cabeza. sino que tambi n dieron en el blanco en m)s de una ocasión. con toda la energ#a de la que "ue capaz.. su t#o oscilaba hacia atr)s y. !l e"ecto "ue portentoso. 5or debajo de la cota de mallas. !l acero "orjado por la mano del hombre de la espada que empuñaba no pudo traspasar su armadura. 'un antes de que el elbo. 6 aprovechó esa oportunidad. pero la sola potencia del golpe bastó para hacer tambalear unos pasos hacia atr)s al gigante de coraza negra. . inmóvil. y :ulac no precisó nada m)s. 5ero no dijo nada. como reclamados por una señal que nadie pudo escuchar. 3inebra aguantaba la respiración horrorizada y reprim#a un grito con la mano1 luego. movió la cabeza con insistencia mientras le retiraba la mano. "ue hacia su hermano y se arrodilló junto a l. Los siete u ocho elbos oscuros que se hallaban todav#a en la sala se separaron de improviso de sus enemigos. :ulac dejó caer el escudo y la espada y se dio la vuelta. y tambi n Sean y sus hermanos emplearon la pausa para replegarse y alinearse uno al lado del otro. 5udo o#r cómo. se echaron hacia atr)s o simplemente contemplaron a :ulac con rostro incr dulo o aterrado. y cuando Sean le abrió la capa con intención de observar el estado de su herida. pero de pronto en las "acciones del irland s apareció de nuevo aquella mueca de rabia contenida que le dejó muy claro que esperaba una respuesta. —. y tambi n sus hermanos agarraron de nuevo las armas. 0ncluso su t#o se incorporó con ...5or un momento pareció que el tiempo se hab#a detenido. Luego. Sólo he visto las armas y me ha entrado miedo. ni lo he pensado —dijo :ulac—. —79u signi"ica todo esto8 —preguntó Sean con dureza—. $>ienen de nuevo& Sean tuvo un sobresalto. los elbos continuaron haci ndose hacia atr)s. pero se limitó a sacudir los hombros. los elbos se hab#an evaporado como "antasmas. : jame. palpó su rostro y levantó sus p)rpados para comprobar si viv#a. —6a seguiremos discutiendo despu s —dijo 5atricB desde la puerta. Lo volvió con cuidado para colocarlo sobre la espalda. la espada temblaba como si precisara de todas sus "uerzas para lograr sujetarla con el "in de que no se echara por s# misma sobre :ulac. ni tampoco quiso hacerlo porque era algo que le produc#a miedo. se puso de pie y envainó la espada mientras se dirig#a hacia :ulac y. Sacudió la cabeza. le hac#a un gesto a 5atricB. :os de ellos agarraron por debajo del brazo a su camarada herido y se marcharon con l1 el que :ulac hab#a empotrado contra la pared consiguió levantarse tras muchos es"uerzos. Un instante despu s. :ulac esperó incluso salir del paso con aquella a"irmación. se levantó con la cara contra#da y se dirigió hacia su t#o. +ambi n l se hab#a derrumbado sobre el suelo. el tono alterado de su voz y. la e/presión de horror de su cara parecieron con"undir a Sean. todav#a mucho m)s. sólo se giró de improviso. al mismo tiempo. 6 yo quiero saber por qu ha muerto. 5or un breve espacio de tiempo. —Sólo es un rasguño —dijo—. 5or muy poco convincentes que sonaran sus palabras. cuyo verdadero signi"icado no "ue capaz de aclarar. 4ste se recobró por "in de su inmovilidad y se acercó a la puerta con pasos r)pidos. pero viv#a todav#a. Su voz temblaba—.la e/presión en los ojos de Sean.i hermano est) muerto —dijo Sean con "rialdad—. chico. Su corazón lat#a tan deprisa que apenas pod#a aspirar el aire1 en lo m)s pro"undo de su ser se despertó una sensación. a su espalda. @adeando. como si una araña venenosa le hubiera picado. Sean no pareció convencido. en su mano derecha. !l irland s lo "ulminaba con la mirada y. 6 no me cuentes mentiras. se encontró con algo que todav#a le causó m)s miedo. $+e prevengo& —6o. o era un guerrero elbo el que hab#a irrumpido en la sala. !ra un tit)n de pelo negro. Sin embargo. cubiertos con pieles y cuero de color negro1 guerreros b)rbaros con largas melenas y barbas hirsutas. pero en ese mismo momento otro lanzó su maza y. consiguió desviar la trayectoria de la espada. . —$*orre atr)s& $. el *aballero de 5lata. dio media vuelta y desapareció mientras Sean y los otros irlandeses estaban ocupados cargando mesas y sillas para construir una barricada provisional. apretando los dientes a causa del es"uerzo. aquella que le hac#a invencible al mismo tiempo que le iba quitando su humanidad poco a poco.o recibió ninguna respuesta. un segundo era tan importante como un año. pero si la vida era sólo cosa de momentos. . 'utom)ticamente levantó la espada y eso hizo que tambi n el brazo derecho y el hombro le e/plotaran de dolor1 sin embargo. :ulac no pudo izar el escudo para atenuar la violencia del impacto. que. Los b)rbaros no eran imbatibles como los elbos contra los que acababan de luchar. tras unos segundos. cuando se dio cuenta de su error. +ambi n :ulac se unió a la lucha valerosamente. y la espada de los elbos en la mano. 6 tambi n la barricada que hab#an levantado los irlandeses resultó sorprendentemente bene"iciosa. hasta el (ltimo segundo. pero por lo menos a simple vista no le descubrió ning(n rasguño. Sent#a el brazo izquierdo como paralizado y oleadas de dolor se e/tend#an por su cuerpo.di"icultad. Sus pensamientos "ueron interrumpidos cuando una "igura ataviada de negro apareció ante la puerta destruida. Las palabras iban dirigidas al posadero. pero en esos casos siempre hab#a llevado la armadura plateada que le trans"ormaba de :ulac en Lancelot. mazas y hachas. :ulac tuvo el convencimiento de que ten#an ya la batalla perdida. !l picto no tuvo ni de lejos tantas consideraciones como los guerreros elbos. pues m)s de un picto dejó su vida en ella al intentar escalarla. La porra de hierro cubierta de p(as chocó contra el escudo con tanto impulso que se le "ue a su dueño de la mano. pero tambi n :ulac se tambaleó emitiendo un grito de dolor.o lo comprendió. Sean y los otros trataban de de"enderse ya del ataque de por lo menos una docena de enemigos y desde "uera llegaban m)s y m)s. al e/tender la mano hacia ella. provistos de espadas. con la mano sobre la boca y temblando por todo el cuerpo. —7!st)s herida8 —le preguntó. !n esos momentos. ' trav s de una niebla de dolor y debilidad. m)s que vio. . Sintió. !l tit)n del hacha de doble "ilo irrumpió chillando y cayó al suelo cuando Sean le golpeó con una silla. pero paró a mitad del movimiento.ira si el camino est) libre& —bramó Sean. blandiendo una gigantesca hacha de armas. para sorpresa de :ulac. para tratar de tranquilizarla asi ndola del brazo. la joven se echó hacia atr)s con una mayor e/presión de miedo en sus ojos. el siguiente ataque. :ulac vio venir a un b)rbaro inmenso e . un arma no demasiado habitual pero muy e"ectiva. !lla segu#a como paralizada. 6a hab#a visto esa mirada m)s de una vez en 3inebra. pero los superaban tanto en "uerza como en "irmeza y su n(mero era mucho mayor. Sin embargo. Logró propinarle a un picto un empujón tan en rgico con el escudo de runas en el pecho que ste tropezó hacia atr)s y se cayó al suelo. :ulac elevó el escudo instintivamente y dio un paso hacia l. pero sa "ue una decisión que estuvo a punto de pagar con la vida. y levantó el arma mientras :ulac se plantaba de dos zancadas junto a 3inebra. perteneciente al pueblo picto. :ulac no cre#a que ese obst)culo detuviera a los elbos oscuros. 6 tras l se alineaban varios m)s. :esde el e/terior segu#an llegando m)s y m)s pictos y tambi n desde el otro lado de la casa le pareció o#r golpes sordos y tumulto. algo que no era ni de lejos tan sencillo como pod#a creerse.. 6 las cosas se pusieron todav#a peor. pero la pregunta que ten#a en la punta de la lengua se trans"ormó en un grito de espanto cuando vio que los pasos del hombre se hac#an vacilantes.intentó dar marcha atr)s in(tilmente.. junto a la chimenea. dos años atr)s. se elevaba ahora una nueva pared de muertos y heridos. y al mirarse la mano derecha. la puerta se abrió de repente y apareció precisamente el posadero. ?inalmente descubrió a 3inebra. por consiguiente. 'poyó con presteza el escudo de runas contra la pared. 6 al momento siguiente la llevaba puesta.organa y. mazas y espadas de sus enemigos. a causa del miedo y del dolor que sent#a. 5ero. —+enemos que salir de aqu# —jadeó—... que hab#a desaparecido en medio del caos. chocaba contra la barra y se deslizaba hacia el suelo. jam)s se hab#a preguntado de dónde sacaba la destreza para pon rsela completa. 6 siempre ocurr#a muy deprisa. a "alta de otra idea mejor. descubrió que ya no . depositó la espada entre las manos de 3inebra y. el momento en que su resistencia iba a venirse abajo estaba pró/imo a llegar. +rastabillando de debilidad. *omo si "ueran las palabras de un sortilegio. de un salto. en que hab#a hallado la armadura en un pequeño lago. y ten#a una daga en las manos1 un arma que provocaba incluso ternura comparada con las hachas.. :ulac echó un vistazo r)pido hacia la puerta por la que hab#a entrado el posadero. :esde la barricada de mesas y sillas que Sean y sus hermanos hab#an construido.. *reyó ver algunas sombras. que no se impresionaban lo m)s m#nimo ante la crudeza con la que se de"end#an los irlandeses ni la velocidad con la que derribaban a sus compañeros. pero que a :ulac le hizo comprender de manera atroz que 3inebra no dudar#a en terminar con su vida antes que permitirse caer en manos de los b)rbaros y. tal vez gritos. y con todos sus pensamientos puestos en 3inebra. Segu#an entrando pictos. y mucho mayor. que los sicarios irlandeses continuaran deteniendo el asalto de los pictos. por muy valerosos que se mostraran los irlandeses. !l posadero quiz) haya. . no sólo el roce en su piel de la armadura de plata.. se apartó de la lucha y "ue hacia ella. Se hab#a acuclillado en un rincón. :ulac no vio si hab#a podido rechazar la embestida o sta le hab#a alcanzado en su lugar. 5or una d cima de segundo se quedó petri"icado. pues no iba a tener tiempo de coloc)rsela completa. en las del mismo 'rturo. comenzó a tirar de las piezas de la armadura.claramente era cuestión de magia que sintiera. pero como si se tratara de un verdadero milagro ning(n atacante apareció por all#. 'l otro lado. !n la espalda llevaba clavados los v)stagos de tres "lechas. quiz). sobre la que sus camaradas deb#an trepar literalmente. pero en el (ltimo momento uno de los hermanos de Sean se interpuso entre los dos. :ulac se apro/imó a l. sino el acostumbrado peso del escudo de runas que pend#a de su brazo izquierdo. %etrocedió a ciegas y pró/imo al desmayo. *asi desesperado. La espada del b)rbaro se irguió para in"ligirle el golpe de gracia. y "ue un segundo milagro. :esde el aciago d#a. en las de . llegó a la silla situada al otro lado de la chimenea.. $5ero lo de esa vez hab#a sido verdadera magia& 6 m)s a(n. tras el mostrador. 5ero no era el arma de dos "ilos que le hab#a dado a 3inebra. 5ero al mismo tiempo present#a el precio que deber#a pagar por ello. en (ltima instancia.i la armadura ni la espada le hac#an invencible e invulnerable. Lancelot se giró muy despacio. !l rostro de 3inebra ten#a la palidez de la muerte. —. Lancelot cerró los ojos. esa espada le trans"ormar#a de un hombre en algo muy distinto. o#a sus gritos y ve#a su sangre. ahora empuñaba una espada. y la miró. La hermana oscura de !/calibur. pero lentos. 'l momento siguiente estaba junto a 3inebra. !l miedo relampagueaba en sus ojos. el m)s invencible de todos los caballeros. . y el t#o se hab#a apoyado contra una mesa para mantenerse de pie mientras sujetaba la espada con ambas manos. —$Lancelot& $. de todos aquellos a los que hab#a aniquilado.o& —jadeó 3inebra. :ulac dio un nuevo paso. le hab#an salvado la vida.o sab#a de dónde le ven#a aquel convencimiento. 'unque Sean y los otros hubieran actuado movidos sólo por una recompensa real. es que tenia que hacerlo. 3imiendo. La espada se levantó sin su participación. si la sangre manchaba ese "ilo una sola vez m)s. segu#a viendo los rostros contra#dos por el dolor de Sean y los suyos. !ra la espada de runas. le arrancaba la espada de las manos y atacaba. apro/im)ndose hacia sus enemigos como la lengua b#"ida de una serpiente. la e/periencia y la sabidur#a de todos aquellos que la hab#an portado antes que l. Sab#a que podr#a hacerlo. s#. 6 la sent#a m)s poderosa y seductora que nunca. . Lancelot clavó sus ojos en la batalla. La irresistible determinación de en"rentarse al enemigo y golpearle. de aniquilar y destrozar que le hab#a imbuido la espada de runas.estaba vac#a. Le quedaban pocos segundos para decidirse. a s# mismo y tambi n a Sean y sus hermanos. :ulac percib#a la "uerza que de pronto recorr#a su cuerpo.o es que "uera ")cil. sujetó la espada con ambas manos y la lanzó al aire proyectando un gran arco. el mozo de cocina. despacio y a hurtadillas. Sus mandobles eran "uertes. :e pronto ten#a la sensación de poner respirar en libertad. 6. casi absurdo. pero le conced#an la "uerza. . y la avidez con la que el acero color plata vibraba en su mano y le impel#a con todo su poder a alcanzar a los pictos y saciar la sed de sangre de la espada. 'hora era de nuevo el caballero Lancelot. pero el deseo absoluto. hab#a desaparecido. Sean y los otros irlandeses segu#an resistiendo. Sab#a lo que iba a suceder si utilizaba esa espada una sola vez m)s. y en lo m)s pro"undo de s# mismo pudo percibir cómo el alma negra de la hoja gritaba su victoria. 0gual que la armadura de plata le hab#a llevado. y l no pod#a agradec rselo viendo cómo los mataban y sin intervenir en la contienda. de ser :ulac. como luchando contra una cadena invisible y casi imposible de romper.o —suplicó de nuevo. temblando. Lancelot dio un paso y levantó la espada. Segu#a teniendo miedo. . a trans"ormarse en Lancelot du Lac. pero sus "uerzas mermaban a ojos vista. pero sent#a de una manera absolutamente instintiva que el destino que le aguardaba ser#a mucho peor que la muerte. y la imagen le llenaba de enojo. +odos sangraban por innumerables heridas de m)s o menos gravedad. Ser#a tan ")cil. Sólo ten#a que abandonarse a aquel impulso y salvar#a a 3inebra. Sent#a que ten#a los m(sculos acalambrados y el corazón le lat#a con tanta "uerza como si "uera a saltar de su pecho de un momento a otro. pero no le prestó m)s atención. se dio cuenta de que tambi n Sean y los dem)s sacaban "uerzas de "laqueza para superar el ataque —algo que era una absoluta locura. +ambi n l "ue tocado numerosas veces y.o hab#a ni un mueble en su sitio o en pie y por todas partes yac#an pictos muertos o a punto de morir1 una docena y media. 6 en alg(n momento dado todo terminó. las piernas apretadas contra el cuerpo y el brazo izquierdo protegiendo su cara. o incluso m)s. Los pocos pictos que hab#an superado aquel combate que. Segu#a agachada en el rincón. . :e un solo tajo se llevó por delante a siete u ocho. y continuó adelante. inesperadamente. 'l e/tender la mano . *uando se giró. a pesar de que su peso casi le obligaba a apoyarlo en el suelo. y no esa desconocida criatura maligna que a l mismo aterrorizaba. Lancelot tan sólo echó un vistazo r)pido al escenario de la tragedia. le proteg#a e"icazmente de todas las estocadas. +emblaba por todo el cuerpo. levantó la espada en alto y buscó un nuevo contrincante. !l acero de Lancelot avanzaba por las "ilas de los b)rbaros como la guadaña de un campesino corta el grano.o esperó a que el hombre se derrumbara1 se volvió. un nuevo corazón en el que pudiera penetrar su arma. y evitó tambi n soltar el escudo. pero no la envainó todav#a. *on un grito atronador se lanzó a la batalla. tuvo que reunir toda su "uerza de voluntad para no salir detr)s de los "ugitivos ni matar a los (ltimos. un nuevo cr)neo que pudiera machacar. una imagen aterradora se o"reció a sus ojos.pero era tambi n sólo el caballero Lancelot. muerta de miedo. *on la otra mano empuñaba la daga en alto. y los dos estaban cubiertos de sangre y hac#an verdaderos es"uerzos para lograr mantenerse en pie. 5ero los golpes sordos que le sacud#an hasta la m dula no le mermaban ninguna "uerza1 al contrario. Lancelot bajó la espada entre jadeos. Sin embargo. aunque la armadura. pero el enemigo murió casi en el mismo momento. !n su primera ojeada. que el arma del atacante se deshizo a pedazos y el #mpetu de la herramienta bastó para paralizarle el brazo izquierdo y el hombro casi por completo. "orjada con el mismo material invulnerable de las corazas negras de los elbos oscuros. sino que siguió contraatacando al enemigo como si no importara nada m)s. hab#a tomado una trayectoria tan cruenta para ellos. Lo que ya hab#a ocurrido una vez se repitió con cien veces m)s #mpetu. pero all# no hab#a nadie m)s. . atravesado por el acero de Lancelot. :e todas "ormas. tal vez dos. !l brazo portador del escudo se escurrió sin "uerzas. 'l mismo tiempo empujó el escudo y con ese movimiento tiró por tierra a dos b)rbaros mientras l saltaba por encima de la barricada de muebles con el "in de abalanzarse como un demonio sobre los pictos que iban apareciendo. pero cuando la miró a los ojos se dio cuenta de que ella no era consciente de estar armada ni mucho menos se sent#a en actitud de de"enderse. la energ#a de los golpes era tal que le obligaba a gritar de dolor. buscaron la salvación en la huida. La taberna hab#a sido arrasada. Su escudo se estremeció bajo un golpe de hacha tan potente. iban acrecentando su ira. ' trav s de una neblina de sangre y rabia. luego voló en dos zancadas hasta 3inebra e hincó una rodilla en el suelo para ponerse a su altura. pues la supremac#a de los pictos resultaba evidente —. :e un salto se puso al lado de Sean y derribó a un picto que acababa de impulsar su hacha para soltarla sobre los cr)neos de los irlandeses. 5ero tambi n los de"ensores hab#an pagado un precio muy alto por su victoria. Lancelot se dio cuenta que sólo Sean y su hermano 5atricB hab#an sobrevivido. como si no se atreviera a tocarlo. 75or qu de pronto esas palabras sonaban tan c#nicas a sus o#dos8 0ba a añadir algo m)s. y comenzó a sollozar. donde yac#a sobre un gran charco de sangre que crec#a por momentos.o hab#a nada que pudiera decir para consolarlo. Lancelot& !n un primer momento pareció que tampoco iba a reaccionar al tono de su voz. pero no lo hab#a alcanzado. !l irland s "ijó la vista en la visera que cubr#a la cara de Lancelot durante un largo momento. ten#a la cabeza y el tronco del muerto sobre su regazo y lloraba en silencio. 3inebra retrocedió. desapareció el relampagueo de su mirada. luego se giró de golpe. tratando de pegarse m)s a la pared.en su dirección. por eso calló por espacio de un momento y luego sólo dijo—+enemos que marcharnos. 6 ahora o#a desde otros puntos de la casa gritos y llamadas. . 0ba a volverse hacia Sean. pero el rostro de Sean parec#a el de una estatua cuando levantó la vista y miró a Lancelot. 2ab#a combatido bastantes veces contra los b)rbaros del . que a(n no hab#a despertado del todo. pero se quedó el miedo. pero sent#a la garganta atenazada. :eprisa. Sus palabras no eran ning(n consuelo. hab#a logrado llegar hasta detr)s de la barra. y si lo hab#a hecho.o le sorprender#a. Se han ido. no1 a ella le habr#an parecido un puro escarnio. !ra un hombre muy valiente. Su mujer estaba de rodillas a su lado. 3inebra continuó sin reaccionar. Sean y 5atricB se hallaban arrodillados junto a los cad)veres de sus hermanos. !n cuanto al posadero. Siguió mir)ndolo de aquella terrible manera y Lancelot entendió que no pod#a decir nada m)s sin que las cosas "ueran peor. tal vez el crepitar de las llamas. luego volvió muy despacio la cabeza y miró la silla vac#a donde el d#a anterior hab#a dejado la . como si quedara todav#a algo que pudieran hacer por ellos. y tendr#a que haber estado ciega para no saber de qu lado hab#a luchado el *aballero de 5lata. dejadme que os diga que o"reció la vida por su reina. envainó la espada por "in y "ue hacia Sean y 5atricB. ?inalmente.orte como para saber que devastaban todo aquello que no pod#an conquistar o rapiñar. 'guantó su mirada un instante m)s. todo lo que Lancelot vio en sus ojos "ue horror y un dolor sordo. 4ste (ltimo estaba arrodillado junto a su hermano pequeño. —Lo siento —dijo—. —$3inebra& $Soy yo. aquello que leyó en los ojos de la mujer de pelo cano se lo habr#a impedido. %egresar)n y no podremos contenerlos m)s.o estaba muy seguro de que Sean hubiese o#do sus palabras. —6a todo ha acabado —dijo—. . a pesar de las tres "lechas que le hab#an herido. Sin embargo. La imagen de desolación que se o"rec#a a sus ojos no hab#a cambiado. con las manos e/tendidas hacia l. y quiz) algo m)s. una visión que a Lancelot casi le rompió el corazón. 's# que abandonó con tristeza y se levantó gir)ndose a un tiempo. Si os sirve de consuelo. pero cambió de idea y se dirigió hacia la mujer del posadero. . 'unque hubiera podido hablar. !lla oyó sus pasos y miró hacia arriba. daba la impresión de ser para peor. o necesitar)n mucho para recobrarse y volver con dos o tres veces m)s soldados —se quedó callado unos segundos. . %endidles los (ltimos honores y recoged vuestras cosas. . *r eme. . 6 decidle a esta buena gente que tiene que abandonar la granja. —+e lo e/plicar todo. y no le resultó ")cil —. >oy a buscar los caballos y os espero "uera. 'hora mismo. *onozco a los pictos.armadura. antes de atreverse a continuar. y por "in en"ocó a Lancelot de nuevo. ' continuación dirigió los ojos a 3inebra. pero no ahora —respondió Lancelot a su pregunta velada —.e temo que no hay tiempo de enterrar a tus hermanos. Los pictos no los dejar#an con vida. tenerle bajo el in"lujo de su magia negra. le habr#a resultado muy ")cil ir tras el rastro de los "ugitivos y matarlos uno a uno. y en ese instante no habr#a reunido la "uerza su"iciente para presentarse ante ella. ' lomos del unicornio. el gigantesco caballo negro de Sean y el no menos musculoso de 5atricB.i tampoco ante Sean.o tuvo que esperar mucho.o hab#a sido necesario que "uera a buscar los caballos. por tanto. pero desde el primer momento los pictos estaban condenados a morir. Los dos irlandeses supervivientes parec#an tener intención de seguir su consejo y. . 5ero no se apro/imó m)s all) de cien o ciento cincuenta pasos de la misma. 6 ese descubrimiento era tambi n la razón de que. *uando salieron de nuevo. la puerta del establo estalló como si la hubiesen abatido a puñetazos y el unicornio salió galopando. consegu#a "inalmente abocar su alma hacia el lado oscuro.organa. 'l contrario. 'l igual que todos los soldados humanos que . tuvo claro que ya hab#a vertido bastante sangre en su vida. aquella ansia de sangre que se hab#a apoderado de l. si con cada vida que el caballero segaba. desaparecieron en las cuadras. Sin echar ni . hubiera desistido de ir tras las pistas de los pictos que quedasen en pie. llevaban la yegua blanca de la joven. ya que el resultado ser#a el mismo tanto si ella lograba apoderarse de Lancelot y. !ra justamente la muerte de aquellos condenados la que le dar#a el triun"o "inal a .ordred los hubieran prevenido en relación a lo que pudiesen encontrarse.o hab#a olvidado la e/presión en los ojos de 3inebra. lo su"iciente para observar el edi"icio y todo lo que all# ten#a lugar sin ser visto. . acompañados de 3inebra. embridado y cubierto con su barda. 5robablemente as# habr#a sido. a los pocos minutos. .organa le hab#a ido mandando a lo largo del tiempo. tambi n le hab#a dejado absolutamente claro cu)l era el plan de . tanto a 3inebra como a l. Su espantosa e/periencia.)+ !ra mucho m)s de medianoche cuando Lancelot se unió a ellos "inalmente.organa. al "inal. que no estaban all# para vencerle.no hab#a enviado a sus guerreros elbos por ning(n otro motivo que cogerlos vivos. y muchas huellas que no iban en la misma dirección. pero mientras cabalgaba a trav s de la nieve y el "r#o. que galopaba con igual soltura sobre dos palmos de nieve que sobre el suave suelo del bosque o las rocas m)s duras. pues la irrupción del *aballero de 5lata tuvo que sorprenderlos por completo. . Las monturas de los irlandeses muertos y el animal de carga los dejaron atr)s. no sólo le daba miedo. pues en cuanto abandonó el edi"icio. y Lancelot se montó y "ue a comprobar si hab#a pictos supervivientes o rastros de ellos por los alrededores. 2ab#a encontrado los cad)veres de dos b)rbaros que se hab#an arrastrado durante un buen rato hasta caer muertos sobre la nieve. Lancelot no cre#a que .organa o . sino que estaban por todas partes como si el p)nico se hubiera adueñado de los guerreros y stos hubieran acabado desorientados en medio de la noche. pensando en las pavorosas escenas que hab#a vivido en la posada. como. 6 por eso llegó un momento en que dio media vuelta y regresó a la pequeña granja. 79u podr#a haber replicado8 —7'dónde vamos8 —preguntó señalando con un gesto camino adelante —. detenerse tambi n. luego. pero "inalmente puso al trote ligero a su caballo para apro/imarse lo antes posible a ellos. Sólo soy yo. pero Lancelot sintió el dolor que segu#a tortur)ndola. Los dos irlandeses y 3inebra le esperaban tras un recodo del camino. pero en el de su hermano su e/presión era tal que Lancelot tuvo que apartar inmediatamente la vista de l.adie nos sigue —hizo que el unicornio caminara m)s despacio y puso las dos manos a la vista.o nos siguen —repitió—. pero Lancelot no respondió. y ni siquiera demasiado convincente. 7Sólo lejos de aqu# o ten is un objetivo para esta noche8 Sean rió con amargura. porque ten#an que contar con que iban a perseguirlos pese a todo. el cielo se hab#a teñido de rojo. montaron y desaparecieron en dirección este en medio de la noche. :udó durante largu#simos minutos. por su armadura plateada y se quedó colgada de la visera que ocultaba su rostro. —. Las palabras le hicieron daño. que hab#a cabalgado algo m)s para. procurando mantener una distancia segura entre l y el grupo delantero. adem)s hab#an desenvainado sus espadas y no las bajaron ni cuando Lancelot salió de la oscuridad y pudieron reconocerle. 'lgo asustado. Lancelot los siguió a cierta distancia. La granja. el joven se giró sobre la silla y suspiró al ver que. pero luego levantó la mano y se subió la visera del casco. señalando con la cabeza en la dirección por donde hab#a llegado Lancelot. . Sean y 5atricB hab#an alineado a sus animales de tal manera que no habr#a perseguidor que se les pudiera escapar. —9ue paguen con su vida aquellos que se han rodeado de quienes no deb#an — dijo Sean en voz baja. —. aquello no era m)s que una mentira. tras ellos. su mirada pasó por el caballo de Lancelot. Sean. .o tem)is —dijo con rapidez—. —7!st)is. seguro8 —preguntó Sean. y si l llevaba la armadura y montaba su caballo sus sentidos eran mucho m)s intensos que los de las dem)s personas.. 2ab#a bajado el escudo.. Lancelot titubeó un instante m)s. sobre el cuello del animal. pero no la espada. .o "ijó los ojos en Sean. !staba demasiado oscuro para ver m)s all) de una sombra algo m)s clara en el lugar de su cara. 5atricB y 3inebra cabalgaron una hora m)s y Lancelot se dio cuenta de que probablemente no se detendr#an antes de que terminara la noche y saliera el sol. :urante m)s de una hora siguió su rastro. tienen algo mejor que hacer —dijo Sean. y oscilando de un ligero alivio al enojo. !l rostro de Sean continuaba impenetrable. sino que miró en la dirección de 3inebra. —.una sola mirada a la granja. como esculpido en piedra. *reo que ya han tenido bastante por esta noche. 5or espacio de un buen rato consiguió convencerse a s# mismo de que se trataba de una simple medida de precaución. 5or supuesto. algo como. 5ero no creo que lo hayan hecho —sacudió los hombros y se volvió de nuevo hacia Lancelot—. Si lo dese)is. 'l principio sus contrincantes eran siempre hombres que hab#an consagrado sus vidas a la guerra y la batalla y que sab#an en lo que se met#an. tienes que creerme. sin ninguna intención de apro/imarse a ellos. Sir. :esde que era caballero. !n su lugar. amarga. llevaba innumerables luchas a su espalda.ecesitamos un escondite para el resto de la noche —dijo—. podemos cabalgar hacia all# para ver cómo los matan.<Su muerte no ha sido en vano=. —+al vez hayan salido adelante.<2an muerto por una buena causa=. !n el caso de que los pictos encontrasen nuestras huellas. !lla lo miró en silencio y con las "acciones casi inmóviles. Se acercó ligeramente y contempló el . —5ara ya de una vez con eso. pero lo de esa noche hab#a sido muy di"erente. !n todo caso. +ambi n ellos hab#an girado a sus animales. +ambi n esta vez pre"irió no reaccionar a las palabras del irland s. o. 3inebra se giró sobre la silla y miró tambi n el cielo que brillaba con el color de la sangre "resca. —76 la gente de la posada8 !n vez de contestar directamente. durante la de"ensa de *amelot hab#a estado combatiendo en las almenas contra las hordas de los pictos y hab#a medido sus "uerzas con la espada contra los terribles elbos oscuros. —S# —respondió en tono apenas audible Lancelot —. *ada vez eran m)s inocentes los que pagaban un alto precio por que un simple mozo de cocina de *amelot hubiera cumplido su sueño de convertirse en radiante caballero. ?ue como si le hubieran dado un mazazo. dio la vuelta al unicornio y cabalgó de nuevo hacia Sean y 5atricB. . Sus labios dibujaron una sonrisa "ina. les he dicho que ten#an que huir de inmediato. sin embargo. *omo intuyó que 3inebra no iba a decir nada m)s.o podemos arriesgarnos a pedir re"ugio en alguna parte. pero no pudo hacerlo. +al vez tenga ya unos cuantos s(bditos menos.—+odav#a nos quedan algunos amigos. se hab#a instalado un vac#o que era mucho peor. 3inebra respondió tan solo—>ivo. +ienes razón. —. 2ay una pequeña aldea a pocas horas de aqu#. aunque la mayor#a de ellos en el (ltimo momento tuvieran dudas sobre la necesidad de sus acciones. Seguro que lo har) —le habr#a gustado decir algo m)s. 3uió al unicornio para que sobrepasara a su caballo y se puso al lado de 3inebra. Sir —murmuró Sean. 5ero ha ocurrido y no hay nada en el mundo que pueda cambiarlo. —Lo que vosotros dig)is. 5ero tambi n eso hab#a cambiado. pagar#an todav#a m)s inocentes con su sangre. —+al vez no habr#a sucedido si hubi ramos sabido desde el principio en lo que nos met#amos —dijo Sean con pesadumbre. y Lancelot sintió un nuevo escalo"r#o cuando observó sus ojos. !l reino lo superar). Sean. por "avor —dijo :ulac en tono bajo—. +em#a ver en ellos el miedo que tanto le hab#a a"ectado antes. Siento much#simo lo de tus hermanos. pero se hab#a evaporado. 2ab#a partido a la batalla junto a 'rturo. —7*ómo est)s8 —preguntó. . 75odemos huir de un enemigo que lucha utilizando la magia negra y es capaz de salir de la nada8 —. +an sólo un puñado de casas. —5erdonad.. Lamento la muerte de tus hermanos. pero.o habló m)s y. tan inesperadamente como el primer rayo de una tormenta de verano. 5ero si no quieres que hayan muerto por nada. —75odemos hacerlo8 —preguntó Sean—. 'mbos hemos cometido equivocaciones. —comenzó Lancelot. tras un momento. pero de pronto. 5ero mientras estemos con vida. qui n sois. 76 hubierais salido enseguida en lugar de quedaros una noche m)s al calor del hogar y bebiendo cerveza8 —aquellas palabras ya le dolieron aun antes de acabar de pronunciarlas. 5ero tal vez mis hermanos estar#an todav#a con —7. lo arrancó a medias de la silla y con la otra mano se dispuso a pegarle un puñetazo. —admitió Sean—. —6o soy el que tengo que pediros perdón —replicó Lancelot y aquellas palabras no eran una mera "órmula.. 7. y tal vez nunca m)s. —Sean.o lo s —respondió Lancelot con sinceridad—.o pretend#a o"enderte. —6 si creyeras en la magia. debemos procurarlo por lo menos. 'll# podr#amos encontrar cobijo. !l unicornio resolló intranquilo y empezó a golpear con los cascos delanteros sobre la nieve..o os reconozco. la ira relampagueó en sus ojos. soltó a Lancelot de nuevo y bajó el brazo.aldito.lvid moslas y pensemos mejor en lo que ha de venir a continuación. ya era demasiado tarde para volverse atr)s. pero s 'unque no sea posible.o estoy de humor para bromas.rostro de Lancelot tras la visera levantada —. —' lo dicho —respondió el irland s—.. en lo m)s pro"undo del bosque.e habr#ais cre#do8 —. no. . —.o lo s vida. pero no s si estar#amos realmente seguros en ese lugar.. —9uiz) primero debamos procurar colaborar juntos.. 'hora. Sir Lancelot —dijo—. Lancelot lo calmó acarici)ndole la crin.. Sean "ijó la vista en l durante una pequeña eternidad. debemos parar de hacernos reproches mutuamente y pensar en cómo podemos huir de nuestros perseguidores. 'garró a Lancelot. 0ntentó sonre#r —. . naturalmente. 2ay una pequeña aldea no muy lejos de aqu#. La ira desapareció tan deprisa como hab#a llegado. !l animal hab#a percibido el coraje del irland s y reaccionó a su manera acostumbrada. con toda honestidad — contestó Sean. *asi nadie sabe de su e/istencia.. pero el irland s le interrumpió con un movimiento de la cabeza que denotaba en"ado. . —. te lo ruego —dijo Lancelot—. si hubierais hecho lo que se os aconsejó8 —le interrumpió Lancelot con dureza—. . —5erdón —pidió Lancelot—.o pod#a dec#roslo. . Sir —dijo Sean. —se calló. no puedo acordarme de su cara. :escr#bemelo. ten#a un aspecto noble. +e vas a volver loco si cada vez que hablas conmigo tienes que pensar cómo debes dirigirte a m#.. por "avor —le interrumpió Lancelot—. Se dio media vuelta en la silla y.o hay mucho que describir —respondió el irland s—. !n ese momento. 2ab#a algo que le estaba preocupando.e temo que ni yo mismo s la respuesta.. +en#a una cara normal. yo s pero. cuando lo hizo.. —. perplejo. o precisamente porque Sean las hab#a e/presado.o me re"iero a eso —contestó Lancelot—. —+iene que haber sido alguien de nuestra raza. todav#a no.. sin que realmente encontrara la manera de mani"estar sus pensamientos con palabras. sin embargo.. se hizo la luz en su cerebro. entonces tal vez tengamos m)s oportunidades de las que cre#a. +al vez haya llegado el momento de que empiece a creer en la magia. +en is razón —murmuró "inalmente—. Sean tardó bastante en responder y.. casi temeroso para decir—!n realidad. y luego arrugó el ceño para meditar durante un buen rato —. !s sólo que. . —Se calló un instante y luego añadió en distinto tono. . evidentemente. yo s qui n sois —Sigue tute)ndome.organa le siguiera a l. —7Uno de #uestra ta(a? —repitió Sean con e/trañeza—. a pesar de que Lancelot ten#a la seguridad de que en ese preciso instante al irland s le resultaba muy incómodo utilizar ese trato de con"ianza con l—. !n realidad.— 5ero si "uera como 3inebra sospecha. !n todo caso. :e alg(n modo. 7+en#a los ojos azules o verdes8 7La nariz "ina o ancha8 7Labios delgados8 7Buena o mala dentadura8 —7' qu viene esto8 —preguntó Sean—. 6. 7:ónde dices e/actamente que est) esa aldea8 —. hab#a escuchado el (ltimo tramo de la conversación. 5odemos llegar a ella a la salida del sol. —6o s qui n eres —dijo Sean obediente.Lancelot re"le/ionó durante unos instantes.. no sobresal#a nada en ella1 un hombre que causaba con"ianza. miró por un momento a Lancelot. no a nosotros.. —!se desconocido que os encargó buscarnos y llevarnos a la posada. —7*on eso quieres decir que no recuerdas nada de l8 —$+onter#as& —le replicó Sean—. qui n eres. con un asentimiento.. —se corrigió-— disculpad. añadió pensativo en dirección a la joven—6 seguramente .o muy lejos —contestó Sean—. al escuchar las dudas de Sean.. —0gual que ocurre conmigo —dijo Lancelot. !ra absolutamente normal. —. Lancelot no se hab#a dado cuenta de que 3inebra se hab#a acercado hasta ellos y. no te reconozco —sacudió la cabeza —. adoptó un tono alterado. 79u 7Una raza de magos y brujas8 signi"ica eso8 —:esear#a que "uese tan sencillo —murmuró Lancelot m)s para s# mismo que para el irland s—. ylady —dijo Sean con severidad—. 5ero vamos a evitar todos los pueblos y asentamientos. no lo consiguió del todo.i siquiera ese comentario logró sacar a Sean de sus casillas. —5ero Sean tiene razón —dijo Lancelot—.—$. +engo la sensación de que de momento estamos m)s seguros en vuestra compañ#a que solos. ahora mismo es considerablemente m)s seguro cabalgar de noche y mantenernos ocultos de d#a. !l camino hasta +intagel no es largo. 3inebra sacudió en rgicamente la cabeza. .ylady —respondió Sean. 'll# recibir is la segunda parte de vuestra recompensa de mis propias manos. !l hombre se limitó a sacudir la cabeza y decir—.ylady.o& —les contradijo 3inebra con gran resolución. 'unque hubiese puesto mucho empeño para que sonase burlona. . m)s que resaltarlas. . 5or muy cansado que sea. —.tambi n vosotros hab is perdido mucho m)s de lo que os puedan compensar con dinero. 6 ya que estamos en ello. cabalgaremos de noche y nos ocultaremos de d#a si t( crees que es m)s seguro1 de esas cosas yo no entiendo nada ni quiero entender. pero el "ulgor rojo parec#a haberse tragado la oscuridad.. los caminos y veredas.o es por el dinero.o sólo Lancelot se volvió sorprendido hacia ella.o& —repitió en tono decidido—. 'dem)s. lo terminamos.uestra tarea todav#a no ha concluido. . —5od is viajar a +intagel en cualquier momento —dijo 3inebra con "rialdad—. pero entonces har is lo que yo diga. Sean se quedó un rato en actitud re"le/iva.e temo que tendremos que hacerlo. y no hablaremos con ninguna persona hasta tener +intagel a la vista. pero s# bastante. —$. 5odr#a ser demasiado para nosotros. pero no eran ya sentimientos reales... —. .. tambi n los dos irlandeses le dirigieron una mirada interrogante. luego se giró en la silla con un gemido de disgusto y miró hacia el cielo. :eber#ais marcharos antes de que ocurra nada m)s. Lancelot no estaba del todo seguro.. siempre que lleguemos vivos al castillo. —*omo quieras —concluyó 3inebra—. 6 tambi n el desprecio y la rabia de su mirada estaban motivados por la costumbre y la intención. 5or m#. *uando nos hacemos cargo de un trabajo.no volveremos a poner a nadie m)s en peligro sólo por pedirle una sopa caliente o un lugar junto al "uego. incluso.. de que en esa ocasión la palabra &ylady hab#a salido de su boca en un tono muy di"erente. !l re"lejo del "uego se hab#a e/tendido m)s. pero s# intrincado y m)s si tenemos en cuenta que deber#amos evitar las grandes poblaciones e. 6 aunque tenga que dormir en la silla de montar. —observó a Lancelot con una mirada "ugaz pero muy elocuente —. la luna y las estrellas. . :esde aqu# Lancelot y yo encontraremos solos el camino hasta +intagel.o te preocupes por m# —3inebra echó un vistazo lateral a Lancelot —. —. continuamos cabalgando.ylady. La noche ya casi ha pasado y tenemos un largo trecho por delante.—*omo vos quer)is. . . !ntonces. Una (nica loma los separaba de la visión del mar y del imponente castillo que descansaba a su orilla. —75ictos8 —preguntó con dejadez. +res. 5atricB suspiró dos o tres veces seguidas antes de responder. sino tambi n su ropa estaban completamente cubiertos de nieve y hielo. el hada . 'hora la costa estaba tan pró/ima a ellos que se habr#a o#do el embate de las olas si el aullido del viento helado no lo hubiera apagado. +ras todas las molestias que se hab#a tomado 'rturo. su hermana. cuatro docenas. !n la dirección en la que se mov#an hab#a sólo una meta posible. .organa no habr#a tenido que hacer grandes elucubraciones para captar adonde quer#an ir.— +ienen que ser muchos. 5atricB se encogió de hombros.o he podido acercarme lo bastante a su campamento para con"irmarlo. . —.o sólo su rostro. !l resto del camino hasta la costa atl)ntica de *ornualles lo hab#an recorrido de noche y alejados de los senderos y veredas habituales y. al mirarle. hasta ese momento —tal como esperaban—. 2an establecido guardias —añadió con una mirada casi de disculpa en dirección a su hermano. —!st)n all# abajo —5atricB se "rotó la cara con ambas manos. —:ijo el muchacho. Lancelot imaginó que el joven irland s hab#a hecho a cuatro patas la mayor parte del trayecto para subir y bajar la colina. a Lancelot no le hubiera sorprendido encontrarse con dos bolas de hielo en el lugar habitual de sus ojos. aunque "uera de un hombre casi al l#mite de sus "uerzas. . para atraparlos. ahora resultaba inimaginable que alcanzaran +intagel sin mayores consecuencias. pero l no estaba sorprendido. +anto la barba como la melena rizada. que le llegaba m)s all) de los hombros. +al vez hubiera sido justamente eso lo que le hab#a ido preocupando a medida que se iban apro/imando a +intagel. recuperaron los rasgos propios de un hombre.que todo hab#a sido demasiado ")cil. que podr#an pasar por las de una criatura m#tica. tal vez m)s. se le hab#an congelado y. pero enseguida añadió con una mirada preocupada destinada a su hermano. Lancelot no se asustó por ello. Las palabras de 5atricB dejaron entrever que el irland s s# se hab#a angustiado ante aquella certeza.o estoy seguro.o he podido verlo bien. no se hab#an topado ni con otras personas ni con sus rastros. tras los dos (ltimos encuentros con sus esbirros. lo que le otorgó un aspecto mucho m)s humano que el que le imprim#a la m)scara blanca anterior. y por descontado. Su rostro casi desapareció tras una cortina de vaho gris cuando se dio la vuelta para responder a Lancelot. Sobre todo. de tal modo que sus "acciones con incrustaciones blancas.). —. —7*u)ntos8 —preguntó Sean. —!ntonces habr) que buscar otro camino —propuso "inalmente. y aunque en los (ltimos d#as cada vez se mostraba m)s callada y encerrada en s# misma. Lancelot habr#a pre"erido que se hubiera mantenido en silencio tambi n esa vez. Lancelot se sent#a in"initamente cansando. probablemente —dijo Sean.o era lo que hab#a dicho. le dio un suave golpe con la cabeza1 as# que el irland s e/tendió el brazo y pasó los dedos por la crin negra del caballo. dejando por "in de hurgar en sus al"orjas. . pero cuando Sean dejó caer la mano. !ran las primeras palabras que pronunciaba desde que hab#an parado junto a la linde del bosque y 5atricB se hab#a marchado a e/plorar como de costumbre.organa no tiene un pelo de tonta —añadió Lancelot—. "ue hacia su caballo y comenzó a rebuscar en sus al"orjas. . —!so sin contar con que .atardecer#a muy pronto y no podr#an hacer nada m)s sensato que esperar la llegada de la noche bajo el cobijo del bosque y emplear el tiempo hasta entonces pergeñando un plan o buscando otro . :e alg(n modo hab#a logrado levantarse y arrastrarse unos cuantos pasos a la vuelta de 5atricB. +ambi n en la mirada de Sean asomó por un instante una sombra de inquietud. La poca de creer en los milagros ya hab#a pasado y el tiempo que les quedaba. —7Una barca8 —sugirió Sean sin dejar su ocupación ni mirar hacia 3inebra. +intagel est) sobre los mismos acantilados. !star) al tanto de todo lo que pasa por nuestras mentes. 'l instante siguiente estaba acariciando el cuello de su espl ndido semental negro.o hab#an desembridado a los caballos ni tampoco levantado un campamento en condiciones. —!ntrar#a en +intagel y nos aguardar#a dentro —le dio la razón 3inebra. —. —!ntonces. Su voz estaba tan e/enta de tonalidad que ya no parec#a la de una persona.o tendr#a ning(n sentido —replicó 3inebra—. tan agotado como nunca en su vida. 7no nos queda m)s que esperar un milagro8 6 justo eso era lo que no pod#an hacer. no de s# mismo. pero se tambaleó ostensiblemente y Lancelot corrió tras ella para asirla si se ven#a abajo. pero luego se limitó a encogerse de hombros. —Sólo hay ste —dijo 3inebra en voz baja—. 'rturo no se tomar#a la molestia de venir a acorralarnos aqu# a"uera. y sab#a positivamente que las "uerzas que le permit#an mantenerse todav#a en pie proven#an e/clusivamente de la armadura m)gica. sin duda para mantener las manos ocupadas. tan sólo se hab#an limitado —uno por uno— a buscarse un lugar medianamente seco para sentarse y esperar la vuelta de 5atricB. *on este tiempo los "arallones del norte son impracticables. !ra tan sólo una sombra de s# misma. 5robablemente ten#a toda la razón. —S#. casi tambi n. 6 en esta poca del año el mar anda demasiado revuelto como para salir con una barca. siempre que haga buen tiempo. *laro que Sean ten#a razón desde su punto de vista.—79ui nes van a ser si no8 —gruñó Sean—. !l animal relinchó como si la caricia le resultara desagradable. Lo que hab#a atravesado su pecho como si se tratase de un cuchillo incandescente "ue su manera de decirlo. !l sitio m)s cercano donde podr#amos hacernos con un bote est) a un d#a a caballo. ' los dos irlandeses las cosas les iban a(n peor y no se atrev#a ni a imaginar cómo hab#a logrado 3inebra superar las "atigas de la (ltima noche. 7verdad8 —.o temas —aseguró Lancelot—. !l unicornio comenzó a golpear la nieve con los cascos delanteros y relinchó con suavidad. —'l otro lado de la loma —respondió el joven irland s—. pero cuando pasó junto a 3inebra ella e/tendió la mano y tiró de l. pero era lo bastante listo para evitar un comentario. —Bien —dijo Lancelot—. Lancelot no estaba seguro de que 3inebra pudiera aguantar un d#a m)s. . irritado.evaba ininterrumpidamente y antes de que saliera el sol la loma volver#a a estar tan inmaculada como antes de su llegada. +al vez a una milla. y en un primer momento las l)grimas a"loraron a sus ojos casi hasta dejarle ciego.o hab#a contado con ello. —7:ónde est) el campamento e/actamente8 —le preguntó a 5atricB. a trav s de la maleza helada. Le ordenó a Sean con un gesto que ocupase su lugar y atendiera a 3inebra y luego "ue a grandes zancadas hacia el lugar donde hab#a atado al unicornio1 se puso el yelmo y soltó el escudo y el cincho de la espada de la silla del animal. eso es todo. unos minutos antes. 0r yo mismo a verlo. %ecibir)s lo que deseas antes de que acabe la noche. 5ero la mejor solución no es siempre la que elige el destino. y un momento despu s. . por el mismo lugar por el que. —. amigo m#o —murmuró Lancelot—. apretó los dientes y buscó en la cuesta las huellas que 5atricB deb#a haber dejado en la nieve reci n ca#da. 3inebra no reaccionó de ninguna manera.o vas a hacer nada sin pensarlo.camino. 5arec#a decepcionado. Lancelot se desvió de su curso normal algunos pasos hacia la derecha con el "in de que sus pisadas cayeran justo encima de las de 5atricB en lugar de dejar un rastro propio. Lancelot se las limpió con el dorso de la mano. —+en paciencia. *asi al primer golpe de vista encontró un rastro que era tan ancho y claro que ni la noche pod#a ocultarlo. Su hermano tambi n lo creyó m)s oportuno y se limitó a mirar a Lancelot con el ceño "runcido. 'nte l se divisaba un "ranja estrecha de roca desnuda. como si hubiera esperado (nicamente a que abandonara su re"ugio para cargar sobre l. ' pesar de ello. Lancelot ni siquiera sab#a a ciencia cierta si hab#a escuchado sus palabras. 'unque para un miembro del resistente pueblo lbico aquello era impensable. sobre la que ni la nieve hab#a agarrado1 m)s all) el suelo sub#a en una suave pendiente hasta "ormar la cima de la (ltima loma que separaba la escarpada costa de *ornualles de los densos bosques del interior del pa#s. o algo menos. !l viento le golpeó en el rostro con la violencia de una garra. Sólo quiero mirar cómo est)n las cosas. Unos segundos despu s hab#a alcanzado la linde del bosque y se quedó quieto. tem#a que no volviera a abrir los ojos si se tumbaba a dormir. 5atricB se mostró sorprendido. 5atricB se hab#a deslizado lo m)s cuidadosamente posible para no quebrar ninguna rama y evitar as# que su e/iguo escondite quedara al descubierto.o le dio la oportunidad de decirle que justo eso era lo que hab#a hecho 5atricB1 salió de all# deprisa. . . 5ero no ten#a de qu preocuparse. incluso. 2ab#an hecho lo imposible. dispon#a de mucha m)s visión que 5atricB. Lancelot que. Luego. le habr#a bastado con la actuación de ambos a su regreso. Una e/traña sensación de postrimer#a se hab#a adueñado de l. no se dio cuenta de su llegada hasta que Lancelot estuvo a tan sólo dos o tres pasos de l. pero Lancelot sab#a que a esas alturas la precaución ya no le iba a servir de nada. Lo m)s probable es que el c)lculo hecho por 5atricB "uera algo e/agerado1 pero all# abajo habr#a por lo menos entre veinte y treinta guerreros b)rbaros.o hab#a ido hasta all# porque no diera cr dito a las palabras de 5atricB. 6. improvisado con lanzas clavadas en el suelo y sujetas por cuerdas. Sean habr#a tildado ese comportamiento de "alto de toda lógica. ambos hermanos lo habr#an tenido realmente . 'lgo iba a terminar. 4se era el (nico camino que conduc#a a +intagel. en ese lugar.o lo sintió. sino porque sólo e/ist#a un camino. se hubiera tratado de una avanzadilla de guerreros pictos. para evitar que le descubrieran. y no se acuclilló ni siquiera cuando alcanzó la cima y apareció ante l el valle donde se hallada el campamento de los pictos y. Si en lugar de l. :emasiados para dos hombres medio congelados y al l#mite de sus "uerzas. y un cercado.al pie de la loma. la costa sobre la que se dibujaba la tremenda sombra negra de +intagel. !l destino les hab#a gastado una broma realmente pesada. !l campamento de los pictos se hallaba e/actamente donde le hab#an llevado las indicaciones de 5atricB.o ten#a ni idea de lo que era. y antes de que "inalizara la noche. . por tanto. observando el campamento. se dio la vuelta y comenzó a caminar despacio sobre sus huellas y las de 5atricB. mirando la noche. inmóvil. !n cuanto a Sean. pero estaba convencido de que algo iba a ocurrir. Si hubiera necesitado una prueba de lo e/haustos y cercanos al colapso que se encontraban Sean y su hermano. que era e/cesivamente "r)gil para esta realidad y tan valiosa que resultaba impensable poner su vida en juego sólo para salvar un reino. gracias a su armadura. . por lo menos esa noche y. pero no ten#a dudas al respecto.. escrutó media docena de tiendas. y ahora "racasaban. cuyas sombras negras y resplandores rojos se iban ocultando bajo la cortina de copos. *on la cabeza y la espalda apoyadas en un )rbol.!l hermano menor de Sean hab#a caminado a gatas. pues ten#a los ojos cerrados. hab#an conseguido que lo imposible se trans"ormara en posible e. desde luego. . igual que tampoco advirtió el ulular del viento y los otros misteriosos sonidos que trajo la noche. no por una causa dram)tica. 5atricB parec#a dormir.. demasiado para una princesa de otro mundo. !staba en ese lugar para convencerse por sus propios ojos de que todo hab#a terminado.organa y a su magia negra. pero no reaccionó1 siguió erguido. hab#an desa"iado a los guerreros de . !n aquella sensación de postrimer#a y dolor. !n una ocasión creyó o#r pasos. o quiz) m)s. entre las que brillaba una hoguera granate de ascuas casi e/tintas. Lancelot pasó mucho tiempo all#. se mezcló por un momento con una hilaridad casi hist rica. el tiempo que todav#a le quedaba a 3inebra. ver sombras quiz) —los vigilantes de los que hab#a hablado 5atricB —. hab#an logrado escapar a los esbirros de 'rturo. y un mozo de cocina que se cre#a invencible sólo porque portaba una armadura m)gica. al "ondo. . all# y en ese mismo momento. donde permanec#an por lo menos veinte caballos.o pod#a de"inirla. que empezaron a sangrar. Sin duda. 7:e verdad pensaba que iba a ser tan ")cil8 Lancelot siguió largo tiempo inmóvil en medio de la tormenta de nieve que se acrecentaba m)s y m)s. pero Lancelot lo hizo erguido y deprisa. sobre manos y rodillas. que se hab#a adueñado de Lancelot. !l viento le daba de lleno y el "r#o congeló su rostro y cortó sus labios ya mil veces agrietados. casi a mitad de camino de +intagel. ni siquiera "undamentarla. . se levantó de un salto y agarró el pomo de su arma. luego se giró y "ue al matorral donde 3inebra hab#a buscado la protección del viento. la ilusión. Simplemente lo sabía. siguió mirando a Lancelot. que. :e hecho. 5ero. :espacio. 3inebra se hab#a envuelto en una pesada capa de piel que unos d#a antes todav#a pertenec#a a uno de los hermanos de Sean y alguien —seguramente el mismo Sean— le hab#a echado por encima. tal como ha dicho 5atricB. . . detuvo el movimiento con aspecto verdaderamente desamparado. 5ero no se atrevió a despertarla. Lancelot vio el centelleo en su mirada. el caballero mantuvo la mirada sobre el robusto irland s durante un rato m)s. percibió lo mucho que hab#a menguado la llama. y con toda probabilidad el irland s tambi n lo sabr#a. para no hacer ning(n ruido que le delatase y acabara despert)ndola. Lo poco que se entreve#a de su cara no se di"erenciaba en nada del color de la nieve que ca#a de las copas de los )rboles y estaba tiñendo de blanco su capa. tan sólo lo contempló inmóvil.o hab#a ninguna razón para esa hipótesis. su chispa se hac#a m)s d bil a cada momento que l continuaba all#. Sólo cuando ya hab#a desenvainado casi media espada de la "unda.o le quedaba m)s elección que marcharse sin despedirse de ella. no podr#an quebrantar ni el bosque ni la maleza. la codicia de la "iera que todav#a no husmea a su presa. retrocedió a dos pasos de ella.complicado. desperdiciando los pocos y preciados latidos que todav#a le quedaban. tras los p)rpados cerrados. —Soy sólo yo —dijo Lancelot con una sacudida de cabeza —. y por lo menos de eso "ue consciente Sean. 2acia ya tiempo que la brillante luz que iluminaba su vida y daba un nuevo signi"icado a su "uturo se estaba apagando. !sta vez el animal "abuloso no coceó la nieve con nerviosismo y tampoco relinchó desconcertado. Su propio aliento. pues a pesar de haber reconocido a Lancelot. a pesar del #mpetu con el que azotaban. 5or su parte. no dijo nada1 e/pectante. parec#a congelarse en una nube de diminutos cristales de hielo en cuanto sal#a de sus labios. mirarse en sus ojos una (ltima vez. !st)n all#. Lancelot habr#a dudado ciertamente que quedase un h)lito de vida en ella. a trav s de aquellos inmensos ojos que parec#an ser conscientes de la angustia que provocaban en los dem)s. abrazarla entre sus brazos. !n ese instante. *uando iba a poner la mano en el pomo de la silla para montar. 5ero con esta tormenta no van a venir por aqu#. —79u te propones8 —le preguntó. incluso as#. una segunda capa para protegerla del viento y de la nieve. como una manta. luego se volvió y se dirigió hacia el unicornio. !ra Sean. Su rostro brillaba como si se tratase de una escultura de hielo realizada por un inspirado artista y si. 3inebra descubrir#a qu planes ten#a en el mismo momento en que le mirara a los ojos y no le permitir#a llevarlos a la pr)ctica. que en medio del aire g lido ten#a el aspecto de la niebla gris. !l animal no intu#a lo que l ten#a entre manos. pero conoce ya su cercan#a. oyó el crujido de unos pasos en la nieve y se dio la vuelta. :orm#a1 por lo menos eso creyó Lancelot en un primer momento. salvo la de tranquilizar a Sean y tal vez a s# mismo. los globos de sus ojos no se hubieran agitado de vez en cuando. Lancelot habr#a o"recido el resto de sus d#as por volver a hablar con ella.o hay motivo para preocuparse. al otro lado de la loma. . Los chasquidos de las ramas al quebrarse sonaban en sus o#dos como latigazos que se oir#an incluso al otro lado de la loma.. . y seguid mis huellas a cierta distancia. señor —dijo—. —:isculpad. +en un poco de paciencia.organa yo solo. . —!s la (nica oportunidad que nos queda —respondió Lancelot—.o me va a ocurrir nada —aseguró.. Sean tuvo un sobresalto y Lancelot dejó pasar un momento y se obligó a hacer una mueca que el irland s pudiera tomar como una sonrisa.. podr is lograrlo. 5ero me temo que os sobrevalor)is. —>as a ir a una muerte segura. —!spera hasta que me haya marchado.o pretendo acabar con todos los guerreros de . tratad de llegar de alg(n modo a +intagel.o hay otro camino. —79u te propones8 —preguntó otra vez—. pero Sean agarró las riendas con un movimiento r)pido. al contrario que su dueño.. !l unicornio relinchó como si quisiera responderle y. moviendo la cabeza a izquierda y derecha. 5ero tal vez pueda entretenerlos y daros tiempo de llegar a +intagel —hizo un movimiento con la cabeza para señalar la linde del bosque—. —7:e qu 8 —preguntó Sean con aspereza—. Sean iba a replicar una vez m)s.o est) muy lejos. pues. pero en esta ocasión Lancelot picó espuelas con tanta energ#a que al irland s no le quedó otra que soltar las riendas1 luego el caballero en"iló hacia la orilla del bosque y se marchó a trav s de la maleza sin mirar atr)s.o veo otra posibilidad. !l unicornio resoplaba intranquilo.. si soy de otra opinión. Lancelot continuó la acción interrumpida y se impulsó con "uerza sobre la silla. +rató de apartar la mano de Sean. Una armadura m)gica y una espada invencible solas. ansiaba sumergirse en la batalla. seguramente para darle m)s peso a sus palabras. 0ba a picar espuelas. —. . a Sean y a todo el improvisado campamento. Sólo despu s señaló con la mano izquierda en la dirección por la que acababa de llegar y terminó el gesto con un movimiento oscilante que le abarcaba a l. —3inebra tiene razón —le interrumpió Lancelot—. 'guardad hasta que oig)is gritos de lucha y. —Sólo un momento m)s —susurró Lancelot—.o podemos esperar.o m)s de una milla. luego. . !l viento se hab#a hecho todav#a m)s "r#o. antes de seguir. amigo m#o. 7no hacen de un chico un h roe8 —acabó la "rase Lancelot. . Sean agrandó los ojos. 3inebra no va a soportar otra noche a la intemperie. pero el irland s siguió "uertemente agarrado a las riendas.— Lo s . despierta a 3inebra y a tu hermano.. . Si sois lo bastante r)pidos. Luego.o ibas a despedirte siquiera8 . —.o querr)s. una voz murmuró con tristeza—7. . 7:e mataros8 ' Lancelot no le pasó desapercibido que del tuteo de con"ianza hab#a pasado de nuevo a la "órmula de cortes#a.!n lugar de responder. a su espalda. o pod#a responder. echó la cabeza hacia atr)s y saltó lateralmente antes de que Lancelot pudiera hacerse con l tirando de las riendas. —3inebra. —76 t(8 —3inebra no esperó a su contestación. asustado. sino que se acercó a l con pasos decididos y e/tendió la mano hacia la muserola. y tambi n algo asustado.o pretend#a. Sólo all# estar)s a salvo. en cualquier caso. no iba dirigida a ella. Se precipitó dos pasos en la nieve. antes de quedarse parado y mirar a 3inebra con una mezcla de alivio y miedo nuevamente. . —7' salvo8 —3inebra casi chilló—. mientras tanto. que se permit#a una nueva jugarreta con l al hacer que "uera una disputa el (ltimo recuerdo que tuviera de 3inebra. !l viento remov#a su pelo.. 6 lo sabes.. pero "ue bruscamente interrumpido por 3inebra. Sab#a que ella no pod#a ver los rasgos de su cara con la nitidez su"iciente como para descubrir las l)grimas que asomaban a sus ojos—. Lancelot se mantuvo en silencio.o vas a tirar tu vida por la borda para jugar a los h roes. *uando por "in se decidió a volverse en la silla. !l unicornio. sino al destino. 75ara qu 8 —. 5atricB y Sean te llevar)n a salvo a +intagel. —79uer#as irte sin m)s8 —. 7' salvo para qu 8 76 para qui n8 . 3inebra se hab#a despojado de la capa con la que hab#a dormido y llevaba tan solo un "ino vestido.. +ienes que ir a +intagel. #bamos a superarlo juntos.ientras trataba de buscar nuevas palabras en vano.o voy a permitir que sacri"iques tu vida sólo para salvarme a m#. 5arec#a aturdido.o nos queda otra posibilidad —dijo en voz baja—. . 6a no ten#an la oportunidad de superar juntos ese peligro. que. —79u pretendes8 —>uelve al campamento —dijo Lancelot sin responder a su pregunta. tristeza y un )pice de rabia.Lancelot se sintió des"allecer. que sin "uerzas para mantener la vista en 3inebra. Su corazón comenzó a palpitar con m)s #mpetu y estuvo a punto de salir galopando para no tener que volverse y hacer "rente a la mirada de 3inebra. Sab#a que hab#a elegido esas palabras para herirle. 5ero sólo sintió dolor. . que no ocultaba ni su e/trema palidez ni los temblores de "r#o que padec#a. %egresar si. por "avor —murmuró Lancelot. La (nica disyuntiva que le quedaba era elegir entre morir solo o con 3inebra. 5ero ten#a absolutamente claro lo carente de sentido que habr#a sido e/poner esa alternativa. —comenzó Lancelot. su armadura crujió como si. 76a has olvidado lo que nos prometimos8 Sucediera lo que sucediera. a espaldas de 3inebra se abrió un hueco en la maleza y apareció Sean. tal vez para en"urecerle. —. 3inebra se equivocaba y lo sab#a.. 5ero no voy a dejarte. 6 esperadme. que dijo en un tono m)s severo—S per"ectamente lo que pretend#as. se hubiera trans"ormado en hielo. miraba a un punto en el vac#o. —>uelve con Sean —rogó Lancelot. . Si hab#a alguien en ese mundo que sab#a lo que ocurrir#a si la espada m)gica vert#a sangre una vez m)s. Sus ojos se llenaron de horror cuando por "in comprendió lo que hac#a. pero siguió sin decir nada. Sean "runció el ceño mientras 3inebra emit#a un gran suspiro. !n el caso de que no volvamos a vernos. estar de nuevo a vuestro lado.o es mucho1 sin embargo. ' la vista estaba que no entend#a lo que pretend#a decir Lancelot con aquellas palabras. vosotros no ten is que temer nada de m#.o te preocupes. a la espada de m)s de un metro de largo que apareció bajo la tela enrollada. . ' pesar de ello. para otorgarle mayor n"asis a sus palabras1 sacó la espada de caballero del cincho y se la o"reció a Sean por la parte de la empuñadura. —76 si no es as#8 —preguntó Sean. 75or qui n te tomas. . pero optó por asentir.atarlos a todos8 !n lugar de responder. en"undó la espada junto a la suya e intentó sonre#r animoso. sa era 3inebra. !l irland s envainó la espada y se apro/imó a 3inebra. e/tendió el brazo con obediencia y la asió —.—7Si vives todav#a8 —3inebra rió con estridencia —. La armadura y la espada m)gicas solas no le hac#an ni invencible ni invulnerable. soltó de la silla el bulto alargado envuelto en telas y trató de desatar los nudos con sus dedos ateridos. —$!st(pido& —murmuró 3inebra—. Sus nervios y el viento helado trans"ormaron la sonrisa en una mueca.o& —susurró—. ste es mi regalo para ti —continuó Lancelot—. necio loco8 —hizo un gesto en"urecido en dirección a la loma —. Lancelot se volvió a Sean para dirigirle una mirada cuyo signi"icado l entendió en el acto. y observó el arma sin saber e/actamente lo que Lancelot pretend#a de l. preguntó la mirada de 3inebra. $!so no& —. luego. Lancelot desvió la vista y se dirigió al irland s de nuevo—+e hago responsable de su seguridad —dijo innecesariamente y sólo para no tener que mirar a 3inebra. mostrando su perplejidad. . S lo que hago. y. añadió-— . como ya hab#a e/perimentado en sus propias carnes en varias ocasiones. Sean parpadeó. tal vez m)s& 79u piensas hacer8 7. .o tengas miedo —dijo Lancelot desenrollando la tela—. 79u demonios pretendes8 7Salvar mi vida convirti ndote en mi peor enemigo8 !l entrecejo de Sean se plegó m)s todav#a. <75ero seguir)s siendo t(8=. irguió el cuerpo y sus ojos cobraron una nueva "uerza. 2izo un gesto con la cabeza. 'ntes de que amanezca. 5or esa sola pregunta Lancelot habr#a podido degollarle.curra lo que ocurra. —!so no va a suceder.o se atrevió a tocarla. pero sab#a positivamente que el irland s ten#a motivos para hacerla. Sin embargo. $'ll# arriba hay veinte o treinta guerreros. —$. +al vez el enemigo contra el que trataba de lidiar "uese demasiado "uerte incluso para l. Lancelot echó la mano hacia atr)s. Su mirada "ue de 3inebra a Lancelot. 5ero quiz) una victoria "uera lo peor que le pudiese pasar. pero ella se dio cuenta de su maniobra. —'"irmó Lancelot y las palabras sonaron verdaderamente ridiculas a sus propios o#dos. !l irland s arrugó la "rente. :espacio y con el corazón a mil por hora. es lo (nico que te puedo entregar. envainó la espada de runas en la "unda de piel de su cincho y retiró la mano a la misma velocidad que si hubiera rozado hierro candente —. antes de que la sensación "uera a m)s y se adueñara por completo de l.o dijo nada de todo eso. Su voz temblaba. —76 si no viene8 —murmuró 3inebra. Las l)grimas ca#an por sus mejillas y se congelaban antes de llegar a su barbilla. —!ntonces. !stoy convencido de que aparecer) y sabr) lo que hay que hacer —aspiró con "uerza—. —+e perdonar) —dijo Lancelot con calma. +e comprender) y dejar) que te quedes junto a l. *on premura. . si viene y resulta ser un enemigo8 ' Lancelot le "ue muy di"#cil pronunciar aquellas palabras. aquel cuchicheo1 sed todav#a dormida. se giró hacia Sean invit)ndole a actuar con la mirada. !l unicornio saltó como una "lecha impulsada por la cuerda del arco y lo llevó tan veloz como el viento de la tempestad hasta la cima de la loma. all# estaba de nuevo aquel misterioso susurro. quedaos en +intagel esperando a vuestro amigo misterioso. +iritaba —. pero eran ya lo (nico que le quedaba1 si las cosas se pon#an en lo peor. Sin embargo. —6 eso es lo que no voy a permitir —respondió Lancelot.. 7. esperó lo su"iciente para leer en los ojos del irland s que ste hab#a entendido su intención. 6a hac#a rato que hab#an llegado a un punto de la conversación en el que las palabras sólo pod#an hacer daño sin aportar nada nuevo. 6a hab#a desenvuelto el arma del todo y cerró la mano en torno a la empuñadura de "ino cuero. !n un primer momento sintió sólo la "rialdad que tambi n se hab#a adueñado de la espada. —!so te lo prometo —dijo Sean con seriedad. >e con 'rturo. se bajó con un gesto casi de en"ado la visera de su yelmo y a"lojó las riendas. simplemente se obligó a asentir con la cabeza y contestar con voz serena—!ntonces. —$'ntes pre"iero morir& —protestó 3inebra. ni un segundo despu s. y m)s all). regresa a *amelot —dijo—.organa. 'rturo te perdonar) —repitió—. 5ero suceda lo que suceda. !n lugar de seguir hablando o darle la oportunidad a 3inebra de una nueva r plica —o de un adiós—. al otro lado de la ladera. —7'rturo8 —jadeó 3inebra. pero que ya bull#a1 un monstruo at)vico que sólo de vez en cuando despertaba de un sueño de eones para beber sangre y segar vidas. dame tu palabra de que ella no caer) en las manos de los b)rbaros de . quiz) supondr#an la (ltima escapatoria entre 3inebra y un destino mil veces peor que la muerte. 6 no hab#a ni un solo m(sculo de su cuerpo que no le doliera. como si se tratase de la punta a"ilada de un puñal. . e/aminaba las sombras y las zonas de movimiento y "rialdad voci"erante. 9uiz) "uera e/clusivamente el ansia de la espada de runas lo que le manten#a sentado sobre la silla. por mucho que "uera lo que estuviera en juego. s# se encontraba al l#mite de sus "uerzas. tuvieron que pagar el intento con la muerte. sólo el brazo ejecutor que ella necesitaba y sobre el que hab#a obtenido un poder completo y acaso irrevocable. que iba bajando de volumen. pero a esas alturas rogaba en secreto poder morir cuanto antes. el segundo hab#a ca#do atravesado por el cuerno del unicornio.la armadura m)gica le hab#a protegido de todas las heridas y la espada de runas se hab#a desquitado de todos los ataques. no porque le diera "uerzas. y lo deseaba (nicamente para terminar de una vez con aquella terrible matanza sin sentido. sino porque no le permit#a derrumbarse. sin embargo. 7*ien8 7. escudriñaba con la mirada la estruendosa pared blanca y gris de nieve y viento que ten#a "rente a l. pero no era cierto. al "inal. :espu s.o ten#a importancia. pues. pues a(n quedaban v#ctimas en las pro/imidades. la batalla dejó de vomitar "iguras ataviadas con negras corazas de cuero y capas de piel )spera. asustados y obstinados y. no perd#a agudeza. 3inebra ten#a razón. como todos los dem)s1 la espada insaciable se hab#a bebido la sangre del primero. 5ero. carne caliente en la que se pudiera hundir el a"ilado acero. tampoco sab#a cu)ntas veces le hab#an herido. 0gual que Lancelot no pod#a decir cu)ntos hombres hab#a matado. Lancelot hab#a cre#do saber lo que le esperaba. que parec#a correr por su garganta mucho m)s deprisa de lo que pod#a tragar. vertiendo sangre sin tregua. se incrustaba m)s y m)s en el corazón de Lancelot.)- La nieve se hab#a teñido del rojo de la sangre de los muertos y el ulular del viento se mezclaba con un coro de gritos y estertores. Sent#a en la boca el gusto de su propia sangre.il8 . 6a hac#a rato que hab#a parado de contar los hombres que se iban cruzando en su camino1 al principio. sino su esclavo. otra vida para calmar la sed de la espada m)gica. !n su mano la espada parec#a pesar quintales e incluso respirar le costaba un considerable es"uerzo. siempre en busca de una nueva v#ctima. que se sent#a m)s muerto que vivo. sino que estaba completamente teñida de rojo como si "uera la lengua envenenada de una serpiente mitológica de acero. 2ab#a cabalgado hasta el campamento de los pictos con la creencia de que tal vez no sobreviviera a aquel asalto. 0ncluso ahora. con el escaso )nimo que da la desolación. 6a hac#a mucho tiempo que no era su señor. +al vez justo en el (ltimo momento. convencidos de su victoria1 luego. aunque no estuviera herido.o habr#a debido empuñar esa condenada arma nunca m)s. Los dos (ltimos guerreros b)rbaros que hab#an pretendido atacarle al mismo tiempo y desde dos "lancos distintos. de tal manera que la hoja hac#a ya mucho que no brillaba como la plata pura de !/calibur. m)s vidas que podr#a arrebatar. . tan sólo un juguete para la maldita espada de los elbos que serv#a a los suyos. cuando el cuerno de su montura logró su objetivo y per"oró la loriga del atacante con tanta "acilidad como una lanza tirada con toda energ#a atraviesa una hoja seca. 7*u)nta sangre m)s ten#a que beber aquella condenada espada de runas antes de que esos hombres comprendieran que no se en"rentaban a un enemigo de carne y hueso.la consabida mezcla de desolación y desalentada protesta en sus ojos ante la seguridad de su pró/ima muerte. mucho m)s anchos de hombros y de mayor estatura que Lancelot con la armadura puesta. como si ya no "uera l el causante de aquella "uria que contemplaba. !l propio Lancelot segu#a el devenir de los hechos con una especie de horror distanciado. se dobló sobre la silla y cayó al suelo. Lancelot percibió miedo en sus rostros. :os de ellos montaban sobre enormes caballos embardados. ' pesar de ello. 0ban armados con hachas y espadas. 5r)cticamente al mismo tiempo. se levantó la visera del yelmo con la mano izquierda y con el dorso del guantelete se "rotó los ojos para limpi)rselos de l)grimas y sudor antes de que se trans"ormaran en una "ina pel#cula de hielo sobre su piel. Se quedaron quietos el tiempo bastante para e/aminar a su contrincante y tal vez ponerse de acuerdo en cuanto a una t)ctica. Su espada chocó contra la maza alzada del picto que le atacaba desde la derecha y quebró el mango justo sobre la mano del guerrero1 tal vez el impacto le costara uno o dos dedos. . el brazo derecho apretado contra su cuerpo.3inebra ten#a razón y l se hab#a equivocado. al mismo tiempo el brazo de Lancelot se adelantó hacia arriba y hacia un lado1 en realidad. 5or un momento se agarró a la esperanza de haberse equivocado y que se tratase de un nuevo "antasma creado por la tempestad de nieve y la oscuridad. 'quel movimiento estuvo a punto de costarle la vida. y al mismo tiempo con un sentimiento de pro"undo vac#o. primero en una l#nea que de pronto quebraron para poder atacar a Lancelot desde tres "rentes distintos. sino a un demonio cuya (nica razón de e/istir era matar8 5or lo menos aquellos tres parec#an no saberlo. pensó con amargura. en su mano derecha. pero ya no le quedaba ni esa elección. !staba dispuesto a dar su vida. Los tres eran verdaderos gigantes. La espada no iba a detenerse mientras en aquel lugar e/istiera el latido de un solo corazón. esperó que el unicornio levantara sus cuartos delanteros y tiró de las riendas con "uerza para que el animal girara hacia el (ltimo enemigo. <7*u)ntos m)s8=.o hab#a di"erencia. 5ero sus desesperadas s(plicas no "ueron escuchadas y. Lancelot se acomodó de nuevo en la silla. !l unicornio emitió un agudo relincho de "elicidad y se precipitó con la cabeza gacha sobre el primer picto para atravesarlo con su cuerno terrible. Lancelot se irguió con di"icultad sobre la silla. pues el picto bramó de dolor. . uno llevaba adem)s una larga lanza. mientras que el tercero iba sentado sobre un penco medio hambriento que casi no pod#a soportar su peso. sintió el golpe que le impelió hacia delante y a punto estuvo de tirarle de la silla. la espada se levantó ansiosa aun antes de que las sombras se agruparan para "ormar las siluetas de tres guerreros b)rbaros que cabalgaban en l#nea hacia l. 'nte l se movió algo. luego se pusieron en marcha. recibió un golpe que le mandó hacia el otro lado y lo dejó al borde del desmayo. Se derrumbó hacia atr)s. grumosa y ensangrentada. lo que le llevó a evitar una punzada mortal. a dos o tres pasos de su cuerpo. Lancelot no cometió el error de seguir palpando el suelo para buscar la espada. 5ero su mano sólo se topó con nieve "r#a. *omo un torpe oso de circo. 5or espacio de unos segundos "ue incapaz de moverse. Lancelot logró tumbarse de espaldas. con las piernas abiertas. *uando por "in recuperó el dominio de su cuerpo. La criatura pareció sentir instintivamente el peligro en el que se encontraba. tremendamente suave y al mismo tiempo muy pesado. 5robablemente "ue la incre#ble perplejidad del guerrero b)rbaro la que salvó a Lancelot. le hizo chillar de dolor y rabia. que sangró abundantemente. 'lgo sacudió con una "uerza desmedida su coraza y rebotó enseguida. le pegó una potente patada en la rodilla. de inmediato. que no era ni mucho menos tan blanda como parec#a. :esde lejos creyó o#r un ruido sordo. hasta que el guerrero se puso lo su"icientemente a tiro1 entonces. palpó el suelo en busca del arma. Se obligó a abrir los ojos y parpadear para quitarse las l)grimas que los hab#an inundado. pero al mismo tiempo sintió que algo se romp#a y oyó un jadeo "urioso y lleno de dolor. que portaba el escudo. pues se trataba tan sólo de una delgad#sima capa que se hab#a "ormado sobre el duro suelo helado. pero le dejó e/tenuado. y su mirada llena de estupor iba de Lancelot a la empuñadura de la espada rota que llevaba en la mano derecha. y encabritarse de nuevo. La espada saltó de sus manos y se deslizó por la nieve entre tintineos. pues se dio la vuelta con un movimiento casi imposible. !l picto estaba sobre l. pues lo notaba completamente entumecido. el unicornio tropezó hacia un lado y volvió a su posición inicial y ese doble movimiento consiguió que Lancelot perdiera de"initivamente el equilibrio sobre la silla. y protegerse el rostro. 3imiendo. . hizo un movimiento de de"ensa con su brazo derecho y. a pesar de todo. haciendo gala de una serenidad que a l mismo le sorprendió much#simo. que estaba a metros de distancia en medio de la nieve. al que siguió un chillido de dolor que no proven#a de una persona. !ntonces. !l picto logró "inalmente sobreponerse a su inmovilidad y se dispuso a atacaragarró el pomo de la espada con ambas manos y le dio la vuelta. !l impacto "ue tan "uerte que casi perdió el sentido. 5udo o#r el sonido que hac#a su rótula al "racturarse. 'l entrechocar la punta a"ilada con la gualdrapa embardada del unicornio saltaron chispas y el arma habr#a resbalado inocentemente por el "lanco del animal "abuloso si ste no se hubiera encabritado o"reci ndole as# su delicado abdomen. vio por el rabillo del ojo una sombra que se le apro/imaba y reunió la "uerza su"iciente para levantar el brazo izquierdo. pero. se volvió gimiendo hacia un lado y. autom)ticamente. 5re"irió esperar. con la pretensión de utilizar la hoja truncada como un puñal y clav)rsela a Lancelot por alguno de los huecos de su armadura. el arma del picto le in"ligió una herida pro"unda. pero el ataque se produjo unos segundos demasiado tarde y sin la su"iciente plani"icación. de pelo )spero1 un roc#n que en circunstancias normales sólo se emplear#a como animal de carga — hab#a utilizado la ventaja que le hab#an procurado sus compañeros para rodear a Lancelot en un gran arco y poner su lanza en posición. dio un vuelco en el aire y aterrizó pesadamente sobre la nieve.!l guerrero —era el que montaba aquel penco pequeño. Un golpe violento sacudió el escudo de runas y paralizó el brazo izquierdo de Lancelot. ni tampoco trató de levantar el brazo —portador de un escudo ahora abollado por el impacto de la espada del enemigo—. dio un paso tambaleante y se cayó al suelo cuando su pierna izquierda se dobló bajo el peso de su cuerpo. a causa del terror que sent#a. !l leve susurro sin palabras que anidaba en lo m)s pro"undo de su cerebro. pero no pod#a hacerlo. pero jam)s volver#a a cabalgar y tampoco podr#a caminar bien del todo. casi le har#a un "avor si lo mataba. Lancelot se incorporó y le plegó la pierna hacia la espalda.. !l guerrero permaneció un momento m)s petri"icado en la nieve. el picto hab#a estado a punto de matarle y volver#a a intentarlo si le dejaba la m#nima oportunidad. )emonio. mientras trataba de ponerse sobre los codos para e/tender un brazo. !n realidad. %ecordando la crueldad de . !n vez de acabar con aquello y matar a su inde"enso enemigo. Un movimiento de nada. cayó a dos palmos de l y. $+erm#nalo. ya hab#a apagado muchas vidas y hab#a vertido muchas gotas de sangre m)s. —$..organa ante las puertas de *amelot unas semanas antes. 5ero no ten#a bastante "uerza. pero incluso a aquella distancia pod#a sentir la e/traña corriente de seducción que emanaba de la espada m)gica. La mirada de Lancelot se apartó del rostro sudoroso del herido y se dirigió hacia la izquierda.!l picto pegó un alarido. inmaculada. !l b)rbaro herido volvió la cabeza y siguió cada uno de sus movimientos con los ojos abiertos de par en par. !l alarido de dolor del hombre se convirtió en un jadeo "alto de aliento cuando su rostro acabó apretado contra la nieve bajo el peso del cuerpo de Lancelot. y adem)s ten#a un acento endemoniado —. inmóvil1 luego sacó el brazo de debajo de su cuello.ordred. . de una vez. demonio& Lancelot continuó sin moverse. La voz del soldado era apenas un susurro tembloroso. Bueno. entre gemidos.)tame& —balbuceó y a Lancelot le costó entenderle. 5ero no lo hizo. ?inalmente cerró los ojos y esperó la muerte. +an sólo unos segundos antes. "ue hacia la espada y la levantó del suelo. se puso en pie con cuidado y dio un paso atr)s.organa hab#a vencido. La hoja brillaba como si "uera plata pulida. .. Lancelot retrocedió despacio.. Se cayó hacia atr)s con un grita apagado y comenzó a gemir. 4ste rodeó su cuello y tensó los m(sculos para romperle el pescuezo a su inde"enso contrincante. un gesto brusco y una pequeña vuelta en el )ngulo adecuado. y el espinazo del guerrero se habr#a quebrado como una rama seca. La espada rota que hab#a pretendido introducir por la ranura entre el yelmo y la coraza. as# que . algo que para un guerrero perteneciente a un pueblo de luchadores era pr)cticamente una sentencia de muerte. 7!ra eso lo que era para aquellos hombres8 76 para cu)ntos m)s todav#a8 Siguió mirando al hombre durante largo rato. sobre su espalda y mirar a Lancelot mostrando un miedo cerval en los ojos.o se divisaba ni una gota de la marea de sangre que la cubr#a hasta unos minutos antes. 5ero no pudo. el poder misterioso que despertaba en l tal ansia que le hac#a estremecerse. donde se hallaba la espada de runas. aunque parec#a que hubiera pasado una eternidad8 Una #ida m!s que apagues con esta espada una gota m!s que #iertas y me pertenecer!s. antes de volverse. 2abr#a sido muy sencillo. ya lo hab#a sentenciado1 su rodilla rota se curar#a con un poco de suerte. Las palabras del picto hab#an sido como un mazazo para l. 79u le hab#a dicho . aun antes de que el guerrero hubiera llegado a tierra. durante una pequeña eternidad Lancelot permaneció sentado. 5ero no pidió clemencia. La tempestad de nieve no hab#a amainado y.. no hab#a ni sombra de viento. es que te causa placer torturarme8 —. Levantó los p)rpados y le miró y. todo el miedo desapareció de sus ojos. de pronto. lo agarró por debajo de las a/ilas y le ayudó a mantenerse sobre la pierna ilesa. se inclinó hacia l.o pod#a hacer nada m)s por l. sobre el cuello del animal.Lancelot miró la espada en su mano. mi joven amigo —oyó una voz burlona a su espalda. embutidos en armaduras negras cubiertas de pinchos. estaba en el centro del c#rculo y lo observaba con sus hermosos ojos ausentes de piedad. >e a +intagel y pregunta por Lady 3inebra. y Lancelot con"ió en que el hombre podr#a superar la milla que les separaba de +intagel antes de perder el conocimiento. !l picto lo contempló unos segundos m)s. y un dolor nuevo. . te dar)n acomodo y te curar)n las heridas. 7. demonio. Luego se dirigió hacia uno de los caballos sin jinete que hab#an salido huyendo y vagaban por all#. a su alrededor. !l animal titubeó y al "in se puso en camino de mala gana. Si le dices que te env#a Lancelot. —2a sido una escena conmovedora. pero se agarró instintivamente a las riendas y as# evitó resbalarse por el otro lado. !l picto era pesado. se e/tendió por su pecho. lo cogió de las riendas y lo llevó junto al herido. Luego. La hoja segu#a demandando sangre. !mpleó las "uerzas que le quedaban para apuntalar el pie izquierdo sobre el estribo y situar su cuerpo de alg(n modo sobre la silla. —79u pretendes8 —murmuró el picto sin comprender—. pues su ansia era insaciable. se irguió en la silla haciendo acopio de las "uerzas que le quedaban y trató de girar al caballo en la dirección adecuada. in"inito. 7!s sta una nueva artimaña tuya8 —*ierra la boca y ay(dame —jadeó Lancelot. pero era una sonrisa que carec#a de cualquier sentimiento humano. casi velada por la inconsciencia.o le consoló ni recordar a 3inebra. Sin prestar atención a la mirada desconcertada del picto. ' pesar de que la sed de la espada de runas se e/tend#a por l como un "uego que le iba consumiendo las entrañas. se quedó prendida del rostro del caballero. +al vez le hab#a salvado la vida.. mucho m)s de lo que imaginaba. sin embargo. Su mirada.o quiero matarte —a"irmó Lancelot. por mucho que tratase de silenciarla. !l hada . terrible. . demonio8 —le escupió a la cara—. que probablemente estar#a ya a salvo tras los sólidos muros de +intagel. !l guerrero se cayó hacia delante.organa. 6 ahora vete. introdujo la espada con un gesto reposado en la vaina de piel blanca de su cincho. pero 7a qu precio8 Se apro/imó de nuevo al picto. !l hombre hab#a o#do sus pasos.o se sorprendió de lo que vio. "lanqueada por dos robustos guerreros. . absolutamente desconcertado1 luego apretó los dientes. 7tengo o no tengo razón8 —5iensa lo que quieras —respondió Lancelot con rudeza—. en un c#rculo de unos diez pasos de di)metro. +erm#nalo. —!st)s jugando cruelmente conmigo. . —7' qu esperas. le rodeaba una pared blanca. Sonre#a. Lancelot se enderezó y puso la mano izquierda sobre la empuñadura antes de volverse del todo. cosa que Lancelot tem#a en un primer momento. m)s que nunca. por un brev#simo espacio de tiempo. matado a . se clavó con tanta "uerza entre los omóplatos del picto. Sus dos elbos oscuros hicieron un movimiento para interceptarle el camino. has perdido. en ese caso.. habr#a vencido. 5ero lo que le impidió hacerlo "ue tener la certidumbre de que. tal vez habr#a vencido a los elbos e.)s de una vez hab#a luchado ya contra aquellos inquietantes elbos oscuros y sab#a de lo que eran capaces.organa hizo un gesto de a"irmación con la cabeza —.Levantó los brazos despacio.organa. y debati ndose entre la necesidad de gritar a los cuatro vientos su horror y su dolor. a pesar de todas sus artimañas y sus poderes m)gicos. pero no era cierto. despu s.organa y hacerle sentir lo que realmente signi"icaba esa muerte. 'ntes morir que luchar de tu parte. —+al vez —respondió Lancelot—. Si te hubieras dado cuenta. dio unas palmadas y añadió en un tono m)s irónico a(n—Una escena realmente emotiva. y a los dos pasos Lancelot se quedó tambi n quieto. —Siempre me sorprendes. pareció diluirse en la tormenta por unas d cimas de segundo y. incluso. —'hora me perteneces —. .organa levantó la mano r)pidamente y los mandó hacia atr)s. 5odr#a haberlo hecho. +an sólo un segundo antes hab#a cre#do que odiaba a .organa sonrió y esta vez pareció sincera. a ti y a los tuyos. !l cazador que de pronto siente l)stima de su v#ctima. bajó la espada y sobre el hermoso rostro de . —$. %ealmente siempre me has pertenecido. de la que tan a gusto hablaba y tanto uso hac#a por donde quiera que "uera. !l delirio hab#a terminado. Lancelot arrancó la espada del cincho y se precipitó sobre . Unos minutos antes todav#a sent#a dentro de l aquella ansia invencible de sangre. . algo que podr#a ser una mirada de desganado reconocimiento. 79u pasa contigo. S#. pero . a pesar de todo. Lancelot. —768 —preguntó Lancelot con cansancio. pero sta no iba dirigida a l.& —con un grito pavoroso. tembloroso. jadeando de "uria y agitación. !l vac#o dentro de l era demasiado grande para dejar sitio a un sentimiento tan imponente como el odio. mi joven amigo8 7*rees que as# vas a poder comprar tu libertad o es que esa criatura no era valiosa para tus "ines8 —no aguardó una respuesta.organa apareció una e/presión de sincera sorpresa y. !l r)pido movimiento con el que se hizo a un lado no habr#a impedido que la "lecha le alcanzase. puso una "lecha negra en la cuerda y disparó aun antes de que Lancelot pudiera darse cuenta. que el hombre se derrumbó de la silla y cayó cabeza abajo sobre la nieve. 6..aldita. !l proyectil mortal silbó a unos metros de l. pero tambi n era consciente de los poderes invencibles de su armadura m)gica y de la "uerza del dolor que le acuciaba y le gritaba que utilizara la violencia una vez m)s para lograr ver la luz. 5ero probablemente te equivocas. podr#as haberte ahorrado mucho dolor y su"rimiento. 5ero no sab#a cu!nto —torció la cabeza con un suspiro—.organa como a nadie en el mundo. pero ahora no notaba m)s que un inmenso y doloroso vac#o. !ntonces. y el deseo de echarse sobre . Sab#a que eras "uerte. que no habr#a llegado en ning(n caso1 sólo levantó la mano izquierda casi de pasada y uno de los dos elbos oscuros que estaban junto a ella se descolgó un arco de la espalda. 'gotado. amigo m#o —dijo—.organa. . . Lancelot tampoco habr#a respondido de haberle entendido. volv#a ileso y triun"ador1 pero eso no signi"icaba nada. lo peor era el vac#o. ' pesar de que poco m)s de una hora antes hab#a estado a punto de terminar con su vida. trans"ormando cada uno de sus movimientos. Lo hab#a logrado. 5ero al "inal te dar)s cuenta de cu)l es tu raza y a qui n perteneces. *uando el unicornio comenzó a caminar m)s despacio y surgió ante l la gigantesca puerta de +intagel. construidas con madera de roble.—5ero eso ya lo haces. !l viento ululaba alrededor de las murallas y torres de la imponente "ortaleza sin mostrar atisbo de remitir. de un instante a otro. Un rato despu s se cerró la rendija y transcurrieron muy pocos segundos hasta que Lancelot oyó el ruido de un pesado pestillo al descorrerse. Lancelot volvió a sentirse bandeado por el "r#o y el viento. en ese momento. cada vez se incrustaba m)s terriblemente en su pecho. pero luego desaparecieron tambi n y el joven se dirigió.o le hab#a abandonado tras montarse sobre la silla y salir galopando de aquel lugar1 al contrario. pues sus labios se movieron. :io la impresión de que dec#a algo. +en#a el rostro rojo de "r#o y no paraba de parpadear. agotado. +al vez habr#a permanecido horas sentado sobre la silla. . La magia que hab#a mantenido la tormenta apartada se es"umó y. es que lo era realmente. nada. hacia donde le esperaba el unicornio. Le envolv#an el viento y la oscuridad. Sigue de"endi ndote un tiempo m)s si te crees culpable.. y el "r#o hab#a traspasado sus ropas. ten#an el grosor de un brazo. 2ab#a alcanzado +intagel. cerrada a cal y canto. Lancelot no recordaba cómo hab#a encontrado el camino hasta all#. ). un largo cuchillo de cocina. que llevaba una cota de mallas o/idada y. mi joven amigo —suspiró—. pues el viento le cubr#a de arenilla los ojos. no es que se sintiera d bil y desvalido como un niño reci n nacido. Lancelot no precisaba ver su cara para darse cuenta del miedo que le atenazaba las entrañas. no sintió ni consuelo ni alegr#a1 se limitó a observar por la ranura de su yelmo aquellas gruesas hojas que. en una verdadera tortura. Luego una de las dos gigantescas hojas se abrió chirriando hacia "uera y un hombre viejo. y la cortina de nieve se hab#a intensi"icado m)s todav#a. pero el aullido del viento se llevó las palabras consigo.o sent#a. incluso el acto mismo de respirar. 'penas pod#a ver y. Sin embargo. Se sent#a a(n como preso de una pesadilla.. de no ser porque una de las hojas de la puerta se abrió un palmo y por l aparecieron dos ojos que le miraron descon"iados y curiosos. por toda arma. . :urante un largo espacio de tiempo creyó ver todav#a las siluetas de los dos guerreros elbos. 6 desapareció. 5robablemente tendr#a que agradec rselo tambi n al unicornio. le salió al encuentro. !ra m)s de medianoche cuando llegó a +intagel. !l unicornio. la segu#an a corta distancia. percib#a sus verdaderos sentimientos.en la zona de luz que una vela proyectaba en el patio a trav s de la puerta abierta. el unicornio desaparecer#a entre las sombras y aparecer#a de nuevo cuando lo necesitase. pues llevaba tan sólo un jubón de cuero y. que proteg#a el portal. $Lancelot& $!st)s vivo& $6 no te han herido& —le besaba y le abrazaba con tanta "uerza que. nadie m)s le esperaba en el patio y pudo percibir el enorme vac#o que se hab#a adueñado del recinto de una manera casi corpórea. La barbacana era tan alta que no tuvo que encoger ni una vez la cabeza al pasar bajo el rastrillo de la herrumbrosa verja. que estaba protegida por la misma magia que l. vestida (nicamente con una "in#sima t(nica y la melena al viento. 6. se precipitó sobre l con tanto #mpetu que se vio obligado a dar un paso hacia atr)s para no desequilibrarse y caer al suelo. La mujer dio muestras evidentes de sentirse aliviada y Lancelot iba a hacerle un comentario cuando al otro lado del patio se abrió una puerta con violencia y sonó un chillido agudo. 'dem)s. le hab#a conducido hasta all# sin ni un amago de rebelión1 sin embargo. !l joven se dio la vuelta sobrecogido e instintivamente posó la mano sobre la empuñadura de la espada. tal como ya hab#a hecho muchas veces antes. 'parte de aquellas personas.5or espacio de un momento. ?rente al pozo del centro. tocara la montura. el caballero miró al anciano ine/presivamente. Lancelot lo adelantó a un trote lento y entró en la "ortaleza. ' escasos pasos de l. 6. Se ve#a que estaban ateridas. de todas "ormas. el viejo pareció sentir el peligro que emanaba del animal. La tenue y oscilante luz roja de las numerosas antorchas situadas en el patio de armas recibió a Lancelot. algo descolgada. +intagel era una "ortaleza comparable en tamaño a *amelot y. se hab#a acrecentado mucho m)s.. pues se echó r)pidamente a un lado para dejarle el camino libre. por muy "ascinante que "uera en la batalla. Sin embargo. ya que iban ataviadas con unos vestidos e/cesivamente "inos para el tiempo que hac#a. reconoció a 3inebra. 3uió al unicornio unos pasos m)s. y con los brazos abiertos. pero el grito no era una señal de peligro ni el indicio de una nueva emboscada. magn#"ica1 pero estaba claro que hab#a sido abandonada por sus habitantes y pudo sentir la desesperanza que se hab#a e/tendido. se percató del miedo que el animal provocaba en la mujer y aquello lo hac#a todav#a m)s imprevisible. debió ser. luego lo detuvo y se escurrió desmadejado de la silla. la sed de sangre del animal no hab#a remitido tras la (ltima batalla1 al contrario. se hallaba un segundo vigilante. para aquel pobre vigilante no pod#a ser m)s que un caballo normal. !ra a todas luces mejor que nadie. hab#a dos mujeres de mediana edad izando un cubo de agua. aunque la criatura "abulosa. en lugar de un arma en toda regla. obediente. Una de las dos mujeres se apro/imó a l y "ue a coger las riendas del animal. Lancelot se apresuró a indicarle con la cabeza que no lo hiciera. sin duda. 3ritando su nombre una y otra vez.. como una mortaja invisible y so"ocante. l apenas pod#a respirar. todo lo contrario. . —$Lancelot& —balbució—. un largo garrote que ten#a todos los visos de haber "ormado parte de un montón de leña del que l se hubiese servido al pasar. Sean y 5atricB. que corr#a hacia l. tiempo atr)s. e iba peor pertrechado. La criatura y la espada que colgaba de su cincho hab#an hecho juntas m)s de lo que jam)s hubiese imaginado. salvo l. luego apretó los muslos para que el unicornio entrara al trote y. pero 3inebra iba tan deprisa que "ueron incapaces de atraparla. los dos irlandeses. que era por lo menos tan anciano como el que le hab#a recibido "uera. sobre las murallas coronadas con almenas y los macizos torreones. pero enseguida echó la mano hacia atr)s ante la mirada de alerta que le dirigió la criatura "abulosa a trav s de sus penetrantes ojos oscuros. tambi n. 7para qu 8 *on toda probabilidad. a pesar de la armadura. de que no nos #bamos a ver nunca m)s. 2as vuelto a manejar esa maldita arma.... 6a hab#a alcanzado la escalera que conduc#a a las habitaciones comunes y hab#a comenzado a subirlas de dos en dos e. —+en#a tanto miedo —tartamudeó ella—. —Lo has hecho —repitió 3inebra con un tono in"initamente triste. desapareció tras la puerta.ing(n peligro. pero sus manos empezaron a moverse nerviosas y el temor de sus ojos se trans"ormó en algo di"erente. :e pronto. . —*omo puedes ver. y tambi n su hermano 5atricB parec#a alarmado e incapaz de articular palabra.o replicó nada. 's#.o los he contado —Lancelot miró a 3inebra. 2as vuelto a verter sangre con ella. Sean la contempló con perplejidad. mucho peor.. . Sean. se giró y cruzó el patio tan veloz como hab#a venido. "runció el ceño y miró interrogante a Lancelot.8 —trató de buscar las palabras adecuadas— 5ero $eran veinte por lo menos& —. !n contadas ocasiones Lancelot lo hab#a visto tan a"ectado1 por su parte.. ya de por s# blanca. el doble. —5ero 7cómo has podido. verdad8 —.8 —la voz de 3inebra se quebró. —' veces uno se equivoca —dijo Lancelot en voz muy baja. pero Lancelot los ignoró a ambos. las brujas a veces tambi n se equivocan —dijo—.i he viajado al in"ierno ni me he trans"ormado en un demonio de dos cabezas. +ranquila —pero al observar la e/presión en los ojos de 3inebra se dio cuenta de que esas palabras hab#an contribuido a acrecentar su temor en lugar de atenuarlo. —.o me ocurre nada grave —respondió Lancelot—. 7!st)s ileso. —. incluso.. de tres en tres. 5robablemente.:e repente se soltó de sus brazos. *uando Lancelot siguió el rumbo de sus ojos. . +en#a el rostro tan blanco como la nieve que segu#a cayendo silenciosamente a su alrededor—..)s —dijo su hermano—.. perdió todav#a m)s color.. —79u ha ocurrido8 79u ha pasado con los pictos8 —6a no suponen ning(n peligro —contestó Lancelot. su hermano daba muestras de descon"iar. —6 no ha ocurrido nada —contestó Lancelot en voz alta y con una "rialdad que a l mismo le habr#a atemorizado si hubiera estado en posición de e/perimentar alg(n sentimiento. descubrió cu)l era el motivo. :io un paso con intención de seguirla. 'lgo nuevo apareció en su mirada y su tez. —!s incre#ble —murmuró Sean sacudiendo la cabeza una y otra vez. 3inebra le miró. que ya hab#a llegado y se manten#a parado tras ella. !staba segura de que no te. pero luego titubeó y se volvió de nuevo hacia Lancelot. 7*on eso quieres decir que. +an sólo unos segundos despu s. dio un paso atr)s y le observó con los ojos muy abiertos y miedo en la mirada. —Sean suspiró perceptiblemente—. La espada que colgaba de su cincho—. Su mirada se quedó prendida de 3inebra.. as# que lo has hecho —murmuró y Lancelot se quedó en silencio —. —Un hombre solo. —dijo. o m)s bien a la consternación que mostraban sus rostros. . se puso en movimiento y "ue hacia la puerta que 3inebra hab#a dejado abierta a su paso.. <76 qui n dice que yo sea un hombre8= 7*ómo le hab#a llamado el picto8 7:emonio8 Sin desperdiciar un segundo m)s contemplando a Sean o a su hermano.. —79ui n dice que estuviera solo8 —preguntó Lancelot. Una vez que se hubo secado con una de las )speras toallas de lino. pero por lo dem)s se hab#a tumbado sobre la cama con la armadura puesta. un rato despu s. Lancelot ni siquiera miró en su dirección. Lancelot se quitó el resto de la ropa y se lavó con el agua caliente que le hab#a tra#do el criado. de cambiarse1 se hab#a desembarazado del escudo y la espada. siguió inmóvil observando "ijamente el dosel. empezó a tiritar de tal manera que incluso le castañeteaban los dientes. !l hombre dejó una gran bandeja de madera encima de la mesa. adem)s. una con "ruta y un pedazo de carne asada. no le pasaron inadvertidas las miradas "urtivas. pero cuando se sentó a la mesa. 'quello le parec#a importante sin saber tampoco por qu .)/ !l d#a siguiente llegó y pasó aun antes de que Lancelot se hubiera percatado1 por no hablar de que despu s quisiera recordarlo. 5asó un tiempo considerable hasta que se abrió la puerta y entró el viejo canoso que le hab#a recibido la noche anterior. 3olpearon dos o tres veces a su puerta y la voz t#mida de una doncella le preguntó si deseaba algo. 5or una razón que l mismo no pod#a e/plicarse y que en ese instante. un aguamanil de peltre. una cesta con pan. oyó en todos los casos pasos que se alejaban.o ten#a hambre ni sent#a verdaderamente la necesidad de lavarse o. 5ero no se sintió m)s limpio despu s. igual que hab#a hecho durante toda la noche y buena parte del d#a. se levantó. ' pesar del inmenso "r#o que reinaba en el lugar. 'quello que le hab#a ensuciado la noche pasada no se quitaba con agua. Sólo cuando el sol alcanzó el c nit y comenzó la segunda parte de su viaje diario. Sobre ella estaban dispuestos un cuenco con agua caliente. le daba e/actamente igual. dejó el escudo de runas junto a ella y puso la espada de los elbos sobre la repisa de la chimenea que estaba al otro lado de la habitación. la colocó sobre la cama. a pesar de que trató por . :e alg(n modo. le produc#a malestar pensar en el hecho de quitarse la armadura. pero l no respondió y. se puso "rente a ella para tener la espada a la vista. la espada y el casco. por lo menos. y tambi n del yelmo. *uidadosamente. casi de miedo. 4sta estaba "r#a y ten#a aspecto de llevar meses sin que nadie la hubiese encendido. ?ue al cuarto que le asignó uno de los criados y se tumbó sobre la cómoda cama recubierta de lujoso damasco sin lograr conciliar el sueño ni por un momento. casi de mala gana pero sin tregua. la mañana siguiente y una buena parte de la tarde permaneció a solas en su estancia. reaccionó a los golpes en la puerta y le ordenó a la voz del otro lado que le trajese algo de comer y un cuenco de agua caliente para poder lavarse. !n cuanto estuvo solo de nuevo. +al vez "uera esa absurda necesidad la que le llevó "inalmente a despojarse de la armadura. aunque mucho m)s despacio de lo que habr#a sido necesario. . que le echaba el anciano mientras se apresuraba a descargar la bandeja para marcharse cuanto antes de la habitación. hasta notaba que le "altaban el escudo. Sin embargo. toallas limpias. como si "uera su tesoro m)s preciado. La noche completa. eran m)s alimenticias que sta. al mismo tiempo. Lancelot creyó que era el criado que regresaba para llevarse la bandeja y preguntar si deseaba algo m)s. si no m)s. en ocasiones. seguramente rebajado con agua1 la "ruta estaba casi incomible y si hubiera atado una cadena al pedazo de pan. !ra Sean. parec#a pensado para proteger al castillo de la supremac#a enemiga con tan sólo una m#nima cantidad de soldados. . pero en lugar de eso se introdujo en sus ropas y se envolvió en la capa como si "uera una manta. pero adarves. no iba ataviado como un soldado. 'l entrar. Llamaron a la puerta.o cre#a que le hubiesen servido esa paup rrima comida para lastimarle. 2acerlo no mejoró la primera visión que hab#a tenido de la comida. resid#a en que ahora se hab#a cambiado y hab#a comido ya. casi n)useas. que ceñ#a sus caderas y le iba por lo . a(n m)s que la noche anterior. Sin embargo. no dijo nada. le daba m)s miedo aquel encuentro que cualquier otra cosa en la vida. vació el plato hasta la (ltima miga y se bebió buena parte del vino. se obligó a com rselos. Lancelot comprendió de pronto por qu los pictos hab#an levantado su campamento abajo. Lancelot se negó a quejarse. pero la apreciación no hab#a sido e/acta. La "ortaleza de Uther era bastante mayor y le daba la impresión de que ten#a mejores sistemas de de"ensa. a tres o cuatro pisos. 6 eso le hizo darse cuenta. +al vez. 'unque su estómago parec#a contraerse con cada nuevo bocado. en el valle.o recordaba que la noche anterior hubiera subido tantos escalones. y si era as#. 5od#a divisar el patio entero y buena parte de las murallas y torres vig#as que se e/tend#an por el paisaje circundante. ya que sólo hab#a una persona en todo el mundo a la que deseaba ver y. . Se giró con desgana. !n todo caso.todos los medios de evitarlo. pero la estancia se hallaba sobre el patio interior de +intagel. m)s so"isticados1 las murallas de *amelot estaban preparadas para o"recer resguardo a numerosos de"ensores. 6 segu#a sin tener hambre. un ataque a aquel bastión habr#a signi"icado un verdadero suicidio para ellos. 5or "in se levantó. adem)s.o ten#a ganas de hablar con el hombre. 5ero tras un instante. Sin embargo. 'l contrario. . lo hab#a comparado con *amelot creyendo que era de tamaño similar. se apretó la manta alrededor del cuerpo y miró por la ventana. !sperando que el viejo se marchara sin m)s. de lo colosal que era el castillo. 'unque supieran que (nicamente estaba habitada por un puñado de ancianos y mujeres. 5odr#an ser asuntos banales. le daba lo mismo. pero la mayor parte de la vida se llenaba con cosas banales y a l seguramente esas nimiedades le hab#an ayudado a romper el c#rculo vicioso en el que se mov#a y a adentrarse de nuevo en el d#a a d#a. !l "r#o no se mitigó.la visión de los "rugales alimentos que le hab#a tra#do el criado le provocaba desagrado. aquel pensamiento le hizo sorprenderse de s# mismo. sino que vest#a una saya y un cinturón de cuero ancho con aplicaciones bordadas en oro. !l irland s se hab#a cambiado y. por primera vez desde que Lancelot lo conoc#a. lo habr#a podido utilizar de mangual sin problemas. 0ncluso las parcas comidas que durante los meses pasados 3inebra y l se hab#an visto obligados a mendigar o a robar. en lugar de atacar la "ortaleza y conquistarla sin m)s. almenas y torres de +intagel "ormaban un imbricado laberinto en el que cualquier atacante podr#a perderse y que. 5robablemente sólo con una palabra suya habr#a bastado para que los criados le encendieran un "uego en la chimenea. La imagen que se le o"reció le llenó de admiración. se abrió la puerta y oyó unos pasos que sonaban mucho m)s decididos y en rgicos que los del criado. pues no casaba demasiado con el vac#o y la "alta de )nimo que hab#a e/perimentado en las (ltimas horas. !n el jarro hab#a algo de vino. . —75uedo entrar. +al vez hab#a en ella un poco de las tres cosas —. —7' qu te re"ieres8 —Lo dicho. lo que le hac#a parecer diez años m)s joven. traspasó el umbral. +enemos que hablar. —5or eso he sido yo el que he venido —Sean no dio muestras de pretender responderle con su misma descortes#a1 cruzó los brazos sobre el pecho y lo observó con una mirada que Lancelot no supo si era calculadora. —*reo que seguir con Lancelot —dijo Sean pensativo—. !s un poco di"#cil utilizar un nombre u otro dependiendo de la ropa que lleves... . sin ning(n otro motivo que hacerle hablar. ?inalmente dijo—!l cuarto que me han adjudicado no es ni la mitad de grande. pero no iba a darle el gusto. con la e/cepción de sus caballos y sus armas. !ra consciente de que Sean charlaba por charlar. 'bandonaron todo. —5or lo que parece no acabaste con todos —añadió Sean con rapidez.o quer#a ver a nadie ni hablar con nadie nunca m)s. Lancelot. Si tienes "r#o. antes de quedarse quieto y mirar a su alrededor con una e/presión de asombro. debo llamarte :ulac. . Lancelot continuó mirando por la ventana persistentemente durante unos instantes m)s. 5udo sentir el cabeceo que hizo Sean al decir—6a no hay nadie all#. Se pod#a imaginar per"ectamente cu)l era el asunto del que el irland s quer#a conversar con l.. 5ero el "uego arde en la chimenea. 5ero encontramos sus huellas. .o soy una persona que precise compañ#a. 9uiz) "uera la primera vez que le ve#a como realmente era. cerró la puerta empuj)ndola con el pie y dio dos pasos dentro de la habitación. pero luego se volvió y observó al irland s con e/presión interrogante. tambi n se llevaron a los muertos y a los heridos. ve junto a tu chimenea. Llevaba el pelo recogido en una coleta y estaba claro que le hab#an recortado la barba. —768 —dijo Lancelot.. Lancelot continuó callado.menos tres tallas pequeño. reprobatoria o amistosa. —Lo s —dijo Lancelot sencillamente. Lancelot sospechó que habr#a pertenecido a Uther. —79u quieres8 —preguntó Lancelot con poca amabilidad —.o quer#a verlo.o quer#a hablar con l. 7. no hab#a nadie all# —contestó Sean—. 2emos estado e/aminando el campamento de los b)rbaros. Lancelot siguió sin responder y se limitó a mirar al irland s ine/presivamente. —5atricB y yo hemos estado en el valle —añadió Sean un rato despu s. pero ste se tomó su silencio como un asentimiento. . :eseaba que el irland s se marchara. . señor8 —preguntó. cuando le quedó claro que Lancelot no iba a responderle —. ahora que ya no llevas tu armadura8 —*omo pre"ieras —Lancelot encogió los hombros y se volvió demostrativamente para seguir mirando por la ventana. . —Si t( lo dices. —!ntonces tuvieron que ser muchos los muertos. tal vez. lo provoca.e preguntó por qu si has regresado vivo e ileso. —+omaste mis palabras por una broma —recordó Lancelot. 5ero.. Seguramente no habr#a ca#do en la cuenta de que :ulac y Lancelot eran una misma persona. . miraba por la ventana envuelto en una manta. 6 ha tenido que su"rir mucho desde que abandonamos *amelot. . sobre todo.. que. pero lo de all# abajo debió de ser una verdadera batalla. +oda persona que se gana ese cali"icativo. respondió—Sólo si eres mi enemigo. . añadió. llorando sin parar —siguió Sean—. Sólo enarcó las cejas levemente. —6 t( no me contradices..—. cuyo amor es tan "uerte que incluso desa"#an al rey 'rturo y al mundo entero. — 5ensativo y sin mirar directamente a Sean. 5or lo menos ahora ya encaja todo. !s una mujer... 5ero s# ten#a miedo del ser en el que pod#a trans"ormarse si as# lo quer#a. Sir Lancelot y Lady 3inebra como una pareja aut ntica. 5or supuesto que Lancelot sab#a adonde quer#a llegar Sean con todo aquel parloteo sin sentido.— !l camino hasta aqu# lo hemos logrado entregando la sangre de dos de mis hermanos y del hermano de mi padre. Lancelot8 —preguntó Sean. .= 6 esbozando una sonrisa. Lancelot. —!videntemente —Sean suspiró—. muerto de "r#o. —6 eso es justamente lo que ya no s —replicó Sean dirigi ndole una mirada que le provocó un escalo"r#o en la espalda.o hab#a heridos —dijo Lancelot en voz baja. ' lo largo de mi vida he visto los rastros de muchos combates. —5orque alguien os pagó por ello —le recordó Lancelot. 5ero en realidad no es eso lo que me preocupa. Sean no se mostró sorprendido. Sean ignoró su respuesta. *laro que el corpulento irland s no ten#a miedo de l1 no de aquel chico p)lido. estrecho de hombros. al quitarte la armadura has dado al traste con el secreto del valiente caballero que nos ayudó en la posada en nuestra lucha contra los pictos — sacudió la cabeza con asombro "ingido —. Sab#a tan bien como Lancelot lo absurda que resultaba.. <5or supuesto —pensó Lancelot—. contra todo pronóstico. —9uiz) hayan sido demasiadas preocupaciones para ella —respondió Lancelot —. —7:ebo tenerte miedo. !l irland s se mor#a de curiosidad por saber cómo hab#a podido hacer "rente a un n(mero de soldados tan superior a l y. —!n todo caso. 7cómo iba a dec#rselo8 Siguió callado.e empiezo a preguntar por qu . cómo hab#a podido #encerlos. y eso que t( mismo me lo dijiste. 5ero tampoco me convenció nunca aquello que pretend#as hacerme creer de que 3inebra era tu hermana. —Lady 3inebra est) desde ayer encerrada en sus aposentos. en el que ya se hab#a trans"ormado irrevocablemente. —S#. :e pronto Lancelot se alegró de que Sean estuviera mirando la espada y no "ijara la vista en l. 9u curioso. :io la impresión de que iba a decir algo m)s. sicario8 Se dio cuenta de lo mucho que le hab#an herido sus palabras.o la toques& —gritó Lancelot asustado. sino que caminó con pasos lentos hacia la chimenea. 75or qu tengo que saber yo las razones que te mueven.. "ue enturbiando sus "acciones mientras su mirada iba una y otra vez de Lancelot a la espada. pero se limitó a sacudir la cabeza y e/tendió la mano hacia la espada.. . 6. Sean se quedó petri"icado a medio movimiento. re"le/iva. . como Lancelot esperaba en su "uero interno. hasta no hace mucho yo tambi n lo cre#a. luego dejó caer la mano muy despacio y se giró m)s lentamente a(n hacia Lancelot. —Un arma verdaderamente espl ndida —la voz de Sean hab#a bajado de tono.e e/plico. 75or qu no comprend#a aquel tozudo irland s de una buena vez que l quer#a estar solo8 —:ime la razón. Seguro que no. Lancelot no pod#a recordar haberla desenvainado1 al contrario.. por ello no la puedes tocar. :ame una sola causa por la que tuvieran que morir mis hermanos.. 7!sta espada8 7!s la "uente de tu invulnerabilidad8 —9uiz) —respondió Lancelot—. Sean lo contempló un momento m)s con "acciones tristes.. 5ero ya no estoy tan seguro. —76 por eso esperas que yo te responda8 —Lancelot se rió—. debe ser parecida. luego descruzó los brazos. —Bueno. pero si creyese.. Lancelot —siguió Sean—. !/calibur. . pues su cuerpo hab#a pegado un brinco al escuchar las palabras del irland s. pero no para darse la vuelta y abandonar la habitación. 79ue te de la absolución8 —se rió con dureza—. Sin embargo. llen)ndose de sincera admiración. Sean miró de nuevo hacia la espada. la espada legendaria de 'rturo.o comentó nada. Una causa que yo pueda comprender. —79u esperas de m#8 —preguntó Lancelot—. Se paró a unos cuatro palmos de distancia de la misma y pasó la vista por la hoja de la espada de runas que Lancelot hab#a dejado sobre la repisa. m)s o menos —murmuró... ya que giró la cabeza y le echó una mirada penetrante..unca hab#a visto antes una pieza tan magn#"icamente cincelada.. —74ste es tu secreto8 —preguntó "inalmente—. la hoja del arma m)gica brillaba ahora como un rayo de luna sobre la moldura de roble secular. antes de volverse de nuevo hacia la chimenea. 5or supuesto que no creo en la magia. y se hab#a sido precisamente su propósito. —$. 'lgo en el tono de su voz pareció sobresaltar a Sean. . estaba casi seguro de haberla dejado all# con el cincho y la vaina. precisamente. antes de murmurar—Una espada m)gica —se rió en tono bajo y por un breve instante —. pero una e/presión e/traña. . . Sean volvió a re#rse. no encontró respuesta. —5resumiblemente —corroboró Lancelot—. oyó cómo el irland s se daba la vuelta y abandonaba la estancia. Se sent#a mal. irland s.—. 5ero t( mismo lo has dicho. +al vez as# me hagas un —+al vez. 7no ser#a un poco negligente por tu parte con"iarme tu secreto sin m)s ni m)s8 5odr#a coger esta espada y matarte con ella.. sobre todo. luego se dirigió de nuevo hacia l—76 ahora qu le tengo que decir a 3inebra8 —7' 3inebra8 —la pregunta sorprendió a Lancelot. deb#a v rselas con su conciencia.o verdaderamente. debo meditar sobre una serie de cosas. !ntonces 7por qu lo trataba l con tanto desprecio8 5ara esa pregunta.. Sean hab#a dicho la verdad. Lo m#nimo que podr#a esperar era un poco de agradecimiento. al igual que para las otras que le rondaban por la cabeza. 6 lo peor de todo era que tampoco le interesaba. cerró la puerta tan cuidadosamente que Lancelot no oyó el ruido y tuvo que girarse un rato m)s tarde para convencerse de que estaba solo de nuevo. Sean lo observó pensativo. Lancelot pasó mucho tiempo quieto en la ventana.d jalo as#. :e pronto comprendió lo injusto que estaba siendo con el irland s y se avergonzó de su reacción. a m# tambi n me lo parece —replicó Sean. —>e y dile que yo. —S#.. hasta all# hab#a sido demasiado alto. .. Luego su e/presión se tornó m)s seria y su voz m)s apagada-— 5ero a m# mismo.ecesito un rato para reponerme y. +ambi n puedes inventarte algo. y. contemplando las murallas y torres de +intagel. .no crees en la magia. —Si realmente la magia tuviera algo que ver con todo esto. Se encogió de hombros —. 2ab#a dado por hecho que Sean dar#a un portazo1 sin embargo. La vida te ser) mucho m)s ")cil. a 3inebra y a l. que ir luego a verla. .. 5udo o#r cómo. mejor.. si es que te sientes llamado a representar el papel de alcahuete. no lo haces8 —preguntó Lancelot—. no1 presumo.el precio que hab#a pagado por llevarlos. cr eme. entonces te acercar#as mucho a la verdad —repuso Lancelot con amargura. unos segundos despu s. sin sentir siquiera las l)grimas que se escurr#an por sus mejillas. —76 por qu "avor. nada. Lancelot siguió mirando inmóvil por la ventana y no dijo nada m)s. Lo que quieras. a su espalda. ?#sicamente1 pero. pero sus ojos se mantuvieron serios. 5or un instante apartó la mirada de su rostro y la "ijó en el rayo de luna capturado en la repisa. Sean suspiraba pro"undamente y su cuerpo se puso en tensión de inmediato. Si me aceptas un consejo. —:ijo Sean. . +al vez de alguien. Cnicamente ten#a que seguir los ruidos y las voces para ir a parar a la gran sala que abarcaba pr)cticamente toda la planta in"erior del edi"icio principal. en alg(n lugar. !st)is. iba ahora a. —!st) bien —Lancelot trató de re#r. .. para marcharse tan r)pidamente como si estuviera huyendo de algo.organa gobernar sus pensamientos por el resto de sus d#as.calzas y jubón de la mejor lana. .o iba a permitirle a .. pues "ue dolorosamente consciente de que todo aquello "ormaba parte de un mundo que ya no era el suyo. recorrió el pasillo y la estrecha escalera posterior que conduc#a a la planta baja. tras una ligera vacilación. 5erdonad. . +ampoco esta vez ven#a con las manos vac#as.urmuró un <adelante= malhumorado y el anciano canoso que le hab#a llevado la comida entró de nuevo.)s que la curiosidad de verse. quiero decir. 6 no pod#a quedarse all# arriba para siempre. tomó la capa. se la echó sobre los hombros y abandonó la estancia. pero en ning(n caso le superaba en estatura. Lancelot se detuvo.*$hora me perteneces+ Lancelot apartó con gran es"uerzo el recuerdo de su cerebro y se irguió.. pero no tra#a comida. y a decidir pon rselo "inalmente.. pero se acercó al lecho y e/aminó la ropa que hab#a tra#do el viejo. 2ab#a visto a Uther y sab#a que el antiguo soberano de +intagel era algo m)s corpulento que l. —$Señor& —tartamudeó—. Lancelot dudó en un primer momento si ponerse o no ese atuendo propio de un rey.o conoc#a +intagel. Se puso las calzas. aunque sólo "uera para darse valor a s# mismo. "ue el "r#o de sus dedos ateridos y sus temblorosas rodillas el que le llevó a acariciar aquel atuendo marrón. unas botas "orradas de cuero suave y una capa granate con cuello y puños de valiosa piel. Una vaharada de aire c)lido y el aroma a carne asada y pan reci n horneado le indicaron el camino. !l largo pasillo sin ventanas que ten#a "rente a l estaba iluminado por el re"lejo rojo de una docena de antorchas de llama oscilante. pero el temor siguió anidando en sus ojos. 5ero de repente creyó o#r de nuevo la voz de . tras meses de no hacerlo. 6 el "r#o se iba adueñando de sus huesos. algo gastado por el uso. pero el viejo retrocedió y en su cara apareció por un momento una e/presión que Lancelot sólo habr#a podido cali"icar como de horror. sino un montón de ropa limpia y doblada que amontonó silenciosamente sobre la cama. +odo parec#a tan normal y cotidiano que estuvo a punto de volverse para re"ugiarse en la "rialdad y el aislamiento de su cuarto.)0 *uando comenzó a atardecer. la risa de un niño. :ando unas zancadas que trataban de demostrar mucha m)s seguridad de la que ten#a. se topó con el criado de pelo cano. pero se dio cuenta de que no lo lograba. !ra un valioso obsequio real. !l hombre se recompuso. elegantemente vestido. y aligeró autom)ticamente el paso. . Lancelot se quedó algo desconcertado. las botas y la camisa y. pero tampoco era necesario. Un tintineo de platos y. *uando llegó al (ltimo tramo de escalones..organa. !n el corredor no hac#a m)s calor que dentro. y a lo lejos sintió ruidos y murmullos de voces. llamaron de nuevo a la puerta. . pues les dirigió tan solo una mirada "ugaz1 luego observó a 3inebra y lo que vio le hizo perder el habla. !ran Sean.o sab#a lo que hab#a esperado. 'l parecer los tres estaban sumergidos en una conversación importante. pues la super"icie de roble pulido se curvaba bajo el peso de las delicias dispuestas. pero prescindió de hacer m)s comentarios y. —!st) bien —repitió Lancelot. quiz) nada m)s. +ambi n se encontraba con"ortablemente iluminada por la luz roja que proyectaban antorchas y velas. Lady 3inebra est). —!st) bien —le interrumpió Lancelot—. —¿"a cena? Lancelot se quedó sorprendido porque no pensaba que "uera tan tarde. !l enorme recinto.platos de oro y plata cargados de carne asada... luego comenzó a hablar de nuevo mientras señalaba tembloroso a su espalda—5ero. +ras la (ltima noche. . +al derroche hac#a di"#cil caer en la cuenta de las tres personas sentadas ante aquella lujosa mesa. La cena est) servida. su hermano 5atricB y 3inebra. se tomó aquellas palabras como un reproche. quiero decir. perdonad que antes os llevara una comida tan sencilla. !l anciano no pareció aliviado1 al contrario. se callaron de inmediato y volvieron las cabezas hacia l.. ella os espera.. tanto lujo y en tal n(mero como si se esperara la llegada del mismo rey 'rturo con todos sus caballeros de la +abla. en un primer momento aquel calor le resultó hasta incómodo. as# como la imagen que se le o"rec#a. y.. !l anciano estaba tan agitado que tuvo miedo de que acabara perdiendo el dominio de s# mismo.—0ba a recogeros —añadió el criado—. que hab#an preparado "rente a la chimenea. pan y verduras. nada m)s desde lo que le hab#a contado Sean. tras unos segundos de duda. 2a sido su"iciente para m#. . desde luego. "ruta.ylord. jarros con piedras preciosas incrustadas y gran cantidad de vasos y copas1 en "in.. 5ero en aquel instante 3inebra .. 5ero no cont)bamos con tener invitados y hemos debido hacernos con m)s productos... Lady 3inebra me ha encargado. pero al mismo tiempo sintió el bien que le hac#a.. pareciera m)s pequeña de lo que en realidad era. !l joven no habr#a sabido decir si los rostros de los dos irlandeses se mostraban sólo sorprendidos o realmente a"ectados. aunque no supiera por qu —. pero el criado interpretó su gesto de manera errónea. Se encogió sobre s# mismo y no tuvo ya "uerzas su"icientes para mantener su mirada. estaba casi vac#o y su tamaño hac#a que la mesa larga. >e y dile a Lady 3inebra que deseo hablar con ella. *uando Lancelot bajó las escaleras. 'dem)s. La sala estaba justo debajo. +ras las horas interminables que hab#a pasado en la "rialdad de su cuarto. y sobre todo por el "uego que ard#a en la chimenea. 7*onoces el camino hasta su aposento8 La pregunta pareció desconcertar al hombre. 5or un instante no supo qu deb#a responder. quiero decir. estaba e/ageradamente llena de alimentos. —5or "avor. Lancelot pasó junto a l y continuó su camino sin dirigirle ni una mirada m)s. que pod#a tomarse sin problemas por la sala del trono de *amelot. y en invierno la cosa no es ")cil. pasó tan deprisa como hab#a venido. como si hubiese esperado una reacción muy distinta de l. en sus ojos. y sin ning(n tipo de vacilación se dirigió a la silla que estaba a la derecha de 3inebra. 3inebra lo miró con irritación. lo que obligó a Sean a apartarse para dejarle m)s espacio. una diadema de plata sobre la que destacaba un (nico rub# granate oscuro. 9uiz) por primera vez desde que se hab#an encontrado la ve#a como lo que era y seguir#a siendo siempre.una reina. . !staba claro que hab#a perdido m)s peso del que pensaba hasta entonces. y con toda seguridad la m)s hermosa y la m)s majestuosa del orbe. sin ning(n tipo de adornos. +al vez su (nica tarea habr#a consistido en llevar a 3inebra hasta all#. 'qu l era su castillo. eso s#. Llevaba un sencillo vestido blanco de cuello alto. Segu#a tan p)lida como los (ltimos d#as y Lancelot se asustó al darse cuenta de pronto de lo demacrado que se hab#a quedado su rostro. cualquier amargura y cualquier titubeo con el destino. tal vez para siempre. pues simplemente supo que lo que hab#a hecho era lo correcto. —Lancelot —le saludó—. se olvidó de cualquier dolor. el centro de poder de su reino y. sino que tambi n hab#an anidado. tan sólo una sensación de inmenso alivio. La sensación no duró mucho. 2e mandado a 0ven a buscarte. 3inebra siempre hab#a sido delgada. casi del tamaño. !l g lido escalo"r#o que sobresaltó a Lancelot al principio duró muy poco tiempo. ignorando la que se encontraba en la otra cabecera de la mesa. 3inebra asintió.e he cruzado con l —respondió Lancelot. de la uña del pulgar. 5ero hab#a mucho m)s. y como toda joya.era por encima de todo una reina. Se mostraba con"usa y desamparada. %odeó la mesa con pasos r)pidos y se dejó caer sobre la silla dura. . incluso. una silla tallada lujosamente "rente a la que acababan de disponer un servicio de oro puro. pero por espacio de aquellos pocos segundos en los que Lancelot estuvo contemplando a 3inebra. no o"rec#a ninguna duda. desaparecieron todas las dudas. porque enseguida "ue consumido por la sensación que le produjo mirarla. encajes. !ntonces 3inebra se movió y la magia del momento se rompió. contrajo la cara en una mueca que l no supo interpretar y se hundió un poco m)s en su silla. pero no quedó ninguna amargura. !l dolor y la privación no sólo le hab#an grabado un rictus de amargura en las comisuras de los labios. si bien no estaba sentada en un trono sino en una silla normal. subrayados por unas ojeras oscuras de los meses de carencias y desolación. casi quebradiza. al lugar al que pertenec#a. +al vez hab#a esperado demasiado del destino. irradiaba una apacible mezcla de autoridad y bondad que. La sola visión de su rostro no sólo asustaba a Lancelot1 lo horrorizaba. como si alguien hubiera quitado una carga invisible de su corazón. cene"as doradas o bordados."reció una ligera inclinación de cabeza a 5atricB y Sean. como sucede con todas las sensaciones intensas. pero ahora sus pómulos sobresal#an a trav s de su piel y el caballete de su nariz estaba tan a"ilado como un cuchillo. aunque no encajara con la juventud de su rostro. —70ven es el anciano que me ha tra#do la comida y la ropa8 —supuso. y ya la hab#a cumplido. que le observaban con curiosidad y descon"ianza a la vez. —. —. enseguida. 4l y su "amilia son los (ltimos que se han quedado en +intagel.i siquiera le conoc#a. pero s# se hab#a dado cuenta de que ten#a un aire de "amilia.—S#. —76 t(8 —Lo su"iciente para saber que estas personas dar#an su vida por 3inebra sin titubear siquiera —replicó Sean—. Lancelot miró al irland s intensamente. 5ero no lo demostró. Seguidores incondicionales de Lady 3inebra y del rey Uther. Sir "ancelot he hablado con la buena gente de aqu#. —$5amplinas& . 7!speras que muestre pena u o"rezca mis condolencias8 . 5ero tras el enlace de 3inebra con 'rturo. +intagel no es nada m)s que un inmenso y vac#o secarral. a su viuda. —!l rey Uther est) muerto —le recordó Lancelot. 7!s que no hab#a aprendido nada de todo lo que les hab#a ocurrido en su largo recorrido hasta all#8 !n lugar de reaccionar a las .o estaba seguro de si el otro hombre con el que se hab#a encontrado en la puerta era el hermano o el primo de 0ven. . pero creo que no entiendes nada de personas. dirigió una mirada inquisidora a su hermano.a ellos no les importa nada lo que pueda opinar un rey en el lejano *amelot. pero las palabras del sicario de pelo negro m)s bien le hab#an llenado de tristeza. y Lancelot se sorprendió a s# mismo pregunt)ndose de qu estar#an hablando aquellos tres antes de su llegada. sólo se giró con una sonrisa hacia 5atricB y. 5ero estoy seguro de que va a cambiar antes de que se ponga el sol. Sean ha mandado a una de las mujeres al pueblo m)s cercano. 'sintió. 6 creedme.o —dijo Lancelot—. leg#timo gobernante de este castillo y de este territorio. Lancelot. 5ero el irland s sonrió de repente. !n un primer momento. Lancelot sintió coraje ante el joven irland s que se atrev#a a inmiscuirse en la conversación entre 3inebra y l. Su lealtad pertenecer) siempre al leg#timo monarca de +intagel y.ientras os escond#ais en vuestro cuarto restableci ndoos de vuestras heridas. en cambio. —5ero las cosas van a cambiar —se metió 5atricB en la conversación —. l es el >io por el rabillo del ojo cómo 3inebra pegaba un brinco1 Sean. *on buenas noticias. 2a regresado hace una hora. —7Buenas noticias8 Ser#a estupendo para variar. —La mujer de 'rturo —apuntó Lancelot. —Lo que no la hace menos viuda de Uther ni heredera —Sean re"orzó sus argumentos moviendo en rgicamente la mano sobre la mesa —. con la mano izquierda tomó uno de los numerosos vasos que estaban sobre la mesa y brindó con l con adem)n e/agerado. tras su muerte. —2ay hombres de camino —anunció—. —Lo s —Sean bebió un trago de vino y se limpió los labios con la mano libre —. incluso su admiración. 5odr)s ser un e/celente luchador. hizo sólo un gesto de desd n. Los ojos de Sean dejaban claro que esperaba su aprobación. Lancelot recordó en el acto la escena de la noche pasada. :e momento. Sean pareció tan molesto como 3inebra. palabras de Sean, se dio la vuelta, dispuesto a hablar con 3inebra mientras tomaba su mano. !lla no la retiró, pero Lancelot sintió que lo habr#a hecho de buen grado, as# que dejó pasar tan solo un segundo hasta "inalizar con la incómoda situación, retir)ndola l. Buscó su mirada, pero lo que vio en ella estaba destinado a aumentar el dolor que ya sent#a en su pecho. ,o es que tuviera miedo de l, pero s# percibió que ese miedo estaba all# latente, acechando para despertar. !l ruido de unos pasos le ahorró el mal trago de tener que decir algo. Lancelot volvió la cabeza al instante y miró al criado de pelo cano que se apro/imaba encogido de hombros y se paraba de pronto al comprobar que se hab#a sentado en un sitio di"erente al que en principio se le hab#a asignado. 5or un momento pareció tan desamparado que casi le dio pena, pero luego se dio prisa en llevarle platos y cubiertos, y una copa decorada con gemas. Lancelot lo observó atentamente. ' todo aquel que no se hubiera, como l, criado en una posada, los movimientos del anciano le habr#an resultado torpes y desmadejados, pero :ulac —que ten#a que seguir e/istiendo en lo m)s pro"undo de Lancelot— "ue testigo de la entrega y delicadeza con la que hac#a su trabajo. ,o ten#a que preguntarle a 3inebra para saber la importante labor que durante toda una vida hab#a realizado aquel hombre. 5ero al mismo tiempo ese reconocimiento le llenó de tristeza, pues de pronto lo vio de nuevo como lo hab#a visto la noche anterior- ataviado con una cota de mallas o/idada y demasiado grande para l, temblando m)s de miedo que de "r#o, y armado, e/clusivamente, con un a"ilado cuchillo de cocina. Sean vivir#a una terrible decepción si de verdad cre#a que con un puñado de guerreros como 0ven iba a poder v rselas con las hordas de b)rbaros de ;organa1 o, siquiera, con el ej rcito del rey 'rturo. 'guardó en silencio a que 0ven terminara de colocar su servicio. *uando el anciano comenzó a ponerle la comida en el plato, se negó y con una indicación de la cabeza le ordenó que se marchara1 luego, se sirvió l mismo. 0ven se mostró desconcertado, casi atemorizado, pero Lancelot repitió el gesto. 'cto seguido, se puso en pie y en esa ocasión s# consiguió enviar al viejo lacayo de Uther "uera de la sala. ' continuación, retiró su silla hacia atr)s, cogió dos cubiertos grandes y con tanta pericia como distinción sirvió el asado primero a 3inebra y, despu s, a los irlandeses. Sean lo contempló con los ojos desorbitados. ?inalmente dijo—*asi parece que hubierais equivocado la pro"esión, Sir "ancelot. Lancelot se rió. —,o equivocado, Sean. Sólo la he cambiado. 'l "in y al cabo, antes era mozo de cocina. —&o(o de cocina —Sean asintió, poniendo cara de estar pensando cu)l era el verdadero signi"icado de aquellas palabras —. !ntonces, lo "uiste realmente. Lancelot hizo que s# con la cabeza y dijo—!s mucho peor todav#a. *rec# en una posada. !l posadero me ten#a a su cargo y me trataba miserablemente, como a un perro. Sean apretó los labios y, mostrando su aprobación, comentó- —5ues has hecho una carrera espectacular. —S#, podr#a decirse as#. :e mozo de cocina en la corte de 'rturo al caballero m)s reconocido de su +abla %edonda —Lancelot sonrió abiertamente, pero no pudo evitar que su voz sonara m)s amarga de lo que pretend#a —. 6, ahora, al ladrón m)s buscado de Britania. —7Ladrón8 —Sean levantó su vaso y lo miró "ijamente por encima del borde labrado—. 2e o#do muchas cosas sobre Lancelot du Lac y no todas eran buenas. 5ero nadie lo ha llamado nunca ladrón. —5ero lo soy —aseguró Lancelot—. Le he robado al rey 'rturo lo m)s valioso que ten#a. 6 jam)s voy a devolv rselo. —+rató de imprimir un tono divertido a sus palabras, pero se dio cuenta de que no lograba su propósito. La "rente de Sean se plegó m)s todav#a y, aunque no miró a 3inebra, percibió que se quedaba como petri"icada. 9uiz) con el (nico "in de no quedarse callado, cambió de tema —. 5ero tienes toda la razón, sicario. 5odr#a llam)rsele carrera. 76 qu hac#as t( antes de empezar a arriesgar tu vida por el oro8 —'rriesgar mi vida cada d#a para tener algo que comer —respondió Sean—. 6 en invierno un lugar donde dormir junto al "uego. :esgraciadamente no siempre lo consegu#a. Lancelot permaneció quieto y callado por un tiempo, pero no complicó m)s la situación reaccionando a las palabras de Sean1 optó por encogerse de hombros y sentarse otra vez. !l comentario de Sean hab#a provocado una brecha en la conversación y aunque estaba convencido de que no hab#a sido sa la intención del irland s, se sintió molesto. Sin embargo, trató de contenerse. ,o hab#a bajado para pelearse. ,i con Sean ni con nadie. !n lugar de eso, se dirigió de nuevo a 3inebra. !lla hab#a tomado sus cubiertos y empezado a comer, parec#a muy concentrada en la tarea. ' pesar de ello tuvo que notar su mirada, porque un rato despu s levantó al cabeza y le observó insegura, casi con timidez. —7*ómo te van las cosas8 —le preguntó Lancelot. 3inebra no respondió, pero 5atricB lo hizo en su lugar—Bien. !n realidad, mejor de lo que tendr#an que irle. !l en"ado de Lancelot "ue en aumento. 4l quer#a hablar con 3inebra, no con 5atricB. Sin embargo, un momento despu s, volvió la cabeza y miró al irland s con gesto interrogante. —7' qu te re"ieres8 —5atricB no se ha e/presado del todo correctamente —de"endió Sean a su hermano—. Lo que quer#a decir seguramente es que Lady 3inebra se ha restablecido muy deprisa de las di"icultades y penurias del viaje. 6 t( tambi n. —6a tenemos e/periencia en huir —replicó Lancelot con cierta aspereza. ' Sean le a"ectó m)s el tono que empleó que las propias palabras, dirigió a su hermano una mirada de advertencia y se concentró de nuevo en la comida. +ambi n 5atricB hundió la vista en su plato y empezó a comer con ansia, de tal modo que Lancelot pudo volverse de nuevo hacia 3inebra—. 7,o te pasa nada, entonces8 —preguntó. —,o —respondió 3inebra sin posar la vista sobre l —. ;e encuentro bien, no te preocupes. Lancelot no se hab#a re"erido e/actamente a eso y 3inebra parec#a saberlo, pero hab#a entendido su respuesta. Lo que deb#an hablar entre ellos no ten#a por qu llegar a o#dos de terceros. Lancelot carraspeó, pinchó con el cuchillo una loncha "ina de carne asada y la observó con inter s sin hacer amago de com rsela. —5or lo menos, estamos seguros. *asi hab#a olvidado lo que supone dormir al amparo de unas murallas y custodiados por personas en las que se puede con"iar plenamente. —5or no hablar de la e/celente comida —comentó 5atricB. Su hermano le echó de nuevo una mirada casi amenazante y 5atricB entendió por "in, pues sacudió los hombros disculp)ndose y se concentró por completo en su plato. :urante un rato tambi n Lancelot se dedicó nada m)s que a comer y, aunque el primer bocado tuvo que es"orzarse en tragarlo, el buen sabor despertó su hambre. 5ronto necesitó dominarse para no engullir y, a pesar de que se hab#a criado en una posada y hab#a conocido el sabor del vino y la cerveza casi al mismo tiempo que el de la leche materna, aquel vino dulce y de alta graduación comenzó a sub#rsele a la cabeza. ,o estaba borracho, pero se sent#a un poco mareado y soñoliento, y era una sensación que ya echaba de menos. :esde el principio de su descorazonadora huida de *amelot nunca hab#a tenido tiempo de entretenerse un poco, nunca se hab#a encontrado realmente seguro, sin importar dónde estuviera o con qu compañ#a. :e repente, cre#a entender mejor por qu 3inebra hablaba de aquella "ortaleza como de su hogar. 5or m)s que las inmensas salas resultaran l(gubres y vac#as, aquellas viejas murallas y aquellas trincheras de"ensivas irradiaban una sensación de seguridad que tambi n l percib#a. 'unque "uera tan sólo porque algo dentro de l buscara eso desesperadamente- un lugar en el que pudiera sentirse seguro, en el que estar al abrigo de peligros, sin pensar constantemente hacia dónde huir y sin tener que permanecer alerta a cada segundo. Un re"ugio. Una vez que terminaron de comer, un silencio incómodo se instaló entre ellos. Lancelot sintió no haberse sentado en el lugar que 0ven le hab#a destinado, pues su pro/imidad le resultaba incómoda a 3inebra y, aunque saberlo le hiciera daño, pod#a entenderlo. +ras todo lo vivido, sus "uerzas estaban al l#mite, 7cómo iba a irle entonces a 3inebra8 Si bien el vino se le estaba subiendo a la cabeza, se sirvió una nueva copa, pero no bebió. :urante un momento giró pensativamente la copa entre los dedos y luego la levantó hacia 3inebra. 5or un instante estuvo convencido de que ella le iba a ignorar, pero 3inebra dio un respingo, tomó su propia copa y devolvió el gesto, y Lancelot se obligó a esbozar una sonrisa lo m)s implorante que pudo. !lla pareció irritada, algo asustada tal vez. 2undió la cabeza, pero Lancelot no apartó la mirada y, de pronto, la joven dio muestras de sentirse casi atormentada. Le dio pena. Lancelot era consciente de la desazón que le estaba causando, pero sent#a que ten#a que hablar con ella si no quer#a correr el peligro de perderla para siempre. —+odav#a no me has e/plicado cómo te "ue en el camino hacia +intagel —dijo. —,o hay mucho que contar. —,o "ue 3inebra la que respondió, sino 5atricB, y Lancelot dejó pasar cinco segundos justos antes de volver la cabeza muy despacio, resaltando el adem)n, y taladrar al irland s con una mirada de hielo. 5atricB pareció irritado, pero continuó charlando con desen"ado —. .#mos el ruido de la batalla y... —Se ha hecho tarde, 5atricB —le cortó la palabra Sean, bostezó e/ageradamente y se puso la mano en la boca con un gesto m)s e/agerado todav#a —. 5ropongo que nos retiremos a dormir. ;añana tenemos un d#a agitado por delante. —5ero... —5atricB arrugó el entrecejo, observó la mirada conspiradora de su hermano con detenimiento y por "in comprendió azorado. Se levantó de golpe. —+ienes razón, Sean. 5or "avor, perdonadnos. ;e gustar#a quedarme, pero realmente es muy tarde ya. 3inebra no mitigó de ning(n modo su con"usión y Lancelot sólo hizo un movimiento de cabeza, esperando en silencio a que ambos irlandeses se marcharan y sus pasos resonaran en la escalera. Luego bebió un sorbo diminuto, tragó, dejó el vaso en la mesa con un movimiento circunspecto y se volvió hacia ella. *ontaba con que se la encontrar#a de nuevo mirando al suelo, al plato o al vaso, pero 3inebra hab#a reunido todo su valor y mantuvo su mirada. Lancelot trató de leer in(tilmente en sus ojos. 'll# segu#an el temor y la inseguridad, pero tambi n algo m)s1 algo que le dio esperanzas. —+engo que disculparme contigo, 3inebra —comenzó—. :eber#a haber ido a verte enseguida, ayer por la noche mismo, lo s . 5ero estaba... agotado. <7Sólo agotado8=, preguntó la mirada de 3inebra. !n voz muy baja y temblorosa, pero sin ninguna entonación, dijo—7!s cierto lo que ha contado 5atricB8 —79u ha contado8 —9ue los mataste a todos —susurró 3inebra—. ' los pictos. +odo el campamento. —7' todos8 —Lancelot se encogió de hombros y se mantuvo un instante en silencio. 6 cuando volvió a hablar, "ue l el que evitó su mirada —. ,o s si eran todos. 5ero "ueron muchos. :emasiados. —'s# que empleaste la espada. —S#. —!ntonces ganó ;organa. Si le hubiera clavado un puñal en el corazón, el dolor no habr#a sido mayor. —7!so crees8 —preguntó con amargura. —+( sabes lo que dijo —murmuró 3inebra. 2ab#a colocado las manos juntas sobre el borde de la mesa y lo apretaba tanto que de sus manos huyó todo rastro de sangre1 seguramente, para disimular el temblor —. <Una gota m)s de sangre inocente que viertas con esa espada...=. —S lo que dijo. —Le interrumpió Lancelot m)s duramente y en tono mucho m)s alto de lo que se propon#a. 3inebra se calló en el acto y lo miró casi con miedo, y Lancelot se arrepintió inmediatamente de sus palabras. +ras una pausa, y en voz mucho m)s baja, añadió-— 5ero tal vez se equivocara. 9ui n sabe... +al vez mintiera. 6 aunque lo hubiera querido. !n ese momento habr#a dado cualquier cosa por o#r el sonido de la silla de 3inebra y sus pasos apro/im)ndose hacia l. pareció sentirse a gusto. aunque sab#a que no se trataba de un "r#o e/terno. tras un instante de vacilación. —76 si yo no lo quiero8 —0ncluso as# —vio cómo 3inebra se estremec#a a causa de sus palabras. 7por qu 8 76 adonde8 Lancelot se encogió de hombros. 5or protegerte. continuó. pero l percibió que no lo hizo porque su roce le resultara desagradable..— :e todas "ormas. +ras una pequeña eternidad y en un tono de voz tan bajo que sus palabras no "ueron mas que un susurro para sus propios o#dos. abandonar +intagel ahora mismo. estuvieron all#. 3inebra —dijo en voz baja—. aunque segura. ' pesar del elevado calor que la chimenea proporcionaba a su espalda. y 'rturo no se atrever) a enviar un ej rcito a *ornualles para atacar el castillo de su propia esposa. tambi n sent#a "r#o y. pero no se lo impidió y cuando sintió el roce de su piel. Si quieres. —Sigo siendo yo mismo. e/tendió el brazo derecho para tomar su mano. —' cualquier sitio. 7no8 —S# —respondió 3inebra—. 5or "in. prender#a "uego al mundo entero si "uera preciso. sino porque no aguantaba m)s permanecer inmóvil. Lancelot no pudo contestar a eso. 3inebra suspiró. verdaderamente torturador para ambos. los dedos de ella estaban "r#os como el hielo y pudo percibir el ritmo acelerado de su corazón. Lancelot.n eres. 5ero. se giró r)pidamente hacia ella y añadió con tono m)s alto y mucho m)s seguro-— Lo puedo entender. 5ero no s qui. mir)ndose. o por lo menos todav#a no. !n un tono m)s bajo todav#a y con voz muy triste.. titubeando. —6 no me siento orgulloso de ello. —*omo si tuviera que demostrarse a s# mismo que dec#a la verdad. l mismo no sab#a la respuesta.organa vaticinó no ha ocurrido. —5ero mataste a todos esos guerreros.—76 si no8 —!stoy aqu#. . —5ercibió que 3inebra buscaba una respuesta. Lo que . Sean y su hermano cuidar)n de ti. volver#a a hacerlo si "uera para salvarte a ti. sacudió la cabeza y se puso en pie. :e pronto. 5ero no oyó nada. :urante un tiempo in"inito. —7'cabar con todas esas vidas por salvar una sola8 79u te lleva a creer que la m#a vale m)s que la de todos esos hombres8 —!l hecho de que te amo —respondió l—. 6 creo que puedes quedarte aqu# sin problemas. en silencio. preguntó—79uieres que me vaya8 —70rte8 —3inebra parec#a asustada—. se acercó a la chimenea y puso las manos sobre las llamas. y por una d cima de segundo un escalo"r#o g lido recorrió su espalda. 3inebra retiró la mano. creyó ver otra vez "rente a l los ojos de los b)rbaros heridos. . t( crees que yo quiero eso8 —jadeó.3inebra lo observó absolutamente p)lida. . 3inebra se puso en pie. 6a no s nada. Lancelot ya no sab#a lo que pensar. o mal. . . Se mantuvo callado. 2ac#an daño.h. pero hac#an daño a un determinado nivel. —7+(.o s siquiera qui n soy. —!ntonces dame la oportunidad de descubrirlo —replicó 3inebra—. !l dolor estalló en los ojos de 3inebra. Lancelot sintió que su cuerpo se tensaba. logró controlar sus "acciones y tambi n la voz. Lancelot& —sollozó—. Sus palabras ya no le causaban verdadero dolor.o s si estuvo bien lo que hicimos. :anos tiempo a los dos.. temblando.o lo sabes8 —. se acercó despacio y se quedó a dos pasos de l. 79u nos ha ocurrido8 . —*omo orden is. —$. Lancelot. :ame tiempo. 3inebra. 2aciendo un es"uerzo inaudito. 5ero no me presiones.. pero sus ojos se llenaron de l)grimas. 6 tras un largo momento. mi reina —dijo. 7. pero Lancelot ya no le dio la oportunidad de responder1 simplemente se volvió y salió corriendo de la estancia y escaleras arriba.e morir#a antes que dejar que te marcharas.o —dijo Lancelot—.o s por qu estamos aqu#. La coraza de hielo que se hab#a "ormado en torno a su corazón imped#a que la taladrase. sent#a que la trans"ormación ya hab#a comenzado mucho tiempo antes. sobre todo tras su conversación del d#a anterior. ya gastada. 'partó el pensamiento de su cerebro porque la sola respuesta le produc#a pavor. en vez de las ropas que le hab#an llevado la tarde anterior. 5ero. ser#a e/agerado. 5ero tal vez no pudiera hacerlo hasta no sellar la paz consigo mismo. . 5or un momento. observando la oscuridad sobre su cara. !n lo m)s pro"undo de s# mismo.organa hubiese mentido al hablarle de la maldición de la espada y tampoco cre#a realmente que se hubiese equivocado. estuvo a punto de ponerse la armadura y lo habr#a hecho de no imaginarse la reacción que habr#a provocado en 3inebra.. optó por ir de nuevo hacia la ventana y contemplar el patio. y lo hab#a hecho a conciencia. !n lugar de eso. *ada palabra de las dichas a 3inebra estaban pro"unda. . pero vio una docena de hombres y mujeres que iban y ven#an. su mirada recaló en la repisa de la chimenea y recorrió el acero estilizado. Luego se puso su propia capa marrón. se tragó el desayuno con unas prisas que le hac#an un "laco "avor al es"uerzo que se hab#a tomado 0ven para preparar todas aquellas e/quisiteces.la risa clara de un niño. dos carros cargados junto al portal abierto y un buen n(mero de caballos que parec#an acabados de llegar. aunque quiz) de una manera muy di"erente a lo que imaginaba. sinceramente meditadas. *omo por casualidad.no cre#a que . hermosamente labrado y. Segu#a temiendo y odiando al hada oscura como a nadie en el mundo y estaba m)s decidido que nunca a de"ender la vida de 3inebra y la libertad a cualquier precio. si la espada de runas era verdaderamente la hermana oscura del arma de 'rturo.o habr#a necesitado conocer a !/calibur para saber que aquella espada era su hermana. Sean no hab#a e/agerado. pero en un punto s# hab#a "altado a la verdad. se preguntaba si tambi n !/calibur su"r#a la misma maldición. se apoderó de l una mezcla de admiración y pro"undo respeto. y a pesar de ello no e/perimentaba por 'rturo ninguna animadversión. La noche anterior +intagel estaba pr)cticamente abandonado1 decir ahora que el castillo se encontraba plagado de personas. por primera vez. que hab#a sido "undida por la misma mano y nutrida por igual magia misteriosa. Lancelot tuvo una sorpresa. Llegaron a sus o#dos voces apagadas y un ruido que probablemente hac#a años que no se o#a entre aquellos muros. 6 s#. acabó de vestirse1 pero antes de salir del cuarto. pues sus cuerpos humeaban al "r#o. Lancelot despidió al criado de pelo cano con un gesto de cabeza y sin decir ni una palabra. sin acabar de comprender el signi"icado de lo que hab#a le#do en sus ojos.*1 0ven le despertó a la mañana siguiente con un desayuno verdaderamente real y el aviso de que Sean deseaba hablar con l en cuanto hubiera desayunado y se hubiese vestido. algo hab#a sucedido cuando manejó la espada de los elbos.. como cada vez que lo observaba. 2ab#a pasado mucho rato despierto. o si realmente eran tan iguales que el poder que otorgaba una invulnerabilidad casi total a sus portadores e/ig#a tambi n al dueño de !/calibur el mismo elevado precio. "runció el ceño m)s en"adado todav#a y Lancelot no se habr#a e/trañado lo m)s m#nimo si hubiera comenzado en ese mismo momento a repartirle los palos con los que le hab#a amenazado. S#. abandonó la estancia y bajó deprisa las escaleras. all# bull#a la vida. Lancelot iba sinti ndose m)s y m)s vivo. —$. in(til& —le soltó el mayor de los dos —. !n el camino hacia "uera vinieron a su encuentro dos hombres abrigados con capas cubiertas de nieve. descubrió por todas partes los signos de la decadencia de aquellos muros y.no Sir Lancelot. 6a no vio tantas personas como antes. sacudió la cabeza y murmuró algo que no entendió1 luego. !l cielo se mostraba compacto y las nubes de panza de burro que parec#an rozar las almenas m)s altas de +intagel presagiaban una nueva nevada. ni tan siquiera un hombre sino tan solo un joven con ropas gastadas que no pod#a salirse de los l#mites previstos. +intagel hab#a despertado a la vida. Lancelot corrió hacia ellos sin pensar siquiera en que tal vez no se apartaran para dejarlo pasar. pero antes de que pudiera decir una palabra. sub#a el empinado camino de rocas hacia la "ortaleza. seguramente los habr#an llevado a los establos1 pero los carros segu#an all#.ira por dónde vas. 'l mirar atentamente. pero no le dejaron ni demostrar su en"ado. que cargaban sobre los hombros cestos plagados de v#veres. y cuando dio dos zancadas m)s para echar una ojeada por el portal abierto pudo ver otro carro que. sencillamente un hombre. Le dio la impresión de que toda la "ortaleza vibraba de impaciencia y alegr#a1 como un esbelto caballo de carreras que. !l hombre que hab#a estado a punto de tirarle al suelo.. y al mismo tiempo se dio cuenta de la gran carencia que hab#a supuesto para l no ser uno de tantos. 2ac#a un "r#o de muerte. 5or el camino se topó con los sonidos propios de una casa que estaba lejos de ser abandonada por sus habitantes. —$:ulac& . pero o#a voces y ruidos de actividad por todas partes. —79u .como Lancelot tampoco cedió. 'bajo. tras mucho tiempo a cubierto. pero ellos le miraron con una mueca de disgusto y no hicieron amago de retirarse. Lancelot cruzó a grandes zancadas la entrada enorme. no sólo segu#a ardiendo el "uego de la chimenea. aguardando a que terminaran de descargarlos. los dos se "ueron sin m)s. Sin embargo. su compañero le puso la mano en el brazo para tratar de apaciguarlo. sino que puso mala cara y aceleró el paso. :e pronto sintió deseos de re#r. sin embargo. nada del otro mundo y. traspasó la puerta por "in y se quedó parado en el primer peldaño de la gran escalera de salida.. comprendió lo que l era para aquellos hombres. !n la herrer#a que se abr#a al patio ard#a un "uego lo su"icientemente intenso para derretir la nieve en un c#rculo de cinco pasos. sobre todo. +intagel se hab#a trans"ormado.8 —comenzó.Sin demorarse m)s. sino que lo hac#a mucho m)s vivamente que el d#a anterior. 'l contrario. guiado por bueyes. uno de ellos sacó de pronto el brazo y le dio tal empujón que l tropezó y a punto estuvo de caer hacia atr)s. 6 al mismo tiempo que lo asum#a. 7.o tienes nada que hacer8 ' ver si sirves para algo 7o quieres que te muelan a palos8 !n un primer momento la cólera se adueñó de Lancelot. 2ac#a ya mucho que no le trataban as# y recordaba muy bien haberse jurado a menudo que no iba a permitir nunca m)s que nadie lo maltratara. Los caballos que hab#a visto desde la ventana de su cuarto hab#an desaparecido. alguien a quien no se le tiene miedo. al que se toma en cuenta o no. no el nuevo señor de aquel castillo. como hac#a mucho que no se sent#a. "uera sacado del establo. se apretó los brazos alrededor del cuerpo y con un tono e/ageradamente huraño. —7!s cierto eso8 —preguntó Lancelot—. —Le interrumpió Lancelot. !staban en uno de los muros que se proyectaban sobre el paisaje y la región costera de *ornualles se e/tend#a ante ellos hasta donde alcanzaba la vista. Sin embargo. disculpad. 5arec#a nervioso.. 5or equivocación.. Sacó una mano de debajo de su capa e hizo un gesto ondulante. Sean se rió. que le hac#a señas con los brazos. 'l principio. . y cuando Lancelot se le apro/imó. . impenetrable desde all) arriba e inmensamente grande. 'unque hubiera nubes y la luz "uera m)s bien escasa. +iritando. —7!sto era lo que quer#as enseñarme8 —preguntó. Los bosques nevados de detr)s eran una masa compacta. que conduc#a al adarve. y m)s di"#cil todav#a. empinada y carente de barandilla. !l irland s le salió al paso cuando llegó arriba.. miró a su alrededor buscando la manera de acceder all# y de dos zancadas alcanzó la escalera. se detuvo y dibujó una ancha sonrisa sobre su rostro barbudo.ira al norte& . como no nevaba todav#a. sorprendido de que alguien gritara su nombre. divisó a una "igura de barba.— !spero que no me hayas hecho venir hasta aqu# con este "r#o para disculparte por ello.Lancelot se dio la vuelta. a pesar de que as# se quedó a merced de aquel viento cortante como un cuchillo. 5or un momento le resultó di"#cil de creer que hubieran superado ese trayecto para llegar hasta all#.llathair y los viejos diosescomienzo a sospechar el motivo por el que +intagel nunca ha sido conquistado. 7.)s de veinte metros por encima de l.. la imagen que se le o"reció lo merec#a. pod#an divisar a millas de distancia. tras las almenas.o le desear#a ni a mi peor enemigo que tuviera que pasar una noche haciendo guardia aqu# arriba. +e he pedido que vinieras para enseñarte algo. sin duda. +en#a la cara enrojecida y estaba claro que sent#a "r#o a pesar de la gruesa capa con la que se envolv#a. —$. Lancelot le devolvió el saludo. ataviada con una capa de piel negra. has utilizado el nombre que ahora mismo pre"iero. Lancelot "ue presa de un nuevo escalo"r#o. 5or . Sacudió la cabeza con violencia. inabarcable. que esta vez no ten#a nada que ver con el aire y la temperatura. no vio a nadie.unca ha sido conquistado8 —. igual que Lancelot. !l viento y el "r#o son su"icientes.o por lo que yo s —Sean se encogió de hombros y con dos r)pidos pasos llegó al vano entre dos gigantescas almenas de altura mayor que un hombre —. —. añadió. que hubieran sobrevivido a l. Sean sacudió la cabeza. y guiñando un ojo. al ver lo "alsamente cercanas que se hallaban la linde del bosque y la llanura que hab#an cruzado el d#a anterior1 casi parec#a que e/tender el brazo ser#a su"iciente para rozarlas. Sean. —Sir Lancelot. pero no mostraba temor. —5or supuesto que no. Lancelot le complació poni ndose a su lado. !ste castillo no necesita de"ensores. pero luego sonó la voz por segunda vez y Lancelot levantó la cabeza y miró hacia los muros del castillo. . Lancelot recibió la gracia con la debida sonrisa. *uando cruzaron el patio. —6 tampoco necesitamos m)s —replicó—. —6a te cont que enviamos un emisario al pueblo de al lado. compuesta por carretas. muerte y miedo.. !speraba que vinieran algunos. Subditos leales. 5or . una columna. . 6a tenemos alimentos su"icientes para pasar el invierno y. :ame una docena de hombres y la mantendr a resguardo incluso del ej rcito del rey 'rturo. Sin embargo. luego se dio la vuelta y "ue hacia la escalera.. y no tuvo que utilizar mucho su "antas#a para averiguar qui nes eran.. —sacudió la cabeza. Lancelot le miró. marchaba por el sendero hacia el castillo. 5ero esto. Lancelot calculó que ser#an unos cincuenta. aliados8 Sean a"irmó con la cabeza mientras sonre#a.. ' pesar de ello. invit)ndole a que dijera lo que ten#a en la punta de la lengua. preguntó—7Se trata de. Lancelot sab#a lo su"iciente de t)ctica militar y "orti"icaciones como para reconocer que +intagel era pr)cticamente ine/pugnable1 incluso para un ej rcito "ormado por tant#simos soldados.ucho mejor que aliados. 5robablemente el irland s tuviera razón. si la caravana contin(a tan sólo un d#a m)s. —Se trata (nicamente de campesinos y pescadores —le recordó Lancelot. 5ero hab#an llegado hasta all# huyendo de aquel mundo que se compon#a (nicamente de guerra. Sean le observó con ojos cr#ticos. La noticia tiene que haberse propagado con la rapidez de un rayo. bastantes hombres para mantener la "ortaleza un año a salvo de cualquier atacante que se presente. carros y jinetes. Un car)mbano pequeño se desprendió de su pelo y su barba. no he visto jam)s una "orti"icación como sta. —75ero cómo.o vaya a ser que el "amoso Sir Lancelot du Lac al "inal se nos convierta en un car)mbano. !l "r#o hab#a congelado sus "acciones.o para traerlo consigo. pero l se limitó a encogerse de hombros y comentar—+al vez deber#amos seguir hablando dentro. +odo lo dem)s lo pone el castillo. —S(bditos de Lady 3inebra —le corrigió—. el viento era m)s "r#o y comenzaron a caer los . Luego dijo—!speremos que no sea preciso llegar a eso. pero una vez que lo hubo hecho. pero Lancelot vio el brillo de entusiasmo en sus ojos. supo a qu se re"er#a el irland s..llathair.8 :e nuevo le interrumpió el irland s. *recido en la corte del mayor guerrero que hab#a dado aquel pa#s y en compañ#a de los m)s valientes caballeros. quiz) m)s. no habló de nada de todo ello1 sólo dirigió una (ltima y larga mirada a la llanura nevada que se e/tend#a detr)s de +intagel y regresó tiritando al resguardo de las almenas. — :e pronto sonrió irónicamente-— . Sus ojos brillaron m)s a(n —. de tal modo que le era muy di"#cil e/presar sus sentimientos. ante un vaso de vino caliente. :iminuta. pero Sean no estaba dispuesto a diluir su entusiasmo con ning(n comentario negativo..Lancelot tuvo que inclinarse para obedecer. semejante a una larga "ila de juguetes. amigo —dijo con una sonrisa—. a Lancelot el asunto dejó de hacerle gracia. Lancelot se apro/imó tanto a la chimenea que peligraba su ropa.. pero observó la reacción de los hombres de reojo. aparecieron los dos hombres de antes.. $Lev)ntate de una vez& —el hombre obedeció. —6a lo has o#do. señor —tartamudeó—. 7*ómo ibas a reconocerme8 .— . !l e"ecto de sus palabras "ue sorprendente. —:isculpad. la tiraba despreocupadamente sobre una silla y comenzaba a "rotarse las manos para entrar en calor. —Lo mismo que la mayor#a de mis perseguidores cuando me ven con este dis"raz —le interrumpió Lancelot—. y el que le hab#a empujado se puso blanco como la cera. 9uiero decir. !stamos medio helados. Lancelot se giró por "in y se puso al lado de Sean. 'mbos se quedaron casi petri"icados. !l joven habr#a recorrido muy a gusto toda la "ortaleza para subir a las murallas del otro lado y echarle un vistazo al mar. 's# que sed tan amables y traed una jarra. —. —¿Sir..lv#dalo sencillamente y la pró/ima vez se un poquito m)s . Uno de los dos se dio la vuelta y salió corriendo del cuarto. +raednos una jarra de vino caliente para Sir Lancelot y para m#. 6o no pod#a saber que. La idea del vino caliente suena de maravilla. pero los rostros de los otros dos perdieron el poco color que les quedaba y en los ojos de uno de ellos se instaló una e/presión de verdadero horror. @unto al gigante irland s todav#a deb#a parecer m)s pequeño e invisible.o es culpa tuya.. *on otro tono. Sean paró y les hizo una señal para que se acercaran. pero ya no estaba tan seguro de que las palabras de Sean hubieran sido tan sólo una broma.primeros copos de nieve. —5erdonadme. daba un paso tembloroso hacia l y se hincaba de rodillas. tenemos un largo d#a por delante y necesitamos tener la cabeza despejada.. no me castigu is& Sean pasó la vista de uno a otro con una e/presión de absoluta incomprensión y Lancelot tuvo que reunir todas sus "uerzas para no soltar la carcajada que suelta un niño que consigue sacar su travesura adelante. . "ancelot? —repitió incr dulo. $5or "avor. 4sa es la intención. mientras el otro parec#a buscar el aire necesario para respirar. :e pronto. aunque titubeando1 todo su cuerpo temblaba y era incapaz de mirar a Lancelot a la cara.. señor —rogó el hombre—. Lancelot no se hab#a separado de la chimenea.s env#a el cielo —les dijo—... —+e castigar si sigues de rodillas ante m#.o pretend#a o"enderos. junto a Lancelot. 5ero que no sea muy "uerte. 'quel hombre ya sólo le daba pena. Lo cierto es que habr#a sido mejor que se hubiera comido su orgullo y se hubiese puesto la ropa que 0ven le hab#a llevado el d#a anterior. que ya hab#an terminado de descargar las provisiones. +raspasaron el vest#bulo y entraron en la gran sala en la que hab#an cenado la noche pasada. *uando iba a colocarse "rente al "uego. 6o pensaba. haci ndote el loco. añadió. mientras Sean se desembarazaba de la capa cubierta de nieve. haciendo verdaderos es"uerzos para aguantar la risa. . —6 lo has dejado todo y has venido hasta aqu# para ayudar a Lady 3inebra — imaginó Lancelot—. optó por no decir nada m)s1 se volvió hacia el "uego y. pres ntate ante Sean. que crujió bajo su peso—.organa hab#an puesto en pie. —7+res veces8 —se sorprendió Lancelot. pero tambi n m)s serio —. . pero las noticias tienen alas y vuelan m)s veloces cuanto peores son. —Las cosas no le van bien en la guerra —posó de nuevo ambas manos sobre el "uego para calentarse los dedos y luego se dejó caer sobre una silla.inguna persona deber#a arrodillarse ante otra.ecesitamos hombres como t(. Si no hubiera sido lo bastante r)pido. 7no8 —se rió en voz baja—. *amelot est) lejos. un momento despu s.ordred y la bruja . pero tambi n conoc#a a 'rturo y a . 7%ealmente te ha amenazado con una paliza8 —7'menazado8 —tambi n Lancelot se rió—. !res r)pido en conceder rangos. +e nombrar) capit)n de la guardia. —!so est) bien —Lancelot señaló al irland s—. a pesar de que sus "acciones indicasen lo contrario. +ienes valor. bien —repitió Lancelot pensativo—. $6 no vuelvas a ponerte de rodillas ante m#& —7Señor8 —. no tenemos nada que temer. me la habr#a pegado —se dio la vuelta hacia Sean y su risa enmudeció —. 'rturo se ha en"rentado a los pictos tres veces y las tres veces ha sido derrotado. *reo que tienes razón. —*reo que no debemos temer nada en ning(n caso —opinó Sean. 7+ienes intención de quedarte o es que has tra#do algo8 —. —75or qu 8 —:esde ayer no sólo han llegado alimentos y armas a +intagel. sino tambi n noticias —contestó Sean. oyó unos pasos r)pidos que se alejaban. —7:e 'rturo8 !l irland s asintió. pero sobre todo se mostraba algo aturdido y tambi n un poco orgulloso. Si los dem)s s(bditos de 3inebra son la mitad de valientes que ste. 'l mirar al pescador. —7*apit)n de la guardia8 —preguntó Sean sorprendido—. 76 a qu te dedicas8 —Soy pescador —contestó el otro—. se dio cuenta de que con aquellas palabras hab#a aumentado todav#a m)s su con"usión.i aldea est) a medio d#a de camino. Sin embargo. :espu s.i hermano y yo nos quedaremos aqu# mientras Lady 3inebra permanezca en +intagel —respondió 2enry. 2ab#a visto el monstruoso ej rcito que . . 7*u)l es tu nombre8 —2enry —respondió el hombre. +odav#a ten#a un aspecto t#mido.i ante m# ni ante nadie —siguió en un tono m)s bajo.generoso antes de amenazar con una paliza a alguien a quien no conoces. —2enry. 5robablemente supon#a la (nica posibilidad para 'rturo de cambiar el curso de la contienda y o"recerle de nuevo al pa#s la paz que se hab#a ganado. Lo que le hab#a comentado Sean tendr#a que haberle tranquilizado. y a m# mismo me resulta di"#cil creerlos —replicó el irland s—. —. le llaman el Santo 3rial. mejor que cualquier otro hombre en el mundo — sab#a qu era aquello del Santo 3rial. —7!l Santo 3rial8 —Son sólo rumores. ' veces los señores de m)s alta condición son los que m)s enloquecen por un ideal. —Lo s —dijo Lancelot despacio. —'lgunos reinos se han apartado de 'rturo —añadió Sean. Buscan un objeto. 6a sabes cómo son.sus caballeros de la +abla %edonda y sab#a de lo que eran capaces aquellos hombres. Sir "ancelot —dijo Sean tras dejar a Lancelot un rato sumido en sus pensamientos. lo s . Lancelot se sent#a aturdido.ejor que Sean —en realidad. . 5ero por otro lado. . —. pero no sintió ninguna satis"acción al saber que 'rturo y su reino estaban en peligro. Lancelot estaba seguro de que hab#a elegido el tratamiento de cortes#a a propósito. :urante un instante Sean lo miró irritado. !n m)s de una ocasión hab#a visto con sus propios ojos cómo hab#an atacado y vencido a un n(mero de soldados diez veces mayor. a los mejores.o tengo ni idea de qu es eso del Santo -rial pero quiz) 'rturo espera un milagro ahora que la suerte le ha abandonado en la batalla. *omieron en silencio. se cambian de camisa de inmediato. 'unque el resto del mundo pensara lo contrario. trayendo una jarra de vino y una cesta con pan reci n horneado.capaces de cualquier cosa. l —y estaba convencido de que tambi n 'rturo — sab#a que el caballero Lancelot jam)s iba a traicionar a su rey.. 'rturo andar#a demasiado ocupado como para enviar un ej rcito y capturar a 3inebra. por lo que a Sean le resultaba muy ")cil leer en su rostro. pero cuando llega un aliado m)s "uerte. Si ca#a 'rturo. pero ignoró el hecho que se ocultaba tras aquella elección1 se contrajo de hombros e inclinó la cabeza. pero luego sacudió la cabeza con "uerza. riendo con sarcasmo —. ya que de ser ciertos aquellos rumores.o. tambi n lo har#a *amelot y el pa#s se hundir#a de nuevo en la barbarie de la que el primer rey de Britania lo hab#a sacado tiempo atr)s. cuyo aroma era tan tentador que tanto Sean como Lancelot se sirvieron de ella a pesar de que hab#an desayunado poco antes. no a la b(squeda de ti o de 3inebra. "rancamente consternado. 's# que al rey ya no le quedan mucho aliados. —se contrajo de hombros—.o parec is muy contento. 6 se dice que ha enviado lejos a la mayor parte de sus caballeros. . %egresaron 2enry y su hermano.. pero a Lancelot no le pasaron inadvertidas las miradas que le dirig#a el irland s de vez en cuando y comprendió que era incapaz de dominar sus "acciones. Lancelot se le quedó mirando. —Sirvo a una reina. Lo que me "altaba. o algo similar. veamos qu propósitos ten is —siguió 3inebra—. 6 en lo que se re"iere a tu comentario. —7' qu te re"ieres8 Sean prosiguió.—. se contentó con ese gesto. empiezo a tener dudas de que vuelva a saber de l —dijo Sean un tiempo despu s. . !se alto honor ya tendr#a que ser paga su"iciente. Lancelot levantó la cabeza y descubrió a 3inebra.. 72as tenido alguna noticia de tu contratante secreto8 Sean negó con la cabeza. —. Llevaba el mismo vestido blanco de la noche anterior. 5ero para alivio de Lancelot. —Bueno. 7!so conllevar) un sueldo. aceleró el paso y rozó con un beso leve la mejilla de Lancelot al pasar por su lado1 luego se sentó junto a Sean y cogió un pedazo de pan. sino a la m)s hermosa y encantadora que ha reinado jam)s sobre cualquier pa#s del mundo. contrayendo los hombros de nuevo—5uede que hasta desee que no aparezca otra vez. 5or lo menos por el momento. para ser sinceros. :urante un momento miró a Lancelot con la boca abierta y los ojos desorbitados.e habr#a sorprendido que no lo hicieras —3inebra se rió en voz baja. imagino8 —. +endr#a que haberme dado cuenta antes. :eb#a tener claro que Lancelot hab#a hecho esa pregunta —cuya respuesta conoc#a de sobra — por un (nico motivo.e da la impresión de que os est)is repartiendo mis posesiones a mis espaldas.o sol#a suceder a menudo. pero aquella vez Sean se quedó sin palabras. —6. s# —continuó Lancelot—. . —7Soy inoportuna8 —preguntó una voz desde la escalera. 7no8 —dijo Sean sonriendo nuevamente —.o lo estoy. que bajaba con paso pausado los peldaños mientras miraba a ambos intermitentemente—. lo estaban cuando me "ui de aqu#. . —!so signi"icar#a que no recibir#as la recompensa prometida —conjeturó Lancelot. para protegerse del "r#o que a"erraba +intagel con sus garras de hielo.o sirves a una reina cualquiera —contestó Lancelot con severidad—. alguna moneda de oro quedar) en las c)maras de +intagel. —Bueno.. —Lo est)n todav#a —dijo Sean desde la mesa—. ?ui a verlo. —$3inebra& —Lancelot se puso en pie y se apresuró a ir a su encuentro mientras su corazón lat#a desbocado. luego tomó su vaso y bebió un buen trago. pero se hab#a sujetado el pelo con una diadema de oro y luc#a una capa orlada de armiño blanco sobre los hombros. 5or lo menos. 6 por lo que parece acabo de ser ascendido a general.cambiar de tema. 5ero ahora hablemos de otro asunto. Bastante me han advertido que no tuviera tratos con ladrones y salteadores de caminos.las c)maras de +intagel est)n llenas. !n todo caso. —7'caso yo no soy un hombre8 —protestó Lancelot. Sean se inclinó burlonamente. —. !n mi cuarto hay una chimenea —pestañeó de nuevo—.. 3inebra hizo que s# con la cabeza. Lancelot suspiró.uy bien —respondió pestañeando—. Segu#a tan p)lida como el d#a anterior y tampoco hab#an desaparecido sus ojeras. 0nmediatamente. dijo levant)ndose—*reo que tengo cosas que hacer.. +itubeando y debati ndose entre la alegr#a de verla as# y el miedo de que aquella primera impresión pudiera estar equivocada. dormido bien8 —preguntó Lancelot toscamente.o lo s . —7. 'hora "ue Lancelot el que se quedó sin palabras. mir)ndola pensativo y con"uso. creo que hace meses desde la (ltima vez que intentaste demostrarlo. :espu s cogió el vaso de Lancelot. —7!so es una. pero sus ojos ten#an un matiz risueño. Lancelot se puso en movimiento y se sentó al otro lado de la mesa. luego.8 —5ara volver a la pregunta que me has hecho antes —le interrumpió 3inebra—. .. tortolitos. cogió su capa y salió de all# mientras 3inebra lo observaba con"usa y. : jalo.. 3inebra le echó una teatral mirada de en"ado que provocó en el irland s una carcajada todav#a mayor. me disculpar is si os dejo un rato a solas. 5ero irradiaba un alborozo y una con"ianza en s# misma que borraban todo lo dem)s.i siquiera he tenido "r#o. o. se dirig#a a Lancelot para preguntarle con una mirada interrogante—73eneral8 —*reo que se ha pasado media noche en las murallas planeando la de"ensa del castillo —Lancelot sacudió la cabeza—... pero no dijo nada1 sólo se entretuvo un buen rato en devorar el pan "resco con evidente apetito y sin las maneras que se esperan de una dama. —. —72as.... —0dos y haced vuestro trabajo. 9uiz)s un poco sola. 7sabes8 . —6a.o os ocurre eso a todos8 —preguntó 3inebra—. realmente he dormido muy bien. se sirvió vino y se lo bebió de un solo trago. Sean arrugó el ceño.Lancelot se quedó de pie un instante m)s. general —dijo Lancelot. por lo menos. 3inebra se rió.. mientras Sean no pod#a contenerse y estallaba en una carcajada. !s un hombre que no es "eliz si no tiene algo que hacer. con matar a alg(n dragón de vez en cuando. >osotros. 3inebra le dirigió una sonrisa. +odav#a no me he encontrado a ning(n hombre que no haya soñado con salvar el mundo. !s de las pocas estancias que cuentan con ella. tal vez deber#amos ir juntos a echar unos cuantos leños m)s. . —Si es as# —contestó Lancelot levant)ndose —.—5ero tengo miedo de que se apague —continuó 3inebra. jam)s hab#a deseado que ste terminara.o contestó. tal vez seis u ocho semanas tras su llegada a +intagel.*) +ranscurrieron los d#as y pasó una semana. incluso el propio Lancelot comenzó a concebir nuevos )nimos. gritando su desengaño al verlos resistir pese a todo. ?ue una mañana. ?ue entonces cuando 3inebra preguntó—79u vamos a hacer cuando pase el invierno8 Lancelot no respondió enseguida. un lugar en el que podr#an descansar durante unos d#as y coger nuevas "uerzas antes de continuar aquella huida incesante e in(til. envueltos tan sólo por la manta que compart#an. Sin embargo. Lancelot ya no reconoc#a +intagel. porque el "r#o intenso que les convert#a como a todos casi en prisioneros del castillo era al mismo tiempo su de"ensa m)s segura. por "in. y cuando sta acabó. leña y ropa. *uando aquella espantosa noche hab#a divisado la majestuosa silueta de +intagel sobre la colina. una tercera y. y en alg(n momento llegar#a a su "inal aquel invierno inusualmente duro. por encima de todo. la hab#a tomado como una mera estación de paso. 5asó la segunda semana1 luego. con cada mujer y cada hombre que llegaban al castillo. en el que la vida. el invierno superó su punto )lgido. 7*u)ntas veces se hab#a hecho aquella pregunta a s# mismo sin llegar a darse una respuesta8 5or mucho que todos su"rieran las inclemencias de aquel invierno que parec#a ser el peor y m)s riguroso que las personas del lugar pod#an recordar. con cada emisario de los pueblos vecinos que hac#a acto de presencia para asegurarle su apoyo a 3inebra. m)s largos. aunque estuviera todav#a muy lejos de convertirse en el tenue re"lejo del centro de poder y lujo que hab#a sido tiempo atr)s. si acaso. despu s. pero 3inebra interpretó per"ectamente su silencio. el calor y. !staban junto a la ventana de su c)mara privada. se hab#a quedado convencido de que jam)s lograr#a sentirse pró/imo a ella aunque traspasara sus murallas. el primer mes y. . ni nevaba ni soplaba el viento. pues un rato despu s añadió en voz m)s baja y triste—*uando se derrita la nieve. vendr) 'rturo. . 5ero las noches se "ueron haciendo m)s cortas y los d#as. por primera vez desde una eternidad. despu s. 6. La "ortaleza abandonada y e/puesta a los envites del viento que se erig#a sobre los acantilados de *ornualles se hab#a trans"ormado en un hogar. crec#a en l la esperanza de que quiz)s si hubieran alcanzado la meta de su desesperado peregrinar. la con"ianza hab#an anidado de nuevo y. dis"rutando de la sensación que les produc#a el calor de la chimenea a la espalda y el "r#o glacial que se introduc#a por la ventana abierta de par en par. tal vez incluso la (nica. +al vez el motivo de aquella pregunta residiera en que. Segu#a nevando ininterrumpidamente y no transcurr#a una noche sin que el viento pareciera golpear con unos puños gigantescos e invisibles las viejas murallas y almenas de +intagel. cuando 3inebra sacó el tema que Lancelot hab#a temido secretamente desde el primer momento. con cada carro repleto de alimentos. toda Britania estar) perdida —aquellas palabras le produjeron pesar inmediatamente. por supuesto. pues la ropa se hab#a pasado toda la noche sobre el "r#o suelo de piedra y estaba congelada. aunque eran de mucha mejor calidad. sab#a que a 3inebra no le molestaba verle ataviado con la ropa de Uther. pero muy pocas eran agradables. Sin embargo. mirando inmóvil por la ventana. 0ncluso si la gana. Se retiró de la chimenea. sacudiendo la cabeza para re"orzar aquellas palabras que no eran otra cosa que un deseo1 se despojó de la manta y corrió hacia la cama para ponerse la ropa que estaba a su lado en el suelo. la o"ensiva de los pictos se ha detenido —continuo 3inebra —.uchos en +intagel lo habr#an celebrado incluso. . que en su sencillez recordaban aquellas que hab#a llevado en los primeros tiempos de *amelot —durante su vida como mozo de cocina y servidor. pero tampoco el atuendo del rey Uther. . —76 si no8 —. "ue otro.o hab#a dicho nada que 3inebra no supiera. +al vez no insistir#a. Una vez que se hubo vestido. los criados le hab#an cosido camisas y calzas nuevas. en un susurro y sin ninguna entonación. Siguiendo las órdenes de 3inebra. —4l va a venir —dijo un rato despu s. —7S#8 —Lancelot no sintió mucha curiosidad. llamado *amelot. sintió todav#a m)s "r#o que antes. si la ignoraba sencillamente. con mucha suavidad. 3inebra parpadeó turbada cuando. *asi diariamente llegaban noticias a +intagel. porque aunque estaba muy lejos de ser el leg#timo señor del castillo. no como caballero—. que ella —al contrario que l— hab#a dejado ordenadamente sobre una silla junto a su cama. —5or lo que parece. !n el interior del pa#s el invierno azota todav#a con m)s "uerza.)s vale que no sea as# —contestó Lancelot—. Lancelot no se volvió hacia ella. tardar) mucho en hacerlo.o necesariamente —respondió Lancelot. s# era el hombre que 3inebra hab#a elegido y ella era la reina innegable de +intagel. en su lugar. —'rturo est) ocupado al "rente de una guerra —replicó Lancelot—. lo hizo. . 5ero.o era ya la t(nica ra#da que hab#a llevado a su llegada. Se trataba de la pregunta de 3inebra. ' pesar de que no hab#an hablado nunca de ello.—. el motivo de que se dirigiera a la chimenea y e/tendiera las manos sobre las llamas c)lidas. pero la conoc#a lo su"iciente para percibir la e/presión que hab#a en sus ojos. —'rturo jam)s ceder) —prosiguió 3inebra. cogió la capa de 3inebra. . y "ue hacia la ventana de nuevo. a la que segu#a sin contestar. pero hab#a una di"erencia entre saberlo y pronunciarlo en voz alta. puso sobre sus hombros la abrigada capa de piel. dijera lo que dijera un lejano rey de un territorio todav#a m)s lejano. l le quitó la delgada manta bajo la que la joven temblaba desnuda. —'yer vino un enviado trayendo novedades. Si cae *amelot. pero luego le sonrió agradecida cuando. —!so no suceder) —aseguró Lancelot—. —!chó una mirada a la chimenea y. conozco a 'rturo. 5ero hab#a determinados momentos como aqu l en los que el temor. !l invierno paraliza hasta la guerra. a la ventana y añadió. volv#a de nuevo. —!s muy pronto —dijo—. es verdad. "ue al arcón donde guardaba su ropa y sacó una capa m)s abrigada. ' 0ven y a la docena de doncellas y criados que en las (ltimas semanas el anciano hab#a cobijado bajo sus alas les iba a dar un s#ncope si la propia reina bajaba a la cocina a prepararse algo de comer. +engo "r#o y estoy hambriento.o ser#a la primera vez que se encontrase en una situación aparentemente irreparable y "inalmente saliera con bien de ella.ordred en ese trono ser#a su muerte. luego. 'll# todos deb#an trabajar por dos y ser#a muy ruin por su parte robar a 0ven y a sus ayudantes aunque sólo "ueran unos minutos de su bien ganado sueño (nicamente porque una hora antes de la salida del sol l ten#a el capricho de tomarse una sopa caliente. 5ero justamente esa imagen era la que le provocaba una alegr#a casi in"antil. que se echó por los hombros. y antes de que abandonasen la c)mara. all# dentro siempre hac#a "r#o y la humedad que sub#a del mar todav#a empeoraba las cosas. pero Lancelot sacudió la cabeza con #mpetu.. *r eme. incluso. —7+e re"ieres a esos cobardes que se han distanciado de l y aguardan sin mover un dedo mientras l y sus caballeros protegen sus tierras8 —preguntó 3inebra.uchos de ellos son cobardes e. +ambi n aquello hab#a cambiado. 5ero podemos bajar a la cocina y mirar qu encontramos en la despensa. !s di"#cil combatir cuando la mano se te congela en el pomo de la espada. sino Britania entera. 5ara alg(n que otro barón y para m)s de un rey reconocido. mirando cómo 3inebra se vest#a y volv#a a ponerse la capa por encima. su belleza y su sonrisa igual que se hab#a recuperado de los avatares de la huida. . Se quedó en silencio.todav#a era muy temprano. +ambi n a l le suced#a. mientras dec#a en un tono m)s alto y esbozando una sonrisa que no denotaba mucha convicción-— 6 tambi n conozco a los otros reyes. 5or otra parte. . Si 'rturo y sus caballeros son derrotados. "orrada de lana de oveja.. 6 ahora ya basta de conversaciones. 3inebra ten#a razón. all# se est) m)s caliente. s#. ' Lancelot le gustó la idea.o van a permitirlo —levantó la mano—. ella asintió pretendidamente resuelta y se obligó a dibujar una sonrisa que le salió bastante "alsa.iró a 3inebra. su tono desen"adado la hab#a entristecido todav#a m)s. de hecho he servido a la mayor#a de ellos. el rey 'rturo puede ser como un clavo en el zapato. al que hab#a logrado apartar pero no vencer. 5ero . . pero no est(pidos. s# —Lancelot buscaba desesperadamente un prete/to para cambiar de tema —.— 'dem)s.3inebra hab#a recobrado su alegr#a. —+al vez deber#amos rezar para que no acabase nunca —murmuró 3inebra—. La mayor parte de los criados deben de estar durmiendo todav#a. 75or qu no llamamos a uno de tus numerosos servidores para que nos traiga un desayuno bien completo8 . Saben lo que se les avecina si vencen los pictos. no se perder) sólo *amelot. 3inebra. insidiosos. —3inebra iba a replicar.—S#. . y aunque a esas alturas ya viv#an unas cien personas en +intagel. —S# —respondió Lancelot—. 5or "in. a(n era pocas si se ten#a en cuenta la magnitud de la "ortaleza costera. 5or muchos "uegos que ardieran en las chimeneas de +intagel. . pero sólo ten#a que avivarlo con el soplillo y echarle unas cuantas ramas secas para que ardiera de nuevo1 luego encender#a una antorcha que colgar#a en una de las numerosas anillas de hierro "undido que hab#a en la pared.. Lancelot añadió un puñado de ramas secas y dos leños. —!ntonces. depositó todo lo que llevaba en ella y le observó "ingiendo reproche. !l "uego se hab#a reducido a unas ascuas rojas. —3inebra le taladró con los ojos y Lancelot acabó la "rase con otro "inal di"erente al planeado—.o veo. ning(n apuro. Buscando provisiones. sino que logró alcanzar la mesa que estaba junto al hogar. 3inebra lo miró dubitativa y l se apresuró a añadir-— S hacerlo. un cuenco de barro con manteca. era un cocinero bastante h)bil. Lancelot sonrió. una jarra y dos vasos. que se encontraban justo bajo el techo y serv#an tambi n de salidas de humo. Lancelot "ue instintivamente a ayudarla. pero ahora se daba cuenta de que se sent#a realmente hambriento.recordó el primer d#a que hab#a pasado con 3inebra. !l pan est) duro. ya que la habitación —a e/cepción de su tamaño. pero no hacia un "r#o horroroso. 'rriba. *asi habr#a podido jurar que la hab#a diseñado y construido el mismo maestro arquitecto. . 6 tuve un buen maestro. Utilizó el puñal que siempre llevaba consigo para levantar la tapa y apartarla hacia un lado lo su"iciente para ver lo que hab#a debajo. !n el hogar. Sus tripas crujieron mientras trataba de llegar al hogar en medio de la oscuridad. 3inebra revolv#a ruidosamente en uno de los anaqueles de la otra parte y por "in regresó. —Si realmente "ueras un caballero —dijo—.. era di"#cil que el "r#o lograra penetrar a trav s de sus gruesos muros. 5ero enseguida se dio cuenta del motivo. 'quella vez que le hab#a acompañado a la cocina de *amelot. Sin embargo. cargando entre sus brazos una hogaza de pan. el "uego nunca se apagaba del todo y como aquella gran habitación sólo ten#a cinco ventanas pequeñas.. !staba sorprendido de la ilusión con la que hac#a aquellas tareas que antes le hab#an resultado una pesada obligación y en muchas ocasiones incluso hab#a llegado a pensar que se aprovechaban de l por e/ig#rselas. ella no le concedió el gusto. habr#as ayudado a una dama en apuros. 'ntes de decidirme a tomar las armas. nunca hab#a bajado a la cocina y la visión que se mostró ante l le desconcertó un poco. Sin decir una palabra.Bajaron los tres pisos hasta el sótano sin cruzarse con nadie. en la habitación privada de 3inebra. por lo menos aviva el "uego —dijo 3inebra moviendo la cabeza con energ#a—. pero de pronto se paró y deseó con una sensación de alegre travesura que 3inebra "allara y toda su carga se viniera abajo. —. quiz)— podr#a con"undirse con la cocina de *amelot en la que pr)cticamente hab#a crecido. 'unque ya llevaban tanto tiempo en +intagel. hab#a buscado una mera e/cusa para cambiar de conversación. ' Lancelot se le hizo la boca agua pues en el aire "lotaba todav#a el ligero aroma de la carne asada y el pan horneado la noche anterior. —79uieres que prepare una sopa8 —preguntó. +enemos que ponerlo al "uego si no queremos rompernos los dientes. una loncha de tocino. !n la cocina reinaba la oscuridad y el ambiente era "resco. +ambi n se sent#a algo sorprendido de lo que estaba dis"rutando en general de toda la situación. se giró sobre su propio eje. Sent#a como si le hubieran dado un mazazo en la cabeza —. preguntó—76 est)s seguro de que te instru#a como cocinero y no como e/perto en torturas8 Lancelot se rió. —6o no —gruñó Lancelot y lamentó inmediatamente su tono arisco. pero no se disculpó. tras el que l estaba situado. con una e/presión de tristeza y honda re"le/ión en su cara. t( no me lo has dicho nunca.. —7'qu#8 :agda. *re#a que lo sab#as.. continuó-— >ivió aqu# hasta que 'rturo cumplió catorce años. 7' qu te re"ieres8 5or espacio de un segundo. —:ijo 3inebra. mostrando cierta vacilación en la voz.erl#n y 'rturo. —. 3inebra volvió a re#r.erl#n viv#a en +intagel antes de ir a *amelot —dijo luego. 75or qu no le hab#a dicho nada el anciano en todos sus años de vida en com(n o. 6o cre#a. —. Luego se corrigió. tras la visita de Uther a *amelot8 . !n +intagel todos conocen la historia de .lvidó el "uego... tan distinto que Lancelot se dio la vuelta mir)ndola con actitud interrogante y algo intranquilo... !lla asintió y. —+ampoco era tan grave. con un nuevo tono de voz. ?ue hacia la mesa . pero el tono sonó distinto. —. —.. 3inebra hab#a rodeado la mesa y miraba el "uego. —se interrumpió tratando de encontrar las palabras adecuadas y. 4l sab#a que los primeros años de 'rturo hab#an transcurrido en +intagel. con la e/presión m)s inocente del mundo. Lancelot abrió los ojos con estupor. luego se "ueron juntos. Su marcha casi le rompió el corazón —sacudió la cabeza—. —7:e verdad8 —se asombró Lancelot. 5ero no entiendo. la mayor#a —añadió un instante despu s. 3inebra lo miró sin comprender su con"usión. ¿&erlín vivió aquí?. 'lguna vez tuve la oportunidad de saborear sus especialidades. —5orque todos lo sab#an —ahora la perplejidad tambi n se hab#a adueñado de los rasgos de 3inebra. por lo menos. los recuerdos rom)nticos e. *re#a que lo sab#as. 6 lo que vio le hizo "runcir el ceño pro"undamente. incluso. —:urante muchos años —contestó 3inebra—. :e pronto se sent#a muy nervioso y muy preocupado. 75or qu 8 +(. junto con un atisbo de culpabilidad —. —7:agda8 —repitió Lancelot—.erl#n. —7:agda8 —se sorprendió Lancelot.. pero que :agda tambi n hubiese vivido all# era nuevo para l. Uther me hablaba a menudo de ello.. Los invitados de 'rturo siempre sobreviv#an a sus comidas.— :agda.. el hambre. Uther hablaba a menudo de sus artes culinarias. 5or lo menos.o —replicó Lancelot.e pregunto si tambi n estuvo aqu# preparando su pócima m)gica.—7:agda8 —3inebra se estremeció—. !sto no es nada m)s que una cocina. movió la cabeza unas cuantas veces y miró a su alrededor con los ojos desencajados. 2e escudriñado todos los rincones. :e alg(n modo sigue estando aqu#. ni lo iba a estar porque ya no viv#a.el portal a otro mundo. 2ab#a estado dos veces en aquel mundo encantado que para la mayor parte de las personas sólo e/ist#a en las historias antiguas y si hubiera habido all# una entrada a la 0sla de los 0nmortales.o hab#a olvidado la imagen que aquella noche "atal hab#an visto proyectada sobre la pared del cuarto de :agda. —5or una d cima de segundo. Lancelot. !l :agda que t( conociste era un anciano carcamal del que todos se re#an.. pero inmediatamente desapareció. 7:agda vivió aqu#8 —preguntó de nuevo.. 5ero ella negó con la cabeza e insistió—5re"erir#a que le llamaras as#. a pesar de que se trataba del camino a su patria. que hasta un momento antes hab#an conseguido que se le hiciera la boca agua. sino para mirarla tan penetrantemente y con tanta dureza como si ella tuviera la culpa de su desconocimiento—. 3inebra hizo un movimiento con la mano y emitió un suspiro de desconsuelo. 'ntes de que pudiera decir nada m)s. 5ero si vivió aqu#.an .erl#n. Sin embargo. *uando continuó hablando. —la voz se le quebró. pero ..erl#n no le habr#a supuesto ninguna di"icultar abrir un portal m)gico para acceder al mundo de los elbos y las criaturas "abulosas.g de la que ambos proven#an. y tambi n sintió decepción en un primer instante. se dio cuenta de la tonter#a que hab#a dicho. Los criados que llevan lo bastante en +intagel para haberlo conocido aseguran que todav#a se siente su presencia. ' pesar de ello.erl#n —dijo 3inebra.o se daba cuenta 3inebra de lo terriblemente importante que era aquello que le estaba con"esando8 —. el puente hacia la +ir . Lancelot sab#a mejor que nadie de lo que le estaba hablando. he estado aqu# por lo menos una docena de veces —tambi n ella movió la cabeza y miró la gran habitación. Sin embargo. les provocó cierto miedo. una sonrisa triste se dibujó en su cara. . —iba a decir nacido pero se corrigió-— .donde estaba 3inebra. tuvo que dominarse para no vapulearla de impaciencia. !l hombre que recuerdan aqu# era el mago m)s poderoso de toda Britania.i siquiera estaba aqu# cuando 'rturo y l se marcharon. incluso. —7Lo conociste8 —preguntó. —!ntonces se llamaba .erl#n no estaba all# ahora. . 5or descontado que a . :esde que vinimos. Lancelot comprendió lo que dec#a.i siquiera hab#a. 5ero ella contestó de todas "ormas—. *r eme. —S lo que est)s pensando. 6 aun antes de que 3inebra pudiera responder. se dejó caer sobre una de las sillas que rodeaban la mesa—. que entonces les hab#a parecido inquietante e. —Lo s —le cortó Lancelot de malos modos. Lancelot se mostraba m)s agitado que nunca. la habr#a percibido. 7. no era eso lo que l pensaba ahora. pero no para probar aquellas e/quisiteces all# dispuestas.. de acuerdo. con una actitud m)s desvalida que curiosa1 luego. a veces tengo la sensación de haberlo conocido. su voz se hizo m)s apagada-— Sin embargo. 7+en#a una c)mara junto a la cocina como en *amelot. —7!n una cueva8 —se cercioró Lancelot. que le respondió bastante asustada—!s imposible. 5ero creo que puedo encontrarla. —76 abajo8 75or la playa8 —!n esta poca del año la marea est) muy alta —le e/plicó 3inebra—. como corresponde a un mago de su categor#a8 —3inebra se rió.. 3inebra se encogió de hombros. La mayor parte del tiempo vivió en una cueva bajo los acantilados..o "uiste t( el que me contaste que siempre "ue un poco peculiar8 Uther trató de convencerle de que viviera en el castillo. —7Sabes dónde est)8 3inebra asintió. —75or qu 8 —. 2ay una c)mara. lo buscar)s por tus propios medios y acabar)s rompi ndote el cuello.—:ebes saber dónde est) su cuarto —dijo Lancelot sin aguantar ya quieto y descargando el peso de su cuerpo de una pierna a otra —. 5ero l pre"er#a pasar la mayor parte del año abajo. —%espondió ella. —+al vez ser#a mejor no hacerlo —murmuró—. pero ahora que el suelo est) helado y el viento bate contra las rocas.o. o. 5ero si no te lo enseño. o algunos inviernos que "ueron muy e/tremos. Lancelot iba a contradecirla.ientras no mejore el tiempo. ser#a un verdadero suicidio. Le habr#a proporcionado un acomodo digno de un rey. negando con la cabeza —. . —!stuve all# dos o tres veces. 2abr#a que nadar para llegar all#.. —!ntonces tenemos que ir hasta all# —dijo Lancelot y se ganó de nuevo el rechazo de 3inebra. . una estancia en lo m)s alto del torreón. Salvo en otoño. cuando hay m)s tormentas. justo al lado de la de Uther. en su cueva. —!ntonces..8 —7. s que vas a hacer o#dos sordos a mi advertencia e intentar)s alcanzar la cueva —suspiró—. y sospecho que ser#a demasiado hasta para el valiente Lancelot. *onoci ndote. pero all# estaba poco. diciendo—7. pero 3inebra levantó deprisa la mano y añadió en voz algo m)s alta-— Sólo hay un estrecho sendero que sube por el acantilado. ven por lo menos al camino de ronda de la muralla y mu strame el sendero. es demasiado peligroso. Lancelot sonrió por toda respuesta y 3inebra capituló "inalmente. 3inebra lo miró descon"iada. 2a pasado mucho tiempo y la entrada est) muy oculta. y optó por levantarse. !n verano ya es bastante intrincado. . as# que le pidió a 3inebra que volviera a buscar la pata de una mesa y colocaron la estaca. luego se encogió de hombros y adelantó a Lancelot. !l vendaval le arrancó el sonido de los labios y lo llevó lejos. 'l contrario de lo que Lancelot esperaba. antes de pararse de nuevo y mirar con el ceño "runcido a su alrededor. pero Lancelot pudo ver el "eroz relampagueo de sus ojos. les resultaba muy di"#cil mantenerse erguidos. casi entendió su reticencia. 5ocos metros despu s. as# que ambos tuvieron que compartir "uerzas para sacarla. :etr)s se divisaba un camino angosto que discurr#a entre la muralla y la a"ilada costa.o ten#a cerradura. 5ero no sent#a ning(n deseo de recorrer todo el per#metro de +intagel al regreso de su escapada. —$Sin m# jam)s encontrar#as el camino& 0ncluso con buen tiempo es di"#cil de descubrir —dijo 3inebra. a pesar de ello. se detuvo y se volvió hacia 3inebra. cada nuevo paso amenazaba con ser una pequeña aventura. la mano izquierda sobre su "rente para proteger sus ojos del viento y la nieve. !lla se rió. una estrecha puerta. La e/cursión estuvo a punto de terminar ah# ya que la puerta se abr#a para a"uera y el viento la empujaba con tanto #mpetu que les costó un terrible es"uerzo lograr juntos su objetivo. lo llevó a una cuadra vac#a en la que hab#a un pequeño cuartucho. 3inebra no hab#a vuelto a intentar disuadirlo de su empeño. :ado que el sendero ten#a menos de un metro de ancho y las rocas estaban recubiertas por una gruesa capa de hielo. y camu"lada en el grueso muro de piedra que lo remataba. 3inebra recorrió el sendero casi hasta el "inal. Lancelot se preguntó por un momento si no estar#a "ingiendo ante l para acabar asegur)ndole que no hallaba el camino. 6 cuando por "in estuvieron en el sendero sobre el oc ano gris batido por la "uerza del viento. 3inebra y l hab#an ido arriba. esperando in(tilmente una respuesta. sino que le hizo cruzar el patio de armas. 3inebra no lo condujo al lienzo de la muralla que miraba al mar. pero su mirada hablaba por s# sola. el techo de nubes se hab#a deshecho y hab#a tanta claridad como la poca del año permit#a. (nicamente una sencilla tranca que por su aspecto nadie hab#a movido desde m)s de la mitad de la historia de la humanidad. en la rendija de la puerta para impedir que el viento la cerrara tras ellos. . !l peñasco sobre el que hab#a sido erigida la "ortaleza de +intagel se levantaba a m)s de cien metros por encima del nivel del mar y. para ponerse ropa de m)s abrigo y zapatos adecuados para la subida. lo que posiblemente la habr#a asustado y habr#a podido acabar en una cat)stro"e. pero enseguida .** 'l salir de +intagel. a la c)mara privada. —+al vez ser#a mejor que regresaras —gritó por encima del ulular del viento. pero no cometió el error de intentar retenerla. m)s gruesa que uno de sus muslos. !l corazón de l dio un vuelco cuando vio lo cerca que estaba su pie del precipicio. desde all# arriba sent#an la potencia con la que las olas chocaban contra las rocas. plagado de cacharros y muebles medio rotos. 'unque el viento hubiera remitido en los (ltimos d#as. Las e/tensas d)rsenas se encontraban abandonadas y medio derruidas. que azotaba la super"icie del agua. descubrió la estrecha y empinada vereda. Lancelot se apro/imó deprisa hacia ella. La nieve y el agua congeladas hab#an creado "ormas e/trañas que hab#an tenido casi un invierno entero para crecer y ensancharse. !n lugar de responder. hab#a podido acceder a aquel lugar. —3inebra interrumpió sus pensamientos. la entrada de la cueva habr#a sido poco menos que invisible. aquel lugar ten#a un aspecto muy distinto.o hab#a ya nada por lo que pudieran trabajar. 5oco despu s de su llegada al castillo. Sean. 'hora se hallaba pr)cticamente desierto y abocado a la ruina.era imposible descender hasta all#. ' pesar del viento. 'ntes de que tuviera tiempo de volverse del todo. 3inebra señaló hacia abajo y los ojos de Lancelot siguieron el gesto.erl#n.o sólo ve#an el mar. eso creo. y Lancelot no dudaba de que el puerto pronto lucir#a en todo su esplendor. ya para siempre inhabitables. !l camino no ten#a m)s de dos palmos de anchura e. sin nieve. Las rocas estaban completamente heladas. 'hora algunos de los anteriores habitantes hab#an regresado y muchos m)s estar#an en camino. ninguna meta que les otorgara la "uerza para superar las mayores privaciones. Sean y l cabalgaron hasta all# para echar un vistazo y lo que vieron sumió a Lancelot en una mezcla de pena y rabia. m)s lento y.le pidió disculpas en su pensamiento por dudar as# de ella..o contemplaban las huellas de un ataque. 5or lo menos.organa y el destino as# lo permitieran. añadió-— 5or lo menos. Sin embargo. ya que era la (nica mancha en toda la e/tensión en la que no se re"lejaba la luz.o le hab#a preguntado a 3inebra. sino tambi n el puerto natural que estaba situado debajo de +intagel y en tiempos hab#a proporcionado a la "ortaleza riqueza e in"luencia. +ardó un largo rato en descubrir la estrecha hendidura con "orma de cuña que se abr#a en la roca. mucho m)s peligroso. 5ero. cerradas. la mayor parte de las casas del pequeño poblado. el hada . . Las personas de all# abajo hab#an perdido el valor. siempre que 'rturo. por el momento. pero estaba convencido de que el declive no se hab#a producido tras la salida de Uther y de ella misma de +intagel. 5ara l resultaba un verdadero enigma cómo .. Su mirada recorrió el brazo e/tendido de 3inebra y en un primer instante no pudo ver nada m)s que nieve. Seguro que. que por lo visto deb#a saber mucho de mariner#a. hielo y rocas. era una imagen cautivadora. . .o apremió a 3inebra. aseguraba que ese puerto llevaba sin usar m)s de un siglo y las pocas personas con las que se hab#an encontrado con"irmaron su aseveración. sólo pasó con cuidado a su lado y miró al mar. Si no "uera por aquella capa de hielo. . . —76 la cueva8 —preguntó. ten#a que agradec rselo al hielo que cubr#a la roca. y un escalo"r#o le recorrió la espalda. tiraba de su ropa y sus cabellos y hac#a a"lorar las l)grimas a sus ojos. la imagen desde all# era un doloroso ejemplo de la en"ermedad que aquejaba a todo el pa#s.. y muchas de ellas. 79u hab#a ocurrido en ese lugar8 —'h# est).. 5robablemente ten#a problemas reales para orientarse. labrada en aquella pared de rocas que ca#a casi en vertical. de momento. quiz) por eso mismo. . luego. deb#a de ser complicado de bajar. sino de un proceso m)s sutil. 3inebra ten#a razón. 6 si la vio. ya un anciano en la poca en que hab#a vivido en +intagel. incluso con buen tiempo y sin viento. Lancelot no respondió.. se quito la capa de los hombros y adelantó con precaución el pie hasta el comienzo del terrapl n.o se lo dije —respondió 3inebra como si hubiera hecho una pregunta muy tonta. $Si no hay otra manera& Lancelot giró la cabeza en su dirección y estuvo a punto de pegar un grito al ver que ella se quitaba la capa con un gesto resuelto y pisaba el escarpado declive. se apro/imó al borde. se puso de rodillas y oteó el camino con ojos escrutadores.. 3inebra jadeó de rabia. pero Lancelot apretó los dientes y siguió desliz)ndose poco a poco. Si no quer#a ponerse en rid#culo. tal vez podamos bajar. *uando no hay hielo. m)s —a"irmó 3inebra—. 76 :agda.osotros. —'ll# hay algo —murmuró. te suplico. $!s demasiado peligroso& . $que no lo hagas& —le conminó 3inebra. La piedra estaba lisa como un espejo pulido y el viento parec#a batir contra l con el doble de intensidad ahora que se hab#a despojado de la capa. —$!st)s absolutamente loco si crees que vamos a bajar hasta all#& —7>amos8 —Lancelot sacudió la cabeza—. 7+e has vuelto loca8 —*laro —respondió ella—. 5ero no m)s que t(. —. —7. —Bueno —dijo 3inebra—. —76 las siguientes ocasiones8 —quiso saber Lancelot. —$3inebra& —jadeó—. sin mirarla. la di"icultad es menor. —7. simplemente sabía que all# abajo hab#a mucho m)s que una cueva vac#a. . Se en"adó tanto que me tuvo una semana encerrada en mi alcoba.o ten#a "undamento en el que basarse.. La primera vez que estuve ah#.—!star) a media milla.o lo hagas —le e/igió Lancelot—. —. +e prometo que no me voy a suicidar. !l viento ululó m)s "uerte. &erlín bajaba y sub#a cada d#a8 —'lgunas veces. comet# el error de cont)rselo a Uther. —Lancelot. o m)s —murmuró con incredulidad—. —9u date donde est)s —le indicó Lancelot—. . 3inebra aspiró con "uerza. tratando de agarrarle con sus dedos invisibles de la ropa para arrancarlo de su apoyo y precipitarlo al vac#o. Lancelot torció ligeramente la boca. mientras apretaba lo m)s que pod#a la espalda contra la "r#a pared.. no. Sin embargo. pero sigue siendo peligroso. no hab#a nada que pudiera objetar. pero Lancelot se levantó. s#. lo que supuso un alivio para Lancelot —. 5ero yo. *uando mejore el tiempo.o estar)s pensando lo que pienso que piensas8 —preguntó.e lo puedes repetir8 —dijo "inalmente. 5ero ahora no. +ras unos instantes de vacilación. Se puso derecha y dio un paso hacia atr)s. +en#a los dedos tan ateridos que le dolieron cuando palpó la piedra tosca para buscar una sujeción. Si veo que no hay manera de seguir avanzando. 6a lo has visto. me doy la vuelta —con in"inita cautela dio un segundo paso. . apoyó la espalda contra la "r#a roca y se palpó brazos y piernas. Lancelot contrajo los hombros por toda respuesta. e/tendió la mano cautelosamente sobre el borde del abismo y aguardó a sentir una resistencia. pero 3inebra no se contentó con eso.. *ayó. si no m)s. se dio la vuelta hacia ella y entonces pasó lo que ten#a que pasar. . 'lgo le hab#a agarrado... hoy mismo le digo a Sean que tapie la puerta. —+e lo prometo —le aseguró Lancelot.su pie izquierdo resbaló por la roca pulida como un espejo y l complicó m)s las cosas todav#a al tratar de girarse con un movimiento brusco para encontrar apoyo en alg(n lugar de la pared. *uando vio algo m)s que simples luces de colores. >uelve. lo que no impidió que bajara deprisa y con inusitada destreza. 7!st)s. s#8 —se burló 3inebra. Se hab#a ca#do. %egresamos. $regresa& —le rogó sin embargo.i tampoco la "uerza invisible que lo hab#a agarrado en el (ltimo momento y devuelto arriba.o se lo hab#a imaginado. como si tuviera que convencerse de que su cuerpo estaba completo todav#a. —Si vienes conmigo. +e seguir —y para con"irmar que dec#a la verdad... se incorporó con cuidado. —5ero 7cómo ha podido ser8 —suspiró 3inebra.. encantada —respondió ella. ' pesar de ello. ' pesar de que el corazón de Lancelot estalló de miedo en su pecho. tuvo que aceptar que demostraba tanta habilidad como l. 2as ganado. precipit)ndose en el vac#o. —.. Sólo el viento. 3inebra. . La roca.8 79u es lo que ha.o antes de que acabe el invierno. —$Lancelot& —gimió—.—7'h. 5ero no lo encontró.ecesito tu palabra de honor —dijo—. ... Se levantó mientras el corazón le segu#a latiendo a toda velocidad. 5ero all# no hab#a nada. . de ir m)s despacio. Si no me la das.. vertical y cubierta por una capa de hielo lisa y brillante.. Sólo entonces se dio cuenta de que 3inebra estaba arrodillada junto a l y lo observaba con ojos desorbitados. que cortó su piel como un "r#o cuchillo.e doy por vencido —contestó Lancelot—. —5or "avor. —Sólo si me prometes que no volver)s a la m#nima oportunidad que tengas para intentarlo de nuevo —dijo 3inebra mientras continuaba imperturbable —. Sobre l oyó los chillidos desa"orados de 3inebra y tambi n l gritó tratando de agarrarse a alguna protuberancia del terreno. de pronto "ue como si una mano invisible lo agarrara suavemente y tirara de l con precaución. —.8 —!so me gustar#a saber a m# —totalmente perplejo. pareció alejarse de l y Lancelot se vino abajo con un chillido de horror y los brazos como aspas de molino.. 6 era evidente que no se trataba del viento. —!st) bien —Lancelot capituló—. Su cadera chocó duramente contra el borde y continuó cayendo en el vac#o y. !staba ya casi junto a l y no hizo ning(n amago de darse la vuelta1 ni siquiera. eso estaba claro.8 5ero 7cómo. oteó el vac#o que se abr#a m)s all) del estrecho camino. se golpeó la nuca contra las rocas con tanta "uerza que se quedó aturdido durante unos instantes. que llegaba hasta la costa propiamente dicha1 aunque ahora desembocaba directamente en aquellas olas grises coronadas de espuma que. !l techo se elevaba por lo menos diez metros sobre sus cabezas y tanto las paredes como el suelo estaban libres de hielo y nieve. Sacudió la cabeza. y ten#a la cubierta tan baja que incluso 3inebra tuvo que agacharse para no golpearse la cabeza. :esde all# Lancelot pudo descubrir que hab#a un segundo sendero. vislumbró varios pasillos. que creaban e/trañas y hermosas "ormas de las que emanaba una luz interior. . ella no le hizo m)s objeciones y tampoco Lancelot protestó cuando la joven le siguió. tuvieron una buena sorpresa. 6 cuando lo superaron. hac#an temblar las rocas de su alrededor. !staba claro que la mano invisible que le hab#a salvado a l no estaba dispuesta a hacer lo mismo con una bola de nieve. inclinó la cabeza de manera e/agerada y le . una vez que sus ojos se acostumbraron a aquella luz.ecesitaron casi media hora para alcanzar la estrecha hendidura. "ue mucho m)s precavido cuando prosiguió la marcha. 'unque acababa de prometerle a 3inebra que iba a desandar el camino. y cuanto m)s se introduc#an en la cueva m)s calor hac#a. intuyó orgullo en la misma. . l esperaba hallar una cueva oscura. 5or debajo del aullido del viento y del rugido de la marea. luego el viento la empujó y la precipitó hacia las pro"undidades del abismo. a la derecha1 el primer corredor —3inebra no esperó su reacción.. 'l contrario. oyó un chapoteo de agua algo m)s adelante y.erl#n est) ah# mismo. a medida que avanzaban. que se internaban en la roca y tal vez conduc#an a salas vecinas. —75romet# demasiado8 —a pesar de que la voz de 3inebra temblaba de "atiga. Subieron una buena docena de pasos antes de hacer un pronunciado recodo a la izquierda. llena de un tenue "ulgor gris que no proced#a de ninguna "uente concreta.o voló m)s que la e/tensión apro/imada de un brazo. nacidos directamente de la piedra.o por eso se comportó m)s atolondradamente. porque hac#a demasiado calor para ello. carente de palabras con las que e/presar lo que sent#a. ?ormó con ella una bola. Seg(n las e/plicaciones de 3inebra. Las paredes de all# dentro tambi n brillaban. todav#a m)s empinado. una vez que entraron por la estrecha rendija. se puso de rodillas y levantó un puñado de nieve congelada. !l corredor que tomaron se iba estrechando. . —La cueva de .)s parec#an millones de cristales diminutos. pero no pod#a ser a causa del hielo. que tiró al vac#o con todo el impulso del que "ue capaz. s#. 'nte ellos se e/tend#a una alta sala de roca. +ambi n bajo sus pies se o#an tintineos y crujidos a cada paso —el mismo ruido que oir#an si caminasen sobre cristal pulverizado —. 6a en la cueva. que estaba todav#a a una distancia equivalente a tres o cuatro hombres sobre el nivel del mar. 3inebra llegó al corredor que le acababa de señalar y se quedó quieta para que l pudiera alcanzarla. de la altura de un hombre. +odav#a m)s desconcertado que antes. Lancelot se quedó quieto de nuevo. pues la temperatura era inusitadamente c)lida. Se rió en voz baja. sino que "ue en esa dirección y Lancelot la siguió mientras miraba a su alrededor con asombro creciente. pero se encontró justamente con lo contrario. pero al mismo tiempo tambi n re"lejaban cualquier movimiento e/terno1 de tal modo que la caverna iba de las numerosas sombras a los rayos de luz en un constante vaiv n que les imped#a "ijar la vista en sus paredes. se dio la vuelta y siguió a 3inebra al interior de la cueva. al batir con tanto coraje. S#. . eso es lo que se dice —3inebra movió la cabeza de izquierda a derecha—. Lo perdió pronto de vista. pero el t(nel le condujo durante cincuenta o sesenta pasos hacia el interior de la montaña y all# se rami"icó en tres. en el que le golpeó un soplo de aire g lido.o era el laboratorio de un alquimista. +ambi n el siguiente corredor supuso una decepción. Lancelot dio un nuevo paso. Lancelot sólo dio unos cuantos pasos y se detuvo cuando los guijarros comenzaron a moverse bajo sus pies "ormando un pequeño corrimiento de tierras. !n un primer momento se sintió casi desilusionado. vacilante. ella no intentó detenerlo1 as# que l salió de la cueva y "ue hacia la derecha. lo que ella hizo encantada.8 —. 5or un momento Lancelot pensó seriamente en tomar uno de los caminos.. 3inebra no se negó. pero tampoco se mostró muy convencida y Lancelot se preguntó si dec#a realmente la verdad o es que hab#a encontrado algo en uno de aquellos corredores de lo que pre"er#a no hablar. viv#a. . no hab#a ninguna bola de cristal. claramente m)s pequeña. . Sin embargo. sin embargo pre"irió este humilde alojamiento. pero "inalmente no se decidió. algo e.. un palacio de cuento1 en todo caso.erl#n. pero el ruido sonoro de las piedras tardó un rato en desvanecerse.o hac#a "alta ser un niño para temer perderse en aquel laberinto. —!/amin moslos —propuso Lancelot.invitó a entrar con un gesto de la mano. . cuyas s)banas y almohada hac#a tiempo que se hab#an podrido y trans"ormado en polvo1 una mesa de madera maciza con una (nica silla y un pesado arcón de roble. no podr#an ir a solicitar ayuda ")cilmente si se perd#an. !ntonces era casi una niña. con una pro"unda pendiente.traordinario despu s de lo que hab#an visto a"uera. tal vez el castillo de un hada. —76 aqu# . Lancelot pasó encorvado a su lado y "ue a parar a la segunda cueva. se quedó parado y se giró en c#rculo.o sab#a qu hab#a esperado. . nada de estantes repletos de pergaminos ni libros sobre poderes secretos. 5odr#a haber vivido como un rey. aunque "uera as#. !l hombre del que 3inebra hablaba era el mismo :agda que l hab#a conocido. le señaló a 3inebra que dieran la vuelta.. 2ab#a cuatro corredores. 5or lo menos. +en#a miedo de e/traviarme..adie sab#a que estaban all# abajo. 5or consiguiente. !l hecho no sorprend#a a Lancelot. 5ero el recinto era de una sencillez casi decepcionante.o me atrev# a e/plorarlos. !l primero llevaba a un estrecho recinto. Sus paredes tambi n estaban recubiertas de brillantes cristales1 sin embargo. !l suelo era plano. y eso era todo. . —76 los otros cuartos8 —Los corredores conducen a lo m)s pro"undo de la montaña —contestó 3inebra con cierto pesar—. :ecidió regresar y probar suerte en otra galer#a. el techo estaba a tan sólo dos metros y el escaso mobiliario podr#a haber pertenecido per"ectamente a la humilde vivienda de un campesino o de un pescador.. %egresaron a la gran sala y desde all# "ueron al pen(ltimo de los corredores. Sin emitir una palabra.. nadie les buscar#a en aquel lugar y. 2ab#a una cama estrecha. Se dice que .alagon.g "uese su patria. . pero se present#a con absoluta claridad1 como una m(sica que tratase de hacerse corpórea. —5ara ser alguien que creció junto a 'rturo y . cuyas paredes. al igual que aquella sala. se la sent#a distinta a cómo se suele sentir el agua. —79u habr) detr)s de esa puerta8 —preguntó 3inebra. 3inebra le contempló de manera especial. Un sonido peculiar "lotaba en el aire1 no se o#a realmente. que parec#a compuesta por una serie de objetos invisibles en constante movimiento. —4ste debió de ser el lago en el que encontró a 'rturo —murmuró 3inebra. Siempre hab#a pensado que se trataba (nicamente de una leyenda. Lancelot la miró sorprendido e inmediatamente preguntó—79ui n8 'ntes de responder. Lancelot aspiró con "uerza y se paró tan de repente que 3inebra estuvo a punto de chocar contra l.erl#n.. Lancelot permaneció en silencio. sobre la pared de roca se intu#a. m)s que verse. brillantes y de mil colores. en cuyo centro se ergu#a una e/traña "ormación de columnas de cristal. sabes bien poco sobre ellos —señaló el lago—. 'dem)s. habr#a dicho que estaba #i#a.'l "inal desembocaba en otro pasillo. Las runas que cincelaban el hierro negro de las dos hojas gigantescas le resultaban e/traña e inquietantemente "amiliares. se preguntó. pero la similitud era demasiado grande para ser casualidad. se abr#an "ormando una gran caverna de techo alto. una gigantesca puerta negra labrada con e/trañas runas y jerogl#"icos.. —!sto es.o es que no estu#iera /ría es que estaba realmente caliente. unos pasos m)s all).o estaba seguro de querer saber la respuesta. +ambi n a l lo hab#an encontrado a la orilla de un lago de pequeño. !l suelo no era de piedra. incre#ble —susurró 3inebra—. 'l alinearse junto al joven y echar un vistazo a la cueva. Lancelot entrecerró los ojos para re"le/ionar. . y el recuerdo que le ven#a a la cabeza al contemplarlas era m)s bien aterrador. . !staba caliente. pero las pocas veces que hab#a estado all# hab#an terminado casi en una verdadera cat)stro"e. de per#metro casi redondo. 7' cu)ntos m)s8. e/tendió el brazo y lo sumergió con precaución en el agua. !l lago y su corazón de cristales m)gicos no eran una copia e/acta de los que se hab#a encontrado bajo las murallas de . con toda seguridad a cincuenta o sesenta pasos. ella dio tambi n un grito de sorpresa. pod#a percibir la magia que esa misteriosa "ormación de cristal irradiaba.o hab#a visto nunca nada igual. 5odr#a ser que la +ir . 5or encima del agua oscilaba una "ina niebla. 6 como si hubiera le#do sus pensamientos. Si la idea no le hubiera resultado absurda a l mismo. quiz) hayamos alcanzado nuestro objetivo.. 6 de una manera que apenas se pod#a describir con palabras.. Se agachó despacio. 3inebra dijo—Si esto es lo que creo. . 'nte ellos se e/tend#a un ancho lago. y al otro lado del lago.an . igual que a 3inebra.erl#n halló a 'rturo en la orilla de un lago subterr)neo cuando todav#a era un beb . 76 qu tiene que ver contigo8 —:esenvain mi espada e intent destruir con ella la "uente del poder de .organa8 *ontra todo pronóstico. en el mundo de los humanos.. no pod#a desplegar en su totalidad.. .ecesitó una gran "uerza de voluntad para separar la vista de la resplandeciente "ormación de cristal y se giró hacia 3inebra. l la hab#a desa"iado m)s de una vez en aquel mundo y quiz) era justamente eso lo que ella esperaba de l. —.8 —!l terremoto que destruyó *amelot —le interrumpió Lancelot—. —+rat de destrozarlo —dijo Lancelot—. .g. —5ens que era la "uente del poder de .. —75or qu 8 Lancelot titubeó un instante m)s. que no sólo era la 0sla de los 0nmortales sino tambi n el reino hecho a la medida de . ?ui tan est(pido. Lancelot ya hab#a recorrido ese camino en m)s de una ocasión.Lancelot la miró interrogante. —768 —3inebra se mostraba alterada. 3inebra parpadeó.ovió la cabeza.o debemos hacerlo —dijo.o lo recuerdas8 —*laro que s# —dijo 3inebra—. 0ba a re#rse. 7*ómo. 5ero estuve a un paso de destrozar *amelot. 5ero. —5ero eso es.organa desde los tiempos primitivos. . —79u quieres decir8 —preguntó 3inebra. pensó. ahora no e/istir#a *amelot..organa vino en el (ltimo segundo e impidió que le asestase el golpe de"initivo.jal) "uera as# —murmuró Lancelot. Si no lo hubiera hecho. !stuve a punto de organizar una tragedia de consecuencias inimaginables. !l recuerdo le hacia daño.que guiara a 3inebra hasta la +ir .organa —le resultaba di"#cil continuar hablando. lo sent#a. —. —a 3inebra le costó articular las palabras. Su voz se trans"ormó en un susurro. 5ero eso no puede ser. —!so son tonter#as.an .o lo consegu#. 9uiz) sintiera el miedo que aquel recuerdo provocaba en Lancelot.alagon. +al vez podr#an realmente. pero logró tragarse la carcajada. 7. pero despu s señaló la "ormación de cristal del centro del lago. Un daño atroz. Se mantuvo callado. —. desalentada—.— . —>i algo as# en otra ocasión. 7qu suceder#a si era eso precisamente lo que deseaba . 6 en el mismo momento en que lo hice las murallas de *amelot comenzaron a tambalearse. —+al vez podr#amos entrar —murmuró 3inebra. Su voz tembló—. !l ritmo de su corazón se aceleró. 'lgo terrible aguardaba al otro lado de esa puerta. el mundo de los elbos donde ella detentaba el poder absoluto sobre la magia negra que aqu#. :ebes de estar equivocado. en sus pro"undidades. Bajo la "ortaleza de .organa —contestó Lancelot—. 'ntes de que Lancelot pudiera asimilar lo que quer#a decir con eso.o hace "alta que entremos. justo delante de la puerta. ven. —5or lo menos.unca me lo hab#as contado —dijo 3inebra un rato despu s. 0ba a decir algo m)s. pero su voz se negó a colaborar y todo su cuerpo comenzó a temblar. en voz alta. —75or qu no me lo dijiste nunca. Lancelot dudó un momento m)s y luego se quitó las ropas tambi n y se metió en el agua.o hab#a e/agerado. !n lugar de responder. Se quedó parada y le miró.o iba a dar tan ")cilmente su brazo a torcer. el agua llegaba a las paredes por todas partes.o hab#a ninguna posibilidad de cruzar al otro lado del lago subterr)neo. levantó la cabeza y e/aminó la inmensa puerta de hierro del otro lado. 'parte de la estrecha banda de suelo seco en la que se encontraban. ?inalmente. 3inebra se inclinó y metió la mano en el agua. —!l agua est) maravillosa. —Una idea estupenda —comentó Lancelot en un tono mani"iestamente sarc)stico —. manteniendo los pies secos.. Se volvió de nuevo hacia el lago y observó pensativa la super"icie del agua. y de otra zona del mismo tamaño al otro lado del lago. se quitó la capa. como un lago termal en primavera. . !staba caliente y resultaba muy agradable a la piel1 como si miles de manos invisibles te acariciaran por todas partes al mismo . se metió en el agua. y. lo arropó entre sus brazos y lo consoló con ternura. porque la mayor parte de las veces —pensó Lancelot—. +odo ese dolor contenido. dijo—3racias a los dioses no hubo p rdidas humanas —casi con cautela.. el su"rimiento compartido no se convierte en medio su"rimiento. pero le "altó valor para eso. Sólo quiero echar un vistazo. junto a ella. pero tendr#a que haberla conocido mejor. >amos. pero muy decidido. —!ntonces de lo que se trata es de que no nos mojemos los vestidos —dedujo. —. . intent moslo —dijo titubeando—. . pero no contestó. . !lla lo miró con seriedad. 7*u)nto crees que aguantar#as ah# a"uera8 7Un minuto o hasta dos8 5or un momento dio la impresión de que a 3inebra le hab#a calado el comentario. —7*ómo hacerlo8 —murmuró Lancelot. 3inebra se apro/imó a l. 5ero ser#a peligroso no aprender de aquel error.= 6. sino en doble su"rimiento. el agua le llegaba a la cadera. 3inebra.i siquiera podr#amos acceder hasta all# —Lancelot señaló a un lado. sobre la que "lotaba aquel vapor gris. 75or qu no ibas a compartirlo conmigo8 <+al vez. sin dudarlo ni un segundo. 7o no te atreves8 La respuesta m)s sensata habr#a sido un <no= rotundo. Unos pasos despu s. —!st) caliente. querido8 —susurró—. La pró/ima vez podr#a ocurrir una desgracia mayor. 5odemos nadar. se desligó del abrazo de 3inebra y dio un paso atr)s —. el vestido.—. 6 en el trayecto de vuelta arriba nos congelamos en nuestros vestidos mojados — sacudió la cabeza—. Lancelot sent#a el enorme poder m)gico que desprend#an aquellos cristales. La magia que percib#a all# era justo la contraria. Sin ser consciente de lo que hac#a. sin embargo. porque no paraba de mirar constantemente hacia la brillante "lor de cristal. —7*ómo se abre8 —murmuró ella. le hab#a dotado de una nueva energ#a y tambi n de una con"ianza que llevaba mucho tiempo echando en "alta. era "rancamente improbable—. Se puso derecho con rapidez y salió del agua con la intención de ayudar a 3inebra a hacer lo propio. ning(n mecanismo para abrirla. . La "ormación de cristales ejerc#a una atracción m)gica sobre l y tuvo que dominarse para permanecer al lado de 3inebra y no nadar en su dirección. Los cristales del corazón de .nunca le hab#a parecido tan hermosa y radiante como en aquel instante. pues no hab#a nada que deseara m)s que tocar aquella hermos#sima "ormación.alagon irradiaban un poder "r#o. que no provocaba ni temor ni malos pensamientos. "ue hacia ella. Sin embargo. a la vista de aquellas dos hojas que deb#an pesar toneladas. protectora. Simplemente no la necesitaba. hab#a una di"erencia importante. Sólo entonces comprendió que no hab#a prescindido de su ayuda para herir su susceptibilidad. pero era incapaz de enojarse. *uando por "in salió de su estupor.i Lancelot mismo sab#a por qu lo hac#a.o pudo continuar en"adado con 3inebra. emitiendo una risa cantarina. . ' 3inebra parec#a sucederle lo mismo. en dirección a la gran puerta de hierro. pero incluso si sus "uerzas hubieran sido su"icientes para ello —lo que. !l baño en el lago m)gico no sólo le hab#a concedido "uerzas "#sicas. todo dolor. pero ella ignoró su mano tendida y salió con un movimiento tan en rgico y elegante que Lancelot levantó las cejas sorprendido. 6 no era (nicamente aquella calidez la que parec#a tener poderes curativos. le devolvió la sonrisa. se metió del todo y comenzó a nadar a su lado con brazadas "uertes y regulares. 3inebra ten#a los brazos levantados como si pretendiera abrir la puerta. amenazador. 6 algo m)s. . 'unque acababan de nadar una distancia de unos cincuenta metros.. pero volv#a al rumbo primitivo al ver que Lancelot se manten#a in"le/ible en l. como en la cueva bajo la "ortaleza de . 'quella sensación de bienestar y seguridad se acentuó a medida que se acercaban a la estructura de cristal en el centro del lago. Sin duda. Un aura in"initamente suave. y pronto volvió a sentir el suelo "irme bajo sus pies. 4l sólo roce de aquella agua m)gica parec#a llevarse consigo todo miedo. ninguna cerradura. Lancelot empleó dos o tres minutos all# quieto. a ella le suced#a lo mismo. porque dobló la cabeza hacia atr)s. 0gual que tampoco l hab#a necesitado ayuda de nadie.. 'll#. palpar con sus manos la brillante magia para trans"ormarse quiz) en una parte de ella. no lo habr#a logrado. una magia que consum#a a todos los que se acercaban a ella sin saber cómo evitarla.tiempo. *omo si ya no estuviera en posición de desarrollar un sentimiento as#. corrió descalza sobre los guijarros que cubr#an la estrecha playa. Lo que pretend#a segu#a result)ndole demasiado peligroso y atolondrado.alagon. contempl)ndola. con una intensidad casi corpórea. y. se mantuvo en su rumbo hasta dejar atr)s medio lago y comenzar a apro/imarse a la otra orilla.o hab#a ning(n pestillo. Luego. . 6 nadaba hacia ella cada poco rato. Lancelot se sent#a m)s descansado y "resco que nunca. La tensión de atravesar el lago a nado no le hab#a supuesto ning(n es"uerzo1 por el contrario. 5ero no s el qu . no con enojo. —. !n lugar de eso. . como ya hab#a ocurrido en la otra orilla. . 'l igual que el lago. *on toda seguridad. ' m# me ocurre lo mismo —y.o disimuló su decepción. Su mirada. 7!n este lago8 —7:ónde si no8 —Lancelot pensó un momento en los otros corredores que hab#an descubierto y un escalo"r#o. Lancelot oyó un crujido. +uvo que reunir todas sus "uerzas para no abrazarla. —7*rees que encontró aqu# a 'rturo8 —preguntó 3inebra un rato despu s —. 6 dado que 3inebra segu#a como hipnotizada mirando la puerta de hierro negro y las runas y caracteres que la decoraban. tampoco esta vez se dio 3inebra por vencida. sin embargo.o lo s . le recorrió la espalda. 5ero tienes la sensación de que ya las viste antes —Lancelot asintió—. 'lgo que era mejor no despertar. 6 que yo. :e mala gana. Sacudió la cabeza y "runció el ceño. haciendo un verdadero es"uerzo para que su voz tuviera un tinte apenado y 3inebra no notara su verdadero alivio. 0gual que t(. $Son las mismas runas de la espada& —6 del escudo —añadió 3inebra con un asentimiento de la cabeza —.. Suspiró pro"undamente una vez m)s. incluso1 pero tambi n se la podr#a considerar suave de un modo que no sabia describir con palabras.o s lo que signi"ican. un instante despu s. segu#a "ija en los brillantes cristales del centro del agua —.o le cre#a.alagon la abriste. —5ero en . .Lancelot se encogió de hombros. con las rodillas dobladas hacia el cuerpo. lo supo —. echó la cabeza hacia atr)s para observar las runas de la parte alta. se dio la vuelta y se dejó caer sentada en el suelo. 5ero no eran ni el momento ni el lugar adecuado para las carantoñas. . 0gual que ten#a la absoluta convicción de que en aquella cueva estaban a salvo y ning(n peligro del mundo podr#a cernirse sobre ellos. —!n un lago —murmuró 3inebra. —5robablemente —dijo Lancelot—. breve pero glacial. estaba seguro de que en las dem)s salas y pasillos los acechaba algo peligroso. 3inebra apartó la vista de las runas labradas en la puerta y le miró. sin embargo.. +iene que signi"icar algo. La melena mojada se le vino al rostro. !ra absurdo pensar que tras aquella puerta les acechaba algo peligroso y. La espada. pero iba a ahorrarse el comentario. —!ra distinta —aseguró Lancelot. un momento despu s dijo—. 9u l)stima que no sepamos lo que signi"ican. Lancelot se sent#a secretamente contento. pero s# con impaciencia. no estaba tan "r#a como su aspecto daba a entender y tampoco ten#a la te/tura del hierro. volvió la cabeza y vio que se hab#a apro/imado un poco y ahora estaba tan sólo a un palmo de l. s#1 quiz) indestructible. —:e alg(n modo me resultan conocidas —murmuró—. 5ero. aqu l era el m todo m)s elegante de no verse obligado a cumplir el deseo de 3inebra de atravesar el umbral. a m)s distancia de la precisa— y apoyó hombros y nuca en la puerta. Se la apartó hacia atr)s y la gracia que imprimió a ese movimiento "ue m)s de lo que Lancelot pudo soportar. !ra dura. Lancelot tambi n se sentó —conscientemente. sin embargo. 6 ahora. +( y yo. . un tono que indicaba amargura y resignación y que l nunca le hab#a o#do. . Somos elbos. 5ero no pasó mucho tiempo hasta que comprend# que se trataba sólo de cuentos y que todas aquellas criaturas no e/ist#an realmente. Lancelot se encogió de hombros y respondió—9uiz).organa. —.—79u es lo que sabemos8 —preguntó 3inebra. en realidad. trolls y unicornios. 3inebra sacudió la cabeza con decisión. igual que 'rturo y otros muchos. —76 qu di"erencia hay8 —preguntó Lancelot. —7' qu te re"ieres8 'ntes de responder. acariciando la "ina cicatriz que ten#a en la parte superior. . . . 5ero los elbos que se hab#an presentado ante l sin tapujos eran m)s demonios que )ngeles protectores. —+iene que haber una di"erencia —repitió 3inebra—. :ebemos regresar —dijo. hadas. Lancelot. —La mayor#a de las cosas ocurren sin ning(n motivo aparente —rebatió Lancelot. sin embargo. tengo que acostumbrarme a la idea de que yo soy precisamente uno de esos seres "abulosos — se rió en voz baja—.an . 5ero no me siento as#.g se ocupaba de ellos. . —*uando todav#a era una niña. acerc)ndose un poco m)s para que su hombro rozara el de Lancelot. tambi n .o eran pensamientos acordes con aquel sitio —. —!s as# —aseguró—. —+al vez no haya ninguna di"erencia —re"le/ionó Lancelot. tan semejante a la de Lancelot y a la de 'rturo.o quer#a seguir d)ndole vueltas a aquello. 5ero 7no ser#a que l no quer#a reconocer la di"erencia8 3inebra ten#a razón. como les ocurre a todos los niños.erl#n. .unca hab#a querido y all# y en aquel momento lo quer#a mucho menos. Lo hizo con un gesto que pretend#a ser casual. !n sus leyendas y mitos los humanos a"irmaban que la raza m)gica de la +ir .. +iene que haber un moti#o.ella y l ten#an tan poco que ver con la raza de los humanos como 'rturo. Lancelot nunca hab#a visto unos guerreros m)s despiadados para con sus enemigos como los elbos oscuros de . pero Lancelot sólo percibió en ellas un vago rastro de tristeza1 y tal vez sólo porque lo esperaba —. y cuando lo hizo su voz ten#a un matiz especial. velaba por su bienestar y. nacimos al otro lado.i siquiera sabemos qui nes somos —en otro momento y en otro lugar aquellas palabras habr#an sonado amargas.o somos humanos.e gustaba escucharlas.. probablemente. 6 otros muchos con los que se hab#a cruzado sin descubrir su secreto. Lancelot. 4l sintió un estremecimiento. pero que.organa.ordred y. no lo era para nada. . 5asó un rato antes de que 3inebra respondiera. .o somos de este mundo. me contaron muchas historias sobre elbos. ella se tocó la oreja con las puntas de los dedos. organa. luego se dejó caer hacia un lado sobre el hombro de Lancelot.g. 6 lo que hab#a visto all# era hermoso. *uando se preocupa. +( viste la +ir . 6 si no regresamos pronto. *reo que este lugar es demasiado bonito para dejar en l cosas a medias. —0gual que t( —replicó Lancelot. . —*laro que s#. —5ero ya estuviste una vez —dijo 3inebra. sobre todo. . 5odr#a quedarme aqu# para siempre. 3inebra movió la cabeza de derecha a izquierda en rgicamente. +al vez haya una manera de abrir esta puerta. 6a conoces a ese tozudo irland s. pero tambi n indescriptiblemente aterrador. pero 7pertenec#an realmente all#8 —>ay)monos —propuso en lugar de contestar a su pregunta —.o conoc#a la respuesta a aquella pregunta. !s un sitio precioso. se estar)n preguntando dónde debemos estar. Lancelot encogió los hombros. 'rriba. añadió-— Si lo quieres de veras. —'quello era distinto —aseguró—. pero todav#a no. —Lo haremos —dijo—. Sean comenzar) a preocuparse —se rió muy bajo—. sino que se inclinó sobre l y rodeó su cuello con los brazos. 2abr#a sido absolutamente innecesaria. 3inebra asintió y se incorporó ligeramente.o va a parar de gritar a tus pobres criados hasta que consiga que rastreen todo +intagel para buscarnos en cada rincón. 7no8 !s un sitio precioso. 5ero de momento no podemos quedarnos aqu#. >olveremos otro d#a para e/aminarlo con m)s detenimiento. de tal manera que su cabello mojado golpeó la cara de Lancelot como si le hubiese dado una bo"etada en broma. . en +intagel. 3inebra pod#a tener razón en eso de que proven#an de la 0sla de los 0nmortales. —9uiz) tengas razón. +enemos un camino muy largo por delante. 'pretó las piernas contra el pecho y las rodeó con sus brazos. —7+( no8 —3inebra le miró sorprendida. —7*osas a medias8 —Lancelot parpadeó—. se vuelve a(n m)s insoportable que de costumbre. 3inebra suspiró. distinto. 79u quieres decir8 3inebra soltó una carcajada. 6. pero no se levantó del todo. 5ero yo tambi n. !staba prisionera en el calabozo de . 'pro/imó su rostro y luego selló sus labios con un beso que le impidió hacer una nueva pregunta.—76a8 —3inebra puso cara de pena. —Llevamos mucho tiempo "uera —le recordó Lancelot—. Su pelo mojado le hizo cosquillas en la mejilla —.an . —+ras un titubeo y un poco m)s bajo. 3inebra. se dio la vuelta. y el hielo y la nieve que se hab#an quedado prendidos de los marcos de las ventanas y las grietas. con la espalda pegada a la roca y tanteando el terreno para encontrar un apoyo seguro antes de dar el siguiente paso. 79ui n puede haber cerrado la puerta tras nosotros8 —. ten#a el "r#o metido hasta la m dula y se encontraba tan en"adado que tuvo que dominarse para no descargar su ira en 3inebra1 pero la rabia no val#a para nada. 'll# les aguardaba una sorpresa desagradable. La puerta estaba cerrada. Lancelot retrocedió un paso. —.i idea —gruñó Lancelot rabioso y dio una patada al portillo.erl#n y a la orilla del lago del que Lancelot cre#a. no les quedaba otra que seguir el sendero y rodear +intagel por completo. 6a se enterar#a l de qui n hab#a atrancado la puerta. pero se puso en camino. !l malhumor de Lancelot se intensi"icó m)s todav#a al darse cuenta de que a(n les quedaba una buena subida entre rocas heladas y ventisqueros y. !n alg(n lugar de las almenas creyó ver la sombra de un hombre.tal como estaban las cosas. y Lancelot la siguió tras echar una (ltima mirada de ira a la puerta.o lo entiendo —comentó 3inebra—. oblig)ndoles a darse aquel paseo que no ten#a nada de atractivo.*3 *uando abandonaron la cueva.. ' pesar de ello —y aunque. pues no se mov#a por m)s que la empujara con todas sus "uerzas. pero sólo consiguió machacarse los dedos. !l sol hab#a llegado "inalmente a su c nit e incluso puede que lo hubiese traspasado cuando divisaron la puerta principal de +intagel. echó la cabeza hacia atr)s y e/aminó el muro del castillo que parec#a llegar hasta el cielo. se ahorró el trabajo de gritar para pedir au/ilio. una caminata de un cuarto de milla por lo menos para superar la "uerte pendiente hasta el portal de entrada. Luego. Sólo vio piedras grises. !staba cansado.. ya que el sol estaba casi en su c nit cuando llegaron a pocos pasos del portillo por el que acceder a +intagel. se mov#an con gran precaución. no dijo nada. despu s. $!l tipo ya se pod#a ir preparando& . +ardaron mucho m)s en hacer el trayecto hacia arriba que hacia abajo y tambi n debieron de estar m)s tiempo en la cueva de . tanto Lancelot como 3inebra ten#an constancia de la presencia de un poder invisible y protector—. 'batido y en"adado por igual. ya no trataba de arrancarlos de la escarpada cornisa por la que volvieron a subir para llegar al castillo. que parec#a leer sus pensamientos. pero siguió sin hacerse notar. el cielo estaba considerablemente m)s claro y no hac#a ni mucho menos el "r#o anterior. aunque siguiera soplando g lido desde el mar. !l viento tambi n hab#a perdido "uerza y. 5or m)s que el viento se hab#a tomado un respiro con el "in de reunir "uerzas para la pró/ima r)"aga y hab#a un silencio casi absoluto. m)s rabioso a(n. y escudriñó el camino que rodeaba la "ortaleza. !l trozo de madera que Lancelot hab#a puesto entre el marco y la hoja hab#a desaparecido y alguien deb#a de haberla atrancado desde dentro. —7' qu viene esto8 Lancelot sólo pudo encogerse de hombros.3inebra gimió. pero no le pasó inadvertido el su"rimiento de la joven a causa del "r#o y del es"uerzo. +odos se quedaron petri"icados mir)ndolos con perplejidad y sin comprender absolutamente nada. impidió que 0ven replicara. !l hombre de pelo canoso se quedó a cinco pasos de ellos. despu s. y corrieron hacia ellos sin parar de gesticular y dando muestras de gran agitación. .. . pensó Lancelot. lo que habr#a sido peor.o me hab is o#do8 —preguntó Lancelot. *uando ya llevaban medio camino andado. %ara vez hab#a visto Lancelot una e/presión de tanta incomprensión en los ojos de una persona como ahora en los suyos. no conoc#a a la mitad de ellos—. —7. —Si estuviera en tu pellejo yo tampoco lo entender#a. algo levantado. hab is regresado& 3inebra iba a responder. Sin embargo.ylady& —dijo con voz temblorosa—. para que 3inebra no se quedara atr)s o. 6 habr#amos llegado antes si alguien no nos hubiera cerrado la puerta. y continuó con voz m)s alta y en un tono m)s severo —. pero Lancelot se le adelantó. sospechó. atónito y aliviado a la vez. guiados por el anciano 0ven. *on un gesto autoritario de la mano. $2ab is. 9ue alguien vaya dentro y le prepare un baño caliente. omitió cualquier comentario y se apro/imó a ella con paso r)pido. !ran un puñado de hombres y mujeres de +intagel —curiosamente. un grito de sorpresa sonó tras las almenas. —*laro que hemos regresado. . —7Señor8 . —$.. le miró durante un momento y. Unos segundos despu s. Lancelot la siguió en silencio. no se e/tenuara m)s tratando de mantenerse a su altura. Se estaba enojando de veras. 3inebra "runció el ceño. Lancelot levantó la cabeza y vio que una "igura sal#a corriendo y abandonada su puesto de vig#a. se oyeron varias llamadas de aviso dentro del castillo y no hab#an adelantado ni cinco pasos m)s cuando media docena de siluetas aparecieron por debajo del rastrillo. Unos segundos m)s tarde el comit de bienvenida estaba "rente a ellos. pero en esa ocasión evitó quejarse por tener que trepar entre las a"iladas rocas y comenzó la subida hacia la puerta.ada bueno. clavó los ojos en 3inebra. 79ui n ha sido el necio8 0ven apartó con cierta di"icultad la mirada de 3inebra. —:ijo Lancelot con antipat#a. y la imagen acrecentó m)s su ira.. 5ero eso ya lo aclararemos despu s.o entiendo. Le resultó di"#cil no agarrar a 0ven por el cuello y sacudirlo hasta hacerle comprender a aquel viejo necio lo que quer#a de l.adie reaccionó.. Lady 3inebra est) casi congelada y e/hausta de la larga e innecesaria caminata. pero se guardó mucho de e/presar ese pensamiento en voz alta y aceleró ligeramente el paso1 no demasiado. 'lgo deb#a de haber pasado en el castillo durante su ausencia. aquella sensación e/traña tomó m)s "uerza en Lancelot. 2ay algo que no va bien —murmuró 3inebra. !chó un vistazo r)pido a 5atricB. y no sólo eso. aunque sin llegar a correr. que hab#a imprimido un buen ritmo a sus cansados pies. —6o. que aquella mañana les llegaba pr)cticamente a los tobillos. —79u sucede8 —preguntó Lancelot alarmado. Sal#a humo de casi todas las chimeneas y oyeron los golpes de un martillo. mientras le espetaba casi a voz en grito- . 79u demonios estaba ocurriendo all#8 Siguieron en pos de 0ven.. y en su "rente se dibujó tambi n una arruga de preocupación. se hab#a derretido casi por completo. *uando ya iban camino de las salas comunes. 'hora sabía que hab#a muchas m)s personas en +intagel que la noche anterior. Una vez que traspasaron la puerta y entraron en el patio. 3inebra le echó una mirada irritada. !ncogió los hombros. taladr)ndolo con una mirada de enojo. !l gigante irland s ya no llevaba sus toscas ropas bajo un manto de piel de oso. apretando el paso. pero observó a Sean con todo detenimiento. *uando estaban apro/im)ndose a la puerta. luc#a el escudo de +intagel. se giraron con rapidez y volvieron precipitadamente al lugar del que ven#an. Las huellas del declive y los años de abandono no se hab#an desvanecido por completo. muchos m)s de los que en realidad deber#an estar all#. luego su rostro se ensombreció y salió en dirección hacia ellos.. habr#a jurado que la mayor parte de los daños en murallas y almenas hab#an desaparecido. y el viejo criado y la mujer los acompañaron a ellos al castillo. si no hubiera tenido claro que en una noche y medio d#a era imposible arreglar los destrozos. qu e/traño —murmuró 3inebra. Lancelot la observó interrogante y. —6a pensaremos en ello m)s tarde —dijo—. ' Lancelot le suced#a lo mismo. estoy hambriento.Su tono airado tuvo /ito. luego... Sus aspectos tambi n llamaron la atención de Lancelot. 3inebra se quedó quieta y dio un grito de sorpresa. +odos. 3inebra ten#a razón. ' trav s del pasadizo abovedado sólo pod#an ver un "ragmento del patio de armas. de pronto. +engo "r#o y t( seguro que tambi n.. 2ab#a algo que no iba bien. pero Sean se le adelantó.. salvo 0ven y una mujer morena que pertenec#a al grupo de los que Lancelot no lograba recordar. La nieve. pero se di"erenciaba tanto del +intagel que hab#an abandonado unas horas antes que resultaba incre#ble. Sobre la capa. Lancelot se dispon#a a repetir su pregunta en voz alta. pero no dijo nada en contra. se abrió una puerta y aparecieron Sean y su hermano 5atricB. relinchos de caballos. se oyó el gruñido de una cadena o/idada y el rastrillo comenzó a elevarse despacio. —9u . el ruido de una sierra.ada bien. 'dem)s. pero apenas se percib#an y. *aminaron unos pasos m)s y. —79u signi"ica esta mascarada8 —murmuró Lancelot.el uni"orme y la armadura de un caballero. sino atav#os de cuero negro y metal pulido. que colgaba libre sobre el hombro izquierdo. 6 su voz sonó m)s intranquila que sorprendida. . siguió el curso de su mirada. !l recinto bull#a de actividad1 hab#a una gran cantidad de hombres. Sean se paró s(bitamente al ver a 3inebra y Lancelot. ylady.cho semanas8 —se aseguró. ..i en 0rlanda se le llama a eso dar una #uelta.. —7:e viaje8 —Lancelot se rió despacio—. 79u ocurre aqu#8 —9ue 7qu ocurre8 —graznó Sean y su mirada pasó de 3inebra a Lancelot intermitentemente. —Una vuelta —Sean pronunció esas palabras de una manera especial1 casi como si tuviera que pensar su verdadero signi"icado —. sicario —le respondió con severidad en un tono claramente hiriente—.Lady 3inebra y yo hemos dado un paseo por la playa. !st)bamos muy preocupados. . debo saber cu)ndo part#s de viaje. mi trabajo consiste en velar por vuestra seguridad. . Lancelot la hizo callar con un gesto apresurado. 'unque "uera imposible. 9uiz) no me corresponda preguntar adonde vais y por qu y por cu)nto tiempo.. con verdadero en"ado—. 7. 5ero eso no puede. que. —2emos ido a dar una vuelta.o pens)bamos tardar tanto.o era una broma. .... 5ero si soy el responsable de vuestra seguridad. —7. pero yo no llamar#a a vuestra ausencia una #uelta.. —se interrumpió. —. Se sent#a desconcertado. . —. pero alguien ha sido tan amable que nos ha atrancado la puerta. y a l. —7*ómo dices8 —. Lancelot.ylady.—7:ónde os hab#ais metido8 La ira se adueñó de Lancelot. Sean y su hermano estaban diciendo la verdad. —!sto es una broma —dijo Lancelot—. —Se dirigió de nuevo a Lancelot y tanto la e/presión de sus ojos como el timbre de su voz cambiaron radicalmente—. ser —tartamudeó 3inebra. aunque a ella la contemplaba con perplejidad y asombro.o podr#a ser que te estuvieras tomando tu trabajo demasiado en serio. Sean se lo quedó mirando y por "in preguntó—79u 8 —Sean 7a qu viene todo esto8 —quiso saber 3inebra haciendo un gesto de e/trañeza—...cho semanas y tres d#as para ser e/actos —dijo Sean—. :isculpad si os llevo la contraria. perdonad. y habr#a esperado cualquier cosa de Sean menos ese tono. —5ero. no correspond#a a su rango. Sólo hemos. 5ero si tanto lo quieres saber. 'hora "ue Lancelot el que se quedó mirando a su interlocutor absolutamente desconcertado.. sólo. Sólo hemos. adem)s. !staba bien claro lo que le#a en los ojos de los dos irlandeses y era lo mismo que hab#a visto "uera en las caras de 0ven y de los otros criados... casi de s(plica —.o creo que te importe. dirigi ndole a Lancelot una mirada de ayuda.. .. irland s8 'l "in y al cabo. pero... con"uso y muy en"adado. hab is desaparecido algo m)s de dos meses —acabó la "rase 5atricB. . —6a os contar todo despu s —le prometió Lancelot—.— . . —2ar que lo dispongan todo —dijo Sean con "rialdad—.o ten#amos ni idea de que hab#amos estado "uera tanto tiempo. sent#a que Sean hab#a dicho la verdad. La e/presión de sus ojos ya era su"iciente reproche.. !l invierno ya estaba casi superado y se entregaba a un in(til escarceo con la primavera.. Sean —dijo un rato despu s—. —sacudió la cabeza y dirigió a 3inebra una mirada casi de con"abulación.o todas van a gustarte. +endr#amos que hab rtelo dicho. 2an sucedido muchas cosas mientras estabais "uera. sin embargo. como mucho medio d#a. antes de continuar. 2ab#an estado "uera pocas horas. 5or un momento creyó que todo daba vueltas a su alrededor y una sensación de irrealidad se adueñó de l. que hab#a parado1 el hielo y la nieve. Lo siento. todo ten#a un sentido. La parte lógica de su entendimiento segu#a neg)ndose a dar cr dito a las palabras de Sean. que se hab#an derretido1 el mar. :e pronto. ropa limpia y una comida en condiciones. 6. !l viento. que volv#a a estar tranquilo.. 5ero 3inebra y yo. —+al vez tengas razón. Lady 3inebra est) cansada del viaje. !ra del todo imposible. Lancelot suspiró con "uerza.—6 tres d#as —recordó Sean de malhumor—. Sean se mantuvo callado.. 2an pasado muchas cosas en ese tiempo. +enemos que hablar. 5ero primero necesitamos un baño caliente. 5ero te ruego que no tardes mucho. 'qu l era un castillo vivo.o tendr#a que haber dejado pasar tanto tiempo sin mirarla. Segu#a sintiendo "r#o. pero comprendió que ella no sólo se sent#a tan desconcertada como l. Se la ve#a totalmente relajada y agotada. Lancelot ten#a un mal presentimiento con respecto a lo que Sean quer#a contarle con tanta urgencia. bullicioso. evitó ir hacia la cama y tumbarse sobre ella. en su mayor parte reconstruidas. con ese lugar m)gico al que hab#an ido a parar en tan e/trañas circunstancias.erl#n. —!ntonces. y tampoco con el de despu s. que no hab#a dicho ni una palabra en todo el trayecto hasta arriba. cerrando la puerta tras de s#. pero emitió un suspiro de alivio.*+ 0ven y sus criados hab#an sido los art#"ices de un pequeño milagro. e/ist#a el peligro de que se durmiera en el agua y acabara ahog)ndose—. se notaba tan cansado como si hubiera corrido durante dos meses a trav s del hielo y de la nieve. :e pronto. :ecir que la "ortaleza se hab#a trans"ormado habr#a sido un eu"emismo e/traordinario. 5ero no sacaba m)s conclusiones "uera de sa. 7es verdad8 —Lancelot se giró hacia 3inebra y observó con ligera inquietud que se hab#a sumergido tanto en el agua caliente que sta le llegaba a la barbilla. sino. docenas de personas iban y ven#an presurosas y detr)s de las almenas. !stuvo a punto de meterse con ella en el agua caliente. Sin embargo. se dirigió a la ventana y contempló el patio. hab#a soldados armados que oteaban los alrededores. siguió callada. sino que en el centro estaba dispuesta una tina con agua caliente y una doncella hab#a preparado toallas y ropa limpia. 72emos estado tanto tiempo "uera8 . no sólo ard#a en la chimenea un magn#"ico "uego que hab#a caldeado ya la habitación. !staba muy lejos de entender qu era lo que hab#a sucedido. pero luego optó por darse la vuelta y apro/imarse a la chimenea para calentarse al calor del "uego. !/hausta como estaba. pero no de una manera tan horrorosa como antes. medio helada. 5or mucho que lo peor del invierno hubiera pasado ya. las temperaturas segu#an claramente por debajo del punto de congelación y ambos llevaban a sus espaldas una marcha de m)s de una hora bajo un "r#o de muerte. 5or todas partes se ve#a a gente trabajando. 5ero vio tambi n cosas que no le gustaron. porque cuando ambos entraron en la c)mara privada de 3inebra. !ra evidente que ten#a algo que ver con la cueva de . . porque sospechaba que se dormir#a en el acto. se quitó la ropa y se metió en el agua caliente aun antes de que la criada hubiese abandonado la estancia. lleno de personas y actividad. !n su lugar. adem)s. 3inebra. !ran de las que se sol#an utilizar para tirar desde las almenas de un castillo sitiado aceite hirviendo o alquitr)n sobre los atacantes. :e pronto. 5asó bastante hasta que el calor del "uego logró mitigar la "rialdad de sus miembros ateridos. 'quel lugar no ten#a nada que ver con el +intagel al que hab#an llegado 3inebra y l unas semanas antes. 5or lo menos en dos zonas las almenas estaban chamuscadas y alguien —probablemente Sean— hab#a mandado poner un montón de grandes ollas de hierro "undido sobre los adarves. Lancelot estaba algo sorprendido. 3inebra a"irmó con la cabeza. se puso serio —. por otro lado estaba ardiendo en deseos de hablar con el irland s. se incorporó un poco. 3inebra. —6o tambi n. —+al vez el tiempo corra de otro modo en la 0sla de los 0nmortales. ella continuó-— *uando estuviste aquella vez en la +ir .g. —5or m# —respondió—. en voz mucho m)s baja. 79u ten#a.. —76 si le cont)ramos la verdad8 —propuso 3inebra. —6o con"#o en Sean —dijo 3inebra. pero sólo necesitó un instante para cambiar de opinión. para s# mismo. tanto en el camino de ida como en el de vuelta. —5ero 7una hora all#. 5uede que tambi n proteja la cueva para que no se interne en ella quien no pertenezca a ese lugar. . . 3inebra. *uando Lancelot le puso la toalla como un manto sobre los hombros. 7tambi n pasó en este mundo tanto tiempo8 Lancelot sacudió la cabeza sin haber pensado demasiado en la pregunta. Lancelot echó una mirada de soslayo a la tina. 5ero si "uera as#. . Lancelot estuvo a un paso de la risa.. —!ntonces tendremos que inventarnos una historia plausible. y corrió hacia la chimenea. la di"erencia no habr#a sido tanta. Su mirada buscó alrededor y Lancelot se separó r)pidamente de la ventana y cogió una de las delicadas toallas que estaban sobre la cama. 5ero no "ue as# —se envolvió m)s con la toalla.erl#n deb#a de tener un buen motivo para no compartirlo con nadie. Le tentaba la idea del agua caliente.— ' pesar de que yo mismo no sepa cu)l. —!s un lugar m)gico —Lancelot se encogió de hombros —. !l secreto de esa caverna tiene que ser preservado.Lancelot asintió. Sean deb#a de estar aguard)ndole impaciente y. de repente. 'lgo que nos protegió. pues de pronto sent#a "r#o a pesar de acabar de salir del agua caliente. añadió.. entendiendo lo que pretend#a decirle con ese gesto. l no la —5ero 7cómo puede ser8 —murmuró 3inebra soñolienta—. —6 aqu# tendr#an que haber transcurrido años si hubiera pasado lo mismo que ahora. ah# abajo hay algo. —%eplicó Lancelot y. :ecidió quitarse la capa y la t(nica y ponerse las ropas limpias —y mucho m)s abrigadas— que le hab#a preparado 0ven. !stuve all# varios d#as. para alivio de Lancelot.o s decirte nada m)s. !s mejor que no le digamos dónde estuvimos.. y salió de mala gana de la tina. 5ero no se trata de eso. —Sean nos preguntar) dónde hemos estado —dijo 3inebra acerc)ndose a la cama para cambiarse tambi n. y dos meses aqu#8 —3inebra movió la cabeza y.an . Sólo hemos estado una hora all# abajo. 5rescindiendo de ello. 3inebra suspiró decepcionada. pod#a responder8 Si esperaba una e/plicación. aunque Lancelot temiese aquello de lo que iba a ser in"ormado. 'unque me temo que ser#a lo que menos creer#a — sacudió la cabeza con decisión y. 'l contrario. los dos irlandeses obedecieron sin ninguna queja. Sin embargo. pero se mantuvo en silencio. *omo esperaba. —Sean nos aguarda. ambos se levantaron de un salto y "ueron a su encuentro. +al vez. Sin decir nada. se quitó la capa y sacó la que hab#a llevado el primer d#a de su estancia all#. 76 a los otros8 —6a pensar algo —replicó Lancelot casi de malhumor—. 3inebra lo observó con el ceño "runcido y una e/presión de pro"unda consternación en los ojos. aunque Sean e/aminó las ropas reales de Lancelot con desaprobación evidente. +uvo unas palabras de disculpa en la punta de la lengua. "ue l el que volvió sobre sus pasos y se dirigió al arcón que estaba apoyado en la pared "rente a la cama. :eb#an intuir la importancia de los temas que iban a tratar. $6. 'partó el pensamiento de su cerebro y alcanzó a 3inebra. haciendo un gesto para invitarla a salir. pero se quedó callado. "rente a la mesa. . que pertenec#a al rey Uther. se abrió la puerta. 5ara su propio asombro. Lancelot tuvo que volver a hacer un es"uerzo considerable para no sucumbir a su ira. +engo la sensación de que tiene mucho que contarnos. uno de los criados hab#a estado espi)ndolos desde el pasillo y ese pensamiento le llenó de coraje cuando no deb#a pasar de un mero en"ado. e 0ven y otros dos sirvientes trajeron la comida que Lancelot hab#a encargado previamente. !n cuanto lo hicieron. 79u demonios ocurr#a con l8 %eaccionaba de una manera mucho m)s huraña de lo debido. ven de una vez& !nseguida lamentó el tono hosco. ahora. lujosamente recamada. como si alguien se alejara con gran premura. señor de +intagel. Sin embargo. pues se dieron prisa en dejar las cosas sobre la mesa y preparar todo con m)s buena voluntad que esmero. —76 qu vamos a decirle8 —preguntó 3inebra—.—!ntonces pertenecemos8 7lo haremos8 —preguntó 3inebra—. pero Lancelot les indicó con un gesto desabrido que se sentaran de nuevo. 5ero cuando ella le adelantó para abrir la puerta. !speró en silencio hasta que 3inebra se hubo vestido1 luego se dirigió a la puerta. levantó la pesada tapa. Sean y 5atricB estaban sentados abajo. sobre todo cuando vio que 3inebra daba un respingo y le miraba con reproche. 70remos a donde Lancelot no contestó a eso. —5or "in est)is de vuelta —comenzó Sean una vez que estuvieron solos y tras intercambiar una mirada r)pida pero muy elocuente con su hermano —. en la sala de la chimenea. Lancelot oyó pasos apresurados y un crujido de telas. abrió la puerta y salió al corredor.aquella elegante prenda. 5uedo preguntar 7dónde hab is pasado todo este tiempo8 76 por qu 8 —!n un lugar al que vosotros no podr#ais habernos acompañado —respondió Lancelot. 6 que es importante. de pronto se sent#a todav#a m)s impaciente y tuvo que dominarse para no increpar a 3inebra. se ahorró cualquier comentario y esperó con impaciencia a que 3inebra y su acompañante tomaran asiento. *uando Lancelot y 3inebra bajaron por las escaleras. 79u pretend#as.. Las personas viv#an temerosas y sin esperanza. —+al vez. . 5ero sólo casi. m)s tarde —contestó Lancelot—. 5ero estaba seguro de que os hab#ais despeñado y estrellado contra las rocas. —75or qu 8 —preguntó 3inebra asustada. y pasó un d#a entero hasta que descubrimos la puerta abierta y vuestras huellas en la nieve —sacudió la cabeza—. decidió que regresar#a m)s tarde sobre el tema. 3inebra iba a responder. —*uando nos dimos cuenta de que ni Lady 3inebra ni t( estabais en vuestro aposento..'quella no era la respuesta que Sean deseaba escuchar. —75or qu . 'pretó los labios. Sin embargo. —' lo dicho. y con la seguridad de que la guerra llegar#a hasta aqu# y les quitar#a tambi n lo poco que les hab#a quedado para subsistir. —! imagino que tampoco est)is dispuestos a comunicarnos qu hab is hecho all# —añadió sarc)stico. 's# que 5atricB y yo decidimos inventarnos una historia que e/plicara vuestra desaparición. 5ero tal vez hab#a llegado la hora de hacerle comprender qui. Sean asintió. pero no era momento de peleas. 'hora. la "ortaleza estaba abandonada y vac#a. en"adado. y a continuación trans"ormó el movimiento en una mera sacudida de hombros. >os les disteis esperanza1 una meta por la que val#a la pena vivir y luchar. Sean era probablemente uno de los hombres m)s dignos de con"ianza que conoc#a y su colaboración siempre hab#a sido de un valor inestimable.est)bamos casi seguros de que ya no os hallabais con vida — continuó Sean—.o hab is visto lo que ha supuesto vuestro regreso para +intagel8 *uando llegamos aqu#. . 2ab is hecho muchas cosas mientras est)bamos "uera. .. a la gente de aqu#. 76 vos me lo pregunt)is8 7. 7Les #bamos a quitar todo eso8 79u habr#a debido responder si me hubieran preguntado dónde os hallabais8 75or qu los hab#ais abandonado8 3inebra bajó la mirada y dijo muy a"ectada- .ylady —respondió Sean—.iró a 3inebra como si esperara de ella una respuesta a las preguntas que Lancelot se negaba a contestar. de lo que ya lo estaban. 0ven y los dem)s buscaron incluso en las piedras.o se lo dije a nadie para no asustar m)s.ylady8 —repitió Sean en un tono de sincera perplejidad —. . —S# —dijo Sean con aspereza—. —5orque vuestras huellas y las de Lancelot llegaban hasta los acantilados y all# se perd#an. y luego se limitó a hacer un nuevo movimiento con los hombros y se volvió hacia Lancelot para continuar hablando.. rastreamos todo +intagel —comenzó—. no "ue as#. e/pl#came. —75or qu 8 —preguntó 3inebra.o ten#a miedo de propiciar un altercado con el irland s. pero Lancelot se le adelantó—*omo ves. 6a lo veo —sus ojos adquirieron un brillo belicoso y Lancelot logró dominarse en el (ltimo instante para no darle la respuesta que se merec#a. 6o mismo baj hasta la costa para buscaros.n era el señor de +intagel. . Lancelot8 !staba casi convencido de que hab#ais muerto. ada de caballeros instruidos en el arte de la guerra. 5or "in.o l mismo —le cortó Sean la palabra—. *omo si no lo supiera. !st) claro que nos in"ravaloraron.. —72ubo.. —Su cara se ensombreció y añadió en tono algo m)s bajo-— Si nos queda tiempo su"iciente. mandó a un emisario para hacernos llegar un ultim)tum. 3inebra levantó la mirada de golpe. :eb#an de creerse que tendr#an que v rselas con una ruina que media docena de viejos criados proteg#an del derrumbe de"initivo. y en cuanto llegue la primavera.. Sean asintió. —!ra un ej rcito de mercenarios —corrigió 5atricB—. 'sustada. tal vez cien.o.—5ero ahora han venido todav#a m)s personas a +intagel. regresar)n los comerciantes y los pescadores. La primera vez "ueron pocos1 un grupo de cinco. —76 qu demanda8 —preguntó Lancelot. Sus caballeros. . cuando no se lo o"recimos. 5ero muchos heridos. —7:e los nuestros8 —Sean movió negativamente la cabeza—. 6 tuvimos suerte. Una tercera vez no ocurrir). 6a les dejamos claro que no era as#. Un ej rcito1 ochenta hombres. —2ace una semana —añadió su hermano—. 3inebra susurró—7'rturo8 5ero. —5ero regresaron —e/plicó 5atricB. —. !/iste el plan de reconstruir el puerto y activar el comercio.os han atacado en dos ocasiones —le in"ormó Sean. 5or un breve espacio de tiempo se hizo un silencio incómodo. 6a somos m)s de trescientos. —7'tacado8 79ui n8 —'rturo —respondió Sean. pero "ue una batalla dura. . —5ero estaban al mando de un caballero que cabalgaba bajo el estandarte de *amelot —dijo Sean con cara de preocupación —. !/igieron paso y.. . muertos8 —preguntó 3inebra horrorizada. —' manadas. —7' qu te re"ieres8 —preguntó Lancelot alarmado. trataron de lograrlo por medio de la "uerza —se rió en voz baja. 7 l. —76 est)s seguro de que eran los caballeros de 'rturo8 —quiso asegurarse Lancelot.. Sean se rió amargamente.8 —. !n ese caso. no habr#amos podido rechazarlos tan ")cilmente. aunque no sonó divertido —. 2emos tenido que negar la entrada a casi todos..o habr#ais podido venir m)s a tiempo. . Una vez que acabó la batalla. Logramos que se replegaran. Sus "acciones estaban tan vac#as como sus ojos. y me temo que 5atricB tiene razón. —. sino tratar de que no siguiera tortur)ndose a s# misma. —79u quieres decir con eso8 —preguntó Lancelot. con la nariz rota si se cree que atacarnos es cosa ")cil —le interrumpió Sean. Lancelot esperó unos instantes en vano y luego se dispuso a contestarle airadamente. !n un primer instante aquellas palabras le en"adaron sobremanera. —5ero yo soy la razón de que haya llegado hasta las puertas de la "ortaleza — replicó 3inebra. .ylady —dijo Sean.. !l amor de 'rturo hacia ti puede ser tan grande como el odio que me tiene.o hab is sido vos quien ha atacado. en invierno y en plena guerra. Luego. —6 eso hab is hecho. la manera en que las pronunció. Sin mi presencia en +intagel. pero Lancelot percibió que sólo con mucho es"uerzo lograba reprimir las l)grimas —. . pero 3inebra se le adelantó. *on vuestra venia. porque no hizo ni dijo nada m)s. 6 (nicamente un est(pido redomado podr#a enviar a un ej rcito por todo un pa#s. . pero en un tono pro"undamente persuasor dijo—Sean tiene razón. incluso consideradas con benevolencia. les he tra#do la ruina —murmuró—. los caballeros. 'rturo acabar).—79u va a ser8 9uiere que os entreguemos. 5areció que 3inebra no o#a sus palabras. sino. *ontra todas sus convicciones.o s mucho del rey 'rturo..ylady. sino el ej rcito de 'rturo. pero eso es una estupidez. 3inebra..ylady —dijo Sean—. regresar)n. pero no es ning(n est(pido. . no dejaban de ser una a"renta para 3inebra. .. Lancelot no supo muy bien a qu atenerse. sa debió de ser respuesta su"iciente. !l rostro de Sean se contrajo en una mueca y. sacudiendo de tal modo la cabeza que su cabello voló de izquierda a derecha —. 6o sólo quer#a. sólo quer#a volver a casa. 5or encima de todo. desde su punto de vista. .o "ueron sus palabras las que a"ectaron a Lancelot y le hicieron mirarla alarmado. —'s# que tambi n hemos tra#do la guerra a este lugar —susurró. !n un primer momento creyó que 3inebra ten#a los ojos "ijos en l.. se dio cuenta de que Sean las hab#a elegido a conciencia. contando hoy.. pero creo que os sobrestim)is. jam)s se habr#a llegado a ese ultim)tum —apretó los puños—. por encima de todo. pero luego comprendió que su mirada vac#a le traspasaba e iba a parar a la nada.. porque. 6 aunque lo "uera. —:isculpad. barones y reyes que luchan a su lado no derramar#an ni una gota de su sangre sólo para saciar su sed de venganza —sacudió la cabeza mientras dirig#a a . 5ero antes de encorajinarse m)s.. 7qu si no8 +odav#a tenemos tres d#as.o quer#a o"ender a 3inebra. . 'unque tal vez supiera en su interior que ella ten#a razón. —!n lugar de eso. La pró/ima vez no ser)n sólo unas cuantas docenas de mercenarios mal adiestrados. pero un hombre tan poderoso e in"luyente no puede ser ning(n est(pido. 6 pensaba que podr#a traerles a las personas de esta región un poco de la paz y el bienestar que hab#an obtenido durante el reinado de Uther. quiere llevarse a Lady 3inebra. para atrapar a una mujer que huyó de l. uestras despensas est)n llenas a pesar del duro invierno que tenemos a nuestras espaldas y ning(n hombre. 9uiz) dentro de medio año. y Lancelot no hizo tampoco amago de disponerse a comer en ese momento. 5or "in. 3inebra se levantó1 se dio la vuelta abatida y contra#da...el ej rcito de 'rturo habr#a llegado hasta aqu# de todas maneras. 5ero 'rturo. pero creedme.7qu posibilidades tenemos8 :urante un breve espacio de tiempo el irland s re"le/ionó intensamente. pero. pero no consiguió llevar el movimiento a t rmino y se dejó caer de nuevo sobre la silla. Se inclinó hacia delante para romper un pedazo de pan. artesanos y campesinos que hemos armado y enviado a las murallas. Sean. —se encogió de hombros. si contamos a todos los criados.o pronunció el pensamiento en voz alta. Sean —respondió Lancelot en tono bajo. respondió—.. o dentro de un año. 6 aunque pudiera. 7Sigues sin querer decirme dónde estuvisteis8 —. como si transportara una pesada carga sobre los hombros. 2asta entonces ninguno de ellos hab#a tocado siquiera el banquete de reyes que 0ven y los criados les hab#an servido. —Se dio la vuelta en la silla y miró escaleras arriba. —Siento de veras que no tuvi semos mejores noticias —dijo Sean una vez que estuvieron solos—. S sincero conmigo. 6 +intagel es realmente la "ortaleza m)s ine/pugnable que he visto en mi vida. Sacudió la cabeza con energ#a al ver el destello en los ojos del irland s —.. 5uedo hacer que este castillo resista por espacio de una eternidad si luchamos contra un enemigo normal. *ornualles posee un gran valor estrat gico. —72abr#an sido mejores las noticias si nos hubi ramos quedado aqu#8 —Seguramente no —aceptó Sean. habría #enido. —'rturo sólo es un hombre de carne y hueso —respondió Lancelot. a pesar de lo hambriento que se encontraba —. me sentir#a optimista. 5asó una eternidad sin que nadie hablara. Lancelot y mi hermano tienen razón. :oscientos.o puedo. Si decide atacar +intagel. dec#an los ojos de 3inebra. Lancelot se rió en voz muy baja y muy amarga. domina toda la costa oeste de Britania del Sur —estuvo de acuerdo 5atricB—. a pesar de ello.Sean una mirada casi conspiradora al observar cómo ste arrugaba la "rente1 era evidente que el irland s no hab#a contado conque justamente Lancelot "uera a acudir en su de"ensa—. ser) (nicamente porque "orma parte de sus planes.o lo s .. Lancelot quer#a ponerse en pie autom)ticamente y seguirla. . no cambiar#a nada.i en lo que ha ocurrido ni en nuestra situación actual. incluso. ning(n niño dudar) en entregar su vida por Lady 3inebra. <Sab is que eso no es cierto=. .. . suspirando. Si no tuvi ramos que v rnoslas con 'rturo y sus caballeros de la +abla %edonda. —9uien domina +intagel. despu s se encogió de hombros y rompió un nuevo pedazo de pan. observando con tristeza cómo ella sub#a por las escaleras con pasos vacilantes. .ylady. Lancelot. +enemos en torno a cien hombres. de alg(n modo todos creyeron o#r sus palabras.asticando y de "orma algo ininteligible. . ninguna mujer e. como si quisiera asegurarse de que 3inebra no estaba en posición de o#r nada1 luego se giró de nuevo hacia su interlocutor —. y m)s si la guerra va tan mal como se dice. 5asasteis mucho tiempo "uera. y se marchó. . . 'rturo no levantar) la espada contra m#. Sean no dijo nada m)s1 sólo arrugó el ceño. cr eme. como tampoco yo la levantar contra l. y ese diminuto roce desencadenó un poder que hizo temblar al mundo en sus cimientos.—7*ómo t(8 —Sean lo observó. Le he prometido a 3inebra que no me la pondr#a nunca m)s.o esperaba otra cosa —respondió Sean—. pensó Lancelot. Una vez.7sab is dónde se encuentra8 72ab is enviado batidores8 —+res —respondió Sean de malhumor—. entonces8 —quiso saber Lancelot "inalmente.. 5ero. <5orque los elbos no matan a los elbos=. 9uiero decir. ser)n muchos m)s.. —$sí que no nos queda m)s que esperar —suspiró Lancelot—. tratando de detenerlo. 7no sangro8 —*laro —contestó Sean—. sólo una (nica vez y por un instante in"initamente corto. en voz alta y con mayor convicción todav#a. 5ero no ha regresado ninguno de ellos. 5or unos segundos. luchas con la "uerza de diez hombres. —. !n su lugar. —6a lo hemos hecho —respondió Sean—. con toda "ranqueza. —76 'rturo y su ej rcito8 —Lancelot pasó la vista de uno a otro. pensó Lancelot con un escalo"r#o. y metió en su boca un nuevo trozo de pan. —7'caso no lo soy8 —preguntó Lancelot duramente—. perdona que te haga una pregunta. 5ero antes rompo mi palabra que permitir que ella acabe en poder de 'rturo. 79u suceder#a si se ve#a obligado a atacar de nuevo a 'rturo8 !l sólo interrogante era tan horrible que evitó pensar incluso en una posible respuesta. inclinando la cabeza. lo que hac#a innecesaria cualquier respuesta. 6 ninguno de sus caballeros est) a mi altura. Sean. y si llevas tu armadura m)gica. —+al vez sea justamente esa armadura la que nos salve —dijo Lancelot—. —7>amos a prepararnos para un asedio. . —!so no ocurrir). 2oy vendr)n veinte o treinta hombres m)s. se vio a s# mismo de nuevo en *amelot. 5ero. pensativo..o ocurrir). entrechocaron la espada de runas y !/calibur. dijo—. con e/presión interrogante—. !so no me gusta. 3alopando junto a 3inebra a lomos del unicornio. atravesó la puerta cuando divisó de pronto a 'rturo "rente a l. contra cinco8 7. y en cuanto la noticia del regreso de Lady 3inebra se propague. Lancelot. contra diez8 <!so podr#a signi"icar el "in del mundo=. 'rturo no pelear) conmigo. 5ero tus heridas sanan tan r)pido como no he visto jam)s en nadie m)s. Si me corto. —75orque te tiene miedo8 —preguntó el irland s en son de burla.79u ocurrir#a si peleases contra un hombre que dispusiera del mismo poder m)gico que t(8 7. sacudió la cabeza con una convicción que no sent#a en absoluto. con !/calibur en las manos. aguardando. l s# podr#a hacer algo. !s mejor estar arriba. Sean se levantó de un salto. no hubiera nada m)s en el mundo que temiera tanto. s#8 —"urioso. ni siquiera cuando cre#a que iba a perderla. @am)s he temido una batalla. con los puños cerrados—. . +al vez. +al vez no "uera del todo cierto. aqu# sentado.—76 crees que a nosotros. *asi pre"erir#a que ya estuvieran aqu#. con la seguridad de que no hay nada que se pueda hacer. luchando. 'unque. meditó Lancelot. esperando. en la muralla. eso s#. que aqu# sentado. 5ero odio estar ocioso. adem)s. pod#a entender a 3inebra y comprend#a por qu lloraba en sueños cada noche y la asaltaban a cada minuto pesadillas y terrores. Lo cierto es que 3inebra hablaba poco —no con l. optaron por apartarse de su camino. +ras su regreso de la cueva de . S#. las provisiones alcanzaban para dos semanas por lo menos. !staba tan "uera de s# que ni siquiera llamó a la puerta1 sólo la empujó y entró . habr#a dicho que los dos irlandeses hab#an preparado +intagel para el asedio de la mejor manera posible. de tal modo que todav#a se mostró m)s malhumorado e irritable que antes. 'un teniendo en cuenta la gran cantidad de personas que se hab#a instalado en el castillo. sino incluso Sean y su hermano. y bastante material de construcción para reparar las murallas una docena de veces si su"r#an desper"ectos.o sólo 0ven y el resto de los criados. *omo si las palabras de Sean lo hubieran conjurado. en ocasiones. pero por las noches cuando se dorm#a en sus brazos. pero los ojos de las personas con los que se cruzaba estaban llenos de miedo. 2ab#a ido hasta all# para darles una nueva esperanza a aquellas personas y guiarles en el camino hacia un "uturo mejor. al que se unió un rencor sin objetivo que se iba haciendo cada vez mayor. 'hora +intagel hab#a regresado por "in a su magni"icencia y tamaño primitivos. pues la sola presencia de 3inebra les hab#a otorgado la energ#a para empezar de nuevo. las personas que all# viv#an miraban el "uturo llenos de con"ianza y "uerza. . a pesar de que Sir Lancelot se dominaba en sus pro/imidades y procuraba que en su presencia no saliera ni una mala palabra de su boca. Si se hubiera sentido en disposición de juzgar el trabajo que hab#an realizado. 6 por mucho que Lancelot no dejara de asegurarle que ella no ten#a la culpa de nada. tras su regreso de la cueva del mago. Lo que les "altaba era valor. 5ero lo que les hab#a llevado era justo lo contrario. no un pozo. que proporcionaban agua realmente "resca. Lancelot se pasaba los d#as recorriendo el castillo para inspeccionar los preparativos que Sean y su hermano hab#an dispuesto. 0ven irrumpió nervioso y casi sin respiración en las habitaciones privadas de 3inebra. +intagel no sólo se hab#a trans"ormado e/teriormente. 5oco antes del ocaso del tercer d#a. tal vez m)s. sino dos. en lo m)s pro"undo de s# mismo sab#a que 3inebra ten#a razón. los dos d#as siguientes transcurrieron para Lancelot en un estado de tormentoso desamparo.erl#n. por el que vivir y por el que soportar cualquier privación que "uera precisa. no pasaba una hora sin que se despertara sobresaltada a causa del miedo que le produc#a una pesadilla.*. les hab#a o"recido un destino por el que trabajar. !ra lo m)s opuesto a la "ortaleza que hab#an encontrado a su llegadaentonces se trataba de una ruina casi abandonada. +em#an el "uturo porque intu#an lo que iba a depararles. sino con nadie —. La misma 3inebra conversaba lo imprescindible con l. en la que anidaban el moho y el "r#o. 2ab#a. Sin embargo. a veces la o#a llorar en voz muy baja y. La mirada de 3inebra se tornó acusadora. un es"uerzo que incluso a un hombre de muchos menos años le habr#a llevado al borde del desmayo.o dijo nada. —$Señor& —tartamudeó—. . 0ven asintió con la cabeza.. ... 79u sucede8 7+e manda Sean8 0ven asintió.. caballeros. —su voz se negó a colaborar. Sin desperdiciar ni una palabra m)s. Un. al hacer con es"uerzo un paso hacia la puerta. se cayó sobre una rodilla y emitió un gemido de dolor apagado.. antes de quedarse parado y mirar intermitentemente a 3inebra y a Lancelot con los ojos "uera de sus órbitas.. +en is que. *omenzó a temblar con m)s "uerza y tuvo que e/tender la mano para apoyarse en el marco de la puerta1 de no ser as#.. —+ampoco tengo por qu dejarle bien a las claras a 'rturo que no pienso usarla. que vest#a a pesar del "uego de la chimenea. —. yo soy mucho m)s r)pido que t(. estuvo a punto de caer de nuevo.. que Lancelot ignoró al igual que el suspiro de alivio del viejo criado. pero el movimiento "ue demasiado para l. 3inebra corrió hacia l. y. dio un traspi . le "altaban las "uerzas para hablar. —$5ero. Lancelot se quitó con un gesto decidido el manto real rojo. Se balanceó como el junco mecido por el viento del proverbio y. —!s lo que quiero —dijo Lancelot con severidad—. 'caban de. Si ntate a la chimenea y descansa. pero de alg(n modo consiguió esbozar una sonrisa cómplice.ejor no. !lla le observó en silencio. .o temas —dijo Lancelot—. —6 Sean te ha enviado para venir a buscarme —sospechó. —7'rturo8 —Un ej rcito —logró articular 0ven con di"icultad—. aparecer por las colinas del este.adie sacar) nada si en el camino hacia abajo te alcanza la batalla. Le resultó di"#cil. —Los. 5ero Lancelot ya hab#a o#do bastante. !llos. 7por qu te la llevas8 —preguntó 3inebra. se habr#a venido abajo.trastabillando. pero cuando se ciñó el cincho y "ue a la chimenea para coger la espada de runas de la moldura. 0ven asintió e iba a darse media vuelta. d jalo —dijo Lancelot mientras se quitaba las calzas —. pero 0ven rehusó su mano tendida y trató de incorporarse. . Sean. Le temblaba todo el cuerpo y ten#a la respiración tan agitada que Lancelot temió seriamente que se desplomara de un momento a otro.. se puso asustada la mano sobre la boca. 'dem)s. :eb#a de haber hecho corriendo todo el trayecto del patio hasta all#. >e y dile que llegar lo antes posible.. señor& —protestó 0ven. y tiró las botas descuidadamente en un rincón—. comenzó a ponerse la armadura. —!ntonces. ej rcito grande.... —.o tengo intención de utilizarla. —+ranquil#zate —Lancelot levantó la mano deprisa —... 3inebra le echó una mirada acusadora.. . Segundos despu s hab#a dejado la escalera atr)s. Lancelot hizo un es"uerzo para apartar la mirada de aquel oscilante monstruo de mil cabezas y e/aminó irritado el rostro del irland s.o me digas que 'rturo ha reunido ese ej rcito (nicamente porque t( le quitaste a su mujer. un escalo"r#o recorrió su espalda al contemplarlo. pero sus ojos permanecieron serios. —7. :e pronto pudo comprender mejor el horror que hab#a le#do en los ojos de 0ven. ve#a a gente corriendo sin orden ni concierto y no hab#a ni un sólo rostro que no estuviera marcado por el miedo y la consternación. 'l "in y al cabo. donde normalmente sólo hab#a dos guardas patrullando. las hordas pictas no estaban "ormadas m)s que por b)rbaros que hab#an prendido "uego a la imponente "ortaleza de *amelot. Sólo en una ocasión hab#a visto una "ormación mayor. a pesar de haber estado preparado para aquella imagen. empleando la "iereza y la violencia m)s que las t)cticas militares. Lancelot divisó la corpulenta "igura de Sean entre ellos. cuando los pictos de . justo cuando Lancelot salió al patio. 'tendiendo a las palabras de 0ven. 0nesperadamente y sin aviso previo. se apiñaban ahora dos. 79u es lo que le hiciste en realidad8 . subió escaleras arriba para ir a su encuentro.irara por donde mirara. —Si no me queda otra que morir. contaba con un gran batallón. cuatro hombres estaban empleando todas sus "uerzas para cerrar la gigantesca puerta de dos hojas y colocar una gruesa tranca. 9u bien que hayas llegado. 6a est)n aqu#. amigo m#o8 —7' qu viene esto8 —preguntó Lancelot. se quedó por espacio de largos segundos junto al irland s. +ras las almenas de la muralla.o era realmente un ej rcito lo que avanzaba por las colinas nevadas del este. —79u 8 Sean sonrió. Sean se puso "urioso. observando petri"icado de horror a los soldados que se acercaban. +intagel bull#a de agitación. +ras una corta b(squeda. . pero estar#an por encima de los mil. Señaló hacia el este con irritación—. sino una mole de color gris negruzco. s#1 pero lo que se apro/imaba hacia ellos deb#a de ser el ej rcito completo de 'rturo. !nvainó la espada y abandonó la estancia a grandes zancadas. Lancelot nunca hab#a sido muy ducho en calcular el n(mero de soldados que integraban las "ormaciones. 2ab#an bajado el rastrillo y. quiero saber por qu —le espetó. que se mov#a como si la noche hubiera irrumpido antes de tiempo y proyectara sus primeras sombras sobre la +ierra. parece estar muy en"adado por ello —comentó Sean.ordred marcharon sobre *amelot. 5or supuesto que Lancelot ya hab#a visto el ej rcito que marchaba hacia ellos y. —Sea lo que sea lo que le hicisteis a 'rturo. incluso.o crees que ha llegado el momento de decirme la verdad. cuatro docenas de soldados armados. *ruzó la sala y salió al patio de armas. tres o. pero la di"erencia le pareció poco notable.Lancelot tampoco le dejó tiempo para que pusiera m)s objeciones. . y la distancia y la poca luz di"icultaban las cosas. 'unque sab#a lo "undamental que era mostrar en aquel momento con"ianza y valor. —$Lancelot& —le saludó Sean—. +odo lo r)pido que pudo. —$+(& —dijo autoritario—.o me hab#as asegurado que en esta "ortaleza #bamos a poder contener a todos los atacantes que aparecieran8 Sean resopló. no respondió nada a las palabras del irland s. sin embargo. Si continuaban a ese ritmo. —buscó las palabras en vano y "inalmente sacudió la cabeza—. 5ero 7era sa la verdad8 +al vez hubiera mucho m)s y. sintió que Sean le observaba. <6 probablemente —pensó—.= ' pesar de que siguió mirando hacia el este sin girar la cabeza.. 79ui n dice que tengas que morir8 —continuó en un tono distinto—. pero se trataba sólo de una ilusión óptica. Lancelot dejó pasar un rato. es algo inimaginable. tan sólo se volvió hacia el este. $>e abajo y tr)eme el caballo& . l no hubiese captado ese <m)s= porque hab#a algo dentro de l que se negaba a pensar sobre ello —. pero luego se volvió bruscamente hacia el hombre que estaba a su lado. alcanzar#an el pie del cerro sobre el que se ergu#a +intagel antes de la puesta del sol. La mole gris negruzca no parec#a haberse movido apenas.. —' todos los ej rcitos de los que he o#do hablar hasta ahora —dijo con amargura —. habr)n acabado con nosotros antes de que el sol salga de nuevo.—+e juro que no hubo nada m)s —respondió Lancelot. Lancelot le habr#a dado la razón1 sin embargo. !s. Las colinas estaban a millas de distancia y darse cuenta de que avanzaban signi"icaba que los guerreros de 'rturo marchaban a paso ligero. 7.. y no sólo l.. 5ero eso de all# no es ning(n ej rcito. Sencillamente. —7Sir Lancelot. "ue avistado. sino que ya comenzaba a levantar un campamento m)s all) del alcance de las "lechas enemigas. Lancelot mandó parar a su unicornio. armados con el temible arco largo que. me imagino8 —preguntó su interlocutor con una voz oscura. no sólo hab#a alcanzado el pie de la colina. pero deb#a haberse unido a 'rturo cuando Lancelot ya no se hallaba en el castillo. Lancelot no lo reconoció.*- ' pesar de todo. +en#a la mano derecha posaba sobre la empuñadura de la espada. e/amin)ndole con una mirada tan descon"iada como sorprendida.o volvieron a cerrar la empalizada y se percató de que. ' pesar de ir completamente armado. !staba todav#a a cien o ciento cincuenta pasos del campamento cuando un tramo de la empalizada construida apresuradamente con cañas y paja "ue apartada a un lado y apareció un jinete de armadura plateada sobre un caballo embardado. . pero Lancelot ya hab#a comprobado a menudo lo r)pidamente que eran capaces de colocar aquellos hombres la "lecha en la cuerda del arco. . pero cuando se apro/imó m)s. Sólo cuando — pegado al cuello del unicornio para poder pasar bajo el rastrillo apenas izado — Lancelot abandonó la "ortaleza. l si llevaba el yelmo con la visera bajada. +odav#a a unos veinte pasos de distancia. se dio cuenta de su error. por lo menos. sino tambi n al campamento que quedaba a su espalda. asumió conscientemente las verdaderas dimensiones del ej rcito que 'rturo hab#a enviado para el asedio de +intagel. ni tan siquiera levantó el arma. y en sus palabras aleteó un respeto que le hizo sentirse incómodo. pero cu!ntas #eces los superaba era lo que m)s le aterrorizaba a cada instante que pasaba. 'l contrario que su enemigo. .i durante el sitio de *amelot hab#a tenido 'rturo tantos hombres armados. no sólo lo observaba a l. Lancelot. in"ravaloró la velocidad con la que se acercaba el ej rcito de 'rturo. dos docenas de hombres "ormaron en el lugar por donde hab#a salido el caballero1 m)s de la mitad. a tan corta distancia. agujerear#a sin es"uerzo una armadura. y su armadura se parec#a a la del rey. sonora. que no concordaba con su aspecto juvenil. el caballero no llevaba el casco puesto. !l hombre llevaba los colores y el estandarte de *amelot. pero no hab#a nada amenazador en aquel gesto. *uando empezó a atardecer. 76 todo aquello sólo para recuperar a 3inebra y llevarle a l a juicio por su presunta traición8 Lancelot no pod#a creerlo y a(n lo cre#a menos con cada nuevo paso que el unicornio avanzaba sobre el camino de guijarros para apro/imarse al campamento en construcción. Sin duda. . !l corazón de Lancelot latió acelerado porque en un primer momento lo tomó por el propio 'rturo. se trataba de un caballero de la +abla %edonda.adie apuntó hacia l. 9ue superaba los mil soldados ya lo hab#a visto desde el primer momento. Sin embargo. y tampoco hizo amago de subirla mientras el caballero se apro/imaba despacio. por su parte. e"ectivamente1 pero esa primera impresión se diluyó en la nada al acercarse m)s. :aba la impresión de que hab#a reclutado incluso a los hombres que pose#an una remota percepción de cómo manejar una espada.aturalmente. !ra tan e/tenso que no pod#a abarcarlo con la mirada. . pero enseguida "ue interrumpido con una sacudida de cabeza por el joven de pelo moreno. —. +homas —dijo el caballero. no va a ser posible que alcance mi objetivo. 'sintió. es preciso cumplir una serie de requisitos si se quiere pertenecer a la +abla %edonda de 'rturo. pero hab#a tambi n un montón de respeto y de"erencia. . !n los ojos de la mayor#a se mezclaba la curiosidad con el asombro. :e eso estoy a millas de distancia todav#a.Lancelot asintió. ninguna mala mirada. Su interlocutor tuvo que interpretar per"ectamente la pregunta impl#cita que se escond#a en ese movimiento. giró su caballo con cierto es"uerzo y se dirigió de nuevo al campamento.. Sir +homas. !s cierto que para ser merecedor de esta armadura me nombraron caballero siguiendo la ceremonia habitual. llev)is la armadura y las armas de un caballero. —'hora mismo en *amelot no hay precisamente carencia de armaduras y armas. !n realidad. 'rturo podr#a haberle hecho prisionero all# mismo o matarlo. —+engo que llevaros con l si as# lo dese)is.o hab#a in"ormado de su visita ni hab#a dado a entender de ninguna manera que acud#a como mediador. algo que en realidad no pod#a acabar de e/plicarse. Lancelot deber#a haber respirado tranquilo.curriera lo que ocurriera.. —76 vos sois. 6 garantizaros vuestra seguridad. !l otro se rió. m)s bien de hombres que puedan portarlas. ya contemplaba aquella posibilidad. incluso. y por lo que parece. —7. Lancelot arrugó la "rente..o hubo ni un murmullo. . y movió la cabeza demostrativamente de izquierda a derecha y de derecha a izquierda para e/aminar la agrupación que estaba a espaldas de +homas..s ha enviado 'rturo para tratar conmigo8 +homas a"irmó con la cabeza. —Sin embargo. se dio cuenta de cómo le observaban los hombres a los que iba rebasando. los guerreros se apartaron a un lado con respeto. +homas es su"iciente. aunque Lancelot le siguió con los ojos puestos en su ancha espalda protegida por la armadura met)lica.. le quedaban tan sólo unas horas de vida. +ras la empalizada. sin perder por ello su honor ni correr el peligro de que alguien le hiciera alg(n reproche. que probablemente era un buen espadach#n pero no muy avezado como jinete.8 —Llamadme. . 'l abandonar +intagel. y "inalmente Lancelot tomó la palabra de nuevo. sencillamente. . y +homas. —comenzó Lancelot. 6. sintió (nicamente una liger#sima sensación de alivio.o soy un caballero en el sentido estricto. pero 7qu di"erencia hab#a8 . hizo un gesto de con"ormidad.. —Bueno. Sin embargo. 5ero como vos mismo sab is. pero su risa sonó m)s amarga que divertida. sorprendido.o era demasiado lógico que viviera todav#a —por no hablar de lo lejos que hab#a llegado —. ni una sola amenaza1 los guerreros "ormaron callados y disciplinados un corredor que los llevó derechos hasta el mismo centro del campamento. pero no dio muestras de disponerse a contestarla. —repitió pensativo—. lamento si yo. estuvo largo rato simulando supervisar los trabajos de su tienda. >io varios. +an sólo soy un hombre al que t( le has quitado todo lo que se le puede quitar a un hombre. le parecieron de pronto turbios y sin brillo. ' pesar de que se dirig#a hacia l erguido y con zancadas poderosas. se quitó el yelmo y se inclinó ante 'rturo. l mismo hab#a sido el que hab#a enviado a +homas para que lo acompañase a su presencia—. —. Lancelot no supo con e/actitud qu responder a aquel saludo inusual y sorprendentemente poco violento.o soy tu rey. . Lancelot.o era tan sencillo que te nombraran caballero. La gran tienda real de 'rturo todav#a no hab#a sido levantada del todo. el rey se volvió hacia l1 lo miró imperturbable por espacio de un segundo que a Lancelot le resultó eterno. contemplando en silencio la evolución del trabajo. como si acabara de superar unas "iebres graves. !staba algo apartado. 5or "in descubrió. —$. aunque era muy evidente. descubrió al propio 'rturo.ormalmente se tardaba media vida en lograrlo1 en todo caso.. ?ue el propio 'rturo. y un sitio en la +abla del rey 'rturo sólo lo obten#an los mejores entre los mejores. Su rostro se mostraba p)lido y demacrado. y a sus ojos aqu l no era un buen signo para nada. 5ero no "ue la visión de la espada m)gica lo que asustó a Lancelot cuando se le apro/imó el rey. por lo menos. y luego se acercó despacio hacia el joven. ' pesar de que el monarca ten#a que haber notado su llegada —en de"initiva...)s por un cierto desconcierto que por alg(n otro motivo. 9u e/trañas suenan esas palabras salidas de tu boca. .i señor.i señor. . ataviados con armaduras y los colores de *amelot.. —empezó Lancelot. —'s# que has venido realmente. pero en tono mucho m)s severo y tambi n amargo—. 6. +ambi n l se hallaba rodeado de caballeros de la +abla que a Lancelot le resultaron unos aut nticos desconocidos. sus movimientos carec#an de algo que Lancelot no habr#a sabido de"inir con palabras.ajestad. con la e/cepción de Lancelot probablemente los caballeros m)s jóvenes que hab#an alcanzado un puesto en la +abla %edonda de 'rturo. y sus ojos. 0ba ataviado con armadura y capa. :esde la (ltima vez que se hab#an visto no hab#a pasado m)s de medio año. pasaban muchos años antes de que a un hombre se le concediese tal honor. —.'ll# reinaba tambi n gran actividad. y el pomo que sobresal#a de la vaina era el de !/calibur. detuvo el unicornio y se bajó de la silla. !ran 3alahad y 5erceval. . que siempre hab#an pose#do una "uerza inagotable. "inalmente. . Una sonrisa dolorosa se dibujó en los labios del soberano. —. a pesar de que unos quince hombres trabajaban en ella. a los que tampoco conoc#a. pero el rey parec#a haber envejecido siglos. dos caras conocidas entre los acompañantes de 'rturo.o me llames as#& —le interrumpió 'rturo sin elevar la voz. Cnicamente cuando Lancelot se apro/imó unos diez pasos m)s. s re"er#s a esa tonta jovencita que "ue sentenciada por adulterio a morir en la hoguera8 —sacudió la cabeza —. 6 a 3inebra. ni la reina. . ya me acuerdo. le pareció a Lancelot— 'rturo "ijó la vista en l. s#. *onc deles que se retiren y yo os dar mi espada y me entregar sin batallar. Lancelot —continuó l. 2ab#a recuperado la serenidad y hablaba con voz m)s tranquila. —. —?ormula tus deseos y luego vete. pero sus palabras le dolieron tanto como si le hubiera clavado un puñal en el pecho. luego su mirada se apartó del rostro de Lancelot y per"iló su "igura. 7!res muy tonto o muy osado8 79u te ha llevado a aparecer solo ante m#8 —de nuevo esperó durante unos segundos una contestación.uy generoso. !ntiendo —dijo asintiendo—.. s#. —Las gentes que est)n all# arriba. no tienen nada que ver con nuestra pelea. —3inebra —'rturo "runció el ceño y durante un rato puso cara de e/trañeza.adie est) por encima de la ley. Sir Lancelot. "alto de toda e/presión. 'rturo —dijo Lancelot con insistencia —. +enemos mucho que hacer. Lo que yo deseo ya no tiene ning(n sentido. . —Si es eso lo que dese)is —respondió Lancelot.. mi reina. 2aced conmigo lo que quer)is. 'rturo —dijo Lancelot "inalmente. 7. 7. 6 para 3inebra. . +engo veinticinco mil hombres armados y ser#a una in"amia tener que presenciar cómo mat)is a cada uno te ellos. —!stoy aqu# para pediros la paz. (nicamente miró a 'rturo con desamparo.e sorprendes. 5or espacio de largo tiempo —inacabable.o espero ninguna piedad de vos. en su rostro no se mov#a ni un solo . 'unque no te lo merezcas. como si no supiera qu signi"icaba ese nombre.. hasta quedarse prendida de la empuñadura de la espada r(nica que pend#a de su cincho. . Luego arrugó la "rente —. caballero Lancelot —dijo 'rturo en tono irónico—. Luego. amigo m#o.Un puñetazo en el rostro no le habr#a hecho m)s daño. Lo que habría deseado eso ya no puedes d)rmelo. 2as venido para pedirme la capitulación. 'h. 5ero dejad ir a 3inebra. es que hab is olvidado la primera regla de *amelot8 . S que estuvo mal lo que hicimos.i siquiera. en el castillo. pero dejad marchar a esa gente. .i el rey. como si tuviera que meditar en relación a aquella palabra. —7Lo que yo deseo8 —'rturo suspiró pro"undamente—. :ejadlas marchar. —'rturo. como ves. en la "ortaleza.o para m#. —72ablar8 —'rturo inclinó la cabeza de nuevo. 7%ealmente renunci)is a pelear con nosotros8 . .o pudo replicar nada. —9u noble de vuestra parte. —2e venido para hablar con vos. 'rturo —dijo Lancelot—. asintió y una e/presión de "also estupor se re"lejó en sus "acciones —. 5ero no sometas mi paciencia a grandes pruebas ni me hagas perder el tiempo.o dec#a nada. .e temo que no puedo concederos ese deseo. sino para las personas que est)n all) arriba. te garantizo plena seguridad en tu vuelta a +intagel. . Lancelot iba a replicar algo. !videntemente no esperaba que 'rturo le recibiera amistosamente o por lo menos con un saludo respetuoso. os suplico —perseveró Lancelot—.. pero el monarca le interrumpió con un gesto autoritario. casi normal —.o para m#. bu"aba nervioso y comenzó a golpear con las patas delanteras en el suelo. siempre dispuesto a bromear y a re#r. ?inalmente. +e dar tiempo hasta el comienzo de la noche. !n otro caso. unas l#neas pro"undas. que galopaba a su encuentro. 5erceval llegó a trote ligero. !ste 'rturo era un hombre roto. hab#a girado al unicornio. —$Lancelot. —!s bueno volver a verte —e/presó Lancelot con sinceridad —. incluso. sino el m)s alegre con di"erencia.uy abatido y sin apenas poder con su cuerpo. —>ete ya. . espera. imborrables. pero 7aquello8 'qu l no era ya el 'rturo que l hab#a conocido. amargado. Se alegraba de veras de volver a ver al joven caballero. !l corredor que los guerreros hab#an "ormado se cerró tras l. oyó que le llamaban y se detuvo. pero en esta ocasión Lancelot no prestó atención a las miradas y a los rostros de los hombres que ten#a a derecha e izquierda. o le echase tan sólo una mirada. se volvió en la silla del unicornio y vio una "igura delgada. Luego giró sobre sus talones y se marchó. pero ya no era el corazón de *amelot. atacaremos. aunque la mirada de 5erceval le asustó casi tanto como lo hab#a hecho antes la de 'rturo. 'hora Lancelot descubrió un rictus de amargura en su boca y. antes de que hayamos hablado. vestida de plata.— $Lancelot.o puedo dejarte marchar as# —dijo 5erceval—. 'lgo alarmado. . pero tambi n se hab#a trans"ormado de alg(n modo. . que hab#a interpretado mal el movimiento. el que "ue una vez. 5ero el rey siguió andando a grandes zancadas y desapareció "inalmente entre los dem)s caballeros. deseando empezar a pelear. pero tambi n lleno de la absurda esperanza de que pudiera ser 'rturo el que le hubiera seguido para hablar de nuevo con l. Lancelot se izó de nuevo sobre la silla y cabalgó hacia la salida del campamento. no era 'rturo1 pero el corazón de Lancelot empezó a latir acelerado cuando reconoció el rostro de 5erceval bajo el yelmo que ten#a la visera subida..m(sculo. . su valor o su inteligencia.o. rogando que 'rturo se girara otra vez para hablar de nuevo con l.o sab#a qu esperaba de la conversación con 'rturo. que hablaban de grandes dolores y su"rimientos de los que jam)s en su vida podr#a rehacerse. mo(o de cocina —dijo con "rialdad—. . a pesar de que Lancelot ya llevaba tiempo parado e. detuvo su caballo junto al de Lancelot.o. en su cara. :e los caballeros de la corte no sólo era el m)s joven. . 79u le hab#an hecho 3inebra y l8 'lcanzó el borde del campamento y en"iló la senda hacia el camino que lo llevar#a de vuelta a +intagel. por "avor& —gritó 5erceval. espera& —!s lo que estoy haciendo —replicó l con una sonrisa. y dijo otra vez casi sin respiración. Si durante ese tiempo abandonas la "ortaleza junto con 3inebra y ambos ven#s aqu#.. que clamaba venganza y no era ya capaz de e/perimentar ning(n otro sentimiento. !l rey con el que acababa de hablar segu#a llevando la corona. . pero Lancelot hizo que entrara en razón con un tirón brusco de las riendas. —. !l animal. Lancelot se le quedó mirando con una mezcla de consternación y horror. dejar en paz a los peones y campesinos a los que parece que tienes en tanta estima. hab#an sido su "uerza inquebrantable y su bondad las que le hab#an llevado a ser el que ahora era. sacudió la cabeza. Sólo quisiera que las circunstancias "ueran mejores. pero pudo distinguir per"ectamente el in"inito dolor que se adueñaba de sus ojos. 5erceval segu#a teniendo el mismo aspecto juvenil y lleno de "uerza que recordaba.)s que su espada. pero antes de que estuviera a la mitad. !ntonces. 7. . pero se no es el motivo de que estemos aqu# —aseguró 5erceval. 7me imagino8 :urante un buen rato. +uvo que dolerle de verdad. —7.. 7*u)ntos me ha dicho8 7>einticinco mil soldados8 —*asi treinta. —!ntonces. —79u pictos8 —!l ej rcito de . —Le dolió. debió de ser bastante para que traiga un ej rcito de. >enceremos o moriremos. 7por qu no ha escogido otras palabras8 —preguntó Lancelot.o es un plan muy inteligente —dijo Lancelot asustado—. +( no sabes lo que le hiciste. *on los acantilados a la espalda. —'rturo est) desesperado —con"irmó 5erceval—. no podr is replegaros. —5orque no le es posible —respondió 5erceval con tristeza—.. !st)n a un d#a a caballo de nosotros y son casi el doble de hombres. —Son los pictos —dijo luego. —6 precisamente se es el objetivo de 'rturo.ordred —replicó 5erceval—. 7no es cierto8 —Bueno. Si no ocurre un milagro.o habr) repliegues. —5arece el plan de un hombre desesperado —dijo Lancelot. . !l plan de 'rturo es salir a su encuentro. 5erceval lo miró penetrantemente.—+ienes que entender a 'rturo —le rogó 5erceval y sonó casi como una s(plica —. a la ca#da del sol. +odos sus consejeros y todos sus caballeros le aconsejaron que re"orzara *amelot y aguardara all# el asalto de .o8 —Lancelot puso cara de sorpresa—. Lancelot asintió. Lo que te ha dicho le ha dolido m)s a l que a ti. estar)n aqu#. —miró demostrativamente hacia el campamento—. perderemos esta guerra y t( sabes lo que eso signi"ica. pero l no quer#a poner innecesariamente en peligro a la ciudad y a sus habitantes y por eso nos pusimos en camino hacia la costa —se dio media vuelta en la silla e hizo un gesto cansado —. Lancelot se asustó. —7Los pictos8 —jadeó—. +rató de imprimirle un deje amargo a su voz cuando continuó—:e casi treinta mil hombres con el que vengar esa ignominia.ordred. Lancelot. hab is venido por pura casualidad. triste y desconcertado al mismo tiempo. —.ordred8 7!st)n aqu#8 —'rturo se ha pasado todo el invierno concentrando a las tropas —in"ormó 5erceval—. *omo muy tarde mañana. —9u noble de vuestra parte —dijo Lancelot amargamente. Si "uera sólo yo. Lancelot. Una vez "uimos amigos.o era necesario que Lancelot respondiera.o lo permitir hoy. 5erceval se sintió herido. . rechazado a cualquier enemigo que se ha atrevido a superar nuestras "ronteras —se rió en voz baja y amarga—. algo apagada—76 qu quieres de m#8 5erceval parpadeó como si no hubiera entendido la pregunta. .o he venido para hacerte reproches o e/igirte algo. que se "ue e/tendiendo por encima de ellos.o era por 'rturo. hemos acabado con todos nuestros contrincantes. 5erceval no respondió enseguida y. +al vez seamos nosotros mismos los culpables. . luego sacudió levemente la cabeza. 'rturo no te ha dado un plazo muy largo. !ra por *amelot. Lancelot. 2emos perdido nuestra "uerza. Sólo quer#a hablar de nuevo contigo. . Se lo hemos pedido a 'rturo y l ha accedido a nuestro ruego. no miró a Lancelot. . en un punto del vac#o. —. 5erceval señaló el castillo. ' pesar de que interiormente cre#a haberse apartado ya hac#a tiempo de 'rturo y de todos sus ideales y metas. cuando lo hizo. ca#a Britania y todo lo que 'rturo y sus caballeros hab#an construido durante una generación se hundir#a en la barbarie y en una mar de sangre y su"rimiento.ada. 5ero no puedo permitir que mate a 3inebra. Si ca#a *amelot. Luego apareció en su rostro una sonrisa medio sorprendida. 5ermanecieron callados mucho rato y "ue un silencio incómodo.os hemos pasado la vida venciendo y venciendo.. —7'ntes de que nos en"rentemos con la espada la pró/ima vez8 —preguntó Lancelot. abrumador. 'l "inal. 6 3alahad. como tampoco lo permit# entonces en *amelot. —Sabes que no puedo aceptar su propuesta —dijo Lancelot despacio—. sino que su vista se "ijó m)s all). 76a lo has olvidado8 —7'caso ya no lo somos8 5erceval ignoró la pregunta y Lancelot lamentó sus propias palabras. —7*ómo se ha podido llegar tan lejos8 —murmuró 5erceval—. amigo m#o. Lancelot optó por carraspear e/ageradamente y preguntar con una voz di"erente. —7:e ti8 . lo har#a inmediatamente. medio con"usa. +al vez est)bamos demasiado seguros de nuestro destino. —7*ómo se ha podido llegar tan lejos8 —murmuró.o voy a participar en esa batalla —dijo—. 9uiz) era necesario que un d#a se llegara a esto. :urante un segundo le observó ine/presivo.adie lo sabe. un escalo"r#o le hizo estremecerse. tampoco. —. —+al vez deber#as darte prisa. que 'rturo no hab#a tenido otra posibilidad que tomar aquella decisión. !l joven caballero sonrió.unca antes hab#a sentido un horror tan desconcertante como en aquel momento. —75ara qu 8 —pregunto 5erceval.. in"initamente doloroso para ambos. 5or un instante creyó que todo giraba a su alrededor y que. 75or qu no te con"iaste a m#8 +odo esto no tendr#a que haber pasado. —75or qu no viniste a verme. $>i las llamas. 79u tendr#a que haber hecho8 7*ontemplar cómo quemaba a 3inebra para mantenerme leal a sus principios? —su voz sonó m)s encolerizada de lo que realmente se sent#a. —!so. Su corazón comenzó a acelerarse como si hubiera corrido diez millas sin parar—.La reacción de 5erceval le sorprendió. Braiden y yo est)bamos al tanto y el verdugo tambi n. al mismo tiempo. —76 qu habr#as hecho8 —preguntó Lancelot con iron#a —. Lancelot8 —7' verte8 —*uando plani"icaste escapar con 3inebra —e/plicó 5erceval—. —768 —espetó Lancelot—. 5ero 7qu podr#a haber hecho en una situación en la que todas las decisiones eran incorrectas8 —3inebra no habr#a muerto —dijo 5erceval despacio. Luego. . !n lo m)s pro"undo de s# mismo entend#a. eso no es cierto —murmuró "inalmente—. .. 76 cómo ibas a hacerlo8 !l poder de *amelot se basa en un solo principio inviolable que dice que la ley est) por encima de todo. !l adulterio se paga con la muerte y 'rturo no pod#a hacer una e/cepción. 5erceval& —5usimos paja mojada bajo las ramas secas —respondió 5erceval—.o lo has entendido ahora.e lo dices ahora para. Lancelot. 3alahad.. para quemarla en el lugar de 3inebra. 3alahad "ue a buscar secretamente el cad)ver de una joven picta al campo de batalla. Lancelot se calló. Sintió que 5erceval le estaba diciendo la verdad. Lancelot no estaba en condiciones de decir nada. como si no hubiera o#do sus palabras—. aunque a(n se resist#a con todas sus "uerzas a creer sus palabras. y no otra. tambi n por encima del rey. Se habr#a levantado mucho humo. permaneció en silencio un largo rato.. . y menos estando l mismo implicado. pero "ue una sonrisa muy triste y amarga. Sólo taladraba a 5erceval con la mirada. como ya entonces. pero no habr#a ardido lo su"iciente1 la hoguera estaba preparada para sacar de all# a 3inebra en cuanto el humo les hubiera tapado la visión a los presentes. Lancelot clavó la vista en l. —5ero yo vi la hoguera —replicó Lancelot. el mundo se deten#a de golpe. —79u 8 —+odo estaba preparado —respondió 5erceval—. 70nterceder por m# ante 'rturo o preguntarle si no quer#a pens)rselo otra vez8 —+odo estaba preparado —añadió 5erceval en voz muy baja. ni lo entendiste entonces. . Lancelot —contestó 5erceval—. 's# que no habr#a ocurrido nada de esto si yo no.—75or qu no me lo dijiste8 —susurró. —6a comprendo —susurró Lancelot—. :espu s llevar#an a 3inebra a un convento. 'rturo nos lo prohibió.. Lancelot aguardó a que la empalizada se cerrara tras l. si vamos a morir de todas "ormas8 —preguntó Lancelot. Seguramente yo habr#a hecho lo mismo en tu lugar.bservó con atención a Lancelot durante un momento m)s. eso lo tengo claro y no me da miedo. . luego tomó las riendas. —7. —76 ahora te ha enviado para repararlo8 5erceval sacudió la cabeza con desgana. luego tomó rumbo a +intagel. *reo que me matar#a si supiera de lo que estamos hablando. —. Lancelot..o. —75or qu voy a ceder entonces. —5orque a veces hay di"erencias en cómo se muere. 5ero las personas de all# arriba. . giró al caballo en la estrecha senda y se "ue en dirección al campamento sin una despedida ni una (ltima mirada. 'hora ya no. 5ero 7qu ocurrir) con 3inebra8 !sta vez 5erceval tardó m)s en responder. . —.o es tu culpa —le interrumpió 5erceval casi asustado —. :esde entonces no ha transcurrido ni un d#a en el que 'rturo no se haya culpado por no haberte dicho la verdad. 5ero tal vez sea decisión tuya la manera en que los habitantes de estas tierras le recuerden. Sólo te digo lo que pasó y lo que pasar). La poca de 'rturo ha terminado. —76 qu ocurrir) si claudicamos8 —preguntó Lancelot—. no deber#an morir. —!l rey har) lo que tenga que hacer. —. en el castillo. podr#a haber salvado a 3inebra.o pod#a —respondió 5erceval—. y cuando lo hizo no le miró directamente a los ojos. pero a ti deber#amos mantenerte en el convencimiento de que estaba muerta. !n aquel momento. 'rturo me matar).o es que importe demasiado1 seguramente mañana a estas horas estaremos todos muertos.e est)s e/igiendo que entregue a 3inebra8 —6o no e/ijo nada —respondió 5erceval—. *. !n cuanto transcurrió el plazo que 'rturo hab#a establecido, comenzó el ataque. Lancelot estaba con los dos irlandeses y unos cien hombres armados, pr)cticamente todos los que ten#an a su disposición, arriba, en el camino de ronda, y oteaba el valle, rezando hasta el (ltimo momento para que 'rturo se lo pensara mejor y no sacri"icara absurdamente tantas vidas con el "in de recuperar algo que nunca le hab#a pertenecido. 'l regresar a +intagel, no "ue a hablar con 3inebra. Sólo le dio las riendas del unicornio a un criado que hab#a ido a su encuentro y salió corriendo a la muralla para comunicarle a Sean la conversación mantenida con 'rturo. Siguiendo las órdenes de Lancelot, 5atricB reunió a todos los habitantes de +intagel y el caballero les e/plicó abiertamente y sin tapujos lo que les aguardaba para que ellos mismos decidieran libremente si quer#an marcharse y salvar sus vidas. ,inguno de ellos abandonó el castillo. 6 ni una sola de las numerosas oraciones de Lancelot "ue escuchada. ' la hora "ijada, las sombras comenzaron a moverse en el llano. 2ab#a oscurecido casi por completo, de tal manera que sólo intu#an una gigantesca masa negra, en la que brillaban diminutas chispas rojas —los "uegos que los hombres hab#an encendido para protegerse del "r#o de la noche incipiente — y que estaba con"ormada por un vaiv n vago, donde las unidades eran imperceptibles. 5ero algo cambió en ese vaiv nsu constante ir y venir, que para su intranquilidad no llevaba ninguna dirección precisa, devino en un sombr#o deslizarse, como si la noche misma se hubiera con"undido con l y serpenteara despacio pendiente arriba. 'l mismo tiempo, un ruido e/traño y distante "ue adueñ)ndose del lugar- algo como el sonido del viento que rozara el techo de hojas de un denso bosque lejano, luego se trans"ormara en un rumor y acabara en silbido y aullido. 6 a las tinieblas que oscilaban a sus pies vino a sumarse una segunda sombra, gris, que subió de la tierra y r)pidamente empezó a ennegrecer el "irmamento, semejante a una bandada de p)jaros que hubiera despertado y levantara el vuelo. 5ero no se trataba de p)jaros. Lancelot se echó a un lado y apretó su espalda contra las "r#as piedras de las almenas1 tambi n los otros hicieron lo mismo, y los que no ten#an piedras macizas "rente a ellos, se acurrucaron tras sus escudos. 6 llegó la sombra, y se dividió en cientos, en miles de mensajeros de la muerte, "inos, emplumados, que alcanzaron la muralla o se precipitaron sobre el patio de armas. La mayor#a de las "lechas hab#an sido disparadas con precisión, algunas tambi n erraron y otras llegaron tan lejos que se quebraron contra la pared de la zona privada, al otro lado del patio, o rompieron algunas ventanas. Seg(n el juicio de Lancelot, aquella primera salva no se cobró ni una sola v#ctima, pues los hombres se hab#an puesto a tiempo a cubierto y en el patio no quedaba nadie1 no obstante, un escalo"r#o recorrió su espalda. Los arqueros de 'rturo pod#an estar en primea l#nea, pero se hallaban todav#a al pie de la colina, unos cincuenta metros m)s abajo y, por lo menos, a doscientos metros de ellos, y, sin embargo, aquella primera salva habr#a barrido a la mitad de los de"ensores de las almenas si Lancelot no hubiera sabido lo que iba a suceder y no hubiera avisado a los hombres con su"iciente antelación. Sab#a por propia e/periencia el enorme alcance y la potencia de per"oración que ten#an los arcos largos ingleses, pero hasta aquel momento nunca hab#a estado en el bando contrario de los que tiraban con aquellas armas. —$'bajo, abajo& —gritó Sean, que se hab#a resguardado como Lancelot en el )ngulo muerto que quedaba bajo las almenas —. $' cubierto& Su advertencia no "ue vana. !l inquietante zumbido sonó otra vez y al instante siguiente una nueva lluvia de "lechas cayó sobre ellos. !n esta ocasión, por lo menos, uno de los tiros mortales logró su objetivo. Lancelot observó horrorizado cómo a pocos metros de l una "lecha, m)s larga que un brazo, ca#a derecha del cielo y agujereaba tanto el "ino escudo de cañas trenzadas como la coraza de uno de sus hombres. 'l otro lado del camino de ronda un grito indicó que otro hombre hab#a sido alcanzado. —$'bajo& $5ermaneced abajo& —gritó Sean. 2ab#a un silencio tan inquietante en la muralla que sus palabras deb#an de o#rse en todo el castillo —. $!scondeos en los )ngulos muertos& $'gachaos& ' pesar de esas palabras, apenas aguardó a que la (ltima "lecha cayera del cielo para saltar de su escondite y correr agachado hasta una de las grandes ollas que hab#an sido colocadas bajo las almenas. !l "uego ard#a bajo ellas desde el regreso de Lancelot, pero Sean lo atizó para que se avivara y el aceite caliente de su interior alcanzara en unos minutos el punto de ebullición. ' lo largo de las murallas varios hombres estaban haciendo lo mismo cuando los arqueros de 'rturo dispararon una nueva andanada, que los obligó a ponerse de nuevo a cubierto. !l destino de sus dos compañeros les hab#a enseñado a ser m)s precavidos. !sta vez, ninguna "lecha dio en el blanco1 sin embargo, la salva consiguió el e"ecto buscado- los de"ensores se quedaron en sus re"ugios y nadie se atrevió siquiera a echar un vistazo abajo. Sean tambi n contaba con ello. 2ab#a cogido la rama encendida de uno de los "uegos y la meció adelante y atr)s a un ritmo determinado. Unos segundos despu s, un ojo rojo parpadeante contestó a la señal desde uno de los torreones. 5or lo visto, el irland s hab#a apostado a un hombre all# para que vigilara la puerta y el camino de rocas desde la distancia. Superaron una tercera andanada de "lechas, sin que hubiera m)s bajas, pero Lancelot no se dejó engañar por ello. 'rturo ten#a que saber tan bien como l que esa tormenta de "lechas no pod#a debilitar a los de"ensores, pero no era ning(n tonto. Sin duda, estaba haciendo que sus arqueros gastaran sus valiosas "lechas para que los hombres del castillo permanecieran a cubierto y el resto de sus tropas pudiera as# apro/imarse a la "ortaleza sin riesgo. —$Las cosas se van a poner divertidas& —le gritó Sean—. $:entro de un momento estar)n aqu#& Lancelot miró al irland s sin acabar de entender y horrorizado al mismo tiempo. 5or muy incre#ble que "uera, $Sean parec#a alegrarse ante la batalla venidera& Lancelot se irguió con precaución tras el parapeto, dio un paso hacia el compañero y recibió en justa correspondencia un "uerte golpe en el yelmo, que le obligó a caer de rodillas, emitiendo un grito y la consiguiente maldición, unas d cimas de segundo antes de que la "lecha que hab#a chocado contra el metal indestructible de su armadura m)gica cayera rota en dos mitades a su lado, en el suelo. !l caballero se cerró la visera antes de terminar el trayecto a cuatro patas y llegar jadeando junto al irland s. —79u quer#as comprobar8 —preguntó Sean en tono burlón—. 7Si los arcos de 'rturo son tan buenos como dicen o si tu armadura aguanta lo que promete8 Lancelot ignoró la broma hiriente de Sean y se acurrucó en el )ngulo muerto de la muralla cuando una nueva lluvia de "lechas cayó sobre ambos. +ampoco esta vez alcanzaron a nadie —por lo menos, no oyeron ning(n grito —, pero para Lancelot se "ue un "laco consuelo. *on cada salva que disparaban los arqueros en el valle, los guerreros de 'rturo se apro/imaban m)s y el intervalo hasta el comienzo de la verdadera o"ensiva se hac#a m)s corto. 5or primera vez, Lancelot sent#a p)nico ante la batalla. ,o tem#a ser herido o morir... +anto lo uno como lo otro era inevitable, y l hab#a aceptado su destino. Sin embargo, aquella batalla era radicalmente distinta a las otras en las que hab#a participado. !sta vez no ten#an ante s# a ning(n enemigo de Britania, de *amelot o de 'rturo. !sta vez ser#a una guerra "ratricida y tendr#a que emplear su espada contra hombres que, en realidad, estaban del mismo lado que l1 tal vez, contra hombres con los que hab#a luchado, codo con codo, no mucho tiempo atr)s. 75or qu se comportaba el destino de aquella manera tan cruel8 79u hab#a hecho para que no le dejara la m#nima salida8 —*alculo que quedan dos o tres salvas m)s —Sean sopló la rama que todav#a ten#a en la mano, para avivar las ascuas, y volvió a moverla arriba y abajo como antes. !l vigilante de la torre respondió un momento despu s, y, aunque Lancelot no conoc#a el código que Sean y l ten#an preestablecido, se percató de que, tras la ventana de all) arriba, el parpadeo de la pequeña luz roja era distinto esta vez. :e pronto, sonó un chirrido agudo y un grito espeluznante se propagó desde la torre. !l ojo rojo intermitente se apagó de inmediato. —$;aldita sea& —soltó Sean—. 'puntan mejor de lo que cre#a —durante un breve instante miró encolerizado hacia la ventana de la torre vig#a, luego apretó los labios con en"ado e hizo amago de levantarse de su escondite para mirar hacia abajo. 5ero Lancelot se le adelantó. Se aseguró con un movimiento r)pido de que llevaba la visera bajada, se protegió la cara con el escudo y se incorporó tras las almenas. +odav#a no se hab#a erguido lo su"iciente para ver a los atacantes en el camino de rocas cuando tres o cuatro "lechas chocaron a la vez contra su escudo. Se rompieron todas sin ni siquiera hacerle un arañazo, pero la mera energ#a del empuje obligó a Lancelot a retroceder unos pasos. !nseguida saltó hacia delante, se agachó por detr)s del borde del escudo y rezó para que los tiradores de all) abajo no "ueran todav#a mejores de lo que ya hab#an demostrado y acabaran haciendo blanco en una de las "inas ranuras de su visera. Un enjambre de "lechas golpeó el parapeto a su lado y m)s abajo, algunas le sobrepasaron y tres o cuatro por lo menos se hicieron añicos contra su escudo. Una rozó su casco, pero esta vez Lancelot estaba preparado para el golpe y persistió en asomarse. Le aterrorizó lo que vio. !l estrecho camino que serpenteaba por las rocas se hallaba plagado de hombres. Los primeros hab#an alcanzado casi la puerta de entrada, y cientos y cientos los segu#an de cerca. ' pesar de todo, hasta aquel instante la sola idea de que 'rturo enviara a todo su ej rcito contra +intagel, a Lancelot le resultaba m)s bien ridicula. 7+reinta mil hombres contra un castillo de"endido por doscientos8 !ra grotesco. 6, sin embargo, as# parec#a que iban a desenvolverse las cosas, porque cuando apartó la vista del pie de la muralla y miró a la e/planada donde se encontraba situado el campamento, descubrió una mole pesada, oscilante, que tomaba la dirección de +intagel. ,o daba la impresión de que en aquella batalla 'rturo "uera a guiarse por palabras como caballerosidad, justicia y honestidad. ;)s bien se hab#a decantado por que la totalidad de sus guerreros arrasara la "ortaleza, una t)ctica que habr#a de llevarle al /ito evidentemente. 5ero $qu precio iba a pagar por ello& Lo alto que ser#a se lo demostró Sean al momento siguiente. —768 —preguntó el irland s. Lancelot se dejó caer con rapidez tras el escudo y sacudió la cabeza. —!st)n aqu#. —7'bajo, en el camino8 —6 delante de la puerta —a"irmó Lancelot. Sean asintió iracundo y sus ojos mostraron aquella e/presión que a Lancelot tanto le asustaba, porque le dejaba bien a las claras que en el irland s hab#a algo que se alegraba realmente ante la batalla. ,o dijo nada, sólo se encogió cuando cayó una nueva lluvia de "lechas sobre ellos, luego se puso a cuatro patas y se deslizó con torpeza, pero rapid#simamente, hacia la olla de aceite que hab#a calentado antes. *ayó una nueva lluvia de "lechas. Una de ellas "ue a parar dentro de la olla tras la que se hab#a ocultado Sean. !l aceite hirviendo saltó y el irland s emitió un chillido de dolor y se "rotó la cara con el brazo. 6, de pronto, llegó el momento de la verdad. ' aquella salva no le siguió ninguna otra1 pero, en su lugar, desde abajo, desde el camino, se elevó el estridente grito de guerra de cientos y cientos de hombres. 6, tan sólo un segundo despu s, haciendo un ruido sordo, algo golpeó la muralla que Lancelot ten#a a su espalda. *uando levantó la vista, atemorizado, $vio los dos peldaños superiores de una escalera& —$'hora& —gritó Sean y saltó desde su escondite improvisado, agarró la olla, a pesar de que deb#a estar ardiendo, y comenzó a volcarla hacia delante. Lancelot observó cómo se tensaban los m(sculos del gigante irland s, y por un momento creyó notar olor a piel chamuscada. *ontinuó empujando el recipiente hacia delante y el contenido mortal se derramó almenas abajo. Un coro de chillidos se unió a los gritos de guerra. *hillidos tan altos y agudos, y cargados de un su"rimiento tan atroz, que algo se rompió en Lancelot y por una d cima de segundo no quiso nada m)s que correr y huir de all#, a otro lugar, lejos de aquel sitio espantoso en el que las personas se hac#an entre s# las peores cosas de que eran capaces. !l coro se elevó cuando desde otras zonas de la muralla se vertieron m)s tinajas de aceite hirviendo. 'l mismo tiempo, comenzaron a aparecer nuevas escaleras sacó la espada de la "unda y se tiró contra el primero de los atacantes que apareció "rente a l por la escalera. pero la "uerza del golpe echó a Lancelot hacia atr)s hasta llevarlo al suelo del todo. *on toda seguridad. pretend#a acceder al camino de ronda. Sean estaba sobre l. impactaron contra la cortina almenada y por cada una de ellas subió un hombre. Una armadura indestructible no garantiza que no te puedan herir. Lancelot le dio tan "uerte que el otro perdió por "in el equilibrio y se precipitó gritando al patio de armas. de tal modo que la punta del arma arañó echando chispas la piedra que se hallaba junto a Lancelot1 a continuación agarró al hombre con las dos manos y lo tiró por encima de las almenas. *on una carcajada estruendosa. empuñando un arma. Sin embargo. —*uida un poquito de ti. tambi n ese movimiento llegó tarde porque. Lancelot movió el escudo hacia arriba con presteza. saltó sobre l y cogió la espada con ambas manos para hincarla derecha en su pecho. Lancelot vio que sus manos estaban llenas de sangre y que algunas tiras de su piel quemada se hab#an quedado pegadas al recipiente de hierro "undido. de pronto. :aba lo mismo cu)ntas v#ctimas se hab#a llevado por delante el aceite hirviendo. elevó la olla vac#a y la tiró por la muralla. 6 en vez de darse media vuelta y escapar. Lancelot evitó una respuesta por prudencia y levantó la espada en pos de otro agresor. pero el hombre empleó toda su "uerza y el peso de su cuerpo en el ataque y eso habr#a bastado para romperle un par de costillas. !l irland s dejó caer la espada. Lancelot tambi n saltó y desenvainó su arma. y de repente tambi n Lancelot se vio atacado por dos hombres que parec#an haber surgido de la nada. incluso para herirle de gravedad. !l guerrero gritó su triun"o. docenas. mi pequeño h roe —dijo esbozando una mueca —. que. Lo que siguió "ue una pesadilla. cientos de escaleras. —$6a es su"iciente& —gritó Sean. que se oir#a en la lejan#a. la punta de la espada habr#a rebotado en la armadura. pero Sean no dio muestras de sentirlo. Sean se dio la vuelta y e/tendió la mano para ayudar a Lancelot.junto a los muros y algo chocó por debajo de ellos contra la puerta. . !l acero "orjado por una mano humana no pudo per"orar la armadura m)gica. Sean asestó un mandoble que no sólo decapitó a su in"eliz contrincante sino que tambi n partió los peldaños sobre los que hab#a surgido su cabeza. !l tit)n irland s logró desviar la espada del atacante en el (ltimo momento. "ueron muy pocas para lograr contener aquella avalancha humana. Sólo una minor#a lo logró y. Luego. . cogió la escalera y la giró de un brusco movimiento. se dio la vuelta y descubrió demasiado tarde a un nuevo guerrero que se impulsaba con energ#a sobre las almenas mientras le pegaba con la espada en la cabeza. pero la acción llegó demasiado tarde y la hoja golpeó su casco con toda su potencia. haciendo un ruido sordo y vibrante. no consiguieron m)s que poner un pie sobre la "ortaleza. 'l primero le clavó la espada de runas en el pecho y contuvo el golpe del segundo con una maniobra tan "uerte del escudo que al hombre le saltó el arma de la mano y l cayó hacia atr)s batiendo los brazos.ientras el soldado ca#a chillando al "ondo. ' su lado. :e pronto. en algunos casos. *on una impresionante muestra de "uerza. tir)ndola a un lado. Lo hab#a sabido siempre. $!chadlos a todos& $Lo lograremos& 5or supuesto. sin ayuda de nadie. con el paso del tiempo "ueron apareciendo escaleras en todos los huecos del parapeto y por ellas treparon los hombres uno a uno1 la mayor parte para morir en el acto. primero. $+en is que derribar las escaleras& !n principio. Lancelot sab#a que iban a perder. 3rupos "ormados por dos o tres hombres "ueron cogiendo las p rtigas. terminó el duelo con una r)pida estocada de la espada lbica y arremetió contra la escalera por la que ste hab#a trepado. no "ueron capaces de algo as#. hab#a tantos atacantes que jam)s podr#a someterlos a todos. +odo estaba perdido. . lograron los atacantes superar el muro y reducir a bastantes de los de"ensores. y tampoco sobrevivir#an a ella. *ayeron dos o tres escaleras m)s. seguido de un choque suave y un coro de gritos que. —$Seguid as#& —ordenó Sean—.no iban a ganar esa batalla. los enemigos parec#an saber qui n era l y sobre todo qu. 4se "ue el motivo de que los hombres dejaran de pon rsele a tiro y buscaran la salvación en la huida en cuanto l aparec#a ante ellos. Los hombres iban cayendo bajo sus acometidas y a pesar de que el camino de ronda ya hac#a mucho que se hab#a trans"ormado en un voci"erante aquelarre. y oyera gritar triun"ante en lo m)s pro"undo de s# mismo la voz sombr#a de la espada lbica con cada golpe que segaba una vida. pero por la cortina almenada surgieron nuevos cascos y puntas de lanzas. Unos minutos m)s y la batalla habr#a terminado. Lancelot creyó que l hab#a sido quien le hab#a dado la idea al irland s.o tuvo que buscar mucho. sin embargo. sonaron asustados y acabaron verdaderamente horrorizados. por lo menos por igual n(mero de sitios. es cierto. pero.o todos los es"uerzos "ueron coronados por el /ito. y el escudo de runas pareciera llenarlo de una "uerza inagotable.o pudo ver lo que suced#a despu s. ensartaron con ellas los peldaños superiores y empujaron con todas sus "uerzas para separar las escaleras de los muros y lanzarlas al vac#o.. sino otros muchos se agachaban para alcanzar las largas p rtigas rematadas en una horca de dos puntas que estaban apoyadas en la pared y en las que hasta entonces nadie hab#a reparado. 5ero no pod#a estar en todas partes a la vez. y tambi n los golpes en la puerta se hicieron m)s "uertes. . :e alguna manera. Sean se echó a la batalla con un estridente grito de guerra. los hombres de Sean hab#an logrado contener la primera oleada. llev)ndose con ellas a los in"elices que trataban de subir por ellas. pero luego se percató de que. . Lancelot se alineó junto a un guerrero que estaba luchando valientemente pero sin /ito contra uno de los hombres de 'rturo. no sólo Sean. Sólo oyó un crujido apagado. —$Las escaleras& —gritó Sean—. pero por lo menos cuatro o cinco escalas se vencieron despacio hacia atr)s y cayeron. sobre el adarve hab#a ya m)s cad)veres y m)s heridos que personas vivas y por cada atacante que lograban reducir.. Sin embargo. otros tres nuevos lograban ganar la muralla. todo "ue in(til. 'unque a l le pareciera una eternidad. y aunque se hubiera dejado llevar de nuevo por una borrachera de sangre que encubr#a cualquier signo de miedo o de dolor. desde el instante en que hab#a surgido la primera escala no hab#an transcurrido m)s que unos pocos minutos y. pero le impresionaba la velocidad con la que sta estaba llegando a su "in. se pulió a todos los enemigos que accedieron al adarve por tres zonas distintas. pero la riada parec#a no tener "in. !n cuanto a Lancelot. con cada punzada que derramaba sangre. Si al principio los soldados de 'rturo hab#an abierto brecha sólo en tres o cuatro zonas de la muralla. de tal manera que tras ellos otros muchos miembros de las "ormaciones de 'rturo rebasaron la muralla. . Lancelot estaba sobre l. +en#a una e/presión absolutamente perpleja. atronaba la batalla con redomada "uria y. que "ue el (ltimo que escaló el muro antes de que Sean derrumbara su escalera. pero produjo un corte pro"undo en la coraza de cuero del irland s. que querr#a que bajara la guardia para atacarle con mayor dureza despu s. +homas parpadeó. a pesar de ello.6. gritó su triun"o y "ue tras su v#ctima. . Su mano comenzó a temblar y la punta del arma arañó el cuello de +homas e hizo correr un "ino reguero de sangre.o puedo regresar.o pudo hacerlo. y el miedo a la muerte que vio en los ojos de +homas se trans"ormó en la mezcla de pesar y dolor que hab#a descubierto antes en la mirada de 5erceval. >ete. bajó por completo tanto el escudo como la espada. pero Lancelot tiró del brazo hacia atr)s en el (ltimo momento y. la muestra del ensañamiento de su contrincante. !l joven caballero. +homas. pues luchaba sin casco por alg(n motivo que a l se le escapaba. y lo lanzó hacia atr)s. quiz) el (nico amigo que hab#a tenido. por el que manó un intenso r#o de sangre. oprimiendo la punta de su espada contra su garganta. —7' qu esperas8 —preguntó +homas—. La espada de runas ansiaba ensartarle para beber su sangre joven. estampó el escudo contra su pecho y lo lanzó hacia la pared. con la mano derecha se limpió la sangre del cuello y con la otra "ue a coger la espada que hab#a tirado al suelo. 5ero Lancelot sacudió la cabeza con rapidez. !l mandoble de su espada no alcanzó la garganta de Sean como pretend#a. 'l momento. —. $*l)vamela& +odo en l quer#a hacerlo. :e pronto ya no era +homas el que estaba "rente a l. se puso en pie con es"uerzo. l permanec#a inmóvil mirando al chico de pelo oscuro —porque de pronto cayó en la cuenta de que no podr#a ser mucho mayor que l— y. en su lugar. donde +homas cayó de rodillas semiD inconsciente. 5ero no la clavó. eso no puedo hacerlo —dijo +homas alterado—. @am)s hab#a bebido tanta sangre desde que Lancelot la hab#a empuñado la primera vez y.. Sin embargo. utilizó un momento en que el irland s estaba distra#do para atacarlo con violencia. $+ermina lo que has comenzado& !n vez de hacerle caso. mientras gritaba—$. y la siguiente embestida de su espada habr#a matado a Sean si Lancelot no se hubiera interpuesto cuando el caballero levantó el arma. apareció +homas "rente a l. de pronto. ahora inde"ensa. Lancelot retrocedió un paso y bajó un poco el arma. —$2azlo de una vez& —dijo +homas—. sin embargo. La voz de la espada le apremiaba cada vez con m)s "uerza.. la sed que sent#a el arma iba creciendo cuanto m)s trataba de apagarla. . "inalmente. >ete y dile a 'rturo que no quiero seguir derramando la sangre de sus guerreros. al que Lancelot enseguida reconoció. !ra pr)cticamente imposible resistirse al ansia de la espada lbica. y tambi n descon"iada1 tal vez tem#a una trampa.o& —5ero. !n torno a ellos.o —dijo—. sino 5erceval. agarró la empuñadura de la espada con las dos manos y aguardó con "irmeza el ataque de Lancelot. 7+e.. Un crujido sordo y un grito respondieron a su acción.unca hasta entonces le hab#a resultado tan di"#cil responder a Lancelot. 6. —La mirada de +homas se posó vacilante en la brillante hoja de la espada de runas. luego se agachó. 5or el rabillo del ojo vio una sombra y embistió con la espada sin ni pensar en lo que hac#a. —'rturo nos ha ordenado tomar este castillo —dijo +homas. con la mano levantada como si quisiera asirle y tirar de l. Lancelot saltó hacia delante. le dio tal golpe con el escudo que lo tiró al suelo. —$3inebra& —jadeó Lancelot—. no parec#a ser suya. sin embargo. pensó Lancelot con amargura. necio8 —preguntó Lancelot. un instante m)s tarde negó con la cabeza y repitió. 'brió las piernas. +al vez aquello tambi n "ormaba parte de la maldición que pend#a sobre la espada lbica y. asintiendo con testarudez. entonces. pr)cticamente al mismo tiempo.& Lancelot levantó con sorpresa la mirada y. .o puedo regresar. 0nmediatamente detr)s l. . +odo su cuerpo temblaba. que. +en#a la cara tan p)lida como un cad)ver y los ojos negros de espanto y tan abiertos que daba la impresión de que "ueran a sal#rsele de las órbitas. —!ntonces toma tu espada y muere. como petri"icada en pleno movimiento. a pesar de ello. con los ojos medio cerrados. —7'unque os cueste la vida8 —'unque nos cueste la vida. se encontraba 3inebra. esperando la muerte. retrocedió horrorizado. 2ar#a que todo pasara muy deprisa. Su posición resultaba casi grotesca. haces aquí?+ 3inebra no oyó sus palabras. cogió la espada y se puso en pie. ' pesar de todas las vidas que se hab#a llevado por delante en los (ltimos minutos reluc#a como si acabara de salir del taller del herrero que la hubiera "orjado. le arrebató con un mandoble la espada de las manos y. que continuaba all#. 'un antes de que se acabara de derrumbar sobre el duro suelo de piedra del adarve. pero ni siquiera miró al sentir que su atacante se desplomaba. sobre l. l tambi n emitió un grito agudo1 luego. 7*u)ntas veces hab#a visto aquella e/presión en los ojos de los hombres que le hac#an "rente8. en medio del "ragor de la batalla. 5ero Lancelot estaba cansado de matar. la punta de la espada rozó su garganta por segunda vez y Lancelot tensó los m(sculos. Su mirada segu#a "ija sobre la espada en su mano y sobre la p)lida cara de +homas. 'ntes de que +homas se diera cuenta de lo que hac#a. +al vez empezaba a comprender a qui. por consiguiente. est(pido —dijo. +homas tragó saliva. —'s# lo has querido.. te has vuelto loca8 *¿0u.—79uieres morir. —$. condenado —susurró "inalmente. 9uiz) la espada "uera la causa de que no pudiera salvar la vida aquel que luchara contra l.— . :urante un breve instante +homas lo observó dubitativo. !n su hoja no se vislumbraba ni la m)s diminuta gota de sangre.n ten#a delante.. !l "ino vestido le ca#a hecho jirones y sobre el hombro derecho se hab#a teñido de rojo oscuro1 tambi n su rostro estaba manchado de sangre. 6 cu)ntas veces hab#a deseado que soltaran las armas y huyeran. $6a basta& $:ejadlo ya de una vez& Lancelot quer#a ir detr)s de ella. anegado en sangre. corrió entre los hombres inmersos en la batalla y de un salto se plantó en la cortina de almenas. unos momentos antes. derribada por uno de los atacantes. su"iciente& $: jalo ya& !n vez de acabar lo comenzado y matar al joven caballero. se dio media vuelta. Lancelot irguió la espada de runas recta hacia delante. 79uer is mataros8 3inebra no reaccionó a sus palabras. se peleaban encarnizadamente entre ellos.—$. agarró el brazo de 3inebra. 7est)is mal de la cabeza8 —le espetó Sean—.adie m)s debe morir& —. por no hablar de las consecuencias que aquel acto podr#a traer consigo. Unos instantes despu s. pero ella se soltó con tanto #mpetu que "altó un )pice para que perdiera el equilibrio y se precipitar) muralla abajo. y ensartó con ella al hombre que. $>as a morir& 3inebra se desasió. —$+ienes que marcharte de aqu#& —jadeó—. 5ero ocurrió el milagro. 'l contrario. m)s all) de 3inebra. *). como tampoco lo hab#a hecho a las de Lancelot. tan alto que "ue como si sus cuerdas vocales "ueran a quebrarse—. como sucede con las ondas que provoca una piedra tirada al agua. Su cabeza hizo un gesto abrupto y el horror de sus ojos tomó otra dimensión al mirarle a la cara. pero se sent#a como paralizado de terror. una dimensión que desconoc#a por completo. porque perdiera el equilibrio en aquella zona tan estrecha de la muralla y se precipitara al vac#o. Lancelot echó la espada hacia atr)s y se volvió bruscamente en dirección a 3inebra. 5or todas partes en el camino de ronda cesó el tintineo de la armas y los guerreros se separaron de sus enemigos. . $6a se ha derramado su"iciente sangre& $. Un hombre con los colores azul y blanco de *amelot hab#a aparecido tras ella. Lancelot "ue consciente del segundo milagro. se dieron la vuelta y miraron a 3inebra. todav#a m)s incre#ble que el primero. —$:eteneos& —gritó 3inebra nuevamente—.ylady.jalo ya de una #e(+ 6 aun antes de que el perplejo Lancelot pudiera darse cuenta de lo que ella hac#a.. $!s. *on la otra mano. la batalla se detuvo.. o. Los hombres que. Lancelot retrocedió un paso con premura. —: jalo ya de una vez —balbució. 6 eso no "ue todo. de pronto dejaron caer sus armas. simplemente. levantó los brazos y gritó lo m)s alto que pudo—$'rturo& $:eja que termine& $+e suplico que acabes con esta matanza sin sentido& 5or "in despertó Lancelot de su inmovilidad.adie la tocó. :esamparado. herida por una de las "lechas o las lanzas. ' su alrededor. silencioso y r)pido e imparable. se tambaleó hacia atr)s y se desplomó en el suelo. se apro/imó un paso m)s al borde de la muralla. !staba seguro de que 3inebra iba a morir en el pró/imo segundo. —*)eteneos+ —gritó—. corrió hacia 3inebra y trató de cogerla por el brazo. 6 lo repitió de nuevo. y el movimiento se "ue propagando. empuñando el arma. !nvainó la espada con rapidez. . tratando de matar a sus contrincantes.o& —tartamudeó de nuevo ella—. Lancelot reaccionó tan r)pidamente como nunca en su vida. intentó desasirse con m)s #mpetu. alguien le agarró por los hombros y tiró de l con una "uerza asombrosa1 instintivamente Lancelot alargó la otra mano hasta alcanzar el brazo derecho de 3inebra. +al vez ser#a. pero de nadie m)s. —$3inebra& —le suplicó Lancelot—. 3inebra comenzó a golpearle. a pesar de la salvaje oposición de la dama. ?inalmente Lancelot soltó su brazo. o incluso matarla. levantó la mano y le propinó una bo"etada en el rostro. jadeando por el terrible es"uerzo. mejor. 9uiz) "uera sa la intención del destino. . impelido por el cuerpo de 3inebra. Sin hacer el m#nimo caso ante sus reiteradas negativas. se echó para atr)s y retrocedió con toda la energ#a de la que "ue capaz hacia +homas. $3inebra& $:etente& 5ero ella no paró. Sin dejar de chillar. Sin embargo. La suave seda se rasgó con un crujido horrendo y los guanteletes de Lancelot arañaron pro"undamente la piel de la joven. 5arad.. el e"ecto "ue atroz. 79u es lo que se puede complicar aqu# m)s todav#a8 —sacudió la cabeza con tozudez —. —%espondió ella y tanto su voz como su mirada estaban llenas de tal rigor que no dejaba ninguna duda a sus palabras. !l cuerpo de 3inebra se dobló hacia atr)s . @usto cuando Lancelot sintió que estaba a un paso de morir. s#. incluso. +al vez el destino quer#a que 3inebra lo arrastrara consigo abajo. Se escurrió hacia delante. 3inebra gritó de dolor y Lancelot se resbaló con tanta violencia hacia el borde de la muralla que casi dejó de respirar. no pensaba de"enderse.o empleó toda su "uerza ni mucho menos. 3inebra chilló tratando de desasirse. trataba de rebelarse a su sujeción. 5or un breve e indescriptible instante. hasta que comprendió que ella se iba a despellejar las manos con el duro acero de la armadura1 entonces cogió sus muñecas con rapidez y se lo impidió. añadió-— :ejad de pelear o me tiro al vac#o. Si todo esto es por mi causa1 por mi vida. sintió que se escurr#a hacia delante a punto de caer tambi n l. Lancelot hizo caso omiso de los dos o tres primeros golpes. pero l tensó sus m(sculos nuevamente. 'rturo. ' pesar de todo. —7+e has vuelto loca8 —jadeó—. pero ayud)ndose de pies y manos volvió por "in al punto de partida. $>en aqu#& 79uieres matarte8 —Si es preciso. se echó de nuevo hacia atr)s y continuó elev)ndola. $es toda tuya& —se giró de nuevo y se tiró por la muralla. d)ndole patadas si era preciso. pero los dedos se agarraron a la "ina tela de su t(nica.. $sólo est)s complicando las cosas& 3inebra se rió con dureza. pues al llevar la mano protegida por el guantelete de acero un golpe severo habr#a podido herirla gravemente. que comenzó a sangrar. por un momento estuvo seguro de que no iba a lograrlo. por "avor& —le rogó—. pues sólo en ese instante reconoció que era el joven caballero el que intentaba rescatarle a e/pensas de poner su propia vida en juego. $S razonable& +(.—$3inebra. Sus manos e/tendidas "allaron al tratar de asir el brazo de 3inebra. ' pesar de ello. eso bastó para ralentizar algo la velocidad de la ca#da1 lo su"iciente para que l pudiera apresurarse a cogerla con la otra mano. pero le daba e/actamente igual. 'l contrario. !n voz alta de nuevo y no sólo dirigida a Lancelot. —7*omplicando8 —preguntó—. y si lo hac#a. no pod#a tampoco dominar sus pensamientos. 6 tambi n la m#a.o.y la impresión de la mano de Lancelot se grabó en rojo sobre su mejilla blanca. . 5ensar nada. Sin responder ni reaccionar de ninguna manera a la pregunta de Sean. ¿1a todo bien? Lancelot estuvo a un paso de re#rse con estridencia. Le hab#a levantado la mano. . se volvió con inseguridad y miró al irland s. . Le miraba. Lo asumió pero no lo comprendió. . Luego levantó el brazo muy despacio. $. 2as salvado la vida de 3inebra. la mano izquierda apretada contra la pro"unda herida que todav#a sangraba abundantemente en su hombro. pero all# segu#a y en su cara hab#a un gesto de aceptación de lo inevitable que provocó un nuevo escalo"r#o de horror en la espalda de Lancelot. !l joven caballero de la +abla %edonda estaba a pocos pasos.e entiendes8 $. se dio la vuelta y se dirigió hacia +homas. y aliados y enemigos posaron en ella una mirada llena de respeto. como si el tiempo se hubiera detenido. Siguió sencillamente all#. —+e doy las gracias —le dijo—.o pod#a decir nada. hincarse de rodillas ante ella y pedirle perdón. Sólo entonces Lancelot comprendió lo que hab#a hecho. sin respirar. pero su voz no le acompañó. Se irguió con parsimonia.unca m)s& 7. Se le rajó el labio y la sangre se derramó hacia su barbilla. se hab#a puesto de nuevo en pie y hab#a adoptado una posición algo encorvada pero al mismo tiempo dispuesta para la batalla. pero sus ojos parec#an atravesarle. ya que as# Sean no podr#a escrutar la e/presión torturada de su rostro. y al mismo tiempo que su cuerpo dejaba de obedecerle. !l tiempo que hab#a transcurrido desde que lo hab#a agarrado para tirar de l le habr#a bastado para escapar y salvar su vida. Una sensación de absoluta perplejidad y un horror inaudito se "ueron adueñando de l.o vuelvas a hacer algo as# nunca m)s& 3inebra no reaccionó. Se sent#a como paralizado. mirando sin ver. pero por lo menos le apro/imó un poco a la realidad. —7>a todo bien8 —preguntó Sean.ientras. 5or un momento se sintió agradecido de llevar la visera bajada. le echaba una (ltima mirada llena de tristeza y luego se giraba para marcharse. viendo cómo 3inebra se levantaba despacio. se limpió desconcertada la sangre de la barbilla y observó la mancha roja que se e/tend#a por la palma de su mano. sin que su corazón latiera incluso. Lancelot tomó aire emitiendo un sonido que sonó como un torturado jadeo a sus propios o#dos. dio un torpe paso hacia atr)s y trató de decir algo. 2ab#a pegado a 3inebra.comprenderlo no. abrazarla. 9uer#a ayudar a 3inebra. pero no estaba en situación de hacer nada de todo aquello. —6 ahora tranquil#zate —dijo Lancelot—. a la (nica persona en el mundo que signi"icaba algo para l y por la que dar#a la vida o se someter#a a todas las torturas del in"ierno si era preciso. !n torno a ellos la batalla segu#a inconclusa. 79u es lo que hab#a hecho8 75or todo el amor del mundo qu es lo que hab#a hecho8 —7Lancelot8 La voz de Sean no le sacó de su entumecimiento del todo. . por (ltimo. Sin emitir ni una palabra m)s. hicieron lo mismo. S(bitamente se dio la vuelta y se apro/imó a la muralla. —Lancelot. se subió a una de las escaleras que estaban apoyadas en el vano y bajó por ella.+homas no reaccionó.. a qu viene esto8 —preguntó Sean. pero "inalmente se giró cansado hacia el irland s y le miró.o habr) acabado mientras yo tenga una espada en las manos. amigo m#o. 2izo un movimiento como para tomar la espada que Lancelot le hab#a tirado al suelo.aceptamos todas sus condiciones. Ll vate a tus hombres e id en paz.. ' su espalda. pero "ue nuevamente interrumpido por Lancelot. se dio la vuelta despacio y se dirigió de nuevo a +homas—6a me has o#do. amigo m#o —dijo Lancelot en voz baja—.. pero no gravemente heridos. y 3inebra y yo le esperaremos aqu#. +ras el (ltimo que parta. Lancelot aguardó in(tilmente que dijera algo o tan sólo que se moviera1 luego se agachó para coger su espada. no se cerrar)n las puertas. —Lo har —dijo +homas. +homas observó todos sus actos sin que sus "acciones variaran ni un )pice. Sólo se dirigió a la parte interior del camino de ronda. 6a todo ha acabado. Lancelot no le dio ni la m)s m#nima oportunidad de que dijera una palabra. —7'cabado8 —repitió Sean casi gritando —. 79u demonios signi"ica eso8 7'cabado8 . se soltó el escudo de runas del brazo izquierdo y. Sean respiró hondo intentando hacerse a la idea y a lo largo de la muralla se oyeron varios gritos de asombro. —79u e/actamente.8 —comenzó +homas. la envainó demostrativamente.. 5ero le pido que le conceda la libertad a las personas que se encuentran en el castillo. +odos los atacantes que hab#an logrado rebasar la muralla y todav#a se encontraban con vida. 72as perdido el entendimiento8 —: jalo estar. +intagel le pertenece. 6a se ha derramado demasiada sangre. Sin embargo. Lancelot habr#a pre"erido no responder. 7a qu . se quitó el yelmo. +homas inclinó la cabeza a un lado y lo observó con desconcierto. 6a todo ha terminado.8 —Lady 3inebra tiene razón —le cortó Lancelot—.. La cara de Sean hab#a perdido todo signo de color y la e/presión de sus ojos era de puro horror—. —>e junto a 'rturo y dile lo siguiente. —79uiere eso decir que. pero no lo terminó. pero Sean abrió los ojos mostrando una absoluta incredulidad. 2oy no debe morir nadie m)s.. levantó los brazos para recabar la atención de todos los presentes — $como si no la tuviera de todos modos&— y gritó con voz clara y segura—$La batalla ha terminado& $:eponed las armas& Sean susurró—$Lancelot& 72as perdido el seso8 Lancelot continuó ignor)ndole. adie os har) nada& —76 t(. m)s todav#a. pequeño h roe8 —preguntó Sean con per"idia —. Le resultaba di"#cil concentrarse en las palabras del irland s y. 7*rees que esto es un juego8 Lancelot lo contempló con tristeza. 6a se ha vertido demasiada sangre. 3inebra tiene razón. Un niño pequeño que juega a hacerse el mayor y le entra el miedo cuando las cosas se complican. el asumir que hab#a decepcionado pro"undamente al irland s. 79u manos8 7+e buscar)s otro campo de juego8 tienes entre La o"ensa pasó por encima de Lancelot sin agitarle lo m)s m#nimo. ni una palabra de agradecimiento.ira tu entorno. 76 cómo podr#a hacerlo8 !n lugar de decirle algo al irland s. Sólo pod#a aguardar que 'rturo aceptara su ruego y dejara marchar ilesos a Sean y a todos los dem)s.o tenemos ninguna posibilidad —le con"irmó Lancelot. !staba tan agitado que Lancelot no se habr#a sorprendido de que se hubiera abalanzado sobre l. +en#a razón desde el principio. Sean. —$>aya tonter#a& —gritó Sean airado y dio un paso hacia Lancelot. pero lo que le dolió en el alma "ue la amargura que mostraban sus palabras. pero tal vez sea tambi n lo (nico que no se puede comprar con la sangre de otros. . responderle —. —$S#. . +al vez la libertad sea el bien m)s preciado que una persona puede poseer. !spero que est s contento con todo lo que has organizado —señaló alrededor con un gesto de cólera —. la m#a y la de mis hermanos& —replicó Sean col rico—. pero de pronto se quedó parado y apretó los puños con ira contenida. —6o ten#a razón —dijo con amargura—. !vitó responder porque sab#a que Sean no le hab#a comprendido. se dio la vuelta despacio y "ue hacia las escaleras.—. La mitad de nuestros hombres est)n muertos y casi todos los dem)s heridos. !n vez de decir algo m)s. se giró de nuevo y gritó con voz m)s potente—$6a me hab is o#do& $'bandonad la "ortaleza& $. +al vez aqu lla "uera la (ltima vez que se vieran y Lancelot descubrió con hondo pesar que no quedaba para l ni una despedida. y quiz) el irland s alg(n d#a llegar#a a comprender el motivo de que l hubiera tomado aquella decisión y no otra. y no me atrevo ni a hacer el c)lculo de los hombres de 'rturo que pueden haber ca#do. !n lo m)s pro"undo de m# mismo sent#a durante todo el tiempo que no eras m)s que un niño. 79uieres rendirte8 7Signi"ica eso que todo ha sido por nada8 79ue mis hermanos y mi t#o han muerto por nada8 —' veces es preciso saber cu)ndo es su"iciente —contestó Lancelot. sacudiendo la cabeza—. .i siquiera de eso estaba muy seguro. lo (nico que sintió "ue vergAenza y dolor. pero no se volvió hacia l. no le habr#a sorprendido lo m)s m#nimo que el irland s hubiera actuado siguiendo sus propios deseos y se hubiera puesto a de"ender la "ortaleza en contra de su voluntad. adem)s. Siguió inmóvil junto a la ventana. quedaban ya muy pocas siluetas1 la mayor#a de hombres que se preocupaban por sus compañeros heridos o. ella estaba "rente a la ventana. +ampoco se interesó por los heridos que yac#an en gran n(mero en el patio de armas. la mayor parte de ellas cargadas con sus e/iguas posesiones1 muchas heridas. ?inalmente. ni responder a las preguntas que le hac#an o reaccionar ante las miradas de miedo o desconcierto con las que se encontró en el camino. 5ero. 5ero la (ltima orden de Lancelot estaba llev)ndose a la pr)ctica. para luego quit)rselo de nuevo. que quer#an asegurarse con sus propios ojos de que 'rturo cumplir#a la palabra que +homas les hab#a dado en su nombre. La riada de hombres. Les hab#an mostrado que e/ist#a un don por el que merec#a la pena luchar e incluso morir1 les hab#an dado lo m)s preciado que una persona puede poseer —esperanza—. dio un paso atr)s y se dirigió de nuevo a la habitación de 3inebra. *on lo desconcertado que se encontraba Sean. apoy)ndose unas en otras o.*/ !l plazo que Lancelot hab#a demandado a 'rturo estaba pró/imo a e/pirar cuando entró en la c)mara privada de 3inebra.¿Signi/ica eso que todo ha sido por nada? Lo ocurrido con el irland s y sus hermanos pod#a aplicarse a todos aquellos hombres. "ormando una cadena e/tensa. ' ellos mucho m)s a(n. contemplando la noche. rota en ocasiones. Le "altaron las "uerzas para abrir la puerta y. . La imagen deber#a haberle aliviado1 sin embargo. sobre todo. . incluso. 5or eso siguió caminando hasta dar con una de las estrechas cancelas que se asomaban sobre el patio1 as# pudo comprobar que su orden hab#a sido acatada. La puerta se hallaba abierta de par en par y una estrecha pero permanente riada de personas abandonaba +intagel. en angarillas. 3inebra y l les hab#an hecho algo inmensamente peor. ' las personas que all# abajo des"ilaban a trav s de la puerta.o consegu#a olvidar las palabras de Sean. 2ab#a ido de la muralla a palacio sin echar ni una mirada a izquierda o derecha. tal vez. al llegar a la puerta de la estancia de 3inebra. sobre la muralla. !l "uego de la chimenea hab#a mermado considerablemente y la oscuridad y un "r#o aciago se hab#an apoderado de la habitación. terminar#a con toda probabilidad en uno de esos actos violentos precisamente. *uando entró. Sean y los suyos eran mercenarios1 hombres que hab#an decidido libremente llevar una vida en buena parte compuesta por violencia y que. se quedó parado. 3inebra tuvo que o#r sus pasos y seguro que supo qui n era el que penetraba en su estancia. para traspasarla y en"rentarse a los ojos de ella. mujeres y niños que abandonaba +intagel "ue haci ndose m)s pequeña y tambi n arriba. . !ra como si alguien hubiera barrido de un plumazo todo lo que conten#a su cerebro. mientras agarraba su brazo y apretaba la mano herida contra su pecho.. un gesto1 luego se volvió. yo sólo ten#a miedo por ti y. —Lo s —dijo ella. 3inebra le puso con ternura los dedos #ndice y corazón sobre los labios. se es"umaron. @am)s volver a golpearte con esta mano. 5or "avor. tragó con di"icultad y durante un rato luchó contra las l)grimas que pugnaban por salir de sus ojos—. las s(plicas de perdón. aunque las l)grimas asomaran a sus ojos —. —6o no quer#a —dijo de nuevo.. Lo dejó caer descuidadamente. pero quiz)s su silencio "ue mucho peor a cualquier cosa que pudiera haber dicho. Lancelot sent#a su garganta atenazada. la oleada de dolor se iba e/tendiendo hacia su brazo.. las disculpas. —Lancelot. . —6o. 3inebra emitió un gemido de incredulidad y de un salto llegó hasta Lancelot y le arrancó de la chimenea1 l perdió el equilibrio y se cayó al suelo. pero 3inebra se giró despacio y le miró a la cara. cr eme. 'hora que ya no ten#a la mano en el "uego. *uando Lancelot pro"irió un sordo gemido de dolor.. 7qu haces8 —gritó 3inebra horrorizada. Le dañó. es una locura& —6o no quer#a llegar a esto —murmuró Lancelot—. . "ue hacia la chimenea y se quitó el guantelete derecho. !sta vez 3inebra no contestó. 6o. +rató de acercarse a ella.o hab#a contado con ello. $!s. permaneciendo en silencio. pero la voz le complicó las cosas y tuvo que carraspear unas cuantas veces. —$Lancelot no& 79u es lo que haces8 —gritó ella al ver que intentaba levantarse y e/tender el brazo hacia el "uego nuevamente. 'sustada. 3inebra.. Lancelot permaneció all# un tiempo in"inito. pero por otro lado no le a"ectó en realidad.. :e pronto. —Lo s —dijo en voz muy baja—. para hacerle callar. ..—3inebra —comenzó Lancelot. no quer#a que las cosas llegaran tan lejos —susurró.. la soltó enseguida y la miró horrorizada. se agachó junto al "uego y puso la mano derecha encima de las llamas. —. !l dolor que el "uego provocó en su puño "ue espantoso y al mismo tiempo irreal.. ' pesar de que hab#a puesto la mano en la hoguera durante un tiempo muy corto.o es culpa tuya. pero su es"uerzo se diluyó en un solo paso. +odas las palabras que se hab#a repetido cientos de veces y otras tantas que hab#a rehusado utilizar. 6o. tal vez a(n m)s de lo que esperaba. pero en esta ocasión "ue 3inebra la que tiró de l con tanta "uerza que le sorprendió verdaderamente. mir)ndola y aguardando una palabra suya. —9u locura —sollozó 3inebra—. las llamas se la hab#an chamuscado y aqu# y all) comenzaban a aparecer grandes ampollas supurantes. lo siento tanto.unca m)s —murmuró l. 76 qu ser) de Sean y de los dem)s8 —'rturo no les har) nada. no. pero esta vez no hizo amago de volver a colocar la mano en el "uego. . amarga. luego se levantó y "ue de nuevo hacia la ventana —. @am)s deber#amos haber venido aqu#. luego asintió apenas perceptiblemente y.o —contestó 3inebra—. ni siquiera . dijo en voz baja-— >en.inguno de nosotros.iró otra vez su mano quemada. . +(. no y quiz)s.Lancelot se incorporó de nuevo. —7!n qu nos hemos convertido8 —preguntó. 'rturo. dibujando una sonrisa triste. pero eso no "acilitaba las cosas. no. 6o. —+al vez sigamos siendo los mismos que ramos al principio —respondió ella. Seguro que no. Lancelot. >)monos a casa. Lancelot. !l joven sab#a que nunca en la vida iba a perdonarse lo que hab#a hecho. —.erl#n. +al vez 3inebra tuviera razón. Les hemos tra#dos a los humanos sólo desgracia y su"rimiento —volvió la cabeza y le miró seriamente —.o es de los que descarga su ira sobre los inocentes. —Se quedó inmóvil un instante m)s. . . !l viento no alcanzaba ni de lejos la "uerza de la vez . tres mandobles de la espada de runas bastaron para quebrar uno de los ladrillos y luego ya sólo "ue cuestión de minutos en los que utilizó el arma como palanca con el "in de aumentar el hueco hasta hacerlo lo su"icientemente grande para que 3inebra y l pudieran introducirse por l. a pesar del suelo helado. pues la puerta no sólo estaba cerrada —con eso Lancelot hab#a contado— sino condenada. Lancelot se quedó parado y se inclinó sobre el precipicio con un escalo"r#o. Si hab#a una persona en el mundo.all# no hab#a nadie.erl#n. al igual que el resto de sus sentidos. alcanzaron sin ser descubiertos el sendero de rocas que conduc#a a la cueva de . 0ndicó con un gesto a 3inebra que se mantuviera en silencio y pegada a su cuerpo. no conociera la e/istencia de aquel camino secreto. Sin embargo. 3inebra pudiera permanecer unida a l en todo momento. pero estaba claro que hab#a tomado precauciones para curarse en salud ante la posibilidad de que optaran por pasear solos de nuevo. aunque sólo "uera por precaución. salió el primero mirando atentamente en ambas direcciones. 2asta el momento 'rturo hab#a mantenido su palabra y sus tropas todav#a no hab#an tomado la "ortaleza. :os.. La puerta que estaba tras la pared se encontraba abierta —7para qu iba a estar cerrada8 —. pero a pesar de ello Lancelot arrancó los goznes con un rudo golpe de la espada y la apartó de una patada. pero eso no signi"icaba que "uera a ceder tan ")cilmente. pero los ojos de Lancelot eran mucho m)s penetrantes que los de una persona normal. 'ntes de comenzar la bajada. 's# que donde Lancelot esperaba una puerta cerrada halló una pared de ladrillos rojos reci n construida. se ten#a que ser 'rturo. Sean no le hab#a dicho nada de ello cuando l se hab#a quejado de la puerta cerrada.*0 !l viento y el "r#o les recibieron con un aullido de hielo cuando abandonaron +intagel por la estrecha puerta trasera. +odos sus sentidos estaban tan tensos que parec#a que "ueran a romperse. sino que le llevó a descon"iar m)s todav#a. 5ero las cosas estaban claras. estaban solos.. La noche era muy oscura y no pod#an ver m)s all) de una o dos docenas de pasos. *on la espada todav#a en la mano y el escudo de runas sujeto al brazo izquierdo de nuevo. pero procurando no distanciarse de ella para que. :e pronto. que estuviera al tanto de aquella salida secreta y del sendero hacia la cueva del mago. !n un primer momento. ' cada paso que daba le resultaba m)s improbable que 'rturo. salvo 3inebra y Uther. ' pesar de que el dolor le imped#a mover la mano con soltura. 3racias a :ios el trabajo hab#a sido hecho muy r)pidamente y de "orma chapucera. Lancelot en su lugar habr#a enviado algunos hombres a la parte trasera de +intagel. Lancelot desenvainó la espada y la estampó con todas sus "uerzas contra la pared. y sintió que estaban solos. 5or lo menos. eso no le hizo tranquilizarse. Su huida estuvo a punto de acabar nada m)s haber empezado. que al igual que 3inebra hab#a crecido en ese castillo. y salió corriendo1 agachado y r)pido. Sobresaltada. diciendo—. +intagel te pertenece. 'rturo surgió de la oscuridad.anterior. 3inebra soltó un grito sordo.o temas. no os puedo dejar marchar —suspiró—. dubitativo. sólo triste y amarga —. +en#a tu palabra.o es por m#. Segu#a portando la misma armadura reluciente que Lancelot le hab#a visto por la tarde1 pero sobre ella llevaba una capa blanca. !stoy solo. Si a la luz del d#a ya hab#a sido peligroso bajar por aquel sendero. que so"ocó poni ndose la mano en la boca. no hab#a otra elección. y en lugar del yelmo luc#a el estrecho y sencillo aro de oro que utilizaba como corona. —6a lo s —aseguró 'rturo. en medio de la noche. se paró a dos pasos de ellos y su mirada "ue de uno a otro alternativamente.o puedo entreg)rtela. pero tiraba de l con sus dedos invisibles y g lidos y. Lancelot dio un paso a un lado tratando de escudriñar las sombras de detr)s del monarca. Lancelot. 6 eso he hecho. aunque tampoco ahora el mar bat#a contra la costa como si deseara derribar de un plumazo aquella "ortaleza construida por la mano del hombre. 7no es cierto8 —5or supuesto que s# —replicó Lancelot—. pero 'rturo sacudió la cabeza. —6 yo. *on aquella oscuridad era imposible desentrañar la e/presión de su rostro. y Lancelot se dio la vuelta tan bruscamente que casi perdió el equilibrio sobre las resbaladizas rocas. te habr#a aguardado en el castillo. Su mano derecha apretó la empuñadura de la espada. 5ero no estoy en tu lugar. obrar#a e/actamente igual que t(. . —. su proceder le parec#a una aut ntica locura. apartó la mano de la empuñadura. Si las cosas "ueran al rev s y yo estuviera en tu lugar. 'rturo sacudió la cabeza con ira. y de una manera tan in"antil adem)s —la "rase sonó dura1 su voz. joven amigo —dijo 'rturo cerrando la mano en torno al pomo de !/calibur —. . —'s# que al "inal s# tienes intención de engañarme. impoluta. agotados y temerosos como estaban. 5ero creo que nunca entendiste lo que eso signi"icaba. con el escudo azul real sobre el hombro derecho como (nico ornamento.i palabra de darte +intagel. —. 5ero tambi n le di mi palabra a 3inebra de que la proteger#a siempre. s# —contestó Lancelot—. Si hubiera sido una cuestión m#a e/clusivamente. —.o me o"endas tratando de engañarme por medio de las palabras. 5ero si quer#a que 3inebra conservara la vida. —79u quieres8 —2abr#a pre"erido no tener que responder a esa pregunta —dijo 'rturoD. !ra la palabra de un caballero lo que me hab#as dado. *omo un "antasma que hubiera aparecido en medio de la noche. Se apro/imó despacio. las olas romp#an con tanta intensidad contra los acantilados helados que bajo sus pies el suelo temblaba una y otra vez. 4l soltó la espada.o puedo hacer otra cosa —dijo en voz baja. 5ero hab#a algo m)s. asintió. y m)s de una vez hab#a sido testigo del pavor que sent#an los elbos ante el hecho de luchar contra otros miembros de su propia raza. al otro lado de la colina. +odo aquello ten#a una razón. $. !lla chilló. por lo que el 'rturo hombre quiere o no quiere. 7de qu se trata8 —gritó 3inebra—.o ir)n a la batalla para de"ender a un rey que se deja desa"iar por un niño — durante una d cima de segundo su mirada se posó en la espada de runas que ten#a Lancelot en su mano1 luego. —!ntonces. agarr)ndolo s(bitamente por los hombros. no lo hubiera empujado a un lado. Sin embargo. pero por un instante creyó ver l)grimas en los ojos del rey. se tambaleó hacia atr)s y estuvo a punto de caer por el precipicio. —!ntonces tendr) que ser as# —dijo 'rturo con amargura. Si "uera sólo mi vida la que estuviera en juego. . !/calibur tintineó en el suelo cuando el soberano se tiró al suelo para tratar de incorporarla tambi n. —$. 6 en ese mismo instante. 5ero no se trata de eso. me tirar#a inmediatamente por el precipicio para salvarte a ti. cayó de rodillas a su lado y la tomó por los hombros para girarla. a todo este pa#s. Su envite "ue tan r)pido que Lancelot casi no lo vio venir. Sin embargo. !/calibur se trans"ormó en un rayo de luz blanca dirigido a su pecho y le habr#a acertado si 3inebra. !s por todos los hombres que est)n all# a"uera. 5uede que Lancelot se con"undiera. casi de horror. 5ero en el (ltimo momento pudo dominarse y se derrumbó. Lancelot oyó per"ectamente el sonido atroz con que el acero cortó la carne de 3inebra. 7!s ese maldito orgullo tuyo8 7'mbos pre"er#s morir antes que doblegaros ante el contrario8 7!s sólo porque sois hombres que no pueden soportar que a veces se pierde una batalla8 —!s por el "uturo de Britania —dijo 'rturo—. pero de alg(n modo consiguió atenuar la potencia del golpe.. 6 la voz de 'rturo tembló ostensiblemente mientras continuó hablando —. si no todos. . la corona y *amelot para que siguieras con vida. gimiendo. una razón que no conoc#a.s lo suplico& 'rturo tragó saliva. 7Sabes lo que ocurrir) si uno de nosotros mata al otro8 5ara ser sinceros.o& —gritó 3inebra—. —. Lancelot tendr#a que haber respondido que no a la pregunta de 'rturo. ya estaba 'rturo junto a l. !/calibur tomó la trayectoria del pecho de 3inebra.o lo hag)is& $. la espada de runas parec#a arder y por un breve espacio de tiempo en los ojos de 'rturo apareció una e/presión de espanto. !n una ocasión hab#a presenciado la "uerza descomunal con la que hab#an entrechocado ambas espadas m)gicas. y se enderezó tambale)ndose mientras . :ar#a el trono. 3inebra rechazó los brazos tanto de uno como de otro. 5ero entonces l sacó el arma a su vez y !/calibur brillaba tambi n con igual resplandor mar"ileño. 'rturo gritó agudamente y trató de desviarla1 no lo logró. en sus ojos —. Lancelot desenvainó el arma poco a poco.o. justo al lado de Lancelot. y con ello. 7%ealmente quieres levantar esa arma contra m#8 —preguntó—. !n vez de atinar en la armadura de Lancelot. ' la p)lida luz de la luna. 3inebra.añana morir)n muchos de ellos. +( has desa"iado al rey. !l sendero no ten#a m)s de dos palmos de anchura. Lancelot habr#a podido acorralarlo y lo m)s probable es que en ese momento la suerte hubiera estado de su parte para darle la victoria. asió su espada y golpeó con ella las piernas de 'rturo. 5ero el golpe le tiró al suelo y tanto su capa blanca como su coraza plateada se tiñeron de rojo. Sólo pod#a con"iar en que la magia invisible que ya les hab#a protegido la primera vez que bajaron all# "uncionara todav#a. estaba helado y era muy escarpado. Lancelot levantó la espada de los elbos. Si todav#a hubiera tenido dudas sobre qui n ser#a el vencedor de la contienda. y !/calibur se trans"ormó de nuevo en un rayo de luz mortal del que no hab#a escapatoria posible. !n lugar de atacar a 'rturo. su mano herida pudo mantener la espada pese a todo. :etr)s de l 3inebra gritó algo. 'rturo se tiró a un lado para asir a !/calibur y eso hizo que el arma de su enemigo no le alcanzara en el pecho sino que rozara tan sólo su costado. Lancelot logró evitar el primer golpe de !/calibur y 'rturo dio en el vac#o. pero el rey se dio la vuelta a tanta velocidad que casi no pudo apreciarse su movimiento. aunque sintió que un dolor insoportable se le e/tend#a por todo el brazo. Se dio la vuelta como el rayo. 2ab#a sorprendido a un enemigo de mayor talla que la suya. poco podr#an hacer. *omo aquella vez en *amelot estalló una luz blanca. !l rey reaccionó de una manera tan incre#blemente veloz como su contrincante. ' trav s de sus dedos manaba la sangre que se e/tendió por la "ina tela de su vestido. pero se hallaba en una posición m)s di"#cil. 'rturo gritó de dolor y "uria. Lancelot se percató enseguida de que la herida no era pro"unda ni grave. luego se encogió y atacó con un rugido de rabia. 6a el primer mandoble le arrancó pr)cticamente el arma de las manos. —$:ate prisa& —le gritó. cuando ambas espadas m)gicas batieron una contra la otra. Sab#a que no iba a vencer a 'rturo. Lancelot se bamboleó hacia atr)s y estuvo a punto de caer al vac#o al no encontrar nada bajo uno de sus pies. 'brió las piernas para a"ianzarse mejor y esperó el ataque de 'rturo. se dio casi la vuelta y le pegó tal empujón que ella se vio obligada a correr a trompicones por el estrecho camino que bajaba hacia la costa. pero no prestó atención. deslumbrante. !n el (ltimo segundo. Si no era as#. pero con una rauda voltereta se puso en pie de nuevo y dio un paso hacia atr)s para recuperar el equilibrio. sin embargo. pero aquello quedaba atr)s y ahora no le dar#a una segunda oportunidad. inimaginablemente poderosas. La espada de runas hab#a traspasado su armadura m)gica tan ")cilmente como lo hac#a con el resto de corazas. Sin embargo. !l riesgo que corr#a era inconmensurable. y como entonces percibió el combate de "uerzas ancestrales. que al entrechocar de las armas pareció sacudir el mundo desde sus propios cimientos.se mord#a los labios a causa del dolor. pero estaba claro que s# muy dolorosa y una oleada de indignación se apoderó de l y le hizo dejar de lado cualquier signo de cordura o de temor. levantó a 3inebra. !n esta ocasión. pero su rabia se hab#a evaporado tan r)pidamente como llegó. a pesar de que la rabia de Lancelot le con"irió "uerza y rapidez. se le habr#an disipado en aquel mismo instante. "r#a. pero se tiró r)pidamente hacia delante y se dio la . *on una mirada r)pida ste se aseguró de que 3inebra no perd#a el equilibrio por el empinado sendero. y pisó en vac#o.o puede seguirnos. 5arec#a consternado. 6 entonces ocurrió lo mismo de la otra vez. que se hab#a puesto la mano sobre la boca para controlar su espanto y parec#a haberse quedado petri"icada en esa posición. sólo se echó hacia atr)s. !l peso de la espada era casi m)s de lo que pod#a soportar. 3inebra chilló descompuesta y de pronto el cielo y la muralla de +intagel se pusieron del rev s y Lancelot cayó cabeza abajo. !/calibur se clavó tan pro"undamente en la roca que 'rturo tardó un rato en conseguir desprender el arma de nuevo. 'rturo le hab#a precedido en su movimiento. Se hab#a parado all# donde la pared terminaba y comenzaba el sendero.. ' tan sólo un dedo de su yelmo. sorprendido1 absolutamente conmocionado. varias lascas se desgajaron bajo su otro pie para precipitarse hacia las pro"undidades1 y l "ue inclin)ndose despacio pero sin solución hacia atr)s. luego envainó la espada y se volvió hacia 3inebra. en el acto. 'rturo oyó sus palabras y lo miró. y Lancelot se percató de que la mancha oscura de su hombro se hab#a hecho mayor. 6. al "inal. vio tambi n que 'rturo ya hab#a superado el asombro e iba a su encuentro. Lancelot le mantuvo la mirada por espacio de un segundo. hacia el abismo. pero no lo consiguió y. 5or lo visto. le agarró y lo depositó con cuidado sobre el estrecho sendero cincelado en la pared de roca. l no puede —murmuró Lancelot—. La herida que le hab#a in"ligido !/calibur sangraba abundantemente y ella temblaba de pies a cabeza. +ras una serie de crujidos. 5robablemente no sent#a mayor dolor a causa del shoc2. Una mano invisible. 5ero 'rturo no llegó. trató de evitar la ca#da. incre#blemente "uerte se apro/imó. sobre todo. con las piernas y los brazos desmadejados. suave y.. una barrera que le impidiera continuar. tambi n algo "urioso1 pero. y tuvo que reunir todo su coraje para girarse en la dirección por la que se aparecer#a el monarca. +ambi n ella ten#a los ojos desorbitados mientras observaba a ambos intermitentemente. . !n cuanto se hubo girado. 5ero 7por cu)nto tiempo8 Lancelot se incorporó algo con"uso y se dio cuenta de que hab#a ca#do por espacio de unos dos metros y ahora yac#a junto a 3inebra. voltearse desesperado. %)pido. .vuelta. sin hacer ning(n intento de volver a atacar. por el rabillo del ojo. Braceando. y una e/presión de pro"unda perplejidad se e/tend#a por su rostro. —Sigamos —dijo—..o les quedaba mucho tiempo. .. y Lancelot aprovechó la oportunidad para apartarse rodando de all# y ponerse en pie de un salto. ' su espalda y ligeramente m)s abajo que l. con aspecto desconcertado. el #mpetu del golpe le hizo derrumbarse pesadamente sobre la espalda y. 'rturo atacó una vez m)s. —4l. pues ahora le cortó el paso con presteza y trató de dispararle una estocada que erró y "ue a incrustarse en el escudo que Lancelot acababa de levantar.. al mismo tiempo. La misma magia que hab#a preservado a 3inebra de precipitarse a la muerte le hab#a salvado tambi n a l.. . Sin embargo.o era como si hubiera chocado contra un muro invisible. pero l mismo sintió que era demasiado tarde. y en esta ocasión con tanta energ#a que Lancelot ya no se molestó en de"enderse. apoyó la espalda y los hombros en la pared y sólo as# consiguió izar el cuerpo. +rató de levantarse reiteradamente. $3inebra& . Sencillamente estaba all#. . *ada paso le costaba un es"uerzo mayor y. alcanzaron la estrecha hendidura en la roca y penetraron en la cueva. Lancelot sacó la mano del agua con estupor. ' punto de perder la conciencia. 3inebra se golpeó pesadamente contra el suelo y emitió un gemido apagado. para comprobar sin sorpresa alguna que goteaba sangre a trav s del guantelete. y tambi n se hab#an borrado las rozaduras rojas que los huesos astillados de sus dedos hab#an impreso en la piel. —$3inebra& 79u te sucede8 !lla trató de negar con la cabeza. es que lo era realmente. aunque a Lancelot le parecieron una eternidad. Lancelot estaba e/tenuado y ya no ten#a "uerzas para nada m)s. 'l momento. ni mucho menos. inmediatamente y sin es"uerzo alguno. %ompió su vestido a la altura del hombro. se e/tendió una sensación. llenó el cuenco de sus manos con agua y roció con ella el pro"undo corte. . 3inebra suspiró aliviada. lleno de dolor. y aquello tal vez era lo peor. y necesitó in"initos segundos para erguirse de nuevo. +otalmente perplejo. es que percib#a claramente que el mandoble de 'rturo. pero no ten#an. si no todos. le hab#a roto por lo menos dos o tres dedos. *ayó hacia un lado y sobre su espalda. 5udo ver cómo la herida dejaba de sangrar e. Lancelot se derrumbó de rodillas entre intensos jadeos. pero no hab#a nada que pudiera hacer por ella.o es que pareciera magia. La mano derecha le dol#a tanto que habr#a gritado muy a gusto. y por todo el brazo. notó que una nueva energ#a sanadora recorr#a sus miembros. !l dolor se apagó. recorrió a gatas los dos pasos que le quedaban hasta la orilla y se quitó la manopla entre gemidos de dolor. !l milagro se repitió. que l hab#a contrarrestado con la espada de runas. %ealmente pod#a ver cómo se le estaba regenerando la piel quemada. pero 3inebra se giró obediente y corrió camino abajo. sino de una agradable tibieza y. Lancelot tuvo tiempo de correr hacia ella y abrazarla antes de que se precipitara al suelo. . 5or su mano. sumergió la mano en el agua para atenuar el su"rimiento. levantó el brazo derecho hasta su cara. movió los dedos. con las rodillas dobladas hacia el cuerpo y la mano derecha apretada contra el hombro herido. 5ocos minutos despu s. estaba junto a 3inebra. !ntre temblores. 3inebra yac#a a su lado. pero el trayecto le resultó cien veces m)s largo. no de "r#o como esperaba. pero levantó el cuerpo de la joven y continuó dando traspi s. pero aquel solo gesto pareció agotarle las escasas "uerzas que le quedaban.o contaba con ello. cerró la mano "ormando un puño y luego se la miró de nuevo. Se levantó vali ndose de manos y rodillas.o es que lo supusiera. cuando llegaron por "in a la orilla del lago subterr)neo. Las quemaduras no hab#an desaparecido. !l dolor de su mano quemada le resultaba cada vez m)s di"#cil de soportar. en lugar de sentir aquellos latidos so"ocantes que se hab#an adueñado ya de toda la parte derecha de su cuerpo. dio dos pasos m)s y luego comenzó a tambalearse. . 'quel resplandor misterioso que ya irradiaba la cueva la primera vez les mostraba el camino tambi n ahora. se cerraba por arte de magia. Sintió tanta compasión que llegaba a dolerle "#sicamente. Lancelot la sacudió con mayor #mpetu cuando 3inebra se desmayó en sus brazos. el mal aspecto de un momento antes. al que pertenec#an y en el que dejar#an atr)s cualquier signo de ira. se giró y soltó un grito ahogado1 tal vez sólo un gemido que quer#a tornarse chillido. "inalmente. y desapareció tambi n la e/trema palidez de su cara. ni siquiera se sorprendió verdaderamente cuando —m)s despacio que 3inebra y una d cima de segundo m)s tarde — se volvió tambi n y descubrió aquella "igura delgada. estaba su patria. el mundo del que proven#an. —7!st)is seguros de que es esto lo que dese)is8 3inebra "ue presa del susto. Se apro/imó a ellos. ?ueran lo que "uesen aquellas cuevas. como si portara una pesada carga invisible. palpó con las puntas de los dedos la piel a(n roja de sangre... —. qu has hecho8 —murmuró. >os. se detuvo un instante sobre la "ormación de cristal brillante de su centro y buscó despu s la otra orilla y la enorme puerta negra de hierro "undido. :esconcertada. 2a sanado tu herida. 5ero yo cre#a que estabais. pero sin rastro de herida. recubierta de runas m)gicas. 5or "in. 6a no hab#a dolor en su mirada —por lo menos. —. —79u . 6 la m#a tambi n. tal vez lo estaba —añadió—. como si no se atreviera a tocarla.erl#n all#. por lo menos eso le pareció a Lancelot. Se puso en pie y alargó el brazo hacia el agua. +(. abrió los ojos de nuevo. dolor y miedo.erl#n8 —e/clamó 3inebra—.. dolor "#sico—. observ)ndolos.ada —respondió Lancelot. cariñoso pero tambi n decidido1 se acercó unos pasos m)s y luego abarcó el lugar con un gesto de la mano. . Sus pasos eran lentos1 se mov#a di"icultosamente y con los hombros inclinados hacia delante. pero paró a mitad del movimiento. Levantó la mano y movió los dedos —..uerto8 —preguntó . —'h# detr)s —dijo en voz baja. Lancelot. Sab#a tambi n —sin necesidad de tener ninguna prueba al respecto — que esta vez se abrir#a para ellos. Sab#a que ella ten#a razón y detr)s de aquella puerta de hierro negro. 5or espacio de largo tiempo. su mirada vagó por el lago subterr)neo. ya no pertenec#an completamente al mundo de los humanos y se hallaban en una parte de la realidad en la que las pruebas eran tan poco necesarias como la lógica.. 3inebra observó la mano de l1 luego.. Se preguntó cu)nto tiempo llevaba ... . Sin esperar a su respuesta. >uestro tiempo se acaba. se miró el hombro y. !ntonces est)is.. +en is mucho menos del que cre is. no se asustó.!l temblor de 3inebra se "ue apaciguando hasta terminar por completo. !s el agua. se sentó.erl#n con una sonrisa de disculpa... —7.erl#n la interrumpió con un movimiento de la cabeza. —!ntonces. y tambi n el tiempo se ajustaba a otras reglas distintas a las habituales. de nuevo su hombro.. canosa y con barba que hab#a llegado tras ellos y se hab#a quedado a una cierta distancia. pero no lo consiguió. pero la muerte no es eso que imagina la mayor#a.o estoy aqu# para hablar de m#. sin embargo. !n cierto sentido. 5ero al mismo tiempo irradiaba una "uerza y una energ#a que sobrecogió a Lancelot —. pero lo que Lancelot leyó en ella provocó que un escalo"r#o recorriera su espalda. —7. —Lo s —dijo Lancelot. o tienes que avergonzarte por ello. incluso. criaturas "abulosas de mil colores y animales que viv#an en pac#"ica armon#a.uestra patria —susurró 3inebra. consegu#a e/presar con palabras la imagen que se o"reció a los ojos de 3inebra y l aquel d#a. —5ero nunca podr#amos regresar —susurró Lancelot. asustada. y cientos de cosas para las que no encontraba palabras y que. se hallaba all#. !ra todo aquello que quiso tener entonces. le eran tan "amiliares como si hubieran "ormado parte de l desde el mismo momento de su nacimiento.3inebra contempló al viejo mago canoso algo irritada. !ra lo que sentía.erl#n se giró hacia l. pero Lancelot sólo asintió con tristeza.erl#n—.el mundo del otro lado de la realidad.erl#n con una actitud tan interrogante como la de 3inebra. +ampoco aquello le hab#a sorprendido. uno por qu.erl#n. . los dos.erl#n sacudió la cabeza sonriendo cuando 3inebra se dispuso a replicarle—. personas "elices. :urante todo el tiempo hab#a sentido en lo m)s pro"undo de s# mismo no sólo que . que ya hab#a visto.an . !ra la misma imagen que surgió ante ellos entonces. 3inebra no pareció comprender lo que quer#a decir con aquella "rase. aquello por lo que val#a la pena vivir e. umbr#os. hermana de *amelot. sin embargo.erl#n con desagrado. !ra el para#so. pero . 'll# encontrar#ais la "elicidad. tambi n a 3inebra — m)s que nada hasta entonces. pero luego desvió la mirada y contempló la gigantesca puerta de hierro del otro lado del lago.g. :etr)s estaba la +ir . . un cielo azul radiante. +al vez porque la lengua que hab#a aprendido y en la que pensaba no ten#a vocablos adecuados para ello. +ampoco despu s. —. pero Lancelot creyó saber lo que signi"icaban sus palabras. Una sonrisa huidiza y e/trañamente triste se dibujó en el rostro de .g.an . donde Lancelot ya hab#a estado1 no era la "ortaleza mayor y m)s lujosa. la primera vez que estuvieron solos y abrieron el libro m)gico de . a lo largo de los años siguientes y siempre que Lancelot meditaba sobre ello y trataba de imaginarse la escena de nuevo. morir. —S# —aseveró .erl#n. la +ir . sin duda.o era lo que #eía lo que le a"ectaba a l —y. S todo el dolor que has padecido y todav#a padeces. ni el pueblo en el que se hab#a topado con el chico elbo. mi niña. colinas suavemente onduladas. al instante siguiente la puerta se abrió sin hacer ruido como por obra de un "antasma. el mundo en el que ambos nacisteis. >ieron e/tensiones de un verde vivido.o eran los bosques verde oscuros. Levantó la mano levemente y movió los dedos. en el desv)n de *amelot. irradiando orgullo y dignidad. sólo que en ese mundo no hab#a muerte y la "elicidad duraba toda la eternidad. 5or lo menos. —9uieres regresar —. por cierto— la mirada de la puerta y del detalle de la 0sla de los 0nmortales que se apreciaba detr)s y miró a . lo miró penetrantemente por espacio de un segundo y luego a"irmó serio—S#. pues durante un instante apartó —con un es"uerzo considerable.erl#n estaba en las pro/imidades. :urante unos segundos miró a . . >io por el rabillo del ojo cómo 3inebra tomaba aire. . a pesar de que se sent#a incapaz de e/presar en alto el pensamiento. la 0sla de los 0nmortales. 7tambi n "uiste t( el que apremiaste a Sean para que nos pusi ramos r)pidamente en camino la tarde antes del ataque de . una especie de truco. por consiguiente.. . —6o creo que s# lo comprendes... 6 el porqu de que llev is dentro de vosotros las respuestas a todas vuestras preguntas.. !scucha dentro de ti.... 5ero ya basta de hablar de los irlandeses. !l camino est) abierto. que jam)s podr#a perder vuestro rastro ni el de +intagel. !ntonces. voy a hacer algo que no deber#a hacer. sin embargo. 5ero 7realmente quieres ir all#8 Se apro/imó algo m)s. y.o se trataba de un "antasma o de un truco de magia. Las respuestas a todas las preguntas que te has ido haciendo est)n ah#..erl#n.erl#n —. ?ue. 'quella inesperada con"esión "ue para Lancelot como si le hubieran dado un mazazo en la cabeza. —. 'lgo que sólo erais capaces de ver vosotros y los irlandeses.adie intentar) deteneros y nadie os har) daño en ese lugar. mucho antes de que t( te trans"ormaras de :ulac en Lancelot... —79u 8 —se asombró Lancelot—...organa8 —'lgo que desgraciadamente el irland s no consideró —lamentó . 6. tambi n el deseo de lo que podr#a haber sido vuestra patria si el destino hubiera demandado otro cometido de vosotros.. 6a no nos queda casi tiempo. sólo. 5or eso encargu al irland s Sean y a sus hermanos que cuidaran de vosotros y les di un semental negro muy especial. con esa aparición Sean sacó de. 7por qu no preguntaste por m# o por 3inebra para que sali ramos a hablar contigo8 —5orque no "ui yo el que habló con Sean —e/plicó . 6. —5ero 7por qu no viniste dentro8 .erl#n se rió con e/presión apacible—. y Lancelot vio que de alg(n modo. algo que realmente nació del propio Sean.erl#n—. negó con la mano de manera tajante mientras continuaba —. . . de raza elba.o nos queda mucho tiempo —añadió—. tom determinadas precauciones.o lo plane . algo que l tomó consigo en nuestro primer y (nico encuentro en las cercan#as de *amelot. .erl#n con ternura —. 6 una de ellas "ue que Sean y los otros os siguieran discretamente por si se cumpl#an mis temores. era como si le "altara un poquito para ser realidad. niña —le corrigió . era irreal. luego. para actuar siempre que "uera preciso. pero de nuevo se paró. por eso. —7!ras t(8 —Lancelot sacudió la cabeza con incredulidad —. por lo menos.8 —Se las di yo mucho tiempo antes.erl#n terminó la "rase y... —. 2ay demasiado en juego. ..—5ero. despu s de la conversación con. antes de estar lo su"icientemente cerca como para rozarle. >oy a aclararos lo que tendr#ais que haber descubierto en el devenir de toda vuestra vida. —76 las monedas que..o lo comprendo. 79uiere eso decir que t( lo planeaste todo desde el principio8 —*laro que no —. Su mirada vagó de nuevo hacia la puerta del otro mundo y luego volvió casi suplicante al rostro de . 5ero 7cómo8 —murmuró 3inebra. erl#n se nublaron con una dosis mayor de tristeza. 9ue nos perdonen los dioses en los que creemos.o siguió hablando y. tras una eternidad y en voz tan baja que casi pareció un suspiro. 'll# tan poco como aqu# —su voz enmudeció. $!s nuestra patria+ —79u es lo que os hemos hecho8 —preguntó . es cierto. Los ojos oscuros de . —.erl#n asintió despacio y con tristeza.. 5ero la pregunta sigue en pie. 4se ya no es vuestro mundo. se volvió hacia .o encontraba las palabras que buscaba. qu signi"ica eso8 —preguntó 3inebra con un timbre agudo.ordred. . que se convirtió casi en un chillido—.o el derecho —respondió . . —Si lo supiera —dijo .. y muchos otros.an . . 0nmediatamente Lancelot la interrumpió.. —S# —corroboró l—.erl#n.. —comenzó 3inebra. Lancelot terminó—5ero no pertenecemos all#. no deseaba ni saber las preguntas.todas las respuestas a todas las preguntas estaban ya dentro de ellos. y entonces dónde podemos ir8 —murmuró 3inebra. 5ero podemos.o hab#a tenido la "uerza su"iciente para mirar al mago al pronunciar aquellas palabras. aunque nacierais en l..erl#n con suavidad — y tampoco la "acultad.erl#n—. —'l "in y al cabo. nuestra patria es esa —murmuró 3inebra—.erl#n..erl#n. —79ui nes somos. Sólo miró al suelo mientras se abrazaba con tanta intensidad a 3inebra como si temiera perder el contacto con la realidad y derrumbarse en un abismo de oscuridad insondable. *on una mirada casi de s(plica.erl#n con tristeza.. —79u . .—76 eso signi"ica que nos hemos ganado el derecho de regresar a la +ir .. .erl#n—. pero . —. sacudiendo la cabeza mientras la abrazaba con in"inita cautela. 0gual que 'rturo y . de mi sangre. !s m)s. Lo siento. nosotros pertenecemos all#.. . no habló.. Sin embargo. Sois de mi raza. —5ero. —76. 7!s as#8 !n el rostro del anciano mago apareció una e/presión de dolor que Lancelot nunca iba a olvidar.erl#n8 —preguntó Lancelot. 3inebra. 6o no puedo. !n lo m)s pro"undo de su interior estaba arraigado el mismo conocimiento ancestral que hab#a en l.osotros. . S que no tengo derecho a pediros perdón. pero Lancelot sintió que no era porque no comprendiera las palabras de . 5ero en ese momento 3inebra se negaba a escucharlas. —.g8 —dijo Lancelot con amargura.79uer is ir realmente8 7:ese)is abandonar la que durante todos estos años ha sido vuestra patria8 3inebra mostró turbación.o pertenecemos all#. pero voy a hacerlo a pesar de todo. !ra como hab#a dicho . 3inebra se dio la vuelta y lo miró casi horrorizada.acisteis all#. erl#n se entristeció m)s todav#a. +uvimos que proteger a los humanos mientras "ueron jóvenes e ine/pertos. . Lancelot observó la espada de runas de su cincho y la mirada de . 'lgunos humanos nos recuerdan todav#a y durante alg(n tiempo seguiremos perviviendo en sus mitos y leyendas. —'rturo era uno de ellos. 6 yo.erl#n. 7Le dar#as a un niño una espada a"ilada8 !n lugar de contestar.erl#n.tros la averiguaron y se sintieron muy a"ectados por ello.—Somos la vieja raza —respondió . pero a pesar de ello el mago se limitó a sacudir la cabeza y continuó su parlamento sin contestar a la pregunta. pero el tono de su voz sonó algo )spero. 76 qui nes son nuestros padres8 Leyó la respuesta en los ojos de . por eso. —. —!ran jóvenes. 6. !n un tiempo este mundo nos perteneció y nosotros lo gobernamos de una orilla a la otra del gran oc ano.. y tambi n vosotros y otros muchos.uestro pueblo vive ahora en otro mundo. para traspas)rsela a una raza m)s joven y brava. 'lgunos siguen sin conocer su verdadera naturaleza y nunca la sabr)n. 5ero nuestro poder en este mundo disminuyó en la misma medida en que los humanos dejaron de creer en nosotros.ecesitaban que alguien los guiara o habr#an acabado con ellos mismos.erl#n—. como si recordara un te/to ya escrito y tratara de e/ponerlo antes de que le "allaran las "uerzas—. 9uiz) el recuerdo de los humanos sea la (nica razón de que estemos aqu# todav#a.uestra soberan#a duró eones y nosotros nos hicimos viejos y sabios. .o debes juzgarnos. Su silueta pareció ondear. y seguiremos aqu# cuando lleven ya mucho olvidados. pero era un arma poderosa —sacudió la cabeza—. !st)bamos aqu# antes de que e/istieran los humanos. "uimos trayendo de vez en cuando un reci n nacido a este mundo y lo dejamos a la orilla de un lago para que ellos lo encontraran y criaran. 5ero "ueron creciendo y se hicieron m)s "uertes.erl#n—.o quer#a. y tambi n orgullosos. "uertes y bravos. 6 en un momento determinado aparecieron los humanos. 9ui n sabe. 5ertenece a la naturaleza de la magia que creó esa puerta que para aquellos que est n al corriente de su verdadera naturaleza el camino que pasa a trav s de ella sea un camino sin retorno. . 5ero llegar) el momento en que nos olviden del todo —sonrió con tristeza—. como si estuviera compuesta por humo vol)til que se "uera reuniendo hasta "ormar la imagen de una persona. —+al vez no del todo —sospechó Lancelot. perros de compañ#a que nos entreten#an con sus habilidades. —Llegó un momento en el que nos dimos cuenta de que los humanos necesitaban una dirección m)s "uerte —siguió . . !s muy sencillo señalar los errores y emitir un juicio a posteriori.. . 6 as# comenzamos a retirarnos de esta tierra. mi joven amigo —dijo . pero tambi n tontos e indomables —a"irmó . y al instante siguiente "ue real de nuevo —. . —'s# llegamos nosotros aqu# —murmuró Lancelot riendo con amargura —. !l entendimiento que se les otorgó pod#a ser tosco y burdo. y llegó el momento en el que reconocimos en ellos lo que nosotros hab#amos sido in"inito tiempo antes. 'l principio no eran m)s que animales para nosotros. tal vez entonces dejaremos de"initivamente de e/istir. —6 por eso hay hombres como 'rturo y .ordred —dijo Lancelot amargamente—.erl#n en un tono algo distinto y m)s alto. o todos nosotros compartimos la opinión de que los humanos ya est)n preparados para decidir su destino por s# mismos. pero en realidad nuestros corazones no se di"erencian tanto de los de ellos. 7tengo razón8 —preguntó. +ambi n para m#. pero no tengo elección.erl#n durante largo rato y en silencio. 6 quiz) algunos de los nuestros hayan tomado gusto al poder que detentamos en este mundo. . 3inebra. Su ej rcito y el de . 'rturo y su ej rcito no pueden medirse con .—5or eso pude regresar —dijo Lancelot—.erl#n sonrió cariñosamente al responder—4sa es una buena pregunta.o tendr#a que hab rselo dado a 'rturo nunca.ordred acaban de encontrarse y l perder). ahora se daba cuenta. 0gual que esa puerta no volver) a abrirse para vosotros si ahora le dais la espalda. .erl#n—.adie pudo nunca con sus caballeros& —Su magia era la del 3rial —contestó .erl#n—.ordred —añadió .erl#n—. !/isten los que creen que los humanos est)n ya preparados para la libertad y los que opinan que siguen precisando la ayuda de los dioses.organa y . $. . !lla vencer). —5ero 7por qu nos peleamos entre nosotros8 —preguntó 3inebra—. —7*omo . —6 por eso podr#ais atravesarla de nuevo y no regresar nunca m)s —aseveró . —5ero $'rturo es invencible& —protestó 3inebra—. Lo siento.uestra raza puede ser mas antigua que la humana. porque tambi n el mago ancestral que vagó por aquel mundo bajo tantas "ormas distintas.erl#n—. 6 lo sabe. Su "rente se arrugó cuando pronunció su nombre. —7+uvo que tomarla tambi n 'rturo8 —preguntó Lancelot.ordred y sus hordas de b)rbaros. . 75or qu trata . el poder de *amelot se quebró tambi n. . *uando ste se perdió. . hab#a traspasado una (ltima vez la puerta m)gica hacia la 0sla de los 0nmortales. Sólo hab#a dejado atr)s una parte de l para aguardarlos y decirles e/actamente lo que ahora estaban oyendo.organa y sus elbos oscuros —susurró 3inebra. —6 .erl#n. —5ara cada uno de nosotros llega el momento determinado de tomarla — respondió . +ambi n l lleva viviendo demasiado tiempo con los humanos para no haber probado el gusto por el poder y a"icionarse a l. mi niña. Lancelot levantó la cabeza y observó la imagen de .organa de derrotar a 'rturo si somos todos de la misma raza8 . —.o era realmente .organa8 —sospechó Lancelot. luego apareció de nuevo en sus ojos aquella mezcla de pesar. —!ra e/cesivamente poderoso —corroboró .erl#n el que estaba "rente a ellos.s obligo a tomar una decisión cruel. .erl#n—. resignación y culpa—. —La disputa es tan vieja como nuestra decisión de regresar al otro mundo — con"irmó . tal vez seamos algo m)s sabios.ordred ascender) al trono de *amelot y se vendr)n abajo los principios que sustentaron la +abla %edonda. pero sólo por un momento. 5orque no lo sab#a. —?uiste t( el que te deshiciste del 3rial. —76 qu debemos hacer ahora8 —preguntó 3inebra. 'rturo tiene en +intagel una robusta "ortaleza en la que re"ugiarse y poder mantener a sus enemigos un tiempo m)s. Luego se dio la vuelta para mirar la puerta abierta al otro lado del lago. se colocó al lado de Lancelot y apretó su mano con "uerza.erl#n. *omenzó a sollozar de nuevo. sin embargo. —!ntonces . mi joven amigo —dio . pero al "inal tambi n caer) ese castillo. resultaba inalcanzable. .ordred vencer) y mil años de oscuridad se cernir)n sobre el mundo de los humanos —susurró 3inebra y se puso en pie tambi n. . pero Lancelot apartó cuidadosamente el brazo del hombro de 3inebra.erl#n—.o olvides que aqu# el tiempo se rige por otras normas que arriba. Luego se giró de nuevo. —S# —respondió Lancelot—. el para#so que estaba a un paso de ellos y. —7La batalla "inal se est) desarrollando en este mismo momento8 —La primera batalla ya ha concluido —respondió . pero sus ojos permanecieron secos como si hubiera derramado ya todas las l)grimas que le quedaran. 75or qu los elbos no matan a los elbos8 .erl#n no contestó. . en el mundo de los humanos. —2ay todav#a una pregunta que quieres hacerme.erl#n se lo dijo. se puso en pie y se volvió al mago por completo. Luego se puso en pie entre jadeos1 agotado. que parec#an querer volcar sobre la tierra su carga de sangre. tirando de 3inebra. 5or encima de ellos re"ulg#a el re"lejo del castillo ardiente m)s all) de las nubes. quiz) no para todos.o "ue necesario que viera el humo y el re"lejo del "uego. La hendidura en la roca ya no estaba. pero aceptó su decisión.31 La batalla estaba "inalizando cuando abandonaron la cueva y tomaron el camino de la costa. 6 Lancelot recordaba con un escalo"r#o la (ltima mirada que hab#a echado hacia la caverna. —>oy contigo. pero s# all# y para ellos.g estaba cerrado1 tal vez no en todas partes. :esapareció en el mismo momento en que abandonaron la cueva. casi sin entender su intención. mucho m)s "r#o. . La cueva de . entonces juntos. alcanzaron el estrecho camino que llevaba al postigo en la parte trasera de +intagel. que no pudo precisar si era mañana o tarde. pues la magia invisible que hasta entonces les proteg#a se hab#a evaporado. Si sobreviv#an. Lancelot comprendió que sus altivas murallas y torres hab#an sido destrozadas. se hab#a atenuado a causa del "ragor de la batalla que brotaba de +intagel. 0ncluso el bramido del mar que bat#a bajo ellos. Un humo oscuro sobrevolaba las almenas de +intagel. :eb#a de estar tan e/tenuada como l. >aya tonter#a. 2ab#a llegado el crep(sculo. —:eber#as quedarte aqu# —dijo l—. luego negó con la cabeza. ni oyera el chisporroteo de las llamas y los gritos de los moribundos. apoyó la espalda en la pared amurallada y le tendió la mano a 3inebra. luego sacudió la cabeza y se levantó despacio y tambaleante. 3inebra sab#a tanto como l que lo m)s probable era que en el castillo no los esperara nada m)s que la muerte. !l viento. y aunque sólo divisaba la parte trasera del castillo. y Lancelot tuvo que reunir toda su energ#a y voluntad para bajar por el estrecho sendero de rocas hasta la costa. 'mbos lo sab#an. :onde estuvo su entrada se ergu#a ahora una maciza pared de piedra. pero se limitó a observar su mano por espacio de un momento. pero por sus propios medios. pues no habr#a podido levantarse aunque lo hubiera querido. 'sintió y dijo- . %espirando con di"icultad y al borde de sus "uerzas.o trató de convencerla de lo contrario. y si l mor#a y 3inebra continuaba viviendo. . para asumir que la poderosa "ortaleza agonizaba junto con los que la de"end#an.erl#n se hab#a evaporado. pero el cielo estaba tan cubierto de espesas nubes cargadas de nieve.o s cómo andan las cosas all# dentro. 3inebra lo miró ine/presiva. lo que le aguardar#a a ella ser#a mucho peor que la muerte. no de nieve. !l camino a la +ir . contra los acantilados.an . tuvieron que detenerse un momento para rehacerse. impenetrable. Lancelot aguardó a que su corazón dejara de latir alocadamente y se atenuara el temblor de sus rodillas. se hab#a reavivado. ' pesar de que Lancelot comprend#a lo importante que era cada segundo. . o era por eso —dijo y señaló algo o a alguien que estaba tras ellos. !l irland s ten#a una pinta horrenda. 5ero el irland s le dio a entender con un gesto inmediato que no lo hiciera.la puerta estaba abierta y tampoco hab#an reparado el muro de ladrillos1 as# que apenas un instante despu s estaban dentro. +odav#a tenemos algo que terminar. +anto sus cejas como sus cabellos estaban chamuscados como si a duras penas hubieran logrado superar un "uego. !l diminuto patio interior no hab#a variado para nada desde que abandonaron +intagel por aquel mismo lugar y tanto el "ragor de la batalla como los gritos y el chisporroteo de las llamas llegaban all# mucho m)s atenuados que a"uera. —9u date aqu# —dijo con severidad—. —. al igual que su hermano. luego la empujó con suavidad para que se apartara de su camino y apoyó la mano en la puerta. en ese mismo momento algo se derrumbó con tanto estr pito que acalló la objeción —en el caso de que la hubiera habido — de 3inebra. —. Sólo la luz roja que se re"lejaba sobre las nubes y teñ#a la escena del color de la sangre derramada era m)s intensa. . pero esta vez la sujetó con un movimiento r)pido y tiró de ella algo m)s bruscamente para devolverla justo detr)s de l. 5ero qu date siempre detr)s de m#. al otro lado de los muros.o nos queda tiempo —comunicó respirando con di"icultad mientras señalaba a su espalda—. al detenerse vacilante a tres pasos de Lancelot. tal vez de sus enemigos. $6 en ning(n otro sitio& 3inebra sacudió la cabeza.—!ntonces.o comentó nada. Lancelot se soltó el escudo de la espalda. 3inebra quiso adelantarlo de nuevo. 'dem)s. que tambi n parec#a aguardarlos en las sombras. se volvió hacia el camino helado y comenzó a correr tan deprisa que Lancelot tuvo que es"orzarse para mantener su ritmo y sólo consiguió alcanzarla cuando llegaron al postigo. agotado. !l milagro que ni se atrev#a a desear. de acuerdo. algo m)s arriba de la rodilla. 3inebra hizo que s# con la cabeza. (nicamente la observó con una breve mirada de reproche. con tan mal aspecto que casi parec#a un milagro que pudiera mantenerse en pie. $%)pido& $'l patio de armas& 5ara corroborar sus palabras. —7!s as# como se saluda a los amigos8 —preguntó Sean. pero Lancelot no le dio la posibilidad de enredarse en un nuevo debate o hacer algo irre"le/ivo1 siguió hacia delante con pasos cautos pero muy veloces. y corr#a sangre por sus brazos. La imagen que los acogió era de una absurda placidez. Lancelot se giró y la espada de runas vibró en pos de una v#ctima que pudiera derribar de una estocada. . La "igura que surgió de la sombra de un muro daba muestras de tener di"icultades para sostenerse de pie1 trastabillaba y a punto estuvo de caer de no ser porque un segundo hombre. ocurrió. Sean ten#a una herida abierta en la pierna. tal vez de ellos mismos. lo sostuvo con su brazo izquierdo y desenvainó la espada de runas. pase lo que pase. la sostuvo con "uerza. —$Sean& —gimió Lancelot a punto de echarse sobre l para ayudarle. pero en esta ocasión no consiguió dominar a Lancelot. dio un paso hacia atr)s y a un lado. a su vez. +intagel ard#a en llamas. pero logró sin embargo que las l)grimas a"loraran a sus ojos. Luchaba desesperadamente en una (ltima y heroica batalla sin sentido. Una luz potente y parpadeante. 'certó. qui n hu#a.!l horror que esperaba los alcanzó "inalmente cuando traspasaron la siguiente puerta. pero no se tomó la molestia de mirar qui n era el herido. @usto en el centro del patio. tambi n hab#an cargado previamente sobre sus caballeros sin piedad. *ontrarrestó el golpe de espada del atacante con un gesto instintivo del brazo donde llevaba el escudo y asestó un mandoble de manera autom)tica tambi n. qui n de otra1 qui n luchaba. un britano o incluso el mismo 'rturo. !ra imposible dilucidar qui n estaba de una parte. y tambi n recubierto por la sangre de sus contrincantes. 0nmediatamente. rodeado de sus caballeros m)s valerosos —los que hab#an superado la matanza. ' 'rturo le quedaba una docena de . pero tambi n los de muchos de los hombres de 'rturo. blandiendo !/calibur con ambas manos. Los atacantes no se hab#an contentado con prender "uego a +intagel1 al mismo tiempo hab#an asaltado los muros en una acción desesperada y ahora todos luchaban cuerpo a cuerpo tratando de salvar sus vidas. La espada m)gica desmembraba a los enemigos a m)s velocidad de la que ellos empleaban para atacar. Lancelot se dio la vuelta autom)ticamente y la miró interrogante. cuyos interiores ard#an cubiertos de ascuas y produciendo un calor so"ocante que imped#a que cualquiera se apro/imara a menos de veinte pasos sin peligro de quemarse vivo. empujando as# a 3inebra. !l arma en su mano derecha comenzó a temblar cuando descubrió el e/celso banquete con el que la muerte hab#a cubierto su mesa. se hab#an trans"ormado en gigantescas hogueras. y un gran n(mero de v#ctimas que no estaba claro a qu bando pertenec#an. animales huyendo atemorizados y montones de hogueras. . Las llamas rojas y amarillas se hab#an adueñado del patio tambi n y entre ellas desplegaban los combatientes su ira desatada. :onde quiera que mirase. luego su mirada siguió la trayectoria de la espada de 5atricB y descubrió la razón del grito de aviso de 3inebra.ientras Lancelot segu#a mir)ndolo tan horrorizado como perplejo. bullente. 'lguien cayó sobre l. Sombras y un constante movimiento caótico. levantó el escudo para protegerse la cabeza y trató de "ijar la vista para ver algo a trav s de sus ojos lacrimosos. una nueva oleada de atacantes se abalanzó sobre l. —$'rturo& —gritó 3inebra tras l. y tambi n las dos torres vig#as. que llegaba desde cientos de direcciones distintas. piedras astilladas que se precipitaban desde las almenas y hombres derribados a causa de los envites de las espadas. un "antasma que podr#a ser un picto. pues la muerte y el "uego hab#an borrado todas las di"erencias y los hab#an trans"ormado en iguales. pero l ya no era su esclavo. divisaba "uego y humo. aunque la mayor parte estaban heridos y ten#an m)s aspecto de muertos que de vivos —. >io re"lejos de metal. La espada de runas segu#a siendo un arma poderosa. el rostro de 'rturo estaba contra#do por la tensión y la "uria. pero el monarca acabó con ellos de "orma tan inmisericorde como con los anteriores que. Lancelot vio los cad)veres de innumerables pictos. las "lechas o simplemente alg(n poder invisible. a su alrededor. !l n(cleo central de +intagel. madera y hombres quemados. se hallaba 'rturo. Los gritos de moribundos y heridos provocaron que algo se le resquebrajara por dentro. hac#a poco menos que imposible vislumbrar algo. +ras la visera levantada del yelmo. 6. que a pesar de sus lesiones luchaban como demonios. 'hora no era el ansia de la espada de runas la que convert#a a Lancelot en un enemigo que segaba sin piedad la vida de cada uno de sus contrincantes. si no m)s. sino algo mucho m)s poderoso. 's# Lancelot era todav#a m)s invencible — y m)s imposible de detener— que cuando iba protegido por la armadura. 'rturo aguardaba "irme su "inal. casi sin mirarlo. sin ning(n "undamento pero inquebrantable. !l coraje.. grabada con runas. Lancelot llegó tarde.ucho antes de que hubiera recorrido la mitad del trecho que le separaba del rey. . de unos veinte pasos de di)metro. e incluso el brillo plateado de !/calibur se hab#a teñido de rojo. el monarca siguió combatiendo imperturbable. similar a !/calibur. el n(mero de sus enemigos parec#a crecer por momentos. +odos los caballeros hab#an ca#do ya. y un yelmo con una visera en "orma de cabeza de lobo. el (ltimo de sus paladines se derrumbó en el suelo ante la clara supremac#a de los atacantes b)rbaros. como si hubieran reconocido al nuevo contrincante que ten#an "rente a s# y percibieran instintivamente que con la llegada de la pequeña tropa de Lancelot la suerte de la batalla pudiera variar en el (ltimo momento. 'tacó1 blandió la espada de runas a derecha e izquierda para despejarse el camino hacia 'rturo y sus caballeros.el temor que asalta a una persona cuando su amigo corre peligro. pero con la misma certidumbre. Su escudo. y no prestó la menor atención a que ante l y 3inebra "ueran surgiendo m)s y m)s pictos. demorarlo— y aquellos que intentaron apro/imarse a 3inebra "ueron rechazados por los dos irlandeses. !n torno a l hab#a por lo menos tres o cuatro docenas de guerreros. y tambi n 'rturo se tambaleó. Su armadura estaba destrozada. ataviados con sus corazas negras de cuero y piel. partido en dos.un caballero de la +abla %edonda que hab#a jurado lealtad a su rey y o"recer#a su vida por l si era preciso. . 6 de pronto todo acabó. estaba recubierto de cuchillas a"iladas y pinchos puntiagudos. tal vez menos1 sin embargo. a un nuevo atacante. pero ninguno de ellos atacó. . que deb#a permanecer pegada a ellos en todo momento. abollada. !l c#rculo de b)rbaros se abrió y dos "iguras penetraron en l. y en la mano derecha portaba una espada larga y estilizada. y salió corriendo. Lancelot.o le guiaba una "uerza meramente m)gica. pero ninguno de ellos logró pararlo —ni siquiera. con la que hab#a sabido antes lo que . guarnecida con pinchos a"ilados. . !n ese instante —y quiz) por (ltima vez realmente — Lancelot "ue lo que siempre hab#a deseado. :e pronto todo estaba olvidado. Una de ellas era casi tan alta como 'rturo y vest#a una armadura negra. gritó a 5atricB y Sean que se hicieran cargo de proteger a 3inebra. abatiendo a un enemigo tras otro. manchada por la sangre de los pictos que hab#a matado1 el escudo. Lancelot supo ahora que iba a llegar demasiado tarde. la decepción. el dolor que 'rturo le hab#a provocado. Se limitaron a "ormar un c#rculo a su alrededor.erl#n esperaba de l. Lancelot rechazó. a pesar de todo. como si la espada m)gica ya no estuviera en posición de beberse toda la sangre que hubiese derramado. :ebieron de ser una docena de guerreros pictos los que se pusieron en su camino.o le acometió ning(n picto m)s.. ' pesar de todo. negro tambi n. en cuyo centro. jadeando de agotamiento y empuñando en alto a !/calibur con ambas manos. 3inebra y los dos irlandeses se hallaban todav#a a unos treinta o cuarenta pasos.hombres. las humillaciones por las que le hab#a jurado venganza1 nada contaba ahora. blandió !/calibur con ambas manos y separó las piernas para mantenerse m)s "irme mientras .ordred se incorporó trabajosamente. pero no iban a lograrlo. pero no lo consiguió.o pod#a haberle enviado all# y proporcionarle en la batalla "inal la protección de los dos irlandeses (nicamente para que. 'rturo desprendió el escudo roto de su brazo izquierdo. 'un antes de que hubiera pronunciado todas las palabras. —+odav#a no lo has comprendido —dijo con pesar. Lancelot continuó desconcertado hacia delante1 3inebra y los irlandeses lo segu#an de cerca. como si a su alrededor todo se hubiese detenido y necesitara una eternidad para dar un solo paso mientras se le paralizaban los pensamientos. —$!ntonces muere. . !l gigantesco elbo oscuro jadeó sorprendido. m)s baja y de comple/ión m)s delicada. no llevaba armadura. levantó la espada que hab#a dejado caer y rodeó a 'rturo emitiendo un gruñido de rabia. pero justo cuanto se dispon#a a atacar.o& —jadeó—. 'rturo se limitó a sacudir la cabeza con tristeza. :e hecho.adie m)s se cruzó en su camino y. de repente "ue como si el propio tiempo se pusiera contra ellos. sino una "ina t(nica negra y. Lancelot no precisó mirar su cara —como tampoco hab#a necesitado escudriñar bajo la m)scara de . * deme la corona de *amelot y te dejar con vida.erl#n no pod#a ser tan cruel. Su hijo y enemigo mortal levantó la espada negra. al contrario del arma de 'rturo. haci ndole perder pie. —$'rturo& —gimió .ordred.ordred. pre"irió girar con un movimiento dotado de cierta elegancia y pegarle una patada que hizo tropezar al otro hacia delante hasta dejarlo tendido de bruces en el suelo. . en unión de 3inebra. 6. —$. La segunda silueta. as# "ue. !l monarca lo evitó con un movimiento casi juguetón mientras acertaba en las rodillas de . 'rturo —dijo—. era del color de la noche. *3o+ —trató de acelerar el paso.ordred — para tener la completa seguridad de que se trataba del hada . una diadema dorada. una distancia ridicula.organa. La m)scara met)lica que cubr#a su rostro hab#a des"igurado su voz trans"orm)ndola en un gruñido que nada ten#a de humano.organa hizo un gesto con la mano e impidió el golpe. —. . 5or espacio de una mil sima de segundo. sin embargo. sin embargo. perro maldito& —gritó . %#ndete.o quiero tu muerte. ya me pertenece.ordred se acercaba despacio hacia l.organa con una voz que mostraba el terror que sent#a en ese instante. "uera testigo del desenlace. —@am)s —respondió l. se abalanzó sobre 'rturo y le propinó un golpe que habr#a resquebrajado una roca. 5ero. quedó a descubierto y 'rturo no habr#a precisado ser el mejor espadach#n del mundo para matarlo en ese instante. !n medio del c#rculo de b)rbaros. +al vez les separaran todav#a cinco o seis pasos del anillo de b)rbaros que rodeaba al soberano.pero que. como (nico aderezo. en lugar de ello. . pero cayó de rodillas. . —$%#ndete& —siseó—. trató vanamente de recobrar con un paso torpe el equilibrio. . ?inalmente, Lancelot llegó al lugar de los hechos. 3ritando de perplejidad y miedo, empujó a un lado a los guerreros que le cerraban el camino y levantó la espada en alto con intención de entremeterse entre ;ordred y el rey. 'rturo volvió despacio la cabeza, lo vio y sonrió. Luego dejó caer a !/calibur, dio un solo paso hacia delante y la espada negra de ;ordred traspasó crujiendo la coraza y se clavó en su corazón. 6 el tiempo se detuvo. ,o en sentido "igurado. ,o "ue la desesperanza de Lancelot la que le provocó la sensación de que la eternidad aguantaba el aliento. Los guerreros b)rbaros, el viento ululante, el chisporroteo de las llamas, todo paró y se trans"ormó en una escultura de cristal duro, brillante, que "ormó los muros del mundo diminuto en el que de pronto se sent#a prisionero, y lo (nico que a(n e/ist#a y pod#a moverse eran 'rturo, ;ordred, ;organa, l mismo y 3inebra. >io como la espada de runas negras de ;ordred continuaba horadando el pecho de 'rturo, agujereaba el espaldar de su armadura plateada y una sangre clara, lbica, se esparc#a por el torso del rey. >io el horror inabarcable en el rostro de ;organa, pero tambi n las "acciones de 'rturo, sin ning(n signo de dolor, ning(n temor, tan sólo algo parecido al alivio. !l rey cayó. Su mano, ya sin "uerzas para empuñar la espada, soltó a !/calibur y l se derrumbó lentamente sobre las rodillas, con la vista "ija todav#a en Lancelot. 6 por debajo de la desesperación, el dolor y el pesar, en sus ojos hab#a una e/presión de in"inito consuelo. +en#a el corazón atravesado, porque ni siquiera el corazón de un elbo pod#a resistirse al "r#o acero, y morir#a demasiado deprisa como para poder pronunciar una palabra de despedida, pero Lancelot leyó en sus ojos. ,o hab#a reproche en ellos. ,i rencor. ,ada de lo que hab#a esperado. 'rturo sab#a lo que iba a ocurrir, y estaba bien as#. La vida en los ojos del rey se apagaba y en ese mismo momento la realidad volvió a cobrar movimiento. :e pronto, el patio de armas estuvo de nuevo sitiado por las llamas, hubo gritos estentóreos, derrumbamientos de muros, y tambi n e/clamaciones de espanto por parte de los b)rbaros, que, tan perplejos como Lancelot, observaban todo lo que iba sucediendo. 'lgunos de ellos se echaron hacia atr)s, la mayor#a se quedaron mirando sin m)s, y no hubo ni uno que tratara de interceptar a Lancelot cuando ste, bramando de coraje, cargó sobre ;ordred con un (nico mandoble. ,o era la primera vez que luchaba contra un enemigo portador de la armadura negra de los elbos oscuros. Sab#a lo impenetrables que eran, pues estaban realizadas con un metal que no hab#a sido "orjado en este mundo, y por eso reunió todas sus "uerzas y toda su "uria en aquel golpe de la espada. !l arma lbica acertó con precisión mortal y decapitó a ;ordred en el acto. !l casco negro con la cabeza de lobo salió volando y cayó con estr pito sobre el suelo del patio, mientras ;ordred, descabezado, se quedaba un instante de pie, como si no hubiera asimilado todav#a lo ocurrido1 luego, con la mano derecha a(n en el pomo de la espada que hab#a traspasado a 'rturo, se hincó de rodillas y se precipitó hacia delante. *omo en un (ltimo abrazo de perdón, los cuerpos de 'rturo y ;ordred chocaron entre s# y cayeron estrechamente unidos al suelo. —$,o& —tartamudeó Lancelot—. $,o& $'rturo& $!so no& $+(... t( no puedes...& Su voz se quebró. 'rturo estaba muerto. Los ojos que le miraban tras la visera abierta se hallaban vac#os. 5ero a pesar de toda la sangre de su cara, de todo el dolor y la desesperación de sus "acciones, hab#a tambi n algo as# como una pro"unda e/presión de complacencia. 5ercibió la presencia de los irlandeses y de 3inebra, de pie, a su lado, pero no estaba en disposición de mirarlos. Sólo pod#a contemplar a 'rturo, el hombre que lo hab#a signi"icado todo para l, que hab#a sido su mayor y (nico amigo, y al mismo tiempo, su peor enemigo. 6 todo lo que sintió "ue un vac#o horroroso y una desesperación que casi le produc#a dolor "#sico. Si alguno de los guerreros b)rbaros que los rodeaban le hubiera atacado en ese momento, ni siquiera habr#a tratado de de"enderse. 5ero nadie atacó. !l tiempo transcurrió, aunque en ese momento y en ese lugar, dentro de aquel pequeño c#rculo "ormado por cuerpos, en el corazón del castillo en llamas, "ue todav#a como si el engranaje de las horas continuara manteniendo la respiración. ' pesar de lo terrible de la situación, "ue un instante casi sagrado, en que Lancelot sintió que suced#a algo inimaginablemente grande, inmenso. 'l "inal "ue ;organa la que rompió aquel silencio, casi inquietante, al recuperarse de su inmovilidad y deslizarse despacio, temblorosa, hasta quedar de rodillas junto a 'rturo y a su hijo muerto. 'lgo se hab#a trans"ormado en ella. !ra tan hermosa y "r#a como siempre, pero el aura de poder invencible que la rodeaba ya no e/ist#a. !n silencio, con una e/presión p trea en el rostro, colocó el cuerpo decapitado de ;ordred sobre su regazo y le cerró los ojos. —79u has hecho8 —susurró. 5or "in Lancelot bajó tambi n el arma. :e pronto se sent#a indescriptiblemente agotado y ten#a "r#o. ,o sólo ;organa hab#a cambiado. 5ercibió que hab#a algo que le abandonaba tambi n a l, una "uerza que hab#a estado todo el tiempo en su interior sin que hubiera sido consciente, pero que ahora ya no e/ist#a y nunca iba a regresar. !nvainó la espada con cansancio, se soltó el escudo del brazo izquierdo y lo dejó caer. 'quel escudo de runas indestructible, al que ning(n poder del mundo podr#a causar ni un arañazo, se rompió como el cristal al chocar contra el suelo. Lancelot echó la mano al yelmo, se lo quitó y lo tiró tambi n, y ste tambi n se hizo añicos como una "iligrana de cristal que sólo hubiera e/istido a los ojos de sus observadores. Lancelot caminó despacio, se quedó parado junto a 'rturo y se hincó de rodillas. !n torno a l se detuvo la batalla. Bastantes hombres tiraron sus armas sin m)s y buscaron re"ugio en la huida, muchos escaparon de sus enemigos, desconcertados y asustados por igual, y en m)s de un rostro apareció una e/traña e/presión, como si sus dueños acabaran de despertar de un pro"undo sueño y tuvieran que hacer un es"uerzo para captar dónde se hallaban y lo que hac#an en aquel lugar. +ambi n los guerreros que hab#an llegado con ;organa y ;ordred "ueron deponiendo las armas, las tiraron sin m)s y salieron corriendo de all# o miraron a su señora sin saber qu hacer, con actitud desamparada. Lancelot no hac#a caso de todo aquello. Segu#a arrodillado, contemplando al rey muerto, y trataba in(tilmente de poner orden en sus propios sentimientos. Sent#a sin duda espanto, dolor, a"licción, pero tambi n algo nuevo, algo que le resultaba di"#cil de describir, pues era una sensación que nunca antes hab#a tenido. —75or qu lo has hecho, est(pido8 —segu#a murmurando ;organa una y otra vez. !l tono de su voz estaba tan vac#o como sus ojos1 donde deber#a haber pena y reproche sólo hab#a un pro"undo y desconsolado horror. —5orque l as# lo ha querido. ,o sólo ;organa levantó la cabeza cuando la voz de 3inebra brotó a espaldas de Lancelot. +ambi n l volvió la mirada y vio en sus ojos la misma serenidad casi antinatural que l sent#a. 'rturo estaba muerto, pero hab#a habido algo en su muerte que la hac#a m)s ")cil de aceptar. +al vez porque hab#a tenido un sentido. ;organa permaneció callada. Su rostro parec#a esculpido en piedra y sus manos dejaron de acariciar el acero negro que proteg#a los hombros de su hijo. +ambi n miró a 'rturo, pero su mirada se posó tan sólo un instante en su cara y luego se deslizó en busca de la herida abierta sobre su pecho. —!sto no ten#a que haber ocurrido —susurró "inalmente—. ,o ten#a que haberlo hecho. ,o ten#a derecho a ello. —!ra el rey —respondió 3inebra—. 6 ha sido su decisión. —7:estruirlo todo8 —preguntó ;organa—. 7:ecidir que...8 —... la poca de los viejos dioses ya ha terminado, ;organa. —'cabó la "rase 3inebra. Sacudió la cabeza con "uerza cuando ;organa trató de contradecirla y, en voz m)s baja y con una sonrisa casi comprensiva, añadió- — ;erl#n nos lo dijo, ;organa. :esde que e/iste vida en este mundo, un elbo jam)s ha matado a otro elbo. —6 mientras e/ista vida en este mundo, no tendr#a que haber sucedido esto jam)s —dijo ;organa—. !l castigo ser) terrible. 7+en is realmente idea de lo que ha hecho8 —Si una mano lbica derrama sangre lbica —respondió Lancelot—, la puerta entre ambos mundos se cerrar) para siempre —te/tualmente, eso era lo que les hab#a dicho ;erl#n1 sus (ltimas palabras en la cueva, la contestación a la pregunta de Lancelot y tal vez la (nica razón de que los hubiera esperado. —@am)s podremos regresar —murmuró ;organa—. +ampoco vosotros. 5ermaneceremos prisioneros para siempre en este mundo de... —trató de encontrar las palabras adecuadas y "inalmente encogió los hombros desvalida — humanos. —6 los humanos ser)n libres —dijo 3inebra—. ,o precisar)n de nadie m)s que gu#e su destino. 6 tampoco, de nadie m)s que juegue con ellos. —7Libres8 —;organa se rió con amargura, se incorporó ligeramente y escrutó el patio plagado de llamas, heridos y muertos. 'qu# y all) peleaban todav#a algunos grup(sculos, pero la verdadera batalla languidec#a a ojos vistas1 en realidad ya hab#a quedado atr)s y la imagen que se les o"rec#a era la del horror, como sucede con cualquier campo de batalla asolado por la muerte —. 7Libres8 —repitió de nuevo—. 7Libres para matarse mutuamente8 —,o "ue 'rturo el que comenzó esta guerra —le recordó Lancelot. —5ero s# ha sido el (ltimo —replicó ;organa—. $'rturo y sus necios sueños de libertad& $Les da la libertad para que se aniquilen entre ellos& $!sta tierra se hundir) en un mar de sangre& —+al vez —respondió Lancelot—. 5ero ellos mismos decidir)n cu)ndo, ;organa. 6 estoy convencido de que van a lograrlo. Son una raza joven, col rica, indomable y salvaje, pero aprender)n. 9uiz) hubo un tiempo en el que los humanos nos utilizaron para conducirlos y protegerlos, pero esa poca ya ha quedado atr)s. 2ace mucho que este mundo ya no nos pertenece. 'rturo lo sab#a. 6 ha sacri"icado su vida para otorgarles a los humanos la libertad. 6 hab#a hecho mucho m)s. Lancelot lo hab#a le#do en sus ojos, en el (ltimo e in"initamente breve momento en el que 'rturo se volvió hacia l y le miró. Su mirada le indicó que sab#a por qu regresó Lancelot y, probablemente tambi n, qu les hab#a e/plicado ;erl#n. 'quel d#a de sangre, en el que no sólo se hundió +intagel sino toda una poca, acabar#a con la muerte de un elbo ejecutada por la mano de otro elbo, y esa hab#a sido la (ltima o"renda que 'rturo les hab#a concedido a 3inebra y a l. Salvo ellos dos, nadie m)s sabr#a toda la verdad. Lancelot estaba seguro de que 'rturo seguir#a viviendo en los pensamientos y las historias de los humanos, como rey y como protector, pero nadie sospechar#a jam)s la inmensidad del sacri"icio que hab#a realizado. 6 las cosas estaban bien as#, re"le/ionó. 'rturo no lo habr#a querido de otra manera. !scuchó cascos de caballo a su espalda, y cuando se giró, descubrió para su sorpresa al unicornio, surgiendo de las llamas y el humo, que bajo su gualdrapa de un blanco reluciente le o"rec#a una visión m)s magn#"ica que nunca. !n un primer momento no entendió realmente el signi"icado de la aparición de aquella criatura "abulosa, pero luego lo comprendió. Se irguió, pasó por delante de los con"usos irlandeses, "ue hacia el animal y le acarició la brillante testuz blanca, cuyo retorcido cuerno de mar"il era ahora visible para todos. !l animal lo observó en silencio con sus grandes ojos, tan inquietantemente sabios y, entendiendo la invitación que le lanzaban, Lancelot asintió. :io un paso atr)s sin decir una palabra y comenzó a quitarse la armadura. La (ltima pieza que anudó al pomo de la silla del unicornio "ue la vaina de piel blanca que conten#a la espada de runas. Sintió el metal "r#o y pesado en su mano, tan sólo un arma "orjada por la mano de un maestro, pero carente de alma. La sed de sangre y la "uerza invencible que con"er#a a sus portadores hab#an desaparecido en el mismo instante en el que la unión entre los mundos se hab#a quebrado. +anto como la armadura m)gica, el escudo de runas y el unicornio, tambi n ella hab#a cumplido su tarea. Lancelot retrocedió dos pasos y, aun antes de que se volviera para regresar junto a 3inebra y los irlandeses, el unicornio ya hab#a desaparecido y con l, la armadura, el escudo y la espada. 5asó junto a 3inebra, volvió a arrodillarse "rente a 'rturo y le hizo un (ltimo "avor al cerrar los p)rpados sobre sus ojos vac#os y bajarle la visera. Luego cogió a !/calibur y apretó las manos de 'rturo en torno a la empuñadura del arma m#tica. 5or un breve espacio de tiempo, creyó sentir otra vez el esp#ritu de ;erl#n, la presencia de un poder incre#blemente antiguo, incre#blemente sabio y bondadoso, y la espada negra que hab#a traspasado el corazón de 'rturo se es"umó a la vista de todos. Su armadura intacta y limpia reluc#a como la plata pura. *uando miró hacia arriba, ;organa tampoco estaba sola. Los b)rbaros con cuya ayuda hab#a pretendido conquistar un mundo no se encontraban ya all#, pero tras ella se alineaba una "ila de guerreros ataviados de negro, con sus armaduras recubiertas de pinchos y cuchillas. Sin embargo, ya no supon#an ning(n peligro. ,inguna amenaza. ' pesar de su corpulencia y de su aspecto tan impresionante, se mostraban in"initamente perdidos, y aunque Lancelot no pudiera vislumbrar sus rostros bajo las viseras negras, percibió el miedo que se hab#a adueñado de ellos. $ahora que ya no tienes ninguna espada m)gica& *on una sonrisa huidiza y una mirada que sólo 3inebra comprendió. .. parec#a acarrear consigo el germen de la esperanza ante una vida normal. 79u iba a hacer un posadero en *amelot con una prisionera. una sensación de libertad que era nueva e indescriptible y que todav#a no hab#a e/perimentado en toda su plenitud. —!n ese caso. —3inebra y yo regresaremos a *amelot —dijo. . luego dio un respingo y asintió—!ntonces que as# sea. antes de darle la espalda a ella y a los elbos y con la mano libre señalar el cad)ver del rey. 6a todo ha terminado.i prisionera8 —Lancelot se rió en voz baja —. ahora dio un paso hacia Lancelot para quedarse "rente a l.an .organa pareció no entender a qu se re"er#a. Sean —dijo Lancelot—. Lancelot añadió—6 tambi n a un pequeño perro. 7*on.o e/iste ninguna razón para que sigamos siendo enemigos. tortolitos.organa daba muestras de sentirse irritada y azorada a un tiempo. nosotros8 Lancelot se puso en pie y abrazó a 3inebra. el para#so que hab#an atisbado a trav s de la puerta abierta abajo. no vaya a ser que haya alguien que trate de haceros alg(n mal. a este lado de la realidad. ella asintió esbozando una sonrisa..—76 ahora qu va a ocurrir conmigo8 —preguntó . +emblaba ligeramente y de repente l tambi n sintió el "r#o que hac#a en el patio por m)s que las hogueras siguieran encendidas. all# podremos vigilaros de cerca. !l irland s se le quedó mirando un rato en silencio. Lancelot y 3inebra intercambiaron una mirada r)pida y. pero ese recuerdo no iba unido a ning(n pesar. pero Lancelot —*)ulac+— dis"rutó de su e/presión de desamparo y perplejidad un rato m)s. despu s.organa—. nosotros te acompañaremos —dijo Sean.. pero pertenec#an aqu#. !s decir. . sea lo que sea lo que teng)is que hacer en *amelot. —*reo que hay en *amelot una pequeña posada aguard)ndome para que sea su nuevo dueño. vacilante y con un brillo intenso en los ojos—. lo helado que era el viento y qu duro resultaba aquel mundo en el que hab#an ido a parar y desde el que ya jam)s podr#an retornar a su primitivo hogar.ientras a vosotros dos no os parezca demasiado pesado el trabajo all# y no os entren las ansias de nuevas aventuras.g. en el caso de que pod)is necesitar a dos irlandeses duros de mollera. que espera a su amo y que ya no podr) medirse con los grandes perros callejeros gracias a una poción m)gica.. que a pesar de tener una sombra de tristeza.. siempre tendr is comida su"iciente y en invierno un cobijo junto al "uego donde dormir. . . . 5ero al mismo tiempo notó un calor interior que no hab#a sentido nunca antes. 'dem)s. en las rocas. —6 si te parece bien.. 5udiera ser que 3inebra y l hubiesen nacido all#. en ese caso 7soy tu prisionera8 —preguntó dubitativa. Sin embargo. —7. se mostró tan desconcertada que casi sintió l)stima de ella. la 0sla de los 0nmortales. >olvió a recordar la +ir . que se hab#a apoyado pesadamente sobre su espada para no perder el equilibrio.organa8 —negó con la cabeza—. *onc dele un (ltimo "avor. era tu hermano. Ll valo a casa.—' pesar de todo. . .organa —dijo—.
Report "Wolfgang y Heike Hohlbein - Leyenda de Camelot 03 - El Escudo de Runas"