Vavilov y Las Fuentes de Nuestra Alimentación (2)

March 23, 2018 | Author: Jorge H.Granados Rocha | Category: Biodiversity, Domestication, Saint Petersburg, Agriculture, Nazi Germany


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   Nikolai Ivanovich Vavilov Николай Иванович Вавилов ; (25 de noviembre  1887 ‐ 26 de enero 1943)   BUSCANDO LAS FUENTES DE NUESTRA ALIMENTACIÓN . NIKOLAI VAVILOV Y EL DESCUBRIMIENTO DE LA BIODIVERSIDAD “ AUX SOURCES DE NOTRE NOURRITURE. NIKOLAÏ VAVILOV ET LA DÉCOUVERTE DE LA BIODIVERSITÉ (2013) . por: Gary Paul Nabhan Capítulo 1. El museo de arte y el banco de semillas, Diseño  y  Traducción  libre  del    original  en  francés  realizada  por  el  economista  Jorge  H.Granados Rocha. Junio 2015   I    Solsticio de verano de 1941, durante las "Noches Blancas", - espléndidas puestas de sol que llegan a quedarse indefinidamente en las latitudes del norte - los ejércitos de Hitler, a través de Polonia, entraron por primera vez en la Unión Soviética con el fin de capturar Leningrado. La inteligencia militar soviética, que estaba enterada de la marcha de interminables columnas de tropas, vehículos blindados y artillería Alemana y Finlandesa, estimaba que el invasor llegaría a la ciudad a finales del verano. Stalin y sus generales temían que el tomar Leningrado - la antigua San Petersburgo –traería un golpe económico, estratégico y simbólico a las fuerzas soviéticas y sus aliados, porque, más que cualquier otra ciudad de Rusia, la ciudad era el hogar de una considerable riqueza económica y artística. El 15 de julio de 1941, Stalin autorizó la evacuación de emergencia de los tesoros que los soviéticos consideraban como los más inestimables de la ciudad y que los nazis, creían ellos, querían apropiárselos y explotarlos. Todo el mundo contenía el aliento mientras que el destino de la riqueza de Leningrado estaba suspendido en la confrontación entre dos de los mayores ejércitos jamás movilizados. La mayoría de los intelectuales occidentales se preocupaban sobre todo para salvaguardar las colecciones extraordinarias del Museo Hermitage, uno de los museos de arte más grandes y antiguos del mundo y de la historia. Las seiscientas salas del Palacio de Invierno, construidos por los zares en el corazón de Leningrado, abrigaba más de dos millones de pinturas, esculturas, monedas, joyas y antigüedades. Mientras que Stalin planeaba la manera de permitir la evacuación de emergencia sin causar pánico entre la gente o traicionar a su propia vulnerabilidad, los guardianes de los tesoros artísticos de Leningrado habían ya pasado a la acción. Dos días después de la entrada de las tropas de Hitler en la Unión Soviética, Losif Orbeli, el director del Hermitage, organizó la evacuación del gran museo de arte. Movilizó no sólo a los curadores, sino además cientos de artistas, historiadores, estudiantes y trabajadores. II    El Hermitage    Ellos debieron con la mayor urgencia, descolgar casi un millón de pinturas, catalogarlas, envolverlas o apilarlas en los cofres antes de disimularlas en equipajes acuñados para que pudieran ser evacuadas. En seis días, más de un millón y medio de obras de arte estaban siendo transportadas en alijos secretos, unos situados en el sótano del museo, otros en una vecina edificación e incluso en las estepas del interior del país Antes del amanecer del 06 de junio 1941, Se embarcan un medio millón de pinturas, dibujos, pinturas, utensilios, joyas, floreros y adornos en el primer tren que parte en Leningrado a refugios conocidos por sólo un puñado de funcionarios soviéticos. El 10 de julio, 700.000 obras adicionales fueron enviadas a bordo de cincuenta y tres coches Pullman a la ciudad de Sverdlovsk, a unos 2.500 kilómetros de Leningrado. Pasarían los próximos tres años, algunos enclaustrados en una iglesia católica, otros presos en una galería de arte, y otros encerrados en el sótano de la infame mansión Ipatiev, donde casi tres décadas antes fuera asesinada la familia del zar Nicolás II. Los más brillantes curadores del Hermitage, fueron enviados a Sverdlovsk para supervisar las colecciones y preservarlas de los incendios, saqueadores y otros peligros. Hoy en día, a los intérpretes y guías del Hermitage les encanta relatar en detalle el éxito de los esfuerzos para salvar algunas de las mayores obras maestras de la antigüedad romana, griega, medieval y del Renacimiento. Sin embargo, rara vez -o nunca quizás-afirman que otra colección de envergadura mundial tan inestimable dormía en el anonimato, a pocas cuadras de distancia de la plaza de San Isaac.  III    Allí se encerraba otra mina de oro - que contenía -y aún contiene más de 380.000 muestras de semillas, raíces y frutas pertenecientes a cerca de 2.500 cultivos de alimentos colectados desde 1894 por los exploradores rusos de la Oficina de Botánica Aplicada, una organización reconocida internacionalmente. Las semillas de todos los colores, tamaños y formas, a veces mates , a veces brillantes como joyas, reflejan la invaluable diversidad repartida en tierras agrícolas en todo el mundo. Tubérculos, raíces y bulbos se presentan en todas las texturas, con nudos, irregulares o lisas y pulidas, como torneadas, como una olla de barro Casi todos los innumerables frutos exhalan las fragancias que ni un perfumista podría imaginar: de algunos se sentía el almizcle, en otros la fermentación, los aromas amargos o de flores. Las frutas y nueces ofrecían a la vista una multitud de configuraciones, desde los racimos de bayas en cascada, a las maravillas geométricas de las ananás y los piñones de pinos. La mayoría de ellos no eran solamente formidables a observar, tal como el arte del Hermitage, sino también deliciosos para comer. Este tesoro ofrecía una gran cantidad de usos posibles. Se podrían multiplicar las semillas y distribuirlas a los agricultores, los que a su vez, las cultivarían para alimentar a sus familias. Los agricultores podrían seleccionar las semillas para mejorar la capacidad de recuperación de sus variedades más vulnerables a las enfermedades o plagas, y evitar la hambruna. Algunas variedades con raíces profundas se mostraban útiles para el control de la erosión del suelo y la recuperación de las tierras erosionadas . Otras podrían arrojar luz sobre el origen de nuestros alimentos y ayudar a rastrear los orígenes de la agricultura y de los primeros ejemplos de la domesticación de las plantas en varios continentes. Algunas semillas contaban una historia notable y todas eran portadores de una reserva genética específica. La mayoría de ellas eran de valor incalculable, ya que era difícil reemplazarlas o recabar nuevos ejemplares, pues las tierras agrícolas donde habían crecido habían cambiado dramáticamente durante el último siglo. Estas semillas pertenecían a familias dinámicas de plantas que mutan y evolucionan a través del tiempo y el espacio - si tuviesen la oportunidad de escapar de la agitación política y geológica – lo que las hacía aún más insustituibles. IV    Sin embargo, pocos en Petersburgo imaginaban al pasar delante del banal edificio en la plaza San Isaac, lo esencial, que para la supervivencia de la humanidad, era la colección que estaba oculta allí, ni su singularidad, en tanto archivo viviente de algunos de los mayores descubrimientos de diversos cultivos en este planeta. En 1941, aun menos numerosos eran los artistas, intelectuales, políticos y burócratas los que, horrorizados por el destino del Hermitage, podrían haber imaginado que las tropas alemanas que participan en la Operación Nordlicht estaban tan ansiosas por apoderarse estos recursos genéticos para robarlos y revenderlos, como de los tesoros artísticos del Palacio de Invierno. A pesar de los daños a la ciudad de Leningrado durante la Blokada que comenzó en septiembre del mismo año - el asedio duró 900 días y costó la vida a 1,5 millones de personas en estos paisajes desolados - la plaza del edificio San Isaac que albergaba el precioso banco de semillas sobrevivió milagrosamente. Hoy en día, todavía se encuentra en el mismo lugar que alberga las semillas y acogen a los científicos asociados al Instituto Ruso de Investigación Científica y de la Industria de las Plantas N.I. Vavilov, llamado VIR por el relativamente pequeño número de rusos que aún viven, y que reconocen el papel histórico crucial y honran la memoria de su carismático fundador Nikolai Ivanovich Vavilov (1887-1943). El legado que deja Vavilov se extiende más allá de las semillas que coleccionaba por todo el mundo: Lo mas precioso a sus ojos eran las semillas que crecen en los campos, que se adaptaron y desarrollaron, así como los conocimientos tradicionales campesinos que sabían dónde, cuándo y cómo plantarlas. Mis amigos del VIR no pueden evitar aguárseles los ojos cuando hablan de este legado, porque su historia está directamente relacionada con el destino del banco de semillas que se halla justo debajo de sus oficinas. Conocí al director del VIR en 1980 en Roma. A la sazón yo trabajaba como consultor para la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la alimentación (FAO). Pero solo fue en la primavera de 2006 en que viajé a San Petersburgo con Kent Whealy, un viejo amigo, cofundador de Seed Savers Exchange - una organización de intercambio de semillas - y ganadora de la Medalla Vavilov por haber preservado un banco de antiguas semillas y ponerlas en nuestros platos. V    Con los años, Kent y yo habíamos conocido a través de amigos rusos lo que había sucedido en el VIR durante las horas más oscuras del asedio de Leningrado. Queríamos sin embargo oír estas mismas historias en el sitio donde los acontecimientos habían tenido lugar - el corazón de San Petersburgo y escucharlas de boca de los familiares de Vavilov y de aquellos a quienes se les había confiado la custodia de las semillas.. Nuestros colegas recordaban como, en 1941 ninguna ayuda comparable a la que fue ofrecida al Hermitage se dispuso para los responsables del banco de semillas o para las granjas en los alrededores, llamadas "estaciones de introducción de plantas”, que se utilizaron para el cultivo y renovación periódica de las semillas. Sin embargo, teniendo en cuenta que el equipo de Vavilov sabía del gran interés nazi por la eugenesia, era inconcebible para ellos que la burocracia del Tercer Reich estuviese al tanto de la importancia de la información provista por la riqueza genética del banco de semillas. Mientras las tropas alemanas y finlandesas estaban progresando en la marcha sobre la ciudad, el equipo VIR temía que los nazis tomaran posesión de todas las semillas disponibles en las estaciones conectadas al Instituto. Ellos, sin embargo, lograron ocultar algunas de las semillas de San Isaac en una granja experimental junto al palacio de Catalina la Grande en el suburbio de Pushkin, afueras de Leningrado Sin embargo, a ningún miembro del equipo se le permitió huir de los combates. Los empleados del VIR tuvieron que permanecer en sus oficinas y llevar a cabo sus tareas, como si ni la guerra, ni ninguna otra presión, pesaran sobre ellos. Al final del primer otoño de asedio Leningrado se encontró completamente rodeada y los millones de rusos que se quedaron en la ciudad ya no podían abastecerse de combustible y alimentos. VI    A medida que el bombardeo se intensificó, los suministros de alimentos comenzaron a escasear y se distribuyeron provisiones para treinta días, estrictamente racionadas - ciento veinticinco gramos por persona-, apenas un pedazo de pan al día. Luego llegó un invierno particularmente duro y amargo. La población estaba aislada, sin calefacción, sin carbón ni petróleo, sólo tenía alguna madera, de un poder limitado y la mayoría de hogares se quedaron sin agua corriente. Una vez que las reservas de cereales y azúcar se agotaron, se le entregaron a las familias raciones de carne de oveja, harina de malta, y un poco de ternera. Su salud y su esperanza se deterioraban. En febrero de 1942, todo Leningrado contaba por lo menos doscientos mil muertos, por inanición o enfermedades que se extendían entre los hambrientos. A pesar de estas pérdidas y a costa de su propia seguridad, muchas personas trataron de seguir trabajando con normalidad y vivían el día a día. Los que se ofrecieron para evacuar valientemente las obras del Hermitage al menos se consolaban diciendo que habían hecho todo lo posible para proteger las obras de arte más importantes a nombre de las generaciones futuras. Gran parte de la otra preciosa colección corría un gran peligro. El extraordinario banco semillas que Vavilov había constituido y enriquecido durante el primer cuarto del siglo XX era extremadamente vulnerable. Informes indicaban que los alemanes ya habían incautado las semillas de las estaciones de introducción de plantas de Ucrania y Crimea. Más tarde se supo que el genetista alemán Heinz Brücher las había almacenado en el castillo Grannagh, en Austria. Al mismo tiempo, las posesiones del VIR enviadas a la estación experimental de Pushkin también estaban en peligro. VII    La ciudad era bombardeada regularmente y el "Camino de Vida" que conducía fuera de la ciudad por el lago congelado Lagoda fue de tal manera bombardeado, que se le rebautiza como la "Ruta de la Muerte". Los guardianes de las semillas tomaron una decisión audaz. Subieron parte de la colección almacenada en Pushkin a bordo de veinte camiones. Sus conductores alcanzaron a atravesar las líneas alemanas disfrazándose de agricultores que llevaban provisiones de cereales a otras tropas alemanas. Durante el verano de 1942, el convoy llegó sin ser detectado a la estación experimental de la Universidad de Tartu en Estonia. Estas semillas lograron fortuitamente escapar de la batalla, pero no pudieron evitar la guerra. Estas fueron arrebatadas por el ejército alemán en el otoño de 1944, y devueltas a Lituania. El equipo del VIR en Leningrado no lo sabía, pero la vida de Vavilov, su mentor, estuvo entonces tan amenazada como las semillas que había colectado. Por razones que vamos a desarrollar más tarde, el científico más grande de Rusia se había convertido, en el mayor secreto, en un preso político no de los nazis, sino de su propio gobierno. El poder Vavilov degustando variedades de uvas en  la región  Tashkent, Uzbekistán, 1936.  soviético que lo tuvo alejado de la vida pública , emitió comunicados de prensa afirmando que Vavilov simplemente asesoraba a Stalin y al biólogo Trofim Lysenko en el desarrollo de una nueva estrategia para alimentar a la gente. VIII    Ninguno de sus compañeros tuvo información sobre su paradero desde que se fue a "una importante reunión en Moscú" durante el verano de 1940. A pesar de ello, permanecieron decididos a salvar al banco de semillas. Incluso pasando hambre y mostrando la misma dedicación que sus colegas basados en Sverdlovsk. La única diferencia - y su dimensión – era que Stalin había apoyado la evacuación del Hermitage, mientras que el banco de semillas para él constituía una extravagancia costosa inspirada en la "ciencia burguesa". Si los nazis eran conscientes que el control del banco de semillas más grande del mundo les permita influir en el futuro de la agricultura, los camaradas soviéticos de Stalin, consideraban que la ayuda estatal prestada a la VIR era una enorme carga financiera de poco impacto. Stalin había encarcelado a Vavilov y docenas de otros científicos a los que acusaba de ser elitistas y traidores y cuya investigación había aportado muy poco a la agricultura rusa y al Estado. El equipo VIR San Petersburgo continuó su trabajo casi sin ningún tipo de ayuda del gobierno. Temían que las masas hambrientas que acechaban en las calles tratando de introducirse en sus almacenes para devorar las bolsas de trigo, cebada, habas y guisantes, que esperaban ellos debían proporcionar las reservas necesarias para alimentar a las generaciones futuras. Entonces, decidieron atrincherarse detrás de los gruesos muros del edificio de la plaza de San Isaac y monitorear estas colecciones vitales para ayudar a Rusia y el resto del mundo a recuperarse si un día la guerra llegaba a su fin. Los trabajadores, bajo la supervisión de Abraham Kameraz y Olga Voskresenkia, duplicaron las muestras de la parte más valiosa de cerca de cuatrocientos mil semillas de la colección y las pusieron en cajas escondidas en lugares diferentes. El mismo Kameraz logró convencer a un pequeño grupo de tácticas de unidades del Ejército Rojo que era vital para el futuro de todo el mundo desplazar algunas de las semillas hacia un edificio alejado de San Isaac. IX    La tragedia que se produjo es relatada a menudo a los científicos visitantes del VIR, sin embargo oír lo que nos contaron nos dejó, a Kent y a mí, disgustados y sorprendidos. Los científicos y los curadores se encerraron edificios húmedos y sin calefacción para hacer guardia y supervisar el resto de las semillas y en el sótano, oscuro y frío. Ateridos por el frío y con hambre, se turnaban continuamente para cuidar de las semillas. Nueve de los colegas más dedicados de Vavilov eligieron morir lentamente de hambre o enfermedad, en lugar de comerse las semillas a su cuidado. No eran los únicos. Al final del asedio, en la primavera de 1944, más de setecientos mil ciudadanos de Leningrado murieron de hambre. Puede ser una circunstancia feliz que los protectores de semillas hambrientos nunca supieron que su edificio estaba a punto de ser invadido por los nazis: este tipo de noticias podrían minar su moral y debilitar su tenacidad. Sin saberlo, los más altos estrategas nazis habían considerado en efecto, tempranamente, que el banco de semillas era un botín mucho más importante que las obras de arte del Hermitage. En 1941, cuando Hitler tomó la decisión invadir Rusia, creó una unidad especial táctica de las SS - la Russland-Sammelcommando - cuya misión era buscar el control del banco de semillas y recuperar los tesoros de vida para que pudiesen servir a los futuros planes del Tercer Reich.. El gran interés de Hitler por la investigación genética rusa no es sorprendente. Gran parte de sus puntos de vista racistas se basaron en la eugenesia, la pseudo-ciencia que defiende no sólo la selección para mejorar la raza humana, pero también sostiene que la agricultura puede progresar sólo a través de la utilización de semillas cuidadosamente clasificadas . Científicos nazis que dirigían los programas agrícolas fueron influenciados por el darwinismo social y la eugenesia. Se alegó que Hitler se había convertido a una dieta estrictamente vegetariana, que era entusiasta de la comida cruda y que había comenzado a cumplir con algunas extrañas ideas purificadoras de regímenes dietéticos que se unieron a sus teorías de la purificación racial. Hitler y sus asesores científicos probablemente idearon formas de explotar la diversidad de semillas almacenadas en Leningrado. X    Creyendo que pronto tomaría Leningrado, Hitler planeaba pronunciar su discurso de victoria desde el balcón del Hotel Astoria en la plaza de San Isaac, situado en el otro lado de la calle, a unos cincuenta metros de distancia, desde donde, literalmente, podía ver el lugar que contenía el tesoro de semillas. Los Guardianes de Semillas nunca supieron que el Fuhrer planeaba celebrar su conquista justo en su puerta. Si bien estos eventos estaban siendo incubados en Leningrado, otra tragedia se jugaba en la pequeña ciudad de Saratov, a unos 900 kilómetros de distancia del Volga . Era el lugar donde Vavilov fue galardonado en 1918 con el título de profesor en ciencias agrícolas en la relativamente temprana edad de treinta y un años. Banco de Semillas. VIR  En 1941 se encontró en esta querida ciudad, en el corazón de la región productora de trigo, donde su carrera como comisario de semillas había despegado. Esta vez, sin embargo, más que un maestro, era un preso político. Vavilov - el único hombre en el mundo que había recogido semillas de cultivos alimentarios en los cinco continentes, el explorador que organizó ciento quince expediciones de investigación en cerca de sesenta y cuatro países a fin de descubrir para la humanidad nuevas formas de alimentarse - él mismo, estaba en trance de morir de hambre . Entre la primavera de 1942 y su muerte acaecida en enero de 1943, se alimentaba solamente con una pasta cruda de harina y col congelada, así Vavilov se desnutrió. Demacrado, aún tenía tan poca grasa que se le caía la piel y se veían los huesos. Sufría de diarrea crónica, una angioedema apareció en sus piernas y el tejido muscular se había degradado tan rápidamente que se le diagnostica una distrofia. Para empeorar las cosas, la KGB estaba tratando de destruirlo mentalmente interrogándolo hasta catorce horas al día. Los servicios de inteligencia estaban decididos a que confesara que había desperdiciado los recursos financieros de la Unión Soviética para construir un imperio de un centenar de estaciones para mantener y observar la diversidad de la flora mundial. A ojos del imperio, estos bancos eran una desviación extravagante de su deber de alimentar a la gente rápidamente. XI    A mediados de la década de 1930, una hambruna causada por la colectivización forzosa y la confiscación de las cosechas por el gobierno soviético había conducido a la muerte de cerca de cinco millones de personas. Ahora, cuando las Nikolai Vavilov en el Congreso Internacional de Cien‐ rutas comerciales fueron cias del Suelo en  Leningrado .1930.  interrumpidas tanto dentro de las repúblicas soviéticas y más allá de estas , el pueblo ruso estaba más que nunca al borde de la inanición. Los colegas de Vavilov nunca podrían haber imaginado la magnitud de los peligros , que tanto las semillas como su antiguo director, soportaban en ese momento. Cuando llegó el verano de 1942, plantaron col y papas en el jardín contiguo a la Catedral de San Isaac y en los campos que rodean el antiguo palacio del zar en Pushkin. El anterior invierno, encontraron suficiente leña para calentar el entresuelo del Pushkin donde hibernaban los tubérculos, con la esperanza de mantener vivas las semillas de papa. El equipo controlaba las plantas 24/24 horas mientras los disparos sonaban sobre sus cabezas - para tratar de proteger la cría de tubérculos y garantizar su viabilidad para las futuras y más grandes plantaciones. No sólo habían de disuadir a sus compatriotas, que estaban viendo con ojo hambriento cada surco de papas, sino también matar a cientos de ratas que invadían el huerto. Años más tarde, el escritor ruso Genady Golubev le pregunta a Vadim Lekhnovitch, uno de los que, en la primavera, había ayudado a cavar el suelo helado, a montar guardia de pie cerca de los brotes y a velar por el jardín lleno de delicias. A la pregunta de si no había sido demasiado duro dejar de servirse del jardín cuando tenía hambre durante meses, respondió: "Yo casi no podía caminar", "Fue terriblemente difícil levantarme por la mañana, moviendo manos, pies... Pero nada era más fácil que evitar que se comieran los cultivos . Pero soñar con comérselas , era imposible. Simplemente era nuestra razón de ser y la de mis compañeros.” XII    Cuando los miembros actuales del VIR habían terminado de relatarnos a Kent y a mi lo que sabían de esta historia, uno de ellos, el Dr. Sergey Alexanian, quiso darnos un detalle adicional acerca de sus predecesores que trabajaban para el VIR durante el asedio. Armeniano, de pequeña estatura, pero imponente en sus palabras y gestos, Sergey dominaba la historia política y las ciencias agrícolas con un brío que lo hacía el guía perfecto. Nos mostró una serie de fotografías antiguas en blanco y negro de los antiguos miembros de VIR colgada en la pared de la escalera contigua a su despacho. Quería explicar las circunstancias de la repentina invasión de ratas en las plantas de papa durante el asedio en Pushkin y Leningrado. "En Leningrado, durante el verano de 1942, la única carne que se podía comer era los gatos. Como ellos controlaban la población de roedores, habían ratas por todas partes, día y noche, que invadieron las calles y jardines en busca de alimento. Ves a esa mujer en la foto? Ella era responsable del banco de papa y pereció protegiéndolo de las ratas… - Y estos son los hombres y mujeres que han muerto guardando las semillas ", dijo en voz baja, señalando una por una otras fotos. Uno de este grupo, Alexander Stchoukine murió en su escritorio apretando en su mano una bolsa de sus preciosas semillas de maní que esperaban salir del centro para crecer. Protectora de muchas colecciones de avena de Vavilov, Liliya Rodina murió de hambre, al igual que Dimitri Ivanov, y mientras la vida la abandonaba, se las arregló para ocultar miles de paquetes del arroz que tan entrañablemente defendió. Usted no debe olvidar tampoco a Steheglov, Kovaleski, Leonyevski, Malygina, Korzun. Algunos de ellos fueron consumidos por el hambre, otros por enfermedad, otros fueron asesinados por la metralla. Wolf, el curador del herbario, fue alcanzado por la metralla y murió de una hemorragia. Gleiber, responsable de registrar las notas tomadas en el campo por Vavilov, prefirió morir con estas antes que renunciar su deber y que cayeran en manos de los traidores.” Kent y yo nos permanecimos cerca de Sergey, lleno de tristeza. Pasaron varios minutos antes de que alguien fuera capaz de hablar de nuevo, pues la memoria del sacrificio de estas personas está inscrita en estos muros. XIII    Las semillas habían sobrevivido, pero muchos de sus protectores estaban muertos Ese mismo día, Sergey nos mostró una fila de cajas de hierro donde Vavilov fue almacenando las semillas que había recogido, y los gigantescos tanques de nitrógeno líquido, donde permanecen sus descendientes congelados, pero aún viables. Sabiendo que yo procedía de los mismos desiertos de América del Norte por los que había viajado Vavilov casi tres cuartos de siglo antes, Sergey había pedido al curador del herbario exponer las especies de plantas que Vavilov había colectado en esas regiones. Incluso secas, bidimensionales, presionadas y pegadas entre láminas pesadas del herbario, las plantas parecían semejantes a viejos amigos, ya sea la raqueta espinosa de un higo chumbo o una rama de guayule, un arbusto productor de látex. Le mostré fotografías de Vavilov a Sergey tomadas por Homero Shantz, el biogeógrafo que acogió al científico ruso durante sus viajes a los desiertos americanos y quien fue mi predecesor en la Universidad de Arizona. Durante mi maestría en botánica en la universidad, descubrí la docena de imágenes de Vavilov en el VIR que nadie había visto nunca. Ellas ahora se unían a los archivos y miles de fotos del Instituto que el mismo Vavilov había tomado durante sus expediciones. La pregunta que quería hacer a Sergey y sus colegas me vino al espíritu solo luego que a Kent Whealy y a mí el equipo del Instituto nos hubiera dado asueto para visitar las fabulosas colecciones del Hermitage. ¿Cómo han podido considerar las colecciones del museo arte como un elemento casi tan importante para la herencia común de la humanidad y, al mismo tiempo subestimar una colección de semillas así de amplia y representativa? Sergey había evitado abordar el tema. Sin embargo, bajo su dirección, el equipo del Instituto se redujo a una cuarta parte de la fuerza de trabajo en la víspera de la perestroika – cifra ínfima en comparación con la que contaba el Instituto bajo el liderazgo de Vavilov. Alexanian y su equipo de científicos brillantes se ocupan de cerca de 380. 000 muestras de semillas y disponen de recursos que no están a la altura de sus competencias o a la importancia de su misión, que consiste en sustancia mantener las fuentes genéticas excepcionales de recursos esenciales para alimentar las presentes y las futuras generaciones y son garantía de una seguridad alimentaria suficiente, en un contexto de cambio climático global, respecto de las nuevas plagas y XIV    enfermedades virulentas, la disminución de los recursos de agua potable, amenazas de guerra y ataques terroristas que podrían interrumpir la distribución de los recursos alimenticios. Aunque la mayoría de los que trabajan para preservar la biodiversidad y la vitalidad de nuestros recursos alimentarios en los Estados Unidos y los países occidentales son sin duda mejor pagados que sus homólogos rusos, sin embargo, carecen de los medios más necesarios para llevar su misión. En resumen, Rusia no es la única nación que no invierte lo suficiente en la salvaguardia de la biodiversidad en los bancos de genes y en los campos. Para empeorar las cosas, hoy escuchamos algunos legisladores afirman erróneamente que la biotecnología puede "desarrollar" in vitro todas las variedades genéticas necesarias para proteger nuestro suministro de alimentos de la enfermedad, el cambio climático y otros peligros, haciendo obsoletos los esfuerzos realizados para conservar la biodiversidad en forma de semillas. Como si fuera una panacea, las inversiones en las ciencias biológicas están cada vez centradas en la biotecnología, a expensas de la conservación y la evaluación genética. La actual falta de recursos financieros destinados a la conservación de la biodiversidad que se observa en los bancos de semillas, jardines botánicos y granjas experimentales es sólo una parte del problema, ya que la mayor parte del trabajo de conservación debe hacerse en las granjas y huertos en las regiones adaptadas a las semillas (negrilla del traductor). Aquellos que están en los mismos lugares que Vavilov visitó se hallan amenazadas, al igual que los conocimientos y las habilidades tradicionales de los campesinos, que utilizan los mejores métodos para cultivarlas. Hoy en día, pocos de nosotros sabemos de dónde viene nuestro alimento -. A lo mejor, somos vagamente conscientes de los orígenes geográficos y culturales de los recursos genéticos en la base de nuestra dieta. Si nos imaginamos lo que podríamos comer, estos recursos estarán siempre disponibles para sembrar por parte de empresas, criadores, viveristas y agricultores que proporcionan buen funcionamiento de toda la cadena agrícola.. Sin embargo, como los guardianes de semillas de Leningrado habían anotado en 1941, estamos en una carrera contra el reloj para evitar para evitar que las últimas variedades de semillas se extingan como una llama de una vela en una corriente de aire. (negrilla del traductor). XV    Ninguna biotecnología es capaz de "inventar" o reemplazar la variedad genética que ya está presente en las diversas semillas cultivadas en todo el mundo. Apenas hemos comenzado la clasificación morfológica del pasado y todavía tenemos que entender sus relaciones genéticas y cómo aprovecharlas. Si la biotecnología quizás desarrolle un día nuevas semillas, las variedades locales - que los agricultores cultivan de forma dinámica y seleccionan durante muchos milenios - seguirán siendo la fuente principal o "reserva genética" de todos los esfuerzos futuros de mejoramiento de los cultivos. .  Vavilov y su amigo americano Harry Hallan se encuentran entre los primeros científicos que advirtieron acerca de la declinación de las reservas de semillas tradicionales. Se dieron cuenta pronto que la modernización de la agricultura engendraba la extinción de semillas adaptadas localmente que habían recopilaron durante sus primeras expediciones . Cuando volvió en 1916 a los mismos campos y huertos asiáticos que había observado la primera vez veinte años antes, Vavilov se enteró con asombro que las semillas que había colectado en estos lugares habían desaparecido. Tales cambios estremecieron fuertemente a Vavilov y Harlan, porque habían identificado estas áreas como la cuna histórica de la domesticación de ciertos cereales, lugares donde muchas variedades de plantas y sus antepasados habían sido sembradas por una ininterrumpida cadena de campesinos desde el nacimiento de la agricultura. En su correspondencia, Vavilov y Harlan fueron los pocos primeros para articular el concepto de "pérdida de la biodiversidad agrícola" a través del fenómeno de hoy llamado "erosión genética", es decir, la degradación progresiva e inevitable de los recursos genéticos susceptibles de engendrar nuevas variedades. Durante la Segunda Guerra Mundial, los genetistas al servicio de Hitler desconocían tal vez que determinados productos agrícolas sufrieron un empobrecimiento de su diversidad genética en algunas regiones del mundo. XVI    Veinte años después, casi todos los botánicos habían reportado la disminución en las regiones en las que trabajaban. Más recientemente, al igual que la disminución general de las poblaciones de anfibios, los informes aparecían anecdóticos y aislados y no alarmaron a nadie. Sin embargo, alrededor de 1970, la concordancia de muchos informes confirmó que estas pérdidas se generalizaron y prácticamente afectaron todas las regiones agrícolas del planeta. Hoy en día, los científicos reconocen naturalmente que Vavilov fue el primero en denunciar este fenómeno que finalmente le costó la vida: la biodiversidad agrícola es una piedra angular para una mejor seguridad alimentaria de la humanidad. Sin ella, nuestro sistema alimentario sería destruido por las plagas , sequías e inundaciones, por el calentamiento global y los efectos de la globalización en la economía y el medio ambiente. Aunque Vavilov nunca utilizó el término "La biodiversidad agrícola", creo que habría estado de acuerdo con la definición que podría contribuir a las discusiones dentro de la FAO: La biodiversidad agrícola está presente en todos los alimentos que comemos y en cada campo, huerta, jardín, granja y vivero que nos sostienen. Sus valores intrínsecos aún no se conocen completamente. Incluyen una gran cantidad de semillas de alimentos y razas de ganado, la mayoría domesticada por los agricultores campesinos e indígenas para satisfacer sus necesidades nutricionales y culturales. Esta abundancia evoluciona e interactúa con vastos ecosistemas silvestres. No se pueden separar los recursos de sus guardianes. También los campesinos e indígenas mantienen conocimientos tradicionales que les permite crecer y gestionar los cultivos alimentarios . Este saber -hacer nativo y local - al igual que las semillas que han contribuido a desarrollar - es el legado de innumerables generaciones de cultivadores agrícolas, pastoriles y jardineros. Vavilov era un entusiasta de los signos visibles de esta diversidad: diferencias de longitud, de barba y espigas de cebada de Turquía y Etiopía, o aquellas creciendo en las llanuras húmedas a lo largo de la ruta de la seda o sobre las montañas que las dominan el Hindu Kush. Se apasionaba con los diferentes nombres dados por los agricultores locales al mismo grupo de los frijoles que le permitían rastrear su origen y evolución. Le fascinaban las formas, tamaños y sabores de manzanas silvestres que se encuentran en la misma cadena de montañas de Kazajstán, parámetros que proporcionan nuevas vías para la domesticación de estos frutos. XVII    Para muchos historiadores de la ciencia, las mayores contribuciones a la botánica agrícola de Vavilov y a su conservación genética son la creación de una colección mundial de semillas, frutas y tubérculos en San Petersburgo y su llamado a inspirarse en los agricultores autóctonos, que han sabido adaptar sus variedades a su tierra y a su entorno. Sea que estén directamente plantadas o se utilicen para el cultivo selectivo de plantas, las semillas provenientes de estas vastas reservas genéticas representan la mejor manera para que enfrentamos plagas, sequías, epidemias, las deficiencias de nutrientes del suelo, salinidad y períodos de crecimiento más cortos. Otros se refieren a los más de doscientos artículos y libros firmados por su pluma, que evocan un nuevo camino para el tiempo fabuloso de la variabilidad genética de nuestros principales alimentos. Sin embargo, han dejado atrás dos elementos importantes que no han sido completamente reconocidos o entendidos de Vavilov. Intelectualmente, la contribución más grande Vavilov se puede hallar en una publicación de 1926, en el concepto de "centros de diversidad". Si definen estos últimos como centros de origen de las plantas cultivadas, Vavilov elige explícitamente las zonas donde la diversidad genética de las plantas domesticadas y sus primos silvestres estaba muy desarrollada. A diferencia de la mayoría de los arqueólogos de su tiempo, sostuvo que las cunas de la agricultura no se encuentran en los valles y vastas tierras bajas húmedas de los principales ríos, más si en las zonas montañosas. Elaboró una lista de más de seiscientas plantas cultivadas, incluyendo el mayor número de variedades se encuentran en las regiones de montaña. También señaló que estas áreas eran ricas en biodiversidad silvestre tanto como en lenguas indígenas: “Los centros de diversidad [] de la mayoría de los cultivos están demostrando ser las regiones que son el escenario de una intensa especiación. Debido a su rica flora de especies comestibles, estas áreas naturalmente se convirtieron en las primeras viviendas de asentamientos humanos (...) Por lo tanto, es muy probable que estas regiones montañosas no son sólo los principales centros de diversidad varietal, sino también las cunas más antiguas de la agricultura”. El arqueólogo David Harris enfatizó recientemente la necesidad de considerar a Vavilov como el primer científico que identificó la mayor parte XVIII    de los principales centros de la biodiversidad agrícola cultivada, haciendo hincapié en la teoría según la cual estas regiones serían las tierras originales de la mayoría de las plantas inicialmente domesticadas y de las prácticas agrícolas más antiguas, teoría que aun requiere validarse. Vavilov establece el vínculo entre los centros de diversidad y las cunas de la agricultura, sin embargo hay una confusión conceptual entre estos dos conceptos. A pesar de la fuerte movilización de los arqueólogos para rastrear los orígenes de la agricultura en la década de 1950, no podemos estar seguros de que la domesticación de las plantas y el desarrollo agrícola han surgido más en los llamados Centros Nucleares que en otros lugares (...). Es hora de separar el esquema de diversidad global que Vavilov ha demostrado tan brillantemente [la premisa de que estos centros nucleares serían necesariamente cunas] orígenes y desarrollo temprano de la agricultura. En esta historia, yo llamo a estas regiones nucleares "centros de diversidad", ya que es en estos términos que la mayoría de los genetistas, biólogos de la conservación y los biogeógrafos las designan. Aunque la mayoría de los científicos rusos estaban enormemente influenciados por la cartografía de Vavilov, la mayoría de sus homólogos estadounidenses no podían ver sus mapas hasta que en la década de 1950, investigadores de primer plano y científicos de campo como Carl Sauer, Jack Harlan, JG Hawkes y CD Darlington, incluyen en su propios trabajos mayores los primeros mapas científicos sobre los orígenes y dispersiones agrícolas. Estos científicos comprendieron plenamente la enorme utilidad del trabajo de Vavilov en los campos de exploración de plantas y su salvaguarda genética: incluso si los centros de diversidad representan menos de una quinta parte de la superficie terrestre de la Tierra, tienen un desproporcionadamente alto porcentaje de diferentes plantas silvestres y domesticadas.. Alrededor de la mitad de un siglo después del inicial reconocimiento científico de los centros mundiales de diversidad, muchas de estas regiones han sido objeto de un diseño de "reconsideración" que les valió una renovada atención. XIX    Cuando en 1988 el investigador, naturalista y ambientalista británico Norman Myers publicó su propio mapa de áreas de alta biodiversidad – carta basada en la distribución de plantas y animales - estos centros fueron bautizados "hotspots de biodiversidad por parte de conservación Internacional y "Global 200 ecorregiones" por el Fondo Mundial para la Naturaleza. Una nueva generación de biólogos, geógrafos, gestores y políticos comenzaron a ver en estas regiones targets prioritarios de preservación. Irónicamente, pocos de estos entusiastas reconocer la deuda intelectual hacia Vavilov:   Estos "puntos calientes" y otras ecorregiones críticas se basan, de hecho, en el mapa del científico ruso. Curiosamente, a pesar que Vavilov carecía de datos geográficos convincentes para muchas especies y que Myers disponía inicialmente de poca información acerca de insectos, sus primeros estudios de biodiversidad en algunas regiones, aunque aproximados, se han mantenido en gran medida al paso del tiempo. ONG como Conservación Internacional, WWF y The Nature Conservancy enfatizaron el concepto de puntos de acceso a la financiación de la adquisición y protección de áreas ricas en biodiversidad. Por desgracia, como demuestra el antropólogo Mac Chapin, algunas de estas organizaciones han tratado de comprar tierras a sus dueños originales o a co-administrarlas con el fin de llevar a cabo la bioprospección. Unos pocos casos bien documentados demuestran que estos cambios en la administración operan invariablemente a expensas de los agricultores y cultivadores forestales locales que preservan la biodiversidad durante siglos. Este enfoque fue criticado recientemente en un artículo publicado en Science, que sostiene que podemos preservar la biodiversidad que si los aborígenes y los grupos de interés deciden hacerlo y fundamentalmente por razones éticas y para propósitos de utilidad.  XX    Como si se anticipara a este debate actual, Vavilov formuló un principio de fitogeografía revolucionaria que incluye implícitamente las culturas humanas en lugar de ignorarlas. Este principio fue explicado en Phytogeographic Basis of Plant Breeding publicado en 1935: La distribución global de especies de plantas no es uniforme. (itálicas del autor) “ Algunas regiones del mundo tienen un número espectacular de variedades (...) En cuanto a los recursos naturales [concentrados en cada una de estas áreas destacadas], hay que destacar el papel crucial desempeñado por el hombre para cada región mediante la selección de especies de cultivo mejores adaptado”. Vavilov no sólo allanó el camino para los biogeógrafos, que fueron inspirados por su trabajo para definir los patrones de biodiversidad, sino que también fue el primero en darse cuenta de la gran riqueza cultural de los centros de biodiversidad. Sus habitantes utilizaban muchos dialectos locales que ocultaban los tesoros del saber-hacer ecológico. Los biogeógrafos Nikolai Vavilov y Alphonse de Candolle fueron los primeros en aprovechar los datos lingüísticos de diferentes culturas para rastrear el origen de ciertos alimentos. Además, Vavilov se acercó a los miembros de ciertos grupos lingüísticos para percibir los diferentes nombres atribuidos a las semillas de la misma variedad y el reconocimiento a sus múltiples usos y hábitats. Estas y otras interesantes observaciones no están incluidas en los trabajos de investigación que él firma en San Petersburgo, pero si se encuentran en los volúmenes de notas que escribió durante sus expediciones alrededor del mundo. Muchas de estas notas son un repertorio acerca de semillas colectadas en los mercados o en los campos, con frecuencia especificando la altitud precisa de los donde fueron colectadas. Las observaciones de campo de Vavilov puede ser tan valiosas como las propias semillas, ya que reflejan las condiciones históricas en las que se cultivan - condiciones que han cambiado en gran medida en nueve décadas. XXI    Varios científicos, historiadores y ambientalistas han escrito sobre el ascenso y caída de Vavilov, pero que yo sepa, ninguno ha explorado y aprovechado sus notas y han recorrido sus pasos a través de las regiones que visitó para evaluar los cambios que se produjeron allí. Las fotografías y los libros de Vavilov ofrecen "instantáneas" de la extraordinaria diversidad agrícola de un área en un momento determinado, puntos de referencia para la evaluación de la velocidad y la gravedad de los cambios económicos ecológicos, agrícolas y socioeconómicos ocurridos en algunas zonas agrícolas durante varias décadas. Seguir los pasos de Vavilov y fotografiar de nuevo los campos, plantaciones y mercados que visitó, hacen posible determinar si (y cómo) los cambios genéticos han tenido lugar. Al entrevistar a los agricultores locales, podremos, ambientalistas, climatólogos e historiadores, comprender en algunos casos por qué estos cambios han ocurrido. los documentos de Vavilov pueden arrojar luz no sólo sobre los orígenes de nuestra alimentación sino además sobre la extinción de algunos recursos básicos. Tal conocimiento también nos puede inspirar para hacer todo lo posible para detener esas pérdidas antes de que sea demasiado tarde. Cuando usted camina por las calles de San Petersburgo y se replantea el terrible asedio que la ciudad tuvo que soportar hoy más de medio siglo, puede fácilmente imaginar un mundo donde reina el hambre y donde los grandes legados históricos de la humanidad estaban en un riesgo cada vez mayor, atrapados en el fuego cruzado de dos potencias políticas. Propongo este viaje tras las huellas de Nikolai Vavilov, con la esperanza de que a medida que mayor importancia se le dé a tales legados ello puede reducir con mayor éxito el sufrimiento humano causado por las hambrunas y de tal manera se podrán sembrar las semillas de una paz más duradera. Sin embargo, como los guardianes de semillas de Leningrado en 1941, estamos inmersos en una carrera contra el tiempo. (negrilla del traductor).   XXII      http://www.redsemillaslibres.org www.nzdl.org XXIII 
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