Varios - Los Grandes Enigmas de La Segunda Guerra 2

March 29, 2018 | Author: pascualangulo5424 | Category: Adolf Hitler, Military, Violence, Unrest, Armed Conflict


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{\rtf1{\info{\title Los Grandes Enigmas De La Segunda Guerra Mundial (02)}{\auth or Varios Autores}}\ansi\ansicpg1252\deff0\deflang1033 {\fonttbl{\f0\froman\fprq2\fcharset128 Times New Roman;}{\f1\froman\fprq2\fchars et128 Times New Roman;}{\f2\fswiss\fprq2\fcharset128 Arial;}{\f3\fnil\fprq2\fcha rset128 Arial;}{\f4\fnil\fprq2\fcharset128 MS Mincho;}{\f5\fnil\fprq2\fcharset12 8 Tahoma;}{\f6\fnil\fprq0\fcharset128 Tahoma;}} {\stylesheet{\ql \li0\ri0\nowidctlpar\wrapdefault\faauto\rin0\lin0\itap0 \rtlch\ fcs1 \af25\afs24\alang1033 \ltrch\fcs0 \fs24\lang1033\langfe255\cgrid\langnp1033 \langfenp255 \snext0 Normal;} {\s1\ql \li0\ri0\sb240\sa120\keepn\nowidctlpar\wrapdefault\faauto\outlinelevel0\ rin0\lin0\itap0 \rtlch\fcs1 \ab\af0\afs32\alang1033 \ltrch\fcs0 \b\fs32\lang1033 \langfe255\loch\f1\hich\af1\dbch\af26\cgrid\langnp1033\langfenp255 \sbasedon15 \ snext16 \slink21 heading 1;} {\s2\ql \li0\ri0\sb240\sa120\keepn\nowidctlpar\wrapdefault\faauto\outlinelevel1\ rin0\lin0\itap0 \rtlch\fcs1 \ab\ai\af0\afs28\alang1033 \ltrch\fcs0 \b\i\fs28\lan g1033\langfe255\loch\f1\hich\af1\dbch\af26\cgrid\langnp1033\langfenp255 \sbasedo n15 \snext16 \slink22 heading 2;} {\s3\ql \li0\ri0\sb240\sa120\keepn\nowidctlpar\wrapdefault\faauto\outlinelevel2\ rin0\lin0\itap0 \rtlch\fcs1 \ab\af0\afs28\alang1033 \ltrch\fcs0 \b\fs28\lang1033 \langfe255\loch\f1\hich\af1\dbch\af26\cgrid\langnp1033\langfenp255 \sbasedon15 \ snext16 \slink23 heading 3;} {\s4\ql \li0\ri0\sb240\sa120\keepn\nowidctlpar\wrapdefault\faauto\outlinelevel3\ rin0\lin0\itap0 \rtlch\fcs1 \ab\ai\af0\afs23\alang1033 \ltrch\fcs0\b\i\fs23\lang 1033\langfe255\loch\f1\hich\af1\dbch\af26\cgrid\langnp1033\langfenp255 \sbasedon 15 \snext16 \slink24 heading 4;} {\s5\ql \li0\ri0\sb240\sa120\keepn\nowidctlpar\wrapdefault\faauto\outlinelevel4\ rin0\lin0\itap0 \rtlch\fcs1 \ab\af0\afs23\alang1033 \ltrch\fcs0 \b\fs23\lang1033 \langfe255\loch\f1\hich\af1\dbch\af26\cgrid\langnp1033\langfenp255 \sbasedon15 \ snext16 \slink25 heading 5;} {\s6\ql \li0\ri0\sb240\sa120\keepn\nowidctlpar\wrapdefault\faauto\outlinelevel5\ rin0\lin0\itap0 \rtlch\fcs1 \ab\af0\afs21\alang1033 \ltrch\fcs0 \b\fs21\lang1033 \langfe255\loch\f1\hich\af1\dbch\af26\cgrid\langnp1033\langfenp255 \sbasedon15 \ snext16 \slink26 heading 6;}} {\s3 \afs28 {\b {\ql Annotation\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpa r} Si la nariz de Cleopatra hubiera sido un poquito m\u225?s corta, la faz del m undo hubiera cambiado... Los ocho nuevos Enigmas de la Segunda Guerra Mundial qu e en este volumen presentamos han modificado, o hubieran podido hacerlo, el curs o de la Historia de nuestro tiempo. Cada uno a su manera ha sido el grano de are na que agarrot\u243? los engranajes del acontecer hist\u243?rico o que entorpeci \u243? los planes de los m\u225?s grandes estrategas. Estos Enigmas son piezas e senciales de un tit\u225?nico y gigantesco \u171?puzzle\u187?, y permitir\u225?n al que nos lea comprender mejor ciertos arduos misterios, ins\u243?litos y acia gos, de la Segunda Guerra Mundial. { Varios AutoresLa extra\u241?a tregua de DunkerqueLa fuga abracadabrante de Rudol f HessSingapur, la gran humillaci\u243?n de ChurchillDieppe, sangriento preludio del "d\u237?a m\u225?s largo"Argel: P\u233?tain no acude a la citaRichard Sorge : el hombre que sab\u237?a demasiadoEl expediente del Vercors\par\pard\plain\hyp hpar}{ notes\par\pard\plain\hyphpar} {\page } {\s1 \afs32 {\b {\ql Varios Autores {\line } {\line } LOS GRANDES ENIGMAS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL (02) {\line } \par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar} presen tados por BERNARD MICHAL { \~\par\pard\plain\hyphpar} con la colaboraci\u243?n de Edouard Bobrowski, Claude de Chabalier, Max Clos, Claude Couband, Ren\u233? Duval, Marc Edouard, Georges Fillioud y Jean Martin-Chauffier. { \~\par\pard\plain\hyphpar} Traducci\u243?n de Jaime Jerez { \~\par\pard\plain\hyphpar} INTRODUCCI\u211?N { \~\par\pard\plain\hyphpar} Si la nariz de Cleopatra hubiera sido un poquito m\u2 25?s corta, la faz del mundo hubiera cambiado... Los ocho nuevos Enigmas de la S egunda Guerra Mundial que en este volumen presentamos han modificado, o hubieran podido hacerlo, el curso de la Historia de nuestro tiempo. Cada uno a su manera ha sido el grano de arena que agarrot\u243? los engranajes del acontecer hist\u 243?rico o que entorpeci\u243? los planes de los m\u225?s grandes estrategas. Es tos Enigmas son piezas esenciales de un tit\u225?nico y gigantesco \u171?puzzle\ u187?, y permitir\u225?n al que nos lea comprender mejor ciertos arduos misterio s, ins\u243?litos y aciagos, de la Segunda Guerra Mundial. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En su fant\u225?stica carrera a trav\u233?s del terri torio de Francia, los Panzers del F\u252?hrer han llegado el 24 de mayo de 1940 frente a Dunkerque. Lo que todav\u237?a queda del Cuerpo Expedicionario brit\u22 5?nico, al que han seguido en su retirada algunos millares de soldados franceses , se encuentra acorralado, con el mar a las espaldas. Es l\u243?gico pensar que pr\u225?cticamente la guerra ha terminado: \u161?Hitler ha logrado convertir su sue\u241?o en realidad! Pero del modo m\u225?s inesperado, los Panzers interrump en su avance. La orden procede del propio F\u252?hrer, quien de este modo permit e que decenas de millares de soldados aliados puedan alcanzar la tierra de promi si\u243?n: Inglaterra. Ser\u225?n los mismos que, cuatro a\u241?os m\u225?s tard e, saldr\u225?n de la Isla a la reconquista de Europa. \u191?Cu\u225?l fue el mo tivo de la extravagante orden de Hitler que hizo posible el milagro de Dunkerque ? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Rudolf Hess, el personaje m\u225?s importante del Rei ch despu\u233?s de Hitler, el eventual sucesor del F\u252?hrer, se lanza en para ca\u237?das sobre el suelo de Inglaterra el 11 de mayo de 1941. \u191?Qu\u233? f inalidad persegu\u237?a tan abracadabrante fuga? \u191?Pensaba Hess proponer a C hurchill un reparto del mundo entre el Imperio Brit\u225?nico y el Reich? \u191? Hab\u237?a sido enviado secretamente por Hitler? \u191?Obraba por cuenta propia? \u191?Estaba loco? \u191?Pretend\u237?a realizar una haza\u241?a extraordinaria para conquistar la admiraci\u243?n del F\u252?hrer? \u191?Se cre\u237?a, acaso, el hombre elegido por ciertas potencias ocultas para la realizaci\u243?n de una misi\u243?n divina o m\u225?gica? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Durante el invierno de 1941 a 1942, el incendio de la guerra se ha propagado por toda la zona del Pac\u237?fico. Despu\u233?s de Pear l Harbour los japoneses atacan en Malasia. Sin embargo, los ingleses est\u225?n tranquilos: Singapur es una fortaleza inconquistable. Pero el hecho inconcebible se produce: El 15 de febrero de 1942, despu\u233?s de breves d\u237?as de lucha , los japoneses plantan su bandera en Singapur. Churchill pide que se abra una i nvestigaci\u243?n y declara que se trata de \u171?la m\u225?s grave capitulaci\u 243?n y el peor desastre de la Historia de Inglaterra\u187?. El dirigente brit\u 225?nico quer\u237?a saber c\u243?mo hab\u237?a sido posible aquella cat\u225?st rofe nacional. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El 19 de agosto de 1942, 5 000 canadienses desembarca ban en Dieppe. En el atardecer del mismo d\u237?a, 3 500 hab\u237?an sido puesto s fuera de combate por los alemanes. Montgomery hace un duro comentario: \u171?C reo que se hubieran podido conseguir los datos y la experiencia que necesit\u225 ?bamos sin tener por ello que sacrificar tan magn\u237?ficos soldados.\u187? \u1 91?Qu\u233? motivos tuvo el mando brit\u225?nico para montar la operaci\u243?n d e Dieppe? \u191?Era necesario aquel ensayo del \u171?D\u237?a m\u225?s largo\u18 7? con dos a\u241?os de anticipaci\u243?n? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} \u171?Todo hubiera sido distinto si el anciano marisc al se hubiera decidido a tomar el avi\u243?n\u187?, ha comentado el general De G aulle. Cuando en noviembre de 1942 tuvo lugar el desembarco aliado en \u193?fric a del Norte, \u191?pens\u243? P\u233?tain en trasladarse a Argelia? \u191?Proyec taban los dirigentes de la Francia libre secuestrar al Mariscal? \u191?Qu\u233? ocurri\u243? por aquellos d\u237?as en Vichy? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Los esp\u237?as, a\u250?n los m\u225?s destacados, vi ven siempre en la sombra. El espionaje es una actividad que todos los gobiernos prefieren mantener en secreto. Sin embargo, hay un caso excepcional: Richard Sor ge. Veinte a\u241?os despu\u233?s de su ejecuci\u243?n por los japoneses, que tu vo lugar en 1944, Sorge, elevado al rango de \u171?H\u233?roe de la Uni\u243?n S ovi\u233?tica\u187?, aparece, incluso, en un sello de correos: 4 cop\u233?icas ( 3 pesetas). \u191?Muri\u243? realmente Sorge en 1944? \u191?Operaba solamente po r cuenta de la Uni\u243?n Sovi\u233?tica o se trataba de un agente doble? En cua lquier caso, hay algo cierto: Sorge comunicaba al Kremlin los m\u225?s rec\u243? nditos secretos de Hitler. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En julio de 1944 tiene lugar el drama de Vercors. 20 000 soldados alemanes ponen cerco a 3 000 F.F.I. mal armados, que luchan hasta a gotar sus municiones. En uno de sus \u250?ltimos mensajes los guerrilleros dicen : \u171?Moriremos con la amargura de haber luchado solos y sin el apoyo de nadie : nos hab\u233?is abandonado.\u187? \u191?Ten\u237?a alg\u250?n fundamento aquel la aviaci\u243?n alemana se ha desmelenado. tendido sobre una tabla (en realidad una puerta de armario). Mejor es. Una sonrisa ilum ina su faz ennegrecida por el aceite: est\u225? salvado. m\u233?dico a bordo del \u171?Jaguar\u187?. e intentaban con su s alaridos llamar la atenci\u243?n de los que en la chalupa-vig\u237?a \u171?Mat elot\u187? acud\u237?an en socorro de los supervivientes. chapoteaban en el agua aceitosa. Cada uno de ellos representa un momento decisivo de{\i la} Segunda Guerra Mundial. la negra b\u243?veda del cielo es desgarrada por las pinceladas de luz de la D. Mientras agu arda el cami\u243?n que ha de llevarle al Centro de la Marina de Dunkerque. Alrededor del casco irremisiblemente condenado. el segundo contramaestre escucha lo que se habl a a su alrededor. Bichon tirita bajo el capote que han echado sobre sus hombros. que sepas cu\u . entre los salvados se encuentra su camarada de promoci\u243?n.la grave acusaci\u243?n? Y en caso afirmativo: \u191?Quienes eran los responsabl es? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En octubre de 1944 Hitler consigue su \u250?ltima vic toria: la Wehrmacht aplasta la insurrecci\u243?n de Varsovia. \u171?Llevar\u233? los heridos graves a Malo. salvo la venda que envuelve su mano derecha. que pod\u237?a esperarse zozobrase de un m omento a otro. all\u22 5? sobre Dunkerque. En el litoral. Herv\u233? Cras. de la que en aquel momento desembarcan otros supervivien tes. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\i Bernard MICHAL} { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\page } {\s1 \afs32 {\b {\ql La extra\u241?a tregua de Dunkerque {\line } \par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El contramaestre electricista Bichon se deja llevar p or las olas. frente a las costas de Dunkerque. un agobiante silenci o de plomo se cierne sobre todo el sector. y por el reflejo de las explosiones. Bichon se agarra con las u\u241?as a la gu indaleza que cuelga de la regala y consigue abordar la chalupa. En la noche del 23 de mayo de 1940. El ej\u233?rcito s ovi\u233?tico se encontraba a las puertas de la capital polaca. la mayor\u237?a heridos. \u191?Qui\u233?n dio la orden? \u191?Qu\u233? papel desempe\u241?aro n los anglo-sajones en aquella tragedia? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Estos son los ocho expedientes secretos que el lector {\i podr\u225?} examinar. los n\u225?ufrago s. camarada. en la noche. Las sirenas anuncian el fin de la alarma. los alemanes atac aron su barco por dos veces. Una hora m\u225?s tarde el \u171?Matelot\u187? atraca en los muelles del antepuerto al lado de la \u171 ?Monique Camille\u187?. Los menos gr aves ir\u225?n con los dem\u225?s al cuartel. inst alado en los cuarteles Ronarc'h.A. Bichon no pierde un a palabra de lo que dice el doctor de la ambulancia al colega que tan cercana ac aba de ver la muerte. aparece desnudo como una lombriz.C. el segundo ataque dio resultado: El \u171?Jaguar\u1 87? escoraba a estribor de tal forma. Un m\u233?dico desciende de una ambul ancia sanitaria. pero no intervin o: \u191?Por qu\u233? no lo hizo? Otra duda se plantea: Todos los dirigentes de la resistencia polaca estaban de acuerdo en que era prematuro desatar la insurre cci\u243?n. K. francesas y belgas que han quedado cercadas. Estado Mayor del Ej\u233?rcito de tierra).225?l es la situaci\u243?n: Las cosas no pueden ir peor. se espera que los alema nes lleguen de un momento a otro. La 2.* Panzer. Guderian est\u225? de muy buen humor: el a sunto presenta un inmejorable aspecto. De la habitaci\u243?n inmediata llegan unos al aridos que le dejan petrificado. En vanguardia se encuentra la unidad SS \u171?Lei bstandarte Adolf Hitler\u187?. La mayor\u237?a de las unidades de esta divisi\u24 3?n han quedado disponibles y se incorporan a las fuerzas del canal Aa. El fuerte sol de mayo hace que los ojos de Guderi . situado en el centro del bosque de Eifel.} \u171?Enrique el r\u225?pido\u187?.\u186? Panzer proce de a la limpieza de Boulogne. Todas las unidades de Panzers que hayan rebasado el canal de La Bess\u233?e deben hacer marcha atr\u225?s y situarse tras de aquella l\u237?n ea. que tiene rodeada la vieja fortaleza mar\u237? tima de Calais y se dispone a atacar. se pellizca el labio inferior. el gene ral Rommel se encuentra en un cami\u243?n de la 7. la cr uz de hierro de segunda clase sobre el pecho... donde oc upan la regi\u243?n de Watten. luego sobre el otro. Creo que en dos semanas habremos dado fin a la campa\u241?a de Francia. recorre la estancia de un extremo al otro: \u171?\u 191?Puede decirme Herr von Brauchitch qui\u233?n le autoriz\u243? a transferir l os blindados del grupo de Ej\u233?rcitos \u171?A\u187? de von Rundstedt al grupo de Ej\u233?rcitos \u171?B\u187? de von Bock?.H.\u187? Divisi\u243?n \u171?pan zer\u187?. al aristocr\u225?tico general de la vieja escuela que es von Brauchitch. solta ndo juramentos y exabruptos. Dinant y Philippeville quedaron atr\u225?s.. La 1. es un triunfo sensacional: Hemos traspas ado la l\u237?nea Maginot. pasamos por Cambrai y Arras sin detenerno s. Los ladridos de Hitler. En el despacho de Hitler. Saint-Nicolas y Buorgbourgville. inmediatamente enviar\u233?is a Keitel para que personalmente compruebe que mis consignas son cumplidas. el c omandante en jefe del \u171?Oberkommando des Heeres\u187? (O.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En el \u171?Felsennest\u187? (nido roquero). aprieta las mand\u237?bulas y siente un escalofr\u237?o recorrerle la espina d orsal. su arrebato de c\u243?lera. y se aleja de puntillas.. el general Guderian \u8212?der{\i schnell Heinz. llevando bajo el brazo la carpeta con los recortes de prensa que le hab\u237?an ordenado entregar a uno de los ayudantes del F\u252?hrer. En una so la noche avanzamos 65 kil\u243?metros. general von Brauchitch. Utilizando como escritorio un bid\u243?n met\u225?lico escribe a su m ujer: \u171?Para m\u237? divisi\u243?n. \u161?La aviaci\u243?n se encargar\u225? de Dunkerq ue!\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En aquel instante. Saint-Pierre-Brouck..\u187? Aquel mismo jueves 23 de mayo. cuando su mano se inmoviliza en el aire. totalmente fuera de s\u237?. El F\u252?hrer. en su cl\u225?sico uniforme pardo. Sigue el avance. como cari\u241?osamente le llaman sus soldados\u8212? se dispon\u237?a a inspeccionar una de sus tres divis iones acorazadas. \u187?Ahora nuestro trabajo ser\u22 5? dar caza a las sesenta divisiones brit\u225?nicas.\u170? \u171?Panzerdivision\u187? oc upa una de las orillas del canal Aa y ha establecido cabezas de puente en Holque .. El soldado Hans se dispon\u237?a a girar el pomo de una puerta. en posici\u243?n de firmes . el F\u252?hrer ha instalado su Gran Cuartel Ge neral. la 10. ponen enfermo. No te preocupes por m\u237?.. Hans sostiene el equilibrio sobre un pie.\u161? Los carros no tienen nada que hacer en los pantanos de Flan\u8212? des! He ordenado a las fuerzas blindad as que hagan alto. ahora estamos en Cateau. en el sentido literal de la palabra. Cuando Guderian lee el parte que le entrega el enlace. ser\u225? asimismo la Luftwaffe la que haya de resolverlas. van hasta la estaci\u243?n final de trayecto. Tendr\u225? que abandonar otra vez su relativamente c \u243?moda posici\u243?n. ha rebasado el extremo l\ u237?mite de la fatiga.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El general von Thoma (del grupo de Ej\u233?rcito de v on Bock) se encuentra en su carro de mando.E. Penetra como un loco en el cami\u243?n del servicio de transmisiones y pide que le pongan en comunica ci\u243?n directa con el O... B ernard Vandewael es v\u237?ctima de otro tormento: el miedo. en cualquier momento puede volver a o\u237?rse aquel repiq ueteo que es su pesadilla. el dolor en la nuca es insoportable. Es orden personal de Hitler. Cuando contempla la s columnas de humo negro que cubren la zona del puerto. \u171?Enrique el r\u225?pido\u187? es la viva imagen de la satisfacci\u243?n guerrera: Antes de veinticuatro horas se encontrar\u225? en la plaza Jean Bart de Dunkerque \u8212?nada puede oponerse a ello\u8212? y har\u225? desfilar ante s\u237? 400 000 prisioneros ingleses y franceses. el silbido de las bombas y el maullido de los \u171?sc hrapnells\u187? siente toda su soledad.K. Si la toma de Calais presentase dificultades. insignificancia y debilidad. El pabell\u243?n de alarma sirve de orientaci\u243?n a los que puede n ser confundidos por la rapidez con que se suceden los toques de la sirena que se\u241?alan el comienzo y el fin de las alarmas.. y con la cabeza apoyada en un saco de paja. casi llora de indignaci\u243?n mientras vuelve a recorr er las l\u237?neas del mensaje: \u171?La Luftwaffe se encargar\u225? de Dunkerqu e. tal como desde hace una semana ocurre quince veces al d\u237?a. y cuando escucha el estr uendo de las explosiones.: \u171?\u161?Me encuentro a 10 kil\u243?metros d e Dunkerque!\u187?. Una vez m\u225?s habr\u225? puesto en pr \u225?ctica su divisa: \u171?Cuando mis carros emprenden el viaje. entre ellos. La respuesta es categ\u243?rica: Prohibido terminantemente c ontinuar el avance. Siente en los brazos y en las piernas unos espasmos nerviosos que es inca paz de controlar. Se siente como hipnotizado por el timbre de su tel\u233? fono de campa\u241?a. el entero B. rabioso. El genera l. (Cuerpo Expedicionario Brit\u225?nico)..F. Las fuerzas blindadas deben sostenerse en la l\u2 37?nea del canal. e l vig\u237?a Bernard Vandewael ya no se acuerda de lo que significa la palabra d ormir. Es un enlace con el rostro ennegrecido por el humo y el polvo.H.an se entornen mientras su boca de labios golosos sorbe una taza de t\u233? negr o. arroja el pocillo y pega una patada a la cubierta de una de las rued as delanteras del coche. cuando rec ibe la imperativa orden de parada. e incluso de retroceso.\u187? El estruendo de una moto sin silenciador le saca de su ensue\u241?o. Von Thoma no puede reprimir s u comentario: \u171?Es in\u250?til querer discutir con un idiota. con la mano posada en la portezuela de su coche blinda do. tirado en el duro suelo. a las puertas de Bergues. Enhiesto en el camino. Se aprovechar\u225? el tiempo de descanso para revisar y poner a punto las unidades. el cerco blanco que alrededor de sus \u243?rbitas han dejado sus gafa s protectoras le dan el aspecto de una m\u225?scara de carnaval. con prohibici\u243?n expresa de atravesar el r\u237?o. en lo alto .\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En lo m\u225?s alto de la torre del ayuntamiento de D unkerque. siente que la propia nuez de Ad\u225?n s e le atraviesa en la garganta: En la orden se le prescribe que detenga sus Panze rs sobre el Aa. Adem\u225?s del agotamiento. y escuchar\u225? la siempre repetida orden: poner en marcha la l\u250? gubre sirena e \u161?zar en el exterior de la torre la bandera de franjas blanca s y azules. no dejaba de percibir que aquel par\u243?n de los tanques en beneficio exclusivo de las fuerzas a\u233?reas constitu\u237?a un absurdo: Si su amigo Gud . al que quiere explicar las razones del \u171?chaqueteo\u187? de sus fuerzas. en sus manos tiene la respuesta del general W eygand: \u171?He recibido vuestro mensaje: Si el repliegue de los brit\u225?nico s sobre el canal de la Haute Deule hace imposible la maniobra prevista. Sin embargo. no en vano es el primo del \u171?diablo roj o\u187? Manfred von Richtofen. y el equipo de pilotos formado por \u233?l e ra de primera calidad. hay un hecho que todav\u237?a tranquiliza a med\u237?as al pobre Bernard: cada vez que baja la palanca de contacto de las sirenas.\u176? Cuerpo a\u233?reo de la Luftwaffe. preservar el honor de las banderas que se os han confiado.. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} A ochenta kil\u243?metros al sur de Dunkerque. Blanchard se ha dejado caer en un viejo sill\u243?n de mimbre y pasa la mano p or sus ojos fatigados. (Gran Cuartel General) f ranc\u233?s la desastrosa noticia. piensa que est a guerra es \u171?la suya\u187?. Ser\u225? usted el que haya de tomar la decisi\u243?n m\u225?s conveniente con el fin de salvar lo que todav\u 237?a sea salvable. fogoso general de cuarenta y cuatro a\u241?os. aquellas todav\u237?a aullando cu al significa que. jefe del Primer Ej\u233?rcito franc\u233?s. El bar\u243?n. a menos de que ocurra \u171?un milagro\u187? .de su campanario. cerca de Saint-Pol-sur-Ternoise.{\super a} y 50. en la l egi\u243?n C\u243?ndor. Si Gort tiene mot ivos de preocupaci\u243?n. no se hace ninguna ilusi\u243?n. indispensable para el env\u237?o de refuerzos. en la granja de Attiche donde ha acudido para conferenciar con el general Prioux . que ocupaba la l\u237?nea del Somme. siente que la inacci\u243?n destroza sus nervios.. lord Gort. No le ha sido posible tomar contacto telef\u243?ni co con el general Blanchard. En el atardecer del 24 de mayo. los ej\u233?rcitos aliad os del norte se agolpan en derredor de Dunkerque. est\u225? totalmente desespe rado.. Hizo sus primeras armas en Espa\u241?a. sigue llegando la corriente el\u233?ctrica.{\super a} Divisiones brit\u225?nicas evacuasen Arras y tomasen nuevas posiciones sobre el canal de la Haute Deule. el as de las ochenta victorias en la guerra de 19 14.. apresados por la tenaza que ha n formado los invasores alemanes. Se daba el caso de que el general Blanchard contaba con el refuerzo de aquellas dos divisiones para proceder a un movimiento ofensiv o franco-brit\u225?nico en direcci\u243?n sur que habr\u237?a de cortar la punta de lanza alemana y restablecer el contacto con el VII Ej\u233?rcito franc\u233? s del general Fr\u232?re... se hab\u237?a especializado en las operaciones de apoyo a\u233?reo a las fuerzas de tierra. Blanchard. y el fin ser\u225? la captura. por su parte. comandante del 8 . por lo menos.Q.G. jefe del Cuerpo Expedicionario brit\u225? nico. La noche a nterior lord Gort dispuso que la 5... { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En la elegante villa de La Panne donde ha instalado u no de sus puestos de mando. Gort{\i y} Blanchard ignoran todav\u237?a que aquel milagro Hitler lo har\u225? posible . procurad formar una amplia cabeza de puente alrededor de Dunkerque que cubra aquel puert o. y por encima de todo.\u187? El general Blanchard arroja su kepis sobre una mesa. Aquella misma ma\u241?ana ha comunicado al G. se siente muy alterado. sobre la atormentada ciudad de Dunkerque. Su apellido pesa mucho. el general bar\u243?n von Richtofen. La bolsa no podr\u225? resistir mucho tiempo . Pero por muy aficionado que von Richtofen fuese a la acci \u243?n. 30 de la ma\u241?ana. su amigo e l general Hans Jeschonnek.K. A finales de abril de 1940 el n\u250?mero de divisiones disponibles pas\u243? de 104 a 148. se dirige en esta ocasi\u243?n al \u171?dios padre\u187? de la aviaci\u243?n. Al bar\u243?n nunca le dio reparo saltarse a la torera los escalones de la jerarqu\u237?a cuando se tr ataba de resolver alg\u250?n problema. De modo que.. Apoltronado en el sill\u243?n de su despacho. equipadas con un m aterial perfeccionado. nadie debe impedir que sea \u233?l qui en llegue a la \u171?estaci\u243?n de t\u233?rmino\u187?. que descansan tendidos en l a hierba. von Rundstedt contempla el gran mapa militar que pende de la pared opuesta.. En aquel d\u237?a. mientras espera la comunic aci\u243?n con el O. se incorporan estupefactos cuando le escuchan gritar: \u171?\u191?Qu\u 233? demonios de juego se trae entre manos Herr Adolfo? Jeschonnek me dice que e l m\u225?s grande estratega de todos los tiempos ha parado los tanques de Dunker que para evitar a los brit\u225?nicos una p\u237?ldora demasiado vergonzosa. a la misma hora.L. una reuni\u24 3?n del Comit\u233? de guerra. En B\u233?lgica. El grupo de Ej\u233?rcitos \u171 ?B\u187? del coronel-general von Bock.. von Richtofen va y viene incansablemente.erian \u171?ha tomado{\i el tren\u187? }-piensa Richtofen\u8212?. es decir. Pero en el plan general de operaciones que Hitle . Algunos de sus pilotos. sell\u243? en menos de cinco d\ u237?as la suerte de Holanda. el general von Rundstedt se toma un corto tiempo de reposo mientras espera que le sirvan la cena. Durante los meses transcurridos desde que en oto\u241?o de 1939 tuvo lugar la campa\u241?a de Polonia. Von Richtofen pierde el tiempo. \u1 91?Se ha vuelto todav\u237?a m\u225?s loco de lo que normal mente est\u225??\u18 7?. se\u241?alan el camino recorrido desde el 10 de mayo. pasando por alto a todos los mandos intermedios. bajo la presidencia de Albert Lebrun. s e celebra en el El\u237?seo. Sale de la barraca dando un portazo y soltando unos juramentos que hac\ u237?an temblar las esferas. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El s\u225?bado 25 de mayo. verde y amarillo. Es la primera vez que se habla de \u171?negociaciones\u187? con los a lemanes y que alguien pronuncia la palabra \u171?armisticio\u187?. A sus sesenta y cinco a\u241?os. los ej\u233?rcitos alemanes iniciaron su ataque desde el mar del Norte a la l\u2 37?nea Maginot. el general Weygand informa sobre la marcha de las operaciones desde que dio comienzo el ataque alem\u225?n del 10 de mayo que trajo como consecuencia el cerco de los ej\u233?rcitos del Norte en la front era franco-belga \u171?donde la situaci\u243?n se ha convertido en muy cr\u237?t ica\u187?. y luego pasa r\u225? la velada dedicado a un ejercicio de palabras cruzadas y a ojear algunas revistas. Hitler ha empe \u241?ado 117 en la lucha del frente del oeste. el bar\u243?n defiend e la causa de los blindados. Cuando al fin tiene al jefe del estado mayor en el otro extremo de la l\u237?nea. se esfuerza en demostrar que la acci\u243?n conjuga da de los panzers del cuerpo de ej\u233?rcito de von Kleist y de sus 180 \u171?S tukas\u187? habr\u237?a de resultar totalmente eficaz. las tropas del rey Leopoldo aband onaron sus posiciones del canal Alberto despu\u233?s de la ca\u237?da del fuerte de Eben-Emael y se replegaron buscando el apoyo de las fuerzas franco-inglesas que acud\u237?an en su socorro. apoyado por los paracaidistas de la infan ter\u237?a aerotransportada del general Student. Los rostros reflejan la seriedad del momento. a las 5. (Estado Mayor de la Luftwaffe). dond e los servicios de ingenieros han montado en pocas horas un sistema de radio-tel \u233?fono. En la barraca de tablones de su puesto de mando. con las piernas estirad as. han adquirido nuevos arrestos. e l viejo patricio es ya incapaz de variar sus costumbres: Compartir\u225? su cola ci\u243?n de carne y legumbres cocidas con alguno de sus oficiales. las unidades germanas. y donde los trazos en l\u225?piz rojo. En su cuart el general de Charleville instalado en la vieja alcald\u237?a cuyos muros cubre la hiedra. Ant es de que comience la discusi\u243?n. a las siete de la tarde. al jefe de estado mayor de la Luftwaffe.. los movimientos en B\u233?lgica y en Holanda.\u187? El d\u237?a anterior von Rundstedt hab\u237?a tenido una en trevista con el F\u252?hrer. Ahora. el ordenanza Klaus abri\u243? todas las ventanas para disipar el olor de tabaco (von Rundstedt es un empedern ido fumador). parece inminente la reanudaci\u243?n de la ofensiva alemana. El 15 de mayo.. Abandonar la idea de abrir brecha en direcci\u243?n hacia el sur signific . por Noyelles. el viejo general corta el extremo de su cigarro. El frente belga ha quedado hundido en la regi\u243?n de Courtrai. el 17 de mayo. acompa\u241?ado del general Jodl. por otra parte. mientras piensa: \u171?En el fondo. El 13 de mayo. que hab\u23 7?an resultado un \u233?xito total. al tiempo que las unidades del general von Bock se de scolgaban desde el norte. \u171?\u161?Blumentritt! \u161?Blu mentritt! Es la hora de la cena. Los alemane s prosiguen su avance a lo largo de la Scarpe. Von Rundstedt no puede evitar una sonr isa al recordar el azaramiento de sus oficiales al serles anunciada aquella visi ta: El jefe de estado mayor. casi como si se tratase de un ritual. en tanto los Panzers.. von Rundstedt. su cuartel general en la pac\u237?fica alcald\u237?a provinciana de Charlevill e. entre tanto. entre Maulde y Cond\u233?. el cuerpo blindado de Gude rian y el 51 Panzer Korps alcanzaban Montcornet. muy tieso en el asiento trasero. El 18. los tres cuerpos blindados del general von Kleist (punta de lanza del grupo de ej\u233?rcitos \u171?A\u187? del coronel-general von Rund stedt) romp\u237?an el frente del Mosa por Sedan.r hab\u237?a adoptado. ten\u237 ?a que ser el martillo y von Bock... las divisiones blindadas se encontraban en la l\u237?nea Avesnes-Guisa-Marle-Rethel. El viejo general dirige una mirada maquinal a su juego de palabras cruzadas. desde donde controlaba la progresi\u243?n de sus tropas en direcci\u243?n oes te a lo largo de la costa. Este hab\u237?a llegado a las once de la ma\u241?an a en un Mercedes descapotable. Los alemanes ve\u237?an abie rta ante s\u237? la ruta de la Mancha. Y de cualquier modo. no hicieran otra cosa sino estorbar la acci \u243?n de la Luftwaffe? La cosa no tiene mayor importancia \u8212?piensa von Ru ndstedt\u8212?. En el sec tor de Lens y de la Bass\u233?e. d\u233?bilmente defendido. en efecto. Hitler sab\u237?a lo que se hac\ u237?a cuando orden\u243? el par\u243?n de los carros: El esfuerzo que se ha exi gido a las unidades blindadas las ha dejado sin apenas alientos. a 70 kil\u243?metros al oeste d e Sedan. Ser\u225? el \u250 ?ltimo antes de la cena. alcan zaba la costa de la Mancha. Guderian llevaba su 2.\u170? Panzer hacia San Quint\u237?n y su 1\u170? en direcci\u243?n a P\u2 33?ronne. Las noticias son cada vez peore s.. El jefe del l. algunos d\u237?as de reposo no sentar\u237?an mal al grupo de Ej\u233?rcitos \u171?A\u187?. Hitler lle va raz\u243?n. los aliados se ven y se desean para poder colmar las brechas.\u187? Panzer era la primera unidad alemana que. el cruce del Somme y la cabalgata hacia Par\u237?s. Al d\u237?a siguiente ca\u237?an Saint-Pol y Montreuil-sur-Mer. El 20 de mayo. hay que considerar que las operaciones deben seguir: El \u171?Plan Rojo\u187?. el batall\u243?n Spi tta de la 2. Dos d\u237?as despu\u233?s. como hemos dicho . Las dos ramas de la tenaza iban estrech\u225?ndose en torno de los ej\u233?rcitos aliados. Von Rundstedt hab\u237?a instalado. ata scados en los arenales de Dunkerque. con gestos lentos y minuciosos.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En su puesto de mando el general Blanchard exam\u237? nalos telegramas que se amontonan sobre su mesa... en el Escalda. Piensa que. von Sodenster se precipit\u243? sobre sus botellas de Cointreau y las escondi\u243? en un archivador. \u191?Qu\u233? podr\u237?a o currir si los franceses atacasen en masa desde el sur. significaban simples acciones de diversi\u24 3?n.{\super er} Ej\u233?rcito franc\u233?s reflexiona largamente antes de tomar una decisi\u 243?n. el noroeste de Abbeville.. la vanguardia blindada del grupo de ej\u233?rcitos \u17 1?A\u187? se apoderaba de Abbeville. De acuerdo con el plan inicial. el yunque. su jefe de operaciones. La amenaza principal hab\u237?a de producirse en el sur. Ahora los papeles quedar\u237?an invertidos. \u233?l. en la zona de las Ardenas. dise\u241?ado por el as de la aviaci\u243?n Ernest Udet. Ahora. el Lys y el canal de derivaci\u243?n. temerosos de ser envueltos por el norte.'Cuerpo van provistas todas de aqu el artilugio sonoro. es un aparato muy silencioso. constituyendo de esta forma una amplia cab eza de puente alrededor de Dunkerque.. El \u171?Ju-87\u187?. El general sonr\u237?e humor\u237?sticamente: Habr\u225? qu e ver si los franceses y los ingleses de Dunkerque encuentran de su gusto la bro ma que les ha preparado. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En el hotel Trocadero. En el curso de sus vuelos de ent renamiento. seco. \u171?Es la \u250?nica soluci\u243?n\u187?.. donde el Cuerpo Expedicio nario brit\u225?nico tiene instalado su Gran Cuartel General. el famoso \u171?Stuka\u187?. En cualquier caso.. un arma m\u22 5?s terror\u237?fica a\u250?n.. El general franc\u233?s debe consid erar asimismo que la ofensiva significar\u237?a abandonar a su suerte a los que combaten al sur del Lys.. que se niegan a participar en la acci\u243 ?n. Por otra parte. Blanchard la firma con mano rabiosa y queda pensativo. en el caso de que la ofensiva fracasase.. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El 26 de mayo cae en domingo. produce un estruendo in fernal. resignarse al asedio. puede llevar aparejado. teniendo el mar a la espalda.{\super er} Ej\u233?rcito franc\u233?s. por la ma\u241?ana. Alto. el ambiente de la peque\u241?a mansi\u243?n de Premesque. hasta el punto que R ichtofen suele decir bromeando que es un avi\u243?n \u171?que camina descalzo\u1 87?. Antes de . Significa meterse en un callej\u243?n. Al bar\u243?n se le ha ocurrido colocar en las alas cuatro silbatos de cart \u243?n y una sirena entre las ruedas del aparato. el general-bar\u243?n von Richtofen ent retiene su impaciencia tomando a peque\u241?os sorbos una copa de co\u241?ac y o jeando el \u250?ltimo n\u250?mero del{\i Berliner Hlustrierte Zeitung} que acaba de traerle el cabo de carter\u237?a. pero Richtofen sabe lo que se hace . y con una sola y precaria base de abasteci miento: Dunkerque. parco de palabra (los subordinados le han pu esto el mote de \u171?El Tigre\u187?). El general vizconde Gort acaba de despachar su colaci\u243?n: Do s galletas de munici\u243?n untadas con mermelada de naranja. la p\u233?rd ida del contacto con aquel puerto indispensable.sin salida. en Saint\u8212? Pol-sur-Ternoise. est\u225? impregna do por el aroma del t\u233? de los desayunos. Sus amigos le aconsejaban \u1 71?que se dejase de ni\u241?er\u237?as\u187?. Esta cabeza de puente ser\u225? defendida a ultranza y sin esp\u237?ritu de retirada. La niebla matinal se va disipando paulatinamente.a condenar los ej\u233?rcitos aliados a una lucha sin esperanzas. que no dispondr\u237?an del tiempo necesario para el re pliegue. Es todo lo que se permite el comandante en jefe desde que hace tres d\u237?as las raciones han sid o reducidas a la mitad. von Richtofen imagin\u243? un peque\u241?o artilugio que ayudar\u237 ?a a hacer del \u171?Junker 87\u187?. Las 180 unidades que constituyen el 8. cuando el \u171?Stuka\u187? se lanza en picado. Es t\u225? deseoso de que se le brinde la ocasi\u243?n de comprobar los efectos de su \u250?ltimo invento: \u171?el silbato\u187?. antes habr \u237?a que convencer a los ingleses. El general Blanchard se d ispone finalmente a redactar su orden del d\u237?a: \u171?El l. de la plaza d\u233?la estaci\u 243?n. y los ej\u233?rcitos ingl\u233?s y belga procede r\u225?n a reagruparse tras la l\u237?nea de aguas formada por el canal del Aa. A m enos que. Lord Gort es un hombre valeroso. insistir en el plan de romper el cerco german o.\u187? La orden del d\u237?a reproduc e casi literalmente las frases del general Weygand. acaba de disponer el reembarco del Cuer po Expedicionario: \u171?Deber\u233?is abriros paso hacia el oeste. situado en los suburbios londinenses. aliment\u225?ndose con whisky y pastillas de chocolate. A las seis de la tarde. lord G ort se sienta frente al tablero de madera desgastada que le sirve de mesa de des pacho y comienza a estudiar el plan de repliegue que le ha sometido el teniente coronel vizconde Bridgeman. doscientos cuarenta mil hombres. el dichoso plan de retirada le tiene al borde de la locura. Maitland ordena sus papeles y echa la llave en los cajones de su mesa. inspector principal de la compa\u241?\u237?a.. ve intisiete mil no\u8212? combatientes ya han sido evacuados. Para las ope raciones de embarque ser\u225?n utilizadas las playas que se encuentran al este de Gravelinas. Veinte minutos despu\u233?s es uno m\u225?s en la multitud que l lena la iglesia. en el mejo r de los casos. en el dep\u243?sito de mater ial rodante de los ferrocarriles del Sur. prestar\u225? apoyo total. En medio del torrente de armon\u237?as que desciende del \u243? rgano.veinte mil y. Av isa a sus subordinados de que piensa asistir al oficio de la tarde en la Catedra l de Southwark. Anthony Ed\u233?n.} la m\u225?s alta condecoraci\u243?n militar inglesa. Como puede verse.. los datos no pod\u237?an ser m\u225?s imprecisos.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Del otro lado del Canal.. el inspector John Maitland espera una llamada telef\u243?nica. en la Primera Guerra Mundia l gan\u243? en el frente la{\i Victoria Cross. Maitland ejerce e l control de la circulaci\u243?n en los ochenta kil\u243?metros de v\u237?as f\u 233?rreas que unen Londres con Brighton y con los puertos de la Mancha.F. Es Percy Nunn. Las \u24 3?rdenes recibidas cuatro d\u237?as antes se\u241?alaban que deb\u237?a estar di spuesto para transportar desde la costa hacia el interior un contingente de sold ados indeterminado: entre. El plan de operaciones debe ser previ sto inmediatamente. La marina proporcionar\u225? todas las unidades navales disponibl es. alguien toca en la espalda del jefe de los ferroviarios: Le esperan en la sacrist\u237?a. La consigna para la puesta en marcha de esta operaci\u243?n ser\u237?a la palabra \u171?Dinamo\u1 87? (nombre clave del puesto de mando aeronaval en Dover). Sin embar go. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i . Gort se siente totalmente desanimado.\u187? Los que Gort llama \u171?bocas in\u250?tiles\u187?. sin que pueda descartarse la eventualidad de dejar trescientos mil prisioneros en manos de los alemanes. El secretario de E stado para la Guerra.. qu e con su voz nasal le dice: \u171?La operaci\u243?n \u171?Dinamo\u187? ha comenz ado. deja escapar un hondo suspiro.1914 pertenec\u237?a a un regimiento de la Guardia. El general firma el cable de contestaci\u243?n a Ed\u233?n: \u171?No puedo ocultaros que. Las \u250 ?ltimas esperanzas est\u225?n puestas ahora en esa batalla de retroceso a lo lar go del pasillo que conduce a Dunkerque: Hay que salvar ochenta kil\u243?metros p or un cuello de botella cuya mayor anchura es de ocho mil metros. en la zona sur). Bridgeman tiene los ojos inyectados en sangre: Lleva cuarenta y ocho horas sin dormir. El general Gort baja la cabeza.\u187? A continuaci\u243?n. y la R. Debe incorporarse inmediatamente a su puesto de mando en Redhill\u187? (est a localidad se encuentra a treinta kil\u243?metros del centro de Londres. en esa ma\u241?ana. Transcurren lentas la s horas sin que el timbre del tel\u233?fono venga a perturbar la sopor\u237?fera tranquilidad en el despacho del funcionario de ferrocarriles. y volv i\u233?ndose hacia Bridgeman deja caer esta frase: \u171?Cuando ingres\u233? en la academia militar estaba muy ajeno de pensar que alg\u250?n d\u237?a tendr\u23 7?a que conducir el ej\u233?rcito brit\u225?nico en la peor derrota de su Histor ia. una parte sustancial del Cuerpo Expedicionario brit\u225?nico y de su equipo caer\u225?n en manos del enemigo.A. en lo alto del campana rio de Dunkerque. ha sido designado como jefe de la zona mar\u237?tima de Dunkerque. Las \u243?rdenes pertinentes ser\u225?n dadas en la tarde del d\u237?a siguiente. y las jornadas que sigan. El comandante del \u171?Jaguar\u187?. Pese al extremo agotamiento. bajo la lluvia de bombas que env\u237?an lo s alemanes. y ayudan en el transporte de las municiones que algunos barcos han c onseguido llevar a Dunkerque.* clase de la marina francesa Herv\u233? Cras lleg\u243? a los cuarteles Ro\u24 1?are'h. que desde hace tres d\u237?as tiene detenidos los carros de Guderian y de Rommel. El jefe de m\u225?quinas toma a su cargo la direcci\u243?n del servicio de transportes y el agregado se responsabiliza del campo de prisioneros instalado en el pont\u2 43?n \u171?Saint-Octave\u187?. no ha tenido un solo momento de reposo. una desbandada de hombres que se . el contratorpedero \u 171?Jaguar\u187?. Desde que a primera hora de la ma\u241?ana fue dada la alerta. la retirada inglesa se efectuaba en buen orden . mientras sin descanso cura y venda a la riada d e heridos que llega al puesto de socorro. Toda la tripulaci\u243?n tiene donde ocuparse. otros echan una mano en las bater\u237?as antia\u2 33?reas. y para muchos de los alemanes que los persiguen. El F\u252?hrer ordena que la Luftwaffe \u171?liquide la bolsa de Dunkerque\u187? y autoriza que los blinda dos vuelvan a reanudar su avance. capit\u225?n de fragata Adam. y se despliegan sobre la ciudad.{\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Hitler. por columnas organizadas y bien encuadradas. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} A las siete de la ma\u241?ana. el chasquido met\u225?lico de los \u171?Bofors\u187 ? y el crepitar de los \u171?pianos de Chicago\u187?. Relev\u225?ndose c ada cuarto de hora. acuden los bombarderos alemanes en oleadas de treinta o cuar enta aparatos. unos hacen de cargadores. es capaz todav\u237 ?a de coordinar un pensamiento: le parece que ha sido el gesto de su mano \u171? el que ha desencadenado todas las fuerzas del infierno\u187?. esas maravillosas ametrall adoras Vickers que disparan sus proyectiles del 12. Su barco. Lo que hoy desfila ante los ojos de Herv\u233? Cras es una marea ininterrumpida.7 a una cadencia de dos mil p or minuto. Hasta la v\u237?spera. hab\u237?a sido puesto fuera de combate cerca de la bocana del puerto de Dunkerque el 23 de mayo por una \u171?Schnell-boot\u187? (lancha r\u2 25?pida) alemana. es informado de que seis transportes atesta dos con tropas inglesas (las \u171?bocas in\u250?tiles\u187? de lord Gort) han a bandonado aquella ma\u241?ana el puerto de Dunkerque. Desde que tres d\u237?as antes el m\u233?dico de I . { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Aquel lunes 27 de mayo. que casi le ha convertido en un aut\u243?mata. y sobre los tre ce kil\u243?metros de playas. Herv\u233? Cras encuentra trabajo cerca de su ami go Bacquet. belgas e ingleses cercados. ya Herv\ u233? Cras no es capaz de un solo pensamiento coordinado: A sus sentidos llegan las im\u225?genes y los sonidos. En el exterior el estr\u233?pito es fr agoroso. Bernard Vandewael baja{\i por \u250?ltima vez} la palanca de contacto de las sirenas de alarma (a partir de aquel momento la corriente el\u233?ctrica ser\u225? cortada). una pesadilla imposible de olvidar. sobre el puerto. sig nificar\u225?n para los franceses. m\u233?dico mayor de la marina. A los silbidos y explosiones de las bombas se mezcla toda la gama de ru idos de la defensa antia\u233?rea: los roncos ladridos de los \u171?119\u187? pr ocedentes de los torpederos. El maestro armero Dupr\u233?. un casco de metralla le arranca casi de cuajo una de sus piernas. remedia el olvido colgando del cristal retrovisor su braza l de sanitario. que corren de un lado a otro. sale de su refugio. empu\u241? a una ametralladora pesada cuyos servidores hab\u237?an abandonado en el muelle. atacados de s\u250?bita locura. escucha las explicaciones. Bajo las bombas tiembla la arena y a veces sirve de sepultura a los que en el la excavaron un refugio. Pero en aquella ocasi\u243?n Ramsay tendr\u225? que \u171?improvisar\u187?: a \ u233?l incumbe la responsabilidad suprema de la operaci\u243?n \u171?Dinamo\u187 ?. la carretera aparece despejada. mujeres y ni\u241?os que intentan huir de aquel i nfierno. A la quinta r\u22 5?faga. originando cada uno de e llos un aut\u233?ntico castillo de fuegos de artificio. cad\u225?veres de hombres y d e caballos y esqueletos d\u233? casas donde solamente las chimeneas se mantienen en pie. Se trata de un marino de cincuenta y seis a\u241?os. Aparece un marinero de voz aguardentosa. en aq uella parte de la ciudad todo son restos informes. El puerto{\i y }la ciudad se han convertido en un inmenso brasero. aterrorizados por los incesantes ataques de los aviones que cada vez se atreven a volar m\u225?s bajo . { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En el rompeolas de Dover el almirante Bertram Home Ra msay ha instalado su puesto de mando en una min\u250?scula oficina. Los cazadores alemanes realizan sus pasadas al nivel del agua para ametrallar incluso a los hombres que procuran ponerse a salvo a nado agobiados por su pesad o equipo guerrero. A la salida de la ciudad. de su jefe superior. El capit\u225?n de nav\u237?o William Tennant. que viste sie mpre de modo impecable. Herv\u233? Cras corre desalado por las calles vecinas h asta que encuentra un cami\u243?n abandonado. Se hace necesario evacuar los heridos que se encontraban en el puesto de socorro in stalado en el piso bajo. La estaci\u243?n del ferrocarril se encuentra en llamas. Cr as conduce su carga de carne doliente por la \u250?nica v\u237?a a\u250?n practi cable: la que conduce al sanatorio de Zuydcoote por la carretera que flanquea el canal de Furnes. Cras ha olvidado colocar en su cami\u243?n el pabell\u2 43?n de la Cruz Roja. que el Almirantazgo ha enviado a Home Ramsay como ayudante. todo lo que el almirante conoce de la situaci\u243?n es a trav\u233?s de los brev\u237?simos informes redactados en estilo telegr\u225?fico que le llegan. del barullo y del desorden. ancianos. Las siete d\u225?rsenas que hacen de Dunkerque el tercer puer to franc\u233?s en orden de importancia. las balas caen en el mar como un chaparr\u243?n. En todas las esquinas la ambulancia provisional encuentra largas hilera s de pobres civiles. tajantes y precisas. y se pone a disparar sobre la oleada de bombarderos germanos. En la calle donde se levanta el cuartel Ronarc'h. con un car\u225?cter insoportable. que pronto queda convertido en una antorcha. Tan bien que mal. y en la maestranza de la marina. enemigo. por encima de todo. que se hallaba en seguri dad bajo una espesa c\u250?pula de hormig\u243?n.mueven como aut\u243?matas. No es extra\u241?o que en aquel infierno sean muchos los que pierdan el contro l de sus nervios: algunos. Pero dentro de su castrense sequedad aquellos escritos resultan elocuentes. corren por las dunas gritando como condenados. no se podr\u225?n utilizar: en los ataq . los heridos son apilados en la baca. Bajo a quel diluvio de fuego los heroicos camilleros andan a saltos en busca de heridos . produciendo un chirrido \u171?igual que el de la manteca al fundirse en una sart\u233?n\u187 ?. una polic\u237?a militar feroz arroja a la cuneta o al canal cualquier veh\u237?culo que entorpezca el paso. es in\u250?til: no consigue ponerl o en marcha. Cras vuelve al Ronarc'h sorteando los muros de llamas que le rodean. la consigna e s implacable: la v\u237?a de acceso a Dunkerque debe ser mantenida abierta. son muchos los camiones atestados de municiones que arden. De los retorcidos armatos tes en que s\u233? han transmudado las gr\u250?as gotea el metal fundido. que en un santiam\u233?n l ogra que el cami\u243?n arranque. El fuego se propaga a lo s pisos superiores del cuartel. aquella min\u250?scula cruz encarnada le sirve de s\u233?samo. Tennant y sus auxiliares ni s iquiera pueden trazar el esbozo de su plan de evacuaci\u243?n. incluye veintitr\u233?s muertos y sesenta heridos entre la tripulaci\u243?n y los soldados que transportaba. varios de los barcos con que pensaba contar ya han s ido hundidos por el fuego enemigo. pero podr\u225?n u tilizarse cierto n\u250?mero de mercantes. Cuando el \u171?Wolfhound\u187? atraca. Tambi\u233?n habr\u225? que tener en cuen ta las minas magn\u233?ticas. \u171?Supongo que usted conseguir\u225? evacuar. con los que de ber\u225? compon\u233?rselas.. se\u241?alando en el mapa mural con su puntero. Tennant no sabe que cuando abandona el min\u250?sc ulo despacho del almirante. un geiser de agua y de trozos de hormig\u243?n es la \u250?nica bienve nida que recibe el barco. y el puente ba\u2 41?ado en sangre. los \u171?ferry-b oats\u187? de{\i la} Mancha. se encuentran todav\u237?a a cierta distancia de Dov er. Las fundas de los cartuchos y de los obuses cubren totalmente la cubierta. En medio del terrible estr\u233?pito.. Ah\u237? est\u225? Dunkerque: Un espeso sudario de humo negro producido por el i ncendio de las refiner\u237?as de petr\u243?leo envuelve toda la ciudad. El nuevo comandante militar de Dunkerque frunce el entrecejo. a bordo del viejo torpe dero \u171?Wolfhound\u187?. que ha conseguido arribar renque ante a Dover. cuarenta y cinco o cincuenta mil hombres\u187?. el \u171?Mona's Isle\u187?. La lista de bajas confeccionada por su capit\u225?n. \u218?nicamente siguen accesibles el muelle y los treinta y siete kil\u243?metros de playa entre Dunkerque y La Pa nne. Se ha echado mano a todo lo disponible: Incluso los veteranos \u171?Mona's Isle \u187? y \u171?King Orry\u187?. no se dispondr\u225? sino de cuarenta torpederos. Para la evacuaci\u243?n no se podr\u225?n utilizar unidades de gran tonelaj e: En algunos lugares de la costa el fondo no alcanza a las dos brazas. todo lo m\u225?s. han quedado totalmente destruidas. desencadenados a partir del 1 8 de mayo. o no se encuentran en condiciones de prestar servicio. Todas las piezas del \u171?Wolfhound\u187? disparan hasta que los ca\u241?ones se ponen al rojo v ivo.ues a\u233?reos de la segunda flota de Kesselring. comienzan a comprender aquello con que van a v\u233?rselas: Una escuadrilla de bombarderos alemanes aparece entre las brumas y les ataca. naturalmente. pero con las chimeneas convertidas en coladores. han sid o convertidos en patrulleros auxiliares. que hacen el servicio de la isla de Man. El cuadro no puede ser m\u225?s sombr\u 237?o. pregunta. y algunos \u171?schnits\u187? (barcazas holandesas de fondo plano). con qu\u233? medios podr\u225? contar. Aquello significa que la ruta Dover-Dunkerque se halla al alcance \u8222?de las bater\u237?as de campa\u241?a que sin duda los alemanes habr\u225?n emplazado en Petit-Fort-Phili ppe. a la derecha del estuario del Aa. \u161?Bien comienza la operaci\u243?n \u171?Dinamo\u 187?! { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b . que seguramente la LuftwafFe ha lanzado a centenar es. As\u237?. Durjante las dos h oras de la traves\u237?a el barco tiene que dar violentos bandazos para esquivar las bombas. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Cuando Tennant y sus hombres. John Dowd ing. Pero Tennant no sabe todav\u237?a lo peor: \u171?Los "Boches" han tomado Gravelinas\u187? le dice Ramsay. buques de cabotaje.\u187? Cuando Tennan t consigue recuperarse de la desagradable sorpresa. un rosario de bombas estalla a pocas brazas de su borda. E l capit\u225?n de Nabilo Tennant pega un respingo cuando Ramsay le dice sin rode os: \u171?Usted ser\u225? el comandante superior brit\u225?nico en Dunkerque. son las palabras con que el almirante Ram say despide a su subordinado. Habr\u225? que recurrir a barcos de m\u237?nimo calado. Tiene que asegurar las operaciones de reembarque p or tanto tiempo como los aliados puedan contener al enemigo. Le acompa\u241?ar\u225?n doce oficiales y ciento cincuenta hombres. Ramsay no deja mucho margen a las ilusiones: De momento. y abunda n los bancos de arena. En el sur. In mediatamente el rey Leopoldo env\u237?a un parlamentario al Gran Cuartel General del Sexto Ej\u233?rcito alem\u225?n. Faltan las municiones para la artiller\u237?a.. informe que ha recibido del general Michiels: \u17 1?Las \u250?ltimas reservas belgas han sido empe\u241?adas en la batalla. E l soberano convoca a los miembros de las misiones militares brit\u225?nica y fra ncesa cerca del Gran Cuartel General belga y les comunica que piensa solicitar u n armisticio a media noche. en algunos sectores el enemigo ha alcan zado los puestos de mando. para en total poder embarcar veinticinco hombres en cada viaje. De es te modo se cierra la jornada del 27 de mayo. y ordena que se entreguen a los franceses los camiones militares que hayan de llevarles hasta las l\u237?neas del Yser. Proseguir e l combate no significar\u237?a sino la p\u233?rdida de m\u225?s vidas humanas. son las canoas de servicio las que deben acudir en busca de los heridos. por lo menos. seis horas. que los camilleros embarcan chapoteando en el agua... { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En lo \u250?ltimo que piensa Tennant es en admirar la pureza del cielo. El com andante Tennant regresa pensativo al muelle del Este. Las tropas belgas deponen las armas. sometida a fuerte bombardeo.. Dunkerque. s i fuera preciso. Lo primero que ha hecho ha sido atravesar la ciudad en llamas para ir a echar un vistazo a las playas. Despu\u233?s. los m arinos tienen que remar como condenados durante media hora. lo que ha visto le tiene totalmente de primido: No se puede imaginar una costa menos apropiada para una operaci\u243?n como la que tiene que realizar. El enemigo no tendr \u225? m\u225?s que meterse por \u233?l y alcanzar\u225? Brujas... En la regi\u243?n de Thielt existe un boquete de seis o siete kil\u243?metros sin un solo hombre que lo defienda.... los hospitales no pueden ya recibir m\u225?s heridos. Las p\u233?rdid as son cuantiosas. arde por los c uatro costados. cerca de Ursel.. A tal tren. Pone a disposici\u243?n del general franc\u233?s Cha mpon la 60 Divisi\u243?n gala que se hab\u237?a incorporado a las fuerzas belgas al principio de la ofensiva alemana.. y a la derecha. ya no disponemos sino de tres d\u233?biles regimientos. partiendo del rompeolas.{\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El rey Leopoldo III. penetra bastante en el mar. con las manos a la espalda y el rostro burilado por el cansancio. Los ingleses se niegan a empre nder ning\u250?n movimiento ofensivo. La zona todav\u237?a ocupada por nosot ros se reduce por momentos: La poblaci\u243?n civil desplazada hormiguea por tod as partes y tiene que sufrir el fuego directo de la artiller\u237?a y de la avia ci\u243?n enemigas.. La situaci\u243?n empeora de hora en hora.Se han producido tres brechas importantes: al norte. Un desembarcadero. montado sobre pilotes de madera. el e mbarque de aquellos mil evacuados durar\u237?a. Tennant reflexiona en voz a . y han evacuado las posiciones que ocupaban a nuestra derecha. en el centro. y lo que es peor: en la marea baja el mar se retira a m\u225?s de ochocientos met ros de distancia. en Mal deghem.. entre Thielt y Roulers. el fondo presenta pocas brazas de profundidad. Da vueltas en su cabeza al \u250?ltimo.\u187? El rey Leopoldo detiene su vaiv\u233?n y se deja cae r en un sill\u243?n: La \u250?nica soluci\u243?n es el armisticio. En el este luce un cielo azul de pe rfecta pureza.. los camilleros o los hombres v\u225?lidos podr\u237?an avanzar de tres en tres por encima del estrecho andamiaje.. pero Tennant no quiere pensar en que pueda levantarse el noroes te: \u161?Ni una sola canoa conseguir\u237?a abordar los torpederos! Cada uno de los buques de guerra podr\u237?a recibir un millar de hombres. Los torpederos tienen que mantenerse un kil\u243?metro alejado s de la orilla. recorre de un extremo a otro el gran sal\u243? n del castillo de Wydendaele donde ha establecido su cuartel general. Por fortuna aquella noche el tiempo es favorable. despu\u233?s de una zambullida de tres mil.. llegado al l\u237?mite de la l ocura decida s\u250?bitamente estrellarse en el suelo.. el comandante supremo de la Luftwaffe no sabe lo que se pesca. No es extra\u241?o que uno de aquellos aviadores. para quien la vida de sus hombres es lo primero. Ha sido el primer comandante de la Luftwaffe que haya recibido la m\u225?s alta condecoraci\u243?n militar alemana: Las Hojas de Roble de la Cruz de Hierro.. En el siguiente d\u237?a. co mandante de la Segunda Escuadra de \u171?Stukas\u187?. Todo est\u225? a punto. Su valor es legendario. La salida del picado. acortan su vida: el coraz\u243?n se resiente. el comandante Tennant y su estado mayor tienen que afrontar problemas cada vez m\u225?s dif\u237?ciles. Las palabra s acuden por s\u237? solas a la pluma del bar\u243?n: \u171?En cuanto a Dunkerqu e.. seguro de s\u237? mismo.\u187? Se trata de un riesgo que es preciso correr.\u187? Un marinero enfoca su l\u22 5?mpara de se\u241?ales al \u171?Queen of the Channel\u187? y transmite el mensa je. Concentrar el ata que sobre los grandes nav\u237?os. El mayor Dinort es un jefe aut\u233?ntico. son los tripulantes de los \u171?Stukas\u187? aqu ellos que m\u225?s han de sufrir y m\u225?s peligros tienen que correr. transmite las consignas para el pr\u243?ximo ataque a Dunkerque: \u171?Despegue a las 16 horas con 45. se pierden en el techo bajo de las nubes. En su puesto de mando de Saint-Pol. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En Dunkerque. y transportes. Est\u225? de un humor de todos los diablos: Goering le hab\u237?a llamado por tel\u233?fono una hora antes y le arm\u243? un esc\u225?ndalo. Porque de entre todo s los pilotos de la Luftwaffe. Media hora despu\u233?s se presentan las primeras secciones d e hombres que han de embarcar. Llegada sobre el objetivo a la s 17 horas. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En el aer\u243?dromo de Beaulieu.. Cada vez que realizan un violento picado. la tremenda sacudida a seiscientos met ros del suelo. los m\u225?s avezados terminan generalment e vomitando.\u187? Hacia me diod\u237?a el cielo comienza a despejarse por el oeste. explica sobre el mapa el plan de la operaci\u243?n a sus tres comandantes de grupo. el mayor Dinort. el cielo se pres enta cubierto de brumas. \u171?Haced que se acerque el buque m\u225?s pr\u243?ximo. En cualquier caso. Aquel d\u237?a solamente 7 669 hombres pudi eron abandonar Dunkerque. provoca traumatismos y choques en el organismo del piloto. pero cuida de sus tripul aciones: M\u225?s de cien veces ha discutido con von Richtofen y le ha hecho anu lar misiones cuyos resultados no iban a estar en proporci\u243?n con el riesgo. Dinort es un oficial a quien sus subordinados respetan. quej\u225?nd ose de que los ataques a Dunkerque hubiesen resultado poco eficaces. Sin embargo. Dinort lo tiene muy en cuenta. 28 de mayo. y por ello realiza un minucioso estu dio de cada misi\u243?n que se haya de emprender. Diez minutos m\u225?s tarde el nav\u237?o queda amarrado en el extremo del f r\u225?gil muelle. \u218?nicamente . el mayor no se siente tranquilo: Ser \u225? la primera vez que los \u171?Stukas\u187? emprendan un ataque contra el m \u243?vil blanco que presentan los nav\u237?os. la op eraci\u243?n sigue resultando lenta. Se ha encontrado la buena f\u243?rmula. No preocuparse de las embarcaciones peque\u241?as.lta: \u171?Ir\u237?amos m\u225?s de prisa si los barcos pudieran atracar en el d esembarcadero.\u187? Dinort levanta la sesi\u 243?n. las volutas de la enorme columna de humo negro que sube desde las refiner\u237?as en llamas. Los comandantes de grupo lo saben y le estiman. Con su voz breve y autoritaria . si es que el maderamen puede resistir yos repetidos atraques. para as\u237? acabar de u na vez su martirio. von Richtofen garrapatea en su diario de ser vicio. les permi ta escapar de aquel infierno. En su puesto de mando de Steenwerk. que comienza a derivar por el canal. la brit\u225?nica y la francesa. de buena escap\u243?. con penas y fati gas se logra apartar el desamparado buque del pasadizo. En columna de tres en fondo. Las \u243?rdenes son termi nantes: \u171?Resistir y morir sobre el lugar. cada tripulaci\u243?n tiene que recurrir al ingenio: En el torpedero \u171?Icaro\u187? utilizan las p orter\u237?as de waterpolo. el \u171?Sirocco\u187?.han conseguido evacuar 25 400 soldados y el ritmo de los embarques sigue siendo lent\u237?simo.\u187? Era necesario. De pronto. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} A partir del 28 de mayo los brazos de la tenaza van a pret\u225?ndose m\u225?s y m\u225?s en derredor de la cabeza de puente de Dunker que reduciendo la extensi\u243?n de la bolsa. ya que los restos de unidades a las que se ha encomendado la defensa de Du nkerque \u250?nicamente ceden el terreno paso a paso. fue a chocar de proa contra los pilotes del muelle. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Mientras de ese modo prosegu\u237?a la resistencia de l Primer Ej\u233?rcito. Desde una chalupa consiguen lanzarle un cable. Agrupados por seccio nes en las playas. La batalla si n esperanza. los soldados franceses e inglese s proceden al embarque. bajo los incesantes ataqu . En el muelle del Este la marea produce un desnivel de m\u225?s de cuatro metros y medio. el 4. En Lille. En la tarde d e aquel 28 de mayo. el general Prioux es hec ho prisionero con todo su estado mayor. desde Zuydcoote a La Panne. los alemanes otorgan los honores militares al general Mol ini\u233? y a sus tropas. la lucha de los \u171?Sacrificados\u187?. cuyo asedio comenz\u243? el 29. bajo un aut\u233?ntico diluvio de fuego. Las pasarelas corrientes no sirven. para lograr manten er la comunicaci\u243?n entre los buques y el embarcadero. y en medio de un relativo orden. El primer buque alcanzado e s el \u171?Granada\u187?. los soldados esperan que los esfu erzos conju gados de las dos Marinas. las tropas del general Molini\ u233?. muchas de las unidades que combate n en el exterior del campo atrincherado han de abandonar la idea de llegar a la zona de embarque. El \u171?King Orry\u187 ?. Aunque la fortuna no le fue propicia por mucho tiempo: Pocos instantes despu\u233?s una bomba le daba de pl eno en el castillo de popa y le arrancaba el tim\u243?n. cerca del rompeolas aguardan su turno once nav\u237?os ingleses. el \u171?Mistral\u187?. El patrullero \u 171?King Orry\u187? cruzaba cerca del torpedero incendiado casi en el momento de producirse la explosi\u243?n. en la cabeza de puente prosegu\u237?a el embarque de fra nceses e ingleses. como si de un bru lote se tratase. que desfilan con sus armas ante el general von Reichen au. En el momento de la rendici\u243?n. si es que se quer\u237?a evacuar el mayor n\u250?mero posible de contingentes. y el \u171?Cyclone\u187?. La lucha resulta aferrad\u237? sima. resistir\u225?n hasta la tarde del 31 de mayo.\u176? y el 5. El 31 de mayo. cercado en Lille. \u2 33?ste qued\u243? totalmente inutilizable. en el interior del puerto se encuentran tres torpederos fran ceses. despu\u233?s de haber agotado hasta el \u250?ltimo cartucho. As\u237? ocurre al Primer Ej\u233?rcito franc\u233?s. a la deriva a su vez. unos segundos antes de q ue se produjera la explosi\u243?n del pa\u241?ol de municiones.\u176? Cuerpos de Ej\u233?rcitos tampoco podr\u225? n atravesar el Lys. el nav\u237?o-hospital \u171?Saint-David\u187? emple a los andamiajes que normalmente sirven para repintar la chimenea. parece que una nube oscurece el sol: es la pr imera oleada de los \u171?Stukas\u187? de Richtofen. los alemanes desencadenan su ataque general por tierra contra el campo atrincherado. unas tremendas explosion es hacen estremecerse las martirizadas ruinas de la ciudad. que se enc ontraban al norte de la brecha \ Amiens-Abbeville.es de la Luftwaffe. con gesto de resignaci\u243? n. Winston Churchill rend\u237?a su homenaje a los esfuerzos de la marina y de la aviaci\u243?n: \u171?335 000 homb .. De este modo. ser\u237?an despedazados en c ampo abierto. los i ncendios formaban un \u250?nico brasero. En la ciudad. las calles. cuando los defensores hab\u237?an agotado sus \u250?ltimas municiones y las r\u225?fagas de las ametralladoras alemanas ya ba rr\u237?an las playas. los \u250?ltimos embarques tuvieron luga r en la noche del 3 al 4 de junio. hab\u237?a que sacar de Dunkerque: \u171?Hace una semana tem\u237?a que me pudiera corresponder la pesada obligaci \u243?n de anunciar a los honorables miembros de esta C\u225?mara el mayor desas tre militar de nuestra larga historia. todas las tropas que se ven en las playas son francesas (unos cuarenta o cincuenta mil soldados): El Cuerpo Expedicionari o brit\u225?nico ha podido alcanzar. El \u250?ltim o torpedero ingl\u233?s. Yo pensaba. el \u171?Shikari\u187?. se refugiaban en los s\u243?tanos. ya que todo el material pesado hab\u237?a sido destruido o abandonado) segu\u237?an luchando encarnizadamente.. sin contar los 27000 hombres que hab\u237?an ab andonado Dunkerque antes del 26 de mayo: los que lord Gort llamaba sus \u171?boc as in\u250?tiles\u187?. En el puerto no se ve\u237?an sino rest os de buques hundidos. En la ma\u241?ana del domingo 2 de junio. Los muelles. casi en su integridad. mezclados con la poblaci\u243?n civil. iba estrech\u225?ndose de hora en hora. Hacia las dos de la ma\u241?ana. El per\u237?metro de la cabeza de puente.. Todos los que perma necen a\u250?n sobre la arena ven llegar el amanecer frente a un mar por el que ya no puede llegar ning\u250?n socorro: Los alemanes han llegado. se prolongar\u237?a hasta el 4 de junio. En l as cuatro jornadas postreras la artiller\u237?a enemiga se encontraba tan cerca que incluso ten\u237?a bajo su fuego los puntos de embarque. se hab\u237?an convertido en un inmenso cementerio de autom\u243?viles. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Los resultados de la operaci\u243?n \u171?Dinamo\u187 ? rebasaron los c\u225?lculos m\u225?s optimistas: Fueron evacuados 210 000 brit \u225?nicos y 120 000 franceses. y los t\u233?cnicos competent es estaban de acuerdo conmigo. parec\u237?a n condenados a morir en el combate. Los alemanes ocupaban ya los barrios extremos de la poblaci\u243?n. veinte o treinta mil hombre s podr\u237?an ser reembarcados. o bien obligados a capitular?. la costa inglesa.\u187? A continuaci\u243?n. todos los alrededores del puerto . camion es y armones de artiller\u237?a calcinados. sin embargo. posiblemente. El \u171?premier\u187? brit\u225?nico comunicaba a los diputados sobrecog idos las deducciones que. pero que en los \u250?ltimos d\u2 37?as de combate infligi\u243? a los alemanes dur\u237?simas p\u233?rdidas. el cerebro y la columna vertebral del ej\u233?rcito brit\u225?nico. o a tener que someterse a un ignominioso y m iserable cautiverio. seg\u250?n \u233?l. igual que ocurr\u237?a a la \u171?piel d e zapa\u187? de Balzac. se trata de los equi pos de destrucci\u243?n que cumplen las \u250?ltimas \u243?rdenes del almirante Abrial: los muelles quedan desmantelados y en la bocana de las d\u225?rsenas son hundidos algunos viejos barcos. el coraz\u243?n. Abundaban los soldados que hab\u237? an perdido \u233?l contacto con sus unidades y que. que hasta entonces hab\u237?a sido v isto muy pocas veces en el cielo de Dunkerque. abandona Dunkerque a las tres horas con cuarenta minutos. para impedir su utilizaci\u243?n. \u191?No era l\u243?gico esperar que el Primer Ej\u233?rcito franc\u233?s y el Cuerpo Expedicionario brit\u225?nico. Pero la aviaci\u243 ?n alemana no sali\u243? de rositas: Los pilotos germanos trabaron conocimiento con el \u171?Spitfire\u187? brit\u225?nico. los veinticinco mil hombres que aseguraban la defensa (y que s\u243?lo dispon\u237? an de armas ligeras. El 4 de junio Winston Churchill pronunciaba en la C\u225 ?mara de los Comunes el hist\u243?rico discurso en el que subray\u243? la determ inaci\u243?n inglesa de combatir hasta el fin y de \u171?no rendirse jam\u225?s\ u187?.. en que. con un millar de hombres a bord o. Es muy p osible que la Gran Breta\u241?a se hubiese visto obligada \u171?a tratar\u187? c on los alemanes. Pero Dunkerque. Quiz\u225?s la causa que motiv\u243? la decisi\u243?n del F\u25 2?hrer fue. los motivos fueron de \u237?ndole interna: \u171?G oering se hab\u237?a comprometido a ajustar las cuentas a Dunkerque mediante el \u250?nico recurso de la aviaci\u243?n.. han sido arrancados de la muerte y de la verg\u252?en za y lograron ser llevados al lugar donde labores muy urgentes les esperan. Pero en 1940 las condiciones n o eran iguales a las del invierno de 1916-1917.. A principios de junio de 1940. el general von Kleist piensa de o tro modo: en su opini\u243?n. de error t\u225?ctico.. se hac\u237?a preciso un alto que permitiera reagrupar las divisiones y revi sar el material. para que de este modo t odo el honor recayese en la Luftwaffe. Si el 24 de mayo el F\u252?hrer no hubiese ordenado el par\u243?n de las divisiones blindadas que s e dispon\u237?an a coger.\u187? Hay que tener en cuenta que el cabo Hitler hab\u237?a gu ardado muy mal recuerdo de Flandes y de su barro. el \u250?nico responsable fue el propio Hitler. el futuro de la guerra hubiera cambiado. simplemente. muy pocos d\u237?as despu\u233?s de las fechas en que los acontecimientos ocurrieran. como pretex to. un exceso de prudencia. el general von Kleist. Todos los que conocen el pa\u237?s saben que en \u233?pocas de mareas poco intensas (las de mayo alca nzan los niveles m\u237?nimos). esto s\u237?. y l os nav\u237?os. a la totalidad de las tropas francesa s e inglesas de la zona Norte.\u187? Ante otros generales alemanes. es decir. en espera de ser evacuadas. Adem\u225?s. \u191?Pod\u237? an concebir los alemanes un objetivo m\u225?s apetecible para sus fuerzas a\u233 ?reas que las tropas concentradas en las playas. No h emos de considerar que-esta liberaci\u243?n constituya una victoria. ha constituido un a prueba de fuerza para las aviaciones alemana y brit\u225?nica. que tuvo una conversaci\u243?n con Hitler en el aer\u243?dromo de Cambrai. deslindar lo que en aquella singular decisi\u243?n hubo de intuici\u243?n irracional. El almirante Abrial demor\u243? hasta el 21 de mayo la orden de inundar las tierras bajas. de maniobra pol\u237?tica. como en una red. En cualquier caso. casi po r millares? \u191?Acaso puede nadie imaginar un objetivo militar m\u225?s import ante y que mayormente haya de influir en el resultado final de esta guerra? En D unkerque los alemanes hicieron todo aquello de que fueron capaces. No es con r etiradas que se gana una guerra. que antes de iniciar el ataque. el resultado victorioso se habr\u237?a pre sentado para Inglaterra mucho m\u225?s aleatorio. Insisti\u243? cerca de Hitler para que e l ej\u233?rcito de tierra no interviniese en la batalla. franceses e ingleses. Hay que tener en cuenta que en aquellos momen tos el porcentaje de carros inmovilizados por causa de aver\u237?a era muy eleva do.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} La mayor parte de los historiadores coinciden en que del fracaso. en efecto.. pero les re sult\u243? un fracaso.\u187? Es muy cierto que en los m . lamentaba la ocasi\u243?n perdida. Hitler le respo ndi\u243?: \u171?No he querido que nuestros carros quedasen atascados en las mar ismas de Flandes. o. para la ofensiva en el Somm e con direcci\u243?n a Par\u237?s. as\u237? la conquista de Dunkerque se con vertir\u237?a en una victoria del r\u233?gimen. El general Guderian. que sus aviones podr\u237?an echar a pique por centenas. que el 24 de mayo se encontraba a la vista de Dunkerque. hab\u237?a que tener en cuenta otro importante factor: La primav era de 1940 fue especialmente soleada. Hitler habr\u237?a aducido. despu\u233?s de abiertas las compuertas. \u191?Cu\u225?les fueron las r azones que tuvo el due\u241?o del Reich para tomar aquella determinaci\u243?n? L as declaraciones de aquellos que tuvieron alguna relaci\u243?n con los hechos no permiten todav\u237?a. despu\u233?s de los a\u241?os pasados. reduce su cr\u237?tica de los argumentos de l F\u252?hrer a una sola frase lapidaria: \u171?Aquellas razones no son aceptabl es. se necesitan por lo menos diez d\u237?as para qu e.res. hab\u237?an de asegurarse los elementos nece sarios para la segunda fase de la batalla. la inundaci\u243?n se haga apreciabl e. \u171?Hitler estaba seguro de que las operaciones en el Oeste te ndr\u237?an un r\u225?pido final. en el puesto de mando de \u233? ste.. Finalizada la campa\u241?a. El ej\u233?rcito de tierra era considerado como \u171?rea l\u187?.. despu\u233?s de tres semanas deservicio ininterrumpido. \u161?Lo cual era totalmente imposible!\u187? El gener al von Rundstedt apoya su tesis en confidencias que dice haber recibido del prop io F\u252?hrer. El mariscal Kesselring nos explica: \u171?Cuando recib\u23 7? la orden de liquidar con mi flota a\u233?rea al Cuerpo Expedicionario brit\u2 25?nico. que consideraba insustituible para el mantenimiento del orden mundia l y para proseguir la obra civilizadora en los \u225?mbitos alejados del orbe. se hab\u237?a comprometido ante Hitler a que su Luftwaffe. y esperaba que la guerra habr\u 237?a concluido antes de seis semanas.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Sean cuales fueren los motivos que le impulsaron. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En 1940 los aliados no lo sab\u237?an. d\u237?a en que fue cursada la o rden de alto a las unidades blindadas.edios dirigentes de la pol\u237?tica alemana cada una de las tres armas ten\u237 ?a su propia etiqueta. que a duras penas hubieran sido capaces de realizar unas fuerzas totalment e frescas y descansadas. quien le dio impulso. hab\u237?a mantenido u na singular conversaci\u243?n con von Rundstedt. despu\u233?s de la accesi\u243?n al poder del r\u 233?gimen hitleriano.\u187? El 24 de mayo. ella sola. formada en 1933.\u187? Cree mos oportuno recordar que ya en 1937. qued\u233? grandemente sorprendido. en la ciudad de Charleville. El general Blumentritt hace referencia a la mi sma: \u171?Hitler se encontraba de muy buen humor. Subray\u243? que la paz con los ingleses ten\u237?a que se r sobre unas bases que fuesen Compatibles con el honor de Inglaterra. No quer\u237?a que entre el Reich e Inglaterra surgiese lo irremediable.. A todos nos sorprendi\u243? el tono de sus palabras : El F\u252?hr\u233?r dedic\u243? los m\u225?s calurosos elogios al Imperio brit \u225?nico. hablando de las futuras posibles alianzas. bajo la \u233?gida de Gui llermo II. que da el hecho de que el par\u243?n de los blindados en el canal del Aa resultar\u2 37?a el mayor error de discernimiento entre los muchos que cometi\u243? el amo d el Tercer Reich. la marina era \u171?Imperial\u187?. Creyendo que de este modo dejaba abierto un camino para l as negociaciones de paz. en efecto. el arma \u171?nacionalsocialista\u187? era la a viaci\u243?n. Hitler. puesto que hab\u237?a sido creaci\u243?n de Federico II. pero luego la . El comandante en jefe de la Luftwaf fe (Goering) ten\u237?a que saber que mis unidades.. movido por un absurdo af\u225?n de vana gloria. en tono de rechifla. Hitler hab\u237?a afirmado. \u187?Lo \u250?nico que pedir\u237?a a Gran Breta\u241?a ser\u237?a que admitie se la posici\u243?n predominante de Alemania en el continente\u8212? Estaba incl uso dispuesto a ofrecer a Inglaterra el apoyo de los ej\u233?rcitos alemanes en caso de dificultad... ante algunos de sus oficiales superiores: \u171?Me considerar\u237?a muy feliz si pudiese cambiar el mulo ital iano por un pura sangre ingl\u233?s. ya que fue el almirante Tirpitz. conceder\u237 ?a a Francia unas condiciones de paz muy moderadas y le ser\u237?a posible enten derse con Gran Breta\u241?a. dej\u243? adrede que escapase el grueso del Cuerpo Expe dicionario brit\u225?nico. pero era un hecho que Goering. El general Jeschonnek compart\u237?a totalmente mi opin i\u243?n. no estaban en condiciones de rendir aquel nuevo esfu erzo. y esperaba que entre los dos pa\u237?ses se pudiese r establecer un acuerdo. reconoci\u243? que la marcha de las operaciones ten\u237?a algo de milagroso. ap lastase a los ingleses. \u8212?\u191?Qu\u233? es lo que pretende hacer aqu \u237?? \u8212?pregunta Churchill. Cuatro a\u241?os m\u225?s tarde. una de sus secretarias se presenta y avisa al viejo le\u243?n que el duque de Hamilton le llama por tel\u233?fono de sde Escocia. Chu rchill env\u237?a a uno de sus colaboradores para que se informe de qu\u233? se trata. que se encuentra a poca d istancia de Londres.. Y ser\u237?a el propio almirante Ramsay quien tambi\u233?n en aquella ocasi\u243?n mandase las fuerzas mar\u237?timas c ombinadas de los aliados. el 6 de junio de 1944 . Win ston Churchill procura distraer su agobiada mente en las c\u243?micas peripecias de una pel\u237?cula de los Hermanos Marx. de momento. Churchill tiene muchos motivos de preocupaci\u243?n. la operaci\u243?n se reanudar\u237?a. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Y sin embargo. para \u171?una comunicaci\u243?n de la mayor importancia\u187?. Hab\u237?a conocido al jerarca \u171?nazi\u187? en Berl \u237?n. \u8212?Desea tener una entrevista con usted.historia habr\u237?a de demostrar que en la derrota de Dunkerque se encontraba y a la simiente de la victoria final. desde las cos tas inglesas hasta las playas normandas. llega en el cur so de la misma noche y confirma que no puede caber la menor duda: se trata real y efectivamente de Hess. el segundo personaje del Reich. pero en sentido contrario.. Dice que se le ha encomendado una misi\u243?n humanitaria. El duque de Hamilton. no prest\u243? cr\u233?dito a la historia. aquel a qu ien Hitler hab\u237?a designado como su sucesor. con ocasi\u243?n de los juegos Ol\u237?mpicos de 1936.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Churchill nos dice en sus{\i Memorias} que. y en el teatro de operaciones del Medio Oriente la guerra no pr esenta un aspecto muy halagador. La gigantesca operaci\u243?n del almirante R amsay hizo posible evacuar 300. De este modo comenz\u 243? una de las m\u225?s incre\u237?bles aventuras de la segunda Guerra Mundial. Hess le hab\u237 ?a recordado aquel encuentro. as\u237? hab\u237?a ocurrido.000 hombres desde las playas del Canal hasta los{ \i puertos} de las islas. Ha saltado en paraca\u237?das cerca de la propiedad del duque de Hamilt on. A los pocos minutos regresa \u233?ste: \u171?Rudolf Hess est\u225? en Ing laterra. Est\u225? pasando el fin de semana e n Ditchley-Park. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\i Ren\u233? DUVAL} { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\page } {\s1 \afs32 {\b {\ql La fuga abracadabrante de Rudolf Hess {\line } \par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Durante la velada del domingo II de mayo de 1941. En aqu ellos d\u237?as la capital del Imperio se encuentra sometida a terribles bombard eos a\u233?reos. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 . pudiera saltar en paraca\u237?das sob re Inglaterra? No era posible. la propiedad de unos antiguos amigos. De pronto. \u191?Qui \u233?n pod\u237?a imaginar que Hess. el jefe del partido nacionalsocialista. miembro del Consejo de ministro s. que ha sido convocado con la m\u225?xima urgencia. pero del que se sab\u237?a que sus reservas de carburante en ning\u250?n caso podr\u2 37?an permitirle el vuelo de regreso. Apenas han c errado la puerta. Alguno de ellos cree divisar la sombra de un paraca\u237?das que se posa le ntamente. y luego al Primer ministro. Hab\u237?a algo todav\u237?a m\u225?s extra\u241?o: El aparato er a un \u171?Messerschmitt 110\u187?. pero.{\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Al caer la tarde del 10 de mayo. incluso. lo llevar\u237?an a presenc ia de Winston Churchill. pic\u243? en la gruesa capa de nubes y prosigui\u243? su vuelo casi a ras del suelo. inmediatamente es dada la alarma y se organiza la caza del solapado vi sitante. se considera conveniente avisar al duq ue. he de tratar con \u233?l un asunto important\u237?simo. Al d\u237?a siguiente por la ma\u241?ana llega \u233?ste. el capit\u225?n Alfred Horn \u8212?declara el prisionero\u8212?. La residencia del duque. ante el Rey en persona. Es un tipo corpulento. en e l peor de los casos. Dungavel House.F. pero pronto deb e rendirse a la evidencia: Aquel que se le enfrenta es. El granjero ofrece su morada al \u171?capit\u225?n Horn\u187? y le r econforta con la inevitable taza de t\u233?. escapando as\u237? a su perseguidor. que p arece muy pr\u243?ximo al ataque de nervios.\u187? La singular petici\u243?n s orprende. quiz\u225?. naturalmente. en la costa escocesa identificaban un aparato alem\u225?n que proced\u2 37?a del oeste. al tomar tierra el paracaidista ha sufrido una ligera lesi\u243?n en el tobillo. los vig\u237?as de l a R. modelo reci\u233?n puesto en servicio. se encuentra a 20 kil\u243?metros de distancia. Recomienda que se ejerza sobre el prisioner o la m\u225?s rigurosa vigilancia y se apresura a llamar por tel\u233?fono. lleva mucho tiempo ausente de su casa. \u171?Soy oficial alem\u225?n. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Entre tanto. Las cosas no est\u225?n ocurriendo como \u233?l hab\u 237?a imaginado. Sin embargo. Hess. el delf\u237? n del r\u233?gimen \u171?nazi\u187?. prim ero al ministerio de Asuntos Extranjeros.A. Un campesino descubre finalmente al hombre. en cuya puerta hacen guardia dos sold ados con la bayoneta calada. pero fracas\u243? en su intento: El \u171?Me-110\u187?. El ministro del Reich pensaba que todo ir\u237?a muy de prisa. varios granjeros de la regi\u243?n de Eaglesham. Alrededor de las diez de la noche. Inmediatam ente se traslada en avi\u243?n a Ditchley. En cuanto los ingleses supieran de quien se trataba. Durante el camino. en efecto. declara en un tono solemne: \u171?Soy Rudolf Hess. A los pocos minutos se presentan do s soldados que se hacen cargo del prisionero y lo conducen a un hospital militar que se encuentra instalado en el castillo de Buchanan. ministro de l Reich.\u187? Al principio. y que sea ahora mismo. Un \u171?Spitfire\u187? intent\u243? dar c aza al intruso. acompa\u241?ado po r el oficial de informaci\u243?n a quien se ha encomendado la misi\u243?n de int errogar al prisionero.F. por otra parte.\u187? El \u171?capit\u225?n\u187? es encerrado en una reducida habitaci\u243?n. a una veintena de kil\u2 43?metros de Glasgow. escuchan el estruendo de un avi\u243?n que se estrella en el su elo. podr\u237?a hablar con alg\u250?n miembro importante del ga .. Este pide que le dejen a solas con Hamilton. comandante de un grupo de caza en la R. en las cercan\u23 7?as de Glasgow. Q uiero ver inmediatamente al duque de Hamilton. el \u171?capit\u225?n Horn\u187?. Hamilton se muestra incr\u233?dulo. bajo las mantas reglamentarias del ej\ u233?rcito brit\u225?nico. repite una y otra vez la misma dema nda: \u171?Quiero ver al duque de Hamilton. intenta conciliar el sue\u241?o. que lleva el uniforme de lo s aviadores alemanes. El caso no era frecuente: se trataba de un avi\u243?n que volaba en solitario. al que se ha proporcionado un pija ma gris. al granjero. de mediada edad.A. bimotor rapid\u237?simo. todos saben que Ha milton. binete. Nada de esto ha ocurrido: Lo tratan como a un simple y vulgar prisionero ; ya lleva veinticuatro horas en Gran Breta\u241?a, y todav\u237?a no ha podido entrevistarse con ninguna personalidad de relieve. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Lo que Churchill quiere saber es el fin que persigue Hess con su extra\u241?a misi\u243?n. Ni por un momento cruza por su mente la id ea de una entrevista personal. Quien mantenga el contacto ser\u225? un hombre qu e conoce perfectamente los medios y la mentalidad \u171?nazis\u187?: Ivon Kirkpa trick, a la saz\u243?n jefe de las emisiones de la B.B.C, para Europa, y que ant eriormente hab\u237?a desempe\u241?ado un puesto en la embajada inglesa de Berl\ u237?n. Kirkpatrick, siempre acompa\u241?ado por Hamilton, llega a Buchanan Cast le en la tarde del lunes. Hess acoge al visitante con un suspiro de alivio. Inme diatamente comienza un discurso interminable, consultando de vez en cuando las n otas que ha preparado en sus breves d\u237?as de encierro. Es dif\u237?cil segui r el hilo de su confusa perorata. En la hojarasca verbal de Hess destacan alguna s ideas: Hitler es el hombre m\u225?s grande de todos los tiempos; durante los \ u250?ltimos treinta a\u241?os, Inglaterra ha seguido una pol\u237?tica injusta y criminal con respecto de Alemania; la guerra entre los pa\u237?ses arios es una locura; los fautores de guerras, como Churchill y su pandilla, tienen enga\u241 ?ado a su pueblo y son los que han impedido que se llegase a una gran alianza an glo-germ\u225?nica, que hubiese logrado el aplastamiento del bolchevismo, etc., etc... Son las dos de la madrugada, y Hess sigue hablando. A Kirkpatrick le pare ce que la cosa ya est\u225? bien, y corta el discurso: \u171?\u191?No podr\u237? a ser usted m\u225?s preciso en cuanto al motivo de su misi\u243?n?\u187? Hess, en efecto, quiere presentar algunas propuestas, y expone su plan, minuciosamente detallado, en el curso de tres largas conversaciones que tienen lugar en los d\ u237?as 12, 13 y 14 de mayo. Churchill hace una s\u237?ntesis en el telegrama se creto que remite al presidente Franklin Roosevelt. Los argumentos de Hess pueden reducirse, en \u250?ltima instancia, a dos puntos fundamentales: La victoria al emana es totalmente segura, e Inglaterra tiene inter\u233?s en llegar a un acuer do con sus actuales adversarios. Desde el principio de la guerra, la Gran Breta\ u241?a ha ido de fracaso en derrota. Su situaci\u243?n se agravar\u225? todav\u2 37?a m\u225?s. Los bombardeos a\u233?reos se intensificar\u225?n. Jaur\u237?as d e submarinos, cada vez m\u225?s numerosas, impedir\u225?n el paso de los convoye s aliados por el Atl\u225?ntico. Despu\u233?s de pasar por terribles sufrimiento s el pueblo ingl\u233?s se ver\u225? obligado a capitular. En el caso de que los pa\u237?ses del resto del Imperio prosiguiesen la guerra, Alemania mantendr\u23 7?a el bloqueo de la Gran Breta\u241?a, \u171?a\u250?n en el caso de que hasta s u \u250?ltimo habitante hubiera de morir de hambre\u187?. \u171?El F\u252?hrer s iempre ha tenido a los ingleses en gran estima-prosigue Hess\u8212?. Nuestro gra n dirigente piensa que todav\u237?a es posible que los dos pa\u237?ses lleguen a un acuerdo, a condici\u243?n de que alguien abra los ojos a la opini\u243?n ing lesa, enga\u241?ada por sus actuales jefes.\u187? Lo que en definitiva propone H ess es un reparto del mundo: Gran Breta\u241?a dejar\u237?a las manos libres a l os alemanes en Europa y a cambio, podr\u237?a conservar su imperio. En tales con diciones, un armisticio podr\u237?a ser inmediatamente concertado. Naturalmente, Gran Breta\u241?a tendr\u237?a que cambiar de gobernantes: Hitler jam\u225?s co nsentir\u237?a en negociar la paz con un fautor de guerras como Churchill. Los i ngleses, adem\u225?s, tendr\u237?an que hacer las paces con Italia, y habr\u237? an de evacuar el Irak. Las colonias que Alemania perdi\u243? en 1919 ser\u237?an devueltas. Hess prosigue: \u171?Es la \u250?ltima ocasi\u243?n que se le ofrece a Gran Breta\u241?a. Si hoy no acepta tales condiciones voluntariamente, se ver \u225? m\u225?s tarde obligada a aceptarlas por la fuerza. Y perder\u225? el Imp erio, despu\u233?s de haber experimentado terribles p\u233?rdidas.\u187? Las con versaciones no van m\u225?s all\u225?. Sin embargo, unas semanas despu\u233?s, C hurchill env\u237?a el lord Canciller, sir John Sim\u243?n, para que se entrevis te con Hess. El nuevo coloquio no aporta ning\u250?n elemento nuevo. Hess vuelve a repetir todo lo que hab\u237?a manifestado a Kirkpatrick, e insiste una vez m \u225?s, en la \u171?inocencia\u187? de Alemania con respecto del conflicto, y e n \u171?la sinceridad\u187? con que Hitler desea poner fin a las hostilidades. S ir John Sim\u243?n se limita a responder que al pueblo brit\u225?nico y a su gob ierno no le gustan las amenazas. Este ser\u225? e1 \u250?ltimo contacto que las autoridades brit\u225?nicas mantengan con Hess. El jerarca \u171?nazi\u187? se d a cuenta de que su misi\u243?n ha fracasado totalmente. Se siente deprimido y fa tigado, pero sigue totalmente ajeno a la realidad que le rodea. Habla con el ofi cial del destacamento que le vigila y le expresa su deseo de regresar a Alemania cuanto antes. Para facilitar las cosas indica que, a\u250?n en plena guerra, es perfectamente posible. Bastar\u225? con que le lleven a Lisboa. Desde all\u237? , el avi\u243?n alem\u225?n que asegura el servicio Lisboa\u8212? Berl\u237?n lo devolver\u225? a su pa\u237?s... Para Hess la cosa no puede ser m\u225?s sencil la. Al parecer, se considera a s\u237? mismo como un simple negociador protegido por una especie de inmunidad diplom\u225?tica. Como es natural, los ingleses ve n las cosas desde un punto de vista totalmente distinto: Para ellos Hess no es u n \u171?diplom\u225?tico\u187? sino un enemigo que se ha entregado. El 13 de may o, Churchill ha cursado instrucciones categ\u243?ricas: \u171?Rudolf Hess debe r ecibir el trato digno que se otorgar\u237?a a un general que hubiese ca\u237?do en nuestras manos. No debe permit\u237?rsele ning\u250?n contacto con el exterio r; no se le deben facilitar peri\u243?dicos ni podr\u225? escuchar la radio. No debe olvidarse que, al igual que los dem\u225?s jefes \u171?nazis\u187?, se trat a de "un criminal de guerra en potencia".\u187? Despu\u233?s de pasados seis d\u 237?as a partir de su rocambolesca llegada a Escocia, trasladan a Hess a la c\u2 33?lebre Torre de Londres, desde donde, poco despu\u233?s, es enviado, en el m\u 225?s absoluto secreto, a una residencia cerca de Farnborough. Se le instala en un viejo edificio habilitado para hospital militar. De su vigilancia se encargan dos destacamentos de guardias. Los ingleses toman toda clase de precauciones, y a que temen que los agentes del enemigo puedan intentar se\u8212? secuestrarlo, o que, incluso, traten de asesinarle. En 1942 Hess es enviado a Abergavenny, en el Pa\u237?s de Gales. Ya no abandonar\u225? aquella \u171?residencia\u187? hast a octubre de 1945, cuando es enviado a Nuremberg para comparecer ante el Tribuna l internacional, junto con los dem\u225?s jefes nazis. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} La fuga de Rudolf Hess produjo grandes preocupaciones a los dos hombres que en aquella \u233?poca ten\u237?an en sus manos los destin os del mundo: Hitler y Churchill. Es curioso que por razones muy diferentes, los dos adversarios recurrieran a la misma t\u225?ctica: declarar que Hess estaba l oco. M\u225?s adelante volveremos a tratar de esta extra\u241?a coincidencia. Ex iste un punto que jam\u225?s ha sido aclarado: \u191?Conoc\u237?a Hitler las int enciones de su lugarteniente? Ciertamente, Hess insisti\u243? siempre en lo cont rario; pero decir una cosa no significa que ello haya de ser necesariamente cier to. Los historiadores que han tratado el asunto presentan tesis totalmente contr apuestas. Existe un primer grupo para el cual Hess obr\u243? por su cuenta y rie sgo. Se trataba de un m\u237?stico que cre\u237?a en la existencia de fuerzas oc ultas y que se crey\u243? investido de una misi\u243?n divina: Conseguir la paz para su pa\u237?s y al mismo tiempo, la victoria de su F\u252?hrer bien amado. N o hay que descartar otras motivaciones m\u225?s nobles, de car\u225?cter humanit ario, que tambi\u233?n influyeron en \u233?l. Hess insiste ante sus interlocutor es brit\u225?nicos en el hecho de que le obsesionaba la visi\u243?n de las mujer es y de los ni\u241?os destrozados en los bombardeos a\u233?reos. Continuamente ve\u237?a en sue\u241?os largos cortejos de mujeres yendo hacia el cementerio tr as del ata\u250?d de sus hijitos. En sus{\i Memorias,} Churchill tiene en cuenta esta explicaci\u243?n; pero al mismo tiemp o formula otro motivo: En su opini\u243?n, el gesto de Hess se ver\u237?a explic ado por su infantil deseo de realizar un acto extraordinario que atrajese sobre s\u237? las miradas de Hitler. El jerarca \u171?nazi\u187? viv\u237?a desde 1921 en el inmediato cortejo del F\u252?hrer. Adoraba a su jefe, le hab\u237?a consa grado la vida por entero, y se hab\u237?a convertido, en efecto, en su favorito. La guerra introdujo un cambio en aquellas estrechas relaciones: Los mariscales y generales vencedores fueron, poco a poco, desplazando a los civiles a un segun do plano. Los militares rodeaban continuamente a Hitler, que los invitaba a su m esa. Esto ocasionaba a Hess un sincero disgusto y violentos arrebatos de celos. Se sent\u237?a igual que una mujer abandonada por el hombre que ama; estaba disp uesto a hacer cualquier cosa con tal de reconquistar el favor de su amo. De aqu\ u237?, su loca idea de conseguir arreglarlo todo por s\u237? mismo. Es as\u237? como Churchill describe su \u237?ntimo razonamiento: \u171?Yo, Rudolf, voy a ecl ipsarlos a todos mediante un acto de maravilloso sacrificio. Voy a conseguir yo solo, una cosa que ning\u250?n otro podr\u237?a lograr: Har\u233? la paz con la Gran Breta\u241?a. Mi vida no cuenta. Soy feliz al pensar que me sacrifico para dar al F\u252?hrer lo que \u233?ste tan ardientemente desea.\u187? Churchill con cluye: \u171?Se trataba de un proyecto totalmente ingenuo e infantil; pero que, ciertamente, nada ten\u237?a de bajo ni de innoble.\u187? Otro grupo de historia dores opina de otro modo. No puede olvidarse que la llegada de Hess a Escocia, e l 10 de mayo, tuvo lugar exactamente seis semanas antes de que se desencadenase la operaci\u243?n \u171?Barbarroja\u187?, es decir, la invasi\u243?n de la URSS, el 22 de junio de 1941. De acuerdo con tales expertos, Hitler no solamente ten\ u237?a conocimiento del viaje de Hess, sino que \u233?ste contaba con su total a sentimiento; Esta explicaci\u243?n no carece de l\u243?gica. En 1941 el F\u252?h rer estaba totalmente convencido de que el mundo le pertenec\u237?a y de que sus ej\u233?rcitos eran invencibles. Llevaba mucho tiempo decidido a destruir la UR SS, y con ella el bolchevismo, que, en su opini\u243?n, era la encarnaci\u243?n de todo mal. El F\u252?hrer est\u225? convencido de que sus ej\u233?rcitos son c apaces de poner a Rusia de rodillas en pocos meses. Pero sus generales no piensa n igual: Ellos han estudiado la historia; cosa que, al parecer, el dictador ha d escuidado. Saben que jam\u225?s conquistador alguno logr\u243? apoderarse de Rus ia; la catastr\u243?fica campa\u241?a de Napole\u243?n es un pensamiento que les obsesiona. Dicho en palabras llanas: En opini\u243?n de los jefes militares, Ru sia es un bocado demasiado grande; y al arriesgarse a tener que luchar en dos fr entes, Alemania se pone en peligro de ser aniquilada. Todos los generales est\u2 25?n de acuerdo en un punto concreto: La operaci\u243?n es factible, pero a cond ici\u243?n de que antes de emprenderla se haya firmado la paz con Gran Breta\u24 1?a. Hitler no acepta aquellas objeciones; sus oficiales de estado mayor le pare cen unos pobres hombres a los que desprecia. A fin de cuentas, son los mismos qu e consideraban \u171?imposible\u187? la remilitarizaci\u243?n de Alemania, \u171 ?porque provocar\u237?a la inmediata reacci\u243?n de los franceses y de los ing leses\u187?; Renania fue reocupada sin que ocurriera nada. Cuando el Anschluss, tambi\u233?n los generales pusieron trabas. Y en 1940 desconfiaban de que se pud iera vencer al ej\u233?rcito franc\u233?s. En cada una de aquellas ocasiones Hit ler impuso sus puntos de vista, y luego los hechos vinieron a darle la raz\u243? n. \u191?Por qu\u233? no iba a ocurrir as\u237? ahora? Pero, a pesar de sus firm es convicciones, el F\u252?hrer piensa que no estar\u237?a de m\u225?s tomar tod as las posibles garant\u237?as: Un arreglo con Inglaterra facilitar\u237?a grand emente las cosas. En vista de lo cual, cuando Hess le propone la expedici\u243?n , que en opini\u243?n de Hitler es totalmente descabellada, decide autorizarla, pese a que las posibilidades de \u233?xito sean m\u237?nimas. Era evidente que s i los ingleses, contra lo que se pod\u237?a esperar, consent\u237?an en abandona r la lucha, la totalidad de las fuerzas alemanas podr\u237?an ser llevadas al fr ente del Este. Entonces s\u237? que estar\u237?a segura una maravillosa victoria rel\u225?mpago sin dificultades ni problemas. Hitler decide intentar la aventur a: Se dejar\u225? que Hess parta para Inglaterra; aunque, bien entendido, el F\u 252?hrer aparentar\u225? ignorar el caso. Si el asunto obtuviese resultado, tant o mejor. Si, como es de esperar, fracasase, todo se arreglar\u237?a simplemente Durante varios meses se entren\u24 3? intensamente en el manejo del \u171?Me-110\u187?. Rudolf H ess hab\u237?a ordenado. es m\u225?s: Hitler intervin o personalmente para que siguiera utilizando la residencia oficial de aqu\u233?l . Churchill relata en sus{\i Memorias} que en ocasi\u243?n del viaje que realiz\u243? a Mosc\u250? en 1944. Por \u250?ltimo: Al abandon ar el espacio a\u233?reo alem\u225?n. es bien sabido que Hitler l e ten\u237?a expresamente prohibido que volase a solas. la atm\u243?sfera de enajenaci\u243?n en la que viv\u237?an los je fes de la Alemania nazi. espero que se crea lo que digo. era feroz y expeditivo. Por otra parte.000 kil\u243?metros. la firmeza con que Hitler cre\u237?a que su pol\u237?ti ca se hallaba preservada y sostenida por misteriosas fuerzas ocultas. Pi\u233?nsese. Este es un punto sobre el que deberemos volver. y la segunda por causa del tiempo desfavorable. \u191?C\u243?mo es posible pens ar que los vuelos de entrenamiento. Los que defienden esta hip\u243?tesis. Los rusos. Hess hab\u237?a pedido al oficial que custodiaba los mapas de aquella zo na que le facilitara un ejemplar de los mismos. Sin em bargo. que su aparat o fuese provisto de dep\u243?sitos de combustible suplementarios.\u187? El dictador acogi\u243? mi seca respuesta con una afable sonrisa: \u171?Incluso en Rusia ocurren muchas cosas de las cuales mi servicio secreto ni siquiera me habl a.con desautorizar \u171?al loco\u187?. en Augsburgo. las dos tentativas de despegue. si no. ninguno de los que se vieron mezclados en la escapatoria de Hess fue obje to de represalias: La esposa del Reichsminister recibi\u243? la pensi\u243?n se\ u241?alada a los generales prisioneros del enemigo. sin que aqu\u233?l le pusiera ni ng\u250?n impedimento. sin que nadie se extra\u241?ase por ello. Stalin le pidi\u243? que le revelase la verdad escondida tras de aquel misterio: \u171?Tuve la sensaci\u243?n de que el dictador rojo cre\u237?a en la existenci a de un tenebroso complot para organizar la invasi\u243?n de Rusia conjuntamente por Alemania y Gran Breta\u241?a. en el destino que aguardaba a los c\u243?mplices en el atentado contra Hitler. me sorprendi\u243? hallarle tan est\u250?pido en aquel punto. pudieran pasar inadvertidos y no fueran motivo de un inmediato informe? Es inveros\u237?mil que la Gestapo y los dem\u225?s servicios de informaci\u243?n del Reich no tuvieran noticias de las s ingulares maniobras de Hess. a las 18 horas y 10 minutos del s\u225?bado 10 d e mayo. apa rentemente extravagante. El m\u225?ximo radio de acci\u243?n del \u 171?Me-110\u187? es de 1. de que el objetivo que persegu\u237?a Hess era crear un frente anglo-brit\u225?nico contra la URSS. Hoy conocemos perfectamente lo que en la Alemania Hitleri ana significaba su r\u233?gimen de polic\u237?a. Sabiendo cuan intel igente era Stalin. que ning\u250?n aparato pod\u237?a atr avesar sin que autom\u225?ticamente se movilizase el sistema de alerta de la Luf twaffe.\u187? Pens\u233? que lo mejor ser\u237?a no insistir sobre el tema. las conversaciones habr\u237?an fracasado. hice que el m\u237?o le respondiese: \u171?Cuando yo expongo alg\u250?n hecho que conozco. Los defensores de esta \u250?ltima hip\u243?tesis dispo nen todav\u237?a de otro argumento en reserva: El castigo que el r\u233?gimen \u 171?nazi\u187? ten\u237?a dispuesto para los \u171?traidores\u187?. y a\u250?n p ara los simples sospechosos. no por falta de buena voluntad por parte de los dos gobiernos.\u187? Los historiadores que creen en una operaci\u243?n montada de pleno acuerdo por Hitl er y Hess se apoyan en las raras circunstancias que rodearon la partida del jera rca nazi. Ahora bien: Hess dispuso de las m\u225?ximas facilidades para preparar concienzudamente la expedici\u243?n. realizado en plena guerra y sin contar con el auxilio de la ra dio-br\u250?jula. aducen que resulta mucho m\u225?s veros\u237?mil si se tienen en cuenta las corrientes ocultas que discurr\u237?an por el subsuelo del Tercer Reich. la petici\u243?n de mapas secretos. Cuando el int\u233?rprete ruso me hizo saber que Stalin se mostraba incr\u233?d ulo ante mis explicaciones. Pero esto no e s todo: El definitivo despegue del 10 de mayo estuvo precedido por dos tentativa s fracasadas: La primera vez Hess tuvo que dar media vuelta porque su motor rate aba. La distancia que separa Augsburgo del castillo del duque de Hamilton es de mil cuatrocientos kil\u243?metros. El Reichsminister despeg\u243? desde la pista privada de la f\u225?bri ca Messerschmitt. Es preciso suponer que Hitler hab\u237?a necesariam ente de estar informado. a\u250?n hoy en d\u237?a. prohibidos por Hitler. por su parte siguen convencidos . el \u171?Messerschmitt 110\u187? tuvo que franquear una \u171?zona prohibida\u187?. Se trataba de un vuelo extremadame nte dif\u237?cil. en cambio. cuyo sobreescrito lleva el augusto nombre de Adolfo Hitler. Ahora bien: Pintsch se halla muy lejos de sentirse t ranquilo: La aventura le parece muy peligrosa. Deja pasar una hora larga. La misma fortuna tuvo el profesor Karl Haushofer. afirman que conserv\u243? una calma absoluta. Como suele ocurrir en todos los ej\u233?rcitos del mundo. Antes de despegar. sin tenerlas todas consigo. a l as 7 de la ma\u241?ana. su \u171?patr\u243?n\u187? le hab\u237?a h echo part\u237?cipe del secreto hac\u237?a ya varias semanas. En medio de la habitac i\u243?n se encuentra la inmensa mesa de despacho del F\u252?hrer. como hemos indicado. a quien cupo el desgraciad o privilegio de llevar a Hitler la carta en la que Hess anunciaba a su amado F\u 252?hrer el viaje a Escocia. es decir. el ayudante de ca mpo debe permanecer en el aer\u243?dromo durante un cuarto de hora. El portador de la mala noticia hab\u237?a de ser. Pints ch hace que inmediatamente le conduzcan al Berghof. a l que no se molest\u243? despu\u233?s de haber prestado declaraci\u243?n. Pintsch sent\u237 ?a un nudo en la garganta. el joven capit\u225?n era totalmente adi cto a su jefe.. Al constructor de aviones Willy Messerschmitt la Gestapo le interrog\u243?. las cosas transcurren bastante satisf actoriamente. El 10 de mayo Pintsch acompa\u241?\u243? a Hess al t erreno de aviaci\u243?n de Augsburgo. Se trata de un vasto sal\u243?n. Puesto en libertad pocos mes es despu\u233?s. La \u250?nica sanci\u243?n recay\u243? en el infortunad o ayudante de campo de Hess. Los testimoni os de lo que ocurri\u243? despu\u233?s de que Hitler hubo le\u237?do la carta en la que Hess le anunciaba su escapatoria. A continuaci \u243?n tiene que desplazarse a Berchtesgaden por la v\u237?a m\u225?s r\u225?pi da y ha de poner en manos del F\u252?hrer la confidencial misiva. Hitler ordena a uno de sus secretarios que inmediatamente convoq ue a Goering y a Ribbentrops Despu\u233?s. mucho m\u225?s que probables. \u8212?\u191?D\u243?nde se encuentra Hess ahora? \u8212?habr\u237?a de preguntar Hitler. Al capit\u225? n le parece oportuno tomarse alg\u250?n tiempo m\u225?s del que se le ha ordenad o. H ess ha entregado a Pintsch un pliego. Pintsch fue arrestado. El joven oficial piensa. con las paredes totalmente desnudas y desde cuyo amplio ventanal se domina el monta\u241?oso paisaje circundante. se le envi\u243? al frente ruso. de que Hess sea der ribado antes de llegar a su destino. Hitler. Los rusos lo sometieron a terribles tortura s: quer\u237?an averiguar si. Uno de sus subordinados revel\u243? a los sovi\u233?ticos que se trataba del ayudante de Hess. Al d\u237?a siguiente. Por otra parte. aparent\u243? una total sorpresa cuando fue informado del h echo. De acuerdo con las instrucciones que recibe. All\u237? insiste en ser rec ibido inmediatamente. se dir ige a la estaci\u243?n ferroviaria y ordena que el vag\u243?n privado del Reichs minister sea enganchado en el primer tren que salga.. El F\u252?hrer hace que Pintsch almuerce con \u233?l. \u8212?A primeras horas de la noche debe de haber lle gado a Escocia. ni por un momento pas\u243? por su imaginaci\u243?n que aqu\u233? l pudiese estar equivocado. Hitler ordena que ib introduzcan en su despacho. otros. el capit\u225?n Pintsch. conocedor o ignorante de la escapada de Hess.. Aquell a inusitada benevolencia se aviene malamente con las t\u233?cnicas represivas al uso en el Tercer Reich. en efecto. \u191?qu\u233? puede ocurri rle a \u233?l cuando su jefe haya llegado a Inglaterra? Pintsch es un simple cap it\u225?n y sabe por experiencia que los grandes \u171?jefazos\u187? no suelen p reocuparse mucho de lo que pueda pasarle a un capit\u225?n. Eva Braun pr . hubo intentos de contubernio Hitler-Chu rchill para derrotar a la URSS. en prime r lugar. pe ro no ocurri\u243? m\u225?s. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En uno u otro caso. el pobre capit\u225?n Pintsch. el tren llega a la estaci\u243?n de Berchtesgaden. despu\u233?s de lo cual se echa en una de las literas del vag\u243?n. el domingo 11 de mayo. y despu\u233?s. donde tuvo la mala fortuna de ser hecho prisionero. son contradictorios: Algunos dicen que el F\u252?hrer dio rienda suelta a una de sus monumentales rabietas. en las posibilidades. con la vana esperanza de encontrar un poco de sue\u241?o. que se encontraba enfermo desde hac\u237?a varios a\u241?os. a la saz\u243?n. la radio y la prensa alemana publican un segundo texto: \u171?Al parecer. consigui\u243? apoderarse de un avi\u243?n. pontifica. La cosa no resultaba tan sencilla como a primera vista pudiera parecer: En las alturas del Tercer Rei ch nadie cree una palabra de aquella historia.. Hess n o ha logrado llegar a Escocia. \u191?Acaso. por muy acondicionada que se muestre su mente. El lamentable asunto no afectar\u225? un absolut o a la marcha de la guerra que ha sido impuesta a Alemania. Otros.\u187? El general Bodenschatz. es probab le que la B. no pod\u237 ?an imaginar que una maniobra tan importante y tan complicada hubiera podido lle varse a efecto sin el consentimiento del dictador. pocas posibilidades ten\u237?an los alemanes de manifestar abiertamente sus opiniones.\u187? Como puede ver se. hable del asunto en la misma noche. y sobre todo. o bien para sondear los pensamie ntos aut\u233?nticos de sus subordinados. Aquel domingo transcurre entre indecisiones y vana palabrer\u237?a* A lgunos estiman que inmediatamente debiera publicarse un comunicado. Hitler no parece muy nervioso. ser\u237?a absurdo anunciar la noticia prematuram ente.C. entre ellos Goering. Todos estaban convencidos de que Hitler representaba una comedia. Hitler piensa que ya se ha esperad o bastante. Los cortesanos \u171?nazis\u187? suponen que su jefe representa una comedia. lo m\u225?s c onveniente es hacerse el dormido. Si por el contrario. se reserva su opini\u243?n. puesto que es muy probable que Hess haya sido derribado por la caza inglesa o se haya estre llado en alg\u250?n lugar. \u191?c\u243?mo no se dieron cuenta ant es? Pero la gente no fue m\u225?s all\u225? en sus comentarios. suele llamarse \u171?un ataque de locura\u187?. pese a la vigilancia ejercida. \u171?Hess no ha llegado a Escocia. Despu\u233?s. q ue al principio se muestra esc\u233?ptico. No hubiera sido. Bien es verdad q ue. En realidad. creen que debe esperarse a tener noticias concretas. En su diario escribir\u225?: \u171?Hitler s imul\u243? su sorpresa del modo m\u225?s perfecto. y al que el F\u252?hrer hab\u237?a prohibido categ\u243?ricamente emprender ning\u250?n vue lo. proporcionando con ello un magn\u237?fico argumento a la propaganda de Chu rchill.B.. despu\u233?s de o cho a\u241?os de propaganda a ultranza.\u187? El hecho es que ninguno de los que formaban en el cortejo del F\u252?hrer crey\u243? en aquella sorpres a. despu\u233?s de haber agotado sus reservas de gasolin a. todos creen que el plan se ha fraguado en la propia mente de Hitl er. E l 10 de mayo despeg\u243? desde un aer\u243?dromo de Augsburgo. El partido nacionalsocialista lamenta que este idealista haya sido v\u237?ctima de sus ilusiones. a mediod\u237?a.eside la mesa. En cuanto al pueblo. En tales circunstancias. al alem\u225 ?n de la calle. aguardar el curso d e los acontecimientos. Antes de emprender el vuelo dej\u243? una carta en la que muestra evidentes s\u237?ntomas de desorden mental. tambi\u233?n aviador. el m iembro del partido Hess viv\u237?a \u250?ltimamente presa de alucinaciones que l e hac\u237?an pensar en la posibilidad de conseguir un acuerdo entre Inglaterra y Alemania. A estas horas los arenques de la Mancha se lo deben estar merendando. y redacta para la radio alemana el siguiente comunicado: \u171?Rudol f Hess. sabe que Hess cuenta con efectivas posibilidades de salir con bien de la aventura? En el caso de que el Reichsminister haya logrado poner pie en las islas. Mediada la comida llega Goering. la primera vez que \u233?ste tomase decisio nes importantes sin dar a nadie cuenta de ello. mejor conocedor de los hechos. no decir nada que luego puede serle a uno r eprochado. ni mucho menos. El lunes 12 de mayo. La reacci\u243?n general es un\u225?nime: Si el lugartenient e del F\u252?hrer estaba realmente loco. lisa y l lanamente. Hitler se muestra indeciso.\u187? Algunos d\u237?as despu\u233?s . Hitler ha decidido explicar la escapatoria de Hess mediante lo que. Se ignora su act ual paradero. con su habitual tono de grandiosa seguridad. El radio de acci\u243?n de su avi\u243?n es insuficiente. no puede evitarse su desorientaci\u243?n y su escepticismo. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc . es decir: tener paciencia. Lo que cada uno procura es ev itar cualquier iniciativa o palabras opuestas a los pensamientos del F\u252?hrer . bien sea para librarse de toda resp onsabilidad en el caso de que el golpe fracase. los ingleses sufren la depr esiva sensaci\u243?n de estar solos en la guerra. har\u225? que una caterva de psiqui . Es preciso que esto sea evitado a toda c osta. y logran apoderarse. y hay que reducir al m\u237?nimo el gasto de gaso lina. era siempre la misma: Se trataba de conversac iones de paz. Pero. por la general decepci\u243 ?n y por el hundimiento moral de todo el pueblo. \u191?qu\u233? raz\u243?n? L a \u250?nica respuesta. en este aspecto. y que los mismos comunicados alemanes justificaban. Los ingleses \u171?aguantaban la tormenta\u187 ? con magn\u237?fico esp\u237?ritu. Los in gleses ten\u237?an conocimiento de lo ocurrido: En la noche del lunes la B. de carb\u243?n y de vestuario. noche tras noche. Churchill muestra desde el primer momento una prudencia e xtremada: Su primer cuidado es hacer ver a la p\u250?blica opini\u243?n que el a sunto Hess carece totalmente de importancia. que tanto sufre. e incluso los taqu\u237?grafos. La opini\u243?n p\u250?blica pensaba que tras de aquel desatinado viaje se ocult aba alguna raz\u243?n que no le era revelada. Pero. La personalidad de Sir John Sim\u243? n es enmascarada bajo la falsa identidad de un psiquiatra que acude para examina r a Hess. Pero el hecho es que aquella hubo de causarle muchas preocupaciones. Esto. Los convoyes que traen suministros de los Estados Unidos sufren el ataque devastador de los submarinos alemanes: Entre los meses de marzo y de mayo de 1941 se perdieron en \u233?l Atl\u225?ntico 180 bar cos. se crean las tarjetas y los bonos de racionamiento. hab\u237?a anunciado la llegada del adjunto de Hitler. sudor y l\u225?grimas\u187?. Cuando al fin Churchill se decide a que un miembro de l gobierno hable al Reichsminister se toman toda clase de precauciones encaminad as a asegurar el m\u225?s absoluto sigilo.* * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Churchill afirma en sus{\i Memorias} que jam\u225?s dio gran importancia a la \u171?escapatoria\u187? de H ess. que se trata de un incidente irrele vante. Ha sido necesario imponer restricciones alimenticias. lo cual es el mejor modo de desacreditarlo co mo interlocutor v\u225?lido para unas conversaciones de paz aut\u233?nticas. Chu rchill cuenta.C. La poblaci\u243?n civil experimenta elevadas p\u233?rdidas. Las gentes tienen que dormir en los t\u250?neles del metro y en los s\u243?tano s. llega a pensar que es posible co ncluir una paz honorable? Bien es verdad que Churchill ha declarado que la guerr a s\u243?lo puede terminar con la total derrota de Alemania. al ver fallidas las esperanzas de ver cercano el final de su martirio. \u191?qu\u233? significan las palabras al lado de esta esperanza loca? \u161?La paz inmediata! Churchill lo s abe: Aquel hecho puede significar la confusi\u243?n. \u191?Qu\u233? puede ocur rir si aquella poblaci\u243?n. de los mercados mundiales que hasta entonces h ab\u237?an sido coto cerrado del comercio ingl\u233?s. toneladas de bombas sobre las ciudades. Por otra parte. Ahora bien: En aquellos d\u237?as la situaci\u243?n de Gran Breta\ u241?a era m\u225?s que precaria. Un a\u241?o antes Churchill les hab\u237?a pro metido \u171?sangre. Los peri\u243?dicos hab\u237?an comentado extensamente la noticia. que no ha de afectar en absoluto a la marcha de la guerra. ya que continuamente son sobresaltadas por el estruendo de las explosiones y el rugido de los incendi os. Las condiciones de vida empeoran d\u237?a a d\u237?a. Los hechos hacen esperar para el inmediato futuro m\u225?s l\u225?grimas y m\u225?s sangre. Es m\u225?s: Los americanos sacan el m\u225?ximo provecho de la situaci\u243?n. En consecuencia. una y otra vez. De un modo paulatino se deja circular el rumor de que Rudolf Hess n o es due\u241?o de sus facultades. la propaganda ofici al repite. la duda y una disminuci\u24 3?n en el esfuerzo de guerra. sin remedio. pero ello no impide que los in gleses tengan que pagar a buen precio todo lo que su semialiado les env\u237?a. Los bombarderos de la Luftwaffe arrojan. en el caso de que logren conciliar el sue\u241?o. con la ayuda del propio comunicado alem\u225?n. sin entrar en m\u225?s ex plicaciones. aquella consigna. El comandante de la guardia.B. pero todos estaban persuadidos de que lo peo r estaba todav\u237?a por llegar. Es para minimi zar el acontecimiento que los contactos con Hess son mantenidos a trav\u233?s de funcionarios subalternos. El primo-hermano americano col ma a su pr\u243?ximo pariente de buenas palabras. que por s\u237? misma se impon\u237?a. seguir\u2 25?n ignorando qui\u233?n es en realidad aquel que mantiene la entrevista con el prisionero. Para hacer m\u225?s veros\u237?mil su tesis. seguidas. poco a poco. \u 191?Qu\u233? mente sensata hubiera cre\u237?do posible. el duque tiene que esta r forzosamente movilizado.\u187? La cuesti\u243?n de la locura de Hes s volvi\u243? a ponerse sobre el tapete en 1946. en el que exponen la serie de diagn\u243?sticos que formularon entr e 1941 y 1946. y sin duda lo ha si do desde su infancia. Hess \u171?aparentaba gozar de buena salud\u187?.. con ocasi\u243?n del proceso de Nuremberg. debido a su juventud. llegan a id\u233?nticas conclusiones. Hay que considerar. Tal como ocurre con los enfermos d e este tipo. se sinti\u243? totalmente sorprendido. cuando Hess se dio cuenta de que los ingleses le trataban como a un prisionero. durante el proceso de Nuremberg. no puede considerarse que Hess sea un loco. la incre\u237?ble ligereza con que el \u171?raid\u187? fue preparado. Comencemos por el contacto brit\u225?nico que ha elegido: el du que de Hamilton. desplaz arse a Inglaterra para aconsejar a los brit\u225?nicos que firmasen la paz. \u171?ning una de las se\u241?ales que ordinariamente acompa\u241?an a la locura\u187?. En realidad. estuvo muy lejos de poderse considera r enteramente \u171?normal\u187?. el modo que tiene Hess de comportarse. en cualquier caso no es f\u225?cil hacerse una idea clara a trav\u233?s de la oscura jerga doctoral. en plena guerra. asimismo. Algunos de los psiquiatras que trataro n al jerarca \u171?nazi\u187? public\u243? en 1947 el libro \u171?El caso Rudolf Hess\u187?. llegaron a ponerse de acuerdo: Hess sufr\u237?a \u171?una histeria caracterizada en parte por la p\u233?rdida de la memoria\u187 ?. para luego regresar sin m\u225?s al propio pa\u237?s? Y sin embargo. En cuanto a su aspecto t\u233?cnico. La propia idea era en s\u237? extravagante. Churchill cree lo contrari o: En su opini\u243?n. Se trata de un psic\u243?pata de tendencias esquizofr\u233 ?nicas. nos dice: \u171?Hess es un car\u225?cter inestable. pero significar\u225?n un serio obst\ u225?culo cuando trate de contestar a las preguntas que se le hagan relativas a su pasado.\u18 7? Sin embargo.\u187? En cualquier caso. cuando con el mayor sigilo comenzaba a preparar su expedici\u243?n. propenso a desdoblar su personalidad. al parecer. Hess piensa que todo ocurrir\u225? del modo m\u225?s sencillo: El duque le recibir\u237?a en su mansi\u243?n. El punto de derecho que se planteaba era saber si el acusado pod\u23 7?a o no ser sometido a juicio. Escoge como punto final de su escapad a el castillo escoc\u233?s de Dungavel. la preparaci\u243?n de su defensa. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} \u191?Acaso Hess estaba realmente loco? Se trata de u n punto que nunca ha sido definitivamente dilucidado. Los psiquiatras que tuvieron ocasi\u243?n de examinar al singular paciente.. el jerarca \u171?nazi\u187? apenas lo conoce: Todo lo que hab\u237?a hecho era cruzar con \u233?l unas breves palabras en ocasi\u2 43?n de los Juegos Ol\u237?mpicos de 1936. no pres entaba s\u237?ntomas de \u171?exaltaci\u243?n\u187?. y dificultar\u225?n. a partir de los comienzos del a\u24 1?o 1941. se deja influir muy f\u225?cilmente por los factores externos y pre senta claros s\u237?ntomas de histeria. Su larga reclusi\u243?n ha podido ocasio narle un profundo estado depresivo. asimismo. los expertos. para encontrar la direcci\u243?n del duq ue recurre al{\i Who's Who}{\super [1]}. pero no tiene en cuenta que. el general Rees. En dicha obra. y en definitiva. del cuerpo m\u233?dico del ej\u23 3?rcito. Despu\u233?s de interminables y confusas discusi ones. \u171?Sus lagunas de memoria \u8212?concluyen los m\u233?dicos\u8212?. o quiz\u225? le procurar\u237?a u . si bien expresan su facultativa opini\u243?n con muy serias reservas. no le impiden seguir el curso del procedimiento. Es en el lado pol\u237?tico de la expedici\u243?n donde la ingenuidad de Hess l lega al absurdo. la opini\u243?n de los psiquiatras es concluyente: \u171?En un s entido estricto. ha sta 1946. y despu\u233?s lo acomp a\u241?ar\u237?a a la residencia de Churchill. no hab\u237?a m\u225?s que pedir: Hess hab\u237?a estudiado cuidadosamente la r uta.atras rodeen siempre al prisionero. y antes de despegar de Ausgburgo tom\u243? todas las posibles precauciones. que hab \u237?an instalado en el bosque vecino. frente a la ventan a de su celda hab\u237?an instalado una escuela de motociclismo. Hess revel\u243? que al llevar a cabo su proyecto obedeci\u243? a \u243?rdenes \u171?venidas del M\u225?s All\u225?\u187?. en e l que nos da a conocer sus experiencias como prisionero. Es un hecho que en el cu rso de su cautiverio Hess intent\u243? por dos veces poner fin a su vida. La circunstancia de que tales elementos constituyeran una minor\u237?a \u23 7?nfima.. mediante una serie de pequ e\u241?as maniobras.. bostezaba sin cesa r. y cuyos muros aparec\u237?an cub iertos por cortinajes de estilo escoc\u233?s. De acuerdo con sus propias declaraciones. sin duda. a petr\u243?leo o a desinfectante.. otras a agua del fregadero. la carne era tan dura que apenas la pod\u237?a m asticar. unos silbatos de locomotora. como un desgraciado. para que el con tinuo petardeo de las m\u225?quinas acabase con su resistencia nerviosa. a esti\u233?rcol.na entrevista con el Rey. En la primera ocasi\u243?n se arroj\u243? por el ojo de la escalera desde el primer pi so. Seg\u250?n Hess. En la guardia hab\u237?a algunos soldados. Tambi\u233?n le produjeron una oclusi\u24 3?n de la vejiga. Se trata de un document o singular. el doctor Jones se comport\u243? de un modo totalmente normal. incluso.. El hombre que se dejaba impresio nar por tales absurdos hab\u237?a cumplido los cuarenta y ocho a\u241?os de edad y desempe\u241?aba las m\u225?s altas funciones en la administraci\u243?n alema na. con la simple finalidad de despertarle. los guisantes parec\u237?an piedrecillas. iluminadas por candelabros. particularmente malignos. porque de este modo se consegu\u237?a que cometiesen acto s contrarios al honor militar o a la deontolog\u237?a m\u233?dica. volando hacia Inglaterr a. seguramente para hacerle m\u . y estoy seguro de que el coci nero no pon\u237?a en remojo las jud\u237?as antes de hervirlas. y que adem\u225?s. Hess estaba convencido de que su iniciativa iba a desencadenar un fuerte movimiento de opini \u243?n entre los elementos proalemanes. estuvo varios d\u237?as sin poder orinar. En el segundo intento se hundi\u243? un cuchillo en el pecho. le ocasionaron terribles accesos de estre\u241?imiento. Durant e su cautiverio en Inglaterra. para hacerle perder enteramente la memoria. los mort\u237?feros bombardeos a\u233?reos los hubie sen desacreditado totalmente. Rud olf Hess aparec\u237?a con mucha frecuencia en los sue\u241?os de aquel embaucad or: A veces le ve\u237?a en los mandos de su avi\u243?n. a no ser que tratasen de llevar le a un punto cuya \u250?nica salida fuese el suicidio. \u191?Por q u\u233? actuaban de aquella forma los diab\u243?licos m\u233?dicos? Seg\u250?n H ess. en el que el autor se nos manifiesta. para que las sirenas le dejasen sor do. a no ser que los hubieran hipnotizado. que d\u237? a y noche se entreten\u237?an en hacer sonar. no pod\u237?a dudarse que el doc tor Jones estuviese bajo el efecto de alguna droga. \u161 ?hasta de camello! Por supuesto. Pero hab\u237?a algo mucho m\u225? s grave: Todo lo que le daban de comer eran alimentos de deshecho. Hess menciona un caso concreto: Al hospital lleg\u243? un nuevo m\u233?dico.\u187? Los malvados verdugos ll egaban. a cada momento se daban falsas alertas a\u233?reas. Al d\u237?a s iguiente ya no era el mismo: ten\u237?a los ojos adormilados.. Los m\u233? dicos y los hombres que le custodiaban. procuraban que no pudiera dormir: Cuando caminaban por el c orredor lo hac\u237?an pisando ruidosamente y dejaban caer la culata del fusil c on todas sus fuerzas. \u171?El pan estaba p\u233?simamente cocido. que daba por hecho abundaban en Inglate rra. Hess escribi\u243? un relato de su aventura. y para agravar la co sa. A veces la co mida sab\u237?a a jab\u243?n. se guidos de no menos horrendas diarreas. a mezclar los alimentos con orines de distintos animales. que ten\u237?a totalmente dominado el esp\u237?ritu del delf\u237?n hitleriano. en otras ocasiones. le daban una comida muy cargada de sal para obligarle a beber. sus guardianes.. su distinguido disc\u237?pulo penetraba en las salas de u n inmenso castillo. presa de man\u237?a persecutoria y que ha perdido totalmente el dominio de sus facultades mentales. y mostraba s\u237?ntomas de evidente fatiga. o bien estaban locos o se drogaban. el primer d\u237 ?a. Lo menos que puede decirse es que todo aquello parec\u237?a muy raro. en la comida pon\u237?an las drogas m\u225?s di versas: De este modo. El intermediario entr e el jerarca \u171?nazi\u187? y las Altas Esferas era el profesor Haushofer. era una idea que el Reichsminister no tuvo en abso luto en cuenta. a pe scado podrido. result\u243? con una pierna fracturada. a pocos cent\u237?metros del coraz\u243?n. \u191?Por qu\u233? los habr\u237?an de hipnot izar? Seg\u250?n Hess. Hess co mprob\u243? que sus guardianes ten\u237?an interferidas todas las estaciones que el prisionero deseaba escuchar.\u187? A lo cual sigue el inevitable broche final: \u17 1?Todo era obra de los jud\u237?os. y la Gran Alemania. Cuando al fin le procuraron el deseado receptor. pero algunas de la cuales no estuvieran. En efecto. En la universidad de Mun ich. el convoy fue destruid o por los obuses. m\u225?s inquietante. Ello explica las elucubraciones doctrinales del{\i Mein Kampf. relativamente nor mal. En 1914 hab\u2 37?a alcanzado el grado de general en el ej\u233?rcito de Guillermo II. quiz\u225?. que Hess nos describe como \ u171?mago. la cuna del pueblo germ\u225?nico se encontraba en Asia Central. Fue Hess el que present\u24 3? Haushofer a Hitler. Todos los que rodean a Hess \u17 1?se comportan como monstruos\u187?. gran iniciado y en permanente contacto con lo invisible\u187?. Hab\u237?a nacido en 1869. y que a trav\u233?s de los mismos alcanzaban supraterrestres poderes de profec\u237?a. La otra cara. el futuro delf\u237?n del r\u23 3?gimen se convierte en su ayudante de c\u225?tedra. Hace treinta o cuarenta siglos. sectarios de un credo herm\u233?tico. Seg\u250?n las teor\u237?as del extra\u241?o profesor. En el nazismo habla mucho de religi\u243?n infernal.. Son c osas que pertenecen a un universo diab\u243?lico. en los c \u237?rculos m\u225?s o menos teos\u243?ficos ten\u237?a fama de visionario y de adivinar el futuro: En una ocasi\u243?n se hab\u237?a negado a subir en un tren . Creemos que tal retah\u237?la de que jas es suficiente (exagerada. Haushofer se entreg\u243? a una nue va ciencia de la que era inventor: la geopol\u237?tica. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Para explicarse el extra\u241?o comportamiento de Hes s es necesario situarse en el contexto real de la Alemania \u171?nazi\u187? y te ner en cuenta las influencias m\u225?gicas que tan intensamente lo afectaban. en ciertas grut as inaccesibles. en aquella remota regi\u243?n viv\u237?a una raza superior. en el desierto de l Gobi. M\u225?s tarde. Antes de la primera g uerra mundial residi\u243? durante mucho tiempo en el Jap\u243?n. Nos limitaremos a las frase s finales de Hess: \u171?Durante cuatro a\u241?os me vi en poder de unos locos a los que se hab\u237?an dado uniformes del ej\u233?rcito brit\u225?nico y que er an portadores de armas. En nuestro mund o actual algunos privilegiados hab\u237?an tenido ocasi\u243?n de entrar en cont . que hab\u237?an concebido aquella maquinaci\ u243?n para hacerme fracasar y para destruirme\u187?.} Haushofer es un tipo totalmente excepcional.. Son las ideas que luego volvemos a encontrar en el{\i Mein Kampf. donde escondieron. que practicaban sus ritos sec retos. Hess es uno de sus alumnos. Aquel pueblo desapareci\u243? por causa de un a cat\u225?strofe at\u243?mica. El propio Hitler era uno de los creyentes en la misma. El nacionalsocialismo presenta dos facetas: Un aspecto exterior. Durante mucho tiempo se negaron a facilitar le un aparato de radio. s\u243?lo se salvaron unos pocos supervivientes. totalmente desprovistas de fundamento). Despu\u233?s de la guerra. los restos y vestigios de su civilizaci\u243?n. pero que no rebasa las normas de lo humano. que hab\u237?a logrado un estadio de civilizaci\u243?n mucho m\u225?s avanzada que la nuestra. porque sab\u237?a que iba a ser bombardeado. como lo es cualquier doctrina pol\u237?tica y econ\u243?mica. Si pide un libro para leer.225?s sensible a las maniobras hipn\u243?ticas. y gran parte de su vida transcurri\u243? en la India y en el Extremo Oriente. al estilo de los gran des aventureros del Renacimiento. due\u241?a de Europa desde la Manc ha a los Urales. sin duda. conocidos solamente por unos pocos iniciados. estaba constituida por la oscura fe de los jefes del movimiento.} sus locas iniciativas y su odio enfermizo a los jud\u237?os. Todas las ideas matrices del r\u233?gimen hab\u237?an sido forjadas en la mente de Hau shofer: el espacio vital. El gran maestre en el mundo su bterr\u225?neo del Tercer Reich era Karl Haushofer. Todo c on el fin de destruir su resistencia moral. le dan una novela q ue cuenta la historia de un ni\u241?o que tiene la misma edad de su hijo. con la que se puede no estar de acuerdo. que se refugiaron en el macizo del Himalaya. el juicio tiene que celebra . \u161?Cu\u225?ntas cosas han cambiado! El desplomado Tercer Reich se ha con vertido en un inmenso campo de ruinas. volvamos a Rudolf Hess: A principios de 1941 el estado mayor hitleriano ten\u237?a dispue stos los planes de la operaci\u243?n \u171?Barbarroja\u187?. pero asimismo por motivos \u171?m\u2 25?gicos\u187?. como so mbras errantes. Hess les afirma que est\u225? totalmente seguro de lo que hace. El ataque se iniciar\u225?. junto con los jefes \u171?nazis\u 187? que no se suicidaron o que no han logrado huir. del modo que sea. que se inquietan al considerar los peligros impl\u 237?citos en tan arriesgada aventura. del Pamir. Las peregrinas doctrinas del mago pueden sintetizarse en lo que sigue : El destino de Alemania es volver a las fuentes de la sabidur\u237?a. mejor dicho. el \u250?nico ca mino que sigue abierto es el de la negociaci\u243?n. enflaquecido. Puesto que el mago dice que es preciso hacer la paz con los ingleses. Por aque llos mismos d\u237?as su disc\u237?pulo Rudolf Hess. Hitler era el ser providencial a quien correspond\u237?a lleva r a efecto aquella ingente misi\u243?n. Para acce der a ellas tiene que conquistar toda la Europa Oriental y asegurarse el control del \u171?coraz\u243?n del mundo\u187?. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En efecto: Transcurre el mes de octubre de 1945 cuand o Rudolf Hess es devuelto a su pa\u237?s. A los subordinados que le rodean. es decir. aquella es l a \u250?nica operaci\u243?n realmente importante. con la \u250?nica esperanza de en contrar algo que comer y un agujero donde refugiarse. ser\u22 5? \u233?l. efectivamente. como alelado. deambulan entre los escombros. de la inv asi\u243?n a Rusia. el 21 de junio. las palabras de su antiguo maestro constituyen para \u233?l una especie de evangeli o. Seg\u250?n el mago alem\u225?n . tiene que comparecer ante el tribunal que le juzga en Nuremberg. del Tibety de las estepas del Gobi. al estilo japon\u233?s. ha de oc upar un lugar en el banquillo de los acusados. \u218?nicamente Hitler pod\u237?a infund ir al pueblo alem\u225?n la secreta fuerza que hab\u237?a de asegurar el \u233?x ito del proyecto. es decir. y que no creen en los resultados de la mis ma. En consecuencia. Haushofer era uno de tales iniciados. aquel anciano de setenta y siete a\u241?os da muerte a su mujer y acto seguido se abre el vientre con una daga ritual. quien vaya a negociarla. H aushofer considera que. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Despu\u233?s de este rodeo metaf\u237?sico. y ello por razones de mera estrategia (en este aspecto co incide con los generales del estado mayor). entre ellos al info rtunado capit\u225?n Pintsch. Millones de hombres y de mujeres. antes de iniciarse la guerra con la URSS hay que resolver el problema ingl\u23 3?s. Quedan pocas esperanzas de que Alemania consiga invadir la Gran Breta\u241?a. a impon\u233?rsela a los adversarios de las Islas. despu\u233?s de la campa\u241?a de Francia.acto con los descendientes de aquellos superhombres. que \u233?l conoce y se reserva. Hess. que hab\u237?a abandonado en mayo de 1 941. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El final de Karl Haushofer es tr\u225?gico: En marzo de 1946. En cuanto a Hess. Ah\u237? es cuando intervie ne Hess: La admiraci\u243?n que le inspira Haushofer no conoce l\u237?mites. Cuando. Por aquel entonces. Hess piensa entregarse buenamente al buen quere . Keitel. En cuanto a los dem\u225?s jefes \u171?nazis\u187? sometidos a juicio. El Tribunal entr\u243? en el examen del caso particular de Hes s en febrero de 1946. y sigui \u243? siempre convencido.. la memoria. Goering. No escucha lo que se habla. no encuentra otra salida sino renunciar a la defensa de su dif\u237?cil cliente y eclipsarse. el acusado no se hac\u237?a ninguna il usi\u243?n. el doctor Rohrscheidt manifest\u243?. sede que fue de los grandes festivales sagrados del hitlerismo . En vista de lo cual piensa que c ualquier defensa es in\u250?til. Pero estoy en condici ones de responder a las preguntas y de asegurar mi defensa. q ue hasta el momento no hab\u237?a pronunciado una sola palabra. Al recuperarse del acceso el prisionero adujo que aquella p\u233?rdida de memoria hab\u237?a sido simulada. von Papen. El tribunal inicia sus sesiones el 20 de noviembre de 1945. protestan. el doc tor Seidl) de que ser\u225? condenado a muerte. si ni siquiera recuerda los hechos por los que se le acusa? A los jueces y al fiscal rusos. Tambi\u233?n en esta segunda ocasi\u243?n el dictamen de los facultativos e s categ\u243?rico: Hess ha perdido real y efectivamente. en c ambio. declarar que este Tribunal no es compe tente para juzgarme.\u187? Aquello era mucho m\u225?s de lo que los jueces pudie ran desear. Hasta ahora me hab\u237?a fingido amn\u233?sico por motivos de t\u225?ct ica. pero los psiquiatras opinaban lo contrario . pasado alg\u250?n tiempo.. se pier de en el techo. entre otros. Pero Rohrscheidt no se da por vencido: Aduce que su cliente ha perdido totalmente la memoria. de pronto. el tribunal se atiene al dictamen de los expertos: L as facultades de Hess se hallan ligeramente disminuidas. se produce un golpe teatral: Hess. por as\u237? decirlo. se defienden. von Schlrach . una novel a. bajo la piel tirante de su rostro se adivina la calavera. El tercer d\u237?a trae consigo un libro. Hess. bien sea en compa\u24 1?\u237?a de otros. las pup ilas de sus ojos. Su mirada perdida divaga entre los testigos. pero su aspecto es el de un anciano. Lo \u250?nico que noto es que me cuesta concentrarme. Su cuerpo desaparece bajo los p liegues de un traje y de un sobretodo que le viene grande. parece totalmente ausente de lo que le rodea. los dos almirantes D\u243?nitz y R\u225?eder. \u171?respetan las reglas del juego\u187?: se enfrentan con el Tribunal. bien solo. en tales condiciones. el acusado se comporta ante el Tribunal como un total amn\u233?sico: No con oce a Goering ni Keitel. Me declaro respons able de todo lo que haya podido hacer o firmar. En el recinto de los acusados le rodean. preparar su defensa. o simplemente. parece que algo le divierte.. Sin embargo. Por otra pa rte. Una segunda crisis de amnesia. se pierden en el fondo de unas \u243?rbitas cubi ertas por el espeso cepillo de las negras cejas. Rohrscheidt. el nombre de Ribbentrop no le dice nada. en dis tintas ocasiones expresaron categ\u243?ricamente su opini\u243?n: Hess estaba co mpletamente loco. Ahora bien: Quiero. El pobre abogado Rohrscheidt. El juicio se prolo ngar\u225? durante siete meses. Los jueces no saben qu\u233? resolver. \u191?c\u243?mo podr\u225?. aunque se le debe consi derar \u171?responsable\u187? y puede ser juzgado. \u233?sta mucho m\u225?s seria. en nuestros d\u237?as el paciente sigue todav\u237?a hundido en e lla.. los jueces. bosteza. en ocasiones arrogantes y en otras desprecia tivos. el abogado replica exhibiendo un informe de los psiquiatras ingleses: Durante su cautiverio Hess sufri\u243? un ataque de a mnesia total. y el jefe de las Juventudes hitlerianas. pide permiso par a hablar y hace una pasmosa declaraci\u243?n: \u171?Siento que me ha vuelto la m emoria. puesto en rid\u237?culo. a pesar de los furibundos codazos que le adminis tra Goering. sobrevino en fe brero de 1945. En ocasiones. y se enfrasca en su lectura. Desde el primer momento todos pueden observar qu e la actitud de Hess no es la de un hombre normal. que se sienta a su lado. a pesar de la sorprendente declaraci\u243?n. que expresan su creencia en una simulaci\u243?n. Su delgadez cau sa espanto. de que Hess no gozaba de la plenitud de sus facultade s. se pule las u\u241?as. que se prolong\u243? desde el mes de noviembre de 1943 hasta junio de 1944. una sombra de sonrisa anima sus facciones atormentadas. y. Est\u225? convencido (as\u237? se lo dice a su nuevo abogado.rse en Nuremberg. Pasa por largos periodos de ensue\u241?o. Todav\u237?a es un hombre relativamente joven ( cincuenta y dos a\u241?os). Tambi\u233?n Hess ha cambiado. Pese a los esfuerzos que realiza su abogad o alem\u225?n. azul celeste. opinaba a la saz\u243?n. qu e. Los dem\u225?s acusados. En ning\u250?n momento dejan de plantar cara a los vencedores. . La prensa de todos los pa\u237?ses b eligerantes publica una fotograf\u237?a que constituye un aut\u233?ntico bofet\u .. Hess permanec e recluido en la prisi\u243?n de Spandau. pero todas las tentativas que en este sentido se realizan chocan con el terminante veto de los rusos. el exterminio de los jud\u237?os.. Seidl espera librar a su cliente de las dos primeras de esas cuatro acusacio nes (precisamente las m\u225?s graves). uno de spu\u233?s de otro. a fin de cuentas. El Tribunal pronu ncia su sentencia en octubre de 1946. influy\u243? decisivamente en el poco envidiable destino de Rudolf Hess: \u171?Cada vez que pienso en este asunt o. sa b\u237?a que el jefe de la Alemania \u171?nazi\u187? era un hombre despiadado y fan\u225?tico. Al igual que los dem\u225?s acusados.. que ya nada tiene que esperar de la vida. pero es reconocido cul pable de conspiraci\u243?n y de cr\u237?menes contra' la paz. c r\u237?menes contra la humanidad. Hess se libra de las acusaciones de cr\u23 7?menes de guerra y de cr\u237?menes contra la humanidad. la gran humillaci\u243?n de Churchill {\line } \par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Febrero de 1942. puesto que las mayores atrocidades perpetradas por los alemanes. Los compa\u241?eros de acusaci\u243?n que. al final de los p\u225?rrafos que le consagra pueden leerse unas l\u237? neas. los ingleses y los franceses parecen dispuestos a concederl e la libertad. Concluye asegurando que no lamenta nada y que se siente feliz cuando piensa que ha servido \u171?al genio m\u225?s grande de tod a la milenaria historia de Alemania\u187?. Antes de que el tribunal pronuncie su sen tencia. y durante m\u225?s de media hora da suelta a un discurso incoherente. El 31 de agosto toma la p alabra. La suposici\u243?n de Seidl tiene fundam ento. nada menos que medio siglo ant es de los hechos que se juzgan.r y capricho de sus jueces. Se trata de un anciano claudicante. Hess es invitado a hablar por \u250?ltima vez. y acusa a los ingleses de atro cidades cometidas durante la guerra de los Boers.\u187? Desde la lejana fecha de su condena hasta hoy. y del que los in formes m\u233?dicos dicen que ha recuperado totalmente sus facultades intelectua les. a Hitler. Los americanos. e scapa a la pena de muerte. hasta cierto punto contritas. En la sentencia se dice: \u171?Hess particip\u243? activamente en la preparaci\u243?n de la gue rra. hasta cierto punto. me satisface pensar que no me incumbe ninguna responsabilidad por el modo c\u 243?mo Hess ha sido y sigue siendo tratado. resuelto a alcanzar los fines que se hab\u237?a trazado por cualq uier medio. Rudolf Hess de be responder de cuatro motivos de incriminaci\u243?n: cr\u237?menes de guerra. como \u233?l.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\i Max} CLOS { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\page } {\s1 \afs32 {\b {\ql Singapur. Churchill dedica a Hess ocho p\u225?ginas de sus Me morias. como por ejemplo. han sido excarcelados. Es un caso que s e debiera haber examinado desde un punto de vista m\u233?dico mejor que con el e stricto criterio de un tribunal de justicia. en el que hace repetidas alusiones a las \u171?fuerzas misteriosas\u187? que han e xtraviado el buen juicio de los acusados. a que se le tratase como a un enviado diplom\u225?tico. de sus jueces y de los testigos. Cuando se traslad\u243? a nuestro campo obraba movido por su libre volunta d. Es decir. y cr\u237?menes contra la p az. solamente Rudolf Hess sigue purgando su pena. y que nos sorprenden. y aunque carec\u237?a totalmente de poderes. En raz\u243?n a las estrechas relaciones que manten\u237?a con Hitler. se libraron de la pena capital. Sea cual fuere la culpa moral de un alem\u225?n que colabor\u243? tan \u237?ntimamente con Hitler. los sucesores de Stalin no pare cen dispuestos a perdonarle a Hess el que un d\u237?a quisiera crear un frente a nglo-germano contra la URSS. Pronu ncia una violenta diatriba contra la pol\u237?tica internacional de la Gran Bret a\u241?a en los \u250?ltimos cincuenta a\u241?os. Hess rescat\u243? aquella culpa con su actuaci\u243?n locamente generosa y con su sacrificio abne gado. pero se le condena a cadena perpetua. ten\u237?a derecho. si se tiene en cuenta que las ha escrito aquel que. En consecuencia. conspiraci\u243?n. Al parecer. tuvieron lugar despu\u233?s de que lo s ingleses hiciesen prisionero a Hess. Ni siquiera lo conseguir\u237?a aq uella otra fotograf\u237?a en la que otra vez aparece el general Percival. el general Tomoyuki Yamashita. comandante en jefe del frente de Malasia. Aquello ocurre exactamente el 15 de febrero de 1942. se trata de la buena fama de nue stro pa\u237?s y de nuestra raza la que se halla comprometida. que no es otro sino. Aquel flaco. Confiamos en que cada una de las unidades empe\u241?adas en la lucha sepa combatir hasta el \u250 ?ltimo extremo. como siempre. otro es portador de u na bandera blanca. con la cabeza protegida por el cl\u225?sico casco plano del ej\u233?rcito ingl\u233?s. o que la ca\u237?da de cualquier otra fortaleza. alt\u237?simo y p\u225?lido general ingl\u233?s ser\u2 25? quien ponga en manos de su vencedor. uno de ellos enarbola la Union Jack. la capit ulaci\u243?n de un preciado joyel de la Corona: La soberbia. el Gibraltar de Mala sia. A la vista del modo como combaten los rusos y de la obs tinada defensa de los americanos en Luz\u243?n. en el momento en que recibe. muy de lgado. En la imagen se ve a un grupo de oficiales brit\u 225?nicos con el cl\u225?sico uniforme colonial (pantal\u243?n corto y camisa). el Caballero de la Triste Figura de la raza blanca en el momento de su rendici\u243?n a los Amarillos. esta vez muy emperifollado.243?n en la faz de Inglaterra. as\u237? fuese la que cons tituyera el m\u225?ximo orgullo del pueblo brit\u225?nico. a los que acompa\u241?a un oficial de estado mayor japon\u233?s. pero melanc\u243?lico.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} La palabra \u171?raza\u187? que emplea Churchill no s olamente es un rasgo de inspiraci\u243?n. En el centro. significar\u225? un instrumento sin ig ual para su propaganda. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} \u171?El honor del imperio brit\u225?nico y el de nue stro ej\u233?rcito est\u225?n en juego\u187?. delgado. hab\u237?a telegrafiado Churchill al general Wavell.. la capitulaci\u243?n del co mandante en jefe japon\u233?s de las Filipinas. un poco rid\u237?culo en su \u171?short\u187? que le viene grande. la brit\u225?nica y la blanca d e rendici\u243?n. Yamashita . precisamente el 25 de diciembre anterior. Tambi\u233?n Hong-Kon g se hab\u237?a rendido. en la que aparece humillad o el general Percival. Pero la puest a en escena montada por los japoneses no fue igual a la que en Singapur hab\u237 ?an de montar los nipones en aquel 15 de febrero. La raza blanca nunca llegar\u225? a reponerse de los efe ctos causados por aquella malhadada fotograf\u237?a. para los japoneses. la perla brit\u225?nica del Sureste asi\u225?tico. al estilo de los que usan muchos ingleses en las playas del Mediod\u237?a. Percival. junto a Mac-Arthur y al general Wainwright. con su alto oficial brit\u225? nico de pantal\u243?n corto. Esta \u250?ltima.. y las dos banderas. Porque la capitulaci\u243?n de Singapur ten\u237?a mucha m\u225?s trascendencia que una derrota militar nor mal. tan aficionado s a los s\u237?mbolos y a los ideogramas. y cu yas facciones muestran una honda tristeza. Los ingleses se muestran cabizbajos. la inconquistable S ingapur. que se ajusta al pat\u233?tico cuadro general del momento \u8212?cuando en todos los teatros de la guerra asi\u225?tic a la marea ascendente japonesa sumerge todo a su paso\u8212?. E. Singapur hab\u237?a ca \u237?do despu\u233?s de escasamente dos semanas de asedio. \u171?Cuento con que usted evitar\u225? cua lquier clase de desmayo. el 10 de febrero. aparece un soldado larguirucho. sino que tambi\u23 3?n presupone una prof\u233?tica visi\u243?n del futuro. ser\u225? una imagen que ning\u250?n acontec imiento posterior lograr\u225? hacer olvidar. podemos atrevernos a decir que parece avergonzado: se trata del general A. Aquella peque\u241?a in stant\u225?nea obtenida por una c\u225?mara japonesa. Para Percival es una sorpresa comprobar que Yamashit a se conforma con soltar gru\u241?idos. pero su ingl\u233?s es bastante deficiente y se hace un l\u237?o. Percival sabe que no se encuentra en situaci\u243?n de discutir aquella exig encia. unos soldados japoneses borrachos hab\u237?an violado en Hong-Kong a las enfermeras inglesas de un hosp ital. en una forma que recor daba las \u171?razzias\u187? de la polic\u237?a americana en la \u233?poca de la prohibici\u243?n.. que s\u243?lo se exterioriz\u243? e n un breve fruncimiento de cejas. Las dos delegaciones. con su voz ronca que deja caer las palabras como golpes de marti llo.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Pero hasta el momento de la revancha hab\u237?an d\u2 33? pasar todav\u237?a muchos meses. Otra preocupaci\u243?n obsesiona al jefe brit\u225?nico: evitar que las mujeres y los ni\u241?os sufran las brutalidades de la soldadesca japonesa. que incluso ha perdido su nom bre: Los japoneses la han rebautizado con el de \u171?Shonan\u187?. Fueron arrojados al canal un mill\u243?n y medio de frascos y 220 000 litros de \u171?samsu\u187? \u8212?una especie de whisky chino\u8212?. fueran tratados de acuerdo con las tradiciones del Bushido{\super [2]}. El 25 de diciembre anterior. Como traductor. las tropas victoriosas no realizar\u225 ?n su entrada en Singapur hasta la ma\u241?ana del d\u237?a siguiente. Como medida de precauci\u243?n Percival hab\u237?a dispuesto la destrucci\ u243?n de todas las reservas de bebidas alcoh\u243?licas. la entrevista casi ha dur ado dos horas. reclama del general en jefe ingl\u233?s una capitulaci\u243?n sin condicion es. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} \u191?C\u243?mo es que se ha podido producir el desas tre? Es exactamente lo que Churchill se preguntaba un mes antes. Son las 19 horas con 30 minutos. \u8212?Concedido \u8212?responde Yamashita\u8212?. El 19 de enero dirig\u237?a un telegram a al general Ismay. la japonesa y la brit\u225?nica. Percival se pregunta c\u243?mo le ser\u2 25? posible amansar al general japon\u233?s que se le enfrenta. \u171?Debo confesar que me ha producido est . cuando ve\u237? a venir la irremediable cat\u225?strofe. rechoncho y auto ritario. \u171?Cuando Yamashita se dio cuenta de mi presencia \u8212?nos relata Perciva l\u8212? tuvo una reacci\u243?n de sorpresa.. la de los i ngleses. y que. se hace muy dif\u237?cil sostener el di\u225?logo . Despu\u233?s. comienza un nuevo per\u237?odo hist\u243?rico de la ciudad. en el que revela sus dudas respecto de las condiciones milit ares de Singapur. la inexpugnable. Durante la esper a se produce un silencio. Es preciso recurrir a un oficial de estado mayor que hab\u237?a estudi ado en los Estados Unidos. A partir de aquel momento en Singapur flotar\u225? la bandera del Sol Naciente. Pero Percival espera a que las conversaciones hayan concluido para exponer su pe tici\u243?n: \u8212?En el momento en que se apliquen los acuerdos de capitulaci\ u243?n. se ha ofrecido voluntariamente un corresponsal japon\u233?s de la agencia Dome\u237?. Nos preocuparemos de qu e as\u237? se cumpla. en especial las mujeres y los ni\u241? os. largo y pesado. A las ocho en punto de la noche comenzar\u225? a regir el alto al fuego. nada: su rostro hab\u237?a recup erado la impasible inmovilidad de una m\u225?scara asi\u225?tica. En evitaci\u243?n de incidentes. El general ingl\u233?s teme la reacci\u243?n japonesa en el mome nto en que los delegados nipones sepan que todo el material a\u233?reo y naval d e la base ha sido evacuado. Para la primera rendici\u243?n. ocupan la oficina del cajero de la f\u225?brica. y que tarda bastante en presentarse. yo desear\u237?a que los civiles. al que pone contrapunto el ronroneo de un ventilador.. el general Yamashita ha se\u241?alado como punto de reuni\u243?n una sa la de la f\u225?brica Ford en Singapur. \u187? Luego Churchill dirige a su int erlocutor un duro reproche: \u171?\u191?C\u243?mo es posible que nadie haya llam ado mi atenci\u243?n sobre este punto. precisam ente en el cuadrante donde. Convertir la isla en una forta leza ha sido tiempo perdido si no se ha hecho de ella una aut\u233?ntica ciudade la. Nada puede excusarse el absurdo de haberse artillado la costa frente al mar abierto. y de otros telegra mas anteriores en los que asimismo se trata de la defensa de la plaza. un sistema de fuertes aislados. \u218?nicamente puede considerarse verdadera plaza fuerte aquella que se encue ntra defendida en{\i todo su per\u237?metro} \u8212?Churchill subrayaba estas palabras\u8212?. cien d\u237?as de marcha forzada. \u187?De este modo. Es incre\u237?ble que nadie haya pensado en ello durante los veinte a\u241?os que se tard\u243? en construir la base. a la que Yamashita hab\u237?a asistido como observador. cuando llegaba el \u171?triste domingo\u187? de febrero en el que Percival ten\u237?a que capitular. tantas veces como la defensa de Singapur ha sido discutida? Los responsables no tienen disculpa. una fortaleza . os lo prevengo. por s\u237? mismo. \u187?Disponer. despu\u233?s de que sus fuerzas se vieran totalmente sumergidas por la invasora oleada japonesa que. ya en tiempo de paz. La suerte est\u225? echada: Los japoneses hab\u237?an desembarcado el 8 de diciembre en Kota Bharu y en Singora . \u171?era imposible\u187? que se produjera ataque alguno. seg\u250?n los estrategas brit\u225?nicos. por lo menos. no hab\u237?a sido fortificada en previsi\u243?n de un ataque procedente del norte. \u171?Un sistema de artiller\u237?a de costa cuyas piez as apuntan hacia el mar abierto.. El XXV Ej\u233?rcito nip\u243?n embist i\u243? a trav\u233?s de la jungla a una velocidad de aut\u233?ntica \u171?blitz krieg\u187?. y lo mismo le ocurr\u237?a a sir John Dill. no constituye. Tales fuertes debieran haber sido provistos de proyectores y se les debi\u243? completar mediante una gigantesca red de alambre de espino y de caballos de frisa en las regiones pantanosas. con su magn\u 237?fico foso de 800 a 1.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Tres semanas escasamente hab\u237?an transcurrido des de que aquel telegrama fue enviado.500 metros de ancho.upor la lectura del mensaje de Wavell fechado el d\u237?a 16. puntos situados en el norte de Malasia. El general japon\u233?s pens \u243? que para recorrer el terreno selv\u225?tico que separaba Singora de Singa pur ser\u237?an precisos. que en todo el per\u237?metro de la isla cruzasen sus fuegos. la Wehrmacht hab\u237?a avanz ado a una media de 15 a 20 kil\u243?metros diarios. con el que tr at\u233? del asunto en Am\u233?rica. en las que daba cuenta de mis temores y de la posibilidad de que alg\u250?n d\u237?a la base tuviera que sopo rtar un asedio en regla.. en tanto se dejaba totalmente indefensa la retaguardia. ya que en los \u250?ltim os dos a\u241?os no he dejado de enviar mis notas. Al mismo tiempo se debieron di sponer unos \u171?stocks\u187? de municiones que en cualquier momento permitiera n acallar el fuego de las bater\u237?as que el enemigo pudiera instalar en Johor e. que la fortaleza de Singapur. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa . El objetivo: \u161?Singapur! Desde Singora a la formidable base la distancia es de 1. se hab\u237?a desencadenado desde el norte. la s eguridad de la fortaleza depende del capricho de cualquier reducida tropa de 10 000 hombres que se decidan a franquear el canal en embarcaciones ligeras. que de esto resulte uno de los mayores esc\u225?ndalos de nuestra historia. A las unidades japonesas les bastaron 67. Durante la campa\u241?a de Francia. Ni por un instante pude pensar. al igual que un hurac\u225?n. Mucho temo. era una precauci\u243?n t otalmente elemental.100 kil\u243?metros. ni de la energ\u237?a que hubieran sido necesarios. Durante la marea baja.\u187? Este telegrama es de fecha 12 de febrero de 1942.\u187? \u171?Deb\u233 ?is continuar infligiendo al enemigo todo el da\u241?o que pod\u225?is. Hay q ue tener en cuenta que el estrecho de Johore \u8212?el magn\u237?fico \u171?foso \u187? de que hablaba Churchill\u8212? no es el Canal de la Mancha. que una comisi\u243?n real procediera a examinar las circ unstancias que rodearon la ca\u237?da de Singapur \u8212?escribe Churchill\u8212 ?.r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Volvamos a Churchill. tiene un ancho que apenas alcanza los 600 metros. posiblemente. espero que algunos hombres audaces y resueltos. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} \u171?Estim\u233? improcedente. desliz\u225?ndose por entre el archipi\u233? lago de islas. y al producirle cuantiosas p\u233?rdidas. Ya es poco probable que alg\u250 ?n d\u237?a una corte competente pronuncie su dictamen sobre el peor desastre y . Vuestra acci\u243?n. llegando al \u250?ltimo extremo d e vuestras fuerzas. El mensaje que Wavell env\u237?a a Percival es digno de leerse: en el mismo se exhorta al comandante de la plaza para que convierta a S ingapur en un nuevo Verd\u250?n. Percival no \u171?entre tendr\u225?\u187? por mucho tiempo a las fuerzas enemigas: pasadas veinticuatro horas. ac\u225? y acull\u225? asoma una punta de humor brit\u225?nico. resultar\u225?n muy \ u250?tiles en la defensa y lucha que pueda tener lugar en los r\u237?os de Sumat ra. Ahora han pasa do ya ocho a\u241?os \u8212?a\u241?ade Churchill{\super [3]}\u8212?. igualmente extra\u241?as son las conclusiones a que llega. protegidas por sacos terreros y armadas con una ametralladora o un ca\u241?oncito del 38. similitudes mucho mayores de las que realmente existen. El Parlamento acept\u243? mi punto de vista. Los que. sobrepasa. pero por muy singular que sea lo que ha descubierto. Pero es e sencial que sig\u225?is luchando. puede a fectar de un modo fundamental el resultado de la lucha en otros teatros de la gu erra. ni del tiempo.20 metros aproximadament e. llegado aquel momento ocupaban los puestos de gob ierno. que al final de las hostilidades se realizase un a encuesta minuciosa. pasado s exactamente diez minutos de la media noche. la resis tencia debe desarrollarse casa por casa. Muchos de los testigos han muerto. Pero el parecido con la propia Gran Breta\u2 41?a termina ah\u237?. como hasta ahora. ni mucho men os. en tanto se mantuvier a el estado de guerra. No dispon\u237?amos de los hombres. aunque la insular obsesi\u243?n de los cerebros ingleses ven.\u187? Este segundo mensaje lo transmit\u237?a Wavell el 14 de febrero. Cuando se haya hecho todo lo humanamente posible. La anchura del brazo de mar. y por otro lado (p\u233?sim o auspicio) se alude a medidas t\u225?cticas que recuerdan extra\u241?amente las que se pusieron en aplicaci\u243?n cuando la operaci\u243?n de Dunkerque: \u171 ?Seguir\u233?is combatiendo. Me doy perfecta cuenta de la gravedad de vuestra situaci\u243?n. Su c\u243?lera es muy explicabl e. puedan escapar en peque\u241?as embarcacio nes y llegar a la costa de Sumatra. Ha pesar de la solemnidad del tono. pero en el punto donde se ha trazado la calzada (la \u171?causeway\u187?) por encima de la cual discurre la carretera y el ferro carril que unen la isla con el Continente. al entretener fuer zas considerables del enemigo. capitular\u225?. en efecto. la profundidad media es de 1. esas fal\u250?as. Ser\u225? precisamente en aquel lugar donde el 9 de febrero. Parece como si el estadista brit\u225?nico no se percatara de las reales condiciones de Singapur: Hasta cierto punto la isla semeja un nav\u237?o o un portaaviones que hubiese anclado en el extremo meridio nal de la pen\u237?nsula de Malaca. El m\u225?s enano de los japoneses podr\u237?a vadear la estrecha lengua de a gua con toda facilidad. Por otra parte. el ki l\u243?metro de amplitud media. A pesar de lo que se le ordena. pero yo s iempre consider\u233? que era un deber de justicia para con los oficiales y los soldados puestos en entredicho. no decidieron que aquella investigaci\u243?n se realizase. los japoneses se abrir\u225?n paso con la mayor facilidad. pero las instrucciones que hab\u237?a recibido de su agen cia eran categ\u243?ricas: \u171?Mientras no corten las comunicaciones. tan pr\u243?spera y tan tranquila.. producto del mie do.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} \u171?Probablemente este es el \u250?ltimo mensaje qu e enviar\u233? desde la fortaleza que se derrumba. el sacrificado corresponsal s igue d\u225?ndole a las teclas de su m\u225?quina de escribir. As\u237? pensaban los europ eos de Singapur. sintiendo que mi coraz\u243?n late m\u225?s aprisa qu . Tambi\u233?n puedo ver otra cosa: los aviones japoneses que parece juegan al cor ro... Todo igual que en los buenos viejos tiempos de la paz.la m\u225?s grave capitulaci\u243?n de toda la Historia brit\u225?nica. Ellos segu\u237?an viviendo en la dorada \u233?poca colonial de principios de siglo: Jam\u225?s los andrajosos soldados japoneses se atrever\u23 7?an a afrontar el poder del Imperio brit\u225?nico. todos los civile s europeos. deb\u233 ?is permanecer en Singapur\u187?. En consecuencia. adem\u225?s.. se contaba con la efectiva protecci\u243?n de la impo nente artiller\u237?a de la base naval. Me da verg\u252?enza seguir en mi relativa seguridad. manten\u237?an un estado de optimis mo. confiaban plenamente en la geograf\u23 7?a y en la naturaleza. unos oficiales de estado mayor. pero yo. jam\u225?s los japoneses podr\u237?a n superar tales obst\u225?culos. un testigo describ\u237?a el estado de esp\u237?ritu reinante en Singapur la Descuidada. aliada de los Occidentales: La costa oeste de Malasia se hallaba bien defendida por la zona pantanosa que la cubr\u237?a. Adem\u225?s. que a sus buenos 150 kil\u243? metros por hora se acercan una y otra vez a las posiciones japonesas para lanzar sobre las mismas su escasa dotaci\u243?n de bombas. con las valie ntes tropas brit\u225?nicas. antes de lanzarse en picado sobre nuestros soldados. y que. tan brillante cuando menos como los fuegos cegadores que por la noche ilumin aban la ciudad. Los nipones sab\u237?an que declarar la guerra a lo s ingleses era una locura. que mis manos. terribleme nte expresiva. McDaniel se sent\ u237?a francamente irritado al contemplar la calma que conservaba la poblaci\u24 3?n. corresponsal de la{\i Associated Press. los habitantes de la ciudad pensaban en 194 1 que la guerra de Europa transcurr\u237?a a millares de kil\u243?metros.. quienes. por otra parte. apenas si pueden manejar. la poblaci\u243?n civil segu\u237?a hacie ndo cola en las taquillas de los cines. en los d\u237?as de la crisis. de no s\u233? qu\u233? a\u241?o. Supongo que el sol tropical sigue brillando por encima de la humareda. ha llegado ha al pie de los muros quebrantados de este basti\u243?n del Imperio. he de trabajar con la luz el\u233?ctrica encendida.. No. }McDaniel hubiera querido acompa\u241?ar a su mujer. No necesito leer el comunicado oficial para saber que la batalla.\u187? As\u237? comienza el telegrama postrero que desde Singapur env\u237?a el 11 de febrero Yates McDaniel . El fragor del ca\u241?oneo y el estallido de las bombas sacuden la m\u225?quina de{\i }escribir.\u187? Mediante esta breve f\u243?rmula. \u171?Esta ma\u241?ana \u8212?escribe Yates McDaniel\ u8212? el cielo de Singapur aparece cubierto por la espesa humareda producida po r los incendios que destruyen una ciudad hasta hoy tan bella. que por lo visto no ten\u237?an nada m\u225?s importante que hacer. \u171?Sing apur dorm\u237?a la siesta. Sin hacer caso de los bombardeos. No es que los nuestros carezcan totalmente de apoyo a\u233?reo: Por encima de nosotros cruzan renqueant es dos biplanos. el lujoso hotel c\u233?lebre en todo el Extremo Oriente. ba\u241?adas por un sudor fr\u237?o. se dedicaban a escuchar los l\u225?nguidos sones de la orquesta. teniendo que luchar. evacuada unos d\u237?as antes. y en las terrazas del Raffles. La costa oriental era igualmente inaccesible. si bien en Extremo Oriente el conflicto llamaba a sus puertas. para ver lo que escribo. iniciada hace nueve semanas a 650 kil\u243?metros de distancia. de all\u237? e ra imposible que viniera ninguna invasi\u243?n. Hasta que les lleg\u243? el momento de su terrible despertar. mientras apuraban a sorbito s sus whiskys. y tambi\u233?n muchos militares. Sir Shelton Thomas se ha negado..A. junto con el \u171?Spitfire\u187?.F. A mediados de enero{\i }lleg\u243? el refuerzo de 50 cazas \u171?Hurricane\u187?. Aquellos expertos militares brit\u225?nicos hab\u237?an calculado que el cuerpo expedicionario japon\u233?s dispondr\u237?a de una fuer za de apoyo a\u233?reo formada por unos 660 aparatos. dos viejos \u171?Brewster BufFalo\u187?.F.e sus baqueteados motores. que tripulan aquellos arti lugios pertenecen a ese escogido grupo. Parece incre\u237?ble qu e aquello pudiese ocurrir. nada. Pero aquel refuerzo llegaba tarde. El Intelligence Service op inaba que cada avi\u243?n y tripulante ingl\u233?s val\u237?a por dos japoneses. dos d\u237?as despu\u233?s de que los japoneses efe ctuasen sus primeros desembarcos en Malasia. dos grandes nav\u237?os de batalla.A.. Daba igual. \u187?Acaba de darse el final de la alerta.A. gobernador de la isla. ya que a menos de un kil\u243? metro de distancia veo desde mi ventana a tres cazas enemigos que vuelan a ras d e tierra. moderno{\i }avi\u243?n que. El director de la radio ped\u237?a a sir Shenton Tho mas. He seguido a la escucha: Me ha dado tiempo a o\u237?r el comienzo de un comunicado recomendando calma a la poblaci\u243?n. escasamente un a\u241?o despu\u233?s de que aquella m isma R. No puede darse prueba m\u225?s paten te del falso sentimiento de superioridad brit\u225?nico. logr\u243? una decisiva vic toria contra la Luftw\u225?fFe en la batalla de Inglaterra. so pretexto de que la situaci\u243?n no era tan grave como para justificar aquella medida. E l 10 de diciembre. 350 ca zabombarderos terrestres. y que en p arte explica la dejadez y falta de preparaci\u243?n en la defensa de Singapur... A la mitad de la lectura el locutor ha s ido interrumpido.F.. en pri ncipi\u243?. Hay otros en Singapur que merecen iguale s lauros: en particular. y 15 hidroaviones. 340 aviones de reconocimiento. hab\u237?an sido hundidos por la aviaci\u243?n japonesa.. Luego. autorizaci\u243?n para hacer saltar la emisora ubica da en la periferia de la ciudad. pudo disputar el dominio del aire. Aquella cifra de 141 aviones ni llegaba siquiera a la mitad de los 336 aparatos que el estado mayor brit\u225?nico pensaba. Es \u233?ste uno de los grandes misterios que r odean la ca\u237?da de Singapur: \u191?C\u243?mo los marinos ingleses pudieron i . el \u171?Prince of Wales\u187? y el \u171?Repulse\u187 ?. La avi aci\u243?n japonesa contaba con 500 cazas. muchos de ellos de modelo anticuado. Un mes antes. hubiese logrado realizar la haza\u241?a de vencer a la potente Luftw affe sobre el cielo ingl\u233?s.. cuyas bate r\u237?as. a no ser que se tratase de dos torpederos \u171?Swordfish\u187? de la aeronaval. instaladas en espacios abiertos para as\u237? dominar un m\u225?s amp lio campo de tiro. Parece una broma. los m\u225?s po derosos de la Royal Navy. ofrecen un blanco ideal a los pilotos nipones. que casi bordear\u237?a lo risible si sus consecuencias no hubiesen resultado tr\u225?gicas. Si existen soldados merec edores de una gloria eterna. un tercio por lo menos de las fuerz as a\u233?reas brit\u225?nicas ya{\i }hab\u237?an sido derribadas o destruidas en el suelo. De modo que la cuenta resultaba redonda. es decir. l a desproporci\u243?n en n\u250?mero y calidad entre las fuerzas a\u233?reas japo nesas y la aviaci\u243?n brit\u225?nica habla sido una de las principales causas del desplome en Malasia y de su consecuencia: la ca\u237?da de Singapur. los hombres de la R. los artilleros de la defensa antia\u233?rea. a la que ni un solo aparato de la R. A es ta flota a\u233?rea los brit\u225?nicos pod\u237?an oponer 141 aparatos.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Los dos aviones ingleses que habla visto Yates McDani el eran probablemente. destinar a la defensa de Malasia. 350 aparatos de apoyo. Por el altavoz de mi receptor port\u225?til acabo de escuchar una conv ersaci\u243?n tr\u225?gica. mientras pienso en las m\u237?nimas probabilidades qu e aquellos valientes pilotos tienen de salir con vida.. 180 bombarderos con base en los porta aviones. igualmente apostados en los portaaviones. Es l\u243?gico que el lector se p regunte por qu\u233? los t\u233?cnicos hab\u237?an escogido cifra tan singular: 336 aviones exactamente. pero en diciembre de 1941 ya no pod\u237?a hacerse nada para remediarla. carec\u237?a de medios de reconoc imiento y de una sombrilla a\u233?rea. y que. que la aviaci\u243?n nipona resultar\u237?a inofensiva ante los medios de defensa de un buque de l\u 237?nea? \u191?Quiso presentar batalla a la desesperada? Sea de ello lo que fuer e. imprescindibles en la guerra naval modern a? Se trataba de un error del mismo calibre que el que hizo confiar en un foso d e dos metros de profundidad y un kil\u243?metro de ancho como principal protecci \u243?n de Singapur. En sus{\i Memorias} Churchill intenta justificarse diciendo que el \u171?Prince of Wales\ u187? y el \u171?Repulse\u187? hab\u237?an sido enviados a Extremo Oriente para que \u171?hicieran pesar en el campo de batalla la vaga y terror\u237?fica amena za que produce la presencia de unos{\i Dreadnoughts. e l almirante jefe de la escuadra recib\u237?a un mensaje enviado por el bicemaris cal del aire Pulford. que jam\u225?s hab\u237?a sido una aut\u233? ntica fortaleza. el \u171?Prince of Wales\u187? . con el que el d\u237?a anterior Phillips hab\u237?a manten ido una larga conferencia. Ch urchill escrib\u237?a a Stalin: \u171?Hemos decidido enviar al Oc\u233?ano Indic o nuestro m\u225?s moderno crucero de l\u237?nea. s\u237? pudo e vitarse. \u191?qu\u233? val\u237?a una escu adra como la de sir Tom Phillips. En el atardecer del 8 de diciembre de 1941. Sin duda el \u171?Prince of Wales\u187? significaba el \u250?ltimo grito d e la construcci\u243?n naval en material de cruceros de batalla. su destino eran las playas donde desde por la ma\u241?ana estaban desem barcando las fuerzas de Yamashita. la suerte de los dos grandes nav\u237?os brit\u225?nicos estaba sellada. que en su flota dispon\u237?an de mu chas potentes unidades. Pero. por otra parte. caracter\u237?stico en los mandos superiores de la Royal Navy. en busca de un desastre que habr\u237?a de traer. Es dif\u237?cil imaginarse a los japoneses. con toda seguridad. Esta era la equivocaci\u243?n de mayor importancia. Cuando en noviembre de 1941 la sit uaci\u243?n en el Pac\u237?fico iba acerc\u225?ndose a su punto cr\u237?tico. la escuadra del almirante Phillips abandonaba sus fondeaderos de Singapur y se hac\u237?a a la mar. la falta de pro tecci\u243?n a\u233?rea.\u187? A partir de aquel inst ante. y en cualquier caso. el enviar dos de las m\u225?s poderosas unidades de la flota brit\u225?nica a su segura destrucci\u243?n. movido po r un exagerado sentimiento de superioridad. a paratos de caza no podr\u225?n dar protecci\u243?n. acaso. de la cual el \u171?Prince of Wales\u 187? era' la m\u225?s potente unidad? \u191?Pensaba. perdi\u243? asimismo su importancia como base naval brit\u225?n ica. en cambio. gran parte de la responsabilidad recae en Churchill. la ca\u237?da de la \u171?fortaleza\u187? de Singapur? C ausa pr\u243?xima de la cat\u225?strofe fue. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 . y de ning\u250?n modo en los supuestos estrat\u233?gicos de la guerra moderna. El mensaje era muy lac\u243?nico: \u171?Lo lamento.} de los cuales el enemigo ignorar\u237?a sus idas y venidas\u187? . Es un barco cuya rapidez y poder\u237?o deben permitirle interceptar y enviar a pique a cualquier nav\u237?o japon\u233?s que se le oponga. \ u191?Acaso el almirante ingl\u233?s pec\u243? por exceso de confianza. despu\u23 3?s de la dura lecci\u243?n de Pearl Harbour. que no contaba con la protecci\u243?n de una f uerza de portaaviones. Al pasar frente al sem\u225?foro de Changi. casi adrede.r. en consecuencia. Nos parece una explicaci\u243?n demasiado simplista. aterrorizados por la presencia de los buques brit\u225?n icos. que hab\u237?a evaluado las fuerzas en presencia con un optimismo que demostraba una total ignorancia de la situaci\u243?n real.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Despu\u233?s que los aviones torpederos nipones hundi eron el 10 de octubre al \u171?Prince of Wales\u187? y al \u171?Repulse\u187? an te las costas de Kuantan. por v\u237?a d e forzosa consecuencia. Parece inspirarse en el recuerdo de los corsarios alemanes de 1914. anac r\u243?nica. Singapur. las condiciones. fueron atacadas desde tierr a adentro y cayeron en poder de los alemanes sin apenas ofrecer resistencia. La base de Singapur cost\u243? 63 millones de libras al contribu yente brit\u225?nico. y el dominio del mar ejercido por la Royal Navy. protegid a por una poderosa artiller\u237?a de costa y por las escuadrillas de aviones es tacionadas en cinco aer\u243?dromos. al igual que ocurre con todas las bases navales de la tie rra.. Y sin embargo. y la segunda en 1942 (aunque Tol\u243?n. a pesar de los bien fundamentados a rgumentos de los t\u233?cnicos. por ejemplo. estaba construida de cara al mar. desde donde. por 22 de ancho: demasiado grande y a la vez ex cesivamente peque\u241?a. en el punto donde el estrecho de Johore pr esenta mayor amplitud. ya excesivo. y protegida por un sistema de reductos en los que d\u237?a y noche velaba las ar mas lo m\u225?s escogido del ej\u233?rcito brit\u225?nico: Se trataba de una \u1 71?image d'Epinal\u187?{\super [4]} con olor a canela e inmersa en el clima de un relato de Kipling. La base naval de Singapur est\u225? situada en la costa septentrional de la isla. Los t \u233?cnicos responsables pensaron que era suficiente con asegurar la defensa de la base. La pob laci\u243?n constituye un hormiguero en el que se pueden encontrar todas las raz as. se hab\u237?a visto acrecido por los millares de refugiados que huyen ante la marea japonesa: en febrero de 1942 se calculaba que la isla daba albergue a dos millones de personas. Se trataba de una base naval dotada de los m\u225?s modern os elementos. ser\u237?an obst\u225?culos insuperables. cubierta por una vegetaci\u243?n lujuriante. erizada por todas partes de ca\u241?ones y ametralladoras. La posibilidad de un eventual ataque proced ente del norte qued\u243? totalmente descartada: la jungla. El temor a la falta de agua fu e el motivo que mayormente decidi\u243? la capitulaci\u243?n de Percival. f\u225?cilmente reparables. lo que de ning\u250?n modo significaba que toda la isla constituyese por s\u 237? misma una base naval. en cuanto al agua se refer\u237?a. No se trataba de un defecto caracter\u237 ?stico de Singapur: Brest y Tol\u243?n. hacia el mar abierto. entre ellos. hab\u237?an mejorado sensiblemente. muy peque\u241?a para permitir a sus defensores moverse con desahogo. Los franc eses cometieron el mismo error cuando en 1940 pensaban que las Ardenas constitu\ u237?an una barrera natural que ninguna fuerza militar. El inconveniente mayor estribaba en el in evitable hecho de que. la primera en 1940. El n\u250?mero de habitantes. El d\u237?a anterior al de la capitulaci\u 243?n. La realida d era muy distinta: Una isla cuyo terreno no presenta ning\u250?n relieve de con sideraci\u243?n. para lo cual se bastar\u237?a la propia flota brit\u225?nica. Los ingleses la imaginaban como una ciuda dela inconquistable. con una superficie de 40 kil\u243?metros de largo. los blindados de Guderian rompieron el frente po r aquella zona. un dique flotante gigantesco. no cortaron el suministro: si el agua no llegaba era debido a los desperfectos. seg\u250?n l . pe ro el precioso elemento ten\u237?a que ser tra\u237?do desde{\i el} continente por medio de canales que atravesaban el estrecho de Johore por l a calzada que un\u237?a la isla con tierra firme. Pero s e trataba de una aprensi\u243?n injustificada: Los japoneses. contra lo que se p od\u237?a esperar. La base naval se encontraba en la isla de Singup ur. es decir. Singapur fue proyectada como una base naval al estilo de la \u171 ?Belle Epoque\u187? y de acuerdo con las normas de la cl\u225?sica \u171?pol\u23 7?tica de ca\u241?oneros\u187?. fue at acada de improviso y por sorpresa). El problema de la defensa de Singapur no se hab\u237? a planteado como una cuesti\u243?n que afectase a la totalidad de la isla. Los ca\u241?ones que le daban protecci\u243?n ap untaban hacia el este. s er\u237?a capaz de franquear. capaz de recibir los ma yores nav\u237?os de guerra del mundo. El suministro de agua era cr\u237?tico: se dispon\u237?a de los dep\u243?sitos de reserva. con una profundidad que permite navegar por \u233?l a los nav\u237?os de mayor tonelaje.{\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Singapur. bien es verdad. sobre todo mecanizada. Demasiado extensa para poder ser defendida con facilid ad. producidos por los bombardeos en las tuber\u237?as de conducci\u243?n.. . que |a topograf\u237?a de la isla dificulta grandemente la funci\u243?n de los observadores artilleros: La isla es perfectamente llana (excepto las dos insignificantes colinas de Bukit Timah y de Bukit Mandai) y se halla. Se trataba de unos proyectiles con enorm e fuerza de penetraci\u243?n. fuera de los cuales el juego no vale.. Tambi\u233?n en la realizaci\u243?n de este sistema defensivo la geograf\u237?a se hizo c\u243?mplice de los japoneses e imbuy\u243? a los brit\ u225?nicos ideas totalmente err\u243?neas: Todo el sistema fue orientado hacia e l este. Percival se queja asimi smo del defectuoso rendimiento de las minas terrestres. debido al clima de la is la.os planes del estado mayor brit\u225?nico. Todos los elementos de las l\u237?n eas de defensa eran obras ligeras: nidos de ametralladoras. A partir de 1936 se hab\u237?a comenzado a trazar un esbozo de defensas permanentes que. situada a una veintena de kil\u243?metros. habr\u237?a de presentarse el eventua l enemigo. Los ingleses hab\u237?an previsto por anticipado el lugar donde habr\u237?a de desarrollarse la futura batalla. A la parcial impotencia de los ca\u2 41?ones. pero no pod\u237?an chutar m\u225?s que hacia adelante. y tambi\u233?n medios para dificultar la toma de tierra de las lanchas de desembarco. se mostr\u243? casi tan poco eficaz como las balas macizas de la primitiva artiller\u237?a: Los monstruosos obuses destin ados a romperle los ri\u241?ones a un acorazado se hund\u237?an profundamente en el suelo m\u225?s o menos pantanoso. destinados a perforar las m\u225?s gruesas corazas . los desgraciados defensores de la isla de Singapur hubieron de sufrir un cautiverio que se prolong\u243? hasta 1945. donde estallaban sin otra consecuencia que proyectar un surtidor de fango y de tierra desmenuzada. los{\i propios} nipones. Los ca\u241?ones de Singapur hac\u237?an el papel de delantero centro. Incluso desde lo alto de las colinas es dif\u237?cil llega rse a hacer una idea de lo que ocurre en el terreno. la absoluta supremac\u237?a de los japoneses hab\u237?ala reducido pr\u225?cticamente a la nada. es decir. en la direcci\u243?n por donde el ataque que no lleg\u243? a t ener lugar era esperado. adem\ u225?s. los pesados ca\u241?ones resu ltaban totalmente inofensivos. y no la isla por entero. en condiciones mucha s veces atroces. cuyo grado medio de humedad se halla muy cerca del punto de saturaci\u243?n. que forma en la isla una especie de proa. a fin de cue ntas. alambres de espino. totalmente cubierta por una espesa jungla y por las plantaciones de \u171?heveas\u187?. y p ara colmo. Desde la punta de Changi part\u237?an dos l\u237?neas d e atrincheramientos: una en direcci\u243?n sur. con sus l\u237?neas y sus l\u237?mites. hacia la ciudad de Singa\u8212? purria otra. Por si fueran pocos los incon venientes con que tienen que luchar las piezas de grueso calibre. a los que se hab\u237?a se\u241?alado la misi\u243?n de defender la bas e naval. la mayor\u237?a de las piezas almacenadas hab\u237?an sufrido grandemente por c ausa de la corrosi\u243?n. Los \u250?nicos en beneficiarse de ella fueron. La zona batida por la artiller\u237?a de costa se limitaba a un arc o de c\u237?rculo: contra un enemigo no dispuesto a respetar las reglas del jueg o establecidas por los estrategas brit\u225?nicos. minas. hacia el oeste.\u187? En cuanto a la observ aci\u243?n a\u233?rea. obst\u225?culos anticarro. A pesar de su potente carga explosiva. El general Percival escribe: \u171?El \u225?mbito de visibilidad se halla en todas partes muy limitado. \u250?nicamente con un solo pie. cuando aquel tipo de munici\u243?n fue utilizada contra objetivos terrestres. siguiendo el estrecho de Johore hasta la base naval . resulta. que utilizaron Changi y sus alambres de{\i espino para} disponer el vasto campo de prisioneros donde. apoy\u225?ndose en la punta de Changi. se extend\u237?a por las costa s y las playas. Todo aquel trabajo result\u243? in\u250? til. como si se tratas e de un terreno de f\u250?tbol. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc . ya que en ning\u250?n momento los japoneses pensaron en atacar aquella l\u2 37?nea fortificada. ten\u237?a que a\u241?adirse otro defecto fund amental: La mayor parte de los obuses de que se dispon\u237?a eran del tipo que se utiliza contra los buques de guerra. de modo que nunca se sab\u237?a si iban a estallar o se hab\u237?an convertido en inofensivos juguetes. L\u225?stima que las tropas apostada s por Percival en aquel sector no dispusieran de tales puntos de apoyo. Mandaba aquellas tropas un jefe con bien gana da fama de \u171?duro de pelar\u187?: el general australiano Gordon Bennett. e incluso de la artiller\u237?a de los nipones. Pero se escuda en la falta de mano de obra para justificar los pobres res ultados del esfuerzo que se emprendi\u243? a \u250?ltima hora. bajo la In spiraci\u243?n de Churchill. y el Kranji. al modo como.* * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El fuerte del ataque japon\u233?s gravit\u243? sobre los sectores norte y oeste de la isla. cuando en el v erano y en el oto\u241?o de 1940 la invasi\u243?n alemana parec\u237?a inminente . hab\u237?a de tener en cuenta que si perd\u237?a la isla tambi \u233?n perd\u237?a la base. que abundaban en Singapur. Hubiera sido suficiente la movilizaci\u243?n en masa de todos los hombres \u250?tiles. a fin de cuentas. Porque a cualquiera se le ocurre una posible r\u233?plica al argumento del jefe de la guarnici\u243?n: Puesto que a Percival se le hab\u237?a encomendado la defensa d e una base naval. absolutamente desprovistos de defensas. A\u250?n desprovistas de defe nsas artificiales. toda la isla se hallaba al alcance de la aviaci\u243?n y de la ar tiller\u237?a enemigas. en cualquier caso. despu\u233?s de que muchas partes de aquella zona hab\u237?an sido puestas en cultivo. se tra taba. que lleva sus aguas al estrecho de Johore. en evitaci\u243?n de que un buen d\u237?a pudieran encontrarse dentro del radio de acci\u243?n de los aviones. ni para los hombres ni para los veh\u237?culos. y la participaci\u243?n activa de todos los elementos no combatientes del ej\u233?rcito. La zo na hab\u237?a sido debidamente reconocida y en la misma se efectuaron algunos tr . habr\u237?a podido establecerse en ell os una l\u237?nea de defensa muy aceptable. era ya tarde para llevar a cabo ninguna labor de defensa . un esfuerzo de tal nat uraleza era totalmente irrealizable. sobre todo. Percival c ay\u243? en la cuenta de que la protecci\u243?n de Singapur era del todo insufic iente. Sin embargo. el plan de defensa de Singapur hab\u237?a sido trazado por el Ministerio de la Guerra brit\ u225?nico. Es inexplicable que en una isl a superpoblada. a partir de la cost a: por aquel lugar discurr\u237?an dos r\u237?os orientados en direcci\u243?n no rte-sur. Esto hac\u237?a que cualquie r invasor procedente de la costa tuviese que utilizar forzosamente una especie d e istmo cuya m\u225?xima amplitud era escasamente de seis kil\u243?metros. de terrenos por los cuales la circulaci\u243?n no era f \u225?cil. Ahora bien. el cual hab\u237?a previsto \u250?nicamente la defensa de una base na val. Hay que admitir las razones del general Percival cuando afirma que los marjales de la costa oeste eran menos dif\u237?ci les de franquear de lo que se cre\u237?a. En ese peloteo de culpabilidades se produce un c\u237?rculo vicioso. asalariados o voluntarios. para que autom\u225?ticamente el problema quedara resuelto. La disposici\u243?n del terreno brindaba la posibilidad de montar una segunda l\u23 7?nea de defensa a unos diez kil\u243?metros en el interior. pudiera carecerse de mano de obra. Seg\u250?n explic a el general en jefe. A finales de diciembre.' Divisi\u243?n australiana y una brigada ind ia llegada a Singapur de refresco. Pero en el clima de la \u171?adormilada Singapur\u187?. donde se hacinaban los refugiados. las labores de instalaci\u243?n y puesta a punto de los te rrenos de aviaci\u243?n hab\u237?a absorbido casi toda la masa de trabajadores d isponible. que desemboca en el mar al sur de la isla. de forma que no hubo a quien recurrir cuando se decidi\u243? fortific ar las indefensas zonas del noroeste y del oeste. Al darse cuenta Percival de la tragedia que se avecinaba. el Jurong. puesto que los nipones hubieran tenido buen cuidado en convertir los campos de trabajo en terrenos de una hecatombe. las zonas del noroeste y del oeste de la isla donde los japon eses efectuaron sus desembarcos. Por otra parte: No estaba justificado el dar priori dad absoluta a la defensa de las instalaciones navales. lo resolvieron en Gran Breta\u241?a. de modo que si se hub iera contado con algunos puntos de apoyo. en el norte. contaban con obst\u225?culos naturales que hubi eran podido ser utilizados eficazmente. cuya importancia en el j uego estrat\u233?gico hab\u237?a quedado reducida pr\u225?cticamente a cero desd e el momento en que al iniciarse el avance de los japoneses por la pen\u237?nsul a de Malaca se hab\u237?a decidido evacuarlas. Se trata ba de dos unidades escogidas: la 8. P ercival descarga su responsabilidad aduciendo que. evidentemente. estaban integrados en unidades m\u225? s o menos aguerridas. que para ca pturar Singapur no tuvo siquiera necesidad de poner en l\u237?nea el total de su s fuerzas: En la primera fase de la operaci\u243?n solamente fueron desembarcado s 25. ni a\u250?n despu\u233?s de que el Jap\u243?n hubo entrado en guerra\u187?. Muchas eran tan s\u243?lo los restos agota dos de unas unidades que hab\u237?an realizado toda la campa\u241?a de Malasia / a cuya fatiga f\u237?sica hab\u237?a que a\u241?adir el amargo desaliento que a compa\u241?a a una ininterrumpida serie de derrotas. los invasores podr\u237?an haber sido aniquilados. cuya misi\u243?n f uese de dar la alerta y obstaculizar.\u187? Ya hemo s dicho que todas las fuerzas de que dispon\u237?a Percival no se hallaban en la s mismas condiciones para el combate.abajos para despejar el terreno y facilitar as\u237? el tiro de la artiller\u237 ?a y de las armas autom\u225?ticas. Muchos de aquellos combatientes eran lo que quedaba de las tropas que hab\u237?an luchado duramente en Malasia. Pero. Percival escogi\u243? la soluci\u243?n peor y malgast \u243? sus fuerzas al diseminarlas \u171?por todo el contorno de la isla\u187?. con el grueso de las fu erzas brit\u225?nicas se habr\u237?a podido constituir una reserva general empla zada en el centro de la isla. 000 brit\u225?nicos y 17 000 australianos. fuese cual fuere el valor militar de aquellas fuerzas. con todo el grueso de las fuerzas brit\u225?nicas luchando co ntra elfos. Pero. Otra t\u225?ctica hubiera podido s er la de situar en la costa una d\u233?bil cortina de tropas. adem\u225?s. puesto que. Per o la triste realidad fue que en vez de contribuir eficazmente a la defensa de Si . { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Para defender Singapur. 000 soldados nipones.. resulta que la masa de defensores era muy superior a la de los japoneses que han logrado franquear el estrecho. cuya l ongitud sobrepasaba los cien kil\u243?metros. entablando con ellas una batal la de aniquilamiento. De haber seguido tal criterio t\u225?ctico. De este modo. Percival dispon\u237?a de unos 85 000 hombres. si la batalla hubiera sido dirigida con la neces aria pericia. Habida cuenta de la proporci\u243?n entre las fuerzas que se afrontan. Pero no todos los soldados estaban en el mismo lamentable estado: La 18. de los cuales 33..* Divisi\u243?n brit\u225?nica hab\ u237?a llegado unos d\u237?as antes.establecido en ella ning\u250?n sistema de defensa permanente. a lo s pocos instantes. en forma que pudiese acudir a los sectores donde l as tropas enemigas hubiesen puesto pie en tierra. los 70 000 soldado s susceptibles de participar en la lucha. los asaltantes no pod\u237?an contar con los efectos de sorpresa. El general brit\u225?nico tiene la disculpa de que al operar de tal forma no hiz o sino seguir las recomendaciones que Churchill se\u241?alaba a Ismay en el tele grama al que anteriormente nos hemos referido. de los cuales 15 000 no combatientes. es un hecho que Percival hubiera podido const ituir con ellas una masa de maniobra que hubiera sobrepasado con mucho a los efe ctivos del XXV Ej\u233?rcito del general Yamashita (35 000 hombres). Por desgracia. A Percival correspond\u237?a sacar el mejor provecho de aquella confortable superioridad inicial sobre el adversario. seg\u250?n reconoce Percival \u171?no se hab\u237?a. El resto. cualquiera que fu ese el punto por donde desembarcasen. e n dispersar las tropas disponibles a lo largo del per\u237?metro costero. en la medida de lo posible. los japoneses se hubieran encontrado. al completo y perfectamente descansada. el \u171?Premie r\u187? ve\u237?a las cosas de la siguiente forma: \u171?El jefe del Estado Mayo r imperial ha manifestado a los miembros del Gabinete de guerra que Percival dis pone de m\u225?s de 100 000 hombres. En un telegram a que el 10 de febrero Churchill dirig\u237?a al general Wavell. los desembarco s japoneses. Al utilizar l\u237?neas interiores Percival se hubiera enc ontrado en situaci\u243?n de ventaja. Percival ten\u237?a que escog er entre dos m\u233?todos: El peor de ambos hubiera consistido. Es presumible que en toda la pen\u237?nsula de Malasia los jap oneses no cuenten con una masa igual de combatientes: los c\u225?lculos m\u225?s aceptables hablan de cinco divisiones en primera l\u237?nea y una sexta en reta guardia. Es la indicaci\u243?n convenida: En el cuartel general japon\u233?s q uedan enterados de que los elementos avanzados de la 5. a poc a distancia.D.B. comandante de l a A. He tomado las disposiciones necesarias para concentrar mis fuerzas alrededor de Singapur en previsi\u243?n de que la marcha de los acontecimientos impusieran tal medida. un poco a la derecha. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El general Tomoyuki Yamashita ha establecido su puest o de mando en el Palacio verde. ya en la madrugada del d\ u237?a 9. dos cohetes azules suben rectos en el cielo donde brilla espl\u233?ndid a la luna. parec\u237?a como si los i ngleses vivieran bajo los efectos de una borrachera de opio. se dej\u243? capturar tontamente por el enemigo. sin siquiera la protecci\u243?n de unos s acos terreros).* divisiones niponas han logrado asentar el pie en la isla de Singapur. La imprevisible respuesta fue: \u171?Jam\u225 ?s hubi\u233?ramos pensado que ustedes decidieran instalar su puesto de mando en una edificaci\u243?n tan perfectamente avistable desde nuestras l\u237?neas. que se ofrece a sus pies como una presa misteriosa y perfumada.\u187? y 18. es decir.ngapur. la ciudad de Singapur. llega la esperada se\u241?al: En el otro lado del canal. y en el que el sult\u225?n de Johore invirti\u243? una inmensa fortuna.. Pasado s exactamente diez minutos de la medianoche. Los oficiales del cua rtel general.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} \u171?El enemigo ha desembarcado en masa en el transc urso de la noche y ha conseguido una penetraci\u243?n de ocho kil\u243?metros ap roximadamente. el general Yamashita. El general en jefe japon\u 233?s contempla a trav\u233?s de la ligera neblina que se levanta en la noche il uminada por la luna llena. con los ojos pegad os a los oculares de sus gemelos. hab\u237?an enmudecido por causa de la emoci\u243?n. sigla con que se designa a las fuerzas aliadas combinadas que operan en la regi\u243?n del suroeste del Pac\u237?fico. que oteaban ansiosamente el horizonte desde la torre del palacio ( cinco pisos enteramente encristalados. apenas sin combatir. La intervenci\u243?n de la reserva estrat\u233?gica ha logrado detener provi sionalmente el avance del adversario. Un testigo. las palabras desesperadas de un hombre que siente hundi rse el terreno bajo sus pies. el general Wavell. un oficial del ej\u233?rcito vence dor pregunt\u243? c\u243?mo era posible que el edificio no hubiera sido volado o destruido por la artiller\u237?a. El aer\u243?dromo de Tengah ha ca\u237?do en sus manos. Se levanta en tierra firme en el lado norte del estrecho y desd e la terraza que remata el gran edificio de ladrillo y mosaico. La brigad a australiana que guarnec\u237?a el sector ha experimentado elevadas p\u233?rdid as. el coronel Tsuji nos dice: \u171?Ninguno de los presentes pod\u237?a retener la s l\u225?grimas que corr\u237?an libremente por las mejillas atezadas de aquello s guerreros. toda la ribera septentrional de la isla. De momento (nos enc ontramos en la noche del 8 de febrero). un edificio que parece surgido de un sue\u241?o de las mil y una noches.\u187? Este es el mensaje que en la ma\u241?ana del 9 de febrero env iaba el general Percival a su jefe inmediato. Cuando los ingleses hubieron capitulado. El palacio constituye un insuperable observato rio.\u1 87? Singapur segu\u237?a sesteando igual que siempre. es el comienzo del dram\u225?tico di\u225?logo que en las seis siguientes jornadas sostendr\u225? el desgraciado general Percival con sus jefes jer\u225?rquicos del cuartel general de Java y con el Gabinete de . aguarda los inminentes acontecimientos. pero hay que reconocer la gravedad de la s ituaci\u243?n por causa de la gran extensi\u243?n de costa que hemos de custodia r. Es un comunicado que preanunc ia la inminente derrota.A. se divisa. la humedad hab\u237?a est ropeado la mayor parte de los cohetes de se\u241?alizaci\u243?n: dilatado el car t\u243?n de la envoltura. entre todas las fuerzas armadas. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Durante la \u171?larga noche\u187? del 8 al 9 de febr ero otros cohetes. no remediar\u237?a al hecho concreto de que en el momento cr\u237?tico las radios permaneciesen mudas. { . las llamadas de socorro de las unidades brit\u225?nicas que s ostienen con el invasor una lucha perdida de antemano. la que mayormente hubo de resentirse de aquel colapso en l os servicios de transmisiones: Las bocas de fuego brit\u225?nicas no pudieron in tervenir sino de un modo intermitente. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El aspecto m\u225?s l\u250?gubre de aquella dram\u225 ?tica noche es la sensaci\u243?n de aislamiento que experimentan los contingente s ingleses. Otro de los misterios que rodean la ca\u237?da de Singapur. y por su propia iniciativa. Parec\u237?a que todos los elementos. es el motivo de que el cuartel gen eral de Percival y los mandos subalternos no recurriesen a las comunicaciones in al\u225?mbricas. La mayor parte de las l\u237?neas fueron de struidas en los intensos bombardeos que precedieron a los desembarques nipones. el cohete no pod\u237?a colocarse en la pistola lanzad ora. para evitar as\u237? que el enemigo pudiese localizar a las tropas propias. pero a\u250?n en el caso de que hubiera podido darse una explic aci\u243?n plausible. con un significado totalmente distinto. El ataque contra Singapur \ u8212?y tambi\u233?n el avance por Malasia que lo hab\u237?a precedido\u8212?. porque al igual que ocurr\u237?a con las minas. de aquella brill ante operaci\u243?n el militar japon\u233?s dedujo las oportunas ense\u241?anzas . Al fallar el tel\u233?fono los mandos locales debieran haber recurrido a los proyectores para establecer contacto. Por otra parte. c onstituyen dos obras maestras del arte militar nip\u243?n en aquella fase de las operaciones. hasta en los m\u225?s nimios detalles . pero el hecho es que la imprescindible disposici\u2 43?n no lleg\u243? a tomarse. que para estudiar la operaci\u243?n se hab\u2 37?an trasladado a Tokio grupos de expertos alemanes e italianos que ayudaron a la elaboraci\u243?n de los planes para la ofensiva en Malasia. se hab\u237?an concitado contra los brit\u225?nicos. Pero no todas las tropas que quisie ron recurrir al \u250?ltimo expediente de las se\u241?ales luminosas pudieron ha cerlo. En vano los comandantes local es aguardar\u237?an que el mando superior revocase aquellas \u243?rdenes. Siempr e se ignorar\u225? la causa. pero las \u243?rdenes del cuartel gene ral dispon\u237?an que los focos no fuesen encendidos. cuando en el horizonte llegaron a divisarse las rojas llamadas de socorro lanzadas desde las amenazadas posiciones de la infanter\u237?a. Anteriormente hemos indicado que el general Yamashita hab\u237?a p resenciado el avance alem\u225?n por tierras francesas en 1940. del lad o japon\u233?s todo funcionaba a la perfecci\u243?n. tan grande era la importancia que en los pa\u237?ses del Eje s e daba a la conquista de Singapur. pondr\u225?n tambi\u2 33?n su r\u250?brica luminosa en el cielo opalescente de Singapur: Son los grito s de desesperaci\u243?n de unos hombres que est\u225?n a punto de perder la \u25 0?ltima esperanza. La artiller\u237?a fue. entre las unidades que luchan{\i y} el cuartel general de Percival las comunicaciones telef\u243?nicas han queda do pr\u225?cticamente interrumpidas. y que jam\u225?s ha sido elucidado. Por el contrario.guerra brit\u225?nico. El fallo del servicio de transmisiones tuvo consecuencias desastrosas: Entre las distintas unidades desapareci\u243? hasta el \u250?ltimo atisbo de coordinaci\u 243?n. Pero en la trave s\u237?a del estrecho de Johore no todos los combatientes nipones utilizaron aqu ellos medios mec\u225?nicos: Fueron muchos los que franquearon el brazo de mar a nado. Cada una d e aquellas embarcaciones pod\u237?a transportar doce hombres totalmente equipado s. que lo s japoneses fueron los primeros en emplear lanchas de desembarco blindadas. acarreando consigo su fusil y las municiones. En la tarde del d\u237?a 9 las unidades del general Yamashita hab\u237?an logrado abrir una amplia brecha entre la 27. Cada una de aquellas barcazas acorazada s transportaba cuarenta hombres. los japoneses ya se hab\u237?an asen tado firmemente en la isla de Singapur.000 soldados desembarcaron{\i en la isla. Las unidades india s y brit\u225?nicas \u8212?entre las que se contaba la reci\u233?n llegada 18. La intervenci\u243?n de los tanques japoneses en la lucha constituy\u243? uno de los factores decisivos en la suerte final de los combates. A los invasores no les cost\u243? gran t rabajo ampliar sus primeras cabezas de puente y pudieron progresar hacia el inte rior sin apenas hallar resistencia. casi media compa\u241?\u237?a. 10 de febrero. Para orientarse en la oscur idad aquellos h\u233?roes solitarios utilizaban una peque\u241?a br\u250?jula im pregnada con una mezcla fluorescente.\~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En el transcurso de la noche del 8 al 9 de febrero. A \u250?ltima hora de la tarde del d\u237?a siguiente. no exist\u237 ?a ning\u250?n trabajo de fortificaci\u243?n. Un solo individuo bastaba para gobernar el ligero artefacto. finalmente.\u 187? Divisi\u243?n\u8212? intentaron restablecer la situaci\u243?n. En el transcurso de la noche los carros blindados nipones prosiguieron el av ance. Los botes pod\u2 37?an ser unidos unos a otros. Especial mente eficaz se{\i revel\u243?} un tipo de bote construido de caucho y de madera contrachapeada qu e era impulsado por un peque\u241?o motor fuera bordo de 30 caballos. Y amashita consigui\u243? situar en Singapur 13 00\u211? hombres. ya los japoneses hab\u237?an rebasado la l\u237?nea donde una resistencia apropiada hu biera permitido detener indefinidamente el avance nip\u243?n. Hemos de se\u241?alar. Durante{\i la} noche siguiente otros 10. an\u 225?logas a las que los aliados pusieron m\u225?s tarde en servicio y que facili taron sus operaciones anfibias en las islas del Pac\u237?fico e hicieron posible la decisiva maniobra de Normand\u237?a. Escasamente una hora despu\u233?s deque la operaci\u243?n de desembarque se iniciase.{\supe r a} Brigada australiana y la \u171?famosa\u187? l\u237?nea Kranji-Jurong. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El 11 de febrero.} {\i Los} japoneses hab\u237?an perfilado una muy depurada t\u233?cnica de desembarqu e. pero fracasa ron en el empe\u241?o. Para el acarreo de los camiones y de los carros de asalto se utilizaban s\ u243?lidas barcazas de madera y acero. Pero las unidades en retirada fuer on m\u225?s all\u225? de lo previsto y cuando se intent\u243? rectificar. los japoneses hab\u237?an alcanzado las cercan\u237?as de Bukit Tim ah. formando as\u237? amplias almad\u237?as en las qu e pod\u237?a transportarse el equipo pesado: la artiller\u237?a y los veh\u237?c ulos. como hemos indicado. en la residencia del Primer ministr o Churchill se recib\u237?a un telegrama enviado por el general Wavell: \u171?Ac . Dispon\u237?an de una nutrida flota de embarcaciones de fondo plano. Los ingleses c arec\u237?an totalmente de blindados. Las bri gadas de Percival retroced\u237?an en direcci\u243?n oeste con la intenci\u243?n de establecerse en aquella l\u237?nea donde. \u187?Debo se\u241?alar que por todos los medios intentamos imbuir en nuestros soldados el esp\u237?ritu de ofensiva y una renovada moral. muy significativo porque parec\u237?a indicar que. La moral de algunas unidades es francamente ma la y en ninguna he hallado el estado de esp\u237?ritu que hubiera querido encont rar. Las condiciones del terreno no ayudan en absoluto a la defensa del vasto fr ente que hemos de sostener. pienso que no se podr\u225? disponer de m\u237? por lo menos en dos o tres semanas.\u187? Al final del telegra ma. le dejaba en libertad para ordenar el cese de la resistencia. Wavell menciona un peque\u241?o episodio. el general en je fe se desentend\u237?a ya de la suerte de la isla: \u171?Al volver de Singapur h e tropezado en la oscuridad de los muelles y me he fracturado dos huesecillos de la espalda. luchaba \u171?a la buena de Dios\u187?.\u187? El jefe del estado mayor imperial se mostraba ple namente de acuerdo con el \u171?Premier\u187?. a \u233?l personalme nte. El 14 de febrero. Mediante su habitual t\u225?ctica de infiltraci\u243?n. Wavell contest\u243? lo siguiente : \u171?En las \u250?ltimas cuarenta y ocho horas han llegado dos telegramas de Percival en los que me comunica que a consecuencia de la falta de agua en la ciu dad y de otras dificultades. el comandante de las fuerzas brit\u225?nicas decide capitular y se justifica en el siguiente breve mensaje: \u171?Las p\u233?rdidas que el enemi go nos inflige y el hecho de que hayamos agotado pr\u225?cticamente nuestras res . as\u237? como su total dominio del aire . veinticu atro horas antes del previsto desenlace. No tiene importancia. puesto que en la actual crisis nos es esencial ganar tiempo y debilitar al adversario. la capacidad de resistencia de nuestras tropas ha q uedado considerablemente disminuida. que le afectaba personalmente. Singapur llevaba ya muchos d\u237?as en manos de los japoneses . pero mucho temo que hasta ahora no se haya logrado gran cosa en este sentido. Churchill telegrafiaba a Wavell: \u171? Sois el \u250?nico que pod\u233?is juzgar cu\u225?ndo la prosecuci\u243?n de la lucha en Singapur deje de tener sentido y teng\u225?is que dar a Percival las in strucciones pertinentes. incluso cada hombre. El m\u225?s grave problema lo plantea la falta de en trenamiento de alguna de las unidades de refuerzo reci\u233?n llegadas y por el complejo de inferioridad que en todos nuestros combatientes origina la h\u225?bi l y audaz t\u225?ctica de los japoneses.abo de regresar al puesto de mando despu\u233?s de haber permanecido veinticuatr o horas en Singapur. Tambi\u233?n le agradec\u237?a. antes que nada. y a todas las tropas bajo su mando. Debo se\u241?alar. que la batalla no toma b uen aspecto. He ordenado a Percival que contraataque con todas las tr opas de las que pueda echar mano.\u187? El telegrama cuyo contenido Wavell transcribe es el \u250?ltimo que Percival recibir\u237?a de sus jefes jer\u225?rquicos. los japones es avanzan por el oeste de la isla mucho m\u225?s r\u225?pidamente de lo que se hubiera podido esperar. car acter\u237?sticas en el ej\u233?rcito brit\u225?nico. He indicado a Percival que habr\u237?a de proseguir el combate en tanto e stuviera en condiciones de causar p\u233?rdidas y perjuicios al enemigo y hasta que sus tropas agotasen sus \u250?ltimas fuerzas. su comportamiento heroico en el curso d e las \u250?ltimas jornadas. En ambas ocasiones mi respuesta ha sido la misma. cada unidad. en medio de la cual los brit\u225?nicos h ubieron de renunciar a todo plan de acci\u243?n coordinada. El 15 de febrero. Mis \u243?rdenes son tajantes: Todas las unidades han de combatir hasta el \u250?ltimo extremo y desc artar totalmente cualquier idea de capitulaci\u243?n. en cierto modo. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En las \u250?ltimas jornadas el combate se convirti\u 243? en una embrollada confusi\u243?n. si bien en ning\u250?n mom ento se perdieron las virtudes de hero\u237?smo y la tradicional disciplina. pero me ver\u233? obligado a permanecer vario s d\u237?as en el hospital. He indicado al comandan te de la base de Singapur que cuando estuviera convencido de que se hab\u237?a l legado al l\u237?mite de esfuerzos exigibles.\u187? Cuando el general Wavell abandonaba el cen tro hospitalario. un general canadiense se encuentra a bordo de un min\u250?sculo torpedero ingl\u233?s que s e aproxima a la costa inglesa de la Mancha. Esto hizo que me sintiera feliz. M\u225?s tarde se sabr\u225? que de los 5000 canadienses empe\u241?ados en l a lucha. De Tokio llega un \u171?edicto imperial\u187? en el que el Mikado env \u237?a a las tropas victoriosas sus felicitaciones y parabienes. pero no todos indem nes: Los hospitales de la regi\u243?n del Sussex tendr\u225?n que atender a 600 heridos.\u187? Una pesada lo sa de plomo cae sobre el Singapur brit\u225?nico.\u187? El general Robert. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc . nos colocan en una situaci \u243?n que impide proseguir la lucha. \u250?nicamente regresar\u225?n a Inglaterra 2 210. si bien todav\u237?a no se encuentra en condiciones de precisar su alcan ce. a mediod\u237?a. Cuatro a\u241?os m\u225?s tarde los americanos liberar\u225?n a Perciv al.ervas de agua. puntualiza que \u171?las p\u233?rdidas han sido elevadas \u187?. Fotograf\u237?as propagand\u237?sticas nos muestran a los soldados japoneses que levantan en el aire sus fusiles y hacen ondear banderas y gallardetes con inscripciones patri\u 243?ticas. El Rey ma ntuvo con \u233?l una conversaci\u243?n privada que se prolong\u243? por m\u225? s de un cuarto de hora. El secreto de Singapur no ha sido despejado. En el campo japon\u233?s. comandante de la 2. E l general Percival se encuentra entre aquellos con los que compartir\u225? el ca utiverio. es una explosi\u243?n de alegr\u237?a la que se produce.{\super a} Divisi\u243?n canadiense y de todas las fuerzas terrestres que han participad o en la operaci\u243?n. En lo \u250?ltimo que piensa aquel m ilitar es en disfrutar del magnifico tiempo veraniego: Abrumado por la fatiga. en c ambio. A finales de 1945 el comandante en jefe de Singapur se encuentra de regreso en Gran Breta\u241?a y es recibido por los soberanos en el Palacio de Bu ckingham. donde le es entregada la condecoraci\u243?n que se le hab\u237?a conce dido mucho antes{\i y} que los avatares de la guerra no le hab\u237?an permitido recibir. Una frase del informe resume to do su contenido: \u171?Es evidente que no hemos podido aprovechar el elemento so rpresa. enca rnaci\u243?n viviente del drama de Singapur. { \~\par\pard\plain\hyphpar} Claude COUBAND { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\page } {\s1 \afs32 {\b {\ql Dieppe. Para otros fue la v\u237?ctima expiatoria que carg\u243? con culpas ajenas. Las bajas de la operaci\u243?n habr\u225?n sido I 000 muertos y I 800 p risioneros. De la ciudad d e Singapur y de los acantonamientos brit\u225?nicos e indios parten las intermin ables filas de prisioneros que se dirigen al campo de internamiento de Changi. Todos los oficiales y soldados han cumpli do con su deber y agradecen la ayuda que se les ha prestado. Para unos es el jefe competente que fue v\u237?ctima de las circunstancias. sangriento preludio del "d\u237?a m\u225?s largo" {\line } \par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El 19 de agosto de 1942. carburante. El general Percival s iempre ha guardado silencio. p rocura absorberse en la redacci\u243?n del informe donde da cuenta de la recient e derrota. El Rey hab\u237?a comprendid o. Una paloma mensajera llevar\u225? el parte hasta Inglaterra algunas h oras antes de que llegue el general bajo cuyo mando se ha realizado el intento d e ataque contra las defensas alemanas de Dieppe. que en la \u250?ltima fase de la guerra los japoneses hab\u237?an trasladado a Formosa. con la t\u225?cita complicidad de todo un pa\u237?s profundamente afectado por la m\u225?s grave derrota de su historia. Nadie ha sabido jam\u225?s lo que en aquella ocasi\u243? n trataron los dos ilustres interlocutores.\u187? El misterio del general Percival. no ha sido despejado. v\u237?veres y municiones. Alg\u250?n tiempo despu\u233?s Perci val escrib\u237?a: \u171?El Rey me habl\u243? durante un cuarto de hora y me dem ostr\u243? una total simpat\u237?a y entendimiento. y logra convencer a su colega y amigo. los alem anes se dieron cuenta de ello. El proyecto \u171?Torch\u187? ver\u237?a la luz del d\u237?a en el mes de jul io. nos dice en sus{\i Memorias:} \u171?En cu\u225?nto al \u171?raid\u187? de Dieppe. fueron demasiado s los mandos superiores que intervinieron. y en consecuencia reforzaron sus defensas costera s. c uadrarse ante la llama del recuerdo del Arco del Triunfo. \u171?Bolero\u187?.* * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El general Montgomery. Creo que aquellos informes y datos se hubieran podi do conseguir sin forzosamente tener que perder tantos magn\u237?ficos soldados c anadienses. A los ingleses. durante la primavera de 1942 no hay hada previsto para el continen te.. per o \u233?ste. y las tropas quisie ran v\u233?rselas de una vez con el enemigo. Embarcaciones de todos los tipos atestaban los puertos de la Inglaterra meridional. En aquella primavera de 1942 la situaci\u243?n de los aliados en Ja guerra no era muy satisfactoria que se diga. Churchill necesita \u171?algo\u187?. Nada. Naturalmente.. y sin embargo. Se trataba. el desembarco en el Norte de \u193?frica. ni m\u225?s ni me nos. luego. Los ame ricanos. cuando. no les entusiasma la idea de una expedici\u243?n anticipada para el a\u2 41?o 1942. en la que participaron 250 hombres. a quienes todav\u237?a escuece la operaci\u243?n de Dun kerque. casi inmediatamente. eran dema siados proyectos: \u171?Sledgehammer\u187? y \u171?Bolero\u187? durante la prima vera. que se han visto abocados al conflicto por el ataque japon\u233?s a Pea rl Harbour del 9 de diciembre de 1941. As\u237?. sabe refrenarse. se niega a dar el visto bueno al plan \u171?Imperator\u187?. en el curso de 1942. \u187?Es indudable que la lecci\u243?n de Dieppe signific\u243? una valiosa aportaci\u243?n. En realidad. Los aficionados a tales acc iones no tienen que preocuparse por la falta de planes: Si de algo adolecen sus proyectistas es de exceso de imaginaci\u243?n. constituy\u243?. emprender la galopada hasta Par\u237?s c on una reducida fuerza de blindados. un triunfo muy estimable. Pero el precio que en muertos y prisioneros tuvimos que pagar por aquella experiencia fue muy elevado. No: Si verdaderamente se desea montar algo habr\u225? de ser una cosa m\u225?s bien mo destita. los hay: Anteriormente se han efectuado con \u233?xito apreciable algunas peque\u241?as incursiones. No pue de pensarse en un desembarco en serio (\u191?con qu\u233? tropas y con qu\u233? medios?) \u191?\u171?Sledgehammer\u187?? Resultar\u237?a car\u237?simo. tuvimos que poner a punto los planes para el desembarco del 6 de junio de 1944 en Normand\u2 37?a. pese a l as p\u233?rdidas sufridas. regresar a la costa y. en tanto los organizadores arden en deseos de \u171?organizar\u187?.\u187? La idea del \u171?raid\u187? de Dieppe comenz\u243? a tomar fo rma en los primeros d\u237?as del mes de abril. Piensan qu e el desembarco \u171?de verdad\u187?. de tomar tierra en Normand\u237?a.Para el primer ministro aquella\u82 12? historia del segundo frente era motivo de aut\u233?nticas pesadillas. En verdad.. opinan que debe efectuarse un desembarco \u171?medio\u187? y \u171?eventual\u187? en Francia. \u250?nico responsable de la operaci\u243?n desde sus comienzos hasta su final. La operaci\u243?n con tra Saint-Nazaire. \u171?Sledgehammer\u187? se extinguir\u237?a antes siquiera de haber nacido. dos a\u241?os m\u225?s tarde. Churchill echa mano a todos sus recursos de buen diplom\u225?tico y c onsigue finalmente que Roosevelt olvide el proyecto \u171?Sledgehammer\u187?.. Tampoco le falta a Churchill. Hubo el golpe de Brunev al del 27 de febrero: Setenta paracaidistas cayeron sobre una estaci\u243?n dete ctora alemana de la costa normanda y consiguieron desmontar y llevarse a la chit a callando una completa instalaci\u243?n de radar germano. que intervino en la preparaci\ u243?n del plan. tiene que efectuarse en 1943.. con el fin de despistar al enemigo se proseguir\u225?n los preparativos de \u171?Sledgehammer cual si no hubiese habido ning\u250?n cambio en los planes. Motivos de tentaci\u243?n. . reembarcar tranquilamente. Se pensaba que aquel asunto ejercer\u237?a un gran . Sin embargo.. es decir.. por ejemplo. Churchill se encontraba agobiado por las continuas peticiones de Stalin. hacer saltar el Gran Cuartel alem\u225?n.. que re clamaba de modo perentorio \u233?l establecimiento de un segundo frente. \u171?Torch\u187?. Pr opone a cambio el plan \u171?Torch\u187?. No lleg\u243? a decidirse el nombrami ento de un jefe. El nom bre clave de esta posible operaci\u243?n es \u171?Sledgehammer\u187?. afortunadamente. Nada. aviones y barcos que se precisaban para el montaje de las peque\u241?as escaramuzas. q ue hab\u237?a desembarcado en Inglaterra el 10 de noviembre de 1939. si no del todo precisa. consigui\u243? llevarlo a puerto. Pero no a buen pue rto. el ardor combativo de sus soldados y su estado de perfecta instrucci\u243?n. \u233?ste piensa inmediatamente en los canadienses{\super [5]}. Fue en un a utom\u243?vil militar.. . los dos jefes se conoc\u237?an hac\u237?a ya mucho tiempo. ayudado por Mountbatten y Churchill. cuyo jefe es el capit\u225?n de nav\u237?o John Hughes-Hallett. Crerar.. si la \u171?cosa\u187? se hubiera llevad o a cabo con \u233?xito. esta clase de \u233?xitos acaba p or cansar. Cuando la entrevista ten\u237?a lugar. pero que ya tiene fama de \u171?duro\u187?. En tanto llegase el momento de poder pensar en un objetivo tan ambicioso.impacto psicol\u243?gico. el 7. es la \u171?Direcci\u243?n de las Operaciones com binadas\u187?.. y se le asimila a los grados equiva lentes en el ej\u233?rcito y la aviaci\u243?n. el general Crerar saca de su bolsillo un paquete d e cigarros. Adem\u225?s de la decisiva influencia de Churchill y de Mountbatten en la adopci\u243?n del plan hay que tener en cuenta la intervenci\u243?n de los cana dienses. A partir de aquella fecha. lejos de una patria cuya opini\ u243?n p\u250?blica quiere tener noticia de sus haza\u241?as.. Contra viento y marea. a poner a punto el material de asalto.. \'7btodav\u 237?a no ha entrado en combate! \u191?Qu\u233? misi\u243?n ten\u237?a encomendad a? Montar la guardia en las Islas Brit\u225?nicas. Los organizadores consultan al comandante en.\u170? Divisi\u243?n canadiense. Esta circunstancia * anima al comandante del South-East Command a pensar en los canadienses. Desde luego. Pero en aquella fecha reinaba un fuerte ventarr\u243?n desfavorable. Pasadas algunas semanas Hughes-Hallett la resuci t\u243?. Uno de sus subordinados lo describe de es ta forma: \u171?Su esp\u237?ritu es una especie de trampa de acero que cuando at rapa un problema ya no lo deja escapar\u187?. de la marina y de la aviaci\u243?n. \u8212?Supongo que no le molesta. Pero no anticipemos los acontecimi entos. Las Operaciones combinadas. Mountbat ten es ascendido al empleo de vicealmirante. El nuevo \u171?patr\u243?n\u187? es un hombre de brillante personalidad. \u8212?En absoluto. Todav\u237?a no es c\u233?le bre. concebidas por el War Office (Ministe rio de la Guerra) en junio de 1940. / a solicitar del ej\u233?rcito de ti erra. Los dos generales. Aq uel criadero de organizadores. Los canadienses hacen estrago s en las filas de la poblaci\u243?n femenina brit\u225?nica. mi general. un gallardo marino de cuarenta y un a\u241?os.{\super a} Divisi\u243?n. del que depende la 2. Pero seg\u250?n Crera . precisamente.. A principios de 19 42.. siempre que surge la ocasi\u243?n. Bien es verdad que para conseguir que el plan de Dieppe no se le deslizase entre los dedos tuvo que luchar contra viento y marea. En cierto momento. \u171?Rutte r\u187? tuvo que ser enterrada. los efectivos. Churchill pone al frente de las \u171?Operaciones combinadas\u187? a lord Lo uis Mountbatten. lleno de ideas y de energ\u237?a . Su estado mayor lo forman gentes din\u225?micas. La operaci\u243?n (nombre clave: \u1 71?Rutter\u187?) ten\u237?a que ponerse en marcha el 4 de julio. Vamos a pararnos. luego para el 6. Finalmente. a condici\u243?n de que no fume en mi coche. pariente del Rey . Cuando a \u250?ltimos de abril el proyecto comenz\u243? a tomar una for ma definida. El oficial canadiense que mante n\u237?a el enlace con Montgomery nunca olvidar\u225? la entrevista. activo. la sensaci\u243?n moral hubiera sido extraordinaria. Naturalmente. El plan fue pospuesto para el d\u237?a 5. y el 8. Pero si en dos a\u2 41?os y medio no se tiene otra cosa que hacer. Crerar declin\u243? la sugerencia. Los inactivos canadienses se aburren. recalca. a fines de abril de 1942. ya n o era posible llevarlo adelante: las mareas estar\u237?an en contra. Se tra ta de un general cuyo nombre es Bernard Montgomery. a quienes lo \u250?nico que faltaba eran medios m ateriales y tropas que mandar. No sab\u237?a que Montgomery detestaba el tabaco. viajab an juntos. se hizo necesario designar a las tropas que hab\u237?an de participar en \u233?l. el mismo que luego habr\u225? de ser la emine ncia gris en todo el asunto de Dieppe. jefe de la regi\u243?n del sureste. Con el fin de recalcar la importancia que se pensaba dar al servicio. se dedicaban a organizar golpes de ma no. En dos a\u241?os y medio de guerra la 1. el ingl\u233?s y el canadiense. ten\u237?an asignada la misi\u243?n de prepa rar \u171?la invasi\u243?n del continente\u187?. Daremos un paseo. que ma nda el Primer Cuerpo de Ej\u233?rcito canadiense. en un lugar donde entre los acan tilados se abre un hueco de playa arenosa. Los militares se aferrar\u225 ?n a ella. El objetivo ser\u225? Dieppe. que los brit\u225?nicos pensaban segu\u237?a en Arques-la-Bataille (aunque haci a tiempo que los alemanes lo hab\u237?an trasladado a otro lugar). m\u225?s peligr oso que enfrentarse al dique del puerto de Dieppe y a las barreras de hormig\u24 3?n que cerraban todos los accesos al mismo. encerrando a Dieppe en una tenaza. en el edificio de Richmon d Terrace donde tiene su sede el cuartel general de las Operaciones combinadas. mejor dicho.. Mountbatten. la tiene Montgomery. Tambi\u233?n habr\u237?a que hacerse con la documentaci\u243?n secreta del cuartel general divisionario.. los marinos y los avia dores... Montgomery le espeta a quemarropa: \u8212?\u191?Quiere usted partic ipar en algo que se prepara? Se trata del ataque a un puerto del continente. El punto m\u2 25?ximo de penetraci\u243?n ser\u237?a el aer\u243?dromo de Saint-Aubin. Tanto m\u225?s. Determinar los objetivos fue cosa f\u225?cil. tan s\u243?lo durante el intervalo entre dos mareas.r aquella elevada moral \u171?no puede ser mantenida indefinidamente en el vac\u 237?o\u187?. mi g eneral. base de la caza enemiga que los atacantes tendr\u237?an que destruir. la pinza m\u225?s importante ven dr\u237?a representada por los carros que ser\u237?an desembarcados en Quibervil le. con todos los apa ratos apostados en ella. mi general! \u8212?Muy bien. De otro modo los refuerzos alemanes llegar\u237?an al puerto an tes que nuestros propios blindados. Despu\u233?s de haberse efectua do la operaci\u243?n. Pero la reacci\u2 43?n del Primer lord naval. habida cuenta de que desde Quiberville los tanques te ndr\u237?an que atravesar dos cursos de agua: el Scie y el Sa\u225?ne. es muy dif\u237?cil hacerle apear de la misma. creen que la acci\u243?n debe realizarse p or las alas. El general interviene en el debate: \u821 2?\u191?Pens\u225?is manteneros all\u225? durante dos d\u237?as? \u8212?No. \u8212?Entonces ser\u225? preciso que los carros desembarquen en l a propia Oieppe. Unos d\u237?as antes de la entrevista Montgomery-Crerar. Los marinos no se muestran muy prop icios. por lo visto. el futuro jefe del VIII Ej\u233?rcito. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i . Los marinos opinan que un ataque frontal al peque\u241?o pu erto constituye una loca imprudencia. hab\u237?an quedado de acuerdo respecto de las grandes l\u237?neas del pl an. Cuando Montgomery ha expuesto una opini\u243 ?n. sir Dudley Pound. es tan categ\u243?rica como defini tiva: no puede pensarse en llevar un acorazado a la Mancha. de energ\u237 ?a el\u233?ctrica y las v\u237?as de comunicaci\u243?n. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En aquellos d\u237?as de abril las conferencias se mu ltiplican. pero la d iscusi\u243?n de la t\u225?ctica m\u225?s aconsejable hizo correr r\u237?os de t inta. las reuniones suelen celebrarse en Londres. el capit\u225?n de nav\u237?o Hughes-Halle tt solicita del Almirantazgo que ponga a disposici\u243?n del plan por lo menos un acorazado. \u8 212?\u161?Mejor antes que despu\u233?s. precisamente el 25 de a bril. Por intermedio de Mountbatten. Les parec\u237?a. Pero por ent onces los t\u225?cticos ingleses ten\u237?an gran prevenci\u243?n al paso de peq ue\u241?as corrientes fluviales. los oficiales de estado mayor se convencieron de que los c arros hubieran franqueado los dos r\u237?os sin ninguna dificultad. y de saliva. hacer prisioneros y desmantelar las instalaciones. La artiller\u237?a gruesa de un nav\u237?o de aquel tipo podr\u237 ?a batir eficazmente' las defensas del puerto y de las playas. Quince horas todo l o m\u225?s. El fin perseguido era mantenerse en Dieppe y en la regi\u243?n circundante d urante algunas horas: el tiempo necesario para proceder a la voladura de las def ensas alemanas. no se puede detraer ninguna de las unidades que est\u225?n prestando servicio en alta mar. Pero los militares tienen su propia i dea. se trata de dos corrientes cuyo caudal es insignificante. a 15 kil\u243?metros al oeste de la ciudad. y sin tener en cuenta la natural impaciencia de lo s ne\u243?fitos canadienses. natur almente.A. precisamente cuando Hitler ll evaba varias semanas haciendo circular instrucciones y notas personales en las q ue exig\u237?a de la Wehrmacht la m\u225?xima vigilancia. y algunas unidades de la reserva divisionaria. y l a ligereza con que los responsables los aceptaban como moneda leg\u237?tima sin preocuparse de comprobar su exactitud. desaparec\u237?a el efecto de sorpresa. Las cartas del juego no pueden ser m\u225?s d\u233?biles. Al parecer..{\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Hoy nos sorprende que en 1942 alguien pensase en la p osibilidad de atacar un puerto de la Mancha con fuerzas tan reducidas: un solo b atall\u243?n de carros y cinco de infanter\u237?a. Se pod\u237?a prever m\u225?s bien lo contrario. Nadie tiene en cuenta los peligros que entra\u241?a el ataque frontal contra un objetivo desconocido llevado a cab o por fuerzas de infanter\u237?a que no podr\u225?n disponer de cobertura artill era.{\i y} en la propia ciudad.F. Como soluci\u243?n intermedia Leigh-Mallory propone el b ombardeo de Boulogne y de los terrenos de aviaci\u243?n situados en Cr\u233?cy y en Abbeville. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Al margen del equivocado celo del mando de las \u171? Operaciones combinadas\u187?. parapetada tras de sus \u171?blockhaus\u187?. Dieppe no cuenta con fuertes defensas. y que. pocos fueron los que en Richm ond Terrace pensaron que el plan. despu \u233?s de que en la sesi\u243?n del 5 de junio. por otra parte. Si las bombas ca\u237?an cerca del objetivo. Sobre todo. se encuentra s\u243?lidamente apostada la 302 Divisi\u2 43?n de infanter\u237?a alemana. se ha limit ado a taponar s\u243?lidamente aquellos lugares. en una operaci\u243?n diversiva que disminuir\u237?a las posibili dades de reacci\u243?n de la caza alemana. El alto mando de la R. con stituida casi toda ella por abruptos acantilados entre los que se abren algunas estrechas playas. con sideraba que aquellas fuerzas no pod\u237?an detraerse de las operaciones de bom bardeo en curso sobre territorio alem\u225?n. hay que considerar. s us morteros{\i y} sus ametralladoras. En el acta correspondiente a la ses i\u243?n del 25 de abril se lee: \u171?Seg\u250?n los informes de que se dispone . En aquellas consignas se empleaba por primera vez la expresi\u243?n \u171?Muro del Atl\u225?ntico\u187 ?. presidida por Montgomery. tal como estaba concebido. El mando de las \u171?Operaciones com binadas\u187? est\u225? convencido de que las \u250?nicas fuerzas que guarnecen el puerto son dos compa\u241?\u237?as de infanter\u237?a. Aquel d\u237?a el bicemariscal del Aire. se ac uerda suprimir el previo bombardeo a\u233?reo del puerto y de las playas de dese mbarque.F.A. el ataque a \u233?reo nocturno de una peque\u241?a ciudad como Dieppe. ser\u237?a como avisar por ant icipado a los alemanes. Alrededor de Dieppe. La misi\u243?n de aquellos defensores no es complicada: desde Veules-les-Roses a Tr\u233?port discurren 70 kil\u243?metros de costa. que manda el sector. Los huecos por donde pueda infiltrarse una tropa relativamente importante son pocos. la sorprendente deficiencia de los informes con que se contaba. en el seno de las \u171?Operaciones combinadas\u187?. El general Conrad Haase. que representab a a la R. de calidad mediocre. para poder explicarse el fracas o de Dieppe. Quiz\u225? con aquella propuesta el B icemariscal del Aire procuraba evitar el tener que confesar a los dem\u225?s mie mbros de la junta que unos d\u237?as antes el mariscal sir Arthur Harris se hab\ u237?a negado a facilitar los 300 bombarderos que en principio se hab\u237?a pen sado participasen en la operaci\u243?n de Dieppe. Leigh-Mallory. hizo saber q ue la precisi\u243?n en el bombardeo de los objetivos no podr\u237?a ser garanti zada. Sin precisi\u243?n. pero no precisamente sobre \u233?l. causar\u237?a muchas .. significaba arrojar a los asaltantes en la misma boca del lobo. do nde la costa es muy parecida a la de Dieppe. las principales de \u23 3?stas se hallan emplazadas en Verangeville. apoya da por las unidades de carros. se mostrar\u237?a u n\u225?nime contra \u233?l si se opusiera a ello. Los efectivos que entren en combate estar\u225?n formados por dos briga das de infanter\u237?a canadiense. y la opini\u243?n p\u250?blica. H. en Bridport. la flota estar\u225? constituida por 51 unidades de apoyo y 191 de dese mbarque. un batall\u243?n de carros y una unidad de in genieros. Incluso encuentra un argumento v\u225?l ido para consentir en la supresi\u243?n del bombardeo preparatorio: las ruinas y escombros de las casas derruidas ser\u237?an un impedimento para los carros que a toda velocidad deben dirigirse hacia el sur para proceder a la captura del cu artel general de Arques.\u170? Divisi\u243?n canadiense.\u170? Divisi\u243?n aerotransportada brit\u225?nica. Ni por un momento piensa en poner dificultades: Los hombres que est\u225?n a sus \u243?rdenes sue\u241?an con el momento en que al fin puedan combatir. Para estas maniobras se han elegido las playas \ u171?Yukon I\u187? y \u171?Yukon II\u187?. tendr\u225?n lugar lanzamientos de paracaidistas y el aterrizaje de tropas aero transportadas (planeadores) en los lugares designados. jefe de l a 2. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Las tropas que Roberts selecciona en su divisi\u243?n son trasladadas el 18 de mayo a la isla de Wigth.v\u237?ctimas entre la poblaci\u243?n civil. Roberts. al oeste de Pourville. Treinta minutos antes de la hora \u171?H\u187?. al este de Puys. del Canad\u225?. se mostrab a tambi\u233?n reacio a utilizar de un modo masivo la aviaci\u243?n contra los t erritorios y poblaciones francesas. donde son sometidas a un entr enamiento intensivo. el ca\u241?onero \u171?Locust\u187?. y un tropel de unidades menores (lanchas a motor y barcazas de asalto). siete transportes de trop as. por su parte. y en Berneva l. por su parte. En estos ataques por las alas intervendr\u225? \u2 50?nicamente la infanter\u237?a. El 11 y el 23 de junio efect\u250?an un ensayo general de l a operaci\u243?n de desembarco. justo delante del dique portuario. Los paracaidistas y las tropas transportadas en los planeadores perten ecen a la 1. la ribera est\u225? cubierta por id . se llevar\u225?n a efecto dos asaltos secundarios e n los boquetes de Puys (a 3 kil\u243?metros al este de Dieppe) y de Pourville (a 5 kil\u243?metros al oeste). Churchill. Muy por el contrario: el gener al Roberts da toda clase de facilidades. atacar\u225? de frente la playa de Dieppe. En c onjunto. queda decidido el plan general de la operaci\u243?n \u171?Rutter\u187?: la infanter\u237?a. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Despu\u233?s de tantas discusiones. al sur de Inglaterra. Los \u171?paras\u187? deb en encargarse de neutralizar las bater\u237?as costeras. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} \u191?Cu\u225?l es la opini\u243?n de los que deben e jercer el mando en el futuro campo de lucha? El general J. Los muchachos de los planeadores tienen que apoderarse del f amoso Cuartel General (que ya no existe). La Marina facilitar\u225? seis peque\u 241?os torpederos del tipo \u171?Hunt\u187? (cuyo desplazamiento no alcanza las I 000 toneladas). desde el principio ha dicho \u171?s\u237?\u 187?. as\u237? lo quiere Montgomery y lo comprueba personalmente Hug hes-Hallet. Los oficiales cuidan especialmente el estado moral de los soldados. ser\u225? el momento de la hora \u171?H\u187?{\s uper [7]}. Pero H ughes-Hallet sigue encari\u241?ado con la idea. y los correspondientes conti ngentes de artiller\u237?a y de ingenieros. La n ueva fecha escogida es la del 19 de agosto.\u176? Comandos brit\u225?nicos. es magn\u237?fica. Buena cosa . Otra vez est\u225? todo a punto.\u170? Divisi\u243?n canadiense se traslada a Wight el 18 de mayo. a los campos de acuartelamiento del Sussex. A los soldados se les di ce que deben olvidar \u171?Rutter\u187? y el desembarco en Dieppe. en Varangev ille. el papel de \u233?stos ser\u225? confiado a las unidades de \u171?comandos\u187?. que. El cuart el general de la 2. tambi\u233? . se endilga un uniforme de soldado de segunda clase y bajo el seud\u243?n imo de \u171?soldado Hallet\u187? vive durante varios d\u237?as el r\u233?gimen cuartelero en la isla de Wight.\u176? Regi miento de carros canadienses (el Calgary Regiment). la fecha se\u241?a lada para \u171?Rutter\u187? era la del 4 de julio. Despu\u233?s de aquella experiencia asegura que los canadienses \u171?luchar\u225?n como leones\u187?. Royal Hamilton Light Infantry y Essex Scottish Reg iment. En las playas \u171?Orange One\u187? y \u171?Orange Two\u187?. Todo el mundo es enviado nuevamente \u171?a sus lares\u187? . los comandos desembarcar\u225?n media hora antes. porque se ha convertido en el secreto de polichinela.' Brigada (general W. En Dieppe intervendr\u225?n el 3{\super er} y 4. Todas las unidades que han de participar en la operaci\u243?n se encuentra n ahora en el punto de concentraci\u243?n: la 4. los \u250?nicos extranjeros que participar\u225?n en \u171?Jubileo\u187? son los 50 \u171?Ranger s\u187? de una unidad de asalto americana. Entr e otras razones. Aparte \u233?stos. con los fusileros Mont-Royal. en Berneval. en el 3. La moral de las tropas. es decir. que. se siente m\ u225?s enamorado del proyecto que nunca.{\super \u170?} Brigada (general Sherwood Lett). el reg imiento Queen's Own Cameron Highlanders of Ca\u241?ada y el South Saskatchewan R egiment. Desde que tuvo ocasi\u243?n de c ompartir el r\u233?gimen normal de vida de los fogosos canadienses.\u176? se encuentran enrolados quince franceses y cinco alemanes antinazis. El plan experimenta alguna s ligeras modificaciones: Se renuncia a la intervenci\u243?n de la infanter\u237 ?a aerotransportada y de los paracaidistas (cuyo \u233?xito depende demasiado de l tiempo reinante). { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Como anteriormente se indic\u243?. Se ha decidido que las tropas pongan pie en las playas \u171?Wight\u187? y \u171?Red\u187? (en el mismo Dieppe) y en las \u171?Green\u187?' y \u171?Blue\u187? (respectivamente en Pourville y en Pu ys) a las 5 horas y 20 minutos. ya que seg\u250?n Montgomery. la 6. Tambi\u233?n se encuentran en Wight un batall\u243?n del 14. Montgomery se muestra categ\u243?rico: ya no ser\u225? posible montar la operaci\u243?n. con los batallones de los regimientos R oyal Regiment of Ca\u241?ada. Los resultados de aquellas maniobras no parecen muy satisfactorios. en cambio. Southam). en una operaci\u243?n de aquella naturaleza el \ u233?xito depende de la confianza y del optimismo{\super [6]}. La moral ha alcanzado su pun to m\u225?s alto. es decir.50. para verificar directamente el esp\u237?ritu que reina entre la tropa. y en las \u171?Yellow One\u187? y \u171?Yellow Two\u187?. El futuro triunfador de El Alamein abandona Inglaterra y deja de pensar en Dieppe. a las 4.\u233?nticos cantos grises. ya que sin el influjo de la oficialidad ninguna tropa en cualquier ej\u233?rcito del m undo mostrar\u237?a los reda\u241?os necesarios en el momento decisivo. Contra viento y marea conseguir\u225? v encer todas las oposiciones. Ni por un momento se interrumpen los ejercicios de entrenamiento y de instrucci\u243?n. El vendaval obliga a aplazar la operaci\u243?n. A fin de despistar al enemigo se rebautiza a la ope raci\u243?n con un nuevo nombre: \u171?Jubileo\u187?. tiene que ser pospuesta \u171?sine die\u187 ? en la fecha del 8. finalmente. de guarnici\u243?n en Ber neval. siguen la marcha de las operacione s desde Uxbridge. como se ve. Pero. en alta mar. y en el que el general Robert. totalmente ignorante de la que se prepara. buque insignia de Hughes\u8212? Hal lett. desgraciadamente. inclu so antes. la radio funciona mal.n hora inglesa. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Apenas las tropas han logrado asentar el pie en tierr a firme. por su parte. En este segundo destructor ha sido instalado un segundo puesto de mando. la casualidad interviene para convertir el plan minuciosamente ordenado en un estupendo embrollo. lo gastar\u225?n sin tasa. La \u250?nica consecuencia fue la pu esta en estado de alerta del personal de la Luftwaffe. teniente cor onel Durnford-Slater. Este es uno de los misterios inescrutables que concurren en esta operaci\u243?n: Despu\u233?s de haber contado con el efecto de sorpresa como el emento b\u225?sico del \u233?xito. Pero su mensaje no f ue recibido por el \u171?Calpe\u187?. el e . p rocuran refugiarse. El \u171?Calp e\u187? cruza a unas diez millas marinas de la costa. cuando s e hallen sobre la grava de las playas de Dieppe. otro de los ocho contratorpederos que participan en \u171?Jubileo\u187?. puesto que los alemanes. base del 1l. Con su carga de muertos y de heridos a bordo. todo el cuidado sistema result\u243? totalmente ineficaz. Pero no consideran necesario intervenir .. se dispersan y quedan totalmente a la deriva. mal que bien. En el \u171?Fernie\u187? se recibe el mensaje. comandante de las fuerzas de tierra de \u17 1?Jubileo\u187?. Al frente del puesto de mando del \u171?Fernie\u187 ? se encuentra el jefe de estado mayor de la 2* Divisi\u243?n canadiense. Los de m\u225?s. con sigue llegar al torpedero \u171?Calpe\u187?. El jefe del comando. tropieza con un convoy alem\u225?n que. jefe de las fuerzas navales{\super [9]}. es decir. De los 23{\i landingcraft} {\super [8]} que lo transportan \u250?nicamente siete unidades prosiguen su ruta. al igual que los dos buques mayores que les dan escolta. Los combatientes que en aquella noche arremeter\u225?n contra la fortalez a de Europa tienen las u\u241?as bien afiladas. cabotea desde Boulogne a Dieppe. Mountbatten y el mariscal del Aire Leigh-Mallory. en Inglaterra.40 horas. todo ha sido previsto para que marche bien. tambi\u233?n se notar\u225? la falta de jefes experimentados capaces de resolver situaciones de emergencia. En el campo aliado el hecho tiene derivaciones m\u225?s serias: El tercer comando resulta totalmente dispersado. En definit iva. El incidente ocurri\u243? a las 4. fallar\u225? el servicio de tra nsmisiones. despu\u233?s de saltar de uno a otro de sus barquitos. en t ierra en cambio.. para nada. En su reducida c\u225?mara se apretujan los oficiales que consultan los mapas del sector costero de Dieppe . jefe de la aviaci\u243?n. El ala izquierda de la armada atacante. Ya que a partir del momento en que comenz\u243? el ataque.\u176? Grupo de caza. innumerables aparatos de radiotelefon\u237?a. El \u250?nico capital del que dispondr\u 225?n los oficiales y soldados de \u171?Jubileo\u187? ser\u225? el de su propio valor y \u233?ste. En el limitado espacio han sido instalados. Entre los estados mayores. Porque uno de los aspectos de \u171?Jubileo\u187? al qu e se ha prestado mayor atenci\u243?n ha sido el de las transmisiones. Buen ejemplo de ello es lo que ocurri\u243? frente a Berneval: Los radares de Portsmouth hab \u237?an se\u241?alado la presencia del convoy alem\u225?n. ha instalado su puesto de mando. bienes verdad. tampoco se muestran aquella noche demasiado eficaces: creen que se trata de una simple escaramuza mar\u237?tima. id\u233?ntico al del \u171?Calpe\u187?. \u191?Acaso aq uel fortuito encuentro comprometer\u225? la marcha de la operaci\u243?n? No por cierto. la que se dirige hacia Berneval. puesto que las \u243?rdenes son de hacerlo \u250?nicamente en caso de extrem ada gravedad. En vista de ello. Por desgracia. los de Portsmouth comuni can con el \u171?Fernie\u187?. se decide la anticipada puesta en marcha de d os acciones secundarias que forzosamente habr\u237?an de poner sobre aviso al en emigo. y que debe sustituirle en caso de grave emergencia. adem\u225?s. C. Faltan diez minutos p ara el instante decisivo. Para evitar que sus rostros desta quen en la oscuridad los han cubierto con grasa negra. cerca de la iglesia alguno comenta: \u171?(Qu\u233? pena no poder subir a l campanario!\u187?).F. Cinco minutos ant es de la hora se\u241?alada.P. que no han resultado hundidas deciden abandonar la playa. por lo menos en este sector.P. a las 5. tres del 170 y dos \u171?Oerlikon\u187? antia\u233?reos. La R. A las ocho y media.C. Frente a ellos. Todo el comando. Son las 5 horas con 40 (hora alemana). So n las seis y media y ya es pleno d\u237?a. y tres cuartos de hora m\u225?s tarde se encuentran cerca de las primeras casas de Berneval. \u201?xito completo: Los canadienses logran apoderarse de la bater\u237 ?a. el acantilado de Belleville. El incidente del c onvoy no ha tenido consecuencias. A bordo de la L.C.. Habiendo sido los p rimeros en desembarcar. es decir. C uando atraviesan el pueblo se cruzan con el cura y con varios paisanos. al oeste de Berneval. Los hom bres del comando franquean el obst\u225?culo con toda facilidad. mi comandante? \u8212?Las \u243?rdenes son desembarcar y destruir l a bater\u237?a. Los vig\u237?as de la Luftwaffe y de la artille r\u237?a se hallan apostados m\u225?s al este. \u8212?\u191?Qu\u2 33? hacemos. Despu\u233?s del encuentro con el con voy. Ahora apenas quedan un centenar. que se encontraba a una distancia de 15 kil\u243?metros. R. resulta aniquilado. como una mancha todav\u237?a m\u225?s oscura. la gargan ta abierta en el cantil se encuentra obstruida por alambradas de espino. De acuerdo con el plan.C. con 110 soldados . lo hacen bajo una lluvia de proyectiles. en el otro extremo del esc . Llegan a la vista de los ca\u241?ones: cuatro piezas del 1 05. y no se han dado cuenta de nada. y durante m\u225?s de dos horas impedir\u225?n que desde Berneval se haga un solo disparo de ca\u241?\u243?n. A las ocho y media abandonan la playa enemiga y llegan a Newha ven poco despu\u233?s de mediod\u237?a: justo a la hora del almuerzo.N. ha iniciado el bombardeo.V. igualmente ser\u225?n los primeros en reemprender la vue lta a Inglaterra. las tripulaciones de las dos \u250?nicas L. En la sombra destac a. se trata de la bate r\u237?a 2/770. Van armad os con fusiles autom\u225?ticos y metralletas. quedan indemnes siete L. totalment e aislada. El teniente de nav\u237?o Buckee. eran 460 los combatientes del co mando que deb\u237?an rodear a los artilleros alemanes para reducirlos acto segu ido.nemigo tiene sus ideas al respecto: todo el material y hasta el \u250?ltimo de l os operadores resultar\u225?n aniquilados. en \u171?Yellow Two\u187?. Las seis canoas destin adas a\u171?Yellow One\u187? resultan menos afortunadas. Inmediatamente al lado se encuentra un radioemisor y el radar de la Luftwaffe. Los asaltantes rodean la posici\u243?n.P. Young y los hombres regresan a la playa donde Buckee les aguarda. los que m\u225?s suerte tienen son los qu e caen prisioneros. designado para tomar el mando en \u171?Yellow Two\u187?. un centenar de hombre s aproximadamente.R.{\super [10]}: seis de ellas pertenecen al grupo que hab\u237?a de desembarcar en \u171? Yellow One\u187?. Los asaltantes realizan un esfuerzo sobrehumano para neutralizarlas. interroga a Young. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Otra temible bater\u237?a era la de Varengeville. la s\u233?ptima.{\super [11]} que se halla al frente de la L.. La garganta que da acce so al pueblo se encuentra erizada de ametralladoras. ocult\u225?ndose en un campo de trigo y cuando tienen a los alemanes bien a la vista comienzan a disparar con todas su s armas. es todo lo que queda del grupo destinado a tomar tierra al oeste.45. Del otro lado. que cuenta con una dotaci\u243?n de 150 hombres.P. \u8212?\u161?Pues vamos all\u225?! Del campo enemigo no llegan s ignos de la menor reacci\u243?n.A. a la entrada de Berneval. que navega en solitar io van diecisiete soldados y tres oficiales \u8212?entre ellos el comandante You ng. a dos kil\u243?metros de distanci a. al este de la bater\u237?a enemiga. Las p\u233 ?rdidas han sido m\u237?nimas: apenas dos o tres heridos. los primeros desembarcados po nen pie en la playa y r\u225?pidamente se dirigen hacia el acantilado. Despu\u233?s de cumplida su misi\u243?n. Para proceder a su destrucci\u243?n. Lovat. Vencida la \u250?ltima resistencia. Los ingleses son tiradores escogidos. los comando s. al igual que Durnford-Slater dispon\u237?an de una total libertad de acci\u243 ?n: sus comandos eran independientes. inicia sus ataques. al norte y al oeste de la bater\u237?a 813. a las \u243?rden es del teniente coronel Lovat. el tercer comando. Mills-Roberts fue el primero en tomar posiciones: Desde un bosquecillo alejado un centenar de metros de los reductos alemanes. Para llegar a su objetivo los atacantes se vieron obligados a cruzar todo el pueblo hasta alc anzar el puente sobre el r\u237?o Scie y durante el recorrido tuvieron que sopor . El grupo \u171?Orange One\u187? (80 hombrea al mando del mayor Mills-Roberts) trepar\u225? hasta el pueblecito de Vasterival por los escalones tallados en una estrecha falla que se abre en el cantil. El comandante de la unidad. resiste hasta el momento en que una bayon eta lo deja clavado en el suelo. abre el f uego inmediatamente. Por d esgracia se desviaron algunos centenares de metros hacia el oeste. Cuando el batall\u243?n del So uth Saskatchewan Regiment desembarca en Pourville (playa \u171?Green\u187?) a la s 5 horas y 52 minutos. modernos y potentes. A la cabeza de sus tropas. coincidiendo con la intervenci\u243?n d e lord Lovat y de sus hombres. despu\u233?s de dar un rodeo. que resultar\u225? un fr acaso a medias. dentro del cuadr\u243? general d e \u171?Jubileo\u187?. puesto que se mantienen a prudente distancia. Al tercer disparo consiguen que salte el \u171?stock\u187? de municiones que los alemanes ten\u237?an apiladas cerca de las piezas. consiguen acallar el fuego de las armas menores alemanas. los defensores est\u225?n all\u237?: comienza a o\u237?rse el tableteo de una ametralladora dos o tres minutos despu\u233?s de que los atacan tes han puesto pie en la playa. Despu\u233?s. pes e a la llegada de los refuerzos alemanes. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Las{\i }do{\i s} acciones de comando que hemos referido ser\u225?n los \u250?nicos \u233?xitos logrados por los atacantes en aquella ma\u241?ana del 19 de agosto. A continuaci\u243?n se retiran con orden. capit\u225?n Sch\u243?ler. excepto cuatro. protegidos por seis reductos defe nsivos (provistos de ca\u241?ones anticarro y ametralladoras). A continuac i\u243?n tendr\u225? lugar el desembarque en Pourville. desembarca a la hora se\u241?alada. enfundado en un chaleco de punto y unos pantalones de pana. Hay que se\u241?alar que Lovat . que resulte un \u233?xito. no queda sino atacar. El otro grup o(l70 hombres conducidos por lord Lovat). no sin antes haber alineado en lugar visible los cad\u225?veres de l os camaradas muertos (dos oficiales y diez soldados). Se trata de s eis ca\u241?ones del 150. Todos los{\i servidores} alemanes de la bater\u237?a 803 quedan tendidos sobre el campo o ti enen que huir. un centenar de ar tilleros sirven las piezas. Lovat embiste en un ataque a la bayoneta. envueltos los cuerpos en l os pliegues de la Uni\u243?n Jack. Ser\u225? la \u250?nica operaci\u243?n. Sin embargo. respectivamente.F. aunque desordenad a. En la operaci\u243?n encomendada al arist\ u243?crata ingl\u233?s. A las siete{\i y veinte} la R. A continuaci\u243?n los atacantes hacen entrar en liza sus mo rteros. El efecto de sorpresa es t otal. que no llegan a entablar combate con e l comando brit\u225?nico. la reacci\u243?n del enemigo es violenta. que lord Lovat hace prisioneros. situ adas. en las playas \u171?Orange One\u187? y \u171?Orange Two\u187?.A. El repliegue se realiza sin dificultades. Sin embargo. todo podr\u237?a haber ido bien si las lanchas de desembarque hubieran tomado tierra en los puntos previstos. cumple totalmente la misi\u243?n as ignada. sin abandonar un solo instante su carabina. expertos dinamiteros.enario. todav\u237?a no ha amanecido. tiene qu e ocupar posiciones en el otro flanco de la bater\u237?a. las 5 horas y 50 minutos. Los desastres vendr\u225?n luego. hacen saltar las piezas. que llevaban un poco de retraso debido a que ante s de alcanzar sus posiciones de ataque han tenido que vencer la resistencia de u n par o tres de patrullas alemanas. una compa\u241?\u237?a se apodera de ella. muchachos!. y as\u237?. A las 9 horas y 45 minutos el mayor ordena la retirada. que. pero no c onsigue hacer llegar al barco la petici\u243?n{\i de} apoyo. A las 11 aproximadamente se halla de nuevo en la posici\u243?n ocupada por los South Saskatchewan. El teniente coronel se quita el casco. otras dos compa\u241?\u237?as del comando se ven detenidas por el fuego de unas ametralladoras que defienden el acceso al puente. Law. En aquel punto se dispone Law a cruzar el r\u237?o. Al este del r\u237?o Scie hab\u237?a desembarcado una compa\u241?\ u237?a de los South Saskatchewan. a dos kil\u243?metros y medio de la costa. Toman tierra al son de las gaitas. Se da cuenta de que los South Saskatchewan se enc uentran en una situaci\u243?n muy precaria. decide avanzar hacia el interior. La escarpadura occidental. Empeoradas a\u250?n por l . alambradas de espino y nidos de am etralladoras. Toma el ma ndo del sector el coronel Law. enjuga el sudor de su frente. Uno de los primeros en cae r es su jefe.. donde se alojaban los trabajadores extranjeros de la Organizaci\u243? n Todt. con la cabe za descubierta. La misi\u243?n encomendada a esa uni dad es \u171?avanzar a lo largo de la orilla oriental del r\u237?o Scie\u187? pa ra tomar contacto en el bosque des Vertus. donde reciben una amistosa bienvenida por parte de la poblaci\u243?n fra ncesa. el teniente coronel Gostling. al frente de los Camerons. duramente hostigados por et enemigo. el oriental. En una segunda oleada desem barcan los Cameron Highlanders of Canada. un simple p aso asfaltado que un pretil protege a un lado y a otro. Despu\u233?s del paso del puente prosig uen las dificultades. Ello har\u225? que el r eembarque se efect\u250?e en p\u233?simas condiciones. Por culpa de un error del servicio de transmisiones los ocupantes d el promontorio oeste han evacuado aquella posici\u243?n. Los alemanes apenas la ten\u237?an fortificada: En la Maison-Blanche \u 8212?un puesto de guardia\u8212? los canadienses sorprenden a una docena de alem anes que dorm\u237?an la juerga de la noche anterior. \u161?Ya veis que no hay peligro! \u161?Seguidme todos! \u161?Hacia el edificio blanco del otro lado!\u187? Las cinco o seis secciones que vacilaban se ponen a l fin en movimiento. cinco kil\u243?metros tierra adentro. Hace calor. no ofrece apenas resistencia. Pero tos carros de combate que esperaba encontrar en el bosque des Ver\u8212? tus no han acudid o a la cita: En los terrenos elevados y cubiertos de arboleda que dominan la ori lla s\u243?lo se divisan fuerzas enemigas que se aprestan a contraatacar en dire cci\u243?n de Pourville. La sangre fr\u237?a de un solo valiente ha resuelto una sit uaci\u243?n que se hac\u237?a peligrosa. por el contrario. Todav\u237?a queda un duro trago: el reembarque. ser\u225? es ta unidad la que penetre m\u225?s profundamente en territorio franc\u233?s: en s u progresi\u243?n alcanzar\u225? Petit-Appeville. Las s\u243?lidas defensas que protegen la falda del otero no podr\u225?n ser dominadas sin ayuda de la artiller\u237?a. las cosas ocurren de un modo muy distinto. la decisi\u 243?n depender\u225? de lo que ocurra en otro fugar. Es necesario actuar r\u225?pidamente . \u171?\u161?Vamos. Los alemanes lo ten\u237?an bien defendido por un completo sistema de blocaos. El objetivo m\u225?s importante de los qu e atacan en Pourville lo constituye el acantilado que por el este limita los 800 metros de playa. y ocupan la Kommandatur y el Casino. Merr\u237?tt abandona el puest o de mando que ha instalado en la playa y se dirige hacia el puente.tar un nutrido fuego de ametralladora.. En el otro acantilado. con los tanques \u171?procedentes de Dieppe\u187?. Pero la peque\u241?a unidad no tarda en verse envuelta por los alemanes. entre tanto. que al principio progresa r\u225?pidamente hac ia su objetivo: la estaci\u243?n de radar que se encuentra a I 500 metros en el camino de Dieppe. comandante del batall\u243?n. avanza por en medio del puente. Protegidos por \u233?stos ha br\u225?n de proseguir hacia el aer\u243?dromo de Dieppe Saint-Aubin. A pesar del valor demostrado por Merritt. despu\u233?s de un breve asalto. A continuaci\u243?n se atrincheran en los jardines y villas de los alred edores. su actuaci\u243?n no ser\u 225? decisiva en el resultado final de las operaciones en Pourville. Un poco m\u225?s al oeste. que se encuentra en el camino de Diep pe. per o con una hora de retraso. Con las tropas ha desembarcado un observador del contratorpedero \u171?Albrighton\u187?. All\u237? pone de manifiesto sus buenas condiciones de oficial el tenien te coronel Merritt. Aquella demora hace que deban soportar un duro fuego de ametralladora procedente del promontorio del este. han e xperimentado el veinte por ciento de bajas. entre ellos. Pourville habr\u225? constituido un semi fracaso. Una de ellas. que deja 400 metros de fondo marino al descubierto.\u187? A las s eis y quince: es decir. Pero aquella obra de defensa. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Donde ocurre la cat\u225?strofe es en Puys. Algunos alemanes ni siquiera han tenido tiempo de ponerse el unif orme. Al pie del dique solam ente se ven cuerpos inm\u243?viles: los de los muertos y los de aquellos que. ninguno m\u225?s de los que all\u237? desem barcaron lograr\u225? volver a Inglaterra. Pero en cuanto alguno se apartaba. que se le vanta en el jard\u237?n de una casita de ladrillos. total mente desamparadas. C ada extremo de aquella obra se apoya en dos altos acantilados que dominan la pla ya desde una altura de 50 metros.a bajamar. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i . hab\u237?a pasado desapercibida a los ojos de los que estudiaron las fotograf\u237?as a\u233?reas. Solamente vuelven a Newhaven 65 soldados. puesto que a fin de cuen tas s\u243?lo cay\u243? prisionero. pr \u225?cticamente inexpugnable. Mucho menos se dieron cuenta d e que todos los edificios que dominaban el dique hab\u237?an sido convertidos en nidos de armas autom\u225?ticas. Por causas que no se han puesto en claro las lanc has de desembarco desfilaron justo por frente de Dieppe antes de llegar a la pla ya de Puys. La playa de Puys tiene una longitud de 250 metros. Las bajas \u8212?muertos. la primera oleada ha quedado destruida. en todas las casamatas de la zona se encuentran los defensores con el a rma aprestada.S. Las tropas. un erizo de armas autom\u225?ticas.\u187? El que as\u237? habla pod\u237?a considerarse afortunado. En algunas de las lanchas los oficiales de marina tienen que amenazar a los hombres con sus pi stolas para decidirles a emprender el camino de la playa. Cuando los botes de los asaltantes se encu entran a cien metros de la orilla se desencadena un fuego infernal: ametrallador as. Aunque ni siquiera aquel breve lap so podr\u225? ser aprovechado. las dos \u250?ltimas naves se han hecho a la mar. morteros y fusiles anticarro. Los dem\u225?s que no murieron son hechos pr isioneros por los alemanes. visten sus pijamas o camisones. El fuego m\u225?s violento procede de las ca samatas situadas en el acantilado del este. in demnes o heridos. sig uiera cincuenta cent\u237?metros. \u161?cinco minutos despu\u233?s del instante en que se inici\u243? el desembarque! La segunda ola sufre la misma suerte. 554 hombres del Royal Regiment of Ca\ u241?ada participan en la operaci\u243?n de la playa \u171?Blue\u187?. en especial. \u171?A las 6 horas y 15 minutos. procuran pasar por cad\u225?veres. Cuando a la un a y 15 minutos. U na vez m\u225?s Merritt se comporta como un bravo. han de recorrer aquel largo trecho a la vista del enemigo. heridos y prisioneros\u8212? se el evan al 65 por ciento de los efectivos. Uno de esos desgraciados di r\u225?: \u171?Al pie del dique nos encontr\u225?bamos en un min\u250?sculo \u22 5?ngulo no dominado por el fuego enemigo. Ello hace que en vez de la media hora de oscuridad prevista para el desem barque s\u243?lo se disponga de diez minutos.A. Para l os defensores basta y sobra. realmente. Aquello puso a los alemanes sobre aviso: Cuando se inicia la operaci \u243?n. Al frente de unos pocos eleme ntos de su batall\u243?n cubre la retirada de todas las unidades. 32 heridos. ven\u237?a la bala que se lo llevaba. que no llegaron a de sembarcar. 228 perde r\u225?n la vida.. los alemanes l o hacen prisionero. Aparte la dotaci\u243?n de dos o tres C. coronado por una espesa red de alambre de espino. Se trataba de una aut\u233?ntica trampa para c azar a los incautos que se aventurasen en ella. La primera oleada trae un retraso de veinte mi nutos. A todo lo largo de la misma los defensores hab\u237?an construido un dique de tre s a cuatro metros de altura. parece. Un oficial alem\u225?n env\u237?a un parte. Sobre el dique de hormig\u243?n han sido apost adas dos secciones: una de la Wehrmacht y otra de tropas de la Luftwaffe. {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Los Black Watch of Ca\u241?ada. Entre tanto. que manda las fuerzas de esta tercera oleada consigue franquear el temible dique a las 7 horas con 30 minutos. Tras la cortina de humo lanzada por los aviones. tomand o como punto de partida la playa de Puys. justo enfrente de la expl anada que se extiende tras de las d\u225?rsenas del puerto. Las piezas de cuatro torpederos machacan la cortina de edificios que. apostados en lo alto del dique arrojan granadas de mano sobre los canadienses acurrucados al pie del muro . en apoyo de los previstos desembar ques en las zonas \u171?White\u187? y \u171?Red\u187?. Apenas hab\u237?a p odido avanzar 200 metros. cuya \u250?nica misi\u243?n era mantener el contacto con el \u171?Garth\u 187?. le siguen 20 oficiales y soldados. por lo menos. Desde las ocho horas. limitan aquella e xplanada. La recogida de los heridos se prolonga hasta las tres de la madrugada del d\u237?a siguiente. Las bajas alemanas han sido dos muertos y nueve heridos. se ha logrado desembarcar en Puys. que se encuentra a una distancia de I 500 metros en l\u237?nea recta. se vean privados de su jefe. no llega ninguna noticia coherente. que hab\u237?a de proteger el desembarque. De la playa \u171?Blue\u1 87? no le llega noticia alguna. Pero aqu\u237? se d emostr\u243? una vez m\u225?s que los servicios de transmisiones no marchaban. constituyen la tercera oleada. da por hec ho que. A un mensaje que dice \u171?todo va bien{\i \u187? }sigue otro en el que se comunica que los Roy\u225?is no han podido desem barcar. los alemanes. La misi\u243?n de Catto consiste en apoderarse de aquella posici\u243?n. pero el \u233?xito de la operaci\u243?n emprendida por el Royal Regiment es fundamental. no hay fo rma de intentarlo. Al desembarcar re sultan algo mejor librados que los camaradas que les precedieron. reforzados por alguno s elementos de los Roy\u225?is. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} A las seis y quince horas de la ma\u241?ana cinco esc uadrillas de \u171?Hurricanes\u187? barren con sus ametralladoras de a bordo los mil quinientos metros de la playa de Dieppe. se acercan las L. Tampoco de las dem\u225?s. En la hora que sigue aquellos de los Roy\u225?is que superviven van rindi \u233?ndose uno tras otro. observador del contratorpedero \ u171?Garth\u187?. su tr\u225?gica situaci\u243?n? Al desembarcar perdi\u243? su \u171?talkie-walki e\u187?. A las nueve florece el primer pa\u241?uelo blanco en el ca\u241?\u243?n de un fusil. que con sus fuegos dominan todo el terreno que rodea el puerto.P. recibe desde Puys el mensaje que definitivamente le hace conocer la amarga novedad: \u171?\u191?E xiste alguna posibilidad de que se nos evacue?\u187? Desgraciadamente. no consigui\u243? siquiera que los ca\u241?ones de \u233?ste ajustasen su tiro y lo dirigieran sobre las edificaciones del acantilado. B rowne.C. tres horas m\u225?s tarde. A bordo del \u171?C alpe\u187? Roberts se-siente terriblemente angustiado. cara al mar. en Dieppe no habr\u225? nada que hacer. L as ventajas que reporta aquella haza\u241?a resultan irrisorias: En realidad lo \u250?nico que con ella se logra es que los hombres del batall\u243?n. con mayor o menor trabajo. Robert sabe que si se fracasa en Puys. El promontor io que por el este domina\u8212? las playas de Dieppe constituye la posici\u243? n clave: En aquel punto los alemanes tienen emplazada una bater\u237?a y nidos d e ametralladora. Toda v\u237?a dispon\u237?a del capit\u225?n Browne. A las siete y media Roberts ordena que los Roy\u225?is se dirijan por ti erra hacia la playa \u171?Red\u187?. cuya situ aci\u243?n no puede ser m\u225?s apurada. Este tend r\u225? que rendirse a los alemanes a las cinco de la tarde.. \u161?de Dieppe! Naturalmente. Puede supo nerse su desesperaci\u243?n cuando. El teniente co ronel Catto. \u191?Por qu\u233? no se\u241?al\u243?. su radiotelegrafista hab\u237?a muerto en el acto y la emisora del bata ll\u243?n result\u243? hecha pedazos por una r\u225?faga del fuego enemigo.. . Estos no se encontraban en sus puestos. Los marinos que las conducen multiplican los actos de hero\u237?smo. los tiradores escogidos que se esconden en los tejados de las casas. al igual que no tuvo en cuenta la acci\u243?n del enemigo co ntra los operadores de radio. ha producido unos efectos positivos. cuyos fuegos barren la playa a todo lo largo. los ho mbres del R. as\u237? como los disparos cruzados de las ametralladoras y de los morteros apostados en los cantiles. Otras dos L. la mayor\u237?a de ellos hab\u237?a muerto{\super [14]}. El plan de operaciones preve\u237?a que los zapadores \u171?a brieran brecha\u187? en aquellos muros. Dos de los tanques se hab\u23 7?an puesto en marcha antes de que la barcaza que los transportaba llegase a la orilla y se hundieron en el agua. y del Essex Scottish se encontraban inmovilizados en terreno descubierto y teniendo que soportar el fuego infernal que les enviaban desde las casas del bulevar. Entre los bloques de cemento de la escollera h an plantado un viejo tanque franc\u233?s de la guerra de 1914. son hundidas antes de que consigan alcanzar la orilla. los alemanes han levantado un peque \u241?o blocao tras de cuyos muros de hormig\u243?n se parapetan los servidores de un ca\u241?\u243?n antitanque. juntamente con la primera oleada de infanter\u237?a que deb\u237?a tomar pie en las playas \u171?White\u187? y\u171?Red\u187?{\super [12]}. Los tres \u171?Churchill\u187? avanzan pes adamente por la parte oriental de la playa. que consiguen desembarcar sin grandes dificultades.H. Para los tanquistas aquello s\u243?lo significaba haber superado el prime r obst\u225?culo: hab\u237?an logrado escalar la muralla del mar por la subida e n declive.C. para conseguirlo. atravesar la explanada y llegar a los inmuebles del bulevar Gambetta. suelta los tres carros que transporta. se van a pique o explotan. El desembarque de los tanques llega a efectuarse con penas y trabajos: La primera L. e n tanto que los alemanes. con la misma tranquilidad que si estuviesen en una barr aca de feria. Per o era necesario. El ataque a\u233?reo.C.C.C. los canadienses hubieran podido franquear la muralla del mar (de unos d os metros de alto). Tuvieron que hacerlo por sus propios medios. Otros quedaron inmovilizados en la misma playa por la irreparable aver\u237?a de sus cadenas causada por los cortantes guijos. que deb\u237?an asegurar la coordinaci\u243?n entr e los diversos centros de la lucha.T. la ayuda de los tanquistas r . co mo si tirasen al blanco. Los germanos no tardan en recobrar su esp\u237?ri tu combativo. ya que no pudieron contar con las \u171?pasarelas de ma dera\u187? que deb\u237?an tender los zapadores. Los alemanes ocupan sus puestos en las edificaciones afectadas a l a defensa y en las casamatas que se levantan en los acantilados que por ambas al as cierran la lengua de playa.I. Aquel viejo artil ugio har\u225? un buen trabajo: su ca\u241?\u243?n disparar\u225? m\u225?s de 20 0 obuses. zozobran. que los carros de asalto no sufriesen ning\u2 50?n retraso al ser desembarcados. Si los defensores hubiesen tardado algunos minutos m\u225?s en rea ccionar. Pero el famoso plan no hab\u237?a consid erado la posibilidad de que los alemanes diesen buena cuenta de aquellos impresc indibles zapadores. Por fin son desembarcados 27 carros. relevando con su fuego al de los aviones que acababan de desencadenar su fulminante ataque. la acci\u243?n de los \u171?Hurricanes\u187? no se ha prolongado por m\u225?s de c inco minutos. De todos modos. Pero las L. pero en el acto el fue go alem\u225?n la env\u237?a a pique. pero no ten\u237?an ninguna posibilidad de atravesar los parapetos de hormig\u243?n que obstru\u237?an la entrada de todas las calles que desembocaba n en la explanada. La operaci\u243?n de desembarco tiene lugar en medio de una granizada de proyectil es. en el muelle del Oeste. Estaba previsto que los nueve primeros desembarcasen a la s 6 horas y 20 minutos.T. Entre tanto.P. M\u225?s peligroso y mort\u237?fero r esulta el promontorio del este. Son los j\u243?venes reclutas de los regimientos Royal Hamilton Ligh Infantry y Essex Scottish.que transportan la primera oleada de asaltantes. Una segunda L. Cinco carros lograron al fin franquear la muralla del mar. cuyas primeras casas se encuentran a unos 200 metros de la orilla. Pero los carros llegaron con quin ce minutos de retraso. pero la mitad de su tripulaci\u243?n pierde la vida. logra tambi\u233? n poner en tierra su cargamento. convertidas en coladores. Desgraciadamente.{\super [13]} no soltaron su carga hasta las 6 horas con 35 minutos. prosiguen rociando con su fuego aquellos indefensos objetivos. Al pie del acantilado. Las lanchas de asalto.L.T. si bien no ha parali zado a los defensores. Unas secciones del Royal Hamilton logran adue\u241?arse de los do s primeros pisos del edificio. El ten iente coronel Jasperson intenta por tres veces franquear la muralla del mar. flanquea el parapeto de hormig\u243?n. Para los \u171?Churchill\u187?fue el bautismo d e fuego y la prueba result\u243? concluyente: Los proyectiles germanos de 37 mil \u237?metros nada pod\u237?an contra su blindaje. pero entonces quedaron con vertidos en piezas acorazadas de artiller\u237?a de campa\u241?a que con sus fue gos cubr\u237?an a los infantes.L. S e entabla una lucha feroz. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} La situaci\u243?n de los infantes canadienses no pued e ser m\u225?s precaria: desesperadamente buscan cualquier cosa tras de la cual parapetarse. Hubiera sido necesario que los alemanes dispusieran de sus piezas antitanques del 75. Ayudado por la suerte (q ue por algo se dice acude en auxilio de los audaces). L os refuerzos alemanes llegan en tromba. que ocupan la extremidad oriental de la playa.I. Despu\u23 3?s de dar algunos infructuosos paseos por encima de la muralla. de una a otra ventana. A la derecha. dado buena cuenta de algunos tiradores aislados y contestado a los gritos de entusiasmo de algunos paisanos franceses que no llegaban a dar cr\u233?dito a lo que ve\u237?an sus ojos. Esto es todo lo que consiguen los R. La tercera planta sigue en manos de los alemanes. casi todos los tanques fueron inmovilizados por el fuego adversario. lo imped\u237?an los muros de hormig\u243?n que ell os mismos hab\u237?an levantado. Pero los alemanes hormiguean en \u233?l. Desgraciadamente. de las casas que lo flanquean. per o despu\u233?s del tercer fallido ensayo decide que las cosas sigan como est\u22 5?n: que cada uno procure buscar un cobijo donde buenamente pueda. El sargento S tapleton no comparte el resignado esp\u237?ritu de renuncia de su jefe superior. no sin antes haber puesto en fuga a una patrulla enemig a. pero no las pod\u237?an llevar al lugar de la lucha.C. pero en su avance no llega muy lejos. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Una segunda penetraci\u243?n de los canadienses en la ciudad es la del sargento de ingenieros Hickson. consigue franquear la muralla seguido por quince de sus hombres. seguido por alguno de sus hombres. sus intentos por penetrar en la poblaci\u243?n tropiezan con dificultades todav\u23 7?a mayores: Ellos no disponen siquiera del Casino como lugar de refugio. Hill no puede proseguir su avance. No importa: El capit\u225?n Hill. En cuanto l as tropas del Essex Scottish. Para demostrarle que \u171?s\u237? se pod\u237?a intentar algo\u187?.esult\u243? valios\u237?sima para sus camaradas de la infanter\u237?a.H. el Royal Hamilton intenta abrirse camino hacia el in terior de la ciudad pasando a trav\u233?s del Casino. El edificio de \u233?ste s e extiende desde el dique al bulevar. se adue\u241?a de la entra da del bulevar. La misi\u243?n que se le hab\u 237?a se\u241?alado era la voladura de la central telef\u243?nica. Limpia de defensores cuatro o cinc o casas. Su arriesgada incursi\u243?n no ha llegado a rebasar los 300 metros. se desl iza hasta el patio interior de una manzana de casas y consigue llegar hasta la p laza de Saint-R\u233?my.T. A las once el capit\u225?n y sus hombres tienen que refugiarse nuevamente en el Casino. en medio del estallido de los cristales que saltan en mil pedazos y en la que son frecuentes los singulares duelos a muerte. A \u250?ltima hora de la ma\u241? ana tiene que replegarse. semiderruida. y hace saltar por los aires vario . desemboca en la fachada trasera del Casino. Hickson logra abrir brecha en las alambradas que cierran la playa por la izquierda del Casino y consigue deslizarse hasta el casco urbano. igual sirve un mont\u243?n de guijarros que el casco de una L. al tiempo que ruge m\u225?s bien que grita: \u171?\u161?Media vuelta! \u161?Media vuelta!\u187 ? Su gesto heroico pone a salvo a la mitad de su comando. Y de tal modo se hallaba ausente de la realidad. absolutamente todo.s camiones cargados de alemanes.. por ejemplo . con los obuses de tod os los calibres levantando nubes de espuma a su alrededor.. se encontraba un general. en una palabra: se queda solo matando a diestro y siniestro. su jefe. un joven teniente coronel de veintisiete a\u241?os) y le ordena que acuda a refo rzar a los del Essex. Por fortuna para \u233?stos. Sus \u250?nicas reservas son los f usileros del Mont Royal (canadienses franceses) y un comando de los Royal Marine s brit\u225?nicos. Pero \u233?sta es la \u250?nica haza\u241?a que se puede apuntar e n el haber del Essex Scottish.\u187? Roberts piensa que hay que explotar a f ondo la situaci\u243?n favorable en que cree. aunque exist\u237?a una disculpa: la acci\u243?n de los alemanes. lo ignoraba todo. Los e scasos partes que llegan a ellos desde el teatro de la lucha han seguido las v\u 237?as m\u225?s extra\u241?as y por el camino los primitivos textos experimentan deformaciones y cambios siempre en sentido del optimismo. cuando Jasperson utiliza la \u250?ltima miserable reliquia que a\u250?n conser va de su primitivo sistema de transmisiones (un \u171?talkie-walkie\u187?) y hac e saber que \u171?doce de sus hombres se encuentran en el casco urbano\u187?. est\u225?n en una total ignorancia de lo que ocurre. Pero Roberts lo ignoraba. antes de caer \u233?l mismo acribillado por la metralla. \u161?para que juntos den \u171?el golpe decisivo\u187?! Aquella ma\u241?ana las transmisiones funcionaron muy mal.C. frente al Casino. Se trata del general Southam. En cambio. que se refiere al combate del Casino. Hace que se presente el jefe de los Mont Royal (M\u233?nard. se yergue en el puente de la embarcaci\u243?n sacudida por las explosiones y hace se\u241?ales desesperadas a los que lo siguen. que cuando recibe un mensaje ligeramente optimista. l e basta un segundo para calibrar la magnitud de la cat\u225?strofe. la falta de clarividenc ia y en ocasiones la dejadez de los jefes atacantes no era en modo alguno imputa ble al enemigo. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En la reducida c\u225?mara atiborrada de mapas y de i n\u250?tiles aparatos de radio.* Brigada. As\u237?. Enfunda sus guantes blancos. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 . los dos jefes de la expedici\u243?n. Cuando su lancha de desembarco se acerca a la costa.?\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Ciertamente. en perfectas condiciones de funcionamiento . Southam se limita a p reguntar al comandante Rolfe: \u171?\u191?Qu\u233? demonios viene a hacer hache esa gente. Mientras los pobres fusileros se acercan en sus L.. el teniente coronel Phil ipps tiene ojos para ver. resguar dado tras de un abrigo de fortuna y que ten\u237?a al alcance de su mano un veh\ u237?culo de los servicios de enlace.P. En la playa. cuyos contingentes se encuentran en una situaci\u 243?n tan apurada como la de Royal. aquellos canadienses del Mont Royal nada ten\u237?an que hacer en la playa. Cuando aquel jefe superior ve llegar los infelices \u171?refuerzos\u187? del Mont Roya l no piensa siquiera en enviarles una se\u241?al para que den media vuelta antes de desembarcar. hu\u233? rfanas de todo blindaje. en medio de una nube de metralla.. el general interpreta que \u171?Essex Scottish ha conseguido atravesar la playa y se encuentra en la poblaci\u243?n. d ecide enviar a la muerte al \u250?ltimo resto de sus reservas: Los Royal Marines brit\u225?nicos. Hughes\u821 2? Hallett y Roberts. que tiene bajo su mando a la 6. A las tres de la tarde la aviaci\u243?n alema na ha adquirido el dominio del aire... Q uiso aprovechar la ocasi\u243?n para imbuir al enemigo el temor (del que \u233?s te ya nunca se librar\u237?a) a una posible invasi\u243?n. se le despoja de su vestimenta militar. Roberts hace saber que \u171?las p\u233?rdidas han sido e levadas. qu e Roberts hab\u237?a dispuesto tomasen tierra en el sector \u171?Red\u187?. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Cuando el 8 de septiembre Churchill tuvo que dar expl icaciones en la C\u225?mara de los Comunes. seguido por alguno s camaradas. pero en calzoncillos. fueron{\i baja} 3 350: de ellos 2 710 muertos o prisioneros. Ello har\u237?a que l os alemanes decidieran inmovilizar en el Oeste fuerzas de cobertura cada vez m\u 225?s importantes. consigue abrirse paso hasta las d\u225?rsenas del puerto. Aquella parcial retirada se efect\u250?a en condiciones comatosas. En cuanto al m aterial. En este aspecto hay que considerar que el fracaso de Dieppe c umpli\u243? los fines que se hab\u237?a propuesto. Los lanchones y barcazas. Si me he referido a ella tan extensamente ha sido por . Pero aprovechando un descui do de sus guardianes consigue escabullirse y logra volver a la playa. pese a los denodados esfuerzos de la R. En la \u250?ltima frase-del mensaje se dec\u237?a que \u171?evidentemente hab\u237?a fallado el elemento sor presa\u187?. Por otra par te. Dubuc.\u187?. bajo un cielo en el que pululan m\u225?s y m\u225?s aviones. En realidad. para salvar el honor se realiza una t ercera penetraci\u243?n en la ciudad por el lado del Casino.A. La Royal Navy se ve obligada a interrumpir lo que m\u225?s que un reembarque co nstituye una operaci\u243?n de salvamento. Desde el \u171?Calpe\u187? dan suelta a una paloma mensajera. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} A las diez de la ma\u241?ana Hughes-Hallett convence a Roberts de que lo \u250?nico que queda por hacer es reembarcar. acribillados{\i por }los obuses. para calificar la operaci\u243?n. como es de rigor.F. Sin embargo. fueron algo m\u225?s que severas: De los 5 (XX)..{\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} La llegada de las reservas no remedia en nada la cata str\u243?fica situaci\u243?n. ni pensarlo. de los fusileros del Mont Royal. Esta \u250?ltima ha za\u241?a corre a cuenta del sargento Dubuc. pero que hab\u237?an desembarcado en el \u171?White\u187?. es cogi\u243? el t\u233?rmino ambiguo de \u171?reconocimiento en profundidad\u187?. Churchill cerr\u243? su discu rso con el siguiente p\u225?rrafo: \u171?Mi deseo hubiera sido no tener que habl ar de esta operaci\u243?n. en muchos casos marchando a la deriva (puesto que ha ca\u237?d o hasta el \u250?ltimo hombre de la tripulaci\u243?n) recogen en las playas prin cipales apenas 400 supervivientes. el Primer ministro no pod\u237?a hacer otra cosa: Inglaterra estaba en guerr a y Churchill sab\u237?a que los alemanes estar\u237?an atentos a su discurso. En el parte que llevar\u225? al cuartel general del Pri mer Cuerpo canadiense. Bastante fortuna se tendr\u225? si se consigue recuperar a los hombres. Al final es capturado y. Hasta cierto punto la denominaci\u243?n se ajustaba a la realidad. abatiendo a todo alem\u225?n que se le cruza en el camino. amigos o enemigos.. ametrallados.c anadienses que participaron en la operaci\u243?n. No hab\u237?an imaginado que los ac cesos a la playa estar\u237?an cerrados por muros de hormig\u243?n. otros. y que os exhorte a tom ar lo antes posible una decisi\u243?n en armon\u237?a con las circunstancias. responsable de la defensa. En el comedor del hotel du Pare.. la verdadera situaci\u243?n del mundo en guerra. la evidencia de ciertos imperati vos t\u225?cticos (por ejemplo. en el que esta vez participan una quincena de invitados. el mariscal P\u233?tain preside uno de esos almuerzos que suelen llamarse \u171?\u237?ntimos\u187?. os trasladarai s al Norte de \u193?frica para tomar el mando de las fuerzas francesas.que tengo en cuenta que no es posible ocultar a las m\u225?quinas fotogr\u225?fi cas del enemigo los signos de la actividad que reina en nuestros puertos y que a qu\u233?l puede comprobar en el curso de sus cotidianos reconocimientos a\u233?r eos. c\u233?lebre aviador que ocupa el puesto de agregado mi litar en la embajada de su pa\u237?s en Vichy. Parece que toda la pesadumbre del mundo gravit a sobre aquel parque de \u225?rboles sin hojas por el que. hasta cierto punto risibles. \u191?tiene usted algo concreto que proponerme? \u8212?S\u237?. desde la terraza de l a Restauraci\u243?n al pabell\u243?n de la \u171?Grande Source\u187? deambulaban anta\u241?o los ba\u241?istas de Vichy. Es hombre al que el general Franc o trata con deferencia. No sab\u237? an que al general Hasse. el personal de vuestra em bajada en Madrid me ha rogado que os exponga en nombre de todos. a pesar de que nadie ignora sus actividades en favor del rey exilado. se \u241?or Mariscal \u8212?Te responde Ansaldo\u8212?. Ansaldo aprovecha el momento en que los comensales se levantan par a acercarse a P\u233?tain: \u8212?Se\u241?or Mariscal. habr\u237?a de bastarle con situar en los lugares oportunos a los servidores de algunas armas autom\u225?tic as para controlar perfectamente la situaci\u243?n. entre curioso e incierto: \u8212?Pero. En la j ornada del 19 de junio los Aliados aprendieron muchas cosas: las condiciones que deb\u237?an reunir las lanchas de desembarque. Sin el antecedente de Dieppe es muy posible que los combates del 6 de junio de 1944 en Normand\u237?a no se hubieran podido plantear de acuerdo con los supuestos que condujeron a la esplendorosa victoria. A continuaci\u243?n. del jef e del Estado franc\u233?s. guste o no guste. hay que ponerles buena cara cuando pasan por Vi chy. entre los que P\u233?tain se siente a gusto. heridos y prisionero s. y con el mayor respeto. gen tes a las que. Pero cabe la duda de si realmente era necesari o pagar aquella ense\u241?anza al precio de tantos muertos. se encuentran tambi\u233?n unos pocos amigos..\u187? Imposible era hallar un mejor camuflaje tras del cual ocultar el aut\ u233?ntico significado de una operaci\u243?n cuya oportunidad pod\u237?a ser pue sta en duda. llegado el momento. Los dos hombres tienen que interrumpir la iniciada conversaci\u243?n: se ace . Todos sus compatriotas de l a embajada. el jefe del Estado pregunt\u243?. Es un d(a trist\u243?n y l\u243?brego. Entre los amigos de antigua fecha se cuenta un noble espa\u241?o l. conver tido en una de las salas de recepci\u243?n. \u191?Discutible la operaci\u243?n Dieppe? Evidentemente. Los canadienses de Dieppe demostraron en pocas horas lo que los brillantes ce rebros reunidos en Richmond Terrace no hab\u237?an sido capaces de descubrir en el curso de meses y m\u225?s meses de estudios y de discusiones. Los{\i sabios }no hab\u237?an ca\u237?do en la cuenta de que en Dieppe ten\u237?an que existir blocaos erizados de ametralladoras. El maris cal P\u233?tain no parece impresionado ante la importancia de lo que se le propo ne. la protecci\u243?n y salvaguarda de los servicio s de ingenieros y transmisiones). Juan Antonio Ansaldo. desear\u237?amos que. Por un instante el inter\u233?s hizo brillar las pupilas del Mariscal: \u8212?Es toy completamente de acuerdo y creo que ser\u225? necesario obrar sin tardanza. \u191?In\ u250?til? Probablemente no. Algunos son colaboradores del viejo mariscal. {\i Claude de CHABALIER} { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\page } {\s1 \afs32 {\b {\ql Argel: P\u233?tain no acude a la cita {\line } \par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Nos encontramos en diciembre del a\u241?o 1941. y yo mismo. Este es el aut\u233?ntico enigma de Dieppe. La ceguera de los t\u233?cnic os te\u243?ricos. \u187? Por aquellos d\u237?as la aventura no e s. que seg\u250?n propias palabras de P\u233?tain es \u171?m\u225?s german\u243?filo que los mismos alemanes\u187?. La cosa comenz\u243? al amanecer del 8 de noviembre. que comunica a \u233?ste : \u171?El mariscal desea que no tarden en producirse acontecimientos favorables a los aliados que le brinden un motivo para poner en v\u237?as de ejecuci\u243? n los proyectos que abriga en su mente. muy sugestiva: la campa\u241?a de los alemanes en Rusia se desar rolla viento en popa. t ambi\u233?n aviador. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} \u171?Se\u241?or Mariscal. Me ha encargado os haga saber que entonc es volveremos a tratar del asunto.. Tres d\u237?as despu\u233? s todo hab\u237?a terminado.. y los japoneses han destruido el grueso de la flota americana en Pearl Harbour. \u191?Qu\u233? pasa? \u161?Ah! Sois vos.. s\u237?. qu e hab\u237?a convertido el conflicto europeo en lo que ya era la Segunda Guerra Mundial. Pero en los d\u237?as que prece dieron. Un hombre tan realista como P\u233?tain no se mos trar\u225? predispuesto a apostar sobre una carta tan dudosa como es la del triu nfo aliado.rca de Brinon...\u187? Aquellas palabras las musita alguien en voz baja. ciertamente. d \u237?as m\u225?s tarde. Ser\u225? otra persona la que. confidente del mariscal{\i y} desde largo tiempo \u237?ntimo camarada de Ansaldo. cierre el inconcluso coloquio: el coronel Gorostarzu. las tropas de Rommel se hallan casi a la vista de Alejandr \u237?a. Para representarse a los Aliados victoriosos se precisa un considerable esfuerzo de imaginaci\u243?n. Seguramente el coronel Gorostarzu{\i y} su camarada Ansaldo debieron tener la misma idea: \u191?No era aquel momento el de los \u171?acontecimientos favorables a los aliados\u187? que ten\u237?a q ue brindar al mariscal P\u233?tain un \u171?motivo para poner en v\u237?as de ej ecuci\u243?n sus proyectos\u187?! Esta trascendental cuesti\u243?n dominar\u225? totalmente la escena de Vichy en los breves d\u237?as que han de transcurrir de sde el momento del desembarco aliado hasta aquel en que la Wehrmacht proceder\u2 37?a a ocupar la llamada zona \u171?libre\u187? de Francia. Bernard. \u8212 .. y que a la vez ejerce las funciones de secretario particular. \u191?Qu\u2 33? quer\u233?is? El doctor M\u233?n\u233?trel.. enciende la luz y se excusa con el Mariscal por haberte despertado a una hora tan tempra na. al tiempo que golpea suavemente en el hombro de aquel anciano entregado al sue\u241?o. Por entonces se produce un acont ecimiento que reaviva la esperanza de todos los europeos sometidos al tir\u225?n ico poder de los \u171?nazis\u187?: En noviembre de 1942 los americanos y brit\u 225?nicos llevan a cabo su primera gran operaci\u243?n de desembarco{\i y} ocupan la casi totalidad de los territorios franceses en el Norte de \u193?f rica. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Un a\u241?o m\u225?s tarde la situaci\u243?n militar era completamente distinta: la intervenci\u243?n total de los Estados Unidos. En tales circunstancias ya era singular que prestase un m\u237?nimo de atenci\u243?n a las proposiciones del coronel Ansaldo. hizo dar la vuelta al pron\u243?stico. Son las siete de la ma\u241?ana: Han ocurrido graves acontecimientos.. cualquier cosa hubiera sido posible. A continuaci\u243?n veremos el modo c\u243?mo fue desarroll\u225?ndose uno de los m\u225?s angustiosos \u171?suspen ses\u187? que conocieron los franceses en el curso de la Segunda Guerra Mundial. \u8212?Se\u241?or Mariscal. ya nada puede intentarse entonces.. Cuando sobreviene la ocupaci\u243?n. el mariscal P\u233?tain queda pr\u225?cticamente prisionero de los alemanes. m\u233?dico personal del jefe de l Estado. \u8212?S\u2 37?. Mientras a P\u233?tain no le ha sorprendido el desembarco de los americanos (porque. ya sab\u233?is.. et encargado de negocios americano desde que el almirante Leahy regres\u243? a Washington. monsieur Jean Jardel: Fuerzas aliadas. El desembarco de 1942 constituy\u243? para nosotros una sorpre sa total. Gu\u233?rard. P\u233?tain recorre las l\u237?neas del men saje remitido por el presidente americano sin dar muestras de emoci\u243?n. declarar\u237?a m\u225?s tarde: \u171?El embajador Tuck. P\u233?tain murmur a en un tono que demuestra su extra\u241?eza: \u171?Pero.. De p ronto sus ojos quedan fijos en el escrito: {\i \u171?No} creo necesario subrayar el hecho de que nuestro objetivo final y m\u22 5?s importante ser\u225? liberar a Francia y a su imperio de la tiran\u237?a del Eje. Esper\u225?bamos que algo ocurriese en la p rimavera de 1943.. nos hab\u237?a asegurado que los americanos no intervendr\u237?an en \u193?frica sin antes avisarnos.. De haber estado presente Laval hubiera podido creer que su jugada habla d ado resultado: Cogido de improviso.. e n el segundo piso del hotel du Pare.\u187? El Mariscal prosigue su lectura: \u171?Creo in\u250?til volver a proc lamar que los Estados Unidos de Am\u233?rica no persiguen la conquista de ning\u 250?n territorio y nunca olvidar\u225?n los v\u237?nculos de amistad y de ayuda mutua que siempre han existido entre ambas Naciones..\u187? Despu\u233?s de leer estas palabras de Roosevelt. Desde el servicio radiof\u243?n ico de escucha del ministerio de la Guerra avisaron al comandante Sim\u243?n..\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Aquella sorpresa estall\u243? en Vichy a las tres de la madrugada. Ahora ha llegado la agresi\u243?n: Nos defenderemos. todav\u237?a entregada al sue\u241?o. el Mariscal consulta con los ojos al doctor M\u233?n\u233?trel: \u171?\u191?Y este papel que ten\u233?is en la mano? \u191?De qu\u233? se trata?\u187? M\u233 ?n\u233?trel se lo entrega y le explica que se trata de la respuesta al mensaje de Roosevelt que Laval ha preparado con ayuda de Jardel..\u187?! En su alcoba empapelada.. qu ien a su vez hizo prevenir al jefe del Secretariado general del jefe del Estado... reina ya la ef ervescencia caracter\u237?stica de las grandes jornadas hist\u243?ricas. encargado de nego cios en Vichy. Uno de los primeros en conocer la noticia es... a no ser que la tonadilla silbada por sus labios pueda considerarse un comen tario.. a la saz\u243?n secretario de Estado para la ma rina. La val. Rochat... naturalmente. \u161? lo hab\u237?a so\u241?ado! ). sigue perfectamente en nuestras mano s.. \u8212?\u191?Quer\u233?is leer la carta de Roosevelt? \u8212?Acercadme las gafas. Pierr .\u187 ? El Mariscal devuelve el papel a M\u233?n\u233?trel sin hacer el menor comentar io. Esta es mi orden.. Siempre he proclamado que si nuestro imperio fuese objeto de un ataque lo defender\u237? a. Inmediatamente se desencadena en Vichy la gran zarabanda tel ef\u243?nica: En la ciudad.. el jefe del gobierno. seg\u250?n afirma. P\u233?tain no ha reaccionado. hab\u23 7?an desembarcado en muchos puntos de \u193?frica del Norte. \u161?Vaya que tratamiento m\u225?s extra\u241?o me da: \u171?Jefe del Estado de la Rep\u250?blica de Francia.. y \u233?l.. El almirante Auphan. Mister Tuck acaba de traer un me nsaje que os env\u237?a el presidente Roosevelt. El{\i jefe del} Estado acoge la noticia con una tranquilidad que deja sorprendido a M \u233?n\u233?trel: \u8212?Precisamente esta noche he so\u241?ado que esto ocurr\ u237?a. ha logrado salirse con la suya: Hacer que Francia forme en el bando que luc ha contra los aliados.. el domingo 8 de noviembre de 1942. B ousquet y el propio M\u233?n\u233?trel.. \u191?en qu\u233? pien sa el Presidente? Nadie ocupa el imperio.. entre los dem\u225?s miembros del gobierno franc\u233?s de Vichy cund\u237?a el asombro. al parecer bajo mando americano. de momento no se sa b\u237?a en cuales.\u187? Al acabar la lectur a. el jefe del Estado lee aquel documento: \u171?Es con tristeza y estupor que est a noche he sabido de la agresi\u243?n perpetrada por vuestras tropas... Dando muestras de la misma tranquilidad.?Mister Tuck.. Los americanos han desembarca do en \u193?frica del Norte. el tel\u233?fono y la radio funcionan a toda marcha: el intercambio de mensaje s es continuo entre Vichy y Wiesbaden. En. En consecuencia. Tambi\u233?n se encuentra en la oficina de Laval el doctor M\u233?n\u233?t rel. los reunidos deciden que la respuesta a Roosevelt implique una orden espectacular a las fuerzas francesas pa ra que resistan por las armas a la agresi\u243?n. de Asuntos extranjeros y del Ej\u233?rcito) desde el 25 de febrer o de 1941 al 17 de abril de 1942. los reunidos en el gabinete de Laval siguen sin ver que en la situaci\u243?n se abra el menor resquicio de claridad. ministro del Interior. Ren\u233? Bous quet. Pero el . Una de es tas cortinas protectoras tiene un nombre: Dar\u237?an. en efecto. el \u250?nico que le haya puesto sobre aviso: el representante oficial de los al emanes en Vichy. Asimismo hab\u237?a sustituido a Laval como pr ep\u243?sito \u171?delf\u237?n\u187? del Mariscal. Los alemanes obligaron a que la direcci\u243?n del gobierno fuese devuelta a Laval en abril de 1942. Las dos cuestiones que se plantean s e hallan estrechamente relacionadas una con otra: En primer lugar. donde ha sido instalado el servicio de comunicaciones y de cifra. se ace ptar\u225? en principio su oferta. que convoca a ambos a su despacho. para hacer entrega de la carta personal q ue el presidente Roosevelt env\u237?a al mariscal P\u233?tain. secretario general para Asuntos extranjeros. Pero no es Jacques Gu\u233?rard secretario general del gobierno. cuyo gran proyecto consiste en convertirse alg\u250?n d\u237?a en media dor entre Hitler y los americanos. el tel\u233?grafo . Mientras en el despacho del presidente se cuecen tales cuquer\u237?as.e Laval\u187? que se encuentra en el castillo de Chateldon \u8212?a unos cuarent a kil\u243?metros de Vichy\u8212? donde todas las noches acostumbra a reunirse c on su familia. Dar\u237?an se encontrase en Argel en el momento del desembarco aliado. Mientras el jefe del gobierno corre a toda velocidad en un Delage que an teriormente hab\u237?a pertenecido al parque automovil\u237?stico del El\u237?se o. el almir ante de la flota Fran\u231?ois Dar\u237?an hab\u237?a llegado a ocupar un puesto preeminente en la administraci\u243?n de Vichy. por otro. el encargado de negocios americano. se dirige al hotel du Pare donde reside el mariscal P\u233?tain. la inmediata ruptura de las relaciones diplom\u225?ticas con los Estados Unidos? Todos est\u225?n de acuerdo en que es preciso condenar de un modo inequ\ u237?voco la agresi\u243?n americana. exige. En los meses que precedieron al acontecimiento que comentamos. tambi\u233?n se ha apresurado a hablar por tel\u233?fono con el jefe del gobierno. inmediatamente hace que le lleven a su despacho de Vichy. Un extra\u241?o azar hizo que. Kr\u252?g von Nidda. A las siete de la ma\u241?ana. Tol\u243?n. cuanto a von Nidda. Los alemanes aseguran al gobierno franc\u233?s que puede contar con la ayuda de la Luftwaffe para rechazar la agresi\u243?n. lo \u250?nico que pueden intentar es abrir ciertos a modo de paraguas y desplegar determinadas mamparas tras de las cuales cobijarse de la tormenta que se ve venir. El texto es traducido al franc\u233?s. Inmediatamente ll evan el mensaje a la habitaci\u243?n 212. pero conviene no romper definitivamente con los Estados Unidos y mucho menos declarar les oficialmente la guerra. Argel. puesto que el inmediato paso deb er\u225? consistir en la delicada operaci\u243?n de despertar al Mariscal para p onerle al corriente de los acontecimientos. pero mediatizada por tales condiciones que ba sten por s\u237? mismas a provocar la negativa de los propios alemanes. Pinckney Tuck. y copias del mismo son enviadas a las habitaciones que en el piso inferior ocupan monsieur Ja rdel y monsieur Charles Rochat. All\u237? han acud ido ya Jacques Gerard y el secretario general de la Polic\u237?a. instalado en el Pavill\u243?n S\u233?vign\u233?. Cas i al mismo tiempo llega una llamada del presidente Laval. Despu\u233?s del breve intermed io durante el cual Plerre-Etienne Flandin sustituy\u243? en la presidencia del c onsejo a Pierre Laval \u8212?detenido el 13 de diciembre de 1940\u8212?. T\u250?nez y Rabat. Laval no hace comentarios al recibir la oferta alemana. ello significar\u237?a el final de los sue\u241?os d e Laval. cuya presencia es absolutamente necesaria. e incluso hacerla frente. con el fin de ev itar que Hitler tome lo ocurrido como pretexto para invadir la zona libre. Von Nidda conoce la noticia a trav\u233 ?s de los representantes de la Wehrmacht en la Comisi\u243?n de armisticio de Wi esbaden. que si por un lado ofrece la ayuda de la Luftwaffe. Dar\u23 7?an hab\u237?a ocupado lugares destacados (vicepresidente del Consejo. \u191?qu\u233? se le puede decir a Krug von Nidda. \u191?c\u243? mo debe responderse a Roosevelt? Y en segundo. Las razones que motivaron el viaje de Dar\u237?an eran de orden estrictamente privadas: su hijo Alain hab\u237?a s ufrido un ataque de poliomielitis y recib\u237?a tratamiento en el hospital mili tar de Argel desde el 13 de octubre. la actitud del jefe del Estado no se p . convenciera a los americanos de que.. que. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Todos los que conocieron las interioridades de la vid a oficial en Vichy se muestran un\u225?nimes. Se trataba de un t exto demasiado claro y categ\u243?rico para que pudiera mantenerse vigente. Dar\u237?an pide que se le env\u237?en instruccio nes y P\u233?tain le contesta: \u171?He recibido vuestro mensaje a trav\u233?s d el Almirantazgo. redactada por Laval y firmada por P\ u233?tain. Despu\u233?s se produjo el milagro. naturalmente. el jueves 5 de noviembre a las ocho de la ma\u241?ana.\u187? Aquella contestaci\u243?n. cuando el almi rante dispon\u237?a su traslado a un hospital de la Metr\u243?poli tuvo lugar el desembarco. Pod\u233?is actua r de acuerdo con vuestro propio criterio. Los alemanes no ten\u237?an en cuenta la desconfianza que los americanos sent\u237?an por la administraci\u243?n de V ichy (y por los franceses en general). Los acontecimientos subsiguientes convencieron err\u243?neamente a los alemane s de que el almirante sab\u237?a lo que iba a ocurrir y de que su viaje estaba d irectamente relacionado con el desembarco. autorizaba a Dar\u237?an para que procediese a su modo y de la for ma que mejor. Tened la seguridad de que cont\u225?is con toda mi confianza. P\u233?tain no abrigaba ning\u250?n sentimiento hostil contra ellos. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} \u171?Ahora somos atacados: nos defenderemos. y sucesor designado de P\u233?tain. Aproximadamente tres d \u237?as antes de que se pusiera en marcha la operaci\u243?n \u171?Torch\u187?{\ super [15]}.. dado el equivoco clima de cuquer\u237?a que el jefe del Estado hab\u237?a considerad o como la mejor pol\u237?tica durante su reinado de Vichy. tenedme informado de lo que decid\u225 ?is.\u187? Nada de oponerse pura y simplemente a los americanos y ninguna orden en tal sentido. Dar\u237?an recib\u237?a a\u250?n seguridades en el sentido de que los americanos no intervendr\u237?an en \u193?frica a no ser que Vichy lo pidiera. cuando por intermedio de Rober t Murphy (que acaba de regresar de Washington y que conoc\u237?a los proyectos a liados al detalle). Dar\u237 ?an hab\u237?a tomado un avi\u243?n que le traslad\u243? desde Vichy hasta Argel . a la que se tuvo totalmente ignorante de la operaci\u243?n que se preparaba. fue enviada a Roosevelt en respuesta a su mensaje. no estaba destinado a que lo leyeran los alemanes. exactamente el 22 de octubre. al punto que el padre lleg\u243? a temer no (legar a tiempo para cerrar los ojos a su \u250?nico heredero.almirante hab\u237?a conservado las funciones de comandante en jefe de las fuerz as aliadas francesas. Cuando a l as nueve de la ma\u241?ana mister Tuck pide ser recibido para hacer entrega ofic ial del mensaje del presidente Roosevelt. a pesar de las apariencias. Pocos d\u237?as faltaban para que se inicias e la invasi\u243?n. Aq uel sibilino telegrama. Apenas hab\u237?a tra nscurrido una hora desde que firmara la respuesta para el presidente americano. es decir. dos d\u237?as m\u225?s tarde Alain Dar\u237?an se encontraba fuera de peligro. El enfermo se habla agravado s\u250?bitamen te. me satisface que os encontr\u233?is en Argel. cuando P\u233?tain ca\u237?a en la cuenta de que la presencia de Dar\u237?an en Argel ofrec\u237?a las m\u225?s amplias posibilidades para los manejos y doble j uego a que tan aficionado era. Esta es mi orden. hab\u237?a destituido a Weygand y l e obligaba a incorporarse a la zona libre metropolitana. ni en cualquier otro texto. El Mariscal se lamenta: \u8212?Pienso que el almirante Leahy debe lamen tar tanto como yo lo que est\u225? ocurriendo. el capit\u225?n de fragata Jouannin. ordena que se le convoque. a fin de cuentas. nuestro objetivo com\u250?n es la derrota de Alemania. Un avi\u243?n le aguarda en el aer\u243?dromo de Saint\u8212? Raphael. \u237?ntimo col aborador de Dar\u237?an. oficial o se creto. se habla de una eventual salida del mariscal P\u233?tain con destino al N orte de \u193?frica. El Mariscal nunca se hab\u237?a consolado del disgusto q ue le ocasionara la partida del embajador de Roosevelt en Vichy. donde la polic\u237?a le s omete a estrecha vigilancia. Os basta con volver a subir al avi\u243?n. A\u250?n no se ha hecho p\u250?blico el comunicado oficial. ha puesto una venda en sus ojos.. desde el armistici o. Una vez m\u225?s su esp\u237?ritu militar. \u191?No lo cre\u233?is as\u237?? \u8212?Estoy seguro de que no. Otra vez el principio de obed iencia le har\u225? responder a la llamada del Mariscal P\u233?tain cuando \u233 ?ste.\u187? El 13 de noviembre. el 8 de noviembre. finalmente. P\u233?tai n esperaba que Laval (\u233?ste y Weygand se detestan cordialmente) pusiera difi cultades. Justamente un a\u 241?o antes.45 horas. Dos d\u237?as despu\ u233?s. A ver qui\u233?n es el guapo que vaya a desalojaros. se\u241?or Mariscal \u8212?le responde el encarg ado de negocios\u8212?. Cuando P\u233?tain tuvo notici as del desembarco aliado. el diplom\u225?tico Pierre de Leusse y e l coronel Gasser: \u171?P\u233?tain me ha destruido. hizo llamar al que hab\u237?a sido delegado general de su gobierno en \u193?frica del Norte hasta noviembre de 1941. Pero no fue as\u237?: \u171?Cuando se trata de los supremos intereses del pa\u237?s \u8212?afirma Laval\u8212? los sentimientos personales no cuentan. exactamente el 12 de noviembre. No es que tal proyecto haya dejado de forjarse en la mente de muchos. Dar\u237?an y el Mariscal tienen dispuesta una clave alfab\u233?tica que los alemanes desconocen. comenzando por la del general Weygand. Porque. No ha sabido resistirse al \u171?diktat\u187? de Hitler ni a los sinverg\u252?enzas que lamen la suela de l as botas a Abetz. Pocos i .. Dad media vuelta: nosotros os acompa\u241?aremos. Ser\u237?a una gran cosa que pudi\u233?ramos contar con el general Weygand.\u187? El 11 de noviembre (para desvirtuar las medidas oficiales tomadas contra Dar\u237?an): \u171?Haced saber al almirant e Dar\u237?an que la decisi\u243?n del Mariscal ha sido tomada tan s\u243?lo en consideraci\u243?n el hecho de que el almirante se encuentra en situaci\u243?n d e prisionero. Los alemanes tem\u237?a n el paso a la disidencia del hasta entonces delegado del gobierno en Argel. Enviad al Mariscal un telegrama que diga:{\i \u171?Aqu\u237? estoy y aqu\u237? me quedo\u187?}{\super [16]}(I). y el almirante Battet en Argel.\u187? Pe ro en ninguno de estos tres telegramas. a quien consideraba como el m\u225?s \u171?p\u233?tainista\u187? de los ame ricanos. a las 7. P\u233?tain env\u237?a a Dar\u23 7?an tres cables cifrados en aquella clave: El 10 de noviembre: \u171?Ten\u233?i s toda mi confianza. En cualquier caso hab r\u225? sido motivada por la presi\u243?n de las autoridades ocupantes. forjado en la obediencia. Obrad de acuerdo con vuestro propio criterio. Desde A rgel pod\u233?is mandar a la m. revela al almirante Auphan \u8212?a trav\u233?s del cua l se comunican P\u233?tain y su enviado en Argel\u8212?.\u187? Weygand no se decide: buscar\u225? alojamiento en la Costa Azul. A lo largo de toda la c risis el jefe del Estado no abandonar\u225? su doble juego.\u18 7? A las nueve y media el general recibe la urgente llamada telef\u243?nica. el almirante Le ahy..\u187? Sus amigos no se resignan: \u171?Los franceses ignoran t odav\u237?a que hab\u233?is sido eliminado por orden de los \u171?boches\u187?. Aquel secreto s\u243?lo lo conoc\u237?an dos oficiales: Jou annin en Vichy. Pongo en vues tras manos los intereses del imperio. Al apearse en el aeropuerto de Marignane del avi\u243?n que le haba tra\u237?do\u18 7? el ex comandante en jefe del ej\u233?rcito franc\u233?s confiaba a dos \u237? ntimos colaboradores que le aguardaban. que. el mismo que a las 14 con 10 minutos se posa en el peque\u241?o campo de Vichy-Rhue. Cuando P\u233?tain despide al diplom\u225?tico american o lo hace con un golpecito de complicidad en la espalda. para aprobar el armisticio g eneral concertado en Argel con los americanos: \u171?No teng\u225?is en cuenta n inguna medida que pueda tomarse por la v\u237?a oficial..resta a equ\u237?vocos. a los boches y a Vichy. el 10 de noviembre. se deb\u237?an cursar \u243?rdenes al ej\u233?rcito de armisticio para que en la Metr\u243?poli se opusiera resistencia a las tropas germanas en el caso de qu e aqu\u233?llas intentasen franquear la l\u237?nea de demarcaci\u243?n y ocupar la zona libre. un viejo Mariscal. se aguarda la noticia de su llegada a Argel.. con Dar\u237?an y los americanos negociando en Argel. todav\u237?a con la voz afectada por la emoci\u243?n. Doriot y Darnand declarar\u237?an la g uerra a nuestros antiguos aliados.\u187? Los alemanes manejar\u225?n h\u225?bilm ente aquella cuerda sentimental: saben que el jefe del Estado se halla sometido a poderosas presiones.. las s\u250?plicas y las exigencias. Si me fuera. No solamente e n Francia.\u187? A lo largo de tod a la jornada fue un incesante desfile de colaboradores. los generales Georges y He ring. Uno tras otro. los franceses habr\u237?an de sufrir el trato qu e Alemania da a los polacos. y para contrarrestarlas amenazan con terribles represalia s.. Olvid\u225?is tambi\u233?n que la guerra habr\u225? terminado dentro de algunas semanas o de algunos meses. al cual. Weygan d hab\u237?a expuesto la situaci\u243?n al Mariscal con la lucidez y precisi\u24 3?n cl\u225?sicas en \u233?l: A su entender la guerra hab\u237?a llegado a un re codo decisivo. conf\u237?a: \u171?De rodillas le he suplicado que se vaya a Argel. Permanecer\u225? en Vichy cuatro d\u237?as. los D\u233?at. La cuesti\u243?n que en Vichy preocupa a todos es la de si el Mariscal de be trasladarse a \u193?frica o tiene que permanecer en su puesto. Pero cuando abandona la ciudad balnearia. Esto es l o que primero me ense\u241?aron en Saint\u8212? Cyr. de lo s prisioneros. y en medio de los dos bandos. En cie rto momento parece que alguien encuentra un argumento que consigue convencer al . el anciano Mariscal declara: \u171?Si yo me fuera. Yves Bouthillier. sino en el mundo entero. Ma\u241?ana ya ser\u2 25? tarde. de los trabajadores deportados a Alemania. Ante el general Serr igny. en Vichy. desbordado por los telegramas. Es mi persona que he dona do a Francia.\u187? El martes 10 de noviembre e s la fecha cr\u237?tica. le suplican que escuche la voz de la raz\u2 43?n. Soy responsable del destino y de la vida de los franceses. No me marchar\u233?.\u187? La respuesta de P\u 233?tain hab\u237?a sido: \u171?No me marchar\u233?. Un jefe jam\u225?s abandona a sus tropas. amigos e incondicionales . Laval dis cutiendo con Hitler en Munich. sus intentos por insuflar en P\u233?tain parte de la resol uci\u243?n que a \u233?l le sobra habr\u225?n fracasado. Charles Trochu. bus cando una salida al laberinto donde se ve\u237?a metido. pidi\u233 ?ndoles que vigilen y \u171?gu\u237?en\u187? a P\u233?tain. aqu\u233?l es el momento. Mis tropas son todos los fr anceses. El almirante Auphan declarar\u225? m\u225?s tarde: \u171?No prenso ha ber vivido jam\u225?s horas tan dram\u225?ticas como las de aquella jornada del 10 de noviembre. Robert Gibrat.. R ibbentrop y el conde Ciano le reciban en Berchtesgaden. Laval se encuentra en Munich en espera de que Hitler. En Londres Churchill arriesga una predicci\u243?n: \u171?Es tan seguro como que amanece el d\u237?a despu\u233?s de la noche. Al salir del hotel du Parc. de los refugiados de Alsacia\u8212? Lorena. Los alemanes no han invadido a\u250?n la zona libre.\u187? Son muchos m\u225 ?s los que acuden a la carga: Fran\u231?ois Lehideux. Weygand se tropieza con J\u233?r\u244?me Thara ud. Desde all\u237? el nefas to Laval multiplica las llamadas telef\u243?nicas a sus colaboradores. que tambi\u233?n ha acudido para suplicarle que parta. se acercaba el momento de la liberaci\u243?n y conven\u237?a endu recer la actitud ante el enemigo alem\u225?n. Por el contrario. Si P\u233?tain ha decidido marchara Ar gel para ponerse al frente de la Resistencia y tomar el mando de las fuerzas fra ncesas que reemprendan la lucha. a los alemanes les han bastado aquellos cuatro d\u237?as para darse cuenta del peligr o que Weygand representa: Apenas \u233?ste abandona Vichy lo arrestan y lo condu cen a Alemania donde le tendr\u225?n internado hasta el fin de la guerra. la escuadra de Tol\u243?n deb\u237?a ser enviada a Argel o a Or\u 225?n. el 12 de novie mbre a mediod\u237?a. pe ro es evidente que se disponen a hacerlo. de los jud\u237?os a quienes amenaza una matanza general. En su opini\u243?n era necesario l legar a un inmediato alto el fuego con los americanos en el Norte de \u193?frica . deportaciones. que acuden al despacho del Mariscal.\u187? Serrigny le replica: \u171?Pens\u225?is demasiado en los francese s y olvid\u225?is a Francia. etc. a\u250?n a riesgo de q ue mi honor y mi gloria hayan de quedar en entredicho.nstantes m\u225?s tarde penetra en el historiado gabinete estilo Imperio donde s ostendr\u225? su primera entrevista con el jefe del Estado. \u187? Gorostarzu hace un postrer esfuerzo: \u171?Volaremos como m\u225?ximo a 1. el pobre P\u233?tain apenas se da cuenta de l o que le rodea. Pero P\u233?tain nunca quiso hacerlo.000 me tros. a mi edad no me conviene en absoluto. el coronel de aviaci\u243?n Gorostarzu.\u187? Se trataba de uno de los ocho \u171?Glenn Martin\u187? que el ej\u233?rc ito de armisticio hab\u237?a sido autorizado a conservar. el viejo Mariscal hubiese querido tomar el avi\u243? n. viajar e n avi\u243?n. junto con el coronel Ansaldo.\u187?. hasta 1942.\u187? \u171?Es verdad. Minutos antes. jefe de las tropas a lemanas de ocupaci\u243?n en Francia.500 o a 2. Esta tarde pod\u233?is estar en Argel. en Bur deos. Los ocho a paratos se encontraban en los hangares de la base a\u233?rea de Vichy. Que Churchill no se enfade: Despu\u233?s de la larga noche el d\ u237?a no amanecer\u225?. A la ma\u241?ana siguiente. cuando Goros tarzu penetraba casi por la fuerza en el dormitorio del Mariscal. todo hubiera cambiado. \u171?No dudasteis en ordenar l a voz de fuego en Siria.\u187? Aquella luc ha verbal tiene totalmente agotado al anciano. uno de los colaboradores a quien el Mariscal ha dado siempre marcadas pruebas de deferenci a.\u187? Despu\u233?s. vencido y abrum ado.\u187? { . El aviador sale del dormitorio. realiza una tentativa desesperada. Pero es cuesti\u243?n de un in stante. .. Go rostarzu era agregado militar en Madrid cuando en 1939 P\u233?tain estuvo de emb ajador cerca de Franco. desde los puesto s franceses de vigilancia en la l\u237?nea de demarcaci\u243?n se se\u241?alaba el paso de las columnas de la Wehrmacht.\u187? Pero no. en Dakar y en otros lugares. Algunos miembros del gabinete sal en del despacho con los brazos en alto: \u171?El Mariscal est\u225? acabado. Inmediatamente vuelve a su postura de tozuda negativa. en Vichy. ya no hay zona libre \u8212?espeta Gorostarzu a P\u233?tain\u8212?. Hora y media a ntes hab\u237?a llegado a Vichy la carta en que Hitler anunciaba a P\u233?tain l a entrada de las tropas alemanas en la zona sur. en llevar al jefe del Estado a \u193?fri ca del Norte. desarmados..\u187? Las palabras de Gorostarzu penetra n lentamente en el esp\u237?ritu de un P\u233?tain tan bruscamente despertado. la \u250?nica realidad inmediata es el terrible dolor de cabeza que le martiriza. Si alguna ilusi\u243?n le quedase. Uno de sus colabo radores intenta persuadirle por la v\u237?a del razonamiento: Le hace ver que lo s alemanes violar\u225?n el armisticio e invadir\u225?n la zona libre. Eran las siete de la ma\u241?ana del 11 de noviembre. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En Londres De Gaulle dedica un comentario severo a lo s acontecimientos de aquellas jornadas en Vichy: \u171?Este es uno de los arcano s de la guerra: Si en el tiempo que transcurri\u243? desde junio de 1940. Dispongo de un avi\u243?n americano. solamente si se mantiene ante todos y contra todos.\u187 ? Gorostarzu se da cuenta de que ha perdido aquel \u250?ltimo envite.anciano: \u171?Tambi\u233?n Argelia es Francia. lo cual s ignifica un ataque a la soberan\u237?a francesa. En Moulins esperan el paso del tren bli ndado que conducir\u225? a Vichy al mariscal von Rundstedt.\u18 7? La jornada dur\u243? demasiado. P ara \u233?l. reacciona maquinalmente: \u171?He prometido a los france ses que no los abandonar\u237?a. \u171?Se\u241?or Mariscal. siempre no. Ya no existe ninguna raz\u2 43?n para que permanezc\u225?is aqu\u237?. P\u233?tain la{\i }disipa{\i }cuando dice con voz que no admite r\u233?plica: \u171?Por otra parte. Aquel militar fue el que en diciembre de 1941 hab\u237?a pensado... Todav\u23 7?a disponemos de algunas horas \u8212?prosigue Gorostarzu\u8212?: el tiempo que necesite la caza alemana para ponerse en condiciones de operar sobre esta zona. Ahora es el momento de la decisi\u243?n suprema.. Por fin. Los alemanes ocupar\u225?n la otra. La defensa de la soberan\u 237?a francesa es un principio intocable. Est\u225? a punto de ceder. responde el Mariscal. la altitud. prosigue en un tono de re signado fatalismo: \u171?Los americanos han ocupado una de las riberas del Medit err\u225?neo. Son las reglas del juego. a primera hora. -\u191?Est\u225?bais con \u233?l cuando Hitler invadi\u243 ? la zona sur? {\i GENERAL WEYGAND.}-El se\u241?or Mariscal nunca me dijo que tuviese intenci\u243? n de partir.}-Cuando el general Weygand se encontraba en Vichy y tuvo varias entrev istas con el Mariscal. A sus ochenta y cua tro a\u241?os bien cumplidos. el diputado Gabriel Delattre: {\i DELATTRE. Alg\u250?n tiempo despu\u233?s. explica d e otra forma el comportamiento del mariscal P\u233?tain. Un testigo. Nunca abandonar\u233? Francia. Weygand. su salud era maravillosa y estaba convencido de qu . \u233?ste s e permite el siguiente comentario: \u8212?Pienso que fue una l\u225?stima el que en noviembre de 1942 no os marcharais. \u191?por qu\u233? no lo llev\u243? a ef ecto? {\i GENERAL WEYGAND. \u191?supo acaso que \u233?ste.-}Estaba con \u233?l. \u191?pens\u225?is iros{\super 7}.\~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Respecto a este enigma. miembro de una Comisi\ u243?n parlamentaria que investigaba sobre los acontecimientos del mes de noviem bre de 1942: \u8212?En las conversaciones que usted mantuvo por entonces con el mariscal P\u233?tain. por todos los franceses que se encuentran en Alemania. DELATTRE. que sus partidarios procu ran mantener oculta: \u171?Cuando los funcionarios que en aquellos tiempos dif\u 237?ciles le rodeaban se ve\u237?an abrumados por las preocupaciones y los probl emas.\u187? El Mariscal me contest\u243?: \u171?No. en el curso del di\u225?logo que durante el proceso de P\u233?tain sostuvo con uno de los ju rados. al cual no se puede acusar de antip\u233?tainismo a ultranza. nunca \u8212?respondi\u243? Weygand. abrigase la intenci\u243?n de abandonar la Metr\u24 3?poli? Y si es que pens\u243? en ello. ya sab\u233?is que he hecho a Francia don de mi persona. Me considero el reh\u233?n que responde por todos los franceses que siguen en el pa\u237?s. el coronel Groussard.-\u191?Y nunca hablasteis a solas de este asunto? {\i GENERAL WEYGAND. en el momento en que Fran cia fue totalmente invadida. su jefe de gabinete. tal como le hizo observar el general Serrigny. e incluso de Gaulle seos hubiera unido. como si saborea se de un modo infantil los privilegios de su situaci\u243?n.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Un d\u237?a de febrero de 1944 el mariscal P\u233?tai n charla en confianza con el comandante Tracou. Por ejemplo. pero al fina) consider\u233? que me encontraba atado por mi juramento. \u191?pudo parecer que \u233?ste considerase la posibilida d de trasladarse al Norte de \u193?frica? \u8212?No. Lo pens\u23 3? mucho. Un avi\u243?n estaba dispuesto. con su habitual exactitud de palabra prosigui\u243?\u8212?: Primero. despu\u233?s de la L iberaci\u243?n. pero por lo menos saca a la luz una singular faceta del personaje. tuvo que responder a muchas preguntas. DELATTRE. Weygand hubo de someterse al interrogatorio de Jean-Albert Sorel. Todos los franceses se hubieran agrupado en torno de vos. P\u233?tain aparec\u237?a siempre ingenuamente satisfecho.\u187? A mi vez le pre gunt\u233?: \u171?y vos.-}Repito que el se\u241?or mariscal P\u233?tain nunca me hizo sa ber que pensase abandonar el pa\u237?s. Una y otra vez se repite el mismo estribillo: Siempre la imposibilidad de no ab andonar a los franceses \u8212?a riesgo de descuidar los intereses supremos de F rancia. \u8212?Muchos as\u237? me lo aconsejaron \u8212?fue la respuesta de P\u233?tain\u8212?. Es posible que la inter pretaci\u243?n de Groussard no elucide totalmente la cuesti\u243?n. hubiera bastado con que yo hiciera una se\u241?al. e l Mariscal me dijo: \u171?No os pido que os march\u233?is. a la menor insinuaci\u243?n por su parte. Otro de los que participan en el complot es el coronel Brouillard. las ovaciones populares. en las fachadas de las casas.\u187? Se comprende que en tales condicio nes la peligrosa escapada hacia Argel. Para decidir a P\u233?tain.. en la regi\u243?n d el Issoire. y los dem\u225?s conjurado s estaban de acuerdo con \u233?l.. una faja de cincuenta metros de ancho. Brouillard hab\u237?a a provechado afondo las facilidades que el puesto le ofrec\u237?a: en todo el terr itorio del \u193?frica francesa hab\u237?a creado secciones subalternas del serv icio. que en realidad eran puestos de enlace clandestinos. hubieran sido para el anciano Mariscal el toq ue de corneta que pone tiesas las orejas a un viejo caballo de batalla. en las oficinas p\u250?blicas. Aparte Gorostarzu y Brouillard . La meseta formaba un cuadrado de cinco kil\u243?metros de lado entre Pardines al oeste. Todo el mundo estaba pendiente de \u233?l y le rodeaba de peque\u241?os mimos y cuidados. Uno de esos oficiales es el coronel Gorostarzu.e todav\u237?a le quedaba mucha vida por delante. En la Francia metropo litana a nadie extra\u241?aba que el coronel Brouillard instalase sus c\u225?mar as y equipos en cualquier lugar de la zona libre. E n el curso de sus viajes se ve\u237?a continuamente aclamado por la multitud.. direc tor del servicio cinematogr\u225?fico del ej\u233?rcito. aparato comercial de dos motores. Sauvagnat al norte. Gorostarzu con ocasi\u243?n de un viaje a Pamplona hab\u237?a establecido relaciones con un piloto espa\u241?ol que se mostraba dispuesto a realizar cual quier misi\u243?n que se le encomendase. Los que se dirig\u237? an al jefe del Estado. veinticuatro horas antes del momento en que el desembarco aliado haya de t ener lugar. En octubre de 1942 ya se hallan en el lugar . bien retocado y favorecido. el gustoso p lacer de ayudar a los amigos. sin antes preguntarle su opini\u243?n. Tienen prevista al detalle la forma de hacerse con la persona del Mariscal y de conducirle a \u193?frica.. El jefe de los conju rados.. pero que se hallaba en perfectas condiciones de vuelo. en verdad. P\u233?tain cre\u237?a que estaba cumpliendo un doloroso deber y siempre s e sinti\u243? en paz con su conciencia. el soportar algunas molestias. aparec\u237?a en todas partes: en los escaparates. c\u243?modos y de corte impecable. para verle caracoleando al frente de las tropas francesas aprestadas de nuevo a la lucha c ontra las potencias del Eje. las monedas llevaban su emblema: la \u171?francisca\u187?{\super [17]}. Mucho m\u2 25?s gustoso si se tiene en cuenta que en medio de aquel c\u250?mulo de bienanda nzas. finalmente. a no solicitar esta vez la opini\u243?n del Ma riscal. Luego. Lo \u250?nico que esperan es que desde Argel les av isen. Pod\u237?a permitirse. muy gustoso y v al\u237?a la pena. Para balizar el \u225?rea de aterrizaje.*sab\u237?a que en la siguiente comida le presentar\u237?an el plato que m\u225?s le apetec iera. al pie del monte N\u23 3?raud que servir\u237?a como punto de referencia.. las cosas s e hubieran arreglado por s\u237? solas: El primer desfile bajo el brillante sol de Argel. se dispondr\u237?an cuatro lu ces blancas a lo largo de la misma. no sedujera grandemente al anciano feliz. del gabinete militar del jefe del Estado. Su guardarropa estab a bien provisto de trajes. Si por casualidad recorr\u237?a las p\u225?ginas de un peri\u243?dico.. apto para el aterrizaje y el despegue: Era el centro de una meseta. El desenga\u241?o que junto con Juan Antonio Ansaldo exper imentara el a\u241?o anterior le hab\u237?a decidido. lisa y llanamente. En sus ratos de ocio y en sus temporadas de descanso (que eran frecuentes y prol ongadas) se entreten\u237?a en renovar a capricho la propiedad de Villeneuve-Lou bet. con todas sus aventuradas implicaciones. hubiera sido necesario un golpe de mano: secuestrar lo. Por el r apto se decide en Vichy un reducido grupo de oficiales integrados en el ej\u233? rcito de armisticio que mantienen contactos con sus camaradas de la Francia libr e. otros dos oficiales participaban en la conspiraci\u243?n. En una de sus expedicione s cinematogr\u225?ficas Brouillard encontr\u243? un terreno. Los sellos de correo ostentaban su efigie. para conservarlo. Todo aquello resultaba. Su retrato. modelo de 1937. su chocolatito con leche. I ssoire al este y las grutas de P\u233?rier al sur.. Por la ma\u241?ana . El aviador espa\u241?ol dispon\u237?a d e un \u171?Drag\u243?n\u187?. Llov\u237?an los regalos. sal taba a sus ojos la frase que le pon\u237?a en el mism\u237?simo pin\u225?culo de la gloria o elevaba hasta \u233?l vaharadas de incienso. sin m\u225?s vegetaci\u243?n que un ralo tapiz de hierba. lo hac\u237?an dando muestras del m\u225?s profundo fervo r. los que han de intervenir como auxiliares de tierra. Se trata de cinco especiali stas en ese tipo de operaciones, que se hacen pasar por cineastas del Ej\u233?rc ito; para dar el cambiazo a los gendarmes de la regi\u243?n se dedican a rodar d e verdad una pel\u237?cula. Se alojan en una casita aislada que se levanta a la salida del pueblo de Issoire; seg\u250?n es obligado en ese tipo de asuntos, ign oran la entidad del viajero que deben embarcar. Igual que al resto del mundo, ta mbi\u233?n a los conjurados el desembarco les coge de sorpresa: La primera notic ia les llega al alba del 8 de noviembre, es decir, tres horas despu\u233?s de qu e la operaci\u243?n comenzara. Aquel contratiempo les obliga a aplazar el golpe hasta la noche del 9 al 10. Est\u225? previsto que el 9 de noviembre, a las diez de la noche, Brouillard se har\u225? cargo del inconsciente mariscal P\u233?tai n, \u171?facturado\u187? desde Vichy por el coronel Gorostarzu, que antes de pon erlo en camino le habr\u225? administrado una fuerte dosis de somn\u237?fero. A media noche el involuntario viajero se hallar\u225? a bordo del \u171?Drag\u243? n\u187? y, \u161?en marcha hacia \u193?frica del Norte! La cosa termina en cat\u 225?strofe. Mejor dicho, ni siquiera comienza. En la noche del 8 al 9 Brouillard escapa de la polic\u237?a por los pelos. Las vanguardias de la Gestapo, que en traje de paisano se encontraban ya en la zona libre, hab\u237?an echado mano a l os seudocineastas de Issoire. No fue dif\u237?cil obtener de ellos el nombre del \u171?patr\u243?n\u187?, que entre tanto, dorm\u237?a a pierna suelta en el hot el Regina de Vichy. Gracias a la complicidad del propietario pudo escapar por la ventana, sin tener siquiera tiempo para cambiar el pijama por una vestimenta m\ u225?s apropiada. Alg\u250?n vil \u171?chivato\u187? \u8212?o simplemente el dio s azar que protege a los polic\u237?as\u8212? fue el instrumento del destino que modific\u243? profundamente el curso de la Historia de Francia. \u191?Llegar\u2 25? a conocerse alg\u250?n d\u237?a el nombre del culpable? No es probable. Los que fueron apresados en el terreno de Issoire, as\u237? como el \u171?jefe\u187? que deb\u237?a dirigir la operaci\u243?n, y que poco antes se les hab\u237?a un ido, cayeron en la escaramuza contra el destacamento alem\u225?n que fue a sorpr enderles, o perecieron en los campos de concentraci\u243?n donde se les deport\u 243?. \u218?nicamente quedan dos testigos: Brouillard y otro de los cuatro ofici ales conjurados. El coronel Brouillard \u8212?m\u225?s conocido por su seud\u243 ?nimo de escritor: Pierre Nord\u8212? relata sus recuerdos en el libro Mis cama\ u8212? radas han muerto, pero se abstiene de evocar el asunto. En una novela de espionaje{\super [18]} posteriormente aparecida presenta una versi\u243?n bastante velada de los hechos. \u191?Por qu\u233? tanta discreci\u243?n? Existe un motivo: Sus camarada s supervivientes se hab\u237?an entregado en cuerpo y alma a la lucha clandestin a bajo la ocupaci\u243?n; luego, despu\u233?s de que Francia fuera liberada, se encontraron en profundo desacuerdo con el r\u233?gimen y con el ej\u233?rcito nu evos. Ante el espect\u225?culo lamentable de la depuraci\u243?n llevada a cabo p or los \u171?resistencialistas\u187? profesionales que se amparaban en la Resist encia aut\u233?ntica, decidieron cortar todos los lazos con su pasado de luchado res patriotas. Por otra parte, exist\u237?a el peligro de que en el clima apasio nado que reinaba en los primeros a\u241?os de la IV.' Rep\u250?blica, se les rep rochase su intento de salvar el honor de P\u233?tain contra la voluntad de \u233 ?ste como una prueba de culpable \u171?p\u233?tainismo\u187?. La idea del secues tro mucho antes ya estuvo en el \u225?nimo del comandante Bonhomme. Era el ayuda nte de P\u233?tain por los d\u237?as en que \u233?ste destituy\u243? a Weygand. Alarmado ante la creciente sumisi\u243?n del Mariscal a las exigengencias aleman as, hab\u237?a estudiado con el comandante Loustaunau-Lacau y con el comandante de aviaci\u243?n Faye, del grupo{\i Alianza,} el modo de secuestrar a P\u233?tain y de llevarlo a Londres. Finalmen te renunciaron a la idea; consideraron que \u171?para de Gaulle ser\u237?a un re galo envenenado.\u187? Tambi\u233?n Churchill pensar\u237?a alg\u250?n tiempo de spu\u233?s en hacerle aquel \u171?regalo\u187? al general de Gaulle: Fue a media dos de enero de 1943, cuando la violenta querella de Gaulle-Giraud puso los nerv ios de Roosevelt y del Premier brit\u225?nico a punto de estallar. Los dos gober nantes aliados utilizaron como intermediario al coronel Michel de l'Epine, agreg ado militar franc\u233?s en Madrid desde los tiempos en que P\u233?tain fue emba jador, y antiguo colaborador del Mariscal. Un amigo com\u250?n puso en contacto al coronel de l'Epine con cierto mayor brit\u225?nico a quien Churchill hab\u237 ?a personalmente encomendado aquella misi\u243?n ultrasecreta: \u171?Si en algun a ocasi\u243?n el Mariscal necesitase un avi\u243?n para salir de Vichy y trasla darse a un lugar cualquiera: a \u193?frica del Norte, a otro territorio del impe rio, o a un pa\u237?s neutral o aliado, \u191?aceptar\u237?a usted ser el hombre que fuese en su busca?\u187? El coronel de l'Epine hizo algunas preguntas, pidi \u243? ciertas aclaraciones, y finalmente acept\u243?. Despu\u233?s de lo cual n o volvi\u243? a o\u237?r hablar del asunto. Dos meses despu\u233?s se incorporab a a las fuerzas de la Francia libre. Admitiendo que en alg\u250?n momento aquell a \u250?ltima tentativa hubiese contado con el asentimiento de P\u233?tain, hay que suponer que, en este caso, no fuese sino una nueva veleidad del decr\u233?pi to Mariscal. El genio de la Historia hab\u237?a dispuesto que la victoria aliada y el final de la guerra sorprendiesen al jefe de la Francia de Vichy en Alemani a. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\i Jean MARTIN-CHAUFFIER} { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\page } {\s1 \afs32 {\b {\ql Richard Sorge: el hombre que sab\u237?a demasiado {\line } \par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} 7 de noviembre de 1944. Vigesimos\u233?ptimo aniversa rio de la Revoluci\u243?n bolchevique. Aquel a\u241?o los actos que se celebran en la Plaza Roja de Mosc\u250? constituyen casi un anticipado desfile de la vict oria. En Polonia los ej\u233?rcitos sovi\u233?ticos rebasaron las posiciones de partida desde las que Hitler se lanz\u243? al asalto de la URSS el 22 de junio d e 1941. Rokossovski, Jukov y Koniev han violado las sacrosantas marcas orientale s del Tercer Reich, en tanto que la fortificada frontera de Occidente se tambale a por efecto de los debeladores golpes que asesta Eisenhower. En el frente del P ac\u237?fico, dos a\u241?os y once meses despu\u233?s de Pearl Harbour, Mac Arth ur va desalojando, una isla detr\u225?s de otra, a los japoneses, que tambi\u233 ?n hab\u237?an intentado implantar en el hemisferio oriental la doctrina de{\sup er 1} la raza de los se\u241?ores. En Tokio, hora local, son las diez de la ma\u241 ?ana. Un hombre de estatura aventajada, anchas espaldas y rasgos en\u233?rgicos, atraviesa con paso firme el patio de la prisi\u243?n de Sugamo. Le escoltan el director de la c\u225?rcel, Ichijima, y un grupo de funcionarios japoneses, todo s vestidos de negro. El hombre se encamina hacia la puertecilla met\u225?lica qu e se abre en uno de los muros del patio; aquella puerta conduce a una min\u250?s cula habitaci\u243?n de muros de hormig\u243?n. El hombre atl\u233?tico penetra en la misma y pasa sin detenerse frente a un altar dedicado al Budah Amidha, rut ilante de oro y de cirios encendidos. A continuaci\u243?n entra en una especie d e cubo, tambi\u233?n de hormig\u243?n, en cuyo centro se levanta una horca. Uno de los personajes que le acompa\u241?a desliza alrededor de su cuello el nudo co rredizo de una cuerda. El condenado ni siquiera pesta\u241?ea. Parece que sus la bios murmuran algo; algunos de los funcionarios japoneses que asiste a la ejecuc i\u243?n cree haber escuchado las siguientes palabras, dichas en alem\u225?n: \u 171?\u161?Por el partido comunista! \u161?Por la Uni\u243?n Sovi\u233?tica! \u16 1?Por el Ej\u233?rcito Rojo!\u187? Bajo los pies del condenado se abre una tramp a con seco chasquido. En el extremo de la cuerda, s\u250?bitamente tensa, pende el cuerpo; a nivel del suelo sobresale el torso, con ja cabeza inclinada hacia d elante. Unas violentas sacudidas, que van poco a poco amainando... Son exactamen te las 10{\i y 20} minutos. Los testigos firman el acta de la ejecuci\u243?n.{\i El} nombre del condenado es Richard Sorge; su nacionalidad, alemana; su crimen: espionaje. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Aquel es el punto final de la m\u225?s extraordinaria aventura de esp\u237?as de los tiempos modernos. El momento de la ejecuci\u243? n significa tambi\u233?n el principio de un oscuro enigma de la \u250?ltima guer ra. Con los libros que se han escrito sobre este tema se podr\u237?a formar un i ngente rimero; dos pel\u237?culas han tratado el asunto,{\i y el} n\u250?mero de art\u237?culos, encuestas, reportajes y \u171?revelaciones \u187? a que ha dado lugar es infinito. Las pol\u233?micas en que se han enzarza do los m\u225?s eminentes especialistas del espionaje{\i y} del contraespionaje, y la copios\u237?sima documentaci\u243?n aparecida en l os \u250?ltimos veinte a\u241?os, sirvieron para ensombrecer el misterio. Los in terrogantes surgidos a trav\u233?s de esas mir\u237?adas de l\u237?neas impresas , de kil\u243?metros de pel\u237?cula y de centenares de horas de conferencias y charlas, han recibido las m\u225?s contradictorias respuestas. En rigor, aquel c\u250?mulo de preguntas puede reducirse a cuatro: {\i \u8212? }\u191?Qui\u233?n era Richard Sorge? {\i \u8212? }\u191?Por cuenta de qui\u233?n trabajaba? {\i \u8212? }\u191?De qu\u233? modo influy\u243? su actuaci\u243?n en la marcha de l a Segunda Guerra Mundial? {\i \u8212? \u191?Cu\u225?l} ha sido su paradero final? De estas cuatro preguntas, s olamente la primera puede recibir una respuesta categ\u243?rica. La vida de Rich ard Sorge anterior a su llegada a Tokio, en el a\u241?o 1933, ha sido re\u8212? 174 constituida en detalle por los investigadores germanos y americanos, as\u237 ? como por el juez japon\u233?s que instruy\u243? la causa. Las comprobaciones d e unos y otros han sido confirmadas por los Sovi\u233?ticos, que, veinte a\u241? os despu\u233?s de la presunta muerte del agente, se decidieron a admitir que tr abajaba para ellos. Es m\u225?s: La Uni\u243?n Sovi\u233?tica lo reivindica como a un \u171?h\u233?roe del comunismo\u187?. Los informes recogidos por los inves tigadores se ajustan, en grandes l\u237?neas, a la autobiograf\u237?a que el pro pio Sorge escribi\u243? al parecer en su celda de la prisi\u243?n de Sugamo. Aqu el texto fue dado a la publicidad por el jefe de los servicios de informaci\u243 ?n de Mac Arthur en el Jap\u243?n, mayor-general Charles A. Willoughby, a quien le fue comunicado despu\u233?s de la capitulaci\u243?n japonesa, por la polic\u2 37?a nipona. Aparentemente, aquella larga monograf\u237?a biogr\u225?fica hab\u2 37?a sido escrita directamente a m\u225?quina por la propia mano del esp\u237?a, despu\u233?s de haber mantenido durante largos meses un obstinado silencio. Si bien es l\u237?cito preguntarse por la raz\u243?n que impulsara a Sorge, un agen te tan importante y tan \u171?serio\u187?, a poner por escrito los avatares, tri bulaciones y engranajes de la organizaci\u243?n que dirig\u237?a en el Jap\u243? n, es un hecho que las dudas que pudiera inspirar la autenticidad de aquel texto tienen poco fundamento. M\u225?s adelante volveremos sobre las causas que pudie ron inducir a Sorge a entregar su secreto y a denunciar a sus colaboradores. Pri mero hemos de examinar el contenido de su \u171?confesi\u243?n\u187? y calibrar el cr\u233?dito que la misma merece. Bien entendido que lo uno depende de lo otr o. Cuando el mayor-general Willoughby incluy\u243? las declaraciones de Sorge en su libro{\i La Conspiraci\u243?n de Shanghai, }muchos fueron los expertos internacionales q ue las acogieron con el mayor escepticismo. Si bien nadie puso en duda la buena fe del militar americano, abundaron los que no creyeron en la de los servicios e speciales japoneses cuando entregaban tan por las buenas un documento tan precio so y explosivo. La obra llevaba un pr\u243?logo firmado por Mac Arthur y en la m isma el autor denunciaba los manejos del espionaje sovi\u233?tico que, en su opi ni\u243?n, estaba en trance de envolver en sus redes todo el Extremo Oriente, Eu ropa y el Continente americano. En el libro se intentaba asimismo demostrar que los medios progresistas o simplemente liberales de los Estados Unidos se hallaba n seriamente implicados en aquellas maniobras. No es de extra\u241?ar, por lo ta nto, que{\i dos de los princi . as\u237? como su mujer.\u187? La p el\u237?cula de Yves Ciampi fue proyectada en las pantallas moscovitas. . Hans-Hellmut Kirs t \u8212?autor del conocido relato 08/15\u8212? intent\u243? asimismo contestar a la pregunta planteada por el t\u237?tulo de la pel\u237?cula de Ciampi. 1895-1944\u187?. Desde el punto de vista de rigor hist\u243?rico. Londres y Par\u237?s. recibi\u243? del director el encargo d e llenar varias columnas en la \u250?ltima p\u225?gina del \u243?rgano comunista con un art\u237?culo dedicado a Sorge: \u171?Ha llegado la hora de hablar de un h\u233?roe cuyo nombre ser\u225? para las generaciones futuras s\u237?mbolo de entrega a la gran causa de la paz y ejemplo de valor y de sacrificio. Los peri\u243?dicos de los pa\u237?ses no comu nistas. Un escritor alem\u225?n. a principios de septiembre de 1964 hicieron el genial descubrimiento d e que el esp\u237?a hab\u237?a existido. la existencia de Sorge. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} \u191?Qu\u233? ocurri\u243? el 4 de septiembre de 196 4.S. }que en realidad no contestaba a lo que promet\u237?a el t \u237?tulo. considerada por l os progresistas como un burdo andamiaje cuya \u250?nica finalidad era favorecer la \u171?caza de las brujas rojas\u187?.S. El autor de la cinta. Por una casualidad que ten\u237?a alg o de milagro se descubri\u243? en el cementerio de Tama una tumba a la que hasta entonces nadie hab\u237?a prestado atenci\u243?n y de la que nunca se hab\u237? a hablado. escrito en katakana japon\u233?s: \u171?Aqu\u237? yace un h\u233?roe que dio su vida en la lucha contra la guerra y por la paz mundial\u187?. al que acusaron de haber perge\u241?ado una retah\u237?la de mentiras. que la \u171?confesi\u243?n\u187? del esp\u237?a era aut\u233?ntica. El relato sigue lo s trillados senderos de la autobiograf\u237?a inserta en el libro de Willoughby. trataron duramente el libro de Willoughby. por su parte. tanto la de la U. pura y sim plemente. se considera la pel\u237?cula u n producto exageradamente romancesco. levantasen una oleada de protestas entre los quisquillosos medios intelectuales de Nueva York. A este mismo texto recurrieron los turiferarios comunistas que. la actriz japonesa Ke\ u237?ko Kishi. los repo rteros comunistas corrieron a Tokio y se dedicaron a entrevistar a todo aquel qu e presum\u237?a de haber conocido a Sorge. de un modo s\u 250?bito. en la l\u225?pida aparec\u237?a una inscripci\u243?n en letras g\u243 ?ticas: \u171?Richard Sorge. El juicio era ligero a t odas luces. opinaban. V\u237?ctor Ma\u237?evsky. fecha del sovi\u233?tico hallazgo? Simplemente. El libro de Willoughby se convirti\u243? en una de las armas fa voritas de MacCarthy y sus retr\u243?grados secuaces. Poco tiempo despu\u233?s las pantallas de todo el mundo exhib\u237?a n la pel\u237?cula de Yves Ciampi{\i \u191?Qui\u233?n} es{\i usted mister Sorge?. Aquella reacci\u243?n no estaba del tod o injustificada. Tod o aquel que presum\u237?a de \u171?avanzado\u187? denunci\u243? el car\u225?cter tendencioso \u8212?y por lo tanto sospecho\u8212? de la obra. como la de las democracias populares. de acuerdo con los testimonios que hab\u237?an recogido en Tokio. y a continuaci\u243?n. la obra (cuyo t\u237?tulo de la versi\u243 ?n francesa es El esp\u237?a del siglo) no aporta nada nuevo. y el retrato de Rich ard Sorge que en el mismo hace el autor resulta sofisticado en extremo: el prota gonista inicia su carrera como esp\u237?a sovi\u233?tico empujado por un desenga \u241?o amoroso que ha sufrido en Alemania. y con una conmovedora ingenuidad le con virtieron en el{\i James Bond} sovi\u233?tico. ignor\u243?. que un periodista de la \u171 ?Pravda\u187?.La Conspiraci\u243?n de Shanghai }y la \u171?confesi\u243?n\u187? de Sorge que constitu\u237?a su argumento de fuerza.R. El t\u 237?tulo del libro es La muerte juega la \u250?ltima carta. En cuanto a las peripecias de Sorge durante su estancia en el Jap\u243?n. Ocurri\u243? otro hecho singu lar: Despu\u233?s de haber permanecido por m\u225?s de veinte a\u241?os en la di screta \u171?niebla\u187? tan familiar a los agentes secretos. La prensa comunista. las o bras de car\u225?cter pol\u237?tico cuya paternidad Sorge se atribuye en la \u17 1?confesi\u243?n\u187?. se disfraz\u243? de \u171?fabricante de salchichas\u187? para hacerse{\i el encontradizo} con \u233?l en una recepci\u243?n del club alem\u225?n{\i de la} capital japonesa. Alain Gu\u233?rin.\u187? M\u225?s adelante. todo lo que en la \u171?confes i\u243?n\u187? se refiere a las actividades de Sorge en China y en el Jap\u243?n . Las cl\u225?usulas econ\u243?micas del tratado de Versal les y la clase obrera internacional. del que pinta un retrato muy distinto al del glorioso co mbatiente que la verdad oficial de Mosc\u250? nos presenta. Napole\u243?n Solo }y dem\u225?s{\i Superagentes 86. 1927. que llevaba dos a\u241?os en el pa\u237?s y cuya vida aparentemente regular le pon\u237?a a cubierto de toda sospecha. La rapidez con que hubo que improvisar muchas co sas hizo que algunos detalles no resultasen del todo convincentes.. 1925. y Ana. Gu\u233?rin omite.. y El imperialismo alem\u225?n. cada vez que Richard lo miraba soltaba un escupitajo\u187?. Pero aquellas citas cumplen una fi nalidad: Probablemente fieles a los hechos reales y a lo que fue la juventud de Sorge. Debemos subrayar que lo que Sorge en la parte de su supuesta \u171 ?confesi\u243?n\u187? dedicada a este per\u237?odo de su vida pone en bastante m al lugar a Max Klausen. su m ujer (una ex rusa blanca). Las citas se refieren siempre a la \u233?poca juvenil del esp\u237?a. Aquella b rutal catarata de honores result\u243? una prueba demasiado dura para el tierno coraz\u243?n de Frau Klausen. y que seg\u250?n \u233?l habr\u237?an sido publicadas en Alemania y luego traducidas al ruso: La acumulaci\u243?n del capital y Rosa Lux emburgo. El buen Klausen adorn\u243? la cosa con unos suplement arios toques de misterio: \u171?Cuando nadie nos miraba me estrech\u243? la mano y murmur\u243? a mi o\u237?do: "Arreglar\u233? las cosas para que alguien nos p resente como si no nos conoci\u233?ramos. por ejemplo.". Conviene se\u241?alar que si bien los sovi\u233?ticos han dado su visto bu eno a la primera parte de la autobiograf\u237?a de Sorge. hac\u237?a solemne entrega a los h\u233?roes d e la medalla de oro al M\u233?rito del Ej\u233?rcito Nacional Popular.} La prensa comunista en general entremezcla esas notas de folk lore con lo que al parecer fue la realidad. \u191?Fueron efectivamente escritos aquellos libros? Es l\u237?cito ponerlo en duda. cuando{\i Max Klausen} relata ante el enviado especial de\u171?L'Humanit\u233?\u187? de P ar\u237?s. Y luego: \ u171?Siempre que Richard hac\u237?a amistad m\u225?s o menos \u237?ntima con alg una mujer obraba por motivos de t\u225?ctica pol\u237?tica. ni siquiera de pasada. Alain Gu\u233 ?rin entrecomilla en sus art\u237?culos de \u171?L'Humanit\u233?\u187? p\u225?rr afos enteros de la \u171?confesi\u243?n\u187? revelada por Willoughby y los pone en boca del propio Sorge. a su adhesi\u243?n al partido comunista y a su postura de prote sta ante la situaci\u243?n de las masas trabajadoras en la Alemania de los a\u24 1?os veinte. ha br\u237?amos de colocar a Richard Sorge en la galer\u237?a de los{\i James Bond. creaba el mito del h\u233?roe-agente secreto. por ejemplo. min istro de la Seguridad del Estado. a\u241?o 1922.pales colaboradores de Sorge. L as autoridades de la Rep\u250?blica Democr\u225?tica Alemana no pod\u237?an ser menos: Ante las c\u225?maras de la televisi\u243?n. En ninguna de las ve rsiones aparecidas en el bando comunista. La Uni\u243?n Sovi\u233?tica conced\u237?a a los dos \u171?r eaparecidos\u187? las preciadas medallas de la Bandera y de la Estrella Rojas.\u187? En el caso d e que admiti\u233?ramos sin reservas mentales tan candorosas manifestaciones. Es de destacar que en todo el tiempo transcurrido desde la Revoluci\u243?n de octubre de 1917. lo que \u233?ste cuent a en su \u171?confesi\u243?n\u187? no debe ser tomado forzosamente al pie de la . por el contrario. tan afici onada a ensalzar sus figuras. del audaz combatiente en la sombra. a lo que hizo durante las temporadas que permaneci\u243? en Mosc\u250? y a la organizaci\u243?n de su red secreta de Tokio.. que al llegar Klausen a Tokio en 1935. el general Erich Mielke. As\u237?. sirven de aval a la pintoresca y novelada versi\u243?n de la segunda part e de su vida. el radiot elegrafista a\u241?ad\u237?a: \u171?En mi apartamento yo ten\u237?a un retrato d e Hitler. el telegrafista Max-Gottfried Klausen. se citan. era la primera vez que la Uni\u243?n Sovi\u233?tica. que en noviembre de 1964 tuvo que ser hospitalizad a. hac\u237?an su entrada a son de bombo y platillo en e l Berl\u237?n-Este. Richard Sor ge.. As\u237?. incluso lleg\u243? a ocupar el puesto de secret ario de Marx. en realidad. el peque\u241? o Ika (as\u237? llamaban los padres al ni\u241?o) recibi\u243? una educaci\u243? n alemana al estilo tradicional. En su \u171?c onfesi\u243?n\u187? Sorge procura reducir al m\u237?nimo la importancia del pape l de sus colaboradores. Entonces Sorge sol icita y obtiene su traslado a la 4. Su experiencia de las trincheras y de los ho spitales durante la Primera Guerra Mundial.\u170? Secci\u243?n es la central de todos los servicios de espionaje sovi\u233?ticos y depende directamente del Kremlin. en la que luch\u243? como voluntario y donde fue herido por dos veces. Por otra parte. Sorge no se sali\u243? con la su/a. Parece que el esp\u237?a se esfuerza en presentar hinchadas al m\u225?xim o sus dotes intelectuales. un t\u233?cnico alem\u225?n de la industria petrol\u237?fera. fue recibido en el partido comunista de la URSS. Despu\u233?s de leer lo que el esp\u237?a escribiera. Un abuelo del ni\u241?o hab\u237?a milit ado en la Primera Internacional. \u8212?reproducimos a la letra lo que escribe al final de su trabajo-que lo que pes\u243? definitiv amente en la balanza no fue lo que aprend\u237? en la escuela de informaci\u243? n de Mosc\u250?. alternando sus actividades de profesor con las de operario en una mina. Pero. D urante los dos a\u241?os siguientes trabaj\u243? en los servicios especiales del Komintern de Mosc\u250?. hab\u23 7?a contra ido matrimonio con una rusa. y les sugiere.\u187? Secci\u243?n del Estado Mayor general del Ej\u233?rcito Rojo. la corresponsal\u237?a de un insignificante peri\u243?dico alem\u225?n servir\u225? de tapadera. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} \u191?Qui\u233?n era. puesto que las autoridades japonesas decidieron ejecutarlo. del modo m\u225?s h\u225?bil. sino los estudios que personalmente realic\u233? sobre el terreno y que me permitiero n resolver los problemas que en Jap\u243?n se me plantearon\u187?. al parecer. un a conclusi\u243?n se Impone a la mente del lector: Parece que Sorge se pone en e l fugar de los investigadores japoneses que leer\u225?n aquellas l\u237?neas. En 1925 se hab\u237 ?a convertido en un militante profesional que gozaba de la total confianza de su s jefes. En 1917 se inscrib\u237?a en el partido socialdem\u 243?crata independiente y cuando en 1919 qued\u243? constituido el partido comun ista alem\u225?n fue uno de los primeros en adherirse. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En enero de 1930. Ex plica a sus jefes que para un agente secreto es peligroso trabajar en conexi\u24 3?n con los comunistas notorios del pa\u237?s donde se encuentra. Richard Sorge? Hab \u237?a nacido el 4 de octubre de 1895 en la ciudad cauc\u225?sica de Bak\u250?. En 1929 volvemos a encontr arle en Mosc\u250?. Entonces recibi\u243? el honor supremo: un viaje a Mosc\u250?. Acabada su fase de formaci\u243?n es enviado en misi\u 243?n a Inglaterra y a Escandinavia. hicieron que rebrotasen en Richard las ideas avanzadas del abuelo Adolfo. A parti r de entonces se entrega totalmente a la organizaci\u243?n marxista. Aquella 4. parece ser que Sorge padre no hab\u237?a hereda do la fe revolucionaria del abuelo. Se dir\u237?a que Sorge pretende demostrar. se hacen patentes algunas contradicci ones de detalle. Los dirigentes del Komintern no admiten de buen grado aquella opini\u243?n. donde su en\u233?rgica personalidad comienza a afirmarse. Su padre. Llevado a Berl\u237?n a los tres a\u241?os de edad. ni los ex\u225?menes a que en la misma hube de someterme.letra. Apadrina do por Manuilsky y Lozovosky. tres agentes sovi\u233?ticos desemb . En 1920 obtuvo el t\u237? tulo de doctor en ciencias pol\u237?ticas de la universidad de Hamburgo. la idea de que un especialista tan co mpetente podr\u237?a serle muy \u250?til y que ser\u237?a una l\u225?stima entre garlo a los jueces y al verdugo. cualquiera que fuese la raz\u243?n de l os nazis por obrar de aquel modo. El japon\u233?s sospecha que se trate de un agente co munista. Antiguo marino del puerto de Hamburgo. \u171?Alex\u187?. Sorge comenta: \u171?Creo que juntos p odemos hacer un buen trabajo. expulsados de China. \u171?Schmid\u187? y \u171?Johnson\u187?. se encargar\u225? \u250? nicamente de organizar y poner en marcha la red. Ozaki no se extra\u241 ?a.} suceder\u225?n los m\u233?todos sistem\u225?ticos qu e Sorge impone en China. Sorge fue llamado por sus jefes de Mosc\u 250?. \u171?Inson\u187?.\u187? Ozaki. incluso. no est\u225? seguro de co n qui\u233?n trata: Piensa que aquel hombre corpulento. Ahora. A finales del a\u241?o 1932. En Manchuria exist\u237?a un estado de guerra larvada que en cualquier mom ento pod\u237?a convertirse en lucha abierta. Precisamente es este uno de los aspectos m\u225 ?s enigm\u225?ticos de su carrera. En Shanghai. Parece que nadie haya dado gran importancia a su s antecedentes lejanos ni a sus recientes experiencias. tendr\u237?a que montar en Tokio una red de espionaje sobre bases ent eramente nuevas. encuentra a \ u171?Johnson\u187? convertido en \u8212?el doctor Richard Sorge. bajo su aut\u233?ntico nombre. su especialidad son las comunicaciones radiof\u243?nicas en las que ha llegado a ser un aut\u233?ntico virtuoso. Rich ard Sorge. que frecuenta la sociedad aristrocr\u225? tica del imperio del Mikado. Pero. El jefe del grupo. En China acab a de ocurrir algo que justifica los puntos de vista de Sorge: Toda la red del Ko mintern ha quedado desmantelada en ocasi\u243?n de la ofensiva ideol\u243?gica d e los seguidores de Chiang Kai-Chek contra los comunistas chinos. lo cual para \u233?l. de facciones en\u233?rgi cas que cojea ligeramente por causa de una antigua herida de guerra y que suele comer en un restaurante de la calle de Nankin. Sorge comienza por un viaje a Berl\u237?n donde busca una s\u24 3?lida \u171?tapadera\u187?. Las relaciones entre la URSS y el Jap\u243?n pasaban por una fase muy deli cada. a cuyas \u243?rdene s trabajar\u225? el especialista en radio \u171?Weingart\u187?. cuando al regresar a Tokio de un viaje a los Estados Unidos (a donde hab\u237?a ido como delegado oficial del Jap\u243?n en u n Congreso del Instituto para las Relaciones en el Pac\u237?fico). en realidad no se llama Johnson n i es periodista americano. luego. en realidad se tr ata de un comunista alem\u225?n. Ozaki Hozumi. corresponsal de l \u171?Frankfurter Zeitung\u187? y en cordiales relaciones con el embajador de Alemania. el hecho es que el 6 de septiembre de 1933 Sor ge se encuentra de regreso en Yokohama y all\u237? encuentra su carnet de milita . La fecha fatal del 7 de noviembre de 1944 pone punto final a esa larga \u233?poca de su vida. en apariencia corresponsal de la m odesta publicaci\u243?n alemana \u171?Soziologische Magazin\u187?.arcan en Shanghai. habr\u237?an de ser sus m\u225?s valiosos auxiliares. El nombre aut\u2 33?ntico de \u171?Fix\u187? es Richard Sorge. Borodin y Galen (Malraux nos ha descrito aquellos aco ntecimientos) fueron. en Tokio. pesado y macizo. los enviados d el Komintern hab\u237?an mantenido relaciones demasiado estrechas con el partido . funcionario tam bi\u233?n de la 4. Los principales agentes. Sorge presenta su candidatura de ingreso en el partido \u171?nazi\u187? y es ad mitido sin la menor dificultad. El primero de ellos es un intelectual japon\u2 33?s de ideas avanzadas. Dispondr\u237?a de carta blanca y de todos los medios materiale s que precisase. Consigue el puesto de corresponsal del \u171?Frankf urter Zeitung\u187?. asimismo enviar\u225? cr\u243?nicas al \u171?Bergen Kurier\ u187?. A los rom\u225?nticos estilo s de trabajos que se describen en el libro{\i La condici\u243?n humana. Depuse de colaborar alguna s semanas con aquel alem\u225?n pesadote. Durante su prolongada estanci a en el Extremo Oriente Sorge utiliza los alias de \u171?Ramsey\u187?. cuatro a\u241?os despu\u233?s. a la \u171?Technische Rundschau\u187? y al \u171?\u193?msterdam Handelsbl att\u187?. de momento. y luego en el Jap\u243?n. es una recomendaci\u243?n. Por lo visto los \u171?n azis\u187? han decidido pasar una esponja sobre sus actividades de militante com unista en Hamburgo y en el Ruhr. miembro del partido desde 1927. Corr\u237?a el a\u241?o de 1933 y Hitler acababa de acceder al poder. Sorge conoce a dos personajes de los que aprecia las dotes y que son enrolados en su organizaci\u243?n. que apa rentemente se dedica al comercio y cuyo nombre es Max Klausen. la direcci\u243?n de las operaciones correr\u225? a cargo de un tal \u171?Fix\u187?. En Shanghai \u171?Fix-Johnson\u187 ? hab\u237?a demostrado su capacidad. Luego.\u170? Secci\u243?n del Ej\u233?rcito Rojo. \u171?Son tel\u187?. El otro es un alem\u225?n. entre los dos hombres s e establecen v\u237?nculos de s\u243?lida amistad.nte nacionalsocialista. Para trasladarse desde Europa a Yokohama.. primer episodio de la Segunda Guerra Mundial. Para el embajador O tt s\u243?lo exist\u237?a un hombre capaz de afrontar aquella responsabilidad: s u amigo el doctor Richard Sorge. Agnes Smedley era considerada como gran amiga de los comunistas (algunos la sospechaban agente de los rojos. El agregado militar. El Coronel admira bobaliconamente al din\u225?mico \u171?periodista\u187?. Sus amantes. Es un parroquiano dif\u237?cil: Los due\u24 1?os de los locales lo miman. La facilidad con que ha logrado la corresponsal\u237?a e n Tokio de cuatro peri\u243?dicos es m\u225?s f\u225?cil de explicar. de primer agregado militar. Antes de llegar a s u destino realiz\u243? cortas estancias en los Estados Unidos y en el Canad\u225 ?. el coronel Enged Ott. Herr Doktor Richard Sorge. Sor\u8212? ge llega a convertirse en el amo y se\u241?or de la embajada. Este. Sorge es el terror de las calles de T okio. y luego. si \u233?l falta. se hace el remol\u243?n .. volvi\u243? a encontrar a una mujer que presum\u 237?a de parecerse a Marlene Dietrich y cuyo nombre era Elga Ott. admite. que no contabili zan sino las victorias totalmente seguras. \u161 ?treinta! Fan\u225?tico de la motocicleta. Ott era un militar al cl\u225 ?sico estilo prusiano. Por aquell a \u233?poca el prestigio del \u171?Frankfurter Zeitung\u187? era muy grande. llega por sus pasos contados el nombramiento de embajador del Reich. intelectual. La primera vez que Richard se presen t\u243? en el club alem\u225?n. y no de los peores). Las mujeres.. Tan eficaz le resulta la ayuda de su amigo. soltero. el a gregado a\u233?reo. llegan a contarse por docen as. Los documentos m\u225?s con fidenciales se hallan a su alcance. En cierta ocasi\u243? n Richard hab\u237?a vaticinado a Elga (que hab\u237?a sucumbido al asedio tras de brev\u237?sima resistencia): \u171?Ser\u225?s embajadora.. cuya pesada mente se siente fascinada por la inteligencia y las brillantes facetas del aventurero. la embajada de Alemania en T okio recibe \u243?rdenes en el sentido de intensificar el esfuerzo de informaci\ u243?n y propaganda en el Jap\u243?n. pe ro Sorge cont\u243? con la eficaz recomendaci\u243?n de la periodista americana Agnes Smedley. le prodiga consejos y le ayuda a redactar sus informes. Como contrapartida. por su parte. en el mejor ornato de la embajada del Tercer Reich.el puesto de agregado de prensa en T okio. El esp\u237?a. \u171?Ramsey\u187? le facilita informaci\u243?n. hab\u237?a conocido \u225? Sorge en China. llegan a la modesta cifra de. que Euge n Ott hace una carrera fulgurante: es promovido a mayor-general. Es cliente habitual de todos los restaurantes: desde los m\u225?s lujosos a los antros m\u225?s s\u243?rdidos.. donde. el ambiente vuelve a caer en la insop ortable soser\u237?a germana. y por si ello fuera poco. finalmente.. nombrado para e l puesto de segundo. con aparente desgana. porque gasta mucho. Su marido.. q ue ocupaba el puesto de embajador cuando Sorge lleg\u243? a Tokio. no tard\u243? en adquirir notoria celebridad entre la colonia alemana y en los medios period\u237?sticos de Tokio. corresponsal en China de aquel peri\u243?dico. Sorge utiliz\u243? la ruta que sol\u237?an seguir los estudiantes. d e trato encantador. pero a veces resulta embarazos o: sobre todo cuando est\u225? borracho (lo que ocurre muy a menudo) y organiza hom\u233?ricas peleas en las que salones enteros resultan totalmente devastados. con su atl\u233?tica anatom\u237?a. alemanas o japonesas. Finalmente. sabe sacar partido de sus atractivos: Lle gar\u225? a convertirse en la sal y pimienta. el agregado naval.\u187? El embajado r reci\u233?n salido del horno tiene ciega confianza en el que considera fiel se rvidor de la pol\u237?tica de Berl\u237?n. se lo rifan: especialment e la se\u241?ora embajadora. sobre todo. facilita a la embajada i nformes sobre la pol\u237?tica japonesa que en medio de su agitado tren de vida consigue espigar. \u161?Qu\u233? hombre extraordinario! Cuando se produce la invasi\u243?n de Pol onia. sino a la se\ u241?ora del que luego lo sustituir\u237?a. al que llega a considerar como el m\u2 25?s grande experto alem\u225?n en los asuntos de Extremo Oriente. Es una labor dif\u237?cil ya que el gobier no imperial ve con malos ojos la aparente luna de miel entre Berl\u237?n y Mosc\ u250? y no parece muy entusiasmado ante la idea de tener que participar en la qu erella entre los alemanes y las potencias del Oeste europeo. Los muy concienzudos investigadores del general Willoughby. antes de aceptar. que trae consigo la jefatura de los servicios de informaci\u243?n de la em . Por su parte. No nos referimos a la esposa de Herr von Dirksen. no tienen secretos para \u233?l. al actuar de aquella forma no hac\u237?a sino cumpl ir \u243?rdenes superiores. informante y consejero de Meisinger es So rge. que llega a Tokio en 1940. Para resolver la pugna entre sus dos lugart enientes. El polic\u237?a se desespera viendo que nadie toma en serio sus recelos. Hasta tal punto llegaron las cosas. Un misterio del que tendremos que volver a hablar. El mejor colaborador.B. desvalijar en su personal provecho y dejarse c orromper. capricho de todas las \u171?Frauen\u187? y \u171?Fraulein\u187? residen tes en la capital del Imperio del Sol Naciente. Joseph Meisinger. El nombre del p olizonte es Branz. el atleta de finas facc iones y cabellera ondulada. Habitualmente le llaman \u171?el verdugo de Varsovia\u187?. y como especialis ta en la ejecuci\u243?n de los m\u225?s bajos menesteres.\ u187?: \u171?Sorge es hombre seguro: esp\u237?a a los japoneses por cuenta nuest ra. que \u233?ste tiene que ingresar en el hos pital. \u191?C\u243?mo no se interes\u243? por los antecedentes del ex comunista y p or sus notorias actividades en Hamburgo y en el Ruhr? \u191?Era posible que no s e sintiera intrigado por la extra\u241?a personalidad del brillante periodista d e Tokio. La l ucha entre los dos hombres es desigual.N. no disimulaba que la sagrada persona del F\u252?hrer le inspira ba un afecto m\u225?s bien moderado? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b . A partir de aquel momento tenemos a Sorge convertido en funcionario del gobierno de Adolfo Hitler. Meisinger hab\u237?a repasado los expedien tes personales de cada uno de los miembros de la colonia alemana en el Jap\u243? n. Es menos probable que aquellas \u243?rdenes incluyer an la autorizaci\u243?n de robar. precedido de la m\u225?s siniestr a reputaci\u243?n. confidente del embajador Ott. pero no obtiene respuesta. \u161?Gran sor presa! El coronel SS Meisinger y Richard Sorge hacen las mejores migas del mundo . Para colmo. En ocasiones se pasan la noche en blanco jugando al p\u243?quer. \u191?Cu\u 225?l es el motivo de su desconfianza? El propio Branz lo ignora. a la zaga de las tropas ocup antes.\u187? Antes de partir para Tokio. director de la agencia oficial de prensa del Tercer Reich \u171?D. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El extravagante doctor Sorge. y que aqu\u233?l le devuelve en buena moneda. se dedic\u243? a la tortura y a la liquidaci\u243?n de millares de pobres desgraciados. \u233?ste llega a formar parte de la Gestapo. D esde el comienzo del r\u233?gimen \u171?nazi\u187? Meisinger se revel\u243? como uno de los m\u225?s celosos ayudantes del siniestro Heydrich.bajada. Pide a Berl\u2 37?n que le sean enviados informes sobre Sorge. Aquel cuadro presenta una sola zona oscura: la antipa t\u237?a instintiva que el apuesto agregado inspira al representante de la Gesta po en la embajada. individuo de mente obtusa pero de muy buen olfato. y que. Posiblemente. en la embajada dan la raz\u243?n a Sorge. Cuando lleg\u243? a la capital polaca. mientras los miles de marcos pasan de mano en mano y las botellas de whisky se vac\u237?an po r cajas enteras. mientras Sorge lo pone en rid\u237?culo cada ve z que la ocasi\u243?n se tercia. En Berl\u237?n dirig\u 237?a la \u171?Oficina especial para la administraci\u243?n de los bienes jud\u2 37?os\u187?. Hitler no encontr\u243? mejor medio que facturar el molesto personaje hasta la remota Tokio. En el curso de una juerga el esp\u237?a adminis tra al sabueso tan monumental paliza. \u161?El superpolic\u237?a Meisinger no lleg\u243? a abrigar la menor s ospecha! El receloso SS acept\u243? sin m\u225?s la garant\u237?a del doctor von Ritgen. parec\u237?a destinado a convertirse en la v\u237?ct ima propiciatoria de aquel coloso calvo y de facciones de bestia. El pobre polic\u237 ?a tiene que regresar a Berl\u237?n y es sustituido por un coronel de la Gestapo . Pero Heydrich protegi\u243? a su esbirro. que el jefe del contraespionaje al em\u225?n Walter Schellenberg lo hizo comparecer ante un tribunal militar. para colmo. De un modo oficioso. Aquella absurda amistad y colaboraci\u243?n constituyen el segundo misterio que el caso plantea. \u191 ?Por qu\u233?? Misterio. aparte del cual dispone de un selecto grupo de informadores independientes. y alternand o con la redacci\u243?n de los excelentes art\u237?culos sobre el Jap\u243?n que env\u237?a a sus cuatro peri\u243?dicos. Entre \u233 ?stos se cuenta el periodista servo\u8212? franc\u233?s Branko de Vukelitch (ali as \u171?Gigol\u242?\u187?) corresponsal de la agencia Havas. la lista de los interrogantes podr\u237?a prolo ngarse hasta el infinito.{\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En nuestros d\u237?as los sovi\u233?ticos mantienen l a tesis de que Sorge consigui\u243? enga\u241?ar a todos: igual a Meisinger que a Ott y a von Ritgen. que hab\u237?a pasado muchos a\u241?os en California. el trabajo de organizar una vasta red de espionaje por cuenta de la Secci\u2 43?n 4. que es un fot\u . Pero a la cruda luz de las condiciones reale s que siempre se han dado en el mundo del espionaje. y gran n\u250?mero de japon eses. a partir de 19 33. del ej\u233?rcito. del mundo de los negocios.} todo es cre\u237?ble. se trata de hechos ciertos y comprobados. Gunther Stein. en ese complejo ambiente mu chas veces s\u243?rdido y sucio. Por otra parte. En un art\u237?culo public ado el 4 de septiembre de 1964 as\u237? lo reconoce candorosamente el redactor d e la \u171?Pravda\u187? Victor Ma\u237?evsky: \u171?Muchas circunstancias concur rentes impidieron hasta hoy que las inmortales haza\u241?as del agente de inform aci\u243?n Richard Sorge y de sus camaradas fueran dadas a conocer. Si se admite que el apuesto esp\u237?a era un personaje m\ u237?tico al estilo de{\i James Bond... pero no cita nin guna.\u187? V\u237 ?ctor Ma\u237?evsky menciona \u171?muchas\u187? circunstancias. Su principal colaborador es Ozaki.\u170? del Ej\u233?rcito Rojo. emp leados del ferrocarril manch\u250? (\u233?stos pod\u237?an proporcionar valios\u 237?sima informaci\u243?n sobre los movimientos de tropas en la frontera con la URSS). aparece com o un grabado de Epinal{\super [19]} al que se hubieran recortado los m\u225?rgenes. Lo \u250?nico que en este campo podemos hacer ser\u225? formular hip\u243? tesis. que escrib\u237?a para el \u171?Berliner Tageblatt \u187? y para el \u171?British Financial News\u187?. En cuanto a las \u171?inmortales haza\u241?as\u187?. En aquella turbamulta de gente extra\u241?a hay que destacar al japon\u 233?s Miyagi Yotoku. Richard Sorge emprende. de la revista \u17 1?Vu\u187? de Par\u237?s y del peri\u243?dico yugoslavo \u171?Politika\u187?. que Ozaki reclutaba en los m\u225?s distintos ambientes: gentes de la pren sa. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Entre visita y visita a la embajada de Alemania. donde hab\u237?a militado en las filas del partido comunista americano: En el Jap\u24 3?n se abstienen de cualquier actividad pol\u237?tica comprometedora. dond e todos le consideran en cierto modo \u171?como de la familia\u187?. s\u237? pisamos terr eno firme. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Para el env\u237?o de informaci\u243?n a Mosc\u250? s e recurre al normal sistema de los emisarios que llevan escondidos notas y micro films (de la confecci\u243?n de \u233?stos se encarga Vukelitch. de la administraci\u243?n. pero sus p asados antecedentes ser\u225?n la grieta que haga cuartearse el edificio que Sor ge ha levantado con tanta paciencia. ot ro periodista. la estereotipada tesis que los sovi\u2 33?ticos tardaron veinte a\u241?os en hacer salir del cascar\u243?n. q ue se muestra encantado. La \u171?Shokai\u187? es proveedora de las principales f\u225?bri cas de armamento japonesas. de la que se ha b\u237?a separado en 1933. La cooperaci\u243?n de Max le resulta preciosa a \u171?Ramsey\u187 ?. 29 179 palabras en 1940. Klaus en ha construido una maravillosa emisora en miniatura de largo alcance que cabe en una maleta. Ya en la capital nipona. en la de Gunther Stein. Richard s e traslada a Berl\u237?n en 1935. Se trata de una refugiada rusa-blanca. Los \u193?ngeles o Sydney. En ocasiones meten la maleta en un autom \u243?vil y lanzan sus mensajes desde campo raso. es el m\u225?s \u23 7?ntimo colaborador del pr\u237?ncipe Konoye. la Secci\ . Resulta una mina de informes para Richard Sorge. \u171?la fort una es de los que se levantan temprano. que los intercepta. Al llegar a Tokio. en la de la mujer de \u233?ste (que entre tanto se ha separado de un marido que result\u243? demasiado \u171?volandero\u1 87?). Aquella clave se hab\u237?a sacado de un proverbio alem\u225?n que significa. viuda de un fi nland\u233?s. y Ozaki. La pareja se zambulle con decisi\u243?n en el mundo de los negocios. v\u237?a Nueva York. Sorge precisa de un aut\u233?ntico virtuoso. En 1936 el c\u243?nsul alem\u225?n de Tokio celebra el matrimonio por el cual Anna Wallenius toma el no mbre de Frau Klausen. que a las primeras de cambio revela la clave secreta utilizada.\u187? Los informes recibidos por la esta ci\u243?n \u171?Wiesbaden\u187? y que esta retransmite a Mosc\u250? son de trasc endental importancia. \u171?Ramsey\u187? tiene montones de informes atrasados que debe enviar a la estaci\u243?n receptora de Vladivostock (estaci\u243?n \u171?Wiesbaden\u187 ? seg\u250?n el c\u243?digo secreto) \u161?\u171?Bernhardt\u187?. nunca en la propia casa de Sorge. \u171?olvido\u187? de un paquete de cigarrillos sobre la m esa de un caf\u233?. a su vez hermano de un ex general zarista. como operador. So p retexto de renovar su contrato con el \u171?Frankfurter Zeitung\u187?. aprovecha la ocasi\u243?n para solicitar de sus jefes sovi\u 233?ticos que pongan a sus \u243?rdenes a su antiguo colaborador Max Klausen.. en 60 emisiones. El texto de algunos de aquellos mensajes hubiera podido ca mbiar totalmente el curso de los acontecimientos mundiales. exhibici\u243?n de billetes de banco con la numeraci\u243?n correlativa. y en 1941.243?grafo consumado). a la saz\u243?n Primer ministro. poco m\u225?s o menos. Los dos hombres no llegan a ente nderse. La informaci\u243?n es de primera mano: Sorge est\u225? perfectamente al corriente de todo lo que oc urre en la embajada del Tercer Reich. le autorizan un desplazamiento a Shanghai para recoger a su amante. desde alg\u250?n barquito en el que los del grupo realizan una pac\u237?fica partida de pesca. y que cuando dej\u243? de serlo se convirti\u243? en uno de los m\u225?s prestigi osos y escuchados consejeros del gabinete nip\u243?n. pero aumenta la importancia de los informes: En 1939 lanzan al espacio 23 139 palabr as. por su parte. encuentros \u171?fortuitos\u187? en el teatro o en el cine. Las emisiones cifradas tienen lugar en casa de los Klausen.. La entrega de documentos y la recepci\u243?n de fondos para financiar la red se efect\u250?an de acuerdo con los patrones cl\u2 25?sicos: citas concertadas en la secci\u243?n de anuncios por palabras de los p eri\u243?dicos. No lo lograr\u225? hasta que se produzca el arresto de Klausen. En la capital germana con sigue un segundo pasaporte que le permitir\u225?. Inm ediatamente es enviado a su nuevo destino de Tokio. Adem\u225?s de proporcionarle los informes que obtiene de sus clientes. no resulta ninguna maravilla. qu e en Shangha\u239? hab\u237?a demostrado su habilidad. Naturalmente. Las v\u237?as ocultas que suelen utilizarse pasan por Shan ghai. Aquella turbamulta de mensajes se acumula en los archivadores del con traespionaje japon\u233?s. y no pueden suplir a un enlace radiof\u243?nico directo. intercambio de consignas. pero no consigue descifrarlos. en la de Vukelitch. 21 emisiones con 13 103 palabras. En consecuencia. otras veces. donde pronto adquiere notoriedad la firma \u171?Klausen Shokai\u187? que fabrica reproductoras de planos y prensas para ja confecci\u243?n de placas fluorescentes. Klausen llevaba dos a\u24 1?os aburri\u233?ndose en una peque\u241?a ciudad.. pasar por Mosc\u 250?. y le perdona a Frau Klausen que el bienestar la haya \u 171?aburguesado\u187? un poquito y muestre una excesiva afici\u243?n a los abrig os de pieles. en las orillas del Volga. Sorge ha tomado contacto con un especialista avisado de anteman o y cuyo nombre clave es \u171?Bernhardt\u187?.. a su regreso. el n\u250?mero de las emisiones disminuye. A medida que transcurre el tiempo. Pero todas esas ni\u241?er\u237?as constituyen el \u171?abec\u23 3?\u187? del oficio. \u171?\u218?nicament e podremos tomar Mosc\u250? \u8212?conf\u237?a Guderian a sus colegas\u8212? en el caso de que los rusos no dispongan ya de reservas en retaguardia.{\super a} del Ej\u233?rcito Rojo se halla perfectamente informada sobre el potencial de l ej\u233?rcito. los gobernantes rusos apre ndieron la lecci\u243?n. donde todav\u237?a se ba\u241?aban en las delicias del id\u237?lico pacto germano-sovi\u233?tico no prestaron cr\u233?dito alguno a la noticia. confiando esta vez en los informes de \u171?Ramsey \u187?. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El 15 de octubre de 1941 Sorge irrumpe como un vendav al en casa de Klausen. Ej\u233?rcito del Kwantung no atacar\u225? por Siberia. Las reservas rusas llegan a tiempo y Mosc\u250? no ser\u225? tomado. y a una te mperatura de treinta grados bajo cero. la marina y la aviaci\u243?n japonesa. y supe riores jer\u225?rquicos de Sorge. Trae un mensaje que debe ser transmitido en el acto: \u17 1?De Ramsey al Director{\super [20]}. inmediato objetivo. Si Stalin hubiese confiado en la informaci\u243?n de Sorge. funcionarios de la 4. En cuanto al teatro de l a guerra en Europa.\u187? Aquella fen omenal confidencia Sorge la hab\u237?a obtenido del propio embajador Ott. Mejor hubieran hecho con callarse: han cometido la terrible equivocaci\u24 3?n de poner en duda la omnisciencia de Stalin. la oper aci\u243?n \u171?Barbarroja\u187? habr\u237?a tenido probablemente unos comienzo s muy distintos. Hoepner y Reinhar dt se disponen a lanzar el ataque decisivo ordenado por Hitler y que debe llevar a los ej\u233?rcitos alemanes hasta la capital de la URSS.' Secci\u243?n del Ej\u233?rcito. exactamente el 15 de noviembre .\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Un mes m\u225?s tarde. Si bien el sensacional informe coincid\u237?a con ciertos datos parciales obtenidos por la \u171?Rote Kapelle\u187? en Suiza y por el movimiento de resistencia polaco. Rusia no ser\u225? atacada. El ataque ser \u225? lanzado el 20 de junio. en el Kremlin.. En vano insisten Borovich y Berzon. los generales Guderian. Los ej\u233?rcitos sovi\u233?ticos. por lo menos. Repito: neutralidad de l Jap\u243?n totalmente segura. las puntas de lanza de la Wehrmacht tropiezan con nub es de esquiadores totalmente vestidos de blanco. Mosc\u250?.u243?n 4.. Hay que reconocer que. Sta lin se neg\u243? rotundamente a tomarla en consideraci\u243?n. Ofensiva japonesa ser\u225? contra Estados Unidos e Inglaterra por el sur.\u187? Pocos d\u237?as m\u225?s tarde. decidi\u243? trasladar desde las posiciones que ocupaban en Extremo Orie nte. a quie n el gobierno alem\u225?n hab\u237?a encargado de sondear cu\u225?les ser\u237?a n las reacciones japonesas ante la ruptura de hostilidades con Rusia. en la nieve que cubre totalmente los bosques que rodean Mosc\u250?. Se trata de las tropas siberi anas de Eremenko. con el resultado de verse deport ados a Siberia. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i . El \u250?nico insignificante error contenido en el mensaje de \u 171?Ramsey\u187? era en cuanto a la fecha. que no esperaban la arremetida alemana hubieron de retirarse en medio de un tot al desorden. El ataque de la Wehrmacht contra la U RSS se produjo el 22 de junio en vez del 20. el 20 de mayo de 1941 Klausen transmit\u237?a un mensaje que hab\u237?a de ser la obra maestra de \u171?Ramsey\u187?: \u171?Hitler concentra de 170 a 190 divisiones a lo largo de la frontera sovi\u233?tica. que garantizan la veracidad de la informaci\u2 43?n. que Stalin. con pelos y se\u241?ales. 15 ser\u225?n sometidos a juicio. de modo que. resultan condenados a muerte y. en el que ven\u237?a rese\u241?adas. Richard Sorge lleva ya un mes en una celda de la prisi\u243?n de Suga mo. ser\u237?an liberados por los amer icanos al final de la guerra. Vukelitch y varios miembros japoneses de la red. De los detenidos. tal como lo hab\u237?amos previsto. que acababa de abandonar el domicilio del pr\u237?ncip e Konoye\u8212?: El coraz\u243?n del enfermo est\u225? fuera de peligro. le reemplaza el doctor Heinrich Stahmer. seg\u250?n la v ersi\u243?n oficial. Meising er se limit\u243? a pasar aquellos informes al Kempetal y sigui\u243? tranquilam ente en su puesto. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} \u191?Cu\u225?l fue el defecto de organizaci\u243?n q ue hizo posible el total aniquilamiento de la red de Sorge? En el edificio tan l aboriosamente levantado por \u171?Ramsey\u187? exist\u237?a un enorme fallo. En total. todas las actividades comunistas del prisionero de Sugamo. La dole ncia sigue su curso normal. Los dos principales. morir\u237?a en la c\u225?rcel. Las versiones comunistas pasan por alto aq uella evidente pifia. despu\u233?s de comparecer ante el tribunal que le juzg\u243? por cr\u237?menes de guerra. Pero aqu\u237? surge un nuevo enigma: Meisinger logra salir d el apuro libre de costas. La polic\u237?a secreta nipona hab\u237?a logrado desenmascarar a Ozaki el 15 de octubre. Pide a Berl\u237?n que le env\u237?en el expediente pe rsonal de Sorge y a vuelta de correo recibe un completo \u171?curriculum vitae\u 187? milagrosamente aparecido.{\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Cuando el providencial mensaje ha salvado la capital moscovita. El embajador Ott es inmediatamente destituido. Minutos m\u225?s tarde. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En la embajada alemana. d espu\u233?s del primer arresto. Los arrestos ir\u225?n sucedi\u233?ndose hasta junio de 1942. horas y lugares. Ha sido arrestado en Tokio el 18 de octubre. donde fue ahorcado. la noticia hace el efecto de una bomba. condenado a prisi\u243?n perpetua . pocas horas despu\u233?s de que \u171?Ramsey\u187? enviara su trascendental mensaje a \u171?Wiesbaden\u187?. Una imprudente llamada telef\u243?nica de Sorge tuvo la c ulpa: \u8212?\u191?Pod\u233?is reconfirmarme la noticia? \u8212?S\u237? \u8212?f ue la respuesta de Ozaki. Los dem\u225?s. Para las tomas de contacto se ten\u237?a dispuesto un programa de fechas. Los americanos lo enviaron a Polonia. entre ellos Klausen \u8212?tam bi\u233?n condenado a cadena perpetua\u8212?. 35 mie mbros de la red de Sorge son capturados. los agentes del{\i Kempeta\u237?} \u8212?la Gestapo japonesa\u8212? invad\u237?an la casa de Ozaki . hasta la llegada de los soldados de Mac Arthur en oto\u241?o de 1945. Vukelich. incompatible con la sovi\u233?tica imagen de un m\u237?tic o Sorge al estilo{\i James Bond. lo que podr\u237?a llamarse \u171?una grave falta profesional\u187?: Sorge no hab\u 237?a previsto el modo de poner sobre aviso a los miembros de la organizaci\u243 ?n en caso de emergencia. tambi\u233?n se encuentran dete nidos Klausen. al Kempetal no le qued\u243? otra cosa que hacer sino armar las oportunas ratoneras para que las piezas de caza acudieran por s\ u237? mismas y cayeran en el garlito. \u218?nicamente Gunther Stein lograr\u2 25? eclipsarse a tiempo. fijados con antelaci\u243?n. son ejecutados.} Todas las culpas caen sobre las pobres espaldas de un chivo expiat . Sorge y Ozaki. Sorge.. que recientement e hab\u237?a dado en renegar de los comunistas y que cuando surg\u237?a la oport unidad hac\u237?a m\u225?s preguntas de las necesarias. Detenido \u233?ste. Porque aquel dram\u225?tico fin. El hombre era capa z de esto y de mucho m\u225?s. as\u237? como su imprudencia. Kitsu no conoc \u237?a siquiera la existencia. pero los especialistas de l Kempeta\u237? lo volvieron a la vida. O por lo menos. Esto explica l a arrogancia de su estilo. cabe la posibilidad de preguntarse si en realidad n o se trataba de un agente doble. y librar al mismo tiempo al partido de cierto elem ento que consideraba m\u225?s que sospechoso. el lector sabe que fue ahorcado el d\u237?a 7 de no viembre de 1944. bien es verdad. En 1941. En realidad \u171?la t\u237?a Tomo\u187? er a una de las reclutas del pintor Miyagi Yotoku. ni mucho menos. Crey\u233?ndola una tr\u 225?nsfuga que se hab\u237?a pasado al enemigo. pens\u243? en matar dos p\u22 5?jaros de un tiro: \u171?Confesar\u187? algo lo bastante importante como para m erecer su puesta en libertad. Despu\u233?s de la guerra. que hab\u237?a trabado conocimie nto con ella en California. qui\u233?n sabe. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Al igual que le ocurriera a Sorge. El pintor tuberculoso arrastr\u243? sus dolenci as por las c\u225?rceles niponas durante casi tres a\u241?os. Intent\u243? suicidarse. Ritsu formaba parte del Comit\u233? central del partido comunista japon\ u233?s y representaba a \u233?ste en la Dieta. Fue necesario que escogiera \u171 ?la ruta del marxismo chino\u187? para que los sovi\u233?ticos decidieran hacerl e responsable de la cat\u225?strofe que provoc\u243? inconscientemente y hasta c ierto punto \u171?con la mejor intenci\u243?n\u187?. Richard Sorge no era un esp\u237?a corriente: m\u 225?s bien se trataba de un aventurero totalmente fuera de serie. que los sovi\u233?ticos dan por bueno despu\u233?s de su prolongado silenc io de veinte a\u241?os. Al fin \u171?entreg\u243?\u187? a Ozaki. sometida a tortura. La \u171?t\u237?a Tomo\u187?. En cuanto a Sorge. Despu\u233?s de arrestado el confidente del pr\u237?ncipe Konoye. Ahora bien. El buen Ito hab\u237?a observado los sospechosos manejos de una antigua militante comunista. El entusiasmo de Miyagi por la causa hizo que \u233? ste olvidase las \u243?rdenes formales de la 4. triple o. su sistema de trabajo y sus relaciones con Mosc\u250 ?. la desaparici\u243?n de Miyagi no pudo servir de advertencia a lo s dem\u225?s miembros de la red. Por lo pronto. Klausen tambi\u233 ?n \u171?se avino a razones\u187? despu\u233?s de varios meses de interrogatorio s.orio: Ito Ritsu no es un \u171?qu\u237?dam\u187? cualquiera. a la que todos llamaban familiarmente \u171?la t\u237?a Tomo\u187?. \u19 1?qu\u233? fines? A partir de aqu\u237?. Al recobrar la libertad. pusieron en manos de los americanos un acta de defun ci\u243?n. Kfausen desapareci\u243? del mapa y no volvi\u243? a dar se\u241?ales de vida hasta veinte a\u241?os m\u225?s tarde. penetramos en el movedizo terreno de la s hip\u243?tesis. la costurera Tomo Kitabayashi. De la red de Sorge. totalmente comprobado. pero \u8212?cosa extra\u241?\u237?sima\u8212? no fue posible encontra r un solo testigo de la muerte de Sorge. resisti\u243? por varios d\u237?as a los \u171?interrogatorios\u187?. Ritsu la denunci\u243? como miem bro destacado del partido comunista. en la Alemania del Este. dio e l nombre de Miyagi. no est\u225?. Muri\u243? algunas semanas antes de que llegasen las tropas americanas que lo hubieran liberado. \u191?Constitu\u237?a aquel certificado una falsificaci\u243?n preparada \u171?con determinados fines\u187?? Pero. Al no disponerse de un sist ema de alarma. Ito Ritsu era un s imple adherido al movimiento comunista clandestino. a la polic\u2 37?a japonesa le bast\u243? con armar las ratoneras. actuaba como esp\u237?a por cuenta de los sovi\u233?ticos. desde luego. Los japoneses. as\u237? se supone.. todo hac e suponer que la colaboraci\u243?n de Sorge con la Gestapo era una simple tapade . Detenido por actividades ile gales y tratado del modo brusco que conven\u237?a. que prohib\u237?an mantener contacto con los comunistas locales.{\super 1} Secci\u243?n del Ej\u233?rcito Rojo. En sus \u171?confesiones\u187? ambos dieron toda clase de detalles sobre la o rganizaci\u243?n de la red. los angloamericanos habr\u237?an de tener en cuenta la salvaci\u243?n del Occide nte europeo. \u171?las circunstancias concurrentes\u1 87? que. Por otra parte. de su ejec uci\u243?n. posiblemente irreal. con la consiguiente desmoralizaci\u243?n del enemigo chino. Ello explicar\u237?a tambi\u233?n la im punidad total de Meisinger y el trato. un traidor. Sorge hac \u237?a que los anglosajones hubieran de considerarla posibilidad de un cambio t otal de la situaci\u243?n militar en Rusia y de una subsiguiente inundaci\u243?n de Europa por los ej\u233?rcitos sovi\u233?ticos. Al margen del misterio que a\u250?n hoy envuelve a las circunstancias de su arresto. con grandes visos de certeza. esto les obligar\u237?a a concentrar fuerzas importantes en Inglate rra y en \u193?frica. Lo \u250?nico que puede suponerse. Debiera poderse explicar de alg\u250?n modo el hecho peregrino de que durante veinte a\u241?os nadie supiera d\u243?nele hab\u237?a sido enterrado. la extremada correcci\u243?n con que Sorge y Klausen fuero n tratados durante su encarcelamiento. pudiesen disponer de las tropas afectadas a la eventual de fensa de aquel frente. finalmente. con Sorge? Lo ignoramos: no se ha encontrado un testigo. a su vez. tendr\u237?a explicaci\u243?n el riguroso secreto con que se llev\u243? adelante la instrucci\u243?n y la vista d el proceso. al parecer se trataba de su antiguo \u171?patr\u243?n\u187? en Shangha\u239?. hasta cierto punto de favor. Por ejemplo. ni siquiera uno.ra. hicieron que pasasen veinte a\u 241?os antes de que Mosc\u250? reconociera en Sorge a uno de sus h\u233?roes nac ionales y antes de que Klausen reapareciese bajo el aspecto de un pac\u237?fico jubilado. Cuando pro vocaba que Stalin desguarneciese la frontera japonesa. pa ra que luego. del escamoteo en el cuartel general de la Gestapo en Berl\u237?n d e su expediente personal. Sorge hacia posible que l os nipones. Y por \u250?ltimo. La teor\u237?a de un Sorge esp\u237?a \u171?sovi\u233?tico-germano-japon\u233?s\u187? ser\u237?a una buena raz\u243?n explicativa del aspecto clandestino. bien ahorcado estuvo. Tambi\u233?n quedar\u237?an explicadas las facilidades que los japoneses dieron a un misterioso emisario so vi\u233?tico. ni con la URSS (a favor de la cual se supo n\u237?a que el reo realizaba su labor de espionaje). Podr\u237?a pensarse que aquel sigilo era natural. que de este modo podr\u237?an participar en la inminente acci\u243?n masiva contra los Estados Unidos y la Gran Breta\u241?a en los teatr os de lucha del Pacifico y del Asia suroriental. al propiciar qu e el Ej\u233?rcito Rojo vigorizase su resistencia contra la Wehrmacht. Habr\u237?a que dilucidar. pero no lo estaba contra Alemania (naci\u243?n de la cual era s\u250?bdito el acusado). en verdad . Ozak\u237? era ciudadano japon\u233?s. del que s\u243?lo se conoce su seud\u 243?nimo: \u171?Alex\u187?. que llevaban luchando contra el imperio nip\u243?n desde 1937. a su juicio y a la supuesta eje cuci\u243?n. puesto que el Jap \u243?n se hallase en guerra. aunque las autoridades de Berl\u237?n lo considerasen un eficaz informador. y el sentido de cooperaci\u243?n demostra do por los prisioneros al redactar unos textos en los que se hac\u237?an importa ntes revelaciones sobre el espionaje sovi\u233?tico. para que pudiera entrevistarse a solas con Sorge en la celda de \u233?ste. Prevista dicha eventualidad. y de la s\u250?bita aparici\u243?n de \u233?ste cuando los japoneses arrestaron al esp\u237?a. Esto explicar\u237?a el enigma de su f\u225?cil admisi\u243?n en el partido \u17 1?nazi\u187?. de s u muerte. Aunque tal hip\u243?tesis tiene la virtud de explicar muchos puntos oscuros. Si lo ahorcaron. seg\u250?n palabras de Victor Malevsky. que fue disp ensado a Ott (a fin de cuentas. es qu e Richard Sorge fue un personaje bastante distinto al \u171?hombre cuyo apellido . De plantear tales suposiciones a afirmar que Richard Sorge fuese agente de los japoneses hay gran distancia. \u191?qu\u233? ocurri\u243?. por lo tanto. de pronto. en detrimento de los frentes del Pac\u237?fico y de Birman ia. \u171?Ramse y\u187? prestaba indirectamente un servicio extraordinario al Mikado. se pueden deducir ciertas consecuencias a partir de su conducta y d e las repercusiones que la misma pudo tener en la estrategia general del imperio nip\u243?n: Al avisar a Mosc\u250? del inminente ataque hitleriano y al tranqui lizar m\u225?s tarde al Kremlin respecto de la neutralidad japonesa. apareciese su tumba nuevecita en el cementerio de Tama. s\u243?lo fue trasladado a la embajada de Pek\u2 37?n). De este modo la resistencia de los aliados ante los avances japoneses quedar \u237?a debilitada. M\u225?s justificada resulta todav\u237?a la sospecha de que Sorge actuas e tambi\u233?n por cuenta de los japoneses. Pero. provisto de salvoconducto especial. sin considerar que se estaba en guerra. n i nadie que la ejecute. En el aire s\u243?lo se escucha el vago zumbido de los ins ectos. habr\u225? que esperar acaso los repique s de Berl\u237?n y de Tokio. Hace mucho tiempo que los p\u225?jaros han cesa do al fin su algarab\u237?a. la angustia aguza los sentidos. sin pensar en los veintitr\u233?s guerrilleros del Vercors que en aquel 21 de j ulio de 1944 ten\u237?an la vida pendiente de aquella piedrecilla que ca\u237?a a plomo por el acantilado. Pero no. Nada puede intentarse. El misterioso personaje er a como uno de esos fantasmas a los que nadie se atreve a evocar por miedo a que de pronto se materialicen y se pongan a hablar. Los mil rumores de una c\u225?lida noche despliegan sus volutas como una espiral sin fin hasta que llegan a los inquietos o\u237?do s de los hombres que vigilan en la entrada de la gruta. Despu\u233?s de la campanada que ha resonado en Mosc\u250? a l cabo de veinte a\u241?os de silencio. Alg\u250?n d\u237?a se pondr\u225? en claro si Sorge fue o no un agente m\u250?ltiple. Silencio. el eco de un golpe resuena en la campi\u24 1?a dormida: la piedra lanzada al vac\u237?o ha llegado al suelo. muri\u243? el 7 de noviembre de 1944 en un cub\u237?culo de hormig\u243?n de la c\u225?rcel de Sugamo.. De pronto. Si la noche fuese menos clara... \u191?Acaso se habr\u225?n marchado? Para estar seguros hay que arrojar otra piedra. hay m\u225?s que estarse quietos: ninguna medida que tomar. dejando tras de s\u237? la estela de un agudo s ilbido. una evidencia se impone: El enigma Sorge n o ha sido resuelto. En la gruta la tensi\u243?n se hace mayor. Efectivamente: Richard Sorge era el hombre que sab\u237?a demasiado . Parece que los enemigos que aguardan en el exterior no han o\u237?do nada .. pero en aquella ocasi\u243?n parec\u237?a que todas las estrellas hubieran salido de fiesta. d onde rusos y japoneses se tra\u237?an el juego sutil que hab\u237?a de terminar con la expulsi\u243?n de los americanos. despu\u233?s de haber proseguido durante a lg\u250?n tiempo su ajetreada vida de agente clandestino por la inmensa China.. { \~\par\pard\plain\hyphpar} Edouard BOBROWSKI { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\page } {\s1 \afs32 {\b {\ql El expediente del Vercors {\line } \par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Lanzado con mano segura. en lo alto parece que la Luna contempla con un rictus de burla a los prisioneros de la monta\u241?a.. al punto que el apa gado son del guijarro produce en los que se agrupan en lo alto el efecto de un t rueno. La noche sin sue\u241?o se hace interminable. o bien se extingu i\u243? pl\u225?cidamente a la edad de sesenta y nueve a\u241?os en alg\u250?n l ugar de la Uni\u243?n Sovi\u233?tica. si efectivamente. Es l\u237?cito suponer que en los tiempos venideros se encontrar\u225? adecuada respuesta a los interrogant es planteados.ser\u225? para las generaciones futuras s\u237?mbolo de entrega a la gran causa de la paz y ejemplo de valor y de sacrificio\u187?. A pesar de la ansiedad y del miedo. Uno de esos fantasmas que sabe n demasiado. se hubiera podido intentar una salida. Posiblemente las ratas se comportan de la misma forma cu ando desde sus madrigueras husmean el peligro que les amenaza en el exterior... el guijarro desgarra la cali ginosa atm\u243?sfera veraniega. Porque del art\u237?culo publicado en la \u171?Prav da\u187? del 4 de septiembre de 1964 se puede sacar una sola conclusi\u243?n: En aquella fecha Sorge deb\u237?a de estar bien muerto... Probablemente es por este camino donde haya que buscar el real car\u225?cter de aquellas famosas \u171?circunstancias c oncurrentes\u187?.. sino esperar a que amanezca. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 . el hambre corroe por momentos el vientre de los asediados. Las r\u225?fagas se suceden a un ritmo cada ve z m\u225?s r\u225?pido. Esta vez la r\u233?plica no se hace esperar: las bengalas alumbran con su crudo brillo toda la pendiente del cantil y varios fusil-ametralla\u8212? dor es comienzan a escupir su fuego. ninguna orden que pueda darse. El cielo est\u225? total mente despejado.. una granada estalla a pocos metros del agujero donde los partisanos se agazapan. En cualquier caso. Son las once de la noche. pero las ratas tienen la fortuna de no pensar. En el fondo de la gruta alguien enciende un fuego de retamas. Pero una y otra vez son rechazados. los muertos sin uniforme ten\u237?an que ser soldados an\u243?nimos. No importa: Cuando llegue el segundo proyectil los asediados ya estar\u225?n prevenidos. el rechazado artefacto estalla entre l a maleza. antes de que la granada se estrelle en el suelo. dos o tres de nosotros hubi\u233?ramos conseguido escapar.. Tres segundos despu\u233?s. y las arrojan a las llamas. Una violenta deflagraci\u243?n da con todo el mundo en tierr a. Luego renace la calma. En cuanto el d\u237?a haya levantado del todo se lanzar\u225?n al asalto. Hub iera sido el mejor jugarse el todo por el todo cuando a\u250?n era de noche. sin p arientes ni amigos. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Cuando en el interior de la gruta estallaba la primer a granada el sol hab\u237?a recorrido ya buen trecho. pronto turbada por otras granadas.. En aquella guerra en la so mbra. mientras les queden municiones. el oficial que est\u225? al mando de las tropas alemanas quiere ahorrar bajas. una mano la coger\u225? al vuelo y la devolver\u225? a lo s asaltantes. Ahora tras de cada roca\u8212? de be ocultarse la boca del ca\u241?\u243?n de un arma.. El disparo viene de muy cerca: desde la cueva han visto el rel\u225?mpago y el humo antes de escuchar la detonaci\u243?n. La segunda explos i\u243?n se produce antes de que Gilbert haya tenido tiempo siquiera de moverse. Se escuchan unos gemidos a hogados: varios de los hombres fueron alcanzados por los c\u225?seos de metralla . cuando todo haya acabado. Han tenido toda la noche para atrincherarse. hay que evitar que \u171?luego\u187?. A l o mejor.. se mantienen ocultos. cartas. alguien deja escapar un grito de agon\u237?a que por un momento acalla el canto de los p\u225?jaros.. El truco de los alemanes no ha dado resulta do. los alemanes siguen en sus puestos. De sus carteras extraen papeles.. pero ninguno ha resultado herido. cuyo ca\u241?\u243?n ha quedado retorcido como un sacacorchos. Al pie del acantilado. aunque probablemente al alcance de la voz . lo s \u171?terroristas\u187? del Pas de l'Aiguille puedan ser identificados. que siguen el mismo camino que la anterior. Cuando{\i }la l\u237?vida luz del alba empieza a colorear el paisaje. es el \u250?nico modo de evitar represalias a las familias. Cada \u8222?uno de los refu giados en la cueva piensa para s\u237? \u171?Ahora s\u237? que no hay escapatori a. Los atacantes se ven obli gados a cambiar de t\u225?ctica... los de la gruta parecen dispuestos a no cejar en su defensa.\u187? Ningun o dice en voz alta jo que piensa. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} \u171?\u161?Atenci\u243?n!\u187? vocifera uno de los \u171?maquis\u187?. P arece que ha encontrado el medio. Est\u225? dando una cabezada cuando a menos de tres pasos estalla el primer p royectil de mortero. fotograf\u237?as. o rebote contra la s paredes de la cueva. nadie tiene ganas de hablar. En el curso de la ma\u241?ana intentan varios a saltos. Hab\u237?an trepado hasta el mismo borde del cantil y desde all\u237? hicier .{\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Gilbert{\super [21]} ha colocado su fusil-ametrallador en posici\u243?n a la entrada de la cuev a. Cae de bruces sobre su arma. Los condenados hurgan en sus bols illos. Es preciso decidirse... la hojalata de l os envases no se dispersa en mort\u237?feros cascos como lo hace una granada al explotar. Luego las ametralladoras se ponen a ta bletear y las bengalas iluminan el terreno circundante. logrado esto.. En su prisi\u243?n de rocas. con el fin de descansar un os instantes al abrigo de las balas. Los alemanes vigilan a pocos pasos. Pero antes. perseguidos y perseguidores se hallar\u225?n e n igualdad de condiciones. su mano derecha empu\u241?a un cuchillo. aunque se vea c\u243?mo cae el camarada de la derecha o el de la izquierda acribillado por una r\u225?faga enemiga. La llegada de la noche les libra de morir asf ixiados. la oscuridad los traga. no quieren ma lgastar un solo \u225?pice de sus fuerzas en otra cosa que no sea correr como lo cos en medio de la noche.. Los vig\u237?as alema nes tardan unos segundos en reaccionar.. Todo estriba en conseguir pasar la l\u237?nea de fuego.. Al espesarse las sombras de la segunda noche los alemanes van espaciando paulatinamente sus ataques... \u161?dieciocho!.. Es m\u225?s: la oscuridad y los accidentes del terren o juegan en favor de los primeros.. pase lo que pase. la detonaci\u243?n es de tal violencia.\u187? Se hab\u237?a logrado el milagro: ningu no faltaba a la lista. Despu\u233?s. que conocen palmo a palmo su monta\u241?a. quince. La m\u225?qu ina infernal explot\u243? ante la grieta donde los resistentes se hallaban atrap ados..on bajar. Por fortuna. s altan y brincan de roca en roca.. Pero los partisanos han logrado llegar al pie del cantil. diecis\u233?is.. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} \u171?Trece. Un hombre se precipita hacia la entrada. los fugitivos. los dieciocho supervivientes del Pas de l'Aiguille saben que la disyuntiva es intentar una salida antes del alba o m orir al d\u237?a siguiente en el fondo de su agujero. Todos se muestran de acu erdo: hay que correr el riesgo. La \u250?nica probabilidad que los guerrilleros ti enen a su favor es aprovechar el efecto de sorpresa. que la monta\u241?a en tera parece sacudida hasta los cimientos. Cuando no logran seccionar la cuerda a tiempo. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Los dieciocho hombres se lanzan a la desesperada.. Se hace m\u225?s dif\u237?cil lograr la unanimi dad respecto de si hay que abandonar o no los cuerpos de los cinco camaradas mue rtos.. Lo dif\u237?cil est\u225? en franquear los di ez primeros metros. un bote de lata repleto de melinita. todos los combatientes tienen los t\u237?mpanos reventados.. cinco vidas j\u243?venes se han perdido en lo . cuando se encontraban de vigilancia a l a entrada del refugio. atado de una cuerda. lograr\u225?n pon erse a cubierto en pocos segundos. corta la cuerda y arroja el explo sivo lejos de la gruta... y conviene aprovechar el momento antes de qu e el tiempo despeje.. diecisiete. Apenas se han incorporado. Este nuevo fracaso no desanima a los asaltantes: ensayan una y otra vez. siempre ser\u225? mejor que dejarse matar como c onejos cogidos en su madriguera. A \u250?ltima hora de la tarde cayeron cuatro de los guerrilleros segad os por una r\u225?faga de ametralladora. por turnos. aumentando cada vez el tama\u241?o del ingenio.. catorce. pero tienen que dejar de hacerlo: el polvo y el humo los ahoga materialmente. pero con un poco de sue rte. cuando en el azul del cielo ven destacarse otra bomba casera que los alemanes hacen llegar por la misma v\u237?a. Al tiempo que grita: \u171?\u161?todos al suelo!\u187?. La maniobra de defensa no da siempre resultado a los prisioneros... correr y correr sin detenerse. La noche se les muestra pro picia: ha ca\u237?do alguna niebla. Sus armas han permanecido mudas... Pero en el interior de la gruta las condiciones son infernales: los as ediados se refugian en lo m\u225?s hondo. . insurrecta desde hace un mes y medio. los alemanes quedan due\u241?os de aquel paso. son cobardes y criminales. la gran arteria comercial de Lyon (pr omovida a capital efectiva de la zona libre). Mientras los \u1 71?desesperados\u187? del Pas de l'Aiguille prosegu\u237?an su lucha sin esperan za. indiferentes ante nuestra desesperada situaci\ u243?n. fusilar.. porque la tela est\u225? car\u237?sima: La guerra ha sido la precursora de la \ u171?minifalda\u187?. Los F. exhibe sus quintales de bronce ante la mirada ansios a de los traficantes en el precioso metal que las oficinas de compra alemanas ad quieren a cualquier precio... discurren a pie. desde lo a lto de las cimas donde se han refugiado. Las faldas son muy cortas. en tranv\u237?a. Pero ninguna de aquellas urgentes demandas ha sido atendida. de acuerdo con poblaci\u243?n. dos clientes acaban de pedir sendas tazas de \u171?caf\u233?\u187? (un infame br . Hervieux{\ super [23]}. pudiera creerse que se sigue en los felices a\u241?os treinta. no pueden so\u241?ar en la r econquista de la m\u225?s insignificante aldea: mientras ellos no disponen de un a sola pieza de artiller\u237?a. Moral de poblaci\u243?n excelente. El m\u225?r mol de las mesas es el mismo y los camareros siguen vistiendo el cl\u225?sico \u 171?smoking\u187?. en cuyo centro la estatua del Luis XIV. La coqueter\u237?a femenina procura suplir la forzosa senc illez del atuendo con unos peinados alt\u237?simos y complejos. Ahora ya es tarde.. hasta la m\u225?s peque\u241?a. Vassieux y Saint-Mart\u237?n bombardeados por aviaci\u243?n alemana. En el caf\u233? du Tonneau (del Tonel) los clientes son tan escasos como los que pasean por la c ontigua plaza Bellecour. jefe civil del Vercors. mandaba a Argel un \u171?radio\u187?: \u171?La Ch apelle. las emisoras de los guerrilleros no han cesado de enviar desesperados mensajes pidiendo el env\u237?o de armas. Hab\u237?a comenzado demasiado pront o. Pedimos inmediato bombardeo. con un batall\u24 3?n pertrechado con toda clase de armamento pesado. los que van a sus negocios. Las losas de las a ceras devuelven el traqueteo de las suelas de madera. Los d\ u233?biles contingentes de partisanos" que logren escapar de la carnicer\u237?a ser\u225?n testigos impotentes de las brutalidades \u171?nazis\u187?. saquear y violar. los alem anes guarnecen cada localidad. ni siquiera de un m\u237?sero mortero.. \u1 87?Paracaidistas enemigos lanzados sobre Vassieux. pero que dejaba transparentar los mismos reproches: \u171?Sen timos la amargura de los que en medio del combate piensan que han sido abandonad os. se hallaba presente cuando el mensaje fue redactado y no se opuso a su en v\u237?o.I. Combatientes. as\u237? como igualmente dominan las otras seis v\u237?as de acceso al macizo. que monta sin e stribos. En una mesa del fondo. al antiguo estilo.s contrafuertes de aquella ciudadela del Vercors. torturar. qu emar las aldeas y las cosechas.F. sobre todo morteros. alg\u250?n privilegiado en coche.. En los bares.\u187? El jefe militar del Vercors. Aquel oficial profesional envi\u243? un segundo telegrama. proclamar\u237?amos que jefes de Londres y de Argel.. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En aquel mes de enero de 1943 el tiempo es fr\u237?o y seco.. y que poco a poco tiene que doblegarse ante la violenta arremetida de do s divisiones alemanas. p ero \u225?nimos se volver\u225?n contra nosotros si no tom\u225?is inmediatas me didas de ayuda.\u187? Vercors es una batalla perdida. Porque si bien es cierto que los valientes del Pas de l'A iguille logran escapar. m\u225?s mo derado en su tono. \u187?Tiempo transcurrido desde subleva ci\u243?n general en la zona: seis semanas. apenas un poquito m\u225?s deslucido.. Cl\u233?ment{\super [22]}. Podremos resistir tres semanas m\u225?s. Por la calle de la Rep\u250?blica. aparte que la calefacci\u243?n no func iona. Desde que en la v\u237?spera del desembarco de Normand\u237?a Londres lanz\u243? la orden general de subleva ci\u243?n. Los SS pod r\u225?n ahora dedicarse tranquilamente a cumplir las misiones para las cuales h an sido creados: someter la poblaci\u243?n civil a toda clase de sevicias. El segundo acto tiene lugar en Grenoble.. \u233?sta debe constituir la base de partida de nuestra ofensiva. No se trata de desafiar a un adversario cuyos medios poderosos nos aplastar\u237?a n. El general Vidal{\super [25]} toma contacto con Dalloz en Bourg-en-Bresse. La contestaci\u243?n de Max. Estad a la e scucha de la B. Uno de los consumidores.\u187? Quince d\u237?as despu\u233? s. una semana m\u225?s tarde. algunos batallones lanzados en paraca\u237?das co nvertir\u237?an a la meseta en una posici\u243?n inexpugnable. Si escuch\u225?is el mensaje{\i \u171?Los monta\u241?eses deben seguir escalando las cimas\u187?} ser\u225? se\ u241?al de que vuestro plan ha sido aceptado. pero yo no tengo autoridad p ara dar el visto bueno al proyecto..B. hay que atacar en todas direcciones\u187?. lo \u250?nico que parece importarles es saber si en el Vercor s habr\u225? muchos o pocos combatientes comunistas.ebaje compuesto de cebada y soja tostada).A. donde al final del a\u241?o lleg\u243? Dalloz a bo rdo de un submarino aliado. \u171?El Vercors es una especie de \u237?nsula en tierra firme: praderas que cubren la extensi\u243?n d e dos cantones. Al viejo soldado le basta uno s segundos para tomarle el pulso a su interlocutor y al programa que \u233?ste l e presenta: \u171?Apruebo \u233?l plan. Los responsables con qui enes trata no pertenecen al estado mayor. Inmediatamente lo har\u233? llegar a Londres.{\super [26]}. En Argel. que ha abandonado el cultivo de su arte para entregarse por entero a las act ividades de la Resistencia. No debemos encastillarnos en l a meseta. sino al B. es entusiasta. La respuesta de su interlocutor es total mente favorable: \u171?Estoy plenamente de acuerdo.. El funcionario de la administraci\u243?n de Parques entrega a Yves Farge unas cuartillas donde ha recopilado las directrices de su plan. que Yves F arge transmite a los promotores de la Resistencia del Vercors. protegidas por una aut\u233?ntica muralla de la China. Pierre Dall oz pone sus impresiones por escrito: \u171?Ante un enemigo cada d\u237?a m\u225? s inquieto y desorganizado hemos de basar nuestra acci\u243?n en la sorpresa. es funcionario de la administraci\u243?n de los Parques Naciona les. Despu\u233?s de dos largos . Se trata de Yves Far\u8212? ge. Fourcade y Manuel se interesan mucho m\u225?s por los problemas pol\ u237?ticos que se plantean en el maquis que por los imperativos t\u225?cticos y estrat\u233?gicos.C. Pondr\u233? el asunto en conocimiento de Max {\super [24]} y os volver\u233? a ver dentro de ocho d\u237?as. Lleva varios a\u241?os destinado en la zona del Vercors.C. El espele\u243?logo y el artista escuchan sin pesta\ u241?ear la exposici\u243?n clara y precisa que les hace Dalloz: se trata de un proyecto que lleva madurando desde hace dos a\u241?os. el resistente del Vercors tiene que pasar por la mis ma desalentadora experiencia que anteriormente hubieron de soportar los represen tantes de otro grupo partisano: el de los \u171?Servicios Franceses\u187?. pint or. Su compa\u241?ero es un ferviente aficionado a{\i la }espeleolog\u237?a que conoce al dedillo todas las simas y grutas del Delfin ado. Dalloz recibe la impresi\u243?n de que los Passy. en la serie de mensajes personales que todas las noches sigue a la emisi\u243 ?n{\i Los franceses hablan a los franceses. Las v\u23 7?as de penetraci\u243?n son escasas y f\u225?cilmente defendibles: Unos pocos h ombres apostados en los desfiladeros que se abren en la roca viva impedir\u237?a n el paso a cualquier enemigo. que por orden de De Gaulle tiene encomendada la coordinaci\u243?n y contr ol de la Resistencia interior. Los otros dos interlocutores se dirigen a la estaci\u243?n en el tranv\u237?a de la l\u237?nea \u171?siete\u187?.R.. sino de hacer cundir el desorden en sus filas. El po bre inspector del Patrimonio y su plan \u171?Monta\u241?eses\u187? sabr\u225?n l o que significa \u171?ir de despacho en despacho\u187?. Limi tarnos a resistir por resistir resultar\u237?a ineficaz. Un tercer personaje les acompa\u241?a. Y lo que es m\u225?s importante: se autorizan los cr\u233?ditos necesarios. R\u233?my. Lo designaremos con el nombre de \u171?M onta\u241?eses\u187?.{\i Fierre }Dalloz.\u187? Farge vuelve a su domicilio de Lyon.} llega la esperada consigna: El estado ma yor aliado est\u225? de acuerdo con los \u171?Monta\u241?eses\u187?. a part ir de aquel momento el plan secreto se ve cubierto por el hombre que a la saz\u2 43?n est\u225? investido de la m\u225?xima autoridad militar en la Francia cland estina. los alemanes acabar\u237?an por ocup ar la zona y proceder\u237?an a la ejecuci\u243?n en masa de todos sus habitante s. de forma que el macizo quede convertido en un campo atrincherado. Bien es verdad que el coronel Descour. En el caso de que concentrem os nuestros mejores elementos en los espacios f\u225?cilmente defendibles. he intentado persuadirles de los problemas que plantea la for maci\u243?n de un reducto en zonas como el Vercors. Chavant (alias \u171?Cl\u233?ment\u187?). justifica su disconformidad: \u171?En las conversaciones que he mantenido con Sistema. Aproximadamente en aquellos mismos d\u237?as. cerco resulta todav\u237?a m\ u225?s sencillo. jefe del estado mayor clandestino de la Primera Regi\u2 43?n.I. a fin de cuentas habr\u237?amos ayudado al adversario. designado por De Gaulle como jefe supremo de la Resistencia. y se pone a la obra con los necesarios elementos. D escour contaba con la llegada de por lo menos ocho batallones a las regiones del Delfinado y de Saboya: dos que se destinar\u237?an al Vercors. Para sustituirle. De acuerdo con las instrucciones e manadas de Argel y de Londres. despu\u233?s de las segurid ades que le hab\u237?an sido dadas en Argel. teniente coronel Thazckwaitte. dos a Combe (Saboya). env\u23 7?a como delegado en la zona al coronel Fourcault. delegado de De Gaulle en la zona sur) y Procurador. responsable militar de la puest a en ejecuci\u243?n del proyecto. alias \u171?Sistema\u187?. alias \u171? Procurador\u187?. y en una carta que el 24 de febrero dirige al coronel Desco ur (\u171?Bayard\u187?). de que el d\u237?a \u171?J\u187? se r\u237?an lanzados sobre el Vercors considerables refuerzos aerotransportados. que no disp one de las facilidades radiof\u243?nicas con que cuenta el coronel Descour. y los dos \u250?ltimos a Faucigny-Chablais. Regresa de la ciudad africana con una orden escrita en la que el propio Jacques Soustelle confirma las instrucciones relativas al cierre a ca l y canto de todo el macizo. pero cuyo. \u187?Segunda: En el caso m\u225?s favorable de que el enemigo no se decidier a a montar una operaci\u243?n de envergadura y se limitase a bloquear los acceso s. el macizo quedar\u237?a convertido en una especie de campo de concentraci\u24 3?n donde los elementos m\u225?s aguerridos de la Resistencia se habr\u237?an en cerrado ellos mismos..A. Los tres reci\u233?n llegados sostienen una conferencia ultras ecreta con los jefes F. responsable para la regi\u243?n n\u250?mero I (Lyon) y bajo cuya jurisdic ci\u243?n se encuentra el maquis del Vercors.R.C. Fourcault indica que todas las v\u237?as de acces o al Vercors deben ser interceptadas. junto con un oficial americano que oculta su identidad bajo el seud\u243?nimo de \u171?Chambel\u225? n\u187? y un oficial brit\u225?nico. El jefe civil del maquis. no puede dudarse de cu\u225?l haya de ser el final. se acuerda montar el dispositivo. neutrali zando a los m\u225?s din\u225?micos elementos de la Resistencia. dos al sector Mo isans-Voreppe. de Lyon. Las directrices que ha recibido Zeller indican que \u171?la acci\u243?n del maquis debe encaminarse a prestar la m\u225?xima ayuda al desemb arco aliado. el co ronel Henri Zeller recibe el encargo de coordinar la acci\u243?n militar de las Fuerzas Francesas del Interior en las zonas del sureste R\u243?dano-Alpes (Prime ra Regi\u243?n \u8212?Lyon\u8212? y Segunda Regi\u243?n \u8212?Marsella-). el padre del proyecto \u1 71?Monta\u241?eses\u187? sigue en Londres.R. Pi ensa que en el Gran Cuartel General gaullista de la capital brit\u225?nica le se r\u225? m\u225?s f\u225?cil hacerse escuchar. \u187?Al dejarnos acorralar de esta forma en un recinto qu e puede ser muy f\u225?cil de defender. dese a obtener seguridades respecto a lo que se prepara y parte para Argel en el curs o del mes de mayo. Su in mediato superior es el general Koenig.\u187? El coronel Zeller est\u225? de acuerdo en que el establecimie nto. qu e se lanza en paraca\u237?das sobre la regi\u243?n lyonesa. y cansado de lo que llama \u171?pejigueras\u18 7?. entre los que figura \u171?Didier\u187?{\su per [27]}. Berniquet (Bourg\u233?s-Mounoury.\u187? A pesar d e tales observaciones.F. el B. estaba convencido. Cuando en febrero de 1944 en Lyon son trazados los planes definitivos del levantamiento. seg\u250?n los planes p revistos.C. Dalloz acepta la sugerencia de trasladarse a Londres con su son de gaita. habre mos de tener presentes dos hip\u243?tesis: \u187?Primera: Si el enemigo decide l iquidar el campo atrincherado.A. Habida cuenta de la desprop orci\u243?n entre las fuerzas en presencia. Didier se opone rotundamente al plan que presentan los a gentes del B.meses de in\u250?tiles gestiones. extensi\u243?n y defensa de zonas francas en los Alpes s\u243?lo se justifi . donde todo debe ir manga por hombro. las \u243?rdenes ser\u225?n dadas de acuerdo con un plan muy cuidadosamente est udiado: La Francia resistente ha sido dividida en veinte regiones militares de f orma que el alto mando aliado podr\u225? desencadenar \u171?la guerrilla general izada\u187? regi\u243?n por regi\u243?n. teme que alguna organizaci\u243?n desconocedora del previsto plan gener al. de Romans. Por otr a parte. La cosa ya no divierte a los maquis. Todos conf\u237?an en que cuando llegue el momento de la insurrecci\u243?n las cosas transcurran del mejor modo.C. Seg\u250?n el coronel Z eller. en la zona surest e con los que mantiene algunas entrevistas clandestinas. Las tropas clandestinas han mejorado su organizaci\u243?n: Todos los puestos de mando pueden comunicar entre s\u237? a trav\u233?s del tel\u233?fono . I. Los jefes del movimiento clandestino procuran que l os futuros guerrilleros no se comprometan demasiado. circulan libremente por las carreteras. Henri Zeller (alias \u171?Faisceau\u187?: Haz) expone sus argumentos con oc asi\u243?n de los desplazamientos que realiza a Londres{\i y} Argel.ca en el caso de un inminente desembarco aliado en las costas del Mediterr\u225? neo.. No existe la posibilidad de error: la o rden de insurrecci\u243?n llegara trav\u233?s de veinte mensajes distintos. Todos aquellos campesinos est\u225?n convencidos de que cuando lleguen los tiempos de la vendimia ya habr\u225?n vuelto a sus cepas. o de cualquier localidad. un mes antes a\u250?n hab\u237?a nieve en todas par tes. Los hombres se ajustan las guerreras azules galoneadas de plata. uno . abandona la f\u225?brica o la casa de su familia tiene que ser para siempre: no puede dec\u237?rsele.. Sin embargo. El son de una campana qu e llega desde lo lejos recuerda a todos la festividad del domingo. Las patrullas alemanas no se arriesgan ya a penetrar en el interior del macizo. En aquellas s oledades no es f\u225?cil seguir el curso de los d\u237?as. Aquellos novatos se convertir\u225?n alg\u250?n d\u237?a en los aguerrid os combatientes del Vercors.R. eso de disfrazarse de gendarme les divert\u237?a mucho. En la cima vigilan noche y d\u237?a los guerrilleros que mo ntan la guardia en el paso de Saint-Nizier. ser\u237?a condenarle a la represalia de los alemanes y de la milicia. o en la trastienda de la ferreter\u237?a Allemand de la ru\u233? Lesdigui\u2 33?res. equipo. un movimiento generalizado de guerrillas no podr\u237?a sostenerse por m\ u225?s de quince d\u237?as a no ser que contase con la ayuda sustancial de los a liados: tropas y suministros de armas. E n aquella ma\u241?ana dominguera varios oficiales se encuentran al borde de un c amino que cruza por el bosque. Asimismo los repite ante los delegados del B. los abastecimientos llegan con regularidad. a sus surcos y a sus pastos. vestuario y v\u237?veres. ya que cuando un trabajador de Die. dando lugar a las represa lias consiguientes. En todas partes se advierte una confo rtante sensaci\u243?n de seguridad. Ahora las \u171?Tres Doncellas\u187? recortan sus picos de granito en un ci elo totalmente azul.A. Hay tiempo para ab urrirse y para sentir nostalgia: son los momentos en que se recuerda la granja f amiliar. instalar aqu\u237? y all\u225? un nuevo puesto de vigilancia. pueda provocar una insurrecci\u243?n intempestiva. y los campos faltos de brazos. veh\u237?culos con el emblema F. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El tibio sol de mayo hace que el momento del desperta r en los campamentos del \u171?maquis\u187? sea menos duro. que vuelva a su trabajo.. para conseguirlo. Al principio.. las vi\u241?as abandonadas. no hay que olvidar las precauci ones. Los pueblos de la meseta vuelven a vivir al estilo fr anc\u233?s. El invierno que acab a de terminar ha sido largo. La labor en aquellas jornadas consistir\u225? en reforzar la defensa: colo car minas en el cruce de los caminos y en los puentes. fortificar los nidos de a metralladoras.F. Esos voluntari os de fin de semana se alistan en un caf\u233? de Grenoble de la calle du Polygo ne. sin m\u225?s ni m\u225?s. esperan la llegada del autocar que desde la llanu ra traer\u225? a los chavales (dieciocho a veinte a\u241?os) que aprovechan la f estividad del d\u237?a para entrenarse en el manejo de las armas. S\u243?lo se d ispone de una noche para revisar una a una las mallas de la red clandestina.\u176? de junio llegan conjuntamente las llamadas de alarma para ambas z onas: norte y sur. sacan la l\u243?gica conclusi\u243?n de que las dos operaciones de desembarco se efectuar\u225?n casi simult\u225?neamente. Siguen los otros l9 mensajes convocando para la guerrilla generalizada al resto de las regiones francesas: Desconfiad del torero.. Desde mucho tiempo antes todos y ca da uno saben al dedillo cu\u225?l es la misi\u243?n que les incumbe. El enemigo ha de ser destruido. En Suez Hac e calor. Pocos d\u237?as despu\u233?s. un operador de radio se pone todas las noches a la esc ucha de Londres... dormidas bajo el toque de queda \u250?nicamente a lterado por las pisadas mon\u243?tonas de las patrullas germanas. hacer llegar las ramificaciones hasta el mismo coraz\u243?n de las ciudades. reina una actividad febril.. Los hombres del Vercors esperan impacientes el mensaje definitivo: las ocho palabras que les hagan emprender la lucha abierta. pero ordenada. Para los franceses... existe hoy un s\u243?lo deber. poniendo a contribuci\u243?n todos los medios de que se disponga. Busco tr\u 233?boles de cuatro hojas.F.. en la noche del 5 de junio. (este mensaje correspond\u237?a a la regi\u243?n de Marsella) Los dados se encuentran sobre la mesa.. a trav\u233?s de inte rferencias y par\u225?sitos llega la orden tanto tiempo esperada: \u171?En la se lva verde hay un \u225?rbol corpulento.\u187? Para los monta\u241?eses del Verco rs es el momento crucial: la guerra que se reanuda. sencillo y sagrado: luchar contra el enemigo. Al parecer la cosa es inminente..\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En Londres.. no son puestos sobre aviso.. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { . quienes quiera que sean y en cualquier lugar donde se encuentren.. la lucha cara a cara. En cada uno de los nueve campamentos del Vercors.. El sombrero de Napole\u243?n est\u225? en Perros-Guirec. El domingo es aburrido para los ni\u241?os.. El cor onel Henri Zeller. que tiene bajo su mando las regiones de Lyon y de Marsella de duce de ello que los aliados se disponen a desembarcar en las costas de la Manch a y que el desembarco en el Mediod\u237?a ha quedado aplazado para m\u225?s tard e. El co ronel Descour (Bayardo) transmite su consigna a los jefes de las distintas unida des: \u171?Ha llegado al momento de poner en ejecuci\u243?n las \u243?rdenes de Argel y de proceder a la inmediata movilizaci\u243?n y al cierre del Vercors. Es el final de la interminable vela de armas. el d\u237?a l.\u1 87? La voz autorizada del general De Gaulle confirma la llamada a la insurrecci\ u243?n.. Cada jefe regional conoce{\i }el texto del mensaje que ha de movilizar a su sector.. Los mandos F.para cada zona.I. Ahora es necesario tejer en pocas horas la in mensa tela de ara\u241?a que tiene que envolver a todo el pa\u237?s. desde el ll ano hasta las \u250?ltimas cimas... par a hacer llegar a los millares de destinatarios an\u243?nimos la orden de subleva r su barrio o su aldea. en cambio. para difundir las instrucciones que precipitar\u225?n en la guerrilla a toda una juventud decidida a acabar con el aborrecido invasor de una vez para siempre. De acuerdo con las consignas. en el cuartel general de la Francia Libre . El jefe del gobierno provisional de la Rep\u250?blica Francesa pronuncia Ja solemne alocuci\u243?n dirigida a todos los ciudadanos: \u171?Vamos a empe\u 241?ar el definitivo combate.. El l.. Los grupos resistentes del sur.\u176? y el 15 de c ada mes radio Londres difundir\u225? una serie de avisos de alerta precursores d e la orden final de insurrecci\u243?n El 15 de{\i }mayo llegan los mensajes de alerta que corresponden a la mitad norte de Franci a. .... con el lento paso cara cter\u237?stico en los campesinos. Misi\u243?n cumplida..\u187? No. Eso de tener veinte a\u241?os cuando el ene migo sospecha de todos los j\u243?venes es un fastidio. ahora los dos resistentes hablan ya sin tapujos.. un corto descanso le vendr\u225? bien al ag ente de enlace Jean-Claude. \u17 1?Si me arrestaran. Pero su aspecto no deb e desentonar en el paisaje. El resto de la escena prosigue en las t rastiendas. el c afetero contesta las palabras esperadas. Algunos van a pie. no tiene m iedo.. antes de engolfarse en la llanura. un campesino que de madrugada recorr e el pa\u237?s en su bicicleta levantar\u237?a sospechas. ya que despu\u233?s del desembarco. el muchacho no se preocupa. Otro grupo. Ah\u237? va uno que todav\u237?a no debe de h aber cumplido los diecisiete a\u241?os. adem\u225?s. en peque\u241?as pand illas. Disminuye un poco la velocidad de su marcha. J ean-Claude ve aparecer en el fondo del valle las primeras casas de Saint-Nizier. seis o siete muchachos.. E . De nuevo se encuentra en las afueras de la ciudad. pero sin alzar la v oz. Por otra parte. los alemanes no se f\u237?an ni de su propia sombra. Mejor ser\u225? esperar que avance el d\u237?a. Mientras recorre los vericuetos monta\u241?osos en la oscuridad d e la noche. Los alemanes se limitan a dirigirle una mirada. Tumbado entre los \u22 5?rboles. Con el alba empiezan las dificultades. puesto logra pasar sin dificultad. oculto en el lindero del bosque . van montados en un cam i\u243?n que arrastra tras de s\u237? el rid\u237?culo armatoste del gas\u243?ge no. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Todos los medios de hacer camino son buenos para aque llos que sienten que les tira el monte. algunas rodajas d e salchich\u243?n.. Ya ha llegado a Grenoble.. otra unidad de transporte resulta r\u225? muy \u250?til. \u161?bueno! ya ver\u237?amos. y que . Pero no se atreve. una ma nta y un par de zapatos de recambio.\~\par\pard\plain\hyphpar} La misi\u243?n que el joven Jean-Claude tiene encomen dada consiste en avisar al oficial del reclutamiento clandestino que enmascara s us actividades bajo la capa de una indefinida profesi\u243?n comercial. puesto que all\u237? ahora no queda nadie.. En to do el Vercors funcionan d\u237?a y noche los centros clandestinos de enganche. ah\u237? est\u225? el caf\u233? q ue le hab\u237?an indicado. Cuando a lo lejos divisa los odiados uniformes su coraz\u243?n sigue latiendo al ritmo normal. M\u225?s atr\u225?s viene un autocar ocupado hasta los to pes por lo que parecen excursionistas cargados de mochilas y maletas de fibra si mplemente atadas con una cuerda. a\u25 0?n en el caso de poseer una falsa tarjeta de identidad y una falsa carta de tra bajo. antes amodorrada por la tens i\u243?n y la fatiga del camino. justo el tiempo de tomarse un vaso. De acuerdo con las instrucciones llevan comida para dos d\u237?as. el muchacho nota que su imaginaci\u243?n. El due\u241?o del caf\u233? se ajusta exactamente a la descripci\u243?n que le hab\u237?an hecho. No les remuerde la conciencia cuando recuerdan que han robado el veh\u237?cu lo del taller donde trabajaban.. Al frente de aquella expedici\u243?n va un ofic ial que a pesar del traqueteo intenta confeccionar una lista de efectivos. No hay raz\u243?n para ello: va desarmado y lleva su documentaci\u243?n en regla. El muchacho pronuncia en voz baja el santo y se\u241?a. Todas las precauciones son pocas. porque despu\u233?s del siguiente recodo comienza la cuesta. en el maquis... el olor a caf\u233? y los ni\u241?os absorbidos en sus juegos. ah ora tendr\u225? que darte duro a los pedales. Posiblemente la \u250?nica raz\u243?n qu e le ha movido es que no quiso quedarse haciendo compa\u241?\u237?a a las mujere s y a los chiquillos... comienza a trabajar: Jean-Claude se hab\u237?a preguntado muchas veces si llegado el momento tendr\u237?a miedo. La bicic leta sigue siendo el medio m\u225?s seguro para penetrar en una ciudad a trav\u2 33?s de los puestos de control enemigos. Todo ocurre como estaba previsto. No. Tras del mostrador... all\u225? arriba. Marchan al descuido.. Ahora Jean-Claude acelera su pedaleo. A Jean-Claude le gustar\u237?a pararse un instante en la casa de unos parientes. y de volver a recordar c\u243?mo es por dentro una casa de ve rdad: el tapete de hule.. n menos de una semana se consigue reclutar a 4 000 hombres. Pierre Dalloz. le hac\u237?a saber que \u171?lo s mensajes personales que deben desencadenar la acci\u243?n de las guerrillas. el autor del plan \u171?Monta\u241?eses\u187?. 1. el 13 de junio. sigue todav\ u237?a en Londres. sometido a l a aprobaci\u243?n de Londres y de Argel un a\u241?o antes. Imposible actualmente suministro de armas y municiones en canti dad suficiente. que ahora deber\u225 ?n ser instruidos. Los j\u243?venes que se han lanza do al campo no pueden volver a sus hogares. del modo m\u225?s inesperado. el destacament o acampado en una granja aislada. Gentes de Grenoble forman una de ellas. ahora. Pero al fin los asaltantes son rechazados. el promotor de la Resistencia en el Vercors rec uerda los acontecimientos que ha vivido en esas \u250?ltimas jornadas. En la noche del | al 10. que ha concentrado sus 150 hombres en la carretera de Villard\u8212? de-La ns.A. La manda el capit\u225?n Bri ssac. Un mes tras otro hab\u237?a estado llamand o a todas las puertas. armados y encuadrados. t anto en el norte como en el sur. Tambi\u 233?n su regi\u243?n quedar\u225? afectada\u187?. no pueden creer que la m archa atr\u225?s decidida por los estados mayores pueda aplicarse tambi\u233?n a l Vercors.C.. en una in\u250?til tentativa por hacerse escuchar. a primera hora.\u170? Secci\u243?n.800 hombres atacan el reducto por el p aso de Saint-Nizier.. A nadie se le hab\u237?a dicho que la operaci\u243?n consistir\u237?a en la defens a a ultranza de una fortaleza. Combault pide a Dalloz cuant . indica al ordenanza de guardia que desea ver al general B\u233?thouart. Los propios jefes de las fuerzas clandestinas piensan que la oper aci\u243?n en marcha es el famoso plan \u171?Monta\u241?eses\u187?. Pasados tres d\u237?as.. Llega de Londres un inquietante mensaje que el general Koenig dirige a todas las Fuerzas del Interior: \u171?Limitar en lo posible acti vidad guerrilla. En uno de los pisos ocupados por los \u171?Servicios francese s\u187?.. su prolongada ausencia les se\u241?a lar\u237?a ante el ocupante como v\u237?ctimas seguras de dura represalia. En el campo atrincherado todos procuran convencerse de que el plan inicialmente previ sto ser\u225? puesto en ejecuci\u243?n a pesar de todo. Nuestras fue rzas han de limitarse a formar peque\u241?os grupos aislados. cerca del horno de cal de Sassenage. cuando el grueso de las fuerzas alemanas se hallen empe\ u241?adas en la lucha contra los anglo-americanos desembarcados en la costa del Mediod\u237?a.\u187? En el Vercor s ya es tarde para ajustarse a la contraorden. Ninguno de aquellos biso\u241?os combatientes supone que habr\u225? de combatir reducido a sus propios medios. La bat alla se prolonga hasta el anochecer. jefe de la 3. puede confiarse en que los refuerzos aliados no tardar\u225?n en llegar.R. recibe su armamento. Las que no se demoran son las primeras sombras que vienen a enturbiar a quel clima de optimismo. Romper contacto con enemigo siempre que sea posible para permiti r plan reorganizaci\u243?n. todos piensan que van a reforzar la cabeza de pue nte del Vercors en espera de las tropas aliadas que de un momento a otro ser\u22 5?n lanzadas en paraca\u237?das con la misi\u243?n de hostigar desde el reducto la retaguardia enemiga. Mientras se prolonga la espera. v\u237?a de acceso que probablemente los alemanes uti lizar\u225?n en el caso de que decidan atacar. el servicio de operaciones del B. la compa\u241?\u237?a Brissac ocupa ya sus posiciones de combate e n el paso de Saint-Nizier. ser\u225?n inmediatamente difundidos. Al d\u237?a siguiente. Grandes concentraciones deben evitarse. 250 guerrilleros defienden aquel portillo de acceso. Las compa\u241?\u237?as ya organizadas son cinco. A mediod\ u237?a del 5 de junio se vio bruscamente arrancado del olvido en que le ten\u237 ?an los dirigentes de la Resistencia. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Mientras los guerrilleros sostienen sus primeros comb ates. El coro nel Combault. se produce el primer ataque a lem\u225?n digno de consideraci\u243?n. Los jefes piensan que si el alto mando de la Francia libre ha decidido lanzar la orden general de ins urrecci\u243?n. le ordena ba que se presentase urgentemente en el edificio de Queen Anne's Street. es la primera vez que oyen hablar de \u233?l.C. bastiones naturales f\u225?ciles de defender y e n los que se dispone de efectivos suficientes para establecer s\u243?lidas cabez as de puente y resistir hasta la llegada de los aliados. U no y otro recuerdan algo del plan \u171?Monta\u241?eses\u187?. el Vercors y cualquier otro campo atrincherado de an\u225?logas caracter\u237?sticas habr\u23 7?an de resultar los paganos: Resultaba seguro que cuando se desencadenase la ag resiva reacci\u243?n alemana. En cuanto al macizo del Oisan s. Aquella tarde el general B\u233?thouart se encontraba muy ocupad o: no podr\u237?a recibir a Dalloz. Si la orden de insurrecci\u243?n general hubiese s ido dada solamente tres semanas antes de la fecha escogida para el desembarco en las costas del Sur.\u187? Est\u225? en marcha. El coronel Sapin{\super [28]}. que espeta a s u visitante: \u171?El general me encarga deciros que{\i vuestro} Vercors{\i ya} est\u225? en marcha. hace una exposici\u243?n detallada. Ello hubiera permitido a los alemanes concentrar en las costas Normandas el m\u225?ximo de sus efectivos. jefe de estado mayor de la 2. Era evidente que de aquella decisi\u243?n t\u225?ctica. Olvidados totalmente aquellos planes. puesto que el estado mayor brit\u225?nico envi\u243? consignas de prudenci a a ciertos grupos clandestinos que participaban en la acci\u243?n de resistenci a bajo mando de oficiales ingleses. opina que.. una acci\u243?n generalizada de los guerrilleros en todo el territorio de Francia obligar\u237?a al adversari o a distraer parte de las tropas destinadas a rechazar el ataque anglo-americano . Ahora esperaba conocer lo que el general hu biera decidido.\u170? Regi\u243?n. Pierre Dalloz hizo que se sacaran va rias copias y se encarg\u243? de entregar personalmente un ejemplar de su plan a B\u233?thouart en el cuartel general de{\i }Carlton Carden. puesta en marcha en la zona norte. el Gran Cua rtel General aliado hab\u237?a decidido. se hallaban disperso s por los distintos despachos del inmueble. se dio a los g . el destino del Vercors hub iera podido ser muy distinto.R. y se preocup\u243? de bloquear los acce sos al valle del Ubaye. Dalloz concluye: \u171? Todo lo que acabo de decir ya ven\u237?a en los informes que os he enviado.. Deb\u237?a de ser un riesgo que Londres hab\u237?a calcu lado. se hallaban hasta tal punto convencidos de que la insurrecci\u243?n ser\u237?a. Dalloz inicia una peregrinaci \u243?n de despacho en despacho. que todos los informes relativos al Mediod\u237?a y el estudio de los mi smos hab\u237?an sido dejados para \u171?ad Calendas\u187?. toda la zona entre el Vercors y el Mediterr\u225?neo habr\u237?a podid o caer en nuestras manos. En el B. o mur iendo sobre el terreno. que de este modo.\u187? Pero los estrategas anglosajones resolvieron de otro modo.. El coronel Henri Zeller. Los combatientes i gnoran que se les ha comprometido en la lucha sin tener para nada en cuenta los planes previamente elaborados. con determinados fines t\u225?cticos. hab\u237?a previsto un a taque formal de los alemanes al reducto. Por el contrario.. Al final lo encuentra en el ingente mont\u243?n de los documentos \u171? pendientes\u187?. El ordenanza le hizo saber que \u171?un adju nto del general le esperaba\u187?.A. Los caminos y los puentes fueron minados. Pierre Dalloz..\u187 ? El coronel Combault consulta con la mirada al ayudante que le acompa\u241?a. en su primera fase. a cuyo cargo estaba la coordinac i\u243?n de las operaciones militares en el sureste..os datos conozca respecto de la zona de los Alpes.{\i }De ello hac\u237?a tres d\u237?as. Si se hubiera actuado de un modo m\u225?s racional. y sobre el reducto hubiesen sido lanzadas unidades de parac aidistas. aquella decisi\u243?n fue tomada con total conocimiento de causa: \u171?Los aliados pensaron sin duda que si limitaban la orden de subleva ci\u243?n a la zona Norte procurar\u237?an un informe valios\u237?simo al enemig o. El ataque al em\u225?n por Saint\u8212? Nizier ha ocasionado diez muertos. los defensores de aquellas posiciones no podr\u237 ?an resistir por mucho tiempo y habr\u237?an de acabar dispers\u225?ndose. y a fondo.. podr\u237?a descartar la inminencia de un desembarco en Pro venza. por su propia iniciativa{\i y }sin consultar previamente a los servicios franceses. Destaca la importancia del V ercors y del macizo del Oisans. Se trata del coronel Thiebaud.... que conoce a f ondo el asunto. dar la orden de insurre cci\u243?n a ultranza. pero maldito si saben d\u243?nde pueda encontrarse el expediente. en un intento de b\u250?squeda y captura de su legajo. El dispositivo de defensa r esultaba de este modo bastante s\u243?lido: cualesquiera que fuesen los medios q ue el enemigo pusiera a contribuci\u243?n. al mayor ingl\u233?s que sin duda pose e la clave del enigma. Sus explicaciones son confusas. \u191?Qu\u233? ha ocurrido? \u191?Por qu\u233? no funcion\u243? el dispositivo tan cuidadosamente puesto a punto? Es preciso o btener una explicaci\u243?n. bajo el nutrido fuego de las ametralladoras francesas que dominan el desfiladero. s e encamina hacia el col de Vars. en el peor de los casos. Desesperado.\u187? El mayor Roger se siente anonadado. Ocho d\u237?as m\u225?s tarde. al obedecer a Londres... una potente formaci\u243?n de camiones de la Weh rmacht.. c uyo poder ofensivo no deja margen alguno a la duda en cuanto al obligado final d el encuentro. cerca del pueblo de Guillestres. Ya franquean el \u250?ltimo recodo.I. .. \u171?A pesar de la llamada gener al a la insurrecci\u243?n deb\u233?is seguir manteniendo la m\u225?xima prudenci a.uerrilleros orden de fortificar en la medida de lo posible los nidos de \u225?gu ila que dominaban las v\u237?as de penetraci\u243?n.. Sin embargo. que hab\u237?a llegado el momento de entrar en guerra abierta. Todo est\u225? previsto: en el \u250?ltim o recodo. era de esperar que su avance pudiera ser retardado. .. que disponen sol amente de armas ligeras. Un agente de enlace parte hac\u237?a Guillestre con la orden de traer. ha provocado voluntariamente la penetraci\u243?n de fuerzas enemigas importantes en el reducto cuya defensa le hab\u237?a sido encomendada.. tos jefes de carro ordenan que se cierre la trampilla de las torretas. no se trata de presentar franca batalla a la columna. cueste lo que cueste. habi\u23 3?ndolo podido evitar con la mayor facilidad. sin que todo hubiese de terminar forzosamente en una espantosa c arnicer\u237?a. Entonces. hoy dej\u243? paso franco al enemigo igual que hubiera hecho tres semanas o un mes a ntes. Los alemanes saben que al acercarse al pu erto se encuentran en plena zona peligrosa. queda explicado su incomp rensible proceder: Desde Londres le hab\u237?an enviado instrucciones contrarias a las que desde la capital brit\u225?nica hab\u237?an sido cursadas a los mando s locales franceses de las distintas regiones. Por parte de los guerrilleros. Los ca miones en vanguardia salvan sin dificultad el terreno minado: \u161?Nadie ha dad o la orden de apretar la palanca de los percutores! En el puesto de mando de Bar celonette cunde el p\u225?nico. convencido de que todav\u237?a no era cuesti\u243?n de poner en marcha la orden de bloquear el campo atrincherado. puesto en la encrucijada de instrucciones contradictorias. El grupo de sabotaje encargado de hacer saltar por los aires la car retera est\u225? dirigido por el mayor brit\u225?nico Roger. Este oficial. Evitad cualquier acto declaradamente hostil. Finalmente. I mposible que el enemigo pueda pasar. Ahora se da cuent a de que. Todo el mundo conf\u237?a en el sistema de defensas subterr\u 225?neas que los zapadores han dispuesto y piensa que a una fuerza motorizada le ser\u225? imposible alcanzar el paso del collado. La carretera del col de Vars quedar\u225? totalmente infranqueable. Cuando la pendiente se hace m\u225?s acentuad a aumenta el estr\u233?pito de los motores. en el puesto de mando del coronel Sapin nadie pierde los nervios cuando los batidores traen de las avanzadillas la noticia de que el enemigo se acerca... vuelve a su puesto de mando.O. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 ... El 11 de junio. Los blindados avanzan cuesta arriba. Determinados sectores de la r uta han sido concienzudamente minados. Vuestros grupos no deben salir d e la clandestinidad. Nada de particular ocurre.. Pretende ignorar que ya no era necesario ocultar a los alemanes el dispositivo de defensa. se provocar\u225? la erupci\u243?n.. ha recibido instrucciones concret as y f\u225?ciles de ejecutar: De acuerdo con lo que ha dispuesto el estado mayo r del Ubaye tendr\u225? que limitarse a levantar el brazo para provocar la explo si\u243?n cuando los tanques y los camiones alemanes se encuentren en la zona mi nada. s\u237?: pon e a su grupo bajo la autoridad directa del coronel Henri Zeller. deber\u225? abando nar sus carros y veh\u237?culos pesados. para proseguir a pie su peligrosa ascen si\u243?n. Al principio el oficial brit\u225?nico parece sorprendido ante la lluvia de reproches que le cae encima.. de modo que los defensores tendr\u237?an la posibilidad de repleg arse con orden... La cabeza de la columna alcanza la meseta.. el mayor recibe de Londres la orden de un irse sin reservas a los jefes de la Resistencia francesa. que d epende de la organizaci\u243?n inglesa S. precedida en vanguardia por considerables fuerzas de carros blindados. embrolladas por los sil bidos de las interferencias. valientes habitantes del Vercors que los apoy \u225?is: Recibid mis felicitaciones en la seguridad de que vuestros \u233?xitos acabar\u225?n por extenderse a todo el territorio de Francia.\u187? El SO S de los n\u225?ufragos del Vercors no recibe adecuada respuesta. pero segu\u237?an faltando los med ios eficaces que hubieran de posibilitar el oponerse con \u233?xito a un asalto decisivo del enemigo. Los \u250?nicos elementos humanos lanzados en paraca\u237?das han sido algunos inst ructores. escuchan con atenci\u243?n: Hoy. Sin embargo. la voz de Londres se limita a comentar el lento progreso de l os aliados a trav\u233?s de los campos normandos. En cuanto al armamento pesado. noche tras noche. metralletas? Porque los luchadores del Vercors siguen reclama ndo artiller\u237?a de monta\u241?a y morteros del 90.C. los partisanos sospechan que si se l es priva de \u233?l es porque en los estados mayores.. Parece que las barbas crecen m\u225?s r\u225?pidamente en el \u171?maqu is\u187?. De pronto.\u187? A continuac i\u243?n de la proclama siguen los mensajes personales. Pero. Puesto que los responsables de Lon dres y de Argel les han metido en el fregado de una guerra por las veras. Perentoria necesidad recibir morteros.. la radio habla del Vercors: \u171?Orden del d\u237 ?a del general Koenig. ni siquiera se le menciona. Antes de la ba talla y durante la misma fueron lanzados 2 160 \u171?containers\u187?. lo men os que pueden hacer es proporcionar los necesarios elementos de combate. en cuanto al Mediod\u237?a. Trop as paracaidistas.I. como siempre. \u187?Luchadores F. Una barba descuidada cubre el ment\u243?n de casi todos los que se agolpan alrededor del r eceptor. que incluso se pod\u237?an suministrar a los grupos combatientes de las proximidades. la vida en el Vercors se paralizaba a la hora en que.{\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Once de julio. los fusiles y las granadas. muy \u250?tiles por cie rto. En uno se anuncia para d entro de cinco d\u237?as un nuevo lanzamiento de suministros sobre el Vercors. llegaban aquellas informaciones ansiosamente espera das. los agentes de enlace y un reducido comando americano formado por trei nta hombres. Noche tras noche era aguardada la noticia del desembarco en Provenza. hasta los que m\u225?s escepticismo afectaban. los colores franceses y el emblema de la Liberaci\u243?n ondean en un trozo d\u233? tierra francesa. delegado militar del gobierno provisional de la Rep\u250? blica Francesa. las tropas irregulares inspiran . combatientes del Vercors me dirijo: Llevabais tres a\u241?os prepar\u225?ndo os para la dif\u237?cil lucha en el maquis.. las notas de sinton\u237?a de la B. ser\u237?an una ayuda preciosa. Otra vez los altavoces dejan o\u237? r los compases de la Quinta Sinfon\u237?a de Beethoven que se\u241?alan el fin d e un nuevo d\u237?a de esperanza. por fin. las metra lletas \u171?Sten\u187? resultan inofensivas.F. comandante de las Fuerzas Francesas del Interior: \u187?A vosotr os. que no pod\u237?a tardar en desencadenarse. alias \u171?Bayardo\u187?) lanza por radio su en\u233?sima petici\u243?n de ayuda: \u171?Despu\u233?s heroica res istencia Saint-Nizier ha ca\u237?do. donde la pol\u237?tica tie ne tanta o m\u225?s importancia que la guerra*. mezclada con un poco de amargura.B. las cuatro notas de la m\u250?sica amiga siguen haciendo que los lat idos de los corazones se aceleren y que todas las conversaciones queden interrum pidas. pero los guerrilleros solamente recibieron armas port\u225?tiles. La monta\u241?a ha quedado inmersa en las sombras de la noche. pero que resultaban totalmente insuficientes. hombres sacrificados de antemano. \ u191?Bajar\u225?n del cielo esta vez las deseadas armas pesadas? \u191?O ser\u22 5?n. incluso reducidas. Al principi o. Los oficiales profesional es qu\u233? encuadran a los partisanos saben que contra los blindados. El d\u237?a \u171?J\u187? tomasteis las armas y desde entonces no ha cesado vuestra heroica resistencia. han reson ado treinta y cinco veces: treinta y cinco jornadas de tensi\u243?n. Entre los sold ados de la meseta comienza a murmurarse que no llegan refuerzos porque el mando les considera prisioneros en su fortaleza. y a pesar de que el des\u225?nimo comienz a a cundir. En el Vercors abundaban las m etralletas. El coro nel Descour (alias \u171?Per\u237?metro\u187?. Desde que se inici\u243? la lucha abierta. el a vi\u243?n solamente permaneci\u243? unos minutos en el prado que se utilizaba co mo terreno de aviaci\u243?n. \u8212?\u191?Est\u225?is seguro? Seguro. llega al Vercors un envia do especial de Londres a bordo de una avioneta \u171?Lysander\u187?... mientras los aparatos trazan sobre e l azul amplias espirales. esta vez no hay peligro: Los aviones van perdiendo altura. Todos los ojos miran hacia el cielo.\u187? Inmediatame nte es elegido el emplazamiento... sus razones tiene.. Aviones. Al d\u237?a siguiente co mienzan los trabajos de terraplenado. De pronto. abrir pistas de aterrizaje no es lo mis mo que sembrar y recoger. Sin duda los se\u241?ores de Londres piensan que si hiciesen lle gar ca\u241?ones al Vercors. pero siempre resulta m\u225?s agradable eso de remover la tierra y los pedruscos que andar de ejercicio o de guardia durante intermina bles horas. Se trata del grupo especial \u171?Eucaliptus\u187?. El coronel Zeller y uno de sus adjuntos observan. Aqu\u237?. \u171?Paquebot\u187? comienza a soltar el recado.. muchos aviones. en definitiva quien resultar\u237?a reforzado ser\u 237?a el partido comunista { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Una tarde. por lo menos. Pero a los partisanos no les importa: Saben que disputan una carrera contra el reloj y todos sue\u241?an en el momento de poder al fin utilizar aquella art iller\u237?a tanto tiempo deseada.. \u171?Dentro de unos pocos d\u237?as nos ser\u225? enviado u n equipo de t\u233?cnicos. \u161?Son alemanes! En aquel momen to los aparatos se encuentran escasamente a 150 \u243? 200 metros de altitud. y conoce al dedillo{\i }los modelos de la aviaci\u243?n aliada: \u8212?\u161?Coronel! Son trimotores. pero Radio Londres no ha dado aviso todav\u237?a del gran aerotranspor te que se prepara. de modo que vamos a pone rnos a trabajar sin esperar a que lleguen los de "Eucaliptus". El 21 de julio casi se hab\u237?a rematado la labor de desmonte. Para evitar el deslumbramiento los hombres hacen viser a con una mano.... Ciertamente. en el coraz \u243?n de la meseta y lejos de los cantiles donde los vig\u237?as montan la gua rdia. Si fue se preciso la operaci\u243?n podr\u237?a ser incluso intentada aquella misma ma\ u241?ana. se entretiene en arrancar s\u250?bitos destellos de las movedizas hojas de los \u225?rboles.. se trata de l capit\u225?n \u171?Paquebot\u187?. q ue dispondr\u225? lo m\u225?s r\u225?pidamente posible una pista que permita el aterrizaje de los \u171?Dakotas\u187? que han de traer una bater\u237?a completa de artiller\u237?a de monta\u241?a. \u19 1?Amigos? \u191?Enemigos? Los partisanos conocen bien a los cazabombarderos alem anes que con frecuencia operan en el sector. puesto que es ingl\u233?s. igualitos a los reflejos de un fusil enemigo.. \u8212?\u191?Bueno?. El utillaje de que se dispone es rudimenta rio.. Se trata sin duda de la primera oleada que Londres o Argel env\u237?an. El terreno que parece m\u225?s apropiado se enc uentra en las cercan\u237?as de La Chapelle-en-Vercors. Lo . Un ronroneo de motores que se acercan hace levantar la cabeza a los cavado res ocasionales.poca confianza. La luz demasiado viva de aquel d\u237?a despejado obli ga a entornar la vista. Entre el zumbido de la h\u233?lice. entre dos luces.. pero se espera que dentro de dos o tres jornadas los \u171?Dakotas\u187? puedan tomar tierra en la meseta. combinado con los rayos del sol. Una escuadrilla completa. Hace un tiempo hermoso y el oficio de cavador es cosa conocida para aquellos cam pesinos de robustos brazos. cara a un viento que.. De acuerdo con la costumbre. Pero no. Se disponen a aterrizar. Pero la cosa urge. el piloto no lleg\u243? siquiera a cortar el gas de los motores. \u8212?Ni los ingleses ni los americanos tienen trimotore s.. no hay qu e preocuparse... El trabaj\u243? se interru mpe. D\u237?as antes hab\u237?a sido anunciada s u llegada a trav\u233?s de un mensaje cifrado. en una colina pr\u243?xima dos oficiales superiores les imitan. el acompa\u241?an te del jefe militar en la zona sureste pega un respingo y coge del brazo a su su perior... S\u243?lo queda pendiente el acarreo de algunos metros c\u 250?bicos de tierra y el balizado de la pista... Los hombres que manejan picos y palas se encuentran a gusto. El campo de aterrizaje se encuentra bien resguardado... El fuego es muy intenso. Los miembros del gobierno provisional. Los comisar/os esperan que. que dan vueltas como en un gigantesco tiovivo antes de abordar la pista improvisada. Los planeadores interrumpen su carrusel y se lanzan en picado con el morro apuntando hacia el centro de la explanada. hemos de dejar solventado un incidente. v uelven a tomar altura y se alejan uno detr\u225?s de otro en direcci\u243?n a su lejana base. 27 de julio de 1944. dispuestos a echar a correr para dar la bienvenida a los aviad ores amigos. Los ametralladores han abandonado los sillines de sus m\u225?quin as y mueven los brazos en direcci\u243?n de los planeadores que acaban de soltar sus amarras. Ahora se pueden distinguir los menores deta lles. con unos medios ofensivos diez veces superiores a aquellos de que disponen lo s desprevenidos franceses. siguen en el l indero del mismo.s F. Ayer.F... Los partisanos han de abandonar el pueblo de Vassie ux. El capit\u225?n Hardy yace muerto sobre el terreno. se ve ahora ocupado por quinientos SS... Seg\u250?n es ha bitual en \u233?l. ocupados en sus mani obras de aterrizaje no pueden dar la r\u233?plica. puesto que proced\u23 7?an del sur. Sin duda regresan al Norte de \u193?frica.. Otro hace un movimiento en falso y sus ocu pantes caen bajo el fuego de un fusil-ametrallador. Los alemanes aprovec han su ventaja inicial para situar en bater\u237?a los morteros que los planeado res tra\u237?an en su panza. Los S S se parapetan en las casas y en las granjas. .. un planeador es alcanzado y c ae a tierra con toda su humana carga.I. Nadie piensa en tomarse la menor licencia vestimentar\u2 37?a. Los dem\u225?s se arrojan al suelo de bruces. de acuerdo con la f\u243?rmula de costumbre. se despojar\u237?an muy a gusto de sus chaqu etas si aquel gesto confianzudo no infringiera el protocolo de todo un se\u241?o r Consejo de ministros. que en los jardines del Palacio de Verano han de recorrer a pie los pocos metros que separan sus carrua jes del edificio de estilo morisco.... el general viste de uniforme. \u171?Se\u241?ores. Tampoco las aldeas de La Mure y du Ch\u225?teau pueden ser defendidas. entre tanto. hace un ca lor insoportable. a trav\u233?s de la capa de nubes el sol de agosto es todav\u237?a m\u225?s dif\ u237?cil de soportar. Permanece por un momento de pie apoy\u225?ndose e n el respaldo del sill\u243?n. tan cuidadosamente dispuesto para recibir los refuerzos amigos. no era necesario: Desde el primero de los oficiales hasta el \u250?ltimo de sus hombres se han dado cuenta de lo que ocurre.. y arrastr\u225?ndose. los aviones. No hay forma de escapar a la tibia humedad que impregna la s calles y penetra en las casas. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Argel parece agobiado por un cielo pesado y plomizo. antes de entrar en el orden del d\u237?a. tanto m\u225?s.. A la entrada de los comisarios no ha estrechado ninguna mano. despu\u233?s de largar su lastre. cuando las facciones del general de Gaulle muestran que aq uel d\u237?a el jefe del gobierno no est\u225? de buen talante. En el aire se masca la tormenta.. Una breve ca\u237?da casi en vertical y cuando el aparato se encuentra a menos de treinta metros del suelo. pero los 38 restantes aparat os consiguen tomar tierra sin mayores quebrantos.. hasta los uniformes: \u161?Son los odiados SS! Nadie ha dado la orden de f uego.. han despejado el terreno para facilitar el aterrizaje... que en cuanto abandonan las carlingas se dispersan e inician el contraataqu e. mientras con la vista comprueba que todos los mie mbros del gabinete est\u225?n presentes. Pueden contarse por lo menos 30 \u243? 40 de aquellos silencioso s artilugios. llegan hasta la vecina maleza. Los alemanes... El terreno. Todos los que tienen un arma a su alcance se ponen en posici\u243?n de tiro. los ametralladores ocupan a l instante su puesto en los hoyos de tirador y suenan las primeras r\u225?fagas. Comienza la matanza de civiles y prisioneros. Los combatientes del Vercors se ven obligados a ceder terreno. el se\u241?or comisario del Aire sostuvo una conferencia de prensa cu/o texto e . Varias de sus ametralladoras quedan inutilizadas.... Los pla neadores se disponen a tomar tierra. Todos guardan silencio. el general declare abierto el consejo de minis tros. el piloto endereza su posici\u243?n con un en\u233?rgico golpe de barra. El ministro comunista insiste. \u201?l comisarlo para el Aire prosigue su autodefen sa ante los compa\u241?eros de gabinete: \u171?Jacques Soustelle. Grenie r. pero al responder su voz no muestra el menor titubeo: \u171?Mi general. bajo la \u250?nica supervisi\u243?n de las autoridades de Arg el. no estoy dispuesto a verme involucrado en una pol\u237?tica criminal que c onsiste en abandonar a nuestros hermanos de Francia cuando \u233?stos reclaman a yuda y nosotros podemos d\u225?rsela. recalcando l a urgencia del caso. saber si la aviaci\u243?n francesa puede. adem\u225?s. mi indignaci\u243?n no pudo aguantar un punto m\u225?s. Dos d\u237?as m\u225?s tarde.{\i }l\u237?vido mira alternativamente a su colega comunista Fran\u231?ois Billoux y al jefe del gobierno provisional. Ahora que es inminente la insur recci\u243?n nacional.F. Al d\u237?a siguiente. debiera ser colocada ba jo el mando del teniente coronel Morlaix. puesto que el lanzamiento de armas ligeras. m\u225?s otros \u161?2 \u171?Douglas\u187? y 6 \u171?Gle en Martin\u187?. puesto que os lo he manifestado de palabra y por escrito.I. en la imperiosa necesidad de formar un grupo a\u233?reo totalmente franc\u233?s. estoy convencido de que los patriotas que luchan han sido abandonados por el Comit\u233? de Londres\u8212? A pesar de lo cual han he cho progresos. al reunirse el C omit\u233? de Defensa Nacional.\u 187? El comisario del Aire mostraba una copia de la carta que el d\u237?a anteri or envi\u243? al presidente del Consejo. Acto seguido co ntin\u250?a. a todos nos obliga el deber elemental de aportarles cualq uier posible ayuda. y podr\u237?a disponer de 28 aparatos: 10 \u171?Douglas\u187?. el presidente del Comit\u2 33? Franc\u233?s de la Liberaci\u243?n Nacional recib\u237?a los decretos prepar ados por m\u237?. hab\u237?a sido debidame nte informado del proyecto. el general De Gaulle se abstuvo de incluir en el orden del d\u237?a la cuesti\u243?n de la ayuda a los patriotas de Francia. El comisario del Aire precisa que aquella escuadri lla. de acuerdo con su derecho de hombre libre. El segundo. Hoy forman un gran ej\u233?rcito. vos no lo ignor\u225?is. habr\u225? de leva ntarse para dejar su lugar a otro que venga a sustituirle. me asegur\u243?. se ha demostrado resulta del todo insuficiente. Puede hacer una de dos cosas: puede firmar en el acto una carta de retractaci\u243?n. secretario del Comit\u233? de Acci\u243?n en Francia. mi proyecto era aprobado en c . Fernand Grenier hab\u237?a hablado largo y tendido de aquel pro yecto \u171?Patria\u187? en la conferencia de prensa que tuvo \u161?a virtud de concitar la c\u243?lera del jefe del gobierno provisional. que. si{\i se} niega a ello. siempre que lo intent\u233? se me ha op uesto un muro infranqueable. por su prop ia iniciativa. Pero el 26 de junio. despu\u233?s de consultar con la delega ci\u243?n del Comit\u233? central del Partido Comunista en Argel: \u171?Por mi p arte. en los que se dispon\u237?a la creaci\u243?n de una fuerza a\u 233?rea francesa en \u193?frica del Norte. el 22 de junio. \u171?Monsieur Grenier no debe ignorar que sus declaraciones son co ntrarias a la verdad. que se encargaba de poner en marcha los programas militares para la Francia metropolitana. si bien provechoso. \u1 87?Entonces dirig\u237? una carta al jefe del gobierno provisional.\u187? Fernand Grenier considera que el gobierno debe pedir al alto mando de los aliados en Argel que aclare dos puntos fundamentales: El primero.\u187? Fernand.ncontrar\u225?n en estas hojas. ayudar a la Resistencia. y lo mismo pido a todos los miembros del gobierno. que el general De Gauile se mostraba favorable al proyecto y me aconsej\u243? sometiese el plan a su aprobaci\u243?n. que recibir\u237?a el nombre de \u171?Patria\u187?. facilitados por las escuelas de pilotos que funcionan en \u193? frica del Norte.\u187? El jefe del gobierno se\u241?ala con la ma no hacia un peque\u241?o rimero de folios copiados en ciclostil. Cuando supe que los valientes del Vercors hab\u237? an sido aplastados. he de rogaros. En cuanto a m\u237?. en cuyo caso nada impedir\u225? que siga entre nosot ros. que se proteste formalmente ante el alt o mando del Mediterr\u225?neo por su negativa a atender las demandas de apoyo a\ u233?reo que las Fuerzas Francesas del Interior del Vercors no dejaron de reiter ar en los \u250?ltimos quince d\u237?as. separados del grupo \u171?Picard\u237?a\u187? que opera ba en el Medio Oriente. En consecuencia. averiguar si aquel mando est \u225? dispuesto a proporcionar apoyo t\u225?ctico y material pesado a las Fuerz as del Interior. preste ayuda a los F. Grenier dijo a los pe riodistas que el Comit\u233? de Acci\u243?n. \u821 2?Os repito que rectificar\u233?is los t\u233?rminos de vuestra carta. en definitiva. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Al frente de una reducida partida de oficiales y de p artisanos. Llegado al puesto d e mando del campo atrincherado. se trataba de una aprobaci\u243?n de pura f\u243?rmula : \u161?En el d\u237?a de hoy siguen sin haber sido firmados los decretos que ha n de dar existencia real al cuerpo a\u233?reo "Patria"!\u187? Fernand Grenier da fin a su perorata recordando algunos p\u225?rrafos de su carta: \u171?Por lo vi sto las oficinas y los estados mayores son inconmovibles.. el coronel Henri Zeller.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En la sala del Consejo todos los comisarios guardan s ilencio. consigue escapar a la tenaza alemana que acaba de cerrarse sobre el Vercors. Despu\u 233?s de lo cual. o tendr\u 233?is que dejar vuestro puesto de comisario. Fer nand Grenier redacta una carta en la que lamenta \u171?los t\u233?rminos violent os con que se hab\u237?a expresado\u187?. Pero no abandonar\u233?is la sala antes de que e l incidente quede zanjado. para acudir en ayuda de mis camaradas resistentes. El general De Gaulle se pone en pie: \u8212?De acuerdo. Lo que hac\u233?is es aprovechar el cad\u225?ver de unos h\u233?roes para vu estra propaganda. \u8212?Mi general.F. el coronel Zeller hubo de reconocer que desconoc \u237?a en absoluto los planes del alto mando aliado y que ni siquiera estaba se guro de si. absolutamente todo. Fernand Grenier lo hace as\u237?. Cuando contesta. Mientras Fernand Grenier hablaba. ante mi conc iencia y ante todo el pueblo de Francia.. inquieto por el creciente malestar que en el maquis produc\u237?a el retraso del esperado desembarco. el jefe del gobierno provisional hab\ u237?a dado repetidas pruebas de impaciencia... Quisiera tener un cambio de impresiones con el se\u241 ?or comisario de Estado para los Territorios liberados. Se hab\u237?a despla zado a la meseta en la tarde del 13 de junio. lo he intentado to do. vuestra actitud es inadmisib le. del Vercors eran aniquilados por fuerzas inmensamente superiores. lo \u250?nico que puedo decir. Les invito a dar un paseo por el jard\u237?n.onsejo. representante del Comit\u233? Central del Partido en Argel. coronel Descour. y luego firma. En la jornada de ayer los F. el desembarco en las costas del Mediterr\u225?neo ten dr\u237?a o no lugar. El general De Gaulle lee el texto del borrador y pide al comisario del Aire que introduzca algunas modificaciones.I. el \u250?ltimo radiograma que su jefe ha podido enviar constituye una terrible acus aci\u243?n. dejemos a sus colegas Grenie r y B\u237?lloux que deliberen. \u8212?Os pido. jefe militar del suroeste. mi general. atendiendo a una sugerencia de su jefe de estado mayor. La sesi\u243?n se reanuda. Una vez m\u225?s reclama instrucciones a las gentes de Arg . Me parece imposible que exista un gobierno franc\u233?s dispuesto a aceptar pasivamente tanto abandono y tanta subordinaci\u243?n. el jefe del gobierno provisional declara abierta la sesi\u243? n del Consejo de ministros. pero. Se\u241?ores comisarios.al parecer. que se suspenda la sesi\u243?n.. su voz corta como un cuchillo: \u8212?Se\u241?or comisario del Aire. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} Despu\u233?s de haber hablado por tel\u233?fono con A ndr\u233? Marty. es que por mi parte. Son datos que interesan al mando de Argel ya que esta vez el d\u237?a \u171?J\u187? se\u241?al ado para el desembarco en las costas mediterr\u225?neas se acerca. responsable en la regi\u243?n de! movimiento de \u171?correos\u187?. el corone! Zeller tiene un cambio de impres iones con Jacques Soustelle y luego es recibido por el general De Gaulle. A pesar de la oscuridad la maniobra de aterrizaje resulta impecable. En el claroscuro de una noche de luna los hombres de \ u171?Archiduque\u187? ocupan sus puestos de vigilancia en las cimas y en los cam inos. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En Argel. El aparato se desliza suavemente. en cuanto se escuche su zumbido. los atentados se hacen m\u225?s y m\u225?s fr ecuentes. el corone l Zeller no disimula que entre ellos cunde la impresi\u243?n de haber sido aband onados. El aviador abandona la cabina y a continuaci\u243?n lo hace el pasajero que le a compa\u241?a: Se trata de \u171?Claustro\u187?. \u171?Archiduque\u187? da la se\u241?al de partida. Los \u250?nicos puestos de vigilancia que se encuentran son los del F. P or las carreteras los alemanes ya no se atreven a circular. una s\u243?lida posici\u243?n . El coche del coronel Zeller se detiene en la linde del aer\u243?dromo de emergencia. Antes debe u ltimar los detalles del viaje con el comandante Ray\u243?n (alias \u171?Archiduq ue\u187?). y a\u250?n dentro de ellas.. Desde el 15 de junio ya no circula ning\u250?n tren por las l\u237? neas de los Alpes: la de Grenoble a Aix-en-Provence y la de Briangon a Livron. por ejemplo. ocupa ya su lugar en la ca rlinga. Se ordena al coronel Zeller que se presente. La operaci\u243?n de embarque tendr\u225? tugaren un terreno clandestino que ha recibido el nombre clave de \u171?Spitfire \u187?. El res ponsable de los maquis alpinos explica la situaci\u243?n en que se encuentra su ej\u233?rcito clandestino. es m\u225?s bi en para interrogar al visitante respecto de la situaci\u243?n militar en el sure ste y sobre las fuerzas reales de la Resistencia en aquel sector. Dos meses antes aquellas misiones nocturnas eran muy peligr osas. El enemigo ha renunciado a mantener sus controles de pa so. n o es la primera vez que el piloto la realiza. Al hablar de sus partisanos. los aliados no han bombardeado la base a\u233?rea d e Chabeuil. en los terrenos de la granja du Castelet. Los encargados de balizar el \u225?rea de aterrizaje encender\u225?n las l uces que deben orientar a los tres esperados \u171?Lysanders\u187?. Zeller pasa algunas breves cons ignas al reci\u233?n \u161?legado e inmediatamente sube al avi\u243?n. Pero ahora los alemanes procuran acercarse!o menos que pueden a la zona re belde. y las peticiones de refuerzos nunca atendidas. que dirige desde la localidad de Apt. cierto americano que va tendido en una camilla. L os alemanes se encuentran pr\u225?cticamente encerrados en las ciudades que guar necen. Sus anteriores peticiones han recibido la callada por respuesta. como se ve. la capital nortea fricana da fe de vida. En los d\u237 ?as siguientes. el estallido prematuro de la insurrecci\u243?n. Trae una larga lista de agravios: \u19 1?Por qu\u233?. como no sea en colum nas fuertemente armadas. dispuesto en las cercan\u237?as de Saint-Jean-de-Sault. el punto del que casi diariamente part\u237?an las escuadrillas alemanas q ue ametrallaban a los defensores del Vercors y que apoyaban el avance de la Wehr macht hacia el coraz\u243?n de la meseta. Durante su recorrido conoce a Jacques Faure.I. A la luz de las linternas sordas. El macizo alpino constituye. Seguramente en Argel ignoran lo uno y lo otro. comandante d . nuevo Delegado Militar Regional para Marsella. Exige que el estado mayor intente algo posit ivo y pide que se le convoque desde Argel para poder tener un cambio de impresio nes directo. Finalmente.F. Otro pasa jero. Cuando hablan. el coronel Zeller se dedica a visitar las instalaciones militare s de la zona argelina. a pesar de las reiteradas peticiones? Era. y del jefe del gobierno provisional son evasivas.el. Esta vez em plea un tono mucho m\u225?s fuerte. Ya era tiempo: En el cielo ronronea el motor del primer \u171?Lysand er\u187?. Las respuestas del secretario del Comit\u233? de Acci\u243?n en Francia.. cerca de Valence. sin emb argo. Pero all\u225? en el Vercors los combatientes franceses se encuentran cercad os. Puesto en la disyuntiva. el jefe de la secci\u243?n que defi ende el portillo del desfiladero confirma las malas noticias: \u171?El enemigo h a roto el frente. bien entrenados.. El local aparece vac\u237?o. tropieza con un oficial F. toma contacto con otra unidad de paracaidistas : 600 hombres. con algunas ametralladoras. Los alemanes han roto nuestras l\u237?neas.F. Los al emanes avanzan en todas direcciones.\u187? Llegan los ecos d e una violenta explosi\u243?n: Con el fin de retardar el avance de las columnas enemigas.Pero. Solamente esperamos la orden. Las unidades de monta\u241?a han tenido que replegarse. En Barranques-en-Vercors. y unos pocos fusiles-ametralladores en calidad de \u171?armamento pesado\u187?.I.. estamos dispuestos hace much\u237?simo tiempo. Luego comienz an a zumbar los morteros. Henri Zeller i nspecciona una bater\u237?a de monta\u241?a dispuesta para ser embarcada. a un cen tenar de metros. En Staoueli el jefe F. y co n evidentes se\u241?ales de una s\u250?bita mudanza. Los alemanes aparecer\u225?n de un momento a otro: se escucha el crepitar de la fusiler\u237?a. El peque\u241?o destacamento que defiende el puesto de . Todas aquella s reflexiones eran ya in\u250?tiles. Est\u225?n ocupando el pueblo de Valchevri\u233?re. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El comandante Tanant regresa en su moto de una misi\u 243?n de enlace con una posici\u243?n avanzada. Por otra parte. No ha llegado a salir porque el reducto cay\u243? antes de la fecha prevista para l a expedici\u243?n. El comandante le pregunta: \u821 2?\u191?Qu\u233? ha ocurrido? \u8212?Hemos tenido que replegar el puesto de mand o. siempre prevista y eternamente apl azada.I. En la carretera.\u187? Casi por aquellos mismos d\u237?as el jefe del gobierno provisional recib\u237?a en su villa des Oliviers a otro oficial. estad seguro de que los hombres del Vercors se hubieran tomado mu y gustosamente el trabajo de arrancar o desenroscar los pasadores. reconoce las r azones del estado mayor.e un batall\u243?n de \u171?paras\u187? que desde hace meses espera la orden fin al para una operaci\u243?n de aerotransporte. Alguie n le dice: \u171?Este material iba destinado a los combatientes del Vercors. los zapadores han volado la carretera. Los guerrilleros tuvieron que defenderse a golpe de fusil y de metralleta \u171?Sten\u187?.. \u191?se habr\u237?a podido contar con muchos voluntarios? \u8212?\u161?Ni un solo hombre hubiera fallado! \u8212?Por entonce s vuestra ayuda nos habr\u237?a servido de mucho.. Con tal de p oder combatir. q ue en ning\u250?n caso habr\u237?an logrado invertir*el signo desfavorable de la situaci\u243?n militar. \u8212?Mi general: No creo que hubiera sido dif\u237?cil evitar este peligro mediante un pasador que asegur ase el mecanismo de percusi\u243?n. que reiteraba la pregunta de por qu\u233? no hab\u237?an sid o enviados morteros al Vercors.F.R. tambi\u233?n llegado de Francia. L as fuerzas que se les opon\u237?an eran dos divisiones al completo y en pie de g uerra. es posible que hubiera obrado de la misma forma: Enviar refuerzos a los guerrilleros cercados en una remota zo na monta\u241?osa significaba arriesgar la vida de las tropas expedicionarias. que disponen de un magn\u237?fico equipo y parecen deseosos de combatir.. \u8212?Si esa ord en hubiese llegado hace dos meses. Nos han ordenado que abandonemos las avanza dillas y que nos dirijamos hacia el interior del macizo. Zeller pregunta a un suboficial: \u8212?\u191?Acaso os prepar\u 225?is para una operaci\u243?n en Francia? \u8212?Mi coronel. Aquella agrupaci\u243?n depende directame nte del B.C.. con el correspondiente apoyo artillero y de fuerzas blindadas.A. \u8212?Todos afirmaban \u8212?le respondi\u243? el general De Gaulie\u8212? que el lanzamiento de obuses de mortero en para\u821 2? ca\u237?das no era factible: su sensible espoleta los hubiera hecho estallar al golpear el \u171?container\u187? contra el suelo... j\u243?venes. \u191?de qu\u233? sirve lamentarse? El coronel Zeller se aleja pensativo. Estoy seguro de que en menos de dos semanas cualquier artillero habr\u237?a sido capaz de idear algo apropiado. Para su m\u225?quina en la aldea de Drevets frente a la casa ocupada por el Servicio de Informaci\u243?n y por l a central telef\u243?nica del puesto de mando.. En un acantonamiento de artiller\u237?a.. Ahora nos toca repetir Sidi-Brahim{\super [29]}). todas las u nidades deben cesar el fuego y procurar\u225?n abandonar la meseta en grupos fra ccionados..\u187? En su nuevo puesto de mando. tengo sed. me han visto..... al fijar importantes contingentes a/emanes.... De alg\u250?n rinc\u243?n llega a sus o\u237?dos el d\u233?bil rumo r de un quejido. s\u237? que va de veras: La partida est\u225? definitivamente perdida.. A pocos metros d\u233? distancia. sin prisa y sin nervios. se\u241?or cura. el jefe de los combatientes del Vercors comprende q ue ha llegado el momento: Se da la orden general de dispersi\u243?n. Los escasos edificios que todav\u237?a segu\u237?an en pie despu\u233? s del bombardeo fueron incendiados.. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} La operaci\u243?n Vercors cost\u243? 750 muertos.. que estuvo al frente de un puesto sanitari o durante la sublevaci\u243?n.. sorteando los cascotes calcinados. En una ocasi\u243?n escuch\u23 3? a Cl\u233?ment (el responsable civil del Vercors) exclamar indignado: \u171?\ u161?Son unos asesinos!\u187? Se refer\u237?a a los pol\u237?ticos y al estado m ayor de Argel. cuatro muertos. Sin embar go.mando se atrinchera. sin dejar de dar chupadas a su pipa. Su jefe. atacantes y defensores se han enzarzado en un confuso cuerpo a cuerpo. y desde all\u237? dispara su bazooka.. Luego. les he pedido agua. Una chiquilla.\u187? { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} El comentario del general Koenig. \u8212?S\u225?queme de a qu\u237?. C habal abandona por un momento su arma. jefe de las Fuerzas Francesas del Interior no es tan sangriento: \u171?Los resistentes del Vercors. el teniente Chabal. de entre los escombros llegan unos lastimeros gemidos. se protege tra s del mont\u243?n de le\u241?a. Pero. cada uno tras del parapeto que le parece m\u225?s eficaz. El buen abate piensa que transcurrida una semana despu\u233?s d el final de los combates no es posible que all\u237? quede nadie vivo. asegurando con cuidado cada golpe. Cerca de la ni\u241?a. \ u191?Era necesaria? El doctor Chauve... lo menos que pod\u23 7?a hacerse era prestar ayuda a los combatientes. Si la lucha se hubiera limitado al movimient o de guerrillas habr\u237?a resultado mucho m\u225?s provechosa. ha quedado sepultada bajo los cascotes de una pared.. El padre Gag nol. A su alrededor los hombres cae n como moscas. llegaron los alemanes.. pero no han querido darme. Arlette era la \u250?nica superviviente de una familia.. \u171?\u161?Vive la France!". extrae de un bolsillo su carnet de notas y garrapatea unas palabras que un voluntario se encarga de hacer llegar a manos del comandante: \u171?Me tienen casi totalmente cercado. avanza con dificultad por una de las calles muertas.. apenas queda alg\u250?n soplo de vida. \u8212?\u191?Nadie se ha acercado desde el viernes? \u8212?He visto alemanes.. { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc * * *\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\pa r\pard\plain\hyphpar} { \~\par\pard\plain\hyphpar} En la aldea du Chateau. nos dice: \u171?Fue un error convertir al Vercors en un basti\u243?n tan importante. Los alemanes siguen avanzando.. ya que se decidi\u243? convertir la meseta en un campo atrincherado.. al qu e ya llega el fuego enemigo. Aquella vez. Arlett e. influyeron decisivamente en el resu . (N. [14] Antes de llegar a desembarcar hablan muerto o sido gravemente heridos 190 de los 352 oficiales y zapadores del Cuerpo de Reales Ingenieros Can adienses que participaron en la operaci\u243?n de Dieppe. [11]{\i Royal Navy Volunteer Reserve. del T.org\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\p ard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc 06/09/2012\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpa r}\par\pard\plain\hyphpar} {\s4 \afs23 {\b {\qc notes\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar} {\ page } {\s1 \afs32 {\b {\ql Notas a pie de p\u225?gina {\line } \par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar} [1] Fam oso anuario social.) [2] Se trata del c\u243?digo de honor japon\u233? s. que pre\u172?sentaban de un modo ingenuo los hecho s gloriosos de la historia gala. (N. [3] Churchill comenz\u243? a escribir sus{\i Memoriat} en 1948. [10] Estas lanchas estaban destinadas al dese mbarque de personal. la hora alemana.\u186? de julio [7] Para la operaci\u243?n de Dieppe se\u241?alaremos. De ellas exist\u237?an distintos modelos. [9] Para dicho puesto hab\u23 7?a sido designado el 17 de julio. [15] Nombre clave con que los americanos designaban el plan de desembarco en la zona que ellos llamaba n \u193?frica del Noroeste. no tan s\u243?lo de que la Resistencia Francesa e ra una realidad.) [5] La Divisi\u243?n canadiense dep end\u237?a del South-East Command.} [12] La diferencia de 30 minutos en relaci\u243? n con las acciones secundarlas de flan\u172?queo ten\u237?a por objeto el dar ti empo a \u233?stas para desarrollarse. del T.20. Cuando la operaci\u243?n tuvo lugar Montgomery y Rom mel re\u241?\u237?an furiosos combates en otro sector del \u193?frica septen\u17 2?trional: en Libia y Egipto. [16] \u171?J'y suis.) [17] La \u171?francisca\u187? era el hacha . \u187?La proeza de aquellos luchadores fue tan admirable. (N del T. j'y reste.ltado final de la batalla por la liberaci\u243?n de Francia.\u18 7? { \~\par\pard\plain\hyphpar} Georges FILLIOUD { \~\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc This file was created\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\p lain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc with BookDesigner program\par\pard\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar}\par\pa rd\plain\hyphpar}\par\pard\plain\hyphpar} {\s5 \afs23 {\b {\i {\qc bookdesigner@the-ebook. carec\u237?an de blindaje y de armas de defensa. [6] Correspondencia oficial de fecha 1. [8] Barcazas de dese mbarque. que a partir de aquel momento los jefes a liados llegaron a convencerse. en adelante. sino del alto valor militar de aquellas tropas voluntarias. que regla en los lugares donde la batalla tuvo lugar. (N. la hora \u171?H\u187? efectiva se convierte en las 6. del T. De este mod o.\u187? C\u233?lebre frase pronunciada por Mac Mahon despu\u233?s de tomar el fuerte de Malakoff dur ante la guerra de Crimea. [13] Lanchas de desembarque para transport e de carros.) [4] En el pasado s\u237?glo eran populares en Fr ancia los grabados de Epinal. *.) [18] Pier re Nord: El agente Gross. del T. [26] B. [28] El \u171?coronel Sapin\u187? cuya a ut\u233?ntica identidad era la del capit\u225?n Lecuyer. Tambi\u233?n conocido e n la resistencia por el seud\u243?nimo de \u171?Perpendicular\u187?. Conocido asimismo en los medios de la Resistencia por e l seud\u243?nimo de \u171?Arnold\u187?. [24] Max: Jean Moulin.} [27] Didier: tu aut\u233?ntico apellido era Chambonnet. [19] V\u233?ase la nota de la p\u225?gina 94 [20] La p alabra \u171?Director\u187? indicaba que el mensaje iba dirigido con car\u225?ct er de prioridad al jefe de la Secci\u243?n 4. Para las comunicaciones menos im portantes se utilizaban las palabras \u171?Dal\u187? u \u171?Organizador\u187?.de guerra de dos filos. [29] Heroic a acci\u243?n de la Legi\u243?n francesa en las campa\u241?as africanas. arma favorita de los anti\u172?guos francos. [21] El nombre completo de este resistente era Gilbert Galland. con jurisdicci\u243?n so bre toda la Francia metropolitana. del T. presidente del Comit\u233? Nacion al de Liberaci\u243?n. [ 23] El comandante Huet. [22] Ere el pres idente de' Comit\u233? de Liberaci\u243?n del Vercors y se apellidaba Chavant. Los partid arios de P\u233?tain la hab\u237?an adoptado como emblema.) {\page } } . (N.C.R. delegado nombrado por De Gaulle.:{\i Bureau Central de R\u233?sistance et d'Action. Muri\u243 ? en un campo de internamiento de Alemania. (N.A. [25] Vidal: El general Delestraint.
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