Umbral, Francisco - Madrid 650

March 20, 2018 | Author: poetaenamorado | Category: Madrid, Publishing, Motorcycle, Calcium, Nature


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Francisco Umbral Madrid 650 1 FRANCISCO UMBRAL Madrid 650 Este libro no podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el previo permiso escrito del editor. Todos los derechos reservados © Francisco Umbral, 1995 © Editorial Planeta, S. A., 1996 Córcega, 273-279, 08008 Barcelona (España) Realización sobrecubierta: Departamento de Diseño de Editorial Planeta (foto O R. Rusing/Fototeca Stone) Primera edición: noviembre de 1995 Segunda edición: diciembre de 1995 Tercera edición: enero de 1996 Depósito Legal: B. 2.980-1996 ISBN 84-08-01224-X Composición: Tecfa, S. A. Papel: Offset Editorial Ahuesado, de Clariana, S. A. Impresión y encuadernación: Printer Industria Gráfica, S. A. Printed in Spain - Impreso en España Francisco Umbral Madrid 650 2 En la Hueva, un barrio de chabolas al este de Madrid, jefe de una tribu suburbial, reina desde un vagón de tren abandonado, sin más verdad que su cabra. Umbral cuenta una historia atroz en la que el realismo sucio se expresa en las situaciones más duras y lóbregas (pugna entre vivos y muertos del cementerio cercano), alumbrando en negro un universo en que la violenta prosa de Umbral, su personalísima forma de ver y decir las cosas, gana una vez más al lector por la fuerza y el lirismo de un texto de gran entidad. La novela llega a trances en que lo más cruento y débil del ser humano viven una totalidad aberrante. El escritor logra un mural veraz y perdurable de este inframundo urbano que nutre y desborda el libro. Colección Autores Españoles e Hispanoamericanos Francisco Umbral nace en Madrid en 1935 y lleva más de treinta años dedicado profesionalmente a la literatura y al periodismo. Cronista literario de todo un periodismo y toda una época (es premio Mariano de Cavia), su labor narrativa paralela presenta éxitos tan brillantes como El Giocondo, Las españolas, Amar en Madrid, Los males sagrados, La belleza convulsa, Mis mujeres, Pío XII, la escolta mora y un general sin ojo, Un carnívoro cuchillo y, sobre todo, su monumental Trilogía de Madrid; del resto de su producción más reciente destacan Nada en el domingo, El fulgor de África, Tierno Galván ascendió a los cielos, Crónica de esa guapa gente, Del 98 a don Juan Carlos, Memorias borbónicas, La década roja, Madrid 1940, Las palabras de la tribu, Las señoritas de Aviñón y Diccionario de Literatura. Francisco Umbral ha sido definido como «el mayor prosista en castellano del siglo». deseando que les vea todo el barrio. como desea/espera siempre el macho. es un misterio nocturno. Idos los novios y amantes de atardecer («La que se sube al vagón casará con un cabrón». como si entrasen en una casa de citas. Durante la mañana. y. acostados los niños y dormidas las piedras muy cerca de las estrellas. plantado en la tierra. largo y solo. ellos. fresador de Comisiones. blancos de luz o de hambre. al lejano Oeste. los cabrones. pero ahí está. como toda ballestería no era sino un sistema de preguntas al enemigo. vagabundos. esbelto y como quemado. borrachos. en herrumbroso equilibrio. una cosa que rondan de lejos. las madres no dejan a sus niños subirse al vagón. los niños del barrio/desbarrio juegan entrando y saliendo del vagón. dice la inspiración del barrio). que sólo es el azul del cielo. Los niños. con el viejo vagón. viejos. con su hermosa longitud de cosa valedera e incendiada (por el incendio o por el tiempo). es siempre la pedrada. el vagón de ferrocarril. todavía. al galeón español lastrado de oro y a la nave espacial de dos mil uno. Preguntas que matan. al tranvía (que no han conocido). Son niños oscuros. tan accesible de día. hasta hacer del vagón de ferrocarril un elegante y requemado barco/crucero por los mares secos y amarillos de lo que ya es más campo que Madrid. con sus vaqueros más viejos que ellos y su cara de crimen infantil. (De un diccionario geográfico) EL VAGÓN DE FERROCARRIL está en mitad del campo. cuando entonces. lentos y altivos. los jodidos niños. ni acercarse siquiera. como una vieja y grande dama en un asilo. picados. cuarteroncitos de lo negro. Con el tiempo. con su majestad oscura y. sin antes ni después. aunque estén ya muertas por dentro. al este de la ciudad. que para eso vieron la peli en el barrio. que quieren enterarse. es refugio de parejas (él. como los de los gatos. ella. nublado a días de nubes tendidas o ropa que vuela por los aires. ni por qué. Hay hasta intercambio de parejas en las tardes del vagón absurdo. que conserva un aire de vagón de primera. El vagón de ferrocarril nadie sabe quién lo trajo aquí. ellas con prisa y ojos bajos. juegan a los trenes. los más audaces. sin raíles y con alguna rueda de menos. al vagón van llegando lentos sacos humanos. solapista para El Corte Inglés) que fornifollan directamente sobre los alabeados asientos de cretona y podredumbre: lo último que pierden las cosas es la línea. Sólo al anochecer entran las parejas en el vagón.Francisco Umbral Madrid 650 3 Madrid es una ciudad situada a 650 metros sobre el nivel del mar. que han . o bien las espigas salvajes han crecido por encima de las ruedas. sin vía ni locomotora. ni escalar sus escaleras exteriores. sólo hombres. nao varada en los mares secos del secarral donde se deshilvana la ciudad. con sus ojos peliverdes y europeos. sus ruedas han ido hundiéndose en la tierra. Toda pedrada infantil es una pregunta urgente y valiente por el mundo que se le oculta. ya sabes. sea urbano o suburbano. Por las tardes. tirando piedras contra las ventanillas (todavía queda algún cristal por romper). su último ademán de viaje hacia lo azul del mar. Para los niños de este barrio el vagón de ferrocarril. espiando sombras en la sombra. que van del pedal al techo. ni cómo. pedradas que sobresaltaban a los amantes entre dos luces. ya que la última o primera y más urgente pregunta del niño. mulatos de lo blanco. bohemios. por el peso del invento. en los atardeceres. negros de miseria o de sol. en las afueras del barrio (que a su vez es las afueras de las afueras). o sea. Por las tardes. Y es cuando Gilda. una camaradería de vino y sueño. si cae. cuando ya los borrachos. . y la tía de anoche en función de la jai de mañana. en el derramado arrabal que va hacia el cielo o hacia el tiempo. pegarse un pico. mientras les encuentran nuevo acomodo. muchas mañanas. y flores gordas. realmente. que así se llamaba el gurú de Manuel Becerra. Jerónimo se lava la cara y las axilas con colonia nenuco de la que roba en las farmacias cuando va a comprar agujas. Unos ojos chinos y una navaja que funciona. que no es siempre. gris y plata y un poco de oro. pelotas de periódico (a la cabra le gusta mucho la celulosa de los periódicos. whisky. pico. cabrón. No consigue recordar nada de lo ocurrido la noche anterior: fumata de morfa. tarde por el sol y por el reloj. buenas noches. En realidad. como tantas mañanas de desmemoria o resacón (a veces la resaca es de sangre). como dándose de puñetazos con el sol de mayo. lo que Jerónimo hace sentado encima del vagón. delicadamente (así es como trabajan el tiempo y los niños: el tiempo. infinita. Jerónimo. porro. Gilda se tiende junto a Jerónimo. aunque no es viejo ni gordo ni se siente acabado. extendida. en la postura del loto. cosa rara. lo que sea. como un rockero antiguo. Alto. no pone nada. o lo que sea). esta mañana. vaquero que se le ha quedado pequeño y botas de puntera. hostias. con su cielo propio. a las que ha llegado como un excursionista. o lo que fuese. recordar u olvidar. mirar la fiesta del sol en las remotas montañas. estás tierno para la residencia de ancianos Francisco Franco. y a quienes siempre hay una muela de estaño o un anillo de boda que trajelar. como un ángel caído del cielo en figura de cabra. o mirar Madrid para el otro lado. Jerónimo. Jerónimo. Lo de la navaja es largo de contar. la blanca y juvenil cabra de Jerónimo. viejos y vagabundos del tren han ido abandonando éste. y qué elegante que va la madama. según. que tengan ustedes buena cena. y luego sale al exterior. pispar una botella de jotabé o matar a un hombre. mirar el trigo salvaje que crece hasta el mar del cielo. que son dos cosas que nunca van de acuerdo. Pero Jerónimo. En su camiseta. interminable. pone la cabeza entre sus piernas y Jerónimo le rasca y le quita eruditamente las pulgas. la paz de los caminos en un vagón de tren. como un perro que se despioja (cada uno a su tarea: los rollos de cobre. a ver si te vas a quedar zumbadillo. lo que todo el barrio conoce por la renfe. o la letra impresa. con fotos que eran postales compradas a Bombay por correo y cartas de un sivananda/veneranda que escribía el propio Pascual. que no lleva a ninguna parte y sólo el tiempo y los niños van desguazando lentamente. Lo de Pascual el gurú también es para recordarlo despacio. literarias y municipales que ha arrancado para ella en el Retiro. coge la escalerilla metálica que va del pedal al techo del vagón y se sienta allá arriba. que sacaba una revista mensual. ese sitio adonde él baja a robar el puesto de un melonero. con perdón. ni mucho menos. es mirar las distancias de la nada y no pensar. más que meditación trascendental. a Jerónimo se le quiere de cuando niño y se le teme desde lo de la navaja. palidez de falta de sodio y actitudes de bailarina babilónica. lo hace en el vagón de ferrocarril. rubio y adolescente. la caridad pública en los aparcamientos caros de Madrid. pero Jerónimo no es partidario de recordar: sólo se trabaja el pasado en función del futuro. que los tienen unos días tomando el aire a ver si se reponen un poco. se despierta tarde. el reposo del caminante. surge de lo recóndito de la inmensidad. En el barrio. cuando acampa en el barrio. Jerónimo. con tirantes cruzados por detrás. señora y señorito. hasta que caen cuarenta duros). cerca de Manuel Becerra. O sea. rosa. tiene manos infantiles y el infinito cuidado con que trabajan esas manos). la cabra. un hinduista con gafas de aparejador. una masa inmensa. a meditar. que no se es viejo hasta los veinte. de cuello recto. sin máquina ni raíles. yo nada necesito. los desenterrados provisionales de la Almudena. Lo de la postura del loto y la meditación trascendental lo aprendió Jerónimo de un bujarrón blanco que iba de hindú y se lo tenía montado por la calle de Alcalá. camiseta sin mangas. le saluda alegre con un balido y trepa sabiamente las escaleras que llevan al techo del vagón. un general que hubo. a su caer. esta mañana. mientras la va alimentando con pedazos de pan viejo que se saca de los bolsillos. con sus artesas y sus muertos que fuman.Francisco Umbral Madrid 650 4 encontrado en este corto tramo de renfe su hotel nocturno. duerme hasta tarde. hectáreas de libertad y nadie. también suele dormir en el tren. Jerónimo es del barrio de toda la vida. Francisco Umbral Madrid 650 5 —Despacio.. Gilda. se tuerce. amor. loca. Gilda. bala.. Así se van pasando algunas mañanas. pero respetada por todo el barrio: es la cabra del ominoso Jerónimo) come. duerme a ratos. . es feliz pegada a su dueño. La cabra (libre. despacio. admira la máquina. Jerónimo esperó un momento en que el autocar de Madridvisión aparcó delante del hotel. de la que se había enamorado como de una mujer. era de un funcionario que la dejaba allí a las ocho de la mañana y la recogía a las tres de la tarde. la cadena de la moto. antes de ser Jerónimo (le faltaba la moto para reconocerse a sí mismo). cruzó un día la calle. que era el que le tenía más fichado en la zona. depositando su mercancía barata de japoneses vestidos de occidentales y yanquis vestidos de gilipollas. que siempre la preferirían al coche. y Jerónimo ve otra ciudad. Quizá esa marca se ha quedado anticuada. Viajar en una moto así es como viajar por otro Madrid. y Jerónimo montó la moto con toda seguridad. jefe. llena el depósito (Jerónimo ha advertido que estaba a punto de agotarse). Jerónimo tenía vista una moto en Madrid que era su moto. ya usted lo ve. le metió la marcha fuerte. cuando los empleados estaban sumidos en las procelas de sus burocracias y el espejismo de sus robots. La moto estaba en General Yagüe. fascinante como una sirena o como una mujer vestida de moto. el barrio de la Hueva. La moto es lo que a Jerónimo le faltaba para ser Jerónimo. Jerónimo. Ahora el portero del Meliá Castilla. ¿Una Harley-Davidson? No.Francisco Umbral Madrid 650 6 LA MOTO (1) tiene un manillar alto y grandioso. ya que basta con cambiar el ritmo de la vida para que la vida cambie. acompañado de otros faros secundarios. incluido el bocata de las once y media. lo que antes era novela verde. Jerónimo. o sea él. despedido de allí por el portero de chistera café. Capitán Haya arriba. lentamente. aunque comprende que quizá la pasma ya le estará buscando (el conserje/café les habrá 1 Primera versión. con la lima que llevaba en la mano. atada a un árbol con una cadena. Jerónimo da vueltas y vueltas a las carreteras. parece como que el funcionario. volviéndose para comprobar que el portero no le seguía con la mirada. Pero fue un hermoso paseo bordeando la plaza de Castilla y ahondando por Mateo Inurria. cobra el precio y la propina y le desea al chico buen viaje. por lo que había observado. Jerónimo. se sentó en el bordillo de enfrente leyendo el As/Color. y seguramente era de un funcionario de las oficinas que había en aquel apartamento. luego se volvió un poco para trabajar. y hasta hoy. y el tipo deja de suspiciar. ya sabía que la moto. permitiéndose el lujo de poner crudos en una gasolinera que hay al final de esta calle. o media jornada. arrancó con la cadena y el candado colgando. antes de dirigirse hacia su barrio. o para forzar el candado (se había sentado muy cerca de la pieza). bajaba a Madrid en el Metro y se sentaba en las escaleras de piedra del Meliá. dejaban sus máquinas toda la jornada. frente al Meliá Castilla. La moto es complicada. una carrocería cartaginesa y un gran faro central. por los bares y las hamburguer del barrio. buena moto. Por los nortes entrevistos de Madrid. ya no podía verle. un parabrisas de plástico. agresiva y velocísima. no se fía mucho. La moto ya estaba libre. más por el cielo que por la tierra. Hacia las diez y media de la mañana. incontestable. Aquello era un bebedero de motos donde los viciosos de la moto. Jerónimo saca del bolsillo del culo del vaquero un fajo de cien mil. hasta que le echaba el portero de chistera café. enero luce frío y azul. . con cara de alimaña y visera de renault. como el espejo roto de la vida. en un enero claro. para la ruidosa moto medio kilómetro antes de la Hueva y la conduce del manillar. y luego enfila hacia Vallecas/Madrid. Los días consecutivos. es como el león cartaginés de Jerónimo. y la Hueva puede bajar a por ello cuando quiera. Jerónimo hace descender por la rampa de madera su poderosa moto. —O sea. a veces vuelve como se ha ido. matar. falsa y verosímil. monta en ella. sencillamente. violar niñas de las pastorinas o.. hasta el vagón de la renfe. jugar en las chirlatas. o porque. Jerónimo ya sabe dónde la va a guardar: en el vagón de mercancías que tiene añadido el vagón de la renfe donde él vive: hay una rampa que se baja y se sube y hace la operación muy fácil. Otras veces trae trofeos ostensibles. Pero no hay mayores alusiones al origen de la gran moto. —Y lo que debe de correr. sí. —Para lo que le cuestan. como su cabra la Gilda. cosas en inglés. anuncios de pepsi. Los chicos le siguen en doble friso de polvo y griterío. —Es un maniático de las máquinas. tías en bolas. como una cabra. . que se ve un gusto. clubs. Cuando la moto está completamente pintada. Todo es de todos y ya está. —Pero mayormente la potencia. sencillamente porque no llega. libre y distinto. para comprobar el estado de la máquina y el suyo propio. Se da por supuesto que Jerónimo se ha subido a ella en una calle de Madrid y ya está. Jerónimo llega a la Hueva montado en la moto como un emperador cartaginés montado sobre un león. y es generoso y patriarcalista con la gente de la Hueva. Jerónimo los dedica a pintar la moto toda de negro. La moto. En la Hueva no existe la noción de lo tuyo y lo mío. Jerónimo deja que los hombres y los niños le soben la moto. por no meter ruido y despertar al personal. Mayormente. como una droga. echando un pie a tierra. el gran jefe de la tribu. —Eso es viajar y lo demás es arrastrarse. y le encarga a Blas (Blas sirve para todo y para nada) de que le vaya fabricando una matrícula nueva. en fin. Dos o tres veces por semana. pongan la mano en el motor para sentir su calor. calaveras. Cuando Jerónimo para a la sombra del vagón de ferrocarril —la renfe—. Jerónimo. Jerónimo tiene compradores para todo esto. —Caprichosa la máquina. La moto. Y no digamos Jerónimo. Jerónimo. como si fuese el lomo de un animal vivo. va incrustando en la carrocería pegatinas de hierro. porque se queda varios días en Madrid —«estará de dormida con alguna»—. en su infinita sabiduría. a su genuina velocidad vital. y por fin enfila hacia Vallecas. Hay veces. si es la madrugada. y que son los mejores. quién sabe si va a robar. le ha peraltado a su verdadera personalidad. aunque quizá traiga el bolsillo del culo reventón de novela verde. —Muy bueno lo tuyo. todo lo de Madrid es de la Hueva. minuciosamente.Francisco Umbral Madrid 650 7 dado todas las señas). los adultos le hacen corro: —La hostia de moto. Cuando vuelve a la Hueva. en que a Jerónimo no se le oye llegar. Jerónimo es un jefe nato. pegatinas de papel y banderas de países que no existen. da un par de vueltas rugientes a la plaza (que no es más que un redondel de polvo). Jerónimo la pone a secar al sol. y también tiene algo de trono y de dios de la guerra. Y cuando está seca. como los collares de una anciana al cuello o varios relojes de oro en cada muñeca. coger lo que es suyo. Ésta es una máquina para toda la vida. toquen los resortes. —Jerónimo seguro que en seguida cambia de vehículo.. Lo que el Jero quiere es exterminar a Fedor con sus manos. distinguido de visera. el jefe de la tribu. Esto pone muy encampanadas y tarascas a las casadas y novias formales de la Hueva. por una manzana o por el puro placer de follar. y su sueño es robar un día bragas en El Corte Inglés de Sol. Blas sueña con hacerse una chabola en la Hueva. y al muerto. con lo que decide ir. comida casera. buenos modales y ambiente familiar. un tipo que está en Carabanchel para siempre. Jerónimo odia a Fedor. con paciencia y gracia. donde hay unisex que cualquier día le van a dar por retambufa. María roba bragas en Simago de Vallecas. es la puta del barrio. de visera marítima. reventón de propinas. llega algunas noches a la Hueva. María. Juan Gualberto. A María le gustan especialmente las escaleras mecánicas. que es un sube y baja que la pone cachonda. al que ya le tiene hecho un huraco (es un muerto sólo de un mes). y lee siempre el mismo Financial Times. otro día los zapatos color corinto y otro día el cinturón de cuproníqueles. Jero. Juan Gualberto anda entre las fiestas de los cineastas. quizá ya se ha dicho). sólo por los ojos blancos y crueles de . de sombra en sombra. en su departamento cerrado de la renfe. sentado en el suelo. le arranca un día la sortija de casado o alianza. y luego se mete a dormir en la renfe con la conciencia tranquila. que para él es una cosa como abstracta. o vive de hembras pasajeras. María es la puta natural del barrio que se acuesta con cualquiera por una cebolla fresca. busca pensión formal. Juan Gualberto es un golfo con tira negra de tuerto y gorra a lo Carlos Barral. cosa que no tiene nadie o que tiene todo el mundo (Juan Gualberto no está muy seguro). de esquina en esquina (ha dejado el taxi muy lejos. no le basta con la pena perpetua de Fedor. Blas se masturba y piensa en una chabola hecha con sus propias manos. o cualquier otro de los que pueblan la ciudad. pensando que es él sólo quien hace eso. bajo las grandes iniciales quemadas en el cristal de la ventanilla. Jerónimo. que no sueltan un duro. trabaja despacio. hasta la cercana Almudena. quizá ya se ha dicho. Medrano lee el Financial Times a la sombra de la renfe. y su muerto es caballero estable. de madrugada (Jerónimo le permite dormir en la renfe. fuma y piensa. ¿Por qué? Por nada. diríamos. tuerto de parche. y los muertos que saquea en la Almudena. el Jero.Francisco Umbral Madrid 650 8 JUAN GUALBERTO. de vuelta a Madrid). Bellarmina es la niña grande y tonta del barrio. Lo cual que Juan Gualberto promisea. A Jerónimo. y se acuesta con todos por una sortija. que toca dulcemente la guitarra y no sabe nada. adonde tiene su muerto. Medrano es melancólico y barbudo. buena presencia. Bellarmina tiene ausencias y los malvados quieren aprovechar sus ausencias para beneficiársela. ha ganado en media hora lo que no ha ganado en todo el día de alternar con los famosos y artistas. pero he aquí que. por el mero hecho de follar. Juan Gualberto recuenta su dinero y encuentra que es una mierda. sentir en ellas el calor y la sangre y el corazón aleteante y muriente de Fedor. se masturba a sus horas y vive sin hembra conocida. por un billete. Quizá. aunque Medrano —latinoché— representa mucho interés por la marcha de las bolsas mundiales. amarillecido por los meses. nunca se sabe. después de la cena y el vino de los artistas. aunque esté un poco pasado del whisky de los señoritos. Bellarmina es el orgasmo o la muerte. el Jero.Francisco Umbral Madrid 650 9 Fedor. le ve chupar de su muerto. tuerto de parche. etc. Juan Gualberto. y todo eso. Cree más en la intuición del momento que en los planes planeados. en fin. suite de lujo. en sus libros escolares. que no tienen nada que ver con la salvaje improvisación de la vida. de madrugada. especial. el jardinero huido del crimen de los Urquijo. cuenta con todo y no cuenta con nada. que no hace nada ni produce nada. pasa revista a los durmientes y se mete a dormir en la renfe. parece que vive de los muertos. pero Jerónimo. en fin. pero un día se la follará. y cree que nadie le ve. la tonta. Unas fantasías infantiles que se hacen realidad en la Hueva. y en la Gilda. El libro de los muertos de los egipcios. con el pelo al cero y unas gafas de sol. El Jero sabe que un día tiene que matar a María o a otra puta del barrio. Fedor cree en Paco. llega algunas noches a la Hueva. como leyera Jerónimo. Un hombre no es hombre hasta que no mata una puta. El Jero sabe que. Jerónimo cree en la calera natural del barrio como amenaza para los vecinos que él rige. encima o debajo de la renfe. antes o después. distinguido de visera. castigo para los enemigos y suicidio para cuando la pasma le cerque en la Hueva. El Jero baja del techo del vagón. de niño. que duerme con un ojo abierto. . de sus muertos. el mal en estado puro. Jero no ha pensado nunca en follarse a la Bellarmina. la cabra afgana que todas las mañanas viene a que la peine. La Hueva. reventón de propinas. El Jero. sólo le queda tirarse a la calera o huir hacia Madrid. según el humor. el vagón es nuestro. dándose la cabeza contra todos los hierros de un ferrocarril de primera bien puesto por dentro. qué gracioso. hijo de la Hueva. y Jerónimo no hacía nada por sujetarle. o como se llame esto ahora. el vagón es de todos. y todavía hay un gañán rubito que se atreve a interrumpirme el sueño en el Simplon-Express. la cabra. Jerónimo. padre desconocido y madre que murió joven. o sea. que no se sabe si es petróleoo qué. empero. picado. sobre la tierra y el trigo salvaje. al fin despabilado por la cuchilla. algunas mañanas. o como se llame esto. en viaje a París) a un maduro alto. quizá años. Jerónimo. viejos de tobillos hinchados. follado y ceguerón. maduro y tieso. contra la navaja de Jerónimo. como cuando sale petróleo del fondo del mar. por el alcohol y el sueño. sino que se limitaba a mantener la navaja horizontal y fija contra la tripa del otro. con camisa italiana. como si le estuviese afeitando. en el tren. entraba más y más en la punta de la navaja. el tipo se iba venciendo. la Hueva. no combatía. pero qué gracioso. mira que estar yo en la Hueva. y era un señorito borracho y lúcido. se puso las manos en el vientre y su conversación de whisky empezó a ser una conversación de sangre. y de los Grandes Expresos Europeos. el tipo tenía un bigotillo negro que contrastaba con lo blanco de su pelo. bebido. no te conocemos de nada. Jerónimo encontró en su sitio (porque Jerónimo tenía su sitio. o sea que estaba muy borracho. por más y mejor alumbrar la gesta. tú has venido aquí. no. eres un particular. o sea hijo del barrio. y las chicas de la Hueva son nuestras. Hasta alumbraban con linternas. cano. sobre la dulce y vieja tarima del vagón. flipado. Pero una noche. quizá un asiento que fue de primera. o sea que he venido a parar a la Hueva. con un sonido sordo y extenso. o catorce. atentos al trance. Jerónimo despertó al intruso con pasadas suaves de cuchilla por la cara.Francisco Umbral Madrid 650 10 LO DE LA NAVAJA fue tal cual. durmiendo en la renfe. y los viejos en sus asientos se tragaron un grito entre los dientes que no tenían. jugaba con los niños que se subían al vagón. el vagón es de todos. pero manteniendo el acero en el mismo punto. y entonces el desconocido/cormorán quebró sus palabras. Algunos asilados del vagón. la Hueva. usted es de la Hueva. joven apuesto. usted no ha salido nunca de la Hueva. tío. Jerónimo dio un paso atrás cuando el otro trató de apoyarse en él. de esto puede hacer seis meses. persiguiendo alguna chica del barrio. se incorporaban en sus asientos por ver en qué paraba la querella. éste es mi sitio. al hombre que moría. Jerónimo soltó la navaja cuando el cormorán/personaje estaba completamente doblado sobre ella. fuera de aquí. cormorán y dormido. mendigos con edemas. llevaba meses. con ese instinto joven y legendario del español para torear a todo bicho que embiste (aunque quizá sea a la inversa: embiste porque se le torea). sin raíles ni locomotora. como un príncipe adolescente aloja en su palacio a mendigos y otros príncipes. claro. es decir. así como Jerónimo. qué cosas tienen ustedes los del cinturón rojo. . hasta que brotó sangre. largo. al llegar al vagón. todavía fuerte para combatir con Jerónimo. y el vientre grande y duro del cormorán elegante. bella y tísica como un alhelí al alba. como hachones. y que le quedaba entre payaso y cormorán. Las linternas le hicieron luto. joven. De modo y manera que a la luz de las linternas tuvo lugar la gesta. les enseñaba judo y les dejaba que toreasen un poco a Gilda. y le dejó caer. Quizá un vagón robado. en aquel vagón que alguien había dejado allí. hijoputa de mierda. Jerónimo acogía bien a los pernoctadores que iban llegando. hijo de puta. borrachos con el vino cantándoles en las orejas. El desconocido se ponía en pie. en los Grandes Expresos Europeos. Eran los que se sentían asilados por el joven y poderoso Jerónimo en aquel vagón de hierro eterno y paz rupestre. pero enfocaron sus linternas enderezadas. torció su torcido gesto. el señorito —¿cómo había llegado allí aquel señorito?— hablaba con palabras de whisky. ¿usted ha oído hablar del Simplon-Express. loco. Jerónimo puso al muerto boca arriba. luego fue un perfil de momia anticipada y en seguida desapareció. como un rey pobre de vastísimos dominios. —Jerónimo no le ha matado. A la luz de las linternas. tirando de su pesado muerto. inventados. despertada de algún rincón con tanta movida. ligera y pesada a la vez. de vez en cuando se la metía en los ojos para humedecerla y limpiarla mejor. —Nuestro jefe por cojones. como los pueblos hondos de España. anda. —Que no sólo asalta gasolineras. —Hoy es gasolina. Jerónimo caminaba con la cabeza baja. Llegado que hubo a la calera o pozo de cal viva (gran miedo y mito y tabú del barrio). aislado. sonaba como pasos presurosos y casi alegres en los escalones de hierro del vagón. entre la navaja y la calera. —Que el Jerónimo es de cuidado. La cabeza blanca y volátil del accidentado. su paja y su tiempo. volteó al visitante por las muñecas ylo dejó caer a la calera (la corbata roja le volaba casi alegremente). Aquella noche. un poco recias y ásperas. entre dos filas de cerillas. vino violentamente. La cabra. en el borde mismo. —Lo mejor que puede hacer. con luna de bronce y gentío acumulado (la Hueva se pasaba las novedades como con tam/tam. como un ulises lumpen. como a veces se tira de algunas carretillas. aunque no fuese un pueblo. con la cabra saltando a su lado. caras dormidas y caras despiertas. —Pero siempre es un peligro. doblada. Jerónimo siguió arrastrando a su hombre a través de las espigas salvajes. lo que la Hueva llamaba la cosecha de invierno. en un reguero desigual y negro. —Qué horror.» La Hueva. como cirios. a meterse entre las piernas de su dueño. lo quema en cal viva. a cualquier hora. Así pasó entre los ancianos que se fingieron dormidos y los asientos vacíos que dormían de verdad su peluche. ahora temblonas de los viejos. mecheros y linternas. le sacó la navaja y la estuvo limpiando delicadamente (ya se sabe que Jerónimo era un caprichoso del arma) en las ropas del otro. —Y la calera es tan suya como nuestra. como un merovingio rubio. Jerónimo durmió abrazado a la cabra. de una patada. —Parece un señorito del centro. todas entre la duermevela. Fue cuando las gentes empezaron a murmurar por la Hueva. en el trasero del tejano. vivía tanto de refranes comunes como de refranes locales. Jerónimo. casi un niño para ellos. porque no se tenía de pie. —«Los que van a la calera no enseñan la calavera.Francisco Umbral Madrid 650 11 pero ninguno de los viejos tácitamente asilados se atrevió a moverse. que dio en la cal con un golpe húmedo. Mujeres en bata y hombres un poco sosos ante aquel ejemplo de hombría. palabreando la sospecha: —Que el Jerónimo baja a Madrid a matar. como una tribu. vieron pasar a Jerónimo. el susto y la admiración: —Lo lleva a la calera. . en la noche de invierno sereno. —Desde hoy es más suya que de nadie. Jerónimo volvía hacia su vagón/fortaleza. luego se la guardó despacio. a la luz de cobre de la luna. La Hueva se sentía dominada y protegida. entre dos almenas de caras asustadas. eso es lo que es. como un carlomagno de la Hueva. —Pásame la petaca. Quizá el barrio periférico de la gran ciudad inventa más que el pueblo montañés o mesetario. arrastrándolo. quebrando con la cabeza y el cuerpo del muerto bellas y altísimas espigas salvajes. abriéndose paso contra el personal. —El tipo se clavó solo en el arma. criminal y bueno. se puso de espaldas al cadáver y lo cogió por las muñecas. tal una tribu africana). —Da igual lo que sea. que vuelvo a coger el sueño. —Va camino de la calera. que usted las tenga buenas. para que lo vea nada más levantarse. ENTERRADO EN LA BONDAD DEL SEÑOR. Auxiliador cava y cava. Acércate esta noche a la huesa y trae lo que puedas. se conoce que la caja era mala y se ha podrido en un mes. en todo caso bastante. por mí no se moleste. mira en torno. Con la prisa y el tirón. Pero Auxiliador. caballero estable busca pensión completa. cuando su señora ha ido a ocupar (malamente) su sitio en el parking. a medianoche. a aliviarle al muerto de un sortijón de oro alemán o aliviar a la muerta de una diadema de boda. se lo ha dicho a Auxiliador. Hay hombres y hombres. he ahí un hombre que creyó dominar el mundo porque tenía un reloj que dominaba el tiempo. A Auxiliador. sino el sitio de los aparcados recientes. sale de la chabola. pero Auxiliador devuelve la mano a su sitio. pero valioso.Francisco Umbral Madrid 650 12 SECUNDINA. que no sirve para nada. tira la gabardina larga de pedir. se asegura de que está solo y empieza a trabajar la sepultura. cuadrado y feo. llega hasta los desmontes de la Almudena y se dirige directamente al huerto de las últimas sepulturas. Auxiliador olvida el fino relente de la noche de septiembre avanzado. enterrado en la bondad del Señor. su marido. tío). tus cardenales del Palace. que no es tal huesa. Hay que ser mucho hombre para sacarle el reloj a un muerto. y le arranca el reloj de oro macizo. que me remedio con nada. a Auxiliador se le ha venido la mano con el reloj. un mendigo que pide con conocimiento en el parking del Palace: —Anoche no te dieron nada tus magistrados de las Cortes. la Secundina ya está dormida y su marido se limita a dejarle el reloj encima de la almohada. diadema en garantía. con todos sus atributos y preseas (ahora te falta una presea. viuda buena presencia necesita familia en régimen de alquiler. después de haber cenado una galleta maría. y cierra el hueco y se lleva el reloj de don Dióscoro de tal y tal. pero seguro que Segovia no te olvida. Caballero estable. se siente impulsado a hacer la proeza. que lo he cogido por una muñeca. Secundina llevará el reloj a un pispandero de la calle Carretas y le darán por él lo que sea. . que los vecinos de la Hueva se conocen bien la arquitectura del sepu de los muertos que dijo el otro. Toma ya caballero estable. no frontalmente sino por un costado de arena. va de sombra en sombra. señor general. Elige por las lápidas: DON DIÓSCORO DE TAL Y DE TAL. y hoy tenemos que comer algo. formalidad garantizada. ofrécese. etc. LA SEGOVIA QUE NO LE OLVIDA. le da como un cierto asco ir a la huesa de la Almudena. Ahí tiene que haber algo. Auxiliador piensa que ha cumplido como un hombre. trabaja como un topo. Mañana. CON TODOS SUS ATRIBUTOS Y PRESEAS. o al revés que un topo. acostumbrado a tratar con magistrados y capitanes generales en el parking del Palace. el maduro. un motor que tiene forma y calor de riñón estilizado. Se llama cal viva al óxido de calcio. el jubilado buena salud. Jerónimo. Cuando el muerto es demasiado importante y ha quedado muy despiezado. huesa o muda. Luego quiso requebrarla de amores en la planta alta. adonde entró mayormente por apostar a los bolos. La cal viva. microbuses. y allí se desvalija a los muertos y se viola a las muertas. la señorita con deseos de hacerse un porvenir. Jerónimo ordena llevarlo hasta la Hueva y anojarlo a la calera. una niña que había descubierto en el baile/bolera de Arlabán. Quiere decirse que el cadáver está mutilado en exceso. como dicen los sepultureros y funcionarios del cementerio. y vio con angustia cómo el cormorán borracho la seguía por calles. el viejo. el caballero estable. Se utiliza para la desinfección de las materias fecales de personas afectadas de enfermedades intestinales contagiosas. cuando los cadáveres pobres o huérfanos están tres o cuatro noches a la intemperie. dos. El señorito feo y maduro del Viso. descubre la presencia de guardianes. fina y elegante de Jerónimo. y el destino no es nada que esté escrito en los astros. María se escondió en su casa y así fue como el cormorán. nocturnamente.Francisco Umbral Madrid 650 13 BLAS. el señorito. se corresponde con el carácter de la gente. lo dirige todo con una potente linterna que denuncia la labor de cada uno. (Calera: pozo de cal viva que se mantiene mediante el calor artificial: a veces se dan caleras mantenidas por el calor natural (corrientes subterráneas de la tierra). calentando la piedra calcárea a muy elevada temperatura. el alcohólico público. por codicia o torpidez. El barrio de la Hueva. fue a dar con su tripa de rico contra la navaja fina y elegante de Jerónimo. maderos y otros enemigos. como dijeran los sabios. los grandes almacenes de los muertos madrileños. encabezado por Jerónimo (quizá se ha contado ya. Así es el proceso y no hay por qué ponerle más literatura. en tiempo de saca. le ha pintado a la moto de Jerónimo un ala a cada lado del motor. sino de adolescentes con la polla loca. o quizá no). Si el cormorán se hubiese tambaleado hacia atrás no habría pasado nada. El ala es oro sobre negro. que sólo se ponen el pañuelo o la bufanda como protección. lícita o ilícita (el derecho romano está tan ínsito en el hombre que funciona incluso para estas cosas). que se limitó a apoyarla en su vientre y dejar que el tipo actuase. más y más metros. como en una piscina blanca y de fuego. el viudo. Jerónimo es el que dice a quién hay que depositar en la calera y a quién no. sino que. se encamina periódicamente. que no sirve para nada y sirve para todo. sepultureros. por otra parte. sobrenadan . y. pero María no iba de ancianos ni de pela.) María/cormorán/navaja/calera. metros. para esto que alguien llamó «la muerte de los muertos». autobuses. y entonces lo mejor es que desaparezca. y también para quemar los cadáveres en tiempo de epidemia. pasivo. El ceremonial se hace entre cuatro hombres. borracho. la María. como dijera un cronista de la villa. al cercano cementerio de la Almudena. pero se tambaleó hacia adelante. tres a lo sumo. hasta la mismísima Hueva. se vino a la Hueva detrás de María. barrio de Salamanca. produciendo mucho calor. Un muerto. no había más remedio que echarlo a la calera. según el clima. La cal viva o anhidra se combina con el agua. y éste era el caso de la Hueva. que se desprende en forma gaseosa y óxido cálcico. colonia elegante de Madrid. El tipo con perfil de cormorán. para este entierro posterior al entierro. Una vez muerto. con lo que se hincó él sólo en la navaja albaceteña. nada anónimo. caen a plomo en el pozo de la calera. lo que determina su descomposición en ácido carbónico (propiamente anhídrido carbónico). acabó en la calera porque era su destino. mirándoles a todos con su cara blanca de cal. tabernas de beber. y los bohemios de cada noche van abandonando el vagón de la renfe. grandes expresos europeos o lo que sea. mediante un olvido colectivo.Francisco Umbral Madrid 650 14 un momento la segunda muerte. aunque ellos no tienen un duro en el tema. voluntario y firme. Jerónimo peina a su cabra. alegremente. la Gilda. mayormente las páginas financieras. la Hueva amanece alegre y hasta higiénica. . A la mañana siguiente. que a algunos les preocupan mucho las bajadas de la Bolsa. esquinas de pedir. hacia sus puestos de trabajo en Madrid. Blas repinta la moto (un ala de oro en cada costado del motor/riñón). cansinamente. lentamente. quioscos de leer el periódico gratis. y luego desaparecen para siempre. —Seguro que tú eres un judío huido a Suramérica y perseguido por los nazis. Medrano.Francisco Umbral Madrid 650 15 MEDRANO ES ALTO. a leer el Financial Times. Medrano sirve para leer el Financial Times en inglés y comunicarle a Jerónimo. o sea que es un diálogo vertical. pero algún día se irá sabiendo. al sol o a la sombra. a la sombra del vagón. —No. mijo. Jerónimo. —Pues no. —Mi madre tenía una y me hacía abrigos en invierno. mijo. Medrano llegó a la Hueva sin saberse cómo ni de dónde. —Pero la Siemens es alemana. esto de la Siemens va fatal. y abre lujosamente un viejo Financial Times. No creas que la Siemens son sólo las máquinas de coser. Jerónimo admitió a Medrano en la Hueva. e incluso como uno de los huéspedes de la renfe. De momento. Medrano pide que le suba un Financial Times. un mismísimo carajo. Medrano es uruguayo/paraguayo o algo así. las cotizaciones atrasadas. bamboleante. los pobres lo notamos. no mentés esas cosas. que los alemanes no van a llegar hasta la Hueva. . Y así van pasando la mañana. Medrano sale todas las mañanas de la renfe. que no se sabe si renueva de vez en cuando o es el mismo siempre. Jerónimo es un tipo que las piensa poco. Medrano. y la intuición nunca le falla. Acepta a un hombre o no lo acepta. por intuición y nada más. es uno de los que más se preocupan por las cotizaciones de la Bolsa. ni siquiera en la Hueva. y se sienta en el suelo. La Siemens tiene detrás toda una industria pesada. de la sínger. se pone la chaqueta de mezclilla sobre la camisa de rayas y jirones con que ha dormido. Medrano no se sabe para qué sirve. el peligro que tiene la raza aria. Esto Jerónimo ni se lo pregunta. aunque. o sea el vagón de ferrocarril donde reina Jerónimo. Jerónimo se pregunta ya pocas cosas. —Tranquilo. A veces hace comentarios: —Jerónimo. compañero. —No jodás. y quizá una industria de guerra. —Vos no sabés. con las rodillas en pico. no mentés. de la fecha que sea. no se les entiende. yes. Estos uruguayos/paraguayos son muy políglotas y transiberianos: quiere decirse que lo han viajado todo y hablan varias lenguas. como si dijéramos. la siemens y la AEG. ¿no? Alemania hizo sus dos grandes guerras en este siglo y las dos las perdió. no jodás. da igual. pero cuando la gran industria se hunde. con la espalda contra el vagón. da igual. vive de intuiciones. Medrano. según las épocas. y por las mañanas se sienta en el suelo. melancólico y barbudo. Quizá Medrano sea un judío triste y errante perseguido por el fascismo latinoché. —¿Tienes dinero en la Siemens? —le pregunta Jerónimo. que con eso se defiende mejor y le parece como más internacional. y cazadoras. que uno es pelotudo y ha vivido. estás muy equivocado. y ya está. por la falta de dientes. de abajoarriba. sentado en el techo del vagón. vuelve a sacar el acento y la jerga uruguaya. cuando juega a la defensiva. Medrano no tiene dientes por la parte de arriba y se deja el bigote largo para tapar este defecto. La intuición puede que sea una manera abreviada de discurrir. Medrano. Gracias a Jerónimo. sin leer el Financial Times no se puede vivir decentemente en el mundo. quiere decirse que tampoco importa demasiado. Cuando Jerónimo baja a Madrid en la moto. No creo que ahora vaya a iniciar una cruzada por las máquinas de coser. de acento uruguayo/paraguayo. un mes o dos. ché. Duerme en la renfe. Medrano dice que eso es importante para la marcha del mundo y para la marcha de uno mismo. donde el gran cementerio ya es campo. los muertos de unos días al aire libre. un muerto con tumba de espigas. en cuanto se pique. Los viejos alumbran con sus inseguras linternas. Los viejos. porque cualquier día te puede echar a la calera. que un muerto de los otros. con la cabeza baja y como pensando. Seguro que la descuartiza con la navaja y luego la tira a la calera. mientras camina. Jerónimo va y viene mucho. como faraones familiares de cualquier familia de mierda. y las energías del orujo o el chinchón. cuando hay monda en el cementerio. les cambian de sitio. abandonando su voluntad hospitalaria de camposanto. horizontales. Es lo que pasa con los muertos pobres. como al señorito aquel. Esto pasa dos o tres veces al año. precedidos por Jerónimo. marginando hacia las afueras hortelanas o mesetarias del cementerio. y están en el cementerio como de pensión. no ha querido venirse a dormir con él a la renfe. Y la Hueva era como una ciudad de mármol clásico con el destino pendiente de un príncipe rockero. lo que está es con el mono. pero no saben si llegan al final. y el trigo silvestre que come la cabra de Jerónimo. para que el otro se clave casi voluntariamente en el acero. a la tarde. aunque Jerónimo piensa vagamente. y los muertos están en una formación de cuarenta o cincuenta. sería demasiado jaleo. La calera y la renfe son los dos reinos de Jerónimo. hombres y mujeres. . al pasar cerca de la calera. se conoce que le falta material. como estuvieron en su despacho de vivos. cariñoso con los niños y la cabra. que tiene un anverso suntuoso/piadoso y un reverso agrario. de los que están encerrados en el palacete hipócrita de un gran panteón. algunos días. como esperando pasar revista. Éste anda cabreado porque alguna jai.Francisco Umbral Madrid 650 16 DESMONTES DE LA ALMUDENA. y hasta les alegra un poco la cosa de la ingle: se animan a hacerse una paja. todos juntos o separados. Éste está pensando en ponerle delante la navaja a alguien. Sus amigos duermen con él en la renfe. al joven y rubio y violento Jerónimo. la amapola nocturna. de prisa o despacio. se miran y susurran. le veremos tranquilo. solos y con espacio de sobra. o lo que sea.) Éste. por ejemplo la de anoche. revés en el que siguen trabajando la salud y la enfermedad). que a él le gustaría más ser un muerto de éstos. ya se ha dicho. o remoción de osarios. Jerónimo y los viejos van a desvalijar piadosamente a los muertos sobrantes. sino el otro lado. Éste está pensando en tirar a alguien a la calera. disminuida y seca. pero todos decentes en su esqueleto o en su medio ser trabajado por el cáncer después de la muerte (la muerte no es la muerte. entre la renfe y la calera. sencillamente. indiferenciado y sin ninguna dignidad de rito. porque te has confundido de sitio a la hora de dormir o porque roncas. y por cualquier cosa les ponen de patitas en la calle. Sus enemigos se queman vivos en la calera. que a lo mejor no es una amapola. el revés de una persona. hay que caerle bien. y se deja invadir por la ortiga blanca. dulce y sanguinario. Jerónimo ha dejado la cabra atada. A Jerónimo. o apretados y fríos entre mármoles. unos más presentables que otros. los muertos que son como expedientes sobrantes del inmenso fichero de la Almudena. sencillamente. y que ya se verá dónde se les mete. como para que no le falten nunca la visión clara del mundo. los van arrinconando. (A algunos ancianos les gusta ver/oír el follar de un chico y una chica jóvenes. tumba anónima y hospiciana. que siguen siendo pobres después de muertos. Algunos vecinos de la Hueva han visto partir desde la renfe la caravana silenciosa de viejos con linternas. incluso de noche (la visión que ya no tienen sus ojos). maduro y jamono. Noche de luna negra y frío quieto. serios. porque se duermen. Todo viejo se acompaña de una linterna y una petaquita de alcohol. que les sienta muy bien. las energías que ya no tiene su alma antigua. piensa Jonás. antes que nada (es una manera de tenerlos tranquilos) que sus borrachos y roncadores de la renfe tengan una fiesta de vez en cuando. La muerte. ¿Y por qué se va a pudrir la riqueza y la pobreza de los muertos bajo la tierra. si no hay más remedio. una moreneta de oro y caoba (todo lo llevaba al cuello). le sacaron documentos mordidos por la humedad. Jerónimo lo mira todo. un billetero en muy buen estado (la piel. a la luz temblorosa de las linternas. ofrécese Almudena. marfil y baño de oro. muerto. una pulsera de oro macizo. es el que tiene que poner orden. Mezquina hilacha de muerto. Viuda en buen estado. Lo que más admira es lo quietos que se están los muertos. labios rojos con vida de gusanos. corto. como una niña que esconde tesoros. como ustedes quieran. Susurrante esqueleto de vieja embalsamada por la piedad: joyas falsas y rosarios de plata hueca entre sus manos unidas en forma de ermita. desvalijando muertos en bandada. tiene su propia linterna para mirar a lo lejos. naturalmente. más coquetas que púdicas. Elegante esqueleto de caballero que se ha deshecho de su reloj Maurice Lacroix. media pierna con carne. pero saludable. Jerónimo lo mira todo. Era calvo. —¿A ésta la violamos o la matamos? —A ésta le pedimos prestado el crucifijo y basta. y hasta se establecen peleas entre dos o tres que han robado un mismo objeto. que se quedan quietas cuando él lo manda. Jerónimo. letras de cambio incobrables y cheques en catalán que. sustraído. y hasta dar por el culo. Todo lo compra Madrid. para violarla. como si lo hubiera llevado a empeñar. como el mar respeta las coliflores submarinas. alivió al catalán de un san Jorge de plata. por ilegibles. para saber si viene alguien o no viene. Le arrancaron el crucifijo del cuello. le divierte todo. elegante. Pero el más joven de los viejos. A una vieja le sierran el dedo (traen serruchos) para sacarle el sortijón. no se sabía si valían o no. La veste/hueste de los viejos y borrachos cayó sobre él. protegiendo una vagina ciega de bichos y yerba. y. Caballero bien instalado. cómo se dejan robar. aunque luego les dé.Francisco Umbral Madrid 650 17 La legión de los viejos. el dulce alivio de la muerte a navaja. Se repartieron el dinero. pero no participa en nada. saquear. efectivamente. permanente que había respetado la muerte. buscar y rebuscar. que en el cuello es fresca como un collar y en el corazón es urgente como un amor. en todo caso. hilván de mendigo. movida de linternas. un reloj suizo/francés. Jerónimo prefiere exigirles sus diezmos y primicias a los vivos. aunque seguramente caducados. si hay vivos que pueden disfrutarla? La tierra lo guarda todo. A un esqueleto serio y señor le desmontan la calavera para llevarse la dentadura de estaño y oro alemán. el más diurno de los nocturnos. busca socio para seguir hablando de negocios en la tumba. el más abstemio de los borrachos. . bajo la chaqueta. A Jerónimo no le apetece llevarse nada de los tesoros muertos. presurosa y nerviosa. como un rey echando carroña a sus halcones. Robado. con la petaca de alcohol visible en un bolsillo y la cartera abultándose en el pecho. lo dóciles que son. lo vigila todo. levantado. olvidándose de toda la leva de los muertos. de adolescente violada que sonríe con la mitad de la calavera. borrachos y muertos. panzudito y como catalán. Se le notaba el bulto como una respiración. manos sobre el sexo. sospechosamente plenos. Le sacaron la cartera entre dos viejos y resulta que estaba llena de billetes y décimos de lotería. A una joven reciente la desbragan entre tres borrachos solamente maduros. con un ademán casi altruista y. ya parados por la arena. quizá premiados. Al final hay una confusión de viejos. quizá sea la definitiva elegancia. Algún dedo hubo que desengancharlo de la plata del rosario. el hombre propone y Dios dispone. mira que usar pulsera. cómo se desprenden de sus relojes de pulsera. pero a Jerónimo le parece bien. Le arrancaron el rosario destrozando sus blancos dedos. la muy maricona. de los tesoros de los muertos. no los billetes) y unos guantes de napa. y muslos amarillos. Y la muerte. y Jerónimo toma un camino distinto y largo. Olivarero andaluz ofrécese.. como la vida y la muerte. y una macarena de bisutería al cuello. Jerónimo se vuelve y lo mira.Francisco Umbral Madrid 650 18 ¿Y cómo ha venido a parar y morir aquí este catalán tan catalán?. como siguiendo la curva del día que se insinúa. piensa Jerónimo. que está convenida en grupos. aunque sólo son como una docena. Jerónimo. familia estable. por no despertar decires. Tras una última mirada a sus clientes. ofrécese. distanciados. La vida es una sección de anuncios por palabras. dando por supuesto un atraco o una aventura amorosa.. aunque la Hueva les espía tras las cortinillas de cuadros. buscando algún apaño. Viene el día de los vivos que se llenarán los bolsillos de cosas para que les entierren con todas ellas y luego vengan estos viejos eternos a cambalacheárselas. No hay más que tomar lo que uno quiere. caballero formal. por palabras. ofrécese. Jerónimo siente crecer el día a su espalda. . como un mar vertical y nuevo. se acuerda siempre de los desenterrados de la Almudena. separados sólo por una hoja de periódico. etc. silente y sereno. Vivos y muertos con sus ofertas y tesoros de latón. Viuda en buen estado. Los viejos vuelven a la renfe en grupos de tres. La vida es toda una página de ofertas luminosas y baratas. después de la cual la viuda no había reclamado los restos. se pregunta Jerónimo. Etc. cuando lee los anuncios por palabras de los periódicos. Jerónimo hace con su linterna la señal de retirada. da un rodeo lento y perfumado. Viuda en buen estado. todos se ponen en marcha hacia la Hueva. Éstos no traen más que mierda y una mandarina en los bolsillos. Ninguna obligación tienen. con menos prosodia y más teatro mudo. se sienta en el suelo. Sin duda. borracho y moradíceo. todo revestido de lo mismo. Los subdiáconos se retiran. Venga el material. digno y espabilado por el incidente. para sí mismo. uno de los huéspedes veteranos en la renfe. tiene una amante amarilla y enferma que le sustituye por las noches. rosarios. pensando que todo esto son avatares de la democracia. señor excelentísimo. —No está bien que una eminencia haga sus urgencias en un servicio público. botonadura de oro. con la limosna del huésped de las Cortes o del Palace. una gabardina abrochada desde el cuello hasta los pies y una cara roja de salud o de vino: —Buenas las tenga usted. a cepillo. aunque borracho. Jerónimo le arranca crucifijos. Jerónimo se mete en los servicios de caballeros y espera a que llegue el arzobispo. Es una picha visitada por el Espíritu Santo. algunas tardes. yo me valgo para hacer una humana necesidad. maduro y con gafas negras. junto a Auxiliador. y le entrega a Jerónimo una cartera de bolsillo. Se va en seguida y el cardenal repara en su picha. —¿El qué. como Auxiliador. hijoputa. señores míos. Y el Cristo de oro y un rosario de mamá. El cardenal elige una cabina. el cardenal. el cardenal no quiere que nadie le vea la picha. . El cardenal tiene el pelo gris. Y el tipo llega: —Dejadme solo. Sin duda van al Palace a celebrar algo con más comida y más bebida. entre Manolita Chen y Pina Bausch: Jerónimo. No hay nadie en los servicios. Jerónimo entra en la cabina con la navaja en la mano: —Ni latín ni hostias. lo que coños sea. El cardenal se busca entre los ropones. en un diputado que va a las Cortes o un consejero de administración que va al Palace. grande. Los borrachos mean mucho. y lo elegante que va su señora. Y Jerónimo le mete al cardenal su navaja en las costillas. Jerónimo no se contenta. —Todo esto son avatares de la siniestra democracia. El cardenal. excelentísima? —Acaban de robarme la cartera en los servicios. aunque ahora esté blandulona de alcohol. sólo la voluntad. De los ropones morados cuelga una picha fláccida y cansada. Se lo arregla todo a la altura de los bajos y vuelve al vestíbulo del gran hotel. sino que quiere dar el gran golpe. Y el marido le deja a Auxiliador cuarenta duros.Francisco Umbral Madrid 650 19 AUXILIADOR ES UN POBRE que pide en la escalera del parking de las Cortes. Un hombre que está tan borracho necesita mear. qué menos. y unas gafas gordas y oscuras: —¿Cómo dice. Auxiliador sabe de qué va Jerónimo y no pregunta nada cuando éste se levanta y va tras los clérigos. Auxiliador. llevado por dos subdiáconos. con gafas negras y manos sueltas de tonto. joven? —El joven no dice nada y no intentes ganar tiempo. está orinando grueso y diciendo cosas en latín. eminencia. con un cartel muy correcta y aplicadamente redactado. poderoso. vieja y abultada. —¿Volteriano vas a salirme tú? —Nada he dicho. No puede salir de la cabina con esa cosa gris y colgante. A mí me das todo lo que llevas encima. y no una concha pública. olvidado de su picha. hasta que una tarde se presenta un cardenal. misales y anillos cardenalicios. los crucifijos. Por encima del pantalón se va tocando en los bolsillos. —El cardenal ya está limpiado. borrachos y hemodiálicos que alberga en su vagón. Ahora siente la necesidad de llegar a la renfe y ponerse un pico. que le aíslan del resto de los durmientes. Jerónimo sabe dónde tiene que ir al día siguiente. hacia la Riviera. distraídamente. matar y follar. Ahora me meto en el tubo. Auxiliador. hacia París. Cuando llega. Jerónimo. de cristal. los anillos. . sentándose sobre ella. Y Jerónimo coge un Metro hasta Vallecas. —Eres un genio. Lo suyo es un departamento de primera especial A. en el que sin duda viajó mucha gente de pela hacia la Costa Azul. Auxiliador.Francisco Umbral Madrid 650 20 Jerónimo está sentado junto a Auxiliador. hace correr las puertas correderas. con grandes iniciales grabadas en el vidrio. Jerónimo. Todas las ciudades son iguales. a pulir toda la mercancía. por si las flais. La puerta corredera de cristal y las grandes iniciales enigmáticas le sirven para aislarse de la leva de viejos. que está de pie. Jerónimo se ha puesto unas gafas negras y se ha quitado la cazadora. por si le reconocen. —Cuenta con tu parte. Jerónimo no siente la melancolía de los grandes viajes. la Biblia. se dice: un sitio donde robar. por la mañana temprano. sin saberlo. es el Luis II de Baviera de los vagabundos. y también saca lo suyo. Calígula. romántico. mira las grandes letras grabadas en el cristal. tendido en su litera de lujo (un lujo al que se le sale la paja). como escarcha indeleble sobre la puerta. tan bueno para dormirse. salvo las propias. de modo y manera que Secundina. o cuando atraca: las farmacéuticas nocturnas se quedan flipadas de ver que un picado. pero no dice nada. . como no pensaban los dioses griegos e inocentes. disfruta de su reinado a solas. A Jerónimo. la hembra pálida y entrada que prefiere no pedir en un cartel. de su vagón único. y disfruta la intimidad de su reino (incluso los reinos más extensos sólo se disfrutan en la intimidad). Nerón y otros menos notorios. como capitulares del libro del viaje. Al día siguiente lo venderá todo en las Américas. su cabra. Auxiliador también llega tarde. la mujer de Auxiliador. atada a algún árbol de los desérticos jardines municipales. Jerónimo. y las mujeres siempre son un lío (aunque él siempre trae la suya. ni siquiera piensa en ello. Jero está tendido en una de las literas de lujo. pero más eficaces negativamente en la Historia. pálida y helada en las escaleras del parking/Cortes. huele su olor. que con las jais siempre hay que cumplir. pero Secundina es ya madura y Jerónimo prefiere pensar en Gilda. pero Jerónimo no quiere líos en la renfe. el nenuco que roba en las farmacias cuando va a comprar jeringuillas para el pico. la de turno). le gusta disfrutar de su imperio macho de la renfe. y su soledad de hombre que no tiene que cumplir. Nenuco en su alma y una Erre y una Efe gigantes. en el espejo del vagón privado. cree más en su verba que en los carteles. enteco y decadente. anterior o posterior.Francisco Umbral Madrid 650 21 NENUCO Y LETRAS GRABADAS a fuego en el cristal. como Auxiliador. Piensa en Secundina. Jerónimo tiene el pico asegurado y las jais son gratis. y se va durmiendo. A Auxiliador lo ha relevado. Luis de Baviera que se ignora a sí mismo. pero Jerónimo tiene prohibidas las mujeres en la renfe. La mujer/amante/lo que sea de Auxiliador es anterior a la palabra escrita. entre las jeringuillas y el material. Dos grandes iniciales que no entiende y un olor a jardín y a inocencia que le sube del alma. Jerónimo se huele las manos renacentistas. la suya. Jerónimo ve un Auxiliador blanco y seco. a la Galaxia Gutenberg. recuenta los tesoros del cardenal y se duerme. Por el espejo del vagón. Jerónimo se siente cada día más el rey de la Hueva. en fin. en las puertas y los espejos. el olor ingenuo del nenuco. Bruto. su mujer/amante. Orestes que sólo se parece un poco a Orestes. Jerónimo comprende que Auxiliador debiera tener a Secundina a su lado. príncipe renacentista. con las grandes iniciales grabadas a fuego en el cristal. dormida y seguramente soñando con él. en el parking. a Jerónimo. se lleva unos tarros de nenuco. duerme donde puede y como puede. como Marco. o lo que sea. Ulises de una Ítaca que nadie le ha nombrado. Jerónimo lo ve del revés. sino pedir de palabra. Luis de una Baviera de polvo y cáscaras de huevo. qué cojones. ve a Auxiliador desnudo cuando se quita su gabardina aparente de pedir en el parking del Palace. Jerónimo es un fascista sin saberlo. desenterrándola la noche del entierro. y allí mismo le mete caña. no le distraigas. como Napoleón. que son lo mismo que unas galas nupciales. que a veces es fea. por bajo las galas mortuorias. con calma de hombre vago y deleite de experto. hasta que da con el féretro. ya que dio un cierto juego en la Hueva. A Medrano le gusta que haya . al decir de Jerónimo. le quemó el vello del pubis con un encendedor y luego se la benefició por su sitio. en Carabanchel. devuelve el cadáver al féretro. el pre/romántico. ha quemado y violado vírgenes en todos los cementerios de América y de Europa. que voló al Señor. hospiciana y modesta. cosa mucho más grave que las anteriores. pero sí de que se echó con ella un baile. arregla en lo que puede el astillado. mayormente porque entonces no había encendedores a pilas. pero es un hombre con sentido común. judío como es o parece. y le convenció para dejarse quemar el vello del pubis. y luego viola a las niñas a la brasa. Medrano no es un artista. recién enterrada. de adolescente que voló a los altares del Señor. sin más. la niña Merceditas DíazPérez y Díaz. Jerónimo. mineral y compacto. tan bolsístico. entregado a sus oficios. lo abre a hachazos. quién y de qué manera murió Jacobo). cuidando de no dañar el contenido. está para siempre en Carabanchel. como ahora. Por Vicálvaro cogió un día la pasma a Medrano. y no por lo que hiciera. mas puede que vuelva a salir en esta verídica historia. que en el fondo creía en el hombre. Cada virgo muerto que se llevaba por delante era como una flor sin nombre. Así las cosas. hasta que ha eyaculado tres veces en la vagina fría/tibia de la recién/difunta. Medrano ha nacido para estas cosas. con ese sudor nocturno y frío de los locos. se conoce que a Medrano le gustaba fornifollar a la llama. daría una vez con Jacobo. vivía de aprovechar el talento de los generales enemigos: «Cuando el enemigo se está equivocando. duro. como hacía el poeta Cadalso. de madrugada. todo esto le parece a Medrano muy respetable. pidiendo un Financial Times a Jerónimo y a las pocas visitas que tiene. y por fin arranca la tapa y saca a la chica. subnormal o pianista. etcétera. que le perfumaba el glande de gencianas y más allá. dándole y dándole. de la persecución nazi. de hierro forjado o de hierro/hierro. luego pone tiesa la cruz. Lo de quemarle el vello del pubis a las niñas recién muertas con un bic es invención que Medrano quizá se ha traído del uruguay/paraguay. y trabaja con pico y pala. que siempre se ladea un poco con estos trajines. No hay noticia entre los eruditos de que Cadalso le quemase el vello del pubis a su novia.Francisco Umbral Madrid 650 22 MEDRANO. esos países inexistentes donde él se refugió. sino por lo que dejó de hacer. desenterró a una adolescente peliverde. en los hombres. y Jacobo se dejó (mucho más tarde se explicará cómo. como se llamaban entonces. Medrano. en las pelas y mondas y huesas de la Almudena. no podía sacar nada. y que puede ser de hierro colado. ahora mismo. Claro que este detalle de quemarle el pubis nunca se le hubiese ocurrido a Cadalso. la limpia con saliva y el propio pañuelo. y como todos los grandes caudillos. Medrano. devuelve la tierra a la tierra. por la lentitud de los ojos y la melancolía de la barba. Claro que también podría haberle quemado a la niña el pelo del coño con cerillas o pajuelas. centra la lápida. por saber cómo van las Bolsas internacionales. y todavía está en el trullo. con pajuelas ni cerillas. con lápida reciente de niña muerta. y luego lo vuelve a colocar todo con mucha meticulosidad y arreglo. o a la inversa. el otro día fue.» Jerónimo tiene pocas lecturas. el de las Cartas marruecas. pero bien aprovechadas. Medrano siempre se retira a una sepultura apartada. Jerónimo. aplana con la pala lo que sobra —¿de dónde saca Medrano un pico y una pala?—. actúa mayormente en el cementerio de Vicálvaro. el uruguayo/paraguayo. se sintió un poco decepcionado al ver que de Medrano. porque siempre queda y se repite. cuando ha limpiado la próstata mediante una o varias eyaculaciones delicadas y violentas. son unas flores europeas que sólo ha visto en París y Madrid. y Medrano reza por el alma inocente de la niña santa hasta que Jerónimo le llama al orden para volver a la Hueva. de la muerte del bello/a Jacobo en Carabanchel supuestamente ahorcado y suicidado. y que tiznan mucho.Francisco Umbral Madrid 650 23 una foto oval de la niña en el centro de la cruz. y por sospechoso. por su quema continua de pubis (es algo así como los pirómanos de los periódicos que queman bosques. con Fedor y otros. algo así como no sabe qué. se pone de rodillas a los pies del cenotafio. protegida por un cristal. y que le parecen lindas. pero en modesto y con bic). Medrano. ya se ha dicho. pues así se enamora previamente de la criatura. bien aseada la tumba. nomás. deposita unas flores amarillas que llevaba en el bolsillo. de todo lo cual ya se hablará más adelante en esta veracísima crónica de la vida que pasa o que no pasa. Medrano cumple condena en Carabanchel por sus actividades solitarias en el cementerio de Vicálvaro. o como se llame eso. . y es como si se fornifollase a una vecinita del barrio. A la presente. —¿Puedo comunicar al señor el motivo de su visita. joven. de cuando era pequeño. bajo la sonrisa sepia y apócrifa de Sivananda.. are crisna.Francisco Umbral Madrid 650 24 EL GURÚ SIVANANDA es un burócrata del orientalismo que se ha inventado un dios y una revista quincenal para vivir de la M. —O sale o entro. La secretaria es asténica. que vengo a ver al Sivananda.. amagando posturas de un hinduismo gimnástico. Are crisna. no sea que te peguen algo. are crisna. are crisna. —Ya le he dicho por el telefonillo que salga.. con el ocre del tiempo. no ha estado nunca en la India y le da como cierto asco y aprensión eso de ir. máscaras hindúes y ejemplares de la revista que hace el aplicado orientalista. joven? —Que sale o entro. al que todo esto le suena del Hair de su adolescencia. La chica era delgada. la postura del loto y otras teatrerías que preceden al polvo. histérica y seguramente frígida: —Me parece que usted se confunde. La M. sobre una mecanógrafa asexuada y un adolescente rubio que afina el juego abrir/cerrar de una navaja. Pascual/Sivananda le quiso quitar una vez una novia a Jerónimo mediante la mística oriental. daguerrotipos del viejo Sivananda. señorita dismenorreica. que hay que ponerse tantas vacunas. señor. que vive de un gurú hindú que ni existe (maneja postales pintorescas de los años veinte). A Jerónimo le suena así por dentro. Pascual/Sivananda. alas de azafrán . sí—. armónico y gilipollas. casi en bolas. detalles ampliados fotográficamente del Cama/Sutra. También hay en la pared una foto del pálido Sivananda/ Pascual madrileño. Pero no me ha explicado usted bien el motivo de su visita. Hare Chrisna. pero. El modesto entresuelo de Manuel Becerra es una apoteosis de pagodas indias. ángeles pelones que se desmoñan como muñecos antiguos. del que le mandan los imbéciles de provincias (se diría que las provincias están llenas de imbéciles) para el inexistente gurú: —Buenas. Jerónimo reparte oportunos y ocurrentes navajazos entre la tribu pedigüeña que acaba de invadir la oficina. Ángeles pelones con alas de azafrán. —O sale o entro. La sangre salpica a los dos sivanandas. Jerónimo no soporta que le pasen tales cosas y. —Yo sólo hago visitas para matar. derrama su sonrisa sepia —el sepia del tiempo. Hare Chrisna. Qué cosa más antigua. seguramente avisada por Pascual desde su propio teléfono. si no le importa? —Vengo a matarle.T.. —Muy ingenioso. are crisna. —¿Cómo dice usted. muerto en los años veinte. cabritilla y con olor a jara. Para otra cosa no vale la pena. Nadie diría que tanta paz burocrática y sivananda va a desteñirse en seguida de sangre. se dice Jerónimo. o como se llamen. el inexistente y el de Manuel Becerra. Que salga ahora mismo o paso yo. sabe que Pascual/Sivananda tiene un dinero ahorrado. El gurú Sivananda. monos adolescentes y pelados sobre el cuerpo de Jerónimo. El Sivananda. por otra parte. en una reyerta de sangre y gritos. Una mierda de cabezas peladas y ropas color paella que todavía andan por Madrid. Ni te reciben. Are crisna. —Ni joven ni hostias.T. —Me tiene usted que explicar lo de la economía sumergida. el compañero de asiento. y viaja durante una hora en el vehículo municipal. se descarta el robo como móvil.Francisco Umbral Madrid 650 25 que quiebran el vuelo contra el confort triste y seco de los sofás. El autobús se fue y Jerónimo. con su olor de axila y oficina. y el muerto se le viene encima. un paraíso de niños y columpios. en su violencia ingenua de azafrán. como el empleado de un Banco. oiga. etc. utilizando el pañuelo.. titulares de prensa. pasea por un barrio que no conoce. Los niños/adolescentes caen heridos de cuchillada en su alma débil de canela. que huele al tabaco y las axilas de Sivananda. se llena los bolsillos del vaquero de billetes azules de diez mil. busca los servicios. si le parece. oiga. ahora casi no le queda tiempo para el fútbol. Are crisna. sabe que en este entresuelo de Manuel Becerra hay un dinero fácil y desprotegido. desde que conoció al siviranda. está en mangas de camisa y con corbata. que está abierta. —Bueno. enterándose de que Santillana metió un gol el día de su gloriosa retirada. con tanta macroeconomía. La mecanógrafa o taquimeca está definitivamente desmayada sobre su negra (y seguramente alquilada) máquina de escribir. fue ultrasur. —¿Y eso qué es. Jerónimo. El calvito futbolero le miraba anhelante y halitósico. todo lo que mandan los protectores provincianos y suscriptores de la revista. capitán del Real Madrid la tira de años. que están al fondo a la izquierda. en dirección contraria. Y estos cabrones todavía siguen viviendo de eso. nadie ha forzado la caja. hay que joderse. toma el primer autobús que pasa. con las llaves colgando de la cerradura. —Y usted que lo diga. y levanta las manos en señal de paz. un calvito joven con aliento fétido. are crisna. que gimen por la oficina. Total. como frutos de Marte o una cosa así (por lo que Jerónimo ha visto de Marte en las pelis de aventis marcianas). joven. y limpia la sangre de la navaja y de sus manos. —El Madrid no volverá a tener otro capitán como él. entre sus panderetas hindúes y otras músicas. caballero —explica Jerónimo. con alas de azafrán. Estas cosas le ayudan a uno a vivir. Jerónimo sale a la salud de Manuel Becerra. are crisna. un Sivananda sin desodorante. Qué gol el de Santillana. dando el dublé de toda la vida y levantando el polvo de toda la vida y . en la puerta de su despacho (quizá ha llamado primero a la pasma. en cualquier dirección. en tiempos. por unas pesetas al mes. y cierra meticulosamente la pequeña caja. are crisna. como usted. aquí hay que moverse rápido y abrirse con la novela verde). joven? —Yo estoy en la economía sumergida. ¿no? —Razón que le sobra. el disco suena en alguna parte. Jerónimo sale despacio del despacho. que han optado por un cielo con más marcha que el católico. —Otro día. ¿Usted no estará en el paro. La musculatura/renfe de Jerónimo y su alegre navaja van dejando a la tribu en un montón apagado de amarillos sangrientos y calvas jóvenes. are crisna. A Jerónimo le suena de cuando era pequeño y se llevaban los hippies. o como se diga eso. Jerónimo. va leyendo el As/ Color por encima de su hombro: —Qué figura Santillana. porque el gilipollas de Pascual/Sivananda/siviranda/lo que sea lo ha puesto en el despacho para enaltecer a sus muchachos. Jerónimo cruza el corto despacho hasta la caja de caudales. —Pero qué gol el de Santillana. siquiera sea por crear confusión en la pasma. —¿Del Rayo? —Otro día se lo explico también. pasa por encima de su querido muerto.. siempre decimos lo mismo. oiga? —Lo siento. y Jerónimo le mete la navaja hasta el epigastrio. reyerta entre dos grupos religiosos. esto de Madrid es que nos lo están poniendo que no hay un dios que se oriente. un fragor de niñas que juegan a saltar la cuerda. ésta es mi parada. Con una última mirada a los angelitos pelones. por una ciudad inédita. ya supongo que lo vio. pero Jerónimo ya estaba en la calle. Yo es que hago esta línea. con motivo de aquella jai de mierda de cuando entonces. —¿Usted vio el gol de cabeza a tres metros del suelo? Bueno. are crisna. al fin. Es cuando aparece Pascual/Sivananda. pero yo es que soy del Rayo. como siempre. hay que joderse con el Lejano Oriente. compra el As/Color. are crisna. como se olvida el degüello de la pollería donde uno ha comprado el pollo. are crisna. are crisna. mostrando en el salto los muslos párvulos y adorables de toda la vida. las madres hacen punto dulcemente violadas por el sol. esconderite inglés. seguro que la maricona del Sivananda se folla a todos los angelitos negros que le piden limosna por Madrid.Francisco Umbral Madrid 650 26 (observa Jerónimo). un dos tres. esconderite inglés. las niñas enseñan sus muslos líricos en el salto y Jerónimo pasea olvidando un mogollón de santones hindúes navajeados. . are crisna. un dos tres. un dos tres. arriba de la renfe. y las palabras dulces del berroqueño Jerónimo. que viene cuando quiere de la constelación del Cochero. la mañana en que Jerónimo lava a la cabra. herradas. sin conocerlas. como las que venían en el libro de historia natural de Jerónimo. resulta que la Gilda no es más que una vulgar cabra hispánica. pero ella se deja lavar y llenan todo el techo férreo de la renfe de agua sucia. Pero sólo con las cabras y con las chicas muy jóvenes. y días blancos blanquísimos de antílope lírico. montañoso y roqueño. pelos arrancados. roña. allá abajo. El día en que Jerónimo lava a la cabra. cuando la Gilda sólo pasta luz y ramonea tiempo caído y eterno. jabón y estropajo de alambre. El bulto de los billetes azules de diez mil todavía se le clava gratamente en la ingle. aunque Jerónimo contesta poco y la cabra bala de placer. tiene un día un poco como granaíno. con esto de la libertad de cultos». cabeza pequeña y ubres grandes. desde la constelación Cochero o desde el Tibet o desde Gredos o desde la cabrada del otro lado de la vía del tren: la Renfe de verdad. Estas cosas y otras lee Jerónimo. siempre por las mañanas. Jerónimo ha leído los periódicos de los últimos días y sabe que la sangría alegre de Manuel Becerra sólo ha tenido cierto color en la Prensa sensacionalista. Padece pocas enfermedades. cuando mira a Jerónimo. de Anatolia. lomo ancho. tiene la frente cóncava. A lo mejor. un poco gitana de Sierra Morena. por lo que Jerónimo nunca sabe si la Gilda le mira desde una constelación o desde una cabrada. cuando chico. y ninguno de los escasos datos reseñados es una pista que pueda conducir a él. o sea Jerónimo. que van bien con su pelo largo y fino. como las que vienen en los grabados. nada más levantarse (y ella acude a la cita misteriosamente. a cuarenta y cinco años luz de su amo. en los ojos largos y casi verticales de la Gilda. más el diálogo que se tienen entre ellos. La Gilda también tiene. luminosa como el sol por los agostos. o casi. La Gilda es salvaje. donde su abrigo blanco de cabra se le pone negro.Francisco Umbral Madrid 650 27 LA «GILDA». «a ver. son cosas que antes no pasaban. Pero sólo viene de las carboneras de la Hueva. algo de manantial y algo de griego enseña la Gilda. aunque se ponga tierna con Jerónimo. de Angola. la cola corta y la barba joven y alegre. las manos largas y eficaces de Jerónimo se hunden en el largo pelo blanco de su quizá . que la quiere. mientras le rasca la roña y ella se le queda fija y profunda. La Gilda tiene cuerpo grande. los balidos de la cabra. las vecindonas pasan y saludan. y cepillos de cerda y de alambre. entre abisinia y alpestre. La Gilda es un poco cabra montesa. La Gilda no tiene cuernos. como si lo supiera. A lo mejor la Gilda hasta es de Gredos. que lo presenta todo como un encuentro entre sectas religiosas. Luego. la Prensa que a Jerónimo le parece más seria y peligrosa no trae nada. y al bicho parece que le gusta le raspen. huida de dios sabe qué cabrada. a días. no la renfe). pero tampoco entabla mucho diálogo. Cabra o cabritilla. espectral como el sol. Porque Jerónimo a veces tiene imaginaciones. y seguramente lo sabe. días tibetanos. La Gilda. o sólo tiene unos cuernecitos tiernos de inmenso caracol femenino. como postiza. y al final hay un corro de viejos y niños. La Gilda. encima del vagón. tranquila. mujer. según. montaraz y así como un poco afganistana. con los regueros de espuma sucia cayendo por las ventanillas (así quedan ya para siempre. el personal atisba. La Gilda tiene algo de niña disfrazada de cabra. la cabra. mirando la tarea y diciéndole cosas a la cabra y a Jerónimo. tranquila. lo cual quedaría un poco pobre y cerril contra las imaginaciones de Jerónimo sobre la cabra. salvo la roña. aunque esto último suena a guante. con esa oscuridad llena de luz que tienen en la mirada los animales. que se la lava Jerónimo con agua. la mima y gusta de esconder sus manos largas y seguras entre el finísimo pelo de la Gilda. tiene en los ojos una cosa entre nubia y palestina. secos). El pelo de la Gilda es muy fino. tan blancos. como si la cabra viniese de Cachemira. cabra o capella de magnitud rara. aunque sea febrero o julio) les va secando a ambos lentamente.Francisco Umbral Madrid 650 28 antílope. como un oro lentísimo que viene de una constelación remota a dorar la blancura de la cabra y el negro corazón de su dueño. se recuestan uno en el otro y el sol de mayo (sol de mayo. . meditadamente. que las hembras son el demonio. Blas. Las comunidades son injustas con sus individuos más singulares. Blas. Lo de Blas es la paja. mátame las ratas del desván. A Blas lo agarrará cualquier día la pasma por robar sortijones gordos a los caciques de provincias enterrados en Madrid porque nadie quiso pagar el traslado a su pueblo. o dos. como si llamase con los nudillos a su inteligencia. le da un capón en la cabeza. Blas. la parla cauta y la risa un poco tonta. Blas suele ir de negro por una madre que se le murió hace treinta años. que sabe de las andanzas y jodiendas de su ilustre prócer en la Villa y Corte. gayola o gallarda. pero ni él ni la Hueva lo saben. tráeme una braga cuando bajes a Simago. y de Blas se dice en la Hueva que no sirve para nada. —¿Y tú por qué no te beneficias una jai. de siempre y de nunca. como tantos campesinos occidentales que tiran a mongólicos. Así las cosas. cuando la verdad es que sirve para todo. sin oficio ni beneficio. quiere decirse). que empieza a estar calva. Cuando van a la Almudena. Blas. Jerónimo pasa de vez en cuando por el costado de Blas. ¿Cuándo se acaba el luto? Nadie se lo ha explicado a Blas. gasto el treinta y uno (se da por supuesto que Blas la roba). ponme los chorizos a curar. pera. universalmente. Hombre sin edad ni tiempo.Francisco Umbral Madrid 650 29 BLAS ES DE LA HUEVA de toda la vida. y menos que nadie la inclemente viuda. como cada Estado lleva la suya. Medrano busca vírgenes recién enterradas y Blas busca ricachos de pueblo a quien robar los sortijones gordos que son el aldebarán de la provincia. por ejemplo. las manos grandes y fuertes. y eso que me ahorro en hembras. que los eruditos llaman masturbación. a Blas nadie tiene que preguntarle nada. Blas. el cuerpo de mono. o sea honestamente. que está de servicio público. Blas es un renacentista más que un especialista del siglo xx. con mucho esmero y un poco de arte. que dice la televisión. La Hueva no comprende a sus genios plurales como Miguel Ángel no comprendió o no quiso comprender a Leonardo. en el cementerio de Vicálvaro o por ahí. y se interesa sobre todo por el invento y falsificación de la matrícula. jefe. . Esa semilla de muerte suele ser el fulgor grande de la persona. Blas anda por la Hueva sin servir para nada y sirviendo para todo. ya que Jerónimo es hombre más práctico que estético. más la rayita roja como reborde. cada hombre lleva dentro la semilla de su ruina (cada hombre venido al mundo. que hay que hacer una obra de arte para que ni dios reconozca la máquina en Madrid. vete a comprarme puntas. a pelar muertos. cuando la baje Jerónimo. Blas tiene la cara un poco aplastada. enséñale a la niña el catecismo. Blas? La María. De modo y manera que Blas le da negro sobre negro a la moto. salvo alguna ventana que cierra bien en invierno y alguna moza que se comporta conforme el catecismo que le enseñó Blas de niña. ya se ha dicho. el jefe. De Leonardo ha quedado poco y de Blas no quedará nada. pegatinas y cosas que le da Jerónimo. en vida. Blas. ponme un marco a esta ventana. En fin. le aplica todas las insignias. donde hace falta y queda estético. ocupado y feliz pintando y repintando la moto de Jerónimo. Yo me hago una gallarda. Blas. siempre buscan algo. ahora está muy aplicado. A Medrano ya le ha cogido la pasma por trapichear con doncellas recién occisas. pero luego se manifiesta como la mostaza de su muerte. —Las mujeres siempre quieren algo. Estado o cosa. bárreme la nieve del portal. y por eso quizá. y cada Imperio y cada cosa. a la carga sobre los burgueses abrigados que van al cine. que en Madrid parece que la han reconocido los maderos. y Jerónimo comprende que ha estado a punto de que le quiten la moto y lo lleven al trullo. . —Y el robo. con sus anuncios. en la mañana fría y ventolera de septiembre. la Gran Vía huele a noche de estreno y pastores ateridos en la sierra.. los autobuses rojos se paran a abrevar. —No tiene usted derecho a hablarme de. en la mañana sin luz de septiembre. la compraventa. pinta y repinta la moto de Jerónimo. el Metro retiembla bajo los pies del grupo. —O te callas o te doy una hostia. Millones de coches cruzan Callao en todas direcciones. macana de mierda. —¿Y qué es esto de las motos? —O sea. septiembre viene del Guadarrama como un escuadrón de amazonas de hielo. en la mañana tibia y mísera de septiembre. con el agua agonizando en las charcas y el cielo como una buñolería de nubes. —Yo es que trabajo en esto de las motos —les ha dicho Jerónimo a los maderos. como paquidermos del mogollón. decíamos. poniéndose y quitándose las gafas de espejo. y hasta han tomado nota de la matrícula.Francisco Umbral Madrid 650 30 Blas. Uno de los múltiples talentos de Jerónimo es que sabe cuándo hay que callarse. o al menos han querido hacer una inspección. El Corte Inglés y Galerías les pintan a todos de un rojo feliz. Blas.. el porsche rojo. rica. —Si sigues tirando de la falda. ella le está viendo dormir. Los perros ladran. que se queda en pie. frente a Jerónimo. Cuando abre sus ojos castaños y achinados. una cosa que cuesta tanto. No te doy un puro cubano porque son como pollas. Jerónimo. Pero en la escalerilla metálica se oyen ya los zapatos de la visitante y el jaleo de los niños. ¿A qué cojones has venido aquí? —Ya lo sabe usted. a guardar las distancias. borracho. Jerónimo no responde ni se mueve. que seguramente la están empujando del culo. cosa. —La policía anda detrás de usted desde que sabe que Tirso desapareció en la Hueva. ella sólo los ve a través de una alegoría de humo azul. que eres una antigua. A Jerónimo le ha despertado el aullido de un motor forzado y lastimero. Al fin habla: —O se levanta usted o me siento yo. oyes. Inmediatamente lo relaciona con lo relacionable: el señorito sesentón. —Vengo a hablar de algo muy serio. —Pues si hace un mes. como en una película. Ella entra con dificultad —con la dificultad de sus altos tacones— en la hierba que rodea el tren. vestida caro. que vino a clavarse en su navaja y luego hubo que tirar a la calera. la rueda de niños y de perros. feo. entre las espigas. Tras un silencio. —Me llamo Juana y mi novio. saca un puro cubano de algún sitio. Ella se quita y se pone un guante. Jerónimo vuelve a tumbarse en el asiento y cierra los ojos. y frena con violencia y turbulencia. De pronto ella se sienta en un transportín. O lo poco que hay que ver. tren. —Tienes buenas piernas. tía. lo enciende y fuma. —¿Te ha dejado herencia. Jerónimo dormía la siesta. —No me gusta que me tuteen ni que me den órdenes. bella y desagradable mujer. anda. Parecería una ordinariez. Los niños acompañan a la señorita hacia la renfe. para ayudarla a subir en vertical. recogiendo las últimas y gratas sombras del sueño reciente. No se sabe bien si la siguen o la guían. —Cierra la puerta. para siempre. la tía abre la puerta y entra: —Debe usted de tener un sueño muy profundo. Los chicos y los perros rodean el pequeño y flechado descapotable. como un barco. con los guantes en la mano. con sus viejas y hermosas iniciales grabadas. tía. Jerónimo lo ha visto todo. te vas a quedar en bragas. lo que sea. —Pues eres una ridícula. como si al barrio hubiese llegado un platillo volante. Jerónimo no contesta a un rito que le parece ridículo. Tirso. mirando la renfe. Del coche se baja una mujer alta. A través del cristal de la gran ventanilla. Jerónimo oye el lamento de la puerta corredera sobre su desengrasado carril. pero no elegante. la joven. con los ojos cerrados. amor? . al llegar justo a este punto. tan insólito allá lejos. Jerónimo ve. Al fin. —Antigua. Los hombres damos órdenes a las mujeres. Parece que la visitante está dispuesta a insistir en el usted. morisqueña. una plaza que no es sino un gran redondel de polvo. con malicia. para verle la cara. desapareció hace un mes. Luego empieza a andar hacia el barco. o lo que sea. tarde has empezado la investigación. lo que para ella sólo es un vagón de tren. rubia postiza.Francisco Umbral Madrid 650 31 EL PORSCHE ROJO llega a la plaza central de la Hueva. Sin duda. el frenazo. Ella hace un esfuerzo ridículo por alargarse la bien cortada minifalda. La señorita llama con los nudillos al cristal espléndido y orinado de la puerta corredera del departamento de Jerónimo. —¿Y por qué no viene la policía a visitarme? A ellos sí les van estos puros cubanos que a mí me cuestan caros en el mercado negro y el trapicheo del buen tabaco. fingiendo que le importa más su atuendo que las palabras de Jerónimo. mirándose la ropa. Conocemos todos los lenguajes. tía buena. —Dígame qué pasó con Tirso a partir de este punto. ¿Por qué llegó Tirso hasta aquí? —Eso a usted no le importa. cielo. —Y lo toco. Las profesionales del coño están en la esquina de la Telefónica. pero las manos le tiemblan. sin duda. amor. en la Gran Vía. porque se parece a una polla y queda cochino. Juana sonríe por primera vez: —La Renfe. rica. Juana ha sacado un cigarrillo light y fuma en silencio. Mira a la chica a través de la aureola: —Esto no es un vagón abandonado. Juana. No sé qué rollo malo me estás contando. Tirso llegó hasta aquí y aquí desapareció para siempre. —No me importa su resentimiento de clase. mientras ella lo sostiene entre los dientes. Por un momento no sabe qué hacer y luego apaga el cigarrillo en uno de los ceniceros dorados del vagón y toma el puro de Jerónimo. que me he enterado. A lo mejor si nos hacemos amigos me sacas alguna cosa. como tú. como afición. —Por eso lo utilizo. —He preferido venir yo delante. —No te ofrezco un puro. ni siquiera profesional del coño. —En este barrio no hay jefes. —No crea usted. Juana se concentra en el humo y de pronto ve el encendedor: . que te lo voy a incendiar antes de que te vayas. ni me importa. una respuesta. —Me temo que a la pasma sí. tía exquisita. a mi lado. —Estaba seguro. pero que venga la pasma y pregunte. Juana tiene la cara firme (una cara blanca de actriz del cine mudo. mayormente al has y al pico y a toda la mierda que te metes en el cuerpo. con tu mierda de porsche. —Para detective eres demasiado directa. amor. Jerónimo. Pero no anarquistas de oro. Sus huellas terminan aquí. que estás mundial. y a mí me servirías. porque sé que es el tuyo. Eres teñida. Jerónimo tira de su puro y vuelve a aureolarse de humo. Jerónimo se incorpora lentamente en el diván de lujo reventado de la renfe. Me habían hablado mejor de usted. Ni siquiera eres profesional de lo rubio. con ciertos éxtasis teresianos. ¿Dónde está su cadáver? Usted es el jefe del barrio. ¿O te gustan los puros por eso? —Es usted un vulgar machista. los zapatos. Tú eres una aficionada a todo. Somos anarquistas. y luego le prende fuego con un encendedor de oro y plata. el humo. se te ve. Para detective no sirves. Y ahora me toca preguntar a mí. mona. y prueba esto. Juana. Uno sólo se trata con profesionales. Saca otro puro del bolsillo alto de la camisa vaquera y se lo ofrece a Juana: —Anda. Es ingenioso. que encanece su pelo rubio. —A ti no tengo nada que decirte. las rodillas. con la boca en o. Éste le corta la punta al puro. Esto es la renfe. Anarquistas de mierda. con el puro mediado y humeante en la boca. qué pasa —dice ella con voz oscura y secretamente golfa. Allá tú con tus aficiones de gilipija. Jerónimo. —¿Quién? —La policía. pero no vengas a joderme la siesta en plan detective aficionado. aunque sin duda le servías a tu novio para la cama. que a la gente educada nos asusta con su lenguaje. Tú no sirves para esto.Francisco Umbral Madrid 650 32 —Le estoy hablando muy en serio. a partir de este vagón abandonado. siéntate aquí. amor. que pudieran venirle de la droga). Tú no eres profesional y la pasma sí. No hay más que verte. oiga. Ni siquiera eres una profesional del coño. como una cabellera. pensando. Juraría que hasta tocas el violín. me parece que se llama usted. Tú no eres profesional de nada. Yo soy un profesional de lo mío. tú le mataste. —A nadie le condenan a nada por robar un encendedor —dice Jerónimo. ahora ya tengo la prueba. Juana. Esto no es el cuerpo del delito ni el cuerpo de nada. estás cogido.. Aquí no hay más cuerpo que el tuyo. . voy a contárselo a la policía!. que al parecer le divierte mucho.. encendiendo y apagando el chisme. no sé si te lo había dicho. hijoputa. —¡Pero es el cuerpo del delito! —No conoces el lenguaje jurídico. cabrón.Francisco Umbral Madrid 650 33 —¡Es el encendedor de Tirso. que por cierto estás a tope. Dices bobadas. sin saberlo. los ángeles pelones con alas de azafrán (son otros ángeles. no se sabe si vienen a dar o a pedir. pese a las incomodidades del sitio. are crisna. tus huellas pueden borrarse aquí para siempre. —A juzgar por la máquina. en la primera visita de Juana. —Dicen que la jai venía buscando al que paró en la calera. —Parece que ahora se ha ligado una de mucha pela. sí. por levantarle la pela. cuya persiana vegetal ha entornado (una persiana de los Grandes Expresos Europeos).Francisco Umbral Madrid 650 34 ARE CRISNA. —¿Y por qué no sales a luchar? Are crisna. Juana se incorpora en el diván que comparte con Jerónimo y pregunta: —¿Y ésos? —Ésos son unos hijos de puta y unos zumbadillos que vienen a por mí. —Como estar está mundialorra. Entre esa tribu benéfica hay un asesino vengador que viene a por mí. —Un poco de carnes sí que le faltan. Para el barrio no era más que un nuevo ligue del ligón Jerónimo: —Parece que ahora se ha ligado una de mucha pela. en la intimidad de sus pechos. hubo un momento en que Jerónimo sacó la navaja y le dijo a la chica de Serrano o por ahí. —Y usted que lo diga. —Mi gente me defiende por instinto. sus cabezas pelonas y sus pies descalzos. viéndolos por la gran ventanilla. se comunicaban muy bien en la cama y ella apenas salía de la renfe. —Nunca se sabe. —Ahora se llevan así. —El Jerónimo es que es un moderno. Unos y otros hacen lucha libre poco ortodoxa en torno del porsche rojo de Juana.. Y Jerónimo enciende un puro mientras asiste a la reyerta apaisada por las rayas de la persiana.. o te desnudas o te mato a hostias. como los perros (y en la guerra están los perros mismos) a esta gente exótica y de poco precio. señor Graciano. ya se ha contado aquí. Ella ya no dice nada. —A ver: alterna en Madrid. como bajo una fatalidad astral. incorporándose en su asiento de la siesta. . —Uno. pero aquí en la Hueva el personal no lo sabe. Llevaba varios días viviendo en la renfe con Jerónimo. la legión azafrán ha entrado en la Hueva. sin mirarla. que se desnudaba bajo la constelación de la navaja. ve la lucha multitudinaria entre arecrisnas y vecinos de la Hueva. —A juzgar por la máquina. Y Juana. —¿Has matado tú algún are crisna? Juana está desnuda y con el pelo rubio revuelto. que le gustaba y le apetecía aquel quinqui o lo que fuese. marido o lo que fuese. are crisna. Le pone otro puro en la boca a Juana. pero Jerónimo. —No para mí. La cosa fue que. Debajo le sale lo negro. con su golpe de pandereta. que atacan por instinto. y se lo enciende con el mechero de Tirso. debe de haber muchos) van cayendo como flores de té tronchadas o insectos raros en el verano de la Hueva. advirtió de pronto. como las de tu anciano novio. amor. ¿no? Era el de tu novio. . mi coche. por qué? Y se acoge más a él. Los niños del barrio. como dejándose absorber por el cigarro. será su dueño y el encargado de prender fuego a la gasolina de tu bello y ridículo porsche. rubia y barroca del paquete sexual de Jerónimo. Madrid también es esto. —Cada día viene alguien a matarte. Jerónimo salta de la cama. una puta de La Moraleja o por ahí. recostados en la almohada. —Lo van a incendiar una noche de éstas. —Me gusta todo esto. La pasma sólo pregunta. No soporto verle ahí. Juana admira la talla viva. cómo. Va al botiquín a por el material. es un barrio de Madrid. Jerónimo ha vuelto a subir la persiana vegetal de los Grandes Expresos Europeos y miran la Hueva atardecida a través de las grandes letras grabadas a fuego en el cristal de la ventanilla: —Mi coche. Pero el porsche vas a dejar de verlo en seguida. Y registra. —La pasma no mata. El niño que antes lo recoja. —Esto no es un pueblo. —¿Que vas a quemar el coche? Jerónimo fuma largamente en su puro cubano. —Yo también. Tiraré el mechero al aire. y no sólo tu Moraleja. y pronto vendrá la pasma. como una plaga de langosta prontamente corregida. ¿Cómo lo van a quemar los niños? —Con este encendedor de plata y oro que tan bien conoces. vestido solo con la corta camiseta. —¿Por qué usas camiseta. —¿No ves que yo duermo desnuda? —Tú eres una puta cara. mi odioso coche rojo. ahora que se habían ido los are crisna. al sol solo. Será hermoso. Jerónimo. —¿Sí. Tras la ceremonia del pico. Necesitan una fiesta de vez en cuando. —No es posible.Francisco Umbral Madrid 650 35 Y la máquina seguía en el centro del redondel de polvo. A mí que me registren. pero estoy con la bajada. No tienen caballitos. yo no. requemándose bajo el sol de este pueblo. —Es lo decente. como tú dices. Jerónimo. Jerónimo? —le pregunta Juana. —No. quedan abrazados. asustada y enamorada. con su rojo y sus metales destellando al sol huérfano y desesperado de las afueras. Necesitamos un pico. a media mañana. un miércoles once de mayo. Jerónimo cruzó la calle golpeándose la culera del pantalón. Viajar por Madrid en moto propia era viajar por otra ciudad. como un marajá miraría su elefante por la mañana. Comprendió que la miel pisoteada y triste de aquellos senos iba a acabar entristeciéndole la vida. cinco mil todo incluido. a un restaurante ni caro ni barato. que a veces salía a la compra. y lo fue. Nunca lo hizo. si alguna vez fuese mía. con Ana Belén desnuda. porque no cantase mucho. Los camiones y los elefantes duermen de pie. Son dos especies a extinguir que no se extinguen nunca. que todas cansan y ninguna se olvida. encima de donde vivía Marisol. o sea la famosa. y llevársela a vivir con él a la Hueva. reculó hasta la calzada y empezó a meterle velocidades a la cosa. hacia el este. confianzudo y engordado. No es que a Jerónimo no le gustasen las tetas un poco caídas. montó la máquina. desayuno incluido. manguitas por el codo. Más el perfume de coloniales que les deja la serrana con la que han dormido. como un licor de teta derramado. Por entonces es cuando paría todos los meses un hijo de Antonio Gades. abrió lentamente la cadena. se sentó a lo indio al lado de su Honda (ya era suya. dulcemente caídas. quedarse con los horarios y costumbres de los dueños. a las once en punto de la mañana. El camionero ha pasado la noche durmiendo con la dama de la pensión. hay camas. yo pensaba pintarle el lomo de negro. En la Honda. Jerónimo baja algunas mañanas a las chirlatas de Legazpi. Aquella Honda roja le tenía zumbado. con el alma infantil muy envejecida y las grandes tetas caídas.Francisco Umbral Madrid 650 36 REDONDEL DE SISLEROS. tenía que serlo. luego se separaron. el yupi de la moto bajaba a mediodía a comer. por saber qué tal ha dormido. pintada por él mismo. comida asturiana. facundo y niño. una moto que tenía. Por las buenas. aunque ya le quede poca. hasta la plaza de Castilla. en mangas de camisa y con corbata. Primero mira su propio camión. hacia la lejana Hueva. si sería hortera. o sea Pepa Flores. Jerónimo bajaba a Legazpi en la moto. Antes de que el portero de chistera marrón le echase de la gran escalera del hotel. Trasantaño. frente al Meliá Castilla. seguro que el tipo no iba a mirar por la ventana de su despacho para controlar su Honda. chirlata populosa en la mañana de Legazpi. que siempre coge polvo. tipo Carmen Maura por cuando entonces. agua caliente. mayormente. cuando Capitán Haya era un petardeo de coches y motos y una movida de grúas. hay que joderse con el tema. con un ama o dueña. donde hoy se fabrican máscaras para los carnavales. aquella Honda roja me tenía zumbado. Jerónimo levantó la Honda en una acera de Capitán Haya. el cabrón. que se pasaba las horas en una oficina de una quinta planta. y allí aceleró a muerte por Mateo Inurria. para admirar las motos y. Jerónimo se sentaba en las escaleras de piedra del hotel (hasta que le echaba el portero de chistera marrón). una Honda que era la hostia. Jerónimo pensó alguna vez en ponerle la navaja a la jai famosa. por menear unos durandartes y por beber el vino regional que trae esta gente en sus botas y botellas. atada con una cadena. por cuando murió el general que estaba. entre los pechos de miel derramarte. Hay que saber la mujer que se elige. según cuentan los viejos de la Hueva. tío. levemente caídas. a la sombra del matadero muerto. dejándola en el suelo. y baja en camiseta o en pijama a jugarse la pela y mover la cintura. Mientras tanto. y Jerónimo comprendió que la mejor hora venían a ser las once de la mañana. que a uno le resultaba familiar y . sacada de cuando la era del pomo. que siempre había en aquella acera aparcamientos de máquinas en batería. se fue lentamente Capitán Haya arriba. pero parece que van aguantando. Pero es que lo de la Marisol era ya como demasiado. toda en negro y rojo. se hacen mamadas a los habituales. de tanto que la amaba: el amor es una introducción al Derecho). que hubo una era del pomo y del destape. Fiesta silenciosa del naipe y la novela verde a la sombra de los grandes camiones que aquí aparcan. porque el motociclista era un yupi jovencito y abacial. Hombres que huelen a sueño y kilometraje. tan semejantes que se odian. Fiesta silenciosa del naipe y la novela verde a la sombra de los grandes camiones que aquí aparcan. con gracia y furia. y hasta tiene un camello que se llama Douglas Fairbanks. el gesto ácido y los pechos rendidos. al futuro. Jerónimo baja algunas mañanas a las chirlatas de Legazpi porque le gusta coger la caza dormida. bueno y caro. en el viejo y sobado billetero. El camionero ha pasado la noche durmiendo con la dama de la pensión (que también hacen falta ganas). Erasmo y Jerónimo. tendrían que ponerse de acuerdo y repartirse la pastizara. los camioneros ceguerones de sueño y coño. Jerónimo para en una gasolinera de los finales del Paseo de la Habana. saliendo con una criada a la compra. parla de otro Madrid. que las había tenido siempre. a otro once de mayo. cargando mercancía entre las pirámides aztecas de las naranjas y el despilfarro bursátil de las lechugas. y sacarles la cartera gorda del bolsillo del pijama. Qué vieja la vida. en Metro. la foto de la señora y los niños. desde luego. si fueran menos agraces. . a caballo. pero esto parece imposible entre ellos. Erasmo se dedica a todo y no se dedica a nada. Qué gastada Pepa Flores. Jerónimo. Los camiones y los elefantes duermen de pie. pero parece que van aguantando. con tanta fabada de restaurante de puerto de montaña. antes de que el gasolinero haya vuelto la cabeza*. a poner gasolina. con agujeritos para el sudor. Redondel de silleros. o sea. primaveral y aéreo que no era el viejo. incluso en sus mitos. Erasmo y Jerónimo se conocieron en Legazpi. dispersas en hojas pisadas. miércoles. manantial. y. y poder apearse en el miércoles que viene. con el imbécil del hongo marrón cortándole el paso al hotel. donde hoy se fabrican máscaras para los carnavales. Ahora han vuelto a encontrarse. en autobús. Jerónimo tiene un enemigo en las chirlatas tempraneras de Legazpi. de Capitán Haya. matado. cuando se tiene una Honda para viajar por el futuro. por mañana mismo. incluso en la acepción de clima. él. igual para todos. en las chirlatas matutinas de Legazpi. eso verdad de la verité. Jamás se entenderán. esnifar esnifa. hasta que sólo les queda. aparte del reformador religioso y como holandés o así. sonriente y adicto. aunque ya le queda poca. que sólo su tiempo y su espacio le habían impedido desplegarlas. un poco cabezón. que tiene la misma cabeza de los Fairbanks. a la sombra del matadero muerto. uno de los «vientres de Madrid». sino enemigos que se disputaban el trabajo y la caja de pomelos valencianos Vicent que había que llevar de un extremo a otro del mercado. remotísimo presente de la calle a pie. aquella saga de actores de los treinta/cincuenta. pues al parecer hubo un san Erasmo. que les abulta el corazón. Ambos van a lo mismo. Erasmo tiene perfil de cuchillo. Jerónimo comprendió que no hay un solo tiempo lineal. Pero tampoco entonces fueron amigos. Parece que va viviendo de esto de la chirlata y de algún alijo de nieve. chirlata populosa en la mañana de Legazpi. y baja en camiseta o en pijama a jugarse la pela y mover un poco la cintura. nunca se sabe. o sea Erasmo. porque el tiempo acude. no lo olvida. a quien viaja con alas de velocidad. que usa todo el año. la Marisol. un muchacho bajito y rizoso. cazadora de cuero y zapatos marrones y blancos. en moto.Francisco Umbral Madrid 650 37 rara como una ciudad soñada. impidiéndole penetrar en su propia biografía. en el desayuno con café y churros de los camioneros (hay que hacerse amigo de ellos antes de que empiece la partida: hay que * En el original hay una errata “abeza” [Nota del escaneador]. a volcar a los camioneros. Jerónimo se sintió de pronto ascendido a otro tiempo de los tiempos. aquel once de mayo. en coche. huye sin pagar. que el tiempo y su transcurso cambian si vas a pie. que bien pudiera ser el del centro. él era quien entraba. interminable. o de la santa madre. se sintió viajero por un día inédito y una ciudad conocida y desconocida a la vez. casi como billetes falsos. en un presente desconocido. Erasmo se llama así de nombre tal cual (demasiado culto para apodo). Son dos especies a extinguir que no se extinguen nunca. cuando niños. Erasmo es puro Legazpi como Jerónimo es puro Vallecas. y cuando Legazpi era gran mercado de frutas. Él era quien volaba. supo que tenía alas. y no la moto. la cartera hinchada de estos hombres que se ganan la vida perdiéndola en las carreteras de España. roja y negra (esto de cómo Jerónimo pintó su Honda de negro habrá que explicarlo de seguido). Allí lo dejan todo los gigantes de la ruta. . pero jamás de amistad. la cabrada dormida de los camioneros. El robo sin testigos. a muerte. el polvo de anoche. Erasmo y Jerónimo tienen un tercero. y ambos no pueden evitar el cruzarse alguna mirada de complicidad. en la misma barra. inocente y niño. Erasmo desayuna en el mismo bar. Erasmo mira a Jerónimo como proponiéndole un pacto. violenta. como en los bares. Jerónimo le vuelve la espalda de mahón y se va en su Honda rugiente. Jerónimo desayuna churros con orujo. hermosa. clamante. en un gran bar que antes miraba para el mercado vivo y ahora no mira a ninguna parte. que sugiere la chirlata entre dos grandes camiones: —Se está más fresco y no viene la pasma. a la misma hora. el profundo sueño perfumado por las pestilencias coloniales y abastecidas de la meretriz. Hay que llevarse esa pastora. mayormente los nuevos.Francisco Umbral Madrid 650 38 proponer la partida como por casualidad. veloz. Entre uno y otro. inexpertamente. El mus cuerpo a cuerpo. para que los gigantes de la ruta se confíen). místicamente. rehuyendo su esfuerzo. que puedan eternizar las grandiosas gayolas de Blas. La Honda. y santa Teresita de Lisieux. Blas es el campo intemporal y el misticismo masturbatorio. se entiende. en el glande. Las gallardas de Blas no son las gallardas del adolescente perdido ni los orgasmos de la adolescente impaciente. pinta unas alas de oro en los costados del motor caliente. Blas vive en su casa de la Hueva. ahora trabaja en una Honda muy bella a la que. Pero Blas no tiene. Blas se escondió. Desde que los bárbaros de la Hueva tacharon/clausuraron la parroquia con una equis de tablones (si no se ha contado. . recuenta su dinero. cualquier Honda. solitario. Blas recoge el billete de debajo del zapato: —Bueno. la primera. —Joder. Las gallardas de Blas son unas gallardas de hombre maduro. Lo que pasa es que esta insensibilidad del glande le acarrea a Blas una dificultad de eyaculación. como de costumbre. asimismo) y dieron por retambufa a don san José de Calasanz. Al terminar. ya que tiene más callo que los moros. Por eso mismo. ni artistas ni nada. y lo que falta en la Hueva es un artista como Bernini que eternice a Blas en el éxtasis místico de una gallarda bien madurada y bien lograda. no hay en la Hueva escritores místicos. Blas sabía que aquello no iba a gustar en la Hueva. casi siempre por Azca (el asesino debe volver al lugar del crimen. profundidad. si no se ha dicho ya (esta historia plural/coral va a su aire y el que quiera entender que entienda). Blas. como se dirá más tarde. pobre y calculador. Blas suele arrastrar su picha contra las paredes del barrio sin ningún dolor. que es donde nunca le buscarán). la segunda o la última. o sea en putas. pues que tarda mucho en sentir algo. pues ya me he ganado mil pesetas. porque Blas procede del bosque celta y conoce a los hombres. Lo que le hubiese costado la puta más barata de Madrid. mete mil pesetas debajo del zapato y luego se masturba largamente. invéntate otra cosa. manual y tranquilo. le exige varias masturbaciones diarias. ya se contará. como otros son esclavos de una mujer. La Honda tiene de caballo lo que el caballo tiene de Honda. Me van a conocer los maderos por esas alitas. Ya la ortografía lo dice (la ortografía lo dice casi todo): onda sin hache es un suave movimiento del agua o el pelo femenino. masturbaciones que a Blas le dejan agotado y dormido para muchas horas. cosa que él no sabe. Honda con hache es hondura. tímido. muchas más cosas que inventar. Blas tiene el frenillo cortado desde niño.Francisco Umbral Madrid 650 39 JERÓNIMO se lleva una moto periódicamente. con lo cual el prepucio le deja siempre el capullo al aire. Las pajas. como pintor de motos. que Blas llama picha. el párroco. unas gallardas místicas que debieran figurar en el santoral junto a santa Teresa. Cuando Blas piensa en mujeres. deleitosamente. Blas es un esclavo de su polla. que tampoco se las hacía flojas. Cuando Paco quiso hacer del trigo salvaje un huerto (se ha contado ya o se contará más adelante). capullo que ha llegado a endurecerse y criar callo. gayolas o gallardas de Blas son como los éxtasis místicos de santa Teresa (que a lo mejor llegaba a ellos por el mismo camino). y Blas se encarga de transformar la máquina en otra cosa. Su polla. peras. es un animal hermoso y nervioso que se pone a rugir en cuanto le tocas un botón. y Jerónimo tiene la vocación suicida de lo profundo. ya citada. porque la mano nunca tiene prisa ni recita frases de amor en el trance.Francisco Umbral Madrid 650 40 A las mujeres les gusta el hombre «demorado en el trance». como se ha dicho. ya que es por esencia solitario. Entre unas cosas y otras. aureolado de su calva incipiente. las eyaculaciones solitarias de Blas son. una vez aliviado de urgencias. Pero tú qué cojones sabes de Leonardo. Jerónimo. sino que interpreta como un síntoma de machismo). como dijera el filósofo. pero no tanto como Blas. y eso es de las pajas. —Mira qué obra de arte. Soy el Leonardo de las motos. Blas vive «amancebado con su mano». Se perderán para la mística y para la estética. o sea. —Que te estás quedando pelón. Blas. Los orgasmos. . acude a pintar y repintar la última moto levantada por Jerónimo en Madrid. que puede estar cuatro horas dándole a una hembra por su sitio y sin sentir nada (escasa fabricación de esperma. Blas. que dijera el clásico. por otra parte. Es el gran artista de las matrículas falsas y verosímiles. pues. espectáculo al que nadie asiste. uno de los espectáculos más grandiosos y místicos de la Hueva. cosa que él no conoce ni le importa. que es lo suyo. habría llegado a académico de algo. como Carlos Barral. como un señor. Entonces. Juan Gualberto suele tomar un café con leche. En los Estudios de Cine de la plaza del Conde de Barajas. a Juan Gualberto le dejan entrar gratis a tomarse un vino en el bar y ver el pase privado de la peli en gestación. Jerónimo sabe que tiene en Juan Gualberto un buen cómplice para trabajar en el futuro. un vino tinto y un donuts. porteras). Juan Gualberto es ¿judío?. que nunca cambia. con barbita rabí y gorra de capitán marino. con menos hambre y más aplicación. entre los cuarenta y los cincuenta. con lo que es ya un erudito de la cosa que puede hablar de Francisco Rabal como de Ingmar Bergman y de Meryl Strep como de Florián Rey. como un ramo de músculos deshojados por la luna. tomando la precaución de dejar el coche un kilómetro antes. dejando a Jerónimo solo o acompañado en su vagón/ suite de los Grandes Expresos Europeos. que ha pasado allí la noche. ayer Gaceta de Madrid. cualquiera. más los tatuajes y el ojo nublado de capitán de barco pirata. porque los mendigos necesitan estar muy al día de lo que pasa en las Cortes. solos y frescos. Juan Gualberto baja por las mañanas. para sentarse en un banco de la plaza del Conde de Barajas. envuelto en sus periódicos. ya se ha dicho. en Juan Gualberto hay un erudito que la erudición ignora. Jerónimo acoge bien a Juan Gualberto y hasta hablan de cine. Juan Gualberto se entera de qué va lo que va. a ver si no). misa del alba. y se va al barrio de la Hueva. por oler de qué va la ciudad ese día. A los del cine les llama a todos por sus nombres.y del dinero que va reuniendo cada uno. Por las noches. Faltaría más. y luego le pide a Enrique Eugenio. Juan Gualberto nació erudito. y de ahí le salen las anécdotas heroicas y marineras que cuenta siempre. un poco sarasate. después de haberse visto siete pelis en privé (cada director es ya un cliente seguro. pero él. don José Luis. Los hombres con poderío sobre la mujer follan por la tarde y reposan. el más grande. Luego. y no digamos las estrellas). que eso conmueve mucho. hasta Sol. Juan Gualberto. quién vive y quién se ha muerto. A Juan Gualberto lo echaron de la legión por cobarde y. perfileño. se metió de pinche de cocina en un barco mercante. envuelto en la tipografía. Jerónimo suele dormir solo. y esas cosas que les gusta saber a los mendigos. salvo esta jai que ha caído ahora.Francisco Umbral Madrid 650 41 EN LA RENFE duerme Juan Gualberto. el Simplon Oriente o lo que coños fuera aquello. un judeoárabe listo y viajado (más bien navegado). hombre. Sólo se puede pedir limosna correctamente habiendo leído antes el Boletín Oficial del Estado. como no renunciaba a una vida de héroe (es de la raza inextinguible y extremeña de los conquistadores). antes y siempre Progreso. a qué coños sabe. el que sea. Enrique Eugenio. a dormir en la renfe. ya entrada la noche. con lo que la limosna se hace obligatoria: —Muy meritorio su último filme. en el Metro. el Oriente Exprés. finalmente. el mendigo de la plaza del Conde de Barajas con gorra de capitán de barco. que le deja hojear la Prensa de la mañana en su quiosco de Tirso de Molina. el sarasate. —Pase usted y tome algo. y hacer creer al personal madrugador (churros. de las tías buenas del cine (el cine no se ha inventado para otra cosa que para sacar tías buenas. qué pasa en ella. se va a dormir a su litera. hasta la citada plaza. Juan Gualberto le cuenta a Jerónimo alguna de las películas que ha visto esa tarde y. aunque cambie. . que es de mucho alimento. como un Carlos Barral erosionado y mínimo. coge un taxi. un periódico del día anterior. se tiende en un banco de la plaza. si ha cambiado el Gobierno. quizá. donde estuvo muchos años. Lo cual que Juan Gualberto tiene un amigo quiosquero. y luego se da un paseo placentero por Madrid. y espera a que toda la plaza esté dormida. tan hortera. Juana. más o menos encoñada con Jerónimo y. con sus grandes ojos de muñeca excesiva y sabia. No quiere ver nada y sólo sabe que este hombre. No. El sol de ex/Madrid pega sobre los campos y las chabolas como una tormenta de luz. Lleva gorra de capitán de yate. olvidada de Tirso. Juana. A la Hueva no llega el Derecho Romano. Es como si el coche estuviera dando su alma de motor. Juana. son unas víctimas de vuestros porsches. que está durmiendo con él la siesta: —Mira. pero ha ganado un amante. el que le comprara Tirso. Te propongo volver a empezar por el principio. Vuelven a hacer el amor. la fogata que ha armado su coche en la plaza del barrio. de aquí no se puede salir a pie. —Quieta. de Jerónimo. ¿Y con quién vas a follar ahora? Tirso está muerto. porque ya lo habían hecho antes. en una llama mística y levantada. se ha quedado a vivir en la renfe. Ha perdido un protector. —Nada tan hermoso ni creador como el resentimiento. Eso quiere decir. parapléjicos. y descubre con asombro que el porvenir le gusta. Te va a gustar. por impedir lo que está viendo por la ventanilla. Juana está relajada y sin pensamiento en los brazos atléticos. no son unos asesinos. Eso quiere decir que son unos asesinos. se dice en su cinismo de serrano. la Gilda. con las efébicas tetas fuera. parece que en este distrito les gusta quemar porsches. amor. El porsche rojo arde en la tarde de julio/agosto. llorando lágrimas de perfumería en el pecho/bosque de él. la niña bien del barrio de Salamanca. que algo así se llamaba el muerto. aparte de gustarle. Eres un hijo de puta. Juana es una profesional fina que sabe apreciar tanto la penetración profunda como la penetración exterior y delicada que sólo roza el clítoris. La llama alta y roja queda empalidecida por el sol. —¿Y Tirso? . aunque Jerónimo no se fía ni de Dios. pero seguro que éste folla mejor. el coche es sólo una chatarra humeante. Eso no es más que un dato de archivo. ¿Con Juan Gualberto? Sí. ira y novedad. —¿Cómo que les gusta? —O sea que les mola. su motor de misterio. delante de todos los que duermen en la renfe. Os vais a la mierda todos con vuestro problema social. que te vas a quedar aquí para siempre. al parecer. la hoguera pálida del porsche. el coche ya está frito y el personal te puede lapidar. como a la tía aquella de las Epístolas. reuniéndose en él. Y hasta le dejan entrar a ver las pelis que se hacen allí. Su dinero no es tuyo. Y quiero que lo hagáis delante de todo el mundo. Juana mira con los ojos blancos de asombro. fumando boca arriba. conmigo. Jerónimo despierta a Juana. un certificado de nacimiento. de su porsche rojo. Y Juana mira. Juana guarda silencio. en el redondel de polvo y nadie. y no sabe si Juana se ha metido en su cama de los Grandes Expresos Europeos para ir averiguando cosas sobre la muerte de Tirso. ¿como Carlos Barral? No sé quién es ese Carlos. y por eso queman el tuyo. yo me largo. Gorra de capitán de yate. viejos. bajo el sol brutal de julio/agosto.Francisco Umbral Madrid 650 42 LO CUAL QUE JUANA. Cuando vuelven a mirar por la ventanilla. mujeres y maricones. Es que no hay derecho. Juana acaba escondiéndose en él. Todo el mundo le da. Este Jerónimo está lleno de imaginación. salva sea la cabra. es uno que domina la plaza del Conde de Barajas. Juana tiene un arrebato de camisón e ira. Esta noche vas a follar con Juan Gualberto. es lo único que le queda en la vida. —Resentidos. casi circenses. eres algo tan distinto. Juana cabalgó sobre Jerónimo e hicieron el amor por última vez en aquella siesta larguísima. tan nuevo. que de fuego terrestre y apagado. cuando hayas follado con todos. piromántica y letal. te mataré por puta y ya está. cansada y naranja. Yo jamás he leído poesía. Vas a morir igual. Yo te amo. tan fuerte. te mataré. de ahí no se salva nadie. Jerónimo.Francisco Umbral Madrid 650 43 —Se lo comió el lobo. ¿Y cómo vas a matarme? Quizá arrojándote a la calera. Luego. y la llama final y mística tenía más color de luz einsteniana. en la plaza. como a tu novio cormorán. todo impune en este barrio que no existe en su geografía. . Muy poético. El porsche rojo y violentado por la garra suave del fuego daba sus últimos resplandores en el redondel de polvo. Ante Juana acaba de abrirse el paisaje sin fin —sinfín— de las fornicaciones. el Jero. Auxiliador. Lo cual que cada familia de la Hueva vive de su muerto. a mucho decir. como los egipcios. sin quitarse la gabardina que le llega hasta los pies. se duerme tranquilo y ayunado. a Jerónimo. volviendo la eterna gabardina del revés y mostrando ciento veinticinco pesetas o cosa así. que en seguida empeñaría. y Clavelitos. lo que se dice clavarla. decíamos. Auxiliador. como la Tere o la doña Tere. sin decir nada. Aparte la saca anual y bienal. pero las mujeres son más ordenadas y menos atropelladas que los hombres. de buena venta en el Rastro. Sois la tribu más culta de Madrid. que sólo ha sacado ciento veinticinco pesetas en el parking del Palace. por parte de los solitarios como Blas o Medrano. Llago. que era una viuda estable. diadema alquilaría para bodas o vendería en buen estado. Aquí viven de los muertos. y sin un duro. a juzgar por la calavera. una señorita descotada e inepta del Conservatorio. que lo que quieren es beneficiarse una adolescente jovencita. que parece que era rubia. según la lápida. siguió por los pendientes de novia (los que la muerta había pedido que le pusiesen para el trance). no se rechaza relación con caballero formal. que era Cuatro Caminos. pero era y es la verdad. y calentito. luego. cultura y buenas costumbres. y dormía brutalmente. Secundina hacía su trabajo sin prisa y sin pausa. de madrugada. y Muñequita linda. que es melómano sin saberlo y se muere por entrar a oír Clavelitos y La paloma y Bésame mucho. que dirige y organiza Jerónimo. y La paloma. por parte de una familia o de otra. Secundina. Auxiliador. volvía muy cansado del Palace (parking). En la Hueva nadie la clava. se tendía en el lecho matrimonial con gabardina y todo. Secundina le encontraba nuevos y valiosos secretos al atalaje de la muerta. la saca es diaria. cuando ve que su señora se arregla dispuesta a remediar el infortunio de la familia. ambiente familiar. se ponía el abrigo de garra/ Rastro sobre el camisón de lienzo moreno y salía hacia la Almudena. que es del padre y no cree en la madre o en ninguno de los dos. joyas patentadas. . tras veinte horas de pie. y es lo que le dijo una vez Juana. Auxiliador tenía menos huevos para eso de los muertos. Secundina tenía su muerta. y cada noche que iba a ver a su muerta. más conocida en su barrio. no de pega. sin querer saber nada de nada. ni siquiera pensaba en ellos. o sea rubia natural. Auxiliador. Auxiliador sabía vagamente que en el Palace se tocaba a Chopin al atardecer. La viuda de Secundina se llamaba en vida doña Jerónima de Santa Sofía y Teresita del Niño Jesús. la señorita. Claro que la Juana. Luego le daba un beso de gratitud a la calavera y se iba. se levantaba de la cama. nada de pornos. cuando ya estaban liados e iban de todo: —Aquí vivís de los muertos. Secundina empezó por la diadema buen estado. sin miedo a la pasma ni a los guardas del cementerio ni a los enterradores. pero nunca había podido entrar en el Palace a tomarse un suflé de algo y escuchar plácidamente. el mal hijo de la casa. o sea el Jero. y hasta incluso algo de Chopin. lo dijo sin ironía. lo más conocido. dos perlas cultivadas de la mejor calidad. la señorita. y así sucesivamente. selección en los programas de la tele. lo que tocaba el pianista: primero fue un pianista de levita con aspecto de empleado de Banco en horas extra. según. La Polonesa o algo así. y Bésame mucho. «ciudad sagrada del marxismo». Secundina saquea metódicamente a doña Jerónima de Santa Sofía y Teresita del Niño Jesús.Francisco Umbral Madrid 650 44 CUANDO AUXILIADOR. doña Jerónima de Santa Sofía y Teresita del Niño Jesús. .Francisco Umbral Madrid 650 45 enterrada a las seis de la tarde. necia y adorable. Por qué me acostumbraste. El latinoché. Bellarmina? (Jerónimo. Jerónimo. La muchacha es algo así como la réplica en hembra del ambiguo y bello Llago. —¿Y qué te pidió a cambio? Bellarmina solía bajar a Madrid a mirar escaparates y pedir limosna. epiléptica. la aparcó en Jardines. profundidad y pasión. la loca. De modo que aquel Mozart femenino y virgen llevaba en sí el genio de la música. . Los últimos de Filipinas. sin duda. desde que murió su madre. lavando la ropa del barrio a la orilla del riachuelo. desde que su madre se quedó tiesa como una figura de nacimiento. pero puro hueso. Mejor se habría beneficiado a una muerta (a veces lo hizo.) —Me la dio un hombre en Madrid. largas y duras. de quien ya se ha hablado o se hablará en esta veracísima crónica de la Hueva. por no asustar a la loca. le quedaba poca. y otras. Bellarmina? —En el pasaje subterráneo. El hombre no me pidió nada. Oh Mustafá. todas estas cosas. con sentimiento. lo que se dice vida. Oooooh Mustafá. hasta que le pusieron frente a un latinoché que se moría de sida junto a las escaleras de Fuencarral. Su madre. y a veces le cubría el puesto a Auxiliador. autista o lo que sea). anda de acá para allá tocando la guitarra con manos de hombre. a aquella virgen necia. —¿Y quién te ha enseñado a tocarla. —¿Y dónde fue eso. Bellarmina la loca es alta. pero toca con tanta propiedad y cosas tan conocidas. que la gente de la Hueva reconoce en seguida las canciones y manda a Bellarmina quedarse a cantar y comer. mientras éste se iba a la calle de la Cruz a tomarse unos vinos y unas aceitunas con tripa. pero Jerónimo sentía como un respeto delicado y matinal por aquella criatura sola y tonta. vida. se lo preguntó un día. había tenido el detalle de regalarle su guitarra. y anduvo trapicheando. mayormente por probar) que a la sencilla y estofada Bellarmina. a la guitarra. la habría hecho su amante. guitarrista. —¿En la Gran Vía? —Me parece que sí. no canta nada y habla poco. pero en cuanto a la guitarra ¿de dónde ha sacado Bellarmina una guitarra? —¿De dónde has sacado tú una guitarra tan hermosa como ésa. delgada. que gustaba de controlar todo en el barrio. candongo y moribundo. Jerónimo cogió una noche la Honda. son las que toca Bellarmina. y comentando con el personal. La muchacha (lo mismo puede tener dieciocho años que veintiocho).Francisco Umbral Madrid 650 46 BELLARMINA. enfermo y romántico le había puesto en las manos la guitarra provindencial. la lavandera. —¿Qué pasaje subterráneo? —El de la Telefónica. se habría enamorado de Bellarmina la loca. de buena gana. Alma llanera. una vez llegado a Madrid. La raspa con su son. —Nada. Bellarmina? —Nadie. con la melena rubia y las caderas anchas. Muñequita linda. es hija de Bellarmina. la loca. constaba en toda la Hueva que la Bellarmina era virgo. se quedó de un paralís. dentro del tejano. como una lavandera de nacimiento. pues que a él. a la que un día encontraron tiesa lavando la ropa a la orilla del río. cuando las sacas. y un demonio puro. Bellarmina la loca (abstraída. dulcemente. con la que se ganaba la vida. Recuérdame que el recordar es volver a vivir. hasta las guitarras. que abarcan sabiamente el instrumento. como sobre un caballo. veía todo aquello. por qué no me enseñaste cómo se vive sin ti. a lo mejor. veía al ángel virgo de la Hueva y sabía que la niña grande y tonta le iba a traer un día un disgusto. decidió quedarse a tocar en la Hueva. desde el interior de la renfe. si no te callas. por bella y por música. por qué tú me enseñaste que son maravillosa. más que otra cosa. muy blanco lo blanco del ojo y muy negro lo negro. y los vecinos le hacían corro a Bellarmina. Y ella misma distraía su soledad con las canciones de la tonta. y le daban mucho dinero. Etcétera. subió al techo de la renfe y se sentó a fumar un cohiba. llenando de inquietud mi corazón. por qué tú me enseñaste. —Ahora te da por esa mongólica de la guitarra —le dijo Juana ácidamente. donde era de confianza y todo el mundo la quería. comprendió que aquello. esperando la hora negra de bajar a Madrid en su Honda. como María. Para salvar a Bellarmina de una violación brutal. Bellarmina sólo dormía con su guitarra. ¿Qué le esperaba por el centro de la ciudad? Todo y nada. Bellarmina no dormía con cualquiera ni con nadie. en el atardecer. cuando septiembre era un agosto que había sentado la cabeza. por qué me acostumbraste a todas esas cosas. y ahora me pregunto. la puta. La familia de turno le había ofrecido a Bellarmina cama y techo. casi dando saltos. llevada de un instinto mudo y ciego. o se lo quitaban. pero tampoco esto acababa de tenerlo claro. Cenaba un grupo al aire libre. viéndole marchar. el cielo olía a inmenso incendio y el descampado se alzaba hacia la luna como una masa forestal. pero luego ella lo repartía entre los otros artistas de la galería. poniendo letra donde la otra sólo ponía música. Jerónimo no veía mejor medida que meterla con él enla renfe. al ver que me dejaste. me da por darte una hostia. hasta que Bellarmina. Juana. Jerónimo sacó la moto y salió con ella hacia Madrid. era una huida. cuando bajó del techo. Seguramente nada. —Ahora. sutil llegaste a mí como la tentación. Jerónimo. Era como si la guitarra hablase. a más de cantar. Jerónimo dejó sola a Juana.Francisco Umbral Madrid 650 47 Hubo un tiempo en que Bellarmina bajaba a Madrid a tocar la guitarra en las galerías del Metro. . Yo no comprendía cómo se quería en tu mundo raro. Por qué me acostumbraste a todas esas cosas. Ya había hombres en la Hueva que miraban a Bellarmina con los ojos desviados del deseo. que aquí hay unos señores que quieren verte. —Usted conoce el barrio mejor que nadie. —Éste sí soportaba Madrid. que le marea. Por otra parte. o sea de la víctima. Todo un caballero. —Lo que he leído en los periódicos. —El caso es que hasta aquí llegan las huellas de don Tirso. sólo es víctima de sí mismo. ¿Por qué vino hasta aquí la víctima? —En primer lugar. El del cohiba. A ver si el Ayuntamiento asfalta el barrio. Le despertaron unos nudillos secos en la ventanilla de los Grandes Expresos Europeos. Hasta la Hueva llegó un hombre que ha desaparecido. por favor. un hacendado de las zonas nobles. Jerónimo dormía la siesta. el listo y el que va de nada. Los policías preguntaban por turno. como en las películas: el tonto. hacía las preguntas más inteligentes: —Al borde de la calera (porque en este barrio hay una calera) se han encontrado huellas de don Tirso. gracias. Fuman lucky y sólo el tonto acepta un cohiba. —¿Se tiró? —¿No venía borracho? —Sabe usted demasiadas cosas de la víctima. —¿No quiere usted colaborar? —Si colaborar es declararme culpable. como su alfiler de corbata. se refugian aquí. —Hay mucho polvo en la Hueva. que era de oro con una perla. —¿Por qué fuma usted cohibas? —Me los envía Fidel directamente. Ahora parecen más tranquilos. Pero tomen asiento. —Muchos hombres que no soportan Madrid. Estamos en el lucky strike. Jerónimo. Era un bebedor con el hígado como un embarazo de seis meses. claro que no quiero. por estar mareado. todo parece indicar que la víctima fue arrojada a la calera. —O se tiró. pienso que el señorito bien y retablo venía persiguiendo alguna pobre moza del barrio. Ella se había ido a bañarse un poco en el riachuelo. Jerónimo recibió a la pasma con sólo la cabeza incorporada contra la almohada: —¿Qué hace aquí este vagón de ferrocarril? —Eso se lo preguntan ustedes al Ayuntamiento. . Jerónimo fuma un cohiba de los que le regala un amigo de Fidel que se vino porque le reclamaba la familia. —Qué cosa más cursi. que es lo moderno de ahora. Los policías son tres. —Ningún caballero se dignaría entrevistarse conmigo. Se trata de don Tirso. —¿Y qué coños hacía en la Hueva todo un caballero? —Eso es lo que venimos a investigar. —Ni idea. y aquí se borran. Yo no lo he traído aquí. ¿Pero es que querían cohibas? —No. —Cursi o no.Francisco Umbral Madrid 650 48 UN DÍA SE PRESENTÓ la pasma en la Hueva. La pasma se ha distribuido por los sillones de los Grandes Expresos Europeos. Se dice que tuvo una entrevista con usted. ¿No se los envía a Felipe González? —Ya sabe usted por qué estamos aquí. un hombre que se suicida y pierde el alfiler de la corbata. se enfrenta a Jerónimo. —Claro. —El barrio tiene una calera. O lo decidieron ustedes. También puede ser que el padre de la niña enterrase a la víctima bajo diez capas de estiércol. completamente mareado por el puro. Jerónimo teme que Juana vuelva de su baño en el riachuelo. ¿Y lo van a encontrar? Parece que eso te da miedo. El instinto de clase les guía con certidumbre. en camiseta y calzoncillos. —¿Algo más? El tonto. Lo que es la incultura. no en el barrio. un pozo negro y un cañaveral infeccioso. Buscan a tu novio. Tendrías que casarte con un montón de barro. —Qué gracioso. —De todos modos. Llega Juana. como ustedes suponen. bueno. temblorosa de agua e impaciencia: he visto tres policías que iban hacia la calera. En cualquiera de los tres sitios podrán encontrar a su hombre. Juana. Jerónimo los ve alejarse hacia la calera. la novia de la víctima también ha desaparecido? —Lógico. Jerónimo. por favor. Pero como ignoro quién es la niña. —¿Sabe que la muchacha. —¿No tiró usted a don Tirso a la calera? —¿Y por qué iba hacerlo? Ni siquiera sé a qué chica perseguía. La pasma fuma y espera. ya no se le pueden sacar más dollars. ignoro quién es el padre. Mis novias las tengo en Madrid. Luego hacen el amor. —¿Cómo dice? —Dollars. —Claro. . si es que decidió acabar aquí sus días. Salta de la cama y se pone en pie. Los policías salen en fila del vagón. Calla.Francisco Umbral Madrid 650 49 —No se ponga usted demagógico. Y la besa. —Me pongo como me da la gana. Muerto el muerto. vamos a echarle un último vistazo a la calera. Juana. de momento ya me ha quemado el porsche. Se han hecho buenas amigas. vuelve al agua. pero luego desapareció Tirso. me he encontrado a Jerónimo. estuvo aquí una noche persiguiendo a una chica pobre del barrio. no tengo más remedio que matarte. sigue a la muchacha cuesta abajo. Juana está casi segura de que Tirso llegó hasta aquí persiguiendo a cualquier moza del barrio. mira. pero tu sola presencia lo explica todo y además no me fío de ti. con ropajes de agua y galas de la corriente. su amante millonario (lo que la Prensa del corazón llamaba su novio). porque quiero a Jerónimo. La cabra afganesa y la madrileña desnuda hacen una pareja anacreóntica. pobre y lujosa. la cabra. y la Gilda. Dentro del agua. si es que antes no le hizo otras carnicerías. bañándome contigo. desnuda. Que jamás ha conocido una hembra sincera. trata de seguirla en sus arribadas. y por eso estoy aquí. a resguardo de los vecinos. o sea Jerónimo. Tú eres la única prueba. y la cabra se alimenta con movimientos de cabeza que parecen asentimientos a lo que le está contando la mujer desnuda. Jerónimo se lo dice a Juana. el hijoputa. y unas veces Juana sigue a la cabra cuesta arriba. aunque lo imagino todo. aunque sé que me odia (eso del odio de clases. entre actorcitos jóvenes y así. y una prueba viva. graciosa. y otras veces la cabra. Juana. un extraño ser de tetas y cola interminable de río. siempre que sean de lujo. sin reparar en que viene ceñida por el agua. lo que hacía con frecuencia. la chica de Serrano. Juana se baña desnuda. con mucho juego de glúteos. a mí es que me gusta tu dueño. la cabra. prefiere no pensar en ello. Lo que ha pasado luego es que aquí en la Hueva. divertida y sorprendente como la Gilda. descubre que hay amistades más verdaderas y más fuertes que las de los bares de Serrano (tan remotos). el cormorán. y decidí tomármelo en serio. Tengo que matarte. la cabra de Jerónimo. Juana. aunque siempre he sentido curiosidad por estos sitios. si antes no te mata el . lo que yo menos podía esperar en un sitio así. no sé quién ni cómo. que es lo que te va. con una impaciencia de mujer y una intensidad de cabra. toma este cardo borriquero y esta ortiga blanca. como desnuda/vestida. Gilda. piensa que jamás ha tenido en el barrio de Salamanca una amiga como la cabra. de que topó con Jerónimo y de que Jerónimo le tiró a la calera. la amiga de verdad que nunca tuvo. siguiendo a una moza del barrio. asustada de tanta indiferencia y tanto cambio en su persona. borracho (se emborrachaba todas las noches). la besa entre las orejas y le habla como a una amiga. porque he jugado bien con ellos. cosa que aproveché para ponerle cuernos. o más exactamente en la renfe. que nos explicaban en la Facultad) y cualquier día me va a tirar a la calera. porque en su vida estaba mi herencia. yo era una chica que vivía bien con el dinero de mi amante. parece que Tirso llegó hasta aquí. donde Juana se baña y la Gilda la mira como a una sirena (si la Gilda supiese lo que son sirenas). De modo que Juana le busca ortigas blancas a la cabra. hasta la orilla del río. y. ramonea por las orillas. que todo esto le da igual. porque allá en Madrid se respeta a las amantes como a las esposas. Venía borracho y asqueroso. de que tu señorito. la Gilda. que a lo mejor es el Mundo). Tú eres la única prueba.Francisco Umbral Madrid 650 50 JUANA Y «GILDA». Finalmente se besan y se quieren. Pero Juana descubre. incluido Tirso. con el pelo pegado a la cabeza: —Que ha vuelto aquí la pasma y he tenido miedo de que aparecieras en cualquier momento. De vuelta a la renfe. sale y juega con la cabra. Se baña desnuda en el hilo de río. hasta que la desaparición de Tirso fue cosa de la policía. ingenua. directa. Juana está descubriendo el mundo (el mundo de la Hueva. y en la Hueva le dieron muerte. han estado en el riachuelo. vestida por el río. amiga mucho más interior que la amiga íntima del internado. de Jerónimo. Juana. y pienso como los caudillos: si el pueblo está dispuesto a hacerlo. . tenemos que echarte a la calera para que te confundas para siempre con tu novio. Luego comieron juntos en el vagón de lujo de la renfe y Juana.Francisco Umbral Madrid 650 51 barrio. todo muy blanco. circenses. tierna y culpable. que tenía perfil de cormorán cuando se clavó en mi cuchillo. como en las bodas. y quedaríais unidos para siempre en unas bodas de amor y barro y cal y nada. húmeda. Pero yo soy el caudillo de este barrio. ya te han quemado el coche. se dormía en los brazos atléticos. ¿por qué lo voy a hacer yo? Lo harán ellos por mí y encima me estarán agradecidos. —Ahora dice que lo van a vender. y ver pasar al personal. Los novios adultos. no lo olvides. uno pide direcciones. a pesar de todo y después del despojo. tanta india en sari. con las pajilleras de La Elipa. aserrándole el dedo delicadamente. y le quitan a doña María la Brava la peluca roja (debajo estaba calva). puede surgir todavía una segunda floración de amor. pero qué internacionales somos. y así es como se conocieron don Jorgito y doña María la Brava. en el ocaso de la vida. caballero. vamos a ver. Entonces. Si es que parece Antonio Gala. Los viejos de la Hueva. familia estable. Luego. a mirar artistas y tomarse un panaché de verduras bien hecho y con mucho jamón encima. teléfonos. mayormente. mujer. se siguen amando. y resulta que todo es en la Almudena. que aún pueden perfumar una existencia. Uno mira por los anuncios del Ya y la vida parece fácil. —Eso. Lo que ignoran don Jorgito y doña María la Brava.Francisco Umbral Madrid 650 52 CABALLERO FORMAL. y si se encuentra lo suficientemente muerto. es que ellos no son másque dos muertos de la Almudena a quienes la monda ha juntado por casualidad. domicilios. recién hecha la primera comunión. las rosas de otoño de que hablaba aquella maricona redicha que era don Jacinto Benavente. —Pues sería una pena. Don Jorgito disfrutaba una discreta jubilación anticipada. que para eso está. y con los caballeros estables que lo que buscan es ambiente y salsa en las pensiones de medio precio y poco pelo: —Pero bueno. capitaneados por Jerónimo. si es que hay que joderse. en verano. viuda en buen estado. La misma escuela. o se iban al Gran Café de Gijón. Don Jorgito tiene algo de Vittorio de Sica defraudado y doña María la Brava tiene algo de Agustina de Aragón mal reproducida en una litografía barata. oyes. ¿usted qué es lo que busca aquí? —Salsa. que vienen a estar igual de muertas. que siempre es más fáctico. le quitan a don Jorgito la sortijita maricona con un rubí. como rosas de otoño. por el panaché con jamón. Pero son felices y viven el amor de los maduros. puede tener amores con las rubias maduras y malvadas de la Almudena. de modo y manera que unieron sus rentas y se iban a la Gran Vía a tomarse helados de tres gustos. con las niñas que volaron al Señor hace veinte años. mucha salsa. para luego venderlo todo. la primera potencia turística del emecé. buscando salsa con una viuda rubia o con un adolescente de Aparejadores. hijo. en invierno. un poco melancólicas. variada y rica en posibilidades. . Madrid fornica con los vivos y los muertos. ofrécese. Y así es como se inscriben en las pensiones de la calle de la Luna y en la Almudena. otorgada por Franco y respetada por los modernos de ahora. doña María la Brava disfrutaba una pensión por la cruz de su marido. cuando se aquietan las pasiones. son cien años de honradez. El Gijón. felicidad fondona de pensión y restaurante discreto. que si no es que no alimenta. en su felicidad sin límites. uno se mira por dentro o se mira al espejo. —Y por los cien años. mediante los anuncios del Ya. —Pues salsa no le va a faltar. y qué panaché el de este sitio. Los que se anuncian son los muertos. Las muertas quieren encontrar amante. oyes. —En qué cosas piensas. —¿Se te mueren muchos esta noche. . y Ricardo Rollán se toma su magno. por favor. de tanto follar. Lola Toledo es efébica. como dijo el poeta. creo. Lola? —¿Una cosa nueva? Yo tomo una pepsi. y otras pijadas. mujer. orejas. Ahora vamos a follar. dedos y pelucas. en el café. Una cosa nueva que parece vieja. Los trofeos. por saber de qué va: «Almagro ha evolucionado. Una tristeza plata y sucia. Y los madrileños progres. enfermera y buena persona. Y cuando pasa la pasma. ya que la cercanía quita conocimiento. esperando la buena venta del día siguiente. y que después del sida te llevan a la Almudena. Ricardo. ya sabes que yo diseño. o casi todas. que va a pasar la pasma. Y qué más nos da. sin quedar ni nada. —¿Y de qué se muere ahora el personal. chicazo. —Vamos. y Lola Toledo.Francisco Umbral Madrid 650 53 Ricardo Rollán. pero se le van a morir a otra. se siguen amando. un ángelus laico que nadie reza. después del despojo. viejos. aunque quizá eso me parece a mí porque trabajo en la planta de oncología. encajero. que dice mi madre que vamos a coger el sida. de sobra lo sabes. Lola? —Claro. Yo hago una cosa variada. Lola Toledo se toma su pepsi. y luego pide un torres. que van en pareja. profunda y alegre. Lola? —De cáncer mayormente. mona. invento. Los ancianos de la Hueva. encuentran una chica con unos pendientes horteras. ¿Qué tomas. por huir de la dictadura franquista. difícil. que tú eres joven y yo me encuentro hoy muy puesto. a su lado. lucen sobre el aparador de nogalina. porque los turistas lo encuentran «muy antiguo y muy moderno». cada uno está en su cama. este país marcha. calentito. cenceño. ¿Por qué no nos vamos a la cama? —Es que mi madre me habla mucho de los saltatumbas. Lo mío se vende. Se encuentran todas las tardes. Todos guardan silencio como si fuera la hora del ángelus. Nueva. como Juan Ramón. Ya ves. sorprendente. y un señor con un reloj de oro macizo. melancólica del amor que tiene al lado. cuando Ricardo Rollán ya ha hecho sus encajes finos (que luego se venden muy bien en los mercados de Madrid). tía. no. tonto. —Yo no quiero que nos asalten los saltatumbas cuando nos muramos. manos. y Lola Toledo ha abandonado el servicio. porque hay unos mendigos que roban a los muertos y les quitan las alhajas y los dientes. salvo en la réplica de Dalí que hay al fondo del establecimiento: —Ricardo. Los ancianos se llevan los pendientes con orejas y todo y le cortan al caballero la mano por la muñeca. A mí un magno. —No. Los ancianos de la Almudena tienen un sueño muy cristiano. se extiende por el café. capitaneados por Jerónimo y su linterna. maduro y fornifollador. Jerónimo se limita a precisar el tiempo y la eficacia de estas operaciones. —Bueno. a ti te arrancarán esos pendientes horteras y a mí el reloj de oro de Munich. para llevarse el reloj. —¿Oncología es lo mismo que cáncer. que aún le gusta más. Lola? —Unos cuatro o cinco. cuando estuve haciendo encaje muniqués. España ha evolucionado. o una cosa vieja que parece nueva. por no perderse lo último. Ricardo Rollán es alto. lo venden todas las encajeras de Madrid. joyas y relojes. basado siempre en el trabajo de mi madre. se sienten visitadores de los muertos y nunca meditan en su propia muerte. lo compran desconcertados. pero las enfermeras no leéis a los poetas. y que ni siquiera en la Almudena tienes paz. que era de Almagro. Pero los encajes de Almagro ya van los turistas allí a buscarlos. ¿Y tú has vendido muchos encajes? —Bueno.» Esas cosas dicen. calculando si la niña (unos veinticinco) viene o no viene en plan de cama. pero caros. Jerónimo les brinda estas orgías cementeriales y alegres para tenerlos contentos y a su disposición. llegada la hora. en la cama. El camarero. —El señor puede ser lo que quiera. Los números son abstracciones. —¿Aquel señor tan jovencito que se suicidó? —El mismo. . se va contento con sus veinte duros. Tengo que sacar del Banco para pagar a las obreras. ya digo. pero suman cuatrocientas cincuenta.Francisco Umbral Madrid 650 54 —Pues. Las cuentas se olvidan. Jerónimo jamás se lleva nada de los muertos. que nos lleven a otro cementerio. que es más literario. Allí está Larra. A mí me sobran cojones para llevarme la pela de los vivos. Ricardo? —No vuelvo por aquí en un mes. al otro lado del río. —Qué. que mañana vengo con dinero. —Ricardo. —Póngamelo en la cuenta. aterrorizada ella por estos despojos necrófilos: —Son viejos que ya no tienen fuerzas para otra cosa. Yo no soy un empresario que se acojone con eso de las nacionalizaciones. como un pícaro de comedia. Un día se lo dijo a Juana. Yo soy socialista y moderno. —¿Mañana le vas a pagar. Por ejemplo. —Tome veinte duros de propina y mañana le pago. que es sábado. —Son trescientas cincuenta del coñac y veinte duros de la pepsi de la señorita. a la sacramental de San Justo. A las Cortes van políticos muy conocidos que necesitan quedar bien ante el pueblo. o sea la mendicidad. con dos nidos y cuatro cigüeñas allá arriba. sin confesárselo jamás.Francisco Umbral Madrid 650 55 AUXILIADOR Y SECUNDINA están tranquilos en la vida porque han copado el parking del Palace/Las Cortes. dentro de aquella torre cuadrada y esbelta. amiga y militar. en su juventud lírica. Secundina es de la provincia de Madrid. es que Auxiliador llegase allí un día. Secundina se casó en aquella parroquia. viendo escaleras y armaduras. de niña. De modo y manera que Auxiliador ha dejado el papel impreso y se dedica directamente a la limosna. pueblo populoso y laberíntico. bien asimilados en la juventud. y ella hace la noche. madura y pobre. mandones y satisfechos. parte norte. en la escalera del parking del Palace/Las Cortes (uno de los mejores puestos de Madrid). Quizá han creído que el champi es la fruta salvaje del paraíso. y fue feliz por un día. Estos madrileños parece que piden mucho champiñón. la Secundina se preguntaba: ¿y para qué quieren tantos libros en un castillo. la sombra cuadrada y fija de la torre románica de la iglesia. cuando se adormece en el parking. Llama a los políticos y a los cardenales por su nombre. luego los trabajos blandos. se sueña siempre en Manzanares del Real. ya en la madurez. pero no se lo dieron. con lo que todos le dan algo. entre aluvión y aluvión de clientes. jugando al dublé. que siempre hay algo que hacer? También lleva la Secundina. y lo que lamenta. jugó a la sombra del castillo medieval del pueblo. y encuentra muy pintoresco eso de dar limosna. Luego. pues que tiene más trato para el ilustre personal de la zona. en Madrid. de Manzanares del Real. siempre conmueve. sobre sí. de su paraíso quincenal. porque traían lo mismo que los de la mañana. entre cliente y cliente. incluso el que se cree más exquisito en su misión (sobre todo el que se cree más exquisito en su misión). Una mujer de noche. tiras y tiras de libros. bajo las cuatro cigüeñas de los nidos. pero luego se acabó eso de vocear los periódicos de la tarde. Auxiliador vino a Madrid a vocear periódicos en la Gran Vía. casi puntual. el reloj de costadilla. entresueña la sombra románica y segura de aquella torre. y él hace el día. ni guapa ni fea. La Secundina. Al Palace va gente de pela que además es extranjera y no tiene noción de la moneda. y se le declarase novio. empezaron los trabajos duros. a la sombra de la gran torre románica (que ella no sabía que era románica). Secundina y Auxiliador se turnan en el parking del Palace/Las Cortes (escalera de bajada). escaleras bajada peatones. Secundina. pero luego van y les dan champiñón de lata. como hadas madrinas. en su infancia salvaje. entre la sierra pobre y la sierra rica. pues que al hombre público le gusta saber que ha llegado al pueblo. Secundina. la solemnidad guerrera y antigua. quizá. . lleno en verano de madrileños horteras. y gracias a Dios que los hijos se les habían muerto todos. vendiendo la Prensa de Madrid. religiosa y geométrica de la hermosísima torre. cuando da una cabezada sobre sí misma. y Auxiliador pidió un quiosco al Ayuntamiento. aunque tantos años de cultura periodística le han dado un trato y un conocimiento para identificar al personal. y también dan propina. en los bares. y alguna vez estuvo dentro del castillo. y mayormente la biblioteca. . Unos trescientos mil kilos de carne salían de aquí a diario. que han pasado la noche con una serrana de tres mil de vellón. pero es que a Vallecas no van camioneros. Si los dos muchachos fueran sensatos y se pusieran de acuerdo. Jerónimo. y empezó la chirlata. una cuestión de territorio. El mazo del jifero hace mucho que dio su último mazazo. —Esta tarde a las cinco en la puerta del matadero. —Lo que no hay es nada que comprar. el rockero/chirlero/sislero/ navajero con perfil de . Demasiado. después de la chirlata. de dominio. Allí no hay nadie. es el rey nato de Legazpi. si eres de Vallecas? —El juego es libre y yo no sé de dónde eres tú. Nos vamos a matar casi a oscuras. En la plaza hay cafés que ahora hacen. A las cinco. —Lo lamento. perfil de cuchillo. pero entre Erasmo y el otro hay una competencia de pela y una rivalidad humana. mientras estos cerdos duermen. un letrero remite a lo intemporal del tiempo.». Erasmo. Esta tarde. El caso es que moviese naranjas de un lado para otro. No hay nada que vender. héroe del burle. rey de Legazpi. Jerónimo. aunque parada.Francisco Umbral Madrid 650 56 ERASMO. A la puerta del matadero. gallegos. Erasmo. Jerónimo prueba a beber la sangre azul de Erasmo. podrían levantarles la cartera a todos los ingenuos y poderosos camioneros asturianos. —Ya no funciona. —Es igual. etc. una hoguera con el sol del verano.. en su interior. personaje de la chirlata. —Y tan puestos. de chicos. Los de Legazpi es que sois unos puestos. —¿Navaja? —Navaja. a la sombra de los inmensos camiones. Lo que Jerónimo le ha dado a Erasmo es una puñalada asesina y por sorpresa. —¿Dónde? —Dentro del matadero. te espero en la puerta principal del matadero. y lo que le jode es que haya aparecido Jerónimo. «Todo animal de carnicería o. —¿Y tú qué cojones haces aquí. matadero cinco.» Erasmo sonríe al leer el letrero. Iban llegando los camioneros. que huelen a noche y a goma. como mis gatos. como que tenemos un matadero. tórpidos de sueño. La sangre azul de Erasmo corre ya por el matadero de Legazpi (abandonado). Los matarifes beben la sangre de los animales cuando ésta sale de la carótida. pero le da asco y la escupe. El matadero es una fábrica de hoces y martillos. a repartirse con él el dinero de los camioneros gilipollas y dormidos. con el intruso Jerónimo. como sin querer. Estoy hasta las tetas de que te lleves la pela de mi circunscripción. de poder. —Más te vale. está harto de repartir beneficios. a mí nadie me preguntaba de dónde era. —¿Nos vamos a matar. en el mercado. lo que me pertenece a mí. —Eso. Somos unos mendigos de mierda. en pijama. santanderinos. un tipo de Vallecas con una Honda pispada. Ahora van a salir los setenta escasos de Erasmo. «Todo animal de carnicería o de charcutería introducido en un matadero público sólo saldrá de allí como carne muerta. —Venga. Por el verano ponen funciones y pijadas. pero su sangre azul corre ya por la catedral cruenta del matadero. —Y vamos a muerte. —Yo veo en la oscuridad. Ya no funciona. Cuando trabajábamos juntos. Erasmo? —Nos vamos a matar. Jerónimo. Desde que el matadero de Legazpi no funciona. el chico fulminado. La tenía ya cuando entró a matar en el matadero. Hay quien tiene sus propios mataderos y empresas americanas que trabajan a razón de un cerdo electrocutado y despojado cada cuarenta segundos. aún útil. Pero tiene los pies en la sangre y la sangre hace su camino. Huele a mierda y tierra. tiene aún el cuchillo en la mano. me parece que he cumplido el reglamento. En el peladero. aprendida de niño por Jerónimo. toda la artesanía de la muerte. y se va a pasear descalzo por los parques municipales y casi agrestes de Legazpi. Es el tiempo que Jerónimo hubiera querido para la desaparición total de su amigo el sislero. vacía y despoja a Erasmo en menos de media hora. hasta el reguero central. el cuchillo introducido por el tubo hueco de la herida para matar los nervios de la víctima. Jerónimo ha puesto en marcha todo el aparato de la muerte. Cadenas de montaje del matadero. Aquí se hacen máscaras para carnaval y funciones de teatro. Luego están los cortes inteligentes o los filetes de carne picada. Los ritmos son satánicos y Jerónimo encuentra mucho más penoso deshacerse del cadáver de Erasmo que haber matado a Erasmo. Erasmo creía que Jerónimo era legal. El perfil estilizado de Erasmo arde como llama blanca. Jerónimo tiene destreza. . Jerónimo enfría a Erasmo. distinto de tanto ganado ausente. mata. Da a los botones que inmovilizan toda la maquinaria (tanto aparato para sólo cinco litros escasos de sangre azul). le da a uno una lucidez y lentitud precisa de movimientos que es lo que le está ayudando a deshacerse del muerto. ya digo. Erasmo ha tenido una muerte y una desaparición de los viejos tiempos. Una cosa como muy literaria. curadores. sin prisa por batirse. después de haber cargado frutas en el mercado. cerdos extremeños y corderos de cualquier parte. el mazo o la pistola. Esto es una fábrica de muertos que Jerónimo sabe poner en marcha. fuerza y edad. se dice Jerónimo. pero Jerónimo no es legal. bueyes leoneses. ahora está funcionando solamente para los cinco litros de sangre azul del joven Erasmo. que diría Juana. se vierte en secreto la sangre de los animales. Especifica el reglamento que las bestias deben ser trabadas antes de matarlas. Después de todo. negro. destazadores. colectores de glándulas. Salvo el coche. por si hay que seguir despiezando al muerto. Bueyes de establo. Así han caminado Erasmo y Jerónimo. Se conoce que han inventado algo más moderno. Nada más. y el alcohol.Francisco Umbral Madrid 650 57 cuchillo. Colectores de sangre. controlado. Erasmo no se hubiera dejado trabar. Jerónimo se da prisa. Las terneras serán llevadas en coche. Se puede matar con maza de jifero. Jerónimo ha estado aquí cuando había miles de toros corneando el aire. Tan formidable y espantosa máquina. Mana la sangre azul del sislero. Jerónimo ha elegido su doméstica navaja para matar a Erasmo. A ver si va a ser verdad que en el hombre hay algo que no arde en la bestia. él solo. pernos que sierran. pero abandonado. más que el sabor de la sangre. Todos los mataderos de Madrid se habían concentrado en éste. Lo que más quisiera ahora Jerónimo. Es lo que llevan y traen. las bestias deben ser conducidas al paso. dentro y fuera del matadero. Jerónimo empezó a matar al cumplir los diecisiete años. Jerónimo es un hijo de puta con glamour para las tías y los tíos. al paso. Luego se quita las botas y los calcetines y los echa también al gran circuito del picadillo. deben de haber inventado algo más moderno. Los camioneros de la chirlata de Erasmo/Jerónimo con frecuencia huelen a sangre. dejando los nervios en el camino. Jerónimo le lleva a Erasmo la ventaja de que es alcohólico. contra los fondos del matadero. un olor macho y salvaje de su infancia. Ahora. Veinte mil litros de sangre al día jugaban por el suelo del matadero. porque ha trabajado aquí de niño. es un vaso de vino tinto. Del mercado al peladero. eso que los curas llaman alma. La maza de jifero. si es posible. le asiste ahora en su oficio. de pie y sin ninguna atadura. Matarifes. yo les cobro un pequeño dinero por dormir en la renfe. pero se quedan dormidos antes de llegar al orgasmo. con lenguaje de Serrano. En seguida pierde la conciencia de sus pequeños pechos. Jerónimo se lo ha exigido. que Jerónimo les cede de buen gusto. Juana se espanta a sí misma descubriendo que le gusta el exhibicionismo total y gratuito. Por eso no se atreve a mirar a Jerónimo mientras baila el tecno/pop ingenuo de Anita Mecano (Anita Mecano jamás lo habría bailado desnuda). el que elija yo o el que elijas tú. de sus glúteos breves y expresivos. Jerónimo está sacando de ella el «hombre interior» y agustiniano que hay en la mujer interior. de su pubis moro y rizado. en el ruedo como en la cama. miedo a la calera. y esta noche vas a bailar desnuda para los ancianos de la renfe. y en realidad descubre que no le importa nada mostrar el coño a los viejos. y experimenta todo aquello como un juego infame. Juana va descubriendo. bajo la mirada humilladora de Jerónimo. Es un tecno/pop que a ella no le cuesta ninguna violencia interpretar. Juana. y luego vas a follar con alguno. no. Ocurre poco.Francisco Umbral Madrid 650 58 JUANA BAILA DESNUDA en la tiniebla de la renfe. al cañaveral. pero se comporta como gitano legítimo. de sus delgados y dibujadísimos muslos. porque pide a la puerta de unos Estudios de Cine. ¿a ti no te gusta Juan Gualberto?. Todos los viejos se han venido de sus literas a presenciar el acto. creen que soy caritativo. al que ya ama. o casi. pero Juana se ha bañado desnuda en todas las playas del Mediterráneo (e islas adyacentes) con su cormorán. Anita Mecano o algo así. después de aceptar por miedo (miedo a la navaja de Jerónimo. ¿cómo lo ves? Yo lo veo enorme. mucha zona erógena. Los viejos mueven las linternas con una curiosidad sexual de otra generación. como ella dice. «mucho material». . aunque esto nadie lo sabe. un primer espada o un catedrático de filosofía. como está desnuda. no tiene que quitarse nada. y hasta repite suerte. desnuda y adolescente. Es como cuando a un torero le ayuda el toro. Juana baila. que ha visto en los estudios de Barajas que la gente folla vestida. Juan Gualberto no es que sea un maestro. tiene una gorra de capitán de yate y a mí me cuenta muchas películas. pero no se quita la gorra. a todo) el erotismo de bailar desnuda la música que pone Jerónimo en un transistor de madrugada. más comida de coño que brinda al personal. de modo que cualquier cosa puede ponerla a punto. aparte de que Jerónimo se esconde en un embozo de humo de cohibas y sólo sus ojos chinos y duros le llegan como una orden y un reproche. es un espectáculo que les debemos a nuestros huéspedes de cada noche. y algunos viejos se masturban en la litera viendo su baile. Juan Gualberto y Juana se tienden en la litera de lujo de la renfe. a mí me parece que el más marchoso sería Juan Gualberto. pero Juana es presta de orgasmo y tiene unos grandes y pequeños labios vaginales muy rebordeados de cenefa sexual. pero ocurre. y Juan Gualberto ha quedado mejor (oreja y vuelta al ruedo) por la labilidad sexual de la niña que por sus propios méritos. como los cardenales renacentistas presenciaban la penetración de los príncipes. en la tiniebla de la renfe. en la plaza del Conde de Barajas. y Juan Gualberto se baja los pantalones. en la luz de las linternas y los encendedores de butano. Te va a matar este pueblo. Lo dijo una vez Jerónimo. —Pero tú no me vas a matar. la renfe. despojados por la Hueva religiosamente. desde las primitivas. y un cielo (los trigales salvajes donde follar. al que no saben si linchar o explotar. que te ve como una intrusa y una posible delatora. un ídolo. como decía mi abuela. y un espacio sagrado. tiene una mujer mala. Dices que no has leído nada y eres sólo literatura. tienes razón. y eso no se lo perdonan). Jerónimo se queda pensando una respuesta. y hasta tiene un tótem. la calera. —«Mi hembra. tiene un forastero.» Qué expresión. —Quizá ni siquiera necesito hacerlo. de miedo y riqueza. un intruso. Y Juana se abraza somnolienta a Jerónimo. tiene una culpa colectiva (los muertos de la Almudena). tiene un David de Donatello a su manera. joyas y ropas como dones del cielo. que es María. como toda tribu. cuando todos se quejaban de hambre: —Dios proveerá. los dos solos en la cama (Juana ha cambiado las sábanas en que fornifolló con Juangualberto). que Paco ha segado. la cabra. quizá sean los muertos de la Almudena. Sólo te respetan porque eres mi hembra. tiene un tirano. . Paco. ésa no es la palabra. antes de morir. que conozcas tu avilantez. Y aquella noche se fueron a mondar muertos. de madrugada. —¿Envilecerme? —No. y un infierno. pero esa zona de sombra y abundancia. Parece de Lorca o un antiguo así.Francisco Umbral Madrid 650 59 —¿Y por qué has montado este número? —le pregunta Juana a Jerónimo. que es Jerónimo. Quiero que te conozcas a ti misma. este barrio. Jerónimo enciende otro cohiba: —Porque quiero envilecerte antes de matarte. La Hueva. que es Llago. Lo que le falta a la Hueva es un dios. pero Juana ya se ha dormido en sus brazos. y disfrutarlo. la gracia de su pueblo. perdona. con aseado trabajo de lengua sobre el clítoris. que quiere lavarlo. de su barrio. . se pasaba semanas dándole aceites. beso profundísimo en la vagina. lengua en el ombligo. que de eso ya no tiene nada. como una salvaje civilizable. esa nada de nata y leche. los colores de la Hueva. Son las doce y veinticuatro de la noche y estamos a veinte de agosto. hasta que la ruina era una doncella fragante del pre/Renacimiento. como una delincuente redimible. colores. de su poblado. ha descubierto que adora el cuerpo sucio y mal alimentado de María. con suave mordisco. de languidez y caricia en que la señorita se envuelve. Una María deshecha en orgasmos llora. las cremas de Juana. Jerónimo no piensa en nada y sólo mira la luna como un espejo de su pueblo. por el nudo esbeltísimo que separa los glúteos. De pronto (cansada del cuerpo borracho del cormorán y del cuerpo tan macho de Jerónimo). por las nalgas. por la espalda. Juana. o la oscura nuca aspérrima y dulcísima. María no dice nada. y María no contesta. A María le marcan los perfumes de Juana. cuidados. la toalla. Ya hace varias noches que duermen juntas y desnudas. como se prefiera. en la que a veces ve pintada. o veintiuno. pero me gusta acariciar tu piel. beso y mordisco en el pubis. Juana la penetra con una mano fresca. todavía. la cabeza perdida en la almohada que tiene las iniciales de la renfe. aunque evidentemente está despierta. como dos cabezas de culebra. hortelana y fría: es el huerto entoñado de Paco. limpiarlo. echando los pechos a los lados. la mano. más cada noche. Juana le ha obligado a María a ducharse varias veces. de su tribu: ve la Hueva reflejada en la luna. trenzado serpentino de las lenguas. o le besa el pico de un hombro. María es como una negra blanqueable. beso en el tórax. abandona sus defensas. Se es virgen o no por otras cosas que el virgo. el jardinero. según. e incluso se ha atrevido ella a pasarle la esponja. Del este viene una paz morada. redimirlo. vuelta de espaldas en la litera. tan cruda. cuando la tenía en casa. tendido en el techo de la renfe. curtido de miseria. María se abandona y acaba por gemir.Francisco Umbral Madrid 650 60 SON LAS DOCE Y VEINTICUATRO de la noche. en fin. su postura de caracol con la espalda como escudo. Para Juana. A Juana le turba y excita el cuerpo casi efébico de María. ni falta que hace. y luego. y entonces Juana ejercita en María todos los ritos que los hombres han ejercitado en ella: beso en los labios. ríe y gime con los ojos cerrados. de intemperie y de noches. en la pequeña ducha de la renfe. fuma el último cohiba del día y piensa. ha encontrado en María una virgen románica y puta. casi pareces un chico. Juana y María es la primera vez que duermen juntas. y le apasiona la redención y el embellecimiento de esta virgen. Jerónimo. Del oeste viene un viento caliente y madrileño que a Jerónimo no le dice nada o le dice demasiadas cosas. besos en los pezones. María no se mueve. en fin. hasta el fondo de la vagina. y Juana se atreve más y más. María. viento del oeste. como cuando se compraba en el Rastro una Virgen románica. sacarle de dentro todo su esplendor. y Juana le pasa sus manos de crema por los hombros. como ella misma. lijas. veloz y violenta. hasta que María se tiende boca arriba en la cama. hasta a oscuras se nota que es una piel morena. mimos. o simplemente mira la luna. que pagaba el cormorán. Viento del este. urgente. y con esa hipocresía femenina que ni siquiera es hipocresía. El amor entre ellas tiene mucha más pluralidad y porvenir que cualquier otro amor. Juana siente y comprende que nunca le ha ocurrido nada igual. . sentado a lo indio sobre el vagón. A la luz blanca de la luna de la Hueva. yo te traeré. María. tienes un cuerpo muy mono. En pleno orgasmo le asalta la lucidez de que está enamorada de María. —Tengo yo una crema hidratante que te va a ir divina. Un hombre y una mujer. qué ridículo. pero no lo piensa. las dos mujeres desnudas se lavan una a la otra. un cuerpo parece blanco y el otro negro. María ha aprendido en seguida todas las artes del lesbianismo y se las aplica a Juana. descuida. pero no lo sabe. en el breve tocador del vagón. como un sioux. sin transición.Francisco Umbral Madrid 650 61 A la noche siguiente. ya la ceremonia es al revés. qué risa. más violenta y más procaz que Juana. amor. allá subido. Juana le dice a María. Jerónimo. María. Es la dinámica del amor. sino naturalidad. o lo piensa. Luego. Ni siquiera piensa en Jerónimo. le hace el amor a su nueva amiga como un verdadero macho. y seguramente lo sabe. pero te iría bien un poco de crema hidratante. Jerónimo ha perdido dos mujeres a la vez. El eterno esquema de la pareja se repite siempre. para la piel. bajo la gran bandera azul del cielo. Y esta mañana está dispuesto a darlo. amo tu llaga. sino que le invitó a tomar una copita de orujo con ella. poniendo cara de muerta y con la sangre rodándole de la cabeza a la mejilla. de sesenta y un años. la falsa (todas lo son). según su cabeza. la relación de Llago con la vieja adivina. de la mejilla al echarpe confuso y del echarpe a la mano izquierda. la juventud. Llago corre en la moto hacia Madrid. es adivinadora de toda la vida. rompiendo un clima de quietud y eternidades que es como el mar. y con eso del porvenir ha ido reuniendo un cerdito cebado de pela. Hoy es jueves y la adivinadora cae asesinada.Francisco Umbral Madrid 650 62 LLAGO CORRE EN SU MOTO negra. «La adivina de Madrid.. Pero está enamorada de esta criatura a quien ha disfrutado y poseído como hombre y como mujer. llena de billetes de diez mil hasta arriba. y Llago estuvo una vez allí llevado por unos amigos. Llago recoge del suelo el palomar loco de los billetes de diez mil (la vieja había llegado a cobrar eso por consulta). decidido y alegre. que la vieja tiene entre sus tesoros. La adivina vive y trabaja en la calle Abada. como todas. Ana Clara Garrido Abel adivina a la gente sin necesidad de bola ni tarot. Le goza como hombre y como mujer. como otras mañanas. los pájaros locos gritan y gritan. que les hacían a los dos monstruosos y legendarios. azul. La melena femenina de Llago estaba en un viento profundo. hacia Madrid. de pecas y de edemas. Madrid le recibe con una densa palabra de calor y una extensión hermosa y dura de calles vacías y plazas inabordables. se ve que el pájaro es cobarde o poco afectivo. dispuesto a tomar lo que. la muerta se reclina un poco en el sofá. que era bollacón y hacía a todo. Con el brazo derecho. le pertenece. vil de vejez. eso no lo supo nadie jamás. La adivina ya le tiene harto. hasta el sexo de Llago. mientras le acariciaba los muslos y subía su mano enjoyada de tribus. aunque la bola se abre. y cerró la tienda por ese día. pero Ana Clara Garrido Abel. Llago tiene el golpe asegurado en Madrid. Ana Clara Garrido Abel recibe a Llago con alegría y susto. y se corta con los cristales de la bola. en la calle Abada. urgente y sombrío. en la trastienda. Ana Clara Garrido Abel. o a la inversa. un mundo de pájaros irritados y demonios de pega. incienso y . pero yo la he matado limpiamente. eres la adolescencia. desvencijada contra un sofá modern/style y un biombo hecho en casa.. En la trastienda. Así había empezado. con muchas bolas de cristal. llena de calaveras y pintadas. quizá la vuelta de la pescadería. como a una imagen religiosa. y también don Heraclio Fournier. Ana Clara Garrido Abel. en la estancia huele a oro. está vestida entre folklórica y Cleo de Merode. la vieja enamorada de Llago a través de todos los sexos posibles e imposibles. de muchos colores. traían al día siguiente los periódicos. con una mano de mortero de oro. como buscando la confortabilidad de la muerte. sombrío y antiguo. La adivina es un coñazo y una pesadilla en su vida. Es agosto. vamos a ver a la vieja. Ana Clara Garrido Abel. van a pensar que es sangre de la vieja. Ahora. que nos dice el día de mañana y se pasa bien. La adivina le trata como hombre y como mujer. cuando Llago la golpea en la cabeza hasta veinte veces (con una hubiera bastado). No le cobró la consulta. una bola de cristal. todo el tarot te es favorable. se enamoró del enigmático Llago sin saber si era chico o chica. dispuesto a acabar con esta relación que le asquea y le humilla. la vida. la mera vejez enamorada de la pura juventud. asesinada mil veces en las mil bolas de cristal de su trastienda. llena de joyas. no son horas. y le dijo lo que decían las cartas. —Llago. Llago sabe dónde está el dinero. y sangra. tomaron el orujo y la adivina le pasó a Llago unos billetes arrugados y con olor a besugo. llaga. asesinada de veinte golpes en la cabeza». pero no se mueven de su sitio (otros están enjaulados). Llago no tiene más que romper la bola. roja. entre sus pájaros locos y sus máscaras y sus bolas. y ruido de coches en la calle. yo no soy como Jerónimo». . se ha hecho de vientre con la placidez de la muerte. «Yo no soy Jerónimo. Llago había tenido la precaución de dejar la moto en otra esquina. pero suenan pasos en las escaleras de la casa (esto es un entresuelo. pues ya tengo resuelto el tema de la maga. como unos guantes estrechos que desearía quitarse. o sea que la vida es un asunto de hacérselo duro. el modelo de Jacobo. baraja española de don Heraclio Fournier y otras artes. la muerte es lo que tiene. mierda de pájaro y mujer muerta. quizá la muerta se ha hecho sus necesidades en el último momento. en todo caso huele como siempre (aquí tenía yo que acostarme con la tiaca). pero eso no resuelve nada. habría que disimular un poco el crimen. respira limpio. como suele ocurrir. ¿Haría el favor de acompañarme? El vecindario ya ha dado el cante y la policía está en el entresuelo que huele a destino. a través del tarot. el caballo blanco y sangriento de la muerte. En otro departamento policial comprueban que. llega a la calle. efectivamente. musita Llago. a puñados. se ve en el manillar de la moto las manos con guantes de sangre y en el primer semáforo se le acerca un guardia: —¿Y esas manos? Y se le acaba de caer a usted del bolsillo este billete de diez mil. aquí hay una pela para mucho. al fin. Y unas lágrimas masculinas y femeninas le corren por su hermosísimo rostro de adolescente de Leonardo. que recrudece de pronto todos los olores cotidianos de una casa. tarots. que me viene mareando hace tiempo. Ahora está tirado en un suelo de cemento con un cielo de barrotes. de su muerte. las adivinadoras trabajan en entresuelos). sale sin mirar a la muerta. Ana Clara Garrido Abel. adivina de sesenta y un años. manchándolos de sangre. Huele a cárcel y café con leche. pero mucho más. bola mágica. Ana Clara Garrido Abel no vio venir. a quien vio actuar con tanta decisión la noche de los muertos. sin saberlo. Llago se ha guardado todos los billetes.Francisco Umbral Madrid 650 63 mierda. Llago está siguiendo. o lo vio demasiado bien y lo eligió sabiendo que era su destino. Tiene las manos tirantes de sangre seca. la cabra tiene una hebra de sangre desde la boca a los vellones o el plumón del cuello. camina detrás del niño.Francisco Umbral Madrid 650 64 LA CABRA. quebradizas (que hace un rato han matado a una vieja con veinte golpes de mango de mortero). de un dolor asesino. cuando por fin ve a Jerónimo sentado a lo sioux. Jerónimo ha silbado varias veces a la Gilda y la Gilda no acude. ha venido a contarle a Jerónimo lo de la cabra. en la hebra de sangre de la Gilda. cierra sus ojos de reina de Saba. Luego. sobre el techo de la renfe. ha venido el niño (los niños son muy dados a las malas noticias) a gritarle lo de la cabra. Llago está en su celda. y se mancha las manos. el perfil clásico y adormecido. en su celda de cemento. la propia Juana?. lleno de una ternura vengativa. sangre bella. mira el neón de la cárcel. ¿Los muertos de la Almudena. Sólo que Gilda. y la nariz de una Cleopatra que siempre quiso ser cabra. ya sabe quién puede haberle colgado la cabra. pasa los dedos minuciosamente por su cabeza. Los aros de hierro y la cadena son casi como un juego en torno a esas manos femeninas y esas muñecas frágiles. a ver si me la quitan por falta de papeles. Hay una paz de sótano en la cárcel. un crimen. La melena aún le huele a los perfumes que usa. para que viesen que no era la misma sangre. porque a Llago ya le han lavado toda la sangre. la cabra. hacia los arroyuelos. sus orejas. Sangre fresca. sangre seca. con un fuera definitivo. solo. desde abajo. Llago se mira la camisa blanca con rayita verde y cuello de chica. como un alma de la que no han conseguido ahorcar el cuerpo. incoherentemente esposadas. como un ángel atrapado por la teología. Llago echa la cabeza hacia un lado. religiosamente. blanquísima. Llago mira su propia melena. etcétera. cuando le pongan un abogado de oficio. y empieza a dar vueltas en torno del animal muerto. la Gilda. una vileza. Llago. . como un ujier en un ministerio. libres de la ligadura de la sangre. Llago se mira las manos limpias. pero Llago no sabe nada de eso. la cabeza asiria y gratamente dormida en la muerte. hacia la cabra. acaricia su calavera. ahorcada. Gilda. La cabra. echa de allí al personal. a los curiosos. y hay paz en la Hueva (Jerónimo aún no ha sido avisado. Se pregunta quién ha podido ser. va doblando la cabeza hacia un lado. una paz de cielo alto y agosto cumplido. Chanel número cinco que roba de las perfumerías de Serrano y Hermosilla. la Gilda. por la parte de los arroyos. Llago. ni se sabe. quién. tenía que ser un niño. La cabra ha amanecido colgada de un árbol. con la espalda contra la pared de cemento. está colgada de la rama de un árbol. ya se ha dicho. ¿Y la moto?. Llago tenía que haber pedido que contrastasen su sangre con la sangre de la vieja. Una venganza. la indiferencia vertical y repintada de los barrotes («hay que mejorar las cárceles»). de un amor que clama venganza. paz fría de argamasa. sus cuerpecitos. este abogado pedirá el tal contraste. crecida y sucia (tendría que haberme lavado la cabeza antes de bajar a Madrid). con las manos lavadas. Justo cuando empezaba a estar inquieto. lo que más le preocupa ahora es el destino de la moto. lentamente. sentado en el suelo. que quizá haya huido. pero sometidas ahora a la ligadura de las esposas. de una rama. el granulado del cemento. muerta. Es como si tuvieran una alfombra para ellos solos. se pregunta Llago. ahora evidente bajo la piel. A los carceleros no se les oye. nadie se atreve a avisarle). Más o menos (no ha dejado de pensar: Jerónimo piensa más que siente). Jerónimo enciende un puro. Jerónimo abraza un momento el cuerpo blanco y aún tibio de la cabra. Un niño. Llago mira el pasillo por donde de vez en cuando pasa un carcelero indiferente y cansino. a lo flor de loto. con la cabeza de ángel agredido por la teología. pero demasiado tarde. alguien del barrio. de párvula precoz. se comía los arriates circulares que él puso con voluntad de plaza. nos ha dejado sin trigal y ahora espera que crezcan los tomates. fumando un puro. y ahora le hacen culpable del ahorcamiento de la cabra. y quizá con un pico en el alma. y si no lo hiciste. Paco llora contra la tierra y Jerónimo se come en silencio. lo tuyo no lo han entendido. en la Hueva siempre tendrás un sitio y en la renfe una cama. muy cojonudo. del dinero rápido que corre por Madrid. no tenemos tiempo que perder. El huerto de Paco queda convertido en un caos y la gente se va por donde ha venido. yo sé que tú no colgaste a la cabra. bebe y olvida. los pueblos asesinan a sus benefactores. desde lo alto de la renfe. la Gilda. golpean a Paco en la cara con bofetadas frías. lo cual que la marea creciente y roja de la Hueva viene creciendo contra Paco. se ve que esta gente no cree en la labranza. El tomate le sabe a campo. porque la cabra se lo comía todo. Paco es un cuerpo extraño a quien la Hueva no acepta. esta gente cree en el dinero rápido y lo tuyo era demasiado lento y aburrido para ellos. agradece que no te hayan asesinado. . aunque te comiese los arriates. ha colgado la cabra porque le comía los brotes. y Jerónimo le da a beber a Paco de su petaca de whisky. aplastan los tomates. el jardinero/«asesino» de los Urquijo. Paco. vivimos de otra cosa. Gracias por todo. todo lleva al personal. Paco. Llago desaparecido (o aparecido fantasmalmente en las páginas de sucesos de los periódicos). como un todo confuso y recalentado por agosto. hacia finales de agosto. La Hueva. no tienen tiempo que perder.Francisco Umbral Madrid 650 65 LA CABRA COLGADA. dan patadas a las lechugas moradas y la hierbabuena inocente. Pero. deja de llorar. no ha aceptado nunca. pisado. para qué te voy a mentir. tío. ni yo mismo. una cosa que sólo sirve para echarles salsa a los huevos fritos. o sea el trigal salvaje. a mordiscos. aunque Jerónimo ya cree saber bien quién le ha colgado la cabra. camina hacia el huerto de Paco. el hombre que quizá ha ahorcado a la cabra. el huerto floreciente de Paco. vamos a lo nuestro y ya te encontraré algo que hacer en la Hueva. Lo suyo es lo de Llago. un tomate pequeño y fresco que ha quedado como resto de la huerta de Paco. golpeado. a la media luz de la media tarde. el hombre que nos ha quitado el cielo anónimo de las fornicaciones. pisotean las plantas. desentoñan lo entoñado. lo que fuera el trigal. a naturaleza joven y tiempo serenado. porque la cabra. que te dejen en paz. que ha sido preso en Madrid y se confirma que andaba en malos pasos. el Llago daba más dinero que el huerto de Paco en un año. si los mataste. muy pausadamente. tú eres un tío legal. Jerónimo. estas cosas pasan. ya lo sabes. arrancan rosas y coliflores. pisotean nardos y berenjenas. mucho más terrorífica que la ira. pero esta gente no ha entendido tu esfuerzo. Paco llora tirado en el suelo. Paco. me da igual. y nosotros no tenemos huevos fritos. vivimos al día y del día. no sé si mataste a los Urquijo o no. lo ve todo. Jerónimo baja de la renfe y se acerca a él. Paco tú siempre tendrás un sitio conmigo en la Hueva. yo nunca he creído demasiado en tu huerto. que lleva en el bolsillo posterior del tejano. a mundo. y con calma terrorífica. con el sosiego de la razón. el jardinero. Pero se confirma en que eso no es lo suyo. contra el huerto de Paco. en una noche. pero decide no intervenir. con sosiego. pero verosímil. —Gracias. —Yo no quiero hacer bonito. en un desmonte de la Hueva. Blas? —Para hacer bonito. —Vete a la mierda. Las motos. Los golpes del hacha de Blas partiendo la leña son el despertador matutino de la gente de la Hueva. y los pechos grandes y caídos. seguramente se ha dicho aquí. muy fina y a todo lo largo. porque le tiene vicio a esa zona y porque sabe que el ladrón. Blas ve muchas mujeres en cada gallarda: todas las que no ha poseído. son unas gallardas místicas. Jerónimo. como todo artista. Blas corta leña. antes Marisol.Francisco Umbral Madrid 650 66 LAS GALLARDAS DE BLAS. maullando. Pero los hombres y las mujeres que tenían que encontrarse nunca se encuentran. para sus gatos. Blas da de comer a los gatos. salir a la compra con la criada. rojito. gatos peliverdes. Blas ya está partiendo leña. hacia las ocho de la mañana. naturalmente). malo. por hacer ejercicio. O más cinismo. y luego le pagan en hospitalidad y agua caliente. el rostro bello y borrado. los pechos que Jerónimo hubiese amado toda una vida. Jerónimo suele levantarlas de Capitán Haya. porque necesita quemar energías. abandonada de su hombre. y a las siete de la mañana ya están todos en el desmonte con las orejas en pico y el rabo en interrogación. o sea el Gades. Blas. gatos color guante. ya se ha dicho. Por otra parte. azules. Los gatos quizá tienen menos dignidad de lo que parece. Blas anda ocupado. Yo lo que quiero es que no me cojan. puta. y se ve que los gatos le entienden y ronronean como asintiendo a sus palabras. Blas se mete en su chabola. de modo que se ha pasado la noche recogiendo ramas perdidas por el campo. trabaja mejor en terreno conocido. Después de haber comido de lo que le dan (en la Hueva todos comen de lo que se dan unos a otros). siquiera sea para salir a la puerta de la calle y sentarse al sol. Blas. mientras la comida dure. pero los vecinos acuden a por la leña que Blas da gratis (Blas no tiene sentido del dinero). un golpeteo alegre de tarea que les anima a todos a tirarse de la cama. y el momento glorioso de su día es cuando Jerónimo sale de la renfe. mayormente. Blas se sienta en el suelo y va sacando envoltorios de comida y despojos para los gatos. como tantas veces. ni a nadie le importa. que no todo se le va a ir en gallardas o gayolas. tapa la luz con sacos. se tiende en la cama y se masturba . Después de lo de la leña. para que pueda bajar a Madrid con la máquina. en repintarle una moto a Jerónimo. punkita. Blas guarda de la comida que le dan en todas partes. Se encuentran otros en lugar de ellos. dulce y resignadamente caídos. Muy de mañana. Blas habla con los gatos. Estos días. quizá. Blas está ahora con la rayita roja de la moto. Jerónimo. prolongadas y visionarias. —O sea que ahora vas de artista. rojos. violentos gatos salvajes y dulces gatas grises y blancas. y ahora las trocea para sus vecinos. Jerónimo se acuerda mucho del día en que vio a Pepa Flores. ¿De dónde saca la leña Blas y para quién la parte? Esto no se sabe bien. y se acerca al trabajo de Blas: —¿Y esa rayita para qué es. como una virgen malagueña del XVIII que ha perdido el estofado (estas precisiones las hace el cronista y no Jerónimo. —Eso está resuelto. —Modestamente. que ya le ha fabricado una matrícula artificial. sólo que en la Hueva no se lee a Rilke ni a santa Teresa. como todos los místicos y todas las místicas. de mono. Blas ha pasado al otro lado de las cosas. virginales y un poco cachondas. es cuando Blas tiene una eyaculación tardía. desnudo y femenino. pequeño. una Virgen de pueblo que le puso cachondo porque tenía un pie desnudo y de yeso pisando la cabeza de la serpiente. dulcemente. penosamente. las mujeres que le gustaron en su infancia.Francisco Umbral Madrid 650 67 largamente. como Rilke y santa Teresa. pero no es lo mismo. feliz y salvaje. y su masturbación es un viaje en que él se está quieto y ante él viajan las mujeres que más le gustan de la Hueva. Ha probado con las mujeres. cuando lo trae Juan Gualberto de los Estudios de Cine. . que no están en ninguna parte. y luego llora de felicidad con sus ojos pequeños. su madre incluida. y en este plan. sino por las visiones. Blas es un místico de la masturbación. que es fugaz. sino solamente algún ¡Hola! atrasado. que son ideales. Blas. no se masturba por el placer. y gracias a sus masturbaciones ve cosas que están entre el cielo y la tierra. que es el suyo. esperanzadamente. quizá. y gracias a la masturbación sabe que hay un mundo más allá o más acá de éste. Cuando llega a lo de la serpiente y el pie de yeso. en fin. Juana se está vistiendo delante de los alguaciles. a ver si me dan un solo nombre. ¿y vienen ustedes a darme el coñazo por cosas que se oyen?. lavándole la roña a la Gilda.Francisco Umbral Madrid 650 68 LOS ALGUACILES andan como perdidos por la Hueva. a no ser que sean ustedes amigos suyos. llamo al personal y les linchamos a ustedes. y las noches a lo que me da la gana. comprende que Jerónimo no va a ofrecer bebidas a la visita y por tanto se retira. solamente con perdón. que ustedes. quien saquea a los muertos y se inventa mondas innecesarias. el asunto del despojo a los muertos. pero. nadie. o sea este barrio. la provocación del Poder. son cosas que se oyen. y de oficio. Jerónimo enciende el primer cigarro del día. ¿saben ustedes que en el barrio tenemos una calera? yo dedico las mañanas a mi cabra. la Gilda. recién lavada. nada. nada en particular. mientras no les detengan ustedes a ellos no vuelvan por aquí. nada. Yo bajo en seguida. en dirección a Jerónimo. y que usted monta y dirige el saqueo a los muertos ¿y quién dice eso en el barrio? no. a los inquilinos. La cabra. el cigarro sabe a Caribe y coño joven y negro de la cigarrera. ustedes no son alguaciles ni son nada. y luego les tiramos a la calera. y es bueno tener a quien echar la culpa. y le divierte la turbación que su cuerpo provoca en aquellos dos señores con cara de policías pobres. en este barrio. la ley. yo no sé nada. no. a veces hay quejas de los deudos. Son alguaciles de cara. bueno. lo mismo podía haber venido uno solo. no. —Pues ustedes dirán. claro. son como las once y media de la mañana. pues eso. completamente desnuda. cuando se sacan algunos cuerpos para hacer la muda. están perfectamente sintonizados. Los alguaciles van de pardo. ustedes dirán. Jerónimo desciende al interior de la renfe. o sea. pues nada. —Que venimos a tratar un tema. ya lo han visto. o sea el baranda. Juana mira la escena por la ventana de los Grandes Expresos Europeos. Jerónimo está sentado en el techo de la renfe. que en la barriada se dice que usted es el jefe de todo. los dos de paisano. solo o acompañado. hablan pardo. y las tardes a esa mujer desnuda que también han visto. aquí no hay nada que perdonar. un solo delator. los primeros expoliadores ¿han visto qué fino hablo? los primeros expoliadores de los muertos son los hombres del cementerio. con los colegas del barrio. aprovecha para saquear. que son dos mierdas de alguaciles. con perdón. claro. Los alguaciles son dos. la justicia de los dueños de las cosas. y ustedes no son más que dos . hasta que el personal los encamina hacia la renfe. ya que están repetidos. Juana acaba de vestirse. se va hacia sus picos. Jerónimo se tiende/tumba/ sienta en su diván y deja a los alguaciles de pie. ustedes son una puta mierda. que parece que lo va agradeciendo mucho. por ir acabando el puro. vayan ustedes a preguntarles a ellos. —Pasen ustedes al interior y que Juana les vaya sirviendo algo. etc. habla uno solo o hablan los dos. ya que la verdad la saben ustedes mejor que yo. el mandamás como si dijéramos. que hemos preguntado en el barrio y el barrio nos ha encaminado aquí. a lo que íbamos. Jerónimo lo advierte y piensa que la jai se va haciendo a los usos del barrio. en la calera. para el saqueo. con perdón de qué. a ver si nos entendemos. yo les diré la verdad. son una mera pardosidad. o quizá uno habla y el otro acciona (no llegan a gesticular: son discretos). y si no se van ahora mismo les mato. sin duda porque ha intuido que son justicia y quiere darles un primer pase de castigo. lástima que haya que matarla un día. usted ya sabe. no se sabe. incluso parientes. Los alguaciles son iguales. una especie de jefe. la delincuencia pasiva de los ricos tiene un límite aquí. mayormente. miran pardo. sigan ustedes. son los propios sepultureros. soplatas. o les quemo en cal viva. buenos días. . o sea que buenos días y largo. ellos son funcionarios municipales como ustedes. pero. y los alguaciles se ponían y quitaban el sombrero mientras iban saliendo.Francisco Umbral Madrid 650 69 funcionarios de mierda de una ley de mierda que aquí no llega con sus favores. escribientes. cabrones. hijos de puta. claro. pregunten a los sepultureros por los rubíes que arrancan del dedo de la niña muerta. afortunadamente. que debe de estar como entre la vejiga y la polla. eso es mucho papeleo. y Auxiliador no quiere que le lleven al Seguro —Piramidón (Ramón y Cajal). dale algo al Auxiliador. en la carretera de Andalucía. no quiero registrarte los bolsillos del esqueleto por si te queda alguna pela del Palace. cada vez más). o sea que lo mejor es que te mueras en el Primero de Octubre. y le anden a la próstata. quizá porque se reserva las mejores horas (entradas/salidas de los teatros y restaurantes). abotonada hasta el cuello. un Diez Minutos que le dio una señorita de limosna. por darle un último gusto a tu próstata. entre otras cosas porque ha disfrutado de los caballeros más que ellas: —Anda. y si te quieres follar a la Juana. y Auxiliador quiere tener la próstata limpia. el wáter con perdón. que son como trenes ascendentes y descendentes. que ya experimenta algunas molestias al orinar. de vuelta a la Hueva. a que te metan el dedo por el culo y te recojan el agüilla en una palanganita. y si te cuesta follar no folles. yo siento mucho lo de tu próstata. que pase a revisión. cáncer no tiene. pies obreros y gangrenados. pensando siempre que la mendiga es una puta pasada y no se merece nada. Auxiliador no tiene biografía. pues vas y te la follas. Todo lo demás es una galaxia perdida y polvorienta. eso es lo que te espera. que en seguida vienen los guardias con plumeros y papeles. mira. que es un hospital muy hermoso. quizá a la Gilda. Auxiliador comprenderá que todo el dinero recaudado y ahorrado en el parking del Palace es una mierda que no hay a quien dejarle. de la que Auxiliador no guarda memoria. para los gatos de la clínica o el horno donde se queman narices egipcias y canceradas. Auxiliador se queda mirando un momento. o sea que te quemen. todo de ladrillo en curva. una galaxia de barrio. un pincho de tortilla de patata con mucha patata y una gayola o gallarda que se hace en los servicios. Concepción. si es que el cáncer es prematuro alguna vez. y Auxiliador ha leído en una revista. cerebros con el cáncer crecido como un supercerebro marciano. Cuando su señora le ha relevado en el puesto de las Cortes/Palace. Hospital Clínico (que suena cacofónico). pero Auxiliador sabe que a Jerónimo no le gusta archivar muertos en la Hueva. pero siempre se baja en la estación anterior y se gasta dos duros (dinero que le pispa al patrimonio conyugal) en un vino tinto negro de Valdepeñas. Primero de Octubre u otro de ésos— y le duerman como a un perro experimental. que te trata con tanto respeto. o porque las mujeres incitan a sus maridos a dar limosna al hombre. manos anilladas de edemas y dulces vaginas azules de cáncer prematuro. o puede ser. de modo que pides que te incineren. que una eyaculación es la mejor limpieza de próstata. como en las carnicerías. y mondas. y luego le abran en canal. por la diferencia de horarios. para que le compren buenos cereales una semana. del ombligo para abajo. antes o después. intestinos como graciosas y condenadas sepias. como ya estuviste alguna vez. pero conviene revisarle de vez en cuando. tú el primero. o sea sacramental. no. pero ella no va a querer. Auxiliador se va para casa en el autobús. hígados como frutas podridas. salvo el reparto de periódicos. con su esposa. sí. el encuentro con su señora y el asentamiento en la Hueva. Auxiliador. y nosotros estamos al loro. o quizá antes. Auxiliador. porque Auxiliador ya no tiene vida sexual. y que . ahí tienes que ir a parar. la cabra. sin señalar. medio y cuarto a la señora ¿se lo envuelvo a la señora?. y le quiten y le pongan cosas. cara de vino y mano tendida. Se lo dijo el día en que Auxiliador fue a contarle lo de la próstata. Cuando ve a lo lejos los rascacielos rojos del Primero de Octubre. y luego tiren el sobrante a la papelera. ni quiero verte el cáncer de la próstata. entre otras cosas. los urinarios. o porque conoce a los famosos de cuando repartía Prensa. eso es. macho. las mujeres nunca quieren. Auxiliador saca más que su santa en el aparcamiento de las Cortes. tampoco quiero que te entierren ahí en la Almudena. que ya sabes que se hacen mudas con frecuencia. corazones como naipes mal jugados. o sea mi chica. pero yo no quiero que se me muera nadie en la Hueva. el día que pase a revisión final (molestias al orinar. y a lo mejor hasta nos hacen el censo.Francisco Umbral Madrid 650 70 AUXILIADOR va de gabardina larga. y el doctor le ha dicho que eso es mismo de la próstata. y bien ganado que se lo tiene uno. te lo digo porque te aprecio. aquí a nosotros que nos dejen en paz. y a tu señora lo mismo. y se acabó la historia. a medida que el autobús se aleja del paisaje del Primero de Octubre. los hombres siempre vamos delante. pan y botellita valdepeñas. A la próstata que le vayan dando. un champiñón al ajillo. . una de morcilla. baja al fin del autobús. Auxiliador. tampoco hay que tener depresiones. están llegando a la Hueva. pero sabe que en cuanto orine se le pasará. se alivia. Auxiliador se va olvidando de estas cosas. o sea. tú vas rápido a la calera. amigo. ahora mismo le molesta mucho la próstata. como las llama Jerónimo.Francisco Umbral Madrid 650 71 hagan contigo lo que les dé la gana. un pincho de patata. orina sobre el polvo de agosto. y si tu señora se pone pesada. no tenemos muertos ni cementerio. y al Jerónimo también. compa. tío. tron. se relaja. pero si a mí te me mueres en la Hueva o me traen aquí tu cadáver. somos el pueblo más higiénico del mundo. sonríe dentro de su gabardina (le sonríe todo el cuerpo) y se va a Casa Casiano a tomarse unos berberechos. lo mismo. una de pulpo. se iba por los sitios canallas de Madrid a joder al proletariado. a jugar a los bolos o a bailar. y la cabra tiene la cabeza entredormida y dulce sobre un muslo de Jerónimo. que yo soy hija de Esteban. el alarife. Estebanía. ya sé que eres el jefe.Francisco Umbral Madrid 650 72 A MI ES A QUIEN PERSEGUÍA aquel señor tan mayor con aspecto de cormorán. el alarife cincuentón. y su Seno de Abraham para los inocentes. Jerónimo rasca y rasca la roña limpia de la Gilda. cosa curiosa. aquel señor que venía persiguiéndome desde Madrid. amor. el rioja es el rioja. muy dispuesta. joder. y la Estebanía tiene unos dieciocho. o sea la Hueva. como si el pico tuviese algo de malo. ya sé que los hombres como tú no bailáis. yo no sé lo que sucedió. que fue cuando sucedió lo que sucedió. Jerónimo. con aspecto de cormorán borracho. ni siquiera hay calera. no. con perdón. y piensa. y Jerónimo comprende que el señorito/cormorán se enamorase de ella. como hacen todos los que se confiesan. Jerónimo. en plan soplata. ahora voy y se lo cuento todo al Jerónimo. la Iglesia es que la tiene tomada con el pico. y ahora Estebanía. los ojos negros y sin fin. el cementerio de la Almudena. relativamente cercano. Esteban. yo no he tirado nunca a nadie a la calera. salvo la . Estebanía. enfrente mismo de las quinielas. hasta aquí. que sin duda le ama. cuando se había bebido la primera botella de chivas. de modo y manera que cuando he visto cuánta cosa pasaba por mi culpa. Lo cual que yo no quise saber nada de aquel viejo con el pedal puesto. viene con todo el resentimiento a confesarse con Jerónimo. el cuerpo a medio hacer. se daba mucho al rioja. de que en este barrio. Jerónimo. el rioja calienta demasiado la cabeza. tú tienes que haber estado allí alguna vez. quizá. con perdón. si no le hubiéramos echado hace tanto tiempo. en este pueblo ni siquiera hay calera. con lo que el pueblo. su infierno para los condenados. su hija. el que se dice que le tiraron a la calera. tomó venganza (estas cosas siempre se saben) y arrastró a Esteban hasta la calera. bien. un día. ay. que sepa que yo soy la causante de tanto sensurround y que me tire a la calera. pero en realidad a soltarle cuatro verdades y cuatro frescas. por soplata. pero te diré. con su sitio para los santificados. una pura blanquinosidad que bala. o lo que hagan las cabras. perdona. la cara bella. aquel señor que usted tiró a la calera. pero él me siguió por metros y autobuses. lo conocí en un baile bolera de la calle Arlabán. si quiere. parece ser que el señorito/cormorán. entérate. con la cabeza baja. y dale con la calera. con la cabeza baja y rascando la roña limpia de la Gilda. ¿y qué es lo que sucedió. se ha sentado con las piernas cruzadas bajo la ligera falda transparente de maxcali. frente a Jerónimo (aunque Jerónimo no suele presentar el frente. Estebanía guarda el rencor de la muerte de su padre. entérate bien de esto. la melenita garson. muy prematuramente hermosa. joder. como la Gilda. y Jerónimo lo comprende todo. la muy hija de la gran puta. pero el párroco. y la Estebanía ha salido de su casa. y ahora sigue con el rollo. se ha subido al techo de la renfe por la escalerilla vertical y se ha sentado junto a Jerónimo. de una belleza antigua. que me deje de coñas y que estas fantasías las da el pico. o sea la calera. mismo enfrente de las quinielas. Estebanía?. hostia. como el Universo todo. no en los pecados y virtudes de Estebanía (que hubiera podido sacarle una pela al cormorán borracho). como está Jerónimo tantas mañanas. de que yo jamás he tirado a nadie a la calera. seguramente a jugar a los bolos. están sentados en el techo de la renfe. sino el perfil). blanquiblanca. de ahí que Esteban cobrase de la pasma y los maderos. el alarife que era un soplata. toda ella es muy hermosa. hijo. que por otra parte aparece limpísima. blanquísima. dispuesta a contarle al jefe de la tribu todas las verdades. sino en que la Hueva es como el cielo y el infierno. el que tú tiraste a la calera. y un día le tiraron a la calera entre todo el pueblo. bueno. Jerónimo. Estebanía. la justicia popular o colectiva. ya te digo. vayamos por partes. rascándole la roña a la Gilda. me diría que todo esto es demasiado alegórico. por si eso te dice algo. la cabra. que se dice. he cogido. bueno. y el rioja es malo. he agarrado y he dicho. La Estebanía se va con la rabia y la calma de no haber conseguido provocar a Jerónimo con lo de la muerte de su padre. Estebanía se jura venganza. pero no sabe cuál. que tengo que limpiarle la roña a la Gilda. Detrás de la cabra va Juana.Francisco Umbral Madrid 650 73 muerte. la señorita encoñada con Jerónimo. a bañarse desnuda en los arroyos cabreros. Tenías que ser tú. que Jerónimo no es el jefe de la Hueva porque sea el Rambo de la Hueva. y ahora vete. por primera vez. Gracias por contármelo todo. u otra tan hermosa como tú. demasiada cabeza. La Estebanía comprende ahora. . ¿pero es que no se trabajan ellos la muerte. veía a la cabra blanca y afganesa (quizá ni siquiera sea cabra. Estebanía. pero desde luego es hembra) correr hacia sus arroyos y picachos bajo la luz redonda y el sol extenso de agosto. o sea los curatas? —Gracias. Mientras Estebanía caminaba hacia su casa. quien trajo a aquel señorito de mierda hasta el barrio. sino porque tiene mucha cabeza. es como si hubiese muerto durante tres cuartos de hora. Blas avanza de caballón en caballón. una llamita fantasmal que recorre los bajos de la chica. ni siquiera ella (ella menos que nadie). de esquina en esquina. Blas. que tiene grabadas dos grandes iniciales. cuando creía que iba a ser el salvador providencial. A medida que Blas avanza. yo. cabrón. o sea. le ha bajado un poco la braga y. —Tú lo que eres es un reprimido. quizá porque al lado tiene una ortiga blanca. y que su vicio le llevará un día a la cárcel. Blas la mira a lo lejos. —Bueno. y Bellarmina duerme contra un ribazo. Septiembre está en su última semana. el latinoché. bella y pálida como un rostro comido por la lepra divina del cielo. Blas. Medrano le ha levantado la falda a Bellarmina. se está beneficiando a la tonta. Jero. Blas se queda quieto. tocando la guitarra hasta que se adormece a sí misma. con un mechero bic. hasta que identifica la sombra masculina. y decide acercarse paso a paso. gusta en el buen tiempo de dormir bajo las estrellas gordas y bajas del campo. como toda la Hueva (al menos los hombres). de silencio en silencio (la Hueva también duerme). sabe que Medrano es un vicioso de eso. Blas ve. sin que nadie se entere de nada. Las ausencias suponen que Bellarmina se queda durante quince minutos o media hora fuera del mundo. Aunque Medrano trabaja mayormente con las muertas. pero Bellarmina. que querías beneficiarte a la Bellarmina en una . el latinoché. periódicos de números y no de letras. en las afueras de la Hueva. Estamos ya en las afueras de las afueras. O sea en el campo. más que en un sueño cotidiano. Es lo mismo que Medrano viene haciendo en el cementerio de Vicálvaro y lo que hace todos los días. si no le ha llevado ya. Blas. Jerónimo. Basta un ligero golpe en la cabeza para provocarle a Bellarmina una ausencia.Francisco Umbral Madrid 650 74 BELLARMINA TIENE AUSENCIAS. que cae lentamente sobre la muchacha loca o tonta o genial o lista. Blas siente cómo el corazón le salta en el pecho. que siempre encuentra techo familiar bajo el que dormir. entre los ribazos y caballones del campo campo. Jero. pero no ya para cumplir su deseo. Blas ve una sombra alta y delgada que se aproxima a la muchacha. por la noche. Los nudillos campesinos dan con fuerza en el cristal grueso de la renfe. de las vírgenes y de los músicos. a la luna leprosa y creciente del otoño. el que lee periódicos en inglés. Es Medrano. Bellarmina. interrumpe su avance. a la Bellarmina que ya le ha quemado los pelos del coño con el mechero. Caminan hacia la noche de autos. que sin duda está hundida en una ausencia. espiando? Blas se siente cogido en falta. sino para espiar. como toda la Hueva. el latinoché. Este sitio ha elegido Bellarmina para dormir y cantar. O le han metido ya en el trullo o le meterán en seguida. el latinoché. la guitarra cruzada sobre el cuerpo. oyes. que Medrano. Primero les chamusca el pubis con un bic y luego se las beneficia. me doy muchos paseos. Jerónimo. pero de pronto ocurre algo. desde la sombra. cuando la Hueva también duerme. en ese otro mundo más verdadero de los muertos. más o menos. —¿Y tú qué hacías por allí. le está quemando el vello del pubis. Blas ha soñado con aprovechar una de las ausencias de Bellarmina para beneficiársela. Jero. vivas o muertas. conoce el ritual de Medrano. de sombra en sombra. la luna está en su cuarto creciente. Blas. para colocar allí a la muchacha. Eres un hijo de puta. como le dice Blas. — Eres un hijoputa. venías a hacer lo mismo. jefesito. Nadie irá a mirar si lo que duerme en esa litera es hombre o mujer. o sea un poco tonta. Medrano. Un leve reguero de sangre decoraba inoportunamente el muslo derecho de la muchacha. El Jero le sacude. Y Blas se va a su casa. pero se te han adelantado. Bellarmina tenía la falda por las tripas.. Cuando llegan al lugar del suceso. le había quitado el virgo.Francisco Umbral Madrid 650 75 de sus ausencias. cómo decirte a vos. Medrano yacía sin sentido. enciende un puro y fuma. porque lúcida no se entrega ni a un dios. ella se me insinuó. pero no puede dormir. Jerónimo utiliza la litera alta de Juan Gualberto. . le ha quitado el sitio. —De verdad. como un corazón blanco que da soledad o distancia. como una manzana de rostro lunático comido por la lepra de la luz. jefesito. jefe. no me sigas. el sexo al aire y los muslos blancos de luna y largos de música. Jerónimo tomó en brazos a la chica. que era inocente. —Largo a tu casa. la Hueva duerme y la luna. latinoché de mierda. Bellarmina ha pasado sin transición de la ausencia al sueño saludable. aquella noche. Eres un Cantinflas de mierda y yo voy a hacer que te embaúlen. Blas se revuelve en la cama. en Vicálvaro o aquí. Blas. y que unas veces viene y otras no. pero no sabe a quién. nomás.. Medrano. contra el costado del caballón de arena. pelado por la lumbre y no por unas tijeras. al que otro hijo de puta. pese a que se ha hecho otra gayola. —Es que verás. que era el que tenía caído. gilipollas. alumbra el barrio con indiferencia o tristeza. tú hubieras hecho lo mismo. que no ha venido a dormir esta noche. que la niña se me insinuó con la pollera. La hostia de Jerónimo sonó como un latigazo de velocidad en la mandíbula de Medrano. y lo que le apetece es pasearse al aire libre. sentado en ella. era un sexo chamuscado. Blas. o sea.. bajo la luna creciente. El Jero necesitaría matar a alguien. la hija de la lavandera. insomne en su litera. —Todos habláis como Cantinflas en cuanto os cogen. Ya se sabe que es la litera de Juan Gualberto. pero teme que el Jero esté al loro y le pegue un tiro.. el latinoché. Efectivamente. El Jero. caminó con ella hasta la renfe. Medrano. Medrano duerme dulcemente sobre el cuerpo largo y ausente de la «muerta» Bellarmina. a Bellarmina. también se ha dicho. pero los fuma todo el rato. No sabía de qué iba nada y entonces se vino. con lo que su sonrisa (y Paco sonríe mucho) presenta dos huecos de sombra. hasta que consigue el salto cualitativo de la cantidad a la cualidad. y no ha buscado nueva compañera. Como la sangría fue en verano. y estaba claro que aquello era o parecía un crimen entre aristócratas. y vive solo. Parece que el grado de cocinera jefa de la cocina da el título de doña. la doña Jacinta. Jerónimo.Francisco Umbral Madrid 650 76 PACO LLEGÓ A LA HUEVA huyendo de la pasma. y ni se escribe con la familia. sonrisa de vampiro bueno e inverso (ya se ha dicho) por faltarle precisamente los dos colmillos superiores. por autobuses con transistor. Paco es de estatura media. dice él. a Paco le tocó todo el mogollón. que Paco no se suma a las romerías hacia la Almudena. saludable. Desde entonces. sino por no dar pistas a la pasma. siempre dispuesto a regar un geranio o regalar a una doncella (por las orillas del río/limones coge la virgo. Paco es algo así como un vampiro a la inversa: quiere decirse que le faltan los dos colmillos. aunque todos sabemos que su señora está enrollada con un guarda jurado de La Moraleja desde cuando entonces. que eso nunca se sabe. no por nada. ¿Y sus señoritos eran capaces de hacer esas guarradas? —¿Dónde está el orden del mundo. de modo que Paco sigue siendo Paco. que el doña le viene de haber sido cocinera de unos marqueses. riñones dolientes. Todo el barrio se siente culpable de sus saqueos a los muertos. mondar y robar muertos. mismo del oficio. por metros con violinista. u operándose una hernia en el Seguro. hace ya ocho o diez veranos. mudar. le habían enseñado a respetar a los muertos. Este disidentismo de Paco no acababa de agradar en la Hueva. herniado y sonriente del barrio. ya que Paco creía en la aristocracia como los católicos creen en los curas. que de la Hueva procedía su mujer. quiere decirse que hacía labores de esquileo cuando los jardineros de plantilla estaban de vacaciones. si es que los vio alguna vez). de vecino. bajo y fornido. Lo único. o de murciélago malo con orejas de lechuga. siendo como era Paco el hombre más servicial. y no acuchillados por un zurdo. Lo de los marqueses de Urquijo fue muy fuerte para él. joder con Paco. hasta la Hueva. que se acuerda mucho de ellos. como es debido. se niega a pelar. que es hombre casto de unos sesenta. Paco era jardinero auxiliar en casa de los marqueses de Urquijo. y un día le van a tirar a la calera o va a pasar algo. calva. pero el grado de jardinero sustituto no da ningún título. vaya usted a saber) una hierbabuena. y en la Hueva todos le conocen como tal. como los de Urquijo. Paco es pelón. Paco fuma puros malos. dónde está el orden del mundo? . Pero es que llega la noche de los muertos y Paco se niega o se va a Madrid a ver a su señora. porque los señores de Urquijo (aunque los vio poco en su vida. unos marqueses que murieron en paz y por su sitio. de cáncer natural. residente o huésped de Jerónimo. dos colmillos negros e inexistentes que le hacen casi tan terrorífico como los vampiros de las películas. de modo que el absentismo funeral de Paco no gusta a nadie. por estar siempre al sol. pese a su cara de buena persona y de hortelano sencillo y de criado inmemorial de unos señores marqueses. calvo. por el olor mayormente. pero la culpa es menos si se reparte entre muchos. Paco está en la Hueva. que es una cosa que viene en el catecismo. huyendo y huyendo por trenes de cercanías. dígame usted. que todos tenemos mucho que callar. robados por las dependientas de la Hueva en las peluquerías o las esteticien o los grandes almacenes donde trabajaban. —¿Y no estaría el Paco. a medida que llegaban el Diez Minutos y el Semana y el ¡Hola! y todo eso. —Cada día está más claro que a los marqueses se los cepilló la familia por la herencia. Maxcali. Jerónimo: —Aquí nadie llama a la pasma. aunque él no sabía lo que era el fascismo: —El orden es la violencia. el vampiro bueno. etc. pese a sus buenos servicios de jardinero y hortelano. —Y con la ayuda de los subalternos. El orden es el desorden. compi. no sea que el Paco sea una bomba de relojería. Paco. Lo cual que Paco. metido en eso? —A ver. la jardinera maricona. Ni siquiera en Jerónimo encontró consuelo. Paco. Y de la protección de Jerónimo iba viviendo. refugiado de la pasma? —Yo llamo a la pasma y que vengan a preguntarle.Francisco Umbral Madrid 650 77 —El mundo no tiene orden. ¿Si no. muy suavito. Paco. qué hostias hace aquí. O sea que cremallera y al Paco dejadle suavito que os riegue los geranios. . casi sin saberlo. a ver si te aclaran. no era bien mirado entre los vecinos de la Hueva. Lo único que encontró en Jerónimo fue una frase fascista. Sepu. cuando se levanta. y que también traía un cuchillo en la mano. si no era Erasmo. y le tira al fondo. cuando están almorzando los tres (la Gilda) sobre la renfe. son dos cuerpos de bronce blanco en la noche sin nadie. bajo la luz de bronce de la luna. o sea que la cabra. El fantasma de Erasmo (Jerónimo cree en los fantasmas) ha venido a matarle. por primera vez. se dice Jerónimo. y vio a Erasmo a través del cristal de la renfe. Jerónimo y Erasmo. Jerónimo siente. pero la Gilda. haciendo familiar lo remoto. Jerónimo salió de la cama. mi mejor amiga. Es un fragor de cuerpos adolescentes y poderosos. Jerónimo le corta los cojones a Erasmo. desnudo como estaba. pero él no). se matan. que jamás va a ir para atrás ni para adelante. Pero Juana le pregunta por la mañana. que sin duda venía buscándole. La luna moldea las dos figuras como un escultor aburrido. a Jerónimo se le presentó Erasmo. mientras Juana y él almuerzan de lata en el vagón de lujo de la renfe. al reguero de sangre. Los cojones de Erasmo también los ha tirado allá abajo. está desganada y ausente como si en efecto estuviese almorzando con un asesino reciente. ahora que tanto le apetece huir con Juana. se puede poder. con esa cosa tan parecida que el amor tiene con la muerte. y va dando patadas. que no va a llevarles a ningún sitio. . o sea. Las muertes no hay quien las tape. desangrado y despiezado según las normas y la moderna maquinaria del matadero. mayúsculas. Jerónimo piensa en su sueño. que la vida no es toda la vida. y con una Erre y una Efe. se puede? ¿A quién he cortado yo los cojones y he arrastrado luego hasta la calera. cansado. sigue la sangre milímetro a milímetro.Francisco Umbral Madrid 650 78 UNA NOCHE. con lo que el otro muere y se desangra. o quizá no. y Jerónimo se estremece tocando su cuchillo (el cuchillo sabe a quién ha matado. con sus grandes iniciales de los Grandes Expresos Europeos. Los trenes silban en la distancia. Erasmo y Jerónimo combaten en silencio. Se vuelcan y revuelcan. cuando vuelve de su crimen. como en los toros. según ya se ha dicho. Sólo el fragor mudo de su pelea silenciosa altera la paz elíptica de los astros. asqueado de su propia sabiduría. cosas. bajó las escalerillas de la renfe y se presentó a Erasmo. Jerónimo dormía desnudo. A la mañana siguiente. que le ignora. rameadas y cursis. amor? ¿Se puede matar dos veces a una misma persona? ¿Se puede pelear con un fantasma. que pueden pasar cosas. pero recorre el camino de la renfe a la calera y encuentra el reguero de sangre que tapó la noche anterior. con la Juana. por el ferragosto. así por las buenas. va a ser mi delatora ¿y en quién se puede confiar en esta vida? Jerónimo cubre de polvo el reguero de sangre hasta el borde de la calera. Erasmo estaba desnudo y con un cuchillo en la mano. en sueños. su víctima. y Jerónimo experimenta la torpidez de este tren parado en la mitad de agosto. ha venido a vengarse. casi como en el amor. pero. a quién maté en el matadero de Legazpi? ¿Un amigo suyo que venía a vengarle? Jerónimo nunca lo sabrá. ¿con quién te peleabas anoche. despellejado. bajo el polvo que la sangre ha hecho sagrado. durmiendo con la Juana. y Jerónimo le arrastra hasta la calera. se acuchillan. Juana. Nadie se da cuenta de nada. Jerónimo y Erasmo se revuelcan sobre la tierra. el muerto real del matadero. evidentemente. la cabra. reparten cuchilladas como esquirlas de luna. que la realidad no es real. como distraídamente. hay un reguero de sangre que Jerónimo va tapando con el polvo de los pies. Francisco Umbral Madrid 650 79 MARÍA ES LA GRAN FOLLADORA de la Hueva, la mujer perdida, la pecadora de los Evangelios y de todas las crónicas y comunidades de la humanidad. Anda alrededor de los veinte, pero es que empezó madrugadora con un lañador que pasaba por el barrio, que era gitano y sabía cantar por Pepe Blanco y hasta por Manolo Escobar. Un poco la niña errática y desnuda del barrio, sin familia ni paradero, María vive de lo que los hombres le quieren dar o no dar: cama, techo, protección, desprecios, golpes, amor, sexo, sortijitas o insultos. El lañador parece que la dejó empreñada, pero una de las viejas de la tribu le puso remedio al trance, en una noche de luna, mediante hierbas y sangres, sin mayor dolor, y, desde entonces, que ya han pasado unos cuantos años (María tiene un pasado), la mujer mala de la Hueva le ha perdido el miedo a esa simiente loca y crecedera, toda de tiempo y humedad, toda de instante y violencia, que los hombres dejan en la tripa de las mujeres. La chica es ni alta ni baja, con la cara un poco de chico o de adulta cabreada, los pechos sueltos y andarines, los glúteos ni grandes ni pequeños, o sea en proporción, y un ritmo natural vivo, un ademán corto y rápido, una gracia seca y nueva. Se calcula que María, o la María, se ha acostado ya con todos los hombres de la Hueva, y de eso va viviendo y va follando, siempre rondadora (las amas de casa no la quieren ver cerca de la chabola), vestida con un trapo, o con una viscosilla fina de Maxcali que le ha traído un novio repentino. María es la perra salida y loca de toda tribu, de todo clan, de toda comunidad, y apenas cambia de barrio ni baja a Madrid. Sabe que lo suyo está en la Hueva. Cuando a María la insulta o le da con la escoba la esposa de algún hombre que se la ha llevado al río, la María reacciona y les llama a todos revientamuertos, saltatumbas y suntuosos, que a lo mejor quiere decir hipócritas, en su lenguaje, vaya usted a saber. Quizá el único hombre del barrio con quien no ha yacido nunca María es Jerónimo, que a Jerónimo se le dan las putas finas de Madrid, y ahora anda enchulado con esa señora señorita Juana que vino buscando al novio perdido y ligón, y se quedó a vivir en la renfe y ha soportado hasta que le quemen el coche, que era rojo y parecía de precio, como de carreras o así, lo que es estar encoñada una mujer, y luego dicen de una, claro que Jerónimo es el mejor macho de la Hueva, pero en la renfe me tiene prohibido entrar, ni arrimarme, que aquí están todos salidos y no quiero orgías en mi casa, María, te los tiras a todos por entre el trigo salvaje, que es lo tuyo. Una noche, el cielo de la Hueva se pone rojo, las llamas andan persiguiendo nubes como diablos que persiguiesen ángeles, todo el barrio sale a ver el espectáculo y ponerle remedio, si es que lo hay, el trigo salvaje ha ardido contra la luna de agosto, una esposa corpulenta y hombruna le ha prendido fuego al trigo porque sabe que entre la noche tupida y caliente está su marido fornifollando con la María. Unos cuantos vecinos sensatos traen cubos de agua del arroyo y del pozo y van apagando la llama, de modo que la herencia del fuego da su gran humo y todo el poblado flota en el aire parado, como otra luna, envuelto en nubes negras, rosa, rojas, grises. La María y su amante de esa noche aparecen por entre el coro de arcángeles de humo, como expulsados de algún paraíso, vestidos sólo del tizne de la lumbre y el humo, él fondón, arrogante y humillado, ella cada vez más virgen y con el cuerpo erguido y como puro. En el pensamiento de la pequeña multitud se mueve, como otra nube, aureolando todas las cabezas, la idea de tirar a María a la calera. Es una cosa que no dice nadie, pero que se ve en los ojos de todos, hombres y mujeres, salvo el macho agosteño de María, que ha desaparecido como Francisco Umbral Madrid 650 80 desaparecen en estos casos los machos. Jerónimo ve esa luz, ese pensamiento que brilla, ese sentimiento general, ese ademán colectivo, ese impulso quieto de la masa, algunas mujeres se han acercado ya a María, la golpean o la escupen. El cielo requemado pone mayor fuego en el fuego de las miradas. María ha descendido de su poblado de humo y luz, de su luna alta y en llamas, y ahora camina entre un pasillo de cuerpos y violencia, a la calera, a la calera, brillan ya las primeras voces, decisivas como espadas. María, ven aquí, María, Jerónimo, en camiseta, erguido en la escalera de la renfe, con un cohiba apagado en la boca, llama a la muchacha, todo el barrio es ahora una imaginería quieta, sólo María camina hacia Jerónimo, que la ayuda a subir la escalerilla, y vosotros mirad a ver si está bien apagado el trigo, a la que vuelva a quemar el trigo la quemo el coño, y todos a casa a dormir, venga, rápido, Jerónimo mete a María en la renfe, todos los durmientes tienen las cabezas levantadas, en su departamento, esta noche vas a dormir con Juana, Juana mira a María con miedo, asombro y asco, Jerónimo deja a las dos mujeres en el departamento, cierra por fuera, se guarda la llave y sube al techo de la renfe, a dormir a la intemperie. Mientras va cogiendo el sueño, en camiseta sobre su nueva cama de tablas y acero, aún le navega por la cabeza, ni muy alto ni muy bajo, lentamente, un mundo lunar y conocido, la Hueva, como una luna pobre, de oro, humo y color rosa. Francisco Umbral Madrid 650 81 PACO SABE que en el barrio no acaban de quererle, puesto que ha venido aquí huyendo del crimen de los Urquijo, aunque él nada tenga que ver con el tema. En el barrio temen, sin duda, que un día la pasma se presente buscando a Paco, el jardinero suplente, y se los lleve a todos por encubridores. Paco, por caerle bien al personal, se acerca a los arroyos, poda y arregla lo que puede, con herramientas que nadie sabe de dónde ha sacado, le pide permiso a Jerónimo para plantar unos matojos y unas florecillas en la plaza, a ver si por fin cobra perfil de plaza, ya que no es más que un ruedo de polvo, Jerónimo le da el permiso, Jerónimo estaba convencido, por mero conocimiento de los hombres, de que Paco jamás se ha vestido de sangre, y espera que la propia bondad y utilidad de Paco acabe ganándose a los vecinos: —Pues claro, Paco, planta lo que quieras, hombre, que todo se lo comerá la Gilda. Paco ha mejorado mucho los entramados más difíciles de la braña, por la parte de los arroyos (si es que llegan a tal), donde se bañan Juana y la Gilda (y las vecindonas de la Hueva, por el ferragosto, vestidas, levantándose el ropón hasta la pantorra goyesca, mayormente por aliviarse de pies, que los tienen hinchados, recalentados, gordos, cansados y duros. Los arriates de la plaza, efectivamente, se los va comiendo la Gilda. Los hombres de la Hueva piensan que eso de bañarse es cosa de mujeres y de maricones. Paco, calvo y sesentón, con un puro apagado en la boca, que es una colilla de Jerónimo, trabaja en sus rosales de polvo y miniatura, en sus jacintos de viento y fugacidad, y mientras trabaja piensa, mayormente cuando anda por la braña, los pies en el arroyo, solitario: piensa que le ha tocado vivir una vida de delincuente, de fugitivo, a él que siempre fue respetuoso con los valores de los señoritos, sobre todo de los suyos, y que todavía no acaba de creerse lo del crimen de los Urquijo. Paco se siente condenado a cadena perpetua, cargado con una culpa tan real como si lo fuera, y eso le va creciendo en el alma, como un cáncer, y es ya toda su personalidad: una personalidad de delincuente en la inocencia, un alma transparente que el azar ha esmerilado de sombra. Sólo se consuela un poco cuando cuaja una rosa del rosal, rosa de luz y nada, de polvo y fugacidad, como su inocencia. Pero una rosa, para un jardinero, siempre es una rosa. Algo con lo que se puede hablar, y eso consuela mucho cuando uno no puede hablar con nadie. —¿Es que voy a tener que soportarte toda la noche? María, semidesnuda, se mete en un rincón, en cuclillas, y parece que se dispone a dormir así. Juana está incorporada en su lecho, como una romana en el suyo. —Jerónimo me ha metido aquí. Son la señora y la esclava, sí, como en una escena abominable de «Popea». —No pensarás dormir conmigo. —No. —Procura no molestar. —No. —¿Cómo que no? —Sí. Juana mira el cuerpo tiznado, semidesnudo, joven y pecador de María. No sabe si María le da asco, miedo o ambas cosas a la vez. Apaga la luz y duermen. Juana se despierta, al amanecer, pensando que ella es a María lo que María es a ella, yo soy una sexos. Luego. y duermes un rato a gusto. para comprobar que los durmientes de la renfe ya se han ido. María esconde la cabeza entre los brazos y sigue durmiendo. María se ha dejado los hombros fuera y Juana. la ligereza de su dibujo y lo aspérrimo de su piel. Jerónimo no se presenta en toda la mañana. María se vuelve a dormir en el acto. —Mujer. vagamente. —Sí. María es una puta gratis que se acuesta con los hombres de la Hueva por un filete empanado. puedes pasar al lavabo y lavarte un poco. . Juana se mete en el baño y se arregla un poco. que es más o menos de su edad y que le recuerda un poco. curtido y afilado. ¿Seré yo un bollacón? No. Juana mira el cuerpo débil y sucio de la muchacha. moreno. estoy acostumbrada a dormir al raso. —María. Yo también me arreglo con eso. —Qué. señorita. Juana simplemente. —María. Juana advierte con espanto que le gustaría proteger todo eso. No le apetece nada separarse de la mujer de la Hueva. dentro de la litera. que yo me levanto ya.. —Que todavía tienes sueño. ahora voy. —Tampoco te pongas así. señorita. duerme con la cabeza entre los brazos y los brazos sobre las rodillas. que se te va a quebrar la próstata. desnudo. se inclina sigilosamente sobre María y le besa con levedad y duda el hombro izquierdo. aparte los arroyos. en busca de Jerónimo. a los argelinos adolescentes que se beneficiaba en París (primer viaje). lo que pasa es que una es sensible y no puede soportar la miseria tan de cerca. —Que debieras haber dormido conmigo en la cama. abrazar a la sucia y misérrima María. como si presintiera (Jerónimo es que lo presiente todo) que la relación entre mujeres excluye al hombre. —Qué. —Mejor que otras noches.. Juana se sorprende a sí misma pensando que debiera haber dejado a María dormir con ella en la cama/litera. Al fin sale de la renfe. —No me llames señorita. mirando primero al exterior. bien sea relación de amor u odio. desnudos. hecha un nudo en sí misma —esbeltísimo nudo—. ahí lo habrás pasado mal. admirándola. contemplándola. de la bella y sucia María. y Juana se queda mirándola. María. Estas reflexiones le ayudan a Juana ver a María con menos repugnancia que la noche anterior. Ven aquí a la litera. —Si quieres. cuerpos. la piel de crema de Juana y la piel de intemperie de María. —María.Francisco Umbral Madrid 650 82 puta cara que se acostaba con el cormorán por dinero. —Ahora voy. Me llamo Juana. joder. señorita Juana. desnuda y tiznada. —Tampoco es eso. —Qué. meterla en su cama. gracias. Auxiliador. —No. Y hay en el vagón un intercambio de mujeres. escarba. —Es por el bien de ustedes. oiga? —Y yo qué coños sé. pero que poco tiene que ver con el agro. —Muy poderoso parece usted. un pueblo de marginados de la urbe. quema rastrojos. Los hombres y mujeres de la Hueva no entienden eso del campo. plantas hoy y recoges dentro de muchos meses. La primera mañana. el territorio. —Que le ha mandado Jerónimo. suda por la calva. —Que nos va a hacer una heredad. el saqueo.. para traerte aquí a las mozas por la noche. —Yo haré que dé tomates y patatas y un poco de todo. —A lo mejor Jerónimo piensa tener un vergel para pasearse como un príncipe. que va para tan largo. que esta tierra no da nada. ara con un pequeño arado romano que es casi como un viejo juguete. Los hombres y mujeres de la Hueva están acostumbrados al dinero rápido del robo. huevón. con vecinos o sin vecinos. un hombre que está empezando a cambiarles la geografía. —¿Y qué es eso de un vergel. —Pues yo prefería el trigo salvaje como estaba. como usted lo ha dicho. —Preferimos los filetes. —Tiene la venia de Jerónimo. con la putilla madrileña. Paco trabaja en el trigal salvaje. que ha empezado por segar al cero. la limosna. pero tiene toda la utillería a punto. . hace las labores del campo. —A mí me gusta lo que me sale de los cojones. cava. oiga. Estas artes de Paco. a fin de cuentas. —El champi con Valdepeñas. los vecinos le hacían corro a Paco y casi no le dejaban trabajar: —Que nos va a hacer una finca. y que encima goza de la protección del jefe. ¿Y qué coños come uno mientras tanto? —Para mí que este pardal se está quedando con Jerónimo. —Y perdón por señalar. con gran escándalo de algunos vecinos. Pero van a tener ustedes hasta champiñón. —Claro. —No nos gustan los tomates. en principio claramente beneficiosas para todos. —A Auxiliador le gusta el champi. despiertan una nueva y vaga hostilidad del poblado sobre Paco.Francisco Umbral Madrid 650 83 DESDE que Jerónimo le ha dado permiso.. —Además. misteriosas para el pueblo de la Hueva. No se sabe de dónde ha sacado Paco las herramientas. un pueblo urbano. si salen bien. —Filetes me temo que no va a dar el huerto. —No. arranca. Paco. —Le ha comido el tarro. Comida para todos. el crimen o el juego. trabaja la tierra. con o sin la cabra. en su cama/litera. arando. vergel. del buen Paco. —Pues tendrán que gustarte. en la postura del loto. del navajazo y el recuento. «Hay gente que trabaja a la corta y gente que trabaja a la larga. vergel. le gusta y le excita. sabe que debajo de él. ¿nos va a hacer usted un vergel? —No. «Resulta que todavía quedan antiguos que creen en el curro. Vergel. Les sonaba a laurel y a besamel. Hay que joderse y agarrarse para no caerse.» . por otra parte. Nosotros estamos todos juntos. Tardan en levantarse y eso es por algo. que nunca habían conocido otro vergel que los muertos de la Almudena.» Mientras Jerónimo está sentado en el techo de la renfe. Dos tías juntas acaban siempre en bolleras. por donde todos se pasearían a las horas que dijese Jerónimo. —Pues por eso. escardando. Empezó a gustarles la idea de tener un vergel.Francisco Umbral Madrid 650 84 —Yo digo lo que me da la gana. Jerónimo. Uno dice las palabras que sabe. de la pispa y el tirón. abonando. y no me joda usted más. «Un día tengo que decirles que monten el chou para mí.» Paco. mas. incesante. aquí. cavando. encima. Jerónimo. en fin. Jerónimo. Pero la palabra vergel les sonó bien a todos. Le basta con esto para saber que ese hombre es inocente. pero tampoco le desagrada la experiencia. —A mí no me gustan los tomates. esto sólo va a ser un huerto tomatero.» Pero a Jerónimo no le asusta la idea de un entendimiento entre Juana y María. Me parece que las pierdo a las dos. en lo que fuera el trigal salvaje. de la chirlata y la cartera en el Metro. y la palabra entreoída e ignorada iba poniendo una nota verde y extensa en el oído y el corazón asesino de las gentes de la Hueva. Así se reparte el personal. Eso es todo. ve a Paco trabajar. podando. primero desde la ventanilla de la renfe. pues ya les pueden ir dando mucho por retambufa. él siente un poco como sus vecinos: que ellos son gentes del dinero rápido. duermen dos mujeres bajo llave. y luego sentado en el techo del vagón. No va a tener que conocer el significado. Paco es un forastero que trabaja a la larga. con los aperos que nadie sabe de dónde ha traído. es casi una provocación de bondad y laboriosidad para la vista de Jerónimo. mirando al sol naciente y al remoto y afaenado Paco. A quién se le ocurre encerrar una tía buena con otra tía buena. Porque el que había dicho vergel era Casiano. Y los niños le preguntaban a Paco: —Señor Paco. el del bar Casiano o Casa Casiano. Bueno. Y de pronto Jerónimo tiene la idea: «Éstas acaban haciéndose un bollo. del alba a la puesta de sol. hijos. con gran sombrero de paja por el sol de agosto. A ver lo que da de sí esta pijada de la agricultura. estás perdiendo facultades. porque trabajamos a la corta. a lo lejos. no le ve mucho sentido al trabajo largo. sino que incluso le divierte. Casiano. —Razón que le sobra. regando. Jerónimo es un dictador y los dictadores se las piensan mucho. lento. éste les dijo que el niño podía llamarse Santiago. con sus nubes. y vosotros sois muy castellanos. pero la otra i es latina. de arriba abajo y para siempre. pues que ellos no le han explicado otra cosa. chicos y chicas. sus tormentas. les dice que son unos analfabetos y que se han equivocado. también como suele usarse. pero a ellos no les gustaba aquella letra que no conocían y que parecía un guerrero: —¿Y esa letra viene en el catón. Llago. por respeto. Juan Gualberto y los suyos (Jerónimo andaba por Madrid puteando viejas). por pudor o seguramente por pereza. Llago. no sabe nada de esto ni se cree hijo de padre y madre. Llago es hijo de Auxiliador. porque cuando fueron al párroco con el bautizo. Se da por supuesto que Llago se ha acostado con todos los adolescentes de la Hueva. que Auxiliador no había pensado nunca en eso). Jacobo o Yago. Llago va de melena larga y rubia. como los trigales salvajes. ya que en este matrimonio. sus mañanas azules y sus tardes de cobre reciente. y los policías se sonríen y siguen con su underwood. ojos de un verde claro y duro. Bueno. hembra o las dos cosas. con elle. Llago se escribe así. o sea Auxiliador. que era un pequeño búnker con una cruz. antes de que Paco los segase. Es corto y bonito. mientras que su señora no aportaba nada. hijos míos. —¿Y cómo se pronuncia esa letra que nos ha enseñado? —Como la elle. en equis. con dos eles. Nosotros los pobres es que somos muy españoles. luego metieron el cadáver en la iglesia. adolescente y efeboandrógino. al revés de lo que se lleva. que todo viene a ser lo mismo (le bautizaron después de casados. jamás ha sospechado que pudiera llamarse Yago. Nosotros somos latinos. y queremos que nuestro hijo lo sea. tan castellana. —Pues si es griega no es española. y el párroco les mostró los diversos nombres del glorioso apóstol. Explicar los jaleos familiares es que es una cosa que da como mucha pereza. Llago tiene dieciséis años y la elle de su nombre le hace algo así como el masculino de llaga. a cantazos. realmente. boca de infanta hermosa y brutal. sobre todo cuando monta la moto o camina contra alguien. cuando sepa: la Iglesia tiene sabiduría para todo. Esto sólo podría haberlo dicho el señor párroco. o sea con elle. y que él lo escriba así. Sólo cuando la pasma le echa la zarpa y ve que escriben su nombre con la otra letra. De modo que al niño Yago podéis llamarle Llago.Francisco Umbral Madrid 650 85 LLAGO ES HIJO de Auxiliador y señora. hijos míos. y sellaron la parroquia con dos tablones inmensos. pero la adolescencia es un hermetismo y nadie dice si Llago es macho. gracias de chica y violencias de chico. es la Y griega. lo cual puede que en parte sea verdad. que ondea con gracia femenina al viento de la Hueva. Desde entonces se acabó la teología en el barrio y el cielo no fue más que el cielo. pero al señor párroco lo mataron poco después. que aportó este hijo al matrimonio. oiga? —Hijos míos. hijos míos. Pero puede deducirse . —Me agrada tanto patriotismo en los pobres. El caso es que el nombre nos gusta. ya que Llago es efeboandrógino y nadie sabe si tiene entre las piernas la llaga femenina o tiene otras cosas. Llago luce camisas con cuellecito de párvula. —¿Entonces es que nosotros no hemos inventado nada? —Nosotros lo hemos inventado casi todo. cuando le bautizó y le vio desnudito/a. quien está seguro de la paternidad es el padre. La propia Castilla lleva en sí la letra elle. sus lluvias. nariz grecorromana (quizás en la nariz esté toda la dubitación de la primera letra de su nombre). en los que a veces hay violencia. por nombre don San José de Calasanz. porque incluso a las tribus más tristes les gusta ser gobernadas por un príncipe natural. pero poca. le aplicó un nombre masculino a la criatura. con sus prostituciones. cuando sube a dormir a la Hueva. pero se ve que a Llago le faltan huevos para eso (ahora sí que sí). Llago no sabe leer ni escribir. Llago tiene una moto robada.Francisco Umbral Madrid 650 86 que. cuando el señor párroco. cuando baja. confesor y mártir. y de las que a los padres no hay que hablarles. Llago apenas se habla con sus padres. algo vería en ella. una vieja moto grande y negra que todavía le funciona. que nadie entiende. . y que prefiere seguir viviendo de sus enrolles madrileños. siquiera fuese poca cosa. pero es el que más pela levanta en Madrid. 1 Harley-Davidson. tampoco se puede pedir más en la pila bautismal.(1) Llago podría haber sido el nuevo Jerónimo de la Hueva. que no es siempre. el aclaramiento de creatinina y la propia vida de Lino. mandó poner el cuerpo en el riachuelo. como decía Blas. Del paredaño campamento de los gitanos llegaban lamentos caló y ayes de mujeres. encarcelaron a los que quisieron y ahí paró todo. en su bicicleta. la piedra que le sujetaba. Lino. Luego. alguien le metió un cuchillo en los riñones. el cartero del Madrid Este. (En la bici del cartero corrían desvariantes los churumbeles de la Emilia. al fresco. porque lleva un giro para los gitanos de la Emilia. con el libro de giros y la cartera (vacía) de la pela. dulcemente. en la frontera de ambos poblados. Jerónimo. Jerónimo. y Lino se fue río abajo. Según noticias que llegaron a la Hueva. Los vecinos y combatientes de la Hueva. en Vaciamadrid. el cartero joven y alegre. sino tiendas de campaña). horizontal. Los gitanos no son tan valientes como parece (esto se ve en los toreros gitanos). y que a través de la Hueva le llegaron a Jerónimo hasta la renfe. por matar a un cartero inofensivo que les llevaba dinero y por cargarles el muerto a los de la Hueva. uno de los carteros del Madrid Este. a la Emilia en general. el Jero. con la sonrisa bienhechora del que lleva dinero a los pobres. lo llevaron hasta el límite de la Hueva y lo arrojaron en el territorio de los blancos. hacia Vaciamadrid. una batalla cimarrona y racista. con la gorra de Correos puesta.) Jerónimo decidió que había que atacar al poblado paredaño de la Emilia. culparon de todo a los gitanos destinatarios del giro. con toda la pela de los giros. comprendieron una vez más que tenían en Jerónimo un caudillo inaplazable. mayormente los cojos. violando churumbelas de doce años y prendiendo fuego a las tiendas cherokees de sus vecinos (los gitanos no tenían chabolas. va alegre y ligero por los caminos. y luego cogieron al muerto entre cuatro.Francisco Umbral Madrid 650 87 LINO. el Jero quitó a Lino. irremplazable. se valía de todo. para salir adelante. Lino es joven. de modo que los blancos ganaron matando muertos. mujeres y hombres. el Jero. le sacaron toda la pasta. dieron una batida de gitanos. paredaños de la Hueva. cuando la pasma se encontró con el cadáver alegre y risueño del cartero. aunque se dice que de vez en cuando se han comido algún cartero. con lo que se paró el filtrado glomerular. Cuando Lino llegó a la Emilia. los gitanos de la Emilia. dándole a los pedales con un pie sí y otro no. . hasta del color de la piel. boxeador y alegre. Con Lino en el suelo. con gorra de visera y todo. se deslizaba río abajo. y sabe que los gitanos de la Emilia son buena gente. con la visera hasta los ojos y el libro de los giros sobre el pecho. se la distribuyeron equitativamente (a los destinatarios del giro les tocó más de lo que esperaban: era un giro andaluz). La batalla fue nocturna y a muerte. como una Biblia. para que se conservase como prueba ante la justicia. alegre de cuchillos y abundante de sangre. el cartero. arrabal de los arrabales de Madrid. —No lo creo. —Toma. Con el tiempo. es la prodigiosa criatura plurisexual que esperaban los presos. como una vulgar soplata. ¿verdad? —Gracias por las magdalenas. La Estebanía fue arrojada a la calera sin ninguna ceremonia. La Estebanía ha sido sorprendida en tetas por la visita de Jerónimo. ¿verdad? —No hace falta que vengáis todas las semanas. Auxiliador: —Pronto saldrás de aquí.Francisco Umbral Madrid 650 88 LA HUEVA YA LO SABE. y finalmente desaparecen. comió aquel día con el estómago agradecido de haber hecho justicia: no se mata así a una bestia tan inocente y tan guapa como la Gilda. ha llegado a la conclusión de que quien le ahorcó la cabra fue Estebanía. como todo hambriento. y el pueblo de la Hueva. pero ahora vas a reunirte con él. como fantasmas blancos. no entendía nada. que la pasma le daba para rioja y otros alcoholes. sirve para todo. Los arrojados a la calera. violentas y resentidas. Yo ya sé que os acordáis de mí. la agria flor de la venganza contra Jerónimo. Tú no mataste a la vieja. máxime la confesión que ella le hizo una mañana. para cuando entonces. confesión llena de rencor y violencia. y Llago empieza a retraerse. que todos tienen mucho que callar. padre. Estebanía. como seres sobrenaturales. le ha pegados dos hostiazos a la chica y luego se lo ha dicho. No podemos dejar que nos lo quiten. ayudan a Jerónimo a arrastrar a Estebanía hasta la calera. Jerónimo. te he traído estas magdalenas. y como al pueblo no le gustan los soplatas. hijo. bajo el sol de un agosto vencido que cae sobre ellos como un águila de oro. padre. Lo del parking del Palace ahora va peor. en la cárcel. Llago. Jerónimo se ha llegado a la casa pequeña y negra de Estebanía. muy niña y sin madre. Llago da y toma. tú me has ahorcado la cabra porque yo eché a tu padre a la calera. padre. jóvenes y ásperas. La Hueva denunció a Esteban por soplata. pero los presos abusan. Jerónimo. Un día le visita su padre. se entrega a un intenso tráfico sexual. primero vuelan un poco por el abismo. con una combinación de cintura y una loción para el pelo. Hoy tenía que guardar el puesto. deduciendo el censo de la Hueva. hijo. . visitándole en la renfe. por inclinación propia o porque los internos se lo imponen. mandó echar a Esteban a la calera. Pero tú no mataste a la vieja. jefe de la Hueva. ¿No viene madre? —En la próxima visita. Estebanía ha entendido y guarda entre sus tetas. luego flotan en la superficie de la cal viva. Francisco Umbral Madrid 650 89 JUANA AMA A MARIA desesperadamente. —¿Y por qué aguantabas? —Por la pela. Hubo un largo silencio en el departamento perfumado de la renfe. inconscientemente. —¿Y qué es un cormorán? —Un pájaro. Yo me ocuparé de ti. como tú dices. Por el porsche que te quemaron en la plaza. —Bueno. —María. la embellece. —María. Juana. Y la vida sigue igual. —Tú no conoces a Jerónimo. —Es que también me gustan los tíos. —¿Los pájaros follan? —Malamente. la mejora. Juana? —Un jardín donde yo vivo. Juana. —Usas demasiadas palabras. ¿Tú de qué estabas antes? —De puta de un cormorán. pues. como canta Julito Iglesias en los transistores del barrio. —¿No habías conocido eso antes? —No. —¿Y qué es el Viso. —¿Y adónde quieres llevarme? —A Madrid. María. la estila. la sutiliza. oscura y sucia. a la libertad. a la vida. —Ya. tendrás algún tío de vez en cuando. —Yo tampoco. —Qué. He jodido con él. Un cachondeo. —Tenemos que salir de aquí. ya que la María que Juana amaba era una María libre. —Perdona. su fetiche. Juana cuida a María. al lujo. pero es que estoy enamorada y todos los enamorados nos volvemos cursis. ¿tú me quieres? —Bueno. Está el caso de Leda y el cisne. Es cuando salga y a mí me mole. pero es alegórico. Lo nuestro no es moda ni costumbre. como no se cuenta nunca con lo más evidente. Juana no contaba con eso. —Pero no hasta el fin del Viso. la estiliza. sino un amor natural que ha nacido. —Buscaré hombres que te «molen». me pareces un poco cursi. —Juana. hasta que llegue Jerónimo y nos mate. . contigo he descubierto que también una jai puede dar marcha. con lo cual está destruyendo. ¿En eso quieres meterme a mí? —Tú no tienes que meterte en nada. —Le conozco más que tú. —No es de vez en cuando. —Jerónimo nos buscaría hasta el fin del mundo. como nace entre un hombre y una mujer. Pero el amor cae siempre en estos errores. —Pues llévame a tu jardín. sus leches hidratantes. Los hombres me buscan a mí. María mea largamente. —Pues yo me marcho y te dejo mi dirección. No entiendes nada. —O sea que te da igual. Ya vendrás a buscarme. María se encoge de hombros y se mete a mear en el pequeño wáter de la renfe. saludablemente. . musicalmente. como una yegua joven o una cabra —pobre Gilda— libérrima. —Por eso soy feliz en la Hueva. Yo no me puedo ir sin ti. Una no es de entender. Juana llora sobre su desnudo.Francisco Umbral Madrid 650 90 —No me gusta que me busquen los hombres. —¿Es que quieres seguir en la Hueva. María. —Bueno. María? —No lo sé. venga. María. sus perfumes y sus colores. sobre sus cremas. María mea y mea. María sabe que es más saludable mear que pensar. vale. Porque no entiendo nada. Paco. Y Paco se apoya en la azada. se habría venido a por mí directamente. supongo. Éste se ha puesto en pie. —A lo mejor un día sale volando y se va con los ángeles. le ha dado por enterrarla como si fuese una persona. que a Jerónimo. que esto de matarme la cabra es una cobardía y una avilantez que sólo se merece la calera. Paco y Jerónimo.Francisco Umbral Madrid 650 91 PACO LE DA DESPACIO y seguro al azadón. en señal de respeto. toma la pala de Paco. Paco. pesada y ligera. Son las siete y media de la mañana y agosto muere como una bestia de oro vulnerada y perpleja. alguna flor que arranca en torno. o sea el jefe. con toda su blancura: es como el entierro de un ángel que no fue capaz de reencontrar el camino del cielo. trabaja duro y melancólico en el entierro de la Gilda. como si fuese un bebé. para hacer un hoyo y enterrar la cabra. con todos sus viejos rencores recocidos. la cabra va quedando cubierta por las paletadas de Paco. Paco retrocede unos pasos y tira el puro. Jerónimo. la cabra. como niña de primera comunión. con la Gilda en brazos. Jerónimo ya ha vengado el asesinato de la Gilda. frente a Paco. que era como un ángel con roña. pero sólo son cosas que se piensan en los entierros. Jerónimo. y entonces Jerónimo se pone de rodillas y deposita el animal en el fondo. en Casa Casiano. que también se arranca. que ahora tira de puro. —Una persona que le hace eso a una bestia inocente no merece vivir. por la parte de los enramados y los arroyuelos. Jerónimo? —Bueno. se seca la calva con la mano y aprovecha para sacar una colilla de puro del bolsillo y encenderla: son las colillas que le deja Jerónimo. recién abierta. Jerónimo. Paco procura imprimir un cierto respeto a su tarea de tapar el cadáver. Echa en el hoyo. —No me lo recuerde. —Digo que si la Estebanía hubiese tenido ovarios. que es la única realidad de la verdad de la vida. Paco. y ahora sólo le queda enterrar piadosamente a la cabra. —Estás pensando lo mismo que yo. hasta que el hoyo es alongado y profundo. —Si es que aquí en la Hueva. porque la Gilda era ya una cabra —cabra o lo que fuese— muy crecida. blanca. licenciado de sus labores de hortelano por la movida de los vecinos. —Usted dirá. Paco. silenciosamente. Jerónimo está junto a Paco. no sienten el campo. El hoyo tiene que ser grande. como ser que no es de la tierra. Mala leche. aunque su actitud no tenga nada de religiosa. como su vida. se toman unos aguardientes secos de . un collar de hierro que se arranca del cuello y. no entienden el campo. que le ha dejado sin huerto. por fin. la camisa. y sigue él con el trabajo de cubrir de piadosa y fea tierra a la Gilda. vista la emoción macho de Jerónimo. un animal de esbeltez afganesa y muerte inocente. Y Paco sigue cavando. no lo sé muy bien. Lo mismo su cabra que mi huerto. Jerónimo sigue de rodillas. Como arcángel truncado. y usted perdone el desahogo. —¿Qué es avilantez. entre la arena de Paco. ya ha echado a la calera a Estebanía. el peine de hueso con que peinaba el largo y blanco pelo de la cabra. desnudando el torso. —Aquí vivimos de los muertos. Son dos hombres duros y silenciosos del suburbio de los suburbios que vienen de enterrar un ángel con sus alas bajo la tierra pobre e infecunda del poblado. . En Casa Casiano todavía no hay nadie. En Casa Casiano. en memoria de la Gilda y descanso de su trabajo. huele a cocina fría. Jerónimo advierte que necesita más aguardiente para olvidar el entierro de la cabra afganesa y la muerte justa de la vil Estebanía. aguardiente duro y madrugada de zinc.Francisco Umbral Madrid 650 92 Chinchón. con las sillas mareadas de dormir patas arriba. silenciosamente sentados. Pero un día había hambre en el poblado. cuando llevaban dos semanas de hambre. el hambre de cualquier cosa: sexual. aprendamos a esperar. como pájaro loco. aunque ningún erudito lo haya estudiado con detenimiento). yo he encargado galletas marías y nescafés descafeinados para todo el barrio. cuando ya habían abierto el santísimo sacramento del altar y se habían comido las sagradas formas como obleas.Francisco Umbral Madrid 650 93 LO DE DON SAN JOSÉ DE CALASANZ fue trágico y quizá excesivo. La navaja quedó clavada en la espalda del cura. como ya se ha contado aquí). como el triángulo mortal de las Bermudas. La muerte . gástrica. y el muerto no caía al suelo porque los muertos se agarran a las cosas. sobre la madera del tabladillo religioso. este principio no falla. como el ojo del huracán. A don San José de Calasanz lo llevaron hasta el altar mayor. estaba en Casa Casiano. mientras las mujeres les seguían gritando y los niños improvisaban espadas de madera y gorros de papel. pero de pronto voló. varias docenas de hombres arrastraron al cura. montando la revolución (Jerónimo no era por entonces sino un chico más. Toda la Hueva. Sin duda. ya se sabe. que venía por las fiestas a vender/enseñar los coños de las tías buenas. mientras alguien hacía la parodia de que se beneficiaba a don San José de Calasanz. De pronto entró en Casa Casiano don San José de Calasanz. el párroco. alto y pálido. Los niños no saben contestar. por los barrizales del lugar. Jerónimo estaba sentado en el primer banco de la fila. Don San José de Calasanz era blanco y anciano. y Jerónimo comprendió que allí no había ningún misterio y que aquello era un teatro como el de Manolita Chen. un cuchillo de plata popular. Los jóvenes pedían un pico y los viejos pedían unos callos a la madrileña. pero aún no tenía iniciativas). le levantaron la faldumenta y el más macho del lugar le dio por retambufa. Hasta que se vino al suelo con un golpe oscuro. los vecinos de la Hueva sólo se proponían matar un poco el hambre mediante la humillación del párroco (el hambre es muy atea. con algo de crucifijo. etc. o casi toda. tras abrir la parroquia a patadas. ¿cuántas son las hambres de los pobres? Infinitas. Ya de chico le interesaba más aprender de las cosas que intervenir en las cosas (tendría mucho tiempo de intervenir). si venís a mi casa estáis convidados. los pajarillos del Señor encuentran alimento entre la nieve. moderado y conversador. música y misa. niños. tranquilo y translúcido. una navaja anónima y mortal. que aprendía de todo aquello. y de paso os pongo a Bach (Mozart no. discutiendo. —Decidme. porque había llegado un rey extranjero y la ciudad estaba copada por los maderos que le protegían. Los niños son quienes tienen más sentido escenográfico de estas cosas. un día no había muertos que desvalijar ni posibilidad de bajar a Madrid. Dios proveerá (frase que Jerónimo les diría mucho más tarde a los vecinos. nuestra pobreza es nuestra mayor riqueza. o sea su sotana. pálido y translúcido. le apoyaron en el ara. Lo de don San José de Calasanz pertenece al pasado de la Hueva. salvo cuando alguien pasa por delante de la iglesia/ tachada. Fue como un tornado. que no os vendría nada mal. haciendo planes. y ya nadie se acuerda de ello. que era masón) y os digo una misa. Habitualmente se conformaban con mucho menos. Casa Casiano se alzó hacia él sin palabras. hasta la iglesia. pero el hambre engendra fantasías. por sobre sus medias moradas y largas. con sus dos tablones cruzados. a hacer el avío. Aquel cura inerme les ofrecía galletas. y don San José de Calasanz se había agarrado bien al barroco de ebanista del altar. y Jacobo salió el último. a sus muertos. alegrando una calavera. —Confunden menos a la gente. apenas recuerda vagamente aquella tarde lívida y blasfema en que mataron al cura y cerraron la parroquia. —¿Y por qué. . van a sus cosas. hemos matado un cura. a robar algo en Simago. todos tienen prisa o quieren disfrutar de su falta de prisa. en Casa Casiano. pero el muerto se queda dentro. tablones sobraban por allí. Fue cuando los más arquitectos de cabeza decidieron tachar todas las puertas de la parroquia con la equis de dos grandes tablones. esto va a ser como el treinta y seis. Pero nadie piensa ya en eso. que a lo mejor hasta es católico. y desde entonces hay un cura violado que se pudre bajo el ara. y alguien fue el primero en emprender la huida. Jerónimo piensa que las parroquias están mejor cerradas. Jerónimo? —le pregunta Paco. cuando ve las grandes equis de los tablones tachando la iglesia. a sus pispes. y algunos animales que viven en el interior. Jerónimo. una luz de madrugada que quizá entra por los pobres vitrales. Pasan y repasan por delante de la parroquia tachada.Francisco Umbral Madrid 650 94 del cura produjo un silencio de mármol (el mármol que le faltaba a la humilde parroquia) en todo el personal. en la litera de la renfe. como dicen los hombres. Juana. hasta que me hice conocida. para pasar inadvertida. pastillas de jabón. en el Metro de Vallecas. distendidas y habladoras. abandonándose a esos contactos furtivos que ya no vienen urgentes de deseo ni necesidad. cogía el Metro en Vallecas. que para el caso es lo mismo. detergentes en oferta. ya se sabe que la gente va a Simago a robar. yendo sin braga. que te llevas lo que quieres y como quieres. aquí en la Hueva. pero a una también le gusta ganarse la vida por sí misma. pero me bajo hasta Madrid. y en este plan. que lo notaba por las caras del personal. se dice Juana. hasta donde me iba andando. después del amor. a mí nadie me ha enseñado que unas cosas son de unos y otras son de otros. pero al mismo tiempo teme destruirlo. claro que yo podría haberme enrollado con un dependiente de Simago y él habría levantado para mí todo lo que hiciese falta. lo que quieras. me bajaba en la avenida del Mediterráneo y me metía en Simago a robar por el gusto de robar. y no había nada que hacer. de modo y manera. Juana quiere acabar con eso. tampoco demasiado. yo creía que todas las cosas eran de todos. Es lo que tiene la gente. para ganarme la vida honradamente. y doy el golpe en El Corte Inglés o en Galerías. sólo que mejor. pero yo lo que quería era demostrarme a mí misma que valía para eso. que yo he bajado mucho a Simago. que responden a las ideas con actos. que no me molan. ahora ya no puedo volver a Simago. tintes para el pelo. en el Metro. meterte con tres bragas en el probador. y su respuesta es siempre irse a mear. porque ésa es la realidad de María. Esta gente no vive de ideas. yo siempre me he vestido en Simago. Juana escucha a María. leotardos eróticos. los hombres. ya te digo. Es lo que primero me fascinó en Jerónimo y ahora en María. cintas hippis para la melena.Francisco Umbral Madrid 650 95 YO ME IBA por las mañanas a Simago y robaba lo que podía. y eso te desarma. honradamente. por ejemplo. nada. que entre tanto material no se nota. María parece que no ha tomado conciencia clara de la situación. porque me cogieron una vez con una braga de seda roja en el capacho. mañana vuelvo. cepillarse el pelo o cortarse las uñas y los callos de los pies. nada. porque no tienen tan fichada a la gente. se lo piensan un poco. María y Juana están en la cama/litera. como ya te he contado. Primero actúan y luego. y se llena de la fascinación y los celos de esa vida salvaje y ladrona que ha llevado María desde niña. Simago es una gozada. María habla y habla. ahí se los dejo. sino de actos. después del amor. perfumes. mayormente las tías. y su duda nada metódica está entre tomar a María como es o convertirla en una niña bien de Serrano. que no me llevo nada. pero durante años yo he vivido de Simago. o bañadores. Juana. siempre a las horas de más mogollón. que yo me los daba todos. y hasta algunos dependientes y jefes de planta se me insinuaron. su verdad agreste y escarpada. bragas rojas. en todo caso. pendientes de poco precio y hasta bragas. te lo digo yo. No sabe el daño que le está haciendo a Juana. unos calientapiés o una peineta siempre me traigo de Callao. yo me bajaba a Simago en el Metro de Vallecas y me llevaba tres desodorantes por el precio de uno. de modo y manera que de Simago me llevaba combinaciones. claro que los hombres me dan cosas. o sea que tienen un apartado para eso. que te metes en el probador con tres y sales con dos (uno ya puesto). y en este plan. devolviéndole a la dependienta la blanca y la negra. en plastiqué. o se apunta en pérdidas y ganancias. y quedarte con la roja puesta. cintas para el pelo. yo creo que nos dejan circular . y no mediante el coño. zapatos rojos y sandalias de verano. sostenes de media luna. y no digamos cuando se puso de moda aquel desodorante para el coño. pastillas de jabón. o por las tardes. que no me sientan. aspérrima y selvática que tiene a su lado en la cama/ litera. en fin. no sé. y Juana se muere de amor por esa cosa morena.Francisco Umbral Madrid 650 96 a tantas tías para que piquen los chorvos. . Francisco Umbral Madrid 650 97 LLAGO colgado de una sábana, ahorcado, Llago colgado de las rejas de su celda, Llago hendido, violado, suicidado, asesinado, muerto, en fin, en esta madrugada clara y fría de septiembre, cuando un cielo blanco se remonta sobre la cárcel y los campos huelen a la lluvia de anoche. Había que ver a Llago en las orgías, en las chirlatas, en los desmadres, como un Luis de Baviera de la cosa, con su melena de chica de Serrano, un oro ondeante, sus ojos femeninos, verdefríos, y su boca de mujer. Había que ver a Llago, en fin, de quien todos disfrutaron en la cárcel, por su gusto o por el de ellos, y en torno del cual se tejieron celos, inquisiciones, querellas, controversias, conspiraciones y cosas. Era como si de pronto hubiesen metido una mujer entre la populosidad macho de los presos. Ahora, Llago ha amanecido colgado de un desgarrón de sábana, tan normal y tan muerto, sin sangre y sin drama, pero tieso, lo que se dice tieso. Está desnudo de medio cuerpo, con su torso blanco y casi dorado de escultura policromada que ha perdido la frescura, con el «vaquero de vestir», como llamaba a su mejor ropa, y con los pies desnudos, femeninos y finos. ¿Le han robado las botas de rockero antes o después de matarle? ¿Se las quitó él para colgarse? Nunca se sabe, nunca se sabrá. Los internos pasan y le miran, hacen grupos en el pasillo, junto a la celda, apenas llevaba aquí tres meses, su padre venía mucho a verle, y le traía magdalenas, Llago tiene algo de cristo y algo de maricona en strip/tease, colgado tan bellamente de las rejas. Ahora empezarán las interrogaciones que no van a conducir a nada, porque además da igual. Llago ganaba en las chirlatas (Jerónimo le llevó alguna vez con él a Legazpi, le enseñó a volcar camioneros), se picaba lo que fuese, hasta bencina, y tenía un amigo en el trullo, un amigo que se hacía llamar Fedor y tenía el pelo pelirrojo y dormido, los ojos blancos, la barba breve y el cuello del chaquetón marinero siempre subido (debajo iba desnudo). En el trullo empezó a funcionar la ley de la seducción. Llago era el objeto que les seducía a todos, pero Fedor era el seductor que jugaba a dejarse seducir, y en esta dulce trampa cayó el dulce Llago. —Vente a mi celda. Ves pósters de tías buenas y te hago una fumata especial. Fedor se paseaba por el patio de la cárcel, indiferente a todo, pensando en Beatriz Escudero, de la que tenía todas las fotos de revistas desnuda, o pensando en el tiempo, sí, en el puro y desolado tiempo, porque Fedor era el filósofo más auténtico del mundo. Ni muy alto ni muy bajo. Fedor fue para Llago un amigo, un confidente, un hombre confortable (su celda parecía un cuarto de estudiante), y allí fumaron de todo, se picaron cosas, hicieron el amor, comieron lo que a Llago le llevaba su padre (a Fedor nadie le llevaba nada), volvieron a follar, durmieron juntos o separados (los vigilantes no se atrevían a reprocharle nada a Fedor, que ya se había cargado a uno), y luego Fedor le hablaba a Llago toda la noche, eres un inculto, tío, ya que te gusta que te trate como hombre, eres un ágrafo, eres una mierda, no sabes más que abrirte de piernas o poner el culo, mira que dejarte coger por una vieja, si las viejas se mueren solas, eso está tirado, tron, te voy a dejar algún libro, toma y lee, que dijo el otro ¿sabes leer?, pero mejor escucha, o pon música, ahí tienes el tocata, para oír música mientras yo hablo, si no quieres escucharme, y Llago primero ponía música, Springsteen y todo eso, pero luego iba bajando el tocata y le flipaba el discurso de Fedor, su hablar Francisco Umbral Madrid 650 98 suasorio y seguido, sobre los caldeos, sobre los esclavos, sobre las civilizaciones y los presos, la civilización necesita de los presos porque somos mano de obra gratis, y porque, por contraste, mejoramos la imagen de los que andan libres, las pirámides se hicieron con sangre y latigazos, lo dijo Albert Camus, la cultura se hace con sangre y latigazos, yo soy cómplice de esa carnicería porque he comido de la cultura, y ya comeré siempre, que esto es como la primera comunión, que te la dan a una edad en que siempre vuelves, pero sé que los presos somos la argamasa social de cualquier sistema, justo o injusto, porque estamos justificando a los demás, explicándoles, tú eres consecuencia de una culpa social, no de tu ridícula culpa de haber matado a una vieja putrefacta y adivina, tú eres otro cristo, tú no sabes lo que haces ni lo que quieres, yo, al menos, estoy aquí porque así chuleo al Estado, como y vivo sin trabajar, leo y escribo lo que quiero, esto de la cárcel, si lo miras bien, es más limpio y más legal que lo que anda por ahí fuera, de vez en cuando mato un vigilante por darle gusto a la navaja, que yo soy un caprichoso de la navaja, también sé ahorcar gente con mucha maña, anda, toma más whisky, que el whisky le saca a uno de dentro el «hombre interior» de san Agustín, sólo que san Agustín no llegó a tiempo para el whisky, pero toda su prosa es de drogata, retorcida, enferma, rica, y así hasta que se quedaban dormidos, juntos o separados, cuando la del alba sería. Gran movida en torno al cuerpo colgado de Llago, no tocarlo hasta que llegue el juez, dice el alcaide, todos pasan, miran, comentan, observan, recuerdan, deducen, temen, alguno llora, Fedor, solitario en el patio uno, pasea de arriba abajo, el pelo de un rojo dormido, los ojos blancos, el cuello del chaquetón marinero subido, primeras brisas de septiembre, tranquilo, lento, meditativo, libre en su cautiverio, delgadísimo y cumplido, débil, fuerte y frío. Francisco Umbral Madrid 650 99 LA SOMBRA BLANCA y desnuda corre por las extensiones de la Hueva, la mujer joven y esbelta huye de la tribu suburbana, la luna de septiembre, la primera luna de septiembre, está en cuarto menguante, como una manzana pálida y podrida, y Juana cuenta con el sueño de Jerónimo o la ausencia de Jerónimo, mejor (está en Madrid con su moto, matando gente), y con la ausencia de María, que le promete escaparse en cuanto pueda, diciendo, por ejemplo, que baja a surtirse a Simago, para reunirse con Juana en el Viso, van a ser muy felices ahora que ha muerto el cormorán, que lo pagaba todo y le ha dejado a Juana dueña de las cosas. La sombra corre hacia Vallecas, donde espera encontrar un taxi nocturno que la lleve a Madrid. Es una sombra blanca, joven y desnuda bajo la luna mordida y dulce de septiembre. Juan Gualberto es siempre el último que vuelve a la Hueva, pues que trabaja la limosna en la plaza del Conde de Barajas, como ha quedado dicho, y en los Estudios de Cine, después de los montajes, siempre organizan alguna cena en el Madrid pintoresco, a la que Juan Gualberto se suma o le suman, añadiendo color al color local. Finalmente, Juan Gualberto hace el paripé de que duerme en un banco de la plaza, para que los vecinos le quieran más, envuelto en el Diario dieciséis, y luego se va a la renfe a dormir como un señor, que Jerónimo se lo permiten, y va en un taxi, también como un señor, que sus ingresos se lo permiten, con la gorra marinera de Carlos Barral ladeada de una manera mucho más madrileña que barcelonesa, durmiendo ya con un ojo, con el ojo tapado. Juan Gualberto, nada más despedir el taxi, ve la sombra blanca de Juana, a la que se folló un día por orden de Jerónimo, con más éxito que eficiencia, corre hacia ella, le corta el paso, tú huyes, puta, adónde vas, seguro que Jerónimo está en Madrid, eres una soplata y una niña pija, te voy a volver a follar ahora mismo, la derriba sobre la tierra/tierra, le enreda el ligero camisón, la encuentra sin braga y la obliga a aceptar una penetración mediocre y tardía, porque Juana ha echado ya sus cuentas y piensa que, una vez satisfecho Juan Gualberto (que viene algo pedal), será más fácil pedirle que se haga el sordo y la deje huir. Pero estaban en el miserable polvo cuando una moto fue llenando la noche de argumento, con su rugido, y Jerónimo para junto a ellos, echando pie a tierra y haciéndose cargo de la situación: —La niña pija, la soplata, se te iba a Madrid a dar el cante, jefe. Jerónimo pasa por alto que Juan Gualberto, como el vecino más trasnochador de la Hueva, haya cazado a Juana en plena huida, en camisa, Juan Gualberto sujeta a la chica, por fidelidad al jefe y por purgar su polvo sacrílego. Jerónimo habla: —De modo que le habrás dejado a María tus señas para que se vaya en cuanto pueda y te busque en Madrid. Sois un par de bollacones que oléis mal y tú vas ahora mismo a la calera, por soplata y por puta y por bollerón, tía. Juan Gualberto, ayúdame a arrastrarla. Jerónimo deja la moto en pie, apoyada en su propio estribo, y lo primero amordaza a Juana para que no grite y despierte al barrio. Juana reconoce en la mordaza un golpe de esencia brut que sin duda Jerónimo ha robado en Madrid. Luego, los dos hombres tiran cada uno de un brazo de la su sexo negro y morisco. Jerónimo. por respeto. O sea que toma otro trago. —Otro trago. por devoción o mecánicamente (de seguro que todo a la vez). sentados a lo comanche. La luna menguante de principios de septiembre fija la escena con su media luz de plata negra. Pero a ti te debo el que no estuviese a estas horas en la comisaría de Chamartín dando el cante de todos nosotros.» «Claro. Buena hija de puta. compi. vas a reunirte con tu cormorán. bollacón. Juan Gualberto. Juana. que hoy no voy a dormir el sueño. cuando las ocasiones de señores. que está ya desmayada de terror: sabe que la llevan a la calera. con perdón.) Llegados al borde de la calera. uno está en todo. como sabe hacerlo el pueblo desde siempre. de los pocos que salvó el pobre Paco. —Cosecha de Madrid. Gualberto. —Vamos a brindar por Juana. como el espectro de una manzana mordida por una mujer. Gualberto. Ahora María es mía y tú vas a confundirte en la masa de cal con tu cormorán y con tantos hijos de puta. y que te dure la petaca. sino el whisky. planear hacia el fondo de la calera. y se ha quitado la gorra de visera a lo Carlos Barral. el eco de su nada. caer sin fin. como quien arroja a la amada sobre el lecho de plumas. hasta que viene desde allá abajo el golpe del cuerpo en el líquido. su navegar dormido. tú la has enviciado: venís de Madrid a corromper a mi gente. con una violencia casi dulce. María no es bollaca. —Gracias. Jerónimo saca del bolsillo del culo su petaca de whisky y se la alarga a Juan Gualberto.» . explica la escena de los dos hombres que. beben y conversan toda la noche: «Luego tienes que borrar el rastro del cuerpo. Y le da un ligero beso en la frente a la muchacha sin sentido. Gualberto. He visto cómo le metías por el coño un pepino. y su camisa de dormir en revuelo muestra sus muslos blancos y andróginos.Francisco Umbral Madrid 650 100 chica. por el coño. Gualberto. Madrid cosecha muy buen whisky. Juan Gualberto se ha retirado un poco. su desaparición. La luna menguante. que te la follaste bien. No me duele él. Jerónimo se sienta en el suelo y le hace un gesto al otro. —Tú lo sabes. y eso es mejor. los dos a lo moro. antes de dormir. En seguida vas a ser una masa blanda y caliente de nada. Juana parece volar. un momento. adiós. que se acerca y se sienta frente a él. hasta hacerla sangrar. Jerónimo coge a Juana (ya sin sentido) en brazos. Jerónimo. disolver y no dejar huella de los metales y minerales más duros. fija y errática. me duele tu bollo con María. como si la criatura no pesase más que un puñado de hierba: —Bollerón. aunque a veces os he espiado para ver cómo os lo hacíais: eso le pone a uno cachondo. (Calera: horno industrial o natural donde la cal se mantiene en ebullición como cal viva que puede deshacer. Gualberto se quita y se pone la gorra a lo Carlos Barral. sin saber qué es lo más adecuado para el trance: —Y qué buen whisky bebes. Jerónimo. La verdad es que era fina y apetecible la señorita. —Por esta mujer malvada de la que casi me pude enamorar. Jerónimo arroja a Juana a la calera con un ímpetu suave. Jerónimo. otra cosa. los regalos. con sus lujos y sus cremas. cuando comprenden que se han equivocado. entonces. amor. María. Al menos conmigo. de su amante. o le han suicidado. la atención y el amor. Pero ahora María se beneficia del prestigio de Juana. —Se tiran solas. tú y yo somos la Hueva. A ti te metió en el vicio la Juana. Yo te digo que si quieres te quedas y si quieres te vas. yo no trato de retenerte a la fuerza. María está deshecha. trapo rojo y tenue. La Juana venía a vengar la muerte de su novio. robado en Simago. Para él. —Pero tú tenías aquí a una señorita. es lo que tú digas. Me daba lo que no me daban los hombres. morena y como infantil. es una braga robada en Simago de la avenida del Mediterráneo. igual en la Hueva que en Serrano. y se la arroja dulcemente a la cara. La encontró en camisa huyendo de todo esto. que Llago se ha suicidado en Carabanchel. María no era sino la última puta de la tribu. —No sé si creerte. Jerónimo mira a María con curiosidad y acaba por pedirle que se venga con él a la renfe: —Sólo a tomar un whisky. —Mira. eres el mejor macho de la Hueva. No sé contigo. Jerónimo. vacía y como desolada en general por la muerte de Juana. donde soy el amo. con cara de pájaro simpático y cuerpo de chico/chica. —Sabes que no tengo por qué mentir en este pueblo. y en la renfe no te va a faltar de nada y se acabó el andar con todos los casados de la Hueva. llevándome las cosas por el semblante. de la atención que Juana le prestaba. María. fuera. María. Quiero que seas mi chica. aunque también tendrías los solteros. y uno nunca podía fiarse de ella. tú eres el jefe. yo me visto en Simago. —Todo era de mentira. Yo la habría encontrado en Madrid. suele ser el último en llegar al barrio. Jerónimo. ya se lo expliqué un día a Juana. tiene que apetecerte a ti. —¿Has tirado a Juana a la calera? —El último que folló con Juana fue Juan Gualberto. ella era otro mundo. como sabes. Si no te apetece. puedes volver a vestirte. . María. el putañeo y la hostia. —Y tú la tiraste a la calera. Amor. se tiende en la litera y empieza a desnudarse lentamente. de pronto he comprendido que tú. gentil y difunta de Juana.Francisco Umbral Madrid 650 101 JERÓNIMO REPARA EN MARÍA por el amor que le tuvo Juana. Te quedas conmigo en este vagón y se acabaron los borrachos. tampoco vas a tener represalias. como una esclava. ¿entonces?. De pronto me he fijado en ti: Juana ha sido la vibración que me ha conducido hacia ti. que. —Bueno. otra gente. la puta de la Hueva. pero honradamente. pues yo voy a darte amor. no es lo que yo diga. —A ti es que no se te escapa nadie. —¿Y si no la coge Juan Gualberto? —Es igual. que sería lo fácil. en plan soplata. Jerónimo ha descubierto a María a través de la sensibilidad fina. un cormorán maduro de Madrid. a la Juana. María. nunca me he enrollado con ningún dependiente ni jefe de planta. no me hables más de Juana. María. ¿sabes?. Los amores en círculo cerrado suelen ser una relación de influencias más psicológicas que eróticas. María. ahí tienes mi braga. —Pero tú no eres una bollacata por naturaleza. Jerónimo. —Claro. pero ya ves que no soy nada mundial. el supermacho de la tribu. —Eso se lo dices al jefe. también desnuda. —Para mí ya no eres el jefe. se desliza sobre él. mi amor. hasta tenderse desnudo en la litera de la renfe. empezando por las botas rockeras. y la María. que está diluida en la calera.Francisco Umbral Madrid 650 102 eres mi mujer ideal. —Juana fue una experiencia. como dicen en las pelis de aventis. con todo el amor y toda la admiración que ha sentido siempre por el jefe. Jerónimo. Una siempre necesita una cosa dentro. dulce. y Jerónimo se desnuda lentamente. La María tiene varios orgasmos sucesivos/encadenados y Jerónimo tiene dos. —Tu amor era Juana. que no sea un pepino de la compra. En lo sucesivo te prometo funcionar mejor. y le viola demoradamente. —¿Sabes lo que te digo?: que estaba loca por follar contigo. —Pues a mí me ha gustado mucho. como decía ella. Eres Jerónimo. dulcemente. aspérrima y sin palabras. sabiamente. María. . —Gracias. entre la prisión y la libertad no hay más que una losa. . Jero. Jerónimo. Y Llago lo decía con vanidad de mujer. —¿Y tu peor enemigo? —Fedor. —Y te llevaste todo el billetaje que tenía en la bola de cristal. Llago guardaba un silencio asertivo. —Claro. por cierto. Jero. —Yo te habría ayudado. —Por qué mataste a la vieja. Llago. Es el hombre más listo de esta casa. pide visita a Llago y se la conceden. pero en más macho. siempre que me des tiempo. —Supongo que tienes algún plan para salir. —Está enamorado de mí. pero en más criminal. que le llamaron traidor. Jero. Jerónimo fue algunas veces a verle. Bueno. —¿Y a ti no te daba asco la vieja adivina? —Por eso la maté. Llago. Llago se encogió de hombros. pero ya no tiene remedio. Llago. Jerónimo ha estado allí como interno y como visita. —Ya es tarde. —No sé si te lo voy a dar. Jero. ¿Quién es aquí tu mejor amigo? —Fedor. —Uno sabe valerse. La doble personalidad. Llago. ahora no necesitas nada. Jero. —No quería más que follar. Llago. El locutorio era un sitio inmenso y angosto donde se oía todo y no se oía nada. entre la vida y la muerte no hay más que una alambrada. —¿Me sacarás por las buenas o por las malas? —Por las buenas y por las malas. ... ¿Por qué no consultaste conmigo el caso? Llago hacía un gesto de suficiencia ofendida. Jerónimo se sabe Carabanchel de arriba abajo. —Haré lo posible por sacarte de aquí. joder. quiero decir. el Jero. —Un día te mata a polvos o te asesina. El locutorio olía a locutorio de convento. —De aquí no sale nadie. —Tienes que negarlo todo. —Gracias.Francisco Umbral Madrid 650 103 ANTES DE QUE LLAGO apareciese ahorcado en la celda. Es lo que tiene el trullo. y hasta como rockero para los presos. Eres uno de los nuestros. No has caído en buenas manos. —Te la meterá por todas partes. —Conozco a Fedor. la necesitaba. —Ya inventaré yo algo. Jero. —Necesito pela. El locutorio sonaba a locutorio de convento. hablan a través de una alambrada. —¿Salir de aquí? —Escapar. Te puede follar igual. —¿Fedor va a matarte? Llago hizo una mueca casi infantil. El locutorio olía a paquetes de comida y mucha familia. Jerónimo sonrió para sí ante la ingenuidad de Llago. . Llago. Te puede matar igual. —Le tengo miedo. Jero. El locutorio olía a cuartel y premuerte. El locutorio olía a soledad y hombre masturbado. —No sé si me van a dar tiempo. —No te fíes de Beatriz Escudero.Francisco Umbral Madrid 650 104 —No seas gilipollas. Pero está enamorado de Beatriz Escudero. más confortable. señor Medrano. Jerónimo fuma el primer puro del día con el sol naciente a la espalda y de cara a Madrid. . evitando el poblado gitano y arrasado de la Emilia. Jero. ahora. esquemática y abrasada. pues que no tiene apenas dinero para pagar otra consumición. y vuelve a media mañana con una carretilla llena de ladrillos y cemento. Blas trabaja artesanalmente. hasta la geografía es cambiante. pero la aritmética es siempre verdad. y trabajando solo. Dios es una imagen. más grande. Para levantar una chabola él no necesita a nadie. Le va a quedar una chabola de primor. Y menos una «algo». gris y rosa de la ciudad que ama y detesta. —A ver cuándo me haces una casa como ésa. en su nueva chabola. tomando medidas con los pies. —Hay que estar al día de lo que se mueve en el mundo. doctor en qué? En echarle agua al vino. —Parece que hoy viene buena la Prensa.Francisco Umbral Madrid 650 105 BLAS BAJA TEMPRANERO a Vallecas. mayormente las cotizaciones de Wall Street. se mete en Casa Casiano a leer el Financial Times en inglés. En la vida hay una sola cosa de la que no se puede dudar: la aritmética. pubis que ahora parece un campo segado por la muerte. Blas. y su alma de albañil disfruta con el espesor de la argamasa. aquel redondel de polvo donde Paco quiso poner arriates y se los comió la Gilda. que se lo ha prohibido Jerónimo desde que aprovechó una ausencia de Bellarmina para beneficiársela y quemarle el vello del pubis con un encendedor bic. sabe de albañilería y va colocando ladrillo sobre ladrillo. De modo y manera que ahora no tiene más que contar por pasos. por las mañanas. pero Blas sabe que lo más hermoso de esa chabola es el hacerla. con un vinito negro de Valdepeñas delante. doctor Casiano. tú eres el jefe. echar cuentas con un lápiz que se lleva de la oreja a la lengua. Blas. —¿Doctor Casiano? Ustedes los extranjeros es que son demasiado en eso de la educación. Jerónimo y Blas sostienen esta conversación a través de la plaza. con su argamasa. Blas. una tierra rala. Una ciudad llena de motos para llevarse y de putas que se entregan al hombre duro. viendo a lo lejos la masa inmensa. la Historia es una confusión. Blas? —Estoy cambiando de apartamento. —Eso hay que llenarlo con algo. te pago lo que valga. en la plaza misma de la Hueva. Medrano. la geometría de los ladrillos y la proporción de las medidas. y no digamos el movimiento de los astros. procurando que el vino le dure toda la mañana. aprobaba mucha aritmética. más presentable. Jerónimo sentado con las piernas cruzadas encima de la renfe. todo lo mide por pasos. Medrano ya no duerme en la renfe. pacientemente. el campamento paredaño. en la escuela. y al final le sale siempre lo justo. más de todo. medir con un metro de carpintero. violento y motorizado. un triángulo cegado en negro. que no es nada y lo es todo. ¿Doctor yo. —Tú estás mejor en la renfe. —Ah la vieja y venerable picaresca española. Blas lo aprendió de niño en el poco colegio al que fue. Blas empieza a hacerse una chabola junto a la que tiene. —A uno no hay un algo que le quiera. —¿Es que vas a casarte. se lo piensa y le pide otro vino a Casiano: —Una experiencia. doctor Casiano. De paso. mirá vos. mayormente la curiosidad. a tomarse la espuela de orujo. doctor Casiano. cuando Casa Casiano se llena de macanas y alarifes. Una experiencia nomás. Casiano lava vasos y botellas. el señor Medrano. mareadas. con éste. Primero entraban unos obreros presurosos y friolentos. marrón e inútil de Medrano. junto al paquete de tabaco fortuna. si no es mala pregunta? —Por qué me decís eso vos. Medrano disfrutaba de la serenidad y admiración de Casiano: aquel señor que había dormido en la renfe y que leía periódicos en idiomas extranjeros. porque la conversación no le gusta cómo va. pibe. quieto y tibio. Aquí en la Hueva todo se sabe. Porque a usted le echó de la renfe nada menos que el Jero. a comer. periódicos con más números que letras: —¿Y dónde duerme usted ahora. a no comer. —No entiendo la frase. Casiano sale de detrás del mostrador y le sirve otro vino al latinoché. ilumina y engrandece la pobreza digna. con una paz de zinc y un sosegado absurdo de sillas que habían dormido patas arriba. A mediodía. El último sol de septiembre. los intelectuales venimos experimentando con el sexo. —Sí. —Nada. el latinoché. hermoso y con una hora de retraso o de adelanto respecto de los relojes del personal. hacia no se sabe dónde. la tonta. vos deberás entenderlo. Las mañanitas en Casa Casiano eran dulces y tranquilas. —¿Y por qué se dedica usted a esas cosas. dame otro vino. y se va con destino desconocido. como enrollando la bandera abolida de la cultura entre aquella gente ignorante. señor Medrano. durante una ausencia. —¿Tiene usted para pagarlo? —No tengo otra riqueza que mis deudas. aquel bigote que encubría malamente la falta de dientes superiores. Luego ya no entraba nadie hasta el mediodía. con un encendedor bic. y muestra su encendedor. dobla lentamente las grandes páginas del Financial Times. doctor Casiano. cuando Auxiliador se está comiendo en la barra unos callos a la madrileña y unos caracoles con alfiler. . Hace un ruido de manantial alegre y cocina triste. Medrano se hunde en su viejo Financial Times. Medrano deja su dinero justo sobre la mesa —«la propina humilla al que la da y al que la recibe»—. con pulcritud que quizá quiere corregir la brusquedad de sus palabras anteriores. señor Medrano? Medrano vuelve la página amarillecida del Financial Times.Francisco Umbral Madrid 650 106 Y Medrano se mordía el bigote con los labios. de modo que le pondré el vino. más el rioja correspondiente. Medrano ha optado por la línea del cinismo. a Bellarmina. Son experiencias científicas. al hablar. que lo tiene sobre la mesa de aglomerado. siempre friolentos. Le echó de la Hueva por quemarle el coño. Desde Sade/Masoch y toda la hostia. hasta en verano. Ya hay detenidos. y caminan hasta Casa Lucio. Luego. pero Juan Gualberto ha caído herido de muerte en esa fiesta. que no han tenido nada que ver en el asunto. —Nada. que acabamos de montar una película genial oso de oro de Berlín (luego la película pasa inadvertida y aburrida en Berlín). Jero? Y el Jero comprende que se ha pasado. trece de los cuales eran aficionados o principiantes. esnife. famosos del cine. un famoso y una famosa. —Yo te vengaré. La gorra es como un uniforme que viene a controlar los desmanes de su borrachera. Juan Gualberto. El Jero. porro y polvo. primero. que empieza a hacer detenciones. Lo que se ha sabido después es que a Juan Gualberto le violaron o dieron por retambufa quince cómicos. cuando se va a morir. Juan Gualberto. con su cuerpo embarnecido y sucio de cuarenta años. —¿Es que me voy a morir. Después de la cena en Casa Lucio. avisado misteriosamente. les dice que ese hombre se está desangrando por el recto. los cómicos y las cómicas. parece que hace a todo. el distinguido personal. se tira a una de las criadas de la casa (ni idea de en qué zona de Madrid se encuentran). se van en coches y taxis a casa del gran productor de la peli. Juan Gualberto se pone la gorra de capitán de yate. Juan. una fiesta con mucho color rojo y mucho whisky. Una casa con artesonados y mucho personal. lo cual que Juan Gualberto se deja llevar. la criada desaparece. y el personal. y que hay que meterlo en la UVI. . pico. que más quiere él. los productores y los técnicos (Juan Gualberto. Juan Gualberto. ahora no conoce a nadie). hombre. a lo Carlos Barral. Juan Gualberto ya ha tomado tres copas de «eso» y empieza a sentirse mareado. pero a otros no. y se queda dormido. Juan Gualberto. Juan Gualberto. y sin bajarse más que un poco el pantalón. Son los que hacen el cine por dentro. Juan Gualberto tiene una hemorragia rectal que nadie atiende y. Tiene un sueño feliz bajo el parche de tuerto. que encuentra a mano. que creía conocer a todos. que está casi desnudo. y vamos a celebrarlo. Alguien ha llamado a la pasma. en la UVI. pero La Concepción. con su gorra de capitán de yate a lo Carlos Barral. Juan Gualberto no tiene más que cuarenta años y representa menos. y allí comen y beben y se dicen bromas y los hombres asedian a las mujeres y los falsos hombres a las falsas mujeres. está encantado con él. que es una clínica muy seria. que Juan Gualberto no sabe cuál es. le llevan a urgencias de La Concepción. En cualquier caso es alcohol. se estira encima de la colcha y ve bebidas a su alcance. aparece en la UVI: —Qué ha sido. y Juan Gualberto. vente con nosotros. y se llevan a Juan Gualberto con ellos. dormido por los picos que le han puesto en urgencias. A algunos los conocía.Francisco Umbral Madrid 650 107 LOS DE LOS ESTUDIOS del Conde de Barajas salen a la calle en plan de juerga. y allí se monta la orgía a base de coca. aparte el ojo tuerto. toma una copa y bebe. Juan Gualberto es introducido en la UVI. utiliza el resto de vida que le queda en apretar los billetes que le han dado los cómicos y gentes del cine por beneficiárselo. que está cerca. Todo era una fiesta de rojos China y estucados como espejos. Jerónimo. Juan. Jerónimo se queda solo. Jero. Ésa era su voluntad. saca un revólver del 38. he estado contigo hasta el último momento. —Se las queda el ayuntamiento. Y Jerónimo. de hemorragia del duodeno. —¿Tiene usted algún papel al respecto? —No tengo ningún papel. Morir es sólo no vivir. Juan Gualberto. gracias a ti. un compa de Juan Gualberto. Cuando los sepultureros y los curas se han ido. el Jero coge la Honda (son como las diez y cuarto de la mañana) y sale petardeando entre . el Jero. habla con el muerto. la Juana es hoy cal hirviente y nada más. A primera hora de la noche (de la madrugada). El cura se fuma una pipa mientras suenan los himnos religiosos. Nada. pegado a un ventanal de la clínica. adonde han ido en coche (Jerónimo. —Me gusta tu cinismo. La pasma no cuenta. adiós. La urna/hucha con las cenizas de Juan Gualberto las meten en un nicho de uno por uno. viendo un Madrid de rascacielos y ciudades/dormitorio. Adiós. no son buena gente. pero les hablo a tus cenizas. te han matado por retambufa como podían haberte pegado el sida. tuerto. Jerónimo no ha querido avisar a nadie del barrio y figura como sobrino potestativo del muerto.Francisco Umbral Madrid 650 108 —Bueno. La hemorragia ha resultado incontenible. tío. Juan Gualberto. y no lo que ellos fingían en las pelis. he hecho por ti lo que he podido. pero de todos modos me voy a vengar. Vivir es bello. se pone una casulla encima del suéter. —Yo soy un sobrino de Juan Gualberto. han abusado de ti. Luego. Juan Gualberto muere de madrugada. hubo una tertulia de cómicos y cómicas en la sala de espera de la UVI. Los vasoconstrictores le han parado el corazón a Juan Gualberto. Luego. la grandiosidad iluminada y sombría de la sierra misma. —O sea que me muero. durmiendo). viendo el «nacimiento» perpetuo de los chalets en la sierra y. luego. —¿Quiere usted alguna inscripción para la lápida? Jerónimo siente sobre sí el sol dorado de septiembre. y quiero que a mi tío lo incineren. no se merecía otra cosa. ya no existes ni me escuchas. —No. Ya no hay cómicos ni cómicas. Jerónimo responde con el silencio. joven? —No. el Jero. —Las cenizas de Juan Gualberto. —Pues vaya una mierda de democracia. nada. como un racimo de uvas que alguien le exprime en la nuca. en todo caso. alternabas demasiado con esa gente de las pelis. Mejor en blanco. Es fin de semana y tiene prisa por irse a su parcela. Ahora ya no hay nadie. tú te lo has buscado. pero voy a matar al que no cumpla mis instrucciones. Miraban a Jerónimo con miedo y curiosidad. Otro día me tocará a mí. tú cazaste a la Juana cuando huía de la Hueva. —¿Cómo decía. de tío Juan —miente Jerónimo a los médicos y los funcionarios—. Juan Gualberto. en el cementerio. —Se conoce que estoy bueno. finalmente. Sin duda. Jerónimo asiste a la incineración del alegre y náutico Juan Gualberto. Aquél era un moderno de verdad. que hubiera sido peor. El cura. —El jefe del barrio —dijo la más informada. con un cuerpo en el alma y la urgencia de un whisky en el estómago.Francisco Umbral Madrid 650 109 las sepulturas. . la miran y la admiran. en la calera. a la pasma o a quien sea. no hacia la bohemia. como ellos. pero la moto queda como más auténtica. la penumbra frígida y cara de Pachá. largas. María llevaba dentro el veneno de Juana y se ha ido a Madrid en busca de ese veneno. delgadas y adorables. se encuentra con que María no está en la renfe. entre chanel y axila trabajada. pero les da lo mismo. y Juana le había hablado y hablado de Madrid. con sus chapas. chachachá. Pero el Jero busca a una sola. las discotecas de la luna. sólo se la seduce una vez en la vida. Jerónimo. que es el olor de Jerónimo. aparte de que siempre temió acabar como Juana. pero no. el Jero tiene un plan de actuación. la noche eterna. no se lo esperaba tan pronto. yo se conoce que le daba un poco de miedo. en una mañana parda de octubre. discotecas. avenida del Mediterráneo y todo eso. la chica. y sólo les inquieta un poco el que las niñas de minifalda de Montesinos y braga visible se hayan quedado un poco tiesas con la aparición de aquel marciano. Jerónimo deja su moto entre las otras. no tanto por recuperar a María como por impedir que se vaya de la mui y cuente cosas a la pasma. la rueda de los vips. con el mismo derecho. de Joy Eslava. los periódicos del mundo. se le notaba incluso cuando se corría. es una cosa que se veía venir. que es de lo que más le ha hablado Juana a la María. de modo que los otros. estaba espantada.Francisco Umbral Madrid 650 110 CUANDO JERÓNIMO LLEGA a la Hueva. hostias. Faltan sus ropas. pero todo eso a mí me da igual. hay ausencias y ausencias. como las ya . a Jerónimo le cuesta admitir que. que unió nuestras vidas una eternidad. nunca creí en el amor de esa puta. sus leches hidratantes (recomendación de la difunta Juana). los drugstores muertos. chachá. el corralón del Universal. el Jero. La moto salta como un caballo por los desmontes que bordean Vallecas. más trabajada. y la Juana llegó antes que yo. la María se ha largado por su sitio. multicentros. uno trata de redimir al personal y el personal te sale con éstas. de eternidad nada/monada. los de la esquina Velásquez/Lista. perpetua. la Honda entra en Madrid por el paseo del Prado. la batería de las motos que a cada niño le ha comprado papá. hacia una bohemia de oro. qué tendrá que ver esto con el Mediterráneo. la muy choriza se siente en condiciones de hacer una carrera como la de Juana. también. paseo del Prado. pero a una persona sólo se la envenena una vez en la vida. los ejecutivos de paño inglés. la moto coge las vías que van directas a Madrid. la ausencia de María se nota que es definitiva porque ha dejado un vacío mayor que el habitual. vaya un nombre. comprenden que es de verdad un guerrillero urbano. Madrid florido. sólo se la mata una vez en la vida. y sólo queda su perfume entre Serrano y proletario. infernal. ésa es tonta y en cuanto le den un porro lo cuenta todo. Juana ha encaminado a María hacia el lujo. chicas con piernas color flamenco. lo primero el barrio de Salamanca. en todo caso. aun no sintiendo a la María muy segura. vips. que no está jugando a eso. con los ricos. más guerrera. quizá los cafés del Viaducto. vuelve a Madrid en su Honda. Así todos los vips de Madrid. se le notaba en los ojos. sus intimidades. sin decir nada a nadie. examinan de espaldas al tipo. sus adherencias y su olor violento y macho. lo que necesito es encontrar a la María antes de que largue. mañana seguiré buscando. el amigo de los cómicos. de banqueros bebedores. se ha picado algo. todo eso. es igual. antes Ministerio del Interior o cosa así. mayormente las femeninas claro. y hasta algunas personas le han echado monedas.Francisco Umbral Madrid 650 111 citadas y otras. sin conocer a nadie. y recorre todas las plantas. pero María no está. ya que. sin proponérselo. ha fumado mucho marlboro. que duermen entre el griterío. el casco tiene un interior rojo. María. se conoce que tenía algo en el recto. antes Dirección General de Seguridad. aristócratas conspirantes y niños bien que van de antiguos y juegan al póker de dados. como ya se ha dicho. la impedimenta sobre los muslos. picados tristes y orgías de litrona. El madrileño echa monedas a los pobres como echa barquillos a las palomas. en la posición del loto. hermoso. con la cabeza caída para atrás. para usar y para vender. María. mientras le sale algo. recién llegada a Madrid. la ciudad le da hermosas vueltas ovoidales en la cabeza y ya no sabe si es la mañana de un domingo otoñal y podrido o la tarde de un lunes con sol pobre y árboles milagrosamente verdes. mundos de poetas pobres. frente al edificio del reloj. Unas monedas caen dentro de su casco de motorista. bueno. o sea los robos de ropa en El Corte Inglés. levanta la cabeza. y mujeres feas con gabardina amarilla. tiene que haber empezado por el principio.» Tras todo un día de rodar por Madrid. mira el fondo del casco. con la cabeza caída. en los retretes de los bares mayormente. una tienda por otra. el Jero ha bebido mucho. ve El Corte Inglés y le hace una pingaleta el corazón. . nada de Gran Vía. con mucha luz y mucho tecnotpop. o ni siquiera eso. está robando a tope en El Corte Inglés de Madrid (lo que pasa es que hay muchos). donde se han reunido unas cuantas monedas doradas y de color plata. con sus bares de hombres solos. y unas gafitas de alambre. claro. irónicamente. Nada de Huertas ni Viaducto. ha comido poco. aunque maricón no era. que se ha quitado por comodidad. porque el Jero es de poco comer. del maduro que duerme sobre su equipaje. no por incitar a caridad. caro ¿cómo la gente puede ser tan gilipollas que no repara en que un mendigo no puede tener un casco así? Si es que dan por dar. Velázquez. El Jero tiene la intuición de que María se ha venido a las husmas del Gran Madrid. que al final le han matado a polvos. porque es la costumbre. por mera rutina. al pasar. Luego entra en El Corte Inglés. o un mes parecido a octubre. hombres maduros con el equipaje por cabecera. El Jero recoge la calderilla del casco. y se la va dando al friso griego de mendigos de la calle del Carmen. ha entrado en el friso de los mendigos. antes daban por tranquilizar su alma cristiana y ahora por tranquilizar su conciencia democrática. es octubre. es otoño en un Madrid corazonal. y las disco del sol. Así las boutiques de Serrano. Príncipe de Vergara. al menos declarado. el tuerto marítimo de la plaza del Conde de Barajas. y el sonido del metal sobre el metal le despierta. bello. Jerónimo está sentado en la esquina de Carmen/ Sol. con el casco en la mano. que duermen en los bancos. en cuyas jaulas él estuvo alguna vez. María se dedicaba a robar bragas y otras prendas íntimas en Simago de Vallecas. sin ningún espíritu caritativo. como andan siempre los árboles de Madrid. «Eso es que ya no tiene un pase —se dice el Jero—. que es cosa de putas de provincias y suecas perdidas sin collar. o Presidencia del Gobierno o la hostia. a la madura con impermeable amarillo y gafitas de aro. y algunos puros. Goya. como un embarazo. Jerónimo no sabe si ha pasado un día o han pasado dos desde la muerte de Juan Gualberto. porque se lo han robado. Comunidad de Madrid. barrio de Salamanca directamente. A ésta le metió Juana el barrio de Salamanca en la cabeza. porque lo ha hecho siempre. El Jero mira frente a sí. Jerónimo mete su Honda en un aparcamiento y se va a Sol a sentarse en el suelo. comercial y bullicioso. María. por ambos glúteos. Jerónimo coge a María de un brazo y la mete en la escalera automática. la renfe. la de toda la vida. pero te amo y necesitaba verte. mínima. de encaje. la picha entra como el cuchillo ¿qué es lo que ha entrado en el bajo vientre de María?. y recorre todas las sucursales de la famosa firma en la ciudad. Pero el Jero cree tener la pista segura de María. con respeto. tan amoroso. inconfundible. y ese sitio es su sitio. ¿y adónde vamos ahora?. la pellizca un carrillo y luego le dice: —Voy a ver cómo le sienta al monstruo de mi señora el monstruo de braga que ha elegido. el Jero tiene el arte de que sabe matar sin dolor. María. solos. María. ¿o es que ya no me quieres?. hola. tan dulce. en un Corte Inglés inesperado. como habría dicho la pobre Juana. y otros refugios. Jerónimo piensa matarla allí mismo. no puede remediarlo. Por un día no tienes que robar. cualquiera. en una cópula repetida banalmente por el bastidor de espejos. a un ático/almacén de maniquíes destrozados y cartonajes inmensos y sin orden. te metes en el probador y ya me meteré yo a mi manera. una planta ya comercial. ensangrentado y revuelto de María es descendido por la escalera mecánica hasta la planta anterior. asustada. sólo que chivas no tienen. llegan. el sentido común. el Jero remolonea por allí. qué ibas a hacer tú en Madrid sino robar bragas en El Corte Inglés. El dinero siempre se nota. Eres mi chica. por la escalera de mármol. pero el Jero sabe adónde lleva este tramo final de la escalera mecánica. elige una braga cualquiera y se va a los probadores. más por terror y desesperación que por deseo. tan final. si quieres seguir viva. preciosa la braga. sabe hasta dónde llevan las escaleras mecánicas.Francisco Umbral Madrid 650 112 El Jero no sabe cuántos días han pasado. y el Jero tiene ya una buena pastora o pastizara en su refugio. El Jero es un delincuente que ahorra para el día de mañana. saca la moto del aparcamiento. María. María se quita la braga. viéndonos en los espejos. el Jero deja caer sus pantalones y se beneficia a María sujetándola en alto. donde María muerta rueda por el impulso del instrumento y queda tendida. María llega al orgasmo. sólo con una braga roja. El cuerpo muerto. El cuchillo entra como la picha. —Ponte la braga y vístete. tira el cadáver de María por la escalera mecánica de bajada al piso anterior. pero pensaba volver. Jero. te has ido sin decir palabra. Yo pago la compra. y le echa a Jero los brazos al cuello. o sea. desde que metió la moto en un garaje de las Descalzas o por ahí. seguro que le van a ofrecer ballantines. tú aquí. María huele bien. jovencísima y cadáver. limpio. a comprar más cosas. sabe que al Jero le gusta la docilidad femenina. María huele a Juana. entre el espanto del . gótica. cómo ha podido encontrarme este cabrón. ¿cómo me has encontrado?. te la habrías llevado por el semblante. El Jero nota que le reciben con espectacularidad. con animación. de espaldas. le da un cigarrillo a la dependienta. Entra en el probador de María y la encuentra desnuda. ahora eliges una braga. come bocatas de calamares frescos sobre la marcha (los mejores en la calle Infantas). cambiando de percha unos vestidos. espérame ahí o eres mujer muerta. y hasta piensa si el Jero estará enamorado de ella y no la va a matar por su huida: —Sigues follando mejor que nadie. se lava las manos y se va despacio. María. María presiente algo malo. pero el Jero prefiere chivas. que aquí quiero follarte otra vez. tira la navaja (realmente era una navaja) por el retrete de la planta. como siempre. El Jero conoce ese Corte Inglés como todos los de Madrid. tan sangriento. no jodas. huele mejor. y ahora estoy en su poder. todo tan lento. ladrona de bragas. aunque con pocas esperanzas. Jero. hasta ningún sitio. no lo dudo. cuántas noches han pasado. pero hace algo mejor. ¿O no? Y en la interrogación estaba todo el terror que inspiraba el Jero. ahora te la quitas y vamos a follar un poco de pie. es muy machista. buscando. con mal pulso. a los pies de la gente. quítate la braga roja. pero se quita la braga. a tomarse un whisky seco en la cafetería. descubre a María. aquí en el probador. Las madres apartan a sus hijos para que no lo vean. que María. . degusta su ballantines seco y acaricia en el bolsillo del tejano una braga roja y mínima. o sea Jerónimo. la pobre. en la cafetería de los grandes almacenes. Tiene la falda al vuelo y se ve que no lleva braga. de la Hueva. sólo ha pasado por su coño un cuarto de hora o así. Un sexo joven y sangriento al aire. El Jero. de encaje sutilísimo. sólo ha utilizado.Francisco Umbral Madrid 650 113 personal. Fedor no es bajo. tú mataste a Llago. saben que un soldado de garita les está encañonando. tú has ahorcado a Llago. por celos o por lo que fuera. en el patio uno. y Fedor tiene la voz suave y grave. pero dispuesto a todo. los dos hombres pasean arriba y abajo un cuarto de kilómetro de hormigón. pero lo parece. pero no es sólo eso. colgándote de una sábana. quiero morir matándote. porque lo mío es para siempre. pero ha llegado la hora de irse. yo sé que tú te cepillabas a Llago. tú no vas a hacer eso. ¿estás ahora con la pasma.Francisco Umbral Madrid 650 114 OCTUBRE ES FRÍO Y VENTOSO en el patio uno de Carabanchel. Fedor. puedo estrangularte aquí mismo por eso que estás diciendo. hay cuatro maderos que no lo consentirían Jero. el Jero entra en Carabanchel como quiere y cuando quiere (se le tiene por un delincuente reinsertado). a alguien hay que cepillarse en la cárcel. hay cuatro soldados enfocándonos ahora mismo con sus fusiles de la otan. Fedor. pero les da igual. el Poder está conmigo. Jerónimo es alto. vestido de viejo rockero. te mato ahora mismo. por mis muertos. Fedor. eres un hijo de la gran puta. muy viejas. doliente. menudos juguetes. porque se encoge. el Jero va de rockero viejo. seguro que te lo beneficiabas en la Hueva. porque lo mío es perpetua. yo sé cómo meter armas en el trullo. que eraun niño. ése es el lenguaje que usáis en la calle. para siempre. Jero. tú no vas a hacer eso. como todo alto cuando habla con un bajo. estrangulándote con las manos. soy como Luis II de Baviera. lo primero que voy a hacer es matarte ¿cómo prefieres que te mate. eso ya me lo has dicho y sólo por eso podría matarte. pero yo tengo que follarme a la Beatriz Escudero antes de morir. Jero. conozco aquello. parece como que estabas enamorado de Llago. pero sólo hay sombra. ya me conoces. que si alguna vez vengo a parar aquí. como encontraron a Llago. Jero. Fedor. te digo que te voy a matar. alargados por la puntera de sus botas de rock. no te pongas literario. tú te cepillabas a Llago. así como el Jero tiene la voz dura y macho. ida y vuelta. me estás llamando maricón. octubre es grande y hostil en el patio uno de Carabanchel. yo me iré cualquier día. Una cosa puedo prometerte. Jero. por si se te había olvidado. estás celoso de Llago. que era un niño. Fedor camina despacio. no te pongas dramático. hay sol frío en el otoño. Jero. no tenía huevos para suicidarse. que si alguna vez vuelvo aquí. el Llago. tú mataste a Llago. ya se ha dicho. uno en cada garita. soy el interno más valioso de . octubre es soleado y poco hospitalario en el patio uno de Carabanchel. y menos a matarme a mí. dándote de patadas en los huevos o de un tiro?. como sabes. aquí estamos ya muy suavizados por las hostias y nunca usamos palabras tan fuertes (quedó en suspenso si eran las hostias de la comunión obligada o las hostias/bofetada). dudo de que vengas nunca aquí a quedarte. el Jero va a su lado. que siempre les da de cara. te creía más educado por la edad. Jero. y el Jero tiene los pies grandes. quizá cuatro soldados. silente. pasean despacio contra el viento de octubre. Fedor. Fedor. ya. porque has leído poco y lo haces muy mal. te mato aquí mismo. ida y vuelta. procedo de allí. yo a ti tengo que matarte. pasea con su cabeza dostoievskiana hundida entre los grandes alones de su chaquetón marinero. cuéntame cosas de tu madre. Fedor. Fedor. Fedor tiene los pies pequeños dentro de sus zapatillas de béisbol. Fedor. que les tienen encantados. Jerónimo. Fedor. aquí el literario soy yo. ¿quieres tomar un café en mi celda. pero se encoge un poco también. vayan en una dirección o en otra. no seas tan hombre. lo he criado casi a mis pechos. eso te tranquilizaría. y el otoño zumba en el patio de hormigón y los dos hombres caminan despacio de un extremo a otro. Jero. las mujeres están en Yeserías. Jero?. Jero. porque eres un hijoputa que no hizo más que matar hasta que le paró la pasma. Jero?. el patio se va poniendo negro con el gris de la tarde. aunque no sé cómo. Fedor va muy hundido en las alas de albatros de su chaquetón marinero. cuando los dos hombres se separaron. y ya está. . Fedor. Jero? vete a tomar por saco. no te mato por los maderos de las cabinas. El viento de otoño iba ennegreciendo el mundo. Fedor. favor que te debo. tú mataste a Llago. parece el ajedrez (Fedor encuentra elemental el ajedrez). los que no tenéis cultura es que no tenéis cultura. con mucho gusto.Francisco Umbral Madrid 650 115 Carabanchel y no parecen dispuestos a perderme. Jero. el Jero se experimenta impotente y. qué argumentación tan elemental. Jero. ¿no tenías cosas más sutiles que decirme cuando has solicitado la visita. por tanto. tú me matas. Jero. vuelve a los argumentos elementales. yo te mato. Fedor. duda qué respuesta puede ser más confortadora para el viejo. Auxiliador esperaba más de su hijo (se conoce que la puta era de buena familia) y no sabe si lo que está llorando es el fracaso mortal de Llago o la pena de que no llegase adonde podía haber llegado. con las millonarias yanquis y con las princesas europeas. llorando sobre la muerte de su hijo. Auxiliador. —Escucha. Llago era más hermoso que nadie. que el barato envenena. La lujuria de Auxiliador es la comida. los que querían follárselo. Auxiliador. A tu hijo. callos a la madrileña. y come y bebe. cuánto alivio me das. con buena mano para las mujeres. —Eso nunca se sabe. llorando sobre los berberechos del aperitivo. le va sirviendo a Auxiliador las raciones de callos. Auxiliador. que para el caso es lo mismo. ¿Llago se mató o le mataron? Y el Jero.Francisco Umbral Madrid 650 116 AUXILIADOR. que comprende la pena de Auxiliador (todo buen tabernero comprende a sus clientes como hijos). jefe. pero quién le mandó a Llago hacer eso. Me alegro de haber venido a la renfe. calamares en su tinta y otras cosas. o para los hombres. de todo. Pero el Jero está lanzado: —Escucha. por suicidio. tu hijo hubiera hecho grandes cosas. ¿mi niño mató a la vieja? El Jero tira el cohiba mediado y enciende otro. con lo que nos costó bautizarle. espeso y fuerte. Auxiliador se lo ha preguntado al Jero: —Tú eres tan cristiano que visitabas de vez en cuando a mi hijo. el mendigo sabio del Palace. Auxiliador se está proporcionando este festín funeral para él solo. de todo lo que pide. enterado por el Jero de la muerte de su hijo. de morcilla. de valdepeñas. pero que salió tan estilizado y señorito. mientras tira de su puro. y en la renfe se dice la verdad de la vida. romántico y bello. y un día reivindicaré a tu hijo. hijo mío. Así están las cosas en Casa Casiano cuando Medrano lee un Financial Times con tres meses de retraso. Auxiliador. se encierra en Casa Casiano y pide gambas al ajillo. y se ha malogrado por un crimen. Auxiliador llora por el hijo hermoso. —Jero. pero puso su . las que quisiera. porque sabe que Auxiliador. —Gracias. en una mesa solitaria. lo asesinaron los resentidos de la cárcel. Pero Auxiliador llora y se come sus propias lágrimas. Jero. capricho de millonarios. y le veía gran porvenir en Madrid. Auxiliador se llena la tripa de callos a la madrileña. linchamiento general. quienes no deseaban que volviese a salir. Llago. necesita esta noche olvidar y olvidar. llora sobre los callos a la madrileña. y tengo nombres. ya que Secundina no era madre del chico. macana de millonarias. chorizo entrecocido. ni la pasma lo sabe. a quien yo quería casi tanto como tú. en Madrid. llora la muerte de su hijo. Pero jefe. con su presencia y su melena: chulo de marquesas. Auxiliador. con vino madrileño de valdepeñas. de vez en cuando. caracoles de sacar con un alfiler. por el hijo que pudo tenerlo todo. el mejor profesional de la mendicidad en Madrid. que has venido a la renfe a escucharme. habido de puta espuria. Y todo lo enriquece con un valdepeñas duro y negro. como la de tantos. o sea la verité. ni nunca lo tomó en serio. de champi caro. Casiano. personal o lo que sea. y Auxiliador. en serio. . yo estuve en la quema de sus miserias y te las hubiese traído si me hubiera dejado el Ayuntamiento. come y llora. El Llago murió como un hombre. El Llago está en el columbario. pero desde algún sitio le mira. porque ignoraba sus posibilidades. pero desde algún sitio ve a su hijo vivo. De momento. mientras las botellas de valdepeñas le van dando un sentido pánico de la vida y de la muerte. con la moto a tope y la melena femenina al viento. Si Llago se pone a mi servicio. Cuando quieras vamos a visitar la lápida. otro gallo le hubiera cantado. era demasiado puro para este mundo. Su hijo ha muerto. Tu hijo se ha suicidado de asco. como un hijo tuyo. Y Auxiliador volvía a llorar su pena sobre los callos a la madrileña de Casa Casiano.Francisco Umbral Madrid 650 117 carta a una vieja adivina. Él vive muerto. reza por él y por mí. no tengas mala conciencia. Auxiliador. Auxiliador llora y come. que a los dos nos hace mucha falta. Francisco Umbral Madrid 650 118 BELLARMINA, instalada en el departamento de lujo de la renfe, toca la guitarra, se ducha varias veces al día, anda desnuda por el vagón, inconsciente de que la ven los otros inquilinos, y espera siempre la vuelta de Jerónimo. —¿De dónde vienes, Jerónimo? —De matar a una mujer. —¿Por qué juegas a malo, Jerónimo? —Tienes razón, Bellarmina, a lo mejor juego a malo. Bellarmina está desnuda, tendida en la litera de lujo de la renfe, o los Grandes Expresos Europeos, o el Gran Simplón o lo que coños sea esto. Bellarmina tiene el pelo largo y rubio (ya se ha dicho), la cara rectangular, con muchos pómulos, los ojos más inteligentes que grandes, la nariz perfecta o imperfecta, según se mire, en todo caso, grande, la boca larga y hermosa, el cuello delgado, fuerte y frágil, una esquelatura casi de hombre, con las manos grandes, los hombros anchos y rectos, los pechos breves y los pies fuertes. Donde Bellarmina es más mujer es en la cintura, de cintura para abajo, la cintura delgada y movediza, las caderas anchas (más hueso que carne, cosa que al Jero le excita mucho), el vientre plano y los muslos grandes, anchos, interminables, sinfónicos, como una Atlántida de leche o una sinfonía muy pura. Bellarmina tiene el vello del pubis rubio y escaso, quemado por el bic de Medrano, como un campo ralo, como una tierra arrasada, como una plaza conquistada. El Jero roza su barba de tres días contra ese vello, se come ese coño inmenso, cósmico, acogedor y tonto, y luego hacen el amor, inevitablemente. Después del amor, Jerónimo permanece echado en la litera, desnudo, mirando por la ventanilla el sol plácido de octubre. Bellarmina, también desnuda, toca la guitarra, bésame, bésame mucho, como si fuera esta noche la última vez, Bellarmina se conoce que, por su retraso mental, o lo que sea, aún no ha llegado al rock: está en las canciones de los sesenta, cuando el Jero era un niño. Reloj no marques las horas, porque voy a enloquecer, etc. Bellarmina toca con pulso y sensibilidad, y sus manos grandes y secas, de hombre, abarcan toda la guitarra. Yo no comprendía cómo te quería en tu mundo raro, sutil llegaste a mí, como la tentación, llenando de inquietud mi corazón, y hoy mi playa se viste de amargura porque tu barca tiene que zarpar a surcar otros mares de locura donde tu vida puede naufragar. Bellarmina sólo pone la música, pero la memoria de Jerónimo va poniendo la letra. Interpreta cada canción como un mudo mensaje de amor de Bellarmina. En principio no quiere enterarse. Luego comprende que todo es vanidad masculina, la incurable vanidad macho. Bellarmina está tocando la guitarra y nada más. Todo eso no va con él. A lo sumo, Bellarmina toca para él, como un homenaje vago y atardecido. Las letras de las canciones las pone él. La música la pone Bellarmina. Lo que pasa es que la música dice mucho más que la letra. Es una intuición repentina que tiene Bellarmina. Qué sería de los poetas sin los músicos. Qué sería de la poesía sin la música. Francisco Umbral Madrid 650 119 —¿De dónde vienes, Jerónimo? —De matar a una mujer. —¿Por qué juegas a malo, Jerónimo? Ah, la penetrabilidad de los tontos. —Tienes razón, Bellarmina, a lo mejor juego a malo. —¿Era de la Hueva? —Era de la Hueva. —Entonces ya sé quién era. —¿Por qué no sigues tocando la guitarra, Bellarmina? —Tú no me creerás infeliz, como el resto de la Hueva. —Si te creyese infeliz o inocente no estarías aquí conmigo, Bellarmina. Yo necesito mujeres que se enteren de mí, Bellarmina. Y Jerónimo enciende un cohiba por calmar la furia que le ha asomado de pronto. —Por eso, porque me entero de ti, quiero saber a quién has matado hoy, y me parece que ya lo sé. —Si lo sabes, seguramente estás equivocada, y si no estás equivocada, olvídalo. Puedes ir a parar a la calera, como otras. —Tienes que esperar a que me vuelva a crecer el pelo del coño. —¿Por qué? —Porque a los hombres os gusta el pelo del coño, y a mí me lo quemó Medrano, el latinoché, con un bic. Es un pirómano de mujeres. Un caprichoso. Le hubiera gustado verme arder entera. Seguro que es impotente. —¿Crees que sólo recurren a esas cosas las impotentes? —Sí. —¿Hubieras preferido que Medrano te follase? —pregunta el Jero con un repunte de celos. —No hubiera preferido nada, porque estaba ida, pero Medrano me da asco con su falta de dientes y su bigote mordido y lleno de saliva. Y su acento raro, como en las pelis de Cantinflas. El Jero tranquiliza sus celos, el crepúsculo de octubre se torna espectacular tras las grandes iniciales de la ventanilla, en un cielo seco, azul y sangre, tú me acostumbraste a todas esas cosas, por qué no me enseñaste que son maravillosas, sutil llegaste a mí como la tentación llenando de inquietud mi corazón; yo no comprendía cómo se quería en tu mundo raro... Bellarmina, obviamente, ha vuelto a tomar la guitarra. Francisco Umbral Madrid 650 120 AUXILIADOR TRABAJA su muerta, viuda estable, buena presencia, y le saca hasta la diadema de boda, el pueblo tiene hambre, la Hueva tiene hambre y van a pie todos, Auxiliador trabaja su muerto, caballero formal, buenas costumbres, aseo diario, formalidad y comportamiento, y le saca hasta el broche de oro alemán de los calzoncillos. Medrano, más alejado, trabaja su niña, enterrada recién, aquella misma tarde, una de catorce, Froilancita de san Plácido, que voló al Señor, etc., con el único afán de beneficiársela caliente, sabe que eso no le molesta al Jero y lo consiente, Blas trabaja su madura, también recién, aunque él no dice recién, porque es de por la parte de Asturias, y nada latinoché, Bruna Santa Emilita, según la placa, una viuda con posibles, alquilaría habitación higiénica, ascensor, problemas cardíacos, subidatbajada, hasta que la desentierra y se la folla, todavía con algún calor el cuerpo blanco, el corazón blanco de la viuda, como los corazones que le gustaban a Laforgue, aunque Blas, naturalmente, no ha leído a Laforgue, ni a nadie. Miércoles, cinco de octubre. El reloj de la luna, que es como un reloj de Caja de Ahorros, está a punto de dar las seis. Cada quien trabaja en su muerto, cada cual trabaja en su muerta. Juan Gualberto, el cojo, el tuerto, el de la gorra marinera y barraliana, ya no está en condiciones de trabajar a nadie, la justicia ha hecho justicia, pero la justicia de la justicia no sirve para nada, Jerónimo lo sabe, en su apartamento/departamento/litera duerme Bellarmina, musical y tonta. Así las cosas, a miércoles cinco de octubre, bajo una luna fría como un sol cansado, todos coinciden en la Almudena, un poblado que vive de los muertos, la Hueva, como los primitivos, como los egipcios, como tantos. Se ha probado que algunas tribus vivían de comerse a sus muertos. Cuando descubrieron la sal, el muerto les duraba mucho más, de modo que la sal fue la primera moneda, salario viene de sal, luego hicieron lo mismo con los animales, ponerlos en salazón, que estaban muy buenos, y ahí se acaba la antropofagia, porque resulta que el jamón de jabalí es más sabroso que el jamón humano. De modo que si el hombre no sigue comiendo hombres, no es por ningún principio moral, sino porque el jabalí resulta más sabroso que el compatriota. A partir de la sal nace toda una ética —el hombre es sagrado para el hombre—, pero sólo a partir de la sal. Nos gustaban más lo jabalíes que los humanos. Lo demás es teología y literatura. En la Hueva no es que se coman a los muertos, que han pasado muchos siglos, sino que les roban, los follan, hombres y mujeres, los profanan y de eso van viviendo. Luego, cada cual a su apaño, del parking del Palace a la chabola que te hago a cambio de unas botellas de tinto. Pero el sustento fundamental de la Hueva, un poblado que no hace nada, son los muertos, una variante del culto egipcio, nada más que una variante, pero igualmente respetable, a efectos culturales. Los egipcios querían lucrar la bendición y la gracia de sus grandes muertos. Los vecinos de la Hueva sólo quieren llevarse un reloj contrachapado. Estamos en la misma línea cultural, aunque en distinto estadio, uno lo lamenta, ay. Hay que comer lo que sea y de lo que sea. limpio y bueno. con su gran linterna que controla la actividad de cada uno y la posible venida de los guardias. trabajándose cada uno a su muerto. Jerónimo lo dirige/preside todo plácidamente. fuma. . cinco de octubre de mil novecientos ochenta y tantos. pasma. para que no se le vaya de las manos. alumbra con su linterna implacable todo lo que pasa y. decide ponerse a la cabeza. etc. Mañana habrá que vender todo lo robado. Este saqueo espontáneo a los muertos ha unido a la Hueva más que ninguna otra cosa. Casi todos los vecinos de la Hueva están en la Almudena. por la necesidad y el hambre. de pronto. Jerónimo les ve irse a sus casas. sepultureros. porque el Gobierno anuncia restricciones y el personal ya no aguanta más.Francisco Umbral Madrid 650 121 Miércoles. ya en la litera. coinciden en el cementerio. lo deja en el cenicero y se duerme. una comunidad que vive de los muertos. comprende la violencia y el absurdo de su vida. al lado de la dormida y pura Bellarmina. La luna es redonda y pictórica en el cielo azul y sereno de un octubre claro. lúcidamente. que se ha hecho fiesta general. Era el secreto de la familia. Jerónimo. Enciende un cohiba. Ha sido un saqueo espontáneo e inesperado. cargados de preseas o con el sexo dormido. joven trabajador y con ganas de hacerse un porvenir aceptaría cualquier trabajo tipo finanzas. etcétera. señorita soltera buena edad traspasa mercería en Pontejos por no poder atenderla. Jerónimo. que se han venido los muertos de la Almudena a devolvernos la visita. a distancia. fortuna personal. criada para todo ofrécese. que quieren las joyas. de los deshueses. joyas y papel de viudas. son los muertos de las mondas. con luna de calavera y fuegos por el cielo. Jerónimo se incorpora en el techo de la renfe y echa su linterna de lejos contra un macizo de sombras que se mueven por la parte que. busca enfermera bien remunerada para todo el día a ser posible joven. los muertos. viuda en edad. cocinera casa grande trabajaría en gran hotel o restaurante dos estrellas. que piden lo suyo. los muertos. con la linterna encendida a la cintura. Jerónimo ha conseguido reunir al pueblo a sus pies. que no deja de enfocar con su linterna el légamo caminante y en pie de las caras de arcilla blanda y las ropas de sangre negra y viva. pregunten condiciones sin compromiso. se exige seriedad y precios arreglados. blanda y peligrosa. la masa de los muertos. Jerónimo. con algo amenazador en el timbre. —¡El Jerónimo es sobrenatural! —No será para tanto. —¡El Jerónimo va a hablar a los muertos! —Vienen a por lo suyo. caballero parapléjico. Jerónimo no deja de enfocarles con su poderosa linterna. Son nuestros amigos. emite un murmullo confuso y oscuro.Francisco Umbral Madrid 650 122 CABALLERO ESTABLE buena presencia solicita pensión completa en casa honorable. de modo que las manos de tierra se mueven para proteger las caras de tierra. viene de la Almudena. —Tranquis. es una noche de agosto. Los muertos. viene todo el pueblo. más un puñal y un revólver haciendo manojo. así. romería de profanados. que yo les hablo. lívida en la linterna de Jerónimo. Masa de muertos. Los de la Hueva se agrupan al pie de la renfe. gente. Caballero estable. viuda con buena renta busca pensión honrada. viudas formales. caballeros estables. del que se escapan las voces agudas de las viudas. de la fosa común. buena presencia. Al menos. camina entre . donde hay pavor y velocidades. Del grupo de los vecinos surge un coro distinto al de los muertos. —Eso. como el grito de una tiple en un concierto de bajos. Y Jerónimo baja despacio la escalerilla vertical de la renfe. que cesen las carreras y los gritos. todo. finales de mes. —No son espíritus. la ropa. las dentaduras. especializado en contabilidad por partida doble. una cosa blanda y dulce (el dulzor de la muerte) que avanza hacia el barrio. jubilado con buena salud. salvo trombo. los muertos. masajista por horas prácticas en Tailandia disponible caballeros y damas se admite tarjeta visa. los muertos. Jerónimo camina despacio hacia la masa sombría y moviente. nuestros clientes. efectivamente. —Pero yo no creo en los espíritus. un coro de voces macho que vacilan y voces hembra que se encampanan. Detrás de Jerónimo. que es un puro gemido en pena. cedería peineta carey a buen precio. alquilaría alcoba viuda a señora seria. sabores garantizados. bajo la imagen de Jerónimo. de los continuos cambios de residencia. empezamos ahora mismo. Pero no tenéis nada que hacer. En eso tenía razón mi gente al asustarse. por parte de la ingencia purgatorial y visitante. Bueno. cabrones.) Si queréis. A nosotros sólo nos quedan las sobras de las sobras.Francisco Umbral Madrid 650 123 dos masas. Unos quince o veinte. —Habéis asustado a mi gente. porque la gente siempre cree en los muertos. (A Jerónimo sólo le responde. * Así en el original [Nota del escaneador]. putas. y que nosotros les quitemos los anillos a las viejas y le echemos un polvo a la niña recién enterrada por la tarde. las manos y los cuerpos de la masa visitante. y venís a tomaros la justicia por vuestra mano. y los albañiles y los canteros y los marmolistas. es venir a parar aquí. ni los guardias. los deudos.) Los sepultureros no vienen con vosotros. muy pronto. (Y la linterna es como un cine que va circulando por sobre las pelucas de solterona y las gardenias muertas de caballero estable. de la multitud gimiente y como purgatorial. viejarracos. los derechohabientes de los muertos. más algún entrometido que ha oído hablar de profanaciones y todo eso. (El coro de los muertos va siendo al mismo tiempo más extenso y más débil. Pero vosotros sólo sois los parientes. Y lo que os espera a vosotros. Jerónimo se detiene a tres metros de los de la Almudena y pasea su linterna de foco cruel por las cabezas. Estáis tan muertos como ellos. para ir abreviendo*. . muertos ya por dentro como estáis. a vuestros muertos. tampoco son tantos. Esos muertos son nuestros. Parece una cosa de teatro.) Os han informado de que aquí se profana a los muertos. De todos modos. un vago coro de gemidos como protestas. las primeras cosas se las van a llevar los propios sepultureros y los que guardan el cementerio. Y nos han dejado varios muertos muertos. Los muertos no perdonan. Hay que echarlos mañana a la calera. Los gitanos llevan entre cuatro a un herido. viene de las enramadas. —¿Y quién ha atacado a los muertos? —Lo sabes igual que yo. Todavía tiene la linterna apagada en una mano. han atacado a los muertos. Los huéspedes de la Almudena se retiran lastimeros. Se han acuchillado entre ellos. O eso creen. En la oscuridad cerrada de la noche de octubre. les mira desde el interior de la renfe. Los gitanos van al bulto. calles de sangre y deflagraciones en la sombra. —¿Qué ha ocurrido. sin brillo y viejas de sangre. el Lino. Los vecinos de la Hueva se esconden. ay ciudad de los gitanos. El Jero. Los gitanos vuelven despacio hacia la Emilia. huidas y muertos. y entonces se siente ultrajada. por los gritos. . En Correos falta un cartero. El poblado ha comprendido y nadie asoma a curiosear. y en seguida dan parte. Porque nosotros vivimos de los muertos. Jerónimo. y deciden cargar contra la Hueva. Son todos unos gilipollas. que tengo sueño. como una Biblia. Para que nadie conociese a nadie. que es el cartero de los giros de la Celsa y la China y la Hueva y la Emilia. tortura a otros y se lleva detenidos algunos. La policía hace una nueva batida por la Emilia. que ha comprendido a tiempo. Vamos a dormir. los de la Almudena tampoco entienden nada. Los muertos de quienes vivimos. la Hueva les ha traicionado. Bellarmina. en la oscuridad. hasta que apareció en el centro de Madrid. Pero la Emilia había echado el muerto a la Hueva. los traidores. quizá piensan que la Hueva es un poblado de gitanos. Y Bellarmina se desnuda de la guitarra como de un traje andaluz. mata a unos. Eres tan de la Hueva como yo. con Bellarmina. Han hecho justicia. sujeto con ambas manos. Van mirando para todas partes. con las navajas en la mano. amor. amor. Por eso apagué en seguida mi linterna. Jero. Jero? —Que han venido los muertos a visitarnos. —Tú has estado muy valiente con los muertos. quién te vio y no te recuerda. tenían toda la cara de muertos. Nuestros muertos. Por eso aquí no trabaja nadie. y cruza la Hueva como huracán de chillidos y cuchillos. Bellarmina. —Los muertos siempre vuelven. en una noche otoñal de luna gorda y cielo inmediato. se mete en la renfe y cierra por dentro. Con la luz de tu linterna. apenas se percatan de cuál es la legión agresora.Francisco Umbral Madrid 650 124 EN CORREOS falta un cartero. los que tiraron al cartero al agua. Los gitanos nos han atacado y se han creído que nosotros éramos ellos. El ataque es por sorpresa. El gran redondel de polvo y noche queda en paz. —¿Pero eran muertos o vivos? —Ni yo mismo lo sé ya. Han visto una masa de gente en la plaza y cargan contra ella. Bellarmina. con el libro de los giros sobre el pecho. llevado por la corriente. —¿Los muertos de la Almudena? —Claro. Hay relámpagos y navajas. apaga la linterna. la hora de cerrar el cementerio.Francisco Umbral Madrid 650 125 ENTRE OCTUBRE Y NOVIEMBRE. las oraciones no pueden perderse. mayormente los deudos del muerto. en la Hueva. Y así pasa la tarde otoñal y festiva. sexos como crisantemos abiertos y difuntos. si así conviene). aunque sea mercenaria. en la tarde otoñal y quieta. como si no tuvieran bastante con llorar y rezar delante de la cruz y la foto de su difunto o difunta (o bien dígase en plural. y se inclina ante la viuda de polvos de arroz y los cuatro niños que le han hecho esta pregunta. Entre flores de muerto. gente de medio pelo. «Cedámosle el muerto a estos señores tan piadosos. ahora. de muy buen resultado. este sobrante de pena. que no se ha agotado en el dolor familiar y necesita realizarse hasta el fin en el dolor de los desconocidos. —Sin pecado concebida. Se hacen muy sólidas y duraderas amistades. —Ave María Purísima. la tía. puesto que la muerte es otra forma de propiedad.. el día de los fieles difuntos o de todos los santos o cosa así. Lo de menos es creer o no creer. hastiado de pedir en el parking del Palace: «Los muertos dan más que los vivos. zascandil y enlutada. vale mucho para Dios. que tienen un olor morboso. Como que ellos han vivido todo el año del muerto que ahora rezan. hacia las seis. la gente les echa dinero. rezos monótonos de más tarde (la calma del mar después de la tormenta) y descocados cuchicheos mundanos de tumba a tumba. y rezan por éste. viudas de alcanfor y ancianas que sin duda alcanzan mucha más edad que los desaparecidos a quienes vienen a rezar. mezclados generalmente con los familiares verdaderos de los difuntos. Auxiliador y Secundina. y hasta hay quien les agradece mucho ese dolor por las ánimas desconocidas. ya se sabe que estos mendigos vienen a sacar unas monedas. con esto de la democracia. ganas de meterse en lo que no les importa. ayes de primera hora. al azar. con los vecinos de tumba. a los pies del muerto. Secundina se desconcierta. dentro de la pobreza de la zona. entre lutos errantes. Se ponen de rodillas junto a una tumba de alguna solemnidad. las gentes de la Hueva pasan inadvertidas. por un rato. El muerto es la matanza del pobre. Esta presencia de extraños no sorprende a nadie. buena gente? A nosotros también nos gustaría rezar un poco por sus difuntos. la hora de irse. la Prensa exagera mucho. porque le están agradecidos de lo mucho que les ha dado a lo largo del año. que va y viene buscando inspiración en otras tumbas que las propias. pero Auxiliador señala cualquier sepultura. como se pierden los muertos en la calera. Es ya como un manierismo del catolicismo esta generosidad. —No te jode con lo que sale. ya se sabe. Si hay ese cielo que dicen. Y el caso es que Auxiliador y Secundina vienen de verdad a rezar a su muerto (cada año eligen uno). parejas y familias del barrio.. . pero la oración de un mendigo. y hasta se comenta un poco eso de la profanación de muertos: —Bueno. como Medrano o Blas (1). más otros matrimonios. y. se acercan a la Almudena (a las estribaciones que les quedan cerca y les son familiares) a rezar por los muertos y visitar santamente las tumbas que han saqueado todo el año.» —¿Y su sepultura cuál es. mucho más compungidos que esos familiares.» A los necrófagos más pobres. Es lo que dice Auxiliador. ya que hay gente muy piadosa. y lo menos que se puede hacer es rezarle un poco al muerto en el día de difuntos. vivos y muertos. por supuesto. unos por una 1 En tiempos. Juan Gualberto. pero yo creo que mi Demetrio se encuentra aquí tan a gusto y lo que estoy deseando es venir a acompañarle debajo tierra. además de sacar un ánima del purgatorio. sin pedir nada. El día de los muertos. Pero. Por la noche. y perdone que la tutee. vaya usted a saber. nadie le ha tocado el pelo de la ropa en cinco años que lleva aquí. a los pies de una tumba. han reunido para una botella de valdepeñas. —Ya lo creo. a mi Demetrio. nunca fue más feliz mi Demetrio. pero que seguramente es otro cementerio de otra ciudad. según el Financial Times de hace tres meses. sólo con estarse quietos. de rodillas. primero de noviembre o por ahí. Blas piensa en las mozas infollables de la Hueva y Medrano en lo mal que va la pirita de cobre y la cosa de los bonos en la Bolsa de Nueva York. Tampoco es para tanto. aunque Dios quiera que sea lo más tarde posible. ya se ha dicho. es la más pública y refinada profanación de sepulturas que ocurre en este cementerio que. . todos hinchan el perro. hija. que tampoco hay que torcer la voluntad del Señor. por metáfora. Casa Casiano está abundante de mendigos y gentes de la Hueva que. un suponer. llamamos la Almudena. —Pues menuda suerte que tiene su Demetrio. cada cual en lo suyo. ya le digo. con los ojos cerrados y pensando en sus cosas.Francisco Umbral Madrid 650 126 cosa y otros por otra. y no es porque yo lo diga. La vieja adivina. el Jero. las motos que ha levantado. la quería mucho. dos hombres y tres mujeres. —Paco. Y Paco se quita de prisa la boina. ante la autoridad. La gente que el propio Jerónimo ha matado o saqueado en Madrid. El Jero busca a Paco por la Hueva y lo encuentra en Casa Casiano. que voy a estirar un poco las piernas. el día de Todos los Santos. Paco lleva como veinte minutos desenterrando a la Gilda. El Jero mira por la ventanilla. me pidió esta mañana que le ayudase a desenterrar a la Gilda. que anda entre el sueño y la guitarra.. tras limpiarles de cualquier cosa de valor que llevaran encima. Paco. —¿Y qué hizo con el cadáver? —No lo sé. Es sábado y la caravana que viene a buscarle ha hecho un alto en el camino.Francisco Umbral Madrid 650 127 LOS POBLADOS DEL ESTE se comunican entre sí como las tribus de África. y Estebanía. ahora que viene el invierno. En realidad. visitados por los gitanos de la Emilia. la cosa. El Jero se lo piensa. Más el cartero de los giros y etcétera. son ya muchas cosas. con olor a cohiba y al coño de Bellarmina. Llega Bella' _pina. el hortelano. o sea el animal de toda su vida. —Vale. Hasta la Hueva. Paco baja al hoyo. de otro tam/tam. quién sabe cuál. un chico de la Hueva. Se lo llevó en brazos. Tiene todo el día para actuar. los muertos de la calera (los últimos. —Qué. Y aquel señorito/cormorán. con un sobre alargado en la mano: . que quizá vengan hacia aquí. porque la Hueva necesita incluso la ropa de los muertos. que avanzan hacia el este abriendo paso a una gran máquina. y a quienes se ha suprimido o saneado — Jerónimo empieza a utilizar eufemismos fascistas—. Bellarmina. mayormente la ropa. la cabra. con respeto. bebiendo un whisky que esta mañana le hace mucha falta. asesinada por Llago. todo. —Sí. o sea don Jerónimo. y tantos. ahora puedes irte. Me dijo que me fuese. de la que sólo queda un fino costillar de arpa o de nave egea.. el mensaje. llega el rumor. tratando de hacerse compadre de los de la Hueva. Paco. la soplata hija del soplata. No le dice nada a Bellarmina. —Bien. de pie. O sea. y una cabeza estilizada por la muerte. por medio del tam/tam. era un bicho precioso. con cuidado de que no se despiece ninguna pieza del bellísimo esqueleto. —Tienes que hacerme un servicio. vuelve a ponerse y quitarse la gorra continuamente. o sea la cabra. mi coronel. coge con cuidado la pieza arqueológica y la alza hasta el Jero. claro. El Jero se siente casi orgulloso de que vengan a por él con tanta circunstancia. y su novia la Juana. Que unos motoristas oficiales han salido de Madrid. que se inclina para recogerla en sus brazos. apretándola entre las manos y dejando al aire su calva curtida y herida. se les ha echado a la calera desnudos. hasta el compartimiento cerrado de Jerónimo en la renfe. no es cosa mía. Pero fácilmente se siguen los pasos del Jero hasta la calera. sin duda se encontraba culpable de algo. tiene mala fama. poderosas y oficiales. —¿Desguazarlo? Pero es la casa del jefe.) —Me temo. Luego vendrán los técnicos y todo eso. Jerónimo. ese vagón de ferrocarril que usted ve. como les había advertido Paco. habrá que desguazarlo. Jerónimo vive en él. Este sobre estaba en la habitación de Jerónimo.) —Alguien lo dejó ahí. y la chica cae desvanecida. La Hueva. ahí en la renfe. Allá ellos. . Mi misión termina aquí. aunque. que hace de sherpa. —Una calera. —Aquí no hay más jefe que yo. y otras personas. El sobre está cerrado. —Bueno. señor coronel —explica Auxiliador—. me temo. señorita? —La amante de Jerónimo.. —Y algún animal humano. —Podía usted haberlo dicho con un poco más de decencia.. No sabemos cómo llegó aquí. es lo mismo. a la hora de dormir. rugientes y casi alegres. y además estamos en una campaña de erradicación de las chabolas y además. en una de sus ausencias. por donde habían venido. ¿Y usted quién es. a aportar la parte legal en el derribo de las chabolas. se ve que asume una autoridad que no le corresponde—. El tren habrá que desguazarlo. que el Jero se ha suicidado llevándose con él a la Gilda.. Y las motos se fueron. ¿Y ese vagón de tren? (El Gran Cangrejo empieza a mover en el aire una de sus patas quebradas. por otra parte. —Bien. (Un lamento de Bellarmina rompe el aire. que es lo único que amaba en esta vida. como sus compañeros. Ya decía yo que este barrio tiene mala fama. él nunca abría las cartas. Los de la inmobiliaria van a tener que trabajar duro hasta cegar la calera. poderosas y horribles. ortopédicas. —Lo tendrán cuando aquí se haga una barriada como es debido. Aquí se van a tirar las chabolas y a construir unas viviendas protegidas. ya digo. —Jerónimo. cuando se ha tirado a la calera sólo porque venían la policía municipal y una excavadora. —¿Y todo esto qué es? (El motorista municipal ha venido solamente. pues ésta es la orden de desalojo. que tiene en la mano—. al borde de la calera. y el refugio de muchos que no tienen techo para dormir. —Bueno. A mí no me incumbe.. Una calera natural. (Este golpe de humor del guardia hace reír a los circunstantes. o de muchas cosas. pero eso no es cosa mía. bueno. Por el camino hay algunos huesos sueltos de la cabra y. al menos por la noche.Francisco Umbral Madrid 650 128 —Tenga. Si ustedes no se han enterado. o como lo llamen ustedes. Pero vamos a buscar a ese Jenaro que tanto se esconde. Tengo aquí un plano para indicar a los de la excavadora por dónde tienen que empezar. el juzgado verá el suicidio de este hombre.) —Bueno. una parte de la quijada y las botas del Jero. señor guardia. Cal viva. En cuanto a su Jenaro o Jerónimo o como sea —y consulta el sobre. Tampoco creo que tuviera tantas multas de tráfico como para suicidarse. —. La primera chabola a arrasar era la de Auxiliador y Secundina. casi todo el barrio. Aquí tirábamos a los animales podridos y así. —El guardia parece disfrutar quitándose cosas de encima continuamente. Toda autoridad es proclive a ascenderse a sí misma al grado inmediatamente superior. mas parece que el oficio de detective le gusta.) —Este pozo qué es. Está hablando con la autoridad. La tumba de la Gilda está vacía. ahí vivía Jerónimo. grita. sin chabola. espectacularmente. La pata del Gran Cangrejo. contra la máquina y el maquinista. la máquina deposita la chabola. . municipal y extraterrestre. los padres del arcángel Llago. sin hijo. A Auxiliador y Secundina. toca la guitarra desnuda. La dentadura del monstruo le da un bocado definitivo a la feble chabola de Auxiliador y Secundina.» Bellarmina. «Él hubiera parado esto. muerden los dientes simétricos y bestiales de la excavadora. Es cuando el redondel de vecinos llora. se mueve como un inmenso trapo sucio y agitado. sin hogar. con unos petates inútiles. pero las motos municipales le van dando un recorrido circular y ominoso a la plaza de polvo. como dudando sobre su nueva presa. hubieran vivido siempre en el cielo. Pero el hombre de la carlinga consulta un plano. hasta dejar a todos en su sitio. a quienes ya no les queda en la vida otra cosa que el parking del Palace. la pasean por el cielo azul y quieto del otoño.Francisco Umbral Madrid 650 129 EL GRAN CANGREJO de una sola pata. y el sargento que dirige la tropa (que quizá sea el mismo de los interrogatorios) lleva la pistola en el aire. por qué no me enseñaste que son maravillosas. gira sobre sí mismo. como José y María. grita. inmediatamente después. ahora ya sin poesía. y dispara un par de tiros al cielo. En el hueco queda un orinal. por la santidad de estas vidas). sólo con la fría crueldad de las máquinas sin pensamiento. en el hueco que ha dejado la chabola más entrañable del barrio. como dos almas en pena. como la conciencia mínima del crustáceo. Auxiliador y su mujer deben estar ya en algún autobús. pero que les ha vuelto a todos liliputs (la miseria es una cosa liliputiense). La inmensa pata de cangrejo recorre el cielo puro. penetra el acero. como no sabiendo dónde posarse. y el personal vuelve a quedarse quieto. espantando aves que no había. al redondel de nada. como la tentación. no entiende nada y sólo espera que vuelva el Jero. es la chabola de Auxiliador y Secundina. llenando de inquietud mi corazón. dubitativa y monstruosa. ha reducido a sus medidas racionales. vivir en el rincón de las limosnas. aves dormidas en lo azul. vuelve a agitarse en el aire. como un polvorón destruido. Ya no está Jerónimo para plantar cara a los poderes de Madrid. como buscando la primera víctima. tú me acostumbraste a todas esas cosas. vagón a desguazar. la gente se exalta. y allí retiembla la tierra. canta. la pasean por el aire lentamente. y es cuando comprenden que después. como un cangrejo prehistórico que luego. en un montón de miseria. conducido desde el interior de la carlinga por un hombre con gafas de goma y sombra. el cangrejo que realmente es normal. camino de Madrid. sutil llegaste a mí. les toca el turno a sus casas. con doloroso deleite de los vecinos. Luego. dormir en el recodo de la escalera. como en un juego. cargan contra los motoristas. La primera chabola a la que se dirige la pata del Cangrejo Gigante. la evolución. como si fuese un mantecado blanco de azúcar y harina (a lo mejor no es otra cosa. La gente echa de menos a Jerónimo más que nunca. Los dientes de la excavadora se llevan la chabola de Auxiliador y Secundina. gime. y parece que Auxiliador y Secundina. muerde. una pintura o un sueño. lenta y odiosa. que lo mira todo desde el vagón de la renfe. se les ve huir en el parpadeo de la luz y la sombra. Y los dientes de la excavadora siguen ahondando y ahondando y ahondando. muere. y coger un taxi. o sea deneí. por la M/30. por caminos. anulando el nuevo día desde un cielo de plomo y ceniza. con el nuevo DNI. El sol marca distancias.Francisco Umbral Madrid 650 130 POR DESMONTES DE SOMBRA. el Jero. Madrid no se diferencia del suburbio como otros días. El Jero tiene el pelo mojado y desrizado. Sabe que no hay más que llegar a Madrid. el Jero. el Jero tiene la ropa encharcada y los pies calzados con sandalias de agua. Constantinópolis. iban a por él (quizá lo deseaba). Jerónimo. . entre la avena salvaje que le araña el pecho porque nadie la ha segado. con la nueva ropa (de ejecutivo pobre). mientras camina descalzo entre la avena salvaje que le llega a las tetas y la ortiga blanca que le acaricia como una mujer muerta. a cuerpo limpio. El Jero creía que ya. Jerónimo. pero no importa. el Jero. Ha sido un buen truco lo de tirar la cabra a la calera. protegida de motoristas municipales como la ley protege siempre a quienes violan la ley a buen precio. el Jero. naturalmente. en Madrid. que el otoño llueve torrencialmente sobre él. Madrid es el Gran Bazar de Constantinopla. con las nuevas gafas. teñírselo de rojo. vestirle de arrugabella y darle otro carnet de identidad. Ahora. que es un resplandor rojizo al este del Edén. todo es gris y perdidizo. Con el nuevo pelo. Madrid es una gran tienda abierta para todos donde no tienes más que llevarte lo que te gusta. pero no había tal. matrícula y ficha. o al menos se hace esa ilusión. El Jero. comprende de pronto que está lloviendo. Así es como el Jero ve Madrid. Constantinópolis. hacer que se deje la barba de tres días. al fin. camina despacio y descalzo. Esos hijos de la gran puta ya no se ocuparán más de mí. sabe que la Hueva se ha acabado para siempre. tiene sus contactos en la gran ciudad. Constantinopla. aunque no sabe que la están derruyendo (ya se enterará por los periódicos). Madrid está cada vez más cerca. y decide hacerse una vida nueva en Madrid. con la luz del amanecer a la espalda. Madrid. El Jero tiene sitios. El Jero lo aguanta todo. Jerónimo sabe que va a llegar a Madrid en mal día. Jerónimo. que es lo que le tira. Aquí estoy yo. camina hacia Madrid. El Jero ha preferido huir a pie (aunque no tenía de qué huir: el miedo ha podido más que él). El Jero. dejar las botas al borde y darme por suicidado. Constantinópolis. y que sólo era legible en la erección. aquella cosa que nos grabábamos en la polla cuando los sesenta. con la lluvia de otoño. sin un clavo. 1991-1995. De momento. Era sólo la excavadora de la inmobiliaria. sabe que puede levantar de Madrid lo que le dé la gana. Ni motos ni hostias. porque las motos dejan huella. huido y descalzo. hacia ese resplandor rojo y tibio. donde pueden cortarle el pelo en punta. Jerónimo. penetrable y extenso. por praderas de luna. a ver qué hacéis por mí. ponerle gafas negras. y nadie paga. Donde más seguro se está siempre del peligro es en el corazón del peligro. que es Madrid.
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