TRASTORNO MIXTO ANSIOSO DEPRESIVOEl trastorno mixto ansioso depresivo es una categoría que se emplea para diagnosticar a personas que padecen simultáneamente síntomas de ansiedad y de depresión. Aunque éstas se consideran a menudo condiciones independientes, es frecuente encontrar sujetos en los que coexisten ambas. Dentro los dos manuales de diagnóstico psiquiátrico más empleados a nivel mundial, el CIE-10 y el DSM-IV, solo el primero contempla la categoría de trastorno mixto ansioso depresivo. Según diversos estudios, un porcentaje muy alto de sujetos con depresión presenta además síntomas de ansiedad. De igual forma, una gran cantidad de pacientes con ansiedad, manifiestan tener un estado de ánimo depresivo. El CIE-10 refiere que deben estar presentes síntomas tanto de ansiedad como de depresión, pero de forma que ninguno predomine de forma evidente sobre los otros, ni con una intensidad tal como para justificar un diagnóstico diferenciado. En otro supuesto, si se da una ansiedad grave, a la que se suma depresión aunque de intensidad más leve, debe emplearse cualquiera de las etiquetas diagnósticas que se refieran a trastornos de ansiedad. En el caso de que las dos series de síntomas están presentes y sean tan graves como para aplicar el diagnóstico individual, deben recogerse los dos trastornos. En los casos en los que, por motivos de codificación, solo pueda establecerse un único diagnóstico, debe ser prioritario el de depresión. Aparte de todo esto, algún tipo de síntoma vegetativo (como temblor, palpitaciones, sequedad de boca,…), debe presentarse, aunque sea únicamente de forma intermitente. La categoría de trastorno de ansiedad mixto ansioso depresivo debe excluirse si solo se dan preocupaciones con respecto a los síntomas vegetativos mencionados. Por último, si aparecen síntomas que se corresponden con este trastorno, pero estos se dan estrechamente ligados a cambios en la biografía del sujeto o sucesos vitales estresantes, deberá emplearse la categoría de trastornos de adaptación. El trastorno mixto ansioso depresivo incluye a la depresión ansiosa (leve o no persistente) y excluye la depresión ansiosa persistente, en cuyo caso estaríamos hablando más bien de distimia. Como apreciamos por lo que se desprende del CIE-10, el trastorno mixto ansioso depresivo se incluye dentro de la categoría F41, referida a “otros trastornos de ansiedad”, sin embargo establece como condición que no exista un predominio de la sintomatología depresiva sobre la ansiógena, ni a la inversa. Otros criterios de investigación provisionales del DSM-IV que nos pueden orientar de cara al diagnóstico de esta categoría son los siguientes: A. Que el sujeto muestre un estado de ánimo disfórico de forma persistente o recurrente y que se dé al menos durante un mes. es lógico plantearse que unos estados puedan conducir a otros. En la práctica clínica encontramos a menudo que la distinción que establecen las categorías diagnósticas entre ansiedad y depresión. Deben darse además todos los criterios que siguen: 1. trabajando con sujetos algún trastorno de ansiedad. Algunos autores han considerado la ansiedad y la depresión como entidades nosológicas distintas. D. Cuatro o más de los siguientes síntomas. no se cumple. trastorno distímico. lo que a su vez podría derivar en depresión. pesimismo (desesperanza). hipervigilancia. que además deben estar presentes a lo largo del mismo periodo: dificultades de concentración. No han de coincidir en el momento de establecer el diagnóstico. De esta forma. La sintomatología no se explica por el consumo de sustancias o por una enfermedad médica. sentir ansiedad podría llevar a un sujeto a experimentar pánico si la ansiedad se viera exacerbada. C. Así. sentimientos de baja autoestima. encontrarse fatigado o falto de energía y tendencia al llanto. preocupación. 3. La sintomatología no se explica mejor a través de la presencia de otro trastorno psiquiátrico. no resulta extraño concebir que pueda ser así. Esta dinámica tal vez esté presente en aquellas personas que supuestamente sufran el trastorno mixto ansioso depresivo. ansiedad y depresión se retroalimentarían mutuamente en una dinámica circular que se repetiría. o que al menos estuvieran relacionadas entre sí.B. Teniendo en cuenta que los neurotransmisores del cerebro que median estos estados se encuentran interrelacionados a nivel químico. La sintomatología ha de provocar un malestar significativo e interferir con la vida normal del sujeto. 2. Otras veces. Después. Nunca con anterioridad se han dado las condiciones para establecer un trastorno depresivo mayor. Por otro lado. algún trastorno del sueño. observamos con frecuencia que subyace sintomatología depresiva a medida que avanzamos en el tratamiento. estado de ánimo irritable. sin embargo. E. trastorno de angustia o de ansiedad generalizada. que es considerado a día de hoy como un trastorno de ansiedad y sin embargo muchas . los criterios de otros trastornos de ansiedad o del estado de ánimo. Esto sucede a menudo con el TOC (trastorno obsesivo-compulsivo). se ha especulado con la posibilidad de que ambas formaran parte de un mismo continuo. estar expectante ante el peligro o tratando de anticiparlo. Los fármacos antidepresivos pueden ser eficaces para tratar tanto los síntomas depresivos como la ansiedad. Otra evidencia que apoya esta hipótesis. facilitando que estuviera presente durante más tiempo en la transmisión sináptica (descarga química que genera una corriente eléctrica y por tanto.personas que lo padecen. hay una controversia en cuanto a convenir que esta categoría exista realmente y los criterios diagnósticos que incluye se consideran. los tratamientos propuestos suelen ser los mismos que los que se vienen empleando en el caso de la ansiedad y de la depresión leve por separado. estamos hablando de los ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina). . En cuanto al abordaje psicoterapéutico del trastorno mixto ansioso depresivo. la inoculación al estrés o la exposición gradual. fármacos especialmente indicados en el tratamiento de la ansiedad. Las benzodiacepinas. la fobia social y el trastorno de ansiedad generalizada. en muchos casos. En concreto. La serotonina es uno de los neurotransmisores presentes en nuestro sistema nervioso y se especula que media diversos aspectos. Actualmente. no tienen apenas efecto sobre los síntomas depresivos y parecen funcionar mejor sobre la ansiedad grave que sobre la leve. es la efectividad de algunos tipos de fármacos antidepresivosen el tratamiento de diversos trastornos de ansiedad. se cree que un déficit de serotonina podría estar directamente implicado en la depresión. El entrenamiento en técnicas de relajación. Otras técnicas más recientes como la hipnosis clínica y regresiva. son algunas de ellas. temporales. el auto instrucciones. entre ellos el TOC. además de la agorafobia. se pueden emplear distintos recursos y herramientas para tratar la ansiedad y la depresión. entre ellos mantener un equilibrio en nuestro estado de ánimo. muestran también síntomas más propios de los trastornos afectivos. Como sucede con otras categorías diagnósticas. la comunicación entre neuronas). Los ISRS actuarían bloqueando la recaptación de este neurotransmisor entre neuronas. pueden emplearse para explorar y trabajar de forma más profunda los aspectos emocionales que subyacen a la ansiedad y a la depresión. la PNL y la técnica de EMDR. como la fluoxetina (el popular Prozac) y la paroxetina. Así. como mencionábamos anteriormente. entre otros. Por todo ello. la reestructuración cognitiva. el trastorno mixto ansioso depresivo pretende describir un aspecto de la realidad clínica del que no se tiene constancia como tal. es por ello que la demanda de tratamiento suele iniciarse a petición del propio paciente. como es el caso de los intentos de suicidio. sin idealizarlas ni demandarles más allá de lo que corresponde a la relación. Una vez que se ha establecido el diagnóstico. en donde se representan (realmente o en la . con indicación de las técnicas empleadas en cada caso: Independencia emocional. Será imprescindible realizar un tratamiento de desintoxicación previo cuando la persona sea consumidora habitual de sustancias ilegales. se procede a establecer las prioridades del tratamiento. Mejora de la comunicación. Se trabaja con la persona sus problemas de dependencia emocionalpara que aprenda a guiarse por sus propios valores y opiniones. A continuación se describen algunos de los objetivos que se persiguen en el tratamiento del trastorno límite de la personalidad. profesional y de relaciones sociales. La cambiante sintomatología puede llegar a “desesperar” al demandante e incluso al especialista. debido precisamente a su principal característica de cambio continuo de sintomatología. Puede darse el caso de que un paciente esté yendo de consulta en consulta intentando saber lo que le pasa. empleando para ello técnicas de ‘role-playing’ propias de terapias de pareja. y pueden pasar meses e incluso años antes de conseguir un diagnóstico adecuado a su trastorno. situación de incertidumbre que no hace sino agravar el sufrimiento personal y de los allegados. ya que este problema suele presentarse junto a otros trastornos psiquiátricos. el trastorno límite de la personalidad produce gran sufrimiento psicológico a quien lo padece. aunque en algunos casos es a requerimiento de su pareja o familiares. en el caso de que la persona presente adicción a drogas. frustrado por no poder alcanzar un diagnóstico claro. y se le enseña que estos son tan válidos como los de los demás.TRATAMIENTO TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD Una de las primeras dificultades a las que se tiene que enfrentar el profesional a la hora de diseñar la intervención terapéutica para el trastorno límite de la personalidad es establecer prioridades. de forma que se comenzará por trabajar sobre aquellos síntomas que provoquen mayor malestar a la persona. para lo cual se le solicita que sea capaz de expresar y defender su opinión ante distintas situaciones. habrá que tratarlo previamente. a la vez que se consolidan las consecuencias negativas en su vida académica. especialmente acompañado de trastornos emocionales como la depresión mayor. y se ha determinado si existen otros trastornos concomitantes. A diferencia de otros casos. así como a sus familiares y personas más allegadas. o incluso que pongan en riesgo su vida. ya que estas van a interferir en el progreso esperado. Además. de forma que pueda establecer relaciones saludables con otras personas. Disminución de determinados síntomas agudos. como la independencia o la comunicación interpersonal. Una vez detectado deberá de aplicar técnicas de visualización positiva (donde se imagine lo más vívidamente posible en un lugar tranquilo y calmado alejado de cualquier problema) y de relajación (con tres respiraciones profundas. a través de acuerdos establecidos entre paciente-terapeuta en los que se busca una mayor comprensión de sí mismo y su trastorno. Aumento de la autoestima y de la identidad personal. un trabajo cognitivo por el que se trata de afianzar la identidad que le hace único y diferente al resto. a la vez que se observan progresos en otras áreas en las que se trabaja. que le devuelvan la tranquilidad necesaria para superar dicha situación. enseñándole a detectar cuándo se está tensando y. a controlar el estrés. Control del estrés y de la frustración: la comprensión de su trastorno y de las consecuencias que este provoca son un primer paso para liberarse de ese sufrimiento psicológico que implica el desconocer qué le pasa y la frustración de no saber si puede cambiar. junto con técnicas de relajación. Combatir las ideas suicidas y los intentos de autolesión. a la vez que aprende a valorarse con sus virtudes y sus defectos. con ello. el momento en que puede surgir ese estallido de ira. en el que se inspire por la nariz y expire por la boca lentamente el aire mientras se cuenta hasta diez). El hecho de observar el progreso en otras áreas. . le ayudará a reducir su frustración y. Control de la impulsividad y la ira.imaginación) distintas situaciones para ver primero cómo se comporta el paciente y que luego aprenda cómo ser más eficaz en esas mismas situaciones. a cambio de una reducción hasta su desaparición de conductas de autoagresión e intentos de suicidio. para lo que se emplearán psicofármacos específicos que ayuden a controlarlos cuando surjan.