Trabajo Final Geofísica

March 26, 2018 | Author: Mons Ly | Category: Rock (Geology), Groundwater, Igneous Rock, Cretaceous, Earth & Life Sciences


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Perfil geológico del depósito de basura municipal de la Ciudad deOaxaca mediante métodos potenciales de prospección geofísica, México. Hernández-Sánchez 1 , R.I. y López-Yllescas 1 , M. 1 Estudiante de la maestría en conservación y aprovechamiento de recursos naturales. Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional de Oaxaca. Instituto Politécnico Nacional Resumen Este trabajo tiene como objetivo modelar de forma conjunta datos magnéticos y gravimétricos para obtener un perfil geológico hasta 60 m del depósito de basura de la Ciudad de Oaxaca. Se obtuvieron datos puntuales del valor relativo de la gravedad terrestre en metros, con sus correspondientes coordenadas en formato UTM, la elevación y hora de lectura; los datos magnéticos se obtuvieron de la carta aeromagnética E14-D57 y se llevaron a cabo las correcciones correspondientes para el tipo de dato. Se obtuvieron mapas de anomalías residuales y tres perfiles para cada método, gravimétrico y magnético. Se realizó el modelado conjunto de los datos para determinar la geología estructural y regional del área de estudio. Palabras clave: Gravimetría, Magnetometría, Villa de Zaachila, Programa GM-SYS, Modelado Conjunto, Datos Aeromagnéticos. Introducción El estudio físico de la tierra mediante la prospección geofísica es la aplicación de las ciencias físicas al estudio de la parte más superficial de la corteza terrestre. Actualmente, esta ciencia es aplicada no sólo en la exploración petrolera y minera sino también a la prospección en general, a las aguas subterráneas y a otros problemas de ingeniería civil (Cantos-Figueroa, 1974). Con los métodos geofísicos se puede delimitar la configuración estructural y estratigráfica del suelo y subsuelo. Por ello los métodos de prospección geofísica se clasifican de acuerdo a la propiedad fisicoquímica de las capas del subsuelo o de alguna característica relacionada con dichas propiedades sobre la zona a explorar (Cantos-Figueroa, 1974; Kearey et al., 2002; Telford et al., 2004). Los métodos de interés para la caracterización geológica del área de estudio son el método gravimétrico y magnético. El método gravimétrico está basado en el campo natural de la gravedad y estudia el componente vertical del campo gravitatorio terrestre y el método magnético se basa en pequeñas variaciones del campo magnético ya que puede indicar la presencia en profundidad de materiales magnéticos o minerales que van asociados a las rocas ígneas proporcionando información sobre el basamento y su profundidad, siendo este una herramienta al estudiar la geología estructural y regional (Cantos-Figueroa, 1974; Kearey et al., 2002; Telford et al., 2004). Por lo anterior en este trabajo se analizan datos gravimétricos y magnéticos del área de estudio para determinar el espesor del depósito de basura de la Ciudad de Oaxaca situado con el objetivo de conocer a que profundidad del subsuelo se localiza. Cabe destacar que en la zona no saturada, la sub-zona de humedad aumenta sólo cuando llueve o por irrigación, y cuando se satura acontece el escurrimiento superficial y la infiltración más profunda, lo cual puede resultar en la contaminación del agua subterránea de esta zona. Antecedentes La zona de estudio ha sido evaluada usando métodos convencionales: DRASTIC, AVI y GOD, para obtener la vulnerabilidad de contaminación del acuífero de Zaachila, para ello Belmonte-Jiménez et al. (2005) monitorearon la profundidad al nivel freático y la determinaron a partir de un sistema de pozos, así como la dirección preferencial del agua subterránea la cual es de N a S. Así mismo, mencionan que el acuífero está constituido principalmente por arena, grava y diferentes contenidos de arcilla; el espesor del suelo es en algunos sitios hasta de 1.5 m y está constituido por limos, arcilla y material arenoso (Belmonte-Jiménez et al., 2005). Observaron, también, que los valores más altos de vulnerabilidad se sitúan en las zonas meridionales y centrales del área, de la ciudad de Oaxaca hacia el sur incluyendo San Bartolo Coyotepec, así como la población de Zaachila y el aeropuerto (Belmonte-Jiménez et al., 2005). Respecto al análisis de sensibilidad, indican que la profundidad al nivel freático es el principal parámetro que influye en la determinación de la vulnerabilidad, seguida por el impacto a la zona vadosa y el tipo del suelo (Belmonte-Jiménez et al., 2005). También, Belmonte-Jiménez et al. (2012) caracterizaron la laguna de lixiviados del relleno sanitario de la ciudad de Oaxaca, integrando datos geofísicos y geohidrológicos con lo cual propusieron un modelo hidrogeológico. Determinaron la estructura del subsuelo y características del mismo, obtuvieron valores de baja resistividad (1.5-2.5 Ohmm) los cuales los relacionaron con un suelo contaminado subyaciendo a la laguna de lixiviados y al medio fracturado, y detectaron un desplazamiento de la pluma contaminante hacia el SW de la laguna (Belmonte- Jiménez et al., 2012). Existen reportes técnicos elaborados para el área de estudio, respecto a aspectos fisicoquímicos que influyen sobre la aptitud del área de estudio para la disposición de los residuos municipales (Navarro-Mendoza et al., NR) y respecto al método ERIS para determinar el riesgo de contaminación del sistema acuífero Valle de Zaachila (Belmonte-Jiménez, NR). De acuerdo a los antecedentes, se observa que no existen trabajos dentro del área de estudio que utilicen herramientas de prospección geofísica conjunta para determinar es espesor hasta profundidades mayores a 100 m, por ello en este trabajo se propone la utilización del método gravimétrico y magnético para elaborar el modelado directo de los mismos para la determinación del espesor del depósito de basura y su influencia hasta 50 m. Área de estudio El depósito de basura de la Ciudad de Oaxaca se localiza dentro del área de estudio al sureste de la ciudad, en el kilómetro 15 de la carretera Oaxaca-Puerto Ángel, entre las coordenadas geográficas 16° 55’ 11.24’’ y 16° 55’ 29.91’’ latitud norte y 96° 41’ 18.74’’ y 96°41’ 1.04’’ longitud oeste, en la zona intermedia localizada entre la altimetría 1500-1640 m.s.n.m dentro de la jurisdicción del Distrito de Villa de Zaachila. Figura. Localización del área de estudio. El área total del depósito municipal es de 16 Ha, se estima que se recolectan de 600 a 800 tondía -1 de desechos sólidos. La precipitación media anual del área es de 750 mm con clima cálido semi-seco con temperaturas medias anuales entre 16-20°C. Los escurrimientos son en su mayoría de tipo intermitente siendo la velocidad de escurrimiento favorecida por la topografía del sitio, y confluyen a uno principal que se considera de escurrimiento permanente gracias a las aportaciones de lixiviados del basurero, el cual desemboca al Río Atoyac. La vegetación de la zona es escasa y de régimen caducifolio, dominando los pastizales y matorrales; así mismo, existen en menor número cactáceas, agaves y sabinos, en lugares donde se localiza agua en abundancia relativa en época de secas. La fauna en el área adyacente así como en la laguna de lixiviados es muy variada, abundante y en estado semisalvaje como doméstica. Se pueden encontrar zonas de cultivo adyacentes al área del depósito de basura, aunque estas son escazas. Geología regional La historia geológica del territorio oaxaqueño se remonta a los 1200 m. a. Esta edad corresponde a la que se ha calculado para las rocas metamórficas de la región de Nochixtlán, las cuales son agrupadas dentro del llamado Complejo Oaxaqueño. Se estima que estas rocas fueron derivadas de los depósitos sedimentarios producidos en una cuenca marina que se originó a partir del rompimiento de la antigua corteza continental y la distensión de placas con posteriores desarrollos de arcos insulares y zonas de márgenes continentales con subducción, lo cual trajo como consecuencia, además de actividad ígnea, que emergiera el conjunto sedimentario a partir del plegamiento y cabalgamiento de estratos producidos por el choque de placas (Morán-Zenteno, D. J. 1984; Torales- Iniesta, 1998). De acuerdo con lo anterior, se estima que en esa época prevalecían formaciones montañosas de rocas sedimentarias asociadas a rocas ígneas, las cuales fueron expuestas al intemperismo durante periodos prolongados. Esto se pone de manifiesto si consideramos que las rocas que constituyen y sobreyacen a las rocas metamórficas, no tienen una continuidad cronológica, sino por el contrario, las rocas calcáreas y arcillosas que se presentan enseguida de las rocas metamórficas tienen edades del Paleozoico (Cámbrico-Ordovícico) (Morán- Zenteno, D. J. 1984; Torales-Iniesta, 1998). Este ordenamiento implica una transgresión marina (invasión del mar hacia el continente) sobre las rocas metamórficas precámbricas, que sirvieron como base de una cuenca en las que se depositaron los sedimentos que originaron las rocas calcáreas y arcillosas e incluso las rocas metamórficas del Paleozoico (Morán- Zenteno, D. J. 1984; Torales-Iniesta, 1998). Esto hace suponer la existencia de eventos orogénicos que afectaron a una secuencia sedimentaria, durante y posiblemente antes del Paleozoico, y que posteriormente fueron expuestas por efectos de denudación de las capas que las sobreyacían (Morán-Zenteno, D. J. 1984; Torales-Iniesta, 1998). La ausencia de continuidad de los depósitos sedimentarios en el periodo Devónico pone de manifiesto que las rocas calcáreas y arcillosas del Cámbrico-Ordovícico, fueron expuestas al intemperismo como efecto de una regresión marina (levantamiento de la superficie marina o retirada del nivel del mar) durante aproximadamente 60 m.a (Morán-Zenteno, D. J. 1984; Torales-Iniesta, 1998). Estos fenómenos de transgresión y regresión marinas, además de ser atribuidos a disturbios tectónicos, también indican la gran actividad de la dinámica terrestre, pues están asociados a fenómenos de rompimiento y expansión de la corteza, acompañada de convergencia y subsidencia de las placas existentes en aquella época y que se repitieron a finales del Paleozoico y principios del Mesozoico, en donde se ubican la existencia de un solo gran continente conocido como Pangea, que 20 m. a. de años después, a finales del Triásico, iniciara la separación de su parte septentrional de la meridional y posteriormente, 65 m. a. después, a finales del Jurásico, se desarrolló la parte norte del Océano Atlántico y se inició la apertura en su parte sur. Para fines del Cretácico, hace 65 m. a., se ensanchó formalmente el Océano Atlántico (Morán-Zenteno, D. J. 1984; Torales-Iniesta, 1998). En el estado de Oaxaca, durante el Triásico, se llevó a cabo una emersión parcial del territorio en forma de islas o península, que después quedó emergida en parte durante la invasión marina de la porción central del país en el Triásico Superior, hace 200 m. a. En esta época la región de la Mixteca Oaxaqueña tenía la presencia de un área continental aparentemente sin sufrir invasiones marinas, de tal manera que el proceso erosivo llega a ser dominante durante aproximadamente 30 m. a., en el Jurásico Inferior (Morán-Zenteno, D. J. 1984; Torales-Iniesta, 1998). Posteriormente se registran evidencias de la existencia de un ambiente mixto de depositación representando por alternancias de rocas de origen continentales con rocas de origen marino. Las rocas carbonosas de la porción de Mixtepec indican condiciones semi-continentales o lagunares (Morán-Zenteno, D. J. 1984; Torales- Iniesta, 1998). Así mismo, tal parece que la estabilización de los ambientes de depósito se presentan como consecuencia de eventos orogénicos ocurridos en el Jurásico Superior, lo cual provocó que las rocas emergieran y quedaran expuestas a francos de continuidad cronológica al carecer de formaciones de rocas de esta edad y del Cretácico Inferior; es decir, las rocas del Jurásico Medio subyacen a las del Cretácico Medio (Morán-Zenteno, D. J. 1984; Torales-Iniesta, 1998). Durante el Cretácico Inferior, aproximadamente hace 100 m. a., el mar invadió de nuevo la tierra firme llegando a afectar gran parte de la región central del Estado de Oaxaca, tal y como muestra la presencia de calizas cretáceas en las zonas cercanas a Puerto Ángel (Morán-Zenteno, D. J. 1984; Torales-Iniesta, 1998). Al respecto, se ha considerado que en esta época los océanos Atlántico y Pacífico llegaron a estar unidos. Este fenómeno se presentó hasta finales del Cretácico, ya que para inicios del terciario, hace 70 m. a., el territorio mexicano se vio afectado por otro evento tectónico que provocó una emersión del continente separando definitivamente ambos océanos (Morán-Zenteno, D. J. 1984; Torales-Iniesta, 1998). En el periodo Terciario, el territorio de Oaxaca se caracterizó por la presencia de intensa erosión y actividad ígnea, que trajo como consecuencia los depósitos sedimentarios continentales clásticos, asociados a rocas volcánicas, tales como se presentan en las regiones de Huajuapan y Yanhuitlán (Morán-Zenteno, D. J. 1984; Torales-Iniesta, 1998). Finalmente, en el periodo Cuaternario que tienen de referencia un millón de años, predomina la erosión produciendo depósitos sedimentarios escasamente consolidados. En el periodo actual el proceso erosivo continúa, sin embargo, interviene un factor adicional que altera el ambiente y que acelera la dinámica terrestre, que es el factor humano (Morán-Zenteno, D. J. 1984; Torales-Iniesta, 1998). Geología local La zona de estudio se encuentra ubicada dentro del Terreno Zapoteco el cual está formado por un basamento de rocas metamórficas en facies granulita y por anortosita, sobre estas rocas hay una cubierta de sedimentos paleozoicos (Dávalos-Álvarez, 2006). Se extiende a la porción meridional de la Sierra Madre del Sur, desde las intermediaciones de Tehuacán, Puebla, hacia la Ciudad de Oaxaca, en este punto se distribuye alrededor de la ciudad ampliándose hacia el sureste (SE) del Estado de Oaxaca, donde en basamento de este terreno es formado por el Complejo Oaxaqueño (Dávalos-Álvarez, 2006). Afloramientos del Complejo Oaxaqueño se pueden ver al sur y sureste de Tehuacán, su afloramiento más extenso es una franja norte-sur, que va desde 40 km al noreste de la Ciudad de Oaxaca y se prolonga hasta la región entre Suchixtepec y Totoltepec, al sur de Miahuatlán de Porfirio Díaz; al norte y hacia la parte poniente de la Ciudad de Oaxaca, también afloran estas rocas precámbricas. Y específicamente, la zona de estudio tiene una geología local del Terciario volcano-sedimentario continental y Cretácico Temprano marino (Dávalos-Álvarez, 2006). El Complejo Oaxaqueño está compuesto principalmente por ortogneis cuarzo feldespático, charnokita, metasedimentos (calco-silicatos), metagabro y mármol intrusionado por anortosita. Las edades del protolito para rocas del basamento cristalino son del Proterozoico (Dávalos-Álvarez, 2006). La secuencia paleozoica que cubre de forma discordante al basamento cristalino comienza con intercalaciones de lutita negra y caliza plegada de la Formación Tiñú, estas rocas son del Cámbrico-Ordovícivo; continua con rocas misisípicas de la Formación Santiago que son arenisca calcárea y conglomerado, sobreyacidas por caliza marina, limolita calcárea y lutita; le sigue la Formación Ixcaltepec que son intercalaciones de arenisca, limolita, lutita y caliza, esta formación contiene fauna abundante del Pensilvánico; las unidades que coronan la secuencia paleozoica son, la Formación Matzitzi: alternancia de arenisca cuarzo-feldespática y arenisca conglomerática con lutitas del Carbonífero-Pérmico, y la Formación Yododeñe: conglomerado, arenisca, limolita y lutita escasa (Dávalos-Álvarez, 2006). Fracturas Además, la zona de estudio presenta zonas de fractura donde la propagación de las fracturas parece ser de Modo II o de cizalla, fractura con movimiento paralelo a la dirección de propagación de la misma, con un enlace de fracturas (Dávalos- Álvarez, 2006). Las zonas de cizalla pueden ser frágiles, dúctiles o una combinación de ambas tienden a ser de forma tubular, su longitud es mayor que su ancho (Dávalos- Álvarez, 2006). Para que se forme una zona de cizalla frágil, los mecanismos de deformación están bajo condiciones de temperatura y presión relativamente bajas, hay una alta distorsión y una alta presión de fluidos (Dávalos-Álvarez, 2006). Las fracturas tipo Riedel (R), se forman con ángulos de 12°-18° respecto a la orientación preferente de la zona de deformación y tienen el mismo sentido de movimiento de esta y las de Riedel conjugadas (R´), se deforman a 72°-78° y tienen una cinemática contraria a la R (Dávalos-Álvarez, 2006). Este par de fracturas se desarrollan con un ángulo de 27°-30° del esfuerzo máximo principal ( 1 (Dávalos-Álvarez, 2006)). Otras estructuras que se asocian con este tipo de sistema de fracturamiento son: fracturas de tensión (T), se forman paralelas al esfuerzo máximo principal; y tres fracturas de cizalla, X que tienen cizalla derecha y se forman a 110°, P con cizalla sintética a la cizalla general y se forman a 165°, y Y que son paralelas a la zona de cizalla y con igual sentido de desplazamiento (Fig. ) (Dávalos-Álvarez, 2006). Figura . Configuración del sistema de fracturas tipo Riedel. Fuente: . Falla de Oaxaca Dadas las características morfológicas, su orientación preferente, la litología en sus bloques y el estilo deformación, por reactivación o rompimiento, la falla de Oaxaca se puede separar en tres sectores: sur, centro y norte: el sector sur queda dentro de la Hoja Zaachila y constituye un lineamiento que va desde Miahuatlán hasta la Ciudad de Oaxaca, donde es limitado por la falla de Donají; el sector meridional se caracteriza por un valle discontinuo cortado por depresiones ortogonales al escarpe; los desnivele de este sector son menos pronunciados que en los otros dos sectores; el rumbo preferente del sector sur es N-S y tanto en el bloque del piso, como en el techo, afloran rocas terciarias (Dávalos-Álvarez, 2006). El sector centro corresponde a los afloramientos ubicados al norte de la falla Donají, entre la Ciudad de Oaxaca y la población de Teotitlán, este sector está dentro de la Hoja de Oaxaca y corresponde con el frente poniente de la Sierra de Juárez formando la parte septentrional del valle de Oaxaca y se prolonga a la cañada Oaxaqueña; tiene una orientación preferente NNW, en el bloque del bajo de este sector afloran milonitas y en el del alto rocas del Complejo Oaxaqueño y de su cubierta mesozoica, así como depósitos continentales cenozoicos (Dávalos- Álvarez, 2006). En esta zona el fallamiento fue producto de reactivación de planos heredados de la deformación milonítica que caracteriza a la Sierra Juárez (Dávalos-Álvarez, 2006). El sector norte corresponde a la parte de la traza ubicada dentro de la Hoja Orizaba, comienza aproximadamente 15 km al sur de Teotitlán y se prolonga hasta el norte de Tehuacán; forma un contraste topográfico fuerte entre la Sierra Mazateca y el Valle de Tehuacán; en este sector se da un marcado cambio en la orientación de la traza, siendo NNW entre Teotitlán y Calipan, y cambiando a NW de Zinacatepec hasta Tehuacán (Dávalos-Álvarez, 2006). En este sector afloran en el bloque de piso rocas precámbricas y del Jurásico Tardío-Cretácico, y en el de techo sedimentos terciarios; el estilo de deformación ha sido influenciado por la reactivación de estructuras preexistentes, originadas por la orogenia Laramide (Dávalos-Álvarez, 2006). Tipos de rocas Rocas Sedimentarias En términos generales los fenómenos que intervienen para dar origen a las rocas sedimentarias comprenden el intemperismo, la erosión, transporte, depositación y diagénesis de materiales derivados de la disgregación clástica, orgánica y química existentes en las áreas continentales, es decir, arriba del nivel del mar. El destino de estos materiales son las cuencas marinas o las cuencas continentales, como lagos, adquiriendo características asociadas a los propios ambientes de la zona de depósito, las cuales prevalecen en las rocas a las que dan origen, tal como se deduce de la observación de fenómenos, lo que permite reproducir espacial y temporalmente su historia (Torales-Iniesta, 1998). En el Estado de Oaxaca, las rocas sedimentarias existentes no tienen la misma extensión ni las mismas posibilidades de contener hidrocarburos como las de los Estados que limitan con el Golfo de México; en cambio, han mostrado tener un importante potencial como productoras de materia prima para un gran número de industrias que utilizan en sus procesos minerales no metálicos, tal es el caso de los yacimientos de yeso, cal, arena sílica y materiales arcillosos (Torales-Iniesta, 1998). Rocas Ígneas La ocurrencia de las rocas ígneas está relacionada a soluciones provenientes del manto en forma de emanaciones volcánicas o de rocas cristalizadas a profundidad. Además, se ha establecido que el emplazamiento de las rocas ígneas tiene que ver con zonas de debilidad en la corteza y fenómenos de movilidad tectónica. El interés que revisten los fenómenos ígneos es que dan origen a vetas y diseminaciones minerales a partir del emplazamiento de soluciones que tienen origen en zonas profundas de la corteza y en la parte superior del manto (Torales-Iniesta, 1998). En el caso de eventos volcánicos, las rocas ígneas extrusivas continentales, también existen en los fondos marinos, resultantes imprimen nuevas característica a los relieves superficiales de las zonas en donde ocurren y constituyen desde ese momento una reserva de materiales para la formación de rocas sedimentarias a partir de su intemperismo, erosión, transporte, depositación y diagénesis (Torales- Iniesta, 1998). En Oaxaca, las rocas ígneas de origen volcánico cubren grandes extensiones y tienen diversos colores y características que las hacen muy peculiares con respecto a otras localidades, por lo que son aprovechadas como una fuente importante de material de cantera para la construcción y obras ornamentales. En asociación con estas rocas, se encuentra una gran cantidad de yacimientos minerales, principalmente no metálicos (Torales-Iniesta, 1998). Rocas Metamórficas Debido a que algunos procesos metamórficos como el regional se desarrollan con mayor influencia de presión que de temperatura, su origen se ubica en las zonas profundas de la corteza, sin embargo, pueden ser observadas superficialmente en algunos lugares. Esto implica la consideración de prolongadas etapas geológicas de intemperismo acompañadas de levantamientos tectónicos, lo cual propició el desgaste y eliminación de las rocas que las sobreyacían (Torales-Iniesta, 1998). En la República Mexicana las regiones más significativas, por su antigüedad y extensión, con afloramientos de rocas metamórficas se localizan en Oaxaca. En ellas, se encuentran yacimientos minerales como el talco, mica y grafito (Torales- Iniesta, 1998). Como afloran los tipo de rocas En la región central de Oaxaca y las áreas adyacentes del sur de Puebla, y este de Guerrero, aflora una importante secuencia mesozoica sedimentaria que atestigua el desarrollo de una cuenca a partir del Jurásico Inferior (Morán-Zenteno, D. J. 1984). Esta región de afloramiento mesozoico se encuentra limitada por varios complejos metamórficos que afloran en esta porción del país: al noroeste se localizan las rocas metamórficas del Complejo Acatlán, Paleozoico Inferior, que son el resultado del metamorfismo de depósitos marinos de augeosinclinal; sobre este complejo descansan las rocas sedimentarias del Jurásico y Cretásico, y algunas unidades no metamorfizadas del Paleozoico. Al oeste y sur, los afloramientos no sedimentarios mesozoicos están limitados por el Complejo Xolapa, constituido por gneises, migmatitas y esquistos de biotita con metamorfismo de fascies anfibolita (Morán-Zenteno, D. J. 1984). La edad de este complejo es aparentemente mesozoica pero se han reportado eventos termales del Paleozoico, Jurásico y Terciario. Al sureste, el límite de la cuenca lo forma el Complejo Oaxaqueño, formado de gneises bandeados y metamorfizados y facies que varían de granulita a transición granulita antibiotita, incluyendo charnockitas, anortositas y pegmatitas (Morán-Zenteno, 1984). Las pegmatitas y la última etapa de metamorfismo ue afectó las rocas encajonadas son equivalentes a la provincia metamórfica grenvilliana del oriente de Estados Unidos y Canadá (Morán-Zenteno, 1984). Los afloramientos de este complejo forman una parte considerable de la zona montañosa que está ubicada al poniente de la ciudad de la ciudad de Oaxaca, señalando que al noroeste la cuenca se encuentra limitada por los afloramientos metamórficos del flanco occidental de la Sierra de Juárez, en un contacto marcadamente rectilíneo que forma la Cañada Oaxaqueña y que puede corresponder a un rasgo tectónico de dimensiones regionales (Morán-Zenteno, 1984). Estas rocas metamórficas han sido tradicionalmente asignadas al Precámbrico (Ortogneis) y Paleozoico (filitas y arcosas metamorfizadas incipientemente), sin embargo, se ha reportado la existencia de un amplio complejo metamórfico, derivado de depósitos eugeosinclinales de areniscas, lutitas y derrames volcánicos del Cretácico; y estudios radiométricos en estas rocas dieron como resultado edades, para el metamorfismo, correspondientes al Cretácico Superior y Terciario Inferior, dando como resultado bloques alóctonos provenientes del oeste y cabalgados sobre los sedimentos miogeosinclinales del Jurásico y Cretácico durante la Orogenia Laramide (Morán-Zenteno, 1984). La región de Puebla, Oaxaca, Guerrero y Morelos, subyacida por los complejos Acatlán y Oaxaqueño, presentan afloramientos extensos de unidades sedimentarias del Mesozoico que se encuentran dispuestas en pliegues de orientación nor-noroeste (Morán-Zenteno, 1984). Debajo de éstas secuencias mesozoicas se han reportado, en afloramientos aislados, algunas unidades sedimentarias paleozoicas descansando en discordancia sobre el basamento metamórfico (Morán-Zenteno, 1984). La complejidad estructural y estratigráfica de la porción centro meridional de México hace difícil una reconstrucción paleogeográfica y tectónica que permita una explicación clara sobre el origen de los rasgos de esta porción de México (Morán-Zenteno, 1984). Recientemente la estructura de la región ha sido interpretada en términos de un mosaico de terrenos tectonoestratigráficos que fueron acrecionados en diferentes episodios de la evolución tectónica de esta parte de México. Cada terreno cuenta con un basamento distinto y sus límites han sido interpretados generalmente como límites tectónicos (Morán-Zenteno, 1984). El terreno con el basamento más antiguo es el terreno Oaxaca que ocupa la parte central del estado homónimo y cuenta con secuencias cámbrico-ordovicícas y misisipicopensivlánicas sin metamorfismo (Morán-Zenteno, 1984). La base metamórfica, formada por el Complejo Oaxaqueño del Precámbrico, 900-1100 m.a., ha sido interpretada como el resultado de la evolución de un rift con sedimentación en corteza continental antigua y posterior metamorfismo a facies granulita en una evolución ensiálica o por colisión continental (Morán-Zenteno, 1984). Este complejo es considerado como una continuación hacia el sur de la faja Grenvilliana, sin embargo, la fauna de trilobites de su cubierta cámbrico-ordovícica muestra más afinidad con la fauna de Europa y Sudamérica que con la de Norteamérica(Morán-Zenteno, 1984). Materiales y métodos Los datos puntuales del valor relativo de la gravedad terrestre en metros, con sus correspondientes coordenadas en formato UTM (Universal Transverse Mercator), y la elevación de cada punto en metros fueron proporcionados (Tabla ). La gravedad (G) medida corresponde al valor relativo de la gravedad terrestre, las cuales están en unidades gravimétricas no en miligales (mgal). Así mismo, se registró la hora (h) en que se tomó la lectura. a) Gravimetría Para poder llevar a cabo el análisis gravimétrico de convirtieron las coordenadas UTM a geográficas de la zona Q-14. A partir de las coordenadas geográficas obtenidas se identificó el área de estudio sobreponiéndolas en el programa libre Google Earth. Se realizaron las correcciones gravimétricas, excepto por topografía y mareas, correspondientes usando la densidad de 2.67 gcm -3 para obtener la anomalía de Bouguer. Se graficó el mapa de anomalía de Bouguer y se obtuvo la anomalía regional, usando un polinomio de primer grado, y residual en el programa Surfer 10. Ya obtenido el mapa de anomalía residual se trazaron tres perfiles sobre el mapa gravimétrico, considerando que la dirección de éstos fuera perpendicular a rasgos o tendencias geológicas registradas (cita) en el área correspondiente, y se graficaron en el programa Surfer 10. b) Magnetometría Se georreferenció el área de estudio que se analizó en el método gravimétrico con el programa Arc Gis 10.1, usando la carta aeromagnética Villa de Zaachila E14- D57 del Sistema Geológico Mexicano, la cual fue procesada digitalmente y contiene compensación magnética, corrección por variación diurna, corrección IGRF (International Geomagnetic Reference Field), nivelada y micronivelada usando líneas de control por la misma dependencia. Con la extracción de las líneas de datos magnéticos se realizó un mapa de contornos en el cual se trazaron tres perfiles, en los mismos sitios donde se trazaron los gravimétricos, y se graficaron en el programa Surfer 10. c) Modelado Conjunto de Datos Una vez procesada, corregida y graficada la información de datos gravimétricos y magnéticos se realizó el modelado conjunto de los tres perfiles obtenidos de cada método geofísico para determinar la geología estructural y regional del área de estudio con el programa GM-SYS 4.6. Resultados y Discusión Gravimetría Figura1. Gravedad específica graficada con valores residuales dentro área de estudio. Magnetometría Figura 2 . Intensidad magnética residual graficada en el área de estudio. Modelado conjunto de datos gravimétricos y magnéticos correspondientes al Perfil 1 Figura 3 Modelado conjunto de datos gravimétricos y magnéticos correspondientes al Perfil 1 A partir de un modelado conjunto de datos gravimétrico y magnéticos Se infirió un perfil hidrogeológico con 5 diferentes unidades estratigráficas , a una profundidad de 60 m aproximadamente, en los 5 primeros metros se determino el espesor del tiradero municipal de la Cd de Oaxaca seguido por una capa de aluvión con un espesor de mínimo de 5 m y máximo de 10 m. seguido de un acuífero confinado, en espesores mayores se encuentra arenisca y Gneis. Modelado conjunto de datos gravimétricos y magnéticos correspondientes al Perfil 2 Figura 4 Modelado conjunto de datos gravimétricos y magnéticos correspondientes al Perfil 2 A partir de un modelado conjunto de datos gravimétrico y magnéticos Se infirió un perfil hidrogeológico con 5 diferentes unidades estratigráficas , a una profundidad de 60 m aproximadamente, en los 5 primeros metros se determino el espesor del tiradero municipal de la Cd de Oaxaca seguido por una capa de aluvión con un espesor de mínimo de 5 m y máximo de 10 m. seguido de un acuífero confinado, en espesores mayores se encuentra arenisca y Gneis. Perfil 3 Figura 5 Modelado conjunto de datos gravimétricos y magnéticos correspondientes al Perfil 3 A partir de un modelado conjunto de datos gravimétrico y magnéticos Se infirió un perfil hidrogeológico con 5 diferentes unidades estratigráficas , a una profundidad de 60 m aproximadamente, en los 5 primeros metros se determino el espesor del tiradero municipal de la Cd de Oaxaca seguido por una capa de aluvión con un espesor de mínimo de 5 m y máximo de 10 m. seguido de un acuífero confinado, en espesores mayores se encuentra arenisca y Gneis. Modelado Conjunto de Datos Tabla . Datos gravimétricos y magnéticos asignados a cada bloque del modelo conjugado. Fuentes: UC, NR; Torres-Zamudio, 2002; Barriol et al., 2006; Jiménez- Castañeda, 2009; Tapia-Cruz, 2011. Esquema Leyenda Densidad relativa (gm/cc) Susceptibilidad (cgs) Depósito de basura 1.5 0.00007 Aluvión 1.9 0.00002 Acuífero Confinado 2 0 Toba Andesítica/Andesita 2.45 0.02 Lutita/Arenisca 2.67 0.00004 Gneis 3 0.00013 Bloque 1* 4 0.0115 *Bloque 1: posible estructura Conclusiones En estudios anteriores se ha identificado la geología superficial del área de estudio, esta información se tiene registrada en la carta geológico Minera del estado de Oaxaca, A través del análisis de los datos geofísicos se propuso un modelo hidrogeológico con tres perfiles realizados en el área de estudio en el que se infiere la presencia de una zona fracturada, identificando 5 unidades estratigráficas las cuales son: Aluvión con una densidad relativa de 1.9 gm/cc, y una susceptibilidad magnética 0.00002 cgs , Toba (Andesítica/Andesita) con una densidad de 2.45 gm/cc y una susceptibilidad magnética de 0.02 cgs, Lutita/Arenisca con una densidad 2.67 gm/cc y una susceptibilidad 0.00004 cgs, Gneis con una densidad de 3 gm/cc y una susceptibilidad magnética de 0.00013 cgs, en relación a las anomalías correspondientes a los campos total definieron la estructura del subsuelo, y las características del suelo a diferentes profundidades. al realizar los tres perfiles se considera que el perfil hidrogeológico con 5 diferentes unidades estratigráficas , a una profundidad de 60 m aproximadamente, en los 5 primeros metros se determino el espesor del tiradero municipal de la Cd de Oaxaca seguido por una capa de aluvión con un espesor de mínimo de 5 m y máximo de 10 m. seguido de un acuífero confinado, en espesores mayores se encuentra arenisca y Gneis. Referencias Belmonte-Jiménez, S.I., Jiménez-Castañeda, M.E., Pérez-Flores, M.A., Campos- Enríquez, J.O., Reyes-López, J.A. y Salazar-Peña, Leobardo. 2012. Characterization of a leachate contaminated site integrating geophysical and hydrogeological information. Geofísica Internacional. 51(4): 309-321. Belmonte-Jiménez, S.I., Campos-Enríquez, J.O. y Alatorre-Zamora, M.A. 2005. Vulnerability to contamination of the Zaachila aquifer, Oaxaca, Mexico. Geofísica Internacional. 44(3): 283-300. Belmonte-Jiménez, S.I., Aragón-Sulik, M., Navarro-Mendoza, S. y Herrera- Barrientos, J. NR. ERIS: método para determinar el riesgo de contaminación de un sistema acuífero. Caso Valle de Zaachila, Oaxaca. IPN-CIIDIR-Oaxaca, Santa Cruz, Xoxocotlán, Oaxaca. México, 13 p. Barriol, Y., Sullivan-Glaser, K., Pop, J., Bartman, B., Corbiell, R., Otto-Eriksen, K., Laastad, H., Laidlaw, J., Manin, Y., Morrison, K., Sayers, C.M., Terrazas- Romero, M. y Volokitin, Y. 2006. 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