SHEED, F. J. Sociedad y sensatez. Editorial Herder. Barcelona. 1963. p.p. 7 a 18 (Introducción) I.SENSATEZ ANTE TODO Nuestro modo de tratar una cosa depende en última instancia del juicio que nos hayamos formado sobre ella. De distinta manera tratamos, por ejemplo, a las personas y a los gatos, porque es diferente la idea que tenemos de lo que es una persona y de lo que es un gato. Todas nuestras instituciones —la familia, la escuela, los sindicatos, el gobierno, las leyes, las costumbres y todo lo demás— brotaron de la idea que tenían del hombre los que las crearon. Si queremos comprenderlas profundamente, debemos penetrar en la idea que expresan del hombre. En la historia humana hay períodos en los que no hay necesidad inmediata y obvia de hacer esta clase de investigación profunda. Cuando las instituciones profundamente arraigadas funcionan normalmente y contribuyen a la felicidad, la gran masa de los hombres puede limitarse a vivir sencillamente con ellas sin plantearse ningún problema. Pero cuando algo no está en regla en alguna institución —de modo que se tenga que considerar la oportunidad de corregirla (y, dado que sí, en qué forma) o si debe suprimirse (y, en tal caso, con qué se ha de sustituir)—, entonces la pregunta acerca de lo que es el hombre resulta no sólo práctica, sino más práctica que ninguna otra. Y esto por dos razones. Una de ellas es vital, aunque muy negada en nuestros días; la otra vital también pero no tan fácil de negar. La primera razón es que todos los órdenes sociales han sido hechos por los hombres y deben examinarse en función de su aptitud para los hombres. No faltarán quienes sonrían ante esta razón. Por el momento no queremos discutirla con ellos. Preferimos pasar directamente a la segunda, a saber, que todos los órdenes sociales están constituidos por hombres. Los que fabrican máquinas estudian el acero, los que fabrican estatuas estudian el mármol, los que ordenan sistemas sociales han de estudiar al hombre, puesto que el hombre es la materia prima de los sistemas sociales, como el acero es la materia prima de las máquinas y el mármol lo es de las estatuas. Ahora bien, mientras no todos nos dedicamos a hacer máquinas o estatuas, todos estamos implicados en la construcción de sistemas sociales, desde los más pequeños, como la familia, hasta los más grandes, como el Estado al que pertenecemos. Toda nuestra vida consiste en tratar con otros seres humanos. Por eso, en nuestras relaciones personales todo el problema está en saber cómo se han de tratar los hombres; en el orden político la cuestión es exactamente la misma. Pero no es posible decidir inteligentemente cómo se debe tratar una cosa antes de haber visto claramente qué es la cosa. No podremos saber cómo se ha de tratar a los hombres sin haber visto con toda claridad qué es el hombre. Esta es la razón por la que hemos puesto la palabra sensatez en el titulo del libro. Sensatez significa ver las cosas como son, vivir en la realidad de las cosas. Si uno ve lo que no es —si ve culebras serpenteando por el empapelado de su habitación, por ejemplo, o se considera a sí mismo como Napoleón—, no es sensato. La dificultad está en que no siempre sabemos sí la gente ve lo que no es o no ve lo que es. Esto puede suceder en forma menos patente que en los ejemplos que acabamos de aducir, pero el principio es siempre el mismo: tomar lo que no es por lo que es, es señal de insensatez. Por ejemplo, hacerse ilusiones afectivamente, tomando los propios deseos por realidades, es un defecto mental; lo mismo se diga de tomar las propias aprensiones por realidad, en una palabra, tomar por realidad lo que no lo es. Hacerse ilusiones es la cosa más corriente; en sociología y en política es un fenómeno casi universal. Es la cosa más fácil del mundo. Nos concentramos en la cosa que deseamos— una organización particular de la sociedad, por ejemplo—, de modo que el asunto va tomando más y más cuerpo en nuestra mente; consideramos, naturalmente, los obstáculos con desazón e impaciencia, no experimentamos ningún gusto en mirarlos, cada vez los miramos menos y al fin acabamos por no mirarlos: los obstáculos siguen estando presentes, pero ya no lo están para nosotros: sólo nuestro deseo es real. Es posible que todavía hagamos alusión a los obstáculos, pero sólo lo hacemos para asegurar a nuestros oyentes, para confirmarnos a nosotros mismos de lo sólidamente que estamos apoyados en la realidad. Quienes se hacen ilusiones son muy aficionados a emplear, los slogans más realistas. Sí oímos a un orador que exclama: «Los hechos, señores, los hechos son inexorables», ya podemos prepararnos para hacer una gira por el reino de Utopía. En todos los terrenos el test de sensatez consiste en preguntar: ¿Qué es?; en las relaciones humanas será preguntar: ¿Qué es el hombre? Aquí es donde efectivamente debe tener sus raíces la sociología. De otra manera, ninguna escrupulosidad de investigación ni ningún peso de pruebas científicas en las etapas subsiguientes podrá sanar este defecto radical. I Ahora bien, en el conjunto de nuestra vida social se pasa por alto al hombre. Se toma sencillamente al hombre como una palabra, como la etiqueta de una especie particular de seres (la especie a la que también nosotros pertenecemos) y nadie se decide a considerar en serio lo que significa el que es completamente neutral. la respuesta sería exactamente la misma: que eso es asunto de cada ciudadano. ¿ Podrían decirme para que se vive?». por ejemplo. Esta situación parece la cosa más natural. a la gente no le impresiona. ¿Para qué sirve la información? ¿Cómo podemos integrarnos con nuestros semejantes si ellos mismos no están integrados? Y ¿cómo sabemos que lo están? Y. no la primera. ¿Podrían decirme qué es el hombre?» La única respuesta que posiblemente nos dieran sería: que vivimos en una democracia liberal: cada cual tiene derecho a profesar la religión o la filosofía que más le guste y conforme a sus enseñanzas mantener sus propios puntos de vista: que el hombre es materia o espíritu. o ambas cosas a la vez. nuestra primera reacción es siempre preguntar: ¿Hará a los hombres más felices? Sin embargo. sino que ni siquiera hay manera de podérselo mostrar. ésta debiera ser la segunda pregunta.término. Sin embargo. Sin embargo. Pasamos inmediatamente a examinar el modo de hacer feliz a la criatura sin detenernos a preguntar qué es la criatura. Preparar a los hombres para la vida no sólo sin saber lo que es el hombre ni lo que es la vida. Las escuelas no dirigidas por el Estado se miran como algo anormal y en la mayoría de los países llevan sólo una existencia precaria. siendo así que en realidad no deja de ser grotesca. dan a sus alumnos una cantidad de informaciones útiles y los adiestran en ciertas técnicas de modo que puedan ganarse la vida. Hay centenares de definiciones de la educación. no sabe lo que es el hombre. vistas las cosas tan raras que algunos Estados exigen a sus . habría que seguir exactamente el camino contrario. Pero la gente no sólo no ve lo extraño que es esto. es la cosa más extraña que se pueda imaginar. La primera deberla ser: ¿Responde esto a la naturaleza del hombre? La vida moderna se ha olvidado totalmente de este problema. Si se insiste en este punto. que la educación consiste en preparar al hombre para la vida. Al proyectarse un nuevo plan que afecte la vida de los hombres. Eso no le interesa al Estado. En la educación tenemos un ejemplo tan perfecto que resulta casi ridículo. Pero tomemos como definición un mínimum que sea aceptado prácticamente por todos. dicen. que el Estado es neutral y no sabe nada de eso. Si se les volviera a escribir preguntando: «Veo que en cuanto Estado no saben ustedes qué es el hombre. Pero esto es sencillamente tomar lo extraño del problema del sistema escolar y trasladarlo a la vida de la sociedad entera mostrando cuán sólidamente arraigado está en ella. o ninguna de ellas. En casi todo el mundo occidental se considera al Estado como el educador nato. Las escuelas. Supongamos ahora que uno escribe al ministerio de educación de su propio país poco más o menos en estos términos: «Veo que ustedes se ocupan de preparar al hombre para la vida. He llamado a esto grotesco y todavía he sido demasiado indulgente. sino incluso sin dar importancia a estas cuestiones. integrarse con sus semejantes y hacer las cosas que el Estado exige de los ciudadanos. en realidad sin habérselas planteado nunca. El que hasta tal punto deje de extrañarles indica lo poco que se piensa en las cosas más fundamentales. sencillamente se cambia la definición de la educación. Resolvía todos los problemas sociales sin tener en cuenta el elemento humano. El Estado no sabe qué es el hombre y cada día ejerce más control sobre la vida humana. pero eso no le preocupó: «Los grandes socialistas. se tomó por lo menos la molestia de mirar: vio que la sociedad sin clases no se adaptaba al hombre. Le hubiera bastado observar al primer hombre que encontrara para convencerse de que la sociedad sin clases no podía formarse con seres humanos. en una hora. el Estado no puede exigir a sus ciudadanos nada que. la pesadilla del sociólogo. a discutir. Era sencillamente un matemático. Examinemos este problema de aritmética: si un muchacho puede segar un campo en dos horas. o no se cuidan de ello. Esto es sociología. debe examinarse en función de la pregunta: ¿qué es el hombre? Pero esto nunca se pregunta. tienen alguna noción de lo que desean los hombres y de cuáles serán probablemente sus reacciones. en esto. naturalmente. y ya no volverán. Con todo. Tanto los que están de acuerdo con él como los que discrepan convienen en llamarle sociólogo. Y este es el sentido en el que decía yo que Marx era un matemático y no un sociólogo. Las democracias occidentales no saben lo que es el hombre. por mucho que aumente la eficiencia o el bienestar material. Una información es útil si nos ayuda a alcanzar mayor plenitud y riqueza humana. El hombre es. en esa época los hombres serán diferentes. dejarán irremediablemente enredadas las segadoras y se marcharán a nadar. En tales circunstancias. como en otras muchas cosas. En otras palabras. También él vio lo que vio Lenin y que no habla visto Marx. sino en toda la vida de la sociedad. Tenía su propia teoría sobre lo que es el hombre y ¡ no tenía necesidad de mirar más! Su más célebre seguidor. Le estaba reservado a Bernard Shaw. el trato que se dan los hombres entre sí y que les da el Estado. En Karl Marx se observa esta ignorancia del hombre en su estado puro. Pero Marx no era de ninguna manera un sociólogo. ir hasta el extremo del asunto. En otras palabras. Lenin. Le gustaría poder elegantemente prescindir de él. Marx. Pero nuestro problema consiste en construir instituciones sociales para nosotros. la sociedad sin clases es un fin en sí: si el hombre no es apropiado para ella. no sólo en la educación. la naturaleza misma debe descubrir alguna criatura que lo sea. ¿en cuánto tiempo lo segarán dos? La respuesta es. Pero esto son matemáticas. Pero no observó. Su solución tiene un especial encanto: «Si la raza humana no sirve. ¿cómo sabemos que nuestro propio Estado no nos exige cosas que nos perjudican como a hombres? Ninguno de estos interrogantes se puede responder sin saber de antemano qué es el hombre. En realidad los dos muchachos comenzarán a charlar. la naturaleza tiene que intentar otra experiencia».ciudadanos. un hombre está integrado si todos los elementos de su naturaleza están debidamente relacionados entre sí y con el fin de la vida. al prever el advenimiento [de la sociedad sin clases] presuponen un ser distinto del hombre corriente actual» . naturalmente. hasta se pelearán. no. pues dos muchachos emplearán la mitad del tiempo que emplea uno. los ha de disminuir como hombres. no . con sus reales posibilidades de mejoramiento. Tomemos alguna cuestión más general que no se pueda despachar como ésta. no considerando para nada sus preferencias. Supongamos un asunto en el que discrepan las opiniones. Tampoco a los animales les gusta ninguna de estas cosas. II La cuestión ignorada surge todos los días. negarse constantemente a perder el contacto con la realidad. con los hombres tal como son en realidad. ¿Es admisible el divorcio o el amor libre? Las golondrinas no se juntan —macho y hembra— para toda la vida. Nuestros médicos se sirven de los animales para sus experimentos. Sólo quien tenga muy poco conocimiento del mundo podrá decir que los asuntos como el divorcio o el amor libre son personales y se pueden dejar sin dificultad para que el individuo en particular los resuelva como le plazca. El puritano más rígido no lo ve mal ni en las golondrinas ni en los gatos. Esto es precisamente sensatez. ¿Está mal convertir a los hombres en esclavos o en conejillos de Indias y en hacerles la vivisección? «Ciertamente está mal».para alguna raza desconocida que todavía no ha asomado en el horizonte. es decir. pero sólo porque sabiendo lo que es el hombre sé en qué difiere de los otros animales y qué diferencia constituyen esas diferencias. una fórmula química. Pues. se responderá. una cosa para que el doctor pueda expedir una receta. aunque un sociólogo sensato nunca exagerará esas posibilidades. en los más pequeños asuntos personales. y con el material disponible. inoculándoles enfermedades espantosas. Lo cual sólo quiere decir que para responder inteligentemente a la pregunta formulada hay que dejar asentado qué es el hombre. que bastará con responder a este . ¿Es justo tratar a los hombres únicamente según nuestro propio interés? A los animales los ponemos a nuestro servicio pensando únicamente en nuestras necesidades. No basta decir que el hombre sufriría al verse esclavizado o contagiado con enfermedades o cortado en lonjas. ¿por qué hemos de tener consideración con los sentimientos de un hombre y no con los de un potro o los de un perro? Naturalmente esto depende de la idea que tenemos de lo que es el hombre. respecto al comportamiento del hombre consigo mismo y a su modo de proceder con los demás. como en los nacionales de mayor envergadura. Sería una extraña coincidencia si las respuestas fueran las mismas en el caso en que el hombre fuera un ser afín a los ángeles o un animal que ha hecho mejor uso de sus oportunidades que los otros animales. los gatos callejeros viven promiscuamente. Se pensará que mis ejemplos son imaginarios. practicando su vivisección. Personalmente estoy de acuerdo en que no se puede. «No se puede tratar a los hombres como a los animales». Tenemos que dejar esto bien sentado antes de dar una respuesta a esta o a otras cuestiones de moralidad personal. Pero evidentemente volvemos a la pregunta sobre qué es el hombre. o sencillamente una colección de electrones y protones. los derechos humanos. no son todavía derechos. una cosa mucho más práctica. Personalmente es posible que no encontremos nunca a un solo individuo que defienda estas cosas. Pero ¿tiene el hombre derechos? La respuesta depende. humano o sencillamente útil concederle. Pero no sabremos qué es lo que implica el hecho de ser hombres mientras no sepamos qué es el hombre. a saber. Es decir. Pero iguales ¿en qué? No hay ni una sola cualidad en la que todos los hombres sean iguales. naturalmente. Si nos damos cuenta de lo que supone esta línea de pensamiento nos parecerá claro que toda sociología inteligente tenga que atenerse a ella. Derechos son lo que corresponde legítimamente al hombre. no son derechos en modo alguno. por muy liberales que sean. en los que las costumbres arraigadas siguen su camino sin perturbaciones. sino algo que se puede esperar de la benevolencia de la sociedad. puesto que las dos naciones han heredado ciertos modos de vida y de acción en . ni siquiera hay una en la que dos hombres sean iguales. decimos. En realidad. toda idea revolucionaria y toda reacción conservadora. ni los Estados Unidos ni las Naciones Unidas. Vuelvo a repetir que en tiempos tranquilos. los experimentos científicos en hombres vivos realizados en los campos de concentración de los nazis hace unos años. inmenso valor a la igualdad humana. La expresión «derechos del hombre» significa con mucha frecuencia lo que es bueno. de lo que es el hombre. más que la igualdad de los hombres. una idea del hombre que las haga insostenibles. son iguales. Ninguna sociedad se puede unificar si no está unida acerca de esta idea fundamental. no lo que la sociedad está dispuesta a otorgarle. Todo problema en disensión. todo se condensa en la pregunta sobre el modo cómo se ha de tratar al hombre y sólo podremos contestarla conforme a la idea que tengamos de lo que es el hombre. una condición que no cumplen la mayoría de los que la usan. cuestiones como ésta pueden dejarse sin dificultad a los filósofos. no nos hallaremos en condiciones de refutar sus argumentos a no ser que podamos establecer. Si no son esto. La cosa no es tan grave en los dos primeros casos. por ejemplo. ¿La frase carece de sentido? Sólo tiene sentido con una condición. de la misma manera que todos los triángulos son triángulos o que todos los elefantes son elefantes. De este modo no están unidos ni el Reino Unido. lo que entra en juego es.tipo de preguntas cuando se presenten. aunque nuestra civilización esté amenazada por un sistema semejante. Pero en nuestros días no hay ni una sola institución humana que no esté en tela de juicio. Atribuimos. Pues. No quiero detenerme en multiplicar ejemplos a cual más evidente. Pero si nos encontráramos con tal persona. Todos los hombres son iguales en cuanto que son igualmente hombres. Corresponden al hombre porque es hombre y son valederos a pesar de la sociedad y aun contra la sociedad. Todos los hombres. y demostrar. que todos los hombres son iguales entre sí en todo lo que implica el hecho de ser hombres. Pero las concesiones. ¿quién piensa en tratar así a los hombres? Quien así hablara habría olvidado los campos de trabajos forzados en la Rusia de hoy. y en esta materia son tan graves las divergencias que. se acogerá al expediente práctico de cómo debe tratarse al hombre. en el mejor de los casos. Quizá se cite incluso la famosa frase de Robert Burns.común establecidos por antepasados que estaban de acuerdo acerca de lo que es el hombre. ¡Fantástico! Pero ¿qué es un hombre? Persistir en tales argumentos resulta irritante. ya se pusieron de acuerdo. pero los demás estarán equivocados. Ante esta salvedad. No podremos estar indefinidamente de acuerdo en la acción práctica si llega a desaparecer todo acuerdo acerca de la realidad implicada en ella. Dirá que hemos llegado a una idea sumamente práctica de cómo debe tratarse a las personas y que no necesitamos perder el tiempo en construir teorías. acerca de lo cual nuestros antepasados. Porque esto equivaldría a mostrarles que nuestro modo de tratar a los hombres es correcto y que el de ellos no lo es. Somos absolutamente incapaces de tener una discusión razonada con ellos sobre el particular. Todo el mundo. Las Naciones Unidas no tienen tal pasado común. aunque tenemos pocas esperanzas de hacérselo ver a nuestro hombre. nadie lo sabe verdaderamente a fondo. No hay ni un acuerdo actual en los principios acerca de cómo se debe tratar al hombre ni ningún acuerdo en la práctica que provenga de un pasado remoto. todos lo dan por supuesto. Esto es precisamente lo que está sucediendo ahora que nos hallamos en pugna con los dirigentes soviéticos de Rusia. sabe perfectamente cuál es el modo bueno y el malo de tratar a los hombres. Pero de hecho no todos lo saben. Lo único que se puede hacer es ruborizarse. En un esfuerzo desesperado por evitar el tormento de tener que pensar en el problema. La primera reacción es generalmente de tipo rudo y sincero. más inteligentes. pero que si se plantean. dirá —caldeándose con este tema —. Este verso en dialecto escocés no contribuye a aclarar nada. A man‘s a man for a’ that. Lo malo es. pues viene a decir que un hombre es un hombre. nuestro hombre jugará su última carta. III Mi experiencia personal me ha enseñado que es sumamente difícil inducir a alguien a sujetarse a estas líneas de pensamiento. Como todos lo saben. Existe una absoluta inercia sobre esas cuestiones que nadie se plantea porque todos saben la respuesta. ya que las Naciones Unidas no tienen pasado y los miembros que las constituyen no han heredado ninguna actitud común con respecto al hombre. puesto que no todos están de acuerdo. El interlocutor nos dice que todo el mundo sabe lo que es el hombre y que es una necedad perder el tiempo en cosas que todo el mundo sabe. lo cual quiere decir que no se piensa en ello. que tratan a los hombres en una forma que nos parece intolerable. nadie tiene una respuesta pronta. Pero tanto en el Reino Unido como en los Estados Unidos la situación es sólo ligeramente mejor. que lo que todos saben. lo cual sólo se puede hacer mostrándoles que . habrá uno que tenga razón. pues sabían que ni éramos ni podíamos ser asociados. para hacerles justicia.nuestra idea del hombre es verdadera y que la de ellos es falsa. La verdad es que no hablamos ningún lenguaje. les informamos sencillamente de nuestro prejuicio o reacción emocional en este particular. no se hallan en este atolladero. En efecto. pero no habremos ganado la discusión ni siquiera habrá habido discusión: un intercambio de prejuicios no es más razón que un intercambio de poderosos explosivos. durante la guerra existía la pretensión de que ellos y nosotros estábamos asociados en una cruzada. Así que nuestro acuerdo práctico dentro de nuestra propia nación acerca de cómo hemos de tratar a los hombres —a saber. una pretensión que. Ellos saben lo que entienden por hombre. Mientras no lo hagamos no habrá en definitiva más que una salida. sólo seremos capaces de lanzarnos mutuamente poderosos explosivos. Los dirigentes rusos. Ningún ruso ha alegado nunca como titulo para algún cargo que hablaba nuestro propio lenguaje. Lo que hacemos es irritamos y parlotear. Nuestra falta de claridad acerca de la palabra elemental «hombre» muestra que ninguna de las palabras sucesivas tiene un significado claro. dado que no tocamos el problema fundamental. Pero esto no lo podemos hacer porque no sabemos cuál es nuestra idea del hombre. Ellos establecen el género de trato que creen ser conveniente y nosotros respondemos con el género de trato que nosotros tenemos por bueno. De hecho todo buen comunista se desdeñaría de hacer valer tal título. Todas las frases que empleamos muestran que no nos hemos hecho cargo de nuestra insuficiencia. Sólo entonces podríamos entablar con ellos una discusión sería. sin lo cual es imposible la discusión. que se les debe tratar amablemente— no nos lleva a ninguna parte cuando nos enfrentamos con quien no piensa como nosotros. ¿Hasta qué punto nos sirve dentro de nuestra . Recuerdo que una vez se me urgía para que votase por un partido determinado porque se había de entender bien con los Soviets: «hablamos su lenguaje». él habla un lenguaje. habiendo tomado su idea del hombre de Marx. Esto les da una enorme ventaja en toda discusión con Occidente. cosa que no hacen nuestros hombres representativos. En otras palabras. que no prestó atención al hombre. No es posible allanar las diferencias con una discusión. En la imposibilidad de discutir. Por ejemplo. precisamente porque no teníamos las mismas ideas acerca de lo que es el hombre ni podíamos tener las mismas ideas acerca de cómo hay que tratar al hombre. apenas si se permitieron formular ellos: nos dejaron mentir. Por eso es tan humillante todo intercambio entre nosotros y los dirigentes rusos. Se equivocan. Pero esto no es un argumento. Todo lo que podemos hacer en estas desdichadas circunstancias es decir a los rusos que desaprobamos y hallamos de hecho indignante su modo de tratar a los hombres. El que haya guardado para el final el más poderoso explosivo ese habrá ganado la guerra. nótese bien. pero son perfectamente claros en su idea y con ello pueden justificar el trato que dan al hombre. La disparidad durará mientras no aprendamos a ser tan claros acerca de nuestros fundamentos como lo son ellos acerca de los suyos. Nuestra norma de ser con todos tan amables como lo permiten las circunstancias. que es espiritual. María Antonieta. En suma era ésta: El hombre es una criatura de Dios. que solía llamarse cristiana y que ahora se llama occidental. Cuando un doctor trata el cuerpo humano. que lo mismo se puede morir de un régimen de pasteles que de un régimen de hierba. replicó: «¡Que coma hierba!». dijo: «¿Por qué no comen pasteles?» Foulon era cruel y María Antonieta amable .propia sociedad nacional? La tendencia entre nosotros es: 1) a no inquirir acerca de lo que es el hombre. El primero de todos los derechos del hombre es el derecho a ser tratado como lo que es. aunque acredita más a nuestros corazones que a nuestras cabezas. El primero de los derechos del hombre no es el derecho a ser tratado amablemente. El hombre. Foulon. La Revolución Francesa nos ofrece una anécdota significativa. Esta especial semejanza del hombre con Dios no reside en el cuerpo. La cuestión principal no es de amabilidad o de crueldad. sino el derecho a ser tratado justamente. 2) a no imponer al hombre nada contra lo que sabemos por experiencia que ha de reaccionar violentamente. se dañó a sí mismo y perdió la unión con Dios. Esta idea era clara. sino de justicia o de injusticia. lo cual fue una tremenda forma de justicia. la esposa del rey. sino en su alma. El ministro del rey. la amabilidad no sustituye a la rectitud. vigorosa y universalmente aceptada. Esto se puede decir de cualquiera y de cualquier cosa que haga. pues. inmortal y está destinada a la unión eterna con Dios. a ser tratado como lo que es. al oír que el pueblo no tenía pan. Se llegó a ella escuchando a Dios más que considerando al mismo hombre. oponiendo su voluntad a la de Dios. el hombre? Capítulo 2 EL HOMBRE ESENCIAL I Nuestra civilización. pero sobre todo se aplica al orden social. La Revolución Francesa los mató a ambos. por el que se asemeja a los animales. y así a ocultar a nuestros ojos los resultados ciertamente desastrosos de no haber hecho esta investigación inicial. que vive en un universo creado por Dios. ¿Qué es. La amabilidad puede destruir a un hombre no menos que la crueldad. puesto que es una norma ciega. es una norma bien intencionada que nos acredita. Dios se hizo hombre y murió para salvar a todos los . se basa en la idea que nuestros antepasados tenían de lo que es el hombre. Pero se diferencia de todos los otros seres del mundo porque Dios lo hizo a su propia imagen. Dios es omnipotente. residuo de un mito de aquel mundo más sencillo. El hombre tiene poder. En estas tres ideas — imagen de Dios. y trataré de mostrarlo más adelante. que vino a construir nuestra civilización. sería una criatura horrible. pero en forma limitada. Pero nuestros ante¬pasados cristianos conocían la verdad acerca de Dios. y de hecho bastantes hombres han tratado de rehacerse a sí mismos según esta imagen. pero no un amor infinito. Pero. Y aun entre los mismos que todavía consideran esta concepción del hombre como valedera. pero no todo el conocimiento. Nunca una idea ha sido tan dinámica. Incluso quien no la profese debe reconocer que es menester intentar comprenderla. Pero también puede desarrollarse. en todo. Vamos. o por lo menos en gran parte. II Comencemos por la primera frase: el hombre fue hecho a imagen de Dios. hecho a su imagen. no ha podido morir completamente en un mundo que ya no lo necesita. si bien se mira. Esto puede tener muy diferente sentido según la idea de Dios que implique. difícilmente será un argumento contra ella. pero dolores sin género de duda —. que en forma curiosa ha logrado sobrevivir o. espíritu inmortal. Dios es el absoluto. tiene conocimiento. tiene amor. El hombre puede crecer en poder. Puede deteriorarse hasta quedar apenas inidentificable. que es la única que tiene estos dos caracteres. a examinarla un poco más en detalle. mejor dicho. que para hacer algo por esta civilización es necesario comprenderla y que no se la puede comprender prescindiendo de la idea del hombre que trataba de expresar. . en conocimiento y en amor. Pero por el momento no quiero urgir esta antigua concepción del hombre. El que una teoría discrepe del modo de pensar de los tiempos modernos. si bien creo. Un hombre hecho a imagen del dios Moloc. el hombre es la imagen. redimido por Cristo — tenemos los elementos dominantes del concepto del hombre. Teniendo en cuenta la tremenda confusión en que se halla el mundo — dos hecatombes sangrientas en medio siglo y otra que amenaza siniestramente en el horizonte —. pues. al que los cartagineses sacrificaban los niños. El hombre. que esta civilización está ahora en agonía — dolores de muerte quizás o quizá dolores de parto. Lo único que digo es que sobre ella se basó una gran civilización. que no es ésta la manera de pensar de los sociólogos modernos. como algo inmediatamente práctico y utilizable. tiene también estos atributos. pero no todo el poder. no se puede prestar homenaje de reverencia ciega al modo de pensar de los sociólogos modernos. esto no es un argumento contra ella.hombres de aquella condición desesperada. tan revolucionaria y tan poderosa para construir una forma de vida. muchos pensarán que no se puede aducir’ en una discusión práctica sobre los problemas actuales. omnisciente y todo amor. A muchos les podrá parecer esto pura fantasía. Pero la imagen no ha de ser necesariamente estática. Para el cristianismo el cuerpo es sagrado. una vez que por fin haya llegado a ser su perfecta imagen. por eso. que ve en el hombre un espíritu unido a la materia. sin perder su identidad en la realidad más potente. Dios no teme que sus criaturas le igualen. El espíritu no está compuesto de partes como la materia. y. y por lo tanto no puede disgregarse ni se lo puede descomponer o recomponer interiormente. la voluntad. Pero tampoco puede otorgarle al cuerpo todas aquellas cosas que el mismo cuerpo puede concebir y aun desear ardientemente. Y como ninguna de las religiones del espíritu puro glorifica al espíritu tanto como el cristianismo. Entre todas las religiones. es libre. como el dominio sobre la muerte o algún fundamento para asegurar la dignidad humana. y precisamente en esto consiste la semejanza. La clave para comprender a Dios y al hombre es el concepto de espíritu. cualesquiera que sean las diferencias en el modo. indestructible.en otras palabras. no se lo puede convertir en otro. sin lo cual no sería espíritu. ya que todas ellas consideran como su fin supremo únicamente la extinción. Un ser espiritual sólo puede ser él mismo. su característica es la inmortalidad. ya que por su íntima unión con el alma es elevado por encima de la condición puramente terrestre y participa en el destino eterno del hombre. Como la permanencia es la característica de la existencia del espíritu. así la libertad es la característica de su actividad vital: en sus dobles funciones de conocimiento y de amor consiste su vida. Ninguna de las religiones que se centran tan totalmente en el espíritu que llegan hasta despreciar la materia nunca ha glorificado tanto el espíritu del hombre. Para el cristiano el cuerpo. Lo que constituye la esencia del espíritu es la permanencia. tanto en el espíritu infinito como en el finito. sino permaneciendo consciente de Dios y consciente de sí mismo. con la verdad infinita. el infinito no puede temer a lo finito: es totalmente conforme con la voluntad de Dios que en todo hombre vaya creciendo más y más la semejanza original. en semejanza con Dios. Y en este contacto seguirá siendo él mismo. volverá a reunirse con el alma del hombre y participará en su destino para siempre. El espíritu finito está destinado a la unión total con el espíritu infinito. ya que el materialismo carece de este concepto por no conocer sino lo profano. o en todo caso la extinción de la conciencia personal. Dios es espíritu infinito y uno de los elementos del hombre es espíritu también. y la facultad humana de amor estará en contacto no’ menos íntimo con la bondad infinita. en el que la facultad humana de conocimiento estará en contacto inmediato. y la facultad con la que ama. debe estar presente. tras la disolución total por la muerte. Difícilmente se le puede reprochar al materialista el que no reconozca el carácter sagrado del cuerpo. lo que ame es decisivo para esta vida. El hombre fue hecho por Dios para la unión con Él mismo. de la misma manera ninguna de las filosofías que desechan el espíritu y afincan totalmente en la materia glorifica tanto al cuerpo como el cristianismo. sólo el cristianismo acepta . el cuerpo plenamente y de buena gana. a analizar al hombre. El hombre. imagen de Dios — juntando por su propia naturaleza espiritual y material las esferas opuestas del espíritu y la materia en la unión de un universo que a pesar de esa unión mantiene siempre sus partes distintas —. libre para aceptar. Pero también el mundo espiritual tiene sus leyes dadas por el mismo Dios. que murió por los hombres e hizo posible para todos los hombres la unión total y definitiva con Dios. ha rehusado parcial o totalmente esa cooperación. para lo cual cuenta con una naturaleza bastante deteriorada por el pecado. pues. la razón puede trazar las líneas principales de esta concepción y la experiencia puede verificarlas. fue sanada por Cristo. El hombre se lanzó contra las leyes de Dios y fue herido por ellas. analizando al hombre. el destino eterno del hombre depende de su propia elección. Si se pierde uno de los elementos de esta fórmula. el cuerpo tiene su propio carácter sagrado. Lo coloca en los lugares más sagrados de la religión. a él le toca hacer la elección. Es una fórmula básica de sociología cristiana que si el espíritu tiene la primacía. en la que Cristo entra en el hombre para ser el alimento de su vida y el lazo de unión entre los que se nutren de este alimento. resultante de la negativa del hombre como humanidad total. La mayor herida. pues Dios ve los elementos de nobleza que hay en su . a mi parecer. y la salud espiritual del hombre consiste en descubrirlas y en vivir conforme a ellas. Puede elegir a Dios o a sí mismo sin Dios. El mundo material tiene sus leyes dadas por Dios. incluso en el santo de los santos. En definitiva. el cielo o el infierno. y la salud corporal del hombre consiste en descubrirlas y en vivir conforme a ellas. La responsabilidad forma parte de la esencia del hombre. Vamos. la Eucaristía misma. vive bajo una ley. Este método es mucho mas desalentador que el otro. pero libre también para rehusar la cooperación con la voluntad de Dios en general o con algún detalle de la ley de Dios en particular. La voluntad del hombre es libre. En otras palabras. Esto nos lleva a un elemento que todavía hay que considerar en la imagen cristiana del hombre. Pero todo hombre debe operar su propia salvación. queda destruido el equilibrio total. III Hemos dicho que nuestros antepasados llegaron a esta concepción del hombre escuchando a Dios más que analizando al hombre. tanto la humanidad en general como cada hombre en particular. se pueden alcanzar muchos de los elementos de esta concepción. Sin embargo. En otras palabras. y toda ella se puede confirmar. Lo que elija al final de su vida en la tierra. lo elige para toda la eternidad. El hombre. tampoco tiene importancia lo que hagamos con él y así puede permitirse el hombre toda suerte de deleites corporales sin detrimento de su pureza. es porque piensa que los hombres estarán dispuestos a aceptar la opinión que él mismo defiende. como el cuerpo no tiene importancia. de tal manera que si uno tuviera razón la mayoría estaría equivocada. Todos los hombres ven que . En realidad los hombres no se han distinguido nunca por ver al hombre como conviene. otros que. cosa que no hace su Creador. Los que niegan o rebajan el cuerpo discrepan en las consecuencias prácticas de su opinión: algunos dicen que al cuerpo se le debe ignorar. creyendo que si no se le hace casó desaparecerá. Los que admiten el alma difieren sobre si es libre o no y sobre si el entendimiento conoce con certeza y sobre si la expresión «conocer con certeza» tiene sentido o no y si lo tiene. Dejando a un lado — aunque en un plebiscito no habría derecho a hacerlo — a los que defienden (o por lo menos dicen) que no existe nada en absoluto. y los que piensan que el cuerpo existe realmente. pero que no debe existir y que el modo de desarrollar la personalidad consiste en liberarse del cuerpo. Éstos a su vez se subdividen según las razones que aducen para explicar el que el hombre esté agobiado con la desdichada herencia del cuerpo. Pero sí los hombres discrepan tan grandemente unos de otros sobre la interpretación de lo que es tan evidente en el hombre. En esta materia es evidente que no podemos lograr nada con un plebiscito general. los que piensan que el hombre es sólo su cuerpo y los que piensan que el hombre es esencialmente sólo su alma. El que sostenga que tal acuerdo es posible. a los que sostienen (o por lo menos dicen) que no existe nada más que ellos mismos y a los que no han pensado nunca en el asunto ni es posible inducirlos a ello. Y a la vez este segundo método es también más arduo porque el hombre pasa fácilmente por alto algunos elementos existentes en él mismo. que piensan que nuestra investigación es ociosa porque todos los hombres están de acuerdo en la práctica acerca de lo que es el hombre. y. Éstos últimos se pueden subdividir todavía en ‘los que sostienen que el cuerpo no existe en absoluto y que nuestra percepción del cuerpo no es sino una especie de ilusión psicológica de la que hay que curarse. no parece que hayan viajado mucho en la actualidad ni que hayan leído mucho del pasado. Sería insensato pensar que hombres tan divididos respecto a lo que es el hombre sean capaces de ponerse de acuerdo en las líneas generales sobre el modo como se debe tratar al hombre. por lo menos no discrepan sobre los mismos datos evidentes. repito. Existen tres grandes grupos: los que reconocen al hombre como un compuesto de materia y espíritu. otros dicen que se lo debe maltratar con extremo ascetismo para aniquilarlo. esto no porque no estén de acuerdo con mi modo de ver. aún nos quedan grandes diferencias. sino porque no lo están entre sí. Las personas a que hemos aludido en el capítulo primero.criatura con mucha más facilidad que nosotros. cuál es. con nuestra perspectiva trastornada y nuestro hábito inveterado de considerar como más grande lo que está más cerca. Como acabamos de decir. por no hablar de la mística. Pero el cuerpo no es lo único. Todos ven que la materia es así y que también el cuerpo humano es así. ha dicho. ocupa espacio. El pensamiento. Acepta la evidencia total. (Una idea puede ir acompañada de modificaciones en la estructura del cerebro. cosas que en sí mismas no tienen una sola cualidad en común con la materia del cuerpo humano. mientras que la idea «árbol» puede aplicarse a todo árbol que ha existido. como si esta parte fuera el todo.) La idea no tiene tampoco el «hic et nunc» particular de la materia: un árbol sólo puede existir como tal o cual árbol particular. Repi¬to: es algo arriesgado afirmar parentesco alguno ante esta total disimilitud. que el cuerpo ocupa espacio. todos cometen prácticamente el mismo error: tratan separadamente la parte que les parece más accesible. tiene peso. lo dejan de lado. Y de la misma manera todos los hombres. resistencia al tacto o aptitud para ser olida con el olfato o gustada con el paladar. Ni siquiera hay verdadera discrepancia acerca del modo como experimentamos nuestros pensamientos. existirá o pueda existir. Pero en la interpretación de esto que es evidente. menos accesible. Comoquiera que expliquen el hecho. Si se ha de dar razón de los elementos totalmente incorpóreos en la operación humana. real. todos ven las múltiples formas de sus relaciones con el universo material. en la constitución del hombre tiene que haber un elemento totalmente incorpóreo.los hombres hacen las mismas cosas. uno de esos héroes. en cambio. semejante al universo total de la materia. como el hígado segrega bilis». El materialista explica como ilusión toda la universal experiencia espiritual. que las cosas materiales poseen su propia naturaleza precariamente. el idealista descarta como ilusoria toda la evidencia sensible. Atento a la evidencia. Pero el hombre produce constantemente estas cosas. sufren las mismas cosas y reaccionan de la misma manera. el hombre no es sólo uno de esos . Incluso los materialistas más convencidos admitirán que una idea no tiene largura. Únicamente el cristianismo no descarta ninguna experiencia humana. ni peso. no hay discrepancia acerca. es esta bilis particular y no un concepto universal de bilis. Pero la bilis tiene mucho en común con el hígado que la produce. altura ni anchura. Existe el cuerpo. el cristiano lo acepta todo. Esto equivale a descartar numerosas experiencias humanas considerándolas ilusorias: una práctica que se insinúa por pereza y acaba por paralizar. pero esas modificaciones no son la idea misma. comoquiera que expliquen el hecho. color. como se puede demostrar con un momento de reflexión. es decir. dimensiones y color. siempre en peligro de cesar de ser lo que son y de convertirse en otra cosa. «El cerebro segrega pensamiento. Ahora bien. Todo lo demás. inseguramente. no tiene ninguna cualidad en común con el cerebro. son conscientes de que piensan. de lo que es evidente. incluso el hecho de su transitoriedad. sin embargo. todos ven que el hombre tiene cuerpo. Seria sin duda una hazaña heroica pedirle al cuerpo humano que produjese cosas que no tienen la mínima cualidad en común con él. considerando al hombre con la prontitud necesaria para aceptar toda la evidencia y negándonos a desechar como ilusorias las cosas evidentes que nos resultan difíciles de explicar. sino un compuesto orgánico de ellos. lo que haremos será destruirla y posiblemente a nosotros mismos con ella. no está compuesta de partes. Le fue sumamente sencillo afirmar a Marx que nuestro trabajo no consiste en comprender el mundo. camina hacia algún término.elementos. Pero comenzar en la mitad de la historia no es el mejor modo de comprenderla. Por el momento es una gran simplificación. y la razón se pregunta incluso cómo podría acabar. pensando en el espíritu ve algo distinto. El pensamiento y. pero racional. El cristiano observa esta extraña unión de lo corpóreo y de lo incorpóreo. Así pues. Los hombres han adoptado una de estas dos opiniones. proviene de esos elementos del cuerpo de los que carece en absoluto el alma. pero hacia ningún término. sino como un ser. por consiguiente. ni una yuxtaposición casual de los mismos. dice el materialista. Con otras palabras: al principio de todas las cosas nos hallamos con Dios o con algo que sucede al azar. ha de estar en profunda relación con el devenir de los mismos. dice el cristiano. ¿ Cómo podrá. La experiencia nos enseña que si queremos cambiar alguna cosa sin comprenderla. El hombre no se ha hecho a sí mismo ni ha hecho el universo en que se halla. un ser que no está circunscrito por los límites de este mundo. Además. El hombre es. pero todos convenimos en que camina: la vida es un camino. lo vemos como una unión de materia y espíritu. Cualquiera que sea la explicación que se dé del mero hecho de la existencia del hombre y del universo. no está parado. ignorar estos hechos tan vastos y obvios y comenzar con el hombre y el universo tal como los hallamos ahora. camina. por tanto. descomponerse ? Si la religión dice que el alma no muere. por tanto. como un animal. Ve que la desintegración del cuerpo que significa la muerte. Los . con un destino. No ocupa espacio. ve que su espíritu influye en el cuerpo y es afectado por él. del espíritu y de la materia. es difícil de comprender cómo puede haber alguien que pretenda probar que la religión se equivoca. Forma también parte de la evidencia que el hombre no es causa de sí mismo y mucho menos del universo. sino en cambiarlo. más allá de esta vida. y vemos su parte espiritual como algo inmortal. y se ve a sí mismo no como dos seres. pues. no un lugar de reposo. pues. Para quien se decida a afrontar esta cuestión inicial — cómo se explica la existencia de las cosas — sólo hay dos soluciones posibles: que alguna inteligencia haya dado el ser a las cosas o que todo sea puro azar. el elemento espiritual que en el hombre engendra el pensamiento. pero que conduce a enormes complicaciones después. No hay absolutamente nada que indique que el alma haya de acabar cuando se desintegre el cuerpo. ve que su cuerpo influye en su espíritu y le responde. El hombre camina. no tiene ninguna cualidad en común con el cuerpo humano. la explicación obvia parece ser que ha sido causado por una inteligencia incomparablemente mayor que la inteligencia humana. Que hay orden. puesto que hay en el mundo un orden que impresiona a la inteligencia del hombre. Hay grandes zonas que no ha comprendido. no se le ocurrió pensar que esta explicación era sólo más probable que el que la arena se hubiese abierto por casualidad en aquella forma. de modo que no exigía arduas tareas de investigación para establecerlo. pero pura imagen y nada más. la razón humana rechaza el azar como explicación aun del caso más sencillo de orden. Mirando al universo se ha per¬catado el hombre de una amplia estructura ordenada. contemplando el orden inmensamente complejo del universo ha considerado como la cosa más natural que lo haya dispuesto una inteligencia y una voluntad. Y no se ha tratado de sentar nuevas bases. Pensando así daban por supuesto que hay que contar con los planes de Dios. Y la razón — usando ahora el término para significar la actividad de la mente con la lógica más estricta — da la misma respuesta. mientras que la estructura era un hecho que se imponía por sí mismo. para mí y se puede creer que para cualquiera — que si Dios optó por hacer al hombre. entendiendo por este término el pen¬samiento actual de la humanidad. al que viera cuatro palos de igual longitud en el suelo. Pero éstos eran problemas que invitaban a ulteriores investigaciones. En efecto. El . no le extrañará que se le exijan las pruebas de una afirmación tan inaudita. dispuestos entre sí en ángulos rectos. en parte negándolas. Creo que se puede decir que en una forma o en otra la respuesta teísta es la que ha dado la razón humana. Simplemente conoció la verdad. Al que afirme que un orden tan total y multiforme se ha producido por puro azar. sería inútil decirle que al soplar el viento los habla dejado de aquella manera. Estas bases se han demolido en gran manera. una inteligencia de la que el hombre es imagen. Pero en este asunto. y por cierto un orden magnífico. En todo caso. comprendió que alguna persona había caminado por allí. el materialista ha realizado un extraordinario juego de prestidigitación y el teísta le ha dejado con frecuencia continuar hasta el fin. Una breve revista de la reacción humana prácticamente universal mostrará cuán razonable ha sido en esto la razón humana.que produjeron nuestra civilización creían que el universo fue creado por Dios. como en el del elemento espiritual del hombre. Pero no en la misma proporción. no se preocupara de lo que haría el hombre de la existencia que le otorgaba. Por ejemplo. Era inconcebible — para ellos. eso lo ha visto siempre el hombre. Ya hemos dicho que los hombres han adoptado una de las dos respuestas. así como elementos que no sabía cómo encajar en la estructura general. Todavía se puede concebir menos que carece de importancia lo que Dios quiera. Cuando Robinson Crusoe vio en la arena la huella de un pie humano. lo cierto es que toda la estructura de la civilización que conocemos fue construida sobre las bases de la creencia en la existencia de Dios y de la importancia de su voluntad para la acción humana. El hombre. Ahora bien. pero sobre todo por mero descuido. acabarían por disponerse en todas las combinaciones posibles.. IV Nos hallamos ahora en una posición que nos permite volver a considerar los derechos del hombre. supone que fue escrito por alguien. C. Análogamente. explicando con la sonrisa en los labios que este orden tan complejo se ha producido sencillamente de esta manera. pero sin perder el aire de quien razona tranquilamente. con los profundos razonamientos de los filósofos. claro que sin la máquina de escribir.. los átomos de que se compone el universo. Ahora sabemos que el hombre tiene derechos. derechos reales. y se gloria¬ban de haber comprendido a través de él. De aquí a pensar que Dios habrá expresado al hombre los modos de proceder que son buenos para él y los que son malos. es difícil desentenderse de la idea de que Dios tiene una voluntad respecto de la humanidad y de que le da alguna indicación sobre la misma. y cuál el visionario. Los romanos lo aplicaban a los poemas de Ennio y lo hallaban tremendamente gracioso. no hay más que un paso.materialista. En el resto de este libro nos ocuparemos ampliamente de este gran asunto de confirmar la concepción cristiana del hombre mediante la reflexión sobre la experiencia humana. Dando este paso llegamos a la ley moral. sea siguiendo una línea como la que hemos indicado. No hay más que recordar el ejemplo de Huxley. acabaría por producir todas las combinaciones de letras. con sólo golpear a diestro y siniestro en un espacio ilimitado. puesto que radican no en la idea que . no meras concesiones. incluso en la combinación que llamamos nuestro universo. no es difícil decir cuál de los dos es el normal. leyendo a Hamlet. Cuando el materialista pone verdadero empeño en explicar cómo el azar puede producir orden. incluso la combinación de letras a la que denominamos Hamlet. Los griegos lo conocieron. Esta visión del hombre es suficientemente amplia como para abarcar toda la experiencia humana. y el que piensa que no fue ni más ni menos que una de tantas combinaciones de palabras producidas por un mono con toda la eternidad a su disposición. Es una gran verdad que nada de lo que suceda puede hacer dudar al que realmente ha aprendido lo que Cristo ha enseñado acerca de la naturaleza del hombre. ha hecho el papel del rústico que corta con el cuchillo del sentido común el absurdo que significa un orden producido por una inteligencia. Como lo es en realidad. Al comienzo de esta sección hemos dicho que la razón establece la mayor parte de la concepción cristiana del hombre y que la confirma toda entera. llega a los límites de la fantasía. del mono con la máquina de escribir: un mono tecleando sin cesar a lo largo de las edades en una máquina de escribir. Pero entre el hombre que. Pero es el caso que Huxley no fue el inventor de este gracioso donaire. Una vez que llegamos a ver que Dios existe. en el siglo y antes de J. sino en la naturaleza misma que Dios ha dado al hombre. Cada cual debería examinarse muy atentamente en este particular. «Los hombres». que es también querido por Dios y lleva consigo nuevos derechos y un complejo de deberes. pero él puede alienarlos. ¿ Tiene el hombre efectivamente estos dos derechos ? Si nos hallamos con alguien que discuta uno u otro de estos derechos. respondemos con energía y hasta violentamente: estamos ciertos de estos dos derechos y dispuestos a luchar por ellos. El segundo es el efecto producido en el hombre por el pecado: un hombre que se comporta en forma prohibida por la ley moral puede perder sus derechos. a progresar en la unión con Dios en esta vida. con muchísima frecuencia estas cualidades han acompañado al error.» Y comenzamos a ver cuáles son esos derechos. Tiene derecho a entrar en relación con Dios. Más adelante trataremos del primero de éstos. ¿Qué derechos provienen de otras concepciones ? Aquí no se trata de una cuestión académica. Desde el punto de vista sociológico esta cuestión ha venido a ser en nuestro siglo la cuestión de las cuestiones. ¿Tiene el hombre derecho a la vida ? ¿ Tiene derecho a la libertad ? Sí. puesto que su vida en la tierra le sirve para decidir lo que ha de ser su destino eterno. Tiene derecho a obrar como lo que es. la violencia. Considerando los derechos del hombre descubrimos otros elementos. a alimentarse. Tiene además derecho a ser tratado conforme a la ley moral. Pero la energía. tiene derecho a su integridad espiritual y al desarrollo normal de las potencias ‘de su alma. se viola el orden de la realidad. a tender al fin para el que ha sido creado: si se niega uno u otro de estos derechos. a vestirse y a curarse. Tiene derecho a la vida. por los otros y por él mismo. la certeza y la disposición para luchar no constituyen ninguna prueba de la verdad. el efecto que produce en los derechos del hombre el orden social.tiene la sociedad del mejor modo de tratar a sus miembros. en vista de la unión perfecta que tendrá lugar después. y ahora ya sabemos lo que es. si es un animal diferente de los otros sólo en el grado de su desarrollo. dice la Declaración de la Independencia de América del norte. Tomemos dos de los derechos más fundamentales del hombre. por tanto. ¿ cómo le mostraremos que el hombre los posee ambos ? Nos veremos en gran apuro para demostrarlo si no atendemos a lo que es el hombre: sería una posición sumamente mística sostener que el hombre tiene estos derechos independientemente de lo que él es: si es una fórmula química tiene derecho a la vida y a la libertad. Estos derechos provienen de la concepción cristiana del hombre. Dios lo ha constituido en una especie particular de ser y así quiere que sea tratado como tal. Los derechos del hombre no son alie¬nables por otra persona que no sea él. a albergarse. Es un compuesto de cuerpo y espíritu y tiene’ derecho a su integridad corporal y al desarrollo normal de sus potencias corporales. Hemos visto que el primero de los derechos del hombre es el derecho a ser tratado como lo que es. tiene derecho a . «han sido investidos por su Creador de ciertos derechos inalienables. ¿ no morimos ?» Es magnífico. Pero sería ridículo decir que los animales tienen derecho a la vida y a la libertad. No decimos que quien rechace la concepción cristiana no pueda creer apasionadamente en los derechos del hombre. pues. apenas si hubiese tenido necesidad de cambiar una palabra. y así . afectos. puesto que no se especifica nada propiamente humano y Shylock tiene demasiada inteligencia para cometer un error semejante de lógica.. En la semejanza con los animales no se pueden basar los derechos humanos. La concepción cristiana del hombre propone este elemento.. mientras que los principios del cristiano pueden estar arrumbados en su espíritu sin ejercer influjo en la acción. ¿ no reímos ? Si nos envenenáis. en cambio. En cambio. sentidos. no conforme a los suyos. nutre con los mismos alimentos.. De lo contrario no podría servir de base. nos parecería intolerable el que se negara que el hombre lo tiene. Se hubiese esperado que Shylock arguyera que el judío es hombre como el cristiano. porque mientras los cristianos tienen buenos principios. «¿ No tiene ojos un mono.?» ¿Cuál es. Ninguna otra fórmula química tiene tales derechos. órganos. los sacrificamos para nuestra alimentación o porque están enfermos. el hombre que no tenga el animal y que sirva como fundamento de sus derechos ? Tiene que ser un ele¬mento específicamente diferente.. La sociedad los protege contra malos tratos inconsiderados infligidos por dureza o por brutalidad. es decir. no se calienta y se enfría con el mismo verano y el mismo invierno que el cristiano ? Si nos pincháis. pero chocante. los obligamos al trabajo. más de los que a nosotros nos parece conveniente. la fuerza del argumento ? ¿ Qué el judío tiene los mismos derechos humanos que el cristiano ? Ciertamente no. no es herido con las mismas armas. estos otros tienen sólo buenos instintos y los instintos pueden estar más despiertos y ser más activos. Pero el hombre que tiene sólo buenos instintos y nada más no puede mostrar lo bien fundado de su creencia. Usamos de los animales para satisfacer nuestras necesidades. no una mera diferencia de grado o de desarrollo. dimensiones. arguye que el judío es un animal como el cristiano. ¿ Qué tiene. Si hubiese defendido la causa de un mono en lugar de la suya propia. no está sujeto a las mismas enfermedades y se cura con los mismos medios. Del argumento sólo deduce una cosa: «Si sois injustos con nosotros. ¿no nos hemos de vengar?» Esto es todo lo que se podría deducir. tales personas creen así con frecuencia y hasta más eficazmente que muchos cristianos. No es fácil decir lo mismo de ninguna otra concepción del hombre. A ésta la hemos llamado mística. Uno se acuerda del monólogo de Shylock en El mercader de Venecia: «Yo soy judío. como tampoco los tiene ningún otro animal. les quitamos algo de lo que tienen porque queremos. ¿ no sangramos ? Si nos hacéis cosquillas. ¿ No tiene ojos un judío ? ¿ Un judío no tiene miembros. disponemos su acoplamiento y su procreación conforme a nuestros intereses.la vida y a la libertad. pasiones ? ¿ No se. pues. o porque son demasiados. es un fundamento suficiente de esta gran estructura. este concepto no pasó de ser teórico. No pocas veces se ha acusado a la Iglesia de negar o disminuir alguno de los derechos del hombre. En la época en que el cristianismo comenzó su marcha a través del mundo. Pero el concepto informulado de los derechos del hombre no se puede defender contra los ataques. dimanan del hecho de ser el hombre no sólo materia. Quien vea así las cosas debe considerar al hombre como sagrado. El ojo que así lo contempla es capaz de ver cada vez mayores horizontes que lo conducirán más allá de lo que se ve. Hay que notar que los derechos del hombre. quien viole los derechos del hombre de modo que le impida el uso personal de sus facultades para alcanzar su propio fin. . responsabilidad y semejanza con Dios. El hecho de ser el hombre imagen de Dios. pero lo cierto es que sólo en la concepción del hombre que enseña la Iglesia se halla el fundamento de cualquier derecho. Más de una persona a quien no harán gran impresión las consideraciones filosóficas de espiritualidad. libre.es en realidad: el sentido de un misterio último en el hombre por el que difiere de todas las demás criaturas de la tierra y que se siente más profundamente de lo que se puede formular. como nosotros tratamos a los animales. punto por punto (excepto el comérselos). cobran vida y fuerza estas otras verdades. y así Séneca formuló esta gran sentencia: Homo sacra res homini. el pensamiento pagano en su apogeo había llegado muy cerca de este concepto. Sin embargo. que así amó a los hombres. sino también espíritu. hasta lo infinito y eterno. sino también para con los hombres que así han sido amados por Dios. En realidad de verdad. responsable e inmortal. Notemos también que se pueden establecer los derechos del hombre sin recurrir a Jesucristo. tal como los hemos esbozado. Su vigor se acentúa por el hecho de la inmortalidad: el hombre es responsable de las opciones de las que depende su futuro sin fin. sin la suficiente intensidad ni apremio para producir ni siquiera en los filósofos una nueva actitud para con el hombre. introduciendo en el mundo una nueva actitud no sólo para con Dios. La concepción cristiana los formula y así hace posible su defensa. Sólo una vez que sabemos que Dios se hizo hombre y murió por los hombres. y mucho menos para irradiar de los filósofos a la multitud y producir una nueva civilización. el hombre debe ser objeto sagrado para el hombre. barruntando su carácter sagrado. y en todas partes está expuesto a ataques por parte de los que tratan a los hombres. lo maltrata y puede perjudicarle para siempre. experimenta una saludable sacudida que le abre los ojos cuando se entera de la extrema prueba del amor de Dios a los hombres. el Calvario ha hecho lo que no hubiera podido hacer la filosofía.