Sociedad y estado Mesyngier

March 28, 2018 | Author: Gonzalo Siliprandi | Category: Democracy, Capitalism, Government, Politics, Liberal Democracy


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Eric Hobsbawm “Naciones y nacionalismo en el nuevo siglo”Hoy es mucho más fácil evaluar las consecuencias que tuvo el fin de la guerra fría y la desaparición de la URSS y de su esfera de influencia, factores ambos con un efecto estabilizador desde un punto de vista político que hoy no se puede negar. Entre el final d la 2da guerra y los años setenta se ha producido el aumento más importante en el n° de estadios soberanos reconocidos internacionalmente, también hemos vivido la aparición de los denominados “estados fracasados”, cuyos gobierno central se ha derrumbado o que viven en una situación de enfrentamiento armado interno (principalmente en África). Tras la desaparición de la URRS, la Federación Rusa pareció tener durante varios años todos los n° para convertirse en uno de estos “estados fracasados”, pero el empeño de Putin por recuperar el control real del país parece haber dado sus frutos. Aún así, siguen habiendo grandes zonas del planeta inestables, dicha inestabilidad se ve más acentuada por la pérdida progresiva del monopolio de la fuerza militar por parte de los estado debido al extraordinario arsenal de armas que dejo tras de sí la guerra fría y otros útiles de destrucción al alcance de grupos no gubernamentales. La denominada guerra asimétrica se refiere a estos grupos armados no estatales que son capaces de hacer frente casi indefinidamente al poder doméstico y a las potencias internacionales. Durante la guerra fría, el duopolio de superpotencias logró mantener las fronteras de los estados del mundo a salvo de cualquier amenaza, tanto interna como externa. Desde 1989, estas defensas a priori ya no se interponen en el camino de la desintegración del poder estatal centralizado, así, grandes zonas del mundo se han visto inmersas de nuevo en una situación en la que un estado consolidado y fuerte interviene por la fuerza de las armas en regiones donde la estabilidad internacional ya no impera. El segundo elemento nuevo es la rapidez de la globalización y sus consecuencias sobre los desplazamientos y la movilidad de las personas. Gracias a los cambios en el coste y la velocidad de las comunicaciones y del transporte, los emigrantes ya no sienten añoranza de su patria, a lo sumo sufren el “nacionalismo de larga distancia” de organizaciones de emigrantes que financian a los órganos políticos de su país de origen. Hoy es todavía imposible juzgar los efectos de esta movilidad a través de las fronteras a través de los viejos conceptos de naciones y de nacionalismo. El tercer elemento es la xenofobia. La nueva globalización de los flujos migratorios ha consolidado la larga tradición de hostilidad económica popular hacia los grandes movimientos de personas. La fuerza de la xenofobia queda de manifiesto en el hecho de que la ideología del capitalismo de mercado libre globalizado no ha logrado consolidar en última instancia la libertad de movimientos de mano de obra a escala internacional. La dialéctica de las relaciones entre globalización, identidad nacional y xenofobia tiene un claro ejemplo en una actividad pública donde se dan cita las tres: el fútbol. El futbol se ha convertido en el catalizador de dos formas de identificación de grupo: local y nacional. Ambas eran complementarias, pero la transformación del futbol en un negocio global ha hecho de los intereses nacionales y globales dos mundos progresivamente incompatibles en el terreno de los negocios, de la política, de la economía y del sentimiento popular. La lógica transnacional ha chocado con el futbol por su tendencia a preferir los enfrentamientos internacionales entre grandes equipos en vez de las ligas y las copas nacionales tradicionales. Se advierte el aumento de los comportamientos xenófobos y racistas entre la hinchada de los países imperiales. La xenofobia es el reflejo de la crisis de una identidad nacional culturalmente representada por estados-nación donde todo el mundo tiene acceso a la educación y a los medios de comunicación. “Las perspectivas de la democracia” En los tiempos del “socialismo real”, hasta los regímenes más inverosímiles se reclamaban democráticos. Hoy es casi imposible encontrar un régimen que no rinda oficialmente tributo a asambleas o presidía entes elegidos mediante competición electoral. Cualquier estado que posea estos atributos es considerado superior a cualquier otro que carezca de ellos. Dunn: “por primera vez en la historia humana existe una única y clara forma dominante de estado, la moderna republica democrática, constitucional y representativa” Democracia alude a este modelo estándar de estado: constitucional que ofrece la garantía del imperio de la ley así como diversos derechos y libertades civiles y políticos, y al que gobiernan sus autoridades, entre las que deben figurar asambleas representativas, elegidas por el sufragio universal y por la mayoría numérica de sus ciudadanos, en elecciones regulares. Hay tres observaciones críticas: 1) La democracia liberal precisa de una unidad política que enmarque su ejercicio: No puede aplicarse a dichos ámbitos donde no exista dicha unidad. 2) Arroja ciertas dudas a la afirmación de que la democracia es superior a la no democracia. No hay duda de que esto es cierto, siendo idénticas todas las demás circunstancias, pero no siempre lo son. El bienestar de los países no depende de la presencia o ausencia de un único tipo de orden institucional, por muy recomendable que sea desde el punto de vista moral. 3) Churchill: “La democracia es la peor de todas las formas de gobierno, e excepción de todas las demás”. Los analistas políticos y los profesionales siguen mostrándose escépticos respecto a que la democracia representativa de masas sea de hecho una forma efectiva de administrar los gobiernos. Los argumentos en pro de la democracia son básicamente negativos. En los países cuyas tradiciones de gobierno representativo llevaban largo tiempo establecidas, la democracia no solo se aceptaba porque los sistemas alternativos parecieran muchos peores, sino también porque era muy poca la gente que sentía la necesidad de un sistema alternativo. El “pueblo” es hoy el fundamento y el punto de referencia común a todos los gobiernos estatales, excepto el teocrático. Todo gobierno es un gobierno del pueblo y para el pueblo. Este era un punto de encuentro que compartían los demócratas liberales, los comunistas, los fascistas o los nacionalistas de todo tipo. La propaganda de masas ha sido un elemento esencial incluso para los regímenes dispuestos a aplicar una coerción sin límite a sus pueblos. Ni siquiera las dictaduras pueden sobrevivir mucho tiempo si sus súbditos dejan de estar dispuestos a aceptar el régimen. Esta es la razón de que regímenes totalitarios desaparecieran de forma rápida y silenciosa. La actual fase de desarrollo capitalista globalizado la está socavando y está teniendo graves implicaciones para la democracia liberal. En términos morales, la democracia requiera que el régimen cuente con el apoyo expreso del grueso de sus ciudadanos, lo que corresponde a la fracción más numerosa de los habitantes del estado Desde el punto de vista práctico, los gobiernos de los modernos estados nación territoriales descansan en tres presupuestos: 1) Que tienen más poder que otras unidades que operan en su territorio; 2) Que los habitantes están más o menos dispuestos a aceptar su autoridad; 3) Que los gobiernos pueden proporcionar a los ciudadanos servicios que de otro modo no sería posible prestar en absoluto. El ideal de la soberanía del mercado no es un complemento de la democracia liberal, sino una alternativa a este sistema. Es una alternativa a todo tipo de política, ya que niega la necesidad de tomar decisiones políticas. La participación en el mercado sustituye a la participación en la política, El consumidor ocupa el lugar de ciudadano. Tanto el estado territorial soberano como cualquier combinación de estados, siendo como son el marco esencial de la política democrática o de cualquier otro tipo de política, viven hoy una situación de mayor debilidad que antes. La relación entre ciudadano y la autoridad pública adquiere un carácter más lejano. No solo menguo la disposición de los ciudadanos a participar en política, sino también la eficacia de la clásica y única forma de ejercer la ciudadanía (elecciones), la democracia existe solo como una amenaza potencial que se cierne sobre la reelección de esas personas o el éxito de sus partidos. Esto adolece claramente de falta de realismo, tanto desde el punto de vista de los ciudadanos como desde las perspectivas del gobierno. De ahí q empeore cada vez más la ya baja calidad intelectual de los políticos democráticos. Gracias a los medios de comunicación, la opinión pública es más poderosa que nunca, lo que explica el ininterrumpido crecimiento de las profesiones que se especializan en influir en ella. Todo esto sitúa a la democracia liberal frente a lo que quizá sea su más inmediato y serio problema. En un mundo cada vez más globalizado y transnacional, los gobiernos conviven con fuerzas que ejercen el mismo impacto que ellos en la vida de los ciudadanos, pero que se encuentran fuera de su control, y no tienen la opción política de claudicar ante esas fuerzas que escapan a su control. Los gobiernos no pueden dejar de gobernar, de la misma forma que el pueblo no es capaz de juzgar proyectos sino los resultados. Los efectos del gobierno han de juzgarse en función de lo q este haga por el pueblo. Los sistemas soviéticos fracasaron porque no existía una comunicación de doble sentido entre los que tomaban las decisiones “en interés del pueblo” y aquellos sobre quienes se imponían tales decisiones. La globalización de laissez-faire ha cometido el mismo error. Nadie puede negar que en el marco de la democracia liberal, una de las cosas que añaden dificultad a la gobernanza es el hecho de tener que escuchar la voluntad del pueblo. Pocos gobiernos disfrutan hoy de esta confianza a priori. En las democracias liberales, es raro que los gobiernos vengan a representar a una mayoría efectiva de los votos. La solución más conveniente para los gobiernos democráticos consiste en mantener el mayor número de decisiones posibles al margen de la publicidad y de la política. La política permanecerá. Y dado que seguiremos viviendo en un mundo populista en el que los gobiernos deben tener en cuenta al “pueblo” y en el que el pueblo no puede vivir sin gobierno, las elecciones democráticas continuaran produciéndose. En resumen, nos enfrentamos a los problemas del S XXI con un conjunto de mecanismos políticos inadecuados para abordarlos. Dichos mecanismos se hallan circunscritos al marco definido por las fronteras de los estados-nación y han de hacer frente a un mundo globalizado que supera el alcance de su capacidad operativa. Han e encarar y competir con una economía mundial que opera eficazmente a través de entidades muy diferentes en cuyo seno las consideraciones de legitimidad política y de interés común no tienen aplicación: las compañías transnacionales. Javier Callejo “La construcción del consumidor global” Síntomas de cambio: La sociedad de consumo aparece cuando: a) Las posibilidades de mayor margen para la reproducción social ampliada se extiende a casi todas las capas de la sociedad; b) La producción no está dirigida solo a una elite; c) La identidad social de los sujetos está condicionada por lo que se consumo; d) La mercantilización de las relaciones de manera que el consumo pasa por la compraventa; La enorme distancia que separaba al ciudadano del consumidor parece caminar hacia su aniquilación. El consumidor es percibido como ciudadano capaz de participar en la vida pública como consumidor. El estado adquiere un papel en la incentivación de consumos que aparecían tan privadamente legitimados como públicamente condenados. Se observa como la reducción de inversión en los consumos públicos, ligada a la crisis del estado de bienestar, marcha a inversiones colectivas en consumos privados. La publicidad incorpora mensajes propios del ámbito de la política. Las organizaciones encargadas de desarrollar valores (caritas, Greenpeace, etc.) compiten entre sí, por alcanzar mayor cantidad de donativos y donadores, a través de instrumentos propios del mercado publicitario, por lo que se paso al márquetin de la solidaridad. Valores de consumo y valores universales aparecen unidos. Consumo y humanitarismo no ocultan sus relaciones sino que las anuncian en un “marketing de los valores” Consumo material y consumo inmaterial se superponen hasta el punto de una nueva cultura del consumo. La lógica del consumo se ha convertido en la lógica del sistema y produce autocritica como modo de retroalimentación. La crítica del consumo se hace desde el consumo, pues un mensaje publicitario es tb consumo. La incentivación al consumo se apoya en valores universales para universalizarse y los valores que dominan las sociedades democráticas occidentales se universalizan a través del consumo. Hasta ahora, la formación del consumidor ha estado protagonizada por la motivación, que es la encargada de incorporar la sociedad de consumo, de hacer sujetos de consumo para los objetos de consumo. En la actualidad, las practicas de consumo, apenas aparecen guiadas por la motivación. La incorporación de la sociedad de consumo La motivación es la encargada de producir al mismo consumidor masivo. El origen de este consumidor ha de situarse en la estrategia del sistema capitalista para superar el desequilibrio entre inversiones en capital constante y un capital variable: la plusvalía se reinvertía en sistemas productivos más competentes hasta la crisis de 1929, cuando el capitalismo opto por extraer menor plusvalía de cada trabajador pero mayor plusvalía global, pues convertía a los trabajadores en los principales consumidores. La adaptación de la producción taylorista y fordista precisó un reajuste: “ampliar y reconstruir los fundamentos económicos de la acumulación exigía que las relaciones de producción capitalista penetraran en todas las esferas de la vida cotidiana, armonizándose el modo de reproducción social con el modo de producción material. Todas las relaciones sociales que antes quedaban fuera de la producción capitalista quedaban ahora dentro de la motivación al consumo .El objetivo era multiplicar las necesidades de la sociedad: introducir el consumo. La idea es que se pueden producir consumidores de la misma forma en que se producen los efectos de consumo: a través de la mera transformación de su materia. Estimular la demanda es la meta principal de investigaciones desarrolladas bajo el mando estimulo- respuesta. Creado el mercado básico, el siguiente paso es la obtención de mercados dentro del mercado. Obtener la mayor parte del mercado obliga a estudiar más profundamente las razones y comportamientos del consumidor. Este consumidor es constituido en soberano por su poder de elección entre la variedad de marcas. El problema es como empujar la elección del consumidor. Para manipular al consumidor, el primer paso es explicar la selección del consumidor como una tensión entre factores dados discursivamente por el propio consumidor. El siguiente paso traslada el lugar de la tensión desde los efectos a los afectos, lo que facilita la proyección en la práctica del consumo y un mayor acento en la misma idea de tensión, lo que hace de esta fase la fase motivacional por excelencia. La incorporación de los afectos solo cambio el lugar de atención sobre la tensión, las condiciones del mercado requieren una mayor profundización de la práctica de consumo. De aquí que se plantee a la motivación como un proceso que pone en tensión tanto afectos como factores. Si la motivación se constituye en el dispositivo de subjetivizacion e incorporación de la práctica de consumo, no se puede olvidar los procesos objetivos de la realidad social que colaboran en la ampliación del mercado de bienes de consumo. El consumo como horizonte de la integración social El sistema productivo exige que la sociedad consuma más. Este sistema es insaciable, necesita de la creciente segmentación de los mercados, pasar a una sociedad de consumo con múltiples nichos de consumo que originan diversos submundos de consumo, donde las prácticas de consumo se articulan con otras. La producción consigue relanzarse a partir del sistema de gama. Ya no basta con saber vender el producto, se exige conocer la estructura de los consumidores. La producción en gama solo pudo resolverse con la implementación de la informática y la robotización, pues se facilitaban diversos software sobre el mismo hardware. La publicidad tiene por objetivo la propuesta de estilos de vida, construir una identidad social a través de las prácticas de consumo. Al final de esta tercera fase nos encontramos con una sociedad de consumo más consolidada. El simbólico consumo universal Los imperativos de acumulación capitalista presionan hacia configuraciones de mercados cada vez más globales. El consumidor se desnacionaliza al rito de la caída de los aranceles. La creciente desvinculación de la familia y la producción conlleva dos revinculaciones dominantes: por la vía del consumo (globalización) y por la vía de la regionalización-nacionalismo (relocalización). Universalizacion e individualización del consumo son procesos que se articulan. La individualización opera como de simbolización y la universalización como resimbolizacion. La realización de los beneficios de la empresa capitalista solo es posible bajo la existencia de acuerdos políticos con y entre varios estados. La concepción global tiene tres principales manifestaciones: 1) Centralización de la producción de calidad en las sedes matrices de las multinacionales; 2) Localización de los servicios de comercialización alrededor de grandes urbes; 3) Relocalización de la producción determinada La internalización trae consigo el descenso en la diferenciación de las empresas que producen bienes para un mercado nacional. Lo que el consumidor principalmente consume es el mundo, concentrado en sus diversas manifestaciones: ya sea en su forma racionalizada o directamente mundializada. Cada vez es más difícil la extensión de los mercados. El beneficio se genera en operaciones de mercado de empresas, en las que el producto es la empresa. La supervivencia capitalista se ve forzada hacia el mercado de empresas: las grandes empresas compran empresas más pequeñas con los clientes y marcas de estas, aprovechando su red de distribución de carácter nacional. El proceso siguiente es des identificar a los consumidores de la marca nacional e imponer la imagen de la marca de la compradora. La primera segmentación se establece sobre el proceso de dualizacion. Por un lado, producción designada a una burguesía o semiburguesia tecnoprofesional homogeneizada a escala planetaria a la que se le designa la producción de calidad, por otro, una producción extensiva de baja calidad pero de bajo coste, designada al proletariado. La creación de consumidores-mundo conlleva un consumidor que consume mundo, de manera que la identidad global del consumidor se establece sobre el consumo de identidades globales. La universalización del consumo: fin de la motivación, el reto de un nuevo modelo Naturalizado el consumo, ya no es tan importante motivar y crear consumidores como mantener a los ya creados. Hoy los reclamos motivacionales son presentados por la publicidad y leído sin problemas, desde una afectividad distante que permite la descarga de tensiones desde el reconocimiento del origen de la misma. El problema ya no es impeler a los sujetos al consumo, sino mantenerlos consumiendo, porque la lógica del consumo está totalmente incorporada, se anuncian estrategias de desmantelamiento del estado de bienestar. Dicha estrategia está sostenida por los sectores sociales con mayor capacidad de consumo y se alarga hacia un enfrentamiento con la existencia de cualquier tipo de intervención de lo estatal en lo económico y la vida social. La globalización de la producción y el consumo conlleva al debilitamiento de los estados. Es el mismo mercado lo que pone en cuestión al estado. En la medida en que puede elegirse el estilo de vida, se elige una posición, como presencia o como proyección, en el proceso de reproducción social, que tiende a profundizar las desigualdades... Se apela a conductas morales dentro del consumo. No se demanda dejar de consumir como toma de conciencia solidaria, sino tomar conciencia solidaria en un consumo crecientemente cargado de conciencia. El discurso publicitario se dirige a un sujeto al que no hay que enseñar, sino a uno que conoce las claves del mismo lenguaje publicitario. La universalización se consigue por lo que iguala a todos, la muerte. La publicidad adquiere un acento totalitario, en el que la decisión del consumidor se sitúa en la evitación de las consecuencias fatales. Los valores universales de la publicidad se establecen sobre la construcción de un consumidor-mundo que necesita referencias universales. Las prácticas de consumo necesitan vincularse a formas de sociabilidad. El consumidor-mundo es una exigencia de la producción mundializada y un estatus al alcance de las clases privilegiadas de cualquier lugar del planeta que se distinguen de las “insolidarias” y “regresivas” posiciones de los “consumistas” desfavorecidos. La universalización de la producción, las estrategias comunicacionales, los mensajes publicitarios y los consumidores no exigen de esa dimensión interior que es la motivación, exigen la distancia de la situación concreta de los sujetos, el desarraigo de su experiencia inmediata. Todos ya están motivados, todos están en la lógica del consumo. De la conquista de la conciencia se ha pasado a la conquista de la responsabilidad, en donde se trata de comprometer más a los ya motivados. Solidaridad en el consumo y consumo de solidaridad se dirigen a los mismos sectores de la sociedad y utilizan las mismas estrategias. Giddens: “La conexión entre decisiones cotidianas y consecuencias planetarias, junto con la influencia de lo general en la vida de las personas, constituye el aspecto clave en el nuevo programa de la ciencia social.” Gilles Lipovetsky “La paradoja de la felicidad” La organización posfordiana de la economía La sociedad de hiperconsumo es la tercera etapa histórica del capitalismo de consumo, se caracteriza por nuevos modos de organizar las actividades económicas, de producir y vender y de comunicarse y distribuir. Estamos desde el último cuarto del S XX en una reestructuración del sistema capitalista caracterizada por la revolución de las técnicas de la información y por la globalización de los mercados y la desregulación financiera. Las empresas, tuvieron cambios estructurales en el enfoque del mercado, en los posicionamientos estratégicos, en la competencia y las políticas de oferta. La fase 3 se apoya en la apertura de los espacios económicos que cristaliza sobro todo el cambio de escala en las operaciones de fusión-adquisición. La sociedad de hiperconsumo coincide con el triunfo de la variedad y del “cliente rey”, es contemporánea de la unificación mundial de los mercados y de las gamas de productos. La era de la hipermercancia es la era en que dominan las prestaciones inmateriales y la provisión de servicios. La fase 3 aparece como el momento en q los dispositivos fordianos se combinan con el desarrollo del sector terciario y la individualización del consumo. La economía de la variedad Fase 1 y 2 se edificaron sobre la producción en serie a escala gigantesca. La sociedad de consumo de masas surgió del modelo fordiano-taylorista, las políticas de diversificación tuvieron un alcance limitado y fueron muy por detrás de las grandes series estandarizadas. La fase 3 aparece cuando los principios fordianos que organizan la producción de las series repetitivas presentan síntomas de agotamiento y los fabricantes ponen en marcha nuevos modelos de estimulación de la demanda, basados en la segmentación de los mercados, la multiplicación de los artículos, la conjugación de variantes de productos con componentes idénticos. Ampliación de las gamas y producción a medida La dinámica de individualización de los productos solo ha podido alcanzarse gracias a la alta tecnología basada en microelectrónica y la informática, que han permitido una “producción a medida de masa”. Hoy es posible fabricar productos a medida al mismo precio que los estandarizados. La economía de la fase 3 ha invertido la lógica que creaba la preponderancia de la oferta: ahora se trata de vender para producir. El paso de la fase 1 a la 2 aparece más como una prolongación que como una ruptura, ya q las dos aplican los principios de la organización industrial fordiana. La fase 3 introduce a la producción, la distribución y a los servicios en la era de las opciones y las diferenciaciones. Al proceso de segmentación parcial, le sigue una segmentación extrema, que se dirige en tramos de edad y grupos cada vez mas subdivididos, que fomenta necesidades y comportamientos mas diferenciados, que ofrece productos y servicios con una orientación cada vez más concreta. Las empresas se dedican a responder a las necesidades de la demanda, “producir a medida de masas”. Reorientaciones mercadotécnicas La fase 2 se construye la gran distribución alrededor de argumento “racional” del precio bajo y la máxima eficacia. Esta lógica “cuantitativa” se perpetúa, pero al mismo tiempo se desarrollan nuevas políticas comerciales basadas en un enfoque más cualitativo del mercado, que ponen el acento en las necesidades, las expectativas, las satisfacciones plurales de los clientes. El objetivo es fidelizar a los clientes. Si la fase 2 fue la de la revolución del supermercado y el hipermercado, la fase 3 es la de la irrupción de las “grandes superficies especializadas” que proponen una gama de productos menos amplia pero más surtida. Es un universo de necesidad, a veces un “estilo de vida” lo que se vende al mismo tiempo que el producto. En sintonía con el hiperconsumidor emocional están los comercios de nuevo cuño que se dedican a intensificar el componente placentero del acto de compra y espectacularizando los lugares de venta según los principios del fun shopping. En el ciclo 3 del consumo hay que hacer que los comercios sean “lugares de vida” aptos para estimular la compra festiva. La carrera por la renovación Se impone la innovación por sobre la producción. La ventaja competitiva se construye y el crecimiento de las ventas se realiza cada vez más por la reactividad, por el lanzamiento de artículos nuevos, con un autentico golpe de audacia. Marx y Schumpeter pusieron de manifiesto que el capitalismo era un sistema basado en el cambio de métodos de producción y nuevos mercados. Las empresas, cuando la coyuntura es desfavorable, se congelan, pero muchas no sacrifican su presupuesto, y eso se debe a que cuanto más innova y más productos nuevos ponen en circulación, más aumenta su cifra de negocios. Inflación de novedades La sobreabundancia de la oferta, las exigencias de rentabilidad rápida, las poderosas maquinas de promoción han ocasionado una reducción de la vida de los productos culturales. A pesar de los combates librados en nombre de la protección de la “diversidad cultural”, la economía de la hipermercancia presencia la expansión irresistible de la lógica del mercado en todas las ramas de actividad, un capitalismo mediático dominado por el aumento de la rapidez y lo desechable acelerado. Economía de la rapidez La aceleración de la obsolencia de los productos está presente en todos los sectores. Muchos productos tienen una duración que no sobrepasa los dos años. Se produce una renovación extraordinariamente rápida de la oferta y las demandas de consumo más emocionales y frágiles. El desafío ya no es producir en masa sino asegurar la mayor rapidez de salida de los productos al mercado. Cronocompetencia Las empresas anuncian por anticipado la comercialización de nuevos productos. Tiene por objetivo construir notoriedad del producto y de la marca, influir en las ventas de los productos que compiten, crear el deseo, reducir el tiempo de comercialización de los productos de la gama. Imagen, precio y calidad Los fabricantes se han fijado como objetivo el “cero defectos” y la “calidad total”, lo que, lejos de considerarse un gasto, aparece como una inversión. El rechazo de los artículos no obedece ya a la mediocridad de fabricación, sino a la economía de la velocidad, a los productos nuevos, más eficaces o que responden a otras necesidades. No es cierto que la “imagen es todo”, ya que es inseparable de la búsqueda de la excelencia técnica, d controles de calidad, del buen rendimiento del producto. El consumidor no quiere consumir menos, sino obtener lo mismo por menos dinero. Si el low cost progresa es en razón de la democratización del gusto por los viajes. Hiperpublicidad e hipermarcas La publicidad es irreemplazable como trampolín de notoriedad y no deja de movilizar presupuestos cada vez más elevados. En los 80, los gastos de publicidad se triplicaron a lvl mundial. La fase 3 se distingue por la explosión de los presupuestos de comunicación exigidos por la intensificación de la competencia. Los objetivos de la persuasión comercial han cambiado: no basta ya con inspirar confianza, hacer conocer y memorizar un producto; hay que llegar a mitificar y hacer amar la marca. La publicidad repetitiva se reemplaza por una publicidad que se apoya en la creatividad y la renovación frecuente de las campañas, y esto para captar la atención del hiperconsumidor, saturado de mensajes. Lo que avanza no es un totalitarismo publicitario, sino una Hiperpublicidad espectacular y sin freno. Se impone una nueva era de publicidad que está en sintonía con el comprador emocional y reflexivo de la fase 3. Loic Wacquant “Los condenados de la ciudad” El retorno de lo reprimido Los estado-nación avanzados están convencidos de que son cada vez más democráticos. La imagen que construyeron de sí mismas posguerra consistía en que la clase, el origen étnico o la raza, eran cada vez menos pertinentes para acceder a posiciones sociales valorizadas. Parecían anunciar el advenimiento de una era de bienestar material y armonía social. Se extendía la idea según la cual las formas más extremas de desigualdad estaban en vías de ser superadas, gracias a la distribución más amplia de bienes públicos, a cargo del Estado de Bienestar. Las sociedades del primer mundo llegaron a considerar a la pobreza como un simple residuo de desigualdades y de supervivencias de un pasado superado, un fenómeno destinado a retroceder y desaparecer con la plena modernización de la nación. El funcionalismo estructural y el marxismo desarrollista postulaban que las divisiones étnicas estaban destinadas a debilitarse antes de desaparecer. Según los marxistas, la cristalización de una estructura de clases debería borrar la etnicidad e incluso culminar con la transición a un “orden mundial socialista” La violencia de abajo Esta imagen elaborada por las sociedades del primer mundo ha estallado ante la aparición de las protestas públicas, las tensiones étnicas y el aumento de las privaciones y la desesperanza. Las naciones avanzadas han quedado afectadas por la expansión de la “nueva pobreza”, simultáneamente con la aparición de ideologías racistas acompañadas por conflictos violentos, que implican a los jóvenes de barrios populares. La mayor parte de los desordenes, grandes y pequeños han implicado a los jóvenes de las zonas pauperizadas, segregadas y en decadencia, y parece haber sido alimentada por la creciente tensión-étnica dentro y alrededor de esas zonas. En Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, la opinión pública considera que la violencia y los desórdenes colectivos en la ciudad están estrechamente asociados con cuestiones de etnicidad e inmigración. Estos problemas urbanos creados por jóvenes de las clases populares han combinado una lógica de la protesta contra la injusticia étnica y una lógica de clase que lleva a los sectores pauperizados de la clase obrera a revelarse contra las privaciones económicas y las crecientes desigualdades sociales, enfrentarse a las autoridades y alterar por la fuerza el curso normal de la actividad social. Las reivindicaciones de los jóvenes de medios populares son en todas partes las mismas y no tienen nada de específicamente técnico: empleos decentes, escuelas adecuadas, viviendas accesibles, acceso a servicios públicos, trato justo por parte de la policía y organismos estatales. La violencia de arriba Tres componentes fundamentales: 1) El desempleo masivo, crónico y persistente que se traduce en la desproletarización y la expansión de la precariedad; 2) La relegación a los barrios desposeídos, en los cuales los recurso públicos y privados disminuyen en el momento mismo en que la caída social de las familias obreras y la instalación de las poblaciones inmigrantes intensifican la competencia por el acceso a los bienes colectivos; 3) La estigmatización asociada no solo al origen social y étnico sino también al hecho de vivir en barrios degradados y degradantes Estas fuerzas revelan ser aún más nocivas cuando se combinan con un fondo de ampliación generalizada de las desigualdades. El desequilibrio del mercado de trabajo de la industria hacia los servicios con importantes incorporaciones de empleos calificados por un lado, y generadores de “pequeñas changas” descalificadas por otro, el impacto de las tecnologías electrónicas e informáticas y la automatización en las fabricas y los sectores terciarios como la seguridad y las finanzas, la caída de los sindicatos de protección social, la precarización y la degradación del trabajo ofrecido a los jóvenes de barrios desheredados de las ciudades. Para estos últimos, la reestructuración económica también es un proceso de desproletarización. La exclusión duradera del salario de una parte de la clase obrera y el crecimiento correlativo de la economía informal son dos índices convergentes de la constitución, en el corazón de las ciudades del primer mundo, de lo que se llamaba “un ejército de trabajo subnumerado”, para el cual los progresos de la economía se traducen en una regresión de las condiciones y las posibilidades de vida. Cuando las economías eran golpeadas por la desindustrialización y la internacionalización, las sociedades avanzadas debieron enfrentarse a la llegada de una nueva ola de inmigrantes que se concentraba generalmente en los barrios donde las posibilidades de vida y los recursos colectivos estaban en disminución. Poco importa si la llegada de estos nuevos inmigrantes ha acelerado o no el proceso de des proletarización de las clases obreras autóctonas. Su concentración ha acentuado la polarización espacial y social de las ciudades al combinarse con la fuga de las clases medias de los distritos de población mixta hacia barrios protegidos para beneficiarse de servicios públicos de mejor calidad, para satisfacer las necesidades de su hogar recurriendo a un sector privado más atractivo o por ambas. Esta acumulación de males sociales y la clausura del horizonte económico explican la atmosfera apagada, de aburrimiento y desesperación que reina en los barrios pobres de las grandes ciudades y el clima opresivo de temor e inseguridad q envenena la vida cotidiana. Los habitantes de esos barrios experimentan la sensación de q ellos mismos y sus hijos no tienen la menor posibilidad de conocer un porvenir que no sea la miseria y la exclusión, a lo q se agrega la ira experimentada por los jóvenes citadinos desocupados ante la denigración de su barrio en el discurso público. El sentimiento personal de indignidad afecta negativamente las relaciones interpersonales y amputa gravemente las posibilidades de éxito escolar y profesional. También hay una fuerte correlación entre la degradación simbólica y el deterioro físico y hay que agregar la maldición de ser pobre dentro de una sociedad rica en la cual la participación en la esfera del consumo se ah convertido en la condición sine qua non del acceso a la dignidad social. La alienación política y los dilemas de la penalización Si las formas directas y espontaneas de la protesta infrapolitica por medio del desorden social se ha expandido por los suburbios pobres de las sociedades avanzadas, es porque las formas de presión sobre el Estado han decaído junto con la desregulación luego de la descomposición de los instrumentos tradicionales de representación política de las clases populares. Privados de instrumentos institucionales para formular reivindicaciones colectivas en un lenguaje comprensible para los funcionarios, ¿Qué pueden hacer los jóvenes de los barrios pobres sino bajar a la calle? La fosa se cava entre pobres y ricos, la distancia creciente entre las clases populares y las instituciones dominantes suma al desarrollo de la desconfianza y del desafío al orden existente. Las relaciones con la política se volvieron sensibles y beligerantes, y todos los incidentes con las “fuerzas del orden” son el detonador de las violencias colectivas. Para los jóvenes sin porvenir, la policía constituye el último “tope” entre ellos y la sociedad que los rechaza, se la considera el enemigo n°1. La rta de los poderes públicos al retorno de la pobreza y la violencia colectiva ha variado en función de sus instituciones, la ideología nacional y la coyuntura política. Va de la criminalización de la miseria a la politización del problema por intermedio de la renegociación de los derechos sociales y económicos Conclusión: un desafío para la ciudadanía Los desordenes populares y las sublevaciones urbanas encuentran sus raíces en la transformación histórica de sus economías, la polarización social de sus ciudades y las políticas estatales que han promovido más o menos abiertamente los intereses de las grandes empresas. Las clases dominantes y los gobiernos de las naciones ricas se han mostrado incapaces de controlar el crecimiento de las desigualdades y han fracasado en influir sobre la acumulación social y espacial de las dificultades. La combinación de las divisiones étnicas y la des proletarización prometen suscitar muchos más desordenes. La ciudadanía sirve esencialmente como reparo institucional que atenúa las divisiones de clase generadas por el mercado. A medida que las fronteras externas y la homogeneidad interna de las sociedades se van erosionando, por lo alto como efecto de los flujos del capital y por lo bajo a causa de la confluencia entre la descomposición de la clase obrera y las corrientes migratorias, parece que la ciudadanía no es un status otorgado o adquirido una vez y para siempre sino un proceso instituido, conflictivo y desigual cuya conquista requiere una lucha y una vigilancia permanente. La transición permanente Lo permanente de las transiciones políticas en Argentina Los cortos tiempos de normalidad en un estado de transición permanente muestran diversos problemas. Uno de ellos es la dirección del proceso. Transición permanente indica un rumbo errático pero establecido como normalidad institucional. Además, allí radica una indiferencia de la clase política. También, se trata de una dinámica especifica de política nacional que es su estado de normalidad. Existen dos tipos de transición. Por un lado, el pasaje de un régimen autoritario a uno de tipo democrático. El otro es el que se refiere a los sucesivos cambios de gobierno, la alternancia. La Argentina transitó unas conmociones institucionales provocadas por la sucesión del ciclo golpe militar – apertura democrática – nuevo golpe. En esto, radican ciertas ventajas que facilitan las aspiraciones hegemónicas y facilidades para la gestión. Otro de los problemas centrales es la ausencia de acuerdos sobre las reglas de funcionamiento institucional. Los acuerdos deberían fijar las normas a respetar entre los actores políticos y sociales además de cumplir con las leyes, por mas ineficientes, hasta poder reformarlas. También, deberían considerar el desarrollo económico, la inserción geopolítica y las relaciones internacionales, la consideración y alineamiento de los diversos actores sociales. El pasaje de una dictadura hacia la democracia se originó en la derrota de la Guerra de Malvinas y las atrocidades cometidas por la represión. Por su parte, tres de los cinco traspasos de poder han sido extremadamente traumáticos. La propensión al consumo y el uso abusivo de las encuestas de opinión demuestran la carencia de políticas de Estado y una estrategia basada en la satisfacción inmediata de las cuestiones solo para alcanzar la aprobación popular. 1. La transitoriedad La cuestión de la transitoriedad: transiciones y alternancias El gobierno inicial asumió la tarea de reparar las causas que provocaron el final del modelo autoritario anterior y construir las fortalezas para su propia gestión y para el sistema en sí. La transición democrática requiere de convencimientos en la opinión pública de dirigentes y cuadros políticos. Éstos gozan de la ventaja de construir de cero las estructuras de la administración pública, el sistema judicial y el proyecto económico nacional. Se trata de una obligación que puede convertirse en una oportunidad o una amenaza. Esta posibilidad ofrece tentaciones fundacionales por la fantasía de una eterna continuidad. En contrapartida, existe una añoranza que estas posibilidades fundacionales generaron en las sucesivas alternancias. Esta experiencia es posible por la falta de acuerdos mínimos y pactos cumplidos. Esto hizo que cada alternancia entre gobiernos democráticos tendiera a repetir el mismo esquema de situación crítica para generar modificaciones políticas estructurales. El hallazgo de soluciones instrumentales brinda la sensación de proyecto, confundiendo la herramienta con el modelo. En todos los casos, se tomó como modelo el shock sobre las estructuras del Estado y los ámbitos políticos. De esta forma, la sensación de emergencia ha dado lugar a una permanente transitoriedad de la vida política. La transitoriedad es el mecanismo de reformulación de los parámetros de funcionamiento del Estado y de la economía. La ausencia de tradiciones y/o acuerdos políticos básicos genera la posibilidad de cambios profundos. Las condiciones para justificar esto se basan en la sensación de emergencia por los propios fracasos de la dirigencia. Las causas de los dramatismos van desde la intencionalidad de generar situaciones críticas a cuestiones atribuibles al contexto internacional sobre el que no se puede influenciar. Los discursos adjudican al anterior gobierno la irresolución de cuestiones y las acusaciones de que se han dejado trampas y dificultades para el siguiente gobierno, por lo que es imprescindible cambiar con urgencia el diseño socioeconómico aun cuando solo fueran necesarios para no mostrarse como continuidad ante la opinión pública. Por otra parte, existe intencionalidad en dejarle al próximo gobierno cosas pendientes, lo que puede condicionar la próxima administración. Cuando las condiciones internacionales lo permiten y las necesidades locales lo requieren, los gobiernos tienden a endeudarse; cómo se programen los vencimientos de la deuda contraída o renegociada son un claro indicador de esta cuestión. Por ejemplo, el gobierno de la Alianza programó los pagos de la deuda de tal forma que condicionaron al nuevo presidente. La transitoriedad es una excusa para la discrecionalidad, para que el Poder ejecutivo actúe según su propia discreción lejos de los controles republicanos. El Poder legislativo quedó atrapado entre la apelación a la lealtad partidaria y el posible descrédito público por la traición a los intereses de la patria. Globalización y transición política Durante la Guerra Fría, la URSS y EUA aglutinaban a un conjunto de países bajo su protección. Su disputa era ideológica ya que tenían dos concepciones antagónicas del mundo. La solución autoritaria alejaba un avance comunista al igual que un nuevo imperialismo capitalista. En América Latina, se privilegiaron las cuestiones de defensa sobre las libertades individuales. La distensión entre potencias concluyó en la desestructuración del bloque comunista y el desmembramiento de la Unión Soviética; la revisión del sistema financiero y de inversiones internacionales tras la crisis de las deudas externas y la desconfianza en el militarismo. Por otra parte, la existencia de suficientes capitales existentes por los petrodólares permitió una progresiva ampliación de los mercados mundiales y el libre comercio. Los organismos financieros internacionales adquirieron nuevos roles que les permitieron supervisar el proceso de redemocratización en América Latina y el de la organización de las nuevas economías capitalistas de Europa Occidental. La tercera cuestión es la desconfianza en el militarismo que se originó en los riesgos que acarreaba la posibilidad de enemistades intra bloque. Las tres principales cuestiones en el cambio de las relaciones internacionales, simbolizado por la caída del Muro de Berlín, dieron lugar a una mayor confianza en la globalización. Los cambios más relevantes fueron la pérdida de confianza en los regímenes autoritarios militares y la revalorización del libre comercio. Las alternancias del período 1983-2007 y su dramatismo Las alternancias han sido traumáticas ya que al implicar dramatismo, generalizan las características de la transición. Esto llevó a que ningún presidente se sintiera sucesor del otro. Se generó, entonces, un revanchismo destinado a destruir la imagen del opositor. Desde el punto de vista social, la población vivencia incertidumbre individual y colectiva al igual que la pérdida del horizonte personal y colectivo. Se intenta, de esta forma, copiar la transición para reproducir las condiciones fundacionales. Las transición del PRN a la democracia tiene tres componentes: la guerra perdida, las atrocidades de la represión y un clima económico poco propicio. La misma sentó las bases para el efecto fundacional y la ilimitada capacidad para sostener estructuras políticas, con un ejercicio del poder discrecional debido a la emergencia de la reconstrucción. Menem desconoció las obligaciones que había contraído Alfonsín, cortando toda ayuda financiera externa, resultando en una preventiva reducción del pago de impuestos y de los aportes al Estado. El adelantamiento de la entrega del poder al Presidente fue una manera de salvaguardar el sistema. Para la segunda renovación en 1995, se utilizaron medios de difusión y la amenaza de forzar tanto a las instituciones como a la Constitución para lograr la reelección. Frente a la subversión del orden constitucional, el radicalismo pactó una reforma constitucional, conformando el Pacto de Olivos. La tercera sucesión en 1999 a Fernando De la Rúa no tuvo tanto dramatismo pero el peronismo bonaerense estaba latente y expectante de llegar a la presidencia y sepultar a Menem. De esta manera, Buenos Aires se convirtió en un frente difícil de satisfacer y con el cual negociar políticamente. En un clima de convulsión social, concluyó el gobierno de De la Rúa en Diciembre de 2001 con cacerolazos debido al corralito y la ocupación de la Plaza de Mayo. La ausencia de directivas políticas generaron un clima de autonomía que se tradujo en represión indiscriminada. Producida su renuncia, se sucedieron 5 Jefes de Estado en una semana. El último, Duhalde, transformó el corralito en corralón y dio por concluida la convertibilidad al tiempo que vigilaba la marcha de la economía y evitaba represiones. Finalmente, el resultado de los nuevos comicios en 2003 empató a Menem con Kirchner, pero, el primero, no volvió a presentarse para la segunda vuelta, dejando a Néstor en el poder con solo el 23% de los votos, lo que lo presentaba en una situación de debilidad. Las alternancias y reelecciones, de Alfonsín a Menem, la reelección forzada en el Pacto de Olivos, la ruptura peronista por la sucesión de Menem, el final del Gobierno de De la Rúa, la semana de los cinco presidentes, el final del interinato Duhalde, el frustrado ballotage y el interinato de Kirchner, formaron la dinámica de la transitoriedad. Estas situaciones contaron con el beneficio del contexto internacional pro democrático y la inexistencia de las Fuerzas Armadas. 2. Transición y alternancias Los problemas de la transición y las alternancias Cuando los militares perdieron la Guerra también perdieron el apoyo civil, lo que condujo a que llamaran a elecciones obligatoriamente. No obstante, no propiciaron el traspaso de los asuntos públicos. Cuestiones administrativas fueron ocultadas, tergiversadas o directamente no recibieron atención durante la última etapa. La ausencia de registros de detenidos-desaparecidos, de combatientes de Malvinas y de deudores de obligaciones externas fueron parte de aquel desorden. También hay que agregar la falta de experiencia de los nuevos cuadros políticos. El gobierno radical recibió un Estado desacreditado, desordenado, escaso de poder efectivo, con cuadros subordinados sumidos en sus propias crisis internas. Los objetivos eran adquirir el manejo del funcionamiento estatal burocrático y político, conseguir la estabilidad y atender las herencias que menoscababan las capacidades del Estado. Las mayores debilidades se encontraban en la pérdida de capacidades del Estado. Entre la carencia de recursos y las debilidades, las oportunidades dependían del tiempo que se dispusiera para llevar adelante políticas concretas. La oposición era necesaria para que existiera juego político pero el peronismo entró en crisis por su derrota y los demás sectores tardaron en configurarse. Las alternancias del período tendieron a repetir el esquema inicial de la transición por tres motivos: la ambición de la discrecionalidad del triunfador, el legado malicioso del gobernante saliente y la acción opositora de la campaña electoral. Restablecimiento de las funciones estatales Una parte del funcionamiento burocrático de todos los estamentos del aparato estatal depende de la autoridad política y el otro se deriva de las reglamentaciones que establecen sus funcionarios. Esto se complejizó aun más por los avatares históricos, una alta inestabilidad política y un Proceso de Reorganización Nacional que concluyó en un gran desorden. Además, asumió más tareas como la operatividad y la conducción de las fuerzas armadas y policiales y el auxilio organizativo de los poderes legislativo y judicial. La burocracia se compone de cuadros históricos categorizados, empleados contratados por cada gobierno con plazos laborales preestablecidos, jefaturas dependientes del poder político y secretarios designados. Dentro de la burocracia de la administración pública, hay una necesidad de complejización histórica debido a su eficiencia, poco comparable con la del sector privado, la necesidad política de cada administración alimentó también el empleo público. Este amortigua el desempleo. Los puestos son elegidos por el gobierno de turno como una forma de tener un reaseguro de lealtad política y de perduración cuando el partido fuera desplazado del poder. Paralelamente, los asuntos de administración se complejizaron al ritmo de nuevas disposiciones, áreas y asuntos a atender. Por otra parte, los cambios generan un núcleo resistente difícilmente modificable que constituye su propio poder. Además, existen pocos expertos ya que, los que lo son, serían por antigüedad o predisposición personal. Por estas características, la burocracia muestra cierta dependencia del orden político para actuar y no estar del todo automatizado. Al mismo tiempo, detenta un poder propio para acelerar, impedir o modificar políticas. Esto se debe a la ausencia de continuidad de políticas de Estado. Además, los empleados contratados permiten salvar la falta de autoridad, cubriendo puestos con personal leal. Los gobiernos salientes tienden a efectivizarlo antes de irse como pago por su lealtad y para continuar teniendo relevancia en la administración; la entrante, en cambio, necesita de aquellos espacios para ubicar a sus propios partidarios. Pocos partidos tienen cuadros militantes preparados, con experiencia y que cuenten con relaciones dentro del aparato burocrático al igual que afinidad con los gremialistas. Por lo tanto, Alfonsín fundó el Instituto Nacional para la Administración Pública (INAP), un cuerpo seleccionado por concurso, apartidario, de profesionales y con cursos de posgrado, que complementan y asesoran a las estructuras políticas. Cuanto más critico sea el marco de una alternancia, más parecida será la oportunidad de modificar estructuras y nombrar funcionarios leales. Muchas veces, el reparto de los cargos de Secretarios no guarda coherencia con las designaciones antagónicas entre uno y otro. Por los ministerios descentralizados, se ha recurrido a la intervención para evitar la normalización que presupone el origen de los cargos por sus propios estatutos. Los recursos para la conformación operativa, como la intervención, las designaciones, la promoción de Direcciones y el contrato, muestran la necesidad de poner en marcha la administración dejando lugar a la posibilidad de reparto de favores políticos y la obtención de lealtades. En el poder judicial, tiende a generar una revisión de la titularidad de los juzgados y miembros de la Corte Suprema. Desde la acordada Corte de 1930, se subordinó a la justicia a los vaivenes del ejecutivo. Por este medio, se legitimaron los golpes militares y el uso de las modificaciones por renuncia. Además, señaló el rumbo de juzgados que obviaron los eventuales delitos de los gobernantes. Los gobiernos dependían de contar con la mayoría en el Senado o de su capacidad de negociación con la oposición, para lograr el nombramiento de jueces y su remoción. La conformación original fue modificada por Kirchner, para otorgarle mayor ejecutividad, cambiando su integración, reduciendo la participación de la oposición y de las instituciones representativas de los abogados. Por otra parte, es importante asegurar buenas relaciones con los jueces. Con Alfonsín, la corte se conformó con 5 miembros elegidos por la oposición peronista y por el origen político de sus miembros. Con Menem, la oposición debió resignarse a la ampliación de la cantidad de miembros de la Corte, que logró incorporar 4 nuevos cargos para alcanzar una mayoría automática. Kirchner, por su parte, inició su mandato con un mensaje defensivo y a la vez intimidatorio con el objetivo de provocar renuncias en la Corte Suprema. En el restablecimiento de las Fuerzas Armadas, quedaron tres temas candentes: la derrota de Malvinas, la violación a los derechos humanos y los saldos del proceso económico encarado por Martínez de Hoz. El orden democrático presupone la subordinación militar al poder político. Hay dos formas de encararla. Por un lado, como el peronismo, la proposición de un manto de perdón y olvido y, por el otro, una política condenatoria de las violaciones, encarada por Alfonsín. No solo los jueces fueron habilitados a tomar causas por las denuncias de violaciones a los derechos humanos sino que el mismo gobierno creó una comisión para la investigación, la CONADEP, que fue la base para el juzgamiento de las primeras Juntas militares. Las principales cuestiones que inquietaban el panorama militar eran: la ruptura de la cadena de mandos por la desconfianza instalada, la desresponsabilización de las cúpulas en la represión, las falencias de la doctrina militar, y las consecuencias sociales y económicas del PRN. La transición se dio tratando de preservar a las Fuerzas Armadas, cumplir con las promesas electorales y atender a los reclamos sociales. Lentamente, el presupuesto militar se redujo y se abolió el Servicio Militar Obligatorio. De esta manera, se debilitaron las FFAA. Las Fuerzas de Seguridad ocuparon casi plenamente la agenda nacional. En una primera instancia, habían sido utilizadas para la represión, en vez de la seguridad social. La convivencia con mandos militares llevó a las mismas a una complicidad con el delito y la corrupción. El primer intento para resolver esta cuestión fue el de diseminar en la geografía provincial a los policías que habían actuado contrario a lo esperado, difundiendo el peligro a zonas que hasta entonces desconocían de tales prácticas. En los gobiernos siguientes, se intentó mantener la estadística criminal constante, sin afectar las relaciones entre delito y complicidad policial. La solución a los resabios de la dictadura en las policías fueron permanentes purgas que produjeron descabezamiento de cúpulas, sin erradicar los vicios de funcionamiento. Pareciera haber una complicidad entre los sectores políticos con la policía en las practicas corruptas. Los magistrados tendieron a circunscribir la acción policial a una presencia disuasoria y a la investigación de los delitos bajo la supervisión judicial. La política se ciñó a la existencia de estadísticas más benéficas en lugar de actuar sobre la prevención o la resolución de delitos. A esto se le suman los medios, que utilizan como extorsión al poder político para conseguir publicidad oficial u otras prebendas, aprovechando su capacidad para fijar los temas cotidianos amplificando o ignorando sucesos. También se repiten los casos de connivencia entre fuerzas de seguridad y organizaciones delictivas. Otra de las cuestiones es el uso de los servicios de inteligencia de los que dispone el Estado. Los mismos funcionan de forma autónoma y esto fue utilizado por los diferentes gobiernos en contra de sus opositores o para llevar a cabo operaciones políticas. Asegurarse la lealtad del personal de inteligencia, asegura contar con información y no ser objeto de operaciones de inteligencia. Herencias y legados Cada gobierno lega cuestiones devenidas en serios problemas para el Estado y condiciona a la nueva administración o mantiene cierto tipo de privilegio o control sobre la misma. Se intenta lograr una cuota de poder que trascienda en el ejercicio de su cargo. Las herencias se realizan para evitar la judicialización de sus actos, dejando ciertas estructuras y funcionarios que lo sobrevivan en el aparato estatal. No obstante, no tiene necesariamente un carácter de intencionalidad mientras que los denominados legados son condicionantes por decisión. Entonces, las herencias son alternativas que deberá afrontar la nueva administración por situaciones creadas deliberadamente o la conjunción de coyunturas locales e internacionales. No son necesariamente negativas: muchas de las condiciones creadas se estigmatizan por el solo hecho de ser de otra autoría. Esto se da por al necesidad de darle el tono fundacional que deja por concluidos los procesos originados previamente. Asimismo, responden al juego de imágenes que se pretendieron instalar y a las que críticamente se quieren desechar. Los legados tienden a ser destructivos. El gobierno saliente puede querer demostrar su eficiencia para la historia o precaverse de las consecuencias de sus actos. El menemismo logró traspasar un gobierno sin una emergencia económica inmediata. No obstante, condiciones menos visibles fueron legadas al futuro gobierno para que fuera el responsable de modificar algo que parecía que funcionaba bien. Buena parte de las acciones de Duhalde se basaron en transmitir los aspectos negativos de la Convertibilidad. A la vez que Kirchner fundó su política sepultando la imagen del antecesor. Destruir toda herencia recibida tiene dos objetivos: derruir la imagen a dejar en la sociedad por los predecesores y el de cambiar la percepción de los factores o la decisión del gobierno para mostrarse con autoridad. La transformación de las condiciones socioeconómicas a mitad de un período presidencial son vistas como electoralmente inoportunas. Por ello, son necesarios cambios llevados adelante como situaciones de crisis y de urgencia. Las herencias y legados pueden ser clasificados en: - Económicos: relacionados con los niveles de reservas monetarias del Banco Central, la programación de vencimientos de la deuda externa e interna, los atrasos del tipo de cambio y cuestiones referidas a organismos financieros internacionales. Incluye también contratos firmados por el gobierno con empresas privadas. Éstos pueden paralizar la ejecución de políticas no pensadas para la resolución de estos problemas. El ejemplo más representativo es la programación de los vencimientos de la deuda externa por Menem, que iba a afectar las políticas asumidas por De la Rúa. Por otra parte, existe la preocupación de que ciertos valores queden positivos. Publicidad oficial mediante y con la complicidad de algunos medios de difusión, los índices se toman de forma que los resultados muestren el éxito de la gestión; todo lo que alguien pueda mostrar que hizo para dejar su impronta en la historia del país y que el sucesor tratará de destruir. - Judiciales: el caso más tradicional es la autoamnistía, propio de regímenes autoritarios, donde los militares salientes dejan establecida la imposibilidad de ser juzgados por diversos delitos. Las posibilidades democráticas de anularlas requieren de un largo camino jurídico y legislativo. Un situación de este tipo es la introducción de reglas por parte de Pinochet. Otra de las formas es el cierre de causas, aprovechando la influencia que aun conservan sobre los jueces. Lo atestiguan los casos de Cavallo, Menem, María Julia Alzogaray y Fernando De la Rúa. Estas causas cobran más o menos impulso si son útiles para reinterpretar la historia contra el silenciamiento o a la inversa, acallar lo que se venía dando. - Administración pública: empleados contratados, temporarios, que son pasados a Planta Permanente por el gobierno saliente. Otro caso es el desorden administrativo, que tuvo su máxima expresión en la transición a la democracia y la ley del presupuesto nacional, que debe ser promulgada antes del traspaso de poder, condicionando el primer año del gobierno próximo. - Expectativas: la oposición acciona siempre en la dirección de instalar en la opinión pública sensaciones de nuevas penurias por venir. Las expectativas generales pueden ser independientes del nivel de aprobación de una gestión. El discurso opositor se centró en cada acción u omisión del oficialismo. A lo largo del período se hizo notorio que el grado de satisfacción de la población pareciera ser determinante de los resultados electorales. Ejemplos de esto serían los casos en los que triunfó el voto cuota o el voto protesta. Menem logró su reelección por la estabilidad económica alcanzada. A la inversa, años después, el voto castigó la inacción de los sectores políticos. Poder influir sobre los ánimos de la población fue un mandato primordial de dirigentes políticos. A más altas expectativas generadas al inaugurar su mandato, su posibilidad de sostener el apoyo popular cae más rápidamente que cuando una gestión se inicia con un descreimiento más pronunciado. Alfonsín, al decir “con democracia se come, se cura y se educa”, aumentaba las expectativas por decir lo que la gente quería escuchar. En cambio, cuando Menem prometía salariazo, hacia una descripción crítica de la situación, bajando las expectativas populares. La reiteración de la transición en las alternancias Se ha reiterado en cada alternancia la necesidad de los nuevos gobiernos de restablecer el funcionamiento estatal sin gozar del beneficio de lo hecho por la anterior administración. La última salida democrática tuvo a su favor la inexistencia de un poder militar condicionante. La transición otorgaba los espacios para repartir cargos políticos, retribuir adhesiones y sostener lealtades. En el diseño de las políticas se ve la necesidad de presentar permanentes logros mediáticos. El conflicto se centra en las cuestiones críticas a través de la instalación por los medios con fuerte difusión en la opinión pública 3. La búsqueda de la estabilidad política La búsqueda de la estabilidad en la transición y las alternancias La mayor necesidad fue la de alcanzar las condiciones de estabilidad para su mandato en particular y el sistema en general. Los gobiernos le dieron diferente relevancia a la estabilidad a largo plazo. En términos generales, las áreas de atención eran: construir fortalezas para su propia perduración en el poder, comprometer a la opinión pública en un consenso de respeto al orden democrático, e influir en el contexto internacional para crear condiciones favorables a la democracia. No obstante, cada gobierno fijó sus propias prioridades. La gobernabilidad La gobernabilidad tiene dos aspectos. Por un lado, tiene como objetivo comprometer a la opinión pública al respeto del orden democrático. Lo habitual del período fue el discurso injurioso contra la oposición por no apoyar a ciegas los proyectos del oficialismo o la asunción de posiciones autoritarias contradictoriamente en defensa del juego democrático. También es cierto que muchas veces la oposición dificultó el desarrollo de la política, restando quórum al parlamento. Por otro lado, se debe entender a la gobernabilidad como la generación de condiciones y de recursos de poder para llevar a cabo políticas, minimizando acechanzas de la oposición. Todos los gobiernos elaboraron planes para sostenerse en el poder más allá del período y con más instrumentos de política. Todos buscaron la reelección para asegurarse la gobernabilidad. Alfonsín marcó el tiempo en un gobierno de seis años. El manejo discrecional de los fondos para atender a provincias y municipios permiten asegurar lealtades que duran tanto como el tiempo que se mantengan en el poder. Por ello, retrasar elecciones para poco tiempo antes de finalizado el mandato reasegura que todos los estamentos sigan reconociendo la autoridad del Ejecutivo. En general, se utilizan formas espurias para comprometer la opinión pública pues no surgen de un convencimiento ideológico sino de la ventaja temporal y material. Los discursos y su reiteración prueban la credibilidad del candidato, lo que va combinado con una política de medios de difusión que establezca los logros del mismo. Asimismo, el convencimiento a la hora de conseguir votos gira en torno a instalar la idea de una necesidad nacional o al espurio de la prebenda o la coima. El Ejecutivo necesita del Legislativo para que le sancione las leyes, por lo que gran parte del total de las prebendas entregadas por la política van hacia los legisladores en la búsqueda de gobernabilidad, poder mostrar a la opinión pública cierta ejecutividad y posibilidades de llevar adelante sus políticas. Además, la obra pública y las concesiones logran adhesión del empresariado y del sindicalismo. Tienen efecto sobre la opinión pública por la validez de las obras que se encaren, la ocupación de mano de obra reduciendo el desempleo. Asimismo, se utilizan normativas favorables para los negocios, al igual que prebendas, para obtener lealtades, recursos y capital político. La discrecionalidad en el uso de fondos públicos ha servido para disciplinar actores sociales diversos bajo la pretensión de alcanzar la gobernabilidad del sistema político y el orden social. La gobernabilidad cree asegurarse con la ocupación de la vía pública y la realización de actos donde la masividad es extremadamente importante. En resumen, para mantener la gobernabilidad se recurrió a los recursos del poder parlamentario y judicial, gobernaciones e intendencias, medios de difusión y control sobre los grupos para llenar la vía pública. Al mismo tiempo, se aseguraron que estos recursos estuvieran disponibles y fueran leales hasta lo más cerca posible del traspaso democrático del mando. La búsqueda de la reelección y mantener la expectativa lo más prolongada posible son estrategias para impedir la disolución del poder. Por lo tanto, aseguran la gobernabilidad que las gobernaciones pertenezcan a la misma orientación política, la existencia de mayorías favorables en las Cámaras de Diputados y Senadores, la dependencia de las intendencias de las principales ciudades y la disponibilidad del presupuesto. La crisis de los partidos se debe a la desconfianza en estructuras debido al apartamiento de los lideres de sus lineamientos históricos. Además, la perduración requiere de las Fuerzas Armadas disciplinadas que no pongan en riesgo la autoridad y que no muestren la falta de autoridad en la opinión pública. Similar preocupación despierta el sindicalismo, que incluye paros y desabastecimientos con efecto sobre la opinión pública en contra de un gobierno. Una tercera cuestión que influye sobre la gobernabilidad es la capacidad para influir sobre el contexto internacional para crear condiciones favorables a la democracia en la región y al propio gobierno. Cada refinanciación de deuda o cada instrumentación de un nuevo plan económico requirieron la anuencia de estos actores globalizados. También las cuestiones comerciales favorecen o perjudican la capacidad de gobierno argentino y las interrelaciones entre gobiernos requieren de un alto grado de complementariedad política. En suma, la gobernabilidad se apoya en el compromiso y convencimiento sobre la opinión pública, la acción sobre los actores sociales con capacidad de decisión y las fortalezas que se adquieran en las relaciones exteriores. La estabilidad sistémica La estabilidad sistémica se basa en la propagación de la idea de que la democracia es un bien a preservar. Algunas situaciones demuestran la voluntad presidencial pero también la opositora de mantener este régimen. Por ejemplo, frente al levantamiento carapintada de la Semana Santa de 1985, la presencia de Cafiero junto a Alfonsín, ambos dando su respaldo a la democracia, es una actitud superadora de los intereses particulares o circunstanciales. Asimismo, el Pacto de Olivos sirvió para evitar una ruptura constitucional por parte de la Corte Suprema por lo que merece ser considerado con una visión más amplia y sistémica. De esta misma manera, frente a diferentes situaciones tanto la Iglesia y la ONU como los vecinos e, inclusive, los militares continuaron demostrando su preferencia por la democracia. Todos los presidentes intentaron la adhesión tanto a su gobierno como al sistema, confundiendo ambas cosas. Las disidencias son presentadas como amenazas al sistema, por lo que apoyar la democracia es apoyar al oficialismo. Los mecanismos de información para la adopción de decisiones se han sofisticado notablemente y se introdujeron las encuestas de opinión, lo que resulta en que los gobiernos no tomen decisiones sin la certeza de tener la aprobación popular. Expectativas sociales a tener en cuenta para decidir y encuestas por las que la opinión pública se entera de qué piensa la mayoría. Las acciones sobre el contexto internacional Ha habido un contexto internacional que validó el sistema democrático, a través de decisiones asumidas por las grandes potencias que fijaron condiciones democráticas para acceder a los beneficios del comercio y del financiamiento. Las características del sistema soviético y la desconfianza hacia los autoritarismos latinoamericanos alejaron las posibilidades de instauración de gobiernos autoritarios. Alfonsín tuvo la intención de dotar al sistema internacional de conciencia respecto a lo que luego seria la proliferación de las Jóvenes Democracias. Se encararon tres iniciativas de política. Por un lado, la concreción de acuerdos comerciales, de inversiones, políticos y culturales, generando el MERCOSUR, establece como condición ineludible ser un gobierno democrático, copiando el modelo de la Unión Europea. Una segunda área de acción fue la reinstalación de relaciones con los Estados Unidos pero con claros signos de independencia de criterios y fomento al comercio bilateral. En tercer lugar, se conformó el Grupo de los Seis para crear conciencia sobre la necesidad de un desarme nuclear, contra la carrera armamentista y sobre el problema del endeudamiento, es decir, el respeto hacia los derechos humanos. El punto fundamental es que le dieron origen al MERCOSUR. Ciertos acontecimientos políticos que pudieron derivar en intervenciones militares o autoritarias fueron frenadas por los beneficios que representaban para sus integrantes la pertenencia a dicha unión aduanera. Hasta la presidencia de Kirchner, la búsqueda de condiciones que favorecieran la estabilidad se centraba en el apoyo norteamericano a las políticas económicas ensayadas, buscando la intervención directa o su voto decisivo en organismos financieros internacionales. El convencimiento democrático de la opinión pública no ha sido siempre homogéneo. Ante cada situación critica, la posición en que circunstancialmente se encuentre la sociedad será el espejo en que se miren quienes puedan intentar forzar o violar el orden constitucional. Por ello, la importancia del equilibrio a cumplir el rol de estadista y mantener la posición del político que requiere el respaldo electoral. Los 100 días Desde que Roosevelt pidió 100 días sin cuestionamientos para realizar todo lo que creía conveniente, se transformó en una tradición de los parlamentos hacia el nuevo jefe de gobierno. Esa gracia recibida del legislativo es la respuesta a las expectativas, las cuales actúan condicionando las primeras acciones del Gobierno. Por ello, es más notoria en las etapas previas a la asunción de un gobierno y la falta de políticas. Las campañas privilegian las imágenes y los slogans publicitarios. La condición de la Joven Democracia facilita la manipulación del electorado o la posibilidad de disimular discrecionalidades y corrupción. 4. Las jóvenes democracias La cuestión de las Jóvenes Democracias La conjunción de la desconfianza hacia los militares por la derrota de Malvinas y la caída del Muro de Berlín, con la desarticulación de los regímenes comunistas, condujo a la formación de Jóvenes Democracias. Si bien en Argentina existía la democracia desde el siglo XIX, su restauración se asimila a la de las demás JD. En términos generales, las JD vienen de regímenes autoritarios o con partidos únicos. Se organizaron en las décadas del 80 y 90 como republicas con división de poderes. Esto fue posible gracias al fin de la Guerra Fría. Aquellas que provenían del bloque comunista, debieron reorganizar la propiedad privada, al igual que en América, donde se tuvo la oportunidad de revisar la posesión de empresas por parte del Estado. Al mismo tiempo, se generó un clima favorable de negocios a nivel internacional, por lo que las JD se transformaron en receptores de inversiones con su fuerte apertura a capitales extranjeros Por otra parte, tuvieron estabilidad sistémica en la opinión pública devenida del recuerdo de atrocidades y de un periodismo más libre que fomentó el valor democrático, entusiasmados con la explosión del capitalismo y el libre comercio. Alimentaron, a su vez, la discrecionalidad de los dirigentes, concentrando el poder de decisión en el Poder Ejecutivo. La misma se centró en la posibilidad de recrear sus sistemas políticos y en la elección de los protagonistas de las actividades productivas. Las características de las Jóvenes Democracias La forma de organización fue la república, con una división de poderes donde se controlaban unos a otros. En la práctica, se plantearon dos formas de ésta: mayorías parlamentarias que actuaron con disciplina partidaria sin espíritu crítico y la posibilidad de rever todos los nombramientos del régimen anterior y designar jueces. La concepción democrática se trató de la convocatoria a los comicios al igual que de defender las garantías y derechos humanos de todos los habitantes. Por su parte, el capitalismo se estableció como el modelo económico fundamental, ligado al liberalismo y a la defensa de la propiedad privada. El consenso de Washington resume las ideas que se propagaban al respecto, sobre la inversión externa y el libre comercio. El principio de incertidumbre, la transferencia del control político, económico y social a actores no estatales, la obtención de capacidades legislativas o judiciales delegadas en el ejecutivo y la posibilidad de redistribuir el capital se desarrollaron como características distintivas de Argentina con respecto a las demás JD. El principio de incertidumbre La incertidumbre se generaba frente a los cambios de gobierno ya que resultaba impredecible el rumbo a tomar por la nueva administración. Introducir una modificación de personas introduce una distorsión en las políticas. La posición de los procesos económicos, sociales y políticos variarán sin seguir ningún patrón determinado en cada cambio de gobierno o, incluso, dentro de un mismo período presidencial. Esta incertidumbre se manifiesta como un temor al futuro y la necesidad de asegurar la inmediatez de cualquier ciudadano frente a un orden laboral. El hecho de que toda norma o disposición se encuentre en un estado experimental refleja la sensación de anomia por parte de la población. De cualquier modo, la sociedad percibe este “experimento” como lo normal. Entonces, la distorsión de aquella normalidad trae aparejada la incertidumbre. Se produce un sentimiento de desprotección de cada habitante debido a las modificaciones, que trae nuevos derrotados y triunfadores. Esto sucede porque se cree en los gobernantes, quienes aseguran el bienestar, como un “páter” que sostiene, provee y transforma. Tanta creencia en la capacidad individual y no en el sistema político y de garantías jurídicas, atenta contra el sistema en un círculo perverso. Estas expectativas legitiman el ciclo crisis – dramatismo – emergencia – discrecionalidad – nueva estabilidad. No obstante, estas crisis son intencionadas por los gobernantes ya que les proporcionan ciertas ventajas, como la de obtener la misión de remontar una crisis. Comenzando la presidencia sobre el dramatismo, las expectativas son bajas y fácilmente satisfechas. También termina acreditando al “salvador providencial”, prestando aval a la cultura de la transgresión. Al no existir acuerdos previos entre la dirigencia política, no hay posibilidades políticas de Estado que se continúen en el tiempo. La aspiración fundacional de cada presidente quedaría diluida porque el compromiso compartido centraría el registro en dicho acuerdo y no en las personas. Esta incertidumbre además se siente en la economía respecto a los modelos adoptados para el desarrollo. Las elecciones pasan a ser pruebas para la población que es puesta frente a la disyuntiva entre continuidad y cambio electoral. Por ejemplo, la transición del gobierno de Menem fue dramática por la presencia de los gobernadores peronistas y las ambiciones de Duhalde. También, la renuncia de Chacho Álvarez, el voto cuota de 1995, la instauración del corralito y las hiperinflaciones son generadores de incertidumbre en la sociedad. No es posible tener confianza en el sistema bancario ni en el tipo de cambio, tampoco en los funcionarios intermedios sobre su continuidad, los empleados contratados y el poder legislativo. La transferencia del control político, económico y social Desde 1970, se generó un consenso sobre la necesidad de comenzar a retrotraer funciones que los estados nacionales habían incorporado. Esto se hizo bajo el hecho de que la crisis demostró que el inversor más constante debía ser el Estado y el manejo de la administración de áreas de la economía consideradas estratégicas. No obstante, con Martínez de Hoz se comenzó la nueva implementación, que prosiguió durante el gobierno menemista. Se generaron algunas transferencias en la toma de decisiones, incluso en los de seguridad nacional. Se descentralizó administrativamente el sistema educativo, el sanitario, la red de caminos y la fijación de salarios. Por su parte, se privatizaron empresas como las telefónicas, de electricidad y el sistema jubilatorio. Se enajenaron compañías como YPF y Aerolíneas Argentinas. En todos los casos hubo una transferencia de roles responsabilidades del Estado a actores privados. A pesar de ser complementadas con la creación de nuevos organismos estatales controladores, el poder de decisión se traspasó. El poder de decisión social incrementó el rol de los medios sobre la opinión pública. Con la presencia permanente de las comunicaciones, los factores de la toma de decisiones quedaron subordinados, al igual que algunas funciones, como la de seguridad y prevención. La atención a los sectores más desprotegidos se había dado por parte del Estado, sobre todo con Eva Perón, lo cual había sido motivo de conflicto con la Iglesia y las obras de caridad que realizaba. Luego del PRN, el Estado organizó diferentes formas de ayuda y transfirió su adjudicación y reparto a sectores sociales y políticos partidistas, como el Plan Trabajar y los subsidios. Como complemento, en los presupuestos nacionales se incluyeron los Adelantos del Tesoro Nacional, por el cual el Estado puede asistir a necesidades extraordinarias. Esto estuvo signado por la discrecionalidad del ejecutivo en función de su relación con gobernadores y el logro de su apoyo político. Además de las desgravaciones impositivas para la radicación de industrias, Menem creó el Fondo de reparación histórica del conurbano bonaerense para darle a Duhalde capacidad adicional para gobernar la provincia. Otros conceptos sobre los que se traspasó poder fueron: la fijación de tarifas, las prioridades de inversión, el sostenimiento de la igualdad salarial y de derechos, el fomento a zonas de desarrollo y la cantidad de circulante monetario. Hubo una fuerte pérdida de la necesaria discrecionalidad en el comercio internacional por la interdependencia con el Mercosur o la adscripción a la Organización Mundial de Comercio. Además, los gobiernos contaron con la posibilidad y la capacidad de la redistribución del ingreso y de generar empresarios exitosos a través de contratos y obra pública. El período mostró un debilitamiento de las capacidades estatales para generar consensos, imponer políticas o ser artífice de un rumbo determinado y sostenido a largo plazo. Los medios tuvieron un rol muy importante en la fijación de los temas centrales y en la complicidad política. Capacidades delegadas Como contrapartida, la transitoriedad procuró la obtención de discrecionalidad del ejecutivo, expresada, fundamentalmente, en ciertas tradiciones. Para empezar, la de los primeros 100 días de gobierno, a través del cual el legislativo le facilita la aprobación de leyes tendientes a establecer los lineamientos de su gobierno o a manejar una emergencia preexistente. Asimismo, la delegación de poderes federales a Rosas impuesta como condición para la pacificación del país. Ambas transforman cada alternancia en una emergencia en la que se requiere de delegación de poderes legislativos al ejecutivo para salvar la situación critica. Frente a la opinión pública, el Legislativo se encuentra desprestigiado porque le permite la extorsión al Ejecutivo. La inacción gubernamental puede ser atribuida, a través de los medios, al Congreso. Además, si se siguen viviendo situaciones criticas, el Ejecutivo podría actuar más como un sistema autoritario y menos republicano. Se notó en los mecanismos de decisión y, así, surgieron las leyes de emergencias y de excepcionalidad, la suspensión de vigencia de leyes y la delegación de privilegios parlamentarios. De esta misma forma, hubo un abuso de los Decretos de Necesidad y Urgencia, mediante los cuales se reemplazan el trámite parlamentario para la obtención de leyes, con absoluta discrecionalidad. Incluso en el orden internacional, se llegó a poner en emergencia a Organismos Financieros Internacionales, obligándolos a préstamos y refinanciaciones. La delegación de facultades se convirtió en la herramienta discrecional de la transitoriedad. Las posibilidades para la redistribución del capital Dos procesos históricos generaron la aparición de la propiedad privada y el impulso del nuevo liberalismo, sobre las estructuras del Estado que se reservó la gestión de los servicios públicos y de áreas militarmente estratégicas. A esa coyuntura, se sumó la capacidad el Estado de establecer políticas tendientes a privilegiar alguna actividad particular, beneficiando a sectores socioeconómicos. Ello deviene de la posibilidad de definir las orientaciones de comercio internacional, de política monetaria, desgravaciones impositivas, desarrollo de infraestructura y obra pública en general. Perón utilizó esos recursos para reforzar la industrialización y generar una burguesía industrial nacional. Por su parte, el PRN favoreció o eliminó empresas más que actividades específicas. En conjunto, el Estado conservó una alta capacidad distributiva para favorecer a los sectores más concentrados y más relativa para atender a los sectores asalariados. En la relación entre la dirigencia política y la burguesía se conjuga el sueño fundacional, correspondiente al deseo de asegurar un orden que lo sobreviva, y la gobernabilidad, que requiere de una especial captación de los sectores empresarios. De ambos, surge la pretensión política de contar con una burguesía nacional. Por lo tanto, dieron lugar para una acción tendiente a favorecer a parte del empresariado y para crear nuevos actores en la burguesía. El objetivo fue el de contar con una prensa benévola, con financiamiento para las campañas electorales, acordar una política de precios. Entre las postrimerías de la dictadura y el inicio de la democracia Las sucesivas devaluaciones del tipo de cambio dificultaban a las empresas endeudadas en moneda extranjera, entre las que se encontraban todas las gestionadas por el Estado. Uno de los mecanismos para transferir recursos estatales al sector privado fue el establecimiento de un seguro de cambio, para luego proceder a la estatización de las deudas. El Estado se convirtió en acreedor en pesos devaluados de las empresas y en el deudor de los bancos y organismos internacionales que habían financiado. Luego, tuvieron lugar unas refinanciaciones de las obligaciones financieras que, sumadas al desorden administrativo, convirtieron la Deuda Externa en un tema permanente. Las empresas sobrevivientes al PRN salieron fortalecidas, habiéndose modernizado y operado con costos a cargo del Estado nacional. Con el lanzamiento del Plan Austral Los individuos sufren el alza de los precios, pues con su ingreso percibido regularmente una vez al mes, no pueden costear el encarecimiento de los productos. Por su parte, los impuestos se perciben con retraso y valores ya superados. Concluido el mandato de Grinspun, el nuevo equipo intentó frenar la inflación, quitando el componente de ajuste de los contratos. La capacidad redistributiva se puso en juego porque algún actor quedó mejor parado según el nivel de precios en que quedara congelado. En las hiperinflaciones Sin el respaldo de ingresos genuinos ni de reservas, el Estado debió atender sus obligaciones mediante una expansión de la emisión monetaria. Esto induce a la puja inflacionaria. Los tradicionales sindicatos fuertes sufrieron el proceso desindustrializador del PRN y ya no estaban en su mejor situación de negociación. Por su parte, el negocio financiero gozó de un auge en términos de redistribución del ingreso. Al sancionarse la Ley de Convertibilidad La convertibilidad implicó quitar el componente inflacionario, que dirimió las pujas en el mercado con una perspectiva favorable para los grupos más concentrados. También condujo a un lento crecimiento de la capacidad de consumo. Como contrapartida, se dio el reemplazo de la producción nacional. Al mismo tiempo, se renovó el acceso al crédito internacional, se procuró aumentar el nivel de inversión y se modernizó buena parte de la estructura productiva. A lo largo de todo el proceso de privatizaciones Las privatizaciones se desarrollaron con un carácter de urgencia que quitó posibilidades de un tramite parlamentario y medir correctamente el consenso social respecto al tema. Los pasos previos fueron la intervención de las empresas para su saneamiento financiero y un ordenamiento del personal; la obtención de las leyes respectivas del Congreso; la organización de concursos para la presentación de las ofertas y el establecimiento de los organismos encargados de controlar las actividades. Se reformó, a su vez, el sistema de jubilaciones y pensiones, mediante compañías privadas para administras fondos específicos y quitarle a los gobiernos la tentación de echar mano en los mismos. Por otra parte, se creó un mercado de capitales capaz de financiar los niveles de inversión de la economía. Los organismos jubilatorios, al actuar como privados, maximizarían los beneficios. Sin embargo, los gobiernos obligaron a las AFJP a transgredir la ley comprando más bonos de deuda estatal que los permitidos. Todo el período de privatizaciones fue el de mayor capacidad redistributiva. A mayor velocidad en un proceso de enajenación de funciones del Estado hacia actores privados, las posibilidades de sobreprecios, coimas y dádivas al poder político aumentarían exponencialmente. Con el retraso cambiario Entre 1997 y 2002 tuvo lugar una gran recesión, produciendo desocupación, altos niveles de indigencia y quiebre o cierre forzoso de empresas. Haber sostenido el esquema cambiario provocó una transferencia de recursos de los sectores más bajos hacia los más altos y de empresas productivas hacia las de servicios y financieras. A través de la devaluación La salida de la convertibilidad cristalizó más pobreza e indigencia al tiempo que le dio la potestad al Estado de privilegiar algunas actividades productivas por sobre otras. No obstante, la forma de mercado libre impuesta por el FMI, dejó al Estado incapacitado para intervenir en un mercado de cambios. Con un 200% de devaluación, se vieron beneficiados el sector exportador y el sustitutivo de importaciones. Al establecerse la pesificación asimétrica El gobierno de Duhalde estableció la conversión de las deudas en dólares a pesos: las obligaciones de los privados se considerarían uno a uno y las de los bancos con particulares de un dólar a 1.40 pesos. De esta forma, se generaba una diferencia que cubriría el erario público. El Estado intentaba proteger a los endeudados, es decir, la clase media urbana. Al constituirse las retenciones a las exportaciones Frente a la desproporción de los precios medidos en divisas extranjeras para la exportación, la tendencia fue la de trasladar a los precios internos dichos incrementos, afectando el poder de compra de los individuos. Los gobiernos de Duhalde y Kirchner acordaron tácitamente con los exportadores para sostener la oferta interna, aprovechar las oportunidades exportadoras y lograr ingresos adicionales. Se establecieron retenciones sobre los valores exportados, por lo que parte del precio obtenido iba hacia las cuentas públicas, incrementando los ingresos fiscales. Con el objetivo de sostener los precios, Kirchner recurrió a medidas de carácter redistributivo. Junto a ellas, el crecimiento de la obra pública en infraestructura forjó nuevos actores con poder económico. El Estado nacional pasó a manejar presupuestos crecientes pero sin empresas, sin tarifas políticas que pagar, sin escuelas y con pocos hospitales. La adecuación a las condiciones externas Concluida la Guerra Fría, se forjó una Globalización idealizada, en el que la seguridad dejó su lugar a la única potencia sobreviviente que prefería los acuerdos y los consensos. Luego del ataque a las Torres Gemelas, se configuró una Globalización condicionada por la emergencia del terrorismo golpeando símbolos del poder capitalista; se produjeron cambios hacia las decisiones unilaterales y un nuevo impulso a la cuestión de la seguridad. El nuevo siglo trajo nuevas desconfianzas e imposibilidades. Como JD, la Argentina estuvo sujeta a las recomendaciones o consensos internacionales. Por lo tanto, se buscó una adecuación a las tendencias internacionales ya que la inserción internacional de esta economía queda comprometida a la adopción de un entero modelo de desarrollo. 5. La Argentina como Joven Democracia Las transformaciones socioeconómicas Martínez de Hoz realizó cambios en la estructura de la economía, la distribución del ingreso, el endeudamiento público y privado, la descentralización de las funciones estatales y la privatización de empresas nacionales. Este proceso puso fin a la dicotomía entre los actores sociales nucleados alrededor de la producción y las exportaciones agropecuarias y los tributarios de la sustitución de importaciones por industrialización forzada. Ello dio lugar a un empate hegemónico que trabó la posibilidad de un desarrollo sostenido y el origen de la inestabilidad política. Hasta la última dictadura, la economía mostró un rumbo errático, con fuertes etapas de modernización y momentos de estancamiento. Ciertas políticas del PRN dieron lugar a la subordinación de las provincias al Estado nacional. En este aspecto, lo más importante es la distribución de ingresos. Existen diferentes impuestos, tasas y derechos que se abonan jurisdiccionalmente. La mayor recaudación la obtiene el Estado a través del consumo, las ganancias, importaciones, exportaciones y las retenciones. Esto genera una alta dependencia con el mismo. Algunos de los ingresos impositivos tienen establecida su distribución entre porcentajes correspondientes a las provincias, denominados “coparticipables”. Frente a las crisis, se aumentaron las tasas a pagar mediante los impuestos o la creación de nuevos tributos. Fue mayor la recaudación por impuestos no coparticipables. Además, la reticencia a la coparticipación se origina en el riesgo de abrir un debate parlamentario inmanejable y de resolución incierta. Diputados y senadores deberían resolver conforme a sus bases electorales y no atender a las necesidades del Ejecutivo. Además, el debate corre el riesgo de cristalizar una nueva ley de coparticipación federal de impuesto que le quite poder discrecional al ejecutivo. La estrategia de generar situaciones de crisis redundó en el aumento del presupuesto disponible. Además, la descentralización educativa y sanitaria junto con el proceso de privatización aligeraron las erogaciones del Ejecutivo nacional en detrimento de las provincias. A pesar de ello, el endeudamiento externo no ha dejado de crecer y el principal promotor de la deuda ha sido el Ejecutivo. Sintéticamente, el proceso de acrecentamiento de la deuda tiene los siguientes componentes: un empuje inicial por la búsqueda de financiación para la tabla cambiaria de Martínez de Hoz, la nacionalización de la deuda privada, los nuevos préstamos, las emisiones de deuda absorbidas por individuos y financistas del exterior, bonos y permanentes endeudamientos para sostener la regulación monetaria. Por su parte, al bajar la efectividad de la Convertibilidad, las provincias buscaron financiamiento para su déficit en la creación de cuasimonedas. El proceso político La reinstauración de la democracia tuvo que atender los problemas derivados de la propia Constitución, un presidencialismo extremo y un sistema federal problemático. La necesidad de reducir los mandatos de 6 a 4 años y agregar la posibilidad de la reelección fue retomada en el Pacto de Olivos, con el que se lograba que la sociedad diera su aprobación y no quitara apoyo parlamentario al desarrollo de una presidencia. Otras modificaciones planteadas en este pacto intentan agilizar la tarea parlamentaria de designación de jueces y darle a la presidencia una mayor protección, ejecutividad y relación más fluida con el Congreso. Siempre existió un miedo a la oposición de abrir reformas en que una mayoría pudiera imponer reformas no pactadas. Ejemplo de esto serían las provincias que sancionaron la reelección indefinida, solidificando relaciones feudales. Otra cuestión irresuelta es el mínimo de electores necesarios para que un diputado lo haga en nombre de menos electores que otro de una provincia más poblada. El presidencialismo se halla inscripto en la tradición monárquica española que dio lugar al caudillismo y en las fuentes de derecho norteamericano. Por su parte, el sistema federal fosilizó las principales problemáticas, como la distribución de impuestos y los resabios de relaciones sociales feudales en ciertas provincias. Aun sin resolver la mayoría de las cuestiones, se ha logrado sostener la renovación periódica y electoral de los gobernantes. La democracia argentina fue puesta a prueba en diversas ocasiones, que, en otros momentos, hubieran provocado movimientos cívico-militares, bajo el argumento de la incapacidad de la dirigencia política para resolver cuestiones de interés nacional. La Joven Democracia puesta a prueba La sinuosidad del período mostró dos grandes cuestiones: qué tipo de decisiones del poder político fueron capaces en otro contexto histórico de generar inestabilidad política y cómo el nuevo marco internacional y local le permitió al sistema político rehacerse una y otra vez. La anulación de la autoamnistía militar Alfonsín tomó la decisión de anular la auto amnistía dictada por el gobierno militar, donde se exculpaba a los que participaron en violaciones a los derechos humanos. En esta decisión influyó el activismo previo de los Organismos de los Derechos Humanos que habían presentado muchas denuncias. En ninguno de los países limítrofes se pudo hacer lo mismo. El juicio a las Juntas Se realizó el juicio a las primeras tres Juntas, acusadas de ordenar y realizar secuestros, torturas y asesinatos. Fue una demostración de poder político que contó con el apoyo internacional. Este tipo de juicio tuvo escasos antecedentes porque se realizó dentro del país y por impulso de las propias autoridades. En cambio, la determinación de las responsabilidades sobre la Guerra de Malvinas se hizo dentro de las Fuerzas Armadas. La fallida Ley Mucci La ley laboral para recortar el poder sindical no logró el apoyo del Congreso. Al ser vivida como una derrota oficialista y demostración del poder intacto del peronismo, significó el tempranero inicio del debacle de la gobernabilidad para el primer gobierno. La sucesión de conflictos gremiales La Confederación General del Trabajo peronista realizó trece paros de gremios y huelgas, interfiriendo en la vida cotidiana y económica del país. Los levantamientos militares Los levantamientos carapintadas fueron motivados por un pedido de reivindicación de la lucha en Malvinas y reclamos del cese de los juicios a oficiales de las FFAA. La falta de liderazgos claros tras la caída del PRN aventó las posibilidades de golpes contra el orden constitucional pero estos episodios tuvieron en la población una alta dosis de hartazgo. La renovación legislativa adversa I El triunfo peronista en la Cámara de Diputados en 1983 concluyó con las posibilidades del partido radical de obtener apoyo. Situaciones como esta fueron la justificación de la instalación de dictaduras militares o de presiones para obtener renuncias presidenciales. Las elecciones presidenciales de 1989 La oposición triunfó en las presidenciales de 1989, desatando anticipación, incertidumbre e hiperinflación, generando un alto grado de tensión. La hiperinflación I La primera hiperinflación, con saqueos a supermercados y habitantes armados, expresaba una situación de impotencia frente a lo que estaba sucediendo. Sin embargo, el consenso social y periodístico no se apartó de la resolución republicana y primó el respeto constitucional. El interinato presidencial I El adelantamiento de la asunción de Menem demostró la madurez de la sociedad. El período previo le permitió obtener ventajas en cuanto a imagen pública y a prerrogativas de discrecionalidad otorgadas por el Congreso. La hiperinflación II La segunda hiperinflación produjo una crisis bancaria y en la emisión de bonos. Sin una alternancia a la vista, ya que se produjo a poco de iniciado el mandato menemista, hubo una primera incautación de ahorros. Las privatizaciones La enajenación de la propiedad estatal fue motivada por la urgencia, transmitida por el discurso oficial, para lograr consenso social y presionar a los mecanismos parlamentarios, dando lugar a cuestionamientos y resignación. La reelección Menem intentó lograr la reelección, vedada por la Constitución, basándose en la estabilidad alcanzada con la Convertibilidad, por lo que procedió a amenazar con la utilización de la mayoría automática en la Corte Suprema para que la resolución fuera aceptada en el Congreso. El Pacto de Olivos, desde el punto de vista radical, fue la forma de evitar males mayores para la continuidad democrática, y desde el punto de vista peronista, la posibilidad de concreción y sostenimiento de liderazgos a largo plazo. Las recurrentes crisis de la Deuda Externa Se sucedieron diferentes crisis externas por las necesidades de financiamiento estatal o por la imposibilidad de afrontar vencimientos. Las visiones más positivas eran alimentadas por el empresariado que adjudicaban a las recomendaciones de política económica de los OFI todas las posibilidades de futuro venturoso. Los intentos para encarrilar a la economía debieron gozar de la aprobación de los organismos financieros internacionales y las potencias mundiales. La segunda alternancia entre partidos En 1999, con la derrota del oficialismo, la población eligió una continuidad en términos socioeconómicos, ya que tanto Duhalde como De la Rúa significaban un profundo cambio en las condiciones de vida democráticas y republicanas. El impuesto Machinea Un fuerte aumento de impuestos a la clase media fue decretado para sostener la convertibilidad y darle transparencia a la política, afectando su propia base electoral y restringiendo el consumo. Una nueva reforma laboral Se intentó una sanción de una reforma de las relaciones laborales (Ley banelco) como parte de las demandas del FMI, acrecentando la incertidumbre. La renuncia del Vicepresidente La renuncia de Carlos Álvarez, como consecuencia del escándalo de las coimas desatado por la ley de relaciones laborales, quiebra la unión entre frepasistas y radicales. La renovación legislativa adversa II Los restos de la Alianza fueron derrotados en el 2001, en el contexto de la depresión, como consecuencia del voto protesta. El Corralito En Diciembre del 2001 se instauró el corralito. Frente a las obligaciones externas, la baja recaudación, las cuasimonedas en las provincias y el estancamiento general, la medida implicó la restricción del circulante, sacudiendo a toda la población. Los Cacerolazos Una nueva forma de expresión surgió en el marco de la crisis económica y la disgregación política de la Alianza, tendiente a restringir el circulante monetario y bancarizar la economía. Convergieron grupos organizados hacia la Plaza de Mayo, formando una protesta inmanejable para el gobierno. La represión descontrolada produjo escenas de violencia y asesinatos, amplificando la indignación popular. Producida la renuncia presidencial, bajo el lema “que se vayan todos”, la respuesta social fue la conformación de asambleas barriales y mercados de trueque. La presidencia de Rodríguez Saá Los cinco días de gobierno de Rodríguez Saá se resume en la decisión anunciada en el Congreso de cesar el pago de parte de la deuda externa (default). Corralón y devaluación En Enero de 2002, se instauró el corralón y se hizo una maxi devaluación. Duhalde, guiado por lineamientos muy vagos y la presión internacional del FMI, produjo una devaluación con mercado libre. El corralón y una estampida del dólar no lograron encauzar la crisis y sí consiguieron sumar angustia. El mercado de cambio fuera de control Concluida la convertibilidad y con mercado libre para la compra de divisa extranjera, la depreciación del peso, acosado por las cuasi monedas, parecía no tener un horizonte. Los asesinatos del Puente Pueyrredón Los intentos de evitar la represión física alentaban la continuidad de las protestas de diferentes signos políticos, manteniendo una alta ocupación de las calles. El asesinato de algunos piqueteros emparentó la situación con la del 2001 y Duhalde anticipó las elecciones para descomprimir su propia situación política. El ballotage que no fue Menem y Kirchner quedaron en situación de disputar una segunda vuelta pero el primero se bajó, dejándole el puesto a Kirchner con tan solo el 23% de los votos. El interinato presidencial II Néstor fue autorizado a completar el mandato de De la Rúa. La extorsión de la Corte Suprema y la respuesta de Kirchner Kirchner emitió un discurso por cadena nacional, mostrándose firme, para lograr la renovación de la Corte y fijar su autoridad, apelando a renuncias. La disputa por los punteros del Gran Buenos Aires Kirchner buscó la disolución del aparato duhaldista para coptarlo para su propia organización política. Apuntando a la renovación presidencial del 2007, utilizó el aparato estatal para forzar cambios de liderazgo con la intención de construir un nuevo movimiento fundacional. La Reforma del Consejo de la Magistratura Acomodar los órganos de contralor de la función pública a las conveniencias del oficialismo le permite discrecionalidad al gobierno. El Presupuesto con poderes especiales El Jefe de Gabinete obtuvo poderes especiales para reorientar partidas del Presupuesto Nacional. Si bien se sometió repetidas veces a la población al dramatismo, se aprendió a hacerlo en términos democráticos. Por ello, las tentaciones del poder se imbrican con los puestos ejecutivos y la decisión sobre los fondos deliberativos. La Política Implicita Introducción El autor señala un cambio en la sociedad argentina a partir del último golpe militar, el 24 de marzo de 1976, y una crisis política generada por un problema dirigencial. Por un lado, los líderes políticos, sindicales, empresariales, no alcanzan a ponerse de acuerdo acerca de qué país quieren. Además, han cometido graves errores al diagnosticar las situaciones que han debido enfrentar. Por ello, antes de diseñar el país que queremos, es necesario saber qué país tenemos. A través del último golpe militar, se revolucionó la sociedad argentina. Esta tarea no fue exclusiva de un gobierno, de una gestión o un ministro. Éstos pueden iniciar y preparar un rumbo pero cierta continuidad hizo falta. Este libro trata de cómo se preparó una transformación profunda de las relaciones sociales y políticas entre los argentinos; de cómo se utilizó la economía y la dimensión política de la misma para ello. Es un intento de análisis sobre los condicionamientos que se sembraron sobre la realidad del país para que el mecanismo no pudiera ser revertido. PROCESO DE REORGANIZACIÓN NACIONAL El régimen militar instaurado el 24 de marzo de 1976, adoptó el nombre de “Proceso de Reorganización Nacional”. De esta manera, se pretendía transmitir cuál era su misión a cumplir: reorganizar el equilibrio entre los distintos sectores sociales desarrollados a lo largo de la historia. Situación previa Habían tenido lugar dos procesos sociales que generaron la necesidad de un replanteo del modelo sociopolítico y económico sobre los que se desenvolvía el país, y dieron lugar a un consenso favorable al golpe militar, o a una pasividad frente a la irrupción del sistema democrático. 1- Instalación de una violencia política creciente A partir de la muerte de Perón, se produjo un incremento de la actividad guerrillera, de la mano de Montoneros, ERP, y la Triple A. Esto instaló en la sociedad una profunda sensación de inseguridad pública. 2- Situación económica: proceso inflacionario Abandono forzado de la política “inflación cero” del Ministro de Economía Gelbard. Adopción de políticas de ajuste ortodoxo. Mediados de 1975: Rodrigazo (conjunto de medidas adoptadas por el ministro Rodrigo) - retrasar los salarios - mejorar el tipo de cambio para favorecer las exportaciones - achicar el consumo interno - disminuir los gastos del Estado Contexto de irresolubles disputas entre los formadores de precios y sus trabajadores. Al no intervenir en estos asuntos, el gobierno había perdido poder de negociación, arbitraje o imposición. Puja desatada entre sindicatos y gobiernoà Erosionó la capacidad de intervención de los sectores políticos; descontroló el manejo de la economía. Creciente alza de los precios internosà instaló un nuevo motivo de angustia En resumen: violencia física – inflación descontrolada - Inmovilizaron a los sectores políticos - Fertilizaron el consenso golpista Diagnóstico de la realidad sociopolítica El golpe fue encabezado por las Fuerzas Armadas. A ellas se sumaron los sectores ligados al comercio internacional de productos agropecuarios, bancos, grandes empresas industriales nacionales y compañías multinacionales. FFAA à portavoz del diagnóstico político. Martinez de Hozà portavoz del diagnóstico económico Concidieron en Problema estructural: imposibilidad de sostener un crecimiento definido de la economía en un marco de estabilidad política, con gobiernos confiables y compenetrados del modelo de desarrollo. Apoyados en una serie de datos históricos: - debilidad de los gobiernos que se sucedían desde la última presidencia de Irigoyen - alternancia entre gobiernos de diferente signo - violencia desatada por grupos de diferentes ideologías - sensación de la ausencia de crecimiento económico - idea de que el sindicalismo había alcanzado demasiado espacio político Según una visión más sutil, la acción de gobiernos inestables y cambiantes, acosados por intereses de tomar el control del Estado, eran el síntoma de que en la sociedad se había constituido un EMPATE HEGEMÓNICO; una suerte de empate entre dos conjuntos de actores sociales. El poderío político y económico de cada conjunto no alcanzaba para imponer al resto de la sociedad una visión homogénea del futuro. Este fenómeno tuvo lugar debido a la imposibilidad de aquellos actores de imponer sus condiciones hegemónicas. (Hegemonía: dominación social que se establece y se manifiesta a través de imposiciones englobadas en la cultura de una sociedad; conceptos e ideas mayoritariamente compartidas por la población y sus dirigentes). Era la explicación de dos grandes conflictos: - inestabilidad política (palpable por la alternancia de gobiernos civiles y gobiernos militares) - ausencia de desarrollo económico definido (observable en cambios bruscos de política económica llevados a cabo por todos y cada uno de los gobiernos) Conjuntos sociales que luchaban por la hegemonía: · Generación del ‘80 (Modelo agroexportador) Conformada por: grandes y tradicionales terratenientes, dedicados tanto a la agricultura como a la cría de ganado; grandes acopiadores de granos; frigoríficos; la banca; el sector de servicios especializado en el negocio agroganadero. Objetivo histórico: ocupación del territorio; promoción de la producción agropecuaria y ganadera, la cual generó excedentes para la exportación y era la principal fuente de riquezas y de divisas extranjeras. Dueña de las fortalezas o debilidades del sector externo nacional. Diagnosticaba que el fortalecimiento del sector industrial daba lugar al crecimiento de los grupos de izquierda. · Empresariado nacional y sindicatos industriales (Modelo de sustitución de importaciones) Se desarrolló a partir del aceleramiento del proceso de sustitución de importaciones impulsado por los conservadores en los años 30. En principio, por el primer peronismo y más tarde por el desarrollismo. Surgieron estos dos sectores nuevos que se beneficiaron de la industrialización: - empresariado nacional: fomentado desde el Estado mediante subsidios, préstamos, restricciones a la importación. - Sindicatos industriales: metalúrgicos, mecánicos y textiles; organizados con el auxilio estatal, dominados por el peronismo; poseían sustancial poder político. Devino en una alianza con capacidad para fijar precios internos y salarios con independencia de los valores internacionales. Los empresarios nacionales y los sindicalistas de la industria eran vistos como sustento de los gobiernos de carácter “populista”; usufructuaban el aparato estatal en su propio beneficio, lo que ponía en peligro el alineamiento internacional del país y la supervivencia, en el largo plazo, de la propiedad privada. En un afán modernizador, el diagnóstico en lo económico, señalaba la necesidad de adecuar el uso de los recursos a la participación de la industria y el agro en las ventas al exterior. Surgió una nueva tendencia en el pensamiento económico argentino basada en la teoría de las ventajas comparativas formulada por David Ricardo. Según la misma, los recursos nacionales debían volcarse hacia aquellos sectores de la producción capaces de competir en el mercado internacional en cuanto a calidad y precio. A contramano de su perfil histórico, las FFAA concedieron frente a esta postura, sólo pusieron expresamente un límite: la necesidad de no desproteger a la clase obrera. En resumen, las FFAA y los economistas coincidieron en que la complicidad entre industriales nacionales sobreprotegidos, un sindicalismo perverso y la acción estatal en su beneficio, eran responsables de la inestabilidad política, la inflación, las dificultades para un crecimiento sostenido y la inequidad social. Objetivos e instrumentos de los principales actores sociales Período 1969-76: la subversión alcanzó un gran desarrollo, tanto de sus estructuras paramilitares y capacidad operativa, como de los grupos de apoyo. Las FFAA se propusieron: - terminar con las organizaciones guerrilleras de orígenes peronista y marxista, y además con aquellos sectores que constituían su supuesto apoyo y sector de reclutamiento y financiamiento. Una vez instalado el PRN, las Juntas Militares llevaron a cabo una planificación a nivel nacional para combatir a los grupos guerrilleros, adoptando una metodología de acción clandestina. Se montaron en forma secreta centros de detención, donde se desarticuló el movimiento guerrillero, negando las posibilidades de defensa de los sospechados. Se procedió a la detención de personas y al empleo de métodos de tortura con el fin de extraer mayor y más rápida información. - reformular la articulación entre los distintos sectores sociales Para ello, tomaron una serie de medidas como: intervención a sindicatos, bloqueo de sus fondos, administración militar de sus obras sociales, suspensión de la actividad política partidaria, intervención a empresas estatales, municipios, gobernaciones, legislaturas. Pero la mayor intervención sobre las relaciones sociales se realizó desde el área económica. Equipo económico de Martinez de Hoz Imbuido de las concepciones liberales más ortodoxas Meta Alcanzar la liberación de los mercados comercial, laboral y cambiario. De esta forma, el mercado reasignaría los recursos. Procedimientos - Necesidad de “achicar el Estado”, es decir, de relegar las funciones cumplidas hasta entonces. La financiación de las actividades estatales generaba un déficit que motorizaba la inflación. - Priorizar la apertura comercial y financiera al exterior. A través de la rebaja arancelaria. Objetivo: obligar al empresariado argentino a competir con los precios y calidad de los productos internacionales, creyendo que así se rompería la alianza entre industriales y sindicalistas. - Políticas de ajuste ortodoxo: rebaja de los salarios (para disminuir el consumo), políticas de corte monetarista (para regular la inflación), “tablita” Dinámica sociopolítica y económica Con el PRN al poder, se conculcaron las libertades públicas y los derechos políticos de los ciudadanos; así se extendía una sensación popular de estar en presencia de una guerra interna signada por el terror. 1976 a 1978 – tuvo lugar la desaparición forzada de personas y la represión en su máxima expresión 1978 – Mundial de Fútbol - Necesidad de mejorar la imagen externa del país. - Desarticulación de los Montoneros + Desaparición del ERP + Cese de acciones de Triple A. - Presión de las democracias europeas y la política de derechos humanos del gobierno demócrata de Carter en EEUU Se atenúa la campaña contra la izquierda (Desactivación de algunos centros clandestinos de detención) Proceso económico desarrollado por Martinez de Hoz Medidas puestas en marcha provocaron una “revolución” de la estructura económica; en la vida cotidiana se disimulaban las penurias. Atraso cambiario + Apertura indiscriminada a los productos importados: Tuvo lugar el período de la “plata dulce”. Los salarios adquirieron, medidos en dólares, un gran poder adquisitivo. Quiebra de empresas: expuestas a la competencia internacional, o por endeudamientoà paso obligado de un sector de obreros industriales a cuentapropistas; crecimiento del sector de servicios. 1981- Concluye la gestión de Martínez de Hoz. Comenzaban a ser notorios algunos resultados económicos: - Crisis del sector bancario - Alto endeudamiento externo - Atraso cambiario - Empresas multinacionales abandonaron el país - Cierre y quiebra de empresas nacionales Marzo de 1981 – Vence el mandato de Videla Se producen enfrentamientos dentro del Ejército Se quiebra el frente de las FFAA – EL RÉGIMEN MILITAR ENTRÓ EN CRISIS 30 de marzo de 1982 – primera huelga general 2 de abril de 1982 – FFAA recuperaron a las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur Balance del período Concluye el gobierno militar. Sus dos áreas de acción se convirtieron en los principales centros de conflictos: la lucha contra la subversión y la situación económica. 1983 y 1984 – se hizo público el proceso ilegal de desaparición de personas y el asesinato masivo Se creó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), presidida por Ernesto Sábato. Se crearon organizaciones defensoras de los derechos humanos (como Madres de Plaza de Mayo, Abuelas de Plaza de Mayo). Consecuencias - izquierda débil - peronismo sin conducción - nuevos realineamientos partidarios - desaparición de empresas y desocupación - - migración hacia el cuentapropismo y pasaje de la relación laboral dependiente a la independencia económica importante deuda externa La política económica de Martínez de Hoz Martinez de Hoz utilizaba la cadena nacional de radio y televisión para explicitar los objetivos y las medidas a tomar, y para trazar los rasgos de su diagnóstico de la realidad del país. Objetivo: modificar la base de las relaciones sociopolíticas Solución: disciplinamiento social (único remedio para la viabilización del país). Encarado desde dos vertientes complementarias: Represión: se extendió no sólo en la subversión, sino en todos los ámbitos a través de una política de terror y alimentando una desinformación hacia la población. Gestión del Ministerio de Economía: inserta en el marco represivo; utilizó instrumentos de política económica con el fin de reconvertir los mecanismos histróricos de negociación entre sindicatos y empresarios Las políticas represivas permitieron la implementar cambios profundos en la estructura productiva y en las relaciones socioeconómicas. La política económica adquirió rasgos autoritarios, por la impermeabilidad del equipo a las críticas. Existían críticas desde todos los sectores de la economía. ¿Cuál fue entonces el sustento político de esta gestión que duró 5 años? ¿Qué condicionamientos pusieron las FFAA al equipo económico? 1. El diagnóstico de la situación socioeconómica · Diagnóstico de coyuntura (se nutre de elementos manifiestos del contexto) - · alta posibilidad de un desborde inflacionario - estado de cesación de pagos externos - disminución del nivel de actividad económico (desde fines de 1975) - brecha cambiaria del 300% - bajo nivel de reservas de divisas y casi nula disponibilidad Diagnóstico estructural (profundo) (acciones e interacciones de los actores económicos partícipes del mercado) Críticas y culpas adjudicadas al peronismo Las instituciones democráticas eran responsables del deterioro del salario real El equipo económico criticó: - el relacionamiento entre asalariados y empresarios - la distorsión existente entre los precios relativos - la perduración del proceso de sustitución de importaciones - la participación distorsionante del Estado en distintos mercados La ineficiencia radicaba en la distorsión de la estructura productiva, producida por las medidas proteccionistas, arancelarias, cambiarias o de legislación que indujeron el proceso de industrialización. La industria resultante no era capaz de contribuir al comercio exterior, pues estaba destinada al consumo interno. Los precios industriales estaban independizados de los precios internacionales, ya que esta protección permitía a empresarios y sindicatos, fijar salarios y precios con independencia de los gobiernos, los clientes y los consumidores. Además, la industrialización fue acusada de generar crisis recurrentes en la balanza de pagos. Estaba en tela de juicio todo el aparato productivo, por su carácter ineficiente y superfluo. El equipo de economistas cuestionó e intentó poner en reconsideración todo el aparato industrial. Este sistema arancelario comenzó a ser desmontado por Vasena durante el gobierno de Onganía y continuó Martínez de Hoz. El razonamiento de los economistas del PRN era el siguiente: La Argentina es un país naturalmente dotado para la explotación de la agricultura y la ganadería, por lo que era correcto asignar sus recursos a dicha actividad para así obtener importantes réditos en el comercio internacional. Este pensamiento estaba basado en la teoría ricardiana de las ventajas comparativas. Era necesario liberar al aparato industrial del proteccionismo para dejar al descubierto qué sectores eran competitivos en el ámbito internacional. “Aceros o caramelos” fue una frase esgrimida por un Secretario del Ministerio de Economía, la cual resumía la idea de que era necesario ubicar en el mercado internacional lo que mejor se pudiera ubicar. La asignación de recursos que se cuestionaba había permitido desarrollar el parque industrial más extenso de Latinoamérica, ampliar la población activa y diseñar un sistema de bienestar social. Asimismo, había permitido el fortalecimiento del sindicalismo. En resumen, el diagnóstico de ineficiencia se basaba en: - la capacidad de presión del sindicalismo - el costo que implicaba el “welfare state” - la baja productividad de las empresas 2. Los objetivos del equipo económico El objetivo principal estaba referido a retomar el control de la economía, el cual se cumplió en el plazo de tres meses. Hacia Julio de 1976 se inicia una segunda fase, en la que el gobierno se propuso los siguientes objetivos: - lograr el saneamiento monetario y financiero - acelerar la tasa de crecimiento - redistribuir el ingreso (preservando los salarios) para favorecer una mayor productividad - reducir drásticamente la inflación - poder tener un mínimo manejo de las reservas internacionales Sin embargo, existieron objetivos implícitos de mayor alcance y profundidad: - liberalización de los mercados - apertura de la economía - replanteo de las relaciones entre los distintos sectores de la economía - reducción del gasto público Liberalización de la economía Fue un objetivo central, teniendo en cuenta que el modelo respondía a un paradigma de pensamiento que empezaba a recuperar terreno: el de Milton Friedman. Se pretendía establecer la prevalencia del mercado como mecanismo regulador de las conductas de los agentes económicos: éste sometería a todas las negociaciones a reglas objetivas, impersonales y no discriminatorias. (Es por esto que el mercado libre era visto como incompatible con la existencia de corporaciones.) Esto se lograría utilizando mecanismos que permitieran el funcionamiento de mercados libres, desregulados e independizados de la acción del Estado. Desde la década de 1930 se construyó un Estado con poder decisorio para aplicar mecanismos proteccionistas y para intervenir en la economía. La idea del equipo económico de Martínez de Hoz era transferir este poder a otros actores. Era necesario disminuir las capacidades del Estado y disminuir el peso de ciertos actores socioeconómicos. Estos resultados fueron obtenidos en algunos mercados, pero no en otros. 1977: Ley de Entidades Financieras Intención: establecer transformaciones duraderas (restricciones) en la capacidad del Estado para intervenir en la economía. La profundización de la transnacionalización de la economía implicó reducir el peso económico de los sectores de la burguesía nacional interesados en la expansión del mercado interno. La apertura de la economía La apertura significó pasar de un esquema cerrado y signado por el intervencionismo estatal, a uno de apertura de la economía y de confianza en la empresa privada como sostén y motor de la economía. La función del Estado debía ser orientadora. Sin embargo, el rol que cumplió el Estado queda en duda, ya que se utilizó todo el poder discrecional y autoritario. La apertura contó con una línea de igualdad entre empresas nacionales y extranjeras, ya que el tratamiento otorgado a los agentes económicos era similar, independiente del origen de las empresas y sus capitales. Objetivo: disciplinar al mercado de trabajo y la conducta de la clase trabajadora. Esto requería asimismo el cumplimiento de otra condición: disciplinar al empresario. En principio se recurrió a medidas clásicas: congelamiento de salarios, prohibición de protestas, intervención de organizaciones. Como mencionamos anteriormente, existía una incapacidad de gobernar una sociedad en la que la violencia era una manifestación más de un modo de articulación y reracionamiento basado en la presión, el enfrentamiento y la concertación. Con esta medida económica, se dio por terminada la industrialización, y se pretendió transformar la estructura productiva para cambiar el modelo de acumulación y crecimiento. Las relaciones entre sectores de la economía Objetivo: modificar las relaciones entre los distintos sectores de la economía. 1. La relación capital-fuerza de trabajo (expresada en un marco de fijación de precios y salarios con independencia del mercado o pautas exteriores) 2. La relación Estado-agentes privados. Se pretendía recortar las posibilidades de intervención del Estado y procurar la irreversibilidad de esta tendencia. 3. Modificar el papel estatal en las tensiones entre sectores agropecuarios e industriales. Se pretendía reducir su participación. Esto sería posible mediante la desarticulación del sistema de protección industrial, la apertura a la competencia y estableciendo igualdad de condiciones en ambos sectores. 4. Modificar el comportamiento de las distintas ramas industriales y la “benevolencia” de la que gozaron algunos grupos empresarios. El gasto público Déficit del sector público: considerado como principal causa de la inflación. Era necesario reducir el gasto fiscal. Martínez de Hoz propuso redimensionar la actividad estatal mediante:     la racionalización de la administración central la eliminación del déficit de las empresas estatales reducción gradual y eliminación del aporte federal para cubrir los déficits en los presupuestos provinciales racionalización (o desaparición formal) de la participación estatal en obras públicas Ciertos medios de difusión llevaron a cabo una campaña publicitaria bajo el lema “achicar el Estado es agrandar la Nación”. Se trató así de generar un consenso que permitiera la reducción del aparato estatal que había permitido la reasignación de recursos. 3. Instrumentos de política económica utilizados entre 1976 y 1981 Sistema político instaurado por el PRN: inserto en un marco represivo y autoritario. - - régimen de terror intervención militar a sindicatos, a la central obrera, a algunas centrales empresariales prohibición de la actividad política - control sobre los medios de difusión (estatales y privados) - congelamiento de salarios nominales - eliminación de controles de precios - devaluación Así, se produjo una reducción de los salarios reales. No existía la posibilidad de protesta, de negociación o de manifestación de intereses. Todas estas medidas fueron justificadas por la necesidad de salvaguardar los intereses nacionales de la acción subversiva. Se generó un clima en donde cualquier disidencia podía ser catalogada de subversiva y el surgimiento de la “plata dulce” disimulo los primeros síntomas del nuevo modelo. Las medidas contra la inflación 1. El efecto político del Golpe Militar produjo un fuerte desaceleramiento de la inflación, simplemente por un cambio en expectativas de los formadores de precios. 2. Congelamiento salarial; produjo un retroceso de los salarios del 40%. Este mecanismo de congelamiento salarial pretendió, asimismo, reacomodar los precios internos a favor de los agropecuarios y servicios sobre los industriales. Además, impuso una restricción a la demanda. El equipo económico logró la baja de inflación y unos índices de desempleo que no crecían en forma importante. 3. Liberación de precios 4. Aumento de impuestos regresivos 5. Disminución de impuestos progresivos Fines 1977 – índices de precios crecían en un 150% anual; los precios industriales habían recuperado posiciones frente a los agropecuarios. 1977 y 1978 – Contracción monetaria (instrumento de carácter antiinflacionario) à derivó en una tendencia recesiva. Consiste en quitar circulante de los mercados. Tiene por fin producir una recesión comercial que obliga a los productores a una desaceleración en el incremento de los precios; o a rebajar los valores de comercialización debido a la contracción del gasto privado y las dificultades para obtener financiación bancaria. Áreas de acción para contener la expansión de la moneda: o Sector privado Elevación de las tasas de interésà indujo a una aceleración de la inflación al provocar un costo financiero más alto para las empresas productoras. Levantamiento de las restricciones financieras externas o Sector estatal Se obligó a las empresas a recurrir a la financiación para solventar su déficit. Era necesaria la reducción del gasto público, pero ciertos factores impedían llevarla a cabo. Principios 1977 - Reforma financiera. Nueva modalidad de operación bancaria. Ley 21.526: liberación de las tasas de interés; permite elevarlas. Ley 21.495: descentralización de los depósitos bancarios. Problema: ¿cómo hacer que los bancos ganaran plata sin perder plata? Solución: política de encaje mínimo 45% de los depósitos bancarios debía permanecer en caja 55% restante destinado a préstamos Diciembre de 1978 - Nuevo instrumento antiinflacionario: la tablita Tipo de cambio futuro pactado. Indicaba el valor oficial del dólar por anticipado. Objetivo: - - Intentó acercar la tasa de inflación interna a los valores internacionales (es decir, se pretendió equiparar la tasa de inflación interna con las tasas de inflación mundiales) eliminar la incertidumbre y bajar las expectativas inflacionarias. Gracias a ella se registró un crecimiento de los precios internos. Capitales y deuda externa Tablita + Apertura a capitales externos + Reforma financiera Permitió un importante ingreso de divisas y el ingreso de capitales golondrinas (montos de dinero provenientes del exterior que ingresan al país sólo con fines especulativos, por plazos cortos y que se retiran con las ganancias obtenidas). Para funcionar, los bancos necesitaron elevar las tasas de interés Se originó así el fenómeno de “bicicleta financiera”. Consistió en el siguiente circuito: Ingreso de divisas – conversión en pesos – colocación en el circuito bancario a plazos cortos – salida del sistema bancario – reconversión a dólares – fuga. Efectos 1. Permitió mantener abastecido al mercado 2. Fijó límites al incremento de precios locales 3. Significó un peligro latente para los Bancos 4. Fuerte competencia entre las instituciones para retener los depósitos 5. Alza de las tasas de interés Ingreso de capitales: adoptó distintas formas - capitales “golondrinas”, es decir, de carácter especulativo - capitales destinados a bienes de capital para promover la modernización tecnológica - créditos para solventar inversiones y el déficit de empresas de servicios públicos Consecuencia más grave: endeudamiento externo La apertura externa 1. Nueva legislación sobre inversiones extranjeras De carácter aperturista. Estableció el principio de igualdad jurídica para el tratamiento del capital extranjero respecto del nacional. Únicas limitaciones establecidas: referidas a los temas de seguridad y defensa nacional. Cabe destacar que también debe considerarse la retracción y desaparición de antiguas firmas instaladas en el país. Esto afectó principalmente a las Empresas con escasa integración o diversificación. Las ETDI (Empresas Transnacionales Diversificadas y/o Integradas) subsistieron y realizaron nuevas inversiones. 2. Reforma arancelaria Objetivo: reducir los niveles de protección de la industria Basados en la teoría de las ventajas comparativas, se posibilitó la integración internacional. Las posibilidades del crecimiento económico se encontraban en el exterior, a través de exportaciones. Se pretendía aumentar la competencia con productos extranjeros. Rebaja arancelaria, iniciada por Vasena durante la Revolución Argentina. 3. La tablita Nuevo impulso a la reducción arancelaria, acompañado por el descenso del tipo de cambio. 4. Reforma Financiera La reforma bancaria Estableció nuevas condiciones para el funcionamiento del sistema bancario, en consonancia con el paradigma desregulador. El gasto público 1. Se proclamó la reducción del tamaño y funciones del Estado. El aparato estatal sólo debía ocuparse de actividades que el sector privado no pudiera realizar y de aquellas que por su carácter fueran irrenunciables. Empresa privadaà debía ser el motor del desarrollo económico. Política de contracción del gasto público hasta fines de 1977. A partir de 1978 à incremento del gasto Ciertos mecanismos disimularon el déficit Empresas públicas à obligadas a buscar créditos extranjeros BCRA à colocó títulos de la deuda pública en mercados privados 2. Desregulaciones que permitieron privatizaciones de determinados servicios (correos, telecomunicaciones, gas) 3. Se autorizó la concreción de obras públicas por el sistema de explotación privada 4. Los resultados de la gestión económica Consenso y perdurabilidad La inseguridad instalada por la subversión y la inflación descontrolada justificaron en la opinión pública la instalación de un régimen autoritario.      Sectores empresarios à prácticamente no ofrecieron resistencia a las medidas utilizadas e inclusive apoyaron los objetivos del equipo No existió un sector específico que funcionara como el sostén político del equipo económico Ciertas empresas y conglomerados à acrecentaron su riqueza y poder A lo largo de la gestión fue posible percibir ciertas conductas de clase que concedieron ante los cambios Debe tenerse en cuenta el crucial respaldo de la banca norteamericana El Producto Bruto Interno Período 1976 – 1982: resultado negativo del PBI – estancamiento de la economía Componente industrial: saldo negativo del 20,7%. Retroceso significativo en los rubros: textil, indumentaria, bienes de capital, material de transporte. Industria à retroceso. Proceso de desindustrialización; reemplazo de producción local por la de origen externo. Pérdida de puestos de trabajo (disimulada gracias a la transferencia al sector servicios, el cuentapropismo y formas de subempleo). Caída de salarios. Empresas transacionalesà beneficiadas. Posibilidad de financiarse en el exterior y de arbitrar precios en el mercado interno. Sector serviciosà avance del rubro financiero - descenso del rubro comercial Exportaciones à crecimiento (no alcanzó a compensar la caída de la producción local) Importacionesà aumento No alcanzan a compensar la caída del Producto. Crecimiento de la deuda externa Factores que evitaron la caída del producto - Demanda interna sostenidaà efecto de la “plata dulce” Inversión pública à se mantuvo en alza hasta 1980; cae abruptamente entre 1981 y 1982. La deuda externa Origen del endeudamiento o Integración de los mercados de capitales nacionales y extranjeros; movimientos extranjeros o Manejo de ciertas variables por parte del equipo económico; alentó el reemplazo de consumo de productos nacionales por importados; y los gastos de viaje y turismo al exterior, financiados por la “plata dulce”. Crisis del sistema bancarioà pérdidas de reservas - superaron los saldos de la balanza comercial - agotaron la posibilidad de financiamiento externo Agentes privados à iniciaron fuga de capitales Equipo económicoà evitó correcciones o modificaciones capaces de revertir la situación Fin de fiesta Apertura económica – Reforma Financiera – Retraso cambiario Instauraron una aparente mejora; a la vez que introdujeron desequilibrios en los mercados locales. Redistribución del ingreso. Únicos beneficiados: las ETDI, los GGEE, productores de bienes no comerciables (industrias que producían bienes necesarios; industrias capaces de acceder al financiamiento externo; industrias integradas y diversificadas en su producción) Afectados: empresariado nacional Resultados   Mercado tendió a la monopolización, ya que desaparecieron los competidores. Necesidad de buscar mercados alternativos, por el achicamiento del consumo local. Los actores sociales Empresarios: no resistieron a la competencia extranjera; se endeudaron a altas tasas de interés. Sector de servicios y cuentapropismo: en expansión. Obreros se trasladaron hacia formas de individualismo (por la puja competitiva del mercado) y el desempeño solitario del oficio. Se modificaron los hábitos de consumo. Introducción de comportamientos especulativos. Redefinición de algunos sectores Rediseño de sectores económicos - sector bancario: importante rol en el manejo monetarista; se acrecentó su poderío y autonomía - ETDI y agroexportadores: manejo del comercio exterior y de divisas; cumplieron un reol privilegiado - Movimiento obrero: sustancial modificación - Crecimiento de empleados de comercio, estatales, docentes. Conclusión Beneficiados: todos los sectores con intereses transnacionalizados (bancos, productores y comercializadores agropecuarios, y conglomerados nacionales o extranjeros) El Estado Dejó de tener capacidad para cumplir un rol regulador ¿Éxito o fracaso? Percepción general de la sociedad: estruendoso fracaso. 1981 – 1982: crisis política por la sucesión entre Viola y Galtieri 30 de marzo: huelga general Disgregación del poder del régimen militarà circulación de información puso en evidencia datos acerca de quiebras, desaparición de empresas, deuda externa. Principal crítica se centra en: - el estancamiento del país - el desmesurado endeudamiento externo - la imposibilidad de contener la inflación Es posible afirmar que los objetivos (destinados a resolver el empate hegemónico) se cumplieron: modificación profunda, estructural de las relaciones sociopolíticas. Resultados: - - transferencia de poder de decisión del Estado a otros actores sociopolíticos contacto diferente con el resto del mundo, se empieza a verificar la globalización de las relaciones internacionales nueva estructura social BASUALDO Sistema político y modelo de acumulación en Argentina Introducción Durante la dictadura de 1976, se interrumpe con el proceso de industrialización sustitutiva para darle lugar a la valorización financiera y la producción se orienta hacia el mercado interno, plagado de capitales extranjeros. En esta época se conformaron las importantes ciudades industriales de Rosario, Córdoba y el Gran Buenos Aires. Este nuevo patrón de acumulación implantó el predominio del capital sobre el trabajo, el cual se ve en la regresividad de la distribución del ingreso y la creciente exclusión social. Se dio un salto cualitativo en la explotación de los trabajadores, con una expulsión de mano de obra que generaba aun más desocupación y subocupación. Este contexto era propicio para los sectores dominantes, por lo que buscaron la manera de mantener estas condiciones una vez acabada la dictadura y durante los períodos constitucionales. En el texto, Basualdo analiza las formas en las que se consolidó la valorización financiera, garantizando el control político y social sobre la sociedad, cuando está basado en la concentración de capitales y la exclusión social. 1. Las nuevas características del sistema político y la sociedad civil a partir de la dictadura militar Las dictaduras son derrotas sociales que traen aparejadas la reestructuración de la economía y la sociedad civil. Sin embargo, para esto también es necesario el aniquilamiento de los sectores populares, mediante la inmovilización social. Una vez que se agotó el modelo represivo y se interrumpió la industrialización, los sectores dominantes consideraron redefinir el sistema político mediante una estrategia negativa para los sectores populares, ya que consistía en impedir la movilización de los mismos, inhibiendo su capacidad de cuestionamiento. Esto se logró a través de un proceso de integración de las conducciones de los grupos sociales, es decir, de una cooptación por parte de los sectores dominantes de los líderes de los sectores numerosos. Esta táctica tenía como objetivo perpetuar la dominación impidiendo sistemáticamente la formación de una clase dirigente por parte de los grupos adversarios. Esto lo hacen porque quieren generar consenso sobre el nuevo patrón de acumulación y el desarrollo de sus propios intelectuales orgánicos es imprescindible para conducir a la consolidación de la valorización financiera. Gramsci plantea una teoría política sobre Italia que bien podría aplicarse para Argentina, salvando ciertas diferencias. Ésta presenta una situación de transformismo, donde los sectores dominantes excluyen a las clases subalternas, al mismo tiempo que siguen dominándolos sobre una base de integración de las conducciones políticas. Según esta perspectiva, el consenso se genera sobre la superestructura mientras que la estructura se mantiene en la misma posición, gracias a la hegemonía de los intelectuales orgánicos. Para Gramsci, existen dos tipos de situaciones duraderas de dirección política. La primera es la hegemonía, donde la sociedad civil dirige a la política y utiliza un bloque ideológico para conseguir su poder. En cambio, la dominación implica que la sociedad política intenta neutralizar al resto de las clases y no se apoya en ninguna base social extensa. La teoría gramsciana se aplica para Argentina de la siguiente manera. Los sectores dominantes nunca lograron imponer un partido político propio y, únicamente, llegaban al poder mediante golpes de Estado y a través de sus intelectuales orgánicos. En ausencia de un partido orgánico y con una fuerte ideología, resulta fácil cooptar al partido que está en el gobierno. El control se realiza por parte de grupos económicos y conglomerados, los cuales son propietarios de múltiples firmas localizadas en diversas actividades. En otras palabras, ante la ausencia de un partido de derecha, la fracción dominante se encarga de moldear el transformismo argentino. En este país, el sujeto que impulsa la constitución de un sistema político no solo forma parte de un sector dominante sino que también opera desde la falta de mediación. De esta manera, se dice que se apoyan en una base material, donde radican las ventajas relativas. No obstante, Gramsci presenta un carácter dualista en su análisis, lo que impide el tratamiento adecuado de las coacciones económicas, entre otras, el miedo al desempleo que produce ciudadanos silenciosos y obedientes. También, escapa a Gramsci un factor material, la corrupción, que es el consentimiento por la compra, sin ningún tipo de atadura ideológica. Los factores que hacen posible la dominación en Argentina son: la concentración del ingreso y la consolidación de la valorización financiera, junto con una distribución regresiva del ingreso, lo que genera la reducción del salario real y la expulsión de trabajadores del mercado laboral. Éstos colaboran en el deterioro de las condiciones de vida. Asimismo, las hiperinflaciones adoptan un carácter disciplinario, dado que desemboca en la desocupación y la desindustrialización. Las mismas llevaron a la conformación de un ejército industrial de reserva. La causa mayor de esto son los negocios efectuados entre los políticos y los empresarios, que devienen en un factor organico ya instalado, la corrupción. Éste es un fenómeno estructural e intrínseco al nuevo patrón de acumulación. La corrupción logra la cohesión del bloque de poder, evitando las deserciones y la disgregación del mismo. En resumen, la incidencia de los sectores dominantes sobre la política, sus negocios y la integración ideológica de las conducciones de los sectores populares consolidan la valorización financiera mediante el transformismo. No obstante, hay que incorporar un elemento material más: los elevados salarios relativos de los cuadros orgánicos. Se le asignan recursos económicos para asegurar las altas remuneraciones relativas de los que se integran a los nuevos cuadros dominantes. Esto provoca la integración de la política con los sectores dominantes y el descabezamiento de los sectores populares al igual que la incorporación de intelectuales independientes, desligados del sistema político. La desocupación y la marginalidad social operan como disciplinador de la clase trabajadora y como impulsor de la incorporación de los nuevos cuadros al planteo dominante. También, garantizan la permanencia y la cohesión de los mismos. En el caso argentino, se puede observar un angostamiento de la autonomía de la política respecto de los intereses sociales de los sectores dominantes, generando una falta crónica de alternativas que integren las necesidades y las aspiraciones de los sectores populares, desencadenando una ilegitimidad del sistema político en su conjunto. 2. Etapas y características de la articulación entre el sistema político y la valorización financiera Las tres etapas de la evolución argentina en los últimos 25 años son: la dictadura militar, período en el cual se instauró el nuevo patrón de acumulación, mediante el aniquilamiento de los sectores populares; el primer período constitucional, donde la profundización gravita en torno a la integración molecular; y los dos períodos de gobierno peronista y el primero de la Alianza, en los cuales se profundiza el mercado financiero mediante la incorporación de fuerzas políticas enteras. Primera etapa. La dictadura militar Las nuevas condiciones de la economía mundial planteaban el establecimiento de un nuevo régimen de acumulación, dirigido por los sectores dominantes y su voluntad de destruir la identidad nacional de los sectores populares, dando por finalizado el empate hegemónico. Entonces, se pone en marcha el plan de aniquilamiento de los militantes de los sectores populares y de interrupción de la industrialización sustitutiva. El predominio de la valorización comienza con la Reforma Financiera de 1977 y la apertura del mercado de bienes y capitales, dado que los productos importados erosionan el mercado interno y la apertura financiera trae el fenómeno del endeudamiento externo del sector público y del privado. Los grupos económicos locales y las empresas transnacionales se endeudaron para obtener renta mediante colocaciones financieras, en tanto la tasa de intereses superaba la de interés internacional, para remitir sus recursos al exterior. En este proceso de fuga de capitales el Estado mantiene una elevada tasa de interés a través del endeudamiento interno, provee las divisas que luego se irán del país y asume como propia la deuda externa del sector privado. Cabe destacar que el origen del capital transferido al exterior está en la redistribución del ingreso en contra de los asalariados. La otra cara son los beneficiarios, es decir, un conjunto de grupos econmicos locales, un conglomerado de empresas extranjeras y la banca local y acreedora. Los intelectuales orgánicos provienen del establishment económico y social pero no son la única ofensiva con la que cuenta el sector dominante. El mismo forma cuadros propios que le garanticen la implementación de transformaciones necesarias para la valorización financiera. El brazo armado de los sectores dominantes efectuó un replanteo de la Doctrina de Seguridad Nacional. En primer lugar, asumía que el crecimiento económico y la inclusión social eran objetivos irremplazables para superar las contradicciones sociales que las Fuerzas Armadas debían encauzar usurpando el poder político. En segundo lugar, las FFAA debían reprimir a las organizaciones políticas que alteraran el proceso de acumulación en marcha. Finalmente, que el espacio de influencia estaba delimitado por las fronteras nacionales. A partir de la dictadura, abandonan la concepción de que el crecimiento económico y la inclusión social sean pilares básicos y la reemplazan por la desindustrialización, la concentración del ingreso y la represión, encaminada a disciplinar y controlar a los sectores populares. Además, la represión recayó sobre todos los integrantes, no solo armados, de las organizaciones populares. Finalmente, se consolidó la idea de que una tercera guerra mundial estaba en pleno desarrollo. Por un lado, se trataba de fuerzas represoras con un alto grado de corrupción, en base a la apropiación de recursos estatales, bienes materiales y personas. Por otro lado, se diluyó la verticalidad del mando, adoptando un comportamiento deliberativo. A partir de esto, se abre una feroz competencia entre el ejército y la marina, orientada a definir la conducción del partido. Este nuevo funcionamiento suponía la redefinición y subordinación del sistema político que incluía la cooptación de dirigentes de los partidos tradicionales. Por otro lado, la construcción del partido militar planteaba una necesidad de creciente autonomía, lo cual superaba las tareas de aniquilamiento y desmovilización. De esta manera, volvía inorgánica y disfuncional a la conformación del mismo. Segunda etapa. Los comienzos del transformismo argentino El primer gobierno constitucional A partir de 1982, comienza la década de “crisis de la deuda externa”. En México, comienza la moratoria, caracterizada por una escasez de financiamiento externo. La Argentina sufre esta restricción y oscila entre estancamiento y crisis económica, con una restricción en la formación de capital vinculada a la fuga de los mismos. Durante estos años, se consolida la valorización financiera por lo que el proceso económico es conducido por los grupos económicos locales, los conglomerados extranjeros y la banca acreedora, sobre la base de una redistribución de ingresos que pierden los asalariados y el carácter regresivo de la estructura impositiva al igual que la orientación de las transferencias estatales. Sin embargo, debido al estancamiento del financiamiento internacional, los acreedores externos verán una baja en su influencia sobre el Estado en comparación con los otros dos sectores del establishment. El endeudamiento radicó en la capacidad que les otorga a los grupos económicos y conglomerados la recepción de los ingresos que perdieron los asalariados. También influyeron los recursos remitidos al exterior. Los pagos derivados del endeudamiento externo no constituyeron la única transferencia al exterior ya que hay que tener en cuenta la fuga de capitales al exterior. Durante la sustitución de importaciones, las alianzas entre los asalariados y las empresas nacionales eran centrales para enfrentar a las empresas transnacionales. De esta manera, el dominio ejercido por el capital transnacional era visto como un obstáculo. A partir de la dictadura, los acreedores externos y el capital concentrado interno controlan el proceso económico con base en la sobreexplotación y la subordinación del Estado. Por lo tanto, la valorización financiera no está condicionada por el consumo de los sectores populares ni las fronteras nacionales, impulsando la disolución del capital industrial local. El partido de gobierno constitucional, influido por los resabios de la dictadura militar, asumía un diagnóstico sobre la economía que no responde a la realidad. Se asumía que se había agravado la restricción externa de la economía argentina debido al crecimiento de la deuda externa. Esto entendía que no se habían registrado modificaciones estructurales por lo que la economía seguía respondiendo al funcionamiento típico de la segunda etapa de sustitución. Esto era así porque la deuda era una variable que afectaba al sector externo sin provocar modificaciones en la economía interna. En otras palabras, seguía vigente estructuralmente la sustitución de importaciones pero con un notorio agravamiento de la situación de la balanza de pagos debido al endeudamiento externo. Las políticas económicas encabezadas pro Grinspun estaban orientadas a lograr una renegociación con los organismos internacionales y los acreedores externos que disminuyeran el pago de los intereses ya que la deuda era impagable. Sobre esa base, se intentaba generar la redistribución del ingreso a favor de los asalariados para reactivar la producción interna, controlar la inflación y redefinir el poder sindical. Ante su fracaso, asumió Sourrouille, quien mantiene el diagnóstico estructural, pero plantea la superación de la deuda basándose en el despligue de un modelo exportador y en la reactivación de la inversión. Se conforma el Plan Austral, el cual sostiene que mediante las exportaciones permiten el pago de los intereses de la deuda y el aumento de las importaciones posibilita el crecimiento económico mientras que la inversión hace efectivo ese crecimiento. El crecimiento del ahorro, a su vez, es compatible con el consumo. En efecto, a partir de la valorización, el ahorro interno es insuficiente para posibilitar niveles de inversión que garanticen un crecimiento significativo, debido al nivel de consumo de los sectores altos y por la significativa fuga de capitales. Uno de los factores que condicionan la viabilidad de la estrategia planteada es la fuga de capitales. Argentina se ha convertido en un país exportador de capitales privados, que buscan un mayor refugio en monedas fuertes. Este drenaje se agrega al pago de los intereses de la deuda. La deuda externa ilegitima se entiende como la obtenida por los sectores privados. La convergencia entre las organizaciones empresarias de diferentes actividades económicas fue un factor que desgastó al primer gobierno constitucional. Estos acuerdos se desplegaron en un contexto heterogéneo, producto de la concentración económica, ya que agrandaba su presencia en las diversas organizaciones empresariales. Existió, de esta misma forma, una estrecha relación entre los principales referentes de los grupos económicos locales y los conglomerados extranjeros, con un conjunto de funcionarios importantes del gobierno. Si bien las negociaciones de los mismos estaban centradas en aspectos económicos, existieron aspectos políticos de trascendencia, por ejemplo, la reformulación del formato estructural estatal y la reelección presidencial. Ambas instancias plantearon exigencias mediante los acuerdos entre las organizaciones empresariales y negociaron directamente con el partido de gobierno sus intereses específicos. Así fue posible que la economía influyera en la política porque mantuvieron las prebendas obtenidas durante la dictadura y porque le agregaron otras vinculadas a la nueva etapa. De esta manera, la consolidación económica de los sectores que fueron la base social de la dictadura, avanzó mediante la influencia de dos procesos. El primero fue la imposibilidad de la política gubernamental para constituir una alianza social que permitiera modificar el patrón de acumulación. El otro, es la estrategia de la fracción local de los sectores dominantes, que enfrentaba la política gubernamental asociada con otras fracciones empresarias y negociaba y subordinaba la acción del gobierno mediante tratativas directas con el partido de gobierno. Las vinculaciones entre el partido de gobierno y el sector dominante fueron el vehículo para la extorsión y dieron lugar a modificaciones constitutivas del transformismo, poniéndose en mercha un proceso de cooptación ideológica al igual que de negocios políticos y económicos. Se inicia, así, la etapa de absorción gradual pero continua de los intelectuales orgánicos, es decir, de la decapitación de los sectores subalternos como forma de inmovilizarlos. Cabe destacar que también se afianzan las relaciónes del sistema político con empresarios locales. Asimismo, comienzan a crecer los operadores políticos, caracterizados por su pragmatismo y falta de ideología, lo que esconde su ruptura con las concepciones y la historia de los grupos sociales. Son depositarios de los negocios políticos y económicos por lo que se ubican en posiciones decisivas. Según max Weber, el boss es un empresario político de tipo capitalista, que por su cuenta, proporciona votos ya que da los medios. Es el receptor directo de las sumas de dinero de los grandes magnates de las finanzas. Busca exclusivamente poder, como fuente de dinero pero también por el poder mismo. Carece por completo de ideología y de principios. En 1987, el diagnóstico oficial cambia y presenta la crisis del modelo populista y facilista, centralizado y estatista. La salida consistía en reestructurar al Estado, mediante la privatización y la apertura importadora. Entonces, en 1988, se lanza un plan de privatización, rechazado por la oposición peronista. Una primera alternativa era que las políticas fueran impulsadas por los grupos económicos y los conglomerados extranjeros, pero era poco plausible ya que eran los principales beneficiarios del aparato estatal ineficiente. En cambio, los acreedores externos sufrían las postergaciones económicas y el incumplimiento de las reformas por lo que proponían que los países latinoamericanos pagaran los intereses y el capital endeudado por más que fuera evidente que su pago fuera imposible. De allí, surgió el Plan Baker, el cual imponía los programas de conversión que consistía en el rescate de los bonos de la deuda externa a cambio de activos físicos. Este es el origen de la privatización de empresas, ya que los principales activos eran las empresas públicas. A través de los organismos internacionales de crédito, los acreedores externos podían determinar las características globales de la política económica pero las condiciones específicas que adoptaban las mismas eran modeladas por los intereses particulares del capital concentrado interno. Esto hizo que tuvieran una participación relativa secundaria en la redistribución del excedente interno cuando Argentina asume una moratoria externa al suspender los pagos de las obligaciones vinculadas a su endeudamiento con el exterior. La crisis hiperinflacionaria de 1989 Las presiones de los organismos internacionales de crédito resultaron inútiles debido a la influencia interna de los sectores dominantes y su capacidad de veto. También influyó la disputa entre el FMI y el Banco Mundial, el cual insistia en las reformas estructurales mientras que el primero quería los pagos. Esta pugna terminó con George Bush, quien exigio ambas cosas. En estas condiciones, surge una crisis hiperinflacionaria debido a la corrida cambiara de 1989. La crisis tenía como objetivo eliminar las restricciones estructurales que impedian el desarrollo y la consolidacion del patron financiero. El primer problema que tenían los sectores dominantes era que el Estado relegaba a los acreedores externos. De allí, el nuevo formato y funcionamiento del aparato estatal se conforma de transferencias de recursos originados anteriormente con otros nuevos, surgidos a partir de la valorización financiera. Por otra parte, surge la transferencia de la deuda externa privada al sector público y la licuacion de los pasivos internos. Éstas potencian la expansion de los grupos económicos. Por ende, la fracciónexcluida considera que se necesita una reestructuracion para poder cobrar lo adeudado y garantizar beneficios futuros. El segundo problema es la distribución del ingreso y la relación entre el capital y el trabajo. Al igual que la remocion de las trabas al capital financiero, era necesaria la redefinición de la naturaleza del sistema político, ya que impedia la convalidación de formas estructurales y la profundización del proceso en marcha. En la primera gestión constitucional se ve un claro desfasaje entre el avance de la valorización financiera y el funcionamiento del sistema político. Entonces, la crisis trae como consecuencia el disciplinamiento en el conjunto social, en tanto instala una nueva relación entre el capital y el trabajo del sistema político. En esto se ve un avance del transformismo, donde se sigue inmovilizando a las masas a partir del descabezamiento y la cooptación de los dirigentes. Pero como es solamente conducida por una fracción del establishment, los resultados se encuentran divididos. La solución era la homogeneización del sistema bipartidista para convalidar las modificaciones estructurales planteadas. Según Guillermo O´Donnell existen diversos tipos de crisis. En primer lugar, se encuentra la crisis de gobierno, en la cual hay una inestabilidad política y sus funcionarios dejan sus cargos; luego, está la de régimen, que consta de grupos expulsándose al igual que de la pretensión de instaurar criterios de representación y canales de acceso distintos a los existentes. En tercer lugar, en la crisis de expansión donde los grupos, partidos, movimientos y personal gubernamental realizan interpelaciones a sectores sociales para establecer identidades colectivas conflictivas. La misma genera preocupación en la clase dominante ya que cuestiona su dominación. Además, existe la crisis de acumulación, resultante de acciones de clases subordinadas, las cuales son vistas por los dominantes como obstáculos en el funcionamiento de la economía y de las tasas regulares de acumulación del capital. Por último, la de dominación celular o social, es una crisis de las relaciones sociales que constituyen a las clases y sus formas de articulación. En 1989, existía una crisis de gobierno, que provocó la salida anticipada de la primera gestión constitucional y de régimen dado que las fracciones dominantes pretendían reemplazar los criterios de representación establecidos. Igualmente se trata de una crisis de acumulación porque se intenta remover los obstáculos que le otorgan un papel secundario e impulsar el desarrollo del capital financiero. Tercera etapa. La consolidación del transformismo argentino La primera gestión menemista El nuevo gobierno establece relaciones con los grupos económicos locales, demostrando la relación entre los empresarios y el sistema político. Como resultado, la primera gestión económica es ejercida por integrantes de la firma Bunge y Born. El enfrentamiento con los acreedores se institucionaliza mediante medidas como intentar estabilizar las cuentas públicas y la situación del sector externo, sin prever la implementación de reformas estructurales. Sin embargo, debido a las presiones de los acreedores, tienen lugar reformas a favor de éstos. Primeramente, la Ley de Emergencia Económica, destinada a eliminar los subsidios y reintegros impositivos mientras que la Ley de Reforma del Estado dispuso la intervención de las empresas estatales. También acompañó la reforma tributaria, que generalizaba la aplicación del impuesto al valor agregado, gravando patrimonios y reduciendo alícuotas del impuesto a las ganancias. La consecuencia es el aumento del tipo de cambio y de las tarifas públicas, provocando al hiperinflación. En 1991, Cavallo, quien tenía buenas relaciones con el establishment, lanza el Plan de Convertibilidad y el Brady, el cual establece un cronograma de pagos para la deuda externa. Se accede nuevamente a un endeudamiento externo que se incrementa por ambos sectores. Finalmente, la reforma de la corte para garantizar la vigencia del transformismo, ya que concentró la suma de poder público en el ejecutivo, se aseguraba la mayoria d elos votos y legislaba en base a los decretos de necesidad y urgencia. En este sentido, ambas fracciones estaban de acuerdo en que, para superar la crisis, era necesario consolidar la concentración del ingreso. De esta manera, los sectores populares sufrían la transferencia de riqueza y se encontraban inhibidos de influir además de que debían pagar los costos de la misma. La crisis hizo que el capital concentrado interno coincidiera con los acreedores externos porque así accedería a la propiedad de activos de enorme magnitud con elevada rentabilidad. El sistema político impulsa la privatizacion de empresas, preservando monopolios con garantías de internacionalización de rentas extraordinarias, la transferencia de activos de un poder decisivo en los precios y la concentración del capital. Las discrepancias entre los sectores dominantes giraban en torno a las transferencias estatales y al grado de exposición externa de las producciones locales. El avance de los sectores dominantes fue posible debido a la consolidación del transformismo como sistema de dominación. La autonomía relativa de la política desaparece. No solo los intelectuales orgánicos sustentan la valorización financiera, sino también la transformacion del sistema del partido de gobierno y la incorporación del sistema bipartidista en el cual los partidos pierden su identidad específica. Los dos partidos centrales se incorporan a la orbita de los sectores dominantes, descabezando a los sectores sociales e inhibiendo su reacción. Ambas modificaciones superan las barreras estructurales que obstaculizaban el desarrollo de la valorización al mismo tiempo que revierten la inorganicidad del sistema político, estableciendo una sincronía entre el plano estructural y el superestructural. La modificación más trascendente del sistema político es la pérdida de identidad social histórica, garantizando su desvinculación orgánica con los sectores que expresaba. Como consecuencia del vaciamiento ideológico y social, desaparece la discusión político-ideológica. Simultáneamente, se registra la disolución de la militancia, la cual es repelida. El principal aporte del transformismo es dotar a los partidos de formato empresario. Ahora, se trata de instituciones con una organización vertical regida por las relciones contractuales, donde los operadores definen las decisiones partidarias y manejan los recursos que disponen los partidos. Las relaciones contractuales reemplazan a los lazos ideológicos y políticos. Los salarios derivados de las funciones estatales tienen una importancia para la cohesión y funcionamiento vertical del partido y del que ejerce la función de oposición porque es una cohabitación partidaria en la administración estatal. Se genera una dualidad en la estructura ocupacional del sector público entre la planta permanente y los contratados. El financiamiento para implementar proyectos específicos potencia el crecimiento de los contratos. Asimismo, la triangulación con otros organismos internacionales o nacionales canalizan los fondos estatales para realizar contratos de personal. Los contratados cuentan con los salarios más altos, permitiéndole financiar a sus cuadros, lograr nuevas adhesiones y acallar a los críticos reales. Finalmente, la tercera forma de ingresos percibidos por el sistema político son los sobornos que le pagan a los sectores dominantes y que adopta una gama de modalidades y se verifica en los diferentes niveles institucionales. La corrupción se trata de una característica estructural y permanente del sistema de dominación. De esta manera, la consolidación del transformismo modela a la política en torno a los sectores dominantes, abandonando su identidad histórica y adquiriendo un formto y una dinámica empresarial. Así, el sistema político se desvincula de los sectores sociales, que se ven impedidos de enfrentar su explotación y exclusión social porque sus intelectuales orgánicos se integraron a los sectores dominantes pero siguen apareciendo como supuestas conducciones. A medida que se profundiza el sistema de dominación se hace cada vez más nítida la existencia de un partido político principal (peronismo) y de otro auxiliar (radicalismo). Su diferenciación se encuentra en el papel e incidencia orgánica que asumen cada uno de ellos. En la convergencia de las reformas estructurales, la convertibilidad cambiaria y la negociación se registra un período de crecimiento con dos procesos complementarios y decisivos: a) los sectores dominantes superan las contradicciones y el establishment adquiere una homogeneidad inédita ya que constituyeron una comunidad de negocios sobre la base de su asociación en la propiedad de los consorcios privatizados. b) A partir de la superación de la inflación, el nuevo endeudamiento externo y la expansión del crédito interno, se genera un nuevo ciclo expansivo del consumo interno que incorpora a los sectores sociales, dando mayor consenso social. Con la crisis hiperinflacionaria de 1989, los grupos económicos no pudieron seguir excluyendo a los capitales extranjeros y éstos no pudieron negar la presencia de los primeros. En el transformismo, se consolida la acumulacion originaria que indica el momento de su consolidación. La privatización de las empresas estatales puso en juego la transferencia de activos superiores a los montos pagados por el sector privado, a lo que hay que agregarle los elevados beneficios potenciales garantizados por los monopolios y la formulación de marco regulatorio que lo convalida. Al mismo tiempo, el proceso de desregulación abre el mercado comercial y financiero. El proceso se dio en un período muy breve lo cual permitió que los adjudicatarios capitalizaran la valorización de las firmas luego de su privatización y facilitó la aprobación de marcos regulatorios precarios o inexistentes. Asimismo, tiene vastos alcances en el cual el Estado tansfiere hasta sus espacios de apropiación de renta, como el petróleo, al capital privado. Finalmente, tiene una proporción alta de capitalización de bonos de la deuda externa y una participación escasa de oferentes en las principales licitaciones originada en un conjunto de restricciones que allanaron el camino a los grandes grupos económicos y empresas extranjeras. Los sobornos fueron de tal magintud que le permitieron al Estado concretar una acumulacion originaria que sería complementada con nuevos elementos, conformando la acumulacion ampliada. Los “retornos” están vinculados al: a) precio fijado para los activos y los montos posibles de capitalización de deuda; b) el endeudamiento externo de las empresas durante el proceso de privatización acelerada; c) la adjudicación de las licitaciones o concesiones propiamente dichas; d) el contenido de los marcos regulatorios iniciales. Asimismo, existe otra vía de ingresos que consiste en los retornos derivados del gasto y las inversiones realizadas por el Estado. La nueva situación trae aparejado un incremento ostentoso en el consumo de los integrantes del sistema político al mismo tiempo que generan una enorme capacidad de ahorro. Sin embargo, la distribución de ingresos, el nivel de consumo y la capacidad de ahorro no son uniformes. Cuanto mayor es la jerarquía partidaria, mayor es la incidencia en las decisiones y la participación en los resultados. La capacidad de ahorro sienta las bases materiales para la mayor autonomía relativa del sistema político y el desarrollo de contradicciones con las fracciones del sector dominante. La forma de inversión que garantice una reproducción ampliada de los recursos es un desafío para el Estado. No obstante, el primero radica en el blanqueamiento de los mismos provenientes de actividades ilegales, para lo que es necesario implementar un circuito financiero que lo hiciese posible. Éste se implementa en el comienzo de la nueva administración peronista. El contar con la estructura financiera que permitiera el lavado de los recursos mediante su fuga al exterior no agotaba el problema porque quedaba la maximización de la rentabilidad. Se debía tener en cuenta la tasa de interés en el mercado internacional, que era más reducida que la interna, que el sistema no tenía incidencia directa en la generación de los nuevos negocios y en la regulación. Ambos factores, como aseguraban una parte significativa de los recursos, debían ser repatriados. Los recursos no solo estuvieron destinados a controlar la propiedad de un conjunto de empresas estatales privatizadas sino también se diversificaron hacia otras actividades con alta rentabilidad garantizadas desde el Estado. Sobre estas bases, se firma el Pacto de Olivos, el cual permitía la reelección de Menem, quien reforma la Corte Suprema al tiempo que ubica al peronismo como el partido de mayor jerarquía orgánica y al radicalismo como su rueda auxiliar. El último mandato de Menem Se interrumpe la onda de crecimiento en 1992 al registrarse alteraciones estructurales en la comunidad de negocios. Se vuelve a generar un crecimiento económico que culmina en 1994. En este tiempo, hay un crecimiento de las ventas de la cúpula empresaria que evoluciona similarmente a la expansion de la economía en su conjunto. Mientras el PBI se contrae, las ventas de la cúpula crecen. Las firmas se muestran independientes del ciclo económico. Esto implica que las crisis recaen sobre la sociedad. De allí, el acentuamiento en la concentración del ingreso con el empeoramiento de las condiciones de vida. Sin embargo, la regresividad distributiva es el resultado de la desocupación y subocupación. Esto genera un ejército de reserva que precariza las condiciones laborales, deprime el nivel salarial y expande la marginalidad social. Éste es un instrumento de disciplinamiento y desmovilización de la clase trabajadora. La desindustrialización avanza a partir de la apertura comercial, fundada en las importaciones de bienes. En términos generales, la política arancelaria se caracteriza por ser un instrumento central de la estabilización de precios en el corto plazo y un elemento fundamental para el creciente desplazamiento de la actividad industrial y la concentración y centralización económica. La apertura comercial se conjuga con el deterioro del tipo de cambio real, acentando las asimetrías. Por otra parte, se vuelve a diluir la comunidad de negocios dado que se cristalizan asimetrías en los precios internos entre los bienes y servicios no transables con el exterior y los transables protegidos y, por otro, los transables. Esa asimetría está vinculada al tamaño de las firmas y los procesos de privatización. Tienen lugar transferencias que aumentan la facturación de empresas locales y conglomerados extranjeros, en detrimento de los demás tipos de propiedad. Apenas iniciada la fase declinante del proceso privatizador se reaviva la salida del capital local al exterior, basándose en la elevada rentabilidad de las grandes empresas. De esta manera, los grupos mantienen su poder económico, en tanto se registra una disminución relativa en la importancia de los activos fijos y un aumento sustancial en la incidencia de los activos financieros. La nueva estrategia productiva consiste en concentrar su capital fijo en las actividades que exhiben ventajas comparativas naturales. Por el contrario, el capital extranjero exhibe una evolucion opuesta porque son los principales compradores de los activos que enajena el resto del espectro empresario. El avance de los extranjeros se origina en la incorporación de nuevas empresas y la adquisición de empresas ya instaladas. También se originan modificaciones en el trasnformismo, enraizadas en el intento de modificar la escena política por parte de los sectores subalternos. La única expresión de disenso fue el denominado grupo de los ocho, que luego forma el Frepaso. Superaron el 20% de los votos, hecho que amenaza con afectar las bases mismas del transformismo ya que cuestiona al sistema desde afuera. Se despliega una crisis de expansión porque se trata de la irrupción de una fuerza política que cuestiona el regimen imperante y podría permitir un avance en la organización de los sectores populares. La Alianza cometió tres errores estratégicos que sientan las bases para la participación activa de los partidos. El primero fue considerar la regresividad económica y social como resultante del predominio que ejerce el sector financiero y el menemismo. Desde la óptica frepasista, derrotar electoralmente al partido peronista se podía impulsar la producción y la desconcentración del ingreso. El segundo, es la distancia que los dirigentes establecen respecto de su fuerza social, lo que ocasiona desaliento a la organización para hacer viables los acuerdos con las fracciones dominantes. El tercero es que consideran a la corrupción como un fenómeno privativo del partido hegemónico y no inherente al sistema de dominación. En consecuencia, para erradicarla, es necesario derrotar al partido hegemonico y asentar una alianza social. Es decir, lo contrario que hicieron cuando, como parte de la Alianza, derrotaron al partido hegemónico y ejercieron el gobierno. La Central de Trabajadores Argentinos se encuentra enraizada en la tradición combativa y popular del sindicalismo. Mediante la participación, la elección directa y autonomía del Estado, intenta reconstruir la fragmentación de los trabajadores ocupados, desocupados y jubilados. Duranto el mandato de Menem existen dos contradicciones. La primera consiste en la creciente búsqueda de autonomia relativa que exhibe el sistema político respecto del establishment. Cumplida la acumulación originaria, el Estado encara la acumulación ampliada y avanza sobre patrimonios de los sectores predominantes. Esto indica que los sectores dominantes creen que deben disciplinar y subordinar a un sistema político que afecta los intereses específicos del establishment. La otra contradicción es la acentuada simbiosis del sistema político con una de las fracciones dominantes y la relativa lejanía con las otras. Debido a la imposición del sector local, los acreedores extranjeros no tuvieron demasiada influencia. Una característica del gran capital autóctono es su gran capacidad de lobby o de influencia sobre las políticas estatales alta con respecto al menor poderío económico de las fracciones extranjeras. En este contexto, existe, entonces, una diferenciación entre los capitales de origen europeo y norteamericano. Mientras que los primeros participan activamente en la conformación del nuevo sistema político, los otros tienen que avanzar mediante la imposición de políticas, que de todas formas, los dejan marginados de algunos espacios más redituables. Las mismas exhiben una creciente inorganicidad para facilitar una mayor incidencia de estos capitales en la economía interna. Naomi Klein “No logo” Empresas como Nike, Microsoft, Intel, la principal producción no eran cosas, sino imágenes de sus marcas. Su verdadero trabajo no era manufacturar sino comercializar, lo que demostró ser mas rentable. Las empresas que menos cosas poseen, la que tiene menos empleados y produce las imágenes mas potentes y no productos, es la que gana. Como muchos de los fabricantes ya no producen ni publicitan productos, la necesidad de encontrar nuevas maneras de crear y fortalecer la imagen necesita una imaginería constantemente renovada en función del marketing y nuevos espacios donde difundir la idea que tiene de si misma. Comienzo de las marcas Los logos fueron creados para evocar ideas de familiaridad y popularidad, fueron creados para reemplazar al tendero, que era el responsable de pesar los productos al por mayor a pedido de c/cliente. El lenguaje de marcas reemplazo al comerciante como vínculo entre el consumidor y los productos. La mayoría de las campañas publicitarias de fines del S XIX y principios del SXX empleaban normas rígidas (frases afirmativas, titulares largos, no mencionar a la competencia) A principio de la década de 1920, Barton convirtió a General Motors en una metáfora de familia, GM eran las “iniciales de un amigo”. En 1940 se comenzó a percibir que las compañías en su totalidad pueden tener una identidad de marca o una “conciencia empresarial”. En 1988 se produjo la manía de invertir en marcas cuando Philip Morris compró Kraft por 6 veces mas el valor teórico de la empresa (se había atribuido un valor en dólares a algo que antes había sido abstracto e indefinido, el nombre de la marca) Mientras mas se gastaba, mas crecia el valor de la empresa, se aumento considerablemente el presupuesto publicitario. Muerte de las marcas Ley de gravedad de la publicidad: si algo no sube, no tarda en precipitarse. En abril de 1993 se produjo el “viernes Marlboro”. Philip iba a reducir un 20% el precio de los puchos para competir con las marcas mas baratas, lo que acababa con Marlboro y todas las demás marcas, ya que si una marca de “prestigio” debía competir con otras cualesquiera, todo el concepto de marca perdía validez. Ese mismo día, la cotización en bolsa de todos los fabricantes de productos del hogar se desplomo. El pánico del Viernes Marlboro se dio por ciertos cambios en los habitos de los consumidores, que dejaban de prestar antencion al prestigio y se la daban al precio, por lo que abandonaban su lealtad a las marcas. Parecía más razonable asignar recursos a reducir precios y ofrecer otros incentivos q a la publicidad. Las empresas que se salvaron de la crisis fueron las que prefirieron el marketing del valor (Nike, Apple…) para estas empresas el producto visible era solo el contenido de la producción real: la marca. Todo en ellas publicitaban la marca, no llevaban su imagen como si fueran camisas baratas; su imagen estaba tan integrada que los demás las llevaban como si fueran “su” camisa. La verdadera lección del Viernes Marlboro fue plantear los dos elementos más significativos del marketing y el consumismo de los 90: las grandes tiendas de art. económicos y sin pretensiones, que nos proporcionan los arts esenciales para la vida y las marcas ”elegantes” y exclusivas, que nos dan lo esencial para el estilo de vida. Las empresas que desde siempre supieron que estaban vendiendo la marca antes que el producto, no se dejaron intimidar por la crisis de las marcas, sino que optaron por avivar la guerra, porque tenían puesto los ojos en su expansión mundial. Scott Bedbury “Los consumidores no creen que haya una gran dif entre los productos, por eso las marcas deben establecer relaciones emocionales con sus clientes”. La lección del Viernes Marlboro fue que nunca existió una crisis de las marcas, sino que estas tenían una crisis de confianza. Lo que estaba cambiando era lo que se estaba vendiendo, tanto en cuanto a publicidad como en cuanto a las marcas. En el nuevo modelo, el producto siempre es secundario. La construcción de las marcas es la trascendencia de la empresa. Triunfaron las empresas que construyen marcas y entregan la producción a subcontratistas. Las sedes centrales se dedican entonces al verdadero negocio, crear una mitología corporativa lo suficientemente poderosa como para infundir significado a estos objetos. Las agencias publicitarias mejor informadas ya no se vendían a las empresas como campañas individuales, sino por su capacidad de actuar como “asistentes de marca” que identificaban, conformaban y protegían el alma de la empresa. La marca no es un producto sino un estilo de vida, una actitud, un conjunto de valores, una apariencia personal, una idea. La misión de Nike no es vender zapatillas, sino “mejorar el estilo de vida de la gente”. Las marcas se expanden Hasta la década del 70, las etiquetas con los logos estaban ocultas a la vista, en el exterior aparecían pequeños emblemas del diseñador, pero se limitaban a canchas de golf y de tenis de los ricos. Estos logos se escaparon de esos lugares y salieron a la calle, el logo paso a ser un accesorio esencial de la moda, se convirtió en un cartel del tamaño del torso humano. Los logos alcanzaron tal predominio que se transformaron las prendas en portadoras de las marcas. La publicidad y el patrocinio siempre han empleado la imaginería para hacer de sus productos un sinónimo de experiencias culturales y sociales positivas. El efecto de la creación mas moderna de las marcas es poner a la cultura anfitriona en un segundo plano y hacer que la marca sea la estrella, se trata de ser la cultura. La separación entre los patrocinadores culturales y la cultura patrocinada ha desaparecido. El proyecto de transformar la cultura en poco más que una colección de extensiones de las marcas no hubiera sido posible sin las políticas de desregulación y de privatización de las últimas décadas, cuando se redujeron los impuestos que pagan los empresas y acabo con el sector publico. El gasto publico se reducía, las escuelas, los museos trataba de equilibrar sus presupuesto y s sentían dispuestas a asociarse con las empresas privadas. El patrocinio pasó a convertirse en una industria de crecimiento explosivo. Cuando el patrocinio comenzó a reemplazar la financiación publica, muchas empresas lo tomaron como un instrumento principal de marketing y muchas exigieron un reconocimiento y un control mas amplios. El efecto mas pernicioso es que se cree que todo necesita un patrocinador para alcanzar el éxito. Marcas y pasaje urbano Las marcas no solo compiten contra sus rivales directos, sino contra todas las demás de su entorno publicitario, incluyendo los eventos y personas a quienes apoyan: se buscan escenas autenticas, causas importantes y eventos de gusto publico. Pero ocurre que la naturaleza expansiva del proceso de creación de las marcas termine usurpando el evento y reduciéndolo a la condición de perdedor. Al final de la década del 80 se comenzó a pintar los anuncios en las paredes de las fincas. Gradualmente los anuncios doblaron las esquinas, ya no se reducían a una sola pared, sino q las cubrían todas. Esta expansión perniciosa adquiere mayor gravedad si se considera en el contexto de otra tendencia publicitaria: la aplicación de marcas a barrios y ciudades enteras, idea q hoy no resulta tan absurda. Marcas y medios de comunicación Las marcas se tornan peligrosas cuando la balanza se inclina a favor de los patrocinantes, despojando a la cultura anfitriona de su valor intrínseco, es posible desarrollar una relación mas equilibrada, donde ambos conserven su poder y limites claros. Muchos anunciantes odian los contenidos polemicos, cuando son criticados dejan de poner anuncios y viven a la búsqueda de los agregados de valor, como la mención de sus artículos en guias de compra y folletos de moda. Pero no siempre logran sus objetivos: los artículos polemicos salen, igual que las criticas a los anunciantes. En sus momentos mas atrevidos, los medios proporcionan modelos viables de protección del interés publico a pesar de las presiones de las empresas, pero en el peor de los casos, muestran los efectos deformantes que pueden ejercer las marcas en el discurso publico y especialmente xq el periodismo esta sometido a una presión constante para que se confunda con las marcas. Las empresas exigen a los medios que sean sus agentes reales ayudándoles a crear los anuncios que aparecen en sus publicaciones. La ironia de este experimento con las marcas es q solo parecen hacerles sentir mas resentimiento hacia los medios que las albergan. Las versiones que presenta internet de los anuncios de tiendas que aparecen en los medios de información son similares a los impresos y a los televisivos, pero tb aprovechan la red para difuminar la línea que separa los contenidos editoriales y la publicidad mucho mas agresivamente de lo que pueden hacer en el mundo no virtual. Es cada vez mas usual que las paginas sean creadas por editores de contenidos, cuyas tareas consisten en producir materiales que ofrezcan un buen envoltorio para las marcas de sus clientes. Los fabricantes desean que sus marcas logren el derecho de ser aceptadas no solo como arte publicitario, sino como arte a secas. Las empresas presentes en internet tratan de ejercer el papel tan deseado de “proveedores de contenidos”. Todas poseen una tienda virtual, y están vendiendo un nuevo modelo de relación entre los medios de información y sus empresas anunciantes. El modelo de integración total de los medios y las marcas se da en el caso de MTV, la primera emisora televisiva que es a la vez una marca. Las marcas y la música Muchos artistas tratan a las empresas como un medio mas para promover sus propias marcas en la radio, tv y revistas. Los músicos han cantado en anuncios y han firmado contratos de patrocinio desde la aparición de la radio. En 1980, los Stones hacían historia al inaugurar la era de las giras patrocinadas. En 1999 se da la total integración de la marca y la cultura cuando Helfiger presento la campaña de anuncios de la gira No Security de los Stones. En los anuncios aparecían modelos presentando un concierto de los Stones que aparecía en la pag siguiente. Las fotografías de los músicos tenían ¼ de tamaño que la de los modelos. A Helfiger no le importaba la actuación, que es solo el trasfondo y sirve para empaquetar la esencia rockera de la marca. Nike y las marcas en el deporte Nike y sus acciones demuestran que la creación de marcas trata de borrar toda diferencia entre el patrocinador y el patrocinado. Es un fabricante de calzado decidido a convertirse en la definición misma del deporte. El proyecto es: 1) convertir a un grupo selecto de atletas en superestrellas relacionadas con ideas puras sobre el atletismo: Fueron los anuncios de Nike los que convirtieron a Jordan en una superestrella, antes de Nike, las estrallas seguían ancladas en la tierra. Muchos de los anuncios de tv mas famosos han empleado a las superestrellas de Nike para transmitir la idea del deporte. Al identificar a la empresa con los atletas y con el atletismo a ese nivel primario, la empresa ya no se limitaba a vestir el juego, sino que comenzaba a jugarlo. 2) Enfrentar el deporte puro de Nike y de su equipo contra el mundo establecido del deporte: En el mundo Nike, todos los clubes, asociaciones y comités deportivos oficiales están minando el espíritu del deporte, un espíritu que solo Nike valora y encarna (nike trato de suprimir a los representantes creando su propia agencia, luego intento formar su propia versión de futbol universitario y compro un tour de golf) 3) colocar la propia marca en todas partes: Nike es el líder en la imposición de su marca en la ropa, llegando al extremo de aplicarlas en carne humana. Las estrellas y las marcas Las superestrellas del deporte creadas por Nike están hechas para la promoción multiple. Nike ya no compite con Adidas, ahora tb lo hace con la marca llamada Michael Jordan. Nike había alentado las ambiciones empresariales de Jordan en sus anuncios, pero nunca le gustaron las actividades independientes que tenía. La era de los marcosaurios Jordan y Nike son solo la manifestación mas cruda de la manera en que el imperio de las marcas modifica nuestra idea de los patrocinadores y patrocinados, hasta el punto de que la idea de un espacio sin marcas resulta casi imposible. Mientras los fabricantes y los artistas intercambian sus papeles y se dedican al unisonó a crear modas de estilo de vida con sus marcas, los ejecutivos de Nike predicen que en el futuro su competidor será Disney y no Reebok. Las empresas patrocinadoras y la cultura que difunden se fusionaron, creando un universo cerrado de personas con marca, productos de marca y con medios de difusión de marca. André Gorz “miserias del presente, riqueza de lo posible” El gran rechazo La globalización fue una rta a la llamada “crisis de gobernabilidad” que se manifestaban en todos los niveles de la sociedad. Los movimientos sociales de los años 67-74 se situaban fuera del terreno balizado por las instituciones de la sociedad-Estado, buscaban cambiar ellos mismos “la vida”, sustrayéndola a la lógica de la productividad, pero también a la del trabajo abstracto, la estandarización, el consumo masivo. En los Estados providencialistas, las protecciones y prestaciones sociales no habían reconciliado a las poblaciones con la sociedad capitalista, ni los procedimientos de negociación y de arbitraje permanente desactivaron los antagonismos sociales. Por el contrario, al intervenir, reglamentar, proteger, arbitrar en todos los dominios, el Estado había sustituido a capas enteras de la sociedad civil, la había subsumido. Era urgente ustituir ese ordenador demasiado visible y atacable por uno invisible y anónimo, cuyas leyes se impondrían a todos por la fuerza de las cosas, como “leyes de la naturaleza”, ese ordenador era el mercado. Lo mismo valía para la “crisis de gobernabilidad” de las empresas, se volvía urgente reemplazar el poder visible del ordenador central por una organización en red de subunidades que permitiera economizar los costos de organización. Era preciso “liberar el merado de trabajo” de lo que lo falseaba, había que “desregular”. El éxodo del capital La “crisis de gobernabilidad” marcaba el agotamiento del modelo. Durante 30 años, los gobiernos occidentales habían practicado políticas keynesianas: los Estados estimulaban la expansión de la producción y de la demanda por medidas fiscales y monetarias; redistribuían una parte de la riqueza producida; creaban tantos empleos como suprimían el crecimiento de la productividad en el sector privado. La expansión de la economía iba a encontrar en los años 70, limites que las políticas de sosten no permitían superar. La productividad marginal del capital, tendía a cero y su hundimiento anunciaba el fin de una época. El estado Keynesiano y sus políticas, presentaban mas inconvenientes que ventajas para el capitalismo. Amenazado por la socialización o la estatización, el capital tenia interés en poner fin a su simbiosis con un estado que se había vuelto incapaz de asegurar la expansión del mercado interno. La planificación o concentración económica no había sido útil mas que durante el periodo de tiempo extensivo. Era preciso que el capital se desembarazara de su dependencia del estado y se liberara de las restricciones sociales. El éxodo de capital se acelero en los 70’ con lo que se llamo las multinacionales (gran mayoría norteamericanas) La libre circulación de las mercancías estaba limitada por barreras aduaneras y la transferencia de capitales estaba sometida a control y autorización previa de los estados. Dichas trabas fueron abolidas bajo la presión de los grandes grupos a fines de los 70’. La búsqueda del crecimiento dependía del crecimiento de sus exportaciones, y el aumento de su participación en el mercado mundial exigía la liberalización de la circulación de capitales. El imperativo de competitividad conducía a la globalización de la economía y al divorcio entre los intereses del capital y los estado-nación. Es espacio político y el económico no podían coincidir más: Era el fin del “Nacionalismo Económico”. La globalización no habría podido desarrollarse en ausencia de las tecnologías de información- La revolución informática permitió la globalización, pero esta, inversamente, permitió y luego exigió el desarrollo acelerado de las tecnologías de información. El capital tenía necesidades de una revolución técnica para superar la crisis del fordismo, liberarse de las restricciones socio-estatales, bajar los costos salariales unitarios y acelerar el crecimiento de la productividad. Lo que hizo posible el éxodo del capital finalmente lo hizo también necesario. Debían dejar de ser empresas para convertirse en estrategas que coordinan y relacionan entre sí una multiplicidad de mercados y de proveedores de todo tipo dispersos en el mundo entero. Fin del nacionalismo económico La firma no tiene nacionalidad mas que en apariencia. Su sede social puede situarse en cualquier parte, eligiendo siempre donde paga menos impuestos. Negocia de potencia en potencia con lo Estados e implanta sus unidades de producción donde obtiene las subvenciones y desgravaciones fiscales mas importantes. Se asegura una extraterritorialidad, desposeyendo al Estado de la soberanía, ósea de poder subir los impuestos y fijar las tasas. Jamas el capitalismo había logrado emanciparse tan completamente del poder político, lo lograron poniendo en su lugar un Estado Supranacional, poseedor de sus propias instituciones (OMC,FMI, Banco Mundial) Son las que formulan leyes y reglamentos que restringen la libre competencia y circulación de mercancías y capitales, propagando el credo neoliberal. La desnacionalización de las economías tropieza con resistencias que cortan en dos tanto a la derecha como a la izquierda política. No es contra la globalización que hay que luchar, es en el contexto de la globalización en curso que es preciso luchar por una globalización diferente. Los estados carecen de voluntad política para reconquistar una soberanía que no puede ser sino común; la potencia del capital globalizado se debe a la competencia a la que se entrega el estado para atraer capitales. Globalización tiene espaldas anchas La intensificación de la competencia sirve para legitimar la disminución de los salarios reales, el desmantelamiento de las protecciones sociales, la explosión del desempleo, la precariedad de los empleos, el deterioro de las condiciones de trabajo. Todo esto es inevitable y necesario porque la capacidad competitiva de las firmas depende de sus inversiones de producción. “deben tener la misma tasa de inversiones para seguir siendo capaces de competir”. Para poder sostener la competencia con firmas norteamericanas o japonesas, las europeas deben tener las tasas de beneficios de las otras, lo que no seria pertinente mas que si las tasas de inversión fueran iguales a las de beneficio. El imperativo de competitividad exigia una reducción de los impuestos sobre los ingresos altos, pues el ahorro de los ricos es lo que financia las inversiones para la competitividad de las firmas. Lo que se produjo fue lo contrario, la inversión de las empresas cayo y el monto de beneficios no dejo de ser superior al de las inversiones. Las tasas de inversión han bajado, lo que aumento es la distribución entre los accionistas, la remuneración de los administradores y los CEOs, y: las compras de empresas por parte de otras empresas absorvio el 90% de las inversiones transnacionales en el extranjero; las colocaciones en el mercado monetario y cambiario ganan mas que con las actividades productivas. La dictadura de los mercados financieros El poder financiero se autonomiza respecto de las sociedades y de la economía real e impone sus normas de rentabilidad a las empresas y a los estados. Los fondos de pensión norteamericanos y los fondos comunes de colocaciones, han introducido el “chantaje y extorción de fondos”, donde eligen a empresas bien cotizadas, compran en la bolsa cantidades importantes de sus acciones, y ponen a los dirigentes ante la alternativa de “o asegurar un dividendo del 10% o cortar el curso de las acciones”. Esta práctica ha hecho subir el rendimiento de las acciones a niveles sin precedentes. Las reducciones y desgravaciones fiscales significan que los gobiernos nacionales se disputan el privilegio de retener en sus países o de atraer a ellos capitales financieros que se desplazan de un mercado al otro, los estados buscan frenar o evitar el éxodo de capitales de su territorio. La tendencia a reemplazar los sistemas de protección social por seguros privados y cajas de jubilación privada se inscribe en la misma lógica: reemplazar la redistribución fiscal por el seguro privado; sustituir la administración social de la protección social por parte del poder político por una administración privada por parte del poder financiero. Son social, política y moralmente inaceptables las reformas que desmantelan los sistemas de protección social con el pretexto de que no son mas financiables. No son financialbes xque una parte creciente del PBI esta afectado a remunerar el capital y porque la proporción atribuida a remunerar el trabajo no cesa de disminuir. Para poner fin a la dictadura del capitalismo financiero, haría falta una voluntad política común, comprender y hacer comprender que el poder irresistible de los mercados no existe mas que por la sumisión de los gob al poder financiero. El espejismo chino A corto o mediano plazo, a los estados no les faltaran los medios necesarios para aflojar la dominación del capital desterritorializado, reconquistar la autonomía mayor e iniciar las transformaciones económicas, ecológicas y sociales que conducirían a la superación de la sociedad salarial, no hace falta mas que la voluntad política. En la era posindustrial, el capitalismo propulsa “zonas económicamente especiales” que de antemano hay que defender contra las migraciones internas (éxodo rural). Posfordismo: el crecimiento fordista dejo a las empresas dos caminos para intentar escapara al estancamiento: 1) La conquista de porciones de mercado suplementarias: los esfuerzos prometían ser mas eficaces en la medida en que los mercados eran todavía relativamente “vírgenes”, las firmas debían hacer pie en los países “emergentes” 2) La renovación acelerada de la gama de sus producciones: exigia la capacidad de producir en series cada vez mas cortas a costos unitarios mas bajos. Ambos imponían la ruptura con el modelo fordista. La competitividad debía obtenerse por la capacidad de producir una variedad creciente de productos en plazos cada vez más cortos y precios mas bajos. Los productos debían imponerse por su imagen. Para las empresas no se trataba de responder de manera instantánea a la demanda, sino de acentuarla. La organización y las técnicas puestas en funcionamiento reflejaban la voluntad del capital de ejercer una dominación total sobre el trabajo para combatir la pereza, la indisciplina y la rebelión. El sistema Toyota ofrecia la solución ideal para el problema con el cual se toropezaban las industrias occidentales ¿Qué hacer para elevar la productividad cuando las cantidades que se deben producir no aumentan? Uno de sus principios esenciales es q resulta indispensable una gran autogestión obrera en el proceso de producción para obtener un máximo de flexibilidad, productividad, rapidez en la evolución de las técnicas y en el ajuste de la producción a la demanda. Mientras que para el taylorismo, había que combatirlos como la fuente de todos los peligros de rebelión y desorden, la auto gestión, el ingenio y la creatividad obrera era, para el toyotismo, un recurso que se debía desarrollar y explotar. El trabajo productivo exige un nivel general de conocimientos que entre en el proceso de producción como fuerza productiva inmediata. El paradigma de la organización es reemplazado por el de la red de flujos interconectados. El posfordismo se presente a la vez como el anuncio de una posible reapropiación del trabajo por parte de los trabajadores y como la regresión hacia una sujeción total. Sometimiento Solo la superación de las relaciones capitalistas de producción permitirían realizar el potencial liberador pos taylorismo. Las empresas contratan obreros despojados de su identidad de clase y ofrecen una “identidad de empresa” que tiene su origen en la “cultura de la empresa”, que componen para el obrero un sustituto de pertenencia a la sociedad global. La emancipación virtual de los trabajadores posfordistas en el seno de su trabajo corre asi con un control social reforzado. En el fordismo, la relación entre la empresa y los trabajadores era conflictiva y exigia entre las partes compromisos negociados. Los trabajadores no pertenecían a la empresa y no le debían mas que una prestación bien definida en el contrato de trabajo. Los obreros aceptan su alienación bajo condiciones, en una esfera circunscripta por la acción y la negociación colectiva. El posfordismo abre brechas cada vez mas grande entre el derecho del trabajo y en las posiciones convencionales colectivas plantea que el derecho de la empresa sobre sus trabajadores debe prevalecer sobre los derechos que la ciudadanía social y económica. Autonomía y venta de si Las luchas obreras siempre tuvieron como apuesta la naturaleza de los límites que el capital impone a la autonomía del trabajo vivo. La autonomía del trabajador de la que tiene necesidad la empresa debería tender a formarse independientemente de la necesidad que tenga la empresa y ganar terreno en todos los planos. El trabajador autónomo debería tender a rechazar ser reducido a su función productiva. Los partidarios del control obrero, partían de la hipótesis de que no sería posible limitar las reivindicaciones de autonomía y de poder a partir del momento en que hubieran logrado realizarse en los lugares de trabajo. Los teóricos de la intelectualidad de pasas plantean que el trabajo se plantea inmediatamente como libre y constructivo. El capital se vuelve un aparato vacio, de restricción. La autonomía en el trabajo engendra por si misma la exigencia y la capacidad de los trabajadores de suprimir todo limite y toda traba al ejercicio de su autonomía, lo que es poca cosa en ausencia a una autonomía cultural, política, moral. El capital, al darle apariencia de leyes naturales, pudo someter a la autonomía de los trabajadores. La lean producción produce ella misma las condiciones sociales y culturales que permiten el dominio del capital sobre la autonomía del trabajo vivo. La presión del capital no puede ejercerse directamente sobre el trabajo vivo por medio de restricciones jerárquicas, debe tomar la forma de un condicionamiento que conduce al sujeto a aceptar o a elegir precisamente eso que se entiende que le impone. El posfordismo produce las condiciones ideologicas y culturales de su dominación sobre los trabajadores comprometidos. Los prestatarios independientes de servicios profesionales se consideran a si mismos una mercancía que trabaja. El trabajo que anula el trabajo “si los grupos de trabajo tienen una gran autonomía para planificar, ejecutar y controlar los procesos, los flujos de materiales, los efectivos y las calificaciones, entonces se tiene una gran empresa compuesta de pequeños empresarios autónomos” (Haase) Esta revolución supone que los obreros tienen la capacidad de analizar, preveer, comunicar. Los trabajadores contratados por las grandes empresas son una péqueña elite y esto no porq tengan aptitudes superiores sino xq han sido seleccionados de una masa de individuos tan aptos como ellos. Es económicamente mas ventajoso concentrar el poco trabajo necesario en poca gente, a la que se la ha inyectado el sentimiento de ser una elite privilegiada. EL posfordismo produce su elite al producir desempleo. Cuanto mas crece su productividad, mas crece tb el desempleo, la desigualdad, la marginación. Metamorfosis del asalariado La mano de obra esta dividida en dos categorías: asalariados permanentes y trabajadores periféricos, precarios y con horarios y salarios variables, a los que se une prestatarios de servicios pretendientemente independientes y no cubiertos por el derecho laboral. La externalizacion permite al capitalismo restablecer las condiciones sociales que prevalecían a comienzows del S XIX: los contratados son comparables a los obreros a destajo. Se abre la perspectiva de la abolición del propio asalariado, convirtiendo a la remuneración laboral en algo libremente negociable entre la empresa y cada uno de sus prestatarios. Los jobber transforman la precariedad en un modo de vida, negándose a venderse a un patrón o servir al capital. El desempleo hace bajar el nivel de las remuneraciones y la baja de los remuneraciones incita a los activos a trabajar mas horas para compensar la falta de ganancias, lo que termina acentuando la baja de remuneraciones. El trabajo independiente colabora con la abolición del asalariado y reemplaza la negociación colectiva por la individual. Todos precarios Todos somos desempleados en potencia, subempleados en potencia, precarios, temporarios. No hay una conciencia común a todos de nuestra condición común. La condición normal ya no es la de trabajador, sino la de precario, que ejerce multiples oficios, no tiene profesión identificable y tiene como profesión no tenerla. Considera como su verdadera actividad aquella por la cual se esfuerza en las intermitencias de su trabajo remunerado. Desempleados y precarios en potencia, son incitados a luchar por ese trabajo, que el capital anula a su alrededor, y que cada manifestación, cada pancarta que proclama “queremos trabajo” proclama la victoria del capital sobre una humanidad sometida de trabajadores que no lo son mas, pero no pueden hacer otra cosa.
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