C 6ENSAYOS Cultura LA VOZ DEL INTERIOR CÓRDOBA. LUNES 24 DE AGOSTO DE 2009 Volver a las fuentes La publicación de “Escritos políticos” de Saúl Taborda recupera el pensamiento de uno de los ideólogos de la Reforma Universitaria y pone en foco una rica pero olvidada tradición progresista cordobesa. EMANUEL RODRÍGUEZ DE NUESTRA REDACCIÓN
[email protected] Una pregunta política que se resiste a desaparecer, un modo de rebeldía que parece combatir desde el pasado contra un escenario tan desolador como el presente, el pensamiento de Saúl Taborda que Matías Rodeiro recupera en su edición prologada de los Escritos políticos tienen la urgencia de lo indispensable. Matías Rodeiro vive y trabaja en Buenos Aires y es mejicano de nacimiento, pero es tan cordobés como el más fanático de los hinchas de Belgrano. Desde la capital del país respondió una serie de preguntas sobre la flamante edición de su trabajo de recopilación. –¿Por qué es importante recuperar el pensamiento de Saúl Taborda, hoy? –Creo que la recuperación de pensadores y obras como las Taborda y Deodoro Roca, resulta significativa para intentar re-fundar el lenguaje político argentino, que hoy entre el avance de un neopragmatismo –que corre detrás de los hechos que él mismo produce– y el fetiche de las tecnologías de la comunicación, pasa por un momento de encrucijada. –¿Qué actualidad pueden tener estos ensayos? –Quizás la ensayística de Taborda pueda resultar algo renuente o resistente a la actualidad. En ese sentido, quizás su aporte a la actualidad, pudiera estar en cierto halo de anacronismo que la envuelve. Me parece que tanto su estilo como algunas de sus fuentes de indagación e imaginación política, leídas desde el vértigo de la actualidad, provocan una distorsión, una interrupción sobre los modos en que la actualidad piensa y escribe lo político. Así, lo que empieza a sonar raro son las formas y las cosas que decimos y escuchamos en y de la actualidad. Creo que de alguna manera su ensayística rasga la actualidad y abre un tiempo y un espacio para repensar las cuestiones que atañen al ser de lo político. La Reforma Universitaria de 1918 inscribió el nombre de Saúl Taborda en el primer plano de la política latinoamericana. miento de Taborda es su peculiar horizonte temporal, hecho de tradición y modernidad. Esto es algo que fue marcado con cierta insistencia, sobre todo para caracterizar a Córdoba como “ciudad de frontera”. Sin embargo, no sé si ha extraído lo suficiente de esa veta de la configuración cultural cordobesa, que podría revelar los sedimentos de cierta sensibilidad o cierto ethos barroco. Esa marca barroca, esa frontera temporal y espacial, como decía Aricó, “punto de cruce entre tantas tradiciones y realidades distintas y autónomas”, pareciera darle forma a un pensamiento hecho de restos, de lecturas que despojadas de ánimos imitativos o pleitesías legitimantes, le arrancan trozos culturales al tranquilizador orden de los anaqueles y los mezclan en rizos de rareza, hasta disponerlos de otro modo, de un modo quizás original. A partir del cual, se podría llegar a pensar en otras formas de la modernidad para la América hispana, inclusive en otras fuentes para pensar los fundamentos de las democracias; más allá del “contrato social” y la Ilustración. EL LIBRO Escritos políticos. 19181934, por Saúl Taborda. Edición y prólogo de Matías Rodeiro. Editorial Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, 2009, 344 páginas. Precio: $ 50. Matías Rodeiro es sociólogo. Taborda, por caso, recuperaba la tradición comunalista que se remite hasta el Medievo español; y junto con el legado ético y poético de los místicos del Siglo de Oro, mostraba posibilidades alternativas a las del individualismo burgués. –¿Qué modelo de intelectual promueve la figura de Taborda? –Pienso que Taborda encarna distintos modelos de intelectual. Uno podría ser el del individuo Córdoba fronteriza –¿En qué sentidos la obra de Taborda explica algunas características de Córdoba? –Una marca fuerte que imbrica a Córdoba con el pensa- responsable e implicado con el destino de su comunidad. Es la figura del habitante y animador de la polis. Taborda tuvo una actividad político-cultural muy intensa, en los tiempos cercanos a la Reforma se destaca su participación en la Asociación Córdoba Libre, el Círculo de Autores Teatrales, fue un gran orador de barricada y fino conferencista, publicista en los principales diarios y revistas de la ciudad y el país, abogado defensor de huelguistas. Participó en la filial Córdoba de la Unión Latinoamericana, luego del Comité de Ayuda al Pueblo Español, etc. Pareciera un modo de concebir el pensamiento y practicar lo político, más allá de los partidos y los encuadramientos ideológicos. Aunque es para destacar que Taborda también aceptó cargos públicos que dejarían huella, como la dirección del Colegio Nacional de la UNLP en 1920. Asimismo, no escatimó arrimar sus convicciones a proyectos políticos que le resultaban afines. De allí, por ejemplo, surge su apoyo a la campaña a la intendencia que en 1931 llevaba como candidato por la alianza socialista y demócrata progresista a Deodoro Roca; o su participación protagónica en el Instituto Pedagógico de Córdoba que hacia 1940 formaba parte del gobierno del “radicalismo rojo” de Santiago Hugo del Castillo. Otra forma de la vida intelectual que se insinúa en ciertos períodos de la biografía de Taborda y que convive con lo anterior, es la del recogimiento, diría hasta en un sentido místico. Me parece muy interesante esa faceta, en especial en los momentos en los que no se tiene nada significativo parar decir. Practicar un retraimiento, callar, cerrar los ojos para revisar las bases propias y las de la cosa pública; para luego salir otra vez al ruedo. –¿Qué creés que perdió Córdoba al perder a Taborda? –Me cuesta comprender cómo Córdoba perdió ese legado. Y no sólo me refiero al de Taborda, al que siempre intento pensarlo como parte de un círculo más amplio, una constelación en la que conviven Deodoro, Astrada, Martínez Paz, Carri Pérez, los Orgaz, Malanca, Pedone, Horacio Juárez, Montenegro, entre otros. Por supuesto que los fuegos de la dictadura y la banalización neoliberal (que tiene tristes fundamentos locales en los “mediterráneos de Harvard”); han hecho su tarea. Aunque la imagen del incendio, con todo y ser literal, me parece que no alcanza a dar cuenta de la gravedad de esa pérdida que tiene mucho que ver con el olvido. –¿Qué tipo de olvido? –Es un modo del olvido difícil de asimilar. Ausente en las bibliografías universitarias y en las referencias literarias y políticas. ¿Alguna vez se habrán repuesto las obras teatrales de Taborda? Quizás no lo valieran, pero al menos, alguna vez ¿se discutió sobre ese mérito? A veces pienso que en la pregunta por el sentido de esa pérdida, de ese olvido (todavía no asumido del todo), radica una de las claves para explicar el baldío cultural y político que arrasó con la fertilidad política y cultural de Córdoba. Entrevista. Ingresá y leé la nota completa. Cerca de la revolución ROGELIO DEMARCHI ESPECIAL ÍNDICE Ana Sierra Romera. La escritora cordobesa presentará mañana su libro de poemas Raíces, editado por Arkena. La cita es en la Casa de España, 24 de setiembre 946, a las 19. El libro reúne versos sobre las costumbres, la cultura y la lengua de los antepasados inmigrantes de la autora. DesarrollArte. Via Margutta presentan la tercera muestra del Ciclo 2009 de DesarrollArte, con la exhibición de la artista plástica María Eugenia Castelli. Inaugura el miércoles a las 19.30 en las oficinas comerciales de Grupo Edisur, Estrada 122. Conferencia. “El pensamiento colonial en la Teoría Latinoamericana” es el título de la conferencia que ofrecerá hoy a las 18.30 en la Biblioteca Córdoba (27 de Abril 375) el sociólogo Edgardo Lander. La charla está organizada por la Secretaría de Cultura y el doctorado en Ciencia Política del Centro de Estudios Avanzados de la UNC. Entrada libre y gratuita. Muestra fotográfica. Hoy a las 18 inaugura la muestra “El acero también sangra”, del fotógrafo Ricardo Sisti y de la escultora Violeta Lemoine, en el patio interno de la Legislatura provincial. Tótems canadienses. Una exposición itinerante de imágenes de tótems canadienses tendrá lugar en auditorio Diego de Torres de la UCC (Obispo Trejo 323) desde mañana. Entrada libre y gratuita. En 1918, en los agitados días de la Reforma Universitaria, Saúl Taborda obsequiaba a los líderes del movimiento estudiantil los ejemplares de su ensayo recién editado: Reflexiones sobre el ideal político de América, un texto clave de su pensamiento y que abre el ciclo de esos Escritos políticos que la Universidad Nacional de Córdoba ha publicado con el apoyo de la Biblioteca Nacional. Taborda nació en 1885 y murió en 1944. Estudió Derecho y Filosofía, enseñó Sociología en la Universidad, escribió poesías y obras de teatro, se ocupó de la política y de la educación en sus ensayos, fue un hiperactivo protagonista de la cultura de Córdoba y un lector voraz. Se podría decir que, a su manera, seguía los pasos de Domingo F. Sarmiento, con cuyas posiciones polemizó en más de una oportunidad. La reciente democratización del país por la reforma electoral de 1912, los procesos políticos abiertos por las revoluciones mejicana y rusa, y la Primera Guerra Mundial son algunos de los hechos políticos a los que Taborda alude en más de un pasaje de sus Reflexiones... para diagnosticar la falta de democracia, ya que -desde su punto de vista- el Estado había permitido que el industrialismo dividiera a la sociedad en burguesía y proletariado: unos luchaban para mantener injustos privilegios; otros trataban de conquistar un conjunto mínimo de derechos. Y entre los grandes errores que le señala al Estado, pone el acento en el per- miso que les otorga a un amplio abanico es decir las asambleas territoriales donde instituciones (entre otras, la iglesia, de los ciudadanos tienen participación la universidad, y por extensión todo el directa en la discusión de leyes y elecsistema educativo) para que ahonden la ción de autoridades. brecha social: Taborda las califica como En su interpretación del ideal, eninstituciones de clase que promueven la tonces, se advierte una comuna que auexistencia de dos morales, “la una para todefine colectivamente su destino de los amos, la otra para los oprimidos”. manera activa, sin mediaciones polítiAl compararlas, escribe: “Mientras la cas, ya que no creía en los partidos, a los una enseña la manera de redimir los pe- que calificaba como “sindicatos organicados y los vicios con moneda corriente, zados para la conquista del poder”, lobos la otra instruye la manera de conseguir que se disfrazan de ovejas. ‘la vida verdadera’ con moneda de marLa asamblea comunitaria podía prestirio; mientras la una encindir de ellos y darse a sí seña que una minoría del misma las herramientas pueblo ha nacido para necesarias para conducir El pensamiento mandar, la otra enseña el proceso en pos del bien que la organización social común garantizándole a tabordiano parece es la más perfecta y la todos los habitantes los inscribirse en el más justa. Aquélla se premismos derechos a partir dica en el gran mundo; és- anarquismo y anticipar de una decisión central: ta se predica y se impone las posturas del Ejército que la tierra fuera libre y en las escuelas que las cla- Zapatista de Liberación. se la considerase propieses dirigentes abren en dad comunitaria para que beneficio de las masas”. todos los hombres tuvieNo está hablando exsen igual derecho a ella paclusivamente de la realidad nacional, ra asegurarse pan y hogar. está pensando en la América toda, a la Si hasta aquí el pensamiento taborque compara con el Hamlet de Shakesdiano parece inscribirse en el anarquispeare. Aquella célebre disyuntiva del mo y, en cierto sentido, anticipar las pos“ser o no ser”, aquí es reformulada: turas del Ejército Zapatista de LiberaAmérica tiene que elegir entre ser sim- ción Nacional y su famoso subcomanple factoría al servicio de una Europa dante Marcos, no dejará de sorprender que ha caído en manos del “dios de la que reivindique a Bernardino Rivadariqueza” (el capitalismo) o “pueblos invia: “Mientras se hallaba atareado en dependientes al servicio del ideal” de- combatir los privilegios eclesiásticos; en mocrático. rebajar los derechos aduaneros sobre los productos alimenticios, los vestidos, los útiles de labranza y los materiales de Democracia ideal Para Taborda, “la única democracia que construcción; mientras imponía las herencias y meditaba en la supresión de las ha conocido el mundo es la del Landsaduanas y en la empresa de un canal que gemeinde de ciertos cantones suizos”, uniría los Andes con el Plata (la concepción económica y política de más fuste que haya tenido un estadista argentino), culminó su magna obra con la legislación agraria” de la enfiteusis. La enfiteusis de Rivadavia implicaba que el Estado se consideraba propietario de las tierras, que eran arrendadas para su explotación a los particulares por un término de 20 años (renovables) a cambio de un canon. En esta lectura de la historia nacional, Taborda lamenta la derrota de Rivadavia a manos de la “gauchocracia” (el original término es suyo), que hundió al país en la tiranía, el feudalismo y el latifundio. Por todos estos motivos, deberíamos entender que la democracia propuesta por Taborda sólo podía ser el resultado de un proceso revolucionario. Caso contrario, imposible realizar todas las profundas transformaciones a las que hace referencia en el siguiente pasaje: “No más Estado de clase, no más política de clase y de facciones; no más justicia con distingos; no más propiedad monopolizada e inmovilizada; no más ilustración unilateral; no más instituciones eclesiásticas como elemento de dominación; no más moral de esclavos: la democracia americana es el fallo inapelable, irrevocable, que expropia en beneficio de los pueblos el Estado, la política, la justicia, la propiedad, la ilustración, la religión y la moral”. Si el programa de Taborda, por su integralidad y profundidad, sigue teniendo vigencia, la incógnita es cómo reformularlo en estos tiempos en los que la palabra “revolución” (con todo lo que ella implicaba) ha sido eliminada del lenguaje político.