SINDROME DISEJECUTIVOS

April 2, 2018 | Author: Lena Tamayo Lopez | Category: Executive Functions, Frontal Lobe, Brain, Memory, Cerebral Cortex


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ESPECIALIDADES MEDICASLóbulos frontales y funciones ejecutivas Enviar nota » Imprimir » ISSN 1515-7318 Rev HPC 2011; 14(1):11-13. RESUMEN El concepto de función ejecutiva comprende las capacidades mentales necesarias para formular metas, planificar la manera de lograrlas y llevar adelante ese plan de manera eficaz. Son por tanto las capacidades que permiten llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y socialmente aceptada. Los lóbulos frontales ocupan un tercio de la corteza cerebral en el humano. La corteza prefrontal es la región anterior a la corteza motora primaria y premotora. Es una estructura que ha aumentado de tamaño con el desarrollo filogenético y es heterogénea desde el punto de vista anatómico y funcional. Las principales manifestaciones clínicas resultantes de daño de los distintos circuitos frontosubcorticales (“Síndromes Pre-Frontales”) han permitido identificar tres síndromes principales: El Síndrome Dorsolateral o Disejecutivo, Síndrome orbitofrontal (cambio de personalidad) y el Síndrome mesial frontal (apatía y mutismo). El objetivo de este trabajo es definir ampliamente las funciones ejecutivas, desde la mirada de distintos autores, y desarrollar conceptos asociados al lóbulo frontal, más específicamente relacionados con la corteza prefrontal y sus alteraciones. INTRODUCCIÓN Dentro de las funciones corticales superiores en la terminología de Luria (1966), las denominadas “funciones ejecutivas” son las que más investigación han generado en el último tiempo. Se introdujeron en la neuropsicología, siendo definidas como la última instancia cerebral en el control, regulación y dirección de la conducta humana (1,2,3). El término funciones ejecutivas fue acuñado por M. Lezak para hacer referencia a las capacidades implicadas en la formulación de metas, planificación y ejecución de la conducta de una forma eficaz 4. Cabe señalar que el concepto empírico de función ejecutiva se elaboró a partir de la investigación neuropsicológica realizada en pacientes con lesiones prefrontales, principalmente en la región dorsolateral, y en animales de experimentación (Fuster, 1989), todas estas regiones asociadas al lóbulo frontal (1,2,3). El córtex prefrontal representa en los seres humanos aproximadamente el 30 % de la corteza cerebral, siendo la región cerebral con un desarrollo filogenético y ontogenético más reciente (4). Luria fue el primer autor en señalar que la región terciaria de los lóbulos frontales actúa como una superestructura sobre todas las demás partes de la corteza cerebral, llevando a cabo una función de regulación de la conducta más general y especializada que la que se lleva acabo en las aéreas de asociación posteriores. Así los lóbulos frontales no solo desempeñan una función de síntesis de los estímulos externos, sino que también se ocupan de la preparación para la acción, la formación de planes de conducta, de hacer posible que la acción se lleve a cabo y de verificar si esta ha tomado el curso adecuado (2,4). Los lóbulos frontales no sólo son la región más grande sino también la más compleja de todo el cerebro y, con toda seguridad, la zona más desconocida. Durante mucho tiempo se le consideró como un área "silenciosa", dado que no recibe información directamente del exterior, como sí lo hacen las zonas posteriores. Exceptuando el área motora, encargada de la transmisión de información motora a los órganos efectores, todas las otras regiones de los lóbulos frontales se encargan de la compleja interacción de las diversas conexiones provenientes de otras zonas (5). El caso más famoso sobre alteraciones frontales es el de Phineas Gage, un obrero de ferrocarril que sufre un accidente de trabajo colocando una barra en la carrilera que, 3). Este concepto fue acuñado por Fuster (1989). Así mismo fundamentan la personalidad y el mantenimiento del comportamiento: la conciencia. y verificación de la conducta intencional: “las funciones ejecutivas comprenden las capacidades mentales necesarias para formular metas. imprevistas o cambiantes y. 2000): las capacidades necesarias para formular metas. la empatía y la sensibilidad social (1). creativa y socialmente aceptada (2. dirigida a una meta y regulada por un programa específico que necesita de un tono cortical constante” (1-3). trabajadora. uno es el Modelo Integrador que tenía en cuenta las aportaciones de la memoria de trabajo de Baddeley y el otro es el Sistema Atencional Supervisor definido por Norman y Shallice 6. Gage no murió y. honesta y responsable. refiriéndose a un grupo de funciones reguladoras del comportamiento humano. la autorregulación. y toma de decisiones (1-3). el autocontrol y el uso de retroalimentación (feedback) (2. pero. las facultades implicadas en la planificación de los procesos y las estrategias para lograr los objetivos. correcta selección de conductas y su organización en el espacio y en el tiempo. programación. el reconocimiento del logro/no logro y de la necesidad de alterar la actividad. Milagrosamente. Estas funciones son primordiales en todos los comportamientos necesarios para mantener la autonomía personal. la evidencia posterior mostró alteraciones muy severas que sólo pudieron ser producto de la atrofia de las lesiones en la región frontal de su cerebro. conceptualizó las funciones ejecutivas. sin control social. había quedado completamente "normal". Pero es a Lezak (1989). Las funciones ejecutivas hacen referencia a una constelación de capacidades cognitivas implicadas en la resolución de situaciones novedosas. desde la mirada de distintos autores y desarrollar conceptos asociados al lóbulo frontal. sin nombrar el término (el cual se atribuye a Lezak). todo lo cual hizo que su vida posterior cambiara radicalmente de rumbo. más específicamente relacionados con la corteza prefrontal y sus alteraciones (Sindromes Prefrontales). irrespetuoso. como ya hemos comentado. Comenzó por presentar problemas comportamentales y cognoscitivos: previamente había sido una persona amable. señalando que “cada actividad humana comienza con una intención definida. Stuss y Levine. regulación. pueden agruparse en una serie de componentes (Lezak. a quien se debe el concepto de función ejecutiva del cerebro: planificación. Son por tanto las capacidades que permiten llevar a cabo una conducta eficaz. las habilidades implicadas en la ejecución de los planes. la selección de la conducta. En 1974 Baddeley y Hitch desarrollaron un modelo de “memoria a corto plazo” al que . flexibilidad cognitiva en la monitorización de estrategias. El objetivo de este trabajo es definir ampliamente las funciones ejecutivas. Sholberg y Mateer (1989) consideran que las funciones ejecutivas abarcan una serie de procesos cognitivos entre los que destacan la anticipación. la elección de objetivos. inhibición de respuestas inadecuadas. según parecía. Existen otros modelos que han intentado esclarecer los procesos implicados en las funciones ejecutivas. FUNCIONES EJECUTIVAS El concepto de función ejecutiva es relativamente reciente dentro del campo de estudio de las funciones cerebrales. le atraviesa el cráneo lacerando y destruyendo completamente las regiones frontales hasta la órbita ocular izquierda. No obstante. Luria fue el primer autor que. diseño de planes. de forma consensuada. planificar la manera de lograrla y llevar adelante ese plan de manera eficaz”. se volvió irresponsable.3). detenerla y generar nuevos planes de acción. 1994) u orbito-frontal (5). supervisión de las conductas en función de estados motivacionales y afectivos. luego del accidente. pero probablemente es el propio Luria quien lo menciona en su libro Higher Cortical Functions in Man (1966). 1995. Estas alteraciones se han descrito después dentro de lo que se conoce como el síndrome prefrontal comportamental (Damasio. la planificación. A su vez.luego de una explosión. movimiento. mientras que las conexiones eferentes proveen los medios por los cuales la corteza prefrontal modela o regula ciertos procesos de información. la organización secuencial (se refiere a la habilidad de mantener y dirigir las unidades de información en un orden adecuado) y la iniciativa (la fuerza que energiza toda actividad humana. novedad y atracción. gnósico-práxico y simbolización). Por ultimo existe un sistema de alerta responsable del despertar cognitivo (7). Conexiones aferentes proveen información crítica a determinadas áreas prefrontales sobre procesos perceptuales y mnésicos que ocurren en áreas corticales de asociación posterior y en estructuras subcorticales. Tamaroff y Allegri refieren que para entender las funciones generales del sistema frontal y a los desórdenes neuropsicológicos debemos tener en cuenta al “Modelo de Organización Funcional del Sistema Nervioso”. el “órgano de la civilización” (Halstead. dorsolateral. Así. e integra además la información que proviene de la memoria a largo plazo.5% en los macacos.8). formulación de respuestas y monitoreo de las conductas propuestas y actuales). preplaneamiento. En el año 2000 este modelo fue reformulado y se incluyó un tercer subsistema esclavo denominado “Buffer episódico”. Con respecto al Sistema Atencional Supervisor (SAS). y 29% en los humanos) y es heterogénea desde el punto de vista anatómico y funcional. (Fuster. se cree que se activa siempre que la selección rutinaria de operaciones resulte inapropiada. Es la adquisición filogenética más reciente y es una de las últimas regiones en madurar y mielinizarse en el desarrollo ontogenético. De este modo se crea una representación multimodal y temporal de la situación actual (8). y las lesiones en las distintas aéreas producirán síndromes diferentes (Cummings. por ello recurre al concepto de Sistema Atencional Supervisor (SAS) de Norman y Shallice para intentar operativizar este sistema (9). efectuando diversas operaciones de selección y de control (7).denominaron memoria de trabajo. y cuando surgen opciones de respuesta que requieren tomar una decisión (7. 11. No es una entidad homogénea sino que está dividida en subregiones de especialización funcional. están . el SAS se activará cuando un individuo encuentra peligro. Baddeley encontró dificultades para definir el concepto de Sistema Ejecutivo Central (SEC) y los procesos implicados en éste. Es una estructura que ha aumentado de tamaño con el desarrollo filogenético (8. 1947). compuesto por un componente central: el “Ejecutivo Central” y dos “subsistemas esclavos”: el “Bucle fonológico” (para la entrada de toda la información que ingresa por vía auditiva de forma verbal) y una “Agenda visuoespacial” (o block de notas para la entrada de información visual). Experimentos en monos han demostrado que estas áreas citoarquitectónicas difieren en término de sus conexiones con estructuras corticales y subcorticales (Jones. Estas conexiones aferentes y eferentes son mediadas por redes neuronales (10). El sistema cognitivo “supramodal” (Frontal) sería el encargado del control ejecutivo (incluyendo funciones tales como anticipación. Alexander. Este modelo está constituido por un sistema jerarquizado que contiene tres niveles funcionales cerebrales básicos subordinados (sensorio-motor.5% del total de la corteza cerebral en los lémures. La corteza prefrontal y sus diversas regiones. 1980). Este modelo describe un sistema de capacidad limitada. otros lo consideraron el órgano “superior” del cerebro. otro sistema superordinario prefrontal (control e iniciativa) y dos sistemas en paralelo (la memoria y la emoción) que interactúan con cada uno de los niveles. Este nuevo componente almacena simultáneamente información fonológica y visual. El ejecutivo central es un sistema de control atencional que supervisa y ordena la información proveniente de los dos subsistemas esclavos.7). El lóbulo frontal fue considerado casi “inútil” por algunos autores (Hebb. orbitofrontal y medial. 1985. La corteza prefrontal (CPF) es la región frontal anterior a la corteza motora primaria y premotora. 1996). lenguaje y pensamiento) (2. 1945). 17% en los chimpancés. LÓBULOS FRONTALES Los lóbulos frontales ocupan un tercio de la corteza cerebral en el humano. 1985) (7). y tres más que parten de las distintas regiones de la corteza prefrontal (dorsolateral. conductuales y emocionales están asociados con estos circuitos. . . El marco de los sistemas frontales-subcorticales proporciona una base para entender las funciones del lóbulo frontal. Tienen capacidad de almacenar información. La dificultad en el recuerdo puede ser también debido a una ineficacia en los mecanismos de codificación de la información causada por déficit de atención o en las funciones ejecutivas. además de reducir el aprendizaje y la recuperación de la información. pálido y tálamo) producen manifestaciones similares a las de la región frontal de origen. El Síndrome Dorsolateral o Disejecutivo puede ser provocado por una lesión en cualquier región de circuito dorsolateral. y que la gravedad de estos varía en función de la localización de las lesiones (Kolb y Whishaw. la sustancia nigra. Primero. que se origina en el área motora suplementaria. . También explicaría el que determinadas lesiones a distancia de la corteza prefrontal. el tálamo y nuevamente la corteza frontal. Antes de realizar la descripción de cada síndrome es importante señalar que es poco probable que un paciente concreto muestre todos los síntomas de los diferentes síndromes. den lugar a síntomas frontales. Las lesiones prefrontales dorsolaterales producen déficit en la fluencia verbal y no verbal. Estos circuitos tienen una estructura básica: conectan el lóbulo frontal con el núcleo estriado.Déficit en la programación motora: este trastorno se evidencia al realizar tareas . Distintos perfiles cognitivos. SINDROMES PREFRONTALES Las principales manifestaciones clínicas resultantes de daño de los distintos circuitos frontosubcorticales (“Síndromes Pre-Frontales”) han permitido identificar tres síndromes principales: El Síndrome Dorsolateral o Disejecutivo. pueden causar cambios cognitivos y conductuales. Segundo.11). aunque dado el tamaño reducido de estas estructuras.3. pero principalmente por lesiones de las áreas 9 y 10 de Brodmann. que parte del área8. Hay 5 circuitos frontosubcorticales reconocidos: uno "motor". las funciones del lóbulo frontal no están bajo una única jurisdicción anatómica en la corteza frontal (10). pero dificultades en las estrategias necesarias para recuperarla. reducen la capacidad para resolver problemas y de alternar entre categorías cognitivas. 1985) (2.conectadas con diversas estructuras subcorticales. El daño de las estructuras subcorticales que integran los distintos circuitos (estriado. dificultades para poder inhibirlos y dificultades para terminar con aquellos comportamientos que son inapropiados.Alteraciones de memoria: a pesar de mantener conservada la memoria en pruebas neuropsicológicas formales.13). 2006) (12. lo cual explicaría que los síntomas que provoca una lesión frontal sean distintos según la región o circuito afectado.Funciones ejecutivas: los déficits generalmente se presentan como dificultades en la iniciación de compor-tamientos apropiados. Todos los circuitos comparten estructuras en común. lesiones en distintas regiones frontales. un circuito "oculomotor". orbitofrontal y del cíngulo anterior) (10). Síndrome orbitofrontal (cambio de personalidad) y el Síndrome mesial frontal (apatía y mutismo) (Cummings. y las que afectan al cíngulo medial frontal/anterior resultan en apatía y disminución de la iniciativa (9.Memoria de trabajo: es la capacidad de mantener información "online". Las ubicadas en regiones orbitofrontales causan desinhibición e irritabilidad. el pálido. comprensión y razonamiento. los pacientes no tienen la habilidad para utilizarla en situaciones de la vida real. formando circuitos frontosubcorticales. Por lo tanto. es inusual que una lesión afecte solo la región correspondiente a un circuito. Se refiere a un sistema de almacenaje transitorio y manipulación de la información necesaria para la realización de tareas como aprendizaje. Se produce una alteración cognitiva como resultado de un trastorno en las siguientes funciones : .10.10). los cuadros mixtos son más frecuentes cuando hay daño subcortical. pero se mantienen separados anatómicamente (10). pero que involucran al circuito. Entre las etiologías más frecuentes se encuentran los Traumatismos de cráneo cerrados: la superficie orbitaria y el polo frontal son las regiones que se lesionan con más frecuencia en los traumatismos craneales. Se refiere a que el paciente parece divertirse con lo que a nadie le hace gracia. también puede atribuirse a una incapacidad para "captar" el sentido de un chiste (Shammi P.Desorden de la auto-regulación: inhabilidad de regular las conductas de acuerdo a los requerimientos y objetivos internos. déficit espacial y dificultades emocionales. núcleos subcorticales y sustancia blanca. 1993). dependientes del ambiente. carecen de curiosidad. Cummings señala que lesiones extensas frontales generan imitación de los gestos de otros (Cummings.Alteración del comportamiento: los pacientes con lesión dorsolateral tienden a aparecer apáticos. junto con daño en el lóbulo parietal anterior. Surge de la incapacidad de mantener una representación del sí-mismo online. Pacientes con lesiones dorsalaterales presentan dificultades en la toma de decisiones tanto en los tiempos de deliberación como en la calidad de las estrategias utilizadas (Manes. ocasionado por un daño directo por la hemorragia.Conducta desinhibida: conductas inapropiadas en su naturaleza o en el contexto social en que se presentan. -Trastornos en la resolución de problemas y toma de decisiones: la toma de decisiones es un interjuego entre conocimiento contextual. el paciente sabe que es lo que tiene que hacer pero no lo puede realizar correctamente. . distrac-tibilidad y dificultades para responder a señales sociales. tanto verbal como motora. incluye la tendencia a imitar al examinador. y de utilizar esta información del sí-mismo para inhibir respuestas inapropiadas. generalmente el síndrome tiende a ser leve. bulimia). la emoción. lentos. Los hallazgos neuropsicológicos en estas lesiones incluyen negligencia espacial. conductas inapropiadas. Si el área de daño se limita al lóbulo frontal. y escasa fluidez a la hora de realizar dibujos espontáneamente con dificultades para copiar figuras complejas (mala estrategia). distraídos. . Los pacientes pueden presentar una disociación entre sus respuestas verbales y motoras. labilidad emocional. Entre las etiologías más frecuentes se encuentra la oclusión de la arteria cerebral media: el infarto en este territorio arterial generalmente resulta en daño en la corteza dorsolateral posterior. ruptura de un aneurisma de la arteria comunicante anterior. la depresión es un síntoma frecuente. Los pacientes generalmente presentan las siguientes características: . Son generalmente reiterativos.Reducción de la fluidez verbal y no verbal: dificultades para generar palabras. inatentos. Sin embargo. anosognosia. 2002). lóbulo temporal superior. Está mediatizada por procesos motivacionales. con dificultades en la atención. o seguir una secuencia. Generalmente incluye la valoración de riesgos. marcadores somáticos y por la valoración de contexto (10). . posibilidades y soluciones.motoras alternadas con las manos. con incapacidad de inhibir respuestas incorrectas. . tocando y utilizando todos los objetos que tienen a su alcance (conducta de imitación y utilización). emocionales y cognitivos. o como consecuencia de un . Fallas en el control de los impulsos (agresividad sin motivo. En lesiones izquierdas. Se asocia con desinhibición. -"Sentido del humor”: conocido clásicamente como "moria" (Damasio. -Síndrome de dependencia ambiental: descripto inicialmente por Lhermitte en 1986. por el contacto con la base del cráneo sobre la que descansan. irritabilidad. las posibles respuestas y las recompensas futuras. 1993).Ordenación temporal de acontecimientos: dificultades para ordenar los acontecimientos en el tiempo. es decir. desmotivados. Este déficit es más aparente en situaciones poco estructuradas. 1999). El Síndrome orbitofrontal (cambio de personalidad) se produciría por una lesión a cualquier nivel del circuito orbitofrontal pero especialmente por lesión de las áreas basales 11 y 12 de Brodmann (10). Dentro de esta definición se recogen aspectos metacognitivos como la interpretación de emociones básicas. sus intenciones y sus creencias. El Síndrome Disejecutivo subcortical se produce por daño en las estructuras subcorticales de sustancia blanca o sustancia gris. Generalmente se acompaña de apatía. hidrocefalia. pero con total apatía y no muestra ningún tipo de emoción (Devinsky O. El paciente está despierto.14). polo temporal. depresión. cingulado posterior. las mentiras o la ironía. la Historia de ironía. las Creencias de primer y segundo orden (amígdala y corteza frontal dorsolateral). los cuales provocan un cuadro de deterioro cognitivo que progresa lentamente (subagudo). Enfermedad de Huntington. Las características de pacientes con lesiones en esta área son las siguientes: . Cuando el daño es moderado. Sólo responde a sus propios motivos. estos cambios se presentan como un déficit atencional disejecutivo. amígdala. córtex frontal orbitofrontal ventromedial. sus conocimientos. . Déficit subcorticales como las que se observan en la Enfermedad de Parkinson o Huntington así como lesiones talámicas. la capacidad de captar el discurso metafórico. Se refiere a la habilidad para comprender y predecir la conducta de otras personas. Estos síntomas no siempre son acompañados de signos físicos. mentira y mentira piadosa (giro frontal medial izquierdo y cingulado posterior). Funciones Ejecutivas: pobreza en la resolución de problemas. encefalopatía de Binswanger) o en las estructuras de la sustancia gris (Enfermedad de Parkinson. Además de la región frontal mesial. Parálisis Supranuclear Progresiva). baja recuperación de la información con buena performance en la fase de reconocimiento. la Empatía y cognición social (giro frontal medial. Otra etiología a tener en cuenta son los Tumores (meningiomas orbitofrontales). por lo que a menudo la consulta es tardía (10). putámen ventral. El Síndrome mesial frontal (Apatía y mutismo) se produce por una lesión a cualquier nivel del circuito mesial.Memoria: pobres en procesos de codificación. Goldman. Entre las etiologías más frecuentes se encuentra el ACV de la arteria cerebral anterior: infartos en este territorio arterial resultan en daño de los sectores anteriores y supramesiales de la CPF. constituye el síndrome de Demencia Subcortical. el Faux pas o Metida de Pata (frontal dorsolateral y ventromedial). otras áreas cerebrales estarían involucradas en la ToM: El Reconocimiento facial de emociones (amígdala).Rakic y Porrino en 1985 identificaron imput del área 24 de Brodmann al estriado ventral. pero cuando el daño es severo y persistente. 1995). surco temporal superior. Traumatismo de cráneo. En ocasiones son clínicamente silenciosos.espasmo arterial que condicione una lesión isquémica en la región orbitofrontal. córtex frontal dorsolateral y lóbulo parietal) (10. Es común que el síndrome se acompañe de un síndrome amnésico si la lesión abarca además al núcleo accumbens y otras estructuras límbicas.Pensamiento enlentecido. Sin embargo. en especial si el cíngulo anterior está afectado. concepto también conocido como Teoría de la Mente (ToM).Mutismo akinético: es el principal síntoma. Enfermedad de Wilson. la posibilidad de interpretar emociones sociales complejas a través de la mirada o la cognición social y la empatía (14). pero especialmente por lesión del área 24.Afecto: apatía. es decir. . Por medio de estudios de neuroimagen funcional se ha encontrado que la corteza prefrontal medial es la región de la corteza prefrontal más relacionada con la capacidad de mentalización (Shallice. pueden causar apatía. 2001).Abulia (falta de deseo): estado de ausencia de motivación e iniciativa. puede hablar y moverse perfectamente si quisiera. Daño en estos circuitos causa apatía o abulia. núcleo accumbens y tubérculo olfatorio. especialmente si se trata de lesiones bilaterales. incluyendo el caudado ventromedial. Las características de pacientes con lesiones en esta área son las siguientes: (10) . . Entre las etiologías más frecuentes se encuentra el daño subcortical en la sustancia blanca (Esclerosis Múltiple. no contesta a las preguntas ni presenta respuestas motoras. . se considera que los lóbulos frontales representan el “centro ejecutivo del cerebro”. Debido a esta capacidad de regular. particularmente cuando la corteza orbital esta compromentida y en algunos pacientes desarrollaron manía o hipomanía. y agrupar como una sola . El análisis neuropsicológico del daño frontal se complica por la variabilidad del tamaño de la lesión. hacia la obtención de metas que sólo se pueden conseguir por medio de procedimientos o reglas.Además de los tres síndromes descriptos hay una serie de síntomas conductuales que ocurren en las disfunciones frontales. La euforia y la jocosidad inapropiada son comunes. en el trastorno por déficit de atención o en el autismo6. el tiempo de desarrollo de la lesión y el impacto de la desconexión funcional con otras áreas corticales. regulación y control de los procesos psicológicos. La catatonia ocurre en la esquizofrenia y puede aparecer por lesiones frontales mediales e inferiores sugiriendo relación cercana con el síndrome aquinético (Tamaroff y Allegri. el tipo de patología. su perfeccionamiento en los primates se relaciona con la necesidad de un control y coordinación más compleja de los procesos cognitivos y conductuales que emergieron a través de la filogénesis de estas especies. También participan de forma decisiva en la formación de intenciones y programas. la enfermedad de Parkinson. No son encontrados estados depresivos puros o hipomaníacos. El paciente frontal raramente muestra la conciencia y preocupación del paciente deprimido. los traumatismos craneoencefálicos. La llamada hipomanía del lóbulo frontal se refiere a un estado inestable de exuberancia ocasionalmente interrumpido por la irritación. debido a todos estos factores es que las definiciones del “daño frontal” varían considerablemente. así como en la regulación y verificación de las formas más complejas de la conducta humana. Por lo que es necesario contar con un conocimiento lo más completo posible sobre sus propiedades neuropsicológicas. pero tanto la enfermedad de Alzheimer (DTA) como las Demencias vasculares y las Demencias por Cuerpos de Lewy. Desde un punto de vista neuropsicológico los lóbulos frontales representan un sistema de planeación. en el trastorno antisocial de la personalidad. Se ha advertido que no existe una entidad única y simple como “síndrome frontal”. Entre los primeros podemos destacar los tumores cerebrales. 1995) (5). 2005) (15-18). Respecto a los trastornos mentales. entre otras. en el trastorno obsesivo compulsivo. organizan las conductas basadas en motivaciones e intereses. Dentro de estas se incluyen todas las enfermedades que cursan con degeneración y pérdida neuronal en los lóbulos frontales. CONCLUSIÓN Los lóbulos frontales son las estructuras cerebrales de más reciente desarrollo y evolución en el cerebro humano. la esclerosis múltiple o el síndrome de Gilles de la Tourette. Conviene destacar que son numerosas las patologías neurológicas y los trastornos mentales y del comportamiento en los que se han descrito alteraciones en alguno o en todos los componentes del “sistema ejecutivo”. las alteraciones de las funciones ejecutivas se han estudiado en la esquizofrenia. Existe evidencia favorable a la hipótesis de que el ejecutivo central de la memoria de trabajo se ve afectado por el envejecimiento normal (Burin y Duarte. la región de la corteza afectada. permiten la coordinación y selección de múltiples procesos y de las diversas opciones de conducta y estrategias con que cuenta el ser humano. cursan con patología frontal (10). Además en el enveje-cimiento “normal” pueden observarse alteraciones en el sistema frontal. el daño cortical versus el subcortical. El daño o la afectación funcional de los lóbulos frontales tienen consecuencias muy heterogéneas e importantes en las conductas más complejas del ser humano. La depresión fue encontrada más comúnmente en pacientes con lesiones frontales. El prototipo es la Demencia fronto-temporal en especial su variante frontal. planear y supervisar los procesos psicológicos más complejos del humano. los accidentes cerebrovasculares. Algunas enfermedades degenerativas pueden presentar sintomatología frontal. Duarte. Efectos del Envejecimiento en el Ejecutivo Central de la Memoria de Trabajo. Manes F. 15. 41 (3): 177-186 7. Tirapu-Ustárroz J. Síndrome Orbitofrontal (Cambio de personalidad) y el Síndrome mesial frontal (Apatía y mutismo). 11. Editorial Guadalupe Ltda. Funciones ejecutivas: necesidad de una integración conceptual. Koivisto k. 4. 1995. Allegri R. 2001. Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. An update. Tirapu-Ustárroz J. Madrid. De Brigard. Rev Neurol 2005. Capítulo 10. 34: 673-685. 1999. 3. 13. Lopez Pousa L. Muñoz-Céspedes JM. Memoria y funciones ejecutivas. 39-42. Tirapu-Ustárroz. 20votos . Editorial Médica Panamericana. 2006. Decline in frontal lobe functions in subjects with age-associated memory impairment. et al. México 2006. Incidencia clinica de la Demencia Frontal. Instituto de Neurología Cognitiva (INECO). Cummings J. Neuropsicología Clínica y Cognoscitiva. Introducción a la Neuropsicología Clínica. Rev Neurol 2000. Las principales manifestaciones clínicas resultantes de daño de los distintos circuitos frontosubcorticales han sido definidas y han permitido identificar tres síndromes principales Prefrontales: El Síndrome Dorsolateral o Disejecutivo. es importante resaltar que el desarrollo en el conocimiento de la neuropsicología de los lóbulos frontales permitirá avanzar en la comprensión de las zonas del cerebro más importantes para la conducta y la cognición humana. Hanninen T. Frontal-Subcortical neural circuits and clinical neuropsiquiatry. 34: 216-222. Buenos Aires. Montañés. Tamaroff L. El daño frontal produce muy diversas características cognitivas y conduc-tuales. 5. Capitulos 16 y 28. No hay comentarios . et al. Neurología de la Conducta y Neuropsicología. 9. Peña Casanova J. A. Parkin A. Órgano oficial de expresión de la fundación OMIE 2006. 1-6. F. Síndrome Frontal: Sintomatología y Subtipos Neurociencias .: Exploraciones en Neuropsicología Cognitiva. 48:148-153. Flores Lázaro JC. 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Harlow. 1986) describe uno de los primeros casos sobre los cambios producidos en la conducta después de sufrir una lesión en la parte anterior del cerebro. vamos a iniciar analizando los déficits ejecutivos que acompañan a la lesión del lóbulo frontal. Lussier. en el razonamiento en la resolución de problemas. esta idea se atribuyó por primera vez a Luria (1966). Dentro de la neuropsicología moderna. sobre el estudio de la lesión del daño frontal es el caso de Phyneas Gage. 2004). Jambaqúe. A continuación profundizamos en esta diversidad: Portellano (1998). J. aprendizaje asociativo. el interés se ha intensificado considerablemente. se profundizara en la disfunción ejecutiva. 2001). Hernández. Las lesiones producidas en la zona prefrontal del cerebro determinan. en la capacidad de generar estrategias que permitan solucionar problemas. tras la lesión en los lóbulos frontales. 2002). en la formación de conceptos y en el ordenamiento temporal de los estímulos. pero desde comienzos de la década de los sesenta. Lesiones en esta zona se asocian a problemas de la memoria y en concreto en la memoria de trabajo (Golea. 2001). médico de profesión. las lesiones en los lóbulos frontales van a implicar alteraciones en todas las funciones cognitivas (Jódar. cada uno de los cuales puede influir en dos sistemas funcionales básicos: el impulso y la secuenciación. Inhibición. el tamaño. 1994. funciones conocidas a partir del estudio. o incluso. Esta sintomatología cognitiva. generación de imágenes. Los lóbulos frontales se encuentran implicados en las funciones cognitivas más complejas y evolucionadas del ser humano. Pullara y Grafman. Tanto la investigación básica como la evidencia clínica muestran que el daño frontal lleva consigo diversos y múltiples déficits cognitivos como consecuencia de una lesión en esta zona de la corteza cerebral: dificultades en la planificación. En este sentido. Lortier. flexibilidad cognitiva. que propuso que los lóbulos frontales eran responsables de programar y regular el comportamiento. la memoria. México RESUMEN  En el campo de la neuropsicología ha existido un interés por el estudio de las funciones ejecutivas dentro del "síndrome frontal". la personalidad. y de verificar si una actividad dada era apropiada para una situación. Las lesiones en el córtex basal frontal interrumpen circuitos de memoria y pueden provocar amnesia. asocian las disfunciones de los lóbulos frontales en adultos con ciertos aspectos de la coordinación motriz. dedicó un capítulo a analizar las alteraciones de la actividad mnésica en dos casos de infección masiva de los lóbulos frontales: un enfermo con tumor (aracnoidendotelioma) de los sectores basales de los lóbulos frontales y un caso de trauma masivo de esas formaciones. el premotor y otras áreas con las que mantiene estrechas relaciones. Dulac y Lassonde (2002) y Pineda (2000). que ejemplifica claramente la relación existente entre los lóbulos frontales y los que con posterioridad se relacionan. la aparición de un conjunto de síntomas que se agrupan bajo el denominado síndrome frontal. Esperanza Bausela Herreras Universidad Autónoma de San Luis Potosí San Luis Potosí. trastornos motores. y se analiza la sintomatología con relación a una posible división estructural de esta zona del córtex tan compleja. Stuss y Benson (1986) han sugerido que el sistema ejecutivo frontal comprende una serie de procesos componentes. manipulación de las propiedades espaciales de un estímulo. pero indirectamente el lóbulo frontal reduce la capacidad de aprendizaje en tanto está implicado en la capacidad de planificación y organización de . la profundidad y la lateralidad de la lesión.M. es muy variada y se relaciona con la localización. Sin duda alguna. Esta diversidad funcional es explicada por las complejas conexiones aferentes y eferentes de esta zona córtex. meta cognición y cognición social (Kertesz. El objetivo de este artículo es analizar la diversidad de la sintomatología que acompaña a las lesiones y/o disfunciones que se relacionan con este sustrato neurológico. la motivación. podemos hablar de trastornos en el razonamiento. el lenguaje. Por esto. la afectividad. el control motor. alteración de algunas formas de habilidades motoras. autorregulación. función ejecutiva. Sintomatología del lóbulo frontal Los diferentes especialistas que han tratado de estudiar el funcionamiento ejecutivo han concluido que existe una relación muy estrecha entre éste y las alteraciones que presentan los pacientes con lesiones que se localizan en la zona del lóbulo frontal cerebral (Barroso y León Carrión. Levin. trastornos de los movimientos oculares y de la programación motriz. alimentan y moderan una gama de sistemas diversos que están fuera de los lóbulos frontales. en la mayor parte de los casos. el caso más famoso de la neuropsicología. de Guise. Del mismo modo. paralelamente a los avances en el conocimiento de esa región cortical. a su vez. El número de esta forma de perseverar durante los intentos para reproducir la primera estructura tras la presentación de una segunda. Luria (1979a) analizo las alteraciones que presentan estos pacientes en tres tipos de actividades mnésicas: 1. se ven alteradas aquellas tareas que implican memoria de trabajo. en ocasiones. Las capacidades lingüísticas están conservadas. Bauer y Jervey. en las que el córtex asociativo parietal está más implicado. Las capacidades básicas de discriminación espacial no se alteran. Este defecto se encuentra también en la reproducción de frases. y después una segunda serie similar de palabras (por ejemplo. Y más recientemente. característica de un tipo inactivo de proceso mnésico. Se observan alteraciones en el lenguaje (Sánchez. hasta suele elevarse su atención involuntaria. denominan y leen correctamente. Sin embargo. Las funciones visuoespaciales y visuoperceptivas. 3. 1979). sin ninguna duda. repiten. deja de crecer en ellos. 1986). la última serie. Es decir. permite la organización espaciotemporal y contextual de la información aprendida: la memoria contextual y temporal. Con la maduración del lóbulo frontal se desarrolla la ironía y la capacidad de interpretar proverbios o metáforas. 2002) han considerado los déficits en la inhibición comportamental como el núcleo de las dificultades ejecutivas de estas personas. 1995). López y Sayago. provocadas por el efecto directo de estímulos irrelevantes. expresiva de la inactividad en la función mnémica de los mismos (Luria. 1979a). también se resienten tras lesiones frontales. En estos pacientes la “curva de memoria” que en condiciones normales entraña un carácter netamente progresivo. el funcionamiento correcto de los lóbulos frontales es imprescindible para solucionar tareas que implican: la manipulación del espacio. pero son incapaces de generar espontáneamente listas de animales. se observa como en estos pacientes. pero no se puede mantener la fluidez del lenguaje. signo claro del carácter pasivo del aprendizaje. 2. es más del doble en pacientes con lesiones del lóbulo frontal que en los pacientes con lesiones de las zonas posteriores del cerebro. en una meseta y se mantiene allí. inclusive. persiste en repetir “el chico golpea al perro” o “el chico… bebe té”. Así. sigue manteniéndose a un mismo nivel y empieza a tener el carácter de “meseta”. casabosque-gato). el déficit se encontraría en la alteración de inhibir respuestas irrelevantes. y se le pide recordar la primera frase. hasta el punto de recurrir a las respuestas monosilábicas. En estos casos no se advierte ningún déficit del reflejo de orientación ante las señales externas. 1986). este nivel no se eleva y se mantienen una y otra vez. argumentando que estas personas no parecen poseer la capacidad de controlar el procesamiento de la información que no se requiere en un momento determinado. capacidad que en los niños pequeños no existe y que no comienza a adquirirse sino hasta los 6. La emisión espontánea de palabras se altera hasta el punto de poder llegar a lo que Luria denominó afasia dinámica comprenden. Este resultado refleja claramente la ausencia de un sistema móvil de intenciones que controla la actividad mnésica de estos pacientes. en respuesta a la petición de recordarla. como aquellas que requieren rotación espacial de elementos. y todo estímulo accesorio les distrae (Luria. Además. Este carácter pasivo. después de que un paciente haya repetido la frase “la chica bebe té” y a continuación la frase “el chico golpea el perro”. De ahí que los pacientes con disfunción frontal tengan dificultades en la resolución de la prueba de Cubos del test WAIS o en la copia de la figura compleja de Rey. roble-noche-mesa). Shimamura (1996) ha insistido en esta misma idea. Por ejemplo. Por otro lado. por tanto. la planificación. Las formas elementales del reflejo orientador (o atención voluntaria). tras la cual se le pide que recuerde la primera serie. también se refleja en el llamado “nivel de pretensión” (señalando cuantos elementos recordaría tras la presentación siguiente de la misma serie). Algunos investigadores (Castaño. Luria (1973) interpretó las alteraciones de la memoria después de una lesión frontal como una alteración de la capacidad de control de la inhibición. no sólo permanecen intactos. en otras palabras. pudiendo mantener un buen rendimiento en todas aquellas tareas que implican valoración espacial.la información. existe una meseta distintiva. ordenación y secuenciación temporales. cuando se pide al paciente que reproduzca una serie corta de palabras (por ejemplo. en estos pacientes se observan déficits en test que requieren la transición de la reproducción de un grupo de huellas a otra. sin poder organizar adecuadamente el discurso. Pueden contestar correctamente a la pregunta: “¿un elefante es un animal?”. El papel relevante de los lóbulos frontales en la inhibición de respuestas a estímulos irrelevantes y en la perseverancia de la conducta programada y orientada hacia un fin. permite explicar las alteraciones que estos pacientes tienen en las formas superiores de atención (Luria. la capacidad no sólo de aprender una información. 8 y 10 años. La curva de aprendizaje se convierte. Al mismo tiempo. Por ejemplo. Benson y Stuss. Otra dificultad consiste en la imposibilidad de interpretar frases de doble sentido o metáforas y actúan de acuerdo a las instrucciones literales (Alexander. sino de relacionarla con un contexto y ordenarla en el tiempo de una manera adecuada (Fuster. . 1989). como una repetición inerte. 1999) que se altera por déficit en la capacidad de relacionar el conocimiento con la acción. pero pierden la fluencia verbal. Una lesión en los lóbulos frontales altera sólo las formas superiores corticales de actuación producidas con la ayuda del lenguaje o. sino que pueden ser verdaderamente intensificadas (Luria. en la curva de aprendizaje. Este test muestra que los trazos de la última serie de palabras (roble-noche-mesa) están tan inertes que el paciente no puede retornar a la primera serie y. comienza inertemente a reproducir. se alteran sólo las formas superiores de atención voluntaria. Sin embargo. Burgess y Emslie. aunque esta asociación no es del todo absoluta. se encuentran deficiencias (Dunca. Le Gall. Matthes von Cramon y Cramon. Se acompaña en ocasiones de una reducida conciencia de los déficits (Perea. debemos unir la agitación y agresividad que presentan algunos pacientes (Kim. Muchos estudios han demostrado que los pacientes con lesiones prefrontales tienen un Coeficiente Intelectual normal. demuestra ser particularmente distinto del proceso normal. de carácter y motivación. Burgess y Emslie (1995). en el cual examinaron la relación entre el rendimiento en la escala de inteligencia WAIS-R y el rendimiento en pruebas estandarizadas de función del lóbulo frontal en 123 individuos sanos. 2002). Ladera y Echeandia. el estudio desarrollado por Obonsawin. Chalmers. Es posible que estas personas presenten trastornos específicos que afectan el cálculo. Boget y Picornell.. 1995). El cálculo es otra habilidad que se altera tras una lesión frontal. Este concepto básico en el estudio de las diferencias individuales está. 2002). 1995. porque la persona experimenta mucho deterioro en su flexibilidad para la resolución de problemas o para la adaptación (Lezak. Se han encontrado. el razonamiento y la solución de problemas. Con la aplicación del WAIS-III. la simplificación está vinculada con lesiones prefrontales. Estudios recientes han encontrado que el rendimiento en test de funciones de lóbulos frontales. depresión. Macías. Page. Así. Fuster (1997) conceptualizo tres síntomas prefrontales asociados a tres zonas específicas: la región dorsolateral interviene en la conducta ejecutiva. pueden ser aparentes ciertos deterioros en subtest que hacen uso del pensamiento abstracto. la desautomatización asociada con lesiones premotoras y la desinhibición asociada o involucrada con la región orbitomedial. Ladera y Echeandia. 1997). el daño de los lóbulos frontales podría estar asociado con dos tipos de dificultades comportamentales: la rigidez comportamental.Los pacientes con lesiones localizadas en el lóbulo frontal presentan mayor deterioro ejecutivo. Además. En daños muy severos la disfunción puede ser muy debilitadora. Según Luria (1966). teniendo una mayor interferencia en pruebas como el Stroop (Adair. Estos pacientes tienden a perseverar en patrones de respuesta estereotipados (Brass. 1999). 1996). lo que les llevó a afirmar. concluyendo que el rendimiento en los test más populares de la función del lóbulo frontal comparten una varianza significativa. Pensamiento abstracto (Castaño. 2001). Duncan et al. el disturbio en la organización del acto intelectual que alcanza a pacientes con síndrome frontal. manifestando una gran dificultad para suprimir la tendencia sobre aprendida de reaccionar ante las palabras vistas mediante su lectura. 1986). y una mayor parte de la varianza compartida está altamente asociada con el rendimiento en el WAIS-R. cambios de personalidad (irritabilidad. Na. En la figura se distinguen estas tres agrupaciones sintomáticas bien diferenciadas . como los subtest de Aritmética y de Dígitos de la Escala Wechsler de Inteligencia de Adultos (WAIS). Los efectos de las lesiones prefrontales son extremadamente variables. Jonson y Freer (1996). Además. No someten a condiciones del problema a un análisis preliminar y no confrontan sus partes separadas. Son personas que perseveran en su respuesta a una serie de situaciones de test variadas. en la conducta social y la media. A estos déficits cognitivos y neuropsicológicos. se deben añadir otras alteraciones psicopatológicas: trastornos afectivos. Rami. además. Schwartz. según Duncan. Pastor. en particular Semejanzas. de razonamiento (Sánchez. fluencia verbal y no verbal y juicio (Perret. Las operaciones aritméticas básicas no se alteran. El mejor ejemplo de este fenómeno se observa en el Test de Clasificación de las Cartas de Wisconsin (Kolb y Whishaw. 1939. Para Parkin (1999). particularmente aquellas en las que cambian lo que se les pide. no existe un patrón de deterioro que de manera confiable esté asociado con daño prefrontal. y tal como indican los anteriores estudios. cuando se emplea para la valoración del flujo de inteligencia en la resolución de problemas de manera creativa y en la planificación extensa de comportamientos dirigidos a metas. Maniega. 1999). trastornos de las emociones y notables alteraciones de la conducta (apatía. López y Sayago. dificultades para responder adecuadamente a diferentes consignas propuestas. Roper. 2003). deficiencias en la Inteligencia Fluida en pacientes con daño cerebral en el lóbulo frontal (Parkin y Java. también. según la demanda. Williams. Duncan. en donde presentan. Truelle. 1974). Numerosos hallazgos muestran comportamientos agresivos patológicos (Gil-Verona. Stuss y Benson. con la motivación. Cochrane y Low (2002). reflejado en las funciones de control del lóbulo frontal. con frecuencia se observa un pobre rendimiento en componentes de estos test que requieren de memoria de trabajo. 2001). La variabilidad puede ser explicada por el hecho de que las lesiones de diferentes regiones de la corteza prefrontal están asociadas con ciertos grupos de síntomas. 1999). 1986). Crawford. desinhibición) (ver Perea. según la valoración de test estándar de inteligencia (Hebb. denominándose flexibilidad cognitiva. El daño en el lóbulo frontal se asocia principalmente con una disfunción ejecutiva. la orbitofrontal. Gilmore y Heilman. Emslie. manía y labilidad emocional. Joseph y Aubin (1995) establecieron una relación entre la clínica y las diversas zonas del córtex. De Paz. pero es manifiesta la alteración en todas aquellas operaciones mentales que impliquen secuenciación o encadenamiento de pasos. así como en aquellas que requieren la memoria de trabajo para mantener la información mientras se opera con ella (Fuster. Barbosa. No obstante. apatía e impulsividad). cómo el factor G puede estar en gran parte reflejado en las funciones frontales. están altamente asociados con la habilidad intelectual general. 2002). (conocida como perseveración) y la tendencia a la distracción. obtuvieron en pacientes con lesiones en el lóbulo frontal deficiencias de 20 a 60 puntos en medidas convencionales de la Inteligencia Fluida. Así. Emslie. Synopsis of function and dysfunction of the frontal lobe. G. En contraste. Interruption of frontal lobe executive function with cortical stimulation. J. tanto selectiva como excluyente.. Sin embargo. planificación y organización del conocimiento. Allegri.L. P. 1986).. con lesiones grandes en acinesia total (Meador et al. . Alexander. como conductuales. M.. afectivo-emocionales y comportamentales. G. Conclusiones Esta variedad sintomatológica se ve incrementada dependiendo de la localización. Dennis. (2001). (1996).(Passingham. 2001). Na. (1992). 33 (3).. De toda esta variedad. Brain Research. R. The functional anatomy of manual motor behavior after unilateral frontal lobe lesions. Electroencephalography and Clinical Neuropshysiology. 1992). incluyendo la atención. (2002). las lesiones prefrontales orbitales son conceptualizadas como perturbadoras de los procesos reguladores que normalmente inhiben las expresiones maladaptativas de la pulsión. México: McGraw – Hill. Aún. K. la cual dirigen de forma desorganizada. La característica fundamental de este síndrome es la pérdida de conducta social (Alegri y Harris. D. 55 (1). Cognitive Psychology. y Von Cramon. Son pacientes que se involucran en conductas perseverativas. No obstante. Fuster. 1993. H. Benson. En particular. Matthes. Barroso. 656 – 691. J. la memoria de trabajo. Derrfuss.. Gilmore. este síndrome incluye una gran variedad sintomatológica en función de la localización de la lesión frontal. y León – Carrión. Este síndrome tiene un efecto tan devastador que se le conoce como síndrome desejecutivo. J. esta variación provoca preocupación en torno a la validez de estos síndromes. Dennis (2003) hace dos advertencias: (i) Entre los individuos existe consideración en el efecto de las lesiones en lo que parece ser la misma región. S. Tienden a exhibir despreocupación por las convicciones sociales y éticas. (1997). J. 27 – 44. (Supl. 257 – 303. Principios de neuropsicología humana. La corteza prefrontal en los mecanismos atencionales y la memoria. (1995). de ahí que profundicemos un poco más en este síntoma asociado a una lesión frontal..Revista de Neurología. J. J. R. Johnson. 265 – 271. Fluid intelligence after frontal lobe lesions. 51 – 57. Scwartz. (ii) Un segundo problema es que se conceptualizan diferencias en el efecto de las lesiones a diferentes sub áreas prefrontales en términos de la perturbación de diferentes funciones esenciales. M. siendo comparados con personas con sociopatía (Navas y Muñoz. La característica fundamental de este síndrome es la alteración de la motivación y de la apatía (Alegri y Harris. Brass. están asociados con trastornos en la fijación voluntaria de la mirada. Estos pacientes pueden ser hiperactivos y parecen tener energía ilimitada. P. Deuel.K. Stern y Prohaska.L. las más incapacitantes. H. Roper. J. 2003). la planificación. Seguidamente. 34. 1-25. Referencias Adair. 1). F. La apatía es un problema que también se observa después de lesiones de la corteza prefrontal medial. y siguiendo a diversos autores (Denis. las lesiones prefrontales dorsolaterales tradicionalmente son vistas como aspectos perturbadores de la cognición. incluyendo alteraciones tanto cognitivas. (2003). la función ejecutiva y la iniciación del movimiento. y una falta de preocupación acerca del impacto de su conducta sobre otros. 37. 50 (1 – 2). 2004).. (1989). En consecuencia. extensión. R.M. Son proclives a la conducta imitativa y de utilización. Síndrome prefrontal dorsolateral Las lesiones prefrontales dorsolaterales con frecuencia están asociadas con disminución de la excitación general. Funciones ejecutivas: control.N. 261 – 268.C. No obstante. Siempre es posible atribuir esta variación a imprecisiones en la ubicación exacta de las lesiones en diferentes regiones prefrontales en los pacientes humanos.P. (2003). (2002). Williams. Burgess y Emslie. Intelligence and the frontal lobes: The organization of goal – directed behavior. encontrándose en ellos en la atención. están asociadas con deficiencia de la atención y perturbación de la movilidad. 102. C. describiremos las características más peculiares de estos síndromes. R. Aportes de la neuropsicología al diagnóstico y tratamiento de los trastornos de aprendizaje. D. También están asociadas con deterioro de la atención.. las lesiones del área motora suplementaria están asociadas con deterioro en la iniciación y ejecución del movimiento de las extremidades y del habla.. Duncan. Acta Psychiatry Scand. respuestas impulsivas a los estímulos ambientales y estado de ánimo elevado. cuando. 1 -7.F.M. 99.. Duncan. Revista de Neurología. 449 – 453. Frontal lobes and language. Síndrome prefrontal orbital Los pacientes con lesiones prefrontales orbitales (ventrales) muestran un síndrome caracterizado por desinhibición de las pulsiones y liberación de la conducta de los mecanismos reguladores normales. y Heilman. Revista de Psicología General y Aplicada. 17 (2).Neuropsychologia. la idea que los efectos de las lesiones prefrontales en los humanos pueden ser categorizadas en los tres síndromes. Brain language... profundidad y lateralidad de la lesión (Deuel. quizá sean las alteraciones de la función ejecutiva. 30. La habilidad de planificación está severamente perturbada.M. (1999). Imitative Response Tendencies in Patients With Frontal Brain Lesions.L. R. Las lesiones de la circunvolución cingulada anterior resultan en hipocinesa o. y Harris. Son pacientes que exhiben expresiones desinhibidas de la pulsión. y de la conducta que en consecuencia es extremadamente vulnerable a la interferencia. las lesiones que incluyen la circunvolución cingualada. y Stuss. mientras que las lesiones de los campos visuales frontales (área 8). y Freer. las cuales van a condicionar la adaptación socio-personal y profesional de estos pacientes. 2001). 1996). 249 – 254. J. 32 (5). como lo está la habilidad para iniciar conducta espontánea y deliberada y para mantenerla en forma necesaria para alcanzar las metas. Neuropsychology. Castaño. La memoria del trabajo y la integración temporal de la conducta también son deficientes después del daño prefrontal dorsolateral. Y. Síndrome prefrontal medial Es el síndrome menos consistente y el menos definido. Pineda.). A. E. Le Gall. Deterioration of Frontal Lobe Function in Normal Aging: Influences of Fluid Intelligence Versus Perceptual Speed.P. Luria. (1995). Cochrane. 12-16. 48. (1997). Neuropsicología Clínica. J. G.. A. Neuropsychology Y Behavioral Neurology. Luria. Parkin. El cerebro humano y los procesos psíquicos. 15 (2). Y Benson. (1986).A. R. Walsh. A.W..M.R. Gil..O. (2000). The working memory. J. (1986).J.. R. Stuss.. Y Sauerwein.A. Crawford. (1995). (1986). Barcelona: Editorial Fontanella. Journal of General Psychology.F. Libro de casos. - . D. M.Q. 18 (2).. Pastor. I. Perret. Functional interactions between inferotemporal and prefrontal cortex in a cognitive task. Chalmers. Neuropsychology. (1986). Memory and Frontal Function. J.A.A.A. 764-768. 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