Silvia Duschatzky

March 26, 2018 | Author: Catalina Quitian Oquendo | Category: Subjectivity, Adults, Learning, Social Exclusion, Poverty


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"Los chicos no pueden concentrarse en algo que no les ofrece desafíos" Silvia Duschatzky, licenciada en Ciencias de la Educación, aludió a la atención flotante de niños y adultos, y a los desafíos que plantea esta situación. Señaló que “la vulnerabilidad, que supone cierta fragilidad, es un signo de la época y de la condición humana” y consideró que estas características se ven en estos tiempos “de manera más nítida”. También diferenció que “los chicos se han socializado en la dispersión de estímulos, y los adultos no”. Silvia Duschatzky es licenciada en Ciencias de la Educación e investigadora en el área de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y coordinadora del posgrado en Gestión de las Instituciones Educativas. Invitada por el proyecto “Aprenderenseñando” de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), la docente habló de la escuela en el contexto actual. Minutos antes de su exposición delante de un concentrado auditorio de maestros y estudiantes universitarios, El Diario de Paraná pudo dialogar con la autora de La escuela como frontera. La conversación fue de la cada vez más necesaria sensibilidad de parte de los maestros a las marcas que impone esta época y su influencia en el aprendizaje. En ese sentido, Duschatzky reactualizó la respuesta a qué es aprender: “Es experimentar alteraciones en los modos de sentir y de relacionarse con el mundo” y no, adquirir o reproducir contenidos curriculares tan ajenos a la vida que lleva gran cantidad de niños y jóvenes de escuelas insertas en contextos de vulnerabilidad social. Por ello, se torna “imposible pretender que un pibe, con la adrenalina que vive a diario, pueda concentrarse en algo que no ofrece desafíos, amén de promesas”, disparó. -¿Cuáles son las infancias que están detrás de las escuelas en contexto de vulnerabilidad? -No sé si se puede hacer una tipología de infancia ni si es demasiado riguroso pensar que las diferencias se observan sólo en contextos de pobreza. La vulnerabilidad, que supone cierta fragilidad, es un signo de la época y de la condición humana, pero en estos tiempos se ve de manera más nítida. No niego las condiciones singulares de lo que es la vulnerabilidad en los contextos más duros de la existencia y en otros contextos en donde las cuestiones económicas y sociales ya están resueltas. Pero lo que se puede percibir tanto de los chicos como de los jóvenes es que sus rasgos y sus modos son diferentes. Hay una relación con el tiempo que es distinta, porque una cosa es vivir la instantaneidad, la fugacidad, la aceleración y otra es vivir un tiempo relativamente estable y previsible; una cosa es la relación de dependencia con la figuras adultas y la ley y otra, es advertir que los adultos saben menos o muestran su fragilidad al igual que ellos; o vivir en una cultura sobre todo letrada y otra cosa diferente, es vivir en relación con las nuevas tecnologías que ofrece a los pibes una autonomía que no era común en otros tiempos. Hay algo de la relación adulto-niño que cambió, porque hay algo de la ley que cambió. Hoy la ley no tiene la capacidad de organizar, de gestionar o marcar, como en otros momentos. No estoy diciendo con esto que el pasado es lo mejor, para mí lo mejor es el tiempo que nos toca vivir, lo que pasa que no siempre lo sabemos pensar. Primero hay que plantearse qué es aprender. lo que uno ve es una atención dispersa en los pibes. Es decir. tienen partituras de las cuales valerse. las emociones y así aparecen relaciones más fugaces. los adultos no. Para ello se propusieron ir a las prácticas: entraron en las escuelas y en los barrios. El zapping es una marca de la época vinculada a la saturación de estímulos y de información pero en el caso de los chicos es más clara esa desatención porque ellos no guardan en su memoria otro tipo de práctica. que ayudan a tramitar este padecimiento de los chicos. Esto va unido a la capacidad de ser más un filósofo e investigador que un reproductor de contenidos. en el mundo. Lo interesante de esta atención flotante. Duschatzky hizo referencia a conceptos vertidos en su libro Maestros errantes. -¿Qué recursos e insumos necesita un maestro para ejercer su rol hoy? -No muchos más que cualquiera. en lugar de poner etiquetas. hacia las estrategias que nacen erráticamente y que muestran otros modos de construcción social. vulnerables. exploran en los pliegues de cada ocasión. Hay preguntas básicas que hacen a la felicidad.es estar expuesto a lo imprevisto. no guardan una lógica de la concentración. ni el vecino. Pero el aprendizaje no es del contenido curricular. Se trata de protagonistas que recurren a las distancias cortas y a la habilidad para recrear la confianza una y otra vez. es que implica la capacidad para estar atentos a alguna oportunidad y aprovecharla. los investigadores que dieron forma a este libro prefieren dirigir su mirada hacia las posibilidades que si se abren en la intemperie. es experimentar alteraciones en los modos de sentir y de relacionarse con el mundo. Pero lejos de llorar sobre la leche derramada. que alude a una gran variedad de “figuras barriales que toman iniciativas y ponen a prueba sus capacidades vitales. la institución. que empiezan a tener lugar. Es imposible pretender que un pibe con la adrenalina que vive a diario. propia de estos tiempos. Así surgió la idea de maestros errantes. junto con los interlocutores disponibles. activar una sensibilidad para dejarse tomar por las cosas que suceden. Si algo tiene esta época es que esa pregunta vuelve a tener lugar. Asimismo. Para mí. el libro incorpora dos extensas entrevistas a los intelectuales Suely Rolnik y Paolo . Me preocupa el padecimiento de los chicos o la posibilidad de que una experiencia crezca. Y lo que tiene de padeciente una permanente desatención es que nos libera de la atención de los vínculos. se podría ampliar. Por alguna razón la televisión tiene mil canales. En realidad.-¿Cómo influyen todos estos factores a la hora de aprender? -Y. procuraron experimentar nuevas prácticas y pensamientos”. sin exceso de protocolo”. Quizás. amén de promesas. “Estar hoy en la escuela -y. La escuela tiene que preguntarse cómo logra eso en el aula. está el mal llamado síndrome de déficit de atención. Los maestros errantes. ni el alumno. en sus inquietudes. Ya no hay estructuras protectoras ni Estados garantes. ser capaz de preguntarse qué veo yo en esta atención dispersa. que también tienen los adultos. Si un chico está sufriendo me importa muy poco si le da bolilla al maestro. La relación docente-alumno tiene sentido si es una relación en la que se puede pensar cómo hacer para que la experiencia y el aprendizaje crezcan. Los chicos se han socializado en la dispersión de estímulos. pueda concentrarse en algo que no ofrece desafío. Digo filósofos porque ellos siempre se preguntan por la existencia. Ni el maestro. Errantes y sensibles En su alocución. qué veo de vital en este grupo de alumnos. se lee en el prólogo. se aproximaron a las dinámicas sociales singulares y. Silvia Maestros errantes. Asimismo. la trama social desgarrada. reconstruyendo así.Virno. Este libro. conceptuales y filosóficas en los desarrollos realizados por Cristina Corea e Ignacio Lewkowicz. balas y pistolas. Prácticas mediante las cuales logran llegar a la población desafiliada. 1983). ISBN 978-950-12-4542-4 Por: Javier Alliaume Este libro se propone reflexionar y revisar las formas que toma lo educativo en un tiempo en que las instituciones propias de la modernidad. 192 pp. menguado su capacidad de instituir (Castoriadis. así como la investigación que le dio origen. crear subjetividad. En espacios sociales en donde reina la incertidumbre y las condiciones para que la vida sea posible se muestran muy esquivas. subjetividades que se construyen y reconstruyen en escenarios de devastación. en shorts. Cuerpos que fluyen entre navajas. Breve Recorrido por el Libro En el primer capítulo. de allí el título del libro Maestros Errantes. 2007. y que de maneras insospechadas habitan las instituciones educativas. y como contra-cara. Crudezas. sino también de las clásicas estrategias y tácticas es a las que les llama errantes. A estas prácticas que se despegan no sólo de los enclaves geográficos. las abandonan o son expulsados. A través de los relatos se va llegando a la dura constatación de que la vida ha perdido valor.1 encuentran sus raíces teóricas. Experiencias sociales a la intemperie Paidos. Buenos Aires. la autora apoyándose en relatos y diálogos va delineando vidas. se rescata el valor . o al menos. el equipo que desarrolló la investigación que recoge la autora detectó actores sociales que desarrollan prácticas educativas novedosas/alternativas. quienes instan a “agudizar la sensibilidad para moverse en el caleidoscopio de las oportunidades”. inaccesibles. como la Escuela y el mismo Estado Nación parecen haber perdido. marginada. al menos desde una subjetividad del progreso. así como en el marco referencial de Paolo Virno. Duschatzky. en parte. 35). 2007) Aquí se revela la existencia de diversos espacios e instituciones que toman el lugar que otrora tuviera en exclusividad la escuela. un garaje. la cancha. . Hay restos de escuela: lugares donde van pibes y pibas que se los nombra como alumnos. La cualidad principal de estos enclaves no está dada por la construcción de un hilo identitario en términos culturales o sociales sino el hecho de encontrarse arrojados a sus propias fuerzas de supervivencia” (p. clásicas. incluso se vuelven protagonistas. en relación a “los de adentro y los de afuera” (p. Así. Quizás este sea uno de los núcleos duros del libro. de recorrer los pliegues que trascienden en mucho y ponen en cuestión las formas conocidas. Aparecen de a poco en estos “confines” sujetos/cuerpos. sino de “estado de intemperie respecto de resortes básicos de existencia social. remitiendo a las palabras de la autora en una entrevista aparecida en el diario Página 12: Tal vez exagero. Desde la indefensión y vulnerabilidad en la que viven y transitan cuerpos/sujetos. Dando lugar así a los mecanismos grupales y al florecimiento de nuevas figuras de cohesión. reconociendo en ellos cierto potencial que les permite apropiarse. que intenta poner en juego las capacidades de relación evitando el enfrentamiento puro y duro.del grupo. Así. que a su manera ocupan lugares que anteriormente. le estaban reservados a la maestra y otros representantes de instituciones modernas. en el filo de los excesos. figuras barriales que se erigen como elemento cohesivos. La autora se pregunta y pregunta: “¿De qué está hecha la escuela?” (p. en el mismo se pone en cuestión todo el modelo escolar. 52). se plantea que este estado no se trata tan solo de pobreza material (acceso a bienes de consumo o servicios). Y quizás. Se va delineando así la errancia. en tiempos de arraigo. Aparecen diversos contextos educativos que son valorizados por estos sujetos a la intemperie. Hay lugar para andar en “derivas barriales” en este capítulo. al punto de ser ellos mismos quienes definen los rumbos y fluires. 33). Allí no son de afuera. la intemperie. pero duramente. 67). punitivas. “empujados por la lógica expulsiva del capitalismo actual y por el arrastre de coyunturas locales” (pp. los cuerpos devienen en sujetos de aprendizaje. y en algunos casos funcionan situaciones de aprendizaje. en estos confines del barrio existen reglas de juego. En los confines del barrio es el título del segundo capítulo en el cual se profundiza la conceptualización de la intemperie. (Gago. pero también para “andar con cuidado / andar cuidando (nos)” (p. el valor de los sujetos que habitan las instituciones más que las instituciones en sí mismas. formas de transitar en él. Así la inseguridad social de la que habla Castel (2004) es puesta en movimiento. y lo hace con respeto. pero diría que de la escuela tal como la conocimos hace unas décadas hoy sólo quedan espectros. otras personas que se llaman docentes. “precariedades en movimiento” (p. Para andar de fiestas. son concebidos como espacios educativos. Allí. El tercer capítulo entra en la escuela institución. de la banda y de cómo estos espacios en permanente actualización y construcción se transforman en espacios de socialización de alta relevancia. 38). la esquina. De las prácticas de protección negativas. surge una forma grupal de gestionar los cuidados: la grupalidad. 32-33). formar parte de ellos. al menos no debería ser la única. Los maestros errantes son minimalistas. sino a la institución toda. por ello. Sin que esto se transforme en un intercambio de roles. así. como continuación natural. organizando y alisando las ondulaciones sociales y políticas. una subjetividad errante. Así se propone que estos maestros errantes tienen la capacidad de trascender la heterogeneidad. Aquí se introduce una nueva dimensión de la errancia: la dimensión política. que tomen en cuenta diversas contingencias y a los sujetos que las habitan como eje. 102). se plantea la necesidad del tartamudeo pedagógico. Los mismos trabajan en los niños. que de alguna manera se encuentra presente en las instituciones educativas de los sistemas nacionales (tal como en Uruguay o Argentina. 90). se permite dudar. El mismo opera. El maestro errante tartamudea. Se describen en este capítulo algunas características del maestro errante: como cazador de signos. abierto a la experimentación puede utilizar y aprovechar educativamente estas oportunidades que se abren. el arraigo. menos preestablecidas. trazan líneas de fuga (Deleuze. variable. se mueven en recorridos imperceptibles. En estas escuelas a la intemperie. siguiendo a Virno (2002).” (p. disperso y permeable a las mezclas y heterogeneidades (p. Este corrimiento subjetivo implica entrar en sus vidas y estar dispuesto a pensar lo que no se había pensado aún. velocidad. marcas de época. como parte de la gramática de la multitud. un maestro heterodoxo. Siguiendo con la idea de dinámica. habilitando. Expresan una curiosidad existencial. “la errancia adquiere otro estatuto porque alberga la oportunidad de convertirse en lazo” (p. así “su espacio de intervención no está definido por las fronteras institucionales sino por los circuitos que atraviesan los chicos. sostiene la autora. se descorre del sitial del que todo lo sabe y controla. al otro. respectivamente). desde Varela y Sarmiento3. conocer quiénes son los jóvenes con los que trabajan. hacia lo que fueron.Entra en diálogo. Cerrando . En otras palabras. el capítulo 4: Maestros errantes. La autora afirma que esta forma de ejercer la docencia pone en cuestión no ya el rol. atenta. escuelas que renuncian a mirar hacia atrás. Mientras que los agenciamientos estatales funcionan concentrando. Si los estudiantes andan merodeando como fantasmas. Esta propuesta se sustenta en las condiciones. 2005). que rompen así con viejos libretos2 y se animan a explorar formas alternativas. provocando y habilitando el diálogo desde un nivel horizontal. puede aprovechar las ocasiones que se generen. los agenciamientos errantes se constituyen en un andar exploratorio. Así afirma: Se trata de una estética diferente a la estatal. retomando de allí una oportunidad. pues la respuesta. quieren saber. 98). el sedentarismo no parece ser la respuesta más adecuada. de fluidez. inseguridad. psicólogos. conceptos. desde la presentación apuesta al mismo. definiciones políticas e incluso postulados prácticos y filosóficos. Desafío de pensar en cómo se ejercen los roles. dónde está la escuela. Esa hipótesis para nosotros tenía valor dado que abrió una nueva zona de trabajo que dio lugar a preguntas que nos fuimos haciendo. Seguramente sean varios los profesionales que encuentren en este texto múltiples aspectos a debatir. licenciados en educación. dan lugar a nuevas formas de habitar las instituciones educativas. 2002) [1]. trabajadores sociales. sobre todo en escuelas periféricas de contextos muy vulnerables. y expresa la hipótesis de la destitución. la frontera y la cornisa. como formas y lugares en que los cuerpos fluyen crudamente. las formas de desempeñar nuestra tarea y misión política (en el sentido de politeia. profesores. Ello ya de por sí lo hace muy recomendable. La primera pregunta. Bienvenido el debate: este texto. la intemperie. cuáles son los trazados posibles de una escuela en un contexto de declinación de la sociedad . retomando trabajos anteriores de la autora. la segunda. Javier Alliaume Perfil Silvia Duschatzky Nuestro actual proceso de investigación tiene un antecedente en Chicos en banda (Paidós. Chicos en banda resulta de haber cartografiado situaciones en las escuelas. Discutamos las formas de habitar las instituciones educativas. En fin. para maestros. e incluso de revalorizar espacios no institucionales como espacios educativos. este libro constituye un desafío. en las formas en que concebimos las instituciones. La errancia.Con este breve recorrido parcial del libro se dejan ver los conceptos claves que se proponen. pero logrando cierto nivel de síntesis que le dan valor al libro. Y sin familia portadora de ley. Chicos en banda. los chicos sin instituciones están en banda. Las producciones audiovisuales[3] las iniciamos casi intuitivamente. Ese modo de registrar evidencia de que la construcción del lenguaje tiene límites para registrar sensaciones y movimientos. el recurso audiovisual registra movimientos que escapan a explicaciones apresuradas. Tomados de esos núcleos vitales es que nosotros pensamos que la investigación tiene una dimensión práctica que tiene que poder palparse en territorios de existencia. incluso a aquellos que no estando escolarizados se acercan a los proyectos que se van armando. Y el hallazgo más importante en que nos apoyamos ahora es tratar de tomarnos de las potencias y de los núcleos vitales que observamos y de los que también somos parte en la relación directa con los habitantes de la escuela. esto supuso un desaprendizaje. a la deriva. sin saber por qué hacíamos eso. como también de los seminarios Adolescencia en los bordes y Subjetividades mediáticas y educación.disciplinaria. Por un lado la investigación nutre las producciones de los posgrados pero a su vez éstos toman la forma de un laboratorio de investigación al poner el eje en la formación de procedimientos de registro y pensamiento sobre las dinámicas cotidianas de las instituciones. El recurso audiovisual tal como lo utilizamos permite registrar detalles. [1] Cristina Corea y Silvia Duschatzky. En todo este proceso el primer hallazgo es que la escuela tiene una existencia. Se puede ver en la escuela la expresión del comportamiento social en su conjunto. gestos. 2002). Los caminos de la subjetividad en el declive de las instituciones (Paidós. Dejar caer ciertos hábitos de investigadores y aprender nuevas formas de investigar y trabajar[2]. situaciones que a su vez estimulan las preguntas y la elaboración de hipótesis. Existe una fuerte vinculación entre la investigación y la propuesta del Posgrado en Gestión Educativa. Fue un modo de probar un pensamiento en imágenes. directivos y en algunos casos también a los chicos. sin escuelas productoras de ciudadanía y sin Estado protector. La producción de un equipo de investigación para nosotros también fue aprender a ampliar los interlocutores y construir colectivos de trabajo. Para una mirada instituida según los hábitos estatales. En nosotros como investigadores. La expresión de problemáticas. En la imagen como pensamiento -en términos de Deleuze la imagen es tiempo y movimiento-. la tercera es la pregunta por las formas de pensar nuevos agenciamientos educativos en las coordenadas que describió Chicos en banda. movimientos. del resquebrajamiento social en general. Otro hallazgo importante es que la escuela resulta ser un espacio de alta visibilidad social. Esto involucra a los docentes. tal vez no con el formato conocido pero sí como un espacio que convoca una serie de presencias. energías. En esta nueva condición vemos también que el investigador no tiene una frontera académica sino que investigador es todo aquel que a partir de pensar una realidad puede producir algún efecto. Este libro habla de las experiencias de los chicos en el declive de las instituciones. de tensiones. ¿cómo se puede ser un chico? Pero los chicos también . la difusión del cine y el teatro. El libro que se compone de varios capítulos para abordar esta temática. ¿cómo se puede ser un chico?”. se arman lazos y constituyen territorios de experiencias subjetivas. según la situación. En el libro se analizan experiencias subjetivas transitadas en un suelo de declive institucional. Aun cuando viven en un terreno de declinación institucional.viven en bandas. Más información aquí. sin escuelas productoras de ciudadanía y sin estado protector. dicen. se encuentra en el lugar que cada vez. las conquistas sociales alcanzadas en el marco del Estado de Bienestar revelaban la existencia de lazo social. latiendo la pregunta: ¿Qué sucede con las instituciones cuando no hay instituciones? ¿Acaso se acabó la escuela? Las autoras se corren de las profecías y sostienen que habrá escuela allí donde haya algo que fundar. se pregunta en el primer capítulo ¿cómo habitan los jóvenes situaciones de exclusión social? Las autoras decidieron hablar de expulsión y no de pobreza o exclusión. entonces. según las circunstancias. la investigación se centra en el declive de la escuela. . Los caminos de la subjetividad en el declive de las instituciones Un libro de Silvia Duschatzky y Cristina Corea “Chicos en banda” Los caminos de la subjetividad en el declive de las instituciones Un libro de Silvia Duschatzky y Cristina Corea (Buenos Aires) Araceli Otamendi/Facundo Zorzoli Este libro analiza la subjetividad de los chicos de hoy con respecto a la decadencia de las instituciones. pero ¿dónde esta la escuela? Entendiendo a la escuela como “una situación con capacidad de afectación subjetiva”. las autoras dicen que nombrarla no supone referirse a sus condiciones productoras. los chicos habitan sus bandas. se decide nombrar como escuela. Es así que la participación en la estructura fabril. La pobreza. la población que asiste a ellas procede de los barrios más deteriorados. sostenidas. define estados de desposesión material y cultural que no necesariamente atacan procesos de filiación y horizontes o imaginarios futuros. ella sea capaz de fundar. El declive de las instituciones no excluye a la escuela. De esta manera. Un ser de nuda vida es un ser al que se le han consumido sus potencias. Queda. “sin familia portadora de ley. un lazo que no eximía de disputas y de desigualdades pero que ponía de relieve la existencia de filiación. según las autoras. Se trata de chicos que habitan en la periferia de la ciudad de Córdoba y que asisten a las llamadas “escuelas urbano-marginales”. las durísimas condiciones que los atraviesan. que advertimos este horizonte de declinación institucional”. y. construidas. libros y medios de comunicación. habitan en esas redes inventadas. dando para ello las razones. el crecimiento del consumo de diarios. La idea de expulsión social se refiere a la relación entre ese estado de exclusión y lo que lo hizo posible. Si bien algunas escuelas visitadas se encuentran en zonas de mayor urbanización y están rodeadas por residencias. “es porque la escuela está en la pendiente. habrá escuela en la experiencia de ser afectados por unas prácticas que. Se refiere al concepto de “nuda vida”. y escuelas privadas. quintas. la entrada de los hijos en la escuela. acuñado por Walter Benjamín y rescatado por Giorgio Agamben. se piensa. Las bandas de los chicos son universos en los que se sufre. En cambio. pertenencia o reconocimiento. según las autoras. con la exclusión. sus posibilidades. Editorial Paidós Tramas sociales 208 páginas . Un libro interesante para entender una realidad cada vez más compleja.
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