Segundo Galilea, EL REINO DE DIOS Y LA LIBERACION DEL HOMBRE PDF

May 6, 2018 | Author: 19700701 | Category: Jesus, Poverty, Poverty & Homelessness, Mercy, Christ (Title)


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SEGUNDO GALILEAel R eino DE DIOS Y LA L iberacioi El Reino de Dios irrumpe en la historia humana, tan llena de frustraciones y claroscuros, pa­ ra insinuarnos que ese Reino está entre nosotros y que desde ya podemos saborear su eternidad. Esta obra consta de cuatro par­ tes: el Reino de Dios en el cora­ zón del hombre, el Reino en las culturas, el Reino presente en la Iglesia y el Reino futuro, escatológico. Dios viene en su Reino, poco a poco, discretamente, maduran­ do y creciendo; es un Reino que no está sobrepuesto a lo huma­ no, sino que es la infiltración de Dios en lo humano y crece y actúa "en medio de nosotros” sin prisas, pero sin pausas. La liberación y humanización del mundo y la sociedad solo tienen sentido en la perspectiva de una felicidad sin fin. La justi­ cia, la paz, el progreso, son una búsqueda permanente de un vi­ vir mejor, de vencer el mal, la enfermedad, el sufrimiento. ¿Cómo interpretar esta bús­ queda afanosa y a menudo im­ plícita de un paraíso perdido, que al ser recobrado nos permi­ tiría vivir para siempre, sino en la perspectiva del Reino en la vida futura? Es necesario mirar el presente desde la plenitud del Reino, lo cual, lejos de ser una aliena­ ción, nos permite llegar a un al­ to grado de realismo y de sabi­ duría humana. EL REINO DE DIOS Y LA LIBERACION DEL HOMBRE SEGUNDO GALILEA EL REINO DE DIOS Y LA LIBERACION DEL HOMBRE EDICIONES PAULINAS . C 1992 IMPRESO EN COLOMBIA — PROTEO 1N COLOMBIA . Tercena Edición Distribución © EDICIONES PAULINAS Departamento de Divulgación Carrera 46 No. — Colombia ISBN 958-607-1S7-X TALLER EDICIONES PAULINAS SANTAFE DE BOGOTA. D. D . 23-31 FAX (9/1) 2684288 A. 22A-90 Calle 170 No.C.A. 100383 . — Colombia Santafé de Bogotá. D.FAX (9/1) 6711278 Santafé de Bogotá.C. el problema de la liberación a la luz del Reino de Dios que irrumpe en la historia humana. Presentación Con sumo agrado presentamos a nuestros lectores esta nueva obra del insigne autor Segundo Galilea. La obra consta de cuatro partes: El Reino de Dios en el corazón del hombre. sea porque no ha sido iluminado por la luz del 5 . o sea la pobreza y la espiritual. escatológico. En este último aporte el autor analiza con sorprendente originalidad. cuya pluma se ha vinculado a Ediciones Paulinas desde hace muchos años. el Reino presente en la Iglesia y el Reino futuro. Esta miseria tiene varios aspectos: la material. a su vez. reluce en la miseria humana. Hay además otra form a de miseria que consiste en la ceguera o la insensibilidad y luego la miseria del no evangelizado. Con el Reino se hace presente en el mundo la misericordia y ésta. otros países. el Reino en las culturas. para decirnos que ese Reino está entre nosotros y que desde ya podemos saborear su eternidad. Su colaboración ha sido siempre oportuna y fecunda para la renovación teológica y pastoral del continente latinoameri­ cano y de. tan llena de frustra­ ciones y claroscuros. o sea el pecado. La teoría corresponde a la contemplación-oración y la praxis es la práctica de la misericordia. sea porque vive en una sociedad descristianizada.evangelio. Pasando a comentar el llamado de Cristo a hacer discípulos de todas las gentes. la síntesis debe llevarse a cabo completando la teoría con la praxis. explica que "hacer discí­ pulos” significa una opción por los pobres. Dios viene en su Reino poco a poco. Finalmente se nos presenta el Reino de Dios escatológico. Positivamente. trabajar para la justicia. La justicia. Luego el autor fija su atención en las principales urgencias actuales. El Reino en la tierra es visto desde la perspectiva del Reino futuro. discretamente. el progreso>el desarrollo de las ciencias y de la 6 . Frente a esta situación. síntesis significa rechazo de todo integrismo para dar cabida a un pluralismo rectamente entendido. comofinalidad última del quehacer humano. madu­ rando y creciendo. El autor insiste en aclarar la distinción entre el concepto de praxis de la teología oriental y la praxis marxista. y crece y actúa “en medio de nosotros” sin prisas pero sin pausas. Y la Iglesia es considerada como lugar privilegiado del Reino. como plenitud. la paz. la mística del Reino consiste en una actitud de misericordia frente a la situación de miseria. y que ha tenido una evidente repercusión en la espiritualidad contemporánea. sino que es la infiltración de Dios en lo humano. es necesaria una síntesis. sin pretender agotar los valores del Reino en la sola dimensión humano-social. Ante todo negativamente. Tal vez nunca como ahora el cristianismo ha sido tan consciente de la importancia de este tema que es como el eje de la renovación cristológica y eclesiológica del post-concilio. es un Reino que no está sobrepuesto a lo humano. La liberación y humanización del mundo y la sociedad sólo tienen sentido en la perspectiva de una felicidad sin fin. y que permite que nuestro amor nunca desfallezca. calidad de vida. Segundo Galilea contribuya a la expansión del Reino de Dios sobre todo en el corazón de cada hombre y que este esfuerzo represente un material valioso para cuantos están interesados y preocupados por la auténtica renovación teológi­ ca y pastoral en América Latina. nos permite llegar a un alto grado de realismo y sabiduría humana. la felicidad y la eternidad es un don para cada uno y nuestro itinerario hacia la vida después de la muerte es un camino de liberación interior. Esa es la virtud de la Esperanza. nos permitiría vivir para siempre. nos sugiere el autor. la enfermedad. la muerte? ¿No son una búsqueda impotente y persistente de felicidad total. Es necesario entonces. la cual nos dice que en el futuro la fe dará lugar a la visión y ala plenitud. y si se pudiera. sino en la perspectiva del Reino en la vida futura? Pero esa búsqueda de la humanidad por su liberación se da eminentemente en cada corazón humano y por eso la experiencia del Reino es siempre una experiencia personal. y unafuente de constancia y fidelidad en la vida de los santos y lo debe ser también para nosotros. mirar el presente desde la plenitud del Reino. La promesa de la vida y felicidad del Reino del cielo fu e siempre una motivación. de un paraíso perdido. lo cual. El sólo deseo de Ediciones Paulinas es que este bello aporte del'P. lejos de ser una alienación. y si se pudiera sin término? ¿Cómo interpretar esta búsqueda afanosa y amenudo implíci­ ta. sobre todo en el tiempo de tentación y de cruz. no son todo ello una búsqueda permanente de vivir mejor. Los E d i t o r e s i . de vencer el mal. el sufrimiento. que al ser recobrado. sus grandes culturas terminaron en formas de deca­ dencia^ deshumanización. y de grandes expectativas frustradas. aunque como religión de plenitud en el conjunto de las religiones. y por eso todas ellas ofrecen un camino de liberación y un futuro diferente: al buscar a Dios. Gon todo. sus liberaciones sociales en nue­ vas maneras de opresión del hombre por el hombre. sabe también que el hombre no puede buscar a 9 . el ser humano nunca ha sido derrota­ do. U n R e i n o e sc o n d id o La historia del hombre es la historia de una gran nostal­ gia insatisfecha. el hombre encuentra su libera­ ción. Las religiones saben que sólo Dios puede liberar al hombre de su impotencia y debilidad ante el mal. su organización política en guerras permanentes y en el espec­ tro nuclear. a la espera de algo mejor y de una liberación total. Su desarrollo técnico desemboca en nuevas formas de servi­ dumbre. y cada generación comienza de nuevo. I La irrupción del Reino I. El cristianismo participa igualmente de esta convicción. ha sido tema central en las orientaciones del episcopado asiático de cara al diálogo de la Iglesia con las grandes religiones y culturas no cristianas. Ha inspirado las corrientes más sólidas de la teología de la liberación —la opción por los pobres y el trabajo por la justicia y los derechos humanos. que nos es tan necesaria como discípulos del Reino y como sus evangelizadores. pastores y comunidades de base.Dios si Dios no lo busca a él antes. El Reino de Dios es Dios que quiere compartir nuestra condición humana y nuestra historia para liberarlas. Ha permitido mayor acercamiento entre católicos y protestantes. La irrupción y presencia definitiva de este com partir de Dios es Jesucristo. que es el tema central y el hilo conductor del libro santo. A esta transformación liberadora la Biblia llama el Reino de Dios. evangelizadores. El tema bíblico y teológico-pastoral del Reino es tal vez el más significativo y creativo de la temática cristiana post­ conciliar. Posiblemente nunca como en las últimas décadas el cristianismo ha sido tan consciente de este hecho. 10 . Es el eje de ja renovación cristológica y eclesioló- gica en teólogos. Veamos qué nos dice la Biblia y la tradición cristiana sobre esta síntesis. Y la Iglesia —que es lugar de Jesús y donde su Reino se revela y ofrece decisivamente— vive y actúa en función de ese Reino. Todo ello ha tenido evidente repercusión también en la espiritualidad contemporánea: el tema del Reino se ha con­ vertido en una de las síntesis más logradas de la experiencia cristiana. que por lo mismo encarna para siempre el Reino entre nosotros. y que la humanidad no puede liberarse para siempre si Dios no se inclina sobre ella y la penetra y transforma con su gracia y su misericordia. El tema del Reino está en el corazón del impulso misio­ nero de la Iglesia actual y de la renovación de la misiología. 20.23. Juan radicaliza tanto su carácter original y ajeno a las expectativas mundanas de Israel. y el Nuevo anuncia y ofrece el Reino que ya llegó. 14 y 15. . 35).. 4. 28. y en la medida que espera al Mesías como el portador del Reino definitivo. El pueblo vive ya anticipaciones de ese Reino en la medida que es fiel a su Alianza con Dios y al reinado de Yahvé. Los profetas lo son del Reino por venir. 17). como las condiciones para recibirlo: conversión y cambio de vida. 9.. Me 1. está en medio de vosotros” (Mt 12. El Reino de Dios ya presente va a ser en adelante el tema central de toda la predicación y actividad de Jesús (Mt 4. Con esto Jesús se diferencia de todos los profetas bíbli­ cos. Su anuncio es que “ el Reino está cerca” (Mt 3. La “ pastoral” de los Profetas es mantener viva la anticipación expectante por el Reino. aunque envuelto en la fe y no a la manera del poder y la gloria temporal. La novedad que él introduce es que “ el Reino ya llegó. es la profecía de Juan el Bautista. Con la predicación de Jesús. que anunciaban tan sólo un Reino por venir. todo va a cambiar. 17. Ante la inminencia del Reino. denunciando las tendencias a con­ vertirlo en una empresa de poder humano y de falso bienes­ tar temporal. que es el reinado de la Ley moral y de la justicia. El Reino por venir La diferencia fundamental entre el Antiguo y el Nuevo Testamento está en que el Antiguo anuncia y prepara al pueblo a un Reino por llegar. Le 11. Aquí también Jesús se diferencia no sólo de los 11 . enti^ el Reino por venir y ya presente. y los Salmos expresan la espiritualidad de los que esperan ese Reino. 21). El Reino que irrumpe a escondidas La transición entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.2. es un Dios para el hombre. el Reino de Dios. Era inalcanzable para Jesús-hombre. “Jesús instituyó a los doce para que estuvieran con él y para 12 . Quiere liberarlo para la eternidad.profetas anteriores. El discípulo es un misionero. Dios quiere infiltrarse en el tejido de la vida y de la historia humana para que una humanidad herida e impotente pueda alcanzar un destino que está irremediablemente fuera de su alcance. todos los lugares y todas las culturas. La llamada del Reino es a entregarse al Señor y a hacer de la causa de ese Señor la propia causa. liberar a la humanidad y cambiar el mundo y la miseria hum ana en Reino de Dios. Como su Señor. sino que revela un Dios que tiene un proyecto histórico que es el Reino. Los Apóstoles y demás seguidores del Señor reciben la misión de anunciar y promover. Un Dios que quiere mejorar las cosas. al mismo tiempo que trabajaba por el Reino en los desiertos y llanuras de Palestina. ese es el núcleo de su mensaje y la razón de ser de sus vidas. quiere hacer del hombre algo más que el hombre. Jesús no habla ni trabaja sólo para eso. (Mt 10. Dios y el Reino son insepara­ bles. en primer lugar. y el misionero debe ser discípulo y amigo de Jesús. del espacio y de la muerte. y más tarde les envió su propio Espíritu para que ese servicio no se desvir­ tuara jamás. que es el Reino de Dios. Para Cristo. El Dios de Jesús. Con ello Jesús introduce otra novedad en el cristianis­ mo: adherir al Reino y trabajar por él es lo mismo. sometido a la limitación del tiempo. aseguraba el futuro del Reino: congre­ gó y formó discípulos al servicio del mismo. Ellos hablaron básicamente de Dios y de la unión con Dios. sino de todos los fundadores religiosos que lo precedieron. Este sueño de Jesús es para todas las épocas. Todos los relatos de los Hechos de los Apóstoles lo atestiguan. todas las generaciones. y que es Jesús. por eso Cristo. 7). encuentra a Dios. Contradiciendo los prejuicios humanos que quieren ha­ cer de Dios y de su presencia algo espectacular y fulgurante. Y sepan que el Reino de Dios está en medio de ustedes” . Es mostrarlo y ofrecerlo a los que caminan a tientas buscándo­ lo donde no está. seducidos por los reinos falsos “ aquí o acá” . desde que Cristo vino. y crece y actúa “ en medio de nosotros” sin prisas pero sin pausa. la misión. El Reino es como Dios mismo: es real pero invisible. 15 ss. ni en las guías telefónicas. Puep el Reino no está sobrepuesto a lo humano. No se va a decir: está aquí o está allá. Dios viene en su Reino poco a poco. y en ese encuentro misterioso y siempre inacabado va realizando su liberación. está presente pero desapercibido. El anuncio y servicio del Reino se llama la evangeliza- ción. porque se da en forma de irrupción de Dios en lo que ya existe. puede ser igno­ rado y negado por toda una vida. El misterio del Reino es la proyección del misterio de Dios en nosotros. sino que es la1infiltración de Dios en lo humano. No lo encontramos en los titulares. 13 . Y en el relato pascual a orillas del lago. 14). Jesús vuelve^a unir el seguimiento por amor a la responsabilidad por el Reino (Jn 21. de resultados inmediatos y maravillosos.). Jesús mismo lo anunció a la manera de un acertijo misterioso: “ La llegada del Reino de Dios no es algo que se pueda ver. 20 y 21). es un Reino escondido. ni en los medios de comunicación. ¿Para qué hablar y trabajar por lo que ya está firmemente instalado? Lo sorprendente es que el Reino. Pero si el Reino ya está entre nosotros. (Le 17. Y cuando alguien encuentra señales y pistas del Reino.enviarlos a predicar el Reino” (Me 3. ni aparece en los mapas. discretamente. Por eso la misión: evangelizar es revelar el Reino presente pero escondido “ para los que no ven” . madurando y creciendo al modo que maduran y crecen los hombres y las realidades humanas. la misión puede parecer inútil. donde la competencia académica re­ sulta inútil. pero ello nos suele llevar toda la vida. falsea el cristianismo y falsea la evangelización. usando símbolos. Tal vez porque los transparentes advierten la transparencia de los símbolos y de los tesoros escondidos. Por eso Jesús. Pero juntas constitu­ yen como un mosaico sorprendente papaz de colocarnos en la verdadera perspectiva. irrumpe en la humanidad. y cada una es insufi­ ciente y parcial: guiarse por una sola falsea el Reino. como sucede con nosotros). Son las parábolas que comparan al 14 . comparaciones y parábo­ las y no ideas o definiciones. Lo fue explicando poco a poco. Dios se da. Las paradojas del Reino En la simbología de Jesús. porque nos sobrepasa como nos sobrepasa la plenitud del misterio de Dios. Lo extraño es que no todos ven el mosaico. Podemos caminar ha­ cia una síntesis. y las defini­ ciones impotentes. 25) y “ los que se hacen como niños” (Mt 18. 23) lo descubren. el Reino se nos presenta como Dios en el mundo. se ofrece como don. que explicó el Reino reiterada y paciente­ mente. U n R e i n o en c lave El Reino de Dios. Los símbolos y parábolas del Reino son aparentemente inconexas. es como resolver un acertijo o descubrir un secreto. y de las piezas al mosaico. tomó el único camino posible. aun revelado y explicado por Jesús. Ante él. aparente­ mente contradictorio e inabarcable. pues sólo los “sencillos y humildes” (Mt 11. aunque vean cada una de sus partes. es paradójico. al precio de errores. la pura lógica y raciocinio son insuficientes. desequilibrios y cegueras. como un largo proceso pedagógico de crecimiento. queda para nosotros un misterio. Pasar de los símbolos al misterio. Para nosotros. y que hizo de su asimilación por sus seguidores el centro de su ministerio (ciertamente con poco éxito. 2. esté dormido o despierto. ni detenido. 1-16). ni perseguido. que es la plenitud del Reino. Esto está también simbolizado en la parábola de los contratados a trabajar en la viña (Mt 20. paradójicamente el Reino depende de nosotros. 26 ss. de noche o de día. gr. sino que es también paga y premio el mero hecho de haber trabajado en la viña del Señor. o por la infiltración apresurada de los misioneros. la tierra da fruto por sí misma” . v. ni está sujeto a las políticas del hombre. No depende de afanes y diligen­ cias humanas.Reino con una semilla. crean las condiciones que lo preparan y lo hacen posible.. es su obra exclusiva. y no depende de los méritos de los que son llamados a él. la semilla brota y crece. Me 4. por el activismo impaciente de los evangelizadores. Por otra parte. pura gratuidad. otros al mediodía.. Además (y este es otro alcance de la parábola) el premio no es sólo lo que se recibe al fin del día. Es una de las dimensiones misteriosas del Reino el hecho que los hombres podemos frustrarlo. El Reino no puede ser prohibido.: “ El Reino de Dios se parece a un hombre que echa la semilla en la tierra. El Reino depende de Dios. Al final todos reciben la misma paga. y progre­ sa con dinamismo propio. Los hombres también “construyen” el Reino. ni desarraigado por poderes o ideologías. Tampoco puede ser apresurado ni inyectado artificialmente por técnicas de pu­ blicidad y propagación. y al Señor como el sembrador. particularmente en la conocida pará­ 15 . Porque el contrato y la paga son gratuitos. Esta paradoja está igualmente señalada por Jesús en el símbolo de la semilla. Unos son llamados al alba. El Reino es pura misericordia. en este sentido los viñadores de la hora undécima no experimentaron la alegría y plenitud de vida de los que habían comenzado al alba. otros a la hora undéci­ ma. y que no guarda relación con el esfuerzo emplea­ do y con los méritos acumulados “ al soportar el peso del día y el calor” . Dios quiere propagar su Reino en una humanidad ya infiltrada por el mal. lo infiltra. Este absoluto es irreductible a cualquier realidad mundana. el único absoluto en el discurso de Jesús. y están dispuestos a ser infiltrados por él darán fruto. para que el Reino pueda propagarse y crecer. 36). es decir. 44 y 45). es un absoluto. el egoísmo y la avaricia.). ofrecidas gratuitamente y preñadas de las promesas del Reino. Sólo los que cooperan “ con perseverancia” con la siembra del Reino. Otras producen frutos raquíticos. otras se secan. Segunda paradoja: el Reino “ no es de este m undo” (Jn 18. En cambio es capaz de propagar las cizañas del anti-Reino que es el odio. siempre nuevos. colaborar con él y no ponerle obstáculos.). la violencia. complementaria de la anterior (Mt 13. el hombre no sólo es capaz de frustrar el arraigo del Reino. cuyo hallazgo lleva a dejarlo todo y a venderlo todo para poseerlo. 3 ss. 24 ss. no fructifican. El dram a de la humanidad es que ella es impotente para propagar el reinado de Dios: tan sólo puede disponerse a él. “ No es de este m undo” sobre todo porque el Reino de Dios relativiza al mundo. no participa de lo perecedero y relativo del mundo. Pero “está en medio del m undo” . ante el cual todos los valores m unda­ nos se subordinan. Aquí muchas semillas. la necesidad de la misión: ésta no sólo anuncia y revela el Reino ya presente. sino que también identifica la cizaña y elimina los obstácu­ los. no está condicionado por el mundo ni actúa según sus categorías. actúa en la historia como la levadura en la masa y la sal en la tierra. tiene una identi- 16 .bola del sembrador (Mt 13. desde otro ángulo. y toda forma de injusticia y de pecado. sino que además puede él mismo sembrar semillas de muerte y destrucción del Reino. y trasciende todo lo mundano. Esto nos muestra. Es “ el tesoro escondido” y “ la perla de gran valor” (Mt 13. En la parábola de la semilla buena mezclada con la mala (el trigo y la cizaña). Esto nos da la clave para entender. igualmente. grupos y culturas aparentemente más alejadas e incompatibles. . De aquí surge otra paradoja del Reino: este se ofrece a algunos invitados. Parecería que el Reino no tiene identidad propia. Todo al mismo tiempo. etc. las gentes. como lo es un teso­ ro o una perla. Por eso a un banquete van los que son invita- 17 2. hasta que toda fermente” . y sería sólo una dinámica de infiltración.dad propia e históricamente verificable..). las paradojas y las tensiones inherentes a la evangelización. de fiesta y de intimidad entre los comensales. la paradoja del Reino consiste en que es irreductible y encarnado. y es una experiencia aparentemente ex­ clusiva. cuya función es disolverse en los alimentos y darles sabor. el Reino no se puede parcelar. 33). que es símbolo de alegría. Por una parte está el símbolo del banquete. La misión debe mantener la originalidad y la identidad cristiana (“ porque si la sal se hace insípida ya no sirve para nada” . encar­ nación e inserción total. La paradoja está particularmente expresada en las pará­ bolas del banquete y de sus invitados (Le 14. la misión es mezclarse en “ toda la masa. pero identificado totalmente con las realidades humanas. No es un Reino invisible. El Evangelio es absoluto e irreductible a cualquier cultura o modelo social. un absoluto idéntico sólo a sí mismo. El R eino de D io s. que no siempre logramos superar en una síntesis. 13). Mt 5. el Evangelio penetra todas las culturas y modelos sociales. 13). de fraternidad. Así. La misión ha de poner igual cuidado tanto en la renovación y en la mística (identidad cristiana) como en la encarnación e inculturación.15 ss. Así Jesús lo compara con la sal (Mt 5.. Lo compara con la levadura que se mezcla con la masa para fermentarla (Mt 13.. todos son invitados y acuden a él. Pero al mismo tiempo Jesús utiliza para el Reino símbo­ los que sugieren indiferenciación con la hum anidad. de otra parte. marginados y enfermos. “ los que ahora son los últimos” (Mt 8. 11. y que los escogidos no lo son según los criterios de selección de la sociedad. Sucede que la naturaleza del Reino no es el producto de una voluntad arbitraria de Cristo. en el misterio. 29). y más aún los extranjeros y los infieles. y la 18 . al fin de cuentas. Y si sabemos que el origen de esa irrupción es la encarnación del Hijo de Dios.dos. 30). Le 13. sino los desconocidos que recorrían caminos y plazas. La primera paradoja del Reino. es decir. y que esta encarnación está en el origen del Reino —primero es Cristo y consiguientemente el Reino— no podemos sino convenir que entender el Reino sería como entender cómo el hombre- Jesús es también Dios. LA CONCENTRACION DEL REINO El mosaico del Reino que nos dejó Jesús nos deja des­ concertados. 3. y a él acuden no sólo los pobres. sino según criterios coherentes con la naturaleza humilde y gratuita del Reino. que el banquete del Reino se ofrece a todos pero no todos quieren participar. de la cultura o de la historia. pues la amistad y la comunión con el anfitrión es necesaria. que ha querido multiplicar las paradojas para dejarnos. y en cambio los que ahora son primeros serán los últimos” (Le 13. Si Dios nos sobrepasa y es un misterio. “ Los hay que ahora son últimos y que serán los primeros. Parecería que el maestro ha querido complicar las cosas. al decir (sin sacarnos por eso del misterio) “ que son muchos los llamados y pocos los escogidos” . resulta que el banquete no es exclusivo ni está cerrado a nadie. sino que es así porque no puede ser de otra manera. Jesús mismo nos da una clave para interpretar esta paradoja. su irrupción en la historia participa necesariamen­ te del mismo misterio. Por otra parte. 33). es el modelo histórico de cómo acoger y cooperar con el Reino. y lo vivimos en una relación con él. padre. Es su origen y su cuncentración. Porque Cristo mismo es el Reino. madre. Esta es la paradoja radical del Reino: que es una Perso­ na. i Jesús sintetiza las paradojas del Reino. Jesús es el tesoro escondido y la perla preciosa que relativiza todo lo demás. Dios y hombre al mismo tiempo. 27) y están dispuestos “a renunciar a todo lo que tienen” (Le 14. El Reino de Dios viene con Jesús. ante el cual sus seguidores “dejan todas las cosas” (Mt 19. aceptarlo y seguirlo. Jesús es el fermento del mundo y la sal de la tierra. La causa y el compromiso de Jesús es la causa y el compromiso por el Reino. Jesús es el Reino porque durante su vida histórica se constituyó como el modelo de la nueva forma de ser y . hermanos. hijos o propiedades por amor de Cristo” (Mt 19. era porque la aparición pública de Jesús era inminente.estilo de vida propios de ese Reino. 29) es lo mismo que dejarlos “a causa del Reino” (Le 18. y sólo lo podemos reconocer y encon­ trar en él. Jesús es el Reino porque para entrar y participar en él hay que creer en Cristo. “ El que deja casas. Jesús es el Reino porque en él habita la plenitud de Dios que lo origina. está en el misterio de la identidad de Jesús. Cuando Jesús declara que el Reino ya estaba en medio de las gentes. Jesús es el Reino porque resucitado y vivo para siempre es la fuente de la humanidad nueva que es el futuro del hombre.19). Los evangelistas usarán los dos términos 19 . Cuando el Bautista afirmaba que el Reino era inminente. Es el don de Dios que se nos da gratuitamente como la fuente inagotable del Reino. era porque él estaba en medio de ellos. y se construye a partir de esa persona y en torno a esa persona. sentido de la historia y raíz de •todas las liberaciones.raíz de su misteriosa identidad. Es su meta y su puerta de acceso. hermanas. y conformarse con su ejemplo y enseñanza. Tomemos también la comprensión que tuvo del Reino la tradición Apostólica en los otros libros del Nuevo Testa­ mento y en la conciencia de la iglesia hasta nuestros días. de qué maneras libera y redime a la humanidad. simultáneamente. en qué consiste. desvirtúa la misión. y a su vez nuestro ministerio cristiano es a causa de Cristo y de su Reino. parábolas y com para­ ciones sobre el Reino que nos dejaron los evangelistas. el Reino es al mismo tiempo cuatro cosas. relacionadas entre sí. Al ser Jesús arrebatado al cielo. y ha sido una razón histórica im portan­ te de divisiones y conflictos en eKseno de la cristiandad. después de la resurrección está presente a causa de su Espíritu. y podremos hacer una primera síntesis de “dónde está” el Reino-hoy. el Reino continúa arraigado en Cristo y prosigue su presencia activa entre nosotros. 4. así como lo fue para los cristianos de todas las generaciones. Es de máxima importancia para nosotros y para nuestra misión. La primera constatación es que este Reino que participa del misterio de Dios no se expresa ni se propaga de una sola manera. El ministerio de Jesús es el ministerio del Reino. discernir dónde y cómo se expresa hoy el Reino de Dios en medio de nosotros. y el origen de su presencia histórica. Jesús es la concentración del Reino de Dios. Olvidar estas cosas y perder la visión de conjunto desvirtúa el Reino. Antes de su muerte está presente en su humanidad. Según las fuentes bíblicas y de la tradición. Es tan complejo como coherente. aunque ahora de modo diferente: sacramental y por lo tanto multifacético. Ser fiel al Reino y trabajar por él no es una tarea simplista y unilateral.indistintamente. L a s cuatro E p if a n ía s del R eino Tomemos el mosaico de símbolos. comple­ mentarias e inseparables: 20 . Els el centro de la predicación de Jesús y los Apóstoles. Para Jesús la entrada al Reino es un camino. nadie puede ver el Reino de Dios-si no nace de nuevo de arriba. hay que ser diligentes y laboriosos según la parábola de los talentos (Mt 25... están marcados por las 21 .). Es la razón de ser del Reino: aplicarse a cada persona para arrancarlo de sus servidum­ bres y pecados y liberarlo para su destino eterno.1 ss. —el Reino se hace presente en la Iglesia.).. 3 ss.. como las vírgenes prudentes (Mt 25. Los jalones de ese camino del Reino. 14 ss. El hombre debe “ cam­ biar su vida y su corazón. más allá de un mero comportamiento ético y estilo de vida. Más aún. —El Reino se hace presente en el corazón del hombre. que es la renovación radical de la persona. El que no renace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de D ios. 31. que nos indican cómo entrar y progresar por él. 44-46). Mt 13. convertirse y creer en la Buena Nueva del Reino” (Me 1.).. 13. El Reino está dentro de nosotros “El Reino está dentro de vosotros” : el crecimiento de los valores del Reino en el interior de cada ser humano es dimensión esencial del Reino bíblico..). el Reino produce una renovación radical de las personas. 1.” (Jn 3. sus exigencias y advertencias para entrar en este Reino. —el Reino se hará presente plena y eternamente en la vida futura. —el Reino se hace presente irrumpiendo en la sociedad y en las culturas. Es el mensaje de Jesús a Nicodemo: “ En verdad te digo.14). un proceso (la semilla que crece y el grano de mostaza que se convierte en árbol. Ante la oferta del Reino hay que ser vigilantes. En esta misma línea Jesús multiplicó sus consejos. M t 3. que exige una decisión absoluta (parábola del tesoro y de la perla. en fin. este “cielo y tierra nuevos” “ ya está en medio de nosotros” .). los sacramen­ tos y la práctica de las Bienaventuranzas. Sabemos que el Reino se nos da en la medida que lo deseamos. que hoy se traducen en la lucha por promover el Reino en las sociedades. Sabemos que el Reino se da por la misericordia con el prójimo. 3 ss. y que así también el Reino crea una relación y experiencia nueva de Dios. en un cielo nuevo y una tierra nueva. Como todas las dimensiones del Reino. y que así el Reino crea una relación y expe­ riencia nueva con los hermanos. Es insustituible. Por ellas sabemos que al Reino nos disponemos con un corazón pobre y confiado ante Dios. basada única- mente en el am or (Le 10. en que habite la justicia” (2Pe 3.w <" Bienaventuranzas (Mt 5. por muy urgentes que sean otras tareas de la misión. aunque siempre precaria e imperfectamente. y con un espíritu humilde. Evangelizar es llamar a la conversión permanente y ofrecer y exigir los medios espirituales que la hacen posible: la Palabra. En la tradición cristiana. es esencial en las metas de la evangelización. esta epifanía del Reino como liberación interior se llama espiritualidad. Así como la epifanía del Reino irrumpe ya en nuestros corazones por la liberación interior. Pues la 22 . Sabemos que se da en la visión contemplativa de Dios y en la oración. 25 ss. así también su novedad mundana irrum­ pe en la sociedad por la justicia y la fraternidad. esta dimensión primordial del Reino en cuanto camino de liberación personal. En fin. Sabemos. que es solidaridad y reconciliación.). 13). que el Reino se da de manera especial en las cruces y persecuciones a causa del bien. cuyo eje es una experiencia renovada de Dios y del prójimo. El Reino que irrumpe en la sociedad La novedad del Reino es “ hacer nuevas todas las cosas” y “ nos hace esperar. confiados en la promesa del Señor. y que ello coincide con la santidad y justicia de vida. y las señales que acompañaban el anuncio de la venida del Reino en la misma predicación y actividad de Jesús: “ los pobres son evangeli­ zados” (Le 4.). En la liberación de las servidumbres sociales se revela la presencia del Reino de la misericordia de Dios con la misma credibilidad y autentici­ dad con que se revela en la liberación de las servidumbres del corazón humano. económicas y socia­ les que conducen a la liberación de los que padecen toda forma de servidumbre social.novedad del corazón no puede sino crear un nuevo modo de relación de los hombres en la sociedad: en la familia. por la caridad solida­ ria. que ofrece el Reino preferencialmente a los pobres. que libera de miserias presentes. que prepara liberaciones futuras. al mismo tiempo y el uno por el otro. como lo atestiguan el discurso de las Bienaventu­ ranzas (Le 6. 23 . discriminación y explotación. Segundo. por la promo­ ción humana. que capacita a los pobres y oprimidos a liberarse a sí mismos. El Reino que irrumpe en el tejido de la sociedad. Esta irrupción liberadora del Reino se da de tres modos. 19 ss. promoción y reordenamiento para la justicia y la paz. al modo del fermento y del grano de mostaza. justicia y paz. en la economía. en relaciones de amor. 20 ss. 7. es un crecimiento de ese “fermento en la masa” que es “ el Reino de Dios en medio de nosotros” . egoísmo. Evangelizar el Reino es llamar al mismo tiempo a la conversión del corazón y al cambio en las relaciones familiares. en el trabajo y en la cultura. hambrientos y sufrientes).. 14 ss.. solidaridad. que corresponden a otras tantas formas de liberación social. y a ser sujetos de su propia historia. por el reordenamiento de la sociedad (cambio de estructuras). El camino del Reino es un camino de liberación interior y social. Primero. en la política. Tercero. La liberación humanizadora de los pobres y oprimidos de la tierra es la irrupción más significativa del Reino en la sociedad. Todo avance en caridad. va transform ando las relaciones de odio. que para millones de seres humanos (más de la mitad de la humanidad) es su camino pre-cristiano de encuentro con Dios y de liberación personal. Esta acción del Reino en la cultura. En todas las culturas. La religión es 24 .liberación social (el Reino como justicia): la con­ versión interior influye en los cambios sociales y sobre todo en una nueva manera de relación entre los hombres. El Reino latente en las culturas En la irrupción del Reino en el “ hombre social” hay una dimensión que por su radicalismo —por estar en la raíz de los cambios de las relaciones e instituciones humanas— merece una atención especial Es la presencia del Reino en las culturas. aún de modo limitado. Un modo eminente de esta presencia a modo de semilla y de desarrollos parciales se da en las expresiones religiosas de las culturas. Y las instituciones y relaciones sociales son como las cristali­ zaciones de una cultura a través del tiempo. sino que está presente en ellas desde siempre. es una forma de presencia que está en la intersección de la liberación interior (el Reino en noso­ tros) y la. de la vida y de la muerte— está llamado a ir impregnando las culturas. laten semi­ llas del Reino. a través de una humanización de las mentalidades y usos culturales. como expectativa de Cristo aún no anunciado. es como el alma de una sociedad. como mentalidad. Pero el Reino no sólo es el futuro de las culturas. como el fermento en la masa. insuficiente y siempre ambiguo. El Reino está latente de manera particular en las religio­ nes no cristianas. como el trigo entre la cizaña y como granos de mostaza a la espera del crecimiento por la Palabra. valoraciones y modos de vivir de un grupo humano. y promo­ viendo sus valores. La cultura. A ello la Iglesia llama la “ evangelización de las culturas” . corri­ giendo y liberándolas de sus deshumanizaciones. El Reino de Dios —sus valores y su sentido del hombre. es el fermento de la sociedad y la sal de la tierra. sino de religión a religión. es la experiencia privilegiada de la liberación interior. es en la Iglesia donde se aplican primeramente las parábolas del Reino.el área privilegiada de encuentro del Evangelio con las culturas. palabra y sacramento simultáneamente. Como Cristo. que no eran otra cosa que el Reino oculto en ellas. la Iglesia también condensa el Reino. la Iglesia revela al Reino como fuente de este dinamismo y como su concreción histórica más perfecta. La Iglesia es el grano de mostaza que comienza modestamente hasta hacerse árbol robusto y capaz de acoger a todos los pueblos y culturas (Mt 25 . Y al convertirse a la fe. comunidad y ministerio. es su instrumento de expan­ sión privilegiado. De una manera misteriosa. El Reino que está envuelto en la iglesia La renovación de los espíritus y las sociedades y culturas revela el Reino como dinamismo e irrupción. La experiencia de la Iglesia. la Iglesia “ contiene” el Reino y “ es” el Reino. La Iglesia es el “ hogar” del Reino en medio de nosotros. La Iglesia. Por eso la evangelización de las religiones ha de darse en forma de diálogo. comunidad y ministerio. sino que enriquece al cristianismo con estas tradiciones. De Reino latente a Reino explíci­ tamente presente. una comunidad no cristiana no sólo descubre en el Reino una plenitud y no el despojo de sus tradiciones válidas. en la experiencia religiosa se manifiesta más clara­ mente la acción de Dios y su designio de salvación universal. del cual es su prolongación histórica por el Espíritu. Es la experiencia privi­ legiada de la irrupción del Reino en el tejido social: la fraternidad cristiana que ella está llamada a testimoniar es el signo más patente y esperanzador de que la superación del pecado social es posible. Diálogo no sólo de persona a persona. Así. acom pañar su crecimiento y expansión. Así. la Iglesia puede obscurecer el Reino a causa de la fragilidad de sus miembros. Pero a diferencia de Cristo. 68 y 69).15). La Iglesia. así como coincide con la conversión de las gentes y con su irrupción en la sociedad.32) y transm itir al mundo la luz de la fe (Mt 5. Esto nos indica que la expansión del Reino por la evan- gelización coincide con la expansión de la Iglesia. pues al igual que en el corazón hum ano. y a pesar de sus pecados y deficiencias humanas. La Iglesia es el banquete al cual todos son llamados. la conversión y la liberación son 26 .13. pues la experiencia de la Iglesia es el lugar privilegiado de la experiencia de Cristo y de su Reino.” (Jn 6.. El Reino es la vida futura La cuarta epifanía del Reino es de un género diverso de las anteriores. en la Iglesia junto a la santidad del Reino se encuentran semillas de corrupción. por cuya adhesión “ se vende todo” . Evangelizar y construir el Reino es también crear comunidades de Iglesia. humanización de la sociedad y presencia de la Iglesia— se muestran inseparables y se re­ fuerzan una a la otra. pero donde de hecho la participación en este banquete está limitada a las exigencias del Reino. se aplican a la Iglesia las palabras de Pedro a Jesús “ Señor ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna. La Iglesia es la perla preciosa y el tesoro escondido. especialmente los pobres y los enfermos. Una vez más las tres dimensiones históricas del Reino —conversión interior.. Sin Iglesia las conversiones y libera­ ciones (de las que la Iglesia no tiene ni pretende el monopo­ lio ni el protagonismo) quedan insuficientes y precarias: la Iglesia es la consolidación del Reino y la síntesis de todas sus experiencias. Nosotros creemos y sabemos que tú eres el santo de Dios. la Iglesia es la red con peces buenos y malos y es el campo donde se mezclan el trigo y la cizaña hasta el fin de los tiempos. ). En el Reino futuro el fermento transform a definitivamente la masa. El Reino futuro radicaliza las parábolas del Reino y resuelve sus paradojas.las expresiones temporales del Reino. y la sal la tierra. A esta epifanía del Reino se refirió a menudo Jesús. se realiza más allá del tiempo y de la historia. En el Reino futuro la luz que se colocó en el candelero (Mt 5. “ya que allí no hay noche” (Apoc 21. “embellecida como una novia engalanada en espera de su prometido. sino santa e inm aculada” (Ef 5. se arrancará definitivamente la cizaña que corrompía <el trigo. 4). Como tesoro escondido y perla pre­ ciosa adquiere valor absoluto.26).” (Le 22. como la clave para comprender su naturaleza misteriosa: “ Les preparo un Reino como mi Padre me lo ha preparado a mí. En el Reino futuro la Iglesia será “ sin mancha ni arruga. la m orada de Dios entre los hombres” (Apoc 21 . y de la red se arrojarán los peces malos que contaminaban a los buenos. 15). pues en el Reino futuro enjugare­ mos todas nuestras lágrimas “y ya no existirá ni muerte. ni penas porque todo lo anterior ha pasado” (Apoc 21. 1). iluminará para siempre a todas las naciones que caminaron hacia ella. Ustedes comerán y beberán en mi mesa en mi Reino. pues el primer cielo y la prim era tierra ya pasaron” (Apoc 21. 29). realizando “ la visión del Cielo Nuevo y de la Nueva Tierra. pues es preferible entrar al Reino ciego y lisiado.27).. que quedar fuera de él con el cuerpo intacto (Mt 5..2 ss. Así mismo la conversión y liberación de la condición hum ana será plena e irreversible. Aquí el Reino se da en plenitud.. 27 . y en él se funden para siempre. ni gemidos. En el Reino futuro el grano de mostaza termina su crecimiento para siempre. 30). A este Reino futuro convergen las tres anteriores dimensiones del Reino. ni duelo. son el Reino anticipa­ do en la historia pero limitado y obscurecido por ella.. ni nada parecido. sin ambigüedades. y ante él “ de nada sirve al hombre ganar todo el m undo” (Mt 16. 27). 28 . En el Reino futuro la irrupción de Dios en la historia se confundirá con su misma fuente. Y los participantes “ al banquete que ofrece Dios” (Apoc 19. 17). 21.23 ss.). “recibirán gratuitamente el agua de la vida futura” (Apioc 22. al que nunca más “ entrará nada m anchado” (id. 17). diríamos que la motivación central de la espiritualidad de Jesús es la misericordia. cqmo sacramento total de Dios mismo al irrumpir en la historia humana? Si la Biblia es una indicación de este espíritu. II La irrupción de la misericordia 1. hasta entregarse a la muerte para asegurar nuestra libera­ ción total? Hacerse estas preguntas es interrogarse sobre las motivaciones de Dios* o más precisamente sobre las motiva­ ciones de Cristo a causa del Reino. Ella es el m otor del anuncio y presencia libera­ dora del Reino entre nosotros. y repartió los dos pescados entre todos.. y se puso a enseñarles larga­ mente. 34. pues el corazón de Dios nos es accesible sólo a través de} corazón de Cristo y de los motivos que impulsaban la hum anidad de Jesús. 41). Comieron hasta saciarse” (Me 6. Y partió los panes. L a m ise r ia h u m a n a ¿Por qué Dios tom a la iniciativa del Reino? ¿Por qué la encarnación del hijo de Dios para hacer posible el Reino. pues eran como ovejas sin pastor. 29 . “ Al bajar Jesús de la barca. vio mucha gente y se movió a misericordia por ellos. ¿Cuál es el espíritu que animaba a Jesús liberador.... La miseria es tal porque deshumaniza. Para el pueblo de Israel. Ello respondía por lo demás a la experiencia religiosa de los creyentes. Esto explica las predilecciones de Jesús.. Por misericordia Jesús ha venido a liberar de toda miseria. Jesús encarna esa misericordia. como lo atestiguan los Profetas y los Salmos. toda forma de mal. Por misericordia Jesús evangelizó a los pobres y abando­ nados y los liberó de sus miserias humanas. a hum anizar más allá de lo imaginable. Lo que deshuma­ niza se opone al plan de Dios. ofreció el Reino a todos y a cada uno de los grupos de su tiempo: soldados. ricos y pobres. a traer vida en abundancia. de la cual el Reino es su expresión. y Jesús aparece en medio de los hombres como la encarnaciótfixle esa misericordia. creyentes y alejados. samaritanos. Jesús es la misericordia de Dios hecha humanidad. arrancó a las gentes de su ceguera. ya desde el Antiguo Testamento. con tanta más fuerza cuanto más fuerte es la miseria. Para ellos es el atributo más típico y más cercano de Dios. la misericordia era el rasgo del Dios revelado que más los impresionó. y si no hubiera miseria' hum ana no habría misericordia. y puramente en su beneficio. que son la anticipación de la experiencia espiritual cristiana. publícanos. Dios es rico en misericordia porque perdona inde­ finidamente y porque es eficazmente solidario con todas las liberaciones de la servidumbre humana. y las orientaciones que tom a su Reino al irrum pir en los hombres y en la sociedad: el Reino es atraído por las formas más notorias de la miseria humana. por eso la miseri­ cordia de Dios es una cualidad tan atrayente para el hom­ bre: ésta existe a causa de él. Todo lo que deshumaniza. fariseos. que es una nueva humanidad 30 . acogió a los leprosos y margina­ dos. por misericordia convirtió a los pecadores. El Reino ofrecido era la misericordia misma de Dios actuante en la historia. toda servidumbre hum ana atrae la misericordia de Jesús. La misericordia es relativa a la miseria. impide al hombre crecer como tal. La miseria material: el pobre La deshumanización puede venir por varias vías. nos permiten sin embargo superar los mitos de nuestro tiempo y descubrir la miseria —por lo tanto las tareas del Reino de la misericor­ dia— ahí donde realmente está. La palabra y la actitud de Jesús. puede ser más o menos aparente o apreciada. impide vivir como hijo de Dios. pero que de hecho no es deshumanizante ni se opone al crecimiento de la experiencia de los hijos de Dios (la experiencia de la imitación de Cristo y la experiencia del prójimo como hermandad). 31 . la austeridad y las valoraciones culturales que no corresponden a las nor­ mas dominantes. puede ser más o menos permanente o más o menos ocasional. Y es propio del anuncio del Reino el revelar qué es realmente la miseria para los ojos de Dios y para los del hombre realmen­ te liberado. puede ser más o menos difícil. a partir de ideas de humanización basadas en modelos de desarrollo material o de niveles de vida sumamente discu­ tibles. Por lo mismo la deshu­ manización descristianiza. los deshumanizados y miserables de esta tierra pueden tener más o menos conciencia de su condición. sin constituir un “ trata­ do” sobre la humanización y la miseria. que hoy suelen presentarse como la antítesis de la miseria por los países ricos. siempre posible desde la llegada del Reino. no es realmente miseria. En fin. al modo de Cristo que es el modelo de la plenitud humana. Una situación que pueda ser considerada superficialmente como “ miseria” .que coincide con el destino humano. con la miseria y la deshumanización. admite diversos grados. ser lo que debe ser. Podrá ser considerada como tal por motivos culturales o ideológi­ cos. Su liberación. Una de las dificultades de la propagación del Reino en nuestros días es la de confundir el “ atraso” . más o menos parcial. Por eso esta pobreza es un mal. deshu mañiza es una condición 32 . la carencia permanente de esos medios —que es la miseria material o la pobreza— lo deshumaniza. de salario o de educación no son cuestiones puramente sociales y “ materiales” . el abuso y la explotación. El ser humano requiere una integridad física y material para crecer como tal. No es el no-rico. la más aparente y la más aceptada como tal. suelen no tenerla. la pobreza que no. cualesquiera que fueran sus causas. que es Dios” (Puebla). La extrema inseguridad y necesidad de bienes vitales predispone a la religión “ rentable” y de necesidades prima­ rias. agravado cuando es el producto de la opresión. no es porque la miseria material sea incompatible con “ lo religioso” (a menudo lo refuerza). Si los pobres corren el peligro “de perder la única riqueza que les queda. por mucho que las ideologías dominantes digan lo contrario. Su carencia deshumani­ za. Por eso es la más visible. sino más bien porque condiciona el crecimiento de la fe cristiana y su purificación de todas las ambigüedades o aberraciones que le impiden ser liberadora y seguir todas las dimensiones del Reino. de salud. Jesús se preocupó por las formas más permanentes y habituales de la deshumanización. La pobreza es una deshumanización que adviene por razones de carencia material. Las condiciones de vivienda. de alimentación. de trabajo. el que lleva una vida simple por opción o por cultura.y la experiencia nos indica que más a menudo que menos. el austero. Esto último ya no es miseria humana. Más aún. Una de ellas es la pobreza. El pobre es el materialmente deshumanizado. La injusticia y el contraste hacen de la miseria un mal moral y una indignidad para los que la sufren y para los que la causan. la miseria es una cuestión filosófica y moral-teológica: es también descristianizante. y en lenguaje religioso. Estos deshumanizados son los pecadores. del desarro­ llo y de la liberación social son problemas relativos a un humanismo. Por eso la deshumanización del pecado es la más radical de todas. La miseria moral: el pecador La naturaleza espiritual y ética del ser humano significa que éste también puede perder su libertad y su capacidad de crecimiento por carencia de bienes morales. la miseria sí hace un mal en la medida que oprime el corazón del hombre y no por índices de nivel de vida y de consumo. El Reino de Dios. A esta miseria. . la avaricia. la ignorancia y la explotación económica. El egoísmo. lo cual no sucede en la miseria mate­ rial: el pobre en cuanto tal es víctima. pues implica una actitud consciente de aversión a los valores del Reino. Los pobres son sociológicamente identificables (admi- 33 i. y no el pecador. pecado. cuando se hace forma de vida la llamamos inmoralidad. Lo cual no quiere decir que sea la más aparente y la más temida por todos. hay que vivir “según el espíritu y no según la carne” (San Pablo) a no ser que la miseria moral tenga consecuencias externas (enfermedades.de humanización. 3). pues para apreciar la gravedad de la miseria que viene del espíritu. pues de estos pobres “ es el Reino de los cielos” (Mt 5. La miseria moral es intrínsecamente descris­ tianizante.. es una condición de cristianización si se asume como un valor. y también la más grave. For consiguiente el problema del progreso. repercusiones psico­ lógicas que vienen de ciertos vicios o adicciones). La pobreza es habitualmente más temida y reconocida como miseria hu­ mana. La miseria moral y la miseria material tienen im portan­ tes diferencias. la injusticia. el odio y la idolatría del placer. deshumanizan —aunque de otro modo— como el hambre. a y la del pe c a d o n o son excluyentes. El p e c a d o r se e n c u en t ra en t o d a s ellas: entre los ricos y entre los pobres. c o m o ya decían los teólogos medievales. a su vez la po b re z a suele ser c a u sa a su vez de i n c a p a c id a d pa ra vivir la m ora l del Evangelio. An te la libera­ ción que significa b us c ar la ve rda d y r eco rre r su c a m i n ó hasta e nc o n tr a r l a . y en el lenguaje de la es piritualidad cristiana “ ceguera de c o ra z ón o de e s p ír itu ” . El ciego es aquel q u e no sabe discernir en c u a n t o a lo q ue debe hacer en su vida moral. e c on óm ic a o cultural. que en lenguaje religioso se suele d e n o m i n a r c o m o “ tinieblas u ob s c u ri d a d . sino q ue no q u e d a n limitados p o r n i n g u ­ na categoría social. p u e d e eq ui vo c a r el ca m i n o y los valores de su ve rd a d e r a liberación. no se refiere sólo a estar e rr a d o en c u a n t o a las gr an d e s cuestiones y valores q u e afectan el destino h u m a n o . el h o m b r e pue de erra r. ni distingue 34 . Pero las dos fo rm a s de miseria están rel aciona das. sin e m b a r g o . La miseria de la pobre/. sino t am bi é n c o n o c ie n d o la ve rd a d . Es aquel que n o sabe cuál es su ve rd a d e ra rea lidad.tiendo m u c h a s relativizaciones). su de stino a ut é nt ic o y el c a m i n o de ese destino. los valores. pe ro o b je tiv a ­ m en te h a b l a n d o la miseria material dificulta la h u m a n i z a - ción mo ral y “ la práctica de la v i r t u d ” . sino ta m b ié n a la p r o p ia co n d ic ió n mo ral. Lo q ue se o p o n e al p ob re es el rico ( no el pe cad or ). La miseria del ciego El h o m b r e crece no sólo d e s a r r o l l a n d o sus po t en c i al i d a ­ des (co nt ra la po b r ez a ) y sus valores m ora les (c o n t r a el pecado). necesitada de liberación. Q u e ello sea culpable o i n c u lp a b le m en te ya es ot ra cosa. La ceguera . y lo que se o p o n e al p e c a d o r es el s a n to (no el p o b r e ni el rico). p e r o los pe c ad or e s no lo son: no sólo no son identificables p o r los análisis de las ciencias h u m a n a s . El e r r o r es una fo rm a de s e rv i d u m b r e y miseria. La p o b r e / a es consec ue nc ia de las in m o r a li d a d e s y p e c ad o s de los injustos. a lo m e n o s en parte: el d e s o r i e n t a d o en metas y actitudes no lo es siem pre p o r u n a op ció n deli be rad a. La ceguera es de las miserias q u e más p r e o c u p a r o n a Jesús. la luz vino al m u n d o . u n o de los efectos de los pe cados.. “ Ustedes dicen que ven. b us c a la felicidad d o n d e ésta n o está. ¿No ves c ó m o eres un infeliz. “ a p e g o s ” y defectos es en su cia r y ob s cu rec er la m en te y el cora zó n. c o m o el p o b r e. y los h o m b re s prefirieron las tinieblas a la luz” (Jn 9. La miseria típica de la ceguera es p a ra Jesús nuestra p r o p ia insensibilidad an te ella. y esta ceguera es t a n t o más p r e o c u p a n t e c u a n t o más p r o f u n d a . tengo en a b u n d a n ­ cia. entre la ceguer a y los p e cad os . Par a J esú s la ceguera an te los valores del Reino (que son los valores r ad ic alm en te h u m a n i z a n t e s ) es u na grave miseria. entre las tinieblas de la men te y la c o r r u p c ió n de la v ol un tad : a u n q u e 1a ceguera y el e r r o r no son h a b i t u a l m e n t e qu eri do s c o m o tal. c u a n t o más insensibles los h o m b r e s son a ella a c a us a de su insensibilidad moral. q ue son siem pre un a f o r m a de mal. 19). c o n f u n d e lo que es v a lo r c o n lo q ue no lo es.. esto es. El origen de la ceguera c o m o miseria h u m a n a . soy rico. no siempre fácilmente discernible. un pobre. pe ro no p o r ello m e n o s real.sus s e rv i d u m b r e s y pecados. q ue es u na f o rm a de servi­ d u m b r e h u m a n a : “ T ú piensas. y e n c a d a p e rso na . 3. Po r u na p a rte la c e gue ra es in co n s ­ ciente. es com pl ejo . se cree m o r a l y n o lo es. n a d a me falta. e stán co n te n i d o s c o ­ m o consec ue nc ia prevista en los egoísmos. la v e rd a d y el bien no son fácilmente s ep ara ble s en el h o m b r e . El ciego cree q u e e stá bien c u a n d o en real ida d está mal. Sin e m b a r g o . En este se ntido hay relación. Para los místicos cristianos. p o r ot ra pa rte . 35 . p o r eso su p e c a d o p e r m a n e ­ ce. d o n d e el c o ra z ó n y la ca bez a se influyen m u t u a m e n t e . su miseria no es ne c es a ria m e nt e c ulpa bl e. la avaricia y el he d o n is m o . 41. es estar en el á m b i t o de las tinieblas. las injusticias. y que más se o p o n e n a la percepción de los valores de su Reino. un desnudo que merece compasión?.). etc. como plenitud de la verdad. la experiencia de Dios y de su Reino.. El no-evangelizado participa por otra parte de su propia experiencia religiosa (islam. Pídeme un colirio que te ponga en los ojos para ver. no sea que su maldad sea descubierta y condenada” (Jn 3. Su ignorancia de Cristo y de los valores de su Reino viene por razones geográ­ ficas. El no-evangelizado. no es un ciego con respecto a “ su” verdad hum ana y religiosa. Si el Reino es el futuro del hombre ya anticipado. La ausencia de esta plenitud de Dios y del ideal humano que es Jesucristo es una privación muchas veces inculpable pero no por ello es menos deshumanizante: la falta de fe en el evangelio cercena la capacidad normal para llegar a las formas más humanizantes y liberadoras de la experiencia de Dios y del prójimo. El no-evangelizado no es un pecador. pero también en Africa y en las multitudes post-cristianas de las grandes ciudades de Occidente.27.. 20). históricas.” (Ap 3. Y que esta insensibilidad no es ajena a la rectitud y bondad de nuestra vida está explicitado igualmente en la tradición bíblica: “ El que obra mal odia la luz y no viene a la luz.). hinduísmo. aunque implícita y parcialmente. La miseria del no-evangelizado El no-evangelizado es el carente de fe en Jesucristo.. que es su forma de vivir la experiencia de la salvación. Mayoritariamente en los grandes pueblos de Asia. 35 ss. culturales o políticas. es el que está más allá de las fronteras de la experiencia cristiana. pero es un ciego del modo más radical: no ha encontrado a Jesús.. ni es responsable por su carencia de fe. o simplemente por falta de oportunidad. una limitación tan seria de este Reino como es la ignorancia de Aquel que es su fuente y sentido último no puede dejar de afectar el 36 .28).un ciego. tal como son ofrecidas por Jesús.no es necesariamente peor que otros. del bien y la libertad que él ya vive de alguna manera en su conciencia (Jn 9. Los humanismos agnósticos o ateos. 19 y 20). el colapso de la ética en la vida política y económica.. El no-evangelizado post-cristiano sufre la miseria de un humanismo ilusorio. sino también la falta explícita de fe en el Dios de Jesús. el crecimiento de la pobreza sin solución. de la misión “ ad gentes” y la necesidad de evangelizar todos los pueblos (Mt 28. Ello se puede verificar por el hecho que aun en las religiones no cristianas se dan las formas más radicalizadas de las ambigüedades y alienacio­ nes propias de toda degradación religiosa. capitalistas. disimulados en sociedades opulentas. el fracaso de las ideologías. siempre vigente. poderosas y “ mo­ dernizantes” . Históricamente ya son comprobables sus efectos profundamente deshumanizan­ tes. Se reconozca o no. Todo esto justifica la urgencia. Ello ha creado formas nuevas d e d esh um a­ 37 . marxistas. el error o la deform a­ ción en cuanto a Dios. La misión no sólo es un servicio a las religiones para que accedan a la experiencia plena de la verdad y del Reino ya en esta vida. y una tan grave insuficiencia no puede sino tener efectos degenerativos en toda la condición humana.).. es también un servicio a la humanización y liberación cultural de esos pueblos. que padecen las servidumbres y cegueras de la carencia de la esperanza cristiana.crecimiento humano. Un caso especial y emergente del no-evangelizado son los post-cristianos (los que fueron evangelizados y se des­ cristianizaron casi completamente) y las culturas post- cristianas de Occidente (laicistas. la disolución de la ética familiar y social. afecta la raíz y la orientación más profunda del ser hum ano. el monopolio del poder y de la técnica en torno a algunos privilegiados. son rasgos típicos de las culturas post-cristianas. El fan­ tasma de la guerra. el pecado y la ceguera deshumanizan. No sólo la pobreza. Al menospreciar e ignorar la experien­ cia cristiana ha reducido el sentido de la vida y del destino humano. para liberarlos de sus servidumbres y deshumanizaciones y para defender y acre­ centar su fe. la misericordia ha de ser el m otor de su acción (“ tengo misericordia de estas multitudes porque son como ovejas sin pastor” . de la justicia. Com o motor. multiplicación de los vicios de “ escape” . por mediación de la Iglesia. angustia y soledad. seguidores de Jesús. En la Iglesia y en los evangelizadores. y el Evangelio del Reino una fuente indispensable de humanización. esperanza y caridad amenazadas por su deshu­ manización material y por los atentados a su dignidad. No es una forma alternativa de humanismo. esoterismo. pero que a menudo queda atrapado en la deshumanización cultural y social: incremento de sectas. La misericordia además ha de ser la actitud predominante que acom paña esa acción. la misericordia impulsa al evangelizadora exiliarse en la miseria humana. privilegiando en su acción las formas más graves de deshumanización (miseria). donde lo económico ya no es lo prevalente: inseguridad y frustración radical. Por eso la evangelización participa de la preocupación y predi­ lección de Cristo por los pobres. místicas exóticas. 2. De ahí un renovado interés por lo místico y religioso. Me 6. L a s o p c i o n e s d e l a m i s e r i c o r d i a La evangelización no es otra cosa que la irrupción de la misericordia de Cristo entre los hombres. No puede ignorarse impunemente y al mismo tiempo pretender el cultivo del a m o r y la solidaridad. alejadas todavía de la mística liberadora del Reino. 34).nización y de pobreza. La no-evangelización será siempre una fuente de miserias. formas de neurosis. 38 . la paz y la liberación del hombre. La fe como experiencia de Jesucristo no es un lujo. donde el cristianismo se revela imprescindible y eficaz. el cristianismo no ofrece modelos sociológicos o antropológicos de liberación. y se ha creado un ídolo. más que las liberacio­ nes materiales. Le 19. Lo mismo hay que decir de la preocupación de Jesús por esa miseria que hemos llamado la ceguera. Com o al pecador. 23 ss. Ha de motivarse e interpretarse como un servicio humanizador y liberador. 10. Por eso la evangelización participa de la preocupación de Cristo por los pecadores (miseria ética y espiritual). la evangelización participa de la preocupación de Cristo por los no-evangelizados: la misión hacia los alejados y los no-cristianos constituye una forma eminente de misericordia.12. La liberación de las miserias del espíritu es el rasgo más “ milagroso” y significativo de la liberación de Jesús. etc. En esta misma línea. r La liberación interior es el efecto más específico y origi­ nal de la evangelización. De cara a las liberaciones sociales. El rico ha perdido el verdadero rostro de Dios. y que también constituye una dimensión preocupante de toda evangeliza­ ción. al farisaico): los “ ayes” de las malaventuranzas y las lamentaciones sobre los ricos (Mt 19. y ha 39 . Además. (Es más difícil convertir un corazón corrompido que mejorar las condiciones sociales). políticas y económicas que no están al alcance de la Iglesia superar. al poderoso. a quienes Jesús buscó. Le 15. Pero sí ofrece caminos concretos y eficaces de liberación interior. Jesús cuestiona severamente al ciego (al rico.) están motivados porque su ceguera los aleja del Reino y de la solidaridad con sus hermanos. y no de expan­ sión o proselitismo. revela toda la fuerza del Reino de Dios presente en Jesús y más tarde envuelto en la Iglesia.). llamó y ofreció su misericordia cons­ tantemente (Mt 9. que si se frustran no es ya incompetencia o insufi­ ciencia del cristianismo. sino por la dureza de los corazones. la contribución del Evangelio puede frustrarse por el peso de condiciones culturales. Lo que se critique o denuncie sin entrañas de misericordia. el rico y poderoso (más aún si es injusto) es digno de pena y compasión. A partir del criterio bíblico. Nicodemo. Y en Isaías 58. luz a los ciegos y obsecados. y por eso puede ser liberador y eficaz. Por eso para Jesús el rico es digno de compasión y de tristeza. 40 .perdido también el rostro de su hermano. a semejanza de la del pecador. La evangelización del ciego es probablemente la que requiere de más paciencia y misericordia. Lázaro y otros). está inspirada y envuelta en pura misericordia (no en odio. puede-ser estéril. y podrá re­ encontrar el rostro de Dios y del hermano sí él mismo practica la justicia y la misericordia. 10: “ Cuando renuncies a oprimir a los demás y destierres de ti el gesto amenazador y la palabra ofensiva. la riqueza y el poder son una desgracia y no un privilegio o un valor a desear y envidiar. Denunciar con misericordia es más difícil que anunciar la misericordia. y crea resistencia y conflicto. sin embargo. aunque sea verdad. brillará tu luz en las tinieblas y tu obscuridad será como el mediodía” . cuando compartas tu pan con el hambriento y sacies la necesidad del humillado. (Zaqueo. y si en algo defraudé a alguien le devolveré cuatro veces” ). (Los Evangelios atesti­ guan de la transformación de ricos y poderosos como Za­ queo. Esta severidad de Jesús con el rico y otros deshumaniza­ dos por la ceguera. José de Arimatea. en Le 19. Porque requiere denunciar. Son capaces de dar dignidad y esperanza a los pobres. aunque sea su enemigo. al revés de los criterios actuales. la denuncia no penetra en el cora­ zón del ciego si el evangelizador que denuncia no lo ama con misericordia. Todas estas grandes opciones de la misericordia van “ construyendo” el Reino en el corazón de las miserias hu­ manas. agresividad o amargura). 8: “ Daré la mitad de mis bienes a los pobres. y de ofrecer un camino de humanización y liberación interior a todos. y también de convivencia social. si no tengo caridad (misericordia) nada me aprovecha” ). La espiritualidad no está en comer. sino por la actitud con que las pone. pues la miseri­ cordia no es sólo una actitud. reafirmará su decisión de com partir los bienes de la tierra con los desposeídos. sino la práctica eficaz del am or fraterno en cuanto es liberador de miserias. y la actitud con la cual trabajamos por superarlas. Pero para el creyente es también una experiencia espiritual. la actitud de la misericordia y su práctica correspondiente deberían ir unidas. El acto de comer puede ser realizado correctamente y de la misma manera por un creyente “ espiritual” y por un no creyente. particularmente las mise­ rias. por su actitud: al comer dará gracias a Dios por la vida y el alimento que le mantiene la vida. La mística del Reino La misericordia es la actitud predominante — la mística o espiritualidad— de los constructores del Reino a partir de las miserias humanas. ¿Cómo discernir que los actos de l-iberación de miserias que llamamos evangelización y liberación. 34). Según la enseñanza bíblica. (“Jesús se mo­ vió a misericordia (actitud) y se puso a enseñarles largamen­ te. La actitud de misericordia marca el espíritu con que abordam os la condición humana. Para el no creyente será un acto biológico. Ni la misericordia es sólo la práctica eficaz de liberación de miserias sin espíritu de am or y compasión (San Pablo en I Cor 13. sino en la actitud con que se vive y actúa. no tanto por las obras que pone. etc. son misericordia cristiana y están arraigados en el espíritu de Jesús misericor­ dioso y no en actitudes parciales o ajenas a este espíritu? 41 .” (práctica). y entregara mí cuerpo a las llamas.: “ Aunque repar­ tiera todos mis bienes. La espiritualidad del evangelizador es la espiritualidad de la misericordia. 1 ss. las actitudes sí. (Me 6. se hará más cercano y fraterno con los que carecen de comida. Los actos no siempre revelan una espiritualidad. o trabajar o aun servir. Sin misericordia el Reino de Dios no irrumpe ni en los corazo­ nes ni en las relaciones humanas. no entraréis en el Reino de los cielos” ). la misericordia es incom­ patible con el odio y el rencor. Se podría practicar la pura justicia sin espíritu de miseri­ cordia. pues la injusticia es fuente de toda clase de deshumanizaciones). La “justicia sola” es compatible con el odio. Le 23. de ceguera y de inconsciencia. 34. por eso es un camino tanto de liberación de miserias humanas. Eso significa que reconocemos que nosotros mis­ 42 . 20: “ Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos. Y sin embargo. esto último no es un lujo espiritual. Que la misericordia vaya más allá de la pura justicia significa que vaya impregnada de actitudes de compasión. y por eso no es plenamente liberadora. 21-24. (Mt 18. vaya más allá de la pura justicia. de tolerancia y comprensión. Aun más. 12. la misericordia que llega hasta el perdón es la única actitud capaz de liberar de la miseria del odio. Un segundo criterio de discernimiento del auténtico es­ píritu de misericordia es saber tener misericordia con uno mismo. Mt 6. y sin forma alguna de espiritualidad. sino que es necesario para practicar aun la verdadera justicia. como de liberación interior para el que la ejerce al igual que para el que la recibe. Un primer criterio de discernimiento parece ser el que la práctica de la misericordia (que incluye siempre la justicia como su exigencia primaria. aun cuando el odio parezca justi­ ficado. pero parece difícil practicar el perdón y el amor eficaz al enemigo sin la espiritualidad de la misericordia. que es la peor deshumanización. Mt 5. No hace­ mos justicia a los demás si no tomamos en cuenta lo que tiene todo hombre de miseria y servidumbre a redimir y liberar. La misericordia nos hace com­ prensivos de lo que hay en el hombre y en sus injusticias de debilidad y miseria. de perdón y de búsqueda de reconciliación y fraternidad. . Solemos no admitir esto. Somos dignos de misericordia y recibimos continuamente misericordia. Esta conciencia. requiere. Siempre podemos rezaren primera per­ sona. Sólo Dios puede humanizar y redimir de forma inequívoca y definiti­ va.” ). el “ miserere” (Salmo 50: “ Se­ ñor. necesitamos a Dios. ten misericordia de mí. Si la miseria es parte experimentable de nuestro ser.mos estamos llenos de miseria. las relaciones socia­ les y culturales y la purificación del espíritu. y por mediaciones humanas: la Iglesia. La experiencia de esto tam ­ bién forma parte de la humildad que es la verdad. El evangelizadores un miserable que evangeliza a otro miserable con la riqueza del Reino. La liberación seda igualmente de un miserable a otro. que es uno de los fundamentos de toda espiritualidad. pues eso sería reconocer a la vez nuestra miseria y la necesidad que tenemos de am or gratuito y sanante. y como protagonistas. necesitamos misericordia. aunque siempre actúe a través del Reino que es histórico. No hay práctica evangélica de la misericordia sin humildad. y la puerta de entrada de toda liberación interior. sin embargo. que ejerce su misericordia a través de la misericordia de nuestros hermanos. que es el único misericordioso. 43 .. El síntoma más profundo de esta actitud es la falta de misericordia con uno mismo: somos más disponibles a la misericordia con el otro que con noso­ tros. Somos miseria. La capacidad de misericordia con uno mismo es así la actitud base de una práctica evangélica de la misericordia. que él recibió gratuitamente. y somos objeto de lu lllÍNtíl'1* cordia de Jesús y de los demás. por eso los dos se enriquecen. Necesita­ mos ayuda. pues el orgullo de la condición hum ana se resiste a ser am ado gratuitamente y a recibir la vida —toda forma de vida— y las liberaciones presentes y futuras como puro don. una dosis de humildad. lo reconozcamos o no. también percibimos que no podemos sacudirnos esta mise­ ria por nuestra propia cuenta. y la acción de Dios en nosotros liberándonos de ella y trasladándonos a la novedad del Reino. y con la ceguera radical que es no percibir a la vez la propia miseria.pues aquella es incompatible con el desamor radical que es el pecado. 44 . y en algunos casos elaborar. particularmente a partir del Concilio y luego Medellín. una síntesis cristiana. la Iglesia clarificó prioridades y líneas. a pesar de exageraciones 45 . Es necesario mantener estas adquisiciones que sin duda alguna han revitalizado la Iglesia (la solidaridad con los pobres y la justicia unida a la evangelización. Las ciencias humanas como auxiliares de la teología y de la pastoral (especialmente las ciencias de la sociedad) tom aron gran importancia. III Las miopías del Reino 1. etc. redescu­ briendo. necesitamos completar. que como tal sea más profunda que las síntesis anteriores y que esté abierta al futuro. la inculturación de la misión.). el acceso de los humildes a un protagonismo en las comunidades eclesiales. a síntesis todavía mejores. optando y redefiniendo su propia identidad y su misión en un mundo cambiante y conflictivo. y creo que también en el resto de la Iglesia. redescubrió o acentuó valo­ res y asumió ciertas opciones. L a u r g e n c i a d e l a s í n t e s i s En América Latina. Los cristianos vivieron este proceso con intensidad. de acción. En las últimas décadas. pasada. profundamente renovada si la com pa­ ramos con el pasado reciente. y en el centro de su identidad. no cualquier cosa. que es el seguimiento de Jesús y de su Reino en la Iglesia. sino que evitará que éstas queden limitadas a una generación de cristianos. ni la comunidad. que llamamos el Reino. y la vida futura. el protagonismo de la Iglesia. Cada nueva síntesis cristiana es al mismo tiempo simple y asequible (como es simple y asequible la revelación de Dios) y también comple­ ja. La sínte­ sis no debe asumir sólo un valor — por muy importante que sea— y reducir todo lo demás a ese valor. o a términos o consignas atrayentes y a veces de moda. que sólo se da en la globalidad del Reino de Dios. Esta síntesis. ni el trabajo por la justicia. tran­ sitoria. Ni la oración. requiere al mismo tiempo integrarse en la auténtica tradición cristiana. La síntesis ha de integrar todos los valores evangélicos en curso. presente o por venir. Y en toda síntesis pastoral deben 46 . las liberaciones temporales. Es decir. ni la opción por los pobres. en toda síntesis teológico-pastoral.y ambigüedades que hayan aparecido. Para ello es necesario integrar y sintetizar todos los factores válidos y todas las opciones y valores que los cristianos adquirimos última­ mente. que los integra en una unidad novedosa y generadora de un nuevo espíritu. pues no todo cabe en una síntesis cristiana. Esta síntesis no solo justifica y consolida las renovaciones y búsquedas actuales. pues ningún valor evangélico representa por sí solo la identidad cristiana. sino como los valores indispen­ sables de la síntesis. La elaboración de una síntesis es una gestación ardua que no conviene apresurar ni simplificar. deben aparecei: explícitamente las dimensiones fundamentales del Reino: la liberación inte­ rior. como es compleja la irrupción de Dios en la historia. ni el trabajo por la unidad pueden establecer­ se por sí solos como síntesis. que se transmiten por contagio superficial llegando a hacerse repetitivos. La síntesis evangélica no es conformista. el no cristia­ nizado. y la condición para que ésta sea integralmente evangélica. la síntesis queda inaccesible o insuficiente. o su insuficiencia. y sería una forma de “ escapismo” el hacer de la vida futura toda la síntesis cristiana. La falta de síntesis. sin arraigo en la fe y en la contemplación. a una liberación interior. constituye para el cristiano una “ miopía de espíritu” . el pecador. que se proyecta como miopía para percibir la integralidad del Reino. pues ninguna síntesis es definitiva ni es la mejor. y muy decisiva­ mente en la mística y en la espiritualidad. a la mera cons­ trucción y propagación de la Iglesia sería “ clericalismo” . aun práctica­ mente. Sin un profundo arraigo en la experiencia de Cristo vivida en la Iglesia. y el modo de su servicio. En cada cristiano que trabaja por una síntesis renovada. (Mt 13. el ciego. la experiencia espiri­ tual es al mismo tiempo el vínculo de todos los elementos de la síntesis. a las liberaciones sociales. De otra parte. La mística cristiana es garantía de síntesis. en el pensar teológico y cristiano. toda nueva síntesis auténtica genera una renovación en la misión y en la pastoral. 52). como es garantía de unidad e integración de todos los aspectos y valores de la vida de un creyente. y debe estar abierta a nuevas ideas y perspectivas a integrar. Es un hecho de la historia de la Iglesia que toda auténtica renovación y reforma cristiana terminó por elaborar una nueva síntesis integrando el profetismo de la novedad con los grandes valores permanentes. sería “ ideología” . La naturaleza provisoria e “ itinerante” de toda 47 . ni implica el cese de una búsqueda. que “ se parecen a un padre de familia que de sus reservas va sacando cosas nuevas y cosas antiguas” . (Según la enseñanza de Jesús sobre los discípulos del Reino.integrarse explícitamente las grandes opciones de la miseri­ cordia del Reino: el pobre. sería “ esplritualismo” . Reducir este servicio del Reino. así como la conversión permanente no excluye el sacramento. Pero las simplificaciones que sacrifican los datos de la realidad o la complejidad de la verdad. está hecha de aparentes p arad o ­ jas y contradicciones. ni pueden hu­ manizar integralmente. es muy compleja y suele estar soterrada en las apariencias.experiencia cristiana no excluye la solidez de una síntesis y de una “ posesión” . Una vasta experiencia eclesial nos revela que los agentes de la evangelización no 48 . por aquello de que a tal Pastor tal Comunidad. nunca se posee totalmente. por su responsabilidad de conducción. no obtienen los resultados prometidos. la síntesis puede parecer poco eficaz. no puede estar permanentemente en lo provisorio y una desintegración interior. se hacen rápidamente anacrónicas y distantes de las verdaderas realidades. y se suele llegar a ella por contraposi­ ción de valores. Pues el ser hum ano. que en un momento parecen novedad y avance. Y la verdad es siempre ardua de encontrar. con la variante que a menudo el discípulo es la caricatura del maestro. Como el Reino. que debe siempre estar abierto a la novedad y a un camino a recorrer. que es la verdad en la historia. En tiempos de opción y compromiso. la búsqueda de síntesis es coherente y coincidente con la búsqueda de la verdad. Se tiende a simplificar y reducir. Esto lo saben bien las ideologías. las simplificaciones en vista de la eficacia. y con ello la síntesis necesaria. que celebra la conversión ya realiza­ da. y a tal maestro tal discípulo. y sobre todo el creyente. Más aún. a la larga no funcio­ nan. Así. Las simplificaciones en los planteamientos y la reducción de valores facilitan los liderazgos y las movilizaciones. Ellos requieren más que nadie una integración mínima. que son deshumanizantes. El líder de masas suele simplificar las realidades y las soluciones. El desafío de hacer síntesis es aun más exigente en los pensadores cristianos y en los agentes de pastoral y anima­ dores de Comunidades. son inmunes a las diversas formas de “ miopías del Reino” , y que estas persisten y se ahondan con el tiempo, en lugar de enriquecerse con una síntesis. Estas miopías son a veces difíciles de percibir y de identificar, pues se basan en valores; además no provienen de mala voluntad o de cegueras cons­ cientes, sino que van unidas a una gran generosidad y a una búsqueda de autenticidad, aunque poco sensible a la bús­ queda ardua de la verdad y de la totalidad evangélica. Generosidad y verdad, santidad y síntesis no siempre van juntas. Las trampas de Ia síntesis Decíamos que las miopías cristianas no provienen de mala voluntad o de cegueras conscientes (lo cual tampoco habría que excluir), sino a menudo de una caricaturización de la verdad misma; según el dicho “ demasiada verdad llega a ser mentira” . Si nos ponemos a analizar las causas psico-espirituales más comunes de estas miopías, podríamos ensayar una cierta tipología: Una primera fuente de miopía del Reino es la “conver­ sión absorbente” . El convertido es el que descubre un valor y se entrega a él, teórica y prácticamente. Es propio del recientemente convertido el no asimilar inmediatamente ese valor, integrándolo en una síntesis; esto es más bien propio de una maduración posterior. (La asimilación de los valores bien integrados es propio de la persona madura). Ahora bien, en tiempos de renovación de valores cristianos, y de opciones y compromisos (como son los que han marcado las últimas décadas latinoamericanas), se producen muchas “conversiones” en el sentido dicho. Se redescubren valores y compromisos antes eclipsados u olvidados, a lo menos en la formación cristiana de esas personas. La intensidad y fascinación de la conversión, a veces es 49 4. l-;l R eino d e D ios. capaz de crear una miopía ante otros valores y consideracio­ nes, y ante la misma integralidad cristiana (la complejidad del Reino). Esta actitud espiritual suele persistir hasta com­ pletar el proceso de maduración de la “ conversión” , donde ese descubrimiento evangélico absorbente se va a asimilar en una síntesis renovada. Por ejemplo, muchos creyentes han redescubierto la oración y el papel del Espíritu Santo en ella. Eso es propio de algunos grupos de oración. Esta “ conversión” puede subra­ yar de tal manera la oración en el Espíritu y la renovación interior (el Reino de Dios en cada uno de nosotros), que lo haga absorbente y omnipresente, hasta el punto de dificultar la visión (miopía) e integración de otros valores evangélicos, sobre todo aquellos que son complementarios o dialécticos con aquellos que han sido asumidos. En el ejemplo mencio­ nado, se puede eclipsar el Reino que irrumpe en las realida­ des humanas y sociales, o los compromisos temporales del cristianismo, como elementos también esenciales de la vida de fe. La experiencia de la plegaria según el Espíritu ha de ser asimilada en el conjunto de la síntesis del Reino. Para otros ha sido un redescubrimiento.y una conver­ sión como tardía la preferencia y el compromiso por los pobres. En la primera formación eso no fue suficientemente subrayado ni integrado. Al asumirse como valor y al hacerse experiencia cristiana, esta opción puede hacerse absorbente y totalitaria, a veces en la medida en que la conversión al pobre ha sido tardía o había sido antes un valor débil. Aquí también se pueden producir miopías, donde, sin negar las otras dimensiones del Reino y de la misericordia cristiana, estas no se valoran en la práctica, ni aparecen en la síntesis personal. Aquí, como en otros ejemplos, este valor no inte­ grado ni asimilado se ha constituido por sí solo en una “ síntesis” (o pseudo-síntesis), y tendrá la tendencia a consti­ tuirse en referencia única y dominante, mientras no se avan­ ce en la maduración y no se la asimile en una síntesis coherente con otros valores evangélicos también esenciales. 50 Una segunda fuente de miopía pueden ser las ideologías. En efecto, la referencia fundamental de la síntesis que nos ocupa es el Reino. Pero la idea cristiana del Reino puede ideologizarse, en la medida que la persona no se ha liberado de la fascinación de una ideología. La interferencia de la ideología con el Reino produce miopía. La cuestión es sutil y requiere discernimiento, pues de suyo las ideologías y las utopías sociales son legítimas y buenas (dentro de una concepción humanista sana). Ellas son necesarias en la acción política, y de gran utilidad a tener en cuenta en la acción pastoral y en los discernimientos y elaboraciones teológico-pastorales. Pero seria miopía cris­ tiana ei identificar o poner com o referencia de la construc­ ción del Reino una ideología o utopía. En otras palabras, no se puede renovar una síntesis en torno al eje de una utopía ideológica, sino en torno a las categorías cristianas del Reino. De cara a las dimensiones sociales del Reino — que es donde más inciden las ideologías—■las ideologías no son sólo transitorias, o insuficientes, sino que dependen de valo­ res superiores (la justicia, el servicio al pobre, la solidaridad fraterna, etc.). Estos valores superiores son los que hay que integrar en la síntesis del Reino, y no las ideologías, que aunque válidas, son sólo las mediaciones socio-políticas de esos valores del Reino. Hacer la síntesis cristiana privilegiando una ideología es frustrar la síntesis, y caer en la tram pa de una miopía del Reino, y por lo tanto de la evangelización. Sería como hacer la síntesis de la espiritualidad cristiana en torno a la psicolo­ gía: el resultado seria desastroso p a ra la espiritualidad, pues la clave de síntesis de la mística cristiana es la fe, la esperanza y el am or, y no la psiquis. La psicología es tan sólo una auxiliar muy válida de la espiritualidad, como lo socio- político lo es de la evangelización. La miopía sería aun más grave si la ideología que se "integra en la síntesis es en sí misma ambigua. Sucedería con 51 por muy válida que esta sea. el integrismo es una forma de inmadurez. y en abrirse a otras experiencias válidas.. Consiste en cerrarse. con lo cual resulta una incapacidad para hacer nuevas síntesis más ricas que la anterior. Otra fuente de miopía es hacer la síntesis a partir de nuestra sola experiencia personal. como tampoco sería sana una síntesis del Reino de Dios basada en la ideología liberal o marxista. La madurez consiste en no encerrarse en lás viven­ cias personales. Es pensar que se ha llegado a la integridad de los valores en síntesis. Hay quien “ se encierra” en su formación. llegando así a una sínte­ sis más compleja. tenemos los casos de miopías cristianas denominadas “ integrismos” . con lo cual se priva de los valórese ideas nuevas a integrar periódicamente. sin percibir la necesidad de mejorarlos y purificarlos permanen­ temente. por ejemplo. o en su experiencia vivida. La miopía aguda de! intial ismo El integrismo no es más que nu caso grave de miopía del Reino. rica. en itn momento dado. C uando la propia formación y experiencia se constituye en la síntesis total y definitiva. haciendo de ellas norma y criterio. y sobre todo objetiva y verdadera. Des­ de el punto de vista psico-espirilual. y la aceptación del pluralismo tic síntesis. que implica inseguridad. también pue­ de implicar auto-complacencia o conformismo. su necesidad de enriquecimiento. sobre la propia síntesis adquirida. sin admitir ulterior enriqueci­ miento. a la psicología freudiana —que viene a ser una ideología psicológica: la síntesis espiritual no puede ser sana. evolución o posibilidad de una síntesis mejor.. 52 . El antidoto del integrismo es (n conciencia de la imper­ fección de toda síntesis.la visión del Reino y la evangelización lo que sucedería con la espiritualidad cristiana si esta se elaborara en torno. claves y constela­ ciones de valores diferentes según las personas o las “ escue­ las” de pensamiento. y con ellos se puede trabajar. los pluralismos son abiertos. Estas síntesis son válidas en la medida que articulan todas las dimensiones del misterio del Reino. o vocación. cualquiera que esta sea dentro del pluralismo. 53 . de cara a la convivencia y a evitar las divisiones. como hay “ progresistas” abiertos. Hay síntesis más “ misioneras” y las hay más “ contemplativas” . Tienen matices. C uando éstas son convergentes. o vivencias. sino el integrismo (síntesis parciales que se hacen totales). las síntesis cristianas válidas son al mismo tiempo plurales. que acentúan más la liberación interior o las liberaciones humanas. “ conservador” o “ progresista” . de “ izquierda” . El punto esencial entonces. y son plurales por la diversa espiritualidad. hay integrismos de “ derecha” . hay integrismo. y no si se es de “ derecha” o de “ izquierda” . o de “ centro” . aun­ que su ideología parezca atrayente: sus respectivas síntesis. y no admiten los a p or­ tes del pluralismo. Hay “ conservadores” o “ progresistas” cerrados. hay pluralismo en la unidad fundamental del Reino. Todos ellos son igualmente formas de miopía. de las personas y las comunidades. o se absolutizan constituyéndose en la síntesis única y total. En efecto. El integrismo puede afectar cualquier ideología o cual­ quier postura cristiana o eclesial. y pueden enriquecerse entre ellos. y con ellos es difícil trabajar. Todo integrismo es cerrado. hay síntesis más a la “ derecha” o más a la “ izquierda” . Es decir. H ay “ conservadores” abiertos. acentos. es si se es “ abierto” o “ cerrado” en su postura. p or muy fuertes que sean sus líneas u opciones. Hay “ líneas” diferentes. o no se excluyen en la pluralidad de síntesis. C uando las “ líneas” son divergentes. están cerradas. siempre insuficientes. y fuente de conflicto: los conflictos en la Iglesia (y a menudo en la sociedad) no tienen por causa el pluralismo (síntesis plurales enriquecen el con­ junto). Para usar términos corrientes sin implicar prejuicio. En suma. Toda Comunidad cristiana viencaser un acontecimien­ to del Reino. más rica es su síntesis del Reino. lo mismo sucede cuando su síntesis está reducida u valores parciales y selec­ cionados. Si el integrismo a le d a la evangelización. LA SINTI íSIS POU LA ‘T líO K lA " Y l. I¡1 Reino es recibido como don (contemplado) y realizado como larca (seguido). La antigua espiritualidad cristiana de Oriente llamó a estos aspectos del Reino y de tu experiencia cristiana “ teo­ ría” y “ praxis” . pues puede generar ( om unidades o Movimientos integris- tas. cuanto más rica en pluralismo es la C om uni­ dad cristiana. a expresar la síntesis integral del Reino. así como a Cristo. debemos contemplarlo y Neguirlo. que cu la de toda Iglesia reunida. sacramento del Reino.A "PRAXIS" Si el Reino es inseparable de Jesucristo. La “ teoría*1 ©h todo lo que atañe a la 54 . por ser la C om unidad un hecho de Iglesia. expresa sólo un sector del Reino. a condición que sus miembros sean abiertos y no integristas. y de que reconozcan que la síntesis del conjunto es siempre mejor que cualquier síntesis personal. Contemplación y seguimiento son las actitudes fundamentales que nos rela­ cionan con Dios y con su Reino. en cuanto que objetivamente debe expresar todas sus dimensiones. Este también es el camino de una síntesis. 2. la miopía entonces es muy grave. Esto implica ciertas cautelas para el evangeliza- dor y el anim ador de Comunidad: él o ella no pueden imponer su síntesis personal o su linea (siempre perfectibles) a la Comunidad. Ello iría en desmedro de la vocación de la misma Com unidad. Cuando la Comunidad es integrista. o a responsa­ bles de la evangelización. y el no recorrerlo genera nuevas formas de miopías del Reino. simboli­ zado esto en la práctica de la misericordia que lleva a liberar a los hermanos de toda forma de miseria.contemplación de un Dios que ha de ser am ado por sí mismo. que no necesa­ riamente implican justicia y misericordia. “ praxis” tiene un sentido ambiguo para un cristiano. “ praxis” es toda acción que realiza el Reino. y no siempre unido a la práctica eficaz del am or (misericordia). u otras formas eficaces de cambios sociales. siempre precaria. Aunque la idea actual de “praxis” habría que precisarla y purificarla en nuestro lenguaje teoló­ gico. En el proceso de occidentalización de la espiritualidad oriental. estos vocablos se perdieron. ya que esta idea ha vuelto a tom ar vigencia no a partir de la mejor tradición cristiana (la ya mencionada de Oriente). y p or su misericordia que lo lleva a ofrecernos el Reino. que es su sentido genuino. en particular el marxismo. En el marxismo. En las primeras síntesis cristianas de la teología del Reino. La “ praxis” en las ideologías es la práctica de la revolución social. El binomio “ teoría” (contemplación) y “ praxis” (práctica de la misericordia) quedó clásico como síntesis de la experiencia cristiana. La simplicidad de esta síntesis cristiana ha servido siem­ pre (con términos y lenguajes diversos) para iluminar la relación. entre la contemplación — laora- 55 . aunque no totalmente. el cristianismo contem poráneo ha re­ cuperado el término de “ praxis” . la fuente de la “ praxis” está en la “ teo­ ría” . Y según la misma tradición cristiana. pastoral y espiritual. Sorprendentemente. de ahí que sea pertinente usar ahora este binomio. La “ praxis” (siempre en la antigua terminología cristiana) es lo que atañe a nuestra práctica de la misericor­ dia con los demás (reflejo de la misericordia de Dios). por la que contemplamos y nos identificamos con Cristo como liberador de miserias. sino a partir de las ideologías. o la transformación de un sistema social. ni necesariamente expresan la irrupción del Reino en la sociedad. esa experiencia de misericordia liberadora nos ayuda a com prender mejor al Dios del Reino y de la misericordia. la contemplación nos impulsa a la misericordia liberadora (la “ praxis” ). en cuanto que la “ praxis” . y por lo tanto su síntesis. sino con el Dios que es misericordia y que quiere establecer un Reino de liberación de miserias. e igual­ mente es la clave de la síntesis entre el Reino como don de la misericordia de Dios. o entre la contemplación y el compromiso. Así. y el Reino como tarea liberadora por misericordia. que contempla y que practica la misericordia que nos libera a nosotros y a los demás. es el amor eficaz. De otra parte. para la gran tradición mística cristiana la misericor­ dia es la experiencia que sirve de enlace entre la oración y la acción. o lugar de la verificación de la experiencia de la fe. El fruto de la oración cristiana es “ hacernos misericordiosos como nuestro Padre celestial es misericordioso” . ella irá llevando progresivamente a una identi­ ficación no con Dios a secas o con cualquier divinidad. que ya los antiguos percibieron que estaba vinculada a la experiencia y a la realización de la misericordia. si la contemplación (oración) es auténtica. En esta doble liberación (la interior y las de nuestra condición social) se da la síntesis del Reino. Así como tampoco es liberadora la “ teo­ ría” que lleve a contemplar a un Dios donde la misericordia no sea la clave esencial de su comprensión. y por lo mismo purifica nuestra oración y nuestra contemplación (la “ teoría” ). En efecto. en su genuina raíz cristiana. pervierten el logro de la liberación y de la construcción del Reino. si esta “ praxis” es auténtica. Otras formas de “ praxis” sin misericordia. 56 .ción— y la acción. En este sentido es verdad lo que dice la teolo­ gía latinoamericana de que la “ praxis” es lugar teológico. .. porque no es “ o una cosa. los que acentúan la opción preferencial por los pobres y su liberación integral. Optar por los pobres ¿Cuál es el objetivo unificante de la Misión.. entre su esencia u objetivo fundamental. sin oponerlas 57 .. tai vez China en el futu­ ro. el alejado. o del an un ­ cio del Reino? Parecería haber dos tendencias en conflicto. (El no creyente. según el texto misionero clásico: “ Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos” (Mt 28. o el envío a los pobres. Este objetivo con­ siste en hacer discípulos de Jesús en la Iglesia. Si el pobre fuera el criterio esencial del envío. u otra. o el pobre. El envío a los no-evangelizados. Habría que distinguiren la Misión.r 3. En regiones de cultura cristiana.. pues éste muchas veces ya es cristiano.” . habría que excluir de la Misión. extensas áreas no cristianas del Oriente.. pero sí priori­ tarias en la Misión (Japón. en primer lugar. Habría que unir entonces las dos cosas. sino teológica encarnada en realidades. que no son particularmente pobres.). Corea.. 19). la cuestión ha llegado a ser polémica en los “ misioneros” . Los que acentúan la transmisión de la fe.. y sus cualidades y preferencias. y no tanto el ya convertido (ya discípulo).o a comprometerse con los pobres? Aquí se requiere una vez más la síntesis. por ejemplo. o aun en la pastoral corriente: ¿el misionero viene a fortalecer la vida cristiana. Pero al mismo tiempo la predilección por los pobres y el envío a ellos es una condición esencial del anuncio del Reino. o la educación de la fe. el no incorporado a la Iglesia). M i o p í a s e n l a M i s i ó n Algunas miopías corrientes en nuestros días: Hacer discípulos. Así la esencia del envío es el discipulado. como América Latina. Parece claro que el objetivo esen­ cial de la Misión no puede ser una categoría sociológica. o excluirlas. que los problemas sociales (trabajo por la justi­ cia) y culturales (evangelizar esa cultura) son complemen­ tarios y hay que sintetizarlos continuamente. o peor la oposición de ambas tareas pas­ torales implica una miopía con respecto al Reino. que está llamado igualmente a irrumpir en la sociedad y en las cultu­ ras. lis decir.. hay que preguntarse si esa "justicia" de que se habla es auténtica. y en esta situación se facilita la síntesis y el anuncio del Reino. pero que este objetivo se lleva a cabo prefiriendo en él a los más pobres. o hay que trabajar para que se liberen de sus opre­ siones e injusticias. y concluir que el objetivo unificante de la Misión es el no-discípulo. o no está en su raíz dañada . en torno a la promoción y educación popular. Evangelizar las culturas.por prejuicios y con­ tra-valores culturales. y 1 1 0 evangélica.. Más precisamente. La síntesis se da por el hecho tic que la relación entre el tejido social y la cultura de las comunidades humanases tan estrecho. y donde am bos aspectos han de darse en todo grupo hum ano. en torno a su religión popular. Se plantea más o menos así: si en la evangelización preferoncial de los pobres hay que trabajar sobre sus valores (y contra-valores) culturales. aun a Mes de promover la justicia. los segundos los “ liberacionistas". In idea que un grupo se hace de la justicia es a menudo cultural. es la justicia de mentalidades colectivas anccstralmente defor­ 5H . y desde una postura misionera de solidaridad con su justicia y liberación inte­ gral. Los primeros serían los “ culturalistas” . que debe cambiar y mejorar su mentalidad colecti­ va (cultura) y al mismo tiempo sus relaciones sociales (jus­ ticia). '¡'rabajar por la justicia El aparente dilema ha sido ob jeto de polémicas en la Igle­ sia iberoamericana. La exclusión. En principio. la Misión ideal es donde el no-discípulo coincide con el más pobre. los contrastes y la miseria han llegado a ser factores culturales de esas sociedades.. La síntesis también se da porque un elemento im portan­ te de la liberación cristiana de los pobres consiste en su defensa contra las alienaciones fascinantes de la “ moderni­ d a d ” . Estas alienaciones disfrazadas que llamamos “ m odernidad” son antes que nada cuestiones culturales. es ya una dimensión de esa promoción y liberación. en la medida que se haga dentro de esas normas cultura- íes ambiguas. Y el problema de la dignidad hum ana y de la dignidad del pobre es al mismo tiempo social y cultu­ ral... En efecto. o populares. y no la justicia de un humanismo objetivo. el desprecio por la auste­ ridad y la pobreza voluntaria. el ideal del bienestar y del consumo.). la devoción popular es una dimensión muy importante en la cultura de las clases pobres. políti­ cos y económicos. de mentalidad colectiva. hacen que cualquier cambio hacia la justicia quedará iluso­ rio. Por eso purificar y cuestionar (evangelizar) esos presupuestos cul­ turales es condición necesaria en la promoción de la justicia y en la liberación de los pobres. De ahí el dilema: esta religiosidad ¿es 59 . la síntesis también se da por el hecho de que la primera condición de toda justicia y liberación es el recono­ cimiento y el servicio de la dignidad de todos. o “ movilizadora” Esta forma de miopía misionera a veces es una variante de la cuestión anterior. Religiosidad popular “alienante”. etc.. especialmente de los más pobres. En fin. es cuestión de mentalidad.madas. Ello se puede constatar por el hecho de que en muchas sociedades la desigualdad. y de sistemas sociales. que de no superarse (evangelizarse). (La visión secularista del hombre y de su liberación. la desconfianza por lo religio­ so. algo que más o menos se da por supues­ to y que tiende a ser aceptado por la mentalidad predomi­ nante. y es más o menos válida por criterios que le vienen en primer lugar de sí misma. salvo en casos de deformación. Es verdad que la religión impregna todas las condiciones y dimensiones humanas. De modo que. o a condicionarla únicamente a las cuestiones sociales. y no viceversa. forma parte de la. Para evaluar una religiosidad hay que evitar esas miopías y evaluarla primeramente según lo que la religión es en sí misma (y muy especialmente el cristianismo): religión es esencialmente experiencia de Dios. pues para que la religión realice su función social apropiadamente. la religiosidad p o p u la re s potencialmente un factor positivo en las liberaciones humanas.alienante o movilizadora en la aspiración y luchas de los pobres por la justicia? El dilema es una forma de miopía en su mismo plantea­ miento: parecería que la religiosidad popular (o cualquier religión para el caso) es más o menos válida tan sólo a partir de su facultad de movilización socio-política. Esta orientación y explicitación. Pero básicamente la religión tiene una a u to ­ nomía. política y económica. como es siempre positiva la auténtica experiencia de Dios. que en buenas cuentas es desarrollar todas las virtualidades del Reino que están implícitas en la experiencia de Dios que es la religión. de su misma naturaleza. hará siempre íalta una orientación o explicitación. “ catcquesis". cultural. y lo que habría que probar en los casos ambiguos es que “ esa religión es alienante. La misma miopía lleva a instrumentalizar políticamente la religión. La verdad es que la religión vale por sí misma. 60 . Digo “ potencialmente” o como dinamismo. (Lo cual sucede en todas las aplicaciones históricas de toda experien­ cia religiosa). Dios es de suyo liberador y humaniza- dor (no obstante aberraciones religiosas). y que por supuesto tiene una función social. y trasciende sus eventuales funciones. ha dejado de ser puramente íntram undana. a cada hombre y a la humanidad. pues la vida futura “ ya está en medio de nosotros” . su misericordia infini­ tamente hum anizadora. caminando a tientas en el claroscuro de la fe. En esta plenitud que nos aguarda después de la muerte. Mientras peregrinamos en la tierra. Esta mediación subsiste en la Iglesia. Toda prácti­ ca auténtica de humanismo. N uestra V F utura id a com o plenitud DEL REINO El Reino es la mediación certera e irrevocable que comunica el am or liberador de Dios. el Reino deja de ser mediación para hacerse nuestra misma vida futura. que encuentra su cúspide en la 61 . en la insatisfacción del am or y en la búsqueda de la felicidad que nos elude y que añoramos como “ paraíso perdido” . sacramento e instru­ mento eficaz de esta Misericordia que nos quiso humanizar por sobre la medida del hombre. nuestra vida. haciéndonos partícipes de su plenitud. IV El Reino y el futuro del hombre 1. y podemos saborear la eter­ nidad en las mediaciones históricas del Reino. sin embargo. En cambio. 31). nos arranca de la experiencia meramente m undana y nos hace anticipar. o como “ fusión en la divini­ d a d ” . todo com portam iento ético en la verdad y el amor. Esta realidad está en la esencia del radicalismo y la nove­ dad de la fe cristiana: porque Cristo resucitó. es transitorio. la plenitud infinita de nuestra vida futura. se da en la comunión inagotable y siempre nueva del am or fraterno (parábolas del Reino como banquete). Vivir para siempre con plenitud y felicidad infinitas. la síntesis donde convergen todas las demás realizaciones del Reino con que Dios irrumpió en la historia.mística cristiana. la firme esperanza de que esta vida futura no se da tan sólo como supervivencia del alma. y en la Iglesia fuente de esta anticipación. como transitoria es “ la fi­ gura de este mundo que p asa” (I Cor 7. es nuestra vida futura en el Reino definitivo. Esta vida futura es el Reino por antonomasia. pues esta sería vana sin la convicción de la vida después de la muerte. en la fraternidad social. es la realización total del Reino de Dios inaugurado en Jesu­ cristo. en la noche de la esperanza. y es capaz de satisfacer plena y eternamente la sed de felicidad 62 . sino que la inaugura en forma de Reino. para liberarla y llevarla a su plenitud. sino todo nuestro ser. Vivir convencido de “ mi” vida futura como una realidad más fuerte que las realidades intra- mundanas que percibo cada día. pues la resurrección de cada uno no sólo inaugura nuestra vida perdurable. nuestra vida futura está asegurada. La vida futura se da como plenitud del Reino: esto es. nuestra condición y nuestra com u­ nión hum ana. El Reino anticipado en el corazón humano. es lo que diferencia la escatología cristiana de otras religiones. Por otra parte. o como reencarnación. está en la esencia de la fe religiosa. la única realidad hum ana definitiva y absoluta. aun la creencia en Dios. asume todas las realidades hum anas (por la resu­ rrección). y será plena: no sólo nuestro espíritu. sino como plenitud del Reino de Dios. Es el tema crucial que verifica la experiencia reli­ giosa. En las liberaciones hum anas experimentamos algo de la liberación total. 63 . y no la vida presente en sí misma. y que en la experiencia hum ana de Jesús se revela como una realidad de más certidumbre que la pre­ cariedad de la vida presente. que si son ya Reino. Mirar el Reino presente desde el Reino de la vida futura Solemos visualizar el Reino de la vida futura a través de las experiencias del Reino presente en la historia. en el olvido de nosotros mismos y en la entrega al am o r experimentamos lo que hay de eternidad en nosotros. 33).) ya existente como liberación total de esa condición hum ana. 12. La vida futura ya está fecundando la condición hum ana (como el fermento a la masa.. En la paradoja evangélica. La realidad absoluta es el Reino futuro. El Reino futuro es la única clave para entender el Reino ya presente. Solemos concebir la vida y felicidad futuras —de las que aún no tenemos experiencia— como plenitud de todo lo bueno que experimentamos en la vida presente. en la oración saboreamos algo del agua viva que quita la sed para siempre. pero es en sí misma un abso­ luto. y lo relativo son sus anticipacio­ nes históricas. 44 ss. no puede quedar únicamente disuelto en sus presencias históri­ cas.. la verdadera realidad es la eternidad y la vida futura. ni experimentado tan sólo a través de ellas. así como la vida futura es la única clave para entender el misterio de nuestra vida presente. revelado por Jesús como único absoluto e infinitamente deseable en sí mismo. (Mt 13. en la superación del mal por el bien experimentamos el hombre y la hum anidad nuevos. es porque la eternidad y la Vida plena ya irrumpieron en la historia. Mt 13.que sólo “el manantial de la vida eterna” puede saciar (Jn 4. Pero la ri­ queza y plenitud del Reino futuro. Jesús a la samaritana). es el centro natural de perspectiva para la vida presente. y todos recibimos de él. la paz. sí se substraen a la realidad del Reino futuro (Jn 8. ni su filosofía de la vida. que además. a ver la historia. el progreso. las realidades mundanas son vanidad. de vencer el mal. 14. el sufrimiento. a causa de nuestra Esperanza. desde la perspec­ tiva del Reino futuro? ¿Por qué no mirar desde la plenitud a lo provisorio. y esa es (lo veremos en seguida) la perspectiva que da sentido a la sacramentalidad de la Iglesia. ni sus parábolas del Reino. Cristo ya resucitado no hace otra cosa que ir inyectando esa plenitud de visión en cada persona. “ Lo que yo hablo al mundo es lo que yo vi en mi Padre” (Jn 8. el desarrollo de las ciencias y de la calidad de vida ¿no son todo ello una búsqueda permanente de vivir mejor. ¿Por qué entonces no acostum brarnos más. Y al inaugurar el Reino entre nosotros. sino una realidad que. En esta perspectiva de Jesús. y presente. 17). la liberación y humanización del mundo y la sociedad sólo tiene sentido en la perspectiva de una vida de felicidad sin fin. la enfermedad. Arraigado en la visión de su Padre y de su Reino pleno. No entendemos la ética de Jesús. 26). gracia tras gracia” (Jn 1. En efecto. 23. 16). las realidades hum anas y las manifestaciones del Reino en la tierra. la muerte? ¿No 64 . y desde la felici­ dad inexpresable a las búsquedas y aspiraciones humanas? Veamos en nuestra vida futura no sólo una promesa y un punto de llegada. La justicia. Esa era la perspectiva de Cristo. y si se pudiera. ni su humanismo. como su Señor. el Hijo de Dios encarnado ha sido el único ser hum ano que ha visto el hombre y la historia tal cual son. y en el mundo social para su liberación total: “ En él estaba toda la plenitud de Dios. en la lógica de la fe cristiana. desde lo eterno a lo temporal. si no consi­ deramos que su visión de las realidades humanas partía desde el Reino definitivo. y al dejar la Iglesia como instrumento. habla de la vida eterna y del Reino futuro como una realidad absoluta. La “ tierra” se explica por el “cielo” . “ A los que me siguen.. sino en la perspectiva del Reino de la vida futura? “ Afánense no por la comida de un día. 36 y 14. 27). En esa perspectiva está el secreto que los anima a seguir a Jesús y vivir para los demás. pero me seguirán después. 12). les permite llegar a un alto grado de realismo y sabiduría hum ana. Nunca m orirán” (Jn 10. arraigado en la experiencia del Reino futuro. “ Vengo a proclam ar lo que he visto. lo cual. Pero el dram a y la búsqueda de la hum anidad por su liberación total y por la felicidad sin sombra.son una búsqueda impotente y persistente de felicidad total.. se da eminen­ temente en cada corazón humano. heroicamente.. que al ser recobrado nos permitiría vivir para siempre. para que donde yo estoy estén también ustedes” (Jn 13. Jn 3. Los grandes místicos miran el presente desde la plenitud del Reino. De alguna manera. La promesa de la vida y felicidad del Reino del cielo fue 65 5. y si se pudiera. en el cual Cristo nos ha precedido. 27). y el itinerario hacia la vida después de la muerte es un camino de liberación inte­ rior. sin término? ¿Cómo interpretar esta búsque­ da afanosa y a menudo implícita de un paraíso perdido. y mirar las realidades presentes a la luz de la vida después de la muerte. la perspectiva de Cristo de mirar el Reino inaugurado desde el Reino de la vida futura. Si les hablo de cosas de la tierra y no me creen ¿cómo me van a creer si les hablo de cosas del cielo?” (Jesús a Nicodemo. Por eso la experiencia del Reino es siempre una experiencia personal. y Cristo mismo será nuestro término. Después que yo vaya a prepararles un lugar. hay que estar como Jesús. en alguna medida. sino por otra comida que permanece y da vida eterna” (Jn 6. yo les doy vida eterna. lejos de ser una alienación. i:i de Dios. 11. la felicidad y la eternidad es un don para cada uno. para entender el misterio del hombre y del mundo.. “ Donde yo voy no pueden seguirme ahora. ha sido también la perspectiva y la experiencia de la mística cristiana. . 3). volveré a buscarlos. No sé si vivimos y anunciamos suficientemente y explíci­ tamente la certeza de la vida plena después de nuestra muer­ te. de las reali­ dades del hombre y del mundo. de los pobres y oprimidos. Eso significa mirar las realidades de hoy a partir de los sufrientes. y en vista de su auténtica plenitud. Sería olvidar el Reino ya presente en el tiempo y en la historia. una miopía del Reino. Pero eso sería. Todavía más.siempre una motivación y una fuente de constancia y fidelidad en la vida de los santos. como lo hacía Jesús. Lo es también en la vida de muchos cristianos. sobre todo en el tiempo de tentación y de cruz. La esperanza que tenemos en la posibilidad de hacer un mundo mejor. la perspectiva de los pobres y humillados no tendría sentido ni base si el Reino de la liberación total y de la felicidad inex­ tinguible no fuera Buena Nueva en primer lugar para ellos. Esa es la virtud de la Esperanza. y de los que padecen a causa de la justicia. y si este privilegio no fuera el fundamento de su dignidad y 66 . 33) pueda restar seriedad y com pro­ miso en la construcción de un mundo más humano. En ella vemos la historia. Existe la sospecha de que la búsqueda del Reino definitivo por sobre todas las cosas (Mt 6. y que nos hace no decaer y recomenzar continuamente en este empeño. hambre y la convicción del Reino de la liberación total y de la vida verdadera. y en la lucha por la justicia y la felicidad aquí en la tierra. es viable sólo porque hay un futuro de plenitud. es la raíz de una perspectiva evangélica. El. por ser la perspecti­ va de Cristo y de su Evangelio. A menudo ello está demasiado implícito y dado por supuesto en la evangelización. una vez más. que debe­ mos anunciar y promover con todas nuestras fuerzas. y que per­ mite que nuestro am or nunca desfallezca. que nos dice que en el futuro la fe dará lugar a la visión y a la plenitud. y por lo tanto hum ana y liberadora. la sociedad y las condiciones humanas como realmente son. viene precisamente de la perspectiva cristiana de mirar los desafíos del presente desde la Esperanza en la vida futura. los misericordiosos y los puros son bienaventurados a causa de que las promesas del Reino (la misericordia. la filia­ ción. son la aplicación práctica y la consecuencia necesaria de una visión del mundo a partir del Reino futuro y de la vocación del hom bre a vivir para siempre. pero habitada por el Espíritu de la Vida perdura­ ble. que nos arraiga en la Esperanza de nuestro futuro y nos hace capaces de cam biar nuestro presente. Los pobres. Colocada en la precariedad del tiempo y de las tareas humanas. Esto no tiene suficiente explicación en la pura experiencia histó­ rica y m undana. la visión de Dios. y no por los espejismos de promesas tan sólo presentes. La Iglesia es el lugar de síntesis de todas las libera­ ciones humanas.) son especialmente para ellos.. realida­ 67 .. L a I g l e s i a c o m o e l a m a n e c e r DE LA V I D A F U T U R A La Iglesia es la epifanía privilegiada del Reino en la his­ toria. se hace Palabra de Dios. Las Bienaventuranzas. que evalúa la condición hum ana desde su vocación a la vida eterna. En su liturgia. Pero desde la visión de Dios. Esta parece aun contradecirlo. los sufrientes. el anuncio de la palabra. el camino de la felicidad pasa por esas promesas.de la semilla de liberación y eternidad que Cristo inauguró en ellos. En ella experimentamos la limitación hum ana y aun el pecado. que nos obligan a mirar las cate­ gorías y valores hum anos de modo radicalmente diferente. los perseguidos. pero a causa de ese Espíritu expe­ rimentamos sobre todo el sabor de la eternidad y la gloria de Dios comunicada a ios hombres. es el sacramento del Reino de la vida futu­ ra. que es hecho por hombres y al modo humano. los humil­ des. 2. la Iglesia es también el puente entre el mundo presente y el mundo futuro. En la Iglesia. es antes que nada el lugar de la auténtica experiencia reli­ giosa compartida. Ya que la Eucaristía no es sólo una comida fraterna en que se ora. aunque todavía en el claroscuro de la Esperanza. El cirio encendido ya no es sólo luz. La Iglesia es en primer lugar el lugar de la experiencia de Dios y de la plenitud de su Reino. Y como lo propio de los gestos simbólicos y sacramen­ tales es hablar al corazón y a la contemplación del amor. servi­ cio. Este amanecer de la vida plena en la sacramentalidad de la Iglesia constituye la quintaesencia del ser de la Iglesia. sino “ manantial de vida perdurable” (Jn 4.por eso la Iglesia tiene una naturaleza sacramental: un sacramento es un gesto hum ano que al estar habitado por el Espíritu nos permite experimentar algo de la vida eterna. (Jn 6. 32 ss. Esta vida es incom­ prensible para nuestros sentidos y nuestra inteligencia. y sólo puede ser intuida por el am or apoyado en la fe: de cara al misterio de Dios. y . estructura ministerial y social. 16). el am or es un modo superior de cono­ cer. La Eucaristía es la experiencia humano- religiosa en que la fusión entre el Reino presente y el Reino eterno llega a su plenitud. sino la claridad de una plenitud que amanece entre noso­ tros. si tuviéramos realmente fe y mucho amor. sino el anticipo de la felicidad compartida de la vida futura (Le 22.— pero es su dimensión más rica. Cualquier otra interpretación de la Iglesia escamotea su identidad y su función principal. No es su única dimensión — la Iglesia es también misión.). es en ellos donde la Iglesia nos ofrece la experiencia de la Vida de Dios como futuro del hombre. etc. 12). Así. No debemos engañarnos. el agua de la liturgia ya no es sólo agua. sino la Vida de Dios que se nos comunica para nuestra felicidad total. La Iglesia podrá tener 68 . El pan ya no es pan ni el vino sólo vino. testimonio.des del mundo presente se convierten en símbolos en que experimentamos el mundo futuro. social y política. Tal vez nuestra espiritualidad moderna. y evaluarla según su función —posi­ tiva o negativa según diversas ideologías o coyunturas— en la sociedad. sino que es muy esen­ cialmente la mediación donde podemos experimentar el anticipo de la vida futura. tenga alguna dificultad en integrar esta dimensión mística de la Iglesia como epifanía de la eternidad. de igual manera ello no debería tampoco hacer olvidar que la evangelización es posible porque la Iglesia que la genera es el lugar de la experiencia del Cristo que se anuncia. 69 . se pasa de largo a través de u na experiencia de Vida y Liberación que es imposible encontrar en otra parte. Y de ver en la liturgia no sólo una celebración común que refuerza la fraternidad y la misión. lo racional y lo ético. sino también la contemplación de la gloria de Dios que ya amanece. Y esta experiencia es en sí misma humanizante y liberadora. y como ins­ tancia moral. Aunque la Iglesia es también militante y debe buscar la eficacia de la evangelización como algo también esencial a su ser.también significación cultural. que tiende a privilegiar la acción. sino sobre todo la irrupción de la Vida y la experiencia de Dios entre noso­ tros. La tentación de las culturas secularizadas es reducir la Iglesia a eso. La Igle­ sia no es sólo la mediación que Dios nos ofrece para hum a­ nizar el m undo y construir el Reino. y del sabor anticipado de la felicidad eterna que el Evangelio ofrece al hombre. se ve sin ver y se oye sin escuchar. En ver en los sacramentos no sólo una inyección de la gracia como fuerza. Ello conduce a apreciaciones insuficientes o deformadas. ... 14 Las paradojas del Reino ........................... UN REINO E S C O N D I D O ................ LA I RRUPCI ON D EL REINO .. LA C O N C E N T R A C I O N D EL REINO ................... LA MI SERIA H U M A N A ............... LA I RRUPCION DE LA MI SERI CORDI A .................................. 29 1................ 11 2......................'................................... 18 4........................................... 31 La miseria moral: el pecador ......... 34 La miseria del no-evangelizado ............................................................................................ 21 El Reino que irrumpe en la sociedad ................ 5 I................... ................. UN REINO EN C L A V E ............................ 22 El Reino hítente en las culturas . 9 1.................................. 33 La miseria del ciego .......... 29 La miseria material: el pobre ................................................................................................................................................ 25 El Reino es la vida íutura ......................... Indice Presentación ......... 26 II.............................................. 11 El Reino que irrumpe a escondidas ........... 9 El Reino por venir . 24 El Reino que está envuelto en la Iglesia .......................... 20 El Reino está dentro de nosotros ........................................................................................................................................... 36 .. LAS C U A T R O E P I F A N I A S D EL REINO ....................................................................................................................... 14 3................. .......................................... 2........ 45 Las trampas de la nImIcníh ........................................ N U E S T R A V I D A F U T U R A C OM O P L E N I T U D DEL REI NO .A M I S E R I C O R D I A ......................... MI OPIAS EN LA MISION ....... LA I GLESI A C O MO EL A M A N E C E R DE LA V I D A F U T U R A ....................................................................................... 67 .................. 52 2.............A SIN I I-SIS .................................... 61 Mirar el Reino présenle desde el Reino de la vida futura ... Optar por los pobres ........... 63 2............. LAS O P CI ON ES D E I................................... LAS MIOPIAS DDL RUINO ............................. EL REINO Y EL F U TU RO l)KL H O M B R E ...... 41 III................... 59 IV........................................................................................................................... Trabajar por la justicia ----................. 54 3.......................... LA U R G E N C I A D l i l........... 57 Hacer discípulos..... 57 Evangelizar las culturas....................................... 61 1.................... 49 La miopía aguda ilul I t i l c H t ísmo .................... LA SINTESIS POR LA “T E O R I A ” Y LA “ P RAXIS" ... 45 1............. 38 La mística ilol Ruino ................. 58 Religiosidad popular "alicnanlc” o “ movilizadora” ..................
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