Gómez Hernández1 UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS EL ROMANCE BRAZILENSE EN LA HETEROGÉNEA LITERATURA MEXICANA DEL SIGLO XIX por Carlos Lejaim Gómez Hernández como requisito para obtener el grado de Licenciatura en letras hispánicas Asesor Mtro. José Luis Martínez Canizález Ciudad Universitaria, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, noviembre de 2011 Gómez Hernández 2 A Icpitl y Xochitlquetzal, por su luz y belleza Gómez Hernández 3 AGRADECIMIENTO Concluir una investigación literaria en Monterrey exige para quienes contribuyeron a hacerlo posible, un extenso agradecimiento, el cual aventuro reconociendo de antemano la imposibilidad extenderlo hacia cada uno de quienes de alguna manera apoyaron esta investigación. En primer lugar a José Luis Martínez Canizález y a Tere Villarreal, quienes dentro y fuera del ámbito académico no sólo apoyaron este trabajo, sino que ofrecieron importantes puntos de vista que lo alentaron y detonaron. A Víctor Barrera Enderle y María Dolores Hernández por sus valiosas observaciones. A Minerva Margarita Villarreal, quien no sólo ha sabido apoyar y fomentar esta investigación, sino que también su profunda y crítica comprensión de la literatura regional ha sido muy significativa en la elaboración de la conclusión del trabajo. A María Belmonte y Gildardo González, quienes desde el Cripil Noreste contribuyen a la mejor difusión y entendimiento de la literatura regional. Y a mi familia, guía, soporte y mecenas. También a Sara Luz Sánchez Chávez, Frank Blanco e Israel Martínez por sus comentarios en la primera etapa de redacción. aunque. El rescate de Romance brazilense es el propósito del presente estudio. . cuenta con 182 páginas de 12 x 18 cm y con una caja de impresión de 9 x 13 cm. lingüísticas y de edición. como se expondrá. Firmada con el pseudónimo Un Brazilense. Al ser la novela del noreste más antigua de la que se tiene conocimiento. identificando las causas de su marginación y revalorándolo como una obra fundamental en el estudio histórico de la narrativa mexicana del siglo XIX. Esta situación conduce a la marginación de obras literarias que han quedado olvidadas por años —Romance brazilense por más de un siglo— en estantes. además de que las deficiencias tipográficas. ni de Tamaulipas. aunque se encuentra deteriorado. en 1883. El ejemplar localizado puede ser leído en su totalidad. como discurso emitido en un contexto social. Tamaulipas. pasa por los mismos filtros de exclusión que el resto de la producción discursiva. así como de la biblioteca de la Universidad de Texas. la reivindicación histórica está necesariamente imbricada con una apreciación estética. Obregón. por el editor León A. Romance brazilense es una novela publicada en Matamoros. la Biblioteca Nacional de México y la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. del noreste. cultural y geográfico. INTRODUCCIÓN La literatura. Tampoco se han encontrado referencias en las bibliografías o historias de la literatura mexicana. es fundamental para el estudio histórico de la narrativa mexicana del siglo XIX. en ocasiones dificultan su lectura. A pesar de la búsqueda que se ha realizado en los catálogos electrónicos de las bibliotecas más importantes del noreste mexicano.Gómez Hernández 4 I. no se ha localizado otro ejemplar. así como el desarrollo que presentaba la novela en el noreste mexicano durante los últimos años del mencionado siglo. En esa parte se busca interpretar el texto desde su propio contexto cultural. La tradición de investigación literaria de reivindicación no es nueva en México. por lo que se contrasta con El Zarco. Es importante destacar. Urbina. también se esboza el perfil de un grupo de activistas y revolucionarios al que se puede vincular con el Brazilense. de Luis G. En este apartado se presenta la crítica situación de intercambio cultural que vivía Matamoros en la segunda mitad del siglo XIX. Ignacio Manuel Altamirano en su Revista literaria de México intenta ordenar en el contexto de lo nacional la literatura publicada en el país después del movimiento de independencia.Gómez Hernández 5 Este estudio se divide en tres apartados: a) Marco teórico. antes de iniciar. c) Análisis de la novela. la construcción del canon literario nacional se realizó a partir de un proceso complicado. en una primera instancia. una de las novelas más representativas del canon narrativo de la época en México. donde se . la cual. pareciera privilegiar lo historiográfico sobre lo estético por el intento de reivindicar un material que en su tiempo fue ignorado por la crítica y que a lo largo de los años pasó totalmente desapercibido. b) Marco histórico-cultural. en el que la producción literaria del país reclamaba su derecho a existir como expresión de un pueblo que iniciaba la elaboración de una identidad. principalmente los defendidos por el crítico peruano Antonio Cornejo Polar. Nicolás Rangel y Pedro Henríquez Ureña. Aquí se exponen los argumentos metodológicos en los cuales se fundamenta la propuesta de reivindicación de Romance brazilense. pero es en Antología del Centenario. y se analiza en función de las propuestas de Ignacio Manuel Altamirano en Revistas literarias de México. la orientación metodológica de la investigación. Esto puede motivar en la investigación inexactitudes y especulaciones no siempre deseables. pero que son inevitables para el avance —o detonación— de la investigación en torno a Romance brazilense y la literatura del noreste mexicano. Urbina. se vislumbra la posibilidad de distintas estéticas que conviven en un mismo espacio y tiempo. ya que al desentrañar las motivaciones extraliterarias del fenómeno de formación del canon. También es importante señalar la dificultad que implica acercarse a una novela que no ha sido estudiada con anterioridad y de la que no se tienen referencias exactas con respecto a su autor y al contexto cultural en la que fue escrita y publicada. I. sino que se propone dar una “muestra cabal de las formas y los géneros literarios cultivados en México durante el siglo XIX y lo que va del XX”. México: Imprenta de Manuel de León Sánchez. 1910. . Antología del Centenario. 1 Luis G.1 Lo que pareciera una visión ajena a la estética. en realidad no lo es. p.Gómez Hernández 6 pondera la literatura nacional sin apelar a los modelos estéticos europeos. y no solamente de una estética inamovible. Pedro Henríquez Ureña y Nicolás Rangel. Barrera Enderle. Con la Bibliografía del Estado de Nuevo León y Siglo y Medio de Cultura Nuevo Leonesa. no sólo del noreste sino del resto del país). 2005). ya que es abrirse camino en un periodo de la historia de la literatura mexicana que no ha sido explorada más que por sólo unos cuantos estudiosos. 1995. México: SEP. Monterrey: Universidad Autónoma de Nuevo León. Universidad Autónoma de Tamaulipas: Ciudad Victoria. 1987. 1910. 1946.3 Héctor González. Cueva y Cía. Desde el Cerro de la Silla. 1980-85. Es estimulante enfrentarse al análisis de esta obra. aunque sin duda existen valiosos trabajos de crítica literaria en ambos estados. no conocemos algún análisis histórico de tal producción). como Carlos González Salas.2 Rafael Garza Cantú. Es importante destacar que quienes se han involucrado en los 2 3 4 5 Principalmente con la Historia de la Literatura en Tamaulipas. el cual. Bibliografía básica de los estados del noreste de la República Mexicana.4 Alfonso Rangel Guerra5 e Israel Cavazos6. México: Editorial Botas. geográficas y sociales ha pasado totalmente desapercibido para la crítica (como muchas otras novelas. ya que exige una profunda reflexión sobre con qué metodologías es conveniente analizarla. 1992. En Algunos apuntes acerca de las letras y la cultura en Nuevo León en la centuria de 1810 a 1910. 3 vols.Gómez Hernández 7 II. . “Novela y Narrativa de Nuevo León. MARCO TEÓRICO En el estudio de la literatura del noreste mexicano uno de los aspectos más complicados pero también más apasionantes es la teoría. Apuntes para su historia” en Miguel Covarrubias (Coord). En las investigaciones que dan cuenta de la labor crítica en Monterrey (Salazar. se aprecia que la tendencia es valerse de las propuestas teóricas europeas en los trabajos críticos de la capital nuevoleonesa (revisar este aspecto de la crítica literaria en los estados de Coahuila y Tamaulipas resultaría más complejo por el hecho de que.P. por sus condiciones históricas. Monterrey: Imprenta Moderna. Si resulta apasionante en sí misma la definición de una línea teórica para los estudios literarios del noreste. J. con mucha mayor razón cuando se trata de textos como Romance brazilense. Ensayo sobre la heterogeneidad socio-cultural en las literaturas andinas. También se abordará a Romance brazilense partiendo del concepto de la novela del siglo XIX como alegoría nacional. de corte centralista. . en la que se pretende resaltar la parcialidad de la historiografía mexicana. la construcción del aparato crítico para esta investigación se ha tenido que realizar sin un referente y más bien basado en la adaptación de teorías formuladas para otros campos de la literatura. se vale de las propuestas que críticos latinoamericanos han generado para abordar literaturas marginales. y solamente haberse encontrado unas breves notas sobre la novela decimonónica del noreste mexicano. en la introducción a su obra fundamental Escribir en el aire. 1996. en general. Al no haberse localizado ningún texto donde se analice o siquiera se haga alguna referencia a Romance brazilense. todos lo han hecho volteando sólo hacia la producción de las élites culturales —las cuales privilegiaban la producción en verso y oratoria sobre la narrativa—. La presente investigación. como la propuesta de Antonio Cornejo Polar de literatura heterogénea. Diccionario biobibliográfico.Gómez Hernández 8 estudios de la literatura del noreste. aunque han cubierto el periodo que comprende la publicación de Romance brazilense. identifica que el 6 Sobre todo en Escritores de Nuevo León. Monterrey: Universidad Autónoma de Nuevo León. LITERATURA Y PODER Cornejo Polar. la novela norestense del siglo XIX y principios del XX. de Doris Sommer. han permanecido prácticamente como un campo de investigación virgen. y ciudad letrada y literatura transcultural de Ángel Rama. por lo que la novela aquí estudiada y. la de la reivindicación de la heteróclita pluralidad que definiría a la sociedad y cultura nuestras. la de la identidad. 2003. etc. incluso dentro de los espacios nacionales (Cornejo Polar. Cornejo Polar evidencia en el discurso del mestizaje la imposición de la cultura hispánica sobre la indígena. literarios.Gómez Hernández 9 proceso crítico latinoamericano de las últimas décadas se ha desplazado principalmente hacia tres grandes agendas problemáticas: 1. 6) En esta tercer agenda es donde sitúa Cornejo Polar su investigación y es donde también se localiza la presente. con la justificación de la búsqueda de una identidad nacional. como en gran parte de las literaturas latinoamericanas. Cornejo Polar parte de la teoría literaria de Bajtín y de los estudios de Mariátegui sobre la cultura peruana para resaltar el carácter heterogéneo de las literaturas andinas. nacional o latinoamericana. donde se puso énfasis en la valoración del realismo mágico y del testimonio y se produjo el gran debate sobre la pertinencia de construir una teoría específicamente adecuada a la índole latinoamericana. la del cambio. del teatro de creación colectiva.. En éstas. lingüísticos. Sin embargo. sino de los discursos literarios. de la poesía conversacional. p. se localiza la temática del mestizaje como una constante. donde se refleja la heterogeneidad de los individuos. El concepto de heterogeneidad se opone al de identidad nacional en el sentido de que mientras éste busca homologar los valores culturales. vía la revolución. aislando regiones y estratos y poniendo énfasis en las abismales diferencias que separan a los diferentes universos socioculturales. de una porción geográfica con fines político-económicos. 3. . 2. aquél celebra la diversidad no sólo de los individuos sociales. que se encuentran constantemente en conflicto entre diversas dicotomías: indio-español. mientras la mayoría de los autores identifican en la mezcla racial la base de la identidad nacional. el tiempo de la “nueva narrativa”. 2003. representaciones andinas sobre la muerte del Inca. Nuestra historiografía literaria no ha dado casi ningún tratamiento a esta problemática [la del carácter internamente complejo y ambiguo del sujeto social].14-15). revisando en cada una su visión del mestizaje y denunciando sus móviles político-sociales. sin embargo. un “nosotros” excluyente. En La formación de la tradición en el Perú. dentro del cual deben apretujarse y hasta mutilar sus aristas todos los concernidos en ese proceso en el que. para regresar a la . Su tendencia a comprender el proceso literario como secuencia unilineal. donde Atahualpa —el monarca inca que recibe a Pizarro—. fenómeno análogo a la historiografía mexicana. en la que ella cabe con comodidad. mediante un riguroso análisis denuncia que: el asunto de identidad esté demasiado ligado a las dinámicas del poder: después de todo es una élite intelectual y política la que convierte. Cornejo Polar resalta cómo esta actitud homogeneizante de los sectores hegemónicos influye en la historiografía literaria del Perú. Cornejo Polar analiza en su obra las diferentes versiones del evento —las de cronistas españoles e incas—. en un nosotros extensamente inclusivo. p. las cuales identifica como transculturales porque conservan múltiples voces y horizontes culturales al haber pasado por el proceso de ser creaciones orales. y le dificulta comprender que incluso dentro del sistema hegemónico se producen simultaneidades contradictorias (Cornejo Polar. pp. Escribir en el aire. tradición-modernidad. También hace una revaloración de los wanka. cancelatoria y perfectiva le impide captar la coexistencia de sistemas literarios diferenciados. En Escribir en el aire. cada cual con su propia historia. que después fueron escritas. no han intervenido (Cornejo Polar. con sus deseos e intereses íntegros. Cornejo Polar expone la dicotomía oralidad-escritura como factor determinante en el conflicto desarrollado en Cajamarca. tal vez desintencionadamente.Gómez Hernández 10 oralidad-escritura. casi ontológico. 14). 1989. arroja al suelo un texto sagrado al no comprenderlo. y. pero su mismo aislamiento le permite tratar el problema de la identidad no desde el punto de vista nacional. el concepto de transculturación.] sino que el proceso implica también necesariamente la pérdida o desarraigo de una cultura precedente. donde el méxicoamericano quedaba siempre catalogado en la segunda categoría. [que es lo en rigor indicado por la voz inglesa acculturarion.Gómez Hernández 11 oralidad para su representación. LITERATURA E INTERCAMBIO CULTURAL El antropólogo cubano Fernando Ortiz. sino regional y de exclusión. se habrán de forjar las dicotomías centro-periferia para explicar el fenómeno de cancelación impuesta desde la capital del país hacia el resto de los estados. Para la presente investigación. independientemente de qué lado del río estuviera. con la intención de ofrecer una alternativa al término de aculturación. pero también siempre es distinta de cada uno de los dos. porque éste no consiste solamente en adquirir una [nueva y] distinta cultura. propone en su obra Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar. como bien sostiene la escuela de Malinowski. del cual explicaba que: el vocablo transculturación expresa mejor las diferentes fases del proceso transitivo de una cultura a otra. Romance brazilense queda en medio de ambos conflictos. En . y que además fueron traducidas en múltiples ocasiones entre el español y el quechua antes de modificarse en ocasiones hasta la ilegibilidad. además. por lo que se vio totalmente silenciado. en todo abrazo de culturas sucede lo que en la cópula genética de los individuos: la criatura siempre tiene algo de ambos progenitores. publicada en 1940. significa la consiguiente creación de nuevos fenómenos culturales que pudieran denominarse neoculturación. lo que pudiera decirse una parcial desaculturación. Al fin. y el de compatriota-extranjero. septiembreoctubre 1940. 1983. 118). P. De Romance brazilense se analizará el aspecto transcultural al considerar al libro no sólo como canal de la obra literaria. sino como objeto cultural en el sentido de que sus características editoriales y tipográficas también son portadoras de sentido y nos conduce a identificar en el individuo social un conflicto cultural ya no relacionado con el mestizaje. Adiciones entre corchetes de Fernández para señalar lo que Ortiz omitió al publicar el artículo en el libro Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar. 7 Cita por Fernández Ferrer del ensayo de Ortiz: “El fenómeno social de la transculturación y su importancia en Cuba”. adapta el concepto de Ortiz al referirlo específicamente a la literatura. el proceso es una transculturación. Revista bimestre cubana. . de quienes resalta su hazaña antropológica y estética al convertirse en mediador de dos orbes culturales anteriormente desconectados (Fernández Ferrer. XLVI. sino más bien con la dicotomía mexicano-americano. P. 123). En su obra analiza el conflicto universalidad-localismo en novelas de autores latinoamericanos como Rulfo. vol. núm. 273.Gómez Hernández 12 conjunto.7 Ángel Rama. Arguedas y Gabriel García Márquez. segundo semestre. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales. y este vocablo comprende todas las fases de su parábola (Fernández Ferrer. en Transculturación narrativa en América Latina (1982). p. 86. p. 2. algunas de ellas adoquinadas. vecinos que tienen a su frente (Martínez. 697). al regresar a México en noviembre de 1875 de su viaje por Norte América. p. amenazado por las constantes revoluciones —ya que se apreciaban los territorios fronterizos para éstas por la lejanía con respecto al poder central del país y por la posibilidad de huir hacia Estados Unidos en caso de ser necesario—. Y cosa curiosa. intelectual y militar tamaulipeco. Esta circunstancia indica perfectamente la ceguedad de las pasiones políticas. precisamente en la parte que mira al Río Grande.Gómez Hernández 13 III. y por consiguiente al extranjero. y al norte. 2008. Europa y África. Américo Paredes Manzano El doctor Ignacio Martínez. el Caribe. preocupados los defensores de este pueblo de los ataques que en las revueltas intestinas le pueden venir de las demás poblaciones de México. y abierta en el resto. ¿Ajena digo? ¡Tierra enajenada! Que ha tiempo fuera de mi patria herida. La descripción del doctor Martínez refleja las circunstancias de Matamoros en la segunda mitad del siglo XIX: al sur. MARCO HISTÓRICO-CULTURAL En tierra ajena me arrojó la vida Al sacarme del limbo de la Nada. se han olvidado de los norteamericanos. está rodeada de un foso y una muralla en tres cuartas partes de su circunferencia. abierto a la influencia norteamericana —aunque no una . discípulo de José Eleuterio González y primer graduado de la escuela de medicina fundada en Monterrey por el célebre filántropo tapatío. hace una descripción de Matamoros apenas ocho años antes de la publicación de Romance brazilense: La población tiene calles cortadas en ángulos rectos. es por sí misma heterogénea y problemática: La frontera. desde antes de la división establecida por medio del tratado Guadalupe Hidalgo en febrero de 1848. La frontera aún no era en el imaginario colectivo una división completamente definida.Gómez Hernández 14 influencia unilateral y pasiva. La región de la actual frontera México-Estados Unidos. también influidos por el proceso análogo que se llevaba a cabo a nivel nacional del establecimiento de una identidad nacional. como lucha continua entre elementos en unión y desunión. al mismo tiempo representantes simbólicos de ese centro. ese sitio de fisión y fusión cultural simultáneas. pero a la que representaban frente a los norteamericanos. sino una herida en pleno proceso de cicatrización. quien en tierras estadounidenses tiene que emprender un movimiento por defender los derechos de los mexicanos. se convierte en un lugar convocante para pensar una geografía que representa en sí misma un símbolo de posesión. siendo. otorga una especial dinámica y una significativa vitalidad a una zona de acceso y de invasión. así como sus personajes. pp. 111-112). por su marginalidad el poder hegemónico del centro. 85). La frontera. sino un proceso como el descrito por Ortiz: problemático—. por el simple motivo de que habían dado en llamarme texano. La frontera así concebida como terreno de interpretación y de separación a la vez. desafían. a la que éstos no sentían pertenecer. p. donde habitantes de origen latino en ambos lados del río Bravo iniciaban un proceso de autodefinición como sociedad. de obstáculo y de protección (Hernando. ya . pero cuyos elementos característicos. Lo cual queda en evidencia en el Diario de Catarino Garza. renegado de mi país y no sé qué otro calificativo” (Garza Guajardo. cualquier frontera. y en tierras mexicanas se le reprocha su desarraigo con lo nacional: “sin antes haber t enido que romperle las narices a un abogado y a un oficial del ajército [sic] ambos mexicanos y de Matamoros. p. quebrantó anímicamente a la población y la pérdida económica fue en general mayor: Perdió [Tamaulipas] una tercera parte de su territorio. pp. 143). Con la ocupación norteamericana el noreste mexicano se vio positiva y negativamente marcado: se activó la economía. México se ve obligado a ceder el territorio de Texas. entre los que resalta el de identidad y en medio de influencias culturales diversas. lugar de impresión de Romance brazilense. sobre todo en el complejo portuario Matamoros-Bagdad (Herrera. 145-146). . ubica a la novela en medio de conflictos sociales. En ésta tenían sus ranchos y agostaderos los habitantes de las villas del norte. Según cálculos de la época. tribus indígenas que no habían logrado ser sometidas. constituyeron los detonantes que aceleraron la separación de Texas. El colapso de la república federal y la implantación del centralismo en 1835. se definió la vía de la independencia. en las que se perdieron siete millones de pesos en bienes pecuarios (Herrera. y había además una población. y colonos angloamericanos. Finalmente. Al tomar Samuel Houston el mando de los pronunciados angloamericanos. sin embargo.Gómez Hernández 15 manifestaba su carácter conflictivo por la diversidad socio-cultural al compartir el mismo espacio mexicano. La situación fronteriza de Matamoros. la cual se terminó declarando el 2 de marzo de 1836 y nombraron a David L. al intervenir Estados Unidos (a quien ya se había anexado Texas en 1845) en el conflicto. Burnett como presidente y a Lorenzo de Zavala como vicepresidente (Herrera. 135) y fue reconocida por el presidente estadounidense el 3 de marzo de 1837. así como California y Nuevo México. p. situada a la izquierda del Bravo: Laredo. la franja del Nueces comprendía 3743 leguas cuadradas. Además que no se tiene un inventario detallado de los intelectuales matamorenses de la época. Obregón emigró a Brownsville. y las pobres condiciones en la política de aquella ciudad (para esas fechas Catarino 8 Catarino Garza duda de recordar con exactitud el año: “Al siguiente año o sea el año de 1819 si no me equivoco. ya que gran parte de las publicaciones de la época se encuentran perdidas o son de difícil acceso al investigador literario. Texas.Gómez Hernández EL BRAZILENSE Y SU RELACIÓN CON EL PROGRESISMO MÉXICO-AMERICANO Mi alma que en tinieblas fué indecisa espera una palabra que la aliente. algunos rasgos. Obregón notó la deplorable situación de los mexicanos en Estados Unidos. p. el tipógrafo de la novela. Sin embargo. Sabemos que León A. H. y León A. Obregón. Indica Catarino Garza que poco tiempo después de su instalación en Brownsville. De la carrera de León A. Martínez. la relación de personajes nos permite identificar al Brazilense en un grupo de pensadores y activistas fronterizos. 78) .”. emigró a Brownsville el inteligente mexicano León A. aunque difícil de rastrear por no tratarse de una personalidad reconocida a nivel nacional. Obregón” (Garza Guajardo. Obregón. es posible identificar. quiere ser… ¡quisiera una serpiente que hiere al presuntuoso que la pisa! Américo Paredes Manzano 16 El estado actual en los estudios de la literatura decimonónica del noreste mexicano no brinda las herramientas necesarias para especular sobre la identidad del Brazilense. En el ejemplar conservado de Romance brazilense no se encuentran más que dos referencias claras de personajes reales: el exlibris que consigna: “José M. en el año de 18798 y que inició su vida laboral en Estados Unidos como tipógrafo en una imprenta mexicana. del que podemos deducir la pertenencia original del ejemplar. Matamoros Tamps. principalmente por el diario de Catarino Garza. p. Obregón señaló a Garza la necesidad de un periódico que sirviera como órgano de dicha sociedad. Treviño.Gómez Hernández 17 Garza ya había tenido diversos conflictos por tratar de revertir ambas situaciones). Origins to 1960. en Hispanic Periodicals in the United States. Catarino Garza expone en su diario las ideas del grupo: No sólo se trataba de salvar a un solo individuo. y desde ahí se pierde el rastro de Obregón a través de su diario. en 1883. podríamos interpretar como un acto de intimidación hacia el grupo: Obregón es atacado con un puñal en el pecho. no se conserva ningún ejemplar. provocó múltiples disgustos en la ciudad. de acuerdo a lo que menciona Nicolás Kanellos. La siguiente referencia que tenemos del citado tipógrafo es la publicación de Romance brazilense. como era de esperarse. incluso Obregón sufrió un asalto que. por lo que adquirieron una imprenta con la que publicaron El Bien Público. Tamaulipas. En el año de 1880 Catarino Garza se traslada por motivos personales a Matamoros. uniéndose con Juan Maza y Francisco Larraquita. organizan la sociedad Hidalgo. en la ciudad de Matamoros. Habiendo fundado la sociedad Juárez. del que lamentablemente. 78). En enero de 1880 Garza y Obregón. con lo que se cristalizó el activismo de los tres. nuestro objeto fue engendrar el espíritu de sociabilidad y el amor a la patria. Aunque la referencia de Garza sobre su relación con Obregón es tan breve que pareciera limitarse a las sociedades Juárez e Hidalgo. pero se salva gracias a unos periódicos que tenía en la bolsa del saco. fundaron la sociedad Juárez. en ese momento existía una red de progresistas y revolucionarios en el noreste . así como también a bandera desplegada los abusos que se cometían con nuestros compatriotas que en lo absoluto carecían de representación (Garza Guajardo. por la importancia que Catarino Garza le da en su diario. por lo que uniéndose con Antonio P. Esta publicación. Aunque es posible identificar estos aspectos en torno al grupo donde surge Romance Brazilense. 270. entre ellos el Doctor Ignacio Martínez. así como la falta de documentación sobre las mismas. Nueva York: José S. del que es posible destacar algunos aspectos fundamentales como son el sentimiento de desarraigo propio de los migrantes. En el caso de Romance brazilense. como César Morado lo expresó en la mesa redonda “Catarino Garza y la revolución de 1981”.9 como algunos participantes de la revolución de Tuxtepec. quien resultaría fundamental en la vida revolucionaria de Catarino Garza. Viaje Universal. una adelantada idea progresista civil. definitivamente quedan sin resolver aspectos importantes como la identidad del Brazilense.Gómez Hernández 18 mexicano y sur de Texas. Molins. Visita a las cinco partes del mundo. la actitud beligerante ante la actitud antimexicana en Estados Unidos.10 El estado incipiente de las escuelas literarias en el noreste mexicano del siglo XIX. afortunadamente se han encontrado las referencias necesarias para poder ubicarla en un círculo intelectual específico. movimiento al que convoca Porfirio Díaz contra el gobierno de Lerdo de Tejada y por medio del cual Díaz inicia su dictadura. p. el desacuerdo contra el poder central mexicano y por lo tanto el desencanto por el último de los movimientos revolucionarios de su época: la Revolución de Tuxtepec. Algunos investigadores identifican la red de revolucionario a nivel panamericano. 10 Al regresar de su segundo gran viaje alrededor del mundo. por lo cual es prioritario trabajar en los aspectos más básicos de la bibliografía e historia literaria del noreste para poder comprender las expresiones literarias de la región en su propio contexto. el cual narra en Ignacio Martínez. organizada por la Cátedra Celso Garza Guajardo el día 10 de noviembre de 2010 a las 7:00 hrs en el Colegio Civil Centro Cultural Universitario. 9 . 1886. complica el acercamiento a la literatura decimonónica de esta región. Gómez Hernández 19 EL ESPLENDOR ECONÓMICO DEL NORESTE A pesar de que desde el siglo XVII D. siendo el alcalde D. misionera evangélica estadounidense del siglo XIX. p. La primera por el hecho de que durante la guerra civil norteamericana. 143). p. desaparecieron los duros aranceles mexicanos y se aplicaron bajas tarifas a las importaciones y a las extracciones de plata. de Chapa. 70). José Ma. cuando se recibieron Reales Órdenes de la Corona Española para que se construyera el Puerto del Refugio en la desembocadura del Río Bravo del Norte (Canseco Botello. gracias al próspero comercio durante la Guerra Civil estadounidense. fue hasta 1820. Sin embargo. Obligada en 1862 por las altas rentas que se cobraban en Matamoros (debido a que el enorme flujo de mercancías motivaba a utilizar todos los espacios posibles para este fin). más relacionados con la política nacional de los Estados Unidos que la de México. dos factores. se puede apreciar en la descripción que de esta zona hace Melinda Rankin. por lo que se vieron obligados a valerse del puerto de Bagdad para su abastecimiento (Canseco Botello. Rankin toma la decisión de volver por agua a Nueva Orleans mientras las condiciones . después de sondear el río Bravo. p. 70) y la segunda porque al ser invadido el noreste de México por los Estados Unidos durante la guerra. contribuyeron al desarrollo económico del complejo portuario Matamoros-Bagdad: la Guerra Civil en Estados Unidos y la invasión norteamericana al noreste mexicano. el Mozo. lo que significó que Matamoros comenzara a funcionar como un puerto libre (Herrera. comunicó a la Corona la recomendación de construir un puerto en el punto donde este río desemboca en el Golfo de México. Alonso de León. la Unión bloqueó todos los puertos Confederados del Atlántico en suelo estadounidense. La rápida transformación del noreste mexicano. al enterarse de la posibilidad de que la Guerra Civil terminara. También Rankin recoge el testimonio de los habitantes de Bagdad.Gómez Hernández 20 políticas de ambos países mejora. p. el vigor de su comercio y economía en años anteriores les permitió tener una arraigada . hace una descripción totalmente distinta: Crucé el río Bravo y hallé Bagdad muy mejorado desde el tiempo en que no se podía hallar otro alojamiento además de una goleta. quienes. al regresar a Bagdad. A pesar de que para la fecha de publicación de Romance brazilense. 181) José Raúl Canseco Botello (p. por el que todo el Sur había recibido sus suministros (Rankin. la situación económica en Matamoros y Bagdad ya se encontraba en franca decadencia. si con eso podían continuar ganando dinero (Rankin. pero un banco de arena en el puerto la obligó a pasar algunas noches en la ciudad. donde no pudo encontrar más alojamiento que algunas goletas. por lo que se dirige a Bagdad para tomar un barco. p. 1883. mientras que el poblado que se trasladaría de la desembocadura del río Bravo a Las Lomas después del ciclón. él menciona que es posible demostrar con documentos que siguió funcionando como puerto hasta el año de 1889. 180). en 1865. 71) hace referencia a la hipótesis que señalan que Bagdad desapareció en octubre de 1867 al ser barrido por un ciclón. pero ya con muy contados habitantes. tres años después. y su apariencia general indicaba que era un pueblo comercial de primera clase. sin embargo. Se habían erigido negocios de todo tipo. permanecería hasta 1913. Vastas cantidades de bienes de todas partes del mundo habían pasado por Bagdad. temían por la continuación de esa pujanza económica: “Si estas noticias son verdaderas no se embarcará por Bagdad más algodón ni bienes” —dijo un habitante de Bagdad a Rankin— Muchos como él hubieran estado contentos de que la guerra y el derramamiento de sangre continuara indefinidamente. sin embargo. principalmente Estados Unidos. son consideradas de bajo valor. José C. que por no nacer en el seno de una escuela literaria y por no ajustarse a los modelos nacionales. Miguel Barragán. Guadalupe Mainero. Mainero y José Arrese (Canseco Botello. 57). Manuel Romero. p. p. el cual. Adalberto Argüelles.Gómez Hernández 21 relación cultural con otras naciones. sería creado hasta el 30 de octubre de 1859. iniciando sus cursos el 5 de diciembre (González. Guadalupe Mainero. aunque no llegaría a fomentar la creación de un mercado cultural que permitiera la publicación de novelas con fines comerciales. donde se formaron importantes personalidades de la cultura del noreste como José Mainero. Lic. además de que permitió ofrecer cátedra a personalidades como Juan Luis Tercero. aunque fue aprobado por la Legislatura de Nuevo León desde el 4 de noviembre de 1857. 140). lo que. Juan José de la Garza (Canseco Botello. Manuel de la Cruz. Celedonio Junco de la Vega. 138). El establecimiento de ambos institutos vendría a fortalecer la educación superior en Nuevo León. p. La fundación del Colegio de San Juan de Letrán se anticiparía a la del Colegio Civil en Monterrey. Lucas de la Garza. y Gral. sí permitiría expresiones como el Romance brazilense. además de gozar del servicio de importantes instituciones culturales como el Instituto Literario de San Juan. abierto en 1858 por un decreto del entonces Gobernador del Estado. . Gómez Hernández 22 ALGUNAS PROPUESTAS PARA LA PERIODIZACIÓN DE LA LITERATURA MEXICANA DEL SIGLO XIX Después de consumada la Independencia, se iniciaron en Latinoamérica esfuerzos por forjar en los diversos países una identidad nacional,11 que les permitiera estabilizar la complicada estructura sociocultural, proceso en el que la literatura jugó un papel fundamental: en ella se vieron reflejadas las propuestas de ideales nacionales, y a la vez, al llegar a los lectores, propiciaron el sentimiento nacional. De los intentos de periodizar la literatura mexicana del siglo XIX se pueden distinguir claramente dos líneas distintas: en una se identifican las manifestaciones literarias mexicanas como un reflejo de lo que sucedía en Europa, donde se denominan los periodos de la literatura mexicana con el nombre de las grandes escuelas europeas,12 y en la otra se utilizan los nombres de escuelas literarias, publicaciones o sucesos históricos que se desenvolvieron en la Ciudad de México en el siglo XIX.13 Ambas posturas consideran para sus propuestas de periodización exclusivamente la vida cultural Sobre la relación del nacionalismo con las historias de las literaturas nacionales, menciona Belem Clark de Lara: George G. Gervinus, en 1833, al elaborar una historia literaria, planteó sustituir la descripción por la reflexión, explicando que el historiador, para investigar su objeto, debería encontrar una única idea central que incorporara la serie de hechos que él se proponía estudiar, así como las necesidades de manifestarse en ellos y de relacionarlos con los acontecimientos mundiales. En sus trabajos, Gervinus recogió, como hilo conductor de su “manera ideal de explicar la historia”, el supuesto de “idea histórica” que Whilhem von Humboldt puso al servicio de la ideología nacional. A partir de ese momento, la idea de filosofía ilustrada de la historia se desintegró en una multiplicidad de historias nacionales (Clark de Lara, p. 25). 12 Dentro de esta clase de periodización se podrían ubicar, entre otras, las propuestas de Alicia Perales Ojeda [Neoclasicismo, Romanticismo, Nacionalismo y Modernismo (Clark de Lara, p. 72)] y la que propone Belem Clark de Lara siguiendo con la misma nomenclatura a Alicia Perales, únicamente modificando las fechas en las que cada quien propone el inicio y fin de cada periodo literario. 13 La más actual es la propuesta generacional de Fernando Tola de Habich [Generación de la Arcadia, Generación de la Independencia, Generación de la Academia de Letrán, Generación del Liceo Hidalgo, Generación del Renacimiento, Generación de transición, Generación del modernismo, Generación de la Revolución (Tola de Habich, p.216)]. 11 Gómez Hernández 23 que las élites desarrollaron en la Ciudad de México, de manera que la historia de la literatura mexicana se convierte en una suerte de historia de la literatura de la Ciudad de México. Sobre todo la segunda postura resalta el aspecto de parcialidad geográfica al no sólo limitar su estudio a la literatura capitalina, sino incluso utilizar como nomenclatura las escuelas que, aunque tuvieron gran repercusión en la vida cultural de la capital, en realidad no trascendieron a nivel nacional, al grado que resultaría inconveniente clasificar la obra de autores decimonónicos del noreste en algunos de los periodos propuestos por estos teóricos. La historiografía de la literatura mexicana, al abordar un campo de estudio heterogéneo desde una visión homogeneizante basada en la búsqueda de una identidad nacional, omite en su estudio múltiples tradiciones. No sólo la limitación geográfica impide a la historiografía de la literatura mexicana lograr un análisis no cancelatorio de algunas expresiones literarias, sino también motivos sociales, étnicos, de género, etcétera; sin embargo (aunque no por ello se tenga la intención de manifestar que no es necesario un estudio que aborde la heterogeneidad de la literatura mexicana desde una perspectiva más amplia), en la presente investigación se tomará en cuenta principalmente la omisión por cuestiones geográficas y lo que esto implica: influencias, lenguaje, desarrollo editorial, condiciones socioeconómicas. BREVE REPASO DE LA NOVELA EN EL NORESTE DEL SIGLO XIX Las condiciones sociales y culturales de la Nueva España, así como la prohibición mediante la Real Cédula del 4 de abril de 1531 hacia los “libros de romances, de historias vanas o de profanidad” (Mata, p. 23), retardaron considerablemente el Gómez Hernández 24 nacimiento de la novela en México —el cual se logra hasta 1816 con el Periquillo Sarniento— e hicieron más difícil que este género adquiriera prestigio. En el noreste la historia de la novela es mucho más tardía, ya que las más antiguas son relativamente recientes. Alfonso Rangel Guerra en “Novela y narrativa de Nuevo León, apuntes para su historia”, comienza su repaso de la narrativa en Nuevo León con las Memorias de Fray Servando Teresa de Mier, la que aunque no considera la primera novela del noreste, sí la primer obra narrativa de Monterrey —lo que valdría la pena revisar considerando la ignorada producción colonial—. La primera novela de la que se ha encontrado referencia es El Conde de Grevy, de J. Agustina Baur de Wantiez, citada por Héctor González en Siglo y Medio de Cultura Nuevoleonesa; de la escritora menciona el mismo autor que formó parte de las colaboradoras de El Jazmín, editado por Miguel F. Martínez en 1874, el año y lugar de edición de la novela no son mencionados, tampoco ningún dato biográfico adicional; sin embargo, se puede inferir que su publicación fue en la segunda mitad del siglo XIX, ya que El Jazmín fue publicado entre el 1 de marzo al 14 de junio de 1874. Es después de El Conde de Grevy (o antes considerando la inexactitud en la fecha de publicación de ésta), donde podemos ubicar a Romance brazilense, novela que, aunque probablemente no sea la primera del noreste mexicano, sí es la más antigua de la que se conoce un ejemplar. En Algunos apuntes acerca de las letras y la cultura de Nuevo León Rafael Garza Cantú hace referencia a José Elizondo como escritor de novelas cortas: “José Elizondo, que ya ha sido laureado como autor de cuentos o novelas cortas, ha escrito buenas odas, elegías, madrigales, composiciones descriptivas” (Garza Cantú, pp. 598-599). También González menciona de Felipe Guerra Castro que “tenía en preparación algunas pequeñas porque a pesar de haberlas retocado bastante. . Barr (Graham).Gómez Hernández 25 novelas. de Augusta Evans Wilsons o Remember the Alamo (1888) de Amerlia E. Voyage de madame * * * aux États-Unis et au Mexique. También vale la pena considerar en este breve repaso la novela en el sur de Estados Unidos. que nunca se resolvió a publicar. p. publicada en 1838 y en la cual se incorporan eventos históricos como la Masacre de Goliad y la Batalla de San Jacinto (Graham). donde la novela fue publicada por entregas a principios del siglo XX. comenzando con la novela en francés L'Héroïne du Texas: ou. por lo que es fundamental para el estudio de la evolución de la narrativa en el noreste mexicano. También dentro de esta línea temática se pueden ubicar las obras que tratan la batalla del Álamo como Inez: A Tale of the Alamo (1855). ya que desde tiempos en los que en México no había producción novelística en torno al noreste. como de los editoriales y tipográficos. 214) y hoy conocemos un fragmento de su novela La única mentira. la única de la que se conserva un ejemplar es de Romance brazilense. publicada en París en 181914 bajo el pseudónimo “a Texian” (Graham). nunca le parecieron suficientemente acabadas” (González. De las novelas escritas y publicadas en el noreste mexicano en el siglo XIX. características que se pueden extender a novelas norestenses 14 Año en el que Texas aún era territorio mexicano. ya se producía en otros lugares del mundo novelas que trataran el conflicto entre México y Texas. De su análisis se puede identificar en la novela decimonónica del noreste mexicano una falta de madurez técnica tanto en el dominio de los recursos narrativos. la cual Florencia Romo se dio a la tarea de editar a partir de un manuscrito autógrafo del autor y recortes del periódico La voz de Nuevo León. como Mexico versus Texas. Una de las grandes líneas temáticas de la novela que aborda la situación texana es justamente el espíritu anti-mexicano. apuntes para su historia”. de Héctor González. El limitado tratamiento de la novela decimonónica del noreste revela la falta de prestigio que este género ha tenido ante la crítica no sólo de sus contemporáneos. aunque comienza su repaso de la narrativa del Nuevo León con las Memorias de Fray Servando Teresa de Mier. los personajes no alcanzan una sólida configuración y la historia misma no conduce a un conflicto o desenlace. la primera novela que menciona es Nati Pat.Gómez Hernández 26 de principio de la primera década de principios del siglo XX. 231) Otro de los estudiosos de la literatura del noreste que tratan la cuestión de la novela en su obra es Carlos González Salas. de la que menciona que carece De un adecuado desenvolvimiento narrativo. considera que la primer novela publicada en Nuevo León es La única mentira. misterio y realismo en 1948 por la Editorial Jus. quien en su Historia de la Literatura en Tamaulipas. 206). Federico González Nañez en Crónica de la cultura en Coahuila inicia su lista de narradores coahuilenses con José García Rodríguez. Alfonso Rangel Guerra en “Novela y narrativa de Nuevo León. p. Los indios bárbaros de Yucatán en 1853 y episodio de la Guerra de Castas. ya que de ella sólo menciona que es una nov ela de “incoloros trazos europeos” (González. El estudio en torno a la literatura del noreste que abarca la referencia más antigua a una novela es el de Siglo y Medio de Cultura Nuevoleonesa. sino . de manera que el ritmo de la novela se abate por momentos y el texto mismo no logra erigir la atmósfera adecuada para la presentación de los sucesos narrados (Rangel Guerra. su juicio sobre la misma es muy pobre. nacido en 1872 y de quien sólo se publicó el libro Relatos. de Felipe Guerra Castro. como se ha mencionado antes. quien se refiere a la ya citada novela El Conde de Grevy. como la de Felipe Guerra Castro y las de Eusebio de la Cueva. p. publicada en 1893. sin embargo. estilísticas y lingüísticas son significativas ubicadas en su contexto sociohistórico.Gómez Hernández 27 también del siglo XX. obtenga el premio nacional “Miguel Lanz Duret” que la crítica regional. Además. al tener una obra narrativa legitimada por la capital del país. comience a tomar en cuenta la narrativa regional. dificultan el trabajo del investigador. la falta de un estudio bibliográfico riguroso en torno a la literatura decimonónica del noreste y la total división de los estudios en entidades federativas. son desfavorables. El carácter semiótico de la obra literaria y del libro como objeto cultural le confiere a la novela decimonónica del noreste mexicano la posibilidad de interpretarse en términos distintos al que los críticos literarios del siglo XX han utilizado al acercarse a este corpus literario. ya que las mismas deficiencias tipográficas. y no será hasta que El hombre de barro. las pocas referencias que en la crítica del noreste aparece sobre la novela de esta región. de manera que el desprestigio y la falta de interés de la crítica por la novela decimonónica del noreste se debe más al deficiente enfoque teórico-metodológico que a la falta de importancia de las obras estudiadas. . de Adriana García Roel. es una niña tímida y recatada. A pesar de que el novel médico le advierte al joven sobre su inexperiencia. En la primera Emilia. En la transición de una unidad a otro en Amaral no operará ningún cambio sustancial. El Brazilense. Se perciben claramente en la novela dos unidades espacio-temporales divididas por el viaje que Amaral realiza a Europa. ANÁLISIS DE LA NOVELA Romance brazilense versa sobre la relación romántica entre Emilia y el doctor Amaral. Jeraldo. En la primera los personajes son jóvenes: Amaral recién egresó de la carrera de medicina y Emilia apenas tiene catorce años. 5). El extremo recato de Emilia dificulta el trabajo del médico. Todo indicaba una afección pulmonar” (Brazilense. p. el señor Duarte. 4). también se enfatiza la manera en que constantemente busca ocultarse: ya con el vestido —al cubrirse excesivamente—. ya que de ninguna manera . p.Gómez Hernández 28 IV. hermano de Emilia. además de fea. quejándose de fuertes punzadas al corazón. para que así te ocultes mejor” (Brazilense. en Emilia la transformación será evidente. le decía que mandaría hacer para ella “un saco de lana con dos agujeros que sirvan de ojos. La acción determinante de la primera unidad espacio-temporal es la repentina enfermedad de Emilia: “La niña ardía en fiebre desde la víspera. busca a Amaral ante el desesperado encargo de su padre de buscar un médico. la historia. ya que se niega a ser auscultada. La insistencia de toda la familia será inútil. La estructura formal simula una larguísima carta donde el mismo Amaral refiere a un amigo suyo. al grado que su padre. ya con su proxemia —al siempre encogerse y esconderse—. sin embargo. Jeraldo insiste en que asista a su hermana. 16 “Belleza. opera en Emilia una transformación del arquetipo más común en la literatura romántica mexicana. “Quedan fuera de tal modelo la salud. que no le impedirá. 17 Érika Bornay.Gómez Hernández 29 accede a que Amaral desabroche su vestido para revisar su respiración y ritmo cardiaco. deslumbrado por la belleza de la muchacha. 4) a una hermosa joven en quien ha actuado un “sublime trabajo de eflorecencia” (Brazilense. con el culto burgués a la monja doméstica” (Chaves. p. destacará por su capacidad de dominio. Al final de cuentas. que son mal vistas en una mujer. todas las voluptuosidades y todas las seducciones. poseer una fuerte sexualidad. quien pasa de ser una “fea y sin gracia” (Brazilense. tísicas que pueblan los cuadros . podemos afirmar que en su aspecto físico han de encarnarse todos los vicios. No sólo cambia físicamente. sino que también deja de ser tímida. ella muestra un profundo resentimiento por la indiscreción que considera que el doctor tuvo al tratarla durante su enfermedad. La segunda unidad espacio-temporal comienza al regresar Amaral de Europa. El cambio más evidente lo presenta Emilia. p. versos y prosas de fin de siglo. y cuya máxima prueba de amor es morir por el amado” (Chaves. en muchas ocasiones lujuriosa y felina.16 al arquetipo de la mujer fatal.. es fácil localizar ejemplos emblemáticos de mujeres frágiles. al sentir que el doctor se cansa de su actitud le da Haciendo un recuento de la narrativa mexicana del siglo XIX anterior a Romance brazilense. la fuerza. por otra parte. como pudiera ser el caso de Euclea o la griega de Trieste del Conde de la Cortina. 115) 15 . en Botón de rosa de Florencio M. Aprovecha cada oportunidad que tiene para hacerlo sentir mal. sin embargo. se enamora. 19). menciona que “En síntesis. es decir. Emilia sana. En lo que concierne a sus más significativos rasgos psicológicos. y su frialdad. sin embargo. o mujer fatal. como en La sensitiva de Díaz Covarrubias.. se desenvuelve en la elitista sociedad —sobre todo durante los bailes que organizan en la casa de su tía o de su mismo padre— y es asediada por un séquito de pretendientes. 15 el de la mujer frágil. 50). de incitación al mal. con respecto a la femme fatale. bondad y pureza se entrelazan para conformar el tipo de la femme fragile.17 Amaral. muy en consonancia.] puede apreciarse en las innumerables moribundas. cuya virtud se comprueba en una constitución enfermiza [. pero también. 56). p. por lo que el doctor se gana el aprecio de la familia. pero muy pocas mujeres fatales. p. Del Castillo. animal” (p. En este cambio físico y psicológico. en las que se entrelazan virtud y enfermedad. que tuvo su origen en los prerrafaelitas ingleses de mediados de siglo. Ella. se concreta con la agresión que al final de la novela Amaral le inflige a Emilia. “Posaba en sus labios una sonrisa de mártir” (Brazilense. 164). Amaral conceptualiza su amor . finalmente accede a desdeñar el cortejo de otros hombres. La relación violenta que se dibuja desde ese momento. Pero no duraría mucho tiempo la promesa de Emilia de no salir sin él a los bailes y salones. ella accede a la amistad de Amaral —con quien tiene citas—. a lo que el doctor responde “con ímpetu brutal” (Brazilense. la encuentra preparándose para salir. Amaral. por la actitud de Emilia. 164). Ante el reclamo del doctor. Fiel a su actitud. Días después de la promesa. éste se lo reprocha y ella. con lo que logra mantenerlo entre sus pretendientes. aunque reacciona en una primera instancia con disgusto. Emilia le refiere la imposibilidad de que ella actúe como él se lo solicita. llegando Amaral a casa de la joven a visitarla. convirtiéndose en una mujer recatada y convencida de su destino marcado por la violencia. Emilia aprovecha el quedarse sola con Amaral en la casa de la tía.Gómez Hernández 30 sutiles esperanzas de ver cristalizado su amor. pero ante la sociedad mantienen la amistad en secreto y durante los bailes la joven sigue mostrándose indiferente ante el doctor. lejos de quejarse. principalmente. cansado de que Emilia siga aceptando el halago de otros hombres y que evite la demostración pública de su amistad. por lo que Amaral se desilusiona y dice no amarla más. con la que ella cambia de actitud de manera definitiva. y le pregunta con maliciosa ternura: “Ya no me ama… Por qué huye entonces de mí? Tiene miedo?” (Brazilense. imprimiéndole una marca en las muñecas. p. 164) tomándola con fuerza del brazo. p. Después de diferentes disgustos provocados. p. O sea. Era alguna cosa de ti. el término romance alude a la acepción vinculada con la lírica. Dios mio! Fue para mí el dolor que me causaban mis pulsos lastimados por tus manos! Cómo bendije este sufrimiento!. un ímpetu de tu alma.. un grupo de intelectuales progresistas opositores al régimen mexicano —pero a la vez defensores de lo que hasta el momento se había definido como lo mexicano— y una incipiente tradición narrativa —la del noreste mexicano—. p. repasado de odio” (Brazilense. de los cuales los impares son sueltos y los pares . que me beatificase como una cosa tuya (Brazilense. cuando establece una relación semántica entre el amor y lexemas vinculados con la violencia: “es el amor brutal. 174). Lo expuesto arriba muestra a Romance brazilense como una novela que resulta problemática correspondiendo a su conflictivo contexto: un punto geográfico donde convergen —uniéndose y repeliéndose— dos culturas —la angloamericana y la mexicana—. Romance brazilense se ve permeada por la situación cultural del Matamoros de finales del siglo XIX. En la tradición hispánica decimonónica. donde la imperfección formal de la obra literaria refleja la manera en que el discurso literario se ve atravesado por diversas culturas. hambriento. y Emilia confirma su ingreso a la relación de sometimiento al escribirle una carta a Amaral donde le expresa lo imprescindible que para ella resulta el dolor que él le provoca: Qué suprema delicia. de tu cólera é indignación que habia quedado en mi persona y penetraba para tomar posesion de lo que te pertenecía. Pedí á Dios que conservase indeleble ese vestigio de tu ira. la composición lírica que consiste en “un número más o menos extenso de octosílabos. Al igual que los wankas estudiados por Cornejo Polar. 178). p. tráfico internacional por la pujanza del puerto de Bagdad..Gómez Hernández 31 sádico al discutir con Emilia. Bogotá: Fondo de Cultura Económica. está orientada a la comprensión de obras narrativas. Traducción de Sonia Jaramillo y Adriana de la Espirella en Doris Sommer. donde además se hace una distinción muy clara entre la novela y el romance: “By romance here I mean a cross between our contemporary use of the word as a love story and a ninteenthcentury use that distinguished the genre as more boldy allegorical than the novel”18 (Sommer. p. la predicación de un partido 18 “Por romance. Ignacio Manuel Altamirano en Revistas literarias de México (1821-1867) reconoce el carácter simbólico-ideológico de la novela. el estudio social. 22.Gómez Hernández 32 asonantes bajo una misma rima. p. sin embargo. es necesario no confundirla con la leyenda antigua. p. la novela latinoamericana tenía —al modo del romance angloamericano— un carácter alegórico. A pesar de que el término proviene de la poesía heroica medieval —de carácter narrativo—. antiguos y modernos. 5). la doctrina política. admiten la mezcla de asonancia y consonancia (Navarro Tomás. el escaso empleo del mismo para referirse a novelas decimonónicas en hispanoamérica. A pesar de que en la narrativa latinoamericana del siglo XIX no se logra percibir una diferencia entre el romance —término que es inusual— y la novela. como Sommer lo demuestra en Fundational Fictions. Las novelas nacionales de América Latina. que distinguía el género como más alegórico que la novela”. revela su poca aceptación para referirse a los trabajos novelísticos durante el periodo estudiado. Ficciones fundacionales. él no establece categorías partiendo de esto —como Chase y Sommer—. La definición —basada en la tradición angloamericana y en la propuesta de Richard Chase en The American Novel and Its Tradition (1957)— que Doris Sommer ofrece de romance. Los romances populares. 2004. sino que identifica a este género como una expresión simbólico-ideológica: La novela hoy ocupa un rango superior. 152). el estudio moral. entiendo una intersección entre nuestro uso contemporáneo del vocablo como historia de amor y el uso del siglo XIX. y aunque revestida con las galas y atractivos de la fantasía. . es necesario apartar sus disfraces y buscar en el fondo de ella el hecho histórico. 17-18) En Romance brazilense. 2002. de acuerdo a lo comentado por Sommer y Altamirano. pero a la vez riqueza en una lectura de la transculturalidad en Romance brazilense es el nivel formal del texto: los extraños errores ortotipográficos de sustitución de unos tipos por otros y algunas estructuras gramaticales que parecieran verse permeadas por el inglés. En el siglo XIX. desde el empleo del término romance en el título con la acepción angloamericana del siglo XIX —es del género narrativo y no lírico—. donde convergen elementos de tradiciones distintas. además. poseía la novela mexicana en el siglo XIX: He aquí que hemos llegado al tiempo en que la novela. 2002. pp. p. tradiciones y personajes típicos del país. Sin embargo. una intención profundamente filosófica y trascendental en las sociedades modernas (Altamirano. se dividirá el acercamiento a la novela en un nivel semántico. ha invadido todos los terrenos y ha dado su forma a todas las ideas y a todos los asuntos. 28). lo que ofrece más dificultades. las costumbres. mientras Ignacio Manuel Altamirano iniciaba la búsqueda de una literatura nacional en la que se privilegiara el paisaje. se revela como una obra transcultural. como una narración simbólica. Romance brazilense se mantiene totalmente al margen del sello nacional que Altamirano le imprime a la novela.Gómez Hernández 33 o de una secta religiosa: en fin. como el autor de El Zarco señalara. Con fines prácticos. desde ambas tradiciones —la angloamericana y latinoamericana—. (Altamirano. mas no del carácter ideológico que. y en uno formal. . dejando sus antiguos límites. haciéndose el mejor vehículo de propaganda. cuando una expresión y un contenido están en correlación. 83). En los textos de Sommers y Escalante se conciben el paisaje y los personajes como signos de las propuestas ideológicas de la época. de acuerdo a lo expuesto por Umberto Eco en el Tratado de semiótica general. ésta es constituida “siempre por uno (o más) elementos de un PLANO DE LA EXPRESIÓN colocados convencionalmente en correlación con uno (o más) elementos de un PLANO DEL CONTENIDO” (Eco. Tampoco se utilizó semiótica porque la exégesis que se busca está más relacionada con el plano del contenido que con el de la expresión de la función semiótica. El término semántica. a pesar de que no es utilizado por Sommer ni por Escalante. “existe función semiótica. Para Umberto Eco. se emplea porque en la interpretación que ambos hacen de los personajes y el paisaje en la novela. así como de la propuesta de una novela ideológica que Ignacio Manuel Altamirano plantea en su Revista literaria de México. p. la . sino con las lecturas que los críticos arriba citados hacen de los personajes y paisajes en la novela hispanoamericana decimonónica.Gómez Hernández 34 SEMÁNTICA DE LA NOVELA El análisis semántico en este estudio parte de la línea de interpretación aplicada por Doris Somer a la novela hispanoamericana del siglo XIX en Fundational Fictions. en un sistema hidráulico en el que luces indican el nivel del agua en una presa. p. o como funciones semióticas. se ha identificado como elemento común la lectura de estos elementos como una función semiótica. y la empleada por Evodio Escalante a El Zarco en Las metáforas de la crítica. La metodología de esta investigación no se relaciona con la Semántica estructural de Greimas y su modelo actancial. 83). y ambos elementos se convierten en FUNTIVOS de la correlación” (Eco. palabras. y legitima una exégesis de contenido introducido mediante la influencia del contexto social e histórico. la pintura o páginas del libro. pueden ser transmitidos por señales eléctricas (lamparitas). y que pueden convertirse (como ocurre en el ejemplo propuesto) en serie de contenidos de una posible comunicación. banderas. pero son independientes de ellas: de hecho. La triada de Peirce puede aplicarse también a fenómenos que no tienen emisor humano. También es conveniente antes de iniciar el análisis. redobles de tambor. El paisaje nace cuando el espectáculo natural transita de la retina al alma del observador para volcarse en tela o papel” (Castagnino. el uso del paisaje resulta fundamental en su búsqueda de la mexicanidad en dos sentidos: en la elección del paisaje mexicano como escenario. 89). A esa serie de contenidos la llamamos un SISTEMA SEMÁNTICO (p. No en el espectáculo de la naturaleza. silbidos. La definición de paisaje como “la copia de un espectáculo de la naturaleza a través de las técnicas del dibujo. como condición necesaria para la definición del signo. p. señalar que la intencionalidad no es condición para la función semiótica: “No requiere. dentro de la línea de . etc. 33). 64). Como tales. Esta característica de la función semiótica es importante para la investigación porque desliga al autor del dominio total de la significación de la novela.Gómez Hernández 35 serie de estados del agua considerados como serie de NOCIONES sobre los estados del agua. p. por ejemplo. y en el plano simbólico del empleo del paisaje. Semántica del paisaje Para la literatura mexicana decimonónica. hilos de humo. en el caso de los síntomas meteorológicas o de cualquier otra clase de índice” (Eco. como ocurre. podrían ser transmitidos por cualquier otro tipo de señal. que éste se emita INTENCIONALMENTE ni que se produzca ARTIFICIALMENTE. no es un libro ajeno a lo que podríamos llamar la configuración arcádica. frondosos. la descripción del paisaje y la botánica nacional. tal es la exuberancia con que se dan. de Ignacio Manuel Altamirano. También El Zarco propugna una situación de equilibrio ideal. el paisaje no sólo se ve motivado por la interioridad del autor en función de sus valores estéticos. y rozando con sus ramajes de un verde brillante y obscuro y cargados de pomas de oro los aleros de teja o de bálago de las casas. . estorbándose. En ella. Es un pueblo mitad oriental y mitad americano. Verdad es que este conjunto oriental se modifica en parte por la mezcla de otras plantas americanas. 9-10). Evodio Escalante menciona que “El Zarco. con extraordinaria profusión. entre héroes y villanos.Gómez Hernández 36 análisis seguida en esta investigación. Mignon no extrañaría su patria. porque los árboles que forman ese bosque de que hemos hablado son naranjos y limoneros. donde los naranjos y limoneros florecen en todas las estaciones. Naranjos y limoneros por dondequiera. formando ásperas y sombrías bóvedas en las huertas grandes o pequeñas que cultivan todos los vecinos. grandes. aparecen desde el inicio de la novela con un sesgo ideológico: De cerca. cargados siempre de frutos y de azahares que embalsaman la atmósfera con sus aromas embriagadores. en Yautepec. Diríase que allí estos árboles son el producto espontáneo de la tierra. pp. agrupándose. pero los naranjos y limoneros dominan por su abundancia (Altamirano. Una de las novelas mexicanas donde mejor se aprecia la búsqueda de lo nacional emprendida en el siglo XIX es El Zarco. Oriental. sino también ideológicos. cuasipedagógica” (p. resulta insuficiente en su interpretación simbólica en cuanto a la importancia de la ideología en la descripción paisajística en la novela decimonónica latinoamericana. Yautepec presenta un aspecto original y pintoresco. aunque se adentra mucho mejor en los terrenos de lo novelesco [a diferencia de Navidad en las montañas]. y los magueyes y otras zapotáceas elevan sus enhiestas copas sobre los bosquecillos. 169). en ella. 1964. pues los bananos suelen mostrar allí sus esbeltos troncos y sus anchas hojas. con la lucha entre buenos y malos. por su abundancia. y finalmente. Al final del capítulo. el elemento extranjero. pues se compone de razas mestizas. no sobre el original —según dice el editor—” (Sol. su descripción sugiere la síntesis de dos razas mediante la presentación de dos botánicas distintas: una extranjera —naranjos y limoneros— y una autóctona —bananos. éste se privilegia sobre otros elementos de la narración. quien publicó un facsímil del manuscrito conservado en la Colección Nattie Lee Benson de la Universidad de Texas en Austin. 1964. Esto resulta ilustrativo en el pasaje citado arriba. “Todas las ediciones de El Zarco —excepto la de José Luis Martínez y la de María del Carmen Millán—. 11). proceden de la edición de Barcelona. gracias al rescate de Manuel Sol. p. sino revisar las enmendaduras que el mismo Altamirano realizó a su manuscrito. se reconoce su dominio (“los naranjos y limoneros dominan por su abundancia”). Sin embargo. La síntesis que sugiere la descripción de los campos de Yautepec es problemática. llega a parecer autóctono (“Diríase que allí estos árboles son el producto espontáneo de la tierra”). la alegoría se aclara al expresar literalmente el dominio extranjero sobre el autóctono en la propuesta nacional: “La población toda habla español. hecha sobre una copia. presentándolo en cierta medida como otro personaje que juega un papel importante en su retórica nacionalizante. es posible no sólo la restitutio textus de El Zarco. X). p.Gómez Hernández 37 Por el hecho de comenzar la novela con la descripción del paisaje mexicano. Lo s indios puros han desaparecido allí completamente” (Altamirano. en un plano simbólico. magueyes y zapotáceas—. También. más allá de la elección del paisaje mexicano. sin embargo. ya que se logra mediante una agrupación en la que se “estorban” unos elementos a otros y el resultado termina siendo “áspero”. ya que con el . Con las palabras empleadas en la forma original enmendadas en el manuscrito. En la primer variante se modifica “cubriendo” por “rozando”. la elección del escenario no tiene criterios nacionalistas. En Romance brazilense.] Él ocupa un escalón superior” (Escalante. En dado caso. se percibe cómo se suaviza el carácter de confrontación que aun así es identificable en cualquier edición de la novela. 173).. El arrabal era en aquel tiempo menos cultivado de lo que es hoy. [. observando las correcciones hechas por Altamirano. más adelante. Yautepec —que a partir de su descripción se antoja un lugar paradisiaco. elimina “es evidente que” cuando se refiere al dominio de los naranjos y limoneros sobre la flora autóctona. es el centro a donde confluyen 'numerosos pueblecillos indígenas'. .. es más claro el carácter ideológico de estas líneas. ya que la narración se desarrolla fuera del país. Aun la guadaña exterminadora de la civilización no escamondara los bosques que vestían los flancos de la montaña. ese brazo mil del centauro ciudad. de buenos aires y sombrajes delicioso. p. Yautepec no es un (vulgar) pueblo de indios. y esto confirma su distinción. solo años después extendiéndose por las faldas clavó las garras en las cúspides frondosas de las colinas. La calle. en la siguiente —donde es aún más evidente este fenómeno— se sustituye “disputar” por “mostrar”. con lo que se aportan elementos de un cosmopolitismo incipiente: Gozábase allí de una vista magnífica. ideal— dentro de sus características paradigmáticas se encuentra su vinculación con el centro y el buen término del proceso de mestizaje en su población: “Una de las prendas que hacen que Yautepec sea Yautepec es su integración mestiza.Gómez Hernández 38 facsímil del manuscrito a la mano. Ellos fueron el molde de su alma. En aquellos sitios naciera Emilia y se creara. saltaban de cascada en cascada é iban huyendo y gorjeando al acercarse á las blancas bacías jaspeadas de césped. serpenteaban entonces por las faldas sombrías de la montaña y prendian como un abrazo. balancean airosas al sonido de la música las frentes tocadas de cintas. (1) Hija del Cacique que dominaba aquella región del Brazil antes de la conquista. y que habitaba ese cerro que conserva aún su nombre [nota del texto original]. era un viejo predio. rodaban tépidas por la escarpa.(1) hoy vieja regatona. que ceceaban blandamente en cuanto los abanicos de las palmeras. p. Límpidas corrientes. pp. y aun después de mi regreso de Europa. También. con la dulce brisa de la tarde. feo. Al igual que en El Zarco. que la sed febril del gigante humano aun no estacara. Crecían allí bosques entupidos de bambús. 58). desnuda de sus prados. pelada de sus matas. Caminos pendientes y sinuosas veredas. al grado que los árboles extranjeros pareciera que “son el producto espontáneo de la tierra”. del cual los personajes son testigos: “Cuando yo la conocía. Las palmeras en flor meneaban. éste es entre naturaleza y modernidad. pero mientras en aquél la lucha es entre elementos autóctonos y extranjeros. . 58-60). arpejeaban como flauta rústica. vibrados por el viento. en Romance brazilense la síntesis sigue en un proceso inacabado.Gómez Hernández 39 Ellas fueron en otros tiempos la verde corona de la jóven Guanabára. en la descripción paisajística de Romance brazilense se distinguen dos polos en pugna. las raras habitaciones que blanqueaban de distancia a distancia entre el arbolado. formada el contacto de esa fragosa naturaleza llena de asperezas y umbrosas espesuras (Brazilense. los brillantes plumajes como en una fiesta de campo las mas bellas muchachas soberbias de sus adornos. mientras en la novela de Altamirano la síntesis parece haber sido completada. irregular y construido en las faldas de la montaña” (Brazilense. como las raíces de esta planta en el seno de la tierra que la produce” (Brazilense. “¿Te has fijado en la dulce pubescencia de que la naturaleza vistió á ciertas frutas? Si nuestra mano las alisa. si al contrario las eriza. 65). p. Así era el pudor de Emilia” (Brazilense. Se fortalece el vínculo al utilizar elementos naturales en la construcción de tropos empleados para referirse a estados de ánimo de Emilia: “Hay una parte del alma que pertenece a la familia y vive en ella. pp.Gómez Hernández 40 Además en Romance brazilense el paisaje trasciende por el vínculo simbólico que se establece entre la naturaleza y Emilia. ya que es por su influencia que la casa familiar se transforma: “Dijo entonces una palabra. 100). fué cubierto de vasos.. podría . quien encontró en los sitios naturales en los que creció “el molde de su alma”. mármoles y juego de aguas. Pero Emilia. una de criatura y otra de heroina” (Brazilense. “Soy. p. tuvo gran tren. p. el cual. El simbolismo del paisaje —encarnado en Emilia— en Romance brazilense representa la dualidad y la dificultad para ajustarse a un modelo. llenose de ricos moblados. 81-82). pinturas y tapicerías. al presentarse en un contexto histórico-cultural en el que el mestizaje y la búsqueda de una identidad nacional no eran una problemática que tuviera la importancia para trascender en la literatura. De modo que en el personaje de Emilia subyace una dualidad: la pugna entre la modernidad y la naturaleza en el paisaje.. el tacto es áspero. lo que corresponde con su psicología: “Habia en ella la trasfusion de dos almas. 81). un espíritu en duda. un corazón que vacila!” (Brazilense. 64). numerosa servidumbre y servicio magnífico á la europea” (Brazilense. a la vez representa la modernidad. pero también establece la narración en un conflicto vigente de identidades. De repente el feo edificio surjió de las ruinas mas grande y suntuoso entre jardines. p. experimenta una sensación aterciopelada. quienes en suelo norteamericano eran considerados la inculta raza mexicana. Obregón. 225)—. era imperativo modernizar y uniformar la vida social hispanoamericana —nation-building (Borsó. Los personajes que se han identificado cercanos al círculo donde se gestó Romance brazilense: Catarino Garza. Ignacio Martínez. como si en aquella y en ésta se ventilaran asuntos que —en distinta escala— fueran los que agobiaban a las naciones. después de las independencia de los países latinoamericanos.Gómez Hernández 41 identificarse con el conflicto cultural fronterizo. p. León A. Semántica de los personajes En el siglo XIX. 99). “es. 109) y era fundamental en el desarrollo de este proceso: “en tal empresa juega un papel esencial el idioma como productor de la imagen socializada de la comunidad nacional y como espacio que en sí mismo puede realizar la homogeneidad que requiere la nación para existir como tal” (Cornejo Polar. p. y una . bien pudieran ser representados con la dualidad de Emilia. lograron plasmar una fusión entre ambas fuerzas. y por otro lado. pero también como si la nación misma tuviera una consistencia homóloga. 2003. 2003. en tierras mexicanas. y de la naturaleza la conservación de los elementos naturales. en realidad. “la novela es uno de los signos mayores de la modernidad hispanoamericana en el XIX” (Cornejo Polar. donde se seleccionan los aspectos que se consideran positivos de cada uno: de la modernidad el embellecimiento y la construcción inteligente. p. Con Emilia. al abordar conflictos de familia y relaciones interpersonales. como la propuesta por Emilia en la casa. La novela decimonónica latinoamericana. la indeseable modernidad norteamericana. 2004. Sin embargo. mientras que la segunda era escrita simplemente para esparcimiento. 20 “La coherencia nace de su proyecto común de construir un futuro mediante las reconciliaciones y amalgamas de distintos estratos nacionales imaginados como amantes destinados a desearse mutuamente. p. Traducción de José Leandro Urbina y Ángela Pérez en Doris Sommer. a la de sus organismos menos complejos” (Cornejo Polar. p. p. p. Los conflictos familiares y de relaciones personales son empleados en la novela latinoamericana de manera simbólica al representar las relaciones de mestizaje — homologación— necesarias para la concreción nacional: The coherence comes from their common project to build through reconciliations and amalgamations of national constituencies cast as lovers destined to desire each other. Para Doris Sommer. Esto produce una forma narrativa consistente que puede asimilar distintas posiciones políticas que está impulsada por la lógica del amor”. también reflexiona en la posibilidad de reunir el encanto y la moral para influir ideológicamente en una parte más amplia de la población: “En el cuento de amores el ingenio puede “Las resonancias amorosas de la ‘conquista’ son absolutamente apropiadas. 41.Gómez Hernández 42 problemática paralela. 2003. La primera tenía fines didácticos. la novela juega un papel fundamental. el mejor ejemplo de la narración con fines ideológicos es la obra de Ignacio Manuel Altamirano. 2004. En la narrativa mexicana. Las novelas nacionales de América Latina. becouse it was civil society that had to be wooed and domesticated after the creoles had won their independence”19 (Sommer. Ficciones fundacionales. morales y políticos. Bogotá: Fondo de Cultura Económica. they are moved by the logic of love20 (Sommer. 24). porque era la sociedad civil la que debía ser cortejada y domesticada después de que los criollos conquistaron su independencia”. En este proceso de cortejo de la sociedad civil. Traducción de Sonia Jaramillo y Adriana de la Espirella en Doris Sommer. Ficciones fundacionales. 6). 19 . p. 23. quien establece una diferencia entre la novela histórica y sentimental. This produces a surprisingly consistent narrative form that is apparently adequate to a range of political positions. “the amorous overtones of 'conquest' are quite appropriate. Bogotá: Fondo de Cultura Económica. 111). Las novelas nacionales de América Latina. es El Zarco. 2002. p.Gómez Hernández 43 hacer lo que quiera. puede representar a “the Mexican masses who continued to defer to ecclesiastical and economic elites” (Sommer. 44)—. quien analiza la relación entre los personajes en términos de mestizaje. Manuela rechaza al indio y prefiere al personaje que da nombre a la novela. 1964. 225). vinculándolos con ciertos estereotipos raciales. quien intenta persuadir a su hija de relacionarse sentimentalmente con el herrero. 38) Una de las novelas más acabadas en la síntesis del “cuento de amor” y la ideología. y ya que lo puede todo. ¿por qué no reunir el encanto a la moral?” (Altamirano. Sommer revisa las características de los personajes a partir del discurso descriptivo del narrador. sus ojos de ese color azul claro que el vulgo llama zarco. Para la autora. a una vanguardia republicana que su hija abandona por pretensiones aristocráticas. sus cabellos de un rubio pálido y su cuerpo esbelto y vigoroso. con lo que ésta representa . sino que también —como se demostró arriba— carga de significado la descripción paisajística. mientras que la madre de Manuela. y Evodio Escalante. representa a los “liberal intellectuals” (Sommer. p. p. le daban una apariencia ventajosa” (Altamirano. p. un bandido con aspecto extranjero —“su color blanco impuro. en ésta la función simbólica no sólo echa mano de las relaciones personales. Dos críticos han hecho aportaciones importantes en la interpretación simbólica de los personajes de El Zarco: Doris Sommer. quien se mantiene indiferente al amor de la mestiza Pilar. 226). dueño de una herrería—. Nicolás —indio honesto y trabajador. quien se centra en la relación subordinante capital-provincia. p. por lo que. quien dirige su deseo a la persona equivocada. ésta representa a “Mexico's new mestizo ideal” (Sommer. Esta característica es sostenida por los elementos hegemónicos: los naranjos y limoneros. 169). 169-170). y entre la regional y el centro. De acuerdo a la interpretación de Sommer. pp. 226)—. Evodio Escalante resalta la forma en que “El Zarco propugna una situación de equilibrio ideal. Por otro lado. Para que el equilibrio de la región autónoma. alterado por el artero funcionamiento de una banda de salteadores. y Nicolás. en El Zarco los responsables de la prostitución del país ante los extranjeros son Manuela —“Mexico whose self-defeating opportunism mistakes dazzle for elegance” (Sommer. Es la mestiza Pilar —enamorada desde un principio de Nicolás— quien termina rescatando al indio Nicolás del fracaso sentimental y de las corruptas fuerzas armadas federales. y . simboliza la concreción del proyecto nacional. cuasipedagógica” (Escalante. tiene que intervenir. Escalante distingue en el Yautepec de El Zarco un pueblo que representa la búsqueda de su estabilidad: estabilidad entre lo foráneo y lo local —como se señaló en el análisis del paisaje—. p. En la novela se distingue la búsqueda del equilibrio entre centralismo y federalismo.Gómez Hernández 44 a “the monarchist Creoles who pine after a European prince when they have an Indian prince for president” (Sommer. pueda restablecerse. que no sólo “dominan” sobre la flora local. como si se tratara de un recurso ideado por la Providencia. la autoridad del señor presidente (Escalante. 226). 226). p. De este modo. entre el poder central y la región: El juego ideológico consiste en que la existencia de la región justifica la existencia del poder central. sino que sostienen la economía del pueblo al ofrecer su fruto a la capital. la unión entre Nicolás y Pilar. para Sommer . p. El presidente Benito Juárez también trasciende su nombre y su circunstancia: se convierte. Sobre esto reflexiona Escalante. 445). publicada por entregas en el periódico La voz de Nuevo León y rescatada gracias al trabajo de crítica textual que efectuó Florencia Romo sobre un manuscrito autógrafo y algunos recortes del periódico. en abstracto. y la “aristocracia”. en el décimo año de vida y entonces. fue cuando ocurrió el ya relatado “encuentro” ent re la “democracia”. la situación pasa desapercibida por la relación simbólica que se establece entre los personajes involucrados y elementos axiológicos de carácter positivo: “Martín Sánchez deja de ser Martín Sánchez. simbolismo que es manifiesto: Entró.Gómez Hernández 45 el centro con su intervención en los conflictos con los bandidos. . p. pues. la relación entre Serafina y Apolonio representa la relación entre la democracia y la aristocracia. representada por Apolonio (Guerra Castro. ya que es mediante un procedimiento ilegal. Lamentablemente. Sin embargo. en el que Benito Juárez otorga poderes fuera de la legalidad. El carácter simbólico de la narrativa decimonónica del siglo XIX. en la honradez. es difícil aventurar interpretaciones de orden ideológico más complejas. 177). como en la novela La única mentira de Felipe Guerra Castro. representada por Serafina. se convierte así. y mereciera un estudio aparte hacer alguna hipótesis al respecto. Finita. al brindarle poderes extraordinarios a Martín Sánchez para —encima de la legalidad— acabar con El Zarco. en la ley de la salud pública” (Escalante. En la novela. por conservarse incompleta. p. gracias a la magia de unos enunciados. de la novela de Guerra Castro. es también evidente en expresiones muy cercanas a Romance brazilense. como se logra controlar a los bandidos. cuando Cumplido tenía ya casi treinta. 13)./maltrato a quien mi amor busca constante” (p. velándose como las vírgenes mártires del cristianismo para morir púdicamente… Esa niña inspirábame no sé qué extraño y vivo interés” (Brazilense. Después del viaje de Amaral a Europa. En otras novelas mexicanas del siglo XIX en las que se puede identificar al personaje femenino como mujer fatal —como Carmen de Pedro Castera—.Gómez Hernández 46 En Romance brazilense el primer aspecto a considerar en torno a sus personajes es su complejidad: a pesar de que no dejan de ser caricaturescos en función de la representación de conceptos.)—./al que amante me sigue. con lo que se sugiere la correspondencia de este personaje con el paisaje. al igual que con la transformación del paisaje brasileño. dejo ingrata. 94). deja de atender al modelo amoroso expuesto por sor Juana: “Al que ingrato me deja. tranquila é impasible al dolor. el lector es testigo de cambios en Emilia./constante adoro a quien mi amor maltrata. la actitud de Emilia corresponde al modelo de la mujer frágil del siglo XIX. En la primera parte. busco amante. Así. que desdeñan a quien las busca y procuran quien las huye” (Brazilense. caprichosa. girando en torno de la canasta a la cual . pero repele con su actitud —“nada tenia que se pareciese al juego de las niñas enamoraderas. 289. p. pero con características tan acentuadas que pareciera tratarse de una parodia de este estereotipo: “Esa niña. Emilia se convierte en una mujer fatal: un séquito de pretendientes la sigue en las fiestas. al que ella atrae con su sensualidad. Emilia sufre modificaciones a lo largo de la novela. Yo pasé dos o tres veces alternativamente de la una a la otra. la perversidad atribuida a este estereotipo es reflejada desde la inocente infancia mediante la descripción del encuentro entre el protagonista y la criatura que se convertirá en la protagonista de la novela: “El cesto venía a ocupar precisamente la línea divisoria entre la sombra y la luz. p. incluso una vez asumida como una mujer fatal. lo que la lleva a apartarse del modelo ético y de género establecido (como la alegoría del encanto por lo extranjero en El Zarco a través de Manuela). 81). A pesar de que la transformación de un estereotipo a otro es evidente en Emilia. es mediante la violencia como éste logra imponerse. La final imposición de los esquemas éticos y de género convencionales por medio de la violencia . por lo que no opera en su protagonista una transformación tan acentuada como la de Emilia. y en la parte final de la novela. 64). el conflicto interno no resuelto de Emilia —terminará resolviéndose con el sorpresivo desenlace— se aprecia durante toda la novela: “Soy… un espíritu que duda. “Habia en ella la trasfusion de dos almas. Sobre Emilia se pueden arrojar dos hipótesis de interpretación alegórica: por su obsesión de imponer un modo de vida europeizante en la rústica provincia de Matacaballos. p. como representación de la nación sometida a la negativa influencia extranjera. En Romance brazilense la raza de los personajes no están definidas. un corazón que vacila!” (Brazilense. en la segunda parte es Emilia la que toma la hegemonía. p. 484). después de múltiples pacíficos intentos de Amaral por restaurar las jerarquías de género propias de su época. por lo que este aspecto no tiene la relevancia que en muchas de las novelas latinoamericanas del siglo XIX. una de criatura y otra de heroína” (Brazilense. con ello se privilegia la sola relación de poder —representada con el trato entre Emilia y Amaral—.Gómez Hernández 47 miraba lleno de asombro” (Castera. la cual —también a diferencia de muchas otras novelas latinoamericanas de la época— es cambiante: en la primera parte de la narración es el hombre quien tiene poder sobre la mujer al ser quien tiene la posibilidad de salvarla de la muerte. p. así como el carácter dual de Emilia. fecha de publicación de Romance brazilense. También la difuminada identidad racial y nacional de los personajes de la novela. 65)—. p. de acuerdo a esta hipótesis. conociendo el contexto progresista en el cual se escribió la novela. Esta identificación de Emilia con la ideología progresista del grupo encabezado por Catarino Garza permite ofrecer otra interpretación del personaje de Emilia: el progresismo mexicano que a pesar de sus múltiples intentos por modificar las condiciones democráticas en México (Ignacio Martínez. es posible plantear una hipótesis con la que se vincula este personaje con el progresismo mexicano del siglo XIX por algunos rasgos en común: el interés por las clases populares —“La señorita mi hermana tiene la manía de dar limosnas” (Brazilense. De repente el feo edificio surjió de las ruinas mas grande y suntuoso entre jardines. y la reivindicación de un grupo social representado por la mujer —sector de la sociedad muy marginado en el México decimonónico—. uno de las piezas fundamentales del activismo de Catarino Garza participó en la Guerra de Reforma. . con quien había tenido diferencias políticas después del triunfo de la revolución de Tuxtepec). terminaba en todo momento opacado por la tiranía y sometido por la fuerza de las armas (para 1883. Sin embargo. p. fué cubierto de vasos. la modernización del país —“Dijo entonces una palabra. mármoles y juegos de aguas. tuvo gran tren. Martínez iniciaba su segundo viaje universal huyendo de la fuerza de Porfirio Díaz. a la necesaria utilización de las armas para el establecimiento de la ideología nacional. numerosa servidumbre y servicio magnífico á la europea” (Brazilense.Gómez Hernández 48 aludirían. pinturas y tapicerías. 53)—. llenóse de ricos moblados. la Revolución de la Noria y la de Tuxtepec). pero también si este olvidaba fácilmente se consolaba. Bajo esta óptica. Vidaurri. representaría a las masas ávidas de modernidad y dispuestas a recibirla de quien se la ofreciera —sin importar que fuera un Maximiliano. Romance brazilense comparte su carácter ideológico con la novela producida en el centro del país. yo me sentía atraído por esa buena alma. nunca traicionó á su escojido. quien se afana en modernizar a la europea sus costumbres bajo la influencia de su madre —signo de autoridad—: “Oyéndola. p. 35). Emilia actúa bajo la inspiración de su autodeterminación. Juanita —la prima de Emilia. Por otro lado. Juárez. no supo rehusar al amor los cariños que fueron juegos de la infancia. Sus afecciones eran siempre sinceras y leales. sino a un romanticismo transcultural. Más bien se percibe un cosmopolitismo incipiente que tampoco corresponde al modernismo. a diferencia de Juanita. . no propone la misma ideología nacionalizante que Ignacio Manuel Altamirano difunde en la capital del país.Gómez Hernández 49 reflejan el conflicto de identidad en el que este grupo se encontraba al situarse en un contexto heterogéneo propio de la frontera. por eso cuando llegó á la edad del corazon. en esta misma línea de interpretación. que Dios habia hecho para la familia y la madre la desterrara para el mundo elegante” (Brazilense. p. etcétera—: Dios la había hecho nimiamente buena y compasiva. 29). porque en naturalezas como la suya el amor no cria raices profundas y solo vejeta á la superficie (Brazilense. Díaz. quien también llevaba un modo de vida a la europea asistiendo a los bailes y gozando de múltiples compañías—. sin embargo. otros usos difieren del empleo habitual en el siglo XIX. 6). sino sólo hacer una breve descripción que complemente la lectura de la novela como una manifestación transcultural de la heterogénea literatura mexicana. p. en las que casi nunca se acentúan las palabras agudas terminadas en n. o vocal —por ejemplo: “expansion" (Brazilense. 95). p. o de algunos diacríticos como mas— pero corresponden al uso de la época. p. s. Características ortográficas y ortotipográficas Existen patrones ortográficos y ortotipográficos empleados en Romance brazilense que difieren de los actuales —como la acentuación de la conjunción a. “temia” (Brazilense. 97)— pero sí algunas graves con estas terminaciones —por ejemplo: “tédio” (Brazilense. El empleo de los signos de interrogación y exclamación únicamente al final de las oraciones pareciera responder al uso de tipos estadounidenses que no contaran con . 96). p. el propósito de esta investigación no es ahondar en el aspecto lingüístico de la novela. 96). Lo más notable de las particularidades lingüísticas son las normas eclécticas de acentuación. “jardin" (Brazilense. 93)—. “juéves" (Brazilense.Gómez Hernández 50 ANÁLISIS FORMAL DE LA OBRA Aunque Romance brazilense ofrece fenómenos de la lengua que en la investigación de un lingüista podrían arrojar valiosos resultados sobre el uso del idioma en la región fronteriza de Matamoros durante el siglo XIX. p. p. “Despues” (Brazilense. Diferentes fenómenos lingüísticos presentes en la narración sugieren una fuerte influencia del idioma inglés. sin embargo. además las características ortotipográficas revelan una condición incipiente de la industria editorial en la región. Cueva y Cía. Episodio de la guerra de castas. pero lo más notorio es la larga (aunque insuficiente considerando la gran cantidad de enmiendas requeridas) fe de erratas en la que se enlistan errores que no aparecen en el texto.. Históricamente se ha considerado que “el Norte y Centro.Gómez Hernández 51 los caracteres de inicio. leístas y Se revisaron para constatarlo: Rafael Garza Cantú. Nati Pat.P.22 Una de las características más interesantes en una lectura transcultural del libro —no sólo de la novela como narración.21 aunque no generalizada ni siquiera en ediciones tamaulipecas de la época. [s. 21 . Victoria: Imprenta del Gobierno del Estado. p. 157). reservando le sólo para el masculino (Seco.a]. sino del objeto bibliográfico como texto— del ejemplar que se conserva de Romance brazilense es la pobre calidad de cuidado en la composición tipográfica y en la impresión: páginas borrosas. pero ésta era una costumbre en la composición tipográfica en el siglo XIX y principios del siglo XX. 1910. hace que en el lenguaje familiar se habilite el acusativo la para el dativo femenino. Esta característica evidencia una incipiente industria editorial norestense que en ese momento no tenía la capacidad técnica para imprimir una novela con las características de composición tipográfica que la capital del país sí tenía. Algunos apuntes acerca de las letras y la cultura de Nuevo León. Librería de la Viuda de C. 2. en la centuria de 1810 a 1910. Cd. Monterrey: “Imprenta Moderna” J. pero también una profunda necesidad de expresión que estas limitaciones técnicas no pudieron frenar. 1893. diferencias en la intensidad de la impresión. 22 En Ernesto de Keratry. Lecturas mexicanas No. Bouret: México. El laísmo La conveniencia de distinguir entre el dativo masculino (a él) y el femenino (a ella) cuando no existe para ambos sino una forma neutra. José Moreno de Alba señala la ausencia de este fenómeno en el español de América: En el español que se habla y escribe en América. Ya que el contexto de la novela queda muy al margen de la problemática regional ibérica a la que se le atribuye el fenómeno del laísmo. de improviso. la. 167) En Romance brazilense el laísmo se presenta en múltiples ocasiones: “No la creo” (Brazilense. p. acusativos” (Lapesa. p. “I anounced she the resolution”. además de que no es posible relacionar el fenómeno en ella con la tradición lingüística americana. dativo y lo. me regaló su retrato” (Brazilense. 97). 116). p. “La anuncié la resolución” (Brazilense. “Dias despues. p. (Moreno de Alba. continúan enfrentándose con Aragón y Andalucía. la explicación que se puede hacer del laísmo es la fuerte influencia del inglés (donde el dativo no posee forma neutra: “I don´t beleave she”. mejores guardianes de la distinción etimológica entre le. Quizá puede haber regiones o zonas muy limitadas en que se produzca el leísmo (no el laísmo ni el loísmo) de manera no generalizada.Gómez Hernández 52 laístas. without requesting she. se conservan plenamente los usos de los pronombres objetivos en consonancia con sus valores etimológicos. 81). . she gave me her picture”) en las costumbres lingüísticas de quien escribió y de quien editó Romance brazilense. “Some days after. 303). sin que yo la pidiera. p. 2002. escrita y publicada fuera del grupo que ostentaba el poder nacional y regional —lo que se refleja en su ausencia en la crítica de ambas instancias—. 29). lo pueden hoy los modernos bajo la forma agradable y atractiva de la novela. provinciano. La sociedad mexicana del siglo XIX —como la contemporánea y la de todos los tiempos— era heterogénea. comentados y criticados por las élites culturales. lingüísticas. periodista ignorado por ideológico. se representa mediante una de las figuras sociales más ignoradas en el siglo XIX: la mujer. . La condición de migrante. transmitidos. En el centro se proponía una novela nacionalista que funcionara como instrumento de aculturación de las masas. sociales. y con este respecto no pueden disputarse a este género literario su inmensa utilidad y sus efectos benéficos en la instrucción de masas (Altamirano. sino como una manifestación de las abismales distancias geográficas. utópico. etnias o nacionalidades que los grupos hegemónicos proponían. políticas y culturales de la población mexicana— ha limitado el corpus de textos a los producidos. proceso indispensable en la formación de la nación: Todo lo útil que nuestros antepasados no podían hacer comprender o estudiar al pueblo bajo formas establecidas desde la antigüedad. la exclusión por cuestiones políticas y sociales —no necesariamente como una acción meditada. chovinista en un lado y traidor a la patria en el otro. encontró en la mujer el signo para representar su marginación. revolucionario fallido. y sus expresiones literarias también lo eran. entre otras. Ésta se valió del erotismo y las relaciones interpersonales para simbolizar las fusiones de clases. p.Gómez Hernández 53 CONCLUSIÓN Romance brazilense: poética de la exclusión Romance brazilense. Gómez Hernández 54 Como se revisó más arriba. Situar a Romance brazilense en la historiografía regional del noreste mexicano implica una labor compleja porque los modelos de periodización y sistematización propuestos para el estudio diacrónico de esta materia resultan insuficientes. se convierte en un discurso heterogeneizante con respecto a los grupos hegemónicos. y por su desencantada apología de la marginación. Minerva Margarita Villarreal. La novela. política e ideológica. tecnológicas y estéticas. ideológicas. es también asimilada en Romance brazilense. Al abordar la poesía nuevoleonesa en “Cuestiones poéticas”. La fórmula simbólico-ideológica que Ignacio Manuel Altamirano emplea con fines homegeneizantes propios del proceso de formación de una nación —mediante la gestión de una literatura nacional—. De este modo queda atravesada por la heterogeneidad desde dos puntos de vista: al quedar como muestra de la heterogeneidad de la literatura mexicana del siglo XIX. después de argumentar que “Los grupos y generaciones en tanto representaciones de grupos son importantes conforme ayudan a formular la historia de la literatura” (Villarreal. En Romance brazilense. surgida al margen de la discusión de la literatura nacional y más bien cercana al conflicto de identidad de un grupo fronterizo revolucionario. p. el proceso de formación de la nación implica la homologación de la población al imponer los criterios de las clases dominantes. al alegorizar su propia situación cultural. 287). jugó un papel importantísimo en esto. como uno de los medios de más fácil difusión en el siglo XIX. pero. afirma que . tal vez sin proponérselo. se asimilan las diferencias regionales. sin embargo. Todo esto sumado a la casi nula labor de reedición de las obras más representativas. 287). sí en cambio. éstos son de limitada circulación. se han publicado importantes trabajos en los que se ofrecen exposiciones del fenómeno literario en los estados del noreste mexicano (sobre todo en Nuevo León). que de hacer un espacio con obra. aquél que se funda en la soledad de la creación (Villarreal. sin embargo la producción existe y se desarrolla bajo criterios distintos a la de la Ciudad de México. las promociones y los festejos generacionales parecen referir más la necesidad de consolidar un lugar en la historia. de la imposibilidad de asumir el verdadero diálogo. ésta apela constantemente .Gómez Hernández 55 La idea de continuidad no puede existir salvo y fundamentalmente por los lazos entre las obras. No puedo imaginarme como continuos a Gabriel Zaid y a Carmen Alardín. de un olvido propio. En la producción literaria del noreste mexicano es difícil encontrar influencias o rupturas entre sus generaciones. También podría añadirse como explicación la debilidad en los esfuerzos de sistematizar la tradición: sí. Estos factores han hecho imposible la consolidación de una tradición literaria en el noreste mexicano. se puede atribuir a que en ciertos ambientes provincianos. Villarreal señala una falta de continuidad en la producción poética nuevoleonesa: una generación no explica a su antecesora o sucesora ni en cuanto a tradición ni ruptura. como si se trasluciera una intención por resguardarse de la intemperie del olvido. personal. p. Este fenómeno. aún y cuando se frecuentaron al inicio de su trabajo. con todo y que no se conozcan personalmente (p. por las asociaciones que en ellas podamos establecer. de acuerdo a la descripción que ella hace del modo de producción poética en provincia. Además se ha postergado la sistematización del corpus literario de noreste. hay vasos comunicantes entre la poesía de Zaid y la de Miguel Covarrubias. 288). acompañado de una plutocracia que perpetúa sus valores en la inmovilidad de las costumbres y los gustos estéticos petrificados. y es precisamente en ese contexto en el que su semántica cobra sentido y es en esta forma . Al haberse escrito y editado al margen de las élites culturales de la región. durante la mitad del siglo XX. sin embargo. En la novela aparecen algunos elementos innovadores no sólo con respecto a la literatura regional. Romance brazilense se localiza en un sistema literario insular y subterráneo. social y económico. 2010. El curso de la cultura del noreste mexicano está signado por un desarrollo maniqueo: por un lado el progreso material visible. la novela ha sido ignorada. asimilándolos de acuerdo a su propio contexto cultural. ya sea de la Ciudad de México o del extranjero.Gómez Hernández 56 a los movimientos y escuelas literarias metropolitanos. al gobierno del estado (Barrera Enderle. una cofradía rebelde que permanecería un tanto al margen hasta la llegada. estaba condenada al olvido: en los esfuerzos que se han hecho por consolidar la tradición literaria del noreste. de Raúl Rangel Frías a la rectoría de la Universidad de Nuevo León y. 16-17). p. un desarrollo cultural que trata de sobrevivir en periódicos y sociedades artísticas. y por otro. sino nacional. para aquella. la introducción de un género que no había sido experimentado. y para esta la utilización del modelo de la femme fatale. En este orden de ideas resultaría estéril tratar de ubicar a Romance brazilense en un sistema historiográfico concebido como un continum de tradición y ruptura: la producción literaria del noreste mexicano no funciona de esa manera. Romance brazilense no es un parteaguas en la historiografía de la literatura regional ni nacional como lo demuestra la paupérrima recepción que se refleja en la ausencia de referencias de la época. posteriormente. . en uno que tome en cuenta la heterogeneidad del campo que busca sistematizar.Gómez Hernández 57 como se vuelve fundamental en la reconfiguración del modelo historiográfico de la literatura regional y nacional del siglo XIX. Obregón. Ignacio Manuel. Fernández Ferrer.Gómez Hernández 58 BIBLIOGRAFÍA Altamirano. Las hijas de Lilith. Letras mexicanas del XIX. 115-127. Versión manuscrita. 1994. Edición y prólogo de Manuel Sol. 2005.com/canseco: Matamoros. Raúl H. Sevilla: Universidad de Sevilla. 1995. 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Report "Romance brazilense en la heterogeneidad de la literatura mexicana del siglo xix"