Roberto Arlt - Escritor Fracasado

March 23, 2018 | Author: Taller Literario Purapalabra / María Fernanda Barro Gil | Category: European Union, Love, Science, Philosophical Science


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Roberto Arlt – Escritor fracasado (de “El jorobadito”) Nadie se imagina el drama escondido bajo las líneas de mi rostro sereno, pero yo también tuve veinte años, y la sonrisa del hombre sumergido en la perspectiva de un triunfo próximo. Sensación de tocar el cielo con la punta de los dedos, de espiar desde una altura celeste y perfumada, el pere oso paso de los mortales en una llanura de ceni a. !e acuerdo... "mprendí con entusiasmo un camino de primavera invisible para la multitud, pero auténticamente real para mí. #rompetas de plata exaltaban mi gloria entre las murallas de la ciudad embadurnada groseramente y las noches se me vestían en los ojos de un prodigio antiguo, por nadie vivido. $bultamiento de ramajes negros, sobre un canto de luna amarilla, tra aban, en mi imaginación, panoramas helénicos y el susurro del viento entre las ramas se me figuraba el eco de bacantes %ue dan aran al son de sistros y la&des. '(h) aun%ue no lo cre*is, yo también he tenido veinte años soberbios como los de un dios griego y los inmortales no eran sombras doradas como lo son para el entendimiento del resto de los hombres, sino %ue habitaban un país próximo y reían con enormes carcajadas+ y, aun%ue no lo cre*is, yo los reverenciaba, teniendo %ue contenerme a veces para no lan arme a la calle y gritar a los tenderos %ue medían su ganancia tras enjalbegados, mostradores./edme, canallas...+ yo también soy un dios rodeado por grandes nubes y arcadas de flores y trompetas de plata. 0 mis veinte años no eran deslustrados y feos como los de ciertos luchadores despiadados. !is veinte años prometían la gloria de una obra inmortal. 1astaba entonces mirar mis ojos lustrosos, el endurecimiento de mi frente, la voluntad de mi mentón, escuchar el timbre de mi risa, percibir el latido de mis venas para comprender %ue la vida desbordaba de mí, como de un cauce harto estrecho. "l ingenio afluía a cada una de las frases %ue pronunciaba. "ra mi carcaj de flechas y alegremente las disparaba en torno mío, creyendo %ue el arsenal sería inagotable. 2os hombres de treinta años me miraban con cierto rencor, mis camaradas me auguraban un porvenir brillante... por cierto me encontraba en la edad en %ue la sonrisa de las mujeres no nos parece un regalo demasiado extraordinario para premiar la violencia de nuestros afarranchos de combate. 0 viví- viví tan ardientemente durante tantos días y numerosas noches, %ue cuando %uise reparar cómo se produjo el desmoronamiento, retrocedí espantado. 3na gotera invisible había cavado en mí una caverna ancha, vacía, oscura. 0 así como el inexperto viajero %ue se aventura por una llanura helada y repentinamente descubre %ue el hielo se rompe, mostrando por las grietas el mar inmóvil %ue lo tragar*. así con el mismo horror, yo descubrí la cat*strofe de mi genio, el deshielo de mi violencia. 2as grietas de lo %ue yo creía tierra firme pertenecían a una fina capa de agua endurecida. 1astó la leve temperatura de un éxito para derretirla. !e prodigaron excesivos elogios. $lguien me hi o un maleficio. '#riunfé demasiado r*pidamente en a%uel círculo de pe%ueñas fieras, para cada una de las cuales, la m*s preciosa flor con %ue podían adornarse era una vanidad regada con adulaciones) No sé, no sé. No sé. 4espués del éxito estrepitoso, mi entusiasmo decayó verticalmente. 5$gotamiento de la vida miserable %ue había ardido violentamente un instante en mí6 57onsecuencia de la total entrega en la &nica y &ltima obra6 No sé. !ortal penuria... congoja de viajero perdido en el desierto. 8uise retroceder y el orgullo me lo impidió ... 9retendí avan ar... pero la ciudad %ue antes dilataba ante mis ojos calles infinitas, cada una de las cuales conducía a una altísima metrópoli multicolor, de pronto se acható+ y entre las murallas enjalbegadas me sentí pe%ueño e irrisorio, y envidié la dicha de los comerciantes %ue había despreciado, y anhelé yo también sentarme a una mesa de madera cepillada y comer mi pan y mi sopa, sin la amargura del fracaso ni el mal recuerdo del buen éxito. 57ómo describir el tormento %ue me infligía la vanidad, la encendida batalla entre los residuos de sensate y los escombros de soberbia6 57ómo describir mi llanto ardiente, mi odio encandecido, la desesperación de haber perdido el paraíso6 María Fernanda Barro Gil / [email protected] 1 PURAPALABRA/Taller Literario '(h, para ello se necesitaría ser escritor, y yo no lo soy) /ed mi rostro sereno, mi sonrisa fría de hombre bien nacido, mi cordialidad cortante y medida como la vara de un tendero. :ue a%uélla una época terrible. 2os trabajos de mi sensibilidad se convirtieron en el juego de un mecanismo enlo%uecido, alternativa de ilusiones rojas y realidades negras. 9or instantes no me %uería convencer. !iraba hacia mi pasado, separado por el brevísimo intervalo de dos años, y experimentaba el terror del hombre %ue ha vivido un siglo. 3n siglo en plena esterilidad, sin escribir una línea. 57omprenden ustedes lo horrible de semejante situación6 4os años sin escribir nada. #ildarse autor, haber prometido montes y mares a %uienes se molestaban en escucharnos y encontrarse de pronto, a bocajarro, con la conciencia de %ue se es incapa de redactar una línea original, de reali ar algo %ue justifi%ue el prestigio residuo.; 7omprenden ustedes lo pun ante %ue resulta a%uella infame pregunta de los amigos capciosos, %ue aproxim*ndose a uno, dicen con una ingenuidad %ue innegablemente trasciende a malignidad satisfecha<59or %ué no trabajas6< (, si no- <57u*ndo publicas algo6< 9ara poner di%ue a preguntas indiscretas o insinuaciones irónicas, me revestí de la tiesura del espectador %ue ha superado las pobre as de las actividades humanas. #uve %ue defenderme y comencé a desperdigar frases.2a vida no es literatura. =ay %ue vivir... después escribir. No in&tilmente se finge el fantasma. 2lega un día en %ue se termina por serlo. $sí, insensiblemente fui impregn*ndome de cierta acide %ue infiltró en todas mis palabras un resabio de ironía agria, cierto hedor de leche cortada. 2a gente me huía instintivamente. #uve renombre de c*ustico. !is chistes, los mejor intencionados, resultaban siempre de doble sentido, perversos, y los papanatas me cobraron un miedo terrible. 7on esa malignidad en el movimiento de los ojos %ue hace tan repulsivos a los ratones, descubría lo ridículo donde nadie lo sospechaba. $proximarse a mí e%uivalía a resignarse a recibir una pulla insolente. !i actitud m*s benévola podía traducirse en estas palabras<9ermane camos en la superficie de las cosas<. !e deleitaba revolotear como un lechu o. No sé por %ué. #ampoco sé por %ué les gasté bromas tremendas a los %ue tomaban la vida en serio, e incluso sostuve %ue &nicamente los badula%ues profundos le concedían importancia a lo %ue nacía de ellos. 2o cual no impedía %ue de continuo se formaran en la superficie de mi conciencia, grietas %ue re umaban amargo salitre de envidia. Nada me ofendió m*s profundamente %ue el éxito de un compañero a %uien despreciaba en mi, fuero interno. 7ierto es %ue el éxito era una bagatela comparado con los %ue podía obtener yo explotando las posibilidades encerradas en mí. >ecuerdo muy ciar cimente %ue me acer%ué a mi cama?rada y lo felicité indulgentemente irónico. "ra una congratulación muy de estilo para molestar a las personas %ue consideramos inferiores a nosotros. Nunca podré olvidar un detalle- el felicitado me examinó bruscamente, con el odio y la curiosidad de hombre en fiesta %ue descubre a un malhechor en su casa. 7areció de tacto para ocultar su sorpresa y yo sin poderme contener agregué.=as hecho una obra hermosa. 2*stima %ue hayas descuidado un poco el estilo. @l me miró como si se preguntara a si mismo.58ue busca a%uí este desconocido6 Andudablemente, el éxito tiene muy mala memoria. $%uel amigo me debía servicios y bondades extraordinarios, pero también es cierto %ue mi felicitación estaba muy distante de ser sincera. "ra una limosna. 3na limosna abortada entre labios helados. 7uando me aparté de él, me prometí trabajar enérgicamente. 0o era una esperan a. 0 una esperan a sin proporciones es siempre superior a una realidad mensurable. "spoloneado por mi amor propio, juré ir muy lejos, sin cavilar por un instante %ue mi <muy lejos< pertenecía al pasado. '"s tan f*cil, por otra parte, enunciar propósitos sin proporción) Sin embargo repelía dichas palabras, trataba de embriagarme con su contenido, inyectarme los hori ontes %ue englobaba. Antentaba provocar en mis sentidos esa especie de sonambulismo l&cido %ue precede al acto de crear+ pero por m*s %ue insistía en repetir el ritornelo optimista, por m*s %ue me gritaba a mí mismo %ue 2 PURAPALABRA/Taller Literario María Fernanda Barro Gil / [email protected] era un genio magnífico, capa de con%uistar el Bfrica y la $mérica, mi fraseología dejó totalmente impasibles a las facultades creadoras, y tuve nuevamente ante los ojos el espect*culo de una vida vacía y frivola. !e indigné contra mi intelecto, hice tentativas de intimidar a la inspiración, de infiltrarme en mi propio subconsciente. "ra indispensable %ue él obedeciera y trabajara a mi servicio, pero fue todo in&til. No olvidaré nunca %ue me encerré una semana entre cuatro paredes a la espera de la maravillosa fuer a %ue debía inspirarme p*ginas inmortales, pero el &nico fenómeno %ue provocó tal encierro consistió en una violenta intoxicación tabacosa y aburrido de hacer el ermitaño, me lancé a la calle a buscar la vida. 59or %ué yo no podía producir y otros sí6 54ónde radicaba la misteriosa ra ón %ue hacía %ue un hombre %ue se expresaba como un imbécil, escribiera como si tuviese talento6 5"n %ué consistía la personalidad, cómo se construía la personalidad, si yo conocía individuos sin ella en su vida pr*ctica, pero %ue en sus p*ginas dejaban a ras de línea, lingotes de originalidad6 0, sin embargo, eran incapaces de contestar ni con mediana habilidad a una provocativa ingeniosidad mía. No se me ocultaba %ue carecía de anhelos específicos, amor, una ilusión, ensueños. No es suficiente %uerer escribir. "l fervor de mi Cuventud Dya me sentía viejoE había sido sustituido por un blo%ue de indiferencia, dura como el granito. 0 sin embargo era joven. 2eía hermosos libros. !i concepto de lo armonioso y de lo bello rebalsaba en teoría muchas veces al %ue pudieran tener otros %ue sin necesidad de él creaban obras. 3n día me encontré cara a cara con la soledad del intelecto %ue ning&n hombre normal puede sospechar en un prójimo. 4esierto del alma humana, liso y gris. 59ara %ué caminar allí, si en cual%uier punto se puede caer y morir o dormir+ y el sol est* siempre en lo alto y ninguna sombra se mueve en dirección a la vida, por%ue allí la vida es %uietud y el silencio sepulcral6 9ensé en matarme. 3n gramo de cual%uier veneno resolvía mi problema. 4espués retrocedí y las c&pulas de los edificios me parecieron m*s nuevas, y los brotes de geranios en los pobres tiestos, m*s verdes y jugosos. 9ero la verdad es %ue estaba vacío como una naranja exprimida. 5"xprimido por %uién6 No sé. 2as &nicas iniciativas %ue partían de mí, se referían a mi persona y no podían interesar a nadie. 9or mucho tiempo abandoné la mesa de trabajo. /agabundeé y tuve amigos exóticos, orgullosos de %ue me burlara de ellos, por%ue admiraban en mí al genio muerto %ue creían vivo. "n distintos parajes descubrí %ue los hombres son caritativos y bondadosos con los %ue admiran+ y entonces odié y desprecié a&n m*s la bondad y la caridad, por%ue siempre odiamos y despreciamos a a%uellos a %uienes les robamos algo... aun%ue sea un trocito de embobamiento. 9ersonalidad extraña y femenina la mía. 4etestaba la felicidad de los simples y los ingenuos, y simult*neamente buscaba su compañía, como si ellos, &nicamente ellos, pudieran restañar esa profunda &lcera de mi desprecio, vertiendo siempre su pus de egolatría, una podredumbre de veneno?dinamita. 7on este crecimiento de la vanidad arreció también mi soberbia, y me Cu gué un intocable. estatua de m*rmol blanco en la cual era un pecado proyectar una sombra. /olví los ojos a mi (bra, reali ada hacía mucho tiempo, y la proclamé perfecta, impecable. $ %uien %uería escucharme le explicaba %ue sólo el respeto a mi creación anterior me impedía producir algo nuevo %ue no fuera muchas veces superior a ello. 0 superar a%uello..., era tan difícil superar a%uello... 0 la gente se lo creía. 0 no se lo creía. 0 digo %ue no se lo creía, por%ue alguna ve creí descubrir en un semblante enemigo el escor o de una sonrisa irónica, como si compadecieran mi presunción+ pero tanto cuidaba de mi orgullo, %ue casi siempre encontraba la forma de convertir en enemigos a a%uellos %ue podían conocerme m*s penetrantemente de lo %ue me convenía tolerar. 2uego hallé un pretexto %ue, sin ser muy serio ni convincente %ue digamos, me satisfi o durante cierto tiempo. 7ual%uier estado de *nimo %ue pudiera expresar, cual%uier trama %ue imaginara, la habían compuesto anteriormente a mí muchas generaciones de artistas, infinitas veces. 7ierto día le confesé estos pensamientos a un amigo mío, cuyo propósito consistía en ejecutar lo %ue nosotros en nuestra ridicula jerga denominamos una <obra de aliento<. 7on im*genes %ue la inspiración del momento rebuscaba brillantes, le tracé a mi camarada un panorama del mundo del intelecto y de la belle a, creado en el espacio de los siglos por sucesivas etapas de trabajo mental, y terminé mi disertación con estas palabras- 3 PURAPALABRA/Taller Literario María Fernanda Barro Gil / [email protected] .5#e parece lógico suponer %ue nosotros, seres min&sculos, podremos superar lo %ue ellos tan perfectamente acabaron6 !i amigo era un poco botarate. No se dio cuenta %ue trataba de desanimarlo irónicamente. Angenuamente entusiasmado, me aconsejó %ue escribiera una especie de <dec*logo de la no?acción<, y tomado en mi propia trampa, la trampa del necio, como dijo no sé %uién, le prometí reali arla. !*s a&n. 4ej*ndome arrastrar por el espíritu de la falsedad, le contesté %ue ya había comen ado a redactar el panorama de la obra negativa+ y por un momento creí en mi propia mentira, y hasta deliré con ella, por%ue le describí un comien o de capitulo %ue en ese preciso instante se me ocurrió... "mbriagados, él con la estructura de su obra de aliento, y yo con el dec*logo de la no?acción pasamos un día hermoso y una noche bellísima. 7onversamos hasta la saciedad de lo %ue reali aríamos, %ué procedimientos estéticos utili aríamos para aturdir de admiración a nuestros prójimos, y al amanecer de otro día nos apartamos hartos de vino y fatigados por los malabarismos derrochados en esa pirotecnia de entusiasmo in&til. 0 nuestro camino no fue hacia la mesa de trabajo, sino en dirección a la cama. 9asado el momento de embriague , no me faltaron motivos para pensar seriamente en a%uel proyecto. 58ué escr&pulo podía impedirme escribir un libro negativo, fabricar algo así como un "clesiastésF para intelectuales sietemesinos demostr*ndoles con habilidad cu*n engañosos resultaban sus esfuer os frente a la estructura del universo6 5$ %uiénes aprovechaban sus esfuer os estériles6 5No era preferible vender telas tras de un mostrador o pesar vituallas en una feria, a sacrificarse...6 5y al final con %ué ventajas...6 5para %ue un lector desconocido se distrajera algunos minutos en una lectura despreocupada %ue jam*s sospecharía cu*ntos esfuer os había costado6 58uién m*s %ue yo estaba autori ado a escribir esas líneas repletas de angustiosa verdad6 No había creado una (bra. No era célebre todavía, para los %ue a&n creían en mí. "l final del nuevo libro palpitaba en mi mente. $sistía al crep&sculo de los mundos. (las de luego se tragaban costras inmensas de planeta, como una hoguera traga virutas de papel. 2as ciudades se res%uebrajaban, los granito y los hierros se licuaban semejantes a <ma%uettes<G de cera, al aproximarse la tempestad de fuego+ entonces, desde el fondo negro y escarlata de a%uella hoguera, surgía el ridículo fantasma de un poeta. 2as manos enclen%ues cru adas sobre el pecho y el rostro fino engorguerado desaliando las llamas+ con vo atiplada entre el tumulto bronco de los elementos, preguntaba.50 mis libros...6 57ómo es %He el fuego no respeta mis libros6 Sus libros... 'uy) "l universo se estaba derritiendo en la nada. 3na saliva amarga me llenaba la boca de palabras acres. "ra necesario escribir ese libro de desolación frente a la eternidad, %ue cada cora ón florecido en mirtos y con cantos de p*jaros en sus o%uedades se enfriara en el paisaje de mis palabras atroces+ y entonces... yo... '%uedaría &nicamente yo...) No me faltaron motivos m*s o menos serios para apla ar el trabajo %ue me había propuesto llevar a cabo, <indefectiblemente<. 2a noticia llegó a desparramarse+ y durante %uince días me exhibí en los cafés frecuentados por el hampa de la literatura, afectando aires de hombre contrariado por un extraordinario proyecto. $lgunas revistas de literatura a base de pastafloraI y a ul de metileno, comentaron la estructura de mi nueva y futura obra, y durante unos die días disfruté el go oso placer de ser interrogado por idiotas de todo calibre, interesados en conocer %ué profundidades humanas iba a tocar ahora. !e devoró mi mentira y comencé a trabajar como si perteneciera a un auténtico propósito el llevar a cabo obra semejante. !as, 5hasta %ué punto es posible engañarse a sí mismo6 Ansensiblemente los *nimos me decayeron, las frases %ue escribía se atropellaban como abortos de pensamientos, sin ton ni son+ la soledad del cuarto me inspiró repulsión, desidia los ñamantes libros %ue comprara para ilustrarme eruditamente sobre la <no?acción<, y un día resueltamente acaté los impulsos de mi voluntad, y me confesé %ue no podía darse nada m*s est&pido %ue el trabajar sobre una obra en la cual el primero en no creer era yo. Sustituí mi programa de labor por otro, m*s tarde éste por un tercero, hasta %ue por rebote de inercia en el pensar, volví sobre mis pasos para ensañarme con el abortado plan del <dec*logo de la no?acción<, %ue tampoco terminé de bocetar, por%ue la inspiración se me había enfriado. 4 PURAPALABRA/Taller Literario María Fernanda Barro Gil / [email protected] :inalmente, mandé todo resueltamente al diablo. 2a vida era breve. !*s %ue ridículo resultaba el hombre %ue consumía su juventud garabateando infames papelotes. 9or optimista %ue se fuera, había %ue reconocer %ue con literatura no se reformaría a la humanidad. 0 aun%ue semejantes ra ones, a pesar de ser verdaderas, no respondían a los m*s íntimos anhelos de mi fuero interno, 5%ué podía hacer yo6 9or fin un día creí interpretar el secreto del reiterado silencio del <fuego sagrado< %ue llevaba en mí. 4escubrí %ue me estaba volviendo exigente. Si yo no producía como ciertos escritorastros designados con el apelativo de conejos o mo os de cuerda de la literatura, era por%ue me estaba volviendo exigente. "so. 0 la exigencia bien entendida comien a por nuestra propia casa. Nada de producir a la marchantaJ por%ue sí+ nada de prodigarse, ni de trabajar día y noche y noche y día, ni de infestar los periódicos con la firma. "llo era indigno de un escritor %ue se respete. .$migos .peroraba yo enf*ticamente.. $migos, hay %ue ser un poco exigentes, conservar el pudor de la firma. "n la época en %ue pronunciaba esas palabras creo %ue ni la m*s recatada doncella tenía tanto pudor de su virginidad como yo de mi firma. !e cabe el honor de haber fundado en 1uenos $ires la logia de los "xigentes. 7omencé a lan ar la petulante frase?cita en las exposiciones de pintura, en las conferencias literarias, en los conciertos y estrenos teatrales. 7uando me veía rodeado de un círculo de personas de mi conocimiento, empe aba la cantinela.Seamos exigentes, compañeros. Si nosotros no salvamos el arle, 5%uién lo salvar*6 7onvengan ustedes conmigo, tengan la honestidad de convenir %ue la frasecita encerraba la potencia de un apostolado severo, cierta dignidad de hombre honrado %ue repudia el esperpentoK de los eternos preñados de la literatura. 3n hombre %ue a la lu del sol y de las l*mparas de doscientas bujías tiene la audacia de proclamar %ue hay %ue ser exigente y comien a él por someterse a su principio, no escribiendo ni una sola línea por ra ones de exigencia, no puede ser un pedante ni un hipócrita. 2a tesis prosperó, se convirtió en c*tedra. !uchos cretinos comen aron a respetar mi posición espiritual+ incluso numerosas personas %ue no simpati aban conmigo, del día a la noche experimentaron hacia mí una extempor*nea amistad, estrech*ndome efusivamente las manos y prometiéndome solidaridad eterna al tiempo %ue me estimulaban.3sted tiene ra ón. =ay %ue ser exigente. "l %ue no es exigente consigo mismo, mal puede serlo con los dem*s. 0 aun%ue pare ca mentira, varios sujetos %ue preparaban obras maestras suspendieron su ardua labor al grito de.'$bajo los conejos de la literatura) :ue el año de oro de la literatura parda, la gran época del mulatismo literario. "n reducido tiempo me vi rodeado de un sé%uito de Covencitos irónicos, insolentes e ingeniosos. $cudían de los rincones m*s diversos y variados, uno abandonó la caballeri a donde esportillaba mierda y otro el seminario, en el %ue arrastraba sus pies juanetudos y enormes manos, p*lidas y frías. $lgunos se motejaban de católicos y otros de ultranacionalistas+ pero todos, sin distinción de sexo ni color, angoloteaban mi frase y convenían en la necesidad perentoria de exterminar al aludido mo o ele cuerda de la literatura %ue hacía gemir las linotipos e inundaba año tras año el mercado, con dos o tres libros imposibles de leer por lo antigramatical y primitivo de su construcción, 0 a%uellos %ue por no ser exigentes consigo mismos trabajaban del amanecer hasta la noche, temblaron. $ mis camaradas les anuncié %ue preparaba la "stética del "xigente, a base de un <cocLtail<M de cubismo,N fascismo,,O marxismo,, y teología.,;. /arias literatas se alegraron tanto al recibir la noticia, %ue a consecuencia de ello se les declaró furor uterino. "n pocas semanas populari amos nuestros principios, los desparramamos por las mesas de café y en los cen*culos, y al cabo de un año descubrimos, de acuerdo a esas leyes de nuestra estética, unos cuantos genios anónimos. 4espués de darles una jabonada de modernismo y afeitarles lo poco %ue les %uedaba de claridad y lógica, los lan amos al éxtasis de la multitud. 2a multitud, es menester reconocerlo amplia y francamente, no nos interesó nunca. 4eclaro orgullosamente %ue siempre desprecié al gran p&blico+ pero, como a la chusma hay %ue civili arla y nosotros, los dioses, no podíamos permanecer continuamente en la altura so pena de desinflarnos, condescendimos a 5 PURAPALABRA/Taller Literario María Fernanda Barro Gil / [email protected] !as también, '%ué descubrimientos formidables hicimos en a%uella época) 9usimos en claro, sin %ue %uedara lugar a duda alguna, %ue los genios oficiales, los talentos consagrados eran camelos,K de una cobardía ejemplar. 1astaba la amena a de un brulote, la insinuación de una crítica anticipada para %ue, a pesar de odiar a nuestra juventud agresiva, nos sonrieran amistosamente cuando nos encontraban y vinieran a nuestro encuentro, dedic*ndonos los elogios m*s bajunos y las adulaciones m*s serviles. $ pesar de %ue nuestra obra era negativa, revelamos valientemente las bella%uerías de los bandidos de la literatura+ demostramos %ue el novelista se vendía al espadachín, el poeta al ensayista, constituyendo todos una c*fila de espantosos truhanes+ %ue adulaban sin medida a los políticos, a los espadones, canjeando sus escrupulosas lacayunerías,M por electivos premios %ue provocaban la risa de los espectadores marginales. '8ué vida, 4ios mío, %ué vida) $llí se me terminaron las pocas ilusiones %ue a&n me restaban sobre la dignidad humana. 2a técnica no tenía nada %ue ver con el hombre. $%uel %ue escribía una hermosa estrofa era las m*s de las veces una letrina ambulante. "sta desilusión se nos contagió a todos, y un día nos separamos. Nuestra cohesión social resistió todo lo %ue las soldaduras del fracaso pueden ligar. $l final, ya nos fatigamos de castigar en el vacío. 3nos est*bamos hartos de otros, incluso un po%uitin avergon ados de las pe%ueñas canallerías %ue cometimos valiéndonos de la impunidad %ue concede la asociación de tuer a. "l hombre termina por cansarse hasta de escupir a la cara a sus prójimos. !enester es convenir %ue lo insultamos con cierta buena intención, pero no es posible ser generoso eternamente. y nos desperdigamos. =abían pasado dos años, %ui * m*s. >econocí asustado %ue. salvo un esc*ndalo transitorio, no había producido nada. "staba girando en descubierto, es decir, sobre lo %ue prometía mi brillante juventud. No %uise darme por vencido y escribí algunas menudencias, menos por amor de crearlas %ue por justificar la estabilidad de mi reputación, arandeada por las malas lenguas. #al fue la inmediata excusa %ue me di. aun%ue no puedo negar %ue mi vanidad en su primer impulso calificó a semejantes bagatelas de geniales. Supongo Ddejo sentadoE %ue yo no era un conejo ni mucho menos, para infestar los periódicos o los puestos de libros con mi firma. !uy buenos y penosos esfuer os me costaron los tales articulejos. 6 PURAPALABRA/Taller Literario interesarnos en las masas y darles noticias de nuestros descubrimientos en el mundo de la belle a. Sin embargo el p&blico Dla eterna bestiaE insistió en no leernos, en ignorar nuestra existencia. 2os periódicos donde trabajaban nuestros amigos batían platillos y tambores, y %uieras %ue no, los habitantes de este país agropecuario tuvieron %ue enterarse de nuestra existencia. !uchos padres de familia se espantaron al conocer nuestros propósitos, reñidos con la buena costumbre de sus pensamientos, y a pesar de %ue hicimos fe de celosos católicos, el propio ar obispo nos excomulgó por heréticos y ci añeros, acus*ndonos de peligrosos para todos los %ue se tenían por cabales devotos. 7on perdón de la palabra, nos burlamos del ar obispo y organi amos una brigada %ue defendía el honor y la altisonancia de la literatura, creamos el tipo del <s%uadrista< y <bastonattore< ,F del fascio artístico. Nuestra bandera fue seguida y defendida por jovencitos %ue. a pesar de practicar todas las formas de la pederastía,G activa y pasiva, boxeaban admirablemente, rompiendo narices %ue era un contento+ y en menos de un año les ajustamos cuentas a muchos genios anónimos y oficiales. Puay del %ue pretendía oponernos resistencia. "l vacío se producía de inmediato en torno de él. 9eor no le ocurriera de saberse %ue estaba leproso. No lleg*bamos al extremo de negarle el saludo, pero sí a confederarnos para clavarle banderillas,I desde todos los *ngulos. $ veces las banderillas consistían en un articulejo vacuo, tres líneas de referencias sobre un libro recién aparecido del autor, mientras %ue junto a las tres líneas chirles se destacaba un artículo a dos columnas sobre un autor mejicano, filipino o polar. ( el silencio, a%uella complicidad del silencio en la %ue nadie se da por informado de la <cosaQ, y %ue el amor propio del autor percibo como una marisma %ue se le va tragando la vida sin poder luchar contra ella. Nuestra audacia cobró tales lucros, %ue un día anunciamos en las p*ginas de nuestra revista, a todo lo anchoDe aquí en adelante no discutiremos. Distribuiremos razonables tandas de puntapiés y bastonazos. María Fernanda Barro Gil / [email protected] 7omprobé %ue a mis compañeros no les alarmaban las muestras de inteligencia %ue exhibía. 9or el contrario, me aplaudían exageradamente y se acercaban sonriéndome con amabilidad espont*nea, sincera. "videntemente... yo no constituía un peligro. 2a sorpresa no fue agradable ni mucho menos. !e había hecho la ilusión de %ue mi reali ación artística provocaría resistencias, críticas acerbas+ me imaginaba escuchando a mis camaradas hablar mal de mi, como acostumbramos entre nosotros siempre %ue alguien tiene el mal gusto de singulari arse, pero me e%uivo%ué de medio a medio. !e tributaron elogios, m*s elogios. #uve la dignidad de recibir a través de sus elogios la noticia de mi fracaso. 2a historia se repetía. "llos me festejaban, como yo había aplaudido en otros tiempos a ciertos in&tiles %ue no ofrecían ning&n margen de rivalidad posible. 7uando a la noche entré a mi cuarto, se me encogió el cora ón. =acia mucho tiempo %ue estaba triste, pero la &ltima ve al examinar la soledad de mi albergue, el mortecino esmalte de los muebles, los colgantes de cristal de la pantalla. mi lecho frío con su artesonado de hojas a ules sobre el fondo de oro cuando paseé la mirada sobre los paisajes %ue ornamentaban los muros, sombras de rascacielos sobre torres babilónicas, *rboles curvados en lejanías de caminos violetas y amarillos, ríos de cobre surcando prados verdes y llanuras sonrosadas, no pude contenerme y lloré mi pena. 59or %ué no podía escribir6 57ómo se había desarticulado el mecanismo de mi voluntad, de mi genio6 5( es %ue nunca había tenido voluntad y mi genio no consistía en otra cosa %ue un poco de entusiasmo de algunos de mis prójimos exagerados en la apreciación de mis condiciones intelectuales6 0 si era así... entonces mi (bra... 58ué era mi obra...6 5"xistía o no pasaba de ser una ficción colonial, una de esas pobres reali aciones %ue la inmensa sande del terruño endiosa a falta de algo mejor6 0o dudaba. 4udaba de mí... pero los otros... había bestias %ue no dudaban de sí mismos. "scribían de sol a sol, ciegos, sordos, pujantes como toros. 0 yo no alcan aba a ser ni una or%uídea... el mismo invern*culo me mataba. 58ué era entonces6 5=acia %ué dirección del hori onte mirar6 !omentos hubo en %ue anhelé %ue todos los escritores de la tierra tuvieran una sola cabe a. 8ué magnífico entonces destro ar esa &nica cabe a a martilla os, abrir una fosa en cual%uier desierto, sepultar bien profundamente el amasijo humano y exclamar a vo en cuello.'2a literatura no existe. 2a maté para siempre) "l tiempo pasaba. !i impotencia tra aba un círculo de brasas en cuyo interior me revolvía como un escorpión. 58ué tenía adentro de la cabe a6 '7u*nto he cavilado para asombrar a mis prójimos, buscando una fuente de la cual extraer recursos %ue si no podían hermosear la vida a los hombres, al menos pudieran amarg*rsela) 0o no soy un tipo psicológico para vivir en silenciosa mediocridad. "l genio, la belle a, el arte, constituyen para mí un disfra destinado a encubrir las reducidas dimensiones de mi inteligencia, %ue a su ve se apoya sobre la estructura de una vanidad inconmensurable. $caso la tragedia de la vida no se reduce a a%uella obra de arte %ue un día les prometí a mis semejantes, y %ue no construí nunca. "n un feli momento de mi existencia, anuncié de mí mismo creaciones demasiado vastas. Surgían f*ciles como las columnas de humo de los bos%ues de chimeneas. $ a%uel %ue me %uería escuchar le conversaba de mis personajes movientes en sus cavernas de m*rmol, y el calor de la palabra añadía a la idea una temperatura de la cual ésta, intrínsecamente, carecía. 0 no poder cancelar el compromiso contraído me empon oñaba los días. $sí como el demente extrae de su locura los elementos %ue le hunden en el desconcierto de su propia vida, así yo extraía de mí imaginación el veneno %ue me amarillaba los ojos. No podía resignarme a ser una anónima partícula silenciosa, %ue en la noche se sumerge en el sueño colectivo, mientras otros hombres trabajaban dichosos su hermosura a la lu de un infecto candil. 4eseaba ser una vo en el cora ón de ese silencio. 3na vo nítida, perfecta. 9erfecta no, la m*s perfecta. '7u*ntas palabras in&tiles y tristes) '7ómo se encoge el alma frente a la miseria de la propia vida) '8ué pobre es la palabra, %ué pobre para expresar la angustia de adentro, lo baldío y tibio de la entraña %ue se traduce en pensamientos %ue si por acaso tienen forma, nada tienen %ue ver con ella) 7 PURAPALABRA/Taller Literario María Fernanda Barro Gil / [email protected] 0a ven, no soy humanamente nada. "sa certidumbre me causa un desconsuelo profundo. Sé %ue no soy nada pero no puedo resignarme a la evidencia. 0 entonces me digo- <"s necesario %ue hable, %ue hable aun%ue todos los %ue me escuchen sientan deseos de crucificarme o escupirme la cara. 58ué me importaría en ciertos momentos %ue me crucificaran6 =ace tanto tiempo %ue estoy triste, %ue comprendo %ue aun%ue me %uedara ciego llorando mi desventura, mi desventura no se reduciría un adarme+ necesitaría los años de otra vida para llorar mi existencia despeda ada<. 0 esta realidad se escondía bajo el pecho del hombre %ue amaba los dioses y se creía un prójimo de ellos. "n el lugar de un cora ón jugoso %uedó una fruta amarilla, m*s *cida %ue un membrillo. 2o evidente es %ue ya no despertaba interés en nadie. !e recibían afectuosamente donde me presentaba, mas me recibían con esa cordialidad %ue se regala a los cad*veres vivientes. 0o no suscitaba a%uel cuchicheo encuriosado, esas torsiones de cabe a, a%uellos <'ah)< sofocados, esas miradas clavadas insistentemente, %ue otros artistas de verdad provocan con su presencia, aun%ue se la considera odiosa e inoportuna. 0o también hubiera %uerido ser odioso a alguien. "scribir p*ginas malditas, %ue los otros leen recat*ndose de sus prójimos, por%ue creen ver en ellas una alusión a su fisonomía espiritual, y luego rabiosos, indignados o as%ueados, las arrojan al canasto, fingiendo ante el autor %ue jam*s las han leido. :rente a mí, el vacío, la tolerancia o la simpatía. !e convertí en crítico literario. 3n fin lógico por otra parte. $ta%ué cruelmente, justamente, deliberadamente. !i sensibilidad exasperada por el fracaso, sintoni aba las fallas del arte ajeno con una aguda hiperestesia de radiogoniómetro. $llí donde los otros ojos veían una curva yo locali aba el vértice de un *ngulo. Nada conseguía agradarme. 7omo un vidrio sucio, empobrecía la claridad m*s radiante. 0 si fuera mi &nica anomalía... $pareció en mi el alma del in%uisidor. Po aba el libro %ue iba a despeda ar, muchos días antes de sentarme al escritorio. >ecuerdo %ue tom*ndolo entre las manos lo palpaba con suavidad fero , leíalo despacio y por trocitos, con el sobresalto de %uien comete un crimen lento y teme %ue haya alguien espi*ndole+ y nada resultaba m*s agradable en mis oídos %ue el escuchar el chas%uido de mi propia risita seca, cuando imaginaba la habilidad con %ue iba a destro ar esa f*brica de palabras. !e restregaba nerviosamente las manos al tiempo %ue pensaba en el autor+ y le decía desde el recoveco m*s profundo de mis malas intenciones.#rabajaste, canalla. 8uisiste ser célebre. 1ueno, ahora tendr*s tu merecido. No me faltaban ra ones muchas veces para ser acre y justo, pero la justicia en un temperamento como el mío, es casi siempre un pretexto para dar salida a los apetitos m*s ruines y a los instintos m*s bajos. '8ué no habré dicho en nombre de la literatura) !e convertí en una especie de alcahuete de la rep&blica de las letras+ para sancionar los despropósitos de mis exigencias y las del grupo al cual pertenecía, empleé palabras difíciles e inventé teorías estrafalarias. "nsalcé a perfectas bestias apocalípticas, regode*ndome con el sufrimiento %ue les proporcionaría a escritores en tomo de los cuales, por envidia, se hacía el silencio. !e divertí fabulosamente redactando columnas y m*s columnas de elogio en honor de libros chatos y chirles. "ra necesario sembrar la confusión, embarullar el entendimiento de los lectores, y juro %ue m*s de un genio de buhardilla ha rechinado los dientes frente a los impresos testimonios de mi ini%uidad e injusticia. =istérico como un pederasta, manoseé y criti%ué con dure a a hombres %ue hubieran debido merecer todo mi respeto, si soy capa de respetar algo. "speraba %ue alguno de ellos me enviaría los padrinos, saboreando un esc*ndalo en perspectiva..., pero ignoro si los agredidos eran perspicaces o cobardes...+ el caso es %ue mi juego endiablado no recibió jam*s respuesta. 7on poca suerte en crítica negativa y positiva, derivé hacia el sector de la crítica neutra, perfectamente objetiva y %ue se me ocurre podría denominarse, con un poco de sentido com&n, posición del %ue le busca cinco pies al gato. 7on talante grave y estilo engolado diserté sobre lo %ue ju gaba conveniente e inconveniente en la hora actual, para la 1elle a y aledaños. #omaba una obra y en ve de referirme a ella y a su substancia, con la pillería de un hombre ducho en el ring de la literatura, hacía juego de cuerdas y fraseos de estética parda. $sí llenaba espacio impacientando al 8 PURAPALABRA/Taller Literario María Fernanda Barro Gil / [email protected] autor, %ue veía %ue no iba al grano. 3nas veces estaba en las raíces y otras en las ramas+ si era indispensable me remontaba a los /edas.,N al Ralevala,;O a 1uda;, o Soroastro+;; si era indispensable citaba a $ristóteles,;F a 1acon,;G a Praci*n,;I a 1ene? detto 7roce;J o a Spengler,;K a la !ónita Secreta;M o al !a? nifiesto 7omunista...,;N para el caso daba lo mismo, pues de lo %ue se trataba era de llenar espacio y demostrar conocimiento y no las habilidades del otro, de manera %ue llegaba al fin del artículo sin %ue el p&blico, ni el autor, ni el mismísimo Satan*s pudieran saber %ue diablos era lo %ue yo opinaba del libro. 2os autores siguieron escribiendo. No constituía peligro, y entonces abandoné la crítiica convencido de %ue la idiote es incurable. 2a clasificación de hacerse no exigía una inteligenci* del otro mundo ni nada parecido. "n un plano se encontraban los papanatas profundos, en el otro los inteligentes. @stos, m*s vanidosos %ue <cocottes<FO no admitían %ue se les enmendara una coma o señalara una mota. Antransigentes y déspotas, pretendían monopoli ar la perfección. =istéricos como señoritas, consideraban cada reparo una ofensa mortal a sus fueros de genios. 9&blicamente se cuidaban muy bien de exteriori ar su cólera, pero por dentro los devoraba el furor. !e harté de esta canalla y abandoné la crítica literaria. 7uando traté de locali ar el paraje espiritual en %ue me había situado, me encontré sumado a una multitud de pe%ueños fracasados. 2a enfermedad, la pobre a, el crimen, el odio, la envidia, cada mati de la desdicha, del vicio o del pecado, cristali an involuntariamente en una francmasonería, con clave o hermandad. "stas tribus derrotadas socialmente se rigen por leyes especiales o, en nuestra esfera de influencia, al novato %ue llegue se le perdonan sus éxitos antiguos en gracia de su fracaso presente. /aya lo uno por lo otro. 9ersonalmente el individuo ha muerto como promesa, de acuerdo, pero en cambio, ine%uívocamente, resucita como fracasado. 0 al resucitar como fracasado, tiene derecho al pan y a la sal %ue en el desierto de la literatura se le ofrece al viajero perdido. "s la hospitalidad brindada al hombre %ue pudo ser y no es. al desdichado sediento de un poco de solidaridad humana, imposible de encontrar all*, en a%uellas alturas territoriales, donde los luchadores se muestran continuamente los dientes y las garras, gruñendo como tigres en celo- esto es mío y lo otro también. !e hice, o mejor, el destino me hi o amigo de hombres %ue en otra época había despreciado profundamente. "stos hombres eran, como yo, artistas de tono menor, vanidosos inconcebibles, mentecatos %ue de haber vivido =onorato de 1al acF, le hubieran reprochado como un crimen imperdonable una coma traspuesta o un adjetivo mal utili ado. 4icha gente a la %ue había despreciado Dy ellos lo sabíanE, en cuanto me identificaron comen aron a reaplaudirme lo %ue produje en otros tiempos, y durante un período esa pleitesía respetuosa tributada a mi ex personalidad me enorgulleció como si lo mencionado fuera reciente y no muy antiguo. "ntonces reparé en %ue los había desdeñado in&tilmente. !e diferenciaba muy poco o nada de ellos. "ra su prójimo. Si se reunían y constituían grupos armoniosos de fracasados, debíase a %ue la soledad les resultaba insoportable. 9or otra parte, no tenían nada %ue hacer. !is consideraciones acerca de sus personalidades resultan in&tiles y est&pidas. "stos escritores %ue yo llamaba fracasados, eran excelentes personas, solidarios, capaces de hacer no un favor a sus prójimos sino muchos. 4edicados al arte a la edad en %ue hasta los notarios hablan de la luna, autores de uno o dos libros de poemas bien intencionados y morales, en nombre de a%uella transitoria veleidad de sus veinte años, ha mucho tiempo transcurridos, continuaban tild*ndose con asombroso optimismo de escritores y poetas. No había uno de ellos %ue no mantuviera encarpetada una obra maestra, %ue %uien sabe cu*ndo se resolvería a publicar y terminar, porque los tiempos no estaban para arte puro. >esulta entonces comprensible %ue estos sujetos no se afanaran por nada, y prefirieran al trabajo horrible de escribir y pulir, a%uel otro m*s f*cil de prodigarse jarabe de pico, o en su defecto ir todos los días a una determinada hora a refugiarse en sótanos llamados, ignoro por %ué motivo, <agrupaciones de arte<. "n estos sótanos se refugiaban las tribus de pintores, escultores, poetas y literatos, y gente llegada recientemente de las ciudades del interior, %ue anhelaba ilustrarse y conocer de cerca el rostro del bicharraco llamado artista. $llí se exhibían, recientemente pintados, cuadros futuristas hace %uince años pasados de moda en 9arís o 1erlín y %ue hacían ahogarse de risa a los tenderos sensatos, o acuarelas impresionistas %ue para mejor impresionar al espectador presentaban un donoso bulto sobre la bragueta. 9 PURAPALABRA/Taller Literario María Fernanda Barro Gil / [email protected] $llí se bebía cerve a con cocaína, allí se daban de cachetadas los literatos+ y las escritoras, para afirmar su independencia se arrojaban a la cara injurias de verduleras. (tras, para <epatar<F; a las pobres señoras conducidas allí por sus esposos <para conocer la literatura<, gritaban a vo en cuello %ue ellas preferían acostarse con mujeres a hacerlo con hombres. =abía momentos en %ue uno pensaba %ue con o sin ra ón debía encontrarse en las proximidades de una sucursal de la Salpétriére,FF o en el vestíbulo de /ieytes,FG 7laro %ue, de escarbarse en el alma de estos haraganes y de a%uellas feministas, se hubiera tocado un fondo de sublimado corrosivo... pero yo estaba loco... pretendía alternar con un mundo donde se anotara un porcentaje de cincuenta genios por cada cien sentidos comunes. 7omo si ser genio sirviera para algo. "st*bamos viviendo en el siglo de la m*%uina. 2a m*%uina había encadenado al hombre a su funcionamiento imperioso. #odo lo %ue se apartaba de la m*%uina era superfluo. 58ué podía significar una poesía junto a un motor en marcha o a una usina en plena producción6 5$liviaba un poema el ani%uilamiento moral y físico de millares y millares de proletarios uncidos a la esclavitud del salario6 No. 5"ntonces para %ué servía un poema6 7uando llegaba a esta altura del ra onamiento, me decía.#odas las edades de la tierra han producido un escritor %ue ha superado a su clase y, de consiguiente, ning&n oído ha podido dejar de escucharle. $l enunciar este pensamiento no me daba cuenta %ue mi ra onamiento era producto de un espejismo, %ue los escritores llamados universales no han sido nunca universales, sino escritores de determinada clase, la m*s escogida, entendidos y ensal ados por la cultura de esa clase, admirados y endiosados por las satisfacciones %ue eran capaces de agregarles a los refinamientos %ue de por sí atesoraba la clase como un bien excelentemente ad%uirido. 2os de abajo, la masa opaca, el*stica y terrible %ue a través de todas las edades vivía forcejeando en la terrible lucha de clases, no existía para esos genios. 0 nosotros, escritores democr*ticos, raídos por cien mil convencionalismos en todas las direcciones, éramos totalmente incapaces de escribir nada %ue removiera la conciencia social empotrada en un tedioso <dejad estar<. 7omo otros de mis compañeros, me %uise acercar a la clase trabajadora. No negaré %ue se me ocurrió %ue al asumir semejante actitud, yo le hacía al proletariado un extraordinario favor. 58uiénes sino nosotros Dseg&n decíamosE podían orientar a la clase obrera hacia la resolución de sus problemas6 5No constituíamos algo así como la sal de la tierra proletaria6 $ las primeras de cambio algunos obreros fant*sticamente instruidos, ayudados por su terrible dialéctica marxistaFI D%ue a&n no la entiendo claramente por ser tan complicadaE trituraron nuestros conceptos y mi literatura, y sin pelos en la lengua nos tildaron de ignorantes, vanidosos y oportunistas y chiflados. 9or si acaso lo %ue pensaban de nuestro gremio no resultaba claro, me dieron a entender %ue el mayor placer %ue ellos podían experimentar alg&n día era mandar a todos los vagos de mi catadura a cortar leña en los bos%ues o. cargar bolsas de maí y trigo en las colonias colectivas. #r*gico destino el nuestro. 9rimero excomulgados por el ar obispo, después anatemati ados por el proletariado. 4urante algunos meses odié ardientemente al sucio proletariado y a su espantosa dialéctica. 2amenté %ue en el país no se hubiera implantado el régimen fascista. $llí estaba nuestro lugar. 58uiénes sino nosotros podíamos preconi ar una sólida expansión nacionalista y poner nuestra pluma al servicio de la patria y la bandera6 3n día reparé en %ue pensaba tonterías. Nosotros los literatos est*bamos mal en todas partes. Ancluso para ser lacayos de alguien y lustrabotas de todos se necesitaba cierto talento natural %ue en el clima de estas latitudes no prospera con la jugosidad necesaria. 4ormí una siesta de siete meses, y despaciosamente mi personalidad ad%uirió la cl*sica elasticidad del indiferente. 0 así como a%uel %ue recuerda tiempos de bienestar no puede sustraerse al orgullo %ue le causa la comodidad perdida y go ada, y en esta evocación se remo a su soberbia y acrecientan sus pretensiones, conformando a su estado de conciencia la actitud %ue presentar* ante extraños, yo como otros se pintan el cabello teñí mi fracaso. 2e otorgué cédula de elegante. !i elegancia consistía en no enterarme de nada. 10 PURAPALABRA/Taller Literario María Fernanda Barro Gil / [email protected] <5:ulano escribió una novela6 '8ué pena) 7arecí del tiempo para leerla<. <5!engano se lució en un concierto6 '8ué desgracia) /iajaba por el campo el día %ue debutó<. <5Sutano había organi ado una exposición de cuadros6 !ejor para él, aun%ue yo no lo supe a tiempo para visitarla<. "ra el hombre %ue no se entera de nada, ni si%uiera de la guerra chino?japonesa.FJ 2o grave es %ue sujetos parecidos a mí en no enterarse nunca de nada abundan en tal orden de actividades. 7uando varios tipos por este estilo nos reuníamos, encontrar un tema de conversación constituía un problema, y un 'oh) y un 'ah) de nunca acabar, eslabonaba la sorpresa %ue mutuamente nos producían sucesos de los %ue no <sabíamos< una palabra. 4e lo %ue no dej*bamos de enteramos, tronara o lloviera, enfermos o viajando, era de los brulotes endosados a un compañero por cual%uier criticastruelo.FK 2a noticia circulaba como un rayo redondo, le faltaba tiempo a un prójimo para comunicarle la noticia a otro entre una sonrisa regocijada de complacencia, %ue decía.5/iste el bruloteFM %ue le metieron a :ulano6 7uanto m*s injusta o malintencionada la crítica, m*s festivamente recibida. Sabíamos %ue el placer %ue experimentaba el autor al publicar un libro se lo abollaba la crítica, y cuando se comentaba el brulote, no era por el brulote en sí, sino por el placer %ue derivaba de saber %ue había un compañero sufriendo en su vanidad o en su orgullo. 3n goce infernal nos henchía el alma. $l alcan ar el regocijo su m*ximum de altura, por un resto de pudor Dpues '%ué diablos), al fin éramos civili adosE hacíamos, a fin de disculparnos ante nosotros mismos, consideraciones e%uitativas acerca de la inteligencia del compañero, y entonces puj*bamos para ver %uién picaba m*s alto en la justipreciación de los valores intelectuales del bruloteado, y hasta resultaba un placer concederle patente de genio, naturalmente, entre nosotros y la m*s rigurosa intimidad y discreción... "stoy seguro %ue nadie se atrever* a negar %ue son sumamente curiosos los agrios caminos del fracaso. 9ero a la postre me aburrí del papel de impasible, y tiré la careta de la imperturbabilidad. '$ la basura el dandysmoFN y los impotentes) 0o era un hombre de carne y hueso, admirador del talento allí donde se encontrara, incluso si estaba tirado entre excrementos, y no puedo afirmar %ue me costó mucho trabajo convertirme en protector de genios nonatos, en manager de inteligencias crepusculares y entrenador de talentos a la violeta. 4escubrí a dos o tres brutos maravillosos, los patrociné, les bus%ué y encontré periódicos donde pudieran colaborar, escandalicé por ellos a un montón de gente honesta y bien nacida, sostuve grescas con mis amigos... llegué al extremo de aconsejarle a uno de mis protegidos %ue se bañara aun%ue fuera una ve a la semana por%ue olía muy mal.... pero estos genios en cuanto criaron puntas de alas en las albardas. se pusieron insoportables de vanidosos, y volaron como si mi presencia les resultara insultante. !e desilusioné de los hombres %ued*ndome otra ve completamente solo. Antenté por centésima ve en mi vida, trabajar, crear algo hernioso, permanente. 8uería perturbar el alma de los seres humanos, hacerles sentirse mejores o peores, pero mi esfuer o se evaporó en el vacio. !e senté durante horas y horas ante p*ginas de papel en blanco, imaginé %ue por virtud de un pacto con un demonio tutelar era capa de escribir algo semejante a la 4ivina 7omedia, y cuando mi pe%ueña y dorada alegría alcan aba el límite donde yo suponía comien a la franja de la inspiración, escribía, redactaba dos o tres líneas, para terminar luego dejando apoyada con desaliento la lapicera en el cenicero. !e convencí %ue de día era imposible trabajar y obtener los beneficios de la inspiración y recurrí a los favores de la noche. >eparé %ue mi cuarto abundaba de libros, bonitos cuadros, escogidas comodidades, y no sé por %ué se me ocurrió %ue la inspiración para manifestarse necesita de la mon*stica soledad de una celda, el silencio conventual de una cartuja perdida entre montañas, y entonces hice sustituir los vidrios de las ventanas por <vitraux<GO representando un paisaje feudal, y sustituí mi cómodo sillón norteamericano por un rígido ban%uillo colonial, el escritorio por una severa mesa antigua, y las l*mparas eléctricas por un candelabro de hierro forjado, y encendí la vela. 9ero ni el candelabro, ni la mesa, ni la vela, me concedieron la inspiración %ue necesitaba, y sí el ban%uillo colonial recrudeció unas almorranas %ue padecía, tolerables en el amohadillado del sillón norteamericano. 4esterré a la edad media de mi casa y me dedi%ué a correr aventuras amorosas. 9osiblemente la Anspiración se encontraba entre los bra os de una mujer, pero de entre los bra os de pelanduscas G, f*ciles y 11 PURAPALABRA/Taller Literario María Fernanda Barro Gil / [email protected] burguesitas expertas en dormir en un cuartel sin perder la virginidad, salí eri ado como un gato a %uien le arrojan un cubo de agua, y resolví cambiar de ruta. 9osiblemente estaba atacado de surmenage,G; y como un campeón %ue aspiraba a detentar un certamen atlético, me entregué e pleno a la gimnasia sueca, al box, a los deportes. Sudé como un hombreador de bolsas en las canchas de pelota, y m*s de una ve bajé de un ring con los ojos hinchados... pero la inspiración no venía. :inalmente llegué a convencermeNo tenía nada %ue decir. "l mundo de mis emociones era pe%ueño. $llí radicaba la verdad. !i espíritu no se relacionaba con los intereses y problemas de la humanidad, ni con la vida de los hombres %ue me rodeaban, sino con algunas ambiciones personales, carentes de valor. !i misma disconformidad con el medio en %ue actuaba, era simulada. Siendo sincero, cínicamente sincero, la sociedad en %ue me despla aba me parecía muy bien estructurada para satisfacer materialmente las necesidades de mi egoísmo. 7uando el ar obispo me excomulgó, posiblemente tenía ra ón, por%ue su religión se me daba un pepino. 7uando me acer%ué a los obreros, mi impulso fue artificial, era un gesto, y yo no puedo afirmar honestamente %ue se me importe algo %ue los obreros estén bien o estén mal. '$ll* ellos y sus problemas) 2es estoy profundamente agradecido de %ue me hayan recha ado, por %ue si no, vaya a saber cómo, por un impulso de vanidad est&pida me hubiera complicado la existencia. Soy un burgués egoísta. 2o recono co. 4e allí %ue nada alcan a a indignarme seriamente. Ni lo bueno ni lo malo. #ampoco experimento un ardiente af*n de deslumbrar a mis prójimos. Si he dicho en alguna parte %ue sufría cuando no podía escribir, es mentira. !e he apartado de la verdad para adornar mi personalidad con un atributo %ue pudiera tornarla interesante. !i vanidad me ha molestado durante cierto tiempo. No lo negaré. 9ero también mi vanidad se satisfacía comprobando %ue la insuficiencia mental de los otros hombres, incluso los %ue triunfaban, era mucho mayor %ue la mía. $ctos buenos o malos los he ejecutado para distraerme cinco minutos. !is sentimientos vibran tan escasamente, %ue no puedo odiar ni amar a nadie, sino en el espacio de un tiempo muy breve. 2uego amanece en mí una indulgencia irónica, burlona. 8uiero desnudarme por completo. !e siento dichoso de ser así, estéril, medido, seco, amable. #engo el orgullo de pensar %ue en mi personalidad se puede estrellar el infinito, sin dejar fijada ni una sola de sus partículas de inmensidad. $ veces una r*faga de rabia me enturbia las pupilas, luego me encojo de hombros. Sustituyo el odio con la antipatía, y la antipatía con la indiferencia. #anto es así, %ue he reempla ado mi indiferencia de no enterarme de nada por a%uella indiferencia un po%uito m*s sutil, política e irónica de elogiarlo todo. 2o bueno y lo malo. No dejan de aproxim*rseme malvados, %ue aspiran a regocijarse en el espect*culo de mi fracaso, y desean a%uilatar hasta %ué grado me encuentro amargado. 9ara buscarme la lengua hablan despectivamente de otros %ue trabajan infatigables. !as yo los desconcierto diciendo.'7ómo) 5:ulano te parece un mal artista6 "st*s e%uivocado. %uerido. "s de los buenos, y de verdad... 4esalío a %ue haya alguien %ue sepa sacar mejor partido %ue yo de las intenciones abortadas, de los ensayos manidos y de las cegueras y cojeras de sus prójimos. (bservo entonces, con placer, %ue a%uellos %ue me suponían agriado se retiran consternados, sin saber cómo clasificarme. 0 así pasan los años. 4e mi ineptitud se desprende una filosofía implacable, serena, destructiva.59ara %ué afanarse en estériles luchas, si al final del camino se encuentra como todo premio un sepulcro profundo y una nada infinita6 0 yo sé %ue tengo ra ón. ????????? 1. enjalbegados: encalados (hispanismo). 2. prestigio resid o: a! "# Arlt sa el s stanti$o resid o como adjeti$o. % Eclesiast&s: libro de la 'iblia atrib ido por nos a (alom)n * por otros a (iracides. El a tor est+ con$encido de ! e en ning na otra naci)n ha* tanta sabid r"a como en ,srael. El libro est+ escrito en forma de sentencias ! e m estran c)mo la le* de -ios lle$a a na $ida personal * social m+s h mana# m+s inteligente * m+s responsable. .. ma! ettes (del franc&s): ma! etas. /a ma! eta es n modelo# a escala red cida# de edificios# mon mentos# m+! inas o decoraciones teatrales. 12 PURAPALABRA/Taller Literario María Fernanda Barro Gil / [email protected] 0. pastaflora: masa de harina# a12car * h e$o. 3. a la marchanta: malgastando# derrochando. 4. esperpento: ridic le1# abs rdo# desatino. 5. 6coc7tail6 (del ingl&s) 8 c)ctel: combinaci)n de bebidas alcoh)licas# jarabes * hielo. 9escolan1a. :. c bismo: esc ela de arte iniciada por ;icasso * 'ra! e# a la ! e m+s tarde se incorpor) < an =ris# * ! e se caracteri1) por la representaci)n de los objetos bajo formas geom&tricas. 1>. fascismo: r&gimen $igente en ,talia desde 1:22 hasta 1:.0. ? e f ndado por 9 ssollnl * estaba basado en la dictad ra de n partido 2nico# la e@altaci)n nacionalista * el corporatl$ismo. ;or e@tensi)n# se llama as" a c al! ier doctrina pol"tica ! e pretende la s stit ci)n de n r&gimen democr+tico por otro a toritario# Aon$iene hacer notar la inadec aci)n de la fon&tica fachismo o fachista# ! e no corresponde ni al ,taliano ni al castellano. 11. mar@ismo: doctrina filos)fica * pol"tica originada en Barl 9ar@. El mar@ismo o materialismo dial&ctico es na poderosa reacci)n contra la filosof"a idealista# a la ! e 9ar@ consideraba al ser$ido de la b rg es"a * del debilitamiento de la l cha del proletariado. El materialismo hist)rico e@tiende el principio del materlalismo dial&ctico al orden de la $ida social. (eg2n esta teor"a# la historia est+ determinada por las contradicciones entre los modos * las relaciones de prod cci)n# los c ales desembocan en la l cha de clases. El aspecto econ)mico del mar@ismo est+ basado en la teor"a del $alor: el $alor es la e@presi)n de la cantidad de trabajo social contenido en na mercanc"a# entendi&ndose por trabajo social el tiempo medio necesario para la prod cci)n de na mercanc"a en na &poca determinada. /a pl s$al"a es la diferencia entre el $alor creado por n obrero d rante na hora de trabajo * el salario ! e recibeC en el r&gimen capitalista# este "ndice depende del grado de e@plotaci)n del obrero. 12. teolog"a: ciencia ! e trata de -ios# de s s atrib tos * perfecciones. 1%. 6s! adrista6* 6basto nattore6. El s! adrista era el integrante de na s! adra o e! ipo de militantes fascistas. El bastonattore era el ! e repart"a bastona1os. 1.. pederast"a (del griego país: niDo * erastés: amante). /a pederast"a es el ab si$o trato se@ al con niDos. 10. banderillas: dardos adornados ! e cla$an los toreros en la cer$i1 de los loros. 13. l"neas chirles: l"neas ins"pidas# ins stanciales. 14. camelo: mentira# c ento ($o1 de origen gitano). 15. ,aca* ner"as: de 6laca* no6# propio de laca*os * criados 1:. Eedas: c atro libros sagrados de la ,ndia# en leng a s+nscrita# atrib idos a la re$elaci)n de 'rahma. (on colecciones de oraciones# de himnos# de f)rm las de consagraci)n# de e@piaci)n# etc. 2>. el Bale$ala: epope*a finlandesa# comp esta con fragmentos recopilados entre 15%. * 15.4. ? e na labor del m&dico /)nnrot en el medio r ral de ?inlandia# el 2nico ! e t $o &@ito donde otros er ditos hab"an fracasado. =racias a s empeDo# p do presentar a la (ociedad de /iterat ra ?inlandesa na colecci)n de r nas de casi 3.>>> $ersos. 21. ' da o (a7*a 9 ni (el solitario de los (a7*as)# nombres con los ! e se s ele designar al pr"ncipe (iddharta =a tama# f ndador del b dismo. Aonsiderando ! e $i$ir es s frir * ! e el s frimiento es el res ltado de la pasi)n# ' da $io en la ren ncia de s" mismo el 2nico medio para liberarse del s frimiento. El ideal b dista consiste en cond cir a s s fieles a la ani! ilaci)n s prema o nir$ana. 22. Foroastro o Farat stra# reformador de la religi)n persa# ! e atrib "a la creaci)n a dos principios: Grm 1# esencialmente b eno# identificado con -ios# con la l 1# con el esp"rit C * Arhim+n# esencialmente malo# identificado con el diablo# la materia * las tinieblas. 2%. Arist)teles# fil)sofo griego (%5.H%22 a. A.) maestro de Alejandro 9agno# disc"p lo de ;lat)n * f ndador de la esc ela peripat&tica. Ina de las inteligencias m+s descollantes de la h manidad. Entre otras obras escribi) ;o&tica# ;ol"tica# 9etaf"sica# Jtica a Kic)maco. (e lo considera el fil)sofo por e@celencia. 2.. 'acon# Roger (121.H12:.)# franciscano ingl&s# llamado el doctor admirable. Atac) los m&todos filos)ficos de los escol+sticos. 'acon# ?rancis (1031H1323) fil)sofo * canciller de ,nglaterra# f e no de los creadores de la esc ela empirista inglesa con s libro ,nsta ratio magna scientiar m. ;ara &l# la in$estigaci)n cient"fica es independiente del principio de la a toridad * del ra1onamiento escol+stico. 20. =raci+n# 'altasar (13>1H1305)# jes "ta * escritor espaDol# no de los maestros del estilo conceptista. (e le deben $arios tratados de car+cter moral * la no$ela aleg)rica El critic)n es considerada s obra maestra. 23. 'enedetto Aroce (1533H1:02)# fil)sofo italiano de gran infl encia en s pa"s. A tor de 're$iario de est&tica * ?ilosof"a del esp"rit . 24. (pengler# GsLald (155>H1:%3)# historiador * fil)sofo alem+n# a tor de /a decadencia de Gccidente. 25. 9)nita (ecreta (llamada tambi&n pri$ata o arcana): nombre de n libelo infamatorio contra la AompaD"a de <es2s. (e p blic) en Araco$ia (;olonia) en 131. * go1) de na enorme dif si)n en todas las naciones e ropeas. (i bien apareci) en forma an)nima# se desc bri) ! e el a tor f e n tal FahoroLs7i# antig o jes ita ! e hab"a sido e@p lsado de la orden. Escrito originalmente en lat"n# circ l) d rante n tiempo en copias man scritas hasta la edici)n con el t"t lo 9)nita pri$ata (ocietatis <es . 2:. 9anifiesto Aom nista. obra de Barl 9ar@# p blicada en 15.5. (e trata de 6e@poner ante el m ndo entero6 na interpretaci)n materialista de la historia. 9 estra la perennidad de la l cha de clases# la del hombre libre contra el escla$o# la del patricio contra el plebe*o# la del bar)n contra el sier$o# la de todos los opresores contra todos los oprimidos# teniendo por finalidad necesaria la transformaci)n re$ol cionaria de la sociedad o la destr cci)n de las clases en l cha. /a sociedad capitalista ha lle$ado el fen)meno a s m+s alto grado de intensidad. Kacida en el seno del r&gimen fe dal# la b rg es"a j ega n papel re$ol cionario por! e desarrolla las f er1as prod cti$as * crea las posibilidades de emancipaci)n de la h manidad. ;ero el capitalismo engendra tambi&n el proletariado ! e lo har+ desaparecer# p es se constit *e en na clase distinta ! e se al1a contra la b rg es"a * absorbe pa latinamente a las otras clases# seg2n el mismo 9ar@ lo e@pres): 6/a b rg es"a prod ce * alimenta s s propios enterradoresC la r ina de la b rg es"a * la $ictoria del proletariado son ig almente ine$itables6. %>. 6cocottes6 (franc&s) prostit tas de alto copete. %1. Monor& de 'al1ac (14::H150>)# no$elista franc&s# a tor de /a comedia h mana# serie de :4 no$elas# notable fresco de la sociedad francesa. N"t los principales: El coronel Ahabert# E genia =randet# ;ap+ =oriot# etc.# etc. (e lo considera el creador de la no$ela psicol)gica * jefe de la esc ela realista. %2. 6epatar6 (galicismo) del franc&s &pater: aplastar# asombrar. %%. (alp&tri&re: hospital de ;ar"s ! e f e hospicio de m jeres ancianas * de enfermos mentales. %.. Eie*tes: con este nombre se conoce pop larmente al manicomio de ' enos Aires ! e f nciona en la calle hom)nima. %0. dial&ctica mar@ista: $er nota 11# mar@ismo# de 6Escritor fracasado6. 13 PURAPALABRA/Taller Literario María Fernanda Barro Gil / [email protected] 14 PURAPALABRA/Taller Literario María Fernanda Barro Gil / [email protected] %3. g erra chinoHjaponesa: <ap)n# ! e *a pose"a 9anch ria desde 1:%%# agredi) a Ahina en 1:%4. /os com nistas se nieron con el general nacionalista Ahang BaiHshe7 para combatir a los in$asores. /a a* da r sa# norteamericana * brit+nica contrib *) a la derrota japonesa. %4. criticastr elo: t&rmino despecti$o * dimin ti$o de cr"tico literario. %5. br lote (del franc&s br lot. b ! e cargado de materias inflamables ! e se imp lsaba contra los barcos enemigos para incendiarlosC ag ardiente ! emado con a12car). (e sa como galicismo para referirse a na s+tira ! emante * malintencionada. %:. dand*smo (del ingl&s dand*: petimetre# hombre escla$o de la moda). .>. 6$itra @6 (pl ral del franc&s $itrail: $idriera). Aonj nto de $idrios# generalmente de $arios colores# disp estos con plomos en el bastidor de na p erta o de na $entana. .1. peland scas# prostit tas (hispanismo). .2. s rmenage (galicismo): sat raci)n de trabajo o de cansancioC estr&s.
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