Resumen de la introducción a la Crítica de la Razón Pura, de Kant En primer lugar, Kant distingue entre conocimiento puro y conocimiento empírico. El conocimiento empírico es a posteriori, es decir, procede de la experiencia. Por su parte el conocimiento puro es a priori lo que significa que es absolutamente independiente de la experiencia. La tesis de Kant es que todo conocimiento comienza con la experiencia, pero que no todo él procede de ella, sino que una parte de nuestro conocimiento es a priori. Si estamos en posesión de ciertos conocimientos a priori, necesitamos un criterio para distinguirlos de los conocimientos a posteriori. Podremos distinguir el conocimiento a priori del a posteriori porque aquél aporta algo a nuestro conocimiento que no puede aportar la experiencia. Para ver qué es esto que aporta el conocimiento a priori debemos fijarnos en las características del conocimiento empírico. Como Hume señaló, todo nuestro conocimiento empírico es contingente y particular. Esto significa que todo lo que experimente a través de los sentidos puede ser de otra forma (contingencia) y sólo me da información sobre el caso concreto que estoy observando, no permitiendo extraer conclusiones respecto a observaciones futuras (particularidad). Por ejemplo, si observo que al cortar una flor, ésta se marchita, siempre es posible imaginar que no se hubiera marchitado, de hecho una persona sin ningún conocimiento de botánica no tendría por qué saber antes de cortarla si se va a marchitar o no, pues ambas opciones son posibles. Mi observación simplemente me informa de que se da una de las posibilidades, pero no hay nada en mi observación incompatible con que en futuras ocasiones ésta no se marchite. Asimismo, no hay nada en mi observación que me permita universalizar mis conclusiones; no tengo ninguna razón para pensar que todas las flores que sean cortadas van a marchitarse. En consecuencia, todo el conocimiento empírico es particular y contingente. Esto significa que si hay algo en nuestro conocimiento que no sea ni particular ni contingente, no tendrá un origen empírico, sino a priori. En efecto, si encontramos algún conocimiento necesario, es decir, que no podemos pensarlo sino como verdadero, y universal, o que carece de excepciones, entonces podemos asegurar que ese conocimiento no tiene su origen en la experiencia, sino que es a priori. La cuestión ahora es si tenemos algún conocimiento universal y necesario. La respuesta de Kant es afirmativa. En primer lugar, todos los juicios matemáticos son universales y necesarios y por lo tanto no tienen su origen en la experiencia, sino que son _a priori. Hay también ciertos juicios que no son matemáticos y que también son a priori, como la proposición “todo cambio ha de tener una causa”. Cuando digo que A es la causa de B no estoy diciendo que después de ocurrir A, de manera casual y contingente ha ocurrido B. Lo que digo cuando afirmo la relación causal entre A y B es que entre ambos acontecimientos hay una conexión necesaria y universal, de forma que siempre que se de A, se dará B. Por otra parte nuestras nociones de espacio o de substancia han de ser a priori pues podemos afirmar con universalidad y necesidad que todo objeto ocupará un espacio y que o bien será una substancia o que dependerá de una substancia. Dado que estamos en posesión de ciertos conocimientos a priori, es necesario investigar cómo son posibles, de dónde proceden y cuál es su alcance. Esta investigación es necesaria para evitar el dogmatismo con que inicialmente procede la metafísica. En efecto, la metafísica pretende alcanzar un conocimiento racional de objetos que están más allá de toda experiencia posible (Dios, Libertad, Inmortalidad), pero si trata de llevar a cabo esta tarea sin investigar antes su propia capacidad para realizarla, procederá de forma dogmática y nos conducirá a confusiones y contradicciones. Así, es necesario investigar la capacidad de la propia razón para producir un conocimiento independiente de la experiencia. Ésta es la tarea propia de la Crítica de la Razón Pura: establecer hasta dónde podemos ampliar nuestro 1 En ellos el predicado no está contenido en el sujeto. por ejemplo. y que nos permite enlazar sujeto y predicado de un modo no arbitrario o caprichoso sino objetivo. si no averiguamos cómo son posibles éstos. Cuál sea ese número exige recurrir a la intuición. También pueden llamarse juicios extensivos porque extienden o amplían el concepto del sujeto añadiéndole el predicado. el concepto de línea recta no contiene información alguna acerca de distancias. respecto a los que cabe preguntarse en qué se apoya el entendimiento para unir el sujeto y el predicado. de Kant conocimiento sin ayuda de la experiencia. como ocurre en los juicios de la experiencia. Los juicios analíticos son aquéllos en los que el predicado está contenido en el sujeto y no aportan información. los principios de todas las ciencias teóricas contienen juicios sintéticos a priori. pero no son los juicios más importantes porque no amplían nuestro conocimiento. pues. La permanencia se añade sintéticamente al concepto de materia. que no puede alcanzarse simplemente analizando la suma. la matemática no está compuesta de meras relaciones de ideas (Hume) sino que amplían nuestro conocimiento a priori. En física hay juicios como ‘en todas las modificaciones del mundo corpóreo permanece invariable la cantidad de materia’. necesario y universalmente válido. sólo podemos deducir que el resultado será otro número. necesitamos apoyarnos en algo. no podremos explicar la validez de las ciencias y tampoco podremos decidir si la metafísica lo es. Esta síntesis puede darse a posteriori. Si. sabiendo que no podemos recurrir a la experiencia. para encontrar la solución. calcular. sino que ambos deben ser conectados. pero esta síntesis es a priori pues no puede obtenerse de la experiencia. Kant también los llama juicios explicativos. Aquellos juicios que amplían nuestro conocimiento son los juicios sintéticos. En efecto. pero no si permanece o no permanece. El problema es si podemos ampliar nuestro conocimiento a priori. En el caso de la aritmética sostiene Kant que. debería contener únicamente juicios sintéticos a priori. lo que se pregunta de ellas es cómo son 2 . En este caso el concepto de materia sólo incluye el espacio que ésta ocupa. Debe haber algo en lo que basamos la síntesis a priori que no es la experiencia. Las ciencias contienen juicios analíticos porque necesitan aclarar sus conceptos. Llegados a este punto ya estamos en condiciones de plantear rigurosamente el problema general de la Razón Pura: ¿Cómo son posibles los juicios sintéticos a priori? Resolver este problema habremos resuelto el problema de cómo son posibles la matemática pura y la física pura. de ser una ciencia. Kant debe distinguir entre juicios analíticos y juicios sintéticos. No ocurre lo mismo con los juicios sintéticos a priori. y también son sintéticas porque amplían nuestro conocimiento. Respecto a la geometría para Kant queda claro que las afirmaciones como ‘la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta’ son a priori porque son universales y necesarias. sino sintética. por lo que la conexión entre la rectitud y la distancia más corta entre dos puntos no es analítica. no nos dan información nueva. es decir. al considerar el concepto de suma de 2 y 5. simplemente aclaran el significado del concepto que analizamos. habrá que renunciar a ciertas pretensiones de la metafísica. y la ciencia pretende ampliar nuestro conocimiento. La pregunta por la posibilidad de los juicios sintéticos a priori es importante porque todas las ciencias teóricas los contienen. pero también puede darse a priori. pues ya existen como ciencias. pero no qué número será. La cuestión es que los juicios sintéticos a priori no son problemáticos porque la síntesis de sujeto y predicado tiene como base la experiencia. Nótese que respecto a la matemática y la física no se pregunta si son posibles o no. Para poder formular esta cuestión rigurosamente. Un montón de meras aclaraciones no constituye una ciencia. Así. qué es lo que podemos saber a priori. Si el resultado de esta investigación es que no podemos ampliar ilimitadamente nuestro conocimiento puro. como hemos visto.Resumen de la introducción a la Crítica de la Razón Pura. no se ocuparía de los objetos en sí mismos. o lo que es lo mismo. que se ocupa de las condiciones a priori de todas nuestras sensaciones. la Doctrina trascendental del método. Esta disposición natural a ampliar nuestro conocimiento más allá de la experiencia puede que supere las capacidades de la propia razón para resolver las cuestiones que ella misma plantea. La metafísica crítica. habrá que establecer claramente los límites para impedir que la razón se extravíe. sin atender al objeto del conocimiento. Como hemos visto. sin embargo. dividida en Estética trascendental. aunque la metafísica no es una ciencia. sino de la totalidad de las condiciones bajo las cuales se nos dan los objetos. sino que se limitará Kant a preparar el camino y dar los principios a partir de los cuáles poder construir ese sistema de todos los conocimientos puros. sino a las condiciones subjetivas bajo las cuáles se nos da el objeto. es decir. pues no se ocupa de los objetos. Por ello es necesario preguntarse si la metafísica puede ser una ciencia o no. no está ese sistema completo. En la Crítica de la Razón Pura. que en la primera parte quedará sólo esbozado. la Filosofía Trascendental estaría formada por todos nuestros conocimientos a priori. es pensado. sí es una disposición natural del ser humano. Respecto a la metafísica hay que reconocer que de momento no existe como ciencia. dado que la matemática y la física puras los contienen como principios sin los cuáles no podrían ser consideradas ciencias (sin ellos no serían universales ni necesarias). Las preguntas de la metafísica surgen de la propia razón. En la Doctrina Trascendental de los Elementos Kant se ocupará de los elementos del conocimiento. En todo conocimiento hay algo que nos es dado que. a diferencia de la dogmática. a su vez. Signo de ello es que no avanza con la seguridad de la matemática y la física. Por ello la Doctrina trascendental de los elementos está.Resumen de la introducción a la Crítica de la Razón Pura. posteriormente. La Crítica de la Razón pura se ocupa de las condiciones que la propia razón impone a los objetos para ser conocidos. Ahora bien. y la Lógica trascendental que se ocupará de las condiciones bajo las cuáles pensamos los objetos que nos son dados mediante la sensación. como los sintéticos a priori. Estas ciencias se ocupan de objetos. La Crítica de la Razón Pura se dividirá en dos grandes partes. y la facultad por medio de los cuáles los pensamos es el entendimiento. 3 . de Kant posibles. En primer lugar tendremos la Doctrina trascendental de los elementos y en segundo lugar. que sería un objetivo demasiado ambicioso. En cierto modo ese sistema de los conocimientos puros sustituye a la vieja metafísica dogmática. y si no puede. tanto los analíticos. pero limitada por la crítica. En esta última Kant se ocupará de dar las indicaciones para poder completar el sistema de todo nuestro conocimiento puro. y responder a esto exige responder a la pregunta acerca de cómo son posibles los juicios sintéticos a priori. La facultad bajo la cual se nos dan objetos es la sensibilidad. pero desde un punto de vista trascendental. El conocimiento de esas condiciones es trascendental. Kant llama Filosofía Trascendental al sistema de todas las condiciones formales del conocimiento. la Crítica de la Razón pura no es una ciencia como la matemática o la física. sino de nuestro modo de conocerlos. por lo tanto cabe preguntarse cómo es posible la metafísica como disposición natural.
Report "Resumen de La Introduccion a La Critica de La Razon Pura"