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March 18, 2018 | Author: Julio Cesar Suaña Coila | Category: Constellation, Nature


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Por: Juan Adrián Serna MartínezLos antiguos habitantes de los Andes organizaron su territorio según las leyes de las estrellas. Una de las más importantes constelaciones, es la Cruz del Sur (conocida como Chakana), base con la cual nuestros antepasados diseñaron las medidas exactas de sus centros urbanos. Fotografías satelitales de los Andes, revelan que muchos pueblos andinos importantes se encuentran ordenados en grandes líneas, uno de ellos es el Qhapaq Ñan o la Ruta de Wiraqocha. Con mucha probabilidad el Qhapaq Ñan existe desde los albores de la formación de la gran Cultura Andina, por cuanto que, se dice que el Dios Illa Teqse Muyu Pachakamaq Apu Qon Tiki Wiraqocha, en el tiempo que esta tierra era de noche, salió con cierta gente de una laguna del Qollasuyo en el Titiqaqa, para dirigirse a Tiwanaku de donde salió directamente al Qosqo por la Diagonal que forma la Bisectriz de los Ejes Terrestres Norte y Oeste, enviando a dos emisarios uno hacia Antisuyo y el otro en dirección al Qontisuyo (Ejes Terrestres Norte y Oeste, respectivamente); lo cual nos hace pensar que desde tiempos inmemoriales los habitantes del ande conocían con exactitud la direccionalidad de los Puntos Cardinales terrestres. Es decir que, si seguimos esta ruta descubriremos que el pueblo de Pukará se encuentra en la mitad de la distancia que existe entre Tiwanaku y Cusco, sobre la misma línea haciendo un ángulo de 45° en la misma dirección. Así mismo si verificamos las posiciones geográficas de otros pueblos antiguos, encontraremos que Cajamarca se halla exactamente en la prolongación de la misma línea que conecta Tiwanaku y Cusco, es decir que el Qhapaq Ñan o Ruta de Wirakocha sigue una línea recta desde Tiwanaku hasta Cajamarca, pasando por diferentes asentamientos precolombinos como Pukara, Ollantaytambo, Vitcos y otros en territorio hoy peruano, mientras que hacia el sur se prolonga pasando por las actuales ciudades bolivianas de Oruro y Potosí hasta culminar en el Lago de los Patos, muy cerca de las costas argentinas. � La dirección que sigue esta línea llamada Qhapaq Ñan, es una Diagonal que se define entre los puntos cardinales del Norte y el Oeste con una división asombrosa de 45°. Este trayecto sagrado guarda una estrecha relación con la Cruz del Sur y La Chakana porque fueron utilizados como diseño de una gran alineación a lo largo de cientos de kilómetros de varias ciudades antiguas; Sin embargo hay que precisar que los estudios con respecto al Qhapaq Ñan extrañamente son ignorados desde 1954, fecha en que fue descubierta por la señora María Scholten. El arquitecto Milla propuso la tesis de que: "El Sistema Operativo de la Cruz Cuadrada fue usado como modulador y ordenador de los espacios arquitectónicos, urbanos y regionales en el Tawantinsuyo", sosteniendo además que, siguiendo el camino descubierto por la señora Scholten, el Qhapaq Ñan o Ruta de Wiraqocha se prolonga hasta Oruro y Potosí en Bolivia, coincidiendo perfectamente en la fórmula de la Cruz Cuadrada. Milla asi mismo, ha podido comprobar y ampliar la exactitud del conocimiento geodésico del antiguo Perú insertando la "Ruta de Wiraqocha" en una carta de aeronavegación editada por el departamento de Defensa de los Estados Unidos y que se encuentra diseñada a una escala de 1 : 1'000,000. Este mapa posee la curvatura terrestre corregida, por lo tanto es el más exacto que se tiene en uso. Aquí en el mapa es donde coinciden con absoluta precisión: La fórmula geométrica de la Cruz Cuadrada y la Ruta de Wiraqocha que contiene en su gran Diagonal -y teniendo a Tiwanaku en el centro- a las ciudades y centros arqueológicos arriba mencionados; sin embargo, el trazado de una Diagonal tan cabal y� perfecta como el Qhapaq Ñan, teniendo en cuenta lo intrincado de la geografía andina, es prácticamente imposible sin el auxilio de una Ciencia geodésica y matemática altamente desarrolladas, lo que también nos hace deducir que nuestros ancestros tuvieron acceso a grandes adelantos en las Ciencias exactas, tal como se puede verificar en el gráfico.Si es cierto que nuestros antepasados fueron capaces de descifrar los misterios de las matemáticas, entonces nos cabe preguntarnos: ¿Por qué construyeron sus ciudades de este modo? ¿Qué usos le daban a la gran Diagonal? La palabra Qhapaq, en nuestro idioma ancestral el Runa Simi, en su acepción más amplia quiere decir Justo, Noble, Cabal y hasta Santo. Por lo tanto, si basamos nuestra comprensión del nombre del Qhapaq Ñan sobre estos conceptos, podremos concluir que en realidad significa "El Camino de los Justos" o simplemente, como menciona Javier Lajo: la "Ruta de la Sabiduría". CONSTELACIONES ANDINAS Los Yatiris y Amautas (hombres sabios de las culturas andinas) seguían sus tradiciones en paralelismo con el movimiento celeste, especialmente el movimiento de la Via Lactea, denominada por ellos como el Wawawara Hawira. Tenían su propia cosmogonía, claro está que no llamada así, ya que el término es de origen griego, pero tenían el concepto de un origen del mundo y su ordenamiento cosmico. Como dijimos muchos investigadores encontraron indicios de ese conocimiento astronómico, aquí tomaremos lo relacionado a las CONSTELACIONES ANDINAS, conocimiento transmitido en tradiciones orales de padres a hijos y que ha llegado a nosotros aunque de forma distorsionada. Aquí hablaremos de dos cielos, uno el cielo de invierno con sus constelaciones y el otro cielo el de verano, cada uno con sus propias constelaciones y sus mitos y ceremonias relacionados a ellos. Como dijimos también, los pueblos andinos construyeron diferentes observatorios andinos , según sus necesidades, estos observatorios estaban dedicados a observaciones solares, lunares y de estrellas agrupadas en constelaciones. Aquí mostraremos algunos de esos observatorios Astronómicos. Fruto de esta investigación, nace un EL CALENDARIO ANDINO, este calendario responde a las necesidades de nuestro pueblo, que básicamente es agrícola, también tiene que ver con su religiosidad y misticismo, por lo que también responde a esa necesidad. Por lo dicho en el calendario andino que lo denomino “El gran circulo de la Chalana, Cruz Andina”, existen 8 ceremonias, 4 ligadas a los equinoccios y solsticios y otras 4 festividades intermedias, así como 8 constelaciones que eran observadas antes de las ceremonias y festividades, todo ello responden, como dijimos, a esos dos calendarios. CIELO DE INVIERNO En el cielo de invierno en el hemisferio sur, se observan las constelaciones del Escorpio, Sagitario, Argo Navis, Corona Austral, La Cruz del Sur, Centauro, etc. Aquí presento aquellas constelaciones Andinas que se observan en esta época, las que son: WARA WARA Q′URAWA (HONDA DE ESTRELLAS), Escorpio K′AJA MUYTA (ENMARAÑADO DE ESTRELLAS), Sagitario La disposición de las estrellas de esta constelación muestra una honda, con la estrella brillante roja Antares en el centro, para el pueblo andino esa estrella la denominan KORI KALA (Estrella de oro). Esta constelación aparece en la leyenda andina del nevado Mururata, de la cordillera de los Andes. Nada más fiel a la realidad, ya que esta zona del cielo austral, es un grupo complicado de estrellas, por la cantidad de estrellas y luminosidades que existen, recordemos que al observar esa zona estamos observando el centro de nuestra galaxia. Esta constelación se relaciona con otra, la rueca de estrellas y el hilo de esa rueca que atraviesa gran parte del cielo, llegando inclusive cerca de la Cruz del Sur. QARWA NAYRA (OJOS DE LA LLAMA), Alfa y Beta Centauro LAXA MANTA (ENTRADA A LA OSCURIDAD), Argo Navis Las dos brillantes estrellas del Centauro representan los ojos de una llama celestial. Estas, juntamente con las estrellas del triángulo austral y las de los compases, dejan ver claramente el cuello y la cabeza del noble animal. Esta constelación está ligada a las Creencias y supersticiones del pueblo. Por esta Entrada, las almas de los muertos, Ingresan al mundo de abajo Mankapacha Después de caminar por el Warawara Hawira (Rio de estrellas, Vía Láctea). WIPHALA WARA WARA (Bandera de estrellas) Pegaso KAPU WARA WARA (Poncho de estrellas) Cisne Pegaso, Andrómeda y Perseo. En esta zona del cielo el pueblo andino ha visto una figura muy importante para sus tradiciones: Una polícroma bandera que hasta hoy en día la conservan y usan con religioso respeto. Cisne. En esta parte del cielo, hacia el norte vemos a tres estrellas que forman el eje y otras dos completan una verdadera rueca de estrellas. Según la tradición esta rueca está hilando el destino de los hombres, llegando a distinguirse el hilo de la vida en una intrincada línea de estrellas, que cruzan todo el cielo de norte a sur. CIELO DE VERANDO En la época de verano se pueden observar las siguientes constelaciones, las mismas que son parte de los dos calendarios, el agrícola y el ceremonial. WARAWARA QHAWA (poncho de estrellas) Orión QUTU SANK′A (puñado de brasas de fuego) Tauro Esta constelación es un rectángulo formado por 4 estrellas brillantes. Aquí contemplamos una especie de poncho o paño bordado que usaban los hombres eminentes o los jefes guerreros. En el centro se encuentran 3 estrellas de igual magnitud (las tres marías) que forman una segunda constelación llamada CHACA SILLTTU (puente que une). El grupo de estrellas llamadas en la astronomía clásica, Híades, con la estrella roja muy brillante, Aldebarán; dan la impresión de un brasero con carbones encendidos. Esta constelación esta relacionada con el calendario místico-religioso. PUMA YUNTA (Par de pumas) Géminis UMA JALSU (Riachuelo que sale de un pocito) Picis Aquí está las figuras de un par de animales sagrados de las culturas andinas. Las dos estrellas principales de primera magnitud, representan las cabezas de los pumas y junto a otras estrellas de su entorno nos muestran a esos temidos animales, que también están relacionados a los eclipses, puesto que para estos pueblos, un eclipse ocurre cuando un puma alcanza al Sol o a la Luna y se los quiere comer. Esta constelación se forma a partir de nueve estrellas seguidas de la misma magnitud, dando la impresión de un riachuelo que sale de un grupo pequeño de seis estrellas. Está relacionada con el calendario agrícola y la época de lluvias. ALI P′AKJATA (árbol desgajado) Aries CHAKANA (Cruz Andina o Cruz Cuadrada) Cruz del Sur Esta zona del cielo, que une Aries con la Vía Láctea, parte de Piscis y Cetus, y aparenta un árbol y un pequeño triángulo es Aries, que forma una rama desgajada, esta constelación forma parte del calendario agrícola. Esta es la principal constelación del mundo andino, ya que era la guía para los caminantes del altiplano, marca la dirección Sur y se la puede observar más de 9 meses al año. Según su posición en la esfera celeste, se determinaba diferentes épocas agrícolas, como por ejemplo la época de cosecha, que es el 3 de mayo, donde se realizan importantes ceremonias. El concepto de chakana es fundamental en el mundo andino. Su significado compromete la astronomía, la cosmovisión, la filosofía, la arqueología como un patrón que está relacionado con los habitantes de los Andes. El símbolo también tiene correspondencia con la Cruz del Sur, la constelación del Polo Sur, formada por las estrellas. De la chakana o cruz andina se obtienen los días y meses del año andino, a través de la multiplicación y suma aritmética. El solsticio de invierno, que marca el inicio de un nuevo ciclo agrícola o el Machaq Mara (nuevo año), tiene 13 meses cada uno de 28 días. Los cálculos matemáticos se obtienen de la chakana o cruz andina, un símbolo geométrico que fue usado hace miles de años por la cultura Tiwanaku. El investigador Fidel Rodríguez explicó que al enumerar cada uno de los espacios de la figura con tres escalones, se obtienen 13 espacios. “Los 13 espacios nos indican que el año tiene 13 meses. Para calcular los días de la semana, dibujamos otra cruz andina con cuatro escalones y enumeramos cada uno de sus vértices, obtenemos la cifra siete. El número nos indica los siete días de la semana”, aseveró Rodríguez. El siguiente cálculo matemático es la multiplicación de los días de la semana: 7 por 4 que son los lados de la chakana, se obtiene el número 28 que marcan los días de un mes. Rodríguez explicó que en 28 días la Luna realiza su movimiento de traslación alrededor de la Tierra. El investigador remarcó que al multiplicar los 28 días por 13 meses se obtiene la cifra de 364, que simboliza los días de un año. “Pero falta un día, esa jornada es el Machaq Mara (nuevo ciclo). Es cuando el Sol está en reposo para iniciar el nuevo tiempo y espacio en la renovación de las energías”, enfatizó el matemático. Rodríguez planteó que al sumar en forma vertical los números resultantes de la cruz andina de tres escalones se obtiene la cifra 91. El número indica los días que dura cada estación, es decir 91 días en invierno, primavera, verano y otoño, que son celebrados con diversos rituales en los equinoccios y solsticios. Al multiplicar 91 por las cuatro estaciones, se llega a obtener también la cifra de 364, a la que se suma un día, el de la celebración del solsticio de invierno y que completa los días del año. Los amautas (sabios aymaras) consideran que el Machaq Mara o Willka Kuti (retorno del Sol) constituye el renacimiento y renovación de todas las energías que permiten el equilibrio entre la humanidad y la naturaleza. El ritual de esperar los rayos solares se cumplirá en el área rural y también en las ciudades. “Cuando el Sol reposa en el Illampu” Los amautas (sabios aymaras) cuentan, entre sus leyendas y mitos, que el Sol reposa sobre el Illampu antes de iniciar nuevamente su trayecto hacia el sur sobre las cúspides nevadas de la Cordillera Real, dando inicio al nuevo ciclo agrícola el Machaq Mara. Esa jornada que falta en el cálculo matemático para completar los 365 días, resultante de la chakana o cruz andina, “es el día cuando el Sol reposa sobre el Illampu, un nevado considerado como sagrado por los aymaras”, dicen los amautas. La celebración del solsticio de invierno es ritualizada de forma ancestral con una simbología relacionada con los ciclos agrícolas. La Cordillera Real es un gran marcador astronómico solar, el más gigantesco y majestuoso del mundo por donde “camina” el padre Sol, el tata Inti, desde la región del Illampu en el solsticio de invierno el 21 de junio, hasta los dominios del Illimani, otro nevado sagrado para los aymaras en el solsticio de verano el 21 de diciembre, explicaron los amautas. Las montañas o los apus estuvieron relacionados con los rituales que realizaban las culturas prehispánicas de los Andes. De: Edwin Conde Villarreal / Fuente: http://www.facebook.com/intijinti Publicado en Chakana | Deja una respuesta Chakana, ordenador cósmico Posted on 02/02/2012 by Karina Sanchez Responder La chakana o cruz andina es un símbolo inca que tiene múltiples significados e interpretaciones y es el gran ordenador cósmico de esta cultura. Está formada por cuatro escalones de tres peldaños, superiores y externos y dos inferiores e internos. Cada uno de ellos tiene tiene un significado simbólico,En el lado superior derecho está el primer escalón de tres niveles que explica la concepción del Universo. Para los Incas, el supremo creador de todas las cosas es ILLA TECSE WIRACOCHA PACHAYACHACHIC, y para él, está reservado el primer escalón, Es el Dios creador, el Gran Espíritu, que dejó caer su “chuspa” y así nació todo el Universo. El Sol (Inti) ocupa el segundo escalón. Es el “ojo de Wiracocha”: premia y castiga en forma directa, es el dios de la naturaleza y el hombre, dispone las obligaciones y da tiempo para la siembra y la cosecha, para las fiestas y el amor y también para la muerte. El tercer escalón es de los “Mallquis”, espíritus tutelares de los cerros, ríos y montañas (“Huacas” “Apus”) que nos protegen, sostienen y respaldan. El lado inferior derecho representa le teoría de las tres vidas o los tres mundos. El “Hanan Pacha”, es “antes de la vida” y ocupa el primer peldaño correspondiente al ”alto mundo”. En este lugar viven los espíritus tutelares (“Apus”) y también acceden a él los hombres andinos luego de su muerte, convertidos en parte de su progenitor y perviven engendrando nuevas vidas. El siguiente escalón corresponde al “Kay Pacha” o “esta vida” (mundo del medio); transcurre desde el nacimiento hasta le muerte. El “Uju Pacha” o “después de la vida” es el “mundo de abajo”. Es el espacio de los seres más oscuros, que se alimentan de “Jucha”. El hombre al morir, se va en cuerpo y alma a integrarse a la naturaleza, vuelve a su “Paccarina”. En el lado inferior izquierdo corresponde al mundo real y representa el orden social. El primer escalón es del de los “Ayllus” o familias; el segundo a los “Llactas” o grupos de Ayllus y el tercero a los “Suyos”, regiones más grandes que abarcan varias comunidades. El lado superior izquierdo representa las tres formas de conocimiento: “Yachay” o conocimiento intelectual; “Munay” o conocimiento emocional y “Llankay” o conocimiento técnico (saber hacer). Estos tres modos de conocimiento se corresponden con distintos centros energéticos (chakras): el yachay está relacionado con la mente, el munay con el corazón y el llankay con los centros inferiores (las “entrañas”). A su vez, cada cuadrante representa los valores que sustentan la cosmovivencia andina: “Ama Llulla” (Sé veraz); “Ama Suwa” (Sé honesto); “Ama Japa / Ama Mama” (Sé leal y fiel) y “Ama Quella” (no seas haragán). El centro de la Chakana representa el vacío original o “Ticsi Muyo”. Apuntes seminario iniciación Nivel I Proyecto Ayni Aunque fue Inti (Sol en quechua) el generador de la vida para cientos de generaciones de indígenas de América, el Creador, o bien, el Dios absoluto, era llamado Viracocha, en el mundo andino. Cuando los españoles llegaron a Cusco, embriagados por las toneladas de oro que arrebataron en Cajamarca valiéndose de un engaño, fueron inicialmente acogidos como liberadores, pues habían matado al repudiado Atahualpa y, por consiguiente, parecían haberse alineado a favor del difunto Huáscar. Cuando entraron al palacio del Coricancha, quedaron extasiados al ver tanta magnificencia y riqueza, pero no sabían que los tres objetos más importantes de todos, dos de los cuales representaban a Viracocha, la suprema divinidad, ya se los habían llevado. Se trataba de la cadena de oro de Huáscar (que ilustraba a la serpiente bicéfala o Yawirka), el gran disco solar de oro (en cuyo centro estaba el rostro de Viracocha) y una estatua antropomorfa (la cual también simbolizaba al Dios andino, llamada Punchau). Cuando, aproximadamente veinte años después, el erudito español Cieza de León llegó a las ruinas de Tiahuanaco, los ancianos Aymará de la zona le describieron a su Dios como un magnífico héroe civilizador, creador y reformador del mundo, cuyo nombre era Viracocha. Los escritores españoles posteriores a Cieza de León, como Juan Diez de Betanzos y Sarmiento de Gamboa, quienes reconstruyeron las leyendas andinas después de haber pasado años conversando con los ancianos del altiplano, en las orillas del Titicaca, el lago navegable más alto de la Tierra, describieron a Viracocha como un ser antropomorfo que apareció en la isla del Sol (lago Titicaca) durante la época del Purun Pacha (el silencio después de la tempestad). El mito sugiere que, en aquel período, sólo el alma del jaguar (Titi en aymara), dominaba los inmensos valles andinos, pero Viracocha se manifestó en la isla del Sol. Era alto, robusto, blanco, con abundante cabello rubio y barbado; había venido para restablecer el orden, crear, regenerar y civilizar; tenía inmensos poderes: podía hacer llover, allanar las montañas, desviar los ríos; creó el cielo y la Tierra, luego dio origen a los gigantes, llamados Waris Runa (cuyo progenitor, llamado Pirua, dio su nombre a Perú entero), a quienes ordenó adorar al Wari, un ser mítico con cuerpo de macrauchenia (un enorme mamífero que existió, parecido a un caballo arcaico), hocico de felino (Titi) y alas de cóndor. Así, los gigantes erigieron los primeros templos para la adoración de Viracocha, de Wari y del Sol (Willka, en aymara). Según las creencias recopiladas por Sarmiento de Gamboa, los gigantes fueron irrespetuosos con Viracocha, quien se vengó desencadenando el diluvio universal (Uno Pachaci). Según Blas Valera, el nombre prístino de Dios era Illa Tiki, que en aymara significaría “luz original”. El nombre Viracocha, en cambio, le sería atribuido sólo posteriormente, cuando desapareció en el mar de Tumbes (Vira, espuma; cocha, espejo de agua). Después del diluvio, el Creador dividió el mundo en cuatro partes y forjó los seres humanos, a quienes separó en cuatro pueblos que se repartieron desde el centro, o bien, del Titicaca (Titi, jaguar; Kaka, pez). Sus tres discípulos, que tuvieron la tarea de crear los animales, las plantas y las flores, se llamaron Manco (legislador), Colla y Tokay. Entonces la leyenda narra que Viracocha emprendió un viaje en dirección noroeste. Apenas llegó al sitio de Raqchi, sufrió la afrenta de sus habitantes, que se negaron a escucharlo y lo echaron, arrojándole piedras. Viracocha se vengó haciendo llover fuego sobre Raqchi, calcinando a toda la población. (En la era incaica, en Raqchi fue erigido después un grandioso templo dedicado a Viracocha, también éste saqueado por los españoles, quienes buscaban el Punchau). El camino de Viracocha continuó hacia el noreste y llegó a donde hoy surge el Cusco; luego prosiguió un camino rectilíneo hasta llegar al mar en los alrededores de Tumbes. En aquellas playas, donde lo aguardaban sus discípulos, Viracocha caminó sobre las aguas y se alejó con sus secuaces en la inmensidad del océano. Desde aquel momento fue llamado precisamente Viracocha, o bien, espuma del océano. La leyenda de Viracocha desencadenó, en el curso de los últimos decenios, los más intensos debates entre los historiadores. Algunos llegaron incluso a sostener que el Dios andino no era otro que Jehová, que terminaba la creación del Nuevo Mundo. Otros, que utilizaron el extenso nombre Kon Tiki Illa Viracocha, aseveraron que fue simplemente el “Creador del mundo”. ¿Quién era realmente Viracocha? ¿Quizás un hombre, dotado de poderes mágicos y estimado por sus secuaces como el Dios Absoluto? ¿O tal vez un hombre, dotado de poderes sobrenaturales que, como Jesús, era considerado el hijo de Dios? ¿Es verosímil la tesis de algunos estudiosos que juzgan incluso a Viracocha como un descendiente de pueblos nórdicos que llegó por accidente al lago Titicaca? La estudiosa de mitología andina María Scholten (1926-2007), en su libro La ruta de Viracocha (1977), fue quien sostuvo que, durante su viaje, Viracocha erigió los cimientos de futuras ciudades que posteriormente fueron construidas. Esta especialista comprobó la existencia de una gran cruz cuadrada (chacana), cuyo centro estaba fijado inicialmente en Tihuanaco y despues en el Cusco. El diseño geométrico estaba dividido a la mitad por una línea que formaba un ángulo de 45 grados respecto al ecuador. Dicha línea, llamada Capac Ñan, fue justamente el camino recorrido por Viracocha. Scholten (quien basaba sus investigaciones en el libro de 1613 Relación de antigüedades deste Reino del Perú, del escritor indígena Santa Cruz Pachacutic Yamqui Salcamayhua), verificó que Tiahuanaco, Copacabana, Pukara, Raqchi, Cusco (Sacsayhuaman), Ollantaytambo, Machu Picchu, Vitcos y Cajamarca son todos sitios arqueológicos “alineados” según el recorrido hecho por Viracocha, una línea que une Tiahuanaco con Tumbes. Cabe notar que la línea perpendicular al “camino de Viracocha”, la que se divide desde Tiahuanaco hacia el noreste, toca el océano Atlántico en la isla de Marajó, estuario del Río Amazonas. ¿Tal vez fue el lugar donde Viracocha llegó a Suramérica? Según el investigador boliviano Freddy Arce, la cruz cuadrada tendría su centro en Tiahuanaco y su estudio sería importante para reconocer la ubicación del Paititi, que correspondería, en su interpretación personal, al vértice de noreste. Parece que, al considerar estos cuadrados formados a su vez por otros pequeños cuadrados, María Scholten dio particular relevancia a las diagonales. En su artículo La ruta de Viracocha, Freddy Arce señala que la palabra “diagonal” se traduce por Chekhalluwa, que también significa verdad en quechua. En efecto, cualquiera que sea el verdadero origen de Viracocha, es muy extraño que muchos sitios arqueológicos del antiguo mundo andino estén alineados de manera tan misteriosa. YURI LEVERATTO Copyright 2011 Se puede reproducir este artículo indicando claramente el nombre del autor y la fuente www.yurileveratto.com Se agradece al antropólogo e investigador Freddy Arce de La Paz por las informaciones sobre la ruta de Viracocha
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