Poder Politica Estado y Democracia (2)

March 26, 2018 | Author: Julio Acuña | Category: Philosophical Realism, Science, Politics, Epistemology, Philosophical Science


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1 IíIII. IíII1I\A.I'1AIí Y II^í\IA\IA 2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Aproximación Teórica y Práctica desde la Era Presocrática hasta el Siglo XXI I!. |. !II'í! AVIIA \. I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Marzo 2009 J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Dr. J. NELSON ÁVILA G. Dra. PATRICIA GILLEZEAU B. Diagramación y Diseño: Carlos Flores Imágenes de la portada: Artista Darío Hernández Crespo Impresión: Noe Palenzuela ISBN: 978-980-7140-88-1 Primera Edición, Marzo 2009 © de la presente edición: Los Autores Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la portada, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por medio alguno, sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o fotocopia, sin permiso escrito previo del autor. Patrocinadores Colegio de Economistas, Contadores Públicos y Auditores y Administradores de Empresas de Guatemala Asociación Nacional de Instituciones de Docencia e Investigación Económica ANIDIE – México Asociación de Economistas de América Latina y el Caribe Universidad del Zulia Vicerrectorado Académico Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico y Tecnológico. · IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA I!O¡OGO Reflexionar sobre Poder, Política, Estado y Democracia es un desafío de compromiso con la historia y con el futuro de la humanidad. Con la historia, si se pretende analizar objetivamente los principales aportes del pensamiento sobre racionalidad y principios de organiza- ción de la humanidad. Con el futuro, para proponer nuevas formas de convivencia y armonía con su contexto social y su ecosistema, para que la humanidad avance hacia estadios superiores de civilización. Este compromiso es aún más significativo cuando se analizan más de 2500 años de historia y se reflexiona sobre el devenir, en un enfoque metodológico crítico-analítico. Fe, Razón, Lógica son parte in- tegrante del proceso de análisis de esta investigación, en la cual se articula Filosofía con Ética para repensar sobre las categorías objeto de esta investigación. A lo largo de este aporte intelectual se integran creativamente estas categorías, desde la filosofía antigua y el misticismo de la época, el pensamiento socrático, la cosmogonía griega y romana, la fe y el pensamiento cristiano, judío, árabe; la visión del medioevo temprano, el prerenacimiento inmediato, el humanismo renacentista, el absolutis- mo y su quiebre por la revolución francesa, la Restauración absolutista, el balance de poder en la época moderna, doctrinas geopolíticas domi- nantes en el siglo XX, hasta la reflexión sobre nuevas civilizaciones. Los Doctores Ávila y Gillezeau hacen así un aporte significa- tivo al debate abierto sobre la historia y el futuro de las civilizaciones. Les felicito por este esfuerzo teórico-reflexivo que como siempre les caracteriza brindan y comparten con los profesionales y la academia de Latinoamérica y el Caribe. Mtro. Oscar Guerra Ford Presidente Asociación de Economistas de América Latina y el Caribe AEALC o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. / IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA INTRODUCCIÓN............................................................................ PRIMERA PARTE Teoría y Práctica del Poder, Política, Estado y Democracia en la Historia: Construcción de Civilizaciones desde la Época Preso- crática Hasta el Fin del Absolutismo.............................................. CAPÍTULO I. Concepciones Históricas Presocráticas sobre Poder, Política y Democracia.......................................... SECCIÓN I. Períodos del Pensamiento Griego: Del Mito a la Lógica y a la Razón............................................. SECCIÓN II. El Salto del Mito a la Lógica y Razón.................. SECCIÓN III. Poder, Política y Estado en Sun- Tzu: Victoria sin Combatir............................................................... SECCIÓN IV. Poder y Política en Tales de Mileto: El Agua es el Origen de Todo.................................................... SECCIÓN V. Cosmogonía y Poder en Anaximandro: Movimiento Eterno de lo Infinito y lo Indefinido (lo apeiron)........................................................... SECCIÓN VI. Poder y Política en Heráclito: El Fundamento de Todo es el Cambio Incesante.............................. SECCIÓN VII. Poder, Política y Democracia en Solón............... SECCIÓN VIII. Poder y Política en Sócrates............................... CAPÍTULO II. Práctica del Poder y la Política en la Antigüedad Presocrática......................................................... SECCIÓN I. Poder y Política en Pericles................................. SECCIÓN II. Poder y Política en Alejandro Magno................... SECCIÓN III. Poder y Política en Julio César............................ CAPITULO III. Concepciones Históricas Post socráticas Inmediatas sobre Poder, Política y Democracia.. SECCIÓN I. Política, República y Democracia en Platón........ SECCIÓN II. Política y Democracia en Aristóteles.................... CAPÍTULO IV Práctica del Poder y de la Política en la Historia Post socrática Inmediata...................................... SECCIÓN I. Poder y Política en la Grecia Post socrática........ SECCIÓN II. Poder y Política en la Roma Post socrática......... Índice 11 25 29 30 33 38 40 42 44 47 51 57 58 60 62 65 67 74 87 88 92 8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. CAPÍTULO V Teoria Sobre Poder y Política en la Era Medieval.. SECCIÓN I. Poder y Política en la Filosofía Árabe y Judía Medieval............................................................... SECCIÓN II. Poder y Política en la Edad Media en San Agustin. SECCIÓN III. Poder y Política en la Edad Media en el Pensamiento de los Universales................................................ SECCIÓN IV. Poder y Política en la Edad Media en Santo Tomás de Aquino................................................... SECCIÓN V. Poder y Política en la Edad Media en Dante Alighieri................................................................. SECCIÓN VI. Poder y Política en el Prerenacimiento Inmediato... CAPÍTULO VI: Teoría sobre Poder, Política y Estado en el Absolutismo y Renacimiento................................ SECCIÓN I. Filosofía Política del Absolutismo y Mercantilismo.. SECCION II. Renacimiento y Humanismo................................. SECCION III. Renacimiento y Ciencia........................................ SECCIÓN IV. Poder y Política en Hobbes.................................. SECCIÓN V. Poder y Política en Locke..................................... SECCIÓN VI. Poder y Política en Moro...................................... SECCIÓN VII. Poder y Política en Maquiavelo............................ SECCIÓN VIII. Poder, Política y República en Montesquieu........ SECCIÓN IX. Poder, Política y República en Bacon.................. SECCIÓN X. Poder, Política y República en Montaigne........... SECCIÓN XI. Poder, Política y República en Rousseau............ SECCIÓN XII. Poder, Política y República en Voltaire................ SECCIÓN XIII. Poder, Política y República en Mirabeau............. CAPÍTULO VII. Práctica del Poder y de la Política en el Absolutismo.. SECCIÓN I. Poder y Política en Los Médicis........................... SECCION II. Poder y Política en Richelieu............................... SECCIÓN III. Poder y Política en Luis XIV................................. SECCIÓN IV. Poder y Política en Enrique VIII........................... SEGUNDA PARTE Teoría y Práctica del Poder, Política, Estado y Democracia en la Historia: Construcción de Civilizaciones desde el Post Absolutismo Inmediato hasta el Siglo XXI ......................................................... CAPÍTULO I. Teoría sobre Poder, Política y Democracia en el Post Absolutismo Inmediato............................. 94 99 102 105 108 113 114 117 121 123 130 136 142 152 155 160 164 167 170 176 177 178 179 181 183 188 193 193 ' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA SECCIÓN I Política y Democracia en la ideología alemana en Kant................................................................. SECCIÓN II. Política y Democracia en la ideología alemana en Hegel..................................................................... SECCIÓN III. Política y Democracia en la ideología alemana en Feuerbach....................................................... SECCIÓN IV. Post Absolutismo y Fisiócratas............................. CAPÍTULO II. Práctica del Poder y de la Política en el Post absolutismo Inmediato........................................ SECCIÓN I. Poder y Política en Robespierre: Primacía de la República......................................................... SECCIÓN II. Poder y Política en Bonaparte: La Involución Histórica............................................................... CAPÍTULO III. Teoría del Poder, Política y Democracia en la Europa Moderna.................................................. SECCIÓN I. Filosofía Política del Post absolutismo................ SECCION II. Crisis del Humanismo.......................................... SECCIÓN III. Política y Estado en la ideología alemana en Marx y Engels................................................. SECCIÓN IV. Estado y Poder en Hayeck................................... SECCIÓN V. Estado y Poder en Heidegger.............................. CAPÍTULO IV. Práctica del Poder, Política y Democracia en la Europa Moderna............................................... SECCIÓN I. Política y Estado en las concepciones Europeas de la Concertación de Naciones de Metternich... SECCIÓN II. Estado y Poder en la ideología alemana de Bismarck............................................................... SECCIÓN III. Política, Estado y Poder en Lenin........................ CAPÍTULO V. Teoría sobre Poder, Política y Democracia en la América Moderna.............................................. SECCIÓN I. Política, República, Estado y Democracia en Jefferson............................................................... SECCIÓN II. Política, República, Estado y Democracia en Tocqueville................................................................. SECCIÓN III. Política, República, Estado y Democracia en Bolívar.................................................................. SECCIÓN IV. Política, República, Estado y Democracia en Morazán................................................................ 194 200 210 215 217 221 225 240 241 243 245 252 260 263 264 265 268 274 274 276 280 284 10 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. CAPÍTULO VI. Práctica del Poder y de la Política en la América Moderna............................................................... SECCIÓN I. Práctica del Poder y de la Política en Washington en la Independencia de Estados Unidos de América... SECCIÓN II. Práctica de la Política y de la Democracia en Lincoln................................................................... SECCIÓN III. Práctica de la Política, República, Estado y de la Democracia en Bolívar...................................... SECCIÓN IV. Práctica de la Política, República, Estado y de la Democracia en Morazán.................................. SECCIÓN V. Impacto de las Reformas Liberales en el Siglo XIX.............................................................. CAPÍTULO VII Teoría y Práctica del Poder y de la Política en la Era Contemporánea de los Siglos XX y XXI.... SECCIÓN I. Poder y Política en los Siglos XX y XXI............... SECCIÓN II. Poder y Política en la Doctrina Monroe................ SECCIÓN III. Poder y Política en la Doctrina Wilsoniana.......... SECCION IV. Poder y en las Doctrinas Geopolíticas y Geoestratégicas.................................................. SECCION V. Poder y Politica en el Estructuralismo y la Postmodernidad.................................................. Resumen Curricular..................................................................... BIBLIOGRAFÍA.............................................................................. 286 289 293 296 302 315 319 323 326 334 342 376 387 389 11 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA La misma virtud necesita límites. Para que no se pueda abusar del Poder es preciso que, por disposición de las cosas, el Poder frene al Poder¨ Montesquieu. El Espíritu de las Leyes. I. I!1IíII\\Ií!. Poder 1 , Política 2 , Estado 3 y Democracia 4 son categorías en constante cambio que interactúan permanentemente entre sí y por ello son indivisibles, inseparables, mutables, en la construcción de civiliza- ciones del pasado y del devenir. Esto es válido desde la era mística a. C. y en cualesquier civilización, en la época de la lógica y la razón pre y postsocrática, el misticismo y religiosidad feudalista y precolombina, la razón en la era moderna y la complejidad contemporánea de unipo- laridad, supremacía unilateral, globalización excluyente y del conoci- miento centralizado, a escala planetaria. ¿Cuál es el objetivo de este libro ? Como las cuatros catego- rías referidas son correlacionadas e indivisibles, aunque hayan variado 1 Por Poder pueden entenderse múltiples categorías, de acuerdo a cada aspecto de la realidad. A un nivel primario, básico, Poder suele identificarse con la noción de fuerza, energía, que tiene la potencialidad de incidir, capacidad de cambiar la realidad. Poder suele estar más relacionado a la acción social colectiva que a la fuerza física. Poder (en sociología), seria la capacidad de elegir o de influir sobre resultados. Referido al plano político, existiría una serie de acepciones: Poder constituyente (el Poder que elabora la Constitución, que la reforma o enmienda); Poder Público; los tres poderes clásicos descritos por Montesquieu (Legislativo, Ejecutivo, Judicial). Cuarto Poder (medios de comunicación). Quinto Poder, como el uso de las empresas públicas y la capacidad de intervención económica. Sexto Poder, el territorial o el ejercicio del Poder por las comuni- dades autónomas. Poder Fáctico, el que se ejerce fuera de los cauces formales, legales y que en ciertas circunstancias prima sobre el constitucional. Poder Duro (hard power), existente en las relaciones internacionales, la fuerza militar. Poder Blando (soft power), la influencia económica e ideológica, en las relaciones internacionales. Existen también otras categorías: Poder Temporal, Poder Espiritual, Poder Disciplinario.Poder Pastoral. Biopoder. Poder Popular. 2 Su definición y alcance varía conforme a su base teórico-ideológica. Desde la ciencia de transformar lo deseable o posible en realidad, hasta ser el instrumento esencial para la búsqueda del bien común. 3 Categoría de múltiples definiciones, desde el instrumento en una sociedad que impone y preserva las relaciones sociales dominantes, hasta un instrumento de Armonización de las relaciones o un aparato qu busca obtener el bien común. 4 Esta Categoría es utilizada en su acepción amplia como Poder (Crasos) del Pueblo (Demos), definido por Solón como Timocracia, o Gobierno de Ricos, en el siglo VI a. C., o sea sistema no igualitario Como sistema de democracia electoral conocido en la actua- lidad, es de origen reciente, particularmente desde el siglo XX. La Democracia debería presuponer la libertad y la igualdad, para convertirse en una especie de Isodemocracia. 12 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. de naturaleza y alcance según el tiempo y las civilizaciones, en esta investigación pretendemos efectuar un análisis histórico teórico y su práctica sobre el Poder, la Política, el Estado y la Democracia en la construcción del pensamiento y de las civilizaciones, desde el si- glo VIII a. C hasta la actualidad. En este libro existe en consecuencia aproximación a un estudio concreto de lo histórico y el presente, de más de veinticinco siglos y reflexiones sobre el futuro. Ambos aportes, el teórico y el empírico, conjuntamente permitirían proponer principios fundamentales, contenido y tendencias de la nueva concepción del Poder, la Política, Estado y Democracia. Esta multidimesionalidad e interrelación de categorías es olvi- dada por teóricos que simplifican la realidad, como si ésta fuese unidi- mensional y lineal, discriminando la complejidad del mundo. Por ello, éste es un estudio histórico teórico general y analítico del mundo real, articulado permanentemente con el Poder, Política y Sociedad. Así, este libro resume teoría de tratadistas del Poder, Política y Democra- cia, así como sobre la práctica política, desde la era antigua presocrá- tica del siglo VIII a. C., cuando se abandonaron formulaciones míticas, del espíritu y religiosidad, por la lógica y la razón, como fundamento del mundo y del ser humano a, C.; el retorno de la religiosidad en la edad media; hasta el nuevo enfrentamiento de ideas, desde el Renacimiento y hasta el Siglo XXI. La especialización del conocimiento y la supuesta primacía de la unidimensionalidad preconizada en ciertas visiones del mundo y de la ciencia, olvida contínuamente esta máxima de interacción contínua de la complejidad y multidimensionalidad de la humanidad, que resca- tan la filosofía y la historia. Esta visión unilineal plantea el falso dilema de la primacía de la teoría sobre la práctica, o viceversa, olvidando que ambas se sobredeterminan 5 . En este Libro, Teoria y Práctica del Poder 5 La identificación de la teoría y la práctica es un acto político, con el cual se demuestra que la práctica es racional y necesaria, o que la teoría es realista y racional. La praxis, para Aristóteles, carece de sentido productivo, en cambio, para Marx y el marxismo es la actividad mediante la cual se transformará el mundo y siempre debe estar unida a la teoría. Gramsci la define como “la relación entre la voluntad humana (superestructura) y la estructura económica. Gramsci destaca la importancia de la filosofía, es decir, de “la teoría”. Todos los hombres son filósofos y poseen una concepción de la vida recibida socialmente. En el proletariado existe una notable contradicción entre teoría y praxis revolucionaria, porque la concepción del mundo que tienen los proletarios no es otra que 1J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA y de la Politica se ubican en un mismo plano. Como la categoría política proviene del griego politikè (que sig- nifica « ciencia de los negocios de la ciudad», por la configuración de Ciudad- Estado de la organización social griega de la época), etimoló- gicamente, la política es sinónimo de organización del poder en la ciu- dad, similar a los Estados Modernos en el cual el poder es centraliza- do y dispone de instituciones, marco jurídico y diplomacia. La relación entre Política y Estado no es automática ni evidente. Esta acepción es relativamente reciente. La Política, en su dimensión extensa refiere la estructura y el funcionamiento (teórico, práctico) de una sociedad, de una comunidad, de un grupo social. La Política así definida concierne a un método, las acciones, la búsqueda del equilibrio, el desarrollo externo e interno de la sociedad y sus relaciones con el contexto. La política es así un principio de superestructura, de colectividad, una multiplicidad, más que una suma de individualidades. En sentido mas restringido, Política se refiere a las luchas por el Poder y de represen- tatividad del poder, así como a los diversos partidos políticos inmersos en una sociedad. En síntesis, la noción «Política» excede al individuo. Filosofía, Política y Ciencia son así categorías de pensamiento en permanente cambio e interrelación, que han forjado el desarrollo, avance e involución de las civilizaciones. La Filosofía Política, la Fi- losofía Económica 6 , si se efectúa esta distinción de la Filosofía 7 , son la impuesta por la hegemonía intelectual de la burguesía. Para Gramsci, los intelectuales tienen el deber de crear en continua relación dialéctica con las masas, una nueva filoso- fía que esa la crítica y la superación de la religión del sentido común de manera tal que no se separe de la praxis política. Esto es la filosofía de la praxis llevará al proletariado a una nueva concepción de la vida. Se trata de una filosofía creadora que modificará la realidad misma y que enseñará que no existe realidad en sí misma, sino siempre en relación con los hombres que modifican la historia. La problemática central de la filoso- fía de la praxis es responder al interrogante: ¿qué es el hombre? O bien... ¿qué puede llegar a ser el hombre? En efecto, el hombre sólo puede llegar a ser concebido como un ser en acción activa y creadora consigo mismo, con los demás, con la naturaleza, con el pasado, con el futuro.Así, todo es político, incluso la filosofía o las filosofías. Pero la única filosofía es la vida misma, la historia en acto. 6 La filosofía de la economía es la rama de la filosofía que estudia los aspectos filosóficos de la economía. También se puede definir como la rama de la economía que estudia sus propios principios así como sus aspectos morales. Sus ámbitos de acción se refieren a lo ontológico, ético, metodológico y epistemológico. 7 La Filosofía Política es el estudio de los aspectos fundamentales del Estado, Gobier- no, Política, Libertad, Justicia, Propiedad, el Derecho, Derechos, Deberes, Propiedad, Funciones de gobierno, cualquiera sea éste. En sentido general, “filosofía política” a 14 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. interdependientes. Por ello, este libro incorpora teorías y prácticas históricas de estas cuatro categorías, desde el siglo VIII a.C hasta la actualidad, en una perspectiva de la filosofía y del conocimiento cientí- fico 8 , en el entendido que la filosofía divide. “Si la ciencia une, si une sin dividir, la filosofía divide, y no puede unir sino dividiendo”. 9 Si el Poder es relación de fuerza, algunas antagónicas, también divide y une so- lamente cuando es posible integrar por medio de fuerzas centrífugas, hacia un mismo fín. Es el caso de las revoluciones, en la cual también subyacen fuerzas divergentes, en pugna posterior, que crean nuevos estadios de lucha, nuevos desarrollos, nuevos escenarios, nuevas contradicciones. menudo se refiere a una perspectiva general, o a una ética, creencia o actitud específica, sobre la política que no necesariamente debe pertenecer a la filosofía. Los fundamentos de la filosofía política han variado a través de la historia. Así, para los griegos la ciudad (la Polis) era el centro y fin de toda actividad política. En el Medioevo toda actividad política se centra en las relaciones que debe mantener el ser humano con el orden dado por Dios y con los gobernantes, autoproclamados representantes de Dios en la tierra. A partir del Renacimiento, la política adopta un enfoque básicamente antropocéntrico. Entre los principales autores que han desarrollado contenidos de la Filosofía Política han sido Auguste Comte, Emile Durkheim, Alexis Tocqueville, William Edward Burghardt Du Bois, Karl Marx, los autores de la llamada Escuela de Fránckfurt y en cierto modo Michel Foucault. 8 La filosofía de la ciencia es la investigación sobre la naturaleza del conocimiento cien- tífico y la práctica científica. Se ocupa de saber, entre otras cosas, cómo se desarrollan, evalúan y cambian las teorías científicas, y de saber si la ciencia es capaz de revelar la verdad de las “entidades ocultas” (o sea, no observables) y los procesos de la naturale- za. Son filosóficas las diversas proposiciones básicas que permiten construir la ciencia. Por ejemplo: (i) La realidad existe de manera independiente de la mente humana (tesis ontológica de realismo); (ii) La naturaleza es regular, al menos en alguna medida (tesis ontológica de legalidad); (iii) El ser humano es capaz de comprender la naturaleza (tesis gneoseológica de inteligibilidad).Si bien estos supuestos metafísicos no son cuestiona- dos por el realismo científico y muchos investigadores los dan por sentados, hay cientí- ficos de diversas disciplinas que han planteado serias sospechas respecto del segundo de ellos 1 y numerosos filósofos que han puesto en tela de juicio alguno de ellos o los tres 2 . De hecho, las principales con respecto a la validez de estos supuestos metafísicos son parte de la base para distinguir las diferentes corrientes epistemológicas históricas y actuales. De tal modo, aunque en términos generales el empirismo lógico defiende el segundo principio, opone reparos al tercero y asume una posición fenomenista, es decir, admite que el hombre puede comprender la naturaleza siempre que por naturaleza se entienda “los fenómenos” (el producto de la experiencia humana) y no la propia realidad. En síntesis, lo que intenta la filosofía de la ciencia es explicar problemas tales como: (i) la naturaleza y la obtención de las ideas científicas (conceptos, hipótesis, modelos, teorías, etc.); (ii) la relación de cada una de ellas con la realidad; (iii) la capacidad heurística de cada una de ellas; (iv) cómo la ciencia describe, explica, predice y contribuye al control de la naturaleza (esto último en conjunto con la filosofía de la tecnología); (v) la formu- lación y uso del método científico; (vi) los tipos de razonamiento utilizados para llegar a conclusiones; (vii) las implicaciones de los diferentes métodos y modelos de ciencia. 9 Louis Althusser. Lenine et la philosophie. Francois Maspero. Paris. 1969. 1· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Sí. Vivimos en un mundo determinado por el Poder, que es asimismo una categoría multidimensional, contradictoria, conflictiva. Poder del Misticismo, de la Teoría (logos), Lógica y de la Razón; Poder del Amor, Solidaridad, Paz:, Poder del Odio, la Guerra, la Dominación sobre otros. Un nuevo orden internacional basado en la integración de civilizaciones y no en su enfrentamiento es posible, a condición que la humanidad construya su futuro en el respeto a las diferencias y el re- chazo a la supremacía, porque todas las naciones y civilizaciones son igualmente dignas, independientemente de su Poder. Si por Poder se entienden múltiples acepciones, entre ellas la capacidad para imponerse, influir y cambiar la realidad por medio de la Política, existe la idea fuerza que lo caracteriza, que está más relacionada a la acción social colectiva que a la fuerza física. Tam- bién se entiende como la capacidad para cambiar la realidad. El Poder es en consecuencia una categoría determinante en la humanidad. La sociedad es así organizada por el Poder. Sin perjuicio de su carácter determinante, ciertos elementos del Poder son regulados por la Políti- ca, Políticas, Derecho y Economía. Si bien el imperativo de la Política es procurar el máximo bien común el cual debe primar por sobre el bien individual, la Política es determinada por el Poder, esencialmente ideológico-político, el cual es a su vez normalmente asociado al Poder Económico, que en la historia de la humanidad ha condicionado el tipo de Sistema, Estado y Economía. Es así que el Poder Económico es determinado por y a la vez determina el tipo y nivel de desarrollo de las naciones, la Política Global y las diferenciaciones de las Civilizaciones. La única civilización univer- sal es la humanidad. Las naciones deben ser gobernadas por interés nacional o regional, no por intereses especiales, que históricamente se han superpuesto al bien común. Valores universales y absolutos, como Libertad y Razón de la Nación, que son superiores a la Razón de Esta- do, deben primar en la Política y en cada nación, así como en el mundo real de todo sistema político y del tipo de desarrollo. Así, la República, Democracia e Independencia tienen su esencia en la Libertad y en la Razón de la Nación. El Poder debe en consecuencia ser determinado por la Libertad y por la Razón. 1o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Poder, Libertad y Razón de la Nación no son el resultado de supuestos ¨Orden Natural¨, ¨Ley Natural¨, Divina Providencia, ¨Destino Manifiesto¨ o “Mano Invisible”. Son resultantes de relaciones históricas diferenciadas, antagónicas y contradictorias, existentes entre seres hu- manos. Este ha sido el devenir permanente. En los últimos cuatro siglos, la humanidad ha transitado por cinco tipos de racionalidad dominante en el sistema internacional, que ha generado antagonismos, enfrentamientos, guerras, consensos, con- certaciones y diferenciaciones de poder y de riqueza a nivel mundial. En el siglo XVII, Francia, bajo la conducción del Cardenal Richelieu 10 , introdujo la categoría relaciones internacionales, basada en la Nación- Estado, motivada por intereses nacionales, como fin primario y último. En el siglo XVIII, Gran Bretaña introdujo el concepto Balance de Poder, que dóminó la diplomacia europea por las siguientes dos centurias, y que legitimaba el poder de los imperios dominantes en el planeta en espacios determinados. En el siglo XIX, el Canciller Metternich 11 , 10 Armand-Jean du Plessis, Cardenal-Duque de Richelieu (Paris 1585- 1642), fue un prelado, noble y hombre de Estado Francés. Fue el primero en crear una Doctrina de las Relaciones Internacionales, con su concepto del Interés Nacional, que le permitió apoyar al Rey, contra los poderes feudales. La política del Cardenal se centraba en dos metas: centralizar el poder en Francia y neutralizar a los Habsburgo, reinantes en España y Alemania. Para ello, se alío con las rebeldes Provincias Unidas, en guerra con España y apoyó a los estados protestantes alemanes que se enfrentaban a los Habsburgo en la Guerra de los Treinta Años. Así mismo, buscó un acercamiento con Inglaterra, logrando acordar el matrimonio entre Enriqueta María, hermana del rey, y el futuro Carlos I de Inglaterra. Nombrado Obispo en 1607, entró en la política, convirtiéndose en Secretario de Estado, en 1616. Richelieu pronto alcanzó un gran poder en la Iglesia Católica y en el Reino de Francia, convirtiéndose en cardenal en 1622, y en el primer ministro del rey Luis XIII en 1624. Permaneció en el cargo hasta su muerte en 1642, siendo sucedido por el también cardenal Jules Mazarin. Como primer ministro de Francia, consolidó la mo- narquía francesa luchando contra las diversas facciones domésticas. Para contrarrestar el poder de la nobleza, transformó Francia en un fuerte Estado Centralizado. Su política exterior fundamental fue contrarrestar el poder de la dinastía Austro-Hispánica de los Habsburgo, entonces reinante en España y en el Sacro Imperio Romano Germánico. Para ello, aún siendo un ministro católico, se alió con los protestantes para alcanzar dicho objetivo. Fue particularmente notoria su intervención en la Guerra de los Treinta Años, que terminó con la Paz de Westfalia. Su apoyo a la expansión ultramarina le hizo fundar asentamientos o colonias en África, Asia, América: Nueva Francia, Guadalupe, Guayana, Martinica, Senegal, Madagascar y la Isla de la Reunión. Richelieu fue también famoso por su mecenazgo del arte y por fundar la Academie-Francaise, aun existente. Fue conocido por el sobrenombre de l’Éminence rouge (“La Eminencia Roja”), por las vestiduras púrpuras de los cardenales. Murió en el curso de la guerra. 11 El Sistema Metternich es el resultado en política internacional de las ideas del canciller austríaco, Metternich. Su preocupación fundamental era restaurar el orden alterado por 1/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA en Austria, reestructuró el Concierto de Europa, que Bismarck 12 - en Alemania- destruyó y que sumió la diplomacia europea en un juego de sangre fría de la política. En el siglo XX, Estados Unidos, La Unión So- viética y China Comunista introdujeron un Sistema de Detente o Gue- rra Fría, una forma contemporánea de Equilibrio de Poder, entre dos sistemas en tres países en el mundo. Esta racionalidad mantuvo cierta concertación entre las naciones del mundo, basada en el conflicto la- tente, por medio del sistema de las Naciones Unidas, que valorizó el derecho internacional. Guerras decididas unilateralmente desde fines del Siglo XX, como Irak y Afganistán, en contra de la concertación mun- dial, posterior al quiebre del sistema en la Unión Soviética en 1991, fue demostrativo de la existencia de un punto de inflexión del balance del poder mundial, abriendo una nueva etapa de hegemonía y cierta concepción y práctica de supremacía en plena época de globalización, en la cual la potencia dominante se expresa como un Estado Globa- litario, en el cual prima una especie de ley natural de la supremacía y del pensamiento único, que ha desequilibrado el poder, la política y la economía a escala planetaria. En efecto, el siglo XXI es el escenario de un fenómeno sin pre- cedentes, que es necesario reafirmar: el mundo globalizado actual es unipolar, aunque existan otras formas de poder mundial; la hegemonía mundial es concebida como una especie de “ley natural” a la supre- macía; existe preeminencia de un Estado Globalitario, que impone su visión del mundo y su Civilización, en contra de la concertación de naciones a nivel mundial, sintetizado en el sistema de naciones unidas; prima un pensamiento único, que pretende imponerse como el absolu- to, inmmanente, inmutable, perfecto y permanente; hay preeminencia de una visión económica concentradora, centralizadora y monopolista la revolución francesa de 1789 y las guerras napoleónicas a inicios del siglo XIX, tanto en el restablecimiento de fronteras en Europa, como en la organización interior de los Estados y en las relaciones entre ellos. La fórmula establecía la posibilidad de intervenir militarmente para conseguir esos fines, siempre que las cinco potencias europeas que conformaron la Restauración (Prusia, Rusia, Austria, Francia, Inglaterra) estuviesen de acuerdo. 12 Otto von Bismarck, (1815-1898) El denominado “Canciller de Hierro “ Alemán, es uno de las mas significantes figuras políticas en el Siglo XIX. Considerado el fundador del Imperio Alemán, bajo la concepción de la Monarquía Prusiana, cambio a Alemania de ser una débil y conflictiva confederación de reinos y principados en un imperio unido, que dominó Europa desde fines del siglo XIX, bajo la estrategia de la guerra. Quebró la Concertación de Naciones, creada por Metternich desde inicios del Siglo XIX. 18 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. a nivel mundial; se ha impuesto un proceso de debilitamiento de los Estado- Nación, predominando el Mercado, supuesto como el mejor asignador de recursos, por la visión económica néoliberal dominante desde las últimas tres décadas del siglo XX y al iniciarse el siglo XXI. Nos encontramos así frente a un escenario inédito en la era moderna, desde el siglo XVI, en el cual existe la unipolaridad como ra- cionalidad dominante en el mundo. Los bloques creados o por crearse por efectos de la globalización, como el Europeo, Sudeste Asiático, Ru- sia, China, India y la constitución de una comunidad latinoamericana y caribeña y otras regiones, tienen el imperativo histórico de contribuir a edificar un nuevo balance de poder mundial, aún insertos en sus pro- pias contradicciones. ¿Es posible el balance de poder entre las naciones, indepen- dientemente de su nivel de desarrollo? ¿Es posible el balance de poder entre los individuos de una sociedad? Este balance es interactivo, por cuanto la búsqueda de hegemonía de unas naciones frente a otras ha sido una constante histórica. Precondición esencial es erigir una visión, métodos y compromisos con la humanidad. El pensamiento único es éticamente universal cuando la humanidad es objeto y sujeto de la política, del poder, del sistema, en el entendido que la historia es un proceso incesante de relaciones de poder en la humanidad. Poder, Política y Ser son categorías indivisibles. La categoría griega del Ser, en ésta etapa de la razón, concibe al hombre simul- táneamente contradictorio como absoluto y relativo, finito e infinito, único y multidimensional. El análisis del mundo real se efectúa sobre regiones históricamente determinantes en la evolución del Poder, la Política y la fuerza económica de la humanidad, esencialmente del de- nominado hemisferio occidental, Europa y América. Estas regiones son históricamente unidas, convergentes y a su vez disímiles en su histo- ria política y en el papel diferenciado del sistema político, del Estado, del Poder Legal y del Poder Fáctico, así como de su riqueza material. Estas realidades son diferenciadas en sus potencialidades naturales, que combinadas con el fenómeno político, condicionan tipos y niveles de desarrollo. La región América, al igual que Europa, tiene un futuro común y en consecuencia mantienen desafíos convergentes. 1' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Como el Poder y la Política tienen que ver con el Ser y como éste debe ser el objeto y sujeto del Desarrollo, existe una categoría que es esencial integrar: la Etica, ya que ésta es una una de las prin- cipales ramas de la filosofía, articulada con el estudio del ser, mientras tenga bondad o maldad en sus actos. Sin duda, desde el inicio de la reflexión filosófica ha estado presente la necesaria articulación entre Teoría y Praxis. La República y Diálogos Socráticos de Platón, basa- dos en las ideas de Sócrates, son tratados de ética política. Aristóteles articula el primer tratado de Ética, la Ética a Nicómano, basada en la convicción que el ser humano busca la felicidad (ética eudómica). Los Estoicos y los Epicúreos propusieron comportamientos morales basados en principios opuestos: la virtud, vivida con modera- ción (estoicismo), y la búsqueda del placer (epicureismo).Filósofos éti- cos posteriores elaboraron de diversos modos estos principios, hasta la revolución filosófica de Kant, que fundamenta la ética exclusivamen- te en el imperativo moral. Los filósofos idealistas desarrollaron esta moral del imperativo categórico Kantiano. La teoría sobre la ética en el Siglo XX ha creado y generado aportes esenciales: los denominados vitalistas y los existencialistas desarrollan el sentido de la opción y de la responsabilidad, Max Scheler avanza hacia una fenomenología de los valores. Teóricos como Alain Badiou han intentado demostrar que la cuestión de “la ética” en el siglo XX (y XXI), en las opiniones y en las instituciones, es en realidad un “verdadero nihilismo y “una amenazante de negación de todo pensamiento”. Sobre los orígenes y fundamentos de la ética, existen diversos estudios sobre el papel de las emociones en el desarrollo de un pensamiento ético antifundacionalista, como han indicado Richard Rorty o Jordi Vallverdú. En las últimas dos décadas del Siglo XX, el filósofo escocés MacIntyre propone nuevas formas de análisis histórico-filosófico de distintas versiones rivales de la ética. Ética es en consecuencia un im- perativo categórico que debería formar parte del Poder y de la Política, si se quiere edificar el Desarrollo de las Naciones. ¿En que se convier- te el Poder, el Estado, la Libertad, individual o colectiva, la Democracia y los desafíos de la Globalización, sin la Ética?. Es en esta perspectiva que en la Primera Parte se efectúa 20 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. un análisis teórico- histórico-epistemológico-ideológico sobre los fundamentos teóricos y la práctica del Poder, Política, Estado y Democracia en la historia, desde la era presocrática hasta el fin del absolutismo, que conjuntamente modificó supremacías y po- deres económicos. Para articular teoría con práctica política, adop- tamos el método que posterior a una síntesis teórica en cada una de las etapas históricas se articulan elementos de la Práctica del Poder y de la Política. Incorporamos en consecuencia algunos protagonistas determinantes en la reconstrucción del poder y de la historia “occi- dental”, transformando sustantivamente su contexto previo. Sin perjuicio que en la filosofía griega se plantean los prime- ros principios de la ciencia moderna, por cuanto se inaugura la razón como el instrumento para la búsqueda de la verdad, rechazamos toda visión occidental o centrista. Por ello, el Capítulo I de este libro inicia con primeras teorías sobre el Poder y la Política, anticipando sínte- sis sobre el pensamiento griego y las precondiciones que permitieron trascender del mito a la lógica y a la razón, para posteriormente sinte- tizar el pensamiento de Sun Tzu en la China Antigua, concentrándo- se posteriormente en los primeros pensadores griegos presocráticos, Tales de Mileto, Anaximandro y Heráclito, denominados “los filósofos naturalistas”, Solón, el famoso legislador y fundador de la democracia ateniense, finalizando con Sócrates. En el Capítulo II sintetizamos so- bre el Poder y la Política en la Antigüedad en el Occidente. Integra- mos en consecuencia a Pericles, Alejandro Magno y Julio César. En el Capítulo III avanzamos en las concepciones postso- cráticas inmediatas, con los padres de la filosofía escrita y la teoría política, Platón 13 y Aristóteles, compenetrados de la Grecia antigua, cu- yos legados fueron fundamentales en la construcción de la República, basada en un régimen “timocrático”, iniciada en Atenas en el Siglo VII a.C. Para la Práctica del Poder en esta etapa histórica sintetizamos, en el Capítulo IV, la racionalidad del Poder y la Política en la Grecia y Roma Postsocrática inmediata. En el Capitulo V Teoria Sobre Poder 13 A diferencia de Sócrates, Platón ya no observa la realidad. La verdadera realidad es la idea. El mundo verdadero de las ideas es lo único con lo cual se cuenta para iniciar ascensión hacia el saber cierto y unitario. Este mundo ideal platónico pone en marcha la carrera del conocimiento. 21 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA y Política en la Era Medieval Integramos visiones europeocentristas así como del medio oriente. Sintetizamos aportes teóricos del pensa- miento Arabe y Judío, ampliamente influidos por el neoaristotelismo y por el neoplatonismo, San Agustín, los Universales en el siglo XI, Santo Tomás de Aquino, Dante Alighieri, hasta sintetizar las condiciones de la Política y del Poder en el PreRenacimiento Inmediato. En el Capítulo VI enunciamos pensamientos de Hobbes, Loc- ke, Moro, Maquiavelo, en el siglo XVI. Posteriormente se avanza en teóricos que también fundamentaron las bases de la política que revolucionó la historia y las realidades a nivel mundial, iniciándose con la destrucción de los despotismos legados desde la era esclavista, sobre todo desde el siglo XVIII con la Revolución Francesa de 1789, como Montesquieu, Bacon, Montaigne, Rousseau, Voltaire, Mirabeau. Posteriormente, en el Capítulo VII, se articula sobre la Práctica del Poder y la Política en el Absolutismo, seleccionando a Los Médicis, con César Borgia como principal exponente, Richelieu, Luis XIV, Enri- que VIII. La Segunda Parte se concentra en teoría y práctica del Po- der, Política, Estado y Democracia en la historia, desde el Pos- tAbsolutismo Inmediato hasta el Siglo XXI, El Capítulo I sintetiza parte del pensamiento sobre Poder, Política y Democracia en el Post absolutismo inmediato. Seleccionamos la ideología alemana de He- gel, Kant, Feuerbach. El Capítulo II refiere la Práctica del Poder en el Post absolutismo Inmediato con Robespierre, en la Revolución Fran- cesa de 1789 con la primacía de la República naciente; y Bonaparte, con su política expansionista en la Europa de inicios del Siglo XIX. Para el análisis de la Teoría sobre el Poder, Política y De- mocracia en la Europa Moderna del Siglo XIX son seleccionados las concepciones de Marx y Engels del Siglo XIX, Hayeck y Heidegger, en el Siglo XX (Capítulo III). La Práctica del Poder en esta Etapa forza considerar las visiones europeas desde el poder, como la concertación de naciones de Metternich a inicios del siglo XIX, la concepción sobre Estado y Poder en la ideología alemana de Otto Von de Bismarck; has- ta la visión sobre Poder, Política y Estado en Lenin, a inicios del XX, en el Capítulo IV. 22 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. El Capítulo V enuncia aspectos teóricos sobre Poder, Polí- tica y Democracia en la América Moderna, desde el Siglo XVIII, sintetizando las reflexiones de Jefferson y Tocqueville sobre la inde- pendencia de Estados Unidos en 1776; así como las ideas de Bolívar y Morazán, ambos con teorías y prácticas revolucionarias sobre inde- pendencia, federación y el destino de las Américas, en las primeras décadas del Siglo XIX. La Práctica del Poder y de la Política en esta América Mo- derna sintetiza, en el Capítulo VI, las prácticas en Estados Unidos, América Latina y El Caribe, integrando hasta las reformas liberales en el Siglo XIX. Así, se incorporan aspectos de la práctica política de George Washington en la Independencia de Estados Unidos a fines del siglo XVIII, al igual que, Abraham Lincoln y su concepción sobre de- mocracia, en plena guerra de secesión en Estados Unidos a mediados del siglo XIX. Se articula asimismo la Práctica del Poder y la Política en Bolívar y Morazán a inicios del Siglo XIX y la racionalidad de las Reformas Liberales puestas en ejecución en países de América Latina y El Caribe, desde mediados de ese siglo. El Capítulo VII sintetiza la Teoria y Práctica del Poder y la Política en la Era Contemporánea de los Siglos XX y XXI, con figuras determinantes sobre el poder y la política en ambos siglos como Lenin, teórico y a la vez práctico de la política, la aplicación de la Doctrina Monrroe y Wilsoniana en la política internacional de los Estados Unidos, y las diversas Doctrinas Geopo- líticas 14 y Geoestratégicas 15 de postsegunda guerra, desde la coexis- tencia pacífica o de Detente, que implica aportes teóricos y prácticos implícitos de Stalin, Mussolini, Hitler, Mao Tsé Tung (Zedong), John F. Kennedy y Fidel Castro al proceso complejo de transformaciones de esa época, hasta las reflexiones filosóficas del Estructuralismo y la 14 Geopolítica es ideología de dominación global, expresada mediante estrategias ex- pansionistas entre potencias para controlar el mundo o posiciones, territorios, recursos geográficos específicos que le son esenciales para mantener y desarrollar su poder a escala planetaria. Aunque esta categoría se utiliza por vez primera a fines del siglo XIX por teóricos conservadores para justificar la dominación y es retomada por los nazis en su estrategia de guerra mundial, la geopolítica ha sido una racionalidad permanente implícita en todos los imperios para expandirse y perpetuar su poder. 15 Geoestratégica es la creación de espacios para la guerra, por el Poder. 2J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Postmodernidad 16 , que crearon pensamiento nuevo en la postsegunda guerra y hasta el Siglo XXI. En síntesis, en esta Segunda Parte integramos aproxima- ciones teóricas sobre el Poder y la Política desde el Siglo XVI al XXI, desde el empirismo y utilitarismo anglosajón, al racionalis- mo franco-italo-alemán, hasta el pragmatismo angloamericano, la geopolítica moderna y contemporanea, el idealismo latinoameri- cano y el existencialismo y estructuralismo europeo. Esta aproxi- mación es fundamental en la edificación de las civilizaciones del siglo XXI, que es materia de un segundo libro. Es así que en este esfuerzo de síntesis teórica, histórica y de prospectiva, se habría reflexionado sobre aportes a la humanidad en los últimos veinticinco siglos, desde el surgimiento de la democracia occidental en la Era Presocrática y de la acumulación primigenia mer- cantil, intentando articular las categorías determinantes e indisolubles de Poder, Política, Estado y Democracia en la edificación de civilizacio- nes del pasado y del futuro. Su nueva Racionalidad determinada por la libertad y la igualdad y centrada en el ser humano, es impostergable para la humanidad. 16 Filosofías de post segunda guerra. 24 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. 2· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA III^IIA IAI1I Construyamos un Estado, con el pensamiento. Sócrates, en Platón, República. Libro Segundo. Teoría y Práctica del Poder, Política, Estado y Democracia en la Historia: Construcción de Civilizaciones desde la Época Presocrati- ca Hasta el Fín del Absolutismo El “ser” del hombre y su relación con su contexto, las cosas, ha sido una constante en la reflexión filosófica de la humanidad, en todas las civilizaciones. En sociedad, su contexto está determinado por la posición que se ocupa en las relaciones superestructurales e in- fraestructurales del sistema. Poder, Política, Estado, son parte de ese “ser” del hombre, del individuo, la colectividad y su contexto. Un rasgo distintivo de la filosofía antigua 17 es la preeminencia del objeto. En el origen de la reflexión filosófica “occidental” se encuentra, desde Tales de Mileto, la aceptación de que existe algún tipo de rea- lidad “objetiva” a la cual debe basarse el conocimiento. Esta realidad puede consistir en un elemento físico, material, como ocurre en la Es- cuela de Mileto y, en general, entre todos los filósofos presocráticos, 17 Entre los principales filósofos o corrientes filosóficas y políticas “occidentales” se ci- tarían a:Tales de Mileto, Anaxímandro de Mileto, Anaxímenes de Mileto, Pitágoras de Samos, Heráclito de Éfeso, Jenófanes de Colofón, Parménides de Elea, Zenón de Elea, Anaxágoras de Clazomene, Empédocles de Akragas, Demócrito de Abdera, los Sofistas, Protágoras de Abdera, Sócrates, Platón, Aristóteles, Epicuro. 2o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. (incluyendo el “número” de los pitagóricos, quienes al parecer lo con- cebían como una entidad material); o puede consistir en un elemento inmaterial, como las Ideas de Platón. Sea como fuere, la búsqueda del “arjé”, de la primera causa objetiva de la realidad, determinará las subsiguientes interpretaciones de lo real. Todos los demás problemas filosóficos estarán, de alguna manera, subordinados a éste. El cambio de orientación en la investigación filosófica que im- pondrán los sofistas, dirigiendo sus investigaciones hacia el lengua- je, el ser humano y la sociedad, no altera la predisposición a aceptar “ingenuamente”, como se ha señalado en numerosas ocasiones, la existencia de una realidad objetiva, independiente del ser humano que la piensa y a la que ha de ceñirse todo lo existente, incluido el pensa- miento mismo. ¿Qué es Poder? El Poder en la historia plantea múltiples inte- rrogantes. ¿Existe diferenciación de la racionalidad del Poder, según las civilizaciones? ¿Por qué y para que el Poder? ¿Cuál es su fuente? Si existen múltiples diferenciaciones de Poder, político, religioso, eco- nómico, intelectual ¿Cuál es el camino? ¿Qué tipo de camino tomar? Esta es una tarea fundamental y responsabilidad del pensamiento. ¿Qué es Política? ¿Cuáles son las posibilidades reales de la Política? En el pasaje de las ideas a la realidad ¿Es posible la justicia entre los hombres? ¿Qué es Estado? ¿Qué es Democracia? ¿Qué es República? ¿Cuáles son su esencia y límites? ¿Qué es gobernabili- dad? En un contexto de mutación universal de la política y la economía ¿Cómo interpretar sus exclusiones? ¿Cuáles son sus posibilidades de futuro? ¿Han cambiado los fundamentos de la política con el devenir de la historia?. Integrar diversos pensamientos filosóficos sobre la naturaleza y el orígen de la vida, el ser, la humanidad, sociedad - y por conse- cuencia el Poder, la Política, República y Desarrollo, desde las prime- ras concepciones escritas en la China y Persia antiguas, los primeros pensadores occidentales en la filosofía presocrática, hasta las concep- ciones europeocentristas u occidentecentristas, será el desafío de esta Primera Parte. La desigualdad existente en el mundo real de la huma- nidad y las diferenciaciones entre los ideales y la realidad, han sido una 2/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA constante en el pensamiento filosófico escrito o no. Cuando las Ideas Modelo no se correspondan con la realidad, nunca agotan sus posibili- dades y por consecuencia la utopía se reproduce incesantemente.¿Es una utopía creer en la posibilidad de un desarrollo armónico y equilibra- do entre todas las naciones del mundo, si continúa el mismo modelo de funcionamiento del Poder y de la Política?. Sin duda, los procesos políticos y económicos históricos y actuales en el planeta, generan múltiples interrogantes sobre la natu- raleza, alcances y limitaciones del Poder, de la Política y del Estado, la Democracia y el Desarrollo. Si aceptamos que el Poder nace esencialmente del Derecho y éste nace de la Razón y ésta de la Justicia, otras formas de acce- der, mantener o reforzar el Poder son en consecuencia antiéticas. Esta debería ser la conciencia pública del derecho y del poder, porque ésta es su noción ética. Como el poder no debe tener por fín el éxito individual; sino el de las naciones, éste no debe mantenerse, lograrse o reproducirse por medios frágiles, relativos o tempora- les como la violencia, abierta o velada, perfidia, riqueza o ilegali- dad. Sin duda que la fuerza no debe prevalecer sobre el derecho y en consecuencia la razón del mas fuerte no es siempre la mejor. Como corolario, la fuerza obligada a prevalecer está asimismo obligada a tener razón. En última instancia, la razón del derecho concluye por pre- valecer sobre el derecho de la fuerza. El Poder escapa inexorable e inevitablemente a quienes viven sin justicia ni ley. No existe en consecuencia soberanía del fin, cuando éste subordina a la ética y a la moral. Por ello, el arte de gobernar por medio del engaño, además de antiético es fugaz. Como la razón es ante todo ética y colectiva, no existe, por consecuencia, justicia de la fuerza, salvo cuando la razón prima en función del éxito e interés común. ¿Qué es derecho? ¿Qué es razón? ¿Cuándo se tiene? ¿Por qué la razón individual, en política, no es razón general? ¿Qué es Éti- ca? ¿Qué es Justicia? ¿Cuáles son las condiciones de justicia para tener el derecho de ejercitar su poder, conservarlo y ampliarlo por la vía de la violencia? Como el Poder es generado por el conocimiento, la 28 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. fuerza o violencia y la riqueza (Toffler, 1992), así como por la legalidad y la legitimidad, ¿Cuál es el límite del Poder? ¿Cuales son sus efectos sobre la riqueza nacional?. Estos procesos son multidimensionales, complejos, hete- rogéneos y han sido el objeto y sujeto de intereses dominantes en las sociedades, en detrimento del bien común, que es el supuesto objetivo final del Estado, la República y de la Democracia. En teoría, el Estado debería ser el instrumento privilegiado para armonizar los intereses diferenciados en la sociedad. La Democracia es asimismo el sistema político fundado sobre la supuesta igualdad de oportunidades, libertad de elegir y derecho de votar. El proceso de conocer, ser y no ser a la vez, es un imperati- vo de la ciencia. Como la ciencia es una totalidad incesante de teorías y principios para sistematizar el conocimiento, la realidad política re- quiere de constantes aprehensiones, para entenderlas en su dimen- sión histórica y en sus procesos antagónicos y complementarios. Como el proceso cognoscitivo es constante para el desarrollo de la teoría, con nuestra investigación histórica, que aproxima reflexio- nes teóricas originarias sobre la Política, el Estado y la Democracia pretendemos aportar una interacción de conocimientos dispersos para entender los fenómenos actuales del Estado, de la democracia y economia real. Este avance se justifica para integrar elementos epis- temológicos y conceptuales y contribuir a reflexionar en el ámbito de nuevos paradigmas en la ciencia política, al iniciarse el siglo XXI. Así, la política se apoya ante todo en el derecho que nace del deber. La política no se confunde con la religión, ni siquiera con la moral, aunque sin la moral no se comprende la libertad, como no se comprende la Razón sin la Ética. La misión de los gobiernos consistiría en velar por los intereses que constituyen deberes y derechos y la polí- tica sería el arte soberano de lograr la libertad por la justicia. Así, como las teorías preconcebidas, ésta reflexiòn no sería quimera ni utopía. 2' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA \AII1IIí I Concepciones Históricas Presocráticas sobre Poder, Política y Democracia Las ocho secciones de este Primer Capítulo conciben, desde una perspectiva filosófica implícita; los aportes presocráticos al Poder, Política, Estado, Democracia, de Sun Tzu, Tales de Mileto, Anaximan- dro, Heraclito, Solón y Socrates, aunque estas categorías no sean ex- plícitas en algunos de sus pensamientos filosóficos. La filosofía anterior a Sócrates, se realiza en los denomi- nados oriente y occidente, casi en forma simultánea. En el Siglo VII a.C, Sun Tzu, en el Oriente, basa el Poder en la capacidad de pensamiento estratégico. Los primeros filósofos occidentales, en la misma era, fundaban sus reflexiones racionales en el orígen de la vida, de la naturaleza y de la humanidad, fuera de la tradición, que explicaban el orígen y naturaleza del cosmos con mitos de héroes y dioses antropomórficos. En efecto, la Filosofía occidental se había iniciado ya en el siglo anterior al de Sócrates, y en las ciudades de Jonia: en Mileto, Colofón, Efeso, Samos. Unos seres desarraigados y extraños se habían lanzado a la aventura de buscar el porqué de las cosas. Era todo muy distinto en la tradicional y religiosa Atenas, no solamente en ese siglo, sino también en la época de la infancia y la juventud de Sócrates. Pero la Filosofía y los nuevos filósofos estaban ahí, acechando a la mentalidad tradicional y religiosa de la Grecia Continental. De su significado e importancia dan fé la multitud de testimonios referentes al surgimiento de un nuevo y raro tipo de personaje que abandonaba su hacienda, no solía casarse ni tener hijos: si los tenía y se les morían, los enterraban tranquilamente; se desterraban de su ciudad, se desli- gaban de ella y de las obligaciones y pasiones políticas y levantaban los ojos al cielo para escudriñar el sol y la luna, las nubes y los elemen- tos. Atenas no era, en principio, un sitio atractivo para estas personas. Tampoco el resto de la Grecia Continental y todavía en los tiempos en que Sócrates era un niño, es imposible imaginar que un filósofo se trasladara a vivir a ninguna de las metrópolis griegas.Tenían J0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. que empezar a cambiar los tiempos para que un filósofo se atreviera a poner el pie en la ciudad de la diosa Atena. Ello sucederá con Anaxágo- ras. La filosofía comienza, por tanto, a ser una creación de las gentes de las colonias, libres por su desarraigo de muchos fantasmas de la tie- rra natal y nacidos ya en una sociedad más libre y desarticulada, más disgregada y avanzada en los caminos del progreso y la disolución. La filosofía griega se inició con una pregunta para explicarse la Naturaleza (physis) o por el principio o principios últimos (tierra, agua, aire) que son la naturaleza de las cosas. Los primeros filósofos griegos creían que, o la tierra, el agua, el aire. eran aquellos por los que se generaban todos los elementos del universo, es decir, el origen. También pensaban que éste principio o principios eran aquellos en los que consistían todos los seres del universo, es decir, sustrato. Por último también debían ser aquello o aquellos que podían explicar las transformaciones que acontecían en el universo, la causa. SECCIÓN I. Períodos del Pensamiento Griego. Del Mito a la Lógica y a la Razón. En el pensamiento griego existen 5 períodos básicos, de un mi- lenio - desde el siglo VII a.C. hasta el siglo III d. C., que representan 5 momentos diferentes del espíritu (en los cuales se trasciende de la metafísica a la razón material hasta la primacía de un mundo místico), de la razón, 5 épocas, 5 formas de filosofar sobre el orígen de la vida, la naturaleza, el Ser, la sociedad, la política, los regímenes politicos y el futuro de las naciones y de la humanidad. Cada uno de estos períodos de pensamiento significó en consecuencia impactos diferenciados en el Poder, la Política y el Estado en cada momento histórico. I. Período Material o Presocrático (Fines del Siglo VII a pri- meros años del Siglo V a.C) Este momento se corresponde con el nacimiento de la filosofía. Se trasciende de la metafísica a la razón material, reflexionando sobre el orígen del universo. Por ello, el primer problema filosófico que se plantea es la estructura físico-material del universo, es el “Arkhé”, de que esta hecho el cosmos. La filosofía nace con Tales de Mileto. Tales es así el primer físico, matemático y el primer filósofo. Tales, junto con J1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Anaxímandro y Anaximenes es uno de los tres filósofos importantes en la era presocrática. La segunda escuela filosófica importante es la Pitagórica, de la Magna Grecia, Sur de Italia, quienes plantean la cuestión matemática. Esta escuela concibe el cosmos como un gran teorema matemático. La tercera escuela se plantea el problema del cambio. En este período entra en crisis el problema físico.material del Arkhé. Es la gé- nesis de la metafísica. Para que es el Ser. Porque el Ser cambia. Los dos filósofos mas importantes de esta escuela son Heraclito de Efeso (actual Turquia), quien considera el cambio como un hecho lógico (ra- zón) y Parménides de Elea (Magna Grecia, sur de Italia), quien niega la posibilidad del cambio porque es Imposible conocer el No Ser. II. PERÍODO HUMANÍSTICO (Siglo V a C) Este es el período de oro de la cultura griega, bajo la prima- cía de Atenas y conducción de Perícles. Es el momento que se crea la democracia como sistema de gobierno, con Solón, y del desarrollo de la filosofía, con dos corrientes importantes: Sócrates y los sofistas. En este período la política es determinante, por cuanto se sufren los efectos de las guerras Médicas, contra Persia, que destruyeron las ciu- dades griegas de Asia Menor, hasta el punto que casi desaparece la cultura griega. La derrota final de los Persas en la batalla de Salamina impide esta destrucción cultural y es el preludio de mayor explendor cultural y político de la Grecia. Este período se corresponde con la construcción del Partenon. En este período, el problema esencial es la ley y la diferencia entre las leyes físicas, universales, que no se pueden manipular, y las leyes políticas, concretas y manipulables. Es capital el valor que se le otorga a la palabra, que es el instrumento de transformación del mundo. Esto se debe particularmente porque en la sociedad ateniense dominan las asambleas democráticas y por consecuencia quien habla bien y la retórica aparecen como instrumentos de dominación política. Este es un momento en el cual se le da importancia al modelo de ciu- dad, la ciudad ideal y por consecuencia del hombre perfecto, armónico, integral, universal, bello de cuerpo y alma, ánima bella (Kalos Agathcs, de Kalós, bello moralmente y Agathós: justo). Esta categoría tendrá J2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. enorme influencia en la cultura humanística, especialmente en el Re- nacimiento. III.PERÍODO CENTRAL U ONTOLÓGICO (Siglo.IV a C) Este es el período mas importante de la filosofia griega, con Platón y Aristóteles, como los filósofos centrales de la filosofía y de todos los tiempos. Se caracteriza por darle importancia esencial a la metafísica, su papel y alcance. La reflexión central en este período es: ¿Qué es el Ser?. En esta época se inicia la crisis de la ciudad. No es su decadencia: pero se inician los síntomas de la descomposición social. En Atenas, el siglo IV es impactado por las consecuencias de las derrota en la guerra del Peloponeso, entre Esparta y Atenas, que provocó una profunda crisis social y económica. IV. PERÍODO ÉTICO (Siglo III a C) Este es un período de grave crisis social y de anarquía políti- ca, denominada época helenística, que marca una involución entre el ser político y el ser individual, así como de crisis de la ciudad y de su papel reproductor de la política y de la economía. Se extiende desde la muerte de Alejandro Magno, de Macedonia, hasta la invasión Ro- mana. Despues que Alejandro construyó el imperio más grande de los tiempos antiguos, hasta su frontera con la India, y que significó una extensión de la cultura griega en todos sus dominios, a su muerte sin descendencia, el imperio se fragmenta entre varios poderes territoria- les de sus generales. Políticamente, este proceso destruyó las libertades de las ciu- dades y se constituyó un imperio centralizado. Se generó perdida de confianza en el hombre, considerado como ser social. El centro de la vida de la ciudad (El Agora) deja de ser instancia de poder. El hombre no se siente parte de la ciudad. No tiene confianza en la política. Es un período individualista del Ser. Así, el problema fundamental es la moral, precisamente por la conducta individual. La pregunta esencial que determina este período es: ¿Cómo debe actuar el hombre sabio? Generalmente, la sabiduría es identificada como una actitud de auto- marginación política. En este período existen tres escuelas de pensamiento filosó- fico: Estoicos, Epicúreos y Cínicos. Los Estoicos centran su atención JJ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA en la filosofía del dolor. En el mundo existe el dolor y el sabio es quien sabe asumir y aceptar el dolor. La sabiduria moral está centrada en la idea de autocontrol. Los Epicúreos tienen como cuestión principal el tema de la felicidad. El hombre debe procurar ser felíz, aunque el mundo sea doloroso y desagradable. Para ser felíz el hombre debe practicar la moderación. Para los Epicúreos, la felicidad presupone apartarse radicalmente de la política, que es una fuente de dolor y de angustia. Desarrollan asimismo la cuestión de la amistad que ha de ser el fundamento de la relación entre los sabios. La amistad debe substituir la política. Los Cínicos es la escuela más radical. Consideran que la sociedad es injusta y por ello tienen una actitud provocadora, destructora y asocial. Niegan que pueda existir la idea de verdad. Todo es mentira y falsedad. Para ellos, el filósofo debe ser provocador. Esta escuela se origina entre antiguos discípulos de Sócrates, que retoman el sentido irónico de Sócrates, pero en sentido destructivo. V. PERÍODO RELIGIÓSO Y OCUPACIÓN ROMANA (Siglos.II a. C. hasta S..II-III d. C). En este período, Grecia queda bajo control romano. Es un mo- mento de decadencia de la filosofía. Aparece una serie de sectas reli- giosas, inspiradas en cultos egipcios, babilónicos y de otras latitudes. Existe recuperación de escuelas filosóficas anteriores, pero la insertan en un mundo místico. Les preocupa el más allá. Existen en esta época dos grupos importantes de escuelas de filosofía: Neopitagóricos, que recuperan la teoría Pitagórica, la mística y los horoscopos. Los Neoplatónicos, con Ploti como último y principal exponente, recuperan el Platonismo y gran parte de sus categorías y vocabulario es asumida por los cristianos. Ploti influye en el pensa- miento de San Agustin, quien es a su vez considerado como el primer filósofo cristiano, Padre de la Iglesia Cristiana. SECCIÓN II. El Salto del Mito a la Lógica y la Razón. ¿Existe contradicción entre Mito y Lógica y Razón? ¿Qué es mito? ¿Cuáles son las condiciones que crean este salto del mito a la lógica y razón? ¿Cúal es su impacto en el Poder, la Política, la organi- zación social y el desarrollo de su nación? J4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Mito, Lógica y razón no son contradictorios, interactuan. Son formas diferentes de expresar las verdades profundas que se encuen- tran en cada uno de ellos. El mito tiene un orden trágico, “irracional”, fundado también en creencia divina. El mito es una forma artística y filosófica valiosa precisamente porque no se deja extinguir y refiere cosas novedosas y valiosas para cada cultura. La razón tiene una je- rarquía física, material y concreta. A partir del siglo VIII a. C., con el re- descubrimiento de la escritura y con los cambios sociales que impone el comercio entre civilizaciones, existe un replanteamiento del mito, a esto contribuye también el cambio efectuado en las ciudades, como consecuencia de la política y del método crítico público. Esto forza a la filosofía a pasar del mito a la razón. La razón humana experimenta así un cambio frente al orden de como es percibido el mundo y efectúa la primera pregunta filosófica: ¿Porqué hay cosmos (orden) y no caos (desorden) en la física (mundo)? 18 Es generalmente admitido que los mitos se pueden clasificar segun su función en: cosmogónicos, que explican la creación del mun- do; teogonicos, que refieren el origen de los Dioses o de Dios; antropo- gónicos, cuando explican la creación del hombre; etiológicos, cuando explican el orígen o el porqué de determinadas instituciones; escato- logicos, referidos a la vida del mas allá, imaginando el fin del mundo; morales, referidos a la lucha entre el bien y el mal. En la Grecia de la época, no existe religión unica, nacional o unificada, sino que cada Ciudad- Estado o Polis adapta sus diversos mitos a sus intereses, a sus circunstancias. Bajo esta concepción, existen definiciones de mitos, según su naturaleza, que se extienden desde la explicación de los orígenes, del 18 Esta idea es originaria del mito de Prometeo, quien roba el fuego a los dioses. O al mito que un gran sabio como Asclepi fue convertido en el Dios de la Medicina. Los Cen- tauros, para Evemer son una explicación racional de como la humanidad va a domesticar al caballo y así sucesivamente. En general, el everiemo observa el mito de una forma unilateral, pragmática, excluyendo las formas poéticas y simbólicas, que están incluidas también en el mito. El evemerismo fue aprovechado por los primeros cristianos en contra de la religión antigua. Presenta una dificultad conceptual: simplificación del mito, reduc- cionismo, porque el mito presenta elementos simbólicos y diversos niveles de interpre- tación. Prometeo, por ejemplo, no es solamente quien descubrió el fuego, sino también es el símbolo de la intelectualidad, por la función critica, de la revolución de todos los tiempos, porque se enfrenta a los dioses; del humanismo, por la compasión. J· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA cosmos, Estado, ciudad, familia (Mitos Sabios, como la Ilíada y la Odi- sea de Homero, en el siglo VIII a. C.); los que pretenden divertir, no explicar la verdad. Plantean escenarios fantásticos, de fábulas y exa- geraciones, preludio del “folklore”, como la historia del Dios Baco, de la Viña, (Mitos Fantasiosos); hasta aquellos que son el antecedente de la filosofía, al referir comportamientos sociales y morales, existenciales, como la tragedia (Mitos clásicos). En Grecia, los mitos se encuentran expresados sobretodo en la tragedia clásica de Esquilo, Sófocles, Eurí- pides. Tienen un sentido educativo (valores humanos, comportamien- to, purificador, catártico), por medio de la contemplación. En algunos períodos históricos fue obligatorio asistir a representaciones trágicas, como forma directa de educar al pueblo, al ciudadano, en la prudencia, moderación, evitando con ello el exceso en que había desembocado el mundo. El Mito no es verdad ni mentira. Indica aspectos profundos sobre el mundo, el hombre, la vida. Es intención de mantener una si- tuación arquetipo o modelo por medio de la acción, ficción o de una historia. Quien trasciende al Mito, a la ficción, pretende simbolizar algo profundo del espíritu humano. El Mito no es fáctico, no se explica por hechos; mas refiere cierto conflicto de la existencia con el mundo real. Por ello el Mito esta compuesto de dos elementos. El histórico, que obviamente, para ser Mito es exagerado, obviamente falso, inexacto (para alguien imparcial) y el hermenéutico, que implica una interpreta- ción y significado profundo de la verdad. Por ello, todo Mito está deter- minado por la hermenéutica. Las condiciones que contribuyeron al salto del Mito a la Lógica, la Razón son multidimensionales, como es la realidad. La filosofía griega nace de un proceso de análisis y crítica del mito. Múl- tiples culturas tienen mitos, más no filosofía. Lo excepcional del inicio del pensamiento griego es precisamente la concepción de un nuevo tipo de uso de la palabra, para encontrar la verdad. Es así que en Gre- cia existen en el Siglo VII a.C la interacción de 5 factores esenciales que hacen posible este paso del mito a la lógica y logos. Político: Grecia no es un imperio, porque su forma de organi- zación social es de Ciudades-Estado independientes. Todos los ciuda- Jo I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. danos tienen poder político y la obligación de participar en la política de las ciudades. Mantienen conexión con sus gobernantes y pueden criticarlos en público en el agora, o plaza pública, así como debatir sobre temas que interesan a todos, como la política, instituciones, la economía, el poder, las guerras, los impuestos. Todo hombre está obli- gado a participar. Esto hace que todos los griegos estén educados para la discusión, en dialéctica constante, y por consecuencia obligan a desarrollar un pensamiento no dogmático. Para los griegos, la pa- labra idiota, significa precisamente quien no participa en política y en consecuencia que no es positivo para la ciudad. Esta condición permite que exista una cierta conciencia politi- ca, individualista, muy fuerte, pero en conexión con su mundo real in- mediato, su Ciudad - Estado, separada del resto. Esto induce a la bús- queda de la isonomía, o igualdad de todo hombre frente a la ley, que irá evolucionando a la concepción de humanismo. El humanismo es ante todo una confianza en el valor del hombre, como individuo, capaz de dirigir racionalmente la ciudad y de autogobernarse racionalmente, sin necesidad de la religión, que le indique como ha de conducirse. Educativo: Precisamente el método político de participación ciudadana es determinante a un sistema educativo crítico. Por ello, toda innovación o conocimiento es sometido a la razón. Los prime- ros filósofos griegos conocen la geometría, matemáticas y física de los egipcios, pero la someten a su método de la razón. Mientras para los egipcios eran ciencias o conocimiento sagrado, sentimiento religio- so, los griegos las adoptan, prescindiendo del sentimiento religioso. Así, la geometría desarrolla en los griegos una concepción sistemá- tica y organizada del espacio, que conjuntamente con la física, hace que el cosmos pueda explicarse por medio de fórmulas matemáticas y geométricas. No es casualidad que los primeros filósofos son también los primeros geómetras. La geometría griega es así esencial para de- sarrollar la idea de proporción, que es determinante en el arte. Tampo- co es casualidad que sean precisamente los griegos quienes inventan el concepto de belleza, fundada en la correcta proporción bella. Esta idea de proporción es articulada con otros aspectos y ni- veles de la vida. Debe existir proporción entre pensamiento y acción J/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA (entre otros aspectos, este es el preludio de la Ética), entre la razón y los sentimientos. No puede usarse la razón y fundar sus principios y defensa del conocimiento si no existe sentimiento. Lo que no es pro- porcional, los griegos lo consideran exceso. Esta idea griega, según la cual en todas las cosas existe la proporcionalidad, es capital al desa- rrollo del espíritu “occidental”. Económico: La Grecia de la época está integrada por un con- junto de ciudades comerciales. Por este hecho económico, Grecia se encuentra en contacto comercial con otras civilizaciones, principalmen- te del mediterráneo y con Egipto que es el imperio mas importante en ese momento histórico, con quienes interactúan sobre las diversas maneras de concebir al mundo, al hombre, a las ideas de divinidad. Asimismo, tienen la posibilidad de relativizar lo absoluto y de pactar, que es propio de la mentalidad y cultura de los comerciantes. Religioso: Grecia no dispone de religión organizada ni casta sacerdotal, y en consecuencia no existe ninguna incidencia religiosa sobre las Ciudades-Estado. Cada Ciudad organiza sus cultos religio- sos de diversa manera. Los sacrificios rituales se hacen en nombre de la ciudad. Los mitos se interpretan de diversa manera, según las ciuda- des. Existe debate sobre los mitos y en consecuencia se es proclive a la heterodoxia. Frente a las supersticiones se buscan explicaciones y causas racionales. Su Cosmogonía tradicional de buscar explicaciones divinas a las cosas que no podían comprender, es puesta en crítica. La crítica al mito es el primer paso para la ciencia, que coexiste con fenómenos que, al no poder entenderse, continúan siendo concebidos como cosas divinas, como mito. El impacto del salto del Mito a la Lógica y a la Razón en el Poder, la Política, la organización social, el desarrollo de su nación o Ciudad-Estado, de la economía es así multidimensional y cambia radi- calmente la cosmogonía griega y de la humanidad. Todas las categorías son sometidas al análisis crítico dialéctico. Se reorganizan las ideas, las concepciones del mundo, las ciencias, el arte, la organización del espa- cio y las formas de producir, consumir y relacionarse con otras civiliza- ciones. Es un punto de inflexión en la humanidad, sin precedentes. J8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. SECCIÓN III. Poder, Política y Estado en Sun- Tzu “la mejor victoria es vencer sin combatir” Para Sun Tzu (General Chino del Siglo V a. C.), el poder se origina en aplicar con sabiduría el conocimiento de la naturaleza huma- na, en los momentos de confrontación. Se trata de un poder basado en el conocimiento del ser en un momento crítico. Su confrontación con otros. Sin duda, Sun Tzu, al hacer primar la estrategia por sobre la confrontación, la guerra; plantea una visión política de la confrontación y de la constitución de las sociedades. Su visión en ningún momento valida choque de civilizaciones. El Estado así constituido es el resul- tado de asimilación de culturas diferenciadas. No cuestiona el sistema vigente, integrado por una racionalidad monarquica de la época. El de- sarrollo de su civilizacion pasa en consecuencia inexorablemente por la estrategia de la victoria sin combate. En esta concepción de priorizar la estrategia para anticipar problemas y evitarlos lo ubica como precur- sor de la planificación. Poder, Política, Estado son así integrados en su análisis. En realidad, el Arte de la Guerra es una obra para compren- der las raíces de un conflicto y buscar una solución. “La mejor victoria es vencer sin combatir”, nos dice Sun Tzu, “y ésa es la distinción en- tre el hombre prudente y el ignorante”, entre la Ética y el oportunismo político, lo magnánimo del Poder y su uso irracional, la edificación de nuevas sociedades o su destrucción por la guerra. Su obra no es, por tanto, un libro sobre la guerra. Ciertamente, la colección de ensayos sobre el arte de la guerra atribuida a Sun Tzu es el tratado más antiguo que se conoce sobre el tema. A pesar de su antigüedad los consejos de Sun siguen mante- niendo vigencia. El Arte de la Guerra es el mejor libro de estrategia de todos los tiempos. Inspiró a Napoleón, Maquiavelo, Mao Tse Tung y muchas más figuras históricas. Este libro de dos Mil quinientos años de antigüedad, es uno de los más importantes textos clásicos chinos, en el que, a pesar del tiempo transcurrido, ninguna de sus máximas ha quedado anticuada, ni hay un solo consejo que hoy no sea útil. Pero la obra del general Sun Tzu no es únicamente un libro de práctica mi- J' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA litar, sino un tratado que enseña la estrategia suprema de aplicar con sabiduría el conocimiento de la naturaleza humana en los momentos de confrontación. La obra de Sun Tzu llegó por primera vez a Europa en el período anterior a la Revolución Francesa, en forma de una bre- ve traducción realizada por el sacerdote jesuita J. J. M. Amiot. En las diversas traducciones que se han hecho desde entonces, se nombra ocasionalmente al autor como Sun Wu o Sun Tzi. Las ideas de Sun Tzu se extendieron por el resto de Asia hasta llegar a Japón. Los japoneses adoptaron rápidamente estas enseñan- zas y, aparentemente, añadieron algunas de su propia cosecha. Hay constancia de que el principal libro japonés sobre el tema, “El libro de los Cinco Anillos”, está influido por la filosofía de Sun Tzu, ya que su autor, Miyamoto Mushashi, estudió el tratado de “El Arte de la Guerra” durante su formación como Samurai. Habitualmente se hace referencia a las culturas orientales como culturas de estrategia y no es pequeña la influencia de Sun Tzu en este desarrollo cultural. Hoy en día, la filosofía del arte de la guerra ha ido más allá de los límites estrictamente milita- res, aplicándose a los negocios, los deportes, la diplomacia e incluso el comportamiento personal. Por ejemplo, múltiples frases clave de los manuales modernos de gestión de empresas, son prácticamente citas literales de la obra de Sun Tzu. Las ideas siguen siendo completamente válidas a pesar de los 25 siglos transcurridos desde que se escribieron. El núcleo de la filosofía de Sun Tzu sobre la guerra descansa en dos principios: Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño. El supremo Arte de la Guerra es someter al enemigo sin luchar. Estos principios, al igual que instrumentos sobre el manejo del poder, la políti- ca, son evidentes en todo el curso de su obra de estrategia y táctica de guerra, sobre: evaluación, iniciación de las acciones de enfrentamien- to, proposiciones de la victoria y la derrota, medida en la disposición de los medios, firmeza, lo lleno y lo vacío, enfrentamiento directo e indirecto, nueve cambios, distribución de los medios, topología, clases de terreno, arte de atacar por el fuego, concordia y Discordia. En realidad, Sun Tzu conocía las tesis filosóficas sobre reli- gion, Ética y Política de Confucio (Kongfuzi, 551 a.C), nacido también en una sociedad dividida por una racionalidad feudalista. Pretendía 40 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. restaurar el Orden y la Paz por medio del respeto a las tradiciones, a la legitimidad del poder y a la jerarquía social. Mas allá de sus principios ideológico políticos conservadores y de justificación del poder tradicio- nal. Confucio plantea que el poder político del principe, para vivir y ser perenne, debe ser visto y comportarse como un hombre de calidad, un sabio, demostrando sin cesar su ejemplo.”Si un hombre sabe gober- narse a si mismo ¿que dificultad tendrá para gobernar su Estado?. SECCIÓN IV. Poder y Política en Tales de Mileto 19 Dios y las cosas divinas nacieron del agua. ¿Cual es su contribución al tema del Poder y la Politica? En la filosofía occidental escrita, el primer filósofo es Tales de Mileto (Mileto 639.-624 a.C- 547-546 a. C). Para Tales 20 , el origen de todo es el agua. Tales inicia la indagación filosófica naturalista en busca del prin- cipio indeterminado unitario de la naturaleza, del universo, que constituye el mundo de lo real (el Arkhe), es decir el tema de la 19 Algunos estudiosos sostienen que Tales no escribió ninguna obra, y que su conoci- miento se transmitió, en un principio, de forma oral. Otros sin embargo, opinan que sí y, siguiendo a las fuentes antiguas, citan entre sus obras (las cuales no han sobrevivido ni siquiera de manera fragmentaria), una Astronomía náutica (atribuida también a Foco de Samos), sobre el solsticio y Sobre los equinoccios. Origen de su pensamiento: Es muy probable que haya sido uno de los primeros hombres que llevaron la geometría al mundo griego, y Aristóteles lo considera como el primero de los φυσικόι o “filósofos de la natu- raleza”. Muchas de estas ideas parecen provenir de su educación egipcia. Igualmente, su idea de que la tierra flota sobre el agua puede haberse desprendido de ciertas ideas cosmogónicas del Oriente Próximo. 20 En el campo de la filosofía, Tales es el primero en plantearse el tema del Arkhé, es de- cir, el tema de la estructura material del mundo. El Arkhé de Tales es el agua. En uno de sus fragmentos dice que: “Dios y las cosas divinas nacieron del agua”. Esta es una frase revolucionaria. Integra una reflexión importante. Tales es el primero en decirnos que el mundo puede ser explicado por medio de un elemento físico natural, que es el agua.. El mundo es una estructura objetiva, constituido por diferentes formas de agua. Por primera vez se intenta explicar sobre el origen de la naturaleza sin utilizar ni la alegoría ni la fabula. 150 años antes que Tales, Homero (siglo IX-VIII a.C.) en el canto 14 de la Ilíada expresaba que el océano era el padre de todas las cosas y que también es el Dios Génesis, o sea el origen de los dioses. El Océano era un Dios Hijo de Gea (la Tierra) y de Ura (Cielo). En un pueblo de navegantes y comerciantes, el océano era un dios muy importante, porque el comercio se hacía a través del mar. El Agua es como una metáfora de la vida. Tales tiene el merito de criticar este mito. Ya no propone como el orden del cosmos a un espíritu o dios, sino una fuerza material de tipo físico. El Arkhé del mundo es una realitat empírica, comprobable. El’Arkhé del mundo es el agua: H2O.La obra de Tales produce el paso del mito a la razón. Esta primera explicación del mundo se hace sin buscar en la tradición o en los cuentos sino en el mundo material físico. 41 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA estructura material del mundo 21 . Tales de Mileto fue el iniciador de esa indagación racional sobre El universo. Se le considera el primer filósofo de la historia y el fundador de la escuela jónica de filosofía, según el testimonio de Aristóteles. Fue el primero y más famoso de los Siete Sabios de Grecia 22 , el sabio astrónomo y tuvo como discípulo y protegido a Pitagoras. Es aparte uno de los más grandes astrónomos y matemáticos de su época, a tal punto que era una lectura obligatoria para cualquier matemático en la Edad Media y contemporánea. Sus estudios abarcaron profusamente el área de la Geometria, Algebra Li- neal y algunas ramas de la Física, tales como la Estática, Dinámica y Óptica. Su vida está envuelta en un halo de leyenda. Fue el primer filósofo jónico. El origen del mundo es para Tales explicado a partir de un mundo físico y natural. En el contexto del pensamiento y la obra de Tales, su explicación sobre la Naturaleza remitía siempre a un princi- pio o arkhé. ¿Cabía preguntarse si era posible concebir una única rea- lidad o sustancia que pudiera ejercer en ella tanto de origen, sustrato y causa. Tales argumentaba que era el agua quien desempeñaba dicho papel, y quizás sea la primera explicación significativa del mundo físico sin hacer referencia explícita a lo “sobrenatural”. Tales afirmaba que el agua es la sustancia universal primaria y que el mundo está animado y lleno de divinidades? ¿Cuáles eran las razones de por qué el agua es el principio?. Aristóteles plantea que para Tales el agua es el principio (arkhe) de todas las cosas debido a que la tierra descansa sobre el agua; la humedad está en la nutrición de todas las cosas; el calor mis- mo es generado por la humedad y conservado por ella; las semillas de todas las cosas son húmedas, y el agua es el orígen de la naturaleza de las cosas húmedas. 21 La palabra griega “arkhé” significa también el inicio y el poder. 22 Los siete sabios son un conjunto semilegendario de personajes que según los grie- gos, fueron los primeros en defender el logos, palabra, lógica. Algunos de los sabios son personajes históricos (por ejemplo Solón, legislador ateniense). Se les sitúa en el siglo VI a.n.e. El primer filósofo, Tales, forma parte de este grupo. La lista más habitual de los siete es la que entrego Platón a Protágoras: Tales de Milet, Bies de Priene [Biantes], Pí- tac de Mitileno, Solón de Atenes, Cleobulo de Lindos, Quiló de Esparta y Misó de Queen. Juan David García Bacca. Refranero, poemas y sentenciario de los primeros filósofos griegos, Edime, Caracas-Madrid, 1972. Carlos García Gual. Los siete sabios (y tres más) Ediciones Madrid. Libro de Bolsillo, nº1369.t. 42 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Se inicia así la Escuela Jónica-Milesa 23 , la primera escuela de filosofía en Occidente. Para Heráclito de Efeso (510 a C.), “todo cam- bia”. El Poder está así determinado por el cambio permanente, en el mundo de las ideas y del mundo real. Para Parménides (495 a C.), existe primacía “del Ser”: “El Ser es y el No-Ser No Es”, determi- na implícitamente la diferencia entre la verdad y la no verdad. La búsqueda de la verdad, sabiduría, justicia y por consecuencia el hombre justo y el Estado Justo, son las virtudes buscadas en el pensamiento filosófico, iniciado por Tales. Los frutos de la victoria pertenecen al justo (…) y los justos (…) viven todas las dignidades 24 . De estas aseveraciones derivamos que la justicia es en con- secuencia el valor supremo que debe dirigir todo acto de la hu- manidad, entre ello la política y su sociedad. La justicia es así un bien y un imperativo ético que todo ser debe buscar. Si el hombre no tiene ética, simplemente no existe. Se niega a si mismo. Poder, Política y Sociedad deben en consecuencia ser determinados por la justicia. Esta es una nueva concepción racional sobre el universo, del cual forma parte el ser, la humanidad y todas sus creaciones, entre ellas el Poder, la sociedad y la economía. SECCIÓN V. Poder y Política en Anaximandro El principio de todas las cosas es el infinito. Lo indeterminado, lo indefinido, el infinito es el principio de to- das las cosas. ¿ Cuál es su contribución al Poder y la sociedad,si su 23 Hay ciertas constantes del pensamiento jónico que cabe valorar como nuevas en los siglos VII y VI: racionalismo (sistematización racional de la fisis mediante hipótesis e inferencias, esto es, interpretación analógica de la realidad física a partir de ciertas experiencias fundamentales, regidas por el principio de la unidad y permanencia de sus elementos últimos), inmanentismo (exclusión de divinidades mágicas, arbitrarias e irracionales, materialismo), observación crítica y sistematizada del mundo. A estos tres elementos no míticos hay que añadir, quizás, otro de alcance más general, puesto de manifiesto por Vernant: la concepción geométrica del espacio. Junto a estas notas con- viven en los milesios y en Heráclito claros elementos míticos, entre los que se pueden destacar la intención soteriológica de sus sistemas, la persistencia de signos y de un lenguaje poético y una serie de afirmaciones cosmológicas como la del estado de in- distinción del comienzo en el cual nada se diferencia. Francisco Ferrer: Los pensadores jónicos. Universidad de Valencia. 24 Sócrates en Platón, República, Libro Décimo. 4J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA reflexión se funda en el mundo físico? Es precisamente esta focaliza- ción en lo físico del mundo material, que induce a reflexionar sobre los contrarios y el movimiento, que es lo único eterno, que contribuye a establecer las bases sobre las contradicciones inmanentes en la socie- dad. Anaximandro (Siglo VI a. C, 610-547) fué el primero de los griegos que conocemos que se atrevió a publicar un tratado en prosa sobre la naturaleza. Entre los que dicen que es uno, en movimiento e infinito, Anaximandro de Mileto, hijo de Praxíades, que fue sucesor y discípulo de Tales, dijo que el principio y elemento de todas las cosas existentes era el ápeiron [indefinido o infinito], el cual es un anteceden- te del concepto Aristotélico de potencia o posibilidad de llegar a ser, devenir, que tienen los seres materiales. Anaximandro es el primero que introdujo este nombre de «prin- cipio». Afirma que éste no es agua ni ningún otro de los denominados elementos, sino alguna otra naturaleza ápeiron, a partir de la cual se generan todos los cielos y los mundos que hay en ellos. Ahora bien, a partir de donde hay generación para las cosas, hacia allí también se produce la destrucción, según la necesidad; en efecto, se pagan mútuamente culpa y retribución por su injusticia, de acuerdo con la disposición del tiempo, hablando así en términos poéticos. Para Anaximandro, en la generación de este cosmos, el ger- men de lo caliente y lo frío fue segregado de lo eterno, y que de ello surgió una esfera de llamas en torno al aire que circunda a la tierra, como una corteza en torno al árbol; al romperse [la esfera] y quedar encerradas [sus llamas] en algunos círculos, se formaron el sol, la luna y los astros. Anaximandro no deriva la generación de la alteración del elemento, sino de la separación de los contrarios por obra del mo- vimiento eterno. Por eso Aristóteles lo conecta con los discípulos de Anaxágoras. Aristóteles lo consideraba el primer filósofo estricto porque es el primero que plantea el tema de la Phisis en ambos términos, que exceden el análisis de la materia concreta. Con Anaximandro la filosofía avanza un segundo paso mas abstracto, después de Tales. Es el primer filósofo que tiene intuición metafisica sobre el universo. 44 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Anaximandro es también un científico, descubridor y constructor. Será el primero en medir el perímetro de la tierra a partir del movimiento del sol y descubrirá el solsticio y equinoxio. Como referimos, en el campo de la filosofia, Anaximandro plantea la cuestión del Ápeiron (lo indeter- minado o indefinido). Principio, movimiento, infinito, retribución, injusticia son ca- tegorías que indudablemente modifican la concepción de la realidad natural y de la sociedad y en consecuencia de las formas de vida en política y en relación con la esfera económica. SECCIÓN VI. Poder y Política en Heráclito. El fundamento de todo está en el cambio incesante. Que el orígen de todo es el cambio y que este es incesante y transforma, su aporte a la primacia de una Ley de la lógica y la razón, la actitud crítica e indagadora, su pensamiento dialéctico, son sin duda aportes esenciales a la humanidad. El Poder y la Política no pueden ser percibidos en la misma dimensión. El Poder y la Política, y todo el mundo, el material e inmaterial son en consecuencia relativos. De Heráclito de Efeso, 25 (544-484 a.C), como los demás filóso- fos anteriores a Platón que no escribieron, no quedan más que fragmen- tos de sus obras y en gran parte se conocen sus aportes por testimonios posteriores 26 . Heráclito es netamente aforístico. Su estilo remite a las sentencias del Oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y con- 25 Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos, como los llamó Aristó- teles, que pensaban que el mundo procedía de un principio natural (como el agua para Tales, el aire para Anaxímenes), y este error de clasificación se debe a que, para Herá- clito, este principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La contradicción está en el origen de todas las cosas. 26 Mucho del conocimiento sobre Heráclito proviene del historiador de la filosofía antigua Diógenes Laerci (epicúreo griego de la época romana). Diógenes Laercio (en Vidas..., IX 1-3, 6-7, 16) le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza, que estaba dividido en tres secciones: “Cosmológica”, “Política” y “Teológica”. No se posee mayor certeza sobre este libro. I. Bywater ha hecho un reacomodo de los fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducida al español por José Gaos. Agustín García Calvo reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: Razón General, Razón Política y Razón Teológica. 4· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA fusa que explica, usando el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Heráclito afirma que el fundamento de todo está en el cambio incesante. Que el ente deviene, que todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa. Todo este fluir está regido por una ley que él denomina, Logos, Lógica. Esta Lógica no sólo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da signos) al hombre, aunque la mayoría de las personas “no saben escuchar ni hablar” (fragmento B73DK). El orden real coincide con el orden de la razón, una “armonía invisible, mejor que la visible” (B54DK), aunque Heráclito se lamenta que la mayoría de las personas vivan relegados a su propio mundo, incapaces de ver el real. Si bien Heráclito no desecha el uso de los sentidos (como Platón) y los cree indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y que es igualmente necesario el uso de la inteligencia. Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque para Heráclito lo sabio es “uno y una sola cosa”, esto es, la teoría de los opuestos. 27 Quizás el fragmento más conocido de su obra dice: en el mis- mo río entramos y no entramos, pues somos y no somos [los mis- mos]. Este fragmento es citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces en el mismo río, siguiendo a la versión que da Platón en el Cratilo. Ejemplifica la doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del río fluye y cam- bia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el movimiento del agua. Algunos autores ven en el cauce del río el logos que “todo rige”, la medida universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego. A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe 27 Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas visibles, de la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole: ‘cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos llevamos’. Citado en Diels-Krantz, Fragmente der Vorsokratiker, 22B56whitesmoke 4o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. recordarse que Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirma- ción del devenir y del pensamiento dialéctico. 28 Su filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: “La guerra (“pólemos”) es el padre de todas las cosas”, una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco. Para Heráclito el arjé es el fuego, en el que hay que ver la mejor expresión simbólica de los dos pilares de la filo- sofía de Heráclito, el devenir perpétuo y la lucha de opuestos, pues el fuego sólo se mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia. Ahora bien, el devenir no es irracional, ya que el logos, la lógica universal, lo rige: “Todo surge conforme a medida y conforme a medida se extingue”. El hombre puede descubrir este logos en su propio interior, pues el logos es común e inmanente al hombre y a las cosas. La doctrina de Heráclito fue interpretada, olvidando esta afirmación de la lógica, el lo- gos, en la filosofía inmediatamente posterior sobre todo, en Platón como una negación de la posibilidad del conocimiento: si nada es estable, se niega la posibilidad de un saber definitivo. De Heráclito es también la doctrina cosmológica del eterno retorno: la transformación universal tie- ne dos etapas que se suceden cíclicamente: una descendente por con- tracción o condensación, y otra ascendente por dilatación. Sin duda, estas categorías de Heráclito sobre el devenir per- manente y de la unidad y lucha de contrarios, contribuye significativa- mente al desarrollo de la filosofia y la comprensión de las contradic- ciones en la sociedad, la naturaleza y las relaciones en la humanidad, relaciones de clase, de producción y de acumulación incluidas. 28 A pesar que existen ciertas similitudes entre Heráclito y Parménides, las doctrinas de ambos siempre han sido contrapuestas (con cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada “del devenir” o (con cierto equívoco) “del todo fluye”, mientras que el ser parmenídeo es presentado como una esfera estática e inmóvil. 4/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA SECCIÓN VII. Poder, Política y Democracia en Solón El justo medio ¿Cual es lo inédito en Solón, con respecto al Poder, la Política, el Estado? Solón es el primero en aporte teórico y práctico al Poder y la Política, con su constitución y su reforma social, que inicia con su sistema Timocrático, preludio de la democracia, y de la reorganización de la sociedad y de la política, basada en clases sociales y en la rique- za. Lo económico es así determinante a lo político. En efecto, Solón (638–558 a. C.), considerado uno de los siete sabios de Grecia, fue un famoso legislador ateniense, considerado uno de los precursores de la democracia en Atenas. Fue un gran reformador politico y social. ¿Cuáles fueron los principales elementos de estas reformas? En la mitad de los años 590 a. C. trabajó para instigar la re- anudación del conflicto con Cirra sobre Salamina. En 594 a. C. fue nombrado arconte de la región de Ática, con el propósito de controlar el desorden civil rampante en esa ciudad, producto de las leyes emitidas por Dracón y la esclavitud de muchos campesinos por deudas.Solón abolió la mayoría de Las leyes emitidas por Dracon (de donde se deri- va el adjetivo de “draconianas”), que eran excesivamente sanguinarias con los delitos menores y habían provocado quejas en la población, excepto las referentes al homicidio. Introdujo un conjunto de reglamen- tos, seisachtheia, que fueron muy útiles para mejorar las condiciones en asuntos de hacienda y tenencia de tierras. Sus reglamentos tuvieron tal éxito que se le encomendó la ta- rea de reescribir la constitución. El resultado fue llamado más tarde la Constitución Soloniana 29 , en el 594 a.C. Se eximió a los ciudadanos de 29 Esta constitución estableció un régimen que llamamos Timocracia (“gobierno de los ricos”), u Oligarquía (“gobierno de algunos”), ya que sólo permite el acceso a las institu- ciones de gobierno superiores a aquellos que poseen las mayores propiedades. Ante- riormente sólo los aristócratas controlaban estas instituciones. Por tanto, la Constitución Soloniana significa una pérdida de poder político para los aristócratas y una extensión de éste hacia capas medias de la sociedad. La Constitución de Solón tiene su mérito en que a través de la riqueza, permitió el acceso a la acción política a personas ajenas a la aristocracia (mercaderes y comerciantes enriquecidos en el intercambio con las colonias mediterráneas, por ejemplo). Además, fue la primera constitución escrita, lo cual ayudó a finalizar con las arbitrariedades de los jueces (que siempre eran “aristoi”). De este modo, las capas medias trabajadoras de la sociedad lograron una cuota considerable de participación política. 48 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. impuestos directos. Introdujo la Heliaia (juicio por jurado). El Consejo de los Cuatrocientos (o Bulé) y el Areópago fueron establecidos como los principales cuerpos consultivos y administrativos. Anuló todas las deudas que pesaban sobre los campesinos humildes y decretó que to- dos los esclavos por deudas fueran liberados; remodeló el calendario, y reguló los pesos y medidas. Sus leyes fueron escritas en cilindros especiales de madera y puestas en la Acrópolis. Por la reforma social de Solón o Timocracia (Gobierrno de los ricos) se terminó con los derechos de casta, adaptando los derechos y deberes de los ciudadanos a sus respectivas rentas, procediendo a la división de la población en cuatro clases. Este sistema político, en el que en función de la renta de cada clase (unidad de medida: me- dimno) se le adjudican ciertos derechos políticos y responsabilidades, se conoce como timocracia (timokratia).Estas cuatro clases diferencia- das por su capacidad de generar rentas son: (i) Pentakosiomedimnoi (Pentacosiomedimnos): producen más de 500 medimnos; (ii) Hippeis: son los que producen más de 300 medimnos. Su nombre proviene de su pertenencia a la caballería (pueden permitirse pagar un caballo); (iii) Zeugitai: son los que producen entre 200 y 299 medimnos. Son la masa de los labradores o pequeños campesinos que formaban el ejér- cito hoplita (podían pagarse el casco, la espada corta, la coraza...); (iv) Fhétes: producen menos de 200 medimnos 30 . Analizando la Constitución Soloniana, los autores no coinciden en cuanto a qué clases podían aspirar a cuáles magistraturas, aunque aproximadamente se puede explicar así: (i) las tres primeras clases (las superiores), debían cumplir el servicio militar como hoplitas; (ii) no está claro si eran las dos primeras clases o sólo la primera quiénes po- dían desempeñar magistraturas superiores; (iii) mientras que los de la cuarta clase (la de los trabajadores asalariados), servirían en infantería ligera o la flota y sólo tenían voz en la asamblea popular (Ekklesía) y en los Tribunales de Justicia (Heliaia). 30 Había de tributar como quinientos medimnoi el que sacase de tierra propia quinientas medidas entre áridos y líquidos; como caballeros los que sacasen trescientas, o como algunos dicen los que pudieran criar un caballo, y éstos dan como prueba el nombre de la clase, como deducido de este hecho, (...). El tributo de un par pagaban los que cose- chaban entre áridos y líquidos doscientas medidas, y los restantes pagaban el impuesto como fhétes, sin participar en ninguna magistratura. 4' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA En síntesis, mediante la Constitución Soloniana, se evolucionó sobre el poder político y a fuerza de las instituciones, más se valorizó a la sociedad según la riqueza generada por cada miembro de la po- blación. La riqueza era determinante a la vida política. La Democracia así concebida era la democracia no de todos, sino de algunos, quienes tenían poder económico. Nace asi la Timocracia, que sin duda evolu- cionó a la humanidad, mas generaba nuevos antagonismos y contra- dicciones. En efecto, la Timocracia significó la división de la población en cuatro clases según los “medimnoi” producidos por cada persona. La riqueza determinaba la participación política porque sólo los Pentako- siomedimnoi y quizá los Zeugitai podían optar al “arcontado” (magis- traturas ejecutivas). Por tanto, la participación en el Areópago estaba limitada a ellos. Sólo las tres clases superiores podían participar en el ejército, al poder pagarse las armas necesarias. Los Hippeis (“caba- lleros”) podían también pagarse un caballo. El Areópago o Consejo Aristocrático, en época monárquica había sido el Consejo del Rey. En época monárquica se llamaba Bulé, pero cambió su nombre cuando Solón creó la nueva Bulé. En época de Solón fue mantenido como un consejo prestigioso que supervisaba el gobierno de la ciudad, el trabajo de los magistrados, opinaba sobre el gobierno y actuaba como tribunal para delitos graves y de sangre. No podía decidir, pero la Ekklesía intentaba contar con su favor. Estaba compuesto de forma vitalicia por aristócratas, familias poderosas y por los exarcontes. La Bulé, nuevo órgano creado por So- lón, era un Consejo de Cuatrocientos ciudadanos (cien de cada tribu del Ática). Los thétes estaban excluídos de la vida política. Hay dudas sobre sus funciones en época de Solón. Se cree que se ocupaba de proponer leyes y de preparar las reuniones de la Ekklesía. La Ekklesía o Asamblea Ciudadana era la que tomaba todas las decisiones de po- lítica interior, exterior, legislativa, judicial y ejecutiva, pero necesitaba la aquiescencia y consejo del Areópago y la Bulé. La Ekklesía elegía a los arcontes, y por tanto, elegía indirectamente a los nuevos miembros del Areópago. Estaba compuesto por todos los ciudadanos mayores de dieciocho años, varones. Delegaba su poder ejecutivo en los nueve ·0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. arcontes y su poder legislativo en el Areópago (tribunal para los casos de homicidio voluntario) y en la Heliea (tribunal ciudadano). La Heliea era un Tribunal de Justicia Ciudadano, compuesto por ciudadanos ele- gidos por sorteo. Grafico Nº 1 Orígen Económico del Poder Político: La Nueva Bule de Solón. Fuente: Construcción propia (2009) A pesar que las leyes solonianas resolvían varios problemas de la sociedad ateniense, no era suficiente para las clases más bajas, que esperaban medidas más radicales. Solón 31 en cambio buscaba el justo medio, atribuyéndosele la frase “guarda todo con mesura”. Solón se convierte así en padre de la democracia al ampliar la base de participación ciudadana, por la eliminación de castas, aunque fundada en la diferenciación de la sociedad en clases sociales y en consecuencia su acción política es basada en la riqueza y en los an- tagonismos y contradicciones sociales que esta diferenciación genera, por ser consubstancial a la desigualdad. Lo económico aparece como 31 Dejó a los atenienses por el lapso de 10 años, en los que debían respetar las leyes, cosa que no ocurrió, y recorrió varios países como Chipre, Lidia y Egipto, de donde ex- traerá a partir de varios sacerdotes el relato de la Atlántida, posteriormente recogido por Critias y plasmado por Platón en sus diálogos Timeo y Critias, regresando a Atenas para el año 550 a. C., durante el gobierno del tirano Pisístrato, que se mantuvo respetuoso con el viejo legislador. Debatió sobre el sentido de la ley con el filósofo Anacarsis el escita y falleció el año 558 a. C. ·1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA determinante en lo político y en la organización de la sociedad. Visto con la óptica política actual, la timocracia es esencialmente inhumana y por consecuencia profundamente imperfecta; mas es un paso ascen- dente en la transformación de la sociedad de la época y por conse- cuencia fue radicalmente revolucionaria. SECCIÓN VIII. Poder y Política en Sócrates La verdad es estrictamente reflexiva, que tiene un carácter puramente lógico y nunca empírico ¿Cuál es el aporte filosófico de Socrates 32 (499-369 a. C.) al Poder, la Política, el Estado? 32 Sócrates (Atenas 470- 399 a. C.) es el filósofo griego considerado como uno de los más grandes, tanto de la filosofía occidental como universal y como precursor de Pla- tón y Aristóteles, siendo los tres representantes fundamentales de la filosofía griega. a. C. Es la época más espléndida en la historia de su ciudad natal, y de toda la antigua Grecia. Los primeros años de la vida de Sócrates coinciden, pues, con el período de esplendor de la sofística en Atenas. Recibió una educación tradicional: literatura, música y gimnasia. Posteriormente se familiarizó con la dialéctica y la retórica de los sofistas. Al principio, Sócrates fue escultor, siguiendo el trabajo de su padre y realizó un conjunto de estatuas de las tres Gracias, que estuvieron en la entrada de la Acrópolis hasta el siglo II a. C. Participó en la guerra del Peloponeso contra Esparta, en las batallas de Potidea en el 432-430 a. C., Delio en el 424 a. C., y Anfípolis en el 422 a. C. Sócrates no escribió nada y, a pesar de haber tenido numerosos seguidores, no creó una escuela filosófica. Las llamadas escuelas socráticas fueron iniciativa de sus seguidores. Acer- ca de su actividad filosófica nos han llegado diversos testimonios, contradictorios entre ellos, como los de Jenofonte, Aristófanes o Platón, que suscitan el llamado problema socrático, es decir la fijación de la auténtica personalidad de Sócrates y del contenido de sus enseñanzas. Si creemos a Jenofonte, a Sócrates le interesaba fundamentalmente la formación de hombres de bien, con lo que su actividad filosófica quedaría reducida a la de un moralista práctico: el interés por las cuestiones lógicas o metafísicas sería algo completamente ajeno a Sócrates. Poco riguroso se considera el retrato que hace Aristó- fanes de Sócrates en “Las nubes”, donde aparece como un sofista jocoso y burlesco y que no merece mayor consideración. Murió a los 70 años de edad, en el año 399 a. C. aceptando serenamente una condena e ingiriendo cicuta, como método elegido de entre los que un tribunal, que le juzgó, le ofrecía para morir por no reconocer a los dioses ate- nienses y por, según ellos, corromper a la juventud. Según relata Platón en la apología que dejó de su maestro, éste pudo haber eludido la condena, gracias a los amigos que aún conservaba, pero prefirió acatarla y morir. En efecto, en el año 399 Sócrates, que se había negado a colaborar con el régimen de los Treinta Tiranos, se vio envuelto en un juicio en plena reinstauración de la democracia bajo la doble acusación de “no honrar a los dioses que honra la ciudad” y “corromper a la juventud”. Al parecer dicha acusación, formulada por Melitos, fue instigada por Anitos, uno de los dirigentes de la democracia restaurada. Condenado a muerte por una mayoría de 60 o 65 votos, se negó a marchar- se voluntariamente al destierro o a aceptar la evasión que le preparaban sus amigos, afirmando que tal proceder sería contrario a las leyes de la ciudad, y a sus principios. El día fijado bebió la cicuta. ·2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Sócrates continúa siendo un enigma porque no escribió nada, sólo lo conocemos a través de Platón, algo por Aristóteles, Jenofonte y los sarcasmos que le dedicó Aristófanes. ¿Pero cuál es el verdadero Sócrates? Lo que de él sabemos, nos lleva a decir que era lo contrario a los sofistas, que enseñaban un uso perverso del lenguaje para lo- grar el poder, el éxito, un intelectualismo extremadamente pragmático y antiético. Para Sócrates, es en el uso de la razón donde reside el principio mismo del bien, según lo que habitualmente se define como intelectualismo moral. El hombre no es malo por voluntad, sino por falta de conocimiento, de educación, de cultura. Sócrates no fue en realidad un teorizante de la ética; buscaba simplemente el camino capaz de conducirle a la virtud y sacarle de su aporía de ignorancia; pero ya este punto de partida contiene el germen de la conclusión hacia la que había de tender el proceso iniciado por él, la fundación de la “Ética”. La cuestión “¿qué es lo bueno o lo justo?” no es la cuestión de un profeta sino la de un pensador. Con todo y afirmar tan apasionadamente el bien, lo que pone en primer término esta cues- tión es el descubrimiento de la naturaleza de lo que llamamos bien y el ignorarlo es la verdadera desgracia a que da expresión. El hecho de que el más grande guía moral de Grecia se in- terese tanto por la objetivación y la aprehensión de lo justo, muestra que los griegos sólo podían lograr su más alto triunfo moral mediante la creación de una filosofía de la moralidad. Ésta es la razón de que la cuestión de la intención subjetiva y la “realización” de la educación de la voluntad, ocupe un segundo término en Sócrates y éste la trate de un modo que –por mucho que hablemos en torno a ella– no puede sa- tisfacernos. Para él, como para Platón, no era esta cuestión de la Moral tanto la única finalidad directiva, cuanto simplemente el supuesto de la cuestión que ellos sentían con verdadera intensidad, a saber, cuál es la esencia del bien. El camino del conocimiento era largo para ellos; en cambio, que el conocimiento aseguraba el acierto de la acción parecía casi evidente de suyo. 33 La base de las enseñanzas Socráticas y lo que inculcó, fue la creencia en una comprensión objetiva de los conceptos de justicia, 33 Werner Jaeger. Semblanza de Aristóteles. Análisis del Hombre. ·J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA amor y virtud y el conocimiento de uno mismo. Creía que todo vicio es el resultado de la ignorancia y que ninguna persona desea el mal; a su vez, la virtud es conocimiento y aquellos que conocen el bien, actua- rán de manera justa. Su lógica hizo incapié en la discusión racional y la búsqueda de definiciones generales. En este sentido influyó en las concepciones posteriores sobre las categorías objeto de estudio. El Poder, la Política, el Estado y la Democracia, deben ser percibidos, conforme al pensamiento socrático, como una realidad objetiva de la justicia, el amor, la virtud y conocimiento. En lo inmediato, influyó en sus discípulos Platón y, a través de él, en Aristóteles. Para Sócrates, lo esencial para el conocimien- to y la verdad universal está determinado por el método, de diálogo inductivo. La naturaleza de todas las categorías universales esta en consecuencia determinada por el diálogo mayeutico. La sabiduría de Sócrates no consiste en la simple acumulación de conocimientos, sino en revisar los conocimientos que se tienen y a partir de allí construir conocimientos más sólidos. Esto le convierte en una de las figuras más extraordinarias y decisivas de toda la historia; representa la reacción contra el relativismo y subjetivismo sofísticos, y es un singular ejemplo de unidad entre teoría y conducta, entre pensamiento y acción. A la vez, fue capaz de llevar tal unidad al plano del conocimiento, al soste- ner que la virtud es conocimiento y el vicio ignorancia 34 . Sócrates, fue el verdadero iniciador de la filosofía en cuanto que le dio su objetivo primordial de ser la ciencia que busca en el inte- rior del ser humano. El método de Sócrates era dialéctico: después de plantear una proposición analizaba las preguntas y respuestas susci- tadas por la misma. Sócrates describió el alma como aquello en virtud de lo cual se nos califica de sabios o de locos, buenos o malos, una combinación de inteligencia y carácter. Tuvo gran influencia en el pen- samiento occidental, a través de la obra de su discípulo Platón. Creía 34 Además de las tres obras que se conservan nos podemos acercar a Sócrates por medio de cuatro fuentes: Los diálogos de Platón como material más importante. Los escritos de Jenofonte en los que habla de Sócrates, los cuales, no obstante, contienen errores históricos. La comedia de Aristófanes «Las nubes», que fue escrita cuando Só- crates tenía solamente 41 años, ridiculizándolo y colocándolo en el lugar de los sofistas. Finalmente, las menciones de Aristóteles a lo largo de todas sus obras; no lo conoció directamente pero tradicionalmente se considera que su recuento es el más objetivo. ·4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. en la superioridad de la discusión sobre la escritura. La relación intrín- seca, inseparable, entre verdad y pensamiento se denomina «logos», lógica. Sócrates se convierte en el padre de la filosofía cuando fija el método del «saber sobre el alma» que no es el saber sobre las cosas (ciencia) ni siquiera el saber sobre el lenguaje (sofística). Desde Sócrates, el objeto de la reflexión de la filosofía será el alma humana, su deseo y el conocimiento de aquello a lo que aspi- ra. Lo que nos muestra la filosofía socrática es que, lejos de esperar el reconocimiento de un tribunal o de una mayoría, el filósofo, 35 sólo puede esperar «abandonar esta vida sin haber cometido injusticia». Lo que convertiría al filósofo en alguien imprescindible para la Ciudad no es haber encontrado eco en sus conciudadanos –algo en puridad imposible– sino el esfuerzo por no “fallarse a sí mismo” cayendo en la injusticia. ¿Cuál era el contexto en el cual se inicia el pensamiento filosó- fico de Sócrates? El interés de la reflexión filosófica presocrática inme- diata se centraba en esa época en torno al ser humano y la sociedad, abandonando el predominio del interés por el estudio de la naturaleza. Es probable que Sócrates se inicio en la filosofía estudiando los siste- mas de Empédocles, Diógenes de Apolonia y Anaxágoras, entre otros. Posteriormente orientó sus investigaciones hacia temas más propios de la sofística. Es así que Sócrates desarrolla un método práctico basado en el diálogo, en la conversación, la “dialéctica”, en el que a través del ra- zonamiento inductivo se podría esperar alcanzar la definición universal de los términos objeto de investigación. Dicho método constaba de dos fases: la ironía y la mayéutica. En la primera fase el objetivo funda- mental es, a través del análisis práctico de definiciones concretas, re- conocer nuestra ignorancia, nuestro desconocimiento de la definición que estamos buscando. Sólo reconocida nuestra ignorancia estamos en condiciones de buscar la verdad. La segunda fase consistiría pro- piamente en la búsqueda de esa verdad, de esa definición universal, ese modelo de referencia para todos nuestros juicios morales incluso a través de la aporía. La dialéctica socrática irá progresando desde 35 República VI, 496cd ·· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA definiciones más incompletas o menos adecuadas a definiciones más completas o más adecuadas, hasta alcanzar la definición universal. Su más grande mérito fue crear la mayéutica, método inductivo que le permitía llevar a sus alumnos a la resolución de los problemas que se planteaban, por medio de hábiles preguntas cuya lógica ilumi- naba el entendimiento. Según pensaba, el conocimiento y el autodo- minio habrían de permitir restaurar la relación entre el ser humano y la naturaleza. El rechazo del relativismo gnoseológico de los sofistas llevó a Sócrates a la búsqueda de la definición universal, que pretendía alcanzar mediante el método inductivo. Probablemente la búsqueda de dicha definición universal no tenía intención puramente teórica, sino más bien práctica. Los sofistas habían afirmado el relativismo gnoseológico y moral. Sócrates critica- rá ese relativismo, convencido que los ejemplos concretos encierran un elemento común respecto al cual esos ejemplos tienen un significado. Si decimos de un acto que es “bueno” será porque tenemos alguna noción de “lo que es” bueno; si no tuviéramos esa noción, ni siquiera podríamos decir que es bueno para nosotros pues, ¿cómo lo sabríamos?. Lo mismo ocurre en el caso de la virtud, de la justicia o de cualquier otro concepto moral. Para el relativismo estos conceptos no son susceptibles de una definición universal: son el resultado de una convención, lo que hace que lo justo en una ciudad pueda no serlo en otra. Sócrates, por el contrario, está convencido de que lo justo ha de ser lo mismo en todas las ciudades, y que su definición ha de valer uni- versalmente. La búsqueda de la definición universal se presenta, pues, como la solución del problema moral y la superación del relativismo. Más problemas plantea la interpretación del Sócrates platóni- co: ¿Responden las teorías supuestamente de Sócrates en los diálo- gos platónicos al personaje histórico, o al pensamiento de Platón? La posición tradicional es que Platón puso como pensamiento de Sócra- tes sus propias teorías. Esta posición se vería apoyada por los comen- tarios de Aristóteles sobre la relación entre Sócrates y Platón, quien afirma claramente que Sócrates no “separó” las formas, lo que nos ofrece bastante credibilidad, dado que Aristóteles permaneció veinte años en la academia, fundada por Platón. En los diálogos socráticos ·o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. de Platón no se llega nunca a alcanzar esa definición universal, por lo que es posible que la dialéctica socrática hubiera podido ser vista por algunos como algo irritante, desconcertante o incluso humillante para aquellos cuya ignorancia quedaba de manifiesto, sin llegar realmente a alcanzar esa presunta definición universal que se buscaba. Esa verdad universal que se buscaba ¿Era de carácter teóri- co, pura especulación o era de carácter práctico? Todo parece indicar que la intencionalidad de Sócrates era práctica: descubrir aquel co- nocimiento que sirviera para vivir, es decir, determinar los verdaderos valores a realizar. En este sentido es llamada la ética socrática “inte- lectualista”: el conocimiento se busca estrictamente como un medio para la acción. De modo que si conociéramos lo “bueno”, no podríamos dejar de actuar conforme a él; la falta de virtud en nuestras acciones será identificada pues con la ignorancia, y la virtud con el saber. ¿Cuales son en consecuencia las características básicas del modelo filosófico de Sócrates? Sócrates enseña tanto mediante su vida como por su doctrina. Así la vida filosófica ejemplifica la teoría y la pone en acto. Sócrates defiende que «la verdad basta para cambiar nuestra vida al hacérnosla comprender. Sócrates (contra la sofística) defiende que «la verdad es estrictamente reflexiva, que tiene un carácter pura- mente lógico y nunca empírico»; y así por cierto se distancia tanto de la retórica como de la ciencia positiva. ¿Cuáles son los aspectos esenciales de su pensamiento? Su inconformismo lo impulsó a oponerse a la ignorancia popular y al cono- cimiento de los que se decían sabios. Él no se consideraba a sí mismo sabio, aun cuando uno de sus mejores amigos, Querefonte, le pregun- tó al oráculo de Delfos si había alguien más sabio que Sócrates, y la Pitonisa le contestó que no había ningún griego más sabio que él (Apo- logía 21ª.....). Comenzó así su búsqueda, preguntando y conversando con aquellas personas a quienes la gente consideraba sabias, pero se dio cuenta de que en realidad creían saber más de lo que realmente sabían. Filósofos, poetas y artistas, todos creían tener un gran conoci- miento, pero en cambio Sócrates era consciente tanto de la ignorancia que le rodeaba como de su propia ignorancia y este conocimiento lo llevó a tratar de hacer pensar a la gente y hacerles ver el conocimiento ·/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA real que tenían sobre las cosas. Fingiendo saber menos, conversaba con la gente y luego les hacía notar sus errores; a esto se le denominó «ironía socrática», la cual queda expresada con su célebre frase «Sólo sé que nada sé». ¿Cuál ha sido la influencia de Sócrates en el mundo? Sócrates ejercerá influencia directa en el pensamiento de Platón, pero también en otros filósofos que, en mayor o menor medida, habían sido discípulos suyos y que continuarán su pensamiento en direcciones distintas y aún contrapuestas. Algunos de ellos fundaron escuelas filosóficas conoci- das como las “escuelas socráticas menores”, como Euclides de Megara (fundador de la Escuela de Megara), Fedón de Elis (Escuela de Elis), el ateniense Antístenes (Escuela cínica, a la que perteneció el conocido Diógenes de Sinope) y Aristipo de Cirene (Escuela cirenaica). En el plano Político, para Sócrates, gobernar la ciudad es una función útil que debe estar sometida a un cierto formalismo. Saber go- bernar supone dos cosas: dar el ejemplo concerniente a cumplir las leyes de la ciudad, así como poseer la ciencia de gobernar. Esta virtud, para Sócrates, es la ciencia del bien y del mal. Se aprende, por la práctica. Para Sócrates, la mayoría de los gobernantes que él conoció no sabían gobernar estaban más interesados en la ascensión rápida al poder y a las funciones de gobernar y descuidaban la formación. (Platón. Discursos Socráticos). \AII1IIí II: Práctica del Poder y de la Política en la Antigüedad Presocrática. ¿Cómo se articula la filosofía griega antigua con la práctica po- lítica? La lógica, pensamientos, razón, visión o teorías filosóficas que intentaban explicar y transformar la realidad, tienen su materialización en la práctica concreta. En la era presocrática occidental, la práctica del poder, política, organización social y económica es esencialmente re- presentada por Pericles, Alejandro Magno y Julio Cesar. Sus acciones reconfiguraron espacios, destruyeron o articularon civilizaciones, por la vía de la guerra, reestructuraron el poder político y modificaron las ·8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. racionalidades y formas de producción, aunque basada esencialmente en un sistema esclavista y la servitud en la agricultura. Estas etapas se corresponden con tres formas de acumulación determinantes de la época, el esclavismo, la agricultura, basada esencialmente en la vid y olivos, y en el comercio, realizado esencialmente en el mediterráneo. SECCIÓN I. Poder y Política en Pericles. ¿Cómo transformó el Poder de su nación? Pericles (Atenas 495–429 a. C.) es un ejemplo de liderazgo exitoso con contradicciones y anatagonismos, conduciendo su Ciudad-Estado en su época de oro por casi un tercio de centuria (461-429 a.C.), como influyente estadis- ta, orador y general (strategos) entre las guerras Perso-Peloponesa 36 , expandiendo y estabilizando la democracia ateniense y transformando Atenas en un imperio, promoviendo las artes y la cultura, hasta trans- formarla en el centro educacional y de cultura del antiguo mundo Grie- go. El inicio la construcción del proyecto Acrópolis, incluyendo el Par- thenon, no solamente como signo de belleza y generador de empleo, sino como ejemplo de gloria 37 . La Política y el Poder era para Pericles un proceso íntimamente relacionado y simultáneo de reformas en su nación, combinado con la expansión a otras naciones para reproducir su propia forma de gobierno en los espacios conquistados y con ello construir un Poder más fuerte e imperial. ¿Cómo se desarrollaba la democracia en la época de Pericles? Esta democracia evolucionaba simultáneamente a guerras, contradic- ciones internas y revueltas de aliados. Pericles deseaba estabilizar el dominio ateniense y reforzar su preeminencia en Grecia. Alrededor del 462-461 a.C., el liderazgo de la facción democrática, a la cual perte- necía Pericles, decidió tomar el Areopagus (y reducir significativamen- te sus poderes), el tradicional concilio controlado por la conservadora 36 La Primera Guerra del Peloponeso, se originó en parte por la alianza de Atenas con Megara y Argos y la subsecuente reacción de Esparta. En el año 454 a. C él atacó Sic- yon y Acarnania.[33] Trató infructuosamente de tomar Oeniadea en el Golfo de Corinto, antes de retornar a Atenas. D. Kagan, The Outbreak of the Peloponnesian War, 135–136. Thucydides, 1.111 37 Anaxagoras fue un amigo cercano y lo influyó. La forma de pensar de Pericles, su carisma retórico y su calma son considerados producto de esta influencia. Plutarco. Percles. IV. ·' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA aristocracia ateniense y que fue el cuerpo más poderoso del Estado. La Ecclessia o asamblea ateniense adoptó tal propuesta. Esta reforma fue el inicio de una nueva era de democracia radical, que se realizo con fuerte oposición de la facción conservadora. La facción democrática se impuso como dominante y Pericles parecía continuar una política popular para mantener el apoyo del pueblo 38 . Entre sus reformas, Pericles propuso acceso de las clases mas bajas al sistema político y a las oficinas públicas, obras de teatro gratis para los pobres, disminución de requerimientos de propiedad, ampliar derechos para los ciudadanos que servían como jurados en la Heliaia, o suprema corte de Atenas. Su medida más controversial fue una ley en el 451 a. C. que limitó la ciudadanía ateniense para los que tenían ambos padres atenienses 39 , Estas reformas impidieron que sus críticos responsabilizaran a Pericles de la degeneración gradual de la democracia ateniense 40 . En la Segunda Guerra del Peloponeso en el 447 a. C. Pericles lideró a los Atenienses contra Delphos y recuperó Phocis en sus derechos soberanos, expulsión de los “barbaros” de la Península de Tracia, para establecer colonias atenienses en la re- gión. Esta acción se efectúa simultáneamente a revueltas de aliados, conspiración de la oligarquía de Tebas contra la facción democrática, traiciones y negociaciones 41 . La crisis finalizo en 446/445 a. C. con la Paz de Treinta Años, en la cual Atenas devolvió la mayoría de las po- sesiones e intereses del territorio griego que adquirió desde el 460 a. C. y ambos, Atenas y Esparta, se comprometieron a no atentar contra sus aliados 42 . ¿Cómo articular democracia con imperialismo ateniense? Múl- tiples autores 43 consideran que un elemento esencial en el legado de 38 Fornara-Samons, Athens from Cleisthenes to Pericles, 24–25 ; Plutarch, Pericles, IX; L.J. Samons, What’s Wrong with Democracy?, 80; Plutarch, Cimon, XVI 39 R. Martin, An Overview of Classical Greek History 40 K. Paparrigopoulos, History of the Greek Nation, Ab, 145; Aristotle, Constitution of Athens, 24 and Politics, 1274a ; L.J. Samons, What’s Wrong with Democracy?, 65; Fine, The Ancient Greeks, 377–8 41 T. Buckley, Aspects of Greek History 750–323 BC, 206. Thucydides and Plutarch, Pericles, XXI 42 Fine, The Ancient Greeks, 368–69. 43 V. L. Ehrenberg, From Solon to Socrates, 332; C.G. Starr, A History of the Ancient World, 306; V.D. Hanson, Peloponnesian War, 584; L. Miller, My Favorite War; E.J. Power, A Legacy of Learning, 52; R.A. Katula, A Synoptic History of Classical Rhetoric, 18 ; K. Mattson, Creating a Democratic Public, 32. o0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Pericles es el imperialismo ateniense, el cual niega la verdadera de- mocracia y libertad al pueblo. La promoción de este imperialismo, ar- gumentan, arruinó a Atenas. Pericles y su expansionismo han estado en el centro de debates sobre lo contradictorio de promover la demo- cracia en pueblos oprimidos. Otros autores 44 consideran el humanismo ateniense observado en la edad de oro. La libertad de expresión es observada como un legado de su período y por ello Pericles es consi- derado el tipo ideal del perfecto estadista en la Grecia Antigua. Los pa- sos finales en la construcción del imperio se relacionan con la perdida de la guerra en Egipto, que conllevó el desafío de la dominación en la región Egea y las revueltas de varios aliados, como Mileto y Eritrea, en el 450-449 a.C 45 . Después de enfrentamientos con enemigos internos, nueve guerras y plagas en Atenas, el mismo sucumbió a la plaga en el año 429 a.C. y es reconocido como el líder de la gloria y grandeza de la Atenas antigua. SECCIÓN II. Poder y Política en Alejandro Magno. ¿Significó avance o involución de la humanidad la practica polí- tica de Alejandro el Grande (356-323 a. C.)? El Poder, omnímodo y ab- soluto y la Política, basada en la guerra de expansión y conquista, son la razón de ser en Alejandro, que crea evoluciones e involuciones para la humanidad. Las racionalidades de expansión y conquista presupo- nen aumentar el poder económico y construir un sistema de gobierno, un Estado, fuerte. Alejandro III de Macedonia llamado el Grande, Ale- jandro Magno o Megas Alexandros, rey de Macedonia desde 336 a. C. hasta su muerte, es considerado uno de los líderes políticos y militares más importantes de la Historia, por la constitución de un gran imperio de varias civilizaciones, conquistadas por la guerra o por alianzas polí- 44 E.J. Power, A Legacy of Learning, 52; R.A. Katula, A Synoptic History of Classical Rhetoric, 18 45 D. Kagan, The Outbreak of the Peloponnesian War, 98; T. Buckley, Aspects of Greek History 750–323 BC, 204; R. Sealey, A History of the Greek City States, 700–338 BC, 275;S. Horn- blower, The Greek World 479–323 BC, 120; J. M. Hurwit, The Acropolis in the Age of Pericles, 87 etc. o1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA ticas, y que consolido la hegemonía macedónica sobre la mayoría del mundo antiguo occidental, oriental y del sudeste asiático, bajo enorme influencia cultural griega. Con la conquista de Persia y la invasión a la India, a sus 32 años, su imperio se extendía hasta el valle del Indo por el Este y hasta Egipto por el Oeste, donde fundó la famosa ciudad de Alejandría. Fundador prolífico de ciudades, esta ciudad egipcia habría de ser con mucho la más famosa de todas las Alejandrías fundadas por el también faraón Alejandro. De las 70 ciudades que fundó, 50 de ellas llevaban su nombre. Con sus acciones extendió ampliamente la influencia de la civilización griega y preparó el camino para los reinos del período helenístico y la posterior expansión de Roma. Fue además gran amante de las artes. Alejandro era consciente del poder de propaganda que puede tener el arte y supo muy bien controlar la reproducción de su efigie, cuya reali- zación sólo autorizó a tres artistas: un escultor, Lisipo, un orfebre y un pintor, Apeles. Tras la unificación -precedida de rebeliones- de múltiples Ciu- dades-Estado de la Grecia antigua bajo el dominio de su padre, Filipo II de Macedonia, Alejandro conquistó el Imperio Persa, incluyendo Ana- tolia, Siria, Fenicia, Judea, Gaza, Egipto, Bactriana y Mesopotamia, y amplió las fronteras de su propio imperio hasta la región del Punjab, en la India. Antes de su muerte, Alejandro había planificado conquistar Eu- ropa occidental. También quería avanzar hacia el este para encontrar el fin del mundo, ya que su tutor durante su niñez, Aristóteles, le había contado historias sobre el lugar donde la Tierra acababa y empeza- ba el Gran Mar Exterior. Alejandro integró extranjeros en su ejército y administración, lo que ha sido definido por algunos académicos como una “política de fusión”. Favoreció el matrimonio entre miembros de su ejército y extranjeras, y lo practicó él mismo. Tras doce años de campañas militares continuas, Alejandro murió. Varios de sus generales trataron de mantener el imperio unido pero bajo su mando personal, lo que generó una sucesión de batallas y campañas que derivaron en la división en varios reinos independientes que fundaron sus dinastías 46 . 46 Dinastía Ptolemaica: Ptolomeo estuvo desde un primer momento en Egipto y se mantuvo ais- lado y estable desde el principio. Dinastía Antigónida: con centro en Macedonia y con el hijo de Antígono Monoftalmo, Demterio como rey; esta dinastía conquistó su reino a Casandro y ocupó también Grecia. Dinastía Seléucida: Con base en Babilonia y Siria, Seleuco dominó después un territorio más amplio, ya que se adueñó de Asia que estaba en poder de Antígono. o2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Sin duda. La reconfiguración de su imperio es uno de los pri- meros ejemplos occidentales de unión de civilizaciones, precedidas de confrontaciones. Los antagonismos y contradicciones que genera todo tipo de invasiones y conquistas, incluidas las reacciones a nuevas cos- tumbres y nuevas tipologías de ciudades, demuestran precisamente la validez de los pensamientos presocráticos sobre la unidad y lucha de contrarios, en los cuales los semejantes se atraen y los contrarios se unen. El Poder así creado y las nuevas formas económicas de vida se impusieron sobre las ancestrales. SECCIÓN III. Poder y Política en Julio César. ¿Evoluciona o involuciona el Poder, la Política, el Estado, la República con la práctica del Poder de Julio Cesar? El movimiento histórico es doble. Por una parte, Julio Cesar representa involución en la organización política, al instaurar la dicta- dura, que interrumpe el proceso republicano en el imperio romano pre- cristo. Con Julio Cesar, el Poder se instaura por la vía de la creatividad y la fuerza, el combate. El poder económico imperial se amplía por la base de la expansión. Julio César (Roma, 100 - 44 a. C.), procedía de una de las más antiguas familias del patriciado romano, los Julios, fue educado con maestros griegos 47 . Militar, político, gran pontífice, aboga- do, cuya dictadura puso fin a la República de Roma, que funcionaba como un orden oligárquico y que expandió el imperio romano hasta el norte de África, las Galias, Hispania, Grecia, Britania, Germania 48 . Sus 47 Cuando tenía diez años se vió confiado a las enseñanzas de Marco Antonio Gnifón, un grammaticus de origen galo y formado en la escuela de retóricos alejandrinos considerado uno de los hombres más versados en literatura griega y romana de su época. Aprendió a leer y a pensar con las obras de Homero, la Ilíada y la Odisea; primero con la traducción al latín de Livio Andrónico y después con el texto original en griego. Algunos autores contemporáneos vinieron a adherirse a esta base literaria, que recibían de una manera más o menos uniforme los jóvenes romanos de su tiempo. Asimismo, aprendió oratoria y a escribir poesía. 48 fue acrecentando su prestigio en los diferentes cargos que ocupó: cuestor (69), edil (65), gran pontífice (63), pretor (62) y propretor de la Hispania Ulterior (61-60). De regreso a Roma, Julio César consiguió un gran éxito político al reconciliar a los dos líderes rivales, Craso y Pompeyo, a los que unió consigo mismo mediante un acuerdo privado para repartirse el poder formando un triunvirato y así oponerse a los optimates que dominaban el Senado (60). Al año siguiente, César fue elegido cónsul (59); y las medidas que adoptó vinieron a acrecentar su popularidad: repartió lotes de tierra entre veteranos y parados, aumentó los controles sobre los gobernadores provinciales y dió publicidad a las discusiones del Senado. Pero la ambición política de César iba más allá y, buscando la base para obtener un poder personal absoluto, oJ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA conquistas extendieron el dominio romano sobre los territorios que hoy integran Francia, Bélgica, Holanda y parte de Alemania. Fue el primer general romano en penetrar en los inexplorados territorios de Britania y Germania 49 . Esta expansión fortaleció la riqueza del imperio, basado en trabajo esclavista. Por otra parte, la conjura que culminó con el asesinato de Julio Cesar le impidió completar sus reformas; no obstante, dejó termina- das algunas, como el cambio del calendario (que se mantuvo hasta el siglo XVI), una nueva ley municipal que concedía mayor autonomía a las ciudades o el reasentamiento como agricultores de las masas italianas “proletarizadas”. Todo apuntaba a transformar Roma, de la Ciudad-Estado que había sido, en cabeza de un imperio que abarcara la práctica totalidad del mundo conocido, al tiempo que se transfor- maba su vieja constitución oligárquica por una monarquía autoritaria de tintes populistas. Dicha obra sería completada por su sobrino-nieto y sucesor, Octavio Augusto. Al margen de su carrera política y militar, César destacó como orador y escritor. Redactó, al menos, un tratado acerca de astronomía, otro acerca de la religión republicana romana, y un estudio sobre el latín, ninguno de los cuales ha sobrevivido hasta nuestros días. Las únicas obras que se conservan son sus Comenta- rios de la Guerra de las Galias y sus Comentarios de la Guerra Civil. Se conoce el desarrollo de su carrera como militar y gran parte de su vida a través de sus propias obras y de los escritos de autores como Suetonio, Plutarco, Veleyo Patérculo o Eutropio. César acumuló cargos y honores que fortalecieron su poder personal: cónsul por diez años, prefecto de las costumbres, jefe supre- mo del ejército, pontífice máximo (sumo sacerdote), dictador perpetuo se hizo conceder por cinco años -del 58 al 53- el control de varias provincias (Galia Cisalpina, Narbonense e Iliria).El triunvirato fue fortalecido por el Convenio de Luca (56), que aseguraba ventajas para cada uno de sus componentes; pero respondía a un equilibrio inestable, que habría de evolucionar hacia la concentración del poder en una sola persona: César. 49 En materia de tácticas, Julio César usó con gran resultado lo que se conoció como celeritas caesaris, o «rapidez cesariana» (que puede compararse, salvando las distancias, a la deno- minada guerra relámpago del siglo XX), aparte de su genio militar tanto en batallas campales como en asedio de ciudades. Además, supo conjugar sabiamente la fuerza, la diplomacia y el manejo de las rencillas internas de las tribus galas, para separarlas y vencerlas.César derrotó pueblos como los helvecios en 58 a. C., a la confederación belga y a los nervios en 57 a. C. y a los vénetos en 56 a. C. Finalmente, en 52 a. C., César venció a una confederación de tribus galas lideradas por Vercingetorix en la batalla de Alesia. Sus crónicas personales de la campa- ña están registradas en sus Comentarios a la Guerra de las Galias (De Bello Gallico). o4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. y emperador con derecho de transmisión hereditaria. El Senado fue re- ducido a un mero consejo del “príncipe”. Estableció así una dictadura militar disimulada por la apariencia de acumulación de magistraturas civiles. A su regreso a Roma se hizo nombrar cónsul y dictator perpetu —dictador vitalicio— e inició una serie de reformas económicas, urbanís- ticas y administrativas. A pesar que bajo su gobierno la República experi- mentó un breve período de gran prosperidad, algunos senadores vieron a César como un tirano que ambicionaba restaurar la monarquía. Con el objeto de eliminar la amenaza que suponía el dictador y su poder absoluto, un grupo de senadores formado por algunos de sus hombres de confianza (como Bruto y Casio y antiguos lugarte- nientes como Trebonio y Décimo Bruto) urdieron una conspiración con el fin de eliminarle. Dicho complot culminó cuando los conspiradores asesinaron a César en el Senado. Su muerte provocó el estallido de otra guerra civil, en la que los partidarios del régimen de César; Anto- nio, Octavio y Lépido, derrotaron en la doble Batalla de Filipos a sus asesinos, liderados por Bruto y Casio. Al término del conflicto, Octavio, Antonio y Lépido formaron el Segundo Triunvirato y se repartieron los territorios de la República, aunque, una vez apartado Lépido, finalmen- te volverían a enfrentarse en Actium, donde Octavio, heredero de Cé- sar, venció a Marco Antonio. En efecto después de la muerte de César, estalló una lucha por el poder entre Octavio Augusto a quien en su testamento Cesar había nombrado heredero universal y Marco Antonio, que culminaría con la caída de la República y el nacimiento de una especie de Monarquía, que se ha dado en denominar Principado, con lo que la conspiración y el magnicidio se revelaron a la postre inútiles, ya que no impidieron el establecimiento de un sistema autocrático. Las consecuencias del magnicidio de César son numerosas y no se limitan a la guerra civil posterior. El nombre “César”, por ejemplo, se convirtió en común a todos los emperadores posteriores, debido a que Augusto (de nombre, Cayo Octavio), al ser adoptado oficialmente por el dictador cambió su nombre por el de Cayo Julio César Octavia- no; dado que todos los emperadores posteriores a Augusto hasta Ne- rón fueron adoptados, el cognomen César acabó siendo una especie o· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA de “título” más que un nombre, y, así, desde Vespasiano en adelante los emperadores lo ostentaron como tal sin haber sido adoptados por la familia César. Tanto prestigio acumuló el cognomen, que de César provienen los apelativos káiser y zar. Muchas de sus inciativas quedaron en sus- penso a su muerte, entre ellas: Reprimir a los Dacios, que se habían extendido por El Ponto y la Tracia; enseguida llevar la guerra al Imperio Parto, pasando por Armenia Menor, y no combatirlos en batalla campal hasta haberles medido sus fuerzas. La construcción de un templo a Marte, mayor que cualquier otro del mundo, rellenando hasta el nivel del suelo el lago en que ofreció la naumaquia. La construcción de un teatro gigantesco al pie de la Roca Tarpeya. Reducir a justa proporción todo el derecho civil, y sintetizar en pocos libros lo mejor y más indis- pensable del inmenso y difuso número leyes existentes. Formar biblio- tecas públicas griegas y latinas, lo más numerosas posible, y encargó a Marco Terencio Varrón el cuidado de adquirir y clasificar los libros.Se proponía secar las lagunas Pontinas, abrir salida a las aguas del lago Fucino, construir un camino desde el mar Adriático hasta el Tíber, a través de los Apeninos y abrir el istmo de Corinto. La expansión del imperio romano, como todo imperio, se basa en una racionalidad ideológico política y económica, para perpetuarse como poder. Las regiones anexadas eran extensas que, siguiendo la típica mentalidad romana, no tenían intenciones de gobernar pacífica- mente, por las necesidades estratégicas y de acumulación del imperio. El mundo romano post César fue un mundo de conquistas permanen- tes, hasta su destrucción como imperio en el siglo IV d. C. \AII1IIí III Concepciones Históricas Postsocráticas Inmediatas sobre Poder, Política y Democracia Después de tres siglos de filosofía griega antigua, desde Tha- les de Mileto en el siglo VII a. C. hasta la producción filosófica de Platón en el siglo IV a.C. ¿Cuál es el impacto de las ideas presocráticas y socráticas en la filosofía postsocrática inmediata y de estas al Poder, la oo I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Política, la República?. La filosofía vuelve a ocupar al hombre moderno, porque lo inquieta la forma en que está viviendo. Antiguamente la filo- sofía griega era el refugio de una élite, descontenta y desilusionada por las continuas guerras, las injusticias, los abusos del poder, la violencia y las desigualdades sociales. Los hombres con inquietudes intelectuales, con buena educación y generalmente de familias adineradas se reunían para tratar de entender al hombre, la realidad social y el sentido de la vida. El conocimiento de la naturaleza también era de interés común así como de las matemáticas, la anatomía y la astronomía. Hemos referido que los primeros filósofos griegos, desde el siglo VII a. C., como Tales, Anaximandro y Anaxímenes, presocráticos, trataban de descubrir el origen del universo y se arriesgaban a ela- borar teorías basadas en su intuición y teniendo en cuenta al hombre como parte de la naturaleza. Concebían el origen de todas las cosas a partir de los elementos como el agua, el aire, el fuego o la tierra; y hasta a una sustancia indefinida denominada “apeirón”, adelantándose por medio de su intuición a los descubrimientos actuales de la ciencia. Posteriormente, Sócrates, en el siglo V a. de C., comienza una nueva era en filosofía y mediante la mayéutica, método que consistía en el cuestionamiento sobre las cosas para tratar de llegar la verdad, inau- gura una etapa basada en la razón. Platón, siglo V. a. C., discípulo de Sócrates, se dedica a escri- bir su obra, realizada en forma de diálogos con su maestro. Utilizaba como método la dialéctica, la lógica y la razón, utilizando el diálogo como la forma para llegar al conocimiento. Aristóteles, siglo IV a. de C., discípulo de Platón, que trató de superar el idealismo platónico, se preocupó en buscar las leyes para descubrir la verdad, que fue el origen de la lógica. El hombre es materia y forma, es potencia y acto, y la forma es lo que determina la materia. Aristóteles traslada la forma de la trascendencia al hombre. Platón y Aristóteles inauguran así una nueva etapa en el pensamiento griego y de la humanidad. Los dos, con Sócrates, sentaron bases para comprender que la lógica y la razón son esenciales para construir un mundo sin la intervención de las emocio- nes. Un mundo donde prevalezcan la lógica y la razón. o/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA SECCIÓN I. Política, República y Democracia en Platón. Prima el mundo de las ideas...El Estado Ideal es el Estado Justo ¿Cómo se articula el plano de las ideas platónicas con el Ser y la Política? El aporte de Platón al Poder, la Política, la Justicia y al Estado, es esencial en el plano de lo sustantivo de las ideas, que es preludio al deber ser, el imperativo, en todas las esferas de la realidad, del Ser. ¿Qué es el Ser? El centro de la filosofía de Platón (....) lo integra una teoría de las ideas, modelos y formas. Las ideas priman por sobre la realidad material. Para Platón, el ser son las ideas y modelos inteligibles de las cosas materiales sensibles. Las ideas en consecuencia están separa- das de los seres concretos. Para Platón es fundamental afirmar que existen las ideas y que ellas son el modelo de las cosas materiales concretas. Las cosas copian, imitan o participan de las ideas perfectas y puras. Las ideas son en consecuencia lo absoluto, lo inmanente y el mundo concreto lo relativo y lo mutable. Esta teoría de las ideas en Pla- tón es una de las bases fundamentales de la cultura europea posterior, principalmente desde el Renacimiento, casi dos mil años después 50 . Platón considera que ha de existir necesariamente un mundo de las Ideas para dar coherencia al lenguaje y al pensamiento. No se pueden tener por buenos o justos los actos, si no existe la bondad o la justicia inteligibles, que son el modelo conceptual perfecto de los actos 50 La influencia de Platón a través de la historia de la filosofía ha sido inmensa. Su Aca- demia existió hasta el año 529, en que fue cerrada por orden del emperador bizantino Justiniano I, que se oponía a la difusión de sus enseñanzas paganas. Su impacto en el pensamiento judío es evidente en la obra del filósofo Alejandrino del siglo I Filón de Ale- jandría. El neoplatonismo, fundado en el siglo III por el filósofo Plotino, supuso un impor- tante desarrollo posterior de las ideas de Platón. Los teólogos Clemente de Alejandría, Orígenes y San Agustín de Hipona fueron los primeros exponentes cristianos de una perspectiva platónica. Las ideas platónicas tuvieron un papel crucial en el desarrollo del cristianismo y también en el pensamiento islámico medieval. Durante el Renacimiento, el primer centro de influencia platónica fue la Academia Florentina, fundada en el siglo XV cerca de Florencia. Bajo la dirección de Marsilio Ficino, sus miembros estudiaron a Platón en griego antiguo. En Inglaterra, el platonismo fue recuperado en el siglo XVII por Ralph Cudworth y otros que se dieron a conocer como la Escuela de Cambridge. La influencia de Platón continúa en el siglo XX de la mano de pensadores como Alfred North Whitehead, que una vez le rindió tributo al describir la filosofía como una simple “serie de anotaciones de Platón”. o8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. y de las cosas. Platón afirma que existen dos mundos radicalmente diferentes, de un lado un mundo sensible, material (el nuestro) que es imitación, copia y un segundo mundo, que es el de las formas puras, que son los modelos. Su idea del conocimiento, su teoría ética, su concepto del Po- der, Estado y su concepción del arte deben ser entendidos a partir de dicha teoria de las ideas. Esta teoría y su teoría del conocimiento están tan interrelacionadas que deben ser tratadas de forma conjunta. Influido por Sócrates, Platón creía que el conocimiento se puede al- canzar. También estaba convencido de dos características esenciales del conocimiento. Primera, el conocimiento debe ser certero e infalible. Segunda, el conocimiento debe tener como objeto lo que es en verdad real, en contraste con lo que lo es sólo en apariencia. Ya que para Pla- tón lo que es real tiene que ser fijo, permanente e inmutable, identificó lo real con la esfera ideal de la existencia en oposición al mundo físico del devenir. Una consecuencia de este planteamiento fue su rechazo del empirismo, la afirmación de que todo conocimiento se deriva de la experiencia. Pensaba que las proposiciones derivadas de la expe- riencia tienen, a lo sumo, un grado de probabilidad. No son ciertas. Más aún, los objetos de la experiencia son fenómenos cambiantes del mundo físico, por lo tanto los objetos de la experiencia no son objetos propios del conocimiento. Esta teoría del conocimiento de Platón quedó expuesta princi- palmente en La República, en concreto en su discusión sobre la ima- gen de la línea divisible y el mito de la caverna 51 . En la primera, Platón distingue dos niveles de saber: opinión y conocimiento. Las declara- 51 El mito de la caverna describe a personas encadenadas en la parte más profunda de una caverna. Atados de cara a la pared, su visión está limitada y por lo tanto no pueden distinguir a nadie. Lo único que se ve es la pared de la caverna sobre la que se refle- jan modelos o estatuas de animales y objetos que pasan delante de una gran hoguera resplandeciente. Uno de los individuos huye y sale a la luz del día. Con la ayuda del Sol, esta persona ve por primera vez el mundo real y regresa a la caverna diciendo que las únicas cosas que han visto hasta ese momento son sombras y apariencias y que el mundo real les espera en el exterior si quieren liberarse de sus ataduras. El mundo de sombras de la caverna simboliza para Platón el mundo físico de las apariencias. La escapada al mundo soleado que se encuentra en el exterior de la caverna simboliza la transición hacia el mundo real, el universo de la existencia plena y perfecta, que es el objeto propio del conocimiento. o' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA ciones o afirmaciones sobre el mundo físico o visible, incluyendo las observaciones y proposiciones de la ciencia, son sólo opinión. Algunas de estas opiniones están bien fundamentadas y otras no, pero ninguna de ellas debe ser entendida como conocimiento verdadero. El punto más alto del saber es el conocimiento, porque concierne a la razón en vez de a la experiencia. La razón, utilizada de la forma debida, conduce a ideas que son ciertas y los objetos de esas ideas racionales son los universales verdaderos, las formas eternas o sustancias que constitu- yen el mundo real. ¿Cuál es el método platónico sobre la realidad? Si para Platón la dialéctica exige convertirse a las ideas, o sea captar la realidad des- de la perspectiva inteligible; en cambio para Aristóteles el conocimiento significa una comprensión de las cosas basada en la experiencia sen- sible. Aristóteles renuncia al proyecto platónico de hacer una ciencia universal: para él, por el contrario, existen muchas ciencias metodo- lógicamente diferentes, en la medida que hay diversas maneras de aproximarse al ser. Platón privilegia la comprensión subjetiva de la rea- lidad. El ánima para Platón es un instrumento de conocimiento, eterno. Aristóteles la considera un principio vital de animación y duda sobre la inmortalidad. Si para Aristóteles hay tres tipos de ánimas (vegetativa, sensitiva y racional) es en función de la complejidad de la organización biológica y vital, que no otorga sentido moral específico. Aristóteles considera absurdo y místico. Conocer es un acto objetivo. Un conoci- miento intelectual verdadero es aquél basado en definiciones claras, no contradictorias de las cosas. ¿Cuál es la relación de las concepciones platónicas con el Po- der? Platón concibió las ideas de manera jerárquica: la idea suprema es la de Dios que, como el Sol en el mito de la caverna, ilumina todas las demás ideas. La idea de Dios representa el paso de Platón en la dirección de un principio último de explicación. En el fondo, la teoría de las ideas está destinada a explicar el camino por el que uno alcanza el conocimiento y también cómo las cosas han llegado a ser lo que son. En lenguaje filosófico, la teoría de las ideas de Platón es tanto una te- sis epistemológica (teoría del conocimiento) como una tesis ontológica (teoría del ser). /0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. ¿Cuál es el aporte de Platón a la Política? En política, Platón escribió sobre lo que considera la crisis de la moral en la ciudad y la necesidad de proponer una nueva organización de la convivencia, absolutamente interrelacionada, basada en la división radical entre cla- ses, teniendo cada una un alma diferente. En Aristóteles, el esquema propuesto en La República de Platón, le parece absurdo que existan tres clases sociales separadas, cada una miraría exclusivamente por su ser particular y no por el ser común de toda la ciudad, que es el ob- jetivo a lograr. Aristóteles ve la política como una forma de gestión y no como un intento de moralización. Lo importante en política como en la Ética para Aristóteles es prudencia. En el plano de la estética, Platón considera que la belleza es una forma sensible del Ser, que es la idea suprema, mientras que Aristóteles pone de relieve la función terapéuti- ca y cuasi corporal de los espectáculos. ¿Cuál es el impacto de las ideas platónicas sobre la justicia y el Estado? En el ámbito de la teoría política, La República, la mayor obra política de Platón, plantea la cuestión de la justicia y por lo tanto de las preguntas ¿qué es un Estado justo? y ¿quién es un individuo justo? El Estado ideal, según Platón, se compone de tres clases. La estructura económica del Estado reposa en la clase de los comercian- tes. La seguridad, en los militares y el liderazgo político es asumido por los reyes-filósofos. La clase de una persona viene determinada por un proceso educativo que empieza en el nacimiento y continúa hasta que esa persona ha alcanzado el máximo grado de educación compatible con sus intereses y habilidades. Los que completan todo el proceso educacional se convierten en reyes-filósofos. Son aquellos cuyas men- tes se han desarrollado tanto que son capaces de entender las ideas y, por lo tanto, toman las decisiones más sabias. En realidad, el sistema educacional ideal de Platón está, ante todo, estructurado para producir reyes-filósofos. Asoció las virtudes tradicionales griegas con la estructura de clase del Estado ideal. Determinó tres virtudes, referidas a cada una de las tres clases. La templanza es la única virtud de la clase artesana, el valor es la virtud de la clase militar y la sabiduría caracteriza a los gobernantes. La justicia, la cuarta virtud, caracteriza a la sociedad en /1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA su conjunto.El Estado justo es aquel en el que cada clase debe llevar a cabo su propia función sin entrar en las actividades de las demás cla- ses. Platón aplicó al análisis del alma humana un esquema semejante: la racional, la voluntad y los apetitos. Una persona justa es aquella cuyo elemento racional, ayudado por la voluntad, controla los apetitos. Existe una evidente analogía con la estructura del Estado anterior, en la que los reyes-filósofos, ayudados por los soldados, gobiernan al res- to de la sociedad. ¿Cuál es la concepción platónica sobre la Ética? La teoría éti- ca de Platón descansa en la suposición de que la virtud es conocimien- to y que éste puede ser aprendido. Dicha doctrina debe entenderse en el conjunto de su teoría de las ideas. Como ya se ha dicho, la idea última para Platón es la idea de Dios, y el conocimiento de esa idea es la guía en el trance de adoptar una decisión moral. Parecería que conocer a Dios es hacer el bien. La consecuencia de esto es que aquel que se comporta de forma inmoral lo hace desde la ignorancia. Esta conclusión se deriva de su certidumbre de que una persona virtuosa es realmente feliz y como los individuos siempre desean su propia felici- dad, siempre ansían hacer aquello que es moral 52 . En Ética, el modelo platónico privilegia la subjetividad porque conocer la idea del ser es inseparable del perfeccionamiento del ánima. En cambio, Aristóteles es objetivo: El ser es la prudencia, la moderación, el punto medio entre dos extremos. El ser ilumina todas las ideas, mientras que para Aristó- teles, en cada cosa existe el ser propio, que al descubrir optan por la prudencia. ¿Cuál es su aporte a la ciencia, concebida en ese momento como filosofía? En teoría de la ciencia, el modelo estructural de Platón es la matemática, que Aristóteles descalifica calificándolo de «pitagóri- 52 Platón tenía una idea antagónica del arte y del artista aunque aprobara algunos tipos de arte religioso y moralista. Su enfoque tiene que ver una vez más con su teoría de las ideas. Una flor bonita, por ejemplo, es una copia o imitación de las ideas universales de flor y belleza. La flor física es una reproducción de la realidad, es decir, de las ideas. Un cuadro de la flor es, por lo tanto, una reproducción secundaria de la realidad. Esto tam- bién significa que el artista es una reproducción de segundo orden del conocimiento y, en realidad, la crítica frecuente de Platón hacia los artistas era que carecían de un cono- cimiento verdadero de lo que estaban haciendo. La creación artística, observó, parecía tener sus raíces en una inspirada locura. /2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. co». La matemática era la condición para ingresar a la Academia y era la garantía última de un mundo formado de la certeza indiscutible de los axiomas y teoremas. En cambio el mundo de Aristóteles tiene como ciencia-guía la biología, y en cierta manera la física, porque se trata de un conocimiento empírico que vive de lo concreto, no de abstracciones. La teoría de las ideas se puede entender mejor en términos de entidades matemáticas. Un círculo, por ejemplo, se define como una fi- gura plana compuesta por una serie de puntos, todos equidistantes de un mismo lugar. Sin embargo, nadie ha visto en realidad esa figura. Lo que la gente ha visto son figuras trazadas que resultan aproximaciones más o menos acertadas del círculo ideal. De hecho, cuando los mate- máticos definen un círculo, los puntos mencionados no son espaciales, sino lógicos. No ocupan espacio. No obstante, aunque la forma de un círculo no se ha visto nunca —y no se podrá ver jamás— los matemá- ticos y otros sí saben lo que es. Para Platón, por lo tanto, la forma de círculo existe, pero no en el mundo físico del espacio y del tiempo. Existe como un objeto inmutable en el ámbito de las ideas, que sólo puede ser conocido mediante la razón. Las ideas tienen mayor entidad que los objetos en el mundo físico tanto por su perfección y estabilidad como por el hecho de ser modelos, semejanzas que dan a los objetos físicos comunes lo que tienen de realidad. Las formas circular, cuadrada y triangular son excelentes ejemplos de lo que Pla- tón entiende por idea. Un objeto que existe en el mundo físico puede ser llamado círculo, cuadrado o triángulo porque participa a la idea de círculo, cuadrado o triángulo. Platón hizo extensiva su teoría más allá del campo de las ma- temáticas. En realidad, estaba más interesado en su aplicación en la esfera de la ética social. La teoría era su forma de explicar cómo el mismo término universal puede referirse a muchas cosas o aconteci- mientos particulares. La palabra justicia, por ejemplo, puede aplicarse a centenares de acciones concretas porque esos actos tienen algo en común, se parecen al participar de la idea de justicia. Una persona es humana porque se parece a, o participa de, la idea de humanidad. Si humanidad se define en términos de ser un animal racional, entonces una persona es humana porque es racional. Un acto particular puede /J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA considerarse valeroso o cobarde porque participa de esa idea. Un ob- jeto es bonito porque participa de la idea, o forma, de belleza. Por lo tanto, cada cosa en el mundo del espacio y el tiempo es lo que es en virtud de su parecido con su idea universal. La habilidad para definir el término universal es la prueba de que se ha conseguido dominar la idea a la que ese universal hace referencia. A Platón le entusiasma el presentar su descubrimiento filosófi- co de que el único motivo moralmente válido de la actividad humana es el puro Bien, en la forma popular en que buscaba el griego el bien su- premo o la vida mejor. A las numerosas sugerencias que ya se habían hecho y abarcaban más o menos todos los bienes del mundo, opuso la suya propia, de que “un ser humano se torna feliz cuando se torna bueno”. Sólo el hombre bueno puede emplear rectamente los bienes del mundo, y por eso únicamente para él son bienes en el verdadero sentido de medios para el Bien. El ser humano, es, sin embargo, independiente de ellos y lleva la felicidad en su propio interior. Así destierra Platón el eudaimonismo y la ética de bienes, las bases de toda visión popular griega de la vida. Mas como verdadero griego vuelve a llamarlos en el mismo instante, aunque en nueva y más alta forma. La visión del Bien en sí es el fruto de toda una visión de fervoroso trabajo. Supone la gradual familiari- zación del alma con el “bien mismo”; éste sólo se revela a aquel que busca realmente la sabiduría y, por tanto, sólo al término de un penoso camino intelectual que pasa por todos los métodos de argumentación. A diferencia de un conocimiento mecánico, no puede transmitirse de una persona a otra. La vida mejor es, por consiguiente, la vida “filosó- fica” y el Bien supremo es la interna felicidad de aquel que aprehende verdaderamente el Bien. Así vino a ser Platón no sólo el descubridor teorético de la moralidad, sino también el creador de un nuevo ideal de vida, aunque admite la moralidad común como un nivel inferior al lado de la virtud filosófica. En síntesis, la influencia de las ideas de Platón en el plano Ideológico, Político, Sociológico, Ético, Científico y Artístico es explí- cita. Sus ideas sobre Verdad, Justicia, Bien, Belleza, permean el pen- /4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. samiento filosófico posterior. En el plano Económico, su contribución inmediata se plantea en el terreno de la justicia, en su acepción mas amplia, la justicia económica y distributiva. Si diferencia la sociedad en tres clases, cada una con su fun- ción y virtud y refiere que el Estado Ideal es aquél en el cual cada clase cumple su función sin interferir en la otra, Platón plantea una sociedad dividida por herencia, riqueza y conocimiento. Determina una división social inmutable, en donde los comerciantes y artesanos son la estruc- tura en que se basa la sociedad. Sin duda su pensamiento del Estado Ideal puede asimilarse al concepto de sistema ideal, perfecto, inmutable, permanente, el fin de la historia, preconizado por apologistas de un sistema también diferen- ciado en clases, que se modifica por efectos de una evolución natural, Darwinista. Ese es el Estado Liberal en una economía de mercado, ba- sada en una supuesta mano invisible autorreguladora, de competencia perfecta, en donde las distorsiones se autorregulan automáticamen- te, sin mediación de otra fuerza que no sea el mercado, considerado como una realidad natural. Democracia, mercado, razón, libertad, no son procesos naturales. Son creación humana. SECCIÓN II. Política y Democracia en Aristóteles. El máximo bien es la política… El hombre es un ser político...racional En condiciones de desigualdad, las relaciones deben ser proporcionales y no recíprocas, para ser equitativas ¿Cuáles son las ideas esenciales de Aristóteles (...) sobre la Política y su organización?. Aristóteles es de los principales pensado- res sobre Política, Estado y Ética, aún sobre la posterior ciencia eco- nómica y sobre la objetividad en el mundo real. La Ética es parte de la Política. La política es el máximo bien, para procurar el bien común. La política existe, para Aristóteles, si persigue este fin Ético. El Bien es la verdad. La economía se fundamenta en la medida que se persigue este bien común. Es su fin. Asimismo, plantear la naturaleza de las relaciones desiguales es referir la esencia del Poder y la búsqueda de /· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA las relaciones equitativas entre desiguales para evitar expandir la des- igualdad y los desequilibrios consubstanciales y adelanta bases de las relaciones económicas internacionales y las desigualdades entre las sociedades.. Tanto Platón como Aristóteles no enfrentaron el poder de la época. Aristóteles critica la teoría de Platón y niega la existencia de dos mundos, el material y el determinante o universal de las ideas. Considera que las ideas no están separadas de las cosas, de los seres concretos, porque la Idea está en la cosa material. Aristóteles explica la categoría movimiento a partir de la teoría del acto y de la potencia. Desde el punto de vista ético, Aristóteles crea la teoría del punto medio, por el cual la virtud es equidistante entre dos “vicis” y la teoría de la prudencia, sintetizada en su Ética a Nicomano. Por otra parte, en Platón, como en Sócrates, encontramos la identidad de la verdad con el bien. En Aristóteles esa identidad se rompe. Pero todavía no encontramos en Aristóteles la teorización del relativismo ético o del irracionalismo. ¿Cuál es el camino que toma Aristóteles? Aristóteles representa una rectificación muy importante con respecto al pensamiento Socrático sobre el bien y el mal, porque usa la categoría de acción desde un punto de vista más amplio. La estructura de la acción, comporta para él, otros aspectos intelectuales, designa- dos como “deliberación”, en que reencontramos el elemento socrático. Por ello define, estrictamente, la virtud como un deseo razonado, sen- sato. Sin duda, la fundación de la Ética como ciencia siglos después resultó profundamente afectada por el hecho de haber puesto Sócrates en primer término la cuestión del conocimiento moral y de haber conti- nuado Platón en esta dirección. Estamos acostumbrados a considerar como el problema esencial la intención y la conciencia personal, y por eso tendemos a ver en la distinta forma de plantear Sócrates la cues- tión una condición histórica de su pensamiento, que oculta lo que era en realidad una cuestión, no de conciencia psicológica, sino de con- ciencia moral. Por justificable que sea el aclararnos a nosotros mismos los grandes fenómenos de la historia del espíritu griego traduciéndolos /o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. a las correspondientes categorías de nuestro tiempo, envuelve ello el peligro de pasar por alto los grandes logros de Grecia. Estos logros no residen en la profecía religiosa, ni simplemente en el extremo radica- lismo con que aplicaron la moralidad a la vida, sino en su aprehensión de la objetividad de los valores éticos y del lugar objetivo del elemento ético dentro de la totalidad del universo. El proceso que va desde Sócrates hasta Aristóteles se ha pre- sentado como un proceso de creciente distanciamiento respecto del primero, en el curso del cual su enseñanza moral práctica se redujo gradualmente a forma teorética, y así es como se presenta realmente si se ve en Sócrates al investigador de la naturaleza de la conciencia y al predicador de una especie de evangelio de libertad moral; en otras palabras, si se le atribuye la moderna actitud protestante y kantiana. El curso posterior de la historia fue el inevitable proceso de progresiva objetivación de lo moralmente justo, debido a la esencial naturaleza del espíritu griego y no al azar de personalidades particulares. Tan sólo este proceso podía superar la vieja moralidad tradicional, que se des- integraba sin cesar a la vez que el acabado subjetivismo que acompa- ñaba a la desintegración. ¿Cuál es el impacto de la Objetividad sobre el mundo real? La lucha por la objetividad había nacido, ciertamente, de la práctica de una poderosa y militante personalidad moral, pero la propia naturaleza de ella la forzó a desenvolverse aliándose al pensamiento filosófico, en que encontró el instrumento con que alcanzar su fin, o, más exac- tamente, llamando a la vida a un nuevo movimiento filosófico, que creó nuevos instrumentos para ello. El movimiento tomó un camino diferente con cada socrático, según que se acercaran externamente a Sócrates con los problemas sofísticos en posesión ya del propio espíritu, para servirse de él simplemente a fin de enriquecer los propios materiales, pero sin hacerse dueños del núcleo de su problema en su significación suprapersonal, o que reconociendo el nuevo y revelador elemento que había en él, como hizo Platón, se aferraran a este punto, para desarro- llarlo con fuerza original. 53 53 Op.cit // IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Los investigadores consideran comúnmente como otro simple accidente histórico el que Platón hiciera su gran descubrimiento del Deber Moral –para emplear términos modernos– bajo la forma de Idea, esto es, de una esencia suprasensible dotada de una superior realidad; y excusamos el empleo de este método extraviado señalando las artís- ticas exigencias del espíritu griego. Pero una vez más no es bastante presumir simplemente de un conocimiento superior, ni imponer precipi- tadamente nuestro punto de vista “más avanzado”. El mismo rasgo que parece extraviado o erróneo, fue el necesario supuesto histórico del reconocimiento de la verdadera naturaleza de la cosa misma. El descubrir los valores objetivos del espíritu, sean morales, estéticos o lógicos, y el abstraerlos en forma purificada del enmarañado caos de las ideas morales, estéticas y lógicas que ocupan constantemen- te las almas humanas, sólo fue posible gracias a la visión objetivadora, configuradora, formativa con la que aproximaban los griegos a todas las cosas, incluso las intelectuales, y a la que deben su filosofía y arte espe- cíficos. Otros pueblos han conocido por experiencia una gran elevación, mas para dar cuenta filosófica de la moralidad como un valor en su forma pura tuvieron que venir al mundo los griegos y Platón. La Idea, en el momento de su aurora en el espíritu griego, pa- reció ser por natural necesidad una realidad objetiva, independiente- mente de la conciencia en que se refleja. Y puesto que había sobreve- nido como respuesta a la cuestión socrática “¿qué es de tal manera?”, poseía también los atributos del objeto de la lógica, del concepto. Tal es el único camino por el que fue posible reconocer, a aquel nivel no abstracto del pensamiento, dos de las propiedades esenciales del De- ber moral, su indisputabilidad y su incondicionalidad. Platón debió pen- sar, al descubrir la Idea, que alcanzaba por primera vez una verdadera comprensión de la esencia de la obra toda de Sócrates: la erección de un superior mundo intelectual de inconmovibles fines y términos. En la visión transcendental del Bien en sí, que no cabe derivar de expe- riencia sensible alguna, la busca socrática encuentra ahora lo que la satisface. Los primeros diálogos de Aristóteles están llenos de un enorme fervor por la vida filosófica de Platón, pero al mismo tiempo hasta un /8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. libro tan temprano como el Protréptico (...) señala claramente los límites de la influencia que podía ejercer sobre la realidad cívica este ideal ex- clusivo de aristocracia intelectual. El intento de imponerlo a la vida entera de la nación sólo podía conducir a una completa renuncia a la realidad, puesto que la realidad se mostraba incapaz de adoptarlo. La tendencia a renunciar al mundo, junto con un pesimismo acerca de sus bienes y una crítica implacable de su sociedad no intelectual, es harto patente en las primeras obras de Aristóteles. Frente a este desánimo resalta con la mayor claridad su optimismo metafísico-religioso, que brilla sobre toda la pobreza y toda la miseria de este mundo, y pugna por llegar con el puro intelecto, a través de este reino de las apariencias, hasta la meta que nos hace señas desde la vida inmortal. La duradera impresión recibida por Aristóteles de esta manera platónica de ver las cosas no puede ponerse en duda, independien- temente del desarrollo ulterior del filósofo, pero también debemos te- ner presente el fondo que nos oculta esta manera de ver típicamente académica. En esta escuela empezó el movimiento que culminó con la ética de Aristóteles y hasta los diálogos de éste delatan algo del penetrante análisis de conceptos que lo trajo a la existencia. Aquellos hombres querían entender el alto ideal de la vida filosófica por medio de la naturaleza misma del espíritu humano, y al hacerlo así pudo pa- recerles que encontraban confirmada su fe en la primacía del espíritu cognoscente sobre las otras partes del alma, tropezaron en todo caso con el problema de las diferentes “partes” del alma y con la cuestión de hacer justicia a las partes irracionales también, es decir, de incluirlas en el proceso de asimilación del espíritu de Dios. Lo mismo en el Filebo (...) que en el Protréptico aparecen otras “vidas” además de la filosófica, y se hace un intento para ponerlas en relación. Una cuestión como la del papel desempeñado por el placer en la pura vida filosófica conduce a la investigación de los motivos de la acción moral; y la idea pedagógica de la vejez de Platón, que había que educar a los jóvenes para el bien, acostumbrándolos desde el primer momento a sentir placer en el bien y desplacer en el mal, está ya cerca de la ética de Aristóteles, según la cual un acto sólo es bueno cuando va acompañado de la alegría en el bien. También debió trabajarse en /' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA la Academia sobre el problema del carácter, puesto que Jenócrates dividía la filosofía en lógica, física y ética o estudio del carácter. Los últimos diálogos de Platón presentan señales de una teoría de la vo- luntad y de la responsabilidad moral, que prueba que no fue Aristóteles la primera persona que alcanzó la maestría filosófica en esta cuestión tan discutida en el derecho penal griego. Cuando Aristóteles examina y rechaza definiciones de tales tér- minos como elección, felicidad y placer, probablemente las toma todas de las discusiones de la Academia. La intelectualización de las viejas metáforas de Platón y la fundación de la ética como ciencia aparte esta- ban ya en plena marcha en aquella escuela. Aristóteles es simplemente el platónico que siguió estas tendencias con la mayor resolución. No era él un legislador moral a la manera de Platón. Ni ello entraba en los límites de su propia naturaleza, ni lo permitía el progreso de los problemas. Aunque su ética empezó por estar saturada de la idea de la norma divina, y por considerar toda vida como el servicio y conocimiento de Dios, hasta en sus más antiguas obras denota el nue- vo elemento otra dirección, a saber, el análisis de las formas de la vida moral, tales como son realmente. Aristóteles abandona la teoría de la virtud de Platón por una teoría de tipos vivientes adaptada a la rica realidad de la vida moral en todas sus manifestaciones concebibles, incluyendo la economía, la sociedad, las relaciones de clase, el dere- cho y los negocios. Entre este estudio realista de la vida cívica y las elevadas ideas recibidas de la filosofía religiosa de Platón que forman la armazón del conjunto, hay una gran tensión. Aunque Aristóteles explica los tipos del hombre justo, del va- liente, del orgulloso, del liberal y del magnificente por medio de un solo concepto formal de virtud, el principio del justo término medio, y aun- que no desarrolla sus tipos mediante una pura descripción, sino me- diante una construcción dialéctica en que cada rasgo está lógicamente enlazado con los demás, su contenido está tomado de la experiencia, y los tipos mismos brotan de relaciones de hecho tales como se dan realmente. La discusión inicial de la naturaleza fundamental de la virtud está orientada con vistas a la cuestión de la intención moral y de su cultivo. Esto era un decisivo paso adelante; la esencia del valor moral 80 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. se saca ahora del yo subjetivo y se acota a la esfera de la voluntad como el dominio peculiar de ese valor. Esto da realmente a la virtud del carácter la preeminencia sobre la del intelecto, y por eso se le dedica la mayor parte de la discusión, aunque Aristóteles está todavía lejos de trazar una división fundamental entre ambos. La teoría de la virtud ética se vuelve ahora hasta cierto punto una ética dentro de la ética, y determina el nombre del conjunto. A base de Aristóteles sólo ya no veríamos porque la teoría de la virtud intelectual entra en cualquier forma que sea en la ética, si no supiéramos que para Platón (y para Aristóteles en su juventud) había sido el verdadero centro, la ciencia del más alto valor objetivo. Hasta en sus últimos días siguió vinculando Aristóteles el más alto fin de la vida humana con el fin divino del mundo, haciendo culminar la ética con la metafísica teorética, pero el acento ya no cae principal- mente sobre la aprehensión de esta norma eterna, sino sobre la cues- tión de cómo puedan los individuos humanos realizar esta norma en su voluntad y actividad. Así como en ontología hizo dar a la Idea de Platón frutos en la aprehensión del mundo de las apariencias, de igual manera hizo en la ética adoptar a la voluntad del individuo moral la norma trans- cendente, objetivándose a sí misma en esta forma. Naturalmente que una vez interiorizada así la norma pierde su carácter de validez univer- sal, pues no hay imperativo alguno que sea igualmente obligatorio para todos los hombres, si se exceptúa una generalización puramente formal o desprovista de todo contenido. La finalidad de Aristóteles es la de unir la idea de la completa obediencia a la norma con la mayor variedad in- dividual. La persona moral es “una ley para sí misma”. De esta manera entra la idea de la autonomía moral de la persona, que había sido extra- ña a Platón, por primera vez en la conciencia griega. En Aristóteles encontramos, pues, una relación muy estrecha con el contenido del deseo; y ello se comprende porque en su pensa- miento está presente la aspiración a la felicidad, que proviene de la entraña misma del hombre deseante. El problema para Aristóteles es el de introducir el elemento de racionalidad en esta aspiración funda- mental; se trata de una característica muy distinta a la del intelectualis- mo de Sócrates. Hay que hacer justicia a ambos: no se está obligado 81 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA a escoger entre Sócrates o Aristóteles porque no se enfrentaban a los mismos adversarios. Se podría decir que Sócrates responde a los so- fistas, mientras que Aristóteles responde a Platón, e incluso replica a la respuesta que Platón había dado a los sofistas. Es un juego bastante complicado de correcciones, de ajustes, y no se puede tomar un pen- samiento en bloque, al margen de la relación dialógica con sus con- temporáneos e, incluso, con sus predecesores -puesto que Aristóteles siempre está en debate con Platón y, a veces, incluso con Sócrates y los sofistas y, tal vez, con los presocráticos 54 . ¿Cuál fue el impacto de la filosofía aristotélica en las filosofías posteriores, esencialmente la medieval y renacentista? Aristóteles fue redescubierto en Europa en la época medieval, adaptado a la filosofía escolástica y se ha impuesto durante siglos en el lenguaje de la filosofía desde la era medieval hasta la actualidad. Algunas de las categorías fi- losóficas que se encuentran en el lenguaje de todas las filosofías y que tienen relación con el objeto de esta obra y con todas las categorías de Poder, Política, Régimen Político y Economía, son: Teoría: En griego “theoria” hace referencia al conocimiento puro, por oposición a la acción (“praxis”). La acción política es incierta y demanda prudencia. En todo caso, la vida teórica es más eminente que la vida política, que ocupa la cima de la vida practica. Ideal: Aristóteles extiende la reflexión platónica sobre el Esta- do Ideal a la “Política” (libros VII y VIII). El que está más cerca “de lo mejor realizable” (IV,1), muestra que hay diversas maneras de enten- der la expresión “el mejor régimen”. Política: Del griego “polis” (ciudad), es natural al hombre, e indispensable para la felicidad. Monarquía: Gobierno de un solo, rey o tirano (“Política”, V,10). Oligarquía: Etimológicamente, régimen en que el poder perte- nece a un reducido número de personas. En la terminología de Aristó- teles es el régimen en que el poder pertenece a los ricos. Tiranía: Régimen en el cual el poder pertenece a un hombre solo; el peor de los regímenes políticos según Aristóteles. Justicia: Mas allá de la cuestión del régimen justo (“Política” 54 Werner Jaeger.: Semblanza de Aristóteles; Fondo de Cultura Económica. Madrid, 1998 82 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. III, 12, o V,1) la noción de justicia (especialmente en la Ética a Nicóma- no V) está vinculada a las nociones de justicia distributiva y correctiva o legal. Asimismo, Ley. La “Política” aristotélica trata de los regímenes más que de las leyes que están subordinadas a ellos. Considerando preferible la autoridad de la Ley al arbitrio individual, Aristóteles le reconoce límites. Libertad: Aptitud esencial para dirigirse o dirigir a otros. Para diferenciar claramente la libertad y evitar que la propia vida no esté controlada por el Estado, la libertad es traducida en términos de man- dato e implica alterabilidad en el poder. Principio (arkhé): La palabra griega “arkhé” significa también inicio y poder. Por consecuencia, los principios de toda ciencia son el fundamento y el que gobierna el desarrollo de esta ciencia. Epistemo- lógicamente, un principio es una “proposición inmediata” pero, más que proposiciones, los principios son la base. Los principios primeros de la física, por ejemplo, son la forma, la materia y sus interrelaciones. Los principios de la Política y del Poder, para Aristóteles, son en con- secuencia la verdad, que es el bien y el bien común. Cambio (metabolé) – Movimiento (kinèsis), que es el tér- mino genérico aplicado a toda modificación. Existen cuatro tipos de cambio. Conforme su intensidad puede denominarse “alteración”, si es estrictamente cuantitativo es aumento /disminución, si es movimiento es translación. El cambio cualitativo, sustancial implica transformación global. Todos los cambios tienen la materia, estructura: van de una a otra cosa que es encontrada en su sustrato. Categoria (kategoria), que son componentes elementales de la realidad, de la sustancia, calidad. Causa (aitia; aition), que en su origen técnico juridico significa “responsable”, “culpable de”. Para Aristóteles –contra la visión de Pla- tón- las causas son múltiples. Otra categoría esencial es Ciencia (episteme): la ciencia Aris- totélica es explicada desde dos puntos de vista: como conocimiento estructural, porque es demostrativa y explicativa de la causa de las cosas La ciencia es un sistema deductivo de proposiciones que repo- 8J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA san sobre principios originalmente no demostrados, explica las causas de su objeto de estudio. Aristóteles usa como y presupone una deter- minada forma de ser y de observar del sujeto que conoce. Existe un segundo elemento básico de la ciencia. Esta puede ser transmitida por ensayo racional, que es capaz de convencer. Aristóteles, como otros filósofos griegos, utilizaba como sinónimos “episteme” y “techné” (arte). La “ciencia” aristotélica se diferencia del arte en el hecho que no tie- ne como objetivo la producción, la ciencia es universal y por ello se diferencia del arte en la percepción y la experiencia, porque estas son formas de conocimiento particular. En su obra “Metafísica”, Aristóteles distingue tres tipos de ciencias: las “teoréticas” (o contemplativas) que tienen un objetivo eterno (matemática, física, teología), las “prácticas” que se refieren a las acciones humanas (ética, economía y política, que, de de hecho es la ciencia practica suprema); y “poéticas” (que son las artes). Sin duda, la ciencia no es la forma más alta de la racio- nalidad inteligente. Los dioses no tienen ciencia porque no necesitan razonar en el tiempo y tienen un conocimiento intuitivo. La ciencia es en consecuencia humana. Substancia – Esencia: significa en Aris- tóteles tres cosas diferentes: la forma, la materia y la sustancia com- puesta, o sustancia. Materia y forma son los elementos constitutivos de la substancia compuesta. La substancia es el sentido primero del ser. Ser (agathon): Desde el inicio de la Ética a Mitómano se observa que la Ética aristotélica es constituida por oposición al pensamiento de Platón. Para Platón existe un ser único, causa de todos los bienes particulares. Aristóteles creía que existe una jerarquía de bienes, como existe una en las artes. Así, el bien de la estrategia se subordina al bien de la política. Existe un ser supremo, que se basta a sí mismo y que Aristóteles nomi- na la “felicidad” (eudemonia). La felicidad suprema para el hombre es definida por su obra propia (la racionalidad). Es discutible si la felicidad humana consiste en la excelencia ético política o en la vida contempla- tiva o “teorética”. En el Libro VII de Política, Aristóteles intenta conciliar las dos vidas, activa y contemplativa, considerando que la vida contemplativa no es necesariamente la inactividad. Ciudad (polis): La ciudad es la 84 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. forma suprema de las sociedades humanas naturales. Materialmente, está formada por pueblos que están integrados por familias. La ciudad hace posible el bien vivir y la felicidad (eudemonia), que son formas de realización completa de la humanidad. El hombre no es tan solo un individuo que tienen necesidades y que las realiza viviendo en ciuda- des. Es un animal político por naturaleza, porque solamente la ciudad permite esta realización completa como ser racional. La felicidad prue- ba la existencia de una virtud especial, la virtud política, que solo se puede realizar en la vida en común de ciudadanos iguales. La manera de gobernar la ciudad dependerá de la virtud de los ciudadanos. La cuestión del Método es esencial. Dialéctica: Para Platón era el método filosito por excelencia; en cambio, en Aristóteles es, simple- mente, una forma de refutar o de establecer opiniones (y no “saberes” establecidos). La dialéctica es en definitiva una lógica de la apariencia, porque no puede establecer principios verdaderos. La función del polí- tico en la ciudad es la de adaptar las leyes a la situación de la ciudad. Potencia (dínamis): la palabra “dínamis” designa toda manera de ca- pacitar, de poder, de fuerza. La Política la usa también para referirse al poder político, al militar y al poder de la ley. En un sentido mas filosófico, “potencia” es la capacidad de alguna cosa. Este concepto es fundamental en la teoría aristotélica del movimiento porque permite explicar el cambio en física, sin necesidad de hacer referencia al No-Ser. Existen dos formas de potencia. La activa (poietiké) que es un principio que reside en el sujeto y la pasiva (pathetiqué), que se encuentra en el objeto. En cualquier caso, la potencia ha de estar en el ser material. Ètica (ethos): Para Aristóteles, “Ética” no es un substantivo, sino un adjetivo, que supone la existencia de un sustantivo, como para “doctrina” o “disciplina”. Ética es una ciencia practica, cuyo resultado no es ajeno al agente, y, en or- den práctico esta subordina a la política, o sea a la polis, la ciudad. Son las leyes justas las que producen los buenos hábitos morales. La virtud Ética es un “estado” del sujeto y, en cierta manera, es la cristalización de los buenos hábitos, que se realizan en el individuo. La Ética no tiene como finalidad el conocimiento del Ser, sino llegar a ser buenos. Para Aristóteles, el discurso Ético tiene algo paradoxal: quien es virtuoso no 8· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA tiene necesidad de discursos teóricos, que son inculcados por medio de las buenas leyes de la ciudad. El virtuosos, es decir el prudente, actuara virtuosamente por definición, porque encuentra la felicidad, su placer, en la virtud. En última instancia, la característica básica del hombre prudente es saber deliberar correctamente, para lograr un fin ético. La Ética griega tiene dificultad para explicar la presencia activa del mal. Para Aristóteles el ser humano es plenamente responsable de sus actos por regirse por medio de malos hábitos, Por asociación, la Política tiene un papel muy importante en la virtud de los ciudadanos. Por otra parte, la categoría Virtud (areté) es determinante en el análisis aristotélico: Estrictamente, “areté” es la excelencia de cualquier cosa, no es solamente una noción Ética. Aristóteles distingue dos gran- des formas de virtud: las Éticas y las intelectuales.(o “diagnosticas”). La virtud Ética es: “un estado habitual que conlleva a un justo punto, que es determinado por una regla, tal como lo propondría un hombre prudente” 55 . El estado habitualmente correcto es un “punto medio”, que es un estado intermedio entre dos extremos. Así, el valor es un punto medio entre la cobardía y la temeridad. No se trata de preconizar una moral “centrista” o “relativista”, simplemente, la perfección esta, como armonía vital, en huir de los extremos La virtud está determinada por una regla (“logos”), pero una regla no es una ley lógica, sino un criterio, mas estrictamente el criterio de actuación de un hombre prudente. El sabio sabe que se ha de hacer, porque debe hacerse, sobre qué, qué y cómo hacerse. El sabio aristotélico encuentra la felicidad en la virtud. La per- sona virtuosa no conoce la vergüenza. Para Aristóteles, un acto vir- tuoso ha de ser también placentero. La virtud intelectual depende del ánima racional. Así como la virtud ética es un estado habitual que pre- siona hacia el justo medio, la virtud intelectual es un estado habitual que permite que prevalezca la verdad. El hombre virtuoso es aquel que además de las virtudes éticas y dianoéticas posee aptitud para deliberar sobre los medios necesarios para que se impongan los fines éticamente deseables. Prudencia (frónesis): La prudencia es la vir- tud intelectual que se opone a la sabiduría (sophia). Mientras que la 55 Ética a Nicómano. Numeral II 8o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. sabiduría es intelecto y ciencia, la prudencia es virtud, excelencia, del intelecto práctico. Aristóteles define la prudencia como la “disposición práctica acompañada de reglas verdaderas, referida a lo que es bueno y valioso para el hombre”. La persona prudente no busca conocimiento teórico de la virtud y de la felicidad, sino una guia practica para la acción. Prudencia seria así una justa apreciación de situaciones singulares, que se basa en la capacidad de deliberar. Solamente el virtuoso es prudente. La pruden- cia aristotélica es una virtud, no una simple habilidad. En ausencia de norma ética transcendental o, simplemente, “universal”, la prudencia, especialmente la que se encarna en la actuación de algunos hombres singulares, constituye la norma ética. Según Aristóteles, en su obra “Ética a Nicómano”: “la política y la prudencia son una sola...”, porque la política está en el fundamento de la Ética. Desde la perspectiva me- tafísica, la prudencia constituye la parte racional del ánima. Asimismo, la categoría Economía (Oikos) es también esen- cial: Esta categoría “oikos”, significa casa, que refiere como gobernar la casa, producir y organizar. El libro I de la Política muestra que la ciu- dad tiene una finalidad económica; pero no se limita a esta finalidad, sino la convivencia entre los ciudadanos y la búsqueda de la felicidad, más importante para Aristóteles que la economía. Para Aristóteles, la Educación, al Igual que su maestro Platón, es la mejor manera de ob- tener la estabilidad de un régimen político. En los dos últimos libros de la “Política” propone un sistema educativo (VIII, 1). La Equidad es concebida como corrección a la justicia legal que no necesita disponer de reglas rígidas. Felicidad: La ciudad constituye el marco en el cual el hombre sociable y razonable puede encontrar la buena vida. El mejor Estado será el que hace más felices a los seres humanos. Básicamen- te es una cuestión ética y un elemento que marca el punto de contacto entre Ética y Política. Referimos, Platón es, para Aristóteles, el adversario a quien hay que probar la fuerza de las propias ideas. Asimismo, no es menos importante la continuidad que se establece entre su pensamiento y el de los que denomina «los amigos de las Formas». Para Aristóteles lo esencial era la búsqueda de la verdad. 8/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Sin duda, la oposición Platón/Aristóteles simboliza una manera radicalmente diferente de comprender la filosofía, no obstante existe un elemento común entre ambos pensadores. Para ellos, la función de la filosofía consiste en determinar las ideas, lo que es permanente, el que no cambia y no las cosas materiales. Las cosas materiales son múlti- ples, cambiantes, de forma tal que sobre ellas no es posible establecer un saber común y universal. Las ideas en cambio son permanentes, la sustancia o esencia de la cosa. Ontológicamente, la oposición de Aristóteles a Platón es clara. En Platón las Ideas tienen su mundo propio, separado del nivel mate- rial y sensible. Aristóteles, en cambio, considera que al ser de las ideas se llega en el concreto, material y sensible. Existen las ideas pero son inseparables de las cosas: la idea es lo universal, lo que tienen en co- mún los elementos que clasifican juntos. En teoría del conocimiento, Platón defendía la dialéctica, el conocimiento del ser, a su perfección, a fin de llegar a las ideas. Para Aristóteles, es una pura forma de sofística, porque no se puede sa- ber si realmente es posible el perfeccionamiento sin saber los criterios. Aristóteles acepta una metodología para el razonamiento, la de la ló- gica, porque sus principios son objetivos y universales, mientras- para él- la dialéctica es puramente subjetiva. \AII1IIí IV: Práctica del Poder y de la Política en la Historia Postsocrá- tica inmediata ¿Es que el fin de la filosofía griega significo cambios en las variables Poder, Política y Estado? La práctica del Poder en la historia postsocrática de Grecia y Roma es una complejidad marcada por his- torias de invasiones, nuevos imperios, tiranías, dictaduras, involución de la República y de las ideas filosóficas observadas entre el siglo VII y IV a. C., que marca el fin de la filosofía griega y del pensamiento oc- cidental antiguo. Se impone la Practica del Poder, con menos filosofía política y teoría sobre el Poder. El conocimiento por la lógica y la razón es sustituido por lo místico, por la fe. 88 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. En la historia de la filosofía occidental, el período siglo I a.C. hasta el V d.C. podría dividirse en dos grandes líneas de pensamiento, la primera de orientación ecléctica y la segunda es la referida a las aspiraciones religiosas del Imperio. Si bien, las divisiones a menudo resultan forzadas o artificia- les, porque tanto el eclecticismo como la religiosidad son realidades en estos siglos, el primero prima en el primer período en tanto que al final se impone el segundo. La filosofía adquiere características típicamente romanas: se vuelve más práctica, orientada a la vida y a la acción. El eclecticismo es también un rasgo romano de la época, por su vinculación con múltiples civilizaciones, aunque por otra parte el agotamiento de las disputas entre las diferentes escuelas comienza a ser evidente. Podría decirse que el romano busca lo que une, propicia la asimilación y valora una especie de consentimiento universal de todos los hombres. Se impone una orientación místico religiosa. Las orientaciones religiosas son absorbidas por el resurgimiento del platonismo y el pita- gorismo. De esta forma, el racionalismo y el misticismo confluyen en la reflexión filosófica. El “sabio” puramente teórico e independiente frente a la sociedad y el mundo, muta hacia un “sabio” místico-contemplativo que acepta su dependencia (re-ligar = religión) de la Divinidad Trascendente. SECCIÓN I. Poder y Política en la Grecia Postsocrática. ¿Cómo influyo el misticismo en la política de la Grecia Post- socrática inmediata? El fin de la filosofía griega, aproximadamente en el siglo III d.C. con el neoplatonismo y cristianismo significo retorno al misticismo y en consecuencia crea modificaciones en la percepción del Poder y de la Política. El gnosticismo, la nueva metafísica son la fuente de todo Poder. El conocimiento no es fuente de Poder, sino de Estética, de Belleza. La Filosofía no es ya una teoría del conocimiento. Es mu- tada en religión, como una especie de teoría de la fe. La razón es así sustituida por la fe. La filosofía que se constituye después de la filosofía griega es una filosofía implantada sobre la base del cristianismo. La corriente de pensamiento conocida como Neoplatonismo, tiene su mayor exponente en Plotino (Egipto. 205-270 d.C.) Su filosofía 8' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA está focalizada en resonancias religiosas, típicas de una época de cri- sis. El estilo de Plotino no es Platónico, sus Enéadas no son diálogos, son opúsculos que tratan de forma asistemática distintos temas filo- sóficos. Las Enéadas son una obra colectiva que busca la verdadera forma de felicidad, preconizada por Aristóteles. La Gnosis tuvo en él gran influencia, es una doctrina religiosa donde se mezclan elementos cristianos con ideas filosóficas griegas y orientales. El gnosticismo es una forma de entender el mundo fundada en una especulación mística con dos principios: el bien y el mal, que todo lo determinan. La estructura de ese proceso de conocimiento se integra en el Uno, Idea de unidad que ya avanza Parménides. El ser perfecto e inmóvil se dispersa en una progresión infinita, pero esa dispersión no le hace perder al Uno su independencia y perfección. Plotino explica meta- fóricamente ese extraño movimiento del Uno que, sin moverse, crea. El Uno no crea sino que emana del Ser, como el fuego o la luz. La palabra “Metafísica” adquiere un nuevo significado en Plotino que pretende in- terpretar todo lo existente. La unidad tiene que asumir la diversidad del mundo, todos los seres proceden del Uno que es el primer punto de una cadena jerárquica en la que se entrelaza la vida. Los pensadores cristianos de los primeros siglos reaccionaron con posturas distintas frente a la filosofía griega. Para algunos, Pla- tón era una especie de Moisés que hablaba en griego; para otros, los griegos habían arrebatado a los judíos sus conceptos filosóficos. Hay tres corrientes: (i) Concordancia entre cristianismo y filosofía: Busca afinidades entre cristianismo y filosofía, el cristianismo sería una sabi- duría que culmina la tradición griega y la necesita para comprenderse a sí mismo; (ii) Irracionalismo del cristianismo: la fe es un asunto ple- namente absurdo que se justifica porque sí, sin atender a razones, la sabiduría griega no tiene nada que hacer en el terreno de la fe: la fe es incompatible con la razón; (iii) Racionalización del cristianismo: Preco- niza la racionalización total del mensaje cristiano. Dos Corrientes son determinantes: (i) Gnosticismo; y (ii) Arria- nismo. Para el Gnosticismo: la salvación no viene dada por la fe sino que viene dada por el conocimiento, la fe es solo un conocimiento provisional. El concordismo culminará con San Agustín, parte de la fe '0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. para comprender; mientras que el gnosticismo parte de la fe para su- perarla. Pretenden la helenización total de las creencias cristianas; y el Arrianismo: pretende racionalizar el dogma cristiano para disolver el misterio reduciéndolo a los límites de la razón. Eunomio: puesto que Dios no ha sido originado, el verbo que ha sido originado no puede ser consubstancial con él. La argumentación del arrianismo es lógica. El proceso descendente de los seres tiene en Plotino tres mo- mentos o Hipóstasis o manifestaciones: el Uno, la inteligencia o Nous y el Alma. La primera emanación de esa trinidad es la inteligencia, el Nous. El Uno no tiene limitaciones, es perfección plena, no puede ser determinado por ningún conocimiento, ni ningún lenguaje. Pero el Nous necesita algo para ejercitarse y para ser. El conocimiento humano tiene que saber, entendiendo. El último paso en este proceso es el Alma, intermediaria entre el mundo visible y el intelectual; ésta situación inter- media le permite la posibilidad de ver, por un lado, las ideas y por otro entender las cosas sensibles. El Alma, en contacto con el mundo, es el alma del mundo. El estadio final de este proceso es la Materia, domi- nada por la multiplicidad y la temporalidad. El proceso de emanación de todo lo real desde el Uno es un retorno a la unidad que constituye el aspecto ético del Neoplatonismo. Sólo el hombre es capaz de recupe- rar de sí mismo ese camino ascendente. La tradición mística posterior lo denomina “camino de perfec- ción”. El alma está sumida en la corporeidad y aunque no pueda con- tagiarse del mal que reside en la materia, sí tiene con cada cuerpo algo en común, el cuerpo resta poder al alma y frena su ascenso. Pero la luz del alma y el deseo de conocimiento la impulsa a superar los impedimentos de la materia, es así un proceso de purificación que a través del conocimiento sensible, como primer paso, asciende con la reflexión (dianoia) y llega a la contemplación intelectual suprema que Plotino llamará éxtasis. Los medios para ayudar en esa elevación son: música, amor y filosofía. La vuelta hacia el conocimiento tiene también un momento estético: la Belleza es el testimonio que, al igual que el Bien, permite no desviarse del camino hacia la luz del Uno. Junto con la inteligencia y el amor aparece la simpatía. Otro teórico, que pertenece a la línea platonista y realista y an- '1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA tinominalista es San Anselmo (insiste en que el Estado, para ser justo, ha de inspirarse en el cristianismo). Considera que la dialéctica no es peligrosa, defiende la dialéctica como un instrumento puesto al servicio de la fe. Su aporte principal es el argumento ontológico. El argumento ontológico pretende la identificación de la Lógica y la Metafísica. El Proslogiom 56 trata de demostrar que de un concepto sale una realidad no puramente conceptual y del análisis del concepto puramente formal se infiere la existencia real de lo que está definido por ese concepto. Anselmo propone una definición: “Dios es aquello cuyo mayor no pue- de ser pensado”. La definición de ese ser es inteligible. Hay una iden- tificación entre lógica y ontología. Si se dice “no existe esto”, se dice que aquello cuyo mayor no se puede pensar es aquello cuyo mayor se puede pensar algo. Como la Fe sustituye la Razón, la concepción 56 El Monologiom es el conjunto de reflexiones sobre la esencia divina que conducen a la demostración de la existencia de Dios. Anselmo parte del presupuesto de que el bien, la verdad, y en general todo lo universal subsiste independientemente de las cosas particu- lares (realismo). Anselmo presupone un bien absoluto que sea la mediada de las cosas buenas y del cual obtengan el grado de bondad o verdad que poseen. El Monologiom desarrolla una argumentación cosmológica que va de lo particular a lo universal y de este a Dios. El Proslogiom desarrolla una argumentación ontológica que empieza en el simple concepto de Dios para demostrar su existencia. Ante la negación de la existencia de Dios debe poseer el concepto de Dios, pues es imposible negar la realidad de algo que ni siquiera se piensa. Aún el necio debe admitir que el ser respecto al cual nada mayor puede ser pensado existe en el entendimiento aunque no exista en la realidad. Una cosa es existir en el entendimiento y otra existir en la realidad. La prueba de Anselmo: aquello mayor de lo cual no puede ser pensado, no puede existir sólo en el entendimiento, por- que si existiera sólo en el entendimiento, se podría pensar que en realidad existiese algo que fuese mayor. Aquello respecto de lo cual nada mayor puede pensarse, existe solo en el entendimiento, entonces aquello respecto a lo cual nada mayor puede pensarse, es, en cambio, aquello mayor, de lo cual puede pensarse alguna cosa. Por tanto no hay duda de que aquello mayor de lo cual nada puede ser pensado existe tanto en el enten- dimiento como en la realidad. El argumento se fundamenta: (i) en que lo que existe en la realidad es mayor o más perfecto que lo que existe solo en el entendimiento; (ii) que negar que existe realmente aquello respecto a lo cual nada mayor puede pensarse signi- fica contradecirse, porque significa admitir algo existente en la realidad al mismo tiempo que se lo puede pensar mayor. Entonces no se ve cómo es posible pensar la negación de Dios; la palabra pensar tiene dos significados: se puede pensar la palabra que significa la cosa, y, se puede pensar la cosa misma. En el sentido 1º se puede pensar que Dios no existe como se puede pensar que el fuego no es agua; en el sentido 2º no es posible pensar que Dios no existe. El argumento ontológico no es una prueba porque la exis- tencia que se pretende demostrar está implícitamente contenida en la definición como el ser perfecto respecto del cual nada mayor puede pensarse y, por esto, en el simple pensamiento de Dios. El pensamiento de Dios es el pensamiento mismo de la identidad de posibilidad y de existencia, identidad que es realizada por la fe. La fe es la expresión racional, es un principio lógico, el acto de la fe se convierte en acto de la razón. '2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. del Poder y de la Política es así inmersa por esta nueva cosmogonía. La fe es el punto de partida, no se puede entender nada si no se tiene fe. Pero la fe sola no basta, es menester confirmarla y demostrarla sin recurrir a la autoridad de las escrituras. Anselmo considera esencial el acuerdo entre fe y razón. Si se diera una contradicción entre ambas, no sería necesario admitir la verdad del razonamiento, aún cuando pa- reciese irrefutable, innegable. Pero Anselmo está seguro que esto no pude ocurrir porque el entendimiento está iluminado por la luz divina al igual que la fe. SECCIÓN II. Poder y Política en la Roma Postsocrática. ¿Cuál es la nueva concepción del Poder y de la Política en la Roma Imperial postsocrática? El Imperio Romano, como toda realidad hegemónica que requiere reproducción para su propia existencia, baso su Poder y Política en la expansión, conquista, colonización e imposición de su sistema de valores y racionalidad superestructural y estructural. Todo sistema pasa por mutaciones de gloria y de crisis o caos, hasta un punto de inflexión final que culmina con el quiebre del sistema, cumplién- dose así con una ley natural: todo lo que nace, muere. En el ciclo del Poder y la Política en Roma existen dos mo- mentos: el ascenso y la caída del imperio. El ascenso se corresponde esencialmente con la expansión, particularmente desde el Siglo III a. C. y esencialmente en el Siglo I a. C., en la época de Julio César. El fin de su sistema y por consecuencia de su Poder se corresponde con el ascenso del Cristianismo, particularmente desde el Siglo I al Siglo IV d. C.; En el mundo terrenal, este ascenso es interpretado como un enfrentamiento por el Poder, tanto con la iglesia oficial ortodoxa del judaísmo, como con el Poder Imperial. La represión en contra del Cris- tianismo, en una primera fase que dura más de tres siglos, es poste- riormente modificada por la estrategia imperial de adoptarlo como su religión oficial. El 27 de febrero del año 380 el cristianismo se convirtió en la religión exclusiva del Imperio Romano por un decreto del empera- dor Flavius Theodosius, 55 años después del concilio de Nicea (325). 'J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA El Cristianismo está así asociado, aunque no fuese su raciona- lidad ni su objetivo místico, a la caida del imperio romano. ¿Cuáles fueron los principales aportes del Cristianismo en la Roma Decadente y su etapa posterior? Sus aportes no son relaciona- dos con el Poder y la Política terrenal; mas su cosmovisión religiosa trasciende el plano místico y en determinadas temporalidades genera enfrentamientos con los poderes establecidos. Junto con San Agustin (354-430), Boecio (480-524) fue una de las mas importantes autoridades cristianas, en una época cuasi si- multánea al quiebre del imperio romano. Su obra “Consolidación de la Filosofía” transmitió importantes componentes de la filosofía platónica a la cultura medieval, junto con la noción de contemplación orientada hacia Dios. Tradujo los escritos lógicos de Aristóteles y la introducción o Isagoge de Porfirio a las Categorías de Aristóteles. Pseudo-Dionisio (1ª mitad del siglo VI), traducido al latín en el s. IX, se convirtió en autoridad en el campo teológico. Se trata de un conjunto de escritos que recogen la doctrina neoplatónica de Proclo unido a componentes de la patrística griega y que fue atribuido erró- neamente a Dionisio. Dionisio transmitió a la cultura medieval la con- cepción neoplatónica de Dios como superior al ser y las dos vías de la teología: (i) Vía Positiva: atribución a Dios de los predicados positivos de la criatura en tanto que ésta es una manifestación de Dios; (ii) Vía Negativa: se niega de Dios toda predicación incompatible con él. El cristianismo no es un movimiento filosófico sino una religión de la salvación. No se basa en doctrinas sino en hechos históricos. El Cristianismo aporta la idea de Salvación, un remedio para el hombre que no se obtiene por la razón sino por una fuerza exógena de natura- leza divina. El cristianismo se identifica con un Dios que muere y renace y mediante esa identificación el iniciado se salva. En el Cristianismo el creyente se asocia a la muerte de Cristo y participa de la resurrección y ésta característica no se produce por iniciativa humana sino por un don divino. La filosofía que se constituye después de la filosofía griega es una filosofía implantada sobre la base del cristianismo. La filosofía cristiana será la verdadera filosofía, viene dada por unos componentes que transformarán el sentido de la razón. '4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. \AII1IIí V: Teoría Sobre Poder y Política en el PreRenacimiento inmediato ¿Cuál es el impacto de la filosofía medieval sobre el Poder, la Política y el Estado de la época? ¿Es que el retorno al misticismo generó profundos cambios en el Poder y la Política? La filosofía griega, que había centrado su reflexión en torno a la determinación del objeto, cambia radicalmente y la filosofía medie- val centrará su interés en Dios. La filosofía helenística había dado una orientación práctica al saber, dirigiéndolo hacia la felicidad del hombre. Es el caso del estoicismo y del epicureísmo, que habían colocado a la ética en el vértice del saber. A lo largo de los primeros siglos de nuestra era, la progresiva expansión del cristianismo y otras religiones mistéricas irá provocando la aparición de otros modelos de felicidad o “salvación individual”, que competirán con los modelos filosóficos. Frente a la inicial hostilidad hacia la filosofía manifestada por algunos de los primeros padres apologistas cristianos, sus continuado- res encontrarán en la filosofía, especialmente a partir del desarrollo del neoplatonismo de Plotino, un instrumento útil, no sólo para combatir otras religiones o sistemas filosóficos, sino también para comprender, o intentar comprender, los misterios revelados. Surge de ahí una aso- ciación entre filosofía y cristianismo o, más en general, entre filosofía y religión, que pondrá las bases de la futura filosofía medieval, entre los cristianos, los musulmanes y los judíos. El tema fundamental de reflexión pasará a ser la divinidad, quedando subordinada la compren- sión e interpretación del mundo, del hombre, de la sociedad, etc, al co- nocimiento que se pueda obtener de lo divino. La fe, que suministra las creencias a las que no se puede renunciar, tratará de entrar en diálogo con la razón. La inicial sumisión de la razón exigida por la fe, dejará paso a una mayor autonomía propugnada, entre otros, por Santo Tomás de Aquino (1225-1274), que conducirá, tras la crisis de la Escolástica, a la reclamación de la independencia de la razón con la que se inicia- '· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA rá la filosofía moderna.¿Cómo fue conocido Aristoteles? 57 Lo que hoy denominamos obras de Aristóteles, constituye un conjunto de textos que el filósofo sin duda había escrito para sus cursos en el Liceo. No fueron compuestos para ser publicados. Encontramos notas de cursos, a veces fichas, simples compendios o resúmenes que como enseñante se reservaba ampliar. A veces, por el contrario, la introducción del cur- so está magníficamente redactada, como un texto de lucimiento para una lección inaugural. En cambio, Aristóteles había escrito con mucha atención diálogos o invitaciones (‘protréptico’’) a la filosofía. Como eran obras dirigidas al gran público, no retuvieron el interés de los filósofos y no se conservaron más que algunas citas. Los textos correspondientes a los cursos de Aristóteles fueron editados hacia el año 80 a. C. por Andrónico de Rodas de quien casi nada se sabe. Conocemos esta edición por copias de manuscritos, los más antiguos de los cuales, tal vez copiados en Constantinopla, datan del siglo IX. De hecho, los escritos de Aristóteles jamás dejaron de influir en los filósofos, particularmente en Epicuro, por lo menos en los 57 Estas aproximaciones son determinadas de Brague (Paris I / Munich) Le Magazine Littéraire, febrero de 2008, pp. 34-37. Comencemos por el final. Las ediciones y traduc- ciones de obras de Aristóteles usadas, dependen de una edición completa del original griego editada entre 1831 y 1836 por el erudito prusiano Immanuel Bekker. Disponemos actualmente de ediciones más satisfactorias. Sin embargo un pasaje de Aristóteles se cita siempre, en todo el mundo, según la página, la columna (a, b) y la línea de los dos espesos volúmenes de Bekker. Y todas las traducciones llevan al margen esa indicación que permite una localización cómoda y precisa. Escapan a esa edición algunos fragmen- tos citados por autores antiguos y un aerolito, la ‘Constitución de Atenas’, uno de los ejer- cicios de descripción de un régimen político que Aristóteles practicaba con sus alumnos y que se encontró en un papiro descubierto en las arenas de Egipto a finales del siglo XIX. La edición Bekker clasifica las obras en un orden que se inspira en la división estoica de la filosofía en lógica, física y ética. Se abre con las obras de lógica, llamadas ‘Organon’ (es decir ‘instrumento’) en la medida que la lógica es el instrumento universal de las cien- cias. Sigue con las obras de física, empezando por la ‘Física’ propiamente dicha, obras que comprenden también extensos tratados sobre los animales, precedidos del ‘Tratado del Alma’ que no se ocupa para nada de psicología, sino más bien del movimiento de los seres vivos que, en sentido estricto los ‘anima’. Después de las obras físicas viene la ‘Metafísica’ cuyo obscuro prefijo ‘meta’ incluye el sentido de ‘después’ pero también el de ‘más allá de...’. El apartado de ética comprende los tres tratados de Aristóteles sobre este tema, seguidos de la ‘Política’, la ‘Retórica’ y la ‘Poética’.Se habrá notado que el lugar de estos dos últimos tratados, relegados al final del Corpus, los separa de las obras lógicas que lo abren. Al actuar así, Bakker seguía una determinada tradición interpretativa. Según otra tradición, seguida particularmente por los árabes, la ‘Retórica’ y la ‘Poética’ forman, sin embargo, un todo con las obras lógicas, en la medida en que todas están consagradas a los diversos usos del lenguaje: riguroso en primer lugar, más relajado después y finalmente puramente estético. 'o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. años transcurridos entre la muerte de Aristóteles y su primer comenta- rista, Alejandro de Afrodisia (aprox. 198 d. C,). La obra de Aristóteles entró en la síntesis realizada por los neoplatónicos del fin de la Antigüedad. Un curso completo de filosofía se iniciaba con la lógica, la física y la ética, para elevarse después ha- cia los más altos principios de la metafísica y hallaba su coronación en la experiencia mística de la unión con el Uno. Platón era la única guía para las últimas etapas. Pero para la enseñanza elemental eran nece- sarios manuales que Platón no ofrecía. ¿Qué más natural que buscar- los en su más célebre discípulo? La enseñanza comenzaba, pues, con Aristóteles y después Platón tomaba el relevo con el “Timeo” y, luego, con el “Parménides”. Esta división del trabajo supone que se minimizan las diferencias entre ambos pensadores, supuestamente en profunda armonía más allá de divergencias entre términos. Eso permitía, por lo demás, ofrecer un frente común a los rivales de la filosofía y evitar la crítica según la cual los filósofos «ni siquiera son capaces de ponerse de acuerdo entre ellos.» En este ámbito escolar, los filósofos griegos redactaron comen- tarios de las obras de Aristóteles que enseñaban. Temistio (s. IV) prefirió parafrasearlas; Simplicio (s. VI) las comentó palabra por palabra. ¿Aristóteles lucha contra Platón? La unión sagrada entre plato- nismo y aristotelismo debía durar hasta el siglo XV, cuando el bizantino Jorge Gemisto (llamado Plethon), llegó a Florencia en 1439 para par- ticipar en un Concilio que pretendía unir a las iglesias griega y latina, y demostró que ambos pensadores eran inconciliables. Él mismo se pronunciaba a favor de Platón cuya obra, que había sido desconocida tanto en latín como en árabe, fue traducida en 1484 por Marsilio Ficino. Platón volvía así a entrar en la escena filosófica europea para no aban- donarla nunca más. En todo caso se debe a la alianza póstuma entre ambos filósofos el hecho de haber conservado los textos de Aristóte- les al mismo tiempo que los de Platón. Lo que hoy denominamos«la filosofía griega» es en muy buena parte la que los neoplatónicos y la Antigüedad tardía consideraron como útil y, en consecuencia, digna de sobrevivir. Los escritos de Aristóteles se encontraban en las bibliotecas '/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA de Constantinopla y también en los conventos de los ahora Siria e Iraq. Servían como base para la enseñanza de la lógica, ciencia indis- pensable como propedéutica de la teología. Es en este marco que se tradujeron al sirio, en alguna ocasión diversas veces, los tratados del principio del “Organon”. En el siglo IX estos textos se tradujeron al árabe ya desde el sirio o directamente del griego. Se trataba al principio, de ofrecer mé- todos de argumentación a las controversias entre teólogos cristianos y musulmanes. Por ello, y aunque resulte sorprendente, la primera obra de Aristóteles traducida al árabe fue el tratado de las “Refutaciones sofísticas”, manual sobre la discusión contradictoria. En Occidente, el patricio romano Boecio (480-524), uno de los últimos occidentales que conocía bien el griego, había tenido el pro- yecto de traducir y comentar todo Aristóteles. Desgraciadamente, el rey visigodo Teodorico (454-526), de quien era ministro, lo consideró sospechoso de entenderse con el emperador de Constantinopla, Justi- niano (482-565), y lo hizo ejecutar (524) antes de que hubiese podido traducir más que las primeras páginas del “Organon”. El Occidente la- tino tuvo que prescindir, pues, de la mayoría de las obras de Aristóte- les para elaborar su propio pensamiento. Tal vez algunos manuscritos durmiesen en las bibliotecas de los conventos griegos del sur de Italia. Pero pocos se interesaron por ellos. A partir de mediados del siglo XI, Europa conoció una renova- ción intelectual vinculada a la querella entre el Papado y el Imperio. Los juristas que redescubrían el derecho romano intentaron sistematizarlo como ciencia rigurosamente deducida a partir de primeros principios. Necesitaban una lógica mejor ordenada que la que entonces estaba disponible. Se pusieron, pues, a buscar las partes del “Organon” que no habían sido traducidas, particularmente los Segundos Analíticos, auténtico tratado sobre lo que es una ciencia y se tradujo Aristóteles comenzando por ellos. En el siglo XII se le traducía en Toledo a partir del árabe. Rápi- damente se prefirió traducirlo directamente a partir del griego, en Sicilia. Las universidades se habían fundado a finales del siglo XI en Bolonia, después en el siglo XII en París y finalmente se extendieron '8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. por el resto de la Europa latina. Las obras de Aristóteles se convirtieron rápidamente en los manuales de la enseñanza filosófica, suscitando por ello la resistencia de las autoridades eclesiásticas. El Tratado del Cielo demostraba que el mundo es eterno; así que ¿cómo justificar la crea- ción? Las obras de Aristóteles fueron comentadas por santo Tomás de Aquino (fallecido en 1274) y sirvieron de mobiliario conceptual a la es- colástica. Así los fundadores de la modernidad filosófica, Bacon (1561- 1626), Descartes (1596-1650) y Hobbes (1588-1679), le sometieron jun- to a la escolástica, a una crítica que no siempre fue equitativa. Es así, que durante la Edad Media, el pensamiento filosófico se basa en la Fe o el dogma, es decir, el fundamento religioso de la existencia de un creador y los filósofos más destacados de ese período fueron San Agustín y Santo Tomás de Aquino que trataron de raciona- lizar la fe, el primero basado en la filosofía de Platón y el segundo en Aristóteles. En la historia del cristianismo, Boecio (480-524), fue una de las más importantes autoridades cristianas junto con S. Agustín. Su obra “Consolidación de la Filosofía” transmitió importantes componen- tes de la filosofía platónica a la cultura medieval, junto con la noción de contemplación orientada hacia Dios. Tradujo los escritos lógicos de Aristóteles y la introducción o Isagoge de Porfirio a las Categorías de Aristóteles. Asimismo, Pseudo-dionisio (1ª mitad del siglo VI), traducido al latín en el s. IX, se convirtió en una autoridad en el campo teológico. Se trata de un conjunto de escritos que recogen la doctrina neoplató- nica de Proclo (410-485) unido a componentes de la patrística griega y que fue atribuido erróneamente a Dionisio. Dionisio transmitió a la cultura medieval la concepción neoplatónica de Dios como superior al ser y las dos vías de la teología: la vía positiva, atribución a Dios de los predicados positivos de la criatura en tanto que esta es una manifesta- ción de Dios; y la vía negativa, mediante la cual se niega de Dios toda predicación incompatible con él. En el siglo XI se impone el pensamiento de los considerados los Universales, que modifican las concepciones dominantes sobre la fe y la sociedad. Posteriormente, como reacción a la filosofía escolásti- ca, y teniendo en cuenta los adelantos científicos, surgen en la filosofía dos grandes movimientos: el racionalismo y el empirismo. '' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Descartes, en el siglo XVII, filósofo racionalista, interesado por los descubrimientos científicos de esa época y en contra de los mode- los filosóficos escolásticos, creía que el procedimiento matemático se podía llegar a extender a cualquier fenómeno natural. Propone Des- cartes una nueva filosofía basada en un método que no deje lugar a dudas; y encuentra que de lo único que puede tener certeza es que está pensando. El yo pensante para Descartes es la verdad absoluta. Los fundadores del empirismo inglés fueron George Berkeley, siglo XVIII, John Locke y David Hume. Propone que la fuente del cono- cimiento es la realidad sensible, es decir, la experiencia. SECCIÓN I. Poder y Política en la Filosofia Arabe y Judia Medieval ¿Cuál fue el impacto de la filosofía árabe y judía medieval en la Política? Su interpretación de la Fe tiene un efecto tangencial en los mecanismos del Poder y de la Política, concentrándose mas en el dominio de la fe, e influenciados por el pensamiento aristotélico y neoplatónico. La interpretación que hace Averroes (fallecido en 1198) de la obra aristotélica, es tenida por la más “auténtica” durante el me- dioevo. Sin embargo, tal interpretación se inspira en el neoplatonismo. Las obras de Aristóteles y los diálogos de Platón ya habían sido tradu- cidas por los árabes hacia finales del siglo IX y también los aportes de Plotino y Proclo, como la de científicos tales como Ptolomeo, Euclides y Galeno 58 . En efecto, el mundo islámico integró al suyo el pensamiento Aristotélico. Al-Farabi (fallecido en 950) comentó diversos de sus tra- tados o compuso obras que, bajo los mismos títulos que las de Aris- tóteles, presentaban su contenido en otro orden. Avicena (fallecido en 1037) no escribió comentarios pero integró la substancia del pensa- 58 El primer filósofo árabe destacado, Alkindi, fue uno de los traductores de Aristóteles. Las interpretaciones que se hacen de Aristóteles se inspiran en los comentarios de auto- res como Alejandro de Afrodisia o en otros neoplatónicos. Entre los pensadores árabes más destacados, se citan a Avicena, de origen persa; Averroes (Córdoba) y otros como Algazel, Avempace y Abentofail. Algunos de ellos, como Avicena, fueron destacados mé- dicos y cientícos. 100 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. miento aristotélico, mezclado de neoplatonismo, en su propio sistema filosófico, que presentó en varias ocasiones en enciclopedias de diver- sas dimensiones. Averroes (fallecido en 1198) deseoso de purificar a Aristóteles, que para él representaba la cima del espíritu humano, de las influencias de Avicena, regresó a la práctica del comentario y ofre- ció un resumen de todas las obras de Aristóteles que pudo encontrar. ¿Cuál es el aporte árabe a la realidad medieval occidental? La influencia de los árabes en la escolástica cristiana es significativa respecto a: (i) Comprensión de la obra aristotélica: Avicena y, especialmen- te, Averroes, son grandes comentadores de su obra. La interpretación de Averroes es tenida por la más “auténtica”, aunque ésta se inspire en el neoplatonismo; (ii) Esencia-existencia: Esta distinción, es realizada por prime- ra vez por Alfarabi, quien inspirándose en el Liber de causisque no es sino un resumen de la obra de Proclo, será un libro tomado como fuente con reiterada frecuencia por los escolásticos cristianos. Alfarabi postula que todo cuanto existe es posible o necesario. En el ser nece- sario esencia y forma coinciden y por ello, el ser necesario es único, eterno e infinito. Por el contrario, en el ser posible se distinguen porque lo posible debe recibir la existencia de una causa distinta de él. Esta distinción es la clave del pensamiento de Tomás de Aquino; (iii) La necesidad del mundo: A excepción de Algazel (quien sostiene la libertad de la acción divina), para la mayoría de los pensa- dores árabes el mundo existe necesariamente no por sí mismo sino por depender de Dios, quien lo crea necesariamente. Dios no es libre de crear o no crear, crea por necesidad, porque crear está en su esencia; (iv) El entendimiento agente: Aristóteles había distinguido dos clases de entendimiento, el “posible” y el “agente”, sin profundizar lo necesario. Esta cuestión centrará la preocupación de varios pensado- res árabes. Alkindi, identificará el entendimiento agente con Dios, doc- trina que, salvo en Averroes, es similar en la maryoría de los filósofos árabes. Para Averroes, el entedimiento posible (en potencia) es común a todos los hombres de manera tal que es participado por cada uno de ellos como entendimiento “adquirido”. Por ello es, entonces, dirá Ave- rroes, que el alma humana es mortal. 101 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA ¿Cuál es la cosmogonía judía en el medioevo y su aporte a la Política y al Poder? El cordobés Maimónides (1135-1204 conocido tam- bién como Rabí Mosheh ben Maimon o, por las iniciales de su nombre, Rambam, nacido en Córdoba, en la España medieval), es citado con frecuencia en la escolástica cristiana medieval. Si bien los pensadores judíos tuvieron una influencia menor que los árabes en la escolástica medieval, éstos son citados con frecuencia, en especial, Maimónides, quien sostiene: 1. La contingencia del mundo; 2. La existencia de un Entendimiento Agente separado; 3. La libertad del hombre; y, 4. Una in- mortalidad reservada a los elegidos que consiste en una participación de la eternidad del Entendimiento agente, como una consecuencia de la sabiduría alcanzada durante esta vida. Maimónides fue asimismo un notable filósofo, matemático y físico. Su gran obra en el campo de la legislación judía es el Mishneh Torah, desarrollada en 14 libros y escrita en hebreo (1170-1180), que siguió modificando hasta su muerte. Además, formuló los Trece artí- culos de fe 59 , uno de los diversos credos a los que numerosos judíos ortodoxos todavía se adhieren. Está reconocido como el filósofo judío más importante de la edad media. 59 Los trece artículos de fe son: 1. Yo creo con fe completa, que el Creador (bendito su nombre), es creador y conductor de todas sus creaciones, y El solo hizo, hace y hará todas las cosas. 2. Yo creo con fe completa, que el Creador (bendito su nombre), es uno y no hay unidad como ésta. Y El solo es nuestro D-os, fue, es y será. 3. Yo creo con fe completa, que el creador (bendito su nombre), no tiene cuerpo, y las leyes de los cuerpos no lo afectan, y no tiene ninguna comparación con nada. 4. Yo creo con fe completa, que el creador (bendito su nombre), es primero y último.5.Yo creo con fe completa, que el creador (bendito su nombre), a El solo se puede rezar, y no se puede rezar a ninguna otra cosa. 6. Yo creo con fe completa, que todas las palabras de los profetas son verdad. 7. Yo creo con fe completa, que la profecía de Moshe Rabenu (Que esté en paz), es verdadera, y que él es el superior de todos los profetas, los anteriores y los posteriores a él.8.Yo creo con fe completa, que toda la Torá que está en nuestras manos ahora, es la que le fue entregada a Moshe Rabenu (Que este en paz). 9.Yo creo con fe completa, que esta Torá, no será cambiada, y no va a haber otra Torá del Creador (bendito su nombre).10.Yo creo con fe completa, que el creador (bendito su nombre), sabe todos los actos de las personas y todos sus pensamientos, como está escrito “El moldeó cada corazón El que entiende todos sus actos” 11.Yo creo con fe completa, que el creador (bendito su nombre), recompensa a quienes cuidan sus mandamientos (Mitzvot, las 613, no solo los 10 mandamientos) y castiga a quienes los transgreden.12.Yo creo con fe completa, en la venida del redentor, y aunque se demore, de todas formas, espero cada día que llegue. 13. Yo creo con fe completa, que habrá vida en los muertos cuando el creador (bendito su nombre) lo decida, y su nombre será enaltecido por siempre. 102 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. La Razón y la Fe son el Poder. En su obra, Guía de perplejos (1190), Maimónides intentará armonizar fe y razón conciliando los dog- mas del judaísmo rabínico con el racionalismo de la filosofía aristotéli- ca en su versión árabe, que incluye elementos de neoplatonismo. Esta obra, en la que considera la naturaleza de Dios y la creación, el libre albedrío y el problema del bien y del mal, se observa una significativa influencia en filósofos como Tomás de Aquino y Alberto Magno. El mé- todo alegórico, permeable a la interpretación bíblica minimizando cual- quier clase de antropomorfismo, fue condenada durante varios siglos por rabinos ortodoxos. SECCIÓN II. Poder y Política en la Edad Media en San Agustin. El Estado debe subordinarse a la Iglesia....el papel del Estado es el de mero ordenador de la convivencia y del bienestar temporales. El hombre es libre, hace libremente lo que Dios sabe que ha de hacer libremente. ¿Cuál es el aporte de San Agustín (354-430) a la teoría sobre el Poder, la Política y el Estado? La sociedad vive en crisis permanente durante esta época profunda de la humanidad, que coincide con el inicio del Cristianismo, como religión oficializada por el imperio roma- no, posterior a las persecuciones religiosas durante tres centurias. Sin duda, la fuerza del cristianismo forza al imperio a aceptar la realidad del nuevo poder religioso, sin distribuir las bases del poder político ni la riqueza. Este paso del imperio mantiene inalterable las bases de su Poder histórico. Se impone la fe sobre la razón. “Credo ut intelligam”. La fe es el punto de partida, no se puede entender nada si no se tiene fe. Pero la fe sola no basta, es menester confirmarla y demos- trarla sin recurrir a la autoridad de las escrituras. San Anselmo (....) considera esencial el acuerdo entre fe y razón. Si se diera una con- tradicción entre ambas, no sería necesario admitir la verdad del razo- namiento, aún cuando pareciese irrefutable, innegable. Pero Anselmo está seguro de que esto no pude ocurrir porque el entendimiento está iluminado por la luz divina al igual que la fe. 10J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA La concepción agustiniana de la historia está marcada por el impacto que causó la penetración de los denominados bárbaros en el occidente; el derrumbamiento del mundo romano, la rápida difusión del cristianismo. En esta base histórica se fundan las concepciones sobre el Poder y el Estado Justo en San Agustín (354-430). La visión de San Agustín es, además de teológica, filosófica. Es en estas condiciones que se desarrolla el pensamiento de San Agustín. Recoge gran parte de la tradición greco - romana. Su pensamiento es una formulación integral del pensamiento cristiano. No escribió ninguna obra. Su pen- samiento se manifiesta a través de las diversas polémicas teológicas en las que interviene en defensa de la doctrina cristiana frente a las interpretaciones consideradas como heréticas. La primera concepción de que la historia universal es la cul- minación de todo el universo, se desarrolla según un plan y tiene un sentido, es originariamente hebreo-cristiana. Todos los acontecimien- tos humanos cobran sentido por respeto a los movimientos candentes previstos en el proyecto divino: la Creación, la Caída y la Redención. Todos los sucesos del Universo quedan integrados en la historia. Aun- que la historia esté desde siempre en la mente de Dios, lo que la hizo posible fue la libertad del hombre. La libertad es además un elemento de tensión que permite ha- blar de la historia como drama. Si no hubiese libertad no habría ni bien ni mal. El mal provendría del hombre, de la libertad. La historia tiende a un fin, la ciudad de los elegidos. Este fin justifica la historia, o sea, la hace necesaria; la experiencia del mal está justificada, tiene razón de ser, porque cabe la esperanza de estar entre los elegidos. Para San Agustín la naturaleza es la parte miserable del hombre, la cual coexiste con la gracia en los elegidos. La historia fue posible por el pecado, pero también la historia es, por la gracia histórica de la salvación. Pero la salvación no es automática, cuenta con la libertad del hombre, la historia es el desarrollo del gran drama de la salvación. San Agustín medita acerca de la historia universal. En esto le había abier- to el cosmopolitismo de estoicos y neoplatónicos; pero mientras para éstos, la humanidad pasa por ciclos repetitivos, como la naturaleza, San Agustín insiste en que el drama de la historia ocurre una sola vez: 104 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. es una marcha inquieta hacia la única auténtica patria, la ciudad de los elegidos. En esta marcha se enfrentan dos bandos irreconciliables, la ciudad de Dios y la ciudad terrena o diabólica. La primera está formada por los ángeles que perseveraron y por los hombres que se salvarán. La ciudad terrena es la de los ángeles caídos y de los pecadores. La separación es interna y sólo conocida por Dios. Para él ambas ciudades están mezcladas en cualquier sociedad hasta el final de la historia. ¿Cuál es la teoría del Estado de San Agustín? Su concepción debe entenderse de dos formas: (i) el Estado debe subordinarse a la Iglesia, y así se entendió durante la Edad Media; (ii) el Estado no es un instrumento imprescindible para los planes de Dios, y su papel es el de mero ordenador de la convivencia y del bienestar temporal. San Agustín sostiene que el hombre es libre, hace libremente lo que Dios sabe que ha de hacer libremente. ¿Cuál es el mundo del conocimiento en San Agustín? La teo- ría del conocimiento de San Agustín está influenciada por Platón. Se distinguen tres niveles: el conocimiento sensible, el conocimiento ra- cional y la contemplación. El conocimiento sensible es la captación de loa objetos. Estos producen modificaciones en nuestros sentidos. Esta modificación no se realiza en el alma. No hay en este nivel un conoci- miento verdadero. El conocimiento racional emite juicios sobre los ob- jetos comparándolos con los modelos eternos, es decir, con las ideas de las cosas en la mente divina. Este nivel es propio del hombre. El conocimiento de contemplación consiste en ver las ideas eternas tal cual son. Se contemplan los verdaderos modelos de las cosas y por ello se alcanza el conocimiento objetivo, la verdad objetiva. Sin la existencia de estas ideas eternas o inmutables no sería posible el conocimiento objetivo ya que las ideas de los objetos sensibles de- penderían de cada sujeto pues la sensación es individual y depende del cuerpo. Para alcanzar estas ideas eternas es necesaria una ayuda, una iluminación. Esta iluminación capacita al hombre para superar la limitación de su mente finita, temporal y mudable y alcanzar así lo in- mutable y eterno que es el lugar de la Verdad. Desde una perspectiva antropológica, San Agustin, considera al hombre como la unidad de cuerpo y alma. Rechaza la preexisten- 10· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA cia del alma, la pluralidad de almas y que la unión con el cuerpo sea consecuencia de un pecado anterior. El alma es inmortal y simple. La concepción filosófica del hombre deriva en una concepción religiosa basada en la Biblia. Cuando el cuerpo recibe la impresión de algún objeto exterior, el alma saca de su propia sustancia la imagen corres- pondiente, lo que se llama una “sensación”. El alma no sufre nunca la acción del cuerpo, es permanentemente activa, pero como conse- cuencia del pecado original, el alma se vuelve exclusivamente hacia la materia, prisionera del cuerpo, dominada por la ignorancia y los malos deseos. San Agustín destaca también el papel de la memoria en la vida anterior. Sobre la existencia de Dios existen en consecuencia dos con- cepciones. El Monologiom es el conjunto de reflexiones sobre la esen- cia divina que conducen a la demostración de la existencia de Dios. El Monologiom desarrolla una argumentación cosmológica que va de lo particular a lo universal y de este a Dios. El Proslogiom desarrolla una argumentación ontológica que empieza en el simple concepto de Dios para demostrar su existencia. Ante la negación de la existencia de Dios debe poseer el concepto de Dios, pues es imposible negar la realidad de algo que ni siquiera se piensa. La visión de San Agustín es en consecuencia integral sobre el mundo terrenal del Poder, la Política y del Estado, a partir de su cos- movisión sobre el Cristianismo y la Fe. SECCIÓN III. Poder y Política en la Edad Media en el Pensamien- to de los Universales ¿Cuál es la concepción del Poder y de la Política en la edad media profunda, al inicio del segundo milenio? ¿Cuál es el impacto de las nuevas concepciones sobre la Fe y la Razón? ¿Modificaron estas concepciones el Poder Económico o el desarrollo de las sociedades? Nuevamente, en el siglo XI entran en contradicción las ideas sobre la fe y la razón, el poder, la autoridad y la realidad política y económica. Las disputas se dan en el seno de la Iglesia en esta época entre Dialécticos o Lógicos y Antidialécticos o Fideístas. Los estudios 10o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. lógicos plantean el análisis lógico de los enunciados teológicos. Apare- ce en esta línea de pensamiento el problema de los Universales. ¿Qué tipo de realidad posee las Ideas Universales?. A partir del siglo XII es uno de los temas centrales de las discusiones y surge como consecuencia de los comentarios a la Isagoge (introducción) de Porfirio a las “Categorías de Aristóteles”. Con anterioridad a este perio- do ningún pensador llegó a dudar de que los géneros y las especies de Aristóteles fueran Ideas, arquetipos que estaban en la mente divina y formas de esta mente impresa en las cosas; así el problema del univer- sal carecía de sentido. No es más que una reexposición de las teorías de Platón y Aristóteles. Platón en la teoría de las ideas sostiene que estas son la realidad misma, mientras que Aristóteles admite junto a la Forma, la Materia. La solución al problema de los Universales es doble: (i) los que sostienen que las Ideas universales poseen una realidad fuera del alma: Realismo 60 ; y (ii) los que sostienen que las Ideas uni- versales no poseen realidad sino que son Nombres. Nominalismo 61 . Otro de los exponentes del pensamiento de la Fe en el siglo XI es Roscelino (1050-1121). Roscelino tuvo entre sus alumnos también a Pedro Abelardo 62 . De Roscelino sólo se conserva una carta dirigida a Abelardo sobre la cuestión de la Trinidad. Anselmo lo coloca entre los dialécticos “herejes”, los cuales creen que las sustancias universales no son otra cosa que soplos de voz, por “color” entienden la cosa “co- 60 Realismo: Tradición platónico-idealista: el Universal es además de un concepto de la mente, la esencia necesaria o la sustancia de las cosas y están en la mente de Dios. (San Anselmo, Guillermo de Champeaux). Guillermo de Champeaux tuvo como alumno a Pedro Abelardo con el cual mantendrá una polémica en torno al Universal que le hará modificar sus teorías. Se opone al nominalismo de Roscelino. Guillermo sostenía en una primera parte de su teoría la realidad sustancial de los universales y afirmaba que la rea- lidad se hallaba eternamente en todos los individuos, los cuales se diferencian entre sí por cualidades accidentales. En una segunda fase, influenciado por Pedro Abelardo, dice que la realidad universal se encuentra en los individuos no como esencia sino individual- mente, lo cual es tanto como renunciar a afirmar la realidad en sí del universal. 61 Nominalismo: Tradición estoica y aristotélica. El universal es un signo de las cosas que está en lugar de ellas, supone a la cosa; es una actitud más empirista. Es la postura de Roscelino de Compiêgne que llega a decir que Dios es la abreviatura de las demás personas de la santísima trinidad, por lo cual fue condenado. El nominalismo se enfrente a la teología y adopta una postura crítica con respecto a la concepción teológica del mun- do, lanzándose al estudio de nuevas concepciones sobre la naturaleza y del hombre. El nominalismo domina en el fin de la escolástica con Guillermo de Ockham (1290-1348). 62 Pedro Abelardo (1079-1142), como exponente de los Universales, reflexiona sobre Razón y Autoridad. 10/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA loreada”. Es autor, además, según Anselmo, de la herejía trinitaria: las tres personas de la trinidad son tres realidades, aunque son idénticas por voluntad y poder, se podría decir que son tres divinidades. Una tercera posición en torno al problema de los universales es la del Conceptualismo. El conceptualismo afirma que las únicas cosas reales son los individuos; pero a la vez admiten, como los rea- listas, que los universales existen, pero, en el entendimiento como Conceptos. Aceptan que varios individuos coinciden en algunos as- pectos, pues de otro modo los conceptos no respetarían las cosas ni los términos las significarían. Se trata de un realismo moderado y un cierto nominalismo. Pedro Abelardo (1079-1142) reflexiona sobre Razón y Autori- dad. Abelardo confiere mayor importancia a la razón que a la autoridad (Fe) en la investigación y el conocimiento. Mientras la razón se en- cuentre escondida basta con la autoridad, pero cuando la razón tiene medios para encontrar por sí misma la verdad, la autoridad se muestra inútil, por ejemplo, con respecto al tema de la trinidad, Abelardo explica que no puede prometer enseñar la verdad ya que ningún hombre pue- de llegar a alcanzarla, solamente puede llegar a una solución verosímil o cercana a la razón y al mismo tiempo no contraria a la fe. No se cree algo porque Dios lo haya dicho, sino que se cree porque nos convence de que es verdadero. En la concepción de los Universales, Abelardo fue el primero que fundamentó una solución, no en la supuesta realidad metafísica, sino en la función que es la de significar las cosas. El universal no pue- de considerarse una realidad metafísica porque ninguna realidad pue- de ser predicada de otra, para Abelardo el universo es predicabilidad, hace referencia a una realidad significada; el universal existe pero no fuera de la mente, sino en ella como concepto con significado. Los indi- viduos son uniformes en algunas características, pero esa uniformidad no constituye en sí misma una cosa. Pedro Abelardo, que admite la existencia de Ideas en la mente divina al igual que los realistas, piensa en los universales como en entidades lógicas y significativas. Guillermo de Ockham (1290-1348) es la última gran figura de la escolástica y la primera de la Edad Moderna. Es excomulgado por el 108 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. papa Juan XXII y se une al emperador Ludovico de Baviera que pugna con el papa por la sucesión al trono del Sacro Imperio. Guillermo es el primero en el mundo cristiano en declarar que es imposible poner de acuerdo la fe y la razón, la filosofía y la teología. Sus teorías más des- tacables son: (i) Principio de Economía, el cual expresa que no deben multiplicarse los seres sin necesidad en las explicaciones pues la natu- raleza sigue el camino más simple. Se suprime así el complicado pro- ceso de conocimiento aristotélico-tomista;y (ii) Conocimiento: el único conocimiento cierto es el conocimiento intuitivo, que es un proceso de captación inmediata y directa de las cosas existentes. Las cosas son conocidas sin que haya meditación alguna entre la cosa y el acto de conocer. Es cierto que utilizamos conceptos universales ya que formula- mos enunciados universales, pero estos Universales no son algo distin- to del acto intelectual de conocer. El concepto no es universal más que en su significado, ya que es un signo de pluralidad. Los Universales son signos lingüísticos que tienen la capacidad de ponerse en el lugar de la cosa. Esto es la Teoría de la suposición: Distingue tres tipos de Suposición o del modo en que el signo supone la cosa: (i) Suposición personal: el término representa a un individuo determinado: (ii) Supo- sición material: se refiere a la palabra misma; (iii) Suposición simple: el uso del término designa algo común a un grupo de individuos. El universal se correspondería con este tipo de suposición. SECCIÓN IV. Poder y Política en la Edad Media en Santo Tomas de Aquino. El poder proviene directamente de Dios a los gobernantes El hombre por naturaleza es un animal político, un animal social. El Estado es necesario.... para que la sociedad alcance sus fines propios. El fin esencial de la vida social es conseguir el bien comun. ¿En qué forma Tomás de Aquino (1225-1274) 63 contribuye a la 63 Tomás de Aquino nace en Roccaseca (cerca de Nápoles). Ingresó en la orden do- minica. Entre sus obras cabe destacar “Acerca del ser y la esencia”, “Summa contra gentiles”, “Summa teológica”... Gracias a sus explicaciones, el aristotelismo se convierte en un buen instrumento para interpretar el dogma cristiano. Su intención era fundir la filosofía con la fe cristiana, de la que la Iglesia era depositaria. 10' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA filosofía política y al pensamiento sobre el Poder y el Estado? Tomas de Aquino revoluciona el universo de ideas filosóficas, la fe, la cien- cia política, aunque reafirme la monarquía como el mejor sistema de gobierno, el poder y la economía, a través de su concepción del bien común y de la justa distribución. El fundamento de la teoría política de Santo Tomás está en la teoría estoica del derecho natural. Hay una ley eterna, una razón que gobierna todo el universo y que existe en la mente divina. La ley natural que está en el hombre es un reflejo o par- ticipación de esa ley eterna. Esta ley natural, evidente, universal e inmutable, se concreta en tres tendencias fundamentales: (i) Conservación de la existencia; (ii) Reproducción; (iii) Conocimiento de la verdad y vida en sociedad. El ori- gen de la sociedad es algo exigido por la naturaleza humana. El hombre por naturaleza es un animal político, un animal social. El Estado es ne- cesario también para que la sociedad alcance sus fines propios. El fin esencial de la vida social es conseguir el bien común. El bien común a su vez se concreta en tres cosas: (i) Producción y justa distribución de bienes; (ii) Paz social; (iii) Perfeccionamiento moral de los ciudadanos, debe fomentar la vida religiosa y velar por la pureza de la fe. ¿Cómo articula Estado con el Bien Común? El bien común no coincide necesariamente con el bien individual, en caso de conflicto el bien común debe prevalecer. La sociedad política está dotada de los elementos necesarios para cumplir sus fines, es perfecta en su género y legítima al margen de toda consideración religiosa. Sólo son legítimos los gobernantes elegidos por los ciudadanos. El poder, sin embargo, proviene directamente de Dios a los gobernantes. La mejor forma de gobierno es la monarquía, es la más idónea para conseguir el bien común y mantener la paz social. El príncipe que tiene el poder legítimo tiene la capacidad para expresar el bien común en forma de leyes positivas. Una ley positiva es una prescripción de la razón en orden al bien común. El gobernante se convierte en inviolable, salvo que él mismo viole la ley natural. La violencia contra el tirano es legítima. El Estado debe encaminar a los hombres a la virtud, pero no puede hacerlos gozar de Dios, que es su fin último. Esto sólo puede hacerlo el poder espiritual. Por lo tanto el 110 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. gobierno civil ha de subordinarse al religioso ya que Cristo lo encomen- dó a los Papas y no a los reyes terrenales. Tomás de Aquino se alejó de Aristóteles, que concebía que la actividad propia de Dios, definido por él como acto puro y motor inmó- vil, era pensarse a sí mismo. El Dios de Aristóteles no conoce el mundo y tampoco lo ha hecho. El de Santo Tomás interviene en el mundo, lo ha creado y lo gobierna. Dios tiene el grado supremo de conocimien- to, Dios, como el ser perfecto que es, “puede conocer en sí todos los seres con conocimiento propio”, pues la naturaleza propia de cada ser consiste en que de algún modo participe de la perfección divina. El conocimiento de Dios tiene la peculiaridad de producir las cosas. Dios crea todas las cosas por su entendimiento, pues en él, entendimiento y voluntad no son compartimentos estancos, entiende lo que quiere y quiere lo que entiende. En el entendimiento divino están las ideas de todas las cosas y de acuerdo con ellas. Dios crea el mundo, que resulta así el fruto de una razón. Así se explica el orden racional que en él se pone de manifiesto. Si Dios no fuese esencialmente entendimiento no se podría fundamentar la verdad de la ciencia. Se reitera que sobre la providencia divina, Santo Tomás con- sidera que Dios crea todas las cosas y las dirige a su fin supremo que es él mismo. Todo está sometido a la providencia divina. Ello no sig- nifica que el hombre no sea libre y que todo suceda necesariamente. Dios ordena causas necesarias para las que suceden necesariamente y causas contingentes para las que han de suceder contingentemente. Todo el universo está sometido a una ley que le da Dios, la Ley Eterna, “la razón de la sabiduría divina en tanto que rectora de todos los actos y movimientos”. Esa ley eterna rige y gobierna el mundo, pero de forma diferente según los seres. Sobre la razón y la fe, Santo Tomás sostiene que el objeto pro- pio del conocimiento humano son las realidades sensibles y materiales y no las inmateriales, como habían sostenido las corrientes de pensa- miento próximas al platonismo. Todo nuestro conocimiento empieza en los sentidos: nada hay en el entendimiento que primeramente no pase por los sentidos. Esto supone una limitación, pues hay realidades que caen fuera de este ámbito. La fe añade algunas noticias más allá de 111 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA los límites a los que llega la razón, no con intención de eliminar a ésta, sino de perfeccionarla. La fe sirve para superar los límites de la razón. Sin duda, existe una relación entre razón y fe. La razón puede prestar una gran ayuda a la fe suministrándole: (i) procedimientos de ordenación científica de forma que los contenidos de la teología apa- rezcan sistematizados: (ii) Instrumentos dialécticos que le permiten re- batir posibles objeciones que se le presenten; (iii) datos científicos que pueden ser útiles para aclarar los contenidos de la fe. Colateralmente, existe colaboración de la fe a la razón. Como no hay doble verdad, porque ésta es única, y los artículos de la fe cristiana son indubitables, cuando la razón llega a conclusiones contrarias a las obtenidas por la fe, es necesario revisar nuestro razonamiento, pues es seguro que está equivocado. ¿Cómo se prueba la existencia de Dios? Si Dios es lo primero en el orden del ser, no lo es en el orden del conocimiento. Hay que pro- bar por tanto su existencia. Santo Tomás formula diferentes pruebas que coinciden en: todas son a posteriori y parten de la experiencia; se basan en el principio de causalidad; rechazan la regresión al infinito en la serie de las causas como algo que repugna al entendimiento; todas presentan estructura silogista. Tomás de Aquino propone cinco pruebas o vías sobre la exis- tencia divina, que pueden adaptarse a principios que pueden materia- lizarse en la vida política: NOMBRE PUNTO DE PARTIDA PRINCIPIO CAUSALIDAD META: DIOS M ov im ient o Ex is t enc ia del m ov im ient o Todo lo que s e m uev e es m ov ido por ot ro Prim er m ot or inm óv il C aus a ef ic ient e Subordinac ión de las c aus as Toda c aus a s ubordinada es c aus ada por ot ra Prim era c aus a inc aus ada C ont ingenc ia C ont ingenc ia de los s eres Todo s er c ont ingent e es c aus ado Ser nec es ario Grados de perf ec c ión Gradac ión de perf ec c ión Toda perf ec c ión graduada es part ic ipada y por t ant o c aus ada Ser m áx im o Gobierno de las c os as Ordenac ión a un f in La ordenac ión a un f in es c aus ada Suprem o direc t o del U niv ers o 112 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Una vez probada la existencia de Dios, Tomás de Aquino intenta determinar cuál es su naturaleza que en parte ya queda apuntada en el concepto de Dios que se extrae de las cinco vías. Santo Tomás sigue dos caminos: (i) Vía negativa: se trata de conocer lo que Dios es a través de lo que no es. Se despoja a Dios de todo aquello que es incompatible con él; (ii) Vía de la analogía: entre Dios y las criaturas hay una cierta semejanza. Podemos predicar de Dios todas las perfecciones que en- contramos en las cosas, pues no le falta ni una sola de las que se en- cuentran en cualquier género. Esas perfecciones no están en Dios como en las criaturas, en él están en grado sumo, en un grado superior. Tomás de Aquino reflexiona asimismo sobre la creación. ¿Qué razones o motivos tuvo Dios para crear el Mundo? ¿Añade algo la crea- ción a su existencia? Dios no crea el mundo por ninguna necesidad y la creación no supuso cambio alguno en su esencia. Dios, que de nada carecía, nada ganó ni perdió después de haberlo creado. Entre Dios y las criaturas hay una relación. El ser de las criaturas participa del ser de su creador. Aristóteles, los árabes y el averroísmo latino sostenían que el mundo era eterno. La tradición cristiana sostenía una creación en el tiempo. Tomás de Aquino soluciona el problema diluyéndolo. El problema de la creación en el tiempo no tiene solución racional y per- tenece al dominio exclusivo de la fe. La creación es un hecho que se puede demostrar racionalmente, incluso que ésta ha sido a partir de la nada, pero la creación en el tiempo es algo que cae de forma exclusiva en el campo de la fe. La creación, la realidad, es en consecuencia de providencia di- vina. Es ésta la primera y única causa. Refiere que Dios crea todas las NOMBRE PUNTO DE PARTIDA PRINCIPIO CAUSALIDAD META: DIOS M ov im ient o Ex is t enc ia del m ov im ient o Todo lo que s e m uev e es m ov ido por ot ro Prim er m ot or inm óv il C aus a ef ic ient e Subordinac ión de las c aus as Toda c aus a s ubordinada es c aus ada por ot ra Prim era c aus a inc aus ada C ont ingenc ia C ont ingenc ia de los s eres Todo s er c ont ingent e es c aus ado Ser nec es ario Grados de perf ec c ión Gradac ión de perf ec c ión Toda perf ec c ión graduada es part ic ipada y por t ant o c aus ada Ser m áx im o Gobierno de las c os as Ordenac ión a un f in La ordenac ión a un f in es c aus ada Suprem o direc t o del U niv ers o 11J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA cosas y las dirige a su fin supremo que es él mismo 64 . Todo está some- tido a la providencia divina. Ello no significa que el hombre no sea libre y que todo suceda necesariamente. Dios ordena causas necesarias para las que suceden necesariamente y causas contingentes para las que han de suceder contingentemente. Todo el universo está sometido a una ley que le da Dios, la Ley Eterna, “la razón de la sabiduría divina en tanto que rectora de todos los actos y movimientos”. Esa ley eterna rige y gobierna el mundo, pero de forma diferente según los seres. SECCIÓN V. Poder y Política en la Edad Media en Dante Allighieri. ¿Cuál fue su aporte principal al Poder y a la Política? Su lega- do es fundamental en las ideas de su época y es base del pensamiento moderno de la política del Estado y del mundo, material e inmaterial. Dante Allighieri (1265-1321) 65 , en la edad media profunda, es un ejem- plo viviente de teoría y practica política de cambio radical en las formas de pensar el poder y la política feudales, así como sobre la articula- ción entre poder terrenal y religioso, cuya visión se fundamentaba en unificar la península itálica, la necesidad de la existencia de un sacro imperio romano, capaz de lograr esta unificación, y la separación total de iglesia y Estado. 64 ¿Qué razones o motivos tuvo Dios para crear el Mundo? ¿Añade algo la creación a su existencia? Dios no crea el mundo por ninguna necesidad y la creación no supuso cambio alguno en su esencia. Dios, que de nada carecía, nada ganó ni perdió después de haberlo creado. Entre Dios y las criaturas hay una relación. El ser de las criaturas par- ticipa del ser de su creador. Aristóteles, los árabes y el averroísmo latino sostenían que el mundo era eterno. La tradición cristiana sostenía una creación en el tiempo. Tomás de Aquino soluciona el problema diluyéndolo. El problema de la creación en el tiempo no tiene solución racional y pertenece al dominio exclusivo de la fe. La creación es un hecho que se puede demostrar racionalmente, incluso que ésta ha sido a partir de la nada, pero la creación en el tiempo es algo que cae de forma exclusiva en el campo de la fe. 65 Poeta, prosista, teórico de la literatura, filósofo y pensador político italiano. Es conside- rado una de las figuras más sobresalientes de la literatura universal, admirado por su es- piritualidad y por su profundidad intelectual. Dante nació en Florencia, en el seno de una familia que pertenecía a la pequeña nobleza. Sus obras reflejan una vasta erudición que comprendía casi todo el conocimiento de su época. Sus libros. Principales son La Vida Nueva (1292) de contenido místico de la poesía amorosa trovadoresca y, su obra maes- tra, La Divina Comedia (1319), que es una narración alegórica en verso, de una gran precisión y fuerza dramática, en la que se describe el imaginario viaje del poeta a través del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso. El tratado De Monarchia (1310), escrito en latín probablemente durante la estancia del emperador en Italia, constituye una exposición detallada de las ideas políticas de Dante, entre las cuales se encuentran la necesidad de la existencia de un Sacro Imperio Romano y la separación total de Iglesia y Estado. 114 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Como muchos florentinos de la época, Dante participó activa- mente en las luchas políticas de su tiempo, por lo cual fue desterrado de su ciudad natal, Florencia- a la cual no retorno. Durante las luchas políticas que tuvieron lugar en la Italia de esos años, estuvo involucra- do en las contradicciones y enfrentamientos políticos. Se unió en un principio al bando de los güelfos 66 , dominados por los pensamientos de la burguesía naciente, opuestos a los gibelinos, de la nobleza. El tema de la unificación es fundamental en el ámbito del poder y de la política, por cuanto en la Edad Media la caída del Imperio Romano dejó en la península itálica una docena de pequeños Estados, de modo que Sicilia estaba alejada cultural y políticamente de Toscana como ésta lo estaba de Provenza: las regiones no compartían la misma lengua ni la misma cultura y los medios de comunicación eran complejos. Su máxima obra, La Divina Comedia 67 , considerada como una de las obras maestras de la literatura universal, se volvió la base del pensamiento moderno y culminó con la afirmación del modo medieval de entender el mundo. Fue compuesta en toscano, matriz del italiano actual. Dante es conocido como “el Poeta Supremo” y como el “Padre del idioma Italiano”; pero su legado es tambien esencial en el plano de las ideas de la política, que organizaron el mundo desde la edad media. SECCIÓN VI. Poder y Política en el Prerenacimiento Inmediato. ¿Cuál es el contexto de reformas en el Poder y la Política al finalizar el Siglo XV? Fines del Siglo XV es una era de fervor y de trans- formación religiosa, del poder, la política y la economía. En este siglo 66 El Partido Güelfo Florentino estaba dividido en dos facciones. Los llamados negros, que veían en el Papa un interesante aliado contra el poder imperial, y los blancos, a quien pertenecía Dante, que pretendían mantenerse independientes tanto del Papa como del emperador del Sacro Imperio. 67 Dante llamó comedia a su libro pues, de acuerdo con el esquema clásico, no podía ser una tragedia, ya que su final era feliz. El libro suele presentarse actualmente con un gran cuerpo de notas que ayudan a entender quiénes eran los personajes mencionados. Estos comentarios incluyen interpretaciones de las alegorías o significados místicos que contendría el texto, que otros prefieren leer como un relato literal. Esta tendencia se acentuó en el siglo XX entre los exégetas y críticos de La divina comedia, muchos de los cuales sostienen que Dante narró una historia en el mundo material de ultratumba tal como se lo concebía en su tiempo. Sin duda, existe amplia influencia de la escatología musulmana en la estructura del Infierno dantesco. 11· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA se amplía el horizonte geográfico con el supuesto descubrimiento de América y los viajes de los portugueses por África y el preludio a la con- quista de múltiples espacios. Posteriormente, la Reforma de Lutero, Calvino y Enrique VIII, rompe la unidad religiosa europea. Políticamen- te, en la Edad Media, Europa se fragmenta en Estados y esto modifica los poderes económicos. Es la época preludio del mercantilismo y del capitalismo moderno, precisamente por la expansión de los imperios, la explosión urbana y la racionalidad reformista en el cristianismo. Para la humanidad occidental de la Edad Media, la Iglesia y el Estado eran concebidas como necesidades naturales destinadas a durar tanto como la propia humanidad. La Edad Media terminaría en torno al 1400 en el transcurso de una época en la que existieron si- multáneamente tres Papas y tres emperadores. La cristiandad regida por el emperador y el Papa no ha desaparecido; desde la perspectiva política de unir a los señores feudales para construir naciones integra- das. Italia y los Países Bajos, que son de las mayores potencias de la época, permanecen divididos, siendo los más poblados, ricos y cultos de Europa. Aunque Italia es políticamente débil, está dividida en pe- queños estados que luchan entre sí. El Papa retorna a Roma y dominan las tesis conciliaristas, su- premacía sobre el Papa. Los Papas afianzan su poder, intervienen más intensamente en política y se convierten en mecenas de la cultura. En efecto, desde el punto de vista económico esta época se caracteriza por la aparición de una burguesía capitalista. La Iglesia condenaba el préstamo con interés como usura, al igual que Lutero, mientras que Calvino lo permitía. ¿Cuál es el impacto de la Reforma Religiosa en la concepción del Poder y de la Política? La Reforma tuvo repercusiones políticas y sociales 68 . El Luteranismo y el Calvinismo son las principales corrientes de esta Reforma. Martín Lutero (1483-1546) fue un monje agustino que centró su estudio en la meditación de la escritura, en una búsqueda 68 En la Baja Edad Media habían roto con la Iglesia diversos movimientos radicales que proclamaban el retorno al evangelismo puro. La Reforma fue llamada el Renacimiento del Norte, se centró en cuestiones de moral y piedad y no sobre cuestiones teóricas. La venta de bulas e indulgencias, el mercantilismo de la gracia divina y la financiación de la Basílica de San Pedro desató la Reforma 11o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. angustiosa de la salvación. El hombre no puede tener méritos propios porque es pecador y sólo puede salvarse por el regalo de la Gracia de Jesús. Para Lutero pierde sentido hablar de obras humanas, solo se trata de creer. Dios ha prometido su gracia a los humillados, pero éstos no están completamente humillados hasta que sepan que su salvación está más allá de sus fuerzas y depende de Dios. Sólo quien siente la desesperación ante sí mismo y acepta el infierno como fin justo, reci- birá el regalo de la salvación. Lutero rompe con la Iglesia, escribe y di- funde su obra en lengua vulgar. Algunos sectores populares se lanzan contra los príncipes, Lutero incita a la masacre de los campesinos. Calvino es el verdadero fundador de la religión protestante mo- derna, se asienta en Ginebra y la convierte en la Roma protestante. Dios desde la eternidad ha destinado a unos pocos para la salvación y no les ha revelado que lo sean, pero hasta cierto punto se hacen notar, éstos destacan por su justicia. Los justos se organizan en oligarquías y tienen la obligación de regular la vida en común y reprimir el vicio. El Calvinismo aporta un nuevo sentido a la humanidad, a la personalidad del sujeto humano, al individualismo, que es correspondiente con la lógica de acumulación capitalista mercantilista y del poder político cen- tralizado. El catolicismo considera la idea del retorno al buen camino mediante la confesión. ¿Cuál es la reacción de la contrarreforma en la Política? La Contrarreforma es un movimiento de reacción contra la reforma que se da en países que se denominan católicos. Nace con la fundación de la Compañía de Jesús (1539) por Ignacio de Loyola. La técnica que utili- za es la representación mediante imágenes frente a la meditación de la palabra escrita propuesta por el protestantismo. Las órdenes Jesuita, Franciscana y Dominica, frente a la predestinación luterana, proponen a un hombre libre cuyas obras tienen valor y el hombre puede arrepen- tirse y salvarse. La confesión tiene gran importancia. En cuanto al poder político, proclaman que es útil para la gloria de Dios. Las ideas de piedad y misticismo fueron proclamadas por la orden del Carmelo: Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. 11/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA \AII1IIí VI Teoría sobre Poder, Política y Estado en el Absolutismo y Renacimiento. ¿Cuál es la base de la filosofía renacentista? ¿Cuáles son sus fundamentos en el Poder y la Política? La Filosofía Política del Renaci- miento es compleja y multidimensional por cuanto sus teorías políticas provienen de la formación de las monarquías nacionales y absolutas y de las ideas provenientes de la Reforma. Los teóricos apoyan la mo- narquía. Los humanistas no dedicaron demasiada atención a las ideas políticas y no será hasta finales del s.XVI cuando surgen las grandes teorías políticas: Juan Bodín (1529-1596) defiende la doctrina abso- lutista; Juan Althaus defiende la soberanía popular; Francisco Suárez defiende la soberanía popular limitada. Estas nuevas concepciones del mundo crean asimismo cambios en la filosofía del Derecho, que es fundamental para reproducir sus ideas del poder, de la Política y de la regulación de la sociedad. Esta nueva Filosofía del Derecho se funda en el jusnaturalismo, se recurre a un derecho o ley natural identificado con la razón humana, se centra en el problema de la posibilidad de la guerra justa, que es una racionalidad coherente para la expansión y el uso de la fuerza 69 . ¿Cuál es la particularidad del Siglo XVI en la Política? Siglo XVI es excepcional en la transformación de las ideas y la práctica del Poder, la Política, los Estados y la Economía, a través de la filosofía, las artes, las ciencias y el pensamiento económico. Es en realidad la época de coexistencia de un absolutismo político o despotismo monár- quico, con un Renacimiento de la humanidad. Es el paso de la filosofía 69 Entre los principales expositores del jusnaturalismo se citarían a Alberico Gentile, quien considera que la guerra es contraria al derecho natural, el cual consiste en un instinto natural e inmutable que une a todos los hombres en una comunidad universal; y Hugo Grocio, quien se inspira en el estoicismo e identifica lo natural con lo racional. Es el principal representante del jusnaturalismo, ya que su concepción del derecho natural elimina las implicaciones teológicas medievales, la ley ya no depende de una ley divina y eterna. Los preceptos del derecho natural son inmutables y pueden ser deducidos a priori sin hacer referencia a la experiencia. Grocio sostiene que la guerra no es opuesta al derecho natural, ya que el uso de la fuerza no es opuesto a la naturaleza. 118 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. medieval a la moderna. Es el reinicio de una filosofía política, al igual que la Grecia Antigua de los siglos VII a III a.C. que rompe con la filoso- fía medieval, fundada en el misticismo, la religión. Las teorías políticas renacentistas provienen de la formación de las monarquías nacionales y absolutas y de las ideas provenientes de la Reforma. Se construye el Estado Moderno. Existen teóricos que apoyan la República y otros la monarquía. En 1560 el capitalismo primigenio mercantilista sufrió una fuerte crisis. En el siglo XVI se acrecienta la sensibilidad religiosa, se fermentan en Europa corrientes espiritualistas de reformas y vuelta a los orígenes religiosos. ¿Cuál es la relación entre Filosofía Moderna y Poder? Si la filo- sofía antigua había tomado la realidad objetiva como punto de partida de su reflexión filosófica y la medieval se había fundado en Dios como referencia única, la filosofía moderna 70 se asentará tanto en el terreno de la objetividad y esencialmente en la subjetividad. Las dudas planteadas sobre la posibilidad de un conocimiento objetivo de la realidad, material o divina, harán del problema del co- nocimiento el punto de partida de la reflexión filosófica. Son múltiples los acontecimientos que tienen lugar al final de la Edad Media, tanto de tipo social y político, como culturales y filosóficos, que abrirán las puertas a la modernidad, y que han sido profusamente estudiados. En lo filosófico, el desarrollo del humanismo y de la filosofía renacentista, junto con la revolución copernicana, asociada al desarrollo de la Nue- va Ciencia, provocarán el derrumbe de una Escolástica ya en crisis e impondrán nuevos esquemas conceptuales, alejados de las viejas e infructuosas disputas filosóficas, epistemológicas y terminológicas que solían dirimirse a la luz de algún argumento de autoridad, fuera plató- nica o aristotélica. De las abadías y monasterios, la filosofía volverá a la ciudad; del comentario, a la investigación; de la tutela de la fe, a la independencia de la razón. El Platonismo y Aristotelismo son filosofías que surgen simul- táneamente en esta época. En Florencia los Médicis fundan una aca- 70 El Humanismo y Renacimiento es capital en esta época. Entre los principales expo- nentes citaremos: Thomas Hobbes, Rene Descartes, Jhon Locke, David Hume, Inma- nuel Kant. 11' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA demia platónica. La obra de Platón despierta una gran polémica que no era solamente filosófica, se refería a saber cuál de las dos filosofías estaba más cerca o permitía una mejor comprensión del cristianismo. Basilio Bessarión defendió la postura platónica dando un impulso a la academia florentina, cuyas máximas figuras fueron Marsilio Ficino y Jan Pico de la Mirandola, que se preocuparon de traducir al latín y comentar las obras de Platón 71 . El nuevo aristotelismo pretende recuperar la doctrina auténtica de Aristóteles deformada en la Edad Media, para lo cual emprende estudios de filología. Ven en el método aristotélico el prototipo para investigar la naturaleza. Se interesan por la investigación de la natu- raleza y ven en el aristotelismo la posibilidad de encontrar un orden racional y necesario en el mundo que excluye a Dios y que permite una investigación segura de los hechos naturales. Niega la inmortalidad del alma. La inteligencia humana no puede funcionar independientemente del cuerpo, pues sin las imágenes que recibe el cuerpo no podría exis- tir inteligencia. Es el origen del Estoicismo, epicureísmo y escepticis- mo. El escepticismo proclama su fe en todo lo humano, conlleva en sí mismo un impulso interior que hace elevarse al pensamiento humano continuamente y le impide posarse en verdades fijas. La duda es un instrumento para que el pensamiento pueda construir sus principios firmemente, el pensamiento logra así conquistar su independencia y liberarse de verdades fijas e inmutables 72 . 71 Para Marsilio Ficino, el hombre es el centro del Universo, ya que el alma es el nexo del cosmos. El hombre es el intermediario entre todas las criaturas, emparentado con las superiores y rey de las inferiores por la perspicacia de sus sentidos y por la penetración inquisitiva de su razón. El hombre es un dios en la tierra, la esencia del hombre sería obrando en el mundo en el que vive por medio de la ciencia, del arte etc. La verdadera naturaleza del hombre está en crear y adquirir su felicidad y el grado máximo de ésta solo se alcanza mediante la filosofía que es contemplación por excelencia donde el alma se armoniza con lo divino. Para Juan Pico de la Mirandola, el hombre es un ser libre que mediante su libertad puede escoger entre todas las cualidades que poseen el resto de los seres. Dios escogió al hombre como obra de la naturaleza y lo colocó en el centro, para que por sí mismo y libre se forme en la forma que haya elegido. 72 Entre los principales expositores se citan: Estoicismo (Justo Lipsio), Epicureísmo (in- fluyó en Pedro Gassendi), Escepticismo (Miguel de Montaigne). El Aristotelismo cristiano es derivado de la tradición escolástica (Genadio, Jorge de Trebisonda); Aristotelicos He- terodoxos es el grupo más importante, con los Averroístas. 120 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Renacimiento y Politica ¿Cuál es su relación? Giordano Bruno (1548-1600) es considerado el filósofo más importante del Renacimiento. Bruno es un filósofo de la naturaleza. En Bruno coexisten innumerables elementos mágicos, platónicos, neopla- tónicos, presocráticos y de Nicolás de Cusa, como se expresan en sus tres obras fundamentales “La cena de las cenizas”, “De la causa, prin- cipio y Uno” y “Del infinito universo y los mundos”, escritas en Londres en 1584. En Del infinito universo y los mundos, Bruno se focaliza en el heliocentrismo en lugar de tomarlo como una ficción que permitía “sal- var las apariencias”. Bruno no sólo adoptó que la Tierra se mueve en torno al sol, sino que todo el sistema aristotélico era falso. El universo es infinito y en él se encuentran infinitos mundos como el nuestro y tal vez habitados. Para Bruno lo perfecto es lo infinito. Universo y Mundo ya no son lo mismo, hay infinitos mundos. Tampoco es posible determinar un centro del universo. Los astros no están fijos en esferas transparentes sino que vagan libre- mente por el espacio. Tampoco cabe hablar de dos regiones, sublunar y supralunar, sino que todos los astros se componen de los mismos elementos. Bruno afirma la infinitud del universo. Bruno introduce una visión animista y mágica para explicar el movimiento del mundo, la Animación Universal: el movimiento de los astros no procede de movi- mientos exteriores, sino que es un movimiento espontáneo, todo está animado y el universo es como un gigantesco animal. Hay un alma del mundo que todo lo anima y mueve, es la causa de todo, y en cuanto que es inmanente a las cosas se la puede llamar también principio. Todo está animado no hay corpúsculo, por mínimo que sea que no tenga en sí una porción de ese Espíritu o alma suficiente parea ani- marlo aunque no sean cosas animadas. La materia que hay en las cosas contiene todas las formas y es incorruptible. Reafirma asimismo, el principio del Uno: la infinitud del universo y la presencia en todo el alma del mundo conducen a un monismo semejante al de Parménides. No cabe hablar de dos mundos sino de uno solo y en el infinito todo coincide. No hay sino un único ser, el Uno, del que todas las cosas no son sino “modos de ser”. El Uno está en todas las cosas y todas están en el Uno, Monismo y Panteísmo. 121 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA SECCIÓN I. Filosofía Política del Absolutismo y Mercantilismo. Absolutismo, Mercantilismo y preludio de cambios trascenden- tes en el Poder y la Política caracterizan esta época. ¿Es que estos cambios significaron evolución de la humanidad? En los siglos XV y XVI se desarrolla el absolutismo político, cambio histórico que se reflejara en la filosofía política y económica de la época, así como en el inicio de la ciencia moderna. Entre los aconte- cimientos políticos más significativos al respecto podemos considerar, en Inglaterra, la aparición del absolutismo de los Tudor, iniciado con Enrique VII (1485-1509), al establecer un poder monárquico centraliza- do al término de la guerra de las Dos Rosas. En España, el matrimonio de Fernando e Isabel (1469), reunió los reinos de Castilla y Aragón bajo la misma corona, base del desarrollo del absolutismo español, de un Estado más fuerte y de un poder económico superior, que culmina con Carlos V (1516-1556). También en Francia podemos situar el origen del absolutismo en 1453, al término de la guerra de los Cien Años. A diferencia de lo ocurrido en España, en Inglaterra y Francia los comerciantes apoyaron la centralización del poder, a expensas de la nobleza feudal. Ello no significa, por supuesto, que el despotismo monárquico fuera la única teoría política del Renacimiento, sino que debe interpretarse como la expresión de la necesidad de unidad ante las cambiantes circunstan- cias económicas e históricas. En este sentido, la defensa del absolutis- mo político es una consecuencia de la creencia de que sólo un poder centralizado, fuerte y sin apenas limitaciones, es capaz de controlar las fuerzas que tienden a la “disolución” de la sociedad. Simultáneamente se amplía el poder de la racionalidad mercantilista en la economía de la época. Absolutismo político y mercantilismo en el plano económico se expanden. A medida que el absolutismo político se impone se desarro- lla la teorización sobre algunos problemas derivados de la justificación del poder. Entre ellos podemos destacar: (i) la teoría del derecho divino de los Reyes y la limitación de su poder; (ii) las nuevas reflexiones so- bre la naturaleza y las bases de la sociedad política; (iii) el desarrollo 122 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. de la conciencia nacional y su fundamento, justificación y límites; (iv) las nuevas reflexiones sobre ley natural y derechos naturales. La ley natural implicaría una limitación en el ejercicio del poder político y ac- tuaría como fundamento de los derechos naturales (propiedad privada, herencia, etc....) de los individuos; (v) la reconsideración de la relación de la Iglesia con el Estado; (vi) el desarrollo de las teorías del contrato como fundamento de la denominada sociedad civil. Preludio al Estado Moderno y Mercantilismo avanzan así si- multáneamente, en un movimiento dialéctico contradictorio, que va forjando nuevos poderes y en consecuencia nuevas influencias en la sociedad, el poder, la política y el nuevo Estado. Es así que, en la esfe- ra económica, desde el siglo XV hasta el siglo XVIII, cuando se confor- maron los modernos Estados nacionales, el capitalismo no sólo tenía una visión comercial, sino que también dio lugar a una nueva forma de comerciar, denominada mercantilismo. Esta línea de pensamiento económico, este nuevo capitalismo, alcanzó su máximo desarrollo en Inglaterra y Francia. Este sistema mercantilista se basaba en la propie- dad privada y en la utilización de los mercados como forma de organi- zar la actividad económica. A diferencia del capitalismo de Adam Smith, posteriormente desde fines del siglo XVIII, el objetivo fundamental del mercantilismo consistía en maximizar el interés del Estado soberano, y no el de los propietarios de los recursos económicos fortaleciendo así la estructura del naciente Estado nacional. Con este fin, el gobierno ejercía un control de la producción, del comercio y del consumo. La principal característica del mercantilismo era la preocupa- ción por acumular riqueza nacional, materializándose ésta en las reser- vas de oro y plata que tuviera un Estado. Dado que los países no tenían grandes reservas naturales de estos metales preciosos, la única forma de acumularlos era a través del comercio. Esto suponía favorecer un balance externo comercial positivo, ya que los pagos internacionales se realizaban con oro y plata. Los Estados mercantilistas intentaban mantener salarios bajos para desincentivar las importaciones, fomen- tar las exportaciones y aumentar la entrada de oro. Más tarde, algunos teóricos de la economía como David Hume (1711-1776) comprendieron que la riqueza de una nación no se asen- 12J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA taba en la cantidad de metales preciosos que tuviese almacenada, sino en su capacidad productiva. Se dieron cuenta que la entrada de oro y plata elevaría el nivel de actividad económica, lo que permitiría a los Estados aumentar su recaudación impositiva, pero también supondría un aumento del dinero en circulación, y por tanto posibilidades de ma- yor inflación, lo que reduciría su capacidad exportadora y haría más baratas las importaciones por lo que, al final del proceso, saldrían más metales preciosos del país. Sin embargo, pocos gobiernos que funcio- naban bajo esta óptica mercantilistas comprendieron la importancia de este mecanismo. SECCIÓN II. Renacimiento y Humanismo. ¿Qué es Renacimiento? ¿Cómo coexiste con una racionalidad absolutista de la edad media? ¿Porque el Renacimiento? ¿Cuáles son las bases de su humanismo? La primera dificultad que se plantea al hablar del Renacimiento es la de señalar con precisión sus límites con respecto a la edad media y de su nueva racionalidad humanista. Al igual que ocurre con otras periodizaciones resulta difícil des- lindar el final de una época y el comienzo de otra. Dependiendo de los historiadores y de los lugares y factores que toman en consideración, se considera que el Renacimiento se desarrolla en los siglos XV y XVI y hasta su final en las últimas décadas del siglo XVII. Para los hombres de la Edad Media, la Iglesia y el Estado eran necesidades naturales destinadas a durar tanto como la propia humanidad. Referimos que la Edad Media terminaría a fines del Siglo XV, en un momento que Euro- pa se divide en Estados y que el Papado afianza su poder, intervinien- do permanentemente en Política y controlando ideológicamente a las sociedades y a la inteligencia de la época, convirtiéndose en mecenas de la cultura. Se reforza la burguesía capitalista, la Iglesia católica condena- ba el préstamo con interés como usura, el capitalismo sufre una fuerte crisis, el denominado descubrimiento de América y los viajes de los portugueses por África. La Reforma de Lutero, Calvino y Enrique VIII, 124 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. rompe la unidad religiosa europea. En el siglo XVI se acrecienta la sensibilidad religiosa, se fermentan en Europa corrientes espiritualis- tas de reformas y vuelta a los orígenes religiosos. La Reforma tuvo repercusiones políticas y sociales. La contrarreforma y la fundación de la compañía de Jesús consiguieron conservar para el Catolicismo los países del sur de Europa. El Renacimiento es un concepto también religioso, de renova- ción del hombre. El Humanismo: Los Studia Humanitatis sustituyen al Trivium. Se pretende la Paideia, la educación del hombre en su verda- dera humanidad y acercarle al modelo arquetípico del hombre clásico. Tiene también un sentido histórico, se recuperan textos clásicos, se hacen nuevas traducciones ayudados por bizantinos y judíos, cultivan la literatura y escriben en el latín ciceroniano. El humanista valora al hombre natural y la naturaleza, pero no es ajeno al interés religioso, aspira a unificar todas las religiones y busca sus orígenes más allá del cristianismo, en los profetas de la antigüedad. Los Mecenas fueron los impulsores de la difusión de los libros y algunos impresores fueron cultos humanistas. En síntesis, una de las características más notables de la fi- losofía del Renacimiento es el antropocentrismo, lo que supone una valoración no sólo de la personalidad del ser humano, sino también de su individualidad. El Renacimiento supone pues el renacer del espíritu de libertad de un ser humano que se quiere inserto en la naturaleza y en la historia. También el naturalismo irá asociado al desarrollo del Rena- cimiento. Se destacan los aspectos naturales del hombre versus los aspectos “sobrenaturales”. Es algo de lo que encuentran los renacen- tistas que “vuelven” a Aristóteles: la separación del universo y de Dios y la exaltación de la naturaleza; al igual que los que se “vuelven” hacia Platón, buscando una religiosidad natural y la exaltación del hombre y de su libertad (el hombre no es malo, es ignorante, no necesita, pues, la gracia divina para su redención) 73 . 73 ¿Cuáles fueron las principales corrientes filosóficas en el Renacimiento? Múltiples visiones coexisten: (i) Platonismo; (ii) Aristotelismo averroista (un solo entendimiento) y Aristotelismo alejandrino (muchos entendimientos); (iii) Estoicismo; (iv) epicureísmo; (v) escepticismo; (vi) Naturalismo (Bruno, Telesio, Campanella); (vii). A estas visiones 12· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA En sintesis, bajo una nueva concepcion de la Filosofía de la Naturaleza, los humanistas buscaban la renovación del hombre y la sociedad, el hombre es el centro de interés, éstos se preocupan más por el estudio de la naturaleza, intentan estudiar ese microcosmos- hombre, intentan abrir nuevos caminos, la magia y el ocultismo. Estas tradiciones pueden llegar a dominar la naturaleza a través de medios ofrecidos por la antigua sabiduría oriental. La magia presupone que la naturaleza está animada por fuerzas que pueden ser manipuladas por el hombre con conjuros y encantamientos. Así, por ejemplo, el curso de los astros determina la existencia humana. Se piensa que las fórmulas y los símbolos tienen poderes mágicos, de ahí el interés por la Cávala judía. Números y letras constituyen la esencia de las cosas al igual que en el pitagorismo y poseen energía en sí mismos. Esto presupone una nueva concepción del ser humano y su medio, el Poder, la Política. Bacon, Copérnico, Galileo, Kepler, son figuras centrales en el desarrollo de la ciencia, que supondrá la destrucción de la imagen pto- loméica del mundo, inspirada en el universo cerrado y geocéntrico de las dos esferas; la creciente y progresiva matematización de la natu- raleza y el desarrollo del método experimental serán dos de las bases más significativas de su triunfo. hay que sumar el desarrollo de la ciencia, representada por Copérnico, Galileo y Kepler, en lo que supondrá la renovación de la concepción del Universo. Teofastro Paracelso Médico y cirujano, intentó la medicina empleando medios mágicos. Paracelso intenta purificar las sustancias químicas de modo que pueden ser utilizadas como medicamen- tos. La medicina ha de tener como objetivo al hombre, cada enfermedad repercute y tiene que ver con el organismo tanto individual como universal. Separa la alquimia de la magia, liberándola de aspectos misteriosos. Existe una analogía entre cuerpo humano y la estructura del Universo. Para Bernardino Telesio sólo existen causas naturales y por tanto las explicaciones han de basarse en esas causas naturales. Todos los fenómenos pueden reducirse a la acción de los principios: el frío y el calor, bastaría medir el calor de un proceso para predecir sus efectos. Afirma la autonomía de la naturaleza y la necesi- dad de estudiarla independientemente. El hombre al estudiar la experimentación sobre la naturaleza, no solo se hace sabio sino poderoso. El único placer y la única virtud no son sino la condición necesaria para la conservación del hombre en el mundo. Tomás Campanella fue un reformador social. Propone un programa revolucionario que intenta sentar las bases de una sociedad racional y democrática, una ciudad utópica donde el trabajo es ensalzado. Ensalza también los descubrimientos técnicos y geográficos. El hombre tiende a dominar el Universo y a someterlo a su voluntad. Tiene interés su teoría del Conocimiento: todo conocimiento deriva de la sensibilidad y se reduce a ella, el co- nocimiento sensorial proporciona una certeza absoluta y no requiere prueba alguna. El escepticismo carece de sentido, pues en nuestra alma hay una facultad innata que nos asegura principios indudables, el primero que existimos, pensamos y queremos. 12o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. ¿Fue el Renacimiento una radical ruptura con el absolutismo? ¿ Fue una nueva forma etapa de continuidad de la Edad Media? El Renacimiento sin duda es impulsado por el desarrollo de la burgue- sía (ampliada por las concepciones mercantilistas), como clase social impulsora de los ideales renacentistas, comienza en la edad media y va asociada al desarrollo del individualismo preconizado por las con- cepciones reformistas religiosas. El Pensamiento Griego contribuyó a la transformación de ideas en todos los campos del conocimiento. En efecto, la penetración de la filosofía griega en occidente se había reali- zado ya a través de las escuelas de traductores (Toledo, Vich, Nápoles, Palermo...) a lo largo de la edad media, especialmente durante el siglo XIII, lo que supone un despertar “medieval” del retorno a los clásicos, que será otra de las características clave del Renacimiento. Lo mismo ocurre con el desarrollo de la ciencia, mediante la actividad de los me- dievales Ockham, Oresme y Buridano, a lo que podemos añadir otros acontecimientos importantes que dejarán sentir su influencia con pos- terioridad, como el “descubrimiento” de América o de la imprenta. Si es cierto que se pueden encontrar algunos elementos de continuidad entre la edad media y el Renacimiento, como los señala- dos anteriormente, eso no implica reducir el Renacimiento a una mera continuidad de la edad media. Por supuesto que todas las épocas his- tóricas se generan a partir de otras anteriores en las que podemos encontrar en germen, alguno de sus caracteres principales; pero ni el grado de desarrollo de dichos elementos, ni su significación, es reducti- ble al que tenían en la época anterior. Eso ocurre también con el Rena- cimiento. Los europeos del siglo XVI tenían conciencia de ruptura con respecto a la edad media. Esta conciencia fue forjada en la sucesión de una serie de transformaciones sociales, políticas, religiosas, econó- micas, culturales, que nacían con una clara voluntad de oposición a lo “medieval”. Entre ellas destacariamos -como referimos- la desintegración de la iglesia y el desarrollo de la reforma luterana y el de la iglesia anglicana con Enrique VIII, que se producen en el marco de la con- solidación de los Estados nacionales y de las monarquías absolutas que van a configurar un nuevo mapa político en Europa, al que hay 12/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA que asociar el desarrollo de la burguesía y su papel predominante, con la expansión del comercio, lo que supondrá el principio del fin del feudalismo. La invención de la imprenta facilitará la circulación de las nuevas ideas, que asociado al desarrollo de la cartografía, la inven- ción de la brújula, la utilización de la pólvora, y el “descubrimiento” y colonización de América, provocarán un aumento del saber colectivo, el poder económico de las élites, reforzamiento de nuevos imperios y, simultáneamente, la necesidad de trascender el orden medieval. ¿Cuáles son las características esenciales del humanismo re- nacentista? Las relaciones entre Humanismo y Renacimiento se pre- sentan bajo el aspecto de una polémica: mientras que el humanismo se caracterizará por el retorno a la sabiduría clásica, en el marco de una preocupación fundamentalmente filológica y teológica. el Renaci- miento lo hará como impulsor del desarrollo de la ciencia. Así, el Re- nacimiento, sin renunciar a los temas básicos del humanismo, le su- perará, al ampliar o desligar tales temas de la perspectiva teológica y enlazarlos con el pensamiento científico y de las artes. Uno de los rasgos distintivos más conocidos y destacados del humanismo renacentista es su interés por lo “antiguo”, por lo clásico, interés en el que predomina el punto de vista de la investigación filo- lógica. Este interés provoca el desarrollo de la perspectiva histórica en el acercamiento a otra cultura, porque se puede afirmar que con el humanismo se consolida la historicidad como clave del pensamien- to europeo. A diferencia de lo que ocurría en la edad media, donde el hombre era considerado fundamentalmente desde una perspectiva teológica, los humanistas valorarán al hombre desde una perspectiva mundana, no-divina, es decir, el hombre será visto como un ser natural e histórico, social y político. La religión, aparte de su función redentora, es considerada ante todo en su función civil. Así, tanto la religión como la tolerancia religiosa son instrumentos válidos para asegurar el ideal de la paz civil. La creencia en la unidad última de todas las religiones es afirmada, consecuentemente, desde esta caracterización. El ideal común de este período viene definido por la esperanza de un renacer del ser humano a una vida verdaderamente “humana”, mediante el recurso a las artes, las ciencias, la investigación, poniendo 128 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. de manifiesto la consideración del ser humano como ser natural, en oposición a la consideración medieval del ser humano como ser-para- Dios. El retorno a los antiguos significa no sólo la recuperación de su obra, sino fundamentalmente el retorno al principio, a los orígenes de la vida humana, cultural, del ser humano. Volver al principio, en el Re- nacimiento, no significa volver a Dios, sino precisamente al terreno del hombre y del mundo humano. De ahí la valoración del pensamiento filosófico pre-cristiano. El retorno significa, además, una conquista. La vuelta a los orígenes, al principio, conlleva la conquista de la persona- lidad humana. El que este retorno se efectúa mediante las artes y las ciencias, y no mediante experiencias místicas interiores, por ejemplo, significa una búsqueda de la objetividad científica. Para este tipo de objetividad se pone en evidencia el status original del hombre frente a la naturaleza, es decir, manifestar su origen y su condición humana. En esta perspectiva, el hombre es libre de decidir su conducta, de elegir su futuro, lo que supone una exaltación de la libertad individual tanto en el orden teológico como el cultural y social. ¿Cómo es concebida la Política en la época humanista? El hu- manismo está profundamente basado en el principio de la libertad. El humanismo de Lorenzo Valla, de Vives, de Budé, de Tomás Moro, está impregnado de una visión del ser humano como ser natural e histórico que debe realizarse en el uso de la libertad. Tal tipo de humanismo es esencial en Erasmo de Rotterdam (1467-1536), del que destaca- mos las siguientes características: La vida humana es comprendida por Erasmo como una cooperación del hombre con Dios. El hombre no es malo por naturaleza (la naturaleza humana no queda corrom- pida por el pecado original, nos dice Erasmo, contrariamente a lo que sostendrán los reformadores). Los elementos bíblicos y evangélicos, junto con la gracia, permitirán al hombre aspirar a la salvación, para lo que es necesario el uso de la libertad. El hombre ha sido privado por el pecado original de los bienes sobrenaturales que Dios le había concedido, pero conserva las facultades y las fuerzas que requiere una vida moral. Una de estas facultades es precisamente la libertad. La afirmación de la libertad humana es necesaria para obtener la salva- ción. El hombre, ayudado por la gracia y eligiendo libremente el recto 12' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA comportamiento moral puede aspirar a la recuperación de los bienes perdidos con el pecado, puede aspirar a la salvación. La gracia sola no bastaría. La salvación está al alcance del ser humano, pero necesita quererla y buscarla en el ejercicio de su libertad, aunque no dependa exclusivamente de ella, ya que, sin la gracia, la libertad sola tampoco bastaría para conseguirla. ¿Cuáles son las condiciones para el surgimiento de la Refor- ma, en la Fe y en el pensamiento religioso? ¿Es que esta Reforma produjo cambios significativos en el Poder, la Política, el desarrollo y racionalidad del capitalismo? Reafirman que en la Baja Edad Media habían roto con la Iglesia diversos movimientos radicales que procla- maban el retorno al denominado evangelismo puro. La Reforma fue llamada el Renacimiento del Norte, se centró en cuestiones prácticas de moral y piedad y no sobre cuestiones teóricas: La venta de bulas e indulgencias, el mercantilismo de la gracia divina y la financiación de la Basílica de San Pedro contribuyeron a desatar la Reforma. La Reforma “interioriza” el humanismo en una especie de subjetividad, de fortalecimiento del individualismo. Entre los temas más destacados del pensamiento de la Reforma se encuentra la valoración de la experien- cia interior del hombre frente a la acción hipócrita externa, que acen- tuará el subjetivismo. Ello se acompaña de una manifiesta hostilidad a la teología que será combatida con la “lectura interior” de la Biblia y los Evangelios. Además, la suerte del alma depende exclusivamente de Dios, lo que supondrá la afirmación del determinismo y la negación de la libertad humana apoyándose, para ello, en la consideración de la corrupción natural del hombre por el pecado original. Toda la pureza y bondad inicial del ser humano, con las que fue creado por Dios, se pierde con el pecado original, por lo que no puede haber realmente una acción moral que emane de la voluntad humana, corrompida ya por dicho pecado original. Entre los humanistas y los reformadores hay, consecuente- mente, algunos puntos de contacto, pero notables diferencias. Entre los puntos de contacto podemos destacar la coincidencia en el ataque a la teología oficial y a los representantes de la iglesia; la afirmación del papel central del hombre en el universo y el interés despertado 1J0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. por el tema de la libertad del hombre. Entre las diferencias, mientras los renacentistas y los humanistas destacan la bondad natural del ser humano y exaltan su libertad, los reformadores las niegan. Para los representantes de la reforma el hombre es naturalmente malo y carece de libertad, lo que les conduce al determinismo moral. Para el huma- nismo cristiano sin embargo el hombre no es malo por naturaleza y la voluntad no es un don pasivo, sino que debe ejercerse en la libertad, sin la cual hablar de salvación del alma no tiene sentido. (Es conocida la polémica que mantuvo Erasmo con Lutero sobre la libertad en su obra “Sobre el libre albedrío”, a la que respondió Lutero con “Sobre el albedrío esclavo”). SECCIÓN III. Renacimiento y Ciencia. ¿Cómo se articula Ciencia con Política en la época renacentis- ta? El Renacimiento, además de la revolución de las ideas, del Poder, la Política y el Estado, es también el inicio de la ciencia moderna. Es en esta época que comienzan a constituirse los fundamentos y prin- cipios de la ciencia moderna. El sistema astronómico de Ptolomeo, la concepción de Copérnico, de Galileo y Kepler sobre el universo y el método científico, transforman el cosmos científico de la época, que es base esencial en la ciencia actua 74 . El nuevo pensamiento filosófico y 74 Entre otros exponentes de la filosofía de la ciencia se citaría a Nicolás de Cusa (1401-1464). Para unos es un autor medieval, para otros es un autor moderno. Las fuentes de su pensa- miento son múltiples, pero predominan las neoplatónicas. Parte de la concepción que El Saber es Ignorar. Ningún hombre, por más estudioso que sea, poseerá más conocimiento perfecto que el de saberse ignorante. La verdad absoluta es incomprensible, ya que el conocimiento hu- mano es limitado y esa limitación es la característica de nuestro pensamiento, el hombre debe elevarse sobre ella continuamente. Dios deja de ser considerado como algo que se pueda definir para ser considerado como mera hipótesis. Nos movemos y entendemos en un mundo de conjeturas. La verdadera realidad del conocimiento humano no está en la posesión de la verdad absoluta, sino en poder conservar la verdad relativa del mundo cambiante de los fenó- menos. Las matemáticas son el instrumento que nos ayuda en la comprensión de las cosas. Su segunda concepción es la Coincidencia de los Contrarios: Cusa parte del concepto de Dios entendido como la unidad infinita que todo lo comprende dentro de sí. No hay nº mínimo, ni nº máximo, la unidad es el máximo y el mínimo nº, en esa unidad coinciden lo aparentemente irreconciliable, lo contradictorio. Dos contrarios coinciden en lo infinito. Dios en cuanto infinito que es, es la coincidencia de los opuestos, en él están comprendidas todas las cosas en uni- dad absoluta. Las relaciones Dios-Cosas se expresa en términos de Complicativo-Explicativo: El mundo es un despliegue o explicitación de todo aquello que está comprendido o unificado en Dios. Interpone entre Dios-Cosas al universo como totalidad de todos los seres posibles y 1J1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA científico cambia la concepción del mundo, de los mitos, de la realidad, de la sociedad, del Poder y de la Política. En efecto, Ptolomeo (...), por medio de su sistema astronómico, no pretende explicar el movimiento real de los planetas y las estrellas. Intenta explicar el movimiento aparente de los astros respetando los postulados básicos del sistema físico aristotélico: geocentrismo, esfe- ras concéntricas y cristalinas y movimiento uniforme de tales orbes ce- lestes, aceptado durante la Edad Media. La Tierra ocupa el centro del sistema, alrededor de ella giran hacia el Oeste siete órbitas planetarias y una esfera estelar que gira hacia el Este. Los planetas no describen realmente órbitas circulares y su movimiento tampoco es uniforme. Se utilizan unos conceptos, que son: Deferente (circunferencia que descri- be el epiciclo de un planeta), Epiciclo (movimiento circular del planeta cuyo centro en su traslación forma la deferente), Ecuante (punto ex- céntrico del deferente desde el cual el planeta desarrolla un movimien- to uniforme), Excéntrica (órbita cuyo centro de rotación se encuentra ligeramente desplazado del centro de la Tierra). Asimismo, para Nicolás Copérnico (1473-1543), el Universo, por ser obra divina, debía estar regido por unas leyes matemáticas lo más simples posibles, tanto la distribución de los astros como sus mo- vimientos debían constituir una unidad armónica y sistemática. La lectura de obras neoplatónicas y las referencias a la creen- cia pitagórica sobre el movimiento de la Tierra le sugirió la posibilidad de que fuera el Sol y no la Tierra quien ocupara el centro del Mundo, al ser aquél la fuente de toda luz y toda vida. Escribió “De revolutionibus orbium coelestium” en el que escribe las siguientes innovaciones: La Tierra no está en el centro del Universo, es un planeta; en el centro del Universo está, inmóvil, el Sol; los planetas, con las esferas que los transportan, giran alrededor del Sol: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter y Saturno; la Luna no gira directamente alrededor del Sol, sino de la Tierra; la Tierra tiene tres movimientos: rotación sobre su eje, distinto de los seres particulares. El hombre es un micro cosmos que todo lo une, que todo lo refleja en sí mismo. El mundo del hombre no está en la búsqueda de lo infinito sino que reside en lo finito. Cusa rompe con el cosmos limitado y geocéntrico de la Edad Media y se adelanta a Kepler y Galileo. El cosmos no es infinito pero tampoco es finito, pues carece de límites. La Tierra no es el centro del Universo, por lo cual debe estar en movimiento. 1J2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. traslación alrededor del Sol y trepidación por el que el eje terrestre se desplaza cónicamente con gran lentitud alrededor del polo celeste, para explicar la precesión de los equinoccios; la esfera de las estrellas fijas es inmóvil. Copérnico explica muchos de los movimientos que se obser- van en el cielo como reflejo de los que efectúa la Tierra. La explicación copernicana es más simple y sistemática ya que se explican del mismo modo los movimientos de todos los planetas. Se conservan elementos tradicionales como: la imagen del Cosmos continúa siendo la misma: una gran esfera; su estructura interna es también la misma: un conjunto de esferas concéntricas; el movimiento de las esferas continúa siendo circular y uniforme; reduce los epiciclos pero sigue empleándolos como recurso explicativo; sigue dentro de la tradición aristotélica: el éter y los cuatros elementos, los lugares naturales, movimientos naturales y violentos. Johannes Kepler (1575-1630, astrónomo Danés) intentó com- binar los dos modelos anteriores del Universo en uno nuevo: La Tierra permanecía en el centro, la Luna y el Sol giraban en órbitas en torno a la Tierra y el resto de los planetas giraban a su vez en torno al Sol. Kepler no era solamente un minuciosos observador, también era un gran matemático y un fervoroso místico que creía en la magia de los números y en la armonía musical de las esferas. Parte del modelo co- pernicano y busca la concordancia racional entre las apariencias y la teoría. El concepto de armonía significa ordenación estética del mundo de acuerdo con leyes matemáticas. Las leyes y el orden racional de la realidad son obra de una inteligencia divina. En su obra “Astronomía Nova” formula sus dos primeras leyes y en “De Harminica Mundi” for- mula su tercera ley: Ley I: la órbita de cada planeta es un elipse con el Sol en uno de sus focos; Ley II: el radio, vector que va del Sol a cada planeta, barre áreas iguales en tiempos iguales; Ley III: La razón de los cuadrados de los períodos de revolución de los planetas cualesquiera es directamente proporcional a la razón de los cubos de sus distancias medias del Sol. La gran paradoja de la obra de Kepler está en que sus leyes describen hechos empíricos sin una base teórica sólida. La primera ley 1JJ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA rechaza la tesis aristotélica de las órbitas circulares, admitidas aún por Copérnico y Galileo. La segunda ley traslada el movimiento uniforme de los planetas a la uniformidad de las áreas barridas por los planetas en intervalos de tiempo iguales. La tercera ley establece la proporcio- nalidad y armonía del universo, y lo considera como un mecanismo sometido a leyes extrínsecas e inmutables. Separa la idea de fuerza de la de vida, siendo la fuerza una función matemática. Las matemáticas se convierten en la ciencia modelo y en la guía para la investigación por su exactitud y sencillez. La observación y la experimentación son necesarias para la confirmación y el rechazo de las teorías expuestas en forma de función matemática. Las hipótesis físicas no son la suma de observaciones, sino la confirmación de convicciones teóricas funda- mentales. El gran artífice de la revolución científica moderna fue sin duda Galileo Galilei (1564-1642). Por medio de sus concepciones y método estableció las bases de la física matemática. Se enfrentó de mane- ra clara y contundente con los poderes ideológicos de su época. Sus aportaciones a la historia del pensamiento occidental, son esenciales. ¿Cuáles son sus principales observaciones y descubrimientos astro- nómicos? Galileo era un copernicano convencido, resolvió las dificul- tades de tipo físico que se planteaban, desde la filosofía aristotélica, al movimiento de la Tierra. No era un astrónomo de oficio y no aceptaba el modelo astronómico de Kepler. Sentía pasión por los artefactos téc- nicos que le llevaron a dirigir al firmamento un telescopio que él mismo había fabricado. Estaba convencido que los cuerpos celestes eran de la misma naturaleza que la Tierra. Mirando a través de su telescopio pudo contemplar y determinar que en la superficie lunar se constataba la presencia de valles y montañas. La Luna no estaba constituida a partir de una sustancia diferente a la terrestre. Observó que el cosmos no estaba dividido en dos zonas distintas, constituidas por dos sustan- cias diferentes. Con respecto a la superficie Solar, observó la presencia de manchas, que se desplazaban a lo largo de dicha superficie. Descubrió que alrededor de Júpiter se movían cuatro cuerpos, cuatro satélites. Ello confirmaba que no todos los objetos celestes giraban alrededor de 1J4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. la Tierra. Observó, asimismo, que el planeta Venus presentaba fases si- milares a las de la luna, cuya correcta comprensión exigía un movimien- to de traslación de dicho planeta alrededor del Sol y no de la Tierra. En 1610, Galileo publicó “El mensaje sideral”, que proporcio- nó el desencadenamiento de una gran polémica los partidarios del geocentrismo se negaban en rotundo a aceptar las evidencias de las observaciones telescópicas. El telescopio, según éstos, deformaba la realidad. Galileo propuso los principios de la nueva física. La física mo- derna tuvo su génesis en una doble finalidad que se propuso Galileo: hallar una solución definitiva al gran problema de la física aristotélica, esto es, el de los movimientos violentos y la aceleración en la caída de los graves. Demostrar que es físicamente posible que la tierra se mue- va y que ello está de acuerdo con los hechos observados. Las obras donde se recogen estos aportes galileanos son: “Diálogo sobre los dos sistemas máximos del mundo: el ptolemáico y el copernicano” y “dis- cursos y demostraciones matemáticas sobre dos nuevas ciencias”. El hecho de que un cuerpo se comporte como grave o como ligero, no proviene de su naturaleza sino de las circunstancias en que se encuentre. La gravedad y la levedad no son propiedades absolutas, sino relativas. Todos los cuerpos seguirán las mismas leyes: la única diferencia entre ellos será simplemente de cantidad: unos tienen más poder que otros para descender. Galileo propone un principio referente a la relatividad del movimiento, el reposo y el movimiento son relativos en tanto que un cuerpo está en movimiento sólo por referencia a otro que se considera en reposo. El movimiento no es algo que afecte a la naturaleza del móvil, sino puramente a la relación que mantiene con los demás objetos cir- cundantes. Un cuerpo puede estar afectado por varios movimientos a la vez y la trayectoria que seguirá será la resultante de la composición de aquéllos. Si el movimiento es, por una parte, un estado y no un proceso y, por otra, una pura relación que no tiene nada que ver con la naturaleza del móvil, el movimiento podrá estudiarse simplemente como tal, independientemente de cuál sea el cuerpo que se mueva. No hay movimientos cualitativamente distintos; las distintas clases de movimientos sólo se diferencian por los aspectos cuantitativos: direc- 1J· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA ción, sentido, espacio recorrido y tiempo empleado. Del estudio del movimiento nació la Cinemática, la ciencia del movimiento. Galileo afir- ma lo siguiente: “El movimiento de un móvil proyectado sobre un plano horizontal sin rozamiento será uniforme y perpetuo suponiendo que el plano se prolongue hasta el infinito”. Esta declaración constituye el principio básico de la ciencia moderna: el de inercia. Según Galileo, una vez puesto un cuerpo en movimiento, continúa así de modo unifor- me hasta el infinito, si nada lo modifica. ¿Cuál es el impacto de la nueva era en la investigación científi- ca? Reiterase que el avance de la ciencia significo asimismo desarrollo de la concepción del Poder y de la Política. Esta época coincide asimis- mo con el desarrollo del capitalismo mercantilista y con la expansión del Poder Económico de la burguesía, como nueva clase emergente dominante. Con Galileo se inicia una nueva metodología de investi- gación científica. Aunque Galileo no escribió un tratado del método, para exponer su forma de entender el conocimiento científico. En sus concepciones científicas sí sugiere que la nueva ciencia no consiste sólo en una serie de reglas o pasos a seguir cuya aplicación mecáni- ca produciría conocimiento científico, sino en algo mucho más radical: una nueva mentalidad, un nuevo modo de entender la naturaleza y las relaciones del conocimiento humano con ella. Galileo se sitúa en el uso de las matemáticas para el conocimiento de los fenómenos de la experiencia natural. Según esto, los principios de la física no derivarían del contexto empírico, sino de la exigencia de matematicismo de los objetos, de la experiencia. El conocimiento científico, no consiste en tomar simplemente lo que la experiencia nos da, ni siquiera en tomarlo como punto de par- tida para elevarse, por abstracción, hasta verdades generales. La creencia galileana en el carácter matemático y racional de la naturaleza, la veremos presente en toda la filosofía moderna. Quizás el único texto donde Galileo habla expresamente del método a seguir en el estudio de la naturaleza, sea en una carta dirigida a Pierre Carcavay, donde expone los pasos que deben seguirse. Éstos son los siguientes: (i) Análisis de los datos que recibimos de la naturaleza para quedarnos con los “esenciales”, los cuantitativos. A esta selección de datos se la 1Jo I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. denomina resolución. A partir de la experiencia sensible, se resuelve o analiza lo dado, dejando solamente las propiedades mesurables. Sólo interesan las “cualidades primarias” susceptibles de expresarse ma- temáticamente. Es necesario que el científico intuya qué propiedades de los fenómenos son la base adecuada para la idealización y qué propiedades pueden ignorarse; (ii) Construcción de un modelo ma- temático que relacione los datos “esenciales” a través de teoremas o leyes (hipótesis) y deducción de consecuencias a partir de ellos, llama a este paso composición. Cuando la mente funciona correctamente, “matemáticamente”, es capaz de expresar la estructura interna de la realidad que también es matemática; (iii) Confirmación experimental: comprobar en la experiencia si las leyes formuladas y sus consecuen- cias suceden en la realidad tal como han sido construidas en la mente. Galileo no entiende el experimento como una pura observación de la realidad, sino como una operación preparada previamente: se trata de la producción de un efecto previsto como una consecuencia de la ley construida en la mente. Galileo confirmó la ley de la caída de los cuerpos mediante bolas que rodaban por planos inclinados de diversas alturas. Escribió algunas veces como si la confirmación experimental no tuviese mucha importan- cia. Ni siquiera llegó a aceptar algunas pruebas experimentales, negó la realidad de los cometas, rechazó que la causa de las mareas fuera la atracción lunar o prefirió el copernicanismo al kleperismo. SECCIÓN IV. Poder y Política en Hobbes Un Estado creado y sostenido por el derecho, Donde no hay poder común, la ley no existe . Donde no hay ley, no hay justicia El soberano debe velar por la equidad de la distribución; evitar... mono- polios, acumulación de riquezas de particulares , explotación ¿Como hace progresar Thomas Hobbes 75 la concepcion his- torica del Poder y de la Politica? Hobbes reforza la teoria del Poder y 75 Hobbes nace en Inglaterra en 1558, era considerado un intelectual, curioso y tímido. Su destino quiso que viviese en una época poco propicia para un amador de la paz y la tranquilidad. Hobbes desde su juventud, evitaba las discusiones político religiosas, sobre 1J/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA la Politica, en su concepcion de la ley, de la justicia, del Estado, del ser humano. La concepción hobbesiana del estado de naturaleza se apar- ta del sentido paradisíaco, que a ese estado, asigna el pensamiento teológico. Hobbes separa con claridad dos etapas: una situación de barbarie y de guerra de todos contra todos, un mundo sin germen de derecho, y por otra parte, un Estado creado y sostenido por el derecho, un estado con suficiente poder para iniciar y reformar su estructura. Según Hobbes, la naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en las facultades del cuerpo y del espíritu que, si un hombre es más fuerte de cuerpo o más sagaz de entendimiento que otro, cuando este se considera en conjunto, la diferencia entre los hombres, no es tan im- portante. De manera que estos puedan reclamar a base de ella y para sí mismos, un beneficio cualquiera al que otro no pueda aspirar. La inclinación general de la humanidad entera es entonces un perpetuo e incesante afán de poder que cesa solamente con la muer- te. La pugna de riquezas, placeres, honores u otras formas de poder, inclina a la lucha, la enemistad y a la guerra. Por ello en la naturaleza del hombre se encuentran tres causas principales de discordia: la com- petencia, la desconfianza y la gloria. De esta manera la competencia impulsa a los hombres a atacarse para lograr un beneficio, la descon- fianza para lograr la seguridad y la gloria para ganar reputación. Con todo esto, mientras el hombre viva sin un poder común que los atemo- rice a todos, se hallan en la condición o estado que se llama guerra. Una guerra que es la de todos contra todos. Sin embargo Hobbes advierte que nunca existió un tiempo en que los hombres particulares se hallaran en una situación de guerra la interpretación de la Biblia y los derechos de la conciencia individual . En su opinión estas discusiones debilitaban Inglaterra, minaban la autoridad por su base y preparaban la guerra civil. En 1640, cuando la guerra parecía aproximarse, huye de Inglaterra a París y en su destierro voluntario de once años preparo su Leviatán. Mientras tanto, Inglaterra, desde que había caído en las manos fuertes y hábiles de los Tudor, en las torpes de los Estuardos, no había conocido mas que convulsiones. En el furor de las disputas religio- sas ( protestantes y católicos, entre protestantes anglicanos y disidentes ) se agrava el furor de las pasiones políticas, formando todo ello una mezcla incendiaria .En 1642, comienza la lucha armada entre Carlos I Estuardo y su parlamento, la mayoría puritana. Una vez vencido el Rey por el ejército parlamentario de Cromwell, el rey es ejecutado. En 1651, Cromwell reina en Inglaterra, convertida en república y es en ese entonces cuando aparece en Londres este libro de extraño título: El Leviatán. 1J8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. del uno contra el otro, sino que en diferentes épocas el ser humano se halla en estado de contínua enemistad, en la situación y postura de los gladiadores, con las armas asestadas y los ojos fijos uno en otro. Por ende en esta guerra nada puede ser injusto. Las nociones de derecho e ilegalidad, justicia e injusticia están fuera de lugar. Donde no hay po- der común, la ley no existe. Donde no hay ley, no hay justicia. El Poder Hobbesiano es asi un contínuo enfrentamiento en la humanidad. En esta condición en que el hombre se encuentra por obra de la simple naturaleza, en una guerra de todos contra todos, él puede tener la posibilidad de superar ese estado, en parte por sus pasiones y también por su razón. Las pasiones que inclinan a los hombres a la paz son el temor a la muerte, el deseo de las cosas que son necesarias para una vida confortable, y la esperanza de obtenerlas por medio del trabajo. En otras palabras, la pasión inclina a los hombres a desear y conseguir los bienes y privilegios del prójimo. Esto sería entonces la necesidad del hombre, pues su naturaleza es estar en guerra los unos con los otros. Mientras tanto y por otro lado la razón los hace pensar que sin seguridad y duración, los bienes y privilegios deseados no tie- nen sentido porque no se pueden disfrutar. La razón entonces sugiere normas adecuadas de paz, a las cuales pueden llegar los hombres por mútuo consenso. Estas normas son las que Hobbes llama Leyes de la naturaleza, las cuales servirán para que el hombre salga de ese estado de guerra. Hobbes define 19 leyes de la naturaleza sin embargo existen dos fundamentales de las cuales se derivan las restantes. La primera de ellas se refiere a que cada hombre debe esforzarse por la paz, mientras tiene la esperanza de lograrla, y cuando no puede obtenerla, debe buscar y utilizar todas las ayudas y ventajas de la guerra. Es decir buscar la paz y seguirla defendiéndose por todos los medios po- sibles. La segunda ley dice que el hombre debe acceder (si los demás consienten también y mientras se considere necesario para la paz y defensa de sí mismo ) a renunciar este derecho de todas las cosas y a satisfacerse con la misma libertad, frente a los demás con respecto a él mismo. Es como la ley del evangelio: “ no hagáis a los demás, lo que no queráis que os hagan a vosotros”. 1J' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA De la segunda ley de naturaleza según la cual los hombres es- tán obligados a transferir a otros los derechos que perturban la paz, se deduce una tercera ley que se refiere a que los hombres cumplan los pactos que han celebrado. Entonces mientras las pasiones enfrentan a los hombres, la razón los hace pactar. Ahora bien, cuando los pactos se respetan y se llevan a cabo hay justicia, que quiere decir que existe una voluntad constante de dar a cada uno lo suyo. Todos los hombres tienen derecho a todas las co- sas y por ende son iguales ante la ley. Esta inclinación de pactar lleva a los individuos a convenir un contrato, que implica la renuncia de todos sus derechos que poseían en el estado de naturaleza para otorgárselo a un soberano que a cambio les garantizará el orden y la seguridad. Con el contrato se renuncia a la libertad y a cualquier derecho que pudiera poner en peligro la paz. El ser humano requiere de algo más que pactar, que haga su convenio constante y obligatorio; y ese algo es un poder común que los mantenga a raya y dirija sus acciones hacia el beneficio colectivo. Los pactos no descansan en la espada, no son más que palabras, sin fuerza para proteger al hombre de algún modo. Por consiguiente, a pe- sar de las leyes de la naturaleza, si no se ha instituido un poder, cada uno confiará en su propia fuerza para protegerse contra los demás hombres. El único camino para erigir semejante poder común, capaz de defenderlos contra la invasión de los extranjeros y contra las injurias ajenas, asegurándoles que por su propia actividad y por los frutos de la tierra puedan nutrirse a sí mismos y vivir satisfechos, es conferir toda su fortaleza a un hombre o una asamblea de hombres. Esto es algo más que consentimiento o concordia; es una unidad real de todo ello en una persona, instituida por pacto de cada hombre con los demás, en forma tal como si cada un dijera a todos: autorizo y transfiero a este hombre o asamblea de hombres mi derecho de gobernarme a mí mismo, con la condición de que vosotros transfe- riréis a él vuestro derecho, y autorizaréis todos sus actos de la misma manera. Hecho esto, la multitud unida en una persona se denomina Estado y el titular de esta persona se denomina soberano. Esta es la generación del Leviatán, o más bien de aquel dios mortal, el cual debemos, bajo el dios inmortal, nuestra paz y nuestra 140 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. defensa. Y fundando el Estado solo es posible la sociedad civil. Es de- cir, la organización de todos los súbditos sometidos al poder del Esta- do, se convierte en el polo opuesto de la guerra. La idea de ese Estado todopoderoso en la tierra, ese dios mortal que atemorizará a todos los ciudadanos es el Leviatán, el monstruo bíblico que se convierte en la gran solución que el hombre creó para su conservación. Bajo la sobe- ranía de Estado se garantiza paz, porque sin Estado no hay sociedad entre los hombres, sino un mero estado natural de desconfianza y te- rror mutuo. De esta forma, el signo de esta soberanía absoluta es el poder dar y quebrantar la ley. El soberano es el verdadero fijador de la jus- ticia y de la moral, ya que lo justo y lo bueno, pasan a definirse como lo coincidente con la voluntad del soberano. El soberano es el único poder legislativo y el estado la única fuente del derecho. Incluso en los asuntos de índole espiritual o religiosa es el soberano quien tiene la máxima autoridad. La diferencia de gobiernos consiste en la diferencia del sobe- rano o de la persona representativa de todos y cada uno de la multi- tud. El representante deber ser por necesidad o una persona o varias. Cuando el representante es un hombre, entonces el gobierno es una monarquía; cuando lo es una asamblea de todos cuantos quieren con- currir en ella tenemos una democracia o gobierno popular; cuando la asamblea es de una parte solamente, entonces ese denomina aristo- cracia. En todo caso el soberano debe: Procurar a sus súbditos todo aquello para lo cual ha sido instituido: seguridad; preservar la salud del pueblo, conservación de la vida contra todos los peligros y el goce de las satisfacciones legítimas de esta vida: velar porque los hombres que se han unido voluntariamente en sociedad política vivan felices; ase- gurar a los súbditos una inocente libertad. Inocente , en cuanto no se pueda perjudicar la paz y la libertad : la ley es el regulador: que las le- yes no se hagan para perturbar la existencia de los hombres sino para dirigirlos, para preservarlos contra ellos mismos y contra los demás a fin de que reine la paz: debe garantizar a sus súbditos la igualdad ante la ley y ante cargos públicos; debe garantizar la igualdad en la instruc- 141 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA ción y la educación que los formen las doctrinas verdaderas; el sobera- no debe luchar contra la ociosidad; debe proporcionar trabajo a todos; debe poner a cargo del Estado, de la asistencia pública, a los que son incapaces de trabajar en lugar de abandonarlos a los azares de la ca- ridad privada; conceder a los súbditos la propiedad privada suficiente y velar por la equidad de la distribución; evitar de esta forma monopolios, acumulación de riquezas de particulares, explotación, etc. De esta manera observamos al monstruo Leviatán de una mane- ra tan inesperada, como lógica, liberal, bienhechor, previsor y humano. ¿Cual es la relación entre Hobbes y Locke?. Para Hobbes la razón que fundamenta la ley de naturaleza conduce de una vez a la guerra, mientras que esa razón para Locke permite a los hombres vi- vir juntos en el estado de naturaleza. Considera Hobbes que la regla primera de la ley de naturaleza es buscar la paz pero la segunda es “defendernos a nosotros mismos por todos los medios posibles” (Hob- bes, 107). Se corresponde esta distinción con la que pone, de un lado el estado de naturaleza de Hobbes descrito como de guerra, y del otro el estado de naturaleza de Locke como de perfecta libertad y de igual- dad. Guerra y poder relaciona Hobbes. Libertad y razón une Locke. Para Hobbes existe una “inclinación general de la humanidad entera, un perpetuo e incesante afán de poder, que cesa solamente con la muerte (Hobbes, 79). “La pugna de riquezas, placeres, honores u otras formas de poder, inclina a la lucha, a la enemistad y a la guerra. Porque el medio que un competidor utiliza para la consecución de sus deseos es matar y sojuzgar, suplantar o repeler a otro” (Hobbes, p.80). Hobbes considera que los hombres comparten una sed insa- ciable de ambición de poder y de las riquezas que, al ser escasas, les enfrentan en un conflicto que conduce a la muerte. Advierte que los hombres tienden inevitablemente a la agresividad y a la destrucción. En esa guerra no puede existir la propiedad. Advierte Hobbes que “en una situación semejante no existe oportunidad para la industria, ya que su fruto es incierto; por consiguiente no hay cultivo de la tierra, ni na- vegación, ni uso de los artículos que pueden ser importados por mar, ni construcciones confortables, ni instrumentos para mover y remover las cosas que requieren mucha fuerza, ni conocimiento de la faz de la 142 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. tierra, ni cómputo del tiempo, ni artes, ni letras, ni sociedad; y lo que es peor de todo, existe continuo temor y peligro de muerte violenta; y la vida del hombre es solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve” (Hobbes, p.103). Así las cosas, el hombre es para Hobbes un lobo para el hombre” que no reparará en matar o robar al prójimo, a no ser que un poder superior le castigue y atemorice hasta obligarle a cambiar su perversa conducta natural. SECCIÓN V. Poder y Política en Locke. Los hombres violan la Ley Natural, ya que no obser- van estrictamente los mandatos de la equidad y la justicia Dios debió fijar un poder que evitase la parcialidad y la violencia de los hombres Frente a un abuso constitucional el pueblo tiene derecho a la revolución. ¿En qué forma el fundador del liberalismo, John Locke 76 , con- tribuye a la Filosofía Política? Locke revoluciona el pensamiento sobre los principios de libertad, justicia, sobre el misticismo y religión y las ca- tegorías de leyes naturales, Estado, Poder y los fundamentos ideológi- cos de la economía liberal. Es considerado el principal teórico del libe- ralismo. Su insistencia en respetar determinadas parcelas individuales 76 Nació en Wrington –condado de Somerset, cerca de Bristol- en 1632 en el seno de una familia puritana. Fue educado duramente catorce años en su propio círculo fami- liar –un pequeño remanso de paz en un país ingobernable, que no tardaría en caer en la guerra civil.1652: se trasladó en Oxford donde permaneció durante treinta años, allí encontró una atmósfera más afín a su precoz inteligencia. John Owen, el puritano que era deán de la iglesia de Cristo y vicecanciller de la universidad, fue nombrado tutor de Locke en la casa. Entre 1660 y 1667: Fueron redactados sus primeros escritos de importancia.1665: se trasladó a Cleves con el embajador inglés Sir Walter Vane para tratar de obtener la alianza o la neutralidad del elector en Brandemburgo en la guerra con Holanda.1666: Vuelve a su patria.1668: fue elegido miembro de la célebre Sociedad Real de Londres para el progreso de las ciencias, y formó parte, después, del Consejo Directivo.1673: apareció como figura pública, al ser nombrado Secretario del Consejo de Comercio y plantaciones. Se deteriora su salud y busca el buen clima de Francia.1679: vuelve a Londres y reside nuevamente en Oxford.1691: Se retira al pueblo de Oates, en las afueras de Londres. Iba a la ciudad debido a sus obligaciones como delegado en el Tribunal de Comercio. Cuando acabó el siglo, ya achacoso, pero aun pujante Locke se preparó para la muerte. No sea afligió al conocer que Oxford había condenado su Ensayo. 1704: ocupado en responder críticas contra sus opiniones sobre la tolerancia le sobreviene la muerte el 28 de octubre. 14J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA harán de él un preludio claro de la mentalidad burguesa y antiestatista, aunque sus apreciaciones acerca del trabajo también son fundamento de cualquier teorización socialista”. John Locke define el estado de la naturaleza como un estado de “paz, benevolencia y ayuda mutua”. Consideraba que en el estado de la naturaleza los hombres debieron gozar de perfecta libertad para ordenar sus actos y para disponer de sus propiedades y sus personas como mejor les parecía, dentro de los límites de la Ley Natural, sin necesidad de pedir permiso y sin depen- der de la voluntad de otra persona”. El fundamental derecho a la libertad que se deduce de las intenciones del Creador y de la necesidad de autoconservación, no conoce otro límite que la Ley Natural. Esta ley gobierna el estado de la naturaleza y que debe ser entendida como manifestación de la vo- luntad de Dios, enseña que nadie debe dañar a otro en su vida, salud y libertad. Así, todos los hombres están dotados de la razón y la libertad suficiente para conocer un orden del mundo que los lleva a cooperar con la preservación de sus derechos. ¿Cuál es la relación entre Ley Natural y Poder? Para Locke, mediante la razón el hombre conoce la Ley Natural y por ello le asiste el derecho de imponer a los demás su cumplimiento. Tiene el derecho a castigar a los transgresores de esa ley con un castigo que impida su vio- lación”. Advierte que en el estado de la naturaleza “un hombre consigue poder sobre otro más no poder arbitrario o absoluto para tratar al criminal (...) siguiendo la apasionada fogosidad o la extravagancia ilimitada de su propia voluntad”. Locke considera que esta pena debe ser proporciona- da a su trasgresión, según dictamine la razón y la conciencia, es decir, una pena que sirva para reparar el daño y para la represión. Hace la salvedad que el hombre cuando interpreta la ley para asuntos propios se convierte en juez y parte “el amor propio hará que esos hombres juzguen con parcialidad en favor de sí mismos y sus amigos. Por otro lado la malquerencia, la pasión y la venganza los arrastrará demasiado lejos al castigo que infligen a los demás, no pu- diendo resultar de todo ello confusión y desorden, por lo que, sin duda alguna, Dios debió fijar un poder que evitase la parcialidad y la violen- cia de los hombres”. 144 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. A partir de aquí marca diferencias entre el estado de la naturale- za y el estado de guerra, aunque para muchos estudiosos, no logra este objetivo. Al parecer es inevitable que el estado de la naturaleza se con- vierta en un estado destructivo, pues al violar la Ley Natural no existen mecanismos para restablecer el orden. Locke reconoce que los hombres violan la Ley Natural, ya que “no observan estrictamente los mandatos de la equidad y la justicia, resulta muy inseguro y mal salvaguardado el disfrute de los bienes que cada cual posee en ese estado”. De lo anterior se desprende la necesidad del hombre de es- tablecerse en sociedad. La condición natural en que se encuentra el hombre “por muy libre que sea, está plagada de sobresaltos y de conti- nuos peligros. Tienen razones suficientes para procurar salir de la mis- ma y entrar voluntariamente en sociedad con otros hombres que se encuentran ya unidos, o que tiene el propósito de unirse para la mutua salvaguarda de sus vidas, libertades, y tierras, a todos lo cual incluyó dentro del nombre genérico de bienes o propiedades”. . ¿Cuál es el fin de toda sociedad? Locke destaca que la finali- dad de la sociedad civil es evitar y remediar los inconvenientes del es- tado de naturaleza que se producen forzosamente cuando cada hom- bre es juez de su propio caso”. Solo cuando un grupo de hombres se une en sociedad renunciando cada uno de ellos, al poder de ejecutar la ley natural, cediéndola a la comunidad, sólo así se constituye una so- ciedad política o civil”. Este grupo de hombres debe vivir en estado de naturaleza y deben asociarse para formar un pueblo, un cuerpo político sometido a un gobierno, o cuando alguien se adhiere o se incorpora a cualquier gobierno ya constituido. Por ese hecho autoriza a la sociedad o, lo que es lo mismo, a su poder legislativo para hacer las leyes en su nombre según convenga al bien público de la sociedad y para ejecutar- las siempre que se requiera su propia asistencia (como sí se tratase de opiniones propias). Eso es lo que saca a los hombres de un estado de naturaleza y los coloca dentro de una sociedad civil, es decir, el hecho de establecer en este mundo un juez con autoridad para decidir todas las disputas y reparar todos los daños que pueda sufrir un miembro cualquiera de la misma. 14· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA En conclusión, aquellas personas que viven unidas, formando un mismo cuerpo, regidas por una ley común sancionada y de un or- ganismo judicial al que recurrir, con autoridad para decidir las disputas entre ellos y castigar a los culpables, viven en sociedad civil los unos con los otros. Los hombres que carezcan de alguien a quien apelar siguen viviendo en el estado de naturaleza y a falta de un juez se con- vierten en jueces y ejecutores por sí mismos, ya que se ha demostrado que es ése el estado perfecto de la Naturaleza. Para la formación de estas leyes que deben regir a la sociedad, Locke sostiene la teoría de la división de poderes 77 : tres poderes que ejerzan el poder soberano. El poder legislativo, es aquél que tiene el de- recho de señalar cómo debe emplearse la fuerza de la comunidad políti- ca y de los miembros de la misma. Destaca la necesidad que existan los poderes ejecutivo y federativo para que cuide la aplicación constante de las leyes. “Estos dos poderes son en sí mismos realmente distintos; sin embargo, a pesar de que uno de ellos abarca la ejecución de las leyes comunales de la sociedad en el interior de la misma y a todos cuando la integran y el otro tiene a su cargo la seguridad y los intereses de la población en el exterior, con respecto a quiénes pueden serles útiles o perjudicarle, ocurre que casi siempre suelen encontrarse unidos”. Locke se inclina por la tesis de la rigurosa subordinación de los poderes al poder legislativo, y éste último delegado a la voluntad popular, la cual conserva su derecho permanente de control sobre su efectivo ejercicio del poder, a fin de tutelar la propia libertad contra eventuales excesos ilegales. Frente a un posible abuso constitucional 77 La teoría de la separación de poderes fue común a diversos pensadores del siglo XVIII que la enunciaron durante la Ilustración, como Alexander Hamilton, John Locke, Jean-Jacques Rousseau y Montesquieu, aunque con diferentes matices entre los autores y a partir del an- tecedente en la Grecia clásica de Aristóteles y su obra Política. Según la visión ilustrada, el Estado existe con la finalidad de proteger al hombre de otros hombres. El hombre, entonces, sacrifica una completa libertad por la seguridad de no ser afectado en su derecho a la vida, la integridad, la libertad y la propiedad. Sin embargo, la existencia de ese Estado no garantiza la defensa de los derechos de la persona. En efecto, muchas veces el hombre se encuentra protegido contra otros hombres, más no contra el propio Estado, el cual podría oprimirlo impu- nemente mediante las facultades coercitivas que le ha otorgado la propia colectividad. Al mo- mento de su formulación clásica, las funciones del Estado consideradas como necesarias para la protección del ciudadano eran fundamentalmente las de dar las Leyes, la de poner en prác- tica éstas leyes en forma general y más particularmente, con la finalidad de resolver conflictos y la administración del aparato de gobierno, funciones que durante el Antiguo Régimen eran monopolizadas en la sola entidad de la monarquía absolutista que practicaba el despotismo. 14o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Locke da al pueblo una especie de derecho a la revolución. Dicho dere- cho se ejerce en casos extremos, cuando sea imposible por otro medio reestablecer el orden normal de las cosas. Si el propósito de principal de la sociedad civil es el resguardo de la propiedad, el organismo que lo ejecute constituirá el organismo más importante de la sociedad. Ese es el poder legislativo. Locke lo considera el alma que da forma, vida y unidad a la comunidad política y lo llama “poder supremo”, aunque tiene restricciones. No puede mo- dificar las leyes para aplicarlas a casos concretos y sus normas solas perseguirán el bien de la comunidad, es decir, no puede violar los de- rechos naturales “la ley natural subsiste como norma eterna de todos los hombres sin exceptuar a los legisladores”. Locke justifica que el hombre entre a la sociedad civil “movido por el impulso de salvaguardar lo que constituye su propiedad” al fijar un poder legislativo y delegarle sus derechos lo hace con la finalidad “que existan leyes y reglas fijas que vengan a ser como guardianes y vallas de las propiedades de toda la sociedad (...) De ahí , pues, que siempre que los legisladores intentan arrebatar o suprimir la propiedad del pueblo , o reducir a los miembros de este a la esclavitud de un poder arbitrario, se coloca en estado de guerra con el pueblo (...) Este pueblo tiene derecho a readquirir su libertad primitiva y mediante el establecimiento de un nuevo poder legislativo (el que crea más con- veniente) proveer a su propia salvaguarda y seguridad, es decir, a la finalidad para cuya consecución están en sociedad “. La propiedad privada y su defensa son excluidos del contenido del pacto de gobierno, ya que son un derecho natural y éstos son inne- gociables. La propiedad es el primer bien que el Estado debe proteger. “Tenemos, pues, la que la finalidad máxima y principal que buscan los hombres al reunirse en Estados o Comunidades, sometiéndose a un gobierno, es la de salvaguardar sus bienes; esa salvaguarda es muy incompleta en el estado de la naturaleza”. (..) Asegura que es nece- sario la creación de leyes para la defensa de la propiedad privada, aunque advierte que en el estado de la naturaleza estas leyes son muy claras, pero “los hombres llevados por su propio interés, o ignorantes por falta de estudio de la misma” no reconocen estas leyes cuando están en juego sus propios intereses. 14/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Para Locke el hombre al renunciar al poder político que posee en el estado de la naturaleza y entregárselo a la sociedad (a los gober- nantes que han elegidos) o lo hacen con la misión “...expresa o tácita de emplearlo para el bien de los miembros de la sociedad y la salva- guarda de sus propiedades (...) No puede, pues, en manera alguna y de un modo absoluto y arbitrario, extenderse ese poder a sus vidas y a sus propiedades que, por el contrario, deben defenderse y guardarse hasta donde sea posible”. La defensa de la propiedad privada como un derecho natural que el Estado Constitucional debe proteger Locke la relaciona directa- mente con el trabajo, ya que mediante éste el hombre saca las cosas del estado de la naturaleza y las hace instrumentos para satisfacer la nece- sidad humana. La propiedad es la institución fundamental del estado de naturaleza. Explica que cada hombre tiene por Ley Natural propiedad sobre su cuerpo y por ende de las obras que con este realiza “por eso, siempre que alguien saca una cosa del estado en que la naturaleza la produjo y la dejó, ha puesto en esa cosa algo de su esfuerzo (...) y por ello la ha convertido en algo suyo”. Y como este cita muchos ejemplos como el agua de un manantial que es de todos los hombres, pero quién dudaría que la recogida en un recipiente pertenece al que lo llenó. De esta manera, el trabajo pasa a ser fuente del derecho de propiedad, que no sólo abarca los bienes de consumo sino los medios de producción, como la tierra, siempre y cuando sea trabajada por el hombre. “La extensión de tierra que un hombre trabaja, planta, mejora, cultiva y cuyos productos son capaces de utilizar, constituye la medida de su propiedad”. Señala la salvedad que el hombre tiene derecho natu- ral de poseer sólo que necesita, quien se adueña de bienes perecederos y nos los utiliza viola la Ley Natural, aunque admite la posibilidad de cambiar estos bienes por otros que puedan conservarse como metales. Para salvaguardar aun más la propiedad, los hombres acep- tan la sociedad civil, renuncia a su propia defensa. Al consentir formar parte de una sociedad civil, puede ser tácito, participan en un convenio que origina la sociedad, trasladando sus facultades que tenían en el estado de la naturaleza. A partir de allí la sociedad se encargará de protegerlo a través de leyes que debe dictar y que considere necesa- rias para el bien de la sociedad y castigando a quienes la infrinjan. 148 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. La transmisión tanto de funciones como derechos a la socie- dad se caracteriza por la condicionalidad y la limitación. El hombre entrega los derechos individuales esperando obtener beneficios, la so- ciedad recibe estos derechos y a su vez los entrega al gobierno, que se convierte en fideicomisario de la sociedad, de forma análoga a como ésta lo es del sujeto. Comienza así una relación de confianza con el go- bierno, esperando que este persiga el bien de la comunidad. Vulnerar el convenio permite revocar el mandato. Locke diferencia muy bien la autoridad de un padre sobre un hijo, de un amo sobre el esclavo, pero la obligación del súbdito de obe- decer al soberano nace del contrato y así lo reconoce. La única manera de permitir la legitimación es a través del consenso de aquellos sobre los que el poder se ejerce, en el origen de la sociedad civil debió existir el pacto –expreso o tácito-entre quienes fue acordado. “Cierto que el individuo traspasa en el contrato de sociedad sus derechos al sobera- no, pero no para que los anule, sino para que los defienda o proteja. Si el particular se protegiera contra los ataques de sus conciudadanos, pero no contra el capricho del soberano, se parecería al tonto que se defiende de zorras y martas, pero se deja atacar por el león”. (Manual de Historia de la Filosofía de Johann Fischl). El postulado de la libertad natural lleva a Locke a ver toda li- bertad aparente en real y lo conduce a una hipótesis del intercambio no forzado que explica los fenómenos sociales como una conjunción de pactos explícitos e implícitos. Sostiene el principio “que ningún hom- bre se someta a la voluntad de otro sin su consentimiento”, y que “allí donde hay pacto ya no hay esclavitud”. Locke se opone firmemente a los los argumentos del poder absoluto, pero para algunos de sus estu- diosos pierde capacidad de penetración social y termina por sacrificar al altar del libre intercambio las dudas de que hasta qué punto pueden considerarse libres y voluntarios los pactos realizados en situación de desequilibrio de poder y propiedad. ¿Qué refiere sobre Sociedad y Poder? Advierte que mientras en la sociedad exista el poder que cada individuo le entregó al entrar a formar parte de ésta no puede ser revestido “sino que permanecerá siempre en la comunidad, porque sin eso no podría existir comunidad 14' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA política, lo cual sería contrario al convenio primitivo”. Asimismo cuando la sociedad ha colocado en una asamblea de hombres el poder de legis- lar, el poder legislativo no puede revertir al pueblo mientras subsista el gobierno “porque habiendo dado al poder legislativo faculta para subsis- tir indefinidamente, el pueblo ha renunciado al poder político y no puede volver a recobrarlo”, al contrario si le dio existencia limitada al legislativo o este pierde poder por las faltas que comete o simplemente se cumple el lapso señalado “el poder legislativo revierte a la sociedad, y el pueblo tiene el derecho de actuar como soberano, de conservar para sí mismo el poder legislativo, darle otra forma, o de colocarlo, conservando la an- tigua, en otras manos. Según lo juzgue más conveniente”. Retomamos a Hobbes y Locke. Ambos arrancan desde el es- tado de naturaleza para explicar al hombre. Pero en Hobbes el estado de naturaleza es de guerra permanente. Para Locke es de perfecta libertad y de igualdad. Señala Hobbes que “es manifiesto que durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que los ate- morice a todos, se hallan en la condición o estado que se denomina guerra; una guerra tal que es la de todos contra todos” (Hobbes, 102). Agrega Hobbes que en el estado de naturaleza “la condición del hom- bre es una condición de guerra de todos contra todos, en la cual cada uno está gobernado por su propia razón, no existiendo nada, de lo que pueda hacer uso, que no le sirva de instrumento para proteger su vida contra sus enemigos” (Hobbes , 106). Considera Locke, por su parte, que el estado de naturaleza es “un estado de perfecta libertad para que cada uno ordene sus acciones y disponga de posesiones y personas como juzgue oportuno, dentro de los límites de la ley de naturaleza, sin pedir permiso ni depender de la voluntad de ningún otro hombre. (...) Es también un estado de igual- dad, en el que todo poder y jurisdicción son recíprocos, y donde nadie los disfruta en mayor medida que los demás” (Locke, 36). Añade Locke que “la libertad natural del hombre consiste en estar libre del cualquier poder superior sobre la tierra, y no hallarse sometido a la voluntad o la autoridad legislativa de hombre alguno, sino adoptar como norma, exclusivamente, la ley de naturaleza.” (Locke, 52). Hobbes no habla de ausencia de un poder superior en su concepto 1·0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. de libertad pero sí de la ausencia de impedimentos externos. En todo caso el hombre libre es el que no está sometido o limitado en su poder. Para Hobbes, la libertad es “la ausencia de impedimentos ex- ternos, impedimentos que con frecuencia reducen parte del poder que un hombre tiene de hacer lo que quiere, pero no pueden impedirle que use el poder que le resta, de acuerdo con lo que su juicio y razón le dicten” (Hobbes, 106). Por su parte Rousseau (sección XI) critica a Hobbes al precisar que “al ser el estado de naturaleza aquél en el cual el cuidado de nuestra conservación es el menos perjudicial para la del otro, este estado era en consecuencia el más adecuado para la paz y el más conveniente para el género humano (Rousseau, 148). Por eso Rousseau se pronuncia también en desacuerdo con el supuesto ca- rácter violento del hombre en estado de naturaleza. Señala Rousseau que “Hobbes pretende que el hombre es naturalmente intrépido y no busca otra cosa que atacar y combatir. Un filósofo ilustre piensa, por el contrario (...) que nada hay más tímido que el hombre en estado de naturaleza y está siempre templando y dispuesto a huir al menor ruido que oiga, el menor movimiento que perciba” (Rousseau, 124). Continúa Rousseau expresando en tal sentido que “parece, así, que los hombres en tal estado, al no existir entre ellos ninguna clase de relación moral ni deberes comunes, no pudieron ser ni buenos ni malos, no tuvieron ni vicios ni virtudes” (Rousseau, 146). Coinciden Hobbes y Locke en que en el estado de naturaleza priva el derecho o la ley de naturaleza que se fundamenta en la razón. Hobbes estima que el derecho de naturaleza “es la libertad que cada hombre tiene de usar su propio poder como quiera, para la conserva- ción de su propia naturaleza, es decir, de su propia vida; y por consi- guiente, para hacer todo aquello que su propio juicio y razón considere como los medios más aptos para lograr ese fin” (Hobbes, 106). Hob- bes distingue entre la ley de naturaleza “como un precepto o norma general, establecida por la razón, en virtud de la cual se prohíbe a un hombre hacer lo que puede destruir su vida o privarle de los medios de conservarla; o bien, omitir aquello mediante lo cual piensa que pueda quedar su vida mejor preservada. Aunque quienes se ocupan de estas cuestiones acostumbran confundir jus y lex, derecho y ley, precisa distinguir esos términos, por- 1·1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA que el Derecho consiste en la libertad de hacer o de omitir, mientras que la Ley determina y obliga a una de esas dos cosas. Así, la ley y el derecho difieren tanto como la obligación y la libertad, que son in- compatibles cuando se refieren a una misma materia” (Hobbes, 106). Precisa Locke, por su lado, que la ley de naturaleza no sólo obliga sino que también enseña a los hombres a vivir sin hace daño. Expresa Locke que “el estado de naturaleza tiene una ley de naturaleza que lo gobierna y que obliga a todos; y la razón, que es esa ley, enseña a toda la humanidad que quiera consultarla, que siendo todos los hombres iguales e independientes, ninguno debe dañar a otro en lo que atañe a su vida, salud, libertad o posesiones” (Locke, 38). En este sentido, Rousseau señala que “todo lo que nosotros podemos ver con gran claridad respecto a esta ley es que, no sólo para que sea ley es preciso que la voluntad de aquel a quien obliga pueda someterse con conocimiento de ella, sino que es preciso también, para que sea natural, que hable de modo inmediato de la voz de la natura- leza” (Rousseau, 114). Locke, por su lado, reitera que el estado de naturaleza es “un estado de paz, buena voluntad, asistencia mutua y conservación. (...) Propiamente hablando, el estado de naturaleza es aquél en el que los hombres viven juntos conforme a la razón, sin un poder terrenal, co- mún y superior a todos, con autoridad para juzgarlos” (Locke, p.48). Si bien Locke no define a priori el estado de naturaleza como estado de guerra, advierte la posibilidad de existencia de este último. Dice Locke que “el estado de guerra es un estado de enemistad y destrucción; y, por lo tanto, cuando se declara mediante palabras o acciones, no como resultado de un impulso apasionado y momentáneo, sino con una pre- meditada y establecida intención contra la vida de otro hombre, pone a este en un estado de guerra contra quien ha declarado dicha intención” (Locke, p.46). Completa Locke que siendo la razón el fundamento de la ley de naturaleza “es razonable y justo que yo tenga el derecho de destruir a quien amenaza con destruirme a mí. En virtud de la ley fundamental de naturaleza, un hombre debe conservarse a sí mismo hasta donde le resulte posible” (Locke, 46). La ley natural, que según Locke, gobierna el estado de naturaleza, y que 1·2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. debe ser entendida como manifestación de la voluntad de Dios, ense- ña que nadie debe dañar a otros en su vida, salud y libertad. Así, todos los hombres están dotados de la razón y la libertad suficiente para co- nocer un orden del mundo que les lleva a cooperar con los demás en la preservación de sus derechos. Cuando el hombre, mediante la razón, conoce la ley natural, le asiste el derecho de imponer a los demás su cumplimiento. SECCIÓN VI. Poder y Política en Moro. El hombre nace bueno... la sociedad lo corrompe La superioridad de la sociedad utópica está en que sus miembros lo comparten todo. Donde hay propiedad privada y donde todo se mide por el dinero, difícilmente se logrará que la cosa pública se administre con justicia y se viva con prosperidad. La guerra se podría siempre evitar, si es que de verdad se quiere la paz, tesoro más preciado que la guerra (p. 80). ¿Cuál es el aporte de Thomas Moro (1478-1535) 78 al Estado y a la Política? Ofrece una visión del Estado radical al existente. Propone un Estado Igualitario en donde no existe propiedad privada y los ma- gistrados son elegidos por el pueblo. Este género utópico no es nuevo, ya Platón en La República había propuesto un modelo ideal de Estado, 78 Thomás Moro nació en Londres en 1478, de familia acomodada y noble, ciudad de la que sería alguacil. Tras la realización de sus primeros estudios pasa a formar parte del séquito del cardenal arzobispo de Canterbury John Morton, con quien continuó su formación, profundizando en los estudios teóricos. Será en Oxford en donde completará su formación intelectual, orientada hacia el estudio de los clásicos, entablando posterior amistad con otros humanistas de la época, como Erasmo. Fue Jurista y Magistrado en Londres. El interés por las reflexiones políticas y morales que se ve reflejado en sus obras fue acompañado por una participación activa en la vida política de su tiempo. En 1504 es elegido miembro del Parlamento, oponiéndose al absolutismo de Enrique VII, siendo multado y encarcelado a raíz de dicha oposición, viéndose obligado a abandonar la participación activa en la vida política. Con la llegada al trono de Enrique VIII se ve rehabilitado, siendo nombrado alguacil de Londres, y participando también en algunas misiones diplomáticas; el éxito alcanzado en sus actividades le lleva a ser nombrado Lord Canciller de Inglaterra. Sin embargo, su desacuerdo con los planes de Enrique VIII, quien deseaba romper con la iglesia de Roma y consolidar su poder absoluto, le hacen caer en desgracia, siendo encarcelado en la Torre de Londres y condenado a muerte y decapitado, finalmente, en julio de 1535. 1·J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA sin embargo la obra de Moro aparece como novedosa y alcanza un gran éxito. Moro, construye una nueva teoría sobre el Poder, Política, Estado y sobre la Economía, especialmente en la categoría de justicia distributiva. Bajo la influencia platónica (de la “República”) escribió en 1516 la novela filosófica que describe un Estado Ideal en la Isla Utopía, teniendo como fondo la idealización de la vida moral de su época y, al mismo tiempo, una crítica de las condiciones sociales y económicas. Aunque desconocía “El Príncipe”, su obra iba dirigida contra el ideal del gobierno despótico defendido por Maquiavelo, con quien fueron contemporáneos en países diferentes. Igualmente se opone a la explo- tación comercial y contiene ideas que reaparecen posteriormente en la teoría del socialismo. Su novela nos presenta una sociedad agrícola, en contraste con una sociedad adquisitiva, cuya unidad central es la familia. No existe propiedad privada ni el dinero es el medio de intercambio. Los medios de vida están asegurados para todos, en vistas a la creación de tiempo libre que se emplearía en objetivos culturales. La libertad y la tolerancia religiosa, dentro del respeto de la religión “natural”, son las piedras angulares de la vida en Utopía, en la convicción que la vida política y la moral no podrían ser disociadas. Utopía fue escrita en una época de cambio de la actividad pro- ductiva y de las tensiones entre una edad que muere y otra que se gene- ra. Expone problemas reales y expresa la ideología de exigencias rea- les: la de la libertad e igualdad de los ciudadanos ante la ley. La misma división de la obra, en dos libros, uno en el que se describen los males de la sociedad, y otro en el que se propone otra forma de organización social, es un reflejo ideológico de su época. Expresa lo que debe des- aparecer, porque así lo exige el desarrollo productivo de su época y lo que debe surgir: una sociedad igualitaria, justa, en la que el reparto de la riqueza sea equitativo, con el consiguiente rechazo, por lo tanto, de las formas de organización política y económica correspondientes. La obra de Tomás Moro está impregnada de ideales del hu- manismo, recibiendo directamente la influencia de los pensadores clá- sicos, esencialmente Platón, pero teniendo en cuenta las condiciones históricas de su tiempo, lo que se puede observar perfectamente en su 1·4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. obra. Especialmente interesantes resultan sus ideas sobre la toleran- cia (política y religiosa) y sus consideraciones sobre la violencia, que le conducen al rechazo y condena de la guerra. En su obra se exponen diversas características de Utopía: situación, formas de organización social y de gobierno: trabajo, familia, educación, propiedad, magistra- dos, relaciones internacionales, el arte de la guerra, la filosofía, la mo- ral y la religión, fundamentalmente. Existen asimismo aspectos relevantes, como el tratamiento del divorcio, la eutanasia, muerte, etc. y otras de mayor alcance ideológico, como el rechazo de la propiedad privada, de la guerra, de la pena de muerte, y la exigencia del reconocimiento de la igualdad entre los hom- bres y la tolerancia religiosa. “Por todo ello, he llegado a la conclusión de que si no se suprime la propiedad privada es casi imposible arbitrar un método de justicia distributiva, ni administrar acertadamente las co- sas humanas. Mientras aquella subsista, continuará pesando sobre las espaldas de la mayor y mejor parte de la humanidad el angustioso, el inevitable azote de la pobreza y de la miseria” 79 . Luego de describir la organización social y política de Utopía, analiza Moro el tratamiento que los utopianos dan al tema de la guerra. La abolición de la propie- dad privada en Utopía iguala en derechos a todos los ciudadanos y permite desarrollar una forma de gobierno democrática. El príncipe es elegido entre los nominados por el pueblo y ostenta un poder vitalicio, siempre que respete las leyes y actúe en conformidad con ellas; en caso contrario, será destituido. En última instancia, todas las decisiones políticas deben estar inspiradas por principios éticos o filosóficos, destacando el de “vivir se- gún la naturaleza”, lo que equivale a decir: buscar la felicidad, y no sólo para nosotros, sino también para los demás (principio de solidaridad). “Nadie, en efecto, por austero e inflexible seguidor de la virtud y abo- rrecedor del placer que sea, impone trabajos, vigilias y austeridad, sin imponer al mismo tiempo la erradicación de la pobreza y de la miseria de los demás. Nadie deja de aplaudir al hombre que consuela y salva al hombre, en nombre de la humanidad. Es un gesto esencialmente humano -y no hay virtud más propiamente humana que ésta- endulzar 79 Op. Cit. Página 104 1·· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA las penas de los otros, hacer desaparecer la tristeza, devolverles la alegría de vivir. Es decir, devolverles al placer”. La Utopía de Tomás Moro, aun conteniendo aspectos ilustrados y prácticos, es ante todo idealización de las sociedades comunitarias del pasado y, en algunos aspectos, se opone al avance de las fuerzas y tendencias que darán paso posteriormente a la modernidad, como la expansión del comercio y la separación de poderes, entre otras. En síntesis, Moro ofrece una visión del Estado, propone un Es- tado Igualitario en donde no existe propiedad privada y los magistrados son elegidos por el pueblo. Este género utópico no es nuevo, ya Pla- tón en La República había propuesto un modelo ideal de Estado, sin embargo la obra de Moro aparece como novedosa y alcanza un gran éxito. Los humanistas de la época no dedicaron demasiada atención a las ideas políticas y será hasta finales del siglo. XVI cuando surgen, reiteramos teorías políticas, de John Bodín, quien defiende la doctrina absolutista; John Althaus, quien defiende la soberanía popular, Fran- cisco Suárez, que defiende la soberanía popular limitada, entre otros. SECCIÓN VII. Poder y Política en Maquiavelo. ¿Porqué el concepto de Poder alcanza una dimensión Ética en Nicolás Maquiavelo (1469-1527) 80 ? Maquiavelo concentra su análisis en la teoría política del poder y la forma de mantenerlo, independiente- mente de los medios utilizados. En la medida que el fin del Estado es garantizar la seguridad y el bienestar (fines éticos), el gobernante tiene 80 Nace en Florencia, de familia noble, y recibe educación esmerada. Participa activa- mente en la vida política hasta los 44 años, dedicándose entonces a la teoría política. Su obra más importante es “El Príncipe”. Maquiavelo se interesó fundamentalmente por presentar la mecánica del gobierno, prescindiendo de las cuestiones morales y formu- lando los medios por los cuales el poder político puede ser establecido y mantenido. Republicano florentino, cae en desgracia con los Médicis, aunque es a uno de ellos a quien dedica su obra “El Príncipe”. Su idea es establecer la unidad italiana a modo de la República Romana clásica. Considera necesaria la autoridad del príncipe. A Maquiavelo no le interesa cuál es el mejor poder o el más legítimo, sino cuál es la técnica política más eficaz para conseguir y mantener el poder y el orden. La idea de Maquiavelo es que el político, puede vencer a la fortuna mediante su virtud. La política para Maquiavelo es un juego de voluntades, es un arte de calcular. La política entonces se constituye como un modelo de pensamiento autónomo. Es una teoría más realista. Las teorías opuestas a Maquiavelo son las de Erasmo de Rotterdam y Thomas Moro. 1·o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. derecho a valerse de cualquier medio para la consolidación y conser- vación del poder. Sin duda, el pensamiento de Maquiavelo toma de base fines éticos y, utilizando cualquier medio para lograrlo, sin duda utiliza medios no éticos. Su idea es establecer la unidad italiana a modo de la República Romana clásica. Considera necesaria la autoridad del príncipe. A Maquiavelo no le interesa cuál es el mejor poder o el más legítimo, sino cuál es la técnica política más eficaz para conseguir y mantener el poder y el orden. La idea de Maquiavelo es que el político puede vencer a la fortuna mediante su virtud. La política para Maquiavelo es un juego de voluntades, es un arte de calcular. La política entonces se consti- tuye como un modelo de pensamiento autónomo. El pensamiento de Maquiavelo está dominado por el realismo político, que es una de las formas de expresión del humanismo renacentista en la filosofía política (el otro son las utopías), y por los valores de su época y de la sociedad florentina: se ha de analizar el acto político puro, sin connotaciones trascendentes o morales. Este acto sólo es válido si resulta eficaz. Mediante este aná- lisis, Maquiavelo pretende alcanzar las leyes inmutables y necesarias que rigen la historia del hombre, puesto que ésta se repite inexora- blemente, pudiendo deducirse así lo que será la historia futura de la humanidad. Sin duda, Maquiavelo era consciente de antagonismos, luchas y contradicciones existentes en toda sociedad y Florencia de inicios del Siglo XVI no era la excepción, Para justificar su eclecticismo político y ético, Maquiavelo se inspira en la variedad de la naturaleza, conforme se refiere en carta de 1515 dirigida a su amigo Francesco Vettori, Embajador de Florencia en Roma: “…nos limitamos a la natu- raleza, siempre variada en su marcha...”. Toda la filosofía política de Maquiavelo está vinculada insepa- rablemente a una manera de entender al hombre. Por un lado, indiscu- tiblemente es el hombre (y no Dios) el sujeto de la historia. Maquiavelo considera que la historia y la política son siempre idénticas, porque ex- presan una identidad humana que no cambia ni cambiara. Maquiavelo rechaza hacer un juicio definitivo sobre la naturaleza humana. No es definitivo si plantea si el hombre es bueno o malo. Es sencillamente un 1·/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA ser capaz de lo mejor o de lo peor. En los Discursos (I, 28) escribe: “... los hombres no saben ser ni perfectamente buenos, ni honorablemente malos y cuando alguna acción exige alguna perspectiva de grandeza no saben cumplirla”. La naturaleza humana es peculiar, de manera que es posible domesticar un animal pero no un hombre. La mayor parte de los hombres retroceden delante del poder y se espantan de sus propias acciones. En este contexto, le resulta especialmente interesante el análi- sis de la personalidad del político. El político ha de ser una persona há- bil, capaz de manipular situaciones valiéndose de cualquier medio; ha de poseer destreza, y una equilibrada combinación de fuerza y tesón, además de intuición para sortear los obstáculos que se le presente y una carencia total de escrúpulos. Ha de ser además capaz de actuar según los cambios momentáneos, buscando apoyos o forzando trai- ciones según las circunstancias. En consecuencia, el político no debe poseer virtud alguna, pero ha de estar en condiciones de simular po- seerlas todas, lo que supone actuar con absoluta indiferencia ante el bien y el mal (amoral) con absoluto despotismo. Se ha definido simplistamente el maquiavelismo como si fuese, exclusivamente, la teoría política según la cual el fin justifica los medios, frase que no es explicita en la obra. En la obra política de Maquiavelo se refiere: que una política republicana ha de ser realista y que los princi- pios morales sin una fuerza política detrás son inútiles. Maquiavelo es sin duda el iniciador del pensamiento político laico en la medida que -contra cualquier teología política- elabora el realismo y pretende hacer primar la verdad factual de las cosas, única base sobre la cual el hombre puede gobernar, alejándose de las utopías estériles. Se concibe a Maquiavelo como el autor de la teoría de la “virtud” republicana, entendiendo por tal la capacidad política para comprender la realidad de una manera objeti- va y la conduce hacia lo que se pretende hacer. Sin duda, Maquiavelo es el padre fundador de la filosofía polí- tica, porque es el primero en tener una concepción laica de la política, aunque centra excesivamente la política en la figura, y en el criterio personal, del Príncipe, para mantener el poder, económico y político. No analiza que el Estado es un aparato político y un aparato técnico, y 1·8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. que la racionalidad técnica de la política en circunstancias especiales excede la voluntad política, aspecto no considerado en las reflexiones políticas del Renacimiento. ¿Qué significa la República para Maquiavelo? Se reitera que para Maquiavelo el modelo político de gobierno es la Republica Ro- mana y no el absolutismo o la monarquía. En el acápite Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio, centra su atención en Roma como modelo de Estado. Existen tres razones básicas. Roma es Im- perio, pero -según Maquiavelo- no se hará de forma despótica sino asumiendo y adaptándose a nuevas situaciones, circunstancias, del esquema inicial de república. Por otra parte, Roma se impuso por la fuerza de las armas, gracias a una buena organización de la adminis- tración pública, sin lo cual la política no es posible. Su poder no puede mantenerse militarmente, sino por extensión de la cultura, sus leyes, su forma económica de comercio y la potencia de la “pax romana”, o sea dotar de seguridad y confianza de sus administrados. Finalmente- según Maquiavelo- el poder de Roma no se basaba en el despotismo, sino en el hecho que en la ciudad el pueblo estaba organizado, era fuerte y tenía amplia concepción de sus propios intereses, que no eran necesariamente los del Senado de Roma. En esta forma existe una cierta compensación mutua de pode- res. La creación de los “tribunos del pueblo”, como contrapoder, per- mitía la estabilidad entre los diversos grupos de poder. Esto contribuía a erigir una república perfecta”. (Discursos I,2). La tercera razón que propone Maquiavelo y que ejemplifica el “realismo político”. Contra las utópicas afirmaciones de unidad política en abstracto, la respuesta po- lítica a situaciones en que diversos grupos tienen, objetivamente, inte- reses diferentes, a los cuales debe darse una salida legal. Valorizar el modelo de Roma, no significa patriotismo italiano, o pura admiración de los modelos clásicos, sino porque la historia es aliada de la política. Como para Maquiavelo la naturaleza humana no cambia, ni cambiara, conocer la historia da, en consecuencia, una ex- periencia, esencial en la previsión y anticipación del futuro, básico en la formación política. Sin duda que la historia de Roma descrita en los libros de Tito Livio, le sirve de base para confirmar ciertos principios 1·' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA abstractos que constituyen el cuerpo teórico de su pensamiento políti- co. Roma le sirve para ilustrar y confirmar sus creencias políticas tanto como para inspirarlas. Sin duda que Maquiavelo no ignoraba que en la antigüedad habían existido otras formas o modelos de república a las cuales podía recurrir en su pensamiento, como por ejemplo el modelo autoritario de Esparta –aspecto que a Maquiavelo no le interesaba-, que no resistiría el cambio o el de Venecia, que en su tiempo aparecía como más esta- ble políticamente, gobernada por una aristocracia comercial paterna- lista, que Maquiavelo consideraba no reproducible. Roma, en cambio, es “el” modelo político que sobrevivivirá el cambio, por la formidable adaptación de sus leyes, su organización. Maquiavelo defiende la astucia en política, como también se refiere precedentemente, como mecanismo político, escrito aun en los libros de los sabios del Antiguo Testamento y concibe que no es posible actuar en política sin un estudio realista de la “virtud” política. Su Dios es la inteligencia, o la astucia y la regla de las fuerzas del mundo. El resultado de este método de análisis es la ciencia. “Es necesario esti- mar”, dijo Dante. “Es necesario entender”, dice Maquiavelo. El ánima del mundo dantesco es el amor, su mundo es esencialmente místico y ético. El ánima del mundo maquiavélico es el cerebro. Su mundo es fundamentalmente humano y lógico. En Maquiavelo la virtud cam- bia de significado. No es sentimiento moral, sino simplemente fuerza y energía. César Borgia, por ejemplo, es virtuoso porque tiene la fuerza de actuar según la lógica. Finalmente, la política de Maquiavelo es orientada hacia las élites. Considera en sí al pueblo como una fuerza apta para ser mani- pulada. Su objetivo no era denunciar la anarquía feudal, mas estable- ce fundamentos de la racionalidad de cierto tipo de política moderna. Maquiavelo no combate la verdad de la Fe, porque no la considera. En su mundo, no intervienen ni causas sobrenaturales ni providenciales. Inicia las bases de la inmutabilidad y la inmortalidad del pensamiento y del espíritu humano, factor de la historia. En esta perspectiva, es ya una revolución. Es base de la cien- cia moderna. Es el hombre emancipado del mundo sobrenatural o so- 1o0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. brehumano que, como el Estado, proclama la autonomía y la indepen- dencia y toma posesión del mundo. Se renueva el método. Maquiavelo no reconoce la verdad a-priori, los principios abstractos y no reconoce la autoridad de nadie como criterio de verdad. La verdad es el hecho y por ello la manera de acercarse a la verdad es la experiencia, acom- pañada de la observación, el estudio inteligente de los hechos. Virtud es la capacidad política y la consecuencia de un análisis objetivo de la situación, que une fuerza e inteligencia. La “virtud” exige “gran astucia”, suerte y fuerza. Está hecha de conocimiento racional de los mecanismos del poder y del cálculo de sus propias fuerzas, sin lo cual toda política fracasaría. Esta “virtud” es independiente de cualquier moral –incluida la cristiana. El príncipe que posea “virtud” ha de ser capaz de conjuntar astucia del águila con la fuerza del león. Maquiavelo dice que el Príncipe “por Virtud” “Ha de tener un espíritu dispuesto a cambiar según el viento y las variaciones de la fortuna y a no alejarse del ser, si puede, pero dispuesto también a entrar en el mal si se ve obligado a hacerlo”. (El Príncipe). SECCIÓN VIII. Poder, Política y República en Montesquieu. «Este espíritu consiste en las diversas relaciones que las leyes pueden tener con diversas cosas» En gobierno sin principios, las mejores leyes devienen malas; «la fuerza de los principios lo implica todo» (E.L.,VIII,11). «La ley en general es la razón humana, en tanto que gobierna a todos los pueblos de la tierra; y las leyes políticas y civiles de cada nación no deben ser más que los casos particulares en que se aplica esta razón humana. ¿Cómo articular Ley con Poder y Política? Montesquieu (...) 81 trans- forma el cosmos del Poder, la Política y los sistemas de gobierno. Su 81 La formulación definitiva Del Espíritu de las Leyes es debida al barón Charles Louis de Secondat de Montesquieu en su obra “Del Espíritu de las Leyes” en la que se define el poder a la vez como función y como órgano. En la obra se describe la división de los Poderes del Estado en poder legislativo, ejecutivo y judicial y se promueve que su titularidad se encargue respectivamente al Parlamento o Congreso, al Gobierno y los Tribunales de Justicia. Los principios ilustrados fueron adoptados por las corrientes del liberalismo político. Conjuntamente con el respeto a los derechos fundamentales de las personas, la división o separación de poderes se convierte en elemento fundamental de lo que se dio en llamar Estado Liberal y que, a la vez, configura el elemento base del 1o1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA análisis económico es reducido al comercio. Para Montesquieu, el Po- der es la Ley de la Razón y «La ley en general es la razón humana, en tanto que gobierna a todos los pueblos de la tierra; y las leyes políticas y civiles de cada nación no deben ser más que los casos particulares en que se aplica esta razón humana» (E.L.,I,3)., asimismo, «... “virtud” en la República es el amor a la patria, es decir, el amor a la igualdad. No es en absoluto una virtud moral, ni una virtud cristiana; es la virtud política (...) sin eso las leyes no serían ejecutadas. No sucede lo mis- mo en las monarquías 82 , donde para que una ley se ejecute basta que el monarca quiera hacerlas cumplir». La democracia, en la trilogía de gobiernos, es la forma principal de la República en que «el pueblo en cuerpo tiene el poder soberano» (E.L.,II,1) La virtud es el principio de la democracia (E.L.,III, 3). Sobre el Espíritu General de la Nación, refiere que «Diver- sas cosas gobiernan a los hombres: el clima, la religión, las leyes, las máximas de gobierno, los ejemplos de las cosas pasadas, las costum- bres, los hábitos; de donde se forma un espíritu general resultante» (E.L.,XIX,4). ). La legislación universal consecuencia de una univer- salidad antropológica y ontológica del género humano (presupuesto de la ley natural) va paralela a la diversidad de pueblos y costumbres. Constitucionalismo Moderno. Sin embargo, el principio de separación de poderes ha sido plasmado de forma diferente dentro de los diversos sistemas de Gobierno, este principio doctrinal que de facto convertía al Parlamento en el poder central fue modificado en base a la doctrina de la separación entre el poder constituyente y los poderes constituidos de Emmanuel Joseph Sieyès donde la separación de poderes deja paso a una interrelación (la separación de poderes no desaparece para evitar el control por un solo grupo u hombre, pero se interrelacionan de una forma muy intensa), el Estado deja de ser abs- tencionista y se hace fuerte al intervenir en la sociedad. Otorga el sufragio universal (no solo para la burguesía) y surgen los partidos políticos de masas, originándose el Estado Actual, el Estado Social, donde se rompe con la idea de Parlamento igual a Nación. Aho- ra la Ley es la expresión de la voluntad de la mayoría, cuando cambia la formación del Parlamento, cambian las leyes, por lo que la ley deja de ser la expresión de la razón, de la soberanía, para ser la de la mayoría. Desaparece la legitimación del sistema jurídico como consecuencia de estos cambios y por eso se adopta la distinción de Sieyès entre “Poder Constituyente” y “Poder Constituido”. El Constituyente es el Pueblo ejerciendo su Poder Soberano mediante el que aprueba la constitución y crea los poderes constituidos, el ejecutivo, el legislativo y el judicial. El Legislativo aprobara las leyes, leyes que estarán por debajo de la Constitución, la cual expresa los valores compartidos por todos y, poste- riormente, se crea el Tribunal Constitucional como garante de estos valores. 82 Honor es el principio del gobierno monárquico; buscar «preferencias y distinciones» está en la naturaleza misma de los humanos. 1o2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. El espíritu general de una nación está hecho de «diferencias». La di- versidad de pueblos y costumbres hace que las leyes que convengan a una colectividad no convengan a otra; de donde Montesquieu deriva su crítica al colonialismo 83 . Como concepto no está lejano a la idea he- geliana del Volksgeist y plantea un complejo problema filosófico: el de cómo hacer compatible el universalismo y el particularismo. Las Leyes para él son «instituciones particulares y precisas del legislador» (E.L., XIX,14), pero todo lo que tiene poder (desde Dios al Estado) ha de tener una ley, en la medida que sólo la ley ofrece una forma de inteligibilidad. Hay diversos tipos de leyes (derecho natural, derecho divino, derecho eclesiástico, derecho de gentes, civil, domésti- co...). El principio de legalidad es universal y la legalidad universal es el signo de la racionalidad universal. «La sublimidad de la razón humana consiste en no confundirse en los principios que deben gobernar a los hombres» (E.L., XXVI,1). La ley de todas las leyes sería su forma ra- cional o “espíritu de las leyes”. Así, para Montesquieu, la Constitución es un conjunto de «le- yes fundamentales» que organizan el poder en un Estado. El principio de la Constitución es la libertad y la contrapeso mutuo entre poderes, de manera tal que «el poder detenga al poder» 84 (E.L.,XI, 4). Su con- 83 Momtesquieu asume la teoría de Locke: en política, como en moral o en religión, la intolerancia conduce a la guerra. Por lo tanto preconiza el pluralismo de partidos y la libertad de expresión. «Tan pronto como los hombres están en sociedad, pierden el sentimiento de su debilidad; la igualdad que entre ellos había, cesa y el estado de gue- rra comienza». (E.L.,I,3). Montesquieu piensa –con Aristóteles y contra Hobbes– que el hombre es un animal social, pero si hacen la guerra no es por un instinto invencible de tipo agresivo sino porque pierde la conciencia de su fragilidad individual y porque en sociedad se olvida la igualdad originaria de la especie. La guerra es contraria a la ley natural y, por ello mismo, la única guerra tolerable es la de tipo defensivo en que se está obligado a combatir para defenderse. Montesquieu considera, como Grocio, que la gue- rra debe ser reglamentada, pero la juridificación de la beligerancia no tiene otro criterio que el de someterla a la ley natural que quiere la paz. 84 Montesquieu inicia un tema que después será fundamental en la filosofía liberal y especialmente en John Stuart Mill: el de la tiranía de la opinión, que todavía identifica, obviamente, con la tiranía de la iglesia pero que, desde Mill, se vincula a la forma “de- mocrática”. El texto dice: «Hay dos tipos de tiranía: una real que consiste en la violencia del gobierno; y otra de opinión, que se hace sentir cuando quienes gobiernan establecen cosas que chocan con la manera de pensar de una nación» (E.L.,XIX,3). A diferencia de Platón o Aristóteles, Montesquieu no considera el Despotismo como desviación de la monarquía, sino un gobierno “sui generis” que constituye el mal político absoluto «mons- truoso» y «contra-natura», en la medida en que no se apoya en leyes fundamentales. El déspota es «un hombre a quien sus cinco sentidos dicen continuamente que él lo es todo y que los otros no son nada» (E.L.,II,5). 1oJ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA cepción de justicia es capital. Para Montesquieu, es un elemento fun- damental del espíritu de las leyes. En las Cartas Persas (p.83), se de- fine como: «relación de conveniencia [conveniente] que se encuentra realmente entre dos cosas; esta relación es siempre la misma, sea cual sea el ser que se considere, sea Dios, sea un ángel o sea, finalmente, un hombre». Es un fundamento metajurídico del orden jurídico. El principio de Libertad es asimismo esencial en su concep- ción. Libertad, para él, es un bien «que hace gozar de los otros bienes» (Pensamientos, 1574). La libertad se establece por la ley y «consiste principalmente en no poder ser obligado a no hacer una cosa que las leyes no ordenan (...) somos libres 85 en tanto que vivimos bajo leyes civiles» (E.L., XXVI, 20). En todo caso, la libertad exige la separación de poderes, pues, «todo estaría perdido si el mismo hombre, y el mis- mo cuerpo de principales, o de nobles o de pueblo ejerciesen esos tres poderes» (E.L., XI, 6). Finalmente, para Montesquieu, República es la forma de go- bierno que puede ser democrática o aristocrática. En ella: «el pueblo en tanto que cuerpo, o sólo una parte del cuerpo tienen el sobera- no poder». (E.L., II,1). De ello deriva la República Federativa, como aquella «sociedad de sociedades, que hacen una nueva, que puede crecer por unión de nuevos asociados». (E.L.,IX,1). Y sobre los Pode- res Intermedios incluye la nobleza, los parlamentos, las ciudades y las universidades (cabildos) que forman: «los canales por donde fluye el poder» (E.L.,II,4). Subordinados y dependientes, constituyen la base del poder monárquico 86 y sin ellos no habría un gobierno justo. Con- cibe al Principio de un Gobierno como lo que le hace actuar; deriva de su propia naturaleza, dependiendo de su “virtud política” y de su 85 El tema del Esclavismo era en su momento objeto de importantes debates; aunque no ignora que para Aristóteles hay esclavos “por naturaleza” ni que puede constituir una de las leyes de la guerra, considera que «no es bueno por naturaleza; no es útil ni al dueño ni al esclavo» (E.L.,XV,1). En los Pensamientos (174), lo considera: «contra el derecho natural por el cual los hombres nacen libres e independientes». 86 Monarquía es el gobierno «en que uno sólo gobierna, pero según leyes fijas y esta- blecidas» (E.L.,II,2). Su especificidad consiste en recurrir a los poderes intermedios entre los cuales el más natural es la nobleza (E.L.,II,4) y su principio es el honor (E.L.,III,7). En palabras de Montesquieu, en la monarquía: «el Estado es más estable [«fixe»], la Constitución más inquebrantable y la persona que quienes gobiernan más asegurada». Nada que ver, pues, con el despotismo. 1o4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. propia dinámica. El principio de la democracia y de la república es la virtud, el de la aristocracia 87 es la moderación 88 , el de la monarquía el honor. La corrupción de un gobierno comienza por la de sus principios. (E.L.,VIII,1). Para Montesquieu, en gobierno sin principios, las mejo- res leyes devienen malas; «la fuerza de los principios lo implica todo» (E.L.,VIII,11). SECCIÓN IX. Poder, Política y República en Bacon ¿Qué es el Poder para Francis Bacon (Londres1561–1626)? ¿Cómo a partir de la Ciencia influyo en la Política? Para Bacon, el Poder radica en la Ciencia y esta es base para transformar la reali- dad. Filosofo, canciller de Inglaterra, estadista y figura principal del Re- nacimiento Ingles, su visión de la “ciencia activa” influencio la cultura científica y política de su época. El proyecto fundamental de Bacon es: “establecer y extender el dominio de la humanidad sobre el universo (...) lo cual, depende, por entero, tanto de las artes como de las cien- cias. Porque no podemos dominar la naturaleza sino obedeciéndola” 89 . La particularidad del humanismo de Bacon es que es técnico porque “la introducción de famosos descubrimientos ocupa, con mucho, el pri- mer lugar entre las acciones humanas” y beneficia más que cualquier reforma social o política. Pero solo es posible dominar la naturaleza conociendo su estructura y sus leyes, la técnica no es posible sin un conocimiento previo de la realidad a través de la ciencia. De otra for- ma, los inventos no son más que casualidades. Así, los descubrimientos 87 En la tipología de regímenes políticos, la aristocracia es una de las dos formas del gobierno republicano en que «el soberano poder está en manos de un pequeño número de personas». La moderación es su principio básico (E.L., III,4). 88 Moderación es la Virtud jurídica y política fundamental. «El espíritu de moderación debe ser el del legislador: el bien político como el bien moral se encuentra siempre entre dos límites» (E.L.,XXVI,1). Montesquieu distingue entre regímenes políticos “modera- dos” y “no moderados” (E.L.,III,9-10) en un sentido no sólo descriptivo sino normativo. La moderación es el fundamento de un estado de espíritu que implica el rechazo al autoritarismo y por ello no tiene su lugar ni en el estado democrático igualitarista, ni en el estado despótico; para desarrollar una mentalidad moderada es mejor el estado que cuenta con mayor número de cuerpos intermedios, y por lo tanto, de pluralidad de opinio- nes e intereses. Una política de la libertad será una política de la moderación y por ello mismo el liberalismo defiende, como forma actual de los cuerpos intermedios, la fuerza de la sociedad civil. 89 Novum Organum 1o· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA científicos y sus aplicaciones son más útiles en cuanto abren las puertas para nuevos hallazgos. Bacon se refiere a la importancia del método cien- tífico de descubrimiento, el cual desarrolla en su obra Novum Organum. En su utopia La Nueva Atlántida, Bacon aspira a reformar la sociedad a través de la ciencia aplicada, para lo cual, será necesario revisar los objetivos y los métodos científicos. Pretende en consecuen- cia transformar la realidad a partir de la ciencia. En este sentido, se propuso reorganizar el método de estudio científico. Bacon desarrollo una actitud controversial frente a la filosofia Aristotelica y se opuso al Platonismo. Concebia que el sistema Aristotelico estaba mas orientado hacia la contradiccion que hacia el descubrimiento de una nueva verdad y que la doctrina de Platon del conocimiento innato o de las ideas, orien- taba el pensamiento fuera de la observacion y fuera de las cosas. El método Bacon enfatizaba la relación entre pensamiento y cosas. La ciencia tiene que ser experimental, considerar como la actividad humana produce cambios en las cosas y no éstos cambios independientemente de lo que hacen los hombres. El Hombre es el intérprete de la naturaleza, percibe su orden. Más allá, el hombre no tiene conocimiento ni poder. No existe fuerza que pueda quebrar este encadenamiento. Conforme a estos dos objetivos, ciencia humana y poder humano, tienen un fin común. Para Bacon, los caminos para alcanzar la verdad son dos (i) las anticipaciones de la naturaleza. Se trata de un sendero precipitado y erróneo porque va de las impresiones sensoriales y de los axiomas más generales; y, partiendo de estos principios y de lo que se cree como verdad inmutable en ellos, a la discusión y el descubrimiento de los axiomas medios. En este sentido, la lógica aristotélica “sirve más para fijar y consolidar errores fundados en nociones vulgares, que para inquirir la verdad” 90 ; y (ii) Interpretación de la Naturaleza, que supone escapar de los axiomas sensoriales y de los hechos particulares, para llegar a principios más generales. Esta opción es más lenta y progresiva y es válida para estable- cer los principios que rigen la Naturaleza. Se refiere Bacon al método 90 Ibid. 1oo I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. inductivo. En síntesis, la diferencia no se basa en utilizar o no la ex- periencia sino en que la lógica aristotélica no alcanza a la Naturaleza real sino que solamente la “anticipa”, porque produce un salto hacia principios más generales, por lo cual solo se refiere a la “experiencia pasada”. Además se utiliza una experiencia superficial, unos pocos he- chos particulares y si se presenta algún hecho que no responde a los axiomas obtenidos de forma precipitada, se realiza alguna excepción frívola en vez de realizar una corrección del axioma contradicho por el caso particular. Bacon opina que hay algo en nuestra mente que nos inclina a elegir el error y el camino más fácil, por eso, antes de iniciar el método de la interpretación de la naturaleza, es necesario eliminar los prejuicios (los ídolos de la mente). Percibió que el razonamiento deductivo destacaba entonces a expensas del inductivo y creyó que, eliminando toda noción precon- cebida del mundo, se podía y debía estudiar al hombre y su entorno mediante observaciones detalladas y controladas, realizando genera- lizaciones cautelosas. Para ello, el estudio que el hombre de ciencia hace de los particulares debe realizarse mediante observaciones que deben validarse. Los científicos deben ser ante todo escépticos y no aceptar explicaciones que no se puedan probar por la observación y la experiencia sensible (empirismo). Los escritos de Bacon se engloban en tres categorías: filosó- fica, literaria y política. Sus mejores obras filosóficas son El avance del conocimiento (1605), un análisis sobre la conciencia de su propio tiempo, y Novum Organum o Indicaciones relativas a la interpretación de la naturaleza (1620). Su Novum Organum influyó mucho en la acep- tación en la ciencia de una observación y experimentación precisas. En esta obra mantenía que había que abandonar todos los prejuicios y actitudes preconcebidas, que llamó en griego eidola o ídolos, ya fueran la propiedad común de la especie debido a modos comunes de pen- samiento (“Idola tribu”) o propios del individuo (“Idola especus”); ya se debieran a una dependencia excesiva del lenguaje (“Idola fori”) o de la tradición (“Idola teatri”). Los principios que se plantean en Novum Organum tuvieron gran importancia en el subsiguiente desarrollo del empirismo. 1o/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA La filosofía de Bacon influyó en la creencia de que la gente es a la vez sierva e intérprete de la naturaleza, que la verdad no se deriva de la autoridad y que el conocimiento es fruto ante todo de la experien- cia. Se le reconoce haber aportado a la Lógica el método experimental inductivo, ya que anteriormente se practicaba la inducción mediante la simple enumeración, es decir, extrayendo conclusiones generales de datos particulares. El método de Bacon consistió en inferir a partir del uso de la analogía, desde las características o propiedades del mayor grupo al que pertenece el dato en concreto, dejando para una poste- rior experiencia la corrección de los errores evidentes. Este método representó un avance fundamental en el método científico al ser muy significativo en la mejora de las hipótesis científicas. SECCIÓN X. Poder, Política y República en Montaigne. La Libertad de Conciencia es un valor esencial. ¿Cómo articula Michel de Montaigne (1533-1592) Libertad y Política? Para Montaigne, la Libertad es lo fundamental. Refiere que su obra política ha sido escrita «en honor de la libertad y contra los tiranos». Se superponen y coinciden libertad religiosa y libertad po- lítica, opuestas a la intolerancia y a la tiranía. Estos son elementos esenciales en el Poder y su concepción sobre la Política y el Régimen establecido. Asimismo, concibe un elemento fundamental del Estado Moderno, en oposición al Estado Medieval: separar religión y Estado. Montaigne funda aquí una concepción laica del Estado mucho más allá del galicanismo, en la medida en que diferencia y separa dos órdenes: el de la religión, dominio privado, y el del Estado. Montaigne, por lo demás no deja de hacer notar en cualquier dominio la diversidad, la diferencia, la «différence», otra, en adición a Libertad, de las grandes palabras de su libro y en particular de su último capítulo «De la expe- riencia». La libertad de Montaigne son «sus» opiniones. Tras de «la» libertad o de «la libertad de elegir» (II, 17) lo que Montaigne plantea es «mi» libertad. En su libro los Essais (Ensayos, 1580), expresa: «la libertad de mi juicio», «de mis palabras» (III, 13 «De la experiencia»). Libre de cualquier a priori, la escritura de los Essais es audaz, incluso provocativa. 1o8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Montaigne es también un seguidor del Escepticismo. Trata de humillar al hombre y su razón orgullosa, el hombre no puede poseer la verdad absoluta, sino de una forma relativa llega a conocerse a sí mismo y al mundo. Todo es relativo, la religión cristiana la aceptamos porque es la que está en uso en nuestro país. Nuestra posición en la vida ha de ser la de defender la tolerancia ante los comportamientos y costumbres. La duda es la única vía que nos puede conducir a la tolerancia, pues no podemos llegar a verdades absolutas ni por nuestra costumbre, ni por nuestra razón, ni por nuestra sensación. Cualquier filósofo está impotente ante las debilidades de nuestra naturaleza, solo cabe adop- tar una duda alegre ante la vida. La vida ideal se apoya en un modelo humano común, con orden pero sin milagros ni extravagancias, el resto son complementos de nuestra vida. No podemos elevarnos por encima de nosotros mismos, hay algo más poderoso que la vida: la muerte; pero ésta no debe ser motivo de preocupación, debemos incorporarla a la vida. Filosofar es aprender a morir. ¿Qué es para él Libertad? Montaigne centra su teoría en la libertad y particularmente de la libertad individual, de creer y pensar. La libertad es asi la razón de ser de todo. En su libro establece que «la libertad de conciencia» es para él un valor esencial. La libertad por lo demás, y especialmente la libertad de pensamiento, constituye una de sus constantes, como materia, de la meditación filosófica y política. La libertad constituye la característica, la razón de ser, el motor, el genio. La categoría «libertad» es recurrente en su libro. Montaigne se opone a la servidumbre que era la racionalidad feudalista. Se integra en una ética de la justicia y del honor, de la responsabilidad. Montaigne habla así del «esplendor de la libertad», de manera que: «Si la acción no posee algún esplendor de libertad, no tiene gracia ni honor» (III, 9). Para Montaigne, al tratar de limitar al hombre y su razón orgullosa, el hombre no puede poseer la verdad absoluta, sino de una forma relativa llega a conocerse a sí mismo y al mundo. El texto «De la Libertad de Conciencia» (Essais, II, 19), desde su título se sitúa en el centro de la crisis religiosa intracristiana de la época. Es la reacción inmediata a los edictos de pacificación de 1576- 1577 promulgados por la monarquía. Asimismo, es la época de las 1o' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA persecuciones religiosas. Son cuatro años después de las masacres de protestantes que se habían producido durante la noche de Saint- Barthélemy, como reacción de la masacre de protestantes contra ca- tólicos, y en los meses siguientes, tanto en París como en provincias, esos edictos reanudan la política de tolerancia del edicto de enero de 1561 de Michel de L’Hopital y van más lejos: tras condenar explícita- mente los crímenes de 1572, reconocen la legitimidad de la libertad de conciencia y otorgan a los protestantes su libertad de culto, aunque con reservas y condiciones 91 . ¿Es el hombre un lobo para el hombre? Montaigne presen- ta como emblema de esa política de tolerancia al emperador Juliano, quien encarna una política de coexistencia entre religiones, que es la única solución a los conflictos sangrientos y una necesidad absoluta para lograr la paz y el bien de un Estado. Frente a una religión de la intolerancia y de la crueldad, Juliano (y Montaigne con él) propone el cálculo lúcido, tan generoso como eficaz de la paz religiosa: «Que cada cual sin impedimento y sin miedo sirva a su religión» (II, 19). Pues, recuerda también Montaigne, Juliano había experimentado: «por la crueldad de algunos cristianos, que no hay en el mundo bestia tan de temer como el hombre». La arquitectura del libro II reposa sobre este capítulo, cuya idea central adquiere relieve significante cuando se le encuadra entre dos ensayos simétricos contra la crueldad (y la maldad que con ellos se mezcla), con los que Montaigne expresa su horror 91 Los años siguientes desmienten las promesas de los edictos y las esperanzas de los pacifistas. Se endurecen los dogmatismos por ambas partes. El fanatismo provoca el caos mantenido, envenenado, por intereses materiales y por aspiraciones políticas, particularmente de los españoles que sostienen a los Guisa, cabezas del Partido Liguista Ultracatólico. Los Essais de 1588 con su audaz libro III y último se publican en medio de la más atroz confusión política, religiosa, intelectual y moral que hayan engendrado esas «guerras de Religión». Montaigne describe especialmente en las páginas del «De la va- nidad» y «De la fisonomía», la «monstruosa guerra», sus insensatos tumultos, los vicios, las violencias, las crueldades que se amparan mediante «el glorioso título de justicia y de devoción». La corrupción de la realidad, la perversión de valores, su inversión son demoledores: «No se puede imaginar un rostro peor de las cosas que aquel en que la maldad llega a ser legítima y toma con el permiso del magistrado el manto de la virtud» (III, 12). Las aberraciones se multiplican. Las imposturas se convierten en ley. Después de 1588, en una de sus incendiarias adiciones manuscritas, Montaigne añade: «La más extrema especie de injusticia, según Platón, es que lo que es injusto sea tenido por justo». (III, 12 – C) 1/0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. ante los crímenes contemporáneos. «Detesto cruelmente la crueldad», reitera. (II, 11). «Buscar la verdad». ¿Por qué tantos crímenes y tanto sufri- miento? ¿Qué justificación tienen? Ninguna, para Montaigne. La cul- pa incumbe sólo a los humanos. A la «petulancia desmesurada» del espíritu humano, fecundo en terroríficos dogmatismos, la guerra de religión es, en opinión de Montaigne, un atentado sacrílego contra el misterio divino. Sólo Dios posee la verdad. Al hombre le corresponde únicamente buscarla sin cesar. En esto reside la verdadera vocación humana, si se sabe comprenderla. En eso consiste su honor, si todavía se puede hablar de honor en un tiempo en que todo lo desmiente. «He- mos nacido para buscar la verdad: poseerla pertenece a una potencia mayor» (III, 8). SECCIÓN XI. Poder, Política y República en Rousseau. Para querer hace falta ser libre, otra dificultad no menor consiste en asegurar a la vez la libertad pública y la autoridad del gobierno ¿Cómo revoluciona Jean Jacques Rousseau (1712-1778) 92 el universo de la Política, del Poder y de la Republica? Rousseau es el principal filósofo de la Revolución Francesa, que es uno de los even- tos más importantes de la humanidad, con respecto a la revolución y radicalización de las ideas, del Poder, la Política, sistema político y de reorganización económica, ocurrida a fines del Siglo XVIII. Sus teorías son esenciales a la conformación de la nueva comunidad política que surge de la revolución y en la concepción de las republicas posteriores y por consecuencia de todos sus modelos integrados, entre ellos el económico. La obra Roussoniana integra en su cosmogonía además las categorías de unanimidad y pueblo, concebido éste como realidad que necesita ser protegida por las fuerzas del mal. Su Obra Contrato Social tiene una serie de elementos que pa- saron a ser parte de la primera constitución republicana. Las catego- rías libertad e igualdad, que no existen en el liberalismo inglés, son inseparables. La Ley es concebida como ser supremo, omnipotente y 92 Rousseau nació en Ginebra, Suiza, el 28 de junio de 1712. 1/1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA expresión de la voluntad general Reitera múltiples principios esencia- les, somos la supremacía del interés colectivo (bien común en Aristó- teles y en Santo Tomas de Aquino), identificado por Aristóteles como interés del Estado y primando sobre los intereses individuales. Valoriza la educacion de las virtudes civicas, especialmente concebidas como amor a la patria, asi como el reconocimiento del derecho imprescripti- ble de la resistencia frente a la opresion, que posteriormente retoman multiples constituciones republicanas. Rousseau distingue entre dos tipos de desigualdad: una na- tural o física establecida por la naturaleza, “y otra que puede deno- minarse desigualdad moral o política, pues depende de una especie de convención y está establecida, o cuando menos autorizada, por el consentimiento de los hombres. Esta última consiste en los diferentes privilegios de los que gozan unos en detrimento de los otros, como el ser más rico, más honrados, más poderosos que ellos o, incluso, ha- cerse obedecer” (Rousseau, 118). Lo esencial del método en el sistema Roussoniano se sintetiza en “las contradicciones del sistema social”, que se encuentran inserta desde sus dos primeras obras, Discurso Sobre las Ciencias y las Artes (1749-1750) y el Discurso sobre el Origen de la Desigualdad (1755): Para Rousseau, como para Aristóteles y Moro, el hombre es bondado- so por naturaleza. “Un ser mal hecho no va a salir de las manos del au- tor de las cosas”. Es el sistema social y específicamente la existencia del derecho de propiedad el que crea desigualdad y es inhumano. En efecto, Rousseau precisa que por naturaleza el hombre, que no ha sido tocado por la civilización, es bueno y sociable. Contra el planteamiento de Hobbes de un hombre asociado por temor a la maldad de los otros, Rousseau defiende ardorosamente la sociabilidad y voluntad general, que es la que tiene que decidir la ac- tuación. Precisa Rousseau que “del concurso y de la combinación que nuestro espíritu puede hacer de estos dos principios (luces y libertad), sin que sea necesario incluir el de la sociabilidad, me parece que se deducen todas las reglas del derecho natural; reglas que la razón está forzada luego restablecer sobre otros fundamentos cuando, a través de desarrollos progresivos, llega hasta recubrir la naturaleza” (Rous- 1/2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. seau, 115). Completa Rousseau que “Hobbes no ha visto que la misma causa que impide a los salvajes usar de su razón, como lo pretenden nuestros jurisconsultos, le impide al mismo tiempo abusar de sus fa- cultades, como él mismo pretende; de tal modo que podría decirse que los salvajes no son malos precisamente porque no saben lo que es ser buenos, puesto que no es ni el desarrollo de las luces, ni el freno de la ley, sino la calma de las pasiones y la ignorancia del vicio quienes les impiden hacer el mal” (Rousseau, 148). En síntesis, Rousseau efectúa una reformulación del sistema social, para hacer compatible la igualdad natural y el progreso tecno- lógico, convertido en degradación moral. En esencia, toda su filosofía esta compenetrada en estas tesis. Rousseau será siempre el filósofo de los pobres, de los humillados en la Revolución Industrial. En 1762, la publicación de El Contrato Social fue causa de su expulsión de Francia y se refugió en Neufchatel. Los planteamien- tos que hace Rousseau en esta obra eran la semilla de la Revolución Francesa y los principios de la República. En el plano político refiere la soberanía de la voluntad del pueblo; con relación al Poder, ubica a los soberanos como mandatarios del pueblo; y, en el contexto de sistema, afirma a la República como forma perfecta de gobierno. Así como la naturaleza da a cada hombre un poder absoluto sobre todos sus miembros, el pacto social da al cuerpo político un poder absoluto sobre todos los suyos. Señala Rousseau que cuando cada individuo enajena a su poder, sus bienes y su libertad por el pacto social hay que convenir también que sólo el soberano es juez en cuanto al uso que da la comunidad, pero el soberano, por su parte, no puede imponer a los súbditos ninguna cadena inútil para la comunidad. Tres categorías resumen los tres estadios del esquema de pensamiento de Rousseau: estado de Naturaleza, Sociedad Civil, Re- publica. Es una ampliación del planteamiento dicotómico estructural del contractualismo, en el caso de Hobbes, estado de naturaleza – so- ciedad civil. Rousseau crítica ese estado de naturaleza de Hobbes al señalar que “al ser el estado de naturaleza aquél en el cual el cuidado de nuestra conservación es el menos perjudicial para la del otro, este estado era en consecuencia el más adecuado para la paz y el más 1/J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA conveniente para el género humano (Rousseau, 148). Roussseau también está en desacuerdo con el supuesto ca- rácter violento del hombre en estado de naturaleza que le atribuye Ho- bbes. Considera Rousseau que “Hobbes pretende que el hombre es naturalmente intrépido y no busca otra cosa que atacar y combatir” (Rousseau, 124). Rousseau plantea que el hombre en estado de na- turaleza es tímido. Y concluye que “parece, así, que los hombres en tal estado, al no existir entre ellos ninguna clase de relación moral ni deberes comunes, no pudieron ser ni buenos ni malos, no tuvieron ni vicios ni virtudes” (Rousseau, 146). Para Rousseau la ley o derecho de naturaleza no es una im- posición, no es una cuestión dada. Señala que “todo lo que nosotros podemos ver con gran claridad respecto a esta ley es que, no sólo para que sea ley es preciso que la voluntad de aquél a quien obliga pueda someterse con conocimiento de ella, sino que es preciso tam- bién, para que sea natural, que hable de modo inmediato de la voz de la naturaleza” (Rousseau, 114). Rousseau precisa que por naturaleza el hombre, que no ha sido alcanzado por la civilización, es bueno y sociable. Rousseau defiende ardorosamente la sociabilidad y voluntad general, que es la que tiene que decidir la actuación. Expresa que “del concurso y de la combinación que nuestro espíritu puede hacer de es- tos dos principios (luces y libertad), sin que sea necesario incluir el de la sociabilidad, me parece que se deducen todas las reglas del derecho natural; reglas que la razón está forzada luego restablecer sobre otros fundamentos cuando, a través de desarrollos progresivos, llega hasta recubrir la naturaleza” (Rousseau, 115). ¿Cómo articula Poder y Legitimidad? Según Rousseau, la máxima del gobierno legítimo y popular que persigue el bien del pueblo es guiarse por la voluntad general. “el cuerpo político es también un ser moral dotado de voluntad. Esa voluntad general, tendente siempre a la conservación y bienestar del todo y de cada parte, es el origen de las leyes y la regla de lo justo y de lo injusto para todos los miembros del Estado, en relación con éste y con aquéllos” (Rousseau, 9). Rousseau señala que es la necesidad de proteger la propiedad lo que da nacimiento a la sociedad. Advierte Rousseau que “como para 1/4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. querer hace falta ser libre, otra dificultad no menor consiste en asegurar a la vez la libertad pública y la autoridad del gobierno. Buscad los moti- vos que llevaron a los hombres, unidos por sus mútuas necesidades en la gran sociedad, a estrechar su unión mediante sociedades civiles: no encontraréis otro que el de asegurar los bienes, la vida y la libertad de cada miembro mediante la protección de todos” (Rousseau, 13). Rousseau plantea la necesidad de regresar a las pequeñas agrupaciones sociales, es decir, reivindica el regreso a la Ciudad-Esta- do. Consideraba que el pueblo soberano no puede estar representado, que no puede delegar su autoridad ni sus derechos a gobernarse. El pueblo debe gobernar por sí mismo y directamente y, como supone que tal cosa sólo puede lograrse en una sociedad lo bastante pequeña para que todo el pueblo pueda concurrir a la Asamblea, vuelve otra vez a la Ciudad-Estado como la única forma en que los términos del con- trato social pueden ser cumplidos cabalmente. Y agrega Rousseau que “no basta con tener ciudadanos y con protegerlos; es preciso además cuidar de su subsistencia. Satisfacer las necesidades públicas es una consecuencia evidente de la voluntad general y el tercer debate esen- cial del gobierno” (Rousseau, 34). Establece que la voluntad popular es el único fundamento de la organización política. Es defensor de la soberanía popular que con- sidera debe ser expresada en Asambleas y niega la representación popular a la que considera ha de llevar fatalmente al dominio de la mayoría por los representantes populares. Según el autor las distintas formas de gobierno tienen su origen en las diferencias que se presen- tan entre los particulares en el momento de constituir el gobierno. “Si existía un hombre eminente en poder, en virtud, en riqueza o en crédi- to, en ese caso fue elegido él solo magistrado y el Estado se convirtió en monárquico. Si muchos, más o menos iguales entre sí, destacaban sobre los demás, entonces fueron elegidos de modo conjunto y surgió una aristocracia. Aquellos cuya fortuna o talentos eran menos desproporciona- dos y habían alejado menos del estado de naturaleza, conservaron en común la administración suprema y formaron una democracia. El tiempo verificará cuál de estas formas era la más ventajosa para los 1/· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA hombres” (Rousseau, 193). El concepto sociedad civil en Rousseau indica además de la condición política de los hombres asociados, el carácter progresivo y civilizado del vivir social moderno, contrapuesto a la sencillez del modo de vida natural de los salvajes. Para Rousseau la historia de la civilización precede y pone a la cabeza la institución de los estados. La sociedad civil de Rousseau resume primero lo econó- mico y lo técnico y finalmente lo político. Por eso el tercer momento del esquema del autor es la república. Para Rousseau el contrato es un órgano del pueblo, y está, por ende, desprovisto de poder independiente. El acto imaginario que da orígen a una sociedad no es ni siquiera remotamente semejante a un contrato, ya que los derechos y libertades de los individuos carecen en absoluto de existencia excepto en la medida en que los hombres son ya miembros de un grupo. Todo el pensamiento de Rousseau se basa en el hecho de que una comunidad de ciudadanos es única. Es una asociación, no un agregado, una personalidad moral y colectiva. El orden social, según Rousseau, es un derecho sagrado que sirve de base a todos los demás. Precisa que se trata de encontrar una forma de asociación que de protección a las personas y a los bienes de cada asociado, y por la cual, uniéndose cada uno a todos, no obedezca más que a sí mismo y quede tan libre como antes. En Rousseau, la sociedad deviene debido a la necesidad de proteger la propiedad. Pero también porque al convertirse en miembros de la sociedad, los hombres ganan individualmente más de lo que ga- narían permaneciendo aislados. En este caso, la sociedad sustituye el instinto por la justicia y da a las acciones de los hombres la moralidad que antes carecían. Precisa “en lugar de volver nuestras fuerzas contra nosotros mismos, unámoslas en un poder supremo que nos gobierne según sabias leyes, que proteja y defienda a todos los miembros de la asociación, rechace los enemigos comunes y nos mantenga en eterna concordia” (Rousseau, 180). La voluntad general representa un hecho único respecto a una comunidad. Esto es que la comunidad tiene un bien colectivo que no es lo mismo que los intereses privados de sus miembros. En cierto sentido, vive su propia vida, realiza su propio destino y sufre su propia 1/o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. suerte. Para Rousseau el estado o la ciudad es una persona moral cuya vida consiste en la unión de sus miembros. Es en la comunidad donde los hombres obtienen la libertad civil, que es un derecho moral y no meramente la libertad natural. SECCIÓN XII. Poder, Política y República en Voltaire. Fe en la Razón y en el Progreso Nadie tiene el deber de ser injusto, ni siquiera el Estado ¿Cómo articula François Marie Arouet (1694-1778),Voltaire, Razón con Poder? Voltaire reflexiona sobre la teoría del Poder, la Polí- tica, el género humano y sobre la economía, reducida esta al comercio y al progreso técnico. La única fe volteriana es la fe en la razón y en el progreso. La fe volteriana no admite salvación y por ello resulta poco práctica cuando se pretende trasladar su reflexión a la política o a la teología. Por ello Voltaire pasa por ser escéptico. Para Voltaire, el pri- mer deber del hombre es ser feliz y el primer deber de la filosofía es ayudarle a serlo. Nadie tiene nunca el deber de ser injusto. Ni siquiera el Estado. A diferencia de Rousseau, Voltaire no era optimista sobre el género humano. Ve la desigualdad como natural. Refiere que todos so- mos hombres, pero no miembros iguales de la sociedad. Contra el fácil optimismo no debiera olvidarse que el género humano tiene también una impresionante y absurda, pero obvia, fascinación por el mal. Para Voltaire, “tener igual derecho a la felicidad es para no- sotros la más perfecta y única igualdad” (“Discurso en verso sobre el Hombre”). La felicidad volteriana no es un estado de tranquilidad im- pasible, sino la momentánea e inestable recompensa de la acción. Los ingenuos no pueden ser felices. Con relación a su concepción econó- mica, refiere que el comercio es la única fuente de progreso conocida y que potenciarlo es el deber obvio de cualquier gobernante ilustrado. Para Voltaire, el progreso es irreversible e imparable. Además, a veces, confiaba en que el progreso material traería consigo progreso moral, es decir, tolerancia. Los críticos de la ilustración se han encarnizado con su ingenuidad. 1// IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA SECCIÓN XIII. Poder, Política y República en Mirabeau. ¿Cuáles son sus principales ideas sobre la Política, el Poder, el Estado? Honoré Gabriel Riquetti, conde 93 de Mirabeau (1749 - 1791) fue también un teórico y practico de la política. Fue un destacado acti- vista y teórico de la Revolución francesa, defensor de la democracia y de la monarquía constitucional y estableció bases de los principios de la revolución. En la Revolución destacó por su retórica apasionada y convincente, tanto oral como escrita. Destacó por su elocuencia, pues- ta al servicio de la causa revolucionaria, aunque era parte de la fac- ción moderada. Como Diputado del Parlamento de la República nacida de la Revolución francesa, defendió la instauración de una monarquía constitucional, limitada por una asamblea legislativa, inspirándose en el modelo británico y en los escritos de Montesquieu. Entre sus obras destacan Ensayo sobre el despotismo (1774), donde avanza los ideales de la Revolución Francesa; La Monarquía prusiana bajo Federico el Grande (1787), Cartas a Sofía (1792). Una de las obras que mejor recoge su pensamiento es “Des lettres de ca- chet et des prisons d´Etat”, donde recurre a las teorías de Montesquieu y Rousseau, para avanzar su pensamiento libertario. En 1786 se tras- lada a Prusia a las órdenes del gobierno monarquico francés. Desde allí se escribe periódicamente con Talleyrand. Todas estas cartas en clave, a través de las cuales criticaba la situación de Prusia, fueron editadas en un solo volumen: “Historia secreta de la Corte de Berlín”. Cuando, efectivamente, un régimen de monarquía constitu- cional avanzó en Francia, Mirabeau hizo el doble juego de intentar mantenerse como líder de la Asamblea Nacional (de la que llegó a ser presidente) y actuar en secreto como consejero de Luis XVI, de quien aceptó generosos pagos; pero su posición se veía socavada por la ac- ción de María Antonieta y el partido reaccionario de la corte. Su muerte debilitó las posibilidades de la monarquía constitucional, destruida dos meses más tarde por el fallido intento de la familia real de Luis XVI de escapar del país, traicionando al régimen revolucionario, en1791. 93 Reaccionó a la educación elitista recibida de su padre con un estilo de vida rebelde, que se interpreta como la causa que le incapacitó para liderar al sector reformista de la nobleza que apoyaba las ideas liberales. Pasó gran parte de su vida en prisión o huyen- do de la ley, tratando de vivir de la escritura, entre grandes dificultades económicas. En los Estados Generales de 1789, siendo rechazado por la nobleza, se hizo elegir diputado por el Estado llano. 1/8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. \AII1IIí VII: Práctica del Poder y de la Política en el Absolutismo. ¿Cuáles son los principales exponentes de la Práctica del Po- der en esta Era? El desarrollo teórico de la filosofía y de las ciencias en los siglos XV y XVI coexistió con la expansión de la práctica del absolutismo político. Teoría y práctica política se determinan, aunque con desfases de tiempo y espacio en la historia de la humanidad. En esta época, como corolario lógico, se consolida el Poder absolutista, el papel de la política, de los Estados y de la concepción mercanti- lista, profundizada por “descubrimientos” y conquistas en el planeta, que comienza a surgir como poder real y que crea condiciones para transformaciones futuras de la humanidad. Como referimos en el Ca- pítulo VI, en Inglaterra y Francia, los comerciantes fueron aliados de la centralización del poder, afectando a la nobleza feudal, contrario a la racionalidad dominante de los comerciantes en España, que se aliaron a los poderes feudales. Se valida una especie de correlación entre po- der económico y poder político, en el cual el primero es determinante. La centralización del Despotismo Monárquico en esta época no fue la única práctica política del Renacimiento, precisamente porque la concepción dominante es que sólo un poder centralizado, fuerte y sin apenas limitaciones, es capaz de controlar las fuerzas que tienden a la “disolución” de la sociedad y de los territorios o de los Estados- Nación. Simultáneamente a este proceso de centralización del poder político absolutista se amplía el poder de la racionalidad mercantilista en la economía de la época. La teorización sobre la justificación del poder centralizado fue aprovechada por la práctica del Poder. La teoría del derecho divino de los Reyes, las nuevas reflexiones sobre la naturaleza y las bases de la socie- dad política, el desarrollo de la conciencia nacional, las nuevas reflexiones sobre ley natural y derechos naturales, la reconsideración de la relación de la Iglesia con el Estado y el desarrollo de las teorías económicas, con- tribuyeron a crear nuevas condiciones de la práctica del poder político y son el preludio del Estado Moderno. Para dar paso a este nuevo tipo de Estado, el despotismo se profundiza. En este Capítulo sintetizamos la práctica política de los Medici, Richelieu, Luis XIV, Enrique VIIII. 1/' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA SECCIÓN I. Poder y Política en Los Médici ¿En qué forma contribuyeron los Médici o Médicis 94 a la con- cepción del Poder y de la Política? Los Medici fueron una poderosa e influyente familia florentina en los siglos XV y XVI, que consolido poder político, religioso, económico e ideológico en toda la República y contribuyeron al Renacimiento, por su posición de mecenas. Produjo numerosos dirigentes políticos de Florencia, miembros de familia real y feudal, papas, cardenales, concentraron riquezas que se iniciaron en la banca 95 y también contribuyeron al desarrollo del idioma italiano y como mecenas apoyaron las artes, entre ellas la pintura, escultu- ra, arquitectura, las ciencias y las reflexiones políticas. La Academia Platónica Florentina fue también apoyada por esta familia poderosa. Asimismo, esta familia ejecutó una intensa actividad diplomática e in- cluso militar. Fueron proclives al equilibrio entre los estados italianos e hicieron todo lo posible para evitar intervenciones extranjeras. En el plano artístico, durante el siglo XV en Italia hace su apari- ción un nuevo tipo de mecenas como consecuencia del individualismo que introducen los importantes cambios que se producen en la eco- nomía. Política, economía y producción artística, como signo y valor de imagen y representación del poder, se hallan íntimamente unidos. Esta simbiosis es tan intensa que, en determinadas ocasiones, el arte se entiende como actividad y una proyección que persigue fines no 94 La raíz del apellido es incierta, reflejando posiblemente la profesión de “médico” 95 El poderío inicial de la familia surgió de la banca. El Banco Medici fue uno de los más prósperos y respetados en Europa. Con esta base económica, adquirieron poder político inicialmente en Florencia, y luego en toda Italia y Europa. Comenzó la influencia familiar sobre el gobierno florentino, pero los Medici se convirtieron en cabeza oficiosa de toda la República. Entre los miembros más notables de esta familia, citaremos a: Salvestro Medici (1331 - 1338), quien lideró el asalto contra la revuelta de los ciompi, convirtiéndo- se en dictador de Florencia, hasta su expulsión en 1382; Juan di Bicci de Medici (1360 - 1429), restauró la fortuna familiar, convirtiéndola en la más rica de Europa; Cosme el Mayor (1389 - 1464) fundador de la dinastía política familiar; Lorenzo de Medici, apodado “Lorenzo el Magnífico” (1449 - 1492 ), dirigente de Florencia durante la edad de oro del renacimiento; León X, Juan de Medici (1475 - 1523), Papa; Clemente VII, Julio de Medici (1478 - 1534), Papa; Cosme I, Cosme el Grande (1519 - 1574), primer Gran Duque de Toscana, restauró el brillo familiar; Catalina de Medici (1519 - 1589), reina de Francia; León XI - Alejandro Octaviano de Medici (1535 - 1605), Papa; María de Medici (1573 - 1642), Reina y regente de Francia; Ana María Luisa Medici (1667 - 1743), la última de la línea familiar. 180 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. solamente estéticos sino de empresa: políticos, económicos o diplomá- ticos. De ahí que el arte pase a convertirse en un nuevo instrumento al servicio de unas exigencias radicalmente distintas a las que habían promovido su desarrollo en la época preexistente. La diferenciación estilística de las empresas, los artistas que trabajaron para un determinado mecenas, la calidad, número y orienta- ción de las obras que componían una colección, se entendieron como el sello del comitente y como uno de los rasgos de identidad para defi- nir su imagen. Ello determinó que estos programas artísticos cumplie- ran funciones políticas, ideológicas y de representación del Poder. En relación con este fenómeno parecen estar en contradicción algunos aspectos que fueron objeto de crítica en la época, como es la calificación de lujo y dispendio innecesarios con que se juzgaron muchos de estos programas artísticos. Sin embargo, esta idea se co- rresponde más con una mentalidad conservadora que con la de los hombres que llevaron a cabo estas empresas artísticas. Estos progra- mas fueron realizados mediante el flujo de dinero de nueva formación y no con el procedente de viejas fortunas. De hecho, existió una corres- pondencia directa y evidente entre el nuevo hombre de empresa, los nuevos rumbos y beneficios de la economía y los nuevos programas artísticos. El deseo de eternizar un nombre era ya más fuerte en Flo- rencia que en otros lugares y dio como fruto grandiosos monumentos. El nombre de los Medici había sido perpetuado en muchas más oca- siones que el de cualquier otra familia florentina esencialmente por el puesto importantísimo que ocuparon en la cultura y en el patrocinio de las artes. Aún en el Poder Político, Lorenzo continuó ocupándose de los asuntos de su Banco, base principal del poder familiar. La maravillosa plenitud del Renacimiento Florentino -que pos- teriormente fue Renacimiento Italiano y más tarde Renacimiento Euro- peo, tuvo en Lorenzo de Medicis 96 su protagonista, su epicentro tem- poral y simbólico. Con su poder, obra e influencia, llenó toda la historia italiana civil e intelectual del último tercio del siglo XV. Contaba apenas 96 El 1 de enero de 1449 nació en Florencia Lorenzo de Medici, con el nombre de Lo- renzo el Magnífico. Nieto de Cosme el Viejo, pater patriae, padre del futuro León X, tío de Clemente VII, amigo de Poliziano y de Pulci, filósofo contemporáneo de Pico de la Mirandola, protector de Botichelli y de Miguel Ángel. 181 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA diecisiete años cuando su padre, Pedro el Gotoso, le envió, como em- bajador extraordinario a Milán, encontrándose a los veinte años, en 1469, junto con su hermano Julián, al frente del Estado. En 1478, que coincide con la conspiración de los Pazzi, que terminó con la vida de Julián, Fernando, rey de Nápoles, declara la guerra a los florentinos, y, dos años más tarde, Lorenzo parte solo y desarmado, casi a escon- didas, para Nápoles, con peligro de ser apresado y muerto, logrando alcanzar la paz. Historiadores coinciden en alabar en él al prudente conciliador de los asuntos italianos, que supo ser también el “fiel de la balanza política”, que frenaba rivalidades peligrosas y ponía fin a guerras fu- nestas. Si hubiera vivido más tiempo, porque murió a los 43 años, en el mismo ano del “descubrimiento” de América en 1492, quizá hubiera logrado, igualmente, impedir la invasión de Carlos VIII, origen de to- das aquellas dominaciones extranjeras que se enseñorearon de Italia hasta finales del siglo XIX. Sin embargo ha sido la historiografía y la novela del siglo XIX las que han presentado a Lorenzo como un tirano de su patria, un hipócrita, un sanguinario y un corruptor. La Florencia de fines del Siglo XIV principios del XV, había demostrado que no era posible en aquella ciudad envidiosa, rebelde y turbulenta, el libre juego de la libertad republicana, toda vez que las camarillas o familias más poderosas se disputaban, por todos los medios, más ilícitos que lícitos, violentos que pacíficos, la hegemonía. Era, por tanto, inevitable que una de estas familias, la más rica y poderosa, conquistase el predomi- nio sobre las demás. SECCIÓN II. Poder y Política en Richelieu. ¿Cuál fue su legado al Poder, al Estado y al desarrollo de la historia? Armand-Jean du Plessis, cardenal-duque de Richelieu (París, 1585–1642) 97 , es el ejemplo occidental de la concentración del poder 97 Nombrado obispo en 1607, ingresó en la política, convirtiéndose en Secretario de Es- tado en 1616. Richelieu pronto alcanzó gran poder en la Iglesia católica y en el Reino de Francia, convirtiéndose en cardenal en 1622 y en el primer ministro del Rey Luis XIII en 1624. Permaneció en el cargo hasta su muerte en 1642, siendo sucedido por el también cardenal Jules Mazarin. 182 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. político y del poder religioso, que -en el contexto del poder feudal- logro imponer la primacía del Interés del Estado-Nación en la política inter- nacional denominada posteriormente y como estrategia británica, el Balance de Poder. Ésta Política es fundada en el interés de la nación, y fue exitosa durante más de dos centurias entre las cinco potencias de la época (Francia, Italia, Austria, España, Inglaterra), limitando las guerras expansionistas entre ellas y creando un Estado fuerte, preludio de la he- gemonía francesa. Paradójicamente, a pesar de su pensamiento centra- lizador del Poder, la Política y la Economía, Richelieu fue un Reformador y creador de bases del Estado moderno. Con la política del Interés de la Nación, logro mantener el régimen monárquico histórico y el Poder Económico de su imperio. Richelieu sentó en efecto las bases del futuro Imperio Colonial Francés y de su posición como potencia en Europa. ¿Cuáles fueron sus principales éxitos? Desde la “introducción” de este libro referimos que como primer ministro de Francia, consolidó la monarquía francesa luchando contra las diversas facciones domés- ticas. Para contrarrestar el poder de la nobleza, transformó Francia en un fuerte Estado Centralizado. Su política exterior fundamental fue contrarrestar el poder de la dinastía austro-hispánica de los Habs- burgo, entonces reinante en España y en el Sacro Imperio Romano Germánico. Para ello, aún siendo ministro católico, no dudó en aliarse con los protestantes para alcanzar dicho objetivo. Fue particularmente notoria su intervención en la Guerra de los Treinta Años, que terminó con la Paz de Westfalia. Su apoyo a la expansión colonial de ultramar le hizo fundar asentamientos en Nueva Francia, Guadalupe, Guayana, Martinica, Senegal, Madagascar y Reunión. Su legado es sin duda universal. Prevalecieron sus ideas de una nación fuerte y una política exterior de diplomacia agresiva, que fueron la base de los Estados modernos. Es aceptado que las actuales nociones de soberanía nacional e internacional derivan de sus teorías aplicadas en la Paz de Westfalia. La época de Richelieu fue un momen- to crucial de reforma en Francia. Al iniciar su mandato, la estructura política del país era básicamente feudal, con una nobleza poderosa y una gran variedad de leyes según el territorio. Las diferentes facciones nobles conspiraban periódicamente contra el rey, poseían sus propios 18J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA ejércitos y se aliaban con potencias extranjeras. Esta política cedió a la estrategia de un estado centralizado, bajo el poder del Cardenal. Los intereses locales o religiosos fueron subordinados a los nacionales, re- presentados por el Rey. Esta era Richelieu fue clave en política exterior para Francia, que, bajo dirección de Richelieu, contuvo la influencia de la Dinastía de los Habsburgo. Richelieu no sobrevivió para ver el final de la Guerra de los Treinta Años que, sin embargo, terminó con la de- cadencia del Sacro Imperio y el ascenso de Francia. Los éxitos del Cardenal fueron muy importantes para el suce- sor de Luis XIII, Luis XIV. Éste continuó la obra de Richelieu, creando una monarquía absoluta, promulgando leyes en contra de la antaño poderosa aristocracia y eliminando todo rastro del poder hugonote con el Edicto de Fontainebleu. Luis XIV llevaría a cabo una exitosa política exterior gracias a su victoria en la Guerra de los Treinta Años, que es- tableció la hegemonía francesa. Dicha hegemonía perduraría hasta el fin del siglo XVIII. ¿Cuáles son las principales críticas a su legado? Richelieu es, asimismo, conocido por la manera autoritaria que usó para conservar el poder. Algunas de las acciones que realizó para este fin fueron la censura de la prensa, la creación de una red de espionaje interior, la prohibición de la discusión de asuntos políticos en asambleas públicas como el Parlamento de París (una corte de justicia) y la persecución y ejecución de rivales políticos. El historiador y filósofo canadiense John Ralston Saul se refirió a Richelieu como «el padre del Estado moder- no, el poder centralizado [y] de los modernos servicios secretos». Los motivos del Cardenal han sido debatidos entre historiadores. Mientras unos lo perciben como un patriota monárquico, otros lo conceptualizan como un cínico sediento de poder. Voltaire incluso sostuvo que Riche- lieu causó guerras para ser indispensable al Rey. SECCIÓN III. Poder y Política en Luis XIV El Estado soy yo. ¿Cuál es su concepción y su legado al Poder y a la Política? El 184 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. reinado de este monarca 98 , conocido como el «rey Sol», marcó uno de los momentos culminantes de la historia francesa, tanto desde el punto de vista político y de centralización del Poder, como cultural y econó- mico. Fue el máximo representante del absolutismo monárquico, que resumió en la frase «El Estado soy yo» y es además un ejemplo histó- rico de contradicciones existentes en el seno del Absolutismo, entre el poder monárquico y la nobleza feudal, así como del ascenso al poder de la burguesía naciente, mediante alianzas con el poder monárquico. Demuestra asimismo que el cambio de poder político, modifica las rela- ciones económicas y viceversa. Existe sobre determinación de ambas variables, independientemente que lo económico es determinante, en circunstancias y espacios. A la muerte de Mazarino (1661), Luis XIV decidió ejercer per- sonalmente el Poder. Su concepto de una monarquía de derecho divi- no (expuesta por Bossuet en su Política, extraída de la Biblia, 1679) le convertía en un auténtico representante de Dios en la Tierra, y en encarnación viva de todo el reino. Dueño de un poder absoluto, su persona y su voluntad adquirían un carácter sagrado e inviolable. Im- buido de estas ideas, se esforzó por controlar todas las actividades del 98 Hijo y sucesor de Luis XIII y de Ana de Austria, nació en Saint Germain-en-Laye el 5 de septiembre de 1638. A la muerte de su padre (1643), Luis se convirtió en rey con cinco años, bajo la regencia de su madre, Ana de Austria, quién confió el gobierno al cardenal Mazarino, el cual siguió la política de Richelieu, fundada en el interés de la nación y el ba- lance del poder. El joven soberano creció solitario y descuidado por su madre, que le in- culcó una religiosidad formalista e intransigente. En 1648, los nobles y el Parlamento de París se aliaron contra el poder de Mazarino (guerra de la Fronda), obligando a la familia real a llevar una existencia errante, que forjó el carácter del monarca y su determinación de imponer su autoridad sobre las demás fuerzas del reino. La victoria de Mazarino sobre los rebeldes (1653) permitió al ministro pacificar el país y construir un formidable aparato estatal que luego emplearía su pupilo, al que también inculcó el gusto por las artes y la ceremonia. En 1654, Luis XIV fue consagrado en Reims, y pronto asumió sus deberes militares en la fase final de la guerra contra España <entrada en Dunkerque, 1658). Siguiendo las directrices de Mazarino, la paz con España se selló en los Pirineos (1659) mediante el matrimonio de Luis XIV con María Teresa de Austria, hija de Felipe IV. Precisamente su gobierno absolutista termina con la crisis de la Fronda en la cual la alta nobleza junto con la burguesía consiguieron mandar al destierro del cardenal Richelieu. A partir de aquí, Luis XIV es declarado mayor de edad y comienza la decadencia de la alta nobleza y el favorecimiento de la burguesía, que en virtud del reglamento del 1673 pudo acceder al Consejo de Estado. Luis XIV comenzó a absorber totalmente el poder en base al fundamento de las teorías sobre absolutismo de Juan Bodino y Tomas Hobbes 18· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA gobierno, desde la regulación de la etiqueta cortesana hasta las refor- mas económicas o las disputas teológicas. Para estas tareas se rodeó de un grupo de eficaces ministros y colaboradores (Le Tellier, Colbert, Vauban, Bossuet, Louvois, etc.), casi todos teóricos de la economía, elegidos preferentemente entre la burguesía- poder en ciernes-, y, por tanto, más dóciles a sus deseos que los levantiscos nobles. Este avance del Poder de la burguesía naciente refleja con- tradicciones existentes entre la racionalidad del poder centralizado de Luis XIV y el poder local de la nobleza feudal. Su primera preocupa- ción fue someter a su autoridad a los demás poderes del reino: los es- tados generales (parlamentos) no fueron convocados en sus 54 años de gobierno efectivo, mientras las asambleas locales eran suprimidas o privadas de competencias. Reformó la administración, auxiliado por Colbert y Le Tellier, centralizando el gobierno por medio de un Consejo y varias Secretarías de Estado (Guerra, Asuntos Exteriores, Casa del Rey, Asuntos Religiosos), y las finanzas, a través de un Consejo Real. La administración territorial se confió a intendentes sometidos a un es- trecho control monárquico. La nobleza, fuente de constantes rebeliones en los decenios precedentes y que modificaba las relaciones de poder intrareinado, fue excluída de los órganos de gobierno, aunque se le reconocieron pri- vilegios sociales y fiscales, para evitar rebeliones. Pero el paso más importante en su «domesticación» fue atraerla a la corte. Los aristócra- tas acudieron al entorno real en busca de pensiones y honores, y se alejaron cada vez más de sus bases locales de poder. Los tremendos gastos de la brillante vida cortesana impuesta por el rey mermaron el poder económico de los nobles, que acabaron dependiendo del favor real para mantener su nivel de vida, lo que aseguró su docilidad. Política, Poder, Arte y Economía también se articularon en su reinado. La protección a las artes que ejerció el soberano fue otra fa- ceta de su acción política. Los escritores Moliére y Racine, el músico Lully o el pintor Rigaud ensalzaron su gloria, como también las obras de arquitectos y escultores. El nuevo y fastuoso palacio de Versalles, obra de Le Vau, Le Brun y Le Notre, fue la culminación de esa políti- ca. Al trasladar allí la corte (en 1682), se alejó de la insalubridad y las 18o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. intrigas de París, y pudo controlar mejor a la nobleza. Versalles fue el escenario perfecto para el despliegue de pompa y para la sacralización del soberano. Todos esos gastos fueron posibles gracias a las refor- mas económicas promovidas por Colbert, dentro del espíritu mercan- tilista. Además de aumentar y mejorar la percepción de impuestos, se crearon manufacturas reales y compañías comerciales, se desarrolló la marina y se construyeron puertos, caminos y canales que facilitaron las comunicaciones y favorecieron el comercio. En la visión de Luis XIV, el desarrollo interior debía ir parale- lo a la grandeza exterior, centrada en la expansión territorial. Por sus enormes recursos y la potencia de su ejército, Francia podía aspirar a hacer efectivo el puesto hegemónico en Europa que había perdido España. Precisamente, la guerra de Devolución (1667-68) arrebató a los Austríacos parte de sus posesiones en los Países Bajos, aunque la presión inglesa y holandesa obligó a Francia a renunciar tempo- ralmente a sus pretensiones. La hostilidad contra Holanda se incre- mentaba por la rivalidad marítima mercantil, y Luis XIV decidió castigar sus intromisiones invadiéndola (1672-78). Pronto, Austria y España se coligaron en apoyo de Holanda. La paz de Nimega (1679) amplió las fronteras de Francia por el Norte y el Este, rápidamente fortificadas por Vauban, aunque Holanda logró mantener su independencia y su poder comercial. Por esta misma época se produjo la «crisis de las regalías» (1673-75), el primer enfrentamiento con el papado. El afán regio por someter a la Iglesia francesa a su autoridad, al margen de Roma (gali- canismo), culminó en una amenaza papal de excomunión, cuando Luis XIV pretendió percibir las rentas de los obispados (regalías). 1682 marcó el apogeo del reinado de Luis XIV. Victorioso en Europa, todopoderoso en la nueva corte de Versalles, una asamblea del clero de Francia aprobó el edicto de los «cuatro artículos», que proclamaba la independencia del poder real respecto al Papa. Por otra parte, el fallecimiento de la reina (1666) y de Colbert (1683), sustituido por el belicoso Louvois, desataron en el monarca impiedad, que se tra- dujo, en estos momentos, en la persecución de toda disidencia religio- sa en el reino. La revocación del Edicto de Nantes (1685) significó el fin de la tolerancia con los protestantes (hugonotes), y los que no se con- 18/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA virtieron tuvieron que exiliarse. La pérdida de una importante minoría de artesanos, comerciantes y financieros tuvo graves consecuencias para el reino. También se persiguió a los jansenistas, católicos críticos (destrucción de Port Royal, 1709-11). Estos hechos lograron profundi- zar todavía más la enemistad tanto de Roma como de los protestantes de Holanda e Inglaterra, donde el católico Jacobo II Estuardo había sido destronado en 1688. Después del ascenso, se produce la caída del reinado, que no se efectúa necesariamente en una coyuntura específica, sino que es el resultado de un largo proceso histórico acumulado de crisis, contradic- ciones y antagonismos. Los problemas comenzaron cuando Luis XIV emprendió su política de «reuniones», anexando territorios en torno al Rhin con pretextos jurídicos más o menos sólidos (1688), al tiempo que apoyaba a los Estuardo en sus intentos por recuperar el trono y dis- putaba a ingleses y holandeses el dominio de los mares. La hostilidad general europea se tradujo en una Gran Alianza (Holanda, Inglaterra y el Imperio). A pesar de las victorias iniciales, la muerte de Louvoís (1691) y el progresivo agotamiento del país, rodeado de enemigos, provocaron la ruina de las pretensiones francesas. En la paz de Ryswick (1697), Luis XIV tuvo que renunciar a gran parte de sus adquisiciones, además de reconocer como rey de Inglaterra al odiado Guillermo III de Orange, al que ya se habla enfrentado en la invasión de Holanda. También hubo de doblegarse ante Roma y abolir los cuatro capítulos galicanos (1693). ¿Cuáles son las condiciones del contexto de la caída del rei- nado? La encuesta de 1698 reveló el estado de postración económica del reino. Luis XIV intentó restaurar las finanzas y se rodeó de un nue- vo grupo de colaboradores (ChamiIlard, Torc Desmaretz) más leales y menos brillantes que sus predecesores. Pero la recuperación eco- nómica fue impedida por una nueva campaña exterior. Al morir Carlos II de España sin herederos había nombrado sucesor al duque Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV. Aquél aceptó la herencia, pero se negó a renunciar a sus derechos al trono francés, lo que provocó la inmedia- ta hostilidad de Inglaterra y Holanda, temerosas de la eventual unión entre la potencia continental de Francia y el imperio colonial español. Por tanto, apoyaron las pretensiones del candidato austriaco Carlos de Habsburgo, hijo del emperador Leopoldo. 188 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. La Guerra de Sucesión española (1701-15) se convirtió en un nuevo conflicto europeo. Los esfuerzos que exigió fueron fatales para Francia, que estuvo a punto de perder todos los territorios que había ganado en la centuria anterior. Las últimas victorias francesas en Vi- llaviciosa (1710) y Denain (l7l2) y el agotamiento general de los con- tendientes, permitieron a Francia alcanzar una paz honrosa en Utrecht (1713). Felipe V fue reconocido como rey de España, y Francia retuvo varios territorios en Flandes y el Rhin, aunque se evidenció la pérdida de su hegemonía en Europa. Retirado en Versalles y privado de sus herederos directos, Luis XIV intentó asegurar la sucesión para su “hijo ilegítimo”, el duque de Maine. Pero a su muerte (1715), su sobrino el duque de Orleans logró que el Parlamento de París anulara el testa- mento y actuó como regente de Luis XV, el bisnieto del Rey Sol. SECCIÓN IV. Poder y Política en Enrique VIII ¿Cómo articulo Poder y Estado? El enfrentamiento ente el Po- der Político monárquico y el Poder Político religioso tiene su particula- ridad en Enrique VIII (Greenwich, 1491 - Westminster, 1547), fortale- ciendo el Estado centralizado, basado en la expansión del reinado y extensión del poder económico por confiscación de propiedades a la iglesia católica romana, invasiones y guerras. Este proceso se efectúa paradójicamente a un apoyo a las artes. El reinado de Enrique VIII en efecto se caracterizó por un for- talecimiento de la autoridad real y autoerigirse en cabeza de la religión anglicana, por ruptura con el Papa, y someter por entero a la Iglesia inglesa; lo que no impidió la consolidación del Parlamento, a la vez como instrumento de la política del rey y como órgano representativo del reino. Inglaterra aumentó su protagonismo en Europa, apoyado por el crecimiento de su marina de guerra y por una política exterior domi- nada por la búsqueda del equilibrio entre las potencias continentales, o balance de poder, que el Cardenal Richelieu en Francia propulsó: primero luchó contra Francia aliándose con Carlos V, pero cuando le pareció que éste alcanzaba un poderío excesivo, se alió contra él al lado de Francisco I (1525). Otro capítulo importante fueron sus campa- 18' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA ñas victoriosas contra Escocia en 1512-13 y en 1542-45, que no fueron suficientes para unificar Gran Bretaña bajo su poder. Rey de Inglaterra, perteneciente a la dinastía Tudor, sucedió a su padre, Enrique VII, en 1509. Este príncipe culto e inteligente empleó su brillantez contra la reforma protestante lanzada por Lutero en 1520, mostrándose enérgico «defensor de la fe» católica (título que le dio el papa León X por el Tratado de los siete sacramentos que escribió en 1521). Pero esta situación cambiaría a raíz del conflicto desatado con la Iglesia por el problema sucesorio: el primer matrimonio del rey con la viuda de su hermano, Catalina de Aragón, no le había dado herederos varones, por lo que Enrique VIII pidió al papa la anulación del matri- monio so pretexto del parentesco previo entre los cónyuges (1527); el Papa, prisionero de Carlos V (que era sobrino de Catalina), negó la anu- lación y Enrique VIII decidió romper con Roma, aconsejado por Thomas Cranmer y Thomas Cromwell. Para ello, Enrique VIII utilizó argumentos obtenidos de diversas universidades europeas, dictámenes favorables a su divorcio (1529); y aprovechó el descontento reinante entre el clero secular inglés por la excesiva fiscalidad papal y por la acumulación de ri- quezas en manos de las órdenes religiosas para hacerse reconocer jefe de la Iglesia de Inglaterra (1531). En 1533 hizo que Cranmer (a quien había nombrado arzobispo de Canterbury) anulara su primer matrimonio y coronara reina a Ana Bolena, dama de honor de Catalina, con quien se había casado en secreto. El papa Clemente VIII respondió con la excomunión del rey, a la que Enrique VIII opuso el cisma de la Iglesia de Inglaterra, aprobado por el Parlamento (Ley de Supremacía, 1534). La Iglesia de Inglaterra quedó desligada de la obediencia de Roma y convertida en una Iglesia nacional independiente cuya cabeza era el propio rey, lo cual permitió a la Corona expropiar y vender el pa- trimonio de los monasterios; los católicos ingleses que permanecieron fieles a Roma fueron perseguidos como traidores (y ejecutado su prin- cipal exponente, Thomas Moro, en 1535. Sin embargo, Enrique VIII no permitió que se pusieran en entredicho los dogmas fundamentales del catolicismo (dictando los «seis artículos» de 1539); aunque no pudo evi- tar que, después de su muerte, Cranmer realizara la reforma de la Iglesia anglicana que la situó definitivamente en el campo del cristianismo pro- 1'0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. testante, con la introducción de elementos luteranos y calvinistas. 99 El segundo matrimonio del rey también acabó de forma des- graciada, pues Enrique VIII se deshizo de Ana Bolena haciéndola eje- cutar acusada de adulterio para casarse con una tercera mujer, Juana Seymour (1536). Fallecida ésta de parto al año siguiente, el rey volvió a casarse con Ana de Cleves para fortalecer la alianza de Inglaterra con los protestantes alemanes (1540). La repudió antes de un año para to- mar por quinta esposa a Catherine Howard, a la que mandó ejecutar en 1542. Su sexta mujer fue, desde 1543, Catherine Parr, que habría de so- brevivirle. Para la época de su casamiento con Jane Seymour, Enrique concedió su aprobación a la Constitución de Gales (1535–1542), que la anexó legalmente con Inglaterra, haciendo de ambas un sólo país. El Acta decretó el uso exclusivo del inglés para los procedimientos oficiales en Gales, contrariando a los numerosos hablantes del reino. Enrique VIII continuó la persecución de sus oponentes religio- sos. En 1536 se desató en el norte de Inglaterra la revuelta conocida como la “Peregrinación de Gracia”. Para aplastar a los católicos roma- nos rebeldes, Enrique VIII concedió poderes al Parlamento, y decretó un perdón general a todos los involucrados. No cumplió ninguna de sus promesas y una segunda revuelta se inició en 1537. Los líderes de la rebelión fueron acusados de traición y ejecutados. En 1538 Enrique or- denó la destrucción de los santuarios de todos los santos de la Iglesia Católica romana, y para 1538, todos los monasterios existentes habían sido disueltos, y sus propiedades transferidas a la corona. Como re- compensa por su eficiencia, Thomas Cromwell fue nombrado Conde de Essex. Abades y priores perdieron sus escaños en la cámara de los lores, y sólo los arzobispos y obispos formaron la representación eclesiástica del cuerpo. Los “lores espirituales”, como se conocía a los miembros del clero con lugares en la cámara de los lores, fueron por primera vez superados en número por los lores temporales. Al morir Enrique VIII le sucedió en el Trono su único hijo varón, Eduardo VI, nacido del matrimonio con Juana Seymour, que contaba 99 También promulgó legislaciones trascendentes, como las varias actas de separación con la Iglesia de Roma, de su designación como cabeza suprema de la Iglesia de In- glaterra, las Union Acts de 1535 y 1542, que unificaron a Inglaterra y Gales como una sola nación, la Buggery Act de 1533, primera legislación contra la...... en Inglaterra, la Witchcraft Act de 1542, que castigaba con la muerte la brujería. 1'1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA sólo nueve años; muerto éste en 1553, se abrió un periodo de reacción católica bajo el reinado de María I, hija mayor de Enrique VIII (nacida de su matrimonio con Catalina de Aragón). Al morir ésta en 1558, ocu- pó el Trono otra hija de Enrique VIII, Isabel I (nacida del matrimonio con Ana Bolena). Bajo el Acta de Sucesión de 1544, la corona fue hereda- da por el único hijo varón, Eduardo, que se convirtió en Eduardo VI, como primer monarca protestante de Inglaterra. Con sólo nueve años de edad, no podía ejercer por sí el poder, que recayó en un consejo de regencia formado por dieciséis miembros elegidos según el testamento de Enrique VIII. El Consejo eligió a Eduardo Seymour, Duque de So- merset y hermano mayor de Jane, como lord protector del reino. En la eventualidad que Eduardo no tuviera hijos, sería sucedido por la hija de Catalina de Aragón y Enrique VIII, María. Si ésta a su vez no tenía descendencia, la corona real la heredaría la hija de Ana Bolena, Isabel. Finalmente, si Isabel moría sin descendencia, sería sucedida por los descendientes de María Tudor, la fallecida hermana de Enrique VIII El legado de Enrique VIII es diverso y contradictorio. Desde el desarrollo de las artes, persecuciones religiosas, invasiones, guerras, expansión del imperio. Asimismo, Enrique VIII es tradicionalmente re- cordado como uno de los fundadores de la Armada Real. Hay buenas razones para esto, ya que durante su reinado se desarrollaron varias batallas navales, y fundamentalmente, se invirtieron importantes recur- sos en la construcción naval, incluyendo varios grandes navíos como el Mary Rose, y en la innovación tecnológica, como el uso de artillería a bordo. A pesar de esto, Enrique VIII no legó a sus sucesores una armada orgánica, con estructuras, rangos, etcétera. Su sucesor tuvo que improvisar sobre la base de navíos privados para luchar contra la armada española, y en realidad, en un sentido completo, la armada británica recién se constituyó como producto de la rivalidad anglo-ho- landesa en el siglo XVII. Por su ruptura con la Iglesia Católica Roma- na, Enrique VIII inició el escenario de grandes invasiones españolas o francesas. Para proteger las costas edificó numerosas defensas como el Castillo de Dover y otras fortificaciones y guarniciones de artillería. Muchas de estas construcciones se efectuaron con recursos y material obtenidos de la demolición de monasterios. 1'2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. 1'J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA 'I\I!IA IAI1I Teoría y Práctica del Poder, Política, Estado y Democracia en la Historia: Construcción de Civilizaciones desde el PostAbsolutismo Inmediato hasta el Siglo XXI Esta segunda parte se concentrará en la reflexión teórica y práctica sobre el poder, política y democracia desde la era moder- na del postabsolutismo inmediato hasta la actualidad. Este aporte es esencial para una mayor aprehensión del contexto ideológico político y del pensamiento económico occidental, edificado esencialmente des- de el siglo XVII, que es el objetivo del libro II. Es históricamente com- probable que el pensamiento económico de la antigüedad presocrática y en otras civilizaciones no occidentales, es menos conocido que la filosofía, el poder y la política de esa era. \AII1IIí I: Teoría sobre Poder, Política y Democracia en el PostAb- solutismo Inmediato. La Teoría sobre la República y por consecuencia de la aboli- ción del despotismo y absolutismo se inicio desde las concepciones presocráticas con Solón, reforzadas por la teoría de la Republica en 1'4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Platón y la Política de Aristóteles, así como la concepción del Bien Común de Santo Tomas de Aquino, en la Edad Media, y las posteriores reflexiones teóricas del Renacimiento, la ley, el Estado Moderno y la República en Montesquieu, Diderot, Bacon, Rousseau, Moro, desde el siglo XVI, hasta el nuevo pensamiento filosófico en Kant, Hegel, Feuer- bach y las nuevas teorias de la ciencia moderna, en el siglo XVIII. Esta es la época de grandes científicos como Newton, Alessandro Volta, Galvani, Laplace, Lavoisier, Spallanzani, Fahrenheit. Es asimismo la era e influencia de descubrimientos científicos, especialmente los de la física y la química. En efecto, las guerras y la revolución industrial, desde fines del siglo XVIII, provocan el surgimiento de nuevos movi- mientos filosóficos como el idealismo de Hegel y el materialismo de Marx, en el siglo XIX. Las teorías del postabsolutismo inmediato fueron asimismo ampliadas por los propios actores de la práctica política, como Ro- bespierre, Danton, Marat. Estas teorías políticas en el postabsolutismo inmediato crearon la base de nuevas transformaciones en la Europa desde el siglo XIX y se desarrollaron simultáneamente al pensamiento económico dominante en cada época histórica, en este momento los mercantilistas y fisiócratas hasta mediados del siglo XVIII y los clási- cos, desde fines de este siglo. SECCIÓN I. Política y Democracia en la ideología alemana en Kant. Los hechos se perciben por la razón pensar es mas valioso que conocer El imperativo categórico es que conocer, que hacer y que esperar. ¿Cómo impacto la cosmogonía de Immanuel Kant (Alema- nia.1724-1804) en la política? La filosofía kantiana generó un notable renacimiento filosófico en Alemania, aunque no es adecuado explicar el idealismo alemán a través de un desarrollo de la doctrina de Kant. Uno de los factores relevantes en este sentido es la preocupación ale- mana por la unidad y libertad frente a los países extranjeros, senti- miento despertado por la derrota ante Napoleón, que consagraba un desmembramiento político secular. Alemania se encontraba atrasada 1'· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA social y económicamente en comparación con Inglaterra y Francia, conservando aún estructuras prácticamente feudales. Se agrega además el surgimiento de movimientos nacionalis- tas, especialmente las asociaciones de estudiantes. Su pensamiento se sintetiza en la razón pura y la razón práctica, que incluye en sí mis- ma aspectos éticos de la humanidad, el deber ser como imperativo categórico, con impactos en la política, el poder y sociedad. La pre- gunta que sintetiza la filosofía Kantiana ¿Qué puede aprehender legí- timamente la razón?” y sus tres derivadas interrogantes inseparables ¿Qué puedo conocer?”, ¿Qué he de hacer?” y ¿”Que puedo esperar?”, plantea tanto el problema de la razón, como el imperativo del hacer del hombre en sociedad. El hombre no es así un sujeto exclusivamente in- dividual, sino que al vivir en sociedad debe utilizar la razón, para hacer y esperar un estadio superior. Ese estadio debe pasar inexorablemente por un cambio previo. Es dialéctico. ¿Para qué hacer si no se pretende avanzar? La razón no es en consecuencia contemplativa. Su filosofía es la expresión máxima del racionalismo y realiza una síntesis entre el empirismo y el racionalismo. Según Kant, los conocimientos del mundo provienen de las percepciones, pero la percepción racional del hombre lo condiciona, porque la conciencia humana tiene dos formas de estructurar la rea- lidad que son el espacio y el tiempo. El hombre percibe los hechos como procesos, la conciencia forma la realidad y las cosas se adaptan a la conciencia, porque el hombre percibe los hechos con la razón en términos de causa y efecto. Para Kant, nunca podremos conocer las cosas en sí mismas, sólo sabremos cómo son para nosotros. Para comprender el aporte de Kant a la política, al Poder, la sociedad, es preciso preguntarse: ¿Cuál es el concepto Kantiano de hombre? Kant distingue dos niveles que son clásicos en él: fenómeno y objeto. Fenoménicamente, el hombre está sometido a leyes físico-bioló- gico de la naturaleza, de la materia, al igual que todos los otros miem- bros del mundo físico. Pero en tanto que objeto, el hombre es un ser que pertenece al ámbito de lo inteligible, ámbito de la razón práctica. La consideración del hombre es consecuencia del reconocimiento de las “disposiciones originarias”. Estas disposiciones se articulan según tres 1'o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. direcciones o integrantes de la sabia naturaleza: 1. Disposición a la ani- malidad, en función de la cual se explica la capacidad técnica del hom- bre. 2. Disposición a la humanidad, que explica la capacitad pragmática. 3. Disposición a la personalidad, que explica la capacidad moral. Todas estas disposiciones en su conjunto expresan la estruc- tura constitutiva del hombre, que conlleva a una dualidad de dimen- siones, en consonancia con la primera distinción: la dimensión em- pírico-sensible y la dimensión ético-social. La primera en descubrir el hombre en su dimensión individual, egoísta, como una cosa más entre las cosas. La insociabilidad del hombre. La segunda es la dimensión ético-social que configura al hombre como inserto al reino de los fines y de la moralidad, o sea, como un ser que pertenece a una comunidad de personas. Esta es la dimensión de la sociabilidad del hombre. Esta es la dimensión estrictamente racional del hombre. Esto es lo paradójico de la situación humana: tiene una “inso- ciable sociabilidad” y una “sociabilidad insociable”, que le son constituti- vos. El hombre es “obra de sí mismo”, en el sentido que su racionalidad es obra de su propia libertad. El hombre es la “única criatura racional sobre la tierra” pero no conseguirá como individuo realizar completa- mente todas las disposiciones originarias de la naturaleza humana. La tarea de completar esta realización corresponde a la especie. La tarea de la ilustración corresponde a la totalidad de la humanidad y ésta es una labor interminable. Historia y religión son los dos escenarios de la antropología kantiana. La religión porque tal como la considera Kant, es moral, es- tablece la idea del ser elevado como la unión de virtud y felicidad. La religión siempre tiene los límites de la mera razón, significa una estricta comprensión moral del hombre y de su papel. La historia la considera Kant desde el punto de vista de la ilustración, o sea como un progreso de la Razón siempre en un sentido más universalista o “cosmopolita”. La realización de la esencia humana exige una sociedad del poder. Una filosofía de la historia sería, en consecuencia, un intento de evolución de la comunidad humana, hacia la realización del ser. Es por ello una tarea interminable, más propia del género humano que del individuo. El hombre, de la ilustración se esfuerza por convertir la 1'/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA historia en una “sociedad de ciudadanos del mundo” porque solamente así encontrará su libertad y superará el egoísmo biológico original 100 . ¿Qué es en consecuencia el proyecto Kantiano? Referimos que la filosofía kantiana se sintetiza en una pregunta: “¿Qué puede aprehender legítimamente la razón?” Para responder ésta interrogan- te, se subdivide en tres aspectos: ¿Que puedo conocer?”, ¿Qué he de hacer?” y “¿Que puedo esperar?”. La primera pregunta es relativa a la “Crítica de la Razón Pura” (1781) y las dos restantes aparecen como “Fundamentos de la metafísica” (1785) y a la “Crítica de la Ra- zón Práctica” (1788). Estas tres interrogantes mutuamente integradas constituyen el problema de la razón. La primera pregunta es teórica, la segunda es práctica y la tercera resulta ser al mismo tiempo, teórica y practica. El hecho que su teoría se desarrolle en tres textos diferentes no debe olvidarse la unidad de la teoría de Kant. Para él, la razón es una y única, y que se expresa en dos aspectos: el especulativo (o ra- zón teórica), y práctica (moral). La primera Crítica establece las bases que hacen necesaria la moralidad y la segunda resulta incomprensible sin la previa refutación de toda metafísica dogmática. La primera Crí- tica se refiere a la razón, al aspecto de la inteligencia, la segunda es el aspecto de la voluntad y la tercera se refiere a la razón sobre el as- pecto del sentimiento que une inteligencia y voluntad. El fin último del proyecto kantiano es retornar a la razón total. El racionalismo tradicional había reducido la razón al nivel teórico o especulativo. La filosofía devenía así un juego teórico, que permitía no comprometerse. Pero Kant es un hombre de la ilustración y creyó que la verdadera filosofía debe estar implicada en la vida. Por tanto, razón pura y razón práctica se necesitan y se implican mutua- mente. El proyecto kantiano es incomprensible si no se asume que la teoría del conocimiento orienta hacia la Ética. A la “Lógica” del siglo XIX, Kant declara que las tres preguntas en el fondo se pueden resumir en una pregunta: ¿”Qué es el hombre?”. Sin duda, el hombre es un ser inevitable e inseparablemente dotado de racionalidad y de libertad. 100 J.M. Navarro Cordón - T. Calvo Martínez: Historia de la Filosofía. Madrid, Ediciones Anaya. 1983 1'8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. ¿Cuál es el papel de la Razón Pura? A la Crítica de la Razón Pura, la Teoría Kantiana se orienta a la posibilidad y al estatus de la metafísica en tanto que ciencia, o sea: en tanto que saber riguroso y demostrativo. Esta teoría tiene plena justificación por el estado de esta disciplina y específicamente en el siglo XVIII, de dos maneras diferentes y contradictorias para comprender la racionalidad cartesia- na-leibniziana y la empirista, y las contradicciones entre ellas. Un siglo que se caracteriza por el uso “de la Razón” no puede aceptar que dos modelos contrapuestos de racionalidad compitan entre sí. El proyecto kantiano pretende al mismo tiempo establecer la validez del conoci- miento y la imposibilidad de la metafísica, que es incompatible con la idea de ciencia vigente después de Newton. Mientras que la ciencia de Newton había madurado de certeza objetiva, la metafísica continua siendo el reino de la anarquía, oscilando del dogmatismo al escepticis- mo. Los científicos se ponen de acuerdo y la ciencia física progresa. En contrario, en el campo de la filosofía se debaten las interrogantes ya discutidas por Platón y Aristóteles, casi dos mil años atrás. Es como si la filosofía se mantuviese sin evolución. El aporte de Kant consistirá, precisamente, en convertir este estado de la naturaleza en un estado jurídico, legislativo, donde la ra- zón tiene una estructura, un orden y un valor objetivo. La racionalidad necesita un estatus que no es arbitrario, sino que se basa en las cosas, como el derecho natural. La actitud kantiana ya no es la de preguntar “¿Cuáles hechos?” sino “¿Cuáles derechos?”. De aquí nace una no- ción central en Kant: la de ser “tribunal de la crítica”. Toda la Razón Pura podría sintetizarse como los “considerandos” de un juicio. Por esta razón, la teoría kantiana no tiene un carácter psicológico. Al con- trario, es estrictamente lógica. No tiene la pretensión de explicar cómo aparecen o desaparecen las representaciones en la conciencia, sino que valor tienen las impresiones y las ideas desde el punto de vista de la verdad. El problema que interesa a Kant no es el de la causa, sino el del fundamento de los juicios. Kant no estudia el objeto en particular, sino la posibilidad que tiene la razón de pensar un objeto. Le interesa el “como”, la forma o la manera en que razonan y el límite implícito o explícito de nuestra capacidad de razonamiento. 1'' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Kant se vio obligado a diferenciar entre: (i) el principio de la for- ma del mundo sensible, que considera la razón de la relación universal de todas las cosas consideradas como fenómenos, o sea, en relación a la sensibilidad propia del espíritu humano; (ii) el principio de la forma del mundo inteligible, a través del cual, se relacionan todas las cosas, tal como existen en sí, y no como se nos presenten; (iii) los principios que dan forma al mundo sensible son para nosotros el espacio y el tiempo. Espacio y tiempo constituyen los límites a través de los cuales nuestra intuición capta la unidad del mundo sensible. Espacio y tiempo son condiciones subjetivas; no indican la “manera de ser” de las cosas, sino nuestra forma de conocerlas. De una manera más técnica, podría decirse que el problema de la Crítica Kantiana es el de la aplicación de nuestras representacio- nes intelectuales a las representaciones sensibles. Una cosa se puede comprender en dos sentidos diferentes: la cosa como se me aparece (el fenómeno) y la cosa como es. Como reitera en la Crítica de la Ra- zón Pura, los objetos “en sí” no pueden ser conocidos sino es en el fenómeno, o sea en la intuición sensible. Sin duda que la racionalidad humana tiene una estructura y lími- tes y la tarea de la filosofía es clarificarlos. Si tienen un conocimiento abso- luto, que Kant nominara un “conocimiento numérico” e ilimitado, no serian humanos. Intuir que lo absoluto existe es una conquista de la racionalidad humana. No se puede comprender el kantismo sin aceptar la idea de la limitación propia de la racionalidad. Los seres humanos somos finitos, de conocimientos limitados,: la tarea de la filosofía es clarificarlos. La Crítica prohíbe toda especulación: o afirmación que no está bien fundamentada y justificada por la determinación de las condicio- nes del razonamiento. Kant basa su filosofía desde el punto de vista del hombre, que es un ser hecho de racionalidad. La filosofía de Des- cartes pretende explicar “todo” el mundo: Esto sería como hacer una filosofía desde el punto de vista de Dios. Pero, el kantismo, a diferencia de los filósofos Descartes y Hume, no se limita a ser una filosofía del “yo” que tiene la pretensión de conocer. Es más un esfuerzo para es- tablecer una relación entre el yo, el mundo (material o inmaterial) y la capacidad de conocimiento (activo y pasivo). 200 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Mientras Descartes defiende un “yo” que domina el mundo, que puede deducir cualquier verdad a partir de la universalidad, y Hume postula por un yo hecho de impresiones y sensaciones diferentes, para Kant, el yo, el mundo y la capacidad “pasiva” de la razón son tan im- portantes como la actividad constructiva de la racionalidad. Para Kant, el pensar es infinitamente más valioso que conocer. El pensamiento ordenado, coherente, sometido a reglas. En definitiva, el papel de la Crítica de la razón pura será ana- lizar y actuar mas allá del dogmatismo (racionalista), del escepticismo (empirista) y del “emotivismo” (preromántico) sin traicionar la objetivi- dad racional de un pensamiento que es universalista e ilustrado. SECCIÓN II. Política y Democracia en la ideología alemana en Hegel. En el pensamiento es donde reside la libertad El Estado debe ser siempre racional La diálectica es infinita. Por ello mismo se identifica al Ser de la Ontología con Dios o con el Estado. Filosofía como arma de la revolución. Georg Wilhem Friedrich Hegel (Alemania. 1770-1831) 101 es uno de los filósofos más influyentes del siglo XIX, que sintetiza tanto la filosofía idealista como el papel del hombre en su relación con el Esta- do, el Derecho, la Política, la Filosofía, la Ciencia, el Método, la Lógica y la Estética. En su concepción existe una cierta primacía de las ideas, que recuerdan las tesis platónicas. La filosofía hegeliana es interpreta- da desde concepciones ortodoxas y teológicas conservadoras, hasta tesis revolucionarias, siendo su método dialéctico determinante en su filosofía, que es asimismo una fuente y parte integrante del Marxismo. El Sistema Hegeliano es parte del Idealismo Alemán 102 del Siglo XIX. La primera obra de Hegel fue de naturaleza política y del 101 Friedrich Hegel, nació en Stuttgart, Württemberg, recibió su formación en el seminario de su ciudad. Le fascinaron las obras de Spinoza, así como la Revolución Francesa. Consideran muchos que Hegel representa la cumbre del movimiento idealista alemán, que habría de tener un impacto profundo en el futuro. Murió víctima de una epidemia de cólera, que hizo estragos en Alemania durante el verano y el otoño de 1831. 102 no es posible explicar el idealismo alemán únicamente a partir del sistema kantiano. Hacia fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, la derrota ante Napoleón significaba un desmembra- miento político secular. Alemania estaba dividida y atrasada social y económicamente respecto a Francia e Inglaterra. Fitche escribiría en 1808 un vibrante llamado a la nación alemana, en 201 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Poder y es ampliamente relacionada con el futuro de su nación, del Poder y del sistema en su conjunto. Fue la Constitución de Alemania, publicada en 1802, donde Hegel sintetiza el triste estado germánico- romano de aquella época. El sistema que propone para Alemania y el resentimiento que ahí expresa por los demás países de Europa, con excepción de Italia que, según Hegel, comparte el destino de Alemania, hace de esta obra un extraño presagio de la Segunda Guerra Mundial. Su segunda obra, más conocida, es Fenomenología del Espíritu (o Fenomenología de la Mente). Actualmente, ésta obra es considerada la más importante. Mientras vivía, publicó además la Enciclopedia de las ciencias filosóficas, la Ciencia de la Lógica y (los Elementos de) la Filosofía del Derecho, Lecciones sobre Historia de la Filosofía. Varias otras obras sobre la filosofía de la historia, religión, estética y la historia de la filosofía se recopilaron a partir de los apuntes de sus estudiantes y se publicaron póstumamente. Desde una perspectiva metodológica, su método es holístico, totalizarte. En efecto, en sus Lecciones (I,3). Hegel opina que: “contempla a los pueblos desde el grandioso punto de vista que consiste en con- siderar como una totalidad su constitución política, su religión, en una palabra, todo lo que se encuentra dentro de un Estado”. El concepto, que Montesquieu toma al jurista Jean Domat, define el horizonte me- tajurídico de las leyes en el Estado y debe leerse por oposición al em- pirismo y al positivismo jurídico. Se fundamenta en una doble exigencia “justicia” y “libertad” simultáneamente. Siendo ontológicamente de ca- tanto esta no existía como tal y debía hacerse a sí misma con libertad para comenzar su propia historia. El idealismo alemán, recoge esta preocupación por la libertad y la unidad frente al ex- tranjero, esa pasión por la nación alemana, por analizar el concepto de pueblo (volkgesit). Los movimientos nacionalistas coinciden con este clima intelectual. Los temas principales de los filósofos idealistas serán entonces: 1. Desarrollo de la doctrina kantiana: Kant fue, en efecto, el punto de partida. Iniciador y maestro, no escapó a la crítica ni fue seguido fielmente. Pero no todo se redujo a él. 2. Preocupaciones religiosas: aparece un espíritu heterodoxo de carácter místico o panteísta. En el idealismo se plantea el problema de la relación entre lo finito y lo infinito, la relación entre filosofía y religión.3. Interés por el mundo clásico: en la madurez de Goethe y en la mayoría de los románticos. Es un referente permanente para Hegel. 4. La estética: Lo bello, adquiere como categoría, una importancia relevante, ya Kan se había ocu- pado de estudiarla. Schiller habría dicho: “Para resolver en la experiencia el problema político es preciso tomar el camino de lo estético, porque a la libertad se llega por la belleza”. 5. La dimensión histórica. 6. El romanticismo: La pasión por el infinito, la fusión con la Naturaleza, la identificación de filosofía, poesía y religión, la fuerza creativa del hombre, da lugar una inte- resante cooperación en la cual los poetas se inspiran en los filósofos.7. Carácter teórico: los desarrollos teóricos del idealismo no conducen a revoluciones sociales o políticas. 202 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. rácter jurídico el mismo orden del mundo, el conocimiento racional de las leyes es una exigencia fundamental en la medida en que el hombre se realiza en tanto que humano por medio de reglas jurídicas. Existen unas leyes inmutables y eternas «leyes naturales» y leyes «leyes-re- laciones» [«lois-rapport»], cuyo fundamento está en las primeras. La normatividad de las leyes humanas depende de la «naturaleza de las cosas», tal como Dios la ha querido. Montesquieu, pues, forma parte de la corriente jusnaturalista pero lo hace de una manera profunda- mente original. Existen tres aspectos esenciales en la filosofía hegeliana, que demuestran su carácter transformador, revolucionario. (i) La Verdad como proceso. En esto precisamente estribaba la verdadera significa- ción y el carácter revolucionario de la filosofía hegeliana en que refu- taba el carácter definitivo de todos los resultados del pensamiento y de la acción del hombre. En Hegel la verdad que trataba de conocer la filosofía no era ya una colección de tesis dogmáticas fijas que una vez encontradas sólo hay que aprender de memoria, ahora la verdad residía en el proceso mismo del conocer, en la larga trayectoria históri- ca de la ciencia; (ii) La filosofía como arma de la revolución. Ante esta filosofía hegeliana no existe nada definitivo, absoluto, consagrado; en todo pone de relieve lo que tiene de perecedero y no deja en pie más que el proceso ininterrumpido del devenir y del perecer, un ascenso sin fin de lo inferior a lo superior. La humanidad que en la persona de Hegel fue capaz de llegar a descubrir la idea absoluta, tiene que hallarse también en condiciones de poder implantar prácticamente en la realidad esta idea absoluta; y (iii) Consideración sobre las limitacio- nes del “sistema”. Las exigencias del “sistema” hegeliano le obligan con frecuencia a recurrir a estas construcciones forzadas. Pero estas construcciones no son más que el marco y el andamiaje de su obra. El sistema es cabalmente lo efímero de todos los filósofos. El método es fundamental en Hegel. Introdujo la dialéctica, en- tendido como un sistema para entender la historia de la filosofía y el mun- do mismo, mediante una progresión en la que cada movimiento sucesivo surge como solución de las contradicciones inherentes al movimiento anterior. Por ejemplo, la Revolución Francesa constituye para Hegel la 20J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA introducción de la verdadera libertad a las sociedades occidentales por vez primera en la historia escrita y concebida como consecuencia de las contradicciones y antagonismos inherentes al absolutismo, en este caso en Francia. Hegel es también absolutamente radical. Por una parte, el aumento abrupto de violencia que hizo falta para realizar la revolución no puede dejar de ser lo que es, y por otra parte, ya ha consumido a su oponente. La revolución, por consiguiente, ya no tiene hacia dónde volverse más que a su propio resultado: la liber- tad conquistada con tantas penurias es consumida por un brutal Reino del Terror. La historia, no obstante, progresa aprendiendo de sus propios errores: sólo después de esta experiencia, y precisamente por ella, pue- de postularse la existencia de un Estado constitucional de ciudadanos libres, que consagra tanto el poder organizador benévolo (supuestamen- te) del gobierno racional y los ideales revolucionarios de la libertad y la igualdad. “En el pensamiento es donde reside la libertad”. La dialéctica de Hegel a menudo aparece simplificada en la denominada Triada de Hegel, fragmentada por comodidad en tres momentos llamados “tesis” (en nuestro ejemplo, la revolución), “an- títesis” (el terror subsiguiente) y “síntesis” (el estado constitucional de ciudadanos libres). Sin embargo, Hegel no empleó personalmente esta clasificación en absoluto; fue creada anteriormente por Fichte en su explicación más o menos análoga de la relación entre el individuo y el mundo. Los estudiosos de Hegel no reconocen, en general, la validez de esta clasificación, aunque tenga algún valor pedagógico. El acto mismo del conocimiento es la introducción de la con- tradicción. El principio del tercero excluído, algo o es A o no es A, es la proposición que quiere rechazar la contradicción y al hacerlo incurre precisamente en contradicción: A debe ser +A ó -A, con lo cual ya que- da introducido el tercer término, A que no es ni + ni - y por lo mismo es +A y -A. Una cosa es ella misma y no es ella, porque en realidad toda cosa cambia y se transforma ella misma en otra cosa. Esto significa la superación de la lógica formal y el establecimiento de la lógica dialécti- ca. Todas las cosas son contradictorias en sí mismas y ello es profundo y plenamente esencial. La identidad es la determinación de lo simple inmediato y estático, mientras que la contradicción es la raíz de todo 204 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. movimiento y vitalidad, el principio de todo automovimiento y, solamen- te aquello que encierra una contradicción se mueve. La imaginación corriente capta la identidad, la diferencia y la contradicción, pero no la transición de lo uno a lo otro, que es lo más importante, cómo lo uno se convierte en lo otro. Causa y efecto son momentos de la dependencia recíproca uni- versal, de la conexión y concatenación recíproca de los acontecimientos, eslabones en la cadena del desarrollo de la materia y la sociedad: la misma cosa se presenta primero como causa y luego como efecto. Es necesario hacer conciencia de la intercausalidad, de las leyes de conexión universal objetiva, de la lucha y la unidad de los contra- rios y de las transiciones y las transformaciones de la naturaleza y la so- ciedad. La totalidad de todos los aspectos del fenómeno, de la realidad y de sus relaciones recíprocas, de eso está compuesta la verdad. La realidad es la unidad de la esencia y la existencia. La esen- cia no está detrás o más allá del fenómeno, sino que por lo mismo que la esencia existe, la esencia se concreta en el fenómeno. La existencia es la unidad inmediata del ser y la reflexión: Posibilidad y accidentalidad son momentos de la realidad puestos como formas que constituyen la exterioridad de lo real y por tanto son cuestión que afecta el contenido, porque en la realidad se reúne esta exterioridad, con la interioridad, en un movimiento único y se convierte en necesidad, de manera que lo necesario es mediado por un cúmulo de circunstancias o condiciones. La cantidad se transforma en calidad y los cambios se inter- conectan y provocan los unos con los otros. Las matemáticas no han logrado justificar estas operaciones que se basan en la transición, porque la transición no es de naturaleza matemática o formal, sino dialéctica. Las determinaciones lógicas anteriormente expuestas, las determinaciones del ser y la esencia, no son meras determinaciones del pensamiento. La lógica del concepto se entiende ordinariamente como ciencia solamente formal, pero si las formas lógicas del concepto fueran recipientes muertos, pasivos, de meras representaciones y pen- samientos, su conocimiento sería superfluo; pero en realidad son como formas del concepto, el espíritu vivo de lo real y por tanto se requiere indagar la verdad de estas formas y su conexión necesaria. 20· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA El método del conocimiento no es una forma meramente exte- rior, sino que es alma y concepto del contenido. Por lo que se refiere a la naturaleza del concepto el análisis es lo primero, porque debe elevar la materia dada a la forma de abstracciones universales, las cuales, luego, mediante el método sintético son puestas como definiciones. El análisis resuelve el dato concreto, aísla sus diferencias y les da forma de universalidad o, deja lo concreto como fundamento y por medio de la abstracción de las particularidades que aparentan ser esenciales, pone de relieve un universal concreto o sea la fuerza de ley general. Esta universalidad es luego también determinada mediante la síntesis del concepto en sus formas, en definiciones. La actividad humana une lo subjetivo con lo objetivo. El fin sub- jetivo se vincula con la objetividad exterior a él, a través de un medio que es la unidad de ambos, esto es la actividad conforme al fin. Así, con sus herramientas el hombre posee poder sobre la naturaleza exte- rior, aunque en lo que respecta a sus fines se encuentra con frecuencia sometido a ella. Hegel se valió de este sistema para explicar toda la historia de la filosofía, de la ciencia, del arte, de la política y de la religión, pero mu- chos críticos modernos señalan que Hegel a menudo parece pasar por alto las realidades de la historia a fin de hacerlas encajar en su molde dialéctico. Karl Popper (1902-1994), crítico de Hegel en La sociedad abierta y sus enemigos, opina que el sistema de Hegel constituye una justificación tenuemente velada del gobierno de Federico Guillermo III y que la idea hegeliana de que el objetivo ulterior de la historia es llegar a un Estado que se aproxima al de la Prusia del decenio de 1831. Esta visión de Hegel como apólogo del poder estatal y precursor del totali- tarismo del siglo XX fue criticada minuciosamente por Herbert Marcu- se en Razón y revolución: Hegel y el surgimiento de la teoría social, arguyendo que Hegel no fue apólogo de ningún Estado ni forma de autoridad sencillamente porque éstos existieran; para Hegel, el Estado debe ser siempre racional. Arthur Schopenhauer despreció a Hegel por el historicismo de éste y tachó la obra de Hegel de pseudofilosofía. La filosofía de la historia de Hegel está también marcada por los conceptos de las “astucias de la razón” y la “burla de la historia”; 20o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. la historia conduce a los hombres que creen conducirse a sí mismos, como individuos y como sociedades, y castiga sus pretensiones de modo que la historia-mundo se burla de ellos produciendo resultados exactamente contrarios, paradójicos, a los pretendidos por sus auto- res, aunque finalmente la historia se reordena, y en un bucle fantástico retrocede sobre sí misma y con su burla y paradoja sarcástica, conver- tida en mecanismo de cifrado, crea también ella misma sin quererlo, realidades y símbolos ocultos al mundo y accesibles sólo a los cognos- centes, es decir, a aquellos que quieren conocer. En su concepción filosófica, Hegel fue europeocentrista. Fue uno de los promotores más notables de la supuesta superioridad eu- ropea, más exactamente del norte de Europa, sobre las demás cultu- ras del mundo. Para él, la Historia Universal nace en Asia, y culmina en Europa. La manifestación más alta del pensamiento humano, que aparece con la modernidad, para él, con la Reforma Protestante, en Alemania, la Revolución Francesa, en Francia y la Ilustración, también de «cosecha» germánica, son los puntos de referencia en donde la subjetividad se reconoce a sí misma. Hegel recuerda que Inglaterra se otorgó a sí misma la «misión» de expandir la civilización por el resto del mundo. Fue un defensor irrestricto del «Espíritu germánico», que acompañado del cristianismo, sería lo más avanzado de la humanidad: El Espiritu Germánico (germanische Geist) es el Espíritu del Nuevo Mundo (neuen Welt), cuyo fin es la realización de la verdad absoluta, como autodeterminación infinita de la libertad, que tiene por contenido su propia forma absoluta. El principio del imperio germánico debe ser ajustado a la religión cristiana. El destino de los pueblos germánicos es el de suministrar los portadores del Principio cristiano 103 . ¿Cuál fue el aporte de Hegel a la Estética? Dentro del arte He- gel va a distinguir tres formas artísticas, La forma artística Simbólica, la forma artística Clásica y la forma artística Romántica. Estas marcan el camino de la idea en el arte, son diferentes relaciones entre el conteni- do y la forma. 103 Hegel, Vorlesungen über die Philosophie der Geschichte, en Werke, Suhrkamp, Frankfurt, t. 12, p. 413; ed. española, t. II, p. 258. 20/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA La forma artística Simbólica va a ser un mero buscar la forma para un contenido que aún es indeterminado. La figura va a ser deficien- te, no va a expresar la idea. El hombre va a partir del material sensible de la naturaleza, va a construir una forma a la cual le va a adjudicar un significado. Se da la utilización del símbolo, éste, en su carácter de am- biguo, llenara de misterio todo el arte simbólico. La forma va a ser mayor que el contenido. Hegel va a relacionar esta forma artística con el arte de la arquitectura, ésta, no va a mostrar lo divino sino su exterior, su lugar de residencia. Con arquitectura va a referirse a la arquitectura de culto, más específicamente a la egipcia, la india y la hebrea. La forma artística Clásica va a lograr el equilibrio entre forma y contenido. La idea no solo es determinada sino que se agota en su manifestación. El arte griego, la escultura, es el arte de la forma artísti- ca clásica. Las esculturas griegas no eran, para los griegos, represen- taciones del dios sino que eran el dios mismo. El hombre griego fue capaz de expresar su espíritu absoluto, su religión, en el arte. A esto va a referirse Hegel cuando hable del carácter pasado del arte. El arte, en su esencia, pertenece al pasado siempre, porque es en él en donde la cumple, es en el arte griego en donde el Arte logra su fin último, la representación total de la idea. Pero precisamente por el carácter limitado del arte, este equi- libro tiene que romperse. Es aquí en donde se da el paso a la forma artística Romántica. Una vez más hay una desigualdad entre forma y contenido, dejan de encastrar de manera perfecta, pero ahora es la for- ma la que no es capaz de representar el espíritu. El contenido rebasa la forma. Las artes de esta forma artística son la pintura, la música y la poesía. La idea va a ir de lo más material, la pintura, a lo menos mate- rial, pasando por la música, que tiene como materia el sonido, llegará a la poesía que es el arte universal del espíritu ya que tiene como mate- rial la bella fantasía. La poesía va a atravesar todas las demás artes. Muchos filósofos van a retomar el tema del arte en Hegel, Hans-Georg Gadamer o Rafael Argullol por ejemplo van a hablar de «La muerte del Arte» refiriéndose a la estética hegeliana. Hegel nunca habló de una muerte del arte sino que le otorgó a éste el carácter de pasado, pasado no entendido como algo que ya no existe; el «carácter 208 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. pasado del arte» está íntimamente vinculado con el fin de la filosofía hegeliana, conocer al espíritu, que éste sea libre. Dentro de este fin, el arte cumplió su tarea en el pasado, en la época clásica, para luego ser superado por la religión y en última instancia, ésta por la filosofía. Como primer punto a refutar habla de la afirmación que vuelve al arte indigno de investigación científica por contribuir a la relajación del espíritu, careciendo así de naturaleza seria. El arte va a ser tomado como un juego. El arte emplea la ilusión como medio para su fin, dado que el medio debe siempre corresponder a la dignidad del fin, lo verda- dero nunca puede surgir de la apariencia. También Hegel en este punto va a referirse a Kant para criticarlo. Kant viene a decir que el arte sí es digno de una investigación científica al asignarle el papel de mediador entre razón y sensibilidad. Pero Hegel no solo no cree esto posible, ya que tanto la razón como la sensibilidad no se prestarían a tal mediación y reclamarían su pureza, sino que además aclara que, siendo mediador el arte no ganaría más seriedad, ya que este no sería un fin en sí mismo y el arte seguiría estando subordinado a fines más serios, superiores. Dentro del campo de la estética o filosofía del arte, Hegel va a distinguir entre arte libre y arte servil, teniendo este último fines ajenos a él, como por ejemplo el decorar. Es el arte libre el que va a ser objeto de estudio, ya que tiene propios fines, es libre y verdadero porque es un modo de expresar lo divino de manera sensible. De esta manera el arte se aproxima al modo de manifestación de la naturaleza, que es ne- cesaria, seria y sigue leyes. En su calidad de ilusión, el arte no puede separarse de toda la realidad. La apariencia le es esencial al espíritu, de manera que todo lo real será apariencia de éste. Existe una diferen- cia entre la apariencia en lo real y la apariencia en el arte. La primera, gracias a la inmediatez de lo sensible, se presenta como verdadera, se nos aparece como lo real. En cambio la apariencia en lo artístico se presenta como ilusión, le quita al objeto la pretensión de verdad que tiene en la realidad y le otorga una realidad superior, hija del espíritu. De manera que aunque la idea se encuentre tanto en lo real como en el arte, es en este último en donde resulta más fácil penetrar en ella. Al tener, el arte, como esencia el espíritu, se deduce que su naturaleza es el pensar, de manera que los productos del arte bello, 20' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA más allá de la libertad y arbitrio que puedan tener, en cuanto partícipes del espíritu, éste les fija límites, puntos de apoyo. Tienen conciencia, se piensan sobre sí mismos. El contenido va a determinar una forma. Al serle, al arte, esencial la forma, el mismo va a ser limitado. Va a haber un momento en el que el arte satisfaga las necesidades del espíritu, pero gracias a su carácter limitado esto va a dejar de ser así. Una vez que deja de satisfacer dichas necesidades, la obra de arte va a generar en nosotros, además del goce inmediato, el pensamiento y la reflexión. Ahora el arte genera en nosotros juicio, éste va a tener como objetivo el conocer el arte, el espíritu que en él se aparece, su ser ahí. Es por esto que la filosofía del arte es aún más necesaria hoy que en el pa- sado. Entonces, los productos del arte bello van a ser una alienación del espíritu en lo sensible. La verdadera tarea del arte es llevar a la conciencia los verdaderos intereses del espíritu y es por esto que al ser pensado por la ciencia el arte va a cumplir su finalidad. Tras la muerte de Hegel, sus seguidores se dividieron en dos campos principales y contrarios. Los hegelianos de derecha, discípulos directos de Hegel en la Universidad de Berlín, defendieron la ortodo- xia evangélica y el conservadurismo político del periodo posterior a la restauración napoleónica. Los de izquierda vinieron a ser llamados jó- venes hegelianos e interpretaron a Hegel en un sentido revolucionario, lo que los llevó a atenerse al ateísmo en la religión y a la democracia liberal en la política. Entre los hegelianos de izquierda se cuenta a Bru- no Bauer, Ludwig Feuerbach, David Friedrich Strauss, Max Stirner y, el más famoso, Karl Marx. Los múltiples cismas en esta facción llevaron finalmente a la variedad anarquista del egoísmo de Stirner y a la ver- sión marxista del comunismo. En el siglo XX, la filosofía de Hegel tuvo un gran renacimiento: Esto se debió en parte a que fue redescubierto y reevaluado como pro- genitor filosófico del marxismo por marxistas de orientación filosófica, en parte a un resurgimiento de la perspectiva histórica que Hegel apor- tó a todo, y en parte al creciente reconocimiento de la importancia de su método dialéctico. Algunas figuras que se relacionan con este renaci- miento son Herbert Marcuse, Theodor Adorno, Ernst Bloch, Alexandre Kojève y Gotthard Günther. El renacimiento de Hegel también puso de 210 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. relieve la importancia de sus primeras obras, es decir, las publicadas antes de la Fenomenología del Espíritu. SECCIÓN III. Política y Democracia en la ideología alemana en Feuerbach. La filosofía debe hacerse en función del hombre, sin humanocentrismo. Toda filosofía debe ser crítica. La dialéctica es finita. Ludwig Feuerbach (1804-1872) 104 influye en la filosofía y la concepción del mundo desde la segunda mitad del siglo XIX, en con- secuencia sobre el papel del hombre en la Política y el Poder, a partir de sus críticas a la filosofía hegeliana, su maestro. Sus aportes a la filosofía, concebida como la filosofía de la sospecha de Hegel, pueden sintetizarse en cuatro dimensiones. (i) Propone hacer filosofía en función del hombre, no de la idea, que es siempre una mistificación. Pensar es “contra-pensar”, pero eso no significa situar al hombre en el centro de ningún universo. El hom- bre no es un titán, siempre vivirá como ser limitado por la necesidad. De ahí que desenmascarar su deseo signifique identificar lo humano en lo concreto. Feuerbach es el filósofo de la “reforma” de la filosofía y las tesis para una filosofía del “futuro”. Como él mismo dijo “sólo quien tenga la valentía de ser absolutamente negativo tendrá fuerzas para crear lo nuevo”. La valoración que pueda hacerse de su obra depen- derá absolutamente de que se crea que la filosofía de los dos siglos transcurridos tras la muerte de Hegel haya sido liberadora o de que, por el contrario, se considere que tras la crisis del hegelianismo no ha habido en filosofía más que nihilismo y decadencia de la civilización; 104 Feuerbach ha padecido tradicionalmente un problema de lectura: ya no es Hegel, pero “todavía” no es Marx. Inserto entre dos grandes, la aportación de Feuerbach pa- rece “menor”, sin serlo. Un error demasiado frecuente es el de leerlo como un filósofo del ateísmo o como un crítico de la religión. Es más fecundo considerarlo como un an- tropólogo o como un crítico de la ontología hegeliana. Su crítica a la religión es, tal vez, una excusa para plantear una antropología filosófica pensada desde la autonomía. La religión puede ser considerada como síntoma o un indicio del malestar de lo humano, por lo que no tiene sentido luchar contra ella sin comprender, previamente, la profunda miseria que la propia humana necesidad de consuelo lleva implícita. 211 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA (ii) inicia la comprensión de la historicidad concreta. Sólo desde la sospecha se puede acceder a la verdad y para reconocer esa verdad hay que recorrer una historia que tiene un sentido “oculto” pero compren- sible. El historicismo feuerbachiano significa una forma de comprensión de lo concreto. Para Feuerbach conocer la verdad es posible; (iii) concibe la filosofía hegeliana y la teología, que pueden ser idénticas, como tragedia ( “Tesis provisional, nº1). De aquí que toda filosofía deba ser crítica. La filosofía se plantea como el esfuerzo de poner al descubierto un secreto inmenso, la Nada de Dios ¿y también, es consecuencia, la Nada de lo Humano?. En este esfuerzo se debate la tarea prometéica del intelectual. El papel del nuevo Prometeo del intelectual, en consonancia al poema de Goethe, será un tema recu- rrente en la sospecha, que se concibe a sí misma como esfuerzo por clarificar lo trágico sin degradarlo; (iv) concibe la dialéctica como expresión de la “finitud” y del “de- seo”. (“Tesis provisional, nº5). A diferencia de una dialéctica hegeliana “infinita” y que, por ello mismo, debía identificar al Ser de la Ontología con Dios o con el Estado, Feuerbach reduce la infinitud a finitud. La finitud da la clave (definitiva) de la finitud. De ahí que el deseo sea una forma de mala conciencia. Por ahí empezará el peculiar ascetismo de la sospecha que, por una parte, sabe del peligro del deseo y por otra lo identifica como lo único capaz de romper con la lógica de la necesidad. Feuerbach sintetiza su pensamiento para la reforma de la filo- sofia en diez tesis 105 : Tesis 1: La filosofía es el conocimiento de lo que es. Pensar y conocer las cosas y seres tal como ellos son: esta es la ley suprema y la más elevada tarea de la filosofía. En consecuencia no debiera ha- ber ninguna diferencia entra la filosofía y la ciencia. De ahí una deriva positivista de la sospecha que no siempre será capaz de superar. En todo caso, esta filosofía de lo concreto es expresión de una crítica a lo abstracto del hegelianismo. Tesis 2: La veracidad, la sencillez y la exactitud son los signos formales de la filosofía real. Todos los filósofos de la sospecha intenta- 105 Tesis Provisionales para la Reforma de la Filosofia. 1842. 212 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. rán recoger, incluso en su estilo literario, estas tres características. La idea que lo real se puede decir en forma concreta y fácilmente com- prensible es ilustrada (Voltaire), pero uno de los errores letales de la sospecha nace también aquí: la terrible simplificación, la conversión del pensamiento en consigna. Tesis 3: El filósofo tiene que incorporar al texto de la filosofía lo que en el hombre no filosofa, lo que más bien está contra la filosofía, se opone al pensamiento abstracto. Sólo así la filosofía se convertirá en un poder universal, acontradictorio, irrefutable e irrevocable. La filoso- fía no tiene que comenzar consigo misma, sino con su antítesis, con la no-filosofía. Este ser distinto en nosotros distinto del pensar afilosófico, absolutamente antiescolástico es el principio del sensualismo. La filosofía de la sospecha es, sobretodo, una forma de pensar propia de la época de las masas. De ahí la idea de “incorporarlas” a la filosofía, que no deja de ser un paternalismo. La idea de poner lo concreto por encima de lo abstracto no es sólo una intuición antime- tafísica. El alcance antiespeculativo tiene sus propias consecuencias (el sensualismo como principio del conocer, la masa como principio del obrar). La pregunta ¿Qué se puede (y debe) hacer? Siglo y medio más tarde es si la idea que lo infinito da la clave de lo infinito no ha sido una simplificación. Por lo demás, tampoco parece claro que la filosofía deba convertirse en “poder”. Y menos con los cuatro adjetivos que en la Tesis acompañan al “poder”. Tesis 4: Un principio nuevo siempre se presenta bajo un nuevo hombre; es decir, eleva un hombre de bajo y atrasado rango a la digni- dad de principado, lo convierte en signo de lo supremo. Si el nombre de la nueva filosofía, el nombre “hombre” se vertiera por autoconciencia, se expondría nueva filosofía en el sentido de la vieja, se remitiría al anti- guo punto de vista; pues la autoconciencia de la vieja filosofía, en tanto que separada del hombre, es una abstracción sin realidad. El hombre es autoconciencia. Aparece, con ropajes nuevos, un tema clásico de la teología cristiana (y más concretamente de San Pablo): la idea del “hombre nuevo” que tanto juego dio en el pensamiento tercermundista y revolucionario en América Latina, como el Guevarismo, de hecho, como tal la frase es incompleta. En los humanos no hay evolución (bio- 21J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA lógica) sino adaptación cultural, en consecuencia el hombre “nuevo” es una entelequia (la que buscó Nietzsche en el Superhombre y Guevara en la guerrilla). Pareceria que con la imagen del “hombre nuevo” apa- rece al trasluz lo mucho de cristiano que conserva una filosofía atea anticristiana. En definitiva, en esta tesis lo que aparece es una especie de propuesta de “cielo” filosófico en forma de “autoconciencia”. Tesis 5: Por lo general, el nombre “hombre” sólo significa el hombre con sus necesidades, sensaciones y convicciones: en hom- bre como persona, a diferencia del espíritu y de todas sus cualidades públicas generales; a diferencia, por ejemplo, del artista, del pensador, del juez, etc., no fuera una propiedad característica, esencial, del hom- bre, como si en el arte, en la ciencia, etc., el hombre estuviera fuera de sí. La filosofía especulativa ha fijado teóricamente esta separación del hombre de las cualidades esenciales del hombre, divinizando con ello como seres independientes a cualidades puramente abstractas. La “reforma de la filosofía” culmina en esta tesis: el hombre concreto debe ser pensado ahí donde Hegel sólo pudo pensar el hombre “abstracto” Abstracto, en tanto sometido a una razón suprema y exterior a él: sea el Estado o la Dios. La idea de un hombre “fuera de sí” que ha de ser resocializado e integrado en un marco de pensamiento inmanente será una de las ideas clave de la sospecha. Tesis 6: La teología es una creencia en espectros. Pero si la teología común alberga sus espectros en la imaginación sensible, la teología especulativa los guarda en la abstracción no sensible. Existe la idea de un mundo plagado de espectros que nos amenazan, a través de la imaginación y de la moral. La “teología especulativa” es la filoso- fía hegeliana. Contra ese mundo fantasmagórico, toda la filosofía de la sospecha se presenta a sí misma como reivindicación de lo luminoso, de la racionalidad y de la ciencia que habita en lo concreto como teoló- gico y lo metafísico residen en lo espectral. Tesis 7: El comienzo de la filosofía no es Dios, no es lo absolu- to, no es el ser como predicado de lo absoluto o de la idea; el comienzo de la filosofía es lo finito, * lo determinado, lo real. Lo infinito no puede pensarse de ningún modo sin lo finito. ¿Se puede pensar la cualidad, definirla, sin pensar en una cualidad determinada? Por consiguiente, lo 214 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. primero no es lo indeterminado sino lo determinado: pues la cualidad determinada no es otra que la cualidad real; a la cualidad pensada le precede la cualidad real. Se utiliza siempre la palabra “finito” en el único sentido de la filosofía “absoluta”, para la cual, desde el punto de vista de lo absoluto, lo real, lo realmente efectivo, aparece como lo irreal, lo nulo, toda vez que tiene lo irreal, lo indeterminado, por lo real, aunque a su vez, y por otra parte, lo finito, lo nulo, le aparece como lo real –una contradicción que aparece particularmente en la filosofía temprana de Schelling, pero que también subyace en la hegeliana. Sin duda, el pensar siempre exige lo concreto. Sólo existe lo finito y de ahí que una filosofía que no pueda pensar el deseo como lo que es, una mistificación, siempre nos dejará –como sucede en el hegelianismo- la idea de una frustración del hombre realmente existente sometido al hombre abstracto, sea en forma de servidor del Estado o de creyente siervo del espejismo de la Divinidad. Tesis 8: Lo infinito es la verdadera esencia de lo finito –lo finito verdadero–. La especulación verdadera o filosofía no es sino la em- piría verdadera y universal. Se establece aquí la contradicción entre “lógica” puramente ideal (es decir, desarrollo hegeliano de la Idea) y “”empiría”, es decir, realidad de lo concreto. El error del hegelianismo es haber querido ser una lógica puramente racional, “progresista” (o mejor: “progresiva”) e ilustrada, cuando lo empírico muestra cada día que la realidad es capaz de derrotar cualquier idealidad. Tesis 9: Lo infinito de la religión y de la filosofía no es ni ha sido nunca algo distinto de un finito determinado, cualquiera, pero mistifi- cado, es decir, un finito, un determinado, con el postulado de ser no- finito y no-determinado. La filosofía especulativa ha cometido el mismo error que la teología: ha convertido las determinaciones de la realidad o finitud, sólo a través de la negación de la determinación por la que ellas son lo que son, en determinaciones, predicados de lo infinito. La crítica de la religión y de la filosofía puede concebirse como formas de enmascarar la finitud y, por consiguiente, de ofrecer una falsa puerta de escape al deseo humano. Lo que la filosofía de la sospecha retendrá en este contexto es la idea de “negación de la determinación” pero en el contexto de lo histórico, sin el escapismo de lo infinito. 21· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Tesis 10: La honestidad y la honradez son provechosas para todas las cosas y también lo son para la filosofía. Pero la filosofía sólo es honesta y honrada si admite la finitud de su especulativa infinitud; si admite, desde la metafísica, que, por ejemplo, el secreto de la naturaleza en Dios no es otro que el secreto de la naturaleza humana, que la noche que pone en Dios para engendrar a partir de ella la luz de la conciencia no es sino su propio sentimiento oscuro e instintivo de la realidad y ne- cesidad absoluta de la materia. En la teología se oculta de una manera muy poco hábil la antropología. Pero eso no quiere decir, contra la inter- pretación positivista, que la religión sea la falsedad y la ciencia posea la llave de la verdad. Hay algo “oscuro e instintivo” en la creación del espectro divino. La honestidad de la filosofía no se halla en la profesión del ateísmo, que sería una parte del problema de lo humano/mistificado, sino también y paralelamente en el reconocimiento del fantasma divino. SECCIÓN IV. PostAbsolutismo y Fisiócratas. Dos acontecimientos económicos propiciaron la instauración del capitalismo moderno; los dos se produjeron durante la segunda mitad del siglo XVIII, casi simultáneamente a las grandes revoluciones de independencia, en Estados Unidos (1776) y la revolución contra el absolutismo en Francia (1789). El primero fue la aparición en Fran- cia de los fisiócratas desde mediados de este siglo; el segundo fue la publicación de las ideas de Adam Smith sobre la teoría y práctica del mercantilismo, en el último cuarto (1776) de esta centuria, hecho que coincide con la gran revolución industrial inglesa, con la invención de la máquina a vapor. En esta época se valida en consecuencia una ley histórica: Política y Economía se determinan mutuamente. ¿Por qué surgen los fisiócratas? ¿Cuál es su fundamento o racionalidad? El término fisiocracia se aplica a una escuela de pen- samiento económico que sugería que en economía existía un orden natural que no requiere la intervención del Estado para mejorar las condiciones de vida de las personas. La figura más destacada de la fi- siocracia fue el economista francés François Quesnay (....), que definió los principios básicos de esta escuela de pensamiento en Le Tableau 21o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Economique (1758), un diagrama en el que explicaba los flujos de di- nero y de bienes que constituyen el núcleo básico de una economía. Simplificando, los fisiócratas pensaban que estos flujos eran circulares y se retroalimentaban. Sin embargo la idea más importante de los fisió- cratas era su división de la sociedad en tres clases: una clase produc- tiva, formada por los agricultores, los pescadores y los mineros, que constituían la mitad de la población; la clase propietaria, o clase estéril, formada por los terratenientes, incluida la iglesia, que representaban la cuarta parte, y los artesanos, que constituían el resto. La importancia del Tableau de Quesnay radicaba en su idea de que sólo la clase agrícola era capaz de producir un excedente econó- mico, o producto neto. El Estado podía utilizar este excedente para au- mentar el flujo de bienes y de dinero o podía cobrar impuestos para fi- nanciar sus gastos. El resto de las actividades, como las manufacturas, eran consideradas estériles porque no creaban riqueza sino que sólo transformaban los productos de la clase productiva. (El confucionismo ortodoxo chino tenía principios parecidos a estas ideas). Este principio fisiográfico era contrario a las ideas previas mercantilistas, para quie- nes solamente el oro y la plata, su comercio, producían riqueza. Si la industria no crea riqueza, es inútil que el Estado intente aumentar la riqueza de la sociedad dirigiendo y regulando la actividad económica. Por otra parte, las ideas de Adam Smith no sólo fueron un tra- tado sistemático de economía; sino que se convirtieron en un ataque frontal a la doctrina mercantilista. Al igual que los fisiócratas, Smith intentaba demostrar la existencia de un orden económico natural, que funcionaría con más eficacia cuanto menos interviniese el Estado. Sin embargo, a diferencia de aquéllos, Smith no pensaba que la industria no fuera productiva, o que el sector agrícola era el único capaz de crear un excedente económico. Por el contrario, consideraba que la división del trabajo y la ampliación de los mercados abrían posibilidades ilimita- das para que la sociedad aumentara su riqueza y su bienestar median- te la producción especializada y el comercio entre las naciones. Para Smith, la riqueza de las naciones está determinada por las ventajas absolutas, naturales, que presionan a los países a especializarse en función de estas condiciones naturales. 21/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Así pues, tanto los fisiócratas como Smith ayudaron a extender las ideas de que los poderes económicos de los Estados debían ser re- ducidos y de que existía un orden natural aplicable a la economía. Sin embargo fue Smith, más que los fisiócratas, quien contribuyó al camino de la industrialización y de la aparición del capitalismo moderno en el siglo XIX. \AII1IIí II. Práctica del Poder y de la Política en el Postabsolutismo Inmediato La Revolución francesa (1789-1799) es el acto de la humani- dad probablemente el más trascendente en eliminar el absolutismo, al menos lo es en la historia europea, con efectos en toda la humani- dad. La Revolución fue un proceso social y político que se desarrolló en Francia en un decenio cuyas principales consecuencias inmediatas fueron la abolición de la monarquía absoluta y la proclamación de la República, eliminando las bases económicas y sociales del Antiguo Régimen 106 . Si bien la organización política de Francia osciló entre República, Imperio y Monarquía durante 75 años, después de que la Primera República cayera tras el golpe de Estado de Napoleón Bona- 106 La abolición del feudalismo, a consecuencia de la Revolución, se materializa el 4 de agosto de 1789, en la llamada “Noche de la locura”, la Asamblea Nacional abolió el feudalismo, eliminando las prebendas que recibía el clero y los derechos señoriales de la nobles (como, por ejemplo, el privilegio de no pagar impuestos que tenían). En cuestión de horas, los nobles y el clero perdieron sus privilegios. El curso de los acontecimientos estaba ya marcado, si bien llevó cuatro años la implantación del nuevo modelo. Asi- mismo, la Revolución implico pérdida de poder de la iglesia. La Revolución originó un masivo traspaso de poder de la Iglesia al Estado. En 1790 se eliminó la autoridad de la Iglesia para imponer impuestos sobre las cosechas, se eliminaron también los privilegios del clero y se confiscaron los bienes de la Iglesia. Bajo el Antiguo Régimen la Iglesia era el mayor terrateniente del país. Posteriormente se promulgó legislación que convertía al clero en empleados del Estado. Éstos fueron años de fuerte represión para el clero, siendo comunes la prisión y masacre de sacerdotes en toda Francia. El Concordato de 1801 entre la Asamblea y la Iglesia finalizó este proceso y establecieron normas de convivencia que se mantuvieron vigentes hasta el 11 de diciembre de 1905 cuando la Tercera República sentenció la separación definitiva entre la Iglesia y el Estado. El viejo calendario gregoriano, propio de la religión católica fue anulado por Billaud-Varenne, en favor de un nuevo calendario que establecía como primer día del año el 22 de Septiem- bre de 1792. 218 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. parte en 1799. Ciertamente, la revolución marcó el final definitivo del absolutismo y dio luz a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país. La revolución socavó las bases del sistema monárquico, no solamente en Francia, en la medida que le derrocó con un discurso politico humanista capaz de volverlo ilegítimo. ¿Cuáles fueron las causas de esta revolución? Fueron varios los factores políticos, económicos, sociales, ideológicos y coyuntura- les, internos y externos, que influyeron. Desde el punto de vista ideo- lógico-político, tuvo importancia la extensión de nuevas ideas en este período de la Ilustración, como las expuestas por Voltaire, Rousseau o Montesquieu, como libertad política, fraternidad, igualdad, rechazo a una sociedad dividida; o las nuevas teorías políticas sobre la separa- ción de poderes del Estado. Todo ello fue rompiendo el prestigio de las instituciones del Antiguo Régimen y ayudaron a su derrumbe. Desde el punto de vista económico, a un régimen monárquico sucumbiendo a su propia rigidez en un mundo cambiante, se unió el surgimiento de una clase burguesa que cobraba cada vez mayor relevancia económica y el descontento de las clases más bajas, junto con la expansión de las nuevas ideas liberales que surgieron en esta época y que se ubican bajo «La Ilustra- ción». Este auge de la burguesía, con un poder económico cada vez más grande y fundamental en la economía de la época, fue esencial en este proceso revolucionario. El odio contra el absolutismo monárquico se alimentaba con el resentimiento contra el sistema feudal por parte de la emergente clase burguesa y de las clases populares. A estos factores se agrega la inmanejable deuda del Estado, exacerbada por un sistema de extrema desigualdad social y de altos impuestos que los estamentos privilegiados, nobleza y clero, no tenían obligación de pagar, pero que sí oprimía al resto de la sociedad 107 . 107 Durante el reinado de Luis XV y Luis XVI, diferentes ministros, incluyendo Turgot y Jacques Necker, trataron sin éxito de reformar el sistema impositivo y convertirlo en un sistema más justo y uniforme. Tales iniciativas encontraron fuerte oposición en la nobleza, que se consideraba a sí misma garante en la lucha contra el despotismo. Tras la renuncia 21' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Hubo un aumento de los gastos del Estado y el descenso de los be- neficios para los terratenientes y los campesinos, y una escasez de alimentos en los meses precedentes a la Revolución. Con el tiempo se agudizaron las tensiones, tanto sociales como políticas, que se desata- ron cuando se produjo una profunda crisis económica a consecuencia de dos hechos puntuales: la colaboración interesada de Francia con la causa de la independencia estadounidense (que ocasionó un gigantes- co déficit fiscal) y la disminución de los precios agrícolas. El conjunto muestra un resentimiento generalizado dirigido hacia los privilegios de los nobles y el dominio de la vida pública por parte de una ambiciosa clase profesional, en el contexto de la Independencia de los Estados Unidos, proceso revolucionario que abrió los horizontes de cambio po- lítico a los franceses. En síntesis, los antecedentes a la revolución francesa son complejamente concatenados, producto de muchos factores internos y externos que tuvieron importancia capital al momento de la manifes- tación en general. Es esencial mencionar también que estos hechos fueron provocados por el desequilibrio de la nación en el ámbito eco- nómico, social y cultural; ya que no todos estaban en condiciones de igualdad. La actividad revolucionaria comenzó a gestarse cuando en el reinado de Luis XVI (1774-1792) se produjo una crisis en las finan- de estos ministros, se nombró en 1783 a Charles de Calonne a cargo de las Finanzas. Calonne indicó, tras un estudio detallado de la situación financiera, que ésta no era sos- tenible y que se precisaba llevar a cabo reformas importantes. En particular, prescribía un código tributario uniforme en lo concerniente a la tenencia de tierras. Aseguraba que así se permitiría un saneamiento de las finanzas. Sin embargo, aunque Calonne con- venció al rey de la necesidad de la reforma propuesta, la Asamblea de notables rehusó aceptar estas medidas, insistiendo en que únicamente podía aprobar dicha reforma un órgano representativo —preferentemente, los Estados Generales («états généraux»). El rey, viendo que Calonne se había convertido en un estorbo, lo despidió y reemplazó por Étienne de Loménie de Brienne, el arzobispo de Toulouse, quien había sido líder de la oposición en la Asamblea. Brienne intentó llevar a cabo las reformas propuestas por Calonne, pero éstas encontraron nuevamente una fuerte oposición, sobre todo por parte del Parlamento de París. Brienne trató de proseguir con la reforma tributaria a pesar de los parlamentos, pero esto ocasionó una masiva resistencia de los grupos pudientes que desembocó en el retiro de los préstamos a corto plazo. Tales préstamos daban oxígeno y vida a la economía del estado francés en aquel momento, por lo que esto indujo, prác- ticamente, una situación de bancarrota nacional. Derrotado, Brienne renunció en agosto de 1788 y Necker volvió a tomar las riendas de las finanzas francesas. Fue también por aquellos días que se convocó (para mayo de 1789) a los Estados Generales, por primera vez desde 1614. 220 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. zas reales, que en aquel entonces se equiparaban a las finanzas del Estado, debido al crecimiento de la deuda pública. Si bien Francia era un país con una economía en expansión, tenía una estructura social conflictiva y un Estado monárquico en crisis. De hecho, puede hablarse de una crisis del Antiguo Régimen en toda Europa Occidental, pero la forma en que esta crisis se dio en el Es- tado Francés, siendo su causa principal la crisis del campo y los levan- tamientos campesinos, además de la existencia de una burguesía que había adquirido conciencia de su papel, de clase emergente explican que pudiera darse en Francia una revolución con consecuencias mayo- res a las que tuvieron otros levantamientos de corte liberal de la época. Existía oposición generalizada contra reglas económicas y sociales que favorecían a grupos privilegiados. El Estado Francés padecía una grave crisis fiscal, en parte debido al apoyo económico otorgado por Luis XVI a las 13 colonias inglesas en la guerra de independencia, a consecuencia de sus contradicciones interimperiales con los ingleses. Una de las consecuencias con mayor alcance histórico de la re- volución fue la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano. En su doble vertiente, moral (derechos naturales inalienables) y política (condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos naturales e individuales), condiciona la aparición de un nuevo modelo de Estado, el de los ciudadanos, el Estado de Derecho, Democrático y Nacional. Aunque la primera vez que se proclamaron solemnemente los derechos del hombre fue en los Estados Unidos (Declaración de De- rechos de Virginia en 1776 y Constitución de los Estados Unidos en 1787), la revolución de los derechos humanos es un fenómeno pura- mente europeo. Será la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano francesa de 1789 la que sirva de base e inspiración a todas las declaraciones tanto del siglo XIX como del XX. El distinto alcance de ambas declaraciones es debido tanto a cuestiones de forma como de fondo. La declaración francesa es indiferente a las circunstancias en que nace y añade a los derechos naturales, los derechos del ciudadano. Pero sobre todo, es un texto atemporal, único, separado del texto constitucional y, por tanto, con un carácter universal, a lo que hay que añadir la brevedad, claridad y 221 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA sencillez del lenguaje. De ahí su trascendencia y éxito tanto en Francia como en Europa y el mundo occidental en su conjunto. SECCIÓN I. Poder y Política en Robespierre: Primacía de la República. Toda institución que no suponga que el pueblo es bueno y el magistrado corruptible, es viciosa. Maximilien François Marie Isidore de Robespierre (Francia 1758 -1794) 108 es uno de los principales actores de los procesos de cambio en la humanidad, en lo ideológico, político y en una nueva vi- sión del mundo, por la vía de la revolución de las ideas y de la política. Trató de imponer su ideal de república democrática y virtuosa. Apoda- do El Incorruptible por su dedicación a la Revolución y por su pasión por la virtud, fue uno de los más importantes líderes de la Revolución Francesa. Fue uno de los miembros más influyentes del Comité de Sal- vación Pública, que gobernó de facto durante el período en el que los revolucionarios consolidaron su poder, etapa comúnmente denomina- da como Reinado del Terror. Afín a las ideas liberales y al pensamiento de Rousseau, criticó el sistema judicial y el absolutismo monárquico y abogó por los principios de libertad, igualdad y fraternidad. En abril de 1789 fue elegido diputado por el tercer estado de Artois en los Estados Generales y, venciendo su timidez, se reveló en la Asamblea como un elocuente y fogoso orador. Defendió la concesión de los derechos políticos a todos los ciudadanos, el sufragio universal y directo, las libertades de prensa y reunión, la educación gratuita y obligatoria y la abolición de la esclavitud y de la pena de muerte. Su fama de hombre íntegro y de costumbres austeras le ganó el favor de las gentes, que comenzaron a llamarlo el Incorruptible. 108 Robespierre nació el 6 de mayo de 1758 en Arrás. Político y revolucionario francés. Primogénito de un abogado, quedó huérfano de madre a los nueve años. Poco después, su padre emigró a América, dejándolo al cuidado de unos parientes, junto a sus otros tres hermanos. Protegido por el obispo de su ciudad, estudió con una beca en el colegio Luis el Grande, donde tuvo como condiscípulos a Desmoulins. Tras graduarse en derecho en París, en 1781 regresó a Arras, donde ejerció la abogacía. 222 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Durante el período legislativo afirmó su ascendencia en el Club de los Jacobinos, sector revolucionario de izquierda, si bien su oposi- ción a la guerra, por considerar que favorecía a la causa contrarrevolu- cionaria, lo enfrentó a los girondinos, sector conservador en la revolu- ción. Tras la insurrección de la Comuna en 1792, fue elegido miembro de la misma y desde ella promovió la sustitución de la Legislativa por la Convención, constituída finalmente el 20 de septiembre. Elegido di- putado por París y convertido en uno de los principales dirigentes del partido de la Montaña, utilizó su tribuna para atacar a los girondinos y buscar su exclusión de la Convención, sobre todo después de la traición del general Dumouriez. Conforme se aceleraba el curso de la Revolución, defendió al Comité de Salvación Pública, del cual entró a formar parte en julio de 1793, y la institución de una dictadura para lograr la unidad de la República ante sus enemigos, tanto extranjeros como interiores, así como también para afrontar la falta de recursos. Robespierre es creador de la teoría del gobierno revolucionario. “La teoría del gobierno revolucionario es tan nueva como la revolución que la ha traído”. No hay que buscarla en los libros de los escritores políticos, que no han visto en absoluto esta Revolución, ni en las leyes de los tiranos que contentos con abusar de su poder, se ocupan poco de buscar la legitimidad; esta palabra no es para la aristocracia más que un asunto de terror; para los tiranos, un escándalo; para mucha gente un enigma. El principio del gobierno constitucional es conservar la Repúbli- ca; la del gobierno revolucionario es fundarla. El gobierno constitucional se ocupa principalmente de la libertad civil; y el gobierno revolucionario de la libertad pública. Bajo el régimen constitucional es suficiente con proteger a los individuos de los abusos del poder público; bajo el régi- men revolucionario, el propio poder público está obligado a defenderse contra todas las facciones que le ataquen. El gobierno revolucionario debe a los buenos ciudadanos toda la protección nacional; a los ene- migos del pueblo no les debe sino la muerte” Denunció la guerra de Francia contra Austria (1792), por con- siderarla imprudente y creer que servía a los intereses de Luis XVI. Su papel empezó a ser fundamental. Formó parte de la Convención 22J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Nacional, que se eligió por sufragio universal, y en la que se sentó entre los Montañeses. El apoyo de los revolucionarios de París (los sin pantalones -sans-culottes) llevó a Robespierre al poder: primero como miembro de la Comuna revolucionaria que ostentaba el poder local; luego como representante de la ciudad en la Convención Nacional que asumió todos los poderes y en la que Robespierre apareció como por- tavoz del partido radical de la Montaña (junto con Danton y Marat). En este momento Robespierre pasó a ser republicano. Luchó firmemente contra los Girondinos, contrarios a la ejecución de Luis XVI y contri- buyó a su aniquilación política tras la traición de Charles-François Du- mouriez (2 de junio de 1793). Entró en el Comité de Salvación Pública el 9 de Termidor del año I (27 de julio de 1793), y se conviertió en el alma de la “dictadura jacobina” que impuso un régimen de terror, me- didas excepcionales que se consideraban indispensables para salva- guardar la República de las graves amenazas tanto internas (revueltas en la región de Vendée) como externas, e instauró un régimen basa- do a la vez en la virtud y en el Terror, según sus propios términos. Estaba convencido de su misión provindencial. Tras la eliminación de los ultrarrevolucionarios (seguidores de Hébert) (24 de marzo de 1794) tildados de “demagogos”, y luego de los “Indulgentes” agrupados en torno a Danton y Desmoulins (5 de abril de 1794), Maxi- miliano Robespierre trató de imponer su ideal de república democrática y virtuosa, constituida por pequeños propietarios libres e iguales en derechos, coronándola espiritualmente con la institución del Culto al Ser Supremo. Participó en la elaboración de la Declaración de los De- rechos del Hombre y del Ciudadano así como a la primera constitución francesa en 1791. Se le llamó el Incorruptible, tanto por sus conviccio- nes como por su modo de vida austero. Robespierre era impecable en el lenguaje, modales y atavíos. Se lo ha llamado desde sectores de derecha, “el primer dictador moderno”. Convencido que el orden constitucional, al que aspiraba la Re- volución, era distinto del orden revolucionario que debía llevar a él, ins- tituyó el terror como mecanismo para construir una sociedad transpa- rente y sana. Con este propósito eliminó a los «radicales» (hebertistas) y girondinos en marzo de 1794, con el apoyo de Marat y Danton, y en 224 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. abril, a los «indulgentes», entre ellos el propio Danton, aunque no sin vacilaciones. Acumuló entonces todo el poder en sus manos, junto con Couthon y Saint-Just. En marzo, intentó una redistribución de las rique- zas (decretos de Ventose) y trató de restaurar la religión como pilar del Estado y de la moral, para lo que estableció el culto al Ser Supremo, cuyo apogeo fue la fiesta del Ser Supremo, celebrada el 8 de junio. Ese mismo mes llevó todavía más lejos la represión, suprimió las últimas garantías procesales que les quedaban a los acusados e incluso ame- nazó la inmunidad de los diputados, lo cual le sustrajo sus principales apoyos, incluido el popular, muy afectado por las medidas económicas. Su posición y la del grupo que lo alentaba se convirtieron en insosteni- ble a partir del momento en que la situación militar de la República se consolidó, gracias a la victoria de Fleurus (26 de junio). Al estar enfermo con frecuencia, supuestamente por depresión y ausente de las reuniones del comité, daba temor a sus compañeros, tanto a los más partidarios del terror de entre los integrantes de la Convención (Fouché, Barras) como a los diputados del Marais, tras la instauración del Gran Terror (Ley de Pradial, año II - 10 de junio de 1794), que se consideraba innecesario tras las victorias militares (Fleurus, 26 de junio de 1794). Una alianza de opositores, entre ellos Carnot, Fouché, Tallien, Fréron y Billaud-Varenne, logró el control de la Convención, que ordenó su detención y la de sus más próximos parti- darios. Detenido por los reaccionarios el 9 Termidor del año II (27 de ju- lio de 1794), se le disparó en el arresto y se le ejecutó al día siguiente, sin proceso, al igual que 21 de sus partidarios (Saint-Just y Couthon). La sublevación de la Comuna en su favor no impidió su arresto y su posterior ejecución en la guillotina el 28 de julio, 10 de Termidor.Su caída acabó con el “Terror” y a la vez con el impulso democrático de la República. A su caída, aquellos que habían organizado el “Terror” y se habían aprovechado apropiándose de los bienes de los nobles y ban- queros ejecutados cargaron todas sus fechorías sobre Robespierre, llegando incluso a falsificar documentos históricos. 22· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA SECCIÓN II. Poder y Política en Bonaparte: La Involución Histórica Napoleón Bonaparte (1769- 1821) 109 sintetiza práctica en la Política, el Poder, al ser el primer imperio francés; la Ideología (por choque y unión de civilizaciones); el imperio económico al someter a poderes de otras naciones; involución de la humanidad, al eliminar la República instaurada por la Revolución: y contradictoriamente, desa- rrollo a la vez al debilitar otros poderes absolutistas, restablecer dere- chos humanos ciudadanos, abolir servidumbre feudalista, establecer libertad de culto. En efecto, representa una contradicción entre involu- ción política en la historia de la humanidad al destruir en 1799 la Re- pública surgida de la Revolución Francesa diez años atrás; la concen- tración del poder político y económico por la vía absolutista imperial; guerras y conquistas contra el resto de países de Europa, Asia, África, Medio Oriente; crisis de su mandato que posibilito la restauración de la 109 Nacido Napoleone di Buonaparte (Nabolione o Nabulione en corso), sólo un año después de que Francia comprara la isla a la República de Génova. Napoléone años después cambió su nombre por el afrancesado Napoléon Bonaparte. Su familia formaba parte de la nobleza local. Su padre, Carlo Buonaparte, abogado, fue nombrado en 1778 representante de Córcega en la corte de Luis XVI, lugar donde permaneció por varios años, por lo que fue su madre, María Letizia Ramolino, la figura fundamental de su ni- ñez. Adelantada a su época, exigía que sus ocho hijos se bañaran diariamente, cuando lo común era bañarse, llegado el caso, una vez al mes. Napoleón, de carácter huraño y taciturno, se mantuvo apartado de sus compañeros. Le gustaba estar solo para meditar y sentía profunda aversión hacia los franceses, a quienes acusaba de ser los opresores de los corsos. No era muy buen estudiante, mas le interesaban las matemáticas, ciencia en la que progresaba asombrosamente. También se dedicó a la lectura de obras de la litera- tura clásica como Historia Universal de Polibio; Vidas paralelas de Plutarco o Expedición de Alejandro de Arriano de Nicomedia, obras que tuvieron una profunda influencia en su vida. Su padre consiguió que Napoleón y su hermano José se trasladaran a la Francia continental, para estudiar en la escuela militar francesa de Brienne-le-Château a la edad de 10 años. Antes de entrar debía aprender francés, idioma que habló con un marcado acento italiano por el resto de su vida. Obtuvo notas destacadas en matemáticas y geo- grafía, consiguiendo también las necesarias para aprobar las demás materias. Tras su graduación en 1784, fue admitido en la École Royale Militaire de París. Aunque había buscado en un principio una formación naval, terminó estudiando artillería en la École Militaire. Después de su graduación en septiembre de 1785, fue comisionado como teni- ente segundo de artillería. Tomó sus nuevas obligaciones en enero de 1786, a la edad de 16 años. Napoleón sirvió en la guarnición de Valence y de Auxonne hasta el estallido de la Revolución Francesa (aunque se tomó casi dos años de licencia en Córcega y París durante este lapso). Poco después de comenzar la revolución, Napoleón se encontraba en Córcega. Apoyó la facción jacobina y obtuvo el rango de comandante segundo de la Guardia Nacional de Voluntarios de la isla. Después de entrar en conflicto con el líder nacionalista Pasquale Paoli (antiguo héroe de Napoleón), Bonaparte y su familia fueron obligados a huir a Francia, donde llegaron en junio de 1793. 22o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. monarquía con Luis XVIII; y, asimismo, representa avances extraordi- narios por la ilustración de su mandato de más de diez años, por múl- tiples reformas jurídico institucionales. Abolió en los países europeos conquistados el feudalismo y la servidumbre y se estableció la libertad de culto (salvo en España); ordenó que en Egipto la servidumbre y el feudalismo fuesen abolidos y los derechos básicos de los ciudadanos garantizados; y le fue otorgado a cada Estado una constitución en la que se concedía el sufragio universal. Fue un militar y gobernante francés, general republicano du- rante la Revolución y el Directorio, artífice del golpe de Estado del 18 de Brumario que le convirtió en Primer Cónsul de la República el 11 de noviembre de 1799; cónsul vitalicio desde el 2 de agosto de 1802, el 18 de mayo de 1804 fue proclamado Emperador de los Franceses (Em- pereur des Français) y coronado el 2 de diciembre; proclamado Rey de Italia el 18 de marzo de 1805 y coronado el 26 de mayo, ostentó ambos títulos hasta el 6 de abril de 1814 y, nuevamente, desde el 20 de marzo hasta el 22 de junio de 1815. Napoleón es considerado como uno de los mayores genios militares de la Historia, habiendo comandado campañas bélicas muy exitosas, aunque con ciertas derrotas igualmente estrepitosas. Sus agresivas guerras de conquista se convirtieron en las mayores guerras conocidas hasta entonces en Europa, involucrando a un número de soldados jamás visto en los ejércitos hasta entonces. Durante el período de poco más de una década, adquirió el control de casi toda Europa Occidental y Central por conquistas o alianzas y solo fue tras su derrota en la Batalla de las Naciones cerca de Leipzig en octubre de 1813 que se vio obligado a abdicar unos meses más tarde. Regresó a Francia en lo que es conocido como los Cien Días y fue decisivamente derrotado en la Batalla de Waterloo en Bélgica, el 18 de junio de 1815, siendo exiliado a la isla de Santa Elena, donde falleció en 1812 a la edad de 51 años. Aparte de sus proezas militares, a Napoleón también se le conoce por el establecimiento del Código Napoleónico y es considerado por algunos un «monarca ilumi- nado» por su extraordinario talento y capacidad de trabajo. Otros, sin embargo, lo consideran un dictador tiránico cuyas guerras causaron 22/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA la muerte de millones de personas. Indudablemente, es el personaje que marcó el inicio del siglo XIX y la posterior evolución de la Europa contemporánea. Napoleón Bonaparte fue un estratega brillante. Logró absorber los conocimientos militares esenciales de su época y aplicarlos exito- samente. Como planificador en el campo de batalla fue bien conocido por su creatividad en las tácticas de movilización de la artillería. Sin embargo su éxito no se debía únicamente a su carácter innovador, sino a su profundo conocimiento e inteligente aplicación de las tácticas mili- tares convencionales. Como él decía: «He peleado en sesenta batallas y no he aprendido nada que no supiera anteriormente». Como oficial de artillería, desarrolló nuevas tácticas y empleó la artillería como una fuerza móvil para respaldar los ataques de la infantería, beneficiándo- se de la ventaja tecnológica de Francia en materia de armamento. Fue conocido como un comandante agresivo, que contaba con la lealtad de soldados altamente motivados. También fue el primero que hizo uso de sistemas de telecomunicación, la llamada «línea Chappe de semá- foros», implantada en 1792. También fue un maestro en materia de espionaje y de engaño. Frecuentemente ganó batallas al conocer de antemano el movimiento de las tropas enemigas. Durante su campaña de Italia (1796-1797) 110 Bonaparte se convirtió en una figura influyente en la política francesa. Publicó dos periódicos, inicialmente para sus tropas, pero que circulaban también 110 Bonaparte tomó el mando del Ejército de Italia, al que lideró exitosamente en la inva- sión de dicho país. Antes de partir, arengó a sus tropas con estas palabras: «Soldados: estáis mal vestidos y mal alimentados. El gobierno os debe mucho. Grandes provincias y ciudades serán vuestras. Allí hallaréis gloria y riqueza». Por aquella época ganó el apodo de «Pequeño Cabo» en virtud de su camaradería con la tropa. Logró sacar a las fuerzas austríacas de Lombardía y derrotó al ejército de los Estados Papales. A raíz de la protesta del Papa Pío VI por la ejecución del rey Luis XVI, Francia respondió anexion- ándose dos pequeños territorios papales. Sin embargo, Bonaparte desoyó las órdenes del Directorio de marchar contra Roma y destronar al Papa. No fue sino un año después que el General Berthier capturó Roma y apresó al Papa, quien posteriormente falleció por una enfermedad en su cautiverio. En 1797, Bonaparte al mando del ejército derrotó sucesivamente a cuatro generales austríacos cuyas tropas eran superiores en número y forzó a Austria a firmar un acuerdo de paz. El resultante Tratado de Campoformio le dio a Francia el control de la mayoría del norte de Italia, así como el de los Países Bajos y el área del Rín. Una cláusula secreta prometía otorgar Venecia a Austria. Bonaparte marchó contra Venecia, ocupándola y acabando con más de 1.000 años de independen- cia. Posteriormente, en 1797, Bonaparte organizó los territorios ocupados en Italia en lo que se conoció como la República Cisalpina. 228 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. por Francia. En mayo de 1797 fundó un tercer periódico publicado en París llamado «Le Journal de Bonaparte et des hommes virtues». Las elecciones de 1797 dieron a los realistas mayor poder, lo que alarmó a Barras y sus aliados en el Directorio. Los monárquicos, por su par- te, comenzaron a criticar a Bonaparte acusándole de haber saqueado Italia y de haberse excedido en su autoridad al negociar con Austria (lo cual en ambos casos era cierto). Bonaparte envió con prontitud al General Augereau a París para liderar un golpe de estado el 18 de fructidor (4 de septiembre), eliminando políticamente a los realistas. Esto devolvió nuevamente a Barras el control, pero ahora de- pendiendo de Bonaparte para permanecer en su cargo. Después de finalizar sus negociaciones con Austria, Napoleón regresó a París en diciembre siendo recibido como un héroe conquistador y la fuerza do- minante en el gobierno, mucho más popular que sus Directores. En marzo de 1798 Bonaparte propuso llevar a cabo una expe- dición para colonizar Egipto, en aquel entonces una provincia otomana, con el objetivo de proteger los intereses comerciales franceses y cortar la ruta de Gran Bretaña a la India. El Directorio de la Revolución, aun- que preocupado por el alcance y el costo de la expedición, aprobó la empresa dado que significaba sacar a Bonaparte del centro del poder. El aspecto más inusual de dicha expedición es la inclusión de un buen número de científicos, lo cual, según algunos, reflejaba la devoción de Bonaparte a los principios e ideas del entonces período de Ilustración. Otros, sin embargo, lo vieron como una maniobra propagandís- tica que sólo buscaban ocultar las intenciones imperialistas de Napo- león. Bonaparte también emitió proclamas en las cuales se represen- taba como liberador del pueblo egipcio, oprimido por el yugo otomano y alabando los preceptos del Islam. Esta maniobra no fue exitosa dado que el pueblo egipcio siempre vio a los franceses como una fuerza de ocupación. Camino a Egipto, la expedición de Bonaparte conquistó a traición Malta el 9 de junio, expulsando a la Orden Hospitalaria. Des- embarcó en Alejandría el 1 de julio de 1798, eludiendo temporalmente a la Armada británica. Aunque los franceses ganaron la decisiva batalla de las Pirámides (con un ejército de 25.000 hombres enfrentados a 100.000 del enemigo), toda la flota francesa (a excepción de dos na- 22' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA ves) fue destruída por el almirante Nelson en la Batalla del Nilo. Con su ejército atrapado en Egipto, el objetivo de Bonaparte de fortalecer su presencia en el Mediterráneo se vio frustrado, si bien logró consolidar su poder en Egipto, no sin sofocar antes diversas revueltas populares. Bona- parte ordenó que en Egipto la servidumbre y el feudalismo fuesen abolidos y los derechos básicos de los ciudadanos garantizados. Bonaparte fue llamado por los egipcios Sultán Kebir, el Sultán de Fuego. La situación pro- pició el desarrollo de importantes estudios sobre el Antiguo Egipto entre los que se destaca el descubrimiento de la Piedra de Rosetta. A comienzos de 1799 condujo al ejército francés sobre la pro- vincia otomana de Siria y derrotó a las fuerzas superiores despacha- das por la Sublime Puerta en diferentes batallas, pero su ejército su- cumbió ante las plagas (en especial la peste bubónica) y la carencia de suministros. Napoleón dejó un contingente de 13.000 soldados para apoderarse de las ciudades costeras de Jaffa, El Harish, Gaza y Haifa. El asalto de Jaffa fue particularmente brutal. Aunque los franceses se apoderaron de la ciudad tras unas pocas horas de combate, los sol- dados de la República asesinaron a bayonetazos a 2.000 turcos de la guarnición que trataban de rendirse. A continuación se ensañaron durante tres días con la población civil, robando y matando a hombres, mujeres y niños. La matanza culminó cuando Bonaparte ordenó la ejecución de 3.000 prisioneros turcos. Con su ejército debilitado, e incapaz de tomar la fortaleza de Acre, Bonaparte se vió obligado a retornar a Egipto en mayo de 1799. Con el objeto de acelerar su marcha, los prisioneros fueron ejecutados y los enfermos abandonados a una muerte segura. De vuelta al país del Nilo, el 25 de julio Bonaparte derrotó a los otoma- nos en su intento de desembarco en Abukir. Con la situación en Egipto estancada y la cada vez mayor inestabilidad en Francia, Bonaparte abandonó el país en una goleta rumbo a Francia, dejando al mando al general Kléber. La Francia Napoleónica es el escenario de múltiples campa- ñas de guerras y conquistas. Durante su estancia en Egipto, Bona- parte siguió de cerca los asuntos europeos, obteniendo información principalmente de los periódicos y despachos que le llegaban irregular- 2J0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. mente. El 23 de agosto de 1799 decide sorpresivamente embarcarse hacia Francia, aprovechando una relajación temporal del bloqueo a los puertos franceses por parte de la flota británica.Aunque posteriormente fue acusado por sus oponentes políticos de abandonar a sus tropas, su partida había sido debidamente autorizada por el Directorio, que había sufrido una serie de derrotas militares contra las fuerzas de la Segunda Coalición, formada por la alianza de Gran Bretaña con Austria, Rusia, Nápoles y Portugal, temiendo una inminente invasión. Cuando llegó a París en el mes de octubre, la situación militar había mejorado tras varias victorias sobre el enemigo. La República, sin embargo, estaba en bancarrota y el Direc- torio, corrupto e ineficiente, estaba en su nivel más bajo de popula- ridad. Uno de los Directores, Sieyès, pidió a Bonaparte su respaldo para ejecutar un golpe de estado contra la Constitución existente. La trama involucraba también al hermano de Bonaparte, Lucien, quien se desempeñaba como cabeza del Consejo de los Quinientos, a otro Di- rector, Roger Ducos y a Talleyrand. El 9 de noviembre (18 de Brumario) y en el día siguiente, tropas dirigidas por Napoleón tomaron control y dispersaron a los consejos legislativos, quedando Bonaparte, Sieyès y Ducos como Cónsules provisionales que regirían al gobierno. Si bien Sieyès pretendía dominar el nuevo régimen, Bonaparte se le adelantó redactando la Constitución del Año VIII, asegurando su elección como Primer Cónsul. Esto le convirtió en la persona más poderosa de Fran- cia, poder que se incrementaría en la Constitución del Año X, cuando logró nombrarse Primer Cónsul vitalicio. En el Consulado, Bonaparte instituyó diversas e importantes refor- mas, incluyendo la centralización de la administración de los Departamen- tos, la educación superior, un nuevo código tributario, un banco central, nuevas leyes y un sistema de carreteras y cloacas. En 1801 negoció con la Santa Sede un Concordato, buscando la reconciliación entre el pue- blo católico y su régimen. Durante el año 1804 se dictó el Code civil des Français, también conocido como Código Napoleónico, que consiste en la redacción de un cuerpo único que unificara las leyes civiles francesas. El Código fue preparado por comités de expertos legales bajo la supervisión de Jean Jacques Régis de Cambacérès, quien se des- 2J1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA empeñó como Segundo Cónsul desde 1799 a 1804; Bonaparte, sin embargo, participaba activamente en las sesiones del Consejo de Es- tado, donde se revisaban las propuestas de leyes. Este código influyó de manera trascendental en el mundo jurídico, siendo la piedra angular del proceso de codificación. Otras normas dictadas durante la regencia de Napoleón fueron el Código Penal de 1810 y el Código de Comercio de 1807. En 1808 fue promulgado el Código de Instrucción Criminal, estableciendo reglas y procedimientos judiciales precisos en esta ma- teria. Si bien los estándares modernos consideran que dichos procedi- mientos favorecían a la parte acusadora, cuando fueron promulgados era intención de los legisladores resguardar las libertades personales y remediar los abusos que normalmente ocurrían en los tribunales euro- peos. Si bien es cierto que Bonaparte era un regente autoritario, no es menos cierto que la mayoría de Europa estaba gobernada por monar- quías absolutas. Bonaparte trató de restaurar la ley y el orden después de los excesos causados por la Revolución, al mismo tiempo que refor- maba la administración del Estado. En 1800 Bonaparte regresó a Italia, la cual había sido recon- quistada por Austria durante su ausencia en Egipto. Cruzó con sus tropas los Alpes en primavera (si bien cabalgaba sobre una mula, y no en el caballo blanco con el que lo pintó David). Al principio la campaña no fue exitosa, pero más adelante propinó una rotunda derrota a los austríacos, la cual llevó a la firma de un armisticio. El hermano de Na- poleón, José, principal negociador del armisticio, reportó que debido a la alianza entre Austria y Gran Bretaña, Austria no podía reconocer ningún territorio conquistado por Francia. Las negociaciones se volvieron más y más erráticas hasta que Bonaparte ordenó al General Moreau atacar a Austria nuevamente. Moreau llevó al ejército francés a la victoria de Hohenlinden y finalmen- te el armisticio fue firmado en Lunéville en febrero de 1801, bajo el cual se reafirmaba a Francia su dominio sobre los territorios ocupados en el Tratado de Campoformio. Los británicos también firmaron un acuerdo de paz mediante el Tratado de Amiens en marzo de 1802, bajo el cual Malta paso a ser territorio francés. El Concordato de 1801 con el Papa Pío VII, puso fin al enfrentamiento con la Iglesia Católica originado por el inicio de la Revolución. 2J2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. La paz entre Francia y Gran Bretaña era muy precaria. Las monarquías legítimas de Europa estaban renuentes a reconocer a la república, temiendo que la idea de la revolución fuera exportada a sus países. En Gran Bretaña, el hermano de Luis XVI fue recibido con ho- nores de huésped de estado a pesar de que los británicos ya habían reconocido a la república francesa. Por otra parte, Gran Bretaña no había desocupado ni Malta ni Egipto, como había prometido y protestó contra la anexión de Piamonte y el Acto de Mediación de Suiza, si bien ninguna de éstas áreas estaba contemplada en el Tratado de Amiens. En 1802, otra constitución dictada por Napoleón otorgó carác- ter vitalicio a su consulado y sirvió como preámbulo para su autopro- clamación como monarca del Primer Imperio Francés. Apoyado por buena parte de las aristocracia, en una ceremonia realizada en la Ca- tedral Notre Dame de París (1804) ante la presencia del Papa Pío VII, Napoleón se coronó a sí mismo, lo cual dió origen a la creencia popular de que ese acto fue una demostración de negación a la autoridad pon- tificia, lo cual no es cierto. La ceremonia estaba acordada con el Papa en forma anticipada. Napoleón reorganizó la administración del estado, reorganizó el sistema judicial, tipificó la legislación civil francesa con el Código Napoleónico y con otros seis códigos que garantizaban los derechos y libertades conquistados durante el período revolucionario, así como la igualdad ante la ley y la libertad de culto. También sometió las escuelas a un control centralizado 111 . En 1803, el ejército de Bonaparte fue derrotado en Santo Do- mingo, combinándose la fiebre amarilla con la tenaz resistencia de Touissant L’Ouverture, que finalizó con la independencia de Haití en 1804. Ante el escenario de indefensión de las posesiones francesas en Norteamérica, Napoleón decide la venta de Louisiana, un territorio de aproximadamente 2 millones de km² perteneciente a Francia. Estados 111 El famoso y temperamental compositor alemán Ludwig van Beethoven estaba entre las personalidades de aquel tiempo que admiraban a Napoleón por lo que simbolizaba políticamente: los ideales democráticos y republicanos de la Revolución Francesa. Al parecer por una sugerencia del embajador francés en Viena, Jean-Baptiste Bernadotte, comenzó a componer su Tercera Sinfonía, que titularía Eroica (Heroica en italiano). Sin embargo, con la auto-coronación de Napoleón, Beethoven se decepcionó y le retiró la dedicatoria colocando como subtítulo: Sinfonia eroica, composta per festeggiare il sov- venire d’un grand’uomo (Sinfonía Heroica, compuesta para festejar el recuerdo de un gran hombre). 2JJ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Unidos buscaba, por su parte, la manera de controlar la navegación so- bre el río Mississippi. La Compra de Louisiana fue uno de los eventos más significativos que tuvieron lugar durante el gobierno napoleónico, aún cuando en su momento pasó relativamente inadvertido. El precio establecido fue de $ 7,40/km². El imperio se forma. Con la esperanza de consolidar su puesto, Fouché le sugirió a Bonaparte que la mejor forma de apaciguar cons- piraciones sería transformar el consulado vitalicio en un imperio here- ditario, el cual, dado que tendría un heredero, quitaría toda esperanza de cambiar el régimen por asesinato. Bonaparte acoge la sugerencia y en 28 de mayo 1804 se proclama el imperio. La heterogénea oposi- ción a su gobierno fue desmantelada mediante drásticas represiones a derecha e izquierda, a raíz de fallidos atentados contra su persona. El ejemplo más amedrentador fue el secuestro y ejecución de un príncipe emparentado con los Borbones depuestos, el duque de Enghien, el 21 de marzo de 1804. El corolario de este proceso fue el ofrecimiento que le hizo el Senado al día siguiente de la corona imperial. La ceremonia de coronación se llevó a cabo el 2 de diciembre en Notre Dame, con la asistencia del papa Pío VII, aunque Napoleón se ciñó la corona a sí mismo y después la impuso a Josefina; el pontífice se limitó a pedir que celebrasen un matrimonio religioso, en un sencillo acto que se ocultó celosamente al público. Una nueva Constitución el mismo año afirmó aún más su autoridad omnímoda. Las guerras de conquista reinician. Gran Bretaña había reanu- dado la guerra naval con Francia desde abril de 1803. Hasta 1805 Na- poleón sólo tuvo que batallar contra los británicos. En este año, Rusia, Suecia, Austria y Nápoles se unieron a Gran Bretaña en la antifrancesa Tercera Coalición. Para atacar a Inglaterra, el problema era el mismo de 1798: para cruzar el Canal, los franceses tenían que tomar el control del mar. Napoleón descartó su plan de invadir Inglaterra que consistía en un ataque de 2.000 navíos entre Brest y Antwerp y la concentración de su Grande Armée en el campo de Boulogne (1803). Muy inferior a la Marina Inglesa, la flota francesa necesitaba la ayuda de los españoles; e incluso unidas las dos flotas no podían esperar derrotar más de uno de los escuadrones británicos. 2J4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. España fue inducida a declararle la guerra a Inglaterra en di- ciembre de 1804 y se decidió que los escuadrones españoles y fran- ceses concentrados en las Antillas como señuelo pusieran una trampa, atrayendo así a un escuadrón británico a estas aguas con el fin de balancear las fuerzas entre el navío franco-español y el británico. Una batalla en la entrada al Canal podría entonces pelearse con posibilida- des de éxito. El plan falló tras la dramática derrota naval de Trafalgar, don- de la flota británica comandada por el Almirante Nelson destruyó gran parte de las flotas de Francia y España. Napoleón dirigió sus ejércitos contra las fuerzas austro-rusas, a las que derrotó en la batalla de Aus- terlitz el 2 de diciembre de 1805. Conquistó el reino de Nápoles en 1806 y nombró rey a su hermano mayor, José; se autoproclamó Rey de Italia (1805), desintegró las Provincias Unidas, que en 1795 había constituido como República de Batavia, y fundó el Reino de Holanda, al frente del cual situó a su hermano Luis y estableció la Confederación del Rin, que agrupaba a la mayoría de los estados alemanes y que quedó bajo su protección. Prusia y Rusia forjaron una nueva alianza (Cuarta Coalición) y atacaron a la Confederación. Napoleón derrotó al ejército prusiano en Jena y Auerstädt (1806) y al ruso en Friedland. En julio de 1807 estableció el Tratado de Tilsit con el Zar Alejandro I por el que se redujo el territorio de Prusia. Además, Westfalia, gobernado por su hermano Jerónimo, y el Gran Ducado de Varsovia entre otros estados pasaron a formar parte del Imperio. No habiendo podido vencer a los británicos militarmente, Napo- león impuso el bloqueo sobre las mercancías inglesas con el propósito de arruinar su comercio. Portugal fue una de las naciones que no se plegó al bloqueo, razón por la cual Napoleón buscó una alianza con Es- paña para invadir a Portugal. Cuando España se negó, en contra de la voluntad de algunos de sus generales, el mismo Napoleón comandó las fuerzas que invadieron España y derrotaron al ejército de este país. También derrotó al ejército inglés que vino a la ayuda de Es- paña. Finalmente conquistó Portugal en 1807 y en 1808 colocó a su hermano José en el trono de España, dejando Nápoles como una mo- narquía manejada por su cuñado, Joachim Murat. Tras la partida de 2J· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Napoleón, el pueblo español se rebeló, iniciando la guerra entre las tropas francesas y las españolas (apoyadas por Gran Bretaña), tenien- do un papel fundamental la lucha de guerrilla. Este conflicto supuso un gran desgaste humano (se ha estimado en 300.000 bajas) y econó- mico para Francia. Se calcula que el 10% de las bajas tanto del lado español como del francés ocurrieron durante los dos sitios a la ciudad de Zaragoza, entre el 15 de junio de 1808 y el 21 de febrero de 1809. Por otra parte, Austria rompió el pacto con Francia y Napoleón se vio obligado a comandar sus fuerzas en los frentes del Danubio y Alemania. En la batalla de Aspern-Essling (21 y 22 de mayo de 1809) cerca de Viena, Napoleón estuvo a punto de perder su ejército, sin que el enemigo tampoco lograra un triunfo. Tras una tregua de casi dos meses, nuevamente se enfrentaron ambos ejercidos, pero esta vez el ejército francés derrotó al austríaco en la batalla de Wagram, el 6 de julio de 1809. Tras este triunfo, Francia convirtió los territorios conquistados en las Provincias Ilirias (en la actualidad parte de Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Serbia y Montenegro) y conquistó los Estados Pontificios. Tras aliarse nuevamente con Austria, Napoleón contrajo matrimonio con María Luisa, hija del monarca austríaco, Francisco I de Austria, perteneciente a la casa de Habsburgo, una vez repudiada Josefina al no poder darle un heredero. Con este enlace vinculaba su dinastía a la más antigua de la casas reales de Europa, con la espe- ranza de que su hijo, nacido en 1811 y al que otorgó el título de Rey de Roma como heredero del Imperio, fuera mejor aceptado por las monarquías reinantes. El Imperio alcanzó su máxima amplitud en 1810 con la incorporación de Bremen, Lübeck y otros territorios del norte de Alemania, así como con el reino de Holanda, después de obligar a ab- dicar a su hermano que había adoptado el título de Luis I Bonaparte. En síntesis, la Europa Napoleónica generó implicaciones fue- ra de su región. El Código Napoleónico fue introducido en todos los nuevos Estados creados bajo el Imperio Francés. Se abolieron el feu- dalismo y la servidumbre y se estableció la libertad de culto (salvo en España). Le fue otorgada a cada Estado una constitución en la que se concedía el sufragio universal masculino, una declaración de dere- 2Jo I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. chos y la creación de un parlamento. Fue instaurado el sistema admi- nistrativo y judicial francés; las escuelas quedaron supeditadas a una administración centralizada y se amplió el sistema educativo libre de manera que cualquier ciudadano pudiera acceder a la enseñanza se- cundaria sin que se tuviera en cuenta su clase social o religión. Cada Estado disponía de una academia o instituto destinado a la promo- ción de las artes y las ciencias, al tiempo que se financiaba el trabajo de los investigadores, principalmente el de los científicos. La creación de gobiernos constitucionales siguió siendo sólo una promesa, pero el progreso y eficacia de la gestión fueron un logro real. Sin duda, el imperio napoleónico generó impactos en Améri- ca. Para América Latina, la figura de Napoleón es fundamental. Su intervención en España, las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII, la entrega del trono español a su hermano José, la promulgación de la Constitución de Bayona en 1808 que reconocía la autonomía de las provincias americanas del dominio español y sus pretensiones de reinar sobre aquellos inmensos territorios cuyos habitantes nunca qui- sieron aceptar los planes y designios del emperador, son elementos básicos para entender los movimientos de emancipación. En el resto del continente, la negociación de Louisiana y el manejo que dio Francia al proceso de independencia de Haití tuvieron una enorme influencia en el desarrollo del continente. El ocaso y la caída de Napoleón se inicia por las contradic- ciones generadas por las guerras de expansión imperiales. Si bien el Congreso de Erfurt había preservado la alianza entre Napoleón y el zar Alejandro I, en 1811 las tensiones comenzaron nuevamente a crecer entre ambas naciones. A pesar de ser un ávido admirador de Napoleón desde su encuentro en 1807, Alejandro I estaba siendo presionado por la aristocracia rusa para romper dicha alianza, dado que ésta se consi- deraba un insulto para el orgullo ruso. La primera señal de que la alianza se estaba deteriorando fue la forma no muy entusiasta y débil con que Rusia aplicó el Bloqueo Continental. Esto enfureció a Napoleón quien también tenía simpatía hacia el Zar, lo que le hizo sentirse defraudado y traicionado. En 1812 los consejeros del Zar le indicaron que una vasta revolución estaba fer- 2J/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA mentando por toda Alemania y que ése era el momento propicio para atacar al imperio francés y recuperar Polonia. Gran número de tropas se desplazaron a la frontera con Polonia (más de 300.000 soldados de un ejército total de 410.000). Napoleón, sin embargo, se anticipó a esta maniobra y comenzó a expandir su ejército hasta lograr un con- tingente de 600.000 hombres (adicionalmente a los 300.000 que se encontraban en la península ibérica). Napoleón ignoró los consejos de no invadir suelo ruso y el 23 de junio de 1812 procedió a la invasión. En un esfuerzo por ganar apoyo de los nacionalistas y patrio- tas polacos, denominó a la guerra como la “segunda guerra polaca” (la primera guerra polaca era la liberación de Polonia de Rusia, Prusia y Austria). Los patriotas polacos deseaban incorporar la parte rusa de Polonia al Gran Ducado de Varsovia y crear un nuevo Reino de Polo- nia, aunque esta idea fue rechazada por Napoleón, que temió que po- día motivar a Prusia y Austria a declarar la guerra a Francia. Napoleón también rechazó liberar a los siervos rusos, pues temía que esto podría provocar una reacción conservadora a sus espaldas. Los rusos utilizaron la táctica militar que trataba en retroceder y no pelear de frente con los soldados de la Grande Armée. El zar no contento de que los franceses estuvieran en tierra rusa destituyó a Mi- hail Barclay de Tolly, y puso en su remplazo al general Smoronski. Así al enfrentarse a los franceses el 16 de agosto cayó Smolensk y, tras otras victorias, los franceses siguieron su avance. Los rusos evitaron batallar en repetidas oportunidades contra la Grande Armée, aunque en algunos casos sólo porque Napoleón dudó en atacar cuando la oportunidad se le presentó. Otra batalla de la campaña a Rusia fue la Batalla de Borodino la cual significó un gran triunfo para los franceses en lo que bien podría ser el día más sangriento de la historia humana. Fue llamada la Guerra de los Tres Reyes. Los rusos se replegaron nuevamente y Napoleón entró a Mos- cú asumiendo que Alejandro I negociaría una paz. Sin embargo, las órdenes del gobernador del ejército de la ciudad y comandante en jefe, Fyodor Rostopchin, era la de incendiar la ciudad. Tras un mes, teme- roso de perder el control en Francia, Napoleón decidió salir de Moscú. Los franceses sufrieron enormemente en su retirada de Rusia, al punto 2J8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. que de los 650.000 hombres que la invadieron, sólo 40.000 cruzaron el río Berezina en noviembre de 1812. En total se estima que en esta campaña, 570.000 hombres del ejército francés murieron y 400.000 del ejército ruso, a lo cual hay que sumar cientos de miles de bajas en la población civil. Existió calma en el invierno de 1812–1813, mientras rusos y franceses intentaban recuperarse de sus masivas pérdidas. Un peque- ño ejército ruso atormentó a los franceses en Polonia, y eventualmente 30.000 tropas francesas debieron retirarse hacia los estados alemanes para reunirse con las fuerzas estacionadas allí, llegando a los 130.000 hombres, con los refuerzos de Polonia, cifra que crecería cuando Na- poleón se presentase. Tras este fracaso, Prusia se unió a la coalición, la cual ahora incluía Rusia, el Reino Unido, España y Portugal. No obstante, Napoleón asumió nuevamente el orden en Alemania, e in- fligió una serie de derrotas a los Aliados, que culminan en la Batalla de Dresde el 26 de agosto de 1813, donde la tropas aliadas sufrieron bajas de más de cien mil soldados. Si bien parecía que Napoleón iba a resurgir, se unieron a la Coalición Austria y Suecia, y finalmente en la Batalla de las Naciones en Leipzig, el 16 de octubre los franceses fueron derrotados en un en- frentamiento en que los aliados contaban con el doble de las tropas de Napoleón. Después de esta batalla donde murieron más de 120.000 sol- dados de ambos lados, Napoleón se replegó a Francia, pero su ejército, de apenas 100.000 hombres, ya no era capaz de resistir la embestida de la Coalición, que contaba con más de medio millón de soldados. París fue ocupado el 31 de marzo de 1814. Napoleón abdicó bajo la presión de sus mariscales el 6 de abril en favor de su hijo. Sin embargo, los aliados presionaron por la rendición incondicional y Na- poleón abdicó nuevamente, de manera incondicional, el 11 de abril. Los vencedores acordaron en el Tratado de Fontainebleau exiliarlo a la isla de Elba, una isla pequeña a 20 km de la costa italiana, mantenien- do su título de emperador, pero restringiendo su imperio a dicha isla. El Congreso de Viena (1814–1815) dispuso el nuevo orden en la Europa post-napoleónica. En Francia, los realistas instalaron en el poder a Luis XVIII. María Luisa y su hijo quedaron bajo la custodia del 2J' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA padre de ésta, el emperador Francisco I, y Napoleón no volvió a verlos nunca. Consciente de los deseos de los ingleses de desterrarlo a una isla remota en el atlántico y del rechazo del pueblo francés a la restau- ración borbónica, escapó de Elba en febrero de 1815 y desembarcó en Antibes el 1 de marzo desde donde se preparó para retomar Francia. El rey Luis XVIII envió al Quinto Regimiento de Línea, coman- dado por el Mariscal Michel Ney, que había servido anteriormente a Napoleón en Rusia. Al encontrárselo en Grenoble, Napoleón se acercó sólo al regimiento, descendio de su caballo y, cuando él estaba en la línea de fuego del capitán Randon, gritó «Soldados del Quinto, ustedes me reconocen. Si algún hombre quiere disparar sobre su emperador, puede hacerlo ahora». Tras un breve silencio, los soldados gritaron «¡Vive L’Empereur!» y marcharon junto con Napoleón a París. Llegó el 20 de marzo, sin disparar ni un solo tiro y aclamado por el pueblo, levantando un ejército regular de 140.000 hombres y una fuerza volun- taria que rápidamente ascendió a alrededor de 200.000 soldados. Era el comienzo de los Cien Días. Establecido de nuevo en París, promulgó una nueva constitu- ción, de carácter más democrático y liberal que la vigente durante el imperio. Muchos veteranos acudieron a su llamada, comenzando de nuevo el enfrentamiento contra los aliados. El resultado fue la campa- ña de Bélgica, que concluyó con la derrota en la batalla de Waterloo el 18 de junio de 1815. El pueblo de París lo apoyaba en la lucha pero los políticos le retiraron su apoyo, por lo que abdicó en favor de su hijo Na- poleón II. Marchó a Rochefort donde capituló ante el capitán del buque británico Bellerophon. Napoleón fue encarcelado y desterrado por los británicos a la isla de Santa Elena en el Atlántico, el 15 de octubre de 1815. Allí, con un pequeño grupo de seguidores, dictó sus memorias y criticó a sus aprehensores. Enfermo del estómago durante mucho tiempo, aque- jado de una contínua pesadez y un dolor en el costado derecho, los médicos creían que era una afección hepática, pero él sospechó inme- diatamente que estaba atacado de la misma dolencia de su padre, un cirro en el píloro o cáncer de estómago, pero no se lo dijo a nadie hasta que estuvo lo suficientemente seguro de que así estaba sucediendo. 240 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Sin embargo, recientes investigaciones realizadas a muestras de ca- bello del general (cortado poco tiempo después de morir) que habían estado guardadas en un sobre vacío, revelan que estaban impregna- das con arsénico, hasta tal punto que se necesitaban dosis altamente peligrosas para lograr aquella concentración. Esto último sugiere que es altamente probable que pudo morir a causa del veneno (lo que también concordaría con sus síntomas), ya sea de forma intencionada o no. Napoleón Bonaparte murió el 5 de mayo de 1821. Sus últimas palabras fueron: «France, l’armée, Joséphine» («Francia, el ejército, Josefina») o, según la versión de las memorias de Santa Elena «... tête...armée...Mon Dieu !». Napoleón había estipulado en su testa- mento el deseo de ser enterrado a las orillas del Sena, pero se le dio sepultura en Santa Elena. En 1840, a instancias del gobierno de Luis Felipe I, sus restos fueron repatriados. Trasladados en la fragata Belle- Poule, se depositaron en Les Invalides (París), la llegada de los restos de Napoleón fue muy esperada en Francia. Durante su funeral sonó el Réquiem de Mozart. \AII1IIí III. Teoría del Poder, Política y Democracia en la Europa Moderna. ¿Cambió la racionalidad del Poder y de la Política en el tipo de Democracia de la Europa Moderna? El Pensamiento del Estado Moderno comienza a ser constituido desde fines del siglo XVIII por una nueva concepción del Poder y de la Política, que coincide asimismo con el proceso de industrialización de la época. Se valida la existencia de una cierta ley de correlación o interdeterminación entre economía y política. El Poder, la Política, la República y la expansión del Poder Económico tiene un nuevo carácter y por ende nuevas contradicciones y antagonismos. El Estado Moderno se desarrolla posteriormente a guerras interabsolutismo, imperio nuevo constituido, como el Napoleó- nico, nuevas Republicas, retorno de monarquías depuestas, reafirma- ción de Repúblicas, Restauración. Todo ello se realiza a un alto costo para la humanidad. 241 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA El nuevo pensamiento ideológico político tiene su fuente en las ideas filosóficas desde la época presocrática, el Renacimiento y el pensamiento político de Montesquieu, Rousseau, Diderot, así como el filosófico de Kant, Hegel, entre otros. En este acápite se sintetizan corrientes diversas y antagónicas de pensamiento desde mediados del siglo XIX y XX, Marx y Engels, Von Hayeck y Heidegger. SECCIÓN I. Filosofía Política del Postabsolutismo. La Filosofía Política del PostAbsolutismo es la afirmación del Poder del pueblo, como inminente e inmanente a las nuevas socieda- des. La Revolución Francesa en el siglo XVIII, instaurando la Republi- ca, es la base para la creación de nuevas Repúblicas, en el siglo XIX. Este es un proceso complejo de evoluciones, involuciones, revolucio- nes, restauración de poderes, balance de poderes, guerras, de alto costo para la humanidad y a la vez inexorables. Este proceso político se desarrolla simultáneamente al proce- so de revolución económica e industrial y al pensamiento económico nuevo de fines del siglo XVIII. Las ideas económicas de los fisiócra- tas y de la economía clásica iniciada con Smith a fines del siglo XVIII crearon la base ideológica e intelectual que favoreció el inicio de la Revolución Industrial en el último cuarto de este siglo en Gran Bretaña y que incidió en las transformaciones económicas y sociales que se produjeron durante el siglo XIX. La característica fundamental del proceso de industrialización fue la introducción de la mecánica y de las máquinas de vapor para reemplazar la tracción animal y humana en la producción de bienes y servicios. Esta mecanización del proceso productivo supuso una serie de cambios fundamentales: el proceso de producción se fue especia- lizando y concentrando en grandes centros denominados fábricas; los artesanos y las pequeñas tiendas del siglo XVIII no desaparecieron pero fueron relegados como actividades marginales; surgió una nueva clase trabajadora que no era propietaria de los medios de producción por lo que ofrecían trabajo a cambio de un salario monetario; la aplica- ción de máquinas de vapor al proceso productivo provocó un espec- 242 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. tacular aumento de la producción con menos costes. La consecuencia última fue cierto aumento de la calidad de vida en todos los países en los que se produjo este proceso a lo largo del siglo XIX. El desarrollo del capitalismo industrial tuvo importantes costes sociales. Al principio, la industrialización se caracterizó por las inhuma- nas condiciones de vida de la clase trabajadora. La explotación infantil, las jornadas laborales de 16 y 18 horas y la insalubridad y peligrosidad de las fábricas eran circunstancias comunes. Estas condiciones lle- varon a que surgieran numerosos críticos del sistema que defendían distintos sistemas de propiedad comunitaria o socializado; son los lla- mados socialistas utópicos. Sin embargo, el primero en desarrollar una teoría coherente fue Karl Marx, que pasó la mayor parte de su vida en Inglaterra, país precursor del proceso de industrialización e imperio en esa época, y autor de Das Kapital (El capital, 3 volúmenes, 1867). La obra de Marx, base intelectual de las teorías sobre los sis- temas socialistas y comunistas, centra la contradicción fundamental del capitalismo: la propiedad privada de los medios de producción que crea condiciones de apropiación privada de la producción social, que implica apropiación del plus trabajo. Marx pensaba que la tierra y el ca- pital debían pertenecer a la comunidad y que los productos del sistema debían distribuirse en función de las distintas necesidades. Con el capitalismo se agravaron los ciclos económicos: perío- dos de expansión y prosperidad seguidos de recesiones y depresiones económicas que se caracterizan por la discriminación de la actividad productiva y el aumento del desempleo. Los economistas clásicos que siguieron las ideas de Adam Smith no podían explicar estos altibajos de la actividad económica y consideraban que era el precio inevitable que había que pagar por el progreso que permitía el desarrollo capita- lista. Las críticas marxistas y las frecuentes depresiones económicas que se sucedían en los principales países capitalistas ayudaron a la creación de movimientos sindicales que luchaban para lograr aumen- tos salariales, disminución de la jornada laboral y mejores condiciones laborales. A fines del siglo XIX, sobre todo en Estados Unidos, se de- sarrolló el monopolismo, que concentraba alto poder económico. La 24J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA tendencia hacia el control corporativo del proceso productivo llevó a la creación de acuerdos entre empresas, monopolios o “trusts” que permitían el control de toda una industria. Las restricciones al comercio que suponían estas asociaciones entre grandes corporaciones provo- có la aparición, por primera vez en Estados Unidos, y más tarde en todos los demás países capitalistas, de una legislación “antitrusts”, que intentaba impedir la formación de monopolios e impidieran la compe- tencia en las industrias y en el comercio. Las leyes “antitrusts” no consi- guieron restablecer la competencia perfecta caracterizada por muchos pequeños productores con la que soñaba Adam Smith, pero impidió la creación de grandes monopolios que limitaran el libre comercio. A pesar de estas dificultades iniciales, el capitalismo siguió creciendo y prosperando casi sin restricciones a lo largo del siglo XIX. Logró hacerlo así porque demostró una enorme capacidad para crear riqueza, aunque su tendencia es hacia la concentración y centraliza- ción del capital, hecho que crea condiciones para su propia contradic- ción o negación como sistema en el largo plazo. A fines del siglo XIX, el capitalismo era el principal sistema socioeconómico mundial. SECCION II. Crisis del Humanismo. ¿Por qué el humanismo renacentista entra en crisis en la Euro- pa Moderna? ¿Se convierte el Humanismo en un problema? ¿Cuál es su impacto en el Poder y la Política de la época? El humanismo renacentista entra en crisis cuando prima el individuo sobre el hombre social. El Humanismo es interpretado por las élites como causa del desequilibrio del Poder, de su Política y de su sistema económico. Prima en consecuencia el Poder y la Política basada en el individuo. Esta etapa se corresponde con la época de la Restauración, impuesta por las potencias europeas, posterior a la revolución francesa y particularmente para reequilibrar el Poder que Napoleón resquebrajó en la Europa de inicios del siglo XIX. Es la etapa que se corresponde con el capitalismo clásico y el inicio de la escuela marginalista. 244 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. El humanismo es una filosofía política 112 y se caracteriza por: (i) considerar que la liberación, la revolución, del hombre es un sistema de políticas concretas, no un problema de estructuras abstractas; (ii) asumir que la técnica es obra humana. El hombre no proviene de la naturaleza sino que se transforma mediante el trabajo, que es también una tesis marxista. El Trabajo es el que primariamente humaniza; (iii) primar la política sobre la economía. El hombre es el protagonista social, no indivi- dual, de la historia, no su accidente. En la época moderna existe prima- cía del individuo por ello es no humanista, aunque no se puede concluir que sea época antihumanista. El humanismo se caracteriza entonces porque: (i) no cree en el individuo abstracto ni en el “gran hombre” (o líder) que ha de salvar la sociedad. El protagonista de la historia no es el individuo aislado sino las clases sociales como la fuerza transformadora; (ii). Tampoco cree que los sentimientos o las emociones tengan un papel protagonista en la historia. Es la razón humana –y los intereses econó- micos y sociales- los que impulsan actuar. Las posiciones ideológicas podrían diferenciarse por su con- cepción humanista. El humanismo social o humanismo en sentido es- tricto que caracteriza al socialismo y al comunismo y el humanismo-in- dividuo, que define al capitalismo. El principal expositor de la crítica al modo de producción capitalista y el análisis de la fuente de la riqueza y de la acumulación, el trabajo, es Karl Marx 113 , en el siglo XIX. Marx define el humanismo consistente en la creencia que el hombre oprimi- do puede y ha de encontrar en el conocimiento objetivo las razones de su opresión, una fuerza revolucionaria y transformadora que lo eleva a una vida más humana. Para Marx, la historia del capitalismo es la de 112 En ciencia no social, las ideas o la voluntad tienen importancia menor, que en políti- ca que, como ciencia social, son centrales. Nadie hace un partido político por razones científicas sino por razones de voluntad de cambiar al mundo. 113 Estudiosos de Marx, entre ellos Louis Althusser, distinguen dos períodos en su obra: El joven Marx que se corresponde a sus textos filosóficos anteriores al Manifiesto Comunista en 1848; sería un filósofo neohegeliano y humanista. El Marx maduro, que se corresponde a la era en la cual se interesa mas en los aspectos ecónomicos para analizar las leyes estructurales del modo de producción capitalista. Esta distinción es central en la obra del marxista francés Althusser y su escuela en los años 1970, que negaba radicalmente el humanismo de Marx. Para Althusser, Marx era un teórico de la ciencia, un científico social y negaba –en consecuencia- que el humanismo estuviese integrado en su obra. Althusser defendía que la ciencia no tiene ni puede tener mas cabida que la Ética. 24· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA la miseria para la mayoría de la población, al servicio de una minoría. Para Marx, el humanismo está estrictamente vinculado a la primacía del trabajo. Solamente un hombre social puede ser un hombre libre. SECCIÓN III. Política y Estado en la ideología alemana en Marx y Engels. Los filósofos no han hecho mas que interpretar el mundo, de lo que se trata es de transformarlo. La democracia liberal es, en realidad una dictadura de la burguesía; pero el socialismo habrá de ser una dictadura del proletariado. El nivel de desarrollo material determina la conciencia. La historia de los humanos es la historia de la lucha de clases. La libertad no es otra cosa que el conocimiento de la necesidad. ¿En qué forma contribuyo Karl Marx (Alemania 1818-1883) 114 en el desarrollo de la teoría del Poder, la Política y la Economía?. Marx es una síntesis de pensador crítico de la filosofía, la política, la econo- mía y es actor en la práctica política y creador de una nueva escuela de pensamiento integral y por consecuencia del Poder. Crea una nue- va escuela de pensamiento filosófico, político, histórico, sociológico, ideológico, económico, metodológico, que domina la escena mundial desde el siglo XIX hasta la actualidad. Marx no se siente un filósofo, economista o político “puro” sino que pone su teoría al servicio de una práctica social transformadora. 114 Marx nace en Treveris, antigua Renania, en una familia judía liberal convertida al protestantismo. Estudió Derecho y Filosofía y su Doctorado es una tesis sobre Epicuro. Su primer ambiente cultural político fue en la izquierda Hegeliana, influido por el mate- rialismo de Feuerbach y Bauer. Fue redactor de la Gaceta Renana, revista radical de influencia hegeliana, socialistas y liberales que se editaba en Colonia. Por sus artículos periodísticos es forzado al exilio (1843) y se refugia en París (1844) y entra en contacto con otro joven alemán radical, Frederic Engels. Juntos ingresan a militar en un grupo clandestino la Liga de los comunistas. Redacta el Manifiesto Comunista (1848), que será un texto programático fundamental en la historia del movimiento obrero. La amistad entre Marx y Engels es central en sus vidas. Engels será en efecto el compañero y continuador de la obra de Marx. Después del fracaso de la revolución de 1848, el gobierno alemán presiono para que Marx fuese expulsado de Francia y se exilia en Londres, donde vive hasta su muerte, dedicado a la ilustración, estudio y a la organización revolucionaria. Fue fundador de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), primera Internacional obrera. Sus obras fundamentales son: Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la de Epicuro (1841), Crítica de la filosofía hegeliana del derecho (1843), Manuscritos de economía y filosofía (1844): La sagrada familia (1845), Once tesis sobre Feuerbach (1845): Ideología alemana (1845-46): Miseria de la filosofía (1847): Crítica del programa de Gotha (1848,); El Capital (1867-1883). 24o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. El Marx “maduro” (Althusser) de Londres continúa su tarea, articulando economía con filosofía y el estudio social son los instru- mentos que sirven para la lucha social. Marx y Engels crean una cos- mogonía dialéctica, fundada en el materialismo (histórico y dialectico); el análisis del modo de producción capitalista y su circuito de acumu- lación y apropiación de la plusvalía o trabajo no pagado, así como el trabajo socialmente necesario; una metodología histórico-critica, totali- zante, globalizante; una filosofía basada en principios de la naturaleza y la humanidad (fundada en la unidad y lucha de contrarios, del cambio cuantitativo al cambio cualitativo, ley de la negación de la negación), siendo la lucha de clases una condición consubstancial a la contradic- ción existente entre clases antagónicas; un determinismo económico, en última instancia; un análisis de todo sistema, como articulación con- tradictoria entre infraestructura y superestructura; la alienación de la fuerza de trabajo; la contradicción fundamental del capitalismo entre la propiedad privada de los medios de producción y la apropiación priva- da de la producción colectiva; así como el desarrollo de la humanidad incesante y contradictorio de capitalismo a socialismo 115 y posterior- mente al comunismo. ¿Cuáles son las fuentes teóricas y partes integrantes del pen- samiento de Marx? son generalmente aceptados tres orígenes de su pensamiento, aunque existe un cuarto, que es un crítico de la ilustra- ción 116 . En 1913, Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, publica un corto ensayo 115 Por Modo de producción entendemos la forma de organizar la sociedad y el trabajo en un momento histórico concreto, establecidas relaciones de producción. En todo modo de producción existen siempre opresores y oprimidos. Materialismo dialectico: Teoría global o “filosofía” que explica la estructura de la realidad a partir del cambio dialéctico entendido como una ley interna de la materia. Para Marx significa: dar la vuelta a una dialéctica subjetiva e idealista. Relaciones de producción: Interacción entre los hombres que intervienen en el proceso de trabajo. Comunismo: Fase histórica en que supuesta- mente habrán desaparecido todas las diferencias de clase y, por tanto, todo será libre e igual, sin opresores ni oprimidos. Marx considera como un horizonte histórico –es decir- siempre habrá contradicciones. 116 El esquema leninista es sin duda sustantivo, pero insuficiente porque, en efecto debe verse a Marx como un crítico de la ilustración. Algunas referencias de Marx a la razón y a la ciencia, así como a la crítica a la religión, son influencias de Voltaire. Para Marx, el socialismo es, en gran parte, consecuencia de la insuficiencia de la ilustración. Las ideas de “libertad, igualdad y fraternidad” no se realizan por la totalidad, sino por los burgueses y no por la mayor parte de la población, la clase obrera industrial, y los campesinos. Du- rante la revolución francesa algunos núcleos de sans-culottes (sin pantalones) radicales (por ejemplo Babeuf) denunciaron que la propiedad privada y la diferencia de riqueza entre los ciudadanos un obstáculo para una auténtica libertad. Babeuf fue el primero en emplear la palabra “comunismo” en el sentido posteriormente utilizado por Marx. 24/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA biográfico Karl Marx, en el cual define que él es el punto de encuentro y la síntesis de las tres principales corrientes ideológicas europeas del siglo XIX. Lo siente heredero de una triple tradición: (i) La filosofía clá- sica alemana (Hegel, Feuerbach y la izquierda hegeliana) muestra que la realidad es dialéctica, es decir, está regida por la contradicción, tanto en la historia, como en la naturaleza y en el hombre. Ludwig Feuerbach específicamente es un crítico del cristianismo que considera que las ideas no rechazan el mundo sino que son producto de las necesidades y de los designios humanos. La religión específicamente es una con- secuencia del hombre; (ii) La economía política inglesa del capitalismo liberal (Adam Smith, David Ricardo), considera el trabajo como una mercancía, que integra un valor que depende de las necesidades de la producción y que puede intercambiarse según las leyes de oferta y demanda. La economía política es para Marx esencial para una com- prensión del mundo en términos materialistas; (iii) El socialismo utópico francés (Saint Simón, Fourier, Proudhom…) pone de manifiesto que el liberalismo no ha beneficiado a la gran mayoría de la población que son los trabajadores. A diferencia de los socialistas utópicos que defen- dían no intervenir en la política burguesa y organizarse solamente sin- dicalmente, Marx considera que es necesaria una intervención política revolucionaria e internacional de la clase obrera. Normalmente su obra es dividida en dos períodos de pensa- miento. La primera antes del Manifiesto Comunista en 1848, que es esencialmente un filósofo o crítico social, en el esquema hegeliano radi- cal. La segunda, en la cual se plantea una crítica política o práctica sobre la sociedad burguesa. En realidad, no existen dos Marx, el Joven Hege- liano y el Marx Científico, sino profundización de una materia específica en la segunda fase: la economía, el conocimiento del capital y el funcio- namiento del capitalismo de su época y sus tendencias generales. Entre las obras de la primera fase, concentradas en la filosofía, se citan: Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la de ’Epicuro (1841), en la cual hace una defensa del ateísmo epicuria- no. El derecho a la felicidad que reivindica Epicuro será uno de los mo- tivos para rechazar posteriormente el capitalismo. Crítica de la filosofía hegeliana del derecho (1843) que es una defensa de la concepción 248 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. radical del hegelianismo contra los intentos de convertir a Hegel en el filósofo oficial del Estado Prusiano. Manuscritos de economía y filosofía (1844): que sintetiza tres grandes temas de su pensamiento: relaciona- dos con teoría y práctica, crítica de la metafísica, concepto de alienación, la propiedad privada y el comunismo. La sagrada família (1845): era el nombe de un grupo de hegelianos de izquierda, que critican por su inca- pacidad para comprender la dialéctica histórica. Once tesis sobre Feuer- bach (1845): que integra unas críticas a Feuerbach, que finalizan con la famosa “Tesis XI “: Los Filósofos no han hecho otra cosa que interpretar el mundo; lo que cabe es transformarlo. Ideología alemana (1845-46): es una crítica al socialismo utópico y aparece la primera intuición sobre la lucha de clases. Miseria de la filosofía (1847): respuesta a La filosofía de la miseria de Prudhom y crítica del insuficiente conocimiento econó- mico de este autor libertario. Manifiesto Comunista (1848), que integra cuatro aspectos esenciales: la teoría materialista como concepción del mundo y de la historia, la dialéctica como una doctrina del desarrollo de la realidad, la teoría de la lucha de clases como motor de la historia, la misión histórica del proletariado como creador de una nueva sociedad: la sociedad sin clases o comunista. El segundo período de Marx lo vive en Londres, centro del ca- pitalismo industrial de la época y se dedica a la organización política de los trabajadores, más centrado en cuestiones de análisis económico del capitalismo que en problemas filosóficos o epistemológicos. Las dos obras más significativas del segundo período son: Crítica del pro- grama de Gotha donde analiza el programa político de la socialdemo- cracia alemana e insiste en la necesidad que la lucha obrera no pierda la perspectiva política de conquista del Estado, ni se limite a ser una pura reivindicación salarial. El Capital (1867-1883) que intenta una descripción general y global de la sociedad capitalista de su momento histórico, a partir de una comprensión materialista de la sociedad. Marx, publica el primer volumen de esta obra y Engels, después de la muerte de su amigo, edita los otros materiales. Sus libros, Salario, Precio y Ganancia y Fun- damentos a la Crítica a la Economía Política fueron textos vinculados a la temática que finalizan en El Capital. 24' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA El materialismo dialectico y el materialismo histórico, y el desa- rrollo de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción son dos elementos fundamentales en la filosofía de Marx. Marx creía haber descubierto la forma de unir materialismo y dialéctica a través de la historia. La historia está determinada por la economía –es materialis- ta- y se encuentra en perpetuo movimiento y cambio. La revolución es la expresión concreta del salto de la cantidad a la calidad. Marx hace, así, una “inversión” del hegelianismo. El materialismo histórico (la con- creción de la dialéctica en la historia) es así una filosofía de la praxis en un doble sentido: (i) tiene una ley interna: la lucha de clases; (ii) tiene una finalidad o un sentido de la historia: el triunfo del proletariado y la instauración de una sociedad sin clases, el comunismo. La lucha de clases es la dialéctica de la historia, materializada en lo concreto. En cualquier momento de la historia (prescindiendo del mítico “buen salvage” roussoniano), siempre ha habido opresores y oprimi- dos: la historia de los humanos es la historia de la lucha de clases. Los diferentes grupos en lucha se enfrentan para controlar los medios de producción y el poder político que se desprende. En el Manifesto Co- munista se refiere la historia de esta lucha de clases como interminable (siervos-patricios/nobleza-burguesía/burguesía-proletariado). En la so- ciedad siempre han existido dos clases sociales en lucha (dos proyec- tos diferentes de sociedad) que se enfrentan dialécticamente, finalizan- do conque una o dos se destruyen en la lucha. Marx afirma que para describir objetivamente la sociedad, en ella hay dos niveles organiza- tivos, o estructuras, diferentes: (i) Infraestructura, o base económica material. Está constituída por las relaciones de propiedad, las formas productivas, las materias primas y la tecnologia; (ii) Superestructura, o estructura ideológica. Está constituida por los niveles formales (leyes, religión, valores, cultura...), que dependen, “en última instancia”, de las relaciones económicas. Los cambios sociales son siempre infraestructurales y poste- riormente se reflejan en la superestructura. Marx defendía que toda la sociedad se puede entender a partir de las relaciones de producción y del modo de producción (la forma de la propiedad y del trabajo). Toda acción social y casi toda idea humana tienen por base la economía. Lo 2·0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. que él denomina “ideología” (o “falsa conciencia”) consistía en creer que la superestructura –el nivel de las ideas- era independiente de la economía (o infraestructura). Max Weber sostiene, a inicios del siglo XX, que no son las formas económicas las que determinan las ideas, sino que es al contrario, en la medida que los individuos tienen una forma de pen- sar (una ética, leyes...) en una determinada sociedad y una determinada economía. Para Weber, son las ideas de los individuos las que creen unas determinadas maneras de ver y una economía – no al revés. Marx rechaza la ética kantiana, concebido por él como pensa- miento utilitarista. En su primera etapa se consideró a sí mismo como hegeliano de izquierda, que integra dos tradiciones filosóficas que trata de conciliar: (i) La ilustración critica a toda metafísica y centra la confianza en la Razón y el Progreso como guía de la acción humana; (ii) El hegelianis- mo contribuyó a la teoría de la dialéctica que Marx usa como guía de la comprensión de la historia. Marx, como ilustrado, es materialista y como hegeliano es dialéctico; quiere hacer la síntesis de ambas posiciones y cambia el idealismo hegeliano, forjando un materialismo dialéctico. En su libro La Sagrada familia, Marx escribe que: Para Hegel el proceso del pensamiento que el convierte, con el nombre de idea, en sujeto con vida propia, es el demiurgo del real. Para mí, al contrario, el ideal no es sino el real traducido y transpuesto al hombre. O sea, la intuición fundamental de Marx es que la historia es dialéctica y materia- lista. Para Hegel el cambio dialéctico provenía del Espíritu, pero para Marx el cambio se debe en concreto a partir de la base económica y material de las sociedades. Para Marx el materialismo es una forma de determinismo, que es concreto (la economía por ejemplo), determina al que es abstracto (el pensamiento, las ideas). Marx considera el materialismo como una con- dición de la ciencia. Ser materialista significa asumir que en el mundo no existe el azar. La libertad para Marx es incompatible con la ciencia –que necesita determinación- y, en el nivel social es una “construcción”, un hacer de clase, vinculada “en última instancia” a la economía. El pensamiento del hombre es “un producto de la naturaleza” (Engels: Anti-Dürhing). Como la naturaleza del hombre es vivir en so- ciedad, la economía es la regla desde la cual se pueden comprender 2·1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA las ideas del hombre. Así, el nivel de desarrollo material determina la conciencia. O sea, el hombre no puede pensar salvo que las condicio- nes sociales y económicas se lo permitan. En filosofía, Marx no es materialista, sino materialista dialécti- co. El materialismo es la afirmación según la cual lo único que existe –o como mínimo- lo único que pueden conocer- es la materia. La concien- cia –o pensamiento- es sólo una forma de la materia. Para algunos, el materialismo ha sido mecanicista. El mundo, y el hombre se represen- tan como una gran máquina, que consume energía y produce trabajo, de forma que las ideas son también un producto como cualquiera de la máquina humana. La dialéctica era también un pensamiento idealista. Se fundamenta en un principio, desarrollado por Heráclito y retomado por Hegel, que se denomina el salto de la cantidad a la calidad. La dialéctica es la filosofía que afirma que el cambio es la esencia de la realidad: el mundo no permanece inmutable, o como expresaba Herá- clito, todo cambia. La forma de articular materialismo y dialéctica, Marx la encuen- tra en la teoría histórica. El desarrollo de los cambios históricos es ahora materialista, determinado por la base económica-material, y dialectico, porque expresa el cambio como la razón de la historia. Engels plantea la dialéctica como un saber global, una ciencia universal del desarrollo. Para algunos críticos, entre ellos Popper, la dialéctica puede constituir un punto de vista sobre el mundo, pero no es –según ellos-de ninguna manera una ciencia, en la medida que toda ciencia implica cantidad y cálculo mientras que la dialéctica solo puede ser cualitativa. Estiman, además, la ciencia es objetiva, mientras que la dialéctica es subjetiva. Finalmente para Engels, la dialéctica tiene tres leyes genera- les, que hipotéticamente pueden describir el conjunto de la realidad: (i) Ley de Unidad y Lucha de Contrarios; que afirma que en la naturaleza, como en las sociedades, los contrarios coexisten y luchan. Todo el que existe esta siempre en lucha y en tensión. Existe una Acción Recípro- ca de los Contrarios. La contradicción entre las cosas es la fuerza del Cambio: el desarrollo se realiza como un automovimiento o autodesa- rrollo; (ii) Ley de la Transformación del Cambio Cuantitativo en Cambio Cualitativo. Cantidad y Calidad están íntimamente unidas. El Cambio 2·2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. es el salto de la cantidad a la calidad, del mas al mejor; (iii) Ley de la Negacion de la Negacion. Afirma que cada cambio se hace negando al que existía anteriormente y las contradicciones se resuelven exclusi- vamente en una unidad superior, ese es un movimiento contínuo de la naturaleza y de la sociedad. SECCIÓN IV. Estado y Poder en Hayeck. ¿Cuál es el aporte principal de Friedrich Hayeck (Viena 1899- 1992) 117 al Poder, a la Política y a la Economía? Hayek es sin duda un pensador del liberalismo del siglo XX. Su pensamiento en Filosofía Social y Política y en Economía modifico la concepción sobre el Poder, Política, Ideología Liberal, la concepción Liberal de Libertad, del Dere- cho, “Orden Expontáneo”, “Derechos Naturales”, Soberanía, Justicia, Democracia, Gobierno. Sus concepciones económicas liberales en- frentaron al keynesianismo y al marxismo. Hayeck fue particularmente considerado posteriormente al quiebre del Estado-Providencia, o sea después de las crisis de las políticas de inspiración keynesiana, impul- sadas desde la postsegunda guerra hasta fines de la década setenta. 117 Premio Nobel de Economía 1974. Su horizonte intelectual no es de generación espontánea. Su contexto histórico permite situar su posición ideológico-política y su fi- losofía económica. La Viena de Hayek es la misma de Wittgenstein, Freud y Popper. Es un medio intelectual, político, científico en plena efervescencia. Hayek forma parte de la “Escuela Austríaca”, movimiento que comienza con Carl Menger (1840-1921), uno de los tres grandes teóricos de la “revolución marginalista” (junto a Stanley Jevons y Leon Walras). Ludwig von Mises fue uno de sus profesores. Hayeck fue el primer director del Instituto Austríaco de Investigación de la Coyuntura Económica. Fue protagonista en los años treinta de una controversia que marca la epoca en Inglaterra, sobre la moneda, el capital y la teoría de los ciclos. En esta polemica, Hayek se enfrenta a economistas, como John Maynard Keynes, Piero Sraffa y Frank Knight. Si la Escuela Austríaca se había prolongado en la obra de Ludwig von Mises, es von Hayeck el que la fortalece posteriormente. La escuela austríaca, también denominada escuela de Viena o escuela psicológica, es una escuela de pensamiento económico que se opone a la utilización de los métodos de las ciencias naturales para el estudio de las acciones humanas, y prefiere utilizar métodos lógicos y la introspección, lo que se denomina individualismo metodológico. Su origen se halla en el debate metodológico con la Escuela Histórica Alemana, que en un ánimo historicista intentaba confinar las leyes del mercado a dife- rentes etapas de la historia. En sus aportes fundamentales, esta escuela se ha carac- terizado por su fuerte criticismo hacia programas de investigación como el Marxismo, el Socialismo fabiano, el Nazismo, el Fascismo y el Keynesianismo. Se debe a Eugen von Böhm-Bawerk la conocida monografía La conclusión del sistema marxiano en que refuta, tanto desde la teoría “objetiva” como la “subjetiva” del valor, la teoría marxista del valor-trabajo y el concepto de plusvalía, ante una evidente contradicción que se producía 2·J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA ¿Cuáles son las tesis esenciales y la doctrina metodológica que propugna Hayek? Defiende cinco tesis fundamentales. La primera es su tesis sobre el Es- tado. Considera que toda acción humana conlleva inexorable e inevita- blemente consecuencias no-intencionales, efectos inevitables sobre el conjunto de individuos que viven en el entorno socioeconómico. Para Hayeck resulta imposible, o sea moral legítimo y política- mente contradictorio, confiar al Estado el gobierno de las cuestiones económicas y o sociales. Esta tesis es posiblemente la más importante de las cinco. Es la idea liberal clásica según la cual las principales instituciones humanas constituyen un “orden espontaneo” mas no es el resultado de una voluntad deliberada. Precisamente su cosmogonía ideológica liberal y su concepción de la primacía del mercado sobre el Estado le orientan su posición frente al Estado Keynesiano y a la so- ciedad socialista y su Estado. La crítica del socialismo fue la empresa principal de su vida científica e intelectual. en la aplicación de la llamada tasa de ganancia que no cumplía la predicción de Karl Marx en su tendencia decreciente, sino que por el contrario, se incrementaba. Dicha contradicción fue reconocida por Marx en el tercer volumen de su compleja obra El Capi- tal, respondiendo en consecuencia que si bien dicha aparente contradicción se registra en casos puntuales, en la economía general luego se superan manteniendo vigente su sistema, lo que lo llevó a introducir una modificación notable en este: la ley del valor (que afirma ‘las mercancías se intercambian por su valor’) ya no ha de cumplirse en cada caso individual, sino a escala general considerando el sistema económico en su conjunto. Böhm-Bawerk constató que estos “casos puntuales” eran en realidad prácticamente to- dos, y que la explicación de los precios en función de la medida media del valor del trabajo “socialmente necesario” se remitía nuevamente a los precios mismos volviendo al método marxista una petición de principio. La obra ha hecho famoso a Böhm-Bawerk, y mostrado los rasgos deliberadamente críticos de la Escuela Austríaca. Lo mismo puede decirse de Ludwig von Mises, quien ha dedicado un volumen a dicha empresa, en su conocido libro El socialismo donde expone su argumento contra las doctrinas socialistas al tiempo que justifica la propiedad privada en términos economicistas, demostrando que sólo ésta posibilita la libre formación de precios en un mercado, y esto otorga a quienes intervienen en él información sobre la escasez y utilidad de un bien económico. Sólo con propiedad privada será posible minimizar la escasez, que la Escuela Austríaca considera como propiamente humana. Sin propiedad privada habrá, declara Mises, un irracional manejo de la escasez. Mises afirma que será imposible en ausencia de precios El cálculo económico en la comunidad socialista, monografía con la cual introduce su argumento, posteriormente aceptado por el socialista de mercado Oskar Lange, quien adopta para su análisis la praxeología miseana. La teoría austríaca del ciclo económico, desarrollada inicialmente por Mises, ha sido una de las principales aportaciones de esta escuela a la comprensión del desarrollo económico y el porqué de las crisis. 2·4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. En su libro Cambio de Servitud (1945), Hayeck defiende la te- sis que toda forma de dirigismo económico porta en si misma el germen del fin de la libertad individual, un valor que el sitúa por sobre todos los otros, como ser la equidad o la solidaridad. Hayeck publica en 1988 su último libro La Presunción Fatal, en el cual analiza lo que denomina los “errores fatales del socialismo”. En la segunda tesis, Hayeck sostiene que es imposible centra- lizar en un solo órgano toda la información económica disponible en un momento dado. Considera imposible exceder la eficiencia del meca- nismo de mercado en la asignación de recursos. Esta tesis le permite denunciar la “visión de la justícia social”. La tercera tesis se refiere a la teoría de la predicción. Hayeck defiende que en las ciencias empíricas, existen diversas explicaciones y, en consecuencia, diversos grados de predicción posibles. Según Ha- yek la ciencia económica debe satisfacer un “patrón de predicción”, la predicción de eventos económicos singulares es inaccesible. En la cuarta tesis, Hayeck insiste sobre las dificultades inhe- rentes al análisis científico de la “complejidad organizada”, o sea, de la vida social, que no puede ser estudiada según los cánones de la cien- cia experimental. Así el establece los límites de lo que es técnicamente posible conocer en teoría económica. En la quinta tesis, Hayek sostiene que, comparadas con las ciencias de la naturaleza, la denominada “objetividad”, en ciencia eco- nómica es inexistente, aun con la teoría de las preferencias reveladas (Samuelson). Las dadas, en ciencias sociales, son creencias subjeti- vas de los agentes y no fenómenos objetivos. Por esta tesis, Hayeck considera que es imposible medir exactamente el verdadero valor económico de las mercaderías y de los bienes, porque este valor ha de estar representado en términos de “costo de oportunidad”, o sea aquel que estaría dispuesto a renunciar alguna persona para obtener un producto. Esta particularidad epistemológica implica que no se pue- de eliminar más la incertitud. Porque ninguno sabe cuál es la mejor estrategia a adoptar en un mercado. Implica igualmente lo imprevisible de las predicciones socioeconómicas exactas, lo que se traduce me- todológicamente por la idea que el grado de contraste de las teorías 2·· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA económicas será siempre relativamente débil, mucho mayor que en las ciencias de laboratorio. ¿Cuales son en consecuencia los fundamentos principales de Hayeck sobre su cosmogonía Liberal de Libertad, del Derecho, “Orden Expontáneo”, “Derechos Naturales”, Soberanía, Justicia, Democracia, Gobierno? 118 Su concepción liberal de la libertad reivindica a las diversas corrientes liberales sobre libertad individual –y sobre el respeto a la personalidad que implica– oculta una importante divergencia. En la época de oro del liberalismo esta concepción de la libertad tenía un significado preciso: indicaba ante todo que la persona libre no estaba sometida a ninguna coacción arbitraria. Pero, para el hombre que vive en la sociedad la protección contra esa coacción exige la imposición de una obligación, extendida a todos los individuos, que les priva de la facultad de coaccionar a los demás. La libertad para todos sólo puede realizarse si, como afirma la famosa formulación de Kant, la libertad de cada uno no va más allá de lo que es compatible con la igual libertad de los demás. La concepción liberal es, pues, necesariamente la de una libertad en la ley, una ley que limita la libertad de cada uno con el fin de garantizar la misma libertad para todos. Sobre su visión liberal del derecho, Hayeck retoma el significa- do de la concepción liberal de la libertad como libertad en la ley (o au- sencia de toda coacción arbitraria) depende del valor que en este con- texto se atribuya a los conceptos de “derecho” y “arbitrariedad”. A las diferencias en el uso de estos términos se debe en parte la existencia, dentro de la tradición liberal, de un conflicto entre quienes (por ejem- plo Locke) piensan que la libertad sólo puede existir en la ley («pues ¿quién podría ser libre si dependiera del capricho de otros hombres?») y los numerosos liberales continentales, y con ellos también Jeremy Bentham, que entienden, según palabras de este último que: «toda ley es un mal, ya que toda ley es una violación de la libertad». Es claro que la ley puede emplearse para destruir la libertad, pero no todo lo que produce la actividad legislativa se configura como 118 Reflexiones tomadas del libro «Principios de un Orden Social Liberal» Edición de Paloma de la Nuez Unión Editorial, Madrid, 2001; p 53-57 y 72-99. Se ha prescindido de la sección 2ª del texto (“Panorama histórico)”. 2·o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. ley en el sentido en que la entendían Locke, Hume, Smith o Kant o, también más tarde, los whigs ingleses que veían en la ley la salvaguar- da de la libertad. Lo que ellos entendían por ley cuando hablaban de la ley como salvaguarda indispensable de la libertad, no era otra cosa que aquel conjunto de normas de conducta que constituyen el derecho privado y el derecho penal, y no cualquier prescripción emanada de la autoridad legislativa. Para cualificarse como ley, en el sentido em- pleado por la tradición liberal inglesa para definir las condiciones de la libertad, las normas impuestas por el gobierno tienen que poseer determinados atributos, intrínsecos al derecho de la “common law” in- glesa pero que no se hallan necesariamente presentes en todo lo que produce la legislación positiva. Es decir, tienen que ser normas gene- rales de conducta individual, aplicables a todos con el mismo título, en un número indefinido de circunstancias futuras, y ser capaces de circunscribir la esfera protegida de la acción individual, asumiendo así esencialmente el carácter de prohibiciones más bien que el de pres- cripciones específicas. Son, finalmente, inseparables de la institución de la propiedad individual. Para Hayeck existe, el derecho no debe afectar el orden es- pontáneo de las acciones. La importancia que la teoría liberal atribuye a las normas de mera conducta se basa en la idea que estas son una condición esencial para mantener un orden, espontáneo y que se gene- ra a sí mismo, de las acciones de los distintos individuos y grupos, cada uno de los cuales persigue sus propios fines basándose en sus propios conocimientos. Conviene subrayar que en el siglo XVIII los grandes fun- dadores de la teoría liberal –David Hume y Adam Smith– no postulaban una armonía natural de los intereses, sino que más bien sostenían que los intereses divergentes de los distintos individuos pueden conciliarse a través de la observancia de normas de conducta apropiadas: o bien, según las palabras de su contemporáneo J. Tucker que: «el motor uni- versal de la naturaleza humana –el amor a sí mismo– puede dirigirse de tal modo [...] que promueva, mediante los mismos esfuerzos que realiza en su propio interés, también el interés público». Los Derechos naturales implican separación de poderes y so- beranía, individual. El principio liberal fundamental, consistente en limi- 2·/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA tar la coacción a la imposición de normas generales de mera conducta, raramente se ha afirmado de esta forma explícita. En general, se ha expresado en dos concepciones características del constitucionalismo liberal: la de los derechos inalienables o naturales de los individuos (definidos también como derechos fundamentales o derechos del hom- bre o derechos de libertad) y la de la separación de poderes. Según la fórmula de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, que constituye la expresión más concisa y al mismo tiempo más eficaz de los principios liberales, «toda sociedad en la que no se garanticen los derechos y no se establezca la separación de poderes carece de constitución». Con respecto al Liberalismo y justicia, Hayeck considera íntima- mente relacionada la concepción liberal del derecho con la concepción liberal de la justicia. Ésta se diferencia de la que hoy se acepta común- mente en dos aspectos importantes: se basa en el convencimiento que es posible formular normas objetivas de mera conducta, independiente- mente de cualquier interés particular, y se preocupa solamente del ca- rácter justo o injusto de la conducta humana y de las normas que la go- biernan, mientras que es indiferente a las consecuencias particulares de esa conducta sobre la situación de los distintos individuos o grupos. En particular, a diferencia del socialismo, puede afirmarse que el liberalismo se interesa por la justicia conmutativa, pero no por la llamada justicia distributiva o, según la expresión hoy más frecuente, “social”. Liberalismo y democracia es otra conceptualización de Hayeck. Estima que la insistencia sobre el principio de una ley igual para todos y la consiguiente oposición a toda suerte de privilegio legalmente re- conocido aproximaron considerablemente el liberalismo al movimiento a favor de la democracia. En las luchas del siglo XIX para conseguir gobiernos constitucionales, el movimiento liberal y el democrático fue- ron a menudo indistinguibles. Pero, con el transcurso del tiempo, se hicieron cada vez más evidentes las consecuencias del hecho de que ambas doctrinas estaban ligadas –en última instancia –a problemáti- cas muy distintas. El liberalismo se interesa por las funciones del gobierno y, en particular, por la limitación de sus poderes. Para la democracia, en 2·8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. cambio, el problema central es el de quién debe dirigir el gobierno. El liberalismo reclama que todo poder –y por tanto también el de la mayo- ría– esté sometido a ciertos límites. La democracia llega, en cambio, a considerar la opinión de la mayoría como el único límite a los poderes del gobierno. La diversidad entre ambos principios se patentiza si se piensa en los respectivos opuestos: para la democracia, el gobierno autoritario; para el liberalismo, el totalitarismo. Ninguno de los dos sistemas excluye necesariamente el opuesto del otro: una democracia puede muy bien ejercer un poder totalitario, y en el límite es concebible que un gobierno autoritario actúe según principios liberales. El liberalismo es, pues, in- compatible con una democracia ilimitada, igual que es incompatible con cualquier otra forma de gobierno de carácter absoluto. La limitación de poderes, incluso de los representativos de la mayoría, es un presupuesto ya sea de los principios sancionados en una constitución o bien aprobados por consenso general, ya sea por una legislación realmente autolimitativa. Con respecto a las funciones del gobierno en relación con los servicios, Hayeck estima que la limitación –requerida por los princi- pios liberales– de los poderes del gobierno a la imposición de normas generales de mera conducta, sólo se refiere a los poderes coactivos. Es claro que el gobierno, con los medios financieros de que dispone, puede prestar un gran número de servicios que no implican coacción alguna (a excepción de la necesaria para recaudar estos medios a través de los impuestos). Prescindiendo de algunas posturas extremas del movimiento liberal, nadie ha negado jamás la conveniencia de que el gobierno asuma tales funciones. En el siglo XIX estas funciones tuvieron un alcance muy mo- desto y fueron de un carácter esencialmente tradicional. Por este mo- tivo fueron escasamente debatidas por la teoría liberal, que se limitó a insistir sobre la necesidad de confiar estos servicios a la competencia de las administraciones locales más bien que al gobierno central. El temor fundamental a este respecto era que el gobierno se hiciera de- masiado poderoso, temor al que, por otra parte, acompañaba la es- peranza de que la competencia entre las diversas autoridades locales controlaría eficazmente el desarrollo de tales servicios encaminándolo 2·' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA según las directrices más deseables. El general aumento de la riqueza y las nuevas aspiraciones que ésta permitía satisfacer produjeron tam- bién una gran expansión de estos servicios, imponiendo respecto a la misma una profundización teórica muy superior a la desarrollada por el liberalismo clásico. No hay duda de que son muchos los “servicios públicos” que, aun siendo altamente deseables, no pueden ser pres- tados por el mecanismo del mercado, ya que en caso de ofrecerse, tienen que redundar en beneficio de todos y no sólo de quienes están dispuestos a pagarlos. Sobre las funciones positivas de la legislación liberal, Hayeck plantea que la doctrina liberal tradicional no sólo no ha conseguido afrontar adecuadamente los nuevos problemas, sino que ni siquiera ha elaborado un programa suficientemente claro capaz de trazar el marco jurídico destinado a garantizar un sistema de mercado eficiente. Para que el sistema de libre empresa funcione de tal modo que produzca ventajas, no basta con que las leyes satisfagan los criterios de carácter negativo a que antes nos referimos, sino que también es necesario que su contenido positivo contribuya a que el mecanismo de mercado funcione de manera satisfactoria. Para ello se precisan normas que favorezcan el mantenimiento de la competencia y dificulten, en la me- dida de lo posible, el desarrollo de posiciones de monopolio. Estos pro- blemas fueron algo descuidados por la doctrina liberal del siglo XIX y sólo recientemente han sido tratados de modo sistemático por algunos grupos “neoliberales”. Finalmente, sobre la libertad intelectual y material Hayeck opi- na que es posible que muchos que se consideran liberales opinen que los principios políticos enunciados no expresan la doctrina liberal en toda su amplitud y ni siquiera en sus aspectos más importantes. Como ya hemos observado, el término “liberal” se ha empleado con frecuen- cia –especialmente en los últimos tiempos– para designar sobre todo una actitud mental general más bien que una concepción específica de las funciones propias del gobierno. Convendrá, pues, para concluir, volver a la relación entre estos fundamentos más generales de todo pensamiento liberal y los principios jurídicos y económicos, para mos- trar como estos últimos son el resultado necesario de una aplicación 2o0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. coherente de las ideas que condujeron a la reivindicación de la libertad in- telectual, sobre la que están de acuerdo las distintas corrientes liberales. SECCIÓN V. Estado y Poder en Heidegger. El Ser, o mejor, el poder de manifestación del Ser tiene necesidad del hombre y que, inversamente, el hombre es hombre en la medida que se encuentra en el poder de manifestación del Ser. El Pensamiento occidental retrocede cuando, después de Aristóteles, se elimina el Ser. Pensamiento contra filosofía. Caminos, no Obras. Martin Heidegger (1889-1976) concentra su pensamiento filo- sófico, político y sobre el poder, en el Ser. Piensa el Ser en “tiempos nihilistas”, por la decadencia de su época en la era Weimar por los efectos del Tratado de Versalles que, por pagar los costos de la prime- ra guerra, sumió a Alemania en una especie de pobreza horrorosa y que creo condiciones para la Segunda Guerra. Separa Pensamiento de Filosofía (Pensamiento contra Filosofía) y cree que el pensamiento es superior, porque para Heidegger, Pensar va mas allá del “filosofar”, que para él es siempre una categoría académica y parcial. ¿Cómo ha- cer Filosofía sin Pensar y como Pensar sin Filosofía? ¿Son categorías contradictorias o consubstanciales y por consecuencia inseparables? ¿Cómo Ser sin Pensar? ¿Cómo Pensar sin Ser? ¿Es posible Pensar sin Ser? ¿Cómo pensar sin existir (Descartes)? ¿Ser para qué? Pen- sando en Heidegger, es inevitable la articulación filosófica con la Políti- ca, por su adhesión al régimen Hitleriano. Sin duda que es difícil hablar sin pasión sobre Heidegger, porque el filósofo y su filiación política son inseparables. Es difícil que el Discurso del Rectorado (1933), cuando afirma sobre la universalidad alemana, y lo que implica su compromiso al nazismo, no pesen de una manera decisiva en la valoración que se haga de su proyecto filosófico global. La posición personal de Heide- gger habla de la responsabilidad del intelectual, máxime cuando él es uno de los pensadores fundamentales del siglo XX. En su texto, De la Experiencia del Pensamiento (1947), Heidegger da un argumento que permite captar porqué habrá de ser siempre un autor que se escapa, que a veces fascina y a veces repugna: “Quien tiene grandes pensa- 2o1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA mientos –dice– ha de tener grandes errores”. 119 Su cosmogonía se concentra en cuatro categorías básicas: el problema del Ser, Ser. Aquí, y Tiempos y Existencias. Estas categorías son transcendentales, no empíricas, es decir, como conceptos que sin afectar la existencia, la hagan posible. El Ser no es “una cosa” y, por tanto, no se puede manifestar empíricamente. 1.- Ens: (das Seiende) es la cosa que es. “Ens” expresa lo que se ve, toca, siente, imagina. En este sentido, todo lo material y la divini- dad son “ens”. Pero el “ens” tiene necesidad de un sentido. El ’ens “es”, es hecho, se manifiesta, y por axioma constituyen el inicio del ser. 2.- Ser: (Das Sein) constituye la propiedad común de los “ens”, según la metafísica clásica. Los “Ens” “son”. El ’ser”, se diferencia radical- mente del que no es. La primera gran obra de Heidegger Ser y Tiempos (1929) consistía en clarificar el concepto de Ser. Entre “Ser” y “Ens” existe una diferencia ontológica. El Ser es ahora absoluto, mientras que el “Ens” es relativo, e indefinible. No puede comprenderse qué significa ’ens” si previamente no se pueden situar en el ámbito del Ser. El Ser hace que las cosas continúen. Ser es en consecuencia una idea no captada concep- tualmente que la metafísica supone. El Ser no es un esquema lógico, sino una presencia problemática que da unidad a todo lo que es. 3.- El Ser- Aquí: (Dasein), Heidegger refiere la existencia hu- mana, en tanto que ámbito de comprensión del Ser. No es un simple estar, sino un Ser (Sein) – aquí (Da). El Ser no se encuentra en una región extraña o en el mundo de las ideas, sino que se hace evidente, se muestra “aquí”. El Dasein es pura posibilidad, es libertad, pero no en el sentido de la pura indeterminación sino que es una libertad referida al mundo que se presenta. Es el hombre que capta “aquí” el Ser o, al menos, que se esfuerza por captar. El hombre es quien ha de hacer al hombre, que ha de buscarlo. Esta concepción de Heidegger es in- compatible con la concepción tradicional del humanismo cartesiano, 119 En el Libro El Pensamiento Alemán de Kant a Heidegger (1990), su estudiante el Jesuita Eusebi Colomer, refiere a Heidegger como un profesor e intelectual tímido, que vive un momento de oportunismo político, creyendo que el régimen nazi se basaría en su filosofía. Refiere asimismo la dificultad de “ser pensador en tiempos difíciles”. Para él, el hombre Heidegger no era un personaje....un poco ególatra que, en el fondo, psicológi- camente ambicionaba ser el “Führer del Führer”, a la manera platónica, con su padre filosófico Sócrates. 2o2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. racionalista, que pretende buscar la esencia del Ser en lo externo, la instrumentalizad tecnológica. 4.- La Existencia: (Existenz) es, toda propiedad, el hombre: el tipo de Ser propio del Ser- Aquí, Dasein, que Heidegger nomina “pastor del Ser”. La Existencia es siempre un “quien” y mas no un “que”. El Ser que he de construir se presenta como “propio”, como “mío”. La existen- cia es apertura al Ser. Significativamente Dasein es una palabra de ori- gen germánico y Existencia es una palabra de origen latino (existere) que se corresponde exactamente a Dasein y que significa existencia en sentido clásico. La existencia se divide en distintos elementos deno- minados “existenciales”. Existencias Ser y Tiempo son así categorías determinantes en la Filosofía Heideggeriana. Heidegger creyó siempre que el “Poema” de Parménides sintetizo lo esencial de la filosofía: “El Ser Es y el No- Ser No Es”. Parmenides había presentado el tema del descubrimien- to de la verdad (Alétheia, en griego) como la tarea que da sentido al acto de conocer: este es el problema capital de la filosofía y nos hace conscientes y da sentido a la tarea del pensar. El problema reside en que dilucidar la significación del ser es una tarea pendiente en toda la historia de la metafísica occidental. Aristóteles intentó hacer una exé- gesis del “Ser”, pero Heidegger considera que el intento Aristotélico se había limitado a proponer formas de aparición del Ser; pero sin profun- dizar en su significado. Para Heidegger, Aristóteles es para Heidegger un pensador central porque hizo una pregunta capital cuestionando el sentir (los sentidos) del Ser y de sus formas de aparición. Heidegger, en su Introducción a la Filosofía (1929) observa que mientras los modernos tienden a pensar la filosofía como ciencia, los griegos consideraban, al contrario, las ciencias como filosofía. “Fi- losofía” es una “palabra” que los griegos usaban en plural (que incluía la matemática y la medicina), porque no habían perdido de vista las cosas esenciales, como el Ser. Heidegger retoma toda la orientación fenomenológica anterior y sitúa, mundo que aparece a la conciencia, el Ser siempre cercano, mas no encontrado. El proyecto Heideggeriano es, en consecuencia, metafísico: es tratar de buscar el fundamento, el Ser que da estructura y que, de alguna manera, habla en las cosas. Esta Metafísica Heideggeriana (o mejor la “postmetafísica”, según Nietzsche) es diferente a la tradicional porque no 2oJ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA incluye el elemento humanístico en la forma habitual del racionalismo: El hombre no es el protagonista o el definidor del Ser; sino que se concen- tra en las cosas que construye, u “objetiva” la humanidad. La metafísica Heideggeriana no se puede separar de la concepción del hombre en tanto que “Ser finito, pensante” a la búsqueda de su propia esencia. Es, en consecuencia, una metafísica de la finitud. A partir de Heidegger, será la existencia que precede, que permite pensar, la esencia. Esta idea que es la existencia la que precede la esencia, idea que también retoma Jean Paul Sartre, es absolutamente central en la modernidad. Heidegger estuvo siempre convencido que existe un momento en que todo el esfuerzo del pensamiento occidental comienza a re- troceder cuando después de Aristóteles, se va pretender silenciar el Ser –que había aparecido en el pensar presocrático– y la búsqueda filosófica degenera en la aplicación mecánica y poco reflexiva de las categorías (substancia, cantidad, cualidad...). Así va a nacer la “filoso- fía”; pero el pensar autentico ya estaba muerto. La ontología no pue- de ser comprendida a partir de formulas que la fosilicen. De aquí que Heidegger tiende a identificar tanto la filosofía como la ciencia más en la pasión que en la tarea de análisis (en este sentido dirá en la Intro- ducción a la Filosofía, que: “La ciencia tan solo existe en la pasión del preguntar, en el entusiasmo del descubrir, en lo implacable del ren- dir críticamente cuenta, del demostrar, del fundamentar”. Desde esta perspectiva, Heidegger reivindica el pensamiento primigenio. \AII1IIí IV Práctica del Poder, Política y Democracia en la Europa Moderna. El Estado Moderno en Europa, se reinicia con la Restauración, a fines de la segunda década del Siglo XIX y es consecuencia con- certada de los poderes monárquicos históricos frente a la revolución francesa de fines del siglo XVIII, los quince anos de poder napoleónico que generaron un desbalance de poder en la Europa de fines del Siglo XVIII e inicios del XIX y la vuelta a la Monarquía en Francia, con Luis XVIII, en 1814. La Restauración es en consecuencia Re-estaurar el 2o4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Poder, mantener el Poder, con concesiones formales al pueblo sobre Política, mediante el mecanismo de participación popular en eleccio- nes del Parlamento. Se inicia en Europa la democracia liberal, arti- culada con el proceso de liberalismo económico, que no siempre son correspondientes. Con esta nueva racionalidad, el Poder se mantiene casi inalterable, modificando la forma de la Política y esa nueva Demo- cracia, sintetizada en elecciones de la Asamblea. No es Poder del Pue- blo; sino la expresión de una recomposición de fuerzas, manteniendo el Poder Político y Económico, en las mismas élites dominantes histó- ricamente. La racionalidad de la Democracia nacida de la Revolución Francesa es así dislocada. El Sistema de la Restauración descansaba en la dirección man- comunada de los asuntos internacionales por parte de las cuatro grandes potencias, Inglaterra, Prusia, Rusia y Austria, que conforman la Cuádruple Alianza. A esa estructura se le llama Directorio y la Alianza es la base de las relaciones internacionales europeas existentes entre 1815 y 1830. El gran impulsor fue el premier británico Castlereagh quien logró conven- cer a las otras tres potencias para formar parte de ella. Las bases de la Cuádruple, fueron las siguientes: Compromiso de mantener, incluso por la fuerza, los cambios impuestos por el Congreso de Viena; Vigilar y con- trolar la ideología liberal, considerada como la principal destructora de las monarquías liberales. Para ello se controlaba estrictamente la prensa, las universidades, los teatros, etc; Principio de intervención. La Cuádruple, se convirtió en Pentarquía, Quíntuple Alianza, al ser admitida Francia en la misma, a partir del Congreso de Aquisgrán celebrado en 1818. Esta Época de Reinstauración del Estado Moderno y del inicio de la Democracia Liberal coincide con la preeminencia del pensamien- to económico clásico, es asimismo la época de David Ricardo, el naci- miento de Marx y el inicio de las primeras reflexiones neoclásicas. SECCIÓN I. Política y Estado en las concepciones Europeas de la Concertación de Naciones de Metternich ¿Cuál fue el impacto de la Concertación de Naciones de Met- ternich (Austria. Siglo XVIII) sobre el Poder y la Política de inicios del siglo XIX? Metternich reproduce la política de concertación de Nacio- 2o· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA nes de Richelieu del Balance de Poder Inglés o Equilibrio Europeo: Es la formulación de la historia diplomática europea, que se impone tras la derrota napoleónica, que buscaba el restablecimiento del reparto del poder equilibrado entre las potencias. Gran Bretaña fue la primera en intentar establecer un sistema de equilibrio continental, que fue ense- guida continuada por el canciller austriaco Metternich. El sistema Metternich fue en consecuencia el resultado en po- lítica internacional de sus ideas, siendo su preocupación fundamental restaurar el orden alterado por la revolución francesa, tanto en el res- tablecimiento de fronteras en Europa, como en la organización interior de los Estados y en las relaciones entre ellos. La fórmula establecía la posibilidad de intervenir militarmente para conseguir esos fines, siem- pre que las cinco potencias europeas (Austria, Rusia, Inglaterra, Ale- mania, Francia) estuviesen de acuerdo. Se imponía así el Principio de Intervención, que fue la clave de la política europea de la Restauración. Bajo este principio, cualquier acción revolucionaria en cualquier parte de Europa, por mínimo que fuese, podía extenderse y amenazar a toda Europa y poner en peligro el sistema general de equilibrio. Este prin- cipio, por tanto, legitima la intervención en cualquier país donde surja un brote revolucionario. El Poder es así repartido entre las potencias y es centralizado por quien dirige cada nación. No existe ya Estado ni Política Nacional. La Concertación prima. SECCIÓN II. Estado y Poder en la ideología alemana de Bismarck Otto von Bismarck (Alemania 1815-98) 120 es el artífice de un nuevo concepto de Poder Centralizado, de Política Elitista, de sistema de gobierno imperial autoritario y de economía centralizada por un po- der monárquico (primero por Prusia) alemán unificado, bajo el imperio de la guerra, esencialmente contra Francia, Austria y Dinamarca, sin visión de interés regional o europeo o de la democracia liberal y sin consideración de valores sociológicos, de la Ética y de los límites del 120 Su carrera política como ultraconservador, dirigente de la aristocracia latifundista (Junker) fue excepcional y correspondiente con la visión Prusiana típica de la época, que invocaba los derechos de la nobleza. Ingreso a la vida política en 1847, un año antes que su coterráneo Marx publicase el Manifiesto Comunista y de la revolución liberal de 2oo I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Poder. El Estado Moderno Bismarckiano es la antítesis del Estado So- cialista y del Estado Liberal, al hacer primar la visión imperial, la fuerza de las guerras y discriminar los derechos de su pueblo. Mantuvo el poder durante tres decenios, desde inicios de 1860, hasta la última década del siglo XIX. Es la involución del siste- ma de concertación de naciones de Metternich, que logro mantener el balance de poderes entre las cinco naciones poderosas de la época (Inglaterra, Rusia, Prusia, Austria, Francia), en la Europa del Siglo XIX. Es el creador de la Unificación Alemana, originalmente impulsada por corrientes liberales (ideológicamente opuestas a Bismarck), del esta- blecimiento de un sistema imperial alemán y de la diplomacia de la guerra en la Europa de fines del siglo XIX. Bismarck destruyo la diplo- macia de la concertación europea, erigida por Metternich. Denominado “Canciller de Hierro”, Bismarck es en consecuencia una de las figuras políticas más significantes de fines del siglo XIX. Es considerado el fundador del Imperio Alemán. De una Alemania débil, integrada por una confederación de reinos conflictivos y principados, transformó a un Imperio Unido que dominó Europa a fines del Siglo XIX. Este sistema imperial creó asimismo sus contradicciones inherentes, haciendo de Francia su enemigo implacable, que crea condiciones para la Primera Guerra Mundial del Siglo XX ¿Cuál era la naturaleza de este nuevo régimen de poder eri- gido? Bismarck creó este nuevo imperio alemán bajo la monarquía Prusiana. Lo estructuró en base a tradiciones militares prusianas anti- democráticas. Apoyó a la clase industrial naciente. Una vez lograda la unificación, se convirtió en dominante en crear un sistema de alianzas políticas, para guardar la paz europea, primero, aislando a Francia; y, 1848, que combatió, sirviendo los intereses del Rey Federico Guillermo, quien lo nom- bro en 1850 como miembro de la más importante estructura alemana, la Confederación Alemana, que le permitió prominencia nacional. Aquí desarrollo oposición a Austria, con- siderando que bloqueaba la expansión e influencia de Prusia. Su objetivo era hacer de Prusia el poder dominante en Alemania y el norte europeo, rompiendo con ello el statu-quo de Austria sobre la Confederación Alemana. Mantuvo relaciones especiales con el Emperador Francés Napoleón III, en las décadas 1850.1860. Fue Primer Ministro Prusiano (1862-1871), Primer Canciller del Imperio Alemán (1871-1890), el denominado “canciller de hierro”. El nuevo sistema imperial alemán era responsable ante el Empera- dor, no ante el Parlamento Imperial, coexistiendo con partidos políticos. Bismarck fue asimismo apodado el Canciller Dictador. 2o/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA segundo, creando una fuerza militar alemana, para cumplir sus obje- tivos alemanes. La expansión alemana era parte integrante de este sistema Bismarckiano. La Diplomacia Bismarckiana se caracterizaba en consecuencia por la fuerza impuesta a países “no germánicos”, como lo demuestran los términos de la paz a Francia (1871), a quien consideraba su “enemi- go hereditario” (Ludwig p. 353), de alta indemnización y anexión de las regiones de Alsacia y Lorena que conjuntamente crearon condiciones para la primera guerra mundial del siglo XX, frente a los suaves términos ofrecidos a Austria, concebido como un Estado Alemán, en la Guerra Austro- Prusiana de 1866 (independientemente de la anexión a Prusia de los Estados Alemanes de Hanover, Schleswing- Holstein, Hessen- Kassel, Nassau, Hessen- Darmstadt y las ciudades de Frankfurt/Main), que permitieron establecer fraternas alianzas en esa postguerra. Sus políticas internas e internacionales demuestran su visión del mundo auto centrada en la primacía de su imperio, excluyendo interés europeo, valores sociológicos y Ética. En materia de política doméstica realizó una serie de reformas para ampliar su poderío eco- nómico, en una época en la cual primaban los monopolios transnacio- nales como forma de acumulación mundial: estableció una moneda alemana única y un banco central, código de comercio y leyes civiles. A pesar de su visión ultraconservadora, y por razones ideológico po- líticas para limitar la influencia de los socialistas, comunistas y social- demócratas, fue el primer jefe de Estado europeo en realizar vastas reformas sociales, como el seguro social, seguros de accidente, en- fermedad y accidente a trabajadores, que fueron puestas en ejecución múltiples décadas después en Europa y Estados Unidos. En material de política exterior, fue un maestro del interés ale- mán exclusivo, discriminando el interés europeo, que había prevaleci- do con Metterrnich, desde inicios del siglo XIX. Su sistema fue estruc- turado para aislar a Francia, concebido por él como su mortal enemigo, forjó alianzas y contraalianzas, siendo las más significantes las realiza- das con el Imperio Ruso. Fue mediador o negociador entre los grandes poderes de la época como Inglaterra, Austrio-Hungria, Francia, Italia, Rusia. Fue 2o8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. mediador en la guerra Ruso- Turca de 1877-1878; Negociador de la Alianza Austro-Húngara de 1879, la Alianza de los Tres Emperadores de Austria, Alemania y Rusia en 1881; Tratado de Serbia, en 1881, derivado de los antagonismos de Austria y Rusia en los Balcanes que conllevó a la crisis Búlgara de 1886-1887; Triple Alianza, de Austria, Alemania e Italia (1882); Tratado de Romania (1883); Tratado de Ru- sia (1887). Una de las mayores debilidades del sistema Bismarckiano es su falta de valores sociológicos, como la libertad e igualdad, y su comprensión de la categoría poder moral (Ludwig, pp. 412-414). Úni- camente perseguía el Poder Prusiano y la Unificación Alemana, por el objetivo de adquirir poder. Su preocupación no era usar el poder del Estado para mejorar las vidas del pueblo alemán. Limitó los derechos del pueblo alemán y su derecho a la democracia. Sus reformas socia- les de seguridad social, pensiones, fue, como se refiere, primariamente un juego político para disminuir la influencia de sus opositores ideoló- gicos en el pueblo y en el Parlamento. SECCIÓN III. Política, Estado y Poder en Lenin. Vladimir Ilich Ulianov, Lenin (Rusia 1870-1924) 121 , es el prototi- po de la teoría y práctica del Poder nuevos, creando una nueva racio- nalidad de sistema, sociedad, Estado, Poder, Política y Economía. Su ascenso al poder es precedido de la Revolución de Octubre, en 1917 que terminó con el absolutismo del Tzar. Es el año previo al fin de la Primera Guerra Mundial, es la época en la cual el imperialismo inglés ha cedido al estadounidense desde inicios del siglo XX y es el año de firma del Tratado de Versalles que deja a la Europa sumida en crisis ideológicas, políticas y económicas profundas, que crean condiciones para la segunda guerra mundial, dos decenios después. 121 Lenin es el gran continuador de la obra de Marx y Engels, fundador del Partido Co- munista de la Unión Soviética y del Estado soviético, en 1917, que integró a múltiples republicas de culturas diversas. Desde fines de los años ochenta del siglo XIX, Lenin es- tudia el marxismo y se incorpora a la lucha política. Desde entonces, Lenin desempeña un relevante papel en la elaboración creadora de múltiples aspectos de la teoría marxista aplicada a la nueva situación histórica; en la aplicación concreta de dicha teoría, teniendo en cuenta las condiciones de Rusia; y en la dirección del movimiento revolucionario ruso e internacional de la clase obrera. Lenin contribuyó con extraordinarios aportes al desar- rollo de la economía política marxista. En los inicios de su actividad revolucionaria, Lenin llevó hasta el fin la derrota ideológica del populismo.Con pleno derecho se ha denomi- nado marxismo—leninismo la teoría revolucionaria de la clase obrera. 2o' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA ¿Cuál fue su aporte a la teoría y a la práctica del Poder, del Estado, la Política y a la Economía? Lenin realizó profundo análisis de la ley de la desigualdad del desarrollo económico y político de los países capitalistas en el período del imperialismo y llegó a la conclusión que la revolución socialista po- día triunfar inicialmente en varios países capitalistas o en uno solo de ellos. Esto constituía el desarrollo creador de la teoría de la revolución socialista cuya veracidad fue confirmada por la historia. Es significativo su aporte al desenvolvimiento de la economía política del socialismo y del comunismo. En sus tesis 122 “El Estado y la Revolución” (1917). “Las Tareas Inmediatas del Poder Soviético” (1918), “Cómo organizar 122 Estas tesis son precedidas de múltiples escritos, entre ellos, “Nuevos movimien- tos económicos en la vida campesina” (1893), “En torno al llamado problema de los mercados” (1893), “¿Quiénes son los «amigos del pueblo» y cómo luchan contra los socialdemócratas?” (1894), “Contenido económico del populismo y su crítica en el libro del señor Struve. (Reflejo del marxismo en la literatura burguesa)” (1895), y también en la obra clásica “El desarrollo del capitalismo en Rusia’’ (1899), Lenin, aplicando con espíritu creador el marxismo al análisis del régimen económico de Rusia, sometió a una crítica exhaustiva las concepciones de los populistas y de los “marxistas legales”. Lenin mostró que en el proceso de desarrollo del capitalismo tal como se daba en Rusia, se manifestaban las leyes generales del modo capitalista de producción. Criticó los errores teóricos de los populistas, que, en lo tocante al mercado interior y al desarrollo del capi- talismo en Rusia, afirmaban que la plusvalía no podía realizarse si no existían los peque- ños productores y el mercado exterior. Demostró que en un país donde se desarrolla el capitalismo, se produce una diferenciación de los pequeños labradores en empresarios agrícolas y proletarios asalariados, de suerte que el capitalismo crea para si el mercado interior. Representaron una contribución importantísima para la economía política marx- ista los trabajos de Lenin sobre la cuestión agraria en los cuales se generalizan los datos concernientes al desarrollo de la agricultura en Rusia y en otros países: “El problema agrario y los «críticos de Marx»” (1907), “El programa agrario de la socialdemocracia en la primera revolución rusa de 1905 — 1907’’ (1907), “Nuevos datos acerca de las leyes del desarrollo del capitalismo en la agricultura” (1914-1915). En su lucha contra el “revisionismo ruso” y de Europa Occidental, que negaba la vigencia de las leyes de la concentración y de la centralización del capital en la agricultura, Lenin analizó científica- mente las particularidades que presenta el desenvolvimiento del capitalismo en el agro. Amplió la teoría marxista sobre la renta diferencial y la renta absoluta, puso de relieve la función obstaculizadora de esta última para el progreso de las fuerzas productivas en el campo, mostró la inconsistencia de las afirmaciones de los economistas burgueses sobre la existencia de la “ley de la fertilidad decreciente del suelo”. Examinó el problema relativo a la posibilidad, las condiciones y las consecuencias económicas de la nacio- nalización de la tierra en la revolución democrático-burguesa y en la socialista. Lenin desarrolló con espíritu creador la doctrina de Marx y Engels después de investigar los nuevos fenómenos que, en el desarrollo del capitalismo, aparecieron a fines del siglo XIX y comienzos del XX, creó la teoría del imperialismo y sentó las bases de la doctrina sobre la crisis general del capitalismo. Lenin expuso su análisis científico del imperialismo en su obra “El imperialismo, Fase Superior del Capitalismo” (1916) así como en sus traba- jos: “La Bancarrota de la II Internacional” (1915), “El socialismo y la guerra” (1915), “La consigna de los Estados Unidos de Europa” (1915) ‘‘En torno al folleto de Junius” (1916), “Sobre una caricatura del marxismo y sobre el «economismo imperialista»” (1916), “El programa militar de la revolución proletaria” (1916), ‘‘El imperialismo y la escisión del socialismo” (1916), y otros. 2/0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. la Emulación’’ (1918), “Una Gran Iniciativa” (1919), “Acerca de un Plan Económico Unico” (1921), “Economía y Política en la Epoca de la Dic- tadura del Proletariado” (1919), “Sobre el Impuesto en Especie” (1921). “De la Cooperación” (1923) y otros varios. Lenin avanzó y sentó nuevas bases de la economía política del socialismo y del comunismo. Formuló una caracterización general del socialismo y del comunismo, puso de manifiesto los rasgos comunes a las dos fases del comunismo, mostró la diferencia esencial que entre una y otra existe y que es determinada por el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, por el grado de madurez económica y política de la sociedad, por la preparación cultural de los trabajadores, de su conciencia de clase. Al determinar las tareas de la edificación socialista en Rusia, Le- nin indicaba que era necesario electrificar el país (al punto de simplificar con su frase: Socialismo es igual a electrificación), organizar la industria, la agricultura y el transporte sobre la base técnica de la gran industria moderna. Consideraba Lenin que la productividad del trabajo es lo más importante para la victoria del nuevo régimen social. De ahí que la tarea principal, después de la victoria de la revolución socialista, consista en alcanzar la máxima productividad del trabajo, y en relación con ello (y para ello), lograr su máxima organización. Mostró que una vez el proleta- riado este en el poder del Estado, el auge de las fuerzas productivas de la agricultura se vincule a la transformación socialista de la agricultura, mediante la cooperación. A la vez que exhortaba a aprovechar el entu- siasmo revolucionario de las masas, Lenin insistía en la extraordinaria importancia que tiene, bajo el socialismo, interesar a los trabajadores en el aspecto material por los resultados de su trabajo. Lenin reveló el valor de la emulación socialista como recurso cardinal para incorporar a las masas a la edificación de la nueva so- ciedad y elevar la productividad del trabajo. Estimó en alto grado los sábados comunistas como una gran iniciativa, consciente y voluntaria, de los trabajadores y vió en este movimiento el “principio del comunis- mo en la práctica”. Consideraba que constituye una condición impor- tantísima y necesaria de las transformaciones socialistas y comunistas asegurar a cada miembro de la sociedad las mismas posibilidades de 2/1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA utilizar todos los resultados de la ciencia y de la cultura, asegurar el desarrollo libre e integral de cada trabajador. Formuló los principios de la revolución cultural socialista, en el transcurso de la cual el saber se convierte en patrimonio de las amplias masas trabajadoras. Dedicó gran atención a elaborar los principios en que ha de basarse el gobierno de la sociedad y con este motivo caracterizó la co- rrelación entre economía y política en el período de la construcción del socialismo. “La tarea de dirigir el Estado —escribió Lenin— planteada ahora en primer término ante el Poder Soviético presenta, además, la particularidad de que ahora se trata de una dirección en que no es la política, sino la economía lo que adquiere principal importancia”. Lenin demostró que sólo la vanguardia de la clase obrera, el Partido Comu- nista, orientador de la actividad de los trabajadores en todas los esfe- ras de la vida social, puede dirigir el proceso de las transformaciones sociales. Lenin dirigió un inmenso trabajo práctico en la creación de la nueva sociedad en la Union Soviética. Bajo su dirección, el Partido elaboró el plan de la transformación radical del país, el plan de la edifi- cación del socialismo. Al formular la teoría sobre la victoria de la revolución socialista en un solo país, Lenin fundamentó el principio de la coexistencia pacífi- ca de los estados socialistas y capitalistas, así como el de la emulación económica entre ellos. Lenin puso de manifiesto que los monopolios, que habian co- menzado a conformarse a nivel mundial desde mediados del Siglo XIX, constituían la base de expansion más profunda del imperialismo; des- cubrió el nexo y la relación recíproca entre las peculiaridades económi- cas fundamentales del imperialismo y mostró cuál es el lugar histórico que le corresponde. Llegó a la conclusión de que el imperialismo es el capitalismo monopolista, parasitario o en descomposición y agonizan- te. De ahí que eI imperialismo sea la antesala de la revolución socialis- ta. Lenin mostró que en la época imperialista se forma el sistema capi- talista de economía mundial, de particion territorial, y la explotación del trabajo por el capital se complementa con la explotación de los pueblos de los países coloniales y semicoloniales por el capital financiero de las metrópolis. Éste es el motivo de que el hundimiento del capitalismo se 2/2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. produzca como resultado de la lucha revolucionaria de la clase obrera por el socialismo. Sobre el papel del Estado y la Democracia Liberal, Lenin 123 es prolifico. Lenin remite al libro de Engels El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, sobre que todo Estado en el que existe la propiedad privada de la tierra y los medios de producción, en el que domina el capital, por democrático que sea, es un Estado capitalista, una máquina en manos de los capitalistas para el sojuzgamiento de la clase obrera y los campesinos pobres. Y el sufragio universal, la Asam- blea Constituyente o el Parlamento son meramente una forma, que no cambia la esencia del asunto. Reitera que las formas de dominación del Estado pueden variar: el capital manifiesta su poder de un modo donde existe una forma y de otro donde existe otra forma, pero el poder está siempre, esencialmente, en manos del capital, ya sea que exista o no el voto restringido u otros derechos, ya sea que se trate de una república democrática o no; en reali- dad, cuanto más democrática es, más burda y cínica es la dominación del capitalismo. Una de las repúblicas más democráticas del mundo es Esta- dos Unidos de Norteamérica, y sin embargo, en ninguna parte (y quienes hayan estado allí después de 1905 probablemente lo saben) es tan crudo y tan abiertamente corrupto como en Norteamérica el poder del capital, el poder de un puñado de multimillonarios sobre toda la sociedad. El capital, una vez que existe, domina la sociedad entera, y nin- guna república democrática, ningún derecho electoral pueden cambiar la esencia del asunto. La república democrática y el sufragio universal representaron un enorme progreso comparado con el feudalismo: per- mitieron al proletariado lograr su actual unidad y solidaridad y formar esas filas compactas y disciplinadas que libran una lucha sistemática contra el capital. No existió nada ni siquiera parecido a esto entre los campesinos siervos y ni que hablar ya entre los esclavos. Los escla- vos se sublevaron, se amotinaron e iniciaron guerras civiles, pero no podian llegar a crear una mayoría consciente y partidos que dirigieran la lucha; no podían comprender claramente cuáles eran sus objetivos, 123 Extracto de Conferencia pronunciada en la Universidad Sverdlov el 11 de julio de 1919, publicada en Pravda, número 15, 18 de enero 1929. 2/J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA e incluso en los momentos más revolucionarios de la historia fueron siempre peones en manos de las clases dominantes. La república burguesa, el Parlamento, el sufragio universal, todo ello constituye un inmenso progreso desde el punto de vista del desarro- llo mundial de la sociedad. La humanidad avanzó hacia el capitalismo y fue el capitalismo solamente, lo que, gracias a la cultura urbana, permitió a la clase oprimida de los proletarios adquirir conciencia de si misma y crear el movimiento obrero mundial, los millones de obreros organizados en partidos en el mundo entero; los partidos socialistas que dirigen con- cientemente la lucha de las masas. Sin parlamentarismo, sin un sistema electoral, habría sido imposible este desarrollo de la clase obrera. La herencia leninista constituye una de las fuentes de la actividad creadora del Partido Comunista de la Unión Soviética y del movimiento comunista internacional con miras a la transformación revolucionaria de la sociedad, a la edificación del socialismo y del comunismo. Las ideas de Lenin se integraron en el programa del Partido y particularmente, cua- tro décadas después de su muerte, adoptadas por el XXII Congreso del Partido de la URSS (1961), programa que constituia un plan científico de la construcción de la sociedad comunista de la época. El quiebre en 1991 del sistema establecido en la URSS plan- tea algunas interrogantes, considerando la historia expansionista de Rusia y las diferenciaciones marcadas históricas, etnológicas, religio- sas, culturales, tecnológicas y visiones del mundo entre los países que integraron la URSS: ¿Posterior a Lenin, existió edificación del socialis- mo en la URSS? ¿Quebró el socialismo en la URSS o fue un sistema que, posteriormente a Lenin, se transformó en una especie de sistema Tzarista que se imponía al resto de países integrantes de la Unión? ¿Porqué la mayoría de la riqueza nacional de la URSS se concentró en Rusia, marginando al resto de países integrantes de la Unión? ¿Por- que los líderes de la URSS, posteriormente a Kruschev a inicios de la década sesenta, fueron exclusivamente rusos? ¿Predominó una visión rusa del tipo de socialismo soviético? ¿Puede interpretarse el quiebre del sistema soviético como triunfo del capitalismo? ¿Puede concebirse que el fin del sistema soviético es el fin del socialismo o de la historia, si existen otras formas de socialismo mundial? 2/4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. \AII1IIí V Concepciones Teóricas sobre Poder, Política y Democra- cia en la América Moderna Este Capitulo sintetiza los aportes teóricos sobre revoluciones independentistas en Estados Unidos y en América Latina y El Caribe, particularmente Centro y Sur América, y las concepciones inmediatas sobre la unidad latinoamericana. Ambas transformaron el espectro de las Sociedades, el Poder, la Política, Tipos de Estado, Economía y fu- turo de las naciones. La primera se realizó a fines del Siglo XVIII y se sintetizan los pensamientos de Jefferson y Tocqueville, el primero como teórico y práctico de la revolución independentista de los Esta- dos Unidos y el segundo como intérprete de la filosofía de esa nueva sociedad, a inicios del siglo XIX. Las revoluciones independentistas y las primeras teorías sobre la necesaria unión o federación en América Latina inician en los prime- ros decenios del siglo XIX y Bolívar y Morazán son dos Estadistas, de sus principales teóricos y prácticos. SECCIÓN I. Política, República, Estado y Democracia en Jefferson. La filosofía y la práctica política de Thomas Jefferson (Estados Unidos 1743-1826) abarca las esferas del Poder, la Política y la Socie- dad. Es integral con respecto a los principios enunciados por Diderot, Montesquieu, Rousseau, entre otros, encarnados en la Revolución In- dependentista de Estados Unidos, de la cual fue redactor del Acta, y posteriormente trece años después, integrados en la Revolución Fran- cesa. Consideraba que todos los hombres eran igualmente libres e independientes (aunque el esclavismo continuó más de una centuria) y tenían derecho a la vida, la libertad, los medios de adquirir propieda- des y la búsqueda de la felicidad y la seguridad. Esto se desprende del primer artículo de la Declaración de Derechos de Virginia, redactada por George Mason en 1776. Aclaró en su autobiografía, contradictoria- mente que, “las razas blanca y negras, igualmente libres, no pueden vivir en un mismo gobierno”. 2/· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Claudio J. Katz (Thomas Jefferson’s Liberal Anticapitalism) ar- gumentó que Thomas Jefferson formaba parte de una corriente del liberalismo que era anticapitalista, llegando a proponer que los ciuda- danos fueran autoempleados antes que aceptar el trabajo asalariado. Según Kantz, Thomas Jefferson, aún basándose en el iusnaturalismo de John Locke para definir el concepto de propiedad sobre la tierra, re- definió algunos argumentos para acabar enfocando su visión sobre la propiedad de la tierra hacia un modelo basado en la ocupación perso- nal o familiar, haciendo una crítica a los sistemas agrarios basados en haciendas y latifundios propiedad de grandes terratenientes, además cuestionó la especulación financiera y los derechos de patentes. Algunas veces se ha llamado a su modelo económico republi- canismo agrario o liberalismo agrario, en la misma línea de la tradición del republicanismo federal. Por estas razones ha sido visto con sim- patía por algunos anarquistas que lo han considerado una persona próxima a algunas de las ideas libertarias, y hasta un precursor del anarquismo. Otros, en cambio, prefieren valorar su contribución fun- damental en la creación y consolidación del que hoy es el Estado más poderoso, aunque no el mas desarrollado, del planeta. Benjamin Tuc- ker escribió en “Socialismo de Estado y Anarquismo en qué coinciden y en qué difieren: que “Los anarquistas son, simplemente, demócratas jeffersonianos hasta las últimas consecuencias y sin miedo de éstas”. Por otra parte, el economista anarquista Murray Rothbard.... sostiene: Sin embargo, durante el siglo XIX continuó el ímpetu libertario. Los movimientos jeffersonianos y jacksonianos, los partidos Demócrata-Republicano y luego Demócrata, lucharon abiertamente por lograr la virtual eliminación del gobierno de la vida estadounidense. Debía ser un gobierno sin ejército o armada permanentes; un gobierno sin deudas y sin gravámenes federales directos ni impuestos confis- catorios, y prácticamente sin aranceles a la importación -es decir, con niveles ínfimos de impuesto y gasto-, un gobierno que no se compro- metiera en obras públicas o mejoras internas, que no controlara no regulara, que dejara al dinero y al sistema bancario en libertad, sólido y exento de inflación; en resumen, citando las palabras del ideal de H. L. Menken, “un gobierno que apenas sí es un gobierno”. 2/o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. El avance jeffersoniano hacia la virtual inexistencia del go- bierno se malogró después de que Jefferson asumió la presidencia, primero, a causa de concesiones a los federalistas,posiblemente como resultado de un acuerdo destinado a obtener votos federalistas para quebrar una paridad en el colegio electoral, y luego por la compra in- constitucional del territorio de Luisiana. Pero el fracaso se debió sobre todo al impulso imperialista hacia la guerra contra Inglaterra durante el segundo período de Jefferson, un impulso que condujo a la guerra y a un sistema unipartidista que estableció, casi por completo, el programa estatista federalista: altos gastos militares, un banco central, aranceles proteccionistas, impuestos federales directos, obras públicas. [...] La base de la democracia jeffersoniana consiste, conclusión en seis elementos inseparables: Democracia Participativa, Separacion de Poderes, Separacion Iglesia- Estado, Libertad de Conciencia, el Gobierno debe proteger la Libertad Individual, Libertad de Expresion y de Prensa. SECCIÓN II. Política, República, Estado y Democracia en Tocque- ville Alexis de Tocqueville (Francia 1805-1859) 124 es un defensor del Estado, la Política, Democracia y pensamiento liberal del siglo XIX, sin- 124 Alexis Henri Charles de Clérel, vizconde de Tocqueville, fue un pensador, jurista, político e historiador francés, bisnieto de Malesherbes. Nacido en una familia de ultra monárquicos que perdió a varios de sus miembros durante el Terror revolucionario de la Revolución Francesa, la caída de Robespierre en 1794 evitó, in extremis, la guillotina a su madre. Probablemente por esta razón, desconfió toda su vida de los revolucionarios, sin que ello lo llevara a planteamientos ultraconservadores. Estudió Derecho y obtuvo una plaza de magistrado en Versalles en 1827. Sin embargo, su inquietud intelectual le llevó a aceptar una misión gubernamental para viajar a los Estados Unidos a estudiar su sistema penitenciario (1831). Su estancia allí duró dos años. Fruto de este viaje fue su primer obra: Del sistema penitenciario en los Estados Unidos y de su aplicación en Francia (1833). Sin embargo, su estancia en Estados Unidos le sirvió para profundizar en el análisis de los sistemas político y social estadounidenses, que describió en su obra La democracia en América (1835-1840). De regreso de sus viajes a Estados Unidos, Tocqueville abandonó definitivamente la magistratura para dedicarse a la política y a la producción intelectual. En 1838 ingresó en la Academia de Ciencias Morales y Políticas. En 1839 fue elegido diputado por el pueblo de Normandía que lleva su mismo nombre, Tocqueville (del que habla en su obra Souvenirs), y en 1841 llegó a la Academia Fran- cesa. Se opuso tanto a la Revolución de 1848 (que acabó con la monarquía de Luis Felipe de Orleans) como al golpe de estado de Luis Napoleón en 1851-1852 (que acabó con la Segunda República Francesa y dio paso al Segundo Imperio, con Luis Napoleón como Napoleón III); fue uno de los diputados arrestados durante el golpe. En el inter- valo, fue brevemente ministro de Asuntos Exteriores (1848) de la Segunda República, 2// IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA tetizados, se infiere de sus escritos, en la revolución independentista de Estados Unidos, aunque es defensor de ideas preconizadas por la re- volución francesa, como libertad e igualdad. En su obra Democracia en América sintetiza los avances del Estado y de la Democracia Liberal de inicios del siglo XIX, partiendo de crítica al sistema democrático europeo de su época. Estima que en América (Estados Unidos) “...el pueblo reina sin límites...” 125 Sintetiza el papel de la filosofía del pueblo estadouniden- se, del sufragio universal, de la religión y de la revolución independentista. A partir de una visión pragmática empírica, generaliza sus ideas sobre las categorías referidas de sociedad, Estado, Política, Democracia. En reali- dad, Tocqueville, vió estas categorías desde una visión europeocentrista, por cuanto el racismo y la ausencia de derechos civiles para minorías, entre ellas la indigena, no son explícitas en sus obras. Para Tocqueville, el método filosófico de los americanos es ac- tuar sin preocupación filosófica. Refiere que ningún país en el “mundo civilizado” pone menor atención a la filosofía que Estados Unidos. Los americanos- dice- no tienen escuela filosófica y no ponen atención a las escuelas en las cuales Europa está dividida. Los americanos usan sus mentes casi en la misma forma, de acuerdo a las mismas reglas, sin definir algunas, y tienen un método filosófico común a todo el pue- blo. Este método filosófico evade la concepción global de su sistema y costumbres, máximas familiares, opiniones de clase y prejuicios na- cionales; acepta la tradición como información, los hechos existentes son usados como lección para ser usados mejor, observan la razón de las cosas para sí mismos, individualmente, ven los resultados sin estar y vicepresidente de la Asamblea Nacional (1849). Tras el advenimiento del Segundo Imperio, Tocqueville se retiró de la vida pública y se dedicó a la que sería su obra cumbre (junto con De la democracia en América), inacabada: El Antiguo Régimen y la Revolu- ción (1856). En 1858, su salud se resintió y fue enviado al sur de Francia, donde murió (Cannes, 1859). Sus obras completas fueron publicadas en nueve volúmenes por H. G. de Beaumont (1860-1865). Su obra está basada en sus viajes a Estados Unidos, y es una referencia obligada para entender ese país, en particular durante el siglo XIX. Se considera como uno de los defensores históricos del liberalismo y de la democracia, fue anticolectivista y una de las referencias de los liberales. Fue también un teórico del colo- nialismo, concretamente a través de sus estudios de la colonización francesa de Argelia. Abogó también por la caridad privada en lugar de la ayuda del Estado para el cuidado de los pobres, lo que han encomiado los conservadores estadounidenses, especialmente a finales del siglo XX y principios del XXI. 125 De la Democracia en América. Primer Capítulo, Gobierno de la Democracia en América. 2/8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. correlacionados con los significados, focalizarse a través de la forma en la substancia. De todas estas características, la principal es que los americanos actúan de conformidad con el esfuerzo individual de su propio entendimiento. Estas son, para Tocqueville, las principales características de la denominada filosofía americana de inicios del siglo XIX. Sin em- bargo, América, refiere, es uno de los países donde los preceptos de Descartes son menos estudiados y mejor aplicados. Esto no es sor- prendente. Los americanos no estudian los preceptos de Descartes, porque su condición social no les permite “estudios especulativos”; pero “siguen las máximas, porque su condición social dispone natu- ralmente sus mentes para adoptarlos”. Los hombres viviendo en este estado de sociedad no derivan sus creencias de opiniones de la clase de la cual ellos provienen. Considera así que en un país donde los ciudadanos son considerados por igual, son tan cercanos uno del otro, que no se perciben signos de superioridad. Ellos son en consecuencia el resultado de sus propias razones, como la más obvia fuente próxima de verdad. Existe, en estas condiciones, disposición a confiar en la autoridad de cualquier hombre. Cada quien está ligado a sí mismo y juzga al mundo a partir de esta su realidad. Con respecto al sufragio universal, concebido como el primer principio de la democracia, Tocqueville sintetiza, que en el pueblo Ame- ricano existe una “preferencia instintiva” por la democracia; que esta democracia se ejerce en las leyes relacionadas con las elecciones, que cuando las elecciones son escasas exponen al Estado a crisis violentas; que los gastos públicos y funcionarios públicos están bajo el control de la democracia, incluidos los poderes discrecionales de los magistrados; que la corrupción y los vicios de los actores en una demo- cracia y por consecuencia sus efectos son sometidos a la “moralidad pública”; que existe autocontrol de la democracia, porque consideran que es beneficiosa para su interés; y que la conducción de los asuntos exteriores, de su política internacional, se corresponde con las direc- ciones dadas por Washington y Jefferson. Reitera dos aspectos esenciales a la construcción de la demo- cracia en Estados Unidos: el papel ideológico de la religión, del cris- 2/' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA tianismo (no hace distinción entre catolicismo o protestantismo); y la condición no democrática de su revolución. ¿Cuál es el impacto ideológico de la religión? Refiere que la religión origino una sociedad angloamericana, con todas las costum- bres de una nación y el sentimiento patriótico, de los cuales deriva una fuerza particular. Las instituciones religiosas se mantienen com- pletamente distintas a las instituciones políticas. Las antiguas leyes han sido sustancialmente modificadas, después de la independencia, mientras que las antiguas creencias se mantienen inalterables. El cris- tianismo tiene una poderosa fuerza en las mentes de América, siendo esto no una doctrina filosófica que ha sido adoptada; sino una religión que es creída sin discusión en los Estados Unidos. Sectas cristianas son infinitamente diversificadas y perpetuamente modificadas, pero el cristianismo es un hecho establecido e irresistible, que nadie afecta. Habiendo aceptado el cristianismo, los americanos están obligados a aceptar sus principios morales. ¿Cuál fue el impacto de la revolución independentista de fines del siglo XVIII? La segunda circunstancia que alude Tocqueville en la conformación de la nueva sociedad estadounidense de inicios del si- glo XIX es que no tuvieron una revolución democrática. Su condición social y la constitución Americana, alude, son democráticas; pero no nacieron de una revolución democrática. No existe revolución, reitera, que no haya sacudido creencias existentes, desestabilizar autoridad y recibir nuevas ideas. Cada revolución tiene más o menos el efecto de dejar al hombre con su propia conducta y dejar en las mentes de cada quien perspectivas ilimitadas. Cuando la igualdad de condiciones crea conflictos entre las diferentes clases sociales...divide hombres, guián- dolos hacia la desconfianza...viendo la verdad solamente en ellos mis- mos. Cada quien se ve asimismo como su propio guía y así forma sus propias opiniones, en todas las materias. Los hombres no son así integrados por ideas, si por intereses, lo cual conlleva considerar las opiniones humanas como reducida a una especie de polvo intelectual. Tal independencia de pensamiento que igualmente supone la existen- cia (individual) nunca aparece como excesiva, hasta el punto que la igualdad comienza a establecerse. Esta especie de libertad intelectual 280 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. con igualdad, debe distinguirse de la anarquía que la revolución conlle- va. Ambos aspectos deben considerarse separadamente, para evitar, refiere Tocqueville, “exageradas confianzas” o “miedos del futuro”. Finaliza creyendo que el hombre que viva bajo estas nuevas formas de sociedad harán un uso frecuente de su propio juicio...y que no abusa- ran. Esto es atribuible, finaliza, a una causa que es mas generalmente aplicable a países democráticos: la libertad de pensamiento. SECCIÓN III. Política, República, Estado y Democracia en Bolívar. Libertador, un mundo de paz nació en tus brazos. Pablo Neruda Simón Bolívar (Venezuela 1783-1830) 130 es el tipo de líder teó- rico y práctico con visión y acción política, estratega y militar, que cam- bio el rumbo de la historia de América Latina. Poder, Política, Republica no son los mismos, posterior al liderazgo de Bolívar. Libertad, Unidad, Republica y Educación fueron categorías esenciales en su pensamien- to político. Su principal proyecto político visionario fue integrar a toda la región de América, una nación con varias republicas, y edificar La Gran Colombia. En menos de 20 años logró la independencia de cinco naciones, hoy seis: Venezuela, Colombia (Panamá), Ecuador, Perú y Bolivia. Fue Presidente de Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia 131 . Sus 126 Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco, mejor conocido como Simón Bolívar, (Caracas 1783-Colombia 1830) fue un militar y político venezolano, la figura más destacada de la Emancipación Americana frente al Imperio español, junto con el argentino José de San Martín. Contribuyó de manera decisiva a la independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela. Le fue concedido el título honorífico de Libertador por el Cabildo de Mérida en Venezuela que, tras serle ratificado en Caracas, quedó asociado a su nombre. Los problemas para llevar adelante sus planes fueron tan frecuentes que se llegó a afirmar ser “El hombre de las dificultades” en una carta al general Francisco de Paula Santander en 1825. Par- ticipó en la fundación de la Gran Colombia, nación que intentó consolidar como una gran confederación política y militar en América, de la cual fue Presidente. Bolívar es considerado por sus acciones e ideas “Hombre de América” y una destacada figura de la Historia Universal. 127 Presidente de Venezuela (6 de agosto 1813-7 de Julio 1814 y 15 febrero a 17 diciem- bre 1819), Presidente de la Gran Colombia (17 diciembre 1819-4 de mayo 1830), Dicta- dor de Perú (17 febrero 1824-28 enero 1827), Libertador de Bolivia (12 agosto 1825-29 diciembre 1825).” Su obra de pensador político no es menor que sus realizaciones de guerrero y estadista por las que seis naciones le proclaman como su libertador”. Arturo Uslar Pietri. 281 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA proyectos políticos, tanto la unión de América y la Gran Colombia, de- safiaban al Poder, la Política, la Economía y las sociedades históricas. Bolívar no sólo buscó la independencia de América, luchó por construir una nueva sociedad y estructura política. En los diferentes congresos que promovió, como Angostura, expuso su idea de una nación de varias repúblicas. Comprendió que la unidad era el camino para sostener a las nuevas repúblicas. Dictó varios decretos de reforma social, buscó abolir la esclavitud y mejorar la condición de la población indígena. Sin embargo, sus esfuerzos no tuvieron el eco necesario. Si bien, los pueblos construyen la historia, Bolívar es la especie de individuo social determinante en la historia y en las sociedades. Su sueño de largo plazo continúa siendo una utopía, mas en el corto plazo finaliza con él. Su sueño de la Gran Co- lombia, que había creado en las guerras de la independencia se des- vaneció ante sus ojos. Las naciones hispanoamericanas se separaron y fue acusado de tirano y usurpador. Al final, debió renunciar y partir al exilio nuevamente, quebrantado y enfermo. Su vida acabó el 17 de diciembre de 1830, pensó que había “arado en el mar”. La Unión se disolvió por intereses especiales, exactamente cuatro meses después de su fallecimiento, en abril 1831. En general, Bolívar tuvo que articular su actuar político con el militar, por lo cual ambas se entremezclan. En esta sección enunciare- mos su pensamiento político para sintetizar, en el Capítulo subsiguien- te, sobre la práctica del Poder, su historial militar. ¿Cuáles son las principales obras que resumen su pensamiento? Su obra política ha sido analizada principalmente a través de la copiosa correspondencia, informes y discursos que realizó a lo largo de su vida. Así, el Manifiesto de Cartagena, la Carta de Jamaica y el Discurso de Angostura están consideradas sus principales exposiciones políticas. En el Manifiesto de Cartagena 128 Bolívar propone acciones 128 Bolívar se trasladó a Cartagena de Indias, en Nueva Granada, donde el proceso independentista se había iniciado el 20 de julio de 1810 y desembocado en la formación de varías Juntas supremas que rivalizaban entre sí. En este escenario politico redacto el Manifiesto de Cartagena, en el cual hizo un análisis político y militar de las causas que provocaron la caída de la Primera República de Venezuela y exhortaba a Nueva Granada a no cometer los mismos errores que Venezuela, cuya division provoco el fra- caso de la primera Republicala y la retoma del poder por llas fuerzas realistas espanolas. 282 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. para resolver las divisiones políticas y promover la unión de los pue- blos de América, para lograr el objetivo común: la independencia. ¿Cuál fue su primer actuar político? Inicia con la independen- cia de Venezuela. En 1807, Bolívar regresa a Venezuela, después de su estadía en Londres 129 y desde ese momento comienza a reunirse con sus amigos planeando los primeros pasos de la independencia. El movimiento se consolida en 1810 y para julio de 1811, Venezuela Así al llegar, Bolívar solicitó al gobierno de Cartagena prestar servicio en sus tropas y le fue concedido el mando de una guarnición de 70 hombres en la pequeña localidad de Barrancas, con la cual empezaría a forjarse su futuro prestigio militar.Al principio, Bolívar estaba subordinado a un “aventurero francés” llamado Pierre Labatut pero, en contra de las ordenes de este, decidió tomar la iniciativa realizando una campaña para derrotar a las partidas realistas que se encontraban en las orillas del río Magdalena a la vez que aumentaba el adiestramiento y el contingente de sus tropas. Como resultado de esta campaña, logró liberar varias poblaciones como Tenerife, El Guamal, El Banco, Tamalameque y Puerto Real de Ocaña; logró derrotar a diversas guerrillas realistas que operaban en la zona y finalmente ocupó Ocaña. Ante estos logros, el coronel Manuel del Castillo, Comandante General de Pamplona, solicitó su ayuda para detener a los realis- tas que amenazaban con entrar desde Venezuela. Para ello, el coronel Bolívar tuvo que pedir autorización al Gobierno de Cartagena para intervenir en territorio del Gobierno de las Provincias Unidas. Cuando se la dieron, llegó hasta la frontera con Venezuela medi- ante la Batalla de Cúcuta, acción en la que atacó el 28 de febrero de 1813 a las fuerzas españolas y le dio meritos suficientes para que el Congreso y el Gobierno le nombraran ciudadano de la Unión y le concedieran el rango de Brigadier a cargo de la División de Cúcuta. Desde febrero hasta abril de 1813 tuvo que permanecer en Cúcuta detenido por trabas legales y por diferencias con Castillo que empezaba a verle con suspicacia ante sus deseos de avanzar sobre Venezuela. Para entonces, Bolívar disponía de una fuerza eficaz y rodeado de una brillante oficialidad neogranadina que estaba dispuesta a seguirlo en una eventual reconquista de Venezuela. 129 El nuevo sistema de gobierno instaurado en Caracas empezó a crear nuevas perspec- tivas. Las noticias de lo sucedido en Caracas llegaron hasta el Almirante Alexander Co- chrane, comandante de las Fuerzas Navales Británicas del Caribe, que procedió a des- pachar noticias de lo sucedido a Londres y poner a disposición de la Junta de Caracas la corbeta Wellington para que llevara hasta Londres una delegación si así lo querían. Así, Bolívar fue enviado a Inglaterra con el grado de Coronel junto con Andrés Bello y Luis López Méndez en misión diplomática con instrucciones de solicitar apoyo británico a la Junta en nombre del rey Fernando VII de España aprovechando la circunstancia de que España y Gran Bretaña eran ahora naciones aliadas que habían dejado de lado sus históricas diferencias ante el peligro común que representaba Napoleón para ambos po- deres europeos. La misión diplomática llegó a Londres en un momento político delicado porque Gran Bretaña estaba prestando ayuda militar a España y la negativa venezolana de aceptar la autoridad del Consejo de Regencia español resultaba inconveniente en esos momentos.Sin embargo, Lord Wellesley consideró prudente recibir a la delegación en su casa particular, Apsley House, por temor a que sus miembros recurrieran a Na- poleón en busca de apoyo y así aprovechar la ocasión para averiguar las pretensiones venezolanas. La postura británica fue informar a la delegación que en esos momentos el apoyo político a Venezuela era imposible y en un intento de presionar a España para que les dejase comerciar libremente con sus colonias, los británicos trataron de desviar las negociaciones hacia acuerdos comerciales más acordes con sus intereses. A pesar de que no se cumplieron todos los objetivos de la delegación, se lograron algunos compro- misos importantes gracias a la presencia de Francisco de Miranda en Londres, con quien Bolívar empezó a mantener contactos que fomentaron una participación discreta de este mediante sus contactos personales en las negociaciones. Así Bolívar contribuyó la no desaprobación inglesa, la apertura del comercio, la neutralidad benévola de los británic- os y la posibilidad de una mediación favorable de estos a los intereses venezolanos. 28J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA -bajo el rol protagónico de Bolívar- declara la independencia. A partir de allí, surge el temple y la constancia de Bolívar. Por más de diez años, llevará adelante una serie de campañas buscando su objetivo. Debió exiliarse varias veces y volvió otras tantas. En uno de sus regresos, en 1813, es nombrado con el título de Libertador, tras una fulgurante operación conocida como la Campaña Admirable, don- de Bolívar mostró su genio militar. Pasarán varios años todavía, para que logre su objetivo. Las batallas de Boyacá, Carabobo, Pichincha, Junín y Ayacucho, consolidan su sueño de ver a América libre del yugo español. En medio de guerras, conoce a Manuela Sáenz, “la amable loca” como la denominó y que pasó a ser la “libertadora del libertador”, al salvar su vida años después. ¿Cuáles fueron las condiciones que permitieron construir su proyecto político de La Gran Colombia? Posterior al fracaso de la Se- gunda República de Venezuela y su corta permanencia en Nueva Gra- nada como comandante militar, Bolívar reflexionó sobre la causa de los fracasos previos, la situación internacional y la forma de lograr la independencia de forma duradera. Concluyó que para alcanzar la independencia definitiva se de- bía derrotar totalmente a los españoles para impedir que realizaran acciones de reconquista; pero esto no sería suficiente. Los esfuerzos descoordinados y dispersos de los caudillos regionales a lo largo de América debían ser unificados bajo un mandato único y como garantía de una independencia permanente se debía crear una República gran- de y fuerte para poder desafiar las pretensiones de cualquier potencia imperial. La idea de crear una nación semejante hizo que Bolívar tuvie- ra un objetivo político mucho más amplio y esto en definitiva le movió a actuar de manera diferente a las anteriores. ¿Cuál fué el “destino” de la Gran Colombia, edificada por Bolí- var?. Poco después de su fallecimiento, la Gran Colombia, que estaba en degeneración debido a las disputas políticas internas que fragmen- taron el orden constitucional, fue reconocida legalmente disuelta en 1831 con el establecimiento de las tres repúblicas de Nueva Granada, Venezuela y Ecuador, que quedarían bajo el liderazgo e influencia del neogranadino Francisco de Paula Santander (al regresar del exilio), 284 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. el venezolano José Antonio Páez y de Juan José Flores en Ecuador, respectivamente. ¿Cuál es el legado de Bolívar? La trascendencia de sus idea- les políticos ha generado un culto al personaje, vigente en naciones latinoamericanas que se consideran herederas de su obra. Bolívar no pudo completar sus objetivos en vida, pero dejó un legado. El historia- dor venezolano, Manuel Caballero refiere que el Libertador inventó una realidad y buscó soluciones para su tiempo. Carlos Toranzo, analista político y director del Instituto Latinoamericano de Investigaciones So- ciales en Bolivia, considera que el legado de Bolívar puede resumirse en cuatro puntos: la idea de libertad, su concepto de integración, su re- publicanismo y la importancia de la educación para el desarrollo de los pueblos.Todos estos elementos son prioridades en la Latinoamérica de hoy, casi dos centurias después de la muerte del Libertador, Simón Bolívar. SECCIÓN IV. Política, República, Estado y Democracia en Morazán Morazán fue “Un genio poderoso, un estratega, un orador, un verdadero estadista, el unico quizás que haya producido la América Central, el General Morazán” José Martí. “Declaro que mi amor a Centroamérica muere conmigo.” “La educación es el alma de los pueblos y abono de los ejércitos de la libertad.” “La posteridad nos hará justicia.” La figura del general Francisco Morazán (Honduras 1792- 1842) 130 fue el político que en el Siglo XIX cambio el curso de la historia centroamericana, desafiando al Poder político, económico y religioso, conceptualizando y actuando para unir la región centroamericana y profundizando las bases de un nuevo Estado Federado 131 . Estadista 130 El General José Francisco Morazán Quezada, nació en la Villa de San Miguel de Tegucigalpa, Honduras el 3 de octubre de 1792. Su padre fue criollo antillano, descendi- ente de emigrantes corsos, y su madre era miembro de la clase media. Luchó denoda- damente contra todos aquellos a los que consideraba enemigos de su ideal y de la patria grande. En el campo militar, Morazán no tuvo una preparación formal; lo que aprendió fue de manera teórica, por medio de sus lecturas sobre las batallas napoleónicas. 131 Francisco Morazán ascendió al Poder Luego de su victoria en la Batalla de la Trinidad, Hon- duras. El 19 de enero de 1827 por orden del gobierno federal de Manuel José Arce, el coronel Justo Milla parte desde Guatemala con una fuerza de más de 200 hombres e instala su cuartel 28· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA visionario, pensador, teórico y práctico sobre el ideal unionista centro- americano, es considerado además el jefe militar más importante en la historia de América Central. Su actuar fue casi simultáneo a Bolívar, ini- ciando diez años después, y ambos tenían concepción idéntica sobre la necesidad del cambio histórico, basado en la unidad de las naciones. Políticamente, fue el máximo líder Liberal Centroamericano. Por casi dos décadas, Morazán dominó el escenario político y militar de Centro América. Francisco Morazán intentó transformar Centroamérica en una nación progresista por medio de sus reformas liberales. Lo pro- fundo de estos cambios para la época, originó una revolución conserva- dora en Guatemala que, triunfante, terminó con la Republica Federal de Centroamérica, en 1839. 132 El ideal Morazánico no se materializó en esa época, porque se abandono la causa liberal federativa. Esto favoreció a los conservadores, que habían sido desplazados del poder en 1829 y cuyos planteamientos terminaron por dividir a Centroamérica en cin- cerca de la ciudad de Comayagua, Honduras. Desde allí, Milla lanza una ofensiva militar en contra del Jefe de Estado de Honduras, Dionisio de Herrera, el 10 de mayo de 1827. Es aquí donde Francisco Morazán a la cabeza de las tropas del Estado hondureño, hace su primera aparición en el panorama político y militar de Centroamérica. El entonces capitán resiste a las tropas federales, pero fue tomado preso en Ojojona. Mientras tanto, Justo Milla logra derrocar a Herrera, lo hace prisionero y luego lo envía a Guatemala, en ese momento centro del poder de la Unión. Milla entonces asume como Jefe de Estado de Honduras. 132 Luego de la independencia de Centroamérica de España en 1821 y su posterior desvin- culación del Imperio de México el 1 de julio de 1823, ésta nación fue finalmente libre. Cen- troamérica pasó a llamarse Provincias Unidas de Centroamérica, conformada por los Estados de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. Al año siguiente, el Congreso Constituyente se reunió en Ciudad de Guatemala con el objetivo de decidir sobre el sistema de gobierno por medio del cual se regirían los destinos de la nación. Se presentaron dos propuestas de gobierno: los Liberales propugnaban por un Gobierno Federalista, similar al de Estados Unidos de 1789. Este tipo de gobierno le daba a cada Estado, mayor autonomía para administrarse y de crear sus propias leyes y reformas, entre otras cosas, bajo supervisión del Gobierno Federal, garante de una Constitución. Los conservadores, por otra parte, pro- pusieron un gobierno centralista. Por este sistema, los conservadores proponían un centro de control y administración único. En este sistema, las decisiones y leyes adoptadas en la capital de la nación, se aplican a todos los demás Estados por igual. Después de debatir ambas pro- puestas, los liberales, quienes eran mayoría, hicieron valer esta ventaja y ganaron el derecho de adoptar la ‘tesis federalista’, frente al descontento de los conservadores. Posteriormente, el 22 de noviembre de 1824, bajo el lema ‘Dios’, Unión’ y ‘Libertad’, la Constitución fue aprobada y la nación pasó a llamarse República Federal de Centroamérica. Bajo la nueva Constitución, resultó electo Presidente Manuel José Arce del Partido Liberal. El nuevo mandatario prometió transformar la economía y la sociedad centroamericana a través de sus reformas liberales. Pero a los pocos meses, Arce se encontró con una gran oposición por parte de los conserva- dores, quienes por su influencia social y enorme poder económico, no permitieron ningún tipo de avance en sus programas de gobierno. Al estar convencido de sus limitaciones, Arce ter- minó por abandonar sus programas de gobierno y decidió aliarse con el partido de la oposición. Esta nueva posición de Arce, le dio a los conservadores el control del gobierno federal casi por completo. Como resultado de estos hechos, estalla en Centroamérica una guerra civil que duraría hasta 1829. 28o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. co pequeñas naciones. El ideal Morazánico, al igual que el Bolivariano, continúa siendo parte de la utopía de pensamientos libertarios. ¿Cuál fue su experiencia política y militar y como Estadista? Des- de su aplastante victoria, en contra de las fuerzas del presidente Arce (originalmente Liberal al igual que Morazán, pero que se unió a las fuer- zas conservadoras), dirigidas por el coronel Justo Milla en 1827, hasta su triunfo sin combate en Costa Rica en 1842, Morazán demostró ser un excelente estratega político-militar. Fue el último Presidente de la Repú- blica Federal de las Provincias Unidas de Centro de América (1830-1834, 1835-1839) que duró de 1824 a 1839, Jefe de Estado de Honduras (1827- 1830), Jefe de Estado de Guatemala (1829), Jefe de Estado de El Salva- dor (1839-1840), Jefe Supremo de Costa Rica (1842). ¿Cuáles fueron las precondiciones, en las cuales Morazán fue protagónico? La Unión Centroamericana, formada por Guatemala, Hon- duras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, se había formado en 1823, inmediatamente posterior al retiro de Centroamérica de su anexión al Im- perio de Iturbide en México -posterior a la independencia, el 15 de enero de 1822-, bajo la presidencia del conservador Manuel J. Arce. Morazán inició entonces su carrera política en el Estado de Honduras, bajo la protección del presidente Dionisio Herrera. A raíz de la rebelión de Justo Milla, al cual derrotó, Francisco Morazán se convirtió en Presidente de Honduras (1827) y se erigió en líder de los liberales centroamericanos. Cuando el presidente salvadoreño, Pardo, le llamó en su auxi- lio ante un ataque guatemalteco, Morazán tomó San Salvador (1828) y luego Guatemala (1829), que era además la capital federal 133 . Arce y 133 Francisco Morazán resultó electo: Presidente de la República Federal de Centroamérica en 1829 Luego de haber adoptado la constitución de 1824, y haber elegido el camino federalista el pueblo centroamericano no estaba seguro de haber tomado el camino correcto. Debido a esto la jóven nación de repente se encontró en una intersección: Entre continuar con el camino de “Unión” a través de la Federación, o seguir por caminos separados. Al General Francisco Morazán le tocó gobernar durante esta época. Uno de los períodos de turbulencia social más intensos en Centroamérica. Por esta razón, la labor del presidente fue esencialmente la de un ‘unificador’. A pesar de las limitaciones económicas del Gobierno Federal, de las encarnizadas luchas internas entre “liberales” y “conservadores”, y de los constantes ataques a lo que fue sometido por parte de los ‘conservadores’, el General fue ‘militarmente’ eficaz en mantener unida a la región por diez años, quebrada por las fuerzas conservadoras de la oligarquía cen- troamericana y de la iglesia. Después de su victoria en las elecciones de 1829, Morazán tomó posesión de la República Federal de Centroamérica al año siguiente, prometiendo restaurar la autoridad del Gobierno Federal. Durante este período de incertidumbre, el General tuvo que adoptar un papel de un gobernante unionista, mientras al mismo tiempo trataba de implemen- tar sus “Reformas liberales”. 28/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA los principales dirigentes conservadores fueron desterrados, mientras se instauraba un régimen liberal y Costa Rica abandonaba temporal- mente la federación (de 1829 a 1831). Las elecciones de 1830 confir- maron a Francisco Morazán como presidente de la República (triunfo que revalidó en las elecciones de 1834). Durante ese período -conocido como la «Restauración»- puso en marcha reformas que se enfrentaron a múltiples obstáculos: el par- ticularismo de las provincias, las ambiciones de los militares, la oposi- ción de la Iglesia, las presiones internacionales, la bancarrota financie- ra, las críticas al nepotismo y la corrupción del equipo gobernante. En 1837, Rafael Carrera protagonizó una rebelión que tomó el poder en el Estado de Guatemala y su éxito produjo estallidos simi- lares en el resto de la federación. Al terminar el segundo mandato de Morazán (1838) era tal la descomposición del sistema político que no se celebraron elecciones para la presidencia y puede interpretarse que se disolvió la unión centroamericana. Morazán fue elegido presidente de El Salvador (1839-40) y lanzó desde allí un último intentó contra Guatemala en 1840; fue derrotado y marchó al exilio en Perú. En 1842 desembarcó en Costa Rica, donde tomó brevemente el poder. Antes que pudiera iniciar la reconstrucción de la unidad centroamericana fue capturado y fusilado. ¿Cuál fue el legado de Morazán? ¿Cuál fue el alcance de las reformas liberales de primera generación impulsadas en el seno de la Federación, a inicios del siglo XIX? ¿Cuál fue su contexto? ¿Cuáles fueron sus límites? El legado fundamental de Morazán es concebir que la unión era determinante contra el atraso y el desarrollo. Sus reformas fueron limitadas por la oposición de las fuerzas reaccionarias de la época, que finalizaron destruyendo la Federación. Sin duda que el contexto internacional contribuyó al pen- samiento morazanista. Tanto las ideas de la ilustración europea, los principios de las luchas de independencia de Estados Unidos y de la revolución francesa, el quiebre de la Republica instaurada por la Revo- lución, el pensamiento de Bolívar, la denominada reforma de la “ilustra- ción” impulsada por los Borbones, posterior a la invasión a España por Napoleón en 1807, las guerras intereuropeas de la época, el ascenso y 288 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. la caída napoleónica, la “restauración” del poder monárquico en la era postnapoleónica, fueron sin duda circunstancias que incidieron en la profundidad del pensamiento Morazanista. Sin duda, el pensamiento unionista de Morazán es un legado pendiente por materializar por las futuras generaciones. \AII1IIí VI. Práctica del Poder y de la Política en la América Moderna ¿Qué es la América Moderna? ¿Cual es su legado al Poder, la Política, la Republica, la Economía? La América Moderna se erige con las guerras de independencia, que se inician desde fines del siglo XVIII, con la independencia de Estados Unidos de Inglaterra, desde inicios del siglo XIX, con las independencias de América Latina y El Caribe del im- perio español, hasta el siglo XX con Cuba, uno de los últimos países de la región que logra independizarse. Todos estos procesos transformaron las bases del Poder y de las sociedades tradicionales en América, en la fase simultánea a la Restauración monárquica europea. De los principales exponentes de esta práctica del Poder, del Estado y de la Política citaremos a Washington, Lincoln (casi cien años después de la independencia, por su actuar en la única guerra interna postindependentista en los Estados Unidos, de secesión entre 1860 y 1865), Bolívar y Morazán. En efecto, este proceso de Estado Moderno en América se edi- fica simultáneamente a la Europa Moderna, que inicia, como referimos, con la Revolución francesa a fines del siglo XVIII; involucionan de Re- públicas a absolutismo; quiebra con los conceptos internacionales de interés nacional y balance de poder constituidos por Richelieu dos siglos atrás y con la concertación de naciones (absolutistas) de Europa erigida por Metternich a inicios del siglo XIX; para imponerse, durante casi todo ese siglo, la Restauración, en la época napoleónica inmediata. Diversas formas de poder se erigieron desde fines del siglo XVIII hasta mediados del XIX, primando las monarquías como formas de gobierno, hasta la constitución de repúblicas con democracia liberal, a inicios del siglo XX. 28' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA SECCIÓN I. Poder y Política en Washington en la Independencia de Estados Unidos de América. George Washington (Estados Unidos1732-1799), como co- mandante en Jefe del Ejército Continental (1775-1797) y primer Presi- dente de los Estados Unidos (1789-1797) 134 es un ejemplo de revolu- ción política y cambio de poder imperial sin precedentes en la historia americana. La guerra independentista dirigida por Washington rompió con el Poder Colonial inglés, transformo la naturaleza de la Política, hacia una democracia liberal y cambio el espectro de la República y del poder económico del imperio ingles por un sistema capitalista primi- genio- coexistiendo con el esclavismo- y una política exterior aislacio- nista con respecto a las naciones europeas. Las bases del esclavismo quedaron intactas, así como la cuestión indígena, que continuó siendo conquistada, colonizada, excluida. ¿Cuáles fueron los antecedentes de la práctica del Poder y de la Política en Washington? El endurecimiento de la dominación colonial británica sobre sus trece colonias de Norteamérica llevó a Washington a participar activamente en la política de Virginia, encabezando en su Asamblea la oposición contra los nuevos impuestos y el autoritarismo de 134 Fue el Comandante en jefe de las fuerzas estadounidenses en la Guerra de la Inde- pendencia de los Estados Unidos (1775–1783). Washington inició armando tropas de Virginia (Estados Unidos) para apoyar al Imperio Británico durante la Guerra Franco- Indígena (1754–1763). Al término de esta guerra contra los franceses e indios obtuvo el grado de coronel, en el ejército inglés.Después de liderar la victoria estadounidense en la guerra de revolución, renunció a sus cargos militares y regresó a la vida de plantador, acto que le trajo aún más renombre. En 1787, presidió la Convención de Filadelfia que esbozó la Constitución de los Estados Unidos de América y en 1789, fue elegido de manera unánime como el primer presidente de los Estados Unidos. Sus dos períodos de administración establecieron muchas políticas y tradiciones que existen hasta el día de hoy. Antes de terminar su período de gobierno, Washington se retiró nuevamente a la vida civil, estableciendo un importante precedente de cambio de gobierno pacífico que ha servido de ejemplo no sólo en los Estados Unidos sino también en otras repúbli- cas. Sobre la participación de Washington en la Guerra Franco-Indígena se han escrito varios libros, por ejemplo autores como Freeman, Flexner, Ferling, Ellis y Lengel. Sin embargo también existe literatura que critica a Washington durante este período, por ejemplo: Bernhard Knollenberg, George Washington: The Virginia Period, 1732–1775 (Duke University Press, 1964) y Thomas A. Lewis, For King and Country: The Matur- ing of George Washington, 1748–1760 (New York, 1992). Para una visión global de la Guerra Franco-Indígena que describe claramente a Washington, véase el libro de Fred Anderson, Crucible of War: The Seven Years’ War and the Fate of Empire in British North America, 1754–1766 (New York, 2000) 2'0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. los británicos (1759-74). Cuando la oposición se transformó en conflicto abierto entre Gran Bretaña y sus colonias, Washington fue elegido dele- gado de Virginia en el Primer Congreso Continental que se reunió en Fi- ladelfia en 1774 para defender una posición unitaria contra la metrópoli. Para coordinar los esfuerzos militares de las Trece colonias, el Segundo Congreso creó el Ejército Continental el 14 de junio de 1775 y al día siguiente Washington fue nombrado por unanimidad Comandan- te en jefe.del ejército que habían de formar las colonias para luchar por su independencia. Aunque no era un independentista radical, pareció apropiado para el cargo por su experiencia militar, por su buena repu- tación entre los notables del Sur (pues hasta entonces el conflicto con la metrópoli había afectado fundamentalmente a las colonias de Nueva Inglaterra, en el Norte) y por su demostrada capacidad de gestión, que le había llevado a ser uno de los plantadores más ricos del país. Desde entonces George Washington se dedicó con enorme es- fuerzo a improvisar el ejército del nuevo país (que había declarado su independencia en 1776), luchando por obtener dinero, armas y reclutas, mantener la disciplina, fomentar el entusiasmo de los soldados y hosti- gar al ejército británico, a pesar de no verse respaldado por una direc- ción política unitaria ni un gran espíritu de sacrificio de los colonos. En efecto, Washington asumió el comando de las fuerzas esta- dounidenses en Massachusetts el 3 de julio de 1775, durante el asedio de Boston. Reorganizó el ejército durante este largo cese de hostilida- des, que terminó el 17 de marzo de 1776. Washington obtuvo algunos éxitos iniciales contra los británicos (auxiliados por los colonos «leales», mercenarios alemanes y tribus indias aliadas) en las batallas de Tren- ton y Princeton (1776). Pero, conociendo su inferioridad militar, trató de salvaguardar sus tropas de grandes encuentros en campo abierto hasta que pudo afrontarlos con garantías, y practicó una lucha de guerrillas du- rante la mayor parte de la Guerra de Independencia (1775-83). Los britá- nicos evacuaron Boston y se dirigieron a Halifax, y Washington trasladó su ejército a Nueva York. En agosto de 1776, el General británico William Howe lanzó una exitosa campaña para capturar Nueva York, iniciándose de esta manera una serie de derrotas de Washington. Perdió en la Ba- talla de Long Island el 22 de agosto, pero logró evacuar a la mayoría de 2'1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA sus fuerzas. Muchas otras derrotas llevaron a Washington a atravesar Nueva Jersey, poniendo en duda el futuro del Ejército Continental. La noche del 25 de diciembre de 1776, Washington realizó un contrataque llevando a las fuerzas estadounidenses a cruzar el río Delaware para capturar cerca de 1.000 hessianos en Trenton (New Jersey). Washington continuó el asalto sobre las fuerzas británicas en Princeton. Estas inesperadas victorias después de una larga serie de derrotas levantaron la moral de los revolucionarios. En 1777, el Ge- neral Howe inició la campaña para capturar Filadelfia. Washington se dirigió al Sur para bloquear al ejército de Howe, pero fue derrotado en la Batalla de Brandywine el 11 de septiembre de 1777. 135 Su momento politico militar determinante llegó en 1778, cuando Francia y España prestaron su apoyo militar a la revolución americana, lo cual le permitió asestar un golpe definitivo en la batalla de Yorktown (1781). Gran Bre- taña reconoció la independencia de sus trece colonias de Norteaméri- ca por la Paz de Versalles de 1783. ¿Cuál fue su liderazgo político en adición al militar? 136 Lograda la independencia, el prestigio acumulado por Washington hizo que lo clamaran para continuar en la vida política, actuando como árbitro en- tre las dos corrientes que debatían el futuro del país: los federalistas de Hamilton y los republicanos de Jefferson (aunque se inclinó más bien por los primeros). Washington presidió la Convención Constitucional reunida en Filadelfia en 1787, con la intención de sustituir los inefi- cientes Artículos de la Confederación por una verdadera Constitución republicana, federal y presidencialista, que fortaleciera el poder central y la cohesión entre los trece Estados. 135 Determinado de Dorothy Twohig, La creación de George Washington y de la edición de Warren R. Hofstra, George Washington y el campo de Virginia/. Madison, 1998. 136 En una de sus últimas acciones como jefe militar, Washington emitió una circular a los Estados suplicándoles formaran un gobierno nacional fuerte. En 1783 regresó a Mount Vernon para dedicarse a su plantación. El motín de Shay, una revuelta armada que tuvo lugar en Massachusetts (1786-1787) provocada por la crisis económica, convenció a muchos estadounidenses de la necesidad de contar con un gobierno más fuerte. Wash- ington y otros nacionalistas de Virginia fueron los encargados de organizar la Conven- ción Constitucional de 1787, con ese fin. Elegido como delegado por la Asamblea Gen- eral de Virginia, fue nombrado presidente de la Convención. La asistencia de Washington a la Convención Constitucional y su apoyo a la ratificación de la Constitución tuvieron una importancia crítica para las convenciones estatales de 1787 y 1788 y convirtieron a Washington en el principal candidato para la presidencia de Estados Unidos. 2'2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Puso todo su prestigio personal en juego para hacer que la Cons- titución fuera aprobada por los Estados reticentes, logrando así que entra- ra en vigor en 1789. E inmediatamente fue elegido de manera unánime por el Colegio Electoral en las elecciones presidenciales de 1789, para ser el primer presidente de los Estados Unidos (y reelegido en 1792). Was- hington ha sido la única persona elegida presidente de manera unánime (hecho que se repitió en las elecciones presidenciales de 1792). En se- gundo lugar, con 34 votos, John Adams se convitió en el vice presidente. Durante sus dos mandatos (1789-97) puso en práctica el mo- delo político liberal-democrático diseñado en la Constitución, rodeó de autoridad y solemnidad la figura del presidente, impulsó el programa económico capitalista de su secretario del Tesoro -Hamilton-, inició la colonización de los territorios indios hacia el oeste (Kentucky, Tennes- see.) y sentó las bases de una política exterior aislacionista, rehuyendo entrar en las guerras europeas de la Revolución francesa. En 1793 fundó la nueva capital federal, bautizada Washington en su honor, aun- que la residencia presidencial no se trasladaría allí hasta tiempos de su sucesor en el cargo, John Adams. Washington renunció volunta- riamente a ser elegido para un tercer mandato, considerando que la perpetuación de un mandatario en el poder sería perjudicial para el régimen constitucional de libertades; instauró así una costumbre sólo rota por Franklin D. Roosevelt en el siglo XX. ¿Cuáles fueron los efectos de las guerras europeas de la épo- ca en la política de Estados Unidos? La guerra entre la Francia revo- lucionaria y la coalición integrada por Gran Bretaña, Prusia y Austria en 1793 puso en peligro la política exterior estadounidense, volunta- riamente aislacionista, y cortó el plan de Hamilton. Cuando el enviado francés de la Revolución Edmond Gênet llegó a Charleston en abril de 1793 y empezó a reclutar corsarios y a prometer ayudas a los es- peculadores de tierras que solicitaban el apoyo francés para expulsar a España de la costa del Golfo de México, Washington insistió, sosla- yando las reservas de Jefferson, en que Estados Unidos declarara su neutralidad en la guerra entre Francia y Gran Bretaña. Las inclinaciones antifrancesas de Washington, sirvieron para que triunfara la política de Hamilton, formalizada en el Tratado de Jay 2'J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA de 1795, que solventó las diferencias más importantes existentes entre Estados Unidos y Gran Bretaña. El Tratado, del que muchos estado- unidenses pensaban que hacía demasiadas concesiones a los britá- nicos, levantó ásperas controversias. El Senado lo ratificó, pero los oponentes de la Cámara de Representantes intentaron bloquear las apropiaciones para crear una maquinaria reguladora. Washington puso en duda la corrección de la Cámara por manipular el Tratado y logró finalmente su ejecución. En su discurso de despedida que marcó el fin de su presidencia, pidió a Estados Unidos que evitara las alianzas poco claras y el rencor partidista. Tras abandonar el cargo en 1797 se retiró a Mount Vernon, donde murió el 14 de diciembre de 1799. SECCIÓN II. Política y Democracia en Lincoln. Aquellos que niegan la libertad a otros, no la merecen ellos mismos... Democracia es...gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. ¿Cuál es el concepto de Poder, Política y Democracia en Abra- ham Lincoln 137 (Estados Unidos1809–1865)? ?Cómo concebir su defi- nición de Democracia como gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo 138 , cuando considera que la población negra no debe tener derechos políticos y sociales, aunque es el artífice de su emancipa- ción 139 ? ¿Cómo articula Razón de Estado con su opinión individual? ¿Cuál es el momento histórico económico que se vive en esa época? Lincoln es un práctico del Poder, de la Política (interior, inter- 137 Lincoln es el 16 Presidente de los Estados Unidos de América, tomando su primera posesión el 4 de marzo de 1861. Fue electo en dos mandatos de cuatro años 1860 y 1864 sin terminar el segundo. Es el primer presidente republicano de la historia de su país. Su nombre es asociado a la guerra de secesión y a la abolición del esclavismo. Es asesinado por complot de los confederados, al iniciar su segundo mandato. 138 En el curso de la guerra de secesión, el 3 de julio de 1863 y en ocasión de la victoria nordista en Gettysburg, Pensilvania, Lincoln pronuncia un discurso en memoria de los soldados muertos por el « renacimiento de la libertad... un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. » 139 Aunque tenga posiciones anti-esclavistas, como lo demostró antes que fuese electo presidente y durante su campaña electoral en particular, Lincoln dio múltiples declaracio- nes indicando claramente su oposición al esclavismo en nombre de principios morales. El es en la historia el autor de la proclamación de emancipación de los esclavos, pero múltiples declaraciones conexas demuestran asimismo que su prioridad estaba relacio- nada a la restauración de la Unión, no a los derechos cívicos de los esclavos. Lincoln no cree en la igualdad de los seres humanos. Es más, ratifica supremacía de los blancos. En efecto, en su discurso del....... afirma: “Si yo pudiese salvar la Unión sin liberar un 2'4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. nacional, derechos civiles, migración) y de la Democracia en tiempos de guerra permanente, aunque él no crea en la igualdad en los seres humanos, particularmente de la política y social, y en consecuencia es débil su conceptualización sobre los otros dos principios de la República, Fraternidad y Libertad, de la Democracia y del concepto pueblo. Con su primer mandato se inicio la guerra de secesión y su asesinato en el segundo mandato se efectuó días después de finalizar esta guerra 140 . Aunque no crea en la igualdad de derechos políticos y sociales de la población negra, su decisión fundamental de impacto universal que creó un punto de inflexión en la historia de la humanidad es la proclamación de emancipación el 22 de julio de 1862 (13 Enmienda a la Constitución), liberando a los esclavos en todos los Estados de la Unión. Es la época del capitalismo monopolista, del desarrollo del capitalismo financiero 141 e industrial y no del agrícola, en la cual prima la relación salarial, privilegiada por los Estados del Norte de la Unión, sobre la relación esclavista, agrícola, sostenida por los Estados del Sur de la Confederación, secesionistas 142 . Es la época de expansión colonial en África y Asia de los países hegemónicos europeos. solo esclavo, yo lo haría; si yo no la pudiese salvar sino liberándolos a todos, yo lo haría también... Esta es mi posición oficial y no tiene nada que ver con mis convicciones per- sonales... Yo digo muy continuamente que todos los hombres, en cualquier parte, deben ser libres...« ...Yo diré en consecuencia que no soy y no he estado jamás en favor de la igualdad política y social entre la raza negra y la raza blanca, que yo no quiero y que jamás he querido que los negros sean jurados o electores o que ellos sean autorizados a tener cargos políticos o que les sea permitido casarse con los blancos. [...] En la medida que las dos razas no pueden vivir así, debe haber, en la medida que continúen juntos, una posición inferior y una posición superior. Yo deseo, como cualquier otro, que la raza blanca ocupe la posición superior 7............. 140 Desde su elección, Lincoln se confronto al problema de la secesión de los Estados sud- istas (...). Esta secesión así como la creación de la Confederación por los Estados del Sur no fue reconocida por los Estados de la Unión, de donde nace el término « Guerra Civil. El objetivo de la guerra para la Unión era preservarla y para la Confederación era de constituir su propia nación, secesionada. La prioridad política de Lincoln era mantener la Unión y la reintegración de los Estados Secesionistas. Lincoln dirige directamente las operaciones de las fuerzas armadas, antes de nombrar al general Grant. Por el estado de guerra, Lincoln ha sido uno de los presidentes de los Estados Unidos que ha acumulado más poder. 141 En plena guerra de secesión se aprueba el National Banking Acts entre 1863 et 1865, para crear un sistema de bancas nacionales. 142 Siete Estados crean la secesión: Carolina del Sur, Misisipi, Florida, Alabama, Geor- gia, Louisiana y Texas. Los seis últimos decidieron el 4 de febrero de 1861 formar los Estados Confederados de América, que Lincoln rechazo reconocer. Los Estados de Del- aware, Maryland, Virginia, Carolina del Norte, Tennessee, Kentucky, Missouri y Arkansas decidieron permanecer en la Unión pero advirtieron a Lincoln que ellos no aceptarían el paso de tropas por su territorio. 2'· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA El Poder y la Política exterior e interna de su mandato están correlacionados por la misma causa: la guerra de secesión y en este contexto derechos cívicos, derechos de las minorías y derechos de la migración. La Unión y la Confederación se enfrentaron para imponer sus posiciones y para ello era imperativo el Poder por la vía de la guerra. En la perspectiva de la política exterior, la secesión de los Esta- dos del Sur fue una prueba capital en los vínculos de los Estados Unidos con el resto del mundo, particularmente con los europeos, para evitar su reconocimiento internacional. Estos últimos países estaban interesados en continuar las relaciones comerciales y evitaron apoyar la Confedera- ción y mantener relaciones privilegiadas con la Unión. A nivel de política interna, la secesión creaba unidad en ambos grupos de Estados y a la vez contradicciones, por los costos humanos y materiales de la guerra y las penurias que esto implica. Lincoln reafirma su liderazgo en toda la nación, cuando en su discurso de investidura en el segundo mandato, se muestra conciliador con los Estados de la Ex- Confederación y propone un programa de reconstrucción sin considerar imposiciones a los Estados del sur. Este programa no se ejecuta por el magnicidio contra Lincoln. A nivel de derechos civiles, Lincoln crea un punto de inflexión mundial con la emancipación de los esclavos. El 2 de julio de 1862 se efectúa la Proclamación de la Emancipación de los es- clavos. El 22 de septiembre de 1862 anuncia que el publicara su procla- mación de emancipación de los esclavos en los Estados en secesión. Esta proclamación origina dos enmiendas constitucionales, la primera aboliendo el esclavismo (los esclavos son emancipados final- mente el 1 de enero 1863), la segunda garantizando los derechos civiles. Por otra parte, Lincoln demostró su liderazgo por la vía de la solución po- lítica y no militar de la guerra. El 3 de febrero de 1865, cuando es eviden- te el triunfo de la Unión, Lincoln trata de terminar la guerra de secesión por la negociación. Él exige la rendición de las fuerzas confederadas y su retorno de los Estados en la Unión. Los Confederados quieren su independencia y la reunión termina en fracaso. Su actitud política internacional demuestra asimismo que para Lincoln el Poder tiene límites, como el de la legalidad, la justicia y la éti- ca. ¿Cuál fue su posición con respecto a la expansión estadounidense y particularmente en la guerra contra México en 1848? Lincoln había sido electo en la Asamblea por Illinois en 1846. Como miembro de la 2'o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Asamblea en Washington, Lincoln se opone a la guerra contra México, que él juzga inconstitucional e injusta. A pesar de su oposición, votó va- rias veces por el envió de tropas suplementarias. Sus opiniones contra la guerra fueron consideradas como antipatrióticas y suscitan descon- tento en sus electores de Illinois, aunque Lincoln decide no postularse para renovar su mandato. En el ámbito económico, es durante su mandato que se pro- fundiza la propiedad privada de la tierra, que crea condiciones para expansión hacia el Oeste estadounidense y para la producción agríco- la, basada también en el trabajo asalariado, no en el esclavismo. En plena guerra de secesión que se inicio cuatro meses antes, el 27 de enero de 1862, Lincoln firma el 20 de mayo la ley « Homestead Act ». Ella permite a cada familia que pueda justificar que ocupa un terreno después de cinco anos de reivindicar la propiedad privada, en el límite de 160 acres (o sea 65 hectáreas). Si la familia la posee después de al menos 6 meses, ella puede también comprar el terreno a un precio relativamente bajo de 1,25 dólares por acre (o sea 308 dólares por 1 km²). Esta Ley jugó un papel esencial en la conquista del Oeste. El 4 de marzo de 1865 es la investidura de su segundo man- dato y un mes después, el 9 de abril, es el fin oficial de la guerra de secesión y se prepara la reconstrucción del país. Cinco días después, el 14 de abril, Lincoln es asesinado por un simpatizante Confederado, John Wilkes Booth. La Conspiración no destruyó la Unión. SECCIÓN III. Política, República, Estado y Democracia en Bolívar. “¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”. La Practica del Poder de Bolívar, como se cito, transformo ra- dicalmente la política, el sistema político y organización de las socieda- des y cambio las bases del poder histórico, fundado en la colonización española. Su Práctica fue combinación de su pensamiento político y de su actuar militar, para, primero, liberar e independizar y posteriormente constituir la Gran Colombia y la unión latinoamericana. 2'/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Sin duda, la carrera militar de Bolívar le permitió profundizar su pensamiento y su actuar político, para consolidar su visión de la unión latinoamericana y de la Gran Colombia. ¿Cuales fueron algunos hechos demostrativos de su liderazgo y práctica del poder? Después de más de 15 años de lucha militar, pre y post independentista, el 6 de agosto de 1825 Sucre constituyó el Congreso del Alto Perú en el cual creó la República de Bolivia en honor de Bolívar. La Constitución de 1826, aunque nunca fue usada, fue escrita por Bolívar. También en 1826 Bolívar convocó al Congre- so de Panamá, la primera conferencia hemisférica. Cuando iba hacia Venezuela, llamado por el estallido de la sublevación de la Cosiata, que había tenido lugar el 30 de abril de 1826, en Perú le nombraron presidente vitalicio el 30 de noviembre de ese año, pero el Libertador no aceptó, siendo nombrado Presidente del Perú el general Andrés de Santa Cruz el 28 de enero de 1827. Existen ciertas contradicciones en su actuar. El Libertador eliminó el Tributo indígena estableciendo su “reducción al monto que se pagaba en 1820”, contribución que en el pasado debían pagar los indígenas peruanos por el sólo hecho de ser indígenas. José de San Martín había abrogado esa contribución en 1821 por lo que la norma no hizo sino reinstaurar un pago ya proscrito. Igualmente, modificó las reglas expedidas por San Martín que abolían la esclavitud. San Martín había declarado la libertad de todo hijo de esclavos que naciera luego de la declaración de la independencia y la libertad de todo esclavo que integrara el ejército patriota. Bolívar modi- ficó las reglas señalando que sólo serían libres aquellos que integraran el ejército y que fueran heridos o inválidos y que se destacaran por su valor en el campo. El número de libertos fue mínimo. Mas bien, Bolívar emitió reglas para dignificar la situación de los esclavos, señalando que el trabajo era de 8 a 6 de la tarde y que el castigo máximo era de 12 azotes. En el ámbito de la organización del Estado, Bolívar reemplazó el 6 de marzo de 1824 la “Alta Cámara de Justicia” que había reem- plazado, por órden de San Martín, a la Audiencia de Lima. Esta Cá- mara dió orígen a la Corte Superior de Lima y, luego de la batalla de Ayacucho, dio lugar a la Corte Suprema de Justicia. También creó la 2'8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Corte Superior de Justicia de Trujillo, la Corte Superior de Justicia de Arequipa y la Corte Superior de Justicia del Cusco. ¿Cuál fue su experiencia como estratega? Mediante el análisis de sus hazañas bélicas se aprecia que Bolívar utilizaba los fundamen- tos de la Planificación y Estrategia para elaborar sus operaciones y en determinadas acciones demostró tener conocimientos de clásicos del arte de la guerra aplicando tácticas como la del orden oblícuo del rey Federico II de Prusia; formaciones romanas descritas por Tito Livio; puso en práctica principios militares de Maquiavelo; era consciente de la importancia de la economía de fuerza, hacía análisis del terreno y del adversario y consideraba fundamental el uso de la Logística. Den- tro de la literatura militar se sabe que Bolívar leyó la Historia de Polibio y la Guerra de las Galias de Julio César pero además existen indicios que manejó textos militares de Mauricio de Sajonia y del Conde de Guilbert. Sin embargo, con seguridad, no conoció las obras de Monte- cuccoli hasta 1824, ni los estudios sobre Napoleón, hasta cuando casi terminó sus campañas militares. Esto da como resultado un balance militar favorable a Bolívar, demostrando ser un líder, estratega dotado de audacia e imaginación. ¿Cuáles fueron algunas de las campañas representativas de su actuar, que culminaron con la independencia de varias regiones del norte de sudamérica? Durante los primeros años de la segunda déca- da del siglo XIX, que coincidió con la época de la Restauración abso- lutista en Europa, la oposición realista fue completamente eliminada. El 24 de junio de 1821 en la Batalla de Carabobo, campo cercano a la ciudad de Valencia, se obtuvo una victoria decisiva sobre el ejército español (que fue completada con la batalla naval del Lago de Maracai- bo el 24 de julio de 1823 y se liberó definitivamente Venezuela). Du- rante su permanencia en Bogotá, se dieron otros procesos libertarios como el de Guayaquil el 9 de octubre de 1820 que se llevó a cabo sin la participación de Bolívar, lo cual incidió para que posteriormente el Libertador optara por ocupar aquella provincia que se había declarado independiente bajo la presidencia de José Joaquín de Olmedo. Recién dos años después Simón Bolívar llega a Guayaquil con su ejercito, destituye a la Junta de Gobierno y la anexa a la Gran 2'' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Colombia. Después de la victoria de Antonio José de Sucre sobre las fuerzas españolas en la Batalla de Pichincha el 24 de mayo de 1822 el norte de Sudamérica fue liberada. Con esa gran victoria Bolívar se preparó para marchar con su ejército y cruzar los Andes y liberar de- finitivamente Perú que ya había declarado su independencia el 28 de julio de 1821 luego del desembarco del general José de San Martín en Paracas y la toma de Lima el 12 de julio. El 26 de julio de 1822 Bolívar tuvo una conferencia con San Martín en Guayaquil para discutir la es- trategia de liberación del resto de Perú. Nadie sabe qué ocurrió en la secreta reunión entre los dos héroes sudamericanos, pero San Martín volvió a Argentina, mientras Bolívar se preparó para la lucha contra los últimos reductos españoles en Sudamérica, en la sierra y el Alto Perú. En 1823 Bolívar fue autorizado por el Congreso de la Gran Co- lombia para tomar el mando y en septiembre llegó a Lima cuyo gobier- no le pedia que dirigiera la guerra y se reunió con Sucre para planificar el ataque. El Congreso peruano le nombró dictador el 10 de febrero de 1824, y a partir de entonces logró controlar las intrigas de la nueva república. El 6 de agosto de 1824 Bolívar y Sucre juntos derrotaron el ejército español en la Batalla de Junín. A raíz de esta victoria; el gua- yaquileño José Joaquín de Olmedo le escribió el poema épico “Victoria de Junín. Canto a Bolívar”, verdadera obra maestra de la poesía ecua- toriana y latinoamericana. En ella, no sólo se describe la batalla, sino también Olmedo pone en boca de Huayna Cápac los destinos de la América Libre del yugo español. El 9 de diciembre de 1824 Sucre des- trozó el último baluarte del Ejército español en la Batalla de Ayacucho, acabando con el dominio español en Sudamérica. ¿Cuáles fueron algunas contradicciones políticas que limitaron su Práctica del Poder y que afectaron su proyecto político de unión? A partir de 1827 debido a rivalidades personales entre los ge- nerales de la revolución, explotaron conflictos políticos que terminaron por destruir las perspectivas de una unión sudamericana por la cual Bolívar había luchado. Ya en Venezuela, indultó a los comprometidos en la Cosiata y el 1 de enero de 1827 sostuvo en el cargo de jefe supe- rior civil y militar a Páez. Reformó los estatutos de la Universidad de Caracas (actual J00 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Universidad Central de Venezuela) y se dirigió a Santa Fe de Bogotá el 5 de julio siguiente para convocar una convención que debía crear una nueva constitución y el restablecimiento de la concordia nacional, después de las batallas contra los españoles y las discordias entre los partidos. Bolívar no regresó nunca a Venezuela. La convención se re- unió en Ocaña el 9 de abril de 1828. Desde el comienzo de la reunión, los asistentes se dividieron en tres fracciones: la primera estaba dirigi- da por el general, Francisco de Paula Santander Vicepresidente de la Gran Colombia que defendía una concepción federalista del gobierno; la segunda, capitaneada por el propio Simón Bolívar, abogaba por un gobierno fuerte y, por último, una tercera, la de los independientes, en la cual militaban Joaquín Mosquera y los indefinidos. La Convención fracasó porque ninguna de las propuestas para una nueva constitución fue aceptada. Por esa razón, los seguidores de Bolívar resolvieron au- sentarse de Ocaña el 10 de junio de 1828 y la reunión se quedó sin el quórum reglamentario. ¿Cuáles fueron algunos hechos que finalizaron su practica del Poder? Creyendo que mediante su acción podría imponer el orden y mantener la unión de la Gran Colombia, Bolívar se declara a sí mismo dictador el 27 de agosto de 1828, mediante el Decreto Orgánico de la Dictadura y queda abolida la Vicepresidencia de la República. El 25 de septiembre de 1828, en Bogotá, se llevó a cabo un atentado contra su vida, conocido como la Conspiración Septembrina, de la cual resultó ileso gracias a la ayuda de su compañera sentimental, Manuela Sáenz, quiteña que recibió en 1821 la orden de “Caballereza del Sol” del gene- ral José de San Martín y que a raíz del suceso con Bolívar fue llamada por él: “La Libertadora del Libertador”. Bolívar inicialmente intentó per- donar a los que fueron considerados como conspiradores, miembros de la facción “santanderista”. Eventualmente se decidió someterlos a la justicia marcial, después de la cual debieron ser fusilados los acusados de ser los directos implicados, algunos sin que quedara plenamente establecida su responsabilidad. El mismo Francisco de Paula Santander, quien había sabido con antelación de la conspiración y no se había opuesto directamente a ella por sus diferencias con Bolívar, partió al exilio. Después de los J01 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA hechos, Bolívar siguió gobernando en un ambiente enrarecido, acorra- lado por disputas fraccionales y sufriendo de tuberculosis. La revueltas continuaron. Perú se declaró en contra de Bolívar y su Presidente José de La Mar invadió Guayaquil mas fue vencido por Antonio José de Sucre en la batalla de Tarqui el 27 de febrero de 1829. Venezuela se proclamó independiente el 13 de enero de 1830. José Antonio Páez ocupó la presidencia de ese país desterran- do a Bolívar. Bolívar dimitió de la presidencia el 20 de enero de 1830 en el congreso admirable pero esta no fue aceptada hasta el 4 de mayo de 1830. Sólo y desengañado, Bolívar emprende en un viaje destinado hacia Jamaica y Europa pero su enfermedad se lo impidió, y hubo de acogerse a la amistad y protección de un español, don Joaquín de Mier y Benítez, que lo invitó a quedarse en la Quinta de San Pedro Alejandrino, cerca de la ciudad de Santa Marta, en el departamento del Magdalena. ¿Cuál fue su legado en los últimos días de su vida? Sus últi- mos días, a la corta edad de 47, demuestran la tragedia de la historia latinoamericana, signada por revoluciones, triunfos y derrotas; pero también de incomprensiones, involuciones, traiciones. Bolivar llegó a Santa Marta el 6 de diciembre de 1830 tras una penosa travesía por el río Magdalena desde Bogotá y a pesar del buen clima y las atencio- nes recibidas, su salud empeoró a los pocos días, teniendo algunos momentos de lucidez que le permitieron dictar su testamento y su úl- tima proclama, donde un Bolívar gravemente enfermo clamó porque su muerte por lo menos permitiera la consolidación de la unión y la desaparición de los partidos. Finalmente, El Libertador Simón Bolívar fallece el 17 de di- ciembre de 1830, a los 47 años de edad. A la una y tres minutos de la tarde murió el sol de Colombia, según el comunicado oficial. Los despojos mortales del Libertador recibieron cristiana sepultura en el altar mayor de la suntuosa Catedral Basílica de Santa Marta, y en ese sagrado recinto moraron hasta diciembre de 1842, cuando fueron tras- ladados a su país de origen Venezuela, cumpliéndose así el mandato de su Testamento. Sus despojos fueron inhumados en la cripta de la Santísima Trinidad de la Catedral de Caracas, santuario de advoca- J02 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. ción de la familia Bolívar, que guardan las cenizas de sus padres. Allí permanecieron en medio de plural satisfacción, hasta el definitivo tras- lado al Panteón Nacional, cuando la República de Venezuela resolvió construir ese el más elevado altar a la Patria objeto de la veneración nacional. SECCIÓN IV. Política, República, Estado y Democracia en Morazán. “Con los reyes nació la tiranía.” “Para extirpar el mal de las naciones es preciso destruir las monarquías.” “Muero con el sentimiento de haber causado algunos males a mi país.” (Centroamérica) “No he merecido la muerte porque no he cometido más falta que dar libertad a Costa Rica y procurar la paz de a la república.” (Centroamérica) ¿Cuáles son los aspectos representativos de su ascenso a la Práctica Política de Morazán en las luchas por la instauración de la unión centroamericana? ¿Cuál fue el impacto de su actuar en el Poder, la Política y en instaurar nuevos sistemas de gobierno? Su actuar esencial se realiza en la postindependencia, para instaurar la unión, como pensador iluminista liberal y en contra de las fuerzas con- servadoras, quienes finalmente logran imponer su visión, en 1839 y particularmente con el asesinato de Morazán en 1842. Su lucha prin- cipal se realiza en periodos cuasi simultáneos a Bolívar y con visiones idénticas. Se sintetizan algunos aspectos históricos que demuestran la complejidad de su gesta histórica. ¿Cuál fue el proceso independentista? La independencia en Centroamérica se realiza sin luchas cruentas previas. Cuando las au- toridades superiores de Guatemala -que fue el centro del poder en la centroamerica colonial- declararon la independencia de España en 1821, sin que previamente existiesen luchas intestinas, la noticia fue bien recibida en Honduras. ¿Cuáles fueron las tendencias de las nue- vas fuerzas en pugna? Inmediatamente después de la independencia, surgieron tendencias de anexar Centro América a México. Las autori- dades de la capital de Honduras, Comayagua, apoyaban la Anexión, en tanto que Tegucigalpa, Honduras, se oponía. Fue en estos aconteci- J0J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA mientos que Francisco Morazán se enlistó como voluntario, al servicio de las autoridades de Tegucigalpa. Fue designado capitán de una de las compañías militares, por decisión de los jefes oficiales que organi- zaron las milicias. A pesar de la oposición de Tegucigalpa a la anexión a México, fue adherida junto con el resto de Centro América, al imperio de Iturbide, el 5 de enero de 1822. Durante el tiempo de la anexión de Centroamérica a México, es limitada la información sobre el actuar de Morazán. Es hasta 1823, después del retiro de Centroamérica de Méxi- co, cuando algunos documentos históricos lo refieren como integrante de la comisión que dictaminó las bases del poder electoral de la Repú- blica Federal, en una reunión que sostuvo la Asamblea Constituyente de Centroamérica. Posteriormente, el 28 de septiembre de 1824, Morazán fue nombrado secretario general del gobierno de su tío político y primer Jefe de Estado de Honduras, Dionisio de Herrera. Este cargo lo ejerció hasta 1826, cuando se convirtió en Presidente del Consejo Representativo. ¿Cuáles son las batallas que emprende en cada uno de los Estados? Su primera acción militar, la condujo en la hacienda de “La Maradiaga” en contra del General Justo Milla en 1827-en ese entonces Presidente de Honduras- seis años después de la independencia y al inicio de las luchas por la Federación Centroamericana. Morazán esca- pa de los federales y toma el mando de un grupo armado establecido en León, Nicaragua, con el objetivo de liberar Honduras. Morazán se enfrenta a las tropas de Milla el 11 de noviembre de 1827, cerca de la aldea de Sabana grande, cercano a Tegucigalpa, derrotándolas en la “Batalla de La Trinidad”. Luego de su triunfo, se dirige hacia Coma- yagua, donde el 27 de noviembre hace su entrada triunfal y ocupa la jefatura del Estado de Honduras. La victoria en ‘La Trinidad’ fue para Morazán su entrada como genio militar. Esta batalla también le permi- tió al ‘General’ consolidarse como líder de los liberales centroamerica- nos. Por estas razones, el nuevo Jefe de Estado de Honduras, recibió llamados de auxilio desde El Salvador. Este Estado había sido ocupa- do por las fuerzas federales por orden de Manuel José Arce -entonces Presidente de la Federación- quien tenía como propósito proteger los intereses de los terratenientes y comerciantes “conservadores”. J04 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. La Liberación de El Salvador es sugestiva sobre las condicio- nes de la lucha de Morazán, quien liberó El Salvador en 1828. Para enfrentar este nuevo desafío, el 30 de junio de 1828 Morazán deposita el poder de Honduras en Diego Vigil y prepara su próxima campaña militar, con una combinación de fuerzas voluntarias de diversas ten- dencias e intereses, que denominaría el Ejercito Protector de la Ley. Unos seguían sus convicciones iluministas liberales, otros concebían trabajar para un jefe político y otros simplemente esperaban obtener alguna recompensa a cambio de sus esfuerzos, al finalizar la guerra. Esta fue la combinación de fuerzas de Morazán, en su lucha contra las tropas federales. Morazán marcha rumbo a El Salvador con aproximadamente 600 hombres. Se enfrenta a las tropas comandadas por Vicente Domínguez y las derrota el 6 de julio en la “Batalla de El Gualcho”. Por otro lado, el General Arce, quien tenía controlado San Salvador, anticipando que Morazán trataría de tomarse San Miguel, envió refuerzos para protegerlo. Morazán tomó San Miguel el 10 de julio. En este lugar Morazán perdió algunas de sus tropas porque que- rían saquear el lugar, que Morazan no permitió. Para pagarle a sus tropas y reabastecerse, el General imponía tributos a los comerciantes. En San Miguel, continuó la lucha del ‘General’ Morazán, en contra de fuerzas federales enviadas desde San Salvador. Estas luchas armadas aisladas no amenazaban sus tropas. Después de vencer, entró triunfante en Cojutepeque y posteriormente en San Salvador, donde fue recibido como libertador en el mes de oc- tubre. En San Salvador, Morazán solicitó refuerzos a las autoridades de ese país, pero sólo logró 2000 hombres. Con estos y el resto de las Fuerzas Aliadas, el 9 de octubre tomó Ahuachapán. Con este lugar, Morazán consolida la toma de El Salvador y prepara sus tropas para liberar Guatemala. En 1829 Morazán continúa su acción liberadora, toma Guate- mala y reestablece el “Orden Constitucional de la República Federal de Centroamérica”. Su ejército es ampliado con fuerzas indígenas y facciones criollas, quienes deseaban la salida de los “conservadores” en el poder. La contienda militar mas importante se realiza el 6 de mar- zo de 1829, con las tropas federales en San Miguelito, venciéndolas. J0· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Su siguiente victoria fue en contra de las tropas de Mariano Beltranena y Aycinena, el 15 de marzo de 1829 en la “Batalla de Las Charcas”. Luego del triunfo se dió la Conferencia en Ballesteros para negociar la rendición de Guatemala, pero ésta negociación fracasó y Morazán avanzó con rumbo a la capital. El 13 de abril Morazán terminó por ocupar la ciudad e hizo su entrada triunfal derrocando y capturando a los gobernantes conservadores: el Vicepresidente Mariano Beltranena y Llano, quien ejercía constitucionalmente el Poder Ejecutivo Federal, el Jefe de Estado de Guatemala Mariano de Aycinena y a sus más inmediatos colaboradores. A pesar del derrocamiento del gobierno constitucional, sus líderes esperaban obtener del ‘General’ un arreglo honorable; pero Morazán no aceptó ningún tipo de compromiso con estos y los envió al exilio. El General Morazán también expulsó del país al Arzobispo Ra- món Casaus, y a los frailes franciscanos y dominicanos. Luego, con la aprobación del congreso de la República confiscó sin indemnización los bienes y propiedades de los expatriados y de las órdenes religio- sas, y los trasladó a poder del Estado. Este triunfo de Morazán Que- zada significó el fin de la guerra civil en Centroamérica y el comienzo del dominio de los liberales en la región, pero también generó odios y rencores. José Francisco Barrundia y Cepeda pasó a ocupar el puesto de presidente provisional de la República Federal y Francisco Morazán el de gobernador transitorio de Guatemala. ¿Cuáles fueron las principales reformas liberales impulsadas en esa época? Morazan consideraba que para combatir el atraso de la región era necesario impulsar reformas liberales. En Guatemala, el Jefe de Estado Mariano Gálvez, impulsó un extenso programa de re- formas centradas en el libre comercio, el desarrollo de las exportacio- nes, proteccionismo de la industria textil, libertad de religión, educación para todos los ciudadanos, colonización de determinadas regiones de Guatemala, así como la puesta en marcha del Código de Livingston. Algunas de estas reformas de Galvez con el apoyo de Morazán, fue- ron apoyadas en Honduras, pero más aún en Nicaragua y El Salva- dor, donde el liberalismo había alcanzado altos niveles de popularidad. Pero los deseos y esfuerzos de los ‘liberales’ se verían frustrados por J0o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. la oposición. En Costa Rica los grupos liberales habían gobernado ininterrumpidamente desde 1823, por lo que la ejecución de las ideas morazanistas contó con el beneplácito de las autoridades estatales y no generó resistencia importante. ¿Cuáles fueron las reacciones de las fuerzas conservadoras al liberalismo Morazánico? El Gobierno Federal y sus reformas liberales recibieron la oposición de los conservadores, hasta declararle la guerra a la presidencia de Morazán. Mientras, él y sus aliados liberales veían en las reformas el progreso de toda Centroamérica, para los “Con- servadores”, en su mayor parte de la oligarquía Guatemalteca, eran cambios que amenazaban sus propios intereses. 143 El otro componente de los ‘conservadores’ eran los líderes de la iglesia católica. Morazán promulgaba la separación de la iglesia y el Estado, eliminación del diezmo, libertad de religión y programas de educación masiva para el pueblo centroamericano. Sin duda, la cris- tianización de los indios y mestizos facilitó la colonización y en conse- cuencia la consolidación del dominio español en Centroamérica. Por todo ello, tenían gran influencia entre los ‘conservadores’, quienes mu- cho de lo que poseían era de alguna forma producto del esfuerzo de los líderes católicos. Debido a ello, estos dos grupos estaban entrela- zados en intereses e ideología. ¿Qué otras contradicciones existieron a las reformas? A estas dos fuerzas opositoras se sumaron otros factores en contra del gobier- no de Morazán: La lucha interna entre conservadores y liberales dentro de cada Estado, como lo fue en Nicaragua, asi como entre Estados. Ejemplo evidente fue el enfrentamiento entre Guatemala y El Salvador, por tener la capital de la República Federal. Otros factores incluyen: La envidia que tenían los ‘liberales’ criollos, de los demás estados hacia Guatemala, por contar con el mayor poder económico y político. Por lo tanto se negaban a obedecer las órdenes emanadas desde Guate- mala. A esto se agrega la dificultad del gobierno de captar impuestos. Los Estados se negaban a pagarlos y esto actuó en contra de Morazán 143 Ellos eran blancos, o criollos descendientes de estos; quienes a través del colonial- ismo español habían acumulado grandes cantidades de dinero por medio de sus tierras y el comercio; debido a esto, dictaban o imponían sus políticas socio-económicas, en Guatemala y los demás estados de la región centroamericana. J0/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA quien no pudo llevar a cabo sus programas de desarrollo. Por otro lado, España deseaba recuperar su dominio en la región, e Inglaterra tenía pretensiones de expansión. ¿Cuáles fueron las precondiciones adicionales que conllevaron a la rebelión de los Estados y al fín de la Federación? La oposición en contra de Morazán, comenzaría a rendir frutos en 1830. En ese año, se produjeron en Nicaragua serios enfrentamientos entre los ‘liberales’ de León y los “conservadores” de Granada. Para solventar esa situación, Morazán nombró Jefe de Estado de ese Estado a su tío político Dionisio de Herrera. Herrera pudo gobernar de forma conciliatoria y casi efectiva, pero tuvo que dejar el poder en 1833. Luego de su salida, los enfrenta- mientos en estos dos grupos continuaron. En Costa Rica, la historia era relativamente diferente. Este Estado se había afianzado económicamen- te con sus exportaciones de tabaco y posteriormente con el café. Esta prosperidad, sumado al hecho de estar geográficamente distante de la Ciudad de Guatemala, no daba a lugar a ser “contagiada” por las luchas internas que se daban en los estados norteños de la Federación. Los costarricenses plantearon insistentemente la necesidad de convocar a un Congreso constituyente para reformar la Constitución de 1824, pero sus gestiones no se ejecutaron. Mientras tanto en El Salvador el Jefe de Estado José María Cornejo decidió declarar a ese Estado, independiente de la República Federal de Centroamérica. Ante esta situación, Francisco Morazán se vio obligado a invadir el territo- rio salvadoreño el 28 de febrero de 1832. Luego, durante “La Batalla de Jocoro”, el General Morazán triunfa sobre las tropas de Cornejo, y avanza hacia San Salvador donde finalmente, le da captura al gober- nante el 28 de marzo de 1832. Posteriormente, Morazán con la aprobación de una asamblea, nombra a su aliado Mariano Prado como nuevo Jefe de Estado de El Salvador y como vicepresidente a Joaquín de San Martín. Después de estos eventos se celebraron en Centroamérica elecciones para elegir un nuevo presidente. Durante los comicios resultó electo José Cecilio del Valle: Un hondureño moderado, padre fundador de la patria y quien fuera el redactor del acta de independencia de centroamérica, en 1821. Valle era muy respetado tanto por los ‘conservadores’ como por los ‘li- J08 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. berales’, debido a eso se presume que él quizás hubiese podido gober- nar de forma conciliatoria, pero murió antes de tomar el poder. En su lugar, el congreso reeligió a Francisco Morazán. En 1834. El Salvador se volvió a sublevar y Mariano Prado se vió obligado a abandonar el poder, dejando en su lugar a Joaquín de San Martín. Éste, declaró la separación del estado salvadoreño, por lo que Morazán tuvo que salir de Guatemala y tomarse nuevamente a El Salvador por las armas. Para solucionar esta problemática y gobernar más efectivamente, el 7 de febrero de 1834, Morazán trasladó la capital de la República Fede- ral a San Salvador, lugar donde el “General” era querido y respetado por muchos. Éste pudo de alguna manera gobernar a medias, ya que los movimientos separatistas eran contínuos en cada uno de de los estados y a Morazán se le dificultaba cada vez gobernar. El Fin de la Federación se inicia. En 1838 América Central se convirtió en un núcleo de pequeñas naciones independientes Para 1837 la situación de Centroamérica alcanzó momentos críticos. En 1836 Nueva Granada (Colombia) se había apoderado de una impor- tante región del territorio centroamericano llamada Bocas del Toro, sin que las autoridades federales efectuasen siquiera una protesta diplo- mática. En 1837 una epidemia de cólera afectó a Guatemala lo que llevó a paralizar el comercio, llevando al gobierno a una crisis fiscal. En medio de todo esto, los “conservadores” guatemaltecos, se aprovecharon de la situación y propagaron la noticia de que el gobierno liberal de Gálvez había envenenado las aguas. Este suceso impactó a Guatemala más que a ningún otro estado de la nación. Esta situación, sumado al proyecto de colonización extranjera de Gálvez en las regio- nes de Petén, Chiquimula, Verapaz y Totonicapán, más los impuestos decretados por el Jefe de Estado, culminó con una sublevación indíge- na y campesina en Santa Rosa de Mita al oriente de Guatemala. A raíz de este levantamiento, Centroamérica vio el nacimiento de un nuevo “Caudillo” de nombre Rafael Carrera y Turcios. A partir de ese momen- to y por más de dos décadas, Carrera, un criador de cerdos, analfabeta pero muy astuto, se convertiría en líder de los ‘conservadores’ y en una pesadilla para Morazán. El gobierno de Mariano Gálvez estaba a punto de ser su pri- J0' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA mera víctima. El mandatario guatemalteco se vió imposibilitado de pa- rar la rebelión de Carrera. Su gobierno no contaba con los recursos necesarios para combatir a los rebeldes en las montañas. Sumado a ello, los sublevados tenían muchos simpatizantes en las ciudades y estos también se unieron a la insurrección. El fin del gobierno liberal de Gálvez y de la federación estaba cerca. En un acto de desesperación Gálvez le solicita ayuda a Morazán. Pero esta solicitud vino muy tarde. Para cuando las tropas federales arribaron a Guatemala, Gálvez había abandonado el poder y exiliándose en México. El “General” Morazán salió de Santa Ana el 9 de marzo de 1838 con una fuerza de 1,300 hombres. Una vez en la Ciudad de Guatemala el grupo en el poder le otorgó plenos poderes para enfrentar a Carrera. También le ofrecen la presidencia vitalicia, pero Morazán rechaza esta oferta, porque esto lo convertía en dictador, algo que iba en contra de sus principios liberales. Luego Morazán le hace un llamado a Carrera a deponer las armas, pero el jefe rebelde se opone a hacerlo. Mientras eso pasaba en Guatemala, Nicaragua se declaraba independiente de la República Federal el 30 de abril. Mientras tanto, en El Salvador, el Congreso Federal reunido allí, le brindaba a los estados libertad de auto-administrarse. Sobre el final del año, Morazán se enfrenta a Ca- rrera y logra vencerlo en dos oportunidades. La primera el 24 de octu- bre, en la acción Mataquescuintla y posteriormente en Chiquimula, en el mes de diciembre. En ambas ocasiones el líder rebelde logró escapar. Luego en febrero de 1839 las tropas de Morazán llegan a El Salvador en per- secución de Carrera pero no corrieron con suerte, y Rafael Carrera nuevamente logra huir. Para este entonces, el período presidencial de Francisco Morazán había expirado, y el Congreso Federal ya había clausurado, por ese motivo no se celebraron nuevas elecciones. La Federación había muerto. Los “conservadores” que ahora ocupaban el poder en Guate- mala, consideraban que el gobierno de Morazán ya no tenía ninguna base legal porque su período había concluído en 1839 y no se ha- bía convocado a elecciones para sucederlo. Uno de los primeros en sumarse a la lucha en contra de Morazán fue el General hondureño J10 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Francisco Ferrera. El 6 de abril de 1839 sus hombres se enfrentaron a las tropas federales de Morazán en La Batalla del Espíritu Santo. Pero Morazán comprobó una vez más sus capacidades como militar y lo de- rrotó cerca del río Lempa. Muerta la ‘Federación’, Francisco Morazán ya no tenía poder político, sin embargo, al poco tiempo resultó electo Jefe de Estado de El Salvador. De este cargo Morazan tomó posesión el 11 de julio de 1839. Sin embargo, gobernar a El Salvador tampoco sería tarea fácil para Morazán Quezada. El ‘General’ se había conver- tido en la personificación misma de la Federación, él era el cuerpo y alma de la Constitución de 1824, eliminarlo a él significaba terminar con cualquier idea o esperanza que había quedado de la “Federación”. Por esa razón sus enemigos no deseaban que estuviera al mando de El Salvador, ni de ningún otro estado centroamericano y se compro- metieron a derrotarlo de una buena vez. Fue por ello que el 24 de julio de 1839 Nicaragua y Guatemala celebraron un tratado de alianza en contra del gobierno salvadoreño de Morazán. Posteriormente el 24 de agosto del mismo año, el líder guate- malteco Rafael Carrera y Turcios llamaría a los salvadoreños a la in- surrección popular en contra de Morazán. Estos llamados provocaron algunos levantamientos, los cuales fueron aplastados sin mucho es- fuerzo por el gobierno del General Morazán.Al no tener éxito de forma interna, los enemigos del General formaron un ejército compuesto por tropas hondureñas y nicaragüenses. El 25 de septiembre de 1839 es- tas fuerzas invadieron El Salvador y se midieron al ejército de Morazán durante “La Batalla de San Pedro Perulapán”. El General solo necesitó de 600 salvadoreños para vencer a los más de 2,000 hombres coman- dados por los Generales Francisco Ferrera, Nicolás de Espinosa y Ma- nuel Quijano y García. Después de la derrota, los humillados generales y sus tropas huyeron con rumbo a los estados vecinos, dejando atrás más de doscientas bajas entre muertos y heridos. Después de estos eventos llegaría el momento de la verdad. Francisco Morazán, en un desesperado intento por salvar la Federa- ción se enfrentó a Rafael Carrera el 18 de marzo en lo que sería la con- tienda final entre los dos Caudillos. El General Morazán al mando de un pequeño ejército compuesto por salvadoreños logró avanzar hasta J11 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Guatemala, pero una vez allí se dio cuenta de que Carrera le había tendido una emboscada. El General estaba rodeado por una fuerza de más de 5,000 hombres. Al final, las tropas de Morazán fueron derrotadas y el General apenas logró escapar con vida y huir rumbo a El Salvador. Después de la derrota Morazán logra llegar a San Salvador el 27 de marzo. Una vez en la capital deposita la Jefatura del Estado en manos del conse- jero José Antonio Cañas y dirige una proclama al pueblo salvadoreño, Morazán no deseaba causarle más problemas a El Salvador. Luego, el 4 de abril 1840 en junta de notables Morazán expuso su renuncia y su resolución a salir del país. El Líder parte al exilio. Morazán salió del Puerto de La Libertad, El Salvador, rumbo a Costa Rica el 8 de abril de 1840. Morazán no so- licitó asilo para sí, sino para 23 de sus oficiales, que le fue concedido. Luego se traslada a David, lugar de la actual Panamá, donde residía su familia. Con ellos tuvo la oportunidad de compartir algún tiempo y también le dio lugar a escribir parte de sus memorias y dictar su célebre “Manifiesto de David” al pueblo Centroamericano el 16 de julio de 1840. En ese manifiesto, Morazán reflexiona acerca de su papel político y mi- litar en la región y ataca a sus enemigos, en especial a Rafael Carrera: “(...). Para que nada faltase de ignominia y funesto a la revolución que habéis últimamente promovido, apareció en la escena el salvaje Ca- rrera, llevando en su pecho las insignias del fanatismo, en sus labios la destrucción de los principios liberales y en sus manos el puñal que asesinara a todos aquellos que no habían sido abortados, como él, de las cavernas de Mataquescuintla. Este monstruo debió desaparecer con el cólera morbus asiático que lo produjo. Al lado de un fraile y de un clérigo se presentó por la primera vez revolucionando los pueblos contra el Gobierno de Guatemala, como envenenador de los ríos que aquellos conjuraban, para evitar, decían, el contagio de la peste.Y con- tra este mismo Gobierno, fue el apoyo de los que en su exasperación le dieron parte en la ocupación de la Ciudad de Guatemala. Fue su peor enemigo cuando éstos quisieron poner término a sus demasías y vandalismos, y su más encarnizado perseguidor y asesino cuando el salvaje se uniera con vosotros. J12 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Mientras se encontraba en David, varios opositores del gobier- no de Braulio Carrillo en Costa Rica le solicitaron su ayuda para de- rrocarlo. Éstos argumentaban que Carrillo se había convertido en un dictador y los había despojado de sus libertades públicas y por lo tanto, deseaban su salida. Carrillo se percató de esta situación y solicitó a Nueva Granada la expulsión o captura del General Morazán. Morazán Quezada sin embargo, en esos momentos deseaba estar alejado de la política centroamericana y prosiguió su viaje rumbo a Perú. En Lima se reencontró con los generales Pedro Bermúdez y José Rufino Echeni- que, compañeros de armas e ideología. Allí también, recibió una oferta por parte del Mariscal Agustín Gamarra de comandar una división pe- ruana. Pero esto para Morazán resultaba un tanto confuso, debido a la compleja situación que vivía América del Sur en esos momentos y prefirió declinarla. Alrededor de 1841 los ingleses comenzaron a intervenir en el territorio de La Mosquitia localizado entre Honduras y Nicaragua. Ante la amenaza extranjera Francisco Morazán decide hacer su retorno por- que lo consideraba un “deber” y un “sentimiento nacional irresistible” no solo para él, sino que para todos “aquellos que tienen un corazón para su patria”. Por estas razones solicita y recibe ayuda financiera del general Bermúdez, y luego junto a sus más fieles acompañantes parte a bordo del Cruzador con rumbo a El Salvador. Sin embargo, una vez en Centroamérica no emprendió ninguna acción contra los ingleses, sino contra los gobiernos centroamericanos. Desde San José de Costa Rica, Morazán hizo su último Intento por Reinstaurar la Federación. Una vez en El Salvador, Morazán logra reunir una razonable cantidad de voluntarios para su nueva “aventura” centroamericana. Esta vez su propósito era derrocar al Jefe de Estado de Costa Rica Braulio Carrillo quien el 8 de marzo de 1841 había dic- tado el Decreto de Bases y Garantías por medio del cual se declaraba Jefe Vitalicio de Costa Rica. Esto le abriría el camino al ‘General’ para entrar de lleno en la política centroamericana y tratar una vez más de restaurar la República Federal. Una vez reunido su ejército, se posesiona en la isla Martín Pé- rez y con la ayuda del hondureño General José Trinidad Cabañas entre J1J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA otros, organiza sus tropas y con una flota de 5 buques y 500 hombres parten rumbo a Costa Rica. Morazán y sus tropas arribaron a territorio costarricense el 7 de abril de 1842. El 9 de abril Morazán lanzó una pro- clama al pueblo de Costa Rica en el cual les informa: “Costarricenses: Han llegado a mi destierro vuestras súplicas. Vuestros clamores han herido por largo tiempo mis oídos, y he encontrado al fin los medios de salvaros, aunque sea a costa de mi propia vida.” Al darse cuenta de la presencia de Morazán en suelo costarricense, Braulio Carrillo trató de contrarrestar las tropas invasoras enviando un ejército al mando del General Vicente Villaseñor. No obstante, Morazán hizo uso de su carisma y habilidad política para convencer a Villaseñor de traicionar a Braulio Carrillo Colina. Al final, los dos generales terminaron firmando el “Pacto del Jocote”, documento en cual se desconocía al gobierno del gobernante en funciones. Posteriormente, el 12 de abril de 1842, Morazán hizo su en- trada triunfal en Alajuela y luego en Heredia donde fue recibido como libertador de Costa Rica. El 14 de abril el General entró con sus tropas en San José y asumió el control del país. Una vez en el poder, Morazán Quezada convocó a una Asamblea Constituyente y puso en vigencia la Ley Fundamental del Estado Libre de Costa Rica de 1825. En sus primeras semanas, y con el apoyo de muchos costa- rricenses, el nuevo gobernante; se dedicó a derogar algunas de las leyes emitidas en la época de Carrillo. Además se impuso el servicio militar obligatorio, se establecieron impuestos y a propuesta del dipu- tado cartaginés Félix Sancho y Alvarado se firmó una ley para crear el colegio San Luis Gonzaga en Cartago. Luego, en lo que sería su último intento por unir a Centroamérica, Morazán declara al Estado de Costa Rica parte de la República Federal de Centroamérica. Para el mes de septiembre, Morazán ya había perdido la mayor parte del apoyo inicial, que lo había llevado al poder en Costa Rica. Por un lado Rafael Carrera y los conservadores desde Guatemala, amenazaban la paz de Costa Rica, mientras Morazán estuviera en el poder. Carrera junto con los gobiernos de El Salvador, Honduras y Nicaragua firmaron el pacto de Guatemala en contra del gobierno del General Morazán. Por otro lado, surgieron resentimientos dentro de Costa Rica en contra J14 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. de Francisco Morazán por los abusos cometidos por algunas de sus tropas, el servicio militar obligatorio, varios fusilamientos (entre ellos el de Manuel Ángel Molina Bedoya, hijo del prócer de la independencia Pedro Molina Mazariegos) y la inminencia de un ataque a Nicaragua. Otro de los problemas de Morazán en Costa Rica se debió a que el General tenía como principal objetivo el restablecimiento de la Unión centroamericana comenzando por Costa Rica. En el país preva- lecía un sentimiento de simpatía por la unión, que duró durante algu- nos años, pero la gran mayoría de los costarricenses no deseaba una guerra con los otros Estados centroamericanos, quienes favorecian el anti-morazanismo. Paradójicamente el gobierno de Morazán, que había tenido su principal apoyo en los grupos liberales y anticlericales en el resto de la región; en Costa Rica ocurrió todo lo contrario. Los liberales de San José, en particular, fueron sus principales oponentes, mientras que los más entusiastas morazanistas fueron parte del clero y ciertas familias acomodadas de Cartago, una de las ciudades más conservadoras. El principal morazanista de Cartago fue el respetado presbítero y filán- tropo José Francisco de Peralta y López del Corral, quien fue elegido para presidir la Asamblea Constituyente. Entre los pocos vecinos de San José, que mantuvieron su apoyo a Morazán hasta la caída de su gobierno destacan: el ex Jefe Juan Mora Fernández, elegido como Vicejefe de Estado por la constituyente, su hermano el también ex Jefe Joaquín Mora Fernández, y el respetado empresario y político Mariano Montealegre Bustamante. Este es el preludio a la Caída Final de Morazán. El 11 de sep- tiembre de 1842 estalló en Alajuela y en San José, las dos poblaciones liberales, un movimiento popular contra el gobierno de Morazán en- cabezado por el general Antonio Pinto Soares y del coronel Florenti- no Alfaro Zamora. Ante estos hechos, Morazán y sus hombres logran repeler los ataques y replegarse en el cuartel general. El movimiento rebelde fue apoyado por gentes de todas las clases sociales, fue to- mando más fuerza, y recibió refuerzos adicionales desde Alajuela y Heredia. Después de varias horas de lucha, Francisco Morazán y sus J1· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA más inmediatos colaboradores lograron romper el cerco y huyeron rumbo a Cartago. Pero la insurrección se había extendido hasta ese lugar, y el General Morazán tuvo que solicitar ayuda de su supuesto amigo Pedro Mayorga y González de Villalón. Sin embargo, Mayorga lo traicionó, y le brindó facilidad a los enemigos de Morazán Queza- da para que el General sea capturado junto a los Generales Vicente Villaseñor, Cabañas, Saravia y otros. Ante estos hechos el General Villaseñor trató en vano de cometer suicidio, mientras que Saravia se envenenó. Posteriormente les hacen un juicio rápido y sin defensa, Morazán y Vicente Villaseñor fueron condenados a muerte y fusilados. Irónicamente, era el 15 de septiembre de 1842, XXI° aniversario de la independencia de Centro América. SECCIÓN V. Reformas Liberales en la América Latina del Siglo XIX Mediados del Siglo XIX en América es el preludio de una for- ma/etapa de las sociedades y del capitalismo, que modificó la forma del Poder, la Política y la Economía, manteniendo inalterable su esen- cia y perpetuación del Poder en élites históricas. Este fue un proceso contradictorio de modernización, que creó o consolidó Estados- Na- ción y modelos políticos diferenciados, desde democracias liberales, en países del cono sur, dictaduras, gobiernos autoritarios y militariza- dos; y Estados Débiles y sometidos a monopolios extractivos, como en Centroamérica. 144 Las relaciones de clase se mantuvieron inalterables. La Mo- dernización en esta etapa contribuyó en consecuencia a la formación de diferentes regímenes políticos, aunque los elementos superestruc- 144 Existen interpretaciones sobre las diferencias del nivel de desarrollo político social de las naciones. La visión esencial parte desde el análisis del origen y naturaleza de la estructura de la clase agroexportadora, por medio de la especificidad de su integración al mercado mundial, a fines del siglo XIX, y vinculan la inestabilidad política a la forma en que los Estados y sus Elites se integraron a la economía mundial. Desde esta per- spectiva existen dos formas de análisis: Primero, los países con poco control sobre la producción y la exportación como fueron las economías de enclave, producen estados débiles. Segundo, países cuyas élites locales controlaron el cultivo, industrialización y exportación, producen Estados fuertes. Sin embargo, estos países establecieron diferen- tes relaciones entre el Estado y la población, dependiendo de sus particulares políticas sociales. J1o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. turales e infraestructurales mantuvieron su esencia. En algunos países se efectuaron reformas tempranas sobre tenencia de la tierra, nacio- nalización de las propiedades de la Iglesia, sistema educativo laico y separación del Estado con la religión, que produjeron resultados dife- renciados. Es la era de simplificación del liberalismo filosófico hacia el liberalismo económico, basado en una nueva División Internacio- nal del Trabajo, centrado en un modelo de inserción en la economía mundo, extravertido por las exportaciones, centradas esencialmente en un esquema monoexportador y monoespecializado, de concesión de tierras, cuasiesclavismo y de un Estado funcionando conforme las reglas de un capitalismo monopolista. Es la época inmediata posterior a la Restauración y del quiebre de Repúblicas sustituidas nuevamente por monarquías en Europa. Continua la doctrina Metternich de Con- certación de Naciones y la Quinta Alianza de las cinco potencias de la época -Austria, Prusia, Rusia, Inglaterra, Francia. Surgen el socialismo científico en Europa, la etapa primigenia del marxismo y de la escuela de pensamiento económico marginalista. En efecto, sin duda, las reformas liberales en esta época pre- tendían reformar el Estado y realizar cambios en la política, el tipo de desarrollo y establecer nuevas bases para el Poder, centrado en la ló- gica monopolista. ¿Cuáles fueron las condiciones preexistentes cuan- do se establecieron las reformas liberales de segunda generación, en las últimas décadas del siglo XIX, en los países de la América? Des- pués del fracaso del Americanismo y de la Gran Colombia de Bolívar, la Federación de Morazán y las luchas independentistas en otros países de la región desde inicios del Siglo XIX, cada uno de los países siguió su propia trayectoria política, social y económica. Cuando se instauran estas reformas, los países son diferenciados en sus formas, aunque existen presiones para el cambio social. El período liberal postindependista en la región puede ubicarse desde el último cuarto del siglo XIX (1870) y hasta mediados del siglo XX. Las características y las experiencias difieren entre países. Esta fase de reforma liberal se define como una época en la cual el libera- lismo fue la ideología que permitió implementar reformas en diversas áreas y que finalmente supuso la incorporación de la economía nacio- J1/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA nal al mercado internacional, en una época de consolidación del mono- polismo mundial, aunque no existía una visión regional, como ocurrió en la época pre y postindependentista inmediata. Efectivamente, el nuevo Estado se reorganizó en función del desarrollar capitalista de los países. Los liberales concebían la mo- dernización institucional del Estado, impulsar la educación pública e implementar políticas en la sociedad con el objetivo de adaptarlas al capitalismo monopolista en ciernes. En el campo económico, los go- biernos intentaron eliminar trabas que restringieran el libre comercio y crearon condiciones para promover exportaciones, esencialmente pri- marias y extractivas, bajo la égida del monocultivo y la especialización, sea por “ventajas absolutas” smithianas, producidas por las supuestas ventajas naturales, o por “ventajas comparativas” ricardianas, por cos- tos comparativos relativos. La nueva División Internacional del Trabajo y de la Producción creada por el Liberalismo, dividió aun más la región entre países de monocultivo agroexportador e industriales, aun extrac- tivos, también exportadores. Por otra parte, el proceso de secularización fue creciente con la concepción del Estado y la Educación laicos, debilitándose el poder político y económico de la Iglesia. Asimismo, diversas leyes y políticas afectaron especialmente a las poblaciones indígenas, que fueron des- pojadas de sus tierras. La inmigración europea y la inversión extranjera fueron promovidas, particularmente en el sur de América. En Centro- américa, la inmigración fue más limitada. La expansión o mejora de la infraestructura, comunicaciones y nueva tecnología, como la ferroviaria, contribuyeron a acelerar el pro- ceso de desarrollo capitalista, coexistiendo con población rural cuasi esclava, como en las economías enclave de plantación y minas, en casi todos los países. Sin duda, el proceso liberal de segunda genera- ción en el siglo XIX creó riquezas y, simultáneamente, pobreza. Este desarrollo contradictorio promovió fuerzas sociales y condiciones de lucha superior. En realidad, fue en este período que se consolidaron tres mo- delos de desarrollo político en la región: el de los estados autoritarios y crecientemente militarizados; el de los estados débiles y sometidos J18 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. a una fuerte influencia estadounidense, ya fuera mediante la interven- ción directa o por control de los monopolios de plantación; y el de los estados basados en el modelo de la democracia liberal electoral pro- movidos esencialmente en el siglo XX. En las últimas décadas del Si- glo XIX, todos los gobiernos promovieron diversas reformas, aunque algunas no resultaron como se esperaba. La habilidad de los gobiernos para mantenerse en el poder se basó en la capacidad de promover ac- ciones tendentes a crear y consolidar el Estado-Nación, al comprender que no eran suficientes las relaciones económicas y sociales con las élites agroexportadoras. En efecto, las reformas para crear un Estado- Nación y la expansión del Estado fueron elementos claves para los gobiernos liberales. Los resultados en la región fueron disímiles. En algunos países se crearon condiciones para erigir Estados- Nación y favoreciendo la conformación de “burguesías nacionales” que acumu- laban tanto por exportación primaria como industrial y que mantenían cierta autonomía de oligarquías externas, como en el Cono Sur, Brasil, México. En otros países, los Estados nacientes y sus burguesías lo- cales estuvieron sometidas a los intereses de monopolios extranjeros, como en países de economías de plantación- Ecuador, Honduras. Estas reformas nacionales afectaron el poder de los gobiernos municipales, de las formas de propiedad local, entre ellas de los siste- mas de propiedad comunal indígenas. En algunos países funcionó la po- lítica de privatización de tierras comunales, expulsó campesinos, lo que expandió la frontera agrícola. Se amplió asimismo el poder coercitivo del Estado con la creación y el fortalecimiento de ejércitos. En algunas eco- nomías de plantación, como en Guatemala, se “resucitaron” los manda- mientos, antiguo sistema de trabajo coercitivo utilizado en la Colonia. 145 El legado de las reformas liberales fue diverso. Al iniciarse el siglo XX, el desarrollo sociopolítico y económico en América se diferenció aun más. En algunos países se profundizaron reformas liberales y se logró 145 David McCreery, Development and the State in Guatemala, 1871-1885, Papers in international studies. Latin America series ; no. 10 (Athens, Ohio: Ohio University Center for International Studies, 1983), 29. Greg Grandin, The Blood of Guatemala: A History of Race and Nation, Latin America otherwise (Durham, NC: Duke University Press, 2000). Mahoney, The Legacies of Liberalism: Path Dependence and Political Regimes in Central America, 120. J1' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA equilibrio político, que supone asimismo la subordinación del ejército al Estado y que las élites no dependan del Estado para su acumulación. Estas condiciones permiten la ampliación de la base política que se reflejó en una práctica política solida de la población. En otros países, las reformas fueron más limitadas y en algunos casos se impuso la no reforma, el carácter parasitario de las elites utilizando la riqueza nacional y del Estado para sus propios fines de acumulación, el uso sistemático de sistemas coercitivos para controlar la mano de obra e instituciones antiguas, entre ellas Estados Atrofiados en su doble función: la admi- nistrativa, para orientar la economía, generar riqueza y distribuir o asig- nar en base a principios de equidad entre los ciudadanos y responder al bien común asegurándose que indefectiblemente prime por sobre el bien individual; y, la coercitiva, para que la justicia y los aparatos ideológi- cos y contralores autoregulen para sujetarse a los principios y acuerdos determinados por la sociedad. Esto genero antagonismos sociales más profundos y consecuentemente la dependencia de las élites terratenien- tes en los poderes coercitivos del Estado, para regular a la sociedad, aun por la vía de la represión. La dependencia de un Estado Federal en la inversión extranjera era determinante y resultó en conformar un Estado Débil. Así se inicia un nuevo siglo en América. \AII1IIí VII. Teoría y Práctica del Poder y de la Política en la Era Contemporánea de los Siglos XX y XXI. ¿Qué caracteriza a los siglos XX y XXI? ¿Cuáles son sus ele- mentos esenciales? ¿Cuáles son los principales aportes de la filosofía contemporánea 146 al Poder, la Política, el Estado, la Economía? ¿Cuá- les han sido las principales doctrinas geopolíticas que primaron en las relaciones internacionales, para reforzar el Poder Global, la Política y la Economía a escala planetaria? 146 Citaremos a Karl Heinrich Marx, Friedrich W. Nietzsche, José Ortega y Gasset, Jean Paul Sartre, Louis Althusser, George Edward Moore, Thomas Samuel Khun J20 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. El Siglo XX es un ejemplo en la historia de la humanidad en donde las doctrinas geopolíticas fueron utilizadas en las relaciones in- ternacionales para afirmar la política exterior de las naciones domi- nantes en el escenario mundial. Desde la Doctrina Monroe del Siglo XIX, la Doctrina Wilson a inicios del XX y las subsiguientes doctrinas de preprimera guerra, doctrinas entreguerras, la guerra fría de Deten- te y de Coexistencia Pacífica, hasta las doctrinas Postunión Soviética han demostrado que el Siglo XX ha sido un laboratorio de evolucio- nes, revoluciones e involuciones de la humanidad. La humanidad no ha avanzado linealmente, sino en procesos complejos contradictorios permanentes. Además, es el siglo en que se inicia la aplicación del tipo de democracia liberal electoral conocido en la actualidad. Es una era de saltos de la humanidad, de cambios de Poder mun- dial, de visiones ideológico-políticas diferenciadas, contradictorias o anta- gónicas; de transiciones de Poder Económico y de generación de riqueza y a la vez de crisis sin precedentes, preeminencia mundial de dos concep- ciones ideológicas (el socialismo 147 y el capitalismo) y de tres visiones eco- nómicas dominantes (el marxismo en el socialismo y el keynesianismo 148 y neoliberalismo, en el capitalismo), avances en los procesos de humani- zación y democratización cuasi universal y a la vez de reforzamiento de dictaduras y de violaciones a los derechos humanos. 147 Sistema político ideológico y económico basado en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal (parcial o completo) de los sectores económicos. Es un sistema opuesto radicalmente a los principios y fundamentos del capitalismo, en el cual existe propiedad privada de los medios de producción y de la acumulación de capital, aunque la producción sea colectiva y el Estado asume una función mas regu- ladora y facilitadora de las relaciones sociales de producción. Aunque el objetivo final de los socialistas era establecer una sociedad comunista o sin clases, el concepto de socialismo ha adquirido diversos significados en función del lugar y la época donde se ha desarrollado. El Capitalismo coexiste con centros hegemónicos y periféricos altamente diferenciados en cuanto a sus niveles de desarrollo y de participación del Estado. 148 Un acontecimiento importante en la historia económica reciente del capitalismo fue la publicación de la obra de John Maynard Keynes, Teoría general del empleo, el interés y el dinero (1936). Al igual que las ideas clásicas de Adam Smith a fines del siglo XVIII, el pensamiento de Keynes modificó profundamente las ideas capitalistas, creándose la escuela de pensamiento económico keynesiana. Keynes demostró que un gobierno pu- ede utilizar su poder económico, su capacidad de gasto, sus impuestos y el control de la oferta monetaria para mitigar, e incluso en ocasiones eliminar, el mayor inconveniente del capitalismo: los ciclos de expansión y depresión. Según Keynes, durante una depresión económica, el gobierno debe aumentar el gasto público, aun a costa de incurrir en déficit presupuestarios, para compensar la caída del gasto privado. En una etapa de expansión económica, la reacción debe ser la contraria, si la expansión está provocando movimien- tos especulativos e inflacionistas.Su objetivo fundamental era lograr el pleno empleo. J21 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Desde la perspectiva imperial, dos visiones sobre el mundo se enfrentaron desde inicios de siglo, una de ellas dominante desde la época de independencias en América, la Doctrina Monroe (en 1823) que orientó la política exterior de los Estados Unidos en el siglo XIX y parte del XX; y la segunda, desde inicios del siglo XX y que perdura en las relaciones internacionales del Siglo XXI: la visión Wilsoniana renovada con otras doctrinas geopolíticas. Desde la perspectiva del socialismo se impuso la visión de la coexistencia pacífica; y, desde los países no alineados, se valoriza la no alineación y la autodetermina- ción de los pueblos. ¿Cómo articular Política y Filosofía, en la era contemporánea? Su relación trascendente es de la misma naturaleza que en las pasadas filosofías, desde la antigua grecia presocrática, socrática, post- socrática platoniana y aristotélica, medieval, moderna. Así, la Doctrina Monroe y la Wilsoniana coexistieron con nuevas formas del pensamiento filosófico. Filosofía y Política siempre han interactuado. Tras la filosofía crítica de Kant, el idealismo alemán se convirtió en la corriente predomi- nante en la Europa continental, a través de Hegel. El existencialismo de Kierkegaard, tanto como el marxismo y el vitalismo de Nietzsche serán, en buena medida, una reacción al Idea- lismo hegeliano que, en cierto modo, consagra la identificación del yo trascendental kantiano con el Dios del cristianismo. En Gran Bretaña, el desarrollo del positivismo utilitarista con Bentham y J.S. Mill se ins- pira en los principios del empirismo, distinguiéndose del positivismo “idealista” de A. Comte; en ambos casos, no obstante, se da una pre- ocupación por los temas sociales y por el bienestar de la humanidad que, aunque en una dirección distinta, compartirán con el marxismo. Por lo demás, el desarrollo de las ciencias y sus contínuos éxitos plan- tean desafíos a la filosofía, que se ve sometida a fuertes críticas por parte de los defensores del pensamiento científico, que encuentran en la ciencia el paradigma del conocimiento verdadero. Hacia fines del siglo XIX, al desarrollo del historicismo en Ale- mania, con Dilthey, y del pragmatismo en los Estados Unidos, con Pier- ce y W. James, se suma el desarrollo de la fenomenología con Husserl. Todas estas corrientes tienen su continuidad en el siglo XX y XXI, el J22 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. denominado Postmodernismo, en el que destacarán además los repre- sentantes de la Filosofía Analítica, como Russell y Witgenstein, del Es- tructuralismo, como Lévi-Strauss y Foucault, del Existencialismo, como Sartre, o los de la Escuela de Frankfurt, como Adorno, Horkheimer y Habermas. Así queda determinada la filosofía contemporánea. Aunque las escuelas de pensamiento filosófico integran las va- riables Poder, Política, Estado y Economía directa o tangencialmente en sus teorías y racionalidad dominantes, es imperativo reiterar la inte- racción permanente de ambos pensamientos, Filosofía y Política. ¿Cuál fue el impacto de la política exterior estadounidense en la configuración del Poder, de la Política y de la Economía a escala mundial? Sin duda, no podemos comprender el desarrollo del Poder internacional si desconocemos los fundamentos de la política exterior estadounidense, desde que se independizó. Desde 1776, sus asuntos exteriores se derivaron del principio de separación de los Estados de la Unión de las potencias europeas. Supuestamente, el fundamento esencial era preservar su jo- ven nación, que debía ser siempre libre para lograr sus objetivos y de- sarrollarse de forma distinta al carácter absolutista como lo hicieron los europeos. Los fundadores de la nación estadounidense fueron explí- citos en esta visión. Advirtieron el peligro que significaba relacionarse en los asuntos internos de otras naciones. Esta idea de aislamiento de la Unión con respecto a Europa fue ratificada y expresada por Was- hington en su discurso de despedida, en 1796: “...La gran regla de conducta para nosotros respecto a las naciones extranjeras es, a la vez que extender nuestras relaciones comerciales, tener con ellas tan poca relación política como sea posible...” 149 . En la conciencia estadounidense se gestó la idea que tenían una misión histórica que cumplir. La idea del pueblo elegido sirvió tanto para justificar su expansión como las guerras a otras naciones: “Esta gran nación tiene delante de ella un destino como el que jamás ha sido concedido a ninguna otra en todas las eras del pasado.” 150 . La Doctrina Monroe, anunciada en 1803, siete años después de la despedida de Washington en 1796, puede ser interpretado como 149 C. Degler. United States History.NYP. 1965. 150 Discurso de T. Roossevelt. J2J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA una primicia del imperio futuro. Avanza una racionalidad para convertir su nación en un país dotado de todos los instrumentos para controlar primero la América, posteriormente el denominado hemisferio occiden- tal y, posteriormente, el resto del mundo. Al iniciarse la primera guerra mundial, antes de la Doctrina Wil- son, existían en la política internacional estadounidense sólidos funda- mentos basados en imperativos doctrinarios mesiánicos. Atrás quedaron los pensamientos de Washington. Monroe, T.Roosevelt y Wilson forjaron una nación moderna que había superado los límites geográficos origi- narios, para convertirse en un siglo, a inicios del XX, en una potencia imperial de primer orden. Es el inicio de nuevas doctrinas geopolíticas y geoestratégicas para reconfigurar o mantener el Poder mundial. SECCIÓN I. Poder y Política en los Siglos XX y XXI. ¿Cómo se comportó el Poder y la Política en el siglo XX y al iniciarse el siglo XXI? En un siglo, el Poder y la Política tienen dina- mismo sin precedentes: cambios de Poder Imperial, choques entre ci- vilizaciones, cambios de visión del mundo y de hegemonía, expansión del Poder Económico y de Generación de Riqueza sin precedentes, surgimiento y consolidación de nuevos sistemas de gobierno. Estos cambios mundiales tuvieron un impacto directo y significativo en la hu- manidad, en su cosmovisión y en su nivel de desarrollo. Siglo XX es la era de transiciones múltiples, de reequilibrio de poder mundial, iniciándose con una transición de imperio: el inglés cede al estadounidense, en 1904, medido en el poderío para la pro- ducción de carbón, como fuente esencial de energía, en esa época; balance y desbalance de poderes sobre la base de la bipolaridad al inicio de siglo, multipolaridad a mediados, e involución a la unipolaridad a fines de siglo; universalización de la denominada democracia; múlti- ples revoluciones tecnológicas sin precedentes, desde la energía, in- dustria automovilística, telemática, informática, biogenética y robótica. Además existe dinámica económica fundada en el petróleo y en una sola moneda nacional transable mundialmente; dos guerras mundiales y guerras focalizadas, tanto por razones económicas y de hegemonía J24 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. mundial, como por razones ideológicas; nuevas visiones del mundo provocadoras de guerras (como el fascismo, falangismo y nazismo) y esenciales en el nuevo balance de poder mundial (la Unión Soviética y China); guerras de independencia anticolonial, esencialmente en África y Asia; guerras de liberación (Argelia, Vietnam, Cuba...); reforzamiento de la concertación mundial, con la creación del sistema de las naciones unidas; establecimiento y quiebre de dos nuevos sistemas monetarios internacionales (Bretton Woods y Cambio Flotante), entre hechos his- tóricos del siglo XX. Efectivamente, en el siglo XX el capitalismo ha enfrentado nu- merosas guerras, revoluciones, crisis y depresiones económicas. La I Guerra Mundial aceleró las condiciones del triunfo de la revolución en Rusia, en 1917. La guerra también fomentó el nacionalsocialismo en Alemania, con un concepto de Estado Elitista, xenofobia y visión expansionista reunidos en un régimen cuya violencia, ansias de poder y hegemonía, que combinados provocaron un segundo conflicto bélico a escala mundial, a menos de la mitad del siglo. A fines de la II Gue- rra Mundial, los sistemas económicos socialistas se extendieron por Europa Oriental, China, Vietnam, Corea. Sin embargo, al finalizar la denominada Guerra fría, a fines de la década 1980, países del bloque soviético empezaron a adoptar el modelo de libre mercado, con resul- tados diferenciados. China sigue teniendo un régimen marxista especial, aunque se pusieron en práctica medidas de liberalización y de mercado interno y de competencia exterior. Cuba, a inicios del Siglo XXI reafirma su sendero Socialista, a pesar de un bloqueo de más de media centuria. Venezuela también inició su Socialismo Siglo XXI, por la vía electoral, en medio de contradicciones inmanentes y consubstanciales a todo proceso de cam- bio por esta vía. Varios países “tercermundistas” con tendencias socialis- tas cuando lograron su independencia, aplican ahora una combinación entre planificación y mercado, con resultados difusos. Por otra parte, el sistema capitalista ha funcionado con crisis cada vez más complejas y profundas. Las crisis monetarias, bancarias y finan- cieras han dejado de ser intrasectoriales y focalizadas, para convertirse en sistémicas y por ende mundiales, ya no solamente originadas en sus J2· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA economías periféricas, sino en países hegemónicos, determinantes de la acumulación capitalista a escala mundial. En general, el mundo vive en crisis permanente: más de la mitad de la población vive en pobreza. En las “democracias industrializadas” de Europa y Estados Unidos, la mayor prueba que supero el capitalismo en el siglo XX se produjo en la década 1930. La Gran Depresión fue, sin duda, la más dura crisis a la que se enfrentó el capitalismo, desde sus inicios en siglos pasados, simultáneamente al feudalismo decadente. El siglo XXI a pesar de ser una Era del Conocimiento sin pre- cedentes, es simultáneamente el escenario de un fenómeno sin prece- dentes: el mundo globalizado es unipolar, aunque existan otras formas de poder mundial; la hegemonía mundial es concebida como una es- pecie de “ley natural” de la supremacía; preeminencia de un Estado Globalitario, que impone su visión del mundo en contra de la concer- tación de naciones a nivel mundial, sintetizado en el sistema de na- ciones unidas; un pensamiento único, que pretende imponerse como el universal, absoluto, inmanente, inmutable, perfecto y permanente; preeminencia de una visión económica concentradora, centralizadora y monopolista a nivel mundial; debilitamiento de los Estado- Nación, primando el Mercado, supuesto como el mejor asignador de recursos, por la visión económica dominante: y crisis cada vez más complejas y sistémicas que son punto de inflexión y fin de viejos sistemas, que abren nuevas posibilidades en la visión del mundo. Como todo sistema tiene sus propias formas de regulación y autorregulación 151 , las crisis económicas no siempre fueron acompaña- das de revoluciones, demostrándose en consecuencia que el sistema capitalista tiene una enorme capacidad de adaptación y supervivencia. No obstante, las crisis son enunciativas de la necesidad de intervenir 151 Así, en Estados Unidos el New Deal del Presidente Franklin D. Roosevelt reestructuró el sistema financiero para evitar que se repitiesen los movimientos especulativos que provocaron el quiebre de Wall Street en 1929. Se emprendieron acciones para fomentar la negociación colectiva y crear movimientos sociales de trabajadores que dificultaran la concentración del poder económico en pocas grandes corporaciones industriales. El de- sarrollo del Estado Benefactor o Estado del Bienestar se materializó mediante el sistema de la Seguridad Social, creación del seguro de desempleo, beneficios de previsión...que pretendían proteger a las personas de las ineficiencias económicas inherentes al sistema capitalista. Igual ocurrió con las crisis posteriores. El Estado ha demostrado autoregular el mercado, cuando éste no funciona. J2o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. o regular las economías nacionales para mitigar los inconvenientes y las injusticias que crea el capitalismo. La autorregulación sistémica sin duda funciona, como ha sucedido con sistemas anteriores, hasta que se desarrollan crisis que quiebran con el sistema vigente. Es una ley inexorable en la historia: todo lo que nace muere, se transforma ince- santemente para dar paso a un nuevo sistema. Es natural el ascenso y la caída de todo sistema; pero la hu- manidad continúa su historia, con evoluciones, involuciones, revolu- ciones. Nuevas concepciones filosóficas, políticas y económicas crean nuevas formas de organización de las sociedades, nuevos sistemas, nuevos Poderes, Nuevas Políticas, Nueva Economía, Nueva concep- ción del Desarrollo, Nuevas Civilizaciones, en un proceso incesante de transformación del mundo. SECCIÓN II. Poder y Política en la Doctrina Monroe. América para los Americanos ¿Qué es la Doctrina Monroe? ¿Cuál es su intencionalidad? ¿Cuál es su visión del Poder y de la Política? ¿Cuál es su contexto internacional? James Monroe (...) ejemplifica la visión imperial contem- poránea de expansionismo y apropiación de espacios que dominó la escena política estadounidense en el Siglo XIX e inicios del XX, susti- tuida por la Doctrina Wilson, que domina hasta la actualidad. Monroe elabora su doctrina basado en una supuesta ley na- tural a la hegemonía, por el uso de todos los medios, esencialmente la guerra y no de la diplomacia o relaciones exteriores basadas en la negociación en condiciones de igualdad entre las naciones. América para los Americanos es interpretado como una repartición estratégica y exclusiva de la región, para los americanos, entendidos por Monroe como estadounidenses. Su visión de la política es el interés exclusivo de su nación, El Poder justifica todos los medios, inclusive los no éti- cos, como la expansión y las guerras. Así, la Doctrina Monroe expresa una filosofía geoestratégica, ideológica, política y económica, en una visión imperial del mundo, en su avance por etapas de reapropiación J2/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA de espacios, por guerras o por compra 152 . La Doctrina Monroe, enunciada el 2 de diciembre de 1823 afir- ma, para las potencias europeas de inicios del Siglo XIX, el principio de no intervención recíproca de los europeos y de los “americanos” sobre sus continentes respectivos. Implícitamente afirma que cada nación puede intervenir en otros espacios continentales, en este caso América Latina, como lo demuestran los hechos inmediatos. Afirma asimismo, implícitamente, la conquista de otros espacios fronterizos, que originan la ideología de la Doctrina del Destino Manifiesto, que se inicia en la década 1840, según la cual la expansión de la nación americana hacia el Oeste era una voluntad de Dios. El Etnocidio indígena, denominado la Conquista del Oeste, y la guerra contra México a fines de este dece- nio son parte de esta visión. En efecto, en plena época de la Restauración de Poderes Mo- nárquicos en Europa, posterior a la época napoleónica, y al haberse independizado de España casi todos los países de América Latina, el 2 de diciembre 1823 y en su mensaje anual al Congreso, el Presidente americano republicano James Monroe pronuncia un discurso orientado a los europeos y que fijaría las directivas que debía adoptar la diploma- cia de los Estados-Unidos durante el siglo XIX y el inicio del siglo XX. Se trata de lo que se denominó a partir de 1854 la Doctrina Monroe. En esta Doctrina, los dos principios definidos son: el primero, afirma que el continente americano debe ser considerado como ce- rrado a toda tentativa ulterior de colonización de parte de potencias europeas. El segundo, derivado, que toda intervención de una potencia europea sobre el continente americano sería considerada como una manifestación de enemistad contra los Estados-Unidos. En contrapar- tida, toda intervención americana en los asuntos europeos estaba ex- cluida. Con esta Declaración, los europeos fueron advertidos que los Estados Unidos considerarían que las naciones latinoamericanas eran libres e independientes y que en consecuencia no podían ser sujetas de una nueva colonización por ninguna potencia extranjera. 152 Esta Declaración se efectúa cuatro años después que (en 1819) la Unión adquirió por venta de España, el actual Estado de La Florida. España, debilitada por las guerras in- tereuropeas y la independencia de casi todas sus colonias de América, pretende retomar su poder aunque sea con el concurso de la Santa Alianza. J28 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. ¿Representa la Doctrina Monroe una afirmación de indepen- dencia de todas las naciones de América o es enunciación de su Poder sobre la región? En realidad, la declaración de Monroe, que definía la nueva política de relaciones internacionales, tenia implícito un acuerdo de no intervención recíproca (con los países europeos) y de afirmación de hegemonía. Esta Doctrina tiene tres elementos constitutivos : pro- tección para los Estados Unidos ; supuesta protección para América Latina y El Caribe; y, Hegemonía sobre el continente, por cuanto no existe evidencia documental que Monroe haya consultado a presiden- tes de la región previo su declaración. Por una parte, la Unión Americana garantizaría la independen- cia de los países hispano-americanos, oponiéndose a la reconquista de España de sus antiguas colonias sobre el continente y a toda ten- tativa en este sentido proveniente de cualquier potencia europea. Por otra parte, Monroe, proclamando la neutralidad norteamericana en los asuntos europeos, reforzaba la política aislacionista que caracterizaría a los Estados Unidos en sus relaciones con Europa durante el siglo XIX e inicios del XX, aunque intervencionista con otros países: « En las guerras entre las potencias europeas y en los asuntos de su interés, nosotros jamás participamos... Nuestra política con respecto a Europa – que fue adoptada al inicio de las guerras que la enfrentaron recien- temente – continúa inalterable: no interferir en sus asuntos internos y considerar los gobiernos de facto como legítimos. » ¿Qué significa el establecimiento de una doctrina aislacionista y a la vez intervencionista? Representando rechazo de los sistemas políticos europeos, la Doctrina Monroe decide una diplomacia aisla- cionista e intervencionista. Aislacionismo, con relación a conflictos y circunstancias propias al continente europeo. Esta posición es fiel al espíritu del primer presidente de los Estados Unidos, George Washing- ton, quien definió el retiro de su país de los asuntos europeos en su discurso de despedida. Monroe reafirma esta elección americana de la neutralidad con relación al continente europeo. Intervencionismo, en el sentido que la Unión buscaba proteger activamente sus intereses con- tinentales, que implicaba también intervenir en los eventos latinoame- ricanos, lo cual es contradictorio en la declaración al referir que los eu- J2' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA ropeos no se inmiscuyan en los asuntos del hemisferio. La Declaración de Monroe establece así el nacimiento de una diplomacia propiamente estadounidense, resultado ella misma de una toma de conciencia in- mediatamente a la revolución. ¿Cuáles fueron los antecedentes al mensaje de Monroe? Los antecedentes se sitúan entre 1820 y 1823, el gobierno de los Estados Unidos se inquietó de dos actos interpretados como peligros: las am- biciones rusas sobre la América del Norte; y las amenazas de inter- vención de la Santa-Alianza sobre el antiguo imperio colonial español. En efecto, al iniciarse el siglo XIX, el imperio ruso había establecido bases en California y, en 1821, un edicto del Tzar Alejandro reivindica- ba para sí una parte de Oregón y anexarla a Alaska, en ese momento territorio ruso, y prohibía a navíos extranjeros cruzar por una vasta zona del Nor Oeste del Pacífico. Asimismo, la Unión desconfiaba de las políticas británicas sobre el nuevo continente, que amenazaban con apropiarse nuevos espacios territoriales y comerciales. Más evidente aparecía la amenaza de intervención de las potencias de la denomi- nada Santa Alianza, que integraba a las cinco potencias de la época (Austria, Prusia, Rusia, Inglaterra, Francia) inquietas por la liberación de las antiguas colonias españolas de América. En 1822, el Congreso de la Santa Alianza, en Verona, otorga misión a Francia de restaurar a Fernando VII en el trono de España 153 , posterior a la insurrección liberal española. Esta injerencia de potencias extranjeras en la política interior de una de sus potencias debilitadas provoco inquietud en los ameri- canos, sobre todo cuando se aplicaba a las excolonias americanas, integradas a España, según la Santa Alianza. ¿Cuál fue el contexto diplomático previo y simultáneo a la De- claración de Monroe? La Doctrina Monroe es en realidad proclamada con el apoyo, en ese momento, del imperio británico 154 . El peligro de la 153 Posterior al Congreso de Verona, Villèle, ministro francés de relaciones exteriores planteaba una intervención armada de Francia en «América Hispánica» para forzar a los insurgentes a aceptar la formación de Estados Monárquicos quienes recibirían príncipes españoles. Este proyecto es la causa de una doble campana diplomática, en la cual el Reino Unido y los Estados Unidos, en iniciativas simultáneas mas separadas, paran la política francesa. La Doctrina Monroe resume la iniciativa americana. 154 Según el Brittain Foreign Office, su Secretario de Relaciones Exteriores Canning propuso a los Estados Unidos una Entente y publicar una Declaración Conjunta contra el proyecto francés de intervención. Los Estados Unidos son así envueltos en una especie JJ0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. intervención francesa no existe ya. En realidad existían acuerdos entre la diplomacia de Inglaterra y Estados Unidos, en clara oposición a la política definida por la Santa Alianza. Para los Estados Unidos era compleja la asociación, abierta o implícita, con su antiguo colonizador y dejar dirigir sus relaciones exteriores por una potencia europea. Convenía en conse- cuencia una Declaración de fuerza, sin ser altamente provocadora. ¿Es que la Doctrina Monroe fue definida con intencionalidad estratégica de conducir la política exterior en el postmandato de Mon- roe? En realidad, con su declaración se demuestra el nuevo tipo de racionalidad preimperial contemporánea, en plena hegemonía ingle- sa, más que solidaridad con el resto de países de América, como lo demuestran sus invasiones a la región en el mismo siglo XIX contra México y Cuba, entre otros países. Históricamente no se ha determinado existencia documental si Monroe pensó establecer una doctrina de esta naturaleza, relativa a dirigir la política exterior de los Estados Unidos en el largo plazo. El hecho concreto es que su afirmación condujo la diplomacia de los Estados Unidos entre dos siglos, hasta que fue sustituida a inicios del siglo XX, en plena primera guerra, en 1916, por la denominada Doctri- na Wilson. En realidad Monroe, en su declaración retomó los términos esenciales del mensaje de partida de George Washington, el 19 de septiembre 1796, y del discurso inaugural de Thomas Jefferson. En realidad, los principios enunciados por Monroe y sus predecesores no fueron establecidos como doctrina sino a mediados del siglo XIX, en ocasión de conflictos que opusieron, en el continente americano, a los Estados Unidos y las potencias europeas. ¿Es que la Doctrina Monroe es una lucha de influencia filo- sófica sobre el Poder, la Política y la Economía? Es una posición de principio filosófico imperial, más que de acción política concreta. En realidad, esta Declaración de Monroe es prudente con relación a los países europeos, militarmente más fuertes que la Unión. Hasta 1823, la política internacional de la Unión oscila entre reconocimiento oficial de ambivalencia diplomática. Por un lado, de emanciparse completamente de la tutela británica y la intencionalidad de los británicos sobre la América Latina; y por otra parte, la inquietud frente a una Francia agresiva, sostenida por el resto de las potencias de la Santa Alianza. JJ1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA de los nuevos estados americanos del sur, pero asimismo admitir el derecho de los españoles a restablecer el imperio, si tiene los medios. Es enunciativo de una nueva etapa de dominación que la Doc- trina Monroe se concentre particularmente sobre la situación latinoa- mericana en una época de conformación de nuevos Estados, nuevas Repúblicas en la inmediata post-emancipación de gran parte de la re- gión, mientras otros continúan su lucha, y no sobre otras regiones del planeta. Sin duda, los Estados Unidos, nacidos ellos mismos de una revolución contra una potencia europea, apoyaban el retiro de poten- cias europeas del continente americano y se declaraban solidarios de las colonias americanas en lucha contra España, reconociendo los go- biernos nacidos de insurrecciones, pero simultáneamente concebían el eventual liderazgo de la Unión en toda América. La Unión se posiciona en cierta forma en líder de las Repúblicas latinoamericanas y de la libertad de los pueblos. En lo inmediato, era esencial apoyar política- mente a las repúblicas ya formadas, en formación o en vías de serlo. Este es un verdadero desafío doctrinal y filosófico que opone los valores progresistas republicanos americanos a los conservatismos monarquistas europeos. Monroe afirma que el origen de todos los Es- tados de las Américas, el deseo de libertad y de felicidad, forzan a los Estados-Unidos a considerar con amistad la lucha de los pueblos de América Latina y que toda tentativa contra su independencia consti- tuiría una amenaza a la paz y a la seguridad de los Estados Unidos. Como Monroe y otros dirigentes americanos, sobretodo el ex-presiden- te Jefferson, están plenamente conscientes que la Unión no dispone de una fuerza militar suficiente para enfrentar a una eventual coalición de la Santa Alianza. El discurso de Monroe se porta en un supuesto apoyo político a las nuevas naciones americanas, más que una ame- naza directa a Europa. ¿Es que aspectos la Declaración Monroe subyace una lucha económica? Más allá de todas consideraciones filosóficas, los futuros Estados independientes representaban asimismo un mercado signifi- cativo y, por su fragilidad de ser naciones en ciernes, puntos de apoyo geopolítico dúctiles. Como la España de Fernando VII, sostenida por la Santa Alianza, trato de reconquistar sus antiguos territorios america- JJ2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. nos, se generaron asimismo contradicciones intraeuropeas, entre las potencias imperialistas. El Reino Unido, que había sido el primer bene- ficiario de la pérdida de las colonias americanas españolas, apropián- dose de esos nuevos mercados, no estaba dispuesto a que España retomase el poder en sus antiguas posesiones. Es así que en el segundo decenio del siglo XIX, cuando la monarquía española quizo reiniciar la guerra de reconquista, encontró la oposición del Reino Unido, en una especie de acuerdo con los Esta- dos Unidos. Los Estados Unidos también se encuentran en la misma contradicción que el Reino Unido, siendo el imperio de la época. No deseaban que éste se asegurase por la supremacía económica, un medio de influencia política, considerando que la Unión no tenia en ese momento actividad industrial importante, ya que eran solamente exportadores de materias primas y que los nuevos Estados podrían ser un mercado para el algodón, madera y cereales. ¿Cuáles fueron las consecuencias inmediatas de la Declara- ción Monroe? En lo inmediato, el mensaje de Monroe no tuvo ningún efecto práctico. Si las nuevas repúblicas de América Latina y El Caribe la recibieron con simpatía, ellas estaban más inducidas a orientarse hacia el Reino Unido, como su defensor natural, que hacia los Estados Unidos, en ese instante desprovisto de toda potencia militar. En Eu- ropa, esta Declaración fue prácticamente desapercibida. En los años subsiguientes se hace evidente el principio esencial que la Declaración contenía implícitamente. Así, cuando en el Congreso de Panamá (1826), Bolívar trató de obtener compromiso preciso de una cooperación entre los Esta- dos-Unidos y las nuevas Repúblicas, él se encontró con un rechazo. Además, las intervenciones de Francia y el Reino-Unido en América Latina, desde el tercer decenio del siglo XIX, no suscitaron ninguna reacción de parte de los Estados-Unidos. Paulatinamente, se elabo- raba así la idea de una «América Americana», fundada sobre la de- claración de Monroe. 155 155 Ver Pierre Renouvin, Histoire des Relations Internationales, Tome V, Paris, Hachette, réed. 1994. Jean-Michel Lacroix, Histoire des États-Unis, Paris, PUF, 2006. Nico Perrone, Il manifesto dell’imperialismo americano nelle borse di Londra e Parigi, Belfagor (revue), 1977, III. François-Georges Dreyfus. La Doctrine de Monroe, Un Imperialisme Manqué. Paris. JJJ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA A mediados del Siglo XIX y particularmente en el decenio 1840, se desarrolla la Doctrina del Destino Manifiesto, cuya ideología justifica la expansión de la nación estadounidense hacia su oeste, como una voluntad divina. Es la reafirmación de la conquista del oeste y coinci- de con la guerra contra México y con la profundización del etnocidio y exterminio contra su población aborigen, basada en una ideología supuestamente religiosa. A inicios del siglo XX, Theodore Roosevelt (Presidente1901- 1909) pronuncia el 2 de septiembre de 1901 « el corolario de la Doc- trina Monroe » por.... su Doctrina de la Zanahoria y el Gran Garrote (Carrot and Big Stick), quien hace una interpretación expansionista de la doctrina Monroe, orientada hacia la protección de los intereses eco- nómicos de los Estados Unidos en América Latina, y que es el preludio al pasaje imperial de Inglaterra a Estados Unidos, en 1904. Con este discurso no se plantea neutralidad absoluta, afirman- do que el país no aceptaría que se opongan frontalmente a sus intere- ses. El justifica la expansión de los Estados-Unidos hacia las Filipinas y Cuba 156 . Theodore Roosevelt estableció firmemente su política exterior mediante el lema “hablar suavemente y llevar un gran garrote.” (The Big Stick Policy). Gracias a la agresiva táctica de la anterior estrategia, el Congreso aprobó apoyar la independencia de Panamá de Colombia. Estados Unidos obtuvo así el control de la Zona del Canal (1903). Es imperativo reconocer entre las doctrinas latinoamericanas la Doctrina Drago en 1902 enunciada por el Ministro Argentino de Rela- ciones Exteriores Luis María Drago, en una época en la cual Argentina era un país mas desarrollado que algunos europeos, la cual afirmaba que ningún poder extranjero, incluidos los Estados Unidos, podía uti- lizar la fuerza contra las naciones americanas con el fin de recuperar sus deudas. El Corolario Roosevelt lo pronuncia en 1901, quien con 156 Al finalizar la guerra Española sobre suelo americano de Cuba, mediante la Enmienda Platt de 1898 se justifico la presencia permanente de los Estados Unidos en territorio Cubano. Estados Unidos, mediante esta Enmienda pasa a ocupar el lugar del antiguo colonizador. No permite que los cubanos organicen libremente su propio gobierno, limi- taron su soberanía nacional y Cuba aceptó un acuerdo que autorizaba a Estados Unidos a intervenir en el futuro en los asuntos cubanos. Cuba cede parte de su territorio (Guan- tánamo) para establecer una estación naval de Estados Unidos. Estas condiciones para la independencia de Cuba eran parte integrante de su Constitución de 1901. JJ4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. su interpretación expansionista de la Doctrina Monroe, justifica todas las invasiones sucesivas en el mundo, imponiendo inclusive dictaduras para mantener el Poder. La Doctrina Tobar (1907), formulada por el Minis- tro Ecuatoriano de Relaciones Exteriores es originada en este contexto. Propone que todo gobierno nacido de un golpe de Estado sea confirma- do por elecciones libres antes de ser reconocido internacionalmente. La Legalidad y la Legitimidad deben imponerse sobre la fuerza. SECCIÓN III. Poder y Política en la Doctrina Wilsoniana. ¿Qué es la Doctrina Wilson? ¿Porqué es una ruptura con la concepción tradicional estadounidense de relaciones internacionales de no-intervención? ¿Cuál es el contexto previo de la Doctrina Wilson? ¿Cuáles son sus fundamentos y sus efectos en el planeta? ¿Cuál fue su papel en el contexto de las relaciones de poder a escala planetaria, conformando la Sociedad de las Naciones y el Tratado de Versalles? ¿Cómo contribuyó a reforzar el Poder Político y Económico a nivel mundial? ¿Contribuyó a fortalecer las bases de la democracia? ¿Cómo se articula el Poder en Wilson? La concepción de relaciones in- ternacionales conocida como Doctrina o Idealismo Wilsoniano del Pre- sidente estadounidense Thomas Woodrow Wilson (Estados Unidos, Virginia 1856-1925) 157 , tal como es expresada durante su presidencia, entre 1912 y 1919, durante la primera guerra mundial, rompe con la 157 Wilson nació en el seno de una familia de protestantes presbiterianos (su padre y su abuelo materno eran ministros), lo que puede explicar su formación moralista y puritana. Fue Rector de la Universidad de Princeton y Gobernador de New Jersey en 1910.Posteriormente gano las elec- ciones por el Partido Demócrata y ascendió a la Presidencia en 1913, postulando un programa progresista de gobierno denominado” la nueva libertad”. La actitud de Wilson en política interna- cional se explica tanto por intereses geopolíticos de su nación, como de sus bases ideológico- religiosas y de los valores norteamericanos del mundo y de la vida. Como calvinista actuó bajo el principio de predestinación que conforma, aún en nuestros días, el tipo de moral anglosajona. Existieron en Wilson conceptos de misión y destino, muy particulares de la mentalidad de este pueblo que se autodefinió como el elegido de Dios, para imponer el ejemplo y el servicio del bien. Su concepto de bien. Este conjunto de principios ha justificado el quehacer histórico de la nación estadounidense. Justificando ser guiados por La Providencia, los Estados Unidos asumieron el papel de portavoces de la regeneración moral y política del mundo. Desde la llegada de los prim- eros peregrinos a la supuesta tierra prometida existe en consecuencia un aparato ideológico, bajo apariencia religiosa, permanente que sirve para justificar la política expansionista de los Estados Unidos. Wilson se encontraba inmerso en esta realidad. Fue un hombre de múltiples e interesantes facetas. Al conocer los distintos aspectos de su vida, se comprende lo complejo de su personalidad, indudablemente influenciado por su tiempo. JJ· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Doctrina histórica estadounidense de aislamiento con relación a Euro- pa. En efecto, esta Doctrina fue una ruptura con la política de no-inter- vención de los Estados Unidos en los asuntos de Europa y del resto del mundo, vigente desde la independencia. El 8 de enero de 1918, Wilson pronuncio su famoso discurso de los Catorce Puntos 158 , introduciendo el concepto de Sociedad de Naciones 159 , preludio del Sistema de las Naciones Unidas, como organización mundial orientada a preservar la integridad territorial y la independencia política de todas las naciones. Wilson participa personalmente durante seis meses en las negociacio- nes de Paz de París en 1919, para concluir la segunda guerra mundial. Logra introducir la Carta de la Sociedad de las Naciones en el Tratado de Versalles 160 , firmado el 28 de junio de 1919 161 . ¿Cuáles son los antecedentes a la Doctrina Wilson? Uno de los temas más polémicos que enfrentan los estadounidenses a fines del siglo XIX y principios del siglo XX es la cuestión del expansionismo imperial, que negaba la concepción aislacionista de los padres funda- dores de su patria. El dilema de si o no la adopción de las colonias o la anexión de los territorios más allá de los límites de la tierra en 158 Los 14 puntos propuestos por Wilson al término de la segunda guerra fueron: 1. Negocia- ciones de paz públicas; 2. Libertad de navegación marítima; 3. Libertad de comercio interna- cional; 4. Limitación concertada de los armamentos; 5. Reglamento imparcial del colonialismo; 6.Evacuacion de Rusia; 7.Evacuacion y restauración de Bélgica; 8. Retorno de Alsacia-Lorena a Francia; 9. Rectificaciones de fronteras italianas según los limites de las nacionalidades; 10. Autonomía de los pueblos del Imperio Austro-húngaro; 11.Evacuacion de Rumania, de Serbia y de Montenegro; 12. Limitación de la soberanía otomana a las regiones turcas; 13. Creación de un Estado Polonés con libre acceso al mar; 14. Creación de la Sociedad de Naciones. 159 La Sociedad de las Naciones (SdN) fue una organización internacional creada por el Trat- ado de Versalles en 1919, elaborado el mismo en ocasión de la Conferencia de Paz de Paris (1919), con el objetivo de conservar la paz en Europa después de la Primera Guerra Mundial. Los objetivos de la SdN eran el desarme, la prevención de las guerras por medio del principio de seguridad colectiva, la solución de los conflictos por la negociación y el mejoramiento global de la calidad de vida. Basada en Ginebra, fue reemplazada por la Organización de las Nacio- nes Unidas. Su papel jugado entre ambas guerras fue limitado. 160 El Tratado de Versalles de 1919 es el Tratado de Paz entre Alemania y los Aliados de la Primera Guerra Mundial. Elaborado en el curso de la Conferencia de Paris, el Tratado fue fir- mado el 28 de junio de 1919 y promulgado el 10 de enero de 1920. Anuncia la creación de la Sociedad de Naciones y determina las sanciones adoptadas contra Alemania, que no estuvo representada en la Conferencia. Alemania fue privada de sus colonias y de una parte de sus derechos militares y de sus territorios y fue sometida a fuertes reparaciones económicas. 161 Aunque fue honorado por el Premio Nobel de la Paz en 1920, Wilson no logra que el Con- greso ratifique el Tratado. Los Estados Unidos vuelven a su tradicional política supuesta de no intervencionismo. El pensamiento de Wilson en materia de relaciones internacionales se inscribe en la tradición de paz de Emmanuel Kant. JJo I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. América del Norte fue congruente con las políticas anteriores, incluida la Declaración de Independencia, fue un importante debate de política exterior entre la Guerra Hispano-Estadounidense, a partir de 1898, y la Primera Guerra Mundial, considerando además la expansión territorial previa por la vía de la guerra contra México, a mediados del Siglo XIX. Más allá de la expansión territorial de América del Norte era en realidad una desviación de los principios y procedimientos anteriores, pero fue una opción que los estadounidenses consideraron justificable, consi- derando el desarrollo capitalista en su territorio, durante el Siglo XIX y la racionalidad monopólica que actuaba como dominante en la nueva etapa de acumulación del capital. El primer signo imperial que indicó un drástico cambio de política exterior fue la denominada Guerra Hispano-Americana. La intervención norteamericana entre España y sus colonias de Cuba y Filipinas constitu- ye la participación en los asuntos europeos que anteriormente habían sido evitadas en virtud de la Doctrina Washington, que impulsaba la neutralidad en política exterior. Aún más controvertido fue el Tratado de París de 1898 a través del cual los Estados Unidos compraron las Filipinas y tomó el control de un pueblo otrora colonizado por los españoles. ¿Cómo se articula esta dinámica del Poder de las relaciones internacionales en la Doctrina Wilson con la Doctrina Roosevelt, vigente desde inicios del Siglo XX? La política exterior de Wilson no puede con- cebirse sin articularla con la Doctrina de Theodore Roosevelt, ambas expuestas a inicios del Siglo XX. Entre los dos existen racionalidades, algunas contrapuestas, que crean los objetivos básicos e instrumentos esenciales de la política exterior estadounidense en el siglo XX y XXI. De hecho existen múltiples aspectos en común entre ambas po- líticas exteriores, y pueden ser vistas como políticas con diferencias de carácter de los Presidentes y las diversas circunstancias en que fueron concebidas. En el siglo XIX, la política exterior norteamericana, tal como la conocemos hoy día, apenas existía. La Doctrina Monroe fue declara- da, pero no pudo ser ejecutada por el poder estadounidense inmediata- mente. El aislacionismo preconizado por los fundadores de la Unión no fue concebido como ideología, sino como un hecho coyuntural, pragmá- tico, de la vida, mas no era la expresión de una nueva racionalidad impe- JJ/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA rial. En las dos primeras décadas del siglo XX, se forja en consecuencia la Política Exterior Norteamericana, por medio de ambas presidencias, de Theodore Roosevelt y Woodrow Wilson. Se afirma una tradición de acción y un marco de política expansionista, que conocemos hoy. Woo- drow Wilson, apelando a supuestos preceptos humanitarios integrados en la conocida Declaración de 14 Puntos e involucrarse en la Primera Guerra Mundial terminó definitivamente con el aislacionismo norteameri- cano preconizado por sus padres fundadores. ¿Porqué se califica la política Wilson como progresista? Wilson inicia una era denominada Progresista, con su Plan de Gobierno, La Nueva Libertad”, en el cual expone los fundamentos internos y geopolí- ticos de su mandato. No puede excluir el contexto ideológico en que se debate su nación. Referimos que al finalizar el siglo XIX e iniciarse el siglo XX, los Estados Unidos comienzan a ejecutar su “misión” imperial. El Destino Manifiesto impulsó las bases ideológicas de un nacionalis- mo imperial para expandir su territorio hacia el oeste, aún por la vía del exterminio indígena, así como por otros métodos, como la anexión de Texas y la compra de Alaska a Rusia, ambos en el siglo XIX. Este na- cionalismo imperialista fue también un factor importante para motivar las acciones expansionistas de los Estados Unidos en el Siglo XX. Wilson sostuvo en su administración el principio general que ninguna clase de intereses extranjeros podía poner en peligro la paz y la seguridad del pueblo de los Estados Unidos 162 . Aceptar la injerencia de algún país extranjero significaba violar los preceptos de la Doctrina Monroe, la cual Wilson aceptó inicialmente como precepto fundamen- tal de la política exterior norteamericana. ¿Cómo se materializó esta era progresista Wilsoniana? ¿Cuál era la concepción de la Nueva Libertad en la práctica política para el resto del mundo? ¿Cuáles fueron las contradicciones que esta política generó en el seno de las potencias hegemónicas? Wilson realizó múltiples cambios sociales en los Estados Uni- dos que perduran como un legado sin precedentes. Estos incluyen leyes laborales, prohibiendo el trabajo infantil, muy generalizado en la Europa capitalista de la época; la visión de fundar un Sistema de la Re- 162 C. Degle. Historia de los Estados Unidos, traducción de Haroldo Dies, México, Li- musa, 1981, p. 148. JJ8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. serva Federal y el establecimiento de la Comisión Federal de Comer- cio. Reiterase que su legado internacional, es asimismo esencial al proponer, en sus catorce puntos referidos, la creación de la Sociedad de las Naciones (1919), preludio al sistema de naciones unidas creado tres decenios después, en 1944, finalizando la segunda guerra. Wilson fue impulsado a creer que actuaba en favor de una causa de la humanidad, por providencia divina, considerando que las bases de la vida política estadounidense fueron erigidas por una inte- racción de fenómenos, violencia, uso del abuso, etnocidio, xenofobia, civilizaciones destruyendo otras, imperativos místicos, supuestamente religiosos, fundamentalismos, audacia, esperanza, solidaridad. Múlti- ples declaraciones en su mandato confirman esta tendencia. Su visión de las relaciones con América Latina y las reacciones de potencias europeas sobre la región son aleccionantes, ambas derivadas de la ex- periencia de la revolución mexicana, ocurrida desde 1910 y en curso al iniciar Wilson su mandato. Justifica su intromisión en los asuntos mexi- canos con argumentos supuestamente humanistas e invade el Puerto de Veracruz en Abril 1914: “Creo que ésta es una gran oportunidad para probarle al mundo que los Estados Unidos de América no sólo son humanos, sino humanitarios; que actuamos bajo no otros motivos que el mejoramiento de las condiciones de nuestro desafortunado vecino y por el sincero deseo de avanzar la causa de la libertad humana...” 163 . Wilson utiliza una simbiosis de principios y características de moralidad, misión religiosa, idealismo y vision de supremacia, en un supuesto designio. “Constituye nuestro deber especial [...] propagar a los pueblos sometidos nuestros propios principios de ayuda a uno mis- mo, el enseñarles el orden y el autocontrol [...] el darles la simpatía y el ejemplo.” 164 ; o: “...Los Estados Unidos deseaban únicamente ayudar al pueblo de México a encontrar la paz y establecer un gobierno constitu- cional honesto...”, 165 Intereses económicos, Poder, Política, Hegemonía y Geopoli- 163 A. Link, Wilson, the new freedom, New Jersey, Princeton University Press, 1967, p. 394 164 [José Luis Orozco, Las primicias del imperio, México, Premia, 1984, p. 113. 165 Op. Cit.. A. Link, Wilson, the new freedom, New Jersey, Princeton University Press, 1967, p. 361. JJ' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA tica 166 primaron. Detrás del discurso moralista eran decisiones político económicas para proteger sus intereses foráneos y fortalecer la su- puesta seguridad continental. En efecto, para 1911 más de la mitad de la producción del petróleo y un alto porcentaje de minas y ferrocarriles en México eran propiedad de norteamericanos. Francia había declara- do que intervenir en los asuntos internos de México era contradictorio a la política exterior estadounidense dado que la Doctrina Monroe “pro- hibía toda intervención...”. 167 Francia percibió que existía una rivalidad entre las compa- ñías petroleras de los Estados Unidos (Standard Oil Company) y las inglesas (Pearson Company), por lo que decidió mantenerse aislada. España manifestó su descontento ante la Doctrina Monroe y la “po- lítica monstruosa, inaudita, incalificable del gobierno de Washington, principal responsable de todo ante la humanidad y ante la historia [...], invocando esa Doctrina Monroe, se niegan a que Europa intervenga, mientras ellos lo hacen con descaro” 168 . 166 La geopolítica es una ciencia humana que estudia la construcción de espacios por una potencia política, económica, ideológica, militar, jurídica, cultural. Desde su nacimiento a fines del Siglo XIX, la geopolítica contemporánea evolucionado y es posible estudiarla bajo el ángulo epistemológico. Esta categoría aparece por primera vez en la obra del profesor sueco Rudolf Kjellen «Stormakterna», en 1905. Para su autor, la Geopolítica es « la ciencia del Estado como organismo geográfico o como entidad en el espacio, o sea el Estado como país, territorio, dominio o, mas característico, como reino. Como ciencia política, ella afirma firmemente la unidad estatal y contribuye a la comprehension de la naturaleza del Estado ». Kjellen retoma en realidad los elementos de geografía política enunciada por el geógrafo alemán Friedrich Ratzel (1844-1904), quien es considerado como el padre de la Geopolitik alemana. Ratzel analiza el Estado en relación con su geografía, su espacio, su medio, estando ambos en interacción. En su obra “Politische Geographie oder die Geographie der Staaten, des Verkehrs und des Krieges”, Ratzel percibe el Estado como un ser viviente. La Geopolítica Alemana, o Geopolitik, se basa en las aproximaciones teóricas de Ratzel, quien da nacimiento a la Escuela de Berlín. Esta Gepolitik emerge con el nacimiento del II Reich, en la segunda mitad del Siglo XIX, quien busca auto legitimidad territorial y reforzar su potencia. La Geopolítica es sustantiva- mente influenciada por teorías naturalistas o medioambientalistas como las del geógrafo Carl Ritter, el pensamiento Hegeliano difundido sobretodo por su discípulo Ernst Gapp, así como por el Darwinismo Social, ampliado por el biólogo-filosofo, padre del término Ecología, Ernst Haeckel. 167 Centro de Estudios de Historia de México Condumex, Impresos de Francisco León de la Barra, fondo X-I, carpeta I, leg. 70. Journe, 25 febrero 1914. Las diferencias existentes entre ambas naciones desembocaron en dos intervenciones armadas en México: la toma del Puerto de Veracruz en abril de 1914 y el despliegue de las fuerzas militares del gen- eral Pershing en marzo de 1916 con el fin de derrotar a Francisco Villa por su ataque a la ciudad norteamericana de Columbus. 168 ABC de Madrid, marzo 7, 1914, Centro de Estudios de Historia de México Condumex, Impresos de Francisco León de la Barra, fondo X-I, carpeta I, leg. 71. J40 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Alemania y Gran Bretaña se sometieron a los postulados de la Doctrina Monroe. Ambas naciones disfrazaron su intervención en los asuntos económicos de México para evitar enfrentarse al nuevo imperio. Sobre la hegemonía estadounidense en el continente ameri- cano se refiere: “Los Estados Unidos pueden haberles dicho que quie- ren detenerse en Panamá; nunca harán tal cosa [...] necesariamente tomarán Colombia [...] luego viene Brasil [...] y de allí seguirán hasta Cabo de Hornos”. 169 Los demás países europeos, por omisión explícita, se adaptaron a la Doctrina Monroe al reconocer a los Estados Unidos como mediadores legítimos en todo conflicto en Latinoamérica. ¿Cómo se articularon los intereses geopolíticos de Estados Unidos con Europa y América Latina, al iniciarse la primera guerra? Hacia 1914, los Estados Unidos tenían un futuro muy incierto en sus relaciones diplomáticas con Europa. Estados Unidos ha emergido diez años atrás como una potencia imperialista-colonialista, en constante y peligrosa expansión. Wilson reitero que su gobierno, en el mante- nimiento de la Doctrina Monroe, mostraba su disposición “para pro- teger a la gente del hemisferio de la intrusión de poderes europeos”. Obviamente, correspondía definir a las naciones latinoamericanas y caribeñas sus propias doctrinas para defenderse de intromisiones ex- ternas. Las categorías afirmadas por los padres de la patria sobre el aislamiento de su país, las contradecían las nuevas circunstancias. La realidad no se correspondía con esos principios. En esa etapa, Europa tenía significativos intereses y fuertes inversiones en América Latina, cuando el mundo entero estaba iniciando la conflagración mundial. Wil- son no podía permanecer indiferente ante estos acontecimientos que afectaban directamente a su país. Este es parte del escenario ideológi- co político y económico al iniciarse la primera guerra. Los Estados Unidos participaron tardíamente en la Primera Guerra, en los últimos seis meses. Influyeron en la psicología de ma- sas, dando esperanza a la finalización del conflicto, al igual que los efectivos en conflicto. Cuando la guerra finalizo, múltiples pueblos elo- giaron a Wilson como su salvador. Finalizada la guerra era el momento 169 Friedrich Katz, La guerra secreta en México, 5a. ed., 2 v., México, era, 1982, v. I, p. 219-220. J41 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA de propuestas geopolíticas trascendentes. Un número de importantes preocupaciones se plantearon acerca de Alemania y lo que debía ha- cerse para evitar que resurgiese como poder militar. Wilson propuso sus catorce puntos ya referidos, a los efectos de la negociación en la conferencia de paz de Paris, al término de la guerra. Un análisis de lo que surgió en la firma del Tratado de Versalles muestra que, en muchos sentidos, los alemanes salieron de la guerra con gran parte de su ejército, liderazgo intacto y con muy poco cambio democrático en el sistema de gobierno. Considerando la gran importancia que Woodrow Wilson daba a la Conferencia de Paz y sobre sus esperanzas para algunos del man- tenimiento de mecanismos para la paz, la cuestión puede ser plantea- da en cuanto a si realmente Wilson vendió sus ideales en la Confe- rencia de Paz, o si alguna otra razón se puede dar por el fracaso de las fuerzas aliadas para imponer las propuestas de Wilson, sobre las derrotadas fuerzas alemanas. La Primera Guerra Mundial, conocida entonces como la Gran Guerra, se suponía que iba a ser la guerra para poner fin a todas las guerras. Dentro de pocos años, Alemania se volvió una amenaza para las mismas naciones que la habían derrota- do en la Primera Guerra Mundial. La derrota de Alemania condujo a la firma del Tratado de Versalles, que tenía la intención de conducir a un nuevo y más pacífico mundo. Para lograr este objetivo, sin embargo, los vencedores creían que había que obligar a Alemania a fin de que nunca más pudiese suponer una amenaza para el resto de Europa. El Tratado de Versalles aparentaba ser un mecanismo adecuado, aunque cargaba costos de la guerra a los pueblos vencidos, Este aspecto es interpretado como germen para la segunda guerra, más devastadora en costos humanos e infraestructurales. La Doctrina Wilson coexistió con otras, como la Doctrina Calvo (1920, Argentina), que propone prohibir la intervención diplomática an- tes que todos los recursos locales hayan sido ensayados; la Doctrina Estrada (1930, México), que prolonga la Doctrina Tobar (...) e indica que México no puede juzgar los gobiernos nacidos de golpes de Es- tado porque eso sería considerado injerencia en la soberanía de sus naciones. La Doctrina Stimson (1932) enunciada por el Secretario de J42 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Estado Estadounidense Henry Stimson, para no reconocer las con- quistas japonesas en la provincia China de Manchuria y, mas general- mente, la ilegitimidad diplomática de conquistas por la fuerza armada. Esto solamente es válido para sus propias conquistas, utilizando los mismos medios de la guerra. La SdN convivió con una serie de conflictos hasta la inmediata pre segunda guerra, como la Guerra del Chaco entre Bolivia y Para- guay (1932), la invasión italiana en Abisinia, Etiopía (1935-1936), la guerra civil en España (1936-1939). Fue una organización impotente y silenciosa frente a eventos que condujeron a la Segunda Guerra, como la remilitarización de la Rhenania por Hitler y la ocupación de otros territorios de Austria, que eran acciones prohibidas en el Tratado de Versalles. El último acto significativo de la SdN fue expulsar a la Unión Soviética en diciembre de 1939, después de su invasión a Finlandia. El inicio de la Segunda Guerra Mundial calificó el fracaso de la SdN en el cumplimiento de su objetivo de evitar toda nueva guerra mundial. Ninguna de sus estructuras se reunió para debatir o impedirla. La Con- ferencia de Yalta en 1944 crea la Organización de las Naciones Uni- das. En 1946, la SdN fue disuelta y mandatos, propiedades y servicios fueron transferidos a la ONU. Un nuevo « orden » mundial es instituido, bajo la égida de los cinco principales países aliados victoriosos en la Segunda Guerra, controlando su Consejo de Seguridad. SECCIÓN IV. Poder y Política en las Doctrinas Geopolíticas y Geoestrategia. 170 ¿Porqué la Geopolítica? ¿Cuál ha sido su papel en la historia del Poder? ¿Cómo se interrelacionan las relaciones internacionales 170 Entre las referencias bibliográficas sobre geopolítica merecen citarse: R. Aaron, Les Con- ventions de la guerre froide dans Une Histoire du XXe siècle, Plon, 1996, p. 255 ; Le Monde diplomatique, février 1992, p. 4 ;Communiqué final de la Conférence de Yalta ; Heinrich A. Winkler, Histoire de l’Allemagne, XIXe XXe siècle, Fayard, 2000, p. 565 ; Christine Ockrent, Alexandre de Marenches, Dans le secret des princes, Stock, 1986, p. 86 ; Tony Judt, Postwar – A History of Europe since 1945, Pimlico, 2005, p.58 ; J. Loftus, L’Affreux Secret : quand les Américains recrutaient des espions nazis. De Gehlen à Barbie, Plon, Paris, 1985 ; E. J. Hobsbawm, L’Âge des extrêmes, Éditions Complexe, 1994 ; Tocqueville, De la démocratie en Amérique, 1er livre, 1835 ; Rapport IC 2000 (Interception Capabilities 2000) publié pour le Par- lement européen par le Bureau d Evaluation des Options Techniques et Scientifiques (STOA), et publié et traduit in Duncan Campbell, Surveillance électronique planétaire], Editions Alia, J4J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA con el Poder? ¿Cómo las Doctrinas geopolíticas 171 o geoestrategicas 172 interactúan para reproducir el Poder? ¿Cuáles son sus diferencias? Se sintetizaran las principales Doctrinas Geopolíticas de las Potencias en conflicto en la postsegunda guerra, en el entendido que es necesario considerar la Geopolítica definida por otras potencias o regiones, como Europa Occidental, Rusia, China Continental, Japón, India, Pakistán, así como principios de relaciones internacionales en África, América Latina y El Caribe. Paris, 2005, p.17-24 spécifiquement sur l’UKUSA et p.37 ; Duncan Campbell, op.cit., pp.42-45 ; S. Courtois, La Vérité sur l’affaire Rosenberg, L’Histoire, septembre 2004 ; Heinrich A. Winkler, Histoire de l’Allemagne, Fayard, 2000, p.625 ; Sous-marins soviétiques et US Navy, Alexandre Mozgovoï, Marines éditions, 2003, (ISBN 2909675947), p. 45-46 ; Cuba - Castro, communisme et crise des missiles; Bernard Droz et Anthony Rowley, Histoire générale du XXe siècle, Édi- tions du Seuil, 1987, Tome III, p. 218 ;↑ E. 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Paris, Seuil, 1994, collection Points-Seuil (Recueil d’articles publiés dans le magazine L’Histoire). 171 La visión geográfica de Friedrich Ratzel, interpretada como geopolítica, se orienta a dem- ostrar que el Estado, aspecto esencial de los aportes geopolíticos, es “como un ser viviente que nace, crece, llega a su pleno desarrollo, después se degrada y muere”. El Estado, para vivir (o sobrevivir) debe extender y fortalecer su territorio. Por medio de esta visión, Ratzel defiende la idea que Alemania para vivir debe convertirse en un verdadero imperio y en consecuencia poseer un territorio a su medida. Por ello, es necesario que la política ponga en ejecución una acción voluntarista a fin de aumentar la potencia del Estado. Este tiene necesidad para desar- rollarse de territorios, de un espacio, el espacio nutricio, el Lebensraum (termino inventado por Ratzel), “el espacio de vida”, a menudo traducido como “espacio vital”. Los sucesores de Ratzel orientan esta nueva disciplina al servicio del Poder y será aplicada en el III Reich. Pro- ponen al régimen nazi una aproximación cartográfica del mundo, donde los “Grandes Pueblos” (grandes potencias) se distribuyen el planeta en función de alianzas y de una jerarquía racial de los pueblos. Esta Geopolítica activa se inscribe contra la idea del derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos. Entre los discípulos de Friedrich Ratzel, citaríamos al general báva- ro Karl Haushofer (1869-1946), quien afina la noción de « espacio de vida » y la percepción del espacio con objetivo hegemónico. Después de la derrota de 1918, el se convierte en uno de los poderosos de la potencia alemana. Haushofer prevé la división del mundo en cuatro zonas: 1. Una zona pan-europea recubriendo el África y dominando el Medio-Oriente, dominado por Alemania; 2. Una zona pan-americana dominada por los Estados Unidos; 3. una zona pan- rusa incluyendo el Asia Central, dominada par Rusia; 4. una zona pan-asiática dominada por el Japón, aliado de Alemania, cubriendo el Extremo-Oriente (China), el Asia del Sur-Este y el Pacifico Norte. Esta partición del mundo permitía excluir el círculo anglosajón. Esta visión aplicada por la política, percibiendo al Estado como un organismo con objetivo hegemónico fue aplicada en el curso de la Segunda Guerra Mundial. Después de estas concepciones, al finalizar la guerra, la geopolítica, tanto en Alemania como en el resto del mundo, fue eliminada de las reflexiones teóricas. Las disciplinas geográficas renunciaron a reutilizar estas visiones, hasta los años 1970/80. 172 La geoestrategia es el estudio de la creación de espacios por la guerra. J44 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Como las doctrinas geopolíticas han sido utilizadas en las re- laciones internacionales para consolidar la política exterior de los Es- tados, naciones, pueblos o civilizaciones en la escena mundial, en la historia, la Geopolítica ha sido parte inseparable del Poder y de la he- gemonía. Ésta ha sido la base de las motivaciones y tendencias de los Estados o pueblos que han pretendido imponerse a otros, por la fuerza ideológica, política, económica o la guerra. Todos los imperios de cua- lesquier civilización han definido estrategias para mantener, extender o perpetuar su poder. Uno de los primeros tipos de Geopolítica es la Doctrina de la Guerra Justa 173 , que se justificó por múltiples razones, religiosas, o su- puestamente morales o humanitarias. Es un modelo de pensamiento y un conjunto de reglas de conducta moral que definen las condiciones mediante las cuales la guerra es una acción moralmente aceptable. Esta Doctrina se interesa particularmente en la guerra preventiva y la noción de causa bella (casus belli). Esta categoría de “Guerra Justa” fue preocupación de Cicerón y estuvo también presente en teóricos cristianos como San Agustín, To- mas de Aquino, Francisco Vitoria, Ignacio de Loyola, aunque no hayan sido posiciones de la iglesia 174 . Aquino exige tres condiciones: 1. auctoritas principis: la guerra debe tener la fuerza pública, sino ella es un crimen. El auctoritas principis se opone a la decisión individual, denominada persona privata; 2. Causa justa: Es esta categoría no definida por los autores que da lugar a interpretación; 3. intentio recta: la intención no puede ocultar sus causas, salvo para hacer triunfar el bien común. El Bien Común es en consecuencia el objetivo primario, único y determinante en Aquino. Esta concepción es coherente con su visión sobre el papel de la política y del Estado de hacer primar el bien común sobre el interés individual. El fin es Ético, aunque el medio de la guerra no lo sea. 173 Michaël Walzer, Guerres justes et injustes, Belin, 1999; Michaël Walzer, Morale maximale,morale minimale , Bayard, 2004; Kenneth N. Waltz, Theory of International Rela- tions, 1975; Nicolas Offenstadt, «Guerres justes et usages du passé», Cahiers de la Villa Gillet, « Penser la guerre aujourd’hui », n° 16, 2002, p. 121-130 ; Pierre Hassner, Justifier la guerre, Presses de Sciences Po, 2005 ; V. Starck, Christian (Hrsg.): Kann es heute noch gerechte Kriege geben?, Wallstein-Verlag 2008. Waltzer es uno de los principales teóricos de esta doctrina. 174 La noción de Guerra Justa está completamente ausente del catecismo de la iglesia católi- ca. La iglesia no sostiene a priori ninguna guerra, más bien alienta esfuerzos de paz. Ver la encíclica Pacem in Terris de Juan XXIII, sobre la resolución de la Guerra Fría. J4· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA A fines del siglo XII, Johannes Faventinus 175 asocia la idea de guerra justa para la defensa de la patria con la de ratio (o ‘raison d’Etat »)1. Esta guerra justa es legitimada para defender a la iglesia (le status Ecclesiae), si se trata de una cruzada contra los infieles. Francisco Vitoria releva que la guerra representa uno de los peores males y que no se puede recurrir a ella, sino para evitar un mal mayor. La guerra preventiva contra un tirano susceptible de atacar, es otro ejemplo reco- nocido como parte de una guerra justa. No obstante, todas las formas de diálogo deben ser utilizas las previamente y la guerra no puede ejecutarse sino como último recurso. En esta perspectiva, la cuestión esencial es saber si existen vías de derecho evitando recurrir a la fuerza. No es en consecuencia extraño encontrar teóricos cristianos reflexionando sobre el problema de conciencia. Para Ignacio de Loyola, hacer la guerra para un cristia- no es una decisión compleja de consecuencias, porque debe respetar el quinto mandamiento (No Matarás). La teoría de la guerra justa puede ser dividida en tres cate- gorías : 1. El «Jus ad Bellum», que se refiere particularmente a las causas de la guerra; 2. El «Jus in Bello », concerniente a la justicia del comportamiento de los diferentes actores del conflicto; 3. El «Jus post Bellum», referente a la fase terminal y los acuerdos de paz que deben ser equitativos para todas las partes. La síntesis de estas tres etapas, permiten concluir que: la guerra, para ser justa, debe ser ejecutada en última instancia. Todas las posibilidades no violentas deben ser exa- minadas previamente. La violencia ejecutada en el conflicto debe ser proporcional al daño inflingido y las poblaciones civiles deben ser en la medida de lo posible distinguidas de los agresores militares. Aquí tam- bién, se presenta una nueva dificultad con las intervenciones de tipo guerrilla, donde es difícil hacer la distinción entre civiles y militares. La cuestión de la autoridad legítima se considera cuando el Consejo de Seguridad es bloqueado por la voluntad de una parte de ejecutar su derecho al veto. La probabilidad de triunfo debe ser mayor 175 Christian Lazzeri et Dominique Reynié (dir.), Le pouvoir de la raison d’état (PUF, 1992). Gaines Post, « Ratio publicae utilitatis, ratio status et « raison d’Etat » : 1100-1300 », pp.13-90 (cf. en part. pp.38-39) J4o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. que los costos impuestos. Este es uno de los aspectos más difíciles de evaluar, al entrar en el ámbito del cálculo de probabilidades. El fin último de la intervención armada debe ser restablecer la paz. Las doctrinas geopolíticas han estado en consecuencia presen- tes en todas las racionalidades hegemónicas, que justificaban expan- siones, dominios, apropiaciones, rupturas, choques, etnocidios y escla- vización de civilizaciones. Los grandes movimientos geopolíticos en la historia han estado dominados por estas tendencias y motivaciones que han inducido a los poderes establecidos a definir estrategias geopolíti- cas. Esto es una verdad incontestable, desde las primeras invasiones que generaron destrucciones o desarrollo de imperios en la antigüedad, pasando por las conquistas de Alejandro de Macedonia, Pericles de Ate- nas, Julio César, Roma, los Hunos contra Roma, Ptolomeo en Egipto, en la Antigüedad; la destrucción del imperio carolingeo en el siglo IX a consecuencia de la invasión de los Vikingos; el desarrollo del imperio chino bajo la dinastía Song en el siglo X a XIII; el desarrollo de las Re- públicas de Venecia y Génova, efectuada por el comercio del medite- rráneo, posterior a las Cruzadas, en plena edad media; las conquistas y colonizaciones de África, Asia, América, así como las guerras entre las principales potencias para resquebrajar el balance de poder, previo y posterior al feudalismo: así como la Restauración de inicios del siglo XIX y las coaliciones entre potencias en ese siglo. En la Era Moderna, la Doctrina Monroe (1823) que afirma el principio de no intervención recíproca de los europeos y de los “ame- ricanos” en sus respectivos continentes, la Doctrina del Destino Mani- fiesto (1840) 176 mediante la cual la expansión de la unión americana hacia el oeste era una voluntad divina, llevando la “civilización” hacia el oeste por medio de los colonos, que justificó el etnocidio en el siglo XIX; las alianzas durante la primera y segunda guerras mundiales y las estrategias de postguerra en el contexto de la guerra fría, son ejemplos esenciales de geopolítica. 176 El término Destino Manifiesto se corresponde con la ideología defendida por los demócratas-republicanos en los Estados Unidos en los años 1840, particularmente por los denominados halcones políticos en la presidencia de James Polk. Según esta ide- ología, la Unión Americana tenía por misión divina el extender la democracia y la civili- zación hacia el Oeste. J4/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Las estrategias geopolíticas en la historia, independientemen- te de la civilización y temporalidad que las producen tienen en conse- cuencia una constante, que es reproducida explícitamente en el Desti- no Manifiesto 177 : se conceptualizan como misión mesiánica, « derecho divino », justificación mística de la expansión, de la imposición de sus valores, instituciones, visión, para apropiarse de espacios y de las ri- quezas de otras civilizaciones. En la Era Contemporánea, la Geopolítica se ha desarrollado por una serie de escuelas de pensamiento. Estas corrientes están pro- fundamente ligadas entre sí. Todas proponen una geopolítica dinámi- ca, activa y perciben al Estado como un organismo que debe vivir o sobrevivir frente a la competencia con otros Estados. Después de la Escuela Alemana (Die Geopolitik), iniciada por Friedrich Ratzel, continuada por Kjellen y referidas precedentemente, múltiples análisis geopolíticos se orientan a servir a su país, desde una perspectiva de dominación de otros Estados o naciones. Se pue- den distinguir tres escuelas adicionales. La segunda escuela, la Ingle- sa (The Sea Power), que definió la potencia inglesa en función de la dominación ejercida en los océanos, o teoría del imperio marítimo. Su principal teórico fue el Almirante Halford Mackinder (1861-1947), quien concibió el planeta como un conjunto compuesto por un “océano mun- dial” (9/12), una “isla mundial” (2/12, África, Asia, Europa) y las grandes islas periféricas (Outlyings Islands) (1/12, América, Australia). Para dominar al mundo, es necesario dominar la Isla Mundial y principalmente el corazón de esta isla (the heartland). Este es el ver- 177 La expresión Destino Manifiesto apareció en 1845 en el artículo del periodista new yorkino John Sullivan, aparecido en el United States Magazine and Democratic Review, en ocasión de la anexión de Texas. O’Sullivan utiliza esta expresión para describir el carácter « de derecho divino », de la irreversible colonización de Norte-América por los anglosajones. El declara: « It is our manifest destiny to overspread the continent al- loted by Providence for the free development of our yearly multiplying millions ». El 2 de diciembre de 1845, el presidente Polk anuncia al Congreso que la doctrina Monroe debía ser ejecutada sin concesiones y que los Estados Unidos debían extenderse hacia el Oeste, hasta lograr la costa del Pacifico Este “Destino Manifiesto” se cumple esencial- mente durante los años 1840, que fueron un periodo de expansión territorial extraordi- nario para los Estados Unidos. En 4 años, el territorio nacional se amplió en más de 60%. Este proceso fue tan rápido que los estadounidenses lo percibieron efectivamente como un proceso inexorable, el « destino manifiesto » de su nación de dominar al continente, como O’Sullivan lo había anticipado. J48 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. dadero “pivote geográfico del mundo”, extendido desde Europa Central a la Siberia Occidental y en dirección hacia el Mediterráneo, del Medio Oriente y del Asia del Sur. Así, el imperio británico, que fue edificado so- bre la dominación de los océanos, en realidad desde Enrique VIII, para mantenerse como gran potencia, debía sin duda posicionarse en tierra, controlando los medios de transporte por la vía de ferrocarriles, punta de lanza tecnológica del transporte desde mediados del siglo XIX. Esta aproximación geopolítica inglesa se basa en esta volun- tad de dominación del mundo por la vía del comercio, controlando los mares, después las tierras, convirtiéndose en herederos directos no solamente de la geopolítica alemana, sino como expresaba uno de los primeros navegantes ingleses, Walter Raleigh: Quien tiene el mar tiene el comercio del mundo, quien tiene el comercio tiene la riqueza, quien tiene la riqueza del mundo tiene al mundo. Una tercera visión geopolítica es la Escuela Americana o Es- cuela de Berkeley se focalizo en la dimensión cultural que marca el es- pacio terrestre. Es esencialmente representada por el Almirante Alfred Mahan (1840-1914) y Nicholas Spykman (1893-1943), interesados en las relaciones existentes entre el desarrollo tecnológico de las civiliza- ciones y la dominación del espacio por los Estados. Ambos articulan sus reflexiones sobre la potencia marítima (sea power) y la Política de Contención de Alemania, después sobre Rusia, seleccionando la alianza con el imperio británico. Esta escuela explica cómo los grandes imperios del Asia lograron estabilizarse basándose solamente en la ad- ministración altamente jerarquizada de la irrigación de sus territorios. Es la teoría geopolítica de los despotismos orientales. El retorno de la geopolítica de la escuela americana es retomado a fines del siglo XX por Samuel Huntington, en el Choque de Civilizaciones, que se enun- cia posteriormente. La cuarta corriente geopolítica o Escuela Francesa se con- centra en reflexiones contestarias a la Escuela Alemana y de sus le- gitimaciones de poder deterministas. La primera posición, escrita de la Escuela Francesa, aparece con André Cheradame, en 1916, quien condena la Geopolítica Alemana en su obra « Le plan pangermaniste démasqué. Le redoutable piège berlinois de la partie nulle » Posterior- J4' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA mente, Paul Vidal de la Blanche (1845-1918), padre de la escuela fran- cesa de geografía, en su obra « La France de l’Est »(1917) contiene un apartado geopolítico, al referirse a la pertenencia a Francia de Alsacia y Lorena, apropiada por Alemania en la guerra de 1870. Asimismo, el geógrafo Jacques Ancel (1882-1943), autor de obras sobre la cuestión de las nacionalidades en el Imperio Austro-Húngaro y sobre las fronte- ras definidas como aéreas políticas que fijan, por un tiempo, el equili- brio entre dos presiones, el equilibrio de masas y equilibrio de fuerza, que Cheradame refirió. En el período entre guerras, el almirante Raoul Castex (1878- 1968) sintetiza la estrategia naval en su obra geopolítica «Théories Stratégiques»(1929). Después de fines de la década sesenta, esta Es- cuela de Pensamiento fue reactualizada por obras de Yves Lacoste y por «L’ Institut Francais de Géopolitique» (IFG) de La Universidad de Paris VIII, Vincennes, Saint-Denis, quien interrelaciona geopolítica y economía y funda la geoeconomía. Los estrategas dominantes de mediados del siglo XX definieron dos formas por medio de las cuales podía alcanzarse el dominio global. La primera, mediante la emergencia de un poder continental, o de una combinación de poderes continentales, que dominaran Eurasia, y con ella, al resto del mundo. Fue precisamente este temor que una Europa continental, controlada por Alemania y Rusia junto con el Japón, que do- minara China y el Sur Este de Asia y que emergiera como una potencia continental y dominara el “heartland” de Eurasia. Con este escenario se reduciría a los Estados Unidos a una situación marginal. Esto preocupa- ba a los líderes estadounidenses en los comienzos de la Segunda Gue- rra. F.D. Roosevelt consideraba este tipo de escenarios, y es este punto de vista estratégico-ideológico. Sin duda, esta consideración aceleró la decisión de intervención de Estados Unidos en la Guerra. La segunda estrategia de dominio global era el control del “ri- mland” (las cuencas, los bordes) de Eurasia. Esto es, la Europa Occi- dental, la Cuenca del Pacífico y el Medio Oriente-y con ello, contener cualquier emergencia de una potencia en la zona decisiva (la heart- land). Esto era correspondiente con el pensamiento geopolítico clásico europeo que sostenía que Eurasia era la parte más importante (“the J·0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. heartland”) del “mundo occidental”. Quien controlara esta “heartland”, por definición controlaba al resto del mundo, por la concentración de población, recursos, poder industrial. En el pensamiento geopolítico clásico, la política mundial es esencialmente una lucha por quién con- trola el corazón de Eurasia. ¿Cuál fue el desarrollo de la geopolítica después de la segun- da guerra mundial? Si la Geopolítica tiene su fundamento en el Poder y en la Hegemonía, ella les coexiste, si bien esta « noción » involuciono en provecho de otras disciplinas como las relaciones internacionales, fundadas en la teoría del derecho internacional ; sociología política, o sociología de las relaciones internacionales, que valoriza la división del mundo en naciones soberanas y no en la mundialización del poder; la geografía política, que estudia la organización del poder y de los territo- rios a escala planetaria, la división social del espacio en las relaciones de poder y la cartografía electoral, como mecanismo territorial intrana- cional del poder basado en la democracia electoral ; y la Geoestrate- gia, que estudia los intereses de los Estados y de los actores políticos en el espacio, principalmente internacional, concebido como espacio del derecho internacional, de alianzas, de conflictos, de posiciones, de consecuencias de conflictos, porque la estrategia consiste en proyec- tar los intereses de un Estado (y de sus empresas) en el mundo. La nueva Geopolítica, no ha cambiado su esencia histórica. En la actualidad es definida como el estudio de las interacciones entre la política y el territorio, las rivalidades o las tensiones que encuentran su origen o su desarrollo sobre el territorio. Bajo esta definición, la Geopo- lítica debe utilizar el conjunto de conocimientos científico técnicos liga- dos a la geografía, física o humana. El tipo de globalización excluyente vigente, se funda en las mismas racionalidades históricas geopolíticas del pasado, bajo la egida de la dominación. Sin duda, el nuevo orden mundial del poder estructurado en la postsegunda guerra redimensionó las naciones y la naturaleza de los conflictos, volviéndolos mas ideológico-políticos, que económicos, en una visión de choque de civilizaciones. Entre las doctrinas geopo- líticas o geoestratégicas, o concepciones utilizadas en las relaciones internacionales para reafirmar la política exterior de las naciones en J·1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA la escena mundial, que dominaron en la inmediata presegunda gue- rra y en la postsegunda, hasta el inicio del siglo XXI. Para reforzar el poder mundial, citaríanse esencialmente las impulsadas desde una perspectiva imperial, vigentes en el Siglo XX y XXI, particularmente del buen vecino, guerra fría y contemporáneas. Desde inicios de la década 1960, estas visiones geopolíticas coexistieron con dos visiones ideo- lógicas: El existencialismo-estructuralismo y la modernidad, a que nos referimos en sección subsiguiente. Como las Doctrinas Geopolíticas se fundan en el Poder, para imponer su propia visión del mundo y en ciertas circunstancias, justi- fican guerras para lograr sus objetivos. Deviene esencial cuestionar: ¿Es éticamente posible justificar una supuesta guerra justa? ¿Cuál es su racionalidad? ¿Cuáles son sus condiciones? ¿Cuál es la racionali- dad y límites de la doctrina del buen vecino, imperante en la inmediata presegunda guerra? La Política del Buen Vecino, impulsada por el Presidente Franklin Delano Roosevelt para orientar sus relaciones con el mundo, particularmente con América Latina y El Caribe en los años 1930, entra en contradicción- como se ha visto- pocos años después, cuando en 1939 el Presidente Mexicano Lázaro Cárdenas decide nacionalizar su petróleo y las industrias relacionadas con su exploración y explotación. Estados Unidos interviene en los asuntos de un país de la región. La Política del Buen Vecino tiene así sus límites estructurales e históricos y existe en la medida que no se afecten los intereses imperiales, eco- nómicos y geopolíticos. Asimismo, en la inmediata postsegunda guerra se imponen las doctrinas de la guerra fría, denominadas así por un enfrentamiento ideológico entre dos visiones del mundo contrapuestas, el capitalismo y el comunismo, ejecutadas simultáneamente a procesos de liberación e independencia nacionales, impulsados mas por condiciones de trans- formación de las sociedades. Es así que estas Doctrinas se desarrollan en el contexto de nuevas guerras focalizadas, con alcance mundial, guerras de liberación nacional y de independencia o descolonización. En efecto, posterior a la segunda guerra en 1947 y hasta el quiebre de la Unión Soviética en 1991, las doctrinas geopolíticas se J·2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. inscriben en la lógica de la denominada Guerra Fría 178 , formando cada potencia los pactos militares de la Organización del Tratado del Norte OTAN y el Pacto de Varsovia, caracterizada por estrategias de detente y de confrontación del mundo bipolar creado desde la postguerra, entre los dos bloques ideológicos mas poderosos y sus aliados respectivos. Esta guerra latente coexistió con la posición de países no alineados, que proclamaron su neutralidad de ambos polos. Es una especie de guerra limitada, paz bélica permanente, en la cual los polos belige- rantes evitaban confrontarse directamente, aunque utilizaban países aliados para generar tensiones. Era una especie de guerra improbable, con paz imposible. Entre las doctrinas dominantes en la época inmediata a la guerra se citan la Doctrina Truman (1947), que busca el “ahogamien- to” del comunismo a nivel mundial; y la Doctrina Jdanov (1947), que “...reconoce la disposición del mundo en dos campos: las fuerzas imperialistas, dirigidas por los Estados Unidos, y las pacifistas, por la URSS.” 179 Múltiples conflictos que se suceden, desde la guerra en Corea, Vietnam, guerras de liberación en América Latina, Asia, África, fueron influenciados por el mundo bipolar. Este proceso político de guerra fría se construye simultánea- mente a la reconstrucción económica, mediante el Tratado de Bretton Woods, que da origen al nuevo sistema de naciones unidas, cuyo ob- jetivo era evitar la guerra para las futuras generaciones, y a las institu- ciones supranacionales del Fondo Monetario y del Banco Mundial, en junio 1945. Se edifica un nuevo orden monetario y financiero mundial, 178 Es el político estadounidense Bernard Baruch, quien en 1947, utiliza esta expresión « guerra fría», ya utilizada en el Siglo XIV en Europa, relativo a los enfrentamientos entre los poderes de la época y es utilizada por primera vez en el Occidente moderno. Después de la segunda guerra mundial, las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética se degradaron. La URSS decide garantizar su seguridad rodeándose de países aliados en sus fronteras. El Ejército Rojo no se retira de los países que libero del nazismo y, contrariamente a los acuerdos suscritos en la Conferencia de Yalta, no organiza “elec- ciones libres”. Posteriormente estos países devienen” democracias populares”, aliadas de la URSS. Los Estados Unidos por su parte, fortalecen su posición geopolítica con los países de Europa Occidental, particularmente con el Reino Unido, Francia, Italia, RFA, Austria. Una guerra de un nuevo tipo emerge y opone a ambas potencias. El equilibrio nuclear se logra en 1949 cuando la URSS logra poseer la bomba nuclear. Una nueva etapa de confrontación está en marcha. 179 Informe del Secretario del Partido Comunista de la URSS Andrei Jdanov, 22 de septiembre de 1947. J·J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA dirigido fundamentalmente por los Estados Unidos, con Francia y el Reino Unido, orientado a asegurar la estabilidad monetaria mundial, así como financiar la reconstrucción y desarrollo de la Europa capi- talista. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento son fundados para cumplir estos dos obje- tivos. Se instituye un sistema de paridad fija monetaria basada en un patrón oro, de referencia el dólar, que es la única moneda convertible en oro mundialmente y como moneda de reserva, considerando que poseía mas de tres cuartos de las reservas mundiales de oro. Su im- posición como moneda dominante era en consecuencia “natural”. Este “stock” de oro detentado en Estados Unidos se originó desde la guerra ya que, para financiarla, las potencias europeas beligerantes debieron vender sus reservas oro a los Estados Unidos. El nuevo sistema monetario mundial no reposa solamente en el oro, sino en el dólar, concebido en la práctica como si fuese mercan- cía, al igual que el oro, cuyo valor estaba garantizado por la Reserva Federal de los Estados Unidos, asi como por su fuerza económica do- minante. Adicionalmente, el control económico, cultural, ideológico y político de las potencias europeas y sus antiguos aliados estaba ga- rantizado a favor de los Estados Unidos, al ponerse en ejecución el Plan Marshall o Plan de Reconstrucción Europea (European Recovery Plan), en 1947, denominado con el nombre del Secretario de Estado George Marshall. Este Plan, más que económico, era concebido como una “ayuda fraterna” “a fin de vencer el hambre, la desesperanza y el caos”. Este Plan estaba abierto a todos los países europeos. 16 países participan de este Plan, siendo el Reino Unido y Francia los principales participantes. La Unión Soviética, Polonia, Checoslovaquia rechazan participar. De 1948 a 1952 más de 13 millardos de dólares, 1/6 sobre la forma de préstamo (en equipo y productos) y el resto donado, fueron proveídos por los Estados Unidos, permitiendo así a la Europa partici- pante del Plan Marshall, comprar a los Estados Unidos y garantizando con ello un mercado significativo. La mayoría del espacio mundial es así “dolarizado”, tanto por los acuerdos de Bretton Woods, como por el Plan Marshall. La Geopolítica ha funcionado para imponerse a nivel J·4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. mundial. Sin duda, este Plan excedía objetivos económicos. En Fran- cia e Italia el electorado de izquierda era significativo. Los capitales estadounidenses fueron el complemento económico de la Doctrina de Contención: ahogar la influencia soviética por la creación de un espa- cio de prosperidad en Europa. Dos nuevos sistemas o dos bloques dominantes emergen con mayor fuerza, siendo potencias desde inicios del siglo XX. Sus con- cepciones sobre el papel del Estado, política, sociedad, economía, desarrollo y sobre el individuo son diferentes. En su concepción del Estado, el primero supone que debe responder a los intereses proleta- rios, dirigido por el Partico único, que tiende a desaparecer al instituir una sociedad sin clases; en tanto que en el capitalismo, teóricamente, el Estado es permanente y responde supuestamente a la sociedad, aunque en realidad está al servicio de una oligarquía. Políticamente, se enfrentan un régimen de “democracia popular” bajo la egida de un partido único, frente a un régimen” democrático pluralista” de más de un partido dominante, políticamente diferenciados, aunque, en algunos casos, con ideología similar. Ideológicamente, su sociedad es teórica- mente definida como “sin clases”, aunque una nomenclatura partidaria privilegiada tiende a imponerse; y por el otro lado existe en el mundo real una “sociedad de clases”, dominada por una oligarquía, o burgue- sía dominante. En el socialismo, la economía reposa sobre una acción co- lectiva, es centralmente planificada y calificada por algunos teóricos como capitalismo de Estado, frente a una economía capitalista liberal, basada en la iniciativa liberal. La concepción sobre el papel del indivi- duo en sociedad se basa, en el socialismo en que la voluntad individual debe ceder a los imperativos de la “construcción del socialismo”, en tanto que para el capitalismo el individualismo o libertad individual es el motor de la economía. La racionalidad sobre el desarrollo socialista es que el progreso de la sociedad implica el del individuo en su conjunto, frente a su visión opuesta capitalista, para quien que el progreso per- sonal o individual conlleva el desarrollo de la sociedad. La guerra fría opone así dos bloques, mas allá del enfoque económico. La cuestión nuclear y tecnológica espacial devienen instru- J·· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA mentos máximos de confrontación, como en el plano ideológico. En la década 1940 e inicios de 1950 suceden crisis políticas profundas que caracterizan esta nueva etapa de guerra fría. La crisis irano-soviética en 1946 fue la primera prueba de fuer- za de post segunda guerra entre la URSS y Estados Unidos.La URSS apoya dos movimientos independentistas para deponer la monarquía, favorable a los intereses estadounidenses. Las negociaciones finalizan con un retiro del ejército rojo, de las fronteras iraníes. Posteriormente, el Golpe de Praga en 1948, transformando Checoslovaquia en país aliado de la URSS, genera también condiciones para dividir Alema- nia en dos zonas, este y oeste (crisis de Berlín en 1948-1949). En 1949, la República Popular de China es proclamada por Mao Zedong, al triunfar sobre el nacionalista proestadounidense Tchang Kai-Check, ubicándose éste y sus fuerzas en la isla china Formosa, hoy denomi- nada Taiwán. Los Estados Unidos aplican su Doctrina Truman de “aho- gamiento”, que “se opone a la expansión del comunismo por la fuerza“, esencialmente después del conflicto en Corea, iniciado en 1950. Esta década es asimismo escenario de luchas de independencia, que en- frentan a otras potencias, como la independencia de la India, frente al Reino Unido (1947), así como enfrentamientos entre pueblos del “tercer mundo”, por razones ideológicas, religiosas, políticas o econó- micas, como la separación del Penjab, hoy Pakistán, de la India recien- temente independizada. Las Doctrinas Geopolíticas en esta época son, ya referimos esencialmente, la Doctrina Truman (1947), mediante la cual el Presi- dente estadounidense Harry S. Truman pretendía condenar el comu- nismo a escala mundial, seguida el mismo año de la Doctrina Jdanov, del Secretario del Partido Comunista de la URSS, que reconocía la división del mundo en dos campos. La Doctrina de Coexistencia Pacífica, como doctrina de política exterior de la Unión Soviética concibe, desde 1952, la necesidad de garantizar en un primer momento el equilibrio de poder entre las dos potencias, limitando el enfrentamiento con los Estados Unidos, para preservar la posibilidad de una victoria final soviética. Esta teoría, for- mulada por Stalin, es opuesta en 1954 por la Teoría del Dominó del J·o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Presidente estadounidense Eisenhower la cual, como teoría geopolí- tica concibe que un cambio ideológico en un país puede provocar el mismo cambio en los países vecinos y por consecuencia justifica la intervención de los Estados Unidos en el mundo, abandonando defini- tivamente la política aislacionista vigente desde el siglo XIX. El mismo año se enuncia la Doctrina Eisenhower-Dulles, que prevé “represalias masivas” en caso de ataque de la URSS. Es una doctrina militar geoestratégica y una estrategia nuclear por la cual un Estado se compromete a rechazar al enemigo de forma mucho mas contundente, en caso de ataque. El objetivo de la represalia masiva es disuadir a un adversario a atacar. La “Represalia Masiva” 180 funciona con idénticos principios que la doctrina de “destrucción mutua asegu- rada”, con la salvedad que cabría la posibilidad que incluso un ataque convencional de pequeña escala a un Estado, pudiera resultar en una represalia nuclear total. Esta “Guerra Fría” ideológica, crea asimismo represiones in- ternas, en ambos bloques y sus aliados. La “caza de brujas” contra los opositores se desarrolla por una serie de instrumentos: calumnia, difa- mación, intimidación, encarcelamiento, proceso político de traición a la patria, agentes externos, asesinato, ejecución, desempleo dirigido. Entre los mas significativos enfrentamientos sobre visión del mundo en la década 50, son dominantes las de Corea (1950-1953) 181 , Indochina, Revolución Cubana (1956-1959) y la liberación de Arge- lia (1959). Estados Unidos impone asimismo gobiernos afines a su geopolítica, como lo hizo en el periodo de la segunda guerra, y derroca intentos de transformación no controlados por ellos, como es el caso de Guatemala, en 1954. Existen también luchas como la insurrección de Budapest, en Hungría (1956) que conlleva una represión, así como 180 Represalia Masiva es una expresión de John Foster Dulles, Secretario de Estado de Eisenhower, en discurso del 12 de enero de 1954. Dulles afirmó que los EEUU re- sponderían a cualquier provocación militar “en los lugares y con los medios de nuestra elección”. Esto fue interpretado como si los EEUU podrían responder a cualquier desafío extranjero con armas nucleares. Dulles también dijo que la defensa local debe ser re- forzada por un poder de represalia más disuasivo. Esta cita es la base del término repre- salia masiva, que apoyaría cualquier defensa convencional contra ataques convenciona- les, con un posible ataque de represalia a gran escala que conllevara armas nucleares. 181 El 27 de julio de 1953 y después de dos años de negociaciones, el armisticio fue firmado en Panmunjeom, sin firmar ningún tratado de paz, hasta la actualidad. J·/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA la crisis del canal de Suez (1956) por el control del canal, entre Egipto frente a Francia, Reino Unido e Israel. En esta década 1950 existen asimismo posiciones geopolíticas mas focalizadas, como la Doctrina Hallstein (1955), del Secretario de Estado de Alemania del Oeste Walter Hallnstein, que establece que la RFA rompería sus relaciones diplomáticas con todo Estado que recono- ciese la RDA. La Doctrina Eisenhower (1957) reforza el enfrentamiento ideológico, al tener por objetivo asignar asistencia económica y militar a los Estados del Medio Oriente, “amenazados de desestabilización por el comunismo internacional”. Esta Doctrina es aplicada después de la crisis de 1958 en el Líbano, en la cual desembarcan más de 14 mil soldados estadounidenses, desafiando espacios en la postguerra asignados a sus aliados Francia (Líbano y Siria), al Reino Unido (Israel, Irak, Arabia Sau- dita) y a países árabes con alianzas soviéticas, como Egipto. Oficialmente, las dos potencias no se enfrentaron directamente, mas esto se efectúa mediante el espionaje, terrestre, aéreo y vía satélite, sobre territorio soviético. Simultáneamente se realizan múltiples diálogos entre ambos bloques: Kroutchev-Eisenhower en el Reino Unido (1956), Estados Unidos (1959), Francia (1960), Viena (1961). Ambos prefieren una coexistencia pacífica, al mismo tiempo que evitar la expansión del otro en el « tercer mundo ». La década 1960 continúa con esta racionalidad de conflicto implícito permanente preconizada en la Doctrina de Coexistencia Pa- cífica, siendo la liberación y descolonización en casi todos los países del África un proceso simultaneo de lucha, al igual que en Indochina y el avance contradictorio de nuevas formas de sociedad en varias regiones del mundo. Es así que el avance tecnológico es asimismo articulado en la lógica del conflicto. Posterior a la construcción del muro de Berlín (1961) 182 , que separo ambas alemanias y sobretodo después de la denominada “crisis de los misiles” 183 en Cuba (1962), las dos 182 El 13 de agosto de 1961, la construcción del Muro de Berlín entre el sector soviético y los tres sectores occidentales pone fin a la emigración de la RDA, sobretodo de «ce- rebros alemanes», que desde 1949 sumaban 3.6 millones de personas. Este muro fue percibido por los aliados occidentales como una agresión contra la RDA y que no amen- azaba a los tres aliados principales, ni a sus intereses especiales, del bloque Oeste. 183 Esta crisis puso en evidencia la amenaza de una guerra nuclear, que fue calificada como el preludio a una tercera guerra mundial, a pocas millas de los Estados Unidos. En Enero de 1959, habia triunfado la revolucion cubana, destronando la dictadura favorable J·8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. potencias toman conciencia aparente de la necesidad de una política de Detente o de Contencion 184 y deciden dialogar, considerando que un conflicto nuclear desaparecería a la humanidad. Los dos bloques deciden en consecuencia limitar la carrera armamentista atómica y de misiles y desarrollan una cooperación comercial entre ellos. Las Doctrinas Geopolíticas mas significativas en este decenio son: la Doctrina Sokolovski (1960), del Mariscal Vassili Sokolovski, de- fine que en caso de conflicto con el Oeste, el será nuclear. La Doctrina Kennedy (1961) 185 del Presidente John F. Kennedy replantea el papel geopolítico de los Estados Unidos en el mundo. Es una estrategia nu- clear fundada en una respuesta gradual a la “amenaza”. Plantea que “... la fuerza y la unidad militar necesaria en la lucha contra el comunismo sean contrabalanceadas en la esperanza de desarme y de cooperación global”. Esta visión generaba asimismo múltiples interrogantes sobre el papel internacional de los Estados Unidos, en esta concepción. a los Estados Unidos. El nuevo régimen adopta inmediatamente una serie de medidas que generaron hostilidad en los Estados Unidos: eliminación del latifundio, nacionaliza- ciones de empresas y de la banca, firma de un acuerdo comercial con la URSS en mayo de 1960, posterior a la reducción por parte de los Estados Unidos de compras del azúcar, entre otras medidas. En octubre 1960 Estados Unidos inicia el embargo económico con- tra Cuba y rompe relaciones diplomáticas el 2 de enero de 1961. Posterior a la invasión fracasada de los Estados Unidos, de « Bahía Cochinos » el 17 de abril de 1961, en Julio 1961, Cuba declara ser Socialista y firma un acuerdo de asistencia militar con la URSS, quien declara que todo ataque contra Cuba provocaría una respuesta nuclear. El Con- greso Estadounidense vota el 3 de octubre 1961 una resolución contra toda « acción subversiva en el hemisferio occidental ». Kennedy prohíbe la operación propuesta por el Estado Mayor, que previa una serie de atentados contra los Estados Unidos, y pos- teriormente acusar a Cuba, a efectos de movilizar la opinión pública contra el régimen de Fidel Castro. El 14 de octubre de 1962, el espionaje aéreo estadounidense identifica en Cuba rampas de lanzamiento de misiles nucleares, capaces de alcanzar territorio estadounidense. El 27 de octubre, la negociación se efectúa: la URSS se compromete al retiro de armas ofensivas instaladas en Cuba y Estados Unidos a no atacar a Cuba, así como a retirar sus propios misiles instalados en Turquía. 184 Después de la Segunda Guerra, Estados Unidos determinó de facto mantener presencia militar permanente en todos los bordes de Eurasia. A esto se denominó “estrategia de con- tención”. Fue esta visión que conllevó a la formación del Plan Marshall, la OTAN, ASEAN (Comunidad de Naciones del Sudeste Asiático), el CENTO y las alianzas militares con Japón y Taiwán. En el transcurso del tiempo desde la Segunda Guerra Mundial, el foco de atención se centró en los extremos este y oeste de Eurasia-Europa y el Lejano Oriente. 185 En su discurso de toma de posesión, el 20 de enero de 1961, el Presidente Kennedy presenta la línea geopolítica exterior que ejecutará en su administración:”Que todos los países lo sepan, quienes no nos quieran o nos deseen mal: estamos listos a pagar cu- alquier precio, a soportar cualquier costo, a pasar todas las pruebas, a apoyar a todos nuestros amigos y a oponernos a todo enemigo, a fin de garantizar la sobrevivencia y el triunfo de la libertad.” E invita a « .luchar contra los enemigos comunes del hombre: la tiranía, la pobreza, la enfermedad y la guerra ». J·' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA ¿Es que esta Doctrina Kennedy describía un papel apropiado, racional y prudente de los Estados Unidos en el mundo? ¿Era una di- rección para una era de negociación y de amistad, o era una apología de una mundialización inalienable, que inevitablemente extendería las zonas de conflicto, con lo cual aumentaría la carrera armamentista y la injerencia estadounidense en los asuntos internos de cualquier país del mundo? Estas interrogantes continúan siendo debates sin respues- ta. En este contexto y sobretodo por el triunfo de la revolución cubana en 1959, Estados Unidos crea para América Latina la Alianza para el Progreso (1961), un programa de “ayuda económica”, para evitar la influencia de Cuba en la región. Asimismo, mediante esta Doctrina, se amplía la “asistencia” económica y militar estadounidense en África y Asia, al Congo- Kinshasa, Laos y Vietnam. Simultáneamente, la Doctrina Macnamara de respuesta gradual reemplaza la Doctrina Dulles de la década 1940 de represalias masivas. La Doctrina Johnson (1965) de respuesta intensiva inmediata, se demues- tra por la proliferación de armas y expansión de la guerra en Vietnam. La Doctrina Brejnev (1968) enunciada el 26 de septiembre en el órgano de divulgación del PCUS, Pravda, titulada “la soberanía y las obligaciones internacionales de los países socialistas”, estaba orientada a preservar la unidad del bloque soviético, evitando toda evolución ideológi- ca anticomunista en su seno. Se pretende defender el socialismo, donde estuviese amenazado, bajo el principio de” soberanía limitada”, particular- mente de sus aliados. La Doctrina Brejnev refiere: «Cuando las fuerzas hostiles al socialismo pretenden desviar a los países socialistas hacia el capitalismo, ello se convierte en problema, no solamente de la nación in- teresada, sino que es un problema común a todos los países socialistas. ». Bajo esta concepción, el mantenimiento del socialismo es posible sola- mente si la URSS pudiese intervenir en conflictos internos de los Estados Miembros del Bloque. Mediante la Doctrina Nixon (1969), los Estados Unidos deci- den disminuir su acción militar en el mundo y sostendrían financiera y materialmente a los países victimas de agresión, aunque no participa- rán o intervendrán directamente en los enfrentamientos militares en el mundo, Esta Doctrina está basada en cuatro principios, descritos por Jo0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Kissinger en sus Memorias: el Realismo Político (Realpolitik), admitien- do que la URSS existe y que debe dialogarse con ella, La Retención del Poder, evitando que cualesquiera tome ventaja, la Zanahoria y el Garro- te, sancionando los abusos; y, la Conexión, mediante la cual todo gesto debe estar acompañado de una contrapartida en otro dominio 186 . Con la Ostpolitik de Brandt (1969), del socialdemócrata canci- ller de la RFA, por la cual el 28 de octubre de 1969 y a fin de poner en ejecución un proceso de Acercamiento y de Detente entre la RFA y la URSS y el resto de países del bloque soviético, la RFA decide aban- donar la Doctrina Hallstein. Esta Doctrina fue vista con desconfianza por los países de la OTAN, que consideraban que la RFA se aparta- ba de su Alianza Atlántica, manteniendo una política muy conciliado- ra con la URSS. Esta Doctrina marca una evolución fundamental en la aproximación Este-Oeste. Las relaciones con la RDA comunista se normalizan. En este contexto se firma un Tratado Cuadripartita sobre Berlín, en septiembre 1971. La URSS acepta transitar las personas y mercancías entre la parte occidental de Berlín y el territorio de la RFA. Por el Tratado Fundamental del 21 de diciembre de 1972, la RFA y la RDA se reconocen mutuamente y las dos alemanias son admitidas simultáneamente en la ONU. Estas Doctrinas, planteaban asimismo contradicciones intra- bloques. Los aliados europeos de los Estados Unidos, miembros de la OTAN, observaron que las nuevas doctrinas geopolíticas presentaban riesgo de desarticulación entre los intereses de los Estados Unidos y los de la Europa Occidental. En caso de invasión o acción nuclear por parte del Pacto de Varsovia a la RFA o a otros países de la Europa occidental, los Estados Unidos parecían privilegiar la decisión de no poner en peligro ni su propio territorio ni su propia población, con lo que estarían dispuestos a abandonar a su suerte a los aliados europeos, rechazando apoyarlos mediante la utilización de su armamento nuclear en caso de un conflicto de esta naturaleza. Por el lado del bloque soviético, las circunstancias parecían similares. La intervención del Pacto de Varsovia en agosto 1968 en Checoslovaquia, paralizando la denominada “Primavera de Praga”, de- 186 Henry Kissinger. Memories. Jo1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA muestra el alcance geopolítico de esta Doctrina. Efectivamente, a pesar de los acuerdos de no proliferación nuclear, que eran parte integrante de la Política de Detente, suscritos entre ambas potencias, los arsena- les nucleares de ambos eran significativos. Después de la “Crisis de los Misiles”, Estados Unidos y la URSS se acercan y deciden poner en ejecución en 1963 un equilibrio nuclear, fundado en una “Destrucción Mutua Asegurada MAD” y en agosto de este año, mediante el Tratado de Moscú se prohíben ensayos nucleares, atmosféricos y submarinos. En enero 1968, por el Tratado de No Proliferación Nuclear, la URSS y los Estados Unidos se comprometen a no transferir ni armas ni tecno- logía nuclear a los países no dotados de armas nucleares. El control de esta tecnología queda así bajo la égida de las potencias. Existe así una especie de amistad entre rivales. La década 1970 coexiste con la Doctrina Geopolítica de Detente, simultáneamente a contradicciones intrabloques desde la década 1960, al desarrollo de múltiples enfrentamientos y conflictos y con un tercer actor determinante en la geopolítica: China Comunista. La Detente en esta década es de naturaleza diferente al decenio precedente. Cada uno de los bloques, prosoviético o proestadounidense, convive con enfrenta- mientos internos. El Pacto de Varsovia fue puesto en crisis en Checos- lovaquia y en 1969 se evidencia la confrontación chino-soviética, como la OTAN en Francia y Alemania. En 1966, este país se había retirado de la OTAN y en 1969 la RFA se había aproximado al bloque soviético. En 1975, los acuerdos de Helsinki son firmados por 33 Estados Europeos, la URSS incluida, así como Canadá y los Estados Unidos. Estos acuer- dos permitían la cooperación entre los Estados, la libre circulación de personas y el respeto de los derechos humanos. La cohesión aparente en el seno del « bloque comunista » se fragmenta con la ruptura y riesgo de guerra entre la República Popular de China y la URSS en 1969, posterior a un conflicto fronterizo entre ambos. Un sistema con dos modelos se enfrentan sobre el terreno ideo- lógico, político, económico y diplomático. Mao Zedong se aproxima a los Estados Unidos, considerando que la proximidad geográfica de la URSS representaba, según la China, una amenaza superior a la geopolítica estadounidense. Jo2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Para debilitar y aislar a la URSS, los Estados Unidos se aproxi- man a la China y a otros países del « tercer mundo », aunque China posee desde los años 1960 armamentos nucleares (Bomba A el 16 de octubre de 1964, bomba H, el 14 de junio 1967). Se inicia la « Diplomacia del Ping Pong », en abril de 1971. El 25 de octubre de 1971, bajo la pre- sión de los Estados Unidos, la ONU reconoce a la China Popular, que ingresa como miembro permanente del Consejo de Seguridad (76 votos a favor, 35 en contra, 17 abstenciones), en sustitución de Taiwán, que sale de la ONU, en señal de protesta. El Presidente Nixon visita China en febrero 1972, primera efectuada desde la postguerra, por un presidente estadounidense. Las relaciones estratégicas y económicas entre ambas naciones se expanden. La Doctrina de Detente tiene sus límites. En ambos bloques coexiste con « conflictos periféricos » y con luchas de influencia en los países del « tercer mundo ». Desde 1964 a 1975 que triunfa la revolu- ción vietnamita, esta guerra opone indirectamente a ambas potencias, en el Norte y Sur, aunque fueron los Estados Unidos quienes partici- paron militarmente en la guerra, desde 1962. Asimismo, sostienen dic- taduras y regímenes militares represivos en múltiples países (Argen- tina, Bolivia, Brasil, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Guatemala...) y provocan golpes de Estado a gobiernos no afines, como Camboya en 1970, Chile en 1973 y reprimen o confrontan luchas guerrilleras durante el decenio en Africa 187 , América Latina, Asia, con el solo fin, consideran, de contener el avance soviético. En la década 80 las nuevas Doctrinas Geopolíticas que con- tinúan enfrentando ambas potencias son provenientes de los Esta- dos Unidos y que eliminan la Política de Detente, prevaleciendo en la URSS la Doctrina Brejnev, reemplazada en 1989 por la denominada “Doctrina Sinatra (My Way)”, de protección del socialismo, aun por la vía de la intervención directa. Aunque no puede calificarse de Doctri- na Geopolítica, por cuanto su objetivo era autotransformar su sistema desde adentro y no dominar espacios externos, a fines de la década 187 En África, guerrilleros toman el poder después de 1975 en países nuevamente inde- pendientes del antiguo imperio colonial (Angola, Mozambique…), con apoyo de Cuba, é inician acciones militares contra el régimen xenófobo del África del Sur, apoyado por los Estados Unidos. JoJ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA es dominante en la URSS la Doctrina de la Transparencia (Glasnost) y de Reestructuración (Perestroika), de Gorbachov 188 . Consciente o no, esta Doctrina culminó con la implosión y extinción de la URSS en 1991 189 , modificó la Doctrina de la Detente y creó las condiciones para el Desarme y la Distensión Mundial y el fin de la Guerra Fría. La Doctrina Reagan (1981), como un planteamiento de domi- nación mundial es la dominante en esta década. Su racionalidad es la guerra. La irracionalidad en la humanidad se erige en racionalidad del interés geoestratégico de potencias, siendo para ellas estratégico cual- quier punto del planeta, para dominarlo. Los costos para la humanidad no son considerados en esta lógica del Poder. Esta Doctrina es una clásica racionalidad de enfrentamiento global, basada en lo ideológico- militar contra el comunismo. Se efectúa en el marco del declive de los Estados Unidos en la escena mundial por la derrota y humillación sufri- da con el triunfo de Vietnam en 1975; la llegada al poder de un régimen islámico antiestadounidense en Irán en 1979; el triunfo de la revolución nicaragüense en este mismo año; el supuesto fracaso de la Doctrina Carter (1978) relativamente pacifista y la crisis de euromisiles (1979- 1985) 190 , no obstante las negociaciones Carter- Brejnev (SALT II) en 188 El 11 de marzo de 1985, después de la muerte de Tchernenko, Michael Gorbatchev llega al poder en la URSS. El inicia las políticas de glasnost (transparencia) y la per- estroika (restructuración). 189 La implosión de la URSS se realiza por una serie de contradicciones históricas, entre las cuales el manejo de la cuestión de las nacionalidades, culturas y creencias diversas, y la racionalidad rusa histórica de dominio sobre sus vecinos, genera conflictos que combi- nados con la política de la glasnost («transparencia») y de la perestroika (« restructuración »), coadyuvan a la implosión de la URSS. Esta implosión se efectúa en cinco grandes etapas (i) Desde marzo 1989, las repúblicas bálticas (Estonia, Letonia, Lituania) proclaman su soberanía. Moscú reacciona enviando tropas, mas decide retirarlas frente a las protes- tas populares nacionales e internacionales ;(ii) El 12 de junio 1991, la Republica Socialista Federativa de Rusia quien eligió a Boris Yeltsin a la presidencia, contrapuesto por Gorba- chov, proclama su soberanía (8 junio 1991) ;(iii) El 18 agosto 1991, tentativa de Golpe de Estado en Moscú contra Gorbachov, quien es secuestrado algunos días en Crimea, Minsk. Manifestaciones se oponen al Golpe y Yeltsin logra restablecerla situación.(iv) Las otras re- publicas abandonan la URSS, de agosto a diciembre 1991; (v) el 8 diciembre 1991, por los acuerdos de Minsk en Bielorusia, constatan que « a URSS dejo de existir », 11 ex-repúbli- cas socialistas soviéticas fundan la CEI (Comunidad de Estados Independientes). Esto es confirmado en Alma-Ata (Kazakhistan), días después (21 diciembre 1991). El 25 diciembre 1991, presidente de un Estado que no existe mas, Gorbachov es forzado a demisionar. 190 A pesar de las presiones, estos misiles serán finalmente instalados a partir de 1985 y ante el hecho, la URSS inicia negociaciones que finalizan con un acuerdo americano- soviético del 27 de mayo de 1988, sobre la eliminación de misiles nucleares de alcance intermedio de los arsenales de las dos potencias. Jo4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. 1979, de limitar las armas de nueva generación, creador de condicio- nes que justificaron la invasión de Afganistán por la URSS en 1979 191 ; y la puesta en práctica de la Doctrina Carter II (1980), inmediatamente a la invasión de Afganistán, que anuncia no dudar intervenir en el Golfo Pérsico, si los intereses nacionales de los Estados Unidos se encontra- ran en peligro 192 . El denominado Documento de Santa Fe de mayo de 1980 define el alcance ideológico de esta Doctrina Reagan de enfren- tamiento de nuevo tipo. Desacreditado por su política internacional, los Estados Unidos retoma en 1981 una nueva lógica de conflicto permanente y durante todo el decenio, con Reagan (1981-1989) y Bush I (1989-1993). Los valores ultraconservadores son valorizados. En economía, Reagan sigue un programa neoliberal, inspirado en particular por la escuela monetarista de Chicago, dirigida por Milton Friedman, que da origen al Consenso de Washington, de supuesto «libre mercado» y su primacía y debilitamiento del Estado Nación, Privatizaciones, Centralización del Capital, ajustes macroeconómicos denominados estructurales. Este Consenso orienta el actuar de los organismos multilaterales a escala mundial. Las intervenciones geopolíticas se desarrollan. En el exterior, con la Doctrina Reagan se abandona la Detente y denuncian a la URSS como el « Imperio del Mal », justificando dar a los Estados Unidos los medios militares para « defender la libertad y la democracia ». Las in- tervenciones directas e indirectas aumentan en el mundo: en América Latina se apoya a la junta militar represiva argentina, desde 1975; a la contrarrevolución en Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, en 1981-1986 ; invasión y magnicidio en Grenada en 1983 ; entre otras acciones, calificadas por Reagan como luchas contra el mal. El 23 de 191 El 3 de julio de 1979, Carter firma la autorización para ejecutar la Operación Ciclón de ayuda militar y financiera a los muhjadins afganos, provocando a la URSS a invadir Afganistán, en diciembre 1979. 192 Esta es calificada como la primera guerra de Afganistán en la era moderna. En 1978, los comunistas llegaron al poder en Afganistán, después del asesinato del presidente Daoud Khan, quien a su vez había depuesto al rey Zaher Shah en 1973. Los islamistas afganos entran en conflicto con el poder. En 1979, Moscú envía su armada, inaugurando la primera guerra de Afganistán. Estados Unidos se implican en este conflicto en la fron- tera con la URSS, apoyando a la resistencia antisoviética, financiando y dando formación militar a grupos mujahdines, « guerreros santos », islamistas resistiendo al ocupante soviético. Las fuerzas militares de la URSS se retiran de Afganistán en febrero 1989, diez años después, justo en el año de iniciarse la Doctrina Gorbachov. Jo· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA marzo de 1983, Reagan anuncia el proyecto SDI (Strategic of Defen- sive Initiative) o «Guerra de las Estrellas»: los Estados Unidos estarían protegidos de las armas nucleares por un « protector espacial » que las desviaría, en caso de ataque. La URSS no podría seguir este escenario, abandonando la carrera armamentista y decide negociar. Clinton renun- ciara al SDI en 1993 y es Bush II quien lo realizara, en diciembre 2001. Simultáneamente, existe una carrera armamentista frenética, bajo una especie de política perversa de equilibrio, por el terror y la ruptura. Con un objetivo militar, varios países se proveen de material, mas allá de lo requerido para asegurar su dominación, sea geopolí- tica o geoeconómica. Los Estados-Unidos y la URSS crean equipos y material de destrucción, donde cada uno ha pretendido demostrar su superioridad sobre el otro. El Progreso Técnico se concentro en industria pesada del complejo militar-industrial, afectando la produc- ción de bienes alimentos y otros esenciales para el desarrollo de la humanidad. En esta carrera armamentista, ambas potencias crearon un clima de terror, a sus enemigos respectivos. Demuestran que tienen un arsenal nuclear suficiente para destruir a quien se oponga a sus planes. Seguros de su destrucción mutua, ellos han mantenido lo que es denominado el equilibrio del terror, o sea una situación en la cual nadie puede ganar después de un conflicto nuclear 193 . Nos encontramos así frente a un escenario que Paul Kennedy califica como la situación histórica de la caída de los grandes imperios, al sobre invertir en economía de guerra o industria pesada hasta un punto de inflexión irreversible que afecta las posibilidades de financia- miento de la industria liviana, productora de los bienes esenciales para la vida y el desarrollo: bienes alimentos, bienes intermedios, bienes equipo. Se violenta asimismo un principio elemental de la guerra, defi- nida por el teórico de la guerra Von Clausewits: la principal y elemental ley de la guerra es la concentración de las fuerzas en el espacio. Es la permanente búsqueda de dominar una potencia a otra. Existía disper- 193 En 1982, las existencias nucleares y militares entre ambas potencias, OTAN y Pacto de Varsovia son, respectivamente:: misiles intercontinentales (1646 y 2348), Aviones de Combate (11900 y 12000), Submarinos (224 y 258), Misiles de Medio Alcance (0 y 600), Navíos de Guerra (368 y 207), Cabezas Nucleares (14587 y 9000), Camiones de Asalto (25000 y 60000), soldados (5200000 y 5700000). Joo I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. sión en el espacio. La guerra se efectuaba sobre la base de la disper- sión y no de la concentración espacial. Esto era una violación flagrante de la ley de la guerra. Haciendo la guerra por la vía de la fuerza, cada uno se alejaba de las posibilidades de la victoria. No existía en conse- cuencia ni posibilidades de victoria mutua, ni parcial. El fin de esta carrera armamentista se inicia en 1989 en el bloque soviético, con la Doctrina Gorbachov, que crea con la práctica una Nueva Detente. Se inicia el Desarme. Gorbachov desea que su país salga de la Guerra Fría, que ha arruinado a la URSS, quien gas- ta aproximadamente 16 % de su PIB, frente a 6,5 % en los Estados Unidos (M. Vaisse, 2004). El primer Encuentro oficial entre las dos grandes potencias, representadas por Gorbachov y Reagan se reali- za en Ginebra en octubre 1985. Esta Cumbre se caracteriza por una demostración de apertura entre las dos potencias. Un acuerdo se fir- ma previendo una futura reducción bilateral de 50 % de los arsenales nucleares, entrando con esta acción en una nueva fase de Détente. El 11 y 12 de octubre de 1986, nuevamente se encuentran en Islandia, inaugurando una nueva «Detente», marcada por la reactivación del diálogo, interrumpido en 1979. No obstante que los Estados Unidos re- chazan abandonar el Programa SDI, se concluye un acuerdo sobre la disminución de armas estratégicas. Gorbachov evoca la «Casa común europea», desnuclearizada y neutralizada. El 8 de diciembre 1987, en Washington, Reagan y Gorbachov deciden eliminar todos los misiles instalados en Europa, en el término de tres años: es la opción zero ». Este es el primero y real tratado de desarme mundial. Con este Tratado, Europa no tiene más misiles nu- cleares de las dos grandes potencias, siendo el fin de la “crisis de los euromisiles” y de la “carrera armamentista”, aunque solamente haya desaparecido el 4% de las cabezas nucleares. Simultáneamente a este proceso de desarme mundial, la URSS contribuye a la distensión y desmilitarización de sus espacios geoes- tratégicos. Este proceso crea condiciones de cambio en las denomi- nadas “democracias populares” en lo que se denomino la “Revolución de Terciopelos” (por lo suave del cambio, normalmente no cruento, sin represión), aliadas a la URSS. El 7 de diciembre 1988, en la ONU, Gor- Jo/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA bachov anuncia la reducción de las fuerzas armadas soviéticas en la RDA, Hungría y Checoslovaquia. Esto significo el fin de la «Doctrina de Soberanía Limitada». La URSS se desobliga de Europa del Este. Este discurso inaugura la «Revolución de Terciopelos», o sea la transición suave de los países de Europa del Este. Se cambia de un régimen de tipo soviético, centralizado y unipartidario, a un régimen también cen- tralizado en la riqueza y en la política, aunque multipartidario aunque uni-ideológico. Se estructuran nuevas constituciones, de 1988 a 1990. Las manifestaciones populares, se realizan sin combates ni sangre. En la RDA, comienzan migraciones hacia la RFA. La Hungría cambia en el verano 1989. El Muro de Berlín es destruido el 9 noviembre 1989. Ale- mania es reunificada un ano después, el 3 octubre 1990. En Rumania, el régimen autocrático de Caucescu es el último en caer, el 26 diciem- bre 1989. En 1990, Gorbachov recibe el premio Nobel de la paz. Ocurren otros fenómenos políticos en el denominado tercer mun- do. Las fuerzas de Vietnam abandonan Camboya el 29 septiembre 1989 y Cuba se retira de Angola y Nicaragua, en 1990. Dictaduras o autocra- cias en América Latina sostenidas por los Estados Unidos supuestamente para contener el avance comunista, caen: Argentina (1983), Brasil (1985), Paraguay (1989), Chile (1990). En África, termina bajo presión popular el gobierno de segregación racial (apartheid) de Sudáfrica, sostenido por los Estados Unidos (1991). En Afganistán, la URSS se retira (1988-1989), aunque continua la guerra civil entre islamistas. En el Medio Oriente, la situación de guerra de una década entre Irán e Iraq (1980-1988), sos- tenido este ultimo por los Estados Unidos y la URSS apoyando ambos campos, pasa a una etapa de Distención. El 20 agosto 1988, en la ONU se logra un acuerdo de cese al fuego, sin que existan vencedores ni ven- cidos. La situación de balance de poder en esta región, que fue afectada por la guerra Irak-Irán y los sucesivos enfrentamientos en el Líbano, entre palestinos, árabes e Israel, continua su curso de enfrentamiento latente, activado también por intereses geopolíticos. En 1990, finaliza formalmente la Guerra Fría 194 , de la bipolari- 194 Se sintetiza una cronología indicativa de la Guerra Fria en Asia del Este: (i) 1 octubre 1949: el Partido Comunista Chino PCC gana la guerra civil y proclama la creación de la Republica Popular de China RPC. Independencia de facto de Taiwán, proclamada Jo8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. zación y el nacimiento de la unipolaridad mundial, inédito desde la era moderna en la humanidad, en la cual prevaleció la multipolaridad.En agosto 1990, Bush I anuncia el fin de la confrontación Este/Oeste. En 1991, se disuelven las dos principales organizaciones del Bloque sovié- tico, la Comunidad Económica COMECON y el Pacto de Varsovia, que es el acuerdo militar geopolítico de la extinta URSS. La Guerra Fría ha finalizado, mas no la racionalidad de la guerra, que es consubstancial e indivisible a la lógica del Poder y de la dominación. La Guerra Fría — o «Tercera Guerra Mundial», fue un conflicto internacional «integral », o sea genero altos costos para la humanidad y movilizo significativos recursos, hasta el desaparecimiento del adversario por implosión de su sistema (1989-1991). En su discurso sobre el Estado de la Unión, el 28 enero 1992, Bush I declara: «Gracias a Dios, los Estados Unidos gana- ron la guerra fría; un mundo dividido en dos campos armados reconoce Republica de China. La presencia naval de Estados Unidos en Taiwán neutraliza la con- tinuidad del conflicto; (ii) 25 junio - agosto 1950 : Ofensiva de las fuerzas norcoreanas en Corea del Sur ; (iii) 27 junio 1950: el Presidente estadounidense Truman envía sus fuer- zas armadas a sostener a Corea del Sur; (iv) Septiembre - octubre 1950: Contra-ofensiva americana en Corea; (v) Noviembre 1950 - enero 1951: Respuesta de Corea del Norte, apoyado por China ; (vi) Marzo 1951: el frente se estabiliza; (vii) 27 julio 1953: Las dos Coreas firman armisticio, mas no acuerdo de paz ; (viii) Agosto 1954- mayo 1955 : Bom- bardeos intensos de las islas de Taiwán por la RPC ; (ix) Agosto-julio 1958 : Bombardeo intenso de las islas de Quemoy y de Matsu y enfrentamientos navales y aéreos entre la RPC y Taiwán. La participación de la Marina Estadounidense evita el desembarco de tropas chinas; (x) 20 diciembre 1960: Creación del Frente Nacional para la Liberación de Vietnam; (xi) 1961: Kennedy envía los primeros consejeros militares a la República de Vietnam. Del Sur ; (xii) Noviembre 1963: La CIA fomenta golpe y magnicidio del jefe de Estado Sud Vietnamita, Ngo Dinh Diem, (xiii) 22 noviembre 1963 : Kennedy es asesinado en Texas; (xiv) 25 noviembre 1963: el nuevo Presidente Johnson anula los decretos de Kennedy sobre el retiro de los Estados Unidos de Vietnam ; (xv) Agosto 1964: enfrenta- miento entre flotas estadounidenses y nor-vietnamitas en el Golfo de Tonkin; (xvi) Marzo 1965 : Las fuerzas estadounidenses deciden intervenir en Vietnam ; (xvii) Enero - febrero 1968 : Los Nor-Vietnamitas avanzan con 70 000 hombres sobre Vietnam del Sur ; (xviii) Mayo 1968 : Negociaciones entre las diferentes partes beligerantes en juego ; (xix) 1971 : La RPC es admitida en la ONU y obtiene una silla permanente en el Consejo de Se- guridad, en reemplazo de Taiwan, quien decide salir de la ONU, situación que continua ; (xx) Febrero 1972: Visita de Nixon a la RPC ; (xxi) 27 enero 1973: Acuerdos de Paz de Paris, que significan el retiro de las tropas estadounidenses de Vietnam; (xxii) 17 abril 1973 :Toma de Phnom Penh, en Laos, por los Khmers Rojos; (xxiii) 30 abril 1975 : Saigón es tomada por los Nor-Vietnamitas; (xxiv) 25 abril 1976 : Elección de una asamblea nacional vietnamita ; (xxv) Junio 1978 : 70 000 soldados Vietnamitas ocupan una zona fronteriza al interior de Camboya; (xxvi) 1 enero 1979 : los Estados Unidos reconocen Pekín (Beijing) como capital de China y cierran su embajada en Taipéi, Taiwán ; (xxvii) 7 enero 1979: Toma de Phnom Penh po Vietnam. Inicio de guerrilla antivietnamita; (xx- viii) Febrero 1979: Guerra chino-vietnamita; (xix) Septiembre 1989: Retiro de las fuerzas vietnamitas de Camboya. Jo' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA hoy la superioridad de una sola potencia: los Estados-Unidos; Esta constatación no crea ningún miedo porque el mundo tiene confianza en nuestra nación y el tiene razón». He aquí la explotación de Dios por el hombre, la razón de la fuerza, la fuerza de la guerra, la guerra del imperio, presente aún en tiempo de paz aparente. Desde 1991 se vive un nuevo orden mundial, una nueva geopo- lítica, basada en la unipolaridad planetaria. En la época unipolar de in- mediata postguerra fría y al iniciarse el Siglo XXI, se distinguen cuatro Doctrinas Geopolíticas Contemporáneas: La Doctrina de Soporte Es- tratégico (The Advocacy Policy), Doctrina Bush I- Weinberger-Powell; Doctrina Clinton y Doctrina Bush II. La Doctrina de Soporte Estratégico es la racionalidad conduc- tora de la estrategia estadounidense desde inicios de los años 1990, hasta la actualidad en el siglo XXI, consistente en la operación simul- tánea de acciones militares con intereses económicos especiales. Se apoya en un consorcio de empresas dominantes en los sectores de punta tecnológicos, esencialmente de la informática y aeronáutica, re- lacionados asimismo con intereses estratégicos en la industria de las armas, el petróleo y el sistema financiero internacional. Esta Doctrina se aplico en la guerra de Kosovo (1994), las dos guerras del Golfo (1991 y 2004) y contra Afganistán (2001). En septiembre 1990, el en- tonces Secretario de Defensa Dick Cheney expreso, en esta perspecti- va geopolítica relativa al control estratégico, en el Comité de Servicios Armados del Senado, que Saddam Hussein (Irak) podría adquirir una “capacidad de estrangulamiento” sobre los Estados Unidos y sobre la economía mundial, si se apropiaba de los campos petrolíferos de Ara- bia Saudita, junto con los de Kuwait. Esta es la principal razón, expre- só, por qué los Estados Unidos debía enviar tropas al área para repeler las fuerzas de Hussein. Sin duda, implícitamente expresaba una visión geopolítica, mediante la cual Estados Unidos debía retener una capa- cidad de estrangulamiento de la economía mundial, controlando esta área geográfica. La Doctrina Bush I- Weinberger-Powell (1990) es una Geopo- lítica estrictamente militar definida al inicio de la Guerra del Golfo I, en 1990-1991. Se basa en la Doctrina Weinberger (Secretario de De- J/0 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. fensa), simplificada en los siguientes ocho elementos, que debían ser positivos antes de iniciar cualquier acción militar estadounidense ¿Es- tán en juego intereses vitales? ¿Están definidos objetivos alcanzables? ¿Están objetivamente analizados los riesgos y costos? ¿Han sido ago- tadas todas las otras opciones no violentas? ¿Existe una estrategia de salida que permita evitar «atascarse»? ¿Han sido evaluadas las con- secuencias de una intervención? ¿Sostiene el pueblo «americano» la acción? ¿Se tiene un real apoyo de la comunidad internacional? Powell profundiza agregando que en caso de conflicto, todos los recursos y capacidades disponibles deben ser utilizados para someter al enemi- go, para minimizar las pérdidas «americanas» y forzar una capitulación rápida de la parte mas débil. La Doctrina Powell de fuerza arrolladora se encuentra en contradicción con el principio de proporcionalidad, an- ticipado en la Doctrina de la Guerra Justa. En realidad, como toda Doctrina, existen principios, objetivos, intereses, cálculos, estrategias, tácticas. ¿Qué es un interés vital cuan- do se es imperio? La Ética no es parte del análisis geopolítico. Existe sin duda preocupación por elementos éticos (medios no violentos, apo- yo del pueblo y de la comunidad internacional). Son determinantes los intereses. Esta Doctrina puede considerarse peligrosa y contraproduc- tiva por estar centrada en la tecnología y es inadaptada para enfrentar guerrillas urbanas o rurales, como Irak o Afganistán o en el pasado reciente América Latina, África. La Doctrina Clinton, eufemísticamente calificada como «Gue- rra Humanitaria», es definida como el derecho o legitimidad de inter- venir directa, inmediata y militarmente en otras naciones para evitar la persecución o genocidio de poblaciones civiles, por razones étnicas, religiosas, geográficas, por considerarlas de interés nacional, sin que exista previa decisión de la comunidad de naciones. Fue la justificación de intervención en el conflicto en los Balcanes. Un país decide a nivel mundial el presente y el futuro de las naciones. Independientemente de las razones y de la urgencia para hacer prevalecer los derechos humanos y evitar masacres, es imperativo que funcione el Derecho In- ternacional Público y las organizaciones mundiales de naciones. Bajo esta Doctrina, ambos instrumentos no son considerados en la época J/1 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA unipolar. El mundo es su interés nacional. Existe la legitimidad y la legalidad de la fuerza para eliminar la fuerza. Esta categoría «guerra humanitaria» envía a la concepción de «Guerra Justa». Es la primera Doctrina en aplicarse en la nueva geopolítica de postguerra fría, Clin- ton fue el primer Presidente de los Estados Unidos desde la era mo- derna del siglo XIV que se encontró con una situación de desequilibrio unipolar y de paz relativa o guerras latentes focalizadas. Los principios de esta Doctrina de política exterior se aplicaron primero antes de teorizarse, en las calificadas como intervenciones hu- manitarias en Somalia (1993) y Kosovo (1994). Es Clinton quien inició relaciones militares con Kazajstán, Uzbekistán, Georgia y Azerbaiyán y quien construyó la capacidad de Estados Unidos para intervenir en el Golfo Pérsico y en el área del Mar Caspio. La victoria militar en Irak no fue la victoria de Bush I, de Cheney, Wolfowitz y Rumsfeld. Fue Clinton quien posibilitó esta victoria, en el contexto de su nueva geopolítica. Esta Doctrina fue definida en su segundo mandato, el 26 fe- brero 1999. Para ello, Clinton redefinió al genocidio y a los delitos de lesa humanidad como intereses nacionales, legitimando así la inter- vención directa. De esta forma los Estados Unidos asumen el papel de “gendarme mundial”, precisamente porque la unipolaridad presupone la existencia de un desequilibrio del poder mundial, al no existir otra u otras fuerzas que influyan en el balance de poder. Esta Doctrina, como toda geopolítica, violenta asimismo las categorías de soberanía nacional, no intervención y los principios de política exterior de las naciones. Las fronteras no existen para el poder unipolar. Sin duda, la humanidad debe hacer prevalecerlos, aunque su invocación ha posibilitado violaciones flagrantes a la humanidad en todas partes del mundo, no solamente en Iraq, Ruanda (1972-1994), Bosnia, Kosovo. La Doctrina Bush II, es calificada como estrategia de seguridad nacional, aunque en realidad es geopolítica por cuanto implica domina- ción externa, que plantea la guerra preventiva, “guerra contra el terro- rismo”, mantenimiento de la supremacía militar estadounidense en el mundo, así como el desarrollo de la cooperación internacional, de los derechos del hombre y de la libertad. Pretende, asimismo, refundar el J/2 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. mundo arabo-musulmán, en un «Gran Medio-Oriente» 195 . Es una rede- finición de la geopolítica estadounidense de postguerra fría, basada en el unilateralismo. Es enunciada el 20 de septiembre 2002, posterior a los atenta- dos del 11 septiembre 2001, los primeros en territorio estadounidense después de la segunda guerra mundial; y en el contexto de una estra- tegia de postguerra fría, concentrada en una lucha antiterrorista y de xenofobia, particularmente antiárabe. Al día siguiente de los atentados, Bush II trata de responder supuestamente a la «fiebre antiamericana» que se había propagado en el mundo « arabo-musulmán », refugio designado por la administración Bush II del fundamentalismo religioso (islámico), del terrorismo y de la dictadura. La «guerra global contra el terror» tenía por objetivo destruir las “organizaciones y estructuras te- rroristas” y de establecer relaciones estrechas con pueblos y gobiernos de la zona. En esta perspectiva, en la administración Bush II comienza a conformarse la concepción de una reestructuración del Medio Oriente. Implícitamente se pretendía modificar el balance de poder en la región, por medio de la tensión histórica judío-arabo-libanes, hacia un desba- lance favorable a su administración, si se desequilibraba a un sector. Se trata de una actualización de la Teoría del Domino. Según esta vi- sión, la implantación de su tipo de democracia en un país árabe, signi- ficaría su expansión gradual en otros vecinos, hasta la desaparición de sus regímenes históricos. La invasión a Irak y posterior ocupación corresponde a la eje- cución de esta Doctrina. Para ello se justifica la necesidad de prote- ger la seguridad «americana» y de sus aliados, así como instaurar los «valores occidentales», entre ellos la «democracia». Sin duda, se plantea implícitamente que «América» debe prevalecer. Bajo esta apa- rente solidaridad con la humanidad, los aliados y principios universales se esconde un clásico proyecto geopolítico para asegurar el dominio de Estados Unidos sobre importantes áreas de recursos, entendidas 195 Fue expresada por vez primera el 20 septiembre 2002 mediante el documento geo- político titulado « The National Security Strategy of the United States of América », cuyos alcances fueron retomados por Bush en su discurso al Congreso Estadounidense, el 4 febrero 2004. J/J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA como fuentes de poder y de riqueza. Hay una consistencia ideológica entre su objetivo de dominio y lo que hacen, proporcionada por este modo geopolítico de pensar. Antes de la invasión a Irak, las regiones periféricas de Eura- sia eran la base del poder de Estados Unidos, mientras que en las regiones central-sur había una presencia limitada de sus fuerzas mi- litares, con ciertos aliados árabes e Israel. Desde el fin de la Guerra Fría, el realineamiento militar prioritario de Estados Unidos disminuyó su presencia en el Este de Asia y Europa y en la región centro-sur. Se cerraron bases militares de Estados Unidos en Europa, mientras se establecían otras en el Golfo Pérsico y en Asia Central. Sin duda que la Guerra contra Irak fue lanzada para proveer a los Estados Unidos de una posición dominante incontestable en la región del Golfo Pérsico, servir como punta de lanza para futuras con- quistas y afirmar su poder en la región. Fue orientada tanto contra Chi- na, Rusia, la Unión Europea, las competencias potenciales, así como contra Siria e Irán. Con la guerra en Irak se reestructuró así el mapa geopolítico de Eurasia, para asegurar la preeminencia del “poder ame- ricano” en la región. Esta acción militar de alta dimensión es parte de un largo proceso de afirmación del poder dominante de Estados Uni- dos en la zona central-sur de Eurasia, en el área decisiva (heartland) de este mega-continente. Pero ¿por qué específicamente ahora el área del Golfo Pérsi- co/Mar Caspio es geoestratégica? En parte, esto lo justifican porque aquí están localizadas unas de las mayores reservas mundiales de pe- tróleo, aproximadamente 70 % de las reservas conocidas. El petróleo no es simplemente fuente de energía, sino fuente de poder. Esta región es área del Mar Caspio, fuertemente disputada. Rusia es una potencia en expansión, China es una potencia expansiva, y los Estados Unidos, igual; pero en crisis estructural. Sin duda, el avance científico tecnoló- gico influirá para una menor dependencia del petróleo, como fuente de energía. En lo inmediato ello es poco probable. En el futuro estas po- tencias podrían prescindir del petróleo del Golfo Pérsico y del Mar Cas- pio. A inicios del siglo XXI el petróleo es el recurso que necesitan para sostener su crecimiento. El control sobre la fuente del petróleo pudiera J/4 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. parecer simplificación geopolítica, pero es la base que ha inducido a la política de Estados Unidos desde el fin de la Guerra Fría. Es en este contexto que se inscriben los intentos, geopolíticos estadounidenses del control del petróleo en México, Venezuela, Brasil, utilizando todas las formas para lograr imponer su racionalidad dominante. Supuestamente no hay otro lugar estratégico del mundo como este. Luchan entre sí, consciente y activamente. Las administraciones estadounidenses sucesivas están decididas a dominar estas áreas y a subordinar a sus rivales reales y potenciales y prevenir que formen un frente común contra los Estados Unidos. Para ello, todas las alianzas son posibles, aún las que aparentemente sean “irracionales”’ Detrás de toda aparente irracionalidad existe racionalidad. Los estrategas de Estados Unidos saben que quien controle el petróleo del Golfo Pérsico y de América Latina, controla la economía del mundo y, con ello, decide su suerte y la de los poderes competidores. Es sugestivo, que en esta época, se enuncie una especie de Doctrina Wolfowitz, Secretario de Defensa de Bush I, enunciada en el Pentágono en febrero 1992, mediante el documento “Defense Plan- ning Guidance 1994-1999”, en la cual se plantea intervención militar proactiva de los Estados Unidos a fin de paralizar y prevenir el ascenso de un par (o un igual) competidor, y concibe que se debe hacer todo para impedir que esto ocurra. Sin duda, es una declaración de guerra implícita, inclusive contra los aliados. Todos son rivales políticos. Esta Doctrina permaneció en la ideología del think-tank de los 90, reemer- giendo como la política militar global oficial de la administración Bush II. Fue incorporada como el principio central del documento “National Security Strategy of the United States of America. September 2002”. Este documento declara explícitamente que su propósito final es prevenir el ascenso de una gran potencia competitiva, y que los Es- tados Unidos usará todos los medios necesarios para prevenir que eso ocurra, incluyendo la fuerza militar preventiva cuando sea necesario, pero también mediante aumentos en el gasto militar que ningún com- petidor pueda jamás sostener. El 4 febrero 2004, Bush II retoma en el Congreso los alcances de su Doctrina, en plena ocupación militar estadounidense de Irak. J/· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Plantea: Mientras esta región permanezca bajo la tiranía, la desespe- ranza y la cólera, ella engendrara hombres y movimientos que ame- nazan la seguridad de los americanos y de sus aliados. Nosotros sos- tenemos el progreso democrático por una razón puramente práctica: las democracias no sostienen terroristas y no amenazan el mundo con armas de destrucción masiva. Entonces ¿cuáles son las implicaciones inmediatas de este rediseño de la estrategia geopolítica de Estados Unidos, hecha po- sible por el unilateralismo? Sin duda los estrategas geopolíticos de Estados Unidos han concluido que las “rimlands” de Eurasia, las del Asia del Este y la Europea, están bien aseguradas en “manos ameri- canas”. Reiteramos que el nuevo centro de competencia geopolítica está concentrado esencialmente en la zona Sur-Centro de Eurasia, comprendiendo el área del Golfo Pérsico, que posee los dos tercios de la riqueza mundial de petróleo; la cuenca del Mar Caspio, que posee una ubicación geoestratégica esencial y los países del Asia Central. Este es un nuevo centro de conflicto y lucha mundial, y la ad- ministración americana, cualesquiera que sea, responde a intereses geopolíticos para que los Estados Unidos controlen y dominen esta área crítica. Reiteramos que Irak fue el inicio de un ofensiva de Esta- dos Unidos en esta área, que extenderá su poder mas allá de la región. Esto provocará resistencias y oposición auto-consciente, aún de sus aliados. Los conflictos locales históricos de toda naturaleza es poco probable que cesen. Por ejemplo, el conflicto entre Armenia y Azerba- ján, Abjazia y Georgia. Estos conflictos locales impactaran en la segu- ridad de Estados Unidos. Asimismo, las guerras afganas y chechenias podrían desestabilizar la región, cercana a Rusia, competidor clave de Estados Unidos, China y Europa. En todas esas disputas es altamente probable la intervención directa o indirecta, abierta o encubierta de los Estados Unidos y de otros poderes contendientes, que pueden entrar en conflicto entre sí, provocando tensiones desestabilizadoras. Nos encontramos así en una nueva etapa de Guerra Fría La- tente en el Centro Sur de Eurasia, con amplias posibilidades para crisis y explosiones mayores. En ninguna otra parte del mundo están Rusia, China, Estados Unidos, tan directamente comprometidas y apoyando J/o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. grupos y regímenes opuestos a intereses interpotencias. Las tropas estadounidenses permanecerán en Eurasia y en otras regiones estra- tégicas primarias mientras exista la unipolaridad. Esto generará alto riesgo de violentos encuentros y potenciales sufrimientos humanos. ¡El movimiento por la paz mundial tiene amplios desafíos en el Siglo XXI! SECCIÓN V. Política y Poder en el Estructuralismo y la Postmo- dernidad 196 ¿Qué es Estructuralismo? ¿Qué es la Postmodernidad? ¿En qué forma contribuyen a la Política, al Poder, a la reorganización de las naciones, del Estado y de la Economía? ¿Cómo se diferencian? Se iniciará con la corriente del pensamiento Estructuralista, que precede a la Postmo- dernidad. En esta época PostEstructuralista y de la PostModernidad, la geopolítica asume un papel reproductor de atomización de la socie- dad, promotor del individualismo y de lesión de los Estados Nación y la Economía está al servicio de grandes corporaciones y del consumismo individualista. La Geopolítica dominante pretende imponer sus ideas como la única ideología existente, lo inmutable, lo universal, lo perma- nente. Es el fin de la (su) historia. ¿Qué es Estructuralismo? A menudo se ha contrapuesto el Estructuralismo al atomicismo o al asociacionismo, de modo tal que se habla de una concepción estructuralista pero también, simultánea- mente de un método estructuralista que se contrapone con el método 196 Esta categoría se popularizó a partir de la publicación de La condición posmoderna de Jean Francois Lyotard en 1979, varios autores habían empleado el término con an- terioridad. Estas reflexiones son esencialmente determinadas por los pensadores más destacados de las corrientes posmodernas son Gilles Deleuze, Fean Baudrillard, Jean Francois Lyotard, Jacques Lacan,Michel Foucault, Gianni Vattimo, Jacques Derrida, Gilles Lipovetsky,Slavoj Zizek, Alain Badiou, Durkheim (padre de la teoría Funcionalista), Bernstein, Bordieu, entre otros. Perry Anderson. Los orígenes de la postmodernidad. Anagrama. Madrid, 2000. Jurgen Habermas. El discurso filosófico de la modernidad, en El pensamiento postmetafísico. Taurus. Madrid, 1990. Gonzalo Pasamar Alzuria. La historia contemporánea, aspectos teóricos e historiográficos. Síntesis. Madrid, 2000 (pp. 133-141). G. Vattimo, J. M. Mardones, I. Urdanabia... [et al.]. En torno a la post- modernidad. Anthropos. Barcelona. 1990. J.Baudrillard, J.Habermas, E. Said y otros. La postmodernidad. Kairós, 2000. Psicología Posmoderna : el yo disgregado. Editorial ICQ. 2004. Jean-François Lyotard. La condición postmoderna: Informe sobre el saber (La Condition postmoderne: Rapport sur le savoir. 1979). David Lyon. Postmodernidad. Alianza. Madrid. 1996. J// IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA analítico y sintético de descomposición y recomposición de elementos. No necesariamente el método atomista es contrapuesto al estructural, sino que puede ser utilizado complementariamente. No puede decirse claramente que el estructuralismo sea una escuela, sino más bien un enfoque metodológico histórico analítico crí- tico para las ciencias humanas, como la antropología cultural, la lingüís- tica, la historia... Sin embargo, el método tiene derivaciones filosóficas de consideración. Durante las décadas 1940 y 1950, la escena filosófi- ca francesa se caracterizó por el Existencialismo, fundamentalmente a través de Jean Paul Sartre, aparecen también Fenomenología, el retor- no a Hegel y la filosofía de la ciencia, con Gastón Bachelard. Pero algo cambia en la década del 60. Cuando Sartre se orienta hacia el marxis- mo, surge una nueva visión, el estructuralismo. Claude Levi Strauss inicia este nuevo movimiento en la etnología al que luego le seguirán Lacan, en el psicoanálisis, Luis Altuhusser en el estudio del marxismo; y finalmente, Miguel Foucault. Cabe destacar que Althusser y Foucault rechazaron la clasificación de su pensamiento dentro del Estructuralis- mo, y en rigor, únicamente Levi Strauss realizó una reflexión explícita sobre el estructuralismo como método. En cualquier caso, se trata de un alejamiento de perspectivas historicistas o subjetivistas, a efectos de encontrar una nueva orientación para la investigación. Etimológicamente, el Estructuralismo nos envía a interrogar- nos ¿Qué es Estructura? Una estructura designa un conjunto de ele- mentos solidarios entre sí, o cuyas partes son funciones unas de otras. Existe interrelación e interdependencia. Los componentes de una estructura siempre se hallan interre- lacionados. Por ello se afirma que una estructura está compuesta de miembros más que por partes y que es un todo más que una suma. En la estructura hay enlace y función más que adición y fusión. Lévi-Strauss ha definido las condiciones que implican la categoría estructura: 1. Im- plican la existencia de sistema. Esto consiste en que sus elementos se interrelacionan de manera tal que la modificación de cualquiera de ellos implica una modificación de todos los demás; 2. Como todo mo- delo pertenece a un grupo de transformaciones, cada una de éstas se corresponde con un modelo del conjunto de estas transformaciones. J/8 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Se constituye un grupo de modelos. 3. Las propiedades enunciadas previamente permiten predecir, de qué manera reaccionará el modelo en el caso en que alguno de sus elementos se modifique. 4. El modelo debe ser construido de tal manera que su funcionamiento pueda dar cuenta de todos los hechos observados. Una estructura, no es una realidad empírica observable sino un modelo explicativo teórico construido no como inducción sino como hipótesis. Se diferencia así “estructura” de “acontecimiento”. En la es- tructura no se considera a los términos en sí mismos sino a sus rela- ciones, es por lo tanto, un sistema de relaciones y transformaciones, regulado por una cohesión interna que se revela en el estudio de sus transformaciones. 197 Como todo cuerpo teórico, el Estructuralismo tiene su Método. ¿Cuál es el Método Estructuralista? La categoría estructura, o sus simi- lares, es, por supuesto, anterior a su utilización por parte de los estruc- turalistas franceses. Estaba presente en las matemáticas a través de la noción de “grupo” y en la lógica, como “formalización”, e incluso en la física y en la biología. El equivalente en psicología, puede hallarse en la categoría Gestalt (forma), utilizado por la Escuela de la Gestalt cuyo objetivo central fue el de superar los planteamientos de la teoría asociacionista. Lewin traslada el concepto de la gestalt a la psicología social, Freud elabora un modelo estructural del inconsciente reprimido (yo-ello-súper yo) e incluso Marx utilizará los conceptos de infraestruc- tura y superestructura para establecer los supuestos del materialismo histórico. Sin embargo, el estructuralismo se inspira especialmente en la lingüística de Saussure , quien distinguió entre “lengua” y “habla” considerando la lengua como un “sistema de signos”, independiente del uso que de él hace el individuo y así propuesto la creación de una nueva ciencia. Así, Lévi-Strauss piensa que los fenómenos sociales ofrecen el carácter de signos y que cualquier sociedad puede ser estudiada como 197 Jean Piaget ha definido a las estructuras a través de tres características 1. Totalidad: es un sistema que posee más propiedades que la de sus elementos aislados. 2. Trans- formaciones, posee un equilibrio dinámico 3. Autorregulación: el sistema es cerrado y se autoconserva, porque es un sistema de transformaciones autorreguladas. J/' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA un sistema de signos. Una sociedad puede ser considerada como un juego de signos, de lenguaje o de comunicación. El método para su estudio será descubrir la estructura o sistema de ese juego. Dado que, en cualquier caso, se trata siempre de fenómenos sociales que pueden ser considerados como signos, la metodología puede ser la misma que la empleada por la lingüística estructural. ¿Qué es entonces Postmodernidad? Sin duda, uno de los ma- yores desafíos es definir lo que es posmodernidad. Esta dificultad resul- ta de diversos factores, entre los cuales los principales son la ausencia de un marco teórico válido para analizar científicamente los hechos que se dan en el largo y complejo proceso que se llama posmodernis- mo. El principal obstáculo proviene justamente del mismo proceso que se quiere definir, porque es eso precisamente lo que falta en esta era: un sistema, una totalidad, un orden, una unidad, en definitiva coheren- cia. Definir la Modernidad y por consecuencia Postmodernidad supone en consecuencia que exista una especie de acuerdo general, sobre un proceso contradictorio, ideológico y multidimensional. Nos concen- traremos en la Postmodernidad y sus efectos en la Política, desde la filosofía política. La categoría posmodernidad 198 designa generalmente un am- plio número de movimientos filosóficos, artísticos, culturales y literarios del siglo XX, definidos en diverso grado y manera por su evolución, oposición o superación del Modernismo, estético, y que influyeron en la redefinición de las ideas, las sociedades y la visión política. No deben confundirse los términos “modernidad” y “modernismo” y “posmoderni- dad” y “posmodernismo”. “Modernidad” se refiere a un periodo histórico muy amplio que supone referirse a sus características políticas, socia- les, económicas, etc. Así se podría -por ejemplo- hablar de la civilización o cultura moderna en un sentido muy amplio y ese es el sentido que generalmen- te se le da en el ámbito de la filosofía política, la teoría sociológica y la teoría crítica. Siguiendo el mismo ejemplo, puede hablarse de la cultu- 198 En sociología en cambio, los términos posmoderno se refiere al proceso cultural ob- servado en muchos países desde principios de los años 1970. Esta otra acepción de la palabra se explica bajo el término postmaterialismo. J80 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. ra posmoderna. Por otra parte, el “modernismo” y “posmodernismo” se usan para referirse a una corriente estética que emergió primeramente en la literatura, en las artes plásticas y luego en la arquitectura. Así, en este segundo caso, podemos hablar de la literatura modernista o posmodernista, al igual que en la arquitectura. La postmodernidad, por más polifacética que parezca, no sig- nifica una ética de carencia de valores en el sentido moral, pues preci- samente su mayor influencia se manifiesta en el actual relativismo cul- tural y en la creencia de que nada es totalmente malo ni absolutamente bueno. La moral postmoderna es una moral que cuestiona el cinismo religioso predominante en la cultura occidental y hace énfasis en una ética basada en la intencionalidad de los actos y la comprensión inter y transcultural de corte secular de los mismos. Es una nueva forma de ver la estética, un nuevo orden de interpretar valores, una nueva forma de relacionarse, intermediadas muchas veces por los factores postindustriales; todas éstas y muchas otras son características de este modo de pensar. Las diversas corrientes del movimiento posmoderno aparecie- ron durante la segunda mitad del siglo XX. Aunque se aplica a visiones muy diversas, todas ellas comparten la idea que el proyecto moder- nista fracasó en su intento de renovación radical de las formas tradi- cionales del arte y la cultura, el pensamiento y la vida social. Frente al compromiso riguroso con la innovación, el progreso y la crítica de las vanguardias artísticas, intelectuales y sociales, al que considera una forma refinada de fundamentalismo, el posmodernismo defiende la hibridación, la cultura popular, la desconcentración de la autoridad intelectual y científica y la desconfianza ante los grandes relatos. Se suele dividir a la posmodernidad en tres sectores, depen- diendo de su área de influencia, como un período histórico, como una actitud filosófica, o como un movimiento artístico. Histórica, ideológica y metodológicamente diversos aportes comparten la idea que la renova- ción radical de las formas tradicionales en el arte, la cultura, el pensa- miento y la vida social impulsada por el proyecto modernista, fracasó en su intento de lograr la emancipación de la humanidad y que un proyecto semejante es imposible o inalcanzable en las condiciones actuales. J81 IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA El eje del pensamiento moderno —tanto en las artes como en las ciencias— había estado centrado en la idea de la revolución, evolución o progreso, entendido como la reconstrucción de todos los ámbitos de la vida a partir de la sustitución de la tradición o conven- ción por el examen radical no sólo del saber transmitido; sino también de las formas aceptadas de organizar y producir ese saber —como la tonalidad, la perspectiva o la primacía de la conciencia. La noción de discontinuidad, no lineal, había adquirido dignidad filosófica a través de la interpretación marxista de la dialéctica de Hegel. La Posmodernidad plantea la ruptura de esa linealidad tem- poral. Igualmente, la modernidad planteaba la firmeza del proyecto de la Ilustración de la que se alimentaron -en grado variable- todas las corrientes políticas modernas, desde el liberalismo hasta el marxismo, la definición actual de democracia, derechos humanos. La Posmoder- nidad plantea posiciones que señalan que ese núcleo ilustrado ya no es funcional en un contexto multicultural, que la ilustración -a pesar de sus aportes- tuvo un carácter etnocéntrico y autoritario, patriarcal, ba- sado en la primacía de la cultura europea y que, por ello, o bien no hay nada que rescatar de la ilustración, o bien, aunque ello fuera posible, ya no sería deseable. Por ello, la filosofía posmoderna ha tenido como uno de sus principales aportes el desarrollo del multiculturalismo y los feminismos de la diferencia. Los principales opositores a los planteamientos de la posmo- dernidad han sido miembros de cierta teoría crítica y neomarxistas, que, si bien reconocen los fallos de la modernidad y su centro ilustrado, reconocen como valiosos e irrenunciables ciertos valores democráticos de igualdad y ciudadanía, valorizados en la Postmodernidad, aunque en un enfoque lineal e individualista. Dichos valores -plantean estos autores críticos, como Jürgen Habermas- son la única salvaguarda frente a la fragmentación social y la precarización del Estado Nacional. Por ello plantean que, más que buscar una posmodernidad, hay que llevar a cabo -como proyecto filosófico y político- una nueva Ilustración de la modernidad. Luego de los atentados del 11 de septiembre 2001 y los pro- fundos cambios geopolíticos que éstos conllevaron, además del debi- J82 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. litamiento de la fuerza jurídica vinculante de los derechos humanos, la discusión de la posmodernidad perdió fuerza. Esta se caracteriza -ahora- por sus definiciones por negación. El término Posmodernidad ha dado paso a otros como modernidad tardía, modernidad líquida, sociedad del riesgo, globalización, capitalismo tardío o cognitivo, que se han vuelto categorías más eficientes de análisis que la de Posmo- dernidad. En cambio, el Posmodernismo sigue siendo una categoría que en los ámbitos estéticos se ha manifestado muy productiva y no necesariamente contradictoria respecto a las recién indicadas. Como referido, tras el fin de La Guerra Fría como consecuen- cia parcial del derrumbamiento del régimen soviético y teniendo como máximo símbolo la caída del muro de Berlín (1989), se hace evidente el fin de la era bipolar. La Unipolaridad produce como consecuencia la cristalización de un nuevo paradigma global de corto plazo, que im- pone nuevas ideas fundadas en la reproducción de un modelo capita- lista que suponen inmutable, perfecto, permanente, bajo la égida del individualismo y de la supremacía. Sus máximos exponentes o de los socioeconómicos y político-económicos son la Globalización y el Neo- liberalismo, respectivamente. El mundo postmoderno se puede diferenciar y dividir en tres grandes realidades: La realidad filosófico- política, histórico-social y la realidad socio-psicológica. Como realidad filosófico-política, considerando la identifica- ción de posmodernidad como una entidad distinta del modernismo y el esclarecimiento de los vínculos entre ambos, es una situación, aún constante en la teoría post contemporánea. 199 La producción teórica sobre postmodernidad está relacionada con la crisis del estructura- lismo nacido en los años 1960. El filósofo italiano Gianni Vattimo de- fine el pensamiento postmoderno, en el cual lo importante no son los hechos sino sus interpretaciones. Así como el tiempo depende de la posición relativa del observador, la certeza de un hecho no es más que 199 La crítica de las nociones colineales de la historiografía ha elevado a sus partidarios a definir como posmodernos autores del siglo XX —sobre todo Friedrich Whilhem Ni- etzche— y aún de la Antigüedad meso clásica —Protagoras, Gorgias, Isocrates y otros sofistas—. J8J IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA eso, una verdad relativamente interpretada y por lo mismo, incierta. El modelo determinista de la causalidad, de la verdad de un sujeto fuerte al estilo de Hegel, Kant e incluso Marx y el planteamiento del tiempo lineal como el de Leibniz son puestos en tela de juicio. En el campo científico, la teoría de la relatividad y posteriormen- te la física nuclear, revolucionaron la física gregoriana y la forma de inter- pretar el universo . Del mismo modo lo han hecho en el campo filosófico. En la ciencia han sido muy importantes la Teoria del Caos, o la imposi- bilidad de predecir hechos suficientemente futuros, y la transcripción del Principio de Incertidumbre de Heisenberg, nombre que define una de las mayores características del pensamiento postmoderno. Lo mismo ha ocurrido en el área de la la epistemología y de la filosofía con el devenir del psicoanálisis. Aunque Freud ha sido siempre tratado como un autor clásico en el sentido que si bien critica algu- nos aspectos de la cultura moderna -especialmente en El malestar en la cultura- algunos de sus seguidores como Lyotard y Vattimo se han orientado hacia planteamientos posmodernos. Las características histórico-sociales mas significativas de la Postmodernidad se asocian con.1. En contraposición con la Moderni- dad. La Postmodernidad es la época del desencanto. Las utopías y a idea de revolución entran en crisis. Se produce un cambio de paradig- ma en el orden económico capitalista keynesiano, haciendo primar las concepciones neoliberales de debilitamiento del Estado, primacía de un libre mercado concentrador y centralizador. En la postmodernidad, la revalorización de la naturaleza y la defensa del medio ambiente, coexiste con la compulsión al consumo. Existe desacralización de la política, desmitificación de los líderes. Desaparecen las grandes figuras carismáticas y surgen infinidad de pequeños ídolos que duran hasta que surge algo más novedoso y atra- yente. Desaparece la ideología como forma de elección de los líderes, siendo reemplazada por la imagen. Los medios de masas se convier- ten en creadores de verdad. Lo que no aparece por un medio de comu- nicación masiva, simplemente no existe para la sociedad. Los medios de masas y el “marketing” se convierten en centros de poder. Prima la Forma sobre la Esencia. Deja de importar el contenido del mensaje, J84 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. para revalorizar la forma en que es transmitido y el grado de convicción que pueda producir. Aleja al receptor de la información recibida, quitán- dole realidad y relevancia, convirtiéndola en mero entretenimiento. Se pierde la intimidad y la vida de los demás se convierte en comedia. La vida es un “show”. Con respecto a los aspectos sociopsicológicos, la postmoder- nidad se caracteriza por: 1. Los individuos sólo quieren vivir el presen- te. Futuro y pasado pierden importancia. El mundo es un punto simple, inferior a lo lineal y a la complejidad de la multidimensionalidad que representan el pasado y el futuro; 2. Búsqueda de lo inmediato; 3. Un proceso de pérdida de la personalidad individual; 4.La única revolución que el individuo está dispuesto a llevar a cabo es la interior, el indivi- dualismo es lo único existente; 5. Se rinde culto al cuerpo y la libera- ción personal; 6. Se vuelve a lo místico como justificación de sucesos; 7.Pérdida de fe en la razón y la ciencia, pero en contrapartida se rinde culto a la tecnología; 8. El hombre basa su existencia en el relativismo y la pluralidad de opciones, al igual que el subjetivismo impregna la mi- rada de la realidad; 9. Pérdida de fe en el poder público; porque, ade- más, la colectividad no existe; 10. Despreocupación ante la injusticia, porque ha desaparecido la noción de sociedad; 11. Desaparición de idealismos, sustituido por el consumismo individual; 12. Pérdida de la ambición personal de autosuperación, puesto que las utopías son una ilusión; 13. Desaparición de la valoración del esfuerzo; 14 Aparecen grandes cambios en torno a las diversas religiones; 15. Desaparece la literatura fantástica; 16. La gente se acerca cada vez más a la inspira- ción “vía satelital”; 17. Las personas aprenden a compartir la diversión vía internet con amistades cibernéticas. Uno de los síntomas sociales más significativos de la postmo- dernidad se encuentra en la saga de mensajes donde el realce de la estética y la ausencia de culpa causal, unidos a la percepción de un fu- turo y una realidad inciertas, se hacen evidentes. Existe preeminencia de los fragmentos sobre la totalidad, ruptura de la linealidad temporal, abandono de la estética de lo bello al estilo kantiano, pérdida de la cohesión social y, sobre todo, la primacía de un tono emocional melan- cólico y nostálgico. J8· IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA Reiteramos que entre los principales críticos de la postmoderni- dad se citan a Jurgen Habermas, Lyotard, Huyssen, Vattimo.Habermas ha sido el principal crítico de las nuevas corrientes posmodernistas. Para él, la posmodernidad en realidad se presenta como anti-moderni- dad. Define a los posmodernistas como “jóvenes conservadores” que recuperan la experiencia básica de la modernidad estética; “reclaman como suyas las confesiones de algo que es subjetivo, liberado de las obligaciones del trabajo y la utilidad y con esta experiencia dan un paso fuera del mundo moderno”. Habermas defiende la diversidad de las diferentes culturas bajo el primado de los derechos humanos como base normativa de “una vida libre de dominación”. Ello supone llevar a cabo una segunda Ilustración de la modernidad, que corrija sus fallos, al tiempo que preserve sus logros ciudadanos y democráticos. Jean François Lyotard criticó la sociedad actual postmoderna por el realismo del dinero, que se acomoda a todas las tendencias y necesida- des, siempre y cuando tengan poder de compra. Criticó los metadiscursos: idealistas, iluministas, el cristiano, el neomarxista y el liberal, incapaces de conducir a la liberación. La cultura postmoderna se caracteriza por la incre- dulidad con respecto a los metarelatos, invalidados por sus efectos pragmá- ticos y que no se trata de proponer un sistema alternativo al vigente, sino de actuar en espacios muy diversos para producir cambios concretos. El criterio actual de operatividad es tecnológico y no el juicio sobre lo verdadero y lo justo. Defiende la pluralidad cultural y la riqueza de la diversidad. Para Andreas Huyssen, existe una relación entre modernismo estético y el postestructuralismo (que es una variante de modernismo confiado en su rechazo de la representación y la realidad en su ne- gación del sujeto, la historia, etc.) Este autor defiende que la cultura posmoderna debería ser captada en sus logros y sus pérdidas, en sus promesas y perversiones e intenta defender con sus obras (Dialecta Escondida, Guía de la Posmodernidad...) que si las vanguardias inten- taron cambiar el mundo, más lo hizo la tecnología, la industria cultural. El surgimiento de la cultura posmoderna se debió a las nuevas tecno- logías que se apoyan en el lenguaje: los medios de comunicación y la cultura de la imagen. Según Lyotard, las tecnologías comunicativas han producido una sociedad de la información. J8o I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. Para Gianni Vattimo, hemos entrado en la postmodernidad, una especie de “babel informativa”, donde la comunicación y los me- dios adquieren un carácter central. La postmodernidad marca la su- peración de la modernidad dirigida por las concepciones unívocas de los modelos cerrados, de las grandes verdades, de fundamentos con- sistentes, de la historia como huella unitaria del acontecer. La post- modernidad abre el camino, según Vattimo, a la tolerancia sin límites, a la diversidad. Es el paso del pensamiento fuerte, metafísico, de las cosmovisiones filosóficas bien perfiladas, de las creencias verdaderas, al pensamiento débil, a una modalidad de nihilismo débil, a un pasar despreocupado y, por consiguiente, alejado de la acritud existencial. Para Vattimo, las ideas de la postmodernidad y del pensamiento dé- bil están estrechamente relacionadas con el desarrollo del escenario multimedia, con la toma de posición mediática en el nuevo esquema de valores y relaciones. Con base en el trabajo de Vattimo se han rea- lizado múltiples trabajos en la teoría de los medios de comunicación en la postmodernidad. En síntesis, con la Postmodernidad asistimos a una especie de involución y pesimismo de la humanidad. La solidaridad y el bien común han sido sustituidos por el bien individual. La parte prima sobre el conjunto. El sistema es atomizado y dominan las partes. La ideología y los principios son sustituidos por el interés. La forma prima sobre la esencia. El relativismo se impone sobre el carácter absoluto. Es el fin de la historia. El hombre consumidor, individualista, metafísico, preva- lece sobre el hombre multidimensional que ha edificado, revolucionado civilizaciones. Se impone la reflexión filosófica sustantiva en el siglo XXI, que fue la máxima del pensar 2500 años atrás, en plena filosofía griega clásica. Las civilizaciones del siglo XXI deben reencontrar su papel en la historia. Esta reflexión sobre futuras civilizaciones es parte de nues- tro siguiente libro. Dr. J. Nelson Ávila G. Dra. Patricia Gillezeau B. J8/ IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA |. !¡¡SON AVIIA Profesional universitario hondureño con formación transdisciplinaria en cinco áreas, titular de postdoctorados en economía, gerencia de la educación superior, sociedad y política, gerencia y políticas públicas, doctorado en economía, desarrollo y finanzas internacionales, con ex- periencia superior a 25 años como funcionario o consultor internacional, ejecutivo, jefe de misiones interagenciales y de equipos técnicos, de planes y proyectos de desarrollo de los sectores público y privado, jefe de negociaciones y de cooperación internacional e integración, estrate- gias y políticas, en varios países y sectores, en organismos mundiales y regionales (ONU, BID, BCIE) en Estados y sectores privados en tres continentes (América Latina, Estados Unidos, Francia, África); coordi- nador de postdoctorados en economía, gerencia y políticas públicas, jefe de departamento académico, profesor universitario de postdocto- rados y doctorado, director de tesis y miembro de equipo académico postdoctoral y doctoral; conferencista internacional en Asia, Europa, Estados Unidos y América Latina por casi tres décadas y con honores internacionales; visitante distinguido de la Alcaldía de Maracaibo, Ve- nezuela; autor de libros sobre Estado, Política y Poder, Globalización, Sistema Monetario Internacional, artículos académicos en las áreas de geopolítica, educación superior, plan de nación, reforma del Esta- do, políticas públicas, nueva economía. Jefe Equipo de Gobierno, Ex Candidato Presidencial de la República de Honduras; Ministro Asesor Económico del Presidente de Honduras 2006-2009 y Ministro Comisio- nado Presidencial ALBA-SUCRE y Banco del ALBA. Conocimiento de cinco idiomas (Castellano, Francés, Inglés, Portugués, Italiano). J88 I!. |. !II'í! AVIIA \. - I!A. IA1II\IA \IIIIZIAI I. IAT!¡C¡A \¡¡¡¡7¡AU Profesional universitaria venezolana con formación transdisciplinaria en cinco áreas, titular de postdoctorados en gerencia de la educación superior, sociedad y política,, doctorado en ciencias, con maestrías en ECONOMÍA, gerencia de empresas y planificación urbana regio- nal, con experiencia académica de mas de 25 años como profesora de la Universidad del Zulia LUZ, Maracaibo, Venezuela, Coordinadora del Doctorado de Ciencias Económicas de LUZ desde el año 2001, Coordinadora del Comité Académico del Doctorado, Directora de Tesis; conferencista internacional en Asia, Europa y América Latina, laurea- da académica; investigadora, autora de libros sobre Estado, Política y Poder, artículos académicos arbitrados en las áreas de economía, educación superior, descentralización, políticas públicas.. J8' IíIII. IíII1I\A. I'1AIí Y II^í\IA\IA IIIIIí\IAIIA Álvarez, Eduardo. (2005). Abajo la Democracia el triunfo de la tiranía neoliberal. Ediciones B. ISBN: 84-666-2065-6. 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