Plutarco - Moralia 4 - Charlas de Sobremesa

March 29, 2018 | Author: Oliver Guerrero | Category: Plato, Symposium, Socrates, Plutarch, Truth


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PLUTARCOOBRAS MORALES Y DE COSTUMBRES (MORALIA) IV CHARLAS DE SOBREMESA INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS POR FRANCISCO MARTÍN GARCÍA & E D IT O R IA L G R ED O S x íÍABENT SUA A i f FATA llBElll] fj^ iv i r /| \*rx i 1 V i/ % - Asesor para la sección griega: C a r l o s G a r c í a G u a l . Según las normas de la B. C. G ., la traducción de este volumen ha sido revisada por A l b e r t o M e d in a G o n z á l e z . © EDITORIAL GREDOS, S. A. Sánchez Pacheco, 81, Madrid. España, 1987. Depósito Legal: M. 35001-1987. ISBN 84-249-1253-5. Impreso en España. Printed in Spain. Gráficas Cóndor, S. A ., Sánchez Pacheco, 81, Madrid, 1987. — 6105. CHARLAS DE SOBREMESA . (Quaestiones convivales) INTRODUCCIÓN I. Temática y estructuras De todas las obras relacionadas con el tema simposíaco posteriores a las de Platón y Jenofonte hasta el siglo i d. C., la de Plutarco, con todas las modificaciones que haya podido sufrir el género convival en el transcurso de más de cuatro siglos, es la única que se nos ha transmitido casi completa; pues, si exceptuamos la pérdida de una serie más bien pequeña de cuestiones \ el resto lo conservamos en un estado bastante aceptable. Muy variado es el repertorio de temas tocados por nues­ tro autor a lo largo de los nueve libros que componen su obra: casi un tercio corresponde al ámbito de las ciencias naturales y de la medicina, otro tercio a temas gramatica­ les e históricos, y, además de ello, no faltan los astronómi­ cos, psicológicos, poéticos, mitológicos, filológicos, musi­ cales, los referentes al orden y decoro en los banquetes y algunos otros más 2. 1 Incompletas están, en el libro IV, la 5 y la 6, y del IX, la 6 y la 7. Conocemos sólo el título de las del resto del libro IV, es decir, desde la cuestión 8 a la 10, y del IX, de la 8 hasta la 12. 2 Véase, al respecto, K. Z ie g l e r , «Plutarchos», en P a u l y -W is s o w a , RE., XXI, 1, 1951, col. 888. 10 MO RALLA Heterogéneo también es el tratamiento formal de las cuestiones; unas se nos presentan en forma dialogada con todo lujo de detalles, como pueden ser la indicación del lugar y fecha en que se celebró el banquete y los nombres del anfitrión y asistentes, a veces bien caracterizados; en tanto que otras añaden a una carencia total de estos datos el carácter de diatribas o de largos monólogos (por ej. I 3, V 1, 2, 9, VI 1, 9, 10, VIII 5, y IX 1, donde el diálogo parece completamente olvidado; monólogos sensu stricto son II 1, III, 9 y IX 15; las demás conservan, al menos, la apariencia de un diálogo). Sin embargo, a pesar de las referidas diferencias for­ males, existe algo en lo que casi todas las cuestiones mues­ tran una coincidencia unánime: su estructura 3, cuyo estu­ dio emprendemos al objeto de fijar la unidad interna de la obra, el o los modelos que sirven de base a Plutarco en su composición, la finalidad perseguida y, finalmente —y si ello es posible—, determinar en qué medida el autor de las Vidas Paralelas refleja conversaciones auténticamen­ te mantenidas en el círculo de sus amigos y familiares. Tal tipo de análisis estructural, en lo que al de Queronea se refiere, no es del todo novedoso, pues ya C. Kahle 4 lo ensayó a principios de siglo con notable éxito, si bien prestando mayor atención a otros diálogos plutarquianos que a la obra que ahora nos ocupa. De ahí, pues, nuestro interés por completar esta parcela en los estudios de Plu­ tarco. 3 Escapan a esta norma Jos m onólogos de Plutarco (II 1), Aristión (III 9) y Amonio (IX 15). 4 D e Plutarchi ratione dialogorum componendorum_, tesis doct., Gotinga, 1912. INTRODUCCIÓN 11 Un gran número de cuestiones se suelen iniciar con una breve información 5 sobre el lugar y fecha correspondien­ tes al coloquio que a poco tendrá lugar. Igualmente, se nos presentan por orden de aparición los personajes que intervienen en él, de los que en bastantes ocasiones se ilos indica su profesión o afiliación filosófica. Si muchos inter­ locutores, a nuestros ojos, no se hallan bien caracteriza­ dos, ello se debe a que Plutarco, al igual que Platón, pone en escena a familiares y amigos muy conocidos en su en­ torno social 6. Al lado de los personajes que podríamos calificar de «conocidos», Plutarco recurre al uso de pro­ nombres indefinidos o a la presencia de un forastero en treinta y nueve de las cuestiones que se nos han transmitido 7. En toda esta escenografía, bien montada por lo gene­ ral, resultan chocantes cuatro casos: el primero y menos relevante se encuentra en VII 10, en cuyo inicio se habla de unas ruidosas conversaciones, sosegadas al fin, cuando en la cuestión anterior todo había transcurrido con absolu­ ta calma. Un despiste por parte del autor supone VI 3, ya que silencia el nombre del anfitrión en un banquete ini­ ciado dos cuestiones antes. Los dos últimos y más graves son VI 5, donde Lamprías, abuelo de Plutarco, acusa a su hijo de haber preparado un banquete sin orden ni con­ 5 Para más detalles sobre la estructura, véase nuestro artículo «Las Cuestiones Convivales de Plutarco: Estructura, Fuentes y Finalidad de la obra», Revista del Colegio Universitario de Ciudad Real 2 (1983), 109-134. 6 Cf. K a h l e , De Plutarchi ratione..., págs. 5 y 10, en donde señala que el círculo de amigos de Platón es mucho más limitado que el de Plutarco. 7 Éstas son: I 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8; II 3, 8, 9, 10; III 6; IV 4; V 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9; VI 1, 3, 4 y 6 (un forastero), 8, 9, 10; VII 1, 5, 6, 7, 9; VIII 3, 5, 6, y IX 1. 12 MORALIA cierto, lo que en realidad corresponde a su nieto Timón, el anfitrión en I 2, y, finalmente, II 6, donde se nos dice que, en los jardines de Sóclaro, Plutarco y el cortejo de invitados contemplaron los más insólitos tipos de injertos en árboles frutales, cuando en la actualidad sabemos que dentro de la arboricultura los mencionados injertos son im­ posibles, y cuesta trabajo admitir la hipótesis de Z. Abramowiczówna 8, según la cual se trataría de una broma del jardinero de Sóclaro. Plutarco, al contrario que Platón, opera con un núme­ ro muy elevado de personajes, circunstancia ésta que en no pocos casos desorienta al lector. Ello, no obstante, co­ mo dentro de una cuestión concreta rara vez emplea más de tres o cuatro, nos permite esbozar en líneas generales la estructuración de las distintas secuencias que se van sucediendo a lo largo de cualquier cuestión. La primera secuencia se destina, por lo normal, a la exposición de opiniones ingenuas, vulgares o extremistas, y de teorías científicas o filosóficas, o bien defendidas por rétores, gramáticos, médicos y representantes de las escue­ las peripatética, estoica o epicúrea, esta última, como es sabido, la más opuesta a Platón 9, o bien es el propio autor, o un familiar, o amigo íntimo, con una forma de pensar parecida a la suya, el encargado de presentarnos las tesis de las escuelas rivales, a las que se considera equivocadas. Todo ello, naturalmente, en un ambiente cordial, acorde con el afable carácter de Plutarco 10. 8 «Plutarchs Tischgespráche», Aíter'tum VIII (1962), 80-88, 83-84. 9 Cf. C. G a r c ía G u a l , «Epicuro el liberador», Est. Clás. 61 (1970), 379-408, y B. F a r r in g t o n , La rebelión de Epicuro, trad. esp., Barcelo­ na, 1968. 10 Cf. Z ie g l e r , «Plutarchos», col. 892. INTRODUCCIÓN 13 Si se considera que otra intervención basta para zanjar el tema discutido, nuestro autor, en una segunda secuen­ cia, saca a escena un nuevo personaje con la misión de rebatir los puntos de vista ya mencionados. A tal fin se nos introducen personas con convicciones filosóficas simi­ lares a las de Plutarco, entre las que, lógicamente, se en­ cuentra él también, o individuos de espíritu abierto e in­ quieto, como su abuelo Lamprías, su hermano, de idéntico nombre, su amigo FiHno 11, etc. En el caso de que la cuestión no se cierre con este apar­ tado 12, en la segunda secuencia se incluyen opiniones que refuerzan los puntos de vista equivocados, o que, al con­ trario, los refutan 13, pero corrientemente de forma gra­ dual. Su objeto es preparar el camino a la tercera y, por lo normal, última secuencia, reservada a Plutarco y a aque­ llos que poseen un temperamento más filosófico y original. Sumamente raro es que una conversación se prolongue en más de tres secuencias, como antes advertimos; pero, cuando ello ocurre, el personaje puesto en escena, o cum­ ple las mismas funciones que en los apartados dos y tres, 11 Un buen estudio de los amigos y familiares de Plutarco se puede hallar e n R. V o l k m a n n , Leben, Schriften urtd Philosophie des Pluíarch vori Chaeronea, 2 vols., Berlín, 1869, vol. I, págs. 16 y sigs.; mejorado por Z ie g l e r , «Plutarchos», cois. 6 6 6 y sigs. Cualquier referencia que en lo sucesivo hagamos sobre los amigos y familiares de Plutarco se basa­ rá en ambos trabajos. 12 Algunas cuestiones pueden estudiar a la vez dos temas distintos, cada uno con solución independiente. Para evitar confusiones marcamos con a la primera y con b la segunda. Se trata de las siguientes: I 6, II 2, IV 2, V 3 y 8, VII 4, y VIII 7. 13 Cuando en una cuestión se esgrimen diversas razones en pro de una determinada teoría, la réplica se apoya, a su vez, en todos esos pun­ tos al rebatirlos o ampliarlos. Dichas cuestiones son: I 4, II 3 y 10, III 2, 3, 14, 10, IV 1, 7, y VII 1. Sostiene dicho críti­ co que Plutarco. A nosotros nos da la impresión. con sus preguntas al personaje principal 14. II. Die Geschichte einer literarischen Form (Stud. Fuentes de las «Quaestiones convivales» (o «Charlas de sobremesa») De todas las tesis que apoyan la dependencia de las Quaestiones de una fuente concreta. así también Plutarco rinde su homenaje particular a su querido maestro Amonio con el libro IX.. que corresponde­ rían a los cuatro libros de los Recuerdos. 1903. ha operado en sus Quaes­ tiones de idéntica forma. el último de todos. 176-179. H u b e r t . particularmente pág. D e Plutarchi Am atorio. . réplica del Banquete de Jenofonte y homenaje a su maestro Amonio 16. que Plutarco se inspiró en el Banquete de Jenofonte para la confección de su obra.. a saber. quien sitúa al final su Banquete como colo­ fón de los Recuerdos de Sócrates. Martin 15. zur Gesch. 15 Symposion. D e Plutarchi ratione. 1931. 16 I b i d págs. Así tendríamos en Plutarco dos grupos de cuatro libros (I-IV y V-VIII). siguiendo de forma consciente el modelo de Jenofonte. que no perdamos la sensación de encontrar­ nos en un diálogo. y a ellos los co­ ronaría el libro IX de nuestro autor. XVII). Su función. Lo mismo que Alcibíades.14 MORALIA o su intervención consigue. pág. Kult. u. Paderborn. un discípulo de Sócrates. la defendida por J. hace el elogio de su maestro al final del Banquete de P l a t ó n . como aquél hace con Sócrates. es simplemente fática. y K a h l e . 59. más bien. 178. des Altert. 14 Denominado «princeps» por C. pági­ nas 1-24. por tanto. de que incluso en este punto imita a Platón.. es en la actua­ lidad la que menos credibilidad posee. tesis doct. Berlín.. Plutarque. pero siempre en aspectos puramente formales e irrelevantes. si no arranca de Jenofonte. F u h r m a n n . 2 vols. (1972). 2 vols. 19 Es cierto que. estoico. 224. en esos momentos de solaz y recreo impuestos por un banquete entre amigos 19. como haría un hombre de su época. Cuad. Leipziz. sino que ese espacio intermedio se vio colmado por toda una litera­ tura simposíaca. 190. pág. propias del género convival.tipo. 1946. II. D er Dialog. 20 Amplia información sobre ellos se puede encontrar en M a r t ín . 127-191. H ir z e l . XV. Oeuvres Morales (Les Belles Letres IX). en algunos puntos concretos (cf. y M ... Que. U l r ic h .. pág. lo demuestran nombres de autores como Aristóxeno de Tarento. Contra dicho juicio se pronuncia R.. I. vol. B o l k e s t e in . Jenofonte y Plutarco». págs. hay que buscar por otro lado. «Esta­ do actual de los estudios sobre los Simposios de Platón.a D o l o r e s G a l l a r d o . Bolkestein en su amplia y matizada crítica 17} a la que actualmente se adhieren otros estudiosos del tema l8. vol. Perseo. Filol. quien considera que sus pocos fragmentos transmitidos ni eran diálogos ni contaban con ía ambíentación de un ban­ quete. pág. Sym posion. abogando . A dver­ saria critica. y el gramático Dídimo 20. 16). tesis doct. aristotélico. recuerda a Jenofonte. II. 1895. 37. pá­ ginas 10-17. En consecuencia.. Leipzig. n. vol. nos encontramos con un Sócrates que bromea. Amsterdam. 1972. 170-177. pág. Clás.. Plutarco no si­ guió al autor de la Anábasis. 18 F . entre otras cosas porque la estructura y el tono de su Banquete difieren esencialmente de los d-e nuestra obra: el Banquete de Jenofonte no consta de cuestiones.. Entstehung und Entwicklung der Literaturgattung des Symposions. pág..INTRODUCCIÓN 15 Sin embargo. cuyos escasos fragmentos parecen 17 Adversaria critica et exegetica ad Plutarchi Quaestionum convivalium librum primum et secundum. opinión defendida con anterioridad por F r . después de Platón. Würzburgo. 2 vols. como bien ha hecho notar H.. 3. 1908/9. más bien. Plutarco no fue el único en escribir una obra de tal . por encima de todos. pro­ bable que nuestro autor.16 MORALIA coincidir algo. 307-328. ibid. si se considera la es­ tructura analizada en la primera parte de nuestro trabajo. dadas estas afinidades señaladas. 24 Cf.. 33. de todas las obras perdidas o poco conocidas que debían de constituir un género litera­ rio bien definido 24 y que. no resulta nada sorprendente que Plutarco hubiera manejado diversas fuen­ tes para algunas cuestiones.. por una forma dialogada en los dos primeros. pág. págs. 22 «Zur Entstehumg der Tischgesprache Plutarchs». y 3 sigs... Oeuvres Morales.. un modelo muy bien conocido para él y para nosotros: el Banquete de su divino maestro Platón. ibid. que nos es difícil emitir un juicio definiti­ vo sobre dicha dependencia. por tanto. pero la verdad es que en otras muchas las desconocemos por completo 23. a quien siguió tanto formal como conceptualmente. 18. pero los fragmentos conservados son tan exiguos. tanto por los títulos como por la temática. estamos seguros de ello. Ahora bien. pues. 1911). Pluíarche. 23 Así lo reconoce B o l k e s t e in . F u h r m a n n . y «Zur indirekten Überlieferung der Tischgespra­ che Plutarchs». En definitiva. 21 Cf. 325 y sigs. pág. como ha puesto de manifiesto C. tuvo en la mente. conociera sus obras y otras más. nada se puede objetar respecto al mane­ jo. en tanto que expresan sus dudas con respecto a Dídimo. por parte de Plutarco. con algunas cuestiones de Plutarco 21. Oeuvres M ora­ les. Adversaria critica. 170-187. págs. p á g . Pluíarche. y F u h r m a n n . Hermes 73 (1938). 9. pági­ na XVI. XV-XVI. Plutarco. por ende.. y B o l k e s t e in . concretamente págs. Es. Así. habían de ser impres­ cindibles para cualquiera que abordara la tarea de escribir una obra de tal índole. Adversaria critica. Hubert 22. B o l k e s t e in . Khárites f ü r Leo (Berlín... según se puede deducir de su prólogo al libro I. . L. por no 25 Véase G a l l a r d o . pág. como hace Pausanias con Fedro y. sienta las bases para ulte­ riores argumentaciones. con extrema habilidad. científico y sofístico. y pág.INTRODUCCIÓN 17 Desde el punto de vista estructural. 20. según sus propias palabras.. Y frente a todos ellos y cerrando el ciclo encontramos el discurso de Sócra­ tes. Madrid. a su vez. al igual que en nuestro autor. no sin antes admitir algunos puntos en los que se basaron sus antecesores en el uso de la palabra 27. Erixímaco con Pausanias. 26 Cf. ibid. a pesar de haber deleitado antes a los asistentes por su espíritu retórico. p á g . pues ya de entrada se deja bien claro que los distintos asistentes al banquete van a seguir un turno jerárquico por orden de importancia en la exposición de sus discursos sobre el Amor 25. y aún más el poeta Eratón. intentará dar una definición del Amor. como vacías. acertadamente. Platón establece un clímax muy parecido al adoptado por Plutarco.. Dentro de esta correlación. cuyas exposiciones. En todos ellos. para hablar sobre algo. 13. aun dentro de su evidente superficialidad. se establece una gradación. Aristófanes representará un avan­ ce mayor. 1969. cf. se revelan ahora. 27 En dicho sentido. donde el autor. «Estado actual.. es fundamental conocer su naturaleza y efectos. y aunque sus respectivos discursos supon­ gan doctrinas distintas 26. 133. a la luz del discurso de Sócrates. en la que señala que Eratón establece el principio de que. observa que el discurso de Fe­ dro. rebate punto por punto las tesis de sus compañeros de mesa. si bien incurre en el error de confundir la naturaleza del Amor con el amado. G il. el más conseguido por ser el más original y filosófico y porque.». 129. Banquete. quien. Guadarrama. pág. 109. de acuerdo con la cual el que a continuación tom a la palabra tratará de recoger y am­ pliar las opiniones del anterior. — 2 . 29 Cf. donde justifica la afirmación platónica de que la bebida pasa por los pulmones 30. y no sólo en aquellos temas en que se defiende a ultranza a Platón. en Festschrift Merlán. y V o l k m a n n . la pedantería. pág. 1-28.. 52. o que la divinidad no engendra como los 28 Ya F. pero todo ello es un mal de su época. H. él caiga muchas veces en el defecto que pretende criticár. Para G a l l a r d o . el auténtico filó­ sofo.». «Estado actual. Plutarco. pag. Si lo ha conseguido o no.. II. vol.. 36 y sigs. reservando la última intervención para aque­ llos que. o bien son filósofos.. el cientifismo en boga re­ presentado por los epicúreos. aunque. 61. págs. D o r r ie . 152-3. del mismo tipo de análisis que su augusto maestro en su día pusiera en práctica. pero su propósito no es otro que atacar y desenmascarar el saber vulgar. como este último. la explica­ ción. reparó én que es importante el orden en que se van durmiendo los distintos asistentes. concretamente en pág.. Berlín. médicos y sofistas. o llevan impreso en su carácter el sello de ía originalidad. además. 10. en el estudio de cualquier problema.18 MORAL IA haber sabido ahondar.. se enfrenta a retóricos. ¿Y no es ésta la forma de actuar de Plutarco en sus Quaestiones convivales? Como Sócrates. Leben. reside en el hecho de que sólo al filósofo le corresponde la dicha de contemplar la Belleza absoluta. 30 Cf. págs. como en VII 1. Emérita 37 (1969). «El Banquete platónico y la teoría del teatro». de que sea Sócrates el único que no se duerma y vea la luz del nuevo día. atinada a nuestro juicio. . Pero es que. naturalmente. en la verdad. se vale. R o d r íg u e z A d r a d o s . 1970. que esencialmente es platónico 29.. «Die Stellung Plutarchs im Platonismus seiner Zeit».. así tam ­ bién Plutarco. reservada al filósofo 28. y esa erudi­ ción que se ampara en los libros descuidando la imagina­ ción y la capacidad de inventiva. V o l k m a n n . es otro cantar. ibid. 285-309. que consideran la rea­ lidad como un continuo flujo. . materia e idea (VIII 4). es decir abstracción o transformación de lo relativo en abso­ luto. preexiste a todo y que la primera genera­ ción surge de la tierra (II 3). según creían 31 Cf.INTRODUCCIÓN 19 mortales (VIII 1). o las tres causas tocadas por Platón con relación al hombre (IX 5 ) 31 y la superioridad de la geome­ tría sobre la aritmética (VIII 2) 32. como afirma Platón en su Crátilo 33. 63-64. incluso. Plutarco. piensa que en el trasfondo de las cosas siempre hay algo inmutable y esencial. sino también porque Plutarco ha hecho suyo. para la hipóstasis. y no son. ontología y lógica en los sofistas y Platón». Por ello. la pos­ tura de Plutarco. como a continuación veremos desglosándolos por apartados. por ser perfectísimo. es esencialista. Revista de Occidente 96 (marzo 1971). en cual­ quier problema que aborde.. ibid. po­ seen unas señales (sémata) naturales. pág. por último. — En lo que toca a este apartado. artículo al que remitimos al lector interesado en el tema. y 99 (Junio 1971). siguiendo a Pla­ tón. ibid. el método platónico. o las distintas partes que componen el universo y las Musas que las rigen (IX 14). págs. o. 63. Los nombres. 33 Un estudio sobre esta cuestión ha sido llevado a cabo por F. cosa nada sorprendente en un sistema que estima que tras los objetos y personas se esconde algo firme e inmuta­ ble. 32 Cf. «Lengua.. al igual que la de su maestro. A) L e n g u a . Frente a las teorías relativistas. R o ­ d r íg u e z A d r a d o s . 340-365. o la idea platónico-aristotélica de que el universo. las causas que dieron origen al mundo: Dios. también las unidades lingüísticas poseen una entidad autonómica con capacidad. aprehensible por la razón. El que un rayo no dañe a una persona dormida no tiene nada de milagro­ so. Por ello. vol. De esta forma. L eben... el hermano. por demás. sino que más bien lo confirma. la causa real de que un barco navegue lentamente no es la remora. «quien conoce los nombres de las cosas conoce también las cosas» (Cráti­ lo 435d). como el vulgo cree. sino que escapan a ellos precisamen­ te porque lo son. 35 Cf. . II. porque un nombre es una imitación de un objeto y no una etiqueta arbitraria. por no profundizar en los primeros princi­ pios que rigen un fenómeno 35. B) E l s a b e r v u l g a r . ya que el hermano está criticando a los que hacen un uso malo y superficial de ellas. cual es la labor de un ver­ dadero filósofo.. en VIII 6. sino por el agua cálida y fecunda que los acompaña (IV 2a). — Es objeto de crítica. en pa­ labras de Crátilo. pág. Las trufas no son producidas por los rayos y truenos que penetran en la tierra. causa concomitante—. de una forma tan prolija. y de Sócrates también. que un inventario de ellas resultaría. fastidioso e innecesario 34. que es exactamente la forma de pro­ ceder de Plutarco a lo largo de su obra. sino que se debe a que el cuerpo en ese estado no ofrece resistencia a otro elemento mucho 34 La ridicuíización de algunas etimologías llevada a cabo por Lam­ prías. Igualmente. los caballos llama­ dos lycospádes (II 8) no son fogosos y valientes por haber escapado a los lobos. meros signos convencionales. Sócrates no siente reparo alguno en violentar las palabras en una serie interminable de etimologías'—casi todas ellas falsas y fantásticas—. por par­ te de Plutarco.20 MORALIA los sofistas. 6. no invalida lo dicho. Para demostrar dicha teoría. sino el progresivo de­ terioro de su quilla (II 7). V o l k m a n n . por ejemplo —en realidad. y en I 6a. contra la opinión de un anónimo profesor de retórica. La tribu eántide. que no soportaba. 1979. muy bien que digamos. 2 vols..INTRODUCCIÓN 21 más fuerte que él (IV 2 b ) . no es por razones inmediatas. 163.. como es el caso de V 3b. cuales son los personajes famosos na­ cidos de ella. en V 3a. son. con la poesía. Análisis de las doctrinas de Platón. pág. Ayante. demuestra eruditamente que la coro­ na de pino era antigua. vol. si no se recoge de noche. esp. como en 36 Cf. finalmente. sino por haber sufrido de pequeño con un rayo una experiencia similar al dios (I 6 b ) . sirven para dar razón de casos particulares de un fenómeno. en última instancia. Crombie. . trad. 37 Cf. — Defendidas por los científicos. la derrota (I 10). no es porque no hace calor a esa hora. I. donde Lucanio. y antigua— de hablar de temas políticos durante la ce­ na. C) L a s p o s t u r a s « e m p í r i c a s » . respecto al alcoholismo de Alejandro Mag­ no. y exactamente lo mismo ocurre.°) Acuden a explicaciones retorcidas apoyadas en me­ canismos y aparatos físicos complicados 37. en V 2. A Mitrídates no se le apodó Dioniso por ser un extraordinario bebedor.°) Los científicos saltan a la primera conclusión que se les viene a la cabeza 36 sin haberla sometido a un análisis minucioso. sino porque en esos momentos se ha remansado ya y no se halla turbia (VIII 57). por cier­ to. condenadas por padecer un mal parecido al del saber vulgar. el agua del Nilo. pero no del fenómeno en general. págs. con el pino consagrado a Posidón.. ibid. con la costumbre —griega. igualmente. Madrid. que. l. Y. 164 y 233. II. 2. M. si no queda jamás en últi­ mo lugar en las competiciones en que participa. sino por su héroe epónimo. en VII 9. . pág. que es justamente la forma de actuar de muchos médicos. demuestra por qué dijo Platón que el alma de Ayante llegó la vigésima al Hades. epicúreos. en que Zopirión acaba demostrando que el número de las letras del alfabeto no se debe a otra razón que al azar. 171. como hace Plutarco con el aceite en VI 9. las sencillas explicaciones de su abuelo. 39 Cf. vol. censurará a los defensores de la teoría de los poros. ibid. pág. En consecuencia. gramáticos y. rétores. pág. ataca la mani­ da teoría del gramático Protógenes. sino que. que rutinariamente se exponía en las escuelas. por superficial e innecesaria a la hora de explicar el origen del apetito (VI 2 y 3). la auténtica misión del científico no es otra que la de ofrecer explicaciones generales 38.22 MORAL IA IX 3. donde Marcos. y V o l k m a n n . en continuo devenir. siempre tras las huellas de su maes­ tro. en cambio. razones esenciales basadas en las cualidades de las cosas y. alegando. 6. con el cobre y con el calor de la luna y del sol en III 10. o en IX 5. II. . y en IX 2. donde es el propio Plutarco quien. pág. de por qué la a era la primera letra del alfabeto. apartar sus ojos del mundo sensible.... oponiéndoles. II. Por ello. 170. 165.. todas ellas aprendidas en Platón: la Naturaleza no es una vulgar chapucera que pone remien­ dos aquí y allá con sus poros y átomos. L eben. Plutarco. sobre todo. capacitada en todo momento para aprehender las cualidades de las cosas 40. por enci­ 38 Cf. «teleológicas». v o l. según di­ ce. 40 Cf. sobre todo. y fijar­ los en lo que en realidad es. ibid. para así poder construir una ciencia menos empírica 39. Análisis. basándose en una opera­ ción aritmética simple... Crombie. y no destinada a generalizar con casos particulares.. Como principio vital. el calor es el único o el que más precisa del líquido (VI 1). con lo que se evita la borrachera. de que en el organismo humano triture los alimentos (IV 1 y VI 3). de que las fiebres impulsen el líquido al interior del cuerpo. es orden (VIII 9). reseca y disipa los líquidos no permitiendo que se dilaten las venas. del vino puro. Y lo es también de que los ancianos gusten. mientras que durante el invierno la alimentación sólida es la más necesaria (II 2). Así. y de ablandar los granos de trigo (VII 2). y el mismo efecto causan los baños (VI 2). en tanto que los vómitos tienen por misión expulsar los elementos extraños al organismo (VI 2). . de todos nuestros componentes. porque su naturaleza es ya débil y reseca (I 7 y V 4). cuando el calor abandona el cuer­ po (VI 8). y si las per­ sonas hambrientas calman su apetito bebiendo. a la inversa. viscoso y duro ya por falta de líquido. de la bulimia. sino que más bien el sabor amargo. por ser desecante. que nos hacen recu­ perar la humedad perdida. entre otras impresiones fuertes. que empuja a cada ser a completarse con aquello de lo que está falto. es porque el agua hace que se reparta el alimento. dando lugar a que el resto se seque (VI 2). de que el hálito del lobo haga también más sabrosa la carne de las ovejas matadas por él (II 9). Y. de que la higuera ablande la carne de un ave colgada de ella (VI 10). el calor es la causa de los olores agradables y de la fogosidad en las relaciones sexuales (I 6). con cuya hinchazón sobreviene el emborracharse (I 6).INTRODUCCIÓN 23 ma de todo. como el de las almendras y las cremas de las mujeres. y por esta razón en verano con­ sumimos más de él. es con el frío como se debe explicar la dureza de los granos de trigo (VII 2) y fenómenos similares. La propiedad de las almendras no consiste en des­ garrar los poros. a través de todo el cuerpo. donde se concentra. fríos y por comprimir la po­ 41 Si Plutarco en esta cuestión no maneja el tercer componente plató­ nico que hace posible la visión. a partir de las cuales nos es posible sentar dos princi­ pios básicos: 1. ni que los ancianos lean mejor los escritos de lejos por la convergencia de los rayos de luz. también frío (VI 4). no en otros mundos o intermundos (VIII 9). porque entonces ambas corrientes armonizan (I 8) 41. la intensidad lumínica de éste les afecta. a no ser. que se abuse. más bien. consiguen que los cuerpos adquieran una mezcla distinta en cada caso y con ello sobrevienen las enfermedades. 8 7 . fría de por sí. no es sólo porque esté improvisando y. por ello. los otros dos citados (Timeo 45b ss. cu­ yo origen hay que buscarlo aquí en la tierra. sino porque la luz que sale de sus ojos es débil. el ocio y molicie. cual es el caso de la repleción. pues. ni que los paños y la paja sean cálidos. sino también. como son las piedras y el plomo (VI 5).o ríos se enfríe por un mecanis­ mo complicado. Ni tampoco tiene sentido pensar que el agua de un pozo. sino por el aire exterior y más si es reteni­ do en el fondo por objetos fríos y duros. se caldee ante la presión del aire que la rodea. al no aportar lo adecuado a las naturalezas. y si acercan el libro. sino. y sí. el color de los objetos (República 507d). porque ese tercer componente le estorba en la armonización que está ensayando.°) Lo semejante no afecta negativamente a lo seme­ jante (IV 1 y VI 3). sino que lo ampara y nutre (III 2). no acuda a sus anotaciones. pero no. «Plutarchs». pág. ni que el agua de los pozos . en cambio.). . todo en este mundo marcha por los caminos que le traza la sabia Naturaleza. y sobre todo. si lo retiran. que tiene sus reglas pro­ pias. como en el ejemplo del amor (I 5) y de los sabores dulces mezclados con el vino (III 7). pues éstos. en cambio. claro está.24 MORALIA Así. como piensa A b r a m o w ic z ó w n a . si el agua del mar no es buena para lavar. hay que achacarlo a su naturaleza que no es tornadiza como la tierra (II 6). La razón de que el otoño sea funesto para los árboles es­ triba en la sequedad de esta estación. Si las coniferas no se dejan injertar. precisamente. ni. por últi­ mo. lo que no se contradice con que les guste. como la de río. como cuando Plutarco nos asegura que la mujer resiste el vino puro mejor que los ancianos por su naturaleza más húme­ da y fría que la del hombre. para la humedad y el calor. producir manchas (19). con la aplicación de unos principios tan apriorísticos se llega a veces a auténticos disparates. 42 En este punto hay que recordar que Plutarco ignoraba que los Problemata no habían sido escritos por el fundador del Perípato. lo más perjudicial. una cosa se ve afectada por su opuesto: si la yedra se agostó y secó al ser trasplantada a Babilonia.INTRODUCCIÓN 25 rosidad de la nieve la aíslan del calor (VI 6). el primero es húmedo y los últimos secos (III 4). según afirmaba Aristóteles 42. finalmente. por ello. sino en ser más grasa y. y. por cumplir con el fin teleológico de la naturaleza. porque ambos po­ seen cualidades contrapuestas. y por idéntico motivo hace a nuestros cuerpos proclives a las enfermedades (VIII 10). 2. el aire (VIII 3). El vino puro causa trastornos en el cuerpo de los ancianos. .°) A l contrario. ello se debe a que la planta es fría y en ese país domina un calor agobiante (III 2). que hace que el vino se amol­ de mejor a su constitución (III 3). y otro tanto ocurre con la palmera (VIII 4). sino una cosa mucho más simple. su causa no está en la fusión de elementos espesos y terrosos. cuya mezcla origina la salobridad del mar. recurrir a esos inoportunos átomos para explicar el sonido. Sin embargo. necesarios en las plantas. b r o m a s y c o m ­ los banquetes. más bien. no están reñidas las opiniones de Plu­ tarco y Lamprías en I 2. se ve obligado a argüir que el vino es. Plutarco estima que el de­ coro y la moderación siempre deben reinar en ellos. si bien dichos placeres son admisibles cuando resulten inofensivos (VII 7) y adecuados a un banquete (VII 8). como es la colocación de los comensales. A los bailes frenéticos se les condena enérgicamente. varía según las circuns­ tancias y. siempre que sean personas agra­ dables y amigos íntimos tanto del anfitrión como de quien los invite (VII 6). preguntas (I 4). tanto en chanzas (II 1). por afectar. donde. Lo que toca a la etiqueta de los banquetes. a la parte racional del alma (VII 5). Nuestros sentimientos humanitarios nacidos del trato son los que nos mueven a compasión con los animales te­ po stur a s. y lo mismcí cabe decir del número de invitados (V 5) y de los «sombras». por ello. citas de versos (IX 1) y espectáculos (I 4). con su antiempirismo por bandera. a los que no hay inconveniente en admitir. Ahora bien. porque en esta última cuestión ha de oponerlo a la cualidad del aire. contra la teoría epicú­ rea.MORAL 1A 26 Y. — En . en tanto que en VII 3 afirma que la fuerza del vino es el calor. pues los placeres que se nos introducen por la vista y oído son los más peligrosos. para explicar que las personas que beben mucho no son aptas para la procreación. D) En c u a n t o a d iv e r s io n e s . V 5 y VII 8). siempre que sepan adaptarse al tono de la reunión. Plu­ tarco vuelve a incidir en errores de bulto. de la que no están excluidos los temas filosóficos (I 1. frío por naturaleza. como en III 5. b e b id a s . como en la mezcla de vino (III 9 y VI 7). el ma­ yor deleite de un banquete reside en una conversación gra­ ta (V 5. ni los políticos (VII 10). de nuevo. 6 y VII 8). finalmente. como la sal (V 10) o el fuego (VII 4). si se observan con detenimiento las teorías expuestas. dentro de las últimas. cuya fi­ nalidad es explicar. que con sus impertinentes átomos había llegado nada menos que a la negación de la teleolo­ gía en la Naturaleza y del alma en el hombre. sobre todo. y es la utilidad que nos reportan algunas cosas. Est. «El Banquete platónico. L a sso d e l a V e g a .. y frente a las teorías empíricas. se notará que ellas. en total contraposición con las teorías epicúreas. 12 (1968). forman un cuerpo homogéneo y coherente. también.».INTRODUCCIÓN 27 rrestres (IV 4). y contra ellas. alma y cuerpo forman una unidad tan estrecha. cualquier faceta del saber humano.. . incapaz de distinguir causa real de causa concomi­ tante. 311-374 y el artículo ya mencionado de R o d r íg u e z A d r a d o s . la que ha creado en nosotros el hábito de considerarlas divinas. En otros terrenos. Plutarco se adhiere con fe a la doctrina platónica. «El diálogo y la filosofía platónica del arte». a pesar de las incongruencias propias de un sistema apriorístico y deduc­ tivo. como en la explicación que da al hecho de que nos atraigan las imitaciones teatrales 43 en V 1. siguiendo siempre el principio teleológico. defiende en III 6 la consumación del acto amoroso durante la noche. S. 43 En tal aspecto véase J. que incurren en un defecto parecido. con­ tra la escuela epicúrea. En resumidas cuentas. que lo que afecta a uno de ellos hace lo propio con el otro (III 8 y V 7). y. Los repartos de ali­ mento o cualquier otra cosa han de basarse en el mérito particular y no en la pretendida igualdad democrática (II 10). Clás. asimismo. no así con los marinos. aunque no nos ha­ yan hecho daño alguno (VIII 8). y. frente al saber vulgar. pag. ibid. Plutarco no podía ser menos.. el platonismo. probable­ mente. el estoicismo. «Plutarchos». creemos. Sobre !a fecha de su composición. págs. I. L e b e n vol. época en la que vivió Plutarco. lógicamente. Este escrito no es una obra de juventud. a quien junto con Amonio.. ibid.. págs. natu­ ralmente sin la frescura de sus antecesores.MORAXIA 28 III. 10-11. 7-9. Finalidad de la obra Los siglos i y n d. C. muy al con­ trario. el entrañable 44 45 46 47 Cf. B o l k e s t e in . Con el romanticismo característico de un renacimiento se vuelven los ojos al modelo griego y se intenta restaurar un pasado glorioso. II. y Z ie g l e r . ibid. pág. el epicureismo 45 y.. En este renacer de la filosofía los hombres vuelven a plantearse los problemas que preocuparon a sus ilustres predecesores. como lo revela toda una vida dedicada al estudio y asimilación de la obra de su áureo maestro. sino que. por donde se ha de buscar la razón de que Plutarco conci­ biera la empresa de escribir sus Quaestiones convivales. corresponde a su época de madurez y. pág. V q l k m a n n . 888. Cf. al que muchos miembros de la Academia intentaron dar un aire moderno 46. del mundo que Ies rodeaba. sea una de las últimas de su larga y fecunda vi­ da 47. Por supuesto. Adversaria. pertrecha­ dos con sus doctrinas. cuando ya se habían asentado en su espíritu las doc­ trinas de Platón. col. y es por esta senda. 24. y.. vol. Cf. conocieron bajo los reinados de Nerva y Trajano un resur­ gir de las escuelas filosóficas griegas antiguas 44.. 177. intentan dar una explicación. vuelven a florecer sistemas filosóficos como la sofística.. Así. . cf. 6. como trataremos de demostrar a continuación. si hay algo de Aristó­ teles en Plutarco en el terreno científico. XXI. 690C y F. 652A. ant. o bien para rebatirlo 50. intentará rendir un último homenaje con sus Symposiaká. 505. en A ctes du Vlir Congrés de l ’Association Guillaume Budé.. 1968. F l a c e l i e r e . 51 Como en 659D. Y io prueba el que en muchos pasajes de su obra en los que menciona al de Estagira. «Plu­ tarchs. trad. pero no es menos verdad que esta ins­ piración es más «temática» que de otro tipo.. Es innegable que Plutarco. donde afirma que Plutarco toma a Aristóteles sólo ocasionalmente. 720D. y A b r a m o w ic z ó w n a . pág. lo ha­ ce o bien para ampliarlo 49. de que Plu­ tarco en filosofía sensu stricto sigue a Platón. esp. se ha inspirado en los problemas de Aristóteles. 88. carece de fundamento la afirmación de A b r a m o w ic z ó w n a . en las A ctas citadas en n... la comunicación de H. pero en los temas científi­ cos a Aristóteles y los peripatéticos. considerados auténticos por él 48. pág. 88. Buenos Aires. 704F. Dór r ie . En todo caso.INTRODUCCIÓN 29 maestro que le acompañó en sus primeros pasos por el pla­ tonismo. 501 y. 734E y 735C. pero en pocas ocasiones para darle la razón 51.. 696D y 702B. «Plutarchs. F o u iix é e . Por contra..». «État présent des études sur Plutarque». 656B-D. en algunos aspectos. Y es que Plutar­ co. París. R. 694D y 724D. la causa se debe poner en que el estagirita en este campo opera de forma parecida a Platón. pág. pág.. Aristóteles y su polém ica contra Platón. 16. . que en lo esencial es platónico 52 y profesa esta doctri­ na no al estilo de los académicos de su tiempo. y lo mismo se puede afirmar respecto a Teofrasto. pág. «Le platonisme de Plutarque».. pág. que hace extensiva esta afiliación también a Amonio. con todo el afecto que le manifieste.. 49 Son: 650A. conforme demuestra A. 52 Añádase a citas anteriores M. 5-10 abril. sobre todo. 50 Así en 627A -D . pág. Pluíarche. F u h r m a n n .». se siente 48 Cf. 1948. 520. sino de la forma que él estima más pura y genuina 53. 53 Véase. por más que calle su nombre 57. «Estado actual. pág. como su predecesor. G a r c ía G u a l . de su kainotomía. cuando afirma que los que siguieron a Platón escribieron diálogos filosóficos por parecerles la forma más noble de expresar sus doctrinas filosóficas. en realidad. 2-3. 893. carezca de su talento. Por 54 D er Dialog. 56 Cf. aún vivo y con brío suficiente para ofrecer una visión global del hombre. y. porque. II. pág. 227.. tomará la palabra a favor de la filosofía —de lo que él cree auténtica filosofía— contra la retórica y sofística 56. Que éstas son las miras de Plutarco en su obra. como ya observara H irzel54..» . vol.. En su imitación de Sócra­ tes probará a ser original.. desde la época de Platón a la de Plutarco ha llovido mucho y ni el hombre ni el ambiente son los mismos. no menos congruente. y de una forma similar B o l k e s t e in . pág.. col. •K Cf. . pág.. p á g . a su juicio. eso sí. no abre nue­ vos caminos... así como Platón consideró su primer ene­ migo a Demócrito. carente. 380. el de Platón. 63. De Plutarchi ratione. por consiguiente. a cuyo sistema coherente y vitalista 58 opon­ drá otro. donde nos dice que es labor de los más afamados filósofos registrar por escrito las conversaciones mantenidas durante la bebida y que. en sus aspectos físico y espiritual. Ahora bien. 388.». 57 C f. Epicuro. G a l l a r d o . « E p i c u r o . 59 Así lo entienden K a h l e .. él se siente incluido en este grupo 59.. por supuesto. «Plutarchos». aunque.30 MORALIA un nuevo Sócrates. se des­ prende de la Introducción del libro I. Adversaria. 55 Cf. ibid. sino que se limita a conservar los ya estable­ cidos 55. mucho más completa que la que descansa en un puro ma­ terialismo. pero. págs.. 153. Z ie g l e r . así también Plutarco se enfrentará a un seguidor del atomisma. casi sin darse cuenta. 61 Cf. 88. preguntas que ahora respiran un aire muy aburguesado y lejano del que animó a los contemporáneos de Sócrates. secundario en nuestra opinión. muestra una gran coherencia —con todo lo superficial que se quiera— en este escrito suyo. sin un fin determinado. de la vigencia de unas teorías bien digeridas a lo largo de su dilatada vida.. pág. en el fondo de su alma. voí. col. Pero. que fomentaba todo tipo de preguntas y respuestas 61. porque el de Queronea.».. ya que. que aguijonea a sus conciudadanos con constantes preguntas. y Plu­ tarco en esto es hijo de su tiempo.... aparte de eso. incurrirá en su mismo defecto. pág. Lieben. pag. Ni tampo­ co creemos acertada la tesis de Bolkestein 64. 8 8 8 . pág. al criticar posturas eruditas. 179. porque ni su épo­ ca ni él se distinguieron por un espíritu creador 62. «Plutarchos». y.. que Plutarco se limitó a tomar notas de aque­ llo que le pareció interesante con vistas a un empleo futu­ ro. particularmente en el terreno científico.INTRODUCCIÓN 31 ello. 43. XXIII. es injustificado afirmar. Por todo ello... . «Plutarchos». Plutarco habrá de basarse en esa literatura dedicada a los Banquetes 60. pág. 55. Z ie g l e r .. 64 Adversaria critica. 890. y Z i e g l e r . nuestro autor quería dejar constancia. 65 «Plutarchs.. como lo hace Fuhrmann 63.. pero 60 Cf. I. según hemos visto. Y también resulta incompleta la postura de­ fendida por Abramowiczówna 65: es posible que Plutarco refleje la opinión de los hombres cultos de su época. V o lk m a n n . Sym posion.. M a r t i n . 62 C f. 63 Plutarche.. se creerá un nuevo Sócratres. col. según la cual Plutarco pretendía poner ante el público un libro variado con el fin de enseñar deleitando.. como nosotros. pero el método de análisis es el mismo. 82.. y A b r a m o w ic z ó w n a . pág. mucho menos sentido tiene acusar a Plutar­ co de escéptico 66 en las soluciones ofrecidas por él en las distintas cuestiones. 51. un intento de imita­ ción consciente. 652B. 635C. «Plutarchos».. y es perceptible.. 641D. y en eilo se han fundamentado K a h l e . col. Y.. 69 625A.».. Pero ello apunta a la función que antes hemos llamado «original».. 68 Para Plutarco. 723E y 746B. Plutarche. «Plutarchs. aunque no aporte otra utilidad que la de ejercitarse 67.. para considerar que Plutar­ co persigue más «lo verosímil» que «lo verdadero».». y en reiterados casos —añadimos nosotros— diga que aborda determinados pro­ blemas de un modo improvisado 68.. XXIV. que las Quaestiones convivales no tocan el fondo del sistema filosófico de Platón ni tienen la profundidad de su maestro. reconoce. 639E.32 MORALIA por encima de ello se ha de situar la defensa a ultranza de un sistema filosófico que aún alienta en el corazón y espíritu de un hombre que se siente heredero de Platón. pág. por último. como prueba la congruencia plutarquiana 66 Tal es la postura de Z ie g l e r . D e Plutarchi ratione. su hermano y algunos otros más. Es cierto. 719C y F. 689B y 69ID . Podrá pecar de superficial —lo admitimos—. 67 Así lo dice en 628C y 646A. para Lamprías.. pues. . K a h l e . pág. D e Plutarchi ratione. 629E. a pesar de que el propio Plutarco en alguna ocasión asegure que un problema se ha de investigar. F u h r m a n . la verdad es que otras muchas veces arremete contra lo «convincente» sólo y per­ sigue la «verdad» 69. 687E.. representada por él.. 891.. 665E 682C. además. pág. pero nunca de escéptico. pág. 70 DóRRiE. 522. que en Plutarco una sola es la opinión verda'dera en la inmensa mayoría de las cuestiones. y en uno y otro caso ofrece solucio­ nes con una fe ciega en las teorías platónicas. para otros. como asegura Dórrie 70.. 40. «Die Stellung. pág. es inexacta Ja opinión de Z i e g l e r . fechas y personajes 72 en bastan­ tes de los banquetes muestran que nuestro autor fue to­ mando notas de dichas conversaciones 73 y. las comparaciones. a quien se suma Z i e g l e r . son odiosas. Phil. pág. como se sabe. 195-196. col. 1916. «Plutarchos». Por otro lado. en Commentatiortes O. según la cual Plutarco recuerda a Platón sólo en la introducción de amigos y familia­ res. I. y Z ie g l e r . 2 (1913). con un resumen en latín). como dijimos an­ tes. 85 y 88. vol. B r a v o G a r c ía . 229. W. «De scaenico dialogorum apparatu capita tria». es totalmente platónico. «Plutarchs. II. y Commentarius criticus et exegeticus ad Plutarchi Quaestionum Convivalium I et II (en polaco.». posteriormen­ 71 D ó r r ie . opina que Plutarco no es un ecléctico. H i r z e l . . sería un grave error confundir el talento de Plutarco con el de Platón. Leipzig. si bien. pues su método de análisis. Ciás. col. 73 A b r a m o w ic z ó w n a . Hal. A . XXIII. 388. «Plu­ tarchos». J. cf. (Resumen de su tesis doct. «Plutarchs. G r a f . y. 890.. pág. pág. especialmente págs.». Ribbeck oblatae.. H a r t m a n . Leiden. «Plutarchos». por otro lado. 85.) 72 E. en lo tocante a los ideales panhelénicos. como se ha podido comprobar en este trabajo. 1888. Autenticidad de su obra Y llegamos al problema más conflictivo de las Quaestiones convivales. 24 y 55. D er Dialog. vol.3 . Filo!. A b r a m o w ic z ó w n a . 109. Sobre su platonismo.. Kiaulehn.INTRODUCCIÓN 33 en los diversos temas tocados 71. pá­ gina 224. V o l k m a n n . 1960. Torun. págs. págs. «Plutarchisches». Cuad. 525. J. De Plutarcho scriptore et philosopho. V (1973). el de saber si responden a conversacio­ nes realmente mantenidas o no. sino que posee un juicio filosófico claro. el de Platón. Los que apoyan su histori­ cidad se basan en que las precisas indicaciones ofrecidas por Plutarco sobre sitios... 887.. col.. L eben.. IV. 159 y sigs. «El pensamiento de Plu­ tarco acerca de la paz y l'a guerra». págs. 59-61 y 64. 141-191. tbid. 887. entre los que media todo un abismo. 75 A d fam ... vol.. IX 8. VIII y sigs.. B o l k e s t e in .». 3. a la inversa. y F u h r m a n n .. n. Pues bien. D er Dialog.. 224. 76 U. lo que. p á g . confeccio­ nó su obra. Gotinga. al lado de las precisas indicaciones. v o n W il a m o w it z -M o e l l e n d o r p f . pag. pág. ibid. tras el análisis interno efectuado por noso­ tros en estas páginas. págs. . XVIII. Plu­ tarche.. III. _págs. no significa que todas las «cuestiones» sean fingidas77.. Contra una historicidad a ultranza parecen abogar el caso ya citado de los jardines de Sóclaro y también la estructura de la obra. donde escribe a Varrón diciéndole que no se admire si en el diálogo se encuentra como interlocutor de conversaciones jamás sostenidas. apo­ yándose en la carta de Cicerón 75 y en que. los detractores de la historicidad. F u h r m a n n . pág...34 MORALIA te.. sobre todo. 8 6. 74 H i r z e l . expresa su propia opinión y no la de Plutarco 78. pero lamentablemente no podemos ofrecerla. existen «cuestiones» desprovistas de la más mínima alusión a sitios y personajes 76. 78 A b r a m o w ic z ó w n a . 1889. 45-6. 77 Cf. estiman que Plutarco. II. pero esa era la costumbre imperante en su época. que despide olor a libro más que a la propia vida. Adversaria critica. con el aditamento de fuentes literarias 74 y la precau­ ción de no afirmar nada que no correspondiera al carácter y formación de las personas puestas en escena. «Plutarchs. en últi­ ma instancia. Sym posion. a las notas tomadas de sus lecturas. 173 y sig. En su favor parecen hablar las observaciones de la autora polaca Abramowiczówna de que Lamprías. y el tema relativo a la visión antes estu­ diado.. tal vez se esperase que aportáramos una solución definitiva al problema. M a r t i n .. Commentariolum grammaticum. págs. en I 2. para la composición de su escrito recurrió. 24. vol. Y. Súmese a todo ello que la afirmación de Plutarco.. así lo hemos de reconocer. que las conversaciones —por su rígida estructura-jamás tuvieron lugar como Plutarco las transmite. muestra los fines y fuentes de la obra y. cu­ yo denominador común es la justificación de una vida de­ dicada al platonismo y su profunda y sincera devoción a su fundador. no desmiente la historici­ dad. creemos. c o l.. en los Symposiaká. en último extremo. VII (697E) y VIII (7I7A). XI. . 8 8 7 . Nuestra opinión personal es que.. hay un poco de todo difícilmente discernible. pero.. no pue­ de confirmar si son o no históricas y. 81 Pluíarche.INTRODUCCIÓN 35 Por otro lado. ni tenemos por qué dudar de su veracidad. efectuada por nosotros a lo largo de estas cuartillas. pues. aunque algunas cuestiones muestren en­ tre sí una ilación clara. 79 «Zur Entstehung. como bien ha mostrado Ziegler 80. no tiene nada de sorprendente en el mundo griego antiguo. que los banquetes eran una ocasión propicia para favorecer to­ do tipo de conversaciones entre los comensales. 80 « P lu t a r c h o s » . La crítica interna. de que va a reproducir las conversaciones tal y como le vinieron a la memoria. en el resto no se ve hilo conductor que agrupe en modo alguno las cuestiones. con toda honestidad. la utilización de fuentes literarias. pág. recuerdos con auténticas disputas de escuela. se ve corroborada por los hechos.». en la Introdución al libro II (629E).. según su extracción social. como Fuhrmann 81 lamentara. pág. Además. 187. como dice Plutarco en las Introduccio­ nes a los libros V (673A). pues­ ta de manifiesto por H u b e rt79. Se mezclan. sino que fueron sometidas a una profunda reelaboración. algún'bibliotecario cambió la numeración del cuaderno 17 por la del 18. 35 y. Además de ello y con anterioridad a que se copiasen de T los manuscritos que nos han llegado. por Augerio de Busbeck y. pág. fue comprado en Constantinopla. en un principio. su correcta distri­ bución. Al efectuarse. Plutarchi Moraiia (Teubner).36 V. el Codex Vindobonensis Graecus ?48(T). como en el siguiente. Animado por el mismo sentimiento. págs. desaparecieron las tres primeras hojas del 36. se perdió tam­ bién el final del libro IV desde la cuestión 6. H u b e r t . el copista abrigaba la esperanza de que con el tiempo se recuperara el texto perdido. siendo uno de ellos. allá por el año 1562. el arquetipo del que derivan todos los demás. ordenados durante cierto tiempo a la inversa. que data del siglo x o principios del xi. Sin embargo. salvándose sólo el comienzo de la prime­ ra y el final de la última. debió de perderse en su totalidad el núm. IV. 35 y 36. 35.. constaba de treinta y ocho cuadernos. como lo muestra el que señaló la laguna dejando sin escribir dieciocho líneas y rematan­ do. con esta parte del libro IV. 83 Ibid. XI-XXIII. M 0RA1IA Historia del texto El texto de las Quaestiones convivales 82 nos ha sido transmitido por trece manuscritos. pues. seguimos a C . voi. 34. 35 ha de achacarse a una reorganización de los cuadernos núms. que comprendía las cuestiones 6-12 del libro IX. 19712. de los cua­ les se perdió el núm. . y así sucesiva­ mente hasta el final. 82 En es le apartado. Dicho códice. el cuarderno 16. XII. Según la hipótesis de H u b e rt83. asimismo. en el prólogo a su edición. la desaparición del cua­ derno núm. Incluye las Quaestiones hasta IX 5 {synáptón.C stémma — 680.). 139 (y). simplemente.. que no se remon­ tan directamente a T. además. 248. Los manuscritos derivados. Contiene sólo los cuatro primeros libros de las Quaestiones.F tón alógón — 709. Contiene sólo las Quaes­ tiones. 5. desaparecieron. b) Los que proceden del famoso monje bizantino.D historéitai dé). dos: Parisirtus gr. como T. D). P l a n u d e s . Marcianus gr. del siglo xv.E Héren te. 1676 (n)..INTRODUCCIÓN 37 En época posterior. utilizado por el monje: Vaticanus gr. Cantabrigensis 2601. Laurentianus 80. que son. Copias de él son: Parisinus gr. que parecía contener en dos de sus hojas el final de la obra (desde 747. del siglo xrv. 1680. 170(g). 26 (704. de los siglos xv-xvi. del siglo xrv. sino a un manuscrito intermedio per­ dido. .A skión) y 38. 2074(P). se escinden en dos familias: a) Los que parecen arrancar directamente de T. un poco posterior al año Í296. Toletanus 51. cuando ya se había llevado a cabo la copia de T.. del siglo xm. o de sus sucesores. los cuadernos 19 (676. c o p ia d o p o r J e a n R ho so s en 1455. que en su mayoría no se limitan al texto de las Quaestiones convivales. 5. del siglo xv. del siglo xv. Palatinus gr. sino que incluyen en sus páginas otras obras de Plutarco. del siglo xv. 740.. y quizá: Vaticanus gr. pág. parece derivar de un ejem­ plar común más antiguo que y. que parece depender de y sin aportar nada nuevo. con la de Eustacio. de una forma u otra. muchas cuestiones suyas sin citar su fuente. XXXI. y y E y quizá n. se han basa­ do en las Quaestiones convivales cabe destacar. 1972. en primer lugar. más bien. pero con menos errores que él. con mayor amplitud que Plutarco. pero. ello no quiere decir que Macrobio haya manejado un ejemplar distinto al nuestro de las Quaestiones. París. sino que. Contiene no sólo los Moralia. un poco posterior a 1302. debió de ocurrir con la obra de Michel Psellus Omnifaria Doctrina. que continuamente alude a nuestra obra. Sin embargo. para el establecimiento del texto el códice realmente imprescindible es el T. 1672 (E). 5 parte el Urbinas gr. VI. Por su gran concordancia con T. sino también las Vidas paralelas. se ha de pensar con Fuhrmann 84 en una utilización bastante libre de un manuscrito emparentado con T. La tradición indirecta Entre las obras que.38 MORALIA Del Laurentianus 80. Algo así. del siglo xvn. De menor importancia es el Athous. que repi­ te. el Parisinus gr. IX. 99 (u). En consecuencia. vale la pena colacionar P. del siglo xv. . g. vol. en orden a completar los pasajes que se nos han perdido. el libro VII de los Saturnalia de Macrobio. Contiene sólo los cuatro primeros libros de las Quaestiones. Propos de Table. también. con la Varia Historia 84 Plutarque. a menudo. una segunda edición.a D o l o r e s G a l l a r d o . en 1599. a la que siguen las de Hutten (1798). Posteriormente. en 1542. concretamente pág. aparece la edición de Francfort. de Xylander. De un año más tarde data la traducción de Cruserius. Bernardakis (Teubner. Froben dio a la luz en Basilea. Metodio y Juliano». sirvió de fundamento a Amyot para publicar su traducción en 1572. 252. El año 1642 conoce una edición de los Moralia de Rualde. I. A D. que no es otra cosa que la incor­ poración de la traducción de Xylander al texto de Estien­ ne. Aldo Manucio y Demetrio Ducas. junto con la traducción latina. el tratado Sobre la abstinencia de Porfirio. Leipzig. año que vio también la edición grecolatina de Henri Estienne. « L os Sim­ posios de Luciano. y Los Deipnosofistas de Ateneo 85. obra postuma. Cuad. 85 Véase al respecto el artículo de M . Clás. y el 1774 la de Reiske. 1839-1846). Wyttenbach (Oxford* 1795-1830. con las correcciones efectuadas por diver­ sos eruditos del Renacimiento entre los que hay que desta­ car a Leonico Torneo. que. . probablemente.INTRODUCCIÓN 39 de Hliano. Filoi. Sin fecha se ha de considerar la edición de Wittenberg. base de las ediciones modernas. Ateneo. 1796-1834) le corresponde el honor de haber preparado la primera edición crítica. En 1574 Xylander publicó una edición y. VIL Ediciones y traducciones La editio princeps de los Moralia la llevaron a cabo en Venecia. Duebner (Didot. 239-296. que Hutten estima como obra de Melanchton. el Pedagogo y Stromateis de Clemente de Ale­ jandría. en 1509. . en lo que respecta a las Quaestiones convi­ vales. VIII y IX. Francisco Gilabert. creemos. II. 1961-1969) y la de F. Miguel Ángel Rivera. y. H. Las variantes elegidas se consignan en las notas. en tanto que las conjeturas personales se indican a continua­ ción. solamente los seis primeros libros de las Quaestiones convivales. ambas con traducción. en época más reciente. abarca. la de E. P. tomo IV. . si bien en ningún momento hemos desatendido la inglesa y la francesa citadas en último lugar. por desgracia. aunque no sea costumbre hacerlo en una traducción. la de Hubert (Teubner. IX1 y IX2). P. Antes de cerrar la Introducción deseo mostrar mi agra­ decimiento a mis amigos Alfredo Róspide. Luis Muñoz y Lucio Mora. dedicársela a mis amigos Antonio Pla­ za y Conchita Trenado. Hoffleit (Loeb Class.. Sandbach. que cumplen a la perfección con el primer y más importante requisito de un banquete tal como Plutarco lo entendía y que no es otro que el de ser unos extraordinarios anfitriones. F. Clement y H. se basa fundamentalmente en la edición de C. Fuhrmann (Les Belles Lettres. Hubert. Minar. por último. A. 1938). VIII.40 MORALIA 1888-1896). que en todo momento me han ayudado tan desinteresadamen­ te. final­ mente. Quisiera. inmejorable por la riqueza de notas que sus páginas contiene. y. La tra­ ducción de Fuhrmann. Libr. es la primera que se publica en castellano. L. Nuestra traducción Nuestra traducción que. ..a X a K á .t ííl %píjiaxa C o b e t . o 5 < tco > oü<k 695B eiK fj) H l e c c ió n T tap aX íav oüxwq ubert XsyecSai. H u b e r t áSpavite F u h r m a n n 671B P o.. (í)5á Tlíúq W y t t e n b a c h ..f 646B N u estra La su p r im im o s .NOTA TEXTUAL O tro s 621D 640D e d it o r e s ítaiSidv] <yí}v> Doe. .] XéyeaGar <Kai> Re. 650B S t e p h ..oicó5ii Kai voxepá ical xá g a la ic a .. co8é 7tou Basil. La suprimimos.. tcáarcep xa (pXoi(ó5ri Kai voxepa K ai yáp p . xptófiaxa T X p ía ia a x a S t e p h . fwoTtsp xá (pA. ávaprjq ávatpfjc. 127-191. «Plutarchs Tischgespráche». Berlín. 1 8 8 8 . G r a f . «Die Stellung Plutarchs im Platonismus seiner Zeit». Ribbeck oblatae. Londres. B o l k e s t e i n . Filol. A m s te r d a m . J . «État présent des études sur Plutarque». F la c e lié r e . Clás. L e ip z ig . 1968. B a r r o w . « P lu ta r c h is c h e s » . Commentarius criticus et exegeticus ad Plu­ tarchi Quaestionum Convivalium I et H. Ginebra. M. B r a v o G a r c ía . (1972). —. «El pensamiento de Plutarco acerca de la paz y la guerra». 1965. 141-191. págs. t e s is d o c t . 1967. en A ctes du VHIe Con gres de VAssociation Guillaume Budé\ Pa­ rís. p á g s. E . H a r t m a n . en Commentaüones O . G a l l a r d o . A u l o t e . V (1973). «Estado actual de los estudios sobre los Sim­ posios de Platón. 1916. H. 1970. M . R. con un resumen en latín). D e Plutarcho scriptore et philosopho. 483-506. 1960 (en po­ laco. A m yot et Plutarque: la tradition des Moralia au X V Ie siécle. Adversaria critica et exegetica ad Plutarchi Quaes­ tionum Convivalium librum prim um et secundum. . 19 4 6 . . 5 9 -7 1 . en Festschrift Merlán. Leí den.BIBLIOGRAFÍA eí X Z. (Resumen de su tesis doctoral.. Jenofonte y Plutarco». págs. Cuad. D órrie. A b r a m o w ic z ó w n a . 5-10 abril. J . Torun. Cuad. Filol. A .) H. R . 80-88. Clás. . Plutarch and his times. Altertum VIII (1962). 36 y sigs.a D. 2 vols. Z ie g l e r . Gotinga. 1895.. R. Hal. en P a u l y -W is s o w a . M. Hildesheim. 1912. 1889. XVII). J. 322-326. 1931. W. I. Leipzig. H u b e r t .. 1951. tesis doct. Fuentes y Finalidad de la obra». The Platonism o f Pintarch.. Die Geschichte einer literarische Form (Stud. H ir z e l . cois. V o l k m a n n . Kult. M a r t ín G a r c ía . U l r ic h . Lexicón Plutarcheum. F. «Las Cuestiones Convivales de Plutarco: Es­ tructura. K. LXII (1949). C . 1912. RE.BIBLIOGRAFÍA 43 R. 109-134.. tesis doct. —. M a r t i n . «Zur indirekten Überliefemng der Tischgespráche Plutarchs». 170-187. 2 vols. 1911). zur Gesch. — . Khárites fü r Leo (Berlín. 1908/9. Stuttgart. Hermes 73 (1938). F r . te ­ sis d o c t . Commentariolum grammaticum. Rev. U. «Les Questions de Table de Plutarque». u. — . De Plutarchi A m atorio. 1903. R. Ét. G.. Gotinga. Entstehung und Entmcklung der Literaturgattung des Symposions. des Altert. 2). 1869.. Gr. D e Plutarchi ratione dialogorum componendorum. 1962 (= 1830). «Zur Entstehung der Tischgespráche Plutarchs». G o t in g a . 2 vois. 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E s t o b e o . ed.LIBRO I INTRODUCCIÓN Algunos afirman. Eclogarum Physicarum et Ethicarum Libri II. 7. fr. tesis doct. dedicó el opúsculo D e profectibus in virtute (o Cóm o percibir ios propios p ro ­ gresos en la virtud [B. parece haber ejercido la influencia ética de su amigo Plutarco sobre el propio emperador. pues ya H. 18. las Vidas paralelas. Adversaria critica et exegetica ad Plu­ tarchi Quaestionum Convivalium librum prim um et secundum. 48-48. Banquete III 1. III. en E. Poetae Melici Graeci. L. P a g e . B o l k e s t e in . D ieh l. así como de los estoicos. aparte de la presente obra. Su equivalencia con «simposíarco». Anthologia Lyrica Graeca. C l e m e n t en su traducción {master o f ceremonies).C. por ser un tanto cargantes e incorregibles a la ho­ 1 Sosio Seneción. 102 y 107. no parece correcta. Sosio Seneción l . 1946. 2 Dicho proverbio. al parecer. Platónico «moderni­ zado» y enemigo de todo dogmatismo. Leipzig. y M a r c ia l .G. a quien Plutarco. y en el 106 tuvo una brillante actua­ ción como almirante en la batalla contra los dacios. que el proverbio: «odio al bebedor de buena memoria» 2 se dice de los posa­ deros 3. Desempeñó el cargo de cónsul en los años 99. L. Más problable nos parece la explicación de B. Antología Pala­ tina XI 31. 9). con lo que.G . el término es el nombre de cierto magistrado que estaría a cargo de los pesos y al que identifica con un mnámon. IV 6-7. en cambio. Otros. .C. lo corroboran los descubrimien­ tos epigráficos. A . cado tal cosa ni en nuestro autor ni en ningún otro. «Miséo mnámona sym pótán». 22. M a r c . III 1. llamaban al posadero «el de buena memoria». 7 y II 533 (71c) de E. cf. Corpus Paremiographorum Graecorum. sobre el valor de dicha invoca­ ción. los hombres. sino «soldados hos­ pedados en una ciudad». L e u t s c h -F . versión seguida por Fuhr­ mann y que adoptamos nosotros. Y como tú también opinas que el olvido de las excentricidades es en realidad prudente. piensan que el proverbio recomienda olvidarse de lo que se dice y hace durante la bebida 4.. 136-7. 2. pudieron seguir bebiéndolo puro sin lastimarse. M nem osyne XII (1959). ha fundido en uno los dos significados de nárthex («férula» y «cañaheja»). Gotinga. 6 Orestes 213: «¡Oh soberano Olvido de los males. de C. 4 A s í lo entienden L uc. por estimar que o no se debe recordar ninguno de los excesos cometidos con el vino o. matarse. 5 Plutarco. como aún no conocían su mezcla con el agua. 48. según Eurípides 6. explica por qué el nárthex se asocia al dios: cuando el vino se descubrió. en última instancia.. pág. en lo sucesivo. quien lo traduce por «posaderos». Que Dioniso y el «olvi­ do» estaban íntimamente relacionados. 2 vols. funcionario al frente del registro entre los dorios. no requieren más que una leve e infantil repri­ menda.. les enseñó a usar el nárthex. Ello indica que Plutarco arranca de una tradición común a los griegos. G a r c ía G u a i en B. el ol­ vido y la cañaheja 5. 4. ibid. En efecto. como hace notar Fuhrmann. Preocupado Dioniso por la situación. I 27. D io d o r o . los dorios de Sicilia. juntos. Banqu.46 d MORALIA ra de beber. refiriéndose a los «bebedores de agua».. A n t íp a t r o . según parece. S c h n e i d e w in . Para B o l k e s t e in . v a n G r o n in g e n . qué sabio eres!» (trad. como Amyot. G. 1839. lo bebían puro en gran cantidad hasta el punto de enloquecer y golpearse unos a otros con sus bastones de madera lle­ gando a herirse e. De ahí que las tradiciones patrias consagren a la divinidad. incluso. su n. cf. s. D ió n d e A l e ja n d r ía ( s ... lo separó del Perípato. ni a.. RE. Su elección no parece haber sido muy acertada. Perteneciente a la misma escuela que el anterior e historiador de la literatura. precisamente. Aris­ tóteles. Respecto a sus escritos. encargó a Prítanis.). según los cuales es una labor que merece e 7 Los únicos Banquetes bien conocidos son los de Platón y Jenofon­ te. V 93. . Según P o l ib io . a cuyo círculo literario perteneció en Atenas. En A t e n . C . Hombre sabio y ameno en opinión de Cicerón. Era hijo de Potone. y por otros autores antiguos. Quaest.LIBRO I 47 pero que olvidar por completo lo que acontezca con el vi­ no es no sólo enfrentarse al reconocido dicho de que la mesa hace amigos.v. a. cf. Su forma­ ción filosófica. E s p e u s ip o (ca. rey de Esparta. la nueva legislación de Megalópoüs. Jenofonte. s.. más bien ecléctica. Dei de Epicuro tenemos noticia por el propio P lutarco.). a cuya muerte (347) le sucedió como director de la Academia. 674F-675A. Z ie g l e r . el artículo que le dedica K. ilustre representante de la escuela peri­ patética. Dión admira de los egipcios el que hayan inventado para los pobres el vino de cebada. granjeándose la enemistad de su director. RE. sobrina de Platón. era contemporáneo de Antí­ gono Gonatas. ya que provocó la retirada de Atenas de Aristóteles y Jenócrates. 8. sin embargo. los miembros más cualificados para desempe­ ñar el cargo. Espeusipo. en P a u l y -W is s o w a . Prítanis. J e r ó n im o d e R o d a s (ca. i . rey de Macedonia. sino también tener en contra como tes­ tigos a los más afamados filósofos: Platón. Seguidor de la Academia. 410-339). amigo y discípulo de Antíoco de Ascalón. P r ít a n is ( s . 34B. si bien se ha de comprender que estos temas interesaban a los escritores peripatéticos de su época. fue envenenado en Roma en el año 56 por instigación de Tolorneo Auletes durante la embajada que terna por objeto. destruida por Cleómenes IV. conv. y M orada 1I09E. y del de Aristóteles por A teneo. Antígono Dosón. la destitución de este rey. Sobre la fecha de su nacimiento. Jerónimo y Dión el de la Academia 7.v. Sus escritos los enumera D ió g e n e s L a e r c io en su lib. 652A y 653B. lo tildan de embustero y malicioso debido a su afán por los chismes relacionados con la vida amorosa de los grandes personajes. Epicuro. 290-230). Los eruditos modernos. Licón. C. IV. se servia a los comensales en pequeñas mesas adosa­ das a los triclinios la comida propiamente dicha. P u b l íc o l a . De todas. . 9 Un banquete griego consta de dos partes: durante la primera. P l u t a r c o . Sin duda recuerdas que. II 2. C r a t ó n y Sosio S e n e c i ó n f 1.. o «primeras mesas». puse manos a la obra.48 MORALIA ]a pena conservar por escrito las conversaciones manteni­ das durante Ja bebida. 727B y 973E. el «simposio» en sentido estricto. y como creiste que debía yo recoger lo esencial de los temas que de un modo informal se trata­ ron tanto en Roma 8 con vosotros. Saíurnatía VII 1. XV 4 ss. si crees que ellas no carecen total­ mente del encanto de las Musas y de Dioniso. CUESTIÓN PRIMERA 10 De si se debe filosofar durante la bebida Conversan A r is t ó n . la primera cuestión que se plantea atañe al filosofar durante la bebida. y M or. o «segundas mesas». 522D. Plutarco alude a la segunda parte. y te llevo ya enviados tres libros con diez cuestiones cada uno y te enviaré también enseguida los restantes. cuan­ do en Atenas se suscitó un debate tras la cena. como entre nosotros en Grecia sentados a una mesa y con una copa en las ma­ nos 9. $obre si habían de mantenerse conversaciones filosóficas con el vino y qué medida deberían observar quienes las man8 De los viajes de Plutarco a Roma tenemos noticia por los siguientes pasajes: D e m ó s t e n e s . mientras que en la se­ gunda. así como el vino que se mezclaba con agua en trateras. 10 Cuestión imitada por M a c r o b io . los postres y golosinas. recta­ mente en su opinión. en RE. afquien el padre de Plutar­ co llama su anepsiós. que la filosofía. a diferencia de los hombres que lo hacían reclinados. participa en las con­ versaciones de este banquete y en las de II 6. Aristón 10 b!S. allí presente. s. según Quaest. puesto que ni ella es apropiada para compartir nuestras bromas.LIBRO I 49 tuvieran. 620A. 965C. aceptó. sino con sus concubinas. por Dioniso. quienes no concedan un sitio a los filósofos mientras se bebe?» Y repliqué yo: «Pues claro que los hay. efectivamente. que acojamos en los banquetes la música y la come­ dia. y nos recomien­ dan que también nosotros hagamos precisamente lo mis­ mo. 6i3A no debe dejarse oír con el vino..b iobis p ersonaje conocido sólo por este pasaje. en un tono irónico muy respetable. Y Cratón 13 a gritos exclamó: «Y muy bien que hizo. como el ama de casa 11. y comía sentada como los muchachos. y que los persas.» 2. ¿hay. Asistía únicamente a fiestas de carácter familiar. Según este biógrafo. salvo esto sólo: ‘Para lo que yo soy experto. 13 Yerno de Plutarco. tirano de Chipre. en jurar que no hablaría. Pues arguyen que ni siquiera Isócrates. no es el mo­ mento oportuno. Asiste . dijo: «¡Por los dio­ ses!. no soy yo experto’ 12. a pe­ sar de que se lo pedían. Z ie g l e r . conv. para lo que es el momento oportuno. pero que no toquemos la filosofía. no suelen emborracharse ni bailar con sus esposas. el banquete fue ofrecido por Nicocreonte. v. si iba a com. el sofista. y además afirman. en su casa. amigo. hablar nada durante la bebida.. 12 Casi textualmente recoge la anécdota P s e u d o . 11 El ama de casa estaba excluida de los certámenes gimnásticos y del banquete.P l ü t a r c o en la Vida de Isócrates 37. en casa de Sóclaro. ni nosotros en una situación tal nos comportamos seriamente. lo identifica con el Aristón de M or. . Gr. 621). 15 Tal definición de la filosofía corresponde a la escuela estoica. Lo que no se ajusta bien al relato es la indicación del Tesmotetio. dios del vino.. Ifigenia entre los tauros 940 ss. A p o l o d o r o . y que es otra la labor de la filosofía. como si sin hablar al banquete de IV 4. 16 La historia nos es relatada por Fanodemo (F. poniendo en todo mesura y decoro. B. Hist. el que quita las bridas de la lengua y otorga plena libertad a la palabra I7. 1968. algunos. 244. 14 Isócrates era aficionado a los períodos dilatados. III. 325. Pero pienso que no es lo mismo excluir del banquete la palabra de un rétor que la del filó­ sofo. edificio donde se reunían en época clásica los seis arcontes encargados de revisar anualmente las leyes. reconozcamos que no se debe admitir ni la templanza ni la rectitud en los banquetes. y E u r íp i ­ d e s . es natural que no se desligue de cualquier diversión o placer que entrañe un pasatiempo. Plutarco lo ha confundido con el lugar público que precedió al Pritaneo de la democracia. sino que esté presente. considero necio e insensato privar de los mejo­ res motivos de conversación a una ocasión pródiga en ellos y eliminar de los banquetes mismos la filosofía. tras una acogida poco grata. a veces vacíos y tópicos (A. L e s k y . después de matar a su madre. o. 437C-D). 11 = A t e n . 17 Dioniso. J a c o b y .: Orestes. Pues si. Allí. le permitieron comer y beber en silencio. en especial. trad. por consi­ derar ridicula en ellos la seriedad. de lo contrario. fuéramos a co­ mer y beber en silencio. donde se nos da a entender que era médico de profesión. es encaminado por Apolo a Atenas. como los que hospedaron a Orestes 16 en el Tesmotetio. por versar sobre la vida 15. nos libera de penas y preocupaciones. pág.50 MORAL IA poner períodos tales con los que fuera a desterrar del ban­ quete a las Gracias 14. compadecidos. cuyo arte. tendríamos aquí un alivio nada desafortunado de la ignorancia... Y si Dioniso es el Libertac dor y Liberador de toda preocupación y. H istoria de la literatura griega. esp. Fr. 133. Según Fuhrmann. Madrid. II B. »Y cuando tú dijiste que no valía la pena discutir sobre esas minucias con Cratón.LIBRO I 51 no pudiera confirmar de hecho lo que enseña de palabra. 19 Lugar común que apunta a la conveniencia de compaginar la con­ versación (Musas. en Poet. lo primero que había de investigarse era el talante de los asistentes: pues en el caso de que el banquete acoja a una mayoría de aficionados a la dialéctica. con el vino. H e l . entre los griegos. como se sabe. en H e l io d o r o . en cambio. Como es natural. dios de la elocuencia e inventor de fas len­ guas). como el de Agatón a los Sócrates. dije yo que. Un ejemplo de tal aserto es el Banquete de Luciano. Fedros. y el de Calías a los Cármides. 3. V 16. Etióp. dirigido no sin gusto a los polemistas y retorcidos: Y ahora id a cenar. Antístenes. y F il ó s t r a t o . y sí. 780. Las Etiópicas Y 16. Vida de A polonio de Tiana II 37. buscar un límite y tipología de los temas filosóficos tratados du­ rante la bebida que eviten ese acertado dicho humorístico.. Erixímacos. donde los filósofos asistentes acaban malheridos a causa de la reyerta suscitada entre ellos. se la designa con el nombre de Hermes. y cuando nos animaste a hablar. 1. el de Samosata está ridiculizando las distintas escuelas filosóficas. 4. mezclando a Dioniso con las Musas no menos que con las Ninfas í9. en mi opi­ nión. aun cuando asis18 IL II 381. les permitiremos filosofar. Pausanias. ya que éstas nos lo hacen entrar en nuestro cuerpo sereno y tranquilo y aquéllas en nuestras almas en verdad melifluo y alborotador. Expresiones similares utilizan T im o t eo d e M il e t o . MeL Gr. mezcla de vino puro (Dioniso) y agua (Ninfas. para que trabemos combate 18. divinidades acuáticas). . Hermógenes u otros más o menos parecidos a éstos. mientras andamos buscando en nuestras charlas sobre los deberes convivales cuál debe ser la cualidad de un comen­ sal y cómo hay que hacer uso del vino. Pues. según afirma Platón. . 189B-D y 480D-E. por muchos hombres instruidos.52 f 614A MORALIA tan algunos ignorantes. que P l u t a r c o vuelve a hacer en Mor. critica la inoportunidad de algunos filóso­ fos en sus conversaciones durante el banquete: el estoico Tesmópolis. de citaristas y cantantes. Banquete 1 I. consciente de que los hombres son oradores merced a la palabra. por lo demás. quería con­ vencer a sus hijos. Pues si ‘es de una injusticia extrema’. hablando de cuestiones relativas a la virtud y de silogismos. 22 La idea de que vale la pena registrar lo que los hombres de pro hicieron tanto en serio como en broma. al estar rodeados. no deja dis­ frutar a su vecino en la mesa. 23 Reproducción algo ¡ibre de República 361a. como consonan­ tes en medio de vocales. Éste. por su parte. como se mantenían díscolos. en tanto no se eche por la borda la decencia. pero que filosofan cuando callan y bromean y . en efecto. parte de J e n o f o n t e . en el caso de que hubiese una multitud de hombres tales que tolerasen el sonido de cualquier pájaro 0 de cualquier instrumento de cuerda y madera mejor que la voz de un filósofo 20. completamente desconocida. De igual manera también un filósofo entre bebedores que no aco­ gen favorablemente sus palabras. Mas. con motivo de cierta desave­ nencia con sus hijos. 21 La anécdota se repite en M or. cambiando de rumbo los seguirá y acogerá con cariño la conversación de aquéllos. compartirán un sonido nada inarticulado y una mutua com­ prensión. al ver a sus enemigos alegrarse. siendo. también es de una inteligencia eminente no parecer filosofar cuando se filosofa y llevar a cabo las ta20 L u c ia n o . estaba dispuesto a hacerles caso y secundarles. en E l gallo 11. pero que. 50E-F y 854E. ‘parecer ser justo cuando no se es’ 23. cuan­ do sufren pullas o las gastan 22. con­ vocando la asamblea dijo que. ¡por Zeus!. será provechosa la anécdota de Pisistrato 21. sin duda el modelo de nuestro pasaje. el humilde zapatero Micilo. 25 Esta propiedad de la verbena y bugiosa es mencionada también por D io s c ó r id e s P e d a n io . . De materia médica IV 60 y 127. Si alguien consiguiera instruir a los bebedores haciendo uso de ellos sin infundir sospechas. desarmadas y sin espadas. «Por lo que a mí toca. eliminaría de la borrachera sus vicios no meno­ res. por pura imitación de la Helena ho­ mérica 26 que. que contienen muchos ejemplos b varoniles y magnánimos para la filosofía. Hist. Pues. como las Ménades en Eurípides 24. 27 Ibid. tras recorrer un largo c camino desde Egipto. a los que no son del todo invulnerables. los que mezclan las buglosas en el vino y rocían el suelo con infusiones de verbenas y adiantos 25. de entre los cuales unos ios proporciona la historia. en tanto que otros se pueden tomar de los asun­ tos que tenemos a mano. y muchos tam­ bién para la piedad. acabó por convertirse en tema de conversaciones convenientes y apropiadas. IV 220 ss. así las chanzas y las risas de los verdaderos filósofos estimulan y se atraen. y P u n i ó . 26 Od. a hurtadillas. hieren golpean­ do con sus tirsos a quienes les atacan. en la idea de que éstos aportan a los comensales cierta alegría y amabilidad. y otros que provocan la emulación de hechos virtuosos y humanitarios. 242 y 244. 24 Bacantes 734 ss. después de haberse golpeado a s í mismo con golpes inde­ corosos 27. nat.LIBRO I 53 reas de gente seria entre bromas. no com­ prenden que también aquel mito. drogó el vino puro. en cierto modo. pienso que hay un género de temas convivales.. XXV 81 y 107. pues mientras bebían Helena les relata de cabo a rabo sobre Odiseo: Qué acción efectuó y afrontó el vigoroso varón. Sin duda.» 4. así las indagaciones ligeras excitan armoniosa y provechosamente las almas. . condena en boca de Calístrato el frenético baile emprendido por los jóvenes asistentes al festín. incluso Platón. 629E. conv. manejen las armas o lancen el disco. pero si les obligamos a que. las cuestiones comprensibles y las preguntas proce­ dentes y nada atosigantes. A t e n . Qiiaest. Pues. Pues sabes que. »E incluso las indagaciones mismas deben ser más fluidas. tratando de hacer. efectivamente. Los luchadores se echa­ ban ceniza para evitar que el cuerpo de su adversario.54 d e MORALIA éste. en palabras de Demócri28 Metáfora sacada del ámbito de la lucha. 5. se les escapara en sus presas. el bien primero y trata en general de la divinidad. Por su parte. califica a la de su época de agradable y útil. no estira la demostración ni se enceniza. P l u t . aun cuando filosofen de una forma directa. 3 4 . las gentes de gusto. al igual que es norma que los cuerpos de los bebedores se balanceen al son deí baile y la danza 29. un relato oportuno que se ajustaba a los sufrimientos y avatares del momento. para que ni angustien a los menos inteligentes ni los excluyan. enumera los distintos tipos de danza y L u ­ c ia n o . sino también nocivo.. puestos de pie. por ello. VII 5. hay que suprimir las conversaciones de ‘pleitistas’ y ‘enredalotodo’. com o hombre moderado que era. según parece. según acostumbra. en tales ocasiones guían su discurso más por el camino de la persuasión que por el violento de las demos­ traciones. cuando en su Banquete dialoga sobre el fin último. sino que se atrae a los hombres con lazos más fluidos. una presa firme e ineludible 28. y. 29 Era costumbre en los banquetes que los comensales se entretuvie­ ran bailando. ungido con aceite. Sobre la danza. Por su parte. el banquete no sólo será desagradable. . era. el brebaje ‘analgési­ co’ y ‘tranquilizante’. como ejemplos y mitos. ofreciéndole la cena en una redoma de cuello largo y estrecho. derramando un graso puré de legumbres sobre una roca lisa. por ejemplo. en cambio. a su vez. al conducir por primera vez la tragedia al terreno de los mitos y lo patético. zambulléndose en cuestiones sutiles y dialécticas durante la bebida. la grulla. ausentes en trágicos anteriores. pero la conoce­ mos por F e d r o .. L a F o n t a in e . sino que hizo el ridículo. importunan a la mayoría. I 26. como el vino. fastidian a los asistentes. como ocurre. en efecto. los que suscitan tales cuestio­ nes en nada se mostrarían más oportunos para la convi­ vencia que la grulla y la zorra de Esopo 31. I 18. así a mí al menos se me ocurrió a menudo decir a los que arrastran al banquete 30 C f. 31 La fábula no se encuentra en la colección esópica. al extenderse en temas atosigantes y enreve­ sados. y S a m a n ie g o . Pues es preciso que. cuando los filósofos. quien no se banqueteó). (convidó a la grulla. II 2 4. le devolvió f la invitación. P l u t . y la zorra. y C l e m e n t e d e A l e j a n d r ía . Mor. En cambio. se entrega a ciertas 615A canciones. la conversación sea también algo común de lo que todos participen. como no podía. En nuestro texto se alude a la introducción de escenas patéticas por parte de los autores mencionados. cdíno a Frínico y Esquilo. relatos hueros y conversaciones de tiendas y pla­ zas. 4. se les censuró con lo de: ‘¿Qué tiene que ver esto con Dioniso?’ 32. ésta. 80B. Posteriormente se llega a emplear incluso para indicar toda anécdota que se aparta del hilo del relato. quienes. Etióp. patrono de la tragedia y comedia. y acaba por perderse la finalidad de la reunión convival y Dioniso resulta injuriado. . I 10. pues por su fluidez escapaba el puré a su largo pico. Pues.LIBRO I 55 to 30. Stromateis I 22. Así. Esta última. entonces. Por ello. 32 Frase proverbial para señalar que un episodio determinado no tiene nada que ver con Dioniso. incapaz de seguirles. de modo que ella podía introducir fácil­ mente su pico y saborearla. recibió la invitación merecida. en H e l . 36 Precisamente el significado secundario del adjetivo skoliós. sino que. 34 Canciones de índole popular. III 1. con tema improvisado por lo común. y A t e n . 100 y sigs. 102). si bien existían otros tipos. con su empleo se aliviaban los dolores de cabeza producidos por el vino. 35 A l empezar la bebida lo s comensales se adornaban con coronas. el comensal que designaba a su sucesor en el canto podía servirse también de una rama de laurel. en primer lugar. Met. según se dice. quizá (sería razonable. Poet. 410. págs. siendo lo'm ás antiguo el paso de la lira de un comensal a otro (cf. F. en segun­ do lugar. Orígenes de la lírica griega. que llamaban ‘ésaco’ 38. . por can33 Sofisma que tiene por objeto demostrar que de un posible no pue­ de resultar un imposible.. en cambio. pues­ ta en medio la cratera y distribuidas las coronas 35 que el dios nos coloca como si nos hiciera libres. 1981. Gr. los escolios rio eran un género de cantos compuestos de forma oscu­ ra 36. o de violetas (coronado de ellas y yedra se presenta Alcibíades en el banquete de Agatón: P l a t ó n . 38 Una de las diversas acepciones de este término. todos en común cantaban una oda al dios entonando un peán al unísono y. F. De su dificultad da idea el jocoso pasaje de A r is t ó f a n e s . «sinuoso». pág. Banquete 212e). El pri­ mario.. que se entonaban al final de las comidas. pero. cada uno por tum o. ejemplo de rebuscamiento y sutileza. Madrid. R o d r íg u e z A d r a d o s .creo. y una variada gama. 675C-D.. en A vispas 1219 ss. 647a. »Puesto que efectivamente. aparte del mirto. cf.56 b MORAL IA al ‘Dominante’ 33: ‘¡Hombre! ¿Qué tiene que ver esto con Dioniso?’ Porque cantar lo que llaman ‘escolios’ 34. se reseña al final de esta cuestión. Madrid. Según P l u t .. servirse de conversaciones ato­ sigantes durante la bebida) no es ni hermoso ni propio de los banquetes. Lírica Griega Arcaica. conv. 37 Para dicha función. en Quaest. R o d r íg u e z A d r a d o s . Para una información más amplia sobre el tema. cuando se le pasaba una rama de mirto 37. normalmente de yedra o laurel. como la de apio de A n a c r e o n t e . Un resumen de . 1976. como P l u t a r c o . IV 4. y D i o d . indica. ibid. afirma que el propio Dioniso lleva diadema con el fin de evitar el dolor de cabeza propio de los que beben mucho. Etym ol. el peso de la conversación. C h a n t r a i n e . Torun. el pa d r e d e P l u t a r c o .LIBRO I 57 tar el que la recibía. pues el primero. P l u t a r c o . sino que se pasaba de lecho a lecho. en razón de lo retorcido y sinuoso del itinerario. y como luego cuando circulaba la lira la cogía el instruido y cantaba a sus acordes.» CUESTIÓN SEGUNDA De si el que agasaja debe recostar personalmente a los invitados o depende de ellos mismos el hacerlo Conversan T im ó n . con ocasión de dar un ban­ quete a un gran número de personas.. Mi hermano Timón 39. finalizado su canto. págs. que cuenta con una actua­ ción más bien pobre en esta obra. se le llamó escolio. se le llamó escolio en razón de que el canto no era común a todos ni fácil. que parece ser un préstamo. dado que es conocido simplemente por esta cuestión y por la II 5. en cambio. mientras que los ignorantes no la aceptaban. v. Dict. igualmente. rogaba a cada uno ellos se encuentra en Z. junto con Plutarco. s. Otros. 39 Uno de los dos hermanos de Plutarco. Commentarius criticus et exegeticus ad Plutarchi Quaestionun convivalium I et II. pero en D e sera numinis vindicta (Sobre el retraso de ¡a venganza divina) lleva. uno por uno. L a m p r ía s y otros 1. a juzgar por . el segundo al segundo. A b r a m o w ic z ó w n a . luego. 32-37 = 232-233. 1960. la etimología de aisakos. afirman que la rama de mirto no avanzaba por orden.. y en el diálogo perdido Sobre el alma. y. es desconocida. según parece. Según P. se la remitía c al primero del segundo lecho y aquél al primero del terce­ ro. llegó hasta las puertas de la sala. K o c k .58 d MORALIA de los que entraban que se colocara donde quisiera y se recostara. VII 46. a causa de que los invitados eran forasteros. Comicorum Atticorum Fragmenta. con­ ciudadanos.. que le despidieran de la casa con saludos y palabras de [buen agüero 4Z.. II. Nigrino 13 y 21. el uso de llamativas diademas. III. eran muchos. los siguientes pasajes: A r is t ó f . 42 Trímetro yámbico procedente de !a obra perdida de E u r íp id e s . vol. cf. su forma de andar afeminada. pág. y por lo general su carácter de forasteros en las ciudades donde se lucen. dedos cargados de anillos de oro. sino que dándose la vuelta se retiraba. de toda clase. pá­ gina 222. el empleo de copas de oro y mesas con pata de marfil en los banquetes para deslumbrar a sus invitados. dirigió en derredor una mirada a los que estaban echados y no quiso entrar. comediógrafo del que sólo poseemos fragmentos (cf. Del cariño de Plutarco hacia sus hermanos dan idea las afectuosas palabras que les dedica en D e fraterno amore (Sobre el am or fraterno). H e l. en general.. I (refiriéndose a una mujer tracia. 1884. 230D. Rodopis). VII 21-27. Leipzig. en los dos versos recogidos de Nicóstrato. Y co­ mo se apresurasen tras él muchos. y V 18. 40 El adjetivo eupáryphos (literalmente «con ribetes de púrpura»). A este respecto. T. y vol. y el testimonio de P ó l u x . amigos. El gallo 12. y L u c ia n o . según lo previsto. 41 Características comunes de estos nuevos ricos y de su notorio mal gusto son los lujosos y estrafalarios vestidos teñidos de púrpura y recar­ gados con oro. A vis­ pas 1168 ss. más chabacano aún por su atuendo presuntuoso y su comitiva de esclavos 41. co­ mo prueban el testimonio de A t e n . 6.. un forastero como un emperejilado de la comedia 40. parientes y. suntuosas carrozas prece­ didas y seguidas de numeroso séquito de psclavos. Cuando ya los asistentes. Etióp II 25. parece haber sido eí per­ sonaje central. Cres- . y Timón 20. En vista de ello los que estaban echados pedían con mucha risa. alude en la comedia al personaje presuntuoso y chabacano. dijo que no veía digno de él el sitio que quedaba. el fragmento conservado en E s t o b . 428). 14 y 24. 2. 43 Eí padre de Plutarco asiste a este banquete y al de II 8. Curiosamente su nombre no lo menciona Plutarco en lugar algu­ no. H istoria romana: Sobre Macedonia 19. por cierto. Una exposición minucio­ sa de ella se puede leer en P l u t a r c o . Tragicorum Graecorum Fragmenta. efectivamente. »Cuentan también. habla sobre el mosto. C. 44 II.a ed. como yo le aconsejaba. llegan a la conclusión de que debía de llamarse Autobulo. Y cuando lo concerniente a la cena tocaba a su fin. que el general Paulo Emi­ lio. los lechos. en P a u l y -W iss o w a . que estaba echado más lejos.. «Plutarchos».). en los que el padre se nos manifiesta como un hombre práctico. mi padre 43 dirigiéndose a mí. Leipzig. 2 . cf. . Sobre Siria 29.de Z i e g l e r . hace rato. Junto a estos pasajes. pero Mohl y Hartmann (cf. coi. Paulo Emilio XIX ss. cuando. fr. no hubiéramos estado sometidos a una rendición de cuentas por desorden ante un hombre experto: en ordenar carros y hombres escudados 44. en los Praecepta gerendae rei publicae (Consejos políticos) Plutarco nos lo presenta como persona seria y buen consejero respecto a tos defectos de presunción y envidia. II 554. Pues si hubiera dispuesto desde el prin­ cipio. y en III 9 interviene con humor. el art. dijo que correspondía fo n te s (A. dijo: «Timón y yo te hemos hecho juez de nuestra disputa. A p ia n o .LIBRO I 59 pues. donde se muestra un experto en materia hípica. en efecto. 1889. . cele­ braba festines haciendo gala de un orden admirable en todo y de una magnífica disposición. 644) basándose en la relación familiar de nom­ bres propios. 45 Batalla de Pidna (168 a. Sobre Iliria 9-10. N a u c k . tras aplastar a Perseo en Macedonia 45. en III 7. que le vengo regañando a causa del forastero.. exhibe su conocimiento de los Problem ata pseudo-aristotélicos. en III 8. había muchos que se habían pasado un poco en la bebida. RE. 449). Por nuestra par­ te. consiguió. 375.). sin suprimir nada de lo que existía. PM G 836b). I 16. ibid. ni añadirle na­ da. al que consideraban un arte y una ciencia. eran fanfarrones y se jactaban de su trabajo. 834) o mozos (F il ó x e n o d e L é u c a d e . y Acarnienses 1085 ss. pues ambas cosas concier­ nen a la buena organización. También vosotros 47. si no participa de una organización. importe tanto a los cocineros 48 y a los que atienden la mesa qué servirán primero o segundo o en medio o al final y que. gracias a la buena disposición transformó el desorden en orden. así como madre de toda cultura. con sólo colocar cada cosa en el lugar conve­ niente. para la naturaleza. Y el poeta suele denominar ‘ordenadores de pueblos’ 46 a los mejores y más regios. Por el lenguaje poético y mitológico que a veces empleaban. haya un lugar y disposición para el per­ fume. en el caso de que esté 46 II. platónico y peripatético respectivamente. afirmáis que el gran dios. parece que eran algo instruidos. Los encargados del reparto de coronas y de las unciones de perfume eran o bien mujeres (A r is t ó f . por ello. ridículo que. sin duda. vemos que incluso el dispendio en las cenas no tiene nada de agradable ni de distinguido. Las asambleís­ tas 1117. Pero estas cosas tan respetables e importantes las aprendemos de vosotros. por un lado.. En la plaza de cualquier .60 MORALIA al mismo varón darle a la tropa la formación más temible y al banquete la más agradable. razón por la cual menospreciaban y trataban grose­ ramente a sus subalternos. de la más informe la más hermosa figura. esclavos normalmente. 49 Indispensables en un banquete eran las coronas y perfumes con que se adornaban y ungían los comensales (A r is t ó f a n e s . 48 La Comedia Nueva es nuestro mejor informador en lo tocante a la importancia que en Grecia se concedía a los cocineros: solían ser asala­ riados de quienes dependía el resto del personal destinado a la cocina. las coronas y la citarista 49. etc. el padre se refiere a Plutarco y a su hermano Lam­ prías. 47 Posiblemente. jpor Zeus!. sino que.. Y es. sin conceder ni a la edad ni al cargo ni a cualquier otra prerrogativa el puesto adecuado —en el que es distinguido el de primer rango. quien sólo se había apoderado de Micono. I. A b r a m o w ic z ó w n a . y J u l ia n o . 8A . ciudad se establecían gran número de vendedoras de coronas para ban­ quetes y fiestas en general. Ni el que da el banquete brindará 50 a la salud de uno antes que a la de otro. ni se ejer­ cita el que organiza en orden a la elección y buen tino de lo conveniente. Banqu. el proverbio se halla en L u c i a n o . según Hesiquio. Historias Verdaderas 25). se habitúa el de segundo—. se Ies eche de comer. y de A r is t ó t e l e s . 9. 15). equivaldría a «pila». Según A t e n . 122) considera el proverbio la respuesta del oráculo a los hijos de Neleo.. Constitución de ios atenienses 50. Diálogo de los muer­ tos I 3. A l brindis acompañaba el regalo de la copa. vol. era costumbre que se brindase ya sea por los amigos (C a r it ó n d e A fro d isla s . 51 Una de las isias Cicladas. Gr. ya por el amado (PM G 407) o por la amada (L u c ia n o . Commentarius. estima que su sentido arranca del propio nombre de la isla que. Tesmoforiantes 443-458. . El sentido exacto de esta frase varía según los autores: E s t r a b ó n . sobre cuáles eran las islas de Hegetor. pág. 8. Protágoras 347d. alega que se aplica a los que engloban en un solo título incluso lo que por naturaleza se encuentra separado. tras recostar a los invitados al tuntún y como salga. 42 = pág. Pues no hay un asiento ni un puesto prefe­ rentes para el mejor. quien habla de su remuneración. y que.. 50 Cuando la copa circulaba ( L u c .. 2. tal era la causa que defendía mi padre.. 1828. Corp. XII 20. E u s t a c io . pág. sus habitantes eran motejados de tacaños. en Focio. Si la conjetura de Hemsterhuys es válida. en cambio. Z e n o b io (en L e u t s c h S c h n e i d e w in . Parem. En resumen. «montón».LIBRO I 61 presente. según el testimonio de A r is t ó f a n e s . no lejos de Délos y Paros. en tanto no hay un lecho en el ban­ quete. . ignorantes y estúpidos. X 5. Hegetor e Hipocles. Quéreas y CaUrroe I 13. 233.. 2). donde conceptúa de gente sin conversación a los que las utilizan en los banquetes. En lo relativo a las citaristas consúltense los pasajes de P l a t ó n . en tanto mire de lado las dife­ rencias en lo tocante a los lechos. descubriendo ya desde su inicio al banquete como la llamada ‘una sola Micono’» 51. por otro. 55 Obra desconocida. 53 //.. de he­ cho. sino sobre primacías.I I 408. se hace juez y árbitro a sí mismo de personas que no se han puesto en sus manos. se convirtiese él mismo en juez de tantos familiares y. Por su parte. . pero es más excéntrico el que. se vienen a restaurar esos hu­ mos y pienso que conviene que. a la vez. Pero es que ni siquiera es fácil la decisión. La anécdota nos la transmite también D ióg. 87. para decidir no sobre dinero. de suerte que. dijo. 54 Obra de Aristóteles cuya meta es intentar conseguir en cualquier cuestión afirmaciones verosímiles sin incurrir en contradicciones. mucho más que el barro de los pies. y proverbial fue Menelao 53. una vez se los hayan lava­ do por completo del alma. I 5. sino que se traslada a los banquetes la vana reputación desde el ágora y los teatros. sino que han venido a una cena. sin que por ello se obtenga utilidad alguna. ya que unos se diferencian por la edad. otros por la amistad y otros por el parentes­ co. en consejero sin ser invitado. si se convirtió. Pues no se han presentado a una competición. sino que es preciso. «Excéntrico* sin duda.62 c d MORALIA 3.. mi hermano dijo que no era más sabio que Bías 52. Laer . se comporten entre sí durante la bebida con natu- 52 Uno de los siete sabios. en lugar de anfitrión. mientras aquél rehusó el arbi­ traje entre dos amigos. otros por su poder. ni están sujetas al juicio de quién es mejor que quién o peor. de tantos amigos. lo mismo que quien se ejercita en una argumentación comparativa. sino con el de importunarlos. y. como si los hubiese invitado no con el fin de testimoniar su amistad a los ínti­ mos. tener a mano los Tó­ picos 54 de Aristóteles o los Dominantes 55 de Trasímaco. mientras se intenta alejar las demás pasio­ nes merced a la convivencia. elegido árbi­ tro. Y he aquí que. «Efec­ tivamente. la inflamamos y reaviva­ mos de nuevo mediante la rivalidad. porque ven ya desde las puertas que la cena es democrática y no posee un sitio privilegia­ do. como 6i7A dice Timón. mientras tratamos de impedirles la entráda por la principal. ¿por qué no.LIBRO I 63 ralidad y sencillez. declaré yo. Pero si filosofamos entre fo­ rasteros o magistrados o ancianos. que caminaría por la vía de en medio. cual acrópolis. .. Pero es que si a la distribución de le­ chos 56 acompañan brindis y servicios demasiado continua­ dos. hay que acostumbrarles a que. conciu­ dadanos y amigos. comenzando de una vez por aquí. L uc. dije. Banqu. En esto se ha de dar su parte a la costumbre y a la norma. se nos conver­ tirá completamente en un banquete de sátrapas más que de amigos. haciendo ellos del buen humor un hermoso viático de la amistad. en el que recostado el rico se envanezca ante los más humildes?» e f 4. temo que demos la im­ presión de introducir con una enorme indiferencia los hu­ mos por la puerta lateral. Y cuando también esta opinión se expresó y los presentes reclamaban la sentencia. les acostumbramos a recostarse uno junto a otro sin humos y sin afectación. cf. cuando se dé un banquete a jóvenes. O eliminemos los brindis y las interpelaciones. amén de intimidades e interpelaciones. con cuyo uso precisamente honramos 56 Sobre la colocación de los invitados conforme a su dignidad. no juez. Y si en lo demás guardamos la igualdad entre los hombres. al humillar a unos y ensalzar a otros. se asignen el lugar que encuentren sin afectación y sin humos. 8. mientras intentamos suprimir de los invitados la enemistad procedente de cual­ quier resentimiento o dificultad. P u e c h . Ade­ más. Pues. cercano siempre a Zeus. al corajudo Laomedonte. XXIV 100. II. por sentar al forastero junto a sí: levantando a su hijo. 57 58 59 60 61 II VIH 162. también esto lo deja entrever el poeta. Poseidón. {y Atenea le hizo sitio 60. quien pone en destacado honor al orden. K e il ). E. en medio 59. b según dice el rey de los griegos. II 305. y expresamente Píndaro dice: Del rayo que respira fuego ella muy cerca sentada 61. que cerca de él estaba sentado y a quien especialmente [amaba 58. Od. y XII 311. aun cuando se presentó el último a la asamblea: tomaba asiento. Fragmento de una poesía desconocida (ÁD É L A IV 28.. 21. efectiva­ mente. . como es natural. carnes y más copas 51. Y Atenea aparece ocupando el sitio distinguido. como es tradición: con asientos. sino sobre todo. se sentaba junto al padre Zeus. como es natural. por lo que dice sobre Tetis: c y ésta. 133 B o w r a . XX 15. V il 169-70. entre los dioses existe una distinción tal. citado por A r í s t i d e s . por ser éste el lugar que le correspondía. Pues el sentar al suplicante en el lugar de la persona ama­ da es delicadamente correcto y humanitario. Elogiamos también a Alcínoo. 146 S n e l l .64 MORALIA no al primero con quien topamos ni indiscriminadamente. incluso. Ibid. X X III 534 ss. siempre que dé a cada uno de los llama­ dos ‘respetables’ este sitio porque es el primero. al parentesco. Rep. aquél porque está a su lado o junto a un amigo o familiar o su maestro. Pues allí también. 496a. no hay envi­ dias en el reparto. Pues lo quita el que hace común lo privado (y privado es lo de cada uno según su mérito) y otorga a la carrera y a las prisas el premio debido al mérito. no hay que quitarle a los demás su honor. [un sosiego sin molestias más que el honor]. mira qué ardid empleo. y a los demás regalos y amabilidad. Cosa que precisamente parece hacer él más bien. En tal caso. después. más contra sí las concita. al abuelo o al suegro o al hermano de mi padre o a alguno de los que poseen ante quien los recibe una preeminencia de honor reconocida y peculiar. llevándomelo al sitio más distinguido. a mi padre. ese otro porque es el central. lo recuesto. por asignárselo a uno solo. en el caso de que los méritos sean indiscernibles y los hombres quisquillosos. Aquiles. por cier­ to. si alguien es capaz de tener buen tino.LIBRO I 65 »Sin embargo Timón dirá que. pues los molesta al privar a cada uno de su honor habi­ tual. porque. Pero. como son numerosos los sitios de honor. no es fácil que concurran muchos rivales en méritos en una invitación. 63 II. por ejemplo. al ver a Menelao y Antíloco disputar por el segundo premio de la carrera de carros 63 y temeroso de 62 Plutarco está reproduciendo ideas que su maestro Platón repite fre­ cuentemente a io largo de su obra. . si estuviera presente. Y dando la impresión de rehuir el cau­ sar molestias a los invitados. al cargo y a pre­ rrogativas tales 62. en primer lugar.. tomando este precepto de los que están establecidos en Homero. Por lo que a mí respecta. no creo que sea demasiado difícil lo tocante a la selección. C f. y si no. amplia formación y brillante talento. Y mientras yo hablaba así.66 MORALIA que llegaran a más en su enojo y porfía. D e facie in orbe lunae (Sobre la cara de ¡a luna). aparentemente por compadecer y honrar a Eumelo. fortunas y cargos o da las proedrías de los decretos anfictiónicos 65. preguntaba a los presentes si le permitían amonestar a un juez que desbarraba. lo que no es obstáculo para que sea un excelente bailarín de la danza pírrica.» f 6I8A 5. nuestro índice de nombres). . pero de hecho por suprimir el motivo de la dis­ puta de aquéllos.El origen del Consejo Anfictiónico. Lamprías 64. muy apreciado por él. un gran sentido del humor. se reunía en Delfos. además. De defectu oraculorum (Sobre la fa lta de oráculos). sino con lo 64 El otro hermano de Plutarco. Interviene también con un importante papel en D e E apud Deípfios (Sobre la E de Delfos). cerca de las Termópilas. improvisa muchas veces. para que ni en la bebida escapemos a los humos? Porque ni los repartos de lechos deben hacerse de acuerdo con lo distinguido. como acostumbraba. parece deberse a asociaciones de estirpes que aseguraban el acceso a los oráculos más importantes. decide conceder el trofeo a otro. De genio vivo. a grandes gritos. entre familias. en primavera y en otoño. Perte­ neció al Peripato y desempeñó el cargo de sacerdote en el oráculo de Lebadea y el de arconte en Delfos en época de Trajano. y posee. contra los estoicos). dijo: «¿Pero quién podría compadecerse de un filósofo que distribuye sitios en un banquete. cuya misión consistía en velar por el templo de Apolo en Delfos y organizar los juegos píticos. Amonio. así como su neutralidad. en Antela. Al igual que su hermano perteneció al círculo de. como en un tea­ tro. Constaba de un delegado por cada ciudad adscrita a la Liga y. y De communibus notitiis adversus stoicos (Sobre las nociones comunes. desde un lecho suplementario en el que estaba sentado. como se des­ prende por la cantidad de banquetes en los que toma parte (cf. Y como todos le rogasen que empleara la franqueza y no le compa­ deciese. 65 . allí veras la tierra situada en lo más alto de la piel. en especial de caracolas y tortugas de pétrea piel. sino que. 550A. M or. sino el que la disposición desea para la obra común. a quien nuestro Píndaro denominó ‘el mejor artesano’ 66. Pues ni el arqui­ tecto antepone la piedra ática o la laconia a la bárbara por su buena índole. . Berlín. 19546. D ie l s -W . fr.LIBRO I 67 agradable. pág. 2. el desorden en todas partes es nocivo. dice Empédocles 67. Desde luego. . pero cuando surge entre hombres y sobre todo cuando beben. vol. I. Y ves que la divinidad. como cualesquiera otras cosas se agrupan para un solo conjunto. ni considerar la dignidad de cada uno. sino según lo recla­ men las necesidades de los cuerpos: Esto en las conchas habitantes del mar. K r a n z . 807C y 1065E. D ie fragm ente der Vorsokratiker. ni el pintor concede el lugar preferen­ te al color más caro. ocupando no el lugar ese que la naturaleza le da. Discursos XII 81. ni el constructor de barcos prefiere el pino ítsmico o el ciprés crético. no en todas partes or­ dena el fuego arriba y abajo la tierra. 67 Cf.» 66 Pasaje desconocido citado por D ión C risóstomo. 339. así los distribuyen. cuya observación previa y vigilancia es cosa de un hombre experto en la ordenación y el acopla­ miento. de pesadas espaldas. hermosa y útil. antes que en nada revela su propia perversidad por la insolencia y otros males incontables. como cada uno de ellos conjuntados y ensamblados entre sí deban ofre­ cer una obra de conjunto sólida. sino el ajuste y armonía de uno con otro. y P l u t . 76. H . no sin ra­ zón. el inventor del «Batallón Sagra- . todos le concedimos que obrara así. en negarnos las nor­ mas tácticas y armónicas [de las que hablábamos]? —Ningún reparo hay. de inexperto en cuestiones amorosas. al joven amigo de oír junto al ancia­ no charlatán. P o l ie n o . porque agrupó tribus con tribus. al tener en toda ella un vínculo vivo. D iod . cuando era preciso alinear al amante junto al amado. no recostando con el rico al rico. al socarrón junto al presuntuoso y al reser68 Sobre el orden oblicuo inventado por Epaminondas. sino que. pues esta formación es inmóvil e inútil para el aumento o nacimiento de afecto. pues quiero explicarlo previamente. dijo. y. Según P l u t a r c o . nosotros dijimos que él estaba hablando rectamente y añadimos: —¿Qué reparo tienes. ni con el magistrado al magistrado y con el ami­ go al amigo. y mezcló fratrías con fratrías. entonces. Pelópidas XVIII. Tal también quiero hacer yo nuestro banquete. dijo: «Oíd cómo os voy a ordenar entre vosotros. ni con eí joven al joven. Pues bien. destacó por sus brillantes gestas militares. ajustando lo apropiado al que haya menester de ello.68 MORALIA 6. al afable junto al quisquilloso. como Epaminondas la falange 6B. y éste. 69 Pamenes. si estáis dispuestos a acep­ tar que yo remueva y reorganice el banquete. para que la falange. compar­ tiera un solo aliento. 1. Estratagemas II 5. no tomó parte en la empresa liberadora de su país. me parece que también el tebano Pamenes 69 acusó a Homero. posteriormente.. amigo de Epaminondas y del rey Filipo. ruego al amigo de saber que se recueste al lado del instruido. En vista de ello. uno de los más prestigiosos generales tebanos. si bien apoyó a su amigo desde el principio y. XV 56. cf. Por supuesto. después de ordenar a los esclavos que se quitaran de en medio y tras mirarnos detenidamente a cada uno. fue Gorgidas. Esta anécdota de Pamenes se repite en el pasaje antes mencionado de Plutarco y en Am atorius 761B. caldeados por el mismo fuego. 757). I 4 y V 4. 72 Sosicles de Coronea. Pero reúno a los aficionados a la lucha. como dice Sófocles: a cuantos sobreviene la mordedura del amor <de mucha­ c h o s > 73. y Aufidio Modesto nada más que aquí. f como en este momento Sosicles y Modesto 72. comedida. aquí presen­ tes. a modo de cojín del intercambio de golpes. mejor do». Pues de estas similitudes la primera es beli­ cosa. a un pobre honrado. sepamos algo de sus vidas. 70 Reminiscencias platónicas (Banqu.. por el contrario. al sofista le prohíbo recostarse con un sofista y al poeta con un poeta: pues el pobre <aborrece> al pobre y el aedo al aedo 71. conduciré junto a él. intervie­ ne sólo en Quaest. la segunda. por lo demás. pues. Y separo también a los aviesos. Y reúno también en el mismo sitio a los aficionados a la bebida y a los enamora­ dizos. como la de los grajos. no sólo. sin que. 73 Verso de una obra desconocida ( N a u c k . Y si en algún sitio observo a un rico munificente. por frotar palabra con palabra corren el hermosísimo riesgo de avivar una gran llama. se produzca un trasvase 70. levantándole de cual­ quier rincón. . fr. como de una copa llena a una vacía. Trabajos y Días 26. Frag. conv. Gr. 71 H esíodo. zaheridores y coléricos. para que. al parecer amigo íntimo de Plutarco. 175b). caza 6i9A y agricultura. Trag. compuesto por amantes y amados. como la de los gallos. sino también a los que la sufren por causa de mujeres y muchachas. Sin em­ bargo.LIBRO I 69 vado junto al irascible. interponiéndoles en medio una persona afable. sobre el que se recuesta el rey. vol. Barcelona. 216. a este respecto. el más cén­ trico. el primero del central. distintos son los sitios esti­ mados en los distintos pueblos: para los persas. el primero 74. o del central. trad. pero ya no se conocía la razón de ella como en el caso del primero. los vanidosos. Caracteres XXI. el últi­ mo del lecho central. a su vez. esp. casualmente estén enamorados del mismo o de la misma. al que denominan consular 75. en opinión de T e o f r a s t o . y de lo que 74 Se trata del primero del primer lecho. Que en época clásica no existía una etiqueta tan estricta a la hora de reclinarse. pues en nuestra época éste era el que gozaba de c mayor preferencia.70 MORALIA se acogerán unos a otros. J. Sin embar­ go. Junto a él gustaban de sen­ tarse. ¡por Zeus!.» CUESTIÓN TERCERA b De por qué de los sitios el llamado consular obtuvo honor Conversan los mismos que en cuest. IV. II Después de esto. para los griegos. impusieron !a colocación por jerarquías. y para algunos griegos de los alrededores del Ponto. recayó la investigación sobre los sitios en el banquete. denominado sum m us in m edio. Los romanos. en cambio. B u r c k h a r d t . 175c) se halle recostado solo en el último lugar. en cambio. 75 El llamado por los romanos ¡mus in m edio. Efectivamente. Banqu. sobre el llamado consular es sobre el que más titubeá­ bamos. como los heracleotas. al que seguía en im­ portancia el del lado opuesto. .. a no ser que. H istoria de la cultu­ ra griega. para los romanos. 1963-1966. C f. lo muestra el que Agatón (P l a t . al contrario.. pág. lo mismo que el hierro soldado.. 78 En el medius in imo e imus in imo. . el tercero y. de suerte que. donde se recostaba el dueño de la casa o el anfitrión. porque los cónsules. d 76 Según Livío. el primer sitio de éste. para Catón y Polibio. ■ 77 Conqcido con el nombre de summus in imo. 79 Junto con Leontíades y Filipo. para que ni siquiera este privilegio de su mando y autoridad fuese molesto a sus acompañan­ tes. desde el lugar central y regio se retiraron abajo. sucedió en el 507. al objeto de estar junto al invitado más distinguido. Además de la mujer e hijos del dueño de la casa. Des­ de luego. para que esté cerca del que da el banquete. el polemarco de los tebanos. uno de los oligarcas más importan­ tes de Tebas.. a veces. como un auriga o timonel. un servidor importante. cuando derribaron a los reyes y transformaron todo en al­ go más democrático 76. dado que no es el cónsul entre los romanos co­ mo A rquias79. la caída de la monarquía tuvo lugar en el año 510 a. cediendo. en tanto que. Y la tercera. Los hechos son relatados prolijamente por el propio P l u t a r c o en Peióp. especialmente. justo al lado del «con­ sular». que lograron introducirse en la sala gracias a ir disfra­ zados de mujeres. asesinados mientras cenaban por Pelópidas y otros jóvenes adictos a su causa. C . la segunda. se colocaba. el que está debajo de él. atiende adecuadamente a la supervisión del servicio y no se le priva de mostrar sus atenciones y conversar con los asistentes. es del que da el banquete 77. es el de su mujer o el de sus hijos 78. de los sitios muy próximos. X. Ya que aquí.LIBRO I 71 le es pertinente. solamente tres de la explicaciones dichas las con­ siderábamos de interés: la primera. y el que está por encima de él natural­ mente se otorga al más honrado de los invitados. este sitio parecía tener particularmente algo adecuado para la actividad. unas características no eran propias de és­ te solo y otras no parecían dignas de estudio alguno. porque al estar reservados dos lechos a los invitados. Pues bien. «sino muy fogoso» 81 y circunspecto en tales opor­ tunidades. como en un banquete dieran comienzo unos excesos debidos al vino. diciendo a voces «para mañana los pro­ blemas». y Teón 8\ mi amigo. XX 468. A te n . y a él. ai hacer un hueco. acercarse. contemporáneo de Aristó­ fanes. C r a t ó n y T e ó n 1. permite por su curvatura al escriba. 83 Junto con su hermano Lamprías es el interlocutor que más fre­ cuentemente aparece y la personalidad más fuertemente acusada. hiciera caso omiso del mensaje y tomase la ten ­ dea 80.MORALIA si le llegaban mientras cenaba cartas o noticias dignas de consideración. en el cual. recibir instruccio­ nes. ss.. Cratón. tener la mano y las palabras pres­ tas y no impedidas. ordenar y responder por escrito lo que debe. Además . 82 Suplicantes 770. Pues no sólo «dolores pare la noche al timonel prudente». mi yerno. sino que también cualquier hora de bebida y sosiego es asunto digno de atención para un general y jefe.. tiene este sitio escogi­ do. el ángulo. para que pueda oír. según Esquilo 82. sin que nadie le moleste ni ningún comensal sea mo­ lestado. a su vez. Pues bien. 81 //. al servidor. la describe como una copa honda de asas pequeñas. 80 Copa inventada por Terícles de Corinto. dialogar. como el segundo lecho se ajusta al tercero. al guardaespaldas y al mensajero de los del campamento. CUESTIÓN CUARTA De cómo debe ser el simposiarco Conversan P l u t a r c o . 470E. Pues bien. el primero. no permitir que una vieja costumbre se eclip­ sara completamente. sino la específica de los cargos de arconte o sacerdote que desempeñó en su patria. entablaron conversación acerca de la simposiarquía 84. Entre sus funciones se incluía !a de fijar ia cantidad de vino que se debía beber. qué cualidades debe tener el que va a ser elegido simposiarco y qué fin se propondrá el elegido en su mandato y cómo dispondrá lo relativo al banquete. como todos les pedían que obedeciesen al presiden­ te e hiciesen lo ordenado. dije yo. exponer con brevedad. según de en las Quaestiones convivales. y pensaban que era mi deber. pero a Cratón y Teón. . incluido el sorteo por habas. como todos estáis de acuerdo en esto. instigadores y autores del decreto. 8Í Parece ser que Plutarco no lieva ia corona habitual en los banque­ tes.LIBRO I 73 enseguida eliminados. que el jefe de los guardianes debe ser el mejor guardián. elegido por los demás comensales me­ diante cualquier procedimiento. «Pues bien. me elijo a mí mismo vuestro simposiarco y ordeno a los demás be­ ber en este momento como quieran. 84 Presidente de un banquete. Y los demás también estaban de acuerdo en esto. de modo que se produjo un murmullo de aprobación por parte de todos y una invitación a ello. De Pythiae oraculis {Sobre los oráculos de la Pitia). a modo de esbozo.» 2. así como las partes de agua que habían de mezclarse con él. Cratón dijo. ante la petición se hicieron rogar un po­ co. De facie in orbe lunae y Non posse suaviter viví secundum Epicurum (Sobre que no es posible vivir dulcemente de acuerdo con Epicuro). por lle­ var corona 85. lo encontramos en ¡os siguientes diálo­ gos: De E apud Delphas. pero. pero Ies dejo a ellos repartirse por turno el uso de la palabra. sino reclamar y restablecer de nuevo la acostumbrada presidencia del cargo en los banquetes y su etiqueta. sino una especie de mezcla equilibra­ da para ambas cosas. ante todo solía decirse a sí mismo a modo de advertencia: ‘Mira. pero. Debe además.. 412c. y Mor. a atenienses gobiernas’ 88. Pericles. a su vez. por su parte. II ss. 173E. es insolente e in­ correcto. «Y es tal. Pues el que se excede bebiendo. a qué emociones son 86 Rep. de qué cambios experimentan con el vino. pues como Jenofonte decía de Clearco que su aspecto sombrío y rudo se mostraba en los combates. es desagradable y más adecuado para hacer de pedagogo que de simposiarco. J e n o f o n t e .74 d e MORALIA afirma Platón 86. pero tirando un poco más por natu­ raleza. 87 P l u t a r c o . a griegos gobiernas.. como Ciro decía en su carta a los lacedemonios. dulce y radiante a causa de su animosidad 89. entre otras cosas porque soportaba bien mucho vino puro 87. Y también debe ser el que hace de jefe. Pericles. Mor. . añadírsele el que sea un ex­ perto conocedor de cada uno de los bebedores. Artajerjes VI. así el que no es agrio por naturaleza. sin duda. ya que el vino llevará su carácter a un término medio. 89 fbic!. al relajarse con la bebida. 69A y además. Anábasis II 6. a libres gobiernas. el que es por completo abstemio. y el de los comensales el mejor comen­ sal. amigo de la seriedad y no ajeno a la diversión. que era más apto para reinar que su herma­ no. a la seriedad. 186C y 813E. sino. al contrario. como un vino selecto. para que ni tolere que se actúe incorrectamente ni suprima los placeres. cada vez que era elegido general y volvía a tomar la clámide. si no es presa fácil de la embriaguez ni re­ nuente al beber. sino respetable y serio. Y que nuestro simposiarco se diga a sí mismo esto: ‘a amigos gobiernas’. 88 P lu t. se hace más dulce y ama­ ble. al hacerlo más suave y rebajarlo. cuando se bebe. VII 23. el presidente del banquete. traiga las naturalezas de la discrepancia a la adecuación y armonía). dijo. al menos. b Teón. pues ni será soportable cuando dé órdenes. de acuerdo con el momento y la f resistencia del cuerpo (pues no existe una mezcla distinta de vino con distinta agua. y los que no viven ni desenfrenada ni libertinamente más que los licenciosos. tensando a uno con la bebida. 24. ibid. que a un simposiarco conviene conocer y . ahora menos los escanciadores 91 reales que la conocen. 6 y 27. como un músico. 91 Sobre la importancia de los coperos y escanciadores reales. 4. ni ecuánime cuando sirva. conoci­ da. es sin duda evidente para todos. a otro en cambio aflojando y restringiendo. H el.LIBRO I 75 propensos y cómo soportan el vino puro.. Etióp. unas seis cucharadas. para que. el simpo­ siarco debe comportarse familiar y amistosamente con to­ dos y no ser falso ni odioso a ninguno de los convidados. es difícil. 90 La «cotila» es una medida de 1/4 de litro aproximadamente. y el «ciato» la duodécima parte de 0. cf.473 litros.. desde luego. y sobre el arte de escanciar. ni tampoco irreprochable cuando gaste bromas. en tanto no existe una fusión particular del hombre con el vino. los que se excitan más que los sose­ gados. en todo caso con. para que no sir­ va lo mismo por cotila ni por ciatos 90.62 i a viene al simposiarco conocer lo común a las naturalezas y edades: como que los viejos se emborrachan más rápida­ mente que los jóvenes. 3. Tal te lo entrego y o . sino lo apropiado y adecuado a cada uno. Y que. »Pero si esto. de la que ahora vierten más. Los pasajes en que se encuentra . los melancólicos y meditabundos más que los ani­ mosos y alegres. después de haberlo moldeado como con la cera del discurso» 92. observarla. y conociendo esto. 92 Imagen platónica muy repetida. uno regiría la compostura y concordia de un banquete me­ jor que el que lo desconozca. [P l a t ó n . pág. 93 Informan sobre estos personajes. a las cosas en las que aparece con oportunidad y mesura. y esto se­ ría producir en los presentes. n. I s ó c r a t e s .76 MORALIA 3. P l u t a r c o . Sobre los m isterios I 3 5. les suprime el exceso con el que daña lo útil y molesta lo agra­ dable. pienso. Alcibíades XIX 1 ss. después. un ro­ bustecimiento o el origen de una amistad. París. Pero si me valdré de él a propósito y no mancillaré tu obra. acepto al hombre tan bien aca­ bado y convival. XVI 6. pues el banquete es un entretenimiento con vino que por el encanto acaba d en amistad. quizá.. me parece que siendo tal nos mantendrá el banquete atemperado y no per­ mitirá que se convierta ahora en una asamblea democráti­ ca. 1964. espectáculos y bro­ mas que cumplan con la finalidad del banquete. así com o de su supuesta actua­ ción impía en ios días anteriores a la expedición a Sicilia. y A n d ó c id e s . en un escenario y estrado. luego en una timba. F u h r m a n n . 6. prestando oídos a muchos que dicen que una navegación junto a tierra y un paseo junto al mar se pueden ver en F . . ha de permitir el que actúe como jefe. »En consecuencia. Y Teón dijo: «Bien. sino que concederá un sitio sólo a aquellas conversaciones. Y como lo puro es en todas partes empachoso y muchas veces perjudicial. Les images de Piular que. 161. nada de lo cual. en tanto que la mezcla. no lo sé. ahora en la escuela de un sofista. ¿Pues es que no veis a unos actuar como demagogos y sostener procesos c durante la cena. Sin embargo. por medio del placer. es claro que el presidente presentará también a los que beben un entretenimiento variado.] Erixias 394b y 400b. a otros estudiar y leer algunos de sus escritos y a otros presidir certámenes de actores y bailari­ nes? Alcibíades y Teodoro hicieron del banquete de Pulición un lugar de iniciación 93 al parodiar las funciones del portaantorcha y del hierofanta. que tenía una pierna flaca y atrofiada. para que los que son bromistas. 95 Versos de un poeta desconocido citados también en Mor. el académico. por vejar a Agamestor 96. en efecto. se las tengan con algo serio. a su vez. al mandar cantar a los tartamudos o peinarse a los calvos o bailar a los cojos: así. y A t e n . 97D. no sea que introduzcan. de algún modo. y. ordenó a todos beber tal como le vie­ ran a él: y. a su vez. metiendo en ella su pie lisiado. sin darse cuenta. ¡Oportuno. 1033. la insolencia entre ellos con esas famosas órdenes insultantes. en cambio. la multa. sí. par alian. pág. los comensales or­ denaron a todos apurar su copa manteniéndose sobre el pie derecho o pagar una multa.. Gr. f 622A . exhortará cuidadosamente a los bebedores a evitarlas. Frag. »Pues también es posible servirse de la risa para mu­ chas cosas serias y procurar una seriedad agradable e como entre cardos y la áspera gatuña nacen flores de delicadas violetas blancas 95. H ist. traída una vasija vacía. como los que se marean al ver de cerca la costa 94. Agamestor!. los que son serios se animen. y hay que hacer así de benévolas y jocosas 94 La lectura paidián no da mucho sentido al texto. en tanto que todos los demás.. propuesta por nosotros. »Y cuantas bromas sin dignidad irrumpen escandalosa­ mente en los banquetes. II B. Y cuando le llegó a él el turno de mandar. pagaron. apuró la copa. 44E y 485A. 96 Parece tratarse del filósofo mencionado por Filodemo y recogido por J a c o b y . como a pesar de intentarlo les era evidentemente imposi­ ble. lo mismo que el beleño en el vino. así pondrá la broma al lado de la seriedad.LIBRO I 77 son muy agradables. como se puede ver en Pap. en gimnasios y palestras de la rivalidad. Retórica 1371b. Trag. F il. anunció por un heraldo un premio para quien descubriera un nuevo pla­ cer 98. I 17. donde el presidente del banquete recomienda que se gasten bromas que causen risa. 99 Las personas educadas eludían cualquier broma ofensiva y grosera. lo cita también A r is t ó t e l e s . Antíope (N a u c k . BeroL 270. En un contexto similar. Frag. 96 Otros escritores. ordenando cosas apropiadas. Teofrasto. posibles y decorosas para quien las realice: a los cantantes cantar. sino del encanto y amabilidad. b »E1 rey de los asir ios. A su vez. a los filósofos resolver cual­ quier dificultad.. cosas en las que la mayoría de los banquetes naufragan.» 97 E l verso corresponde a E u r íp id e s . a los retóricos hablar.. Aristóxeno. (la lista completa se halla en la edición de F u h r m a n n ) . efectivamente. como Ateneo. cuando no encuentran un maestro adecuado " . Darío o Jerjes. pues grata y animosamente cada uno se deja llevar allí: donde él resulte superior a s í mismo 97. y hay que acostumbrarse a servirse de órde­ nes para placer y provecho. un goce útil y burla compañera no del desdoro e insolencia. el rey de un banquete debería proponer un premio y recompensa distinguidos al que introdujera una broma inofensiva. etc. pero adecuadas a la situación. a los poetas ofrecer versos. sólo que con un verso más. . 183). Gr.78 MORALIA las venganzas. en los cargos y honores de la ambición y en el banquete y durante la bebida de las bromas. Por su parte. Y es de hombres prudentes guardarse de la enemistad y rencor procedentes en el ágora de la ambición. dice de su perso­ naje que jamás nadie le oyó hablar irónicamente ni discutir con sus interlocutores. en su Vida de A pol. atribuyen la proclama a un rey persa. y o tro s Por qué se dice lo de Eros enseña a uno a ser poeta. desde luego. Gr. Autor de ditirambos. su obra más importante es E l Cíclope. 203d. d . fr. después de haberse canta­ do unos versos sáficos. de su isla natal a Esparta. Pues. Trag. y atento y laborioso al despreocupado y negligente. cuando 100 Fragmento de la obra perdida de E u r í p i d e s . Vivió en la corte de Dionisio I de Siracusa. Mel. co 102 Banqu. Frag. Se afirmó. El fragmento lo recoge P a g e . Poet. y así Platón lo llamó «lanzado» y «atrevido en todo» 102. solícito al tímido.. que el amor es diestro en favorecer la audacia y la innovación en todo. quien. donde Filóxeno 101 afirmaba que incluso el Cíclope curaba su amor con musas melodiosas. 101 Filóxeno de Citera (435/4-380/79) llevó una vida muy azarosa. precisamente. ya fuera por criticar sus poesías o bien por celos respecto a una hetera. Gr. ya de niño. hace locuaz al silencioso. pasó como esclavo. Y de lo que uno más se admiraría: un hombre avaro y meticuloso. Timeo 69d. fue su maestro.79 LIBRO I C U E S T IÓ N Q U IN T A C De por qué se dice lo de «Eros hace a uno poeta» Conversan Sosio S e n e c i ó n 1. 405F y 762B. fr. Para la aparición de los versos en otros autores. Estenebea. aunque antes careciese de [musa 100 se investigaba en casa de Sosio. 822. N a u c k . 663. Parece que el tirano lo condenó a las temibles canteras. cf.. por cierto. donde con el tiempo se hizo cargo de él Melanípides. P l u t a r ­ hace mención de éí también en Mor. y es que el amor. según A t e n . Y solía decir que. Socles).. también. era más ingenioso y elocuente que nun­ ca.. 106 H e r ó d o t o . Y. Incluso afirman que Esquilo componía sus tragedias mien­ tras bebía y se entonaba 104. por el calor se elevaba como el humo. 104 La anécdota procede. L u c ia n o . lo mismo que el hierro templado y ablan­ dado al fuego. y cuando se convierten en tales. con ser mucho el placer con que miran a sus amados. de suerte que no parece del todo ridículo ese dicho humorísti­ co de que «la bolsa de los enamorados está atada con hoja de puerro» 103. la recoge también. 105 Personaje muy querido por Plutarco. Gr. pág. al estar ellos tan convencidos. Y mi abuelo Lamprías 105. los enco­ mian con no menos gusto que los miran. realmente. Ya que. Elogio de Demóstenes 15. Por ello. se dejan dominar por acentos musicales y especialmente rimados. 22A y 428F-429A (en 473a. a veces. . dice lo mismo de otro poeta. supone la voz de la experiencia’ frente al tono erudito y diletante que sus nietos Lamprías y Plutarco imprimen. L e u t s c h -S c h n e id e w in .80 MORAL IA cae en el amor. pues hace a los hombres ardientes. a la charla. Pues quieren que otros les sirvan de testigos. vol. se torna delicado. Hombre culto. flexible y más dulce. lo es mucho más en los elogios. Corp. Parem. ale­ gres y relajados. a la hora de beber. de Cámeleonte. I 8 ss. 103 Cf. Y se afirmó también que el enamorarse es semejante al emborracharse. de modo semejante al incienso. quieren que también todos se convenzan de que están enamorados de hombres hermo­ sos y buenos. siempre locuaz. 447 (60). señalando como su fuente al histo­ riador Cah'síenes. I. cargado de ideas y de ingenio. a juzgar por la cantidad de conversaciones en que participa. Y ésta también fue la razón que impulsó al lidio Candaules a arrastrar hasta su habitación a un sir­ viente para que contemplara a su propia esposa 106. tras ensalzarlos. los adornan con cantos. Tesmof. leí su libro y dice que tres son las motivaciones de la música: el dolor.LIBRO I 81 cuando escriben encomios de los hermosos. como si embelleciesen estatuas con oro. ya que cada uno de estos sentimientos altera y desvía la voz de su tono habitual: las penas. A r is t ó f . «pues hace poco. Vida de Apol. añadió. Sosio.. se queja de que a algunos amados Ies movía el interés cuando solicitaban de sus amantes perros de caza y caballos.). poseen un tono lastimero y quejum­ broso propenso al canto. Efestacas I 2. un gallo o alguna otra cosa I07. mechoncitos de cabellos (I d . desean que parezca agradable. versos y odas. cuando saltan y aplauden. sobre todo. J e n o f o n t e d e É f e s o . 107 A la persona amada se le solían regalar aves. cual es el lenguaje poético. el placer y la exaltación. P luto 157 (cf. o bien coro­ nas.. quieren que el regalo sea hermoso y esté adornado exquisita y espléndida­ mente.. sin embargo. dijo que no se haría un intento fallido si se partiera de lo que Teofrasto dijo en Sobre la música 108. por supuesto. cuando presentan un discurso lison­ jero. 400-401). si dan a sus amados un 623a caballo. 2. por lo cual a los oradores en los epílogos y a los actores en los lamentos los vemos acer­ car suavemente su voz al canto y forzarla. a fin de que llegue a oídos de cuantos más mejor y se recuerde. ánades o gallos (A r is t ó f a n e s . pollas de agua.. además. Y. y Fn. como codornices.. A ves 705 ss. no sólo agitan el cuerpo. si es que precisamente no pueden danzar: delirios y gritos de exaltados con violenta agitación del [cuello. en efecto. frutas. brillante y distinguido. b . 4. 108 Obra desconocida. sino que también lo invi­ tan a un movimiento rítmico. Las alegrías extremas del alma de los más excitables por su tempera­ mento. y. VII 42). aprestan sólo su voz para cantar y declamar con rima y musicalidad. II 13. Los hombres de gusto. Pero especialmente la exaltación aleja y aparta ai cuerpo y la voz del tono habitual y acostumbrado. favorable y propenso. a tenor de los sen­ timientos que suscita. el diálogo de P l u t . como la ciudad de Sófocles. D e E ap. placer y exaltación. . V 10). encontrarías que no hay otro sentimiento que contenga penas más punzantes. En esta parte seguimos el cambio en el orden del texto propuesto por Abramowiczówna y acep­ tado por Fuhrmann en su edición.. y a pocos en estado de delirio se les pueda ver hablar sin rima y musicalidad. sea. »Por ello. V 170). para la composición de cantos y versos. 111 Entre los poetas griegos el Amor es calificado. el alma del hombre enamorado está llena: A la par de inciensos y a la par de peanes y gemidos 112. 110 Véase. si tú quisieras examinar y comprender perfectamente al amor desdoblándolo bajo los rayos del sol. en A nt. Pal. en cambio. sino que. y emitir oráculos en ver­ so 110 sea posible a ios inspirados por la divinidad. ni más intensas ale­ grías n i .. 2 . ib id. además de ruidoso y locuaz. de «agridulce» (S a fo ). que contiene en sí y comprende a todas cuantas son las motivaciones de la música: pena.82 MORAL IA según Píndaro 109. 112 Adaptación un tanto libre de Edipo R ey 4-5. «cruel» (A l c e o d e M e s e n í a .» 109 Ditirambos. sobre este punto. o «dulce» (N ó s id e . fr. Deiph. cuan­ do se encuentran bajo este sentimiento. P u e c h = S n e l l . De ahí que los deli­ rios báquicos se sirvan de ritmos. ni mayores éxtasis y delirios. Y siendo esto así. no es nada extraño ni sorprendente que el amor. como ningún otro sentimiento. que de su piel emanaba un olor muy agradable. Alejandro XXIII. lo que precisamente es propio del calor corporal. era más bien perezoso para las relaciones sexuales. interviene activamente en De Pyth. los lugares más secos y cálidos de la tierra producen la canela y el incienso 115. y P l u t a r c o .. en el sentido de que no es que bebiera mucho. Sobre la forma de beber de Alejandro. Por ello. Pero Filino 113 les demostró que ellos decían tonterías. m íntimo amigo de Plutarco. y probablemente también de Queronea. defiende esta dieta hasta el extremo de haber educado a sus hijos en sus costum­ bres. Lo ha acompañado a algún viaje a Roma. Y se dice. en A lej. nos informan A t e n . incluso. sino de que em­ pleaba mucho tiempo en beber y conversar con sus ami­ gos. E l ia n o . Varia historia III 23. Vegetariano.LIBRO I 83 CUESTIÓN SEXTA Sobre los abusos de Alejandro en la bebida C o n v e r s a n F il in o . señalando como su fuente L os comentarios de Aristóxeno. hasta el extremo de inundar sus túnicas de una fragancia aromatizante. 434B. lo que en sí mismo parece también ser pro­ pio del calor. según se deduce de otras conversaciones de las Quaestiones convivales. Por ello. igualmente. Hombre polifacético y muy interesado por la teología. en las que de modo muy continuo y frecuente aparece escrito: «está dur­ miendo este día a consecuencia de la bebida». IV. «también el siguiente». y. filósofo y músico griego natu- e . a veces. pero fogoso y apasionado. P l u t a r c o y o tr o s 1„ La conversación trataba sobre eí rey Alejandro. 114 Memorias recogidas por Éumenes de Cardia y Diódoto de Eritras. orac. basándose en las Memorias Reales U4. ns Las mismas ideas las expone P lu t. 84 MORALIA Teofrasto 116 afirma. porque le desagradaba compartir su mesa a causa del vino puro. en suma.). Fue un gran admirador de los griegos y cruel y maquiavélico con sus enemigos. una Historia de Grecia en diez libros. y que él venció en ambos. 454E. y en A t e n .. 118 Mitrídates VI Eupátor (ca. C.. 350 a. De la cita de Ateneo parece desprenderse que el apodo se debía. M itrídates 10. 8). que en los certámenes que celebraba estableció premios para quien más bebiera y comiera. de la que escribió un relato y. afirmando que no quería por beber de Alejan­ dro precisar de Asclepio. en definitiva. de la que sólo nos quedan fragmentos. el que guerreó con los romanos. . lo referente a la causa ral de Tarento (ca. más bien. de gigantesca estatura. era el que más bebía de los hombres de su época. f 2. jinete y arquero insu­ perable. Nosotros dijimos que esto. por cierto. La anécdota referida en esta cuestión se encuentra. que la fragancia se origi­ na por cierta cocción de cosas húmedas. 320-63). discípulo de Aristóteles y contemporáneo de Alejandro. 116 D e causis piantarum VI 16-8. A t e n . 117 Calístenes de Olinto. Su oposi­ ción a la costumbre de prosternarse ante el rey acabó costándole la vida (A r r j a n o . en lo que toca a los abusos de Alejandro en la bebida. cuando por el calor se elimina lo perjudicial y superfluo. sobrino y discípulo de Aristóteles. a que fue el liberador de Asia. por lo que llegó a apodársele Dioniso. 212D.. Esto. rey del Ponto. Y parece tam ­ bién que Calístenes 117 se granjeó su enemistad. en Mor. fue histo­ riador y filósofo (D i o d . P ro Flacco 60.. Y afirman de Mitrídates 118. ya que incluso al llegarle la gran copa llamada de Alejandro 624A la rechazó. hablaba las veintidós lenguas y dialectos de su reino. XIV 117. Con el calificativo de Dioniso lo conocen también A p ia n o . Acompañó a Alejandro en su cam­ paña asiática. y C i c e r ó n . extraordinaria fuerza e insaciable apetito. asimismo. IV 10-14). y que. además. 434D. 90. se las había con todos y soportaba hasta el fin los cuatro festines. cf. H. Después de esto. a una bacanal. una señal del fuego simplemente le que­ dó en la frente. a quien los ale­ jandrinos llamaban cariñosamente «Heraclidita» I20. mientras tenía a su hijo en las entrañas.. . por último. al caerle.. pero no tocó su cuerpo.LIBRO I 85 del apodo. Y cuan­ do se retiraban los primeros. cita a un púgil del mismo nombre. le pasó al lado y atravesó el carcaj colgado encima abrasando las flechas. sobre los que beben mucho. b 3. XII 26. ya de mayor. Sobre el apelativo «Heraclidita». Éste. de nuevo. sucesivamente. los adivinos revela­ ron que su fuerza principal radicaría en el ejército de arqueros e infantería ligera. se le cogió tomando previamente en cada oca119 Su madre. que él ocultaba bajo el cabello. pues cuando él era niño un rayo quemó sus pañales. era una de esas cosas que se creen a la ligera. de nuevo. Adversaria critica. y así. como carecía de un compañero de bebida que le resistiera. los segundos se le unían. en tanto que la gente lo deno­ minó Dioniso a consecuencia de los rayos recibidos por ambos en circunstancias similares 119. Sémele. un médico que doblaba a todos a la hora de beber. B o l k e s t e in . sin hacer pausa alguna. pág. hist. a otros c a la cena y a algunos. fue fulminada por un rayo de Zeus. los terceros y cuartos. invitaba a unos al aperitivo. la conversación recayó.. Y a uno de los que vivían con Druso. Entre ellos colocaron al púgil Heraclides. a otros a la comida. y. un rayo en su habitación. coetáneo de nuestros padres. Y él. el hijo del César Tiberio. 4. Var. mientras dormía. 120 E lia n o . típicamente femenino. Por ello. I 33. Y parece también que las cremas de las mujeres. con las que eliminan el sudor. hasta el extremo de que incluso supri­ men las pecas de la cara. y P lin .. co­ mo son amargas para el gusto y astringentes. 122 Parece referirse Plutarco al Tim. cf. 52D-E. 121 Anécdota recogida por A t e n . 2. la herida se secaba) y cesó la [hemorragia 123. Por ello.86 MORALIA sión. 65c ss. llamó correctamente desecante en poder a lo que es amargo para el gusto. no aguan­ taba ni lo más mínimo 121. 123 II XI 846-8. En efecto.. A nosotros. resecan gra­ cias a la intensidad de su aspereza 124. cf. Por ello. nat. cinco o seis almendras amar­ gas. 124 Respecto al uso de cremas y polvos por parte de las mujeres. la cual <todos los dolores le suprimió. tras triturarla con las manos. con su amargor irritan los poros y causan una picazón por la que extraen de la cabeza la humedad evaporada. His. Por cierto que algunos creían que las almendritas tienen la cualidad de irritar y puri­ ficar la carne. analgésica. privado de ellas y vigilado de cerca. según afirma Platón I22. para no emborracharse. cuando se toman pre­ viamente. se tensan contra lo natural por la sequedad al disiparse los líquidos) y las heridas cicatrizan con los fármacos amar­ gos. quien cita a Plutarco como su fuente. más bien nos parecía que la capacidad del amargor era desecante y disipadora de los líquidos. XXIII 145. en cambio. Sobre la propiedad de las almendras. . como son suaves y más débi­ les. D io s c ó r id e s . como el poeta afirma: Y encima puso una raíz amarga. para el gusto el amargo es el más desa­ gradable de todos los sabores (pues las venillas de la len­ gua. Pero. Sin duda. 126 Así !o p la n te a n A r is t ó t e l e s . afirmé. Pues. II 36. p á g s . afirman. con las demás sensaciones les sucede lo mismo. evidentemente. pues si. mue­ ren al abandonarles los líquidos por completo. Problem ata 9 5 3 b 3 0 . a l re s p e c to . Por ello. b . 125 C f.. expresaban. Adversaría critica. los que creían que era por poseer una naturaleza reseca y difícil de avivar por lo que se adaptaban a la dureza de la mezcla. ya que son lentos y tardos para percibir las cualidades de las cosas. 53-58.. T h . mas ni suficiente para su explicación ni verdadero. tras haber comido almendras amargas. Ined. Die Sym pathie der antiken Literatur. no beben.. con cuya dilatación y alteración. P robl. siendo esto así. si no les afectan con violencia e intensidad. W e id l ic h . q u e a p o r t a u n b u e n n ú m e ­ r o d e p a s a je s re la tiv o s a l te m a . Y un gran testimo­ nio de mi afirmación es lo que ocurre con las zorras.» CUESTIÓN SÉPTIMA f 625A De por qué a los ancianos les gusta más el vino puro Conversan P l u t a r c o y otros Respecto a los ancianos se indagaba por qué prefieren las bebidas más puras. en realidad.. 9 1 -9 2 . sobreviene el emborracharse. pues al aflo­ jarse y debilitarse gusta de impresiones fuertes. Y la causa es el debilitamiento de su naturaleza. y P s e u d o A r is t ó t e l e s . un punto de vista común y manido 126. es natural que el amargor de las almendras ayude contra el vino puro al resecar las partes internas del cuerpo y no permitir que se dilaten las venas. B o l k e s t e in . p á g s .LIBRO I 87 «En consecuencia. pues son los fuertes e intensos los que ma­ yor placer les provocan. Frag. cuando éste cede y se relaja. fr . 35 8 . parecía contraponérsele lo relativo a la vista. P lutar c o y otros d 1. eso proporciona aliento al cuerpo respecto a su sensibilidad. componen en un tono más agu­ do y duro. mientras que de cerca no pueden. como si despertaran su sensibilidad con el im­ pacto de un sonido fuerte. Trag.88 MORALIA en relación con el paladar. Y esto lo insinúa Esquilo al afirmar: Y tú [léelo] de lejos. y su olfato experimenta algo semejante ante los olores.. ya que los mú­ sicos. . Pues lo que es el temple para c el hierro respecto a su filo. Gr. Pues las personas de edad leen los escritos apartándolos lejos de sus ojos. CUESTIÓN OCTAVA De por qué las personas de edad leen mejor de lejos que de cerca C on versan L am pr ías . conforme envejecen. 127 N a u c k . Y. lo que mejor toleran son los sabores picantes. pues de cerca sin duda no podrías. como es el vino puro. sé un experto escriba 127. la sensibilidad queda indolente y terrosa y ne­ cesitada de algo que le golpee con violencia. A estas explicaciones descubiertas por nosotros pa­ ra la cuestión anterior. pues a veces reciben golpes sin sufrir mucho. Pero. Su tacto es bastante insensible a las heridas. aunque viejo. Y de manera semejante ocurre con el oído. sin embargo.LIBRO I 89 Y más claro afirma Sófocles lo mismo respecto a los ancianos: Y. también. sin duda. 129 En Mor. había quienes contestaban a esto. cuando se encuentran más le­ jos y convergen el uno con el otro. que 128 Ib id .f tural que cada uno -de los conos por separado se extienda hasta cierto punto 129. cada una de las cosas percibidas aparece como una. 774. Pues bien. una lenta comprensión de las palabras con dificultad a través del oído obstruido avanzaba. hacen una sola luz. es la convergencia en el mismo lugar y la concentración de los conos. en cambio. atenúan la luminosidad que dismi­ nuye al mezclarse con el aire. la causa. que retiran el libro de los ojos no por hacer la luz más tenue. cuando de cada uno de los ojos se extiende un cono visual que tiene su vértice en el ojo y cuyo asentamiento y base abarcan lo percibido. y. . ¿cómo es que al leer no soportan la luz de cerca. aunque de lejos ve. pues. es totalmente [ciego 128. pero. Así. sino que retirando el libro algo más lejos. 901B. aun cuando se hagan visibles a ambos ojos a la vez. pues. por ello. no como dos. en efecto. lo mismo que el vino con el agua? e 2. es na. de cerca. sino como para recoger y abarcar más luz y llenar de aire radiante el espacio que media entre los ojos y los escritos. se adherían a ios que hacen converger los rayos de luz. fr. si precisamente los sentidos de los ancianos responden mejor a la intensidad y brusquedad. esta teoría se remonta a Hiparco. Otros. En el texto existen pequeñas lagunas. ha supuesto que existe una laguna mayor correspondiente a las palabras del hermano de Plutarco. Com m entarius. se ajustan a los conductos sin molestia y con suavidad. como la luz está ya mezclada y se hace mayor. los elementos turbios y terrosos se des- 130 Jerónimo de Rodas. 3. aproximán­ dose a la vista. que oscilan entre una y dos letras hasta las cinco o seis. las personas de edad. Lo que se nos ha conservado sería ía interven­ ción de otro personaje que contestaría a Lamprías. que primero salen de gran tamaño y compactas. no perfuman tan limpia y puramente.. Y mi hermano Lamprías que.. por lo que molestan de cerca a los ancianos. en cambio. sumando un total aproximado de dieciocho letras. por cierto. como Lamprías parece ex­ poner el punto de vista epicúreo. pero en la que él mismo por su talento dio. si se recibe desde cerca. dé modo que alterándose menos las reciben mejor. de lejos. 238. Y la razón es que muchos elementos terrosos y turbios acompañan al olor y destruyen el perfume. sino que con cada uno de ellos separa­ damente los tocan. los distinguen mejor. pero. los perciben con menos fuerza. pero si te pones demasiado cerca. Y siendo esto así. pág. al colocar cerca los escritos. Pues también los olores de las flores desde lejos nos llegan más perfumados. . las partes terro­ sas se rompen y caen.. 97 = pág. quienes poseen una visión lenta y rígida. A b r a m o w ic z ó w n a . no había leído la teoría de Jerónimo 130. Sin embargo. como los que con las dos manos cogen al tiempo lo que no pueden con una. dijo que vemos por las imágenes que nos vienen de los objetos a la vista. Mas al retirarlos más lejos. al elevarse hasta el aire y coger distancia. su maestro. cuando se esperaba el de Aristóteles.90 626a b MORALIA de dos hacen una la visión. como los rayos no están aún fundidos. en tanto que las ligeras. -A rist. T e o f r . se conservan íntegros para la percepción 131. debido a que ambos se juntan en un punto medio con ar­ monía y unión.. quedar supri­ mido.. 906a23. 436C-D. retirando a gran distancia los escritos de los ojos. 45e. c 4. 508d. Probl. sino una disolución y destruc­ ción. es la causa de lo que acontece a los animales nictófagos. . al respecto. es débil y endeble. por nuestra parte. Probl. y 921D-E. sino abocar conjuntamente en una sola capacidad. plant. la denomina rhéuma. M enón 76d. . a no ser que. VI 17. Rep. 16. gr. 907a24. y el uno se mezcla con el otro en razón de su simetría y cantidad. pero no pneúm a ni augén. pero su pureza y calor. en Menón. ya haya que llamarle corriente a lo que pasa a través de la niña del ojo o bien flujo luminoso o ra­ yo 133. . 132 Tim. pues su visión. Esto. se ve inundada y do­ minada por la luz diurna. 433D.LIBRO I 91 prenden y caen. Pues bien. y Ps. epírryton. I d e l e r . sino de la misma naturaleza y proporcionada. como lo de las personas de edad avanzada. que es débil. en el Timeo. et med. Teeteto 156d. A rist. observando el principio platónico 132. atenúen la excesiva luminosidad de la luz. decíamos que un flujo luminoso procedente de los ojos se mezcla con la luz que rodea a los cuerpos y adquiere consistencia. M or. m im„ I 73. D e caus. pues no debe el uno. de forma que no aparezca ante la vista abundante ni pura. hasta el punto de que de dos se hace un solo cuerpo en todo absolutamente compatible. como Plutarco. por no poder mezclarse con una luz abundante y fuerte a consecuencia de su débil y peque- 131 Véanse. II 64). debido a su ligere­ za. no se produce una unión con d la luz del exterior ni mezcla. 390B. 507d-e.A l e j a n d r o d e A f r o d i s i a (C. Phys. II 102. Ined. b37. y P lu t. P s . 133 Platón. dominado por el otro. y en la República. aporroS.. 1. Nosotros. preci­ samente. si bien luego se cambió a la Estoa. Saturnaíia VII 13. Teón. gran parte de él en Queronea. mientras comíamos invitados en casa de Mestrio Floro 134bls. buen conocedor de Platón. pero. Hombre polifacé­ tico y de grandes inquietudes. Aristóteles y otros filósofos. 18-27. a la Aca­ demia. escribió más de 705 obras. . pasándose posteriormente a la escuela estoica. su extrañeza de por qué Crisipo 136. le expresó a Temístocles 135. el gramático. por cuya mediación consiguió Plutarco la ciuda­ danía romana. al parecer. 281/77-208/04) perteneció. Según se dice (SVF 2. ante una luz oscura y débil. aparece en las conversaciones como una persona de edad madura. I). 136 Crisipo de Solos (ca.92 e MORAL IA ño principio. Personaje de gran prestigio en la corte de Vespasiano. de­ sempeñó los cargos de cónsul y procónsul. CUESTIÓN NOVENA 134 De por qué se lavan los vestidos con agua potable mejor que con la del mar Conversan T e ó n . Además de en las Quaestiones convivales se le menciona en la Vida de O to XIV. donde se refiere su participación en la batalla de Betriaco. donde entró en contacto con Plutarco y su círculo de amigos. de suerte que éste colabora con aquélla y con su ayuda realiza la percepción. 134bls Amigo íntimo. de la que fue direc­ tor desde el año 232 hasta su muerte. como la de una estrella. despide un rayo suficiente y proporcionado. Posteriormente vivió mucho tiempo en Grecia y. primero. el estoico. T e m í s t o c l e s y P l u t a r c o 1. Fue com­ pañero de estudios de Plutarco con Am onio. que en muchas 134 Cuestión imitada por M a c r o b io . 135 Natural de Atenas y descendiente del famoso Temístocles. 139 O d. éste es más cálido y. de ninguna de ellas dio una explicación. después de decir que Crisipo las proponía simplemente a modo de ejemplo de la facili­ dad e irracionalidad con que nos dejamos arrastrar por lo verosímil y. Y eso que. desconfiamos de lo que va contra 627a lo verosímil. ¿qué empeño tienes en plantearte problemas sobre estos temas? Pues si nos has salido investigador y estudioso de las causas. dirigiéndose a él le pregunto: «Pero. III. Meteorologica 359d5.-A r is t . 146 (fr. b 2. no en el mar. v o n Arnim. 138 Cf. VI 59. Y Temístocles. el mar sostiene mejor a los nadadores y soporta los pesos. 91 ID. querido. como es la de que «un pescado en sal. 140 Cf. también. se vuelve dulzón» 137. si se humedece con salmuera.LIBRO I 93 ocasiones hizo mención de afirmaciones ilógicas y extra­ ñas. Y Teón dijo: «Pero lo que nos has planteado lo resolvió Aristóteles hace tiempo mediante los elementos te­ rrosos. que habiendo comido antes» 138. evidentemente. Por lo cual. y la de que «estando en ayunas se come con menos ganas. aunque estaba cerca. Stoicorum Veterum Fragmenta. a su vez. 546). pág.. Mor. Probl. .. desde luego. vol. más claro y mejor para lavar. Pues en el mar están diseminados lo espeso y lo terroso y esta mezcla produce su salobridad I4°. y la de que «los copos de lana responden menos a los que los desenredan por la f fuerza. H. y P s . Stutgart. y A r ist . que a los que los deslían con suavidad». no acampes tan lejos de lo tuyo. sino di por qué causa Homero puso a Nausícaa lavando en el río 139.. 933a9-17. 3 vols. 1964 (= 1938). en tanto que el agua dulce cede por su ligereza 137 El mismo problema lo plantea A te n e o en 121D. dije yo. de otro modo. «De forma convincente. si éstos no están al alcance. al atravesar el tejido. y de las aguas la que más arde es la del mar. como el eléboro 143 con la enfer- 141 Con nítron. como el car­ bonato sódico. soda 141 y. pues veo que espesan el agua con ceniza. en efecto. en e! golfo Termaico. Res- . 432b4-18. procedente de Calastra. vomitivo e. Y que es graso también lo dice el propio Aristóteles 142. arrastra la suciedad. Las sales. incluso. y el mar es graso. Probl. » 0 .-A r is t .94 MORAL IA y debilidad. si lo queréis. ensanchando y abriendo los poros. 933al9. Pues ésta. quite las man­ chas mejor que la del mar. ésta sería fundamentalmente la causa de que no lave bien. Ahora bien. en tanto que la propia agua por su sutileza y debilidad no lo realiza de igual modo. Plutarco se refiere a las sales alcalinas. según creo yo.. De ahí que se infil­ tre por su sutileza y. pues es pura y sin mezcla. muchas veces con polvo. ¿O no te parece que Aristóteles dice esto de forma convincente?» 3. como todo lo graso es difícil de lavar y produce manchas. de la que se servían los antiguos como purgante. 143 Planta de sabor muy amargo. la densidad del agua del mar no impide en absoluto hacer esto ni colabora menos a la acción purificadora por su aspereza. Pero. ya que consideran que las materias terrosas pueden por su aspere­ za limpiar mejor la suciedad. por esto es también la más cálida. Y. Como el enfriamiento es el fin del lavado y lo que más rápidamente queda seco es lo que más limpio aparece. por tanto el líquido que lava debe irse con la suciedad. tienen grasa y a las lámparas las ha­ cen arder mejor. 142 P s . y la propia agua de mar rociada sobre las llamas brilla con ellas. pero no verdadera. para enfermedades mentales. es más difícil de secar. 144 P ro b l 932B25. 226. 147 Ibid. teneos a esa distancia.. interrumpiéndome. tras su naufragio. 146 Ibid. se deja ver ante Nausícaa e horroroso. hasta que se la limpian con agua potable y dulce. 145 Od. más bien. en tanto que la salada. F u .» 4. mientras que lo salado y áspero es lo que se queda pegado encima y permanece en los cuerpos como una cos­ tra salada. —Así lo dice. mientras yo mismo me lavo el salitre de los hombros I46. Odiseo. pues Aristóteles en el mismo libro 144 afirma que los que se lavan en el mar se secan antes que los que emplean el agua dulce. cuando salen del mar y se ponen al sol. II 7... Así. cf. y L uc. H ist. A vispas 1489 ss. repliqué.. VI 137. que afirma lo contrario. si se ponen al sol. bajando al río. pues. limpiaba de su cabeza la espuma limpiaba de su cabeza la espuma del mar 147. y a las doncellas dice: doncellas. afeado por el salitre 145.. 218 s. verá. el calor se lleva por completo lo más fino y ligero de la hu­ medad. pecto a su relación con la locura. retenida en los poros por su aspereza. el sol absorbe fácilmente el agua dulce por su ligereza. V 7. y. f . dijo: —Nada de valor dices. en efecto. Y Teón.. pero pensaba que tú creerías. Vida de Apol. a Homero.LIBRO I 95 medad. A r istó f. pues. con lo que el poeta comprendió extraordinariamente lo ocu­ rrido. P l u t a r c o y otros 1. 149 Una de las tribus del Ática.96 628A MORALIA C U E ST IÓ N D É C IM A De por qué al coro de la tribu Eántide. (ca. aparte de los títulos de algunas de sus obras. Compuso poemas filosóficoprotrépticos de tendencia moral. cuya dirección desempeñó con brillantez y mag­ nificencia el rey Filopapo 15°. Delph. IX 5. residente en Atenas. y aparece como interlocutor en D e Pyth. . 148 Poeta estoico. G l a u c i a s . quien al tiempo actuó de coregó de todas las tribus. de Atenas. nosotros. F il o p a p o . Y resultaba que el rey. mantuvo una fortísima competenb cia. M i l ó n . al que volveremos a encontrar en Quaest. 78]). En los epinicios de Sarapión 148. nunca lo elegían el último Conversan M a r c o s . cuando dio la vic­ toria a la tribu Leontide 149 dirigiendo su coro. Afirmaba que Neantes I52. unas veces hablaba de cosas antiguas y otras escuchaba por educación no menos que por su afán de aprender. 240).C. a quien Plutarco dedicó D e adulatore et amico {Cóm o distin­ guir a un adulador de un amigo [B. C. del que. 152 Escritor del siglo m a. apenas sabemos nada más.G. por cierto. 150 Príncipe sirio que ocupó importantes cargos tanto en Roma como en Grecia. Y un tema de tal índole fue planteado por Mar­ cos 15\ el gramático. 2. que habíamos sido invitados precisamente por ser miem­ bros adoptivos de la tribu. el ciciceno. orac. que comía invitado con nosotros. conv. El certamen. 151 Antiguo compañero de estudios de Plutarco. manteníamos una conversación emparentada con el concurso del momento. Plutarco le dedica su obra D e E ap. según parece. si no otra utilidad. al decirle ella que en un huerto.» Y al decir su compañero Milón 153: «Bien. ya que el tema nos proporcionará. quede como una erñpresa común a todos la investigación de su causa. pues aquél. contestó: ‘Debo encontrar la cau­ sa de su dulzura. contestó la mujer riendo. parece una parodia del método etiológico de Demócrito. que. como enojado. no hagamos nosotros de la superficialidad de Neantes en algunos puntos un pretexto para abandojiar. pues.LIBRO I 97 relataba en las leyendas referentes a su ciudad que la tribu Eantide tenía el don de que su coro no fuera elegido el último. según DK. 87 (17a). «Por supuesto. II. y. y la encontraré si examino el lugar. pág. 154 Anécdota desconocida. haciendo mención de cualquier cosa que 153 Conocido sólo por este pasaje.» 3. levantándose le ordenó que lo guiara y le mostrase el lugar. ¿y si fuera mentira lo dicho?». pues yo sin darme cuenta puse el pepino en un tarro con miel. dijo: ‘¡Me hiciste polvo. como la mujer se extrañara y preguntara qué pretendía. como si la dulzura estuviera relacionada y emparentada con el pepino >» 154 . contestó Filopapo: «Nada de particu­ lar tendría. entonces. Pues bien. dijo.’ ‘Sién­ tate. en la exposición de la histo­ ria el que la escribió era un patrañero. preguntó a la sirvienta que dónde lo había comprado. »Así. todos por igual se apresuraron a enco­ miar a la tribu. si sintiéramos lo mismo que el sabio Demócrito por la erudición. pero no por ello dejaré de abordar el tema e indagaré su causa. al morder un pepino. .’ Pero él. pero si al menos esto no lo falsea. como su sabor le pareció de miel. la de ejercitarnos. sabéis que la mía. pues. uno de sus demos. uno de los famosos tiranicidas. se le ponía como centro de todo y hacían ver que Harmodio 155 y los suyos eran de la tribu Eantide. redundara en gloria de ella. .98 e f 629a b MORAL LA. es fácil de comprender. VI 106 ss. por haber emitido el mis­ mo voto que él 158.. y señaló. después de Milcíades. que de aquella tribu era el polemarco Calimaco. es la primera. así como la heroica muerte de Calimaco. Pues el Telamonio no era de los que se 155 Junto con Aristogitón. además. sin embargo. 156 Personaje que aparece varias veces con aportaciones eruditas y reflexivas. porque de ninguna queda rezaga­ da en fama. fue el mayor responsable de la batalla. dando crédito a las elegías de Esquilo 157. Por ello. los Eantides llevaron a las ninfas Esfragitidas al Citerón el sacrificio por la victoria ordenado por la Pitia. por ser efectivamente de Afidna. véase también Vida de A ristides XIX 6. se pueden leer en H e r ó d . desde luego. 158 Los pormenores de esta batalla. en efecto. si no es más convincente decir que ésta es una forma de consolar y aplacar al epónimo de la tribu. Leontide. que las demás tribus po­ seen mucha celebridad y. por ser un demo de esta tribu. dijo que en M aratón el ala derecha de la formación se le dio a los Eantides. Y a Maratón. 159 Sobre este punto. cuyo sentido. dije. 157 Pasaje un tanto corrupto. Y yo le añadía a Glaucias que también el decreto según el cual hizo salir a los atenienses a comba­ tir se redactó siendo pritana la tribu Eantide y que en la batalla de Platea esta tribu fue la que más fama obtuvo. que combatió brillante­ mente en aquella batalla. Y Glaucias 156. siendo la ciudad la que les aportó la víctima y lo demás X59. también. «Pero ves. quien se comportó como un hombre muy valiente y. el orador. Considerad. véase Od.LIBRO I 99 contentaban con sufrir una derrota 160. XI 543 ss. sino capaz de des­ preciar a todos por su cólera y carácter pendenciero. no rebajando jamás su tribu hasta el último lugar. para que no fuera duro e inexorable. Por tanto.» 160 Respecto al rencor que Áyax guardaba a Odiseo por habérsele concedido a! último las armas de Aquiles. se acordó qui­ tarle lo más incómodo de la derrota. . Plutarco se refiere al bufón que se autoinvita en J e n . por ello. sin que la utilidad las acompañe. claro. ni acusa a la reunión de ser. Sosio Seneción. en efecto. y las mesas. no las añora demasiado. las accesorias surgen por placer. los manjares. lo referente al filosofar durante la bebida y a que el propio anfitrión asigne los asientos o los deje al criterio de los 161 I 11 ss.LIBRO II INTRODUCCIÓN 1. En cambio.629c quetes. Así también. Banqu. unas tienen el rango de necesarias. De las cosas que se preparan para las cenas y ban. De ellas ya nuestro primer libro contenía ejemplos mezclados: del primer género. pero si no están presentes. como el vino. más incompleta. . como audiciones. en tanto que otras las aceptan d por poseer un tema sugestivo y que se adecúa a la ocasión mejor que la flauta y la lira. espec­ táculos y un bufón —Filipo en el de Calias 161— con cuya presencia la gente se alegra. el pan.. las personas comedidas acogen unas conversaciones por la utilidad que reportan a los banquetes. los lechos. A estas últimas. CUESTIÓN PRIMERA De cuáles son las preguntas o bromas que afirma Jenofon­ te son más gratas de hacer durante la bebida y cuáles no 163 Conversan Sosio S e n e c i ó n y P l u t a r c o 1. que era más agradable ser preguntado que no. Ciropedia IV 6» y le ayudó a conquistar Babilonia en el año 539 a. y no por separado. y temas semejantes. En efecto. Sai. además de otras cosas. reunamos algunas de las conversaciones mantenidas a veces también por ti. Pues. De las diez cuestiones asignadas a cada libro. personalmente. 163 El tema de esta cuestión. aunque la facultad de aprender no conlleve la de recordar. Y no deben los lectores admirarse de que. según J e n o f o n t e . 164 Príncipe asirio que sometió su región y sus tropas a Ciro. afirma que Gobrias I64. y del segundo. . admiraba de los persas. Jenofonte el socrático nos planteó. el que se hacían unos a otros preguntas tales. C. recogido por M a c r . lo de que los enamorados son dados a la poesía y lo de la tribu Eantide. y gas162 Existe en el texto griego una pequeña laguna fácilmente subsanable. pero están escritas de manera dispersa. en cierto modo. aunque te las hayamos dedicado a ti.. sino como cada una me vino a la memoria. en éste la primera es la que. mientras cenaba con Ciro. mochas veces el recordar se sitúa en el mis­ mo plano que el aprender. y a las otras «char­ las de banquete» en general *** 162. lo trata también A r is t ó t e l e s en Ética Nicomáquea 1128a27. las llamo «charlas de bebedores» en un sentido particular. V II 2 y 3.102 e MORALIA comensales. en primer lugar me parece que la gente recibe con gusto preguntas sobre lo que fácilmente puede responder. sino también singular.LIBRO II 103 taban bromas que era más hermoso recibirlas que no 165. Pues. dije yo. 18.» f 2. esto es. cuan­ do nos acogiste en Patras. se azaran y apuran. al no contestar. 97. más agradable es para quien responde. Pues en lo que ignoran. o se apenan. afir­ maste. «Grande. si crees oportuno que tam­ bién nosotros nos dediquemos al tema. Y si la respuesta conlleva no sólo algo fácil. No obstante. como si les pidiesen algo que no pueden dar. o al contestar. dijiste que te gustaría enterarte de qué género eran tales preguntas y cuál su sello. si otras muchas veces. como Eurípides afirma. pero observa que el 630a propio Jenofonte muestra el género en los banquetes so­ crático y persa. »Pues no sólo cada uno lo pasa agradablemente traba­ jando o empleando el día. 165 Ibid. como lo hacen con un criterio y conjetura nada firmes. V 2. con sus elogios molestan y cargan. ¿cómo no iba a ser digna de admirar la jovialidad e inteligencia de aquellos cuyas bromas proporciona­ ban a quienes las sufrían placer y gusto? Pues bien. «Pues una parte nada pequeña del arte de la convivencia. sino también conversando: donde él resulte superior a s í mismo 166. Y singulares son las de los que b saben lo que no muchos conocen ni han oído. en lo que tiene experiencia. . si precisamente tienen competen­ cia en ellas.. en efecto. como las astrológicas y dialécticas. es el conocimiento y respeto del decoro en las pre­ guntas y chanzas. 166 Ver n. a los que han recorrido mundo y navegado. le dice: d ¡Ea!. nos gusta que se nos pregunte sobre cuanto solemos exponer y contar por nues­ tra cuenta. como cuanto ellos han tenido suerte de ha­ ber realizado y llevado a término felizmente. no quieren que se ignoren ni pase desaperci­ bido. por co­ nocerlo ellos. Desde luego. aun que­ riéndolo contar. Por ello. II X 544 -5 .. véase H e l . se abstienen por vergüenza y respeto a los presentes. en cambio. en general. 167 Entre las personas cultas en la Antigüedad. que conocía el afán de fama de Odiseo. los más finos quieren que se Ies pregunte sobre aquello que. E l maestro de escuela 65. los marineros y carga­ dores gozaban de mala fama. . sin que nadie nos lo pregunte. cos­ tumbres y leyes bárbaras y describen golfos y lugares. Y esta clase de enfermedad se produce so­ bre todo en la gente de mar 167. Así correcta­ mente Néstor. »Pues la gente se enoja con los que se elogian a sí mis­ mos y exponen minuciosamente sus propios éxitos.. cómo cogisteis estos caballos 16s. aceptan con agrado pregun­ tas sobre sus embajadas y actuación política cuantos preci­ samente han realizado algo grande y brillante.104 MORAL IA Y se complacen con quienes les preguntan lo que. dime. y para los segundos. un mar extraño. Y. V 18. Etiáp. a no ser que se lo pida algún otro de los presentes y hablen como forzados. les agrada mucho que se les pregunte. y hablan apasiona­ damente sobre una región alejada. 3. siempre que crea­ mos agradar a personas cuyo enojo sería difícil evitar en caso contrario. oh muy afamado Odiseo. gloria de los agüeos. 168 H o m . c por estimar que en esto encuentran cierta gratificación y consuelo a sus fatigas. Para los primeros. H e r o d a s . IX 12. Y al coro Edipo: Terrible es. Edipo en Colono 5 1 0 -1 . por cierto. 170 S ó f o c l e s . aceptan con agrado que se les pre169 H o m . si algún otro inte­ rroga sobre tales. 3.se percatan que sus enemigos y adversarios no quieren oír.. Trag. Gr. En cambio. agradan a sus interlocutores preguntándoles aquello de lo que. dejando él claro cuán agradable es sólo para los que ya están a salvo). 133). Sin duda. fr. no para los que aún andan errantes y sorportan infortunios. en la que se supone que falta lo incluido entre paréntesis angulares. A continuación hay en el texto una laguna de veinticinco a veintiocho letras. Pues la gente se aflige cuando relata sus pleitos perdidos o entierros de sus hijos o algunos negocios nada afortunados por tierra o por mar.. oh forastero. Y Eurípides al contrario: Cuán agradable es. Por tanto. por no dar lugar a la exposición ni querer concederles la oportunidad de un relato que honra al que lo refiere. <una vez ya a salvo. 171 Andróm eda (N auck. »Así Odiseo a Alcínoo: A ti el ánimo te impulsó por mis cuitas lastimeras a inqui[rir. . para que aún más afligido me lamente 169. ponen trabas y desvían la conversación. Frag. <Por supuesto. [iacordarse> de las fatigas I?1. Od. el despertar un mal hace tiempo [dormido 17°.LIBRO II 105 »De ahí que los envidiosos y resentidos de ningún mo­ do hacen preguntas sobre estos temas y. hay que guar­ darse de las preguntas sobre las desgracias. Y también se alegran cuando se les pregunta por amigos que son afortunados e hijos que progresan en los estudios. al amante del atletismo sobre pruebas gimnásticas. . Y. »A1 hacerle muchas preguntas. los que quieren alegrar más que molestar hacen 172 H om . Oh Néstor Nelida. no como algunos que.. Pero las pregun­ tas que con más gusto rerciben y a las que con mayor pla­ cer responden son aquellas en que sus enemigos y adversa­ rios son víctimas de agravios. o en el foro. para evitar la impresión de que se alegran del mal ajeno. mientras los demás sucumbieron ante una tempestad o piratas.172. Y a los ancianos. y al ena­ moradizo sobre personas hermosas. supri­ men lo más agradable del entretenimiento de los ancianos. o la benevolencia de los dioses. y cuantos éxitos obtuvo sirviéndose de predicciones. al mismo tiempo le ofrece ocasión para hablar mucho. daños y condenas. o les dirigió la palabra el rey. ¿cómo murió el Atrida? ¿Dónde estaba Menelao? ¿Acaso no estaba en Argos de [Acaya?. o en amistad con los reyes.106 6 3 ia b MORAXIA gunte muchas veces cómo pasaron un día feliz en la tribu­ na. Y ellos por sí mismos no se atreven. no se cansan de exponerlo y recordarlo. III 247 ss. y. Muy agradable resulta pre­ guntar a un hombre aficionado a la caza sobre perros. en suma.. Od. A su vez. aunque el tema nos les concierna. al re­ ducirlas a lo imprescindible y urgir las respuestas. sacri­ ficios. tú di la verdad.. ellos escaparon al peligro. el piadoso y amante de los sacrificios es aficionado a contar sueños. sacándole el jugo al asunto en cierto modo con la palabra. los que les preguntan les causan una gran alegría y los mueven a ello porque están deseándolo. y con gusto admitiría preguntas sobre ello. o. sino como producto de la insolencia y del malhumor. ha de abstenerse por completo. cuyo sentido parece ser el que le hemos dado. sino elogio. nos irritamos. ridiculi­ 173 Pasaje corrupto. IV 46. en lo que toca a las preguntas. se burló de ti. que con los que sin más dicen necedades. L a e r . las soltamos no como algo necesario. Esto. Según D ióg. 174 El dicho se aplica a los vendedores de pescado. que parecía ser de Libia. y. así con el vino nos encon­ tramos en situación resbaladiza en todo motivo de conver­ sación que no transcurra con la debida compostura. . en cambio. La anécdota la repite P l u t a r c o en Vida de Cicerón XXVI 4.). 175 Típico en los esclavos. 176 Poeta trágico (siglo v a. respondió: ‘Y eso que tienes el oído perforado’ 175.LIBRO II 107 preguntas tales a cuyas respuestas acompañe de parte de los que escuchan no reproche. sabedores de que al ultraje se le une completamente la espontaneidad. con só­ lo tocarlo de pasada. en tanto que la broma es un ultraje pensado y hecho con premedi­ tación 173. Y Cicerón a Octavio. pues. refiriéndose a su padre. »Y de las bromas. y Mor. Y con las bromas hay veces en que nos alteramos más que con los insultos. como eñ un sitio resbaladizo. C. porque vemos que estos últimos ocurren mu­ chas veces sin querer por cólera. el que no pueda gastarlas opor­ tunamente con precaución y habilidad.. dio Bión de Borístenes a Antígono. uno cae. a quien A r is t ó f a n e s . Pues. tal respuesta. Pues el que te llamó ‘pescadero» te injurió sin doblez. más cuando conversamos con los que ironizan. Y Melantio 176. y aquéllas. no odio o indig­ nación. pero el que te dijo: ‘Nos acordamos de cuando tú te limpiabas los mocos con la manga’ 174. al decirle este último que no oía lo que hablaba. en gene­ ral. 205B. 4. sino benevolencia y gratitud. en Paz 803. .. Amplia información nos ofrece A r is t ó f a n e s . en A ves 151. 179 Los ladrones aprovechaban el momento en que los comensales sa­ lían de un banquete algo bebidos para despojarlos de sus vestidos y otras pertenencias. 177 Tract. Com. quedan dentro por más tiempo. C. Uno de los conocimientos que parecía oportuno a la hermosa Lacedemonia era el gastar bromas sin molestar. 578 E l sofista Teócrito de Quíos (siglo iv a. según Teofrasto 177. parecen creerlo y desgarrarles junto con el que las gasta. Gr. y recibi­ junto con Mórsino. en Acarnienses 1166. 1899. . pues.. y de padecer lepra. Precisamente. de ahí que por sí mismo el que la oye añade a la insinuación lo que falta. Ranas 713. I. Una relación de autores que lo critican por el primer defecto señalado se puede ver en A t e n . 35). en 1009. el que bromea fuera de tono llena por completo a los presentes de mal carácter. 50. y el encanto de su agudeza molesta a los que la sufren y alegra a los presentes.108 e f MORALIA zado por un comediógrafo. también. vol. Pues el que se ríe y se alegra en casos como el de Teócrito 178. pues. quien a uno que tenía fama de ladrón y le preguntaba si iba a una cena le contestó que sí iba. Por ello. como los dardos reforzados con ganchos. ya que se alegran y contribuyen al ultraje. acusa de glotón. le costó la vida. en G. y AsambL 668 ss. fr. XIV 1. disfrutando con lo dicho. un reproche enmascarado de una falta. una broma pesada que le gastó al rey Antígono M onoftalmo. porque. se distinguió por la ironía y escarnio con que zahería a sus contemporáneos y antecesores. CoisL 4 ss. K a ib e l . las bromas hieren más. Ber­ lín. antagonista político de Teopompo (E s t r . P az 492 ss. Pues la broma es. Nubes 499. relatada un poco más abajo. es semejante a quien confirma la acusación. I.. pero que dormía allí 17'9. Frag. A ves 1490 ss. de falta de talento. 6 C . dijo: ‘¿No me estás pagando la deuda que me debías?’ »Así. 1.. como si lo su­ piera y le diera crédito. en 633C..). 28. . me parece que las bromas que molestan a quienes cuadran. por burlarse de él. le gastó una broma inocente. también. 342d-f. soportarlas 18°. le contestó Aufidio Modesto: ‘Pues. conv. 6Í8F. al recibir una broma de Filipo. mientras que para un procónsul ladrón hubiera sido un ultraje y opro­ bio. al revés. al punto el bromista cortaba. como el parásito que. II 2. Banqu. le desafía a una confrontación de her­ mosura. »Aun así. a nuestro Quieto. Y también los reyes se ale­ gran con los que les hablan como a pobres y particulares. Prot. efec­ tivamente. le 180 Se refiere al famoso «burlar y dejarse burlar» propio de los espar­ tanos. nos presenta humorística­ mente como el amor de Sambaulas al individuo aquél superfeo y supervelludo 181.LIBRO II 109 das. 2 13c. sin em­ bargo. cuyo humor consistía en decir al principio de su historia lo justo del modo más breve. 184 P l a t . Por tanto. calientes las trajiste de tu provincia’ 182. Así Jenofonte. 182 A Aufidio Modesto se le menciona en Quaest.. cuando Sócrates a Critobulo. Y recuerdas. le produjo risa y esparcimiento. no lo ridiculizó 183. IV 18-19. vind. cuando incluso el no molestar con la broma es 632A cosa de una experiencia y destreza nada corrientes? 5. Y si uno se negaba a que se le gastara una broma. cuando en una enfermedad dijo que tenía las manos frías. am.. según se puede ver en P l a t . son las primeras que producen algún placer y agrado a los que están lejos de la acusación. ¿có­ mo no va a ser difícil encontrar una broma grata para quien la recibe. muy b hermoso de rostro. En cuanto a Quieto parece que se trata de la misma persona a la que se le dedican D e sera num.. que. sin duda. Banqu. y D e frat. Alcibíades le gastaba bromas a Sócrates por sus atenciones con Agatón 184. 183 J e n . 181 Cirop. Y. Por ello. Esto. Var. »Así Ciro.. avaro y que ahorra en un grano de comino 186. XXXII 61. P s . en cambio.. donde Filocleón acusa a su hijo de «roñoso» con la palabra compuesta KymTnopristokardamoglyphon ( = «tacaño hasta partir en dos un comino»)..’ 185 Según A t e n . se hacía atractivo y agradable 187.* E Ismenias. Mor. y P l u t . Y. Pues. al mencionar las ba­ jezas no existentes. se encuentra en A ju s t ó f . Vida y hazañas de A lejandro de Macedonia I 46A. 186 Un término parecido. 188 Famoso flautista tebano de familia noble que. lo dicho. 187 J e n . mientras yo tocaba. Cirop. IV 16. sólo que más amplio aún. Mas la virtud tiene que acompañarles de manera reconocida y firme. Véanse por ejemplo: E l ia n o . hist. co­ mo se lo reprocharan los presentes. acogieron el sacrificio. el que lo contrató. se convirtió en modelo de músico y personaje legendario. Y cuando Ismenias 188 acompañaba a un sacrificio con la flauta. si no. y llama al pródigo o munificiente y amigo de hacer favores. quitán­ dole la flauta. presurosos de li­ brarse de ti. . replicó: ‘Pero. y XLIX 12.. I 4. y D ió n C r is ó s t o m o . o amenaza al que es importante en el foro y en política con que ya lo cogerá en el ágora. los dioses esta­ ban entretenidos oyéndome. muestran las virtudes existentes.-C a l ís t e n e s . rién­ dose. tiene un sentido ambiguo. la fuente de donde arranca esta anécdota son los Recuerdos de L in c e o d e S a m o s . se puso a tocar de un modo ridículo y. A vispas 1357. y el nombre del parásito era Clísofo de Atenas. 514B. dijo: ‘El tocar la flauta agradablemente es cosa de la divinidad. 248E.110 MORALIA dijo: ‘¿No te alimento yo?’ 185. Pues el que dice a quien es muy rico que le trae­ rá prestamistas o al abstemio y moderado que se emborra­ cha y tiene mal vino. co­ mo éste no resultara propicio. desafiando a sus compañeros en lo que les iba a la zaga. por el contrario. 4. causa espar­ cimiento y risa. en la literatura grie­ ga. VI 86.. »Y hace la broma agradable también un reproche que muestra agradecimiento. cuando a la capa­ cidad de Antístenes en amistar a los hombres y llevarlos a un buen entendimiento. 394. 190 Jen. . A despota. Trag. le llamaban ‘abrepuertas’ 191. IV 61 ss. Gr. Los asteriscos señalan una laguna de unas cuarenta y cinco letras. Pues. según L u c i a n o . L a e r . »Así. a quien en toda casa que entraba le recibían con aprecio y afabilidad. la denominó ‘prostitución y al­ cahuetería’*** 19°. fr. autosuficiente y feliz’. y el laconio fingiendo acusar al gimnasiarco por proporcionarle leña 189 Edipo Rey 385. piensa echarme) 189. alegran más que aquellos que elogian de modo direc­ to. Vida de Demonacte 64. pues no hubiera sido tan convincente.. como Diógenes decía de Antístenes: el que me cubrió de harapos y me obligó a convertirme en pobre y desterrado de mi casa 192. si lo hacen con modera­ ción. Frag.LIBRO II 111 6. 191 Díóg. si hubiera dicho: ‘El que me hizo sabio. »Más aún. la ciudad) el fie l Creonte y amigo desde [siempre fsc. Y a Crates el filósofo.. Del mismo aprecio y consideración gozaba el filósofo Demonacte.. pues. lo de los elogios parece ser un género inver­ tido de ironía que también Sócrates usó. como los que llaman Aristides a los malvados y Aquiles a los cobardes. 192 N a u c k . sin duda. 7. los que de broma llaman con nombres injuriosos a las nobles acciones. lo que también hace el Edipo de Sófocles: De ésta fsc. Banqu. hieren más los que insultan con eufe­ mismos. le contestó que sí. E l v e rs o q u ie r e d e c ir q u e el v in o a b u n d a en la c a s a . el historiador Aristodemo. debe conocer la diferencia entre un defecto y una afición. esto llega más. 2 4 6 E . »En efecto. aña196 . !95 Personaje desconocido. 194 N a u c k . el parásito de Lisímaco que. le dijo: ‘Tam­ bién yo te quiero asustar. Pues cuando se Ies gastan bromas sobre aquéllos se afligen. Y si alguien.. Frag. A t e n . Gr. tras llamar a la puerta de un afi­ cionado al canto y a la cítara y responderle éste e invitarle a entrar.112 MORALIA muy seca. en cambio. ya que por su culpa durante tantos años no había visto su propia mesa. le dijo: ‘Por tu culpa ni llorar podemos’ 193. b 8. 193 Porque la leña verde. desagradable Demóstenes. Bilis. dame un talento’ 196. y el nombre del parásito. en tanto que la seca no. por cierto. f r . produce mucho humo. cuando comprendió la burla. inculpara a los Cabiros de Esquilo de ha633A cer que ‘el vinagre escasee en la casa’. No resultó. »Y el que va a gastar una broma de buen tono. nos transmite también su fuente.. como ellos en bro­ ma amenazaron 194. devolvién­ doles la broma. al meterle éste un escorpión de made­ ra en el manto. aterroriza­ do y dando un salto. como es sabido. 9 7 . me refiero a la avaricia y al alcoholismo frente a la pasión por la música y la caza. pero ante éstas se encuentran a gusto. al referir esta anécdota. Trag. el mitileneo 195 cuando. Y el que decía que por las intrigas del rey había perdido su ocio y su sueño. ¡oh rey!. desde que de pobre se convirtió en rico. ‘si previamente cuelgas la cíta­ ra’. También el que llamó a quien le invitaba a cenar cada día negrero y tirano. por tener una gracia lo sufi­ cientemente sutil para no ofender ni molestar a los elogia­ dos. Sí. 202 La misma anécdota. con algunas variantes. cuando se le gastan bromas sobre su nariz ganchuda o chata. Y. En cambio. 197 J e n . pero las relativas a la pérdida de los ojos con desagrado. 200 Texto corrupto. 198 Los antiguos asociaban tal tipo de olor a ciertas prácticas sexua­ les. »León. ya que esas napias te dan el tono’. la gente. se molestan. le contestó: *Un defecto físico me reprochas. Cirop. 201 Discípulo de Platón. y en cierta Ocasión que cogió una solicitud escrita con gran­ des letras. Pues el propio Antígono 199 se burlaba de sí mismo por su único ojo.. Pero a Teócrito de Quíos lo mató. quien dice «impossibilem dicitis spem salutis». la reproduce P l u t a r ­ c o en M or. . pues así armoniza­ rían 197. reconstruido por Hubert basándose en Macrobio. Por ejemplo. que Lis/maco era muy avaro. Y Ciro aconsejó a un narigudo casarse con una chata. 21. dijo: ‘Esto así está claro hasta para un ciego5. porque. nombrado general de su ciudad ofreció una tenaz resistencia al rey Füipo de Macedonia. al decirle Pasiadas que sus ojos padecían oftalmía por culpa suya. como el amigo de Casandro no se molestó con Teofrasto al decirle éste: ‘Me admira de tus ojos que no can­ ten. cuando reciben bromas sobre el mal olor de nariz o de boca 19S. 88F. apodado «M onoftalmo» y «Cíclope». sin ver que tu hijo carga sobre sus hombros una venganza divina’ 202 —y es que Pasiadas te­ di endo. VIII 4. le contestó: ‘Pero la salvación que me muestras es imposi­ ble’ 200. con la calvicie las soportan tranquilamente. además. 199 Antígono I.LIBRO II 113 9. al decirle uno: ‘Si tú compareces ante los ojos del rey estás salvado’. el bizantino 201. a su vez. en lo que precisamente reside la gracia de la broma. De ahí el mal gusto de este tipo de bromas. »Y también en los defectos físicos hay tales dife­ rencias en la mayoría de ellos. se ríe. por considerarlo una interpolación. como el amigo de Antígono. cuando brota el amor y está aún oculto. sino encorvado delante de ella. y al preguntarle ellos si era bueno para la salud. procurando tratarlos sin causarles pena y con agrado. Y se irritó también Arquipo 203. Y hay que conocer la oportuni­ dad. [Epaminon­ das. pues como al fuego el aire al principio lo extingue por su debilidad. el demagogo ateniense. y con las bromas sobre él. soportan esta broma tranquila y sosegadamente. es cuando con más gusto aceptan las bromas relativas a su amor. que. 204 Pasaje secluido por Hubert. dijo: ‘No lo sé. se enrabieta e irrita con los que le descubren. al pe­ dirle un talento y no recibirlo.’ Así la gente se comporta en lo tocante a lo externo por su disparidad. así. Y cuando están presentes los ama­ dos.114 e f M 0RA1IA nía un hijo jorobado—. pues parece que llevo el talento en el hom bro. . en tanto que otros se alegran. con la broma que Melantio le gas­ tó sobre su joroba. »Algunos. solicitó escolta y guardias diciendo: ‘Para no sufrir una emboscada. Pues Melantio dijo que él no estaba al frente de la ciudad. se nutre y sonríe hen­ chido con las bromas. pero a nada más. Por ello hay que gastar bromas atendiendo al natural y carácter de cada uno. pero estoy seguro de que es bue­ no para acordarme de mi vida en casa’] 204. unos se apesadumbran e irritan. »Y el amor es complicadísimo en lo demás. en cambio. en cambio. 10. cuando luce y se muestra. bebía tras la comida vinagre. Efectivamen­ te. cada uno se molesta por distintos motivos. cuando comía con sus colegas en el mando. pero en cuanto crece le proporciona pá­ bulo y fuerza. Y si se encuentran enamora­ dos de sus propias mujeres o tienen un amor noble por 203 Político desconocido. señalándole a un joven hermoso y lozano sentado a su lado. al serle propuesto en la escuela por uno de los ena­ moradizos como debate lo siguiente: ‘Me parece que nada toca a nada’. en efecto. en el período denominado «de la Academia media». replicó: ‘Pero no lo oirá.. mientras que con ella es un esclavo y un sirviente. De lo que. La anécdota referi­ da a él. se le gasta una broma por andar descalzo o escribir de noche. »Y ahora hay que considerar también la cuestión de los presentes. o uno de humilde ori­ gen de la humildad de su origen. 43.LIBRO n 115 jóvenes virtuosos. están radiantes de alegría y orgullo con las bromas que se Ies gastan. Y parece que no por insolencia. sino por cierto juego. Arcesilao 205. si se dice cuando están presentes su esposa o su padre o su maestro. como Tigranes ante la broma de Ciro: ‘¿Y qué si tu mujer oyera que tú haces de acemi­ lero?’. sino que estará allí para verlo’ 206. III 1. también. o ante su padre sobre su espíritu ahorrativo. como Hubert observara basándose en S e x t o E m p ír ic o . 206 J e n . Adv. entonces. se relaciona con un problema geométrico. se ríen cuando lo oyen entre amigos y compañeros. si a alguien. Por ello. »Y a las bromas las hace menos molestas el que les afecte también a los que la dicen de algún modo. o un amante del amor. 11. salvo que algo de lo dicho Ies resulte grato. tocas a éste?’. C. 634A b . III 79. Pla­ tónico convencido y enemigo acérrimo del estoicismo. 12. que estuvo al frente de la Academia en el año 268 a. Math. como cuando de pobreza habla un pobre. Por ejemplo. en presencia del filósofo. las 205 Arcesilao de Pítane. Cirop. eso mismo lo llevan a mal. o ante su mujer sobre su desamor con los demás. contestó: ‘¿Ni tú.. Adversaria critica. 210 Obra perdida.. 13. sino también d su entremetimiento. Aridices 207 lo hizo levantarse muy enfadado al preguntarle. Así al liberto del rey. 114-115). como Aristófanes de su calvicie 209 y Cratino representó la Botella (contra sí mismo) 210. págs. »Y con finura también el arpista le atacó a Filipo no sólo su tardío aprendizaje del instrumento. exasperan y afligen. dando la impresión de mofarse de sí mismo. a su vez. por no ser su sentido claro. también entre los poetas cómicos algunos parecen suprimir la amargura con el hecho de mofarse de sí mismo. Sigue una laguna de cinco letras que. Y Anfias de Tarso.. discípulo de Arcesilao (cf. luego. »Por ello. »Y no menos hay que atender y vigilar que la bro­ ma surja de un modo circunstancial ante ciertas preguntas 207 Posiblemente se trate de Aridices de Rodas.116 MORALÍA c hacen los iguales. en efecto. como para que tú sepas esto mejor que yo’ 208. y que acabó por preguntarles cómo de habas blancas y negras resultaba igualmente el puré verde. rey. 67F. que tenía fama de ser hijo de un jardinero y que se puso a gastarle una broma al amigo del gobernador por su origen humilde. y P az 765 ss. le reprendió inofensivamente. al igual que Fuhrmann. y B o l k e s t e in . A te n . 209 Véanse Caballeros 500. Si no. 420D.. 179B y 334C. un nuevo rico que se las daba grosera y altanera­ mente de estar por encima de los filósofos que con él cena­ ban.. 208 Esta anécdota se recoge también en M or. hemos dejado de traducir. . Pues creyendo Filipo rebatirle en un asunto de notas y acordes musicales le replicó: ‘Que no te vaya tan mal. in­ terrumpiéndola bruscamente con: ‘Pero también nosotros hemos nacido de la misma semilla\ le hizo reír. cómo de los látigos blancos y negros resultan magulladu­ ras moradas. por una cosa muy liviana. pagaron un castigo muy pesado. como un pro­ ducto natural y espontáneo. Pues. 212 De todas las hipótesis emitidas para explicar esta pregunta. 214 Ibid. a su rey. a ése lo consideran un enemigo y lo aborrecen. La broma se basa en un corte de palabras. testifican en favor del pro­ pio Platón que es labor de una persona bien educada el bromear con buen tono y encanto» 214. ‘Éstos. como la broma de Tigranes al marido de una que vomitaba: e Mal. en tan­ to qiie. la broma fue gastada por Telesforo. según Platón 213. refiriéndose a la mujer del últi­ mo. Arsínoe. los que saben y procuran ser oportunos. empiezas al traer a casa a esta musa 211. efectivamente. así una broma encuentra disculpa y franquía. si alguien irrumpiendo de fuera los injuria y per­ turba. se asemeja a una intriga y ultraje.’ En cambio.LIBRO II 117 o diversiones del momento. 213 Leyes 717d y 935a.. quien imagina que dicho filósofo había intentado abusar de su hija. Y al filósofo Atenodoro: ‘Si el afecto por los hijos era natural’ 212. f . sino que es algo extraño. pero no como algo que viene de atrás a modo de digresión preparada de antemano. Pues la inoportunidad y lo que no viene a cuen­ to evidencian insolencia y hostilidad. pero si no viene a cuento. Que al rey no le hizo gracia alguna. 211 Según A t e n . la más plausible parece ser la de Amyot. o lén d1 emóusan (esta vomitando). 654b. uno de los lugartenientes de Lisímaco. si. lo prueba el hecho de que condenó a muerte a Telesforo. tiene su origen en la oportuni­ dad del momento. desde luego. 616C. del mismo modo que la gente soporta más tranquilamente los arrebatos y peleas que brotan en los banquetes. las pala­ bras. según que se diga: tétide móusan (esta musa).. Mor. Acarnienses 872. 216 Por lo que se infiere del contexto. es cuando más apetito tiene 220 y. a pesar de lo cual sólo lo vemos en esta cuestión. no todos hacen de la supresión de lo que causa dolor. 219 Perípato y Liceo eran las sedes de las enseñanzas aristotélicas. 417B-F. le dije: —Desde luego. querido. de las epicúreas. sa­ liendo en su defensa. el rétor. . Stuttgart. 220 V . A r is t ó f a n e s . Aristotelis quae ferebantur fragm enta.. A t e n .. Y yo. Y a Lamprías. al final del otoño. como acostumbraba. y P l u t . que honra el Perípato y el Liceo antes que el Jardín 219. límite y frontera del placer 218. . Epicúrea [Teubnerj. fuimos invitados a casa de Glaucias. pero yo no la recuerdo. que seguía las doctrinas de Epicuro. X 128 y 130. y el Jardín. a Jenocles. R o se .. Kyriai D óxai 3 (D ió g L a e r . 995E. En EIéusis. f r . Leipzig. Pues afirma este varón que cada uno. tras los misterios. Y cuando los demás terminaron de cenar. G l a u c ia s y L a m p r ía s b 1. 231 . le es forzoso con sus obras testimoniar en favor de Aristóteles. y H. 1 886. 7 2 y 395). Jenocles parece ser un viejo amigo de la casa. 215 A finales de septiembre. además. dijo la causa. págs. 1946 [= 1 887]. U s e n e r . 218 E p i c u r o . P l u t a r c o . le dio por mofarse de mi hermano Lamprías por su voracidad beocia 217.118 635A MORALIA C U E S T IÓ N S E G U N D A De por qué la gente come más en el otoño C o n v e r s a n J e n o c l e s . Jenocles 216 de Delfos. estando las fiestas en su apogeo 215. 217 Sobre el buen apetito de los beocios. al tener un sabor agradable y picante. Así que. Jenoeles.LIBRO II 119 —Mejor. cuando hayamos terminado de cenar. ni siquiera se podría decir que los alimentos no parti­ cipen en absoluto en la causa de esto. pan candeal y trigo. con el que por naturaleza nos alimentamos. como acostumbra. pues nosotros mismos intenta­ remos buscarla. si se les lleva a los enfermos desganados algo de fruta. véase nuestra Introducción. sino que. se concentra de nuevo y se fortalece ocultándose dentro por el enfriamiento exterior y la condensación del cuerpo . en el verano se disemina y se hace más débil y raro. Pues. les hace recuperar el apetito. cuando fueron retiradas las mesas. El primero porque hacían evacuar el vientre y. dije que en el verano tenemos más ganas de beber y por el calor consumimos más líquido. en cambio. Lamprías. como pro­ vienen de frutos recientes y frescos —no sólo tortas de ce­ bada. invitaban al estómago a comer más que cualquier manjar o condimen­ to. pero. Glaucias y Jenocles lo achacaron. 2Zl Respecto a la concentración del calor. legumbres. al vaciar el cuerpo. dijo Glaucias. nos hace sentir más hambre y compen­ sa la mezcla del cuerpo con la alimentación sólida. Y yo. a los frutos otoñales. proporcionaban renovado apetito. decía que la mayor parte de estos fru­ tos. de modo distinto. Pues bien. al morir la estación. . para no dar la impresión de compartir el tema sin pagar mi parte. ahora la naturaleza buscando en el cambio lo contrario. dijo que nuestro propio e innato calor. Ade­ más. por su parte. sino también carnes de animales que se alimentan con los frutos de la estacióndifieren de los antiguos en sabor y atraen más a quienes los consumen y degustan. 1922. cf. por considerarlo origen de la vida. y O. F ir m o y S o s io S e n e c ió n 1. 224 Es posible que este personaje sea el mismo al que va dirigido el escrito D e Herod.. Sobre el dicho. 22J Según la conjetura de Reiske. Y Alejandro 224 el epicúreo.. a los huevos habas a causa de la preñez 226 y piensan que en nada difiere el comer huevos del aprove- 222 Cuestión recogida por M a c r . Orphicorum Frag­ menta. P l u t a r c o . Sin embargo. 368 (fr. y que al huevo. vol. 1. efec­ tivamente.120 MORALIA CUESTIÓN III De si fu e primero la gallina o el huevo 222 C o n v e r s a n A l e j a n d r o . Corp. con el lenguaje de los enigmas. es igual comer habas que cabezas de progenitores» 225. y vol. S il a . pues de Caria procedían infinidad de esclavos. aportó de broma lo de: «Desde luego.«in aniura vili» o al nuestro «en un conejillo de Indias». estos hombres llaman. Parem. 141). 291. Gr. En las Quaestiones sólo lo encontramos aquí. fr. K ern . 225 Cf. 226 Relación establecida entre kúam os (haba) y kúesis (preñez). L e u st s c h S c h e i d e w i n . 70-71 (59). DK. mal. . la prueba de la visión que me sobrevenía claramente muchas veces. I. porque durante éste trataba de hacer en un huevo. Sai. En los manuscritos se leía 3a pala­ bra «corazón» (Kardlai). infundí la sospecha de estar ligado a las creencias órficas o pitagóricas. pá­ gina 404 (39). como <en un cario) 223. Se trata de una expresión proverbial equivalente al adagio latino . págs. porque. Berlín. como algunos al cora­ zón y al cerebro. lo evitaba religiosamente. II. habién­ donos invitado Sosio Seneción. Tras cierto sueño me abstuve de los huevos mucho tiempo. pág. vol.. VII 16. pues. 2. pág. supuso que gam brós aquí se refiere al marido de su sobri­ na. en tanto que P. A r is t ó t e l e s . es natural que el huevo haya sido antes que la gallina. dijo: «Préstame. Y Sila 227. sobre qué fue prime­ ro. la defensa contra la acusación resultaba más ininteligible que la acu­ sación misma. v o n W il a m o w i t z M o e l l e n d o r í . estábamos removiendo fuerte y profundamente lo que toca al origen del universo. Gotinga. iba ocupando el centro de 636a la conversación el problema insoluble y que plantea mu­ chas dificultades a los investigadores. Firmo 22S. igual que hemos hecho nosotros. Y. interviene en varios diálogos plutarquianos. pues era encantador y bastante erudito. referir a un epicúreo un sueño. vol. es incluso simple. Pues si hay que suponer que las cosas pequeñas son el fundamento y principio de las grandes 229. De ahí que. se abstuvo. 228 Conocido sólo por este pasaje. en general. 1889. frente a «yerno» de Amyot. diciendo que con un pequeño problema. III. Clement lo vierte a un término más general «pariente». . ya que ia hermana de éste murió muy joven.LIBRO II 121 char los animales que los ponen. Fuhrmann lo traduce por «sobrino». el principio es lo pri- 227 Sextio Sila. mi amigo. como con una herramien­ ta. Y. natural de Cartago y amigo íntimo de Plutarco. 23. el huevo o la gallina. Por supuesto. Y como se burlara Alejandro de la investigación por no aportar nada de pro­ vecho. sin refutar la opinión. hom­ bre polifacético. en tanto que la gallina es algo más b complejo y mezclada. D e cáelo 286bl6. y así. Fue arconte de Delfos según una inscripción. le gastara igualmente una broma a Alejandro. Plantea problemas el parentesco que guarda con Plutarco. por ello U . en este momento tus átomos. A . mi pariente. Commentariolum grammaticum. entonces. para lo que son los objetos sensibles. a consecuencia de esto. 229 Cf. blien conocedor de la filosofía y ciencia. 235 A r is t . de Fuhrmann a ella. luego. en los últimos retoques. 654b29 ss. an. dijo que la obra era más difícil cuando el barro está en la uña 233. el escultor. Policleto. así también aquí el huevo preexiste d como materia de la generación.. Por ello. . 1) y las eruditas notas de Fuhrmann al respecto. y Gen an. En efecto. como el pro­ greso parece ser algo intermedio entre las cualidades natu­ rales y la perfección. Phys. pero menor que un ser vivo.. Cf. así tiene sentido que también el huevo haya sido primero que el ser vivo. 191a8 ss. posteriormente. 234 A r i s t . H ist. Y. al igual que en el ser vivo dicen que las arterias y venas son lo primero que se forma. an. Parí. sea aquello de lo que cambió 235. 551al3 ss. 780D. 231 A r is t . 6 8 ia l2 ss. Y del mismo modo que la oruga es lo primero y después. .. 230 P l u t . las artes primero modelan masas indeterminadas y amorfas. entonces se produce el ser vivo. naturaleza que la mueve suavemente. la lla­ mada mariposa 234. an. Parí. y el huevo es mayor que la semilla. pues. pues forzoso es en todo cambio que. 588b4 ss.. 232 A r is t . 233 Es decir. así el huevo es una especie de progre­ so de la naturaleza en su marcha al ser vivo desde la semi­ lla 231. además.. H ist. an. Para la procedencia aristotélica de la asevera­ ción cf. también. ausc. y Nat. 2 2 5 a l. suelta por sí misma un ser alado distinto. 737b9. I. Mor. DK. endurecida por la sequedad y rompiéndose en derredor.. la n. con lo que aquélla produce fi­ guras amorfas e indefinidas como los huevos. antes que lo que cambió. es natural que al principio la materia se someta con una lentitud mayor a la.. como el continente antes que el contenido. pág. 392 (fr. articulan cada una de ellas c en las figuras 232. y cuando éstas cobran forma y se concretan.122 MORAL IA mero y principio es la semilla 230. vol. Por lo cual. IV 14. L e u t s c h - . Frag. dijo Seneción que la última de las imágenes era la primera que se le contra­ ponía. la serpiente. abriste el mundo contra ti mis236 T e o f r . sino que también. 237 Tim. tiene la condición de madre.. en lugar de la puerta del proverbio 241. p á g s. dijo.LIBRO II 123 »Y observa que nacen gusanos en árboles y carcomas de maderas. plant. y terrestres. «pues. Hist. en efecto. En cuanto Firmo expuso esto. Firmo. La materia. De inc. sino que él engendra animales alados y miles que nadan. y de nodriza 237. sin darte cuenta. y con muchas patas. por así decirlo. 10. q u e se a p lic a a u n la d r ó n to r p e . dijo riendo. 239 II 171. y sin patas. Y aun cuando el mundo con­ tiene muchas especies de seres vivos. no sin propiedad. pues entra más en el campo de los misterios. cantaré para los inteligentes el sagrado relato órfico que declara al huevo no sólo más antiguo que la gallina. le atribuye la total primogenitura de todo a la vez 238. la langosta 240. como afirma Platón. abarca en sí mismo a todo.» 3. 240 A r is t . 5 1 a (m a d re ) y 5 2 d ( n o d r iz a ) . 241 P a r a el p ro v e rb io . queda sin participar de la generación por un huevo. al tiempo. K e r n . c f. el gallo. según Heródoto 239. y anfibios. ningún género. por la putrefacción o consunción de su hume­ dad 236. Orph. en las orgías del culto a Dioniso se le consagra como una re­ presentación de lo que engendra y.. 238 O . y bípedos. los cocodrilos. en una palabra. an. de ahí que. Nadie estimaría que no existe antes que ellos ni es más antiguo por naturaleza lo que les ha engendrado. además de esto. Y. 7 0 4 a l2 .. y materia es todo por lo que tiene consistencia lo engendrado. los lagartos. »Y lo demás ‘quede bien sellado’. 1 4 0 y sig s. como lo completo antes que lo incom­ pleto y el todo antes que la parte. la tierra. ya que éstos son después de aquéllos y toman su origen en ellos. pues el mundo.. preexiste a todo. Por ello. S e g ú n A t e n . ranas y cigaS c h n e i d e w in ... y es lógico que lo perfecto sea por naturaleza antes que lo imperfecto 242. tam­ bién. 71 7 ) y 211 ( f r . luego. De ahí que nadie dice que el hombre es del esperma. E n u n p rin c ip io p a re c e q u e se r e f e r ia a la f a m o s a h is to r ia d e l lid io C a n d a u le s r e la ta d a p o r H e r ó d . 5 7 F . p a g . en muchas partes. sino que incluso el Tindáreo los poetas dicen que apareció caído del cielo 245. . Gr. 107 2 b 3 5 . serpientes. devuelven. el h u e v o q u e . I. así como de órganos y vasos semejantes. a la naturaleza el nacimiento. 7 3 3 a l . Gen. 246 D io d . G ir o e m p le a d o p o r lo s e s to ic o s . . y Meteor. v o l.3 v o l. Vet. De ahí que ni siquiera se cuenta que el huevo sea hijo de la tierra. 205 ( f r.124 637A b MORALIA mo. Frag. 1 9 . 114 (9 8 ). I 10. Stoic. pe­ ro nada está falto de lo que no ha llegado a ser ni es. I I . les es connatural querer hacer otra cosa tal cual era aquella de la que se separaron. 2 6 5 a 2 3 . 12 5 3 a2 0 . por ser per feotísimo. 2+4 245 243 A r is t . Phys. Y los huevos claramente se observa que tienen una natura­ leza necesitada de la solidez y consistencia que hay en cual­ quier ser vivo. ni del huevo la gallina. 2. ratones en Egipto 246 y. an. Pol. como una deuda. C f. p ro v e n ie n te d e la lu n a . von A rn im . D e cael. 242 A r i s t . pues están faltos de lo que les es propio. produce animales autosuficientes y completos. Parem. 7 3 9 ).. p á g s . Y se define el principio seminal 244 como un producto al que le falta producir. 2 6 9 a Í9 . 2 ss. En cambio. hasta aho­ ra. pues no es en absoluto lógico que una parte sea parte de lo que no ha llegado a ser 243.. Corp. d io o r i­ g e n a H e le n a . sino que decimos que de la gallina es el huevo y el esperma del hombre. eso. y no es posible. la actividad a la potencia y el resultado a la actividad 249.LIBRO II 125 rras. 249 A r i s t . como no es posible que exista una digestión del alimento antes de que exista un ser vivo. dispersándose sobre la isla por todas partes. 449al. cuando hacen sus procreaciones de otro modo ya y entre ellos. según la unión. y al aparearse. »Y. por el que con placer se encaminan unos a otros. D e long. 248 Mor. estos animales nacen y se alimentan de la tierra y del ali­ mento hacen un residuo fecundador 248... al sobrevenir del exterior un principio y fuerza distin­ tos. De forma que el que plantea la duda de cómo llegaron a ser las gallinas. antes 247 Ibid. si no había huevos. . an. en suma. 716a23 ss. Y en Sicilia. Y obser­ va que. XXXIV-XXXV 2 (año 136 a. pues éstos parecen proceder de cier­ tas digestiones y transformaciones. durante la guerra de los siervos 247. a su vez. es el huevo para el polluelo que en él se engendra y nace. en nada difiere del que pregunta cómo hubo hom­ bres y mujeres antes de que hubiera penes y matrices. 466b8. y Sens. al corromperse sobre la tierra mucha sangre y cadáveres inse­ pultos. 9I7B y 919C. C.. Des­ de luego. y . es igual que decir ‘antes que la mujer. donde la teoría se hace remontar a Pitágoras y A r ist . 905Á. pues lo que la matriz es por naturaleza para el hombre. Y resultado de la potencia generativa de las partes genitales son el esperma y el hue­ vo. un enjambre de langostas brotó y destruían el tri­ go. así tampoco ni el huevo ni el esperma. especialmente. 724b34 ss. Gen.. Gen. y 766b8. las más de las partes existen con el todo y la potencia sucede a las partes. Y en esto es donde más claro está que es después de haber tomado su primer nacimiento de la tierra. an. Así. et brev. fue la matriz’. vit.). 725a3 ss. pues. de suerte que suceden a la creación del todo. unos son por naturaleza ovíparos y otros vivípa­ ros.. pues es imperfecto.. y que el huevo es un producto. se constituyen por sí mismos a miles. aunque se retire el agua y f se quite todo el barro. al confluir agua al lugar. llegar a ser último lo que precisa de otra cosa para su generación. por fuerza. nádie ha visto que una anguila tenga ni se­ men ni huevos 25°. cuando se cogen mu: chas anguilas. lo que también ahora. del ser vivo. 251 Menéxeno 238a. sino que éste sólo en el ser vivo tiene su consistencia y nacimiento. En cambio. pues el tema versa sobre aquella primera. las angui­ las siguen reproduciéndose. debe. Sin embargo. e »De ahí que no decimos que el ser vivo ha llegado a ser sin principio. Pues no la tierra. los seres vivos. pues. pues no se ve que el huevo se constituya del barro. al producir aquella una unión y mezcla procreadoras. »Por tanto. Porque es cierto que las aves también hacen sus nidos antes de 638A la puesta y las mujeres preparan pañales. el esperma. 569a6 ss... imita a la 250 A r is t . sino que existe como principio de la gene­ ración del ser vivo una potencia. al igual que la sangre y la leche.126 MORAL IA de que el ser vivo haya llegado a ser. pero no dirías que el nido ha sido antes que el huevo y los pañales que los niños. puede constituirse de mo­ do distinto. hace las veces de un principio. por la que primero la materia cambió. separado de otro. Hist. ni la naturaleza de un todo. esto está lo primero en el comienzo de la gene­ ración. afirma Platón 251. de algún modo. pues no existe primero. en cambio. Y ¿qué necesidad hay de hablar de los demás?. Gen. que la naturaleza tenga un residuo de alimento de un ser vivo. an. . 762b y 763a. an. 570a3 ss. como resultado de la alimentación y digestión. en tanto que el huevo ni tiene la condición de principio. sino que. probablemente también. la mayor parte de la conver­ sación trataba sobre los luchadores. sino la mujer y cada una de las demás hembras a la tierra.» CUESTIÓN CUARTA De si la lucha es la más antigua de las competiciones C onversan L isímaco . dijo que hacía poco había oído declarar a un gramático que la lucha era la más antigua de todas las pruebas. abrigos y vasos que ahora la naturaleza elabora y forja en los que engendran por su debilidad. la gente dice que la flauta «está templada» y llama a los sones de la flauta «punteos». es natural que la primera generación haya nacido de la tierra autosyficiente y sin necesidad de nada. Así. uno de los intendentes de los Anfictiones que asistía. S osicles y F ilino Agasajábamos por su victoria a Sosicles de Coronas. Pues bien. tomando las denominaciones de la lira. P lu ta r c o . Pero. »Por ello.LIBRO n 127 mujer. En con­ 252 Personaje que interviene sólo en esta cuestión y en ia siguiente. Lisímaco 252. vencedor de los poetas en los Píticos. sin que precise de aquellos órganos. gracias a la perfección y fuerza del principio generador. como el certa­ men gimnástico estaba cerca. pues las cosas más re­ cientes aprovechan bastante los nombres puestos en las más antiguas. como también lo atestiguaba su nombre. pues acontecía que ha­ bían acudido muchos y famosos. . a esta acción se le denomina pugilato y a aquélla lucha. «Y. 253 Sobre la forma de luchar entre los griegos. cf. Var. Cab. 255 Justamente a! contrario. sino porque da la casualidad de que es la única forma de ejercicio que precisa arcilla. polvo y ceroma. 252bis g] término pále (lucha) está relacionado con palestra. ni el pugilato se practican en las palestras.» Y Filino dijo: «Para mí. Yo dije que este testimonio no era sólido. pues que el pancracio es una mezcla de pugilato y lucha. hist. efectiva­ mente. pues ni la carrera. cf. pues de la lucha se le llama palestra. pues me parece que se llama lucha por paleúein (trampear). sino el rodar por los suelos de la lucha y del pancracio. E l ia n o . lo que precisamente es engañar y derribar con trampas 254. deriva de palma 255. sea. en cambio. VI 9. pues con esa parte de ambas manos es con la que más actúan los luchadores. que es la más técnica y mañosa de las pruebas 253. al lugar en el que se ejercitan todos los atletas lo llaman palestra.. A r ist ó f . . sin que se pueda precisar el grado de dependencia. la más antigua? Pues la necesidad produce primero lo simple y sencillo y lo que se realiza con fuerza más que con méto­ do. 254 Etimología falsa. está claro. porque la «lucha» (pále) 252bls fue la primera en ocuparlo. Por ello. al mismo tiempo. prestándoselo después también a las pruebas inventadas posteriormente. en Etióp. Respecto a la crueldad del pugilato y la lucha. a su vez. como los púgiles.128 d e MORAL LA secuencia. 262 ss. ¿qué explicación tiene el que la lucha. no porque sea el más antiguo de todos los demás.. por otro lado. 3 ss. 3. y P a u s a n ia s . Sosicles dijo: «Hablas con razón y te añado una prueba derivada de su etimología.» Y cuando dije esto.. con el puño. y sobre todo la excelente narración de H e l . dije. X 19. X 31. » CUESTIÓN QUINTA f 639A De por qué entre las pruebas Homero siempre pone primero el pugilato. cuál de los juegos se podría afirmar que fue primero? ¿Acaso el estadio. se juntan y unen entre ellos. Lisímaco: «¿Entonces. dijo.LIBRO II 129 »Sin embargo. es posible también por aquí sacar la etimología de la pala­ bra 256. M e n é c r a t e s . — 9 . como los poetas llaman ‘ro­ ciar’ (palynein) al hecho de cubrirse de polvo y espolvo­ rearse. llaves frontales y laterales. no es incierto que se le haya denominado lucha 251. de nuevo. Y solamente a los luchadores los vemos abrazarse y agarrarse y en la mayor parte de sus recursos. dijo. por Xylander. en primer lugar. a causa del aproximarse muchísimo y estar cerca. Dictionnaire. 109. pág. además. P l u t a r c o y otros 1. Y observa. por más que quie­ ran. 257 Nueva etimología equivocada. que es labor de los corre­ dores adelantar cuanto más se pueda y distanciarse lo más lejos posible. los árbitros no los dejan trabarse. la auténtica no se conoce aún. 2SÍI Sigue una laguna observada. Por ello. después la lucha y en último lugar la carrera Conversan L isím aco. lo que vemos que hacen muchísimo los luchadores. 853). III. Y. ataques frontales y laterales. vol. expuestas estas cosas y habiendo nosotros elo­ giado a Filino. cuya extensión todavía no se ha podido determinar. como en las Olimpíadas *** 258? Y aquí entre 256 palúno procede de pále «flor de harina» (C hantrafn e . también. Tim ón. mientras que a los púgiles. . 262 Ibid... ni lucharás. ni con tus pies [correrás 261. no combatirás con los puños.. tras niños luchadores 259 hombres luchadores y púgiles tras púgiles. les resuena en los oídos.» Y Timón dijo: «Que los funerales de Patroclo tienen este orden en los juegos. no rehúses recordárnoslo. XXIII 620 ss. das . ni en el certamen de jabalina entrarás. y a Ificlo con mis pies adelanté. pero si tienes a mano alguno de sus versos. y a Anqueo el pleuronio en la lucha. hijo de Enopo. por así decirlo.. entonces 11aman a los hombres.» Entonces. igualmente. Corinto y Olimpia habla H eroen La alcahueta 50. dijo: «[Heracles.. cuando los niños han competido.130 b MORAL IA nosotros introducen a los competidores sucesivamente en cada prueba.. es algo que a todos. y al anciano explayarse en su réplica de que: con los puños vencí a Clitomedes. no sea que Homero muestre mejor el orden cronológico. Y.Y te doy este premio sin más. el poeta hace a Aquiles decir a Néstor: c . pues. 634-6. desde luego. observando el orden invaria­ blemente. 262. el tesalio. Pero mira. y pancraciastas. 259 De un niño luchador en Delfos. extrañado Menécrates 26°. Allí. dijo. segundo la lucha y en último lugar la carrera. 261 II. pues en él se pone siempre entre los juegos gimnásticos primero el pugilato. 260 En toda la obra de Plutarco es ésta la única aparición de este personaje. cuántas cosas se nos escapan!. en cambio. » 2. afirmé que. no aprobaba. la motivación de ese orden. incluso. 265 Lo m ism o dice. romper y derribar una parte de los muros tiene tal sentido: que una ciudad que posea hombres capaces de combatir y ven­ cer. por mantener ellos aún el antiguo orden. 10. [ni luchadores. Y también a algunos otros les parecía que no era convincente que el boxeo y la lucha precedieran en competiciones y luchas a la carrera y me exhortaban a que ampliara mi afirmación para mayor con­ vencimiento. Y se hacía así. de un orden distinto cada vez. VIII 206. con los puños irreprochables rivales d pero con pies rápidos corremos 264. Y dije de una forma improvisada que a mí e todas estas cosas me parecían imitaciones de las guerreras y adiestramientos para ellas 265. para mí. y a Alcínoo preciándose con modestia: No somos. Y cuando mi hermano terminó. no se sirve al azar. Y en Lacedemo263 Od. a su vez. sin embar­ go. Y el per­ mitir a los triunfadores. 264 Ibid. al entrar en su ciudad. al hoplita se le hace entrar después de todos. En efecto.LIBRO n 131 y. no tiene gran necesidad de murallas. 246-7. refiriéndose a los juegos olímpicos. atestiguando que esto es lo último de los ejercicios físicos y del certamen. a Odiseo desafiando a los feacios: O al pugilato o a la lucha o. sino que sigue lo que se acostumbraba entonces y se hacía conforme a una nor­ ma. P a u s a n ia s . en efecto. a u n ­ que en lo demás decía la verdad. V 8. a la carrera 263. por improvisación.. . porque. sin duda. 6. Gr. en Esquilo a uno de los guerreros se le denomina ‘pesado hoplitaluchador’ 268. D ie h l . vol. y la segunda. por lo menos. combatir alineados en torno al propio rey 266. que la primera tarea de los combatientes es golpear y protegerse. Y Sófocles ha dicho en alguna parte respec­ to a los troyanos que eran: amantes de los caballos y armados con arcos de cuernos. Gr. con lo que. «Y si. servirse de empellones y volteos.132 f 640A MORALIA nia. afirman que. Según P o lien o . taníbién. lo tercero es que vencidos huyan. porque es el único que está dotado por natu­ raleza y ha sido entrenado para acompañar a los comba­ tientes y luchar con ellos. pág. habituados a la palestra. sólo al caballo se le hace partícipe de coronas y certámenes. esto no está mal dicho. tras todo. por cierto. o persigan. Por ello. 269 N a u c k . fue Epaminondas quien reco­ mendó a los tebamos que combatieran en los gimnasios con los lacedem onios. el pugilato antecedía. hay un lugar elegido en la formación de combate. L yr. a fin de que Ies perdieran el miedo. consideremos ya. Por tanto. efectivamente. 7 9. A ni. 7 7 5 . mientras que la lucha ocupa­ ba el segundo lugar y el último la carrera.. si vencen. porque el pugi­ lato es imitación del ataque y guardia. II 3. para los qüe han vencido certámenes con premio de coronas. natural­ mente. dije. fr . cuando ya se traban y llegan a las manos. .. VII. 267 Pelóp. la lucha de la traba- 266 Vida de Licurgo XXII 4. Frag. y luchadores con escudo que resuena como una campa[na 269 Y. Y entre los animales. 268 Cf. Trag. precisamente en Leuctra 267. los espartanos fueron doblegados por los nuestros. I. Interviene. . y gra­ nados de mirtos. Efectivamente. aparte de en nuestra obra. Clement por «fir» y «the pine» y Fuhrmann por «pin maritime» y «le pin parasol». el sentido es dudoso. Plutarco nos lo presenta siempre como un hombre jovial y con un carác­ ter muy natural. como el propio Fuhrmann reconoce. Lo cierto es que. conv.» CUESTIÓN SEXTA De por qué el abeto. respectivamente. natural de Queronea. todos ellos. 272 Injertos. y plátanos que habían recibido injertos de manzanos. y otras uniones de plan­ tas que habían sido dominadas hasta dar frutos 272. III 6. que. Y había también encinas que producían buenas peras. P. F iló n y S ó c l a r o 1. los demás gastaban bromas a Sóclaro por alimentar especies y criaturas más prodigiosas que las esfinges y qui­ 270 Amyot traduce los dos árboles. por lo que afirma en Quaesí. por «pin» y «le sapin». en D e sollertia animalium (Sobre el ingenio de los animales).LIBRO II 133 zón y choque y con la carrera se ejercitan en huir y perseguir. e higueras de moreras. Pues bien. 271 Amigo íntimo. Habiéndonos invitado Sóclaro 271 en sus jardi­ nes rodeados por el río Cefiso. el pino 270 y los árboles semejantes a éstos no se dejan injertar Conversan C r a t ó n . de lentiscos vimos brotar olivos. nos mostró árboles que habían sido transformados de todas las maneras por los llamados trasplantes. debe de andar entre los cincuenta y sesenta años. imposibles en la actualidad. A. 134 MORAL IA meras de los poetas. 274 P la t . como son blan­ das en las partes bajo la corteza que los reciben. IV 16. pues. 276 Pasaje un tanto corrupto que. Mor. en el interior de las heridas acumulan como sangre. o pino. Por ello.. . d 2. Y su madera resinosa despide un líquido oleoso y lo grasiento brilla en su derredor. confirmada por los agricultores. Y. pues no se ve ni un cono. dijo: «Hay. Pero Cratón nos planteó su incertidumbre respecto a la causa por la que.P. no proporciona asiento ni vida en ella a los que se le injer­ tan. 275 A r is t . 605b20. creemos.. sólo las resinosas no admitían por naturaleza tales mez­ clas. 273 Médico que parece residir en Hiámpolis. 334b. o abeto criar un árbol de otra especie. ha de leerse tal como se encuentra. al igual que las abe­ jas 275. Hist. y P lu t . conv. y C. Hist. V 17. al ser fina y seca. como las cortezudas y húmedas. Cratón pensaba que la naturaleza de la corteza cooperaba a esto. abrazan lo que se les introduce 276. como el propio aceite... e interviene en temas de su especialidad en Quaest. plant. Y dichos árboles tienen una naturaleza gr asienta y suave. entre las plantas. untada con aceite. Pues. IV 1. El aceite. afirman que es ene­ migo de las plantas y la planta que quieras. ni ciprés. an.. 6. también es difícil de mezclar con las otras especies. sólo que poniendo punto alto tras noterá y escribiendo a con­ tinuación km gár.. VI 2 y VIII 9.» Y al terminar Filón. T e o f r . tomando la palabra Filón 273. una explicación entre los sabios. conviv. de modo que destilan goma y resina. Cratón. Actúa como anfitrión en Quaest. Y cuando se les golpea. 5. 911E. Prot. efectivamente. rápidamente se consume 274. además. como a mujeres de mucha leche les acercan otros crios.. Y. Pues. al aprovecharse del alimento que se consume por completo en ellos. pero unos no producen fru­ tos y otros los producen pequeños y tardíamente desarro­ llados. A r i s t . que lo que acepta otra natura­ leza debe ser apto para el cambio. para que roturada cambie debido a su tolerancia y se amolde a lo que se planta en ella. Caus. y T e o f r . . Y estos árboles. «Así. se las f injerta en las fecundas. no es dudoso que lo que acoge debe tener la condición de tierra para lo que se trasplanta. como consumen el alimento para su cuerpo. eligiendo las plantas más fructíferas. pensara. así los árboles de tal especie. asimile y transforme el alimento suyo en provecho del tras­ plantado. Y la tierra debe ser lo femenino y fecundo. qué son lige­ ros de madera. dominado. no hacen mezcla por no dejarse dominar ni cambiar. dijo.LIBRO II 135 3. 277 8. además. 725b29-726a6 y 795b. plant. pues la tierra yerta y dura es difícil de cambiar. Gen an. removemos previamente la tierra y la ablan­ damos. que las personas que 64ía tienen exceso de carne y peso en la mayoría de los casos son estériles (ya que. Pero vemos que el abeto. 4. del mismo modo . III . para que. Y el propio Sóclaro dijo que. el ciprés y todos los de tal especie son mezquinos e infecundos para los frutos. no tram form n parte de él en esperma) 277. De suerte que no hay que extrañarse si no crece lo ajeno en lo que malamente hace crecer incluso lo propió. son corpulentos en tamaño y van agrandándose. De ahí que. aunque no exponía e esto mal. IX 79. 279 Sólo lo encontramos aquí.. P l u t a r c o y otros b 1. y había también quienes caían en el tópico de las «antipatías». de longi­ tud y de 7 a 9 de diámetro. 1-4. que la rama de un roble detiene 278 Pez de la familia de los acantopterigios de unos 40 cm. en donde asegura que el barco de Marco Antonio fue detenido por una rémora durante la batalla de Actio y que otro tanto le ocurrió al que transportaba a Calígula. hist. . de ahí su nombre de «detienenaves».. había quienes se burla­ ban de Queremoniano por admitir una ficción mítica e in­ creíble. el elefante siente pánico de un carnero cornudo y de los gruñidos de los cerdos. y Ex. H ist.136 MORALIA CUESTIÓN SÉPTIMA Sobre la rémora 278 Conversan Q u e r e m o n ia n o . nos señaló uno de cabeza puntiaguda y alargada y decía que la rémora se le asemejaba. y. I 38. sobre la cabe­ za lleva un disco oval consistente en una serie de láminas cartilaginosas movibles con las que cr^a un vacío. y XXXII 2 ss. 281 Según Geoponicá XV 1. Y era posible oír otras muchas cosas de los que las presenciaron: que un elefante enfurecido se aplaca al ver a un carnero 281. Var. 505bl8. habiéndosenos servido en cierta ocasión pescaditos variados. pues la vio mientras navegaba por el mar de Sicilia y quedó admirado de su fuerza. y P lin . de color ceniciento.iano. quien añade que algunos empleaban al pez como un hechizo para filtros amorosos y plei­ tos judiciales. 280 Sobre el tema. H ist. nat. y se adhiere fuertemente a cualquier objeto. Desde luego. véase A r ist. fusiforme. an.. Queremoniano de Trales 279. ya que la rémora provocó una demora y dilación nada pequeñas durante la travesía 280> hasta que la cogió el vigía pegada al costado de la nave por fuera. Los griegos creían que era capaz de detener las naves. Frag. pues. de flores pequeñas y azules y fruto redondo. pág. pequeño y negro. si no completamente imposible. si se la acercas y la tocas. N a u c k . Gr. salvo la albahaca y lo que se humedece con aceite. El «agnocasto» o «sauzgatillo» es un arbusto de la familia de las verbenáceas. Trag. Pues bien.. Y consideremos. cuando la nave está seca y circunstancia ésta hábilmente aprovechada por los romanos. de 3 o 4 m. de la úlcera de intestino. aña­ dí. que muchas cosas que poseen la condición de casuali­ dades. 74. aunque estas cosas tienen una comprobación evi­ dente. y D ie h l . los megarenses contra Antígono. vol. y que la pie­ dra imán no atrae al hierro. Pero yo dije que esto era una evasiva a la pregunta más que una explicación de su causa.. III. como cada uno de estos hechos son consecuencia del fenómeno. . Igual que si uno creyera que por el florecimiento del d agnocasto madura el fruto de la vid. si a éste se le unta ajo. contra los elefantes de Pirro de Epiro. 396. El verso citado por Plutarco es un tríme­ tro yámbico de procedencia desconocida. 3. o que por los pábilos que aparecen en las lámpara. así dije yo que sólo una era la causa por la que el navio navega lentamen­ te y atrae a la rémora. toman la apariencia de causas incorrectamente. 282 Cf. antes que síntoma. pág. En efecto. Crece en sotos frescos y en las orillas de los ríos. es difícil. porque existe el dicho: el agnocasto florece y el racimo madura 282. que un toro c bravo se tranquiliza y amansa atado a una higuera. o que la curvatura de las uñas es causa. Anthol. Lyr. compren­ der la causa. que el ámbar todo lo mueve y atrae las cosas ligeras. el am­ biente se trastorna y nubla. 2. según P o l i e n o . Gr.LIBRO II 137 a una víbora. IV 6. generado por las mismas causas. de altura. Cerdos también emplearon. A despota. Pero mi padre. dividida y separada fácilmente con su leño limpio. an. E l término griego quiere decir literalmente «mordido por lobos». de los que habla con cierta amplitud E lia n o .138 e MO RALLA no demasiado pesada por la humedad. Pero cuando está muy húmeda y empapada. si logran escapar. es natural que sea consi­ derada la causa de la demora antes que una consecuencia de la causa que motiva la demora. - . XVI 24. en Hist. adhe­ rida la rémora por su viscosidad. acumula mu­ chas algas y capas musgosas y tiene más débil la hendidura del leño y la ola. al tropezar con su viscosidad. P l u t a r c o y o tr o s Algunos dijeron que a los caballos lycospádes se les denominaba así por los frenos de lobo. 6. 1052. también. decía que los que han sido acometidos cuando po­ tros por lobos. que no gustaba en absoluto de improvisar en sus explicaciones y que siempre había utilizado caballos exce­ lentes. Por ello. salen buenos y rápidos 283 Caballos del sur de Italia. y E u stac io en A d II. secan los costados. es natural que la quilla. no fácil­ mente se separa. deslizándose sobre el mar por su ligereza. ya que por su fo642A gosidad y difícil manejo eran retenidos con ellos. a los que. CUESTIÓN OCTAVA f De por qué dicen que ios caballos «lycospádes» 283 son fogosos C o n v e r s a n el p a d re d e P l u t a r c o . hienda la ola. pa­ ra limpiar deios leños los musgos y algas. Pues bien. sino que se escapó porque lo era. y A rist. y tienen unas reacciones vivas y rápidas. 5. Geop. P l u t a r c o y o tr o s Después de esto se indagaba sobre las ovejas despeda­ zadas por lobos. de las que se dice que dan una carne muy sabrosa. como las fieras que han escapado a las trampas. vind. XV I. b CUESTIÓN NOVENA De por qué las ovejas despedazadas por lobos tienen la carne mas sabrosa. mi pariente. num. pero una lana que produce piojos C o n v e r s a n P a t r o c l e a s . Y la mayor parte dé la argumentación de los presentes era que esa experiencia infunde a los caballos miedo. 285 Pariente (gambrós) de Plutarco. 596b8.. no ánimo. pues los potros no se hacen más rápidos cuando acosados escapan a los ataques de las fieras. Patrocleas 285. an. Pues tampoco Odiseo se hizo sagaz por escaparse del Cíclope. y se hacen espantadizos y medrosos ante todo. Pero yo dije que había que mirar no fuera a ser lo contrario de lo que se creía.LIBRO II 139 y se les llama lycospádes. y en D e animae procreatione in Timeo (Sobre ia procreación del alma en el Timeo). que aparece. si bien siempre como •planteador de temas. que la mayoría testificó en su favor. pero una lana que produce piojos 284. . c no desatinadamente. Y esto. Hist. en D e ser. si no fuesen por naturaleza animosos y rápidos. además. planteaba la dificultad de la causa por la que este accidente hace a los caballos más fogosos e impetuo­ sos. parecía 284 Cf. sino que no se escapa­ rían. de suerte que los así golpeados ya­ cen sin aliento. Pues sabemos que. también. Y la observación daba crédito a esta explicación. En cambio. porque suele decir de las pieles y de los cueros: «Un cuero de buey matado violentamente» 286. III 375.140 d e MORALIA abordar lo referente al sabor. sobre la lana titubeábamos. sino por degüello. al afirmar que la fiera con su mordedura hacía la carne tierna. el hálito del lobo es tan excesivamente cálido y abrasador. es tensa y compacta. en tanto que otros la matan no más lentamente que aquéllos. Y también Homero insinúa que las transformaciones de los animales según los tipos de degüello y muerte se extienden hasta la piel. entre los cazadores y cocineros. unos los aba­ ten con un solo golpe. las ovejas despedazadas por lobos se corrompen más rápidamente que las demás. la piel de los animales aba­ tidos no por enfermedad ni vejez. sino que se conserva por algún tiempo. no fuera que no produjese los piojos. Y lo que es más sor­ prendente que esto. en tanto que otros los matan a duras penas y difícilmente con muchos golpes. que fun­ de y derrite en el estómago los huesos más duros. pero a los que han sido mordidos por 286 II. En efecto. Por ello. pelos y uñas. que rápidamente se corrompe y ni siquiera aguanta un solo día. En efecto. . sino que los hiciese salir al desunir la carne. por serle propios cierta aspereza desgarrante o calor. unos imprimen en la víctima con el hierro una fuerza tal. pero nada semejante ocu­ rre en la carne de los degollados. Y esta facultad se reaviva en la lana ante la mor­ dedura del lobo que hace cambiar hasta los vellones del animal degollado. había que cambiar las mesas. en donde eran de uso corriente (A r ist ó f . asignándosele en los sacrificios a cada uno úna porción. Cuando en mi tierra desempeñaba el cargo de ar. el pelo se les cae y la piel se Ies pudre y desgarra. Y en 287 Cargo al que también alude en Quaesí. 288 Coronas que se hacían expresamente para sacrificios. Mae!. «Pues. 1. y Asam bl. y esa distribución de la carne en racio­ nes. por comer y beber. hace muchas cenas y mu­ chos comensales. mutuamente. . en el momento justo de quitarse la corona 288. lo que a algunos agradaba extraordina­ riamente. P oet. como de la mesa de un carnicero. 643a según creo. 443-458. no nos invitamos. cuando cada uno. pero consigue que nadie cene con nadie. Gr.LIBRO II 141 fieras se Ies ennegrecen las uñas. CUESTIÓN DÉCIMA De si los antiguos hadan mejor cenando por raciones o los de ahora en común Conversan H a g ia s .. VI 8. se la pone por delante. al eliminar la convivencia. conv. y pensaban que. conv. sino por co­ mer y beber juntos. en tanto que otros lo tachaban de insociable e innoble. L a m p r ía s y otros X. después de coger al peso su parte. dijo Hagias 289. y A n a c r e o n t e . 289 Personaje conocido sólo por este pasaje y Quaest. de nuevo. Tras el sacrificio se despojaban de ellas. en P a g e .f conte epónimo 287. banquetes y asambleas. la mayoría de las cenas eran por racio­ nes individuales. III 7.. 132. al sistema habitual. 410). Tesm. y esa cratera que no tiene límite esté coloca­ da en el centro. . 291 Ver n. como se dice de los Demofontidas con Orestes 291. y compartamos una arpista que nos deleite e. y para el que más. la aritmética se aviene bien con la forma de pensar aristocrática y monárquica. vamos y todos 290 Medida para líquidos que contenía unos tres litros y cuarto. ¿qué diferencia hay en que. el que nos sirvamos de una conversación común entre nosotros y el canto. para el que precisa poco. invita a los presentes a la convivencia entre todos. 16. la igualdad entre desiguales. y Gorgias 508a. se le ordene beber sin preocuparse b de los demás y esto que precisamente ahora ocurre. amigo. después de haberse puesto delante carne y pan. como a los que hos­ pedaron a Orestes? »Pero también esto mismo.. 558cf Leyes 757c. c menos. reuniendo en el mismo sitio a hombres que ni están sedientos por igual. salvo que no nos apremia la obligación del silencio. en efecto. Rep. no geométrica­ mente 292. Por tanto. tras ponerle una copa a cada uno de los invitados y un congio 290 colmado de vino y una mesa individual. probablemente. así tal es el anfitrión que atien­ de del mismo modo a todos. es más. de donde emanan estos conceptos. que cada uno. se banquetee como en un pesebre individual. A casa del tendero. ni hambrien­ tos. fuente inagotable de cordialidad y que ten­ ga como medida de disfrute la apetencia de cada uno. una flautista. Pues lo mis­ mo. como el que distribuye a mu­ chos enfermos con medidas y pesos exactos iguales fárma­ cos es totalmente ridículo.142 MORALIA verdad. mientras que la geometría correspon­ de a la democrática. 292 Según P la t . ya que fija lo justo aritméticamente. igualmente. no como la ración de carne y pan que se adorna con la medi­ da más injusta. LIBRO II 143 empleamos una sola medida. »Aquello sí que era como una mezcla y fusión de ver­ dad. que fue muy celebrado por ellas. d e por compartir todo entre sí. «pues en un pez compartido no hay es293 Fr. además. y de cenas de soldados y campamentos de entonces no hay que traer ahora aquella forma de comer homérica (dáitas). dejemos que se vayan a paseo las cenas de Homero. Adespota de P u e c h . Pues él mismo. dijo que no le pasaba nada extraño a Hagias al irri­ tarse por tomar una ración igual teniendo esa barriga tan grande. cuando los enemigos están a mano. hasta el extremo de que en los com­ bates. 185 de S n e l l = 65. al que no lo llena una cantidad igual. Por tanto. sino también la ración de trigo y comida. en las que: Héroes en torno a la venerable mesa se mezclaban a [menudo 293. más bien. como si ni siquiera pudieran compartir la comida. sino lo que le basta. . Tras estas palabras pinchamos a Lamprías para que atacara a Hagias. Sin duda. son mejores las pindáricas.» 2. imitar la sociabilidad de los antiguos. Pues bien. recuerdan exac­ tamente cuánto ha bebido cada uno de los que cenaron con ellos. pero a una cena cada uno llega trayendo su propio estómago. era de los que disfrutaban con la glotonería. sino. la común. por el hecho de res­ petar todo tipo de convivencia al tener en estima no sólo a los que compartían el hogar y techo. pues dejan con hambre y sed y tienen como jefes de ellas a reyes más terribles que los taberneros itálicos. en tanto que esto es una desunión y afrenta de los que parecen ser muy amigos. dijo. ya que de la igualdad que la anciana de Eurípides afirma que ‘ata’: Ciudades con ciudades y con aliados aliados 295. además de la que nos está destinada. creo. como precisamente traduce P. Plutarco nos quiere decir «Porción y Lote».. 295 Fenicias 53 7 . Clement. de suerte que inclu294 DK. no sólo de unos contra otros. 297 En realidad. quien se atrasa y rezaga en una comida común ‘se erige en enemigo’ 296 de quien come más. llamaban a las cenas ‘repartos’ y a los invita­ dos ‘repartidos’. 172 (fr. sino a los hombres principales. 151). además. En cambio. obtener). emparentadas con la raíz de lagkhánó (alcanzar. »En cambio. A . 296 Ibid. además. Láquesis era una de las tres Moiras.144 f MORALIA pinas». la porfía de manos y los codazos. pág. II. como dice Demócrito 294. . Pero es que. es lo que precisamente nos añade una parte. sino que son comportamientos ab­ surdos y propios de perros y muchas veces acaban en im­ properios y enfados. Con ambos nombres pro­ pios. no era posible ver nada inconveniente ni innoble. 539. y ‘repartidores’ a los servidores de las meb sas. dado que.. sino también contra los servidores de la mesa y los anfitriones. 644a Pues no es un preámbulo amistoso ni convival de un banquete. como en el fragor de un trirreme que navega rápidamente. ni introducida por un ca­ pricho. vol. cumple una función necesaria. «Pero esto mismo. del hecho de dividir y distribuir. la rapacidad. cuanto tiempo Moira y Láquesis 297 diri­ gían con igualdad la convivencia en las cenas y convites. Y los lacedemonios tenían como ‘repartidores de la carne’ no a uno elegido al azar. no reciente. la suspicacia. nada precisa por naturaleza y ley tanto como la conviven­ cia en torno a la mesa. perece lo común. harina. Ato/. 3aobis ma raíz. besamela. adobo y otras variadas salsas y fuentes de golosinas 299. des­ cuidaron la igualdad en el reparto. 300 Estos sacrificios.s por igual lo común. «Variadas salsas» (hypotrímm ata) era un plato en el que abundaba el sabor picante. República de los atenienses II 9 y IV 6 1. Y una prueba de mi afirmación es que. creo. Información sobre ellas ofrecen A te n . dividir pasteles. 299 La «besamela» {húndanlos) y al «adobo» (karykeía) son salsas de origen lidio confeccionadas con ingredientes muy variados. de la mis­ . y D io d . in~ 298 Vida de Lisandro XXIII 7. etc. Areopagítico 29. sino la sustracción de lo ajeno y la codicia de lo común lo que origina la injusticia y discrepancia. los sacrificios y cenas públicas 300 se hacen por raciones a causa de la sencillez y pureza de la comida. dominados por el ansia y disfrute de ellos. 132F y 172B al citar versos de Menandro y E l ia n o . IV 40. an. donde no hay igualdad. sustantivo nóm os y el verbo némd son. sino que. las distribuciones se vinieron abajo cuando el derroche irrumpió en las ce­ nas.. Pues­ to que no pretendas que el anfitrión nos reparta a cada uno de nosotros una corona.LIBRO n 145 so Lisandro fue designado en Asia ‘distribuidor de la car­ ne’ 298 por el rey Agesilao. pues no es la posesión de lo propio. »Pero donde está lo privado. incluso ahora. por c supuesto. queso. como corroboran J e n o ­ f o n t e . pues no era posible. X I 7 2 . se convirtieron con el tiempo en auténticos festines del pueblo. sino que. lechos y sitios. en efecto. codicia que las leyes (nómoi) atajan con el límite y medida de lo privado y que reciben su nombre del principio y ca­ pacidad de distribuir (némd) 300b. I s ó c r a t e s . de suerte que el que se vuelve a encargar de la distribución. que empezaron siendo sencillos. al tiempo ayuda a conservar la frugalidad. y Vida de Agesilao VIII 1. Ahora bien. como leche.. L a e r . presentándose aquí y allá. para que ‘todas las cosas sean a la par’ 302. Y si el disfrute particular de estas cosas nada perturba la convivencia. Mor. 76 (fr: 54]). Trag. según Anaxágoras... 303 N a u c k . fr. 965E. por el hecho de ser comunes las cosas más importantes y dig­ nas de mayor consideración. dejemos de deshonrar a las Moiras y a Clero ‘el hijo de la fortuna’ 303. . sino que. pág. que acabó por convertirse en un proverbio (L e u t sc h -S c h n e id e w in . lo modera sin molestia. si alguien viene trayendo una amante o arpista. según Dióg. como no otorga la primacía ni al dinero ni a la fama. . según dice Eurípides. el cual. Frag. II. y P l u t .. brindis. L os filósofos presocráticos. vol. VIII 10. II. 32 (fr.. vol. Gr. 1979 ( = 1970).146 d e MORALIA cluso. 496). trad. 301 Máxima pitagórica. Gr. ‘que sea común lo de los amigos’ 301. pág. Parem. esp. conversación. cordia­ lidad. 513 (fr. al pobre y humilde lo llena de orgullo y eleva. y K irk-Raven. Madrid. 302 DK.. 1). según salga. Corp. en tanto que al rico y poderoso. 989. al acos­ tumbrarlo a no disgustarse con la igualdad. pág. en cuanto que saborea cierta independencia. 64 4 ) y 180 (fr.. DK. H. 43D y 439D. Od. le dijo: «Hombre. y un amable reír y la danza le suscita. si eres necio. viendo en un banquete a un forastero recostado en silencio y sin dia­ logar con nadie.LIBRO III 644E INTRODUCCIÓN 1. como afirma Heráclito 304. 163 (fr. una diferen­ cia entre estar alegre y la borrachera. Platón 307 estima que es 304 Cf. 503E-F.. pero si sabio. Frag. que incita incluso al muy prudente a cantar. pero cues­ ta trabajo en el asueto y con el vino. y le excita a palabras que. con lo que el poeta insinúa.. vol. es fruto del pasarse ya con el vino y embo­ rracharse 306. Sosio Seneción.» Pues la ignorancia es mejor. el parlotear y decir lo que era mejor callar. Stoic. y P l u t . necia. ocultarla. 713). cf. 305 H o m . El poeta Simónides. 645A . III. 306 Respecto a esta diferencia establecida por los estoicos. haces F una cosa sabia. en cambio. I. XIV 4 6 4 ss. la risa y la danza sobrevienen a los que han bebido moderadamente. 307 L eyes 649d ss. págs. calladas. el canto. pág. Efectivamente. 172 (fr.. también. vo n A r n im . 95). M or. según me parece.. mejor 305. Vet. y P l u t . Por ello. Mor. Ba b r ió . 309 Cf. porque no nos deja perma­ necer en silencio. se­ mejante a un preceptor. evidente­ mente. por encontrarnos muy lejos de la norma. Ahora bien. c el vino les es útil para ello. . el beber con otros proporciona un conocimiento mutuo. sino simplemente tratarse con afabilidad cuando se reúnen. es evidente que sabía de la locuacidad del vino y de su b fecundidad en muchas palabras. En cambio.. sino que nos suprime la afectación y compostura. a Esopo. Pues no es posible cono­ cer a los que comen y beben en silencio. . 59. 308 Od. al desnudo muchas cosas. Platón y cualquier otro que precise una investigación del carácter. como el beber induce a parlotear y en el parloteo quedan. Pero. 310 P l a t . de suerte que no estaría mal censurar a Esopo 309: ¿Por qué.. sa­ can cuestiones y conversaciones tales.pero en la mesa no se conocieron.148 M ORALIA en el vino donde mejor se conoce el carácter de la gente. 11-12. por las que uno pueda contemplar el pensamiento de otro? Pues el vino nos descubre y revela. de las que la primera es la relativa a las coronas. Fedro 248b. XXI 35 ss.. como si se llevara a prados y dehesas apropiados para el amor al saber 31°. bendito. . de otro modo ocultas. De ahí que también nosotros te hemos compuesto este tercer libro con diez cuestio­ nes convivales. andas buscando las ventanas aquellas. los que no ne­ cesitan para nada escrutarse ni cogerse in fraganti. con las que se encu­ bren las bajezas del alma y se reaviva lo mejor y más ar­ monioso. Y Homero cuando dice: .. quien. por otro lado. tras la cena. E r a t ó n y T ritó n 1. pues.. se repartieron co­ ronas variadas. A r ist ó f . Trag. 3. como por otras puertas. los cantos y condene al hermoso Agatón. por un lado. maestro de Plutarco. y para la crítica de sus tragedias. cf.2 Platónico. 3. P l u t a r c o . como véis. ésa que 3n Lo volveremos a encontrar en Quaest.149 LIBRO n i C U E S T IÓ N P R IM E R A De si hay que emplear coronas de flores durante la bebida C o n v e r s a n A m o n io . El banquete era en Atenas. Gr. que para reu­ niones de filósofos y hombres instruidos. deteste los se­ mitonos en.. el músico. dicen. en efecto. 314 Sobre su obra. 313 Entre las coronas. fr. . como es natural. passim. «Y me admiro de que Eratón. y que. En cierta ocasión. nos haya llenado el banquete de variados y floridos colores y cierre al lujo y la molicie su paso por los oídos. Amonio 312 se burló un poco de nosotros por habernos ceñido la de rosas en lugar de la de laurel313. 1. había ofrecido un sacrificio a las musas y agasajaba a numerosos invitados. conv. en general. cuando representó Los Misos 314. aquí presente. Cuando. las de flores eran de niñas y más adecua­ das para muchachas y mujeres en sus juegos. se mantuvo también una conversación sobre las coronas. fue el primero en introducir y mezclar en la tragedia el cromatismo. Frag. N a u c k . Tesm. él... cuando Eratón 311. 763. la de laurel estaba dedicada a Apolo. IX 14. en tanto que nos está introduciendo en el alma. y la de yedra a Dioniso. desconcertados se desataban tranquilamente sus coronas. pero yo. el médico. refiriéndose 317 Participa además en Quaest. mientras que si uno viene por su cuenta. el perfume de ésta 315 despide un aroma más precioso que el de aquélla. basándose en C l e m e n t e d e A l e j a n d r ía . no habituados a Amonio. Pedagogo II 7 0 . como constantemente acostumbras. sabedor de que Amonio había dejado caer en me­ dio su discurso para ejercicio e investigación. dirigiéndome a Trifón 317. que es de flores y se marchita en las manos de las que f las trenzan. justo es que tú te desprendas con nosotros de esta corona resplan­ deciente por los cálices de rosas 318. Pues. Ante esto los jóvenes. así los placeres relativos a la comida y bebida invitados por la naturaleza. en tanto que se les priva de él a los demás deleites que no han sido invitados ni tienen sentido alguno. Pero un placer que no esté ligado a ninguna utilidad ni se ajuste al dominio de una tendencia natural no tiene sitio en un banquete de filósofos. 318 Verso descubierto por Xylander y completado por Wilamowitz. 316 P l a t . 2. cuántos servicios pres­ tan las coronas de flores a la bebida. interrumpien315 Metáfora empleada por A a la virtud. que daba un banquete.. no de piedad. III 2..» b 2. . amigo. 174a ss. tienen un lugar.. como acompañan a nuestras tendencias. siempre con aporta­ ciones relativas a su profesión. a éste hay que cerrarle la puerta. le dije: «¡Bien. conv. Banqu. al igual que los que son llevados a la cena por amigos invitados. gracias a las normas de cortesía reciben el mismo trato. sin embargo. A vispas 1050 ss. o que nos digas. r is t ó f . 2.» Pero. como sucedió con Aristodemo llevado por Sócrates a casa 646A de Agatón 316.150 MORAL 1A penetra por los ojos y las narices y está haciendo coronas de placer. Y. por cierto. que noso­ tros interpretamos del siguiente modo: en lugar de la partícula disyuntiva ¿leem os é afirmativo ( = desde luego) y frente a la modificación en khrím ata establecida por Cobet y admitida en sus ediciones por Fuhrmann y P. no ha­ ce jamás nada en vano 321. . es natural que sintamos aver­ sión al perfume y la púrpura por su recargado fausto. cuya auténtica misión era la de espías. co­ mo si se tratara de engañosos vestidos y tintes. mantenemos el término original khrÓmata { . III 22. según las palabras del bárbaro. además. como <de) engañosos vesti­ dos y tintes.tintes). a causa del placer y encanto que florecen en ellos. ha hecho por mor del placer lo que por naturaleza no tiene otra utilidad salvo la de 319 El texto plantea pequeños problemas de crítica textual. alguna otra utilidad ex­ terna. si no nos aportan. A mí. desdeñemos los olores y colores que las estaciones c producen. 321 Teoría de la finalidad de la Naturaleza defendida por Platón. que si la naturaleza. si no obtenemos beneficio alguno en la diversión? Desde luego 3I9. Clement.LIBRO III 151 do. en cam­ bio. según las palabras del bárbaro 320.. Aris­ tóteles y Teofrasto. como vosotros afirmáis continuamente. los olores y colores naturales no tienen sencillez y pureza y en nada difieren de los frutos?» 320 Plutarco se refiere a las respuestas despreciativas del rey de los etíopes a los falsos embajadores de Cambises. me parece lo contrario. que da buen sentido al texto. De seguir a los mencionados autores había que traducir así: «¿o es que naturalmente por un lado recetamos del per­ fume y la púrpura por su recargado fausto. ¿pero los colores y olores natura­ les no tienen sencillez y pureza y en nada difieren de los frutos? Pues no vaya a ser una estupidez que recojamos y disfrutemos los jugos que la naturaleza nos da y. según relata H e r ó d . A . Eratón dijo: «¿Así pues. está decidido que no acepte­ mos ningún placer gratis. y por el otro. sino que cuando nos divertimos nos malhumoremos. Posteriormente se implanta la costumbre de premiarlos con coronas de olivo en Olimpia. despojándolos de sus hojas vio­ lentamente y contra la naturaleza. en vez de con sus lanas. sino que. apio en Nemea. ya que despiden maravillosos olores y descubren gran diversidad de inimi­ tables colores y tonos. mi contribución a las vendedoras de flores. conforme a Empédocles. Por tanto. 140). consistían en objetos de valor.152 d e MORALIA alegrar. según el testimonio de Homero. al menos. Por ello. . Ésta es. pero es nula la utilidad de la flor que queda en su sitio.. el corte de las flores se parece a la vendimia y nada daña. la corona de rosas está dedicada a las Musas me parece recordarlo por lo que Safo dice a una mujer inculta e ignorante: 322 DK. hay que ‘abstenerse en absoluto de las hojas de laurel sólo* 322. pues no soy tan letrado que me acuerde de poemas en los que leemos que los antiguos vencedores se ceñían coronas de flores 323. salvo si al servirnos de ellas nos procuran el encanto de olerías y el placer de contemplarlas. marchitas se deshacen. soporten apropiadamente estos cam­ bios. las plantas sufren como un dolor y mordedura y en ellas se produce el daño de una herida y una desnudez indigna y no. pues. incluso si no se recogen a su tiempo. Y observa que a las plantas también les brotan hojas para defensa del fruto y para que. cubren con las pieles de sus animales. pág. pino en el Istmo y laurel en Pito. En cambio. como los bárbaros se. calentadas y re­ frescadas por ellas. I. cuando se arrancan las hojas. pero que. así me parece que los que tejen las coronas con las hojas en lugar de con las flores. emplean las plantas sin lógica. según parece. 323 Los premios que se otorgaban a los vencedores al principio. sino también respetar todos los demás árboles y no ador­ narnos con sus desadornos. 368 (fr. Y ciertos nombres muestran también el interés de los antiguos por esto. 327 Etimología verdadera. f »Pero si también Trifón nos proporciona algún testi­ monio de la medicina. pág. Quirón fue el famoso centauro que instruyó a Aquiles. Lyr. pues llamaron al nogal b (karya) así. Oxford. 325 Agenorida es descendiente de Agenor. porque. fr. 326 Etimología dudosa. sino también por haber elevado a lugar de honor la yedra. y al narciso porque aplaca los nervios y produce una pesadez narcotizante 327. Por ello también Sófocles lo de324 Cf. 40 ( = E. rey de Siria e hijo de Posi­ dón. los tirios llevan como primicias al Agenorida y los magnesios a Quirón 325. pues son raíces y hierbas con las que sanaban a los enfermos. A continuación. como desprende un vaho pesado y somnoliento (karotikón) 326. fue considerado un médico excelente. en efecto. . molesta a quienes se recuestan bajo él. incluso ahora.. L o bel -P a g e . «Y la prueba es lo 647a que. para que sean molesta­ dos menos por el vino. Y Dioniso no sólo por haber inventado el vino. hay que oírlo. fármaco muy eficaz y agrada­ ble. ya que. I. 58). y por haber enseñado a quie­ nes le festejan a coronarse con ella. Poetarum Lesbiorum Fragmenta. basaron la mayor parte de su medicina en las plantas. Gr.» 3. ya que la yedra con su frescura apaga la borrachera. D ie lh l. 1955. tomando la palabra Trifón dijo que los antiguos no habían dejado de prestar atención a ningu­ no de estos temas. de quienes se dice fueron los primeros en curar.LIBRO III 153 Bien muerta quedarás. pues no compartes las rosas de Pieria 324. lo más contra­ puesto en su acción al vino. Anthol. vol. en efecto. que disipa plácidamente las anomalías y brus­ quedades que se dan en el cuerpo de los que se embriagan. como la corona de violetas y rosas. y dicen también que a la ruda (péganon) se le denomina así por su virtud. En cambio. como las mura­ llas a una acrópolis. pero bastan éstas para dar una muestra del interés y pericia con la que los antiguos se valieron de coronas para bebedores. pues coagula (pégnysi) 329 el esperma con la sequedad de su calor y es completamente adversa a las embarazadas. H e l . en efecto. a quienes sus virtudes les proporcionan el nombre. Ambas. a la par que la piedra de igual nombre causa de ella. se llaman así por ayudar contra la embriac guez. 4. cuando se sube a la cabeza y desliga los cuerpos del control de los sentidos. no es parecida al vino puro. pues una y otra son llamadas así por su color 330: su hoja. trastorna al hombre. d ya que las flores calientes relajan suavemente los poros y dan un respiro al vino. Etióp.154 MORALIA nominó ‘antigua corona de grandes deidades’ 328.. pues tienen una fragancia suave y favorable. protegen la cabeza de la embriaguez. 329 Etimología dudosa. los que creen que la hierba amatista. Pues particularmente el vino puro. los efluvios de las flores ayudan extraordinariamente contra esto y. . aplacan y mitigan con su olor la pesadez de cabeza. 328 E dipo en Colono 683. V 13. Sin duda se pueden aducir muchísimas otras. el azafrán y la salvia inducen a los bebedores a un sueño apacible. de las clónicas. Y la flor de la alheña. En cambio. están completamente equivocados. esto es. 330 Al contrario que Plutarco. al acariciarlas discretamente. y las que son ligeramente frescas. sino a uno descolorido y aguado por la mezcla. evitan las exhalaciones. da a la palabra su sentido etimológico de «no borracho». 32 del núm. y acontece que quienes extraen el jugo de la adormidera. 332 Ver D ie h i .LIBRO III 155 de suerte que. Lyr. pues. Anthol. I. desde aquí los olores apresados por el olfato a causa del calor. por su emanación y subida de los aromas. sin brusquedad ni agitación. pues no llamaban hypothymídas a las coronas que f rodean el cuello. apa­ recerá un poco más abajo. y 275 de L obel -P age ). y el cerebro.t vol. más conveniente al menos les hubiera sido llamarlas epithymídas. dirigen sus dardos al cere­ bro. epithymídas. Por ello precisamente. fr. en tal caso. también. 86 (= 42 de B e r g k . los efectos de la borrachera se mitigan y eliminan. El término opuesto. conforme vuelve la calma. Así. y conforme se disper­ san hacia arriba cerca del cerebro los olores de algunas flo­ res. L os versos fueron descubiertos en el fr. como digo. sino. No nos extrañemos. Su fruto es una semilla elipsoidal envuelto en un arilo de color escarlata. que es frío por naturaleza. si no se guardan de las exhalaciones que 648A emanan de ella. Gr. porque creyesen que las emociones (thymós) acampan en el corazón (pues. se desploman y. de tronco grue­ so y poco alto. 1233 de los papiros de Oxirrinco. entra en calor. los poros de los sentidos se depuran y los humores e se esparcen. cuando colgaban del cuello las coronas de flores las llama­ ban hypothymídas 331 y con su fragancia se ungían el pe­ cho. de que las emanaciones de las coronas tengan tanto poder. 333 Árbol de la familia de las texáceas. . con sólo coger en la ma331 Literalmente «subcordios». cuando precisamente se llena de savia para su floración. Y lo atestigua Alceo 332 cuando aconseja: ‘vierte su esencia sobre esta cabeza que tanto ha sufrido y este cano­ so pecho’. siempre verde. puesto que se disuelven por el calor mansa­ mente. pues refieren que inclu­ so la sombra de un tejo 333 mata a los hombre que se duer­ men bajo él. con flores blancas y frutos pequeños y rojizos. Amonio son­ riendo dijo que no era digno destruir a coces con su répli­ ca. así. . al 334 De 3a familia de las betuláceas. Y la nieve. Y dicen que su rama. cuando c se arranca. pues es fogosa y muy cálida y su fruto. Su madera se utiliza para la confección de instrumentos musicales. es buena para cabras y ovejas. porque desprende una gran corriente de olor 335. se libran del hipo. E r a t ó n y T r i f ó n 1. y en su aspecto encendida. como a una corona. un discurso tan polícromo y flori­ do.o la planta llamada aliso 334. por ello. pues suave le aflora a la superfi­ cie el calor expulsado por su frescura. Y a la rosa se la denomina. no sé cómo se ha inmiscuido la yedra. e incluso algunos con mirar­ la. y no es ilógico que sea refrescante en su acción. 335 Etimología falsa. mezclado con el vino lo hace más embriagador y perturbador al inflamarlo. sin duda. Y también se dice que. A m o n i o . de la que se ha dicho que con su frescor disipa el vino puro. de altura. pronto se mar­ chita. Y cuando hubimos elogiado a Trifón.» B CUESTIÓN SEGUNDA De si la yedra es por naturaleza cálida o fría Conversan P l u t a r c o . plantada cer­ ca de los establos. al menos. se retuerce como leña en el fuego. desde luego. también. de 10 a 12 cms. más aún. «Salvo que.156 MORALIA r. que permanece corrientemente muchos días en otras plan­ tas. desaparece rápidamente de la yedra y. LIBRO in 157 punto fenece por completo y se derrite en torno a ella por el calor. que son calurosos y abra­ sadores. querido Trifón. 336 De caus. planL IV 4. sino que era rechazada. Pero lo más importante es lo que nos cuenta Teofrasto 336: cuando Alejandro ordenó a Harpalo 337 plantar árboles griegos en los jardines de Babilonia y. éstas tienden más a sus opuestos. la grasa y el calor los conservan siempre verdes. especialmen­ te. 363B. pues los excesos destruyen las ca­ pacidades. 1. II 6. no introdujo la yedra como una ayuda contra la borrachera. . estima que se denominó así por la alegría y sosiego que el dios y el vino infunden a los hombres. 338 A ten . laurel y ciprés. En cambio. no hacía mezcla. ni como un enemigo del vino. se agostaba y secaba. entremezclar los selváticos —frondosos y umbrosos— con las plantas de estos lugares. y otros hacen vino de dátiles 339. si no lo hay de uva. por ello. De ahí que el queridísimo Dioniso. a la única que no admitió el terreno fue a la yedra y. del mismo modo que los aficionados al vino. 339 Del vino elaborado con dátiles entre los indios nos informa F il. y del frío lo caluroso. ventosos y nevados producen las plan­ tas resinosas y productoras de pez. por ser ella ardiente y por mezclarse con una tierra ardiente. al disminuir el calor por su escasez y debilidad y abandonar prematuramente a la planta. las sensibles a las heladas y frías se deshojan. Y fuera de esto.. recurren a bebida de cebada o de ciertas manzanas. especialmente abetos y pinos. sin embargo. aunque Harpalo se afanó y bregó mucho con ella. como a la yedra. al olivo. Vida de A pol.. sino que me parece que. De ahí que los sitios montañosos. y gusta del calor lo frío. que abiertamente denomi­ nó al vino puro ‘embriagador’ y a sí mismo ‘dios de la embriaguez’ 338. 337 Gobernador de Babilonia. y Amo­ nio dijo que nos concedía licencia. añadí. A t e n . sino agitación y enajenamiento. la flexi­ bilidad de sus hojas. nos animase a hablar.. se encariñó con la yedra por su parecido. por cierto. Y. 22E). parecidos a uvas verdes. pues tales acciones contra la naturaleza no son 340 Conforme al oráculo de la Pitia (cf. al ayudar a asimilar el vino puro. como hace el beleño y otras muchas plantas parecidas. pues la impresión que produ­ ce en los bebedores no la llamaría uno embriaguez.» 2. exhortándonos a cada uno de los jóvenes. o mejor. si la yedra ayuda algo contra la borra­ chera. no era labor mía. pues no replicaría a lo que nosotros dijéramos. dije que el demostrar que la yedra era fresca. en efecto. . que ansiaba en la estación del invierno la corona de vid. para agrado tuyo. que perturban frenéticamente la b mente. al dilatar los po­ ros. a fin de que también. pues éste la empleaba mucho como refrescante y astringente. que también se desparraman desordenadamente y. diremos que lo hace por su calor. meditando cóm 649A le replicaría. En cambio. la contorsión de la rama está mal explicada. »No obstante. o que no nos desprendiéramos de ellas. Pero Eratón. Trifón estaba callado. Y como también Trifón. especialmente. esa sinuosidad de su rama» que también se extravía en su camino. imitan fielmente la dis­ posición de la vid. Trifón. sus racimos. «Pero de lo dicho. Ante esto. quede Dioniso. nos pedía que ayudásemos a Trifón [sobre las coronas]. sino de Trifón.158 f MORAL 1A así también éste. al verla desnuda y deshojada. que la yedra mezclada con el vino embriaga. no es verdad. como médico 34°. compactas y ennegrecidas. por la tenuidad de los poros de arriba y angostura de los de abajo. como dice Empédocles. cuya capacidad es la acción de elevar. lo achaca a cierta simetría de los poros que dan paso. Pero ese constante verdor suyo y. en efecto. ‘perennifolia’ 341 no es cosa del calor. págs. por cansancio. I. de nuevo. Algunos. conservando combaduras y desviaciones. el mirto y el adianto.LIBRO III 159 consecuencia de poderes naturales. luego. el calor connatural tiende a agrandarla y nutrirla. precisa de un engarce y soporte. 298/9 (frs. En todo caso. De ahí que las nieves se licúen en los sitios muy crudos y húmedos no menos que en los soleados. siempre verdean. puesto que éstos no lo traspasan y los otros no lo guardan. al alimento. sino que también la le­ ña se retuerce cuando el fuego le extrae violentamente la humedad. ordenada y uniformemente. 77 y 78). En cam­ bio. más bien. Y la nieve se derrite y funde por la humedad de su hoja. ya que ella misma es incapaz de enderezarse y guiar sus pies por la insuficiencia de calor. sigue. como en ciertos canales nada uniformes. su encorvamiento e inclinación a tierra no implican cierta impotencia y. que encuentra repetidos tropiezos y obs­ táculos. Y Empédocles. sino que lo poco que toman lo derraman todo. que no son de las cálidas. creen que la hoja perdura por la uniformidad de su temperatura. se sienta en el suelo frecuentemente y. como un caminante que. Pero ello no es posible en los que se deshojan.. . sino de la frías. Por ello. ni tampoco del frío el des­ hojarse. también. Pe­ ro considera si. los que absorben siempre el alimento suficiente y proporciona341 DK. de suerte que afluye suficien­ temente. pues el agua deshace y destroza su inconsistencia por ser una aglomeración de pequeñas y abundantes bur­ bujas. frialdad naturales de su organismo. En cambio. además de ello. en tanto que los ancianos muy pronto C on versan F l o r o y S ila Se extrañaba Floro de que Aristóteles. 343 Según A t e n .. duermen frescos sobre ellos. R o se . por cier- 342 Cf. aunque sea caliente. y ¡bien que hizo esta noble planta. sino más bien el frío.. 108. no se ocupó de su causa 343. quae ferebantur.. Arist.. Aristóteles atribuía la faci­ lidad en emborracharse propia de los ancianos a su escaso calor natural. siendo vecina y comensal del dios beodo. fr. porque. no quiso expatriarse entre bárbaros. luego. sino que rehusó y combatió el destierro. al escribir en Sobre la embriaguez 342 que eran los ancianos los que más caen presa de la embriaguez. Pero plantada en Babilonia. Y a Babilonia dicen que le envuelve un aire f tan sofocante y pesado. que muchos de los acomodados.160 MORALIA do. . resisten y se mantienen jóvenes y verdes. que no soportaba la temperatura contraria. era rechazada y sucumbió. Y la causa no era el calor. que emparentó con aquellos pueblos. e 650A CUESTIÓN TERCERA De por qué las mujeres se emborrachan poquísimo. fr. tras llenar odres de agua. sin embargo. en tanto que las mujeres las que menos. como la tierra seca al tomillo. ni imitó a Alejandro. 107). aunque no acostumbraba a descuidar ninguna de estas cosas. 429E-D (Rose. sino que ampara y nutre. propuso a los presentes —se trataba. pues no destruye lo afín. son los que menos caen en la borra­ chera. les proporciona la delicadeza de su carne. es lo primero que encuentro en las mujeres. pág. lisura y rugosidad. que tie­ nen una constitución húmeda que. no se precisaría ya mucha discusión con los ancianos. blandura y dureza. dijo. Y es natural que también su cuerpo. que se avie­ ne bastante bien con el texto. 345 Según V. erróneamente atribuidos al fundador del Perípato. por cuya perturbación sobreviene el em­ borracharse. arrastrado por la rapidez. por el incesante trasiego de flujos para sus menstruaciones.LIBRO III 161 to. 874a22-28. rechazada por Fuhrmann. Por tanto.. sino de los Probl. camina por todo el cuerpo 345. vemos a la mujer beber así. pierde su temple y se hace completamente inconsistente 344 y aguado. R o se . que ia sustituye por adranés. Sila dijo que lo uno se aclaraba con lo otro. de una cena de amigos íntimos— examinarla entre todos. pues dice que los que lo beben de un golpe y sin respirar. que están faltos 344 En lugar de la lectura anaphés. sea muy poroso y cortado como por canales y conductos. sino que. el lustre. Leipzig. denominaban los antiguos ‘beber de un trago’. 1886. Pseudoepigr. generalmente. 119. Pero es que del propio Aristóteles también se puede tomar una cosa. Y esto. cuando el vino cae en tanta humedad. al formar parte de ellas. di­ cha idea no proviene directamente de Aristóteles. Y. proponemos anarés ( = inconsistente). pues el vino puro no se entretiene en ellos. «Si con las mujeres captásemos correctamente la causa. además de su suavidad y sus menstruaciones. precisamente. en los cuales introduciéndose el vino puro se esparce rápidamente y no se detiene en las partes principales. . sometido. Pues bien. lo que. Y respecto a los ancianos. Aríst. Pues sus naturalezas son las más opuestas en humedad y sequedad. 783b7. cuando beben. an. sino la intensifica­ ción de los comunes. del mismo modo que el agua al correr se desparrama en los terrenos compactos y no hace barro. los temblores de sus miembros. así el vino en el cuerpo de los ancianos hace alto. cosas que por hallarse en los ancianos.» 346 Plutarco emparenta equivocadamente.. incluso en los que están sa­ nos. en tanto que con los blandos se mezcla mejor. Pues son síntomas clarísimos de la borrache­ ra. Su anquilosamiento. su nombre es lo primero. su rugosidad muestran la sequedad de su naturaleza.luego. al igual que A r ist . me parece. los olvidos y extravíos de su mente. Pero. ade­ más. sino por ser semejantes a la tierra y terrosos d de constitución 346. lo repentino de sus cóleras. su dureza y. Por tanto. necesitan de poco impulso y agitación para producir­ se. se puede ver que la natura­ leza de los ancianos tiene en sí misma los síntomas de la e embriaguez. Gen. De suerte que la borrachera en un anciano supone no el nacimiento de síntomas particulares. produce molestias y pesadez.. como se queda dentro. además de esto. que lo indica. atraído por la se­ quedad. pues son denominados así no por deslizarse hacia tierra. Y prueba de ello es que no hay nada más semejante a un anciano que un joven borra­ cho. los excesos de charlatanería. los balbuceos de su lengua. es natural que el vino sea absor­ bido.162 MORALIA de humedad propia. ya que su cuerpo es esponjoso a causa de la seque­ dad. Pues. Jos términos: «ancianos» (gérontes) y «tierra» (gé). que no tienen nada en común. . dijo Sila. 2.163 LIBRO m C U E S T IÓ N C U A R T A De si las mujeres son en su constitución mas frías que los hombres o más cálidas C on versan A p o lo n id e s . y aunque también esto parecía convincente. el médico tasio. produciendo un retraso en la investigación. El término «táctico» parece aludir a un instructor de efebos en táctica militar. sino incluso frío. a su vez. sino más cálidas que los hombres y . En las Quaestiones convivales es ésta la única ocasión en que interviene. A t r i i t o y F lo ro 1. en efecto. Atriito 348. primero. dijo que había algunos que sostenían que las mujeres no son frías. se trata de un hombre algo crédulo. por la que el vino puro muy caliente se disipa y pierde su contundencia y fogosidad. 347 Si es el mismo personaje del diálogo De facie in orbe lunae. en la carencia de vello. pero en las mujeres le parecía que se había dejado a un lado lo de su frialdad. «Y creen ellos demostrar el calor de las mujeres. otros que consideraban al vino no cálido. f 65 1a . ya que por el calor se consumen los residuos alimenticios que. Y como se extrañase Floro. pues daba la casualidad de que pocos días antes habíamos dialogado acerca de ello. Esto. dijo señalándome a mí: «La explicación sobre el vino se la dejo a éste». 348 Sólo lo encontramos en esta cuestión. apasionado e irreflexivo en sus juicios. y el táctico Apolonides 347 dijo que aceptaba la explicación sobre los ancianos. añadió. tampoco esto seria c una prueba débil de su calor. y el período mensual no de­ pende de la abundancia de sangre. Además. necesitan poca ropa. véanse las notas de Fuhrmann al respecto. pues. Pero una. por la cantidad de sangre. se transforman en vello. aguantan más el frío porque. pues la mayoría pasa menos frío que los hom­ bres y. y. en primer lugar. si lo más fecundo es más cálido. es el que aguanten bien los fríos e inviernos. en efecto. creo. tercero. sino que le proporciona sólo materia y alimento. si no les sobrevinieran mu­ chas y rápidas menstruaciones. Después. sino de su corrupción 349 Para estas teorías de fuerte sabor aristotélico. en general. por tener su carne algo resinoso y seboso. por lo menos los jóvenes y los aficionados al ejer­ cicio son los menos sebosos. b 3. »Pero con esos mismos argumentos. segundo. de suerte que llega a ser materia inflamable de los otros. que parece ser fuente del calor que hay en el cuerpo y que es tanto en las mujeres. con alguna excep­ ción. . lo semejante es más difícilmente afectado por lo semejante. que se rebate este parecer 349. prueba de que las hembras son más cálidas que los machos es lo que sigue referente a los entierros: se dice.164 MORAL IA cuando abundan. y las muchachas hierven en deseos y se agitan antes que los varones para la procreación. a menudo. es que tampoco su esperma es más importante que el mascu­ lino como procreador debido a su frialdad. que parece ser la parte más fría del d cuerpo. aún más impor­ tante y convincente. y arden mejor por el sebo. que los que se ocupan de ellos colocan junto a diez cadáveres de hom­ bres uno de mujer y le pegan fuego. dijo Flo­ ro. y. que ellas se consumirían y abrasarían. además. dejan de parir mucho antes que ios hombres de engendrar. refiriéndose a la mu­ jer de Estrepsíades. en Nubes 49. pues lo no digerido y residual. sale fuera por falta de vigor. muestra también que es frío y no se ha digerido lo que se mueve y retira del cuer­ po. y de la ausencia de vello. ¿quién podría decir que es e el resultado del calor antes que del frío.165 LIBRO n i y envilecimiento. al no te­ ner base ni consistencia en su cuerpo. Sin duda. 1 ss. todas las de tal clase son afectadas por el calor. ya que el cuerpo de ellos lo atrae debido a su calor y su menor densidad. Sat. pasan frío y tiritan. Y el que cuando menstruan. aun­ que no las toquen ni se aproximen a las mujeres.» CUESTIÓN QUINTA F De si el vino es más bien frío en su acción 351 C o n ve rsa n A t r i it o . y su lisura viene de la condensación por el frío. P l u t a r c o y F lo ro 1. lo que toca a las mujeres. entérate por los que aún se acuestan con mu­ jeres que se ungen con esencias o aceites 3S0. que­ rido Atriito. dijo. 351 Cuestión imitada por M a c r . pero el 350 Una parodia de estas costumbres femeninas de ungirse con dichas esencias la lleva a cabo A ristó fan es . que punza y horada la piel. ya que se hace completamente frágil y turbio por la debilitación del calor. ha sido abordado virilmente también en sentido contrario. al ver que las partes cálidas de su cuerpo son tupidas? Efectivamente. .. y de que son más compactas que los hombres. VII 6. pues ellos mismos se empapan del ungüento al domir con ellas. por lo general. igualmente. —¿Crees. IX 104 s. según yo creo. afirmando que cada una resulta de la mezcla y unión de unas con otras. cuando se encuentra dentro del cuerpo y toma otros de él. sobre las demás cosas. Y también Epicuro en su Banquete le ha dedicado muchas explicaciones. dije. la miel e. pues es evidente que también cuando tratemos sobre el aceite. al emborra­ charse. Epicúrea. 385e-f.. cuando se mezcla con nosotros. sino que tiene en sí algunos átomos productores de calor y otros. L a e r . 116 (fr. que la afirmación ésa es mía? 652a —Pues ¿de quién otro?. de acuerdo con nuesb tro temperamento y naturaleza. como me zambullí entonces. de frío 353. efectivamente. evitaremos decir sobre cada una cómo es por naturaleza. cf. y so­ bre el escepticismo de Pirrón. 221. dijo Floro. nos lleva directamente a Pirrón a través de Protágoras 354. replicó. —Pero tú ¿cómo abordas eso de que el vino es frío? Así. que me encontré con una explicación de Aristóteles 352 también a este problema no recientemente.. 2. . Dióg. unos se calientan mucho. . 60). de las que la principal es. que el vino no es completamente cáli­ do. —Recuerdo. mientras que otros expe­ rimentan lo contrario. en efecto. la siguiente: afir­ ma. —Ello. dije yo. dije yo. 352 Fr. 353 U se n e r . de suerte que. 354 Sobre el relativismo de Protágoras. pág.166 MORALIA vino estoy ansioso por saber de dónde os nació la sospecha de que es frío.. Crát. obligado a improvi­ sar: primero me vino a la mente lo que hacen los médicos. P l a t . por cierto.. a su vez. sino hace bastante tienpo. R o se . sobre la leche. de los cuales pierde unos. el semen de los borrachos no es fecundo por ser húmedo. lo cálido es procreador. y a un cardíaco vino puro. pág. Además. . en cambio. 356 Según P s . sería semejante. cf. El meconio es un jugo que se extrae de las cabezas de las adormideras. sino que sus relaciones con las mujeres son ineficaces y deficientes por la inconsis­ tencia y enfriamiento del esperma 356. acercar a la nieve fuego. ya que no menos.LIBRO in 167 en efecto. agitación del 355 La mandrágora. 1969.. 211. como la mandrágora y el meconio 355. Pero los que beben mucho vino puro son más flojos para el amor y no eyaculan nada fuerte ni poderoso para la procreación. G il . al refrescar suavemente.-A r ist . perte­ nece a la familia de las solanáceas. Madrid. Y. a los que se emborrachan les ocurre cuanto sufren los hom­ bres por el frío: temblores. muy utilizada en medicina como narcótico. L. Y. sino incluso más que la nieve. pesadez. Para el empleo de la mandrágora co­ mo afrodisíaco. pero éstos embotan y entumecen enérgicamente y con mucha violencia. 871a23-26. desde luego. L a medicina popular en el mundo clásico. pues la humedad mantiene una fluidez. siendo la diferencia entre éste y aquéllos una cuestión de más o menos. y el hálito un tono y fuerza enarde­ cidos por el calor. Therapeia. sino que dándoles vino los alivian. por el hecho de refrescar y contraer. productivo el que es sólido y posee consistencia. y refrescantes son la mayoría de los fármacos somníferos. palidez. a los que están desfallecidos y precisan algún tónico por debilidad del estómago no les suministran nada caliente. restablece y ro­ bustece la crisis que se soporte. Pero si tuviera una naturaleza y capacidad ca­ loríficas. Y así también detienen los flujos y excesivos sudores con vino. Probl. el sueño la mayo­ ría dice que se produce por un enfriamiento. pienso. mientras que el vi­ no. siendo. para y detiene con placer la alteración. además. sobre la borrachera no hay que dudar de qué tipo es. «Y si bien. Por supuesto. los que se emborrachan se parecen. el vinagre tiene la naturaleza y capacidad de un vino. masajes y con aquellos alimentos que sin f perturbar el cuerpo al mismo tiempo le hacen recobrar el calor arrebatado y expulsado de él por el vino. Y a la mayoría de ellos les sobrevienen calvicies prematuras y canas antes de tiempo. cuando prevalece? ¿Y los e 357 Laguna de extensión desconocida observada por Hubert. Y todo esto parece que le ocurre al hombre por insuficiencia de calor. rastreamos en cualquier fenómeno si­ militudes y propiedades desconocidas. mezclándola con agua de lluvia y nieve. sino que supera con mucho a to­ das y apaga la llama por su exceso de frío y entre los fru­ tos vemos a los médicos utilizar más. agarrotamiento de los nervios de las extremida­ des y entumecimiento. ya que lo frío destruye lo dulce por su parentesco con lo seco. Y ¿no con­ vierten en vino la propia esencia de la miel.168 MORALIA hálito vital en torno a los miembros. 653A los vinosos. Además. sin embargo. pues. según parece. como las granadas y manzanas. Y en la mayoría de las personas la borrachera acaba en un desfallecimiento. muchísimo a los ancianos. por cierto. falta de claridad en la lengua. si al instante se Ies calienta arropándolos y acostándolos y por la maña­ na con un baño. co­ mo hemos dicho. VI 3. tam­ bién. Por ello. . Y de las cosas que extinguen al fuego ninguna lo combate mejor que el vinagre 358. cuando el vino puro abate y extingue totalmente el calor. se­ gún parece*** 357. cf. 358 Respecto a la acción refrescante del vinagre contra el plomo fun­ dido empleado por los sitiados de una ciudad. se remedian estos estragos en el cuerpo de los que se han emborrachado y propasado. 15. por ser refrescante. P oheno . dije. los aficionados al vino envejecen muy pronto. 117/8 (fr. sin 359 U sen er . nosotros.. y no por alguna otra propiedad o capacidad. O l ím p i c o y S ó c l a r o 1. estando presentes muchachos. invirtiéndolo. era de una extremada impudicia. la yedra por esto al dios. y plantee la duda c de si hay que practicarlos después de la cena o antes de ella.. la serpiente y. por el contrario. por haber incluido en su Banquete una conversación ni her­ mosa ni necesaria sobre el momento para el amor 359. que frío por cooperar con ella. 61). es más convin­ cente que la cicuta mate a los que la beban por su frialdad.. Ante esto. que este fármaco. como a quien es señor de una fuerza fría y glacial? Y si la gente cree que es un testimonio de calor esto. . diremos. entre las plantas. unos aludieron a Jenofonte por retirar a los comensales a caballo. al menos si. mezclado con él. cuan­ do se bebe mucho vino puro tras la cicuta. págs.» CUESTIÓN SEXTA Del momento para el amor C o n v e r s a n u n o s j ó v e n e s . pues que un hombre mayor mencione en una cena los placeres sexuales. Ciertos jóvenes que se habían aficionado hacía poco a la lectura de tratados antiguos arremetían contra Epicuro. Z o p i r o . Epicúrea. en realidad. de suerte que no parece que él sea b más caliente por el hecho de oponerse a ella. que. es incurable y mata en el acto a los que lo beben. entre los reptiles. parece curar.LIBRO i n 169 antiguos no dedicaron y consagraron. sino que. IX 7. después de levantar a los jóvenes tras la cena a un paseo para su formación. conversaba con ellos y le prevenía contra las pasiones. pero entre familiares y amigos. aunque la cosa es siempre propensa a hacer daño. Stoic. «¿acaso de ningún modo está bien que el filósofo reflexione sobre el momento y hora del amor. por el contrario. Banqu.. el médico. entrara en una discusión sobre ella. dijo. vol. para hacer el amor con sus muje­ res 360. pues no es que sacara esta cuestión como de algún principio y norma establecida y . que alguien podría reprochar a un filósofo que conversara sobre esto durante el día en su clase. luego. completamente familiariza­ do con los tratados de Epicuro. donde incluso conviene el hablar incidental­ mente con el vino de un tema que es flojo y frío.por el Perro!. en la idea de que. Zenón de Citio. sin embargo. o es mejor que se ocupe de tales temas en su momento y con cálculo. . v o n A r n im . en tanto que en el banquete y ante la mesa es vergonzoso? A mí desde luego me pare­ ce. y que reflexione sobre ese momento en otra ocasión no es intempestivo. ¿cómo va a ser vergonzoso hablar y oír algo que se diga prove­ chosamente sobre la práctica del amor? Pues yo al menos. Pero.170 d e M ORALIA tardanza tras la cena. fundador de la Estoa (cf. 252]). con la copa delante. Vet. I. Médico que sólo interviene en esta cuestión. dijo. . hubiera querido también que ese ‘abrir­ se de muslos’ de Zenón 362 se hubiera colocado en algún 360 361 362 Frag. lo causa sobre todo a los que la practican después de haber comido y bebido. pág. 59 [fr. Y Zopiro 361. aunque él indagara sobre ello. como si fuera un tema básico. dijo que ellos no habían leído con atención el Banquete de Epicuro. cuando están presentes muchos hombres y de todas las procedencias. dijo que no las recordaba exactamente punto por punto. desde luego. al estar oprimido y desplazado lo que precisamente está para 654A sujetar y unir el cuerpo. en efecto. Los jóvenes. de suerte que el daño sería doble. el vi­ no puro. existe el riesgo de que el cuerpo quede destrozado como una casa removida desde los ci­ mientos. pues resultaría terrible. antes de que el cuerpo esté necesitado de nuevo de otra comida. hay que hacer tales cosas. cuando ya la digestión tiene su fin. saca a los cuerpos de sus casillas. cuando el cuerpo esté en calma y hayan cesado la distribución y flujo del alimento que lo recorre y abandona. en general. tampoco el esperma fluye bien entonces. nuestro hombre dice que. Y se podría sumar a la de Epicuro también la tesis médica: ese momento del día. Ni. pero creía que f nuestro hombre temía las sacudidas causadas por el amor por la palpitación de los cuerpos. . atónitos ante esto. un libro que encierra tanta seriedad. el intento de hacer el amor tras la cena no está exento de riesgos. si no absorbido el alimento. que en un momento tal pasan a la agitación y confusión. pero como los demás le pidieran a Zopiro que rela­ tara las palabras de Epicuro sobre ello. una indi.b gestión sucediera a la excitación y palpitación producida por el amor. que es un alborotador y provocador de la confu­ sión. sino que se desprende a la fuerza y desordenado. Y si la calma y el sueño no se apoderan de nuestro cuerpo en ese estado. sino otras alteraciones debido a los placeres sexuales. permanecían en si­ lencio. ya que por la saturación se produce un atasco. en cambio. «Pues.» 2. es el más seguro. Por ello.LIBRO n i 171 banquete o pasatiempo más que en su Política 363. 363 Obra de juventud compuesta cuando aún era discípulo de Crates. L a e r . sino que. I 26. y a nosotros aún no nos ha abandonado del todo Afrodita. Od. justamente.172 M ORAL IA 3. De carácter pacífico. en efecto. La poca información que tenemos sobre él se puede encontrar en D io d . X I 246. al acostarse. 624A (ver. al igual que el sabio Tales. 520 (H e n s e ).. no son oportunas. por cierto. y D ió g .. la es­ quivó como podía y le dio largas diciéndole al principio: c ‘Aun no es el momento. diga: ‘Aún no es el momento’. Olímpico. ante los pla­ ceres sexuales lo mejor será que cada uno se comporte de manera que. pero también veo que el segundo momento tiene otras inoportunidades e inconvenientes pa­ ra la cosa. por cierto.. En consecuencia.. .. y E s t o b e o . había que ir con una mujer. también.. D K . L a e r . además de en esa cuestión.. 443-4 [frs. tomando la palabra Olímpico 364. 367 D ió g . según atestigua A t e n . dijo: «A mí me agrada muchísimo lo del pitágorico Clinias 365: se dice. así. X 9. 368 H om . VIII. que preguntado cuándo. págs. dijo Sóclaro. incluso le suplicamos diciéndole en los himnos de los dioses: 364 Personaje que. Se exilió de Italia a Cirene tras la muerte de Proro el Cirineo. quienes deben ‘cumplir actos amorosos’ 368. madre’. 366 D io d . IV. 9. y desde luego lo que Zopiro ha dicho ahora tiene su lógica. incomodado por su madre que le instaba a casarse. dijo que cuando justamente te venga en gana sufrir 366. vind. «Estas cosas de atletas. 1. Y. y después: ‘Ya no es el momento. madre’ 367. y al levantarse: ‘Ya no es el momento. pues asisten jóvenes casados. X 4. que por completo huelen aún a cótabo y a aquellas comilonas de carne. con un pequeño papeí. I. pág. además. 365 Coetáneo de Platón natural de Tarento. 1-6]). lo encontramos en De sera num.» 4. ponen este juicio tan ascé­ tico en boca del propio Pitágoras. 4. Com. si adecuada y conve­ nientemente o contra todo derecho Epicuro suprime a Afro­ dita de la noche. en cambio. amigo. Gr. II. según Platón 37*. ni infundan audacia con su desenfreno y claros recuerdos. pues el atardecer. ya que con las impresiones próximas despierta fuertemente en el alma una pasión siempre nueva y fresca por las imágenes del placer. hombre versado en el amor. d conque examinaremos.. aparte de esto. creo. . 789 de K órte ). A aquélla la vigila 369 P a g e . hermosa Afrodita 369. III. de día y en medio de ocupaciones haga venir a su mujer del gineceo para una cosa tal. fr. vol. si te parece. por hacerlo a la luz. o se enrede con ella al amanecer al modo de un gallo?. 370 Según P. Anthol. le corresponde a ella. vol. A tt. »Y.. al suprimir los actos insacia­ bles y más apasionados. 739 ( = Menandro. pues dice graciosamente a modo de enigma. pág. Frag. II. Poet. regodearse con los cuales reaviva de nuevo las pasiones. La noche. Clement y Fuhrmann.LIBRO m 173 aleja lejos la vejez. si así se encuentra. 371 Fedro 250d. mientras que el alba su principio. que ha­ gan esto poniendo la oscuridad como velo del placer y que no expulsen de los ojos el pudor.. pues £la visión es la más aguda de las sensaciones que nos e llegan a través del cuerpo’. la cita de Menandro parece referirse a ia de K o c k . 462. es un descanso del traba. trayendo una corona y ungido de mirra. A . se duerma después de darse la vuelta y arroparse bien y. Gr. desvía y adormece la naturaleza que no encalla por la visión en excesos. y D i e í i l . Lyr. Mel. en cambio. que asigna el fragmento a Alemán. 29. ¿qué sentido tiene que al llegar de una cena uno radiante. pág. cuyo poder entre los dioses dice Menandro 370.f jo. respectivamente. el cuerpo no recibiría más daño por el amor. pero ésta nos levanta para la laboriosa Atenea y el placero Her­ mes 373. núm. 373 Entre otras funciones. Y. como Epicuro cree. como si la incontinencia diurna no fuera pro­ pia de un marido. 376 II. II. pues. danzas e himeneo. Frag. ni están ya el tirso ni el tropel de Baco 375. que uno se dé a ello cargado por estar borracho o que­ brantado por un atracón. esconderse en el regazo de su mujer. tras la cena. a no ser. sino de un adúltero que está rabioso 376. por «encanto» y «decencia». 786. 397. o al servicio de algunos reyes o magistrados. en tanto que a ésta. III 428-447. y Talía. 375 N a u c k . Hermes desempeñaba también la de patro­ no de los comerciantes. 374 Verso atribuido por O. tras haber huido. así la cosa es 372 Terpsícore. desde luego. musa de la danza. Adespota. Trag. Gr. tintineo de martillos y chirridos de sierras y el grito madrugador de los recaudadores y procla­ mas de los que llaman a juicio. vol. salvo cuando hace a Paris. al menos.174 M ORALIA Dioniso el Liberador con Terpsícore y Talía 372. Y después también el poeta no hace acostarse a ninguno de los héroes durante el día ni con su esposa ni con su concubina. sin duda.. Callimaquea. . pues las preocupaciones apremian. Por eso a aquélla la ocupan cantos. En este momento han desaparecido los del placer y cesan Cipris y los jolgorios de jóvenes. cortejo y festines y un estruendoso ruido de flautas 374. Schneider a los fragmentos anónimos de Calimaco. valen aquí. de la comedia. pág. 377. frente a psyxis (= enfriamiento). si poco antes hemos realizado algo semejan­ 377 Admitimos en esta laguna de seis a ocho letras el término sphyxis ( = excitación). amigo. pues como los ha restitui­ do y se ha serenado a sí mismo. según dice Epicuro. a los que ni es bueno ni con­ veniente entregarles el cuerpo en esta situación. hemos de guardarnos cuidadosamen­ te de entrar en una fiesta sagrada y dar comienzo a los sacrificios. Pueda i o que es feliz e incorruptible’ 379 no preocuparse por sí de lo que se re­ fiere a nosotros. o desplazamientos de sus átomos. ejercicios. por supuesto. sintiéndose satis­ fecho y moderadamente relajado. ni se producen excitaciones 377. Pero si un hombre. ya que en los espacios vacíos sobreviene un nuevo flujo. como es natural. tienen ese ocio y sosiego de Epicuro 378. ya que la naturaleza no tuvo un intervalo suficiente en medio para el descanso. que ofrecen los manuscritos.LIBRO i n 175 arriesgada y dañina. 426. altera­ do por un amor que lo saca de sí. »Más digno de precaución es esto. conseguido copiosamen­ te para siempre por la razón y la filosofía. de algún modo lo restau­ rará. 379 Concepción epicúrea de la divinidad. sino que mu­ chas fatigas aguardan a cada uno durante el día. siguiendo la ley de la ciudad. a quien siguen Fuhrmann y Clement. no sea que. el dedicarse a los placeres del amor cuando se esta metido en ocupaciones. 378 U s e n e r . propuesto por Usener. E p i c ú r e a fr. . pues no todos. pero nosotros. por así decir. y a to­ dos. apoderándose del cuerpo. estando su cuerpo sere­ no y su alma preparada. ya excitado y agitado. las preocupaciones del alma y los afanes y agobios por las obligaciones lo exacerben brusca­ mente. ni se provoca un gran trastorno en su cuerpo. después de algún tiempo hace el amor. 176 M ORAL IA te. vol. H P lutarco y e a g ia s. 158).. pág. como Ártemis (E s q u . 385 El nombre del mes alude a divinidades protectoras. por lo que llaman a ese día Pitegia 383.» CUESTIÓN SÉPTIMA De por qué el vino nuevo dulce es el que menos emborracha 381 Conversan el padre de P lutarco. hacien­ do una libación con el vino antes de beberlo. según parece. «abertura de las tinajas». 14-20. según Demócrito 38°. 382 Mes ateniense correspondiente a finales de febrero y principio de marzo. Sai. 175 (fr. se pruebe el vino tras el Céfi- 380 DK. que el uso del «fármaco» les fuera inofensivo y saludable. 384 Plutarco era natural de Beocia. otros 1. VII 7. De ahí que esté bien el que poniendo la noche y el sueño en medio y dejando un intervalo y separación nos levantemos puros de nuevo como desde el principio y ‘con nuevos pensamientos para el día’. 381 Imitada por M a c r . entre nosotros 384. Mas. II. 386 Divinidad protectora del hogar... . el mes se llama Prostaterio 385. suplicaban. Electro 637). En Atenas ofrendan el vino nuevo el once del mes Antesterión 382.. Y antiguamente. A r is t é n e t o . incluso. Siete 449) o Apolo (Sóf. después de sacrificar a la «Buena Divinidad» 386. y al sexto día de comenzado es costumbre que.. 383 Literalmente. Desde luego. lo rechaza con desagrado. Y también el poeta. dulce miel y agradable vi.A r i s t . que conmigo se dedicaban a la f filosofía. pero Hagias dijo que lo dulce en toda ocasión mo­ lesta y es empachoso. — 12 . se transforma por la fer­ mentación en seco. 389 Conocido sólo por este pasaje.LIBRO in 177 ro 387. dijo que recordaba ha­ ber leído en algunos otros libros 390 que algo dulce mezcla­ do con vino cortaba la borrachera y que algunos médicos recomendaban que los que habían bebido de más vomita­ ran. 109. .656A no» 388. 390 P s . buscar la razón por la que el vino nuevo dulce es el que menos emborrachaba. cuando se llega hasta el punto de no tener sed. pues el vino al principio es dulce. pero se vuelve agradable cuando. hizó el sa­ crificio.» 387 Viento de Poniente. Y Aristeneto 389. 2. y tras la cena. a la mayoría le pareció paradójico e in­ creíble. violento y lluvioso. que comieran pan . por ello. nadie bebería fá­ cilmente la cantidad de mosto capaz de emborrachar. el niceo. luego. pues este viento es el que más estropea y revuelve el vino y el que escapa a él no corre el peligro de alterarse. mi padre. envejeciendo. XX 69. «Por tanto. propuso a los muchachos. también. pues el deseo. mientras se elogiaba el vino. hasta que su dulzor cambie. Pues bien. como acostumbraba.untado con miel. P ro b l 872b32-873a4. . cuando fueran a acostarse. 388 Od. dice: «con queso. es natural que el vino nuevo no embo­ rrache. si los sabores dulces rebajan algo el vino puro. sabedor de que lo agradable difiere de lo dulce. pero más fuerte en poder. pues dice. 220. ya que me parece que. y el envejecimiento le da vigor. debilitada. ¿no intentaremos también decir algo personal sobre los ‘achispados’?. palabra compuesta de akro. ha profun­ dizado insuficientemente en su causa. forzada enseguida por su naturaleza. aunque es muy agudo en tales investigaciones. al desprenderse la acuosi­ dad. Pues bien. toma aquí el sentido familiar de «estar achispado». «Pues bien. y el vino se hace menor en volumen. acogimos muy favorablemente la capacidad de inventiva de los jóvenes. porque sin caer en expli­ caciones corrientes aportaron las suyas. dijo mi padre. de las cuales la primera. 392 akroihórax. fr. y la gran cantidad de flatulencia y acuosi­ dad que está mezclada con él. que la sensibilidad del que está muy borracho. como dice Aristóteles 391.( = extremo) y thorésso ( = tener coraza). CUESTIÓN OCTAVA De por qué los que están muy borrachos se encuentran menos trastornados que los «achispados» 392 Conversan c P lutarco y su padre 1. puesto que hemos des­ plazado a Aristóteles. creo. 391 R o s e . sale fuera.178 b M ORALIA 3. que la razón del sobrio discierne bien y conforme a la realidad. en tanto que la segunda por su naturaleza hace el vino más flojo. Porque las que es­ tán a la mano y son fáciles de aceptar son la pesadez del vino nuevo dulce. que penetra por el estómago. . mí mismo me era suficiente esta explicación de su causa. pero aquéllos. si el vino es excesivo? Al menos. a su vez se sosiegue y calme. cuando ha sido perturbada y excitada. cuan­ do toman más. pero a medida que avanza ba­ jan y se calman. el eléboro tiene como principio de su acción purgativa el trastornar al cuerpo. Probl.-A r is t. Por tanto. pero. Pero ¿qué os parece. son censu­ rados no por desatinar más. pues en los ‘achispados’ solo la mente está perturbada. sin embargo. pero su raciocinio está ya alterado. nada impide que sea variopinta y que cambie con la canti­ dad. por ello. como el fuego: si es moderado. . como sigue sus imaginaciones. «A mí. mira en primer lugar si la menciona­ da diferencia hay que trasladarla al cuerpo. cuando toman una dosis de somníferos por de­ bajo de la normal. y que la imaginación del «achispado» conserva aún su fuerza. Por otra parte. Y si se examina desde otra perspectiva la fuerza del vino. como tienen un cuerpo cómplice de sus yerros. al examinarlo por. discierne. la primavera. 393 P s . los ‘achispados’. dije. en su inicio. ¿qué impide que también la mente. pero no limpia y algunos. también. la funde y hace que se deshaga. dijo. provoca y aviva las fiebres. S71a8 ss. pero si pides que aporte algo personal. a vosotros esto?» 2. naturalmente alterada por el vino. aunque mal 393. trastorna. Y sin duda es natural. mientras que el cuerpo puede atender a sus impulsos. traiciona sus impulsos y los descuida. pero si se le aplica con exceso. endurece y seca la arcilla. cuando está derrumbado y agotado. ya que aún no está empapado.. sino por tener más fuerza. se encuentran más inquietos. duermen.LIBRO ni 179 decae. pues es in­ capaz de pasar a la acción. <mas si) la dosis es menor que la normal. igualmente puedes ver que también el vino. la de dos a uno el í94 Parece ser un amigo íntimo sin grandes pretensiones intelectuales. Pues. postrando y sose­ gando la mente. poco a poco. mueven el sen­ timiento y hacen derramar lágrimas. no cuatro» Conversan A r is t ió n . como por un tirano. le quitan y disipan la aflicción. conforme arras­ tran el alma a la compasión. es el anfitrión. VI 7. desterrada mucho tiempo por cierta coyuntura abste­ mia. . al principio. dijo: «Se ha vislumbrado ya su re­ greso a los banquetes para la más justa y democrática me­ dida. a su vez. Aristión 394. P l u t a r c o y el b pa d r e de P lutarco Y en cuanto yo dije esto. pues sus intervenciones apuntan siempre al saber vivir. cuando ha perturbado y excitado con fuer­ za su resistencia y fogosidad. entonces. como la endecha y la flauta fúnebre. como acostumbraba. 657A cuando ha penetrado abundantemente en el cuerpo. pero. cuando llega a su ple­ nitud. gritando. Pues al igual que los teóricos en cuestiones relativas a la lira dicen que la proporción de tres o dos da el acorde de quinta. ya que. conv.180 M ORALIA que esta agitación en el ‘achispado’. ayuda a abrasar y consumir el desvarío del alma. la tranquiliza por haber ido demasiado lejos en la borrachera.» CUESTIÓN NOVENA Sobre lo de «Beber o cinco o tres. desaparezca y que a ello coopere el vino. En Quaest. no cuatro 395. que se creen más de lo que en realidad son (cf. cinco. la de dos con una conduce a ese tono per­ turbador y achispado de la borrachera: que toca las cuerdas intocables del ánimo 397. por unirse dos con una. Gr. . 396 El fruncir las cejas es algo típico de personas afectadas. 395 Cf. el de quinta. la de dos con tres es la más musi­ cal. Com. K o c k . y yo le pedí que. vol. ésa es la relación de cua­ tro a tres. fr. ya que procura en lo más profundo calma y tranquilidad a nuestras altivas y desordenadas pasiones. Frag. H e l. Etióp. pues estaba cla­ ro que bromeaba.LIBRO m 181 de octava y el de cuarta. Adespota.. Trag. que es el más tenue. ya que así lo dicen y cantan: O beber cinco o tres. en efecto. de ciertos magistrados del Pritaneo con cabeza. o de dialécticos que fruncen las cejas 396 cuando examinan los vaivenes de los argumentos. En esto nadie le replicó a Aristión.. fr. 2). terce­ ra y cuarta. está en la proporción d« tres a dos. así los musicólogos de Dioniso obser­ varon tres acordes del vino con el agua. pues­ to que se mezclan tres partes de agua con dos de vino. Frag. completamente adormecedora y ‘quitapenas’ y.» 2. A despota. Se trata de un trímetro de la comedia. 397 N auck. De aquellas otras. mezcla sobria y débil. III. y cuatro por ver­ terse tres partes de agua en una. se constituye con el cuarto a tres. A tt. según aquella expresión hesiódica. tomando una copa. pues ni deja estar sobrio ni sumerge completamente al in­ sensato en el vino puro.. 398 Trabajos y Días 464. ‘hechicera espantamales de los niños’ 398. IV 7. tres en la doble. 361. 604. 401 Colega sacerdotal de Plutarco en Delfos. que nos agasajaba. y desde luego de Apolo también dos. M o s q u ió n y P l u t a r c o f 1. pues no era natural que el sol no corrompiera las carnes antes. tan sólo añadió a lo dicho que le parecía que también los antiguos habían hecho de nodrizas de Zeus a dos. acercándose el esclavo. amansado y educado entre un número mayor de ninfas 3" . a pesar de ser más 399 Recuérdese que Ninfas se utiliza en griego como sinónimo de agua. Eutidemo 401. Mi padre. entonces. Y como se asombraran los presentes. VII 2. CUESTIÓN DÉCIMA De por qué la carne se pudre más a la luna que al s o l 400 Conversan E u t id e m o . 400 Imitada por M a c r . pero de Dioniso muchas más. el sunieo. conv. Ida y Adrastea. Alicia y Coritalia. Sat. pero se escabulló ale­ gando con risa que él era un teórico en música.182 e MORAL LA cual lira. cuando se le lleva­ ba. nos pu­ so un jabalí de buen tamaño. S á t ir o . Eubea. porque convenía hacer a este dios. cargo que desempeñó unos diez años antes que nuestro autor. no un instrumentista. tensase la mezcla y acorde elogiados. dijo que otro mucho mayor. 15-34. con una aportación de poca importancia. más tranquilo y prudente. Lo volveremos a encontrar en Quaest. VII 16.. de Hera una. por cierto. y. andaba perplejo sobre la causa. había sido estropeado por la luna y que. . le vertía vino puro. dijo que la putrefacción era una des­ composición y licuación de la carne que se transforma en líquido por su corrupción. más bien. Y Sátiro 402 dijo: «No es esto de lo 658A que más se sorprendería uno. pues cada vez que después de abatir a un jabalí o a un ciervo. Con Sirio se alude al sol de verano. Pues bien. lo mandan desde lejos a la ciu­ dad. en efecto. sino. Mosquión 403. I22C. de nue­ vo. remueve los líquidos e impide la sequedad. y que cualquier tipo de calor. Eutidemo mencionó lo que le tenía perplejo. las cosas co­ rrompidas se convertían en líquido.LIBRO ni 183 cálido que la luna. si es flojo y suave. más bien. 61 de B er g k (= 63 de D ie h l ). como «filósofo de la naturaleza». 403 Médico. pero si era abrasador. les hincan un clavo de bronce. pero el sol. 404 Fr. sobre quien. caracterizado. de lo que hacen los cazadores. como entibia poco a po­ co. respec­ to a lo cual también Arquíloco ha dicho de acuerdo con la naturaleza: Lo espero. y que. enfla­ quecía la carne. porque creen que ayu­ da contra la putrefacción. y que de esto resultaba evidente lo que b se investigaba: la luna. a muchos de ellos Sirio con su penetrante brillo ti [/oí secarar 404 . cuando yacía.» 2. arrebata­ ba de los cuerpos la humedad a causa de su ardor. en general. el médico. en M or. por el contrario. y aún más claro Homero de Héctor. . Apolo llevó una nube umbrosa: 402 Conocido sólo por este pasaje. cuando terminamos de cenar y. ablandaba los cuerpos. 184 M ORALIA ...N o sea que antes la fuerza del sol le secara por uno y otro lado la piel en tendones y miem[bros 405. En cambio, la luna lanza más débiles sus rayos, c pues el negro racimo no madura con ellos, según Ión 406. d 3. Y, dicho esto, yo afirmé: «Lo demás está bien di­ cho, pero no se debe explicar todo el proceso por una ma­ yor o menor cantidad de calor, pues vemos que el sol ca­ lienta menos en invierno, y en verano corrompe más los cuerpos, y debía hacer lo contrario, si las putrefacciones sobrevinieran por la debilidad del calor, pero he aquí que, cuanto más intenso es el calor, antes estropea la carne. Por consiguiente, la luna no por falta y debilidad de calor hace que se pudran los cuerpos muertos, sino que, más bien, se ha de imputar a una particularidad de la corriente que emana de ella; pues que no todo lo cálido tiene una sola cualidad que difiera en esto únicamente, en más o menos, sino que hay muchísimas propiedades del fuego que en nada se parecen unas a otras, es claro por las cosas más corrientes. Efectivamente, los orífices trabajan el oro con llama de paja, en tanto que los médicos, fundamental­ mente, con la de sarmiento calientan lentamente los fár­ macos que cuecen. Y para el ablandamiento y moldeado del vidrio la de tamarindo parece ser muy adecuada, y la ,'05 II. XXIII 190-191. 406 N a u c k , Trag. Gr. Frag., fr. 57. Ión de Quíos (car. 490-480), hom­ bre muy rico y polifacético, destacó por sus tragedias y, según la noticia de P lu t ., Mor. 79D, parece que fue amigo de Esquilo. LIBRO m 185 de olivo sienta bien a los cuerpos en los baños de vapor, pero a los balnearios les es hostil y daña su entarimado e y los cimientos, ya que arde por debajo. De ahí que los agoránomos 407 entendidos no permitan a los arrendata­ rios usar madera de olivo, como tampoco echar cizaña en el fogón, pues las exhalaciones de ésta producen en los que se bañan pesadez de cabeza y vértigo. Así, pues, no es nada extraño que también la'luna difiera del sol, dado que éste lanza corrientes desecadoras, en tanto que ella sua­ vizadoras y removedoras de los líquidos que hay en los cuerpos. Por ello, las nodrizas se guardan totalmente de exponer los crios a la luna, pues como están llenos de hu­ medad, al igual que la leña verde, se encogen y retuercen, y los que se han acostado a la luz de la luna vemos que f les cuesta trabajo levantarse, cómo si estuvieran aturdidos en sus sentidos y entumecidos, pues la humedad difundida por la luna ápesanta los cuerpos. Y se dice también que coopera a un parto feliz, cuando es luna llena, ya que por la liberación de los líquidos hace los dolores más suaves. De ahí que también, pienso, a Ártemis, que no es otra que 659A la luna, se le haya llamado Loquia 408 e Ilitía 409. Y Timo­ teo 410 abiertamente dice: por la cerúlea órbita de los astros y por la luna que aligera los partos. Y también en los cuerpos inanimados se hace evidente el poder de la luna. En efecto, a la madera cortada en los 407 Plutarco se refiere con este término a los ediles romanos. 408 «Partera». 409 Etimología incierta. El calificativo puede significar «Salvadora» o «Bienvenida». 410 D ie h l , Anth. L yr., vol. II, pág. 152 (P a g e , Poet. Met. Gr., pági­ na 418). Poeta milesio (450-36Ü a. C.). 186 b MORALIA plenilunios los carpinteros la desechan por blanda y por pudrirse rápidamente a causa de su humedad, y los que trabajan el campo se apresuran, cuando el mes acaba, a recoger los trigos de la era, para que endurecidos por la sequedad resistan más al tiempo; en cambio, los que aca­ rrean en luna llena son los que más se estropean, ya que por la humedad se hacen más blandos. Y dicen que tam­ bién la harina en los plenilunios fermenta mejor, pues a la fermentación poco le falta para ser una putrefacción, y si rebasa su límite, al hacer menos densa y ablandar la masa, la lleva a la misma destrucción. Y las carnes podri­ das no experimentan ninguna otra cosa, salvo que, cuando el hálito que las une se transform a en humedad, se hacen menos densas y fluyen. Y advertimos que el aire también experimenta lo mismo, pues es, sobre todo, en los plenilu­ nios, cuando, disuelto, esparce rocío, como sin duda tam ­ bién Alemán, el poeta lírico, dice a modo de enigma: que el rocío es hijo del aire y la luna lo que alimenta Ersa, hija de Zeus y la divina luna 411. c »Así en todas partes se atestigua que la luz de la luna tiene un poder humedecedor y suavizador; y el clavo de bronce, si es cierto que atravesándolas, como dicen, con­ serva más incorruptas las carnes, parece que tiene en sí también algo de astringente, pues del orín los médicos se sirven para fármacos de tal tipo y refieren que a los que pasan su vida en las minas de cobre les es beneficioso para sus ojos y les hace renacer los párpados a los que los han perdido, pues el polvillo que sale del cobre y que cae en los párpados imperceptiblemente, contiene las corrientes y 411 D i e h l , Anth. L yr., v o l. I I , p á g . 23 ( — P a g e , Poet. M el. Gr., p á g . 51). LIBRO III 187 seca las lágrimas. Por ello, también dicen que fue llamado por el poeta: ‘bronce vigorizador de hombres 412 y de la vista* 413. »Y Aristóteles 414 también dice que las heridas de lanzas y espadas broncíneas son menos dolorosas y más fáci­ les de curar que las de hierro, por tener el bronce en sí algo de medicinal y esto al instante quedar en las heridas; y no es dudoso que lo astringente tiene el poder opuesto a lo que corrompe, y lo que cura a lo que destruye, a no ser que alguien, naturalmente, dijera que el clavo en su penetración reúne en sí líquidos, ya que siempre se pro­ duce un flujo hacia la parte lastimada. Por ello, también dicen que en ese mismo sitio se ve una especie de magulla­ dura y mancha, y tiene su lógica que el resto de la carne quede indemne, ya que se reúne allí la corrupción.» 41í Hom., Od. XIII 19. Od. XXIV 467' y 500. 863a25-31. 413 H o m ., II. II 578; 414 P s . - A r i s t . , Probl. d LIBRO IV E INTRODUCCIÓN Sosio Seneción, en el consejo que Polibio dio a Esci- 659F pión el Africano 415 de que no saliera del foro antes de haberse hecho amigo de alguno de los conciudadanos, «ami­ go» hay que entenderlo no en un sentido riguroso ni sofís­ tico 416} como aquella persona invariable y firme, sino en el general de la que nos estima, como Dicearco 417 pensaba que había que conseguir para uno la estima de todos, pero ganar la amistad de los buenos. 415 Se trata de Eseipión el Joven (cf. Mor. 199F, y E stobeo , XXXVII 35). Por su parte, E lia no , Var. hist. XIV 38, relata el mismo hecho como un consejo de Epaminondas a Pelópidas, quizás debido a una con­ cusión entre ios dos Escipiones y las dos Vidas, la de Epaminondas y la de Eseipión el Viejo, como apunta F. C. B abbitt en su edición a los Dichos romanos, pág. 186, n., al que sigue Fuhrmann. 416 Probablemente hace relación, como cree Fuhrmann, a la precisión de Pródico en el uso del lenguaje. 417 Dicearco de Mesene, discípulo de Aristóteles y hombre polifacéti­ co que destacó por sus obras sobre historia de la cultura y con sus estu­ dios geográficos, abrió el camino que luego continuaron Erastótenes y Estrabón. A pesar de ser, junto con Teofrasto, el discípulo más señalado de Aristóteles, sólo conservamos de él fragmentos. 190 M ORALIA La amistad, en efecto, se conquista a lo largo de mu­ cho tiempo y con la virtud; la estima, en cambio, en cuan­ to que aprovecha las ocasiones que contribuyen a una per­ suasión y simpatía muy humanas, con las relaciones, el trato y esparcimiento entre conciudadanos. Pero mira lo del consejo, por si no sólo es adecuado al foro, sino tam ­ bién al banquete, de suerte que no haya que dejarlo antes de haberse ganado la estima y amistad de algunos de los asistentes que con nosotros se recuesten. Al foro, en efecto, la gente acude por negocios y otras necesidades; al banquete, en cambio, al menos los que son inteligentes van para ganar amigos, no menos que para alegrar a los que ya lo son, porque pretender arramblar con otras cosas sería de esclavos y cargadores; en cambio, el marcharse teniendo más amigos es agradable y digno. Y al contrario, el que descuida esto consigue que la reu­ nión sea para él desafortunada e improductiva y se marcha habiendo sido comensal con el vientre, no con el alma, pues el comensal viene a participar no sólo de manjares, vino y golosinas, sino también de conversaciones 418, es­ parcimientos y afabilidad que acaban en estima, pues las llaves y tirones de los luchadores precisan de polvo 419, y a las presas de la amistad el vino mezclado con la conver­ sación les da ese polvo, pues la conversación transporta y transmite con él desde el cuerpo al alma lo que humaniza y forma el carácter, pero si no, circulando por el cuerpo 418 Para los griegos un banquete sin conversación carece de sentido, y ello desde los autores más tempranos, como atestiguan Hesíodo (cf. A t e n ., 40F y 45D), Teognis, Jenófanes y la poesía dedicada al género simposíaco. 419 Como ya se dijo anteriormente, los luchadores se servían del acei­ te y la ceniza en sus combates. LIBRO IV 191 no proporciona niguna otra cosa de valor más que el har­ tazgo. De ahí que, como el mármol, al quitarle al hierro fundido, por enfriarlo» su liquidez y fluidez excesivas, le da resistencia a su temple y conformación, así la conversa­ ción convival no deja que los bebedores se relajen total­ mente por el vino, sino que los refrena y hace que con su aflojamiento se mezclen y sean gratas la alegría y huma­ nidad, si se ajustan armoniosamente, ya que por el vino se vuelven, como por el sello de la amistad, moldeables y suaves. CUESTIÓN PRIMERA D De si la alimentación variada es más digerible que la sencilla 420 Conversan F i l ó n , P l u t a r c o , F il in o y M a r c ió n 1. Pues bien, la primera de nuestras diez investigacio­ nes convivales de este cuarto libro será lo que se investigó sobre la alimentación variada. Por las Elafebolias, llega­ dos nosotros a Hiámpolis 421 para la fiesta, nos agasajaba Filón, el médico, con unos preparativos, según se veía, co­ mo para jóvenes. Y viendo que el hijo de Filino, el joven, junto con él tomaba pan y no pedía nada más, dijo: «¡He­ racles!, por lo visto esto debe ser el dicho: 420 Imitada por M a c r ., Sat. VII 4 y 5. 421 Las Elafebolias significan fiestas de la caza del ciervo y se celebra­ ban en honor de Ártemis.— Hiámpolis es un pueblo de la Fócide, a unos 20 kms. de Queronea. 192 MORALIA entre piedras luchaban, pero ni una piedra era posible [ilevantar» 422, Y se levantó de un salto para traer algo de provecho para ellos; luego, después de un buen rato, llegó trayéndoles algunos higos secos y queso; y, al decirle yo que esto ocu­ rría a los que por hacer unos preparativos excesivos y dis­ pendiosos, descuidan lo imprescindible y provechoso y ca­ recen de ello, dijo Filón: —Desde luego, no me acordé de que Filino nos está criando <a hurtadillas) un Sóstrato 423, de quien dicen que pasó toda su vida sin tomar otra bebida ni alimento salvo leche, pero es probable que a aquél el principio de tal dieta le viniera de un cambio, mas este Quirón, que está alimen­ tando al nuestro al contrario que a Aquiles desde el mo­ mento de su nacimiento con alimentos carentes de sangre f y de vida, ¿no ofrece una alta demostración de uno que se alimenta de aire y rocío, al igual que las cigarras 424? —Nosotros, por cierto, dijo Filino, desconocíamos que íbamos a cenar unas hecatonfonias, como en tiempos de Aristómenes 425, ya que nos habríamos presentado con ali­ mentos sencillos y sanos colgados al cuello, como contra66ia venenos de mesas tan dispendiosas y surtidas. Y además, te hemos oído muchas veces decir que los simples son más digeribles y asequibles que los variados. e 422 Verso que, junto con otros tres, cita A ten ., en 475B, refiriéndose a un naufragio y un posterior combate entre las rocas de la playa. 423 Personaje desconocido que algunos eruditos han querido identifi­ car con Zoroastro. 424 Creencia muy extendida entre los griegos antiguos. 425 Cf. Paus., IV 19, 2 ss., y P o l ie n o , II 31, 2. Plutarco se refiere al famoso rey de los mesenios (siglo vu a. C.). El sacrificio mencionado se celebraba cada vez que un mesenio había matado cien enemigos. LIBRO IV 193 Y Marción 426 dijo a Filón: —Filino estropea tus preparativos ahuyentando y es­ pantando a los convidados, pero si me lo pides, saldré fia­ dor ante ellos en tu favpr de que la alimentación variada es más digerible que la simple, de suerte que confiados disfruten de lo que se les ha puesto. Pues bien, Filón le pidió a Marción que así lo hiciera. 2. Y cuando nosotros, una vez que terminamos de ce­ nar, invitamos a Filino a que emprendiera la acusación de la comida variada, dijo: « ‘No es mía la historia’ 427, sino que este Filón continuamente nos está diciendo que, primero, los animales como emplean alimentos de un solo tipo y simples están más sanos que los hombres; en cam­ bio, los que ceban en cautividad son propensos a las enfer­ medades y fácilmente son presa de indigestiones, por inge­ rir un alimento mixto y al tiempo agradable. Segundo, nin­ gún médico es tan atrevido en materia de innovaciones y valiente, que suministre a quien tiene fiebre una alimenta­ ción variada, sino que le suministran una simple y sin gra­ sa, por ser la que mejor se somete a la digestión, pues es preciso que el alimento pueda ser dominado por las fuer­ zas que hay en nosotros y que se transforme. Y también el tinte de colores simples tiene más fuerza, y con drogas de perfumería el que más pronto cambia es el aceite más inodoro, y del alimento el más sensible a transformarse por la digestión es el puro y simple. En cambio, las cuali­ 426 Aparece sólo en esta cuestión y por su erudita y matizada exposi­ ción parece ser médico o, al menos, poseer amplios conocimientos de esta ciencia. 427 Verso de la Melanipa de E u r íp id e s (cf. N a u c k , Trag. Gr. Frag., fr. 484). sino encaminándolo a otras cosas y haciéndole transgredir con la variedad la medida y suficiencia. también. que resultaría más crédito y con­ cordancia de argumentos opuestos que una buena diges­ tión de alimentos con cualidades diferentes. doy la impresión de bromear. sin apaciguarlo. dejando estos argu­ mentos vuelvo a los de Filón. pues el cambio es una cosa perturbadora y anómala.194 d e MORALIA dades múltiples y diversas. los músicos to­ can con mucha precaución en muchas cuerdas. te oímos decir que por la cualidad del alimento se produce la indigestión. pues las llamadas ‘alenias’ 428 em­ borrachan muy rápido y su borrachera se parece a una indigestión. »Yo puedo decir esto. de ahí que. aún más. al encontrarse se destruyen antes. pienso. sin duda. por cierto. como un rival en el arte suyo. como aquel niño criado por Hipsípila que: 428 Mezcla de diversos vinos. sino que la abundancia es lo que trastorna y arruina. . que no tie­ nen ningún otro mal que la mézcla y variedad. se ha de huir de esta multiplicidad y diversidad con las que hace poco el cocinero de Filón. como conspiradores. y una clara prueba es lo del vino. inten­ taba envenenarnos alterando con la novedad y cambio nues­ tro apetito. pero si por na­ turaleza nada es indigesto. como están en oposición y abier­ ta lucha. Muchas veces. ya que no mantienen fácilmente una estructura única ni concorde. y los que los mezclan intentan disimularlo. y que los comistrajos son dañinos y genera­ dores de cualidades extrañas. al igual que en una ciudad una multitud de hombres mezclados y re­ vueltos como las olas. y que tomando de la expe­ riencia lo afín hay que usarlo y apreciarlo. Por ello. Pero si. en efecto. los bebedores rehúyen la mezcla de vinos. sino que cada grupo tira a lo suyo y es reacio a juntarse con lo extraño. igualmente. en cualquier tipo de diversiones y pasatiempos. N a u c k . fr. I. hija del rey Toante de Lemnos. un dragón que asolaba la región lo mató. que era insaciable en su mayor parte arranca las flores del prado 429. Vet. y me parece que. quien la convirtió en nodriza de su hijo Ofeltes.. El ejército de los Siete.. fr. b . con lo que recomendaba que de ningún otro alimento. que a un médico una alimenta­ ción variada. vol. H. Frag. Y cuando Filino hubo dicho esto. 430 J e n . en cambio. pues las desviaciones y cambios apartan de la senda que va recta a la salud. de Só­ crates 43°. nos guardára­ mos ni rehuyésemos salvo del complejo y diverso. Frag. en placeres sexuales. Stoic. rey de Ne­ mea. f »Y aquí también hay que acordarse. en audiciones. la protegió de la venganza de Licurgo. en los placeres sencillos y naturales su hechizo no transgrede la naturaleza. que aconsejaba guardarse de los manjares que se­ ducen a comerlos a los que no tienen hambre. 431 Cf. 754). Marción dijo que le parecía que estaban sujetos a la imprecación de Só­ crates no sólo los que separan lo útil de lo bueno 43 sino 429 Los versos corresponden a la H ipsípila de E u r íp id e s (cf.LIBRO IV 195 cogiendo uno tras otro su botín de flores con alma alegre el niño. de corta edad.» 3. Trag. dejó al niño en el suelo y. y a un masajis­ ta los masajes de perfume. 6. v o n A r n im . fue raptada por unos piratas y vendida como esclava a Licurgo. Pues 662A esto lleva el disfrute más allá de la necesidad en espectácu­ los. M em . se soportaría mejor a un músico elogiar un instrumento de muchas cuerdas. Gr.. 558. que tiene muchos acicates. atraído por lo superfluo. Hipsípila. Mientras informaba al ejército de Adrasto dónde podría encontrar agua. I 3 . en general. a su regreso. en efecto. en lugar de prestarle ayuda. «Poco. . por ser algo muy nuestro y conforme a la naturaleza. Pues ¿qué clase de dolor. ya que mueven con una áspera palanca y violentan la naturaleza. por ser el más violento de los medios. c acoge al cansado y hace de nodriza suya. no nos acusaría Fili­ no de que no escapáramos al placer izando una y otra vela. d sino de que busquemos el que convivan lo ‘agradable’ y ‘saludable’ con más armonía que algunos filósofos lo ‘agradable’ y ‘hermoso’ 433. sueños. Por tanto. y obligados. . al suponer que los animales emplean alimentos más simples que los hombres y que son más sanos que ellos. ni queriendo. recurrimos al dolor. rechazaría el placer 432. como si se restableciesen la calma y bonanza. »Así pues. borrando. lo extra­ ño a nosotros. pero de los demás nadie. los remedios penosos a duras penas y poco a poco consiguen algo. baños.196 MORALIA también los que desunen el placer de la salud. y en ungüentos y en la acción de recostarnos y. al punto nos libró de todos los disgustos y restituyó la naturaleza a lo que les es pro­ pio. al celebrar con 432 P l a t . qué tipo de veneno tan fácil y sencillamente nos libró de una enfermedad como un baño efectuado en su momento y un vino dado a los que lo necesitan? Y un alimento que llegó acompañado del placer. ya en la primera de tus proposicio­ nes me parece que te has equivocado de parte a parte. 433 Plutarco con estos dos últimos términos alude a los epicúreos. Filino. sino que incluso él asiste siempre en alimentos. pues nin­ guna de ambas cosas es verdadera. qué privación. sino que contra lo pri­ mero testimonian las cabras de Éupolis. dijo. además. Leyes 7 3 2 e. en la idea de que éste se le enfrenta y combate. En cam­ bio. f te bien en determinar lo digestivo e indigesto. Y se han omitido más de las citadas. delicados brotes de abeto. vol. / acebnche. carrasca. mil diferencias de jugos. por así decirlo. / cítigo y aromática sal­ via y tejo muy frondoso. . yedra. fres­ no.. la n. / tamariz. tiene larga vida. <álamo blanco). al mostrar que las enfermedades conta­ giosas alcanzan. pues ya la naturaleza recoge lo que le es propio de lo afín y. donde se relata la famosa epidemia que afectó a los aqueos en Troya. que en la dieta de los enfermos hicis. A íí. pág. »Y lo segundo lo invalida Homero 435. sin 663a embargo. Frag. 434 Tetrámetros de Las cabras de É u p o l is (cf. ad loe. salvo que se hable del cuervo y la corneja que. sin duda. por cierto. por ser totalmente mezclado y varia­ do. primero. verbasco. por cierto. alcornoque. I 8-52. Para la identificación de algunas de estas plantas cf. ajedrea 434. haya. diciendo más o menos así: Pastamos en un variado bosque. roble. Com. pero no conviene a los que tienen fiebre. lentisco. K o c k . además de éstas. desde ese instante. y madroño / ramoneando y. ja ­ ra. aladierna. olores y propiedades. pues el es­ fuerzo.LIBRO IV 197 himnos su alimento. de F h u r m a n n . 435 II. aún otras. a los animales irracionales y la brevedad de su vida delata su sumisión a la muerte y en­ fermedad. brezo blanco. I. tus temores a la pugna y discrepancia del ali­ mento variado eran injustificados. asfódelo. 261 [14]). vemos que son omnívoros y se adaptan a todo tipo de ali­ mento: y. tomillo. más de acuerdo con la experiencia. pues ninguno. el ejercicio y el regular las comidas ayudan a la digestión. e pues las enumeradas tienen. por darnos la cena y cocinarla así. Es en su época cuando se aprecia la importancia del cerebro frente a la del corazón. en lugar de simple. an­ tes bien. Filino. que parte de Aristóteles. I. 3.198 MORAL 1A el alimento variado transmitiendo al organismo muchas cua­ lidades propias. pero el enfrentamiento y la discrepancia. rebátele su ex- 436 DK. pues un cuerpo tan completamente mezclado y heterogéneo como el nuestro es lógico que reúna. por su mezcla con lo opuesto. de modo que ocurre lo de Empédocles: que lo dulce atrapaba lo dulce y lo amargo se lanzó sobre [lo amargo. 437 Erasístrato de Yúlide (Cos). vol. esto ocurrirá antes y mejor en lo variado. »Si no es así. sino mucho más cuando mezcle aquellos remedios regios y antitóxicos a los que Erasístrato denominaba ‘manos de dioses’ 437. »Y dado que también los demás aguardan lo conve­ niente. lo agrio fu e hacia lo agrio y lo cálido se apoderó de lo [cálido 436. Y si invalidas del todo la mezcla y variedad. da a cada parte lo conveniente. como a escote. las aportaciones de una materia variada. pues lo semejante es insensible ante lo semejante. . 90). hacen que ciertas c cualidades se destruyan. pág. 343 (fr. y con ella colme la mezcla. cada uno sigue a sus congéneres. censura no sólo a Filón. el famoso médico helenístico que des­ tacó por sus estudios anatómicos.. al disolverse la mezcla por el calor que hay en el b hálito. aquí presente. Las «manos de dioses» parecen referirse a un ungüento elaborado con cinco ingredientes. sino que la llamada digestión por natura­ leza altera y transforma el alimento. De ahí que el alimento variado es mejor que el que es simple y tiene una monoto­ nía empachosa. mas ya amainado y calmado nadie es capaz de reavivarlo y removerlo. ya que entremezcla juntos mi­ nerales. se ha debilitado y ha dejado lo que le es propio. lo limpio. apetitoso y aromático y. y del vino de Tasos en Asarnbl. amigo. con tomillo Ant. además. una vez que se ha cansado antes de tiempo. en el mismo plato. lo bastante agradable nos arrastra y nos hace comer y beber más. 1118. y. lo que algunos. pero. prepara­ mos puerros y cardos. Ranas USO. en torno al cual canta un coro de mosquitos?. 499D. en lugar de espárragos. deján­ dolos. Nigr. ventosas y aceite con agua: »¡Así que. reduzcamos la medicina a tisanas. dirías que una dieta sana no es una fuga ni huida del placer. en d lugar de las de trigo. y rechazando este vino oloroso 438 y suave. sino moderación en los placeres y orden que haga al apetito súbdito de lo conveniente. Y. por Zeus. . Pal. así hacer frente al apetito y cortar e su exceso no es un gran trabajo. con azafrán y perfumes L uc.. es comple­ tamente difícil y muy trabajoso. pues bien está que. 31. en general. ¿por qué no amasamos gachas de cebada. del vino mezclado con pez A t e n . tensarlo y reavivarlo. por cier438 De estos vinos perfumados u olorosos nos habla A rist ó f . pues también. porque. Por tanto. bendito. en la medida en que es más fácil detener la naturaleza en movimiento que hacerla moverse cuando ha perdido impulso. IV 1. Pero.. vegetales y animales. bebemos de la tinaja otro más áspero.. la variedad provoca y embauca un apetito incapaz de dominarse!. tanto los de la tierra como los del mar. del mismo modo que al viento violento los timoneles con muchos recursos lo es­ quivan.LIBRO IV 199 travagancia y rebuscamiento. . verduras. besamelas y salsas lidias 44°. 440 Las salsas mencionadas en el texto griego son: la abyrtáke confec­ cionada con puerros. errante y extraviado. cuando termina en algún daño y enfermedad. pues ello crece con el cuerpo. »Consérvame y recuerda esto sólo. además de esto. sino ío contrario: desde luego el har­ tazgo. que hay que evitar el hartazgo más que la priva­ ción. pero ¿cómo se os ha olvidado a vosotros *los de la sai y ha­ bas’ 439. . 441 Rep. En cambio. aquello de que lo variado es más agradable. dicen.. 372c. pero la privación. al servirles cebollas. o completamente lo re­ chaza la naturaleza. o a duras penas lo acepta por nece­ sidad. aceitunas. queso..200 MORAL IA to. El kándyios o kándauios es un plato lidio con muchas variedades. lo más agradable más apetitoso. abriéndole camino la vista. cuando cenan. no se des­ preocupa de que se queden. perju­ dica. en cambio. aunque no ocasione ningún otro mal. f »Y quede esto como contrapunto a tus teorías. lo que no apetece. que parece ser un afrodisíaco y la karyké otra salsa lidia cargada de especias. si le quitas el exceso y de664a masía?. no es verdad. sino que éstas son cosas superfluas y frívolas. sin su ración de golosinas. berros y granos de mostaza o granada. que lo variado no está en las salsas especiadas. incluso Platón 441 ofrece variedad a aquellos ciudadanos buenos y nobles.» 439 El proverbio se refiere a los amigos íntimos que se arreglan con una alimentación sencilla. ella por sí misma va contra la naturaleza. que lo ansia y acoge. caldos de todo tipo y. Pero Agémaco se aferraba a esta historia y pedía que no se considerara increíble lo asombroso de ella. en efecto. . que los empuja y saca a la luz 444.. cuyas cau­ sas eran difíciles o completamente imposibles de compren­ der. fr. pues también había otras muchas obras asombrosas del trueno. 442 Conocido sólo por esta cuestión. los que van a buscar trufas las descubren por las grietas. dijo uno sonriendo: «Desde luego son dignas de los truenos que han sonado hace poco». 444 Así lo explica también T e o f r . como se admiraran ios pre­ sentes. como mofándose por supuesto de los que dicen que las trufas nacen con el trueno 443. como si alguien creyera que la lluvia produce los caracoles y no. 62B. no que la mues­ tran. 174. de W im m e r . 1.LIBRO IV 2 01 CUESTIÓN SEGUNDA De por qué la trufas parece que nacen con el trueno y de por qué la gente cree que los que están acostados no son heridos por rayos C o n v e r s a n A g é m a c o . en cambio. Agémaco 442. luego. cuando cenábamos en Élide. rayo y signos celestes relacionados con ellos. nos pu­ so unas trufas muy grandes. P l u t a r c o . y. y que de esto había surgido en la gente la creen­ cia de que los truenos producen la trufa. utilizando al aire como una cuña. se abre con el true­ no. Había. quienes decían que la tie­ rra. 443 La misma opinión vulgar la recoge A t e n .. «pues ese bulbo de ahí tan ridiculizado y proverbial. D o r o t e o y o tr o s 1. en general. plant. Y es estúpido. para que no resulte duro al exigir vuestra cuota por las trufas. a las lluvias acompañadas de rayos. el propio Agémaco echaba una mano a su explicación. yo dije que. desde luego.. al menos.-A rjst . y la causa e es su mezcla con el calor. »Y puesto que tales cosas introducen las propiedades de su mezcla y diferencia de sabor en la vegetación regada. Pues bien. Pero con esta cháchara os estoy invitando a la búsqueda de su causa. cuando contemplamos en estos sucesos lo más increíble de todo. extrañarse de estas cosas. sino porque tiene la virtud contrapuesta a él.202 d MORALIA dijo. y T eo fr . los llaman irisképta. según dicen. 906a37 ss. «pues de mo­ mento.. y así las consideran. 6-7. Y los la­ bradores llaman fecundantes.» 2. absorbe la humedad. pues lo penetrante y puro del fuego se va hecho relámpago.. al tiempo. envuelto en la nube y cambiando con ella. y la de hiena con las que los armadores forran la extremidad de los mástiles. al igual que la higuera y la piel de foca. Qaiis. brotar llamas de cosas líquidas y ruidos secos de blandas nubes. en cierto modo. . de suerte que penetra muy apacible. P s. que la tierra sea remo445 Cf. al igual que el rocío hace a la hierba más agradable para el ganado 445 y que las nubes que hacen florecer el arco iris llenan de buen olor a los árboles en que se asientan f (los de nuestra tierra que los conocen por él. nada parece más verosímil que el que con los truenos cae muchas veces agua fecunda. es mucho más natural. por suponer que el arco iris se apoya sobre ellos). Probl. le extrae el frío y. en los retoños y pronto los agranda. en tanto que lo pesado y aeriforme. escapa al rayo no por su pequenez. VI 17. . pero no tiene raíces ni retoños y está suelta. Y el profesor de retórica Doroteo 446. del mismo modo que en los cuerpos ciertos calores y humedades san­ guíneas producen tumores escrofulosos y glandulosos. también. sino también algunos filósofos. rayos y por vientos y calores que se hunden en su profundidad. desde luego así son la mayoría de los efectos que acom­ pañan a los truenos y rayos. 447 Fenómenos similares relata Fn. precisa­ mente a estos fenómenos se asocia la creencia de que son divinos. abrasó a la víctimas. una vez que cayó un rayo en nuestra tierra en una casa y causó muchas cosas sorprendentes (derramó. Por ello.LIBRO IV 203 vida por las lluvias acompañadas de relámpagos. aunque 665A no brota sin agua. al menos. os parezca escurridiza. de algún modo. sé que un hombre. se modifica y transforma. Yo. pues no sólo la masa ignorante lo siente así. otro rayo. y conserve tales conglomerados y porosidades. pero éste religiosamente se abstuvo de responder y le ordenó que mirara por sí mismo y supli446 Mencionado sólo aquí. el vino de unas tinajas sin que las vasijas sufrie­ ran nada y aunque pasó a lo largo del hombre mientras dormía.. que le cayó en el ara a Paulo Emilio mientras sacrificaba. Vida d e A p o l. pero le fundió b y deshizo todas las monedas de cobre que contenía su bol­ sa 447). que asistía. Según P lu t.. dije. . ni le dañó ni le tocó el vestido. refiriéndose a Nerón. »Y aunque la explicación. dijo: «Llevas razón. IV 43. ya que toma por sí misma su consistencia de la tie­ rra que. Paulo Em ilio XXIV. Desde luego. en efecto. la trufa no se parece a una planta. a quien un rayo le destrozó la copa de la que bebía durante la comida.» 3. se acercó a un filósofo pitagórico de paso por la ciudad y le consultó. se apartan de los cuerpos heridos por Zeus. Andrócides de Cícico fue un pintor coetáneo y rival de Zeuxis y Parrasio. Éste. 449 D e 450 La todas form as. pero no le ocasionó ningún otro mal. cayéndole cerca un rayo a un soldado que vigilaba un templo en Roma. d »De ahí. cuando pintó los peces de Escila. en efecto. por el que me parece que. lo más natural y hermoso de todo lo que compuso. • mism a historia. pero lo más admirable de todo. pero la madera fue encontrada intacc ta e indemne. para que no nos pase lo de Andrócides 45°. le abrasó las correas de las sandalias. N a u c k . la refiere A t e n . 341 A . sino que después de cercarlos los dejan. Pero. quede masticada por mí hasta este punto su causa como laurel. en efecto. ... tanto perros como aves. desprende golpeado por los rayos. algo más breve. por así decirlo. Y esto se puede creer o no. lo que todos. 786 de E u ríp id e s .204 M ORALIA cara a los dioses. puesto que también en las trufas ha tenido una feliz intervención. Frag. cuando dice de Faetón: Y sin lavar en un barranco se pudre su cadáver 448. pero con el nombre de su fuente. dio la impresión de que se había 448 C f. invitemos a éste. es que los cuerpos de los muertos a causa de un rayo se mantienen incorruptos. pienso. pues mucha gente ni los quema ni los entierra. y para el resto. de suerte que se ven siempre incorruptos los cadáveres contra­ diciendo al Glímene de Eurípides. Y he oído también que. sabemos. el historiador P olem ón . como producto del roce. Gr. y que la plata de unas lamparillas de plata encerradas en envolturas de madera. Trag. la etim ología n o está clara. dijo. que el azufre (theion) 449 se denomina así por la semejanza del olor a fuego y agrio que. fundida se des­ hizo completamente. 452 Las máquinas para imitar los truenos y rayos eran: brantéion y kéraunos kopéion. somos audaces. ya que tiene su origen directa. En efecto. se corrompen y funden. v o i. como en la comedia 452. los cuerpos compactos. .LIBRO IV 205 servido más de la pasión que del arte. como dice Demócrito. ofrecen resistencia. ya que la humedad se le contra- 451 Texto con bastantes lagunas. en cambio. 453 Frase de dudosa interpretación (cf. vi que no progresaba 453. ya que en estas cuestiones tras la razón subyace nuestro propio convencimien­ to y nos convence de su cau sa451. ad loe. como con­ secuencia de oponerse y enfrentarse al rayo. pues por naturaleza era amante del pescado. e insistían en querer oír algo sobre los que no son heridos por rayos mientras duermen. pero a la verde la quema. conformes en esto. II. plata. pág. bronce.. 172 (fr. que tienen un origen discutible. como vestidos y leña seca. de F u h rm a n n ). cuyo sentido parece ser el que se ofrece. 454 D K . al tocar el tema de la causa de este fenómeno. Y al recomendarles yo y decirles que. era el momento de hablar durante la bebida sobre los rayos.f mente de una sustancia pura y limpia y la rapidez en su movimiento expulsa y depura cualquier cosa húmeda y te­ rrosa que se le mezcle. oro. los traspasa sin tocarlos. puede protegerse del resplandor del cielo’ 454. 152). que tiene una explicación común. 666A a los ligeros. la n. s i n embargo. Así dirá alguno también que no­ sotros al filosofar por placer en lo de las trufas. dije que el fuego del rayo era admirable por s u perfección y sutileza. hierro. muy porosos y desunidos por su inconsisten­ cia. « ‘Nada herido por Zeus. dejaron lo demás. Pero.» e 4. ya que está­ bamos levantando máquinas y lanzábamos truenos. al atirantar los sentidos como en un instrumento musical y tensarlos. por el que también. por lo que muchos que no sufrieron ningún otro mal.206 MORAL IA pone y prende con él. aquí y allá por el miedo abortan. oponiéndole dureza y espesor. hay que buscar ahí. el ser vivo se pone bien tenso. si precisamente es verdad que los que están acostados no mueren por los rayos. Y es posible ver a miles que han muerto por un trueno sin que tuvieran ninguna huella ni de golpe ni de quemadura. por el propio hecho de temer c morir murieron. Por tanto. tiene muchos poros por los que sonidos y olores pasan sin dejar ninguna impresión de sí mismos. por estar llenos. desigual. tan utilizado por Plutarco a lo largo de su obra. no en otro sitio. concepto proveniente de los peripatéticos. laxo y relajado y. de hálito vital 455 en todas sus partes. la naturaleza se defiende de los menos fuertes con su insensibilidad. en efecto. a las ovejas. firme consigo y compacto. sufre. en el sueño se afloja inconsistente. En cambio. desde luego. dije. pues lo que re­ siste y. sino que el alma. Y. la causa. pues las que quedan rezagadas. al modo de un pájaro sale volando del cuerpo. según pare­ ce. al disminuir y abandonarle el hálito vib tal. por el hecho de resistir. los pastores Ies enseñan a correr y reunirse en el mismo sitio. 455 El «hálito vital» (pnéuma). ante aquellos cuya fuerza es invencible sufren menos los que ceden que los que se le oponen. en cambio. . cuando sue­ na un trueno. no se opone a lo que se le presenta y muchísimo menos a lo que por una sutileza y rapidez tales como el rayo lo traspasa. un espanto no pequeño ante tales fenómenos y temor y pavor. Pues más vigo­ rosos. sólidos y resistentes son los cuerpos de los que están despiertos. »Súmale a ello. En efec­ to. . entre otras muchas conversaciones. y A r is t . de los cuales para el que está acos­ tado la inconsciencia es una defensa. de tendencia platónica. T e ó n y otros 1. Leyes 775a. Frag. como dice Eurípides. lo que sobre todo limi­ tan es el número de invitados a las bodas. Nic. 457 Juego de palabras entre déos (tem or) y syndéó (atar). de los sentidos el oído es el más sensible. Gr. los que están despiertos no sólo son consumidos por la aprehen­ sión. 9 8 2 . muy adecuadas a la fiesta de entonces. . que estaba en Queronea en la boda de mi hijo Autobulo 458. los aprieta y comprime. Sosio Seneción. entre los legisladores. como el terror les ata 457 en verdad el cuerpo. y las mayores perturbaciones las producen las agitaciones y miedos por el ruido. pues. . planteó también la de la causa por la que se invita a muchísima..h 1169b. 458 El hijo m ayor de Plutarco. sino que también. los que e combaten con empeño el lujo 459. 459 C f. fr . É í . P l a t .la celebraba con nosotros y. En cambio..LIBRO IV 207 Pues a muchos el soplo sin sangre de un trueno los mató 456. «Pues de los 456 N a u c k . com o su padre. »Y sin duda. Trag.» d C U E ST IÓ N T E R C ER A De por qué en las bodas se invita a muchísima gente al banquete Conversan Sosio S e n e c i ó n . más gente a los banquetes nupciales que a los demás. hacen que el golpe sea fuerte por el hecho de resistir. co­ mo si lo hicieran sin seguridad ni confianza. Com. para que no parezca que acusamos <mu a la ligera) a otros sin decir nada nosotros mismos. escritor pseudohistórico de la época de T olom eo I (primera m itad del siglo m a. cual Menandro del que ordenó parapetar con platos <a lá novia dice) 461. y C a r. a mi juicio al menos. Tras el verbo «parapetar» se puede esperar algo así com o «la b oda» o «la n ovia». A tt. 461 T exto corrupto que hem os preferido dejar com o nos ha llegado. no ha dicho nada convincente. cf. y Cal. 3. 2. manifiesto que no hay ninguna ocasión pa­ ra una fiesta tan clara ni tan sonada como la de los que se casan. dijo.). quien habló sobre su causa. Meca­ teo el abderita 460. pero la mesa nupcial tiene como delator al himeneo 462.. al contrario.no hablas de una cosa de novia. . 13. . 865. pues cuando se sacrifica a los dioses o se despide a un amigo o se le hospeda. dice que los que contraen matrimonio invitan a muchos a la fiesta.. fr. »Pero. C f. Frag. E n sus relatos m ezclaba hechos históricos con fantasía y m itos. En efecto. dijo. yo primero. . Quér.208 f M ORALIA filósofos antiguos. Sobre el verso. puede que pase desapercibido 667a a muchos de los íntimos. 462 Canto entonado por los am igos de los novios en el trayecto que iba desde la cara del padre de la n ovia hasta la del m arido.. se mofan de los que se casan lujosa y ostentosamente con banquetes espléndidos y aparatosos. y la antorcha y la 460 H ecateo de A bdera. Según C lem ent y F uhrm ann. habría que entender en el texto perdido la referencia a que esos preparativos corresponden a una mujer depravada en contraste con lo que sigue. P or lo norm al a la novia se la transportaba en carruaje y de n oche. los cómi­ cos.. K o c k . d e A f r o d . vol. H e l . VI 8. I 1. para que muchos sepan y atestigüen que son libres y se casan con libres. que grita fuerte. C . Eíióp. III. Y al aprobarlo nosotros. admiran y observan 463. invita a todos los íntimos. 464 Nom bre propio.209 LIBRO IV flauta. S ím aco . al mezclar con la familia otra casa. como nadie ignora que en tales ocasiones se recibe e invita a los demás. también las mujeres. por temor a olvidarse de alguien.» 3. pues no es increíble. tomando la palabra Teón. de pie en las puertas. familiares y los que de alguna manera están emparentados con ellos. y agrégale. y provisto de edificaciones y zonas residenciales. . es necesario que también los hombres sean incluidos. Porque mucho de lo relativo a los matrimonios o la mayor parte se hace por mediación de las mujeres y. y lo que es más importante que esto. si quie­ res. Por ello. dijo: «Quede así. donde hay muje­ res. L a m p r ía s y o tr o s 1. duplican el número de invitados. según diversos intérpretes del texto.» C U E ST IÓ N C U A R T A De si el mar es más fecundo que la tierra C o n ve rsa n P o l íc r a t e s . dice Homero. al unirse dos casas en una sola. Edepso de Eubea. que tales fiestas son no sólo amistosas. sino también familiares. ya que tanto el que acepta como el que da piensan que hay que acoger con bondad a los familiares y amigos de uno y otro. es evidente­ 463 I b i d X V III 495-6. cosas que. cuyas «Termas» 464 son un lugar con muchas condiciones naturales para placeres sanos. la gente. . al ensalzar casi todos a los de la tierra por ser muchos. ya que cría pescado bueno y abundante en lugares costeros claros y profundos. Y cuando el sofista Calístrato 465 estaba allí. y. tenían lugar conversaciones adecua­ das siempre a una reunión tal. 468 Polícrates de Sición. diversos y de infinitas clases y variedades. conv. quien re­ latan fue el primero que fundó una reunión diaria de hom­ bres famosos y buenos. en efecto. IV 6. 469 Quizá m iem bro del Consejo de los anfictiones. conv. el mar ofrece un mercado no menos surtido. el lugar florece. actúa com o epimeletés de los anfictiones. sobre todo. dirigiéndose a Símaco 469. defensor del partido dem ocrático. en cierta ocasión. 467 Legendario rey de Eléusis. imitaba de los antiguos a Cimón 466. En Quaest. Y. a Celeo 467. por así decir. Desde luego. 2. Muchas veces. dijo: 465 H ijo de L eón. nos ofrecieron las mesas. que estaban muy surtidas. a la que denominó «Pritaneo». VII 5. cuando la primavera está en su plenitud. ya que agasajaba con gusto a gente numerosa y variada. cuya biografía le dedica P lutarco. pero siempre. pues mucha gente llega allí durante esta estación y hacen reuniones unos con otros con toda liberalidad y por el ocio emplean muchísimo tiempo en con­ versaciones. 456 Personaje rico y liberal. vástago del fam oso estratego A rato de Sición . 1. Polícrates 468. Sin em­ bargo. interviene tam bién en Quaest. una inves­ tigación sobre si los alimentos de la tierra eran más con­ venientes que los del mar. pues su afabilidad era irresistible y su facilidad en juntar en la misma reunión a todas las personas encantadoras lo hacía muy agradable. costaba trabajo cenar en otro sitio.210 M ORALIA mente la residencia común de Grecia. Y aunque se cazan muchas aves y otros animales terrestres. hombre m uy rico que interviene también en la cues­ tión siguiente con aportaciones eruditas. fr. a pesar de haber oído la cam pana. como Arcesilao 474. 472 Respectivam ente. dando principio al período denom inado «de la Academ ia M edia». 559 ss. por superar mucho a to­ dos en excelencia. jpor Zeus!.... Sobre la afición al pescado.. 474 Arcesilao de Pítane. cf. y el otro. Lis. aunque hay muchos manjares. dijo Polícrates. N a u c k . consideremos primero el uso de las palabras. Trag. Ranas 1067 ss. quien «tras la carne comía higos 668A frescos» 473. pues llamamos exquisitos y amantes de la buena comida 472 no a los que disfrutan con la carne de vaca. opsophágous (com edor de aperitivos) y philópsous (amante de ellos). El m úsico le agradeció em ocionado el no haberle abandonado. Frag. pues del mismo modo que. a pesar f de que hay muchos poetas.. Acarn. sino a esos ti­ pos que se dan continuamente en torno a las pescaderías y rápidamente oyen la campana 475. A r i s t ó f . que eres un animal marino y criado en tantos mares que rodean por todas partes vuestra sagrada Nicópolis 47°. 473 V erso de E u ríp id e s (cf. D e la a fición a ellos da idea la graciosa anécdota relatada por E st& . ni al amante de los higos. Cab. no defiendes a Posidón? —Desde luego que quiero. X IV 2.. que . 21. el pez es el único que de un modo exclusivo o preeminente ha conseguido ser llamado manjar. Nub. 55-6. 665 ss. U n citaredo tocaba y cantaba cuando la cam pana sonó y todos los asistentes corrieron salvo uno.LIBRO IV 211 —¿Y tú. 338. Y Demóstenes dice que 470 Fundada por A ugusto en el añ o 30 cerca de Actium en recuerdo de su victoria. y Asambl. ni al amante de las uvas. Avispas 1126 ss. 90). así. O cupó en el añ o 268 la dirección de la A ca­ dem ia. como Heracles. 475 Cam pana con la que se anunciaba la venta de pescados. como Platón. 1053 y 1177. dijo Símaco. 471 H om ero.. Gr. 361. y solicito tu colaboración y ayuda a ti que recoges los más agradables frutos del mar Aqueo. —Entonces. llamamos poeta por excelencia sólo al mejor 471. es el del mar. contra toda lógica. . ¿qué es lo que quiere decir? ¿Y qué quiere decir la gente. A t e n . 18). en efecto. Y Ctesifonte 477. además. sino porque la mesa junto al mar es rica en pescado abundante y fresco? Y. 477 U n o de los m iem bros de la em bajada ateniense ante F ilípo. Catón. al hablar en público contra la molicie y el lujo de la ciudad. vol. 476 Sobre la falsa embajada 229. A lt. 198D. VIII. y P l i n .C . a un ex­ quisito que gritaba en el consejo que iba a reventar le dijo: «De ninguna manera. . Adespota. de A l b e r t o B e r n a b é P a j a r e s en B . no por causa de las olas y los guijarros (¿y qué? ¿es que alguien en la playa se come un puré de le­ gumbres o alcaparras?). 478 Verso de autor d esconocido (cf. hagas que los peces nos de­ voren.212 M ORALIA Filócrates con el oro de su traición «compró putas y pe­ ces» 476. como real­ mente lo es. no inoportunamente. invitándose para pasarlo bien? ¿No manifiestan que la cena junto a la playa es la más agradable. cuando se dicen: «¿Vamos hoy a la pla­ ya?». y lo dejó com pletam ente solo. K o c k . dijo que en Roma se vendía un pesca­ do en más que una vaca y que una orza de pescado salado la vendían a un precio que no conseguiría una hecatombe troceada con su buey ál frente 479. nat. sino realmente. . Hist. era duro de oíd o . D e una form a m uy parecida hace F h ó s t r a t o decir a A p olon io en VIII 4: «N i jam ás acusé a nadie por los peces que compran a m ayor precio que antes com praban los ricos a los caballos m arcados con la kóp- pa» (trad.G .. IX 6 7 . 479 C f. Mor. Com. echándole en cara con ello su exquisitez en comer y lascivia. amigo. C a t ó n .» Y el que hizo este versecillo: de alcaparra vives pudiendo hacerlo' de dorada 478. tam ­ bién el manjar que se vende más caro de todos. no exageraba. Frag. III. 459. jpor los dioses!. 2 7 4 F . le dijo: «¡A h! ¿pero es que ha sonado ya?». Gran parte de su vida la pasó en la corté de A ntígono G onatas. 128F. Y el rey Antígono.P itágoras y Jenócrates. 450. n . dijo Símaco. a los pescade­ ros. sino del poeta Antágoras 481 y Filóxeno 482. director de la A cadem ia desde el 339 al 314 a. Según el últim o. C. y A te n . iré al asunto con seriedad y más dialécticamente. 483 Ya m encionado supra. en la excelencia de los alimentos también lo es el más amante de ellos. como. que se hayan confundido aquí dos personajes. ¡por Zeus!. acercándose a Antágoras que cocía en el campamento con su delantal puesto una cazuela de congrios. Pues desde luego no hay que servirse de Pitágoras ni de Jenócrates 480 como árbitros de esto. Si. Escribió una Tebaida y un Himno a Eros.. y el poeta F ilóxeno de Citera.. autor de ditiram bos. 484 La misma anécdota la refiere P l u t . 481 P o eta épico del siglo ni a. es lo que yo al menos os aporto. en Mor . C . en efecto. . dijo Polícrates. 340F.LIBRO r v 213 Desde luego. eran vegetarianos. por consiguiente. de las propiedades de los fármacos el más impuesto en medicina es el mejor juez y de la excelencia de las composiciones musicales lo es el más amante de la música. tanto a vosotros. discípulo de A naxágoras. hijo de Erixis y del pintor Andrócides 483. le dijo: «¿Acaso crees que Homero escribió las gestas de Agamenón mien­ tras cocía congrios?» Y él le contestó no estúpidamente: «¿Y tú crees que Agamenón realizó las gestas aquéllas mien­ tras fisgoneaba quién cocía congrios en el campamen­ to?» 484. F ilóxen o. —Y yo. basándome en testigos y el uso de las palabras. el mejor manjar sería el que más pueda 480. Esto. manjar es lo que hace agradable la comida. . com o cree F uhrm ann. la fuente sería H egesandro. quien dicen que al pintar Escila plasmó muy apasionada y vivamente por su glotonería los peces en torno a ella. fam oso por su g lo to ­ nería e inm oralidad. 482 Es posible. d 3. como los colores la luz. 486 En realidad. resultan pesados al gusto y nausea­ bundos: e cadáveres. pero el poder de la sal. 487 C f. Por ello. escaso. 26. le proporciona gracia y placer. del mismo modo que los filósofos denominados elpistikoius mani­ fiestan que la esperanza es lo que más conforta de esta vida. y de los demás condimentos la sal es el condimento más f agradable. en época hom érica el consum o de pescado era. por el hecho de que. no soporta­ ban la carne sin sal. también Posidón tiene templo común con Deméter). y toda carne es cadáver y parte de ca­ dáver. si ella falta y no nos sazona. más rechazables que estiércol. de lo contrario. la vida no es soportable. Pues bien. 96). XVI 4. así los sabores precisan la sal para mover los senti669A dos. pues. así también se ha de colocar co­ mo sostén del apetito en el alimento eso sin cuya presencia todo alimento es insulso y desagradable. en efecto. como gimnastas que eran. Pues bien. mezclada con el pan. por así decir. . 172 (fr. «esperanzados». como un alma que se le añade. m ás bien. I. y DK . en los marinos primero la sal. lo hace agradable (por ello. .214 M ORALIA estimular el apetito en la comida. y que suprimieron del alimento todo placer superfluo e in­ necesario hasta el punto de no consumir pescados 486. ella. también 485 Literalm ente. en cambio. a pesar de que acampaban junto al Helesponto. pág. Pero es que. por lo menos los héroes que estaban habituados a una dieta sobria y sencilla. además. sin la cual nada. según Heráclito 487. es comestible. en los alimentos de la tierra no encontrarás nada así. atestiguando con ello que éste es el único condimento imprescindible. E s t r . va hacia ellos fresco y animoso. pero no son tan pesados. son carnosos.LIBRO IV 215 la gente antepone a los demás alimentos los picantes y sa­ lados y. . por su buen paladar. y no comparte siquiera ese desabri­ miento y malestar que produce la cebolla. puesto que también a nosotros nos ofrece un aire ventajoso por su sutileza y pureza. rápidamente ce­ sa. en general. el pescado. atraído por el cebo de éstos. era más adecuado para marineros y remeros que para re­ yes. Cratón aquí presentes. en c verdad. . el que son los más inofensivos: en efecto. 488 II. condimento para la bebida 488. aparte de ser los más agradables. y tiene sentido que el mar los críe sanos y ejercitados en sus cuerpos. la sal no sólo es un condimento para la comi­ da. los que tienen más sal. hacen que cualquier tipo de vino entre grato al gusto y suave. XI 630. y que cualquier tipo de agua sea agrada­ ble y reconfortante. pero si comienza por aquéllos. que los demás manjares del mar tienen. Y lo atestiguarán Zenón 489 y. antes que todo lo demás. ¡por Zeus!. pero los manjares moderadamente sazonados. 489 C onocido sólo por esta cuestión. Además. por ser el más ligero de los manja­ res. pues éstos son como filtros amorosos para el apetito hacia los demás man­ jares y. quienes a los que están enfermos les recomiendan. y. sino que incluso deshace los demás alimentos y los entrega a la digestión dóciles y más blandos. Sin duda aquel dicho homérico b cebolla. sino también para la bebida. sino que se digieren y se deshacen fácilmente. ya que la sal aporta al cuerpo la gracia del condimento y el poder de un fármaco. que no comen la carne más legítima. como si hubieran nacido y vivieran en un mun­ do distinto. frenándolos Calístrato. mofándose de los judíos. ni sonido alguno. llegando a él. en cuanto a la fami­ lia de los animales marinos. frecuentemente. al punto mueren. que traducim os por «captura» con las . ni servicio. solía decir. En cambio. Mi abuelo. ni hay necesidad de afecto alguno hacia ellos. pero sumemos a tus argumentos otros propios. En pro de estos animales te­ rrestres.216 d e M ORALIA 4. . —Bien dices. baños y be­ bida. y nosotros diremos que el manjar más legítimo es el del mar. dijo Lamprías. C U E ST IÓ N Q U IN T A De si los judíos se abstienen de la carne de cerdo por veneración o por repugnancia Conversan C a l í s t r a t o . al querer algunos exten­ derse en el argumento opuesto. sino que para ellos es como el Hades este lugar nuestro. aunque no tengamos ninguna otra justificación. se alimentan con lo mismo que precisamente nosotros y toman el mismo aire. totalmente extraña y alejada de nosotros. ya que. sin embargo. al menos. evitan su (captura) 490 (pues no puede servirse de estos recursos ningún animal que en modo alguno vive con no­ sotros). en efecto. dijo: 490 A ceptam os el térm ino prosphoras.naturales reservas. P o l í c r a t e s y L a m p r ía s 1. Y cuando se expuso esto. ni su mirada. por lo cual también la gente se avergonzaba de dego­ llarlos. porque lanzaban gritos lastimeros y por haberles hecho a la mayoría de ellos partícipes de sus costumbres y forma de alimentación. y yo. ante cada uno de los cuales cada sacerdote egipcio se comporta como si fueran muy sagrados. creo que el animal goza de cierta estima entre estos hombres. pues. . sin embargo no es más raro en su aspecto o más burdo en su constitución que un esca­ rabajo. y éstos. si bien 670a el cerdo es deforme y sucio. 492 Efectivam ente. musaraña. pues lo que se dice entre ellos parecen mitos. f 2.LIBRO IV 217 —¿Qué opináis sobre lo que se ha dicho respecto a los judíos de que no comen la carne más legítima? —Que es sorprendente. en cambio. dijo Calístrato. de gran tam año y m uy voraz. Al cerdo. al pisotearlos y hozarlos. en efecto. con la punta de su ho­ cico. En cuanto a aüouros (gato) resulta sorpren­ d ente encontrar en este animal algo de extraño. ellos. el térm ino griego para designar el arado ( hynis) deriva de la palabra «cerdo» (hps). pues. además. Y los egipcios que labran los terrenos blandos y bajos de su región no preci­ san del arado en absoluto. por lo que Fuhrmann entiende que ha de leerse «siluro». si no es que naturalmente tienen ciertas razones de peso para no divul­ garlo. me pregunto si estos hombres se abstienen de comerla por cierta estima a los cerdos. dejó la señal de la arada y enseñó el trabajo de la reja. sino que. pez parecido a la anguila. cuando el Nilo refluye. De ahí que digan también que a esta herramienta le viene su nombre del. cocodrilo y [gato] 491. b tras anegar los labrantíos. se dice que se le estima por una razón práctica. —Yo. remo­ vían la tierra rápidamente a fondo y enterraban la semi491 T exto corrupto. cerdo (h y n isf92. según cuentan. dijo Polícrates. sol­ taban los cerdos. La conjetura de W yttenbach aceptada por Fuhrm ann es «buitre» (grypós). al ser el primero que surcó la tierra. siguiéndole de cerca. o porque aborrecen al animal. entre ellas y el pico forma un triángulo equilátero. quien cita com o la fuente de esta historia a D em ócrito. . 497 C f. mientras duerme. y algunos. El acalefo u ortiga de mar pertenece al grupo de lo s celentéreos. c Y al león lo asocian con el sol. tom a form a de medusa. y sus fuentes sueltan chorros de agua por aberturas con forma de león 495. ya que a la oscuridad la consideraban más antigua que la luz. cuando otros animales. sino a rebaños en general. que. la musaraña dicen que ha sido deificada por los egipcios por ser ciega. VIII 34. pesa dos dracmas 496. 496 U n dracma en época de P lutarco pesaba entre 3 y 4 gr. hist. en el momento de salir del casca­ rón. cuando adul­ to . an. 366A . II 14. Pero ¿cómo acusaría d uno a los egipcios por tamaña insensatez. Var. ade­ más. y. Efectivamente. IV 17. Mor. 495 C f. incluso. y que ella nacía de ra­ tones en la quinta generación.. y que los magos de Zoroastro 493 C f. en donde se relata lo m ism o. gozan de una esti­ ma mayor entre los bárbaros. n o se m enciona al cerdo. y E lia n o . cuando es novilunio. V 39. y se echa muy poco tiempo y. 494 E li a n o . es el único que pare crías que ven. L a e r . lia 493. D ió g . por cierto. H e r ó d . porque. sus ojos siguen brillando 494. y que de los animales marinos. Y el ibis dicen que. de los cuadrúpedos de garras corvas. y que con sus patas extendidas. se abstenían especialmente del salmonete y acalefo 497. Nat.218 MORAL LA. donde. totalmente ridiculas. como el corazón de un niño recién nacido. que se achicaba su hígado cuando desaparece la luna. porque el Nilo trae agua nueva a los labrantíos egipcios cuando el sol pasa por Leo.. cuando cuentan que también los pitagóricos veneraban al gallo blanco. por causas triviales. Y no hay que admirarse si por esto algunos no co­ men cerdo. si precisamente sintieran asco del cerdo. consideraban divinas la rapidez del animal y perfección de sus sentidos: su ojo. también uno dirá que los judíos se abstienen de la liebre por aborrecerla como a un animal abominable e impuro. —Desde luego que no. en sus caracteres sagrados. 499 E n realidad. inferior en tamaño y grosor. así también honran al cerdo por haber sido su maestro de la siembra y labranza. en efecto. porque los bárbaros más que nadie se aterran ante las manchas 498 Cf. de suerte que no hay nada tan pequeño que sea tan semejante en la forma a algo grande. Y quizás tiene sentido que. estos hombres parecen execrar la carne porcina. 3. lo matarían. como los magos matan a los ratones. ¡por Zeus!. Historias V 3 ss. ¡por Zeus!. pues su piel. ya que la liebre pare­ ce ser un asno. era la oreja de vaca la qu e se destinaba a tal fin. de suerte que incluso duerme con los ojos abiertos. . y parece aventajar a todos en finura de oído. es infatiga­ ble. orejas y el brillo y vivacidad de sus ojos se parecen ex­ traordinariamente. En cambio. <si no). y a quien más de ellas mataba. mas he aquí que.LIBRO IV 219 honraban más que a nada al erizo de tierra. dijo Lamprías interrumpien­ do. por admira­ ción de la cual los egipcios. representan el oído pintando orejas de liebre 499. actuando como egipcios también con las cualidades. el ma­ tarlo les está prohibido. en tanto que la de liebre se em pleaba para significar «ser». al igual que el comerlo. T á c it o . lo consideraban amado de los dioses y bienaventurado? Pero creo que también los judíos. sino que se abstienen de la liebre por su semejanza con el animal más honrado por ellos. si no es que. lo mis­ mo que honran al burro por haberles descubierto una fuente de agua 498. pero detesta­ ban a las ratas de agua. (así) 502. enmudece y reprime sus gruñidos por un miedo mayor. 502 Estim am os que en oú se ha de leer el adverbio hóutós (así). si no es que puestos boca arriba las niñas de sus ojos sufran un vuelco contra su naturaleza. E s­ cribió Amores o Hermosos y la Historia de Orfeo y Calais. también la suciedad en las costumbres del ani­ mal conlleva cierto estado enfermizo. por cierto. que por lo normal está gru­ ñendo. creen que se les han corrido a sus propios cuerpos. . pues a ningún otro vemos que disfrute tanto con el fango y lugares sucios e inmundos. Y se dice que también los ojos de los cerdos son tan turbios y ga­ chos en su mirada. que jamás captan nada de lo de arriba b ni miran al cielo. creen que era el amado de Dioniso. por cierto. y creen que por el contacto tales enfer­ medades consumen a los hombres y vemos a todos los cer­ dos blancos bajo el vientre de lepra y exantemas sarnosos. otros.220 M ORALIA blancas y la lepra. se dice que Adonis 500 fue destrozado por un jabalí y se cree que Adonis no es otro que Dioniso. Por ello. los cuales. o bien por haberle enviado el animal Ártem is o el propio A res por celos. y. bien por desa­ tender los consejos de A frod ita. en cambio. y que muchas de las ceremonias efectua­ das en honor de ambos en sus fiestas ratifican esta inter­ pretación. 501 P oeta helenístico a quien no se le puede fechar con exactitud. cuando se produce en el interior del 67ia cuerpo una indisposición o malestar. si no tenemos en cuenta aquellos cuyo nacimien­ to y vida tienen lugar en estos mismos sitios. si también hay que añadir los relatos míticos. y Fanocles 501. Además. el animal. aterrado por la falta de costumbre ante la vista de los cielos. también. hombre versado en el amor. se tranquiliza cuando se pone así y. lo representó: 500 Es probable que A donis corresponda al térm ino sem ítico «A d on » (señor). Adoras fue m uerto por un jabalí mientras cazaba. 226.» 2. al agitador de mujeres. a tu dios patrio 504. dijo: «Dé­ jale. pero lo que de palabra no está prohibido relatar a amigos y. el momento y la forma de la fiesta mayor y más solemne entre ellos corresponden a Dioniso. III. CU E ST IÓ N SEXTA De quién es el dios de los judíos Conversan S í m a c o . Anth. Pues bien.ocultas de los hebreos? ¿O. te respondo y digo que no es otro. a Dioniso’ 505. 506 C onocido sólo por este pasaje. ‘al dios del evohé. dijo: «En primer lugar. tomando la palabra. especialmente. 504 Su madre Sém ele era princesa de Tebas en Beocia. . 503 C f.. M e r á g e n e s y otros 1. 505 B e r g k . Adespota. cuando recorría la sacrosanta Chipre 503. hay alguna razón que demuestre que es el mismo que aquél?» Y Merágenes 506. II. Gr. Lamprias. que florece en­ tre honras delirantes. si éstos me lo piden. lo inscribes y encie­ rras en las prácticas. admirado Símaco por lo últimamente expuesto dijo: «¿Es que tú. estoy dispuesto a contar. pues yo.LIBRO IV 221 Y como al divino Adonis raptó el montaraz Dioniso. Lyr. D i e h l . y la mayor parte de los testimonios en favor de esto se dicen y enseñan sólo a los que están iniciados entre nosotros en la celebración trienal de los grandes mis­ terios. Pues bien. que soy ateniense.. vol. 131. v o l. Lyr. pág. Poet. en reali­ dad. como todos se lo pidieran y rogasen. a la hora del vino con los dones del dios. y no incorrectamente se podría decir que su nombre se debe a cierta agitación súbita que domina a los Bacantes. Pero. lo que hacen no lo sabemos. en plena vendimia. »Y ellos mismos confirman esta interpretación al cum­ plir con el sábado. tienen la costumbre de pro­ bar. en la que penetran en el templo llevándolos. ponen mesas con toda clase de frutas bajo tiendas y cabañas en­ tretejidas principalmente con sarmientos y yedra. sino abiertamente «de Baco». incluso aún ahora. 260. y. y K o ck . 509 El epíteto de D ion iso se relaciona con el dios tracio frigio Sabos o Sabarios. tras el llamado ‘Ayuno’. Y se podría decir que esto es sólo verosímil. se puede confirmar por Demóstenes y Menandro 51°. debiéndose la denominación al Liberador. y tocando la cítara avanzan otros. de F u h rm an n . Cor. a la que ya no llaman con enigmas. sobre el tem a. Frag. una vez que entran. Sabato (Sabbáíh ) viene de la raíz Sbt ( = cesar). pues también al in­ vocar al dios utilizan pequeñas trompetas. p ág. y pocos días después celebran otra fiesta. la erudita n. en tanto que Iahweh-Sabaoth significa «D io s de los ejérci­ to s» . . o mejor a Evio 508. pues muchos. mas es probable que lo que se realice sea una bacanal. ya que es precisamente cuando se invi­ tan unos a otros a beber y alegrarse con el vino. 510 Dem . y al primer día de la fiesta lo denominan ‘Tienda’ 507. pero. y creo que la fiesta de los sábados tampoco carece de relación con Dioniso. a quienes ellos llaman Levitas. en todo caso. 508 E tim ología fantástica. refuta con con507 C f. sin duda. llaman Sabos 509 a los Bacantes y lanzan este grito cuando honran con orgías al dios.. vino puro. A ít. en primer lugar. Com.. Y es una fiesta que consiste también en una procesión de ramos y de tirsos. cuando lo prohíbe una fuerza mayor. lo que. como lo argivos en las Dionisíacas.222 M ORALIA pues. ad loe . 1060. X X X IX . En donde también se trata de la posición del s o l 512 511 C f. III 7.» CU E ST IÓ N SÉPTIM A De por qué la gente enumera los días. . y a lós así conde. J. 512 Sobre este tema. ad loe. sin duda. a ningún otro dios conviene más que a Dioniso. que tienen el mismo nombre que los planetas no en el orden de ellos. Levítico VIII 6-9. porque parece que estropea la mez­ cla de vino.. entre los bárbaros. Y los rebate también el b tirso que aparece tallado en los frontispicios del templo y los tímpanos. Más aún. y J o s e fo . el que prohíbe el vino a los casti­ gados cuanto tiempo ordene el que impone el castigo. pues esto. y ha­ cen ruidos en las fiestas nocturnas y a las nodrizas del dios las llaman ‘tañedoras de bronce’. como también entre nosotros.LIBRO IV 223 tundencia a los adversarios de esta teoría su sumo sacerdo­ te. y del vestido cuelgan muchas campanillas que tintinean al andar 511. sino en el inverso. de los muchos castigos existentes entre ellos. con túnica talar y corturnos.. A. Y una señal náda pequeña de que los judíos creen esto c es que. de C le m e n t y F u h rm a n n . que precede en las fiestas con la mitra puesta y envuel­ to con una piel de ciervo bordada en oro. en la idea de que la miel tiene la naturaleza más contrapuesta al vino. y ésta era su libación y ‘vino’ antes de apare­ cer la vid. no emplean miel en sus actos sagrados. consúltense las nn. Incluso hasta ahora. los que no hacen vino beben hidromiel. Éxodo X X V III. rebajando la dulzura con la mezcla de raíces vinosas y amargas. y los griegos ofren­ dan estas mismas libaciones abstemias y de miel. uno es sobre todo denigrante. II 136.224 M ORALIA CUESTIÓN OCTAVA De por qué la gente lleva anillos sobre todo en el dedo anular 513 C U E ST IÓ N N O V E N A De si hay que llevar en los anillos imágenes de dioses o de hombres sabios C UESTIÓ N D É C IM A De por qué las mujeres no comen el cogollo de la lechuga 514 513 Cuestión imitada por M a c r . y A te n . X 10). favorece en la m ujer la subida de la leche y provoca las m enstruaciones. 7-1 6 (c f .. 5. nat. VII 13.. la lechuga es un antiafrodisíaco. Hist. adem ás. 69E. A uxo G elio.. . XIX 127. . Sat.. P lin .4 Según D ío s c ó r . Y a que. en verdad. comparte sus sentimientos de alegría y. deján515 H om . sin embargo. los de tristeza.. tan pronto han acabado la cena. I 156 ss. sino que ésta. II. recibiendo.LIBRO V INTRODUCCIÓN 672D De los placeres del alma y del cuerpo. me parecía que de ningún modo aceptabas ni aprobabas a los que creen que no hay en absoluto para el alma ningún deleite ni alegría ni prefe­ rencia propios de ella.. en la bebida las personas educa­ das y elegantes 517. aparte de otras muchas ocasiones en que la ramplonería de esta opi­ nión se revela como falsa. Hace tiempo.. E! primero apunta al hombre mesurado que une e . la opinión que tú tienes para mí al menos es desconocida . en medio hay muchísimos montes umbríos y un mar resonante 515. 517 Plutarco utiliza tres térm inos para designar al hom bre culto: epiei- kés. como un cuerpo moldeable o un espejo. al convivir simple­ mente con el cuerpo. imágenes e impresiones de las sen­ saciones que se producen en la carne 516: pues. 516 Teoría epicúrea. kharíeis y astéios. Sosio Seneción. a su vez.. arte en el que d escolló el poeta Leónidas el alejandreo (cf. temas históricos y con la investigación de algo singular. y H e r ó d . estudios. cogen y disfrutan la comida y bebida apropiadas. com o ocurre en los versos isop sefos. A r i s t ó f . y alegrándose unos a otros con la conversación. Pal. y VII 715). libre ya de preocupa­ ciones y servidumbres. el resto del tiempo se vuelve a sus propios placeres. . y el tercero lo educado y culto. como las nodrizas al dar la comida a los crios participan poco del placer de ella. cuando aquél tiene suficiente y se tranquiliza. al ver que incluso la gente vulgar e inculta tras la cena eleva su mente a otros placeres muy lejos del cuerpo. ella. pero. pero cuando los dejan satisfechos y dormidos tras conseguir que dejen de llorar. cuando plantea enigmas. pues. a solas consigo mismas. entonces. Y ¿qué se podría decir sobre esto. también los banquetes en sí lo justo y decente.. adem ás. regalándose con conversaciones. Ant. el segundo al que com bina lo b ello y gracioso. 519 En este tipo de juegos cada letra tiene un valor num érico. a modo de ama de cría.. VI 129)... Avispas 15 ss. 518 Era costum bre en los sim posios griegos plantearse durante la bebi­ da toda clase de enigm as y acertijos con castigos para quienes no lo resol­ vieran. Así. y extraños aque­ llos que tiñen con su color al cuerpo.. VI 321 ss. contentándolo en lo que le pide y aplacando sus deseos. a consecuencia de esto. acertijos 518 y colocaciones de nombres en números simbó­ licos 519 y. así el alma participa de los placeres de la bebida y comida sirviendo. Am plia información sobre sus diversos tipos ofrece A te n ..226 M ORALIA dose arrastrar a la conversación. a los apetitos del cuerpo. (cf. en la que el cuerpo participa nada o muy poco. 448B ss. atestiguan que este almacén de deleites está reservado al alma como algo pro­ pio y que estos placeres son sólo del alma. como a segundas mesas. no por «apartar sufrimiento. cuan­ do Estratón 523. sino porque la afición a los es­ pectáculos y al saber que por naturaleza hay en el alma de cada uno busca cierto goce y placer propios. pág.. pág. 279 (fr. cuando nos hemos apartado del cuidado y preocupación por el cuerpo. 711E-712D . estando tú también presente en Atenas con nosotros. 524 A m igo de Plutarco que perteneció primero al círculo de A m on io y posteriorm ente se pasó al epicureism o. como ocurre entre personas cultas. ad loe. parodias y a los que representan a Menandro 520. 522 Ibid. 72. 523 Personaje no bien identificado aún (cf. Luego. el epicúreo. ni porque produzcan «un ligero y propicio mo­ vimiento en la carne» 522. de F x jh rm a n n sobre él). C U E ST IÓ N P R IM E R A De por qué oímos con gusto a los que imitan a irritados c y afligidos y con disgusto cuando se debaten en estos sufrimientos Conversan P l u t a r c o y a m ig o s e p ic ú r e o s suyos 1. el recuerdo de la comedia fijó la conversación en torno a la 520 C f. Sobre estos temas mantuvimos una conversación. ... 411). cf. alguno del cuerpo» 521. en esta m ism a obra. en efecto>mucho de él). n. mientras se nos agasajaba en casa de Boeto 524. el cómico.227 LIBRO V hicieron un sitio a mimos. y cenaban también no pocos de su escuela.. Epicúrea. vivió días de éxito (se hablaba. U s e n e r .. 521 M áxim a epicúrea. si uno le ofreciera como regalo un trozo de plata sin pulir y otro una figurilla o copa de plata. co525 Sobre el valor de este proverbio. si consigue su objetivo. dije que. que es amante del arte y la belleza. como por naturaleza somos racionales y amantes de las artes. Parem. cf.228 d e f M ORAL IA búsqueda de la causa por la que. L e u ts c h . al tiempo. igual­ mente. así el hombre. en tanto que los que fingen estos senti­ mientos e imitan sus gritos y ademanes nos encantan. Por tanto. un perrito o un torillo hecho de harina. conscientes de esto. Pero yo. nos comportamos familiarmente con lo que se hace racional y artísticamente y lo admiramos. vol. Pues bien. por cierto. II. afligidos o temerosos. aun poniendo un pie en corro ajeno 525. pues. por ser amiga de lo dulce. como el imitador está en mejor situación que el que de verdad sufre y se diferencia de él en que no sufre. cuando oímos gritos de irritados. nos apesadumbramos y malhumoramos. ai igual que la abeja. pues lo refinado y elaborado atrae a la natu­ raleza sin aprendizaje como algo familiar. verás que se tira a éstos. tiende por naturaleza a acoger y encariñarse con cualquier acto o hecho que par­ ticipe de inteligencia y razón. cogería antes esto en lo que ve mezclados lo artístico y racional. nosotros. busca y persigue cualquier substancia en la que se mezcle algo del dulzor de la miel. que se refiere a personas indis­ cretas y ridiculas.. Corp. e. . pág. si uno ofrece a un niño pequeño un pan y.S c n e id e w in . Gr. 690 (20c). Desde luego. que. más o menos una era la opinión de todos aquéllos: dijeron. 2. nos deleita­ mos y alegramos. De ahí que también los niños a tal edad disfruten más con cuentos de misterio y con juegos que tienen cierta complicación y dificultad. experimentamos algo pareci­ do. en cuyo rostro dicen que el artista mezcló algo de plata. pero contemplamos con gusto estatuas y retratos suyos. pero el que imita a una gallina cacareando o a una corneja. es una gran prueba para los cirenaicos 528 contra vosotros de que no está en la vista ni el oído.b ción molesta y desagradable son una gallina cacareando sin parar o una corneja.. dije. pero ante Filoctetes 526 pintado y Yocasta 527 es­ culpida. ¡epicúreos!. en tanto que en la imita­ ción aparece cierto ingenio y don de persuasión. tendemos por naturaleza a disfrutar con 674a éstos y nos apesadumbramos con aquéllos. que se hizo proverbial? En verdad.LIBRO V 229 rao al irritado o afligido de verdad se le ve con unos senti­ mientos y emociones corrientes. 528 Escuela fundada por A ristipo de Cirene. 527 M adre de E dipo. Y. «Y ésta. La idea expresada aquí por Plutarco la reproduce D ió g . sino en nuestro pensamiento el placer que se recibe con audiciones y espectáculos. una audi. dicen que. Tampoco sopor­ tamos ver a tísicos. que defendía un agnosti­ cism o frente a las cosas externas. . otros 526 H éroe griego. por el hecho de que la mente es arrastra­ da por las imitaciones debido a su afinidad. al contemplar obras de arte. y que fue abandonado en la isla de Lem nos por haber sufrido en el pie la mordedura de una serpiente venenosa. II 90. a quien Sófocles le dedicó unía obra del m ism o nom ­ bre. pues vemos con tristeza a un hombre moribundo o enfermo. nos divierte. disfrutamos y la admiramos. si precisa­ mente se acierta. en efecto. cuando Parmenonte era famoso por su imitación. »Porque ¿qué experimentó la gente o qué situación ex­ terna se produjo para que admiraran tanto al cerdo de Parmenonte. L a e r . En efecto. para que el bronce diera la impresión de una persona que desfallece y se extingue. cuando no se añade la opinión de que lo que se hace se realice de una forma racional y con afán de superación. Corp. pero como el cerdo de Parmenonte n ad a\ uno se presentó con un lechoncillo bajo el brazo. pág. al actor trágico. soltó el lechoncillo en medio. por competir con él hacían sus exhibiciones. Según F . incluso. probándoles que su juicio se apoyaba en la opinión. y como la c gente tuviera una idea preconcebida y dijera: ‘Bien.230 MORALLA.S c h n e id e w in . . al admitir.t vol. L e u ts c h . 412 [87]). y como. Babbitt. C. pues. I. no pudieron contener 529 La frase quedó com o proverbial (cf.» C U E ST IÓ N S E G U N D A d De que era antiguo el certamen de poesía Conversan P l u t a r c o y otros En los Juegos Píticos se mantenía una conversación so­ bre los certámenes añadidos. a pesar de oír el auténtico gruñido. no en la verdad. Gr. en el sentido de que había que eliminarlos. 530 Se trata del certamen primero y m ás antiguo conocido con el nombre de «nom o pítico» en honor a A p o lo . el citarista y el citaredo 530—. C. con lo cual está muy claro que la misma impresión del sentido no afecta igualmente al alma. Parm enonte había sido un fam oso actor cóm ico de finales del siglo rv a. además de los tres esta­ blecidos desde un principio —el flautista pítico. a quien sigue Fuhrm ann. la gente murmurara: ‘Bueno y ¿qué es este cerdo comparado con el de Parmenonte?’ 529. Parem. y. como cuando se abre una puerta. 65 4 ss. en los que refieren que Ho­ mero y Hesíodo disputaron con sus versos 534. el calcideo. como es natural. defendíamos las artes de las Musas. dese- 531 Su nombre com pleto. además de no conservar su austeridad y carácter musical. como son. 533 H e s . el tesalio. la raza de prosistas y poetas. Pero. Pues bien. Y durante la cena en la que nos agasajaba f Petreo 531. como la conversa­ ción recayera de nuevo sobre lo mismo. sino que. Mostramos que la poesía no había llegado ni tarde ni recientemente a los Juegos Sagrados. 534 C f.. para algunos era previsible que yo aportaría ejemplos trasno­ chados: los funerales de Eólico 532. y en no menor medida pensaban que había que suprimir de los Juegos. de F u h r m a n n . no por odio a las letras. la n.LIBRO V 231 los múltiples espectáculos que acometieron e irrumpieron juntos. nosotros en el Consejo corregía­ mos a los que querían cambiar lo establecido y acusaban a los Juegos. es L. ad loe. se nos dice que fue uno de los hombres que m ás hizo prosperar a D elfos. Trab. En Mor. planteó problemas a los jueces y muchas enemistades. Pues bien. y los de 675A Anfidamante 533. 409B. como a un instrumento musical de muchas cuerdas y tonos. por lo cual la e competición tuvo un abigarramiento y popularidad nada desagradables. sino que hacía mu­ chísimo que conseguía coronas de victoria. como si se tratase de un fardo. los más famosos de los competidores. aun­ que los consideraban a todos encantadores. al ser muchos los vencidos. se avergonzaban ante ellos y apesadumbraban de que. con mucho. . Cassius Petraeus. según las inscripciones délficas. el presidente de los Juegos. 532 Personaje no identificado. no pudiesen vencer todos. 536 Hijo de Posidón. acudir a la obra Sobre los tesoros de Delfos. se encontraba un libro de oro.. como el destino. Pues bien. a su regreso organizó los juegos en honor de su padre. Y como muchos saltaran y reclamaran un fiador de una historia tan increíble y extraña. Medea lo asesinó con un falso baño de rejuvenecimiento. C. su hijo. ofrenda de Aristómaca 540 de Eritras. dije que tam­ bién al enterrar a Pelias 536. rey de Yolcos (Tesalia). . creo. tuvieron tres 535 H o m . su hijo. de Polemón 539. como es lógico. Los Juegos Píticos. en efecto. que había vencido dos veces los ístmicos con poemas épicos. viaje en busca del vellocino de oro. Ni tampoco es justo asustarse ante una Olimpia ni invariable ni inmutable. //. en el tesoro de los sicionios. libro Sobre Libia. pero. se le llama «el ateniense» por haber conseguido la proxenía de esta ciudad. la lectura de esta obra no es corriente. y Acasto. que participó en el viaje de los Argonautas. allí encontraréis escrito que. en c los Juegos. Los editores modernos aceptan el conjunto rh ’ ¿monas. el ateniense. hémonas y rhim onas. hombre muy instruido y muy al tanto dé las cosas helénicas. Aunque. escritor prolífico que trató temas erudi­ tos con serias pretensiones científicas. 539 Geógrafo (siglo ii a. la tesalia Manto. estableció un concurso de poesía y venció Sibila 537. Bajo su iniciativa em­ prendió Jasón su famoso. Acasto. Los términos son. en realidad. nació en Ilión. 538 Historiador de los siglos m o n a. «Por cierto.232 MORAL IA chando por estar muy divulgados en las escuelas por los gramáticos cualquiera de ellos y dejando a un lado el que algunos lean en los funerales de Patroclo no «tiradores» sino «oradores» 535. les manifesté que Acesandro 533 lo refería en su . 537 Posiblemente.). respectivamente. dije. 540 Personaje desconocido. C. es interesante. en la idea de que efectivamente tam­ bién Aquiles propuso premios para discursos. recordándolo por forb tuna. para la mayoría de vosotros. XXIII 886. en tanto que en los Olímpicos todos son una adición. La cena. 544 Interviene sólo en esta cuestión. tenía lugar en CoS41 Cf. de nuevo. se ha in­ novado mucho en la fiesta. 5. P l u t a r c o . V 9. no sea que me pidáis de nuevo un fiador de la historia y haga el ridículo. aunque también pusieron muchos. pero el gimnásti­ co se instituyó así desde el principio en su mayor parte. después. V 8. P au s . ibid. 1. L u c a n i o . cf. y ahora. y VIII 26. 4. y de que al principio coronaban con pino a los vencedores de los ístmicos. u n rétor y o tr o s í . si escapara a mi memoria su nombre por causa del vino. que ratifica este punto de vista. 6. con apio. ..» d CUESTIÓN TERCERA De cuál es la causa por la que el pino se consideró consagrado a Posidón y Dioniso. a la que nos había invitado Lucanio 544. salvo la carrera 541 y. 543 Región donde se encuentra el santuario de Olimpia. con pino C o n v e r s a n P r a x ít e l e s . después los suprimieron. Y temo decir que antiguamente también en Pisa 543 un certamen de lucha individual llega­ ba hasta la muerte y degüello de los vencidos y caídos. IV 4. en general. Se investigaba por qué razón el pino en los ístmi­ cos se convirtió en corona. como la competición de la carrera al trote y la de carros de muías 542 y también se suprimió la corona impuesta a los pentatlos infantiles y. 142 Para ambas carreras.. el sumo sacerdote.233 LIBRO V o cuatro certámenes musicales accesorios. Madre e hijo fueron posteriormente deifi­ cados por Dioniso o Afrodita. fue discípulo en Atenas de Diógenes de Babilonia y trabajó varios años con Aristarco en Alejan­ dría. en efecto. 547 Conocemos dicho culto en Trecén. según se dice. perseguida por su esposo Altamante. Leucótea. no inadecuadamente se asocia a las honras por Melicertes. no lejos de Mégara hay un lugar que se denomina «Carrera de la Bella».234 M ORAL IA rinto. como el árbol también estaba consagrado a Dioniso. a una. Entras. y. 546 Hijo de Ino. al decir muchos. dio a su obra una orientación filológico-histórica. pues ambos dioses tienen fama de ser soberanos del principio líquido y generador. por así de­ cirlo. desde luego. si se piensa que Dioniso es un dios de la vegetación. que. por el que los de Mégara dicen que Ino con el niño corrió hacia el mar. se arrojó al mar con su hijo Melicertes. transformándose la primera en una diosa del mar. según distintas versiones. Y. sino fundamentalmente por la construcción de 545 Volveremos a encontrarlo en VIII 4. y su hijo en Palemón. . 549 Apolodoro de Atenas (ca. no como cree Apolodoro 549 por ser una planta marítima ni porque sea amiga del viento. el geógrafo. esto mismo propiciaba la investigación de por qué causa los antiguos consagraron a Posidón y Dioniso el pino. se podría decir que el pino se rela676a ciona con Posidón por derecho propio. sacrifican a Posidón Nutricio 547 y a Dioniso Arbori­ cultor 548. f A nosotros no nos parecía nada extraño. enloqueci­ do por Hera a causa de haber acogido como hijo a Dioniso. Praxítee les 545. mientras se celebraban los Juegos ístmicos. se encontró el cuerpo de Melicertes 546 arrojado por el mar contra un pino. Sin embargo. 180-120/110). Rodas y Atenas. que la de pino es una corona propia de Posidón y añadir Lucanio. a saber que. Mégara. que. Hombre erudito. adujo la razón mitológica. 548 El epíteto no tiene nada de sorprendente. Y. como el mar (pues también esto lo dicen algunos). todos los griegos. los pinos marítimos y abetos. Y cuando se dijo esto. y. en efecto..LIBRO V 235 barcos. en general. que es muy adecuado para la salud del vino y su conservación. dijo: «¡Por los dioses!. Y a Dioniso le consagraron el pino por estimar que suaviza el vino. el maestro de retórica que gozaba de mayor fama de estar familiarizado con las cien­ cias liberales. y. y de la Galia vienesa se trae un vino mez­ clado con pez. que los lugares abundantes en pinos producen una vid de vino agradable. además. al quitarle rápidamente con su calor lo que tiene de nuevo y acuoso el vino. todos. así como la tintura de la pez y resina. también el vino madura a la par. . por ello. sin la cual la utilidad de los ensamblajes en el mar es nula. como también al agua la hace muy fina y agradable la arcilla. nat. sino que también le dan consistencia. ya que ensancha e hincha con el calor el grano.el pino aquí 550 La mencionada afirmación no se localiza en ninguna parte de su obra. dicen. XIV 121. muy estimado por los romanos. y Teofrasto 550 lo achaca al calor de la tierra. pues él y los árboles afines. en efecto. 2. como los eubeos de Grecia y los que habitan en los alrededores del Po de Italia. el pino crece en lugares arcillosos y la arcilla es cálida. proporcionan las maderas más aptas para la na­ vegación. ¿es que. Pues pro­ ductos tales no sólo añaden cierto aroma al vino. pues. 127 y 134. es natural que la vid se beneficie del propio pino. 552 Así lo hacen los griegos actuales con su vino de mesa común de­ nominado «retsina». P lin . Sin embar­ go. 551 Cf. mezclada con el trigo le produce un crecimiento excesivo. Hist. embadurnan los toneles con pez 551 y mu­ chos mezclan un poco de resina 552 con el vino. y también este epigrama figurado muestra una vasija cubierta con laurel.desconocido. y P o l ie n o . pág. Sus Historias contaban la historia del occidente griego desde süs inicios hasta la primera guerra púnica. por cierto. rey de Macedonia (283-240 a. Por su erudición y espíritu libresco fue muy criticado por Polibio. V 12. K o c k . con los que los corin­ tios coronan a los vencedores 555. »Además. al considerar la mayoría el encuentro como un augurio no favorable. Adespota. pues el propio Polibio incluyó su obra cronológicamente en la de Timeo. Y. fue desterrado de su patria y vivió en Atenas cincuenta años..236 MORAL LA no se convirtió en corona de los Istmicos ayer o anteayer. D io d . el historiador. C. porque le brotó espontáneamente apio en la popa. y antes se coronaba con apio? Esto se puede oír en la comedia a un avaro que dice: con gusto vendería los ístmicos al precio que está la corona de apio 553. al contrario. C. Timoleón XXVI. lo que no obsta para reconocer en él una fuente de primer orden.).). Y así está compuesto: La tierra Coliada abrasada por el fuego esconde la oscura sangre del impetuoso Dioniso con las ramas ístmicas en su boca 557. cuando marchaban para combatir con los carta­ gineses por Sicilia. 557 Versos de autor . que a los corintios. P l u t a r c o . porque parece que el apio es fúnebre y decimos que los que están gravemente enfer­ mos «precisan apio». 1. 153. A tt. 553 Cf. 556 La nave de Antígono Gonatas. XVI 79. . III. Ies salieron al encuentro unos burros cargados de apio. 3-4. Timoleón. Frag. vol. que la nao capitana de Antígono 556 fue llamada Istmia. »Y relata también Timeo 554. 356-260 a. 554 Timeo de Tauromenio (Sicilia) (ca.. los animaba y les recordaba los apios del Istmo. 555 Cf. Com . 438. 558 Con hojas de apio seco se coronaba en los Juegos Ñemeos. sin embargo. Efectivamente. en cam. desde Nemea. cuando los llevan como corona para los premios. dijo: «¡Posidón. vosotros los que veneráis al pino no como una corona importada y reciente de los ístmicos. mítico y libresco. de nuestra incultura e ignorancia. que decía.LIBRO V 237 »¿Es que no habéis leído esto. finalmente. que era forastera. a la de pino. lá privó de ser el símbolo sacro adecuado 558. de nuevo. como afirma Plutarco. Pero Lucanio. con el tiempo. así. mirándome a mí y sonriendo al tiem­ po. y venciéndola. dijo. como si fuera un hombre muy sabio e instruido. luego se pasó a la de apio y. trataban de persuadirnos de lo contrario. Heracles lo único que hizo fue renovar los Juegos Ñemeos y consagrarlos a Zeus.f bio. otros. 3. en tanto que en los ístmicos se empleaba el verde. por cierto. 677A estaba convencido de ello y le prestaba atención. antigua?» De seguro que impresionó a los jóvenes. poco más o menos.» Yo por mi parte. recuperando de nuevo su antigua dignidad. . sino tradicional y. el pino ñorece con honor. En realidad.) estudió en Atenas y fue segui­ dor del estilo de Calimaco. sobre Melicertes: Llorando colocaron al niño sobre unos pinos cercanos [al mar. se intro­ dujo por emulación a causa de Heracles. Escribió pequeños poemas en los que se entre­ mezclan lo armonioso. según parece. Después. la corona más antigua en los ístmicos era la de pino. aprovechándose. de que el pino era la corona tradicional de los juegos y de que. C. la de apio. 559 Euforión de Caltis (siglo m a. qué cantidad de citas!. hasta el punto de saber muchos testimonios y recordar en ese mo­ mento a Euforión 559. y desdeñarán al pino. Efira parece ser el nombre antiguo derivado de la diosa tutelar de la ciudad. P f e i f f e r . 560 La luna. cf. 565 Corinto. Por su parte. KaUimachostudien. 556 Desconocido resulta Proeles. Jenócrates fue director de la Academia desde el año 339 hasta el 314 a. derrocando a los jonios. desde entonces espesos apios en las sienes pusieron: y a Calimaco 562. cuando el juego se hizo sagrado. quizá. 1922. en efecto. su Heracles sobre el apio: b Los Alecíadas 563. a quienes pertenecía. Munich. por imitación de los de Nemea. 5-9. que descendían de Sísifo. haberme encontrado un escrito sobre los ístmicos de Proeles. R. que se expresa con más claridad. que antes coronaba a los competidores en Efira 565. Y este Pro­ eles 566 era uno de los condiscípulos de Jenócrates en la Academia. a no ser que se trate de Proclos. pero que después. . relacionado. Dice. 59.238 MORALIA porque la áspera asa de sus manos aún no abatió al fogoso hijo de Menes 560 junto a la hija del Asopo 561. 561 Río que nace cerca de Nemea. cosa poco probable. 563 Descendientes de Aletes. con el mar Egeo o con la villa Egas. que celebraban un juego mucho más antiguo que éste junto al dios Egeón 564. además. héroe dorio que conquistó Corinto du­ rante la invasión de los Heracíidas. 564 Posidón. lo establecerán como un símbolo de la victoria ístmica. quien relata que el primer juego que establecieron fue por una corona de pino. C. líns. ya que el último fue alumno de Jenócrates y Plutar­ co habla en este pasaje de un condiscípulo suyo. de las fiestas Nemeas traspasaron aquí la corona de apio. 562 A ¡tía III fr. Y creo. A n t íp a t r o y P l u t a r c o 1. el poeta. Pero Sosicles. Cf. añadiendo luego tal razón: pues los hombres más queridos están bajo mi techo 568. DK.. derivado de zOtikós (vivificante) y zésis (ebullición) 57°. pues también nosotros. se mezcla una cratera nueva desde el principio. Pues bien. 326-328 (fr. cuando están presentes hombres amigos.LIBRO V 239 CUESTIÓN CUARTA Sobre lo de «prepara una mezcla más fuerte» 567 (Zoróteron) c Conversan N ic é r a t o . acordándose de que Empédocles 571 había dicho que en el cambio total se hace «zórá lo anteriormente no mezclado (ákréta)». hacemos una nueva mezcla. IX 203. ya que. 568 569 570 571 Ibid.) d . cuan­ do vamos a hacer una libación a los dioses. II. en efecto. tiene sentido. Hn. 15. págs. y nada.. A algunos de los comensales les parecía ridículo que Aquiles ordenara a Patroclo escanciar el vino más pu­ ro. Nicérato 569. 204. impedía que Aquiles exhortara a Patroclo a preparar 567 Hom. IX. 35. al me­ nos. Etimología falsa. S o sic l e s .. lo que. sustentaba abiertamente que zórós no significaba «vino pu­ ro» sino caliente. dijo que nuestro hombre llamaba zórón a lo bien mezclado (éukrüton) antes que a lo no mezclado (ákraton). I. Sólo aparece aquí. nuestro compañero macedonio. por ser discípulo de Quirón y no inexperto en la dieta relativa al cuerpo. sino de contrastivo. según sostuvo el anfipolita Zoilo 575. 574 Así es. . no les gustaba el vino aguado sino el más puro. sin duda. en lugar de dexiós (derecha).240 M ORAL LA. C. y si. por cuya crítica recibió el apodo de «azote de Homero». rétor y crítico de Homero. sabedor de que a Fénix y Odiseo. como si Aquiles fuera a estar en una situación rara. Aquiles. en primer lu­ gar. en efecto. 573 Conocido sólo por esta cuestión. le ordena a Patroclo hacer más fuerte la mezcla. Y yo les recordé que con zóróteron algunos dicen que se quiere significar «caliente» (thermón) y con thermóteron (más caliente) «más rápido». no era algo insó­ lito. pero Homero emplea las formas en -tero en muchos casos no con el valor de comparativo. que eran mayores. Después. 575 El sofista Zoilo (siglo rv a. calculaba. hubiera empleado el comparativo {zorotero ti).).suele significar aumento 574. 2. en lugar de thély (femenino). en vez de zorós. que una mezcla moderada y más floja se adecuaba a los que están 572 Y. Y mi amigo Antípatro 573 dijo que a los años (eniautoi) se les llamaba antiguamente estaciones {hóroi) y que el prefijo za. de ahí que el vino añejo y viejo sea llamado por Aquiles zorós. pues utilizaba bastante los comparativos en lugar deí positivo 572. para la bebida un vino bien mezclado. y thélyteron. ya que temían reconocer que zoróteros significa «más puro» (akrütoteros). Pero les mostré que su porfía era infantil. desconociendo que. como a los demás ancianos. como nosotros estimu­ lamos muchas veces a los que nos sirven para que se apli­ quen «con más ardor» (thermóteron) al servicio. así es. como hace con dexíteron. LIBRO V 241 desocupados y ociosos contra su costumbre. También, en 678a efecto, a los caballos les echa, junto con otros piensos, apio 576, no ilógicamente, sino porque los caballos que es­ tán inusitadamente ociosos enferman de las patas, y para esto, el remedio principal es el apio; por lo menos no en­ contrarías en la Ilíada que se le eche a otros caballos apio o algún forraje similar; pero, siendo Aquiles médico, se cuidaba debidamente de los caballos, según las circunstan­ cias, y proporcionaba a sus cuerpos la dieta más ligera, por ser la más sana mientras estaban ociosos. Y no esti­ mando justo que se diera a hombres que habían estado durante el día en la lucha y el combate la misma dieta que a los ociosos, ordenó hacer más fuerte la mezcla; y, por otra parte, Aquiles ni siquiera se muestra por natu- b raleza amante del vino, sino rudo: pues no era. en absoluto un hombre afable ni amable, sino muy violento... 577; y en algún sitio, hablando con franqueza de sí mismo, dice que, «muchas noches de insomnio pasó» 378, pero un bre­ ve sueño no basta a los que consumen vino puro. Y, al insultar a Agamenón, lo primero que le llamó fue «cuba de vino» 579, como si pusiera la embriaguez como eí mayor de los defectos. En consecuencia, por todo esto tenía sentido que él creyera, al aparecer los hombres, que la mez­ cla de vino, usual para él fuera floja e inadecuada para ellos. 576 H o m ., II. II 776. 577 Ibid., XX 467-468. 578 Ibid., IX 325. 579 Ibid., I 225. 109. — 16 242 C M ORAL IA CUESTIÓN QUINTA Sobre los que invitan a muchos a la cena Conversan P l u t a r c o y su d abuelo L a m p r ía s 1. Los inconvenientes que surgían por acomodar a los invitados nos procuraron muchos temas de conversación en las invitaciones que nos hacía cada amigo para agasa­ jarnos, cuando regresamos de Alejandría, pues eran invita­ dos siempre muchos de los que por algún motivo parecían tener derecho, y los banquetes eran de un ruidoso compor­ tamiento y rápido desenlace; y cuando Onesícrates 58°, el médico invitó a cenar no a muchos, sino a los muy íntinos y familiares, me pareció que lo dicho por Platón respecto a una ciudad en crecimiento se podía aplicar al banque­ te 581, pues también la cantidad e;n un banquete es adecua­ da mientras quiere seguir siendo banquete, pero si excede en número, hasta el punto de que ya no es en sí algo aco­ gedor ni sensible a la cordialidad ni familiar, deja de ser un banquete. Pues es preciso no servirse, como en un cam­ pamento, de enlace.s ni de cómitres, como en un trirreme, sino que ellos por sí mismos traten unos con otros, tenien­ do el banquete, a modo de coro, ál último de sus miem­ bros pendientes dei corifeo. 580 Interviene sólo en esta cuestión. 585 Seguimos en este pasaje las correcciones textuales efectuadas por Fuhrmann. La cita de Platón corresponde a Rep,. 422e-423d. LIBRO V 243 2. Y cuando yo dije esto, nuestro abuelo Lamprías, gritando para que todo el mundo pudiera oírle, dijo: «¿Aca­ so no sólo precisamos moderación en las cenas, sino tam ­ bién en las invitaciones?- Se da, en efecto, creo, un exceso de hospitalidad, cuando ésta no omite a ningún comensal, sino que los arrastra a todos como a un espectáculo o audición. A mí, al menos, me parece que, aunque faltara pan o vino a los invitados, nada deja tan en ridículo al que los invita como la falta de espacio y sitio, que siempre hay que tener de más para forasteros y extraños que se presenten no invitados, sino espontáneamente 582. Es más, si falta pan y vino, es posible incluso acusar a f los criados de ladrones, pero la penuria de sitio, y el que se agote ante la concurrencia, supone cierto desprecio por parte del que invita y lo atestigua admirablemente también Hesíodo, cuando dice: e Desde luego primero fu e el Caos 583, pues era preciso que espacio y sitio subyacieran previamente a lo que llegase a ser, no como mi hijo, que ayer, dijo, 679A hizo del convite el anaxagórico: ‘Todas las cosas eran a la par’ 584. Sin embargo, aunque haya sitio y provisiones, hay que guardarse de la abundancia en sí, ya que priva a la reunión del trato y conversación; pues suprimir de la cena la comunidad del vino es un mal pero menor que suprimir la de la conversación; por ello, también Teofrasto 585, bromeando, llamaba a las barberías ‘banquetes sin 582 VII 6. 583 584 585 Los apodados «sombras», de quienes se tratará ampliamente en Teog. 116. Cf. DK„ II, pág. 5 (fr. 1.). Cf. fr, 76 de la ed. de F r . W im m e r , Breslau, 1842. 244 M ORALIA vino’, por la charla de los que allí se sientan; y suprimen la comunidad de conversaciones los que llevan juntos a muchos al mismo sitio, y más bien hacen que pocos se b comuniquen entre sí, pues, separándose de dos en dos, o tres en tres, se tratan y conversan, y ni conocen a los que están recostados lejos ni los ven, ya que distan una carrera de caballos: Ya hacia la tienda de Á yax Telamonida,, ya hacia la de Aquiles... 586. »De ahí que no correctamente los ricos actúan como chicos construyéndose casas de treinta lechos 587, y más, pues un aparato semejante acaba en cenas en que los co­ mensales no se mezclan ni nacen amigos y que precisan de un presidente de asamblea en lugar de un simposíarco; pero hay que tener indulgencia con ellos en esto, pues con­ sideran no rico al rico y ciego en verdad y fuera de sitio, si no tiene testigos, como la tragedia, espectadores. Y para c nosotros sería un remedio contra el reunir a muchos a un tiempo el recibirlos muchas veces en grupos pequeños. Efec­ tivamente, los que agasajan rara vez y ‘con hárma’ 588, según se dice, se ven obligados a poner en la lista a un amigo cualquiera o a un conocido, pero los que acogen más a menudo de tres en tres o cuatro en cuatro, como una barca, hacen los banquetes más ligeros. 586 Hom., II. XI 7-8. 587 Una casa de tal tipo se construyó Dionisio el Joven, según A t e n ., 5 4 1C, en donde indica como su fuente las Vidas de S á t ir o , el peripatético. 588 O sea, pocas veces. Harina (carro) es un monte de la cadena del Parnés cerca de Filé. Según E s t r ., IX 2, 11, durante tres días y sus no­ ches algunos de los llamados «Pitestos» miraban en dirección a Harma, conforme al oráculo, y enviaban el sacrificio a Delfos cuando veían re­ lámpagos en su cima. LIBRO V 245 »Y la selección de entre un número grande de amigos se logra mediante el cálculo constante de la razón por la que se les invita; pues, como para las dificultades no lla­ mamos a todos, sino a los adecuados en cada ocasión: en consultas a los juiciosos, en procesos a los oradores, en viajes a los que están libres de las preocupaciones diarias y tienen ocio, así a las reuniones se ha de invitar en cada ocasión a los adecuados. Y para quien invita a cenar con él a un gobernador son adecuados los magistrados, si son amigos, y los próceres de la ciudad; en bodas o natalicios, los que están emparentados por el linaje y comparten a Zeus familiar 589. Y a tales reuniones o despedidas se ha de llevar a los que les sean más gratos, pues, cuando sacri­ ficamos a un dios, tampoco suplicamos a los demás dio­ ses, sino especialmente a los que comparten sus templos y altares*** 590, sino que, una vez mezcladas tres cráter as, a unos ofrecemos una libación de la primera, a otros de la segunda y a los otros de la última, ‘pues la envidia está fuera del coro divino’ 591, y divino es también, de algún modo, el coro de amigos, si se distribuye prudentemente en nuestras relaciones sociales.» 589 Es decir, protector de la familia. 590 Laguna en la que Fuhrmann supone que se ha perdido algo así como: «y cuando hacemos nuestras libaciones en los banquetes, no las hacemos bajo una forma única al conjunto de dioses y héroes». 591 P la t ., Fedro 247a. 246 M ORALIA CUESTIÓN SEXTA De cuál es la causa de la estrechez al principio y de la holgura después entre los que cenan Conversan L a m p r ía s , abuelo de P lutarco y otros Y, dicho esto, al punto se investigaba sobre la estrechez al principio y el posterior desahogo entre los recostados. Sería natural que ocurriera lo contrario por la saturación f tras la cena. Pues bien, algunos de nosotros lo achacába­ mos a la forma de recostarse, pues por lo general la gente cena recostada boca abajo 592, ya que, en efecto, tiende la diestra a la mesa, pero, ya cenados, se vuelven, más bien, de costado, dándole a su cuerpo una inclinación lateral y sin tocar, por así decierlo, al sitio en un plano, sino en 680A una línea. Así pues, como las tabas ocupan menos sitio cuando caen de pie que de lado, igualmente cada uno de nosotros al principio se inclina de cara mirando a la mesa, pero, después, se cambia la forma de recostarse de una posición prona a una postura de lado. La mayoría, sin embargo, lo atribuía al hundimiento del lecho, pues, oprimido en la acción de recostarse, se ensancha y dilata, como el calzado desgastado, que, al dar de sí poco a poco y abrirse en sus poros, ofrece al pie holgura y movilidad. Y el viejo, bromeando, dijo que el banquete en sí tenía dos parientes y jefes desiguales, 592 Apoyándose en el codo izquierdo. LIBRO V 247 al principio el hambre, que no participa de la táctica, y después a Dioniso 593 , quien todos reconocen que fue un general excelente 594. Por tanto, como Epaminondas, cuando los generales por inexperiencia metieron en un te­ rreno desfavorable a la falange que se desmoronaba y de­ sordenaba, y él, tomándola bajo su mando, la salvó y le restableció la formación 595, así a nosotros, arrastrados al principio por el hambre como perros, hace poco acogién­ donos el dios liberador y Maestro de Coros, nos restablece a la formación alegre y afable. b CUESTIÓN SÉPTIMA Sobre los que se dicen que aojan Conversan M e st r io F l o r o , P l u t a r c o , P a t r o c l e a s , S ó c l a r o y G ayo í. Habiendo recaído la conversación durante la cena c sobre los que se dice que aojan y tienen una mirada que • produce mal del ojo, los demás menospreciaban el hecho y se burlaban de él por completo, pero Mestrio Floro, que nos agasajaba, dijo que los hechos apoyaban admirable­ mente esta creencia y que, por la dificultad de encontrar 593 Se refiere a las dos partes, ya mencionadas, de que consta un banquete griego: primero, comida y, después, bebida. 594 Sobre sus campañas militares, cf. D i o d ., III 64, 6, y P o l ie n o , I 1. 595 Cf. Mor. 797A-B, y Pelóp. XXVIII-XXIX; P a u s ., IX 15, 1-2; D i o d ., XV 71, 5 ss., y P o l ie n o , II 3, 13. 248 M ORAL ÍA su causa, se desconfiaba sin razón de estas historias, cuan­ do de miles que tienen una entidad evidente la explicación de su causa se nos escapa. «Y en general, dijo, el que bus­ ca en cada cosa lo racional suprime de todo lo maravilloso, pues donde falta la explicación de la causa, ahí empieza el inquirir, es decir, el filosofar, de suerte que, en cierto modo, matan la filosofía los que desconfían de lo sorpren­ dente 596», y añadió: «Hay que ir con la razón tras el por­ qué ocurre, pero tomar de la tradición el que ocurra, y de hecho se cuentan muchas historias así; conocemos, en efecto, a personas que por mirar a los niños les causan muchísimo daño, al ser desviada y movida por ellos a lo peor su constitución a causa de su humedad y debilidad, en tanto que los caracteres firmes y ya compactos padecen esto menos. Por cierto que Filarco 597 cuenta que, al me­ nos, los llamados tibeos, que antiguamente habitaban el Ponto, eran.mortales, no sólo para los niños, sino también para los mayores, pues los que recibían su mirada, aliento o palabra se reblandecían y enfermaban, y, según parece, se percataban del hecho los migádes 598, que vendían escla­ vos sacados de allá; pero esto es quizá lo menos admira­ ble. El contacto, en efecto, y contaminación conllevan un principio visible de dolencia y, como las plumas de otras aves al juntarse con las del águila se pudren pelándose y se marchitan, porque las barbas se descomponen, así nada impide que el contacto de un hombre sea, unas veces, útil y, otras, adverso y dañino. Y el que también sufran daño 596 597 mente 598 Ideas plátonico-aristotélicas. Historiador de la segunda mitad del siglo m a. C.» de tono fuerte­ dramático. Con migádes se puede entender «semigriegos» (Wilamowitz) o «via­ jeros» (Fuhrmann). LIBRO V 249 al ser mirados ocurre como he dicho, pero por tener una causa difícil de captar se desconfía de ello.» 2. «Por cierto, dija yo, que, de algún modo, tú mis­ mo descubriste una huella y rastro de su causa al llegar a los efluvios de los cuerpos 5" , pues el olor, la voz y la corriente de la respiración son ciertas emanaciones de los seres vivos y partículas que mueven los sentidos, cuan­ do sufren su contacto. Y es mucho más natural que tales 68 1a emanaciones partan de los seres vivos por su calor y movi­ miento 600, como si el hálito vital tuviera cierta palpitación y agitación por la cual, golpeado el cuerpo continuamente, despide ciertos efluvios, y es natural que esto ocurra, sobre todo, a través de los ojos, pues la visión, al tener mucha movilidad, además de un hálito que emite brillo, esparce una admirable fuerza ardiente, de suerte que el hombre experimenta y hace muchas cosas mediante ella, pues atraí­ dos por los objetos visibles, está sujeto a los placeres y sinsabores correspondientes; y a ios placeres amorosos, que precisamente son. los sentimientos mayores y más fuertes del alma, la vista les da inicio, de suerte que lo amoroso b fluye y se funde cuando mira las cosas bellas, como derra­ mándose hacia ellas. Por ello, también se admiraría uno, pienso, muchísimo de los que creen que el hombre siente .y sufre daño por la vista, pero que de ningún modo puede hacer ni causar daño. El intercambio de miradas, en efec­ to, de los que están en la flor de la vida y lo que sale de sus ojos, sea luz o corriente, derrite a los enamorados 599 T e o r ía d e E m p é d o c l e s (c f. D K ., I , p á g . 343 [ f r. 89]). 600 C f. DK., II, p á g . 103 (f r. 7 7 ) ( D e m ó c r i t o ) , y U s e n e r , Epicú­ rea..., p á g . 2 2 4 (f r. 3 2 6 ). Poei. como algunos creen. Pues. De ahí que los chorlitos no les dirijan la mirada a los que tienen ictericia ni se la aguanten. como una corriente. Frag. pues las miradas de los hermosos prenden fuego en las almas de los enamoradizos. de las demás enfermedades. sino que la evitan y se mantienen con los ojos cerrados. aunque. más bien. Lesb. ni al ser to­ cados ni al oír. no porque les nieguen. traductor de Heliodoro en B .. 603 La misma historia nos es relatada por H e l. C r e s p o G üem es .. 25. no se puede hablar de una dependencia directa. resulta que sean heridos ni sufran tanto como cuando son mirados y miran. p á g . su poder curativo. las que más y más pronto cogen los que tratan con uno son las oftalmías. tal naturaleza y temperamento parece tener el animal. 602 El petróleo en bruto.C . Y. »Y. Therapéia. L o b e l -P a g e . 9 2 . com o señala E. por la vista. L.» 601 T é r m in o u tiliz a d o p o r p r im e r a v e z. en efecto. págs. y se conside­ ra totalmente inexpertos en el amor a los que se sorpren­ den de que la nafta 602 persa sea inflamada a distancia por el fuego. una fuerza tan intensa tiene la vista para acoger y transferir a otro el inicio de una afección. p o r S a f o (c f. tal comuni­ cación y encandilamiento resultan de la vista. Etióp.250 M ORALIA y los consume con un placer mezclada con sufrimiento. sino porque son heridos como por el golpe. con quien Plutarco coincide muy bien. Filarco..G . desde luego mirando a un chorlito 603. . 130).. 3 ss.. que ellos mismos llaman ‘agridulce’ 601. se han de remontar ambos autores a una fuente común. que atrae y recibe la afección cuando sale. Sobre el fenómeno. f r . al menos el remedio de los ictéricos lo referimos muchas veces: se curan. s e g ú n p a re c e . 208-9. sino que. G il . III 7. en efecto. Luc. y pesares. caen como dardos envenenados. ¿de qué modo y cómo mediante la vista transmite el daño a los que reciben las miradas? —¿No sabes. y el esperma de los hombres prende más. cuando. en no menor medida. pero respecto de las facultades del alma.. extrayendo su maldad de f ella. que significa «lo que se utiliza para el mal de ojo». Pues bien.LIBRO V 251 3. dije. y. ya que por su rareza es atraída la vista. cuando se unen enamorados. avaricia y celos mu­ dan el color y desgastan la salud. y la animosidad de los perros en e las peleas que mantienen contra las fieras apagan su vista.. al menos en lo somático. llena también el cuerpo de maldad. puesta en esta situación por la envidia. en general. de mirada penetrante y aspecto parecido al de quienes se consumen en una grave enfermedad (cf. muchas veces. N o debe creerse en la calumnia 5). involucra también al cuerpo? Así. si conmueven a quienes miran. la gente clava sus miradas. entre las cuales está también el hechizar. que los pintores intentan acertadamente reproducir cuando pintan el rostro de la en­ vidia 604. 605 Amuletos en el texto se dice probaskaníón genos. la envidia. pues también los mordiscos de los perros son más dañinos cuando muerden con rabia. y los ciegan. ni absurdo ni increíble ocurre. y nada. que cuando el alma sufre. que por naturaleza penetra en el alma. como están enraiza­ das en lo profundo del alma. pienso. de suerte que se clava menos 604 Los griegos representaban a la Envidia como un hombre pálido y feo (envidia es masculino en griego). . Y dijo Patrocleas: —Hablas con toda la razón. los sentimientos del alma refuerzan y hacen más intensas las potencias del cuerpo. los pensamientos eróticos despier­ tan las partes pudendas. Y. Por ello también creen que los 682A llamados amuletos 605 ayudan contra la envidia. 252 M ORAL IA en los que la sufren. no ignoras. Pero mira a ver cómo te las ingenias ante tales rarezas. 606. de suerte que sus mujeres no les enseñan los hijos ni les dejan que sean mucho tiempo mirados por tales personas. de tal copa. cuando permanecen mucho tiempo en el alma. si lo que dicen muchos sobre los aojados lo tomamos como verdadero. Cuente para ti esto. in­ cluso. hombre desdichado. ¿cómo aún se creerá que es de la envidia esta dolencia?. 1925. fr. y al él al punto una enfermedad [inoportuna. ¡por Zeus!. 4. cuando adquieren fuerza de naturaleza. U. . Coll.. dije. como mi contribución al banquete. pues esto lo has oído. En efecto. Por tanto. dijo Soclaro. que la gente sospecha que sus amigos y familiares aojan e. viéndose hermoso y afec­ tado de algún modo por la visión. hermosos. pero se hechizó al verse. A lex. y éstos. no sin audacia digo que todas las dolencias. dirás sobre los que se dice que se aojan a sí mismos?.' desde luego. 58. originan malos hábitos. removidos por un pretexto cualquie­ 606 Cf. has leído esto: hermosos antaño eran. a consecuencia de ello enfermó y perdió la salud junto con su encanto. 175. algunos que sus padres tienen mal de ojo. y ¿qué. pero bebiendo. que Eutelidas. P o w ell . de todas for­ mas. pues hay algo del razonamiento que parece falso. como ves. si antes nosotros. —En otras ocasiones.. 5. se dice. y si no. pág. Oxford. J. no muy bien. los bucles de Eutelidas. la apro­ bamos. en el remolino del río.. —Al menos. en efecto. Floro. En efecto. según la diferencia de su figura. incluso. sino que se inclinan y propen­ den hacia lo contrario. se muevan. precipitan a las dolen­ cias propias y acostumbradas. conforme a la peculiaridad de su dolencia. Observa a los cobardes que temen incluso lo que les salva. y. están cerca del cambio.LIBRO V 253 ra. y los cuerpos cuando llegan a su más alta plenitud no se mantienen. al moverse así. obran como son por naturaleza. y. hasta el extremo de admirar su cuerpo y recrearse con él. cosa vaci­ lante es la salud cuando está en su plenitud. contra los suyos. . es natural que tam­ bién ellos miren a lo que es suyo y más desean. pues. y el ilustre Eutelidas y cuantos se dice que se aojan a sí mismos me parece que no sin lógica sufren esto. Por tanto. y a los enamo­ radizos y disolutos cómo al final no pueden abstenerse ni de las personas más sagradas. Y esto ocurre con más facilidad en las corrientes que se deslizan por debajo en las aguas o en algunos otros es- 607 A forism os I 3. cuando llegan a un pro­ greso total y ven que se encuentran mejor de lo que espe­ raban. y a los irascibles que se enfadan incluso con lo seres más queridos. no como quieren. Sin embargo. según Hipó­ crates 607. creen que se aojan. así al envidioso su forma de ser lo mueve a actuar con envidia ante todo. arrastrados en su carác­ ter a lo peor. de suerte que no es justo admirar­ se de que los que se han forjado en sí mismos un carácter envidioso y aojador. y es forzoso que el que es inseguro tropiece con cualquier traba que se le presente. como la esfera está constreñida a moverse como una esfera y como un cilindro el cilindro. el hábito es pode­ roso para llevar un carácter a lo que le es propio. muchas veces incluso sin querer. en efecto. . investiguemos sobre ellos. Parem. de suerte que con lo que perjudicaban a otros. págs. II. pero me extraña cómo se os pasó desapercibido que ninguna otra cosa excluí de estas corrientes. En efecto. no se les tiene en cuenta ni se les hace ca­ so 610? Las que dice él que despiden los envidiosos no están en absoluto privadas de percepción ni de impulso. 19 {fr. como a egeos o megarenses. Gr. les perturban y dañan su cuerpo y mente. por la mañana. Corp. el yerno de Floro: —¿Pero a las imágenes de Demócrito 609. y están' llenas de la maldad y ojeriza de los que las lanzan. os espanto y trastorno trayendo fantasmas e imágenes ani­ madas e inteligentes. 6. 103-104 (fr. Y al terminar yo. El oráculo manifestó que los egeos o megarenses no contaban para nada (cf. para que no os parezca que yo. dijo Gayo 608. y quizá esto que sucede también con los niños. 48]). tan avanzada la noche. creo que el hombre lo dice con tal propósito. al permanecer y convivir con los aoja­ dos.254 M ORALIA pejos. 610 Frase proverbial que arranca del oráculo emitido en Egio o Mégara sobre quién tenía la primacía entre ios griegos. 609 DK. si os parece.> I. 77). con la que modeladas. ellos mis­ mos se dañan. dije yo. Conque. pues su aliento vuelve a los mismos que las miran. pág.. L e u t sc h S c h n e id e w j n . —Perfectamente. 608 Conocido sólo por este pasaje. salvo él que estuvieran vivas y pudieran elegir. hace que se eche la culpa muchas veces sin razón a los que los miran. pero con un estilo divino y grandioso. se la elogia con razón. que no mancha. Y Trifón. Y algún otro dijo que en esta sola se podía ver reunida la belleza de todas las frutas juntas. P l u t a r c o . VII 115-116. se le ocurrió a uno de los comensales decir en alta voz aquel verso: dulces higueras y manzanos de frutos brillantes y verde. sino que llena de fragan­ cia a quien la toca. con lo que la investigación trataba de por qué el poeta a los mazanos los distinguió llamándolos «de espléndidos frutos». y su olor y su vista son muy placenteros. como atrae todos d nuestros sentidos al tiempo. En cierta ocasión en la que éramos agasajados en Queronea y se nos sirvió toda clase de frutas. .c [gueantes olivos 611. En efecto. y un gusto agradable. el médico. produce un fruto bello y grande. tiene un tacto tan puro. 611 En realidad. H o m . Por tanto. siendo en efecto pequeño y vulgar en su aspecto. se trata de dos versos que se han acomodado en uno. Od. u n o s g r a m á t ic o s y el abuelo L a m p r ía s 1.255 LIBRO V CUESTIÓN OCTAVA De por qué al manzano el poeta lo llamó «de espléndido fruto» y Empédocles a las manzanas «hypérphloia» (suculentas) C o n v e r s a n T r ip ó n . porque. dijo que se los llamaba así por comparación con el árbol.. a la que corresponde el verso citado. ya que Antímaco era. 340 {fr. . Antímaco 615 ha llamado «rebosante en frutos» a la 612 DK. 625 Antímaco de Colofón (siglo v a. Por ello. Su obra más importante era la Tebaida. C. tomar consistencia. máxime siendo un hombre que no solía adornar las cosas con epíte­ tos muy hermosos. como «tie­ rra cubremortales» al cuerpo que rodea al alma y «amontonador de nubes» al aire y «multisanguíneo» 614 al hígado. 80). pues el estar muy maduro y lozano es llamado por los poetas florecer. I. el epíteto de las granadas denota que madura su fruto cuan­ do ya el otoño acaba y aflojan los calores. Y. también Teofrasto dice que éste es el único árbol cuyo fruto madura mejor y más pronto a la sombra 613. nosotros dijimos que esto estaba bien dicho. y cuando Empédocles dice: porque son granadas tardías y manzanas «hypérphloia» [(suculentas) 612. más o menos así.. 3. I. poeta épico muy estimado por Platón. 613 En ninguna parte de su obra se halla esta afirmación. en efec­ to. 370 (frs. cuando yo dije esto. como con floridos colores. pág. filólogo de Homero. a no ser que el aire comience a cambiar a más frío. por la belle­ za del estilo.. 148-50). Pues bien. que es débil y mezquina. 614 DK. Pues bien. sino que hace que cada uno de ellos sea la manifestación de una cierta entidad o capacidad. pág. obra erudita y renovadora. algunos gramáticos afirmaron que a las manzanas se las llamó hypérphloia por estar en su sazón. El sol.256 MORAL IA 2. ade­ más. pero que andaba en duda de con qué intención el sabio llamaba hypérphloia a las manzanas.). no deja a su humedad. cáscara. Arato 616 al decir de Sirio: y a unos los robusteció. dijo que la voz hypér significaba no sólo lo «demasiado e intenso». la corteza de la manzana está den­ tro. como carnes éntera 620 (entrañas) a las de dentro. y que hay algunos griegos que sacrifican a Dioniso Fleo 617. IX 293. denomina «corteza» a la lozanía y esplendor de los frutos. C. a otros. mientras los demás frutos se protegen por fuera con la cor­ teza y tienen lo que se llama piel. Éfeso y Quíos. sino también «lo de fuera y por arriba» 618. como la lozanía y la floración le duran a la manzana más que a otros frutos. hablamos de hypérthyron (dintel) e hyperóon (piso superior). en cambio. en efecto. donde se hizo estoico. igualmente. 470. que la rodea por fuera. el filósofo la llamó hypérphloia. Od. Entre otras obras compuso Fenómenos. como una túnica pegajosa y grasienta a la que se ad­ hiere la semilla. Himnos a Pan y una colección de poesías breves.. les destruyó [toda la corteza. por tanto. y lo comestible. XI 176. porque. no sea que Empédócles haya formado el epíteto más bien por esto. membranas y vainas en la superficie. Y Lamprias.) se trasladó pronto a Atenas. 619 Od. Eritras. Pues bien. 618 Así es. Mira. y el poeta llama carnes hypertéres 619 (superiores) a las partes exteriores de la víctima. b naturalmente se llama hypérphloion. 620 11. III 65. nuestro abuelo.LIBRO V 257 ciudad de los cadmeos. 616 Arato de Solos (siglo m a. 617 Sobre todo los de Priene. Así. en efecto. dijo. 684A . da un fruto muy dulce Conversan e l abuelo L a m p r ía s y otros Tras esto se andaba en duda sobre los higos. tomando la palabra el más anciano. mientras florece todo cuanto crece y tiene fruto.258 M ORALIA CUESTIÓN NOVENA De cuál es la razón por la que la higuera. ya que. sólo la higuera no da flores.. esto también se podría achacar a la aspereza y mala constitución de su corteza. Pues bien. así la higue­ ra. se hace muy sabroso. como todo ese dulzor que hay en la planta se concen­ tra en el fruto. quemada del todo. cómo es que un fruto tan carnoso y dulce nace del árbol más áspe­ ro. si se quema. naturalmente hace que lo que queda esté d agrio y entero. hablando de un sicofante. lo compara con el humo de higuera: . produce ün humo muy picante 622 y. a tales árboles. como a la piel de las focas y de las hienas. y si. pues la hoja de la higuera por su aspereza se llama thríon (áspera) 621 y su madera es viscosa. en efecto. dijo que. como se afirma. y lo que es más curioso. no es alcanzada por el rayo. al enviar al higo todo lo graso y aprovechable. se que- 621 Etimología falsa. 622 Tan irritante y molesto que A ristóf. al igual que el hígado. parece que no les alcanzan los rayos. A vispas 144-ss.. al segregarse la bilis en un sólo lugar. hasta el punto c de que. el polvo de su ceniza resulta muy detersivo por su acritud. que es un árbol muy amargo. tomo como señal aquella de que hablan los jardineros. dicen de la ruda 623 que si nace bajo una higuera o a su lado. con el que se re­ baja su sabor excesivamente fuerte y empachoso. «los de sal y habas». si no es que. P l u t a r c o y F il in o e 1. es más agradable y delicada de sabor. ¡por Zeus!..» CUESTIÓN DÉCIMA De quiénes son «los de sal y habas». f dijo. Inquiría Floro.LIBRO V 259 da sin dulzor. por el contrario. no sabíamos de dónde procedía. le extrae su acidez. 623 Planta de olor fuerte y desagradable empleada en medicina. absorbiendo su alimento. pero. «Pues de que su madera participa de cierta jugosidad. A p o l ó f a n e s . «En efecto. Y el gramático Apolófanes 624 lo resolvió con facilidad. quiénes serían los llamados. donde también se habla de por qué el poeta llamó a la sal «divina» Conversan F l o r o .. el proverbio apunta. la higuera. IX 214. 625 II. en el proverbio. 624 Conocido sólo por esta cuestión. ya que Homero 625 dice abiertamente: . .rociaba de divina sal. dijo. en cuanto al aprecio por la sal. como si se aprovechara de cierto dulzor. a los amigos tan íntimos que cenan con sólo sal y habas. cuando fuimos agasajados nosotros en su casa. y.260 M ORALIA Y Platón afirma que. la risa. como el agua. incluso. b 3. dijo Floro. 626 Tim. por estar limpios se guardan de la sal. el vino y muchas cosas particularmente dignas de atención. 363F y 729A. pues las purificaciones suprimen la procreación. Floro les pidió que dejasen a los egip­ cios y que dijesen algo a la griega sobre lo propuesto. 627 Mor. hasta el punto de que. en efecto. ya que es un remate del alimento para el cuerpo y hace que aquél se ajuste al apetito. es. E intensificaba la dificultad del problema el que los sacer­ dotes egipcios. y no es esto lo más insig­ nificante. ¿Cómo. pues la sal parece ser condimento y aderezo de los demás condimentos. por purificarse. A éstas en nada les queda atrás en utilidad la sal. . sino incluso un dios. entonces. la evi­ tan por motivos religiosos?» 2. se abstienen totalmente de la sal. 60e. contesté. ¿acaso diremos que por esto se ha llamado divina a la sal? —Así. según costumbre de los hombres. quizá. pues los hombres divinizan lo que es corriente y más socorre sus necesidades. Pues bien. y es verosímil también que la rechacen por ser un condi­ mento muy agradable. toman pan sin sal 621. en la idea de que arrastra a relaciones sexuales. 685A Pero yo dije que los egipcios no se oponían a los griegos. y a la tierra no sólo se la considera divina. la sal es la más grata de las sustancias para los dioses 626. 352F. la luz y las estaciones. porque hace agradable la ne­ cesidad del alimento. como algunos dicen. por lo cual algunos incluso la llaman «gracias». si es grata a los dioses y divina. —Pues bien. y al reconocerlo yo.. calmado en ellos. y los barcos que transportan sal produ­ 628 M acr. tomando la palabra Fili­ no dijo: «¿Pero no te parece que lo fecundante es divino. Frag. que es. lo más divino de lo nues­ tro. II frs. se enfrenta a la muerte y no permite que lo mortal perezca y desaparezca del todo. 629 Cf. fr. Sat. 723 y 1154. los protege de ser arrastrados a su descomposición y los sujeta y fija. es una siembra pos­ terior para su conservación. ¿qué tiene de sorpren­ dente. Y en cuanto yo me callé. ya que el espíritu. Vet. al conservar mucho tiempo los cuerpos muertos incorruptos y firmes. Por tanto. 722. dijo: «En efecto. mira si no le conviene también ese carác­ ter divino. con carnes en salmuera entre otros alimentos salados. cuando éstos están más bien apáticos para el apareamiento. Síoic.LIBRO V 261 Sin embargo. I. 3 ss. apoderándose de los cadáveres e imitando la labor del alma. al proporcionar armonía y amistad entre sí a sus partes 628. les mueven y excitan su poder de engen­ drar. 516. v o n A r n i m . porque. al menos los aficionados a criar perros. así la naturaleza de la sal. Por ello tam­ bién algunos estoicos dicen que el cerdo es carne muer­ ta 629. VII 12. los antiguos la consideraron divina? 4. sino que.. si también a la sal. . y ves que también ai fuego del rayo lo consideramos sagrado y divino. como el alma. sostiene a los seres vivos y no deja que fluya la masa. como tú mismo recor­ dabas respecto a los egipcios. porque vemos a los cuerpos de los fulminados por Zeus resistir incorrup­ tos por mucho tiempo. la gente cree que la sal coopera no poco a la procreación. si precisamente la divinidad es principio de todo?». que tiene el mismo poder que el divino fuego. como la sal. como si tuviera su nacimiento en el mar. I. 74). también una belle­ za femenina que ni es fría ni inexpresiva. y entre los propios animales no podrías mencionar uno terrestre o volátil tan fecundo como todos los marinos. porque las hembras.. pero es más probable que la salmuera les produzca un picor en sus partes e impulsen a los ani­ males al apareamiento. porque apuntan con enigmas a la capacidad generadora de la sal. pág.» 630 DK. al propio Posidón y. respecto de lo cual tam ­ bién compuso Empédocles: guiando una tribu muda de peces cargados de simiente 63°. quizá. en general. además. 338 (fr. a los dioses marinos los presentan prolíficos y muy fecundos. según dicen algunos. . sino mezclada con la gracia y atractiva. Y creo también que los poetas llaman a Afrodita ‘naci­ da del mar* y propagaron un mito fingido sobre ella. se preñan incluso sin apareamiento cuando lamen la sal. Y. la gente la llama ‘salada y pican­ te’. Por esto.262 e f MORAL IA cen una cantidad inmensa de ratas. que no hinchan». C. Pues bien. en verdad. además. II 18. hist. Sosio Sene­ B ción. como dice Ión 632. E liano . Platón lo invitó.LIBRO VI INTRODUCCIÓN 686A 1. ágil y dispuesto sin temor para cualquier actividad. en la Academia a una cena distinguida y frugal «en mesas. pero esto otro nada inferior les ocurría a los que cenaban 631 Dos generales atenienses famosos. 127A-B. 632 E! poeta trágico Ión de Quíos (siglo v a . pues. quien cita como su fuente las Memorias de Hegesandro. y A t e n ..) llegó a Atenas siendo muy joven y fue amigo de Esquilo. ya que el cuerpo tiene calma y bonanza. No sólo se limitó a escribir tragedias. percatándose de la diferencia. hijo de Conón 63 rescatándolo de ce­ nas suntuosas y de soldados. gran viático de bienestar es la armonía de un cuerpo no empapado en vino. a las que acom­ pañan un dormir tranquilo y sueños de corta duración. en M or. 633 Tal anécdota se encuentra. por la mañana Timoteo. 419C. ditirambos y cantos monódicos. A Timoteo. dijo que los que cenaban en casa de Platón se encontraban bien incluso al día siguiente 633. sino que también compuso elegías. . Var. mas he aquí que aquéllos. . en tanto que las conversaciones filosóficas que con seriedad entre bromas mantuvieron. sino también un recuerdo de lo que se habló. como un olor trasnochado o el tufillo del asado que sobró. De ahí que también ahora hay para los eruditos una participación y disfrute de los banquetes socráticos. pasajero. como para aquellos mismos que entonces cenaron con él. y. en cambio. desde luego. si las cosas materiáles proporcionaran placer. tuvie­ ron su preparación y gasto. golosinas y postres ofrecidos en los de Calías y Agatón.264 M ORALIA en casa de Platón. sino de los manjares. porque están ahí siempre frescas y ofrecen la oportunidad de agasajar con ellas mismas a los rezagados que las escu­ chan y participan no menos de ellas. aunque. pues mientras los placeres de la bebida o comida conservan un recuerdo mezquino y. la reconsideración de lo que se dijo c durante la bebida. tanto Jenofonte como Platón debieran habernos deja­ do un registro no de lo que se habló. como es natural. d 2. jamás fueron considerados dig­ nos de mención alguna. el planteamiento de problemas y conversaciones filosóficas deleitan a los que las recuerdan. sobre todo. las confiaron a la escritura y dejaron ejemplos no sólo del trato mutuo mediante la palabra durante la bebida. también precisan muy poco alimento por falta de calor. el calor es el único o el que más precisa ali­ mento. . por cierto. sino solamente el fuego. 1-5. le hace comer con más gusto y deseo que nunca. pues la falta de alimento sólido parecía por natu­ raleza ir en busca de una adecuada satisfacción. según creo. de los componentes que hay en nosotros.LIBRO V I 265 CUESTIÓN PRIMERA De cuál es la causa por la que los que ayunan tienen b más sed que hambre 634 Conversan P l u t a r c o y otros Pues bien. y el que la ceniza es lo más seco de todo. el primero por naturaleza y más que todos es lo líquido. que los que han ayunado tengan más sed que hambre. por lo que también los animales jóvenes son más voraces que los vie­ jos por causa del calor y. Parecía ilógico. sin duda. Sai. vemos que fuera ni el aire ni el f agua ni la tierra se lanzan a buscar alimento ni consumen lo que tienen cerca. que aumentan con el aceite. pues débil en ellos y escaso es ya el calor. Y a cada persona en particular ejercicios. 634 Imitada por M acr. Pues bien. al contrario. como en los animales sin sangre que. en el que la primera es la relativa a que los que ayunan tienen más sed que hambre. en efecto. como. gritos y 687A cuanto con el movimiento aumenta el calor. los viejos llevan con mucha facilidad el ayuno. Y alimento para el ca­ lor. dije yo a los que asistían que.. VII 13. como demuestran las llamas. te envío este sexto libro de las Quaestiones convivales. igualmente. e. los médicos con Filón a la cabeza c criticaban la primera tesis. a otros en cuanto vomitan. avanza hacia el propio humor natural de la carne. o ella remite completamente. al producirse.266 b M ORALIA pues lo húmedo ha ardido por completo y el residuo terro­ so ha quedado privado de humedad. cuando ayunamos. si se vuel­ ven a dormir. los que de noche tienen sed. por extraerles la humedad que los pega y ata. el fue­ go separa y divide los cuerpos. Por tanto. de los residuos del alimento que hay en el cuerpo. primero por el calor. F il ó n y otros m é d ic o s 1. como en el barro. lo líquido se separa violentamente. hasta que. Pues bien. después la com­ bustión. en efecto. y a muchos. más bien. Por nin­ guna de estas cosas aumenta lo líquido. sino por una modificación de ciertos po­ ros. restablecido y fortalecido el calor por beber. Y. dicho esto. Así. pues la sed no se producía por una insuficiencia. provoca la apetencia de una alimenta­ ción sólida. por naturaleza el cuerpo precisa. ¡por Zeus!. que persigue lo húmedo. sino que solamen- . cuando se produce un descenso. CUESTIÓN SEGUNDA De si la necesidad o una modificación de los poros provocan el tener hambre y sed Conversan P l u t a r c o . la bebida. dejan de tener sed sin beber. al tiempo también se ven libres de la sed. les desaparece la sed. en cuanto se lavan y. y así también los que tienen fiebre. sequedad. sino que. se Ies aumenta y sigue. y creer. no pierden el apetito lo más mínimo. . d 2. en efecto. toi sóm ati kai deétdn eggegenéménon. Fil. pues muchos enfermos están necesita­ dos de alimento y. pues tales aperitivos atenúan la necesidad. pues el afir­ mar que el apetito. el texto transmitido. que sigue a Hubert. si toman una aceituna aliña­ da o alcaparras. pero que se enfrentaba al fin superior de la naturaleza hacia el que el apetito lleva a todo ser vivo. están inapetentes. en la que. al experimentar algo por el cambio.. no nos pertenece para nuestra conservación y subsistencia. según Fuhrmann. Y esto resulta más claro con el hambre. al probarlas recobran y restablecen su ape­ tito. en tanto que otros. que es una afección o trastorno de los poros. además. puesto que se les añade comida *** 635 hacen (hambrien­ tos). con lo que se mantiene. aun hartos. a su vez. incluso. más bien. con lo cual también está muy claro que el tener ham­ bre nos sobreviene por una afección de los poros. así el sabor bueno y picante de los alimentos salados al retorcer y contraer el estómago o. al tiempo. al abrirlo y distenderlo. muchas personas desganadas. al igual que los ojos 637 que están en nosotros como algo propio y necesario para el cuerpo. una colocación y disposición distintas. no por la necesidad. provocan cierta buena disposición receptora del alimento que llamamos apetito. el cual desea completar lo que necesita y persigue e siempre lo que le falta de lo suyo propio 636. Me parecía. Y. debido 635 Laguna notada por Turnebus. 31 ss. 636 Idea tomada de P l a t .LIBRO V I 267 te los poros ofrecen. que esto se había abordado convincentemente. en lo que más difiere el ser vivo del inanimado. hay que entender: «pero no excita menos el hambre». 637 Creemos que hay que leer: hósper om mátón oiketon. D K . guardan­ do su equilibrio. intentamos calentarlas y protegerlas. y si ellas están frías. y suplicamos a la divinidad que nos conceda cuanto no está en nuestras manos. . ante la sequía. sino porque algún otro estado se produzca en él. que nosotros hem os intentado reproducir en castellano. pues sufre. 70). pues los alimentos que 638 P lutarco piensa. en efecto. 296-7 (fr. es ilógico que el cuerpo tirite por falta de ca­ lor propio y que el tener sed y hambre. veamos cómo. Ies damos de beber a las plantas con riegos y las refrescamos con moderación cuando hace calor. y se protegen las plantas cuando. de modo que siem­ pre la naturaleza pueda completar lo que le falta. creo que también se ha llamado nutrición a la protecc/cto de la «aíwraleza 638.. suaves ro­ cíos y calores con vientos moderados. sacan imperceptiblemente agua suficiente del entorno. una por una. es propio de los que super­ ficialmente no toman en cuenta a la naturaleza para nada. I. muchas cosas pare688A cidas y se le socorre de forma semejante. en efecto. y más ilógico que esto es que por la repleción la natu­ raleza tienda a la evacuación. y. en efecto. 639 C f. pero por la evacuación no a la repleción. que el térm ino trofén (alim en­ to) proviene de la m ezcla de dos sílabas de distintas palabras (to TÉróun t£n pwísin). Después. no son verb dad ninguna de las cosas dichas. tales necesidades en los seres vivos y su satisfacción en nada difieren de las que se producen en la agricultura. págs. cubrién­ dolas del modo que sea. Así. en cambio. Así. y a nosotros el apetito nos enseña a buscar y perseguir lo que le falta a nuestro equilibrio. no se deba ya a la falta de humedad connatural y de alimenf to. No obstante. equivocadam ente.268 MORAL 1A a su magnitud o pequeñez. como dice Empédocles 639. pues la sed no es simplemente deseo de líquido. las reparten y distribu­ yen. co­ mo las partes centrales se abrasan. Las fiebres. por ello. empujan el líquido al interior y. pero si también este fenómeno provoca el apetito. y al tiempo la sed.LIBRO VI 269 tienen sabor bueno y picante posiblemente crean. se descompongan des­ menuzados los que estaban antes y se produzca una necesi­ dad. entonces los poros reciben el alimento afín a ellos. de los que hay necesidad. proporcionan a la naturaleza un disfrute de lo suyo propio. no porque se transformen. de modo que crean un apetito nuevo al ser exprimi­ dos los residuos de ayer y hoy. al expulsar lo extraño. Y los vómitos. es retenido por la presión. como los picores debidos al contacto de algo que araña. no apetito. a causa de tales aperitivos. ya que por la densidad. es natu­ ral que. todo él se concentra allí y. el hombre está necesitado. aunque el alimento extraño sea mu­ cho. en las partes que acogen el alimento. como trituran las sustancias. ya que el alimento se posa sobre los líquidos connaturales. sino porque recuperan la humedad de la carne 640 y llenan de vapor húmedo. por su parte. y los poros de los que c se bañan quitan la sed. las par­ tes del interior expulsan los líquidos. sino del apropiado y connatural. la humedad. re- 640 O «a través de la carne». cuando se produce un relajamiento y el calor se mar ­ cha de las partes centrales. por la necesidad y sequedad del resto del cuerpo. y no admiten mezcla ni unión hasta que se aparta y retira. no porque se transformen Jos poros. sino porque se vacían y limpian. . sino comezón. pues las cosas amargas. esparciéndose. picantes y sala­ das. Ahora bien. de ahí que a muchos d les sobrevengan vómitos. y muchas veces incluso provoca sudores. no pueden recibir ni bebida ni comida. y al distenderse. querido. pro­ ducen un vacío y hueco que es la falta de lo apropiado y connatural. al contraerse. Pues también. si alguien no la saca y riega las plantas. como en un jardín. completamente. aunque el pozo tenga abundante agua. ese famoso cambio de los poros por el que se produce el tener hambre y sed ¿cuál es? Yo. hasta que se produzca un nuevo flujo y difusión de ellos. en efecto. a ellos. los poros admiten mejor el tinte y. desde luego. es forzoso que éstas languidezcan y se sequen. al tiempo que deja a la carne suave y delicada. así en el cuerpo al descen­ der los líquidos a un solo sitio. tiene aspereza y capacidad lim689a piadora. como ocurre también con los que tienen fiebre. De ahí que la necesidad que provocaba e la sed remite y cesa al cambiarse el líquido del sitio que lo agobiaba y sofocaba al que lo necesita y desea. y con los que se duermen con sed. les produce una nivelación y repleción. una vez admi­ tido. al desprenderse y diluirse los cuerpos extraños. cuando les remite. pues.270 MORAXIA gresa de nuevo y recorriendo el cuerpo. de áspera y basta en que se había convertido. f pues. proporciona alivio a las partes centrales. el sueño. en efecto. . lo retienen por la carencia y vacío producidos. como le es natural. el «mordiente» apli­ cado a lanas que se tiñen. con la que. no veo en los poros otras diferencias en su estado que el hecho de contraerse y distenderse. no es extraño que se origi­ ne necesidad y sequedad en el resto. sacándo­ les de las partes centrales los líquidos y repartiéndolos a todas las demás. la de por qué a los hambrientos. desde luego. . Y dicho esto. Sai. si comen. se les acentúa la sed. pero la comida no. si beben. sino que siguen faltos de lo suyo propio. al haber en todas las partes del cuerpo poros que tienen distinta medida según los casos.b pleción de los poros en este momento nos ayudaba en otra duda. 18-19. aunque coman los sedientos. ya que los poros por su c estrechez no admiten el alimento sólido. 641 Im itada por M a c r . no se aprovechan.271 LIBRO VI C U E S T IÓ N T E R C E R A De por qué las personas hambrientas. y la vacuidad de estos últimos produce la sed y la de aquéllos el hambre. en tanto que a los sedientos les ocurre al contrario: si comen. calman el hambre. el que nos agasajaba afirmó que esto se había expuesto adecuadamente. en tanto que las sedientas.. VII 12. 642 N i en esta cuestión ni en las anteriores se nos especifica de qué anfitrión se trata. les desa­ parece el hambre. en cambio. de ahí que. acentúan su sed 641 Conversan P l u t a r c o y su a n f it r ió n 642 1. los hambrientos. me parece que los que sustentan la teo­ ría de los poros le dan una explicación muy fácil y convin­ cente. pues. los más anchos reciben el alimento sólido al tiempo que el líquido y los más estrechos admiten la bebida. si no fuera también porque en muchos aspectos es sólo convincente. A este fenó­ meno. si beben. y que la vacuidad y re. si beben. como el líquido se introduce en los poros más an­ chos y rellena sus vacíos. aflojan lo más intenso del hambre. dije. Y. respecto a ello. pero no aceptaba la interpretación de su causa. admitimos unas hipótesis claras. En efecto. sufre disoluciones y evaporaciones. en primer lugar. si no beben. tomando como colaboradores al calor interno y al hálito vital. no sólo no eliminan la sed. y. sino que la aumentan aún más. temblorosa y estropeada: el que las mismas partes del cuerpo no admi­ tan la bebida y la comida. aparte de esto. desmenuza con todo tipo de cortes y esci­ siones el alimento con más precisión que cualquier instru­ mento. «A mí me parecía que ocurría así. pues los que comen. es algo completamente ficticio y dispa­ ratado. no porque se le ajuste como en vasos y orificios. que reúnen y absorben el líquido que estaba disperso y del que quedaba poco y sin fuerza. sino que son una falta de la cantidad adecuada e indispensable de ambos. nada se ha dicho. sino que mueren inmediatamente. sino que como por cribas se cuelen y desunan. dije. pues si con estos poros. al con­ siderar que ni el hambre es una eliminación total del ali­ mento sólido ni la sed lo es del líquido. alguien agujereara la carne. pues a quienes les falta totalmente uno de los dos. En efecto. en segundo lugar. la sed se acrecienta a los que comen por la sequedad de los alimentos. humedecido y ablandado por lo líquido. no es difícil ya percibir la causa. a los que algunos tanto se aferran y quieren. esta mezcla con lo líquido. de suerte que cualquier parte de él se hace afín e idéntica a cualquier parte del cuerpo. »Péro examina también si en nuestra argumentación. la dejaría blanda. al triturar la comida. no se resuelve la cuestión principal de la duda. sentado esto.272 MORAL 1A 2. y. pero. al admitir. que lo húmedo se consume gastado por lo seco y que lo seco. ni tie­ nen hambre ni sed. sino porque se identifica y confunde por naturaleza con ellos. del mismo . en efecto. » CUESTIÓN CUARTA De por qué causa cuando se saca agua de un pozo se vuelve más fría si pasa la noche en el aire mismo del pozo Conversan un fo rastero . como se producen jugos y vapores. la humedad. una vez que la sacaron con una vasija . vemos a la tierra. P lu ta r co y otros 1. También. hasta que se seque todo b lo que puede alimentar y proporcionar algo al cuerpo. en efecto. sino sólo con lavarse. En efecto. por medio de éstos 690a los distribuye dentro del cuerpo y los entrega a las partes que los necesitan. bebedor de agua fría. de suerte que lo más agudo y feroz del hambre cede y se apacigua. pues. al ablandarlo. de ahí que no incorrectamente Erasístrato llamó vehículo del alimento al líquido. la ceniza y la arena recoger en sí mismas los líquidos que se les mez­ clan y hacerlos desaparecer. mucha gente sin beber. dejaron in­ mediatamente de sentir un hambre atroz. al introdu­ cirse desde fuera la humedad. A un forastero amigo del lujo. y. la bebida afloja necesariamente el hambre. hace. en el exterior. a su vez. por ello. le prepararon los criados un agua más fría que la del pozo. al hu­ medecer y disolver los restos de alimento. lo de dentro más jugoso y nutritivo. mezclán­ dose con los residuos ineficaces y pesados por su sequedad o espesor. duros y visco­ sos.273 LIBRO VI modo que. también algunos de los que deciden morir de hambre viven mucho tiempo con sólo que tomen agua. pues. los impulsa y pone en movimiento. pero. Era el forastero bastante instruido y dijo que esto lo había tomado de las obras de Aristóte­ les 643. pues el relajamiento por el calor. como la que preparan a los reyes. Leipzig. cuando la calientan hasta la ebullición. se enfría rápidamente. D e todas form as. 644 P asaje de difícil interpretación. de suerte que es imposible que el agua sea calentada por aire frío. pues los sentidos nos dicen que es frío. ¿cómo calienta el agua?. como hace al cuerpo muy poroso y laxo. 216 de V. co­ mo sin duda también nuestros cuerpos al bañarnos se en­ frían más. el agua. este aire frío no puede cambiar toda el agua 643 C f. sino que. dije que no había que dudar respecto del aire. más bien. al callarse él y estar en duda. R o se . pues si el aire en el que se cuelga el caldero es frío. . la dejaron pasar la noche allí y. previamente calen­ tada en el aire. En efec­ to. e 2. Así pues. recibe el aire de fuera abundanted mente y hace más violento el cambio. para la cena. se le sirvió más fría que la recién sacada. A . D e admitir la de Fuhrmann. es absurdo que por influjo de lo mismo lo mismo sufra lo contrario. estábamos en duda. amontonan al­ rededor de la vasija mucha nieve y se vuelve más fría. elogiamos al forastero por su imponente memoria. Clement. 1886. respecto a su explicación. donde se hallaba con su explicación. sin que se produzca ninguna alteración. y que la expli­ cación era la siguiente: toda agua previamente calentada se enfría más. Y. y particularmente. habría que traducir: «cuan­ d o es sacudida por el golp e». fr. parece deducirse que el agua de la vasija se calienta de m odo natura] en la atm ósfera del p ozo. en efecto. por 3o que sigue a conti­ nuación. para ei que seguim os la conjetura de P . el que está en la profundidad de los pozos. cuando se la separa del agua 644 del pozo.274 MORALIA c y colgaron la vasija en el pozo sin tocar el agua. Pues bien. que sería la traducción literal de akmón. respecto a los guijarros. De omn. En primer lugar. simplemente el hecho ese en sí entre otras cuestiones. dije. —Y mucho. al echarlos en el agua. sino que. la hacen más fría 645 Conversan P lutarco y el fo ra stero —Pero. «trozos de hierro». pero nosotros nos lanzaremos sobre su causa. como le domina. pero si alguien la saca en pequeñas dosis. por cierto. parece que hay que entender. doctr. no obstante. la enfría. o los trozos de hierro 646 que la gente echa en el agua por creer que la refresca y la hace fina. 190. ¿no te parece que el agua se refres­ ca por el aire que le entra desde fuera. impidiéndole el paso por su densidad. pues es muy difícil de examinar. pero. de suerte que se pro­ duce un enfriamiento fuerte y por todas partes? Por ello. 646 En lugar de «yunques». desde luego. 647 Fr. pues no le dejan salir. como hacen las vasijas de bronce o barro. f 691a .275 LIBRO VI del pozo por su masa. el aire. dije. C U E ST IÓ N Q U IN T A De por qué causa los guijarros y los trozos de plom o. lo rechazan de sí al agua. y que el aire tiene más fuerza cuando se apoya en las piedras y trozos de hierro. dijo. MS R e s u m id a p o r P s e l l u s . com o hacen Clem ent y Fuhrmann. y me sorprendería si su explicación no se nos escapara. examí­ nala. 213 (R o s e ). ¿recuerdas lo dicho por Aristóteles 647? —Menciona. Dicho con otras palabras. doctr. el plomo es una sustancia fría por naturaleza. se diluye.276 MORAL IA también. Pues bien. la más fría de las drogas morta­ les. al ser rechazado. pues toma fuerza en ellos. C U E ST IÓ N SE X T A Por qué causa la gente conserva la nieve con paja y panos Conversan los mismos que en la cuestión anterior 1. De omn. el forastero. es domina­ da antes por el enfriamiento. en tanto que en el mar. triturado con vina­ gre. al no chocar con nada. produce la cerusa 648. el aire frío. y. pues toda piedra es una solidificación de tierra enfriada y condensada por c frío intenso y más la más compacta. es verosímil que las aguas más finas sean enfriadas antes por el frío. habiendo dejado pasar un poco de tiempo. en invierno los ríos son más fríos que el mar. colorante y veneno. el cual. dijo: «Los enamorados lo que más desean 648 La cerusa se em pleaba com o fárm aco. pues son dominadas b a causa de su endeblez. y las piedras de afilar y los guija­ rros hacen fina al agua concentrando y expulsando de ella cualquier cosa turbia y terrosa que se le haya mezclado. y los guijarros originan frialdad por su densidad ad­ quirida en las profundidades de la tierra. 191. hecha más ligera y fina. de suerte que no es extraño que la piedra y el plomo intensifiquen la frialdad del agua al ofrecer resistencia. por su profundidad. de suerte que el agua. 649 Resumida por P s e l l u s . en efecto. . tanto porque envuelven y retienen el calor como porque apartan de nuestro cuerpo el frío y el aire de fuera. de ellos. en lugar de frío por el hecho de dar frescor? Y si hay que basarse en los sentidos. pero no es así. cuando se han llenado del calor nuestro. y los cobertores cuando nos acostamos. 4 9 6 E . los etíopes sólo del calor. conque es admirable que las cosas más cálidas sean las que mantienen a las más frías.» 2. N a u c k . los que tienen fiebre o sienten calor cambian continuamente de ropa por estar fría la que se ponen.LIBRO VI 277 es hablar con sus mozos y. pero des­ pués ayudan a calentarnos. Frag. cuando nos la ponemos. de suerte que ¿por qué se le ha de llamar cálido. resulta fría al prin­ cipio. al instante entran en calor por 650 C f. sino que nos equivocamos cuando suponemos. sin más. más bien serían fríos. en cuanto se la ponen. pues como no hay ni la tenemos aquí. que el mismo vestido en invierno calienta. y nosotros de ambos. y Mor.. como aquella nodriza de la tragedia cuidaba los hijos de Níobe. 7. dije.. «Así es. Así. »Así los germanos hacen del vestido una defensa sólo del frío. pues la túnica.. arropándola con paja y envolviéndola con paños bastos la mantienen durante mucho tiempo in­ tacta. si ca­ lienta. y más al ver esto. Gr. pues. deseo saber cuál es la causa por la que se conserva con las cosas más cálidas. y decimos que al sol refresca. f r . . . pe­ ro. si precisamente es verdad. si no. que es cálido lo que calienta. Trag. Esto me pasa con la nieve.dándoles calor y frío con jirones de prendas de fin o tejido 650. al fundirse la nieve. precisamente. le proporcionaba la mezcla de apariencia es­ pumosa del hálito con el líquido. Nigro 652. como es agua. nuestro conciudadano. produce vapor. como también la paja. pues.278 MORAL IA el cuerpo 6 5 Pues del mismo modo que un manto al tiempo que nos calienta se está calentando él también. 131 A . por otra parte. al tiempo que su frialdad se mantiene protegida por el paño. donde fue discípulo de un famoso filósofo 651 C f. de suerte que aparta el calor del aire e impide que el frío salga de la nieve. 100B-C. 652 P or Mor. sabem os del triste final de este personaje.» C U E ST IÓ N SÉPTIM A De si hay que filtrar el vino Conversan N i g r o y A r is t ió n I. a cau­ . éste. y que la separación del hálito produ­ ce la fusión es evidente para los sentidos. P or no ceder el paso a un com petidor. en efecto. encerrado en ella. había regresado de una escuela. así enfriará a la nieve al tiempo que es enfriado por ella. es compacta y prote­ ge. al parecer en una declam ación. que desprende un hálito fino. pues. que no deja que el paño resulte pesado ni oprima la porosidad de la nieve. conserva su solidez. tam ­ bién el aire de fuera excluido no corta su solidez ni la des­ hace. Mor. por la aspereza y sequedad de la pelusa. y así. pero cuando el hálito se retira. y se emplean estos paños bastos para esto. por su ligereza.' al cubrir con suavidad no parte su solidez y. se licúa y funde y se le marchita la blancura que. pues como el castrar a los gallos y cochinillos. como si hubiera sido cortado de la raíz de sus hecés. 653 Plutarco parece referirse a Trab. cuando se le filtra frecuentemente. se mar­ chita y pierde sabor. sino beber lo. si hay que decirlo empleando una metáfora. . así. de que se estropea es el hecho de que no aguanta. de la tinaja con su fuerza y virtudes naturales. pero lo suficiente para. »Después. decía del vino que no hay que escanciarlo filtrado. ¡por Zeus!. 654 El térm ino tryx. sin coger sus enseñanzas. al hacerle perder lo útil por lo agrada­ ble. acabó em pleándose también para él. no es propio de personas sanas. al depurarlo. Los antiguos llamaban abiertamente al vino ‘hez’ 654. además de reprochar los preparativos como muy suntuosos y artificiales. lo capan y afeminan. habiéndonos invitado Aristión. llenarse de sus defectos. como los que dan agua hervida a los enfermos que no se pueden contener ante la fría. revela su artificiosidad. pues lo que es el temple del vino y su fuerza. ya que ni pueden beber mucho por debilidad. y un gran testimonio. eso. acicalamiento y molicie. Y le quitan al vino lo pesado dejándole lo ligero. Pues bieij. sino de corrompidas por la glotonería. pero esto es para ellos una argucia y ardid para beber mucho. ella. le corta el nervio y le apaga el calor. pues. 368. se lo quitan y separan. «Tal depura­ ción del vino. como. como Hesíodo 653 recomendaba. haciendo su car­ ne blanda y afeminada contra lo natural. ni moderadamente por incontinen­ cia. fisa de una espina que había tragado sufrió una inflam ación que le costó la vida. en primer lugar. que en un principio aludía al vino no ferm enta­ d o . los que filtran el vino puro. sino que se altera y marchita.LIBRO VI 279 no mucho tiempo. imitándole su manía de criticar y censurando por cualquier cosa a los que esta­ ban con ellos. traen fuego a casa. porque. soltando lo pesado. como al hierro. solemos llamar cariñosamente ‘alma’ y ‘cabeza’ al hombre. pero tú pretendes sa­ turarnos de uno oscuro como la noche y vestido de negro. sino al transparente y brillante. se mezcla con nosotros ligero y sin violencia. echándose a reír. embriagante e insano.. querido. como Home­ ro dice que lo bebían los héroes. pues no llama ‘ardiente’ al tinto. mediante la cual. su temple y filo. pero si nosotros. así vosotros. dejando el humo fuera. por otras cosas. aunque repro­ chaba algunas otras cosas de los griegos. más bien. y Luciano. sino. nos podríais repro­ char. en IV 7 6 . embelleciéndolo sin artificio y sin cortarle. 656 Od. como limpiándole su he655 En griego trygán. dijo: «No amarillen­ to.280 e MORAL LA jándonos en las partes más importantes. como un vómito de bilis. les elogiaba el empleo del carbón. X X IV 341-2. Y Aristión. f y reprochas la depuración. 658 Sabio escita del que hablan H e r ó d o t o . para empezar por su propio aspecto. ni anémico. ya que no hubiera llamado ‘ardiente’ al ‘bronce vigorizador de hombres y de la vista’. y Homero le ha llamado en algún sitio ‘vendimia de heces’ 656 (diatrygion) y al propio vino suele llamarlo ‘ar­ diente’ y ‘rojo’ 657. sino de color de miel y soleado. 693A »Así pues. . y decimos que ‘co­ gen las heces’ 655 (irygán) los que recogen el fruto de la vid. 657 Calificativos corrientes en H om ero. ss. expul­ sando y separando del vino lo alborotador y turbulento. los sabios. en la m onografía dedicada a él. como el sabio Anacarsis 658. no como nos lo ofrece Aristión pálido y amarillento por tanta depuración.» 2. más bien. Acerca de la casa 7 y 15. al quitarle lo que pega y enloquece. sólo necesita una cadenita en el cuello. pero nadie las acusa por un baño. Por el con ­ trario. hasta aquí es cuidado por el aseo. y oro en su cuello. se ciñe con la magia del cinturón. critica a los que sirven el vino en los banquetes con azafran y perfum es. se recupera. aquella violencia y tensión se van y quedan extinguidas.LIBRO VI 281 rrumbre o suciedad lo ingerimos. Así también. entonces la verdadera fuerza y cordura apare­ cen en su cuerpo. por Zeus. la cosa se convierte en artificio y descaro nada propios de una mu­ jer casada. particularmente. un anillo de poco peso en su dedo. dice L u c ia n o . amigo. 660 II. el hombre la tiene. Sin duda. y creo. Nigr. también los que dan color al vino con áloe o lo aromatizan con canela y azafrán 661. 659 U na mujer decente. lo pone en su estado de tranquilidad y salud. ¿en qué faltamos?. Con ambrosia primero de su piel inmortal toda mácula limpió y se ungió copiosamente con aceite 660. finalmente. si no se le filtra tiene más fuerza!. un ungüento y la limpieza del cabello. en efecto. se perfuman y llevan oro y púrpura. que el refina­ miento difiere completamente del aseo. 31. lo aci­ calan como a una mujer para el banquete y lo prostituyen. El poeta muestra graciosamente la diferencia cuando Hera se está adornando 659. pues también.. cuando se pintan de rojo. cuando enloquece y delira. pero. pendientes en las orejas y una diadem a o pinza para el peto. las cortesanas y. las m enos agraciadas. vestidos de púrpura. valiéndose de eléboro o una dieta. . 661 L u c . pues también a las mujeres. la depuración del vino. cuando se pone sus broches de oro y los pendientes elaborados con arte y. y sandalias. pero. X IV 170-171. ¡en que. se las considera recargadas. cuando. que no es otra cosa que una depuración. S ó c l a r o . de suerte que brillan y resplandecen? ¿O es que la copa no debía tener olor a suciedad ni porquería. que el arconte celebra en el altar común y los demás cada uno en su casa: se llama «expulsión de la bulimia». Hay un sacrificio en nuestra patria. ¿qué tiene de extraño si también la filtración suprime del vino los posos. pues no sólo son las avientas. golpeando a un f 662 Resumida por P s e l l u s . y la cocción. . como salvado o impurezas. sin que se le añada a la depuración gasto alguno ni trabajo excesivo?» CU E ST IÓ N O C TA V A De cuál es la causa de la bulimia 662 Conversan P l u t a r c o . elección del trigo y separa­ ción de los cuerpos extraños. D e omn. pero lo que se bebe de ella estar Heno de moho o manchas? ¿Y qué hay que decir de lo demás?. que extrae de la masa lo áspero. lo cuidan y limpian. mira con cuánto esfuerzo se produce. Porque a todo esto lo podrías llamar artificiosidad empezando por la casa. pues la transformación del propio trigo en el pan. que seca el líquido. sino la molienda. y. pues ¿por qué está encalada? ¿Y por qué se abre al exterior por donde más aire puro podría coger y disfrutar de la luz del sol cundo está al ponerse? ¿Y por qué cada copa se frota y lava por todos lados. C l e ó m e n e s y otros f 1.282 d e MORALIA pero los que le quitan la impureza y lo inútil. 192. ahechos. Así pues. purifican y reducen la materia a algo comestible. doctr. que antiguamente eran eolios. y como «te­ ner náuseas» debe su nombre a los que se les estropea el estómago en una ‘nave’ en movimiento. yo fui arconte.b dolo. como la riqueza a la necesidad y como la salud a la enfermedad. especialmente. cuando 694A hicimos lo acostumbrado y de nuevo nos recostamos. en efecto. la gente naturalmente la opone a ella. que los esmirneos. se indagaba primero la propia denominación. así. en efecto. pero por la cos. sino poúlimon. lo queman entero con su piel. los eolios. bgúbrostis (hambre de toro) parecía ser distinto. adentro Riqueza y Salud».). como si el hambre fuera mucha. historiador y filó so fo . tumbre se ha impuesto el que sea el nombre de la afección. parecía significar un hambre grande o de todo el pueblo. numerosas perso­ nas tomaban parte en el sacrificio. »E1 nombre. cuando. «Pues bien. pero. troceán. En cam­ bio. y la prueba la tomábamos de Los jonios de Metrodoro 663: re­ lata. comple­ taba el escote común procedente de todas las explicaciones. Esto. lo expulsan por las puer­ tas mientras dicen: «fuera la bulimia. al presentarse en el cuerpo que sufre contra la riaturaleza. la afección y lo que durante ella ocurre. na­ turalmente también. y más entre nosotros. discípulo de D em ócrito. a su significado actual de enferm edad. Y como toda hambre se parece a una enfermedad y especialmente la bulimia. . en efecto. 663 Plutarco parece referirse a M etrodoro de Q uíos (siglo rv a.LIBRO VI 283 esclavo con varas de agnocasto. luego los gritos que dicen al perseguido. y después. C . incluso cuando se sufre en cualquier circunstancia. ‘tener bulimia’ partiendo de allí se ex­ tendió hasta 664 este significado. sacrifican a Bubrostis un toro negro y que. 664 O sea. que usamos p en vez de b} pues decimos no boúümon. si fluye hasta las piernas. consiguie­ ron que Bruto se recuperara.. lo de den­ tro se calienta mucho y provoca una gran disolución. desfallecimien­ tos y debilidad. Pues bien. cuenta Plutarco la m ism a historia. como desfalleciera y se estuviera muriendo. sino también a los animales. de suerte que. como también Bruto. se profundi665 En Bruto X X V -X X V Í. y. sanan y siguen caminando. y lo que es más admirable.284 c d e MORALIA 2. H echos sim ilares se encuentran en J en . mientras reflexionaba yo que las conquistas de nuestros mayores a los perezosos y sin talento los tranquilizan y les llenan. particu­ larmente. pero que. 7-9. el que los que caminan por mucha nieve son los que más sufren de bulimia. de Dirraquio o Apolonia. primero. causa agobio y pesadez. . cuando se hizo dueño de la ciu­ dad. Probl. en cambio. no sólo a lás personas. cuando llevan higos pasos o manzanas.» 3. Por ello también los trató a todos con humanidad. IV 5. aunque coman poquí­ simo. Anáb. »Pero. al producirse un enfriamiento por fuera del cuerpo. Pues bien. como era natural. peligró por esta afec­ ción 665. cuando tocamos la causa de la afección. 666 P s . a los inquietos y eruditos Ies estimula su propia iniciativa y atrevimiento para buscar y rastrear la verdad. y ésta. nos desconcertó.A r i s t . cogiéndolo al punto. y si al origen del movimiento y respiración. se vieron obligados los soldados a acercarse corriendo a los muros y pedir pan a los enemi­ gos que los guardaban. . me acordé de los pasajes aristotélicos 666 en los que se dice que. . 888a 1-18 y 889a36. lo que más les reanima de todas las cosas comestibles es el pan. Y hecho él silencio. Y padecen esto también caballos y burros y. Había una gran nevada y de los que llevaban los víveres ninguno le seguía. como los olores fuertes ayudan contra los desvanecimientos. están muy hambrientos y. sino porque restablece el háli­ to vital y la fuerza que se les venía abajo. 667 C onocido sólo por este pasaje. no por­ que estén necesitados de alimento (pues. pues la bulimia no es hambre. se reaniman). pues lo ingerido es como un reactivador del calor. Pero Cleómenes 667.LIBRO VI 285 zaba en la explicación aducida. luego. el médico. pues se enfrían bastante y se com­ primen los cuerpos de los que caminan. oponiéndose unos a esta opinión y justificándola otros. con­ sumía el alimento. 4. dijo que limos (hambre) está empleado en la palabra compues­ ta sin referencia al hecho en sí. le parecía mejor que el calor. al faltar éste. como pínein (beber) en katapinein (apurar. tam­ bién el pan recupera a los que sufren de bulimia. sino. Así. f 5. también aquél se marchitaba como fuego. sino una afección en el estómago que produ­ ce un desmayo por la afluencia de calor. tragar) y kypto (agacharse) en anakyjotó (levantar la cabeza). más bien.por la nieve. pues. y que es desma­ yo y no hambre. una cardiopatía y retortijones. pues las emanaciones de los higos pasos y de las manzanas no provocan una insuficiencia. por ello. al instante se reaniman. lo delata el caso de las acémilas. pues. Sóclaro dijo que el principio del razonamiento es­ taba muy bien sentado. por su parte. con que coman muy poco. 695a como parece. Así. era infundado. pero que el calor causa la disolución y que ésta alcanza el ori­ gen de la respiración. con que tomen sólo un poco. al concentrarse y aumentar dentro. . de suerte que su fuerza se funda y consuma. que se aparta de las de Clem ent y Fuhrmann. no sale del cuerpo mucho calor. . pero cuando el movimiento cambia rápidamente el alimen­ to del cuerpo en calor y el calor sale fuera al separarse la carne. al extinguirse en la superficie del hálito. y tiene algo de cortante y divisorio no sólo de la carne. y el calor fluya fuera y. en efecto. ya que ella soltando su hálito se consume y llena la superfice de fuera de la vasija de una humedad tenue y cristalina que deja su hálito al salir invisiblemente por los poros. como que se lanza contra los que caminan c por la nieve penetrante y. exhale un sudor suave y como ro­ cío. pues vemos que éstas no resisten a la nieve. Éste.286 MORAL IA 6. es forzoso que se produzca un abandono total d de las fuerzas. sino que también funda los cuerpos. se basa en admitir tras el in fin itivo légesthai un pu n to alto. sino una dilatación. A nosotros nos parecía que se explicaba correcta­ mente también así 668: que desde el principio contrario era posible salvar la verosimilitud. es evidente. suponiendo no una concen­ tración. Y se produ­ ce esta relajación en invierno. por la tenuidad 669. el hecho de sudar y el que a muchos que no tienen hambre les sobrevenga la bulimia denuncian un relajamiento y flujo más que una concentración del cuerpo. sino también de las vasijas de plata y bronce. en los inviernos crudos. parece quemar­ les las extremidades. como una llama. ya que el hálito que fluye de la nieve es como el éter del hielo y una raspadura de partí­ culas muy menudas. si uno está quieto. como se ha dicho. 669 Tenuidad del calor del cuerpo y del vapor. y que el enfriamiento no sólo comprima. efectiva­ mente. Ahora bien. las piezas de plomo fundi­ das. al cortarles y penetrarles su carne co­ mo el fuego. sobre todo si el cansancio y el movimiento b 668 Nuestra traducción. de ahí que se produzca una gran dilatación en el cuerpo. C U E ST IÓ N N O V E N A De por qué el poeta con los demás líquidos usa epítetos característicos y sólo al aceite lo llama «líquido» Conversan P l u t a r c o y otros 1. «amarilla» a la miel y «rojo» al vino. también so­ bre cuál era el motivo de que. que alude a lo común a todos. del modo que cada uno se recobra también así perece. Ante esto se señaló' que lo más dulce es lo dulce en f todo y lo más blanco lo blanco en todo. y «en todo» es aquello con lo que no se mezcla nada de naturaleza contra­ ria. se escapa en gran cantidad y se dispersa a través del cuerpo. X X III 281. . también se ha de llamar «líquido» preci­ samente a lo que no tiene ninguna parte seca. y esto ocurre con el aceite. pues al hacerse tenue y de­ bilitarse. Od. en cierta ocasión. y las manzanas e higos pasos es natural que emanen algo así. su lisura muestra la uniformidad de 696A sus partes: en efecto. así. VI 79. pues. pero al aceite con frecuencia lo llama sólo «líquido» 670. ya que llama «blanca» a la leche. etc. 2. habiendo muchos líquidos. en efecto. el poeta solía adornar a los demás con epítetos característi­ cos. en todo él causa la misma sensación 670 II. e .LIBRO VI 287 agudizan el calor en el cuerpo. de suerte que atenúe y desmenuce el calor de las acémilas. Primeramente. Se anduvo en duda. de acuerdo con la naturaleza. pues no hay en él ninguna aspereza. La mayor prueba de su fluidez es su distribución y difusión de muy poco en muchísimo espacio. pues es líquido en su totalidad. incluso la más mínima luz la refleja hacia la vista. Después. no coge aire por su tenui­ dad y consistencia. pues le es congénito alimentarse con éste. a su vez. la leche es el único líquido que no produce reflejo. pues es muy compacto. en tanto que el aceite. el agua. como. . Meteor. domina­ do. sino que desde cualquier sitio. por el contrario. con los que reciba lo que caiga en él. sino que por la uniformidad de sus partes es proporcionado y consisten­ te. no tiene entre sus partes secas y terrosas vacíos ni poros. en efecto. Mor. es el líquido que menos ruido hace. ofrece a la vista la imagen más pura. y ésta es la causa también de que el fuego sea alimentado por él. como es. arde completamente. pues no se alimenta con nada salvo con líquido y sólo éste es combustible. de suerte que desvíe el reflejo. si se mueve al aceite. además. 3. y cuando el aceite espuma. Y. al menos de la leña el aire sale hecho humo y lo terroso reducido a cenizas queda y solamente lo húmedo es consumido por el fuego. 22. Ahora bien. en el fluir y deslizarse de los demás.. es el único que permanece puro y sin mezcla. por su humedad. ya que con ella están mezcladas mu­ chas sustancias terrosas 671. pues ni 671 Cf. sobre todo. pu­ ramente líquido. el vino y los restantes líquidos que tienen una gran parte de suciedad y terrosidad. 3 8 3 a l4 . en cambio. aí caer sobre la llama la cortan y con su aspereza y pesadez la oprimen y apagan.288 MORAL IA al tacto. 936E. Además. hacen ruido por su aspereza. y A r is t . como tienen tropiezos y gol­ pes. por su tenuidad se transforma y. sus partes duras y terrosas. como Aristión nos 672 P s . Pues bien. como Aris­ tóteles 672 dice. P lu ta r co y otros El cocinero de Aristión tuvo su día con los convidados. al dilatarse por la humedad sus partes. un vestido mojado con agua se seca rápidamente. pero limpiar las manchas de aceite es un tra­ bajo nada fácil. 673 Resumida p o r P s e l l u s . también el gallo recientemente sacrificado a He­ racles.A r is t . si se cuelgan de una higuera. se ponen pronto blandas 673 Conversan A r is t ió n . 193. como es jtotalmente pegajoso y pastoso. aunque estaba fresco y recién matado. De omn. en cambio. porque es más fino y penetra más en los poros. 874a28-30.289 LIBRO VI de la miel ni del agua ni de ningún otro líquido una canti­ dad tan pequeña admite tanto incremento. además de haber preparado otros manjares exqui­ sitamente. y se desparrama muy ampliamente. por ser es­ pecialmente fino y líquido. pues también la gente quita de los vestidos el vino mezclado con más dificultad. . Probl. C U E ST IÓ N D É C IM A De cuál es la causa por la que las víctimas'sagradas.. de suerte que incluso aguanta mucho sin desa­ parecer: en efecto. porque.. se les esparce por el cuerpo a los que se ungen con él. sino que al mo­ mento disminuyendo se consume por su sequedad: el acei­ te. doctr. lo sirvió tier­ no como del día anterior. porque es el que más penetra. San I s id o r o . pero la peor de las bebidas. sino porque con el calor des­ gasta lo inconsistente y acuoso del líquido: y la prueba de ello es su inutilidad. atados a una higuera. 17. Pero experimenta lo mismo.290 MORAL IA dijera que esto se consigue rápidamente. en tanto que las lisas y redondas se agolpan en la superficie. el más bravo se mantiene en calma. Por ello. y que el trigo tiene algún calor. pues es caliente. si se mete en un montón de trigo y si se combina con nitro por el calor. pues por na­ turaleza tiende principalmente a desunir. 674 Cf. si se le cuelga de una higuera nada más matado. lo atestiguan el olfato y lo que se dice de los toros. como si estuviera mustio 674. Y algunos creen que su jugo produce en la leche la coagulación. las partes ásperas de la leche. y. Etimologías XV II 7. aguanta que lo toquen y abandona del todo su bravura. y éste ablanda y sazona la carne del ave. Así. b y a esto coopera la sal. . se prueba con las ánforas. cuyo vino rápidamente se consume. pues la higuera es el árbol con más jugo de todos. incluso. su humo escuece muchí­ simo. sino lo frío e indigerible con el calor. de suerte que llena de él al propio higo. que de la higuera sale un hálito fuerte e intenso. a 697A la hoja. y todo esto es del calor. Y la mayor parte de la culpa de tal propiedad la tenía el amargor. pues el suero es dulce. al ser quemada. su ceniza proporciona un polvo muy detersivo. f que. si se colocan en un granero. al consumirse. y actúa contra los llamados «entrelazamiento» y «cohesión». la hi­ guera desprende un hálito agrio y cortante. Desde luego. a la madera e. por lo visto. pues no es que fije el elemento liso con los irregulares. no por abrasar y encolar. indagábamos la causa. pues. por la desigualdad de sus partículas. y. . 50A. en verdad. después de haber cenado solo. en la idea de que la cena desea siem­ pre compañía y afabilidad que la haga agradable. agradables y gratas. En cuanto ai personaje citado parece tratarse de E veno de Paros. no por el hecho de co­ mer o beber acompañado. 616 C f. las hace adecuadas al gusto. en tanto que la mayoría de la gente «gracias» 676.LIBRO VII IN T R O D U C C IÓ N Los romanos tienen en la boca. al mez­ clarse con la mayoría de las cosas. no cenado». dijo: «Hoy he engullido. al me- 675 697C D La misma cita se repite en Mor. que. Socio Seneción. contem poráneo de P latón. Eveno 675. decía que el fuego era el más agradable de los condimentas y Homero llama a la sal «divina». el di­ cho de aquel varón agradable y humano. en efecto. sino porque participa en nues­ tra conversación y nos hace partícipes de la suya. 684F ss. que escribió una retórica en verso y elegías de tema sim posíaco. porque. 126D y 1010C. quienquiera que fuera. un familiar o un conocido. el condimento más divino de la cena y la mesa es la presencia de un amigo. en efecto. señalando a las puertas dicen: «Por aquí no sale palabra» 677. como desbarran. 677 C f. 679 Verso de A l c e o (fr. y G e lio . acostumbrémonos a mantener conversaciones. en cambio. porque a la mayoría de la gente a ve­ ces.292 e MORALIA nos. 94 de D i e h l . Mor. De ahí que es justo aceptar en las cenas conversaciones no menos probadas que amigos. de los que este séptimo libro con­ tiene diez.. . ni innoble. P ro tó g en es. creíble y apropia­ do en sus palabras. porque sus temas no contengan nada irre­ prensible. y Z 23 de L o b e l-P a g e ) . C UESTIÓ N P R IM E R A f Contra los que critican a Platón por haber dicho que la bebida pasa por los pulmones 678 C o n ve rsa n N ic ia s . si es que hay algo útil. pensando y diciendo lo contrario que los lacedemonios. ni malsonante. Nosotros. cuando admiten a su comida Común a un joven o forastero. P lu t a r c o y un in v it a d o a n ó n im o 1. Éstos. Sai. ni malicioso. F lo ro . 39 de B e r g k . VII 15. y se puede juzgar por los ejemplos. A uno de los comensales se le ocurrió decir en voz alta eso que tan a mano tienen todos en el verano: 698a Empapa tus pulmones con vino} pues el astro retorna 679. cuya difusión sea posible a to­ dos y con todos. desde luego. 678 Imitada por M a c r . sus charlas les empujan a las pasiones y los depravan. y Licurgo X II. 26ÓF. Noctes AI (¿cae XVII 11. al ser obligada la b mezcla del alimento líquido con el sólido. «Sin embargo. primero. ibid. 437. sobre la mayoría de las partes del cuerpo el porqué y para qué fin la naturaleza hizo a cada una. la bebida atraviesa los pulm ones. »Y. pues su igno­ rancia es grande.LIBRO V il 293 Y Nicias 680 de Nicópolis. como también corresponde ai filósofo'. Al­ ceo en cierto modo encontraría fácilmente disculpa. porque. n. Tim. desconociera lo que también desconocía el filósofo Platón. Alceo. en cambio. 681 C f. pues es verosímil que los pulmones. 684 Sobre Erasístrato. c 630 N o interviene en ninguna otra conversación. . se la planteó a él correctamente Erasístrato 684. 91a. . pasa por encim a de los riñones y penetra en la vesícula de donde se expulsa. queso y vino de Pram nos. al haber dejado escrito tan claramente que la bebida pasa por los pulmones 681. al no ser los pulmones lisos ni en absoluto com­ pactos mz. por cierto. se aprovechen de la humedad y que por esto se empa­ pen. al proseguir en su argumentación y querer razonar. no tiene nada claro la fun­ ción de la epiglótis. 70c y 91a. ni siquiera a los mejor dispuestos a defenderle les había dejado un apoyo convincente en favor suyo. Según P l a t . después. a los que se les puede añadir miel. 683 P oción utilizada ya en H om ero. . además. ¿cómo la harina de cebada bebida con el ciceón 683 pasa y no es retenida? Esta duda. para que. que está puesta para esto. el filósofo. a fin de poder recibir el aire y la bebida com o una especie de edredón. Tim. dijo que no había nada extraño en que un poeta.. véase supra. 70c. es natural que el estómago actúe para ambos como el mismo vaso que entrega al bajo vientre el alimento blando y empapado. el médico. eí pulm ón es blando. 682 Para P l a t . por ser vecinos del estóma­ go. dijo. com puesta de harina. no tiene sangre y está íleno de cavidades. . cuidando de que esté libre el camino para el aire y su salida. si se trata del mismo perso­ naje que interviene en Am atorius. Más aún. como decía Erasístrato. y esto no ocurriría si los líquidos se separa­ ran justo en la deglución. cuan­ do hablamos. pero esta puer­ ta interior. donde la pérdida de la vida es rapidísima pero el fresno. 685 Participa en varias conversaciones y. es empujado por el ímpetu a la vejiga. de la otra forma. en lugar de entrelazar y acompa­ ñar al alimento. X X II 325.294 MORALIA apretando la tráquea en la deglución del alimento. dijo el gramá­ tico Protógenes 685 que Homero fue el primero en advertir que el estómago es el recipiente del alimento. impida que caiga cualquier cosa en los pulmones. cae sobre el estómago. al comer y be­ ber. para que. en cambio. donde aboga por el amor masculino. 686 II. cuando algo se les atraviesa mientras se está respirando. pues por la tos se sufren fuertes carrasperas y desgarrones. pero. contestándole con palabras. hasta el punto de entremezclarse y permane­ cer a su lado. que se vale del líquido cual de un carro. al decir que Aquiles atrave­ só de Héctor el cuello. sobre la tráquea. «por ello también a los de voz potente se les suele llamar ‘de gran garguero’: por tanto. En cuanto Nicias expuso tales cosas. pesado por el bronce. dijo. le hablara algo 686. a la que los antiguos llamaban «garguero».» e 2. no le cortó la tráquea. como puede cerrar sobre uno y otro lado. y el del aire la tráquea. pues tan pronto como entra. procede de Tarso y es huésped de Plutarco. 328-329. se entretiene más con los alimentos y los ablanda. también sabemos que los que beben despacio tienen el vientre más húmedo d que los que tragan el líquido de un golpe. que está tan lejos de expulsar y excluir el líquido de la tráquea. Frag. y a la garganta le llama reci­ piente del alimento en estos versos: <»Ahora. A tt. I. tanto antigua­ mente como ahora. al tiempo. en efecto. pág. le ordenó beber. porque. como se le llama por todos. Excluye desde luego si quieres. dice.. salvo que alguien diga que el Cíclope tenía. dijo Floro: —¿Dejaremos así que se acuse a Platón por incomparecencia? —Nosotros al menos no. 687 Laguna suplida por Wyttenbach. 689 K o c k . probé la comida y vino tinto en mi garganta> eché 687. habiéndose hecho el silencio tras sus palabras. 688 Od. 147. sino por mor de la verdad. o que diga que a la faringe le llama estómago y no tráquea. para que antes de la salida del «Perro» llevara lavados los [pulmones 689. que en Los aduladores dice: Protágoras. XXIV 641-42. testigos para Platón hay muchos y buenos. junto con Pla­ tón. pues ‘de su faringe. Y aduje esto. IX 373. el mismo paso para el alimento que para la voz. que hace salir con él por allí mismo. por supuesto. también el alimento. a 699A Éupolis. pues. traicionaríamos también a Homero. Coni. 297. El verso corresponde a la II. .LIBRO VII 295 se refiere a la tráquea como si fuera el conducto propio de la voz y de la respiración. Pues bien. en efecto. fr.» 3. referente al episodio del Cíclope. no por falta de testigos. dije yo. igual que un solo ojo. salió vino y trozos de carne f humana’ 688. págs. Leipzig. de los testigos en favor de Platón convoco a Filistión 692. 3 y 100. Además. sino que tiene rugosidades. Eratosthenis Carminum Reliquiae. dar paso a la harina de cebada y de avena. Por ser siempre el segundo en su actividad literaria recibió el apodo de «Beta». al tropezar y mantenerse. como creen algunos. 983. ni resba­ ladizo. el locro. Pero ni esta explicación ni la otra son convincentes. pues el aire no necesitaba pasos para su expulsión. 1872. se han hecho cribosos y con muchos poros. no menos que del estómago. Para el verso.. 692 Filistión de Locros (siglo iv a. escribió poemas en los que sigue a Calimaco. C. ni es posible exponer dignamente la precisión de los instrumentos de que se vale (me refiero al aire y al calor). Gr. en las que es natural que.296 MORALIA y excluye también al elegante Eratóstenes cuando dice: empapándose con vino sus profundos pulmones 690. pues lo bien organizada que está la naturaleza en sus ope­ raciones no es accesible a la palabra. Frag.). Y Eurípides al decir claramente. bendito. y es incumbencia de los pulmones. es evidente que tiene una mirada más aguda que Erasístrato. C. H jlle r. ver E. N a u c k . . fr. pues ni nuestro estómago es liso. hombre muy antiguo y que fue 6yo Eratóstenes de Cirene (siglo m a.) fue uno de los médicos más destacados de la escuela siciliana. Trag. gran erudito y filólogo. las cosas ligeras y pequeñas escapen a la digestión. pues vio que los pulmones tienen oquedades y están atravesados por conductos por los que pasa el líquido. 691 Cf. por cierto: atravesándole el vino los conductos de los pulmones 691. sino que a causa de los líquidos y de las cosas que se deslizan con ellos. desde luego la epiglotis está delante de la tráquea. y brota como un canal partido por la mitad. pues no sorbiendo ni lamiendo. en efecto. sino que se le puede ver caer fuera. Es. pues. afluye a la tráquea. basta ya de testigos: las palabras de Platón tienen credibilidad. junto con el alimento seco. Por ello. separado en la deglución. también una parte del líquido entremezclado. como un tabique y des­ pensa. por lo que quizá el nombre haya sufrido una deformación y haya que leerlo Dexipo. le produce ese ansia de beber. a causa de que lo innato en cada una de las partes es la d e 693 No conocemos ningún discípulo de Hipócrates con dicho nombre.LIBRO VH 297 ilustre en vuestro arte. en tanto que el sólido rueda al estómago y nada comestible cae en la tráquea. sino tragando y dejando pasar poco a poco con tranquilidad la bebida mojan y humedecen la tráquea. Así. después. y a Hipócrates y a Dióxipo 693 el hipocrático. la muy estimada epiglotis no se le pasó a Dióxipo. pues éstos respecto a la bebida no llevan otro camino sino el de Platón. sino que respecto a ella dice que el líquido. que. aunque el estómago perma­ nezca sano e intacto. las aves ni han tenido epi­ glotis ni la tienen. pero que él estómago acoge. el líquido no es degluti­ do. Pero he aquí una prueba mayor que ésta: cuantos animales no tienen por naturaleza pulmones o los tienen muy peque­ ños. pues cuando la tráquea está perforada. junto con el ardor. primero a partir de los sentidos. para que la bebida se filtre suavemente y poco a poco y no fuerce al aire y lo trastorne precipitándose rápi­ damente ni de golpe. todos sabemos que a las afecciones pulmonares les acompaña una sed muy abrasa­ dora por la sequedad o el calor o alguna otra causa. convincente. ésos no necesitan bebida en absoluto ni la desean. . Desde luego. pero ninguna piedra se formó jamás en el vien­ tre. pues si el estómago junto con la comida recoge la bebida y la entrega al vientre. sobre un asunto incierto y tan controvertido. que son introducidos en el mismo sitio por el mismo camino. en definitiva. esto es mucho más verosímil que aquello. es natural que se llene de las cualidades de aquél y no se filtre tan limpio y sin impurezas. ni tienen necesidad ni inclinación hacia la actividad propia f de ellas. ni en absoluto se le parece en el color ni en el olor. mas he aquí que la vejiga está aparte y el intestino aparte. ninguna necesidad tienen de un paso propio los residuos del ali­ mento líquido. tendría sentido que el líquido se espese y cuaje en el vientre no menos que en la vejiga. sino que uno solo basta y. pero parece que el estómago. porque lo líquido avanza des7ooa de los pulmones y lo sólido desde el estómago. pero los que no tienen partes. y no había que ser tan presuntuoso con un filósofo. separándose en el preciso instante de la deglución. si se entremezcla en el vientre y sumerge. si precisa­ mente todo lo que se bebe marchara por el estómago a él. lo utiliza para el ablandamiento y conversión en jugo del alimento. los pulmones. como distribuyendo el aire y el líquido de sí mismos a los que lo necesitan. que es el primero en fama y prestigio. En efecto. . la vejiga parecerá ser una cosa inútil para los qué la tienen. por lo cual no forma ningún residuo líquido. al menos en estos temas. es común a ambos.298 MORAL IA tendencia hacia su función. En cambio. De ahí que ni en el residuo líquido aparece nada del seco. sin embargo. sepa­ ran el resto hacia la vejiga. extrayendo de la tráquea b directamente el líquido suficiente y adecuado que circula por ella. como un embor­ nal. y no obstante. pero la verdad quizá es inasible. Y. y el cuerno ente­ rrado por los ciervos. el hombre llamado «lanzacuernos» y «duro» 694 nos planteaba pro­ blemas siempre. IV 12. y. En nuestras lecturas comunes de Platón. P a t r o c l e a s . cosa cuya existencia está garantizada. entre éstas. presenta también las semillas «lan­ zacuernos». aunque uno de ellos bien pudiera ser D e caus. . pues es claro que la gente. plañí.LIBRO VII 299 CUESTIÓ N S E G U N D A De quién es el «lanzacuernos» en Platón y de por qué entre las semillas las que chocan con los cuernos de los bueyes salen duras Conversan E u t id e m o . no menos porque Teofrasto 695 teme su explicación en los libros. en los que ha resumido y relatado muchas de las cosas que tienen una causa indescifrable para nosotros. en efecto. sino que estábamos en duda sobre la causa por la que experimentan esto las semillas que chocan con los cuernos de los bueyes. F l o r o . como es el que las galli­ nas se limpien con pajas cuando ponen. 13. en muchas ocasiones. todo el rebaño se detiene. a la que cuando una sola cabra la lleva a la boca. así al hombre arrogante y obstinado le llamaban por metáfora «lanzacuernos» y «duro». 695 N o se sabe con certeza a qué pasajes de la obra de Teofrasto se refiere Plutarco. pero cu694 L eyes 853d. y el que la foca se beba todo el calostro al ser apresada. por creer que entre las semillas las que chocan con los cuer­ nos de los bueyes producen un fruto duro. P l u t a r c o y otros 1. ante los amigos renunciamos a ello. y la eringe. no quién era. nos pidie­ ron que habláramos algo sobre el tema. si lo siembran mientras lanzan impre­ caciones e insultos. y lo de las higueras silvestres. dije: «Para que tú también resuelvas algunas de las cuestiones planteadas. en la idea de que no sólo resultan con un estómago lleno mejores el consejo y el ingenio 696.300 e MORALIA ya causa es difícil o totalmente imposible de explicar. sacerdote conmigo. tenía como defen­ sores a Eutidemo. y Patrocles. al ser cazado. Mas. de los que se 701a cree que aquél crece mejor. y al otro. que aportaron no po­ cos ejemplos de tal tipo de la agricultura y caza. en Delfos. al seguir negándome. si al brotar lo pisotean y aplastan. sino que lo sostienen y hacen que madure del todo. mi pa­ riente. pronto te hará falta también dar razón del apio y comino. 2. en tanto que el jabalí dulces. sino que también el vino hace las investigaciones mucho más animadas y más audaces las explicaciones. Pues bien. . no dejan que su fruto caiga. durante una cena. como Floro creía que esto. personas nada incompetentes. pero que nadie debería dejar la investigación de la causa de aquéllos como inasible. rodeadas de hi­ gueras cultivadas.» 3. como parecía ser lo relativo al granizo que es desviado por los «vigilagranizo» con la sangre de un topo o harapos de muf jer. «Pero si indagas esto. derrama lágrimas saladas. era un juego y una tontería. y lo del ciervo. ciertamente. que. que. tengo el remedio con el que arrastrarás a éste 696 Verso de un poeta desconocido. dijo Eutidemo. acosándonos algunos amigos. Sin embargo. 471. y. en cuanto a los granos. Por ello también. como si fueran maduradas por el calor. de ahí que o bien los fríos las estropean del todo. 6. caen al punto en la tierra. en cambio. se aprovechan más del calor y humedad de la tierra. porque oprime y condensa su constitución hasta el endurecimiento. de ahí que no tengan razón los que dicen contra Homero: el año los produce. en tanto que el calor los hace fácilmente disolubles y blandos. en efecto. no la tierra 697. )>Pues ves también que entre las piedras las partes que están bajo tierra y con musgo.b dos. producen frutos más blan. según Hesíodo 698. in­ cluso. III 23. pues los lugares cálidos por naturaleza. echadas por la mano. e Hist. plant. Por tanto. si permanecen en la era demasiado tiempo al aire libre y al descubierto. el viento que les da al ser aventados los vuelve duros 697 T e o f r . como resbalan y ruedan. se parecen a algo arro­ jado más que sembrado. . cuantas semillas. y las que chocan con los cuernos de los bueyes no ‘encuentran la mejor disposición’. como penetran y alumbran en ese encubrimiento. D e caus. 698 Trab. por el frío ofrecen resistencia. y a veces. o bien las hacen difíciles de cocer. dicen que se ponen más duros que los que se retiran enseguida. que el frío origina la dureza en los granos de trigo y las legum­ bres. . plant. las que están al aire libre y al descubierto. ios arte.LIBRO VII 301 a la discusión junto a nosotros. me parece. sino que. 4. una difícil transformación y dureza en los trabajos. al proporcionar al aire una temperatura benigna. sin jugo y leñosas por caer sobre sus cáscaras al descubierto.c sanos entierran las piedras que van a trabajar. el calor las conserva más blandas que las de la superficie. VIII 7. » CUESTIÓN TERCERA De por qué del vino lo mejor es lo del medio. el asunto de la miel no nos planteó de­ masiados problemas. pues. P l u t a r c o y otros e Alexión 70°. por así decirlo. 2. del aceite lo. 701 Cita algo libre de Trab. recomendaba dejar lo del medio y esperar a que se ponga peor. 368. ya que todos. como se refiere de Filipos de Macedonia. de oír a los labradores decir también que de dos surcos paralelos uno produzca granos duros y el otro blandos. en cambio. de más arriba y de la miel lo de más abajo?» Hesíodo. Pues bien. mi suegro. se m ofaba de que Hesíodo aconsejara «hartarse cuando se empieza y termina la tinaja y economizar a la mitad.302 d MOR ALIA a causa del frío. nos lanzamos a investigar la causa de estas diferencias. cuando la tinaja está medio vacía. y lo que es más. sabía699 Imitada por M a c r .. del aceite lo de arriba y de la miel lo de abajo 699 Conversan A l e x i ó n . en cambio. no hay que extrañarse. los protegen las pajas. «pues ¿quién no sabe. Sat. Y expuesto esto. . 8-16. evidente­ mente porque a unas les cae más aire frío o agua y a otras menos. a los que se deja aparte. diciendo adiós a Hesío­ do. VII 12. que del vino lo mejor es lo del medio. donde está el mejor vinillo» 701. dijo. 700 Conocido sólo por esta cuestión. entre las vainas unas producen habas de un tipo y otras de otro. como no es dominado por él. en efecto. sino que se separe de él por la tenuidad y consisten­ cia de sus partes. en las llenas el propio vino se mantiene por sí mismo. su fuerza. por enturbiarse con el borujo. pues cuando afluye mucho aire a una vasija vacía. por la cual es muy poco propenso a la mezcla y no recibe ninguno de los demás líquidos. de ahí que no permita la mezcla con el aire. después. en cambio. sobre todo. yéndose lo uno abajo y quedándose lo otro en la superficie. y que no era mejor lo de arriba. porque está muy b lejos de lo que le daña. y lo más importante. entierran las tinajas y las cu­ bren. también. sabemos que el vino es la más inestable. A esta explicación parecía opo- . Tampoco el vino carecía de argumentos convincentes. por su parte. nos llevó un tiempo nada despreciable: uno. sino que lo parecía. en tanto que lo espeso y compacto por su peso se coloca por debajo del resto. En primer lugar. al poco tiempo de nuevo recobra cada cosa el lugar que le corresponde. pues de cuantas cosas el aire altera la cualidad. otro lo achacaba a su densidad. salvo a la fuerza y sacudi­ do por un golpe. y si le das la vuelta a la f vasija.LIBRO v n 303 mos que lo más ligero es más ligero por su falta de densi­ dad. 3. que es el calor. para que las toque la menor cantidad de aire. porque no recibe de fuera muchas de las cosas que lo estropean. lo de 702A abajo es peor por las heces y lo de la superficie se estropea por estar el aire en contacto con él. El aceite. pa­ rece que razonablemente se concentra. de suerte que. menos es cambiado. por ello. más la altera. en el centro y este lugar lo conserva mejor. una vasija llena no deteriora tan fácil­ mente al vino como si estuviera medio vacía. en efecto. dijo que lo de abajo del acei­ te es peor. Floro. 224 de R ose . dije yo. que el acei­ te es más oloroso y. que mi padre y mi abue702 Fr. rápidamente se enrancia y envejece. por ello. mientras del vino lo de arriba es lo peor. . mejor. como no tiene transpiración por su consistencia. enfriado. achaca la causa de su mejora al aire. como dice. no permitía que retiraran vacía la mesa. del aceite es lo mejor. «y sé. sino que siempre dejaba algo de comida sobre ella. C e s e r n i o . cuando penetra en una vasija medio vacía. L u c io y P l u t a r c o 1. pues aquél. para el aceité es in­ conveniente el envejecimiento. É u s t r o f o . al observar. en general. luego. mientras que éste. que el aire le quita a cada uno cuando le toca.» CUESTIÓN CUARTA d De por qué entre ¡os íantiguos romanos era costumbre no tolerar que se retirara vacía la mesa ni que la lámpara se apagara C o n v e r s a n F l o r o . mientras para el vino es provechoso. dijo. que era amante de lo antiguo. pues el envejecimiento infunde en uno la mejor disposición y en el otro la peor. es más eficaz. ¿no será que el aire ayuda al aceite y daña al vino por una misma propiedad? En efecto. «Pues bien.304 MORAL IA nérsele Aristóteles 702. pues hay más y. se mantiene jo ­ ven. cuando las vasijas están medio vacías. c 4. luego. observar de nuevo al día siguiente si seguían llenas?» Y Floro. toleran que se ex­ tinga por sí mismo. . su yerno. como uno de los jóvenes pertenecientes a la escuela de Amonio y gran aficionado a las matemáticas. a juzgar por io que se dice de él infra. alimentándolo y cuidándolo siempre. Pues bien. e reflexionando mucho tiempo cómo los esclavos no roba­ rían el aceite. al sagrado lo defienden de ambas. como en el hombre: uno. quien. dijo: «Bien. Cesernio 705. de acuerdo con la naturaleza.» 2. cuando se apaga violentamente y el otro cuando se extin­ gue. el ateniense. 704 Personaje desconocido que. a no ser que conozcan el ardid de nuestro Policarmo 704. creía que por el parentesco con el fuego inextinguible y divino los antiguos se abstenían por razones religiosas de destruir cualquier fuego. los de ahora la apagan justo después de la cena. 705 Además de aquí interviene en la cuestión sexta de este mismo libro. sino que ni siquiera permitían que se apagara la lámpara. dijo: «¿Entonces qué ventaja hay para ellos. sin que ellos mismos lo violenten ni 703 Interviene en el diálogo De E ap. por así decirlo. para no gastar inútilmente el aceite. Éustrofo 703. debió ser un político ateniense. en cambio. riendo. que estaba pre­ sente. puesto que esta cuestión está resuelta investiguemos la razón por la que verosímil­ mente los antiguos fueron tan escrupulosos respecto a las lámparas y las mesas. pues esto también lo observaban cuidadosamente los antiguos romanos. al otro. Delph. pues f hay dos tipos de destrucciones. VIII 4. dijo que por último lo había encontrado: llenar efectivamente las lámparas recien apagadas.» Pues bien. en cambio. Pues bien.LIBRO VII 305 lo cuidaban muy bien no sólo de esto. primero se investigaba sobre las lámpa­ ras. que se mueve y ali­ menta por sí mismo. tiremos la comi­ da. en efecto.» 4. dijo que lo demás estaba bien dicho. destruyamos los indicadores de una navegación 707 o camino. entonces. ni que. censuro. dije yo. pero añadiría que maestra de los sentimientos humanos es la costumbre. para que no se alimente en vano. en su extinción y consunción queda claro que su fuerza no está privada b de un principio vital. . así. y con su brillo. sino que. el cuidado y custodia de aquel fuego es un símbolo del cuidado para con cualquier fuego: «ninguna cosa. otros al cocodrilo y otros al lobo (pues a todos no es posible). pero que la gente venera y atiende tanto al fuego sagrado. por lo normal. 707 Para comprender esta afirmación. saciados de sus aguas ceguemos ni tapemos la fuente. pues grita. como el alma. como cuando quitan la vida a una cría. mues­ tra y esclarece todo. si no es que tú. dijo mirando hacia mí.306 MORALIA maltraten. al igual que entre los egipcios algunos veneran y honran toda clase de perros y otros la de los lobos o cocodrilos. pues ni es piadoso que nosotros. navegaban cerca de las costas. sino que hay que respetar y dejar lo que sea útil para los que lo precisen después '706 Conocido sólo por esta cuestión. emite sonidos y se defien­ de como un ser animado que esté muriendo y sea matado violentamente. piénsese que los griegos. ni que. tienes algo mejor que decir. 3. no porque lo considere mejor o más sa703A grado que otro fuego. pero alimentan a un solo animal: unos al perro. y más que en nada. el hijo de Floro. hartos. «Nada de lo dicho. Y Lucio 706. usados. se parece más a un ser animado que el fuego. . en no quitarles el alimento que le dieron. de ahí que. 748. sino en permitirles que vivas y brillando lo utilizaran. pues se alegran no tanto tomándola como compar­ tiéndola. ya que se piensa que siempre hay que dejar algo de cena a los criados y a los hijos de los cria­ dos?. ¡por Zeus!. la cordura y el valor. Éustrofo dijo: «Pues bien. cuando vayamos nosostros a dormir y descansar. como algunos dicen. pues también la vista. Pues esto no nos hace propensos a la supersti­ ción. sino una vez que se han entregado al fuego las primicias y un presente por su servicio. por si alguien llegara pidiéndonosla mientras aún aguanta y luce.» 5. si fue­ ra posible. sino conser. »Pero observa que. con razón. tras servirse de las lámparas. sino que incluso hacen que se ponga 708 Trab. y el oído estaría bien que se prestaran a otro y. Hesíodo no permite que se sirvan pan o carne ‘de marmitas sin consagrar’ 708. no es absurdo que los antiguos venerasen la fructífera encina. ¿acaso esto también nos permite un acceso adecuado al tema de la mesa. y hacían bien los romanos. Y en cuanto yo dije esto. sino que acostumbra a que d nuestro agradecimiento y comunicación entre nosotros se tenga incluso con seres insensibles e inanimados. al permitir tales exageraciones por mor del agradecimiento. por ello también dicen que los reyes persas e envían siempre raciones no sólo a los amigos. está bien apagar la luz de una lámpara por tacañería. y los atenienses llamasen sagradas a ciertas higueras y prohibieran talar los olivos sagrados. jefes y miem­ bros de su guardia. ni aunque nos lo pidan.c varia y mantenerla.LIBRO V II 307 de nosotros. de ahí que. Etióp. sus convidados y comensales. desde que los medos recorrían la Fócide y los confines de Beocia asaltándolas y saqueándolas. a su vez. que interpretan el dicho como que se ha de comer cada uno su ración sin preocuparse de más. Eumeo.» 6. pues yo al menos también censuro la mesa de Aquiles.. pues se amansan con la participación en la comida incluso las fieras más hurañas. sabio alumno de un sabio. la abre y la asa. Cir. 3. en cambio. en toda ocasión debe estar a mano aquello de ‘deja también algo para los huéspedes que se presenten’.308 MORALIA en su mesa la comida de sus esclavos y perros 709. la de­ güella..2 II. IX 206. y Anáb. . I 9 . cuando llegaron como embajadores Ayante y Odiseo 712. pág. Y yo riendo dije: «Pero.oh amigo!. L eu t sc h -S c h n e id e w in . no tuvo problemas cuando se presen709 De tal costumbre entre los persas dan fe H e l . 2 5 ... se ve obligado a aderezar y cocinar la comida desde el principio y. M or. hacien­ do a todos aquellos de quienes se servían. . y J e n . en cuanto les era posible. enseñándonos siempre a guardar algo del f presente para el futuro y a acordarnos hoy del mañana? Entre nosotros. gastando en ello gran parte de la noche. Y siempre. cuando quería agasajar a Príamo ‘abalanzándose sobre una blanca oveja’ 713. 7. 710 Cf. en efecto. por ser. Corp. XXIV 621-622. ya que. como no tenía nada preparado. está siempre en la boca aquello de ‘deja algo también para los medos’. sobre el que pro­ hibía él sentarse. 12E. por cierto. ¿por qué no traemos a colación aquel ‘pez puesto aparte’ 710 del pro­ verbio junto con el quénice pitagórico 711. 711 Cf. II. que se encontraba 704a siempre vacía y hambrienta. 713 Ibid. VII 18 ss. los beocios.. y A t e n . Paretn. VIII 2 . 426 (2a). Gr. 452E.. también. sino que. dijo. Y. dijo que recordaba haber oído a su abuela que la mesa era algo sagrado y que nada sagrado debía estar vacío.» b 7. pues. el amainar y contener el apetito cuando aún se tienen ganas. En los Píticos. L a m p r ía s y P l u t a r c o 1. pues lo mismo que tenemos por justo que la tierra tenga y nos aporte siempre algo útil. intendente de los anfictiones. a un flautista conciudadano y amigo suyo que llegó tarde a la inscripción del certamen. Calístrato. . pues menos desean lo ausente los que acostumbran a apartarse de lo presente. haciéndolo sentar. lo agasaja sir­ viéndole platos de carne asada que. dejaron al comer el día anterior 714.» CUESTIÓN QUINTA De que hay que guardarse sobre todo de los placeres c producidos por la mala música y de cómo hay que precaverse Conversan C a l ís t r a t o . así tampoco creemos que la mesa debe estar vacía o quedar sin peso. XV I 50. «y a mí me parecía también. aquello al menos no es poco. tomando la palabra Leucio. por cierto.LIBRO V II 309 tó Telémaco. y firme y es bien llamada por algunos ‘hogar’. que la mesa era una imitación de la tierra. lo excluyó conforme 714 Od. es redonda. »Y si esto pareciera poco. aparte de alimentarnos. pero. quien afirma que sólo a estos placeres se les da el calificativo de ‘hermosos’. era una delicada audición al principio. y me parece que Aristóteles excluyó del desenfreno con una 715 Aristóxemo de Tarento (siglo iv a. no fuera a resultar muy desagradable y molesto. al ex­ presarse más o menos así: 2. pero. Y. sino que la mayoría acabó por dar saltos y moverse juntos con movimientos innobles. a la ley. desde luego. junto con su coro. desenmascarándose totalmente. cuando nos agasajaba. que tenía mie­ do. hacer lo que quisiera: tanto encantarles con su flauta como actuar sin freno. su aspecto nor­ mal. y a él. escritor prolífico que pare­ ce haber compuesto unas 453 obras.310 d e f MORAL LA. ¡por Zeus!. quería Lamprias decir algo y expresarlo con franque­ za contra los jóvenes.). el propio Calístrato le proporcionó como una pauta. Cuando cesaron y la fiesta recobró de nuevo. «Tampoco yo mismo. dijo. sin embargo. por placer. después. incluyo dentro del de­ senfreno la afición por la música y el espectáculo. nos lo trajo al ban­ quete espléndidamente engalanado con vestido y coronas. pero adaptados a aquelíos sones y tonos. como tras un ataque de locura. cuando se percató de que la mayoría cedía y le permitía. habiendo agitado y tanteado al banquete. no estoy en absoluto de acuerdo con Aristóxeno 715. C. . puso de manifiesto que la música emborracha más que cualquier vino a los que se sacian de ella como sea y sin medida: pues a los que estaban echados ya no les bastaba con gritar y aplau­ dir. como en un certamen. entre las cuales se cuenta un tratado de música y algunas biografías. cuando han cenado con gusto y opíparamente. pues la gente llama a los man­ jares y perfumes ‘hermosos’ y que ‘hermosamente’ se pa­ só. como superan los sentidos. H ist. En cambio. 718 Fr. no de desenfreno y molicie.. que también con la mú­ sica son encantados muchos de los seres irracionales. y el contemplar y oír alguno de ellos junto con mu­ chos es más agradable y solemne. 717 Cf. sino que para ellos se hacen estadios y tea­ tros. an. y E l ia n o . desde luego. y compartir 716. ya que nosotros toma­ mos el mayor número posible de testigos. bailando. 611b26. an. 235 d e S c h r o e d e r . vemos. no veo que tales placeres tengan nada sin­ gular. y Píndaro dice que ante el canto se conmovía: al modo de un delfín marino al que en la extensión del mar sin olas el agradable canto de las flautas conmovió 718. A rist. salvo que son sólo del alma. 138B. la gente coge a los búhos. el baile y el canto. alegando que eran sólo humanos. en tanto que los demás son del cuerpo y cesan en él. apo­ yan su encanto y cosquilleo en el agrado del alma. Mor. como dicen b los cirenaicos. de ahí que ninguno de tales placeres se haga a escondidas ni pre­ cise la oscuridad ni muros ‘que lo circunden’. N at. la música. en efecto. en tanto que los demás. y cuando las yeguas son monta­ das. XII 4 4 y XV 25. también las fieras y por naturaleza los podían disfrutar . que se alegran ante su vista y. sino de un entretenimiento libre y cívico.» 716 Cf.LIBRO v n 311 razón nada justa los placeres relativos a la vista y al oído. se les toca con la flauta un son al que llaman ‘salto del caballo’ 717. como los ciervos con las flautas. les acompañan con sus hombros aquí y allá. el ritmo. . 705A y. 125 d e B o w r a . por imitación. »Por tanto. por culpa de él también tú ahora pareces haberte olvidado. pero cuanto no exige al instante ni al momento el pago del libertinaje.. la pérdida de sus bienes y una mala reputación. padecien­ do oftalmia. que. obligada por el desenfreno. pág. Corp. viendo aún más audaces a aquellos coregos de los cantos..quien. 721 Cf. lo que con­ trasta con la interpretación ofrecida por Plutarco. »En cambio. pues. como aquel Teódectes. era un miserable y le arrastraba de nuevo su [naturaleza. y otros la ignorancia y el abandono. ahí la gente. I. cuantos placeres dando un rodeo se esta­ blecen y emboscan inadvertidamente en los ojos y oídos 719 Según algunos paremiógrafos (cf. al desnudarse. esto por ignorancia del daño se eli­ ge y hace. unos los produce el desenfreno. para que no le vieran las arrugas. falla en su cálculo. Parem. según dicen. 720 Anaxarco de Abdera. DK. a quienes les acompañan muchas enferme­ dades.312 MOR ALIA 3. dijo al aparecer su amada: ‘salud. aun sabedor de ello. . En cuanto a Teodectes. según Dióg. 238 (fr. enajenada por el placer. 173 [42]). ejerció una gran influen­ cia sobre el rey. los llamamos libertinos. a donde la mayoría de los sabios [tiembla 721. dijo: «No es ésta la causa. no sabemos a quién se refiere Plutarco. Cuando Caiístrato dijo esto. a los que se descarrían en la comida. querida luz’ 719. Lamprías. de que entre los yerros relativos a los placeres. filósofo que acompañó a Alejandro en sus campañas y que. sexo y bebida. IX 58-60. sino que me parece que los antiguos llamaron sin razón a Dioniso hijo del Olvido (pues debía ser su padre). Gr.. 72 A 10). el dicho se aplica a una anciana que. L a e r . oh hijo de León. por ello.. y al abderita Anaxarco 720. II. L eu t sc h -S c h n e id e w in . apagó la luz. pág.. donde el daño es mani­ fiesto. . como hace poco la música y los sones de la flauta han 722 Cf. de ahí que Arcesilao 722 diga que nada importa que se sea disoluto por detrás o por delante. atestiguamos contra nosotros mismos. corregible’. si los enemigos penetrando por una sola están dentro. no conscien­ temente. no los llamamos igualmente libertinos. N octes A tticae III 5. si pasan un día en el teatro sin comer ni beber. pero ni la carne ni el pan ni este excelente vino que bebemos alteró nuestra voz por el pla­ cer. 220 de S c h r o e d e r . y están atentos pa­ ra que no sean vencidos. pero sí por el de las Musas o el teatro. 207 de B o w r a . y C e l io . desde luego. más f picantes y variados que cualquier cocinero o perfumista. . ‘que producen la espléndida tierra y el ímpetu del m ar’. con éstos nos arrastran y corrompen a nosotros que. hay que temer la molicie y el placer que cosquillea tanto en los ojos como en los oídos y no considerar ciudad inexpug­ nable a la que tiene puertas aseguradas con pasadores. Mor. partes sexuales. pues. Por tanto. como si una vasija estuviera e orgullosa de no poder ser levantada por la panza o por el fondo. 126A. a pesar de que sienten una afección y desenfreno no menor que aquéllos. en los manjares que hace poco 706A estaban sobre las mesas. y los que nos vierten los venenos del canto y ritmo. para que la asalten y saqueen. cuando por las asas fácilmente puede ser movi­ da. a estos hombres. ni a uno mismo invencible por el placer. en cierto modo.LIBRO VII 313 de los que se mantienen en formación contra ellos en su vientre. ce­ rrojos y rastrillos. pues ‘no hay nada reprochable ni. 723 Fr. gusto y olfato. si no es vencido por el de Afrodita. sino por inexperiencia los soportan y creen que son más fuertes que los placeres. como dijo Píndaro 723. pues igualmente ha cedido y entregado su alma a los placeres. 96. son muchas veces un obstáculo. sin que tengamos que sufragar los gastos. contra los demás placeres. »Por ello. 725 Cf.» 4. no como los relativos al gusto. de estrépito. en certámenes. y Mor. 133B. hay que precaverse más que nada de estos placeres. ¿con qué acción o palabra consideramos que la razón nos socorre?. 38B. Xenokrates. algunos afec­ tos. en efecto. en teatros y en banquetes.. 724 Cf. K o c k . Corp. con las orejeras de Jenócrates 725. por lo que es muy probable que quienes carecen de una mente que les socorra y dirija se corrompan. hecho el silencio. Parem. 607. pues no nos cubrirás. ‘¡bajando la cabeza devoraban los postres!’ 724. ya que. H e in z e . desde luego. pues también en los puestos de pescado la tacañería encoge el dedo del glotón. . si oyéramos templar una lira o dar el tono a las flautas. si no es que también toda la ciudad. Pero esta pasión por las Musas relativa a oídos y ojos. ni nos levantarás en me­ dio de la cena. M or. Leipzig. aunque nues­ tra mente deje de combatirlos. son placeres que nos es posible conseguir y disfrutar gratis y sin dinero en muchos lados. pues el préstamo es un duro castigo del desenfreno y desatar la bolsa no es muy fácil. y la codicia nos aparta del deseo de mujeres ante una hete­ ra muy costosa. Gr. como sin duda en Menandro. al ser tenta­ do cada uno de los comensales por el alcahuete que les traía una moza soberbia. tacto y olfato acaban en la parte irracional y física del alma. y R. sino que tocan la que juzga y piensa. 1892. llamadas liberales. pues son muy fuertes. Pues bien. sin embargo. fr. la afición a la música y flauta. después.314 MORAL 1A llenado la casa. dije: —Bueno. palmas y alaridos. fr. no es posible traer­ le a Penélope ni casarlo con Pantea 726. pues del mismo modo que los magos ordenan a los endemoniados recitar y enumerar para sí las letras efesias. se le puede llevar a Eurípides. F l o r o y C e s e r n io 1. el salado oído con un dis­ curso potable» 727. supra. cantos y odas de mal arte y mal gusto.. Homero hace que Menelao se presente por su cuenta cuando Agamenón invitaba a los caudillos. como dice Platón. f . hay que invocar a las Musas y refugiarnos en el Helicón de los antiguos. 726 Esposa de Abradatas (cf. J e n . Píndaro y Menandro.315 LIBRO VII —Desde luego que no. dijo Lamprías. C U E ST IÓ N S E X T A Sobre los llamados «sombras» y de si hay que ir a cenar con uno invitado por otro y cuándo y con quiénes Conversan P l u t a r c o . 109. acordándonos de aquellas santas y venerables letras y acu­ diendo a cantos. en cambio. n. pues al que está enamorado de una mujer muy costosa. 45). 727 Fedro 243d. así nosotros en tales tarareos y brincos: e exaltados por delirios y gritos con violenta agitación del [cuello 728. al que se complace con mimos. como a una corriente tranquila. pero. VI 1. «lavándole. poemas y relatos nobles. Cir. no seremos en absoluto golpeados por aquéllos ni ofreceremos nuestro flanco. 728 C f. cuando topemos con las Sirenas. Só­ crates se había rezagado. Banqu. 729 II. 123F y 178D-E. para así poder criticar. Parecía que de Sócrates. empero. sencillamen­ te una sombra que precedía a un cuerpo que tenía la luz detrás. 731 P l a t . a quienes ahora llaman «sombras» 730. 732 La m ism a anécdota la relata P l u t a r c o en Mor. para que no les ocurriera lo que vino a sucederle al que acogió al rey Filipo en el cam­ po. como los criticones y puntillosos arremeten contra tales descuidos y olvidos de sus amigos. a Aristodemo. no invitados ellos mismos. 174a ss. en las recepciones de huéspedes. principalmente de autoridades. cuan­ do convenció a ir con él al banquete de Agatón. 730 Al principio se Ies conocía con los calificativos de ákléfoi y epíkléíor siendo la denom inación de «som bras» de época rom ana. mandó tranquilamente un recado a sus amigos pidiéndoles que dejaran un hueco para el pastel. como viera al huésped inquieto. aguardándo­ lo. alegrándose más por el hecho de ser olvida­ dos que por el de ser honrados. a los que des­ conocían el número de los que les acompañaban y eran estimados por ellos. y así la cena al­ canzó a todos 732. El m ismo verso lo pronuncia humorísticamente. y no permitió que el olvido de aquél quedase en evidencia. sino traídos a la cena por los invitados. a quien le pasó algo b gracioso.. ya que vino con muchos y la cena no estaba preparada para muchos. 12. Banqu. . y éstos. probaron poco de lo que se les puso. se investi­ gaba dónde tuvo su origen. aunque no se le había invitado. 70?a Y en cuanto a la costumbre de los convidados de más. era necesario. Pues bien. . en el camino. en L u c. II 409. Después. el cínico Alcidamante al presentarse al banquete sin ser invitado. pues no se dio cuenta de que. y él entró antes 731 .316 MORAL LA pues sabía de su hermano en su ánimo cómo se afanaba 729. ni se lo echó en cara con no acudir. dejar la invitación en manos del hués­ ped. pero fijar el número. confiando a otros los banquetes. pero ahora. y. el seguir de cerca y aguardar a que otro se perfume y bañe y que retrase o adelante el horario es del todo indigno y gnatónico. había que ‘invitar a la comida al que te ama’ 733. Pues bien. Y como yo charlara con los presentes de esto. 734 Gnatón es el fam oso parásito de la C om edia N ueva. Gnatón 734 ha sido el más experto de los hom­ bres en cenar de lo ajeno. mesa. dijo que. del mismo modo que los que fletan barcos se dejan cargar lo que uno lleve. si no. así nosotros. y sobre todo si no ha sido invitado. si. 733 Trab. les permitimos que nos los llenen con el primero que encuen­ tren. y. planteándonos si conviene que los así invitados vengan y acompañen. sea agradable o vil. »Más aún. dijo. su cuñado Cesernio desaprobaba el hecho por completo: «En efecto. Y me extrañaría que llegara co­ mo invitado de más un hombre agradable. ni conoce en absoluto el que da la cena. y si. en Zeus trágico 37. a pesar de conocerlo y tratarlo. obedeciendo princi­ palmente a Hesíodo. sino como som­ bra de uno cualquiera. a quien muchas veces. en cierto modo. no lo invita.LIBRO VII 317 2. a la fuerza y contra su voluntad. a su vez. 342. como poniéndolo en evidencia. desde luego. le pareció bien a Floro que se tratara en serio algo referente a los llamados «sombras». llegar más pronto o más tarde que el que te invitó a casa de otro produce cierta turbación. . conversaciones que acon­ tecen en el vino y cordialidad. y no es educado ir ante los invitados precisando testigos de que llega a la cena no como uno no invitado. convidar a los conocidos e íntimos a participar en la libación. en efecto. es una vergüenza aún mayor ir a su casa. Una crítica a ellos les dedica L u c i a n o . y com­ partir sus cosas. hacerlo sin ami­ gos ni es fácil conocer con los que llega. pues poderosa es la costumbre de la ciudad e implacable. tras estas palabras.» . hasta ahora al menos he rehusado acu­ dir» 736. 708A »Por ello. en cierto modo. como se ha di­ cho antes. que alcanzó L u c i a n o . longevos 23. el orador Gorgias. Frag. la facilidad para recibir apodos y la chocarrería son ya uri mal nada pequeño. Y para los que no se disgustan. pues servirse de sinceri­ dad o no con los asistentes es fácil de calumniar. cuando yo mismo soy invitado por uno a casa de otro. cuando le preguntaban a qué se debía el haber llegado a esta avanzada edad en tan buena form a física y m ental. en efecto. dijo Flo­ ro: «Esto segundo es más problemático. pues cómo se manejaría uno que no sea legítimo ni invitado f él mismo. pero. pues les habitúa previamente a actos vergonzosos el dejarse arras­ trar de antemano fácilmente por las palabras. 1228. Att. un bastardo y fraudulen­ tamente inscrito en el banquete?. pues ni es discreto. ha~ [bla! 735. ¿no es entonces cuando a los hombres se les permite decir: ¡oh lengua. Y. si algo comedidamente quieres ensalzar. hecho el silencio. y la máxima sinceridad junto con bromas se entremezcla con lo que se dice y hace durante ei vino? ¿Entonces. sino. 3. L os la edad de ciento ocho añ os. El invitar así es necesario en las recepciones de forasteros.318 MORAL IA »Además. 736 Según Com. cuando invito a amigos. sino que soportan ser invitados y aceptan en calidad de sombras. dejo un sitio para los ‘sombras’.» 735 K o c k . Adespota. contestaba: « A no haberme visto jam ás envuelto en los festines ajen os.. ni. amigos o familiares. la vida y los asuntos legales con quienes uno no desea no es tan desagradable como el cenar con ellos 737. en común con los que comparten su altar y templo. Así. pero. hay veces en que hay que dejarlo en c sus manos. en lo que respecta a los gobernadores o foraste­ ros. ni prometerlo. al tiempo. mas invitar a quien tiene muchos amigos. cuando un amigo invita. sino que hay que acoger a los que vengan con ellos. en la idea de que no desconoce a sus conocidos. al igual que los que. en efecto. al sacrificar a un dios. pues mayor es el ho­ nor y agradecimiento. »No obstante. porque no pasa desapercibido que a éstos los recibe con más afecto y con éstos está con más agrado y se alegra de honrar e invitar a todos por igual. también dejan a los invitados el asentir y acudir. pues. en general. fomentar lo que no hay que fomentar. le suplican. familiares e ínti­ mos a traer a aquellos con los que más a gusto estaría y entre los que más se alegra. sin decir uno por uno su nombre. 148A. ni hacerlo. por otro lado. un com pa­ ñero de viaje en el mar y un com pañero de tienda en la guerra hay que . si los que dejan a los anfi­ triones invitar así.LIBRO VII 319 Y yo le dije: «Mira. pues compartir la navegación. más amistoso es el que él personalmente invite. y lo con737 C ilón. ni vino. dijo. en Mor. Pero el 'preguntar y enterarse de qué manjares y pasteles agradan más al que va a dar la fiesta y sobre las variedades de vinos y perfu­ mes es. pues ni es hermoso dar lo que no conviene pedir. ni mirra nos produce tanto gusto como un comensal afectuoso y atento. no cuenta ni la invitación ni la selección. cuando están presentes no d es desagradable ni insólito. b ni pedir lo que no conviene dar. no aceptó la invitación a cenar antes de inform arse quién era cada uno de los invitados «porque. pues. pues ningún manjar. propio de descargadores y nuevos ricos. 1072a20 ss. para que estén a gusto. no es mala cosa exponer también sobre los demás. sino amigos e íntimos entre sí. De mo­ do distinto. . de palabras y hechos. el invitado y el que invita y es invitado.. 738 C f. que ni la prueban ellos. lo que a mí al menos me parece. agradable. A 1. y lo último que es movido no mueve ni una sola cosa. así. pero entre convidados reunidos al azar no se m ezcla un hom bre circunspecto». a la vez para todos los suyos. L os apo­ tropaicos son divinidades que alejan lo s males de las casas.320 e 709A MORAL IA trario. De ahí que no de­ ben ser cualesquiera. como los que se apoderan de un sitio en el pettós 739. pero un convite no sería útil ni agradable. en efecto. Met. como si estuvie­ ra en tierra enemiga. los cocineros preparan sus platos con distintos condimentos. Desde luego. como se ha hablado ya sobre el que invita. dije. compartiendo sólo el humo y el alboroto. y sin. sobre los tres seres de los que versa el tema. 740 D iosa protectora del hogar que preside los nacim ientos. si se mezclan en él hombres que no son de la misma especie ni de los mismos sentimientos. es justo que eco­ nomice en la cantidad sin aprovisionarse. el que solamente invita. 739 Juego parecido al chaquete. en primer lugar. se burlan de nosotros quienes dicen: aceptarlo com o se presentan. dije. como los peripatéticos dicen que lo primero que mueve por naturaleza no es movido. pues. el que es invitado por uno e invita a otros. redu­ cir ni eliminar siempre con sus propios amigos a todos los del que lo invitó. Ab-Kt. ni los de casa. y que entre ambos está lo que mueve a otros y es movido por otros 738. Pues bien. pienso. de suerte que les pase a los que invitan a cenar lo que Ies pasa a los que llevan la cena a Hécate y a los apotropaicos 740. ya que el banquete es comunidad de se­ riedad y bromas. mezclando los secos con los grasos y los dulces con los agrios. se llevan y saquean las cenas. Gr. a un joven. Parem. al cambiar amabilidad por descontento. sino también los que vienen con él y por él correcta y atentamente. . a su vez. si se comportan no sólo él. 393 (95). o bien a los que gastan m ucho y no disfrutan de nada. buscando hace tiempo de cualquier modo que entre ellos haya trato y comunicación. con ancianos taciturnos o sofis­ tas que emplean un tono grave que les sale de sus barbas. como a bebedores con un abstemio y a uno sencillo en su vida con desenfre­ nados y despilfarradores o.t I. por un lado. sino especialmente invitar a amigos e íntimos del que da la cena. en verdad. de sus propios amigos a quienes el que dé la cena hubiere querido también personalmente elegir. Corp. el que junta a inconciliables y discordantes. y será c grato. y si no.LIBRO v n 321 cuando uno sacrifica en Delfos. es inoportuno. debe ir a casa de otros a la cena no con los primeros que encuentre. »Después. si es discreto a discretos. L e u t s c h . si rechaza 741 C f. compitiendo él con aquél y adelantándosele en las invitaciones. y. o a poderosos si poderoso. el que nos resta todavía de los tres. es bastante atinado y fino. pues el permitir y proporcionar a quien se halle en tal disposición el principio de una relación y simpatía. co­ mo Harpías. E l re­ frán se aplica. »Ahora bien. amigo de la bebida y de bromas. pues para el que da la cena el convidado debe ser no menos agradable que para el invitado el que lo acoge.S c h n e i d e w i n . ese que es invitado por uno a casa de otro. él mismo compra la car­ ine 741. si b erudito a eruditos. en cambio. esto ocurre a los que acogen a forasteros desconsiderados o amigos que con muchos 'sombras’. o bien a que los que sacrificaban ¿n D elfos n o probaban nada por la cantidad de invitados o la voracidad de los sacerdotes délficos. o. después de todo esto. por más que nos acosen y traten. por otro. desde luego. como si estuviese en escena. porque a los malos. sino a él o con pocos compañeros. si éste es honesto y digno de esa amistad. hay que ir especialmente a casa de aque- . esté claro que por simpatía ansíe y desee que se le acompañe. En efecto. hay que rehusar al instante. si no te lleva un amigo muy íntimo. pero. siempre que no lleve a muchos y extraños. a no ser que sea uno que sobresalga en virtud. sino un rico o con ribetes de sátrapa que. sino que hay que exa­ minar primero quién es el que invita. necesita un bri­ llante cortejo o está convencido de que con su invitación hace una gran merced y honra. en verdad parecerá temer ser ‘sombra’. por supuesto. de entre los íntimos. como si tomáramos una medicina con miel. Y es absurdo también el ir a casa de uno enteramente desconocido y a quien no se trata. y vaya a hacer de esto el principio de una amistad y le agrade el que fácil y llanamente se acerque con otro a su casa. y aunque los que nos lleven sean discretos. pues no está bien estar dispuesto a acompañar a quien sea ni como sea. por tener que partir. »Y. y si es un amigo y familiar. hay que eludirlos como a zarzas y galios.322 d e MORALIA el nombre de ‘sombra’ y se molesta por ello. un mal amigo por uno bueno. no hay que responder que sí al instante. como se ha dicho. necesita mu­ chísima precaución. por no haber encontrado otra ocasión o que. no hay que acompañarlo ni soportarlo. pero no nos lleven a casa de otro discreto. por haber regresado de algún sitio después de mucho tiempo. o siempre que. sino si parece reclamar nuestra obligada pre­ sencia y nuestra compañía. esté in­ teresado en que por su conducto se produzca el principio de una relación y amistad entre el invitado y el que invita. al ser invitado por uno de ellos. . aunque no los hayan invitado ni los aguarden. o ricos. al tiem­ po que honran a quienes los llevan. es más respe­ table y agradable. En las conversaciones en que participa habla en un tono m uy parecido al del propio P lutarco. en-las relaciones de hombres buenos y amigos con otros amigos también buenos. no invitado por ellos. Sin embargo. porque alegran a quienes los reciben. Banqu. en cambio. si no eran capaces de mantener una con742 J e n . descortesía y de ambición desmedida. en la que estaba presente Diogeniano 743 de Pérgamo. al bufón Filipo 742 le pare­ cía que era más gracioso el ir a una cena autoinvitado que invitado. b . es muy poco decoroso ir a casa de gobernadores. quien adujo que Platón condenaba a los que admitían a las flautistas du­ rante el vino 744. 347c. si en su momento se presentan con otros amigos ante ellos. 743 H uésped muy apreciado por P lutarco.323 LIBRO v n líos a quienes se les permite que también ellos vengan con otros a nuestra casa. 1 1 3 . 176e. En efecto. y teníamos problemas para defender­ nos de un barbiespeso sofista de la Estoa. 744 Prot. o poten­ tados.» f ? io a CU E ST IÓ N SÉPTIM A De si hay que admitir a las flautistas durante la bebida Conversan un s o f is t a e s t o ic o y F il ip o En Queronea surgió una conversación sobre espectáculos durante la bebida. si queremos evitar una fama no infundada de descaro. sino por otros. y Banqu. Alcibíades coronado. ¿es. en cambio. 748 Banqu. piadoso decir que si hubiera llegado Apolo al banquete con su lira afinada. Sin embargo. el discurso de Aristófanes sobre el amor 748 y. Jenofonte no se avergonzó. I89c ss. se valían. Antístenes y otros tales. que tenían tanto encanto al dialogar. le hubieran suplicado los presentes al dios que se contuvie­ se hasta que la charla hubiese concluido y llegado a su término? Luego. que emitían un sonido más encantador que el de cualquier flauta c o lira. Sin embargo. 747 II. sino el que no se apode­ rase del banquete el olvido de la bebida y comida por el placer y hechizo de ellos. aperitivo para la bebida». 211 ss. es probable que fuera tam bién historiador. dijo. Filipo 745 de Prusa. como una comedia. de digre^ siones y adornaban sus banquetes con tales bromas. nos pidió que dejá­ semos a un lado a aquellos comensales de Agatón. . d «¡Queridas Gracias!. como Homero 747 de lo de «la cebolla. sin embargo. de su misma escuela. entonces. su disputa con Sócrates sobre Agatón y el encomio de Sócrates.324 MORAL1A versación entre ellos. fuese excluida. que estaba presente. abriendo la puerta principal. pues no era extraño que una flautista. noso­ tros. nos trae de fuera un drama de lo más variopinto. a pesar de estar presentes Sócrates. XI 630. 418A . que nos mezclamos con políticos y comer­ ciantes y. si aquellos hombres. con muchos particulares y 745 D e la escuela estoica que. Y Platón introduce en el Ban­ quete. de traer al bufón Filipo para exhibirlo ante estos hombres 746. luego. estando presentes aquéllos. 746 Bartqu. cuando se tercia. para terminar. a juzgar por lo que se dice de él en Mor. borracho y acompañado de una comparsa. cf. en tanto que tales f placeres que se mezclan con Dioniso hay que ponerlos en la parte del entretenimiento. como médico ante el enfer­ mo. Aun siendo Eurípides grato para mí en otras cosas por supuesto. en realidad. las prisas de los maestros de coro y su porfía. 752 La misma historia se relata en Mor . el atleta. . Encantador es el dicho del laconio. Var. y Mor. o nos marcharemos como si huyésemos de unas sirenas que nos persiguieran? Pero. como los escarabajos los perfumes?. es. en efecto. III 30. Sobre sus hazañas. 348F. hay que divertirse mientras 711 a 749 Según E lia n o .. mientras la arpista afina. sin embargo. sobre todo. Nicandro pronuncia un agudo dicho sobre esta actividad ateniense. hay que hacerlo. sin du­ da. A r i s t ó f . pues. 888-889. que en Atenas. grite que se le calce 750 rápidamente y le enciendan la antorcha. asistan las palabras graves y sobrias. era admirado por levantarse y marcharse. dicho atleta. que cuenta lo m ism o que Plutar­ co en Nat. hist.. detestando los placeres más inofensivos. si alguien planteaba un tema amoroso 749. mientras Clitómaco.. cf. Cab. an. a mí al menos no me conven­ ce cuando se pone a legislar sobre la música. durante la bebida cuando. se apartaba al punto. 143D. ¿echaremos de los banquetes un encanto y pa­ satiempo tales. pues si en alguna ocasión hay que recrearse con ellos y entregar el alma a la divinidad en esto.LIBRO VII 325 gente ruda. al contemplar los preparativos de los coregos. dijo que no estaba en sus cabales una ciudad que jugaba con tanta se­ riedad 752. P a u s . En 230B. cuando competían actores trágicos nuevos. 750 Respecto a la costum bre de descalzarse para cenar. 751 Medea 190 ss. si veía perros trabados. X V 3-6. e ¿no es completamente ridículo un filósofo que huye del banquete ante una flauta y que. VI 1. es preciso que. en el sentido de que hay que trasladarla a los sufrimientos y tristezas 751: ahí. y considerar si. se debería investigar. sino gozar de tales placeres en la bebida y disten* sión. qué género se acomodaría mejor a la bebida. es posible sacar de ellos alguna utilidad. sin tardanza. «pues sabéis. dijo que las demás las rele­ gaba a la escena y la orquesta. cortando yo al sofista que quería replicar de nuevo. que de los diálogos platónicos unos son narrativos y otros dramá­ ticos. el s o f is t a . y no comprar el estar despreocupado ni con mucho dispendio ni con ocasiones útiles para otras cosas. entre estos dramáticos. no cometería el desliz de elegir lo más agradable en lugar de lo mejor. . pues. Invitemos a este sabio. Y cuando se dijo esto.326 M ORALIA nos divertimos. Diogeniano. para que decida sobre ellas. F il ip o y D io g e n ia n o 1. y una modulación de la voz. de entre las muchas diversiones que hay. Y les acompaña una representación adecuada al carác­ ter de los personajes imitados. dije: «Más bien. como Diogeniano le exhortaba y nosotros también. Pues bien. de suerte que los digan de memo­ ria. aquél. en los más ligeros son instruidos esclavos.» Pues bien. como es insensible e inflexible ante todo.» C U E ST IÓ N O C T A V A De a qué diversiones especialmente se ha de recurrir durante la cena Conversan P l u t a r c o . pero introducía la que ha­ cía poco se había introducido en los banquetes y aún no había prendido en la mayoría. dijo. al tiempo que uno se divierte. » 3. sin embargo. los afeminados y los que han amanerado sus oídos por la disonancia y chabacanería. de modo que el vino no parece dañarnos ni dominarnos. 85. Basilea. 754 C f. dijo: «Pero también estoy oyendo estas palabras que son sobrias. 727. como ves. pues domina el afeminamiento. Y Filipo. n. temo que te parezca que las digo contra ti Con cierta seriedad. la mayoría de las diversio­ nes hay que recortarlas: la primera. por tanto. yo creo que dejaría la copa. no en broma. de ahí que. Die Schule des Aristóteles. en cambio. le deje a mi amigo Diogeniano. 1953. supra.» 2. al ver a algunos un poco molestos.LIBRO V II 327 porte y disposición consecuentes con lo que dicen. por respeto. junto con la copa. Pues bien. W e h r l i . para y deja de insultarnos. aceptándola Diogeniano. lo intentaban desterrar. y. dijo: «Eh amigo. Y si Safo fuese recitada o los poemas de Anacreonte. el limpiar ‘el salado oído con un discurso potable’ 754. de quienes dice Aristóxeno 753 que vomitan bilis cuando oyen algo armo­ nioso. pues nosotros somos los primeros que nos molestamos con la introduc­ ción de esto en Roma y arremetimos contra los que preten­ den hacer de Platón un entretenimiento en el vino y oír sus diálogos mientras beben con ios postres y perfumes. y no me extrañaría que lo­ gren desterrarlo del todo. sino más grave y porque ur­ de representaciones de cosas que son lamentables y que pro753 C f. la tragedia. fr. porque su acento no es del todo convival. Las per­ sonas serias e instruidas acogieron esto maravillosamente. aunque se me ocurre decirte muchas cosas. temo que también yo mismo esté sometido a una ren­ dición de cuentas. d e . F. y Lampón en Cratino 758. El cor­ dax era un baile lascivo de origen Sidio em pleado en la com edia antigua (cf. Frag. 20. ade­ más. y despido de la danza la de Pílades. por su irregularidad. por respeto a aquellos elogios que Sócrates dedi­ có a la danza 755. Att. . .). 51). o que las mofas queden confusas e ininteligibles. K o c k .. »De la comedia. acepto el paso batilio de aquí. de suerte que el banquete se nos convier­ ta en una escuela. del mismo modo que en las cenas de magistrados a cada uno de los convidados le asiste un escanciador. D e la suya A t e n . o de algún Pan o Sátiro de juerga con Eros. ibid. 758 C f. así le hará falta a cada uno un gramático. fr. A r j s t ó f . próximo al cordax. pág. dice que era m ás alegre. Nubes 540 ss. y Cinesias en Platón 757. . de la época de A u gu sto. 756 C f. contra la comedia nueva. frs. Batilo com p uso con Pílades el tra­ tado de danza. sentimental y de muchos personajes. Com. por ser ostentosa. fr. . fue autor de ún libro sobre la danza. 184). vuela a sus anchas y está preñada de expresiones desvergonzadas e indecorosas palabras. es inadecuada a hombres que beben. K o c k . 20E. . ibid. pues la seriedad y fran­ queza de sus llamadas parábasis son demasiado violentas y fuertes y su facilidad para la mofa y chocarrería es fran­ camente excesiva.328 M ORALIA vocan al sentimiento. 102. por representar una pantomima de Eco. »En cambio. P ílades de Cilicia.. sin embargo.. 757 C om ediógrafo (cf. para explicarle en cada ocasión quién es Lespodias en Éupolis 756. sobre la danza. y. II 15 ss. que antiguam ente se representaba en honor a A p olo con acom pañam iento de m úsica o cantos corales m asculinos o fem eninos. En idéntico sentido que Plutarco se expresa A t e n . 57 y 117 (I. la antigua. Banqu. y el hiporquem a una pantom im a proceden­ te de Creta. ¿qué se podría decir? Tan ligada está a los banquetes que se podría go- 755 J e n . y cada uno de los ridiculizados. Filipo. su mezcla de seriedad con las bromas para ninguna otra c cosa parecería que se ha hecho que para placer. Diogeniano. pues su dicción agradable y pedestre se desparrama en su tra­ ma. en tanto que a las honradas y fieles en su amor o se les encuentra un padre legítimo o se les añade para el amor cierto tiempo con una relación humana de respeto. y como el sofista se le echara encima de nuevo y creyera que había que recitar algunos pasajes aristofánicos. al tiempo que provecho de los que beben y están relajados. al tiempo que de poner en orden. se calló. que hace a los caracteres asemejarse a comportamientos discretos y humanos. »Esto para hombres dedicados a alguna otra'actividad quizá no es digno de ningún cuidado. y de los demás parece no preocupar­ se ya nada. pero con la bebida d no me extrañaría que su atractivo y finura conlleve cierta capacidad de moldear. a Menandro. sus máximas. dijo: —Éste ha satisfecho su deseo de elogiar al más grato para él. y tam­ bién lo de erótico que hay en él da ocasión a unos hombres que han bebido de marcharse al poco a descansar junto a sus mujeres. ni moles­ ta a los achispados. pues entre tantos dramas no existe el amor por jóvenes del sexo masculino y las seducciones de donce­ llas acaban adecuadamente en boda y.LIBRO VII 329 bernar el banquete más sin vino que sin Menandro. sea porque terminara o hi­ ciera una pausa. dirigiéndose a mí. Pues bien. de suerte que ni es desdeñada por los sabios. en lo que respecta a las cortesanas. la cosa se corta con algún escarmiento o el arrepentimiento de los jóvenes. pero nos quedan por investigar muchas diver- . si son lanzadas y atrevidas. que fluyen provechosas y sencillas.» 4. ablandan al fuego con vino incluso los caracte­ res más duros y los moldean hasta hacerlos comedidos. según Homero. si sus dueños son sensatos. A la flauta. relegándolos a segundo plano. que produce calma. en cambio. el certamen de e escultores lo dirimiremos mañana. . A t e n . sino solamente pedir a los citaristas que supriman de sus cantos treno y llanto. era co­ nocida del banquete antiguamente en todas partes. no es posible. en cambio. dije yo. y aún ahora en nuestro tiempo. los calma. al me­ nos. 7i3A pues las libaciones la requieren junto con la corona y produce con el pean sones divinos. entonando. aunque se la quiera expulsar de la mesa. ofrecen representaciones de hef chos y palabras que causan más perturbación a las almas que cualquier borrachera. pero pienso que ninguno de estos géneros se ajusta al banquete: los argumentos por la duración de la acción y su alto coste. por supuesto. —Pues bien. la mayoría. su tono es pene­ trante y entra por los oídos vertiendo hasta el alma un sonido agradable. al menos. 6 2 !D . ni siquiera les con­ viene verlos a los esclavos que nos traen el calzado. cantos biensonantes y ade­ cuados a hombres que se divierten. si ella guarda la medida sin apasionarse ni sobreexcitar y sin sacar de su sitio con sus tonos bajos y exceso de modu759 Sobre ello. y no conviene deshacer una amistad y trato tan grandes. cf. de suerte que si el vino no hubiera arrancado ni quitado un disgusto o preo­ cupación. si le parece bien al forastero y a Diogeniano.330 M ORALIA siones sobre las que gustosamente te oiría. hay algunos mimos de los cuales a unos la gente llama hypothéseis (argumentos) 759 y a otros paigma (farsas).. luego. Pero la cítara. la flauta con la gracia y suavidad de su música. Sin embar­ go. por supuesto. sobrios. como están muy preñadas de chocarrería y chabacanería. y las farsas. aunque estén recostados con ellos sus mujeres y niños pequeños. LIBRO V II 331 laciones la mente que está húmeda y vacilante por la bebi­ da; pues, del mismo modo que los animales no compren­ den una palabra con sentido, pero los que les cuidan hacen que se levanten y, a su vez tumben con silbidos y chasqui­ dos armoniosos o con siringes y caracolas, así cuanto hay en el alma de rebañego, gregario y de. incapacidad para comprender y obedecer a las palabras, los hombres lo po­ nen en buen estado y suavizan acompañando su música y ritmo con la cítara y flauta. No obstante, si hay que decir lo que a mí al menos me parece, no confiaría el banquete ni a la música de la flauta ni de la cítara por sí solas, sin palabras ni canto, como a una corriente que lo recogiera para arrastrarlo, pues hay que acostumbrarse, vayamos en serio o en bro­ ma, de tal forma que nuestros placeres arranquen de la palabra y las diversiones se hagan con la palabra, y que el canto y ritmo sean como un aderezo para la palabra y no los tomemos como comida o postre por sí solos, pues, al igual que nadie en el vino o comida rechaza un placer que penetra con la necesidad del alimento, y Sócrates ex­ pulsó, dándole un cachete en la cabeza, al del perfume 76°, por ser innecesario y superfluo, así no atendamos al soni­ do de la cítara y flauta cuando golpean los oídos por sí solas, pero admitámoslas, si, acompañadas de la palabra y canto, regulan y alegran nuestra razón, considerando que también el Marsias 761 aquél fue castigado por el dios, porque embridándose con la doble correa 762 y la flauta, 760 J e n . , Banqu. II 3 ss. 761 E! sátiro Marsias fue desollado vivo por A p o lo tras haber perdido un certamen con el dios provocado por aquél. 762 Los flautistas se adaptaban a la boca unas correas (estrangul) (cf, A r i s t ó f . , Avispas 581, Aves 861, y F il., Vida de Apol. V 21). 332 MORAL IA se atrevió a contender con música desnuda contra el canto y la cítara. Cuidemos sólo, dije, de que, si nuestros comensales pue­ den divertirse con la conversación y la filosofía, no les trai­ gamos de la calle lo que sería un obstáculo del entreteni­ miento, más que un entretenimiento; pues no sólo son ne­ cios cuantos teniendo la salvación en su casa y en sí mis­ mos, como Eurípides dice, desean tomar otra importada 763, sino también cuantos teniendo en ellos mucha diversión y alegría, se empeñan en traer de fuera lo que alegra. En efecto, también la magnanimidad del gran rey con Antálcidas, el laconio 764, se mostró terriblemente chabacana y rústica, cuando, tras sumergir en perfume una corona de rosas y azafrán entrelazados, se la envió, apagando su belleza natural y propia y ultrajando a las flores. Igual, pues, es el que, cuando un banquete tiene encanto en sí mismo y su musa particular, se le anime con una ñauta y cítara de fuera, quitándole lo propio con lo extraño. Así pues, el momento de tales espectáculos sería, sobre todo, en un banquete que se encrespa y se cala el casco para la riña y disputa, de modo que apague cualquier in­ sulto y lo ataje, cuando la investigación desemboca en una discusión desagradable y certamen sofístico y lo contenga, cuando pasa a certámenes propios de asamblea y del ágora, hasta que otra vez, desde el principio, el banquete vuel­ va a ser apacible y despejado. 763 Fr. 9 8 4 d e N a u c k . 764 C f. Pelóp. X X X , y Artaj. X X II. LIBRO V II 333 CUESTIÓN NOVENA De que hablar de política durante la bebida era griego no menos que persa 7i4A Conversan G laucias y otros Cuando Nicóstrato 765 nos agasajaba, la conversación durante la cena versaba sobre lo que iban a tratar los ate­ nienses en la Asamblea. Y al decir uno que «seguimos una práctica persa, señores, al hablar de política durante el vi­ no» 766, replicando Glaucias dijo: «¿En qué lo es más que griega?, pues griego era el que dijo: con el estómago lleno el consejo y los proyectos son [<mejores 767; y griegos cercaban, con Agamenón, Troya, entre quienes, mientras comían y bebían, ‘empezó a tejer un proyecto antes que ninguno el anciano’ 768, que había sido promo­ tor ante el rey de la invitación de los nobles para esto mis­ mo: ‘Da un banquete a los ancianos, dijo, y entre los mu­ chos que se reúnan contigo, obedece a aquel que te aporte el mejor consejo’ 769. Por ello, también, las estirpes de Gre­ cia que tienen las mejores constituciones y conservan con más ámor sus antiguas costumbres, reunían a sus magis­ trados en la mesa. En efecto, los llamados entre los creten- 765 Personaje al que sólo con ocem os por esta cuestión y la siguiente. 766 H eród ., I 133, 3. 767 C f. supra, n. 696. 768 Hom., //. IX 93. 769 Ibid., IX 74. b 334 MORAL IA ses andrios 770 y entre ios espartanos fiditios 771 ocupaban el puesto de consejo secreto y de reuniones aristocráticas, como creo que también el Pritaneo y Tesmotetio de aquí. Y no lejos de éstos está la asamblea nocturna, en Platón 772, de los hombres mejores y más políticos, a la que se remi­ ten los asuntos más importantes y dignos de la mayor preo­ cupación. Y los que ofrecen una libación a Hermes, ‘el último cuando se acuerdan del lecho’ 773, ¿acaso no reú­ nen en el mismo lugar la palabra y el vino?, pues al mo­ mento de marcharse suplican al dios más inteligente para que les asista y aconseje; y los muy antiguos llamaron al propio Dioniso, por no precisar de Hermes, ‘el del buen consejo’ y por él a la noche la ‘benévola’ 774.» CUESTIÓN DÉCIMA De si se hacía bien tratando de política durante la bebida C onversan N ic ó st ra t o y un herm ano de P l u t a r c o (¿L a m p r ía s ?) 1. Habiendo expuesto esto Glaucias, nos pareció que aquellas ruidosas conversaciones 775 se habían enviado a 770 Literalmente, «habitación o junta de hombres», a la que cada ciu­ dadano contribuía con aportaciones comunes, según A te n ., 143A ss., quien indica como su fuente la H istoria de Creta de Dosiadas. 771 Sobre los phidítia o mesas comunes cf. A te n ., 139C, 140C ss., 173F y 186B, y P i,ut., Lic. XII, donde también habla de los andrios. 772 Leyes XII 986 a. 773 Hom., Od. VII 136-138. Entre los griegos corrientemente se invo­ caba en último lugar a Hermes, patrono de la noche, a quien se le pedían sueños favorables (cf. Od. III 332 ss., y H e l., E tióp, III 5, 1. 774 Literalmente, eda bien intencionada». 775 No sabemos a qué se refiere Plutarco con esta expresión, pues en ningún momento se han producido esas ruidosas conversaciones. LIBRO V II 335 ia cama convenientemente, y, para que el olvido de ellas fuera aún mayor, Nicóstrato, trayendo a colación otra in­ vestigación, dijo que antes no le preocupaba en absoluto una práctica que parecía ser persa, pero que, como ahora se había descubierto que era griega, precisaba una explica­ ción que le ayudara ante la extrañeza surgida de ello, «pues el razonamiento, como el ojo, en un líquido que está en agitación, es algo que nosotros difícilmente movemos y ha­ cemos trabajar, y las pasiones que por todas partes produ­ cen turbación y surgen con el vino, como reptiles al sol, e hacen nuestro entendimiento vacilante e inseguro; de ahí que, del mismo modo que para los que beben un lecho es mejor que un asiento, porque contiene el cuerpo y per­ mite todo movimiento 776, así tener el alma en sosiego es lo mejor; y si no, se ha de dar, como a niños a quienes no se pueden tranquilizar, no una lanza y espada, sino una carraca y una pelota, como el dios entregó a los que están embriagados la cañaheja, el dardo más ligero y la defensa más suave, para que, cuando golpean muy rápidamente, lastimen muy poco, pues a los que están borrachos hay que tomarles sus deslices como algo ridículo, no lamenta­ ble, trágico y causante de grandes desgracias 777. »Y, además, lo que precisamente es más importante en f el examen de las cosas más importantes, que el que está falto de talento o es inexperto en las cosas prácticas siga a los sensatos y oiga a los expertos, el vino se lo quita a los que están borrachos, de suerte que su nombre dice Platón que se debe a que viene a hacer creer a los que beben 715A 776 O, quizá, también se podría traducir por: «nos libera de toda agitación». 777 Cf. supra, n. 5. 336 M ORAL 1A que tienen noción 778, pues cada uno de los que beben no se cree tan famoso ni hermoso ni rico, aunque se lo crea, como ‘sensato’; por ello, también, el vino es parlanchín y está henchido de una charla inoportuna y de un espíritu dominante, como si nos conviniera no oír, sino más bien ser oídos y conducir, en lugar de seguir; mas, en efecto, dijo, cualquiera podría resumir todo ello fácilmente en es­ to, ya que está claro, pero hay que oír lo contrario, si es que alguno, joven o mayor, quiere oponerse.» 2. Pues bien, nuestro hermano muy insidiosa y sofísticamente dijo: «¿Crees, pues, que cualquiera en la ocasión presente podría descubrir las explicaciones al problema que sean admisibles?» Y al contestarle Nicóstrato que lo creía totalmente, ya que asistían tanto eruditos como políticos, aquél sonriendo dijo: «¿Luego crees también que tú mis­ mo estarías capacitado para hablarnos sobre esto, pero que para un análisis práctico y político te encuentras incapaci­ tado por el vino? ¿O esto es semejante a creer que quien bebe, desviando sus ojos de las cosas grandes, observa per­ fectamente las pequeñas y, por lo que respecta al oído, oye a medias a quienes se le acercan y le hablan, pero escucha perfectamente a quienes cantan y tocan la flauta? c Pues, como en este punto es lógico que lo útil atraiga nuestros sentidos más que lo refinado, así también de nues­ tra inteligencia no me admiraría, desde luego, que se le escapara algo filosófico y superior durante el vino, pero es lógico que, llevada a investigciones prácticas, se concen­ tre y afirme por el hecho de pensar; como Filipo en Queb 778 Crát. 406c, Etimología fantástica, en la que se unen para formar la palabra óinos (vino) el infinitivo oíesthai (creer) y nóun (mente), que hemos intentado reproducir en nuestra traducción. LIBRO V II 337 ronea, quien, aunque por la borrachera desvariaba mucho y hacía el ridículo, justo al acercársele la hora de hablar sobre las treguas y la paz, tensó el rostro, frunció las cejas y, desechando toda su indolencia y desenfreno, dio a los atenienses una respuesta sobria y muy bien meditada 779. »Desde luego, el beber se diferencia del emborracharse d y los que están borrachos hasta el punto de desbarrar cree­ mos que deben irse a acostar; en cambio, de los que se sirven vino en cantidad y beben de más, si por lo demás son hombres con inteligencia, no hay por qué temer que pierdan la cabeza, ni echen por la borda su experiencia, cuando vemos que bailarines y citaristas actúan en los ban­ quetes en modo alguno peor que en los teatros, pues si la experiencia acompaña, procura que el cuerpo recupere sus energías y se maneje con seguridad. »A muchos el vino les añade un atrevimiento cómplice de la audacia, no desvergonzado ni desmedido, sino agra­ dable y seductor, como refieren que también Esquilo hacía e sus tragedias mientras bebía 780. Y uno de sus dramas, Los Siete contra Tebas, no está ‘lleno, como Gorgias dijo, de Ares’ 78*, sino todo él de Dioniso. El vino, pues, al ser, según Platón, ‘un avivador del alma al tiempo que del cuer­ po’ 782, hace al cuerpo ligero y abre el camino de la fanta­ sía, que arrastra consigo, junto con la confianza, la con­ versación. Algunos, de natural ingenioso, pero tímido y encogido mientras están sobrios, cuando se ponen a beber, se elevan como el incienso por el calor. Y el vino expulsa el miedo, que es uno de los obstáculos nada pequeños para 779 780 781 782 Con más detalle relata la anécdota D iod ., XVI 87. Cf. supra, rs. 104. Cf. DK., II, pág. 306 (fr. 24). Tim. 60a. 338 M ORALIA deliberar, y apaga otros muchos sentimientos despreciables e innobles, y deja al descubierto el malhumor y la perfidia como ciertas dobleces del alma, y hace patente en las pala­ bras cualquier manera de ser y sentimiento; y es el mayor i6A procreador de sinceridad y por ella de verdad, sin cuya presencia ningún provecho hay en la experiencia ni en la sagacidad; al contrario, muchos, empleando ío primero que se les ocurre, consiguen más que si ocultan insidiosa y ma­ liciosamente lo que tienen en la mente. »Por tanto, no hay que temer que el vino mueva las pasiones, pues no mueve las peores, salvo en los muy malvados, cuya voluntad jamás está sobria; sino que, al igual que Teofrasto solía llamar a las barberías ‘banquetes sin vino’ 783, por lo mucho que se habla en ellas, así en las almas de los ineducados habita siempre una borrachera sin vino y taciturna que se altera por la más ligera cólera o desaveniencia o contumacia o bajeza, la mayor parte de b las cuales el vino apagando más que excitándolas, no hace a los hombres insensatos ni necios, sino sencillos y sin ma­ licia y no menospreciadores de lo útil, sino personas que eligen el bien. En cambio, los que consideran la malicia sagacidad y la falsa opinión y bajeza prudencia, natural­ mente, declaran tontos a los que en el vino dicen sin truco ni engaño lo que les parece. Al contrario, los antiguos lla­ maban al dios ‘Salvador’ y ‘Liberador’ y pensaban que tenía una gran parte en la mántica, no por ‘lo báquico c y arrebatado’, como Eurípides 784 dijo, sino porque, pri­ vándonos y liberándonos de lo servil, pusilámine y descon­ fiado, nos permite tratar a unos con otros con la verdad y la franqueza. f 7 783 Fr. 76 de W immer. 784 Bac. 298-299. LIBRO VIII INTRODUCCIÓN Los que expulsan, Sosio Seneción, la filosofía de los 7 iód banquetes no obran del mismo modo que los que apagan la luz, sino peor, por cuanto que, aunque se apague la lám­ para, los mesurados y prudentes en nada serán peores, pues tienen en más el respetarse mutuamente que el verse, pero, sin duda, cuando la ignorancia y la incultura están presen­ tes con el vino, ni la lámpara aquella de oro de Atenea 785 e podría ofrecer un beber agradable y ordenado. Pues har­ tarse juntos en silencio es, por supuesto, cosa de cerdos y, quizá, imposible; por otra parte, el que admite la con-versación en el banquete, pero no acepta que se haga uso de ella de una manera ordenada y con provecho, es mucho más ridículo que el que cree que los que cenan tienen que beber y comer, pero les sirve puro el vino y les presenta los manjares sin atractivo y sucios, pues ninguna bebida ni comida son tan desagradables y nocivas, cuando no se 785 Hom., Od. XIX 34. No neciamente. Por cier­ to que los filósofos que censuran la embriaguez la llaman ‘un desbarrar por el vino’ 786. Pues bien. las mujeres buscan a Dioniso como prófugo. se proponen unas a otras acertijos y adivinanzas. y Mor. benévola­ mente retenido por las Musas. lo que en el natalicio de Platón el año pasa­ do nos aconteció escuchar y decir.' 163 y 643. cuando la cena toca a su fin.340 f 717A MORAL 1A cuidan del modo que conviene. enseñando la celebra­ ción mistérica que hay que mantener durante la bebida una conversación que tenga cierto contenido e inspiración y que. cuando una conversación tal acompaña a la embriaguez. la insolencia y los excesos que la acompañan son el remate más inculto y desagradable. .. pero. 786 Para esta definición estoica. y en cuanto una charla desordenada y la estupidez tropiezan con el vino. y desbarrar no es otra cosa que emplear un lenguaje vano y estúpido. Stoic. se esconde lo que tiene de agreste y frenético. en consecuencia. poco después. 737 Fiesta de Dioniso Agrimonio en Orcómene de Beocia. Frag. también entre noso­ tros en las Agrionias 787. 504B. III. eso en primer lugar comprende el libro: es el octavo de las Quaestiones con­ vivales. después lo dejan y dicen que se ha refugia­ do junto a las Musas y está escondido entre ellas. v o n A r n im . cf. como una conversación que se pasea inoportuna y neciamente por el banquete. Vet. nacido el día en que los griegos combatieron por mar en Salamina con­ tra el medo 790 y muerto en el que nació Dioniso 791. 791 Plutarco confunde el nacimiento de Dionisio con su arribada a la tiranía (406 a. I. P l u t a r c o . conver­ saciones adecuadas a esta coincidencia. el séptimo celebrába­ mos el de Platón y esto nos proporcionó. llevándose la fortuna.LIBRO vm 341 CUESTIÓN PRIMERA Sobre el día en que nacieron algunos famosos. b . F l o r o y T ín d a r e s 1. B.). fecha a la que se refiere en esta cita. primero. Después de celebrar el día sexto de comenzado Targelión 788 el natalicio de Sócrates. en efecto. 379 (fr. 788 Mes ateniense que ocupaba desde mediados de mayo a mediados de junio. 790 En el año 480 a. el más viejo de los tiranos de Sicilia. C. pág. esto. sino también que el más viejo y maestro lo hiciera un día antes. sin duda. 789 DK. 36. Y a mí se me venía a la cabeza decirles a los presentes muchas cosas que acaecieron a un mismo tiempo: como c era lo del nacimiento y muerte de Eurípides. parecía haber pro­ ducido por sí mismo armoniosamente el que no sólo hu­ bieran nacido tan próximos. a las que dio co­ mienzo Diogeniano de Pérgamo. 3). en donde también se trata de la pretendida procedencia de los dioses C on versan D io g e n ia n o . aunque se dife­ rencia mucho de la sabiduría. que Ión dijo no neciamente de la fortuna que. C. actúa muchísimas veces de forma parecida a ella 789.. Afirmó. )( director de la Academia des­ de el año 155 hasta el 137.. nacido en los Píticos. dijo que tampoco en el natali­ cio de Platón era indigno de recuerdo Carnéades 793. En el 155 viajó a Roma como miembro de la embajada de los filósofos. en efecto. C. llamáis ‘septimonato’ al dios por haber nacido ese día. que nos ha hecho'de él por medio de Sócrates. ocurrida el mismo día 792. el médico de grandes dolencias y enfermedades. Floro. el cínico. . y se esta­ ba de acuerdo en que el rey Átalo murió el mismo día que nació. 795 Fiestas consagradas a Apolo. cual otro Quirón. N o nos dejó nada escrito.» Al tiempo recordó la visión que se cuenta que tuvo en sue­ ños su padre Aristón y la voz que le prohibía yacer con su mujer y tocarla durante diez meses 796. Por ello los que atribuyen a Apolo la paternidad de Platón no creo que alguien diría que avergüenzan al dios. se le apareció en sueños Apolo. C . por su parte. al imitador de situaciones trágicas e in­ troduciendo a un tiempo a su actor. 796 Según D ióg. los intérpretes de las cosas divinas y sav cerdotes. 794 Fiestas en honor de Apolo y Ártemis. nacieron en la festividad de Apolo. 2. 793 Carnéades de Cirene (214-129 a.342 MORALIA como dijo Timeo. ambas el día sép­ timo y vosotros. dijo. el otro mientras celebraban los cirineos las Carnias 795: «Celebran. famosísimo varón seguidor de la Academia: Ambos. Vino también a la memoria Píndaro. 792 En el año 323 a. Laer . Recordaron también la muerte del rey Alejandro y la de Diógenes. uno en Atenas durante las Targelias 794. Unos dijeron que Pompeyo Magno murió en su natalicio en Egipto y otros que un día antes. III 2. el corego de muchos y hermosos himnos al dios. 28c. en cierto modo. pues ello es. cambio y afección. 801 Cf.LIBRO vni 343 3. sino por haber engendrado el dios en la materia por medio de otra fuerza un principio fecundante. XXIV 258. Tomando la palabra Tíndares 791. y Alejandro XXII. Y no considero nada extraño el que el dios sin tener con­ tacto como hace el hombre. . 436. Cf.. Hom. por llegar aquéllos al ser no por esperma. N auck. II. así también más o menos lo sospechó Alejandro al decir f que cuando más mortal y perecedero se reconocía era al yacer con mujer y al dormir 799. Tim. Trag. en la idea de que el sueño sobreviene por abandono a causa de la debilidad y que toda procreación es destrucción y cambio de algo propio en otra cosa. para estos versos de Sófocles. sino por otro tipo de contac- 797 798 799 800 Platónico convencido. por cuya acción aquélla sufrió alteraciones y cambió: Pues se le ocultan incluso de los vientos los caminos a la hembra del pájaro. salvo cuando se le presenta la [puesta 801. a mi vez. fr. M or. cuando 718A oigo al propio Platón llamar padre y hacedor del mundo y demás seres engendrados al dios no engendrado e inmor­ tal 80°. Gr. 65F.. Frag. pero me temo que con la gloria imperecedera de lo divino esté en pugna no menos lo que engendra que lo engendra­ do. el íacedemonio. sin embargo. sino de un dios 798. Cobro ánimo. dijo: «Justo es cantar y decir de Platón lo de: y no parece de hombre mortal Ser hijo. en general. a Platón mismo como compañero. pero que tiene credibilidad suficiente y es propia del carácter de Platón. que un hombre mortal pueda ofrecer a una divinidad femenina un principio de embarazo y parto por el hecho de poner la entidad de los dioses en aires. fr. P l u t a r c o . si es que hay que admitir que esa declara­ ción es ciertamente de Platón. conceden a una divini­ dad masculina el trato con una mujer mortal. dijo: «¿Queréis. pero no creen. 803 Apis es el toro sagrado de los egipcios. por el contrario. . vientos y en determinados calores y humedades. puesto que ha habi­ do conversaciones sobre los dioses. en el natalicio de Platón. ibid. y. sino que los egipcios dicen que así fue parido Apis 803 por un contacto de la Luna. F loro y A u t o b u l o i. 484. exa­ minando con qué intención manifestó que el dios es siem­ pre geómetra?. Hecho tras esto un silencio. ‘y no es mío el mito 802.. que tomemos. T í n d a r e s .» Y como yo dijera que en ninguno de sus libros está escrita claramente. N a u c k . tomando de nuevo Dioc geniano la iniciativa.» CUESTIÓN SEGUNDA De en qué sentido decía Platón que el dios es siempre geómetra C o n v e r sa n D io g e n ia n o . añadió.344 b M ORAL IA tos y toques a través de otros cambie y llene de semen divino lo mortal. tomando al punto Tín802 Verso de E u r & p id e s . que es. y no lo que precisamente él ha dicho y escrito muchas veces. como purificada y liberada poco a poco de la sensa­ ción. dijo: «¿Crees tú. en todas las ciencias llamadas matemáticas. 399 [fr. DK. Conforme a su teoría cosmogó­ nica.LIBRO VIII 345 dares la palabra. 7]). eleva y dirige la men­ te. según Filolao 806. pero sobre todo la geometría. principio y metrópolis de las demás. fuente de energía y movimiento. es ciega para lo que de verdad es y destruye el órgano equivalente a ‘innume­ rables ojos’ 805 del alma y su luz. Por ello. pág. apa­ recen huellas e imágenes de la verdad de las cosas inteligi­ bles. que estas palabras expresan en forma de enigma algo singular y de difícil examen. Pues bien.. 806 Filolao de Crotona (cf. fue el primero en publicar en forma de libro doctrinas pitagóricas. pues. A. con la que sólo es e contemplable lo divino. I. parece tener como mayor mal el hacer las cosas sensibles más claras que las inteligi­ bles y forzar a la mente a juzgar por el sentimiento más que por la razón. pues acostumbrada por el intenso penar y gozar a atender a lo errante y cambiante de los cuerpos como si se tratase del verdadero ser. también. cuando canta el elogio de la geo­ metría por arrancarnos de la sensación a nosotros que es­ tamos anclados en ella y hacernos volver hacia la naturaleza d inteligible e imperecedera. . cuya contemplación es el fin de la filosofía. el propio Platón reprochó a Eudo804 Fedón 83d. 527e. 805 Rep. 44. En este sistema la tierra está colocada en el centro del Universo. como Simias y Cebes. filósofo pitagórico contemporáneo de Sócrates y maestro de algunos discípulos del filósofo ateniense. Diogeniano. como en pulidos y lisos espejos. como la contemplación de los misterios lo es de la iniciación? Pues el clavo de placer y dolor con el que clava el alma al cuerpo 804. los cuerpos celestes giran en torno a un fuego central. » 2. como un instrumento. 41 dé W e h r li. al margen de la razón 807. regresó a su patria. Posteriormente viajó a Egipto. pues así se perdía y destruía el bien de la geometría. n. Después de Tíndares. del modo que se pudiera. finalmente. en cuanto mezcla con Sócrates no menos a Licurgo qué a Protágoras. Fundó una escuela en Cícico. que era compañero su­ yo y que fingía siempre en broma ser su amante y lo repe719A tía. que regre­ saba de nuevo a las cosas sensibles y no se dirigía hacia arriba. Pero mira no vaya a escapársete que Platón exprese en enigma algo que te atañe a ti y te es familiar.346 f MORAL IA xo. Sus aportaciones a las matemáticas fueron: la doctrina de las proporciones. le aparten la mente de lo engendrado y la lleven al ser. famoso pitagórico del siglo iv a. donde perma­ neció muchos años.—Menecmo fue alumno de Eudoxo y se ocupó del antiguo problema de la duplicación del cubo. alumno de Arquitas en matemáti­ cas. C.. Arquitas y Menecmo. C .. 417. 47. 15). en cuya presencia el dios es siempre dios. que 807 Cf. que se empeñaban en trasladar la duplicación del cubo a medios instrumentales y mecáni­ cos. Sobre Dicearco. dio al pitagorismo. y P l u t . sino común. Marcelo XIV. . gracias a sus estudios matemáti­ cos.—Eudoxo de Cnido. académico del siglo rv a. como b creía Dicearco 808. pág. permitiste que se te refutara. la teoría de la sec­ ción áurea y el método de la exhaustión. pues al mostrar tú mismo que la geometría no es necesaria a los dioses. ni se apoderaba de las imágenes eternas e incorpó­ reas. cf. 425 (fr. una orientación más marcada hacia las ciencias exactas. A . sin duda. luego se afincó en la Academia y. Floro. . I. supra. sino a nosotros. DK. dijo: «Nos fuiste útil al no hacer tuyo el razonamiento. Pues Licurgo sabes. 808 Fr. como si intentaran tomar dos medias proporcionales. con el que Platón estuvo en contacto. también oyó a Platón.. ya que un dios no necesita en modo alguno de las matemáticas que. Ar­ quitas de Tarento. pues el ser está en él mismo y con él y en tom o a él. en efecto.LIBRO V H I 347 desterró de Lacedemonia la proporción aritmética por ser democrática y populachera e introdujo la geometría. ésta. Y. como atada y abrazada por las líneas y por las superficies y volúmenes derivados de las líneas. El dios lleva esta propor­ ción a las cosas. hacién­ dola desaparecer el dios. proporcio- . querido Tíndares. que era ilimitada. Pero en cuanto surgieron números y pro­ porciones. no lo igual justo. la forma y la figura son límite de todo lo conformado y configura­ do. definiendo geométricamente lo que es de ley con lo que es de razón. sino que en ella es bien clara la separación de buenos y malos que ob­ tienen siempre lo propio no por yugadas ni lotes. en cambio. conserva c la que corresponde al mérito. Él se negó a esto y opuso una opinión propia. pues la igualdad que la mayoría persigue. distribuye lo mismo según el número. Pero Tíndares decía que tenía celos y rogaba a Autobulo ponerle la mano encima a Floro y castigarle por sus palabras. que conviene a una oligarquía prudente y a una realeza legítima. una justicia y castigo. Y no mezcla todo juntamente. Nosotros alabábamos esto. que la geometría no contempla ningu­ na otra cosa que los accidentes y situaciones relativas a los límites. sino por su diferencia en virtud y maldad. en efecto.» 3. «dado que d a lo indefinido y sin límite alguno no en virtud de la canti­ dad y el número. Dijo. ni el dios de ningún otro modo hizo el mundo que limitando la materia. con cuya privación no tendría forma ni figura por sí misma la materia. aquélla. que es la mayor de todas las injusticias. solían llamarlo ‘ilimitado’ los antiguos. sino por su desorden y confusión. en efecto. que nos proclaman y enseñan que es preciso hacer lo justo igual. lo que corresponde al mérito se­ gún la razón. en cuanto es posible. oíd el argumento sobre esto admitido 720a entre nuestros maestros. Y yo ala­ bé las opiniones expresadas como originales y suyas pro­ pias y dije que tenían bastante verosimilitud.» 809 Cf. se apodera de ella. Tras ser dichas estas cosas. dije. Elementos VI 25. el de dadas dos figuras trazar una tercera igual a una de ellas y semejante a la otra 809. o mejor. por cuyo descubrimiento dicen que Pitágoras ofreció incluso un sacrificio. entre los teore­ mas más puramente geométricos. como cimientos para la generación del aire y la tierra. mezclado y limitado de la mejor manera. la razón. pues mucho más acabado. por el contrario. «Mas para que no os despreciéis. en efecto. estimaban que también f yo debía contribuir en algo a su argumentación. es inviable e imposible. dijo Diogeniano. De ahí que. Está. pues sacar igualdades en los lados. de las que todo lo que nace tiene su origen y constitución. se produjo y aún se pro­ duce el todo ajustado. . sin duda. del agua y el fuego. problemas.» «Bien hablas. E u c lid e s . la circunscribe y distri­ buye en formas y variedades. pero esto ¿qué tiene que ver con la conversación. pues mientras la materia es siempre forzada a emer­ ger a lo indefinido y rehúye ser geometrizada. ni tengáis en absoluto que po­ ner la vista fuera. e inspirado que aquel teorema es el que demuestra que la hipotenusa vale igual que los lados del ángulo recto.» 4. seme­ janzas en los ángulos y armonía de octaedros e icosaedros y aun de pirámides y cubos de una materia desordenada y errante sin algo que delimite y articule geométricamente cada cosa. en cuanto surgió un límite para lo ilimitado.348 e MORAL IA nó las formas primeras y las diferencias de los cuerpos. que nada. proponiéndose a sí mismo este problema. si hacéis memoria de la división del Timeo 81°. a otra materia y a otra forma. . B o e t o . la materia es lo que más carece de orden de entre las sustancias. es ayudado por el padre y demiurgo. Pues c estando éste siempre. sino ordenar con razón . en nacimiento. el mundo.» CUESTIÓN TERCERA De por qué la noche es más sonora que el día Conversan A m o n io . quien por la razón limita la esencia conforme al modelo. hace y conserva para siempre una tercera igual a la materia y semejante a la forma. resonó en torno a ella un ruido de gente que acla810 29e ss. por una necesidad connatural de su cuerpo. y 48e ss. con la que dividió en tres las prime­ ras cosas por las que el mundo tuvo origen. de las que b a una llamamos con el jnás justo de los nombres dios. Por eso. por lo cual también en ío que existe más hermoso que lo que se ajusta a una medida es lo que se acerca a ella. quería. cambio y toda clase de afecciones.349 L fflR O v m «Lo sabréis fácilmente. en cuanto fuera posible. la forma. Pues bien. medida y número la naturaleza. siendo la cualidad la forma y la cantidad la materia. T r a sil o y A r ist o d e m o 1. quedase inútil e indefinido. Mientras éramos agasajados en Atenas en casa de Amonio. el más hermoso de los modelos. y el dios. la mejor de las causas. dije. en consecuencia. P l u t a r c o . haciendo una sola cosa de todo lo que subyacía en el mismo lugar. de estas dos rea­ lidades hizo. me parece que la providencia ha ideado no torpemente para el oído la claridad. dijo. Probl. según Empédocles. 331 (fr. no experi­ menta nada semejante. es.. y cuando. se servía de postula­ dos de la geometría y aceptaba hipótesis no demostradas. 812 Cf. 49). tras enviar a unos de su escolta. sino que se conserva y permanece clara. pero la que de fuera penetra dentro. Y Amonio dijo que esto había sido resuelto por Aristó­ teles 811: pues la voz de los de dentro saliendo fuera a un aire que es abundante y se eleva.. «Pues bien. DK. Boeto dijo que. más bien esto lo que necesita una explicación. cuanto le quita a los ojos de percibir. los oyen bien los de dentro. ¿quién. I. dijo. pero que ahora utilizaría algunas de las ya demostradas 811 C f. hizo cesar el alboroto y despidieron a los hombres. pues siendo el aire oscuro en la. pág. se lo devuel­ ve por los oídos. Hecho un descanso.350 d e f M ORALIA maba desde fuera ai estratego: Amonio era estratego por tercera vez. de nosotros sería el primero en dar paso a una explicación que fuera persua­ siva?» 2. indagá­ bamos nosotros por qué cuando gritan los de fuera. . al punto se debilita y dispersa. sin embargo. ‘noche desierta de mirada cie­ ga’ 812. el que por la noche sean las voces más sonoras y guarden limpiamente además de la intensidad la nitidez. P s .-A rist . 903b 13 ss. Y puesto que es preciso encontrar tam­ bién las causas que actúan por necesidad según la naturale­ za y es propio del físico esto: ocuparse sobre principios materiales e instrumentales. cuando es nula o muy poca la labor de la vista. cuando era joven aún y se dedicaba a la sofística. pero no igualmente los de fuera a los de dentro. o de c un líquido cualquiera. en efecto.’ Pues bien. Y entre los propios cuerpos. por no tener el sonido camino ni lugar por los que atravesar. y. diseminados. como tiene una carrera fácil. se hace sorda del todo y muda. . respon­ den más a los golpes y sostienen largo tiempo el eco y lo propagan muchas veces incluso en círculos concéntricos. por lo que ocupan mayor lugar los cuerpos que hier­ ven. ocupan 721A mucho espacio.. pues el calor afloja. fr. forzados. Ves. Y la voz que es emiti. se hace com­ pacto y deja en las vasijas que lo contienen los huecos y espacios de los que se han retirado. que también entre las vasijas las vacías. pero una vasija bien llena o de un cuerpo sólido. los intersticios vacíos entre sus partes se quedan pe­ queños y delgados y los átomos.b da y se encuentra con cuerpos numerosos y apiñados. U s e n e r . cuando el aire está esparcido y tiene anchura y rotación por su faita de densi­ dad. la cla­ ridad junto con su sentido. se comprimen con otros. por el contrario. distiende y disuelve las condensacio­ nes. mas cuando se contrae y se produce una condensación de aquéllos en poco espacio y. pero en una brecha vacía y desierta de cuerpos.. cuando son golpeadas. Epicúrea. se ablandan y derriten.. o se apaga del todo o recibe grandes desgarrones y muchos choques y retenciones. crean fuera mucha anchura y gran­ des intervalos y esto ocurre de noche por el enfriamiento. constante y sin tropiezos.LIBRO v i n 351 por Hpicuro. de sonido flojo y difícil eco y rápidamente apa- 8B Cf. lo que se congela y enfría se aprieta consigo mismo. por su rapidez. por su solidez. el oro y la piedra son. pues un gran vacío está diseminado entre los átomos del aire y se mezcla con ellos. llega al oído conservando. «‘Se mueve lo que es en lo que no es 813. 323. como Amonio me rogara decir algo contra él. mas para la conservación y movimiento de la voz le ponéis in­ correctamente como fundamento el vacío. que nadie se oponga a mis pri­ meras hipótesis. pues es propio del silencio y la calma lo blando. sino que. y entonces se detiene y deja de avanzar hacia delante por causa del obstáculo. querido Boeto.352 d e f M ORALIA gan los ruidos en ellos mismos. cantidad de vacío y agujeros. se mantengan. como algo muy vacío. de . Sólo. pero el sonido es un golpe de un cuerpo que resuena. liso y que responde a lo que lo golpea a causa de su elasticidad y consistencia. es evidente que el hierro tiene una corrosión mayor. pues no está comprimido por muchos cuerpos amontona­ dos. pero todas las cosas resuenan al tropezar con ellas el aire. ligero de peso y delgado. dijo. y es resonante lo que es concorde consigo mismo. homogéneo y fácil de mover. cual sólo es entre nosotros el aire. como está mezclado con su aire homogéneo y ligero. pues el agua. lo transmite hasta que tocándolo alguien lo retenga en su caminar y lo apa­ gue. a pe­ sar de tener en abundancia el vacío. io ligero. me parece que hace sonora a la noche y menos al día. añadió. lo insensible y lo que no es golpeado. dije: «Que tus primeras hipótesis. la-tierra y el fuego no tienen sonido de por sí. pero su sonido es muy malo y es el más sordo de los metales. por hacer éste los inter­ valos pequeños entre los átomos a causa del calor y difu­ sión del aire. y el bronce no participa en nada del vacío. Y yo. pero el bronce es sonoro y parlero. sino que tiene una mezcla abundante de sustancia suelta y blanda que da fácil paso a los otros movimientos y. recibiendo favorablemente el sonido. y emiten ruidos y chasquidos.» 3. Esto. y si hay que dar crédito a la vista. responde bien al golpe y es sonoro. espacio de­ sierto de cuerpos allí de donde se retiran). como las nubladas e inclementes. como queda dicho. hacen las voces difíciles de oír por 'el ruido. fueran más 722A sonoras que las claras y templadas (por el hecho de con­ centrarse aquí los átomos y dejar. a la vez. b pero que por la noche cede su agitación y rumor. ya que no es ni convincente ni necesario. sin duda. ni lo uno ni lo otro es verdad. pues bien. dejando este razonamiento. lo que está más a nuestro alcance.. De donde. en otros lugares espacios y huecos. sino que basta muchas veces el temblor de los cuerpos agitados en la luz y su movimiento para desgarrar las voces y desparramar­ las. como si el aire fuera un obstáculp para la voz y destruyese la enti­ dad de aquello de que es esencia. quien dice que el aire es movido por el sol con un movimiento trémulo y con palpitaciones. sería preciso. el silbido de los cuerpos de Anaxágoras. pág. silbando y zumbando durante el día por causa del calor. que las noches irregulares.» 4. por cierto. DK. 24 (fr. convenía crearle a la noche pro­ blemas contrayéndole el aire e intensificándoselo y dejan­ do. a las que. cuerpo y fuerza. y.-A rist. algunos llaman ‘copos5.. puesto que él 814 109. éstas dice nuestro hom­ bre que. . que un día frío fuera más sonoro que una noche cálida y estival. 74). aduzco a Anaxágoras 814. como es manifiesto por las pequeñas partículas y fragmen­ tos que siempre se agitan en la luz. — 23 Cf.LIBRO VIII 353 ningún modo. II. en efecto. »Fuera de esto. sin duda. al menos. en cambio. sino que hay que corre­ gir. Amonio dijo: «Tal vez parezcamos ridículos al creer refutar a Demócrito y querer rectificar a Anaxágoras. No es así. 903a8 ss. Probl. y P s. El aire. por tanto. En cuanto yo expuse esto. transmite de lejos los componentes y movi­ mientos de los ruidos en línea recta. para que en cada momento creamos que hay que considerar como cau­ sa de los movimientos del aire a cosas contemplables por la mente. 816 Sólo interviene en esta cuestión. como dice Simónides: ni. Fenómenos 6. 817 P l a t . los ojos a su agitación y convulsión evidentes?. ciertamente. en cambio. c pues la ausencia de viento y la calma son sonoros y.» d 5. Pues bien.354 M ORALIA mismo se presenta como cuerpo y esencia del sonido. Zeus’ 81?. ‘el gran guía en el cielo. y cerremos. 41 d e B e r g k . ¡por Zeus!. a los pueblos al trabajo levan­ tando 818. ése no suscita ni mueve todas las cosas agitando a escondidas y con calma las partículas más pequeñas del aire. 818 A r a t o . ella de por sí. . no tiene nada que pueda mover el aire. pues. la agitación del aire ni siquiera permi­ te que la forma de la voz llegue articulada y conformada al sentido. ¿qué nos pasa. pues. al contrario. pero el día algo grande. al habla melosa acoplarse a oídos mortales 815. el hijo de Amonio. ligeros y continuos. Fedro 2 4 6 e. Tomando la palabra Trasilo 816. surgió entonces de los vientos el soplo que agita [las hojas. muchas veces. sino que siempre destruye algo de su cantidad y volumen. el sol. dijo: «Entonces. sino apareciéndose de pronto: cosas favorables señalando. que impidiera. 815 Fr. pues. como el propio Anaxágoras ha dicho. . movido. la noche. si está quieto. LIBRO VIII 355 y ellos le siguen. 158).. que hacen las voces no menos sonoras. según dice Demócrito 819. nosotros mismos. que estaba presente. II. a pesar de es­ tar el aire confuso y agitado.» e 6. pág. Trasilo. Pues bien. como el aire está calmo las más de las veces y no se deja oír por descan­ sar todo. Y tiene alguna culpa de ello también lo que ocurre entre nosotros. . no sea que rebatan esto las batallas y marchas nocturnas de los grandes ejérci­ tos. como de un nuevo nacimiento ‘pensando nuevas cosas para el día’. Pero de noche. hora en la que coinciden ya oír y hablar. -en efecto. 7 d e B e r g k . Por lo que también íbico certeramente llamó al alba ‘la audible’ 820. y no con energías mudas e inactivas. elevamos el tono de voz en la mayoría de lo que hablamos de noche alborotadamente y con una sensa­ ción de apremio cuando damos órdenes o preguntamos a quien sea. Porque lo que nos hace levantarnos para una f actividad o conversación en el momento que es más natu­ ral que estemos en calma. de suerte que incluso nuestra voz sale con más fuerza. 175 (fr. 820 Fr. dijo: «Pero mira.» 819 DK. Aristodemo 821 de Chipre. 821 Conocido sólo por este pasaje. sino grande y que responde a una necesidad muy grande. no es cosa pequeña ni tran­ quila. es natural que nos envíe el sonido sin romper ni mezclar. dijo. cuando una vez recibió en su casa a los más íntimos. Levantadas las primeras me­ sas llegó uno ante el rétor Herodes 823 llevándole de parte de un conocido que había vencido con un encomio una palma y una corona trenzada. posiblemente corintio. por alzarse siempre enfrentadas y crecer simétricas. eludimos ios demás aga­ sajos. . por Jo que se dice en este punto. además. pues agasajaba él a muchos extranjeros a la vez y muchas veces a todos los ciudadanos. c pues también otras muchas plantas repartiendo exactamen- 822 Rétor.356 723A M ORALIA CUESTIÓN CUARTA De por qué cada juego sagrado tiene una corona distinta. actúan de modo semejante a un combate y disputa y que ella se llama ntke (victoria) por el hecho de no ceder (me éikon) 824. 824 Relación etimológica falsa entre mP éikon (que no cede) y níké (victoria). Cuando se celebraban los ístmicos. 823 Lo volveremos a encontrar en IX 14. «Pues no me convencen a mí al me­ nos. en IX 5 y 12. pero todos en común la palma. pero todos la palma. Y él tomándolas. los que afirman que la igualdad de sus hojas. en donde también se trata de por qué a los dátiles grandes los llaman Nicolaos C o n v e r s a n H e r o d e s . y a gente erudita. en efecto. cada juego tiene una corona distinta. b asistimos nosotros también. Interviene. las devol­ vió de nuevo y dijo que andaba en duda de por qué. S ó s p id e . P ra x ít e l e s y C a fisias 1. siendo Sóspi­ de 822 agonoteta por segunda vez. pero. P r o t ó g e n e s . LIBRO V III 357 te el alimento casi con cierta medida y peso en hojas con­ trapuestas. filósofo peripatético. esbelto de talle y de rostro lleno de un purpúreo rubor. y Cal. VI 163. P a g e . C. ibid. como en Siria y Egipto. 828 Nicolao de Damasco (siglo i a. porque en Grecia ni siquiera pro­ duce fruto comestible. Posteriormente se dirigió a la corte de Herodes.. Me¡. 506. De igual rpodo en las bodas al paso de los novios llegaban a arrojarse incluso membrillos (cf. que comparó ‘al tallo de una palmera’ 825 la lozanía de la feacia. y algunos. Pero la palmera no tiene de una manera tan clara nada en lo que destaque sobre las otras plantas. como por honrar­ les siempre con cosas hermosas 82<5. El rey 827. referido a la impresión que causó la joven Nausícaa a Odiseo en su primer encuentro.» 825 Od. VIII 1 12). Herodes el Grande. según dicen. pues.. 826 Sobre esta costumbre. les dan una igualdad y orden admirables. d e A f r o d . no habría otro árbol que se le comparara.. donde vivió hasta su muerte. y C a r . en efecto. a quien Nicolao le enviaba dátiles de Siria por agradarle extraordinariamente esta fruta. 829 Según A t e n . Quér. llamaba a los dátiles más grandes y her­ mosos Nicolaos 829 y hasta ahora así se llamail. co­ mo Homero. manzanas y granadas. 187. fr. tal denominación se debe al emperador Augusto. sino imperfecto e inmaduro. cf. no ignoráis que algunos arrojaban a los vencedores rosas y clavelinas. Por­ que más convincentes que aquéllos son los que sospechan que los antiguos amaban su hermosura y buen natural. como amase especialmente a Nicolao 828. el dátil —el más agra­ dable de los espectáculos por su aspecto y de todos los manjares por su dulzura—. que era dulce de carácter. gr. fr. sin duda. fue educador de los hijos de Antonio y Cleopatra. P a g e . incluso.) autor de una Historia Univer­ sal.. Poet. Pues si produjera. d . 662A-B. 827 Parece tratarse del rey de Jüdea. dijo: 724a «¿Y permitiremos así por las buenas a los rétores ésos cumplir lo suyo propio argumentando con probabilidades y verosimilitudes. y ¿qué es esto?. sino que. fr. DK. que conserven siempre las mismas hojas ni el laurel ni el olivo ni el mirto ni ningún otro árbol de los que se dice que no pierden las hojas. y nosotros mismos no podríamos contri830 Cf. 77-78). Protógenes. f y a ella sola casi pertenece lo que se dice sin verdad de muchas. «Por ello. en efecto. cada una permanece viva siempre y sin interrupción. como no pierde ninguna de sus hojas. el primero. por cierto. y sin envejecimiento. llamando por su nombre a Praxíteles. el geógrafo. y de las plantas la palmera es la de más larga vida. como de algún modo lo ha atestiguado también este verso órfico: vivían igual que los tallos de frondosa cima de las pal[meras 83°. Frag.. pág. pero la palmera. no vemos. . 339 (frs. Orphic. 225. I. dijo Sóspide. 831 Cf. Y yo.. en cuanto es posible. aporto el que es preciso que la fama de los vencedores permanezca incorruptible. el ser ‘de hojas firmes’ y peren­ nes 83*. hay que esforzarse más por que cada uno aporte a lo que se está investigando algo personal. el gramático. Cuando acabó Sóspide. K e r n .358 e M ORALIA 2.» 3. lo que la gente más asemeja a la fuerza de la victoria. AI decir esto Herodes. ya caídas. es siempre de hojas perennes y es este vigor suyo. por brotar otras sobre las primeras. se estimó que introducía con lo de Nicolao algo tan agradable como lo que se investigaba. como ciudades. Apolo venció a Hermes.LIBRO v n i 359 buir a la argumentación con nada sacado de la historia? Por cierto. V 7. pues. XIII. 3. sino palmeras. cuando fue corego de los atenienses. según algunos afirman. en la Historia de Atenas. Mira. P a u s . en la carrera y a Ares en el pugilato.. y los atenienses en Delfos 835 y antes el corintio Cipselo 836. 837 Según P a u s . VIII 4 8 . 835 Ibid. ya que. arrancó una rama de la pal­ mera sagrada. como nuestro dios es sobre todo amigo de la lucha y amigo del triunfo. 164A. en efecto. dado que. X 15. rivaliza él mismo en el arte de la cítara. me parece recordar haber leído hace poco. . si el premio a la victoria no b es pítico.. rey del Ática que dio su nombre a los Anfictiones. 4. como Homero testimonió al hacer decir a Aquiles: 832 C f. también en el pugilato 837 y protege a los hombres cuan­ do compiten. 833 Hijo de los míticos Deucalión y Pirra. al introducirlo Anfictión 833 allí por pri­ mera vez. el canto y lanzamiento de discos y. no de lau­ rel ni de olivo. 834 Nicias III.. Porque. y P a u s . 10. adornaron en honor del dios con palmas a los vencedores. 836 M or. que Teseo. 4. cosa por la que también se la llamó spddlx» 832. el primero en ce­ lebrar un certamen en Délos. no consagraron al dios laureles ni olivos. pero también dirán que hay que preguntar al propio Teseo por qué razón cuando era agonoteta arrancó una rama de la palmera. Y Praxíteles dijo: «Así es. como Nicias en Délos 834. Mientras aún hablaba. sino que el dios del que obtenemos la salud.360 MORAL LA Por estos premios a los dos varones que sean mejores [ordenemos que. de los arqueros. 840 Conocido sólo por esta cuestión. no huele a historia ni a libros de descripciones. . arrancado de la médula de los Tópicos peripatéticos. y es que el dios. el que suplicó al dios tuvo éxito y consiguió el premio. ciertamente. ése creían que daba vigor y fuerza para los com­ bates y. Y las ofrendas de despojos. y al [que Apolo diere la victoria. XXIII 659 ss... el hijo de Teón. al menos. dijo: «Pero esto. atengámonos de nuevo a la palmera que da al argumento 835 11. amigos. y. como conviene. XXIII 850 ss. relatan que los delfios sacrificaban a Apolo púgil y los cretenses y lacedemonios a Apolo corredor.. primicias y trofeos en Pito. 839 Ibid. interrumpiéndole Cafisias 84°. sino que. levantando a la manera trágica una máquina. no es verosímil que los atenienses consagraran el gimnasio a Apolo ilógica y espontáneamente. levantando los brazos. siguiendo a Sóspide (pues nos guía bien). Y. es igual para todos en benevolencia. 838. y que. con los puños se golpeen. »Y nosotros. está atentando contra lo convincente. intimidáis con el dios a los que os contradicen. más aún. como hay certámenes ligeros y pesados. ¿acaso no atestiguan que a este dios le corresponde la mayor parte de la fuerza para ven­ cer y dominar?» 5. pero el orgulloso no dio en el blan­ co por no suplicarle 839. » C U E ST IÓ N Q U IN T A De por qué los navegantes se proveen de agua dél Nilo antes de la llegada del día C o n v e r s a n v a r io s a m ig o s d e P lutarco Alguien buscó la causa por la que los marineros hacen provisión de agua del Nilo de noche. en efecto. Particularmente. en cambio. en efecto. no cede abrumada hacia abajo. como un atleta. no sólo de sus cuerpos. Los babilonios. nos es muy poco provechosa y útil. aparte de todo esto. sino que como su buen porte consume en su cuerpo el ali­ mento. pues doblándolos oprimen a los que por su debilidad y blandura ceden ante ellos. sino también de sus mentes. Ocurre también en los cer. esto. Y a algu­ nos les parecía que teman miedo al sol. por el hecho de 725a . a ningún otro árbol le ocurre lo que se va a decir: pues si colocán­ dole en la parte de arriba un peso. a nosotros los griegos. sino que se encorva hacia el lado opuesto. poca y mala cosa le queda para la semilla. elevan y aumentan el adiestramiento. como oponiéndose a lo que ia fuerza. pero los que aguan­ tan fuertemente. no de día.f támenes atléticos. pues al ser un árbol muy hermoso y grande no es fecundo entre nosotros como consecuencia de su'buena disposición.361 LIBRO v i n asideros por uno y otro lado. pero su falta de fruto correspondería a la filosofía atlética. e la celebran con himnos y cantos como el árbol que les pro­ porciona trescientas sesenta clases de utilidades. comprimimos la made­ ra de la palmera. parece que mantiene y guarda cada cosa en el estado que le es natural. como muchos hombres se proveen de su agua y lo navegan y se mueven por él mu­ chos animales. pues la frialdad del agua b es por naturaleza algo estabilizador: lo pone de manifiesto . que era suficientemente persuasivo. creen que permanece más inmutable e impasible el agua. y el uso común a 841 //. le hizo cara un argumento qué parecía reforzar con la experiencia náu­ tica una prueba nada técnica: afirmaron. 393C. y de día. IV 141. pero si se mantiene sin hervir ayuda también a los demás alimen­ tos a no estropearse. pues en invierno no son menos potables que las otras. y la lucha cambio. . y no menos el agua. pero el calor. c A esto. La mayor prueba a esta causa la ofre­ cían las aguas pantanosas. pues todo lo que es calentado y entibiado está siem­ pre más dispuesto al cambio y lo sufre antes por la relaja­ ción de sus cualidades. Por ello. y Mor. Pues todo lo mez­ clado está más inclinado que lo no mezclado a la corrup­ ción. como comprime. en efecto. y un cambio es /la corrupción. altera también la cua­ lidad propia de la miel: ésta se estropea hervida. ya que la mezcla provoca lucha. a las mezclas de colores los pintores las llaman «corrupciones» y al tintar le ha llamado el poeta «manchar» 841. la nieve. por eso. pero la frialdad. y en tal situación es fácilmente corruptible. al enturbiarse se hace espesa y terrosa. como la noche parece corresponder al invierno y el día al verano.362 MO RALLA recalentar las aguas haciéndolas más fácilmente corrompíbles. si se coge de noche. que guarda mucho tiempo incorruptas las carnes. que toman el agua de noche cuando el río está aún quieto y tranquilo. en cambio. además de otras cosas. pero en verano se vuelven nocivas y malsanas. de ahí que son más fácilmente corruptibles las quietas . y . Hesíodo alabó el agua d de una fuente siempre manante y fluyente que es limpia 84Z. se altera la tierra mezclada con agua y estropea su potabilidad y propiedades. al mismo tiempo que se adelantan también al sol. que. al arrebatar siempre lo más fino y ligero de las aguas. pues es sano lo incorruptible.LIBRO V IH 363 lo no mezclado y limpio incorrupto e intacto. como la sangre con la carne. hermosa­ mente. sobre todo. se aprovecha de su dulzor y se llena de jugos que tienen una fuerza po­ derosa y nutritiva y corre revuelto y turbio.y encajonadas por estar llenas de abundante tierra. ya que las aguas que reco­ rren tierra de sierra y pedregosa son más consistentes que las pantanosas y de llanura. pues no arrancan mucha tierra. cayendo el barro hacia abajo.más si se le remueve. pero cuando se tranquiliza. se va. cercado por un terreno blando. ahí que se provean de agua de noche. No menos atestiguan en pro del argumento las diferentes clases de tierras. e . 595. más aún. pues él movimiento mezcla con lo líquido lo terroso. causa la corrupción. El Nilo. e incorruptible lo no mezcla­ do y puro. De. 842 Trab. mientras que las que corren escapan a la tierra que llevan mezclada y la rechazan. mezciado con él. Y. Y. y uno de los viejos dijo que «apresuracenas» es el que llega con retraso a la cena. 846 Bufón de Augusto (cf. que pasaron largo rato en unas audiciones en el teatro y llegaron. pues aunque estuvieran ellos faltos de tiem­ po. . llamaban a su vez a éstos «apresuracenas» 845. «áriston» (comida) y «déipnon» (cena) Conversan los h ijo s d e P lutarco y de S ó c l a r o . tarde a la cena. 844 Tal era el apodo que daba Alceo a Pitaco por cenar tarde y sin luz (cf. T e ó n . pues se le ve apresurarse más rápido que al paso. fr. en efecto. A m atorius 760A). 37 de Bergk). cuando se retrasa. llamaba «ansíacenas» a los que se presentaban tarde a la cena. y recordó con gracia a Gaba 846.. Su fuente son las Etimologías de Apolodoro. L a m p r ía s y 726A T eón. el bufón de César. y ellos. sin embargo.. por su amor a las cenas no rechazaban las invitaciones. 843 Según A t e n . el término se aplica a ciertos escarabajos. P lutarco. 4A y 242C. en donde también se trata de dónde vienen los nombres de «akrátisma» (desayuno). 63D.364 M ORALIA CUESTIÓN SEXTA f Sobre los que se presentan tarde a la cena. más bien. según A ten. defendiéndose. éste. otros 1. Los hijos de Teón tildaban en son de burla de «impidecenas» 843 y «comeaoscuras» 844 y de cosas por el estilo a mis hijos más jóvenes. por el cómico Alexis a los parásitos. 845 Aplicado. que eran laboriosos y al tiempo prudentes. es lo mío. porque el desayuno griego consistía en un trozo de paz mezcla­ do con vino puro. forzados a esperar a los que se presentan tarde. con bebedores de mala fama y viles. y akrátisma (desayuno) dicen que era llamado así a causa de akrásía 847 (incontinencia). llegué el último. dijo: «No es así. a menudo pescado. se tiene como muy democrático y. 848 Lo que acompaña al pan {ópson). . las más de las veces. Dicen.LIBRO VIH 365 2. dijo: «Pero tampoco se dice que Alceo llamaba a Pitaco ‘comeaoscuras’ por cenar tarde. jamás. los hombres. saliendo en defensa de los jóvenes. por eso. y a más de esto. llamaban a esto akrátisma por ákratos (vino puro). b 3. sino por gozarse. la cena (déipnon) y la comida (aris­ tón) dieron pie a que se investigara a partir de qué toma- 847 En realidad.» 4. comían de madrugada pan con vino pu­ ro y ninguna otra cosa. el sustantivo akrátisma tiene que ver con ákratos (vi­ no puro). y ópson a lo que se les preparaba para la cena. un político de Atenas. en efecto. no tiene nada que ver con el adverbio opsé (tarde). cuando venían del trabajo. se molestan con ellos como gente sin gusto y oligárquica. Yo dije. que aquéllos. siendo akrásía (incontinencia) un desarrollo secunda­ rio. que Policarmo. por mi parte.» Después de esto. demasiado pronto era antiguamente motivo de reproche.» Taí proceder. aí rendir cuentas de su vida en la asamblea. dijo: «Esto. por cierto. el cenar. si es c preciso creer a los que recuerdan el modo de vivir antiguo. al contrario. atenienses. en efecto. Mas Sóclaro. como a continuación explicará Teón. Tomándo la palabra Teón. pues cenaban tarde (opsé) 848. invitado a una cena. dijo que podría mostrar que los nombres romanos son mil veces más apropiados que los griegos. «Pues dicen que a déipnon le llaman coenam (cena) por 849 Od. un hombre leñador apareja su [cena 851. que es por naturaleza gua­ són y bromista. si no es que. pasó a significar «al­ muerzo». o en un intervalo mientras lo está haciendo. ¡por Zeus!. que. relacionada con *ed. lo llamaron áriston por llevarse la gente a la boca espontáneamente lo que encontraba sin trabajo y fácilmente.366 MORAL IA ron su nombre. Y áriston parecía ser lo mismo que akrátisma. 850 ¿tristón «desayuno» en principio. una vez concedida una licencia tal. Mi hermano Lamprías. esto como algo trabajado (diapeponeménon). como si dijera el áurion (lo de mañana). que dice: cuando. precisamente. xvr 2 . quien dice de los de Eumeo: Preparaban el áriston (desayuno) con la llegada de la [aurora 849. 5. luego. y déipnon por estar ya preparado. 851 I I . S e desconoce la etimología de déipnon (cena). y parecía creíble que se le hubiera llamado áriston 850 (de aura matinal). porque es un descanso (dianapaúó) de los trabajos. XI 86. aquello como algo facilísimo (rháiston). .de esthío (comer). pues la gente cena después de haber hecho algo. para decir tonterías. según lo testimonió Homero. en tanto que akrátisma (desayuno) deriva de la raíz *ári (por la mañana). y es po­ sible tomar también esto de Homero. y déipnon (cena). X 356. que deriva de kóm os a tráves del verbo komádso. o porque indican alguna co­ mida matinal (proinén) o un alimento del que se sirven antes de estar necesitados (prin endeéis). el acei­ te. desayunaban por lo general ellos solos. 853 Exceptuando la relación entre el término latino oleum y griego élaion. en la crátera vino que sabe a miel mez­ claba 852 (émisge). en efecto. 727 a . o no les permitamos a ésos la entrada por los nombres como por cercados. krános (yelmo) a stefáné (corona) y a édein edere (comer). en algún sitio. los cobertores. las demás palabras no guardan parentesco algunq en los dos idiomas. pues la tarde es éndion (que se hace a pleno día) y el descanso tras el desayuno es echar la siesta (endiádsein). y dentes a odóntas (dientes) y labra a kheíle (labios) de tomar (lambánein) el alimento con ellos 853?» En consecuencia. el gustar. y además. el brindar y otras muchas cosas que tienen claramente los mismos nombres. porque rompen unas par­ tes y destrozan otras. los antiguos romanos. y a aristón se le llamó pranclium (comida) a causa de la hora. como Homero comparó.LIBRO VTTI 367 koinónía (comunidad). o cuando se dicen estas cosas hay que oírlas sin reírse. y mensan a trápedsan (mesa) por su colocación en medio (méson) y panem a ártos (pan) porque expulsa el hambre (péinan) y a stéfanon coronam (corona) de kefalé (cabeza). y comissatum. a su vez. dejan­ do a un lado. el vino. si bien cenaban en compañía de sus amigos. la miel. y kerásai miscere (mezclar) según Homero: f Y ella. dijo. 852 Od. ¿quién no diría que comissatum (juerga) se dice kómos (juerga) del griego. N o se debe confundir con Leucio. pues esto que los pitagóricos dicen y escriben afirmó que sólo los etruscos lo observan y guardan de hecho. El cartaginés Sila me mandó aviso de una cena de recepción. de Etruria. 462 y sigs. Sólo interviene en esta cuestión. cuando llegué a Roma después de algún tiempo. a un discípulo del pitagórico Moderato 855. sino que él mismo había nacido y se había criado y educado en Etruria. hijo de Floro. . y no recibir golondrinas en la casa ni pasar por encima de una escoba ni criar en la casa una rapaz. viendo éste a nuestro Filino abstenerse de seres animados. de nombre Lucio 856. no por parte de padre. como el sacudir los cobertores al levantarse del lecho y no dejar en la ceni­ za la señal de una olla retirada. como era natural se sintió impulsado a hablar sobre las doctrinas pitagóricas y declaró a Pitágoras etrusco. Pues bien.( I. aparte de a unos pocos compañeros. P lutarco y F ilin o 1. como los romanos la llaman 854. en la que acogió.368 M ORALIA CUESTIÓN SÉPTIMA Sobre los preceptos pitagóricos en los que ordenaban no recibir golondrinas en la casa y sacudir los cobertores inmediatamente después de levantarse Conversan Lucio. págs. como algunos otros. apo­ yándose no menos en los preceptos 857. Cf. sino borrarla. D K . 854 855 856 857 La expresión romana es «cena adventicia» o «adventoria». Sila. «Quizás. por su parte. dije yo. Para que Proene no se enterara de su delito. el sofista. rey de Tracia e hijo de Ares. rio lo apar­ tan ni destierran. pero ella bordó lo ocurrido en un paño y se lo envió a su hermana. que se enamoró de Filomela. lo de las golondri­ nas. Filomela’ 858? ¿O también esto carece de sentido? Pues al ruiseñor. también esto tiene sentido. o bien la violó. La última se casó con Teseo. que son muy salvajes y. las persiguió para darles muerte. como le echase encima una golondrina una cagada. por los que dicen que Tereo y las mujeres hicieron unas cosas y sufrieron otras ilícitas y funestas. en tanto que Filomela en ruiseñor y Proene en golondrina.LIBRO v i n 369 2. e incluso ahora llaman Daulides a esas aves. mirando hacia ella dijo: ‘Estas cosas no están e bien. el que sea dicho en enigma contra los amigos íntimos calumniadores y maledicentes. sobre todo. apartar a un animal inofensivo y amigo del hombre igual que a las rapaces. y Gorgias. por ésa misma la golondrina tiene mala 858 Filomela y Proene eran hijas de Pandión. El padre. De esas cosas dichas por Lucio. Sila. al descubrir el hecho. perdices. Mira. que está sujeto a la misma tragedia. pues la golondrina no participa en absoluto de la maledicencia. y la charla y la locuacidad no son más caracteriscas de ella que de urracas. y. . ni el mismo Lucio lo apro­ baba.asesinas. dijo Sila. a sa­ ber. y o bien la sedujo. si por la razón por la que no admi­ ten a la rapaz. pero fue convertido en abubilla. parecía ser extraño. apartan ellos con expia­ ciones a las golondrinas a causa de la fábula de la matanza de los niños. el rey le cortó a Filomela la lengua. entonces.» 3. en primer lugar. en efecto. «¿Acaso. y gallinas. quien en venganza mató a su propio hijo y se lo sirvió a Teseo. con lo que d sólo algunos antiguos creían resolver este precepto. lanzándonos de lejos a aquellos padecimien­ tos. . ni de calor. 728A se va. de los seres que habitan con nosotros. paga un impuesto de residencia. temerosa por haber sido maltratada y espantada muchas veces. Y lo que es más sorprendente. cuando ha criado a sus polluelos y los tiene grandes. ella es la única de entre los que moran bajo nuestro mismo techo que vive sin pa­ gar su escote y subsiste libre de impuestos. que goza de todas esas cosas. 353 de R ose . pues. Después. haciendo partícipes de hob gar. en cambio. la mosca y la golondrina son los únicos que no se dejan domar por el hombre ni soportan caricias ni trato ni parti­ cipación en obra alguna o juego: la mosca. y son sus enemigos. ya. se acercaban confiadamente a los otros preceptos. Pero aquélla. pues es carnívora y mata y se come. Cuando yo dije esto. mata a los animales que acechan a los hombres. que no goza de abrigo. dándoles interpretaciones morales de un 8S9 Fr. sino haciéndolas reflejarse como imágenes de unas cosas en otras. so­ bre todo. nos está prohibiendo trabar amis­ tad por más tiempo del debido. a las cigarras. pues.370 M ORALIA fama entre ellos. ni seguri­ dad alguna o ayuda de nuestra parte. y la go­ londrina por ser misántropa por naturaleza e indomable y recelosa a causa de su desconfianza: si. y su vuelo es raso y caza animales pequeños y menudos. casa y lo más sagrado a quienes se presentan y se nos cuelan en casa ocasionalmente. los sapos y culebras. me parece que di licencia pa­ ra hablar. en efecto. al poner Pitágoras a la golondrina como ejemplo de lo inestable y desagradecido. que son sagradas y cantoras. yendo de aquí para allá. es preciso contemplar tales cosas no en una dirección rectilínea. cof mo dice Aristóteles 859. hecha una desagradecida y desleal.» 4. La cigüeña. Esto parecía atestiguarlo el que los pitagóricos ha­ gan promesa a sus compañeros de no quitarle a nadie su carga. CUESTIÓN OCTAVA De por qué los pitagóricos de entre los seres animados rechazaban sobre todo a los peces C o n v e r s a n E m p é d o c l e s . Empédocles 86°. llamando por su nom­ 860 Conocido sólo por este pasaje. Como Lucio escuchaba lo que se hablaba sin cen­ surarlo ni alabarlo. porque es preciso descan­ sar de noche y. El hecho de sacudir los cobertores les parecía a algunos que no tenía ningún sentido oculto.LIBRO V IH 371 modo adecuado y Filino. levantados. en efecto. una disuasión para no acostarse durante el día. sino en calma. sino que manifestaba espontáneamente lo que no conviene que se vea: el sitio y la marca dejada como un sello por la esposa cuando ha yacido con su marido. L u c io . T e ó n . en la idea de que no aceptan ningún ocio ni alivio. S il a . Pues nula es la utilidad de un hombre acostado. hay que bo­ rrar todo rencor. más bien. sino que cuando tras hervir. como también la de un muerto. silenciosamente y abs­ traído en sí mismo. dijo que Pitágoras ha­ ce borrar la marca de ceniza que queda en el puchero ense­ ñándoles que es preciso no dejar huella clara de la ira. sino aumentarla y recargarla más aún. P l u t a r c o y N é st o r 1. . actuar de día y no dejar la marca como huella de un cuerpo muerto. ya que se recogían a la aurora misma los aparejos para dormir. cesa y se calma. Pero Sila se figu­ raba que el precepto era. sin duda. I. esté influida por la de Plutarco.372 MORAL IA bre a Sila. también los dioses muestran con obras y acciones sin palabras a los inteligentes lo que quieren. pero que no soportaban en absoluto probar un pez. 853 Cf. 864 Exactamente la misma interpretación da un interlocutor en A t e n .» 2. pero si eso pertenece a lo que está bajo reserva. el lacedemonio. secreto ni algo que no se deba divulgar ante otros esto al menos. 862 Personaje desconocido. Decía que esto era una distinción por el silencio de los. en una conversación parecida a ésta que. y 308C. contemporáneo nuestro. etimología más exacta que la anterior. 717E. pág. en general* los hombres consideran divino al silencio. Y al decir Lucio tranquila y sencillamente que la razón verdadera quizá sería reservada e indecible incluso 861 Cf. y 161F. decía. 8). Y. 865 DK. es hora de que lo dejemos nosotros también. 379 (fr. que se llevaban a la boca con moderación a veces otros seres animados y que. 308B. y que mi homónimo acon­ sejaba pitagóricamente a Pausanias que ‘cubriera dentro de una mente muda’ sus opiniones 865 y que.. Pero la causa que Tíndares 863. los sacrificaban.. por tener la boca como apretada y bien cerrada 864. al que se le opone otro (308C). afirmando que se le llama así por poseer escamas (/epidotoí). y me encontré con discípulos de Alexícrates 862. peces y que a éstos los llamaban éllopes (mudos). se abstenían sobre todo de los peces 861. donde cita unos versos de Alexis en los que se asegura que los pitagóricos se abstenían del pescado. ¡por Zeus!. ciertamente. 161B. no la acepto. en efecto. Mor. dijo: «Si nuestro compañero Lucio se molesta por lo que se dice. esto se cuenta de los pitagóricos antiguos. . 670D.. con otros versos de Aristofonte diciendo lo mismo. y A t e n . puesto que. el que. sin embargo creo que ni es. probablemente. puesto que han nacido y viven contra la naturaleza 866 Cf. y II. que los dioses no se alimentan de él. como es lo de las ha­ bas. más aún. Teón. sobre todo.. .LIBRO VIII 373 ahora.729a mero en decir que demostrar que Pitágoras era etrusco. pues dice Heródoto 866 que los egipcios ni siembran habas ni las comen. otros aportan otras causas. Suponen. sino que el aire. 366A. que c conserva todas las demás cosas y las alimenta. que los sacerdotes egipcios no probaban el pescado. 867 Cf. fue el pri. sino que. totalmente hostil a la naturaleza del hombre. Pues bien. las referentes a las ceremonias sagradas. ni apropiada cosa alguna de las que él alimenta y ejigendra. Cf.. 690. las cuales no participan ni del aire común ni de un pasto congénere al nuestro. 37IB y 729B. Vet. «Pero se está de acuer­ do en que convivió con los sabios egipcios mucho tiempo. ni soportan verlas. Stoic. al contrario. I. en él muere el padre y salvador del país al que llaman una emanación de Osiris 868. 365F. 868 El Nilo. De ahí que ni al agua del mar la consideran potable ni pura. era una tarea grande y nada fácil. su odio al mar por b sernos un elemento extraño y ajeno. el gramático. Ies es mor­ tal. Mor. pero que no había reparo en intentar apoderarse de lo creíble y verosímil. 121. von A r n im . H e r ó d . además. quien dice. y que por afán de pureza evitan incluso la sal. pero un sola es la verdadera. II 37. Y sabemos que los sacerdotes. se abstienen de los pe­ ces. Frag. y entonando trenos al que ha nacido en la parte izquierda y perecido en la derecha indican enigmáti­ camente que el fin y destrucción del Nilo acaece en el mar. imitaba muchas cosas suyas y aprobaba. hasta el punto de no acercarse a la boca ni manjar ni pan que lleven mezclados sal del mar. incluso ahora. en efecto. como los estoicos 867 di­ cen de las estrellas. es más. se abstenían sobre todo de los animales del mar por su preocupción 869 En M or. 870 Od. IX 369 ss. pero que nin­ gún pez era apropiado para ser inmolado y ofrecido en sacrificio. la clemencia y mansedumbre de estos hombres da que sospe­ char lo contrario. si no es que. no porque se despreocupara de los peces como extraños y enemigos. Y yo. una redada de peces y que. después. cuando aquéllos cesaron. mandó soltar la jábe­ ga 871. es más. 871 Lo mismo se relata en M or.374 M ORALIA y el uso. sobre todo. considerando con cuántos bienes ha he­ cho nuestra vida mejor provista y más agradable. sino como pagando el rescate por unos amigos y familiares hechos prisioneros. dije que muchos se opondrían a los egipcios en favor del mar. Por ello. tras ofrecer las primicias a los dioses. añadió sobre los pita­ góricos que probaban. «Y la tregua de los pitagóricos con los peces por su no pertenen­ cia a nuestra raza es absurda y ridicula. . los animales sacrifica­ dos. Por cierto que dicen que Pitágoras compró. 91C. dije. algo por completo de salvajes y que retribuye un don propio del Cíclope 870 a los demás animales que son cocinados y consumidos por ellos por su parentesco y familiaridad. d e 3. en cierta ocasión. Habiendo alabado esto Sila. Y no hay que extrañarse de que a los animales de mar los consideren ajenos a causa de él y no adecuados para mezclarse con su propia sangre y hálito quienes ni siquiera consideran digno saludar a los pilotos cuando se cruzan con ellos porque tienen su medio de vida en el mar» 869. al parecer. 363F se asegura lo mismo. tanto filósofos como particulares. Pues no es posible. para dejar de lado lo demás. si se los salta. ni recurre a los mismos frutos. Por cierto. que hacían no sólo de la comida. no sería posible en poco tiempo ni habitar una ciudad por la cantidad de ellos. en la idea de que los demás animales le proporcionan al hombre de algún modo la causa de que se les trate mal. oprimidos por la multitud de animales que los inundaba y mandando. por ello. si todos se abstuvieran sólo de las gallinas o de los cone­ jos. pende sobre ellos como castigo la muerte. turbados y temerosos igualmente todavía decían ‘ha­ cer’ y ‘obrar’. además. ayudar a los frutos que estaban pere­ ciendo. sin em­ bargo. que altera los mares y se sumerge en sus abismos por algo nada justo. sino que está envuelto como por otro mundo y usa caminos propios que. pero.LIBRO v m 375 y práctica de lo justo. sino que la pesca con anzuelo o red de cualquier pez es mani­ fiestamente obra de glotonería y afición a la buena comida. llamar al salmo­ nete ‘devoracosechas’ ni al escaro ‘uvífago’ ni a ciertos f 730A b . según dicen. como considerando algo grande el sacrificar un ser vivo y hasta ahora se guardan muy mucho de dego­ llarlos antes de que ellos asientan en ser ofrendados con un signo de su cabeza. no dan pretexto ni pequeño ni grande al vientre contra ellos. Pero el linaje de los seres marinos. sino también de la muerte de un animal que no hace daño. Y es posible conjeturarlo por las palabras y sacrificios de los antiguos. ahora a causa del placer es difícil terminar con la alimentación a base de carne. pero. una acción mal­ dita e ilícita. sin duda. Tan precavidos eran contra cual­ quier injusticia. que no consume ni el mismo aire ni la misma agua que noso­ tros. ni aprovecharse de los frutos. si bien la necesidad lo introdujo al principio. pero los peces en nada nos ofenden ni están en absoluto dotados por naturaleza para ello. cierto oráculo de Delfos. comenzaron a ofrecerlos en sacrificio. la ocupa­ ción en estas cosas. parece po­ ner de manifiesto. De ahí que Homero no sólo a los helenos les hizo abstenerse en su obra de peces. ’874 Od. 404b. pero ni de cuantas cosas acusamos minuciosamente a la comadreja y a la mosca casera. D i ó n C r i s ó s t o m o . a un cerdo. ja­ más echaron anzuelo ni nasa ni red. y lo recoge. 872 «Devoracosechas» es el nombre dado por H o m . en A ves. . hicieron de los peces no un manjar. fueron los peces el alimento que menos usaron o no los usaron en absoluto. d poco antes de echarles mano a las vacas del sol. . la observó P l a t ó n . «uvífago» por Arquíloco (fr. 332. XVIII 29. sino alimento necesario. en efecto. como llamamos a los animales terrestres en su condena. sino que ni a los feacios de vida muelle. que es costosa y superflua. aparte de injusticia. mientras hubiera hari­ na: Pero cuando de la nave se consumieron ya las provisiones [todas 874. 875 Ibid. que navegaron por tantos mares. 97 de Bergk) a un asno. y. cuando estuvieron acampa­ dos junto al Heíesponto. cierta incontinencia c y gula. XII 329. podría uno acusar al pez más grande. ni a los libertinos pretendientes 873. a los pájaros. Od. 873 El hecho de que los héroes homéricos no probaran el pescado.. hace que se Ies sirva un manjar marino. De ahí que. prohibiéndose los pitagóricos a sí mismos no sólo la injus­ ticia contra los hombres a causa de la ley. 47-48. pes­ cándolos: con corvos anzuelos: y consumía sus vientres el hambre 875. Discurso II (I 81). además de Plutarco. y los com­ pañeros de Odiseo. y «cosechasimientes» por Aristófanes frecuentemente. isleños unos y otros.376 M ORALIA mújoles y lubinas ‘cosechasimientes’ 872. en Rep. sino también la que va contra todo lo que no hace daño por mandato de la naturaleza. quie­ nes. incluso veneran al pez como de su misma especie y crian­ za. DK. además de guardar lo justo. «que hace crecer las plantas». por creer. sino primero los hombres en los pe­ ces. filosofando más adecuadamente que Anaximandro 8S0. De ahí que no sólo entre los egipcios y sirios llegó a ser una parte de la purificación la abstinencia de peces. Lit. por ello. como dijo el que interpoló en las obras de Hesíodo 881 el matrimonio de Céix. Pues bien. que es su madre y su padre. tomando la palabra.LIBRO VIII 377 por lo que se sirvieron de peces y se comieron las vacas del sol por la misma necesidad.» 876 877 878 879 880 881 La única aparición de este personaje. 88-89 (fr. Custodios de cosas sagradas. así Anaximandro. la ed. me has oído decir muchas veces que los sacerdotes de Posidón en Leptis. se abstuvieron por razones religiosas de lo superflup en la comida. 1902.. de A. como el fuego devora a la madera en la que prendió. pues él declara. Leipzig. «Nacido en el país». R z a c h . . ^177. Y Néstor 876. Cf. Cf. pienso. como se hace con los megarenses? Por cierto. dijo: «¿Ninguna mención de mis conciudadanos. no que los peces y los hombres han nacido en los mismos sitios.» 4. al declarar al pez padre y madre común de los hombres. a quienes llamamos hieromnémones 877 (custodios de ios archivos sagrados) no comen peces. págs. pues el dios es llamado phytálmio 878 y los que descienden del antiguo Helén sacrifican también a Po­ sidón patrogenio 879. fr. lo desacreditó como alimento. salieron entonces y ocuparon la tierra. que el hombre ha nacido de una sustancia líquida. y alimentados como los escualos y capaces de soco­ rrerse a sí mismos. sino también entre los helenos. como también los sirios. 30). al menos. Yo. que debió de llegar a Roma sobre el año 91 a. admirándose los presentes de que afec­ ciones nuevas tuvieran entonces por primera vez en la na­ turaleza su nacimiento y desarrollo. considerando que la na­ turaleza en estas cosas. por mi parte. no menos admirable creían que era el que hubiesen pasado desapercibidos du­ rante tanto tiempo síntomas tales. como más humano. el médico. 884 Asclepíades de Prusa (Bitinia). sino también la hidro­ fobia. D io g e n ia n o y o tr o s 1. pues ningún médico antiguo había hecho mención de esta afección.378 M O R A 1IA C U E ST IÓ N N O V E N A 731a De si es posible que se presenten enfermedades nuevas y por qué causas C o n v e rsa n F il ó b n . Filón. aunque se extendían. como sucede en una ciudad. .. insignificantes y difíciles de reconocer para la mayoría. en los tiempos de Asclepíades 884. refiere que. 882 Enfermedad consistente en el aumento desmesurado de las extre­ midades inferiores y los órganos genitales externos. asentó su teoría en un atomismo puro por oposición a la teoría de los'hum ores propia de la escuela hipocrática. le aducía un testigo sacado de la filosofía. Atenodoro 883. Pues bien. no es en absoluto aman­ te de novedades ni obradora de cosas nuevas en el cuerpo. y la mayoría tendió más a lo segundo. llegaron a ser manifiestas por primera vez no sólo la elefantiasis. 883 No sabemos con exactitud de qué personaje se trata. C. se empeñaba en que la llamada elefantiasis 882 había llegado a ser conocida no hacía de­ masiado tiempo. en el libro primero de Las epidemias. por el con­ trario. P lu tarco . quien. en otras minúsculas. LIBRO v m 379 2. Ya que enfermamos de lo que también vivimos. porque introduciría en la realidad. le puede venir al cuerpo una enfer­ medad nueva o una afección reciente. sin embargo. la perversidad es c múltiple y muy osada. y tiene cierto orden su desarreglo y guarda la medida en sus afecciones. sino siempre viven estas cosas y nadie sabe desde cuándo aparecieron 885. un origen propio del nacimiento. y no hizo florecer ninguna especie nueva de maldad no mencionada en la historia por los antiguos. si quiere. si no tiene de por d sí. «Por cierto. 456. cuya indefinición anda errante dentro de límites. contra toda lógica. como el mar en sus crecidas. ¿De dónde. ni ayer. hay muchas diferentes clases de deseos y son miles los movimientos del miedo y sus formas y es difícil no sucumbir en la enumera­ ción de las formas de pena y placer: No ahora. sino que está anudado a la naturaleza con causas comunes y mezclado con la misma mezcla.. Antíg. y le sería difícil encontrar una causa nueva al que no demuestra que un aire nuevo y un agua extraña y alimentos no probados por los de antes fluyen aquí aho. como el alma. desde luego. y no existen gérmenes especiales de enfermedades. dijo.u ra por primera vez de algunos otros mundos o intermundos. . como un barco que se moviera continuamente en círculo? Pues no existe la aparición in­ motivada de una enfermedad. el nacimiento de algo partien­ do de la nada. pero el alma es soberana y dueña de cambiar por sí misma. sino e 885 S óf. y corregirse fácilmen­ te. Y Diogeniano dijo que también las enfermedades y afecciones del alma andan un camino en cierto modo común y tradicional. entonces. Y las alteraciones tienen diferencias constantes que se sir­ ven muchas veces de nombres nuevos. que los perjuicios que nos originan los medios de subsis­ tencia y nuestros excesos con ellos perturban la naturaleza. en cambio.380 MORAL LA. pero no tienen razón. de ahí que los nombres. que son variados. al menos. así las mez­ clas del cuerpo tienen definidos los deslices y trasgresiones. pues dicen que en la gigantomaquia nacieron animales totalmente extraños y prodigiosos. bienaventurado Filón. como 732 A prodigios. sino manifestando que la novedad y diferencia de algunas afecciones está en lo demasiado y el más. que son defi­ nidas. pues los nombres son cosa de la costumbre. de la naturaleza.» 886 II. ni la hidrofobia. por haberse desviado la luna y no salir por donde acostumbraba. ya que incluso lo que es contra la naturaleza está compren­ dido en la naturaleza. conside­ ran que la naturaleza engendra enfermedades nuevas. que lo es de las esto­ macales o melancólicas. que no nos diésemos cuenta de que Homero no la desconocía. por lo que también se dice de los hombres que están rabiosos. . ellos. sin forjar ninguna causa ni creíble ni increíble del cambio. las afecciones. en cambio. pero no fuerzan a salir de su género a lo que subyace. han producido engaño en las enfermedades. pues es evidente que dijo ‘perro rabioso’ 886 por esta afecb ción. como tampoco creo que la elefantiasis. y del mismo modo que en las partes de la oración y en sus relaciones es imposible que se produzcan de re­ pente un barbarismo o un solecismo nuevos. son diestros los mitógrafos. pues intensidad e incremento añaden magnitud o cantidad. VIII 299. que es un exceso de cierto género de esas sarnosidades. f »En esto. por cierto. Y es admirable. sin embargo. Habiendo referido esto Diogeniano. ni de la llama el brillo. ni el granizo de la lluvia.d cíes con agudeza sobre lo que no se cree. Pues bien. Sin embargo. Gr. esto nada tiene que ver con el argumento. O no diremos que la llama se diferencia de un aire ligero. ni los trigos de la cizaña. Frag. aceptándolos. en primer lugar. dijeran que la intensificación y exceso se dan ahora por primera vez. 776. Filón mismo habló moderadamente contra su argumento y me invitaba a mí a hablar en favor de los médicos antiguos. ya que son reos de descuido o ignorancia de cuestiones importan­ tes. ni la menta de la hierbabuena. ni del mareo el cólera.. porque antes no era. sino que cambian en el más y en el menos. estas cosas son. Luego. pues. . pues si. nos pareció que Diogeniano no juzgaba correctamente el que las intensificaciones y re­ misiones no causen diferencias ni originen cambios de gé­ nero. degeneraciones y transformaciones de cualidades. se mantiene igualmente la paradoja. al decir Sófo. evidentemente. 887 Cf. cuando las cualidades languidecen. las remisiones. las intensificaciones. si de verdad estas afecciones no aparecen en época posterior a la suya. diremos que ni el vinagre se dife­ rencia del vino agrio ni el amargor de la aspereza. como la novedad está en la cantidad. sino que todas estas cosas son intensificaciones y excesos. aunque ahora se haya producido: Todo lo que no fu e tuvo su principio una vez 887. Trag. cuando se c hacen intensas. si es así. y es el momento de decir también que la ceguera no se diferencia en nada de la ambliopíá. no en la cualidad. N a u c k . Y.LIBRO v m 381 3. ni la escarcha del rocío. fr. »Pues lo que es según la naturaleza está ordenado y definido. ya que la naturaleza es orden u obra del orden. el texto griego alude a la cuerda o barrera que se bajaba para dar la salida a los corredores. Por cierto que también Frínico. como los corredores cuan­ do se da la salida 887b!S. como la arena de Píndaro. Gr.382 e f M ORALIA parecía que tenía también sentido el que las afecciones no salgan corriendo a su nacimiento. los ritmos y las armonías están sujetos a propor­ ción. cada una toma su primer naci­ miento en cierto tiempo. a causa de la abundancia de las cosas necesarias. primero. Bergk. 887bis En realidad. fr. que las cosas derivadas de la necesidad y cuantas produce el calor cayéndoles enci­ ma o el frío. y lo que es contra la naturaleza es sencillamente indefinido e ilimitado. en los cuerpos y que. sino que. el autor de tragedias. .. el canto y la danza no podría uno abarcarlo. ésas ocurrieron. «Podría uno figurarse. produciéndose siempre unas cosas detrás de otras. Pues las cosas permiten decir la verdad con sencillez y mentir de mil ma­ neras. dije yo. 889 Cf. cuantas en el Ponto olas produce con la tempestad la noche funesta 889. llegaron junto con la inactividad y el ocio las repleciones. 3. pero lo que los hombres desentonan con la lira. Lyr. sobre sí mismo dice: figuras la danza tantas me procuró. Poet. pero el desorden. molicies y placeres que producen un residuo abundante y maligno en el que algo siempre causa de nue­ vo variadas formas de enfermedades y múltiples entrelaza­ mientos y mezclas entre ellas. 888 Olímpicas II 179. ‘escapa por completo al número’ 888. más tarde. 049). 894 Agatárquidas de Cnido. en cada oca­ sión tantas cualidades por medio de las comidas y be­ bidas. Y Jenócrates demostró que el número de sílabas que las letras combinadas entre sí proporcionan. 891 Matemático y astrónomo del siglo II a. H e in z e . II 50. R. y Mor. entre otros síntomas nuevos y no registrados que tuvieron. C. Frag. cuando se les tocaba penetraban de nuevo en la carne y producían inflamaciones insoporta­ bles al enquistarse en los tejidos musculares.733 a tos cincuenta y dos (310. no veden. Stoic. II 216. C. 893 T u c. Y los que enferma­ ron en torno al mar Rojo. pero esto lo refutó Hiparco 89\ demostrando que lo afirmativo comprende diez miríadas de combinaciones y tres mil cua­ renta y nueve además de aquéllas (103. ¿Qué. introduciendo.. Xehokrates.LIBRO VIII 383 y Crisipo dice que las combinaciones de sólo diez pro­ posiciones sobrepasan en número el millón 89°. además. 1892. hay de sorprendente si.000. 11.000. además de ellas.. y esta afec890 Cf. 1047C. aparecieron también pequeños gusanos que devoraban las piernas y los brazos y. las combina. fr.002. Vet. como cuenta Agatárquidas 894.b ciones entre sí de todas estas cosas producen algunas veces enfermedades nuevas y desacostumbradas? Como Tucídides cuenta que fue la peste de Atenas 893. reconociendo lo inusitado de ella sobre todo en el hecho de no probar los cadáveres los animales carroñeros. usando tantos movimientos y cambios que no tienen siempre un solo tiempo ni un solo orden. de quien sabemos que aún vivía en el siglo n a. entonces.000) 892. y su nega­ tivo treinta y una miríadas y.. v o n A rn im . perteneció al Perípato y compuso la H istoria de A sia en die2 libros y en cuarenta y nueve la de Europa. teniendo el cuerpo en sí mismo tantas facultades.952). Leipzig. es veinte veces de miríadas y diez mil veces diez mil (1. 892 Cf. . cuenta Aris­ tóteles 896 que se escondía en una cueva dos meses cada año y que por nada. la causa. sequías y e lluvias. por encargo de su maestro. junto con las cuales es necesario que produzcan enfermedades y cambios los vientos y aguas que tienen una naturaleza terrosa. si algo que existió antes. dejan caer con ellos muchas veces principios de pestes y afecciones no habituales. se describe como síntoma de una afección hepática el ob­ servar cuidadosamente a los ratones caseros y perseguirlos d lo que ahora en ningún sitio se ve que ocurra.384 M ORALIA ción nadie supo que hubiese ocurrido antes ni después a c otros. en efecto. al perecer mundos exterio­ res y cuerpos extraños. Dejemos también las destruccio­ nes parciales entre nosotros debidas a seísmos. 43 d e R o s e . es la naturaleza de los cuerpos que adopta una mezcla dis­ tinta en cada caso. 896 F r . como otras muchas. 895 Conocido sólo por esta cuestión. si no lo quiere Diogeniano. en los escritos de Menón 897. sabemos que expulsó entre mucho se­ men un bichejo peludo y que andaba rápidamente con mu­ chas patas. escribió. excepto por el hecho de respirar. nuestro huésped en Atenas. 897 Discípulo de Aristóteles. en Cilicia. Y Efebo 895. »Por consiguiente lo de introducir aire nuevo o agua extraña dejémoslo a un lado. sino sólo a aquéllos. echó una caña de cebada con nudos. no nos admiremos si acaece algo que antes no existió ni. Y la abuela de Timón. falta después. además. fluyendo aquí del espacio infinito. sin embargo. Y. una H istoria de la Medicina. dicen y escriben que. ma­ nifestaba que vivía. . al menos. sabemos que los seguidores de Demócrito. en efecto. uno que tuvo mucho tiempo retención de orina. Por ello. Y. el verso dice én Karós aísS (en una cáscara de nuez). pues las antes llamadas mesas frías.f rosímil que los cuerpos sufran afecciones extrañas y se al­ teren en sus mezclas por estas cosas que Ies producen una cualidad y residuos propios. Plutarco. pues muchas de las cosas no probadas ni comidas antes han llegado ahora a ser agradabilísimas. al haber sido cambiadas de la cola a la cabeza. verduras crudas. IX 378. 734A pues los antiguos no bebían ni siquiera agua antes de co­ mer. Y. constantes y agudos incentivos del apetito. llamando así al encéfalo. el limón y la pimienta. como el vino con miel y la matriz de cerda. tienen el primer sitio en vez del último. Y sabemos que todavía muchos viejos no pueden probar el pepino. eri­ zos de mar. tocan el alimento con el cuerpo empapado e hirviendo. har­ tándose después en estas condiciones de los demás. y dicen que los antiguos ni siquiera comían el encéfalo. y es por eso por lo que Homero dijo: lo estimo como a los sesos 898. el cual ablanda 898 II. el orden de lo que se come y su alteración tienen una diferencia nada pe­ queña. de ostras. añadien­ do ligeros. lo ha confun­ dido con énkaros (cerebro). pero los de ahora. al unir la preposición con el sustantivo. a su vez. . Y es ve. borrachos ya en ayunas. como tropas ligeras. manjares y otros géneros de alimen­ tación del cuerpo. porque la gente lo tira y arroja por aborrecerlo. »Y es también importante lo de los llamados aperitivos. Y nada tiene más fuerza para el cambio y para producir el naci­ miento de enfermedades nuevas que la multitud de afec­ ciones _del cuerpo relacionadas con el baño. En realidad.LIBRO VIH 385 »Pero no hay que dejar de lado cuantos cambios se producen de comidas. si se abrieran las puertas de nuestro baño. y las mujeres de los gálatas. F il. comían con sus hijos mientras se lavaban. señala. llevándose ollas de gachas a los baños.. repite sus críticas hacia los que así se bañaban (cf. »No tiene.. y el aire que se respira en ellos. «la vejez del hombre». ya que aquéllos se servían de un agua tan suave y tibia. que el rey Alejandro dormía en el baño cuan­ do tenía fiebre. en H ipias o E l baño 7. X 513. un baño de agua caliente le costó el cargo de general de Filipo.. según P o lien o . los llama. Por lo demás. en Vida de A pol. por consiguiente.. d e A jlej. en boca de Apolonio.. I 16. C lem . 900 A r ist ó f . Por su parte. como. estima que tales baños son perjudiciales y debilitan al hombre. Diogeniano. En general. L u c ia n o . Nubes 1044 ss. 1. Pedag. Od. al tarentino Dócimo. pero ahora los baños se parecen a perros ra­ biosos que ladran y se agitan convulsivamente.» 899 Hom. IV 2. convertido en una mezcla de hume­ dad y fuego.. sino que perturba todos sus átomos y lo alborota y lo saca de su sitio hasta consumirnos a nosotros mismos abrasados e hirviendo 900. además.386 M ORALIA y funde como el hierro por el fuego y recibe después una inmersión y el temple por medio del frío: donde hacia dentro el Aqueronte y el Piriflegetonte J lu \yen pues esto me parece que diría alguno de los que han existi­ do poco antes que nosotros. III). sino que por sí el cambio en la dieta es capaz de engendrar unas enfermedades y hacer desaparecer otras. dije. . la razón necesidad alguna de causas importadas de fuera ni de intermundos. no permite que nada del cuerpo esté en cal­ ma. y' en IV 27 y 42. los balnearios eran yn sitio propicio para el amor. y hacía partícipes de ellas a sus compañeros. probablemente el famoso sofista Favorino de Arelate. 62 d e R o s e . 902 Peripatético. lo que precisamente acos­ tumbran a experimentar las naturalezas filosóficas. unos treinta años más joven que Plutarco. como son tiernos aún y están cargados de jugos. pero lo dicho sobre los sueños. como él. Habiendo dado Floro con los problemas físicos de Aristóteles que habían sido llevados a Termopilas. a tus compañeros y a mis hijos Ies parecía e que Aristóteles había resuelto la dificultad 903 y creían que nada había que buscar ni decir. generan en el cuerpo aire abun­ dante y perturbador. a los frutos. dando testimonio en favor del mismo Aristóteles. ya que no es verosímil que sólo el 901 F r . Pues. no sé cómo surgió tras la cena después de haber estado ocupado Favorino 902 en otros razonamientos. 903 F r . salvo echar la culpa de ello.LIBRO VIII 387 CUESTIÓN DÉCIMA De por qué no creemos en absoluto en los sueños de otoño Conversan F l o r o . . Pues bien. F a v o r in o . que son inseguros y falaces sobre todo en los meses de la caída de las hojas. estaba d él mismo lleno de muchas dudas. A u t o b u l o y otros huos de P lutarco 1. quien dice que el conocimien­ to de muchas cosas procura muchos puntos de arranque 90\ Pues bien. 2 4 2 d e R o s e . lo demás nos proporcionó durante el día en nuestros paseos un pasatiempo no desprovisto de encanto. discípulo de Dión de Prusa. 2. y que. y que ellas van y vienen saliendo de todos los sitios. al recoger reflejos de los movimientos del alma y proyectos de cada uno y sus formas de ser y b emociones. chis­ porrotee en las lámparas. las arrastran consigo. si es reciente. descolgando cierta vieja sentencia de Demócrito. al coincidir con ellas en los que las reciben. al agitar el calor. sino también. razonamientos e impulsos de los que las emiten. que sigue hasta aquí a Demócrito. que las imágenes penetran profundamente en los cuerpos a través de los poros. pero. ni que el aceite. hablan como animadas y co­ munican a los que las reciben las opiniones. pero. Pero el . de vestidos. de plantas. Y usaban como testimonio de que algunos ali­ mentos son provocadores de malos sueños las habas y la cabeza de pulpo. Y esto lo hacen. sino también los trigos nuevos y toda fruta vemos que están tensos e hinchados hasta que exhalan lo ventoso y crudo. sobre todo. al tener impresas no sólo semejanzas for­ males del cuerpo (como cree Epicuro. de muebles. pero que deja en este punto su razonamien­ to). de los más apasionados. el aire. de Aristóteles en otras cosas y concede al Perípato una parte muy grande de credibilidad. de los seres vivos por su mucha agitación y calor. cosas de las que mandan que se abstengan los que desean la adivinación por medio de los sueños. Y el propio Favorino es un admirador.388 f MORAL LA vino hierva y borbotee. y que. como ennegrecida por el humo. era capaz de pulirla y abri735A llantarla. sobre todo. pues admitía eso tan popular que dice Demócrito. y que producen las visiones durante el sueño. cuando surgen. en­ tonces. cuando se les mezclan conservando las reproducciones articuladas e inconfusas. como las olas. cuando el desplazamiento se produce libre y rápido a través de un aire ligero. pues no ignoramos que. como a una pintura. Frag. 615. cf. al saltar en gran número de cosas que están en ebullición y caldeadas y al ser transportadas rápidamen­ te. después del invierno. . 3. con el que los árboles pierden las hojas. has comparado con ella. mirando a los que estaban en torno a Autobulo y sonriendo. Ep. 1877. dijo: «Pero os veo capaces de lu­ char. como dijo Antímaco 904. n. Y. devuelven reflejos frescos y significativos.. como contra sombras. tienen los trigos cocidos y la envoltura de los frutos seca. a modo de sombra. recién cogida. 36.LIBRO V III 389 aire otoñal. nos encontramos con sueños menos engaño­ sos y falaces. a aquélla y la combatiremos por acusar de modo no conveniente a los frutos nuevos y al amado otoño. Kin k e l . lo beben al menos en el mes de Antesterión. Leipzig. Nos volveremos. queriendo tú que sea estimada la opi­ nión de Aristóteles. y nosotros lla­ mamos a ese día el del Buen Genio. tuerce y desvía a me­ nudo las imágenes y hace su claridad borrosa y débil. G. con las imágenes y de creer hacer algo aplicando el tacto a una vieja opinión. y los meses de la caída de la hoja. os­ curecida por la lentitud de la marcha. los que más temprano beben el vino nuevo. la de Demócrito. y los atenienses Pi904 Cf. rugosa y despojada de todo aquel poder excitante y enloquecedor. como por otra par­ te. como tiene mucha irregularidad y aspereza. Después. a su vez... sin duda. Gr.» Y Autobulo dijo: «Déjate de argucias con nosotros. como acampan ya junto al invierno. en consecuen­ cia. Pues el verano atestigua en favor de los seguidores de Demócri­ to y también el otoño. Sobre Antí­ maco de Colofón. fr. cuando al llevarnos a la boca fruta especialmente fresca y espléndida. les es posible a las plantas florecer y crecer a causa de la hu­ medad y dei calor. ya porque ella se seca por la insuficiencia o pobreza del agua. //. Y parece que el otoño es como la vejez del año que se va. el frío y la sequedad les son funestos. derramador de hojas. mas la vejez está carente de ambas cosas. (alibás) y descarnado (skeleíós) se dice de los muertos. Se lla­ ma. y lo caliente no tiene ya fuerza. en efecto. Homero solía llamarnos con gracia ‘húmedos mortales’ 905. por eso. hace los cuerpos proclives a las enfermedades. pero más a los seres vivos. y a lo que apena y asusta 736A ‘lo que hace temblar’ 907 y ‘que hiela’ 908.. tomemos otro camino. Od.390 e M ORALIA tegias. al que nos lleva el nombre del tiempo de los sueños vacíos y falaces. por injuriar con las palabras su sequedad. a los obreros con miedo de llevar­ se mosto que está aún en fermentación. teniendo la sangre la fuerza más soberana de lo que hay en nosotros. XIX 325. y al regocijarse ‘derretirse’ 906. Ibid. incluso. salvo si es un ár­ bol cálido o grasiento. y vemos. como el mirto y la hiedra. como los olivos. por el contrario. laureles y palme­ ras. en efecto. lo que aglutina y retiene. convertido ya sencillamen­ te en una muestra de sequedad. Y es necesa905 906 907 908 Od. es ai tiempo caliente y húmeda. 156. dejando a un lado el denunciar los dones de los dioses. . ya porque se condensa f la humedad a causa del frío. por caerse las hojas entonces a causa del frío y la sequedad. En consecuencia. pues aún no ha llegado lo húmedo. pues a éstos los favorece su composición y a otros no. al tiempo que de frialdad. y. VI 201. Pero. XI 212. »Pues bien. y desecado . no permanece. o húmedo. el don adivinatorio al condensarse el aire. articulado y claro da en las visiones. En consecuencia. sobre todo. oscuro y denso. mientras es ás­ pero. nada neto.» b . como un espejo lleno de vaho.LIBRO VIII 391 rio que las almas tengan las mismas afecciones que los cuer­ pos y. E r a t ó n y otros 1. por convenir también preci­ samente el número nueve a las Musas. d . como de las ofrendas sagradas. cuando le sucedió en el reino Demetrio II (239 a v C. pues había que devolver a las Musas todo lo que es de ellas y no quitarles nada. CUESTIÓN PRIMERA Sobre las citas de versos hechas oportuna o inoportunamente Conversan A m o n io .LIBRO IX INTRODUCCIÓN El noveno libro de las Quaestiones convivales. contiene las conversaciones mantenidas en Ate­ nas en la fiesta de las Musas. puesto que se les debe algo mayor y mejor que esto. no es de extrañar.). Amonio. Si el número de cuestiones superara las diez habituales. hizo uña prueba en la escuela de Diógenes 909 a los efebos que apren909 Jefe de la guarnición del Pireo a la'muerte de Antígono Gonatas. Socio 736c Seneción. cuando era estratego en Atenas. 912 Tolomeo II Filadelfo (285-246 a. sino utilidad a veces grande. 2. pues la porfía y rivalidad de los maestros llegó a su punto más crítico cuando esta­ ban en las copas. los abandonaran y depusieran los hombres al participar en un festín y mesa comunes 910. queriendo. siguiendo la costumbre egipcia. Y asistieron. en cambio. retórica y música. Y. Ahora bien. Después hizo recaer la conversación sobre la oportunidad de citas de ver­ sos. según dicen. geometría.)( se casó en segundas nupcias. al instante. en la boda de Tolomeo 912.. C . en la idea de que tiene no sólo encanto. a Amonio. estaba en la boca de todos el rapsoda que. XXIII 810. comenzó con aquellos versos: Y Zeus llamó a Hera hermana y esposa 913. lo alabó como muy adaptado al momento. . 11. le ocurrió lo contrario. que si algún rencor o aspereza entre ellos hubiera surgido en las armas. casi todos sus amigos. 950 //. aparte de numerosos eruditos. pero ya antes las proposiciones de temas y las designaciones para intervenir eran confusas y desor­ denadas. cuando éste se casó con su hermana y se estimó que hacía una cosa antinatural e ilícita. Ambos fueron divinizados y tenían su santurio en Egipcio.394 M ORAL IA dían letras. y a los maestros que tuvieron éxito los invitó a una cena. 911 Trab. con su hermana Arsínoe. Aquiles entre los contendientes les prometió una cena sólo a los de combates singulares. primero ordenó a Eratón cantar acompa­ ñado de la lira. y al cantar el principio de los Trabajos: Desde luego no era único el linaje de las Disputas 911. 913 Hom. Por ello. XVIII 356. II. Od. (cf. que se levantó y dijo: Alguno de los dioses será herido por una mano mortal 9I6.. y Anaxarco. 916 E u r .. pues dicen también que Momio se conmovió y lloró y dejó libres a todos los familiares del niño. 545F y 816F. 915 Cf. pero el mejor de todos fue un niño corintio apresado en la guerra. C.. y A r is t . Frag. 914 Posiblemente Demetrio II. sin embargo. (cf. 271 (cf... Gr. 918 H o m . 348E. Trag. 3 0 6 . además. rey de Macedonia (239-229 a. 957 Cónsul romano que destruyó Corinto en el año 146 a. L a e r . cuando le envió Demetrio 914 a su hijo Filipo. Mor.) y padre de Filipo V. 399. Pol. cuando la ciudad cayó y Momio 917 le ordenó escribir un verso para averiguar qué niños libres sabían escribir. Y mencionaron también a la mujer del actor trágico Teodoro 919 que no con­ sintió en acostarse con él estando próximo al certamen. quien. aunque no tenía deseos de cantar tras la cena. 18C. I336b28. C.. se lan­ zó al punto con: A este niño de una manera digna de Heracles y de nosotros críamelo 915. M or. que era un niño aún.LIBRO IX 395 y el que en casa del rey Demetrio. D ió g . 919 Actor trágico del siglo iv a. escribió: Tres y cuatro veces felices los Dáñaos que entonces pere[cieron 918. 816C). C. quien. Or. N a u c k . al que Alejandro le tiraba manzanas durante 737a la cena. Anaxarco IX 60). b . A despota. di­ cen que a Pompeyo Magno. Trab. le dio este comienzo: Llegaste de la guerra. tras esto. como si no supieses y hubieses leído eso de que: Ningún rumor muere totalmente 992. X 72. a algunos les vino en ganas referir también muchas citas inoportunas. Elec. un chisme increíble y un rumor malin­ tencionado. ahora te es posible eso 920. Longino. 923 Hom„ Od. le dijo: «No des­ preciarás. el maestro de su hija. 921 Hom. 922 H e s . Y. 763.396 M ORALIA pero cuando llegó triunfante al lado de ella.. al llegarle una noticia anónima de que su hijo había muerto en el extranjero. 2. II. por hacerle una demostración. entrando en su casa un senador. ¡ojalá que hubieses perecido allí! 921. 3.» Y el que en Rodas a un gramático que hacía una demos­ tración en el teatro y pidió un verso. III 428. no está claro si le ultrajó bromeando o sin querer le faltó. traído un libro. y como nadie pudiec ra decirle la verdad ni eliminar la sospecha. al largarle éste: sal pronto de la isla. entregándoselo a la niña. Por ejemplo. lo abrazó y dijo: Hijo de Agamenón. 920 S óf. Y a Casio Longino. el más miserable de los seres vivos 923. en la idea de que no era inútil conocerlas y guardarse de ellas.. que regresaba de una gran expedición militar. hombre ya mayor.. . Pues bien. y que éstos luego. fue el prime­ ro en proponer al gramático Protógenes que dijera la cau­ sa por la que la a es la primera de todas las letras. pagasen la deuda.397 LIBRO IX CUESTIÓN SEGUNDA De cuál es la causa por la que la «alfa» es la primera de las letras Conversan A m o n io . éstas lógicamente se distinguen por esta pro­ piedad. colocada detrás de la i o la o no quiere conci- 924 Interviene sólo en esta cuestión y la siguiente. P r o t ó g e n e s y P lutarco 1. al ser unas largas. a su vez. Y como era costumbre en las fiestas de las Musas que se echaran suertes entre todos y que los que la sacaran en común se plantearan entre ellos cuestiones eruditas. y a un retórico un músico. H e r m ia s . y éste le dio la razón que se explica en las escuelas: que. a su vez. pues ésta. llamadas también ambiguas. esto apaciguó de un modo cortés el tu­ multo. en efec­ to. el geómetra. las vocales por una razón justificadísima van antes que las consonantes y semivocales. y que entre éstas. ambas cosas. como es la a. ordenó que sin sorteo un geómetra se la planteara a un gramático. te­ miendo Amonio que algunos de la misma materia la saca­ ran común entre ellos. y que. . Hermias 924. de estas mismas tienen el lugar preferente el hecho que por naturaleza se anteponga a las otras dos y no se posponga a ninguna. otras breves y otras. 2. Pues bien. 398 M ORALIA liarse ni avenirse con ellas. pues más justo es que ayude a mi abuelo. ya que Lam­ prías. a las vocales por ser ambigua. sino que. de quien dicen que colocó la a antes que todas a causa de que los fenicios llamaban así al buey. 405. Junto con ella enseñó a escribir a los ignorantes nativos y los civilizó. lo primero. a su vez. y cuando antecede de aquellas dos a la que tú. dije yo. H e síodo establece el siguiente orden de preferencia: «casa. b 3. buey de labranza». llamándome. al que consideraban no la segunda ni la tercera de las co­ sas necesarias. y a estas últimas por estar dotada por naturaleza para ir delante. como los pentatlones. Amonio. a causa del poder de la a. si en algo puedo. aventaja y vence en tres puntos: a la mayoría por ser vocal y. a Cadmo 925. . supera. al callarse Protógenes. como si se irritara y salta­ ra. 926 Trab. sino la primera? —Ninguna. decía que de los sonidos articulados era el primero en salir por naturaleza. hasta el punto de que de ambas surja una sola sílaba. busca siempre un comienzo propio. que es una separación hacia arriba. que al de Dioniso. se sirve de su compa­ ñía y consonancia y forma las sílabas de las palabras como áurion (mañana) y auléin (tocar la flauta) y Aíantos (Ayan738A te) y aidéisthai (respetar) y otras mil. con los movimientos de los labios cuya primera abertura. sobre todo. jamás para ser segunda ni seguir. que eres beocio. mujer. Por ello. como Hesíodo 926. Y. dijo: —¿No le prestas ninguna ayuda tú. mi abuelo. hija de Ares y Afrodita. pues el aire en la boca se modula. quieras. emite este sonido que es completamente sencillo y no precisa trabajo alguno ni exi925 Fenicio legendario que fundó Tebas y se casó con Harmonía. también todos los nombres de las consonantes. se sirven de la a como de una luz para la ceguera que les envuelve.LIBRO IX 399 ge la ayuda de la lengua ni le está sometido. respectivamente. Ante esto. como ádein (cantar). CUESTIÓN TERCERA De en qué proporción se encuentra el número de vocales y semivocales C o n v e r s a n H e r m ia s . le dije: «Pues bien. porque se siente el sonido y muchos c casos semejantes. P l u t a r c o y Z o p ir ió n 1. salvo una. según me parece a mí al menos? La prueba la d tomo del hecho de que el número de consonantes y semi­ vocales se relaciona entre sí y con las vocales no al azar. esta propiedad está ausente sólo de la pi. ¿por qué tú también no nos referiste si hay alguna explicación del número de las letras. 927 Grito de guerra que se emitía tras cantar el peán mientras se avan­ zaba contra el enemigo. sino que es enviado cuando aquélla descansa en su sitio. pues la phi y la khi son. y se llama aíein (oír). p y k aspiradas. . por las que sale de la boca este sonido: por ello. por lo cual también éste es el primer sonido que emiten los niños. como Hermias dijese que admitía ambas explicáciones. auléin (tocar la flau­ ta) y alaiázein 927(gritar alalá) y creo que también se dice aírein (levantar) y anoígein (abrir) de un modo no inconve­ niente por la abertura y elevación de los labios. Palamedes inventó las ds. y el 7 al conductor de las Musas. i. Y. nos da la cantidad de 24. d. b. x. y 7 928. A Hermes está dedicado de los números. sitio preferente entre las letras a una sin voz ni sonido. e. pero existen otras versiones. multiplicado por 4. o. y muchos cuen­ tan que el dios nació a principios de mes.» 928 Para los griegos el alfabeto constaba de 9 mudas. ni.» 2. y el 6 por ser igual en sus par­ tes. ¡. 8. es claro que de todos los números el primer número perfecto es el 3. 5. en efecto. ti. VII 192. desde luego. medio y fin. sobre todo el 4. Pues bien. ih. atribuyendo incorrectamente. n. en mi opinión al menos. p .400 e f MORAL LA. Hisí. p s y o. t. puesto que también las semivocales en cierto modo comparten la propiedad de ambas. ocurre que el número del medio supera y es superado en lo mismo. el primer número perfecto del primer cubo. y 8 semivocales: ds. y de las descubiertas después. g. ph y kh. pues al ser 9. y sumando uno con otro dobla al del medio lógicamente. . se les atribuye el 9. kh. Cuatro veces cuatro nos dan. las primeras le­ tras. Palamedes primero añadió cuatro y Simónides des­ pués otras tantas 929. por ello también a la primera de las letras los egipcios la pintan como un ibis. el día cuatro. x. y el más elevado guarda con el más pequeño la proporción que guar­ da el de las Musas con el de Apolo. pues a las Musas. nat. 929 Según P l in . u. y Simónides las th. de éstos el 6. en efecto. y el 3 por 8. k. llamadas ‘fenicias’ por Cadmo. ph . 7 vocales: a. sino según la llamada por vosotros ‘primera proporción aritmética’. r. Y Hermias dijo: «Se dice que Hermes fue el primer dios que descubrió en Egipto las letras. en la idea de que corresponde a Hermes. i.. por conte­ ner principio. s y ps. Y de él. también el primer verso de la Ilíada tema el mismo número de síla­ bas que el de la Odisea 931 y. a su vez. pero. Y Máximo 933. rápidamen­ te Zopirión que de qué pierna era cojo Filipo. CUESTIÓN CUARTA De qué mano de Afrodita hirió Diomedes C o n v e r s a n H e r m ia s . «pues la cantidad 739A de las letras era tanta y la disposición era así no por razón alguna. pero tú. Hermias quería plantear una cuestión a Zopirión. 932 Dieciséis sílabas.). C. era claro que Zopirión 93°. a saber. dijo. Y. que aún seguía hablando. a su vez. Y después de esto. y b . en el 353 a. 931 Diecisiete sílabas en total. cuando se calló. 934 En Corona 67. pues Demóstenes 934 no nos dejó nada en qué basarnos. al último le corres­ pondía el último por azar y espontáneamente 932. tema una clavícula fracturada.LIBRO IX 401 3. como. sino por cierta casualidad. 933 Sólo interviene en esta cuestión. M á x im o y Z o p ir ió n 1. si reconoces estar en duda. otros 930 C onocido sólo por esta cuestión. qué mano de Afrodi­ ta hirió Diomedes. al preguntarle. pero se lo impedimos. de lejos le hizo una pregunta toma­ da de las obras de Homero. no se contuvo. el gramático se mofaba y hacía sus comenta­ rios. recuerdo de la expedición contra los ilirios (345 a.). D emóstenes nos cuenta que Filipo era tuerto (per­ dió el ojo en la toma de Metone. el profesor de retórica. dijo Máxi­ mo: «No es igual. C. sino que califi­ caba tales cosas de tremenda estupidez. soltara el cuerpo. y creo que también tú. 335-336.402 M ORAL IA mostrarán dónde el poeta señala la mano herida a los que son inteligentes. y que ella. sino con la dere­ cha. dijo Máximo. Homero hace que Atenea se ría de ella: d Con toda certeza Cipris mientras animaba a una de las [aqueas a seguir a los troyanos de quienes ahora tanto se enamoró y acariciaba a alguna de las aqueas de profundo regazo con un broche de oro se desgarró su frágil mano 93<s. como es natural que también Afrodita. puesto que el otro callaba. dijo. siendo los versos tales: A llí estirándose el hijo del magnánimo Tideo le hirió en la punta de la mano. como le atacaba de frente. no necesitaba de un salto.). que era la más diestra de las diosas. nos pareció que Zopirión es­ taba perplejo y le pedíamos a Máximo.» Pues bien. no lo haces con la mano izquierda. '935 II. una vez que fue llevada al cielo. que nos lo mostrase. en primer lugar. tenía su derecha frente a la izquierda de ella. arrojándose con la aguda [lanza 935. si pretendía golpearla en la izquierda. 420-425. además de en una mano.. heri­ da. C. en efecto. c 2. En segundo lugar.» una pierna lisiada. está claro que. el mejor de los maestros. al que llevaba. «Pues bien. y. era más lógico que él le hiriera la mano más fuerte y la que mejor cogía a Eneas. - . cuan­ do tocas y acaricias afectuosamente a alguno de tus alum­ nos. en su campaña contra los tríbalos (339 a. porque. mostrara así su afecto a las heroínas. en la que fue herido. 936 Ibid. A m o n io y M a r c o s 1. L a m p r ía s . 940. Esto puso más contentos a todos los demás. E Hilas. habiendo alcanzado el lote vigésimo en el Hades. según Platón. Teophoruméne 18-19. 940 M e n a n d r o . el rétor. . el gramático. cambió. al alma de Ayante le tocó el lote número veinte y eligió vida de león. y doma tu cólera e inflexible ánimo 939. 938 H o m .. XI 543. H il a s .LIBRO IX 403 CUESTIÓN QUINTA De por qué dijo Platón que el alma de Ayante llegó la vigésima al sorteo 937 Conversan S ó s p id e . al ver que sólo Hilas. Rep. el Telamonida 938. 620b. dijo que el alma de Ayante. 939 I b i d 5 6 1-562. porque con el mal recuerdo del juicio de las armas de Aquiles no quería volver a ser hombre. contrariado aún por la cólera. su na­ turaleza por la de un león. estaba silencioso y apesadumbrado (pues no tuvo precisamente su día en las pruebas). y gritándole ya más fuerte acabó los restantes versos: Mas ven aquí' señor. respondió tor­ pemente. dijo en voz alta: sola el alma de Ayante. para que oigas las palabras y el relato nuestros.. Od. 937 Según P l a t . y Sós­ pide. pero que a él se le ocurría mu­ chas veces también lo del viejo de la comedia: que es mejor convertirse en asno que ver vivir con más renombre a los peores que uno. Con ello coincide la respuesta de Hilas. se vale principalmente de la razón. «pues a la naturaleza inteligible del cielo la llama ‘carro alado’ 943 por el armo­ nioso movimiento circular del universo. y la decena entre los números es el mejor. 944 El nombre de Er es hebreo y coincide. pero a nosotros háblanos de su causa no bromean­ do. Lamprías. aluc diendo con enigmas a que las almas se engendran con 941 Expresión proverbial para enviar a alguien a paseo. no se lleva siempre Ay ante el segundo premio en belleza. pe­ ro donde mezcla un mito con la explicación sobre el alma. panfilio de linaje. XI 470 y 551. puesto que aceptaste de grado expli­ carlo. .404 740a b M ORALIA Y Sóspíde riéndose dijo: «Pero hasta que vayamos a ponernos lg albarda. tomando la palabra nuestro hermano dijo: «¿Pero cómo. como una broma tuya a Hilas.. le llama Er 944. aclá­ ranos por qué razón ha hecho caminar por sorteo al alma del telamonio la vigésima a la elección. 614b. 942 Hom. Para el famoso mito. esposo de la Virgen. estatura y valor ‘tras el irreprochable Pelión’ 942. Lamprías se sintió turbado. y allí al que trae por sí mismo la noticia de lo que hay en el Hades. si algo te preocupas de Platón. como Aquiles entre los aqueos?» Y como nosotros nos riésemos. y 20 es el segundo 10. Rep.» 2. mas no aguardando luego mucho tiempo. con el de uno de los ascendientes de San José. dijo que en muchas oca­ siones Platón se burlaba de nosotros con las palabras. 943 Fedro 246e.» Y como Hilas lo enviase con los cuervos 941 (pues creía que se le ridiculi­ zaba por haber tenido un mal día). Od. sino en serio. P la t . Pues bien. Amonio dijo: «Quede esto. según advirtiera Suidas. siendo su padre Harmonio.. pues si el resultado del sorteo parece haber surgi­ do bajo ciertas condiciones. Y mientras Lamprías hablaba aún. ya no sucede por azar ni es­ pontáneamente. 617e. e . entretanto el gramático Marcos parecía calcular y contar algo consigo mis­ mo. luego. Rep. eikós (verosí­ mil) y eiké (al azar). 946 P l a t . los que mal. En efecto. condiciona de antemano muchas de nuestras cosas. sino ‘lo verosímil’ (eikós) y fingido del relato o del sorteo. ¿qué impide que ‘vigésimo’ (eikostón} se diga de lo que no es verdad. como si hubiera ocurrido ‘al azar’ (eiké) y por suerte? 945. lo que depende de nosotros con cada una o con ambas al tiempo. cuando calió. por tanto. siempre toca Platón tres causas. pues­ to que fue el primero o el que mejor comprendió cómo por naturaleza se mezclan y traban lo que atañe al destino con lo que atañe a la suerte y. pero al apartar­ se. a su vez. y las vicisitudes de los lotes desordenadamente dispersos introducen la suerte que. Por tanto. 'mira no vaya a ser ilógico buscar una causa a lo que depende de la suerte..LIBRO IX 405 ‘harmonía’ y ‘armonizan’ con los cuerpos. Y aquí nos insinuó extraordinariamente qué fuerza tiene cada una de ellas en nuestros actos. según la crianza y régi­ men político que hayan tocado a cada uno.» d 3. sino que depende de cierto destino y previsión. dijo: «De las almas homéricas 945 Relación etimológica falsa entre eikostón (veinte). concediendo la elección de vida a lo que depende de nosotros (‘pues virtud y maldad no tienen amo’ 946) y ligando a la fuerza del destino el que vivan bien los que hayan elegido bien y al contrario. se reúnen de todas partes en el «éter» y desde allí se dirigen de nuevo a su segundo nacimiento. aún no mezclada con las del Hades.. bendito. el peripatético. le dio Perséfone ser inte­ ligente 947. si. como dice Sófocles 948. Y al aclamar todos. Lamprías. . X 494-495. al ‘testa­ rudo’ y ‘de funesto nombre’ Ayante.406 M ORALIA cuantas en la Nékuia Homero menciona. dijo: «¿Ves cómo la pregunta no era una burla ni un ultraje?. En donde también se trata de por qué los atenienses suprimen el día 2 de Boedromión Conversan 74ia M e n é f il o . exceptuando estas dos. la de Elpenor. dirigiéndose a Hilas. f y dialogar con los vivos y entenderlos. por no haber sido enterrado el cadáver. todo coincide: el alma de Ayante llegó la vigésima a la vista de Odiseo y con esto bromea Platón usando el colorido de la Nékuia homérica. desde luego. antes de beber la sangre. H ila s y L a m p r ía s 1. Pues bien. Od. ponte al lado de Posidón de quien tú mismo sueles contar947 Hom. no es justo. mas dejando. Sin em­ bargo. cuentas la demás. incluso muerto.» CUESTIÓN SEXTA De qué enigma encierra el mito de la derrota de Posidón. Menéfilo. vaga como en los confines. 948 A yante 914. enumerar con las demás a la de Tiresias: a guien solo. aquí por Atenea 949. 2.» E Hilas. Quaest. dijo Lamprías... Menéñlo. co­ mo si estuviera más contento.. en Argos por Hera 95*. VIII 55. conv. en Delfos por Apolo 950. pues aunque no venció como aquél.. cf.. 15. b . dijo: «Pero se te ha olvida­ do. P aus. " 952 Según explica un escoliasta de P ín d a r o . II 33. pues aquí incluso comparte un templo con A tenea9S<\ en el que además hay construido un altar al ‘Olvido’. manteniéndose en todas partes tranquilo y sin cólera en sus fracasos.» CUESTIÓN SÉPTIMA De cuál es la causa de la división de los cantos en tres generos 955 CUESTIÓN OCTAVA De en qué difieren tos intervalos melódicos de los armónicos 949 Cf. donde se da la misma explicación que luego ofrecerá Hilas. 489B ss. sino derrot***. cuánto más cívico ha sido Posidón que Trasibulo. 953 Cf. 5. que también suprimimos el día 2 de Boedromión no por la luna.» «¡Bah!. ístm icas VIII 92. H eród. III 66. 954 El Erecteo. 744C. 955 Sobre esta división. 951 Ibid. 950 Cf. esto. sino porque en él parece que los dioses riñeron-por el lugar.LIBRO IX 407 nos que fue derrotado muchas veces. D jo d . en Egina por Zeus 952 y en Naxos por Dioniso 953. y M or. Mor. Mor. P r o t ó g e n e s .. 958 Cf.408 M ORAL IA CUESTIÓN NOVENA De cuál es la causa de la armonía. M or. G l a u c ia s . ya que nuestra entidad siempre fluye 958 CUESTIÓN DUODÉCIMA De si es más creíble que la totalidad de los astros sea un número par o impar Conversan S ó s p id e . P l u t a r c o y otros «¿ [***] 959 y con los juramentos hay que engañar a los hombres?» Y Glaucias dijo: 956 Cf. Sólo conservamos el final. . 959 La mayor parte de la cuestión se ha perdido. y P s . si los períodos de eclipse del sol y la luna son iguales en número. Probl.-A r is t . 392A-E. 139C. 932B-933E. En donde también se trata de por qué al sonar al tiempo los armónicos el canto adquiere un tono más grave 956 CUESTIÓN DÉCIMA De por qué. XIX 12. 957 Cf. se ve eclipsarse a la luna más veces que al sol 957 CUESTIÓN UNDÉCIMA c De que nosotros no nos mantenemos los mismos. donde dice que imitaba al tirano Dionisio. pe­ ro tú ¿por qué lo preguntas? —Porque.. Disc. dijo: —¿Por qué motivo dejamos a estos oradores darse im­ portancia burlándose de otros.por Zeus!. sino nosotros. me parece que yo íes voy a plantear de las proposi­ ciones retóricas de Homero una antinómica. E lia n o .. y D ión C r is . VIII. que digan que ellos no com­ parten la comunidad en el vino. y M or. X 9. por ser defensores y d emuladores de Demóstenes. 3. un hombre que en toda su vi­ da jamás bebió vino. P o lien o . VII 12. 960 E l dicho lo aplican a Lisandro P l u t . Pues bien. . dijo Sóspide. mientras a ellos no se les hace ninguna pregunta ni aportan la cuota de sus pala­ bras? A no ser. Lis. 229B. . pero es verosímil que se diga también de otros 960. D io d . levantándose Protógenes y llamándome por mi nombre. ¡por Zeus!. no es ésa. 330F.LIBRO IX 409 —Yo he oído que este dicho se dice del tirano Polícrates. 1. si tú no tienes algo mejor. pues tales conjeturas en nada difieren de los que preguntan si han cogido con la mano que extienden pares o nones. 74. el tirano.. I 45. veo a los niños jugar a pares y nones con tabas y a los de la Academia con palabras. con la indicación de que unos lo atribuyen a Lisandro y otros a Filipo de Macedonia. hist. Var. que no les hemos preguntado nada y. A Dionisio. dije yo. —La causa de ello. lo achaca P lu ta rc o en M or. combatan solos por Helena y todos sus bienes. dijo. —¿Cuál es ésta?.410 M ORALIA CUESTIÓN DECIMOTERCERA Sobre la cuestión antinómica en el canto III de la Ilíada Conversan P r o t ó g e n e s . le repliqué. Y. Héctor. . hace sin duda su desafío en los siguientes términos: pero a m í y al belicoso Menelao impulsadnos a combatir en medio por Helena y sus bienes. P l u t a r c o . del mismo canto. —Yo te la diré. emplea casi las mismas palabras: f Pide a los demás troyanos y a todos los aqueos que pongan sus hermosas armas en la tierra que a muchos y que él y el belicoso Menelao en medio [nutre. y al que venciere que le acompañen la mujer y los bienes 962. al tiempo que se la planteo a éstos. y el último el 255. III 88-91. al aceptar Menelao. los lleve [todos a su casa 961. hacen pactos con juramento y Aga­ menón los inicia así: 961 II. Y. S ó s f i d e y G l a u c i a s e 1. que. cogiendo en buena hora los bienes y la mujer. en efecto. 962 Los cuatro primeros versos son de II. cuando proclama y hace público a todos el desafío de aquél. III 69-72. por ello que presten ya atención. Y quien de los dos venza y sea superior. Alejandro. a su vez. dije: cómo «se dirimiría este pleito con rectitud» 964 y se arbitraría la anti­ nomia. que la muerte de Aquiles fue una derrota ni una victoria de quien le hirió. no los de­ vuelven. porque no ha muerto. cada grupo. Por su parte. por conseguir sus pretensiones. Y no diríamos. XVIII 508. Así. Pues bien. pues la mujer debía ser del mejor y el mejor era el vencedor.LIBRO IX 411 Si Alejandro acabara con Menelao. Héctor fue vencido aun antes de morir. en tanto que los que las aceptan y se someten a ellas ya no son dueños de añadirles nada. Sóspide dijo que las palabras del re­ tador tenían más autoridad. cuando Menelao venció. el tercero al 284 y el último al 72 del mismo canto. Y muy justamente. que él luego se lleve a Helena y todos sus bienes. que. se apoya en las pa­ labras del enemigo. pero muchas veces les sucede incluso a los valientes morir a ma­ nos de los cobardes. Sin c embargo. cual si fuera ley. en cambio. y el desafío no fue a sangre y muerte. los [lleve todos a casa 963. sino por la victoria o derrota. como posteriormente Aquiles murió alcanzado por las flechas de Paris. 964 Ibid. pues. . sino de profesores de retórica y amigos de las letras y el saber como vosotros. creo. no es labor de filósofos ni gramáticos.. cogiendo en buena hora los bienes y la mujer. pues no 963 Los dos primeros versos corresponden a II. 742 a b 2. pero si el rubio Menelao matase a Alejandro. III 281-282. los otros. ya que mientras unos los reclaman por haber sido vencido Paris. sino un injusto golpe de fortuna. «pues aquél proclamó bajo qué condiciones lucharían. pero no lo mató. III I37-138. 966 Ibid. los segundos se con­ sideraban de más autoridad y fuerza que los primeros. en efecto. y segundos eran los acuerdos de Agamenón. Después Zeus le dio a Menelao el premio del combate diciendo: la victoria. de suerte que éstos fueron acuerdos con pleno derecho. por otro. sino todos. en tanto que aquéllos 965 Ibid. 457.412 M ORALIA aguardó el ataque de Aquiles. pactos y acuerdos. leyes. «además. y quien abandona y huye es derrotado con una derrota sin paliativos y reconoce que su contrincante es mejor. al anunciárselo Iris a Helena.. fue claramente superior y le aventajó. tomando la palabra Glaucias. que tenían como final la muerte. y. cuando éste ni se lo esperaba ni se pro­ tegió. . aquélíos iban acompañados de palabras. d e pues sería ridículo que. es claramente del belicoso Menelao 966. en tanto que éstos también de juramentos y se Ies añadían imprecaciones con­ tra los transgresores. por un lado. Y. no la derrota del vencido. cuando. sino que por temor lo rehu­ yó. por su victoria sobre uno que abando­ nó. le dice: Con sus grandes lanzas combatirán por ti y serás llamada querida esposa de quien venza 965. dijo primero que en decretos. por ello primeramente. se escapó y se sumergió en el regazo de la mujer des­ pojado de sus armas. puesto que los admitió y convino en ellos no un hombre solo. según el propio desafío del otro. venciera a Podes hiriéndolo de lejos. con vida. no fuera digno de llevarse el premio.» 3.. sino que le incorporó lo de más autoridad. en efecto. sino que lo aclaró y no lo modificó. de ahí que a mí f al menos me parece que la cuestión no fue ni siquiera anti­ nómica. así ahora al acuerdo que conlleva un final indudable y conocido se le debe considerar el más firme y de mayor autoridad. Zeus y demás dioses inmortales saben esto. VII 69. pues sabía que el acuerdo se había hecho bajo estas condi­ ciones. 968 Ibid. pues el que mataba obtenía la victoria. III 308-309. al poner el vencer en el hecho de matar.. como la de Mene­ lao. pero el que vencía no tenía por qué matar. el mismo que parecía ven­ cer. al poco dice Héctor: los juramentos el Cronida de elevado trono no los cum­ p lió 968. Agamenón no anuló el desafío de Héctor. también. es una victoria total. al no alejarse del que huía ni dejarlo.LIBRO IX 413 sólo desafío.. que ni lo hirió ni lo persiguió. . porque los segundos acuerdos están comprendidos en los primeros. Y lo que es aún más importante. mientras que 743A las demás tienen sus dudas y objeciones. pues el certamen quedó inacabado y no tuvo un final in­ discutible. sino que al 967 Ibid. como en las antinomias verdaderas los jueces se adhieren a lo que no admite ninguna discusión dejando lo incierto. Para decirlo resumidamente. por ello. a quién de los dos le está decretado el fin de la muerte 967. Por tanto. ya que ninguno de ellos cayó. y lo atestigua Príamo al marcharse del certa­ men tras los juramentos: Sin duda. Ésta. ni siquiera le h e r í97\ pues él mismo reconocía que el romper el escudo y coger el yelmo caído no era nada. 970 Ibid. 971 I b i d 365-368.» 969 Ibid.. ni se olvidó de lo que había sido dicho por él: de nosotros a quien la muerte y el destino alcancen. pero. »Por ello. le era necesario buscar a Alejandro. 101-103. . III 450. ningún otro dios es más funesto que tú. cuando acusa a Zeus y llora su revés: Zeus padre. pues ni siquiera le venció. ya que aquél había conseguido huir. que muera y los demás retiraos al punto 970. mas he aquí que en mis manos se quebró la espada y mi [lanza salió de las manos en vano. si hay que atestiguarlo con lo dicho por él. sí no hería y mataba a su enemigo. como no lo mató ni lo cogió. c en verdad creí castigar a Alejandro por su maldad.. por si en alguna parte divisaba al divinal Alejandro 969. reclamaba sin razón el pre­ mio de la victoria. b atestiguó que la victoria no era válida ni perfecta. para que matándolo concluyera el propósito del certamen.414 M ORAL LA buscarlo entre la muchedumbre por todos lados. T r i f ó n . y en algunos sitios. 974 Efectivamente. Mnéme (memoria) y A oidé (canto). la de Memorias. los que apartáis a d Calíope de nosotros. De las demás Clío lleva el género encomiás­ tico. D io n is io . nos ofrece la etimolo­ gía correcta. pues a los elogios los llamaban kléa 974 (loas). L a m p r ía s . Por lo demás. los hijos de Aloes afirman que las Musas eran tres y las denominaron Melétg (práctica). sino cuando hacen lo que es labor propia de orado­ res y políticos. no está atestiguada en otro autor. Y después del canto. . Polimnia deriva de poly (mucho) e himnos (canto).LIBRO IX 415 C U E ST IÓ N D E C IM O C U A R T A Sobre cuanto no suele decirse acerca del número de las Musas Conversan H e r o d e s . Tras esto hicimos libaciones a las Musas y. como en Quíos. IV 7. P lu t a r c o y M e n é filo 1. 4. Según P a u s . se haya podido producir el error de Plutarco. A m o n io . y no de mneía (recuerdo). incluso. no cuando resuelven silogismos. y Kléos (fama) son de la misma raíz. Polimnia el histórico.. Clío. dicen que a las Musas en su conjunto se les llama ‘Memorias’ 975. habéis oído cómo Hesíodo dice que ella se encuentra con los reyes 973. pero 972 Teog. Quizá. por ello. . o hacen preguntas que cambian de forma. musa de la poesía. pues significa ‘recuerdo de muchas cosas’. dijo: «Vosotros.. D iod. 2. 973 Ibid. cantamos también con Eratón acompañado a la lira aquellos versos de Hesíodo 972 relativos al nacimiento de las Musas. el rétor. 975 En realidad. 80. al ento­ nar el peán al guía de las Musas. desde luego. Herodes. tal denominación. 36 ss. H. 979 Fr. 5w. enfadarse contigo. pues el orador se relaciona con el trato no menos que con lo judicial y deliberativo. Od. Herodes. S a n d b a c h . X 38-39. pues eso de: ¡Ay.» f 2. pero de la educación y conversación todos.. Frag. ni del trabajo manual. cuán grato y respetado es éste entre todos los [hombres 977 [***] pero. en tan­ to que fallamos si actuamos inexperta e inhábilmente. para que les fuera posible a todos sacar copiosamente el agua de lo bello. 978 Epíteto muy corriente en Homero. ay. Según F. aunque con ‘pesada’ 978 mano te apoderes de las Musas. . con lo que obtenemos resulta­ dos nada viles ni pequeños. A continuación existe una laguna señalada por Xylander.416 e M ORAL IA yo hago de Euterpe algo también mío. ésta obtuvo en suerte el agrado y en­ canto del trato. II 108. 976 C f. vo n Arnim. cuantos cogemos el fru to de la espaciosa tierra 979. que se basa en E s t o b . si precisamente. ni de campañas militares. pienso que les cuadra mejor la Persuasión y Encanto. Stoic.. si lo hacemos con arte. por acomodársele bien lo relativo al trato. 977 Hom. las palabras que faltan hacen relación a los hombres buenos en la conversación adap­ table a todo tipo de gente. ni de la navegación. Y Amonio dijo: «No es justo. pues común es lo de los amigos y Zeus engendró muchas Musas por esto. que se ha intentando subsanar de diversos modos. 4 (D iehl ) d e S im ó n id e s . las conversa­ ciones tienen tanto de benevolencia como de apoyo común y de defensa. Vet. Eci.. pues no todos necesitamos de la caza. II 1099. y de lo que más nos valemos en estas ocasio­ nes es del elogio y vituperio. co­ mo dice Crisipo 976. 981 Cf. los 980 Su madre era Mnemosyne. aguda. Amonio nos animó a que abordáramos el tema. el 1 y el 8 y. ni las notas que proporcio­ nan los intervalos. supra. ¿por qué son nueve 744A y no menos ni más. 2. puesto que. media y baja. por ser tan amigo de las Musas y cultivador de ellas. los géneros melódicos.LIBRO IX 417 de ahí que hiciera una sola Atenea y Ártemis y un solo Hefesto.» «Pero ¿qué de extraño encierra es­ to?. según otra combinación. pero su causa no son.» Y como Herodes c se riera y se hiciera un silencio. cada uno de los cuales es también perfecto. en efecto. pero súmale aún tan sólo que el número está formado por los dos primeros cubos. Pues bien. dijo: «Valientemente mencio. Desde luego. de nuevo. 975. y D iod. admite la división en tres números impares iguales. IV 7. e impar un número impar de veces. que a ti no te convence el que las Musas son tantas porque eí nombre de su madre 980 esté compuesto de otras tantas letras. has pensado sobre esto. sondándose. el diatónico. sin duda. por dos números triangulares. Pero.» Y Amonio. dijo Herodes. «y es necio y tosco decir una prueba de esto entre tantos y tales hombres. como algunos dicen.b naste esto. el 3 y el 6. pero ¿por qué esto cuadra mejor a las Musas que a los demás dioses. a su vez. de suerte que tenemos nueve Mu­ sas. pero muchas Musas. n. Ateneas y Ártemis? Pues. . el cromático y el enarmónico. por ser el primer cuadrado del primer número impar. pero no tenemos otras tantas Deméteres. pues está en boca de todos y por todas las mujeres se canta el número nueve. mi hermano dijo que los antiguos cono­ cieron tres Musas 981. 3.. nos lo podrías decir? Creo que tú. comprendiendo que todas las ciencias y artes que se elaboran con la palabra se en­ contraban en estos tres géneros. lo relativo a la aritmética y lo relativo a la geometría. en la época de Hesíodo. Pues bien. así.» 4. a su vez. la ética y la física. vieron que cada una. también. luego. ya que saben. Los antiguos. a su vez. el retórico y el matemático. individualmente. pues en el matemático se encuentra lo relativo a la música. como Trifón el médico dijera: «Pero ¿por qué razón has cerrado el Museo a núes- .418 d e f M ORAL IA delfios. la armonía. de nuevo. Estimando que ninguno de ellos debería estar sin dios ni sin musa ni sin su parte en un mando y dirección más fuerte. una y común es la rectitud del discurso relativo a lo esencial. en efecto. que la as­ tronomía acompaña a la geometría y la poesía a la mú­ sica. pero se distribuyen de tres en tres cada uno de los tres géneros. pero después. y en el filosófi­ co la lógica. sino que descubrieron que lo eran. al dividirlas en partes y formas. cuida de él y lo ordena. y en el retórico el género encomiástico dicen que fue el primero. que los poetas y astrónomos nos acusen por haber omitido sus artes. al tocarle un solo do­ minio. al menos. el filosófico. naturalmente no hi­ cieron que las Musas fueran iguales en número. cada una. a una parte de un solo conocimiento de la música. como el 9 se puede dividir en 3 treses de los que cada uno. se divide en otras tantas unidades. más bien. los tuvieron por dones y gracias de tres diosas a las que llamaron Musas. Nó creo. Y cuando esto se expuso. como yo creo. al descubrirse ya mejor sus pro­ piedades. llamaban a las Musas así aplicándolo incorrectamente a un solo conocimiento o. el segundo el deli­ berativo y el último el judicial. a su vez. no menos que vosotros. tenía en sí tres subdistinciones. y todas se ensamblan y disponen conforme a razones armónicas. 987 Rep. tomando la palabra Dionisio 982. X 617C. pero no todos de todos. que agrupa al tiempo y reúne. la segunda la de los planetas y la última la que está bajo la luna. como el universo está repartido en tres partes en su totalidad. y sabemos que los médicos tienen como caudillo a Asclepio y se sirven de Apolo Peón 985 en todo y nada del guía de las Musas. dije yo. 986 Od. de cada una de las cuales una Musa es su guardiana. citado también en Mor. El epíteto se aplica también a la Tierra. lo mortal con lo divino y lo terrestre con lo celeste. I 31. y Mese de la de en medio. que las Musas entre ellos no son epónimas de sonidos ni cuerdas.» «Pero no actuáis con justicia. de la última Neate. como Píndaro dice 984. 4. 2 .a ed.. S n e l l . según Homero 986. y la primera porción es la de los astros fijos. »Sin embargo. Qomo le es posible.. P aus . pues también nosotros los labradores nos apropiamos de Talía entregándole el cuidado y protección del buen flore­ cimiento y germinación de plantas y semillas. de la primera Hipate. pues todos ‘los hom­ bres han menester de los dioses’. me admira cómo le pasó por alto a Lam­ prías lo que dicen los delfios: dicen. el de Mélite. 985 «Sanador». . 153 de la edición de B. dijo: «A muchos invitas al tiempo para la acusación. en efecto. 983 Cf. 415D y 757F. III 48. pues que también tenéis voso­ tros a Deméter ‘germinadora’ 983 y a Dioniso: quien muy gozoso aumenta el prado de árboles.LIBRO IX 419 tra arte?». 984 Fr. Leipzig. sino que. de igual modo también Platón 987 las carac­ 982 Citado sólo aquí. 365A. sagrado esplendor del otoño. 1955. 420 M ORALIA terizó a manera de enigma en los nombres de las Moiras, al llamar a una Atropo, a otro Cloto y a la otra Láquesis; c puesto que a las circunvoluciones al menos de las ocho esferas les aplicó un número igual de Sirenas, no de Musas.» d 5. Y tomando la palabra Menéñlo, el peripatético, di­ jo: «Lo de los delfios, en cierto modo, tiene su parte de verosimilitud; pero Platón resulta chocante, al instalar en las circunvoluciones eternas y divinas, en lugar de las Mu­ sas, a las Sirenas, que son divinidades no muy amigas de los hombres ni benéficas, y al dejar, en cambio, completa­ mente de lado a las Musas o denominarlas con los nom­ bres de las Moiras y llamarlas hijas de la Necesidad; pues la Necesidad es algo que carece de musa, en tanto que la Persuasión tiene musa y es grata a las Musas; por ello, la Musa creo que ‘aborrece a la insoportable Necesidad’ más que la Gracia de Empédocles» 988. 6. «Por supuesto, dijo Amonio, la nuestra es una causa forzada y sin otra elección; en cambio, la necesidad de los dioses no es insoportable, y creo que ni difícil de per­ suadir ni violenta 989, salvo para los malos, como la ley en una ciudad para los que miran por lo mejor de ella es inalterable e inviolable, no por la imposibilidad del cam­ bio, sino por la voluntad de no hacerlo. Y, en efecto, las Sirenas de Homero, al menos, no nos asustan con razón por el mito, sino que también aquél dio a entender correc­ tamente con enigmas que la fuerza de su música no es ni e inhumana ni funesta, sino que, infundiendo amor por lo celeste y divino y olvido de las cosas mortales a las 988 Cf. DK„ I, pág. 358 (fr. 116). 989 P l a t . , Tim. 48a. 990 P l a t . , Crát. 403c-d. LIBRO IX 421 almas que de aquí se marchaban allá, según parece, y va­ gaban tras la muerte, las retiene y encanta hechizándolas, y ellas con alegría siguen a las Sirenas y giran con ellas; aquí, en cambio, llegándonos como un cierto oscuro eco de aquella música mediante la palabra, evoca y recuerda a las almas lo de entonces, pero los oídos de la mayoría están recubiertos y embadurnados con atascos y pasiones carnales, no de cera; pero ella por su buen natural lo sien­ te y recuerda y experimenta una sensación cercana a las más locas pasiones del amor, ya que ansia y desea librarse del f cuerpo sin conseguirlo. No obstante, yo al menos no coin­ cido totalmente con todo esto, sino que me parece que Pla­ tón 991 llama ‘husos’ y ‘ruecas’ a los ejes, y ‘espirales’ a las estrellas, y aquí sorprendentemente Sirenas a las Mu­ sas, porque ‘cuentan’ 992 (eírousas) y dicen las cosas divi­ nas del Hades, como el Odiseo de Sófocles dice que llegó hasta las Sirenas: Hijas de Forco que gritan las leyes del Hades 993; y hay ocho musas que giran con las ocho esferas, en 746A tanto que a una le ha tocado el lugar en torno a la tierra. Pues bien, las ocho encargadas de sus órbitas sostienen y conservan la armonía de los astros errantes con los no errantes y de aquéllos entre sí. Y la otra, que vigila y reco­ rre el espacio entre la tierra y la luna, transmite a los mor­ tales mediante la palabra y el canto cuanto por naturaleza pueden sentir y recibir de gracia, ritmo y armonía, üevan991 Rep. 6I6c. 992 Plutarco relaciona el término Sirena con la raíz de eírein (decir) o con théi’ eírein (decir cosas divinas), pero en realidad no se conoce su etimología. 993 Cf. N a u c k , Trag. Gr. Frag., fr. 777. 422 M ORAL IA do como colaboradora de la política y la comunidad a la Persuasión que nos serena y amansa lo turbulento y erran­ te, como si nos apartara convenientemente de un camino intransitable y nos reintegrara al bueno. b Y cuanto no ama Zeus se aterra al oír la voz de las Piérides según Píndaro 994.» 7. Y como Amonio añadiera a esto el verso de Jenófanes, según acostumbraba: considérese esto parecido a la verdad 995, y nos animase a manifestar y decir lo que le pareciera a cada uno, yo, guardando silencio un poco, dije: «También el propio Platón cree haber descubierto con los nombres, como si de huellas se tratara, los poderes de los dioses " 6, y a nosotros, igualmente, que se nos permita colocar en el cielo y al cuidado de las cosas celestes a una de las Mu­ sas; y es natural que no precisen de una dirección grande y complicada aquellas que tienen una sola naturaleza y simc pie como causa. Y donde hay muchas faltas, desórdenes e infracciones, allí hay que trasladar a las ocho, puesto que cada una rectifica una forma distinta de mal y desa­ juste. Y puesto que de la vida una parte está hecha de seriedad y la otra de diversión y precisan de lo que es mu­ sical y ordenado, la parte nuestra que es seria, Calíope, Clío y Talía, que es conductora en el conocimiento y con­ 994 Pít. I 13-14. 995 Cf. DK., I pág. 123 (fr. 35). 996 Cf. Crát. 396a. LIBRO IX 423 templación de los dioses, parece que nos encarrilarán y en­ derezarán, y las restantes, la parte que se desvía al placer y diversión por debilidad, no soportarán que se afloje de­ senfrenada y bestialmente, sino que con la danza, canto y música, que tiene ritmo mezclado con armonía y razón, decorosa y ordenadamente la acogen y acompañan. Yo, sin embargo, al omitir Platón en cada hombre los dos prin­ cipios de la actividad, la innata pasión por los placeres y una creencia adquirida, ansiosa de lo mejor 997 y, como hay veces en que a una la llama razón y a la otra senti­ miento y, como de nuevo, a su vez, cada una de éstas tiene otras distinciones, veo que cada una precisa una ins­ trucción grande y divina en verdad. Así, de la razón una parte es política y regia, para la que dice Hesíodo 998 que ha sido dispuesta Calíope. A Clío le ha tocado, sobre todo, ensalzar e inspirar, además, orgullo por el amor a la fama. Y PoHmnia se ocupa del amor al saber y de la buena memoria del alma, por lo cual también los sicionios de las tres Musas a una la llaman Polimatía 999. Y a Euterpe todo el mundo le concedería la contemplación de la ver­ dad sobre la naturaleza, sin dejar los más puros y hermo­ sos disfrutes y placeres a otro género de conocimiento. Y del apetito, lo relativo a la comida y bebida Talía lo hace comunicativo y con vival, de deshumanizado y bestial; por ello, de los que se tratan entre sí en el vino amistosa y cordialmente decimos que thalidzein 100°, no de los que ofen­ den y se pasan con el vino. Y Érato 100*, que asiste a 997 Cf. Fedro 237d. 998 Teog. 80. 999 «Que posee muchos conocimientos». 1000 «Se regocijan». 1001 Relacionada con el verbo eráo (amar). 424 747 a M ORALIA nuestras cuitas amorosas junto con la Persuasión, que tie­ ne razón y oportunidad, suprime y apaga lo alocado y agui­ joneante del placer, que acaba en la amistad y confianza, no en la ofensa ni desenfreno. Y la especie de placer que entra por los oídos y ojos, ya corresponda más bien a la razón, ya al entendimiento, ya sea común a ambos, las dos restantes, Melpómene y Terpsícore tomándolo consigo lo ordenan, de suerte que el uno es alegría, no encanta­ miento, y el otro no es hechizo, sino encanto.» CUESTIÓN DECIMOQUINTA De que tres son las partes de la danza: movimiento, continente y tema, y de cómo es cada una de ellas y de qué hay de común entre la poesía y la danza Conversan T r a s ib u l o y A m o n io 1. Tras esto se les traía a los chicos pasteles de sésa­ mo por su victoria en la danza. Y fue nombrado juez, jun­ to con Menisco 1002, el paidotriba, mi hermano Lamprías, b pues bailó la pírrica 1003 de modo convincente y en los movimientos de manos parecía destacar sobre los chicos en la palestra. Y, como muchos bailaran más apasionada . que artísticamente, algunos pidieron a los dos mejor con1002 Mencionado aquí solamente. 1003 j)anza mjiitar qUe bailaban jóvenes con .sus armas, considerada como una preparación para la guerra, que en Esparta se bailaba por niños de cinco años. Cf. P la t ., Leyes 815 y 830C; A t e n ., 631, y H e l ., E tió p . III 10, 3. LIBRO IX 425 ceptuados y que se esforzaron por guardar la armonía que ejecutaran el baile movimiento tras movimiento. Pues bien, Trasibulo preguntó qué quería decir el nom­ bre phord y dio ocasión a Amonio de hablar más detenida­ mente sobre las partes de la danza. Dijo que eran tres: movimiento, continente y tema, «pues el baile se compone de desplazamientos y figuras, c como el canto de sonidos e intervalos. Aquí las pausas son los límites de los movimientos. Pues bien, a los movimien­ tos les llaman phoras, y skhémata a las figuras y disposi­ ciones a las que, finalmente, llevan los movimientos cuan­ do, habiendo formado con su cuerpo la figura de Apolo, Pan o alguna Bacante, se quedan en estas formas como en una pintura; y lo tercero, el tema, no es algo mimético, sino indicativo, en verdad, de lo que subyace, pues del mis­ mo modo que los poetas se sirven de los nombres propios deícticamente cuando nombran a Aquiles, Odiseo, la Tie­ rra y el Cielo, como lo hace la mayoría, en tanto que d para el énfasis y las imitaciones se sirven de onomatopeyas y metáforas, cuando de las corrientes que se rompen dicen que ‘fnurmuran’ y ‘borbotean’ y que los dardos se lanzan ‘ansiando saciarse de piel’ 1004, y de una lucha equilibrada que ‘la refriega tenía cabezas iguales’ 1005, y muchas com­ binaciones de nombres en poesía las forman numéricamen­ te, como Eurípides 1006: volando por el sagrado éter de Zeus, el Gorgonocida, y Píndaro 1007 sobre el caballo: 1004 Hom., II. XI 574, etc. 1005 II. XI 72. loos N a u c k , Trag. Gr. Frag., f r . 985 d e E u r í p i d e s . 1007 Olímp. I 20. 426 M ORALIA cuando cabe al Alfeo brinca, su cuerpo sin aguijón en la carrera exhibiendo, y Homero 1008 en la carrera de carros: e y, a su vez, los carros compactos por el bronce y estaño tras caballos de rápidas patas corrían, así en el baile el skhéma es algo que imita la forma y as­ pecto, y, a su vez, la phorá algo que expresa un sentimien­ to o acción o fuerza. Y con la déixis muestran en sentido estricto las cosas en sí: la tierra, el cielo, a sí mismos, a los que están cerca; cosa que, por cierto, hecha con deter­ minado orden y cálculo, se parece a los nombres propios de la poesía cuando se ponen con adorno y lisura, como los siguientes: Y a Temis venerable y a la de ojos vivos Afrodita y a Hera de áurea corona y a la hermosa Díone 1009, y f de Helén descendieron reyes administradores de justicia Doro, Juto y Eolo que combate en carro I01°; pero si no, se parece a versos demasiados pedestres y con mal metro, como los siguientes: Y descendieron de éste Heracles y éste Ifíclo 1011, y de ésta su padre y marido e hijo fueron reyes y sus herma­ nos 48A y antepasados. Grecia entera celebra a Olimpíada 1012. 1008 II. XXIII 503-504. 1009 H e s ., Teog. 16-17. 1010 Fr. 27 d e R z a c h , 1011 Cf. Naucjc, Trag. Gr. Frag., A despota, 400. 1012 Verso de autor desconocido. LIBRO IX 427 »En tales yerros se incurre también por lo que respecta al baile en las deixeis, si no tienen verosimilitud ni gracia, junto con decoro y sencillez. Y, en general, dijo, el dicho de Simónides sobre la pintura se puede trasladar de ésta al baile, pues en verdad se puede decir que éste es una poesía silenciosa y, a su vez, la poesía, un baile hablado, pues no parece que la pintura participe en nada de la poe­ sía ni la poesía de la pintura, ni que en absoluto se sirvan la una de la otra; pero el baile y la poesía tienen entre sí una total comunidad y participación 1013 y, al unirse prin­ cipalmente en el género de los hiporquemas, ambos reali­ zan una sola función, la imitación mediante figuras y pala­ bras, con que se definen las ideas... y quien goza de mayor fama en la confección de hiporquemas y ha sido más con­ vincente que nadie muestra que el uno precisa del otro, pues eso de: A Pelasgo, el caballo o a la perra Amiclea imita, al girar con tu pie que compite, cuando persigas el curvado canto, o a ese que: sobre la florida llanura Docia vuela loco por encontrar la muerte para el cornudo ciervo; y a la otra: que doblaba su delicada cabeza sobre su cuello durante [todo el camino 1014. 1013 Cf. M or. 17F, 58B y 346F. 1014 F r . 107 d e S n e l l . b 428 M ORALIA y los que siguen, [***], casi parece dar a los poemas la disposición de la danza y excitar a ambas manos y pies c y, más aún, arrastrar y estirar todo nuestro cuerpo con su melodía, como por ciertos hilos, porque, mientras éstos se recitan y cantan, no se puede estar en calma. Él mismo, por cierto, no se avergüenza de elogiarse en lo relativo al baile no menos que en la poesía, cuando dice: Sé mezclar el ligero baile de los pies; modo cretense lo llaman 1015; pero ahora nada goza tanto de la mala música como el baile; por ello también ha padecido lo que, temeroso, íbico dijo: Temo que lo que he faltado ante los dioses lo cambie en honra entre los hom bres1016, d pues éste tomando como compañera una poesía vulgar y desprendiéndose de aquélla celeste, domina los teatros ne­ cios e insensatos, habiendo hecho, como un tirano, súbdi­ ta suya a casi toda la música, pero entre los hombres que tienen talento y son en verdad divinos ha perdido su esti­ ma.» Esto, más o menos, Socio Seneción, fue lo último de lo que amigablemente se trató entonces en la fiesta de las Musas en casa del buen Amonio. 10,5 Fr. 107 de S n e l l , atribuido por este autor a Píndaro. 1056 Fr. 24 de D i e h l . ÍNDICES . filósofo de la A ca­ dem ia. A casto. A drastea. 707A y 710B. A licia. A lcibíades. 648C. am igo de Plutarco. D. D . 699A . C. 714B. A frodita. 720C. 678C. 744B. 657E. 621C. 649E. 701D. A lcín oo. 675B.ÍNDICE DE NOMBRES PROPIOS Academ ia. 622Á. Alejandría. D . sabio escita. 677B. A m iclea. 677B. suegro de Plutarco. F. 617B. A g a tó n . 632B y 710C. A lejandro. Anacarsis. 671B. 664B. L o s (obra de Éupolis). am igo de Plutarco. 740A . 635E y 636A. 630E y 639C. 742D y F. 668D . C. D . A lfe o . 747B y 748D . 647E. F. A fidn a. 645E. 738A . A grionias. 737D . 743E. 624A . 734B y 737A . 717D y 741C. Anacreonte. 737B . 685E. pitagórico. A lexión . C. 621F. A m on io. 678B. Acesandro. D. historiador. 644D y 722A. A d u la d o res. 745D . A gém aco. C. A lceo . Agatárquidas de Cnido. F. 649A . 717C. 654C. A caya. 705E. 632B. Alejandro (París). 686B. 648B . m aestro de Plutarco. 747D . 657E. am igo de Sócrates. B. 728E. A lecíadas. 631B. 71 ID . 741F. . 6 3 IB. 740A . 628D. 645D . A gesilao. 643B. 623D. 612E. rey de Esparta. A gam estor. 742A y 743B. Anaxágoras. 613D . A lejandro M agno. A lem án. 746B. historia­ dor. 693A . 65 8B. B. 741E. 722B. 698A y 726B. A gam enón. 736D . 733B. 646A . 717A. C. Agenorida. A d onis. y 747E. E. 647A. Alexícrates. D . 721D. 748B. 686D. am igo de Plutarco. A ntágoras. am igo de P lutarco. alum no de P lutarco. 632D . A rístid es. rey espartano. 659A y 744A . mes ateniense. Á rtem is. A ristóm aca de Eritras. F. 619D . 656B. V24B. 718B. 705C y 731 A . A ristodem o. 704E y 711C. 639C. 652A. 617E. 704E . C. 745A. 690C. 710D . A ristófanes. A n tíloco. A res. A ristóteles. am igo de P lutarco. A r q u ia s. táctico. 696D. 717D. el pleurom io. hijo de Néstor. 634C. Antístenes. 675B. p o lític o atenien se. p o le m a rc o te b a n o . A polónides. 740A. F. 627A . . 633D. A rqu íloco. B. 668C y 676D. A p olon ia. 63 4C. filó so fo pitagórico del s. 738D. 635B. A ntígono Gonatas. C. 63 3 C. E y 735C. D . B. 724B. A polófanes.432 M ORAL IA Anaxarco de Abdera. 679B. 655E y 735D. A pis. 717E. A queronte. dem agogo ateniense. B. 650F. 650A. 656A. A ristón . 734A . 617E. 703F. am igo de Plutarco. A rcesilao. 698E. 645F y 101 A . 658B. 668C. am igo de Plutarco. P eón y M usegeta. 683F y 735D . 667E. 613D . 678A . A rquipo. 718E. 684E. gramático. 676A.. D . 715E. P lutarco. 612E. 634A . Antesterión. E. 660E. A ristóm enes. 659D. 639C . A p olod oro de A tenas. el niceo. mar. F. Andrócides. 702B . C . 724B. 657E. fundador del cinismo. A n fictión. A nfias de T arso. A rídices. 730E. rey de M esenia. 713E. 734C. Arquitas. B. discípulo de A rcesilao. E y 696E. A n tígon o I. iv a. A q u iles. C y 747D . A risteneto. 638B. A ntím aco de C olofón . 675A. A n fictiones. A ristodem o de Chipre. 657B. Anaxim andro. A q ueo. 632D. 675A. A ristón. pintor. Antálcidas. C. 694C. 658B. D . 6161D . 722E. 692B. poeta. 668A y 705E. 677C. 7 2 0 D . A rgos. A nfidam ante de Calcis. padre de P latón. D . 612F. 741A y 747C. 677D . A p olo. 634D y 710C. A ristión. filó so fo de la A cade­ m ia. A ristóxen o de Tarento. 727F . 660F. A n queo. A ntípatro. 631B y 741A . D . F. am igo de. 742B. 665D y 667C. 733C . 683F. 736D . am igo de Sócrates. Arato de S olos. 632E y 711C. A íriíto. 735E. de Epicuro. C alíope. A yan te. 738A . 671F. 623F. 645D. A tenod oro Cordillo. C. am igo de P lu­ tarco. am igo de Sócrates. 628A. Bacante. 655A y 671E. E. 739C. el «libera­ dor». 740A . E. hijo de A ntípatro. 719C y 735C. A ufidio M odesto. 655E. Babilonia. Calim aco de Cirene. L o s (obra de Esquilo). Bubrostis. 704C. de Jenofonte. Casandro. 704A . 675E. 630A . 655E. 745C. 677A . 669E. Calcis. Calístrato. 614C y 710C. Calías. A sclepio. Á talo II F iladelfo. C adm o. B otella. 731 A . 648C y 649E. polemarco en M ara­ tón. A tenodoro de Bitinia. 738A . 714C. filósofo de la A cade­ mia. 726A . Ver H istoria de A tenas. 618F y 632A. F y 741A . C y 736C. epíteto de la noche. am igo de P lu­ tarco. M arco Junio. 617B. Carrera de la Bella. 666D . Buen genio. médico. 631B. 612E. C. 613D. 633B. A trida. 433 B oeto. 629C y 686D. Calim aco. Bías. obra de P latón. 717C. epicúreo. Boedromión. Benévola. A u to b u lo . L a (obra de Cratino). sofista. B y 744A . Banquete. Calístenes de O linto. 741A . B. A sia. festividad de Cirene. 747C. . 694B. 717D . Cafisias. 628E. A tenea. 651A . F. 675A . 622E.ÍN D IC E D E N O M BR E S PROPIO S A scleplíades de Prusa. am igo de Plu­ tarco. Carnias. C éfiro. 652A y • 653B. 733B. hijo de T eón. Beocia. 624A y 745A . 739E. y 705B. m édico. 668B. historiador. mes ateniense. 7 I7 D . C andaules. amigo de Plutar­ co. hijo de P lu tarco. 703F. Cárm ides. Baco. 720E y 721D. 694C. 743D y 746C. 616C. A tropo. 634E. F. 7I6D . A so p o . 632F. 677A. E. C abiros. 717D. Bruto. 644B. 655E. 673C. Bacantes (los). 737B. Atenas. 710F . 673C . 720C . 667D. Carnéades. C. 724D . 740E y 741B. 679B . 634D . 731B. Casio L ongino. 613D. C atón el Viejo. tío de Platón. Buena divinidad. 654F. 668F y 745A. 643E. C. Coronea. F. 668A . 654B. D em ofontidas. en A tenas. 724B. C oliada. B. 710D . 665C. C litóm aco. 626E. 702E y 707C. el Viejo. C. 727D . Cinesias. E. y 669C. 743D y 746C. Ciro. 655A y 739D . D. 665F. 739B y 741D. C . D elfos. m édico. 620C. 628F. 667D. C ielo. D . 643A. F. A ugusto. 668A. el Joven. 639C. 628B. 640B. D em ócrito. 733D y 734C. D em óstenes de M itilene. 712D. 736D . C on ón. yerno de Floro. Cesernio. D em etrio II. E. general ateniense. 614E. filósofo estoico. 667D. 686A . 732 F y 743D. 731B. 622C. Cratino. 718B. am igo de Plutárco. 632C. am igo de Sócrates. Ceix. m édico. 642B. C lím ene. Citerón. 657E. 668A . 710B. B. 747D . Creonte. Chipre. 634D y 712A . 682F. 729F y 741A. el cínico. 71 IB. C orinto. 6 3 ID . 649F. 744B. C ritobulo. 632F. C eleo. D iogeniano de Pérgam o. el cóm ico. en D elfos.434 M ORAL IA C efiso. 730F. personaje de una obra de P latón. 720A. Crates. C loto. 633A . . Clero. 724A . Crisipo. rey de M acedonia. am igo de P lutarco. D em éteres. atleta. 671C y 722E. 712A . 732B. C. discípulo de A ristóte­ les. 717B. D áulides. 632B. 733C. 620E. 700E. espartano a las órdenes de Ciro el Joven. 674E. 724B. 623E y 717C. 726A. César. Cicerón. 644D . Cronida. Cíclope. filó so fo cínico. Cratón. 633B y 634B. 709A. C on sejo. 698F y 729D. 620A . Cipselo. Cilicia. rey de Eleusis. 638B. D . C im ón. cuñado de Edipo. C leóm enes. 734F y 735A . 613A . Clearco. 675B. 675D. Coritalia. pitagórico. 745C. 640C. 655D . 635A . D em óstenes. 676E. pariente de P lu­ tarco. tirano de Corinto. nodriza de A p olo. D élos. 736F. C litom edes. 629F. escuela de. C lío. general ateniense. D iógenes. orador ateniense. 659F y 719A . C linias. C tesifonte de A tenas. 733D . 742E. D iógenes. D icearco. com ediógrafo. Dem éter. Ciro. 632D. 722B. Cipris. 636E. 645D . tribu de A tenas. B. 655A. 646D. D oro. 690A . 741 A. B. rétor. m úsico. 736E. Elpenor. apodo de M itrídates. 699A . 741A y 745A. Eratóstenes. Druso. E. 717C. D . tirano de Siracusa. hijo de H elén. 675A. D ión de Alejandría. D ioniso de M élite. Er. . D y 699A. 747F. 684A . D ion iso. E nopo. D . Salvador y Liberador. 630E y 632D.88A. Edepso. 637B. Eneas. 612E. E olo. Eleusis. amigo de Plutar­ co. 653B. 663C. C. E febo. Em pédocles. 628A . 664B. amigo de P lu ­ tarco. Epicuro. B. Egeón. 677B. 616D.ÍN D IC E D E NOM BR ES PROPIO S D iom edes. D irraquio. F. 657B. 613A . E pidem ias. D ione. 743E. 6 7 IB . 675D. m édico hipocr ático. poeta alejandrino. 723C y 738E. pan filio. 683B. y 743C . B. 635A . 633E y 680B. Eratón. E co. Elide. 694C. E. D om in an tes. E dipo. 747F. 663A . 728D . m édico. 747E. D ion iso. D ioniso I. 649A. 699C. E y 629D. 612E.D oroteo. C. E pam inondas. L as (obra de A teno­ doro). 736E. E ólico. 717A . 639C. 680B y 716B. D ocia. 739A . dios. 435 Efira. 744F. Egipto. 618B. amigo de Plutarco. com pañero de O diseo. 624C. Fleo. Sobre la (obra de A ristóteles). L o s (obra de Trasím aco). 676A . filósofo de la A cadem ia. D ioniso. Eantides. 720E y 745D . Egina. 71-5E. C. 646B. Disputas. tesalio. D . Erasístrato de Ceos. 733C. 685F. E. 665A. 615A . 73 IB. 710F. En las Agrionias. 672B. 746F. hijo de César Tiberio. 650A. 705B y 738B. 613C. 667C. 720F y 735A . F. 6. 740B. 654A . 677D . 628E. 635A . E m briaguez. 717D . 618C. 624A . 652A. am igo de Plutar­ co. D. 740E. 714C. 654F. F. Eantide. madre de A frodita. Em pédocles. E lafeb olias. 739C. 614B. Encanto. 677B. 660D. amigo de Plutarco. 698B. 711F. D ióxipo. 648E. 683F. D. 612E. 748B. 647A. E. Erato. 649C. 704A y 726C. 659F. el africano. E . 661A. F énix. 718E. am igo de Plutarco. 660D . 615A. rey de M acedonia. 675B. 665C . Filarco. Favorino. amigo de Sócrates. 632B. E sq u ilo. 644D . 617E. 613D. p olítico ateniense. E. É ustrofo. 634C. F ilom ela. 709E y 710C. 734D . 662B. 727B. . com ediógrafo. 677F. 6 6ÍA . com ediógrafo ateniense. historiador. 675F. Eumeo. 663C. Éupolis. 743D y 746E. 710B y 711C. 668A. Escipión. poeta elegiaco. am igo de Plutarco. F ilino. 614F y 645B. 687B. 796D . 701C. Eum elo. Filipo de Prusa. 632F. E vio. y 715E. 623E. 628E. Euterpe. 628F. F . 736F. Etruria. 673C. am igo de Plutar­ co. m édico. 660D. Filoctetes. Estratón. 723C. D . 614A. Eubea. 716B. sucesor de P latón en la A cadem ia. B. amigo de Plutar­ co. 612D. 663C. b u fó n en el banquete de Jenofonte. 613D. C. E. 622E. Eros. 639A. 665D y 668C. E sop o. am igo de Plutarco. 666C . F.436 M O R A L lA Eritras. 668 C. filó so fo pi­ tagórico contemporáneo de Só­ crates. poeta lírico. Fanocles. ninfas. 727B y 728B. F ilipo II. Filipo V. ciudad de M acedonia fundanda por F ilipo II. Fedros. poeta. Estoa. 643F . 619E . E sfragiddas. 699C. 622C y 711F. E uforión. Espeusipo. 612E. n o d riza de H era . am igo de Sócrates. filó so fo estoico contem poráneo de( Plutarco. 671B. 657F. 707B. 640C . E. 629C. Faetón. m édico. 671E. D . 658A y 700E. Eutidem o de Sunio. 715C y 739B. Eurípides. F ilipo. E u b ea. 680D . 699A .. 640A . 718E. E rixím aco. 731A y 732A . 665C . 685D . am igo de Plutarco. E udoxo de Cnido. 697D . 682B. rétor. 702D y 703D. Erixis. 662D . D . F ilócrates. 710B. Eutelidas. 674A . 625D . 630B. 727E. F ilipos. 667C. B. E stila. F ilolao de C rotona. hijo de Demetrio. . 713D . F ilón. m atem ático y astrónom o. F. 638E. 677A . E veno. 717C y 747D. F ilistión de L ocros. E. 699A y 712A. F eacia (Nausícaa). 710E . 639B. bufón de A ugusto. alum no de P lutarco. H ecateo de Abdera. rétor. H eracles. 723B. 730E y 747F. 636A . 736F. Hagias. príncipe sirio contem ­ poráneo de Plutarco. 675A . 628D . H eródoto. 667C. 636E y 729A. 703F. Glaucias. Floro. hipocorístico de H e­ raclides. Gracia. H ades. E. H écate. H eraclides. 714C y 738E. el sofista.ÍN D IC E D E N O M BR E S PR O PIO S F ilo papo. 679C. H arm onio. 696E y 73 6F. 707E. H arm odio. 714B. 723C y 748A. H éctor. E y 745F. .. Forco. H erm ógenes. 730F. 669A y 747F. G natón. 709A. padre de las Sirenas. 707C. 693B. 676F. 741E. 744D y 746D . H elén. am igo de Plutarco. 628D . 629E. C. m onte cercano a File. H elicón. H efesto. 743C. 741C y 742D. 745D . am igo de Sócrates. 737E. Gobrias. amigo de Plutarco. H arm a. autor de tragedias. G aba. 648C. 660D. el rocío personificado. 659B. 612E. 682E. B. 708F. 668C. 715E y 727D. E y 739B. parásito de la C om edia N ueva. 738C. H erm ias. gobernador de B abilonia. 739F. E. H elena. F y 742A . am igo y pariente de C i­ ro el V iejo. 658B. 703D . 714A. am igo de Plutar­ co. 726A . 676B. 643A. 725D. D. 675E. 669E. 740B. 624B. E y 744A. G alia. 614B. E. 698E. 668A. Firm o. 624B. pariente de Plutarco. 743C. 676C. 666E. 738A. H eraclidita. rétor. 615A y 732F. 706D . 741E y 742C. 613D . 655F. H iám polis. 668F y 730C. Fócide. ver Mestrio Floro. B. 635A. H elespon to. G ayo. 740B. 745F. poeta ditirámbico. 613B y 710D. H esíod o. geómetra. H erm es. 741A y 747E. 677A. 622C. macedonio. H erodes. yerno de Floro. H eráclito. . am igo de Plutar­ co. tiranicida ateniense. Hersa. 437 Harpalo. D . 744A. Filóxeno de Atenas. H arpías. 678F. D. 654F. F. 644F. Gracias. C. padre de Er. H era. 692C. 701B. 660D. púgil. Filóxeno de Citera. Grecia. Frínico. 628A. Gorgias. 612D . Lamprías. H om ero. 622E. am igo de P lu­ tarco. Jenócrates. am i­ go de Platurco. 643E. 678E. . 730C . 701A. 739B. ciudad de Á frica. Jenocles de D elfos. 680A. C y 738A . Ino. H ípate. de Epicuro. 740A . 705B . H ipócrates de Cos. 682E y 699C. 620E. Juto. 631F . 658C. 676D . Ism enias. 741B. 639C y 747F. rey de Troya. Jonios. Isócrates. 644A y 745C. 684F. íb ico. herm ano de Plutarco. 704E . 675E. Istm o. astrónom o y m atem á­ tico. 661E. Láquesis. 670E. gram ático. 715B . 724A . 686B y 717B. D. 628A y 629A . 662E . Ilitia. filósofo. Jerónim o. 632C. 667A . H istoria de A ten as. flautista. 617E. 735F . nao capitana de A ntígono G oñatas. Jenófanes. 669C . 710C. 705B. 694A . 745B. 671C . padre de Calístrato. 706F. Leontide. 626A . 740A . am igo de Plutarco. Ión de Q uíos. epíteto de Ártem is. 639A . Jenofonte. Lespodias. 612E y 626A. constelación. 684A . epicúreo. 639E y 7I9B . C. 642E.438 M ORAL LA H ilas. 726E . 705B. B y 741A . 653C. 678A . 712A . 632A . 617B. 668C. 706C y 733A . 7 0 6 D . 675A . 675E. H ipsípila. 739A y 741D. 732F. León de Bizancio. 633C. 670C. 726C. poeta lírico. B. B. 745A y 747B. 643D. 742C. Lete. 722D y 748C. y 747D. 686D y 710C. B. 724B. 697D . 645A . 730D. L eo. L o s (obra de M etrodoro). Laom edonte. 618D. Ufada. 635A y B. 676B. 712F. personaje de una obra de É upolis. 723C. 733E . personaje de una obra de Cratino. Istm ia. abuelo de Plutarco. 712A . E. 659A. E. hermano de H eracles. 745A. 6I3A . D . 692E. orador ateniense. 677B. E. 635B. 668D . nodriza de Zeus. F. L am pón. H iparco. filósofo de la A cade­ mia. 630A . 739E. 676E. D . F. 741D. 629E. 658B . filó so fo peripatético. Leptis. F. hijo de H elén. Italia. 732A . L aced em on ia. Jardín. Ificlo. 617B. 635A . 747F. Iris. F. Lamprías. 746B. Ida. M usa. tribu del Á tica. 627A. León. 698D . 713D . 628B. Sobre L ibia (obra de Acesandro). 733G. 747A. hijo de Floro. 682A. M égara. M enisco. 671E. . de Tesalia. M erágenes. 739B. 632E. 694A . 659A . M enandro. 617E. 685A . M enelao. am igo de Plutarco. 631D y 675B. amigo de P lutarco. isla del Egeo. F. E. ep íteto de Á rtem is. 628E. 675L y 676E. M en éfilo. Mese. amigo de Plutarco. D y 728D . Licurgo. M elpóm ene. pitagórico. Lucanio. 644B. M enécrates. 718E. 635B. am igo de Plutarco. F. M ene. 675E. filósofo peripatético. 645E. 439 M em orias.ÍN D IC E D E NOM BR ES PR O PIO S L eu d o. 698E. 615E y 701C. M em orias reates. 742A. M arcos. Levitas. contem poráneo de Plutarco. D . B y 745C. 63 ID y 633D. 707C. 746F. intendente de los anfictiones. general espartano. L o s (tragedia de Agatón). 706F. L isím aco. am igo de Plutarco. 673B. M acedonia. D. M áxim o. 639F. 666F. 639B. y 712B. M ícono. 675B. F. 741A . dem os ático. 651 A . epíteto de las Musas en Q uíos. M etrodoro. 638B y 639A. 626E. Leuctra. 744F. 743D. 671C. sátiro. 684E. m atém atico. historiador y filóso­ fo . Lisím aco. am igo de Plutar­ co. M arsias. M estrio Floro. contemporáneo de Plutarco. 631B. de Alejandro M agno. general atenien se. C. 702F y 704B. 628B y 740E. M ílcíad es. C. C. 616B. 680C. 650A. gram ático. M isos. 718F. M énades. 616C. F. 702D . Liceo. M élite. B. M ilón. asis­ tente a un banquete. epíteto de una Musa. 727B. Lucio. 654D. contem ­ poráneo de Platón. 677A. 675E y 677A . rétor. M elantio. 745B. hijo de Ino. 652B. 628D. sum o sacerdote. am igo de Plutar­ co. M aratón. 671F. amigo de Plutarco. Libia. uno de los diádocos. L oqu ia. 719A . 741E. la luna divinizada. 633B. M arción. 706B. maestro de danza. E. 717D. C y 743A . 6 6 ÍA y 662B. M enecm o. 708A. poeta trágico. 614A . 719C y 734C. M enón. am igo de Plutarco. F. escritor de medicina. L isan dro. M elicertes. C. 736C . 642B. 7 0 4 A . 746B. m édico. Padre de Plutarco. 642B . D y 745C. amigo de P lutarco. B. M oira(s). París. 745F y 747D. 655E. 744A . D . Parm enonte. 63IB y 639C. N axos. nom bre dado a ciertos dátiles. Nicérato de Macedonia. 633C. Palam edes. D . D . E. 675B. 723D . C. E. N íobe. D . contemporáneo de C icerón. maestro de L eu d o . M useo. 727B. 739A. N ilo . N éstor. M oderato. O disea. 698A. C. M om io. 724B.11F y 747C. O lím pico. 741B. rey del P onto. P airas. C. general tebano. 730C . E. 6 39C . 677C. y 748D. am igo de P lutarco. 738D . M usas. 657E y 679A . 741A . 743C y 745A. madre de Alejandro M agno. 692B. 742A . N éstor. D . 630C. 613D. 745C. 667E y 698A. médico. 615E. 614C. E y 729B. 656C . 729B. 63 ID. O lvido. 627E. im itador. 738F. E. P a sia d a s. 714A . epíteto de una musa. 745B. contem poráneo de P lu ­ tarco. ver A ufidio M odesto. O nesícrates. 745B. N ecesidad. O ctavio de Libia. N icóp olis. heroína de la C iropedia de Jenofonte. epíteto de A p o lo . N igro. 628B. 740F. 7. 706D. 676F y 677B. P antea. historiador. 655A . 705E. 644A. Pan. O lim píada. m édico. 630D . N ausícaa. 738E. 618D. con tem p orán eo de León el B izantino. 624A . D. N elida. N eate. N ékuia. O restes. D. 613B y 643A. 723D. 612E. 646E. 737D . B. 670B. am igo de Plutarco. 674B. 706C . 737A. M osquión. P am enes. C. 658A. Nicias de N icópolis. estoico. 613D y 657E. am igo de Plutarco. 616B. pitagórico. N eantes de Cícico. E. O diseo. M odesto. N icolaos. con­ temporáneo de Plutarco. F. . N icias.440 M ORALIA M itrídates. 748A. 677F . cónsul rom ano. 717A . conciudadano de P lutarco. M usegeta. 725A . 629F. 744F. D y 715B. 678C. 654B. N infas. N em ea. N icolao de D am asco. N icóstrato. F. 730D. O siris. 743C. am igo de Plutarco. político ateniense. O lim pia. 627A. 740E. 6 9 JD. 636C. E . 727B y 729A . contem po­ ráneo de Plutarco. 71 ID . Persuasión. 653E. Pelias. P osid ón . 654E. 613E. D. amigo de Plutarco. 698A . 615E. 667D y 714B. Piérides. 614A. 739A. 706D. Perseo. fundador del escepticis­ m o. 681D y 700E. 743D y 746E. 615E. 719A.' P olim atía. 728E. Pericles. 676A . 622C . D . P érgam o. 675A y 677C. 746B. 628E. C. Pritaneo. 655E y 735E. am igo de Sócrates. 624D . P isa. P atroclo. 634F . D . F. P odes. 697F. 6Í7B . D. 612D . 617C. danza. 618B. tirano de Sam os. 674F. 676C. P ríam o. 717A . 745D y 746A . geógrafo. P enélope. D. 732E. 740E. 742D. B. E. P olicleto. P om p eyo M agno. 706D . P ín daro. 743E. 675C. 745B. 715A . P ausanias. 699A . E. 636D . E. 628F. Pausanias. Pelasgo. obra de Zenón. F. 684F. 620C. 719A . 700C. 712A . 741C. 7 17D . 726B.ÍN D IC E D E NOM BR ES PROPIO S Patrocleas. 669F. P itágoras. P isístrato. Praxíteles. P iriflegetonte. 645A . 620C. E . F. 675B. B. 668D . . 717C y 737B. rey de M acedonia. 706D . 652B. 718A. 441 P ito. C. B. pariente de Plutarco. escultor. 675C. P olítica. 613D . político ateniense. m usa. B. 748B. 638A . E . Pitaco de M itilene. epíteto de las M usas. 668E. P olibio. 714C. 734A. 710B. Polim m ía. 740A . P olícrates. am igo de Plutarco. 664A. 745A . 668C. 635A y 734F. Pitegia. 699A. 639B. 740F y 741 A . P o n to . 646F. historiador ateniense. Perro. 678D. F. P aulo Em ilio. 746E. C. 642C. P olem ión. 704A y 742E. 730D . E. 705F . C. 659F. P latea. Perséfone. C. 686B. am igo de A q uiles. 675D . vencedor en la ter­ cera guerra macedónica. 667E. 685E. 619B y 680D. Polícrates. 7 2 4 D. padre de A casto. P olicarm o. F. tirano de A tenas. B. 710B y 717B. Perípato. 723F y 724A . 704F . F y 746B. D. P itia. C. F.. Petreo. 667E. D. 746B y 747D. 7 1 1E. Pirrón. P iládica. P latón . 675E. 675A. amigo de Empédocles. 720A . 702E y 726A. C. 623B. P o . Pieria. R odas. 637B. condiscípu­ lo de Jenócrates. R ojo.. 632A. 640B. mes en Beocia. 715E. 65 5E. Queronea. 717A. poeta. Sócrates. 668C. Quieto. 677F y 717E. 724D . 694E y 726B. Sóspide. 644E. D . 697C. 672D . F. 671F. 613D . 641B. Protógenes. Sarapión. D . Sósastro. 698D . Prusa. 737E. 654F. Sátiro. historiador. Sam baulas. 658D y 683F. 644E. am igo de Plutarco. 632B. am igo de Plutar­ co. 652B y 699A . Sirenas. Prostaterio. 633C y 743D. 741A y 745F. Sim ónides. Pulición. 733B. 723A . 736C y 748D. 741C y 742B. 628A . B. rétor. 645F. 686A . amigo de Plutarco. D y 677D . ami­ go de Plutarco. 723F. F. Sibila. 706D y 745C. Sicilia. mar. 738A y 741C. am igo de Plutarco. 717C. 7 1 1F. E. 612C. 716D . Safo. 717B. D . Siria. 650A . Sím aco. 739E. poeta. 612C. 745A y 746C. 722C. 636E. . 728C y 729C. am igo de A lcibíades. D. Sosio Seneción. Sabos. L o s (obra de E squilo). B. Talía. 647A . E. E. 665B. 623C. 713C . 667E. 658A . Quirón. 666D. 612E. Sosicles de Queronea. Sátiro. ver Sosio. 727B. 677B. 732D . 654C. 646E y 71 ID . 710A. R om a. 629C. Seneción. Q uíos. filó so fo peripatético. 623A . 660E. 625D. 723C y 745F. Sófocles. Salam ina. 619A . E. C. 668D Y 671C. am igo de P lu tarco. 632A .442 M ORAL IA Prítanis. Siete contra Tebas. 71 ID y 727B. F. F. amigo de Plutarco. 618F. Sóclaro. 683B. 621C. 622C. 612E. obra de P lutarco. 635E. P roeles. Q u aesíiones convivales. 666D. 676D y 717C. 636A . am igo de P lu tarco. 641A y B. 662B. 654B. Protágoras de Abdera. 710C. 640A . 638B. Q uerem oniano de Trales. 661F. E y 719B. Tales. Sila. 707A. am igo de P lu ­ tarco. 660E. 7 1 1E. 647B . am igo de Plutar­ co. 675A . am igo de Plutarco. 659F. 738F y 748A. 737C. gramático. 682A. 710B y 715C. 632D . Sirio. 667A . 633B. Trales. T eofrasto. amigo de Plutarco. am igo de Plutar­ c o . 733B. 667E. E. 648C. 631E. Tópicos. T esoros de D elfos. Tindáreo. 616E. T rabajos y D ías. 648B. 747E. 740É. 613B y 714B. Tíndares. D. Tiresias. 700D y 716A . 724D . 659A . sofista y rétor. E. 733C. contem poráneo de C i­ ro el M ayor. 747D . 627A . 675B. Tetis. político y general ate­ niense. m édico. 615C. B. Tigranes. Trasím aco. Tim eo. Teseo. T olom eo II Filadelfo. 736D . Timeo. 705C. médico. E. Teódectes. T ereo. 624C. L o s (obra de A ristóte­ les). 676D y 717C. 683C y 744F.ÍN D IC E D E NOM BR ES PROPIO S Targelias. 736F. C y 728F. Tem ístocles. Tarso. 679A . hermano de Plutarco. 686A. 620A . 676D . T esm otetio. 626E. F. 718C. 714B. 739C. 717D. 621B. hijo de C onón. T eodoro. huevo. gram ático. 617A . Tiberio. Trifón. 641B. 617C. en Edepso de Eubea. Trasilo. de H esíodo. am igo de P lu­ tarco. 623A . T ideo. D . . Targelión. T im oleón. amigo de A lcibiades. 616A . estoico. C y 639B. 649A . F. 443 Tim ón. F. 704A . Tierra. 654F y 746F. 659B. 631E y 633C. 669C. 657E. Tim ón. hijo de A m on io. 727D . 734D. 613F. actor trágico. Term opilas. Y ocasta. historiador.’ Terpsícore. Termas. F. 663C. Zenón. Troya. 634B. 665D . 616D y 724D. Zeus. 726A. F. 619A . T eócrito de Q uíos. 722D . 683D . 747B. Trasibulo. 637B. 717E. 676A . T eodoro. 629A y 740A. E. 717B. 741B. César. 670D. p oeta d itirám b ico. 668D . obra de P latón. 719B. fundador del estoicism o. amigo de Plutar­ co. 669C. 646A . Zenón. 674A . 617C. am igo de Plutarco. T im oteo. 724A. T elém aco. T elam onio. T im o te o . Telam onida. Trasibulo. C y 728E. 634C. T eón. 667C. 737B. amigo de Plutarco. 679B. 626E. 653E. B. 621C. Tucídides. Tem is. 720A. Sobre los (obra de P olem ón). C. 728E. 703C . am igo de P lutarco. 682B . gram ático. 704C . 743B. 685C . am i­ go de Plutarco. E. 684E . 692D . 738F y 739B. 742C. 677F. Z oroastro. E y 654B. Z opiro. 670D. 653C. 741A. 72 6D . Z opirión. m édico epicúreo. 736F. . Z oilo de A n fíp olis. 687C . C. 693A . 746B y 747D. E.444 M ORAL IA 679D . 722D . filó so fo cíni­ co. mezclada con vino. 734B. 729B. 664A y 687D . aedos. 626B. MATERIAS agora. 623B. achispados. en la corrupción del vino. del N ilo. otoñal. 648E y 662D . 6 8 1F. 701D. 695E. 725B. 719E. 662E. 673B y 717A . actores. 690B ss. aceite. 692D . acalefo. pantanosa. agnocasto. de sierra. 700E y 745E. 661C. 625D . 660F. 632C y 713F. F. corrup­ ción .. 616D. 653A . acebuche. agonoteta. 627B ss. 685B. 662E. 641D y 693F. . albahaca. agua. 719E. adorm idera. 696C. en el enfriamien­ to del agua. en las condiciones acústi­ cas. en los baños. 686E. 725D ss. ajo. 648A. 641C.. E. 67OD. 640C y 673E. adúlteros. 662E. 710F y 736B. álam o. águila. acordes m usicales. acertijos y adivinanzas. 702A ss. D . 655A. en los baños. acém ilas. 697B. 725A ss. aceitunas. 686E. 618F. 674D. D. 656B ss. E. aladierna. y 729C. 664D . 641C. 644B. F . y 691 A. 633F. 650D . 620F. 664B. E. 634D y 657B. 687A . 652B . 621C. 734B. ajedrea. abeto. 690D ss. 634B y 695B. agricultura. 659E. 691A. 693B.ÍNDICE DE abderita.. abrazo y cohesión. B. 65 8E. 734E ss. 662E. agoránom os. adob o. aire. 680E. 663C . 721E y 7 3 ID. 724A . 622B. 705D. abejas. 624B. 720F y 729C. 725D. 649C . adiantos. D . 696B. 614B y 649C. adivinos. 663C . 641C. 7 2 1E ss. 702A . 6 5 1E.. de mar.. 640B ss. 640C. 619A . 726E y 734E. 693C. 637C . anillos.’ 677A ss. 677F. m ul­ tiplicación. 643B. 660A y 743E. 672C. 73 3B. m arinos. 655A . en cautividad. enfermedades. regalos de ena­ m orados. 689F y 732E. 642C ss. apio. alados. 735B. 636E. 6 8 1C. 667C y 685F. 618D . 719B y 738D. 660F y 663C. 624A y 707F. división. 675D . 624B. b íp e d o s. ali­ mentos vegetales. apetito. 744A ss.. planta y piedra. 630C y 741E. 613A. am a de casa. 633E. aojo. 687B ss. 662F. 648A. 724C. 664E. apaream iento. alm a. 661B. 631 A . áloe. 637C. 654B y 6 8 IB. .. anfibios. ali­ mentos líquidos. 647B. 712C. 634A . arqueros. 699F. 714B. 638C. alimentos minerales. placeres del alm a. 670A. 622D . am uletos. 730B.. 662E. acuáticos y terrestres. efectos. arcilla. arquitectos.. 618A. ovíparos y v iv íp a r o s . alm endras. alimen­ tos picantes. variada y sim ple. 668A y 687D. 719A y 746F.. 626F. arena. 671E. en !a C om edia N ueva. 614C y 624E. residuos a lim e n tic io s. abstinencia de pesca­ d o. anguilas. 688B. y 745E ss. 656E y 676B. 680C. 6 4 1C. 687D. ámbar. 668E.. 659F. 639F. 663C. algas. ali­ mentos salados. 6 4 1E ss.. 672E. 669A y 668B. anim ales. 636E. 623A. excitación. omnívoros. 660D ss. alejandrinos. am or. 729D ss. 678A y 700F. 653A ss. arco iris.. 709A .446 M ORALIA alcaparra. 671D. 6 9 1C. 740E ss. alcornoque. 6 8 7 A . 697B. arpistas. aritmética. ánforas. en el sueño. 718D> 740B ss. alheña. 663E. 73IB ss. 6 5 i A . y 734C. 693B. am brosía. apotropaicos. argivos. 6Í9A .. am atista. anfipolita. am istad. 682A. 653B ss. ss. 636E. 617A . almas hom éricas. aperitivos. antipatías. 688B y 734A. 676C ss. 667E y 668E. y 794B. arado. aqueos. andrios. 637E y F. 733E ss. alim entos terrestres y m arinos. ayuno entre los ju ­ díos. 689F y 699F. 687D . en P latón . E.. 6 4 IB. ayuno. analgésicos. alim entación. 626D. 634D . n ictófagos. aliso.. 622C ss. 644C y 710E. en relación con las enfermedades. 647D . 713B y 729E. carroñeros. apodos. 686E ss. 636A . 622A. aves. C y 678B. m an­ datos y multas. 621B ss. 726A . 644B y 664A. reunión convi val. borujo. 629F 447 ss. buey. 615F. 679D y 736F. 746A. 629C ss. 729B. atracón. 634E. bebedores de mala fama. 661D. 724E. pre­ guntas en los banquetes. vicios de la borrachera. armonía de las esferas. 691 A . beleño. 613A ss. 707E y 734A ss. D. 644A . astronomía. 614A . 622B. astros. 621A y 679B.. de caballo. en el cuerpo. brom as y chan­ zas. 662E. babilonios. 655B. 615A ss. 662B. 670A . buglosas. átom os. temas convivales. 632A . buitre. 684D . 620A . 629C. bacanal.. 624C y 671E. sim posiarquía.ÍN D IC E D E M A TERIAS arte. 721C y 747E. 619D .. atenienses.. 655B y 722A. 693B. 621C y 715D . 726B. 665F. 692F. 658E.. 616B. búhos. 619D. 734B. . asirios. y 633E. 616A.. 614B. 620A ss. D. 674A . 672A . 645A . 710D . 665D y 673E ss. 735E y 740F. 722E. 643D. 631C ss. 710C y 126 A . 679A y 716A. 715C . 735E y 738A . 693C y 713E. 698E.. azafrán. 703C . beocios. 667C.. 700C. 720F ss. 705A . desorden. F . 708D y 713E ss. brindis. de Paulo Em ilio. 622B. 668C. 658A . achispados. pro­ piedades. 654C. asfód elo. bronce.. 662E. barberías. 621A ss. 647D. 637F. azufre. F. 678D. 712A y 716E. alenias. arterias. 709F. 6 2 1E y 649B. 652F.. 703F. E. 724B ss. astroíogía. de sátrapas y costosas. E. 692F y 711C. F. efectos de la borrachera. 648F.. 744F. 676A . 652E. 690C. avena. 644D y 726E. 712B. 641F. F y 686A. berzo. 636B. D y 738A. 613A ss. 656A. 647D .. 617A . 714A . besam elas.. 657A. en el aire. 621 E.. 616D ss. 702A. 680E y 699D . 652E ss. borrachera.. 652A ss. baños. 715C. bailarines. 614B y 621B. 665D . atletas. banquete. 705A. balnearios. 665D . bilis. 618C. bufones. cenas en Homero. 689F. 617A . 629E ss. bocado. 620D . barcos. bodas. 666D ss. auriga. 659C. 695B. batallas nocturnas. 615A. en el vino. 633A. 630B. 6L4B. 618C. 747E. c a l o r c o r p o r a l . 719F y 723E s s . e t i m o ­ c a r a c o l e s . d e m u í a s . G a n a s . 691B. 687A. 641C. 683D . 698B. c ic e ó n . 636D. 694D y 747D .. 630D . 694D y 739F. c a n t o . c e r e b r o . c a r c o m a . 648A .. e n el v i n o . c e b o l l a s . 643B. 651E. 675C. 623F y 693C. c a o s . c a r d o s . 700D. 692C y 716E. 648C.. 624B. 649C. c i p r é s . e n la t i e r r a . c a b e z a . 664A . 714E. c a r r a s p e r a . 623E ss. e n la p u t r e f a c c i ó n . c e n i z a . . 700E y 743F. d e c a b a llo s . 694F. 693F y 694A ss. 664A . 684A y 735D. c a r a c o l a s . 623A . 721A . 678F. 643D. 622A . 686E. c e r a . 639E s s . 658A . 652F. 721D. b u r b u j a s . 664D . lo g ía . 631A. 660F y 727E. c a r r a s c a . 638C. c a r t a g i n e s e s . 671A . 689F. 633D . 662D y 700D. c a z a . p o t r o s . 645A . 633A . g r ie g o . e n la tr a n s m is ió n d e l s o ­ n i d o . c i a t o . c a l o s t r o . 676D. b u r r o .. 725B. 651A s s . 698C. 695B. d i l a t a c i ó n . c i r e n a i c o s . 635D . 706D . 693A . 697A y 727C. 656B. 648E. c arre ra . 658A . 627B. c a r d i o p a t í a .. 641F s s .. B. 732D y 735E s s . 684C. c a r c a j . c a b a l l o .. 676A . 683F. 689D. F y 704F. c á s c a r a . c a b r a s . 652E . 724B. c e r d o . 643A. 674B. 696E. 687A. 660B y 708C. 741B y 746D . 624D. c e r o m a . y 715E. 678A . 700D . 627E. c a b a l l o s lyco sp á d es. 663D . 669B y 710C. . 727F. 621E y 663D . 695 A. c a p a c i d a d d e in v e n tiv a . 717D .448 M ORALIA b u l i m i a . 619F y 678D . E. 688A . 698B. 621B y 745E. e n la h i e d r a . 662D . d e c a ­ r r o s . e n e l h o m b r e . c e b a d a .. c e r u s a . 612D y 714E. c a r g a d o r e s . 695D s s . v in o d e c e b a d a . 649C. 685C . C . 670E. 676D y 727B. 642D. c a lv ic ie . 65 8D. 679B. c a r b ó n . 664C. c a ñ a h e j a . 614D . c ie r v o s . c i c u t a . c a d m e o s . 670A s s . c a r r a c a . . 642A . 635E y 647E ss. c a m p a m e n t o . c a n e l a . c a l o r . 652A y 701F. c a r n e r o . 618A . 694D . c i g a r r a s . 619A . 637B. 645F. 635C . 648F. 642A. 653A . 713B. 669E s s . e n l a m u j e r . 638C s s . 699B y 733C. 682B. c i g ü e ñ a . 659A. 640C. 6 5 1F. r o ­ m a n o . 620E. 634D y 652F. F y 648E. c a l d o s . 679B. c a r n i c e r o s . c a r p i n t e r o s . 676C y 739F. cocineros. 723F. cratera. nueva. de política en la bebida. 701F. 747E y 748A ss. 661C.. 654C. en banquetes. 662E. 630E y 678E. 627C. 696E. del acei­ te. 666E y 673C.. 744C y 745B. cobre. 646E. 614D . 658E y 732B. 616A . com ino. D y 699B. 727F. 634D. de m esa. 677C. charlas de banquete. cizaña. concubinas. 678D. densidad. 615A. ciudad. coturnos. coro. 642E. dátiles. 654E. 704F. cuervo. 620E. vendedo­ ras. 643B. 6 3 ÍE y 681F. corego. clavelinas. cocodrilo. com istrajos. 636E. 710D . 648F. 732F y 746D.. 635C. cretenses.. C. 674D . coronas. delfín. 623C. dardos. 724B y 737A . cóm itres. 661E. 629D. cuero. 670A y 703A . 620C. 705A. 698C. 633A . com ed ia. 710D y 714A . 6 8 1C ss. de plaza y tiendas. culebra.ÍN D IC E D E M A TERIAS cítara y citaristas. cónsul. 723C. pírrica. delirio báquico. 712F. 724C y 748C. 652C y 670C. desm ayo. 712B. 647F. 613A y 655A. crem as. 747B. 662F y 674B. citigo. en los banquetes: antigua. paso batilio y cordax. clám ide. copas: tericlea. 747A. 713C. 628A . deglución. de Pílades. de A lejan­ dro M agno. 613 A . congío. 449 corazón. 673F. corintios. contravenenos. del mar. D. 644C. 624K. 672A. cótabo. 678D y 710F. B. C. 730A. B. 615A . 714B. congrios. 645D ss. 7I5D y 724B. de la m iel. 673B. 7 1 1E. 616A . corneja. com erciantes. 654E. en Platón. 635E. 632C y 700F. 679D y 726F. cotila. 624A. com ediógrafos. D. danza. 659C y 665B. 724C . 730A y 731B. 676D . condim entos. 619C ss. 711E ss. 662F y 740A . 695A. 67 8D. 730B. d elños. 6 6 1E. 616A . 648E y 723A ss. 705F y 708D. 7 1 1F y 7Í2 A ss. danza y poesía. 612E. partes. 660F y 663C. conversaciones. 702B. 671E. 710F. 674F y 723B. 642D . 615 D . 643A. . C. com adreja. chorlito. 642F. cuentos. 665 E . 619E. 668D. conejo. corifeo. 685B. 729A . 657A. 628D y 648C ss. divinización de cosas útiles. 663F. 7 1 ÍC . por har­ tazgo. 645A. 7 3 1C. hidrofobia. 615A. dios. F. argumento. cólera. e n fe r m e d a d e s. 630B y 657C. 676E. 698C y 699C ss.450 M ORALIA desvanecim iento. 647B. 682F. 718B. 661C. dialéctica. en Epicuro. oftalm ía. 6 4 IB. 668A . 731A ss. 732C. 732C . endecha. 6 3 2 A . endem oniados. 658F. feme­ ninas. D y 730D . m ortales. 627D . enigm as. 647E y 733E. 733C. 732C. elegías. digestión. 662C. 732A . 680F. 681E ss. 683E y 695E. 699E ss. 662F. 719E y 721E. 710F y 732D ss. que afectan al cuerpo y alm a. divinidades ctónicas. efluvios. 647B y 718B. 677F y 734C. 736A. egipcios. ensueños. D . dom inante. 656F. 659A y 701C. pulm onares. 628E. 717E. 622F. 670A ss. eo lio s. dorada. 663A . 741B. en Platón. encom io. 731B y 732A. drogas. 660F. 656F y 693A . 635F. eclipses. dionisíacas. 655D. 623A y 662B. envidia... cegu era. som níferos. rabia. de perfumería. 694A ss. letras. en los ca­ ballos. 720B. 695A.. 674E y 711A ss. efesias. em ociones. días. de los cuerpos. 637D . peste. 691B. 678A . 700A. eco. elogios. hepáti­ cas. 633C. dolor. que afectan al alma. 663D . 664F. dieta. elefantiasis. 681D . piedras en el vientre. 731A ss. em barazo. era. epigram as. 718A y 719A. 706E. diversiones. dulzor. nuevas. provocadas por el o to ñ o . epinicios. 661B. 672C. úlceras. a m b lio p ía . egeos. 723B y 743D . 669B y 699B. elem entos. 685A .. 668F. D. 62-8A . 641D.. ep ílogos. envidia com o causa de dolen­ cia. 6 8 ÍD ss. efeb os. encéfalo. de las ñores. 662E y 680E. . eléboro. 733B. 623B. de­ m iurgo. tum ores. 706E. epiglotis. 669C. 640B y 703C. 647C. 718B. 630F y 651B. D. epítetos. elefante. entum ecim ientos. 671E. 721B ss.. C. en la oratoria. 623E.. 613D. entierros. 673B y 717A y 745D . 681E ss. D . 6 6 1E. encina. diálogos platónicos. 736D . los cuatro. contagio­ sas. 635C . 703A . 6 8 ID y 705C. 647F. dispepsia. 633B. 643C. 639F y 714B. i exantem as. afecciones: 695A. 615D. escuelas. 659B. alexi-fárm acos. 747E. 637A . 648A. escarabajo. A. 645C. etrusco. fiditios. en Platón. de vino. 681F y 718A. 658D. 745C ss. 635B y 687F.. eubeos. eufem ism o. 676B. escribas. escarcha. estatuas.. fermentación. 6 4 8 A . C. 694A . sarnosos. 6 5 1C. 653A . 698F. 688 . espárragos. espum a. 624E. fenicios. D. de pal­ m a. 691E y 713D . espartanos. establos. 663A. de Sirena. C y 729A. com ida y ce­ na. estóm ago. estadios. fárm acos. 725C ss. 625D. 647B. 688 falange. mandrágora y m econio. feacios. 652D. 671 A . faringe. el vi­ no com o fármaco. eyaculación. escanciadores. 662A. 714B. de mar. 727B. 736D y 737E. de peces. 673B y 678E. E y 712E. 640C. 723B ss. 682E. 647B. 661B. 6 7 1C. de bulim ia. 694B.. 740C y 747D. * 652D . evacuación. espejos. 631A y 673A . 703D . 620F y 712A. 690B. 627E. 687C. 680E. 677C ss. esfinge. 652C. 677E. 694B ss. 683B ss. 674A y 712E.. esperma. Ver: cerusa. de rosa. 655E. 622F. 656E. 678F. 660F y 663C. 700D . 715B y 737D. 668C y 669C. estudios. 618D . de nogal. de lucha. 652C y 656B. 659C. erizo. de anciano. 632D. 705B. esclavos. de la harina. 615B ss. del nú­ m ero 20. 682A y 741B. 745F.. erudición. 6 Í5 A ss. griega y la­ tina de desayuno. 664D . 740C. funciones: 698A ss. exaltación. 654A.ÍN D IC E D E M A TER IA S eringe. 709B. de otoñ o. 693F. 720E. 618D y 680B. 635C. en la mujer: 651D. amargos. 738A . 657E. E . 730E. escultura. 730C. 650D. 714E ss. 660B. escorpión. fantasm as. 733F. escolio. 623A. evohé. éter. escualos. escaro. esferas. fiebres. 730B. 670D. 732C. 636C. 628C. de nutrición. esm irneos. del Mar. y 700A. 735E. som níferos. 451 etim ología. etíopes. espectáculos.. escote. 663D. 6 9 1E. cicuta. de náuseas. 638E. de hypérphloia. estaño. en los banquetes. 670A y 710E. de Z orós. 683B. de escolio. 702E. 675A.. 653A . su piel. 698E. según P latón . 619A .. funerales. 647D. gatuña. 685C. 724E. 691D. 670D . F. figura. egipcias. 655F. cilindro y esfera. cubos y pirámides. fresno. 645A. 635B ss. 654B. 662D y 665A. 664D ss. peripatéticos. icosaedro y octaedro. ética y física. 683D y 723C. 727D y 730A. foca. D .. garganta. pitagóricos. 623A . epicúreros. 674A y 720F. 718B ss. 643E. 706A ss. 696B. 721E y 734A . 692C y 696E. 686 . 709E. 702E ss. 675A . 619A . 634B. 635E. cono. 672E. 680D . garguero. 7 3 iF . grajos. 670D . 612F ss. teoremas de la sem ejanza y de Pitágoras. 622B. 670A . 692B y 720B. fratría. elpistikoí. 631 A . 621E. 673C. F. 644B. 700D . 633F. flautas. 654F.. antiguos. 670D y 728C ss. 636E. 624B. en las coronas. 718F ss. 682D. germ anos. superficies. 614F. 718A . 690B ss„ 691C y 708A ss. 6I8B . 663D y 734B. 674B. filó so fo s. 640B. 640C. estoicos. gineceo. 631A y 710D. generación. 701A . 674D ss. gallo. 720A. gálatas. 668C. galios. 615D . 632C. 734B. granadas. 686E. 703E. 708E y 723D. gato. 668A y 734E ss. 706B y 730A ss. 652C. 654F. 713D y 716D. propiedades antialcoh ólicas. E. forastero. 638C. volúm enes. 612D . filosofía. 646B ss. geom etría.. gimnasiarco. 632C. platónica. glotonería. en los banquetes. 655C. 7Í8C . foro. 662D . 719E.. 660B. gigantom aquia. 678F.. 629D. 732D y 735F ss. E. 691B. 674A y 705B. F. 664A y D. y 712F 666 668 ss. 658D .. 635D ss. frutos. 710A ss.. 698B. 657A . 703A . 719D. 744D. 619A . justicia y ley. 654C. 632F. 652C. 647D y 661F. 662E y 698E. 727A ss. 626B. 654E y 683D . 618D . géneros filosóficos: lógica. F . fuentes. 720B ss. form a. y 734B. gallina. 656E. líneas. golosinas. 736D y 744F. frío. granados. gim nasia. flujos. gachas. 692C. 712B. 664C y 684C. 697D . 667A . 719E.. gim nasio. 698E. 720F.452 MORAL LA fieras. 667F. 700D. geom etría. 685C. E. 659F y 660A. flores. geografía. 719E. fuego. 622A . en la filosofía platónica. 630C. 704D . golondrina. . atlé­ tica. cirenaicos. 665B. 670C. 622D. 660C . 681A . 619B . imágenes. 634C. 635E ss. hígado. del lobo. 625C. guijarros. 724B y 743D.. D . 693A . 668C. 687B ss. heridas. 699B y 730C. 696E y 697B. historia. idea. 690F. harina. 660E. 696E. 664C y 684C. heteras. 664C . 675F.. 682F y 735A . huevo. D. 6 8 1C. 641C. 648A . 641C y 696F. 659D. 684B ss. . ibis. 636D y 733B. 685A. im aginación. 748B. 659D . 705D y 796A. 686E. 690A y 695A. 614B . hidrom iel. him eneo.. indigestión. poder tranqui­ lizante sobre los toros. en la m u­ saraña. 674B. 671C. D. del hombre. 732B. 666C. hechicera. hebreos. 724E y 730C. 695A y 729C. en los achispados. en P latón. E y 702A . 693A. 700F y 703C. 680B. 640B . hum ores. hálito vital. 619A . 733C.ÍN D IC E D E M A TERIAS granizo. en la filosofía platónica. 673E. F y 715E. 654B y 661B. 691 A . habas. 665F . 719E. 723D . C. hecatom be. 692D . guardianes. 690E y 691 A. 721F y 734A.. 698B. infantería. 656C. 620D . 681D. 691F y 695B. inflam aciones musculares. 700E y 732C. y 637A. F ss. 657D. hecatonfonias. 624E y 625B. 703B. gusanos. higuera. A . de la higuera. 619B. 635E. 684B. higos. en el ar­ te. 671C . del trueno. hiena. 668A y 684B. 617A . 663F. 673C. heracleotas. griegos. 627C. hielo. 701D . 654F y 667A. 6 4 2 D . 659B. 64ÍC . características y propie­ dades. en el acto sexual y el ero­ tism o. de la nieve. gusto. 729A y 734F. icosaedros. 614E. 662E. im án. 695B. su piel. 642C. 706B y 712C. 689D . 620C. produci­ das por bronce o hierro. hechizos. heces. 672C. 672E. 624E. 672B y 733E. 624B. 666 688 453 hierro. 683E y 684D. B. 670C y 738E. ictericia. F. haya. pa­ sos: 694D y 695A y D. im itaciones. grulla. hipo. 720B. hierbabuena. del fue­ go . ham bre. 622E. hem orragia. 660F. 628B. 663A . . 654C y 681E. 648E y 6 6 IB. F. 647E. E. incienso. 733B. 675E . afecciones hepá­ ticas. grasas. 683C. 684E. 668A . 623D. hiporquem a. 662E. 614D . 669D ss. de Babilonia. y 629C. 692C. 731E. 676C. 637C. 627A. 668B y 701A . 684D. 636E. 700C y 747D. 723C. joroba. 738B . libertinaje. partes de la ora­ ción. D y 723A. 640F. 619A . 652B. 644B. 641C. D. 626F. 658A. 677D . laurel.. jardines. leche. «som bras». 670E. barbarism o y solecism o. 638B. 674D . jabalí. lana. 614B. lim ón . 632D. 733F. 724B y 728E. 622B. 638C. m or­ diente. 627C. larvas. 636E y 637B. 673F y 741C. pancracio. juegos: píticos. 699F. juego del p e ttó s. 638C ss. 71. 705 C. 638C. 706D . 675D y 717D. 675C. 672C. 671B y 700F. sem iconsonantes y vocales. 657B. 675B ss. levitas. 620C. 6 7 1E. 624B. 638C ss. 633D. y 724B. ju icio. consonan­ tes. compara­ tivos. 6I9C ss. 665D . ironía. 640B y 662E. 706E ss. palestra. D . lucha. intestino. 645D . onom atop eya. 623B. 710F. de plantas. Ñ e­ m eos. aum entativos. 648E. látigos. 614E. 732E. 688F. F. 635D . legum bres. 702D y 734E. ladrones. D . 736E y 743C. leñadores. 613E.. pugi­ lato. liebre. O lím picos. 639A y 675B. 665B.454 M ORALIA infusiones. ístm icos. 640A y 747B. 738C. 660F. 615D. 657F. 615B. 708F. C. 640B ss. 713E. 670D . 7 3 1E. 696A y 697A . 726D . 613E. pentatlón. 616B y 619C. 676E. 671C y 672C. . león . jardineros. instrum ento. 629D. eufemism os. lingüística: letras. lentiscos. 677E. 695E. 670F y 671 A . lam entos. lechuga. lepra. 642C y 646F. sonidos v o c á lic o s y c o n so n á n tico s.7D y 724A. 737E y 738A . C. 670C y 739F. m etáfora. 648D . invitados. jara. 697E. 638B ss. 773D . lascivia. 677B. número de letras y proporciones. lámparas. jud íos. langosta. lavado. 647D. C. 634C . lechos. 636D . lagartos. In­ fantiles. 655A.. lacedem onios. lanzamiento de disco.. lira. de cuerda. injertos. 723E y 735E. 6 3 1F. E y 738E. 675C y 738A. 660B. 724B. 710C. 668A . 6 3 1C y 632E. B. 646D . 659A s s . 731F y 746A. 669B. m atem áticas. 652E y 662A . megarenses. locura. C. m itra. 718E y 719A. manzanas. m ántíca. m agos. 673E. mirra. en la filosofía platóni­ ca. 659E. D y 685B.E . 718E. 723C y 737A. 680E. 660B. m adroño. 693B y 704E. m enta.. 745D. 633B. m anzano. 683B. 621C. 699C. 729A ss. 744D. m oscas. m atriz. 686D . 646F. 725B y 726E. luna. m ástil. 660C. 706D y 712E. 685F.ÍN D IC E D E M A TERIAS lob os. en H om ero. 709E. F. 654F. mar. 673B.} 718B. 625E. 629C. 619C. 653A. E. 647A. 732F y 733A. 652B. D . m onedas. mirto. géne­ ros m atem áticos. 664C. 640B. 738D. 667F. m isterios. manjares. m onarquía. m artillos. lubina. 723E y 735E. 682F y 730D . m edicina. y 703A. 630C. 703F y 717C. m embranas. 654E y 708C. 650B. 692F. 670C. 708C. 614D y 740B. com ­ 455 binaciones de proporciones y sílabas. 653A . 732C y 733D . m im os. 718A y 719C. de cobre. E. C y 651B ss. 615A . D. • m itos. . 728A y 730B. D. 652C. 667C. materia. menstruación. dracm as. lujo. 694D. 659C. 642A ss. 704E. 672A . lluvia. 725A y 729C. luz. 664C. . m itógrafos. m edos. 615B. 730C y 733E. 636C. talento. 665B. 628C. 669A. 635A. 731F. 671D y 717A . B . 627A ss. magulladuras. 706A . 635C. E . 670D y 706E. 729A . 657F.. D . 668B. 695F. F. 730B. m igádes. 675E. moreras. 654 B . 640B y 683B. m econio. 656A . 637C. C. m árm ol. 672B. duplicación del cubo. m iel. 696C . 626A. 649C. m oh o. en la com edia: 665E. 6 4 1 B . m asajes. 693 D . m ariposa. mandragora. 658B ss. 652C. 716B. 732B. 691 A . 716E. m atrim onio. 701D. marineros. y 731C. 684A. 668C y 732B. 7I9E y 720B. E. 679B y 709C. en la tragedia: 724D . en Pla­ tón . 723D . m agnesios. 648E. B. 668C. 661F. 640B. 684A. de cobre. m áquinas. 695E. organiza­ ción. C. 666E. 662E. pro­ porciones en las letras. m inas. locro. odres. 646C . nogal. 623F. constitución. 736D . 675B. nao capitana de A ntígono. 703C. 706C. Carnéades y P om peyo M agno. o livo. 613A. oruga. 658D . 648E.456 M ORALIA m osquitos. 705D y 706B. 705A . 653A . 626C. 623A y 625B. nutrición. 618B. 657E. 620F. 633C. 670F. de Eurípides y D ionisio. 710E. 613B y 679C. 658D . 661D . octaedro. 621D y 703B. 623D . orina. 690C. 668 nafta. 616A . 744F. 622D. 628F. naturaleza. 664D . 679D. de nariz y boca. navegación. 625C. oríficos. B. de Sócrates y P latón. 681C. 667B. 659C. 670A. m ujeres. 670F . escolios. ninfas. 705E. 706C. 623E y 625B. 716E. orejeras. 622F. o lo ­ res fuertes. 645E. mirada aojadora. géneros m usica­ les y notas. m újoles. 645F. párpados. orden y fines. 640F y 701C. 623A. 659C. niña. 666A.. 705D . ojos. 666C. 649C. 688A . 744D. 623A . 706A . 649F. nubes. F y 691D. 636C. 647F. 748D: en Teofrasto. 640B. 732E. C. 625D . 665F. 622F. him nos. de A p olo. 694C. 658E. 714D y 720E. pérdi­ da. 693B. m usgo. 735E. 625B. 720E y 721B. 615B. m osto. 730B. 695A. 634B. 717D . odas. 663D . 633C. 717C. bellas. 687E y 732E. 683C. E. 704C ss. 655F ss. 626C. órficos. de Píndaro. olor de las flo r e s. 733C. D . navieros. nuevo rico. 659C . náuseas. orín. 634D y 744C. C. 636E y 67IF . 647B. orgías. to ­ no. 623C y 729F. nitro. 691C. música. 662A . oro. 694B. en bodas. 633B y 645E. 685e. 652C . 664C y 707C. 693B. 723E y 735E. oratoria.. 633C. 696E. 635E. 672A. . 676D. 680C y 682B. Peán. escala cro­ mática. en los fárm acos. 695B y 725B. 654D. nariz. 719F. 692A. 733D ss. 717D. olor. 634C y 708C. m undos exteriores. 668A . m usarañas. 703C. 6 15B. 662D y 724E. 645E. o lfato. 706C. 721C y 739D. adornos. natalicios. C. oráculos. fragancia. 704F. nieve. 672B. 674E. 662B. 717B. 697B. narciso. 625B. 647B. 746D. 687E .1626B. 713A y 743C. 658D . nodrizas. ar­ m onía. E. oído. de Jenócrates. 648C. 734C . C. 678F. D . 729A y 730A . en la mujer. 614C. C. D y 733F. picores. . 712A . pasteles. 733F. 747C y 748A . 672E. 613A . oto ñ o . 732A y 734B. 667F. pájaros. y 706C. 664C y 684C. piratas. 624D . pescadores. pan. 666C. 619B. y 706A. 6 3 ID . 669C . 723C. piel. F.. 662C. de ciervo. de hiena. 684A. C. 642B ss. por los distintos sentidos. 623B. de la comedia. 705F. palanca. C. pintura. 634F. 723A . 644B. 664C y 684C. 648A . C . 705D ss.. parto. 708C. 724A ss. B. 640B. 665D . peras. personajes. 71ÍF . 710E y 713C . 725C. pantom im a. de fo ­ cas. por la vista y oíd o . 6 8 1E. de alma y cuerpo. 735A. 688B. 712E. en los frutos. 675D ss. paja. 706D . 672A. parásitos. pino. personas incultas. 668F. 660D . D . 704E. 635F. p iojos. 707B. 673B. pirám ide. 691C ss. 618B. 631 A . 626C. 662A . personas de gusto. F y 716A. 651E. percepción. perfum e. 690C. y 735E. 642B. 710D . pim ienta. pesca. 727D . 703E y 714A. en los anim ales. E . 618A . 719E. 697E y 723B. 613E. 702B. en la com edía. pastores. 697D . 7 1 1C. 703A . 629C. 673E. 693D. placer. paladar. 732E y 746F. 676A ss. 629D . candeal. 635B y 683D. 728C. 630C. palm as. 686C. 648F y 676A ss. 648E. en D em ócrito.. 685D . F. pena. 704F. B. F. 704E. persas. 632B. 694D y 695A. 733F. 643B. 7 3 1C. educadas y eruditas. 666C y 704A . D y 706B. 668A . E. 666C y 718A. 628C. pábilos. ostras. 656A. 705A ss. 642E y 646E. 668 457 perdiz. 680B. D. B. 633B y 707B. 665D. 635D. D. 658F y 718B. parodia. 615D. pecas. pez. E. parábasis. 730A . . 640B. 706B. 707E. y 677A . 673A . 684F. palm era. 668C . perros. 625B. pene.ÍN D IC E D E M A TER IA S orujo. 668A . 637C. pepino. 630F. 623A y 7 3 1C. orza de pescado. 645F ss. ovejas. 629E. 708C y 747B. 641D. m ez­ clado con miel contra la borra­ chera. 665D . 616A . peces. 662B. 620C. 653A . 690E. E. 703E. 696A. 656F. plata. 674A y 695B. 658A . 670D y 685D . posaderos. D. 618F. raño. rim a. plátanos. 689A . 665F. raíces. puerro. 690B. 695C. pulpo.. 637B. 669B. p ollo. ranas. D y 659B. 696B ss. 638C. 664E. en los banquetes. E. 685A . preguntas. 703E. reflexión. procónsul. rapsoda. 632B. 663F. 736F. 627C. prestam istas. 624D . 641A ss.. 704A y 730D. 641E. qu eso. 673F. 656A . 687A . B. . proverbios. quem aduras. 614E y 668B. rapaces. poros. 666A . 637B. 699E ss. p o e sía y d an ­ za: 747A y 748A ss. relám pagos. y 688 699A . pleitos. F . 660D. de la luz. 647D . B.. 691E. putrefacción. 670B. D .646B y 693B. F y 732E. 637C. 674E. 688 . planetas. 668B. 667F. p olvo. 687B ss. ratones. 672B. 622D . D . 632C. 691A . 706D y 713C. de los poros: 689B. pozo. recaudadores de impuestos. 660E y 664A . 687F. 631 A. plom o. afecciones y funcio­ nes. 636F. 744F y 747A . quénice. E. procreación. reptiles. 697F. F . B. B. polem arco. 614D. 625F. 660B. postres. prosistas. D. 674E.458 M ORALIA 672D ss. 71 ID . 699B y 735A. 626F. 665A ss. 671E. 665B. de la carne. entre los judíos. 640C. 656C. 684E. ram os. 711A y 714D . 727C. 612C. C. 685E y 733C . 659A . 672C y 746A. 612C. quimeras. 617F. 63OF. 675A . 698A ss. 640B. materias te­ rrosas. ratas. F. predicciones. purificaciones. 627B y 697A. proedrias. 622A . 734F. 684C y 685 C. rem eros. redom a. 614F. 649D . 691A y 696A . B. pulm ones. 622D y 663D. 663E. purgantes. 648F. raciocinio. playa. plenilunio. puré. púrpura. en los banquetes. rayo. 668B. quilla. 654F. 619D y 628E. 617C. D . repleción. poesía.. 660C. vinosas y am argas. 623B . 664B. B y 695D. E. rém ora. 717F. 624A. 730D . 664E. salsas. ju ­ díos. soda. 728E. sésam o. 736A y 740F. . egip­ cios. 676A . 645D . 623B. 727B ss. salm uera. 667C. E. 693F. siringe. 628C. E.. D . 636B. sábado. 685A . 626F y 685D. 624D. 694A . 654C. 733D . sensibilidad. 647D . 684A. 688E. ríos. salitre. \ serpiente. 724E y 745A . 697C. 644B y 664A. 709A. 6 7 1F ss. rosas. ruiseñor. griegos. silencio. en el ban­ quete. 625B y 635C. riego. 647B y 684D. en las ovejas m atadas por lobos. 705C y 728C. 670B. 684F y 729A. 627C. sexo y sexualidad. 641C y 662E. prin­ cipio sem inal. 736D y 739B. 691A y 725A. pitágoricos. 627B. 651B. 650E. 637B y 653A. semilla. 727E. 645D . 662A . sierra. sím bolos. 672A . 687D y 688D. resina. rocío. sicionios. 647F. 646B. 652D. 733D. 729C ss. 746E. sensación. 702D . sabores: am argos. 642C. 713B. 670A . géne­ ros retóricos. 648A . 627A. 654F. 459 salm onete. 625B y 718D . educación sexual de los jóvenes por Epicuro. roturación. 726E y 727B. 619B. 718A y 733C. 728F. rom anos. C. seísm os. F. F. síntom as. de enferm e­ dad. E. 640E. 668E. com o afrodisíaco. de la tierra. 747A . 720A. y 699E. silogism os. 658D. 653C. 627E. 685A . 6 5 IB ss. 655F. y 730F. sapo. 669A. 624A . entre los judíos. sequías. salobridad. 688A . 686E. de vejez. F. D . 731B y 733C. 744E. 6 8 1E. 628F y 696E. 688Á y 732C. 727F. 670D y 730B. 627A . sangre. sacrificios. 636E. de bo­ rrachera. sirios. 655D . 708C. 647D y 662E. salvia. savia. 684E. 689A ss. B. F. B. E. 644C. 730D. 663F. 6 5 ID . 743D . 713E y 723C. sesos. 637E. 660F. 687B. 697B y 729A. 625B y 656C.ÍN D IC E D E M A TER IA S residencias. sal. 613B ss. sacerdotes. retórica. 733E. pican­ tes. sebo. 685B ss. sem en. 685F. víctimas sagradas. ruda. 700C. 637A . 676C. y 622A. rima. 63ÍA . 669D . 703D . roble. 659B. sarm iento. com o conservante. dulces. sed. 705B. 655A . 698C. 740B. 647A. 680D. troyanos. tom illo. 679B y 732F. tinajas. 617F. 662B. tamariz. 638A. uñas. topo. 672C. 662E. 715D. teatro. 670C. 726A. 701A . 635D . toro. vacas. 698C ss. 735A . tirso. visiones. tejidos m usculares. . adivinación. 615A. 637B. 635E. 701D y 702A. E. tim onel. tacto. 663D. 665A y 666C. 618D . tinte. 715E. 651E. 663C. tráquea. 734C ss. tienda. tisana. 647F y 662E. 719E y 721E. 734E y 735D. 694B y 696F. 621B. 619C. 704E. 729B. 643C. trampas. triángulo. 700F. 623E y 672A. puer­ ta. sudor. 666A. equilátero. 665A . 737C y 748D . 657F. 6 7 1E. tím panos. tabas. 664B. 671E y 672A . 686E . E. C. son id o. tam arindo. entre los judíos. 648E. 693D . 689F . 619D ss. sofistas. 661C y 725C. 663D . 720C ss. 659A. 712F y 729B. transmi­ sión. D . 674B. 624E y 652C. 618F. 641D y 642E. ungüentos. m ovim iento circular. 670C. 692C. 7 1 1E. tirios. 668C y 730C. 71 IB. 625B y 706A . 637B. E y 730C. teoremas de la semejanza y de Pitágoras. 683D . 646B. C . 671E. 676B. y 663D. origen. F y 668A. 636F. 649F y 662E. F. 625A y 666B. trufas. 645E. 673E. 644A y 678D . 699C. 672B. C. en E squilo. 640A y 741E. taberneros. 720B ss. 664B ss. trom petas. 658B. 672B. 701 A . 725A. 697A. 621C. 643D. 680A y 741C.. tos. 621B. 667C . suero. C. B. sueño. tísicos. 659F y 720E. timba. en la corrup­ ción del agua. tibeos. y 722E. 614A . 642A . tribu. 622E. 678B y 717F. trueno. 732B. judíos. tebanos. 616D . 720A ss. 640E. 641C. 733C. 662B y 693B. trirreme. 722A . c o ­ m o diversión convival. 667F. sol. tem plos. 685B . urraca. 697B. tejo. uvas. 658D. treno. D y 700A . 725A . D. 727D . E. de la higuera. túnicas. 652C. tierra. 636A . teo­ rem as. 649B.460 MORAL IA sod io.. 627D . tragedia. trigo. universo. 629C. verdura. 69ID y 696D .. 652C y 655E. 653A y 672B. 620F. 721B. yeguas. vidrio. 626D. 736E ss. E. C. 646D. 641D . 613D . F y 677C. drogado. con perfumes. 648F. 625A. violeta. 692F y 693B. vientre. voz. 614B. 660C. 652C. 661D. 7 2 1E. 641C. B. 648B. D . 614B. B y 735D. 658D . 698B. envejeci­ m iento. viento. 663C. 620A y 624A. 662E. de­ puración. ca­ pacidad. 649A. con la sexualidad. B y 692E. vóm itos. 660B. añe­ jo . 648E. venas. filtra­ ción. 634F. 652C. 691B y 732B. F. sexo y tem­ peram ento. 624D y 636B. 614E. con m iel. 6 5 1F ss. 656A . E. vértigo. 692C y 693A. etim ología. 623E y 652D. 703C y 720E. 648B ss. 620C ss. alenias. 614B. F. vid. B. en los ancianos. 664A y 733F. 635C. 645A. afi­ ción a la bebida. 622A. 702A. 623D y 747F. 733E. vista. 687C. 650B. vinagre. 626D ss. 631C. F y 716A. F. 651 A . B y 702C. 653F. ventosas. 672B. 653A. verbasco. dulce. 655E. vello. 625E y 657C. co­ no visual. 715E. 676A .. m ezclado con buglosas. 651A . 615E. 635B. 720D . verano. 647A . 613A. 461 650C. vino. verbenas. vino nuevo. 654E. 647A . 684A. . E y 702A. E. 665B. vestidos. 647C. 653F. 722B y 723E. 648E.. F. C. con yedra. zarzas. 681A . 692F y 7 1 1C. flujo lum inoso 626C. 650A ss. 647A . tinto. heces. 656A . 704F. 6Í9A y 623E ss. C. E. 663D. C. 698E. de dátiles. F. 662C. 657A . 6 7 ID y 735E. 620D y 677E. C. 626E. 612D. B. 624F. 692D . veneno. m a­ les. 623F. versos. víboras. de miel. D y 656A. vaina. 658E. de cebada. 625D. 633A. 6 4 IB. en re­ lación con la edad. zorra. vigía. conservación. 688 yedra. 612D .ÍN D IC E D E M A TERIAS vacío. 672A. 714F. 652F. 699F y 700A . 698D . con agua. 663D y 688A. puro. 662E. y 739E. 625F y 626D. excesos. com o fárm aco.. 699F y 700A . 648B. 666A. antídoto contra la cicuta. vejiga.. 656B y 676C. 621E y 647D. 653A . flatulencia y acuosidad en el vino nuevo. vendim ia. F.. citas. F. 709E. 656A. 621A. ....... dematerias .. Libro IV . L ibro V ............ Intro ducció n ....... .................... L ibro II .............................. ...................................................................... 42 L ibro I ........ ................................................................................................. Fuentes de las Quaestionesconvivales (o Charlas de sobremesa) .. ........................................................................... III. Ediciones y traducciones .... Nuestra traducción .............................. L ibro III ...... 9 9 14 28 33 36 38 39 40 N ota textual .. ... IV...................................................... I........................... V............................................. L ibro VII ................. L ibro IX .... L ibro VI ...................................................................................... Temática y estructuras ................................. Finalidad de la obra ..... ............................: ................................................ 431 445 .ÍNDICE GENERAL P ágs.......................................................... 41 .......................................................................................................................................... VII.......................................................... ..... II.............................. VI. Historia del texto .................................. ................................................................................................... L ibro VIII .. VIII...... La tradición indirecta .... Autenticidad de su obra .......... ............................ 45 101 147 189 225 263 291 339 393 B ibliografía ÍN DIC ES índice índice de nombres propios .............
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