Percia, Marcelo - Un Analizante Que Dice Leer en Nietzsche

March 26, 2018 | Author: gamelendeza | Category: Friedrich Nietzsche, Thus Spoke Zarathustra, Psychoanalysis, Soul, Love


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1998 . entrecruzamientos culturales” Buenos Aires.Un analizante que dice leer en Nietzsche Marcelo Percia En: Actas de las Jornadas Nietzsche “Nietzsche. Me cuenta un analizante que. a medio vestir. una extraña lucidez lo golpea en la cabeza. la opresión moral. y siente crecer orejas en sus palabras. una hondura del alma. Es una sensación en la boca y en el aire. Quizá lo profundo sea un instante. Me hago la pregunta que Nietzsche se formula sobre Shakespeare: ¿cuánto tiene que haber sufrido para poder escribir así? Me cuenta un analizante que no puede abismarse en lo que se escucha decir. O que siente que la lengua se le parte y que por la hendidura sale un pensamiento. Trabaja en su pensamiento para librarse de un sí mismo que habla el lenguaje de la culpa. La ilusión de ese instante. el repudio del cuerpo. a veces. un fondo. de pronto. La convicción de que cualquier certeza puede volverlo loco. Tal vez lo profundo no sea algo que se extiende hacia abajo. 3 . el pesimismo.Me interesa en su escritura la desgarradura. Nietzsche se jacta de tener antenas para palpar lo invisible y aletas de pez para andar ligero sobre la superficie de las cosas. en los ojos. Un estado de intensidad en el que se hace escuchar algo que en seguida se rompe. una cavidad interior en la que hacen pie nuestras sombras. que le habla dividido. Aunque. en el estómago. advierte una inesperada rugosidad en una palabra. con una anécdota. sin embargo. Otras. hasta vaciarse de pensamientos. por momentos. Incluso. por fin. Nietzsche hace de su dolor una aventura personal. Me explica que no espera sólo curarse con palabras. Un punto impreciso en el que las imágenes arden y las palabras hacen silencio. Dice que al hablar se libra de sí mismo y se encuentra. A veces el verbo parece un impulso que patalea en el vacío. Nietzsche parece un analizante. que sabe y que no sabe. arrancarse la piel. Habla como si aguardara una palabra plena. hablar. No cree que hablar y ser escuchado siempre consuele. Como si deseara una desnudez completa. 4 . Una curación hecha de ideas que no rechazan el dolor. Escucha algo que quiere y que no quiere. Me dice que en ese arco vacilante. No sabe cómo decir lo que le pasa. que entiende y que no entiende. saltar una ciénaga. mientras lo está diciendo. En el prefacio de La gaya ciencia declara la gratitud de un convaleciente que encuentra. hablar. No sabe explicar por qué. se decide y se afirma.Me dice que siente que Nietzsche trata de hablar. A veces. Me cuenta un analizante que se siente peleado con la expresión. cree satisfacerse con una forma. No piensa que el análisis sea cosa exclusiva de consultorios. su curación. estima que no sabe cómo hacerlo o que no termina de lograrlo. Me dice que. quiere romper algo. calme u ofrezca mejoría. con la ilusión de un entendimiento. Me pide que escuche murmurar ese canto: “Es de noche: a esta hora cantan su canción todas la fuentes. Me pregunta si es posible curarse de la falta de ese amor. Imagina una habitación bajo la que se extiende una hermosa vista de Roma.Dice que Nietzsche se salva a sí mismo. también. 21. Hay en mi alma algo insatisfecho. Me dice que su alma. cuando está a punto de hundirse en un pantano. a los otros y al azar. 1 Me aclara que prefiere leer este texto de La canción de la noche en la versión de Eduardo Ovejero y Maury. Es la primavera de 1883. Le parece que Nietzsche sabe que no conviene sumar rencor a la soledad. no olvida que esa mano que (por pereza) llamamos propia responde. a la sociedad y al universo. 1974. y esto es lo que canta. sola. en seguida. Más allá del bien y del mal. Me dice que Nietzsche alude a este mismo cuento para discutir con los que sostienen que todo depende de la propia voluntad. se rescata tirándose de los pelos con su propia mano. algo que no se satisfará nunca. el lamento de las voluntades débiles. También mi alma es una fuente que canta. Buenos Aires. Aguilar. se lamenta y maltrata. Frente a la piazza Barberini. Y mi alma es también una canción de amor.1 Dice leer en Nietzsche la canción más solitaria que se ha escrito. Como en la escena del barón de Münchausen. 2 5 . Hay en mí un anhelo de amor. Es de noche: es la hora en que se elevan todas las canciones de amor. que habla el lenguaje del amor. Nietzsche. No soporta entrar en la noche sin el amor de una mujer. previene de lo contrario: el fatalismo de la determinación. Pero que. Aunque.” 2 Me cuenta un analizante que probó leer ese fragmento antes de dormirse con la esperanza de curarse del vacío y prevenir el insomnio. Así habló Zaratustra. 54. Siente. Prematuro secado del alma. Dice leer en Nietzsche3 (bajo la pregunta ¿Dónde están los médicos del alma?. 53. Dice leer en Nietzsche4 que no somos ranas pensantes. se inclinan complacientes. o entre alma. Tiranía del dolor y suplicio del orgullo que rechaza las consecuencias de ese dolor. Un lugar en el que no brota nada.) que la peor enfermedad de las personas proviene de los modos de luchar contra la enfermedad. Caída en un vacío. no sufra de pensamientos sobrantes.Dice leer en Nietzsche que la enfermedad es destierro y es desierto. al menos. Incluso se da cuenta que los mismos pensamientos que se levantan contra la injusticia de su vida lastimada. en una incredulidad. cuerpo y pensamiento. Aparatos objetivos o máquinas registradoras con las entrañas congeladas. en un agotamiento. Le parece recordar que exclama: ¡cuántas crueldades innecesarias. Con Nietzsche la angustia se pone a filosofar. también. Dice que parimos ideas con dolor. No hace caso de fronteras o divisiones entre cuerpo y alma. cuántos martirios producen las religiones que inventaron el pecado! Me cuenta un analizante que no quiere regodearse en la aflicción. La gaya ciencia. quizá más cruel. Propone tranquilizar la imaginación del enfermo. que otra alma se frota las manos en su pesar o que un doble contento habita en su desgracia. para que. 6 . Teme relamerse en la desdicha. al dolor. No repara en separaciones. prefacio mencionado. Que los 3 4 Aurora 52. al cabo. Entiende que las culpas y autorreproches del enfermo añaden otro dolor. en ocasiones. a veces. 7 . nuestra conciencia. pero sé que nos hace más profundos”. Quizá. Incluso cree recordar que Nietzsche dice: “Dudo mucho de que semejante dolor nos haga mejores. nuestro corazón.. se siente harto. Me hace escuchar un fragmento tal como lo recuerda en ese momento: “Dispuesta está la barca. nuestra fatalidad. Que la vida consiste en transformar todo lo que somos y todo lo que nos toca en claridad y en llama.. navegando hacia la otra 5 Me propone que busque en la traducción de Ecce homo de Andrés Sánchez Pascual esta cita: “La enfermedad me proporcionó asimismo un derecho a dar toda la vuelta a mis hábitos: me permitió olvidar. Dice leer en Nietzsche que el dolor despierta a la bestia glotona. me hizo el regalo de obligarme a la quietud. lento y perezoso. en el que nos consumimos como leños verdes.pensamientos se hacen de nosotros mismos: con nuestra sangre. A desprendernos de la ilusión de un bienestar puro. Relata un sueño en el que Nietzsche vocifera que es amarga la obstinación que no logra desprenderse de lo que no quiere escuchar. nuestro fuego. a esperar. al ocio.”. nuestra pasión. una y mil veces.5 Me cuenta un analizante que la angustia hace del dolor una residencia indiscriminada e infinita. nuestro tormento. lo mismo. a ser paciente. Que la felicidad es una espera que viaja sin olvidar que más allá del horizonte está la muerte. Que un gran dolor. nuestra alegría. nos obliga a descender hasta nuestras últimas profundidades. me ordenó olvidar. Cansado de oír. Confiesa que. Dice encontrar en Nietzsche un mensaje en el uso de la palabra quizá. se vaya hacia la gran nada. Me aclara (por si pensara en decírselo) que reconoce que. Se demanda. el propio cansancio. el quizá. Un analizante me cuenta que vive convaleciente. Hace gestos como si en su cama. Un modo de evitar el peligro. ese automatismo dudoso es un disfraz. espera. Me cuenta un analizante que no sabe cuándo comenzó con el ad- verbio de la duda. en Así habló Zaratustra para revisar si omite algo en la cita. Al principio lo hizo por pudor o vergüenza. Me aclara que volverá a leer el punto 17 De las tablas viejas y nuevas. en él. un episodio el que Zaratustra salta de su lecho como loco. tal vez. su cuerpo se negara a levantarse o no tuviera fuerzas. que por eso. 2. aventurarse al quizá. Pero. se trasformó en un vicio del habla. en la vida. Con el tiempo. Y menciona otro lugar7 en el que dice leer que conviene dudar de todas las cosas.orilla. Grita. Una fórmula de cortesía para no desestimar de entrada la opinión ajena. Un gesto para protegerse del desamparo. Relata. 6 7 Más allá del bien y del mal. se grita. ¿quién quiere aventurarse en ese quizá? ¡Nadie quiere subirse en la barca de la muerte!”. es desafiar el propio miedo. no sabe cómo escuchar un pensamiento abismal que surge de las profundidades de su ser. justamente. Me dice que. Una muletilla. 8 . Y. Que lo bueno y lo malo nos habita entreverado en un mundo en el que vacilan las identidades. Una manera de afirmar algo simulando la posibilidad de otras razones. todavía.6. no se puede hacer otra cosa que transitar por el peligroso quizá. Dice que le cuesta creer que esas extrañezas. Siente que un abismo habla en él. que es el momento de despertar. Incluso sabe que sus síntomas engordan con la creencia de que. gracias a ellos. Necesita oírse. les está permitido.. no ha los hombres. A los peces. Muchas veces me he preguntado si será más fácil de reconocer la profundidad del océano que la profundidad del corazón humano”. Me dice un analizante que.. Me lee un canto que imagina hubiera gustado a Nietzsche: “Viejo océano. algunos de los cuales hasta las sondas más largas y pesadas han reconocido inaccesibles. Cuenta un analizante que Lautréamont camina sobre las aguas. abismarse sea confiarse al hablar de las palabras. pese a la excelencia de sus métodos. Destaparse los oídos y desatar su posibilidad de entendimiento. medir la profundidad vertiginosa de tus abismos. preguntas para su vida. Recuerda que Zaratustra se dice en “El convaleciente”. Está dispuesto a girar con todas sus sombras hasta dar con ese murmullo oscuro en el que arden las palabras deseosas de ser escuchadas. Un hablante que vive en la 9 . le pertenezcan. con ayuda de los procedimientos de investigación de la ciencia. Que las palabras hablan diferentes en distintas lenguas y en distintos oídos. todavía no han logrado. también. los hombres. tal vez. Piensa al psicoanálisis como un ensayismo de un hablante que tienta diferencias.Me dice que sus taras neuróticas (esos nudos en los que trama sus dominios la angustia) son. se protege de algo peor. que tanto lo hacen sufrir. como si hablara con otro dormido. tal como ellos se dejan adivinar –pues forma parte de su naturaleza el querer seguir siendo enigmas en un punto–. que no sé de dónde vienen esas sombras). (Me digo. acaso también sin razón. de su fogosa fragilidad de domador de fieras. Madrid. a pesar de todo. Más allá del bien y del mal. el desierto del mundo se extiende como un jardín. cuando me escucho contar mis historias de dolor. En el trayecto. Entonces siento que una intensidad flotante prueba hablar entre las cosas. una tentación”. Dice: “muerte de una posibilidad. Cree entender que cuando el hablar hace escuchar su potencia. Sugiero que la angustia es una sombra que busca un cuerpo. algo se suelta. sólo una tentativa y. 8 9 “El convaleciente”. a la vez. Concluye que su cuerpo nace a la Para que entienda lo que dice encontrar en Nietzsche me acerca esta cita: “Un nuevo género de filósofos está apareciendo en el horizonte: yo me atrevo a bautizarlos con un nombre no exento de peligros. Tal como yo los adivino. tentadores.tentación de sentirse otro y. intenta hospedarse siendo extranjero. la corriente del habla me arrastra hasta arrojarme en otra orilla. en última instancia. en Así habló Zaratustra. Traducción de Andrés Sánchez Pascual.” Dice encontrar en Nietzsche un elogio de las palabras pronunciadas para otro. no sé bien por qué. esos filósofos del futuro podrían ser llamados. Me pregunta de dónde le viene su sombra de angustia. tiene la ilusión de que se puede curar. salvar de lo ingobernable. Este nombre mismo es. Alianza Editorial. si se quiere. incendio en la sala de proyecciones”. de lo incontrolable. Piensa que la muerte habla el lenguaje de las imperfecciones.9 Me cuenta un analizante que. torcedura de un deseo. 42. ahora mientras escribo.8 Me aclara lo que sigue: “A veces. 1997. Conjetura que los accidentes sexuales que sufre desde la adolescencia son anuncios prematuros de la presencia de la muerte en su vida. 10 . 10 11 . esa sombra anda con los dientes afilados. Piensa que cuando pierde el hilo. Dice leer en Nietzsche una advertencia sobre lo que parece próximo.10. hasta que las palabras tropiezan o se enredan. a veces. comienza la sesión. Tirado sobre el diván pone en marcha un reflejo de hilador: une hilachas o las estira. Traducción de Andrés Sánchez Pascual. “A cada alma le pertenece un mundo distinto. 1997. para cada alma es toda otra alma un trasmundo. Me cuenta un analizante que cuando se escucha hablar tiene la sensación de un relato agujereado. Me pregunta: “¿Sabe cuál es la diferencia entre verdad y mentira?” Responde: “la mentira es una verdad a la que se le nota el velo”.vida besado por una angustia y que. Encuentra este fragmento en Nietzsche “Qué agradable es que existan palabras y sonidos: ¿palabras y sonidos no son acaso arcos iris y puentes ilusorios tendidos entre lo eternamente separado?”. Alianza Editorial. Siente su historia comida por las polillas. entre vecindades que nunca se alcanzan. Entre las cosas más semejantes es “El convaleciente”. en Así habló Zaratustra. tal vez. Madrid. Me dice que gusta imaginar esos puentes tendidos entre distancias que no se acortan. entre orillas que no se tocan. precisamente donde la ilusión miente del modo más hermoso. Una pareja trata de besarse con sus cabezas envueltas en dos gruesas telas blancas.11 Me cuenta un analizante que le duelen las mordeduras familiares. en esta cita. sin embargo. “¿No se les han regalado acaso a las cosas nombres y sonidos para que el hombre se reconforte en las cosas? Una hermosa locura. Se pregunta por qué el entendimiento siempre anda en la cornisa. Es imposible que esos labios se toquen y. 12 .12 Me cuenta un analizante que cuando no toma en serio sus palabras. incluso incoherente y desarticulado. en Así habló Zaratustra. Dice encontrar en Nietzsche un modo de hablar que puede curarnos del mundo. también de “El convaleciente”. pues el abismo más pequeño es más difícil de salvar”. o cuando se abandona a lo que está por venir sin la impaciencia por decirlo todo. y todos (incluso él mismo) parecen bestias desconocidas. Un hablar errático que traza su recorrido (como un segmento que 11 12 “El convaleciente”. entonces comienza a hablar un idioma extranjero que escucha sin entender. respecto a la versión de Andrés Sánchez Pascual. eso es hablar. ni busca trasparencias en su desgracia. ni persigue la última razón. Sufre cuando la comunicación estalla en su casa. Un hablar incompleto. Por ella bailamos por encima de todas las cosas”. Recuerda una imagen de Magritte. cit. Un hablar desprendido de la comprensión y de la experiencia. cree que el cuadro se llama Los amantes. se besan. Me advierte que se permite un cambio. trad. de repente. se hace ver y oír. instrumento sonoro o médium de fuerzas poderosas. pero aclara que no cree en la comu- nicación en sí. aunque después. En Ecce homo.ni siquiera es un segmento) en el infinito hablante que es su pequeño mundo. Escucha llegar lo que no busca. Dice que ese arrebato lo conmueve y lo trastorna. de la versión mencionada de Así habló Zaratustra. ni en la autonomía del hablar. Un pensamiento. termina por aceptar que ese otro que nunca se alcanza vive en él mismo. mucho después. resplandece ajeno como un rayo que no vacila. a menudo el espíritu miente a propósito del alma”. recibe lo que no sabe quién da. Dice que encuentra multiplicidad de estados en él. Dice que no cree en la palabra sola. algo. La expresión no se realiza si otros oídos faltan a la cita. Antes de retirarse lee un fragmento que está en “Del espíritu de la pesadez”. con indecible seguridad y precisión. A veces. Como el tráfico de una avenida que reitera los mismos embotellamientos. que se piensa en él. y descubrirse uno a sí mismo es lo más difícil de todo.14 Dice leer en Nietzsche15 que si fuera supersticioso diría que en estado de inspiración es encarnación. Apela a la idea de revelación para explicar que. Dice leer en Nietzsche13 que trata de comunicar estados y tensiones. en 13 14 En Ecce homo. por medio de signos y de ritmos de esos signos. Me explica que su análisis comienza como un relato para otro. 15 13 . Dice: “El hombre es difícil de descubrir. Me cuenta un analizante que a veces se escucha hablar con una insistencia monótona y boba. O como si otro corazón.esa tremenda tensión. Pero los cálculos fallan y 14 . el impulso renovado arrastra más excitación. Me explica que en pleno ataque impulsivo llegan sus ingenieros con volquetes llenos. Me dice que cualquier psicoanalista estaría encantado con ese texto. A su criterio Nietzsche sabe caminar con los pies bien apoyados sobre un piso que no es firme. junto a su corazón. lloraran en él. en su abarrotada ciudad. Como si se desatara una tormenta de sentimientos en la que los cuerpos y las almas se mezclan. Incluso su estado de inspira- ción sabe convivir con la soledad. una distracción que lo golpea. tapar el boquete e incluso sostener un edificio sobre ese vacío. unos sobre otros. y que. si los cálculos no fallan. se desata un torrente de lágrimas y llora como si muchos. una añoranza. un desarreglo. Un cambio imprevisto. un recuerdo. y que así (más o menos. Me cuenta un analizante que la locura impulsiva le viene cuando algo hace tambalear el orden con que cree sostener su vida. la angustia. Se siente rociado por un abismo de felicidad no exento de dolor y de sombras. y que la excitación funde su fuerza en el impulso. según cree) crece en él un muñeco ingobernado. el vacío. un agujero en el día. Quizá por el orgullo de encontrar la idea de inconsciente haciéndose anunciar. entonces. Me dice que su locura impulsiva arrastra excitación. latiera acelerado y fuera de control. como criaturas desesperadas. Como si. Se proponen. Tiene la conciencia de infinitos estremecimientos que le llegan hasta los dedos de los pies. ocurriera un apagón y sus habitantes se lanzaran. Dice que ese estar–fuera–de–sí acontece de manera involuntaria. otros. Singularidad. no desespera. antes de partir. que no puede y quiere poder. Me cuenta un analizante que el psicoanálisis tampoco sabe. que no sabe y quiere saber. no puede y. Y la conciencia. Dice que imagina el diálogo psicoanalítico como uno que no entiende y quiere entender. sin embargo. un glosario (de sólo tres palabras) que dice leer en Nietzsche. Alma. Superficie.: huella evanescente en el alma.después de la locura consumada. que no sabe.: invención para imaginar la superficie ofrecida a una huella evanescente. y otro que no entiende. otra vez. reaparece la sombra de la angustia. 15 . Me entrega.: licencia literaria para soportar la instantánea marca de lo inefable. no sabe qué hacer con ese abismo.
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