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March 24, 2018 | Author: numb25 | Category: Michel Foucault, Friedrich Nietzsche, Knowledge, Historiography, Truth


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El autor de Las aventuras de Huckleberry Finn, tan volcadohacia a la aventura fuera de casa y poco amigo de convencionalismos, rindió, finalmente, tributo a su familia. Mark Twain, harto de dar vueltas por el mundo, tras muchos años de viajes, venía a resumir, escéptico, su experiencia viajera diciendo que tras visitar pueblos diversos, culturas abismalmente diferentes, hombres destacados y tipos sociales de todo pelaje, había vuelto a casa de sus padres y, por comparación, se había dado cuenta de lo muy inteligentes que eran. Por convicción parecida, salvando las distancias, quiero poner aquí, agradecido, los nombres de mi familia más cercana: Luisa, Concha y Cristina. Índice Introducción: Michel Foucault o el inconformismo de la moral ..... 11 1. 17 17 23 28 36 41 Una renovación del «atrévete a pensar» ....................................... 1. 2. 3. 4. 5. 2. Lo mismo y lo otro ........................................................................... 1. 2. 3. 4. 5. 3. Un diagnóstico del presente ............................................................ Los «maestros de la sospecha» ....................................................... El pensamiento anónimo................................................................. La literatura en los márgenes .......................................................... Los límites de la modernidad.......................................................... La formación de las ciencias humanas............................................ Un pensamiento postkantiano ......................................................... Los combates por la verdad ............................................................ El hombre, una invención reciente.................................................. Estalló el escándalo......................................................................... Discurso y poder ............................................................................... 1. 2. 3. 4. 5. La lucha por la palabra.................................................................... El análisis del saber......................................................................... Hacia una filosofía política ............................................................. El materialismo de los incorporales................................................ Los juegos de lo verdadero y de lo falso......................................... 55 55 61 69 78 84 89 89 96 103 108 111 9 Para leer a Foucault 4. Una moral inconformista ................................................................ 1. 2. 3. 4. 5. Mayo del 68 todavía no ha ocurrido................................................ El ojo del poder ............................................................................... Una vida filosófica ......................................................................... La microfísica del poder ................................................................. El estudio del «alma» del delincuente............................................. 115 115 123 132 139 144 Una concepción productiva del poder............................................. La genealogía del racismo y el discurso de la guerra ..................... La destrucción del «sexo rey»......................................................... Una «estética de la existencia» ....................................................... Desprenderse de uno mismo y forjarse singularmente ................... 153 153 157 162 168 173 Glosario ...................................................................................................... 177 Comentario bibliográfico ........................................................................ 191 5. El control de las poblaciones y el gobierno de uno mismo ...... 1. 2. 3. 4. 5. 10 Un sociólogo crítico. Desde entonces. que le condujo a desafiar la experiencia política del hombre moderno. el vivo desafío a los límites de una experiencia familiar en la que no cabe su homosexualidad. Michel Tournier y Michel Foucault forman un triángulo filosófico de una potencia creadora singular. de Foucault. y ya juvenil. En tan especial compañía. originariamente provinciano y católico. con la siguiente temprana reflexión: «¿Por qué se dan estos límites sociales del comportamiento en que no entro yo?» «¿Qué poseo tan extraño que no soy admitido?» «¿Qué puedo hacer para ensanchar estos límites y procurar mi reconocimiento?». que ha agitado el panorama parisiense de la literatura y la filosofía de las tres últimas décadas con un malditismo semejante. 1926 es el año de nacimiento de Foucault y los dos otros ángulos de un espacio tan extremo y creador le antecedieron en un año. Foucault es el joven de Poitiers. quien elogió la «vida de los hombres perversos» escapa de cualquier ambiente que le demande integración. Jesús Ibáñez. sintetizaba en público la inquietud originaria.Introducción: Michel Foucault o el inconformismo de la moral Gilles Deleuze. que escribe en un cosmopolita periplo para recalar en París. La experiencia itinerante del particular viaje de 11 . también. Las palabras y las cosas (1966) es. hasta 1955. en contacto amistoso con Pierre Boulez. si bien desde un quietismo activo. Y Deleuze no se internaría menos en los márgenes que sus contemporáneos amigos. Atribuía su fascinación por la historia y los vínculos entre la experiencia personal y los acontecimientos de los que formamos parte a la premonición de la guerra y la muerte en la que vivió su generación: la llegada de los refugiados españoles a Poitiers. El «filósofo nómada» escribiría La lógica del sentido (1969) para salir de su ciudad con una propuesta de viajes en profundidad (no en extensión) en los recorridos imaginarios de la pequeña Alicia en el País de las Maravillas. quien más viajó en extensión fue Foucault. la experiencia colegial con la guerra de Etiopía. De forma semejante.Para leer a Foucault Foucault es una indagación sobre la singularidad. Si Nietzsche fue un pensador mucho más musical que pictórico. De los tres. Los sucesos mundanos muy pronto se entrecruzaron con los maestros filosóficos juveniles: en 1945 es preparado para entrar en la Escuela Normal Superior de París por Jean Hyppolite. Su primera estancia provisional en París. con su pasión por Magritte. Con la recurrente excusa de estar siempre enfermo. Foucault demostró. Foucault hace la importante revelación de sentirse allí en el terreno intermedio entre el personal médico y los enfermos.. También entonces descubre la música serial. una vez. practica la psicología en el Hospital de Santa Ana de París.. Wiaz. Mo- 12 . siguiendo el camino hacia Alemania. Klee. se sitúa en su doble formación de psicólogo y filósofo. Jean Barraque —quien le provocó una dramática atracción— y Michel Fano. Durante 1952 y 1953. De los viajes en intensidad caben muchas opiniones. el estallido de la segunda gran guerra. Velázquez. para resolver. sobre la diferencia. Tournier escribiría El Rey de los Alisos (1970) tras adentrarse en el imaginario de la morbosa experiencia de las juventudes hitlerianas y del monstruo. en 1946 consigue entrar y sigue como discípulo y amigo a Louis Althusser. tan marcado por el magisterio teórico y clínico de Jacques Lacan. apenas salió de París. sin encontrar un sitio entre los psiquiatras. por los territorios más variados y por las conmociones sociales más traumáticas del siglo XX europeo. Hay en la vida de Foucault muchos viajes por los saberes. vedado para cualquier joven bienpensante de izquierdas tras la Segunda Guerra Mundial. trámites académicos ineludibles en Bruselas. hay una creación y defensa críticas de su subjetividad respecto de un exterior amenazante. entonces. donde se encontraba un impresionante fondo bibliográfico de historia de la medicina. en Uppsala. la fotografía o el cine no menor que por la música. En Suecia dice haber comprendido los efectos restrictivos del comportamiento que pueden darse en un régimen de «tolerancia represiva». y traduce La antropología práctica de Kant. Duras. defendida como tesis doctoral en letras. Entre 1955 y 1961. Michals. Entre 1965 y 1968. un arrebato por la pintura. en 1970. Tenía diariamente presentes las Variaciones Goldberg de Bach. Enseñar filosofía en Clermont-Ferrand le conduce a profundizar en el estatuto político de la reflexión filosófica. redacta la Historia de la locura. como ocurría en los estoicos y los epicúreos. Comprende la escritura a la manera de los «ejercicios espirituales» de los antiguos o como un proceso social subjetivo de construcción de sí mismo. como representante y animador cultural francés en el extranjero. En 1960. En la música de Yannis Xenaquis apreciaba una prolongación esplendorosa de la Iliada. diversos pronunciamientos políticos frente a la dictadura 13 . Varsovia y Hamburgo. La complicidad rápida con Georges Dumézil —el gran estudioso de la cultura indoeuropea— le hace aceptar un alejamiento del encorsetado ambiente parisiense para acceder a la Biblioteca de Uppsala. la reflexión y la creación eran un ejercicio para la constitución de su individualidad en confrontación con los acontecimientos de su época. En sus análisis. No concebía la escritura sólo como un proceso social objetivo de intercambio y contrastación de ideas o información con sus lectores.Introducción: Michel Foucault o el inconformismo de la moral net. ya ha sido objeto de una fortísima polémica debida a la publicación de Las palabras y las cosas. Idea la Historia de la locura (1961) en la profunda decepción que sufre con el tratamiento de los locos por la neurocirugía y la psicofarmacología. a través de su escritura. publicada más tarde. el dibujo. va encontrando su lugar crítico en un mundo exterior que con sus estructuras de poder le desazona y no comprende. Fromanger o Byzantios. Para él. Foucault vive la experiencia universitaria en los márgenes de la universidad. Cada libro de Foucault es un fragmento de su biografía. Realiza. Escribe Vigilar y castigar (1975) tras comprobar las condiciones de vida de la cárcel francesa como psicólogo o visitar a los presos políticos tunecinos. Y. No sabe de dónde le viene esta pasión pero la tiene. Japón y Canadá son aprovechados para denunciar las condiciones de vida de otras cárceles del mundo. En septiembre de 1975. Foucault comenta. las libertades y los derechos del hombre se fundamentan más en la acción de hombres y mujeres dispuestos a reivindicarlos y defenderlos que en el imperativo kantiano. ha adquirido una disposición crítica. Para él. finalmente. No debe resultar extraño. molesta para las autoridades académicas. Habría habido. al historiador de Roma: «De esto se trata. Los viajes académicos a Estados Unidos. Claude Mauriac. La acción política es irreducible a las grandes cosmovisiones del pasado. entonces. Incluso en la generosa universidad norteamericana. Foucault nunca atribuyó a la tradición filosófica ser la raíz de la acción política. Leen un comunica- 14 . no le habría importado ser un nuevo Sócrates que corrompe a la juventud y es juzgado peligroso por algún comité de moralidad. en vez de promocionar su último libro. En este sentido. no hay nada que añadir».Para leer a Foucault de los coroneles en Brasil y en apoyo de los estudiantes de la Universidad de Túnez. Finalmente. tanto en su desempeño en Nanterre como en Vincennes. Una foto le muestra junto a Jean Genet y Jean-Paul Sartre en la Goutte d’Or. Más bien la concibió como la gran partera de los estados modernos. después de todo. Régis Debray y Jean Lacouture a nuestro país para protestar por la inminente ejecución de once militantes de ETA y del FRAP. acude con Yves Montad. desde su adolescencia. como estaba programado. está dicho todo. Costa-Gavras. una sobrestimación de la filosofía. Su pasión política fue muy auténtica. Foucault atiende a las declaraciones de un manifestante en los conflictos entre palestinos e israelíes por la televisión. Como profesor. Pero no atribuyó a la filosofía una evidente capacidad emancipatoria. en compañía de Paul Veyne. es recuperar la tierra de sus antepasados. Entre 1971 y 1974. Foucault hace significativos pronunciamientos a favor de la denuncia de la situación de las prisiones francesas y en contra del racismo de la policía. en los años ochenta. convocando con un altavoz a la manifestación en la calle a favor de los derechos de los inmigrantes. que Foucault alguna vez utilizara un programa cultural de máxima audiencia en la televisión francesa para hablar de la situación de los disidentes soviéticos. El personaje alude a que su única pasión. cumple su deseo de dar cuenta de las convulsiones revolucionarias en Irán. El intelectual tiene un papel catalizador que no ha de reservarse protagonismo alguno. Las burocracias totalitarias y liberales se establecen en este secreto y en no ser descubiertas en su impostura. de claro estilo foucaultiano. Así que en 1978. desde 1978. Foucault siempre confió en la propia iniciativa de quienes sufren la explotación o el daño para articular sus luchas. Más allá de la representación que se arrogan. quiso mostrarles que las condiciones de vida dolorosas no son irremontables. actor y primer reportero de su tiempo. Solidaridad. Le habría gustado ser como su amigo Jean Daniel. Foucault osciló entre la búsqueda de la serenidad antigua y el desgarramiento autodestructivo en los límites o en 15 . arbitrario. los intelectuales sólo deben impulsar las luchas de base a favor del desenmascaramiento de las relaciones de poder. Un periodismo próximo a los grandes acontecimientos de su tiempo. Otras veces aparece en Le Monde como «el filósofo enmascarado» o escribe sobre sí mismo en un diccionario de filosofía con un seudónimo. junto a la CFDT. Foucault gustaba atribuir al azar que nuestra dedicación profesional fuera una u otra. Cuando la revista L’Arc le propone santificar su obra con un monográfico. Pierre Bourdieu y Simone Signoret. Dijo ser sólo un profesor que trata de romper la necesidad de esas evidencias que oprimen a los individuos. Una de las actividades que decía haber acariciado desempeñar era el periodismo. muestran un especial aprecio por el zen. 1981. para Corriere della Sera y Le Monde. director de Le Nouvel Observateur. en sus clases en el Colegio de Francia. Foucault se refiere críticamente al «poder ubuesco» —por el Ubu rey de Alfred Jarry—. Cuando. En 1977.Introducción: Michel Foucault o el inconformismo de la moral do en el aeropuerto de Barajas. quiere mostrar el fondo ridículo. pasando de la euforia al desencanto. Hay fotos de Foucault con quimono en el rito del té o bajo un cerezo. Quería parecer como fruto del capricho del destino. y son expulsados por la guardia civil. Este apoyo a los sindicatos obreros continuó hasta su muerte. 1982 emprende diferentes movilizaciones de apoyo a los disidentes soviéticos y polacos. caprichoso en que se asientan nuestras más serias y respetables instituciones. Pero el intelectual ni debe reforzar ni ha de aspirar a sustituir a las instituciones. Sus viajes a Japón. Sin embargo. condiciona el número publicado a la sustitución de su nombre por un titular sugestivo: «La crisis en la cabeza». El uso de los placeres y El cuidado de uno mismo (1984) son el ejercicio estoico necesario como antídoto que le ayuda a sobrellevar espiritualmente la enfermedad y los libros que recibe en el lecho de muerte de manos del editor en el Hospital de la Salpêtrière. allí caracterizados..Para leer a Foucault los márgenes. sodomitas. por rechazo. la delincuencia o el encauzamiento disciplinario cae en (la cuenta de) el fondo siniestro de nuestras instituciones racionales o. ladrones. ¿Qué pudo interesar tanto a Foucault de Thomas Mann? ¿Se conmovió con la lectura de La montaña mágica (1924)? No cabe duda. El atento lector acompaña al escritor de unos palpitantes textos. apóstatas. pederastas. herejes. Y el itinerario del lector de los escritos de Foucault pasa. escuchando. ¿Pero hay alguna similitud entre sus preguntas fundamentales sobre la enfermedad de la razón y el viaje a una institución que acelera la tuberculosis.. como en aquella cumbre literaria? Hay una identidad fundamental entre la posición filosófica de Foucault en el límite entre la razón y la locura y estos personajes de la aristocracia decadente. disidentes. el remoto recuerdo del encierro de blasfemos. experimenta una transformación semejante a la del lector de «el Mago». también. Quien lee sobre la enfermedad. la locura. 16 . en junio de 1984. el primer gran libro de Foucault. asesinos. días antes de morir. asciende por los peldaños de los más elevados puestos del escalafón racional. El viaje a California es el viaje sin retorno por el sida como enfermedad mortal. la muerte. nadie queda incólume o indemne tras leer a Foucault. Con la escritura de Historia de la locura en la época clásica (1961). Thomas Mann. por una línea cada vez más difusa de separación entre la normalidad y la locura. muy semejante al inseguro alambre por el que el funámbulo de Así habló Zaratustra de Nietzsche pierde el equilibrio. Se conocen sus gustos literarios muy bien. De la misma forma que ningún personaje de La montaña mágica es visitante episódico del hospital antes de comenzar un prometedor trabajo pues todos serán atrapados por el atractivo de la enfermedad. escribiendo y reescribiendo esos papeles. por el río infinito sin puerto. Foucault no cesó de aproximar su propia experiencia a la experiencia de los márgenes. Quien se embarque en sus primeros textos dedicados al mito de La nave de los locos. un crítico diagnóstico de la racionalidad moderna acababa de comenzar. que no se curan y se internan cada vez más en la enfermedad. ¿en qué consiste este tiempo que estamos viviendo? La filosofía es «diagnóstico del presente» en que vivimos.1. 17 . la historia y la voluntad de verdad. escritos en torno a 1880. Nietzsche y Foucault conciben la filosofía como un diagnóstico del subsuelo de nuestro presente: ¿qué somos hoy?. para Foucault. La filosofía dejó de ser proyecto fundador del pensamiento y actividad reflexiva sobre la totalidad para afrontar una tarea parcial. Sin embargo. pero. en los que el eje es el problema de la verdad. Un diagnóstico del presente El pensamiento de Michel Foucault parte de la crisis del papel fundamentador de la filosofía. Foucault ha señalado la influencia ejercida en su pensamiento por algunos textos de Nietzsche. vinculó el surgimiento de los problemas específicos de la filosofía moderna a la pregunta kantiana sobre Was ist Aufklärung? Ésta es la pregunta por el momento en que la razón consigue su madurez y por su incidencia en el mundo moderno. La matriz de este tipo de reflexión es kantiana. su expresión más radical es nietzscheana. Un cambio de rumbo definitivo vendría dado por la crítica de Nietzsche a la filosofía cartesiana. Una renovación del «atrévete a pensar» 1. Nietzsche entendió su función parcial. Tras la crítica kantiana. La «genealogía del poder» es la caligrafía de la ingente tarea que Nietzsche destina a los más esforzados y eruditos en «Algo para gente laboriosa» (La gaya ciencia. nietzscheana y kantiana. de las deformaciones físicas. La crítica nietzscheana del cogito moderno revela la fragmentación de la razón y del sujeto de conocimiento. de las fuerzas. de las castas. La tarea de la filosofía no consiste en enunciar la esencia última de las cosas. como allí señala Nietzsche.Para leer a Foucault A partir de la formulación de esta pregunta. en alumbrar el conocimiento. descubrir el substrato de fuerzas escondido tras el saber es tarea del «médico filósofo». como umbral del pensamiento. ¿qué es este momento en el que vivimos? Tal como Nietzsche señala en el prólogo a la segunda edición alemana de La gaya ciencia. concebidos como «ontología del presente». es el pensamiento de Nietzsche el que lleva a su límite la crítica de la racionalidad clásica. La filosofía pierde ese estatuto que había poseído de proyecto fundador del pensamiento y de actividad reflexiva sobre la totalidad. como diagnóstico del subsuelo de nuestro presente: ¿qué somos hoy?. la filosofía se planteó como indagación en torno a tres manifestaciones de la racionalidad: el pensamiento científico. VII): analizar las condiciones de existencia de los hombres en los mecanismos más corporales. la historia del dolor. bajo la historia del pensamiento. Una mirada más penetrante. el sujeto enunciativo de la verdad queda fijado al espacio mediador de su finitud. e inaugura otro modo de pensar. Esta pregunta por el presente en que nos encontramos. Ahora bien. como paso previo a la apertura de un espacio inmenso de experimentación. negada o afirmada. desde sus primeros escritos. la metafísica. una mirada más filosófica. su plasmación técnica y la organización política. donde el problema no son los universales. sino la vida. sino en indagar las condiciones de posibilidad en que se produjo el saber. nueva. al concebirla como estructura de dominación y poder. sino en las profundidades de estas ensoñaciones de la razón. en vez de como racionalidad natural y necesaria. Para Foucault. descubre. la objetividad o la verdad. Su análisis de la racionalidad 18 . cap. obsesiona los análisis arqueológicos y genealógicos de Michel Foucault. la contestación a aquellos dos grandes interrogantes no se encuentra en las ideas. la lapidación. la sexualidad. Otorgaba. Una renovación del «atrévete a pensar» política moderna coincide con la relación establecida por Nietzsche. Tal como señala en La genealogía de la moral. Esta comprensión nietzscheana del individuo como producto uniforme y calculable es recogida por Michel Foucault en su «historia política de los cuerpos». mientras que Bachelard. a la capacidad de olvido y consiguiente jovialidad del hombre. A finales de los sesenta. el filósofo parece expresar lo que desea quede como objetivo final de sus análisis: ofrecer una historia de los procedimientos de subjetivación del individuo en nuestra cultura. Canguilhem y el propio Foucault conectan esta cuestión con la historia de la ciencia. más importancia a dar cuenta de cómo se construyen los «objetos» que a su descripción fenomenológica. tal 19 . entonces.. la historia responde arrancando al individuo de su soberana voluntad. Canguilhem y Foucault sustituyeron los presupuestos de la fenomenología por un acercamiento mayor a la especificidad de las ciencias.. la muerte. La rueda. uniforme. las relaciones intersubjetivas. fueron algunos de los instrumentos de esta ingeniería disciplinaria o mnemotécnica histórica mediante la que se pretende producir un hombre necesario... La materialización de este cambio de rumbo en la filosofía moderna. para Foucault. En «¿Por qué estudiar el poder?: la pregunta por el sujeto» (1981). la memoria y el cuerpo. La genealogía nietzscheana desarrolla una historia crítica del desigual combate entre la historia y el cuerpo: historia crítica en la que se pone de manifiesto la larga serie de métodos mnemotécnicos por los que se graba la memoria en el cuerpo de los individuos. la actuación política. La filosofía tradicional en los años cincuenta era especulación sobre el sentido de los temas trascendentales —la vida. fue diversa en Alemania y Francia. La tradición proseguida entre Max Weber y Jürgen Habermas formula la pregunta por el significado de la Ilustración en torno a la historia de la razón y de las racionalidades en Europa. Bajo esta forma de memoria se organizan los rituales disciplinarios. entre la historia.1. la existencia de Dios. el empalamiento. el desollamiento. en La genealogía de la moral. Gaston Bachelard representó una línea crítica de la fenomenología imperante en el panorama filosófico francés de los años cincuenta. igual y calculable. Bachelard. Cavaillès. Dentro de la «epistemología histórica» francesa. Cavaillès. partidarios del formalismo y del institucionalismo de Husserl. en el panorama francés de los años cincuenta. Koyré y Canguilhem. se agrupan los partidarios de una filosofía del saber. inexplicables con una fundamentación absoluta de la ra- 20 . En la formación de la perspectiva del autor de Historia de la locura en la época clásica ha sido imprescindible esta oposición a la fenomenología por la que una filosofía del concepto sustituyó a una visión. antes dominante. En cambio. De otra parte. para Foucault. acumulativa y progresiva del desarrollo científico. La «epistemología histórica» francesa criticó una visión continuista. se sitúan quienes siguen la filosofía de la experiencia. en su sentido clásico. sino un historiador de la ciencia: Georges Canguilhem. la formación de la sociología crítica y la renovación del psicoanálisis en Francia son atribuidos. profundizadores de la filosofía fenomenológica. principalmente—. El debate con el marxismo. la historia de las religiones.. Dentro de este nuevo giro. el auténtico impulsor de los debates filosóficos en Francia. Estos últimos. De una parte. el acontecimiento y la discontinuidad. pero irreductibles a un discurso filosófico unitario. las matemáticas. sustentada por la soberanía de la conciencia. siempre vincularon la pregunta por el fundamento de la racionalidad a la indagación acerca de las condiciones de existencia de la propia racionalidad.Para leer a Foucault planteamiento ha quebrado por la aparición de dominios de conocimiento específicos —la lingüística. más cercanos a la renovación filosófica impulsada también por Foucault. durante los años posteriores a la mitad de la década de los cincuenta no era un filósofo.. Bachelard.—. En «La vie: L’experience et la science» (1985). la mitología. objeto de reflexión filosófica. del sentido y del sujeto —Sartre y Merleau-Ponty. a la «epistemología histórica» francesa. La filosofía de la conciencia propiciaba una historia de la ciencia asentada en la aportación de los precursores del conocimiento y del progreso científico. por el filósofo francés. de la racionalidad y del concepto —especialmente Cavaillès. la renovación crítica de esta metodología subrayó las condiciones reales de posibilidad donde se desarrolla el cambio científico. Foucault explica cuáles son las líneas de fuerza del debate filosófico en torno a las Meditaciones cartesianas (1929) de Husserl. . frente a la soberanía concedida al sujeto de conocimiento. crisis. se conseguía un relato histórico continuo. la dispersión irreductible a la causalidad. toma de conciencia. la narración irreconducible al protagonismo de los personajes son inatribuibles al programa del supuesto «estructuralismo». aclarar algunos de sus postulados metodológicos en torno a la «discontinuidad» y la «ruptura» en la historia. ciencia y conocimiento. Una renovación del «atrévete a pensar» zón y la historia. La arqueología es diametralmente opuesta a la historia de las ideas.1. A través de estos conceptos unificadores. La «arqueología» rehúsa utilizar la noción de sujeto. Louis Althusser. la «periodicidad». causalidad. un origen o una actividad histórico-trascendental. condiciones sociales. una inquebrantable soberanía del sujeto y una continuidad entre experiencia. Jacques Lacan o Roland Barthes. se marcaron como objetivos rebatir a los humanistas que cercaron críticamente a los planteamientos de Foucault. El conocimiento como reflexión atribuible a un sujeto es puesto fuera de juego por la arqueología. Entre la historia comprendida como continuidad y la concebida como ruptura entre los acontecimientos. Dos artículos. La búsqueda de las condiciones de posibilidad de las «ciencias humanas» lleva a Foucault a adoptar algunos de los instrumentos metodológicos del análisis literario. 21 . el nouveau roman. Mientras la historia de las ideas más usual adoptaba todas las nociones necesarias para unificar el discurso —influencia. La utilización del «acontecimiento». sería básica en la formación del método historiográfico de Foucault.—. la arqueología opta por esta última. y especificar algunas de sus referencias más cercanas. de Guéroult en la historia de la filosofía y de Serres en la historia de la ciencia. devenir histórico. la arqueología asimila un instrumental conceptual disperso entre métodos tan diversos como el de Fernand Braudel. Éstas han sido las nociones unificadoras de la originaria discontinuidad del discurso. «Respuesta al Círculo de Epistemología» y «Respuesta a una pregunta» (1968). evita observar una actividad constituyente.. concepción. Esta modificación impulsada por Canguilhem y Koyré. La «arqueología» pretende descubrir cuáles son las condiciones efectivas en que surgen las distintas «formaciones discursivas». Se trata de aparatos conceptuales adecuados a mostrar la discontinuidad en la emergencia histórica de los saberes. Su método es inverso al de la historia de las ideas. sin corregir hasta 1970. Otra influencia de Foucault en sus trabajos historiográficos es el historiador y filósofo del arte Erwin Panofsky. Foucault guardó distancia. Uno de los más importantes representantes de la historia de las mentalidades. ritos y símbolos de la época. crítica. sus referentes ejemplares en el trabajo histórico son tan sugestivos como marginales son sus representantes. de fuentes gráficas. de la disolución del relato clásico por unas secuencias no dominadas por el personaje. Foucault ha realizado un «desaprendizaje agresivo» de toda una cultura historicista imperante. se trató de un rechazo del presupuesto papel hegemónico atribuido por el existencialismo al hombre. incluso. con la escuela de los Annales. Foucault le atribuye una insólita «estilística de la existencia» capaz de relacionar todos los gestos representados en un cuadro.. ha subrayado el interés de este tipo de fuentes para el análisis historiográfico. iconos. así como de la crítica de la idea de causalidad y progreso realizada por la historia diacrónica de los Annales. ahondando en materiales de interpretación muy distintos. Unas veces se trata de datos históricos —fechas. al cuestionar su errada disociación entre historia social e historia de las ciencias. De la parte negativa. en cambio. del método arqueológico cabe subrayar el rechazo de la noción de comentario (reducción de la 22 .. Así lo señala en «Les mots et les images» (1967). El rechazo de la idea de causalidad por esta historiografía y el desprendimiento arqueológico de las falsas unidades discursivas que impiden mostrar a los enunciados en su dispersión guardan ciertos paralelismos.—. Jacques Le Goff. La antihistoriografía de Foucault se nutrió.Para leer a Foucault Muy al contrario. hechos.. textos literarios.. El tratamiento dado al Renacimiento en la Historia de la locura y Las palabras y las cosas aúna brillantemente la reconstrucción histórica con la interpretación de los mitos. otras. Al historiador de la infancia. Éste es el caso del contumazmente silenciado Philippe Ariès. la conducta o el sentimiento de una época son —para Ariès y Foucault— manifestaciones significativas para la historia. cuadros. dotado de una conciencia introspectiva y de una libertad o condena irrehusable a elegir. La existencia. Por ello. Hay una distancia infranqueable entre el trabajo de Foucault y el de los historiadores. la cotidianidad y la muerte. textos. de influencia (establecimiento de semejanzas entre individuos. a lo largo de la historia no existe «la» medicina. sino sucesivas estructuras y prácticas. Foucault relaciona los acontecimientos históricos y los objetos propios de una época con la existencia de prácticas sociales históricas a las que no precede sentido alguno. obras. de origen secreto (difuminación del acontecimiento mediante una palabra dicha ya anteriormente). Los «maestros de la sospecha» En «Foucault revoluciona la historia» —anexo a Cómo se escribe la historia (1971)—. de materias o géneros (clasificación por épocas).. Cada práctica engendra el objeto que le corresponde. «la» locura. Una renovación del «atrévete a pensar» azarosidad y acontecer del discurso por el procedimiento de glosa). nociones y teorías). «la» enfermedad.. de libro (delimitación de unos escritos fuera de otras referencias a citas. frases o libros).1. clases. de mentalidad y espíritu (unificación de fenómenos simultáneos o sucesivos en torno a una conciencia colectiva). Tras este trabajo destructivo. estratos. sino que representa la 23 . La epistemología historiográfica de Foucault niega cualquier objeto natural. 2. Según Veyne. estas prácticas constituyen un nivel preconceptual —unas «condiciones de posibilidad»— favorecedor de objetos cuya emergencia no es natural o necesaria. gobernados. de tradición (suavizamiento de la diferencia de los comienzos mediante la agrupación temporal de fenómenos sucesivos e idénticos). libertades. ideales. reyes. de obra (agrupación artificiosa de materiales múltiples y diversos). los enunciados aparecen en su dispersión como «acontecimientos discursivos». De acuerdo con Veyne. El movimiento de estas prácticas no es regido por principio teleológico alguno. y de autor (clasificación y reagrupamiento de los textos en torno a un creador). Así. en su propia extrañeza. «la» perversión. Paul Veyne señala muy acertadamente que tanto los análisis arqueológicos como los genealógicos de Foucault han realizado una descripción de una serie de acontecimientos en su azarosidad. la materialidad de estas prácticas requiere el abandono de las grandes nociones que la ideología despliega en la explicación-ocultamiento de este nivel descriptivo o preconceptual: Estado. a su vez. sino una cierta relación que hace prevalecer cierta interpretación sobre cierta otra. Al contrario que los lingüistas. se constituye en esta labor de combate con las creaciones de lo verdadero. Freud.Para leer a Foucault actualización mecánica de las propias potencialidades que encierran las cosas. la anomalía del positivismo de Foucault reside en que no contempla que existan los hechos de los positivistas. Marx y Freud. Para todos ellos existe una proliferación de sentido en la interpretación de los hechos. Richard Rorty ha situado la genealogía de Foucault dentro de una corriente de filosofía contemporánea que denomina «textualismo». sea las relaciones de producción o el «ello» freudiano. Nietzsche. No hay un primer motor del discurso y de su verdad. Esta metodología es afín a un «positivismo anómalo». el dictum en su propia literalidad. A partir de Nietzsche. La verdad del discurso guarda una relación múltiple con fuerzas diversas. «fundadores de discursividad». se da una multiplicidad de diferencias discursivas. a partir de la genealogía nietzscheana. se puede encontrar una relación referencial entre el signo y el significado y la interpretación es una operación que se ejerce sobre un signo pasivo previo. El interprete. Estos pensadores deshicieron la posibilidad de una visión canónica de la realidad. sin explicación alguna. Wittgenstein— en los siglos XIX y XX. Para la perspectiva mantenida por Foucault. Ahora bien. Foucault entiende el discurso como la literalidad de lo dicho. la diferencia platónica entre realidad y apariencia se difumina. Por ello. Foucault es muy critico con las categorías utilizadas por la concepción tradicional de la racionalidad. antes de que un velo ideológico se interponga con una función explicativa tan propia de la Razón. La ar- 24 . Foucault los llama. Hasta entonces. Más que un principio de unidad y de ordenación del discurso. Se trata de lograr la captación de lo dicho en su materialidad. Foucault está situado en la nueva hermenéutica abierta por los «maestros de la sospecha» —Marx. la hermenéutica contemporánea no es una labor de elucidación y búsqueda del aletargado sentido sino una labor de violentación en la que lo único verídico es el intérprete. en «¿Qué es un autor?» (1969). Es una prolongación de la filosofía nietzscheana que afirma que el significado de un texto no es una excavación que airea su significado real y lo hace inteligible. la medicina clínica —Nacimiento de la clínica (1963)— y la criminología —Vigilar y castigar (1975). No hay un motor fundamental que unifique la multiplicidad de fuerzas en la que se construye una «realidad» contingente. discontinua y no sincronizada. Así ha sido con la psiquiatría positiva —Historia de la locura en la época clásica (1961)—. es premeditadamente discontinua: rehúye tanto las falsas suturas como la complacencia ante el presente a la vista del pasado. en Michel Foucault: más allá del estructuralismo y la hermenéutica (1982)—. Tal historia general.1. a subrayar la incidencia de elementos extradiscursivos en la regulación del discurso. Como condiciones de existencia de los discursos. De un primer periodo en el que prioriza a los elementos propiamente discursivos —incurriendo en la «ilusión del discurso autónomo». más concretamente. Foucault distinguió prácticas discursivas y extradiscursivas. No hay un vector de progreso en su historiografía que privilegie al presente. ha pasado. hasta que llegaran a constituirse en nuestro saber y. desde el siglo XVII. en expresión de Dreyfus y Rabinow. son analizadas las condiciones de posibilidad de determinadas ciencias humanas vinculadas a la dinámica de prácticas sociales y estructuras de dominación y poder concretas. Entre ambos extremos. De ahí que la arqueología pueda realizar una «historia general» de las prácticas que prefiguran lo que en determinado momento histórico puede ser dicho en su propia especificidad y no pretenda acabar una «historia global» unificada y coherente. Foucault recapacitaba sobre sus inquietudes para delimitar su investigación como la determinación de las condiciones de existencia de los discursos científicos en Europa. el saber que adoptó este curioso objeto que consideramos el «hombre». El largo recorrido entre uno y otro momento posee dos extremos: la utilización de la noción de episteme en Las palabras y las cosas (1966) y la aparición de la noción de «dispositivo» en La voluntad de saber (volumen I de La historia de la sexualidad (1976)). propiciada por Foucault. Paul Veyne ha visto en su método arqueológico «el fin de la historia». después. Una renovación del «atrévete a pensar» queología y la genealogía evitan una explicación fundamental y entienden la realidad como el constructor de una multiplicidad de fuerzas dispersa. Tanto la «arqueología del saber» como la «genealogía del poder» han dado lugar a una «mor- 25 . En «Respuesta a una pregunta». y la destrucción del «yo» en el arte. No es casualidad que el anuncio de una etapa estructuralista. Acababa destruyendo la justificación de una «naturaleza humana» y señalando la distancia del individuo con las cosas. La concepción trágica de la libertad existencialista como la condena a tener que elegir fue un intento final por mantener a la cultura francesa en los límites del humanismo. Sobre los fueros de la profundidad y del drama humano se levantaba la época de la superficialidad y del destronamiento del sujeto soberano.Para leer a Foucault fología del saber» que explica los tipos históricos de racionalidad y dominación. A Foucault la literatura. ha considerado al lenguaje significativo el último y más fundamental albergue del humanismo. Lévi-Strauss ya no atribuía la atribución del sentido al sujeto. su antropocentrismo ontológico. La revocación del humanismo abría el sinsentido desilusionado de la existencia. el auge del formalismo —neopositivismo y movimiento lógico matemático— precursor del estructuralismo. su armonización del sujeto en la naturaleza y su absolutización de la tragedia. humanismo. auspiciada en todas las ciencias sociales y la lingüística. se haya producido de forma denodada en la literatura. Existen algunos síntomas muy precisos de estas convulsiones culturales: la crítica interna al marxismo francés encabezado por Sartre y Althussser. sino a la relación estructural entre elementos diversos en el conjunto de un sistema. le ha conducido a los márgenes de la filosofía. la polémica con la fenomenología. Vencida la primera mitad del siglo. Además. Alain Robbe-Grillet realizaba una programática crítica del humanismo por su búsqueda de la profundidad. la superioridad del sistema sobre el individuo. Consciente de la ambigüedad y la diversidad de los estudios encerrada bajo el «estructuralismo». tragedia» (1958). su reapropiación del sentido. hubo quien optó por referirse más bien a «culturalismo estructural». Se trataba de una reacción francesa frente al panorama cultural surgido tras la Segunda Guerra Mundial. personaje de una narración o de la historia. más que de una escuela mínimamente integrada. Tras la Segunda 26 . En «Naturaleza. en Francia no había un hilo conductor firme que pudiera agrupar investigaciones y publicaciones bajo una denominación clara de «estructuralistas». como experiencia de los márgenes. el análisis del folclore y las leyendas. el formalismo a mediados de los cincuenta y comienzos de los sesenta. Camus. con un movimiento cultural amplio de rechazo de la tradición humanista. Foucault separó su método arqueológico del estructuralismo. En este contexto se escribió Las palabras y las cosas. se produjeron contundentes cuestionamientos del humanismo en la creación literaria y en la crítica. la música. Todos dinamitaban con sus experimentos literarios el espacio del libro como lugar de la verdad y del sentido. La auténtica renovación respecto del marxismo dogmático la realiza. con repercusiones en la pintura. que al estructuralismo. para Foucault. y la arquitectura. el pensamiento teórico. surgido en los países del Este. La experiencia literaria del sujeto hablante es sustituida por las máscaras del lenguaje. 27 . durante la década de los sesenta. representada por SaintExupéry. Blanchot señalaba esta quiebra de la función representativa del lenguaje y la rotación de los signos sin significado prescrito con la expresión entretien infini. el estructuralismo proseguiría esta renovación ya avanzada. Y no dudó en subrayar el carácter novedoso y coyuntural de la invención del hombre en el siglo XIX. para Foucault. Y Foucault celebra la clausura del libro como lugar hegemónico del sentido al comentar La tentación de San Antonio de Flaubert. Foucault otorgaba más crédito al formalismo. Una renovación del «atrévete a pensar» Guerra Mundial. Así el rechazo de la función «autor-padre-sujeto» propiciado por Roland Barthes y la señalización de la intransitividad del lenguaje. para rebasar el sentido y defender la peligrosidad del lenguaje en un estado de comunismo ideal. en cambio. Si se identificó. Alain Robbe-Grillet en El año pasado en Marienbad protegía el anonimato de los personajes con el empleo de iniciales. Teilhard de Chardin y Sartre. El primero ha sido. en el brillante final de Las palabras y las cosas. En alguna ocasión. en «La biblioteca fantástica» (1967).1. Solo después. identificó humanismo con «blandura». Michel Butor en La modificación y Jacques Derrida en La diseminación destruían la soberanía de la primera persona del singular con el empleo del vous. uno de los más importantes movimientos de la Europa del siglo XX. Mientras que el segundo sólo ha logrado unificar criterios metodológicos en la lingüística y la mitología comparada. En estos aspectos se reconocen muchos estructuralistas. La historia del saber deja de ser celebración del crecimiento de las capacidades del hombre para pasar a ser una radiografía del hombre en sus vínculos con sus sistemas reales. a través de la etnología (crítica de la noción de progreso a través de la equiparación de las sociedades primitivas con las sociedades modernas). El «yo» fue sustituido por el «hay» en la literatura. la definición de lo simbólico por un criterio posicional. la determinación de los elementos de lo simbólico en sus posiciones y relaciones. El pensamiento anónimo El marxismo no se había ofrecido como marco metodológico idóneo para apoyar los nuevos interrogantes planteados por las ciencias humanas. 28 . para Foucault.Para leer a Foucault 3. Es el sistema lo que organiza el mundo social. y el postulado de una praxis interpretativa de los fenómenos sociales como mayor logro de los autores así catalogables. y esta modificación. científico y técnico. Consciente de la dispersión del método estructuralista. Gilles Deleuze se preguntaba en qué se reconocen los estructuralistas y no qué es el estructuralismo. y la linguística (reconsideración de las leyes formales de la lengua) se desplegó un esfuerzo considerable en el análisis del sustrato de la finitud del sujeto. Fundamentalmente. a partir del campo abierto por el positivismo lógico y las matemáticas formales así como de las aportaciones de la linguística y de la etnología. el alumbramiento de lo simbólico como estado latente. sistemático. La epistemología estructuralista. el psicoanálisis (descubrimiento del inconsciente). Foucault manifestaba la sustitución de la preocupación fenomenológica por el sentido por la emergencia de un pensamiento anónimo. y no el otorgamiento de sentido al mundo por el hombre. la delimitación de las relaciones seriales de lo simbólico. supuso una reacción frente a la epistemología clásica y contemporánea. Para señalar como rasgos identificadores: la introducción del nivel de lo simbólico. El recambio cultural provocado por esta nueva ola fue monumental: puesta en cuestión de la universalidad de las categorías de la razón moderna. cuestionamiento de la consideración del sujeto como sustancia o dato previo y disolución de la teología del Hombre. crítica de la historia como totalidad en marcha orientada hacia algún sentido. la localización del objeto simbólico en su estructura. más que el estructuralismo. comienzan a observarse realidades que. Al requerir de una formalización de estructuras preexistentes. en torno a la concepción de la historia. por tanto. representado por Hans-George Gadamer. el compromiso del observador con el campo semántico que comprende. Paul Ricoeur señaló. Barthes y Foucault se agrupan como «estructuralistas». Derrida.1. A este ambiente cultural serán adscritos muchos: Barthes. Boulez. Una renovación del «atrévete a pensar» es reflejo de una acción sin responsable. Canguilhem. los estudios sociales de LéviStrauss. conllevan riesgos asumibles si. Estos esfuerzos formalizadores. Al subrayar la existencia de un sentido no debido a la conciencia del hombre.. cuando Foucault se detiene en el estudio de la historia natural. la economía y la lingüística. Desde la hermenéutica. a partir de su formalización. la biología. Lévi-Strauss. Althusser. Butor. no proponían una vuelta al absurdo. en polémica con Lévi-Strauss. el método estructuralista posee un componente creativo que conlleva riesgos formalizadores. Ehrman. el análisis de la riqueza y la gramática general. el panorama intelectual francés se divide. Partidarios metodológicamente de las estructuras y sistemas lógicos. de otra parte. Las posiciones convencionalmente conocidas por ser de izquierdas se agrupan en torno a Sartre y conceden un papel relevante al sujeto histórico en el trazado del rumbo de la historia. Benveniste. hasta entonces. Éstos favorecieron un relevo del marxismo por el estructuralismo en el mismo seno de los grupos de izquierdas que operaban así 29 . En los años sesenta. Pero tampoco cabe hermenéutica sin conexión fuerte con el método estructural.. subrayó. de un pensamiento sin sujeto y. Así fue con el polémico libro Las palabras y las cosas. No cabe duda de que no existen estructuras formalizables sin una previa tarea hermenéutica. por una parte. Genette. El «círculo hermenéutico». para Deleuze. y. Lacan. de un teórico sin identidad. Macherey. Vernant. anónimo. no habían sido tomadas en consideración. sino la aparición de un concepto combinatorio —topológico y relacional— del sentido. la estrecha relación entre hermenéutica y estructuralismo. Foucault. Gilles Deleuze destaca la formulación de estructuras de series en Las palabras y las cosas. Las posiciones oscilan entre un antropocentrismo fuerte y su disolución. El sujeto tiene un papel importante en la localización o formalización de las estructuras que le preexisten. Dreyfus y Rabinow han subrayado las semejanzas tangenciales existentes entre Las palabras y las cosas y La arqueología del saber (1969) y el método estructural. la prioridad dada al corte sincrónico y a los isomorfismos entre saberes diferenciados concitó las críticas de quien le achacaba un olvido de la importancia de una explicación diacrónica e histórica en la historia arqueológica. 30 . sino la función estructuradora del sujeto ante realidades que no se encuentran formalizadas como modelos. Sobre Las palabras y las cosas recayó la clasificación de estructuralista como un estigma puesto por quienes desaprobaban la labor sistematizadora que articula la reflexión. La discusión más fértil en torno al estructuralismo no es si existen modelos conocidos como estructuras.Para leer a Foucault considerados desde la Liberación de Francia de la ocupación nazi. Y Daix señaló que se trataba de una metodología no reducible. Foucault ha señalado que la discusión sobre el estatuto del sujeto en la modernidad es el punto de confluencia entre método arqueológico y estructuralismo. Ambos coinciden en criticar la concepción lineal y progresiva de la historia. Sólo atiende a las prácticas lingüísticas o discursivas: analiza el discurso en tanto que «esfera autónoma». al estructuralismo porque destaca. otros subrayaban un abuso del modelo lingüístico. Desde un humanismo más o menos ortodoxo. las críticas se sucedieron: unos señalaban que era una mera moda que se disiparía como el humo. Desanti ha valorado que la vitalidad del estructuralismo se redujo a las matemáticas. La polémica poco aportó. Foucault ha intentado un análisis exclusivamente interno del discurso. Si bien se diferencia del estructuralismo porque no pretende una «teoría universal del discurso». o reparaban en un fuerte sesgo tecnocrático que trivializaba la impotencia social para transformar la sociedad como si fuera un juego. Deleuze ha manifestado que la arqueología del saber no se encuadra dentro ni del método axiomático ni del estructuralista: conecta más con el método serial de los historiadores. generalmente. En el interior del marxismo. sobre todo. Pero. así como el papel sustancial del sujeto en el cambio social. la diversidad de los sistemas y el juego de las discontinuidades. Piaget calificó la arqueología de las ciencias humanas realizada allí como «estructuralismo sin estructuras». Hacia la mitad de los años sesenta. este cambio de orientación metodológica hacia el estructuralismo fue apoyado por Althusser. estrictamente. — desde momentos previos a la Ilustración. Foucault no pretende ni la inimputabilidad de la ra- 31 . Una renovación del «atrévete a pensar» sino señalar las diferencias históricas de las prácticas discursivas. en opinión de Foucault. con los abusos del poder político. no menos importante. Heredero del pasado de la Aufklärung. Una tarea filosófica no estrictamente estructuralista. frente a los excesos de la razón ilustrada... y. Interpretar y formalizar. pues había sido alentada desde Kant a la teoría crítica. Para Foucault. Pero el sentido de diagnóstico de la razón que posee su analítica del poder no pretende una revocación total del racionalismo. sino pensar el impensado del pensamiento: preguntarse por el ser del hombre y suspender la instancia de la representación. Sin embargo. Todas estas relaciones de Las palabras y las cosas con el estructuralismo están determinadas por el ambiente de una época. son las dos grandes manifestaciones del análisis en nuestro tiempo. Al plantear la finitud de la filosofía. la interpretación de Jean Hyppolite de la filosofía de la historia de Hegel puso a Foucault ante el problema de los límites de la filosofía. Foucault vincula el binomio hermenéutica/formalización a la fenomenología y al estructuralismo. las relaciones entre la violencia y el discurso. si bien no podía ser entendida como antimoderna. Encuadró su trabajo filosófico en una corriente crítica. no se trataba de analizar críticamente la racionalidad moderna —así Adorno y Horkheimer— sino de estudiar el proceso de racionalización en diversos dominios de la experiencia —locura. En Las palabras y las cosas. surgida en el siglo XIX. Foucault reconocía en el hegelianismo de Hyppolite algunas de las pistas que surgirían en su obra: las relaciones entre el contenido del saber y la necesidad formal. Pero no suponen una bifurcación o elección inapelable. crimen. Muy pronto. enfermedad. Dreyfus y Rabinow han descartado esta supuesta autonomía como una ilusión. no son estas operaciones modernas del pensamiento las más características de la arqueología del saber. en este último sentido. en un espacio común: el umbral de la edad moderna. ya que las instituciones y las prácticas de cada época sostienen el discurso. para el autor de Las palabras y las cosas. Michel Foucault vinculó la racionalidad ilustrada. Hegel abrió el comienzo y el fin del pensamiento filosófico: expresar inagotablemente el «campo total de la no-filosofía».1. Son técnicas correlativas constituidas en un suelo común. sexualidad. desde el siglo XIX. en opinión de Foucault. al preguntarse por la idiosincrasia de la Ilustración. y del intempestivo carácter de la filosofía de Nietzsche: negación del pasado y apertura a un porvenir donde se vislumbra una experiencia de mayor riqueza. Todo el pensamiento de Foucault quedó finalmente comprometido a la elaboración de una «ontología del presente»: análisis de los límites históricos de la racionalidad.. abierta por Was ist Aufklärung?. Foucault radica su reflexión sobre los límites de la racionalidad en el pensamiento crítico de Nietzsche. el aparato técnico y la organización política. Kant inaugura. pero también en Kant. Acto peligroso en el que el individuo pone a prueba su capacidad artística. Tal concepción de la filosofía. De otra parte. para eludir el lastre del perseverante pasado que le constituye. la reflexión filosófica moderna.— y rebasamiento de tales límites por los individuos. escuela. practicada por Foucault. La pregunta por las consecuencias sociales del estado maduro de la razón. la tradición francesa. fábrica. consistente en liberarse de nuestro pasado. supuso el desarrollo de dos tradiciones de pensamiento diversas. De una parte. un acto al servicio de la vida. psiquiátrico. pero se trata de una interpretación abocada a la construcción del porvenir. analizando sus tres manifestaciones fundamentales: el pensamiento científico. representada de Weber a Habermas. Esta tarea ontológica es concebida como acto de liberación no-histórico. la tradición alemana prosiguió una historia de la razón y de las racionalidades en Europa. establecidos por ciertas prácticas —cárcel. antes. tiene como principal función la incidencia de la razón en el mundo moderno. por la vinculación del discurso metafísico con la reflexión sobre los límites de la racionalidad. de nuestra memoria. El pensamiento de Foucault se reclama de am- 32 . En la segunda Consideración intempestiva —«De la utilidad y de los inconvenientes de los estudios históricos para la vida» (1874)—. para Foucault. Bien pronto. Nietzsche concibe la «ontología del presente» como interpretación del momento actual a la vista del pasado. analizó las condiciones de la racionalidad en diversos dominios del saber.Para leer a Foucault zón ni la exaltación de la irracionalidad. entendida como capacidad de olvido. Éste es el sentido de la filosofía como «diagnóstico del presente». representada por la historia de la ciencia. Nietzsche fue un autor fundamental en la ontología crítica de Foucault. Pero.. 1. dominante en la década de los cincuenta en Francia. Todos los discursos de fundamentación científica —sujeto trascendental. Bachelard opuso un estudio de las condiciones reales de producción del conocimiento científico a toda la reflexión basada en un cogito cartesiano. La epistemología practicada a partir de Bachelard es una reflexión acerca de la producción de los conocimientos. como la búsqueda de un lugar propio en el contexto abierto por la epistemología histórica francesa. La crítica desarrollada por la epistemología histórica a los presupuestos de la fenomenología propició un tipo de reflexión mucho más respetuoso con la especificidad de la ciencia. del que estos autores se ocupan. Foucault vincula su genealogía de las formas históricas de racionalidad. resultado del desarrollo de las ciencias físicas. y de las relaciones de poder. campo constitutivo fundamental. en cada momento histórico.. De Bachelard a Foucault se produjo un constante análisis psicoanalítico del conocimiento objetivo. los análisis de Foucault —centrados en el surgimiento de las ciencias humanas— suponen una neutralización de la cientificidad del conocimiento.. Foucault 33 . Canguilhem y Foucault. Durante los años de formación del método arqueológico se padece un antiguo «malestar en la filosofía». en los estudios de Bachelard. la biología y las ciencias humanas. produce sus propias normas de verdad. Una renovación del «atrévete a pensar» bas tradiciones encarnadas por Weber. Esta profundización crítica de la racionalidad moderna —en sus formas históricas cambiantes— tiene su contrario en la fenomenología.— entran en crisis. Canguilhem y Bachelard. para mayor esclarecimiento de que toda ciencia. La consideración de la historia como instrumento prioritario de análisis. Al análisis de las formas de racionalidad dominantes. que convirtieron al sujeto en objeto científico. No en vano Las palabras y las cosas ha sido considerado como un auténtico texto de combate. Pero a diferencia de los análisis de Bachelard —dirigidos a la física y a la química— o de Canguilhem —dedicados a la biología y a la medicina—. que garantizaron tal reorganización del saber moderno. El enclave del método arqueológico de Foucault con la historia de la ciencia francesa supuso tanto una crítica de la fenomenología. dialéctica totalizante. no se traduce en un relato de los hitos científicos sino en la determinación de las condiciones de posibilidad de la racionalidad. para referirse al dominio de determinados «saberes». la escuela de Frankfurt. Robert Castel y Jean Claude Passeron. tachada de teoricista y burguesa. recibió el impacto de investigaciones mucho más específicas en lingüística e historia de las religiones. como Pierre Bourdieu. vino de la influencia directa e indirecta de un historiador de la medicina: Georges Canguilhem. También le atribuye ser el pasto de un pensamiento humanista que le fue crítico pero que aprovechó sus objeciones finales a Freud para revitalizar el tratamiento farmacológico de los locos y conseguir el fin de todo pensamiento. Canguilhem fue un animador fundamental de importantes debates que precedieron a Mayo del 68: Althusser aparecía. frente a una epistemología histórica. La dinamización de la filosofía. tras su derrumbe. pero desde la reflexión practicada en la psicología.Para leer a Foucault manifestaba su pertenencia a una generación intelectual delimitada por la fenomenología y que. Treinta años después de la publicación de la Historia de la locura. Los primeros estudios de Foucault son filosóficos. en Francia. el develador del papel de la psiquiatría como «policía de los locos». Frente a una historia apoyada en la 34 . en el campo de la psicología. Enfermedad mental y personalidad (1954). Élisabeth Roudinesco. aquí. Canguilhem es aliento intelectual de Foucault y punto de referencia de sociólogos. ahora se subraya la importancia del acontecimiento y de la discontinuidad histórica. hasta que Freud rompe la estructura de poder del asilo y rechaza la «neuropsiquiatría de la degeneración» y el control de la sexualidad cotidiana. la historia de la ciencia y la historia de las ideas habían priorizado las valoraciones negativas del pasado y el papel del sujeto de conocimiento. analizaron la compleja relación de Foucault con Freud en un coloquio sostenido en el Hospital Psiquiátrico de Santa Ana. Georges Canguilhem y la historiadora francesa del psicoanálisis. Para el historiador de la medicina. Foucault es en Francia el primer revisor de los grandes mitos de la historia de la psiquiatría en pos de averiguar «una verdad ontológica de la locura». o del psicoanálisis lacaniano. Hasta que se produce esta transformación metodológica. bajo su apariencia filantrópica. publicado como Pensar la locura (1992). Para la historiadora. Su titubeante inicio como escritor se da con un conato de libro. como el animador del marxismo. Foucault es el descubridor de un «poder médico equívoco». luego rectificado como Enfermedad mental y psicología (1962). a mediados de la década de los cincuenta. paulatinamente.1. variadamente. el horizonte intelectual que le precedió en Francia era husserliano-marxista y estaba. este parentesco de la antihistoriografía de Foucault con los Annales —con un nuevo concepto de diacronía y una visión crítica de la exaltación del presente— es una de las objeciones fundamentales que hace Habermas a la crítica del discurso moderno. suscribió una serie de presupuestos. Precisamente. Sartre. ni a un principio teleológico de organización de la historia. Desanti. antes manejados por Fernand Braudel y Louis Althusser: la introducción de la «periodicidad» en la historia. por la fenomenología. Cours au Collège de France. en Francia. devenir dialéctico y causalidad. Lyotard y Ricoeur. la sociología y las ciencias humanas. Dufrenne. Foucault no se encuadra en este proceso general: ni marxista. resulta inasimilable por un contexto cultural dominado. el enriquecimiento del discurso histórico con las aportaciones provenientes de la etnología. ni estructuralista. El panorama se había ido desplazando. En Les anormaux. el estructuralismo coincidió con el psicoanálisis en la crítica del sujeto fenomenológico. no apela ni a la libertad de un sujeto. se agrupa en torno a la figura de Canguilhem y la historia de la ciencia francesa. la historia del «acontecimiento» y la «discontinuidad». La escritura de Historia de la locura es un ejercicio de nomadismo: escrito entre Upsala y Varsovia. capaz de otorgar a las cosas un sentido. Una de las directrices identificables en los trabajos arqueológicos y genealógicos de Foucault —sus dos etapas— es la descripción de una serie de acontecimientos en su azarosidad o en su propia extrañeza. una historia con segmentos y rupturas. 1974-1975 (1999). Foucault atribuye al historiador de la medicina Georges 35 . El análisis arqueológico. ni freudiano. como consecuencia del abandono de la fenomenología y de las sucesivas alianzas del marxismo. practicada por Foucault. Más tarde. En la memoria de Foucault. y la apertura del análisis histórico a otros tipos de relaciones distintas de la «relación causal universal». realizado por Foucault. La propia fenomenología preparó su sustitución mediante su preocupación por Saussure y la alianza estructuralismo-marxismo. Foucault relaciona los acontecimientos históricos y los objetos propios de cada época a la existencia de prácticas sociales históricas a las que no procede sentido alguno. representado por Merleau-Ponty. Sin embargo. Una renovación del «atrévete a pensar» noción de «continuidad». La escritura de Roussel proporciona a Foucault un punto de ruptura con la escisión entre «coherencia» e «incoherencia». Estas reglas metodológicas. Más que operar mediante exclusión y rechazo. el poder y la subjetividad. en cuanto experiencia de los límites. La literatura en los márgenes En plena formación de su personalidad filosófica. la producción industrial y del ejército. Es. Para Foucault. Al probar a decir dos cosas con las mismas palabras. la referencia a un proceso general de normalización social. el marxismo y la psicología existencial. en la librería José Corti. a un texto de la segunda edición de Lo normal y lo patológico (1966). son fundamentales en la elaboración de una genealogía política del saber. soporte de un ejercicio de poder. una referencia literaria con la que estableció una relación íntima y secreta: Raymond Roussel. 4. Duras. Beckett y Blanchot. Foucault encuentra una serie de ideas que le resultarán.. En los 36 . En tercer lugar. al impacto del nouveau roman —Robbe-Grillet. según una técnica positiva de intervención y transformación. y no es estricto principio de inteligibilidad. el autor de Locus solus invierte la significación. metodológicamente.— y al trabajo crítico o de creación literaria de Barthes. decisivas. que la norma no se define como una ley natural sino por la coerción que ejerce en ciertos dominios. posee un proyecto normativo. la norma conlleva un principio de cualificación y de corrección. por tanto. En este texto. Butor. extraídas de Lo normal y lo patológico. Michel Foucault encontró casualmente. En primer lugar.Para leer a Foucault Canguilhem. la literatura moderna. La literatura constituye una experiencia de ruptura con la tajante y ridícula distinción entre lo filosófico y lo no-filosófico. En segundo lugar. de la medicina. de las escuelas normales. que se desarrolló a partir del siglo XVIII.. en el dominio de la educación. materia política. hacia el año 1957. toda su inquietud por el estudio de la norma y la normalización. político y técnico. A la lectura de Raymond Roussel. Foucault les atribuía haber catalizado su alejamiento de la fenomenología. es el borde extremo de la filosofía. De esta apasionada y azarosa relación surgiría un libro dedicado al mismo autor: Raymond Roussel (1963). manteniéndonos a una distancia de él que permita su apertura. Jean Beaufret. la escritura como pensamiento que desvela el inconsciente. suponen un desgarramiento en el lenguaje de la razón. la locura y el sueño en los surrealistas. por previa a la reflexión. René Char. Maurice Blanchot jugó un importante papel como enlace con la temática hei- 37 . pues. alternas. que entonces emprende. ofrece una inquietud por el lenguaje que desarrollará. el abundamiento en una estética del lenguaje que lo piensa en su superficialidad. Una renovación del «atrévete a pensar» años previos a la publicación de Las palabras y las cosas. han sido decisivos en la experiencia poética de Foucault. Esta «ontología formal de la literatura». a partir de un pensamiento irreductible a la filosofía.— hacia el pensamiento de Heidegger influyó en la reflexión de Foucault sobre la poesía. el libro como espacio de la tentación y la monstruosidad en Flaubert. en Las palabras y las cosas. cabe que acechemos el impensado del pensamiento. o los sobreentendidos. Maurice Blanchot. la repetición duplicada de un signo religioso como simulacro en Klossowski. A. el límite. Sus escritos sobre literatura y lenguaje muestran una serie de experiencias con el lenguaje fundamentales en la determinación de su experiencia filosófica: el mecanismo de la «producción» como juego con los fonemas en Rayomnd Roussel. Pensamiento literario. la experiencia de la atracción como abandono y negligencia en Maurice Blanchot. la obligación vacía de escribir en Nerval. poético. Reveroni y Claude Crébillon..1. los mitos mudos y la bestialidad de J. adoptando algunos de sus temas: la «experiencia de la poesía» era una forma de plantear los temas de la contestación. Pero todas estas experiencias literarias. si la escisión del pensamiento con su otroriedad es irremontable. La atención de algunos escritores franceses —especialmente Michel Leiris. cuya perspectiva heideggeriana es patente. como posibilidad heideggeriana de pensar desde lo impensado. Foucault dedica algunos escritos a la comprensión ontológica del lenguaje en la literatura moderna. el retorno. la abolición del código lingüístico y la erotización de los sentidos en Jean Pierre Brisset. que se abre a la sinrazón porque surge en aquel vacío constitutivo del pensamiento occidental. más tarde. por los escritores de la revista Tel Quel. la transgresión.. El pensamiento racionalista trazó una escisión tajante entre la racionalidad —lo pensable— y su alteridad —lo impensable. ambas punto básico de la reflexión de Georges Bataille y Maurice Blanchot. le corresponde el gesto trágico de una transgresión. Foucault expone buena parte de los motivos que le conducen a su preocupación por el lenguaje. Las palabras y las cosas da cuenta de qué operaciones comprende la experiencia del orden que organiza nuestra experiencia. en cada época. semejanzas y diferencias o «sistema de los elementos». La problemática arqueológica de Las palabras y las cosas es una prolongación de la reflexión de Heidegger. en torno a la epocalidad del ser. Pero la «literatura moderna» surge como aquella experiencia del lenguaje que —a partir de Barthes— es recuperada como expresión de la radical oposición entre significado y significante.Para leer a Foucault deggeriana de la poesía. Mucho antes de que tomemos la palabra. En el prefacio a Las palabras y las cosas. Esta conjura de lo imaginario es desafiada por las experiencias heteróclitas y los lugares alternos del lenguaje propues- 38 . Es este sistema el que. donde cada ente se encuentra fijado a una posición marcada por el orden de la representación: identidad y diferencia delimitan. El lenguaje posee un poder codificador: es fundamento de la realidad y lugar donde se dan nuestro pensamiento y nuestra habla. Para Foucault. Cuando establecemos una mayor identificación entre un galgo en cautiverio y otro galgo embalsamado que entre un gato y un perro en libertad. Cabe un pensamiento poético de aquello que no puede ser pensado por un lenguaje discursivo o significativo. cuya potencialidad estética posee una virtualidad política también. que configura la geometría de lo infranqueable. El lenguaje es aquí forma básica de ordenación de la experiencia y de construcción de la subjetividad. delimita los límites de la experiencia posible. A esta definición de los límites. el lenguaje nos antecede con un discurso autónomo del que sería una ilusión sentirnos soberanos. Percibimos y pensamos en el espacio dominado por la clasificación. la distancia entre los entes. pues Foucault hace coincidir «experiencia de la poesía» y «experiencia de la locura». precisamente. No existe realidad distinta a la constituida por el lenguaje. esta problemática se traduce en una inquietud por la experiencia del orden propio de cada época. es un criterio previo el que establece un campo de identidades. Cada época tiene su sistema de conocimiento y los límites de la experiencia posible. trágicamente. en Francia. En El espacio literario (1955). La auténtica «experiencia» no lo es del sentido. silencio. aún a riesgo de locura. actuales y presentes —no utópicas— sólo pueden darse en el límite de la experiencia moderna. Orfeo sabe que la obra sólo se da en su ausencia y Maurice Blanchot nos expresa. a las que alude este prefacio.1. respectivamente. pero Orfeo. no-sentido y búsqueda de la estructura ontológica. Eurídice es el extremo que la obra de arte puede alcanzar y el poder por el que la noche se abre. Espacio descodificado que Foucault. el descenso a la esencia de la noche niega la propia obra de arte. Las heterotopías del lenguaje de Borges o de Roussel. «La mirada de Orfeo» expresa las intenciones del viaje de Orfeo a Eurídice. si se quería acceder a la «obra». «La mirada de Orfeo» —para el propio Blanchot— y «La soledad esencial y la soledad del mundo» son los goznes a través de los cuales se bate el espacio de la infinita experiencia de la obra de arte y de su ascendencia heideggeriana. todo el estamento de escritores poseía una fuerte impronta humanista y fenomenológica que les conduce a concebir la «experiencia» como experiencia perfeccionable que nos aporta un perfil cada vez más correcto de las cosas y nos introduce en el sentido previo a la experiencia. Blanchot también se refiere a la «experiencia». El mito ordenaba permanecer en el canto. cómo la obra de arte no se da en la experiencia de la forma. Entre los años 1950 y 1955. no sólo quiere ver lo invisible —aquello que disimula la noche. La problemática que expresan los escritos literarios y ensayísticos del novelista francés es heideggeriana. el sentido del ser es el extremo que el arte puede alcanzar y el arte es ausencia de universo representativo. Para Blanchot. René Char y Maurice Blanchot han sido singular compañía para el pensamiento de Michel Foucault. pero como «experiencia literaria» o «descenso a los infiernos». Para Orfeo. su propia esencia— sino también oír lo inaudible —aquello que está más allá del canto—. Pero. Una renovación del «atrévete a pensar» tos por Foucault. denomina «experiencia exterior» (la pensé de dehors) o «pensamiento del exterior». en este viaje sin retorno. «La mirada de Orfeo» hace coincidir el pensamiento de lo impensado y la apertura de la «obra» como 39 . sino en la profundidad de una noche cuya penumbra no es iluminable mediante ningún esfuerzo fenomenológico. sino del mismísimo infierno. en un homenaje a Maurice Blanchot. el interés de la literatura de Sade y Bataille es.Para leer a Foucault «ausencia de obra». al llevar la dinámica irrefrenable del deseo a un desbordamiento incontenible por la dialéctica de la producción. en su ocultamiento. el pensamiento de Foucault es una destrucción fría y calculada de la antropología simple que heredamos a finales del siglo XVIII. Pero. La recuperación del lenguaje de la alteridad tiene poco que ver con el estructuralismo. al señalar cómo la historia. en su olvido. como «obra». para Foucault. de unos gestos oscuros que son rechazados por una cultura como pura exterioridad. en torno a la «experiencia artística» y la alteridad. el viaje de Orfeo es el viaje de Foucault. al mostrarnos la emergencia de la literatura en el mismo campo de positividad de las ciencias humanas. Dislocarán los límites de la producción y la necesidad. a través del cual el hombre se convierte en objeto de conocimiento. Existe una evidente continuidad entre Historia de la locura (1961) y Las palabras y las cosas (1966). Tal como señala Maurice Blanchot. ajena a los escritos de Foucault: 40 . no es sino la perseverancia en el abandono del ser. Quizás una lectura heideggeriana de Foucault —lo que facilita Blanchot— pueda ser más fecundo que el reiterado encuadramiento de Las palabras y las cosas en el estructuralismo. A través del pensamiento acategorial de la literatura. De alguna forma. La expresión técnica del ser en Heidegger y el poder normalizante en Foucault pueden analizarse como el proto-plan que recorta los límites de nuestra experiencia en la cultura moderna. En Historia de la locura prosigue esta reflexión. De alguna forma. da cuenta de la irrupción de la locura en el desgarramiento del mismo lenguaje moderno. El hambre y su satisfacción en el mundo capitalista pasó a constituir un mínimo antropológico indispensable. ésta. El «estructuralismo» es todavía una búsqueda del sentido —aún diferenciada de la exploración fenomenológica—. Aquella daba cuenta de la serie de rituales de exclusión por los que se constituye la razón. precisamente. Historia de la locura no es tanto una historia de la locura como el esbozo de una historia de los límites. salvo su coincidencia temporal con el debate sobre las aportaciones del método estructural en diferentes ámbitos del saber. Foucault ha roto los límites de la tradición filosófica. que rebasan los límites de su época. durante el siglo XIX. En aquella ya lejana ocasión. el extremo de la contestación es el lenguaje. escritores como Sartre o Sanguineti observaron una dimisión respecto de las desigualdades del mundo en las experiencias linguísticas del grupo de Tel Quel y de todo el movimiento del nouveau roman. a través de un esfuerzo colectivo. Pero. hizo toda una reivindicación de la virtualidad política de la poesía. Era el contraataque del humanismo al desafío del «culturalismo estructural». abría un debate con Foucault. en la tradición heideggeriana de la «pregunta por el Ser». el filósofo alemán. como experiencia de los límites. sino revitalizarlo. Habermas exponía el contenido de la noción de «modernidad» e invocaba la realización efectiva de su programa en la vida cotidiana. Décadas después. Los límites de la modernidad Difícilmente cabe concebir otra dimensión del lenguaje tan diversa a la teoría de la acción comunicativa de Jürgen Habermas como la planteada por Foucault en nuestro tiempo. De otra parte. humanistas y marxistas objetaron a Foucault qué hay de la historia y de la acción política cuando del lenguaje se hace una ontología que corrobora la disolución del sujeto. El marxismo. Para Sartre había una dimisión respecto de los urgentes compromisos sociales en esta relevancia desmedida de la literatura. en nuestros días. en aquella década. Una renovación del «atrévete a pensar» mucho más cercanos a llevar las imágenes y las palabras a su vacío como «experiencia exterior» o vuelta al «ser del lenguaje». En la década de los sesenta se produjo un fuerte debate en torno al compromiso político de la escritura. en un texto programático —«La modernidad: un proyecto inacabado» (1980)—. A Foucault se le reprochaba que experiencias como las del lenguaje o la locura nunca tendrían la virtualidad de las luchas por la transformación social en la historia. ahora. 5. jugó el papel del transgresor del límite. en el interior del lenguaje. El desalentador panorama social no debía acabar con el proyecto ilustrado. el filósofo alemán sentaba las bases de una 41 . De una parte. Foucault defendía que el auténtico combate político se da. ya entonces. Inscribió la escritura. Foucault. pero.1. al ahondar en el análisis de las causas estructurales que suspenden el pleno desarrollo del proyecto moderno. «relaciones de comunicación» y capacidades objetivas» no es identificable con la habermasiana diferenciación entre dominación. Foucault evita. Kant. ethos o actitud crítica no universal. Tal tipología sacó a relucir que. o ficción a reforzar mediante la solidaria participación creativa. Así. Mientras Foucault encuentra en las ideas de Nietzsche una actitud poética. Carl Schmitt en sus obras intermedias y Gottfriend Benn) convergen en su oposición a la efectiva realización de la modernidad. la posición del filósofo francés en este debate es precavida y su desarrollo se debe más a la inquietud de los filósofos norteamericanos. considera que su distinción entre «relaciones de poder». incluso. la teoría del consenso político habermasiano. En todo caso. no elude señalar su divergencia con el pensamiento dialógico de Habermas: para Foucault. Pero como polémica con Foucault. para Richard Rorty. para la filosofía contemporánea. no entra a analizar el ejercicio de las relaciones de poder. proyecto históricamente pendiente. Quizá se trate de la precipitada situación en que quedó un debate potencialmente más extenso y prematuramente cerrado por su muerte. Las últimas reflexiones de Foucault suponen una propuesta ética no universal. Hans Jonas y Robert Spaemann). una vida filosófica o ethos crítico. Foucault y Derrida).Para leer a Foucault posterior polémica en torno a la modernidad. el antimodernismo de los jóvenes conservadores (Bataille. durante sus últimos años. Nietzsche y Heidegger. la crítica de Jürgen Habermas a los enemigos de la modernidad no provocó entonces respuesta. En todo caso. al establecer una provocativa tipología de sus enemigos. como es las «condiciones ideales de diálogo» habermasianas. para Michel Foucault. en Berkeley y Stanford (1975-1984). e incluye unos instrumentos filosóficos desigualmente valorados por el filósofo alemán: el pensamiento griego preestoico. para Jürgen Habermas. el premodernismo de los viejos conservadores (Leo Strauss. comunicación y actividad teleológica como trascendentales. la experiencia moderna poseía un carácter polémico: finalidad en crisis. y el postmodernismo de los neoconservadores (el joven Wittgenstein. Según esta organización de caracteres. para Jean-François Lyotard. Habermas rechaza la filosofía 42 . aunque válido como criterio regulador o principio crítico. que algunas de sus tesis sean entendidas como aspectos de esta polémica con el filósofo alemán. Iniciaba así una polémica en la que rebatía a Habermas que fuese la Ilustración o el consenso lo que se planteaba en la modernidad. como veremos. Foucault desconocía qué clase de problemas podían identificar a quienes eran denominados postmodernos. defendiendo posiciones críticas sobre la teoría del poder de Foucault (por concepción abstracta). por estar implicada en la más desastrosa herencia política de Nietzsche: el nazismo. en cambio. su correspondencia con la «ontología del presente». es discutible. Lyotard subrayaba la capacidad desintegradora del capital. En relación con aquel enclave neoconservador del pensamiento francés contemporáneo. lo característico de la modernidad era el empuje de la razón por la voluntad para ir más allá de la experiencia de una época. y abocado a su supe- 43 . De acuerdo con la contestación del filósofo francés. sí ha mantenido una posición activa en esta polémica. pero lo hacía manteniendo una noción de racionalidad no compartida por Foucault. su concepción histórica (por historicismo cuasi trascendental). que había transmutado las inconmensurables posibilidades creativas del lenguaje en empobrecida mercancía-información. A diferencia de Habermas. la de Las palabras y las cosas y la del opúsculo kantiano a la Ilustración—. que reivindica el lenguaje como instrumento de posible comunicación intersubjetiva. En La condición postmoderna (1979). Una renovación del «atrévete a pensar» de Heidegger. o su hermenéutica de la alteridad (por ser concebida como desesperanzada dialéctica negativa). a través de La filosofía del discurso de la modernidad (1985). el núcleo de la polémica con Foucault —la inconsistente confusión de dos interpretaciones de Kant. Jürgen Habermas. fundamentalmente. entre otros. Quedaban así establecidos los presupuestos del más reciente y controvertido debate entre las filosofías francesa y alemana. En relación con su disputa sobre la interpretación del texto kantiano Was ist Aufklärung?. La incomodidad de éste era comprensible. en cambio. Lyotard concibe la razón como un gran relato impuesto. Michel Foucault mostraba su incomodidad ante tal catalogación y expresaba. Al desafío de Habermas a quienes agrupó como postmodernos respondió Jean-François Lyotard con el explícito propósito de frenar las lecciones de moderno progresismo dadas por Habermas a Derrida y Foucault. tanto para Kant como para Diderot o los hermanos románticos Schlegel.1. Lyotard había contestado a la tipología habermasiana. Para leer a Foucault ración o fin. sino como un objetivo de diagnóstico que ha de analizarse en la especificidad de sus continuas transformaciones. ha sido cuestionado por Thomas McCarthy. Foucault mantiene la perdurabilidad de diversas manifestaciones de racionalidad dominantes en cada época —ya sean tipos de conocimiento. pretende evitar su concepción jurídica. Para MacCarthy. Las críticas recibidas por una supuesta hipostatización de los efectos del poder provocaron un retorno de Foucault a la ética.. Los efectos políticos del poder. el estudio de Foucault. La tarea crítica ahora consiste en una reproblematización de las técnicas de producción de la identidad. basada en el concepto de «soberanía» como criterio de legitimación. Además.. la fábrica. no se localizan únicamente dentro del Estado y trascienden un papel de estricto garante del intercambio económico desigual. con cierto afán sintetizador. El pretendido distanciamiento deseado por Foucault para su historia de la subjetividad respecto del marxismo posterior a la Segunda Guerra Mundial. el hospital. Pero McCarthy no repara en los para- 44 . técnicas o modalidades de gobierno y dominación—. En cambio. si se analiza la tradición de la escuela de Frankfurt. la relación entre prácticas discursivas y extradiscursivas es situada en un espacio institucional —la cárcel. Las críticas suscitadas por la «ontología del presente» no se limitan al ámbito de cuestiones planteadas por la arqueología del lenguaje. En sus análisis genealógicos. le permite subrayar la mutua implicación entre poder y saber: a través del análisis genealógico procede concebir la «verdad» como el producto de un «régimen discursivo» del que puede establecerse su «economía política». acerca del gobierno político. en la sociedad moderna.— El deslizamiento teórico de la noción de «episteme» a la noción de «dispositivo». así como la transformación incesante de las formas de racionalidad: la razón no es considerada como una larga narrativa que se haya de sustituir o superar. Precisamente en este trabajo de renovación infinita se asienta la construcción de una voluntad política. tantas razones existen de imbricación como de separación entre las tesis marxistas y la genealogía de Foucault. oponiéndose tanto a la concepción jurídico-liberal como a la teoría marxista del poder. el cuartel. alejada de las evidencias y universales constitutivos de la «experiencia» de un determinado momento histórico. confundiendo. En segundo lugar. renovada por Habermas. en cambio. materializada durante la modernidad en las ciencias humanas. la absolutización del poder por su uso social indiferenciado. la conversión de toda la racionalidad en racionalidad instrumental. y la sospecha de cualquier práctica científica realizada desde los modelos de las ciencias humanas. verdad. con la teoría social marxista. emprendida rebasados los años ochenta. a todas luces diverso. En cuarto lugar. pues atribuyen a la racionalidad una matriz histórica. caracterizada por otorgar a la constitución de una subjetividad moral 45 . justicia y de las ciencias sociales. Por el contrario. sino que se detiene en Habermas con cuya obra las diferencias son amplias. cartesiana y kantiana.1. con sus específicos y diversos agentes. el contraste crítico de las tesis de los primeros trabajos de Foucault. la desconfianza hacia todo proyecto ilustrado. En tercer lugar. la pérdida de la virtualidad emancipadora de la genealogía. Una renovación del «atrévete a pensar» lelismos existentes entre el diagnóstico de la racionalidad de Adorno y Horkheimer. perseguidas por la teoría social de la noción de racionalidad. cuando se conducen por sus respectivas tradiciones hegeliano-marxista y nietzscheana. de cuyo poder ideológico proponen una liberación práctica. La adecuación y contextualización. en Historia de la locura. En primer lugar. La locura como «ausencia de obra» guarda mayor unidad de referencia con el afuera frankfurtiano que con un discurso universal. para McCarthy. social y cultural. ambas perspectivas se asemejan en que no comparten la concepción de la autonomía individual. Finalmente. por realizar la mera estrategia normalizadora. propios de la conversión del poder en elemento ontológico de la sociedad. las matizaciones y perfiles conceptuales habermasianos de la racionalidad moderna habrían iluminado tales aporías de la teoría social para conducir finalmente a Foucault a una recapacitación metodológica. en cambio. por las omniexplicativas prácticas sociales indiferenciadas. en la Dialéctica de la Ilustración (1947). No obstante. arroja variados maximalismos y absolutizaciones. comprendidos hasta el año 1983. Ambas perspectivas se bifurcan. por la ineludibilidad de las estrategias de poder para todo saber. para Foucault. racionalidad ideal y estratégica. una contestación destructiva. y de Foucault. la disolución de un enfoque sociológico riguroso de la acción social. irreconciliablemente. sujeto. Para McCarthy. indistintamente. tiene. habría admitido. Planteado este giro como una abdicación de los postulados de Foucault. no es atribuible a Foucault que su teoría de la «muerte del hombre» —crítica del humanismo—. El «panhabersianismo» del filósofo norteamericano le aboca a permanecer ajeno a los presupuestos de la constitución de la subjetividad. no hacen consideración alguna sobre su «giro ético». La reivindicación final de Foucault de la tradición moderna abierta por Kant representa para Habermas una contradicción instructiva en la reflexión crítica abierta por Las palabras y las cosas. reducir la elaboración de la vida como obra de arte a un proyecto de vida privada es confundir a Foucault con un liberal. Habermas no ha evaluado los presupuestos sobre la constitución de la subjetividad moral. en Las palabras y las cosas. En segundo lugar. recogidos en El uso de los placeres y El cuidado de uno mismo (1984). insatisfecha e irrefrenable producción de conocimiento. Foucault habría revelado. si se trata de revitalizar el ámbito privado del liberalismo norteamericano. por el que autorreferencialmente 46 . En primer lugar. Las profundas objeciones teóricas de Habermas a la concepción histórica de Foucault.Para leer a Foucault emancipadora un espacio de libertad ajeno a los sortilegios del poder. cuya salida requería de parámetros normativos para valorar la microfísica del poder. conduzca a la disolución de la acción. tanto en el periodo genealógico como en el arqueológico. Aquí McCarthy coincide con Richard Rorty en suponer un fracaso más global de Nietzsche. Heidegger y Foucault como filósofos públicos con proyección política. incluso. si bien el filósofo «neopragmatista» no oculta que abjurar de tales errores públicos es precio mínimo. que encerró al individuo moderno en un modelo antropocéntrico. La lectura de McCarthy supone todo un «final feliz» para dos metafísicas antes irreconciliables: notables microestudios históricos sobre la constitución de la subjetividad pueden ser integrados pacíficamente en una teoría social global sobre la racionalidad. una supuesta adopción de la moralidad universal como límite a toda estilización artística de la subjetividad. a su teoría del poder y a su inconsecuente enclave final con una reflexión kantiana que comenzó por rechazar. pues la literatura moderna es un radical desafío a una experiencia ordenada por el lenguaje discursivo: el límite del lenguaje es un no-lugar del lenguaje. a Kant como ejemplo de una voluntad de verdad. Un avezado teórico del poder tenía que haber desconfiado. Además. la novedad absoluta del texto de Kant sobre la Ilustración es que. sino una actitud. El «dandysmo» es el estilo de esta actitud moderna. el cosmopolitismo y de un posible estado de libertad. al construir su crítica sobre la lección francesa de «What is Enlightenment?» —menos concluyente que la lección norteamericana—. Para Foucault. De otra parte. sino un juego difícil entre la aceptación y su violentación. no en una fidelidad doctrinal sino en la reactivación permanente de una actitud siempre crítica con nuestro ser histórico. sino de la propia. Baudelaire representa la transfiguración de la realidad —no su abolición. basado en la tutela de la religión y de la ciencia. Habermas no considera que Foucault nunca está saldando su deuda con Kant o con una doctrina filosófica particular. del modo de constitución como ser histórico y autónomo. dura y autoexigente invención de sí mismo. Foucault ejemplifica esta crítica de nuestra constitución histórica como sujetos a través de Kant. sino de una experiencia estética. del progreso histórico. La modernidad no es aquí un tiempo precedido por una época premoderna y sucedida por otra postmoderna. expresado muy pronto en «Guetter le jour qui vient» y «Préface a la transgression» (1963). se relaciona estrechamente una reflexión sobre la historia y un análisis crucial del tiempo en el que Kant escribe y por el cual escribe. Habermas ha desconsiderado el manifiesto compromiso de Foucault con la reflexión kantiana y nietzscheana sobre los límites de la modernidad. Tal invención de la propia subjetividad no se da bajo los parámetros de la universalidad o de las instituciones. Foucault fija su compromiso con la Aufklärung. se entra en un estado de madurez regido por la divisa Sapere aude. o una interrogación filosófica problematizadora del tiempo presente. Abandonadas estas autoridades. Una renovación del «atrévete a pensar» es objeto y sujeto de conocimiento. hemos de conocer el proceso histórico de constitución de los límites de nuestra época e intentar su posible liberación. Kant apunta una contestación negativa a la pregunta por la Ilustración: se trata de la salida de un estado de minoría de edad. De una parte. hasta el final. pero también de Baudelaire. un modo de relacionarse a la vista de cómo es el tiempo actual. No se trata de una aceptación de uno mismo. Desde luego. Atrévete a pensar.1. Como individuos históricamente determinados por la Aufklärung. la paz eterna. por vez primera. Fou- 47 . Para leer a Foucault cault caracterizó el comportamiento crítico de nuestra forma de pensar. trabajo y lenguaje— se constituye un núcleo de reflexión de origen kantiano: la «analítica de la finitud». Finalmente. la acción sobre los otros y las relaciones consigo mismo. En primer lugar. pues. decir y actuar a través de ciertos rasgos positivos que habrían de comportar una «ontología histórica de nosotros mismos». tal ethos comporta una actitud experimental ajena a proyectos globales o radicales. Foucault ha radicalizado. una homogeneidad de actuación materializada en las formas de racionalidad y comportamientos a transformar. como fundamento del orden representativo. la crítica no lleva al establecimiento necesario de los límites o a convertir la metafísica en ciencia. Se materializa mejor en campos particulares como las relaciones familiares. En torno al estudio de la sujeción del sujeto a los límites planteados por aquellos tres semitrascendentales —vida..—. y posee una proyección general en la cultura occidental relacionada con dominios de la experiencia histórica concretos —la locura. acerca de lo constitutivo de la modernidad. Deleuze señala cómo la «analítica» practicada por Foucault supone una prolongación de su versión originaria: si Kant insistía en el carácter histórico de las causas bajo las cuales el hombre 48 . guardaba una importancia ontológica y no meramente doctrinal o epistemológica. Entre la hegemonía de Dios. la locura. la enfermedad. El conocimiento de los límites no ha de conducirnos ni a su canonización. el sexo.. el delito. es una radicalización de la reflexión kantiana. la actitud kantiana. aquí. tampoco a situarnos dentro o fuera. La pregunta. o la enfermedad. Aceptada nuestra constitución histórica como sujetos modernos. sino en su frontera. sino a perseverar en un trabajo indefinido de libertad. como soberano y ser finito del saber moderno. se ha producido una transformación atribuible al surgimiento de las denominadas por Deleuze «fuerzas del exterior»: la vida. En segundo lugar. ahora. este ethos crítico. tal actitud experimental persigue su eficacia a través de una posición desmitificadora de las relaciones de poder. el ethos filosófico es una actitud límite. ni a su rechazo. replanteada en Las palabras y las cosas. el trabajo y el lenguaje configuran la triple raíz de la finitud. el sexo. y el surgimiento del hombre. para Foucault. una sistematicidad de objetivos referida a la dirección de las cosas. Tras un breve y contradictorio esfuerzo por aprehender la experiencia originaria de la locura con el lenguaje de la razón —etapa fenomenológica—. trabajo y lenguaje— bajo la función trascendental supuso un nuevo adormecimiento de la filosofía en el sueño no ya del dogmatismo sino de la antropología. Pero Foucault es bien expreso al señalar que el rebasamiento de los límites planteados por la analítica de la finitud le corresponde a Nietzsche. Kant encuentra en la pregunta por el hombre. este es el tranquilizante logro de la «analítica del hombre» frente a la «analítica de la finitud»: revestir los límites del hombre de trascendental antropología. antepone un fundamento trascendental. De otra parte. según Habermas. es el fundamento y la verdad última de su propia finitud. Frente a la vuelta del sueño antropológico y la suspensión de la finitud del hombre. el intercambio (trabajo) y el discurso (lengua). el hombre. de nuevo. a la distinción que aporta entre lo empírico y lo trascendental. se estructura sobre la compleja relación establecida por Foucault entre prácticas y discursos. El hombre. propios de las ciencias humanas.1. Michel Foucault encuentra en la tarea filosófica de Nietzsche el primer esfuerzo de ruptura con el letargo trascendental. señala cómo el hombre es un producto de la interrelación de las fuerzas del individuo con estas fuerzas del exterior. Para Habermas. Foucault ha subrayado dos momentos señaladamente distintos. Para Foucault. por otra parte. entiende las fuerzas de la finitud como fuerzas del exterior. «¿Qué es el hombre?» —de la Lógica— el fundamento trascendental de la finitud del hombre. a la concepción historiográfica de la genealogía del poder. época clásica y modernidad. La subsunción de los contenidos empíricos —vida. entre lo empírico y lo trascendental. en El discurso filosófico de la modernidad. Michel Foucault expone como Kant. Una renovación del «atrévete a pensar» toma conciencia de su finitud. el severo análisis de Habermas. sometido a los límites prescritos por la naturaleza (vida). Por una parte. la historia genealógica es una contraciencia 49 . En un pasaje muy significativo de Las palabras y las cosas —«El sueño antropológico»—. Foucault rechaza interpretar cualquier experiencia previa a las prácticas sociales. y vuelve a la escisión que de este par había señalado la analítica de la finitud. Foucault opta por una rigurosa renuncia a evocar lo excluido en su gesto previo a la experiencia de la exclusión. El carácter descriptivo de los análisis genealógicos persigue un crédito que no puede otorgar la convención del poder en trascendental: si todo saber es poder —no existe un criterio normativo ajeno a esta identidad—. de luchas empíricas en el seno del poder. pero sin aportar ningún concepto óptimo —sustitutorio— de individualidad. El debate entre Habermas y Foucault ha sido concluyentemente analizado por Hubert L. sustituida de su historiografía genealógica la idea de progreso. prisión. asilo. fábrica. pues Foucault conjuga elementos descriptivos y valorativos en su genealogía. desde la perspectiva de Habermas. Su valor queda reducido a la capacidad política que logre esta teoría entre potenciales adeptos. El error explicativo de Foucault consiste ahora en que. Pero Habermas abandona a Foucault ante un reto político: desacreditado el sentido histórico.— En opinión de Habermas. por la síntesis trascendental. permanece. al vincular su origen con un dispositivo de vigilancia y encierro o moderna tecnología de dominación —psiquiátrico.. De esta forma. Los pensamientos de Habermas y Foucault sobre la modernidad concuerdan 50 . atribuidas a un sujeto en Kant y a estructuras formales en el estructuralismo. Desde luego. Foucault analizaba los diversos órdenes de categorías que. Dreyfus y Paul Rabinow. se inició la demolición de la filosofía del sujeto. la genealogía es tan relativista como las ciencias humanas y no puede pretender predominio o valor cognoscitivo mayor.. Habermas no desconoce que la destrucción fría y calculada de los valores. no obstante. sentido y sujeto histórico. cuartel. a través de tres periodos históricos. el papel crítico de la genealogía —como anticiencia de las ciencias humanas— fracasa por incurrir en autorreferencialidad. Foucault quedaría indemne para contestar a por qué rebelarse en vez de acatar. sólo pudo ser una pretensión.Para leer a Foucault nietzscheana que dinamita el estatuto científico de las ciencias humanas. en Las palabras y las cosas. jugaban como a priori de las ciencias. Foucault sustituye las operaciones sintéticas a priori. dentro de una historiografía trascendental al convertir al poder en concepto trascendental básico. emprendida por la mirada estoica del arqueólogo. como obra de los participantes sociales. escuela. pero no podía explicar por qué se producían las transformaciones de estos a priori sino acudiendo a una teoría del poder. Pero sin la propuesta racional de un criterio normativo. ajena a la defensa de verdades universales. pero no comparte que estos límites sean universales. El estado de madurez consiste en el uso responsable de la razón crítica. fundamentadora del orden social vigente. en la vida pública. La existencia de prácticas sociales hace del atomismo voluntarista una ingenuidad: compartimos una posición colectiva en la que actuamos y pensamos. Más allá de la asunción kantiana de esta racionalidad crítica. Tan diverso de los deconstruccionistas —defensores de la autorreferencialidad del lenguaje—. Foucault no aprecia una solución universal. los senderos reflexivos de Foucault y Habermas se bifurcan. como de los dialógicos —partidarios de la universalidad de la práctica lingüística—. sino el diagnóstico de una coyuntura histórica concreta: por primera vez un filósofo comprende la contingencia y el compromiso del propio pensamiento con su época. La objeción de decisionismo. relegada ya a la autoridad de la religión y de la metafísica. Una renovación del «atrévete a pensar» con Kant en el postulado de una razón crítica. La finalidad de su concepción del lenguaje es crítica y legitimadora. Tal acontecimiento conduce a Foucault a plantear los presupuestos de su ontología crítica: no procurar una teoría sino un ethos. si bien. liberada ya de aquellos dos rasgos tradicionales. En Kant. que aporta los criterios normativos evaluadores de las organizaciones sociales. Habermas fija la actualidad de Kant en su fuste fundamentador de una pragmática universal del lenguaje. que ponga en juego la constitución de nuestra subjetividad moral en desafío con los límites de la expresión impuesta de nuestra época. luego adoptado por Rorty: la ironía. E. la madurez de la modernidad consiste en el rechazo de una tradición seria. Foucault reivindica de Kant la reflexión sobre los límites y el uso legítimo de la razón. igualmente. Dreyfus y Rabinow han identificado el compromiso de Foucault a través de uno de los conceptos empleados en «What is Enlightenment?». una vez descartada la búsqueda de criterio regulativo moral. sustantivas. coinciden todos en encarar el problema de la acción moral. una vida filosófica. sin 51 . no se da como experiencia universal o fundamentable sino como experiencia histórica. Para Foucault. para Foucault. En cambio. Foucault señaló que el ejercicio maduro de la racionalidad crítica no requería de fundamento sino de un compromiso con su tiempo.1. sobre la naturaleza humana. atribuida a Foucault. tras el derrumbe de la metafísica. no es exacta. puedan favorecer una acción colectiva igualitaria. este ironismo no guarda ninguna relación con el ironismo de Richard Rorty. propio de Baudelaire. en Contingencia. A un esteticismo irónico. Richard Rorty no estaría de acuerdo con Charles Taylor en defender una tradición de «vida en común». así. Sin embargo. la interrelación entre prácticas y discursos ha sido entendida como afín a la tradición de William James y John Dewey. sus diferencias con Foucault son políticas y no filosóficas. para Foucault. como liberales. defendida por la tradición pragmatista norteamericana.Para leer a Foucault rehuir el heroísmo de arrastrar el compromiso de una acción comprometida con su tiempo. como un bien en riesgo de ser desconsiderado por la denuncia de Foucault de la crueldad institucional moderna. Foucault desconsidera. Foucault aparece dentro de la corriente antirromántica del modernismo. de un heroísmo irónico que no acababa de satisfacer Kant. Kant es heroico pero no irónico: encaraba el derrumbe del fundamento metafísico de la acción. que las necesarias disciplinas comunes. ironía y solidaridad (1984). Levinas o Lyotard. tiene un relativo parentesco con la noción contingente de verdad. Desde el neopragmatismo norteamericano. Foucault añade el deseo de transformar nuestra actualidad. como Derrida. Sin embargo. muy crítico 52 . Para Charles Taylor. El ejercicio maduro de la modernidad requería. La construcción de la identidad moderna (1989). influidos por Nietzsche y el modernismo. alentadas por instituciones participativas. la crítica de todo universalismo filosófico. surgida a partir del siglo XVI. la insatisfacción que. coinciden en afirmar que las formas de sufrimiento colectivo modernas son compensadas por la eliminación que procuran de otras formas de dolor premoderno. Al pragmatista norteamericano su ironismo —valedor de la contingencia espacio-temporal de los lenguajes— le impediría remontarse a una tradición antigua. le produce el reforzamiento de la tradición por Kant. Para Rorty. su visión de las disciplinas como mecanismos estrictos de dominación escamotea la dualidad de efectos positivos y negativos del control social. Como ha puesto de manifiesto Rorty. sólo se ve aliviada por el ironismo de Baudelaire. Ahora bien. pero quería su base epistemológica. afrontada por Nietzsche y Foucault. Taylor desarrolla su crítica a Foucault entre los autores. Foucault es un tremendo simplificador pues. después de todo. En Las fuentes del yo. cuanto más se anhela un Foucault. Taylor reconoce más talento filosófico a Foucault que a Lyotard y que a Derrida. Rorty supone que la propia sociedad liberal cuenta con instituciones adecuadas para procurar su mejora y mitigar los peligros constrictivos denunciados por Foucault. se desvanece la diferencia entre revolución y reforma y el acercamiento de las posiciones de Foucault y Rorty se refuerza. un «régimen de verdad» dominador sobre el caos de la vida. norteamericano. si no fuera por su deseo de subversión total. incluso. La esperanza liberal puede congeniar la construcción artística de la subjetividad. Rorty opone su contingencia histórica y cultural. Para Taylor. al concebir el «yo» como una obra de arte. Todos los neonietzscheanos. No le parece plausible que cualquier posición intelectual sobre el bien suponga un orden impuesto sobre la realidad. restringida al ámbito privado. El anhelo político de Rorty consiste en subrayar que las denuncias de Foucault son perfectamente asumibles desde la propia sociedad liberal. El lenguaje. Pero. pero le objeta que sólo postulase alguna noción del bien. Rorty quiere hacer de Foucault un «caballero de la autonomía». A la validez universal de la verdad. las creaciones culturales y las instituciones políticas son prácticas particulares y concretas. todos los neonietzscheanos fallan al entender que a toda concepción del bien subyace la dominación. con la participación pública liberal. que hace de su solitario esfuerzo moral una contribución al perfeccionamiento de las instituciones democrá- 53 . Ambas nociones son vinculadas por aquellos autores con una concepción del «yo» producida por las relaciones de poder ejercidas por las «profesiones de apoyo» que gestionan las instituciones de control. Todos estos autores desechan lo mejor de una tradición democrática con su supuesto neutralismo. que llene de indignación ante lo intolerable el hueco dejado por la despreocupación ante la posible universalidad de la acción. al final de su vida. esgrimida por Habermas.1. De forma semejante. Una renovación del «atrévete a pensar» con las nociones de «profundidad» y «vida buena». las diferencias filosóficas de Rorty con Habermas superan con creces a las afinidades epistemológicas que guarda con Foucault. final. Por lo demás. incurren en una ilusión epistemológica al pretender el neutralismo del naturalismo. para Taylor. Planteado el carácter provisional y dinámico de todo lenguaje como reivindicación interna a la sociedad liberal. Para leer a Foucault ticas. político y filosófico que nos propone Foucault. Foucault desarrollaría este plan de trabajo deleuziano declarado a comienzos de los setenta con el postulado de una nueva forma de pensar la subjetividad. Quizás sea así porque Foucault marcó un hiato con la filosofía contemporánea. es el nuevo imperativo ético. 54 . Para Rorty. El orden del discurso (1971) expresa el deseo deleuziano de que la filosofía avance. se ha abierto. según un «materialismo de los incorporales». este es el fracaso político de Foucault y su atractiva e irreductible media distancia con la sociedad liberal. en el futuro. donde la aplicación sobre sí de una férrea autoexigencia moral nada compartía con los designios morales de la religión. Se trata de un término de la física estoica. Como vamos a ver. singulares. a un estilo de vida previo al catolicismo. más reaparece un Foucault nietzscheano. que proyecta su búsqueda de autonomía sobre el espacio público para subvertirlo. bien pronto. Otra perspectiva. una época lejana. Hubo un tiempo donde el único principio rector de la acción era la tensión moral. Katholikos es el término griego que designa la universalidad. Fue un tiempo muy remoto. Desprenderse de las formas de subjetividad que se nos impusieron durante siglos y promover nuevas formas de individuación diferentes. No se trata de liberarnos del Estado y de sus instituciones sino de liberarnos del tipo de individuación con que están relacionados. Así que se remontó. Lo mismo y lo otro 1. En la Historia de la locura en la época clásica (1961). una experiencia que avecina la alteridad de la razón.2. es una alternativa total a la razón o una apertura a su otro. Existe un proyecto fenomenológico subvertido en el pensamiento de Foucault pues el sueño. Tras su primer interés por alumbrar el sentido de los sueños. el saber y las formas de individuación. 55 . vendría su indagación en torno a la locura. más que una experiencia a interpretar. lo no-pensado. Tras señalar el fracaso del psicoanálisis para extraer el significado de las imágenes. A Foucault le impulsa la fantástica irrealidad del mundo. La formación de las ciencias humanas La «Introducción» (1954) de Foucault a El sueño y la existencia de Ludwig Binswanger fue una incursión en el acceso al sentido del sueño a través de Las investigaciones lógicas (1899) de Husserl y La interpretación de los sueños (1900) de Freud. Esta larga «Introducción» inicia una trayectoria reflexiva en torno a lo no-dicho. la enfermedad. Foucault se adhería al programa de la fenomenología en la captación de la significación de los sueños. lo no-real. la locura no es un objeto a comprender sino un medio para conocer. la otroriedad de la razón. Cuando Foucault se refiere a que pretende recuperar el momento de conjuración de la locura antes de que haya sido definitivamente establecida en el reino de la verdad. No se trata así de buscar una significación profunda más allá de las apariencias en que se manifestaba la locura. Antes de que se establezca la calma en esta experiencia a través de los conceptos de la psicopatología. cualquier organización de elementos heterogéneos es producto de un acto de fuerza. no se trata de un «conocimiento en sí» de la locura sino de un conocimiento perspectivista que conoce en el juego de fuerzas activas y reactivas. La genealogía nietzscheana aporta a Foucault un punto de vista singular para el análisis de la historicidad del sujeto y del objeto de conocimiento. a la vista de la serie compleja de sus escritos. Para Foucault. Dreyfus y Rabinow. Foucault desea experimentar un gesto de ruptura previo e irreductible a los conceptos de la ciencia. Desea experimentar un nivel prediscursivo de la locura. Le intenta aliviar de su intencionalidad fenomenológica. sitúan la arqueología de la locura en la misma metodología desarrollada en la genealogía del poder y de la subjetividad. quiere llegar al «grado cero» de experiencia de la locura. la razón no fundamenta la realidad y unifica los acontecimientos de la historia. El origen de los valores reside en un acto de fuerza por el cual los que dominan fijan el significado de un acto. en las pasiones y voluntades que constituyeron esta experiencia del sinsentido en la historia. ya sea el «resentimiento» desvelado por Nietzsche o el «dispositivo» revelado por Foucault en la historia. Nada más alejado del análisis genealógico de Nietzsche que atribuir una base sustancial a los valores: nuestros juicios morales provienen de un «pathos de la distancia». Nietzsche aparta a Foucault de las ilusiones de la verdad y la historia sustentada en la idea de progreso y le encara con las fuerzas como elemento productor de los valores objetivos. Todos estos motivos que parten próximos a la fenomenología fueron después encajando en un recorrido más identificado con la propia tarea filosófica de Foucault que con los motivos propios de unos años de formación.Para leer a Foucault Las supresiones y aminoraciones del prólogo a la Historia de la locura en la época clásica vienen a borrar su origen fenomenológico. sino de entender la constitución de las ciencias humanas en el seno de un conjunto de prácticas históricas. A la manera nietzscheana. La genealogía consiste en 56 . salud/enfermedad. cuando aparecen las «ciencias humanas». Aspectos que no se agotan como rasgos psicológicos. se sitúa. «loco». sino que constituyen el fundamento de la humanidad. confiada. la «enfermedad mental». Foucault se pregunta por el juego de las dicotomías propias de las ciencias humanas —«sano».. presta a admitir al azar como elemento constitutivo de lo trágico. «bueno y malo»— en qué condiciones se inventó el hombre esos juicios de valor que son las palabras bueno y malvado y qué valor tienen ellas mismas para el hombre. Frente a las opciones de reflexión filosófica universal. «inadaptado».2. Para la perspectiva genealógica. según Nietzsche. Si Nietzsche se pregunta en el primer tratado de La genealogía de la moral —«Bueno y malvado». Lo mismo y lo otro indagar en el origen sangriento y horroroso de todas las «cosas buenas». el pensamiento de Foucault se sitúa en la crítica de Nietzsche a la metafísica.. una invención reciente. Toda La genealogía de la moral (1887) está dedicada al estudio sistemático de las formas en que las fuerzas reactivas triunfan sobre las activas: resentimiento. reflejadas por Hegel y Husserl. criminalidad/legalidad. la moral noble como moral afirmativa. En el pensamiento de Foucault. La locura no tiene ningún contenido objetivo sino la producción de unos rituales de exclusión en los que se constituye la razón moderna.— en la reciente emergencia del hombre. De la otra parte de esta labor de adiestramiento.. de poder y de saber. Para impulsar la supe- 57 . El aspecto prioritario de sus análisis es indagar cuáles fueron las condiciones de posibilidad de la emergencia del hombre como «sujeto empírico-trascendental». estos sistemas de oposición son constitutivos de la sociedad. se estableció en la sociedad un sistema de oposiciones —bien/mal. mala conciencia e ideal ascético. Las «cosas buenas» poseen una turbulenta invención: el derecho de obligaciones y no un origen más elevado es la matriz de los conceptos morales. lícito/ilícito. «enfermo». A finales del siglo XVIII. jubilosa y olvidadiza. la «vida» o la «personalidad delincuente» no son presupuestos objetivos sino objetos vinculados a las ciencias humanas que configuraron nuestra modernidad en un juego de relaciones de dominación.— que constituyeron nuestra experiencia moderna.. Pero Foucault no va a realizar un diagnóstico crítico global de la razón moderna —más semejante al de la escuela de Frankfurt— sino una genealogía de diferentes campos del saber. la psicología y la sociología. No se trata.Para leer a Foucault ración de la noción de hombre moderno a partir de la experiencia de la diferencia: la experiencia distinta de los límites o de la alteridad. Esta excavación bajo el saber y el poder modernos es situada por Foucault bajo la genealogía de la moral nietzscheana. Para Foucault. entre los años treinta y cincuenta.—. el miedo o el sufrimiento. tuvo encuentros y desencuentros con los historiadores.. Foucault no podía compartir el esencialismo que comprendía este «hombre medio».. Esta discrepancia fue compatible con que otros historiadores como Fernand Braudel celebrara la escritura de Historia de la locura en la época clásica como una escritura singular entre la historia. Comprender qué somos en el tiempo presente. en qué consiste la actualidad en que vivimos es propio de un diagnóstico nietzscheano. Al preguntarse por nuestra constitución contingente. Este hombre integraba los cambios en la evolución de los sentimientos y los cambios bajo cualidades muy generales. suficiente para suponer la existencia de un «hombre-medio» u «hombre-leviatán». ya cuando entra en el debate de Las palabras y las cosas (1968). si bien su análisis es más propio de un trabajo filosófico con perspectiva historiográfica que de un estudio historiográfico con consecuencias filosóficas. Febvre. o con que Emmanuel Le Roy Ladurie subrayara la renovación historiográfica impulsada por Foucault. pensamiento de sus límites y de su rebasamiento. ni para Nietzsche ni para Foucault. Se trata de una reflexión filosófica sobre la historia de los saberes. que esclarezca las formas de poder y saber modernas que nos constituyen como sujeto y objeto de poder. de ofrecer una verdad que pueda valer para todos en todo tiempo sino de una «excavación bajo nuestros pies». En el análisis arqueológico del silencio de la locura se subraya un trabajo de selección adiestradora por el que la razón se consti- 58 . es enteramente política y totalmente historiadora. Foucault cuenta con la historia. Para acometer tal tarea filosófica. la filosofía. esta reflexión es abiertamente nietzscheana: comprensión de la configuración de la experiencia de sus límites. En todo caso. para Foucault. y señaló que la emergencia histórica de este hombre era contingente y fruto de una doble operación de integración y exclusión ejercida por mecanismos de saber y poder. La historia de las mentalidades —Le Goff. la filosofía contemporánea. había supuesto una continuidad histórica en emociones como el goce. La dialéctica entre lo mismo y lo otro es un juego omnipresente en la historia. mientras que Foucault no concibe a la locura como una presencia temporal en el advenimiento de la razón. la razón occidental adquiere su pureza. como sería de esperar. la de Descartes y la de Diderot. La Historia de la locura es un libro trucado para los historiadores pues su lector no encontrará una reconstrucción. A partir de esta depuración binaria razón/locura. Jean Hyppolite ha imprimido una insidiosa presencia hegeliana en Foucault. la locura. Foucault encuentra sus elementos conceptuales básicos en las Meditaciones de Descartes y El sobrino de Rameu de Diderot. en la Historia de la locura en la época clásica. Descartes presenta una razón constituyéndose en la desconfianza de un «genio maligno» astutísimo. de las categorías médico-psiquiátricas. La captura de lo diferente. de un «otro». la razón es revelada en el trazado de una línea de división por la que se defiende de la locura. Se trata de un acto político de sentido negativo y dialéctico. Allí. El afuera. manifestado en La genealogía de la moral. Esta dialéctica continuada entre razón y locura guarda vinculación con la dialéctica hegeliana. Foucault está prolongando el estudio crítico de la función creadora del resentimiento racional como negación de un «afuera». de «noyo». En su relegamiento y marginación del orden del saber se constituye la racionalidad. ni la locura se definen por sí mismas.2. El sobrino de Rameau de Diderot da cuenta del diálogo mantenido entre un optimista y constructivo ilustrado y su fracasado sobrino. lo otro es la locura. sino como presencia extraña y silenciosa en el trabajo de la historia para la constitución del mundo objetivo. sino de las es- 59 . La locura es resultado del trabajo del resentimiento en la historia —pondrá de manifiesto Historia de la locura en la época clásica— y no un dato médico objetivo. Si bien este hegelianismo es problemático pues Hegel plantea que la locura es un momento en el advenimiento del espíritu como razón. El demens es fundamental y periférico para la razón. Lo mismo y lo otro tuye relegando a una exterioridad salvaje. ni la razón. Ahora. un músico célebre que vive de su gracia y picardía. En ambas obras. Se trata de una constitución y organización de elementos que consiste en un acto de fuerza. es la condición de posibilidad de la razón. criticando los convencionalismos de la aburrida burguesía. el no-yo. Foucault llamó a este control bifronte.Para leer a Foucault tructuras de dominación con que ha sido silenciada la locura. Esta heterogénea población compuso la sombría silueta de una experiencia de fines más policiales o ejecutivos que jurídicos o médicos. se dio. de la exterioridad a que son relegados unos gestos oscuros y sin sentido manifiesto. según el argumento foucaultiano. que marca la ruptura entre las experiencias del Renacimiento y la época clásica. y hasta la emergencia de la psiquiatría en el siglo XIX. Estas fundamentales rupturas evidencian una profunda distancia con cualquier perspectiva de progreso. insensatos. «modelo de la viruela». coincidente con la creación del Hospital General (1657). experiencia de la «sinrazón». desde el siglo XVII. etc. por el reticulado disciplinario. Mientras que en aquellos remotos tiempos la locura estaba investida de concretas simbolizaciones religiosas. el saber occidental. por la exclusión y. otro. aunque desequilibrado. a la que Foucault denomina. identificable con la liberación de los encadenados de Bicétre. pudo observarse un continuo solapamiento de uno y otro modelo. se instaura una experiencia indiferenciada de rechazo —el «Gran Encierro»— que. una división binaria entre los cuerdos y los locos («modelo de la lepra»). 60 . Es la historia de los límites. En el enmudecimiento y la clausura del lenguaje de la locura se asienta. de otra parte. un poder que se capitaliza mediante la vigilancia y distribución espacial de los sujetos («modelo de la peste»). según Foucault. en la Historia de la locura. blasfemos. primero. que señala la irrupción de nuestra modernidad. a partir del clasicismo. más tarde. se sucedió en el tiempo un poder individualizante en expansión. representó una pérdida de agudeza en la experiencia de la locura en relación a la apreciación que se daba en la Edad Media y el Renacimiento. Aunque el «modelo de la lepra» y el «modelo de la peste» de funcionamiento del poder son alternativos. En este anómalo relato son identificables dos grandes cortes: uno. El clasicismo. aglutina a una amplia variedad de tipos sociales —sodomitas. De una parte. De la exclusión de la locura en la época clásica —«Gran Encierro»— a las medidas liberalizadoras que se producen a finales del siglo XVIII —reformas psiquiátricas de Tuke y Pinel— la «otroriedad» que acompañó a la constitución de la cultura occidental ha sido silenciada. en los análisis de Foucault. como negatividad. adúlteros. con auge del modelo de la peste desde la Ilustración. sortean el campo de la significación y desdoblan el lenguaje donde se expresa nuestra experiencia real. En «Cogito e historia de la locura» (1963) de La escritura y la diferencia (1967). sobre todo. Foucault sigue rigurosamente el planteamiento de Cavaillès. Foucault pretende aquí la liberación de la experiencia no significativa del loco en los límites mismos de la experiencia moderna. ¿Cómo escapar al lenguaje de la razón para posibilitar que emerja el gesto salvaje y abrupto de la locura. Canguilhem y Foucault como una «tradición francesa de epistemología y estructuralismo idealista». Dreyfus y Rabinow se refieren a esta supuesta autonomía del discurso como «ilusión del discurso autónomo». En cambio. Lo mismo y lo otro Aquí. Un pensamiento postkantiano Tanto Historia de la locura (1961) como Nacimiento de la clínica (1963) —según la recapacitación de Foucault en La arqueología del saber (1969)— han analizado la función jugada por prácticas extradiscursivas en la formación de objetos científicos. quienes desafían estos rituales de exclusión. en Las palabras y las cosas. Thompson se refiere. Las palabras y las cosas no señala relación alguna entre discurso y práctica. El orden de Historia de la locura no puede permitir que irrumpa el desorden previo a la palabra propio de la locura. a Cavaillès. Las pala- 61 . Bachelard. Jacques Derrida objeta a Foucault las aporías bien evidentes de este proyecto liberador. E. en Miseria de la teoría (1978). bien sea el psiquiátrico o el asilo. P. Arremete. Canguilhem y Althusser. una historia que hipostatiza el concepto de episteme. para quienes son estructuras de dominación específicas las que organizan un campo de visibilidad e invisibilidad en que se configuran los objetos científicos. Y son los artistas como Artaud. ya sea la «locura» o la «vida». si Foucault utiliza el mismo lenguaje racional de la cultura occidental? El intento encerraba osadía y paradojas ineludibles. En un contexto marxista. Roussel.2. 2. Goya. Bachelard. contra Foucault por haber ideado. cara a pensar la historia como una estructura sin sujeto. locos con obra. Nerval o Nietzsche. en diferentes espacios institucionales. sin hombres y mujeres que la construyan. sobre la expansión del poder psiquiátrico —a partir de la higiene pública y no de la medicina— sobre la sociedad. los masturbadores. aquí. La historia de las mudanzas de epistemes se produce con el mismo enigma que la epocalidad del Ser en el pensamiento de Heidegger. La experiencia del orden tiene en Foucault la misma soberanía e imprevisibilidad que la verdad del Ser en la reflexión del pensador alemán. señala la imposibilidad de encontrar explicación alguna en estos cambios de episteme. entre el año 1974 y 1975. separada de la persecución religiosa y la estigmatización judicial del monstruo. En cambio. la Historia de la locura y el Nacimiento de la clínica les parecen encuadrables dentro del análisis institucional del saber que Foucault emprende decisivamente en la «genealogía del poder». La constitución de la psiquiatría aparece. porque avanza el análisis de problemas que.Para leer a Foucault bras y las cosas atribuyó autonomía a unas estructuras que denomina epistemes como «condición de posibilidad de los saberes de una época» y «región de interpositividad» entre saberes tan diversos como la filología. de la determinación de la «responsabilidad penal» sobre la base de la lucidez o locura del parricida. la economía y la biología. The freedom of philosophy (1985). abiertamente vinculada a una matriz política. Fou- 62 . retoma en la «microfísica del poder» desvelada en Vigilar y castigar (1975). los inadaptados y los degenerados.. en su defensa. ha subrayado la disposición postkantiana del pensamiento de Foucault. Esta autorregulación del discurso no dejó de parecer un enigma inexplicado a muchos en cuanto supuesto e indemostrado dominio autónomo. que se encarna en el control familiar y educativo de la anormalidad en el conjunto del cuerpo social. John Rajchman. Pierre Rivière. Con este planteamiento. incluso. Cabe decir que la Historia de la locura es un libro anticipatorio. En línea semejante. en Pour l’homme (1968). Mikel Dufrenne. a Jürgen Habermas y Rainer Rochlitz. mediante el control político de los monstruos delictivos.. mi hermana y mi hermano. Las palabras y las cosas desintegra toda suerte de antropocentrismo cuando vincula la constitución de la subjetividad y la delimitación histórica de su experiencia posible a prácticas históricas contingentes. a partir del estudio de un parricidio —Yo. en Michel Foucault. Les anormaux recoge la investigación realizada por Foucault. habiendo degollado a mi madre. (1973)—. para resaltar. Foucault rechaza una perspectiva de progreso para poner de relieve las estrategias nuevas de poder y saber que favorecen un nuevo campo de experiencia. comunes a nuestra experiencia de la «normalidad social» y de la «sexualidad». Foucault intenta desmantelar la otra idea que acompaña a la de «naturaleza humana»: la idea de «progreso». Es un viaje hacia otro mundo con reminiscencias mortuorias. La nave recorre el río de los mil brazos extendidos por Europa. las formas específicas de experiencia siempre en modificación. al final de la época clásica. sustentada en nuestro lenguaje. Lo mismo y lo otro cault disuelve los dogmas de la historia universal. Cada transformación en las formas o manifestaciones de incautación del gesto de la locura no es avance de las formas de saber. Freud. la fundamentación universal y los esquemas maestros de la concepción tradicional universalista de la filosofía. Esta perspectiva es mantenida en los escritos de la etapa genealógica —Vigilar y castigar (1975) e Historia de la sexualidad (I). no vino dado por un inédito interés médico por la enfermedad que otorgó a la locura el estatuto de enfermedad. El abandono de la práctica del encierro. el clasicismo y la modernidad ante la locura—. El exilio fluvial de los locos no cumplió una utiliza- 63 .2. Los arquetipos sociales embarcados en esta nave no son seres reales. Dentro de las variadas experiencias de la locura a las que Foucault se refiere en la Historia de la locura —sensibilidad del Renacimiento. debido a ellos. al contrario. Rajchman subraya cómo Foucault. en la que Foucault estudia qué prácticas disciplinarias o dispositivos producen nociones como «individuo peligroso» o «perversión sexual». Foucault desmiente el carácter normal y autoevidente de la locura para insertarla en su espacio histórico constituyente. la «naturaleza humana» como gran relato unificador. formado por prácticas históricas. descarta que exista una experiencia humana universalizable. en la «arqueología del saber» y la «genealogía del poder». Foucault ha recibido la influencia antihumanista de Marx. La voluntad de saber (1976)—. Es un mito vinculado al ciclo de los Argonautas —la Nave de los locos (Nef des fous)— la que ilustra el simbolismo de la locura en la Edad Media. sino contramodelos morales embarcados en un viaje imaginario hacia un lugar infinito. Nietzsche y el último Heidegger y cuestiona. Foucault diferencia radicalmente la percepción medieval de la locura de su experiencia renacentista. El revulsivo de los extravagantes personajes de la «Nave de los locos» y de las bestiales figurillas incorporadas por el Bosco. El homosemantismo del loco y la alegoría del poeta realizan la semejanza entre los signos. Brueghel. El loco de la Historia de la locura y el poeta de Las palabras y las cosas son los soportes de una experiencia que trasciende o transgrede los límites del lenguaje. rechazando al loco como enfermo. y atribuye a cada uno de ellos haber identificado lo irrepresentable o no discursivo con la experiencia antiburguesa. Nerval. en un orden clásico que condiciona la experiencia a la identidad y la diferencia significativa. 64 . Thierry Bouts y Durero a la iconografía del gótico es que ponen en juego experiencia linguística y transgresión artística de una experiencia. Foucault atribuye a las marginales figuras del loco y del poeta la capacidad indómita de dinamitar la experiencia de una época. Tanto estos personajes pictóricos como los pintados por Goya. E. al liberarlo de toda obediencia al discurso como vehículo de la experiencia de una época. Nietzsche y Freud. abierto sobre el abismo y que cabe experimentar como arte o enfermedad. La iconografía del gótico combina la manifestación visual y verbal en forma singular para interpretar con sus imágenes el pensamiento de aquel momento. Artaud y Roussel. dentro de este argumento. John Rajchman vincula esta experiencia de los límites del lenguaje a Marx. fuente originaria del lenguaje. o los creados por Shakespeare. por su «desviación constituida» y la posibilidad de realizar una experiencia artística. El loco.Para leer a Foucault ción social y estuvo más bien asociado a los ritos sociales y a las significaciones sagradas. política e indómita en enfermedad mental. Panofsky señaló un entrecruzamiento entre lo visual y lo discursivo que es compartido por Foucault en sus interpretaciones sobre el simbolismo de la pintura y la iconografía del gótico. Foucault manifiesta su fascinación por esta «experiencia trágica» de la locura y critica la conversión de una protesta artística. Cada uno de ellos vislumbra un mundo fatal. Las imágenes del gótico desafían la experiencia significativa y clasificatoria del lenguaje. Cervantes. es el «hombre de las semejanzas salvajes». dionisiaca o pre-edípica. Nietzsche. Hölderlin. En la Historia de la locura y Las palabras y las cosas. representan la esotérica galería de figurillas a las que se refiere la «experiencia trágica» de la locura. Heidegger. post-cartesiana. 2. Lo mismo y lo otro Junto a la «experiencia trágica» de la locura surge una «experiencia crítica» basada en una censura moral. Para esta visión moralizante, los adúlteros, borrachos, avaros y blasfemos de la «Nave de los locos» viajan por el abandono moral y el defecto humano. Esta escisión de la «experiencia de la locura» tiene su primera manifestación en el «Gran Encierro» clásico. Esta «experiencia crítica» de la locura, alentada por Brant, Erasmo y la tradición humanista sólo puede ser interpretada como una estrategia integradora. Erasmo no elogia la locura abrupta, su condición salvaje o su sinsentido, sino una locura domesticada que no es más que peligro conjurado. Entre la apreciación grave del loco del gótico y la dulcificación de la experiencia de la locura en el Renacimiento se ha producido un proceso de asimilación de la alteridad. El loco aquí no posee una sustancia distinta a la del hombre; es su fuerza y su debilidad, sus pasiones, sus audacias y sus miserias. La locura cumple en esta visión crítica una función ejemplar: no se sitúa a distancia del cogito sino que actúa desde su centro y ridiculiza, censura y culpabiliza a estas figuras inmortalizadas en el grabado y la pintura satírica flamenca. Erasmo y la tradición humanista, a través de esta «conciencia crítica», se complacen ante una manifestación sumisa de la locura que retroalimenta a la razón. Tras el Renacimiento, la locura es objeto de incautación y silenciamiento. Primero, a través de un rechazo generalizado, iniciado a mediados del siglo XVII, con la época clásica. Después, a través de una reduplicación que coincide con su transformación en objeto científico, dada la emergencia de la psiquiatría positiva a comienzos del siglo XIX. Foucault se refiere a la locura como «ausencia de obra», como pura negatividad, cuyo grito no posee valor o estatuto en el interior del «orden del discurso» o en la afirmación del proyecto de la historia. Sin embargo, en el relato de la Historia de la locura pervive una experiencia puramente positiva o afirmativa que escapa a cualquier relación dialéctica. Tal como señala Maurice Blanchot, la «experiencia trágica» de la locura —Sade, Hölderlin, Nietzsche, Nerval, Van Gogh, Roussel, Artaud...—, o experiencia artística, encarna la fuerza perturbante, no sometida a los rituales de exclusión, donde se materializa otra experiencia distinta a la experiencia dada en la cultura occidental. Esta experiencia es irreductible a los sucesivos movimien- 65 Para leer a Foucault tos de la razón. Mediante el «Gran Encierro», la época clásica pone en juego —si se atiende a Historia de la locura— una operación de rechazo masivo de ciertos tipos sociales. Mediante esta estrategia de encierro se instaura el orden representativo que en Las palabras y las cosas es analizado como orden representativo o espacio de identidad y diferencia en el que se circunscribe la experiencia clásica. La racionalidad clásica dispuso un orden clasificatorio e instauró al lenguaje discursivo como marco necesario del saber y la experiencia de una época. Pero, radicalmente diferente, como expresión de otra experiencia y otros mundos, la experiencia artística —el vagar de Alonso Quijano o la ansiedad de Sade— rompe el orden significativo para no afirmar más que el puro silencio, la ausencia de significación. El orden clásico, a través del «Gran Encierro», no cesaría, no obstante, en el empeño de dominar, excluyendo masivamente. La singularidad de la experiencia trágica permanece, para Foucault, irreductible a esta operación. Con el orden concentracionario del «Gran Encierro» desaparece el aspecto trágico y diabólico de la locura. Si Descartes expone la necesidad metódica de protegerse del error y la ilusión, la prevención institucional se concibió históricamente a través del internado. La explicación dada por Foucault del cambio de sensibilidad producido entre el Renacimiento y la época clásica es, de alguna forma, deudora de la teoría sociológica de Max Weber. Las raíces de la transformación de esta sensibilidad se encuentran en la diversa apreciación de la pobreza y la caridad. A partir del Renacimiento, y con las reformas de Lutero y Calvino, se ha establecido una «economía de la mendicidad». A diferencia de la ética medieval que había glorificado la mendicidad —patrocinando las órdenes mendicantes y considerando como «clase» al grupo de los mendigos seglares—, el ascetismo puritano auspició moralmente la intolerancia de la legislación inglesa frente a la mendicidad. Para los puritanos, según Weber, existe una relación causal entre mendicidad y pereza del capaz, que contraría la palabra del apóstol. A estas mismas consideraciones morales, unidas a los problemas de desorden que acarrean la ociosidad y el paro, reconduce Foucault las condiciones históricas del «Gran Encierro». En los últimos años, Foucault hizo balance de la línea de pensamiento crítico que denominó «ontología del presente». Así, 66 2. Lo mismo y lo otro en «¿Qué es la Ilustración?» (1983), encontró afinidad real entre sus análisis y los proseguidos antes por Weber y la escuela de Frankfurt. Con la salvedad de no haber acometido, como ellos, un proceso global a la razón sino a prácticas específicas en que se constituye la racionalidad moderna. El punto de distanciamiento con Weber, Foucault lo sitúa en que él no trabaja bajo la suposición de un tipo ideal de racionalidad como invariante antropológica o valor-razón absoluto, sino a partir de racionalidades referidas a prácticas sociales o sistemas de prácticas concretas. Foucault guarda con las explicaciones económicas de los cambios sociales la misma problemática posición que Weber. Cuando se plantea analizar el papel jugado por el derecho penal en el cambio del control social clásico al moderno, es consciente de que está atribuyendo una importancia capital a una causalidad que los marxistas consideraron «supraestructural». Roland Barthes se refiere, en «Saber y locura» (1961) a cómo la arqueología foucaultiana puede incluirse en una tradición materialista superada: los accidentes económicos se incluyen en el marco de una estructura de significados que les pueden preexistir. Al interpretar el sentido complejo del poder penal, en el segundo tratado de La genealogía de la moral, Nietzsche propone una sugerente hermenéutica. Allí indicó cómo el sentido de una función obedecía a una cadena de interpretaciones y reajustes nuevos, cuyas causas podían sucederse de forma meramente casual. Desde esta perspectiva nietzscheana, la historia de una cosa no sería la historia de su progreso, sino la historia de sus sucesivos avasallamientos, profundos e independientes en mayor o menor grado, sobre la cosa. La forma de estas metamorfosis es fluida, pero el «sentido» lo es en mayor medida, según Nietzsche. Foucault, de forma similar, no intenta reducir esencialmente las diversas formas o manifestaciones de exclusión de la locura, pero tampoco pretende retener un sentido para cada una de estas manifestaciones. En los siglos XVII y XVIII, en toda Europa, el internamiento no se sustenta en una función médica, sino que se constituye en experiencia masiva de carácter jurídico-administrativo y policial que a principios del siglo XIX se diversificó en variadas instituciones como la prisión, el asilo, la escuela o la clínica. Hasta la eclosión de la modernidad no surge la prisión como mecanismo de reciclaje del delincuente en un sistema cerrado policía-delincuencia-cárcel-delincuencia- 67 si a partir de Nietzsche puede comprenderse mejor a Esquilo. Mientras tanto. una sensibilidad jurídica ante la locura. cabe apreciar mayor luz sobre la comprensión de Descartes. esta tarea esclarece las operaciones de rechazo y exclusión que se ejercen sobre ese mismo genio engañador y distrayente de la reflexión cartesiana. quizás. Así es: indagar en el mundo correccional o en el espacio del internamiento contribuye a comprender el término frente al cual se ha levantado la organización social. se asemejen a este talante trágico cuando ahonda en las galerías subterráneas de la razón. Nietzsche alude a una visión de la existencia propia del arte dionisiaco. la muerte y el diablo. a la dialéctica de lo apolíneo y lo dionisiaco. de similar manera. a partir de Foucault. que causa placer. al haber dirigido una mirada helada sobre la galería de horror de la razón. Destruir las apariencias para observar de frente el horror era. trota por un camino de polvo y arena. Por ello. Desde el siglo XVIII. causa de miedo y compasión. Igualmente. para Nietzsche. y equipara la labor nietzscheana en la tragedia y la cultura helénica con el análisis foucaultiano en la cultura y la época clásica. en Hermes I. según el argumento desarrollado por Foucault. política y económica del mundo clásico. La Communication (1968). cansado y sin consuelo. según el argumento de Foucault. Se trata de una perspectiva que ahonda detrás de las apariencias para «penetrar con la mirada en los horrores de la existencia individual». Así lo puso de manifiesto Michel Serres cuando se refiere en «d’Erehwon à l’autre du Cyclope» (1966). El filósofo alemán buscó en un caballero de Durero la metáfora para tan desértico camino. pueden percibirse dos sensibilidades ante la locura: por una parte. Sófocles y Sócrates. basada en la noción de «su- 68 . sin quedar helado de espanto. Sordo a las voces de sus compañeros. el encierro indiscriminado estuvo asociado a la modernización laboral y al trabajo productivo. emprende un camino de desconsuelo. El caballero. En El origen de la tragedia (1872). Los análisis de Foucault. acompañado de su perro.Para leer a Foucault policía. no le falta razón a Serres cuando afirma que. pero también proporcionaba la forma de volver al ser primordial y sentir la fecundidad del mundo. cubierto de armadura y con broncénea mirada. sin más redención que la magia dionisiaca o la fuerza trágica para recorrer las profundidades. y que se remonta a la Edad Media y al Renacimiento. habiendo degollado a mi madre. es como la centella que surge del choque de dos espadas. En la Historia de la locura se da cuenta de cómo la medicina social del siglo XVIII se dividió en dos sensibilidades coetáneas que prepararon el surgimiento de la psiquiatría positiva: por una parte. la apreciación jurídica de la locura. basada en la orden de internamiento.. de los abogados. Pierre Riviére. que entiende al individuo como ser social.. 3. Su estudio es el punto de arranque del análisis del «isomorfismo de poder» moderno caracterizador del «examen». idealmente dirigida a calibrar racionalmente la responsabilidad del sujeto de derecho. procedente del derecho romano. mi hermana y mi hermano. por la otra. Los combates por la verdad En el Collége de France. Dos aportaciones —el análisis colectivo de un parricidio. una sensibilidad social basada en el decreto de internamiento. Lo mismo y lo otro jeto de derecho». al que Foucault dedica Vigilar y castigar.. una experiencia dicotómica —«sí o no». por otra parte. y en la concepción del clasicismo. la verdad es el resultado bélico de los discursos —los del pedagogo. (1973) y «La evolución de la noción de “individuo peligroso” en la psiquiatría legal» (1981)— hacen acopio del modelo conflictual de Nietzsche en la formación de la verdad procesal. Durante el siglo XVII. según el análisis de Foucault. del juez. En torno a la visión del sujeto de derecho y a la filosofía que le subyace —el sujeto libre y. fue eclipsada por la experiencia del internamiento. una experiencia jurídica gradual. señala Foucault. La verdad..— sin 69 . del psicólogo. Esta determinación de la responsabilidad penal se realizó con una serie de micropenalidades surgidas en torno a la judicatura. por tanto. Yo. Foucault desarrolló su estudio sobre la sensibilidad jurídica ante la locura.2. matriz de poder y saber. «inofensivo o peligroso»—. responsable de sus actos— surgen las nociones de la psicopatología positiva en el siglo XVIII con vistas a esclarecer el vidrioso tema de la responsabilidad penal. del psiquiatra. De ahí que el siglo XVII pasara a ser el siglo del «gran confinamiento» y las órdenes reales de detención. en las medidas policiales-administrativas. en torno a los vacíos de sentido dejados por la administración de justicia. es una transgresión de la ley civil y religiosa. Les anormaux explica cómo. el hospital psiquiátrico.Para leer a Foucault conciliación pues representan intereses diversos en juego. como noción médico natural y jurídica. sino de desvelar un poder normalizante que funda. la delimitación de lo normal a partir de ciertas 70 . los análisis de Foucault revelan cuál es la matriz de poder moderno en que se configuraron las ciencias humanas. el acopio de estos comportamientos por la psiquiatría. Foucault no acude a una explicación progresiva del surgimiento de las pruebas periciales. dentro de tal matriz de poder-saber. todo hace pensar en un isomorfismo de poder basado en la cuadriculación del espacio social y la ocupación absoluta y rítmica del tiempo en las instituciones modernas. locos. El monstruo. que no pretende excluir sino fijar a los individuos a espacios funcionales: la fábrica sujetó a los individuos al aparato de producción. las luchas sociales. ancianos. es una mixtura de dos realidades: una. a finales del siglo XVIII. se dio un tránsito de la preocupación por la monstruosidad natural o deformación a la monstruosidad moral o de la conducta. Aunque las funciones sociales sean diversas —pedagógica (escuelas y orfanatos). a una estrategia de inculcación moral del trabajo. Desde la escritura de la Historia de la locura. como verdadera. el reformatorio y la prisión les situó en un aparato de corrección y normalización. correccional (prisión y reformatorio) y mixta de correccional y terapéutica (psiquiátrico y clínica)—. delincuentes. como noción jurídica. en el argumento de Foucault. dos. y de las ciencias humanas en general. es un desorden de la naturaleza. Como veremos. se explica por el desbordamiento de la racionalidad judicial ante los delitos sin móvil. Nociones científicas como «manía» o «monomanía» surgen de este juego conflictual por la determinación de la responsabilidad judicial. como noción médico y natural. No se trata de ahondar en los cuidados y asistencia que el asilo presta a la enfermedad mental. enfermos. A partir del siglo XIX. Georges Canguilhem ha señalado que una de las grandes aportaciones de la Historia de la locura es haber subrayado los «límites de la cientificidad en la psicología». que reproduce. la escuela les encuadró en un aparato de transformación de saber. una vez más. niños y trabajadores fueron sometidos. Basaglia. A pesar de haber suscrito estas tesis del movimiento antipsiquiatra. Sustentada en una práctica de internamiento-asistencia. mediante un interés muy enfático por el estudio del lenguaje.. Entre los años 1945 y 1955. El estructuralismo había contradicho a la fenomenología al afirmar que el significado podía ser producido por una estructura de tipo lingüístico.— Foucault le reconoce haber desvelado la estructura de poder que fundamenta la verdad científica de la locura.2. Aunque estos sucesivos desplazamientos de la fenomenología al marxismo. más bien. Szasz. Y el psicoanálisis —a través de Lacan— invertía al sujeto fenomenológico al manifestar que «el inconsciente está estructurado como un lenguaje». Foucault explica su trayectoria intelectual distanciándose de todos estos movimientos. Lo mismo y lo otro prácticas. La literatura moderna. sino también en los inicios filosóficos de Gilles Deleuze. a la figura de Georges Canguilhem. Además. hasta entonces. Esta sustitución fue aun más impulsada cuando estructuralismo y psicoanálisis coincidieron en la crítica del sujeto fenomenológico.. La influencia germánica de Alexandre Koyré —que consolida su permanencia en Francia entre 1930 y 1935— impulsó la superación del contexto fenomenológico predominante entonces. en torno a la historia de la ciencia. Foucault quiere escapar tanto del pensamiento freudiano como del marxismo y del estructuralismo. Al movimiento antipsiquiátrico —Laing. al estructuralismo y al psicoanálisis fueron cambiando el contexto teórico fenomenológico de la época. en Francia. quien introdujo a Saussure entre el público culto francés. coincidieron en vislumbrar la experiencia de la locura como irreductible a verdad o significación cualquiera. El eje estructural-marxista sustituyó a la fenomenología. Foucault reservó un lugar teórico diverso al de la antipsiquiatría para la Historia de la locura. desconocedor. Su estrategia es normalizadora. y. Cooper. La lectura de Nietzsche en el año 1953. Foucault reconocía. de este contemporáneo. más concretamente. en opinión de Foucault. Nietzsche y la historia de la ciencia francesa fueron clave de cam- 71 . Se agrupaba. Bernheim. le conduce al estudio de la historia de la racionalidad. como corresponde a su crítica. como el producto de un rechazo. una predominancia husserliano-marxista en vez de freudiano-marxista. la psiquiatría se basa en un poder de rechazo y no de conocimiento. imprescindible no sólo para Foucault. Fue Merleau-Ponty. Con la Historia de la locura. Entre la mirada codificada y la percepción establecida. Las palabras y las cosas es la historia de esta experiencia desnuda del orden y de los cambios que impone al lenguaje a partir del siglo XVI. Entre la «arqueología de la locura» y la «arqueología de las ciencias humanas» existe una relación bipolar dentro de un mismo proyecto. de otra parte.Para leer a Foucault bio en el contexto fenomenológico rechazado bien pronto por Foucault. Foucault distingue dos rupturas —mediados del siglo XVII y finales del siglo XVIII— que diferencian tres manifestaciones diversas del saber —Renacimiento. el análisis de la riqueza y la gramática general. podía estudiar los isomorfismos existentes entre diversas «formaciones discursivas» de la razón occidental. Las palabras y las cosas busca los isomorfismos existentes entre diversas formaciones discursivas de cada manifestación de saber o episteme. Las palabras y las cosas era una sistematización de todo aquello que el discurso tiene de regular —el orden—. En este estudio sobre el origen reciente de las ciencias humanas. muy crítico con la afirmación de un sujeto universal y transhistórico. Entre las tres no hay progreso. Si la Historia de la locura era un título irónico para una historia de la otroriedad. de las «condiciones de posibilidad» que favorecieron la aparición de determinados saberes o formas de racionalidad específicas. sino de un análisis de los a priori. No se trata ni de una historia de las ideas ni de una historia de las ciencias. de una parte. A la descripción de los 72 . Una vez que Foucault había dado cuenta de los rituales de exclusión en que la razón se constituye. una región intermedia a la que se dedica su arqueología de las ciencias humanas. sino a la «experiencia desnuda del orden y sus modos de ser». y el conocimiento reflexivo de científicos y filósofos. ¿Cuál era su campo de análisis en el estudio de los discursos racionales? Foucault distingue entre los «códigos fundamentales de una cultura» y las teorías científicas o las interpretaciones de los filósofos. no referido ni a palabras ni a cosas. clasicismo y modernidad— entre las que hallan insuperables rupturas. Las palabras y las cosas encuentra una instancia no explorada todavía: el orden en su ser en bruto. se refiere a la historia natural. sino cambios drásticos entre cada uno de estos sistemas de positividad desde el siglo XVI. Si se trata de la episteme clásica. la economía y la lengua. Si se refiere a la episteme moderna. se detiene en la biología. sin representación. Lo mismo y lo otro isomorfismos entre los saberes de cada episteme. Don Quijote revienta lo peor del mundo renacentista. Al dar cuenta de estas tres formas de organización de la experiencia históricamente incompatibles. del desorden. Foucault oponía una «risa filosófica». Esta formalización fue duramente criticada entre todos aquellos. Explicar en qué consiste la experiencia del orden no olvida la experiencia de sus márgenes. Foucault no deja de manifestar en Las palabras y las cosas que el poeta desborda la determinación de la episteme de su tiempo. de lo otro. Nuestro sistema representativo aparece allí ordenado mediante una prolija compartimentación de identidades y diferencias que segmenta y clasifica nuestra experiencia. Foucault utilizaba una formalización de los isomorfismos de saber en cada de una de las epistemes. Sade extralimita los contornos de la época clásica. Nietzs- 73 . sin significado. En realidad. El afán sistematizador no tiene por qué recibir la crítica de totalizador. junto a la experiencia ordenada del lenguaje discursivo. agrupados en torno al humanismo. Es verdad que Las palabras y las cosas señala cómo cada episteme condiciona la percepción y el pensamiento de forma diferente sobre el fondo del lenguaje. Siempre. que observaron un anquilosamiento en la sistematización. no descarta experiencias no lingüísticas cuyas únicas referencias sean el silencio y el deseo. Foucault añade la explicación del sistema de transformaciones que marcan el paso de una a otra episteme. plenamente literario. en detrimento del cambio y la transformación. Además se destacan la soberanía del referente semántico y un amplio sistema clasificatorio. vieron un ataque a la libertad en un libro rebosante de ésta. En el prefacio a este libro. Foucault había planteado un provocativo ataque a los fundamentos del humanismo muy predominante todavía en Francia: a la creencia en una naturaleza esencial del hombre. resaltada en Las palabras y las cosas. Pero esta organización de la experiencia por el lenguaje. La conclusión de Las palabras y las cosas no podía ser más hiriente para el precario humanismo: la arqueología de las ciencias humanas planteaba que el hombre era una creación reciente y pronto desaparecería. emerge un lenguaje empecinado en su propia materialidad. a su soberanía sobre la verdad. como el de Mallarmé. pero también señala que caben «experiencias heterotópicas» en un no-lugar del lenguaje. Foucault declara que su arqueología surgió del deseo de desgarrar el orden del lenguaje.2. Don Quijote y el marqués de Sade desafían los límites determinados por su época como pensable. qué relaciones establecen entre las palabras y las cosas. hay que interpretar los signos extendidos sobre las palabras y las cosas. las plantas y las estrellas. Es la experiencia de la literatura moderna. explica cómo conciben el lenguaje. Es la episteme de la semejanza entre cosas infinitas y de la remisión continua entre las palabras y las cosas. sino una confusión del lenguaje y las cosas en la misma materialidad. Los signos no poseen significación alguna hasta el siglo XVII. Un árido suelo que opera como a priori o condición de posibilidad del saber. Su materialidad se cierra sobre sí misma. desde el siglo XVI. Se extiende entre el siglo XVI y mediados del siglo XVII. La gran llamada del Renacimiento es «hacer hablar a todo». el «ser del lenguaje» se perdió con la aparición de la gramática de Port-Royal. El saber propio de esta episteme es la hermenéutica. El primer segmento histórico de conocimiento es el Renacimiento. Junto a las experiencias heterotópicas. El lenguaje es una cosa natural con leyes de afinidad y de conveniencia.Para leer a Foucault che. Se da una remisión absoluta entre las palabras y las cosas. No hay división entre el lenguaje y las cosas nombradas. como los animales. Lo más señalable de la episteme renacentista es la mezcla absoluta entre las palabras y las cosas. la experiencia del ser bruto del lenguaje sin significación. El orden del saber adquiere. La naturaleza es un gran tapiz prolijo de signos que son susceptibles de una interpretación definitiva sin referencia a una palabra dada. ordenadas por el lenguaje discursivo. Nerval y muchos otros. Luego. Artaud. El lenguaje permanece disperso en su ser bruto. Las cosas se encuentran sujetas por un lazo semántico a su significación. Para ello. Kafka. El argumento de Las palabras y las cosas da cuenta de las tres formas de saber o epistemes. que remonta la representación moderna en que todavía pensamos. Esta episteme domina el saber a través del signo de la semejanza. Desde mediados del siglo XVII. se extiende la gran planicie desértica de las experiencias homotópicas. Blanchot. un cuadro de identidades y 74 . El círculo es la representación geométrica que mejor simboliza esta continua remisión de palabras y cosas característica de esta época. tres formas y aquella que delimita nuestro pensamiento apunta a desaparecer por la aparición de otra. se impone un orden representativo. 2. remontando la hegemonía de la representación. Lo mismo y lo otro diferencias. cuando la episteme clásica ha escindido ambos mundos. a la dispersión de un lenguaje no discursivo. Desde el siglo XVI y hasta nuestros días. Este lenguaje será tachado de lenguaje enfermo. La identidad de las palabras y las cosas ya sólo puede experimentarse como delirio. bajo el olvido del ser del lenguaje. el «ser del lenguaje».. en la reflexión de Foucault. La hegemonía del lenguaje discursivo une y de- 75 . mediante las escisiones básicas de la cultura occidental: verdadero/falso.. Si bien su materialidad. con la imposición de la representación. puede ser recuperado en la experiencia artística. lo enunciable y lo visible. A mediados del siglo XVII. todavía encadenan nuestro pensamiento a este orden representativo. Foucault también señala la desmesura de la experiencia de don Quijote al haber desafiado la «razón cruel de las identidades y las diferencias» con que se abre la época clásica. en su capacidad discursiva. entre lo leído y lo visto. su ser bruto. y la «experiencia de la literatura». Y a Cervantes le tachó de ser el ejecutor inquisitorial que ahonda la decadencia de la cultura española al ridiculizarle. a partir del siglo XVII. Foucault establece semejante elogio al de Nietzsche sobre la figura de don Quijote. El orden representativo se sobrepone al «pensamiento del exterior». Aquí coinciden el fondo liberador de la Historia de la locura y de Las palabras y las cosas. vida/muerte. la reorganización del saber instituye el cuadro como espacio clasificatorio de las identidades y de las diferencias. El orden de la significación diferencia lo leído y lo visto. Se rompe la mixtura absoluta entre las palabras y las cosas. El ser del lenguaje persevera bajo la imposición del lenguaje representativo. Nietzsche consideró a Alonso Quijano como encarnación poética de la más excelsa desmesura. En el retorno a una experiencia originaria se encuentra la conexión entre la «experiencia de la locura». como «ausencia de obra». normal/patológico. como retorno a la identidad de un lenguaje originario en su materialidad. Don Quijote busca la semejanza entre las palabras y las cosas. El signo se diferencia en lo significante y lo significado. permanece. El lenguaje ya no existe en su materialidad sino en su representación. el ser bruto del lenguaje como «contra-discurso». dentro del cual las cosas adquieren su significación. poesía o locura. El lenguaje ya no es parte del mundo sino que tiene que representarlo desde su exterior. Ambas articulan los cambios que va a realizar la representación: establecimiento del análisis comparativo y de la similitud. cumplen la misma función ordenadora y clasificadora en el 76 . Todas las cosas adquieren aquí un lugar de acuerdo con los grados de igualdad o de diferencia. existe una taxinomia o sistema de signos. En esta reorganización del saber moderno se da la condición de posibilidad de diversos saberes: la historia natural. la distribución de los diferentes personajes se encuentra en este orden. La comparación racional según identidades y diferencias entre las cosas se abre paso sobre la semejanza. el análisis de la riqueza —ciencia de los signos que establecen el intercambio entre las necesidades de los deseos humanos—. y la gramática general —ciencia de los signos que organizan los pensamientos y las percepciones de los hombres— se rigen por la misma experiencia del orden clásico. Mathesis y taxinomia son las ciencias del orden de la época clásica. Las meninas de Velázquez simboliza la representación: el lugar vacío del rey. Junto a la mathesis clásica. La historia natural —ciencia de los caracteres que diferencian y esclarecen el enmarañamiento de la naturaleza—.Para leer a Foucault sune las cosas dentro del orden de las palabras. el análisis de la riqueza y la gramática general. respectivamente a cada una de estas formaciones discursivas. aparición de un conocimiento cierto de las identidades y las diferencias. otorgamiento de capacidad representativa al lenguaje por su transparencia y neutralidad en relación con el mundo. discernimiento del grado de parentesco entre las cosas. El lenguaje deja de ser enigmático y pasa a ser transparente. el valor y el verbo. La estructura. por lo que representa. Las dos formas clásicas de comparación son la medida y el orden. Foucault elige un cuadro para ilustrar en qué consiste este orden representativo. Estas dos comparaciones forman una mathesis o ciencia general del orden. compila en el gran corpus enciclopédico del saber clásico. Estas formaciones discursivas guardan el mismo «isomorfismo de saber» debido a la episteme clásica. El signo adquiere una significación binaria de significante y significado. apartamento del lenguaje respecto del mundo. es por lo que significa. la mirada del pintor. describe. El signo nada es por su significante. El lenguaje representativo organiza. y la riqueza no es más que la representación de las necesidades. Las tres funciones coadyuvan a que el orden clásico se represente a sí mismo a través de un gran sistema taxonómico de identidades. la vida y la muerte. El valor del análisis de la riqueza asegura un sistema de cambios según el cual los objetos pueden entrar en relaciones de igualdad o de analogía respecto de otros objetos de valor determinado.2. el lenguaje se vuelve sobre el interior de las cosas en vez de representar su exterior. vida y trabajo marcan la finitud del hombre. el orden representativo declina e irrumpe la episteme moderna. en su recaída. A comienzos del siglo XIX. El examen del organismo prevalece sobre el establecimiento de los caracteres taxonómicos. Son las coordenadas que instituyen un cambio en el orden del saber: nuevos objetos. Son. La experiencia de la violencia. A finales del siglo XVIII. el deseo y la sexualidad desmesurados escapan al orden de la representación. Decae la capacidad representativa del signo y. La literatura que advierte de esta deficiencia de la representación la escribe el marqués de Sade. la biología se centra en la estructura interna de los seres vivos. con el consiguiente menoscabo del lenguaje discursivo. No se trata de un avance en el conocimiento sino una ruptura en el orden del saber. Lenguaje. El verbo de la gramática general establece la relación del signo con el significado a partir de los elementos del sistema lingüístico. Sade radicaliza los límites de la representación moderna. El lenguaje pierde su fuerza representativa. La lengua se cierra sobre el volumen interior de las lenguas. aparece la lengua. la biología y la economía. El lenguaje sólo es la representación de las palabras. para Foucault. unos semitrascendentales que atraviesan al hombre sin que sea capaz de apropiárselos con la conciencia. conceptos y métodos son determinados por estos 77 . Lo mismo y lo otro orden clásico. Aparecen algunas realidades que escapan a la representación. la naturaleza solamente es la representación de los seres. El estudio de la producción sustituye al análisis de los intercambios y del dinero. La estructura de la historia natural ordena los signos de acuerdo con lo que representan y articula cada una de estas representaciones en su conjunto a partir de su diáfana posición en un sistema de signos. y la economía se concentra en el trabajo silenciosamente acumulado en las mercancías. Una ruptura que en Las palabras y las cosas se presenta en todo su enigmatismo. La vuelta al ser del lenguaje no es una vuelta a la capacidad asemejante que tenía en el Renacimiento. un contraste de condiciones de posibilidad de unos y otros saberes muy marcado. la economía política y la lingüística estudiaban al hombre pero no existía una «conciencia epistemológica» de su existencia.Para leer a Foucault semitrascendentales. En esta crisis irremontable aparecen las «ciencias humanas». a la vez que una preocupación de los lingüistas por su pérdida de capacidad representativa. la lingüística y la biología. El hombre sujeto unificante del orden clásico permanece fuera del cuadro. la biología. Es el fraccionamiento del discurso y el retorno al ser del lenguaje lo que produjo la incorporación del hombre a los objetos de conocimiento científico. «El hombre y sus dobles» (capítulo X de Las palabras y las cosas) ofrece las claves de la crisis del orden representativo. Ofrece. y la lingüística —practicada por Bopp. Dreyfus y Rabinow 78 . La disolución del sujeto en el lenguaje de Mallarmé y la reflexión filosófica sobre el lenguaje de Nietzsche son. Antes. en cambio. En ese momento. para Foucault. en torno a la economía. 4. la economía política —reflejada en los análisis de Ricardo—. no se encuentra entre los objetos de saber. ahora dividido. y de la emergencia de las ciencias humanas. El hombre. Foucault no aporta luz alguna a la explicación de cuáles fueron las causas que produjeron la convulsión por la que se produce una desaparición de una episteme y aparece otra. en la modernidad. Son Nietzsche y Mallarmé quienes plantean la pregunta ontológica por el ser del lenguaje. de la irrupción de la episteme moderna. se produce una disgresión del lenguaje. las experiencias más sintomáticas del ser enigmático y precario del lenguaje a comienzos del siglo XIX. Según la explicación de Foucault. una invención reciente De nuevo. El cuadro de Las meninas no incluye el objeto al que se dirigen todas las miradas: el hombre. En torno a estas nuevas condiciones de posibilidad se constituye la biología —materializada en los métodos de Cuvier—. el cambio que se ha manifestado a comienzos del XIX aparece enigmático. a principios del siglo XIX el lenguaje pierde su facultad representativa y retorna a su ser enigmático. el trabajo y el lenguaje que operan como semitrascendentales que le condicionan con sus límites. las positividades que rodean al hombre. el cogito y lo impensado y. Pero. El hombre ocupa el lugar de Dios pero es soberano y esclavo del lenguaje. A comienzos del siglo XIX. por lo que se refiere a lo empírico y lo trascendental. A comienzos del siglo XIX. precario. El sujeto está limitado por la vida. aquello que escapa al conocimiento racional. Vida. Prescriben unos comportamientos a los sujetos que no son indicados por la conciencia y son condición de posibilidad del conocimiento. Foucault vincula la aparición del ser del hombre moderno a tres parejas de elementos: lo empírico y lo trascendental. Aparece entonces el hombre como sujeto y objeto de conocimiento. limitado por estas positividades. Si Foucault ofreciera una explicación sería una interpretación moderna incapaz de introducirse en un lenguaje clásico. parece que ha subrayado un estilo acausal diferente al de la historia de las ideas al uso. intraducible al nuestro. no es posterior al sujeto sino su propio ori- 79 . En segundo lugar. Lo mismo y lo otro justifican esta carencia en la explicación por la propia inconmensurabilidad entre los lenguajes de una y otra episteme. En primer lugar. trabajo y lenguaje son positividades irreductibles a la comprensión. fundamento y medida de todas las cosas. Los propios límites del sujeto son su condición de posibilidad.2. consideradas como semitrascendentales. El estudio del ser del hombre como ser finito constituye el núcleo de análisis de la «analítica de la finitud». en relación al binomio del cogito y lo impensado. el pensamiento moderno unifica lo empírico. provisional. Foucault se refiere a cómo la conciencia moderna está sujeta a unos contenidos ajenos a la reflexión. Su emergencia. finalmente. más bien. marca un nacimiento efímero. Estos semitrascendentales configuran un ámbito de lo impensable ajeno a la conciencia. el retroceso y el retorno al origen. El nietzscheano diagnóstico establecido en Así habló Zaratustra (1883-1891) indicando la «muerte de Dios» en el siglo XIX ha indicado a Foucault que el vacío dejado por la divinidad ha pretendido llenarlo el hombre. el hombre aparece como duplicado «empírico-trascendental». Ahora el lenguaje es un producto del hombre al que permanecerá condicionado como el resto de los objetos existentes. Lo impensado. Ahora el lenguaje no es lenguaje discursivo o representativo del que el hombre es mero espectador. lo inconsciente. De una parte. El hombre es espectador de la finitud de las cosas. la búsqueda del origen se une al reconocimiento de su constante irreductibilidad. Pero no se trata de conseguir su reapropiación significativa. De otra parte. de Nietzsche a Hölderlin. de Hegel a Marx. el silencio. Foucault destaca la existencia de dos tradiciones en el pensamiento moderno. vida y lenguaje son contenidos empíricos previos al hombre y que le esconden el conocimiento de su origen. han subrayado la matriz kantiana y heideggeriana de la «analítica de la finitud». trabajo. desde esta perspectiva. Lo empírico 80 . Este estudio de los límites del hombre configura una «analítica de la finitud». el hombre vuelve a aparecer como fundamento de sus propios límites. Michel Foucault en Las palabras y las cosas habría retomado la lectura heideggeriana de Kant en Kant y el problema de la metafísica (1919). el intercambio (trabajo) y el discurso (lengua). se intenta captar el origen y así el origen del hombre. por lo que atañe al retroceso y el retorno al origen. en La pensée 68. En torno a esta inaprensibilidad del origen del hombre. Foucault indica un nuevo compromiso del pensamiento moderno: la experiencia de la alteridad de la razón. sustentada en las categorías de espacio y tiempo. Luc Ferry y Alain Renaut. diferenciada del pensamiento que predominó en la época clásica. pensar no sea aquello que concebía la concepción tradicional del cogito moderno. o a Heidegger. Pensar consiste en experimentar el impensado del cogito moderno: la noche. o a Spengler. En tercer lugar.Para leer a Foucault gen. La kantiana «analítica de la finitud». sino de liberar este impensado. la trama opaca en que nos desenvolvemos. La diferencia estriba en que la «analítica de la finitud» pone de manifiesto los límites del hombre en la naturaleza (vida). Pero la raíz de su reflexión es kantiana. Foucault ha coincidido con Kant en airear cuales son las condiciones de posibilidad de la representación. mientras que en el sueño antropológico de la «analítica del hombre». En «El sueño antropológico» de Las palabras y las cosas. A la vez que sucesor de los semitrascendentales que le constituyen. Foucault atribuye una recaída de Kant en la antropología al subsumir lo empírico en lo trascendental. tiene su paralelo en el pensamiento de Foucault en la reflexión sobre lo empírico y lo trascendental. Essai sur le anti-humanisme contemporaine (1985). De ahí que. De aquí la importancia de la «literatura moderna» en su pensamiento. Al desaparecer el orden clásico de identidades y diferencias clasificatorias. pudo darse este conocimiento específico. tuvo un fraccionamiento o dispersión característica de la modernidad. la biología y la lingüística (centradas en el establecimiento de relaciones estructurales entre elementos discontinuos y análogos). junto a las mate- 81 . antes.2. Y con su aparición. en otro plano se encuentran la economía. Las ciencias naturales. La figura que simboliza espacialmente esta dispersión es el «triedro de los saberes». La arqueología de las ciencias humanas supone que fue un «acontecimiento en el orden del saber». Foucault encuentra sólo en Nietzsche la salida del sueño y letargo antropológico. Lo mismo y lo otro se reviste de trascendental humanidad. Las palabras y las cosas observa en Nietzsche la posibilidad de una reflexión futura en el vacío dejado por la muerte de Dios y del hombre. Si desde Kant hasta nuestros días el sueño antropológico no ha cesado de evitar la visión de los límites del conocimiento instaurando la soberanía del Hombre. Foucault evita premeditadamente explicar su aparición como un fenómeno de opinión atribuible a alguien. desarrollaron un conocimiento genérico sobre el hombre pero no había una conciencia epistemológica del hombre como objeto de conocimiento que le dotara de un dominio propio. el hombre pasa a ser tanto sujeto como objeto de conocimiento. y en el tercer plano se localiza la filosofía (aporta el fundamento trascendental de las ciencias y procede. El bien ordenado campo epistemológico de la época clásica. Se convierte en objeto de estudio y fundamento trascendental de todas las positividades que le limitan. Las «ciencias humanas» surgen en el sueño antropológico del siglo XIX. Las ciencias humanas irrumpen en el campo del saber moderno contemporáneas a la biología. El «triedro de los saberes» le sirve a Foucault para idear una nueva ordenación de los saberes mediante un espacio abierto sobre tres dimensiones: en uno de los planos se sitúan las ciencias matemáticas y físicas (basadas en el encadenamiento lógico de proposiciones verdaderas). para Foucault. Bien puede existir una nueva conexión con el pensamiento de Nietzsche en esta alusión geométrica pues El origen de la tragedia se refiere a «la pirámide asombrosamente alta del saber». la economía y la filología. Cuando entró en crisis el orden representativo se produjeron las condiciones de posibilidad para que el hombre entrara dentro del campo de los objetos de saber. a la formalización del pensamiento). la biología y la filología que conjuntamente configuran su específico nivel de análisis: el saber y la ciencia. En cambio. Da cuenta de la emergencia de las ciencias humanas en el campo del saber moderno junto a la economía. Tan pronto aparece ofreciendo la historicidad de la vida. En Las palabras y las cosas desarrolla una distinción retomada en La arqueología del saber entre ideología. Aun coetáneas a las ciencias del trabajo. saber y ciencia. trabajo y lenguaje. trabajador y hablante—. Las ciencias humanas no realizan un análisis de lo que el hombre es por naturaleza —ser vivo. Su nivel de análisis es el «orden del saber». etnología y lingüística— y un saber antecesor de las ciencias humanas —historia— que cierran el panorama epistemológico de la época. al contrario. vida. aparecen. Junto a las ciencias humanas de la episteme moderna —psicología. Su tendencia antropológico-trascendental es compatible con subrayar los límites del hombre. La arqueología de las ciencias humanas no se refiere al nivel de las opiniones o ideología. tres contraciencias —psicoanális. No se centran en el estudio del hombre tanto como en el sustrato inconsciente de las normas. Foucault sitúa a las ciencias humanas en el espacio interior delimitado por los tres planos del triedro.Para leer a Foucault máticas. dos con- 82 . su saber al hombre y a sus condiciones de posibilidad como objeto de conocimiento. Las ciencias humanas no dan cuenta de sus propias condiciones de posibilidad que permiten que existan. las ciencias humanas guardan su irreductibilidad respecto de éstas. Tampoco se centra en las urgencias sociales o condiciones políticas que impulsan un cambio. el trabajo y la lengua —temporalidades diversas a la del hombre— como sitúa la historicidad propia del hombre como fundamento de la temporalidad de estas positividades. sociología y análisis de las literaturas y de las mitologías—. Foucault considera que sólo impropiamente puede hablarse de ciencias humanas. La historia aparece dotada en el siglo XIX de unas funciones ambiguas. extienden. en Las palabras y las cosas. las ciencias humanas no son ni ciencias ni ideologías sino saber colateral a las ciencias modernas. la vida y el lenguaje. En Las palabras y las cosas. reglas y conjuntos significativos que fijan los límites de la conciencia. La etnología resalta la historicidad. Su interés no consiste en que sean supuestas ciencias del inconsciente sino en su capacidad develadora de las condiciones externas de posibilidad de unas ciencias acerca de la finitud del hombre. Tanto el psicoanálisis como la etnología. El psicoanálisis poniendo de manifiesto las fuerzas del inconsciente. Jeanne Parain-Vial señala cómo esta propuesta lingüística de vuelta al ser del lenguaje supone una llamada de atención sobre la irreductibilidad de la filosofía a antropología. se dirige a su destrucción mediante una vuelta al ser del lenguaje. Al pensar el ser del lenguaje. La etnología diluye la temporalidad del sujeto en las temporalidades propias de cada cultura. Se dirigen a manifestar sus límites externos. 83 . Pero en vez de aparecer de nuevo la temática del ser del lenguaje como «semejanza» renacentista. para Foucault. Una tercera contraciencia —la teoría pura del lenguaje— contribuye a esta función demoledora. o sus sistemas lingüísticos. la etnología. la filosofía del ser del lenguaje es una ontología liberada de antropología. al contrario. Todos ellos elementos impensados y origen antecedente del pensamiento. no para encontrarlo más puro y liberado. sino disuelto bajo la base empírica que lo condiciona. el deseo y la ley del lenguaje. tras resaltar sus positividades. reaparece materializada en la literatura y la formalización moderna del lenguaje.2. Mientras las ciencias humanas revelan cuáles son los contenidos empíricos del hombre pero localizando su temporalidad en la historicidad propia del sujeto que los manifiesta. En vez de atacar una supuesta naturaleza humana. rechazan el concepto de «hombre» como trascendental. En vez de supeditarse al hombre y al pensamiento discursivo. Lo mismo y lo otro traciencias —psicoanálisis y etnología— dan cuenta del a priori histórico que permitió apareciera un saber sobre el hombre. No retrocede a la historicidad de un trascendental sino que resalta la variedad y temporalidad propias de cada cultura dependiendo de sus reglas de producción y cambio. En Analyses structurales et idéologies structuralistes (1969). la filosofía recorre el camino inverso al de las ciencias humanas. El psicoanálisis subraya los límites de la representación del hombre en la muerte. Dota al psicoanálisis y a la etnología de un modelo formal. si bien en un sentido diverso al de la historia y al del saber sobre el hombre. muestra la historicidad propia de cada cultura. lectura de los cambios musicales como rupturas epistémicas (Eveline Andreani). más libre. Rápidamente desborda el ámbito reducido de los pocos miles de universitarios receptivos hacia los temas de metodología de las ideas a los que estaba dedicado en un principio por su autor. Dios. también se suceden las aceradas críticas: «concepción puramente monista de la epistemología» (Mohamed El Kordi). «neo-idealismo absoluto» (Gérard Mendel).Para leer a Foucault En Las palabras y las cosas. Perry Anderson). Pero. Se dan fervientes reacciones de adhesión a su método de trabajo: lecturas psicosociales de las fases de la personalidad. Foucault apunta su presagio para una experiencia futura: reciente y efímero. el hombre es una invención moderna cuyo fin está próximo. 5. No le hicieron mucho bien al libro aquellas comparaciones que se ofuscaron en asemejarlo en su utilización del concepto de episteme con el uso de los «paradigmas» de Kuhn. nuevos dioses hacen crecer nuevos océanos sobre la defunción del hombre. apunta Foucault. Aun sujetados a una experiencia moderna que nos prescribe pensar dentro de las coordenadas del lenguaje representativo. más plena. como si se trataran de rupturas entre episteme y episteme (Gerard Mendel). Estalló el escándalo Las palabras y las cosas fue un fenómeno cultural de primera magnitud nada más publicarse. el hombre y el lenguaje (discursivo) han muerto y. o formalismo inconsistente en la explicación del cambio histórico (François Russo. y se sitúa a la cabeza de los libros más vendidos en muchas décadas. la experiencia de la literatura moderna es experiencia de los límites y de la muerte del hombre. Estos últimos resaltaron excesivamente su sistematicidad en vez de subrayar la libertad de la que está lleno. análisis epistémicos de la organización del reino animal (Albury-Oldroyd). No se trata de una carencia sino de la apertura a una experiencia más abierta. que quiso ocupar el lugar de Dios. idealismo superestructural (Jeannette Colombel). Aunque algunas críticas fueran de notable consideración. Las palabras y las cosas fue una clara provocación a la filosofía humanista y al concepto de «hombre» predominante en Francia 84 . Algunas de las críticas que se dirigieron a esta propuesta de superación del hombre afectaron a sus presupuestos heideggerianos. por encima del cambio de tercio en el panorama filosófico propiciado antes por autores como Klossowski. Toda esta punta de lanza crítica no consideró que la destrucción del «hombre moderno» señala una incesante y urgente apertura del ser del hombre a otras experiencias que permitan nuevas manifestaciones de la subjetividad.. Simondon. la enfermedad. Foucault habría suplantado al hombre moderno y a su libertad por el concepto y el lenguaje. pensamiento de su límite y de la posibilidad de devenir otro. La crítica del humanismo no es una negación del hombre sino una hermenéutica de la alteridad que le permita desplegarse a su ser más pleno.. Dufrenne sitúa su crítica a la teoría de la «muerte del hombre» en un más general rechazo de la «filosofía del concepto» —surgida en torno a Cavaillés. Para Dufrenne... según Dufrenne. el sueño. su postulado negativo y mutilador. Otorgan al concepto una relevancia trascendental que sólo puede plasmarse a condición de rechazar al hombre de un pensamiento impersonal o de un lenguaje anónimo. el ser del lenguaje. Guattari.— es comprensión del impensado del hombre. y en la que está comprendido Foucault— y de su ascendente heideggeriano. y a Dufrenne se unieron autores como Garaudy y Jaeggi en un proceso severo del pensamiento humanista. los filósofos del concepto hacen de la forma o del sistema una ontología. de ahí.2. Algo olvidada queda hoy la llamada de Deleuze a liberar la vida en el hombre mismo. Las palabras y las cosas fue tachada de «summa de las tendencias culturales anti-humanistas de nuestra época» por Girolamo Cotroneo. Deleuze. Este 85 . La temática del otro en Foucault —la locura. Lo mismo y lo otro desde el siglo XIX. Este debate caló profundamente en el pensamiento francés si se piensa en la revitalización del kantismo humanista por Luc Ferry y Alain Renaut. puesto que el Hombre es una manera de aprisionarla. Foucault había supeditado la temporalidad del hombre a la temporalidad de los elementos que delimitan su finitud. realidades supuestamente antecedentes a la persona y que son productos del Ser. Dufrenne desdijo un supuesto contenido liberador en la ontología de Foucault para destacar una evidente constricción del hombre a la historia del Ser. de la misma forma que Heidegger convierte al Ser en ontología. Virilio. matices y distinciones en aras del encaje epistémico de los saberes y de los fenómenos. que no era explícito en los escritos que las suscitaron.. Lo que pretendía evitar era establecer una relación de «reflejo» entre las condiciones de existencia materiales y los conceptos. Las palabras y las cosas fue considerada la exaltación metodológica del sistema. estas condiciones pues señala que las prácticas políticas pueden incidir en su aparición. Los historiadores le objetaron deficiencias historiográficas. Pero la mayor deficiencia señalada por los historiadores no era documental sino metodológica. economía. de forma inédita.. evitado diversidades. desde la implantación personalista y existencialista en Francia. fundamentalmente. El «campo discursivo» de una época. con el pensamiento exterior. ni modifica los conceptos o los objetos. métodos y enunciados de las «formaciones discursivas» —análisis de las riquezas. Hay un cierto deslizamiento de Foucault hacia el análisis institucional en su contestación a estas preguntas. Lo que más extrañaba en esta formalización era la inexistencia de fenómenos históricos o causas materiales que pudiesen explicar a qué obedecía el salto enigmático de una episteme a otra. La arquitectura del sistema y del concepto se supuso había homogeneizado diferencias. Las consideraciones aclaratorias de Foucault a estas preguntas fueron de importancia primordial. Pero pondrá un énfasis inusual en Las palabras y las cosas al esclarecer. La práctica política modifica los «sistemas de formación» pero no transforma los métodos de análisis. biología. en el método 86 . al menos. No se valoró la reflexión de Foucault como una «ficción histórica» que. no cabía dentro de los presupuestos de una humanidad universal que había predominado. A través de la metodología arqueológica pretendía poner de manifiesto cuáles eran las condiciones de existencia de los discursos. propone tesis filosóficas. Jean-Marie Domenach —director de la humanista revista Esprit— opuso al autor de Las palabras y las cosas dos preguntas de fondo: qué entendía por política progresista y cuál era la relación entre «práctica discursiva» y «práctica no discursiva». funcionamiento y transformación.Para leer a Foucault diálogo con la alteridad. Pierre Vilar le opuso que la economía política y la «producción» ya puede detectarse en el siglo XVI y no ha de situarse su origen en el siglo XIX. Estas objeciones tuvieron una capacidad dinamizante en el método de Foucault. Pero no cabe circunscribir tal modificación a una relación de reflejo o de causalidad entre prácticas discursivas y extradiscursivas. La arqueología del saber (1969) establece una explicación acerca de cómo se produjeron los enunciados.2. 87 . el nivel de lo dicho en diferentes épocas. regula las «reglas de formación» y transformación de las «cosas dichas». de otra manera a la del materialismo y la dialéctica. Lo mismo y lo otro arqueológico. . Discurso y poder 1. tal como yo le imagino (1986). Las otras dos veleidades eran propias del estructuralismo y. pues supuso que había una experiencia fundamental en su grado cero fuera de los efectos de la historia. en Michel Foucault. y la creencia en la existencia de estructuras formales transhistóricas. la ilusión del discurso autónomo.3. La reflexión aquí contenida y la conferencia de entrada en el Colegio de Francia en diciembre de 1970. Hay tres tipos de veleidades en las que habría incurrido y de las que se aparta a partir de este momento: la existencia de una interioridad o profundidad originaria en el discurso. La insuficiencia atribuible a suponer una interioridad del discurso era error grave en Historia de la locura. objeto de mayor polémica y devastación. De este error atribuible a la fenomenología Foucault saldría impulsado por Nietzsche. En los 89 . suponen un cambio de rumbo en la escritura de Foucault. La lucha por la palabra Maurice Blanchot. por ello. Fueron el eje de los ataques de sus críticos. expuso cuáles eran en su opinión las preocupaciones fundamentales que recorrieron la escritura de La arqueología del saber. publicada como El orden del discurso (1970). para Blanchot. Su método es distinto al de la historia tradicional. Foucault rechazó la desconsideración estructuralista de la historia y observó diferentes transformaciones en lo que los otros ven un cambio uniforme. 90 . El origen del discurso para la arqueología no es el discurso mismo sino una «pluralidad de posiciones». El análisis externo del discurso se dirige a desvelar cuales son las condiciones de posibilidad del enunciado.Para leer a Foucault a prioris metahistóricos. No es susceptible de interpretación sino de descripción o de reescritura. A la arqueología no le interesa ni los a prioris formales ni los niveles prediscursivos que caracterizan la indagación fenomenológica. No es un elemento fácil de definir dada su rareza y singularidad. ni la interpretación. ni la «soberanía del significante» son ejes de la reflexión arqueológica. «evolución». y Blanchot. El núcleo de interés de la arqueología es el «enunciado» como elemento irreductible del análisis todavía dirigido al discurso. no existe un rumor incesante. El contrapunto de La arqueología del saber es la historia de las ideas. sin interpretarlo o formalizar su materialidad. La arqueología se dedica al dictum. un relato silencioso bajo los hechos históricos. «espíritu». Foucault. a lo dicho. al enunciado en su positividad. Blanchot considera que este enigmático nivel de análisis es el estudiado en La arqueología del saber a través del «enunciado». No cabe una experiencia prediscursiva anterior a la palabra. El gai labeur arqueológico —la denominación es de François Chatelet— demuele las categorías empleadas por la historia de las ideas. que hubiera que aprehender como silencio a recuperar. ni la originalidad. «obra». La arqueología del saber pretende revocar muchos de los conceptos de la historiografía de las ideas. No cabe una «providencia prediscursiva» bajo el gran relato de la historia. una «discontinuidad de funciones» que componen un «sistema de discontinuidades». «tradición». evitable con el postulado de a prioris históricos. La arqueología pretende liberar al discurso de los cauces que lo habían constreñido mediante una historia de las ideas que heredaron las categorías de la historia del siglo XIX. Para Blanchot. «desarrollo». vieron un error de transcendentalismo. Ni emplea categorías como «libro». «autor». ni concede que la historia tenga un poder totalizador capaz de captar un orden y un sentido preexistentes cuando es empleada por los sabios. «historia» al uso en el análisis del discurso historiográfico. No hay nivel más profundo que la dispersión de los enunciados. o alumbrar un misterioso secreto todavía no dado a la conciencia de los sujetos. La arqueología pretende encontrar su propio espacio de análisis entre la historia y la epistemología. Foucault pretende devolver a los enunciados su propia multiplicidad y dispersión aun sin renunciar a describir sus regularidades. Da prioridad al análisis de la práctica discursiva. Ni hay análisis de las palabras. Foucault entiende el «conjunto de los discursos efectivamente pronunciados» que posibilitan la aparición de otros discursos mediante su devenir. Cuando estas nociones constrictivas desaparecen. Entre una y otra. límite. umbral. no coincide con el análisis interno de la estructura de una ciencia. para la arqueología del saber. Los enunciados. percepción y costumbres de los hombres. El nivel enunciativo. serie. transformación. Por «archivo». como campo de análisis. La arqueología del saber pretende captar el discurso como una práctica cuya existencia material se expresa a través de ciertas reglas de formación y funcionamiento. la arqueología adopta. La pretensión metodológica de la «arqueología» es evitar todo recurso al pensamiento. reglas de formación. Este archivo de los discursos efectivamente existentes se mantiene en un nivel superficial.3. No comparte la redundancia en el invento o la ocurrencia de los historiadores. ni procura su definición y clasificación dentro de un campo semántico. opone a la historia de las ideas una «caja de herramientas» conceptuales opuesta: discontinuidad. no supone que haya que desentrañar un origen que les constituya. la organización interna del texto. formación discursiva. Discurso y poder por considerarlos más objetos de estudio que instrumentos de análisis. la descripción del «archivo». ruptura. para describir las transformaciones del discurso de acuerdo con la materialidad de estas reglas. ni hay análisis de las cosas sino estudio de la misma prácti- 91 . es irreductible a una unidad más profunda y disimulada.. surge un campo inédito de análisis del discurso en su materialidad. funcionamiento y transformación.. el desarrollo de una obra o el espíritu de una época. Para realizar la cartografía de los «sistemas de dispersión» del enunciado. para la arqueología del saber. reúnen una diversidad mayor de lo que habían resaltado estas categorías unificadoras. El análisis arqueológico ni considera que los seres de este mundo sean sensiblemente experimentables. Ahora declara abiertamente que la detentación y difusión de la palabra se asienta en relaciones de dominación política. es distorsionador. expresión de prácticas por las que es autónomo. garantizados. Gilles Deleuze ha considerado a La arqueología del saber el «poema de su obra precedente»: se trata ahora de trazar la andan- 92 . al proponer una síntesis de la conciencia y de las significaciones. Los discursos no son conjuntos de signos sino prácticas sometidas a reglas determinadas. se ha valorado que la relación del discurso con las instituciones contamina a la palabra. titularlo The order of things (El orden de las cosas). El discurso es un objeto privilegiado de apropiación política por prácticas externas que no le deforman sino que le dan forma. Al exponer el carácter normativo de la formación del discurso. en Foucault (1986). Y. sólo finalmente viable en su edición inglesa y truncado en su publicación original francesa. Raymond Bellour en «L’homme. a veces. entre el interés por el signo y el ser del lenguaje al interés por el enunciado. El título Las palabras y las cosas es irónico pues su contenido no se refiere ni a palabras ni a cosas. Son estas prácticas las que definen las cosas y determinan el uso de las palabras. sus prácticas como región intermedia entre las palabras y las cosas. las «ciencias humanas». y las prácticas sociales. Las palabras y las cosas se dirige como La arqueología del saber a analizar la materialidad de los discursos. Foucault llega al análisis político del discurso. Gilles Deleuze. Foucault quiso. sino a la «experiencia desnuda del orden y sus modos de ser». reglamentariamente. el archivo y la práctica no discursiva reflejan el tránsito de una preocupación metafísica a una identificación con una teoría política de los saberes y los poderes. Ahora se considera que el control político de la palabra no es un factor perturbador sino configurador del discurso en grado sumo. señala cómo se produjo una ruptura con la intencionalidad fenomenológica por haber incurrido en el mismo naturalismo y psicologismo que pretendía superar. en principio. les mots» (1975) señala que el cambio de preocupaciones entre Las palabras y las cosas y La arqueología del saber.Para leer a Foucault ca discursiva. El deslizamiento teórico más real entre uno y otro libro reside en que ahora pone un énfasis mayor en las supuestas ciencias. Predominantemente. Este tránsito hacia la teoría política hace tanto más patente su ruptura con la fenomenología. a su vez. según la serie de «reglas de formación» que entran en juego. La arqueología se opone tanto a la «interpretación» como a la «formalización». para apropiarse de su significado latente. sino de describirlo en su superficialidad como monumento. 93 .3. avanzando progresivamente. No se trata de interpretar y formalizar un documento. no posee profundidad. que forma palabras y cosas. El enunciado se encuentra en el nivel más superficial. La arqueología no persigue saber cual es el sujeto creador del discurso. el análisis arqueológico supone que es posible llegar a la materialidad de lo dicho cuando se prescinde de la cobertura de frases y proposiciones que comentan su materialidad. La arqueología procura una descripción sistemática del discurso como objeto. que reconstruye el pasado a partir de documentos fidedignos y se aproxima al discurso como si se tratara de un «documento» cuyo significado ha de extraerse. y en Las palabras y las cosas al estudiar un nivel enunciativo previo a las frases y a las proposiciones. en Nacimiento de la clínica describiendo una mirada médica. agrupándolos y disponiéndolos en series de conjuntos de elementos. un no-dicho. del dictum: los enunciados en su dispersión. con sus elementos propios. El análisis arqueológico se presenta como análisis de las correlaciones. mediante una reflexión de superficie. o comprender el pretendido «origen» que les precede y sin cuya existencia puede desaparecer. por eso no requiere de interpretación. En Historia de la locura al remitirse a la «experiencia de la locura». reciprocidad y transformaciones que configuran el «sistema de dispersión» de los enunciados. sino el resultado de un juego de enunciados. ajeno a la voluntad del sujeto. Su estudio arqueológico puede prescindir de una operación que pretende desentrañar una supuesta existencia latente. Discurso y poder za del sentido de lo que en una época es dicho. Más bien. tampoco conocer si hay causas externas que le hayan producido. En La arqueología del saber y en sus obras anteriores siempre se refirió a enunciados. en el nivel enunciativo. aislándolos. la arqueología del saber explora el discurso como si se tratara de un «monumento» del que cupiera describir el juego de sus prácticas y reglas internas. A diferencia de la historia tradicional. Pretende superar ambos métodos manteniéndose en el estudio de la superficialidad de lo dicho. El saber de un tiempo determinado no es el producto de la conciencia —sujeto individual o colectivo—. Gilles Deleuze consideró este método foucaultiano como «positivismo romántico» por la destrucción calculada que emprende de todas las síntesis unificadoras y tranquilizantes comunes para la historia de las ideas. morales y cotidianas ordena globalmente los acontecimientos históricos bajo la idea de progreso. la arqueología del saber desatiende premeditadamente la continuidad lineal de la narración histórica. Es más bien el elemento que habla por nosotros pero sin nosotros: discurso sin sujeto hablante. es postular una «historia general» en vez de una «historia global». «obra». En cambio. no se ha articulado por nuestra conciencia. desmanteladas las categorías habituales de análisis histórico del discurso. «campo enunciativo». cuyas consecuencias son de tipo epistemológico. Nuestra conciencia no puede superar o diluir las rupturas que se dan entre una y otra experiencia temporal diversa en el tiempo. y series de series o cuadros. «autor». muy al contrario. según relaciones de correlación. al uso en la historia tradicional. «Génesis». la materialidad del dictum. permite la dispersión de los acontecimientos y de los enunciados. «totalización». dominación.. no directamente historiográficas. a unas causalidades uniformes regidas por un vector de progreso. exponiéndoles en series. aparezca el enunciado en su presencia material. «continuidad». como la tradicional historia de las ideas. La historia de las ideas literarias. cara al estudio del discurso. en buena medida. Hoy el tipo de reflexión metodológica que postuló Foucault basado en la discontinuidad temporal se ha impuesto. «prácticas discursivas». También se dan entre segmentos temporales diversos entre los cuales hay diferen- 94 . entre los historiadores. Una de las opciones que decide esta «arqueología del saber». jurídicas. Los relativismos no sólo se dan entre culturas diversas con caracteres identitarios diferentes. y sus consecuencias son epistemológicas. «positividad». Ahora el discurso no depende del sujeto. ya sea el sujeto o el origen. son sustituidas por «formación discursiva». Dominique Lecourt observa en esta operación una destrucción de los presupuestos antropocentristas de la historia tradicional. desfase o remanencia entre los elementos.. La historia global totaliza todos los acontecimientos en torno a un centro único. «reflejo». «enunciados».Para leer a Foucault Las reflexiones sobre la historia que incluye La arqueología del saber son filosóficas. mientras que la historia general. artísticas. Foucault persigue que. «archivo». La arqueología del saber vuelve a destacar aspectos fundamentales advertidos en Las palabras y las cosas. El primero está interesado en la práctica discursiva. Tras la demarcación de Foucault. Existen unas «reglas de formación de objetos». Cada «dominio discursivo» tiene sus propias «reglas de formación» históricas y no trascendentes. Así.3. el «espacio correlativo». una relación de reflejo o vertical entre ambos niveles como habrá supuesto el materialismo dialéctico. la producción del enunciado remite a tres círculos concéntricos configuradores del espacio en que éste es posible. En segundo lugar. el espacio donde entran en relación los enunciados con instituciones. diversa a la del hombre. señala Deleuze. En primer lugar. si hubo un tiempo en que se pensó que había una noción de temporalidad universal. el segundo se centra en el texto. compuesto por otros enunciados situados en el mismo grupo o «formación discursiva» que el enunciado en cuestión. señala Deleuze. La historicidad del discurso. y unas «reglas de formación estratégicas» o elecciones teóricas. sujeto trascendental favorecedor. no es la de la conciencia. la producción de un enunciado no tiene por qué ser atribuida a un cogito. Discurso y poder cias inconmensurables. unas «reglas de formación de modalidades enunciativas». El núcleo de la discusión sostenida entre Foucault y Derrida en torno a la segunda de las Meditaciones de Descartes converge en esta consideración metodológica. que organiza los lugares y puntos de vista donde pueden aparecer objetos y conceptos. Analizar el funcionamiento y estrategias de las «prácticas discursivas» no supone considerar el tenor riguroso del texto sino a sus reglas de formación. a partir del siglo XIX. por tanto. las empiricidades señaladas por la finitud del sujeto poseen su propia historicidad. La arqueología del saber puede ser entendida 95 . el «espacio colateral. En tercer lugar. recuperador o propagador. y prácticas y procesos económicos. acontecimientos políticos. yo pronunciante o Espíritu de los Tiempos conservador. No existe. Las estrategias de producción del discurso tienen unas reglas propias. asociado o adyacente». Al contrario. unas «reglas de formación de conceptos». para Foucault. Es aquí donde Deleuze encuentra el enclave de Foucault con la filosofía política. Gilles Deleuze en «Un nuevo archivista» (1970) ha realizado balance de este cambio de panorama en el estudio del nivel enunciativo. Una «práctica discursiva» crea un saber determinado que posibilita la ciencia. no se explican por la ciencia o por la ideología. tampoco un conjunto de conocimientos unificados en torno a un sujeto como sería una «obra». conceptos utilizados. La arqueología recorre un eje diverso al de la historia de las ideas. se aplican y se transforman los conceptos. Una «práctica discursiva» no es una ciencia. aquello de que se puede hablar en una práctica discursiva. 2. sus juegos y prácticas. En segundo lugar. ¿Qué es el saber para Foucault entonces? Varias realidades. la segunda un vector conciencia-conocimiento-ciencia. También son el substrato epistemológico a partir del cual se forma un discurso científico. En primer lugar. En quinto lugar. los diferentes objetos que como dominio adquirieron un estatuto científico. el campo de coordinación y subordinación de los enunciados en que aparecen. pero esto no quiere decir que el saber sea preciencia. Aunque existe una relación entre el saber y la ciencia. sino un dominio específico del «saber» en que se forma la «ciencia». verificaciones y teorías. el saber es irreductible a la ciencia y a la ideología. descripciones dotadas de relativa exactitud. el espacio donde un sujeto puede hablar de los objetos tratados por un discurso. Entre la práctica discursiva. estrategias operadas y determinada forma y rigor. En cuarto lugar. tipos de enunciados. el saber y la ciencia 96 . La primera sigue un eje explicativo práctica discursiva-saber-ciencia. un saber es definido por las posibilidades de utilización y de apropiación ofrecidas por un discurso. En tercer lugar. Estos elementos no anticipan la ciencia sino que son diferentes de ella y pueden coadyuvar a su constitución. uno es condición de posibilidad de la otra. dotado de objetos determinados. se definen.Para leer a Foucault como una recapitulación metodológica del análisis parcial que Foucault había realizado de «formaciones discursivas» diversas en Historia de la locura y el Nacimiento de la clínica. El saber. El análisis del saber La arqueología del saber no se refiere a la ciencia sino al saber como objeto de análisis. Los elementos que configuran una «práctica discursiva» pueden posibilitar proposiciones coherentes o incoherentes. En cambio. discursos políticos. Maurice Blanchot en Michel Foucault. Así. mientras que Foucault sitúa a la ideología en el espacio del saber que condiciona una ciencia. Dominique Lecourt ha visto un intento de revocación de la metodología de Louis Althusser. en La arqueología del saber hay premeditados silencios. mientras que la arqueología estudia las condiciones de posibilidad de que acontezca un enunciado determinado y no otro. Cuando Gilles Deleuze califica a su amigo de «nouvel archiviste» se refiere a que Foucault ha realizado el archivo de algunas formaciones discursivas. Tampoco iba a ser formulada esta pregunta por el lingüista. Foucault no define qué entiende por enunciado.3. tal como yo le imagino se refiere a que hay toda una «teología negativa» del enunciado. ciencias. Lo más que encon- 97 . novelas. Discurso y poder no cabe decir que hay grados de menor a mayor elaboración del conocimiento como correspondería a un progreso en orden a aprehender la realidad. pueden existir saberes no dependientes de ciencia alguna. Prácticas discursivas y saber están interpenetrados de modo que todo saber se define por una práctica discursiva y toda práctica discursiva puede definirse por el saber que forma. Va cercando una definición a través de descartes que no se cierran en la esperada definición. Del enunciado cabe saber qué no es y que no le interesa ni la estructura formal. libros. El análisis de la lengua estudia las reglas de construcción de un enunciado. Se trata de describir los enunciados en su dispersión propia previa a las agrupaciones que realizan las «unidades discursivas» empleadas por la historia. ni la estructura material del enunciado. Junto a la existencia prolija de un aparato conceptual soberbio. Y aquí la relación entre los tres elementos no es simétrica. Este último propuso una escisión epistemológica entre ciencia e ideología. tarea que requería un cambio radical de estilo de trabajo inatendible por el historiador. No hay escala de progreso entre ellos y son irreductibles entre sí. La pregunta fundamental del archivista es por qué se dio este enunciado y no otro en el tiempo. autores. En la formulación de las relaciones entre los elementos de este eje tripartito. de sus condiciones materiales. sino la función que existe entre unas y otras estructuras. o una «tautología casi heroica». El nivel de la arqueología es previo al que estamos habituados cuando nos manejamos con producciones culturales. el enunciado permanece como un elemento anómalo. Consecuente con su planteamiento. pero desvinculadas de sus reglas lingüísticas o lógicas. Gilles Deleuze señala que también cabe diferenciar al enunciado de la frase y la proposición porque aquél puede ser repetido. el enunciado posee un «dominio asociado» de formulaciones que agrupa o a las que el enunciado se refiere. Z. Como objeto. es singular y susceptible de batallas políticas por su apropiación y reapropiación. átomo del discurso a la vez que irreductible al significado. identidad de orden de plaza y lugar. Como otros muchos objetos manipulados por los hombres. Cabe que su apariencia sea una proposición o una frase.. pero como pura materialidad. interpretable o formalizable lingüística o lógicamente. ni es frase o acto de alocución. En estas coordenadas de repetición puede volver a darse. A la arqueología le interesa la consistencia material del discurso. no existe por creación de un sujeto pues éste guarda una relación funcional con el enunciado que le da el lugar necesario para ser sujeto de un enunciado. Para mantener la intriga e inquietar. para Foucault la relación del enunciado con lo que enuncia no es del orden de la significación. no identificables con la frase o la proposición por guardar relaciones de significación. la identidad del enunciado tiene un soporte material encuadrado en el espacio y en el tiempo fuera de los cuales pasa a ser otro distinto. En tercer lugar. El enunciado no es una frase gramatical. En todo caso. Si no da una definición de enunciado. En cuarto y último lugar. El enunciado se parece más a un conjunto de signos observables en su existencia. A.. en ningún modo su significación. mientras que estas sólo pueden ser recomenzadas o revocadas y reactualizadas. es suscepti- 98 . extraño. Foucault da un ejemplo de enunciado que no puede ser más que paródico: la serie de letras de las máquinas de escribir francesas. es condición de posibilidad de la proposición o la frase. sí ofrece cuáles son sus condiciones de existencia.Para leer a Foucault tramos es cuenta de su especificidad. En primer lugar. Ni es proposición. las condiciones de repetición de los enunciados son muy severas: identidad del espacio de distribución. su coherencia lógica o semántica. tampoco una proposición lógica. y de relación con un medio institucional. El enunciado tiene una «función de existencia» diverso a un agrupamiento de signos. En segundo lugar. de repartición de singularidades enunciativas. R. T. el concepto de episteme es mucho menos utilizado. un «discurso» puede definirse como un conjunto de enunciados con las mismas condiciones de existencia establecidas por una formación discursiva. En este último escrito añade el uso del concepto de «archivo». Ahora. el análisis del enunciado y de la formación discursiva están conexionados. Hay una relación de conjunto a elemento entre la «formación discursiva» y el «enunciado». pero siempre reflejo de intereses en liza. sometidos a un «sistema de formación».3. dentro de un deseo constante de prolongación de esta vía de reflexión. Por ello. mante- 99 . Enunciado. la formación discursiva define la «regularidad» o «ley de coexistencia» de los enunciados que agrupa. Discurso y poder ble de operaciones y estrategias de circulación pacíficas o conflictivas. En segundo lugar. Los cuatro dominios que configuran la estrategia de una formación discursiva coinciden con las cuatro direcciones de la función de existencia del enunciado. Tal desuso ha sido interpretado como síntoma de su alejamiento del estructuralismo. Michel Foucault mantiene algunas hipótesis comunes a las dos nociones. No parece acertado. el abandono de la noción de episteme en La arqueología del saber como un acercamiento al materialismo histórico y un alejamiento del idealismo. como hace Dominique Lecourt. El análisis del «zócalo» del saber requirió en Las palabras y las cosas y en La arqueología del saber utilizar las nociones de a priori y episteme. En todo caso. Este materialismo marxista nunca reconoció el nivel propio de la investigación arqueológica: la búsqueda del «pedestal positivo de los conocimientos» o de las condiciones de emergencia de diferentes formaciones discursivas. Cada «formación discursiva» rige el sistema de dispersión y reparto de un grupo de enunciados. interpretar. En Las palabras y las cosas expone los «modelos teóricos comunes a varios discursos» o «formaciones discursivas». Foucault señaló una línea de continuidad entre Las palabras y las cosas y La arqueología del saber. adolecido por la noción continua del sujeto y la discontinuidad estructural de las rupturas. formación discursiva y discurso forman un mismo eje conceptual. en cambio. En tercer lugar. Gilles Deleuze señala que la arqueología pretende describir el suelo y el subsuelo sobre el que se ejercita el pensamiento. En primer lugar. y. Gilles Deleuze. se establece entre las ciencias si se las analiza en su regularidad discursiva. una episteme es el conjunto de relaciones que. En La arqueología del saber. sino explorar sus condiciones de producción. La mayor ruptura con el concepto tradicional de historia de las ideas. Foucault entiende el conjunto de sistemas de enunciados que se localizan en el espesor de las «prácticas discursivas» y regulan la aparición de enunciados como «acontecimientos discursivos». de otra parte. En último lugar. El desuso de la noción de episteme no es definitivo. es el conjunto de relaciones que. instituciones. Michel Foucault no pretende hacer análisis del discurso.Para leer a Foucault niéndose dentro del nivel propiamente discursivo para el análisis. se establece entre unas positividades. La arqueología del saber retoma el nivel de análisis de Las palabras y las cosas al referirse a las prácticas discursivas pero abriendo el estudio del nivel extradiscursivo. pueden unir las prácticas discursivas que dan lugar a unas figuras epistemológicas o a unas ciencias. en una época dada. En primer lugar. La elaboración del archivo de lo dicho en un periodo requiere considerar las prácticas. En segundo lugar. muy gráficamente. Foucault define qué entiende por episteme. junto con conceptos nuevos que avanzan diversos planteamientos y un giro definido hacia la filosofía política. De una parte.. es la ley de regularidad de las cosas dichas. en una época determinada. teorías e 100 . relaciones sociales. en cuyo seno ha de estar incluida la totalidad de los enunciados de una época. el Nacimiento de la clínica y Las palabras y las cosas. unas figuras epistemológicas y unas ciencias. Con esta noción de «archivo». Foucault la da con el empleo del concepto de «archivo». en una época dada. es el sistema que rige la aparición de los enunciados como acontecimientos singulares.. En cambio. la arqueología pretende definir un nivel particular donde se expresan las prácticas que hacen aparecer una multiplicidad de enunciados que son objeto de tratamiento y manipulación. No los vincula con prácticas. Por archivo. El archivo reúne los enunciados que operan como condición de posibilidad de los discursos. Al elaborar el archivo de una época. políticas. se ha referido a que se trata de un nivel geológico de análisis del discurso. una episteme es el conjunto de relaciones que. En La arqueología del saber hay una recapitulación metodológica que incluye conceptos empleados en la Historia de la locura. unas prácticas discursivas. Las instituciones habrían de tener un papel decisivo en la formación de los discursos o resultarían inexplicables por sí mismas. El discurso es un conjunto de reglas anónimas. Ante esta imposibilidad. Discurso y poder instituciones que forman un conjunto de «huellas verbales». a la manera del realizado por Wittgenstein y Russell. biología. El sujeto no es el autor o creador del discurso. medicina.. No se trata de comprender al discurso como una esencia vinculada a un sujeto trascendental sino de estudiarlo como una función a la vista de sus «relaciones discursivas» o «regularidades discursivas». Para Foucault. La arqueología es un análisis del discurso en su modalidad de archivo. De ahí que haga. Foucault reconoció la necesidad de una deriva teórica entre Las palabras y las cosas y La arqueología del saber: de la supuesta autonomía del discurso a un decisivo énfasis en el juego de elementos extradiscursivos en su regulación. que definen las condiciones de ejercicio de la función enunciativa en un área social. Foucault no esclarece meridianamente qué constitución material tienen las prácticas discursivas y qué relaciones mantienen con las prácticas extradiscursivas. Realizar el archivo de una época en su totalidad es imposible. Foucault quiere desvincular su análisis del discurso de cualquier antropomorfismo. en La arqueología del saber. La tarea de Foucault es trágica y desgarrada en su planteamiento más absoluto. lingüística. El discurso no es el fruto de una actividad racional de un sujeto. están en su límite. economía. sino que su operatividad remite a una serie de prácticas discursivas y extradiscursivas. ha intentado realizar el archivo de dominios discursivos concretos —lo dicho en psiquiatría. tampoco es posible realizar el archivo de lo dicho en nuestro tiempo presente desde el que hablamos. sus constantes. la arqueología es la ciencia del archivo de una época. a su vista. geográfica o lingüística dada. determinadas histórica y geográficamente. de las que habría que concluir un inventario total y describir. Las reglas discursivas que estudia la arqueología no son ni internas ni externas al discurso. No cabe realizar el inventario del conjunto de los discursos de una época pasada. un 101 . y son la sustancia de su propia materialidad.. económica. Sus críticos —así Dominique Lecourt— resaltaron que Foucault llegaba a una aporía irresoluble si no establecía alguna incidencia de las prácticas extradiscursivas en las discursivas. No se trata de un análisis formal del lenguaje.3. es necesario resaltar el interés específico de los análisis de Foucault al reconocer la importancia del propio nivel discursivo. el «dispositivo».. nombrar o analizar determinados objetos—. pero la irrupción genealógica marca. correlativo a la desaparición de la noción de episteme. Hay dos acontecimientos sociales a los que Foucault atribuyó siempre una importancia trascendental en esta incidencia política en sus escritos. Aunque este cambio teórico fuera necesario. procesos económicos y sociales. una incidencia en el tema del poder. Aunque puede observarse una consecutiva revisión o matización de la «ilusión de la autonomía del discurso» —en expresión de Dreyfus y Rabinow— alentada en Las palabras y las cosas.Para leer a Foucault reconocimiento de una diversidad de relaciones en la formación del objeto científico. mostró la validez y el interés de este estudio de las reglas de juego propiamente discursivas. se concede mayor importancia a la «analítica del poder». Foucault plantea un nuevo proyecto de «historia política de los cuerpos». sino también relaciones secundarias o reflexivas —relación entre categorías científicas e instituciones sociales— y relaciones primarias o reales —relaciones exteriores al objeto. De los escritos arqueológicos a los genealógicos. formas de comportamiento. La arqueología del saber plantea los problemas que condujeron al tránsito de la «arqueología del saber» a la «genealogía del poder». irreductible a las instituciones y a los procesos económicos y sociales. El paulatino énfasis en la operatividad de las prácticas extradiscursivas conllevó la aparición de un nuevo concepto. más que un cambio.. localizadas en instituciones. a sus críticos marxistas cabe objetarles que la atención a la relación entre prácticas discursivas y extradiscursivas no debiera hacer desestimar la especificidad que tiene el juego del discurso en su materialidad propia. No sólo intervienen relaciones discursivas en su formación —haz de relaciones que el discurso debe recorrer para hablar. El análisis del poder irrumpe con la aparición de la reflexión en torno a las «matrices jurídico-políticas» o matrices de «podersaber». tratar. Poco antes de la publicación de La arqueología del saber (1969) y antes de Vigilar y castigar (1975) ocurre el movimiento de Mayo de 102 . Incluso cuando Foucault está desarrollando su plan de trabajo más político como genealogía del poder. realizada por Jeremy Bentham en los Tratados de Legislación civil y penal (1840).I. Discurso y poder 1968 y se organiza el G. Uno responde al otro.I. La prolija descripción de la maquinaria panóptico.P. 3. El análisis del poder moderno reenvía a una comprensión diversa de la relación entre prácticas discursivas y extradiscursivas. el hospital.3. en este grupo reivindicativo. 103 . Deleuze y algunos otros marginales de la filosofía tampoco se les facilita ser el centro de la universidad. No se trata de ponerse a la cabeza de ellos sino de servir de vaso comunicante que facilite la proyección de la palabra de quienes se han visto silenciados. una nueva manera de enunciar. A Foucault. se trata de conceder la palabra a quienes no la tienen: los presos.. Ahora. La estrategia política del G.P. o instituciones coercitivas concretas. clasificar. está muy vinculada a la reflexión de Foucault sobre el control de la palabra. es un dispositivo que comprende tanto prácticas discursivas como prácticas extradiscursivas. (Grupo de Información sobre las Prisiones). Conceptos como «delincuencia» o «delincuente» comprenden. según Deleuze. el cuartel. la escuela. otro elemento presente en tan valioso cambio de rumbo. prácticas discursivas y extradiscursivas. ambas prácticas están estrechamente imbricadas. más bien comprende. sopesar las infracciones cometidas. Foucault elige el concepto de dispositivo porque le permite esta operación de indiferenciación de prácticas de uno y otro tipo de forma más eficaz que el de institución. Ahora bien. Quieren ser el soporte invisible de los desposeídos. Conocen el exilio académico de Vincennes.. la prisión es la práctica no discursiva que incide en la enunciación de la noción de delincuencia. la fábrica. El dispositivo no distingue. Hacia una filosofía política En Vigilar y castigar. la práctica extradiscursiva es situada en el ámbito institucional —la cárcel. Precisamente. establecer las sanciones. En Vigilar y castigar. El dispositivo incluye tanto el plano arquitectónico de la Escuela Militar elaborado por Gabriel como el edificio construido que custodia a una población en edad militar sobre la que se inculca la disciplina militar. Foucault elige la psiquiatría y la medicina. en el análisis arqueológico. La elección de los procedimientos para la obtención de la verdad. por su relativa fragilidad científica. Foucault dice haberse quedado en un compás de espera cuando pretendía realizar una historia de las epistemes. Foucault introduce el concepto de «campo discursivo». la relación entre prácticas discursivas e instituciones. la noción de «dispositivo». para observar. Múltiples imposiciones producen la verdad y cada sociedad tiene una particular «política general de la verdad». se discute la vinculación establecida por determinada ciencia soviética entre ciencia y política. urgencias económicas. en la etapa de la «genealogía del poder». Entre los años 1950 y 1955. pueden articularse con acontecimientos no discursivos de tipo técnico. tras las críticas recibidas al idealismo de Las palabras y las cosas. Tras las críticas recibidas a la supuesta «ilusión de autonomía discursiva». como un caso mucho más amplio que la de episteme. Los acontecimientos discursivos. El concepto de «dispositivo» le permite establecer la mutua implicación entre poder y saber. sociales y políticas. Los enunciados son verdaderos o falsos por instancias y mecanismos establecidos por estos «regímenes de la verdad» concretos. con resultados más visibles que si se tratara de la física teórica o de la química orgánica. del que saldrá al introducir. según Foucault. La escritura de estos dos textos estuvo vinculada a otros dos acontecimientos sociales de gran trascendencia política. a la vista de sus estructuras. cara a explicar el juego de las instituciones en la regulación del discurso. el ser investido de 104 . económico. social o político. En «Respuesta al Círculo de Epistemología». En ese entorno.Para leer a Foucault La Historia de la locura (1961) y el Nacimiento de la clínica (1963) establecen una compenetración entre el espacio extradiscursivo del psiquiátrico y de la clínica y los discursos psiquiátrico y médico clínico semejante a la interconexión entre ambos de la «genealogía del poder». a la vez que se critica el papel ideológico de tales correlaciones. en torno al caso Lyssenko. es describir la aparición y funcionamiento del discurso en su «sistema de institucionalización». Foucault llega a expresar que su mayor preocupación. La verdad no está fuera del poder. Ahora se concibe la «verdad» como el producto de un «régimen discursivo» que posee su propia «economía política». Monod) y setenta y cinco (Lacan. Esta concepción positiva del poder y de la verdad resultó ser un ataque a la teoría de la ideología de Louis Althusser. Lacan y Lévi-Strauss). Althusser. desde su creación en el siglo XVI. Este texto realiza una crítica bastante 105 . Ni el error. ni la ilusión. Bachelard. el Colegio de Francia y la Universidad de Vincennes. Una economía-negativa de la verdad. pues aquella también es de este mundo. es un eje crítico y antagónico de la Sorbona. cuatro «nuevos filósofos». de la arqueología. En las sociedades modernas. Lyotard. en los primeros análisis de Foucault en el Colegio de Francia. sesenta (Sartre. en las sociedades modernas. propiamente. denodadamente. la Escuela Normal Superior. o la ideología pueden eludir la consideración de la verdad como cuestión. Ahora la verdad es entendida como objeto de un combate. No hay diferencia entre verdad e ideología. política. se abre un nuevo dominio de análisis transitado por la política e iniciado. El orden del discurso (1970) es su lección de entrada en la cátedra de Historia de los Sistemas de Pensamiento que antes había ocupado Jean Hyppolite. Foucault subraya cómo. es sustituida por una economía-positiva de la verdad. Sartre y Camus). Aron. a la «analítica» de los procedimientos positivos de producción de la verdad. El Colegio de Francia. Barthes. la definición de verdad que da Nietzsche: la verdad como la centella que surge del choque de dos espadas. Jacob. Barthes. existe una administración de la verdad científica que constituye toda una «economía política de la verdad». Aragón.3. llamadas La verdad y las formas jurídicas (1973). El marco intelectual del Colegio de Francia ha sido enclavado dentro de un «cuadro mágico» compuesto por la Sorbona. de corte epistemológico marxista. de la genealogía. De la «historia general». la verdad es producida y trasmitida a través de grandes aparatos económicos y políticos y es objeto de un conflicto irreductible y de un enfrentamiento social. Serres y Derrida). ni la conciencia alienada. Discurso y poder la autoridad necesaria para distinguir qué es verdadero y discernir qué es falso viene regido por estos «juegos de verdad». Hay que recordar cómo Foucault suscribe. Foucault. Deleuze. setenta (Foucault. en las conferencias dadas en Brasil. En este «cuadro mágico» se produjo la paulatina renovación del mundo cultural francés entre los años cincuenta (Breton. Schopenhauer. Foucault encuentra algunos de los elementos del modelo nietzscheano de conocimiento. En segundo lugar. Abandona así las explicaciones internas del discurso. significa un rechazo de la metafísica clásica. impulsos. la falsedad de raíz que sustenta el conocimiento verdadero al asentarse en una distinción ficticia entre verdadero y falso. y desenmascara el valor de la verdad como estado de paz 106 . Lo que importa no es qué se dice sino quién lo dice y por qué lo dice. disarmónico. La nueva perspectiva que introduce consiste en considerar que las prácticas discursivas no son puramente unos modos de fabricación de discursos. Bernard Henri-Levy señala cómo. conocimiento universal y verdad. Además. Foucault opta por el «modelo nietzscheano» frente al «modelo aristotélico». En primer lugar. Rechaza del conocimiento aristotélico la relación que establece entre sensación. o de su equilibrio feliz. del interés. conflictivo. Este modelo de análisis del conocimiento como conocimiento interesado. instituciones. y elige el modelo nietzscheano. en procedimientos de difusión e inculcación de comportamientos. Nietzsche desvela el conocimiento como acto de vanidad. Es una «voluntad de saber» anónima y no los sujetos lo que cambia la práctica discursiva. sino que es el resultado del odio. las estructuras económicas y políticas intervienen en un conjunto complejo de factores que transforman la práctica discursiva de cada época. En Sobre verdad y mentira en sentido extramoral (1873). En tercer lugar.Para leer a Foucault provocativa de los rituales de producción del discurso y es una de las primeras ocasiones en que Foucault relaciona los hechos discursivos con mecanismos de poder. Entre los modelos teóricos existentes de esta «voluntad de saber» —Platón. en esta ocasión. el conocimiento es una invención cuyo substrato está compuesto por un juego de instintos. Foucault relaciona la verdad del discurso con la posición estratégica de su locutor. miedos y voluntad de apropiación. En La gaya ciencia. soberanía y camino de ceguera acerca del valor de la existencia. Spinoza. deseos. Las prácticas discursivas se materializan en conjuntos técnicos. el intelecto aparece allí como un instrumento de disimulo y dominación. de la dependencia de intereses cuyo equilibrio es frágil y está a punto de ser traicionado. esquemas de comportamiento. en cuyo seno se produce el conocimiento. Aristóteles y Nietzsche—. el conocimiento no se produce a partir de su juego armónico. mediante el poder canónico-legislativo del lenguaje. dándoles validez y obligatoriedad. No se trata de analizar la práctica del discurso en su interioridad. decía Nietzsche. Existen procedimientos que amortiguan el «acontecimiento discursivo» y ordenan la capacidad salvaje. en los parágrafos 110 y 330 de La gaya ciencia. Este planteamiento es decisivo en El orden del discurso. las sociedades de discurso (sociedades que administran la divulgación y el secreto de lo enunciado en el interior del 107 . En primer lugar. Más tarde. En último lugar. mientras que el lenguaje del loco es un lenguaje enfermo o «ausente de obra»). En segundo lugar. Aquí estudia los obstáculos y conjuros que impiden la proliferación indefinida del discurso. valdría para sacar al hombre de ese estado engañoso de conciencia. Un instante de lucidez. la oposición razónlocura (el lenguaje con sentido es el que se desarrolla en la historia. el autor (función en la que se unifica y a la que se pliega toda la multiplicidad y azarosidad del sentido que se da en lo dicho). las disciplinas (espacio donde se establecen los objetos y métodos de análisis empleables y se delimita canónicamente el nivel de creatividad permisible). se dan unos procedimientos de ordenación interna del discurso: el comentario (instrumento recuperador del sentido que implícitamente se encontraba en el lenguaje esperando que algo o alguien lo sacase de su estado de latencia). la escisión entre lo verdadero y lo falso como resultado de una «voluntad de verdad» (predominio de la ciencia dentro de una jerarquización del saber que establece un nivel de competencia y un nivel técnico necesario para conceder validez a la palabra). Discurso y poder que pende sobre las cosas. existen unos procedimientos de ordenación externa o de exclusión: la prohibición (prohibición de decirlo todo siempre y en cualquier circunstancia. Nietzsche considera el conocimiento como el producto de la lucha entre instintos irreconciliables. Los procedimientos de control del discurso que menciona aquí son tres. El orden del discurso es un texto transitorio pues todavía está enclavado en un concepto negativo del poder que rechaza luego. cabe aislar procedimientos de determinación de las condiciones de utilización del discurso: el ritual (delimita la cualificación que deben poseer y el papel social que deben cumplir los sujetos a lo largo de la ceremonia). abrupta de lo decible.3. sino de desvelar los procedimientos de control del discurso. si no se posee una posición y estado social determinado). Su análisis de la «voluntad de verdad» se diversifica en dos conjuntos —un conjunto crítico y un conjunto genealógico dominado por cuatro exigencias de método cara a cuestionar el dominio de la «voluntad de verdad» y reconocer al discurso su cualidad de acontecimiento. Foucault formula una metodología no-fenomenológica. esgrimida por Habermas y Apel. en cambio. Pero no la búsqueda de un nivel prediscursivo o un discurso sin constricciones o situado en un contexto sin relaciones de fuerza. Su propuesta supone. de ese origen verdadero e irreductible al orden humano.Para leer a Foucault espacio acotado en el que se desenvuelven). la educación (ritualización del habla a lo socialmente adecuado de acuerdo con una correlación de fuerzas definida por las luchas sociales). Se trata de subvertir el orden del discurso. Foucault discreparía de la posibilidad de encontrar una «racionalidad ideal» irreductible a los efectos perversos de la «racionalidad estratégica». las doctrinas (agrupación de individuos en torno a una serie de enunciados admitidos donde se encuentra el lugar de la ortodoxia y más allá de los cuales se produce el rechazo. al que solamente accedemos mediante experiencias o tanteos. En El orden del discurso. para restituirle su condición de acontecimiento. 4. más allá de sus regularidades y constricciones. Foucault plantea una metodología plural de análisis del discurso que quiere desarrollar más tarde. la exterioridad y la heterodoxia). Foucault plantea una liberación de los acontecimientos discursivos respecto de toda ordenación unifica- 108 . cada vez más perfectos. El materialismo de los incorporales En El orden del discurso. Si empleamos la terminología de Habermas. si entendemos que la fenomenología expresaría la búsqueda de una experiencia originaria donde se encarne un orden esencial o prediscursivo. ya se trate de la versión ideal del «punto arquimédico» de Rawls o de la «pragmática universal del lenguaje». El análisis genealógico también supone el rechazo de la persecución de un discurso ideal que escape a la materialidad del discurso. un airado ensanchamiento de la experiencia de los márgenes. Este desmantelamiento puede propiciar una «insurrección de los saberes sometidos». 3. Discurso y poder dora de su materialidad azarosa y discontinua ¿En qué consiste un acontecimiento? Foucault hace una presentación negativa del acontecimiento: ni es una sustancia, ni es un accidente, tampoco es determinada calidad o proceso, ya que no pertenece al orden de los cuerpos. Tampoco es inmaterial, pues se efectúa o encarna en el nivel de la materialidad. El acontecimiento se materializa en la relación, la coexistencia, la dispersión, la intersección, la acumulación y la selección de elementos materiales, pero no es ni el acto, ni la propiedad de un cuerpo. De ahí que Foucault sugiera que la filosofía si quiere reconsiderar y atender el estatuto del acontecimiento discursivo, en la dispersión que le es propia, debe avanzar en la dirección de un «materialismo de lo incorporal». A Brehier, en La teoría de los incorporales en el antiguo estoicismo (1928) y a Deleuze, en La lógica del sentido (1969), el proceso de individuación estoico de minerales, vegetales y animales les sirve para postular un estilo ético de subjetivación indómito y airado. Tal interpretación del estoicismo no es la versión resignada y abúlica del estoicismo. Para Brehier y Deleuze, el «materialismo de los incorporales» ofrece una concepción de la construcción ética de la individualidad basada en la tensión moral, la búsqueda de la singularidad y no de la imitación, así como de la aceptación de aquello que no depende de nosotros por venir dado por el destino. Lo que determina la plenitud del individuo es la resonancia interna de cada cuerpo desde el interior hasta su exterior incorporal. La virtud deriva de la tensión moral y se pierde con la relajación. Esta concepción estoica de la subjetividad no viene regida por ley moral universal alguna. Foucault viene aquí a anticipar un retorno postrero al estoicismo que llevará a cabo, finalmente, en El cuidado de uno mismo y El uso de los placeres, donde la propia individualidad se entiende como la materia prima de una actividad artística, siempre inacabada, de construcción diferente de la propia subjetividad. El «acontecimiento discursivo» como elemento singular que escapa al orden causal tiene su referencia en los átomos de los epicúreos, los incorporales de los estoicos y del propio Brehier, y las singularidades nómadas de Gilles Deleuze. Foucault propone tratar los acontecimientos discursivos en series homogéneas, aunque discontinuas entre sí. Son series discontinuas que, para Foucault, no señalan una sucesión de instantes de tiempo, tampoco 109 Para leer a Foucault una pluralidad de sujetos diversos que piensan, sino que, por el contrario, suponen cortes, rupturas, de esas unidades. El acontecimiento, analizado en series, rompe la unidad del instante y dispersa al sujeto en una multiplicidad de posiciones y funciones posibles. En El orden del discurso se devuelve el discurso a su dispersión, exento de las unidades de la historia tradicional de las ideas. Más tarde, hace expreso aquello que ya podía suponerse: para Foucault, acontecimiento y revolución son identificables. Basta recordar un corto y enérgico texto escrito coetáneamente a la revolución iraní: «¿Es inútil rebelarse?» (1979). Al subrayar el interés de una filosofía del acontecimiento y desvelar la existencia de una «voluntad de verdad» tras las materializaciones de la racionalidad, Foucault no sólo quiere desarrollar el análisis genealógico sino aportar también una determinada concepción de la práctica política. Sus cursos y seminarios en el Colegio de Francia son reflejo de su «vida filosófica», en la que existió una estrecha relación entre trabajo intelectual y compromiso con su tiempo. En una de las lecciones publicadas, la del 7 de enero de 1976, Foucault realiza un balance de algunas intenciones y propósitos que orientaron, hasta entonces, sus trabajos en el Colegio de Francia: inscribía sus análisis aquí realizados en una ofensiva política dispersa y discontinua, cuya eficacia —constatada en los discursos de la antipsiquiatría o en producciones teóricas como El Anti-Edipo. Capitalismo y esquizofrenia (1972) de Gilles Deleuze y Felix Guattari— contrastaba con el efecto inhibitorio de teorías políticas totalitarias y globalizantes —marxismo o psicoanálisis... Foucault subraya que los discursos universales y globales predominaron en la historia sobre ciertos saberes sometidos o relegados al olvido, mediante un dispositivo de jerarquización del saber, en el que la ciencia ocupa el lugar superior y dominante. La genealogía, así presentada, pretende romper esa estructura establecida de dominación mediante una distribución desigual del saber, y quiere una insurrección de los saberes sometidos. Foucault entiende que tales saberes son, en primer lugar, los contenidos históricos críticos que han sido sistemáticamente sepultados por coherencias funcionales y sistematizaciones formales, y que cabe rescatar mediante la erudición genealógica; y, en segundo lugar, son saberes tachados de incompetentes y, por ello, relegados por la jerarquización de saberes implantada por la ciencia, 110 3. Discurso y poder entre los cuales se encuentra la experiencia del psiquiatrizado, del enfermo o de las gentes desposeídas de palabra. Ambos tipos de saberes coinciden, según Foucault, en formar una memoria política de los enfrentamientos y luchas sociales —«saber histórico de la lucha»— que la historia fue relegando al silencio. El propósito político del análisis genealógico consiste en restituir la memoria política de los saberes sometidos, mediante la eliminación de la jerarquía autoritaria de los discursos globalizantes. Foucault entiende que la genealogía es una conciencia de los conocimientos eruditos y de las memorias locales favorecedor de un saber histórico de las luchas y propicio a ser utilizado en las tácticas actuales. La genealogía es una tentativa de liberación de los saberes, en aras de que luchen, se opongan y no se sometan a un discurso teórico, unitario, formal y científico. Los saberes locales, menores, en cuanto liberados de esta jerarquización del saber, constituyen un saber genealógico, fragmentario, en desorden. Para Foucault, la arqueología es el método de estos discursos locales y fragmentarios, y la genealogía es la táctica de estos discursos locales y liberados de sometimiento, ahora emergentes. Esta definición táctica y local del trabajo genealógico permite a Foucault presentar los diversos análisis desarrollados en el Colegio de Francia como anti-ciencias carentes de un proyecto unitario y de cualquier interés globalizante o científico. 5. Los juegos de lo verdadero y de lo falso El Anuario del Colegio de Francia, entre los años 1970 y 1982, referido a la cátedra de Historia de los Sistemas de Pensamiento, da cuenta de la realización de diversos trabajos: elaboración de una «morfología de la voluntad de saber» mediante el análisis de unas «matrices jurídico-políticas» (medida, indagación, examen); estudio del examen en relación con los controles sociales y los sistemas punitivos de la sociedad francesa del siglo XIX; análisis del irresistible ascenso de la prisión como manifestación social general de la penalidad, desde finales del siglo XVIII; indagación en torno a la producción asilar de la locura como verdad médica; confrontación del discurso filosófico jurídico y del discurso de la guerra como modelos alternativos de explicación del poder; in- 111 en diferentes momentos históricos. Desde su entrada en el Colegio de Francia. A su vez. son técnicas de saber y procedimientos de establecimiento del saber. en el periodo de formación del gobierno medieval. En esta genealogía del poder. no sólo es matriz del saber físico y matemático sino forma de garantizar el orden justo. Foucault se refiere al «sistema de comunicación del saber». «examen»— que. tácticas concretas. «enquéte». El saber y el poder no son ajenos a la sociedad. análisis del liberalismo como práctica. es concretamente en torno a los análisis dedicados a la medida. Foucault pretende desarrollar una «historia de los juegos de lo verdadero y de lo falso». en el cristianismo primitivo y en las instituciones monásticas. Al señalar como estas «matrices jurídico-políticas» son soporte y origen de determinados tipos de saber. principio y método de racionalización del ejercicio del gobierno. es tanto matriz de formación de los saberes empíricos y de las ciencias 112 . Además de figurar en un determinado dominio epistemológico. la producción histórica de la verdad se materializa en tres matrices jurídico-políticas —«mesure». han favorecido la formación de determinadas manifestaciones del poder político: la medida. Quizás sea la primera investigación de esta amplia serie —el estudio de las «matrices jurídico-políticas»— la que haya desarrollado menos entre todas estas investigaciones emprendidas en el Colegio de Francia. estos movimientos y recorridos del poder se realizan en consonancia con la extracción y difusión de determinadas formas de saber. al contrario. la indagación. sino.Para leer a Foucault vestigación de la génesis de la noción de «gobierno» como saber político dirigido a regular a la población. estudio de la materialización del «origen de verdad» en el examen de conciencia y en la confesión. Sin embargo. durante la constitución de la sociedad griega. No se trata de describir cómo el poder se sobrepone al saber y le graba un contenido y una forma. de ver las fluctuaciones y recorridos del poder en relación con otras manifestaciones de poder. sino que la sociedad está estrechamente imbricada con manifestaciones particulares. indagación y examen como Foucault diseña una concepción positiva (o productiva) del poder y establece la relación «poder-saber». y consideración del cultivo de sí mismo (epimeleïa heauton o cura sui) como hermenéutica de uno mismo en las prácticas de la Antigüedad. de «poder-saber». ha jugado un papel. Para el filósofo de Sils-María. y resaltando la emergencia de determinados saberes como el resultado de prácticas judiciales concretas. Estaba así. acertadamente. luchas y enfrentamientos. Pascale Pasquino.3. en las sociedades industriales. Aunque cabe formalizar la operatividad de estas matrices de poder-saber mediante un modelo de sustituciones. la historia» (1971). la genealogía. funciona tanto de matriz de producción de las ciencias humanas como de dispositivo de selección y exclusión disciplinaria de los individuos. Michel Foucault desarrolla algunas de las perspectivas expuestas en «Nietzsche. Al «non ridere. la intelección no resulta de la pacificación o suspensión de los instintos sino de su plena e implacable beligerancia. En el parágrafo 333 de La gaya ciencia. Foucault no desconoce su auténtica mixtura histórica y la serie de solapamientos que se produjeron entre las perspectivas epistemológicas y las técnicas de poder de las tres matrices. que la problemática foucaultiana de la veridicción entronca con el descrédito hei- 113 . Nietzsche radicaliza los presupuestos spinozistas del conocimiento. Discurso y poder naturales como instrumento garante de la centralización. fundamento y directriz del conocimiento para Spinoza. La práctica judicial. en este momento de su reflexión. con sus relaciones de fuerza. fundamental en la producción histórica de la verdad en Occidente. en el camino de desvelar la mecánica de la «voluntad de verdad». sirviéndose de una «genealogía de la verdad judicial». Foucault sitúa la procedencia de la verdad en tres mecanismos o procedimientos judiciales. Foucault sitúa el saber en una matriz donde los poderes son su elemento constituyente. Nietzsche opone el «ridere. Esta consideración del conocimiento como intelección bélica y el rechazo nietzscheano de un conocimiento en sí están en la base de la concepción foucaultiana del saber. el examen. Esta apuesta por el estatuto histórico-político de la verdad conecta con la inversión nietzscheana de la perspectiva cartesiana de la verdad. neque detestari. sus combates. Frente a la tradición filosófica que había considerado que el conocimiento requería de la abstracción de pasiones e intereses. sed intelligere». en «La problematique du “gouvernement” et de la “veridiction”» (1986). ha señalado. lugere. Con la mirada histórica que requiere el análisis de estas matrices de poder-saber. detestari» como matriz del saber. non lugere. dentro de este argumento. queda por determinar cuáles son las técnicas de producción de los discursos de verdad. consiguiente. la verdad no es la revelación del ser.Para leer a Foucault deggeriano y nietzscheano de la existencia de una verdad dada. constituye un punto de vista crítico respecto de la tradición ilustrada. en «Regards généalogiques sur la modernité: Michel Foucault et la philosophie politique» (1985). en busca de la determinación jurídico procesal de la responsabilidad penal del delincuente o de su estado de locura y. como se desprende de esta tradición filosófica. este análisis de la relación entre poder y saber. Si. tan bien representada por Georges Canguilhem. en coincidencia con Pascale Pasquino. Tal como Guy Laforest señala. y con la repercusión que tal posición tuvo en la historia de la ciencia francesa. 114 . El estudio del caso Pierre Riviére se inscribe en esta indagación en torno a cómo se constituyen las ciencias humanas en un dispositivo de poder-saber llamado examen. desde el siglo XVII. ausencia de responsabilidad. Una moral inconformista 1.). el medio natural. la enfermedad 115 .4. Sin embargo. el pensamiento filosófico y la actividad científica. escasas líneas de acuerdo son reseñables en el movimiento artístico. Gilles Deleuze y Felix Guattari observaron en el Mayo francés la ilusión de un acontecimiento que no llegó a encarnarse socialmente. Mayo del 68 todavía no ha ocurrido En el ambiente cultural francés que se inicia con la década de los cincuenta. el tiempo. las relaciones sexuales. el trabajo. Aparecen cuestiones que antes no habían sido prioritarias —problemas en torno a la mujer. la fugacidad de sus efectos sociales contrasta con su impacto cultural.. la medicina. hasta entonces dominada por la hegemonía del marxismo.. Aquel Mayo sólo pone de manifiesto la crisis social francesa caracterizada por un capitalismo salvaje. En la actividad política de aquella época tampoco existe una identidad clara: ni los acontecimientos de Mayo del 68 aportan mayor acuerdo sobre la identidad teórica de sus agentes sociales. No se dio ni una nueva existencia. Una inversión teórica se produce en los presupuestos de la política. ni una subjetividad diferente (nuevas relaciones con el cuerpo. No sin razón. la sexualidad. la cultura. como la desactivación y radicalización del militantismo político. la superioridad del sistema sobre el individuo. provoca el recambio de la desfalleciente ideología de combate por un firme cientifismo. La Somme et le Reste (1959) de Lefebvre. Posiblemente haya serias razones para caracterizarlo. También el marxismo asume el método matemático. la crítica del modelo de ciencia imperante y la aparición de una «cultura estructural». las minorías. Con el inicio de la década de los sesenta aparecen textos abiertamente críticos en el marxismo. bajo un lema que conduce a la mayoría de las investi- 116 . en aquella época. la delincuencia— y que la doctrina marxista no puede asumir como suyos.Para leer a Foucault mental. en 1958. Foucault no sólo suscribió aquel campo de intereses políticos sino que es plenamente representativo del diverso movimiento cultural que antecede a aquellos sucesos. Marx. como un académico fuertemente interesado en impulsar y apuntalar una reforma educativa derrumbada por el Mayo francés. En torno a la crítica del estatuto epistemológico de las ciencias humanas —núcleo del debate de Habermas con la epistemología y la política de Foucault— impulsó buena parte de los problemas entonces planteados: el rechazo del humanismo cultural entonces dominante. el relieve del estructuralismo y la destrucción del «yo» en el arte. penseur de la Technique (1961) de Axelos y Les Recherches dialectiques (1959) de Goldman. tal como ha señalado Didier Eribon en su excelente biografía de Foucault: Michel Foucault (1989). y la ruptura chino-soviética. Sin embargo. la encuesta empírica. acusado decididamente en las ciencias humanas. el medio ambiente. con la instauración de la V República y la toma del poder por De Gaulle. sociológica y psicosociológica. La toma del poder por la derecha. como la Critique de la Raison dialectique (1960) de Sartre. Todas ellas son obras atravesadas por una larga serie de acontecimientos históricos. la crítica de la escuela fenomenológica. No se trataba tanto de una escuela como de una reacción cultural frente al panorama intelectual surgido tras la Segunda Guerra Mundial en Francia. De esta convulsión en el contexto social de las ideas pueden señalarse algunos síntomas relevantes: la polémica política en el interior del marxismo francés fundamentalmente encabezada por Sartre y Althusser. tan persistente como vaga en sus perfiles. Foucault no participa de esta revuelta. la 117 . Para Foucault el Gulag era un operador económico-político de los estados socialistas. el psicoanálisis. en cambio. Foucault no guarda estrecha relación con el antimarxismo de la «nueva filosofía» francesa. de una parte. Una moral inconformista gaciones —estructuralistas o no— del momento: ciencia. de las categorías de la tradición filosófica es ahora prolongada con mayor radicalidad desde diferentes frentes. Precisamente porque su crítica del Gulag puso de relieve las relaciones de dominación en los países del Este. Desde la antropología. la confrontación de tan variadas como coincidentes vías de investigación daría lugar a una pseudodoctrina que recibió el nombre de «estructuralismo» y se manifestó en dos expresiones diversas: el pensamiento de Althusser y la reflexión de Foucault. «cientificidad». Cavaillés y Koyré. racionalidad experimental. procura una profunda renovación de la historia de las ideas. realizada en el Pensée sauvage (1962). de progreso. la lingüística se emprende una crítica de las nociones de sujeto. positividad.. De acuerdo con esta sociobiografía intelectual del panorama cultural francés de los sesenta. desde la epistemología. Sin embargo.. Tanto la historia idealista de las ideas —basada en un mundo de esencias— como su doble materialista —fundada en un sujeto creador— fueron sustituidas por una historia institucional que prioriza el análisis de las ideas de acuerdo con las reglas de su sistema práctico de formación. El primero revoca al marxismo dotándole de un aparente cientificismo. más que un resto o efecto perverso. a la concepción de la historia mantenida por Sartre. sin escamotear la realidad de las instituciones socialistas de encierro. La común repercusión de los acontecimientos políticos del siglo XX en la vida cultural francesa traza similitudes en la trayectoria intelectual de la generación posterior a la Segunda Guerra Mundial que no deben hacer obviar diferencias importantes. La oportunidad de haber introducido el análisis institucional a la hora de estudiar la constitución del saber corresponde al impacto que produjo Mayo del 68. el segundo saca conclusiones de la irreparable decaída del marxismo y. La crítica que habían emprendido Bachelard. a la vez que procura la crítica de las instituciones. en beneficio del énfasis en la pregunta por la naturaleza del lenguaje.4. En esta serie de transformaciones en el pensamiento se inscribe la contestación de Claude Lévi-Strauss. su discurso perdura como discurso de izquierdas. Para leer a Foucault denuncia de los encierros socialistas no condujo a Foucault al antimarxismo, al neopopulismo o al liberalismo, sino a la pregunta por las condiciones del irreductible deseo de libertad de la plebe dominada en las condiciones de extrema dureza del Gulag. Afirmar la irreductible voluntad de ser diferente, incluso, en un espacio de máxima homogeneización, difiere de la autoculpabilización ideológica generalizada y del reforzamiento conservador operado hoy, en Francia, entre aquellos que se agruparon doctrinariamente en la izquierda en el pasado. Sin embargo, la discrepancia crítica de Foucault respecto de todo autoritarismo ha sido extrapolada en el contemporáneo pensamiento anglosajón hacia una interpretación demasiado sociológica. Así, Anthony Giddens ha vinculado, aun sin ocultar diferencias, ciertos aspectos de la filosofía contemporánea francesa con el neoconservadurismo de Gran Bretaña y Estados Unidos. Para Giddens, los nuevos filósofos son los desilusionados supervivientes de los acontecimientos de Mayo del 68, que se deslizan de Marx a Nietzsche. Desde este punto de vista, existe una antítesis entre Marx (la radicalización de la propiedad) y Nietzsche (la radicalización del poder) que abre una puerta a los desilusionados. Se valoró el origen de la «nueva filosofía» como el resurgimiento ideológico de la derecha, coincidente con el desfallecimiento de las certidumbres de la izquierda y el avance del capitalismo en el mundo. De forma equívoca, no se apreció que la recepción francesa de Nietzsche es anterior a estos acontecimientos sociales. Tampoco se apreció que la crítica del Gulag emprendida por Foucault es denuncia de una manifestación terrorífica de la racionalidad. Dos aspectos resultan prioritarios en la valoración de la distancia del análisis genealógico respecto del marxismo: la diversa importancia concedida por uno y otro método a la ideología como factor de mantenimiento de las relaciones de producción y, de otra parte, la diversa autonomía otorgada a la tecnología disciplinaria respecto de las relaciones de producción, por una y otra perspectiva de análisis. Foucault no obvia la importancia del nivel económico en la normalización de los individuos. La descripción de la estrategia a que respondió el encierro clásico o la narración de las transformaciones que sufrió la ética del trabajo, realizadas en Historia de la locura en la época clásica (1961), se desarrollan en clave materialista. El proceso de territorialización 118 4. Una moral inconformista sufrido por sectores de la población, caracterizados por su nomadismo, frente a las necesidades de mano de obra en determinados núcleos de población, el trasfondo de reducción de los costes del sistema punitivo que subyace en la prevalencia de las distintas tecnologías de poder, son procesos que inducen a pensar en la metodología historiográfica de Foucault como la propia de una historia que no olvida las relaciones de producción, pero que, al negarse a darles un valor determinante, ha estudiado aspectos que hasta entonces habían sido valorados como superestructurales, de otra forma. En este sentido, rechaza que el sistema penal pueda analizarse simplemente como elemento constitutivo en las divisiones de la sociedad actual. Las ciencias humanas, con la capacidad normativa que implican, surgen con el siglo XIX, a partir de un dispositivo que comparten con el derecho penal moderno. Al concebir el poder como realidad productiva y a la configuración del alma en relación con una matriz de poder, Foucault prolonga unos análisis que Marx y Nietzsche, de alguna manera, iniciaron. En los números 12 y 13 del tratado segundo de La genealogía de la moral, el filósofo de Sils-María desentraña la inexistencia de una «finalidad» para la pena, saliendo al paso de cualquier ingenuidad idealista. La penalidad, para Nietzsche, posee un elemento relativamente duradero, el acto, el «drama», el procedimiento, y, por otro, un elemento fluctuante, el sentido, la finalidad. No cabe hablar de sentido, sino de conjunción de múltiples y variados sentidos, cuya coexistencia es del orden del combate y la imposición —pena como intimidación, como neutralización de la peligrosidad, pago al dañado, pero, también, pena como aislamiento, inspiración de temor o compensación... Michel Foucault, en cierta forma, prolonga esta crítica del finalismo en la interpretación del poder, pues, de sus escritos, se desprende cómo la dinámica del poder es ciega. Las discrepancias de Foucault con las disposiciones teóricas del marxismo residen en su negativa a aceptar cualquier «determinación» o «autonomía relativa». Las tecnologías de poder disciplinario no guardan una disposición de reflejo respecto de la estructura económica. El otro aspecto que le distancia del marxismo es la noción de «ideología» y su operatividad dentro del discurso teórico. Foucault descarta la distinción entre ciencia, teoría e ideología, aceptada en el análisis althusseriano. Tal perspectiva encierra una 119 Para leer a Foucault suerte de naturalismo en cuanto critica a la ideología por ser un conocimiento mediado e interesado y reserva a la teoría y a la ciencia, como manifestaciones del conocimiento objetivo, las cualidades de un conocimiento no pervertido, natural. La ideología expresa la negación de una verdad ausente, oculta tras errores, ilusiones o representaciones-pantalla, y también manifiesta la relación del pensamiento de los individuos con el lugar que ocupan en el sistema de relaciones de producción. A través de los análisis basados en el concepto de «ideología» se plantea una «economía de la no-verdad», rechazada por Foucault en beneficio de una «política de la verdad». La perspectiva de Foucault acerca del conocimiento es más nietzscheana que marxista. Su materialismo le conduce a no aceptar la posibilidad de conocimiento objetivo y desinteresado. No cabe otro conocimiento objetivo que aquel que históricamente se objetiva, a partir de prácticas sociales en pugna. La genealogía del poder analiza, históricamente, el «régimen discursivo» en el que se produce la «verdad». Para Foucault, la «verdad» es de este mundo. Ni se reprime, ni se incauta, se produce. La «verdad» es una producción social. Todas las estrategias de poder incluyen la operatividad de determinados «saberes», cuya mecánica no responde a la negación de potencialidad alguna, sino a un mecanismo complejo, positivo, por el que el «saber», la «verdad», se incita. En sus análisis historiográficos, Michel Foucault sitúa a mediados del siglo XIX la materialización de uno de los sueños utópicos de la burguesía: lograr un encierro generalizado del proletariado. En el análisis genealógico del poder moderno, se subraya el papel prioritario jugado por la prisión como estructura arquitectónica eje de las demás instituciones, la escuela, el cuartel, la fábrica, el asilo, el psiquiátrico... Todas estas instituciones, organizadas en torno a la prisión, corroboran una misma estrategia: encerrar masivamente al proletariado y someterle al orden de valores del capitalismo industrial emergente. Aunque Foucault localiza su análisis en Francia, hace extensible la dinámica histórica de irrupción de las disciplinas al resto de Europa. François Ewald agrupa las operaciones propias de las disciplinas en torno a dos directrices: la racionalización del espacio y de las energías corporales. En los siglos XVII y XVIII, Foucault localiza temporalmente el origen histórico de un nuevo tratamiento político del cuerpo: las 120 El derecho ha dotado a la política del contrato liberal. Tal como señala François Ewald y François Tulkens. Con el surgimiento del Estado providencia —señala Ewald—. En definitiva. aquí. en diferentes contextos. El poder divino se transmuta. Este cambio conlleva un tratamiento más sutil sobre el cuerpo. El amor divino hacia todas las pequeñas criaturas del universo acogió las manifestaciones de encauzamiento individual. Una moral inconformista disciplinas. por el derecho como discurso encubridor de una estrategia de «gubernamentalidad total» sobre el cuerpo social. entrado ya el siglo XIX. como ficción que habría de revestir o encubrir la puridad técnica en la que se articula el orden social moderno. la sociedad deja de ser la organización de la comunidad para la determinación de la responsabilidad y el castigo. de acuerdo con su ejercicio. su movimiento y la economía de su dinamismo. y pasa a ser la organización dirigida a la prevención de los riesgos del desarrollo. La mecánica de esta física de los cuerpos viene dirigida por una relación económica de docilidad política y productividad. el poder disciplinario plantea una «economía de poder» 121 . cuya función principal es el control de la actividad del movimiento. Con una mayor racionalidad técnica y económica. El asentamiento histórico de la tecnología de poder disciplinario fue previo a la constitución de un régimen de gubernamentalidad.4. La incidencia política del poder disciplinario. esta tecnología de poder posibilitó una política penal preventiva. se dirige al cuerpo con una nueva escala de control. en poder laico y científico. procedimientos y saberes que aportan las disciplinas del cuerpo. Las disciplinas aseguran una corrección constante e ininterrumpida del cuerpo. Ya no se trata de regular masivamente la dinámica del cuerpo sino de hacerlo en «detalle» sobre sus gestos más insignificantes. del tiempo y del espacio. desde el siglo XVIII. Se trata de trabajar. disciplinariamente. La disciplina. Al analizar la ley de 9 de abril de 1898 sobre responsabilidad de los accidentes de trabajo. desde esta perspectiva. reconsidera la valoración del «detalle» hecha por la tradición cristiana. para Foucault. el análisis de Ewald resalta el papel jugado. aunque sin dotarle del conjunto de técnicas. alejada de la concepción liberal de la justicia. cada una de las partes del cuerpo. François Ewald señala cómo el Estado providencia se forma históricamente con el trasfondo de la quiebra de la concepción liberal del derecho. precisamente. Michel Foucault desvela lo que en Las palabras y las cosas era un misterio: la irrupción de la individualidad moderna. En Vigilar y castigar. Ningún esfuerzo ha de quedar exento de circunscripción a este plan de racionalización política que comportan las disciplinas. aporta el nuevo poder laico. Ni el contrato social. despreciado por la grandeza de la historia y que Foucault restablece. Lo que le resulta más paradójico y sorprendente a Foucault es la celeridad con que la prisión remontó las dudosas expectativas de porvenir que poseía de acuerdo con las teorías penales de los reformadores. a finales 122 . Tan solo en la sociedad moderna la prisión alcanzó un papel prioritario en el conjunto de los procedimientos penales. «sociedades de redención» (sociedades germánicas). ni la legislación reformista. El compromiso político de Foucault con un cierto trabajo historiográfico reside en remover ciertas «ficciones» de la teoría jurídico-política liberal. ni el sistema de libertades formales que consolidan la organización jurídico-política moderna explican la constitución histórica del hombre moderno. «sociedades de marcaje» (sociedades occidentales desde finales del siglo XVIII) y «sociedades de encierro» (sociedades occidentales desde finales del siglo XVII). privilegiaron. La irresistible ascensión de la prisión no se debió a su consideración en el plan de los reformadores. entonces. no es el resultado de un estatuto de ciudadanía sino el producto de un régimen de poder. Así pueden aislarse «sociedades de destierro» (sociedad griega). históricamente. la hipótesis genealógica manifestada en Vigilar y castigar. Foucault distingue cuatro tipos de sociedades según el tipo de castigo que. el empleo constante del tiempo —con su consiguiente adición o capitalización— y la combinatoria de las fuerzas individualizadas son algunas de las tácticas que. según Michel Foucault. dentro de esta genealogía del poder. Quizá. El «hombre moderno». La situación histórica del individuo en la matriz de poder disciplinario es. sino a la irrupción de un «sistema general de vigilancia-encierro» que. hasta romper el pudor de origen del hombre moderno. dirigida a la docilidad política y la rentabilidad económica de cada uno de los movimientos corporales.Para leer a Foucault inédita. El emplazamiento de los individuos. la irrupción del hombre no dependa tanto de un sistema de libertades como de un material innoble. El ojo del poder En relación con el mal de la delincuencia. que se extiende a los lugares más periféricos y variados del cuerpo social. En menos de veinte años se produce el abandono de la semiotécnica del equilibrio de los delitos y las penas y la prisión cubre 123 . La prisión no encuentra las claves o resortes de su futuro éxito ni en los grandes monumentos teóricos de la penalidad clásica —Beccaria. para transformarse en la «forma general de la penalidad» y «condición de una transformación psicológica y moral del delincuente». en este sentido. a los que Foucault se refiere —Beccaria. Servan. La prisión es aparato de poder productor de la «delincuencia» a la que tiene que dar solución. Solamente a comienzos del siglo XIX la prisión deja de ser uno más entre el resto de los castigos. los encierros que se practican se encuentran al margen del sistema penal y todavía no poseen una estrategia común articulada en torno a la prisión. Le Pelletier de Saint-Fargeau o Brissot—. más tarde —a finales del siglo XVII— «se hace de la necesidad virtud».—. recorre la totalidad del cuerpo social. reconocidos juristas ilustrados. taller.. orfelinato. 2. la prisión pasó a ser. Durante los siglos XVII y XVIII.4. Es a esta recomposición de las instituciones de custodia a la que Foucault denomina «panoptismo»: «El siglo XIX —señala Foucault— fundó la edad del panoptismo». En un principio. y lo que fue su mayor inconveniente se convierte en «constante antropológica». Para que se produzca esta transformación. Una moral inconformista del siglo XVIII. la prisión fue criticada por contribuir a la perpetuación de la delincuencia. según un «retorno criminólogo del círculo carcelar». Con anterioridad. Esta redistribución de la penalidad es debida a la integración del mecanismo de vigilancia y control en un aparato de estado centralizado. La principal función de la prisión es perpetuar un «medio delincuente». no proponen la prisión ni como pena universal ni como pena principal. la cárcel se ha debido situar en un complejo institucional de apoyo en la custodia —colegio. Serpillon.. Jousse y Mumpart de Vouglans— ni en la reacción que suscita entre la opinión pública —abundan las críticas a su funcionamiento. causa y remedio. el aumento de prestigio de los centros penitenciarios (así. aquellos controles institucionales. y se produce un saber en torno a ellos. Desde la perspectiva genealógica. una disociación entre la maquinaria o procedimiento de vigilancia y castigo y la propia legislación. la prisión encarna una estrategia de vigilancia abierta al conjunto de la sociedad. Aquella mecánica disciplinaria por la que se reparte a los individuos. se les somete a un tiempo siempre absolutamente aprovechable. han subrayado: el cambio de estatuto jurídico de la prisión (el cuerpo del detenido es custodiado como una prenda en vez de ser objeto de castigo). en Cárcel y fábrica en el origen del sistema penitenciario (1977). frecuentemente. Por todo ello.Para leer a Foucault todo el campo de la penalidad. esta disociación se corrobora: la constitución de la prisión procede del espacio exterior al aparato judicial y a su propia estipulación por las leyes penales. el taller o el asilo controlaban espacios cerrados. En la explicación genealógica del origen de la prisión. Para que se produzca esta brusca universalización de la prisión. y la reconstrucción del homo economicus de acuerdo con los requerimientos de mano de obra. El código penal francés de 1810 evidencia este proceso que se extiende por toda Europa. diferencia y clasifica a los internados. La penalidad inaugurada con el siglo XIX —en opinión de Foucault. la ecuanimidad de la detención (pierde la arbitrariedad con que se ejecutaba bajo el poder monárquico). en similar perspectiva. la prisión efectúa una estrategia de totalización del «control social» que ya se había iniciado a través de otras instituciones: si el campamento militar. Dario Melossi y Massimo Pavarini. se dieron una serie de reajustes que Foucault y. el hospital. en su versión panóptica —examen ininterrumpido de los individuos—. Michel Foucault establece. la prisión pasa a ser un lugar de examen ininterrumpido y constante que. el modelo de Gante y Gloncester). el modelo de Filadelfia. había prefigurado la forma de la prisión. el Rasphius de Amsterdam. la prisión. Para Foucault. se les vigila. controla el conjunto del cuerpo social y refuerza. Se ha instaurado lo que Michel Foucault denomina un «dispositivo carcelario». se les introduce como un «caso» en un registro documental. se les clasifica. basado en la vigilancia. se les fija espacialmente. la escuela. por tanto. y de otros muchos— pasa a ser más preventiva que res- 124 . El materialismo político de Foucault le conduce a explicar las transformaciones históricas a partir de la señalización de determinadas urgencias sociales. o el surgimiento de las nociones de «probabilidad causal» y «riesgo». El nuevo eje de la moderna penalidad se asienta en la virtualidad de las acciones. la relación del cuerpo. una nueva óptica: reorganización de un espacio de vigilancia generalizada e ininterrumpida. La gran noción que recorre la criminología y la penalidad del siglo XIX es una noción desconocida por la teoría penal de los reformadores: «peligrosidad». Una moral inconformista titutoria. En este sentido. En segundo lugar. En primer lugar. las transformaciones de la penalidad proceden de la historia de las relaciones entre el poder político y los cuerpos (control. basado en el establecimiento del «panop- 125 . más que en su consumación. se vuelve irrelevante para pensar la criminalidad médico-legal. En este sentido. No se trata de una historia ciega sino de una historia sin sujetos donde las prácticas sociales constituyen la física del cambio social. Foucault señala algunas conclusiones en torno a las transformaciones que se dan en la penalidad moderna entre 1760 y 1840. la suprema estimación de la propiedad privada y la expansión de la estrategia de control configuran. la sanción de pequeñas faltas como la inatención. fue una transformación en las teorías de la responsabilidad civil lo que posibilitó esta nueva concepción de la penalidad moderna. que había sido la pieza central del sistema penal desde la Edad Media. en la doctrina alemana. A partir del siglo XIX. finalmente. las nuevas formas de penalidad no se deben a una renovación de la percepción moral sino a un problema de física: fundamentalmente.4. como fuerza productiva. En el caso de la estrategia de normalización social. sometimiento y coacción de los cuerpos). El riesgo de accidente sobre la propiedad privada exigió prevenir peligros. de una parte. la falta de precaución y la negligencia. surgida en el siglo XIX. De acuerdo con el análisis de Foucault. dada la intervención de la medicina en la práctica penal moderna. se configura una nueva física de los cuerpos que comprende. La «responsabilidad». tendieron a consolidar históricamente la responsabilidad sin falta. también la rentabilización económica y disciplinar del cuerpo. el dispositivo de cambio histórico. fundamentalmente. con el aparato de producción. y. la concepción de la pena como medida curativa. materializada en la formación institucional de una población de individuos de imposible resocialización que forman un continuo con la prisión. y. La prisión. En este sentido. desde principios del siglo XIX.Para leer a Foucault tismo». más tarde. la cárcel produce un medio delincuente a través de un dispositivo de control. desde el siglo XIX. a cada 126 . posibilitó la vigilancia y el control extensibles al conjunto del cuerpo social. la «delincuencia» pasa a formar parte de una intervención más amplia sobre el conjunto del cuerpo social. finalmente. En tercer lugar. la delincuencia juega un papel fundamental en esta «física» de los cuerpos. Existe un circuito entre el «adentro» y el «afuera» de la prisión: la estrategia de la cárcel rebasa el ámbito espacial de la institución. era criticada por diversos motivos —perpetúa y refuerza la criminalidad. la «delincuencia» no ha de entenderse únicamente como puro objeto de represión penal. la organización de la policía y la instauración del sistema de archivos. los tiempos y la energía hacia su redistribución en términos de docilidad y rentabilidad. la «delincuencia» es un producto real de la prisión. se les somete a un «régimen de vida» influido por las fluctuaciones del mercado de la mano de obra. En este sentido. utilizándola política y económicamente. en opinión de Foucault. la serie policía-prisión-delincuencia remite. diferencia. La prisión ni tuvo ni tiene una función resocializadora en la sociedad moderna. La perpetuación carcelaria de la delincuencia no es —en opinión de Foucault— una disfuncionalidad social sino su expresión funcional más certera. Cuando se concebía entre los reformadores como una más entre diversas penas. de otra parte. La prisión no reinserta a los delincuentes sino que certifica y refuerza la criminalidad. una nueva fisiología: establecimiento de intervenciones correctoras que aúnan terapia y castigo. localizando a los delincuentes en un espacio definido y cuadriculado donde se les examina y se les utiliza como objeto de saber. por una parte. o se les recicla en un contexto estratégico más amplio de vigilancia del conjunto del cuerpo social. De esta forma. una nueva mecánica: surgimiento de una tecnología disciplinaria que clasifica. se acaba con el nomadismo de la criminalidad. reagrupa y controla la vida. Por una parte. por otra parte. ya que justifica el control de la totalidad de la población a partir de su existencia. ininterrumpidamente. e impide al poder judicial controlar y verificar la aplicación de las penas—. individualiza. atendiendo. Una moral inconformista uno de sus elementos. Aquí la burguesía encarna su sueño eterno: garantizar la vigilancia total y absoluta del «cuerpo social». Para Deleuze. por otra. Deleuze denomina «diagrama» a la representación de las relaciones de fuerza propias de una formación o función. porque atraviesa diversas formas y se aplica a diversas sustancias. de forma que cualquiera de sus expectativas posibles estén controla- 127 . Jeremy Bentham expresaba la intención que orientaba su concepto del gobierno político: gobernar políticamente el espacio social básico de los individuos. Como diagrama de la «tecnología de poder» disciplinaria. En los prolegómenos de su escrito. El panóptico es función de las fuerzas que se dan en una formación histórica dada.4. de acuerdo con un equilibrio histórico singular en la administración de las infracciones. y. a que compongan una población reducida. garantizase un control absoluto. como forma de saber y manifestación de poder. liberado de excluir. El panóptico constituye una solución espacial al ejercicio del poder en la sociedad moderna. Este «orden interior». a través de la localización espacio-temporal de los individuos y del establecimiento de una vigilancia ininterrumpida. la formación política de un medio delincuente es utilizada. soldados. es pura función disciplinar. obreros. locos. para distanciar al lumpemproletariado de las capas populares. a finales del siglo XVIII. localizada en un espacio limitado. asistir. mediante una distribución arquitectónica racional del espacio. hacer producir— y de las sustancias formadas sobre la que recae la función —prisioneros. e independientemente de las formas que adopte la función —educar. en diferentes momentos históricos. el panóptico se define por la pura función de imponer cualquier labor o conducta a cualquier multiplicidad de individuos. Ciertos movimientos de contestación popular fueron contrarrestados mediante una serie de tácticas por las que las capas populares. establece una mirada ininterrumpida y total sobre los individuos. La prisión formó parte de un proyecto social más amplio de constitución de un «orden interior» que. El examen panóptico. alcanzó su verdadera proporción de utopía negativa en el proyecto social del «panoptismo». únicamente. habrían de ver en el «delincuente» al enemigo de los intereses populares. castigar. escolares. según Foucault. El panóptico. materializa el poder actual. En vez de encerrar y ocultar al detenido. así. el panóptico idea una distribución racional del espacio físico. En un análisis del panóptico. mediante un poder anónimo que. a la necesidad de exhibir el poder en plazas fuertes. desde principios del siglo XIX. palacios e iglesias. coincidente con el de Foucault. Michel Foucault la denomina: «inversión del eje político de la individualización». Jacques-Alain Miller ve materializado. la organización del espacio está vinculada a la satisfacción de fines económico-políticos-problemas de urbanismo. Dentro de este contexto de vigilancia política de la urbe. a través del examen. a la vigilancia moderna. Si en la Edad Media se socializó la visualización del castigo. Son los médicos y no los hombres de Estado los que reorganizan el nuevo espacio social en torno al clima y su repercusión en la enfermedad. Foucault encuentra en el panóptico la expresión abierta de las líneas de actuación de la «tecnología de poder» disciplinario y de su mecánica en el conjunto del cuerpo social. con todo su ornato representativo. clasifica e individualiza. Foucault pone de manifiesto. desde finales del siglo XVIII. aquellos sobre quienes recae el poder son individualizados. en su espacio luminoso y transparente. sin ambages. La inspección permanente del ojo invisible. individualiza y diferencia (individualización ascendente). cuál es el principio arquitectónico del panóptico: una propuesta de organización racional del espacio que supera el anacronismo de los calabozos. Mientras en la Edad Media el arte de construir respondía. se le localiza en un espacio dominado por la luz. se produjo una inversión técnica del reparto y distribución del espacio público. mientras que en el régimen disciplinario. en la sociedad moderna. Se evitan las aglomeraciones y los hacinamientos. guiado por un cálculo utilitarista 128 . Del suplicio medieval. Para la persecución de este objetivo político. cómo en el sistema punitivo medieval se produce el mayor grado de individualización en quien detenta la soberanía del poder monárquico (individualización ascendente). por el contrario. que asegure la visualización absoluta y total de las acciones por una mirada omnipresente. se concentra la mirada y adquiere la forma de vigilancia. Bentham explica. y se establece un espacio que diferencia. población y salud. el templo de la razón. clasifica. principalmente. por el contrario. les distribuye. A esta reorganización de la visibilidad. principalmente.Para leer a Foucault das. Panóptico de Bentham a. b. Torre o inspección central.4. e. Galería. Divisiones o celdas para los presos. f. g. Una moral inconformista Figura 1. Espacio anular entre la torre y el edificio principal. d. Corte y vista interior del edificio 129 . Figura 2. y posición de la cercera. Entrada al mismo. Escalera o celdas para los presos. c. Principio de la escalera de la torre. casa de corrección o prisión hace del espacio una función indiferenciada. El programa del panóptico expresa la organización de las fuerzas propias del poder moderno: la tecnología disciplinaria. un trabajador. la representación o dramatización del castigo. clínica. El reparto y escisión de la mirada en la pareja mirar/ser mirado. un niño. pedagógico. la representación espiritual de la vigilancia en un espacio totalmente circular y visible. bajo la 130 . las fuerzas que constituyen al poder moderno no se localizan en el aparato de Estado. en opinión de Foucault. indistintamente a un loco. orientado a la producción de individuos útiles.Para leer a Foucault que se apodera de todos los aspectos de la vida diaria analiza. La posibilidad de utilizar el panóptico como escuela. En la capilaridad de sus efectos. Desenmascarar la supuesta verdad de las ciencias humanas. así. son algunas de las tareas críticas que aparecen en los escritos de Foucault. Espacio racionalista y laico. donde se materializa un poder isomórfico: localizar. taller. por administrar todos los cuerpos. la ocupación absoluta y racionalmente productiva del tiempo son algunos de los principios encarnados en la máquina panóptica. en su gran interés en tutelar todos los gestos. asilo. separa.— se imponen a determinados saberes sometidos. desde el siglo XIX. devolverlas a su origen político.. disponen el campo social como un espacio bajo permanente vigilancia. la clasificación del internado como corresponde a un objeto de saber. subrayar los mecanismos que atienden a su producción y establecer el estatuto material de los rituales a través de los cuales ciertos saberes dominantes —el discurso psiquiátrico. una propuesta de creación de espacios funcionales. un preso o un enfermo es el objetivo de la máquina panóptica. Ideado para que Samuel Bentham frenase la insubordinación de los trabajadores de Potemkin. el panóptico no dejó de reproducir en la sociedad moderna una vieja iconografía: la de la omnipresencia y omnisciencia divina. Para esta genealogía del poder. tan ambicioso proyecto no se limitó a las funciones que Jeremy Bentham le otorgó para la reforma y saneamiento de las prisiones. muy al contrario. el establecimiento de una vigilancia jerarquizada y horizontal. enumera y clasifica. arraiga la estrategia del poder moderno. criminológico. médico.. en la sociedad disciplinaria. Jeremy Bentham escribió su diseño del panóptico en Rusia en 1786. El panóptico aporta. el jurista-notable o el escritor del XIX. Este «régimen» de producción de la verdad es ciego. según Foucault. Éste ya no está personalizado en el sabio. el asilo. tras la revolución contemporánea de las estructuras técnico-científicas.4. la vivienda. A la visión clásica del «intelectual universal» del XIX y principios del XX. el hospital. Cada uno de estos mecanismos institucionales configuran un «dispositivo» de producción cuya economía asegura un diferente acceso de los individuos al saber y la verdad. pero los individuos mantienen una posición desigual —jerarquizada— en el circuito de información encarnado en cada institución. sólo cabe el entendimiento de la producción de la verdad a través de un modelo conflictual que ponga de manifiesto cómo la «verdad» es el resultado de un combate cuyo eje fundamental son las relaciones de poder. Foucault ha evitado que aquellos presupuestos desembocasen en la pasividad política y ha ofrecido una concepción distinta de la relación entre teoría y práctica. Una moral inconformista perspectiva de una «historia política de la verdad». Para Foucault. ni a las leyes de las estructuras lingüísticas. sujeto libre y paladín de los derechos y libertades públicas. representante y conciencia universal. El dispositivo moderno de producción de la verdad regula la «experiencia» que se materializa en el conjunto del tejido social. comportar acciones minoritarias o caer en su manipulación exterior—. considerables acciones o luchas locales en la psiquiatría. se han producido. Incide en el régimen de producción de la verdad tomando en consideración la red institucional en la que discurre el «saber» producido en la cárcel. la clínica o el propio procedimiento penal. el psiquiátrico. no es reconducible a «sentido» alguno: ni a la actividad de un sujeto constituyente. 131 . Michel Foucault opone la eficacia actual del «intelectual específico» que aparece a partir de la Segunda Guerra Mundial. Pese a los obstáculos obvios con que cuenta su intervención política —limitarse a luchas de coyuntura sin perspectiva global. sino en el prioritario papel adquirido por el científico. en la cual la acción política es fragmentaria y permanece alejada de cualquier concepción universal: una morale de l’inconfort cuya materialización dependía del análisis e interrupción del circuito de producción de verdad y saber. ni a la dialéctica. el asilo. encarnado en las instituciones modernas. de cuyos efectos no hay individuo o singularidad que escape. Sin embargo. Para leer a Foucault el laboratorio, la universidad y las relaciones familiares o sexuales, promovidas por individuos, trabajadores sociales generales, a partir de su específica situación institucional y no por cualidad universal alguna. En estas luchas institucionales, el objeto de discusión o elemento político no son los derechos sino las condiciones sociales de resistencia, vida o muerte. La desigual posición de los individuos en el circuito de información, propio del régimen de producción de la verdad, no tiene por qué conducir a ningún género de representación, en la acción política. Quienes encarnan «saberes sometidos» por las relaciones de saber y poder son capaces de impulsar sus luchas. El «intelectual específico» no tiene que ser un guía. Puede, en cambio, favorecer la emergencia de la palabra sometida. Así, entre intelectuales y trabajadores no cabe representación sino transmisión de saber: los obreros saben cómo dirigir sus acciones —señala Foucault—, no necesitan de los intelectuales para organizar una conciencia obrera; en cambio, sí pueden hacer discurrir esta conciencia en un sistema de información al que los trabajadores no tienen acceso. 3. Una vida filosófica En la formulación de Foucault, una intervención crítica en el dispositivo de poder viene regida por una morale antiestratégique: una especie de coraje político dispuesto a fortalecer cualquier levantamiento de una singularidad ante los desmanes del poder y de la historia. No existe disociación alguna entre los múltiples debates públicos e intervenciones políticas impulsados por Foucault y el tipo de reflexión que desarrolla en torno a lo que concebía como l’histoire du présent. Cada una de estas intervenciones públicas o acciones políticas locales denuncian el régimen dominante de producción de la verdad, las relaciones del saber y la verdad con el cuerpo o la irremisibilidad de algunas de las evidencias que nos inculca la historia —ya sea la locura, la enfermedad, la sexualidad o la subjetividad. Romper el carácter evidente —naturalizado— de estas nociones que constituyen el margen de nuestra experiencia y de nuestro propio pensamiento, hasta problematizarlas y resaltar su transitoriedad o caducidad, abre otro campo de posibilidades y nuevas formas de subjetivi- 132 4. Una moral inconformista dad a los individuos. En este sentido puede hablarse de un pensamiento extremo (o extremado) en la reflexión ontológica de Michel Foucault. Pensar las condiciones históricas de la existencia moderna, dirigir el pensamiento a pensar de otra forma y reflexionar su propia historia en otro sentido, ha sido la constante fundamental de los análisis. «Travailler —señalaba a propósito de El uso de los placeres (1984)— c’est entreprendre de penser autre chose que ce qu’on pensait avant». Su «historia del presente» es una continua reproblematización crítica de nuestras convicciones, evidencias y verdades, para resaltar su procedencia vergonzosa y secular. Mediante continuos desplazamientos metodológicos y modificaciones de perspectiva que se han visto reflejados en sus fragmentarios análisis, Michel Foucault ha desvelado las raíces de nuestra identidad y la procedencia de nuestra voluntad moral, política y de saber, sin reducirla a un «origen» o «verdad originaria» oculta, y a la cual respondiese nuestra naturaleza, nuestro inconsciente o nuestro cuerpo. Más allá de cualquier naturalismo, nuestras evidencias son transitorias, pasajeras y la ultima palabra de la acción no la posee la historia. Esta problematización ontológica del comportamiento no encaja en una determinada toma de partido sino en un tipo de compromiso político que, para Foucault, constituía una «vida filosófica». Foucault reivindicaba para sí y para quienes deseen realizar un trabajo crítico en la sociedad la disposición vital del «intelectual», a pesar de la denostación que acarrea el término. Al final de su vida, Michel Foucault se refería a la moral del intelectual como un ejercicio de desprendimiento constante de sí mismo, de la forma de subjetividad que adquirimos, por conversión a las instituciones, durante nuestra vida. Un intelectual universitario ha de poner en marcha un saber, recibido y transmitido en la universidad, que modifique el propio pensamiento y el de los otros. Ésta era, para Foucault, finalmente, la razón de ser de los intelectuales. Frente a la línea cálida y humanista del existencialismo —encarnado fundamentalmente en Jean-Paul Sartre— en el pensamiento expresado por Foucault en Las palabras y las cosas (1966) se había observado, incluso, el trabajo de un tecnócrata que suministra un método a la ideología de Giscard. Pero, para Foucault, Mayo de 68 supuso una quiebra en la hasta entonces incuestionada función de perpetuación de las elites sociales, que había cumplido la universidad france- 133 Para leer a Foucault sa, y un cambio de rumbo en los análisis de la joven izquierda filosófica en Francia. Mayo del 68 consolida a Foucault en una línea de trabajo ya emprendida desde la escritura de Historia de la locura en la época clásica. De forma singular, si no se piensa en la impronta intelectual que le dejarían Canguilhem, Blanchot, Bataille, Hyppolite o Althusser, Foucault ya había optado por la problematización de nociones como «enfermedad mental» o «enfermedad» y había afrontado la relación entre la filosofía y las ciencias humanas, mucho antes de que el generalizado acopio de Nietzsche se propusiese como recambio de la crisis del marxismo. Entre la aparición en la escena política de Historia de la locura (1961) y la escritura de Vigilar y castigar (1975), Foucault conoce y vive el impacto de otro concepto de la actividad política. A las oportunidades de intervención política que le ofrece la publicación de Historia de la locura, Foucault responde con una reticencia que contrasta con la actividad política múltiple que anticipa la escritura de Vigilar y castigar. Mayo del 68 ha instrumentalizado lo que pretendía ser una «arqueología del silencio de la locura» acercándolo al pensamiento crítico y a la psiquiatría alternativa. A pesar de su apoyo al movimiento de crítica de la psiquiatría positiva, su implicación fue mucho menor que la desarrollada en la denuncia del sistema penitenciario, a partir de su fundación del G.I.P. (Groupe d’Information sur les Prisons) en febrero de 1971 y hasta su desaparición en 1973. La razón de esta desigual actividad radica en que mientras la contestación articulada en torno al G.I.P. consiste en una denuncia del sistema carcelario sin apenas mediaciones discursivas, y con reivindicaciones precisas, la antipsiquiatría francesa supone un conglomerado de propuestas irreconciliables e ingenuas. La creación del G.I.P. es un episodio bisagra con el post-Mayo francés. Con el G.I.P. se materializa una aproximación real con las instituciones como zonas candentes o extremas del sistema social. Con posterioridad al Mayo francés, alrededor de cien militantes políticos, agrupados en torno a «Izquierda proletaria», haciendo valer los derechos de los presos políticos, comprenden la profunda coincidencia que les unía a los presos comunes, ya que el sistema de supresión de la delincuencia era —subraya Foucault— el mismo que propiciaba una moral, una concepción de la propiedad y un sistema de valores tradicionales, 134 I.P. se pone de manifiesto que los intelectuales no se proponen hablar de los detenidos de las diferentes prisiones. Una moral inconformista dominante y burgués. al promover el G. Observa.. Este trabajo crítico posibilitaría así unificar efectivamente el interior y el exterior de la prisión. sino dejar que emerja de los propios reclusos la denuncia de qué es intolerable por radicalmente represivo en la prisión.I. para Foucault. El interés de la actividad política desarrollada en el G. residía sin duda en la crítica de la representación y del reformismo políticos. Además. La intención política de Foucault. cuáles son las técnicas de poder y disciplina que producen la delincuencia como función social. No son reformistas. en el que el funcionamiento de la sociedad como totalidad explica la exclusión— para adoptar una concepción de la cárcel como «maquinaria productiva». sino posibilitar que sean ellos mismos quienes cuenten qué pasa en las prisiones. subrayando el papel de la prisión como instrumento privilegiado de una justicia desigual. más bien.P. pero algunas de sus aportaciones fueron recogidas en los sucesivos escritos e intervenciones públicas de Foucault. centra su debate político en el aparato judicial. En un texto declarativo de las intenciones del G.I. hace valer los derechos políticos de los reclusos en una institución caracterizada por su suspensión. rechaza la tesis anarquista que propugna la delincuencia como acto político. para posibilitar la proliferación de la palabra de los propios reclusos. La prisión es la expresión más manifiesta 135 .P. La experiencia de contestación carcelaria desarrollada por el G.P. La eficacia del trabajo crítico del intelectual consiste aquí en difundir lo más rápida y extensamente posible las revelaciones hechas por los propios prisioneros. era romper con la militancia tradicional..I. en la producción penal de la delincuencia se revela un circuito de funcionamiento del poder —aparato policial-justicia-prisión— caracterizado por su ejercicio rentable. Foucault ha superado el concepto funcional de la exclusión —frecuente en la sociología clásica. inserta en una estructura de poder donde los controles sociales son selectivos.P.I. modifica la estrategia política leninista al rechazar como poco operativa la táctica leninista de la unidad de las resistencias populares —de los soldados a los prisioneros— frente a la organización capitalista del trabajo. sería efímera. En segundo lugar.4. el G. Muy al contrario. En tercer lugar. no pretenden una prisión ideal. En primer lugar. etc. La escritura de dos de sus primeros libros —Historia de la locura en la época clásica y Las palabras y las cosas— ya establece los fundamentos de su filosofía política. escuela. provienen de este acto constitutivo. desarrollada a partir de sus análisis acerca del «saber» y del lenguaje.Para leer a Foucault de su concepto del poder: la prisión no cumple una función estrictamente negativa. proviene de un acto de fuerza que se materializa en una doble operación de integración y exclusión. taller. Foucault muestra una marcada preocupación epistemológica. política y de saber. fundamentalmente desenvuelta en torno a un presupuesto: la «autonomía del discurso». la prisión como mecánica institucional. La reflexión sobre la política seguida por Foucault posee una trayectoria compleja. En torno a tres elementos fundamentales. asilo. En un primer momento desarrolla una metodología llamada «arqueología». cárcel. se constituye la razón y se excluye la locura. que es histórica. «poder» y «subjetividad». es a partir del saber propio de las ciencias humanas y del complejo institucional o matriz de poder. Nuestras grandes evidencias y verdades. una violentación profunda. Desde esta óptica. por ser una materialización perfecta de las tecnologías de poder disciplinario. en la que el «poder» y la «subjetividad» son los núcleos prioritarios de estudio (1972-1984). sino una función compleja de eliminación circular (mediante exclusión-liberación-exclusión-liberación). Foucault pretende realizar una ontología del presente que ponga de manifiesto cómo nuestra experiencia. proseguió una indagación «genealógica». nuestra propia voluntad moral. que asegura un papel positivo en el proceso económico. En este espacio temporal (1961-1969). «saber». ya desde Las palabras y las co- 136 . Más tarde.—. le ofrece a Foucault un modelo privilegiado de cómo opera el poder en la sociedad moderna. el poder político y el estado de la lucha de clases en la sociedad capitalista. en el que estas surgen a comienzos del siglo XIX —psiquiátrico. El interés epistemológico de sus escritos arqueológicos nunca permanece ajeno a la política. como se forma la experiencia propia de la modernidad. Esta perspectiva condujo a Foucault. ejército. se configura la salud y se objetiva la enfermedad o se normaliza a la población y se regula la delincuencia. en lo sucesivo. En la elaboración de una «genealogía del poder». nuestra propia constitución como sujetos. Una moral inconformista sas y los escritos sobre literatura y lenguaje. «Nietzsche. donde quepa concebir la vida como posibilidad de transformación infinita. ya que implica un acto tendente al sojuzgamiento o a la liberación. el pensamiento no requiere de moral alguna. la Historia» (1971) señala la matriz genealógica de su ontología. una ontología de nuestra constitución como sujetos de co- 137 . de la realidad. para apuntar a su superación. Foucault rebasa toda suerte de idealización o naturalismo. un acto extremo a punto de rebasar nuestra experiencia. en la producción de la realidad y del mundo objetivo. Además. pero éste es. porque las relaciones de dominación atraviesan el conjunto del tejido social y se constituyen en dato previo a la reflexión. quizás. en sus últimos escritos—. Foucault subraya la existencia de tres dominios genealógicos. pero. el motor decisivo que acompañó a su formación kantiana y heideggeriana. con una intensidad mayor en «What is Enlightenment?» (1984). el elemento irreductible de sus análisis son las fuerzas. sirviéndose de una perspectiva histórica. a concebir el pensamiento como un acto peligroso de aproximación a aquello que nuestra experiencia rechaza. cuya encarnación histórica en manifestaciones de poder es diversa. Para Foucault. En líneas generales. El pensamiento para el filósofo francés es experiencia de los límites. sus análisis. Por supuesto que en los análisis de Foucault esta problemática adquiere un rasgo más positivo que el propiamente nietzscheano. es profundamente nietzscheano. En definitiva. Existe una estrecha relación entre filosofía y política. A partir de la poderosa presencia de Nietzsche. ahondan en la configuración de nuestra experiencia. la alteridad. Esta ineludible presencia de la política recorre su pensamiento. la experiencia del «hombre moderno» —del «sujeto». «El principio general de Foucault es: toda forma es una composición de relaciones de fuerzas» —señala Deleuze en Foucault (1986).4. En este sentido. Este énfasis en la función constituyente de las fuerzas en la producción de las formas. que pretende acercarnos a otros mundos donde se pueda ser plenamente. después de todo. En primer lugar. la Genealogía. ya que de sus escritos puede desprenderse el rechazo de cualquier dato previo a la historia y al trabajo del resentimiento y la cultura. Foucault pertenece a una generación de pensadores muy conscientes de que la filosofía no goza de un estatuto neutral. De una física del campo de fuerzas. Éste es el momento en que introduce la problemática del «gobierno» y toma en consideración el peso político de las macroestructuras en el gobierno político. Al liberalismo le corresponde un desentendimiento del intervencionismo. principio y método de racionalización del ejercicio del gobierno. una ontología histórica de nuestra constitución como sujetos éticos. que somete las plenas capacidades del cuerpo. cuerpos. el «gobierno» posee como objetivo político la regulación de la población. comportamientos. Desde el comienzo de los setenta —cuando irrumpe la problemática del poder— hasta la publicación de Vigilar y castigar. es decir. Finalmente. La inicial micropolítica se dirigió así a otros dominios de poder. En opinión de Foucault. que toma en consideración la relación que establecemos con la verdad (método arqueológico). para las sociedades griega y romana era inconcebi- 138 . como un tipo de racionalidad. Foucault pretende estudiar el «liberalismo» en cuanto «razón gubernamental». Existen dos perspectivas en la genealogía de Foucault. Mientras el sistema disciplinario se dirige a la rentabilización política de los movimientos corporales. Estudia el encauzamiento efectuado por micro-prácticas sobre sujetos.Para leer a Foucault nocimiento. una ontología histórica de nuestra constitución como sujetos dominados a partir de nuestras relaciones con un campo de poder (genealogía del poder). gestos y pensamientos. no supone una optimización del persistente intervencionismo. Seguidamente. se pasa al análisis genealógico del gobierno político de las poblaciones. para Foucault. el liberalismo surja como perspectiva política opuesta a la «razón de Estado»: el liberalismo. Michel Foucault analiza la incidencia de la disciplina. El liberalismo es una práctica. Foucault reconsidera la dominación política del Estado sobre la población y la regulación de las sociedades. entre otros. a diferencia de la «razón estatal». tras los cursos de 1976 y 1978 en el Colegio de Francia. según las relaciones que establecemos con diversas prescripciones morales (genealogía del sujeto de deseo). dirigido a regular la conducta de los hombres. Más tarde. De aquí que. sino que mantiene una crítica jurídica y económica de la anterior gubernamentalidad. Foucault pone en relación al liberalismo con el gobierno racionalizado del poder. En aquella ocasión subrayaba el carácter irreductible del poder a cualquier otra de las tradicionales categorías del análisis político. La voluntad de saber (1976)—. predominantes en la filosofía política. después. ahora 139 . Estaba en el comienzo de emprender los análisis del «gobierno». es en la sociedad hebraica donde adquiere su máxima amplitud. Foucault abandona una perspectiva de análisis sobre la que pensaba se acumularon ciertos inconvenientes. I. así como su no superación por el nivel económico (marxismo) o por la concepción contractual del poder (teoría jurídico-política liberal). Es a partir del siglo XVII cuando el poder pastoral recibe diferentes cuantificaciones de intervención entre la «razón de Estado» y el «liberalismo». esta actividad fue originariamente concebida como poder pastoral: seguimiento de toda la vida de los hombres. señala así sus tradicionales carencias: no explica la desaparición del Estado burgués y por qué se producirá una inversión total en los mecanismos de poder en el socialismo. al mundo cristiano occidental. Foucault abre un campo inédito de análisis. Aunque se hace alguna alusión a esta noción en la Política de Aristóteles. a través de sus acciones y sus procesos grupales. el poder pastoral entra en crisis y se metamorfosea en gobierno de los niños. 4.4. Entre las diversas funciones que cumplió la teoría de la «soberanía» en la legitimación del poder político. En algún sentido. Tras dar cuenta del proceso de disciplinamiento del mundo moderno —ultimado en la Historia de la sexualidad. no ha facilitado una nueva carta de libertades o declaración de derechos. La microfísica del poder La principal pretensión del análisis de Foucault ha sido desligarse de una concepción jurídica del poder. Durante los siglos XV y XVI. Una moral inconformista ble la noción de «gobierno de los hombres». pasando. la familia. necesita explicar cómo se ejerce el poder real y en qué consistiría un ejercicio alternativo del poder que no resulte intimidatorio. Al desprenderse de ambas perspectivas de análisis. Michel Foucault destaca fundamentalmente su operatividad en la sociedad moderna. un dominio o un principado. Para Foucault. En relación con el análisis marxista. donde trasciende las reglas del derecho. la cuadriculación total del espacio social y la vigilancia incesante. Foucault observa.Para leer a Foucault como en otros tiempos. en sus localizaciones externas. la permanencia de la teoría de la soberanía jugó un doble papel: de una parte. constantes. tiene por tarea la producción de aquellas «ficciones» que requiere el poder para operar efectivamente. en el umbral de nuestra modernidad. en este sentido. el orden burgués. la codificación del siglo XIX. en la sociedad moderna. encubre un ejercicio sutil de poder basado en la cohesión social y la inscripción disciplinaria en el cuerpo de los individuos. el esquema jurídico de análisis no significa sino un ocultamiento de la operatividad efectiva del poder: su capilaridad se oculta tras la ficción de 140 . fundamentada en el pacto social y la soberanía popular. siempre. fundamentada en la noción de soberanía. a través del trabajo. una mecánica de poder. bajo las garantías de las libertades públicas. En primer lugar. De esta forma. al ocultar. como la concepción jurídica del poder priorizó. Foucault sugiere cinco precauciones de método. sirvió —en opinión de Foucault— de cobertura a la formación de las disciplinas. un estado de dominación y desigualdad atribuible a los mecanismos disciplinarios. En opinión de Foucault. no analizar el poder como un eje central del que irradiaran diversos efectos de poder. tras el periodo histórico de la gran administración monárquica se requirió de un poder menos patente y más universal. Para superar el planteamiento del poder en términos jurídicos —basado en la noción de «soberanía»— y aportar un análisis que considere la dominación ejercida por las relaciones de poder. de otra parte. el empleo del tiempo. En los siglos XVIII y XIX. para Foucault. al poder en su capilaridad. más bien. una visión jerarquizada y centralizada del poder sin atender a que éste es el efecto más superficial del poder y es. producto de sus localizaciones más capilares y de base. que redistribuyese su absoluto ejercicio en el cuerpo social. el derecho. Michel Foucault señala así cómo. De acuerdo con la perspectiva genealógica. la organización política se desdobla en el funcionamiento jurídico formal de nuestras instituciones y la dominación disciplinaria efectiva en la que se desenvuelve. sirvió como ideología frente a las monarquías absolutas del pasado. a finales del siglo XVII. regulados y legitimados. desde entonces. sino analizar. tradicionalmente. regionales. Establecer. y el necesario encauzamiento de todas las fuerzas en beneficio de la mayor productividad. capilares. pueden añadirse fenómenos globales e intereses económicos. sino a instrumentos de poder-saber. según Foucault. el derecho. a la ideología de la educación. medicalización de la sexualidad. Foucault replantea. En cuarto lugar. Foucault sugiere hacer un estudio ascendente del poder. esta microfísica del poder —vigilancia y exclusión de la plebe. Michel Foucault rompe con una concepción reduccionista del poder que prioriza el efecto represivo del poder y resulta inoperante para dar cuenta de sus efectos más complejos. En segundo lugar. El poder no es propiedad de los individuos. Una moral inconformista un análisis político formulado en términos de obligación. En tercer lugar. no descendente. para Foucault. en opi- 141 . el papel del derecho como instrumento de organización del sistema social. de la delincuencia— coincidió con los intereses de la burguesía. por el contrario. La concepción jurídica del poder subraya la obligatoriedad de la ley. ya no es el instrumento que materializa el orden social. no analizar el poder en términos de apropiación y de sujeto. Vigilar y castigar replantea la relación entre el poder y el derecho. partiendo de la dominación global se explica la expansión del poder en micropoderes. tales como técnicas de registro. una visión circular del poder que haga de su detentación una situación provisional. De lo contrario. Foucault propone considerar que el poder cuando recorre los poros de la microfísica no se acompaña de producciones ideológicas sino de procedimientos de producción y catalogación del «saber». procedimientos de indagación. no daría cuenta de por qué. El poder no recurre a la ideología propia del poder monárquico. En Vigilar y castigar. Dejando a un lado esta utilidad ideológica. El individuo es a la vez que albergue momentáneo del poder. su propio efecto. de la locura. la irrupción de los mecanismos de poder en la historia se tiende a explicar en torno a un mismo centro: el paulatino auge de la clase burguesa. En quinto lugar. pero la visión más operativa tenderá a justificar cómo a la dinámica de estos poderes locales. o aparatos de verificación. Explicación que. no preguntarse por la intención del poder sino analizarlo en la materialidad propia de sus prácticas reales y efectivas. pero. sino el elemento irreductible que atraviesa sus cuerpos. Con frecuencia. así.4. en la actualidad. en un determinado momento. psicólogos. Coincidiendo con la constitución de estos objetos científicos propios de la emergencia de las ciencias humanas. Jueces. razón/locura. sino que estudia toda una serie de efectos positivos que difieren de la sanción. psiquiatras. representan esta experiencia institucionalizada del adentro de nuestra experiencia. cerrada a todo movimiento o despliegue.Para leer a Foucault nión de Foucault. pedagogos. Vigilar y castigar no se limita al estudio de los efectos represivos de la mecánica punitiva. legalidad/delincuencia. en gran medida. Los métodos punitivos modernos dieron paso. adaptación/inadap- 142 . a un saber «científico» —el propio de las ciencias humanas— que desarrolla un dominio normativo paralelo al del derecho penal moderno. Los métodos punitivos no son el efecto material de las reglas de derecho o de las estructuras sociales sino técnicas más complejas de poder. Foucault opuso «monstruos» y «fósiles» para referirse a dos experiencias opuestas. la seducción y la producción de saber. Vigilar y castigar analiza la materialización histórica de la relación poder-saber desde comienzos del siglo XIX. En Las palabras y las cosas. La formación histórica de los objetos científicos —ya sea la «vida». dominante. salud/enfermedad. La estrategia del poder es más insidiosa que la puramente jurídica: atraviesa el cuerpo social y lo produce. como moldeadoras del alma de los individuos. ésta no regula la organización social. a finales del siglo XVIII se establece en la sociedad un sistema de oposiciones —bien/mal. criminólogos. A esta estrecha relación entre el dispositivo científico-político de las ciencias humanas.. En este sentido. la «enfermedad mental» o la «personalidad del delincuente»— configuraron nuestra modernidad como una oposición binaria entre el adentro y el afuera de la experiencia actual. Observa en el castigo una función social compleja. a partir de la misma práctica judicial. La monstruosidad expresa los límites externos a una experiencia históricamente constituida por las fuerzas. La citada obra analiza el castigo como táctica política. no tanto a través de la prohibición como de la incitación. y el derecho penal se refiere. En la vinculatoriedad de las normas jurídicas sólo se da el resultado más minúsculo del gobierno político. mientras que los fósiles representan una experiencia institucionalizada. no tanto a través de la ley como de las disciplinas.. Vigilar y castigar. coagulada y coartada a ningún tipo de despliegue o movimiento. como su organización racional.. De una parte. Con la época clásica. encauzamiento y control. con el establecimiento de un tipo de normatividad social. no interviene tanto por la ley como por la norma. Una moral inconformista tación. Todo un régimen de «no-derecho» pone en situación de tutela a la población como si de un menor se tratara. orientada a su crecimiento. La fábrica. No interesa tanto a la nueva técnica de poder la deducción. Para Foucault. a principios del siglo XIX. Tanto en Historia de la locura como en Vigilar y castigar. No siguen el «imperio de la ley» sino la regularidad y el orden como regla de funcionalidad. ahora. de otra. ya fuese en su versión plena o en su versión limitada.. la prisión coinciden en reforzar una «ética del trabajo» y una paz civil 143 . Hasta el siglo XVII. sustracción o cercenamiento de las fuerzas de la vida. distinta de la normatividad jurídica. el poder moderno abriría en los análisis de Foucault toda la problemática. las funciones de protección y seguridad. la escuela. así. a través de las instituciones sociales. y. de la «gubernamentalidad». el poder normalizante que se constituye a principios del siglo XIX. Los mecanismos de control más persistentes no operan a través de la ley sino en sus intersticios. articulado en las disciplinas y en el control biológico sobre las poblaciones: se trata. una justificación científica y técnica operan como justificación del estado de minoría de edad. todos estos sistemas de oposiciones son constitutivos de la sociedad moderna. el monarca dispone de un «derecho de vida y muerte» sobre la vida del súbdito. tan importante. Foucault hace coincidir la objetivación del espacio social. desde el siglo XIX. juventud/vejez. Esta última táctica sobre la cual se despliega. Estas poderosas y estáticas dicotomías sociales se han formado en los intersticios del derecho moderno con las ciencias humanas y tuvieron a los jueces y a los peritos entre sus más conspicuos constructores. de un «poder sobre la vida». se trata de un control social extrajurídico que se origina en los intersticios del derecho penal. contemporáneamente al auge de la teoría del «contrato social» y de la división de poderes. el psiquiátrico. Así. en una tecnología de poder disciplinario. esta intervención sobre la vida se altera. el reformatorio. según la propuesta de Foucault.4. El viejo derecho de vida y muerte se transforma. cuya expresión más capilar caracteriza al control social moderno. según este punto de vista. Para leer a Foucault necesarias para la producción económica y la constitución política de la sociedad burguesa. fundamentalmente. valorado como un síntoma del estatuto de tutela que se dispone como apuntalamiento de la sociedad contractual. Si bien es en este tipo de análisis donde existe una mayor interconexión entre el poder y el derecho. Michel Foucault desarrolla una genealogía de las disciplinas. la legitimación contractual del poder político es posible mediante la afirmación de un sistema igualitario de libertades formales que en nada limita un estado de desigualdad económica y social mantenido disciplinariamente. surge una micropenalidad institucional paralela a la generosa afirmación de las libertades públicas por la teoría jurídico-liberal. que se organiza a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. a partir de la liberación de los locos y la humanización del encierro desde el siglo XVIII. las teorías jurídicas no expresan el sentido de su mecánica. a un saber «científico» —el propio de las ciencias humanas— que desarrolla un dominio normativo pa- 144 . así. un problema de gobierno político. es. Bajo un gesto filantrópico de dulcificación del confinamiento masivo. En Vigilar y castigar. con sus poderes punitivos propios. aislando en el cuerpo y el alma de los individuos un objeto privilegiado de control y encauzamiento político. cualquier pretensión meramente jurídica en esta «genealogía del poder» queda inmediatamente frustrada: si bien las prácticas penales son un instrumento privilegiado de poder. El dispositivo de medicalización de la locura. Foucault señala cómo la lógica de la institución penitenciaria. Así. sino el resultado de una operación compleja donde intervienen fuerzas diversas. Establece así las líneas fundamentales de análisis de una «anatomía política». El estudio del «alma» del delincuente Los métodos punitivos modernos han dado paso. la emergencia de la psiquiatría positiva. El ejercicio efectivo del poder moderno. no es la expresión material de la ley. a partir de la misma práctica judicial. es independiente de las previsiones del «idealismo de la ley». 5. Desde este punto de vista. para Foucault. plantea. Expresando esta escisión entre la ley y la mecánica del poder. motivado por la mayor precaución despertada en torno al «alma» del delincuente. como moldeadoras del alma de los individuos. y con desigual fortuna. Una moral inconformista ralelo al del derecho penal moderno.4. sino también por la quiebra que manifiesta de lo que podría denominarse proceso racional de conocimiento. psiquiatras. A comienzos del siglo XIX se produce una revalorización del papel de los exámenes periciales en el proceso penal para la determinación de la responsabilidad criminal. Según el peso del respectivo gremio en el aparato judicial. Vigilar y castigar. A esta estrecha relación entre el dispositivo científico-político de las ciencias humanas. Se trata de una sanción dirigida a las eventualidades espirituales del pasado y del futuro del delincuen- 145 . Este cambio viene impulsado por el mayor énfasis en las posibles circunstancias atenuantes en el establecimiento de la sanción. según la participación que les permita una estrategia política fluctuante. cuyas finalidades eran intentar hacer la justicia más eficaz y reducir el ámbito de aplicación de la pena de muerte. y al derecho penal se refiere. es subrayado por el predominio del examen pericial psiquiátrico sobre los argumentos estrictamente jurídicos en la formulación de la sentencia. A partir de esta reforma penal. El carácter preventivo que adquirió la sanción tras la reforma del siglo XIX. médicos. y más expresamente de la introducción de las circunstancias atenuantes y las pruebas periciales. pues la sanción no se refiere tanto a las infracciones cometidas como a la interioridad del delincuente. Todos ellos establecen una valoración técnica que no recae sólo sobre los hechos acaecidos y las particularidades de la trayectoria vital del procesado sino sobre circunstancias más aleatorias como son las previsiones o expectativas de reforma del delincuente. en gran medida. El caso Pierre Riviére —estudiado colectivamente en un seminario del Colegio de Francia y publicado en 1973— es de máxima importancia no sólo por su condición de síntoma del auge adquirido por las ciencias humanas en el siglo XIX. todo un sistema técnico de micropenalidades desplaza la prioritaria importancia del juicio de los magistrados. La reestructuración de la justicia penal en Francia obedeció a una reforma del Código penal realizada en 1832. psicólogos y educadores concurren en el proceso penal. pasaron a tener una inusitada importancia los informes procesales de los técnicos sociales. En este sentido. una genealogía de la constitución de la sociedad burguesa basada en el rechazo de dos monstruos morales: el soberano despótico. según el argumento de Foucault. materializado en el pueblo revolucionario. Foucault se refiere a dos figuras del monstruo: el antropófago. El monstruo cumple un papel clave porque justifica la «defensa social» emprendida por el aparato de justicia y por la psiquiatría. Los delitos sin móvil de gran sanguinolencia pusieron en marcha un dispositivo explicativo adecuado a la resolución de tales casos. y el pueblo caníbal. encarnado en el rey incestuoso. encarnado en la figura del pueblo revolucionario. en opinión de Foucault. y el incestuoso. representado en la figura del rey. La psiquiatría no surge de la medicina sino de la higiene pública. Henriette Corner. o la antropología. Les anormaux (1999) analiza el surgimiento de la psiquiatría en torno a la construcción política del «monstruo». sino sobre un elemento más laxo y difuso: el instinto y su perfección.Para leer a Foucault te —su presumible peligrosidad— y no al rigor estricto de las infracciones cometidas. Ante un «¿Por qué?». Estas dos figuras. El caso más analizado en Les anormaux es el de una mujer. en Les anormaux. A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX. en ausencia de la madre. no lo hace sobre síntomas médicos. La antropofagia y el incesto son los bordes exteriores a la sociedad primitiva y son el límite exterior de la sociedad moderna. Foucault realiza. algunos casos de monstruos incestuosos y antropófagos. Ambos son el trasfondo del tema jurídicomédico del monstruo del siglo XIX. en torno a la reflexión sobre la integración del grupo a través de las líneas de sanguineidad y la regulación de los intercambios sexuales y la autoridad del «tótem». están en la formación de la medicina legal. transgresores de la doble prohibición alimenticia y sexual. La locura criminal sirvió a la psiquiatría para mostrar la peligrosidad de la locura. la asesina 146 . Si bien. La construcción del monstruo se realiza desde la elaboración de los «informes periciales» en el seno de la administración de justicia. considerada como reflexión sobre el incesto y la neurosis. están presentes en la formación de ciertos saberes como la etnología. La constitución del grupo se realiza frente a estos dos tipos de monstruo. que convence a una vecina suya para que le deje cuidar de su niña y la decapita. La psiquiatría completa la falta de razón del delito. por su extrema lucidez y por su desmedida crueldad. estimulados por la extrañeza de semejantes extralimitados crímenes. tortura animalillos de campo. de ocho años. Una moral inconformista sólo contesta: «Es una idea». Papavoine. se ríe desmedidamente. si nos atenemos al informe del fiscal general de la Real Audiencia de Caen. declaraciones. y sus hijos Jules. y de su propia memoria se desprenden algunas particularidades de la personalidad de Pierre Riviére: inteligente y religioso. el hijo mayor de aquel matrimonio. el onanismo. De los informes.4. Lecouffe o Cornier en Francia. Todo el dispositivo penal moderno y las «ciencias humanas» surgen. supone Foucault. el anormal acabó disolviendo al monstruo. Prescott en Nueva Inglaterra. La nueva economía de poder requiere la racionalidad del delito y del delincuente: ¿qué ocurre cuando el delito no puede castigarse de acuerdo con un interés subyacente del que carece? El monstruo sirvió para la construcción de la locura como una enfermedad y como un peligro ante el que la defensa social es necesaria. interrogatorios. el día 3 de junio de 1835. un móvil. Dentro de la estrategia de defensa social. Sélestat en Alemania. 147 . mujer de Riviére padre. mientras que el anormal es permanente y está tan extendido como la histeria. El caso más profusamente estudiado por Foucault es el caso Pierre Riviére. la degeneración y la inadaptación. el hermafroditismo. Riviére. los gatos y las gallinas. Léger. Victoire Brion. teme a las mujeres. pero requirió de este primer capítulo en la configuración de la psiquiatría. su estricta soledad sólo consigue algún consuelo en la compañía de los duendes y del diablo. Houvison en Escocia. Ziegler en Austria. pretende liberar a su padre de los disgustos que le proporciona su familia. o el cura Galeote en España son los recónditos protagonistas de un tipo de crímenes caracterizados por carecer de una clara finalidad o justificación. Nadie fue ajeno a la intervención más tenaz y capilar de este último giro del dispositivo médico legal. En lo relativo al caso Pierre Riviére. y Victoire. Entre la «monstruosidad» y la «anormalidad» se dan los dos extremos de una estrategia cada vez más penetrante en el conjunto del cuerpo social. son cruelmente degollados con una guadaña en su domicilio de la Comuna de Aunay por Pierre. de dieciocho. El monstruo es excepcional y procura una intervención episódica. a las once de la mañana. La desmedida factura de los hechos. a la falta de resolución de la racionalidad judicial vino a poner remedio la racionalidad propia de las diversas ciencias humanas sin que pudiese manifestar otra cosa que un modelo beligerante y ciertamente aleatorio de construcción de la verdad. El caso Pierre Riviére es fundamentalmente enigmático: el parricida de Aunay no satisface la autoapertura de su personalidad al tribunal. El gesto de Riviére circularía. como se requiere en el juicio moderno. habla poco y posee una gran memoria.— en la determinación de la existencia o inexistencia de lucidez mental. entonces. En torno a la aplicación de esta «circunstancia eximente» se produce no tanto una colaboración como un conflicto entre la ley y todas las ciencias sociales y humanas —psicología. profusamente a través de la expresión de la memoria y de la divulgación de los hechos que emprendió la literatura popular.. El acto de Riviére perdura como monumento irreductible a cualquier composición o reorganización significativa. coincidiendo con el resto de los códigos burgueses europeos. La belleza de su escrito le sitúa —en opinión de Foucault— en la otra orilla de la estulticia 148 . En este sentido. Por el contrario. Ni la biografía del joven aldeano.Para leer a Foucault ama la lectura. en vez de tratarlo como un documento susceptible de ser interpretado y explicado. el análisis propuesto por Foucault pretende poner de relieve la rareza de los actos de Pierre Riviére. pedagogía. ni sus circunstancias sociales y familiares explican la violencia de un acontecimiento irreductible al discurso de las ciencias humanas. genética. ya desbordada la racionalidad judicial: ¿está loco Pierre Riviére cuando ejecuta el atroz crimen? De ser así. sociología. una heterogeneidad absoluta indescifrable por el dispositivo de saber moderno. sino que crea un espacio en blanco. componen un acontecimiento a cuya interpretación acudieron las ciencias humanas. unida a la extraña personalidad del acusado. psiquiátrico. ¿cómo es posible que escriba después tan bella memoria autojustificatoria? ¿Es un simulador con altas dotes histriónicas o un loco? El artículo 64 de la ley penal francesa de 1832.. Toda la disputa que se establece entre los discursos médico. abre el camino de la discordia entre las ciencias al exonerar al demente de la responsabilidad criminal. pedagógico va dirigido a rellenar este vacío significativo. La psiquiatría interviene en el dominio penal. higiene pública. un desenvolvimiento racional. De aquí el inerradicable misterio sobre el que se cierne el dispositivo de las «ciencias humanas» —psiquiatría. La posesión de una memoria le enrarece en el edificio del saber y en el orden del discurso por su extraña posición. una relación de poder. una poderosa y persistente estrategia.. conjurar la ambigüedad de un acto que. precisamente. A partir de esta reorganización de la justicia pe- 149 . una batalla de discursos y a través de los discursos. entre todos los discursos en liza y. para resolver el trasfondo de crímenes especialmente cruentos y enigmáticos. fundamentalmente propuesta en Vigilar y castigar. Esta relación está en la base de su visión del funcionamiento del poder en la sociedad moderna. Interesa señalar que en este movimiento de reorganización del saber no existe. medicina social.. un enfrentamiento. la psiquiatría del siglo XIX inventa la ficción del «crimen loco» y —en opinión de Foucault— los psiquiatras se afanan en defender la existencia de un tipo de locura sólo manifiesta en los crímenes graves. Una moral inconformista propia de sus actos. el «caso Riviére» perdura irreductible. para Foucault. No existe en ellos interés. Todo esfuerzo es vano: a pesar de los intentos de reapropiación del sentido. Foucault pretende invertir aquella reorganización de elementos operada por la razón judicial y científico social. El conflicto que se desentraña entre los discursos de la razón pretende. desde esta perspectiva. fundamentalmente. Foucault trazó la compleja relación que se establece entre medicina y sistema penal a partir del siglo XIX. progresivo u objetivo del conocimiento. El «dispositivo» de saber en el que confluyen las «ciencias humanas» despliega. dotado de obra. En «La evolución de la noción de “individuo peligroso” en la psiquiatría legal» (1981). desafía los límites de la significación.4. Dispuesta a solventar esta fractura de la racionalidad judicial. a finales del siglo XVII. motivo o pasión alguna. sino un auténtico combate por la hegemonía en el campo del saber. La psiquiatría del crimen en el siglo XIX estuvo unida a una «patología de lo monstruoso» inspirada en crímenes graves que adquieren categoría de crímenes contra natura por la transgresión que suponen de lazos de familia o de vecindad. entre el derecho y el amplio panorama de la medicina social. No existe un entendimiento racional entre los discursos sino una lucha singular. y Robert Castel. el espacio de intervención. a los que se refieren los análisis de Foucault y Castel. refiriéndose a este proceso. una enfermedad indeterminada. en Miserables y locos. Esta reorganización del saber en la sociedad moderna tuvo su correlato en diversas reorganizaciones en el saber psiquiátrico. más tarde. corrección es- 150 . el poder de calificar en quien recae la locura. de manera global. a diferencia de aquélla. Desde esta perspectiva. Así. primero. en «Les médicens et les juges» (1973)— se opera una nueva distribución del poder a comienzos del siglo XIX. Hasta finales del siglo XVIII. ya que en esta modificación de los signos de la locura y consiguiente reelaboración de las categorías medicopsiquiátricas se dirime. El tratamiento de los crímenes atroces. ya no sobre el supuesto de los actos cometidos sino sobre el presupuesto de los actos cuya comisión se han de prever. pone de manifiesto un proceso donde se reflejan las consecuencias sociales de este complejo orden social moderno: medicina social preventiva. cuyo nivel de competencia sólo capacita a los médicos: nuevos gobernantes del cuerpo colectivo. la consecuencia política es fundamental. que. En la sugerente exposición de ambos autores. y sería a partir de aquella redistribución moderna del poder cuando los psiquiatras comenzaron a emplear la noción de «monomanía». sólo reside en el médico. sobre el aparato judicial y. entre diferentes grupos de técnicos sociales. se señala cómo a partir de esta indeferenciación de las categorías psicopatológicas se abre un amplio terreno de intervención basado en la normalización. en «La evolución de la noción de “individuo peligroso” en la psiquiatría legal». Tal como Fernando Álvarez-Uría señala. Medicina mental y orden social en la España del siglo XIX (1983).Para leer a Foucault nal —en opinión de Michel Foucault. Una intervención médica fundamentada en categorías patológicas inconsútiles no sólo difumina la estricta división entre normal y patológico sino que presupone el malestar social generalizado y justifica una intervención sobre el conjunto del cuerpo social. contempla la posibilidad de que se dé un estado de locura sin delirio y sin pérdida de lucidez. la psiquiatría intervino módicamente en el cuerpo social a través de la noción de «manía». la conversión del crimen en una patología aseguró a los psiquiatras una modalidad del poder más que un dominio de conocimiento. sobre el cuerpo social. Toda la maquinaria discursiva ha de ponerse en marcha. psiquiatras. el propio Riviére y sus paisanos de Aunay perseveran en un irreconciliable combate. sino que se expresa de una forma más plural. si se pretende producir un móvil aleccionador. prioriza los informes de los saberes dominantes. la institución ha desarrollado una operación por la que el acontecimiento ha sido transformado en «suceso». donde cada cual intenta prevalecer como discurso verdadero que explique el «caso Pierre Riviére». Esta operación no se desarrolla en calma. el análisis del caso Pierre Riviére manifiesta el juego de las prácticas discursivas que concurren en el proceso penal. magistrados. Diferentes discursos se disputan el auténtico conocimiento de un hecho. En concreto. a través de un complejo proceso judicial. El caso Riviére es radicalmente enigmático y el juego institucional en que se forman las ciencias humanas rellena contingentemente los vacíos significativos del caso. a través de los códigos específicos de sus saberes. se produce una batalla por la verdad en el jerarquizado campo del saber. La institución. Para el logro de tal fin. la crónica institucional de los hechos a la vez que silencia los móviles confusos y oscuros del criminal. es sus- 151 . como suele atribuirse al conocimiento objetivo. En este proceso. por tanto. crisis de algunas de las hipótesis de la teoría jurídico-liberal del poder. Este combate de significaciones y sentidos no se reduce al enfrentamiento entre saberes científicos y saberes populares. En este sentido.4. cuadriculación del espacio social. La «verdad». la psiquiatría y otras ciencias del hombre puede ser cuestionado hasta ser consideradas ciencias políticas. Una moral inconformista colar. procurando construir un discurso verdadero que amortigüe la inquietud producto de lo inexplicable. pone de relieve cómo los informes periciales de los diferentes técnicos sociales filtran la brutalidad del acto. Médicos. la medicina legal. sino bajo un enfrentamiento irreductible. ya sea la locura o la criminalidad de Riviére. y cuestiona los presupuestos hermenéuticos presumibles en el proceso penal. utilización moralizante de la criminalidad monstruosa. En este sentido. La «verdad» es de este mundo. señalaba Foucault. pretende construir —desde esta perspectiva— un objeto aleccionador y asimilable para la memoria colectiva. el estatuto objetivo con que se presentan la criminología. En torno al caso Pierre Riviére. cuya interpelación constituye el «régimen discursivo» de la verdad en la sociedad moderna. histórico-crítico. 152 .Para leer a Foucault ceptible de un trabajo genealógico. que pone de relieve cómo las ciencias del «alma» surgieron en la cobertura de instituciones y prácticas de control social. la finalidad de los mecanismos de poder era garantizar el funcionamiento del modelo económico formal y asegurar. el poder es como un bien o derecho. Para la concepción jurídico-liberal del siglo XVIII. En el otro.5. Michel Foucault subraya la existencia de tres obstáculos para analizar las relaciones de poder 153 . Una y otra coinciden en el economicismo en la teoría del poder. la estrategia de poder consiste en la perpetuación de la explotación económica y el dominio de clase. a través de un contrato político que asegura un disfrute igualitario. Para la concepción marxista. Ambas teorías políticas participan. la actuación del poder se supone que tiende a la represión de aquellas conductas que menos colaboran con la función económica. del que se es poseedor y con el que cabe realizar transacciones. la circulación de bienes en el mercado. así. El control de las poblaciones y el gobierno de uno mismo 1. Michel Foucault comprende tanto a la concepción jurídico-liberal como a la teoría marxista. ejercer o expropiar. de una visión privatista del poder. En un caso. en este sentido. Una concepción productiva del poder Dentro de la concepción represiva del poder. el poder es un bien escaso y desigualmente repartido que cabe detentar. En uno y otro caso. ni en estrategias económicas: es más bien una estrategia global. recorrida por la omnipresencia de relaciones de fuerza que no responden a fundamento alguno. En relación con el concepto de representación. información. Pero este concepto amplio de Estado es insatisfactorio para la genealogía del poder de Foucault. ni en clases. Un correcto análisis del cuerpo político no ha de organizarlo en torno a un centro. En el análisis de Althusser. es trazada sin relación con el modo de producción capitalista. la función de la superestructura estatal sólo se comprende como reproductora de las relaciones de producción. la supeditación de la política a lo económico y la asimilación del poder a los aparatos de Estado. y a los que escapan otros autores marxistas como Claus Offe. Pues el poder es una relación en vez de un sentido. Vigilar y castigar convierte al derecho penal no en mero aparato supraestructural sino en modelo de dominación política moderno. Y sólo rara vez relaciona los procesos sociales fundamentales con factores económicos. De otra parte. como modelo de control social ilustrado. la crítica de la asimilación del poder a los aparatos de Estado discrepa fundamentalmente con las tesis de Althusser. Althusser hace expreso reconocimiento del doble carácter reconocido por la tradición marxista a los aparatos de Estado: aparatos represivos (ejército y policía. para Foucault la política. en su sentido clásico. Toda la genealogía del «examen». En ultimo lugar. que intervienen mediante la ideología dominante).Para leer a Foucault en la sociedad moderna: la reducción del poder al marco de las instituciones representativas. En este modelo encuentra Foucault el esquema estatalista que critica al marxismo y aísla cada uno de los obstáculos que pretende sortear el análisis genealógico del poder: el econo- 154 . que convierte al hombre moderno en objeto privilegiado de estudio. los análisis arqueológicos y genealógicos no comparten el paradigma económico del marxismo. iglesia. El autor de Lire le Capital (1967) amplió el concepto restrictivo de Estado que había manejado la tradición marxista. es el resultado de la reconducción imposible de un campo de fuerzas irreductible a una determinada dirección. A veces conceden mayor juego regulativo al lenguaje. familia. los enunciados o los signos. que operan fundamentalmente mediante la fuerza) e ideológicos de Estado (escuela. Reduccionismos en los que incurren Althusser o Poulantzas. a las prácticas discursivas. La política no se fundamenta ni en individualidades. 5. el esquema privatista de poder. a condición de. reconocer el papel fundante del factor económico en el poder moderno y. por su contrario. 155 . el socialismo (1978). Para Poulantzas. en la errónea desestimación que Foucault hace de la ley como «código de la violencia pública organizada». En primer lugar. Althusser representa para Foucault un maestro y un paradigma negativo a partir del cual piensa su analítica del poder. sino que solamente pueden ser comprendidas a partir de él. En tercer lugar. Poulantzas realiza un interesante esfuerzo integrador de las tesis genealógicas en el marxismo. la reducción represiva y la comprensión jurídica de la política. Entre el descentramiento político de la genealogía y la localización de la política en el Estado. es omnipresente: las luchas populares y los saberes sometidos no serían sino un polo absorbido. de principio a fin. Para Poulantzas. en la genealogía del poder no se reconoce la transversalidad de la lucha de clases en la dinámica política de los estados. Althusser sólo puede dar cuenta de la actuación del Estado basada en la represión y la ideología para asegurar la función reproductora de las relaciones de producción. la genealogía —señala Dominique Lecourt— concibe al poder como una «sustancia metafísica» apta para todos los usos. reconocer la relación del Estado con las relaciones de producción y la división social del trabajo. En segundo lugar. Las luchas sociales —sin el vértice de la lucha de clases— sólo son el reverso necesario para los deslizamientos del poder. el poder. En su último libro. Si el poder no responde a principio. Poulantzas valora que la no remisión de las relaciones de poder a la lucha de clases le conduce a Foucault a la absolutización del poder. en segundo lugar. pero su análisis redunda en el estatismo y economicismo que Foucault desecha para el análisis político. El Estado. para Poulantzas. las tesis de Foucault no sólo son compatibles con el marxismo. El control de las poblaciones y el gobierno de uno mismo micismo. Poulantzas desarrolla un análisis más sutil que el propuesto por Althusser. finalidad o causalidad alguna. en primer lugar. Poulantzas realiza una lectura integradora de las tesis de la genealogía del poder. La paradigmática lectura de Poulantzas discrepa de los presupuestos teóricos de Foucault en tres aspectos. Despojado de su determinación de clase. Poulantzas vincula las disciplinas de normalización con la división social del trabajo y el diverso aprovechamiento de la mano de obra. basado en la soberanía. la paz civil. 156 . ya que no propone como principio de desciframiento los elementos más simples. y el sujeto es una fabricación de sus relaciones de sujeción. el discurso de la guerra posee como campo de referencia el movimiento indefinido de la historia y no el enjuiciamiento de los acontecimientos. En segundo lugar. En Vigilar y castigar ya considera la pertinencia del modelo de la guerra para analizar la política. Del materialismo político de esta opción de análisis. sino los aspectos más confusos. En primer lugar. En primer lugar. En tercer lugar. Foucault situaba la explicación de la génesis ideal del Estado (soberanía de la ley como encarnación del poder. En cuarto lugar. y propuesta de entender al individuo como sujeto de derechos naturales o de poderes primitivos). donde la ley no es su manifestación principal. se trata de un discurso histórico que señala las relaciones entre la sociedad y la guerra. violentos. Atribuía al análisis legal un considerable idealismo que no comparte en sus escritos. oscuros. mantenidos por los filósofos del siglo XVIII y el marxismo en el análisis político. El compromiso con la comprensión histórico-política del poder le conduce a asumir una serie de postulados metodológicos. Sustituye el discurso filosófico-jurídico por un análisis histórico-político que observa en la guerra el elemento irreductible de la política y convierte todo saber crítico en un arma de ataque. se trata de un discurso que invierte los valores tradicionales de la inteligibilidad. sino la del guerrero. el sujeto que habla en el discurso de la guerra no puede ocupar la posición del jurista o del filósofo.Para leer a Foucault En el modelo jurídico. El discurso de la guerra se opone tanto al economicismo como a la concepción represiva del poder. y hace de la guerra el fondo permanente de las instituciones de poder. elementales y claros. el discurso de la guerra no ve en cualquier verdad universal o derecho general más que ilusiones o trampas. A través de la palabra interviene en un combate donde ha de situarse a un lado u otro de la batalla. Foucault desprende tres hipótesis metodológicas. hasta la victoria final. pues sólo cabe utilizar la verdad como arma o derecho disimétrico de conquista o de dominación. A esta consideración teórica le acompañan detenidos análisis historiográficos en los que la disciplina militar juega como matriz de las prácticas de normalización. pequeños y apasionados. En quinto lugar. Foucault suscribe un modelo relacional de poder. no supone la suspensión de la guerra. de una soberanía unitaria.. de las pasiones. El criterio hermenéutico de la historia-política de Foucault consiste en desvelar bajo la racionalidad fundamental y permanente de la historia y del derecho —de su establecimiento pacífico de la justicia y de las instituciones— el pasado de las luchas y de las derrotas reales. La genealogía del racismo y el discurso de la guerra En los cursos de los años 1975-1976 en el Colegio de Francia. de las cóleras es principio de desciframiento de la sociedad: «Es deber del furor dar cuenta de la calma y del orden». inscribiéndolo en los cuerpos. de los odios. Es a partir del siglo XVII. En tercer lugar. el discurso de la guerra toma partido. La verdad se construye a partir de una relación de fuerza y de su mismo desarrollo. en la edición castellana. El control de las poblaciones y el gobierno de uno mismo instaurada por el poder político en la sociedad. el lenguaje. legitima y fulgurante. publicados como Il faut defendre la societé (1997). con el discurso de la «guerra de razas». La confusión de la violencia. pues la «paz civil» no es sino un estado histórico dentro del dinamismo permanente de las relaciones de fuerza. cuando Foucault encuentra una contrahistoria que subraya la idea de la guerra como trama ininterrumpida de la historia. el fin de la política no vendrá sino de la mano de las propias armas políticas. pues supone que la verdad no es propia de un legislador ajeno a toda parte contendiente. las desigualdades económicas. 2. La guerra en la sociedad civil es permanente y el poder político asegura su silencioso desequilibrio. Las implicaciones epistemológicas de este discurso comprenden una crítica de la «universalidad jurídico-filosófica» del racionalismo kantiano. en realidad no se hace sino la historia de esta guerra permanente. En segundo lugar.5. Foucault desarrolla el concepto de «guerra de razas». frente al relato continuista de los linajes. a través de las instituciones. vigor y energía se saldan en 157 . cuyas diferencias étnicas y de lengua.. de la decisión final de la última batalla que acabe con un estado de guerra permanente. Análogo al discurso sofista. cuando se pretende realizar la historia de la paz y de sus instituciones. La genealogía del racismo (1992). El cuerpo social aparece dividido en razas y naciones. Al rechazar el modelo jurídico de la soberanía y prescindir del relato de los acontecimientos de la realeza. pone de manifiesto la guerra como infraestructura del Estado. en torno a Henri de Boulainvilliers y la reacción nobiliaria en Francia. oscilante entre la invasión y la sublevación. sino en el problema de las causas de la grandeza y decadencia de los romanos. Pero. para Boulainvilliers y Foucault el discurso histórico es un discurso estratégico.Para leer a Foucault el enfrentamiento. Tras este origen nobiliario y reaccionario. ya se tratara de la reacción nobiliaria o de los revolucionarios franceses. la historia del poder es la historia de sus fuerzas originarias y de sus relaciones de dominación. El interés de Foucault por Boulainvilliers reside en que el análisis político aquí no se detiene en los problemas de legitimidad y continuidad del derecho. El discurso histórico-político del XVII. tras la invasión de los francos del territorio romano. el discurso de la guerra tuvo diversas reapariciones toda vez que una fracción política intentara disputarse su participación en el circuito de poder-saber en el Estado absoluto de la monarquía administrativa. Boulainvillers define el carácter relacional del poder: ni potencia. La estrategia de Foucault desea una insurrección de los saberes sometidos que restituya el poder de aquellas experiencias sometidas a operaciones de selección. además. La reivindicación del discurso bélico de Boulainvilliers le procura a Foucault un modelo que resalta la abstracción de toda explicación basada en el derecho natural. La estrategia de Boulainvilliers es la reivindicación de su predominio en el «saber del rey». frente al poder de las cancillerías y del fisco. proseguido por Montesquieu. sienta las bases de un discurso histórico de los pueblos y las naciones. 158 . La aristocracia precede a la burguesía en la instauración de una racionalidad política que la eleve de su decadencia y su desafío táctico será proseguido por ésta y por el proletariado. El primero quiere restituir a la aristocracia a la dirección de la educación política que ha perdido. Los nuevos conquistadores no se establecen en el respeto sino en el placer de la batalla y la dominación. subraya la articulación de la sociedad en torno a las instituciones militares e indica la volubilidad de toda correlación de fuerzas. El retrato del «bárbaro» se extiende aquí hasta Nietzsche como encarnación de una libertad basada en la fuerza y la incapacidad para servir. ni propiedad. la distribución del espacio social es binaria: la identidad social se define por exclusión de los tipos sociales alternos. donde la vida se encierra. propia de la sociedad moderna. Con la racionalización del espacio social —poder sobre la vida—. la segunda en La voluntad de saber. El viejo «derecho de vida y muerte» perdura en manifestaciones como el riesgo de guerra atómica o la pena de muerte. El poder interviene en la administración de la vida y se produce una estatalización de lo biológico. la propiedad o la libertad. ejecuta o perdona. se instituye la manifestación del modelo de la peste. la pormenorización del registro y la cuadriculación del espacio donde el individuo es sometido a un ritmo calculado de trabajo. Tal poder. Foucault lo denomina modelo de la lepra. La voluntad de saber (1976) es el relato de los efectos de un modelo positivo de poder. Surgida durante el siglo XVIII. A este funcionamiento del poder. Aquí subraya. presidido por la espada ejecutora —derecho de vida y muerte— y la custodia.5. Esta metamorfosis del poder moderno como «poder sobre la vida» posee. una doble faz: disciplinaria. la regresión del control jurídico. sino que se basa en la racionalización política de las fuerzas que se somete. La primera de ambas direcciones fue analizada en Vigilar y castigar. pero la sociedad moderna se encuentra atravesada por un poder individualizante en extremo que controla los gestos y actitudes más privados. y biopolítica. Hasta finales del siglo XVIII. no se sustenta en la sustracción de la vida. El control de las poblaciones y el gobierno de uno mismo normalización. adopta. El tratamiento del espacio social como espacio apestado provoca la prevención del contagio entre individuos o grupos y el tratamiento racional de las proximidades peligrosas: para lograrlo basta con la intensificación de la vigilancia. El origen del discurso de la guerra conduce a Foucault a la reflexión sobre la «guerra de razas». en la que se concibe el cuerpo como máquina. surgido con el siglo XIX. ante el auge de un poder normalizador centrado en la administración de la vida. jerarquización y centralización por la Ilustración y las ciencias humanas. Esta intervención no se ejercita mediante la apropiación de los bienes de los individuos o la suspen- 159 . para Foucault. en la que las poblaciones son reguladas biológicamente. desde el siglo XIX. la forma de racismo de Estado. una vez más. en torno a la disposición de las atenciones sociales. Se trata de un ejercicio represivo del poder sin paliativos. el ejército. con la distinción y jerarquización de las razas se produce un desequilibrio biológico entre los grupos que componen la población. longevidad. no obstante. del poder médico. A través de la historia del derecho penal. se ejerce a través del racismo. En primer lugar. tendente a la optimización de las poblaciones. de la sexualidad infantil. la racionalización económica del crecimiento del cuerpo social a las necesidades del capital. vivienda y emigración. En segundo lugar. La reivindicación de la ejecución de la muerte en el seno de un poder normalizador. posibilitando que. frente a un poder que la persigue sólo cabe afirmarla en toda su plenitud: la vida —principal objetivo del combate político— siempre escapa a las técnicas de dominación. no los derechos. Irreductible al poder económico. El racismo es condición de muerte —bajo la forma de genocidio. Una estrategia de poder inusitada —«bio-poder»— se ocupa de aspectos sociales como la natalidad. A partir del siglo XIX. la escuela. por primera vez en la historia. Foucault 160 . exposición o multiplicación del riesgo de muerte. de acuerdo con una ecuación cuyos denominadores son la docilidad política y la rentabilidad económica. sino a través del encauzamiento de sus impulsos. La vida se introduce en un campo de control del saber y de intervención del poder. lo biológico se refleje en lo político. la muerte no se ejerce sobre adversarios políticos sino sobre los peligros que otra raza supone para la población. la medicina individual o la administración de colectividades— confluyeron en la regulación de todas las variables económicas y sociales de la población a las necesidades y urgencias del capital. En tercer lugar. el objeto de litigio es la «vida».Para leer a Foucault sión de sus derechos. al cual vienen asociadas nuevas necesidades económicas y sociales de las que se ocupa el gobierno político. desde esta perspectiva. la «biopolítica de las poblaciones» aseguró. produciéndose un afianzamiento de la norma de comportamiento sobre la eficacia reguladora de la ley. las poblaciones. se establece una relación bélica que supone el exterminio del otro como condición de la propia existencia. la policía. expulsión o muerte política— en un Estado moderno caracterizado por la administración de la vida. del poder psiquiátrico. Un conjunto muy diverso de instituciones —la familia. salud pública. aparece un fenómeno social nuevo. En las luchas políticas modernas. pues. Foucault adopta la segunda hipótesis de trabajo. Hipótesis Nietzsche: la base de las relaciones de poder es. en «From Marx to Nietzsche? Neo-Conservatism. la discusión ha oscilado entre el posible desconocimiento de la realidad del poder. ha señalado la precariedad del diagrama foucaultiano si se le confronta con los actuales análisis políticos. distingue dos tipos de hipótesis de análisis político: Hipótesis Reich: los mecanismos de poder son. y su absolutización. Para el filósofo italiano. A partir de esta elección metodológica emprende la crítica del concepto de «soberanía». aquí. El estado de pseudo-paz es valorado por esta hipótesis como una relación de fuerzas. incurriendo. Foucault convierte al castigo. basándose en el contrato hobbesiano o contrato-opresión. El control de las poblaciones y el gobierno de uno mismo ha subrayado la ceguera metodológica que supone concebir el poder como represivo. Mientras la ge- 161 .5. para quienes el poder es un derecho originario que se cede. como superación del despotismo. en cuanto pieza clave de la concepción jurídico liberal de la política. Para Giddens. la disciplina y el poder en agentes de la historia y fundamento último de las cosas. la obsesión genealógica por criticar la noción de «soberanía» no funciona sino como retroalimentación de la concepción jurídico-liberal de la política. En relación con el primer punto de desencuentro de la genealogía del poder con el marxismo —la no determinación del sistema punitivo por las relaciones de producción—. y constituye la soberanía. en su irreductibilidad. ya se trate del reto del sofisticado neofuncionalismo o de los modelos jurídico-normativos formalizados. a través del contrato. Giacomo Marramao. el enfrentamiento bélico de las fuerzas. Foucault. Es la concepción de los filósofos del siglo XVIII. el absolutismo y el totalitarismo. que no cesan de criticar el concepto de «soberanía» como «mascara totémica». Esta opción de análisis no carece de lucidas críticas en las que se subraya el sedante teórico que supone el análisis genealógico. en «L’ossessione della sovranità» (1986). and Problems in Contemporany Political Theory» (1982). aquí. así. en un reduccionismo similar al del análisis económico y jurídico. concebidos bajo la óptica de la represión. ha señalado una aporía no menos llamativa en la genealogía de Foucault: no toma en consideración los logros políticos que supusieron las libertades burguesas para el movimiento obrero. Anthony Giddens. Más allá de la concepción economicista y represiva del poder. La destrucción del «sexo rey» Foucault había apuntado la posibilidad de realizar una arqueología de la sexualidad ya en La arqueología del saber (1969). Esta última posibilidad es la que Perry Anderson atribuye.Para leer a Foucault nealogía del poder descentra y expande los núcleos de actuación del poder por todo el cuerpo social. El inconveniente de posturas políticas tan diversas puede consistir bien en obviar ciertas manifestaciones del poder. a Foucault: hacer una ontología del poder conduce a imposibilitar prácticamente cualquier resistencia. en expresión de Maurice Blanchot. Trata de iniciar un juego en el que la inseguridad y el riesgo forman parte de cada una de las jugadas. Pero su escrito se vería atacado por una auténtica «caza al hombre». Aquella propuesta guardaba semejanza con el análisis emprendido en La voluntad de saber (1976): una historia del control establecido sobre el cuerpo y las poblaciones mediante la formación de una experiencia de la sexualidad. Así el debate crítico de Gilles Deleuze con La voluntad de saber en «Désir et plaisir» (1994). Entre la publicación de La voluntad de saber (1976) y El uso de los placeres y El cuidado de uno mismo (1984) se da un cam- 162 . bien en hacer una ontología del poder a la que no quepa resistir. incompletos y susceptibles de cambios y recomposiciones. en Tras las huellas del materialismo histórico (1983). el marxismo sitúa la referencia última del poder en el modo de producción. Existe una voluntad expresa de que sea un libro-programa con lugares abiertos. 3. En esta formulación de sus tesis procura cuestionar los efectos de poder de un discurso de intelectual respaldado por la institución. Muy pronto. Algunas de las objeciones guardan las reglas de un auténtico debate filosófico político sobre la virtualidad escasa de los placeres en la contestación de la organización política establecida. La jerarquización del saber moderno es evitada por Foucault a través de un discurso hipotético que desea resulte de sobrevuelo. formuló la tesis que sería fundamental en el análisis iniciado en la Historia de la sexualidad: la «sexualidad» es el elemento prioritario de definición de la «experiencia» y la individualidad. críticamente. legalidad/delincuencia. tampoco la creación de un objeto inexistente por el discurso. La plenitud del ser se encuentra trabada por objetivaciones históricas que le imposibilitan expresarse en toda su grandeza.. la actividad sexual son algunas de estas objetivaciones debidas a los «juegos de verdad» a través de los cuales una experiencia histórica es pensada. Muy al contrario. el presente en que vivimos se asienta en una dinámica de integración de la experiencia verdadera y de exclusión de la experiencia falsa. La locura. La Historia de la sexualidad renueva el fundamento de la «ontología del presente»: comprensión de nuestra experiencia de sujetos —en sus formas (arqueología) o en sus prácticas constitutivas (genealogía)— y rebasamiento de tal experiencia en un espacio alterno. salud/enfermedad. la enfermedad. Foucault quiere distanciarse de toda comprensión que considere la «sexualidad» como una sustancia sobre la que hubieran recaído diversas prácticas históricas de sujeción o represión. en Occidente. una experiencia de la sexualidad. Para Foucault. la sexualidad es la forma prioritaria de construcción de la experiencia en la cultura occidental y no sólo un producto cultural no natural. Finalmente.— se establecen en estos juegos de verdad y falsedad. El control de las poblaciones y el gobierno de uno mismo bio en el programa previsto pero no una inversión fundamental. pretende analizar cómo se ha constituido. de ciertos sistemas de poder. sino el conjunto de prácticas discursivas o no discursivas —prácticas institucionales y aparatos de conocimiento— 163 . El discurso sobre el sexo aparece interrelacionado con las técnicas polimorfas de poder. a partir de la formación de ciertos saberes a ella dedicados. poder y sexualidad.5. Las dicotomías propias de nuestra experiencia —razón/locura. Foucault llama a esta dinámica histórica de integración/exclusión «juegos de verdad». y del reconocimiento de los individuos como sujetos de esa sexualidad. La voluntad de saber estudia la mixtura de saber. Foucault no entiende la representación de un objeto preexistente. Foucault analiza la producción de la sexualidad en la cultura occidental. El uso de los placeres y El cuidado de uno mismo indagan en cómo los individuos se constituyen en «sujetos sexuales». Foucault quiso agrupar el conjunto de sus reflexiones en torno al concepto de «problematización». Por problematización. De acuerdo con la perspectiva genealógica.. a su administración —control de los gestos y actitudes más privados. En La voluntad de saber. como «estética de la existencia». El uso de los placeres y El cuidado de uno mismo reparan en las relaciones de poder que se dan en las «técnicas del yo». La sexualidad entonces constituida se inserta en 164 . Este poder normalizador. En los últimos escritos. a la filosofía del sujeto. la «sexualidad» constituida en el siglo XIX es el enclave político de las disciplinas y de los controles reguladores. A la pregunta sobre las condiciones de objetivación de la locura. De la sorpresa ante la problematización de la locura. no se sustenta en la muerte. Foucault le ha dado un giro particular como genealogía del sujeto moderno. la delincuencia o la sexualidad. La «historia de la verdad» estudia cómo irrumpen estos objetos de saber y poder en la historia.Para leer a Foucault configurador de los juegos de lo verdadero y de lo falso por el que algo emerge como objeto de reflexión moral. conocimiento científico. reglas epistémicas y prácticas punitivas que producen diversas objetivaciones históricas como núcleos de reflexión. la enfermedad. Supone un mayor auge del poder normalizador centrado en la administración de la vida en la sociedad moderna. las multas o la limitación de la libertad sino en la racionalización política de las fuerzas que somete. Esta historia crítica reúne una reflexión sobre los dominios de normalización. Michel Foucault añade. Del poder de vida y muerte —perdurable en el riesgo de guerra atómica o la pena de muerte— se pasó al poder sobre la vida. La formación histórica de una experiencia puede analizarse a través de dos vías: el control de las poblaciones (gobierno de los otros) y el gobierno de uno mismo (uso de los placeres e inquietud de uno mismo). surgido en el siglo XIX. el trabajo o el lenguaje surge la historia de la verdad. la delincuencia. la vida. la sexualidad. finalmente. Analiza las formas de problematización por las que el ser puede y debe ser pensado (arqueología) y las prácticas históricas que configuran estas problematizaciones (genealogía). la enfermedad. o análisis político. Vigilar y castigar y La voluntad de saber analizaron las técnicas de dominación. su reflexión sobre la problematización de la actividad y los placeres sexuales en la Antigüedad. Las técnicas del yo suponen unas determinadas obligaciones del individuo con la verdad configuradoras del «gobierno de sí». La voluntad de saber pretende revocar el modelo jurídico tradicional de análisis del poder. Desde el siglo XIX. liberarlo son las oscilaciones por las que sucumbimos a la experiencia del sexo. No siempre fue así y señala cómo durante la Edad Media. las relaciones del yo con la realidad. Intentar liberar al sexo es la trampa sofisticada por la que caemos en su sometimiento. Descubrirlo. que se hacía pasar por Alexina B. El sentido del sexo domina el crecimiento. una tenaz persecución de la identidad sexual y caerá en manos del experto descifrar. Un escándalo del siglo XIX. Herculine Barbin. tras la elección paterna del sexo predominante del niño. el hermafrodita podía confirmar o cambiar el sexo que le habían elegido.. en nuestro tiempo. las raíces del yo. Si la vida escapa. (1978). la sociedad contemporánea tiene en el «sexo verdadero» al sentido y realidad del comportamiento social: los fantasmas del comportamiento individual. en torno a un hermafrodita. Lo que se castigaba era no ser consecuente con la elección hecha en esta segunda ocasión. del sexo de los hermafroditas por los expertos. El sexo es la instancia más persistente de sometimiento. Si la sociedad medieval estaba constituida bajo el control simbólico de la sangre. a su administración no es a través de una propuesta universal de liberación sino mediante una afirmación práctica de ser plenamente. Escapar al «sexo verdadero» requiere de una voluntad política profunda que le condujo a Foucault a exclamar: «¡No al sexo rey!». en la edad adulta.. el cuerpo.. entonces. la vida y las poblaciones están investidos de la experiencia del «sexo verdadero». Foucault opone la irreductibilidad de los cuerpos. desarrollo y fortalecimiento del cuerpo y de la población. Foucault trazó una genealogía del control final. Sólo con el establecimiento de los Estados administrativos y las teorías biológicas y médicas modernas se restringió esta libre elección: comenzó. sus fantasmas. poseerlo. dentro de las clasificaciones y las tipologías. Frente a la estrategia liberadora de la represión.5. Más allá de esta experiencia integradora del sexo —en Las palabras y las cosas y en La voluntad de saber— la experiencia desbordada de Sade encarna la desmesura y la monstruosidad. los placeres renovados y en proliferación infinita. le sirve a Foucault para cuestionar que exista una sustancia natural a la que plegarse: un «sexo verdadero». finalmente. El control de las poblaciones y el gobierno de uno mismo dos registros fundamentales: el control del cuerpo y la regulación de las poblaciones. el sexo verdadero que se esconde bajo las apariencias 165 . Herculine Barbin llamada Alexina B. La verdad explorada por la ciencia de la sexualidad no es la verdad del sexo sino nuestra propia verdad. Ambos tipos de prácticas forman la voluntad de saber o dispositivo de sexualidad analizada en La voluntad de saber. los deseos pasan a ser un hecho discursivo. El régimen de producción del discurso sexual es positivo en vez de negativo o represivo: no incauta o silencia el discurso sexual sino que incita a su abundamiento. aumentar e intensificar el placer sexual. La scientia sexualis se dedica a organizar un discurso científico que controla. Luego ha de ser controlado. Foucault invierte la pregunta tradicionalmente formulada sobre el sexo: no se pregunta por qué Occidente tradicionalmente culpabilizó al sexo. La tolerancia actual hacia el travestismo no amortigua una firme convicción en que existe un sexo originario y verdadero aun siendo todos los cambios posibles. El dispositivo de sexualidad se trasforma en los siglos XVI y XIX. La voluntad de saber pretende analizar el régimen de producción de la sexualidad en la cultura occidental desde el siglo XVI. Si se exceptúa el «régimen de 166 . dominar el cuerpo y eliminar los condicionamientos espirituales del espíritu. normaliza y configura el sexo como «sexualidad». Los mecanismos de producción de la sexualidad son las prácticas discursivas y extradiscursivas. El hermafrodita puede aprovechar sus ambigüedades a favor de su placer y promover el libertinaje. El discurso liberador de la represión sexual es una pieza del régimen de producción del discurso sexual. Ni la perspectiva ni la cronología histórica tradicionales son seguidas. Para desvelar esta «voluntad de saber». La voluntad de saber es una genealogía de la science du sexe. analiza. nuevamente.Para leer a Foucault más evidentes. El ars erotica está dirigida a cultivar. Se trata de revocar la hipótesis de la represión sexual. El caso de Herculin Barbin pone de manifiesto. La «ciencia de la sexualidad» es resultado de este dispositivo afirmativo que incita a hablar del discurso sexual. esa perseverancia moderna en atribuir al sexo el contener los secretos más profundos y determinantes del comportamiento de los individuos. Parte de la distinción entre dos tipos de saber sobre el sexo: el art érotique de Oriente y la science du sexe de Occidente. A través de los rituales de poder-saber-placer. sino por qué se interrogó continuamente sobre la verdad del sexo y condujo a que cada uno se formule a sí mismo esa misma pregunta. la tercera mutación podría situarse a finales del siglo XIX con la aparición del psicoanálisis. se ejercían sobre el cuerpo. Irreductible al dispositivo 167 . El siglo XVIII señala la aparición de un fenómeno social nuevo: la población. la confesión es el procedimiento prioritario de extracción de la verdad e individualización política. antes. La primera transformación de la confesión cristiano-medieval es el análisis de la concupiscencia durante la Reforma. y surge una nueva tecnología de control que es desarrollada desde la pedagogía. salud y alimentación. Desde el siglo XVIII. a confesar todos sus pormenores más secretos. superando así las técnicas utilizadas en la institución eclesiástica. más aparecen las sexualidades periféricas. fenómeno económico y político. surge una rememoración laica del diablo: el perverso.5. hasta convertir todo el deseo en discurso. El gobierno de las poblaciones introdujo índices macropolíticos como la natalidad. El sexo —dentro del argumento de Foucault— se convirtió en el centro del equilibrio entre las necesidades de crecimiento de la población y la capacidad del sistema social para mantenerla. Las políticas natalistas y antinatalistas convierten a la «población» en objeto de estudio y de intervención política. El control de las poblaciones y el gobierno de uno mismo verdad» en el cristianismo primitivo. cuando el sexo pasa a ser cuestión social. La scientia sexualis no se basó en el ritmo del cuerpo sino en la regularidad de las poblaciones. enfermedad. Se constituye entonces la medicina de las perversiones y la nueva tecnología del sexo enlaza la serie perversión-herencia-degeneración. se instituye una incitación poderosa a hablar del sexo. Más tarde. y el vuelco del control positivo de la sexualidad hacia una tecnología propia del instinto sexual. Por último. Cuanto más se afianza el sexo verdadero en la población. la población opera como encrucijada de las previsiones de riqueza y mano de obra requerida por el capital. inéditos entre los objetivos de las tecnologías de poder. El segundo cambio se produce durante el siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX. Como es. con el Concilio de Trento. nuestra experiencia sexual está dominada por la dicotomía sexualidad/perversión. a medio camino entre los delincuentes y los locos. La voluntad de saber señala cómo. Desde finales del siglo XVIII. mortalidad. la medicina y la economía. a la vez. Pero esta cartografía política no expone un mundo social cerrado. desde la Edad Media. sus variables de existencia política son distintas que las que. La moral antigua no pretende prescribir científicamente una línea de conducta. no originario. sepultó una tradición antigua de moral «optativa». Contraposición en la que Foucault recupera una construcción del sujeto entendida como trabajo de renovación infinita donde la estilización de la conducta es singular recreación estética. Un poderoso silencio se abrió en la escritura de Foucault. El perverso rebasa todos los límites y no posee más leyes que las de su deseo. En esta inventiva y constante elección no cabe concebir la acción como la satisfacción de una deuda o la enmienda de un pecado. su comportamiento no encaja en la unidad de una experiencia. Los movimientos críticos de liberación sexual ahondan así su incardinación en las redes del poder cuando reivindican la sexualidad y no rebasan o cuestionan los límites de su verdad. no estipula preceptos obligatorios de carácter universal. Una «estética de la existencia» Su propuesta final está inspirada en la moral griega. ya que la acción se encamina a la consecución de la 168 . Mientras existen manifestaciones de la perversión que obran como contrapunto de controles normalizadores más profundos en la población. La voluntad de saber ha mostrado las posibilidades que tenemos de liberarnos al problematizar esta misma capacidad para desprendernos del «sexo verdadero». entre La voluntad de verdad (1976) y la continuación de la Historia de la sexualidad como El uso de los placeres (1984) y El cuidado de uno mismo (1984) para acabar indicando una propuesta ética singular: hacer de la vida una obra de arte. Para los griegos. La moral moderna. La supeditación de la ética al «deber» fue un efecto derivado.Para leer a Foucault sexual. Hubo un rechazo del postulado universal de individualidad y una afirmación de singularidades irreductibles a ley de comportamiento alguna. otras encarnan singularidades irreductibles. Los últimos escritos de Foucault son una contraposición entre la moral universal cristiana —centrada en la autoridad sancionadora y la escritura de la moral— y la ética griega —inspirada en una techné o savoir faire—. a costa de ser «imperativa». la ética era una propuesta de renovación e invención permanentes no supeditada a una ley universal. 4. a diferencia de la religión cristiana. El control de las poblaciones y el gobierno de uno mismo felicidad en este mundo. Más tarde. Unas y otras tecnologías de signo distinto están entrelazadas en el concepto de gobernabilidad o gubernamentalidad. no supedita la moral a la noción de deber. en el que estoicos y epicúreos se habrían sobrepuesto a Aristóteles.5. La religión griega comparte una dirección divina del mundo. pero. Juegos de poder y juegos de verdad son dos polos constituyentes en la formación de los sujetos. sostenido por Victor Brochard.. psicología. pedagogía. La propuesta postulada por Foucault de constitución de la subjetividad 169 . El efecto más provocativo de este hilo argumentativo. finalmente. Un retorno a estoicos. Unos y otros juegos de poder están relacionados con las formas en que los hombres han establecido ciertas relaciones con saberes concretos sobre ellos mismos —psiquiatría. En «Tecnologías del yo» (1988). Foucault se ha ocupado. medicina. escépticos y epicúreos supone remontar así el rumbo histórico de la filosofía teórica hasta recuperar una virtuosa manera de vivir y de actuar en el mundo. un libro que despertó gran interés en Foucault. de reconducir todos sus análisis a la indagación de cuáles han sido las tecnologías de la dominación ejercidas a través de los sujetos —tecnologías de poder— y las tecnologías de constitución de uno mismo como sujeto liberado —tecnologías del yo—. consiste en asociar toda ciencia del deber o búsqueda de una regla de las costumbres a una confusión entre punto de vista filosófico y punto de vista religioso o teológico. Hadot señala cómo cuando la filosofía moderna se independizó de la teología quedó atada a una penitencia: permanecer en una mera función teórica y olvidar su antiguo carácter existencial. La «hermeneútica de uno mismo» cristiana invirtió la fortaleza propugnada por el paganismo para procurar el control.. la obediencia y el disciplinamiento logrados en los monasterios cristianos. Foucault rastrea las pistas clásicas de cómo el «cuidado de uno mismo» antiguo fue relegado por la ascética cristiana del «conócete a ti mismo» como forma de renuncia extramundana de la preocupación de uno mismo. en torno a las transformaciones habidas en esas relaciones del sujeto con la verdad —hermenéutica del yo—. En Exercices spirituels et philosophie antique (1987). Pierre Hadot ha señalado cómo se produjo un falseamiento de la filosofía antigua por el pensamiento cristiano que llegaría hasta la reflexión actual. preparación para las eventualidades futuras más adversas y gimnasia preparatoria para los más duros contextos físicos. Los últimos escritos de Foucault operan como un ejercicio estoico de fortalecimiento de la propia individualidad. Una reflexión sobre las posibilidades de la amistad antigua para nuestras relaciones personales —«De l’amitié come mode de vie» (1984)— le conduce a negar programas de vida. Foucault no pretende remontar la debilidad política de los movimientos sociales con el refuerzo de un programa alternativo pues sería la restitución de otro orden de dominación —ley política— garantizado por el conocimiento científico. Más que programas. análisis memorístico y examen de lo que se hizo durante el día para observar qué se debía haber hecho. nos dice. El esfuerzo por encarnar una «estética de la existencia» se sobrepone a cualquier estructuración legal de los comportamientos. El programa es una manifestación de la ley que prohibe la renovación e invención infinitas. Cuando Foucault analiza La clave de los sueños de Artemidoro. Una renovación infinita como ética para los individuos cuadra mal con el universalismo de una estrategia común por más que sea crítica. Otros mundos son posibles. La preparación de la parte más íntima de uno mismo acaba planteándose cuál debe ser la dedicación del sujeto a la vida política. el deseo o el inconsciente. ya que no acaecerán de forma necesaria. También son el manual de ejercicios que ayuda a su escritor a superar la enfermedad y una muerte anunciada. Se pretende lograr un «estilo de actividad» cuyos rasgos de codificación sean escasos y vagos. Blanchot ha señalado en Michel Foucault tal como le imagino el valor de es- 170 . La moral griega está centrada en la ética y no en el código. El uso de los placeres y El cuidado de uno mismo están escritos en la crisis de los movimientos sociales para sortear los efectos más insidiosos de las redes del poder. el yo. cuya materialización requiere de nosotros. contenido en la tradición estoica de la askesis: cartas a los amigos exponiéndoles el interior de uno. su irreductibilidad a causalidad alguna. resalta la importancia que tuvo la ética («estética de la existencia») sobre cualquier consideración legal de la moral.Para leer a Foucault descarta la renuncia de uno mismo para propugnar el dominio propio. propone subrayar la contingencia de los hechos. como ocurre en la moral cristiana. Se trata de ofrecer un modelo de vida diferente. Foucault se interroga. El uso de los placeres y El cuidado de uno mismo analizan las «técnicas de sí» como técnicas problematizadoras del comportamiento sexual. En el siglo IV a. el signo de esta inquietud es diverso. no en el acto mismo. La problematización del comportamiento sexual como conducta moral se dio tanto en la Antigüedad. surgen propuestas estoicas en las que los comportamientos no se ciñen ni a la moralidad acostumbrada ni a código moral alguno. más que en el postulado de una moral cívica. Este «arte de la existencia» decayó. en segundo lugar. La escritura rebasa sobradamente aquí un proceso objetivo. para Foucault. Para Foucault. ahora. Resistir a los límites del propio cuerpo enfermo con serenidad. cuando el cristianismo lo introduce dentro de la práctica de un poder pastoral y. tratados. Mediante el estudio de variados documentos prescriptivos —discursos.. sobriedad y tenacidad para reinventar una subjetividad artística que fuera ejemplo vivo han sido propósitos de la misma escritura de los últimos años de Foucault. sino estético: una opción personal y libre de determinados comportamientos puede ofrecer a los demás el recuerdo de una vida bella. el vigor de la ética antigua reside en que no posee un contenido normalizante. acorde con ciertos valores estéticos y ciertos criterios de estilo..—.C. cartas. viva.5. La inmoralidad sexual reside en el exceso y la pasividad. el individuo es autónomo para disponer de las prácticas y procurarse una vida artística. diálogos. se atienen a un concepto ascético de la vida que no se rige por una indulgencia absoluta sino por una mesura y una búsqueda de satisfacción del placer. teórico. Entre una y otra concep- 171 . con la aparición de las ciencias humanas. en primer lugar. Esta constitución no está basada en un código de prescripciones sino en una «estética de la existencia». como en el cristianismo y la modernidad. médico o psicológico. No se pretende idear un modelo universal vinculado a un sistema institucional y social. En el comportamiento antiguo. El control de las poblaciones y el gobierno de uno mismo tos dos últimos libros en la aportación de una ética individual que permitiese concebir la vida como una obra de arte. al integrarse en unas prácticas de tipo educativo.. para ser experiencia subjetiva. Pero. por qué el comportamiento sexual se convirtió en una cuestión moral importante. No cabe entender este giro como una abdicación de Foucault de su crítica del humanismo. la vida siempre escapa en sus límites a este campo estructurante de la subjetividad: nuevas formas de subjetividad —singulares y diferentes— pueden proliferar más allá de los efectos del poder y del saber. expuesta en las Instituciones y Conferencias de Casiano. Ahora bien. un análisis de la lucha cristiana a favor de la castidad y en contra de la tendencia a la fornicación. sino como el objeto sobre el que hay que establecer la verdad del sexo impuesto: el sexo rey. prácticas o técnicas heterónomas. ahora en El uso de los placeres y El cuidado de uno mismo (1984) analiza las «tecnologías del yo» expresando la posibilidad de entender la misma individualidad como la materia prima de una subjetividad artística.Para leer a Foucault ción de las «tecnologías del yo» se produjo el abandono de la «estética de la existencia» y el predominio de la «hermenéutica de uno mismo». 172 . Otro libro anunciado y prácticamente acabado —Les Aveux de la chair— permanece inédito. Ya no se concibe la sexualidad como invención y prueba de inusitadas manifestaciones de una subjetividad artística. El elemento constitutivo de la subjetividad es un campo de saber y una estructura de poder que operan como condiciones de posibilidad de la subjetividad. Foucault analizaba la aparición histórica de un concepto normativo de «hombre» a rebasar por la experiencia extrema de la literatura moderna. El retorno a la reflexión sobre las formas de constitución de la subjetividad no es contradictoria con la teoría de la «muerte del hombre». la economía y la erótica —El uso de los placeres (1984)— y la posterior reelaboración de estos temas en los dos primeros siglos del Imperio —El cuidado de uno mismo (1984). El sujeto es un constructor de fuerzas exteriores. En Las palabras y las cosas (1966). El análisis de la subjetividad desarrollado por Foucault en sus últimos escritos no comparte la existencia de un sujeto trascendental o autolegislador universal. para Foucault. El plan de estudio que Foucault desea desarrollar añade al análisis de la constitución de la «experiencia sexual» —La voluntad de saber (1976)— la indagación acerca de la problematización de la actividad sexual en el pensamiento clásico a propósito de la dietética. Este proyecto inacabado se cierra con «El combate de la castidad» (1983). comprende una función crítica por la que el sujeto desaprende todas las malas costumbres y las falsas opiniones procedentes del entorno. cabe encontrar allí elementos para una propuesta de concepción estética de la subjetividad. Como el buen luchador. la disimetría y la exclusión del otro como pasivo en la relación sexual no son propias de una sociedad libre. y ejerce una dirección perfecta sobre el mismo. Quien no guarda una relación de askesis se abandona a un estado de akracia. guarda una función de lucha inculcadora de una concepción de la vida como un combate permanente con aquella parte de la exterioridad que le es adversa.5. es plenamente independiente. En primer lugar. El control de las poblaciones y el gobierno de uno mismo 5. Las prácticas que configuran una «estética de la existencia» se vieron luego postergadas por otras prácticas. debe ser diestro en aquellos movimientos que le permitan resistir a los acontecimientos acaecibles de manera inconmovible. deber y técnica muy valorado en Grecia. una forma de habitar en uno y establecer con uno ciertas relaciones. esta práctica de la subjetividad artística reunía tres funciones. Foucault ha señalado cómo para Séneca. La predominancia de una sociedad viril. si bien no desapare- 173 . Además. Estas relaciones de recogimiento estoico se conciben de acuerdo con un modelo jurídico-político: quien se gobierna es soberano de uno mismo. exenta de código. Sin embargo. En la Antigüedad. El souci de soi comprende una tarea reglada. Plutarco y Epicteto el cuidado o gobierno de sí mismo implica un recogimiento. este género de relaciones encarna una alegría posesiva: goce de la propia individualidad y satisfacción en ella de toda su voluptuosidad. En tercer lugar. el cultivo de uno mismo posee una función curativa y terapéutica dirigida a sanar las enfermedades del alma. En segundo lugar. El sujeto ascético se ejercita estrictamente en aquellos ejercicios que le son necesarios en la lucha para vencer a sus adversarios. Estas tres funciones coinciden en dotar al sujeto de un ejercicio de askesis. dotada de procedimientos y objetivos filosóficos. El sujeto debía comportarse de la misma manera que un atleta: éste no derrocha sus energías con esfuerzos innecesarios o inútiles. El souci de soi es privilegio. Desprenderse de uno mismo y forjarse singularmente La genealogía de la subjetividad de Foucault no hace de la Antigüedad una «Edad de Oro». un producto o efecto para ser la superficie receptiva a múltiples revoluciones inesperadas. En otros periodos históricos reaparece la construcción artística de la existencia.Para leer a Foucault cieron. En segundo lugar. produjo la pérdida de autonomía de la cultura de uno mismo antigua. transgrede las manifestaciones dominantes de la subjetividad para procurar una individualidad liberada. más allá de los efectos del poder y del saber. Esta transgresión de las formas de subjetivación dominantes no son mero rechazo de la autoridad. En primer lugar. oponerse a todas las categorías producto del poder. las que están relacionadas con la lucha social 174 . en todo lo relativo a la salud del individuo y el cuidado de las almas. La crisis de la ética antigua y su reformulación grecorromana (siglos I y II) no evitó la reaparición de la «estética de la existencia» en diferentes momentos históricos: la visión de la individualidad del héroe renacentista. La escisión entre placer y deseo y las prevenciones que se interpusieron a la satisfacción del placer mediante su sometimiento a un régimen de verdad provocaron la superación de las técnicas paganas de constitución de la individualidad por las técnicas cristianas de subjetivación. Esta «estética de la existencia» propone una subjetividad sin sujeto o un sujeto en continuo despliegue y transformación. El uso de los placeres y El cuidado de uno mismo dan cuenta del solapamiento que se produjo con el cristianismo del épiméleia heautoû (gobierno de uno mismo) por el épiméleia tôn allôn (gobierno de los otros). el estilo artístico del revolucionario ilustrado o la vida del artista del siglo XIX. Sólo el intervalo del cristianismo medieval borró cualquier vestigio de «estética de la existencia» o «cultura de uno mismo» (épiméleia heautoû). La ascesis filosófica. El gobierno de uno mismo quedó anulado por el poder pastoral cristiano desde los siglos IV y V. La constitución del sujeto deja de ser. así. desarrollada en El uso de los placeres y El cuidado de uno mismo. Felix Guattari señala cómo esta gran transformación comprende varias modificaciones. La austeridad estoica deja de ser una técnica de gobierno de uno mismo para convertirse en un fin en sí mismo. incompatible con la satisfacción de los placeres y la pureza de los deseos. Se trata de un «sujeto anárquico» que encarna la búsqueda infatigable de la diferencia. La competencia de la institución pastoral. la transversalidad de atravesar los límites de un territorio particular donde se constituya la subjetividad como un producto. La tarea del intelectual consiste. Esta cultura de uno mismo no pretende una vuelta a los griegos. Para Foucault. el intelectual que desempeñe un trabajo crítico debe realizar una continua reproblematización de las técnicas del yo. compatible con muchas estrategias comunitarias. de recordar el olvido moral en que cayeron los modos antiguos de subjetivación. En tercer lugar. El control de las poblaciones y el gobierno de uno mismo visible y las que se ejercen sobre el cuerpo y la salud. una Edad de Oro a la que puedan apuntar futuras formas de vida. ser un intelectual no consiste en arrogarse una representatividad especial sobre cualquier grupo o colectividad. En quinto lugar. Un olvido moral que nos sumió en una ética inadecuada para resolver nuestros problemas cotidianos. para nosotros. El uso de los placeres y El cuidado de uno mismo nos recuerdan el olvido moral en que nos internamos un día. A la introspección del confesional «conócete a ti mismo». Pretende la construcción de una voluntad política singular que cuestione todas las evidencias y universalidades que organizan la «experiencia» de determinado momento histórico. tales luchas cuestionan el estatuto del individuo normalizado y afirman un derecho inalienable a la diferencia. más bien. No remiten a programas de partidos políticos o a futuras e hipotéticas soluciones. toda revolución de la subjetividad comprende un rechazo de la violencia económica e ideológica del Estado y de todas sus formas de inquisición científica y administrativa. Por ello. En cuarto lugar. Un olvido favorecido por las viejas creencias y modos de individuación cristianos. Tal filosofía no pretendía ser aleccionante o edificante pues no se materializa en profecía o promesa alguna. estas transformaciones de la subjetividad sortean los privilegios del saber y sus funciones mistificadoras. más bien. Quizás a la constancia de nuestro olvido moral deba corresponderle una inquietud —cierto abismo— por encontrar las fuerzas necesarias para sobreponer- 175 . en prepararse para encarnar nuevas formas de subjetividad inexploradas.5. Finalmente. las transformaciones de la subjetividad son inmediatas y concernientes a las más cercanas luchas de poder. una transformación de las estrategias del saber y poder que producen la identidad. Gilles Deleuze supone que trata. Foucault opone el valor de «desprenderse de uno mismo». Se trata de una infinita reproblematización que no admite descanso: la Antigüedad tampoco puede ser hoy. En «The Subject and Power» (1982). en los últimos años. Foucault encontró. el pasado de los griegos nos proporciona la posibilidad de pensar el pasado.Para leer a Foucault nos a tanto alejamiento moral. En este sentido. resistir al presente y vislumbrar un tiempo por venir. Foucault precisa que el objetivo de sus reflexiones no ha sido el poder sino las formas de subjetividad. 176 . el coraje de su voluntad política singular en las formas de subjetividad antiguas. Deleuze ha señalado cómo el legado de los griegos consiste en una propuesta de irreductibilidad de la subjetividad al poder y al saber. Promover nuevas formas de subjetividad todavía inéditas es el urgente imperativo moral que se apunta en una filosofía del porvenir. La enkrateia —como capacidad para gobernarse a uno mismo y gobernar a los otros— aportaba entonces la capacidad para invertir las fuerzas externas de constitución de la subjetividad en fuerzas internas fortalecientes de la voluntad de autogobierno. de la enfermedad. la muerte. accidente. extraña o diversa a la razón occidental. alteridad Experiencia alterna. El sujeto moderno se forma en el rechazo de esta alteridad. calidad. la no integración social. Posee una periodicidad y ritmos propios no explicables por las reglas de causalidad propuestas por los historiadores seguidores de la idea de continuidad y progreso.Glosario acontecimiento Suceso que señala una discontinuidad en la historia. la perversión sexual configuran la experiencia de la alteridad. inexplicable y azaroso. o proceso de un cuerpo. el acontecimiento es asociado a lo que se enuncia (acontecimiento discursivo). analítica de la finitud Análisis de las condiciones de posibilidad del 177 . El acontecimiento es radicalmente ex- traño. la delincuencia. Véase revolución. La experiencia de la locura. sociales o políticas. La revolución iraní se produce cuando se dan series de acciones que confluyen con otras series de actuaciones en series de series y provocan un suceso inédito e inexplicable mediante causalidades económicas. pues sin ser sustancia. No se da una definición positiva del acontecimiento sino que se postula un descarte de realidades que no es. En el periodo arqueológico. mientras que en el periodo genealógico es vinculado a lo que acaece como revolucionario (acontecimiento revolucionario). religiosas. Existe una teleología negativa del acontecimiento. de lo Otro. tampoco es inmaterial. en vez de en las enfermedades. Véase ciencias humanas y contraciencias. en segundo lugar. psiquiatría. en tercer lugar. la psiquiatría se extendió al campo general de las conductas bajo pretexto de tratar la anormalidad. el cuartel. la anormalidad. Véase monstruosidad.. dentro de las luchas políticas sostenidas en el interior de los juegos de verdad en que se constituye nuestra experiencia. anticiencias Conocimientos genealógicos que escapan a la jerarquización y compartimentación del saber moderno. criminología. claustrofobia. En torno a 1860. Son anticiencias todas las experiencias forjadas en las luchas políticas de las experiencias marginales. constituye un «fondo psíquico» sobre el que intervenir preventivamente. dado que aquel se extiende a todo el cuerpo social..— en el espacio institucional del psiquiátrico. y. la psiquiatría. el castigo. las disciplinas y el examen como mecanismos productivos de constitución histórica del sujeto moderno actuando sobre el cuerpo de los individuos. convierte lo anormal en patológico a través del delirio. el poder médico recae sobre lo no patológico. psicología. A partir de esta determinación laxa de la «anormalidad». el hospital o la escuela. homosexualidad. en primer lugar. La vida.Para leer a Foucault sujeto finito que se constituye en el espacio y en el tiempo. Esta analítica del poder considera la compenetración del poder moderno con las ciencias humanas modernas —medicina. pedagogía. masoquismo. archivo Conjunto completo de los discursos pronunciados en una . donde se incluyen conductas aberrantes y desviadas —agorafobia.. el trabajo y la lengua delimitan la finitud del hombre sin que pueda superponerse una concepción trascendental del hombre en el análisis arqueológico de las ciencias humanas. y sólo secundariamente en la enfermedad. mientras éste es excepcional. tradicionalmente sometidas por la experiencia racional. anomalía en los comportamientos respecto de un desarrollo normativo. A estas ciencias humanas se les objetó su no posesión de estatuto científico alguno para subrayar su matriz política. anormalidad Desviación. cleptomanía. no clasifica y describe el síntoma sino el síndro- 178 me anormal. Las anticiencias adolecen de igual carencia. donde se produce el hombre moderno por las ciencias humanas. pues puede dar lugar a la enfermedad. la cárcel. claro está. analítica del poder Análisis estratégico del poder que estudia el suplicio.. tendencia incendiaria. La rentabilidad política de la persecución del anormal es mayor que el castigo del monstruo. A través de la fijación de la psiquiatría en los estados de desequilibrio en el instinto de los individuos.—. de lo irracional o de lo no dicho como experiencia propia de la alteridad. Sólo caben los archivos concretos de dominios de saber particulares: psiquiatría. clasificaciones.. lo otro. muerte). enfermedad. ya que consiste en el registro de todos los enunciados pronunciados o escritos en discursos diversos pero manteniéndolos en su propia dispersión. ciencias humanas Ciencias surgidas en la consideración del hombre como objeto científico: psicología. medicina. agrupamientos y unificaciones que pretenden los historiadores convencionales para agrupar a los saberes de cada época. campo discursivo Concepto que determina el deslizamiento de una supuesta autonomía del discurso respecto de las instituciones. de lo diverso. criminología. biopolítica de las poblaciones Una de las dos estrategias dispuestas por el poder moderno para incrementar la población y acrecentar su rendimiento efectivo. condiciones de posibilidad del saber Objeto de estudio de la arqueología como desentrañamiento del a priori de saberes como la psiquiatría. El sentido trágico de la tarea de «nuevo archivista» viene dado por la inabarcabilidad de su cometido. no atribuible al Estado. No se trata de analizar los saberes como debidos a un sujeto ominicapaz sino de estudiarlos en el contexto de las prácticas en que aparecen.. Se trata de un control intensivo y descentrado sobre la población.Glosario época. Su elaboración es la tarea propia de la arqueología. Véase anticiencias y contraciencias. Es el contexto institucional donde el discurso encuentra buena parte de sus reglas de formación y transformación. procreación. arqueología Saber liberador del discurso de todas las síntesis. arqueología del silencio de la locura Descripción del sueño. Se trata de devolver los saberes y lo enunciado en cada discurso a su discontinuidad previa a las reunificaciones debidas fundamentalmente a un sujeto y un tiempo histórico fundados en el progreso. la vida y el trabajo que lo condicionan. Véase disciplina. linguística. Lo dicho y escrito en cada época determina lo que luego pueden manifestar los individuos. la medicina o la psicología. longevidad. que escapa a la razón moderna y a sus saberes propios. biología. denominado «gubernamentalidad». 179 . Señalan al hombre como fundamento del saber y subrayan sus límites alrededor del lenguaje. economía. Coincide la necesidad del capital en mejorar la calidad del trabajo como factor de producción con el incremento y la salud de la población a través de una intervención constante y capilar sobre los individuos (nacimiento. sociología y análisis de las literaturas y las mitologías. derecho de vida y muerte Disposición del poder sobre la vida característica de la Antigüedad. en poblaciones custodiadas o tratadas en instituciones cotidianas como son la escuela.. el psiquiátrico. la prisión. el discurso es susceptible también de su liberación horizontal mediante una ruptura política de los mecanismos de distribución desigual. La concesión de la palabra en las sociedades modernas es también ordenada no tanto mediante su represión sino a través de su producción controlada. sin efecto disuasorio alguno y sin ninguna ejemplaridad moral por parte del Estado por la venganza disimétrica que comporta. delincuencia Factor de desviación social producido en un circuito cerrado de cárcel.. discurso Práctica de habla sometida a controles. 180 . Véase anticiencias y ciencias humanas. allí reforzado. Véase poder sobre la vida. el hospital. delincuencia. Subsiste en las guerras modernas y en la aplicación de la pena de muerte por países como Estados Unidos. el cuartel.Para leer a Foucault contraciencias El psicoanálisis y la etnología como conocimientos que esclarecen las condiciones de posibilidad de unas ciencias sobre el hombre o «ciencias del hombre». apropiaciones y luchas en la sociedad. El éxito mayor de la cárcel es la perpetuación de este medio delincuente. así como la compartimentación de las horas de trabajo y descanso. delincuencia. degenerado Tipo social creado por la psiquiatría más apropiado a la mayor extensión del poder moderno sobre el cuerpo social. defensa de la sociedad Objetivo que se trazan la psiquiatría y la criminología cuando elaboran un tipo social «peligroso» que justifica los controles permanentes e individualizados sobre el conjunto del cuerpo social. por encima del constante fracaso de la resocialización. que se retroalimenta indefectiblemente y alcanza su mayor rentabilidad en la justif icación de la vigilancia constante de la población marginal. donde se ejercen relaciones de poder y extracción de saberes configuradores de la experiencia del hombre moderno. cárcel. Cada vez más objeto de detentación según una distribución jerárquica de la palabra. disciplina Procedimiento de control social basado en la regulación e intensificación de todos los ritmos corporales del día. Arabia Saudí y Guatemala. La psiquiatría nazi y eugenésica hizo de la defensa del grupo frente a la herencia degenerada su particular implantación del orden. policía. Sirvió a la protección del grupo bajo el pretexto de que esta anomalía individual cuestionaba la sana herencia del grupo. reparto y distribución social. Sirve para ofrecer un modelo productivo y no represivo de funcionamiento del poder. norma o ley de comportamiento. guarda relación con un estilo de vida antiguo que tiene continuidad en el humanismo renacentista (la «república de las letras»). dispositivo Disposición provocada por el poder a hablar. estética de la existencia Disposición autoexigente de los sujetos virtuosos que desean hacer de su vida una obra de arte que se ofrezca como ejemplo vivo o que sea recordado como eterno. episteme «Condición de posibilidad» de los saberes de una época determinada. influencia. en su extrañeza. Comporta un modo de vida filosófico en el que el pensamiento no es reducido a reflexión o teoría. época clásica.Glosario discurso autónomo Ilusión de una explicación de las funciones y regularidades del discurso mediante el estricto estudio de su práctica. La arqueología se dedica a describir las condiciones externas de posibilidad del enunciado sin acudir a los recursos de la historia de las ideas —autor. significación o corrección gramatical. Segmentan el tiempo histórico en tres a prioris diversos entre los cuales no hay leyes de transformación o tránsito: los cambios de una episteme a otra —Renacimiento. los comportamientos sexuales se incitan de acuerdo a estrategias de encauzamiento diferenciadas y más tenaces que la mera represión. desarrollo. La genealogía marca la salida de un excesivo cierre en torno al discurso para vincular el discurso al poder como matriz de su creación.. la proposición o el acto de alocución. y el «dandy» como recreador insomne de la propia subjetividad. Esta búsqueda de la propia singularidad. Estructura las reglas de formación de saberes diversos entre los cuales se producen unos isomorfismos propios de cada episteme e incompatibles entre sí. los revolucionarios modernos. irreductible a universal. experiencia literaria Vivencia desgarrada que se da en los inters- 181 . modernidad— son enigmáticos. documento Tratamiento que recibe un texto o un suceso cuando quiere extraerse la supuesta significación que encierra. no re- conducible a la frase. tradición. Véase monumento. enunciado Dominio discursivo de estudio de la arqueología.. El enunciado es la materialidad de lo dicho sin valor lógico. de los sentidos de las creaciones o de las acciones humanas. obra. La hermenéutica o la historia tradicional se ocupan habitualmente de los significados. decir. sino que supone un trabajo de transformación de la propia individualidad hacia su ser más profundo e intensivo. la verdad. sin acudir a su contexto institucional externo. La palabra. producir verdad. desgarrón irreversible dentro del tejido ordenado de la racionalidad que nos sitúa ante los límites de la experiencia significativa y que no es integrable dentro de las clasificaciones de los saberes. industrioso y acumulador que sin seguridad no habría tenido estímulo alguno para sus esfuerzos. Véase experiencia trágica de la locura. enunciados que la identifica como tal. fuerzas Elementos irreductibles. en general. experiencia crítica de la locura Experiencia domesticada. es un reto a toda experiencia significativa o representativa predominante en el seno del lenguaje discursivo. La experiencia literaria es pensamiento de todo aquello que no es pensable a través de un lenguaje racional y discursivo. últimos o fundamentales de la genealogía y de la arqueología. de la razón. el movimiento. Existen «fuerzas activas» potenciadoras y recreadoras de las metamorfosis. Sólo es un polo dialéctico. sentir. Las primeras se refieren al arte. El elogio de la locura humanista de Erasmo de Rotterdam es un ejemplo de esta «experiencia crítica de la locura». de la locura. y «fuerzas reactivas» momificadoras.Para leer a Foucault ticios de la determinación social del comportamiento como desafío a las formas establecidas de pensar. en que apareció la «paz social» en que se dio este hombre fabril. las segundas al trabajo objetivo del resentimiento en la historia. teorías. gozar y padecer. genealogía del poder Búsqueda del origen escabroso. Las primeras procuran el despliegue. útil a la ampliación del control racional de toda experiencia. poderes y subjetividades distintas. el pensamiento y la invención de experiencias. adocenada. Encarnada en la escritura y en el arte. mientras que las segundas preservan el repliegue de la potencia. vergonzoso. La extensión del control por la racionalidad a mayor número de experiencias requiere de esta experiencia de la locura que no entraña peligro o desafío alguno a la razón. coaguladoras de los desplazamientos y la intensificación de la vida. Cada formación discursiva agrupa a un conjunto de enunciados y posee unas reglas de formación de objetos. Véase experiencia crítica de la locura. La vida discurre entre la tensión de unas y otras fuerzas. Las fuerzas se agrupan en constelaciones diversas para configurar saberes. formación discursiva Cada uno de los saberes que se dan en el interior 182 de las reglas de producción de cada episteme guardando identidades isomórficas características. experiencia trágica de la locura Herida. escribir. no antagónico. La genealogía del poder es una contraciencia que airea las estrategias positivas en que se pudo formar ese constructo contingente llamado hombre moderno que permane- . la teorías y las ciencias predominantes. conceptos. al derroche. Tiende a clasificar lo sucedido en materias estancas dentro de una concepción tradicional de la historia. junto a la preocupación psiquiátrica por la pureza de la herencia. la perversión. delincuentes. la inadaptación o la locura.Glosario ce cerrado al silencio. la enfermedad. genealogía del racismo Análisis del origen turbio de un «racismo étnico» surgido. Este racismo tuvo concomitancias con el racismo antisemita en el contexto totalitario del nazismo. el sexo rey. la muerte. gobierno Mecanismo de poder mucho más extenso y persistente que el realizado a través del Estado. salud y vigor. algún estigma. El poder estatal se sustenta en la integración social realizada mediante la gubernamentalización de la sociedad. epidemias. Frente a este método historiográfico reaccionó la historia general o arqueología. en el siglo XX. locos. los sujetos. antes de que aparezca una diversificación institucional de los centros de custodia según se trate de enfermos. El gobierno administra la utilización de las poblaciones interviniendo en todo lo relativo a la natalidad. Procura la seguridad y rentabilidad de la población. la delincuencia. enfermedad. Considera el cambio histórico como resultado de un juego complejo de múltiples fuerzas sin un motor fundamental. Es un poder ejercido sobre la población que sirvió al Estado de sustento social. la religión o las mentalidades. perversos. inadaptados. y pueden trasmitir aleatoriamente este mal. Véase historia general. Bajo este tipo de racismo caen quienes tienen algún defecto. 183 . para defensa social frente a los «anormales». historia general Historia sin centro al que atribuir la causalidad de todos los cambios. historia global Historia que ofrece los sucesos agrupados en torno a la idea de progreso y de conciencia de los sujetos... Gran Encierro Experiencia de encierro indiscriminado de la pobla- ción marginal en la época clásica. y cuales son las perversiones excluidas de este sexo normalizado. sean las relaciones de producción. hermafrodita Experiencia genitalmente ambivalente que cuestiona la inapelable asignación de comportamientos y gestos a uno y otro género según una definición producida de cual es el sexo verdadero. La arqueología pretende ser esta historia general que restituya los acontecimientos a su propia dispersión de acontecimientos sin las reconstrucciones unificadoras realizadas por la historia global. Véase historia global. a través de la disposición económica de las cosas en favor del aprovechamiento de los hombres. catástrofes y muertes. Se trata de un racismo ejercido sobre el interior de un grupo transmisor del mal. de formas de poder premodernas. pensar y experimentar. La existencia de individuos peligrosos. Entre la prisión. individuo peligroso Categoría formada por la psiquiatría. el lenguaje. hoy en crisis. humanismo Centro de los ataques de la reacción estructuralista en Francia... padecer. el cuartel. el hospital. por su laxa concreción. Desde los 184 años cincuenta. Todo el énfasis puesto por este movimiento estructuralista en la importancia de los mitos. el cuartel. a través de la propuesta fuerte de individuo realizada por Nietzsche. el asilo. el psiquiátrico. es aprovechada estratégicamente. Esta categoría surge alrededor de la cooperación brindada por la psiquiatría a la administración judicial para el establecimiento de las pruebas periciales. funciones y regularidades compartidas por varias formaciones discursivas aparecidas dentro de la misma episteme de conocimiento. en torno al conocimiento de ciertos crímenes de especial violencia sin móvil y sin pérdida cierta de la racionalidad. isomorfismo de poder Conjunto de regularidades y funciones compartidas por los mecanismos de poder de una época.Para leer a Foucault historia política de los cuerpos Historia de cómo se produjo el hombre moderno en relaciones específicas con manifestaciones de poder y formas de saber determinadas dentro de un complejo institucional materializado en la prisión. la escuela. no determinables por síntomas de enfermedad sino por instintos perturbados. isomorfismo discursivo Conjunto de leyes. el asilo y el hospital modernos existe tal coincidencia en torno a la búsqueda de un control constante y . Esta historia política de los cuerpos realiza la genealogía del hombre moderno retrotrayéndose al estudio. para la realización de un control exhaustivo de la población. a la fenomenología y al existencialismo por representar propuestas humanistas blandas de entendimiento de la subjetividad. en buena medida. se opuso al personalismo. la fábrica. Más allá de la importancia del estructuralismo en el ataque al humanismo. la reacción antihumanista. hombre moderno Constructo reciente y perecedero que definieron las ciencias humanas a finales del siglo XVIII dentro de unas formas de sentir. el desmarque de la filosofía del hombre se produjo. la escuela. en Francia. también. a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX. el inconsciente en la determinación de los comportamientos individuales chocó con una filosofía humanista que elevaba el papel de la conciencia y la libertad individual a causa fundamental de la vida social. ajenas a cualquier imaginación de las potencialidades todavía no conocidas de lo que puede un cuerpo. los sueños. No obstante.. haberlos considerado secundarios. materialismo de lo incorporal Teoría debida al antiguo estoicismo.. en la modernidad. en nuestro tiempo. Véase razón. la Edad Media y la 185 . así como una concepción limitada del hombre moderno. el silencio. marxismo Uno de los instrumentos de análisis de la genealogía del poder. locura Todo aquello que por irreverente a la norma es construido por la razón como carente de sentido. matrices jurídico políticas Dispositivos de poder que dieron lugar a formas de saber concretos en la Antigüedad. son haber considerado supraestructurales. en lo que se refiere a la concepción de una sociedad dividida en clases dada la organización alienada y explotadora del trabajo. en cuyos límites el cuerpo se individualiza. la locura. con la vocación de dar una solución isomórfica en su funcionalidad a un conjunto institucional tan diverso y variado como el mencionado. incorporal. Deleuze o Simondon. el significante puro. encerrable. la vigilancia y el castigo y. determinados por la infraestructura económica. trasmitida por Brehier a autores como Foucault. por ello. literatura moderna Experiencia situada en el límite. Dos señalados defectos teóricos del marxismo. Son recuperadas aquí ciertas experiencias como el deseo. Ser virtuoso es estar en tensión constante sin declinar o relajarse nunca. El panoptismo y la estructura arquitéctónica panóptico surgen. y propuesta por una serie de escritos donde se desafía el orden lingüístico de la representación significativa. sin ofrecerse a la imitación sino buscando su singularidad mediante una tensión y una resonancia constante de sus fuerzas internas del interior hacia el exterior del cuerpo. salvo el exterior de los cuerpos.Glosario absoluto de la actividad de sus habitantes y un sometimiento de todos ellos a un régimen disciplinario donde sus vidas pueden ser transcritas en sus incidencias a expedientes escritos. recriminable y no merecedor de diálogo alguno. necesitado de estudio. e incurrir en una vinculación estricta del poder con el aparato de Estado. el laberinto. que recrea un modelo de individuación singular e insólito en las sociedades de masas. Esta contraintuitiva idea supone la corporeidad de todas las realidades. por tanto. los análisis genealó- gicos han rectificado la atribución excesiva de importancia a las relaciones económicas como estructura explicativa del funcionamiento real del poder. ni dentro ni fuera de nuestra experiencia moderna. mediante la actualización de su energía virtual como real. incluso de los valores. irresponsable o peligroso y. perseguible. rectificados por la genealogía del poder. y los incendios proliferaron. enorme o extraño y desafiante a toda norma o canon. las ciencias naturales y las ciencias humanas. Véase anormalidad. modelo de la peste Modelo de operar del poder moderno mediante la cuadriculación del espacio social y la integración de todos los individuos en un medio diversificado y clasificado. como proyectil. de la rebelión mundial encabezada por los técnicos. monumento Tratamiento que recibe un texto o un suceso cuando no se pretende hallar su significación. El texto o el suceso es tratado como un significante puro. demasiado preocupados por no perder la convocatoria de exámenes de junio. Abundaron las posiciones extravagantes de grupos hoy casi olvidados como los maoístas o los «situacionistas». estos últimos. sino que se procura describir sus elementos propios y sus reglas internas sin interpretarlo. Dio mejores resultados desde el punto de vista de la teoría crítica que de la transformación real de sus participantes. sin grandes desgracias personales y con relativa buena educación de la policía. y eran capaces de invertir todo el orden científico-técnico actual. realizada en las aulas y en las bibliotecas. La brillante apertura de la reflexión de izquierdas hacia los problemas de vida cotidiana. modelo de la lepra Modelo de operar del poder mediante la represión 186 de los comportamientos y el apartamiento del tipo social desvido del cuerpo social. monstruosidad Lo que se muestra desmedido. Estas matrices de poder-saber marcan un cambio de tercio de la arqueología a la genealogía. propugnadores. incluso. quienes —supusieron— sabían realmente. intacto después de todo. Existe una monstruosidad natural y otra moral. Predomina en las sociedades modernas y coexiste con el modelo. cometidos con gran frialdad. Es el modelo característico de las sociedades premodernas. Se trata de crímenes sin móvil o motivo racional. cálculo e. Véase modelo de la lepra. sigue esperando unos acontecimientos históricos acordes a su elevada altura.Para leer a Foucault modernidad. previsión. Mayo del 68 Revuelta estudiantil masiva y muy aparatosa en la que se levantó el pavimento de París. incomprensibles para la razón y para la racionalidad judicial en concreto. La medida de los griegos. más excepcional. la inquisitio generalis e inquisitio especialis medieval y el examen contemporáneo dieron sucesivamente lugar a saberes como las matemáticas. La monstruosidad moral surge en torno a la inexplicabilidad de crímenes atroces de gran violencia. Ante un documento medieval cabe su interpretación o . justificación argumental. evitando su mezcla indiferenciada en el conjunto social. Véase modelo de la peste. de la lepra. 187 . orden del discurso Mecanismos y ceremonias no sólo represivos sino. tienden a este resultado de igualación y serialización en el que nadie osa salirse de la regla. y otro inmune a la observación para quienes miran la totalidad de su interior. Este reparto desigual. Es. productivos a través de los cuales se exorciza el uso de la palabra. Plantearse esta «ontología del presente» conduce a cuestionarnos qué somos en nuestra actualidad y qué es este momento actual en el que estamos constituidos como sujetos. jerárquico. Junto con la degeneración jugó un papel fundamental en la penetración masiva de la psiquiatría en el conjunto del cuerpo social. Las instituciones. La palabra es objeto de apropiación política. nunca idénticas entre sí. más execrable que el adulterio incluso. Cabe interrogarse por la idiosincrasia de la modernidad a través de las formas de subjetividad que permite y los saberes y manifestaciones del poder propios. encierra peligros y preserva posiciones de poder que son objeto de una ceremoniosa administración. panóptico Estructura arquitectónica que garantiza el control absoluto de los habitantes por su disposición espacial en dos lugares: uno para los observados. iluminados por la luz abundante (o por cámaras en la versión tecnológica). cabe plantearse en qué consiste esta modernidad en crisis pero de la que todavía no hemos salido. también. Esta fascinación es propia de quien valora como monumento y no como documento un vestigio medieval. o en el Asilo de Ancianos provincial de Madrid. Puede realizarse forzadamente o mediante mecanismos de persuasión y control de masas. de la mirada se da en la cárcel de Carabanchel. se incita a hablar o se restringe el pronunciamiento de palabra alguna.Glosario una suerte de fascinación por las capitulares que inician su texto. en la escuela de oficios de La Paloma. norma o variable de normalización. Fuera ya del estado de minoría de edad premoderno. bajo la excusa del necesario tratamiento de la autoconcupiscencia corporal y la voluptuosidad sexual. normalización Procedimiento de conversión de las características de cada uno a las del todo social. La normalización tuerce e impide la diferenciación de los individuos a la manera de las hojas de un bosque. entonces. Véase documento. pero también las que David Cooper llamó «amistades normalizantes». onanismo Comportamiento masturbador principalmente perseguido por la Iglesia por el derroche y alejamiento de cualquier pretensión reproductora que supone. ontología del presente Pregunta por la constitución de la modernidad de la que formamos parte. Definirla es negarla o anularla. y de una mecánica incontrolada. el diván psicoanalítico o la conversación entre amigos. Véase derecho de vida y muerte. Estas prácticas se encarnan en instituciones como el psiquiátrico. el poder soberano se ejerce disimétricamente y como venganza sobre el cuerpo de quien es conducido al suplicio. así como de las regularidades de existencia de la población concebi- 188 da como factor de producción. la escuela. son mecanismos de ejercicio de poder sobre el cuerpo de los individuos. ni interna ni externa al discurso. por la puesta en marcha de una serie de verdades sólidas. poder sobre la vida Control social ejercido en las sociedades modernas a través del disciplinamiento de los ritmos y gestos corporales.Para leer a Foucault perversión sexual Lo que se manifiesta irreductible al «sexo verdadero» por su desbocado deseo. poder ubuesco Poder que se manifiesta con una mecánica grotesca o paródica de solemnidad. la gubernamentalidad. El poder ubuesco borra el origen de unos comportamientos que le descalificarían de ser conocidos. incluso. práctica extradiscursiva Práctica institucional que produce la formación de saberes. la prisión. imbéciles. y en la modernidad. mediante la vigilancia constante. inusitada pasión o inconfesado extravío dentro del dispositivo de la confesión religiosa. Guarda relaciones de interpenetración con las prácticas extradiscursivas. Son buenos ejemplos de perversión las extravagancias del marqués de Sade o las experiencias traídas al diálogo por Foucault entre los homosexuales que «ligan de un vistazo» —sin intercambiar palabra— en San Francisco. . el fascismo y las burocracias occidentales y se ejerce mediante maquinarias administrativas regidas por funcionarios mediocres. poder Castigo o vigilancia que se realiza sobre los individuos o las poblaciones. es objeto de imitación por un inocente perverso. práctica discursiva Práctica situada en el límite del discurso. La misma «perversión polimorfa» deja de ser perversión en cuanto es definida por el psicoanálisis e. Véase práctica extradiscursiva. formaciones discursivas u objetos científicos determinados. Es el poder serio ejercido por descualificados o arbitrarios. en la Ilustración se ejercita mediante un equilibrio de delitos y penas. nulos. Ahora. las disciplinas. Su efectividad ha relegado la utilización del «derecho de vida y muerte» antiguo a un segundo plano por innecesario para asegurar la obediencia de la población. y que fija las regularidades de lo que cabe enunciar en cada época sin acudir a un sujeto. autor del discurso. Se encarna en el nazismo. En la Edad Media. y la misma represión. Es un acontecimiento extraño. fragmentadora. saber Conjunto de conocimientos y verdades establecidas propios de las «ciencias humanas» que guarda vinculación directa con relaciones de poder. en un régimen de interpenetración con las prácticas discursivas. Es un dispositivo de intereses. También denominado «sexo rey» se constituye en la exclusión de la «perversión sexual» poniendo en juego los resortes institucionales más tenaces y los saberes más conspicuos. psiquiatría. confuso o mezclado. Véase anormalidad y monstruosidad. relaciones de poder y de fuerzas ajeno a la ponderación de las pruebas. Traza una división diáfana entre el normal y el anormal. deliberaciones y contrastaciones con las que se suele revestir. razón Constitución de un comportamiento acorde a la norma occidental formado en el rechazo de ciertos tipos sociales como locos o anormales. Véase locura. pero cuyo origen arbitrario y político. extraño. disciplinamiento. régimen discursivo Dispositivo de fuerzas en el que se produce la verdad. Reviste de sabiduría todo lo que consigue con el terror.— serios. revolución Cambio en las formas de subjetividad de los individuos que apenas suele producirse. Véase perversión sexual. más allá de cualquier intención o prueba científica. La revolución iraní fue observada como una auténtica revolución que pronto sólo trajo desengaño y horror. divisoria de todo aquello indefinido. En las instituciones modernas de enseñanza. de ser patente. sino que se da con la aparición de una subjetividad inventiva capaz de sacudirse las formas de subjetivarnos que la historia y sus mecanismos nos impusieron durante siglos.. extravagante.Glosario el asilo o el hospital. criminología. Véase práctica discursiva. psiquiatría Saber surgido en el siglo XIX de la higiene pública y no de la medicina. 189 . Surge junto a la administración de justicia como apoyo en la determinación de las pruebas periciales en aportación de rigor en el esclarecimiento de la responsabilidad penal. para el Derecho. sexo verdadero Concepción de la sexualidad establecida como auténtica en los mecanismos de la confesión eclesiástica y de la confesión psicoanalítica.. No consiste sólo en un cambio brusco en el timón de los aparatos administrativos o en la destrucción de éstos. medicina clínica. terapia y custodia se ejercen relaciones de poder a la vez que se extraen saberes modernos —pedagogía. en su extensión. Su etimología compartida con ración aclara su estrategia clasificatoria. que aseguró una penetración del control político en el cuerpo social imposible. les desautorizaría. el diálogo y la escritura. Tanto una como otra doctrina tan dispares incurren en suponer que el poder es propiedad de las clases dominantes. Determinan las conductas de los individuos con ciertas relaciones de dominación bajo las cuales son objetivados como sujetos sujetados. tecnologías del yo Relaciones establecidas entre los individuos que potencian el reforzamiento del cuerpo y el alma mediante ciertos ejercicios espirituales. la biopolítica de las poblaciones y la gubernamentalidad. tecnologías de poder Diferentes estrategias que han servido al castigo. domesticación y vigilancia del cuerpo de los individuos. Capacitan a los individuos para reforzarse entre sí y potenciar su felicidad y autoexigencia como sujetos liberados. . Consiste en desvelar la falsedad de los poderes que nos someten y de las subjetividades que se nos impusieron para restituir otras formas de relacionarse tomadas de la Antigüedad. Existen formas de autoconstitución de la subjetividad de forma artística y constituciones mecánicas de la subjetividad a través de los mecanismos productivos de la historia. el Renacimiento. voluntad de saber Dispositivo mediante el cual la verdad se produce. intereses y conflictos en el orden del saber que da en el establecimiento de algo relativo al comportamiento humano como seguro e incuestionable. Este insidioso modo de configurar la verdad y los saberes aceptados sobre el comportamiento como «ciencias del hombre» es una voluntad productiva. se incita y no se reprime o niega. Entre estas tecnologías están el suplicio. trabajo de la verdad Compromiso real de la genealogía del poder y la subjetividad. el castigo. el examen. actúa mediante la represión y se encuentra regulado por el derecho. verdad Resultado de disputas.Para leer a Foucault subjetividad Forma en que los individuos se constituyen y son producidos como sujetos. Esta operación se efectúa borrando cuidadosamente la matriz política de nuestras certezas más estables y confirmadas como fruto del progreso científico o técnico y de nada más. vinculados al pensamiento. se localiza en el aparato del 190 Estado. ciertos momentos de la revolución ilustrada o del dandismo en lo que tienen de reinvención inagotable de la subjetividad. empleo. Procura unir el pensamiento y la reflexión con la creación de nuevos comportamientos en vez de con la repetición del pasado. teoría política Reflexión sobre la política concebida por el liberalismo y el marxismo que adolece de ciertos defectos criticados por la genealogía del poder. está subordinado a las relaciones económicas. Mejor es. Foucault tampoco ha sido «profeta en su tierra». utilizar alguna de sus sugerencias y prolongarla en un pensamiento que se mueve a construir una interpretación completa que le consolide en algún sentido preferible a otros. según su deseo. Quien desee un pensamiento nómada y no sedentario habrá de leer a Foucault directamente —gozarlo.Comentario bibliográfico En la actualidad. Callois ve en Foucault a su doble que transita la filosofía. 191 . la sociología y la historia sin quedarse en un estilo académico. Maurice Blanchot recordó cómo Roger Callois representaba a comienzos de los sesenta un guardián del gran estilo de la escritura francesa que se siente fascinado por el estilo barroco de Foucault. A su desinterés por dejar un grupo orgánico de seguidores organizado como escuela se une el evidente desmantelamiento de parte de su línea de trabajo a partir de la nueva emergencia del viejo humanismo de corte kantiano en Francia. existe un universo de publicaciones sobre Foucault que se corresponde con su amplia aceptación en Estados Unidos. Pero existe un desdoblamiento más. pocos como él. padecerlo y formarse en él— más que propiciar metalenguajes postuladores de «la interpretación». Así que conviene ir rápidamente a su lectura sin más preámbulos. Foucault rendiría tributo en Las palabras y las cosas al escritor de El Aleph y le escucharía boquiabierto en París tiempo después. Borges consideraba a Roger Callois su doble francés. Michel Foucault es uno de los grandes escritores en lengua francesa. Dotado de un ritmo espléndido y riguroso. El autor de Las palabras y las cosas prefirió que sus tesis se utilizaran como herramientas a que se creara un comentario o un dogma en torno a su interpretación. Callois se ve desdoblado en la prosa fascinante del joven escritor de la Historia de la locura en la época clasica. la oportunidad de echar en falta otro libro vecino del creado más pertinente. entonces. Las publicaciones en torno a Foucault se suceden en todo el mundo vertiginosamente y sus escritos comienzan a estar bastante establecidos después de diecisiete años transcurridos desde su muerte en 1984. Acotar los límites de su contenido procura no dejar. sus comentarios. está ya en la cabeza de cualquier eventual lector. una intención y un nombre al misterio de todos estos desdoblamientos. lector. sin largos prólogos justificatorios o instructivos de un supuesto falto. lo hacen circular como fragmentos. las propias reediciones. Francia vive un comprensible interés por la teoría de la justicia normativa de signo anglosajón. El largo prólogo de Historia de la locura en la época clásica fue conscientemente minimizado. traducida sólo tras veinte años de ignorarla. refleja un injustificado repliegue francés en torno a sí mismo que se invierte. Mientras que al otro lado del Atlántico —o en Japón—. incapaz. consciente de la dinámica de poder que encierra el «comentario». Parece que no hay punto medio más prudente en Francia. en un orillamiento galo a la espera de todo lo que viene de afuera. cada vez más.Para leer a Foucault Tampoco pretendió una interpretación de sus escritos. Derrida y Foucault son autores muy apreciados y se encuentran entre los más citados y Europa se hace eco de esta tendencia en las ciencias sociales. de nuevos desdoblamientos. Conversaciones con Michel Foucault (1978). lo desdoblan con otras identidades y lo hacen rotar como si fueran sus dobles. nos advierte Foucault. ahora. No era amigo de los prólogos. Pese al revuelo producido por las Imposturas filosóficas de Sokal. sobre todo más bello. verdad. las entrevistas concedidas con su motivo. 1. desde que se publica un libro. en 1962. mejor que sean breves. poder. La «monarquía del autor» comienza por querer imponer un reagrupamiento y un sentido a todos los fragmentos. n. El lector puede encontrar una prolongación de cómo se produce este sortilegio de los sentidos de los textos en «¿Qué es un autor?» (1969) de Foucault (Bulletin de la Société française de Philosophie. cómo. Entre filosofía y litera- 192 . Afirmaba en la reedición de su primer gran escrito. no es más legítima que la del autor. existe una manera bien extendida y muy fructífera de ser (investigador) norteamericano leyendo mucho y continuadamente a los franceses. por esta razón declarada. Su tiranía consiste un imponer a los lectores un sentido. siquiera. Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones (1981). julio-septiembre de 1969). Si ha de haber prólogos.º 3. Por sólo citar las primeras traducciones y las más numerosas en textos: Miguel Morey: Sexo. Un libro sólo está compuesto de la materia aportada por sus enunciados. y susceptible. Traducciones al castellano Nuestro país es ejemplar en el interés prolífico y fructífero por sus escritos. Se ha traducido mucho y son varias las introducciones a su pensamiento escritas por españoles. La «monarquía del interprete». El pertinaz retraso en la traducción francesa de la Teoría de la justicia (1971) de Rawls. ª ed. Carlos Fernández Liria: Sin vigilancia y sin castigo: una discusión con Michel Foucault (1992). poder (1987). 3. Isidro Herrera Baquero: De lenguaje y literatura (1996). ética y hermenéutica. La vida de los hombres infames (1990). Bachelard. Miguel Morey: Lectura de Foucault (1983). Pedro M. Escritos esenciales II (1999). 2. Foucault. Ángel Gabilondo: Estética. Estrategias de poder. Margarita Larrauri: Anarqueología: teoría de la verdad en Michel Foucault (1999). Canguilhem.): Discurso. Maite Larrauri: Conocer Foucault y su obra (1980). Microfisica del potere. Antonio Serrano y Ana Canellas: Herculine Barbin llamada Alexina B. Rosa María Rodríguez: Discurso/Poder (1984). Mauricio Jalón: El laboratorio de Foucault: descifrar y ordenar (1994). I (1999). la historia como crítica de la razón (1994). Monografías y estudios realizados por autores españoles Entre las monografías españolas cabe destacar las de Eugenio Trías: Filosofía y carnaval (1970). Saber y poder (1985). Genesi d’una pragmatica (1987): Antonio Serrano: Michel Foucault: sujeto. sujeto: lecturas sobre Michel Foucault (1987). Ángel Gabilondo: El Discurso en acción: Foucault y una ontología del presente (1990). Hurtado Valero: Michel Foucault (1994). poder. Annie Guedez: Foucault (1972). derecho. (1985). Francisco Jarauta: La filosofía y su otro: Cavaillès. Mercedes Allende Salazar: Tecnologías del yo (1990). Escritos esenciales III (1999).Comentario bibliográfico tura. José Luis Castilla Vallejo: Análisis de poder en Michel Foucault (1999). Hermenéutica del sujeto (1994). Pompeu Casanovas Romeu: L’Estetica del saber en Michel Foucault. 193 . Escritos esenciales. Estudios de autores extranjeros Entre las monografías publicadas en el extranjero cabe destacar en Francia: Henri Levbre: Position: contre les technocrates (1967). Julia Varela y Fernando Álvarez-Uría: Microfísica del poder (1978) (procede de la versión italiana y se traduce mayoritariamente de los originales franceses: Alessandro Fontana y Pasquale Pasquino: Michel Foucault. Francisco Vázquez: Foucault y los historiadores: análisis de una coexistencia (1988). Jean Lacroix: Panorama de la philosohie française contemporaine (1971). Julia Varela y Fernando Álvarez-Uría (1994): La crisis de los paradigmas sociológicos: el papel de la teoría de Michel Foucault. Patxi Lancers: Avatares del hombre: el pensamiento de Michel Foucault (1996). Foucault (1979). Domingo Fernández: Después de Foucault: ética y política en los confines de la modernidad (1995). Interventi politici [4. Julián Sauquillo: Michel Foucault: una filosofía de la acción (1989). 1977]). Francisco José Martínez Martínez: Las ontologías de Michel Foucault (1995). Foucault y la genealogía de los sexos (1999). Ramón Maiz (et al. Philippe Nemo: L’homme structurale (1975). Hubert Dreyfus. Alan Sheridan: Michel Foucault. Karlis Racevskis: Michel Foucault: the Subversion of Intellect (1983). Foucault and the ambivalence of reason (1994). Deleuze. Nueva York y Londres Garland Publishing. Mari: La problemática del castigo en Jeremy Bentham y Michel Foucault (1983). Lévi-Strauss to Foucault (1980). marxim and critique (1983). Steven Best: The politics of historical vision: Marx. Foucault (1988). Jean Zoungrana: Michel Foucault un parcours croise: Levi-Strauss. Vicent Descombes: Le meme et l’autre. Heidegger. knowledge: feminism and Foucault (1991). el repertorio de: Michael Clark: Michel Foucault an annotated bibliography. Marxism & History (1984). James William Bernauer: Michel Foucault’s force of flight: toward an ethics for thought (1990). 608 págs. Lyotard (1990). Barry Cooper: Michel Foucault: an introduction to the Study of this Thought (1981). Jeannette Colombel: Michel Foucault (1994). tel que je l’imagine (1986). José-Guillerme Merquior: Foucault (1985). Franck Evrard: Michel Foucault et l’historie du sujet en Occident (1995). Tool kit for a New Age. power. Paul Rabinow: Michel Foucault: Beyond Structuralism and Hermeneutics (with an afterword by and an Interview with Michel Foucault) (1982). Michel Foucault.Para leer a Foucault Angèle Kremer-Marietti: Michel Foucault (1974). En Argentina: Enrique E. hasta 1983. Luc Ferry y Alain Renaut: La pensée 68. Social Theory and Transgression (1982). Jona Sawicki: Gender. Mark Poster: Foucault. The will to truht (1980). Derrida. Inc.): Recasting the Foucault/Habermas Debate (1994). En Inglaterra y Estados Unidos: Edith Kuzweil: Michel Foucault: Ending the Era of Man (1977). Simon During: Foucault and Literature: Towards a Genealogy of Writing (1992). Foucault. Dominique Lecourt: Dissidence ou révolution? (1978). John Rajchman: Michel Foucault. Quarentecinq ans de philosophie francaise (1933-1978) (1978). Frederic Gros: Michel Foucault (1996). 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Luce Giard: Michel Foucault: lire l’oeuvre (1993). VVAA. Weber. Franco Rella (et alii): Il dispositivo Foucault (1977). Charles Lemert y Garth Gillan: Michel Foucault. Foucault (1994). Es muy útil a los efectos de completar la bibliografía de Foucault. Gilles Deleuze: Foucault (1986). Thomas Abraham: Los senderos de Foucault (1989). Enrico Corradi: Filosofia della «morte dell’uomo» saggio sul pensiero di M. septiembre-noviembre de 1986. II. Cursos impartidos por Foucault Hay trece volúmenes anunciados de «Cours au Collège de France» de los que sólo han aparecido dos: Il faut defendre la société. University of Utah Press. n. Números monográficos de revistas Además son destacables varios libros colectivos o números monográficos de revistas sobre Michel Foucault: Magazine Litteraire. Las dudas sobre la publicación se deben a que Foucault desautorizó la publicación de inéditos tras su muerte expresamente. traduci- 195 . 5 (Foucault and Critical Theory: The Uses of Discourse Analysis). L’Arc. 1977. Humanities in society. Los herederos de Roland Barthes y de Foucault se vieron alarmados por las publicaciones espontáneas de quienes hicieron de la entrega a galeradas una auténtica liturgia. Fundación Paideia.º 54 (Foucault hors les murs). 1986.º 3-4. 5. y Les anormaux. julio-diciembre de 1995. La arqueología del poder y de las resistencias. Colección de escritos dispersos Dits et ecrits (I. De los cursos de Foucault en la sala ocho de Colegio de Francia había muchas grabaciones que el profesor no impedía ni mucho menos. Critique. Cambridge University Press. Gallimard y Le Seuil emprenden esta iniciativa editorial que comenzó siendo muy remisa en Francia. n. n.º 11 (A partir de Michel Foucault). verano de 1986.º 471472 (Michel Foucault du monde entier). enero de 1994. 1984. 1982. A Coruña. Precisamente. Nietzsche. El proceso es imparable.Comentario bibliográfico 4. No era para menos. n. Revista de Filosofía. comp. Foucault: A Critical Reader (David Couzens Hoy. Pantheon Books. Effetto Foucault.º 70. Foucault. (La crise dans la tête). III. n. 1994. Magazine Litteraire. n. comenzaron por la edición de Il faut defendre la société que había sido publicado en el extranjero como la Genealogía del racismo en España y Difendere la società en Italia. De todo excelente filósofo acaban publicándose hasta sus nostalgias amorosas por los jóvenes o sus balances sobre si le cundió cada día o no. IV) (1994) son una colección completa de todos los escritos dispersos de Foucault reunida sobre la base de los textos publicados. n.º 207.º 208. Actes. Le débat. agosto a septiembre de 1986. Michel Foucault philosophe.º 41. USA. The lectures on Human Values. Francia se decidió a publicar paulatinamente sus cursos cuando vieron que Italia y España iniciaban autónomamente la publicación de uno de los tomos. vol. Aut-aut. Milán. n.). Magazine Litteraire. n. 1986. 6. sobre los correspondientes a 1974-1975 (1999).º 101. 1989. Feltrinello. sobre los cursos de 1975-1976 (1996). The Foucault Reader (Paul Rabinow ed. Editions du Seuil. II. julio-agosto de 1985. mayo de 1984. París. Nuevos horizontes intepretativos. n. junio de 1975.º 317.). Histoire de la sexualité (II. Freud. Les mots et les choses (1966). Barcelona. El nacimiento de la clínica. Siglo XXI. publicados autorizadamente fuera de Francia. lettres de cachet des archives de la Bastille (1982). y nunca sobre los borradores inéditos en francés. et mon frère. y otra. La volunté de savoir. compañero de Foucault. Dos series interconectadas. Nietzsche. Il faut defendre la societé (1996). 2. de libros.. Histoire de la sexualité (I) (1976). Estos Dits et ecrits reúnen más páginas que los libros publicados por Foucault y pretenden esclarecer la escritura de su creador. de prólogos. Raymond Roussel. Les anormaux (1999). 1964). Historia de la locura en la época clásica. 1979. III) (1984). 1979. ayant égorgé ma mère. Libros traducidos al castellano Enfermedad mental y personalidad. Buenos Aires. ma soeur.ª ed. (1978). Gallimard ha sido constante editorial de los libros de Foucault. Paidós. Vrin. Desordre des familles.. los responsables de estos Dits et ecrits pretenden convencer de que no estamos en presencia de un «filósofo enmascarado» sino que la auténtica biografía del filósofo fueron los trasparentes escritos de un hombre discreto y metódico que trabajaba mucho. 8.. 1973. Una arqueología de la mirada médica.Para leer a Foucault dos de su lengua de edición. Anagrama. Fondo de Cultura Económica. 1970. una. François Ewald y Daniel Defert salen al paso de esta manera al «pas de publicatión posthume» invocado por su creador. Herculine Barbin. Un cas de Parricide au XIXe siècle présenté par Michel Foucault (1973). Pierre Rivière. Las notas y explicaciones contextuales de la escritura de cada publicación están realizadas por el sociólogo Daniel Defert. México. más circunstancial. dite Alexina B. 2. Naissance de la clinique: une archéologie du regard médical (1963). como tras la muerte de Sartre. Histoire de la folie à l’âge classique (1961). Buenos Aires. 196 . L’Archéologie du savoir (1969). Moi.. Ediciones originales francesas de libros Vieron la luz en francés: Maladie mentale et personnalité (1954). I y II. entrevistas y comentarios de publicaciones completan la visión de sus escritos. los borradores inéditos y no publicados. Siglo XXI. Marx. Ceci n’est pas une pipe (1973). L’Ordre du discours (1971).ª ed. México. Introducción a la Antropología desde el punto de vista pragmático de Kant (París. L’Usage des plaisirs y Le souci de soi. Aunque la biografía de Didier Eribon sobre Foucault es soberbia (Michel Foucault (1989)). Surveiller et punir (1975). e inéditos en su país de origen. 1966. 7. Raymond Roussel (1963). más formal. La compilación sigue un orden cronológico de publicación que no es el de creación. El objetivo logrado es evitar que proliferen. Se trató de facilitar el estudio de textos diseminados por todo el mundo. Maladie mentale et psychologie (1962). Las palabras y las cosas.. Historia de la sexualidad (1). 1 de octubre de 1963. Barcelona. 769-960. 19. 1994. págs. n. Revue de Métaphysique et de Morale. Ediciones de la Piqueta. 1987. otoño de 1963. «Le langage a l’infini». págs.º 29. n.º año. «Guetter le jour qui vient». «Réponse à une question». La verdad y las formas jurídicas. mayo de 1968.. El uso de los placeres. 44-53. «Un si cruel savoir». 378-382. «Le Mallarmé de J. 1159-1160. México. «Débat sur le roman. México. Critique. El orden del discurso. La arqueología del saber. Pre-Textos. «La prose d’actéon». Madrid. n. Siglo XXI. «La pensée du dehors». J. Madrid. 1981. Siglo XXI. 1968. 7-30. Anagrama. Editorial Revolución. págs. n. 1976. n.º 229. Siglo XXI. Valencia. Critique. n.. Anagrama. julio de 1967. 1966. Tusquets. Herculine Barbin llamada Alexina B. págs. Rousseau juge de Jean Jacques (de J. «Le “non” du père». «Les mots et les images». págs.º 130. La imposible prisión: debate con Michel Foucault.. El pensamiento del afuera.º 154. 1977.º 203.º 5. 7 sentencias sobre el 7o ángel. págs. La inquietud de sí. Cahiers pour l’Analyse. marzo de 1964. n. n.º 59. La Nouvelle Revue Française. 387-814. se encuentran relacionados con el filósofo tres apartados temáticos. Hommage a Jean Hyppolite (Michel Foucault et al. 1973. junio de 1962. 1985. mi hermana y mi hermano. Barcelona. Bibliografía citada en este libro Entre los escritos que han ido trabando este libro. págs. Barcelona. Richard». 143 págs.º114. 122 págs. Annales. 5-12. L’arc. n. págs. 9-44. 1970. «Préface a la transgression». págs. Critique. «Le Langage de l’espace». págs. Le cycle des grenoilles».º 9. De la parte de la arqueología: «Un “fantastique” de bibliothèque».. La Nouvelle Revue Française. Historia de la sexualidad (2). n. núm.. febrero-marzo de 1985. 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Moi. 350 págs. et mon frère.º 3.Comentario bibliográfico gía del poder: Robert Castel: «Les médecins et les juges». Critique. Guy Laforest: «Regards génealogiqués sur la modernié: Michel Foucault et la philosophie politique». 75009 Paris. 77-97. Françoise Tulkens: «Génealogie de la défense sociale en Belgique (1880-1914)». Feltrinelli. Reconstrucción y deconstrucción en la teoría política contemporánea (trad.. 236 págs. 315-331. Magazine Litteraire. and Problems in Contemporany Political Theory». 743-962.. 1986. págs. 216 págs. París. págs. Feltrinelli. n. Pasquele Pasquino: «Michel Foucault: la problemática del “governo” e della “veridizione”». Foucault. n. 91 págs. Foucault» (en prensa). ma soeur. agosto-septiembre de 1986. 199 . 1982. 1987). exercices spirituels et philosophie antique. págs. Madrid. XVIII: 1. Pierre Hadot: «Un dialogue interrompu avec Michel Foucault». rue Bleue. De la parte de una ontología del sujeto: Jürgen Habermas: «Une flèche dans la temps présent». págs.º 471-472 (Michel Foucault du monde entier). Estados Unidos. François Ewald: «Le bio-povoir». 1982. Teléfono: 0153342323. de Ángel Rivero).ª ed. ayant égorgé ma mère. Gallimard/Julliard. mayo de 1973. marzo de 1985. cast. Milan. Anthony Giddens: «From Marx to Nietzsche? Neo-Conservatism. 215-230. Etudes Auqustiniennes (2. págs. Minnesota University Press. Actes.º 218. Revue Canadienne de science politique.). El IMEC pide que se depositen todo tipo de materiales y trabajos que puedan facilitar el estudio del pensamiento de Foucault en su sede. Thomas McCarthy: Ideales e Ilusiones. Pierre Rivière.. Jacques-Alain Miller: «La machine panoptique de Jeremy Bentham». n. págs.. fotográfico y grabado de y sobre Foucault. 38-41. 1986. Effetto Foucault.º 54. 46-56. 1992. verano de 1986. págs. 98 págs. abril de 1985.. Aquí puede consultarse todo tipo de material escrito. trabajo presentado en la sección de psicosis de la Asociación Psicoanalítica de Madrid en el año 2000. 254 págs. 10.. Berkeley y los Angeles. 171-183. Ornicar?. francesa Christian Bouchindhomme). Centro Michel Foucault El Fondo Michel Foucault situado en la Bibliothèque Saulchoir se ha integrado ahora en el IMEC (9. Richard Rorty: Consequences of Pragmatism: Essays 1972-1980.. 3-36.. págs.. (trad. Canadian Journal of Political Science.Un cas de parricide au XIXe siècle present’par Michel Foucault (Michel Foucault et al. 216 págs.). Isabel Moreno: «Los archivos del dolor: Freud.. Giacomo Marramao: «L’ossesione della sovranità». Tecnos. 1973. 237 págs. París. n. págs.
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