Narcopolítica en El Perú

March 19, 2018 | Author: Gio Santiago Pérez Oñate | Category: Peru, Slavery, Opium, International Politics, China


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Narcopolítica en el Perú: Una aproximación histórica y actual.El tráfico y consumo de estupefacientes en el Perú se remonta a mediados del siglo XIX. Eso empiezo con las llegada masiva de los esclavos chinos, llamados en ese entonces "culies", al Perú impulsado, inicialmente, por el Virrey Ambrosio O´Higgins, quien gobernó entre 1796 y 1801, para poblar los valles de la costa con "culíes", al enterarse que en Manila (a cambio de un contrato razonable) los chinos tenían mayor rendimiento que los negros esclavos. Desde el inicio migratorio de los "culies", llega al Perú la práctica de juegos de azar y el consumo de opio. Hacia 1849 y 1874, que arribaron al Perú entre 80 mil y 100 mil "culíes" estas dos practicas se incrementan. La razón: la crisis de mano de obra agrícola por la manumisión de esclavos decretada por el gobierno de Ramón Castilla. La “Ley General de Inmigración”, aprobada por el Congreso el 17 de noviembre de 1849, inicia con la importación de chinos al Perú. Su destino fueron las islas guaneras, las plantaciones azucareras y algodoneras de la costa y zonas de la costa o la sierra en las que se construían ferrocarriles. Martín Cabrejos Fernández, en su artículo "Presencia y Aporte de los Chinos en Lambayeque" sintetiza las costumbres traídas por los chinos al Perú: "Una costumbre traída por los chinos a nuestra región, al inicio del proceso migratorio, fue la práctica de juegos de azar y el consumo de opio. Dichas costumbres no eran extrañas en el país asiático; sin embargo, en el Perú fueron prohibidos por ley al considerarlos reñidos contra la moral y las buenas costumbres" Así, pues, el consumo de opio en el Perú empieza, más o menos, entre 1976 y 1801. Esta práctica se producía en circunstancias sumamente inhumanas: "Al interior de los galpones donde, así como se producían amistades y nostalgias con respecto de la tierra natal, destacaban el hacinamiento, la promiscuidad, las enfermedades y el consumo de opio. Esta sustancia psicoactiva, derivado de la amapola, no se -en ese tiempo- producía en el Perú. El Perú que promovió la compra de opio a Inglaterra, considerado el primer narcoestado, la cual aumentaba proporcionalmente al aumento de los inmigrantes chinos. Incluso, Meagher (citado por Pablo Macera) señala que en un periodo había no menos de 50 mil fumadores de opio en el Perú. El gobierno de Nicolas de Pierola (1895 - 1899), político que logro ordenar el Peru posterior a la Guerra con Chile, no solo aumento los impuestos al alcohol y el tabaco sino que -entre otras cosas- también al opio, que genero altos ingresos económicos para el Estado, con lo cual se estabilizó la economía peruana. Posteriormente, en la segunda década del siglo XX, miembros del poder oligárquico fueron visitantes al fumadero de opio, mezclándose con plebeyos y poetas como Abraham Valdelomar y Cesar Vallejo. Sobre Cesar Vallejo, José Adolph lo cuenta aquí: "Durante el periplo vallejiano por la ciudad de Lima —fugado, prácticamente, de Trujillo y antes de partir en su viaje definitivo a París y a la muerte—, el poeta solía frecuentar los fumaderos de opio del barrio chino, hoy reemplazados globalizadoramente por papas fritas. El propio Vallejo lo confirma públicamente en un célebre poema. El célebre poema es CERA. Lo mismo Felipe Pinglo se puso en la piel de un adicto en una de las más extraordinarias canciones de la música criolla. Veamos: “Droga divina, balsamo eterno opio y ensueño dan vida al ser; aspiro el humo que da grandezas y cuando sueño, vuelvo a nacer”
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