Mi Joven Idiota Corazón, Anja Hilling

March 20, 2018 | Author: jesusruizpolanco | Category: Meat, Color, Foods, Nature


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Anja HillingMI JOVEN IDIOTA CORAZÓN MEIN JUNGES IDIOTISCHES HERZ Spanisch von Luis Carlos Sotelo Bogotá 2005 Alle Rechte vorbehalten, insbesondere das der Aufführung durch Berufs- und Laienbühnen, des öffentlichen Vortrags, der Verfilmung und Übertragung durch Rundfunk und Fernsehen. Das Recht der Aufführung ist rechtmäßig zu erwerben vom: All rights whatsoever in this play are strictly reserved. No performance may be given unless a licence has been obtained. Application for performance etc., must be made before rehearsals begin, to: FELIX BLOCH ERBEN V e r l a g f ü r B ü h n e F i lm u n d F u n k G mbH & C o . K G Hardenbergstraße 6 . 10623 Berlin . Telefon 030-313 90 28 . Telefax 030-312 93 34 E-Mail [email protected] . Internet www.felix-bloch-erben.de Die Rechte an der Übersetzung liegen bei Luis Carlos Sotelo, Carrera 11 B No. 97 -48 Bogotá, Colombia. [email protected] Förderung der Übersetzung durch: / This Translation was sponsored by: Anja Hilling Mi joven idiota corazón 2 PERSONAJES Señora Schlüter Ludger Hase Eugen Zarter Hans Werner Sandmann Paula Lachmär Miroslav Vulic 3 Es usted. pobre hombre. Estaba perfectamente emperifollada última armadura también el vestido. Lo del rubor rojo también lo pensé. cuarto piso sin ascensor. * 4 En Colombia apartamento. No más adjetivos. Lugar destinado a vivienda. Pero eso es justamente. Que nadie diga. Miroslav. bien bien. Soy un asco. Sí. Hora de descansar. Sin ayuda hoy en la tienda. Los adjetivos son para la gente a la que le gusta mascullar la vida. Como siempre. Miroslav. fue una muerta pálida. De tanta preocupación tengo el peso ideal. Venga a las tres. Amarga grumosa perfecta. Para las tres en punto ya habré sido una mujer trágica. Amargo. Schlüter. Karin Schlüter la cosa está amarga. Mejillas rojas. Punto final. tutifruti.I. Fuera de aquí todos fuera. exacto. Jugo de toronja. Cuando normalmente no viene nadie. manzana. . Doce y cuarto. Sí sí sí. la alegría. Yo ya estaba bastante. Y estaba bastante retrasado. Se ve lo más de saludable y alegre. me la paso vomitando. Hoy hay tanta gente. Lo del panecillo ocurrió de acuerdo al plan. Que Karin Schlüter. Estaba esperando al proveedor de jugos de fruta. El asunto con la gente en el departamento*. Señora Schlüter Todo eso fue bastante amargo. Cómo fue posible eso de la vomitada hombre hombre hombre. Delgada como pan maravilloso. Así que rubor rojo. Comí un pequeño snack después de la llamada telefónica. Ñam ñam señora Schlüter. Usted. En fin. No vaya a ser que se me ocurra. Tic tac ya está corté el cable. 5 . Estaba de un ánimo tan particular a la una. Conoce usted a Miroslav. Mire usted las bolsitas. Las bolsitas. Ludger Hase Pues es que su vecino del tercer piso. De lo contrario no hubiera ocurrido lo del vómito. Yo lo recibí el paquete. Dígame. Y a la una. Tampoco a la una. Todo eso. Al Sandmann lo están involucrando aquí en un asunto bastante oscuro. Qué tiene que ver Sandmann con la hermosa muerta del cuarto piso. Señora Schlüter Ya. A la mierda las costumbres.El teléfono. Ya acabó su jornada laboral. suficiente. Eso era peligroso el te léfono. Tres cuartos de hora después del panecillo mortal. Recíbalo usted por él el paquete. Hora de descansar. Esfúmate. Escucha Santa Claus. A lo mejor. Con el paquete. No. Sandmann. Al de los jugos de fruta. El cartero. Puntual a las tres. Con ganas como de contacto social. De Australia con canguros muy tiernos. Pronto voy a tener que librar aquí la batalla mortal más seductora. Mire usted. Qué hace usted acá es la una. Yo no dije eso. Como el del programa a la hora de dormir de los niños El no está. Aquí nunca nadie toca el timbre. E incluso sonreí. El timbre. Abro la puerta. Hombre Schlüter. A alguien A cualquier persona. Lamentablemente. Le gusta mi vestido. Sólo eso me faltaba. Señora Schlüter Qué quiere decir silbar. Claro. De la rubia aquella. Cuando sonó el timbre otra vez el timbre. Señora Schlüter Yo no estoy silbando nada de Doris Day. Eran las dos menos cuarto. Mi joven e idiota corazón. Eugen Zarter El desagüe señora Schlüter. Señora Schlüter Doris Day. De nuevo el timbre. Para tener paz en el tímpano. Me pareció de pronto como hazaña deportiva de alto rendimiento. Eugen Zarter Doris Day. Chile. Despierto. Tendría que revisar debajo de su fregadero*. Encima de todas las bolsitas con el trasero caliente. Abrí. De su casa baja una gotera por la pared. Claro. Miroslav viene a las tres. Eugen Zarter Señora Schlüter qué silba usted. Señora Schlüter No no no. Bolivia y Venezuela. Estaba sentada sobre el paquete. * 6 Lavaplatos en Colombia. . Mi ánimo había cambiado. La guapa. Que me hacían pensar en no me gusta decirlo la calidez de un nido. Ahora no se puede. My young and foolish heart. Eugen Zarter Lo que usted silba yo lo conozco. Cae a la cocina de Sandmann.Por las bolsitas. Ese parloteo que tuve con el cartero en la puerta. Qué se le ofrece. Por lo del vómito. Tratamiento osmótico. Así es que por favor maestro. Señora Schlüter. Le hubiera querido dar un beso de nariz. Eugen Zarter No me demoro. El conserje tenía una cara. Eugen Zarter Tengo un compañero. Hm. En otra de las vueltas de este sistema solar adiós. Y entré en verdadero ánimo de paseo. Señora Schlüter De alguna forma eso me sacó las lágrimas. Arrugada y tierna. De repente hay un olor. Mañana.Con los jugos de fruta. Honestamente. Para una hora alcanza todavía. pues bien. Aquí en la cocina y en general necesito espacio. Eso fue lo que debí haberle dicho. Señora Schlüter La pierna izquierda se resbala. Para entonces todo tiene que estar despejado. La vuelve a levantar de ese estado el agua. Lo de la ósmosis mañana. Aire marino flores sudor sobre piel asoleada. Desde mi lugar sobre el paquete en el pasillo del departamento. Como si hubiera alguien que pensara en mí mañana. El mañana se convierte en el país de los viaje s. El trabaja con agua curativa. Honestamente me fui desplomando sobre el paquete. Lo único que veo son sus pies. Por amor a los esquimales. Eugen Zarter Y cómo le está yendo a usted. 7 . Eso se lo instalo mañana de una vez. El cuerpo del conserje revolcándose en mis baldosas. Piernas de conserje. Con sus reservas de energía. Si hubiera tenido más ánimo. Señora Schlüter Y zas. máximo hora y media. la energía. Señora Schlüter Yin y Yang madre mía . No son azules. Así es la voz. Más alto no llego sólo hasta las rodillas. Y la respuesta de la gruta fuera mi nombre. Mueve su rodilla de un lado al otro. En pensamientos es obvio. Yin y Yang. La forma en que hablaba de él del compañero. Y gritara su nombre. Yo nadaba en ojos negros pff pff. Quién diría el panecillo. 8 . Amontona sus palabras sobre mi cansancio. Siempre distinta. Simplemente arranca a contar sin consideración alguna. No la rodilla más bien la forma. No es profunda. Con las aguas curativas. Será que en algún momento él tiene vacaciones. Está parado frente a mí hace cuánto. Detallada. El conserje. Son azul índigo. Pregunta y respuesta. Y es como un cerro. Ese conserje. De alguna forma eso me mantuvo despierta. Una excursión de todo un día por un camino muy empinado. Los ojos pues los ojos del compañero. Y pensaba en Miroslav. Levité sobre las puntas de los pies recorriendo brazos que parecían cerros. De sus jugos. El conserje.Sobre el paquete. Qué palabras. No el suyo. Con unas rodillas llenas de energía. Era tan la forma tan. Eugen Zarter La voz es así tiene que imaginársela. Con Miroslav. Como si estuviera dentro de una gruta con estalactitas y estalagmitas. Vacaciones. Me habla de su compañero. Para un conserje . Mis piernas estaban algo débiles para ese momento. Y la voz la voz del compañero. Karin. Eugen Zarter Mañana Señora Schlüter. Algo así no se grita en una gruta. Me puso una mano sobre el hombro que no paraba de temblar por la risa. Ese es mi apellido. Como loca. * 9 En Colombia y región Andina se dice traído de los cabellos . Oí los gusanos en la madera. Ya eran casi las dos y media.* En vista de las circunstancias. Yo sé que suena jalado de los cabellos. Señora Schlüter Karin Schlüter. Clavé mis dedos debajo de los stickers. Mañana le mando a Kurt. Me reí. Pero dígame Eugen.Eugen Zarter Zarter. Para ese momento. De la hora. Señora Schlüter La puerta se quedó abierta. De la rodilla frente al ojo. Pero lo hice. Aparte de Eugen Zarter quizás. De eso estoy segura. Y fue ahí que ocurrió. Se fue deslizando del paquete. O sí. El murmullo de las nubes a través de las paredes. A la larga qué va a decir ella la gruta. El conserje. Seamos sinceros. Para ese momento. Eran muy agudos mis oídos. Ya no tenían nada que ver con el cuerpo. Me lo puse en mi regazo. El cuerpo Schlüter. Del trasero sobre el paquete. Karin Schlüter. El paquete. Debajo de las bolsitas Mi mandíbula estaba totalmente floja. Como el del programa a la hora de dormir de los niños. Hans Werner Sandmann Hombre Karin ese es mi paquete hombre. Vieja apestosa. Hans Werner Sandmann Soy yo. Alguien encima mío. Qué quieres. Sandmann. Sandmann. Bahh. Miroslav. Qué tienes en el brazo. Una cruda* tremenda eso yo lo conozco lo conozco. malestar que padece al despertar quien ha bebido alcohol en exceso. Hans Werner Sandmann Karin qué ocurre Karin. Miroslav. Hipotéticamente. La puerta estaba abierta. Cerrar los ojitos y tranquilizarse. Alguien. 10 . Un rugido de aire tan fuerte. Señora Schlüter Ir de compras.Entre el labio superior y el inferior hubiera cabido un animal pequeño. Si es que lo logro. Algo más. Algo falta. Uno se revuelca en el suelo alcohol de mierda. Hans Werner del tercero Sandmann. Viajarías conmigo a visitar los canguros. Es mío lo tengo que quiere decir que. Se vuelve algo perversamente simbólico en estas circunstancias. Lo de la mandíbula. Quieres ir de compras. Por favor ir. Hans Werner del tercero. Señora Schlüter Lo que me faltaba. Un rugido. Ir. Señora Schlüter * En Colombia : guayabo. Por eso es que estoy aquí. Yo lo agarro con fuerza. Se me sacudió. Agarró a golpes el paquete una y otra vez. Lo hice. Mira mi nombre mira es mi nombre. Sobre mi regazo. Lágrimas. se me zangoloteó. Así nadie puede dormir con este oleaje. En verdad lo hice. Y la siguiente y cada vez más. Silencio. Llora en silencio la cabeza sobre el paquete. La puse lo más suave posible sobre su cabeza. El paquete. Se está levantando muy lento. Como si yo todavía pudiera a esas horas. El siempre dice lo mismo siempre lo mismo. 11 . El quiere el paquete el Hans Werner. Ver. Por qué duerme. Mis stickers. Se puso todo agresivo el Hans Werner. Fue devuelto nunca llegó. Por las bolsitas. Me sacudieron. En el remitente. Se puso de lo más calmada la cabeza. Por Miroslav. Y no yo. Hans Werner Sandmann Mira ahí está mi nombre. Forcejea. Por qué Miroslav atente a los hechos Schlüter. Gota. Lo agarro con fuerza. Hans Werner el paquete. Mira mira.Se acabó la calma. Se va el Sandmann. Acá algo está mal. Una sonrisa valiente en la cara empapada. Así llegó la primera. Se pone de rodillas el Sandmann. Una de mis manos. Señora Schlüter Eso me enfureció en verdad me enfureció. Las lágrimas corren por debajo de la s etiquetas y pasan al papel. Remitente. Nunca llegó. Como un perro después de la lluvia. Apreté los ojos Y podría jurar Que era una bolsa de basura. lo juro. Me asombré. Señora Schlüter Sí sí. A la señora Schlüter el vómito le devuelve la vida. No se siente bien. Semillas de girasol. El panecillo. Con una bolsa en la mano. Qué importa. Sólo el panecillo de semillas de girasol de ayer. Digamos un ángel. Un ángel estaba tranquilo en una puerta. Miroslav Vulic Señora Schlüter. Me siento mal. Sobre mi regazo. Que florecerá en este campo que es mi inodoro.Acá se queda así de sencillo. Llego hasta el inodoro. Enfrente mío. En el corredor. De lo fija que iba mi mirada hacia adelante. Ahí vi a una señora. 12 . Esta mañana no había nada más. Y afuera también. Y vomito. El de tutifruti se agotó. Después ni uno más. En la taza se juntan enteritas. Como si algo me hubiera sentado mal. Vomito vomito vomito. Dónde está mi baño. Ya no más milagros el último. Con las piernas mis piernas. De lo firme que todavía estaba mi cabeza sobre el cuello. Yo puedo llegar. Me imagino una flor. Miroslav Vulic Señora Schlüter. Dentro de mí. Qué pasa Karin qué pasa. Ruidos. Imparable Atravesaba puertas. Atrás mío. El café se enfrió. Mi vestido no está en posición. Es Helga. Se le olvidó una bufanda. Pero todavía Mi cocina Está tapizada con su voz. No es poca cosa. Miroslav Conoce usted Australia. Que justo esta mañana El dúrex* de arriba a la derecha en la pared se despegó. Preguntó. * En Colombia cinta pegante. No mire. Justo ahí donde el mar se pone oscuro. II. en Argentina cinta Scotch. Será casualidad. Miroslav Vulic Señora Schlüter me tengo que ir. Sí. Helga Helga. No mire. Mi voz sale bastante apagada de la taza. Helga. Eugen Zarter Salud Helga. Me siento mejor. No huela. La cueva del compadre Yin y Yang. Miroslav. Se siente mejor. Suave sólo para mí. Señora Schlüter Lo miro. Es ella. El lugar vacío. Por favor. Este es Kurt. Salud. Y volvió a pegar el dúrex con el dedo. Esta es Helga. En la taza cruje.Señora Schlüter Miroslav. Una semilla de girasol. Eugen Zarter también me pidió jugo. 13 . Kurt. Deja de mirar así. Catorce años. En la taza frente a mí. Verano de mil novecientos noventa y nueve. Que entraras al mar. Esto sí que le puede dar cosquillas a uno en la nariz. 14 . Digo Al fin y al cabo ella está en traje de baño. Y sabes qué. El tendría prohibida la entrada. Y ya no tienes que verme a mí tampoco. Tú y Kurt. Como suena eso. En algún momento digo yo Para romper el silencio. El sol a tus espaldas. Se te acercó bastante. Si todavía tuvieras algo que decir en esta casa. Ahí cabría la taza de un inodoro Me gustaría que te pudieras voltear. Y tenemos que reir. Yo sé. Se me cae un tomate del pan. Tal vez ustedes se hubieran gustado quién sabe. Te estamos mirando. El silencio después del estornudo. Helga tu mirada. Sabes que no son míos. Tu cara está oscura. Ahora simplemente lo dejamos arriba. Son de él así de negros. Te alejaras nadando de nuestras miradas. El estornuda. Ambos hacemos como si no hubiéramos visto Que te mojaste. Tu peinado de vacaciones recién teñido de rubio. Helga. Envejeciste y te ensanchaste. Tienes caderas. Tal vez. Kurt. Kurt no baja el asiento del inodoro. Fuerte Ventura. Gafas sobre la frente. Mete tus narices en un montón de peces En vez de meterla en mi cocina. Conozco esa mirada. Fuerte Ventura. Desde hace tres días no me afeito Y hoy ya he frotado cuatro veces la barba Contra unos calzoncillos de hombre. Te pones brava por los pelos negros que hay en la ducha. Tu torso es tan grande como el hueso de su nariz. Nosotros. El silencio entre nosotros tres. Desde hace cuatro años tu foto cuelga Sin marco encima de la repisa de los condimentos. Tú ya sabes. La casualidad es algo muy distinto. Eso quiere decir Kurt. La olvidó a propósito Kurt la bufanda. Es. Algo con lo cual hasta ahora sólo he soñado. De donde la señora Schlüter está goteando de nuevo por la pared. Eugen Zarter No te sonrías así. Nunca te lo hubieras imaginado. Helga. Por ejemplo su bufanda Ahí cuelga toda verde en mi perchero. Tu cuerpo es El Himalaya para mí. Hans Werner Sandmann Señor Zarter.Helga. Porque hay algo que quiere saber Más allá de la bufanda. La que yo ahora siempre me pongo. Así de bien. Helga. Sabes. Eso quiere decir por fin. La de color vino. Y si sí era. Es. Hans Werner Sandmann 15 . Ajá. Si tu quieres. A veces eructo en el teléfono. Una vez. Lo que en realidad quería decir. No era ningún chiste. Todavía en el desayuno. Hombre sí. Dos veces. La última noche. Quisiera volver. No. Toca en la mitad Ahí donde estaba su nuca El cuello de tu saco con capucha. He escuchado peores. Eugen. Para poder aparecerse de nuevo por acá. Y él eructa de vuelta. Regresa una vez más. Con un pretexto. Totalmente en secreto. El regresa. Lo que quiero de cir. Helga. Ningún chiste. Eugen. El timbre me pone en ánimos como de fiesta. Nunca me has entendido. Eugen. Quiero decir esto. Eugen Zarter Agua. Usted es un desierto señor Sandmann. Hans Werner Sandmann Un conserje en bata de dormir. Hans Werner Sandmann Esto. Tiene que beber más. Agua. Eugen Zarter Es la bufanda de Kurt. Aquí esta marca. Hans Werner Sandmann Un desierto. Está babeando del techo de mi cocina. Eugen Zarter Estupenda metáfora. No me toque. Eso deja unas manchas cafés en la pared horribles Eugen Zarter Sandmann del tercero. Señor Sandmann. Hans Werner Sandmann De dónde la sacó. Muy poca agua ayer.Vamos vamos señor Zarter. Eugen Zarter De Kurt. Hans Werner Sandmann Bueno bueno. Exacto. Que brota desde su interior. no. Una marca de la almohada. 16 . Eugen Zarter La marca después de dormir le está diciendo. Le parte en diagonal la cara. Eugen Zarter Su cuerpo le habla. Hans Werner Sandmann Agua. No tiene nada que venir a decirme sobre el alcohol. Tiene sed. Sandmann. Al final les dieron estos sacos con capucha. Se queda donde está. Décimo sexto lugar. Eugen Zarter El número de Helga cuando jugaba con el equipo. No me vaya a entender mal. Ocho mujeres gordas en el desierto de Australia en el campeonato de voleibol. Sandmann. Ya no cuadra bien en la nuca. Hans Werner Sandmann Australien Volley Babes Nineteen Ninty Eight Eugen Zarter Helga. Mire. Me hubiera gustado estar ahí. Qué más da. Te llevo tu agua a la puerta. Por un momento pienso. Pero el saco de Helga me queda perfecto. Helga sí que tenía bastante. No más Helga. Como si fuera de seda. Ahí todavía hay campo. Agua qué más. Desliza tu saco entre sus dedos. así es que se llama eso. Hans Werner Sandmann Ya no más. El quiere. Eugen Zarter Es de Helga. Se inclina para atrás. Especialmente en la banca de reservas. 17 . Que te deje. La boca está abierta. Eugen Zarter Su voz se vuelve bien baja. Entre siga. No es que me guste usar ropa de mujer. Se agarra fuerte del marco de la puerta.Hans Werner Sandmann El saco lo conozco claro que lo conozco. El quiere gritar. Cuando regreso al corredor El marco de la puerta está vacío. Hans Werner Sandmann Ocho. Pero no la peor. Amplitud para el busto. Lo siento. La última. La cabeza. Sí. Cuando toque el timbre.En las escaleras escucho sus pasos. Kurt. Conozco la melodía pero no recuerdo de qué canción es. Se le olvida el valor Con el que quería volver por aquí. Señora Schlüter Cómo así que silbar. De la rubia aquella. Donde la señora Schlüter todavía gotea por la pared. Le grito algo a la espalda. Habrá que echar una mirada de cabeza al sistema de desagüe. Eugen Zarter Por el cachete izquierdo por la cara le cae una gota de sudor Toda una calle que cruza por un montón de maquillaje. No fue así. Tres pasos. ¿Qué es lo que usted está silbando? Hay una gotera que cae a través de su pared. Aquí hay algo raro. Después de algún tiempo otro. En el cuello Palpita una vena azul a través de la piel blanca. Mi bata de baño. Mi joven e idiota corazón. La canción. La escucho silbar a través de la puerta. Tres pinzas en el bolsillo del overol. Ayúdame. Mi pie descansa mullidamente sobre la tela de la bata. Con el segundo timbre se muere el silbido ahí adentro. Como si caminara con esfuerzo por un terreno cubierto de arena. Señora Schlüter. Helga. Me ocupo de la señora Schlüter. Todavía sigo siendo conserje. My young and foolish heart. Lo que usted silba yo lo conozco. Ahora. Y tú allá. La señora Schlüter vestida de rojo encendido. El saco con capucha al hombro. Así de cerca tuvo que estar ella de la puerta. Y no me abre me deja afuera. Lo de la banca de reservas. Ahora que yo estoy aquí. En este momento. Helga. 18 . Qué tal si él llega ahora y toca el timbre. Claro. ¿Qué pasó aquí? En ropa interior estoy parado en la puerta. Uno. Y sencillamente se va otra vez. Está silbando muy quedito una canción. No más. Déjalo entrar. Ella da un paso para atrás Yo doy uno para adelante. Pero el vestido el sudor todo el rubor. No del todo. Eso tiene algo de trágico. Tendría que revisar debajo del fregadero. Entonces se echa en el piso Junto a la pared en el corredor. Sus piernas son blancas y muy delgadas. Retrocede y me deja entrar. Claro. Señora Schlüter Pero si yo no estoy silbando nada de Doris Day. Ahora no se puede. Y el cuento ese de los jugos de fruta. Eugen Zarter Doris Day. Eso es una metáfora. La idea De que la señora Schlüter Pagará a las tres a cambio de algo de amor. Me parece como si su trasero rojo flotara en el aire Justo por encima del piso. De abajo de ella se asoma un canguro Y me mira 19 . Señora Schlüter Doris Day. Un paquete. Pero debajo de ella hay algo. Jugos de fruta. Con los jugos de fruta. Como si estuviéramos bailando.La guapa. La señora Schlüter y yo. ¿Qué se le ofrece? Eugen Zarter El desagüe señora Schlüter. yo sé. Como dos puerros De los que siempre te comes crudos. Ahora tiene una sonrisa en medio de todo ese maquillaje. Ambos sabemos lo que eso significa. La señora Schlüter no es así. Miroslav viene a las tres. Eugen Zarter Helga. Señora Schlütern No no no. Yo sé. Muy quedito también me escucho a mí mismo. Con sus reservas de energía. la energía . 20 . Eso sí que me pone. De nuevo muere el silbido en el corredor. Cambio la sensación de su piel fría Por la de mi cruceta . Pero señora Schlüter. Tengo la espalda sobre esas baldosas duras. A él le sentaría bien Algo más de agua Y cómo le está yendo a usted. Mi joven idiota corazón. La vuelve a levantar de ese decaimiento el agua. Señora Schlüter Mañana. Eso se lo instalo mañana de una vez. Eugen Zarter Tengo un compañero. Que trabaja en agua curativa. Kurt. Tratamiento osmótico. En la boca abierta sin grito. Eugen Zarter Como lo dice. Señora Schlüter Hm. No me demoro nada. Veo los pelos oscuros de la nuca. Eugen Zarter Como si le estuviera hablando en otro idioma. Señora Schlüter Osmosis mañana. El silencio me hace pensar en Sandmann. pues bien. Una gota me cae en el rabillo del ojo. En el frío sin bufanda. Kurt creo que tienes razón. Le toco el hombro desnudo. Que no tenga a nadie más De quién preocuparse. No dice ni pío y sigue sentada en silencio sobre el paquete. Señora Schlüter.Que tiene adelante en su bolsa una cría. Algo retirado y en el fondo del fregadero escucho De nuevo su silbido. Voy a la cocina. Y me da pena. Y gritara su nombre. Están sobrevalorados. Así es ella la voz. Y cree que todavía lo estoy escuchando. Dice él. Lo único que usted querrá será beber. Son azul índigo. Señora Schlüter. Le dio impulso a su ambición. Se lo juro. Usted. Yin y Yang. Está tomando los cursos sobre ósmosis por su propia voluntad. Qué es lo que digo. Y la respuesta de la gruta fuera mi nombre. Porque Kurt es de un tipo oscuro. El olor de su mano. Donde uno escucha algo que va más allá de la ósmosis. Suena como si tuviera un sótano una voz debajo de la voz. Va a funcionar. Debe tener que ver con su voz. Porque Kurt está entregado con cuerpo y alma al asunto. Es por sus ojos. Que parecen cómo si le saltaran de la cara. Eso va a funcionar. El olor del queso se le mete a uno en la piel más hondo que la culpa. Así en sus ratos libres junto al trabajo del queso. Siempre en metáforas. Cuando lo que hago es desconectarme de sus historias. La voz es así tiene que imaginársela. Y la mira a los ojos. Dice Kurt. Pero sus ojos son azules. Simplemente abre la llave Y el manantial le llega hasta la cocina. En realidad él trabaja en el delikatessen al lado de la estación central. No son azules. Lo del agua apenas hace Un año que lo descubrió. Limpiecito sin minerales. 21 . Como si estuviera dentro de una gruta con estalactitas y estalagmitas. Antes de que Kurt. Pregunta y respuesta. En la barra de quesos. Ese tiene energía para repartir Kurt sólo él sabe cuando parar. Con esos ojos se pone a hablar de su ósmosis.La gente tiene que beber más. En fin. Antes yo tampoco estaba muy enterado. Cuando él habla de agua. Así es Kurt. Siempre distinta. No el suyo. Súper. Minerales. Señora Schlüter. Sus historias acuáticas. Porque él se toma bien en serio lo del agua. Sin hacer ruido Cruzo la puerta de su departamento y salgo. de pronto. El tirante rojo se le escurre por el hombro. Por un momento corto dejo mi mano sobre su hombro que sigue temblando. Eugen Zarter Señora Schlüter. Me mira a la cara. Señora Schlüter. Algo así no se dice en ningua gruta. Mañana. Eugen Zarter Silencio. Karin.Señora Schlüter Yin y Yang. A ella Kurt le gustó desde el princpio. La sonrisa. No estoy seguro. Mañana le mando a Kurt. Eso es lo que yo llamo justicia. 22 . Los hombros le tiemblan. Ahora los dos estamos untados de babas. Una gota de saliva Vuela haciendo un arco que llega hasta la rodilla de mi overol. Señora Schlüter Karin Schlüter. Los cabellos delgados que tiene en la cabeza levantan vuelo. Será que me pasé. Karin. Su cuerpo empieza a moverse sobre el paquete. Helga. No estoy seguro. De si ella llora o si está riendo. La señora Schlüter tiembla encima del paquete. Lo tomo entre mis dedos Y lo vuelvo a poner en su lugar. Todo el tiempo le estuve hablando por encima de la cabeza Justo en la coronilla. Zarter Ese es mi apellido. Más abajo en dirección a mi pierna La vi sonreir. Su nombre aparece así. Ahí donde el cabello se vuelve más delgado. Cuando yo estaba hablando de Kurt. Pero dígame Eugen. Eso fue tierno. Un par de sonidos rápidos le salen de la boca. La taza que tiene tu nombre escrito. Señor Zarter. Sobre la repisa de los zapatos todavía hay un par de pantuflas. Detrás tuyo el mar. Hace cuánto fue eso. Nuestro último viaje. Tarde o temprano. Pregunta Kurt. Helga. Son una catástrofe para el negocio de los jugos. La bufanda verde todavía está colgada en mi perchero. Me cambié a agua. Tengo miedo. Helga. A pesar de saber Que te la va a cobrar. El pedido de jugo de toronja. Tocan el timbre. Sobre el gancho. Y Kurt no está ciego. Kurt. Pero por alguna razón Sé que eso no le va a molestar. A la señora Schlüter.Sólo cuando estoy abajo caigo en cuenta De que no cerré la puerta. Tengo miedo. Que la bufanda verde vaya a enmohecer en mi pasillo. El dúrex se volvió a desprender. Miroslav Vulic Señor Zarter. Helga. Fieltro talla treinta y ocho. Tu foto. Eugen Zarter Esta fue la última. Esta mañana él vio tu saco. Fuerte Ventura. Cuatro años. Al final volvió a apretar el dúrex. Como si tú estuvieras presente. La bufanda. Como si en un momento más te lo fueras a poner sobre los hombros. Como cuando uno hace quedar mal a alguien en la mesa. Tu presencia. Miroslav Vulic Tipos como usted. Él te puede oler. Nos reímos. Pero la risa era. Como vas enmoheciendo en la pared. Tu foto cae en mi mano Como si te hubieras quedado sin fuerzas. 23 . Tú llamas la atención. Miroslav Vulic ¿Qué es esto? Eugen Zarter Esta es Helga. Miroslav Vulic Está medio desnuda sobre la taza del inodoro. Estoy harto de mujeres vomitando. Sólo un par de mechones rubios y detrás el mar. Sin los jugos de fruta. Miroslav Vulic Miroslav. Eugen Zarter Ya estuvo donde la señora Schlüter. Eugen Zarter Y usted. Miroslav Vulic Qué. No se ve mucho de ella. Se va tan tranquilo. Miroslav Vulic Quién es Helga. Eugen Zarter La foto con ese pedazo de dúrex en el borde Se asoma del bolsillo de la nalga de sus jeans. Eugen Zarter Esto es para usted. los jugos a las tres. Cómo así que usted. Miroslav. Ustedes sí que dicen sandeces. Todo lo que ella vomita. No he comido nada en todo el día. Podría contarle un par de cosas sobre Doris. Cómo se llama usted. En otra ocasión será. Eugen Zarter Doris Day Miroslav Vulic Doris Day hombre.Eugen Zarter Jugos de frutas. 24 . claro. Faltan tres escalones. El grito contra el escenario vacío. Siempre siempre es el mismo * “Se topan” se dice en Colombia “se encuentran” . III. Kurt. Ya pensaba. Del techo de bien arriba Gotea sudor de otra persona y me cae en la cara. A decir verdad. Que regrese el suelo. 25 . Miroslav Vulic Cuidado hombre. en fin. El pataleo de las botas de abajo Me levanta No mucho sólo un poco El suelo se ha distanciado cinco centímetros de mí. Las manos en alto. Ludger Hase Mi corazón. Los pelos negros el cuello desnudo que sale del saco. Se le ve la frente. La foto se le sale un poco más. Todas las cuarenta y ocho mil manos.Con Helga en el trasero. Eugen Zarter Abajo se topan* en el rellano de la escalera. Con el rabillo del ojo veo su bufanda esperando por él. Mi corazón es un concierto de los Stones. Alguien empuja adelante a la izquierda atrás por todos los lados Como sólo la sangre sabe presionar en pasillos estrechos. Espero. Pero no se cae del bolsillo. Por fin. Que no ibas a volver. Ese tremendo sentimiento De estar debajo de una ola Y silenciarse. Me echa una mirada azul índigo. bueno. Que el concierto empiece. Estoy parado Feliz En un lugar Inexistente. Así pasa. Hasta que perdemos la fe pero nunca la paciencia. La respiración.Miiiiiik Miiiiiik. Un posible juego de palabras sería “Miiico”. Ese día pintaba bien. La pregunta es Qué hago aquí. Descanso. Cuadrículas en marrón y blanco. No hay dudas. Con el corazón y con Mick Jagger. Se deja a la elección del director/a que lo ponga en escena encontrar un equivalente o dejar el “nicht” original. Ese ruido Mi mirada desciende persiguiendo el sonido. En algún momento Uno de los dos Perderá la fe en el otro. Y ahora Mick. en fin Inhalo con ruido exhalo con ruido Hay un sonido como de algo que se arrastra. Desde arriba gotea sudor de otra persona y me cae en la cara. Los labios muy suaves contra el micrófono. En este caso. It’s fucking nice to feel you. Por eso no se traduce. Encima mío hay ropa interior. Sin exprimir. Y arranca antes de que todo se acabe. Este es un cuarto de lavado. El suelo. Ahora sólo queda el paquete que fue devuelto desde Australia. Seamos sinceros. Punto final. 26 . Me siento bien. Una vez me atrevo Grito otra cosa algo que suena parecido Niiiiiicht*. A veces me cae una gota limpia en la cara. Estoy sentado meciendo las piernas Sobre una lavadora. Estoy en el sótano. Y se acabó el trabajo por hoy. Debajo mío en el tambor Cruje cada vez cuando pasa la misma tela.(Miiiiico) Justo en ese momento así ocurre siempre Encienden la luz Sale el grupo El baterista los bajos el saxofón la bella mujer vestida de negro. * “Nic ht” significa no. Fucking nice. es un juego de sonidos entre “Mick” (de Mick Jagger) y “nicht” (no). Esto es nuevo. Yo me hago una cerveza no un sándwich. El del paquete que fue devuelto desde Australia 27 . La miro. Justo quería volver a irme Porque Sandmann. Hanna mi pequeña beduina. Mil quinientas piezas en la sala. Hazte un sándwich (México : una torta). Te la devuelvo. Esto quiere decir dos horas de juego de cartas Y Hanna no tiene ni idea ni pasa angustia. Antes de los rompecabezas. Lo que para mí era antes. Y arma un rompecabezas. Armando su rompecabezas. La nuca de Hanna su piel. Qué hay de comer. Hola. Sueños del desierto se llama el nuevo. Y sígue armándolo. Yo le pregunto. Si al final estás muy triste Te daré gusto. En el bolsillo de mi pantalón. Porque hay algo que uno recuerda. Seamos sinceros. Hasta que oscurezca con los muchachos. Y entonces me pongo triste así es siempre. Va a decir ella. Pero eso toma su tiempo Un rompecabezas de éstos. Antes era una sensación Como la que hace un rato tuve en la escalera. Y me imagino que jalo De la pañoleta Hasta que su cabeza caiga en el desierto. La última está aquí. Que se multiplican en la pared. Ludger qué listo eres. Dirá ella. Son mil cuatrocientas noventa y nueve. Muy bien organizado. Un grano de arena igual al otro. Está sentada en el piso. Entre nos. Con la pañoleta rosada de seda. Ya es tan tarde. Le veo la nuca. Y Hanna está en la casa Cuando tú entras. Con eso de verle la nuca. Simplemente sigue jugando. Difícil.Hanna piensa que llego a las cuatro. Hombre Ludger. No estaba. En la que dos reconocen Que fueron hechos el uno para el otro. Rápidamente estoy junto a ella. Sencillamente está ahí. Quien siga en el cine a estas alturas Debe tener mucho aguante Pensé en el paquete en los muchachos del bar. La mujer está a punto de estropearme La tarde A punto de cerrarme la puerta en las narices. Van a perder la oportunidad para siempre. Como una película. Porque saben Que si no aprovechan el momento Y hacen lo que tienen que hacer. Lleva puestos unos jeans y dos suéteres hasta la rodilla. Tiene rizos en el cabello pero ningún peinado. Me mira con unos ojos gigantes. Contra el martilleo en mi pecho. Lo que los desconcierta. Recíbalo usted. Pensé. Repartir paquetes. El señor Sandmann del tercero no está. Soy todo oídos. Me mira como Hanna me mira Que confunde mi cara con El papel tapiz que está detrás mío. La besé bajo la lluvia. Estatua. Open Air. El paquete. De Australia. Ningún sonido es más fuerte Que el del chorro de sangre llegando al cráneo. Me puede oir. Para el señor Sandmann. De su departamento sale un olor a carne Sangre en su recorrido hacia arriba. 28 . No se mueve. El concierto cardiaco. Sacar la basura. En ese momento ella abre su puerta. Grito contra la música que está en su oído. Ojos que se meten muy profundo dentro de mí Tan profundo Que me atraviesan. Y ahora arma rompecabezas en la sala. Con la bolsa de la basura Y esos tapones en la oreja. Pensaba en Hanna. La mujer con los rizos el hombre con el paquete. Tal vez llueva. Lo sostengo enfrente a ella. Que reciba el paquete. Música en vez de grandes palabras. Como los dos sabemos hacerlo ella y yo. Los Stones los Doors en fin. Mueve la cabeza. Entonces vuelve a salir de una esquina el corazón. Easy going. Por un par de momentos Un silencio sepulcral. Así como ahora. La lluvia sobre las pestañas de Hanna. Sabes por cierto Que los Stones darán este verano De nuevo Un Open Air. Todo queda en silencio. Eso fue todo. Un canguro. Ambos la mujer y yo miramos el paquete con todas sus stickers. Sabe. Esto también es como armar rompecabezas. Antes yo también era como usted. Silencio. Tus labios serán suavizados Una vez más Por el agua. A lo mejor tenemos suerte. Qué beso.Ya sáquese esas cosas de las orejas. Púdranse. Putas de mierda En Disneylandia. Hanna. Cerca para que lo pueda agarrar. Sencillamente parados aquí en la escalera Muy callados sin molestarnos Caminando lentamente entre los recuerdos. Como si oyera una parte muy importante de la música en su oído. La verdad es que me gusta ser cartero Lo malo es que todas las noches La jornada del día Se acaba. Vomita 29 . Entre él y el suelo tres burbujas En señal de que el canguro salta. Ya nada bombea nada suena dentro de mí. La sensación de estar vivo. A veces Hanna dice en voz alta en la cama Ludger. Ei. Ella hace un movimiento brusco. Quiero saber si todavía existo. Que cuando a Ludger le da su ataque Ellos siempre piensan en Joe Cocker. Ni me entero De lo que sale de mí hacia afuera. La mujer de la bolsa de basura se desvanece enfrente mío. Deja ya de cantar. Así puedo ir Tranquilamente con los muchachos al bar. Los fantasmas Dicen No tienen piel. ei. Nada. Dejo que mi cuerpo Caiga como un bolso que se escurre del hombro. Entra en su departamento. Yo estoy sentado aquí. Se acabó. Ayúdame tu con la basura. Mi mirada se va por lo negro o lo blanco Una luz me roba la visión. Su oreja. Que yo no soporte a Joe Cocker. Golpea la puerta. Y tu sientes algo que es como piel. Me conmueve. Ya. Lástima.Como un borracho Entra sangre a las arterias aquí adentro. Para atrás. Su música mi mano. Como si yo fuera un insecto. Hasta la punta de los dedos irriga mi sangre. Si te rozo muy ligeramente. Hasta donde yo sé. ei. Simplemente avísame. Mi respiración suena fuerte cuando entro a escena casi melódica. La luz se vuelve más tenue. No tengas miedo. Quietud. Ese debe ser el camino fácil Llegar a tocar su oreja. No oigo nada. En el lugar más ruidoso del río. Los muchachos dicen. Qué es lo que escuchas. 30 . Rápido. Besé a Hanna bajo la lluvia. Mis ojos están bien. Lo reconozco cuando lo tengo enfrente. Enmudecido. Cartero. Ludger Hase Regresé. Nunca en la vida Había visto una clavícula brillar tanto. Yo sé quien tiene problemas de corazón. Una mujer un vestido.Seamos sinceros. Pasos. Yo sé lo que es un ángel. Está sudando. Esa justamente es la forma Con la que uno se enfrenta a un fantasma. El timbre nada más fácil que eso. Ya acabó su jornada laboral. Dios mío. No me habla. Ludger Hase. Y el paquete. Un vestido así de rojo Sólo se ve en la televisión. Su cabeza yo sé como es eso. No sé Todavía no sé Si existo. El cielo ahora lo sé Es un paisaje de piel blanca. La mujer del vestido. Porque abajo en el cuerpo hay guerra 31 . Eres como Hanna. Alguien me oye viene hacia mí. En la puerta de enfrente. Por qué no abre. Señora Schlüter Qué hace usted acá es la una. Todo en orden allá adentro. El timbre ese fui yo. Oigo el crujir del paquete entre mis manos. No a un cartero. Schlüter. Insuficiencia cardiaca. No hagas Como si yo no estuviera. Es un búnker lleno de sangre. Cumplir este mandado Entregar el paquete A ver si lo logro. Hora de descansar. Los stickers ya no aguantan mucho. Ella sonrie. Pues es que su vecino del tercer piso. Todo volverá a estar bien. Cuando te besé y cayó la lluvia. Mire usted. Le dije eso. Sandmann. Como el del programa a la hora de dormir de los niños El no está. Todos esos canguros. Con eso ella entra en un ánimo que no le da opción distinta a ser gentil. El no está. Mejor que programa para ir a la cama. Dijiste Oye Y te reíste. El paquete se convirtió cómo decirlo En una cuestión de vida o muerte. a recibir el paquete. Hoy no hay juego de cartas. Porque no quería irme Con el paquete en la mano. Si entre los dos logramos arreglarlo. Deja de sudar. Las bolsitas. Recíbalo usted por él el paquete. El programa para que los niños vayan a la cama. Yo consigo los boletos de entrada. Las bolsitas. Con el corazón.Yo pensaba. Señora Schlüter Oiga usted. Eso era. De Australia con canguros muy tiernos. Aplana los stickers. No está. Con el paquete. Que dejes de sudar. Como si supiera Que por hoy de nuevo nos salvamos. No se comporta para nada De acuerdo con su rol De simplemente recibir el paquete. Le gusta mi vestido. Hanna. Así como a veces uno juega con el destino. 32 . Tu frase bajo la lluvia. Tengo que reir. También pudo haberle importado un carajo. Ahora me viene a la memoria. Paula. Se te olvidaron las pastillas. Voces palabras Aparecen de pronto Sin dar aviso Sin que uno las desee. Habría dicho. IV. Estas cosas. No tengo tiempo para esas cosas. Eso ya es algo. Si tuviera la opción de escoger una última frase Escogería esa. Se te olvidaron tus pastillas. Debajo mío la centrífuga de la lavadora. Esa vez. Esta mañana todavía lo recuerdo. Qué dijiste. Igual que esa vez. Eso es tan romántico. Pero así no funciona esto. Si hubiera podido decir algo. Te gusta mi peinado. Con la señora Schlüter. 33 . Que bajo la lluvia no hay peinados ni vestidos. Se te olvidaron tus pastillas.Ludger Hase Tengo que reírme. Sólo pestañas empapadas. Anda esfúmate amigo. Tengo que estar pendiente del gulasch. Tengo en mi mano Color de arena color de manos La pieza de tu rompecabezas del desierto. Oye. Es el día en que volverás a hablar. Tú dijiste. Ludger. Paula Lachmär Si alguien me hubiera dicho hoy. Igual que hace un rato. Será que la señora Schlüter entiende El chiste que hay en esto. Si mi corazón resistía el día o no. Hoy. La cuestión de la basura. Indigesta. Te vas para afuera. Y no importa lo que digas Siempre hay alguien que lo toma mal. Las ventanas se empañan.Y de pronto estás en medio del asunto Metida en una conversación de mierda. Desde el seis de diciembre. Ochenta y nueve escalones. Lo importante es cocinar. Cuatro pisos. Esto es el cincuenta por ciento. Veintiocho pasos hasta los contenedores. Vacía por dentro. Bastante más. Sí las tuve. 34 . Bien. Por ejemplo hoy al mediodía. Bien. Después de veinte escalones puedo oler el gulasch. El aroma. Bolsa mía. Aquí adentro hace más calor que afuera. Mientras que en la estufa hierve un gulasch. Día de San Nicolás. Aquí hay de esto todos los días. Gulasch. No es que no hubiera tenido conversaciones este invierno. Tomillo orégano carne. Todos los días un gulash. Para adentro. El Gulasch se acomoda Alrededor de mi cabeza como una segunda piel. Las ventanas el vapor en el aire. Los primeros dos días yo no podía con la comida Sólo estaba ahí tirada. Que no nos entendamos mal. Carne pesada. Ese es un diálogo mudo Muy íntimo. Estaba pesada y caliente porque se estaba fermentando. Mi mirada se metía cada vez más hondo En la rosa de estuco en el techo. Yo y la bolsa de la basura. Debajo de la tapa del bote de la basura estaban Ya casi en el borde superior Los pedazos de carne de ayer. Todos los días fresco. Lo importante aquí no es la comida. Agarré la bolsa. El camino de vuelta es más fácil. Grité. Diez nueve ocho. . Antes del seis de diciembre. En la esquina. El tercer día pasó algo. Afuera la señora Schlüter. Pero si yo soy asistente asistente de abogado en una oficina (México: un bufete) de abogados. El nueve de diciembre me dio hambre. Quería sal Sal. Nada. Quedó relegado a un rincón. La mano derecha derecha. Amputación de la mano derecha. Carne de cordero. Y lo mejor en la nevera. De algún lugar una cebolla larga. Me senté en la cocina sobre la silla Y observé cómo se descongelaba la carne. Gracias. Noqueado. De repente tenía tiempo. La de al lado. Hambre.Yo ya no era nada. Ya. 35 . En el balcón se marchitaba una albahaca. El timbre. Todo lo que antes me apuraba. Pasta de tomate un pimentón amarillo. Uno. Sale. Tenía tiempo. Asistencia de mujer asistente. Siete seis. Me levanté. Hay que imaginárselo. Qué puede hacer Ottmar Steiner sin asistente. Poco antes de las siete. Mi primer gulasch tardó seis horas. Con mayor razón da rabia. Cinco cuatro tres dos. La mano derecha de Ottmar Steiner. Poco antes de acabar. Cuenta regresiva. En la que mi cuchara estaba metida para revolver Vuela de la estufa. Con la cuchara. Todo el gulasch Estaba regado por el piso de la cocina marrón y jugoso. Esa era yo. Esos pedazos. La olla. Los consigo en Edeka * . Los primeros clientes Que se aglomeran antes de las nueve en la entrada Ya se han ido a las nueve y diez. Un momento. Sesenta y siete gulasch. El paquete de kilo y medio. Una semana cordero y una semana cerdo. La carne la saco del congelador. Sesenta y nueve días sin pronunciar una sola palabra. Lo de la basura. Es bastante seca esa mujer de Edeka. La mejor hora. El nueve de diciembre. La cajera todavía tiene el sueño pegado en los ojos. Edeka está en el mismo edificio. La mala suerte que tuvo el primer gulasch No me volvió a pasar. En la olla. Muy práctico. El resto va a la basura. Sal. Las semanas de cordero me sientan mejor. Desde entonces nada más. Ir de compras. Me gusta. Es como una maldición.* Pero algunos no te quieren dejar pasar. Una de sus líneas de trabajo es la de los supermercados. Lo solucioné con algodón. 36 . El problema del timbre. Se ve mejor. Que uno tenga que empezar un Gulash de éstos haciendo compras. Menos los dos días con gripa en la cama. Hay que sacarla dos veces a la semana. Eso es un problema. Hay de vecinos a vecinos. Los ingredientes los compro el martes a las nueve y diez. * En Colombia se dice “hay vecinos de vecinos”. En Edeka. A veces soy la única clienta. Siempre cocino para dos. Las semanas de cerdo hacen más basura.Esa fue mi última palabra. Esto suma. Y no dice ni una palabra. Hoy. Me gusta variar. * Uno de los consorcios de comercialización de productos alimenticios más grandes de Alemania. Los ingredientes. El problema son los vecinos. Clavada. No hay movimiento en las escaleras. Con los tapones mudos en la oreja En el umbral de la puerta. Te miran tristes con ojos pequeños. Pero te dejan en paz. Ludger Hase El señor Sandmann del tercero no está. En la entrada de mi departamento. Estoy parada Con la basura. Se para frente a mí. Con la basura. Nadie te habla. No necesito a nadie Que me diga lo que pienso. Me meto algo en las orejas Y soy inaccesible. Necesito silencio. Ludger Hase Me puede oir. Ahora. Abajo en el rellano de la escalera al cartero. El silencio absoluto En el que el hervor del gulasch se escucha desde la distancia. Todos me enloquecen. Aunque haya puro silencio en el oído. Y no es que sea el más joven. No necesito a nadie que hable. El walkman fue mi salvación. Eso funciona. Demasiado cerca demasiado.Sin decir algo. 37 . Los vecinos. La música no es para mí. Paula Lachmär Sube dos escalones a la vez. Todos. Seguro. Grita. Vamos. Atrás mío el gulasch. Con un paquete. De pronto veo callado y amarillo. Él me ve. Sobre separación de basura pelos de gato consumo de agua fría. Eso me saca de quicio. Escucho una voz. Y estoy bien metida en ella. La canción conozco esa canción. A pesar de que sé. It’s all over now baby blue. Que el walkman no tiene casete. No tengas miedo. Se ve como un regalo. Paula Lachmär Me menea el paquete enfrente de la nariz. El cartero empieza a bailar. Música en vez de grandes palabras. Ludger Hase Ei. Ludger Hase Por favor sáquese esas cosas de los oídos. Qué beso. La suya. Por todos lados stickers. Muy fuerte. No puedo. Paula Lachmär Me saca un tapón. Me toca la oreja. Esta es una trampa. Quién es Hanna. 38 . Los Stones los Doors en fin. ei. Como un regalo para un niño. Lluvia en las pestañas de Hanna. Recíbalo. No puedo soportarlo. Easy going. Paula Lachmär No lo quiero no quiero el paquete. Para el señor Sandmann. La sensación de estar vivo. Ludger Hase Qué música escuchas.El paquete. Sale fuerte del Walkman. ei. Con el paquete. Paula Lachmär Qué hago. Ludger Hase Antes yo también era como usted. De Australia. Se va. Paula Lachmär Mi corazón palpita fuerte. Ludger Hase Todo en orden allá adentro. 39 . A través de la mirilla de la puerta. Lo veo amarillo con el paquete. La basura se me cae de la mano. Paula Lachmär Pasos algo cruje. Quiero abrir la puerta E invitarlo. Nadie. Ludger Hase Y el paquete. Regreso a mi departamento. Ei ei ei. En otro lado. Ludger Hase Eres como Hanna. Paula Lachmär Toca el timbre. No tener miedo. De Hanna Le haría un té Compartiría mi gulasch. Quién es Hanna. A través de la mirilla su espalda todo un cartero.Paula Lachmär Regreso. Cerrar los ojos. Ludger Hase Recíbalo usted. Oigo un timbre. Silencio. Muy bajo Oigo su voz. No se oye nada el algodón aguanta. El paquete. Ninguno de nosotros se mueve. Donde la señora Schlüter. Me podría contar de antes. El paquete. La cabeza. A pesar de que no veo muy bien podría jurar Que ella sonríe. Pensé en Hanna. No la dejes ahí parada. La Señora Schlüter. La piel debajo el cuello un seno salido Está blanca como la cal. Paula Lachmär Eso uno no se lo pregunta a un cartero. A lo mejor le gusta el vestido. Pero. En ésta época del año oh lá lá. Señora Schlüter Dígame. No. Y no se mueve. Le gusta mi vestido. Pensé. Sin saber quién era. Mira para arriba.Paula Lachmär Detrás suyo algo relumbra. Se va. El vestido. A lo mejor. Por un momento olvido la madera Que tengo enfrente de la cara. La señora Schlüter. Las bolsitas. Cierro los ojos. Y ella se queda ahí. Algo que no debí haber visto. A través de la mirilla. Aunque. Como de una niña. Se voltea el cartero. Redondita y mal enfocada en la mirilla de la puerta. No así. Pensé. Tiene la cabeza ladeada está bien roja. 40 . Paula Lachmär Ella recibe el paquete. Con el paquete. Ludger Hase Desde Australia con canguros muy tierno. En un vestidito tirantes delgados como espaguetis mucha mucha piel. Mire usted. Algo rojo. Como si hubiera visto algo. Así nomás. Me mira directo a la cara. Por un momento olvido que ella no la puede ver. Mi cara. La mandíbula contra la madera y los dientes crujen. Sobre la espalda la cabeza sin nada que la sujete Encima mío una cara. Baby blue. Claro que lo dejé entrar. El jean negro. La puerta se cierra. Con la puerta a mis espaldas me desplomo. Alfredo del ala lateral. Lo más importante de todo. No me demoro. Mi jean negro está a mi lado. Ojos. Por mi esposa. En la cocina borbotea A fuego lento El gulasch. En la cama. A mí. No importa no importa. Me permite brevemente El nuestro está dañado. Lo que importa es que. Y lo más importante. Y le sonrío de vuelta. No hay chance de que los pensamientos Pasen Por el dolor en la cara. Cierra la puerta. It’s all over now baby bl – El golpe. Ei ei ei. Lo bueno es que. Tiene que ir al hospital. Abajo una puerta se cierra de golpe. En ese entonces. Al lado mío crepita la bolsa de basura. Quiero decir. Soy yo. Alfred del ala lateral. Es suave la cama. Soy yo. Y el hombre Se veía Como si en verdad tuviera un problema. Usar su teléfono. Nadie me saca de aquí. 41 . No importa no importa. Era día de San Nicolás. Nunca lo había visto. Alfredo del ala lateral. Lo bueno de eso es que. A mí. No pensar en nada no pensar. Abro la puerta. Todo esto dura un tiempo. Demasiado tiempo. La cara ahora sólo está roja en algunas partes. Este intercambio de miradas entre ella y yo. Tengo sabor a hierro. Y no dice ni una palabra. El paquete. Ella me ve tiene que verme. Azul. La carne las verduras la salsa color marrón rojizo. Mezclada con rojo me convierto en violeta y con amarillo en verde. Como uno sostendría a un niño ajeno. Nunca lo había visto. Un pedacito de carne color marrón Se escapa de la bolsa Y me cae en la mano abierta. Lo pongo de vuelta en la bolsa. Las sábanas son nuevas.Huele a mí. Lo más importante Es que ya nunca olvidarás al Alfred aquel. Ahora puedo ver entre sus dedos. Con toda claridad. Ahí estaban las sábanas Ikea. Baby blue. Con ese vestido. La luz de las escaleras cambió. Todos los restos del gulasch. Ella lo puede ver todo. Su mirada está exactamente a la altura de la bolsa de basura. Lo más importante es que. Azul marino la semana pasada en Ikea. Y no dice ni una palabra. Vamos. Soy un color. Azul. Así soy yo. La señora Schlüter. Sentada sobre el piso con ese traje. Perdí tiempo perdí el tiempo. Ei ei ei. Estamos totalmente calladas ella y yo. Tiene las manos metidas entre sus piernas y ahí sostiene algo. Será que la señora Schlüter tiene una cita hoy. Con el pedacito de carne en la mano Me levanto. No importa no importa. Con algo de distancia pero con mano firme. Ella en la puerta y la puerta abierta. 42 . Soy el culo de un soñador. Alguien me puede decir quién es Hanna. No hay nada allá arriba que me esté llamando. Preguntas. Yo me quedo. Algo que casi hace que me le lanzara A los brazos de un cartero hace un rato. Sólo ahora pienso en la puerta del departamento. Le está yendo muy mal te necesita. La precaución. En cualquier esquina puede ahora estar alguien. El pasillo vacío de su departamento. Durante mi excursión para alejarme de mí. Soy Alfred. Sólo abajo junto a los contenedores de basura pienso en el walkman Que quedó en el corredor junto a los tenis. Por qué andas por ahí sentada en el corredor. El gulasch no. Ella se va. Que a bajar. A su destrozada existencia. Nadie Se cruza en mi camino. Se retuerce entre su vestido rojo. O rubor. La señora Schlüter no. Preguntas raras que tengo. Qué día de mierda. A qué se deben las manchas el vestido. Y Hanna. Yo bajo sin prisa. El paquete desaparece. Para acercarme a ustedes. Para que todos vean lo mal que estás. Estás muy mal Schlüter se te ve. Vieja envejecida. Que quedó abierta El camino hacia arriba es una lucha por coronar cada escalón. Se me olvida contar los escalones Mierda. Me abandonó lo que me tenía viva. Algo me empuja más bien a subir.Podría ser un brote. Aguardando en acecho. Se levanta. Debajo de la mesa detrás de la cortina entre la puerta y el armario. 43 . Ve con ella. Algo que ya se me había olvidado. Ei ei ei. Como si nunca hubiera estado ahí. Para qué dejas la puerta abierta. Paula Lachmär Todavía cinco escalones hasta llegar donde él está. Sangriento esto será algo en verdad sangriento. Miroslav Vulic Por poco entro. entendí. Miroslav Vulic ¿Qué es esto? Un cocido. Miroslav Vulic Sí. Me detengo. Mon ami. Miroslav Vulic Sabroso. Gulasch. Mi voz suena oscura. ¿o qué? Paula Lachmär Gulasch. En voz muy baja. Paula Lachmär Frente a mi puerta Con actitud de celador Está sentado un hombre sobre una caja de botellas de jugos.Miroslav Vulic Acepto tu departamento. No he comido nada en todo el día. Miroslav Vulic Estuve vigilando. Podría gritar pidiendo ayuda. Tu sí que confias en la humanidad. Paula Lachmär Lo repito dos veces más. Paula Lachmär Yo podría yo voy. 44 . Gulasch. Qué aroma. Como extraída de algún lugar por allá abajo. Yo voy a Agarrar una botella Apenas él se levante Siento la tensión de los músculos en mi brazo Estrellarle la botella en la cabeza. No me toca la mano. Cuando tensa el arco allá en el bosque. Estoy harto de ustedes. Dice Miroslav. Paula Lachmär Si me tocas te mato. Miroslav Si tú me tocas yo te mato. La vuelvo a sentir. ∗ Paula dice esto hablándose a sí misma. Paula Lachmär Gracias por vigilar. Miroslav Vulic Estás congelada. Paula Lachmär Me mira. de sus locuras. Sostenlo y estíralo con la otra mano∗ . Como si me lo hubiera inventado. Paula Lachmär Tengo que pensar en Robin Hood. Cansado desde sus ojos oscuros.Paula Lachmär El tipo se levanta y se estira. No se mueve de donde está frente a mi puerta. 45 . Miroslav Vulic Bienvenida Paula. Miroslav Vulic Con gusto. Nada más sólo cansado. Soy Paula Qué locura Soy Paula. Pone una mano en su espalda. Como si tuviera motivos para confiar en él. Paula Lachmär Me pongo en marcha No lo puedo creer Los cinco escalones hasta donde él está allá arriba. Miroslav Vulic Cajas de mierda. La tensión muscular en el brazo. Suena muy raro. Sí. Baja las escaleras con la caja. Miroslav Vulic Eres peligrosa o qué.k. Miroslav Vulic Tengo que llevar esta caja a donde Zarter allí enfrente. El gulasch. Paula Lachmär Igual yo. Miroslav Vulic Mon ami. Tu Gulasch. Miroslav Vulic Perdón.Así me siento. Paula Lachmär Para dos. Sobrevivió el gulasch. En tres minutos estoy de vuelta. De algún modo se siente bien. Es que tengo un hambre. Te lo ganaste por abrir la boca. En voz baja digo. No. Como la flecha poco antes de su vuelo. Alcanza para dos. Mi voz me trae recuerdos oscuros Del hombre con la caja. Persuadido. Pero no desapareció. Paula Lachmär Se fue. Perdón. Por las escaleras 46 . Paula Lachmär No creo. Está saliendo el sol. Miroslav Vulic O. Tres minutos. No he comido nada en todo el día. Tres minutos. Dios mío. Te felicito. Hola. Paula Lachmär Persuadido. Se encogió se ve más ocuro. Sigue así. Todavía está afuera. Miroslav Vulic Todavía tengo dos roscas de amapola * . típicamente alemán. Miroslav Vulic Qué día de mierda. Paula Lachmär Silencio. Paula Lachmär Su voz sus puños golpeando contra mi puerta. Paula Lachmär No importa. 47 . Miroslav Vulic No importa. Ojalá Yo lo dejara entrar. Ahora. Y yo adentro. Imagínenselo. Paula Lachmär No sé si alcanza para los dos. * Un pan dulce relleno de semilla de amapola. Es que al final sabes. Ei ei ei. Paula Lachmär Ah. Miroslav Vulic Qué es esta mierda. Que todo esto no tiene nada que ver contigo. Que al final todo comience de nuevo. no te quejes tanto. Despierta. Miroslav Vulic Qué antipática (México: sangrona).Persuadido. Miroslav Vulic Abre loca estrafalaria. Lo que importa. Mon ami. Caer por las ranuras del drenaje. Todos ustedes tienen una tecla suelta. Que eso es la gran cosa. Cuando todavía había algo para acariciar. Siempre están metiendo el rabo el mundo y Doris también. Acariciar una tabla. No me salgas ahora con Doris Day. Antes. Así es ella. Esa es mi chica. Ahora algo se interpone entre nosotros. Quiero decir. Quiero decir. Siempre la acaricié con gusto. V. Ojos grandes azules y rubia. Mon ami. Por qué sino estaría tragando tanto Si en realidad quiere ser delgada Porque ella es consigo misma como un pitbull. Cada vez quiere ser menos. Que es divertido. Ahí alguna vez había salido el sol. Que siente y huele y ve Todo lo que sale de ella Y sabe que el gargajo asquiento se llama Doris Hammerschmidt. Doris y yo. Y si me lo preguntas Ese fue un día muy especial para el mundo Este mundo de mierda debería haber hecho lo imposible Para que a Doris la dejen en paz Para que tranquilamente pueda ser ella misma Porque ella misma Es dinamita Pero el mundo no es así Estar simplemente contento consigo mismo y con Doris. Así es ella consigo misma Un pitbull. Lo que se mete Lo necesita todo Para mantener elevado su nivel de agresividad Se mete el puño hasta el fondo hasta el gaznate de la Doris. Ahora se siente como si Como si estuviera acariciando a un perro pitbull Y eso a contrapelo. Mi Doris es rubia de nacimiento. Una maravilla.Paula Lachmär Qué suerte la mía. Yo hablo de Doris Hammerschmidt. Piensa. Miroslav Doris Day qué va. 48 . Las matemáticas. Nubes gordas y bien cargadas nubes matemáticas. Me besa y es el paraíso. Imagínate cómo se siente eso De trabajar como mula nomás para un inodoro. A veces también lo olvido todo. El paraíso me lo imagino distinto porque en el paraíso No besas una mujer con mal aliento. Y la sostengo con fuerza la imagen. Eso da puntos yo lo sé. Digo. Hoy por la mañana por ejemplo en la panadería. Y para eso no necesita ningún sol. Si allá hubiera roscas de amapola. Porque Doris de todos modos va a vomitar después del beso para estar segura. Y morderlos con ella justo en el centro. Pero entonces volvió a aparecer. Hiede y tiene los ojos bien abiertos. Donde el relleno está bien jugoso. Ella calcula lo que tiene que echar fuera En relación con lo que consumió Para llegar a números negativos Yo calculo lo que compra y se embute y vomita después Más lo que vuelve a comprar y a embutirse etc. Lo que el sol no hace porque él sí es inteligente. Y yo le sigo el juego. Mejor que hacer cuentas. Y veo en sus ojos el cálculo Doris cuenta por cuántas calorías sale un beso así. Cuanto tiempo debe durar el beso Para gastar las calorías que se comió en la media tableta de chocolate Y así no tener que correr al inodoro por media tableta de chocolate. Hace un momento la señora Schlüter Vomitó en el inodoro como Doris. La imagen de Doris encima de la taza. Quería llevárselos en la pausa del medio día. Y hago todo esto para que salga ese sol de mierda. Las matemáticas el mal aliento el inodoro. 49 . Vomitar es algo que sabe hacer muy bien. Eso lo hacemos ambos. Así nomás. Así nomás. Lo puede hacer a oscuras. Y facilito llego a los números negativos. Tiene los ojos cerrados y huele a una flor esa mujer del paraíso. La mayoría del tiempo estamos haciendo cuentas. Le chupo el jugo de la otra mitad de la tableta La que todavía ni siquiera se ha comido. Compré así nomás dos roscas de amapola. Antes. Y las roscas de amapola en el bolsillo de mi chaqueta Porque ellas no se merecen eso La furia del perro pitbull. Doris hubiera volado hasta Marte. Y Doris hombre. La misma rabia. Quiero decir. No sé si lo que había en el inodoro fueron semillas de amapola. O de otra flor. En todo caso Ese no es el sitio más apropiado para las flores. VI. Señora Schlüter Se acabó la tranquilidad. Hans Werner Sandmann Devuelto nunca llegó. Nunca llegó. Mira mira ahí está mi nombre. Señora Schlüter Mi nombre mi nombre. Hans Werner Sandmann Karin el paquete. Señora Schlüter Olvídelo Hans Werner Sandmann Karin el paquete pero ya. Señora Schlüter Es mio. Hans Werner Sandmann Suéltalo. Señora Schlüter Hans Werner. Hans Werner Sandmann No. Señora Schlüter Hans Werner estás llorando. Hans Werner Sandmann No. Señora Schlüter Ven acá. 50 Hans Werner Sandmann No llegó nunca. Mira ahí mi nombre. Mira los stickers. Los puse yo no son tiernos y y todo en vano Ella está muerta. Karin. Muerta. Joanna Fringle está muerta. Nunca sabrá Que no era mi intención Matarla. Señora Schlüter Joanna Fringle Despierta Hans Werner. No me vengas a decir Que esta cabeza que estoy acariciando Es la de un asesino. Hans Werner Sandmann Exacto. Un asesino la cabeza de un asesino. La prueba está en tus piernas. El paquete. Era para que estuviera en las piernas de Joanna Fringle. No en las tuyas. Pero de qué sirve un paquete en las piernas de una muerta. Señora Schlüter Por eso lo tengo yo. Hans Werner Sandmann Porque ella está muerta. Señora Schlüter Y yo no. Hans Werner Sandmann La vida no es justa. Señora Schlüter Mierda. Hans Werner Sandmann Lo más loco de todo De todo el asunto con el asesinato Es que tengo una coartada. No pude haber estado ahí En el desierto de Australia Porque estaba en mi cama. 51 Señora Schlüter Entonces lo hizo otro. Hans Werner Sandmann Yo fui. Señora Schlüter Calma calma. Jurídicamente de todos modos no sirve de nada La coartada de la cama. Si estabas solo. Pudiste haber estado en cualquier lado. Hans Werner Sandmann Siempre estoy en la cama. Señora Schlüter Echado del trabajo. Hans Werner Sandmann Siempre me quedo dormido. Señora Schlüter Cuántas veces. Hans Werner Sandmann Veint itrés veces. Señora Schlüter No se te ve todo lo que duermes. Hans Werner Sandmann Yo lo sé lo sé. Ve tú a Australia cada noche para que veas. Piénsalo. Por qué envío un paquete a Australia. Porque estoy muy cansado, muerto del cansancio. Señora Schlüter Se me está durmiendo la pierna. Hans Werner Sandmann Karin. Puedes soportar algo de Sex and Crime. VII. Paula Lachmär Vive en el ala lateral el tipo ese. 52 Yo le abrí. Pregunta de nuevo. Miroslav Vulic Le abriste. Eso dijo. Miroslav Vulic Da igual.Se llama Alfred. Paula Lachmär Alfred. Paula Lachmär Da igual quiere decir. A mí Me folla folla folla. Así ocurrió. Así uno no se puede llamar. Cómo que da igual. Me da su nombre Pregunta si yo se quién es él Me arroja con la cara al piso. 53 . Miroslav Vulic Alfred. Cuenta algo sobre su mujer. Paula Lachmär Da igual. Se va Alfred. Lo enferma que está Que necesita un médico un teléfono. Paula Lachmär Claro que le abrí Miroslav Vulic Y ese tipo corre del ala lateral A la parte trasera del edificio Porque sabe Que la salvación de su mujer enferma Es un teléfono en el cuarto piso. Yo abro. Si ahora sé quién es él. Me folla (coge) entre mis sábanas azules. Por qué fue así. Así es que da igual. Así fue. Miroslav Vulic Alfred del ala lateral. Quédate. Qué quiere decir eso. Olvídalo. Miroslav Vulic Cerdo. Alfred del ala lateral. Miroslav Vulic Venganza. Miroslav Vulic Quédate sentado. Miroslav Vulic Si ahora te pones a comer. 54 . Lo voy a agarrar. Miroslav Vulic Pero si no se trata de eso. Paula Lachmär Cuál. Paula Lachmär Entonces qué. No has comido nada en todo el día. Paula Lachmär Quiere decir. Miroslav Vulic Come. Paula Lachmär Y entonces de qué se trata. Paula. Miroslav Vulic Entonces quiero saber. Paula Lachmär Quédate sentado. Paula. Come.Paula Lachmär Ahora sé quién es. Venganza. Cuál de los dos es el sicópata. Paula Lachmär Quédate sentado. Paula Lachmär Quédate sentado. Come. Miroslav Vulic Y qué de la venganza. Esto significa mucho para mí. Lo que es ser un color. Paula Lachmär Da igual. En las que que todo se entiende mal Caí en ella sin quererlo Con Miroslav y con el gulasch. Paula Lachmär Entonces quédate.Miroslav Vulic Yo no. Esas conversaciones. De Alfred el del ala lateral. Me da asco. Por lo menos al principio. Miroslav Vulic Da igual. Por qué lo dejaste entrar. Paula Lachmär Justamente a eso me refiero. Nadie. Tan hambriento y cansado. Y él ni toca el plato 55 . Y él pregunta. Que pueda tocar un color. Le cuento Del dolor en la cara Lo bien que se siente eso. Por qué. Y porque el pobre se veía cómo decirlo. Y tuviéramos mucho que contarnos. Pero la cara de Miroslav. Me gustaba su cara. Porque no hay nadie. Con la rosca de amapola. Azul. Sí yo sé que eso suena a Yo tampoco tenía nada en contra de la otra cara. Compartir con él mi gulasch. Y al final Uno vuelve a estar como al principio Sin saber nada el uno del otro. Porque era tan simpático. Me puso nostálgica Como si hubiéramos sido amigos Alguna vez en el pasado. Yo le quiero decir. Miroslav Vulic Qué es eso. Hans Werner Sandmann Cuando tocaron el timbre Debió haber sido el cartero Con el paquete. Dos platos. Y habla con esa respiración salvaje llena de hierbas y de carne. 56 . Miroslav Vulic Un paraíso. De esas venas azules y rojas y rojas azulosas. A pesar de que esto en verdad no pasa Muy a menudo Que uno mire con gusto la cara de alguien Mientras uno está comiendo gulasch de cordero. Paula Lachmär Alguien está en la puerta. Pero ninguna. Lo único que tiene son ojos. Que en cualquier momento pueden explotar y salpicar toda la mesa. Y eso sí que es. Ella me mira. Ya habíamos llegado al punto Mi punto favorito Donde su cabello se ve negro sobre el suelo del desierto Una especie de abismo para su rostro Está llena de arena y desnuda y yo también Y siento el sol en la parte baja de la espalda Hasta que me pone sus piernas heladas en mi cintura. Ese punto en verdad excitante. Y ni arriba de los párpados ni abajo tiene ninguna. Paula Lachmär Eso sí que es algo especial. Paula. Miroslav Vulic Eso fue hace tanto tiempo. VIII. El punto. Con una mujer. Paula Lachmär De alguna manera sí.Por que quiere ir a buscar venganza. Gracias. Pff. Por cuarenta y siete orgasmos. Como si Dios quisiera regalarte una sola vez más un orgasmo Y te dijera de antemano Ten presente Hans Werner Este será tu último orgasmo Este te lo concedo todavía Después se acaba el gusto Y aquello que por el momento debería dar gusto Un grito alborozado en el desierto Adquiere una seriedad amarga Porque empiezas a suplicarle al momento Que perdure un momento más Al grado que de tanto suplicar te olvidas del momento Y éste pasa como si nada. Y ahora. Joanna. Por eso ese punto Que en realidad podría ser excitante simplemente es una mierda. No puedo más. Déjame dormir. El paquete. Con él quería decir gracias. Y yo también sé en qué termina eso No desde el principio Pero en la mitad Cuando siento sus piernas frías Conozco el final Me acuerdo de nuevo De la última noche Cómo termina eso entre ella y yo Así Cómo termina cada noche entre ella y yo. Si estuviera al principio Simplemente podría decirme Relájate Hans Werner A ver qué pasa entre tu y ella Pero ella me lo dijo todo Muy al principio Los hechos. Y eso todas las noches. La muerte y la culpa. Y entonces queda el espacio para la miseria. Cada noche. Que le gusto. Nombre apartado postal etc y que le gusto. Mal. 57 . Por favor.No es ni principio ni final Y justo ese es el problema de mierda Que el punto está exactamente en el medio. Y lo siento. Quería decir. En el Desert four. Cada vez. Es el único Que sí tiene algo entre sus manos. Siempre hay una mujer que me habla. De un campeonato de voleibol. Tiene puesto el saco rojo. Me lleva consigo. Great Sandy Desert Main Post Office district four. Esta es una oficina postal. Yo lo sé. Si logro llegar hasta él Antes de que muera El me reservará un lugar en el tren de regreso. Great Sandy Desert Main Post Office district four. Hans Werner. Y eternidad. La gente hurga negocia canta Junto a mostradores hay hombres sentados Aborígenes. Está enfermo el hombre del paquete. Un paquete. Que se usaba allá. Así lo llaman. Ahí está escrito en el paquete. La mujer suda. Enfermo a morir. Estoy demasiado lejos Pero podría jurar Que son canguros. Trabajan con objetos bolígrafos papel cartones Haciendo el simulacro Quiero decir sin objetos Como si fuera una comedia musical de la cámara de artesanos Uno de los hombres me mira. Hans Werner. Afuera hay silencio. Se llama Joanna Fringle. Con ojos negros. El paquete lleva stickers. Tiene un apartado postal Dos veces el tres cinco siete ocho. Rojo vino con capucha. Con el rabillo del ojo Veo al hombre con el paquete Que cierra sus ojos negros para siempre. 58 . Antes de que yo intente Alcanzar al hombre del mostrador. Viene siempre. Eso es bastante importante. No una estación de trenes. Todas las noches. Me dice todo esto. Ojo.Regreso a esa bodega en Australia. Arena en los ojos. Despierto. Ojalá que estuviera aquí ese saco tonto. Sin arena. Alrededor de mi cintura. Tan profundamente triste. En la cama. Así no estaría tan triste. Tengo que salir de ella. Mi espalda helada. No soy quién para decirle Ve a ver en el departamento del conserje. Me muevo encima de ella. Hoy vi el saco. Después estoy afuera. Siempre lo mismo siempre siempre Tiene que estar muerta abajo mío. 59 . Así que mejor no digo nada. Pero esa es otra historia. Por favor. Donde la ley de causa y efecto y todo lo demás Simplemente se diluye en el aire De pronto estoy desnudo Aunque nunca me desvestí Y ella también Debajo encima alrededor nuestro desierto Porque aquí en el desierto Uno no se atormenta demasiado Con preguntas dudas el virus del SIDA ni cremalleras. A pesar de eso pregunta ella Y eso sí que es curioso Porque ella es de allí mismo Y tiene un apartado postal en Desert four Y sabe cómo funciona aquí el asunto de las cremalleras. Así como suele hacerse. Siempre vuelvo a pensar. El sol en la parte baja de mi espalda. Sus piernas. Ella pregunta La espalda sobre la arena Yo sobre ella. Esta vez el final sea distinto. De todos estos pasos te eximen Así de sencillo el desierto el calor.Es decir desierto Donde si uno mira hacia atrás Ahí donde hasta hace poco había una oficina postal Ya sólo se ve la vibración del aire. Tu saco de volei. Y empiezo a suplicar Que esta vez. Es un camino tan estrecho e interminable Como un canal de desagüe. Y dónde está mi saco del uniforme de volei. Heladas. Hans Werner Sandmann Cómo así que todo. El paquete. Quiere decir una de dos. Señora Schlüter Todo es puro disparate. Hans Werner Sandmann Nada. Hans Werner Sandmann Y los hechos. 60 . Señora Schlüter O todo. Ahora está de nuevo aquí el paquete. Es para mí una maniobra para demorar el desenlace fíjate. Señora Schlüter O las dos cosas. Noche tras noche. El nombre el apartado postal. Hans Werner Sandmann Es todo lo que puedo hacer. Karin. Señora Schlüter Tú envías un paquete al desierto Porque tienes frío en la espalda. Hans Werner Sandmann Mierda las dos. Señora Schlüter Qué hay dentro. O yo la maté O el hombre del mostrador murió Cuando ella todavía estaba a su lado hacienda fila. Los minutos En los que ella lo recibe lo abre se asombra Son los minutos Que yo gano Para llegar hasta dónde el hombre Que me consigue el boleto de regreso en el tren.Y lo siento tanto Por Joanna y por mí. Porque somos tan tontos De cometer siempre los mismos errores. En el paquete. La espalda helada. Dos posibilidades. Hans Werner Sandmann Y tú Señora Schlüter Yo Hans Werner Sandmann Qué le hubieras enviado tú. Si ni la conozco. Karin. IX. El sueño de un amante. Señora Schlüter Eres un sueño. Eugen Zarter Señora Schlüter.Señora Schlüter Nada. Y qué es esto. Señora Schlüter Entonces. Eugen Zarter 61 . Eugen Zarter Le gusta el rojo vino. Hans Werner. Hans Werner Sandmann Qué hubiera podido mandarle. Señora Schlüter Este es el olor de la vida. Eugen Zarter El saco de Helga. Señora Schlüter El saco de voleibol. Señora Schlüter Más o menos. Aquí habría que abrir una ventana. Voy a bajar al sótano ocho. Pero no algo así. Sobre las baldosas con un cadáver. Señora Schlüter No pienso nada absolutamente nada. Colores de jugos. Ahora llega la noche. Sólo un conserje con las preocupaciones que corresponden a su oficio. Un proveedor croata pierde el control sobre sus jugos de fruta. Quiere verlo. Señora Schlüter Yo hacer deporte. Eugen Zarter. Está bañándose. * En Colombia: una pantaloneta o un pantalón de sudadera para trotar. 62 . Así es. Señora Schlüter Ah ya. Y yo sé. Porque un conserje quiere salir a correr conmigo. Unos pants para correr* . Eugen Zarter El está abajo. Pudo haber sido un día bello y corto. No deseo nada. Eugen Zarter Podríamos salir a correr alrededor de la casa los dos. Eugen Zarter Pero no vaya a pensar. Señora Schlüter En el sótano entre la ropa sucia Tengo algo del mismo color. Eso definitivamente es una idea descabellada. Con el final a las tres. Porque el día no es ni bello ni corto. Pedazos de vidrio y colores.Porque me escuchó cuando hablaba. Kurt. Eugen Zarter Del asunto con Kurt. Señora Schlüter De qué se trataba. Qué más quieres. Paula Lachmär No hay nada que hacer. Paula Lachmär Tranquilidad. Miroslav Vulic Cómo estamos. Paula Lachmär Señora Schlüter. Miroslav Vulic Lo tenemos atrapado. Señora Schlüter Mi teléfono no sirve. Por fin venganza. Miroslav Vulic Lachmär. Miroslav Vulic Abre. Paula. Qué es eso. Paula Lachmär No puedo. Señora Schlüter Tengo que usar su teléfono. Señora Schlüter Miroslav. X. 63 . Habrá venganza. Señora Schlüter Señora Lachmär. Paula Lachmär Mi apellido. Miroslav Vulic Tranquilidad hombre No es posible. Ya lo vomitó todo.Se alarga más y más. Y yo no sé Qué hacer con la noche. Señora Schlüter Ya no tengo teléfono. Que usted fuera el último. Miroslav Vulic Eso quiere decir entonces. Hanna. Señora Schlüter Señora Hase. El último en verme. Señora Schlüter Después de eso corté el cable del teléfono. Miroslav. No importa lo que le vayan a contar después De la rigidez cadavérica. En el cuarto de la lavandería. Y el vestido. No importa lo que le vayan a contar después Se la clavó justo ahí. 64 . El último en escucharme. Ahí. Señora Schlüter Me lo puedo imaginar. Miroslav Vulic Y por qué. Por si la estaba buscando. Por qué se le ocurriría a alguien hacer semjante idiotez. El último pensamiento. Su esposo. Su marido. Habla Schlüter. Señora Schlüter Porque yo quería. Mire debajo de la lengua. Está tirado muerto en el sótano de nuestro edificio. La que tiene color de arena del desierto. Yo soy Karin. Justo esa. Miroslav Vulic Entonces hoy no le importó un bledo. Que el jugo de tutifruti se hubiera acabado. Debajo de la lengua. Se enclavó una pieza de rompecabeza. Esta mañana todavía pidió un montón de jugos.Hoy ya le sonreí una vez. Miroslav Vulic No le creas ni una palabra. Sólo quería decirle. Betthupferl : es algún dulce que se da para “brincar a la cama”. Me pone bastante nervioso. en el contexto en que aparece en la obra. Pero su vestido. Señora Schlüter Qué pasa con él. Sandmann : A los niños en Alemania se les suele decir que en la noche viene el Sandmann (hombrecillo de la arena) y les echa arena sobre los párpados para que se duerman. La traducción fue hecha en Colombia y revisada en México. Antes en el baño No era el momento apropiado. Telón Notas explicativas de la revisora con respecto a la traducción de Anja Hilling Mi joven idiota corazón Los nombres de algunos de los personajes tienen un significado en alemán que debería adaptarse a las circunstancias del país donde se vaya a representar la obra: Zarter: Zart. Quizás el personaje en español podría llamarse “Suavezón” o algo parecido.Esto era lo que quería decirle. Schlüter ya está algo “ida” y la aparición de él le parece simbólica con miras al sueño eterno que ella espera. Sandmann aparece cuando la Sra. alude a una muy popular cápsula radiofónica que se difunde a las 8 de la noche. Sin embargo. zarter quiere decir suave. sin embargo. Paula Lachmär Qué pasa con su vestido. En una parte. En esta revisión se sustituyeron varios colombianismos por términos más usuales en México. Miroslav Vulic Señora Schlüter. Habría que sustituirla por alguna otra rima popular en el país respectivo. los colombianismos se han dejado como notas al pie. Hanna. más suave. Ahora se lo puedo decir. Miroslav Vulic Su vestido. 65 . Su vestido. ella cita una rima infantil cuya traducción literal no tiene ningún sentido. cuando se supone que los niños deben ir a la cama.
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