Mercenarios en la selva del precariado: construyendo la Arqueología Virtual como profesión

June 12, 2018 | Author: Pablo Aparicio Resco | Category: Documents


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MERCENARIOS EN LA SELVA DEL PRECARIADO: CONSTRUYENDO LA ARQUEOLOGÍA VIRTUAL COMO PROFESIÓN MERCENARIES IN THE JUNGLE OF PRECARIAT: SETTING UP VIRTUAL ARCHAEOLOGY AS A PROFESSION

Pablo Aparicio Resco PAR – Arqueología y Patrimonio Virtual, [email protected]

RESUMEN Desde hace ya casi una década la Arqueología Virtual se ha configurado como una disciplina propia, con su normalización, sus revistas específicas y su oferta formativa. Las técnicas que engloba (que van desde aquellas propias de la topografía y la ingeniería gráfica a las del dibujo y la ilustración) han sido puestas en práctica por muchos profesionales: arqueólogos, historiadores, arquitectos, dibujantes, etc., pero es en estos últimos cinco años cuando se está conformando en nuestro país la figura de un profesional dedicado en exclusiva a esta disciplina. Se trata, en la mayoría de los casos, de autónomos o pequeñas empresas que llevan a cabo este tipo de trabajos en un mundo laboral hostil y en condiciones de clara precariedad. En la presente comunicación se analizará el estado actual de la Arqueología Virtual como profesión, que navega entre los mares de la ilustración y el diseño gráfico, de la ingeniería y la informática gráfica, y del estudio de los bienes culturales. Se reflexionará sobre los inconvenientes y ventajas, las dificultades y las oportunidades, que ofrece la Arqueología Virtual para, en un contexto de crisis que parece ya sistémica -y no puntual- constituir un nicho de trabajo y de progreso profesional. PALABRAS CLAVE: Arqueología Virtual; Virtualización; Documentación 3D; Precariado.

ABSTRACT For almost a decade, Virtual Archeology has been configured as its own discipline, with its standardization, its specific journals and its educational offer. The techniques it encompasses (from topography and graphic engineering to those of drawing and illustration) have been put in practice by many professionals: archaeologists, historians, architects, illustrators, etc., but it is in the latter five years when it is being formed in our country the figure of a professional dedicated exclusively to Virtual Archaeology as a discipline. This is, in most cases, selfemployed or working on small companies that carry out this kind of work in conditions of clear precariousness. This paper will analyze the current state of Virtual Archeology as a profession, which navigates between illustration and graphic design, engineering and graphic computing, and the study of cultural heritage. It will reflect the disadvantages and advantages, difficulties and opportunities offered by Virtual Archeology -in a context of crisis that seems systemic and not punctual- to constitute a niche of work and professional progress. KEY WORDS: Virtual Archaeology; 3D Documentation; Precariat.

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1. INVESTIGACIÓN PROFESIONAL

1. INTRODUCIÓN: MICRORRELATO Esta mañana he recibido la llamada de un compañero: buscaba alguien que pudiera hacer un par de paneles en Photoshop, para dentro de unas semanas. Que le mandara un presupuesto. Otra pequeña alegría. Aunque hoy tendré que trabajar el doble. Toca cancelar el cine y olvídate del concierto de este sábado. No, no, imposible. En la reunión de la asociación, por videoconferencia, Ignacio no parecía muy animado: está pensando presentarse a una entrevista de trabajo de la Volkswagen porque la ilustración arqueológica no le da para más. Tiene una mujer y un par de hijos y así no puede seguir. Es una lástima. Elvira, que también trabaja como ilustradora en varias excavaciones, lleva cerca de cinco meses sin cobrar. Imagínate qué faena. Imposible que se venga al congreso de octubre aunque, bromeó, quizás pudiera si acababa en el paro. ¿Qué los cursos online cómo van? Pues tirando. Hoy bien, mañana mejor espero, pero nunca se sabe. Si se apuntan quince cobro quince, si se apuntan cinco cobro cinco. Profesor a tiempo parcial, amo de casa, diseñador, arqueólogo, ilustrador. Vaya cóctel. Mi abuela me pregunta siempre que la veo que si he conseguido un trabajo. Se cree que todavía estudio o algo así. Eso de las reconstrucciones 3D no acaba de convencerle. No sabe muy bien si de eso se come. Pero piensa que con todo lo que he estudiado ¡ya podría contratarme alguien! Que no, abuela, que esto ya no funciona así. Soy mi propio jefe. Y joder cómo suena eso. De vez en cuando recibo correos electrónicos de profesionales con currículos envidiables rogándome trabajar conmigo. Y, diablos, si yo solo tengo para mantenerme con dificultad, y depende del mes, ¡cómo voy a contratar a nadie! Pero esa gente tiene familia, hijos. Es una pena. ¿Qué a quién me quejo yo? ¡A quién me voy a quejar, si soy mi propio jefe!

nuestra situación como profesionales dentro de una disciplina propia: la arqueología virtual –patrimonio virtual o patrimonio digital, para otros-. La arqueología virtual fue definida de forma firme por primera vez en los Principios de Sevilla: “es la disciplina científica que tiene por objeto la investigación y desarrollo de formas de aplicación de la visualización asistida por ordenador a la gestión integral del patrimonio arqueológico” (López-Menchero 2011: 71; FIAV 2012). Entendemos que una disciplina no se convierte en tal por definición si no gracias a una serie de características que podemos resumir, en el caso de la arqueología virtual, en las siguientes: 1) su consolidación en torno a unos principios éticos y profesionales construidos en un marco internacional (FIAV 2012); 2) la existencia de numerosos congresos, seminarios y encuentros enfocados en ella (como el CCA, Computer Applications and Quantitative Methods in Archaeology, o el Arqueológica 2.0 que organiza anualmente la SEAV); y 3) la proliferación de una amplia oferta formativa que ayuda a la extensión y consolidación de los conocimientos y a la conformación plena de la disciplina (destacando los cursos, másteres y especializaciones de Patrimonio Virtual, dependiente de la Universidad de Alicante). De este modo podemos hablar de la arqueología virtual tal y como hablamos de la geoarqueología, la arqueología del paisaje o la zooarqueología, pudiéndose aplicar las distintas técnicas de la arqueología virtual a cualquier elemento material de nuestro patrimonio cultural.

3. LA ARQUEOLOGÍA VIRTUAL COMO PROFESIÓN PRECARIA Las especiales particularidades del trabajo en arqueología virtual hacen que, a diferencia de otras

2. LA ARQUEOLOGÍA VIRTUAL: UNA DISCIPLINA PROPIA El pequeño relato que da inicio, como introducción, al presente artículo, refleja de forma subjetiva pero totalmente verídica, la situación actual de muchos de los que nos dedicamos a la arqueología virtual. Somos invisibles para muchos y adoptamos innumerables formas profesionales pero nuestro trabajo se encuentra por doquier: panelería en museos, yacimientos arqueológicos, obras públicas, monumentos, jardines; infografías estáticas y en vídeo para páginas web; sugerentes ilustraciones en publicaciones divulgativas y científicas; trabajos para televisión y redes sociales; montajes de realidad virtual y aumentada; etc. Si nuestro trabajo está tan solicitado, quizás sea también el momento de observar, analizar y reivindicar

Figura 2. Trabajador autónomo celebrando el 1 de Mayo, por El Roto. El humorista deja clara la baja seguridad de representación del autónomo, que se encuentra solo ante sus reivindicaciones laborales.

ramas de la arqueología, la universidad sea un nicho de trabajo verdaderamente extraño: técnicas como la documentación 3D, la reconstrucción virtual o el dibujo arqueológico solo tienen cabida de forma tangencial en los planes de estudio y todavía cuesta que en las facultades de historia, historia del arte o arqueología, sean tratadas como herramientas esenciales. El trabajo de aquel que se dedica a arqueología virtual suele desempeñarse de forma autónoma o en pequeñas empresas (de forma menos común en grandes empresas de arqueología) y su relación con el diseño gráfico, la ilustración y la topografía hacen que su espacio de trabajo se halle en tierra de nadie, en una suerte de indefinido limbo en el que el profesional debe desenvolverse sin el amparo de nadie y, frecuentemente, golpeado por todos (administraciones, universidades, empresas y, en ocasiones, otros compañeros). No es la intención de este artículo dar lugar a una suerte de lamento quejicoso porque soy consciente de que todos los trabajos –y más dentro del desempeño de la arqueología- tienen sus dificultades, sino describir la situación de un sector concreto y poder, quizás, trazar vínculos de unión con otros sectores para poder mejorar entre todos y consolidar espacios de trabajo estables y justos. Para ello, debemos reconocer que en la actualidad el trabajo en arqueología virtual encuadra a sus profesionales en la clase social del precariado. ¿Qué es el precariado? Según Guy Standing, el precariado lo conforman aquellas personas que han perdido las siete formas de seguridad laboral que se implantaron después de la Segunda Guerra Mundial

como medidas de protección al trabajador propias de la social-democracia (Standing 2011: 10): -

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Seguridad en el mercado de trabajo: oportunidades adecuadas para obtener ingresos dignos. Empleo seguro: protección contra el despido arbitrario; reglamentación de la contratación y del empleo; imposición de costes a los empresarios por incumplimiento de las normas; etc. Empleo estable y con posibilidades: capacidad y oportunidad de retener un nicho de empleo; oportunidad de movilidad ascendente en términos de estatus e ingresos. Seguridad laboral: protección contra accidentes y enfermedades en el trabajo; reglamentos de seguridad y salud; limitación del tiempo de trabajo; compensación de accidentes; etc. Seguridad en la reproducción de habilidades: oportunidad de adquirir habilidades a través de aprendizajes, capacitación laboral, oportunidad para hacer uso de esas competencias, etc. Seguridad en los ingresos: aseguramiento de un ingreso adecuado y estable, protegido, por ejemplo, mediante mecanismos de salario mínimo, indexación salarial, seguridad social integral, impuestos progresivos para reducir la desigualdad y complementar los bajos ingresos; etc. Seguridad de representación: poseer una voz colectiva en el mercado de trabajo, por

Figura 3. Gráfico en el que aparece representado el sentir general de miembros de cinco asociaciones de ilustradores sobre la relación entre el precio y el valor real del trabajo de ilustración. Fuente: FADIP, 2005, p. 11. Mercenarios en la selva del precariado: construyendo la arqueología virtual como profesión Pablo Aparicio Resco

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ejemplo a través de sindicatos independientes, con derecho a huelga. Tal y como puntualiza Standing, no todos aquellos que se encuadren en la clase del precariado adolecerán de todas estas seguridades (Standing 2011:10). Por desgracia, en el campo de la arqueología virtual se encuentran ausentes todas ellas, como veremos a continuación. Como hemos comentado más arriba –y pese a que no existen estudios estadísticos sobre esta incipiente disciplina- la mayoría de los profesionales que se dedican a la arqueología virtual lo hacen de forma independiente, como autónomos, o formando parte de pequeñas empresas. La situación precaria de las PYMES en España es clara: en los últimos años debido a la crisis gran parte de las pequeñas empresas tuvieron que echar el cierre y las que quedan se ven presionadas por las últimas reformas laborales, que flexibilizan el trabajo –y el despido- reduciendo los derechos del trabajador. La situación del autónomo, a la que se acogen la mayoría de los profesionales de la arqueología virtual, refleja con crueldad la situación de precariedad a la que se ven abocados los trabajadores: (1) nadie garantiza al autónomo que vaya a tener trabajo con el que pagar la abusiva cuota –que puede llegar a los 265 € con independencia de ingresarse o no un solo céntimo- a la que debe hacer frente cada mes ya que los proyectos que surgen son puntuales y, generalmente, de poco volumen; (2) el autónomo es su propio jefe y, por lo tanto, no puede contratarse ni despedirse, ni depende de él que exista o no trabajo, eso sí, como decimos, debe pagar la cuota religiosamente mes a mes; (3) los ingresos son siempre inestables y, en todo caso, monetarios ya que (4) no existen seguridades de ningún tipo contra accidentes o enfermedades en el trabajo puesto que el lugar de trabajo es en muchas ocasiones el propio domicilio del trabajador y (5) tampoco existen limitaciones de tiempo de trabajo: el autónomo se ve obligado a sacar adelante múltiples encargos en un tiempo reducido y acelerado si quiere poder hacer frente a los gastos del día a día y construir un colchón con el que hacer frente a aquellos meses en los que no surjan nuevos proyectos; (6) es fundamental para el autónomo que desempeña su trabajo en arqueología virtual estar continuamente en formación para poder sacar adelante trabajos del tipo y calidad que demandan los clientes pero esta formación debe ser costeada, por supuesto, por el trabajador y llevada a cabo en el tiempo que sustrae a su propio trabajo o, generalmente, a su vida social; (7) no existe ningún mecanismo como el salario mínimo o, si quiera, un sistema impuestos progresivos y adecuados al nivel de ingresos mensual que reduzca la inseguridad del trabajador autónomo,

por lo que se encuentra totalmente desamparado ante periodos de baja demanda, de enfermedad u otro tipo de problemas; (8) no existe ningún tipo de representación colectiva en el mercado de trabajo ni ningún sindicato y, por supuesto, tampoco la posibilidad de huelga si se quiere seguir cobrando el trabajo a realizar. La unión del colectivo de arqueólogos ya es muy débil, pero la del colectivo de profesionales en arqueología virtual brilla totalmente por su ausencia, siendo muy complicado, al estar la disciplina todavía en construcción, luchar de forma colectiva por la mejora de nuestros derechos en una situación tan poco favorable.

Figura 4. Fotografía del curso presencial de fotogrametría digital impartido en el Centro Social La Morada de Arganzuela (Madrid) en Julio de 2016.

4. ALGUNOS REFLEJOS DE NUESTRO FUTURO EN LA SITUACIÓN DE LOS ILUSTRADORES Gran parte del trabajo que lleva a cabo el profesional que se dedica a la arqueología virtual da lugar, como resultado final, a infografías 2D y 3D que se utilizan para representar –ya sea de forma técnica o divulgativaalgún elemento patrimonial. Esto nos sitúa, como profesionales, muy cerca del campo de la ilustración y el diseño, si no directamente dentro de él: muchos arqueólogos se consideran dibujantes e ilustradores de arqueología y tampoco es de extrañar la presencia en este sector de profesionales formados en bellas artes y diseño gráfico, sobre todo diseño 3D, que finamente han acabado desarrollando su trayectoria en el mundo del patrimonio cultural material. Esto hace que se puedan ver reflejados los problemas de los que adolece la disciplina en aquellos a los que se encuentran, desde hace mucho tiempo, sometidos los ilustradores.

El primer problema tiene que ver con la infravaloración del trabajo -que también es signo de precariedad-: según un estudio llevado a cabo en 2005 por la Federación de Asociaciones e Ilustradores Profesionales (FADIP), la mayoría de los ilustradores percibe que ofrece su trabajo por un menor precio de lo que realmente vale y que esto se refleja en una tendencia preocupante que “deteriora la consideración de la profesión y obstaculiza la dignificación de las condiciones en las que se ejerce la misma” (FADIP 2015: 11) (Fig. 3). Esto se repite en arqueología virtual, donde los profesionales ven cómo se ofrecen retribuciones irrisorias por el trabajo a realizar, quizás por desconocimiento del coste real del mismo. En este sentido las conferencias, talleres, cursos y otro tipo de formación tienen una labor fundamental: mostrar el trabajo que hay detrás de cada ilustración arqueológica, de cada reconstrucción virtual, de cada documentación láser, etc., para que los clientes –en muchas ocasiones ubicados laboralmente dentro de sectores relacionados con el patrimonio y la arqueología- sean conscientes del coste de cada proyecto. Más allá de estas valoraciones, que pueden resultar subjetivas, los datos sobre la situación laboral de los ilustradores dejan clara la precariedad en la que se encuentra el sector: la media de los ingresos por trabajos de ilustración durante los dos primeros años de actividad es de 1098 € anuales –una versión extrema del mileurismo-; el 23% de los ilustradores debe llevar a cabo una actividad complementaria para llegar a fin de mes y esta cifra se ve aumentada al 55% entre los ilustradores con experiencia menor a dos años; el 53% de los ilustradores cobró, por trabajos de ilustración, menos de 10000 € anuales en 2015; además, encontramos una clara brecha de género al percatarnos de que la media de ingresos de las ilustradoras mujeres es de 9473 € frente a los 16323 € de media para los ilustradores hombres (APIM, 2016).

son impartidos por profesionales que, en principio, tienen como trabajo principal la realización de trabajos de arqueología virtual (documentación 3D, reconstrucción virtual, aplicaciones de realidad virtual, etc.) pero que encuentran en la docencia un interesante complemento a su salario. En algunas ocasiones este trabajo docente puede convertirse en el trabajo principal del profesional: si nos volvemos a mirar en el reflejo del mundo de la ilustración, solo el 4% de los profesionales percibe una cantidad superior a 6000 € anuales por trabajos de docencia mientras que la inmensa mayoría, el 68%, percibe entre cero y 1000 € por esta labor (APIM 2016: 9). En la actualidad el mundo digital y el uso extendido de internet ofrecen la posibilidad de acceder a una amplia oferta formativa sobre arqueología virtual. Son en su mayoría ofertas de formación online deslocalizada –sin sede física- y talleres presenciales de menor duración que se llevan a cabo de forma puntual en relación con alguna universidad o institución. Podemos hacer referencia a los másteres y especializaciones de Patrimonio Virtual, de la Universidad de Alicante, (www.patrimoniovirtual.com); a los másteres de la Sociedad Española de Arqueología Virtual (SEAV) (www.arqueologiavirtual.com); al postgrado de Tecnologías Digitales de Documentación Geométrica y Representación del Patrimonio (TDDG) (www. patrim3d.wordpress.com) o a los cursos online y presenciales que ofrecen otras instituciones privadas como IDU – Ilustración y Dibujo Arqueológico (www.idu-ilustracion.com) o PAR – Arqueología y Patrimonio Virtual (www.parpatrimonio.com). Aunque la salida docente sea una buena solución temporal para complementar los ingresos obtenidos con otros proyectos, probablemente deba contemplarse como algo más que un flotador económico si queremos

Aunque existan diferencias, la situación del ilustrador de arqueología o del profesional en arqueología virtual no es muy diferente y se encuentra con los mismos problemas, teniendo también que llevar a cabo actividades complementarias a su propio trabajo para poder obtener unos ingresos dignos. Una de estas actividades, que en ocasiones puede llegar a convertirse en la actividad principal, es la docencia.

5. LA DOCENCIA COMO VÍA DE ESCAPE Como hemos aludido anteriormente, uno de los pilares de la arqueología virtual como disciplina es la existencia de una amplia gama de cursos, postgrados, másteres y especializaciones centrados en las técnicas que en ella se engloban. Estos cursos

Figura 5. Imagen 360º del interior de la iglesia de San Agustín de La Laguna. Las nuevas tecnologías nos permiten crear entornos inmersivos de nuestro pasado que constituyen viajes en el tiempo para que los espectadores se conviertan en participantes interactuando con su entorno.

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que de verdad sirva para consolidar la disciplina y unir a los profesionales: la calidad y la accesibilidad se convierten en características imprescindibles para que estas ofertas formativas tengan éxito y sean útiles al sector en su conjunto. La calidad se obtiene, en buena parte, proporcionando estabilidad laboral a los docentes, de modo que se puedan seguir formando y prestando toda la atención que merecen los alumnos; también se consigue ofreciendo flexibilidad de horarios que en buena parte se asegura gracias al formato online o semi-presencial de la mayor parte de los cursos disponibles. Hay que tener en cuenta que buena parte de los alumnos son profesionales del mismo sector -o de otros similaresque quieren seguir formándose en la disciplina y que, como el propio docente, llevan a cabo otros trabajos de forma paralela que deben compaginar con su formación: la selva del precariado teje difíciles caminos en las agendas de los trabajadores, exprimiéndoles sin compasión el tiempo. La accesibilidad se obtiene también mediante el uso del formato online pero, sobre todo, siendo capaces de realizar ofertas formativas a precios asequibles para unos alumnos que también tienen, en la mayoría de los casos, problemas económicos. Es importante, valga el apunte, que esto no se lleve a cabo profundizando en la precariedad del sueldo del docente pues resulta fundamental que siempre se reconozca el valor del trabajo.

6. LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS COMO GRAN ALIADO No todo resulta sombrío en el futuro del experto en arqueología virtual. Uno de los papeles fundamentales de este tipo de profesional es el de conocer las últimas novedades en informática gráfica, saber cómo pueden aplicarse estas técnicas en patrimonio cultural material y con qué objetivos. Surge aquí el alma del apasionado de la ciencia ficción, de las máquinas del tiempo y las ventanas al pasado, el artista que construye relatos que permiten romper la figura del espectador y dar paso a la del participante, abriéndole la puerta a formar parte del pasado. Es también, de forma más prosaica, otra de las tablas de naúfrago a las que el profesional en arqueología virtual se aferra para seguir luchando por la disciplina: según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, el empleo en el sector de las nuevas tecnologías creció un 13,4% entre 2013 y 2017, más que ningún otro (Europa Press 2017) y, según el Observatorio para el Empleo en la Era Digital, el 80% de los jóvenes entre 20 y 30 años encontrarán trabajo en algún sector relacionado con el entorno digital (El Economista, 2017).

Figura 6. Logo de ADARQ – Asociación Nacional de Dibujantes e Ilustradores de Arqueología. Las nuevas tecnologías aplicadas al patrimonio cultural se encuentran en la actualidad en pleno apogeo: los museos reclaman tanto ilustraciones 2D y 3D como audiovisuales o videoguías didácticas, se extienden los museos virtuales en la red, los yacimientos arqueológicos demandan aplicaciones de realidad virtual y aumentada, y las técnicas de registro 3D gozan ya de una posición privilegiada a la hora de elegirse para documentar cualquier elemento de nuestro pasado. Éste es, sin duda, uno de los caminos de futuro de la arqueología virtual como disciplina que, sin embargo, puede convertirse en un arma de doble filo (Asensio y asenjo 2011: 18 y ss.): es necesario adecuar siempre las nuevas tecnologías a los objetivos impuestos por la narrativa del elemento del pasado en el que estemos trabajando, de otro modo, los dispositivos tecnológicos pueden resultar absurdos o poco útiles y generar tanto en clientes como en público una reacción contraria hacia este tipo de herramientas.

7. ASOCIACIONISMO Y LUCHA COLECTIVA Que la situación de la arqueología virtual deje en una situación de precariedad a los profesionales de la disciplina no significa que haya que abandonar este camino. Bien al contrario, como escribe Standing: “Cada vez más gente comienza a comprender su situación dentro del precariado, reconocimiento que se traducirá en la construcción de una conciencia común de clase y que llegará a ser el motor del cambio. En vez de perder las esperanzas, primar la ineptitud o el desconcierto, los sentimientos pueden pronto mover los mecanismos necesarios para pasar de la

pasividad a la resistencia de un movimiento activo.” (Standing 2014: 8). Resulta necesario comenzar a construir este “movimiento activo” que nos permita hacer reconocer nuestro trabajo y nuestra figura como profesionales para no solo no perder los derechos laborales que puedan quedarnos si no conseguir aquellos que nos han arrebatado. En ese sentido, resulta fundamental comenzar a crear espacios de reconocimiento mutuo y debate entre los propios profesionales ya que el primer paso para que desde fuera puedan verte como colectivo es que éste se sienta desde dentro. Una de estas iniciativas, que se comenzó a fraguar en torno a experiencias formativas como las de los cursos de la Universidad de Alicante y a espacios de debate dentro de las redes sociales, cristalizó en 2016 con el nacimiento de ADARQ, la Asociación Nacional de Dibujantes e Ilustradores de Arqueología (www.asociacionadarq.org) que está permitiendo dar pasos en torno a la creación de un colectivo definido, con su normalización técnica, su propia revista –en este caso llamada Schema- y sus espacios de debate y puesta en valor de la profesión como congresos, redes sociales, página web, etc. Creemos que el asociacionismo y el trabajo colectivo, donde prime la colaboración frente a la competición, son fundamentales si queremos dignificar la profesión de la arqueología virtual.

8. CONCLUSIONES A lo largo del presente artículo hemos analizado las debilidades y fortalezas del camino de la arqueología virtual como profesión, examinándola como un ejemplo de nicho de trabajo precario que adolece de muchas seguridades laborales que creíamos ganadas a lo largo de tantas décadas de lucha. Las posibilidades que nos muestran las nuevas tecnologías y el trabajo asociado y colectivo nos permiten, sin embargo, ser optimistas y seguir trabajando para hacer que esta profesión ofrezca a los que están por venir posibilidades dignas para desempeñar su trabajo y poder ganarse la vida con él. Nos queda, sin embargo, mucho camino que recorrer y muchos obstáculos que superar si queremos que esta disciplina deje de ser una puerta precaria a nuestro futuro. Solo el trabajo colectivo y la lucha por nuestros derechos conseguirá que mejoremos la situación actual.

AGRADECIMIENTOS A todos aquellos que señalaron en el pasado las injusticias y lucharon por los derechos que hoy disfrutamos y por los que nos están arrebatando. A los compañeros de camino en esta preciosa profesión. A los amigos de ADARQ.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS APIM, Asociación Profesional de Ilustradores de Madrid (2016): Ud. Está aquí. Encuesta Nacional de Ilustración. http://apimadrid.net/wpcontent/uploads/2016/03/Ud-esta-aqui-Encuestailustracion-2014-2015.pdf, [Accesado: 30 de Mayo de 2017]. Asensio, M. y Asenjo, E. (2011): Lazos de Luz Azul: Museos y Tecnologías 1, 2 y 3.0. Barcelona. El Economista (2017): El 80% de los jóvenes encontrarán trabajo en profesiones que aún no existen. http://www.eleconomista.es/emprendedores-innova/ noticias/7327225/02/16/El-80-de-los-jovenes-en-laera-digital-encontraran-trabajo-en-profesiones-queaun-no-existen.html, [Accesado: 30 de mayo de 2017] Europa Press (2017): El empleo en el sector de las nuevas tecnologías creció un 13,4% desde 2013, más que ningún otro, 06-02-2017, http://www.europapress. es/economia/laboral-00346/noticia-empleo-sectornuevas-tecnologias-crecio-134-2013-mas-ningunotro-20170206211841.html, [Accesado: 30 de mayo de 2017] López-Menchero, V.M. (2011): “Hacia una Carta Internacional de Arqueología Virtual. El Borrador SEAV” en Virtual Archaeology Review, Nº2, Vol. 4, pp. 71-75. Disponible en: file:///C:/Users/PAR/ Downloads/Dialnet-HaciaUnaCartaInternacionalDe ArqueologiaVirtual-3873340.pdf [Accesado el 30 de mayo de 2017]. FADIP, Federación de Asociaciones de Ilustradores Profesionales (2005): Situación económica del sector de la Ilustración Gráfica en España, http://www. fadip.org/archivos/estudio-economico-castellano.pdf, [Accesado: 30 de mayo de 2017]. FIAV, Forum Internacional de Arqueología Virtual (2012): Principios de Sevilla. Principios Internacionales de la Arqueología Virtual. Disponible en: http:// smartheritage.com/wp-content/uploads/2016/06/ PRINCIPIOS-DE-SEVILLA.pdf [Accesado el 30 de mayo de 2017]

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1. INVESTIGACIÓN PROFESIONAL

Standing, G. (2011): The precariat. The new dangerous class. Ed. Bloomsbury. Standing G. (2014): “Por qué el precariado no es un ‘concepto espurio’”, en Sociología del Trabajo, Nº82, 2014, pp. 7-15.

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