Mar de Cuentos, Sol de PoesíaSylvia Puentes de Oyenard Ilustraciones de Lorena Lecchini MIS LECTURAS Biblioteca Plan Ceibal © De los autores © Del título. Dra. Graciela Ricci e-mail:
[email protected] Ilustraciones: Eugenia Assanelli Ediciones A.U.L.I Colección Protagonistas Asociación Uruguaya de Literatura Infantil - juvenil Av. Juan Bautista Alberdi 6257 Montevideo (11500)
[email protected] ISBN: 978-9974-678-25-5 Impreso en Uruguay Tradinco S.A. Minas 1367 / tel: 409 4463 Dep. Legal Nº 353.465 /10 1 Mar de cuentos, Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard Biblioteca Plan Ceibal He nacido en la tierra de los pájaros, un pequeño país donde los ríos abren surcos de luz entre los cuarzos. Un territorio azul, donde el estío es un pulso continuo de gaviotas y un ir izando el sol desde el rocío. Y es este mi Uruguay el que inaugura un ala y un jazmín como frontera, un territorio azul donde fulgura un pequeño país que es mi bandera. Sylvia Puentes de Oyenard (“Mi pequeño país”) 2 Mar de cuentos, Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard Cantar continuo y sonoro.. LOS NIÑOS Cantar. levanta! Cantar. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . cantar.Biblioteca Plan Ceibal ESTÍO TODO PARECE QUE RÍE Cantar del agua del río. todo parece que canta. de la joven tahonera que al río viene a lavar.. alguno... hermana. delincuente. camisetas no tienen.. goleadores celestes.. de pan. Todo parece que ríe. cantar de mi alma embriagada y loca bajo la lumbre solar. de abejas ante el repleto tesoro del colmenar. Ahora son gorriones en el baldío verde. la vida.. Juana de Ibarbourou Juegan los buenos chicos en el baldío verde. Y cantar. Las vallas son dos piedras. Hyalmar Blixen 3 Mar de cuentos. de alondra escondida entre el oscuro pinar. Unos serán atletas.. Cantar. todo le dice a mi alma ¡levanta. de ropa. por bienes.. Su madrastra. un sueño alegre. La pelota es de trapo pero todos se sienten dribleadores olímpicos. Rogelio Sinán (Panamá) Cantar. el sol maduro. arriba bosque sombrío y abajo arenas de oro.. del viento en las ramas floridas del retamar. les da avara. de las orejas a manotazos Pata Chata intentó subir al barco. Suben al arcoíris. Con las primeras gotas muy rápido se van. sombreros de coral. llegó al fin. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . cuerpos de bailarina antenas de cristal. gigante tobogán.Biblioteca Plan Ceibal LAS LIBÉLULAS Para Sofía Las libélulas vuelan. anuncian temporal dando giros y giros sin saber dónde van. protestaba. eternas pregoneras de lluvia y vendaval. Y después los marineros se tiraron a jugar y cantaron. Lula Zeta 4 Mar de cuentos. hasta que llegó el delfín. se mojaron. Margot Hasdovaz EL PIRATA PATA CHATA El pirata Pata Chata se subió a su barco “Arco”. volteretas y este cuento. pero todos se reían porque al agua le temía. dormilón. rezongón y por las mañanas. paragüitas de hojas. Son sus alas de seda un eterno planear. Ver las olas lo espantaba y al bañarse. El pirata Pata Chata su tesoro bien guardaba. Era malo. daba brincos. Pero un día ya cansados de rezongos y de quejas lo agarraron marineros y lo tiraron al mar. Al final de un tirante llevaba al vigilante Este hombre controlaba que ningún ladrón robara. Es útil.arena y gaviotas al sol. blanco y mariposas al sol. alegría y encuentro se contó nuestro cuento. Invierno: chasquido anaranjado y letargo del caracol. Monserrat Di Lorenzi LA GOTA ENCANTADA Este es el cuento de la gota encantada. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . genial. TRES LETRAS ¿QUIÉN ES? Entre letras. Tres letras dime ya. estoy en la ensalada y en el mar. Primavera: gotitas suaves. Rosado. 5 Mar de cuentos. i Entre risa. aunque prefiero a mis amigos con los que puedo jugar. II Cuentos de magia y ternura nos hicieron navegar y al compás de su dulzura nos pusimos a soñar. Tres letras llevo yo. práctico. ya bajó y con la lluvia volvió. Soy sabrosa al sazonar.ocres y teros en son. Otoño: lluvia. Ya subió. Y en los duendes del aire lo que aquí te cuento se voló en el viento.Biblioteca Plan Ceibal AGUASOL FINAL DE CUENTO Verano: agua. números y signos me acompaña a todos lados. -Y también esto -dijo la maestra y tomó una cartulina azul. El lapicito saltaba de un lado a otro. después a un pájaro y todo parecía cobrar vida. desde sus mochilas. el amarillo. nuevito. Zulma Rosadilla 6 Mar de cuentos. dando toques claros a los dibujos. pero. qué es esto? –dijo. todos sus amigos fueron sacados de su lado. verde. el verde pintó un árbol. -Pero. un sol. muy orgulloso. feliz. matizando los colores. Los niños aseguran que.¿saben algo?. les voy a enseñar lo que se puede hacer con este amiguito. luego a una flor. con su punta bien afilada. Cuando terminó la clase. y vio al lápiz blanco. Los niños miraban fascinados con lo que se podía hacer con el olvidado lápiz blanco. Estuvieron el resto de la tarde creando cosas nuevas sobre rojo. -¡Y yo el cielo! -dijo el celeste. Estuvo largo rato. junto con su compañero marrón. azul o negro. pensando: “¿Para qué me habrán puesto en esta caja.. que la maestra y ella lo usó para poner un Sote grandote en el cuaderno. Arrinconado en una esquinita no levantaba los ojos para mirar cuando la mano de su dueño abría la caja y escogía a uno de sus compañeros. Al lápiz blanco se le caían las lágrimas. relieve. entero. Al guardar los colores la niña exclamó: “ ¡Mi caja de colores está mojada!”. no se ve lo que pinta en el papel. El negro dibujó un perrito y las chimeneas de una fábrica. cansado y contento. igual que ellos. húmedo de tanto llorar. -Pues yo dibujé un río lleno de peces -se rió el azul. La maestra se acercó a mirar qué sucedía. dibujó una hermosa paloma. se oían las risas de los lápices decolores. ¡ya sabía que no lo buscaría! Poco a poco.. el lapicito blanco entró en su caja tan gastado como sus amiguitos. agregando. los oyó comentar cómo pasaron de bien. Todos buscaron en sus mochilas hasta encontrar la caja de colores. dio color al techo de una casita. tomó el blanco y le hizo unos reflejos en el centro.no sirve. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . -¡Yo pinté una luna! -gritó el naranja. ¡Miren! Esto es luz. nubes y margaritas. nadie lo usa? -No -dijo la niña. Cuando sus amigos retornaron a la caja.¿qué hace este lápiz tan nuevo y tan sólo acá?. reflejos. Observen -y dibujando una manzana muy roja. -Ah.Biblioteca Plan Ceibal LÁPIZ BLANCO El lápiz blanco estaba triste. si no me necesitan? Soy el único que no me divierto pintando!”. y el rojo. En el oscuro pizarrón del cielo competían estrellas y luciérnagas. A la mancha están jugando la luna grande y el mar. Ovillo desmadejado la luna es el capitán. la luna es moneda nueva.Biblioteca Plan Ceibal LA NOCHE A LA MANCHA La noche bostezó una luna llena y el pino se vistió de plata vieja. Un limón viene rodando. la ola en agua de sal. un caballito se hamaca. la espuma es color de luna. Graciela Genta 7 Mar de cuentos. se hamaca en húmeda cuna. la luna quiere escapar. SOL DE ORO Sol de oro oro y trigo trigo amarillo cantando por los caminos del día. Un río se enrulaba a la distancia y cantaba corriendo entre las piedras. Su voz en la noche fresca y limpia bordaba en humedad la orilla quieta. el mar es un tobogán. Festón de cristal la ola. el mar inventa cabriolas. sobre la ola se hamaca un caballito de mar. A la mancha están jugando la luna nueva y el mar. en la playa duerme un ancla su sueño de navegar. EL CABALLITO DE MAR Espuma se hace la mar. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . -Yo ¿qué hacía? -preguntó pensativo Apereá. -¿Quién te enseñó mamá? -Quienes me cantaron primero fueron. te acurrucabas y te dormías. Luego de terminar la canción preguntó: -¿Siempre cantaste mamá? Su mamá levantó la vista y respondió: -Siempre. desde que estabas en la barriga. -Entonces ¿por qué lloras mamá? -preguntó Apereá. -Sííí -dijo Apereá. Apereá se acercó a su mamá…le tomó un mechón del cabello en sus manos y le susurró: -Me gusta tu voz mamá. -Mamá…dime otra vez. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard .de elefantes.Biblioteca Plan Ceibal EL CANTO PROFUNDO Caracol col… col… cantaba alegre Apereá. -Seguro que era mi canción preferida.después siguieron otras que te divertían y te divierten…de animales. mientras su mamá acompañaba al ritmo de las palmas. Luego de cantar. -En ese momento sí -continuó su mamá. del sol y la luna también.. Tras una pausa… preguntó: -Mamá: ¿cantamos un poco más la canción del caracol? -Claro. -¡Los abuelos! –dfghhgfhghgferon. pájaros. -A mí la tuya también. -Me cantabas todos los días ¿verdad? -Tú ya lo sabes -sonrió la mamá con picardía-. ¿qué me cantabas? -Arrorró mi niño… arrorró mi sol…arrorró pedazo de mi corazón…cantó su mamá con una voz suave y tibia.. -Tú te calmabas. -Porque cantar hoy me emociona… Dicen que aquella tarde…hasta en lo más profundo de la tierra se podía escuchar…caracol…col…col… Mónica Sánchez Blanco 11 Mar de cuentos. Siempre lo hice. García Abad Yo sueño con ser el río para refl ejar estrellas y acompañar a la tarde enamorándome de ella. Al galope por mi alma. me pregunto.Biblioteca Plan Ceibal LA LLUVIA ROMANCE DEL NIÑO POETA ¡Qué lluvia en la fresca fronda del bosque que rumorea! Con el viento y la borrasca. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . la tarde ser alba sueña. Al galope van las gotas. -El alba sueña que es nube. todo es quietud. Volver a ser aquel niño que por las tardes serenas mientras el sol se ocultaba y el río con sus ternezas lamía mis pies descalzos. ¿Adónde irán?. Es la brisa que contesta: -Se van a buscar auroras. La mañana es gris y opaca y entre las ramas sin trinos. al galope por la tierra. los árboles runrunean. El río se va con ella. se van detrás de una estrella. Sentir el agua que corre dadivosa entre las piedras apurando en ese viaje. lejanía. José W. ¿escondido? Llega la lluvia implacable tendida sobre las sierras. me sentía poeta. yo…. La tarde cae despacio. de la vida. la promesa. buscando la primavera. Marta Torres Jorajuría 12 Mar de cuentos. ¿adónde el sol?. comer. Enpe elpe espejipitopo depe lapa lapagupunapa sepe vepe ypi cropoapa elpe sapapipitopo pielpe depe apaceipetupunapa.Biblioteca Plan Ceibal EL RAP DE MI CUERPO ¿JERIGONZA? ¡FÁCIL! ¡FÁCIL! Mi cuerpo es sen-sa-cio-nal como mi cuerpo no hay i-gual veo. Si disfruto el sol con moderación. Elpe bepebépe nopo sapabepe quepe enpe lapa mapadrupugapadapa lapa lupunapa lepe bepesapa supu pielpe depe manpazapanapa. El bebé no sabe que en la madrugada la luna le besa su piel de manzana. El patio de la escuela es piel de rayuela. con caras de enojados si estamos disgustados. con lágrimas y risas. funcionen! que yo quiero vivir. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard 13 . ¡Órganos. Elpe papatiopo depe lapa especuepelapa espe pielpe depe rapayuepelapa. Lapa torpotupugapa Ipinéspe tiepenepe pielpe depe nuezpe. si recibo amor en mi corazón. María Cristina Laluz Mar de cuentos. con el cuerpo ¡NOS CO-MU-NI-CA-MOS! En el espejito de la laguna se ve y croa el sapito piel de aceituna. aprender y dormir. respiro y juego con mis amigos. camino. mi cuerpo es una fiesta y la alegría despierta. Si cuido mi cuerpo y bien me alimento. Con mimos y caricias. correr. saltar. nosotros. La tortuga Inés tiene piel de nuez. La reina de las hormigas salió furiosa y al ver al enorme chancho le increpó: –Dígame. el tronco se empezó a sacudir y despertóa las abejas que tenían su panal dentro de él. salió corriendo y no paró hasta llegar a un arroyo donde semetió en el agua. Rasca que te rasca. Marcelino la miró y contestó: –Enana. Las hormigas acudieron muy enojadas. tomó un choclo. al recibir el primer picotón. venga que le doy unpisotón –y diciendo esto. El chancho la miró y contestó: -Proyecto de mosca. Una mañana salió a pasear por el campo y. Marcelino tiró el choclo. salió corriendo y no paró hasta llegar a un monte. Rosalía tomó una trompeta y comenzó a llamar a todas las abejas. Anita. Rosalía. EL GORDO El chancho más comilón que vivía en Laguna del Sauce sellamaba Marcelino y comía todo lo que encontraba. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . no moleste. se apoyó en él y comenzó a rascarse la cola. estamos descansando? Váyase a rascar a otro árbol. PI PIRIPI. que así se llamaba la reina. tenía un tambor y comenzóa tocarlo llamando a todas las hormigas. Sin darse cuenta se había sentado encimade un hormiguero que. salió y al ver al chancho lo rezongó: –Tenía que ser un chancho maleducado el que interrumpe nuestro sueño. se subieron alchancho y comenzaron a picarle la cola y las patas. siguió rascándose y sacudiendo elárbol. ¿no ve que estoy almorzando? -y siguió comiendo sin moverse. que leardía por las picaduras de las hormigas. la reina de las abejas. se hundió. no nos deja dormir con las sacudidas que provoca. Al encontrar un árbol que tenía un gruesotronco. ¿no tiene otra cosa que hacer? Con su cuerpo destrozó nuestra casa. ante el llamado de la reina. Enojada. 14 Mar de cuentos. vio una montañita de paja y se sentóapurado a comerlo. PURUPUM. barriga con patas. PUM. PI PIRIPI. ante su peso. PUM PURUPUM. al llegar a un maizal.Biblioteca Plan Ceibal MARCELINO. váyase in-me-dia-tamen-te. comenzaron a picar al chancho quien. ¿No sabe que después de haber trabajado todoel día. Las abejas salieron del panal y. molestar a los vecinos. Albertito.Biblioteca Plan Ceibal En el arroyo estaba durmiendo un pato que se llamaba Albertito y ante la tremenda zambullida del chancho gritó: –¿Quién fue. –Todos me rezongan. ¿puedoservirle en algo? El chancho pensó y pensó y riéndose contestó: –Señora. le contó al pato lo que le había sucedido. todos me castigan. el daño que les he causado. y menos. le dijo: –Amigo. mucha paciencia. no se puede andar destrozando las cosas que encontramos ennuestro camino. tomando las fl ores expresó: –Muchas gracias. –Disculpen. porque todos tenemos los mismos derechos y formamos parte de este lindoterritorio donde debemos convivir en paz. entre llanto y llanto porque le ardía el cuerpolleno de picaduras. Miguel Malmierca 15 Mar de cuentos. Marcelino dejó de llorar. desde ahora seremos amigos -y agregó: -Marcelino. La reina asombrada y. un pato muy conocedor de la vida. he sido muy imprudente. si tiene ganas de bañarse. ¿por quéno se va al barrial a retozar. señoras. la próxima vez voy a mirar donde me siento. a quienes llevó un choclo de regalo. usted debe aprender que cuando se sale a pasear. Luego fue al árbol a disculparse de las abejas. traigo estas flores y sepan disculparme porhaberlas molestado. gordo cerdo. Debemos respetarnos los unos a los otros. ante el cambio de actitud del chancho. le espetó: –Dígame. qué sucede? Al ver al enorme chancho. preguntó: -¿No le alcanzó el castigo que le dimos. ¿conoce algún remedio para la picadura de abejas? La reina sonriendo afirmó: –Paciencia. y yo lo único que hice fue ponerme a comer un choclito. no tenía porqué haberse molestado. quiere más picaduras? El chancho sumisamente dijo: –Señora. que es el lugar que a usted le gusta? Marcelino. La reina. agradeció al pato Albertito por la lección que le había dado y se fue a pedir disculpas a lashormigas. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . alverlo venir. . Y al final ya sin temores. desplegados sus colores son sus alas un encanto un dejo puro encendiendo mis amores. Abiertas. Graciela Ricci 17 Mar de cuentos. Agitadas. lentamente ya sin prisas. sin apuros.Biblioteca Plan Ceibal OTRA MARIPOSA UNA DUNA EN EL MAR Otra mariposa en mi terraza hoy. Toda blanca dorada. Por la corona del mar sostenida. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . luego. indecisa. temerosa. Como tú pequeña. Sorprendente visión… Pinceladas de palmeras recortadas contra el blu embellecen su mirada. Y lo niños salpicándose de mar corren para tocarla de azul. Bella isla de arena como un seno elevada se extiende dibujándose en su regazo. cerradas sus alas inquietas. desplegadas. Ella se queda y yo la dejo. Presuntuosa. Incesantes al comienzo. El mar me recibe con una duna entre sus brazos. dudosas. llegando al rojo y. tocaba. regalaba el vital elemento. Mamá. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . la canción de los grillos. Sus trinos eran armoniosos y sólo oyéndolos podrías imaginarlo. lucían sus atuendos de plumas que abarcaban el blanco pasando por la infinita gama de dorado. probaba y olía. bajo la claraboya multicolor. Eran regados sabiamente por mamá y no creo que el goteo que. Allí. regaba las plantas con el agua que lavaba las hortalizas. de pronto el crujir de las maderas o el sonido del viento que rompía aquel silencio cada vez mayor y sólo acompasado por el ritmo monótono de la respiración de los moradores de aquella casa tan plena de encantos. Con hojas de casi dos metros el follaje se abría en casacada bajo la claraboya multicolor. casi casi al negro. algunos. Silencio irreverentemente rasgado por los trinos de los pequeños canarios que. en número crecido. Eva Rivero de Placeres 18 Mar de cuentos. en su ahorro. según la estación. Al amanecer comenzaban los primeros píos y al caer la tarde. en el jaulón. El olor a tierra húmeda era constante. Era común ver emerger en los macetones plantitas de ají o tomate que nos brindaban sus frutos mas allá de lo que la huerta ofrecía. En el verano un toldo verde oscuro reflejaba su sombra. Así mis sentidos se veían estimulados con el silencio de aquella casa campesina. poblaban la pajarera ubicada en la pared frente a la cocina. junto a la puerta del inmenso comedor reservado para los acontecimientos.Biblioteca Plan Ceibal ENCANTOS El amplísimo patio interior ocupaba a mamá con su vegetación y exaltaba mis sentidos porque veía. Luego podíamos reconocer el ladrido de algún perro a lo lejos. minuciosamente. En el extremo opuesto estaba el espacio de los helechos. los arrullos que precedían al sueño. administra el agua en los viveros más modernos y actualizados luzcan con mayor esplendor que aquellos gigantescos ejemplares a los que ella. matemáticamente. . que ha de libertarme. arrastrando la cola de raído damasco carmesí. también. Pero está bueno este aromático café del Brasil. ¿me han pertenecido realmente? ¿Fui yo. aquella niña vivaz y esta jovencita huraña. se llenan de lágrimas. En su cabecita de siete años retumba el galope del alazán de su caballero que corre a libertarla. ¿A ver? ¿Ya volviste a sacar la colcha de tu cama para disfrazarte? ¡Y otra vez con mi prendedor de coral y el abanico de Fernanda! ¡En seguidita a dejar todo eso en donde lo sacaste! Y a la mesa. de veras. esta criatura parece tonta! Las cosas que se le ocurren. silenciosa y apasionada que veo en el recuerdo a una luz de sueño? ¿Y fue mi casa esa pequeña casa antigua. con su ancho delantal con puntillas. Ella es una princesa cautiva. y en sus oídos resuena el rumor de las trompetas y la fantasía.Biblioteca Plan Ceibal LA NIÑA. en la que un desgarrón que luego mamá coserá rezongando. con su manto de púrpura. No la entienden. criatura? -No puedo. Susana! ¡Ah. mamá. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . EL PRÍNCIPE Y EL CAFÉ CON LECHE La infancia y la adolescencia. es sabrosa esta amarilla manteca traída de la chacra ayer mismo. y mientras no llegue el Príncipe Afortunado. su broche de rubíes y su abanico de plumas de faisán. tengo que seguir presa en esta horrible cueva. -¡Ven en seguida a tomar tu café. con un gran patio lleno de rosales entre las coles? Mi madre desciende los tres escalones de la puerta del comedor. guarnecido de hiedras y la balaustrada de la escalerita de madera que baja hacia la quinta: -¡Estoy aquí. Sube despacio los escaloncitos carcomidos. esas dos épocas de mi vida que ahora me parecen tan remotas y extrañas como un cuento. su vestido de muselina clara. protege una especie de túnel abierto entre el muro. mamá! -¿Qué haces que no vienes a tomar el café. En las oscuras pupilas de la niña hay una luz obstinada y una expresión ausente. y el tazón de loza orlado de pimpollos rosados y mariposas 20 Mar de cuentos. blanca. y vuelvo a oír su voz aguda: -¡Susana! Una cabeza coronada de apretadas trenzas castañas surge entre la maraña de gajos con que una enredadera de caracol millonaria de caprichosas flores retorcidas. el pesado moño sedoso sobre la nuca. Dios mío. que papá y sus hombres pasaron de contrabando por la frontera de la Mina. enhebra una rizosa hojuela de helecho arrancada de la planta durante la lucha con el hechicero. Me robó el mago Sietededos. y las rarezas que hace. en seguida. . envuelta en su manto real de viejo damasco y el abanico de lentejuelas de oro junto a su platillo. señalando la taza semivacía: -¿Quieres que vuelva a llenártela hijita? Y por un rato. amo imperioso. hartas de arroz con leche y almíbar perfumado de limón. sonríe. Y filosóficamente. el mago Sietededos y el Príncipe Afortunado fraternizan en el olvido de la princesa que despacha con un apetito absolutamente candoroso y plebeyo su segunda taza de café con leche y la última rebanada de pan casero con manteca amarrilla que pone la garganta suave como una gamuza. muchas veces. a la nutritiva Sus redondas mejillas echan fuego y le rebrillan e viejo damasco y el su platillo. cuando nada pueda consolarla. consolarla! ¡Ah. Susana. y dice. cumplidamente. amiga de las cosas bonitas. Sus redondas mejillas echan fuego y le rebrillan los puros ojos que ya se encargará la vida de nublar más adelante. dando fin. a la nutritiva go y le rebrillan vida de nublar merienda. encanta a Susana. después. se consuela de la aventura trunca. inapetente y melancólica por sus señossus seños desvanecidos y sus esperanzas frustradas! Juana de Ibarbourou Mar de cuentos. A los siete años la imaginación es fácilmente aginación es fácilmente sofocada por el estómago. Todo está muy bien. ¡Ah. su plato quedará intactodará intacto ante ella. Mamá la mira de reojo. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard 22 . en el terrible subterráneo cubierto de un laberinto de enredaderas fragantes. se consuela damente.Biblioteca Plan Ceibal doradas que vuelan sobre un pastor y un pastora que se están besando. y Susana empieza a sentir un apetito que le envidiarían las reinas. El indio cumplió las instrucciones. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard 23 . Cuando Rhea lo vio. Rey de los Pájaros. escuchó una voz que se agitaba en la silvestre flor que allí crecía: -Soy el Rey de los Pájaros y hace muchísimas lunas que busco un guerrero como tú. pero de pronto sintió el revuelo de un ave sobre su cabeza: el canto era el mismo que lo subyugó en su tribu.Biblioteca Plan Ceibal EL RÍO DE LOS PÁJAROS las flechas del sol y la luna caían sobre América. Penetró en el monte poseído del extraño canto que emitía el pájaro. al que sus compañeros llamaban Tubichá durante la guerra. El pájaro es amigo del indio y el indio ha de ayudarlo a recuperar su libertad. La lengua del sol se confundía con los frutos de arazas y pitangas. Dime cómo lograrlo. Sólo el canto hemos conservado de nuestra naturaleza primitiva. saltó sobre él. cuando iba a hacerlo. Mar de cuentos. Corta mi flor. El indio desfallecía. Es la señal para que abandones la canoa. Una mañana. Después de haber cruzado el monte oirás un intenso rumor que es el anuncio de la proximidad de la cascada. -Debes construir una canoa con el tronco de un árbol llamado timbó. Esperaba el momento de poder cazar al animal y. Mis súbditos yacen en el lecho del río y cantan al paso del agua. la bruja que habita la cascada. -Te ayudaré. Debes recordar que son sus dominios y. El guazubirá corría libre por los llanos. Ayúdanos. El charrúa conoce el sufrimiento y muchas flores han dado su tallo para curar nuestras heridas. Volvió a la lucha con renovadas fuerzas y clavó su flecha de tacuara en el co razón de Rhea. Aquietó su paso. se transformó en etéreos penachos de color punzó. Constantemente la bruja intentaba hacerlo caer en su maleficio. Rhea vendrá a combatir contigo. solo hiriéndola antes de que te toque. Navegarás en la dirección que el sol se pone. Era el tiempo en que el hombre se saciaba con la dorada presa de los ríos o el futo dulce del mburucuyá. Un ave tocó su frente y el indio se levantó como hechizado. Mi raza está presa del maleficio de Reha. el alba despertó al más valiente de los charrúas. al morir. La piel del indio también se marchita si no conoce los corales de la risa. Rhea. Mientras los ojos destrenzaban lejanías. Los vilanos giraron en la brisa y se prendieron en las ramas de los plumerillos. los pies de los indígenas besaban el cobre de la tierra. Corrió la sangre y el pájaro se bañó en ella. Entre las sombras. podrás liberar a mi raza. agitando los espejos del agua. los fuegos de las tolderías relumbraban como guacamayos. Los ñacurutúes velaban el silencio de la noche. te servirá de escudo. Su cabeza y su pico se volvieron rojos: el churrinche había nacido en nuestra tierra. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard 24 . Guazubirá: especie de venadillo americano. Tacuara: caña fina Churrinche: pájaro con plumaje rojo. Sylvia Puentes de Oyenard Glosario: Ñacurutú: ave nocturna semejante a la lechuza. en secreto.Biblioteca Plan Ceibal Cantó el churrinche y cayó la flor que el indio retenía en su mano. Mecida por los trinos navegó el Río de los Pájaros. Mientras. Ella le tendió los brazos agradecida. Mar de cuentos. el Río Uruguay. El que ciñe en su canto mil luceros y se abre. El que altivo da su luz al Plata y fulgura. En una barca de plumas la pareja emprendió el camino fluvial. El que tiene en la aurora doradas mariposas. Pitanga: árbol con hojas fragantes y fruto comestible. como canto. El que dio a los charrúas sus poderosas manos. Mburucuyá: planta de fruto dulce cuya flor tiene poder curativo Arazá: árbol con ancha copa y fruto amarillo. en las gaviotas. porque también había roto su maleficio. De los jardines del agua surgió la más hermosa mujer que el tubichá hubiera visto. miles de pájaros levantaban vuelo desde las aguas: eran los que Rhea había convertido en piedra. a sus plantas. Biblioteca Plan Ceibal MIS NIETAS Fiorella y Valentina PIENSO TRES COSAS LINDAS Y LAS DIGO: Llegaron a instalarse en mi otoño. Son, quizás, las últimas fantasías. El sol hace nido en su pelo y la miel se derrite en sus ojos. En sus manecitas, Lucifer esmera todo su ingenio. En la inquieta red de sus nervios descubrimos la herencia. A través de ellas regresan otros niños. Aquellos que el tiempo, inclemente, nos había robado. Irrumpen, modifican el aire, transforman los silencios. Y sus risas son antorchas que bailan y vuelan iluminando los recuerdos, encendiendo la llamarada de la vida. Nadie conoce la dulzura Como la pata de la mariposa. Una invisible sombra, sutil, ebria ... La sombra de la luna sobre el aire. Perforemos un pozo, Y saquemos la luz, quedando el día. El ojo iluminado verá el pozo, Porque la luz no es el color del día. Pedro Leandro Ipuche Marina Jorge de Bellini Mar de cuentos, Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard 25 Biblioteca Plan Ceibal TATUCITO La familia Tatú era muy trabajadora, ellos nunca se cansaban de abrir cuevas. A Tatucito, el hijo menor, no le atraía para nada tanto trabajo. ¿Para qué cansarse, si se podía esconder en las que cavaban sus hermanos? No había argumento capaz de hacerlo trabajar. Cierta vez Papá Tatú lo envió al otro lado del cerro. Le pidió que al llegar abriese cuevas para toda la familia. Ellos irían dos días después con la mudanza y necesitarían tener donde vivir. Tatucito marchó solo al nuevo barrio. Al llegar, encontró a un zorro joven y para entretenerse, decidió engañarlo. Se arrolló como una bola y el zorro quedó desconcertado, creyendo que aquello era una pelota. El zorro lo tanteó con una pata y para su sorpresa, Tatucito comenzó a rodar cuesta abajo. Tan lejos llegó, que cuando miró hacia arriba, le dio pereza subir nuevamente. Faltaba todo un día para que llegase su familia, así que se acostó a dormir. Al anochecer los vio aparecer en la cima del cerro, cargados con sus cosas. Gritaban furiosos porque estaban cansados y Tatucito no había cavado nada. Sus hermanos, a gritos, juraron que lo encontrarían donde fuera y no pararían hasta que él agujerease todo el cerro. Al oír ésto, Tatucito se asustó en gran forma y disparó todo lo rápido que pudo. Corrió y corrió durante días, atravesando campos. Tenía tanto miedo de que lo encontraran sus hermanos y lo obligasen a trabajar, que cada día se iba haciendo más chiquito, tratando de pasar inadvertido. Tanto se achicó que quedó apenas más grande que una hormiga. Ya ningún tatú lo podría reconocer. Cambió de nombre, se casó y formó familia: todos chiquitos como él. 26 Mar de cuentos, Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard Hay quienes por ser sus amigos los llaman por su nombre. ellos se arrollan como pequeñas pelotas para que no los reconozcan. Cuando algún animal se les acerca. Su color ya no es más marrón tierra. shak Aquí hago un pocito Y me guardo hasta el próximo cuentito.Biblioteca Plan Ceibal Viven temerosos y escondidos. shak Cavo que cavo Como hace Tatucito. Mónica Dendi. Shak. 27 Mar de cuentos. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . shak. pero para la mayoría de los animales simplemente son “Bichitos de la humedad”. shak. sino gris. de preferencia debajo de las piedras. Shak. bueno. Yo me la iba a tapar también. y de lindos no tienen nada. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . también. pero la verdad verdadera es que la lechuga y el tomate deben de ser feísimos. porque de verdad tenía la cara muy sucia y la ropa estaba hecha un 28 Mar de cuentos. Y peinarme sola. A las cinco. y mamá había dejado su auto en el mecánico por un ruidito. los contenedores son grandotes. la empleada de casa. Y tampoco entiendo porqué hay que comer frutas y verduras. El hombre estaba como colgado. -¡Oh. Mamá en cambio piensa que la culpa es de la Intendencia ¿qué es la Intendencia? Desde que yo me acuerdo. yo estaba lista antes que mamá. ponete el abrigo y vamos. para el cumple de Pauli. como les decía. Y ¿si los pintaran de otro color? ¿quién lo haría. ¡Uf. Bueno. muy linda. Como ella me dijo que rosado. creo. -Son cuatro o cinco cuadras -dijo mamá-. y mucha leche y comer queso y ¡nada de papas fritas y hamburguesas! que es lo que más me gusta. la verdad que no lo sé. toda de rosa. Por eso. y me da cosa probar las uvas y los duraznos. tapándose la nariz. mamá decidió que fuéramos caminando. Se los digo. los carritos o la Intendencia? Se lo pregunté a papá y a él le dio un ataque de risa. Hagamos un poco de ejercicio. porque a ella y a mí. me apretó la mano y me arrastró a la vereda de enfrente. ahí adentro. Solo se le veían los pantalones ¡tan arrugados! y unas zapatillas con la suela agujereada. Ayer le pregunté a Pauli de qué color iba a ser su vestido de cumpleaños. nos gusta vestirnos igual. No sé porque los grandes se la pasan hablando de ejercicios y dietas y masajes y todas esas cosas tan aburridas. mi mejor amiga. yo me puse todo del mismo color. mamá dijo: -Alicita. cuando vi a un hombre y una niña pegaditos al contenedor. Que la culpa la tienen los carritos. Las dos estábamos lindas. qué olor tan feo dijo. Como no hacía mucho frío. Yo. No sé si la niña era linda o no. mamá. así parecemos hermanas. decidimos ir caminando. como siempre. verdes. sí! me lo explica casi todos los días. porque María. dice que es una mugre. Cuando mamá vio el contenedor. No es que mamá no me lo explica. No sé si saben que en la esquina de casa hay un contenedor.Biblioteca Plan Ceibal UVAS VERDES -Ya sé vestirme sola. y mamá. Yo me puse en puntas de pie. pildoritas. O de su mamá… no sé… Lo que tenía lindo era elpelo. como jugando a los magos. no ves que llegaremos tarde -me dijo mamá tratando de pescar mi mano. o estaban un poco podridas. no podía ver ¡hasta que vi! -¿Y saben qué es lo que vi? Uvas. -Vamos-dije. no sé. lo podrá hacer? 29 Mar de cuentos. O se guardó algunas para después. sándwiches de jamón y queso. Sostenía algo entre sus manos. Me pareció que era algo muy valioso. mami. y así es más difícil que todos piensen que somos hermanas. Alicia. porque abrió bien rápido la boca. por favor. porque lo hacía sonar. y se le fueron las ganas. mi pajarito. mi amor. con una reverencia. Primero un dedo. -Un cachito. La niña comenzó a saltar. revoleó una mano por el aire y. o una carta. Pero yo la escondí en mi espalda. títeres o mago o…? -Mago. De pronto.Biblioteca Plan Ceibal asco. Tal vez alguien las pensaba comer. pienso que la pollera larga que usaba era de su hermana mayor.¿qué va a haber en el cumple. porque estaban todas sueltas. y se reía con ganas. A vos te encantan los magos ¿verdad? -Mamá ¿a vos te parece que si yo le pido algo que no sea una paloma. el hombre se bajó del contenedor. ensayando mi último paso de ballet. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . golosinas y una torta de cumpleaños bien grande de merengue y dulce de leche. porque mamá me agarró del codo y me empujó hacia delante. estoy segura. -Mamá -pregunté. como esas que me dan cosa. como el de Pauli. uvas verdes. Pero a la nena. porque le quedaba enorme. Allá nos estaban esperando con papas chips. después el otro. Entonces el padre agarró una uva y se la puso en la boca. mi mejor amiga. todo enrulado. El mago Ariel. como Pompón. -Claro. En ese momento el mago abrió la mano. le parecieron riquísimas. y así creo. o no le gustaron. otra y otra más. A mí me encanta el pelo con rulos. en el contenedor. -Ven para acá. Quería ver que cosa tan preciosa había encontrado ese hombre. teníamos que ir al cumple de Pauli. Así que me quedé parada. se las comió todas. Allí había algo. Además. Luego. se inclinó ante la niña y la abrió muy despacio. como diría María. y le rogué. quiero ver lo que encontró el papá de esa niña. No sé si les conté. pero no podía ver. Yo pienso que de alegría. yo soy muy curiosa. y después. Parece que las habían puesto en una bolsita. como cuando yo vuelvo de la clase de manualidades. porque el mío es bien lacio. -¡Si a ti no te gustan las uvas! Pero si las quieres probar ¡fantástico! Mañana te traigo del súper un precioso racimo ¡verás qué ricas son! -Mmmmmm. que puede regalarle a su hija. eso no es lo que quiero. -Le voy a pedir que saque de la galera un racimo de uvas verdes. -¿…? -Lo que quiero es que papi sea un mago como el hombre del contenedor.Biblioteca Plan Ceibal -¿Qué es lo que le vas a pedir? -me preguntó curiosa. mami es muy. de un solo pase mágico. Anita Luksenburg 30 Mar de cuentos. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . ma. muy parecida a mí. Porque en esas cosas. lo más rico del mundo. una estrella robada. La ranita traviesa ha quedado encantada y saltó tras la estrella. Al asomarse el rey sol las gotitas se evaporan y rapidito en el aire. En un manto de estrellas. La noche persigue al sol con tenacidad y porfía. todas ellas doradas. una a una se transforman. tratando de alcanzarla.Biblioteca Plan Ceibal LA RANITA Y LA ESTRELLA LA NOCHE El agüita tan fresca de la fresca cañada se ha llevado una estrella. Están mojados los pastos coronados de rocío. la ranita traviesa ya libre sueña y canta. son lágrimas de la noche cuando siente mucho frío. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . Edris Alonzo Lanne Irma Alvarez González 31 Mar de cuentos. porque quiere estar con él para convertirse en día. En los brazos de un junco se quedó aprisionada y un rayito de luna ha ido a rescatarla. en risa y poesía! Por el cielo vuela alto. Vuela alto mi cometa.Biblioteca Plan Ceibal LA RISA PINTANDO SUEÑOS… ¿Cómo corre el agua cuando pasa al río? ¡Canta en la risa de cristal de voces! ¿Cómo canta el viento? ¡Ríe cuando pasa en follaje sano! ¿Escucharlo puedes? Y contento el niño ¡canta. Coletea y coletea la ciudad pequeña está. nadie la puede alcanzar. junto al sol podrás estar contándole a las estrellas sueños de luna y de mar. mil secretos lleva adentro. Pinta y pinta en las nubes sueños de luna y de mar. Mary Gonçalves Próspero Rossana Paulós 32 Mar de cuentos. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . sueños de luna y de mar. sueña y salta. sueños y serás tú. te llenaré de MI vida. ¿es cierto nadie te ha acariciado. única y verdadera como cuando la vida aún no me había dibujado… Susana Pérez Gomar 33 Mar de cuentos. el color a la emoción. tú. de tormentas.Biblioteca Plan Ceibal MI REINO ES UNA PÁGINA EN BLANCO… Te miro y te estoy alcanzando. líneas. el blanco dará paso al color. sentimientos. de sol. ¿estás sin vida? ¿inerte?. una línea un garabato? ¿No ha estado allí un niño? ¡No estás sola!. formas. ni siquiera un punto. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . una en mil. te daré colores. ¡música! Te llenaré de vida. puntos. ¡Daba miedo porque tenía alas grandes y un pico muy largo con rayas verdosas! “Esto es obra de Acatecia que no quiere que cocine” -pensó mientras que con su pie empujaba al monstruo. Escribió: MENÚ Entrada: Ojos de serpientes con salsa de hígado de gatos. faltaba poco para que llegaran las invitadas. no tenía paja ¡se la habían comido las serpientes! Miró a su alrededor y sus ojos se encontraron nuevamente a los cocodrilos. Makata debía conseguir algunas cosas que le faltaban. Aceptaron para disfrutar y ver la cara de la anfitriona decepcionada por su horripilante preparación. intentó elevarse. quería llevarse algunas para prepararlas. 34 Mar de cuentos. miró hacia atrás y sorprendida vio un ratón gigante prendido a su escoba que trataba de hacerla bajar. Pudo dominarlas y cargó algunas sobre sus hombros. con su mágico cuchillo cortarle la cabeza a uno y colocarla en la parte de atrás de su vehículo. debían ser venenosas y. Luchó con ellos y pudo seguir el camino hacia las serpientes. pero era imposible. Logró deshacerse de él y llegó a un pantano con cocodrilos. Debía apurarse.si estaban en descomposición. Primer plato: Corazón de ratones con arañas fritas y arroz con escarabajos. Bebidas: Vino con sangre de carpoincho servido en vasijas con escamas de víboras.Biblioteca Plan Ceibal DÍA DE BRUJAS Muchas veces las brujas compiten para ver quién tiene más poder con sus pócimas. Un día Makata decidió invitar a sus “amigas/enemigas” a almorzar diciéndoles que su comida era mejor. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . Se colocó un gran sombrero del que colgaban telarañas. Subió a la escoba. Con mucho esfuerzo pudo. Para hacer el menú. mejor sabor obtendría. tomó su escoba y elevándose sobre las nubes se dio cuenta que avanzaba en zigzag. masculló unos conjuros y se elevó dejando un sendero de gotas de sangre. no existía hechicera que cocinara como ella. Postre: Dulce de cocodrilo con helado de crema de garrapatas. -Sí. La empujó y el postre cayó sobre el pie de Makata. Sin imaginar que era para Makata. Jopina la tomó. Solfina. Y así. eso no es para ti -le gritó. Galatana. traía escondido en sus ropas un polvo que transformaba en mosca a quien lo consumiera. lo usaría si era necesario. pero se fue saltando al pantano. ja. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . Se sorprendieron al ver el almuerzo que Makata les había preparado. El centro de mesa era de flores hechas con tripas de gatos. -¿Qué le pusiste. Al llegar colgaron los grandes sacos negros en un perchero construido con partes de esqueleto de avestruz. Los cubiertos de madera estaban pintados con sangre de gato. Raneta. En la lúgubre habitación había una lámpara de pie con pantalla de murciélagos secos. no. Acatecia y Galatana se llevaron a Solfina afirmando que nunca más le hablarían. Galatana. Makata respondió cerrando la puerta con un golpe. tomá esto para que veas –dijo Makata mientras le esparcía un líquido rojo que hizo crecer más su verrugosa nariz y su rostro quedó azulado por unos minutos. -No.Biblioteca Plan Ceibal Preparó la mesa con platos de piel seca de cocodrilo y para darles brillo los pintó con baba de caracoles haciendo juego con las vasijas. y al llegar a los postres Raneta decidió que era el momento de actuar y agregó en una porción del dulce de cocodrilo más garrapatas molidas. ja. Raneta y Jopina cuando contaban del hechizo que le hicieron al ratón para que fallara el vuelo de Makata. Unos segundos después empezó a saltar hasta tocar el techo y bajaba para volver a subir. A lo lejos se sentían las risas de Acatecia. -Ahora verás –dijo Solfina al tirar agua con mocos que se fueron escurriendo hacia el cuello. ¿Habrá un futuro aquelarre? Ivonne Parodi 35 Mar de cuentos. -¿Por qué no? Me gusta. bruja dañina? -Se te pasará en unos minutos –dijo Solfina. ja. te costará caro –aseveró Solfina. -¿Qué te hice para que en mi casa me hicieras esto? -¿Y me lo preguntas? ¿No recuerdas lo que le hiciste a mi gato? -Ya te expliqué que fue un error que se tomara la pócima y se convirtiera en sapo. Conversaron animadamente. -Ah sí. . una araña que se acuesta. es hora de comer. la casa sin terminar. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . con ojitos dulces. sigan ustedes paseando que me voy a descansar. tres amigos y algo más. y su pelaje de oro. Habla con su mirada.Biblioteca Plan Ceibal DE PASEO EL GATITO FACHA Un gato y una tortuga hoy salieron a pasear y a poco de que salieron la liebre los fue alcanzar. Susana Elizabeth Pacheco Marta de los Santos 37 Mar de cuentos. se acurruca y duerme. -He tejido todo el dia. ya estoy por fi nalizar. No pide mimos. exige con su maullido. teje sin parar. Tres amigos por el parque. junto al calor. En la mañana despierta. Sus ojos son dos luceros. es todo amor. Pasearon por todo el parque mirando por donde andar y detrás de un espinillo ¿a quién fueron a encontrar? Estaba doña arañita teje. se hace entender. Luna gaucha luna gauchesca. Entre los montes ríes coqueta y en los espejos del tajamar. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . ya despertó! El manto blanco se evaporó. madre de luna . ay. con alegría brillas de fiesta. De manto blanco se cubre el verde. luz de mis ojos al caminar. Un viento quieto. ay. Otilia Fontanals Mónica Yic 38 Mar de cuentos. El campo solo.Biblioteca Plan Ceibal ¿QUIERES ADIVINAR? LUNA GAUCHA Un sol dormido. Un frío intenso. Vienes llegando y en verdes prados velos de cielo vas dibujando. ¡Ay.ay. Mil cristalitos cuelgan los duendes. luna presente. romance de la lora que da vuelta con su cola. a los niños de la casa y a los todos los que queremos. no deja que tú te acerques. Romance del caballo pasea. se deja caer en vuelo. Acá terminan los versos. Ay.Biblioteca Plan Ceibal ROMANCES DE ANIMALITOS Romance de los cerditos que se comen lo sabroso. galopa y trota. romances de animalitos. Romance de la vaca que da leche a los terneros. Quedan gordos y rosados. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . Romance de los pollitos buscando a mamá gallina. Alba Marina Riverón Granese 39 Mar de cuentos. lleva niños a la escuela para sacar buena nota. que ha salido muy oronda para buscar la comida. Romance del Tero Tero que cuida bien de los huevos. mañana te cuento otros reiremos otros ratito. muy diferentes al oso. mimosa de mi abuelita que se llama doña Aurora. Eloísa Pérez de Pastorini Alba Marina Riverón Granese 40 Mar de cuentos. Subía un lobo malo. cuento que contaba mi abuelita. lento. Qué bonito despertar al ver en la cocina la torta de manzana que abuelita me ofrecía. subía una paloma. Era un cuento. ¿Adónde vas con tu casa. Seguía y seguía el cuento y cuando yo me dormía soñaba con pasadizos que a casa se dirigían. bajaba una bruja fina.Biblioteca Plan Ceibal LA NIÑA Y EL CARACOL CUENTO DE ABUELA Caracolito viajero de mi jardín –oro y jade-. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . tan lento. salía una niña linda. tan cariñosa y tan buena. a la tarde? -A buscar la doncellita que me aguarda en la azucena que le vas a regalar a tu linda madrecita. parecía un laberinto de entradas y de salidas. ¿sabías? -¡Pa! ¿En serio? ¿Y donde están? -Ahora no es la época pero cuando sea te aviso para que vos mismo las saques del árbol – aseguró don Alberto. estiró su brazo y agarró con su mano todas las que cabían en ella y se las comió sin siquiera saborearlas. -¡Por favor.Biblioteca Plan Ceibal FREDDY Durazneros. ciruelos y arbustos con flores rodeaban la casa de la familia González en El Pinar. curioso y con algunos caprichos. no dejaba que las hormigas comieran sus hojas y. y una sonrisa que Freddy no notó porque solo pensaba en el momento de ver aquel árbol lleno de ricas gomitas colgando. -Es que éste es el árbol de las gomitas. un niño de 7 años travieso. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . Uno de esos domingos María Elena. pinos. los podaba cuando era la época. jugar a las cartas. Al lado de la cancha de bochas había un árbol de eucalipto y allí estaba él con un coquito en la mano. queso. Se produjo un silencio de complicidad entre los mayores. Frente a la casa vivía Freddy. no comas así. ¿vos viste alguna vez el árbol con gomitas? 41 Mar de cuentos. por supuesto. -Es que vos nunca comprás y cuando lo hacés ponés en la mesa la mitad del paquete y las otras las guardás para otro día. palitos. la esposa de don Alberto. y no me digas que no –le contestó sin la mínima vergüenza. su hermana lo llamaba y él no contestaba. Lo olió y salió corriendo a comentarle a don Alberto: -¡Tiene el mismo olor que unas gomitas que me compre mamá! –le dijo. Ponía a sus padres en situaciones incómodas pero él era así. los regaba. Se aburrió de comer y fue a jugar en el enorme jardín de don Alberto. por ejemplo las papas chips. los invitó a tomar un copetín y allí salieron aceitunas. Para ambas familias era su casa de veraneo y periódicamente se reunían para conversar. -Papá. Pero de pronto desapareció. salamín. las bochas y tomar algún copetín con bocaditos que deslumbraban a Freddy. eucaliptos. decía lo que sentía en el momento menos esperado. se toman de a una! –le decía su mamá sonriendo incómodamente. acacias. Don Alberto los cuidaba con dedicación. polakitos y ¡las papitas! En cuanto Freddy las vio. galletitas. le hizo seña para que cruzara. Freddy si no viene tal vez lo haga el próximo fin de semana. tranquilizate! Don Alberto llegó. no debe tardar. lo abrió y en un pif. En eso ven doblar el largo auto de don Alberto. víctimas de un proceso natural. Pasaron varias semanas y Freddy tenía la intriga de cómo podían brotar esas deliciosas gomitas en el árbol. Freddy saltó y gritó. tomó el paquete y lo miró intrigado. dale por favor no nos va a decir nada si nos ve adentro –insistía el niño. viste que don Alberto es un hombre al que le gustan mucho los árboles. prendió los regadores y cuando miró para la casa de Freddy vio que lo saludaba saltando y ante la impaciencia que demostraba. pero no hizo comentarios y bajó con el paquetito. paf se las comió. -Vamos a ver le dijo don Alberto mientras acercaba la escalera para subir al eucalipto. descubrió que en su terreno también había árboles de eucaliptos idénticos al de don Alberto y ¿por qué no daban gomitas? Pero no dejaba de ir a la casa de su vecino a buscarlas. sacó el juego de jardín. ¿cómo hace un árbol para poner las gomitas en una bolsa y atarlas con cinta? –preguntó y el papá no sabía qué contestarle. ¿vamos a ver si nacieron las gomitas? -Pero. Pensó: ¿Cómo puede ser que de un árbol nazcan gomitas dentro de una bolsa de nylon con moñita y todo? Desconfió. deja que llegue y se instale. no te preocupes. los ojos bien abiertos ante una emoción tan fuerte. -Papá. -Mirá. tal vez sea una especie distinta. -Vamos a cruzar papá. Un sábado de tarde volvieron a la casa de playa y don Alberto no estaba. -¡Espera un poco. abrió la casa. -No. -Papá. La apoyó contra el árbol y allí subió Freddy. pero era un niño muy listo. dale por favor.Biblioteca Plan Ceibal -No. A media tarde. Ese día quedó convencido. 42 Mar de cuentos. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . -¿Crecieron las gomitas? –le preguntó sin protocolo. jugando con su hermana. La idea de la bolsa en el árbol le empezó a dar vueltas en la cabeza. dale. Quedó paralizado. tal vez los coquitos eran las gomitas ya secas que caen del árbol. tal vez sea uno especial ¿no te parece? Tendrías que preguntarle a él –y salió del paso. miró sus plantas. ¿y se imaginan que vio? Un paquete de gomitas. ¿cómo nos vamos a meter en la casa si don Alberto no está? Esperemos un poco. Freddy. estaba desesperado por ver aquel árbol que imaginaba lleno de su golosina preferida. -¿Y si no viene?. el árbol de don Alberto no da gomitas.Biblioteca Plan Ceibal Un día llamó a su papá y le dijo: -Tengo que contarte algo. estoy seguro que don Alberto las cuelga. -¿Cómo?. él las cuelga para que yo las saque. explicame. Sylvia Suanes 43 Mar de cuentos. Con su carita sonriente Y gomitas en la mano. -¿Te parece Freddy? ¿Y por qué no se lo decís? -Porque si se lo digo ya no las cuelga más y me quedo sin comer las gomitas. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . lo descubrí. -Lo descubrí porque el árbol que tenemos en casa es igual. Qué recuerdo inolvidable Para mí el de mi hermano. idéntico. y no da nada. . ovillito de pluma en el aire devanándose al sol. se hizo ovillo chiquito en el aire y una cosa bonita nació. Entre nubes de plumas crece el manzano. Los picos traen veloces hojas y barro.. no los dejes por favor!) que las aves fueron hechas para el vuelo y por eso les ha dado alas Dios.. gritos y cantos. Cruzan.Biblioteca Plan Ceibal CANCIÓN DEL NIDO RECIÉN NACIDO El duraznero viste traje rosado. una tarde. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . Dos horneros se buscan entre las ramas. ¡no los dejes. ¡Era un cardenal amarillo! Pedacito de luz. Ernesto Pinto CARDENAL AMARILLO Un rayito de sol. ¡No los dejes! ¡No!. Malva Bengua 44 Mar de cuentos. (Si te dicen de atraparlo en un trampero.. por favor. se abrió paso a la tierra y llegó. Un nido entre las fl ores nace cantando. barcos del aire. Biblioteca Plan Ceibal TRES PALOMAS A Sofía Mederos Ceramella y Julieta y Agostina Ceramella Olivera. En la mies se columpia. el fuego con leños siempre encendidos. trampolín de sonrisas. Amor. campanario de estrellas. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . JESÚS NIÑO Con su herramienta en Nazaret humilde. la esposa y madre brilla y hasta la luz se humilla ante la presencia de María. tres palomas que al aire dan su tesoro. Jesús comparte con ellos modesta pero divina suerte. Dinorah Giorgi Irene Acosta 45 Mar de cuentos. en su aire no flotan todavía la cruz. ¡es Agostina! En cascada castaña sueña Sofía y en su cara hay un ángel que abre la vida. vive José apacible. el olor y el sabor del pan caliente. llevando en sí el más alto y maravilloso don que solo es dable a Dios. Con puros esplendores cada día renovados. Son sus rizos de ámbar en la glorieta. dorada y fi na. palomas de mi cielo. ¡esa es Julieta! Son tres niñas que al viento cantan a coro. paz y alegría reinan en el hogar. las espinas y la muerte que más tarde sufriría. Irene Acosta 46 Mar de cuentos. siglos pasarán. el borrico lento. Su carga preciosa él quiere guardar.Biblioteca Plan Ceibal VILLANCICO Por arduos senderos y entre ásperas piedras va el borrico manso. Vendrán a adorarle pastores y reyes y un azul lucero dirá: aquí es. Pasarán los años.. En duro camino a Jerusalén. el Niño Jesús allí nacerá. sintió aquel milagro transitando en él.. La Virgen María llevadita es. Al fin un pesebre posada les da. carga más preciosa nadie guardará. ellos no verán otro niño igual. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . José con sandalias que guardan sus pies. las calderas silbaban expeliendo vapor. La puertecilla de la hornalla devoraba los pedazos de leña. ternera. cuando el cielo nublado ocultaba el sol y soplaba el frío viento del sur. regalones de la estancia. Allí se podían ver la máquina de picar carne. Debajo de la cocina se amontonaban los gatos. troncos que cortaba y partía infatigablemente el peón casero. Cuando el filoso cuchillo se hundía en la carne y nos servíamos las grandes rodajas. Formaban una mullida alfombra viviente. a humo. En los días de invierno. La antigüedad de su construcción se revelaba en sus paredes descascaradas y ennegrecidas por el humo de miles de días y miles de noches y en el desgastado piso de piedra losa. la de batir manteca. El asado. a comida borboteando en la olla. los panecillos tiernos y claros. ¡Y qué manjares maravillosos podían salir de allí. como incrustada de oscuras gemas. nuestro preferido. el horno ocultaba en sus entrañas apetitosos tesoros. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . las carnes asadas. mujeres y niños. Pero. al que nunca habíamos probado pero al que no dudábamos que podía compararse. la de hacer puré. otras veces. herencia de un tiempo y un lugar que no imaginaba (ni hubiera condescendido) a los electrodomésticos modernos. que habían pisado incontables pies de cocineras y comensales.que latía acompasadamente sobre el suelo. siempre igual y siempre distinto. una increíble colcha de retazos –blancos. Las alacenas –grandes.Biblioteca Plan Ceibal EL DULCE DE HIGO La cocina de la estancia era una habitación amplia. las cremas espesas de consistencia y delicadas de sabor. otras. de techo bajo. negros. a veces nos parecía que comíamos cordero. pavo y aún podíamos pensar que se trataba de faisán. la de rallar galleta. 47 Mar de cuentos. con su costra dorada. los pasteles de masa dorada y crujiente. en medio de un moderado desorden. y ninguna de ellas necesitaba otra fuente de energía que una mano hábil y dispuesta. rociadas de jugo condimentado. de fuerte hierro negro. por sobre todo. La cocinera se prodigaba sin esfuerzo aparente: las enormes ollas desbordaban sus potajes. hombres. de la fábrica milagrosa de la cocina! Los guisos sabrosos y nutritivos. amarillos.guardaban. misteriosos instrumentos manuales. grises. brillante como caramelo. oscuras. la habitación era un refugio de tibieza y cálidos olores: olor a madera. La cocina de leña era un artefacto más bien pequeño. Aparecía en la mesa. pues.Biblioteca Plan Ceibal Una vez quisimos ser nosotros también actores del milagro de la alquimia de la cocina y resolvimos hacer dulce de higo. cruzamos los patios. nos rodeaba. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . Otros nos empeñábamos desde el suelo. cerca del alambrado. no se puede apresurar lo que toma su tiempo. como joyas en una vitrina. ónices. allí!” –“¡En aquella rama!” –“¡Más arriba!” –“¡Aquí también!” Uno de nosotros se subió atrevidamente en los troncos grises y retorcidos. fuimos a observar los higos. por una feliz casualidad había permanecido intacto tras la cocción (ya que adrede no los habíamos pinchado antes de cocinarlos). La alquimia actuaba sin prisa. Azúcar. Ese día. se hacían más transparentes. empinándonos tras los higos. girando lentamente. Y otro lento proceso. Nos acercamos con cautela. Un olor vegetal a árboles. más brillantes. impulsados por la fuerza del hervor. Sí el higo que nos había tocado en suerte. a pasto. de esperar. ópalos. milagro de la naturaleza. Y el aroma dulce y especioso invadía la cocina junto con el vapor que subía de la olla. fluida miel. cuchara de madera y buen fuego de leña. los pies ligeros y el corazón burbujeante. La misma cocina de hierro nos proporcionó un puñado de cenizas para macerar los higos hasta el día siguiente. pero aún hubo que esperar que se enfriara: nueva demora. A la mañana siguiente proseguimos nuestra labor. topacio líquido. Volvimos con nuestro tesoro. Las avispas silvestres zumbaban allí con más fuerza: buscaban la dulzura de los higos escondidos bajo las grandes hojas lobuladas. Se volvían enormes gemas. Los higos paulatinamente perdían su color verde. entonces era un prodigio singular el “ploff” sordo y lleno de misterio que emitía al ser mordido y desgarrado. temprano salimos al jardín. cambiaba de color. El agua se espesaba. Hubimos. En la cocina nos afanamos con cacharros y cucharas. una vez trasvasado a frascos de vidrio. Y probarlos… Sentir su tacto levemente áspero en la lengua. llegamos a la huerta. Finalmente. ágatas. con las frutas cubiertas de agua? Ah. Antes de irnos a dormir esa noche. Una vieja higuera desparramaba sus rugosas ramas en un rincón. Pronto nuestro canasto rebosó de la tierna fruta. Pronto nuestro silencio reverente estalló en jubilosos gritos: -“¡Allí. el sol de la mañana los irisaba en mil colores y destellos. 48 Mar de cuentos. Al cabo de unas horas estuvo terminado. El rocío ponía cristales en el pasto. Los higos eran grande y gordos. especies. algo dulce rondó nuestros sueños. más translúcidos. Flotaban en el líquido. se volvía almíbar amarillo. hundir los dientes en la pulpa tierna hasta degustar su dulzura! Y también algo más. ¿Qué misterioso proceso se fraguaba en la olla. pudimos apreciar la belleza de los higos. después. algo que se festejaba como correspondía. Pero todos los higos eran igualmente dignos de disfrutar. se derramaba por las mejillas. contra el paladar. se desparramaba sobre la lengua.Biblioteca Plan Ceibal Dentro de la boca el sonido surgía de las entrañas de la fruta como algo vivo. hasta el último de ellos. suave y tibio. Comer un higo que hiciera “ploff” era como sacar un premio especial. De esta manera. Sylvia Simonet 49 Mar de cuentos. nuestra aventura en la cocina terminó con gran contento y nos proporcionó un recuerdo de nuestra infancia para atesorar toda la vida. hasta perderse en las profundidades de la garganta. con risas y exclamaciones. y así lo fueron. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . . se fueron tiñendo de rojo color.” Tal lo que me dijo aquel indio viejo que se santiguaba y adoraba al sol. Entonces los ceibos como por encanto. esperando al novio toda la velada. por entretenerse se había pasado la hoja del ceibo por entre los labios. con la aurora vimos al ceibal de grana. . Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . cual si por dos lados fuera a amanecer. Pero una mañana sucedió el milagro -es algo tan bello que cuesta creer-. Fernán Silva Valdés 50 Mar de cuentos.Biblioteca Plan Ceibal LEYENDA DE LA FLOR DE CEIBO Me lo dijo un indio viejo y medio brujo que se santiguaba y adoraba al sol: “Los ceibos del tiempo en que yo era niño no lucían flores rojas como hoy. Y era que la moza más linda del pago. el conejo había salido por otra boca de la cueva.. Y se introdujo en la cueva por donde un minuto antes había tomado el conejo. chits. Y con mi familia. je. Sin mediar palabra. y se había puesto a salvo en su propia casa. bien asadito te comeré. muy cerca estarás. conejito.. al parecer. ya olfateo tu olorcito -dijo el zorro. el zorro se encontró con el túnel tapado: estaba hecho en la arena. y con el paso precipitado del conejo se fue cerrando. estaba deshabitada. El conejo se detuvo. je. La cueva tenía un túnel y el conejo siguió por él. del cual el trozo mejor. El conejo. que ignoraba que lo perseguían. Entonces realmente supo que algo grave. je. siguió caminando. Te mataré.. intruso! -Tatucito.Mmmm -decía el zorro mientras se relamía los bigotes. agazapándose. Mientras tanto. rastreando. conocía muy bien al zorro en sus engaños y zalamerías. -Conejito. otra vez: -“Chits”. con su familia. será sólo para ti. -Te encontraré. muy grave.Biblioteca Plan Ceibal EL TÚNEL DESCONOCIDO -. De repente. je. además de ser vegetariano como el conejo. salió corriendo.. Quiso cavar con las patas delanteras y aunque logró abrir un tramo. Comidita tierna para sus hijitos llevará papá. je. se dio vuelta y vio a la lechuza que volaba del poste. quién dio permiso para entrar en mi casa? ¡Fuera. quien con voz enérgica gritó: -¿Quién está ahí.” -Cuando una lechuza chista dos veces algo acontece. estaba sucediendo y se metió en una cueva que.. se volvía a posar. tatucín. je. Pero en ese momento se removió la arena del túnel y se presentó el tatú. sin más argumentos. je. Pero el tatú. se dio cuenta de que sus uñas no servían para la tarea. Olfateando. Y cantaba en voz baja: -Por aquí nomás dulce conejito. que anda tras un conejín. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard 51 .. batía las alas. Jovita de Almeida Mar de cuentos. El zorro.. Pero al decir esto en voz alta. comenzó a tirarle arena en la cara. je. Pasó una semana con lentes oscuros y el hocico vendado.Patitas de conejo marcados en el pasto. Pero.. restregándose los ojos y llorando de dolor. seguía el zorro las pisadas del conejo. Decidió esperar a que el conejo saliese del túnel para perseguirlo sobre la tierra. sin saber adónde iba a salir. que había pasado rápido por allí y no había visto ni poste ni lechuza. soy tu amigo don Zorrín. una lechuza chistó desde el pasto. y chistaba. . jugo de cucaracha. La bruja dijo: -¡Cuanto más asqueroso mejor! La bruja empezó a revolver y en pocos minutos terminó la pócima. sacó a Lete y lo puso en un estante. y como ella leía la mente le contestó: -Porque tú eres un brócoli viviente y eres mágico. zanahorias. una de las personas la abrió y era una bruja que se quería llevar a Lete para cocinarlo y hacer una pócima para hacer más vegetales vivientes. baba de caracol y una mosca muerta. papas. Las personas que vivían en esa casa. Pero de tanto vivir en la oscuridad se transformó en un brócoli podrido. En la guarida la bruja puso a Lete en la olla junto con ojos de sapo. Cuando Lete volvió a brillar las personas se asombraron porque nunca habían visto un vegetal viviente ¡¡¡y menos un brócoli!!! En esos segundos Lete se hizo amigo de esas personas y les contó de su vida y ellos de la suya. A Lete le dio asco y vomitó en la olla. Después de unos días alguien toco la puerta “toc toc”. Pero Lete se asustó: ¡era la misma bruja que de una bolsa sacaba vegetales y los ponía en los estantes! Florencia Cholaquides (8 años) 53 Mar de cuentos. cuando abrieron la olla casi se desmayan y Lete se asustó. Puso la pócima en otro estante y se fue con Lete. choclos y morrones. Lete saltó de la olla y se mojó de nuevo en el agua. EL VEGETAL VIVIENTE Lete es un vegetal viviente que vive en una olla porque le gusta el calor. lo agarró y se lo llevó a su guarida. saltó y se mojó en la canilla y brilló de nuevo. nunca había visto a nadie que leyera la mente. boniatos. Lete se preguntó por qué se lo quería llevar. por eso te quiero llevar. Lete no se anima a salir porque piensa que todos lo quieren comer. Cando llegó vio muchos vegetales vivientes que lo saludaron: tomates. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard .Biblioteca Plan Ceibal LETE. Lo llevó a su casa y lo dejó en la olla. Lete se sorprendió. Entonces la bruja estiró la mano. Salió de la casa y se fue a un supermercado que estaba cerca. . tan viejita no lo podía repetir porque. que según parece.. Ignacio Martínez 55 Mar de cuentos. había perdido la memoria. a todas las mariposas. Eres la campanita que despierta cuando sale el sol... ¿Eres la pequeña copa en la que los duendes beben las gotas de la lluvia? ¡No!. y ¡ a todos los pájaros! Alicia Alonso HUMOR DESOPILANTE La mujer más anciana del pueblo. contó que cuando era niña ella había escuchado el cuento más cómico del mundo. Ella dice a sus hijos y a sus nietos y a sus biznietos y a sus tataranietos que cuando cuenten algo de humor desopilante..Biblioteca Plan Ceibal CAMPANILLA AZUL Campanilla de mi cerco azul. lo mejor es que se vivan de la risa porque morirse de risa no vale la pena porque entonces se terminan los cuentos. con tal humor que todos los presentes y hasta el mismo narrador se habían muerto de risa y que ella se había salvado de milagro porque se había tapado los oídos para no sentir las estridentes carcajadas y que ahora. tenía ciento siete años. sencillamente.. a todas las flores. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard .... margaritas y petunias: ella. se escondía en las achiras y en las rosas carmesí. La langosta saltarina se iba riendo de mí. salta que salta se posó en las azaleas. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . Cuando miré los canteros y vi tanta planta rota comprendí que había hecho más daño que la langosta. En los hibiscos. Otra vez quise agarrarla y brincó hacia las hortensias y salta.Biblioteca Plan Ceibal LANGOSTA SALTARINA Qué atrevida la langosta que apareció en mi jardín comiendo la muy golosa los pétalos del jazmín. Agustina Fernández de Soler 56 Mar de cuentos. yo al correr iba pisando todas las plantas del huerto. Luego fue hacia los geranios. La fui a agarrar con mi mano para evitar el destrozo. claveles. de allí. pero ella dio un gran salto y cayó en los heliotropos. de barro toda sucia. yo. Me sentí muy egoísta y comprendí la lección: tiene derecho a la vida todo ser bajo este sol. a los pensamientos. rozagante y verde. coleando. bajando riendo. cantando coleando. Como barrilete subiendo.Biblioteca Plan Ceibal LA COMETA De papel y caña surgió la cometa con un hilo largo al cielo se eleva. bajando riendo. 57 Mar de cuentos. Amiga del sol vuela con el viento mostrando el color y su movimiento. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . Al pasar la tarde jugando. Como barrilete subiendo. jugando se bajó del cielo al viento cantando. cantando coleando. coleando. Ivonne Parodi 58 Mar de cuentos. con ojos de almendra. corre. cangrejo camina. se achican. busca que te busca su plato deseado. corre. La presa está cerca.Biblioteca Plan Ceibal ZAMBA DEL CANGREJO GATO Dos pinzas grandotas se alargan. Las patas pequeñas. pasea en el viento. Orejas pequeñas y nariz redonda. el gato que araña. corre por la arena trepa por las rocas. Siempre de costado entra por las grietas huye de los peces que buscan su presa. Entra en el mar lo apartan las olas. con su cuerpo elástico se estiran. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . con pinza y espejo. Baila en la arena. Baila en el agua zamba del cangrejo. Mira. corre. bigotes en ronda. salta y trepa como las arañas. maúlla contento. Los ojos pequeños miran para un lado. se estira y forman un arco. con un mirar casi humano. piedras. pero un miedo lindo. por ejemplo recogía decenas de mojarritas que luego volvía a tirar al agua por lastima que se murieran. los sonidos de los pájaros. Las penurias que el campo también ofrece le eran desconocidas. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard 59 . pero que imponía su fi gura de varios pelajes y unos ojos como pocos. el juego de las “casitas” que construía con ladrillos viejos. Los juegos distintos la atraían mucho. nada malo iba a pasar. hasta fl ores. con saltos. para ella todo era fi esta y misterio. Todo terminó un día cuando el campo y las propiedades se vendieron. La tranquilidad de los días apacibles. y. que venían a matear de tardecita. Pero el recuerdo tan arraigado en Elisa quedó como un conjunto de postales animadas. los paisanos de bombacha de campo y sombrero aludo. Medio deforme. ramas.Biblioteca Plan Ceibal ESPACIO LIBRE La perrada se alborotaba cuando llegaban los dueños de la estancia. Los amos eran bien recibidos. a ver mariposas multicolores. el aire puro. de las tías solteras y los niños de la casa creía estar en un mundo encantado. solo por complacerla. a veces ladraba y mostraba los dientes. hojas movidas por el viento. todo la atemorizaba y la excitaba al mismo tiempo. y juntos parecían sostener un diálogo de amigos de mucho tiempo. Campero y Cirilo salían al frente. Los perros principales Nerón. pariente del matrimonio. escuchando las chicharras al mediodía. La escondida alrededor de la tapera con árboles de granadas y azucenas rosadas. en su mente. Los perros chicos iban detrás. sapos. gruñendo a enemigos invisibles. Las idas al chiquero a ver los chanchitos y asustarlos con gritos y corridas. como ir a la cañada a pescar mojarritas con un viejo sombrero de paja. que la tenia en vilo. A veces salían a pasear. Él quería quedar bien con la niña. Cirilo era el perro preferido de Elisa. en sus sentidos para siempre. y. un sol que rajaba las piedras. como un coro silencioso. lamidas y hasta ciertas “gracias” que daban la sensación de haber sido preparadas de antemano para ellos. De noche tenia miedo. Claudia Rossi Mar de cuentos. La niña invitada. recorriendo el caminito hasta la portera principal con ladridos fuertes. Parecía que aquel campo perdido recobraba vida. pero acostumbrada a la ciudad con sus peligros. Los perros fueron distribuidos y algunos murieron de viejos. Pasaron varios veranos en los que Elisa disfrutaba de esos días magnífi cos. . . nuestro amor es lo mejor. ese que hasta hacía poquito el Tololo lo usaba cuando salíamos de viaje. sí -acompañó Nati. el solo mirar los estuches lila y rosa de sus cepillos nos levantaba el ánimo. Emocionada. esperando su visita. este sábado vamos al cumple de la prima Vicky. lo coloqué dentro del bolso junto al cepillo nuevo que llegado recién de la farmacia.Biblioteca Plan Ceibal EL CEPILLO DE DIENTES En el botiquín de casa siempre habitaron los cepillos de dientes de las niñas. 61 Mar de cuentos. en un intento por emularme o imitarme. Iban cambiando de tamaño y color según el tiempo pasaba. esas que son muy amigas de los dentistas. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . Lo importante es que ellas tenían la rutina de usarlos en determinados momentos: al levantarse si teníamos la suerte de que se quedaran a dormir. Nuestra semilla plantada siendo chiquitas. luego de almorzar o cenar para lo que tratábamos de preparar sus comidas preferidas: milanesas de pollo para una y tallarines con pesto para la otra o luego de alguna golosina especialmente maléfi ca. -¿Qué hay que hacer después de comer? -Lavarse los dientes. pensando que quizás. Y así pasaron algunos años. con un fuerte abrazo y un beso te diré. ellas cantaban inmediatamente su canción. lo que nos encantaba: “Te quiero yo y tu a mí. junto a los nuestros. Tololo -le respondían al tío. había dado sus frutos: -¿Qué hay que hacer antes de comer? -Lavarse las manos. con suerte. gritando desde atrás para que su voz me llegara a través del tubo del teléfono. esperaba ansioso su estreno. ¿por qué no venís y te quedas a dormir en casa? -dijo Belu. el de Barney especialmente dejo un recuerdo muy profundo: antes de usarlo a dúo. Cuando las extrañábamos muchos porque sus actividades escolares o sociales les impedían visitarnos. y tomando el estuche vacío. abrí el botiquín. Tití -me respondían. mi cariño yo te doy”. prontito estarían con nosotros. -Tía. Ese sábado comencé a preparar mi bolso varias horas antes de lo necesario. rápida y silenciosamente. -Sí. Esa noche. diciéndome: -Mañana vengo a despertarte y me quedo un ratito contigo. y tomando el estuche vacío. Ana Gracia de Valeta 62 Mar de cuentos. Nati quería también dormir con nosotras. sí -acompañó Nati. -Tía. abrí el botiquín. ¿por que no dejas tu cepillo en casa? -dijo Belu. sostenido por el vaso de nuestras niñas. pero su cansancio y su espíritu práctico la llevó a darme un beso con abrazo muy fuerte. luego del cumple. una cama había sido especialmente preparada. mientras yo me lavaba los dientes. lo coloqué dentro del bolso junto al cepillo nuevo que llegado recién de la farmacia. ese que hasta hacía poquito el Tololo lo usaba cuando salíamos de viaje. En silencio. Emocionada. lo dejé solo.Biblioteca Plan Ceibal -Sí. esperaba ansioso su estreno. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . abrí el botiquín y apoyándolo en el fondo. gritando desde atrás para que su voz me llegara a través del tubo del teléfono. bien pegadita a la cama de Belu. Ese sábado comencé a preparar mi bolso varias horas antes de lo necesario. al entrar al dormitorio. guardé el cepillo dentro de su estuche color cielo. sosteniendo el estuche en mi mano. les mostró los enormes colmillos.barbudos y de mal aspecto. ella salió. Eran dos hombres grandes. pegó un grito. feos. La habían rezongado por no hacer caso a sus padres y entonces se había ido de la casa escapándose por una ventana. La hermosa niña se había portado muy mal. De repente sintió pasos que la seguían y se escondió detrás de un enorme eucaliptus para mirar. saltó sobre ellos y les chupó la sangre a los dos. los enfrentó. abrió la boca. Estaba claro que la niña seguiría portándose mal. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . Michel Visillac 63 Mar de cuentos.Biblioteca Plan Ceibal CUENTO MEDIO DE MIEDO Era de noche. Iba caminando solita por la calle y se metió en un enorme parque oscuro y lleno de árboles. los miró con cara de mala. Cuando estaban bien cerquita. Atónito. las nubes. árboles. vuela. Se enoja y se sacude con tal fuerza que no podemos con ella. la Tierra se sitúa exactamente en la mitad entre el Sol y la Luna. Pedro se pregunta: ¿Qué está pasando? Una nube se acerca a su ventanilla y le dice: -Soy yo. las estrellas y todo lo que toca. aquí no pasa eso. Cuando es luna llena. tengo amigos que les tienen miedo y no quieren subir a los aviones. pero el “corazón” queda en los familiares y amigos. Siempre está contenta. hay jóvenes que no quieren subir a verme pues creen que nosotros somos la muerte y no es así. mares… No le importa estar solo. Nos encanta bailar alrededor. -Qué suerte que puedo hablar contigo. -Gracias. lo mismo que los autos. -No el cielo del que hablan lo mayores donde asocian la muerte por un tema religioso que no podemos entender. fue un placer conocerte. Pedro. no te imaginas lo que nos divertimos con los relámpagos y truenos. edifi cios. queda iluminándonos a todos. pero ahora que estoy a tu lado te veo grande y espumosa con ese vestido tornasolado. Sabrina. Este es un mundo maravilloso. No siempre puedes verla toda. ahora se me hace tarde y tengo que volver a almorzar pero nos volveremos a ver…Y… ¡contaré todo lo que me dijiste! Susana Pérez Gomar Mar de cuentos. baja un telón lleno de agua que moja la Tierra y no sabes qué contentos quedamos. y en los cumpleaños llamamos a las estrellas… -Esto es el cielo. -Tienes razón. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard 64 . -¿Sabes?. pues así se ve una sola vez al mes. aunque a veces la tapamos un poco. por eso te mueves. ¿Cómo te llamas? -Pedro y ¿tú? -Soy la más pequeña de mi familia y mi nombre es Sabrina. la persona que muere va al cementerio en un cajita y allí lo entierran. cuando termina. Hay un grupo que toca música que. -Mira. posiblemente te conozca. dibuja todo lo que ve. ni que decir cuando está sobre el mar y se mira en él.Biblioteca Plan Ceibal PEDRO Y SU AVIÓN Pedro tiene un avión cuyas ventanas tienen el poder de escuchar el viento. ¡Él y sus colores! De pronto el avión se mueve. Sabrina. nos ilumina la luna. por eso me gustan tanto lo aviones. a mí me explicaron que la muerte es otra cosa. al mirar hacia abajo ve su casa muy pequeña. el mar cambia de colores gracias a nosotros. Cuando Pedro juega con él. . Las estrellitas se abrazan para hacer el punto arroz y en medio de ese tejido les da un ataque de tos. Dos tiburones eran jurado. María Celia Pascale RISA EN RISA Monita canta que canta y pasea de rama en rama. La Abuela Luna de noche duerme a la niña en su cuna y de día el Abuelo Sol es el que a la niña acuna. sino de veras. crácate. por anteojos tenían dos nudos y unos silbatos muy tartamudos. no de mentira. así reían. Se lavó la cabellera con perfume de banana. sólo trae un escarpín. otro apurado. Veinte gaviotas las perseguían. Tres corderitos eran las olas. Sin pañales ha venido. Y allá van Monita y Luisa a pasear llenas de risa con el mono Rimbombante por el parque y sin camisa. uno muy lento. suavecito y esponjoso. María Celia Pascale Mary Gonçalves Próspero 65 Mar de cuentos. El Abuelo Sol entibia con sus mimos el rebozo que es un gatito de angora. precisa que ellas le tejan un rebozo color hielo. crácate. hasta la cena. Le dio risa a Ardilla Luisa y se mojó la camisa. Corre que corre sobre la arena. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . rápido. La Abuela Luna le chifl a a las estrellas del cielo.Biblioteca Plan Ceibal LAS OLAS CANCIÓN DE LOS ABUELOS Unas olitas corrían carreras. como las novias llevaban cola. Una niñita ha nacido en la playa de Malvín. ligero. El monito Rimbombante la invitó y cayó de prisa. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . Ramón Cuadra Cantera 66 Mar de cuentos. POEMA COLOFÓN Ronda que te ronda se cayó la luna. A la ronda ronda que una buena estrella por ir a salvarla se ahoga con ella. Juntemos las manos vamos a pescarlas y cantando en ronda al cielo llevarlas. Redonda redonda allí en la laguna.Biblioteca Plan Ceibal LIBRO EN TRES ACTOS DE UN SOLO POEMA A Sylvia Puentes de Oyenard PRÓLOGO A la rueda rueda de la luna llena A la rueda rueda que se cae al mar A la rueda rueda que se ahoga una estrella A la rueda rueda por irla a salvar. Que desde el cielo se cayó una estrella y que la estrella se transformó en fl or y que la fl or tendrá más de cien hijos y que los hijos serán un primor y que más tarde crecerán capullos y embriagarán el aire con su olor. Don Juan Caracol parece estar sordo. caracolito! No dañes mis hojas. Celestina Andrade 67 Mar de cuentos. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . no bebas mi savia que en frutos florece.Biblioteca Plan Ceibal DON JUAN CARACOL En una pitanga que muy tierna esparce la dulce fragancia de frutos morados. ¡No prende el motor! Y bajo su carpa de un antiguo gris espera la noche que lo hace feliz. has que se prolongue la aurora del tiempo en mi verde espacio cuando el día amanece. casi a hurtadillas Don Juan Caracol por sobre las ramas se había trepado. ¡Ay. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . La primavera tendió sus brazos les dio alegría les dio color. El caracol y la caracola a paso lento cruzan las horas. Y terminada ya la jornada cuando el poniente recibe el sol vuelven cantando con alegría la caracola y el caracol. El sol amigo desde lo alto guía sus pasos luz y calor. Dorotea García Frosio 68 Mar de cuentos.Biblioteca Plan Ceibal EL CARACOL Y LA CARACOLA El caracol y la caracola cuando el oriente viste de aurora. El caracol y la caracola la caracola y el caracol. Lucen radiantes su traje nuevo del tono beige casi al marrón. A la escarola fi no manjar de paso llegan a disfrutar. El caracol y la caracola por el sembrado de la escarola. Y bajo la “bella sombra” -en mi nave de sandíacrucé el río de sed. Pompón es mi conejo. zanahorias. bebí de la luz caliente de un mes de enero ardiente. de suave seda es con dos bolitas rojas que brillan y me ven. hierbas finas. Lo tengo en una jaula donde le doy comida: hinojo. largas horas estivales de mi niñez otoñal. que había traído hasta mí el calor. de suave seda es con dos bolitas rojas que brillan y me ven. repollo. y me embriagué con el sol. Corrí tras lagartijas. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . En la copa de un ombú brindé en juegos triviales. Su hocico diminuto se mueve sin cesar haciendo muchas muecas que yo quiero imitar.Biblioteca Plan Ceibal POMPÓN VERANO NIÑO Pompón es mi conejo. Raúl Iturria Clara García Frosio 69 Mar de cuentos. Lucía se puso a llorar y Noel la calmó. Y acudieron a la mesa. Noel. te regalaré un caballo. Noel. Al poco tiempo la madre tuvo una bebé a la que llamó Lucía y era el centro de todos que la adoraban. Noel y Lucía temblaron. Chicas. ¡Vamos! Y Noel y Lucía. nos secuestraron!– escucharon desde el monte que estaba cerca de la casa. Y los buscaron sin encontrarlos. Pero Lucía era muy chica y no podía. ayuda. cuando su hermana ya tenía cuatro años porque había crecido un poquito. Así fue como la niña entendió que eso era posible. Lucía. vamos a investigar –contestó. pero estaba muy asustada porque al entrar había visto una sombra entre los árboles y pensó. -¿Quién es? –preguntó Noel asustada.Biblioteca Plan Ceibal EL MISTERIO DE LUCÍA Y NOEL Había una vez una niña a la que le gustaban mucho. pero se dieron cuenta que los padres no estaban. Se va a enfriar la comida. blanquito. Era un animal blanco. quisieron desmontar para ir a la mesa. apúrense. se oyó. Lucía le preguntó a Noel: -¿De dónde vendrán esos gritos y ese ruido? -Yo qué sé. -¡Noel. alto y grande. de ojos bien marrones. 8 Mar de cuentos. ¿Quién sería y adónde estaban sus padres? ¡Púmbate!. la llevó a andar en caballo y se divirtieron muchísimo hasta que escucharon la voz de la mamá que decía: -Chicas. mucho los caballos y entonces la madre le dijo: -Cuando cumplas quince años. Y el padre le dijo lo mismo. Entonces Noel la ayudó. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . ayuda. Y muy pronto tuvo quince y pudo tener el caballo que se llamaba Sheike. está todo pronto. con enorme pena de dejar a Sheike afuera. vamos a comer. buscaron la linterna grande del abuelo Diego cuando iba a pescar y una red para cazar al que secuestró a sus padres. Y mientras los secuestradores trataban de escapar las hermanas abrazaron a sus padres y se encerraron en la casa mientras llamaban a la Policía. Y cuando la Policía llegó. pero Noel se había trepado a un árbol y les tiró la red. que caminara despacio y no se separara de ella. era una roca y gritó.Biblioteca Plan Ceibal -¿No será mejor otra cosa? Eso me asusta un poco –dijo Lucía. Policía –decían. Se prepararon muy bien para ir al monte. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . soy tu hermana mayor y no pasará nada. Lucía pechó con algo. Y enseguida Noel tomó a Lucía de la mano y fueron corriendo adonde se escuchaban las voces de los padres. pero siguieron. -Deja de decir eso. De pronto. y las ramas de los árboles al moverse las asustaron. Así los secuestradores las descubrieron. Antes de salir Noel le explicó a Lucía que no hiciera ruido. los secuestradores seguían enredados y todos sonrieron felices y tranquilos.vengan que tenemos algo muy importante para decirles. Guillermina Prunell (7años) 9 Mar de cuentos. Así entraron al monte a oscuras. -Policía. Y es que “B” con risa es “Brisa” y Brisa trae alegría que muy suave se desliza y te envuelve en armonía. Hoy Risa se fue de fi esta quería ver si te animabas mas te encontró haciendo siesta y en ella no reparabas. la Risa se hizo presente y a todos nos contagió. Niño indio de los bosques: conmigo ven a cantar. pues con “B” ella hace fi esta y hasta nos quita el estrés. niño indio: conmigo ven a jugar. Tu ropa alzó. ¡qué insolente! la Brisa te despeinó. Todos los niños de América haremos un solo hogar.Biblioteca Plan Ceibal NIÑO INDIO RISA CON BRISA Niño indio de los llanos: conmigo ven a jugar. Risa no quiere a Siesta. qué alharaca! Gastón Figueira Hena González de Zachrisson (Panamá) 10 Mar de cuentos. Todos los niños de América siempre nos hemos de amar. Todos los niños de América siempre nos hemos de amar. se fue en busca de la “B”. Con Brisa y Risa jugamos meciéndonos en la hamaca mil carcajadas lanzamos ¡qué alegría. Sol de poesía • Sylvia Puentes de Oyenard . Niño indio.