M9. U3. S6. Actividad 1.El crédito y la economía. Estudiante: Fernando Avila Castro. Matrícula: ES162000250 Escuela: UnADM. Programa educativo: Licenciatura en Derecho. Nivel: Licenciatura. Módulo 9: Obligaciones civiles y mercantiles, títulos y operaciones de crédito. Unidad 3: Contratos, títulos y operaciones de crédito. Sesión 6: Títulos de crédito. Actividad 1: El crédito y la economía. Docente: Lic. Arturo Castro López. Fecha: 25 de noviembre del 2017 Desarrollo Origen de la moneda Es difícil precisar la fecha exacta de las primeras monedas, pero los historiadores la sitúan entre mediados del siglo VII a.C. y mediados del VI a.C. en el reino de Lidia, en la costa occidental de Turquía, en el seno de un Estado influido por la Dodecápolis Jonia, es decir, las doce polis jonias de la costa turca. La moneda es precedida por los elementos metálicos premonetales (lingotes). Su composición es el metal por su durabilidad, maleabilidad y su prestigio social ya que los metales preciosos no se oxidan o lo hacen lentamente. Ejemplo de moneda lidia del Artemisión. El anverso representa uno de los símbolos de la dinastía de reyes lidios, un prótomo de león enfrentado a uno de toro. El reverso muestra un cuadrado incuso. Las primeras monedas solo eran acuñadas usando metales preciosos. De hecho, el conjunto de monedas más antiguas encontradas, en el Templo de Artemisa en Éfeso (1904), son de “électro”, una aleación natural de oro y plata que aparece en los ríos de esa zona. Forman parte de un exvoto a la diosa por parte de los reyes lidios. La moneda surge con tres funciones universales: -Medida de valor: Es usada para asignar valores a las cosas que se pueden comprar. -Medio de pago y de cambio: En un principio surge para ser usada como medio de cambio (transacción comercial) aunque poco a poco se le añade e impone el medio de pago (impuestos y multas). -Acumulación de riqueza: La moneda es usada como medidor de riqueza. Cuantas más monedas se poseen, más rico es el que las acumula. Esta función solo es posible si es de curso legal, es decir, si es admitida por el Estado. En ese caso, es de aceptación obligatoria y el valor de la moneda es respaldado por el propio Estado. El valor de las primeras monedas es real y no fiduciario como las monedas actuales. Las conchas caurí son un ejemplo de dinero premonetal. Fueron usadas en la Edad Media e incluso en la actualidad en el norte de África. El cumplimiento de estas funciones a la vez hace que la moneda sea dinero con carácter universal. Otras sociedades utilizaron elementos diferentes a modo de dinero. El cacao o las conchas caurí. Estos no cumplen con alguna de estas funciones, convirtiéndose en dinero paramonetal y premonetal, por lo tanto, no universal. Además, la moneda necesita una sociedad compleja para ser aceptada, aunque la complejidad social no siempre desemboca en la acuñación de moneda. Ejemplo de ello son las culturas egipcias y mesopotámicas que no usaron moneda. Los griegos extendieron el uso de la moneda por el Mediterráneo tras la caída de Lidia ante los persas (VI a.C.) llegando a Roma a finales del siglo IV a.C. y principios del III a.C. Es en esta ciudad donde la moneda adquiere el nombre por el que hoy la conocemos, pues la ceca donde se acuñaban las monedas en Roma era el edificio anexo al templo de la diosa Juno Moneta, protectora de la propia ceca. La moneda es una Institución Histórica y como tal, tuvo su inicio y tendrá su fin y de hecho no debe estar muy lejano, pues cada vez más, está siendo sustituida por el uso del papel moneda. Billetes, cheques o tarjetas. (Sáez, 2012) Historia de la moneda y del billete en México: Durante los casi trescientos años del Virreinato de la Nueva España (1535-1821), la minería fue tan redituable que permitió a la Metrópoli acumular una gran riqueza en metales finos. El dinero de la época estuvo formado exclusivamente por monedas metálicas fabricadas en oro, plata y en menor grado, en cobre. Aún durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, las monedas metálicas se acuñaban en oro y plata. El valor nominal de las monedas equivalía al valor al que podía venderse el metal que contenían. Esto permitía que fueran aceptadas como medio de pago. El descubrimiento de la riqueza minera del nuevo continente cambió las perspectivas coloniales. Muy pronto, el crecimiento del comercio en la Nueva España hizo necesario el establecimiento de una Casa de Moneda. En 1535, al tiempo en que se establecía oficialmente el Virreinato de la Nueva España, el Virrey Don Antonio de Mendoza recibió la cédula de fundación de la Casa de Moneda de México (la primera en América) con el siguiente mandato de los reyes Carlos I y Juana: "Y PÓNGASE EN LA PARTE DONDE HOBIERE LA DEVISA DE LAS COLUNAS UNA M LATINA, PARA QUE SE CONOZCA QUE SE HIZO EN MEXICO". Esto se convirtió en lo que ahora conocemos como ceca mexicana y que se representa con el símbolo: Al parecer, las primeras piezas se troquelaron en abril de 1536. A diferencia de las monedas metálicas, se necesitaron muchos años y varios intentos para que los billetes fueran aceptados y utilizados como medio de pago en México. En un principio, fueron emitidos por bancos privados y por tanto, eran un título de crédito. Eran de aceptación voluntaria, por lo que su uso y aceptación dependían de cada persona. Los billetes de emisión privada tenían la característica de ser pagaderos en moneda legal; es decir, las personas podían canjearlos por monedas en el momento que lo desearan (que en aquél entonces se fabricaban en metales finos). Posteriormente, los billetes fueron emitidos también por el gobierno, llegaron a ser de aceptación obligatoria y en alguna época, podían ser convertibles o canjeados por moneda metálica, que seguía acuñándose en metales finos. Con el paso del tiempo, la moneda metálica se comenzó a acuñar en metales industriales y se convirtió en moneda fiduciaria al reducirse su valor intrínseco; y el billete de banco, al ser declarado de curso legal, se convirtió en el papel moneda que se sigue utilizando. (BANXICO, s.f.) Función del crédito La palabra crédito tiene una cierta variedad de significados, todos ellos relacionados a la realización de operaciones que incluyen préstamos de diverso tipo. En un sentido estricto crédito es la concesión de un permiso dado por una persona a otra para obtener la posesión de algo perteneciente a la primera sin tener que pagar en el momento de recibirlo; dicho, en otros términos, el crédito es una transferencia de bienes, servicios o dinero efectivo por bienes, servicios o dinero a recibir en el futuro. Dar crédito es financiar los gastos de otro a cuenta de un pago a futuro. En un sentido más general (y más apegado a la etimología de la palabra, que deriva de creer) crédito es la opinión que se tiene de una persona o empresa en cuanto a que cumplirá puntualmente sus compromisos económicos. Tener crédito significa poseer las características o cualidades requeridas para que otros confíen en una persona o institución y le otorguen su confianza. Son de poco monto por lo general las transacciones que, actualmente, se realizan en efectivo, por lo que puede decirse que la sociedad moderna se basa, en una considerable medida, en el crédito mutuo entre las diferentes personas que la integran. Es por eso fundamental también el ordenamiento jurídico y social que garantiza el pago de las deudas contraídas y permite efectuar los reclamos correspondientes cuando las mismas no se satisfacen debidamente. La esencia de una transacción crediticia es la promesa de pago en una fecha a futuro. Tal promesa puede ser formal y escrita, como en las letras de cambio, cheques, hipotecas, los billetes de banco (cuando tenían respaldo oro) etc., o puede tomar la forma de un libro de deudas y préstamos, como ocurre en muchas operaciones bancarias y comerciales. El comercio y la industria funcionan sobre la base del crédito -generalmente a corto plazo- entre proveedores y compradores de insumos o productos terminados. La principal función del crédito, en este sentido, es la financiación de la producción con anticipación a la demanda, lo cual permite vincular la propiedad de los recursos productivos más ágilmente a la demanda. El crédito también es ampliamente usado para facilitar el consumo final de los particulares, poniendo a su alcance bienes de alto costo que, de otro modo, resultarían mucho más difíciles de adquirir. El crédito economiza también el uso del dinero, pues permite el planeamiento más flexible de los gastos a lo largo del tiempo, canalizando los pequeños ahorros de las personas y evitando que consumidores y productores tengan que poseer grandes sumas de efectivo para realizar sus transacciones. El crédito tiene también el poder de ampliar el gasto, tanto de las personas y empresas como del Estado. Este último puede así aumentar el gasto público más allá de lo que recibe como ingresos corrientes, mediante el expediente de aumentar sus deudas con el público mediante la emisión de títulos de diverso tipo. En este sentido la expansión desmedida del crédito puede ocasionar o contribuir decisivamente a la aparición de la inflación. (eumed, s.f.) ¿Cuáles fueron las necesidades que se cubrieron al realizarse la transición del trueque al intercambio de la moneda? CUANDO Y POR QUÉ NACE EL TRUEQUE: La primera condición para que exista intercambio de bienes es la capacidad de producir excedente. El excedente es una parte de la producción que no se necesita consumir. Si una sociedad dispone de excedente, puede intercambiarlo por algún producto que posea otra sociedad (y que tampoco necesita consumir). En la más remota prehistoria, cuando los hombres se dedicaban a la caza y la recolección, la producción de excedentes era casi nula. Además, por las características de sus productos, esos excedentes no se hubieran podido almacenar. Pero desde las primeras actividades productivas, el excedente permitió emprender el hábito de intercambiar productos. Las primeras formas de comercio entre los hombres consistieron justamente en el intercambio de productos mano a mano: lo que uno tenía y no necesitaba, se cambiaba por lo que el otro tenía y no necesitaba. Esa forma de intercambio se denomina trueque. El trueque se mantuvo por mucho tiempo, aun en sociedades sedentarias: un jarrón de vino por una bolsita de trigo, pieles de abrigo por un arma de caza, lana de oveja por pescados. ¿Por qué se abandonó el trueque? El desarrollo de nuevos bienes de consumo y el crecimiento de la actividad comercial demostró que este sistema era poco práctico: en primer lugar porque no siempre el otro necesitaba aquello de lo que uno disponía. Por ejemplo, si un artesano de sandalias quería comprar pan, siempre debía encontrar un panadero que necesitara sandalias o averiguar qué necesitaba el panadero, conseguirlo con su producción de sandalias. y recién después ofrecérselo en trueque. En segundo lugar, también era un problema determinar cuál era el valor exacto de los productos a intercambiar: ¿cuánta lana por un jarrón de vino? ¿de qué tamaño debía ser el jarrón? ¿una vaca valía lo mismo que un camello? Para resolver estos primeros problemas los hombres buscaron un producto de referencia: los valores de todas las mercaderías se establecerían en base a ese producto. Esa referencia es el primer paso en la historia de la moneda. UNA MONEDA CON MUCHAS FORMAS Una moneda es, de hecho, un elemento intermedio que sirve para facilitar los intercambios. Si todos los hombres establecían el valor de sus productos sobre la base de la misma mercancía, el intercambio era mucho más simple. Los primeros bienes de referencia fueron el trigo o el ganado. Entonces, era posible establecer el precio de los diferentes productos: por ejemplo, obtener una vaca a cambio de una cantidad establecida de cereales. Estos primeros bienes de referencia reunían dos características principales: eran aceptados por la mayoría de los hombres, y eran sumamente útiles. Sin embargo, pronto surgió un nuevo problema. El bien de referencia debía ser divisible, debía poder fragmentarse para intercambios menores, cotidianos, por objetos de menor valor. Además, debía simplificarse también su traslado, su cuidado y su almacenamiento. Así, los objetos que funcionaban como bienes de intercambio fueron haciéndose más pequeños y fácilmente manipulables: collares hechos con caracoles o caparazones, barbas de ballena, cocos, bolsitas con sal, etc. LA APARICIÓN DE LA MONEDA METÁLICA Según el historiador griego Herodoto, las primeras monedas metálicas surgieron en el Asia Menor, en el siglo VIII a.C., debido a que un rey lidio se propuso simplificar la recaudación de los impuestos y su almacenamiento. Así, habría reemplazado productos como el ganado, el trigo o la madera, que su pueblo le tributaba, por su equivalente en monedas fabricadas con una mezcla de oro y plata. Sin embargo, es probable que mucho tiempo antes las monedas metálicas hayan surgido en otro lugar. Hacia el año 3000 a.C, en la Mesopotamia asiática, asirios y babilónicos comenzaron a utilizar como bienes intermedios para los intercambios barras de oro y plata. También se utilizaban otros metales, como el cobre, el bronce o el hierro. Sin embargo, se preferían los dos primeros (oro y plata) ya que tenían algunas ventajas sobre los otros: en primer lugar su escasez, lo que los hacía valiosos, y en segundo lugar su incorruptibilidad. Esto último se refiere tanto a que es difícil falsificarlos como a que pueden almacenarse mucho tiempo sin echarse a perder (al contrario del hierro que se oxida). El desarrollo de las actividades comerciales, sobre todo a través del imperio romano, extendió la utilización de monedas metálicas. Desde entonces son los Estados los que monopolizan la acuñación (fabricación de monedas). Además, las monedas solían tener un sello grabado: la figura de algún dios, la efigie de un emperador, o algún otro símbolo. Estos sellos garantizaban la pureza y el peso del material con que la moneda había sido acuñada. NUEVAS FORMAS DE PAGO El desarrollo de las actividades comerciales y el intercambio de productos traídos y llevados a largas distancias propios de la Edad Moderna europea, hizo necesario el desarrollo de nuevas técnicas que facilitaban el uso del dinero. Muchas de estas técnicas fueron en realidad apropiadas por los europeos, a partir del siglo XV, de otras regiones en las que existían con anterioridad. Por ejemplo, las letras de cambio existían en el mundo árabe musulmán desde el siglo X. Estas surgieron porque en diferentes lugares se utilizaban diferentes monedas. Con estos documentos se garantizaba que una persona pudiera cobrar una deuda en un lugar lejano, con la moneda de su lugar de residencia pero por un importe equivalente a la moneda del lugar en el que se había realizado la venta. Otra novedad europea del siglo XV fueron los billetes a la orden (o sea, órdenes de pago para determinada persona) que dieron origen al cheque. Este evitaba que una persona tuviera que caminar por la calle transportando dinero, por lo que permitía comerciar con mayor seguridad. El dinero real se encontraba depositado en un banco y el cheque permitía a quien lo había recibido extraerlo cuando quisiera. á partir del siglo XVI se generalizó la utilización de monedas de plata debido a la gran cantidad de ese material extraído de las minas americanas. Más tarde, a a finales del siglo XVIII surgió el papel-moneda, o sea, el billete actual. También fabricado por el Estado con exclusividad, su aceptación es forzosa (o sea, ningún comerciante puede exigir el pago en oro o en plata; debe aceptar el billete de curso legal). Actualmente existen tarjeta de crédito como otra forma de pago. Estas permiten inclusive aplazar el pago del producto adquirido PARA SABER MAS… Fuente Consultada : Economía Las ideas y los Grandes Procesos Económicos – Rofman-Aronskind-Kulfas-Wainer Los frutos de la especialización en el trabajo A medida que las sociedades se tornaban más complejas, y las actividades productivas se diversificaban, se fue produciendo una progresiva división del trabajo, por la cual las personas se especializaron en determinadas tareas. Así muchos se dedicaron a trabajar los metales, el cuero o el barro; otros a producir alimentos -como el pan, el aceite o el vino-; algunos se ocuparon de perfeccionar las técnicas de los cultivos, o bien, a construir canales para que el agua llegara a regiones desérticas, etcétera. La especialización creciente reforzó la necesidad de intercambiar lo que cada persona producía en exceso respecto de sus necesidades, con los productos que otros tenían para ofrecer a partir de su propio esfuerzo. Éste fue el origen del comercio, que empezó a desarrollarse bajo la forma del trueque. Del trueque al uso del dinero Por medio del trueque, las personas intercambiaban objetos o servicios, sin utilizar dinero. El inconveniente de esta forma de intercambio es que lo que una persona está dispuesta a dar debe coincidir con lo que la otra desea recibir, y viceversa. La paulatina aparición del dinero, que podía ser cualquier bien que, gracias a sus propiedades, pudiera intercambiarse por cualquier otro, significó un progreso, ya que facilitó las transacciones y permitió satisfacer una cantidad mayor de necesidades. Por ejemplo, en algunas regiones la sal era usada como dinero, ya que era útil y apreciada por todos, y cualquiera estaba dispuesto a recibirla como forma de pago. En otros lugares se utilizaban cueros o camellos. Como muchos de los bienes usados como moneda local eran perecederos -es decir que se destruían con el tiempo-, y no servían para comerciar con otras regiones -ya que allí no los valoraban de la misma forma-, progresivamente se fueron adoptando los metales preciosos (en especial, oro y plata), que tenían tres ventajas: eran aceptados por diversos pueblos, eran resistentes al tiempo debido a sus características físicas y podían ser transportados con mayor comodidad que otros objetos. (HB, s.f.) ¿Cómo se relaciona la institución bancaria con el origen del crédito? Se conoce como crédito a la operación financiera donde una entidad le concede a otra una cantidad de dinero en una cuenta a su disposición, comprometiéndose la segunda a devolver todo el dinero tomado, pagando además un interés por el uso de esa cantidad. Los créditos bancarios son otorgados por instituciones crediticias, típicamente los bancos, mediante la celebración de un contrato por el que nace la deuda. Suele confundirse el concepto de crédito con el de préstamo, la diferencia radica en que en el crédito el cliente cuenta con un dinero a su disposición y solo paga intereses por la cantidad que utiliza, al tiempo que en el préstamo, el cliente recibe todo el dinero y paga intereses por la totalidad, más allá de cuánto realmente gaste. El origen del dinero de los créditos está en los depósitos que otros realizan en el mismo banco, a los que la entidad bancaria les paga un interés: es en esa diferencia entre las tasas ofrecidas para los depósitos y las tasas cobradas para los créditos donde está gran parte del negocio de los bancos. Como se sabe, los bancos representan un espacio de toma de decisiones fundamental en todos los países del mundo, y con el correr del tiempo se ha complejizado su funcionamiento. En la actualidad, excepto en economías particulares donde el acceso al crédito es muy fácil, el otorgamiento de un crédito es un voto de confianza por parte del sistema bancario a un individuo o empresa. En el caso de las personas físicas, uno de los préstamos más frecuentes son los llamados hipotecarios (para la compra o construcción de casas), o los destinados a la adquisición de vehículos u otros bienes de utilidad para las personas, ya sea para el trabajo o para otros fines. Créditos para empresas: En el caso de las organizaciones (empresas, industrias, etc.), los créditos bancarios lógicamente representan cifras de dinero mucho mayores, que se usan para capitalizar a la organización: se espera que con ello puedan comprar máquinas, contratar empleados o desarrollar algún nuevo producto que le permita obtener una ganancia, aun descontando la devolución del préstamo y los intereses. En ambos casos el potencial deudor debe demostrar solvencia, ofreciendo garantías o aportando recibos y comprobantes de su estado patrimonial y de resultados: es por ello que en el caso de las empresas, muchas veces recibir un crédito puede significar futuro crecimiento, de este modo se vuelven atractivas en otros sentidos, por ejemplo, el precio de sus acciones puede subir. Los créditos bancarios y la economía: El crédito bancario es una de las variables del mercado que tiene mucho impacto en la economía de los países. Por lo general, el Banco Central de un país y los denominados bancos estatales marcan los niveles de las tasas de interés a las que se tienen que adaptar las entidades crediticias privadas (en los casos en los que no está directamente regulada). Una fuerte restricción en el acceso al crédito, es decir, una tasa de interés muy alta, que implicará mucho esfuerzo económico para su devolución, seguramente redundará en la contracción de sectores como la construcción o la industria automotriz o de maquinaria, y con ello, probablemente aumente el desempleo. Sin embargo, el acceso al crédito ilimitado tiene sus riesgos, ya que hay muchos precedentes de países donde al cabo de un tiempo se hizo imposible para muchos acreedores lograr que se les devuelva el dinero, generándose un repentino estallido en la desconfianza y con ello, una caída estrepitosa de la inversión de un momento a otro. Con todo, los créditos bancarios no dejan de ser un instrumento fundamental para la capitalización, tanto de los individuos como de las empresas. Grandes emprendimientos a lo largo de la historia no hubieran sido posibles sin el puntapié inicial dado mediante uno de estos instrumentos financieros. Las cooperativas de crédito apuntan a acercar estas inyecciones de dinero a los sectores con menos posibilidades de acceder al crédito bancario, dados los rigurosos requerimientos formales que las instituciones bancarias suelen tener. Para ciertos particulares o pequeñas y medianas empresas, esta puede resultar la única alternativa de financiación viable. (concepto.de, s.f.) ¿Cómo opera el flujo de los títulos de crédito en el contexto de la economía neoliberal? El neoliberalismo es un régimen de acumulación que surge de la lucha de clases y del proceso de recomposición de la burguesía industrial y mercantil hacia actividades financieras. De esta manera, la forma-Estado y la forma-mercado global son órdenes sociales que han sido el producto del largo proceso de luchas sociales. En el neoliberalismo se comienzan a conjugar dos lógicas: la rentista y la especuladora. Los rentistas son aquellos que derivan su renta de la obtención de beneficios sobre la producción (ibíd.). Los especuladores derivan su renta de la negociación de títulos y monedas que intentan vender a un precio superior al que lo compraron. Los primeros crean mercancías (físicas o simbólicas) mientras que los segundos venden papeles, títulos o especulan con los tipos de cambio de monedas (compran dinero de un país y la cambian por dinero de otro cuando el tipo de cambio le favorecen). (Blanco) Fuentes de consulta BANXICO. (s.f.). www.banxico.org.mx. Obtenido de www.banxico.org.mx: http://www.banxico.org.mx/divulgacion/billetes-y-monedas/6--historia- moneda-del-billet.html Blanco, O. (s.f.). www.academia.edu. Obtenido de www.academia.edu: https://www.academia.edu/8676031/Neoliberalismo_financiarizaci%C3%B3 n_y_crisis concepto.de. (s.f.). concepto.de. Obtenido de concepto.de: http://concepto.de/credito-bancario/#ixzz4zbUr7APs eumed. (s.f.). www.eumed.net. Obtenido de www.eumed.net: http://www.eumed.net/cursecon/dic/c14.htm HB. (s.f.). historiaybiografias.com. Obtenido de historiaybiografias.com: https://historiaybiografias.com/trueque/ Sáez, M. V. (7 de sepetiembre de 2012). queaprendemoshoy.com. Obtenido de queaprendemoshoy.com: http://queaprendemoshoy.com/cual-es-el-origen- de-la-moneda/