Teorizando la prácticaTurner toma como objetivo la “teoría social de las prácticas” que impregna las líneas más auto conscientes epistemológicamente de la teoría social, los estudios culturales y de la ciencia. Su crítica aplica a una familia completa de conceptos explicatorios, incluyendo modismos tan actualmente populares como “conocimiento tácito”, “comprensiones comunes”, “prácticas culturales” o “epistémicas”, “conocimiento local”, paradigma” y “formas de vida”. Estos modismos parecen denotar instancias incorporadas (o contextualmente ubicadas) de discurso y acción, pero también implican confluencias de espíritui dadas por sentado e incluso inconscientes entre los miembros de una comunidad. “En cada uno de estos casos la idea de una posesión tacita común, algo que en sí mismo no es un texto, un hecho ni un evento –un “objeto colectivo escondido” compartido por un cierto conjunto de personas- parece ser una hipótesis plausible. La plausibilidad depende de su analogía con objetos “públicos”, como creencias, hechos o textos articulados. Los términos de este tipo de posesión colectiva no publica, tal como conocimiento tácito, depende directamente de estas analogías. Las cosas no públicas tienen efectos o poderes causales semejantes a los de las cosas que son explícitas y públicas”. Considerados de esta manera, las prácticas y también los discursos son públicos, localmente organizados y a un así difusamente culturales e ideológicos. Requiere una intuición analítica discernir tales prácticas porque, de acuerdo a esta concepción, tienden a estar escondidos, negados y desorganizados para sus agentes próximos. Turner no objeta los usos más tangibles y descriptivos de “practica” y sus cognados. Lo que le molesta es la manera en que los teóricos sociales tienden a extender el concepto para cubrir maneras de actuar y pensar que no se basan en acuerdos explícitos. Dedica poco de su libro a la discusión acerca de los estudios sociales de la ciencia, pero sus críticas ciertamente aplican aquí también. Lo perturbador de su crítica es que no perdona a los constructivistas avant garde, analistas foucoltianos del discurso, etc. Por momentos pareciera que él mismo contribuye a la turbiedad fundiendo diversas concepciones de prácticas con presupuestos cognitivos, cosmovisiones y marcos conceptuales. Creo que tal fusión es inevitable, dados sus interlocutores (Khun, Polanyi, Bourdieu, Hanson) que asimilaron acciones, instrumentos, teorías, conjuntos perceptivos y trasfondos de conocimiento encarnados dentro de marcos conceptuales holísticos. Como los escritores a quienes critica, no presta mucha atención a diferenciar las diversas concepciones ordinarias y teóricas acerca de practica, practicas, razonamiento practico y acción practica; ni intenta distinguirlos de esquemas, maneras de ver, maneras de darsentido y estilos de pensamiento. Talvez a los fines de la crítica pueda retenerse su concepto indiferenciado, de otro modo sería conveniente otra concepción más matizada de “práctica”. Por ejemplo, se puede considerar la diferencia entre practicar el derecho y practicar piano: en la primera hay un status impersonal respecto del practicante, de modo que su actuación “real” o “seria” no permite o comprende un “tiempo de descanso”. En otro Sólo objeta las explicaciones del comportamiento humano que postulan conocimientos tácitos entre las líneas de los criterios. Contra Polanyi. Tal como las entiendo. Polanyi da cuenta de cómo los formalismos no determinan o compelen a acciones. esta carencia de “articulación” del conocimiento relevante no es función de la inhabilidad de un individuo para articular un saber-hacer inconscientemente adquirido. las críticas de Turner no deberían desalentarnos de usar el contraste familiar entre actividades “en teoría” y “en práctica”. Tampoco niega la importancia del cerebro como un órgano complejo. aunque por lo general práctica refiere a destrezas socialmente acreditados. mientras hábitos suele tener una connotación negativa. ni deberían presentar problemas para el realismo pragmático promovido por varios estudios históricos y etnográficos. más bien. En este punto.sentido. práctica se suele asociar a hábito. reglas o habilidades explicitas dan cuenta completamente del modo en que una persona pude manejar una bici o replicar un protocolo experimental. Más allá de los usos políticos de estos argumentos. Dependiendo del caso. Luego de notar la diversidad de usos de que es pasible el concepto “conocimiento tácito”. pero los sociólogos y etnógrafos encuentran un conjunto menos fijado de demarcaciones epistémicas. ambigüedades acerca del “conocimiento tácito” se vuelven destacadas. reglas o habilidades explicitas que habrían estado en primera instancia indeterminadamente. La lección a sacar es que es fácil descartar la metafísica tradicional reemplazando un motor inmóvil por otro. Contra la concepción critica de Turner acerca de comprensiones colectivas “escondidas”. Pero lejos de los términos de Polanyi. Cambrosio y Kneal identificaron algunas en una discusión crítica acerca de estudios etnográficos. Se trata de prácticas ad hoc que no están regidas por formalismos familiares. Turner no dice que los criterios. se conecte con el lugar explicatorio que antes ocupaban agencias teleológicas y hoy mal vistas como razón. En la filosofía occidental moderna la distinción entre dominio público y privado remite a la dicotomía cartesiana entre dominio interior y exterior de experiencia. naturaleza. pero no es tan fácil superar lo que Wittgenstein llamo el “ansia de generalidad” que tienta a filósofos y teóricos sociales a convertir conceptos vernáculos en agentes trascendentales. LA crítica se afianza donde sea que una concepción de prácticas. El aguijón se reserva para ambiciones más teóricas. pero luego parece olvidarse de ello y habla de reglas y criterios “inarticulados”. La concepción de Polanyi talvez sea inadecuada para propósitos explicativos generales. la “dimensión tacita” puede incluir . incluso heterogéneas. tal conocimiento no está ubicado en un oscuro espacio teóricamente postulado. los autores notaron que la fuente primaria de los estudios etnográficos acerca del tema fueron los escritos y las conversaciones de los científicos estudiados. porque también en controversias históricas acerca del conocimiento “artesanal” aparecen argumentos similares acerca de conocimiento y habilidades tácitas. lo sorprendente de ellos es el modo en que iluminan una base no mentalista para el conocimiento “inarticulado”. prácticas para tratar con las incertidumbres que sobrevienen en situaciones cotidianas. está oculto de un modo sabido por grupos interesados. sentido moral y voluntad. el conocimiento tácito era discutido abiertamente por los científicos. pero ello no implica que sea irrelevante. cuestiones “inadmisibles” que son discutidas abiertamente en círculos de “insaders” pero no en público. deberíamos preguntarnos por qué alguien imaginaria que tal concepto podría satisfacer aquella demanda. También wittgenstenianos. pero aun así seria instanciado dentro de situaciones particulares de acción. no necesitamos descartar concepciones alternativas de las prácticas y el conocimiento tacito que no mistifiquen estos fenómenos. juicios discrecionales acerca de cómo aplicar o suspender reglas relevantes en algún caso particular. Ninguna de estas concepciones de “conocimiento tácito” implica el carácter de “escondido” que Turner crítica. pero que a fin de ser efectivo necesita anexarse a consideraciones ad hoc (y frecuentemente bastante inventivas) acerca de cómo las personas cuyas acciones son explicadas “desconocen” o permanecen “inconscientes” de las fuentes reales pero subyacentes de su comportamiento. La alternativa –el rechazo de cualquier noción de “hechos colectivos no públicos”. Si concluimos en que esta demanda está basada en una confusión. este es un juego que muchos pueden jugar. se enfoca selectivamente en expositores como . Turner repetidamente usa expresiones como “cosa causal”.modos no escritos de instrucción. No siempre sus “traducciones” expositivas parecen apropiadas.para satisfacer la demanda de explicación. “objeto” y “cosa” para caracterizar la concepción de practica que critica. comunicaciones escritas y pictóricas no incorporadas a los registros de los laboratorios. la disimulación y demás pueden presentar a los historiadores y etnógrafos dificultades prácticas severas. protocolos y publicaciones standarts. también conocimiento dado por sentado que lejos de ser “desconocido” es tan bien conocido que sólo es necesario discutirlo cuando los aprendices están siendo instruidos o corregidos. porque cualquier cosa que podamos decir de ellas ya es obvio. Ni tampoco hay necesidad de sostener. finalmente. el dilema sobreviene a partir de una demanda de algún tipo simple de explicación en el cual las “practicas” se presenten como causas o restricciones no obvias que dirigen o forman patrones específicos de conductas humanas. aunque no se si Turner acordaría. aunque el ocultamiento. que una concepción alternativa (“hábitos”) serviría igualmente bien –e incluso más. pero por alguna razón Turner apenas lo reconoce. fenomenólogos.talvez parezca contraproducente al incentivo de estudiar las prácticas. aprovechando la tesis quineana de la su determinación. como hacer Turner. Tal como yo lo veo. Esta última forma de explicación parece ofrecer conocimiento no obvio que suplementa o incluso contradice consideraciones de sentido común. o nos abstraemos de los casos abiertos para postular prácticas “tacitas” que de alguna manera rigen la manera en que las personas coordinan sus actividades. Tal fenómeno causal seria característico de un grupo o cultura. Como Turner repetidamente enfatiza. etnometodólogos y pragmatistas rechazan la idea de que las “practicas” son algún tipo de “cosas” que ejercen una fuerza mecánica sobre el comportamiento humano. Más bien. sin decir entonces nada no familiar. Parece haber pocas perspectivas de alcanzar alguna solución determinada acerca de lo que hay detrás o debajo de las actuaciones y entendimientos aparentes. En cambio. en la superficie y sin nada oculto. Turner nos presenta un rígido dilema a aquellos que tenemos algún interés en las prácticas: o reiteramos concepciones explicitas de prácticas abiertas. Presenta un gran desafío a los esfuerzos contemporáneos de teorizar la práctica.sugerencia acerca de cómo podríamos investigarlas. y se apodera de expresiones seleccionadas de Sakcs que parecen expresar asunciones cognitivistas que van contra el núcleo de sus investigaciones acerca de los procedimientos procedimentales. nunca llega a la posibilidad de que las “prácticas” puedan ser otra cosa que “un hecho en el mundo causal” o una parte de una explicación teórica. Es verdad que muchos autores renuncian explícitamente a programas explicativos “convencionales” para recurrir a alternativas anti fundacionistas. . finalmente provee muy pocas –si es que alguna.Kripke y Bloor que convierten a Wittgenstein en un teórico social. pero luego en el núcleo de su argumentación vuelven a las posturas analíticas similares a las anteriormente rechazadas. Pero enfocando en tales errores. i Confluences of mind .