Los Secretos Del Liderazgo de Atila
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1A Cheryl, Justin, Jaime y Jeremy, ¡los miembros de mi tribu nómada! Novena edición LEADERSHIP SECRETS OF ATTILA THE HUN T r a d u c t o r a : Consuelo Reyes Torrent C o p y r i g h t © 1985, 1987 por el Dr. Wess Roberts © 1989 LASSER PRESS E X I C A N A , S .A . M A p a r t a d o P o s ta l 6 - 7 9 1 . 06600 M é xi c o, D.F. I SB N 968-458-406-7(Rústica) Impreso en M é x i c o P r i n t e d in M é xi c o 2 Contenid o Capítulo Nota del autor ………………………………………………………….. Prefacio …………………………………………………………….. Introducción: En busca de At i l a … … … … … … … … … … … … … … … 1. En la Corte Rom ana: “Cualidades del liderazgo” …………………. 2. El ansia de liderazgo: “Hay que desear ser jefe” Página 4 7 10 18 24 28 32 35 38 42 45 49 53 58 61 64 68 71 74 78 ……………………… 3. La forja de un huno: “Costumbres” ………………………………….. 4. Paz en el campamento: “Moral y disci plina” ………………………... 5. La furi a de l as luchas intestinas: “Las intrigas en las tribus” …. 6. El tributo: “Dar y recibir m uestras de deferencia” ……………….. 7. I n d u m e n t a r i a y a r ma me n t o para la b a t a l l a : “Los jefes tr ib al es n o te n d rá n un aspecto distinto al de sus hunos” ……………………. 8. Aecio: “Escoged a vuestros enemigos con prudencia” ……………... 9. Cómo desempeñar el mando: “Responsabilidades de un jefe de tribu” ……………………………………………………………….. 10. El presagio de Atila: “La decisión es esencial” …………………… 11. Palafreneros: “El arte de la delegación” …………………………… 12. El botín: “Cómo recompensar a los hunos” ………………………. 13. Atila y el Papa: “El arte de la negociación” ……………………….. 14. Sobrevivir a la derrota: “Mañana será otro día” …………………. 15. Los restos de caravanas del pasado: “Lecciones aprendidas”. 16. Las cenizas a las cenizas: “Retirarse con dignidad” ……………. 17. Atilaísmos: Pensamientos escogidos de A t i l a … … … … … … … … . 3 Nota del Autor Concebido como una vaga idea hace unos diez años, antes de que requiriese mi to ta l atención, Secretos d e l liderazgo de Atila me hicieron l e v a n t a r me temprano, acostarme tarde, y me mantuvieron ocupado asimismo los fines de semana durante casi un año. A lo largo de aquel periodo hubo algunas personas que me proporcionaron el ánimo y el apoyo necesarios para seguir adelante. Estoy en deuda con todas ellas. Ante todo, quiero expresar mi gratitud a Cheryl, Justin, Jaime y Jeremy, que no son sólo mi familia, sino amigos y confidentes que me apoyaron sin reser vas mien tras redactaba el manuscrito y en las posteriores revisiones que realicé del mismo. Justin, a u n que sólo t en ía diez años cuando este proyecto com e n z ó , me fue de p a r t i c u l a r a y u d a p a r a d a r forma al líder metafórico del libro, Atila. Cheryl aportó un agudo estudio del comportamiento de los líderes en todos los aspectos de la vida. Jaime y Jeremy presta ron al proyecto esa clase de apoyo ilimitado que sólo puede encontrarse en la inocencia de la niñez o en la magnanimidad de la madurez. Anyko Myers y Dave Handley me proporciona ron un excelente material sobre los orígenes de Ati la, hazaña no pequeña puesto que es muy escaso el que existe. Lee Allen, un competente oficial del ejér cito y antiguo compañero de armas, desempeñó el papel de mentor, en vista de que yo no me apartaba demasiado del tema básico del libro. En el otoño de 1984, llevé a cabo varios intentos por mi propia cuenta y por medio de un agente lite rario en Boston para tratar de atraer el interés de al guna editorial que accediese a publicar el libro. Des pués de haber sido rechazado por diecisiete editores por diecisiete razones distintas, algunas de ellas conflictivas, un segundo agente literario me informó que no podía hacerse cargo de representar mi libro. En consecuencia, decidí que las buenas gentes de la Publisher's Press, de Salt Lake City, editasen el libro pagándolo de mi bolsillo. Mi intención era la de pro porcionar ejemplares, en su momento, a gentes que estuvieran interesadas en un libro que suponía una audaz ruptura con respecto a la literatura sobre el li derazgo tradicional. Mientras se producían estos acontecimientos, Da vid Copus, un famoso abogado de Washington, D. C., leyó el manuscrito original y me sugirió que enviase un ejemplar a H. Ross Perot, fundador de E lectronic Data Systems Corporation y actual presidente de Perot Systems Corporation. Inmediatamente después de la primera edición limitada, envié a Ross un ejemplar, con los saludos de David. Ross se interesó por el libro lo bastante como para que nos viésemos y charláramos de él. Adquirió 700 ejemplares de la primera edición, la cual desde en tonces ha sido dada a conocer públicamente en el libro Call me Roger, de Albert Lee; aquella compra me incitó a continuar con la distribución del libro, y también a buscar posibilidades de una mayor difu sión. 4 Panamá e Israel. Art. Jaime y Jeremy para tomar nota de los pedidos.En el curso de los tres años siguientes. Richard. que distribuyese 500 ejemplares de los Secretos del liderazgo de Atila durante un banquete al que asistían los administradores del nuevo departamento Saturno de GM. desde los más acaudalados e in fluyentes al hombre común de la calle. em paquetarlos y enviarlos . En mayo de 1988. supieran nada de mi libro. pero dijeron que le echarían una ojeada. Esto era nuevo para mí. De hecho. los Secre tos del liderazgo de Atila fueron a parar a manos de unas 8. yo no tenía la me nor idea de que las palabras elogiosas de Albert Lee harían que se fijase en mi libro una editorial que tenía confianza en sus perspectivas para México y España. sin embargo. Poco después de entregar el libro a la Warner Books para su impresión en Estados Unidos. por su 5 . muchos llegaron hasta compradores de Canadá. No me extrañó que ni Richard ni su padre.es uno de los periodos más alegres vividos en familia. se las arregló para colocarle los Secretos del liderazgo de Atila a la Warner Books en menos de dos semanas. un libro que describía la mala ad ministración de una de las sociedades anónimas más importantes del mundo. Albert Lee. quienes deseaban leerlo nos buscaban hasta dar con nosotros. En aquel entonces. prohibió a su nuevo socio comercial. Transcurrieron dos meses enteros antes de que logra se superar mi temor a un nuevo rechazo y telefonease a Richard Pine. La época durante la cual distribuíamos los Secretos del liderazgo de Atila desde una pequeña oficina ins talada en nuestra casa -trabajando con Justin. la General Motors. El autor. Roger Smith.000 personas. sin embargo me resultó impresionante al cabo de tanto tiempo pasado tratando de que uno de los que toman las decisiones en el negocio editorial accediera a le erlo en serio. Ha sido un verdadero placer y deleite trabajar con la gente de Lasser Press Mexicana. Lasser Press Mexicana. Arthur Pine y Asociados. calificaba el contratiempo surgido cuando el presidente de GM. Lori Andiman de Pine Associates lo entregó a Lasser Press Mexicana. No estoy seguro de que haya sido un tiempo récord para cerrar un trato en el mundo editorial. inclusive nos mudamos de Utah a California entre la segunda y tercera reim presión. que es un as en su trabajo. Aunque la mayoría de los ejemplares fueron distribuidos direc tamente a compradores de Estados Unidos. Confío en que el libro haya añadido significado a sus vidas y les agradezco su patrocinio y sus palabras de aliento. ¡Gracias. H. Disfrutábamos mucho en nuestras conversaciones y con la corres pondencia que manteníamos con ellos. Aprecio es pecialmente a su Director Guillermo Menéndez Cas tro. No habíamos anunciado el libro ni proporcionado información alguna en las dos ediciones acerca de cómo se podían comprar más ejemplares. Ross Perot. Al! El primer paso en el proceso fue la sugerencia que me hizo el doct or Hendric Weisinger para que mandase un ejemplar de los Secretos del liderazgo de Atila a su agente literario. Fue una experiencia extraordinaria para Cheryl y para mí. la suerte de los Secretos del li derazgo de Atila cambió de la noche a la mañana mer ced a un inesperado elogio publicado en el ya mencio nado Call me Roger. Aprecio sus aportes y admiro su buen sentido comercial. ahora. en el Fireman's Fund. por último. su oportuno y prudente consejo. su apoyo. California Agosto de 1988 6 .toque maestro al supervisar todos los as pectos de esta edición en español. He contado con la colaboración en la producción con Elisa Tovar. han sido y son la clase de personas con quie nes muchos de nosotros gustan de tratar. probablemente hubieran quedado fuera de mi alcance. ha sido para mi un privilegio ha ber tenido la oportunidad de estar asociado con Larry Wiesen durante un periodo de casi diez años en American Express y. Y. su ejemplo personal de integridad y la libertad para que haya podido aprender y lograr muchas cosas que. En general. de otro modo. Me ha dado su confianza. quien es una colega capaz y encantadora. WESS ROBERTS Rohnert Park. el siniestro Atila suele ser utilizado en plan satírico y sirve como ejemplo universalmente aceptado de las cualidades y atributos más odiados en los líderes de cualquier generación. Una evaluación de los principios del liderazgo constituye una base eficaz sobre la cual fundar otras habilidades que tal vez sean importantes para triunfar en campos espe cializados. Esto no constituye un modelo o sistema. Como no existían facilidades para el comercio interno. Muchos de estos escritos constituyen un es tudio digno de ser tenido en cuenta. A través de la historia ha sido descrito como un tirano bárbaro y de la peor calaña. los cuales han llegado a la cumbre en los negocios. y es muy poco probable que alguien considere a Atila como un modelo digno de ser emulado. es un personaje ambiguo en el cual basar una metáfora sobre el liderazgo. Sin embargo. Todavía más peliagudo es aplicar los pensamientos contenidos en dichos libros a nuestras propias vidas. Como individuos. civilizador genial o rey indulgente y capacitado. en dife rentes niveles de autoridad y sin perder de vista tan to los éxitos como los fracasos. Por esta razón he escogido a Atila como el perso naje central de este libro. condiciones y situaciones en las cuales el jefe ha de influir en las acciones de otros. rey de los hunos. Desprovisto de todo atractivo como líder brillan te. 7 . la medi cina. cuyas hordas. organización o causa Se da el caso de que los libros sobre el lideraz go están basados en las vidas y los logros de hombres y mujeres socialmente aceptables.Prefacio Atila. merodeaban en busca de aldeas qué arrasar para obtener un botín que después les serviría para trocarlo por alimentos y otros artículos necesarios para su supervivencia. El liderazgo es el privilegio de tener la responsa bilidad de dirigir las acciones de otros para llevar adelante los propósitos de la organización. la religión o el ejército. el atletismo. en cuanto son lecciones valiosas para el desarrollo de nuestro propio liderazgo. para saquear y arrasar después numerosas ciudades e infinidad de pueblos habitados por ciudadanos más civilizados de na ciones europeas. resulta un auténtico reto extraer de tales libros la esencia de los princi pios que encierran sobre el caudillaje. En ocasiones. su carrera presenta un foro irresistible y oportuno para el arte de dirigir a los demás. los hunos nómadas ya no van de un lado para otro. el espectáculo. Ningún modelo o sistema del de sarrollo del liderazgo puede anticipar las circunstan cias. como aspiro a de mostrar. la enseñanza. los hunos eran una gente vigo rosa y pérfida sin otro propósito común que el de instalar su próximo campamento. con desprecio total de los principios aceptados de conser vación. no obstante. Hace mucho tiempo que su nación desapareció. destruían con la mayor crueldad la belleza y la calma de las zonas rurales. Se vio obligado a arrostrar peligros. si bien he intentado ser objetivo al ha cer de Atila mi líder metafórico. mejor entrenadas y equipadas. ni tam poco con respecto a la población total de los hunos. si histo riadores famosos han tenido dificultades en calcular el volumen de su ejército. por no decir ninguno. civilizador. estadista. al menos en cierta medida. dicho de otro modo. aparte de la satisfacción que les producía la perspec tiva de un botín más abundante del que podían ob tener por otros medios. Atila regresó a casa con su ejército a ruegos del papa. faltar a la verdad. mariscal de campo brillante y jefe de unas hordas pavorosas. tribulaciones y poderosas intrigas no sólo de las tribus y clanes.Imposible imaginar ningún reto de caudillaje tan grande como el que Atila tuvo que afrontar para convertir a aquellas hordas bárbaras en una nación de hunos. y con el propósito de establecer una base para mi metáfora. he incluido una breve histo ria de su vida y leyenda en el prólogo del libro. Pero. De cualquier modo. incluso los histo riadores más reputados no se han puesto de acuerdo acerca de los efectivos del ejército de Atila. la dura vida de Atila y su controvertida ima gen como líder audaz. Visto desde una perspectiva diferente a la de quienes escribieron su historia muchos de los cuales debieron. Y. no he elegido a Atila como el personaje metafórico de este libro por ninguna de estas califi caciones plausibles o con el propósito de rendirle culto como a un héroe en una era moderna. o bien dejarse arrastrar por preferencias políticas -. tanto a él como a sus hunos les he aplicado una imagen un poco más positiva de la que tal vez 8 . tal vez como un rey fatigado y en los umbrales de la vejez. Atila con siguió una vez que Teodosio II. Antes bien. hoy día. cons cientes como eran de la lógica superior de Atila. Su ejército marchaba contra tropas más disciplinadas. diplomático. Por consiguiente. vigoroso. parece ser que el número de ambos siempre ha sido exagerado tanto por los histo riadores como por otras diversas fuentes. rudo e intrigante que osaba acometer arduas tareas y realizar tre mendas proezas contra dificultades en apariencia insuperables ofrece una oportunidad única para explicar los principios fundamentales del caudillaje a una nueva generación de líderes que no le temen y que pueden disfrutar de una nueva exposición peda gógica de lo que. luego de que sus objeciones hubieran sido escuchadas y superadas. sino también de su hermano y de sus tíos. El temor por sus vidas aseguraba su lealtad. Pocos. Es tos jefes tuvieron que ser convencidos. me da la impresión de que. En resumi das cuentas. resultaría vul gar y carente de emoción. Como condición de un tratado de paz. como un hombre emprendedor. Para aquellos que no saben gran cosa acerca de quién era Atila. emperador del Im perio Romano de Occidente. difi cultades. tres cuartos de lo mismo habrá sucedido con todo lo demás sometido asimis mo al criterio y a la interpretación de cada cual. le pagase tributos. Atila puede ser descrito. Es esencial aclararle al lector que. reformador social. de sus jefes subor dinados compartían los sueños de Atila de conquis tar el mundo y c rear una patria para los hunos. los cuales sirven a modo de conclusión de estas nociones sobre el liderazgo. Cada capítulo comienza con una viñeta basada en hechos de la vida de Atila. e incorpo rados solamente después de haber pasado la prueba de un severo escrutinio. Han sido escri tos por mí. aunque para ello tenga que recurrir a preceptos aprendidos de antemano. además. las actitudes y los atributos del liderazgo. el ser humano puede adquirir características de caudillo. Han sido revisados y verificados por algunos críticos exigentes. empero. el autor está obliga do a identificar algunos de los pensamientos más profundos que quedan después de haber terminado su trabajo. puesto que jamás fueron dichos por el rey de los hunos. parece ser que. estas viñetas propor cionan al lector la oportunidad de visualizar su pro pia situación y prepararse para ciertos aforismos re lativos al éxito del liderazgo en cualquier época. Todavía no se ha descubierto ningún método extra ordinario para acelerar la adquisición de las técni cas. a un debate inacabable y expuesto a las chanzas. En todo trabajo de este tipo. Al no tener una relación directa con titulares y sucesos familiares en nuestros días. Unos pocos de los que considero más acertados los he reunido dándoles el nombre de "atilaísmos". Se trata. he pretendido identificar organizaciones “a lo Atila”. lo que sirve para es tablecer la situación y experiencia correspondientes en que éste se apoya para explicar diversos principios del liderazgo a sus capitanes y soldados hunos. Los aforismos pronunciados por Atila en este libro carecen de autenticidad. de igual modo. investigaciones y observaciones. so ciedad. No existe una fórmula mágica para desarrollar las dotes del liderazgo contenidas en este libro. Tanto en la actualidad como en los siglos pasados. senta dos en torno a las hogueras de los campamentos. organización o situación. de cuando en cuando. basándome en mis propias experiencias.aparezca en otros trabajos. de un vas to y fundamental comienzo para comprender lo que comúnmente llamamos liderazgo. del presente o del futuro. 9 . No considero los preceptos y conceptos vertidos en este libro como declaraciones definitivas de todo cuanto se sabe acerca de las personas capaces de sobresalir como líderes. Eso sólo serviría para desviar la atención del mensaje que pretende contener este libro. No ha sido mi intención identificar como “Atilas” a ningún líder del pasado. Tampoco. y conduciría. aunque previamente la se caban metida en bolsas colgadas entre sus muslos o entre los flancos de sus caballos. Las armas de la horda eran consideradas rudi mentarias y toscas incluso en su propia época.Introducción: En busca de Atila Paseán dose por la historia como una nación de orígenes misteriosos. Sus guerreros galopaban de lante de las mujeres. Su espíritu bélico estaba espoleado por el afán de un rá pido y constante movimiento en busca de un paraíso de gloria. De este pasado bárbaro y confuso surgió uno de mundo ha conoci do: Atila. para retardar el crecimiento del vello facial. sus largos brazos. un grupo multirracial y multilingüe. rara vez transcrita y con frecuencia confusa. los hunos eran una nación desperdigada. rebosante de pillaje y botín. las cuales instalaban sus hoga res en carros cubiertos de pieles. La barba rala de los guerreros era el resultado de que sus mejillas hu bieran sido marcadas con hierros candentes en su adolescencia. rey de los hunos. animado por cánticos infinitos entonados en loor de la naturaleza. muchos de los hunos se caracterizaban por su tez oscura. No está claro que su origen procediese de la parte europea de los Urales o que su linaje fuera turco o asiático. La suya era la fami lia que mantenía la integridad de la estirpe y 10 . amarillenta. sujeto con tiras de cuero. Vestidos con pieles de animales salvajes. Para el mundo civilizado se trataba de bárbaros no demasiado diferentes de los animales salvajes. La leche de yegua formaba parte de su alimentación. A me nudo. sus amplios tórax y sus ojos rasgados y oblicuos en los que brillaba una chispa. la simple presencia de las hordas producía el suficiente terror en los habitantes de una región co mo para que éstos abandonasen las aldeas sin ofrecer resistencia y sin que se les pasara por la cabeza la idea de tomar represalias. Obligados al pastoreo. carentes de metas na cionales. Los cráneos de los guerreros habían sido deformados en su infancia por un artilugio de madera. Atila era hijo del rey Mundziuck y su linaje se remontaba por lo me nos a treinta y dos generaciones. en perpetua migración. Comían carne cruda. Sobre estas can ciones predominaba una incesante cacofonía del re soplido de los caballos y el restallar de los látigos. tanto en su aspecto como en su forma de vida. debido a la historia oral. los hunos eran una conglome ración de tribus nómadas. repletos de chi quillos y cargados con el pillaje de la victoria. Sus largas migraciones eran un constante y mo nótono vagabundeo. los líderes más formidables que el Nacido en un carro en algún lugar de las lla nuras del Danubio hacia el año 395. el Imperio enseñaba a los rehenes en su corte las costumbres. Atila se resistió a la propaganda que sobre él vol caban sus mentores romanos. Esta relación. la es pada y el látigo. rechaza ba todo cuanto provenía de ellos. También superaba a los demás en el manejo del arco. Había sido traicionado para servir a los fines egoístas de Rodas. Atila se dedicó a estudiar a fondo la situación del Imperio. como no consiguió alcanzar la libertad. destripándolos después con una daga. se convirtió con el tiempo en un jinete extraordinario. Poco después sería víctima de los sucios manejos de sus tíos. El cautiverio fue una época de desesperación pa ra el joven Atila. por lo menos. En realidad. La verdad es que se trataba de un siniestro plan del Imperio. empero. Todas estas técnicas eran tradi cionales entre los hunos. los adolescentes enviados por el Imperio como rehenes desarrollaban de modo extraordinario sus dotes para el espionaje. el lazo. en particular de Rodas. Estudió la p olítica interior y 11 . la lanza. Aunque trató de despertar el espíritu de resistencia entre los otros jó venes rehenes. Cuando contaba 12 años. y un personaje de noble cu na no podía por menos de dominarlas. Al no poder huir. consistente en poner las hordas al servicio de naciones extranjeras. las tradiciones y la suntuosidad de su vida lujosa. Por otra parte. lo que serviría para ampliar la influencia romana a tierras extranjeras. Atila no se retraía de criticar con la mayor fran queza la política de Rodas. que a muy tierna edad aprendió a cabal gar a lomos de una oveja. recorría el palacio co mo una fiera enjaulada. Atila fue enviado en calidad de rehén niño a la corte romana de Honorio. A cambio. Por una parte. a las que el muchacho pensaba que los hunos podrían derro tar fácilmente. intentó escapar. Rodas acogió a un muchacho llamado Aecio. quedó prematuramente truncada al morir el rey Mundziuck cuando Atila era todavía un niño. Estaba lejos de su patria y de las costumbres con las que estaba más fa miliarizado. cosas todas ellas que los jóvenes rehenes introducirían cada cual en su propia nación. Solía hacer público alarde de su fuerza lanzándose a arriesgadas expediciones de caza durante las cuales capturaba zorros y osos con redes. al mismo tiempo que un gran desprecio por los débiles.las características raciales de los mongoles. Esta actitud haría que cambiase el curso de su adolescencia. En dos oca siones. Atila. sucesor al trono del rey Mundziuck. Cada día odiaba más la política y las prácticas del Imperio. La conciencia de su propia fortaleza física en gendró en él una soberbia descomunal. y era corres pondido por éste en la misma forma. y. sus intentos fracasaron. Quería a su padre entrañablemente. mientras simulaba adaptarse a su condición de rehén. con lo cual se cumplía el acuerdo de inter cambio perpetuado por los romanos. permanecía en la del rey Rodas. su ascenso al trono se debió a otros moti vos. su enemigo de por vida. hijo de un germano de Panonia. La forja de la espada era de tal calidad que todos coincidieron en pensar que había 12 . incrementar sus instintos guerreros con el acicate de la gloria y el pillaje fáciles de lograr. calibrando su potencia y su vulnerabilidad. Estudió las fuerzas militares del Im perio. el cual ostentaba los títulos de “Señor del Caballo” y “Conde de Áfri ca”. propor cionándole los conocimientos que más tarde Aecio compartiría con Atila en la batalla de Chálons. protocolo y otras materias esenciales. La relación con su padre. Notables maestros romanos le enseñaron técnicas de m ando. En el periodo que transcurrió en calidad de niño rehén. tradiciones y motivaciones. los jefes tribales. los observaba cuando estaban reunidos en conferencia diplomática con ministros extranjeros. Según una leyenda más romántica difundida entre los hunos. Gran parte de esta intimidad se creó merced a las numerosas expediciones de caza que Atila organi zaba en los territorios hunos. extraordinariamente concreto. Esas relaciones de confianza nacidas entre él y los jefes tribales le granjea ron la lealtad de éstos. Aecio había nacido en la familia de Gaudencio. Mientras se celebraba este consejo se presentó de improviso un muchacho para avisar que una espada llameante acababa de aparecer exactamente en mitad de un prado cercano. ya que aprendió a concien cia sus costumbres. Su plan era metód ico. Según los relatos históricos. supo. además. También se convirtió en un erudito con respecto a los hunos. Mientras Atila vivía en la corte de Honorio. las tribus permanecían independientes de todo control político o militar por parte de un poder central. sin que le vieran. al igual que le ocurriera a Atila con el suyo. Atila se convirtió en rey de las tribus en el valle del Danubio porque su hermano Bleda murió en el curso de una cacería. Aecio trabó amistad con el rey Rodas y otros nobles hunos. Con frec uencia. reunidos mientras celebraban el duelo.exterior de los romanos. Atila inició su ascenso al poder dedicándose a re novar y desarrollar sus relaciones con los jefes triba les. ade cuados para futuros dirigentes y diplomáticos. Aecio. De acuerdo con esta leyenda. Fue en la corte romana donde Atila concibió su estrategia para dominar el mundo. discutían acerca de quién debía convertirse en su soberano. no fue muy larga pues to que aquél murió durante una rebelión de sus pro pios soldados en la Galia. Los jefes tri bales. guiados por el muchacho. No era el pl an de un patán ni de un imbécil. a la muerte de Ble da. así como a cazar y montar a caballo. Sus maestros le enseñaron a dominar el manejo de sus armas. Cuando Atila regresó al valle del Danubio. llegaron al prado y vieron asombrados cómo la espada llameante salta ba a la mano tendida de Atila. Sus ropas no tenían nada que ver con las elegantes indumentarias de los patricios romanos. que algunos esti man formado por 700 000 guerreros. niños y guerreros. y la perspicacia política dominada por alguien que escucha y vigila mientras se presenta el momento adecuado para actuar. al este y al oeste. Atila. Las mujeres le ofrecían alimentos mientras él cabalgaba hacia ellas. ocupaba un trono de madera en un palacio también de ma dera. la de controlar a naciones ger mánicas y eslavas. usaba una túnica de pieles negras y se tocaba con un gorro de cuero del mismo color. En 13 . marchar contra Asia entera. los hunos reinarían en toda la Tierra. “la Espada de Dios”. y consumía con rapidez la co mida sin bajarse de su brioso corcel negro. y bajo sus órdenes. Su mandato como rey de los hunos se caracterizó por una rápida aunque considerada justicia. la victoria solía ser suya sin que tuvieran que enfrentarse a resistencia local alguna. demasiado débiles para soportar el sol. al sur. El temor a ofrecerle resistencia se hizo tan manifiesto. Es decir.sido hecha por una deidad. Su ejército. Villam. cala do hasta los ojos. Se dice que pasó días enteros delante de su tien da. Proporcionó a los hunos una meta nacional. con toda seguridad no podrían contemplar el brillo del conquis tador”. conquistar Roma y Constanti nopla. que comía y bebía valiéndose de utensilios de madera. Por consiguiente. Mujeres. cuya imagen habíase hecho cada vez más nítida en su juventud. No ac tuaba con apresuramiento. y a continuación hacer otro tanto con África. Una vez convertido en rey. Incluso en los momentos en que los hunos avan zaban con cierta dificultad. Atila regiría el mundo. Esta ingeniosa lisonja fue acepta da por Atila sin rechistar. En su método intervenían la paciencia y la tenacidad propias de su ascenden cia asiática. basado en sus sueños de niño. Su entrada en los campamentos era todo un acontecimiento. Atila comenzó a uni ficar a las otras tribus ferozmente independientes para construir la nación de los hunos. las conquistas de los hunos son legendarias. al norte. y sin duda alguna les había sido enviada para poner fin a la discusión y confirmar a Atila como su rey. alineados a su paso. En lugar de ello. era un agrupamiento de bárbaros. En su época. Atila gozaba de una alta consideración entre sus hordas. Hombres a quienes guiaba un tolo propósito. que un jefe anciano se excusó de ser recibido en audiencia por el rey Atila con el siguiente pretexto: “Mis ojos. no se dejó seducir por el esplendor de su nuevo cargo. Aunque imponía su poder. Atila era hábil en la eje cución de sus planes. en conferencia con los jefes tribales para que le confirmasen su lealtad a su plan de unificación. bien disciplinados y unidos por el es píritu de cuerpo. le recibían con gritos de júbilo y ala banza. El plan de Atila era ambicioso. Era un presag io. este avance de los hunos sería bruscamente frustrado por Ae cio. Algo había funcionado mal en el plan de Atila y. las aldeas eran abandonadas apenas se enteraban sus habitantes de la inminente llegada del ejército de Atila. obligaron a suspender demasiado pronto los planes de Atila para la completa reestructuración del ejército hu no. Las circunstancias producidas por los inminentes tratados de amistad entre persas y romanos. A la caída de la noche. Dándose cuenta de la inutilidad de la conti nuación de la batalla. Fueron preparadas catapultas. en los Campos Cataláunicos. se calculó que de 162.000 a 300. Aecio neutralizó la ventaja de la ca ballería y de los arqueros hunos obligándoles a luchar cuerpo a cuerpo. No obstante. Las hordas abandonaron su vida de nómadas. Las legiones romanas que iban a entrar en combate estaban dirigidas por Aecio. Utilizando técnicas aprendidas de su experiencia entre los hunos. cerca de Chálons. Se impone una reorganización de su ejército. Los romanos. a la cabeza de los hunos. Las espadas de los romanos se i mpusieron a los lazos y las largas lanzas de los hunos. La capital de los hunos. marchaba Atila corno jefe supremo. no dejaría de causar profundas alteraciones en las costumbres observadas. Etzelburg. en tanto que. y pocos heridos sobrevi vieron. puesto que tenían una patria en cuyo suelo habían echado hondas raíces. fue fortificada para resistir largos asedios. para poner en práctica el cambio radical necesario para superar las tácticas de Aecio. incluso se habían vuelto civili zados. En 451. el eterno rival de su caudillo. Atila ordenó la retirada. Así pues. Al volver con su ejército diezmado al valle fami liar del Danubio. Atila reunió a sus jefes tribales y. 14 . parecieron abandonarle su confianza y su inagotable energía. Atila concentró su energía en el arte militar. no sin sorpresa. en la primera y única derrota de Atila. ya no eran errantes ni inestables. los hunos dispusieron sus carros en formac ión para la batalla. Era necesario pasar a la acción inmediata para prevenir las consecuencias de aquellas alianzas. los guerreros se ejercitaban en tácticas de infantería. así como en los cambios que era impres cindible llevar a cabo para reanudar su conquista del mundo. en pocas pa labras. en las ruinas de un antiguo campamento romano. Esta transformación. La batalla fue encarnizada. por los hu nos. en vista de que su protección y su seguri dad ya no se encontraban en la destreza del tiro con arco sino en el uso de grandes escudos. aprendían a maniobrar a pie. contemplaron cómo las hordas hunas se batían en retirada. su ad versario. poco duchos en tácticas de infantería.ocasiones. ninguno de los dos bandos hizo prisioneros. claro está. generación tras generación. momentáneamente.000 guerreros hunos yacían muertos en los Campos Cataláunicos. los puso al corriente de la ruta a seguir y del orden de la batalla. A los soldados romanos sus cascos de bronce y sus corazas los protegían de las hachas de piedra de los bárbaros. Corazas de cuero bordeadas de placas metálicas sustituyeron las vestiduras de pieles de su ejército. El emperador tenía la esperanza de que. 15 .una cigüeña y sus hijos emprend ieron el vuelo desde las torres de la ciudad -. los dirigentes romanos no sabían qué hacer. Los muros se desplomaron y la ciudad fue incendiada. atacaron después de haber visto un buen presagio . porque ya había aprendido a sentir temor de aquella fuerza en apariencia imparable. Sin embargo. Lo que ocurrió entre el frágil P apa y el rey de los hunos continúa envuelto en el misterio. su espíritu combativo había renacido. El Imperio estaba exasperado. ¿Por qué no ofrecer a Honoria. Tal vez podía tratarse de una promesa incumplida que figu rase en algún tratado de años atrás. después de su encuentro. Después de haber penetrado en Italia con rapi dez y sin ningún obstáculo. Pronto se apercibieron los aquilanos de que los hunos no eran zafios salvajes. Se concedió tiempo suficiente a las hordas para que saquearan a sus anchas. sino que formaban un ejército bien equipado y disciplinado. No habían sido testigos de la habilidad de los hunos para devastar con saña cuanto se les ponía por delante. a Atila. Atila se dirigió con su ejército hacia el norte. c orno lo fuera un año antes en la Galia al acceder a las súplicas del obispo Loup y respetar la ciudad de Troyes . los víveres empezaron a escase ar. y la moral de los hunos estaba a punto de venirse abajo. la victoria fue instantánea. Los supervivientes aquilanos vieron más tarde cómo el vasto ejército de Atila avanzaba feroz y metódica mente hacia Roma. el emperador Valentiniano pensó en otra táctica. hábil en la eje cución de movimientos militares. Como ya no podían confiar en el genio del gran general Aecio. El asedio fue largo. con renovados bríos por aquel gran triunfo. los hunos pusieron sitio a Aq uila. quizá por medio del respeto por el clero . Desesperado. No tardarían en familiarizarse más con la furia de las hordas bárbaras. pero decidieron que esto no satisfaría a unas hor das que con tanta facilidad podían añadir todos los tesoros de Italia al botín que ya rebosaba de sus carros. cuando los guerreros. el Azote de Dios se mostraría misericordioso. Mas este plan fue abandonado al comprobar que Atila jamás había solicitado la mano de Honoria. y sin consultar a Aecio. a la sazón disciplinados. y cuando después vol vieron a agruparse. Valentiniano envió al Papa León I a negociar con Atila. y regresó a su patria sin haber entablado ninguna nueva batalla. Pero. en calidad de esposa? . Al principio se les ocurrió ofrecer oro a modo de resca te. caído hacía largo tiempo en desgra cia.El retorno de Atila a la batalla no fue visto por numerosos romanos como un gran peligro para su seguridad. sin entrar en Roma. tal vez porque el rey de los hunos se conformaba con sus más de 300 esposas. un bastión acostumbrado a las invasiones. su hermana. Como careciera de toda alternativa adecuada. capaz de mitigar tales ambiciones. y continuaría su conquista del mundo con renovado vigor. a causa de la satisfacc ión de haber renunciado voluntariamente a arra sar Roma. lo mataron. Algunos dicen que la desposada lo asesinó para vengar la muerte de su padre. Una hermosa joven. hija de uno de aquellos jefes rebeldes. Es posible que Atila hubiera perdido parte de la confianza que sentía en sí mismo. sus hijos recibirían territorios donde podrían reinar. En una gran y majestuosa ceremonia Atila fue sepultado en las aguas del río Tisza . que decidió hacerla su esposa. En conse cuencia. en la que Atila es descrito como un individuo cruel y despiadado. por razones disciplinarias. tan atraído se sintió Atila por la belleza de la muchacha. una he morragia provocada por los excesos cometidos la noche de su boda. como en años anteriores. en el cual escribió: “La justicia divina castiga aquí a aquel 16 . Tal vez la edad había aplacado sus ambiciones de conquistar el mundo.En el valle del Danubio le aguardaban problemas. Les desilusionab a que hubiera regresado sin conquistar tierras para ellos. a pesar de todo. sus guerreros echaron abajo la puerta de la cámara nup cial. extrañados de que su rey. en medio de un charco de sangre. muerto. guardase silencio. Características similares manifesta das por líderes famosos en todas las generaciones posteriores fueron despiadadas y perversas. Aquel matrimonio fue considerado como un buen presagio por los hunos. poco habituales durante su reinado. no se halló ninguna herida en el cadáver. hizo ejecutar a los jefes tribales que se habían sublevado contra él. El entierro de Atila fue tan impresionante como lo había sido su enlace. fue ejecutado. El guerrero que había en él se inclinaba ahora hacia la diplomacia. quien. Ildico. desnudo sobre unas pieles blancas yacía Atila. Esta ha sido la causa de insinua ciones y retruécanos relativos a su carácter y sus peculiari dades. Una vez más. que Atila se confirmase a sí mismo como rey de los hunos. Allí. La conquista del mundo ya no era un deseo insatisfecho. ya que sus seis hijos favoritos dieron muestras de impaciencia al no recibir sus propios reinos tal com o su padre les había prometido. Atila olvidaría su edad avan zada. hartos de su padre. Semejantes actos. hacían necesario. sin embargo. sus disgustos y problemas. Después de una fastuosa ceremonia y de un ban quete de boda que hiciera época por la admira ción que en todos provocaran. Al día siguiente. Ha sido despreciado por autores tan insignes co mo Dante en La Divina Comedia. no muestra menor respeto por él. la pareja real se retiró a la cámara nupcial. Otros dicen que tal vez sus hijos. Canto XII . o que le invadiera cierta calma interior. La historia occidental. La versión romántica y legendaria de la muerte de Atila es que éste falleció por causas naturales. Reanudó negociaciones con los romanos. No obstante. Infierno. cosa insólita. imploró a Atila que perdonase a su padre. los húngaros. rey de los hunos! 17 . cuya bondad y sabiduría no tenían igual”. En su ficticia confesión final a los coreanos del Norte . que prefiere tomar la iniciati va. Por regla general. de mentalidad abierta y lleno de ideas. el comandante del barco norteamericano Pueblo. Tal vez el Lied germano nibelungo dijo lo mejor acerca de ellos cuando escribió: “Había un poderoso rey en el país de los hunos.Atila. Lloyd Bucher. por el sagrado honor del Gran Pájaro moteado”. que fue azote en la tierra”. Se sabe muy poco acerca de su importancia histórica como civilizador genial. se convirtió en ¡Atila. actuar en vez de permanecer cruzado de brazos. La controversia que rodea a Atila tal vez no quede nunca resuelta. valores y principios que distinguen a los que dirigen de quienes se contentan con seguir. Más tarde. Atila es recordado con orgullo por muchos de los descendientes de su pueblo. pero los secretos de su lideraz go ofrecen la posibilidad de penetrar. Con todo. sólo comparables a las de Atila”. Atila es un ejemplo de la clase de líder que nun ca se siente satisfecho. exhortaba a sus secuestradores “a perdonar nuestras cobardes acciones. Después de todo . el comandante Bucher juró ante el enemigo que su relato de las ac ciones del Pueblo “…verdadero. Atila era el blanco de un oportuno uso de la pluma. Una vez más. en todo lo cual superaba con mucho a Alejandro Magno o a Julio César. en las características de edad. el mundo occidental descono ce el legado de Atila. a través de la metáfora. Atila. Así las cosas. Atila f ue enviado a la corte romana de Honorio. Los países honrados de tal guisa eran infiltrados en sus niveles más altos por los jóvenes espías del Imperio. Al parecer Atila. Allí. sometidas cuando los rehenes. cayó en desgracia por constantes y duras críticas de la política que situaba a las hordas hunas al servicio del Imperio y de otras naciones extranje ras. el Imperio utilizaba el intercambio de rehenes todavía niños para am pliar su control sobre países los cuales confiaba le rendirían vasallaje algún día. Enseñarles los placeres de una exis tencia lujosa servía para influir en la política y la cultura de naciones menos civilizadas. ya adultos. la tutela del Imperio lograría probablemente que Atila se convirtiese en un miembro más tratable de la fa milia real huna. el Imperio enviaba a uno de los suyos a una nación extranjera. pensaba Rodas. por su parte. sin conseguirlo. Esta ingeniosa estratagema constituía una pieza clave en la diplomacia subversiva. Atila deci dió adoptar la resistencia pasiva y adaptarse 18 . Atila inten tó. regresaban a su país. Fracasado su intento de fuga. Rodas consideró conveniente re currir a la práctica romana para desembarazarse de su crítico más severo. los peinados caprichosos. Dicho en pocas palabras . Esta doble estrategia también ofrecía al Imperio la oportunidad de instruir a los rehenes en viados a su corte. Una vez en las cortes extranjeras. en tanto se adiestraban en las costumbres y tradiciones de sus anfitriones. aunque todo aquello intrigase a sus compañeros que hasta enton ces nada sabían de tales refinamientos. los manjares ex quisitos y las habitaci ones perfumadas que le eran ofrecidos en su calidad de rehén. otrora sobrino favorito del rey Rodas.1 En la Corte Romana: “ Cualidades del liderazgo” Como una forma inteligente y solapada para influir en otras naciones desde Roma. inducirles a resistirse a éstas y a otras seducciones de la propaganda desplegada por el Imperio. Cuando todavía era un niño. rechazaba las vestiduras ele gantes. y cada una de las naciones en las que recaía tal distinción correspondía enviando a de sus súbditos para que viviera y se educase en las cortes romanas. los jóvenes romanos proporcionaban información vital al Imperio. sus armas y el orden de batalla y su carencia de una armada poderosa. Estaba lejos de su pueblo. podría n sin duda derrotar. Los conoce réis para que vosotros. y vuestros subordinados. Para la nación huna es esencial que tengamos a nuestro servicio líderes que. Cada día que pasaba estaba más resuelto a librar al mun do del poder romano. empezó desarrollar las dotes personales que le asegurarían el éxito en la época de su febril actividad como rey de hunos. una vez unidos. La suya era una mezcla de estoicismo y de amplia convicción. Atila utilizó aquel período para espiar a los ministros que visitaban la corte. yo. podáis estar mejor preparados para dirigir a los hunos. sacó amplio partido de su principal virtud asiática. Los hunos deben aprender a lo largo de toda su vida sin cejar en el estudio de nuevas perspectivas.sea cual fuere la fuente. Atila era un extraordinario estudiante de la política interior y exterior del Imperio romano. referentes a las cualidades del liderazgo. La vida en la corte romana era muy dura para Atila. la habilidad y la actitud adecuadas que les permitan desempeñar con éxito las responsabilidades propias de su cargo. han de dis poner asimismo de oportunidades para que tales cualidades 19 .a sus circunstancias pasajeras. El muchacho huno enviado como rehén a la corte romana de Honorio. En consecuencia. y anhelaba liberarlos del servicio a una nación extraña y extran jera a la que los hunos. Aprendió que. en sus correspondientes niveles. de su familia. No existe una manera rápida para forjar líderes. posean la pericia. Atila habla: “Cualidades del liderazgo” Mientras nos hallamos reunidos en este consejo. desentrañar las intrigas del Impero y aprender todo cuanto pudo acerca de cómo hacer política y diplomacia. A medida que pasaba el tiempo. tenía un conocimiento cada vez más profundo sobre las legiones ro manas. Nuestros líderes deben esforzarse por adquirir cuanto antes ciertas cualidades básicas. o de procedimientos o métodos innovadores . he reunido mis pensamientos más íntimo. así como de las misteriosas influencias cristianas. En la corte romana. la paciencia. empeñarse en precipitar los acontecimientos era menos importante que el logro definitivo de una empresa. vigilaba y escuchaba. Atila. desesperación. Deseo. el arco y la lan za son suficientes para nuestros guerreros. todo huno que pa rticipe activamente o impulse acciones en contra del bien de la tribu debe ser considerado des leal. e igualmente sentirse objeto de burla o rechazo . deben tener el valor de actuar con confianza y superarse en tiempos de incertidumbre o peligro.maduren. lo mismo que en épocas de prosperidad. Los jefes deben ser pacientes en el cumplimiento de sus tareas. si queremos que se conviertan en je fes experimentados. S u habilidad para influir y desanimar a los hunos leales es una enfermedad contagiosa. Val or. cada nuevo peldaño exige un mayor control sobre las emociones experimentadas por los jefes. En aquellos casos en que las acciones y las actitudes desleales puedan ser corregidas. para rehacerse y lle var adelante las responsabilidades de su cargo sin perder su sangre fría y su claridad de visión. No deben retroceder ante los obstáculos. tienen que ser destituidos de modo fulminante. Estar en desacuerdo no significa necesariamente deslealtad. Cualquier huno que. Los jefes que dirigen a nuestros hunos deben ser valientes. un afán por influir en las gentes. Resistencia emocional. cualquiera que sea el nivel que ocupen. en las que la experiencia los hará maestros: Lealtad. Debemos enseñar estas cualidades a nuestros jó venes guerreros. En la escala del liderazgo. será preciso no andar con contemplaciones y deshacernos de aquellos de nosotros que sólo sirven para minar nuestra causa. El adiestramiento básico como jinetes junto con el manejo del lazo. Nuestros jefes han de poseer la necesaria resisten cia emocional para perseverar aunque tengan que enfrentarse a las circunstancias aparente mente más difíciles. Estos hunos. las sigui entes cualidades esenciales. entre otras. ni acobardarse o desconcertarse ante la adversidad. Pocos hunos serán capaces de mantenerse como jefes si no les guía un firme deseo personal. debe ser escuchado. Débil es el jefe que no quiere serlo. por el bien de la tribu se muestre en desacuerdo. Al fin de dirigir hábilmente a nuestra nación. Tenemos que guardarnos de colocar a guerreros capacitados en posiciones de mando que no desean desempeñar. debemos contar con jefes que posean. ya sean guerreros o jefes. poseen la fuerza necesaria para recobrarse con rapidez si surge alguna contrariedad. los procesos y los desenlaces. así como la valentía de aceptar los riesgos del liderazgo. Deben desconocer el miedo y tener la entereza imprescindible para cumplir las misiones que les encomendamos. El papel de un jefe implica períodos de soledad. Por el contrario. el huno tiene que ser leal. Ante todas las cosas. 20 . pero no para aquellos que los mandan. Debemos estar seguros de que nuestros jefes. encierra una mente sana. El deseo intrínseco de ganar constituye una cualidad esencial del liderazgo. 21 . a saber cuándo actuar y cuándo no hacerlo. por añadidura . hay que perseguir el bien de la tribu o nación mediante la diplomacia sutil o la acción en la batalla. creencias y tradiciones. Un cuerpo sano. Los jefes deben ser capaces de desarrollar su comprensión. acaba deteriorándose. confu ndir la comprensión con la simpatía. sin embargo. Los hunos deben tener jefes tri bales que sean capaces de soportar las exigencias físicas de sus tareas de liderazgo. Conocer con quién estamos tratando. Los jefes jóvenes deben aprender a tomar decisiones. con el fin de dirigir la carga de toda nuestra caballería Com prensión. ante todo. El líder que carezca de espíritu de competencia es sin duda un individuo débil. expuesto a conocer la derrota ante el más mínimo desafío. No es necesario ganar siempre. ya que ésta podría conducir a una imprudente compasión en tiempos en los que. Los jefes tienen que nutrir sus cuerpos con alimentos básicos y sa ludables. An tici pación. dentro y fuera de nuestra nación. teniendo en cuenta todos los hechos rela tivos a la situación. benefician al enemigo. prioridades y ambiciones es algo que proporciona ele mentos de juicio incluso cuando se busca aproba ción para la petición más sencilla. Nuestros jefes han de tener un cuerpo vigoroso. a los iguales y a los superiores. Un cuerpo mal utilizado. Oportunidad. Los jefes tribales deben darse cuenta de que la competencia. Las extrañas pociones de l os romanos sólo sirven para enturbiar la mente. deben saber. No deben. Pierden energía cuando se atiborran de co mida o beben demasiado. reacciones. Decisión . responsabilizándose además de desempeñar su papel de jefes. es fuerte y no puede ser tomada a la ligera. es decir. ap render y entender los valores de otras culturas. Para todos los actos del liderazgo es esencial la oportunidad en los y en 1as acciones. nuestros jefes deben anticipar pensamientos. Cualquier senti miento de rabiosa competencia guía a aquellos que triunfan en el campo de batalla. cuando otros se escudan en la comodidad de la seguridad personal. sus motivos. No hay una fórmula mágica para desarrollar eficazmente el sentido de la oportunidad. Espíritu de victoria. La vacilación y la indecisión desorientan y desaniman a los subor dinados. Por medio de la observación y de los instintos agudizados por la experiencia. Con frecuencia se adquiere esta habilidad después de haber conocido el fracaso. Los jefes no pueden dirigir desde su lecho. en las nego ciaciones y en situaciones de disensiones internas.Resistencia física. sin embargo es preciso ganar las contiendas importantes. La anticipación supone un nivel de riesgo aceptado de buen grado por un jefe capaz de superarse. acciones y consecuencias. y por tanto deben sentirse orgullosos de que les haya sido en comendada tal responsabilidad. darán prueba ante sus subordina dos. Aquellos líderes que carezcan de cre dibilidad no conseguirán obtener la adecuada influencia. La cualidad de no cejar en el empeño de cumplir los cometidos que le hayan sido asignados. desempeñe sus funciones y responsabilidades. jefe de tribu o líder subor dinado debe consentir jamás ser servido por quien no acepte la plena responsabilidad de sus actos. Tena cidad. Los jefes jóvenes deben darse cuenta de que todos los hunos. Ningún rey. El fuerte persevera y sigue adelan te sin que en él hagan mella el desaliento. ha de confiar en que éstos se encarguen de hacer las cosas. El débil sólo persevera cuando las cosas marchan bien. Si hay algún jefe en quien no se pueda confiar para que. Tienen que actuar de una forma que inspire confianza y lealtad. iguales y superiores de que tales funciones quedan muy por debajo de sus posibilidades. la decepción e incluso el abandono en que pudieran dejarle los suyos. y deberán ser destituidos cuanto antes de cargos de responsabilidad. Se con vierten. Organización. Tact o. sin olvidar la experiencia. Un rey no puede observar todas las acciones de sus jefes subordinados. Aquellos que den muestras de carecer de confian za en sí mismos en el desempeño de las funciones del liderazgo. es una cualidad deseable y esencial de to do líder. no importa cuan gloriosas o graves sean las consecuencias. Los jefes nunca deben alabar o culpar a los demás por lo que éstos logran o dejan de alcanzar. Los líderes sólo son necesarios cuando alguien tiene que encargarse de juzgar cuá les son las acciones que conviene llevar a cabo y cómo no hacerlo. relevadle de ellas. hace que se desarrolle en los jefes tribales un sentimiento de seguridad en sí mismos. Fiabilidad. Amigos y enemigos han de creer tanto en sus palabras como en sus acciones. confían en su habilidad para guiarlos. Los jefes deben demostrar palpablemente que poseen inteligencia e integridad para proporcionar información correcta. La perseverancia es a menudo la clave para el cumplimiento de misiones difíciles para arrostrar situaciones de auténtico riesgo. por el contrario. por tanto. No hay que engañar a los subor dinados. Aprender a calibrar las acciones personales y las de los subordinados es fundamental para el liderazgo. en líderes débiles e inútiles. Los jefes tienen que ser dignos de credibilidad . por consiguiente. El entrenamiento ade cuado. en cualquier tipo de si tuación. lo que les ayudará a arrostrar los retos inherentes al liderazgo. Responsabilidad. éstos han de ser 22 . porque no son di gnos de confianza. Nuestros líderes han de poseer las cualidades esenciales de organización y control.Seguridad en sí mismo. cual quiera que sea su rango en la tribu y nación. Credibilidad . Sólo unos pocos se quedarán atrás. así como los propósitos que éstos sirven. Sin un rebaño no puede haber pastor. Sin un ejército. controlan los intereses y el bienestar de los subordinados.guiados. no puede ha ber jefes para la batalla. El castigo debe ser considerado como un último recurso. Atila. Sin subordinados. pues. ya sea éste alto o bajo. he comprobado a lo largo de mi propia existencia. Aprended bien estas cualidades de liderazgo. que el desarrollo de estas cualidades de liderazgo únicamente exige tiempo. no puede haber líderes. Aquellos de vosotros que seáis sobremanera ambiciosos. podéis tratar de adquirir estas cualidades en un c orto periodo. estudio y experiencia. En cuanto a mí. Sólo entonces ampliaremos habilidad para conducir nuestra vasta nación a la conquista del mundo. Enseñadlas a los hunos. Ocurre. y sin pagar el precio. y ser aplicado sólo cuando hayan fracasado todos los demás intentos encaminados a meter en cintura al rebelde. Los líderes. 23 . simplemente. nadie puede llegar a estar preparado para dirigir a los demás. preparados y recompensados por sus ac tos. que existen escasas oportunidades para acelerar la competencia. Sus esfuerzos por agrupar a los otros rehenes niños en torno suyo fracasaron. entreg ándose de lleno al estudio de las formas de liderazgo y diplomacia. aversión y su desprecio por el Imperio. Atila. Atila supo refrenar su cólera. en espera de que llegase el día en que pudiera unir a los hunos y conquistar a los romanos. Atila creía en el noble pa sado y en las leyendas de su ascendencia. habían perseverado en la búsqueda de un lugar tranquilo en el cual disfrutasen de libertad para llevar una existencia pastoril. quien vio en el muchacho una amenaza para la segu ridad de su noble posición y lo envió sin tardanza a la corte romana. ya que el joven príncipe consideraba que los motivos y las decisiones de su tío redundaban en detrimento de la fortaleza. al propio tiempo que nacía en él un ansia des medida de acaudillar a cuantos pudieran ayudarle a corregir la situación. los propósitos y el bienestar del pueblo huno. La acti tud crítica de Atila despertó los recelos de Rodas. 24 . Aunque los hunos habían vagado por las vastas regiones de Europa y parte de Asia y África. nobles antepasados de Atila. jamás permitieron que sus tribus desempeñasen un servicio innecesario a las órdenes de extranjeros. Atila intentó que otros “bárbaros” le se cundasen en el rechazo de las intrigas del Imperio. Poco después de haber empezado a reinar.2 El ansia de liderazgo: “Hay que desear ser jefe” A la muerte de su padre Mundziuck. empezó a critic ar sin ambages al rey Rodas y su política. Atila quedó bajo la protección de su tío Rodas. L os exhortaba a no convertirse en víctimas y servidores del Imperio. engañado por una diplomacia siniestra y desconocedor del terror que sus tribus inspir aban en otras naciones . mas su decisión de tomar el mando se afianzaba de día en día. Incluso en su juventud. De todos modos. sus líderes. Fue entonces cuando Atila comenzó a odiar a quienes le sometían de manera tan despreciable . que no tenía por qué ser sometido al yugo de la esclavitud o vender sus servicios a gente extraña. Rodas .seducido por la rapidez de la recompensa. Al principio de su estancia como rehén en la co rte de Honorio. a conservar cada cual su propia identidad.puso las hordas al servicio del Imperio. Su mente estaba alimentada por el fuego que ardía en lo más profundo de su corazón. En vez de ello. El suyo era un pueblo fuerte y poderoso. a pesar de su corta edad. Atila se convirtió en el rey de los hunos. Atila habla: “H que desearser jefe” ay Pocas cosas le sentarán tan mal a un huno como estar a las órdenes de un rey o de un jefe de tribu que demuestre falta de entusiasmo en el desempeño de sus funciones. planeó con el mayor cuidado cada uno de sus pasos. Estaba dispuesto a correr riesgos. el valor y la capacidad para reinar co mo líderes. y estar dispuesto a lograrlo con toda justicia. cobardía e incompeten cia se manifiestan en diversas acciones que desani man y desconciertan a los subordinados. sinceridad. Su entrenamiento era perfecto en todos los aspectos para poder hacer frente a los problemas y a la oposición que podría encontrar como rey. a menudo no piensan lo mismo cuando abandonan las comodidades del carro. el liderazgo de muchas naciones recae en príncipes que carecen de la ambición. se distinguirán no obstante por su sabiduría. Los líderes comprometidos. Sabía que sus conocimientos sobre el liderazgo y su ca pacidad para influir en los demás tenían que madurar . aquellos que sient en la ambición del liderazgo. aquel que desea dirigir d ebe poseer un deseo intrínseco de alcanzar un importante reconocimiento personal. benevolencia. Cuando llegó el momento.En lugar de intentar hacerse inmediatamente con el control cuando regresó a su patria. por muy grandes que fueran sus deseos de lograr el poder. autoridad y valentía. Atila fue paciente . tal vez a vosotros. Ahora. os gustaría preguntarme: “Atila. Atila estaba preparado. En consecuencia. además de aprovechar el tiempo para centrar su atención en un plan que le permitiese triunfar. hicieron que su destino se cumpliese. Incumbe a todos los hunos elegir y seguir sólo a aquellos jefes que demuestren el deseo de dirigir. ni desviarse de su objetivo. lo que contribuye a que el enemigo se sienta más fuerte. 25 . El trono fue suyo. Su perseverancia y su ambición de ocupar un cargo de considerable responsabilidad. Los hunos que aspiran a convertirse en jefes. ¿cómo puedo saber si realmente deseo convertirme en jefe?” A quienes busquen mi consejo. les ofrezco los si guientes pensamientos: Por encima de todo. Estos líderes se diferenciarán entre sí tanto como un huno se diferencia de otro huno. hunos. dispuesto a lograr que los hunos sobresalieran a través de la unidad de acción. Este desinterés. No pensaba desanimarse. Con demasiada frecuencia. ni su carácter estará libre de defectos. aquellos a quienes impulsa la voluntad de servir. Atila viajó y cazó. Tendrán calidad humana y sabrán entregarse en cuerpo y alma a su causa y a la de aquéllos a los que sirven. no todas las virtudes humanas. esa clase de personalidad que en ocasiones ha dado origen a relatos y leyendas desgranados en l as hogueras del campamento. debéis ser prudentes al elegir capitanes que sean capaces de conseguir aquellas cosas que un jefe sólo puede lograr por medio de subordinados fuertes y leales. Debéis estar dispuestos a sacrificaros. sonales. 26 . exceso afán No olvidéis que el éxito en vuestro cargo dependerá en gran parte de vuestra decidida disposición a trabajar con denuedo. Este sacrificio puede suponer vuestra ausencia de una cacería tribal. dirigidos por vosotros que deleguéis en vuestros subordinados. por aquellos a quienes servís y por aquellos otros a quienes d irigís. Debéis daros cuenta y aceptar que vuestra grandeza sólo será posible a través de vuestra personalidad excepcional. Tenéis que saber moderar vuestro de mando por medio de la preparación. sin un tremendo esfuerzo y con el sacrificio de otros intereses. El sudor se impone a la inspiración. En lugar de ello. el rechazo y el desengaño. aunque nadie lo comprenda ni agradezca. No debéis permitir que vuestro deseo de dirigir revista caracteres en vehementes. No debéis sentiros amenazados por colegas o subordinados competentes. a escuch ar. creatividad y energía para concentraros en el cumplimiento de vuestras responsabilidades a través de los esfuerzos. Debéis sentir una auténtica pasión por el triu nfo puesto que esta pasión hará que vosotros y vuestros hunos lleguéis a sobresalir. el Debéis tener valor. Debéis estar dispuestos a aprender. de este modo se ampliarán vuestros conocimientos y facultades para desempeñar vuestras funciones. Debéis estar dispuestos a renunciar a una fiesta o ceremonia en vuestro campamento. con frecuencia. E sto no se logra. Esto perjudicaría a mucha gente. y el la hora Debéis estar decididos a hacer buen uso de vuestro sentido común a de resolver problemas complejos. Debéis comp rometeros a perseverar incluso frente a la oposición desafío.Debéis tener fuerza moral para superar las desgracias per desaliento. o bien atender las necesidades de estos subordinados en momentos en que vuestras propias exigencias no estén cubiertas . si la situación que se haya creado en otro requiere vuestra presencia y atención. la experiencia y la oportunidad. exigiros un extraordinario despliegue de energías y de paciencia para adiestrar a los subordinados. Os dejo. no rodearos nunca de una falsa Debéis estar dispuestos a aceptar el simple hecho de que tenéis defectos y necesitáis trabajar cada día para ser mañana mejores jefes que ayer. 27 . con la advertencia de que no aceptéis linca un cargo de liderazgo por el cual no estéis dispuestos a pagar el tributo necesario para llevar a feliz término las obligaciones de vuestra incumbencia.Tenéis que seguir siendo vosotros mismos: aureola forjada por vuestro orgullo. su candidez y su ingenua c o n f i a n z a en la b o n d a d humana h a c í a n q u e fueran f á c i l presa de in di vi duo s más duchos en el a rt e de la diploma ci a. multirraciales y multilingües. Con fre cu en cia. un pueblo unido por lazos comunes de constante inesta bilidad y de heroísmo emocional. del mismo modo que eran capaces de integrarse en naciones extranje ras. los ancianos y sus antepasados. Los hunos formaban u n a circunscripción de vas tas diferencias. Los hunos poseían un cierto magnetismo mágico que afectaba por igual a amigos y enemigos. Sus canciones eran sencillas e i nt ermin ab le s historias de expresiones nostálgicas. dotado de un a u t é n tico talento en cuestiones militares y políticas. política o social. los hunos tenían u na filosofía moral conservadora. Famosos po r su respeto ha ci a las mujeres. resultaba contradictoria. constituían una nación con a c t i t u des básicas con respecto a la v i d a y la h u m a n i d a d . En todas las t r i b u s existía un e n o r me interés por la historia romántica. Los hunos creían a pies j u n t i l l a s en los milagros. En conjunto. Poseían una c i e rt a u n i d a d de carácter nacional la cual. si bien tenían virtudes en común. a menudo.3 La forja de un huno : "Costumbres" Los hunos e ran un grupo de t ri bus ferozmente independientes. Formaban un pueblo único de compleja c u l t u r a . Podían asimilar a extranjeros en sus tribus. Aunque los hunos e ran temidos. el temperamento de aquellas gentes estaba sua viz ado por sus cualidades nómadas. un pueblo sin características físicas reconocibles. Sin embargo. el cual no observaba ninguna religión. y era tal vez su poderoso sentido del honor y de la l e a l tad. m i l l a r e s de e xt ra nj er os se les u n í a n y h a s t a morían en aras de su causa. a b r i g a b a n hermosos aunque inútil es ideales. que d u r a n te siglos las impulsaron a incesantes migraciones en busca de una existencia pacífica y pastoril. Rechazaban las doctri nas y prácticas seculares o religiosas que sometían al hombre a conceptos abstractos de n a t u r a l e z a filosófica. s i n embargo. su amor a la l i b e r t a d . 28 . c u y a síntesis estaba representada por todos sus componentes. y eran un pu e b l o o pt i mi s ta y a da pt ab le . su exceso de o r gullo y su temperamento voluble les l le va ba a rechazar a menudo tanto la disciplina mi l i ta r como la política. rebosantes de amor a la n a t u r a l e z a . y también hacían gala de u n humor satírico aplicado a la política. Es muy posible que f u e r a n los hunos quienes i ni ci ar on la c o st u mb re de la “p a r t i d a de caza”. podrá éste frenar nuestro avance. Cuando establecemos método hunos. Si los h u nos no a p r e n d e n las reglas. éstos d e b e n ser enseñados a nuestros jóvenes. Podemos modificar nuestras costumbres cuando la ocasión lo justifique. debe estar dispuesto a plegarse a todas las cosas que nos distinguen como una nación de poderosas t r i bus unificadas. así como todos aquellos que as piren a convertirse en uno de nosotros. 29 . no de los individuos. o p a r a asistir a celebraciones y ceremonias. el individualismo que no suponga una desviación de la t r i bu o nación ha de ser preservado. Las costumbres son de las naciones. los hunos comprenderán que h a n de vestir según d i c t a n nues tras costumbres. De igual modo. de otra forma. Nuestras canciones y danzas serán las únicas escuchadas y contempladas en conmemoración de nuestro noble patrimonio. Lo que es bueno para el huno. es decir en cualquier ocasión señalada. entonces sospecharemos que son ro manos o aliados del Imperio. dur ant e un breve tiempo. lo que los f undi ó en una nación que. No debemos introducir elementos contaminantes que podrían desvirtuarlo. siempre que semejante alte ración fortalezca nuestra posición. Sólo cuando seamos incapaces de demostrar nuestro poder e i n f l u e n c i a sobre el adversario. deben apren der. Cada huno. sin embargo. A todos debe guiarnos el mismo propósito. Debemos mantenernos firmes en nuestra a c t i t u d f r e n t e a la exacción de tr ib ut os y lealtad por p a r t e de aquéllos a los que hemos elegido como oposición. para que entiendan lo que se espera de ellos en cada situación.junto con el intenso poder de atracción de Atila. Si no son hunos. por t ant o. No es esencial que un huno posea todas las c a racterísticas qu e hacen de él un guerrero incompa rable. No podemos permitir que jefes tribales poderosos o grupos de jóvenes hunos intenten introducir costumbres que sirvan sólo para sus propios fines. tendremos que tratarlos con cautela. fue una poderosa fuerza mil i tar y diplomática. empero. sin embargo. a da pt ar y adherirse a nuestras costumbres. Atila habla: “Costumbres” Todos los hunos. lo que es bueno para la t r i bu y la nación lo será para el huno. sus jefes no pueden esper a r que las cumplan. éste desertará y se pasará a los romanos Cuando establecemos el uso de determinadas r o pas p a r a guerrear. ar rumbar aquellas costumbres que conti n ú a n siendo claves para el éxito de la nación huna. debe serlo para la t r i b u y la nación. No podemos. porque al o b r a r así contribuiremos a incrementar el poderío de nuestra nación. no sotros. debemos recordarles que tene mos costumbres tradiciones arraigadas . morales y sociales. y que debe mos acoger en nuestras t r i b u s y en nuestra nación a todos aquellos que observen los principios y las tradi ciones que respetaremos ahora y siempre. yo. como líderes. a través del respeto a nuestro próji mo. deben ser reconocidos y honra dos por todos .Ser un huno. además de enseñarles nuestra lengua y nuestras costumbres. al mismo tiempo que a nuestro presente y al f u turo. digno de nuestros esfuerzos corno tribus y como nación. heredados de nuestros antepasados de Asia y de Europa. A una nación con un patrimonio tan rico e inde pendiente. A los hunos se les exige prestar juramento de permanecer siempre fieles a la nación. tratándoles con dignidad y respeto. Atila. no obs tante el uso del terror innecesario es innoble. Un a nación con los mismos antepasados y la mis ma raza es una nación débil. sin dejarnos 30 . sus facultades y su bienestar. así como tampoco u t i l i z a r tácticas rastreras o d a r muerte a enemigos insospechados o hechos pri sioneros. ya sea de humilde extracción o de noble cuna. culturales. con el fin de honrar nuestras costumbres: Es costumbre de todos los hunos mantenerse fieles al honor personal y nacional. Debemos de signar a nuestros jefes entre aquellos más capacita dos pa ra dirigir. No debemos tomar represalias contra el inocente. Tenemos que conser var nuestra costumbre de acoger a cuantos extran jeros deseen unirse a nuestra causa. Debemos aferramos a nuestros altos ideales y opti mismo. Debemos ser temibles a los ojos de todos aquellos en quienes pretendamos i nf lu ir . Atenernos a nuestras costumbres significa rendir t r i b u t o a nuestro patrimo nio.dignas de ser mantenidas con igual fidelidad. Debemos apreciar al huno competente. incluida la conveniencia política. Jamás debemos erigir pirámides en nuestro honor. Nuestros conceptos raciales. no debemos incurrir en prácticas ostentosas y egoístas que debiliten la fibra de nuestra vitalidad y de nuestro poder de atracción ante aquéllos a quienes servimos. Ésta es u n a v i r t u d ca rd i n a l: La pa l a b ra empeñada debe prevalecer sobre cualesquiera otras consideraciones. Nuestras diferencias y diversidades aceptadas de ben aunarse en un propósito común. A cambio. le aconsejo qué se atenga a t o do cuanto voy a señalar a continuación. Aunque conservemos con ahínco el hábito del or gullo individual y nacional. exige dedicación y devoción a la causa de nuestra nación. sin tener en cuenta la f a m i l i a de la cual proceden. danzas. A vosotros. bromas y celebraciones deben constituir siempre u n a ocasión propicia para renovar nuestra lealtad e ident idad como hu no s. dieran aspirar a alcanzar ventaja personal o Nuestras canciones. para que no se sient an falt as de u n a identidad. los jefes. os compete la responsabilidad de c o n t i n u a r la ense ña nz a y la p r á c t i c a d e las costumbres que hacen de nuestras diversas gentes y t r i bus u n a nación h u n a .desmoralizar por quienes pu na cional sobre nosotros. cacerías. 31 . fuerte y poderosa. La moral y la disciplina de los hunos. y sembrar la confusión en el campamento. era la de infundir un nuevo sentido de moral y disciplina capaz de lograr su unidad y la de las tribus bárbaras. indisciplinados e independientes. subían y bajaban a tenor de las circunstancias. por una moral que era espoleada por la bat al l a. En realidad sólo estaban disciplinados por los límites que les imponían la naturaleza y por los caprichos de la suerte. Hemos d i s f r u t a d o de momentos de u n i d a d e nt re n ue st ra s t ri bu s. La tarea de Atila no era. La paz en los campamentos sólo se lograría por medio de un nuevo espíritu de nacionalismo. en cuanto a su moral. La muerte de guerreros. débiles de carácter. Nuestro pueblo necesita t e n e r c on ci en cia de lo que si g n i fi ca ser huno. Atila habla: “Moral y disciplina” Las t ra di c i o n e s de n u e s t r a v i d a nómada no h a n dado g r a n c a b i d a a las preocupaciones r e l a t i v a s a nu e str a moral y disciplina en c ua nt o a nación. los pe riodos de escasez de vituallas y las luchas tribales producían tristeza y desesperación. pues. celebraciones ruidosas y una efímera sensa ción de seguridad. La l a bor de Ati l a como rey de los hunos. provocaba júbilo . nada sencilla. el botín o la marcha en c ar avana en busca de un nuevo hogar. Algunos hunos ambiciosos solían minar la autoridad de ciertos jefes de tribus. era la que correspondía a unas gentes que se a f e r r a ba n a una determinación optimista. La. Su 32 . La índole de los hunos hacía que se sintieran más atraídos por un a vida arriesgada. victoria.4 Paz en el campamento : “Moral y disciplina” Los campamentos de los hunos eran escenario de una vida animada. Rara vez era la suya una vida sosegada. con marcadas fluctuaciones entre la alegría y la tristeza. La falta de una causa nacional contribuía a que las reglas de moral y disciplina resultasen poco claras. Solo podrían al canzar la gloria si dejaban a un lado las costumbres propias de pequeñas bandas de nó madas. pero esta u n i d a d se ha quebrado cuando la l e a l t a d de las tribus ha sido comprada por naciones extranjeras. Así pues. Los hunos buscan la disciplina en sus vidas. os he convocado para enseñaros los as pectos de la moral y de la disciplina. La moral y la disciplina son fundamentales para la unidad. En consecuencia seguirán de mejor grado a los capita nes que. La disciplina no significa la pérdida de la persona lidad. S i n disciplina. se afanan por implantarlas. Escuchadme y no echéis en saco roto cuanto voy a deciros. La prueba definitiva de vuestra moral reside en la forma disciplinada en que sepáis comportaros ante la adversidad. La moral es el espíritu con que los hunos ponen sus servicios a disposición de la tribu.espíritu como hunos ha s i do t r a i c i o n a d o cada vez que se h a n visto sometidos a una alianza con una nación a la que sin duda alguna podríamos haber conquistado. La moral y la disciplina de los hunos es funda mental. La moral es el resultado del orgullo de saberse huno. La falta de moral y de disciplina es la enfermedad más contagiosa y 33 . La disciplina no significa dominio. Antes bien. porque sólo si respetamos ambas cosas reinará la paz en nuestros campamentos. Es la enseñan za de la manera correcta según la cu al se espera que actúen los hunos. a su vez. La disciplina no es siempre bien acogida por los hunos. La disciplina no tolera que nadie se aparte del or den o de los principios que consideramos impor tantes para nuestras tribus o nación. Los jefes de t r i b u nunca consienten que prospere la f al t a de moral o de disciplina. la disciplina crea la moral. queremos pasar las Ahora. La disciplina produce la moral. Los jefes tribales deben esforzarse por establecer la disciplina y la moral. ni entregarse a retozar en torno de las hogueras del campamento. los hunos no pueden desarrollar u n a acción común. No es u n a celebración incontrolada. y por mantenerlas después en el seno de la t r i b u. sean disciplinados. La disciplina crea la confianza interior de nuestros hunos. si pruebas que nos sean impuestas como nación unificada. un renovado orgullo por el hecho de ser hunos. incluso exigir. tras de haberos beneficiado de mis consejos. La paz y la armonía en vuestros campamentos serán el resultado de una razonable e s p e r an za de a c ció n y propósitos disciplinados.destructiva de cuantas puedan atacar vuestro campamento. 34 . sin las cuales se extendería el descontento y tendríamos que volver a una vida errante. La moral y la disciplina dependen en gran p a rt e de cómo las empleen los jefes.q u e os a y u d ar á a desarrollar las funciones de vuestro c a r g o . Los jefes. Ahora. La moral y la disciplina alcanzadas en vuestros campamentos oscompensarán y d a r á n su f r u t o c u a ndo despleguéis vuestra fuerza en el campo de b a t a l l a o en entrevistas diplomáticas. No ex i st e n i n g u n a norma m e d i a n t e la c u a l p u e d a n a l a n za rs e la moral y la disciplina. Sólo cabe esperar disciplina en aquellos niveles de orden y conformidad que sirvan el bien de la t r i b u y de la n a c i ó n . La l ea l tad. La moral a c o m p a ñ ará a este moderado rigor en m a t e r i a de d i s c i p l i n a . Los jefes tribales prudentes se dan cuenta de que una disciplina demasiado dura o innecesariamente laxa. Estos secretos c r í t icos p a r a v ue stro éxito como líderes c o n s t i t u y e n más q u e otra cosa un conocimiento . regresad a vuestros campamentos para inculcar. empero.u n a a c t i t u d . E x i g i r más de lo neces ario es un abuso de poder y dará origen a la rebelión en el seno de la tribu. arr ui naría la moral de sus hunos. tranquilidad y paz. la dedicación y la energía de vuestros hunos i nf u ndi r án en todos nuestros campamentos conf i an za. Los jefes tribales inteligentes harán de modo que los hunos demuestren su nivel de disciplina a t r avés de un esquema de oportunidades sucesivas en el cual quedarán de relieve su estado físico y emo cional. un nuevo propósito de unidad. nunca someterán a los hunos a pruebas que sobrepasen la capacidad normal del ser humano. Los jefes tribales no vacilaban en vender sus servicios y los de sus guerreros al precio más alto posible. Todavía no constituían u n a nación. siempre en movimiento por capricho o necesidad. Por lo q u e a política se refiere. se dedicó a la tarea de forjar el instrumento necesario para la conquista del mundo: un ejército huno lla mado a ser invencible. Atila comprendió que. el soberano q u e reinaba a orillas del Danubio no tenía autoridad sobre los hunos de Asia o de Rusi a.5 La furia de las luchas intestinas:“Las intrigas en las tribus” Los hunos largo tiempo divididos en tribus i nd e p e n d i e n t e s . A b u n d a b a n los m a t r i m o n i o s con miembros de razas co nq ui s t ad as . s a q u e a b a n siguiendo su propio criteri o y emigraban de esos lugares cuando sus recursos ha bían quedado agotados. 35 . los hunos malgastaban su fuerza en ba tal las de las que no obtenían ningún provecho. no cabía la acción concertada cuando cada cual iba por su lado. Pero. p rimero había que reunir el ejército y con solidar las tribus independientes. S in las poderosas fuerzas de u n i ficación. obedecían los preceptos de la v i d a nómada. Jamás se tomaban la moles tia de planear cuál podría ser su próximo lugar de destino. tropezó con escasa oposición mientras no pretendió imponer su autoridad a los jefes tribales que no dependían directamente de él. y no reparaban en combatir contra hombres de su propia raza. di r igían a su antojo las t r i b u s agrupadas bajo su mando. puesto q u e se t r a t a b a de pequeñas t r i b u s u n i d a s t a n sólo por sus costumbres. los hunos se encontraban a menudo a las órdenes de naciones diferentes. Atila. una vez unidos y reforza dos por cuantas naciones quisieran asociarse a ellos. hijo de Mundziuck. mezclados con las razas europeas. los hunos se convertirían rápidamente en una gran potencia. En la época en la que los hunos no tenían nada que temer de Roma ni de Constantinopla. los hunos habrían desaparecido poco a po co. Los jefes t r i b a l e s . descendiente de la fa milia imperial fundada treinta y dos generaciones atrás por Cham. Así pues. No podía existir ningún sentimiento nacional en un pueblo tan desmembrado. Desarraigados. ya se tr at e de jefes tribal es o de vuestros mejores guerreros. Sirven sus intereses a costa de la lealtad a la t r i b u o nación. en privado. Haced cuantos esfuerzos estén a vuestro alcance por identificar y destituir a estos indivi duos viles. he de l l e v a r a t é r m i n o . tendrá que a c a t a r en el acto las reglas o será o b j e t o de la r e p r e n s i ó n más severa. Sabed que no toleraré n i n g ú n t i p o de i n t r i g a por p a r t e de nuestros hunos. si hemos de convertirnos en una n a ción poderosa. En nuestras tribus hemos padecido disturbios provocados por jefes tribales y hunos que an t e pone n sus ambiciones personales a las de la nación.semejante tarea no podía ser desarrollada sin que se le presentaran obs primeros dentro de su propia familia. incurren en murmuraciones inútiles y otras formas de rebelión contra los líderes. jefes t r i b a l e s o simples hunos. puesto que se t r a t a de a c t i tudes q u e i mp i d e n c o n t r i b u i r a la unificación qu e yo . de cl ar ada o secretamente. Para conseguir todo nuestro potencial como dirigentes del mundo. de aquellos que. br i ndan su apoyo incluso al enemigo. A t i l a . debemos acoger a nuestras t r i bus a cuanto s as piren a integrarse e n t r e nosotros y experimentar la satisfacción que se siente al saberse h u n o . Son aquell os que. jefes tr ib ales o t r i b u s . porq u e si no lo h i c i e r a así su malevo lenc ia socavaría la u n i f i c a c i ó n de n u e s t r a nación en todos los niveles y aspectos. Guardaos del huno pérfido que alardee de lealtad en público y. tenemos que realizar cambios radicales en ci e r t a s f o r m a s de i n d e p e n d e n c i a como t r i b u s . sino t a mb i é n por todos aquellos que de seen acompañarnos en nuestras intrépidas a v e n t u ras. si n duda alguna. en c u a l e s q u i e r a circunstancias se presenten. los La n a c i ó n huna no está formada sólo por q u i e n e s h a n cabalgado j un to s largas horas en nuestros n u m e r o s o s viajes. guiados por el afán de lucro. o por el jefe t r i b a l que tenga a u t o r i d a d sobre él. Se t r a ta. Ahora bien. La v a l í a de un huno no d eb e ser j u z g a d a p o r su aspecto. en nuestras propias tr i bus. Atila habla: “Las intrigas en las tribus” táculos. a todas aquellas metas a las cuales aspiramos como una nación de tribus unificadas. Todo a q u e l q u e se complique en intrigas y sea de s c ub ie rt o por mí. Las b r as as de l a s hogueras de nuestros campam e n t o s p o d r í a n co nv er ti rs e en cenizas a n t e s de que yo pudiera proporcionaros o ri en ta c ió n y guía acerca de los males q u e un huno malintencionado podría a r r o j a r sobre nosotros. tal como nos corresponde. 36 . y seguir siéndolo. sino que depende ex cl us iv a men t e de su ma n i f i e s t o deseo de d a r su apoyo. p or qu e mi des tino así lo exige. por t a n t o me l i m i t a r é a aconsejaros lo que considero suficiente y apropiado en estos momentos. trate de propagar su des contento. Sed prudentes y anticiparos a los Brutos de vuestro campamento. La inquebrantable y equivocada confianza que César habí a depositado en Bruto, la pagó con la v i d a . No esperéis nunca que vuestros hunos sean siempre compatibles con nuestros objetivos. Confiad, empero, en que sus diferencias puedan ser resuel tas sin que el descont ento se e x t i e n d a a otros hunos. No pe r mit á i s nun c a que vuestros hunos permanez can ociosos demasiado tiempo, po rque la ociosi d a d es causa de que f r u c t i f i q u e el descontento. No debéis a c ha c a r n u n c a la c u l p a de un fracaso a quienes sean inocentes del mismo. No p e r mi t á i s jamás qu e vuestros h u n o s se h a g a n famosos por las hazañas que otros h a n realizado. No amenacéis n u n c a la seg urid ad o la e s t i ma de otros huno s, a menos de que estéis preparados p a ra cargar con las consecuencias. Sed ab ordab le s; escuchad t a n t o las buenas como las malas nuevas q u e os den vuestros hunos. De otro modo, daréis pie a las murmuraciones. Sed justos, no inflexibles. Debéis respetar la política de nuestra nación y de vuestra tribu. De lo contrario, buscaréis medios poco limpios p ar a la realización de vuestras a m b i ciones, y en t a l caso siempre acabaríais perdiendo, por muy a u d a c e s o ten aces que fuesen vues tros esfuerzos. Recompensad a los h u n o s q u e d e s t a q u e n por la n o b l e z a de su c a r á c t e r y por su integridad, p or qu e no a b u n d a n El espíritu de unidad debe ser el principio fundamental que rija el comportamiento de los hunos. Tened presente que, divididos, no tardaríamos en ser sojuzgados por naciones extranjeras. Al haceros partícipes de este secreto para que podáis t ri unf ar como líderes de los hunos, yo, Atila, os encargo que obréis con rotundidad en la manifesta ción de vuestra unidad, y que despreciéis a quienes propaguen el descontento en nuestras tribus. La unificación de nuestras tribus en una nación f ue r t e y formidable, sólo puede lograrse a través de la lealtad a nuestra causa y a quienes rigen de ma nera responsable los destinos de nuestras poderosas hordas. 37 6 El tributo: “Dar y recibir muestras de deferencia” Atila era consciente del ascendiente que podían ejercer los rumores. Sabía que un rumor i n f i l t r a d o en los corazones y las mentes de unos pocos, podía hacer que sus víctimas se contasen p or miles. En consecuencia, valiéndose del rumor, podría superar muchos de los obstáculos que surgiesen par a su “gran conquista”. Se consideraba por encima de las críticas de las masas; por t a n t o , su reputación sólo le i mp o r t a b a a él, nada más que a él. Sabía q u i é n era y lo q u e pretendía; su reputación resultaba menos importan te para su egolatría de c u an t o lo era para i n f l u i r en el desenlace de ba t a l l a s y negociaciones. Tanto es así, que A t i l a supo sacar ventaja de un apodo que, en ciertos círculos, podía haber sido considerado cualquier cosa menos lisonjero, y al obr ar así consi guió riquezas para sus arcas y tributos fabulosos de millares de gentes. A medida que transcurría la historia, un monje galo, inspirado bien por el horror que provocaba en él la ambición de Atila o por su pasión por el marti rio, creó un nuevo título para el caudillo huno. El monje en cuestión se dirigió a él saludándole no como “rey de los hunos” sino como “el azote de Dios”. Atila, percatándose del poder que el nuevo título podía proporcionarle tanto en el campo de batalla como en las negociaciones, se apresuró a adoptarlo a sabiendas de que el sobrenombre equivaldría a la influencia de un ejército de 100.000 hombres. Atila supo sacar provecho de su reputación como “el azote de Dios", porque contaba con el temor ins pirado por el. rumor para asegurarse el éxito de una táctica perfectamente planeada para obtener el di nero que necesitaba. En 446, a punto de lanzar su marcha so bre el Imperio, necesitaba fondos al objeto de adquirir provisiones y los pertrechos impres cindibles para la expansión de su ejército. Por consi guiente invadió Tesalia; su propósito era exigir rescate a Teodosio II. Después de haber elegido a los guerreros más crueles y de aspecto más feroz que había en su ejérci to, Ati la les ordenó vestir prendas de cuero y de pieles de pelo largo, comer sólo carne cruda e infli gir a sus prisioneros las torturas más horribles. Toda esta ferocidad planeada estaba destinada a perpe t u a r una leyenda. Resuelto a combatir a los hunos, a quienes creía, equivocadamente, haber conquistado cinco años a n tes, cuando la horda se d e t u vo en las inmediaciones 38 de la capital y estuvo a pu n to de arrasar el Imperio, Teodosio, con la au dac ia y la decisión de un ser d é b i l que ve con desagrado la i n t e r r u p c i ó n de su v i d a placentera, el emperador de Bizancio permitió la destrucción total de más de setenta pueblos antes de que se le ocurriera pactar u n a tregua en Termópilas. Debido a la primera resistencia de Teodosio y a la docilidad con que éste e staba dispuesto después a dejar que fuera sojuzgado el I mp e r io romano de Oriente, Atila elevó el precio de la paz. Los prisione ros romanos serían libe rados a cambio de doce p i e zas de oro, en lugar de las ocho aco st umbrada s. A t i l a podía haber pedido muchos más. A pesar de ello, sabía que en t a l caso los rornanos a c r i b i l l a rían a sus súbditos con nuevos impuestos para resarcirse de la pérdida. El rey de los hunos no p r e ten d í a agobiar a campesinos, comerciantes, artesanos, ple beyos o súbditos del Imperio; lo único q u e se propo nía era conquistar a sus líderes corrompidos. Atila habla: “Dar y recibir muestras de deferencia” Es de ley rendir el adecuado tr ib ut o de cortesía y respeto a vuestros superiores. Y también es aconse jable que seáis deferentes con vuestros iguales y s ubordinados. Si un jefe tribal no inspira respeto a sus hunos ni a sus adversarios, esto significa que es un hombre dé bi l , indigno de su cargo. El respeto puede nacer del temor, real o imagi nari o, como en el caso de mi notoriedad como “el azote de Dios”. No obstante, cuando la deferencia nace del temor se traduce en desgano y resistencia pasiva a la autoridad y a los objetivos de nuestras tri bus o de nuestra nación. Por añadidura conduce a la subversión, al sabotaje y a crear una moral baja entre aquellos a quienes tratáis de dirigir. La auténtica deferencia, el respeto verdadero, se traducen en una lealtad inquebrantable, en una tri bu animosa y con deseos de seguir a su jefe a la boca del infierno, si fuera preciso, para defender la causa de la nación. El cargo de jefe tribal es aceptado por todos co mo un puesto que entraña mayores privilegios a causa del aumento de las responsabilidades. ¿Quién de vosotros aspiraría a tal cargo si el desempeño del mismo no os aportase mayores méritos o privilegios que los que concurren en un huno corriente? Nuestro sistema de defensa establece la concesión de ventajas en recompensa por el esfuerzo, la empre sa y el cumplimiento de los objetivos propuestos. El pueblo huno respetará los privilegios acordados a los distintos cargos de responsabilidad, sólo mientras la d e f e r e n c i a exigida esté d e n t r o de lo r a zo n a bl e y no plantee n i n g ú n perjuicio p ar a ellos. Los hunos están dispuestos a otorgar t al deferencia a quienes sean lo bastante arrojados para ir en cabeza y 39 dirigirlos, porque consideran qu e este respeto es un precio a pagar muy insignificante a cambio de q u e otros t o men a su cargo las responsabilidades de la j e f a t u r a . Debo advertiros, sin embargo , que existen sutiles aspectos en los modos de d a r y r eci bi r muest r as de deferencia, los cuales establecen una diferencia deci siva entre quien dirige por notoriedad y el que lo ha ce con nobl eza. Éste es mi consejo: Aceptad siempre con seriedad la responsabilidad y el privilegio de vuestro cargo. No ejerzáis nunca vuestra autoridad en detrimento de vuestros subor dinados. Nu n c a debéis exigir más privilegios por vuestro cargo que los que vuestros subordinados estén dispuestos a conceder. ¡Vosotros sois vuestra reputación! Si la gente hab l a mal de vosotros, si de forma equivocada os a t r i b u yen fechorías sin que con ello persigan ningún fin concreto, acabad con esos adversarios, o, si lo preferís, o b r a d de manera q ue se vean i mpulsados a r ect if i car su opinión. No es fácil ser el azot e de Dios, pero t i ene sus ventajas para t r a t a r con el enemigo. Entre los míos, empero, no busco tal reputación, porque si en realidad me viesen t a n mal vado, no serviría ya para ser su rey. El rey debe hacer uso de su f u r i a y de su poder pa ra obt ener t r i b u t o del enemigo; como jefe t r i b a l , sin embargo, no tiene tal privilegio. Aunque, como rey, tenga q u e confiar en mis jefes tribales pa ra que u tili ce n con sabiduría su poder con el f i n de i n f l u i r en los actos de sus hunos, yo, Atila, desti t u i r é en el acto a c ua l q u i e r jefe de t r i b u que pre tenda ejercer s i mi l a r inf luencia sobre mí. Un j ef e t r i b a l n u n c a debe preocuparse por los p r i vilegios. Han de prevalecer siempre las responsabi lidades de su cargo. El jefe trib al llega a ser objeto de deferencia cuando no aspira a ésta sólo por cuestión de privilegio. La defe rencia que corresponde a todo cargo de li derazgo está confirmada por la costumbre, aun que las circunstancias puedan cambiarla. Lo que se co n s idera un privilegio en la corte o en palacio, r a r a vez t i e n e d e m a s i a d a i mp o r t a n c i a en el campo de b a t a l l a o en territorio extranjero. No perdáis de v i s t a dónde os encontráis y con quién estáis cuando ejerzáis los privilegios inherentes a vuestra posición de mando. Todo ascenso exigirá una adaptación por vuestra parte, así como por parte de quienes os recuerdan en vuestras funciones anteriores. Tened paciencia con vosotros mismos y con los demás. La dignidad de la persona supone un notable atributo en esta situación. Tratad siempre con la adecuada cortesía a los líderes que estén a vuestras 40 quien le exigió el pago de tribu tos.órdenes. Cuando Teodosio se creía superior a mí. No obstante. influencia y potencial. jefes tribales. 41 . el deber de hacer que a todo aquel que ocupe un puesto de mando se le rinda la deferencia adecuada a las responsabilida des de su cargo. y también por nuestros adversarios. Aprovecho esta ocasión para deciros que com parto con vosotros. Si no los res petáis. no debemos i n f r a v a l o rar el poder del Imperi o p a r a i nfl ui r en el rumbo de la nación huna. tampoco lo har án sus subordinados. Atila. fui yo. nos incumbe asimismo que esta deferencia sea aceptada por todos los hunos a quienes servimos. para no caer en l a trampa de nuestra propia i mpor tancia. los ro manos. Si no sabéis justipreciar sus capacidades. La deferencia para con vuestros adversarios es esencial. estarán en situación de aventajaros. 42 . De acuerdo con la leyenda. Claro está que no era sólo un h u n o . Era un tocado s i mi l a r al de sus guerreros. durante la discusión que se ma nt en í a acerca de quién sería el sucesor de Bleda en calidad de rey. El brillo de la espada y la for ma en que ésta había sido forjada superaban con mucho a cualquier otra arma fabr icada por un mor t a l . At i l a . Su espada ya era otra cosa. Era un corcel t a n fogoso. Hasta su corona real consistía en u n simple casco de cuero. apareció una llameante espa da . de nombre Vi l l a m ("Luz"). a ser seguido y respetado por la dignidad de su cargo. En consecuencia. La leyenda pretende que éste blandió tan extraordinaria espada en todas las ba ta l l as en las que participó a partir de a q ue l momento.7 Indumentaria y armamento para la batalla: "Los jefes tribales no tendrán un aspecto distinto al de sus hunos” La presencia de At i l a siempre se destacaba allí donde cabal gaba o acampaba. Vi l l a m servía a Atila con bravura y desplegaba una c i e r t a magnificencia que impresionaba a los hunos. prefería vestir ropas confecciona das con pieles de animales. q u e desdeñaba los lujosos atavíos de los patricios romanos. la espa da “saltó” a su palma. M o n t a b a un caball o negro. a la cabeza de sus hordas. Sin embargo. sino el más destacado de todos ellos. En la bat a ll a. clavada con fuerza en medio de u n a pradera. tenía que tratarse de un presa gio. la l anza y el lazo. cosa que le hacía acree dor de los correspondientes privilegios. según la costumbre de su pueblo. La espada de Dios había sido enviada para con f i r m a r a At i l a como rey de los hunos. Villam era más fuerte y ve loz que la montu r a de cualquier otro huno. adorn ado con una sola p l u m a . Cuando At i l a extendía la mano para asirla. Esto era una necesidad. i n t r ép i d o y de fina est ampa. que se decía de él que donde pi saba no volvía a crecer la hierba. es decir el arco. Villam y la espada de Dios bastaban para identificarle como alguien destinado a dirigir. La aparienci a de At i l a no difería gr an cosa de la de sus hunos. Atila usaba las armas habituales de los hunos. porque Atila tenía que ser el primero en en t r ar en combate. con el fin de proyectar valor y propósitos de victoria.aquellos a quienes sirve y aquellos otros a los que desea impresionar. me han servido p a r a a p r e nde r cuán esencial es que un jefe t r i b a l o un rey ofrezcan el aspecto que esperan . según la costumbre aceptada. e n a r d e c e n a sus enemigos p a r a q u e se l a n c e n a destruir ese alarde de injustificable superioridad. Es apropiado vestir como gente pacífica. Los hunos y los jefes tribales deben vestir pieles de animales feroces. Es necesario revestir la apariencia de salvajes. sin embargo. pero sin adornos de oro y plata. encendida para vuestra enseñanza y comprensión. porque si lo hiciera es muy posible q u e le despreciasen por ello. Su espada. Un jefe de t ri bu debe elegir una espada bien forja da. mientras c h a r la mo s en torno de esta hoguera. Es costumbre de todos los seguidores esperar q u e sus líderes destaquen. pero siempre que ni su precio ni su estilo supongan u n a ofensa para los demás. sino que tenga la hoja bien afi l a d a y h a y a sido r eal i zada con el mejor ma t e r i a l q ue exista en la Tierra. nunca se vestirá ni a r m a r á a costa de sus hunos. Un a espada es el distintivo de un j e f e de t r i b u .Atila habla: Los jefes tribales no tendrán un aspecto distinto al de sus hunos La vi da en la corte romana y mi conocimiento del carácter austero de los hunos. en determinadas ocasiones. dedicada a una vida de 43 . y saber hacerlo bi en. por el uso de armas que los d ist i n ga n de los demás. de aut ént i cos bárbaros. Sus ropas y sus armas pueden ser un poco distintos. Esta apariencia sirve para destruir la moral del enemigo. Ellos mismos. que t a l d i s t i n c i ó n no res ulte of e n si va para los guerreros y no proporcione la l l a m a p a r a inflamar el espíritu d e st ru c t i vo de la oposición en negociaciones o en el campo de b a t a l l a . lo mi smo que él. os hago partícipes de mis observaciones referentes a la apariencia de los jefes tribales. ya sea en la corte o en el campo de b a t a l l a . Un jefe de tribu puede vestir de pieles y cuero de factura refinada. Es p r u d e n t e .y están dis puestos a aceptar . Por t a n t o . por su a p a r i e n c i a . una espada en la que no r el uzcan el oro y las piedras preciosas. deben sobresalir en la batalla. La apa r i en ci a ostentosa provoca el odio y da origen a la envidia y el escarnio de las gentes. Tampoco i n t e n t a r á demostrar una superioridad innoble sobre aquéllos a los que dirige. ofrecer un aspecto c u a n t o más temible mejor. Los líderes romanos se e n g a l a n a n de forma pom posa e impr opia de su condición física. Un jefe de t r i b u . repulsiva a los ojos de sus aliados. Para asistir a u n a ceremonia de celebración. cuando estéis en vuestro campamento o si entabláis negociaciones con extranjeros. abandonad entonces vuestra indu mentaria bárbara y vestid pieles y túnicas ade cuadas a la ocasión. es costumbre que el jef e t r i b a l vista sus mejores pieles y los cueros mejor curtidos . además de restar brillantez a la celebración puesto q u e la a t e n c i ó n de la g en te se d e s v i a r í a p o r otros derroteros. r e c i b i r á el t r a t o q u e como t a l le co rr es ponde. 44 . Aquél que a c t ú e como un bufón de c o r t e . Cuando salgáis de cacería. hago h i n c a pié en que un a innoble actitud de superioridad sólo provocaría desprecio entre los asistentes. Tomad vuestro mejor arco y vuestra mejor lanza. preparaos como es de bido para cazar. De nuevo. Un j e f e de t r i b u q u e h a y a d e mo s t r a d o su l i m p i a e j e c u t o r i a . debe ser objeto de un t r a t o en conson a n c i a t a n t o por p a r t e de los hunos como por p a r te de los adversarios .pastoreo. la i n d u m e n t a r i a y el armamento son i m p o r t a n tes p a r a un j ef e t r i b a l y j u e g a n su p a p e l t a n t o en el é x i t o como en el fracaso. Estas observaciones me h a n sido de u t i l i d a d como rey vuestro. Usad las ropas que os hagan sentiros cómodos mientras perseguís a las bestias salvajes en el bosque. Por insignificantes que puedan parecer. Su relación con el rey Rodas desembocó en una profunda amistad. apren dió también a conocer su personalidad colectiva. Por tanto. Enviado a una corte extranjera en calidad de rehén niño. Combinaba la inteligen cia de hunos y romanos. y a lo largo de su existencia se vio sometido a grandes retos personales y profesionales. lo convencería par a que uniese sus ejércitos y se aliase con J u a n el Usurpador. Hombre de firmes principios.8 Aecio: Escoged a vuestros enemigos con prudencia El padre de Aecio. a cuyo cuchillo escapó casi por milagro. Nacido en el entonces territo rio germano de Panonia. Aecio contrajo mat r i moni o con la hija del patricio Carpilio. A su regreso a Roma. Este aprendizaje resultaría de gran provecho para él y p a r a el Imperio en futuros tratos con los hunos. un guerrero formidable total. En la corte de Rodas. Aecio era hijo de un guerrero famoso y de una dama romana de alta alcurnia. un capitán de gran prestigio. A Aecio le traí an sin cuidado los intereses de una dinastía determinada. Aecio fue recibido con honores por la corte huna del rey Rodas. sobre todo con A t i l a . Sin dejar n u n c a de permanecer en los mejores términos con Rodas. Pasado el tiempo. más de 45 . Aecio fue instruido en las costumbres y en las tradiciones de los hunos. en un intercambio con Atila. además de conocer a fondo la fuerza y las debilidades de ambas naciones. perteneciente a la realeza. Aecio era de constitución vigorosa. conocido como Señor del Caballo y Conde de África. Aecio se convirtió en vasallo del emperador y mayor domo del Palacio de Roma. En más de una ocasión fue blanco de asesinos a sueldo. experto en el arte de la guerra. un vándalo que había llegado a convertir se en Señor de los Soldados y a quien Aecio consideraba út il para reconciliar a Roma y Constantinopla. fue asesinado por sus propios soldados en el curso de una revuelta en Galia. La corrupción del Imperio le afectaba hasta el punto de hacerle pensar. Aecio supo de las dificultades de la vida. se había casado con hija de una rica familia romana. para él un emperador signifi c ab a mucho menos que una causa. Aunque permaneció fiel h a s t a el f i n de sus días. Rara vez es un romano nuestro auténtico enemigo. yo. El precio de haber desoído los consejos de Aecio. A t i l a . fue la d e r r o t a del I m perio en numerosas b a t a l l a s . finalmente. el emperador al q u e con t a n t a l e a l t a d h a b í a servido. Allí conjugó su dominio del a r t e de la guerra con sus conocimientos del orden de b a t a l l a y las t á c t i c a s de los hunos p a r a i n f l i g i r la primera y única derrota padecida por el ejército de A t i l a . entre nuestras tribus. su firme sentido del deber y la palabra empeñada sirvieron p a r a dominar su zozobra. necesito aconsejaros acerca de cómo tenéis q u e elegir a vuestros enemigos. entonces tendréis más t r a n qu i l i d ad en vuestros campamentos y será mayor vuestra energía cuando os enfrentéis a los romanos y al formidable Aecio. el único que sería capaz de derrotar nos en el campo de bat al l a o en el terreno de la diplomacia. a quien he elegido como ene migo. Pocas veces un enemigo del exterior tendrá la talla y la capaci dad de Aecio. Sus c o n sejos no fueron escuchados cuando A t i l a i ni ci ó su campaña final contra Italia. jefes de t r i b u y guerreros hunos. Así pues. A pesar de ello. en aba n donar a los romanos y rendir vasallaje a los hunos. era reacio a c o n d u c i r el ejército romano contra A t i l a . y del ú n i c o hombre del I mp e r i o a quien A tila tenía en a l t a estima. a quien en sn fuero i n t e r n o apoyaba. más t a r d e es taría al frente de las fuerzas romanas en los Campos Cataláunicos. tanto que la mayoría de vosotros no percibís cuando os creáis enemigos. Su ignomin ios a muerte supuso la pérdida de un gran g e n e r a l . Atila habla: “Escoged a vu estros enemigos con p r u d e n c i a ” Ah o r a. un hombre en busca de un gran des tino. permaneció s iempre leal al I m p e r i o . si permitís que vuestra vanidad se doblegue y sabéis apreciar la competencia ajena. ya a nc ia no . Aunque seamos bastante cautos a nuestro estilo. somos considerablemente ingenuos por lo que se re fiere a las cosas que son causa de conflicto.una vez. vaciláis antes de influir de forma ina decuada en el ánimo de otros. porque por algo somos hunos. La mayoría de nuestros conflictos se producen en el seno de la nación huna. Fue Aecio q u i e n . nuestros jefes tribales o nuestras gentes. si dejáis que vuestros sentimientos de insuficiencia e incapacidad predominen en situaciones en las que debe prevalecer la razón. Aecio murió asesinado por orden de Valentin i a n o . 46 . y si. Con el tiempo. la corrupción de los líderes r o m a nos pudo más que el buen sentido de Aecio. Si desecháis vuestra tendencia a no ceder ante otros cuando la ocasión así lo exija. Aecio. considerándolo un digno adversario. retroceded y regresad el día en que podáis conquistarlo. Según mis observaciones y experiencias. Estos escollos son peligrosos p a r a v u e s t r a eficacia como jefes de t r i b u y como g u er r eros . sintiéndose menospreciado. No desperdiciéis vuestras energías en t r at a r de ne gociar con enemigos implacables que se nieguen a cooperar. en particul ar. No confiéis u n a misión a otro. que algún No subestiméis el poder de un enemigo. No intentéis cambiar la conducta de quienquiera que sea. puesto que nuestros enemigos hemos de escogerlos nosotros. 47 . conquistadlos por medios más eficaces. par a luego mane jarla a vuestro antojo. No dejéis de utilizar cualquier debilidad del ene migo en vuestra propia ventaja. a menos de que sepáis lo que hacéis. que piense que sois débiles. No os dejéis llevar por la cólera sin un motivo jus tificado. con los romanos. a menos de que sea preciso hacerlo por la disciplina de la t r i bu o por los propósitos que ésta persigue. porque es algo que no se da ni s i quiera cuando se es rey. No os creéis enemigos que no sean dignos de vues tros esfuerzos por ponerlos en una situación de to tal ineficacia. crearse ene migos sin pretenderlo encierra considerables riesgos. Hacedle creer que sois amigos suyos. Podéis tener confrontaciones c onst ruct i vas. con otros. tenemos que obrar con astucia. No esperéis que todo el mundo esté de acuerdo con vosotros. día podría alzarse contra vosotros. Por eso q u i e r o haceros partícipes de mis secretos. Dejadle que actúe prema turamente. No p e r m i t á i s q u e el ene migo elegido os a v e n t a j e en n i n g u n a ocasión. No mi réi s como enemigos a todos los que se os opongan. Por el contrario. porque vuestro subordina do. escuchad con aten ción y aprended. dentro y fuera de vuestra tribu. No insultéis a nadie. Y no le contéis nada nunca. ya sea grande o pequeño. cuando resulte evidente que un enemigo es dema siado formidable. amistosas. No desperdiciéis la oportunidad de engañar al enemigo. os cobraría i n quina.Al t r at a r con otros hunos y. 48 . porque desea vencer a toda costa. Atila. sufrí en la batalla de Châlons. a quien ha yamos convertido imprudentemente en enemigo acti vo.Todos los hunos deberían darse cuenta de que. Un romano de poder extraordinario. provocan sentimientos de envidia y de odio que no conducen a nada bueno. Un jefe tribal no puede ser obedecido largo tiem po por hunos que lo desprecien. puesto que sus actos pueden inducir a sus propios amigos a convertirse en enemi gos. como la que yo mismo. cuando practican un antagonismo desenfrenado. y nuestra nación sufriría una an gustiosa derrota. puede alzarse con la victoria en el terreno de la diplomacia y en el campo de batalla. Atila los destituiría de forma fulminante. At i l a aprovechaba su habilidad para las relaciones diplomáticas. preparaba el terreno para que la siembra diera su fruto. seguían una estrategia en sus vagabundeos. a continuación. su encanto. con su fuerza magnética.9 Cómo desempeñar el mando: “Responsabilidades de un jefe de tribu” En las hordas hunas nació un nuevo espíritu de unidad durante el reinado de Atila. Los jefes de tribu ya no podían optar por j ur a r lealtad a otr a nación que no fuera la de los hunos. causaba una impresión tal a sus guerreros y jefes tribales que era venerado por éstos. Los hunos ya no serían tribus nómadas que erra ban por los campos en busca de un beneficio pasaje ro. obligándolas a alejarse del vasto continente. dirigidos por Atila. hasta el punt o de que algunos le consideraban un dios. Siempre que era posible. c a be suponer que la G r a n M ur a l l a china fue constr uid a para in t er c e p t ar el paso a las hordas mongolas t a l vez incluso a las de Atila -. At i l a . aprendi da en la corte romana cuando todavía era un muchacho. tal vez. in tentase nuevas negociaciones con el fin de ejercer su control sobre pueblos y naciones. a cambio de otorgar re compensas más nobles a quienes demostrasen su leal t ad a los nuevos objetivos nacionales. en apariencia simples. porque éste había sabido aplicar unos sabios principios. aquellos jefes tribales que no deseaban ofenderle y arrostrar su cólera. 1 49 . Esto no era óbice para que Atila. En el caso de que lo prefiriesen. Su poder adquirió una fuerza tan tremenda du rante su reinado que. si no lograba sus objetivos por medios pacíficos. influencia y. y. todo lo cual le permitió unificar a los hunos. desenca denase la furi a de sus hordas. Atila dejó de lado la concesión de elevados honores por logros individuales. se mostra ban siempre de acuerdo con él sin el menor asomo de resistencia. los bárbaros tan te midos por el Imperio e incluso por naciones lejanas 1 . Tenían un nuevo norte: dominar el mundo. De este modo. p ara unir a las tribus en una nación poderosa. Según u n a interpretación a pr oxi ma d a de la historia y de la leyenda. Ahora. Es bien cierto que no podemos influir sobre el tiempo. y 50 . tenemos fuertes t r a d i ciones que han creado entre nosotros un vínculo m ístico. Así pues. Aunque somos u n a naci ón joven desde que nuestras t r i b us se unificaron. La corrupción del Imperio es. del mismo modo que cambian las estaciones del año.y nunca dio muestras de irreflexión o imprudencia. t r i b u s y bandas más reducidas.es decir. Era un esquema calculado de u n a sucesión de a c o n t e c i mi e n t o s lo c u a l desembocaría en un breve pero t o t a l liderazgo de A t i l a sobre u n a nación de bá rb ar os c u yas hordas. los cuales sirvan aún mejor a las metas de nuestro destino colec tivo. en gran part e. Atila desplegaba paciencia .Para cumplir sus obligaciones de rey. pero nuestros líderes.tienen que aprender cuáles son las responsabilidades de su cargo. b u s c a n d o a n t e t o d o el b i e n e s t a r de su pueblo. se le va nt an y caen a t e n o r de la e ne rg ía de sus líderes y de la habilidad con q u e éstos desempeñen las responsabilidades de su cargo. considero in cumben a todo aquel que desempeñe un cargo rele vante. at er r o r i za ro n el mundo. vosotros. o s aconsejaré al respecto. Se a f a n a n por conseguir cargos de i m p o r t a n c i a valiéndose de intrigas políticas. jefes de t r i bu y notables guerreros que esta noche os encontráis agrupados a q u í . Como muchos de vosotros nada sabéis acerca de esas responsabilidades que yo. Esta atmósfe ra puede tener períodos de cambio. Ha n perdido su sentido de propósito nacional y emplean ejércitos extranje ros pa r a llevar a cabo las responsabilidades que i n cumben a las legiones r oma na s. recompensados.no quería precipitarse . au nq ue vacía. naciones. sí pueden y deben influir y controlar el espíritu de nuestras tribus. sin que les preocupe a l c a n z a r logros que val gan la pena y si r van p a r a fom e n t a r la u n i d a d . d u r a n t e algún tiempo. el resultado de la existencia placentera. Nuestros líderes . que sus líderes desean llevar. su plan había sido trazado a lo largo de los años. Debemos usar esta frágil alianza como una base par a lazos más fuertes y duraderos. son responsables de crear la atmós fera en la que ejercen sus funciones. su ma n d a t o se apoya en débiles cimientos y en lealtades superficiales. Los jefes tribales y los líderes que ocupen puestos subordinados. Las tradiciones de su cargo obligan a nuestros líderes a establecer seguir el orden según el cual sus hunos serán juzgados. Atila habla: “R esp ons abilidades de un j e f e de t r i b u ” En el t r a n s c u r s o de los años he observado q ue . Atila. Los líderes deben confiar en el constante perfec cionamiento subordinados. con sus propios actos. Sin semejante orden. De otra forma.castiga dos y confinados. Por tanto. y no mostrar tolerancia hacia los despreocupados o chapuceros. en la medida en que estos esfuerzos estén en conso nancia con las metas de la tribu o de la nación. yo. la liber tad de acción e innovación entre sus subordinados. At i l a . Los líderes establecen. Los líderes deben establecer un elevado espíritu de los subordinados. Los jefes t r i b a l e s no deben h a c e r mal uso del p o der. Los jefes tribales y los líderes subordinados deben aprender las responsabilidades de su cargo. basado en nuevos conocimientos y experiencias. de sus Los líderes deben impulsar la creatividad. por que si las desconocen no pueden cumplir sus obli gaciones. iguales y superiores. cuando las provisiones escaseen. la moral. Los líderes deben señalar el camino a sus hunos. mutua confianza entre Los líderes han de saber apreciar los altos niveles alcanzados en el cumplimiento del deber. 51 . acatado por todos los hunos. la inte gridad y el sentido de la justicia de sus jefes subordinados. espero más de ellos que de su gente. Los jefes tribales obtienen mayor reconocimiento y un botín más abundante que sus hunos. Los jefes tribales deben inspeccionar a sus hunos con fr ec ue nc ia . Los jefes tribales deben sacrificarse sin va c il a r por el b i e n de sus hunos. sin consentir que vayan de un lado para otro sin propósito fijo. Los jefes tribales. no con palabras. con el f i n de comprobar si lo que se ha he cho está en armonía con lo q u e se espera ba conseguir. No se puede decir una cosa y hacer otra. deben pensar en sus hunos antes q u e en sí mismos. es muy probable que los hunos hicieran algo inespe rado. Los jefes tribales deben enseñar claramente a sus hunos lo que se espera de ellos. Una acción semejante es ca u sa de f ri c c i ó n y conduce a la rebelión en la t r i b u o en la na c ió n . el pueblo viviría en el caos. pero deben refrenarla c u a n d o vaya en detrimento de las metas tribales o nacionales. Creo.Los jefes tribale s deben i m p u l s a r la s ana competencia entre sus gentes. que será mejor dejarlo para más a d e l a n t e . pero p o r des gracia no son t a n comunes en la p r á c t i c a . Los jefes triba le s nunca deben o l v i d a r su honor. sólo lo a l c a n z a r é i s si desempeñáis a conciencia los compromisos de v u e s t r o cargo y ejercéis como es d e b i d o l a s responsabilidades del liderazgo. Tal vez os parezcan q u e son d e l d o m i n i o p úb li co . y es p os i b l e q u e así sea. la convicción del cumplimien to de su deber tiene que prevalecer sobre cualquier otra ambición. ya que así os re su l t a rá menos difícil recordar las que acabo de explicaros. Podría conti nua r aconsejándoos sobre las respons a b i l i d a d e s de la j ef a tu ra. Debéis a b a n d o n a r esta r e u n i ó n . con un solo p e n s a m i e n t o . A h o r a . Los jefes tribales no deben e n t a b l a r n u n c a r e l a ciones egoístas. E n t e n d e d que el é x i t o es el r e s u l t a d o de h a v e r t r a b a j a d o con ahínco. porque de lo contrario estáis destinados a ser esclavos del Imperio. ap o ya r a vuestros iguales así como dirigir a vuestros subordinados. Cu an to os he comunicado esta noche son los secretos q u e c o n d u c e n al é x i t o en c u a l q u i e r cargo q u e i m p l i q u e liderazgo. celebrada j u n t o a la hoguera del c a m p a m e n t o . id con vuestros hunos y levantaos m a ñ a n a con u n a n u e v a determinación p a r a s e g u i r a v u e s t r o s l í d eres. N i n g u n a o t r a cosa debe pred o m i n a r sob r e c u a n t o acabo de exponeros. Los jefes tribales deben saber que el espíritu de la ley es más importante que su significado literal. con el propósito de aprovecharse de sus subordinados. iguales o superiores. 52 . El é x i t o no se logra a t r a v é s de complejas estrategias. s i n embargo. En los jefes tribales. moral y dignidad. es decir lo ú n i c o que sirve p a r a s u p e r a r todas las c i r c u n s t a n c i a s desagradables y los momentos de des aliento. formaban un ejército disciplinado. El terror que in sp i ra b an las hordas era consecuencia. Los hombres t e n í a n q u e comer la carne de los c a ballos que habían muerto de hambre. edificada en lo alto de una colina. Un a tarde. Aqui la estaba acostumbrada a las invasiones. al mando de un rey que había tenido la paciencia de emplear c u a r e n t a años de su vida par a u n i r a las tribus. La conquista de Aq u i l a. At i l a había cambiado muchos de sus hábitos tradicionales. La moral empezó a decaer. era un auténtico bastión de I ta l i a . empero. preparada p ar a marchar sobre Roma. Ya no eran las hordas del pasado. El ejército de Atila era muy numeroso. en el curso de los años se ha b ía hecho fuerte c o nt ra los germanos y diversas tribus asiáticas. Ahora. por fiero que éste p a reciese. rodeada de c a n a les. Los aquilanos no tenían ninguna experiencia previa acerca de los hunos. Escaseaba la comida par a hombres y animales. Anunció que el coste 53 . Los jefes tribales mostraban su desacuerdo con las tácticas de Ati l a. en gran parte. En el interior.10 El presagio de Aquila: "La decisión es esencial" Aquila constituía un espectáculo impresionante. Sus reservas de víveres y las diferentes mercancías qu e atestaban los almacenes. y la situación de los hunos se hacía cada vez más deses perada a medida que t r a n s c u r r í a el tiempo. del rela to de los ataques devastadores de los hunos contra otros territorios y ciudades. a ningún invasor. las raciones tuvieron que ser cada vez más reducidas. au n así. los hunos empezaban a i mp a cientarse del sitio que habían puesto a Aquila. con altas y espesas murallas. f r u t o del comercio y de u n a próspera agricultura. La hor da estaba i n q u i e t a . era esencial par a el plan proyectado por At i l a a f i n de aplastar el Imperio. eran suficientes para soportar largos asedios. estaba defendida por una g u a rn i ción bien entrenada. a su paso los campos parecían haber sido pasto de la plaga de la langosta. Ati la reunió a sus lugartenientes en consejo. Como se daba el caso de que poco antes habían logrado dos rápidas victorias sobre otras tantas ciudades fortificadas. reforzadas las puer tas de la ciudad. Sus h a bitantes no estaban dispuestos a entregar sus enor mes tesoros. Por t ant o. sino cómo hacerlo. aunque él estaba seguro de poder interpretarlo como un buen augurio. les enseñarnos a tomar la iniciativa. a poseer el valor moral y la fuerza que establecen la diferencia entre seguidores y líderes. Por t ant o. lo que a c a baba de suce der era obra de misteriosos poderes cuya compren sión escapaba a los humanos. mientras lanzaba una última ojeada a la ciudad que había creído poder derrotar. un buen presagio que cambiaría el curso de los acontecimientos. Atila habla: “La decisión es esencial” Nuestros capitanes maduros se h a n vuelto prudentes p o r q u e la experiencia les ha enseñado cuándo conviene act uar y cuándo es mejor abstenerse. No obstante. en vez de r et i rar se. se alejarían de allí la mañ a n a siguiente. Era un aviso del destino. Al día siguiente. atacarían. Todos los jefes tribales deben aprender que la victoria es para quien sabe no sólo lo que tiene que hacer. cuyos grandes tesoros se sumaron al botín que ya abar r o t aba los carros de At i l a y los suyos. Los hunos prendieron fuego a la ciudad. Al rayar el a l b a . debemos señalarles cuáles son las principa les características del líder que llega al punto decisi vo en el cual ha de elegir entre el cumplimiento esporádico y chapucero y la actuación decidida en to das aquellas cosas que le 54 . Aprenden las ventajas de la acción rápida en el campo de batalla. Como mentores suyos. además. Apren den a ser veloces en la demostración de estas habili dades. La ciudad. Equipados con catapult as y largas escaleras de mano. Los jóvenes hunos son diestros en el manejo del arco. la lanza y el lazo. an siosos por demostrar su destreza. At i l a a f i r mó que los ani mal es podían not ar las cosas antes que los hombres. a menudo acome ten empresas atropelladas que no sólo les acarrean pérdidas a ellos. pese a su experiencia en rechazar anteriores invasiones. en jinetes expertos. convirtiéndolos. Por el contrario. cayó. Fue una victoria relámpago. nuestros hunos jóvenes y ambiciosos. porque les hemos propor cionado el entrenamiento necesario. El destino se había cumplido merced a la pacien cia y la habilidad para captar el momento exacto en que actuar. At i l a observó cómo una cigüeña echaba a volar desde lo a l t o de las mur a l l a s en pos de su cría. los hunos tenían q u e comenzar los preparati vos para emprender la marcha. comunicó a su ejército que.del asedio se había hecho excesivo. sino también a su tribu y quizá a la nación. Una precipitación semejante es inaceptable en quienes han sido designados para mandar. las disciplinadas hordas h u n a s ejecutaron un at aque maestro. buscad a l g u n a o t r a opción. por regla general. La entrega generosa por pa r t e de todo aquel a quien le h a y a sido encomendada u n a misión. carente de u n a de las cualidades esenciales para el mando. Las circunstancias imperantes en un momento d a do no deben ser utilizadas como excusa para estar desprevenido a la hora de tomar las decisiones que competen a un jefe tribal. inevitablemente. Las mejo res decisiones suelen ser las alternativas lógicas más imprudentes. Los jefes tribales imp aci entes in cu rr en con f r e c u e n c i a en la acción p r e m a t u r a . En materia de tomar decisiones. Una de estas características es el poder de decisión. Tal vez sea la o p o r t u n i d a d el ele men to más c r í t i c o a la h o r a de t o m a r una 55 . prestad atención porque voy a aconsejaros acerca de cómo adquirir la habili dad de tomar decisiones. acarrearían consecuencias adversas. aunque sólo tuvieran que padecerlas un g r u p o reducid o de ellos. Rara vez se dan las decisiones perfectas. La compasión es u n a p a l a b r a clave cuando se t r a t a de t o m a r decisiones que. de q ue se t r a t a de u n a m a l a decisión.competen. jefes de tribus. El segundo p u n t o i m p o r t a n t e p a r a s aber cuándo t o m a r u n a decisión reside en t e n e r la perspicacia de darse c u e n t a de c u á n d o es mejor desistir de h a cerlo. el valor está guiado por la prudencia. Es digno de alabanza aquel jefe tr ibal que no toma una decisión cuando no vislumbre cuál podría ser el resultado. es característica para adoptar una decisión prudente. cualquiera que sea la i mpo r t a nc i a del mismo. Las decisiones responsables son difíciles de tomar. por temor a perder el control. C u a n d o las consecuencias de vues tra decisión p u d i e r a n ser d ema s i ad o desagradables de s o p o r t a r . Ahora. Un jefe tribal otorgará a sus subordinados el privi legio de adoptar decisiones adecuadas al nivel de la responsabilidad de cada cual. Cuando tengáis que mostraros en exceso persuasivos para que vuestra decisión sea a p o y a d a . Un jefe de t r i b u incapaz de aceptar por entero la responsabilidad de tomar decisiones o que eche a otros la culpa de las decisiones erróneas tomadas por él es un hombre débi l . La indecisión está a l i mentada por el fracaso de aquel que no sepa acep t a r las responsabilidades de su cargo. transitorias o duraderas para nuestros hunos. esto es i n d i c i o . Demuestra debili dad todo jefe t r i ba l que se reserva el derecho a t o mar decisiones por iniciativa propia. Los jefes tribal es deben guardarse de sacar concl u siones rápidas. ado pt ar án decisiones en provecho del bien común. vale la pena plantearse de nuevo el problema. Cuando un jefe t r i b a l no se decide. después de una adecuada deliberación. el recuerdo de las que ya habéis tomado 56 . los capitanes inteligen tes se i n c l i n a r á n por aquell a en la que los benefi cios superen los riesgos y los esfuerzos de la deci sión. Los jefes t ri bales sólo deben delegar en otros aquel l as decisiones que deseen sean t o mad a s por sus subordinados. A menudo los jefes tribales juiciosos extraen de l u gares oscuros los elementos críticos para adoptar la decisión correcta. aquellos jefes tribales que de forma inadecuada tomen decisiones que podrían correr a cargo de sus líderes s u bordinados. Un i n d i c i o seguro de la d e b i l i d a d de un jefe t r i b a l es la v a c i l a c i ó n a a c t u a r por miedo a lo que p u e d a o c u r r i r después. La r á p i d a d e t e r mi naci ón. La capaci dad de decisión debe q u e d a r de relieve cuando sea preciso arrostrar dificultades. de la tribu y de la nación. El escepticismo es válido en cu a n t o i mp i d e t o ma r decisiones pr ec i pi t a da s . Los jefes tribales llegan a comprender que la pru dencia de una determinada decisión puede cam biar con el tiempo. Los jefes tri bal es que posean nobleza de ca rácter. cuando haya tiempo y oportunidad p a r a mejorar la decisión básica. per judiquen a los hunos.decisión. es sin d u d a un valioso principio de la decisión. no obstante. Por otra parte. a menudo nos encontramos en situaciones aciagas en las que demasiados jefes t ri bales toman decisiones con muy poca inteligencia. Esforzaos. Toda decisión constituye una oportunidad para mejorar las condiciones de los hunos. en cambio. Por el contrario. La iniciativa para tomar decisiones no queda lo suficientemente demostrada por un jefe t r i bal c ua n d o éste sólo haya a c t u a d o en misiones de poca mon t a . y asimismo en las t a r e as que i mpl i quen al t o riesgo. Al escoger una alternativa. Los jefes tribales deben evitar decisiones que re dunden en su propio beneficio y. Con frecuencia la d u d a y el retraso son s i n t o má t i cos de los jefes t r i b al es designados p a r a desempeñ a r unas funciones superiores a su capacidad. La clave está en apr end er a e n c o nt r a r esos lugares oscuros y reconocer los e l e mentos críticos. por mejorar las fu t ur as decisiones. lo que los l l e vará a responsabilizarse de las consecuencias de sus decisiones. reducen el potencial existente para que los jefes tribales jóvenes apr endan y prosperen me d i a n t e el ejercicio de su cr i teri o. 57 . El uso i nt e l i gente de recursos. un jefe tribal no sabrá cómo arreglárselas en situaciones apuradas. las dotes de mando. sin esta confianza. la firmeza de propósito. la energía. Los jefes tribales tenéis que esforzaros al m á x i mo.os ayudará a conseguirlo. Se necesita menos valor para criticar las decisiones de los demás que para atenernos a las nuestras. En cambio. Conviene recordar que los capitanes. pero tampo co podemos adoptar decisiones precipitadas que redundarían en perjuicio nuestro. contribuye en gran medida al éxito. en conjunto. porque con frecuencia significa la victoria o la derrota. son características propias de todo jefe de t r i b u que llega a destacar. en general. Por últ imo. algunas veces las mejores decisiones son las que se toman al mar gen de los sentimientos provocados por los hechos relacionados con el problema. Confiar en sí mismo es un requisito fundamental cuando se presenta el momento de t oma r deci siones. o por medio de hechos. Saber por i ns ti nt o. cuándo es el momento justo para actuar. Para los jefes. la toma de decisiones supone una pesada car ga. son recompensados por las decisiones tomadas. son recompensados según la manera en que apoyen y cumplan las decisiones. los hunos. así como su compromiso con un destino digno de sus esfuerzos. Por paradójico que pueda parecer. ser rigurosos p a r a que se desarrolle en vosotros el sentido de la decisión. la clarividencia. No debemos dudar en actuar. lo más segu ro es que A ti la hubiera tenido que limitars e a dirigir tan sólo la tribu de su real f a m i l i a . A t i l a esperaba contar con la l e a l t a d de los jefes t r i b a l e s que no h a b í a n puesto n i n g ú n reparo a convertirse en aliados suyos. La nación huna había sido largo tiempo una población errante. habían transcurrido enviado como rehén. otras veces los ofrecía a cambio de obtener botín a corto plazo. Como rey. necesita un p a l a f r e n e r o . y. no obstante. De esta forma d i s p o n d r í a de un e x t r a o r d i n a r i o poder n u m é r i c o c u a n d o f u e r a d e s a f i a d o por jefes t r i b a l e s más poderosos. en ocasiones. Los jefes tribales y sus gentes habían Atila como miembro de la f a mi l i a tiempo en sus campamentos. Necesitaba la lealtad inquebrantable de jefes t r i b a les dignos de confianza en quienes poder delegar ciertas responsabilidades. y su en la corte de los romanos. En las pr ime ra s e t a p a s de sus esfuerzos por u n i f i c a r a las diversas t r i b u s . no le sería posible supervis ar todas las acciones de su nación. lo mismo que una ara ña permanece al acecho de su presa. Aun así. Sin duda alguna el riesgo de la delegación era muy alto. Atila empleó su tiempo en ganarse la lealtad de un buen número de partidarios entre los cuales elegirían a jefes tribales en quienes podrían delegar responsabilidades de la unificación nacional. donde f u er a Armándose de paciencia. t a m b i é n era necesario que A t i l a estuviera asistido por sus lugartenientes con el f i n de atender todas las responsabilidades que requerían su atención. a lomos de su brioso corcel. de no aceptarlo. 58 . incluso para gozar de efímeros momen tos de paz. desvaneciéndose su intensa ambición de unifica r las tribus en una poderosa nación. siempre cabía la posi bilidad de que le dejaran plantado y volviesen con sus antiguos jefes o se comprometiesen con líderes extranjeros. al poco r a t o . perdido parte de la antigua deferencia hacia real huna porque éste h abí a pasado poco que el último periodo de su infancia.11 Palafreneros: “El arte de la delegación” Lo mismo q u e el j i n e t e c u a n d o desmonta p a r a s a l t a r de n u e v o . debido a adolescen cia. Cada tr ibu tenía por costumbre vender sus servicios al mejor postor sin que le impor tara ninguna causa en particular. de las tribus que la componían y de los correspondientes jefes t r i b a l e s . lidades que exijan su Aquellas acciones que no requieran la interven ción directa de un jefe tribal podrán ser delega das en aquel a quien se considere más capacitado p a r a l l e v a r la t a r e a a feliz té r min o. Los jefes tribales jamás deben delegar responsabi directa atención. Los c a p i t a n e s inteligentes conceden a u t o r i d a d y responsabilidad a aquéllos en quienes h a n delegado el c u m p l i m i e n t o de c u a l q u i e r t ip o de misión. A t i l a . uno por uno.Atila habla: “El arte de la delegación” Nuestra nación no puede prevalecer como potencia m u n d i a l predominante si está dirigida por un solo hombre. a cada acto de delegación. porque de lo contrario seréis incapaces de cumplir con las respon sabilidades de vuestro cargo. la experienci a y los deberes i mp u e s t o s p o r el cargo q u e d es emp eñé is e s t a b l e c e n el o r d e n de la d e l e g a c i ó n . De no ser así. no debe i n t e r f e r i r n u n c a . Los jefes tr ib al es inteligentes siempre responsabilizan a sus subordinados de las misiones q u e h a n delegado en ellos. si no q u i e r e que sus subordinados lleguen a pensar q u e se t r a t a de una 59 . A t i l a . No me es pos ib le aco n s ejaros lo que conviene. incluso de los q u e h a n delegado en sus subordinados . el c u a l es fundamental p a r a vuestro éxito como jefes tribales. no puedo conseguir p a r a vosotros lo que vosotros no estéis dispuestos a conseg u i r p a r a vosotros mismos. Tengo que poder confiaros ciertas misiones importantes como jefes de las diversas t r i b u s que i n t e g r a n n u e s t r a nación. Los jefes t r i b a l e s honestos a c e p t a n la p l e n a resp o n s a b i l i d a d de todos sus compromisos. Has ta yo. A su vez. p u e d a e n c a u z a r y d ir ig ir todas las acciones. No obstante. Nos hemos reunido aquí con el propósito de aconsejaros acerca del p r i n c i p i o de la delegación. Debéis a c e p t a r de b u e n grado las responsabilidades que yo haya decidido delegar en vosotros. Debéis confiar a vuestros s ub or di na do s responsabilidades que consideréis adecuadas a su cargo. vuestras obligaciones son d e m a s i a d o grandes p a r a q u e las llevéis a cabo s in a y u d a . Cuando un c a p i t á n h a y a delegado responsabili dades. estaríamos destinados a vagar como p e q u e ñ a s t r i b u s nómadas. La nuestra es u n a nación de mas ia do gr an de y co mp l e j a p a r a q u e in cl u s o al g u ie n como yo. sí puedo asesoraros sobre el acto y el arte de la delegación. Aprended bien estos conceptos. El d is ce rn i mi en to . con objeto de poder cumpl i r sus compromisos y. si éste ha d a d o lo mejor de sí mismo para llevar a cabo la responsabilidad qu e le fue encomend ada. Un jefe t r i b a l n u n c a debe castigar a un s u b o r d i n a do q u e ha f a l l a d o .misión c u ya realización no les incumbe. En este momento no se me ocurre qué otros con sejos podría daros. De otro modo. porque en caso contrario el subordinado podría fracasar por no tener el temple necesario para cumplir su co metido. en realidad. Un jefe tribal competente delegará misiones i m portantes incluso en subordinados sin experiencia. Cuando un s u b o r d i n a d o solicite a y u d a de un jefe t r i b a l en relación a la t a r e a q u e éste le h a y a encomendado. ese jefe tribal valía muy poco o nada. si su jefe t r i b a l los dirige con precisión sobre como llevar a cabo las misiones que les h a n si do asignadas. En caso c o n t r a r i o . Un jefe t r i b a l se rodeará de s u b o r d i n a d o s e n t r e qu ie ne s se sienta a gus to para delegar en ellos el cumplimiento de determinadas misiones. Comprended que un jefe t r i ba l no puede desem peñar él solo todas las responsabilidades de su cargo. el jefe tribal se la prestará. demostrándoles t a n t o su l e a l t a d como la co nf ia nz a que en ellos ha d epo sitado. Los subordinados no deben desarrollar sus h a b i l i dades. cualquier líder se da ría cuenta de que. por consiguiente. facilitar que sus subordinados desarrollen sus capacidades. Una cosa así siempre desmoraliza e i n v i t a a los subordinados. Un jefe tribal inteligente sólo ampliará su i n f l u e n c i a y su habi li dad par a servir a la nación por medio del ar te de la delegación. porque no de seo abrumaros con pensamientos inquietantes. se verá obligado a cargar con sus o b l i gaciones y las de los demás. Tal vez sea mejor. 60 . Los jefes t r i b a l e s deben a n i m a r a sus s u b o r d i n a dos a e mp l e a r la imaginación para c u m p l i r las res ponsabilidades q u e han delegado en ellos. El b o t í n . cuando se v ac ia b a n los carros que hacían las veces de almacenes.Ati la consistía en frenar este deseo de botín a corto plazo . los hunos estaban espoleados por el afán de gloria y pillaje. el saqueo era el resultado normal en el que desembocaba una batalla ganada. el cual están acostumbrados a rec i b i r nuestros h u n o s como sala rio de guerra. El p ap el utilizar energías para que de. Sabía que los hunos a c t u a b a n guiados por un impulso irre fre nable. Con frecuencia. Los hunos se se nt ía n más atraídos por las sorpre sas del saqueo que por la posibilidad de sojuzgar a ot ra s gentes. Debemos continuar garantizando a nuestros guerreros sus derechos de pillaje 61 . no es sin o un b e n e f i c i o de corta durac ión.12 El botín: “Cómo recompensar a los hunos” Largo tiempo obligados a llevar una vida nóma da. las t r i b u s se convertían a menudo en me rc e n a r i a s de naciones e x t r a n j e ra s y sa lí an a g u e r r e a r co nt ra c u a l q u i e r a . A t i l a comprendía estas costumbres. El botín de gue rra constituía para muchas tribus su principal medio de subsistencia. sus sue ños de gloria y pillaje conquistados en una batalla victoriosa les hacía olvidar sus dioses y sus héroes lo que redundaba en evidente perjuicio de sus metas nacionales. sólo por disfruta r del botín de g u e r r a . Atila habla: “Cómo re co mpen sa r a los hunos” El b ot ín se ha convertido en una fuerza poderosa q u e ex ci ta a nuestros guerreros. t an to que. ellas mismas estaban sujetas a ser expulsadas de tierras conquistadas por naciones que también se sentían atraídas por las riquezas conse guidas al derrotar a otras. en c u a n t o t a l . Para los hunos. consecuencia lógica de sus hazañas como intrépidos guerreros.o sea la di sc ip li na en la di s t ri b u c ió n del mismo como recompensa por l as desplegadas por el bien de la n ac ió n h u n a . en la que su supervivencia dependía del botín obtenido allí donde les era posible para almacenarlo en sus carros. Su existencia nómada les obligaba a reponer existencias de forma periódica. llevándoles a poner sus ap ti t u de s a la disposición de c u a l q u i e r t r i b u que compre sus servicios.mientras él se las ingeniaba tomase cuerpo el f o r mi d ab l e potencial de su pueblo. La g uerra era su norma de su p e rv i v e n ci a . excepción hecha de otras tri bu s hunos. pues. yo. No subestiméis nunca la habilidad del Imperio o de otros adversarios para granjearse el apoyo y la lealtad de aquellos hunos en quienes no hayáis pa rado 62 . al mismo tiempo. por Enseñad a vuestros hunos que el botín de guerra no significa otra cosa que el pago de sus servicios. viendo coronada por el éxito la misión que les fue encomendada. Conformaos con a l a b a r a los qu e sólo son buenos hunos. Controlar el deseo indisciplinado de botín entre nuestras hordas es necesario para que nuestra civili zación triunfe sobre las costumbres bárbaras. De otro modo. p o r q u e entonces no actuaría sin vuestra presencia o sin la certeza ser recompensado. Nunca déis a un huno una recompensa que no quisiérais para vosotros. La seguridad es el bien supremo para quienes no arriesgan nada. esperará recompensa por realizar proezas que no cuentan con vuestra aprobación. P reocupaos más por recompensar a vuestros h u n o s q u e a v o s o t r o s mismos. si fuera necesario. para que comprendan la gran estima en que merecen ser tenidos aquéllos que se la proporcionan. recompen sarles por actos no relacionados con el campo de ba talla y que merezcan nuestra aprobación. Con t a l propósito. La abundancia de botín. No cabe duda de que estarían dispuestos a seguiros al mis mís i mo i n f i e r n o .y. Reservad montones de botín para quienes hayan sabido sortear peligros con gallardía y de nuedo. No recompenséis nunca a un h u n o por todos l os actos que lleva a cabo correctamente. todavía peor. Su ansia de gratificación suele correr pare ja con su n i v e l de a m b i c i ó n . Dadles. d u d a rá de vuestra sinceridad al recompensar los actos que lo merezcan y. os oriento acerca de cómo recompensar a vuestros hunos. No recompenséis nunca a un huno por hacer menos de lo que se espera de él. El contacto con vuestros hunos y vuestra sincera preocupación ellos elevará su moral y acre centará por tanto su valor. Garantizad a vuestros hunos el beneficio de vuestro interés por el b i en es ta r de sus f a m i l i a s y la situación de sus provisiones. los ascensos y el reconoci miento están reservados para aquellos arrojados guerreros que se crecen en el cumplimiento de su deber hasta sobrepasar los límites normales.no es gr an botín -. Otorgad pequeñas recompensas por tareas de poca monta. At i l a . compartid vuestras riquezas con quienes os sean leales y pasen necesid a d . seguridad . en vuestra calidad de jefes tribales. según un d i s c i p l i n a r i o sistema de recompensas q u e re forzará la l e a l t a d de vuestros hunos. porque os serán devueltas multiplicadas en lealtad y servicio. Sed generosos en dar pequeñas muestras de apre cio. Vosotros. debéis desarrollar vuestro propio criterio. No pu edo aconsejaros a h o r a acerca de c u á l es la recompensa ap ro pi ad a p a r a cada ocasión. 63 .atención ni recompensado como merecían. basado en estos principios. Todavía niño 64 . Aecio. Valentiniano rogó al anciano papa que. caído en desgracia. había hecho mella en el ánimo de las hordas hunas en el año 452. aunque inesperadamente victoriosa para el ejército de Atila. El ejército de Atila estaba formado en Mantua. el intenso calor reinante. Lo mas probable era que Roma no tardase en ser pasto de las llamas. No obstante. fuera respetada. En la corte romana. las enfermermedades y la apatía general. Buscar la paz parecía ser la única esperanza p ar a la s u pe rv iv en ci a de Roma. se sentía vacilar ante la inmi nente batalla. Valen tiniano llegó a la conclusión de que las legiones rom anas eran incapaces de triunfar si entraban en ba talla con el ejército de Atila. había sufrido en Roma. Valentiniano ignoraba el consejo de Aecio. Después de haber co nsultado con sus generales y senadores. su cólera estaba espolea da por las humillaciones que. Era un hombre de Dios. Sabía que el ejército de Atila podía ser derrotado como ya había ocurrido en Châlons. culto y elo cuente. Atila. Semejante táctica dejó sin habla a Aecio. ponía a prueba la resistencia de los hunos. no fue consultado. cuya opinión había solicitado el emperador Valentiniano en tiempos difíciles. Había llegado el momento de tomar una decisión urgente. Pero ¿a quién podría enviar Valentiniano para que negociase con el poderoso Atila? ¿Quién podría despertar en At i l a el suficiente respeto para que la petición de paz fuese tomada en consideración? El mundo cristiano sentía gran reverencia por el papa León I. Temía que los romanos le infligieran otra derrota. la última plaza fuerte del Imperio.13 Atila y el Papa: “El arte de la negociación” La combinación de una serie de circunstancias adversas tales como la escasez de víveres. La campaña italiana. en su juventud. el agua con ta minad a. acompa ñado de un fastuoso cortejo. si el Imperio se empeña ba en ello. y el plan de Valentiniano fue puesto en acción. acudiese al campamen to de Atila para solicitar la paz y rogar que Roma. por su parte. recientemente reorga nizado. sin embargo. sus almacenes saqueados y sus tesoros arrebatados por las hordas. Comenzó la ma r c ha ha c i a un cho que d e f i ni t i vo con las legiones de Roma. A la cabeza. Fue At i l a quien cruzó la corriente para acercarse a t an insólito emisario de la corte romana. primero r ea nudar on la marcha en dirección norte. vestido de blanco. el caso es que el destino hizo que Roma fuera respetada. una ciudad a la que Atila odiaba. “León”. At i l a i n q ui r i ó el nombre del personaje de aspecto venerable. Conceder lo que entonces se me pedía suponía. ya disciplinadas. los arcos triunfales y las iglesias de Roma. Cualesquiera que sean las razones alegadas por la historia o la leyenda. fueron un misterio para ellos. nuestra ventaja. fue la respuesta. Un explorador regresó al campamento de At i l a y comunicó el avance del ejército romano. avanzaba un anciano de bar ba blanca. informó a Ati l a de que no se t ra t aba de las legiones imperiales. empero.se había jurado que algún día destruiría el palacio. Mi entr as sus guerreros permanecían a orillas de un río. Las hordas. Desconcertado. Atila habla: “El arte de la negociación” Las técnicas de la negociación no son fáciles de enseñar. At il a ordenó hacer alto a sus tropas. las cuales sólo pueden ser dominadas a través de la sabiduría proporcionada por la experiencia. ansiosos de entrar a saco en Roma. tanto los jefes tribales como los hunos en general han de aprender las habilidades útiles para la negociación. Vuestra ignorancia en las técnicas de la nego ciación os impide entender mi 65 . Transcurrido algún tiempo. se adel ant ó con unos cuantos guerreros pa r a averiguar la n a t u raleza de t an inesperada delegación. Allí. Sin embargo. se formaron y prepar ar on con la mayor presteza. Poco después de que los hunos se pusieran en movimiento. luego. en la orilla más alejada de sus hombres. montado en un caballo blanco. sino de un impresionante cortejo de sacerdotes y monjes. el explorador volvió de una nueva mi sión de reconocimiento. Vi ll am. a lomos de su brioso corcel negro. Mis negociaciones en un momento en que la vi c toria era considerada segura por mis lugartenientes y guerreros. At i l a se reunió con sus poderosas hordas señalándoles un rumbo distinto. At i l a y el Papa mantuvieron u n a conversación cuyo contenido jamás fue revelado. y luego regresaron a su patria en el valle del Danubio . como yo lo hice con el Papa León.actitud con el Papa y la consiguiente retirada de Italia de nuestro ejército. al objeto de determinar cuáles os propor cionarán resultados favorables. Iniciad cada et apa un vez os hayáis enterado de la capaci dad de fortaleza del enemigo y de sus posibles fallos. Mantened siempre la iniciativa diplomática en to das l as negociaciones. v i t a l p a r a todo líder. la forma en que fueron tratadas es un asunto estrictamente confidencial. La aquiesciencia sobre cuestiones menores suaviza el humor del adversario. Cuando negociéis tenéis que aceptar riesgos bi en estudiados. Tenéis que estar al t ant o del ambiente que r e i na en el campo enemigo. No accedáis n u n c a al a r b i t r a j e porque en t a l caso u n a tercera p a r t e decidiría vuestro destino. no perdáis nunca el contacto con vuestro enemigo. No entabléis nunca negociaciones difíciles o inme d i a t a s sobre cu es tiones menores. Esto servirá p a r a resolver las pequeñas cosas antes de qu e su i mpo r t an ci a crezca y se desborde hast a el p u n t o de que resulte imposible negociar. Es un recurso de los débiles. Negociad siempre al más bajo nivel posible. os he reunido en consejo para aleccionaros acerca de cómo conduciros en las oca siones en las que os veáis obligados a negociar por el bien de vuestros hunos. y vosotros le llevaréis ventaja. porque así no se corre el riesgo de la pérdida de prestigio. Por eso. en la esperanza de que os servirán para acre centar vuestra sabiduría y vuestra habilidad en el arte de negociar. Mantened el secreto de las negociaciones. Tratad de vislumbrar los posibles de senlaces. yo. Mientras permanecéis sentados en torno mío. de las tribus y tal vez de nuestra nación. el tiempo será vuestro aliado puesto q u e sirve par a aplacar las pasiones y permite t e n e r u n a perspectiva más c l a r a de las cosas. Sacad provecho de la a g i t a c i ó n y de la c o n f u s i ó n q u e s u r j a n en el curso de 66 . Esto lo colocará en una posición de i n f e rioridad. os daré las instrucciones que convienen al caso que nos ocupa. No os apresuréis n u n c a cuando negociéis. conocer sus secretos os hace fuertes y os per mite poder engañarle mejor en las últimas fases de la negociación. Deben desarrollarse en privado. Sólo la política debe ser del dominio común. a costa de un resultado superior. Atila. Nunca confiéis la negociación a la suerte. Cuando negociéis. Permaneced siempre a la ofensiva. No echéis en saco roto el factor tiempo. Cumplid todos los compromisos contraídos duran te las negociaciones. no obstante. vosotros. no siempre ocurrirá igual. si no queréis que el enemigo no confíe en el f u t ur o en vuestra palabra. No intimidéis nunca. Con estos pensamientos. Nunca es prudent e conseguir por medio de la b a talla lo que tal vez podría lograrse con negociaciones incruentas. o cuando os deis cuenta de que tendriáis que pagar un precio demasiado ele vado por la victoria. Recordad que un principio de acuerdo no significa un acuerdo en la práctica. No olvidéis nada de c ua n t o os he dicho. para salvar las apariencias en un momento dado. concluyo este consejo sobre el a r t e de la negociación. Reservad la posible pérdida de vuestros guerreros para las grandes causas inalcanzables sin entablar batalla. pero es vuestro deber aceptarlo en bien de todos los hunos. Ahora. Ofreced alternativas que sean adecuadas para la situación del oponente en el momento en que realicéis las nego ciaciones. Sirve. Tened valor ante lo inevitable. Aunque esto pueda suceder de manera fortuita. Es posible que no estéis de acuerdo en esto.las negociaciones. mis intrépidos jefes tribales tenéis que entender bien una última observación. De otro modo. Tal vez se t r a t e sólo de que negociáis con un oponente débil. No sobrestiméis vues tra habilidad. rechazará vuestras propuestas. Acceded cuando la resistencia sea inút il. 67 . con el fin de que siempre podáis exigir negociaciones para la prosperidad de nuestra nación en t ant o se cumple nuestro destino de con quist ar cuanto nos salga al paso. haciéndoles dispersarse y. a la decepción y a las vicisitudes que pueblan la existencia de todo líder. no estaba acostumbrado ni preparado para la derrota en el campo de batalla. Es más. dirigió las legiones ro manas en la bat al l a de Châlons. finalmente. A t i l a . mañana sería otro día. los más negros de su reinado. el griterío y los lamentos que acompañaban la huida de las hordas diezmadas mientras se dispersaban pa ra ponerse a salvo. A t i l a logró sobreponers e a sus emociones y recobró el control sobre sí mismo. No o b s ta nt e. su enemigo de por vida. en t a n t o repasa ba los errores del día. introduciría nuevas costum bres en su nación. logró a br i r brecha en las filas de los hunos. reorganizaría sus ejércitos. con su genio militar. Abstraído. le abandonó la confianza que tenía en su destino. Había sido Aecio. quien. obligándoles a batirse en retirada. rey de los hunos. he convocado esta a s a mb l e a de jefes t r i b a l e s y poderosos guerreros con el propósito de i n f u n d i r o s ánimos. La vol unt ad de At il a sufrió un rudo golpe. a la lucha. At i l a habla: “ Ma ñ a n a será otro día” Yo. 68 . El caudillo huno se sentía desmor a l i z a do en aquel los momentos. A t i l a vagó por el campamento. Nada ni na d i e le a p a r t a r í a n de sus ambiciones. ignoró por algún tiempo la confusión. me pro pongo i n f l a ma r vuestros corazones con u na nueva energía p ar a que no os dejéis abat i r a n t e la adversi dad. ¿Acaso i b a a convertirse en ví ct i ma de u n a causa perdida? ¿Dejaría de ser el dueño del mundo? Co nsciente de q u e a la c o n f u s i ó n que i m p e r a b a e n t r e sus hombres se s u m a r í a n otros grandes males.14 Sobrevivir a la derrota: “Mañana será otro día” Aunque At i l a escaba acostumbrado al trabajo duro. Los hunos volverían a l e v a n tarse. gracias a la f o r t a l e z a de su t e n a c i d a d y a su v o l u n t a d fuera de lo común. A t i l a s u f r í a como les sucede a todos los jefes responsables en ocasiones similares. A u n q u e estoy f amiliarizado con la soledad del mando. porque sólo yo debo car gar con el peso de mi derrota. Al objeto de estar en condiciones de ins is tir en el futuro. es mi obligación prepararos. son emociones normales que acompañan toda pér dida personal. si es preciso. ni de la decisión q ue tomé.P ar a mí. Tenéis que aprender a superar este infortunio para hacer que vuestros hunos recobren la fe en sí mismos. Así pues. con la t r ai ci ón de aquellos en quienes h a b í a confiado y con momentos de zozobra. os dar é consejos prácti cos q u e p odr án seros út i l e s a la hora de enfrentaros a vuestros propios retos f u t u r o s . Ningún jefe t r i b a l saldrá victorioso de todos los choques armados. de la confianza en uno mismo y del poder de decisión. en el campo de b a t a l l a o en las negociaciones. Cu a n do os déis c u e n t a de que la der r ot a es i n m i nente. t a n t o a los ac t ua l e s jefes tr i bal es como a los que lleguéis a serlo en lo f u t u r o . ha sido u n a triste experiencia la derrota infligida por Aecio. si mplement e no estaba preparado p a r a s u f r i r la a n gustia de t an enorme derrota . porque si así lo hi ciérais. Es muy posible que ahora no vinier a a cuento relataros los pormenores de la angustia que en t a n i n f a u s t a ocasión me a t e n a z a b a . 69 . En l u g a r de ello. Por t a n t o . c u a l q u i e r a que sea la i mp o r t a n c i a de lo q u e esté en juego. Ya sea en el á mb i t o t r i b a l o en el campo de b a t a l l a .y mi n a t u r a l desconci er t o . no cerréis los ojos a la verdad. pero no os regodéis en vuestro dolor. algunas veces per deréis. tenéis que s alvar la mayor c a n t i d a d posible de guerreros y de ma t e r i a l bélico. Lamentaos. La r e t i r a d a es digna cuando la c o n t i n u a c i ó n de la b a t a l l a o de las negociaciones e n t a b l a d a s pueda ac ar re ar mayores pérdidas o el an iq ui la mi e n t o t o t a l de vuestros recursos. Un jefe tribal inteligente evitará exponer a sus hu nos a una posible derrota. si entiende que éstos aún no están preparados para enfrentarse de manera válida a la adversidad. por decididos que estuviérais a ganar. Luego. dejad que estos pri nci pi os os sirvan de guía pa r a super ar posibles derrotas. sería el factor que regiría por siempre ja más vuestras emociones.como la que me salió al en cu en t r o en los Campos Cataláunicos. volved a pens a r en vues tra causa. u n a vez recobradas mis energías t r as la b a t a l l a de Châlons. Arros tradla y pasad a la acción i n m e d i a t a para red u c i r el t r i u n f o del enemigo. par a que arrostréis con digni dad los malos t i empo s y el desánimo. La pérdida momentánea de la dignidad. Que n a d a de esto os pille desprevenidos. Mientras un huno aliente. Aprended de la derrot a. Sabed que vuestros mejores esfuerzos serán menospreciados por vuestros iguales. nuestra reunión toca a su fin. ya superadas. Si vuestras acciones y ambiciones no les h a cen sentirse amenazados. Pensad en las consecuencias que pueden derivarse de vuestras acciones. de mi aflicción. cuando la retirada y el re agrupamiento ofrezcan la más leve posibilidad de éxito. antes de entrar en ellas. No utilicéis todas vuestras energías en la carga. Espero que sepáis sacar una provechosa lección de mi angustia.La prudencia aconseja tomar en consideración to dos los posibles resultados de la b a t a l l a y de las ne gociaciones. vuestras experiencias no habrán servido para nada. Reservad una parte de vuestra energía moral para los tiempos en que superar obstáculos exija que os volquéis al máximo. incluso con la f a l t a de apoyo y de l ealtad entre nuestras propias filas. las dificultades y los sufrimientos que os reservarán vuestros enemigos.vuestras v i ct or i as . y lo mismo vosotros que vuestros subordinados os con vertiréis en víctimas impotentes. Grabadlos en vuest ra mente. 70 . Es muy cierto que cuanto más grandes sean vuestros logros .mayores se r án la oposición. Recordad siempre que las causas nobles t r op i ez an con la máxima resistencia. porque son ellos los que más sufren cuando os destacáis sobre los demás. y reagruparos después para sa tisfacer más adelante vuestras ambiciones. Esto os perm i t i r á est ar suficientemente preparados par a el peor desenlace. Si la victoria se obtiene con facilidad. La hoguera del campamento casi se ha apagado. significa que pe r man e céis anclados en la mediocridad. no está todo perdido. Si no lográis i n c r e m e n t a r vuestras facultades para el liderazgo después de haber afrontado obstáculos insuperables. Os he revelado parte de mis secretos para que sean el pedernal que encienda el fuego de vuestra determinación de batiros en retira da. si preciso fuera. tendréis que reconsiderar entonces si vuestras ambiciones son las acertadas. 15 Los restos de caravanas del pasado: “Lecciones aprendidas” A la caída de la noche. Atila. en los Campos C a t a l á u n i cos se amontonaban de 162. Aecio había empleado tácticas dilatorias. no se había preparado. los hunos se decidieron a lanzarse a la carga medi ada la tarde. par a el comienzo de la b a t a l l a consciente de que la i n t r a n qui l i dad causada al no conocer el momento y el siti o en que se produci ría el primer choque i r r i t a r í a a At i l a y debi l i t ar í a la moral y el arrojo de su ejército. ni había aleccionado tampoco a sus hordas para la batalla con tanto arrojo combati da y perdida en los Campos Cataláunicos. todos ellos perfectamente entrenados y disciplinados. Los cascos de bronce y los petos metálicos de los romanos hacían que las hachas de piedra de la hor da resultasen inútiles. había i n fl i ngi do a las hordas de éste la úni ca d e r r o t a que hasta entonces habían conocido. precedería a las hachas y lanzas de la horda. Aecio había hecho uso de su conocimiento de las tácticas de Atila. La t i e r r a tembló cuando miles de jinetes h u nos ponían sus caballos al galope precipitándose a la batalla. en beneficio de los soldados latinos y francos que componían su ejército.000 a 300. en la q u e el general Aecio. con redoblada furia. Sus largas lanzas y sus lazos sólo servían para estorbar a los hunos a medida que el combate se tornaba más encarnizado. Los hunos. al revés que Aecio. Decepcionados por el retraso de la b a t a l l a . enemigo empedernido de At i l a. 71 . Los escudos del ejército romano rechazaron la avalancha de flechas que. Aecio. como Aecio sabía muy bien.000 hunos muertos en la b a t a l l a de Châlons. El brillo fulgurante de los triunfos de sus hordas en anteriores campos de batalla no le habían servido a Atila para aniquilar al poderoso ejército enemigo y a su líder. desmontaron para trabar combate cuerpo a cuerpo con los infan tes mandados por Aecio. cascos y pe tos. Ahora. nuestro plan se atenía a directri ces de pasadas victorias. Debemos refrenarnos par a no atacar situaciones a las que no estamos habituados. utilizar nuestra inteligencia para descubrir y calibrar los rnétodos que se proponen llevar a la práctica. Nuestra f uri a se desencadenó demasiado pronto. con una mejor distribución de nuestros jefes triba les y hunos. En tanto nuestras ropas de batalla y nuestras ar mas sean de menor utilidad. si queremos rehacernos con la fortaleza de intrépidos guerreros que no desean estar a merced de los romanos. No estamos acostumbrados a perder. Atila. quiero transmitiros las enseñanzas acumuladas después de haber estudiado los huesos de caravanas del pasado. Mas no son adecuados para la guerra de infantería. Debemos reagru parnos y resurgir con renovado vigor. Mientras lloramos a nuestros muertos y refle xionamos sobre nuestro sufrimiento. no los h a b í a p r e p a rado. Las espadas del enemigo han demostrado ser su periores a nuestras hachas de piedra. Debemos crear un nuevo plan de batalla. Debemos usar tácticas que controlen nuestras maniobras. Nos hemos aferrado demasiado tiempo a una estrategia caracterizada por la rapidez de movimien to. Somos ganadores. Nuestra indumentaria de batalla y nuestro armamento están hechos para servirnos tan sólo en tales condiciones. yo. prematura y furiosamente en Las nuevas tácticas desplegadas por el enemigo no deben pillarnos desprevenidos. Tenemos que vigi larle de cerca. Debe mos examinar los huesos blanqueados ahora por el sol. Las futuras batallas con los ro manos nos exigen cubrir nuestros cascos de cuero con metal. Muchos de nuestros valientes hunos cayeron en una b a t a l l a p a r a la que yo.Atila habla: “Lecciones aprendidas” El temible enemigo al mando de Aecio utilizó tácticas en los Campos Cataláunicos con las que no estaban familiarizados nuestros nobles guerreros. Nuestro ejército debe ser más manejable en la ba talla. con largas lanzas. Nuestra disciplina. debemos apren der también las grandes lecciones que éstos en cierran. al igual que nuestra paciencia. contra soldados equipados con escudos. reforzar nuestros cuerpos con 72 . con el propósi to de derrotar a nuestro enemigo. A t i l a . de nuestros guerreros muertos. nunca debemos pro vocar al enemigo. Por desgracia. y con nuestros lazos arrastrábamos al enemigo hasta que moría. una estrategia según la cual combatíamos a ca ballo. lo que nos llevó a sufrir nuestra dolorosa derrota. se debilitaron ante la provocación de las tácticas dilatorias de Aecio. No debemos pensar en dominar a los romanos y conquistar el mundo como tribus errantes de nó madas. Ahora. habre mos logrado equilibrarnos para medirnos con el enemigo. debemos pre ver nuevos retos y oportunidades. pero también lo es para nuestro pueblo. reorganizar nuestro ejército y levantar grandes ciudades sin tropezar con oposición interna. Debemos forjar nuevas políticas y prácticas en una unidad huna con un propósito bien definido. Debemos usar espadas de nueva forja y desechar nuestras anticuadas hachas de piedra. El mayor obstáculo para abandonar la ineficacia de nuestro pasado sería que os mostráseis reacios a prestarme vuestro decidido apoyo. confío haberos transmitido un poco de sabiduría. La destreza de nuestra caballería debe estar complementada por el conocimiento de tácticas de infantería. No obstante. Nuestra visión de futuro debe ser construida sobre la fortaleza del pasado. sus líderes y guerreros. para defender sus intereses y ambi ciones. Ningún cambio radical resulta fácil. Desde ellas destacare mos a nuestros ejércitos. No podemos esperar que las altas murallas de los bastiones romanos se desplomen al simple contacto de los cascos de nuestros caballos. Una vez las hayamos dominado. y aspiro a mostraros un nuevo camino para conseguir cosas buenas para to dos los hunos. será expulsado de nuestras filas. tened presente que soy vuestro rey. Los huesos de los hunos muertos en batalla no pueden pasarnos desapercibidos. siempre habrá quienes se aferren a tiempos pasados. Nunca debemos dejar de anal i zar el pasado. al terminar mi consejo sobre las leccio nes aprendidas tras haber estudiado los huesos de caravanas del pasado.petos y llevar escudos para rechazar el filo de las espadas. superar a todos los enemigos y fran quear cualquier tipo de obstáculos que pudieran salirnos al paso en nuestra conquista del mundo. 73 . Tenemos que añadir catapultas a nuestro arsenal. pero todo aquel que no acepte nuestras nuevas costumbres y cause disensiones. disciplinados y entrena dos a la perfección. Seremos pa cientes con ellos. Sufrir otra b a talla de Châlons es para mí inaceptable como vuestro rey. y de una vez para siempre. El cambio radical sólo es necesario cuando no sabemos aprender de nuestro pasado para antici par el futuro. que depende de nosotros. Entre vosotros. Debemos hacer planes para de nuevo. jefes y guerreros. equipados con las nuevas ar mas de un arsenal superior. Es imposible cambiar nuestras tradiciones arraiga das. en tanto nos preparamos para el futuro abandonando las estrategias mal concebidas e indisciplinadas de nuestro pasado. Estas ciudades serán centros fortificados en los cuales trazaremos nuestros planes. Tenemos que construir ciudades. orgullo y liderazgo. como la cola de un cometa. el segundo de plata. tirado por doce caballos negros pre cedidos por Villam. Sus guerreros y jefes tribales se sentían aturdidos. nobles. Las mujeres lloraban. con la cabeza descub iert a. Para impedir cualquier amenaza que pudiese turbar el eterno descanso del rey amado. como el sol. K a ma . seguían a pie el féretro. rey de los hunos. el tercero de hierro. La familia real. algunas de ellas situadas a una distancia de tres días.16 Las cenizas a las cenizas: “Retirarse con dignidad” La muerte de Atila se produjo de forma inespe rada. Su noble rey se había ido pa ra siempre. entre redobles de tambo res. con guarniciones y gualdrapa también de color negro. je fes guerreros v hunos notables. habían acudido en bandada para unirse al cortejo fúnebre. empuñadas por la multitud doliente. Súbditos de las naciones aliadas. Apenas sepultado el cadáver de Atila se procedió a romper la presa. y las aguas cubrieron la tumba pa ra protegerla de cualquier posible mal. La respuesta señaló que Atila tenía que ser enterra do en un féretro triple: el primero de oro. y se cavó una fosa en el lecho. Una vez allí. Fue construida una presa para desviar un pe queño canal del río. cuando se disponía a ponerse a la cabeza de su formidable ejército reorganizado para intentar de nuevo la conquista del Imperio . Aunque todavía sobrecogidos. del mencionado río. los espíritus indica ron a Kama que lo sepultase en el fondo del río Tis za. Una leyenda h ab ía t er mi na do . Los niños estaban asustados. el carro fúnebre avanzaba hacia la tumba. pero a lo largo de los siglos sería recordado por sus proezas como Atila. p r eg u n taba a los espíritus hunos cómo de be rí a ser e n t e r r a d o su rey. los altos sacerdo tes prepararon el f u n e r a l . en el f u t u r o . un ca b a ll o negro fue ofrecido en sacrificio m i e n t r a s el sumo sacerdote ciego. Mientras millares de personas entonaban cantos funerarios. el ejército rindió los últimos honores a su líder. 74 . porque Atila era de hierro. se dirigía al lu gar escogido. mezclados con lamentos y estentóreas expresiones de aflicción. La nación huna había perdido prematu ramente su personaje fundamental de unidad. Atila había muerto. su nombre sería alabado por unos y odiado por otros. un mar de antorchas. Mientras A t i l a yacía en un t ú m u l o i n s t a l a d o en la plaza mayor de E t z e l b u r g . Mientras el sol se ponía por occidente. poco a poco. la confian za y el respeto de todos los hunos a su mando. No pasará mucho tiempo antes de que el presti gio de un nuevo jefe tribal se acreciente o disminuya a los ojos de sus subordinados. En adelante. El mejor y más querido de los jefes tribales dejará su cargo vacante algún día. De todos modos. a ustedes los que me escucháis. influencia y poder debe ser realizada con la debida diplomacia y el protocolo adecuado. de sus iguales y de sus superiores. Éstos trat a r a n de emularle. al que están orgullosos de servir. incapacidad o pérdida de confianza. Si es prudente al aplicar su autoridad. contará con la lealtad. Cada jefe tri bal es único. Todo jefe inteligente sabe que algún día t e n d r á que abandonan su cargo. Esta transición de j e f a t u r a . Por último. jefes tribales y hunos en general os aconsejaré acerca de cómo retirarse con dignidad. para evitar precipitaciones que podrían acarrear inseguridad. es muy posible que despierten la envidia de ciertos líderes menos capacitados. Los líderes dignos de tal nombre de muestran la diferencia entre lo que pueden hacer los hunos que carecen de jefe y lo que pueden lograr si cuentan con alguien que sepa guiarles. hablarán de él y lo convertirán en el protagonista de relatos que pondrán de relieve su val or. y se prepara para tal ev ent ua li da d sin prisas.Atila habla: “Retirarse con dignidad” Ser designado para ocupar cualquier posición de mando sobre nuestros hunos o tribus es algo muy sa tisfactorio. será su cap itán . porque se h a b r á convertido en algo más que un jefe común y corrien te. le seg u i r á n a los mismísimos infiernos. Aquellos jefes tribales que hayan llegado a destacarse de manera notable. 75 . a olvidar que todo el que ocupa un cargo importante está llamado a abandonarlo en un plazo más o menos corto. su persona y sus hazañas. puesto que se distingue por su forma de actuar y por su entrega personal para cumplir las obligaciones contraídas al aceptar su cargo. No cabe duda de que quienes se sientan unidos a su jefe t r i b a l por fuertes lazos de lealtad y amistad atravesarán un momento delicado de sus vidas cuan do por el motivo que sea pierdan a su jefe y vean que otro ocupa su puesto. un f u e r t e vínculo se establecerá entre un a u t é n t i c o jefe t r i b a l y sus hunos. por el bien de todos los hunos y de la nación. por ancianidad o por falleci miento. ya sea por haber sido designado para cumplir otro cometido. A medida que el tiempo pasa. si de muestra su deseo de compromiso y se afana en el cumplimiento de cuantas obligaciones le competen. Con este propósito. es indudable que su ascendiente aumentará cada vez más. t a n t o los jefes t ri bales como los hunos tienden a que se empañe su ca pa c id ad de percepción. sus iguales y sus supe riores. cualquiera que sea su magnetis mo personal. Una manifes tación de este tipo. La maledicencia no cambia los pasados acontecimientos ni sirve para un mejor ente ndi miento entre los hunos. disminuye los sentimientos de intran q u i l i d a d y de preocupación entre los hunos que se quedan. Además. agradeciéndole los servicios que les haya prestado. Corresponde a todo jefe saliente proclamar su confianza en que el nuevo jefe tr ib al servirá bien a sus hunos t a l vez incluso mejorando sus condiciones de vida. en cir cunstancias extremas. Incluso para mí. Porque la lealtad no debe converger exclusivamente en un solo hombre. La lealtad de los hunos debe hallar su justo equilibrio en el compromiso de todos ellos a actuar sin vacilaciones como una nación unificada de 76 . Semejante actitud por parte del antiguo jefe sería destructiva. ancianos y jefes tribales. porque. y el ex jefe tribal entregará el mando al que acaba de incorporarse a su nuevo cargo. una nación que aspira a proporcionar una vida mejor a todos los hunos. par a lo cu a l i n v i t a r á a los hunos a pedi r el consejo de su auténtico líder. cometería un act o subversivo cont r a el nuevo jefe t r i b a l . de los hunos otrora confiados a su mando. Aquellos hunos cuya categoría sea la más elevada. Si así lo hiciere. llegará el día en que al guien me sucederá en el trono. El jefe t r i b a l saliente debe a b a n d o n a r el mando definitivamente. si n previo aviso que diese lugar a los preparativos normales p a ra recibir a un nuevo jefe tr ib a l . sin t r a t a r nunca de vol ver de d i cándose a i n f l ui r en los hunos que antes estuvieron a sus órdenes. deben reunirse inmediatamente en consejo y elegir un nuevo líder.y a sean éstas desagradables o deshonrosas . mancharía la reputación del nuevo líder.El jefe s aliente debe tener la nobleza de expresar su gratitud a cuantos le hayan servido bien. en especial por haber contribuido a su fama y grandeza. seguiréis siendo una nación de tribus unidas. Y. esto originaría una tremenda confusión en el campa mento. situación difícil donde las haya. siquiera sea simbólica. si acaso os he preparado bien. en apariencia inocentes. mis pensa mientos y recuerdos serán más dulces sólo si he sabi do preparar a la nación para ese momento inevi table. Sin tener en cuenta las condiciones en que un ant i guo jefe tribal deja el campamento . a u n qu e pudiera estar basada en las súplicas. nuestros hunos necesitan alguien que los dirija. es decir un jefe tribal capaz de estimular su fuerza y su valor. Atila.el nuevo líder no permitirá nunca que se hable despectivamente de aquél. Los hunos están obligados a honrar a su jefe s aliente. Si la p a r t i d a se produjese de forma pr e c i pi t a d a . entonces. Toda petición de esta nat ur al e za debe ser rechazada. perdieron batallas y la que f u e r a u n a nación poderosa fue absorbida por una Europa más fuert e. no surgió ningún jefe tribal. 77 . Los hunos se dividieron de nuevo y la mayoría de las tribus reanudaron su existencia nómada. que poseyera su inteligencia ni su capacidad de entrega a la causa que defendió toda su vida.hunos. La vanidad de los príncipes y jefes tribales que ambicionaban sucederle condujo al derrumbamiento de la nación. ningún príncipe. No supieron aprender las enseñanzas de A t i l a . en lugar de ello antepusieron sus propios intereses personales a los de la na ci ón . 2 2 Tal vez sea cíe interés para el lector saber que A t i l a no t uv o un sucesor digno de él. A su muerte. sea quien sea su rey. sino que ha de poseer un insaciable afán de victoria. Antes bien deberá mat a r al huno que no le haya comunicado esas malas nuevas. U jefe tribal inteligente no m n atará jam al huno ás portador de malas nuevas. le desalentarían. Un rey cuyos jefes tribales siempre estén de a c u e r do con él.Atilaísmos: Pensamientos escogidos de Atila Advertencias y consejos Un i n f o r m e por escrito sólo t i e n e razón de ser si es leído p o r el rey. sacrificios que está dispuesto a obligará a sus hunos Un jefe tribal huirá siempre de la mezquindad y a hacer otro tanto para no mezclarse con ella. porque de este mo do sabrá que. Los grandes jefes mismos. Un jefe tribal no debe tratar de brillar por sus éxi tos. Un jefe tribal no puede ganar si pierde los nervios. Debe conservar su sangre fría. una fe absoluta en su causa y un valor in vencible que le permita resistir a aquellos que. aunque no haya ganado. Un jefe tribal que haga preguntas equivocadas. Carácter La grandeza de un huno se mide por los efectuar por el bien de la na ción. Rara vez son grandes líderes los jefes tribales engreídos sólo son grandes egoístas. hizo cuan to estuvo en su mano por conseguirlo. de otro modo. tribales nunca se toman dema siado en serio a sí Un jefe tribal inteligente se adapta. no se compro m ete. sólo cosechará el fruto de la me d i o c r i dad. siempre escuchará respuestas equivocadas. Un jefe tribal inteligente nunca hace una pregunta a la que no desea obtener respuesta. 78 . Cuando la victoria no se presente fácil. aprenden a adversidad que se les presente y a superar los errores. Las decisiones rápidas no siempre resultan ser las mejores. tampoco lo son las decisio nes lentas. Cuando un jefe tribal logra grandes éxitos. se rodean de hunos tam bién fuertes. que Los errores fundamentales son inevitables cuando se consiente alguien incompetente haga valer su criterio y tome decisiones. El tiempo no siempre juega a favor de un rey. Los hunos señalados por el éxito. La confianza en el éxito previsible de las decisiones adoptadas. Los jefes tribales fuertes. a gran distancia del frente. sea cu a l sea éste. se rodean de hunos tan débiles como ellos. el jefe tri bal debe evitar llevar a sus hunos a la guerra. 79 . o de sus hunos. se i n tensifica la envidia que otros le tienen. Valor Los hunos deben aprender a temprana edad que el desempeño de tareas duras constituye una expe riencia qu e i n f l u i r á en ellos a lo largo de toda su vida. Los jefes t r i b a l e s nunca se a p r e s u r a r á n a e n t r a r en confrontación. no debe inducir a ningún jefe tribal a jactarse de ello ante sus hunos. Toma de decisiones Toda decisión implica un riesgo. se con vierten en uno más de ellos y por consiguiente de j a n de ser sus jefes. Es desaconsejable que las decisiones finales sean tomadas por jefes tribales desde su cuartel general. afrontar cualquier Un huno puede a l c an z a r todo aquello por lo que esté dispuesto a pagar un precio.Los jefes tribales que beben con sus hunos. Los jefes tribales débiles. Por otro lado. La competencia se produce siempre entre nuestros mejores hombres. porque lo único que pueden hacer es adivinar las condiciones y posibili dades conocidas tan sólo por el capitán en el cam po de batalla. nunca se haría realidad el po tencial de un huno. al objeto de desarrollar sus dotes de m ando. reali zan lo que sus jefes nos actúen por encima de su misiones difíciles a los hunos Un jefe tribal prudente nunca espera que sus hu inteligencia y capaci dad de discernimiento. todo el mundo lo sería. Por regla general. Si no h a y desafío. Para formar capitanes es esencial someter a los hu nos a un determinado esfuerzo. con el fin de que su carácter se forje según las cualidades que ha n de adornar a todos los que al gún día serán designados en calidad de jefes. 80 .La habilidad para tomar decisiones difíciles establece la distinción entre los jefes tribales y el resto de los hunos. Delegación Los jefes tribales inteligentes nunca colocarán a sus hunos en situaciones en las que la debilidad de éstos se imponga a su fortaleza. Los jefes tribales fuertes. Los hunos están mejor preparados para ser jefes si han sabido llevar a buen término misiones cuyo cumplimiento haya supuesto un reto para ellos y en niveles de responsabilidad cada vez más altos. Abdicar no es delegar. t an con la adversidad. es signo de debilidad. La abdicación delegación es un signo de potencia. Si fuera fácil ser jefe tribal. siempre tienen fuertes debilidades. El deber de un rey es hacer que pre valezca la fortaleza de un jefe. Los hunos aprenden más del éxito que del fracaso. los buenos hunos siempre esperan de ellos. La Formación de jefes tribales. Un jefe tribal inteligente siempre encomendará capaces de salir airo sos de la situación. Es preciso que los hunos acumulen experiencia. Los hunos aprenden más rápido cuando se enfren Un buen jefe tribal se arriesga a delegar en un hun o inexperto. Para que un huno alcance el rey quiere. n u n c a sabrá cuándo lo ha Un huno que no conseguido. éxito es fundamental que entienda lo que su Las metas de un huno siempre ser án dignas de sus esfuerzos. La esencia de la victoria huna reside en saber dar respuesta acertada al dónde y el cuándo. Los hunos sólo deben comprometerse en guerras que puedan ganar. tal como se espera ba que lo hiciera. la cordialidad y la cortesía cautivan has ta al adversario más encarnizado. sepa lo que qui ere. los hunos no deben perder de vista la retaguardia. Como nación. la lucha armada es un estado na tural. Los hunos deben entrar en guerra cuando la diplo macia haya fallado. Metas Las metas superficiales desembocan en resultados superficiales. Los jefes tribales deben tener presente que la hos pitalidad. la guerra puede ser necesaria algunas veces para que empiece la diplomacia. 81 . lograremos mucho más si los hunos consideran que las grandes metas nacionales son t an importantes para ellos como sus metas perso nales. Para los hunos. nen.Diplomacia y política Cuando se vean envueltos en u n a guerra política. Con frecuencia los jefes son traicionados por aquellos en quienes más confían. no obstante. La conformidad de un huno no siempre conduce a que actúe de forma correcta. posible obtener Los hunos sólo hacen los enemigos que se propo Los hunos nunca tomarán por la fuerza lo que sea mediante la diplomacia. acompañado de energía. Nunca deben ser nombrados jefes interinos. ha perdido su capacidad de perspectiva. tenacidad y una acti tud positiva. des tacarse. Un jefe tribal avisado nunca confiará en la suerte. en vez de llegar a un punto muerto. Hay que escoger al huno más capacitado y nombrarle para el cargo que sea con carácter definitivo. 82 . del bienestar de sus Ser líder de los hunos resulta. a una situación de compromiso. la rela ción entre un jefe Los jefes tribales poderosos estimularán sus hunos. Por el contrario. concediéndole responsabilidad y autoridad. la nación siempre pone sus ojos en el más n ot abl e de sus jefes tribal es p a r a q u e l a d i ri j a . todavía peor. e inspira rán la actuación de la facultad de hacer las Los mejores jefes tribales desarrollan preguntas adecuadas en el momento oportuno. Un jefe t r i b a l no podrá mantenerse en su cargo si cabalga en la ret agua rd ia . por mucho que pueda necesitarlos en sus cargos actuales. los jefes tribales se esforzarán por lograr la victoria. equivale a realidad para él. a menudo. Una vez resueltos a en t r a r en acción si las circunstancias lo requieren. Un jefe tribal inteligente sabe que es responsable hunos y actúa en consonancia. o.Los jefes tribales siempre deben apuntar alto. Facultad de percepción y fama En los tiempos difíciles. en vez de buscar el apacible camino de la mediocridad. La f a c u l t a d de percepción de un huno. Compartir riesgos es algo que fortalecerá tribal y sus hunos. Un huno que se tome é mismo demasiado en serio. una tarea solitaria . Líderes y liderazgo Los reyes siempre deben designar a sus mejores hombres como jefes tribales. basará su futuro en el trabajo d u ro. Hasta los romanos tienen fortaleza p a ra soportar el i n fo rt u n io que provocan en otros. Cuando no se puede decir nada de un huno. Porque cuando un jefe t ri bal ha fall ado. no creerá la alabanza cuando ésta esté justificada. son ra ras las ocasiones en que le sucede su colaborador más inmediato. atención más en las oportunidades Algunos hunos tienen soluciones para las cuales no existen problemas. lo que es peor. lo más probable es que éste no haya hecho nada demasiado bien. con el fin de triunfar en otras más importantes. sino por lo que la mayoría de los hunos imaginan que hicimos.El huno que dé la impresión de e s t a r todo el t i e m po ocupado. no se nos recuerda por lo que hicimos en el pasado. Los grandes jefes tribales aceptan el fracaso en ciertas cosas. Todo huno es responsable de encauzar las circuns tancias y experiencias de su vida por la vía del éxi to. Es mejor que. siempre sería preferible a que no os mencionaran. hablen bien de vosotros. un guerrero t u e r to sería el rey. dejará de importarle lo que se le diga en el futuro y. Tolerancia 83 . Problemas y soluciones Los hunos deben aprender a poner su que en los problemas que se presenten. Recompensa y castigo Si un jefe tribal incompetente es destituido. puede hacer por un huno lo que éste no h a ga por sí mismo. aunque hablaran mal. lo más probable es que suceda igual con sus jefes subordinados. Si todos los hunos f u e r a n ciegos. no siempre es el que más trabaja. no obstante. Ningún otro huno. Si se le dice a un huno que está haciendo un buen trabajo cuando no es así. tanto amigos como adversarios. Logros personales Hay más nobleza en ser un buen huno que en ser un mal jefe de t r i b u . y por supuesto ni ng ú n ro mano. En contra de lo que suelen creer casi todos los jefes tribales. Cuando se nombra a un jefe tribal incompetente. Para poner a prueba la capacidad de los jefes tri bales. los jefes tribales deben ocupar se de que sus hombres no dejen de ejercitarse ni si quiera en periodos de paz. en el caso de los hunos compe tentes.Todo huno tiene un valor. Entrenamiento El entrenamiento adecuado de los hunos es esen cial para la guerra. pero desleales. La consecuencia de no e n t r e n a r a vuestros hunos de m a n e r a adecuada es su fracaso en el c u m p l i miento de lo que se esperaba de ellos. pero leales. 84 . hay que tolerar algunas de sus debilidades. aunque sólo sirva para que sea señalado su mal ejemplo. el error está en colocarle en una situación de auto r i da d con respecto a otros hunos. Hay que tener tolerancia para con aquellos hunos que sean mediocres. Las habilidades aprendidas están reservadas a los jefes tribales. sin embargo. Las habilidades que se enseñan son para formar a los hunos. Esta tolerancia no reza. “¡Deleitable!” .William K.” . “¡Potente e inspirador! Ayudará a que uno saque el mayor provecho de su potencial de liderazgo. L. Lo he leído una docena de veces. Kenneth Blanchard. coautor de En busca de la Excelencia . pertinente para todo el que ocupe una posición de liderazgo… cargado con muchas capas de sabiduría. presidente de American Airlines “Un gran punto de vista….” . muy impresionante.” .muy. coautor de One-Minute Manager “He leído docenas de libros que tratan de cómo sobrevivir en los negocios…… Secretos del liderazgo de Atila encierra más sabiduría que todos los demás juntos.Dr.. con una exactitud de láser………lleno de juicio para ganar. “Lleno de discernimiento……¡ maravillosamente creativo!.Dr. da que pensar! Fácil e interesante de leer y. Crandall. Aprovecharé muchas de las ideas del autor en mi propio trabajo.Robert Schuller.R. Wayne W.Dr.” .Joe Theismann. Denis Waitley. sin embargo.Scott DeGarmo. editor en jefe de Success “Lleno de imaginación y colorido.” . ex jugador de fútbol ame ricano de los Pieles Rojas de Washington 85 . Lo recomiendo calurosamente.” .ATILA Conquista a los Estados Unidos “¡Fantástico!” . vicepresidente de General Motors Corporation “Brillante. Director Ejecutivo de J. presidente de Adolph Coors Company “¡Soberbio.Tom Peters. Walter Thompson.” . Inc. Coors. entrenador de Los Ángeles Lakers “Uno de los libros más originales e inspiradores sobre liderazgo que he teni do en mis manos. autor de Tough Times Don't Last But Tough People Do y de The Be Happy Attitudes “Pocos libros como este.” . Zalecki. autor de The Psychology of Winning “ ¡ Un auténtico clásico! Su lectura debería ser obligatoria.Paul H.James B. Ptterson. autor de Tus zonas erróneas .Pat Riley. y cada lectura me proporciona más discernimiento.” .” . Dyer.
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