Paisatges incògnits, territoris ocults: les geografies de la invisibilitatIII Seminari Internacional sobre Paisatge 20, 21 i 22 d’octubre de 2005 La construcción social de los paisajes invisibles y del miedo Alicia Lindón Profesora-investigadora del Departamento de Sociología Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa En este trabajo se aborda el paisaje como construcción social. Este punto de partida implica al menos dos cuestiones importantes: Por un lado, que esa construcción social tiene aspectos materiales y otros no materiales. Este último aspecto debe ser destacado ya que el paisaje tradicionalmente ha sido analizado o bien enfatizando lo material, o bien exclusivamente en términos materiales. Frente a esa tradición, nuestra concepción es que lo no material no puede ser dejado de lado. Por otro lado, resulta que el tratamiento del paisaje como una construcción social implica reconocer y otorgarle centralidad al sujeto que construye esos paisajes. Con esta perspectiva en esta ocasión se analizan tres aspectos, relacionados entre sí, del tema central del Seminario: En primer lugar, se ofrece una reflexión sobre la cuestión de la invisibilidad del paisaje. En un segundo apartado, se presentan algunas pistas acerca del desafío metodológico que supone la identificación y decodificación de ciertos elementos fuertes de los paisajes – invisibles- que sirven para construirlos como un todo, pero que también orientan a la realización de ciertas prácticas particulares. Y por último, planteamos la construcción social de un tipo particular de paisaje invisible: Los paisajes del miedo. En los tres puntos se pone de manifiesto que los paisajes invisibles pueden ser pensados como una construcción social que resulta de las formas de sentir, percibir y concebir los elementos materiales del entorno, de una sociedad dada. Aunque, al mismo tiempo, el paisaje construido socialmente como invisible para algunos, resulta constituyente de la vida social que allí habita1. En síntesis, el paisaje resulta de un 1 Esto retoma una perspectiva planteada dentro de la Geografía Humana por distintos autores, por ejemplo, dentro de la geografía cultural, Cosgrove (1998, 2002) lo ha señalado reiteradamente y con relación particular al paisaje. http://www.catpaisatge.net -
[email protected] 1 movimiento constante entre fuerzas constituyentes y constituidas entre lo material y lo social. La sociedad construye el paisaje y el paisaje construido socialmente, modela la vida social que allí habita. Para analizar estos tres planos, nos focalizamos en algunos fragmentos de descripciones e interpretaciones densas correspondientes a experiencias espaciales metropolitanas “situadas” en las calles de una extensa periferia metropolitana pobre, del oriente de la ciudad de México2 . Metodológicamente, estos fragmentos cumplen el papel de figuras condensadoras –al estilo de los hologramas socioespaciales3 De manera tal que dichos hologramas socio-espaciales corresponden a circunstancias en apariencia banales, pero de gran valor metodológico por condensar elementos claves para la construcción del sentido del paisaje y por proporcionar pautas acerca de la forma en que la persona se relaciona con el lugar. Por otra parte, estos hologramas socio-espaciales, tienen un valor adicional: Al condensar elementos a partir de una situación banal particular, no sólo abren pistas para interpretar el sentido de esa situación específica, sino también proporcionan pistas para comprender otras situaciones que en algún aspecto estén conectadas con ella. 1. Los paisajes invisibles o no-visibles La geógrafa Odette Louiset (2001) ha planteado que al estudiar las ciudades exclusivamente en términos de su materialidad, el resultado ha sido hacerlas “invisibles”. Por ello, en su propuesta, hacerlas visibles (es decir, inteligibles) requiere de la inclusión de lo no material. El exclusivo análisis de la materialidad no permite comprender los lugares. Esta reflexión no es ajena al tema que nos ocupa en esta ocasión, en dos sentidos. Por un lado, porque introduce el problema de invisibilizar un territorio por emplear acercamientos insuficientes o parciales. Esto implica que la invisibilidad se asocia al tipo de aproximación. Por otro lado, es pertinente porque nos recuerda que difícilmente un territorio puede ser comprendido exclusivamente desde lo material, es necesario introducir junto a lo material, lo inmaterial, ya sea que lo llamemos cultural, social, subjetividad. En suma, esto nos recuerda que la En términos más generales también ese ha sido el planteamiento de Milton Santos respecto al carácter del espacio de productor de la sociedad y al mismo tiempo, producido por ella (Santos, 1990) 2 Esta periferia del oriente de la ciudad de México se denomina Valle de Chalco, y desde hace más de 15 años la hemos asumido como nuestro laboratorio para comprender distintas problemáticas urbanas (modos de vida urbanos, estrategias residenciales, vida cotidiana, trabajo y familia, imaginarios urbanos... Lindón, 1999; Hiernaux, Lindón y Noyola, 2000...). Cabe comentar que se trata de un territorio de alrededor de 40 kilómetros cuadrados, que ha sido incorporado al área metropolitana desde la segunda mitad de los setenta, a partir del conocido mecanismo de fraccionamientos irregulares de tierras, en ese momento de uso rural. El acelerado crecimiento que experimentó allí la urbanización ha llevado a considerarla reiteradamente como el paradigma de las periferias de la ciudad de México de los años ochenta-noventa. Actualmente reúne a más de medio millón de habitantes, en su mayor parte de escasos recursos, que llegaron al lugar en busca del “mito de la casa propia” (Lindón, 2005), en buena medida procedentes de otras áreas más centrales de la misma ciudad de México. 3 Estamos utilizando la expresión de “holograma social” en el sentido que le diera Navarro (1994). http://www.catpaisatge.net -
[email protected] 2 Este último interrogante -“para quién es visible o invisible”. no debe confundirse con el conocimiento personal que una persona puede tener de pequeñísimos fragmentos de dicha superficie. aun de lugares remotos. entonces la invisibilidad del lugar para el habitante también puede asociarse a lo no material. las situaciones. decía que la gran ampliación y circulación de información sobre diversos lugares de la superficie terrestre. desde la perspectiva del sujeto habitante. La reflexión que presentamos sobre los paisajes invisibles se contextualiza en las periferias metropolitanas pobres de las ciudades latinoamericanas. se afirmaba que el conocimiento por experiencia (o experiencial) de los lugares tiene características que lo diferencian de los cúmulos de información que actualmente se almacenan de diversas formas y circulan por distintos medios. lo relevante es que la pregunta ubica el tema dentro de un tipo de mirada. Más allá de cuáles sean esas respuestas para cada contexto y situación. Evidentemente. En esta ocasión vamos a retomar la segunda alternativa. entendidas como espacios particulares pero también emblemáticos del mundo actual urbanizado y “en http://www. amor o afecto por los lugares. Wright (1947).observatori@catpaisatge. la invisibilidad no puede ser independiente del “punto de vista”.net . en última instancia. sino muchas y específicas. pero uno que consideramos fértil como punto de partida es la pregunta respecto a “para quién es invisible lo que puede ser visible para otros”. Esto nos lleva a plantear como punto de partida que no podemos pensar en términos de paisajes invisibles sin incluir expresamente al sujeto. la pregunta por la experiencia del lugar no debe ser reducida a una concepción romántica de apego. a la persona. retomamos la observación de Louiset: Los paisajes no se reducen a lo material. en suma. es decir. Evidentemente. una pregunta de este tipo no puede tener una respuesta única y generalizante. también localizado en espacio y tiempo y está asociado indisolublemente a qué representan para las personas los encuentros.nos permite recordar que John K. y en particular la periferia oriental de la ciudad de México. hace más de medio siglo.net 3 . Pero al mismo tiempo. Este conocimiento experiencial es sumamente particularizado. Y dentro de esa mirada. la (o las) experiencia del lugar. Entonces.invisibilidad puede ser una cortina de humo que interpone el analista del paisaje por el tipo de aproximación utilizada.catpaisatge. No se trata de plantear una “invisibilidad estructural”. puede tomar diversos rumbos. Pero también es posible considerar la invisibilidad desde la perspectiva de los sujetos anónimos que habitan o transitan por el lugar. la invisibilidad de ciertos paisajes también puede ser considerada como ausencia de experiencia respecto a un lugar o a ciertos elementos de un paisaje. Así. aparentemente “conocida” en su totalidad (o casi totalidad) pero personalmente desconocida en su mayor parte. Cabe aclarar que. La reflexión sobre “paisajes invisibles” desde la perspectiva del sujeto. allí vividas. la invisibilidad no puede ser considerada al margen del sujeto que ve o no ve. la topofilia sigue siendo un tipo de experiencia del lugar pero también pueden ser de otro tipo estas experiencias. creando imágenes de diversos lugares. en los cuales hay carencias. como miradas externas y expertas. “Lo que falta duele. con otros paisajes. parecen calificar y diagnosticar y en realidad.. cabe preguntarnos si desde el punto de vista del habitante también existe esa carencia. del “extranjero”4 estos paisajes de las periferias se presentan como “paisajes de la desolación” ya que la primera imagen a la que remiten es la “falta de”. sino porque el paisaje lo arremete o lo fragiliza. Con las periferias metropolitanas pobres viene ocurriendo algo semejante a lo que advertía de manera general John K. Seguramente esas similitudes no son ajenas a la globalización de distintos fenómenos. o tal vez las carencias son otras. la concepción implícita de que carecen de algo resulta de una analogía. Desde una mirada más profunda. Wright respecto a esa enorme masa de información sobre diversos lugares del mundo: Todos creemos conocer el paisaje de estas periferias metropolitanas pobres (tanto los “estudiosos” de estos territorios como la sociedad civil en general): Las imágenes de las periferias pobres circulan y siempre nos dejan la impresión de que no hay muchas diferencias entre ellas aunque sean periferias de la ciudad de México. A las primeras las llamamos exocéntricas y a las segundas. cuando el habitante vive ese paisaje en términos de desolación y aflicción tal vez no es por lo que creemos que falta. más aun en una cultura del acopio de bienes.catpaisatge. 2004). Lima . en esos diagnósticos se interponen nuestras propias experiencias. 1974:95-107).urbanización” constante. Wright. Es necesario destacar esto porque casi siempre nuestros análisis. diferenciando aquellas que la analizan la ciudad desde afuera y las que lo hacen desde la perspectiva de sus habitantes. que contribuye a reproducir unos mismos rasgos en unas y otras. la identificación de estas periferias como paisajes de la desolación. de poder… No obstante. de información. produce sufrimiento”. de El Cairo. sensible al punto de vista del sujeto habitante5 que recupere la noción de “geografías personales” de John K. egocéntricas (Hiernaux y Lindón. Sin embargo. como veremos más adelante.. la complejidad del tema desborda este nivel de la repetición en apariencia. (Davis. también implícita. 4 En el sentido schutziano (Schutz. habría que tomar en cuenta que cuando consideramos estos lugares como paisajes de la desolación. 5 En otra ocasión realizamos una revisión de las diversas miradas empleadas para estudiar la ciudad. de conocidos. de objetos pero también acopio de contactos interpersonales. Y lo que falta casi siempre se asocia al sentido del dolor o aflicción por la carencia. esos paisajes son “incógnitos” aun para muchos de quienes creemos conocerlos cuando en términos más precisos solo tenemos información e imágenes superficiales de ellos y sobre todo. que nos resultan más próximos en nuestra experiencia.. imágenes “no vividas”. es lo que emerge en la primera mirada externa del lugar. Incluso. 2004). consideramos que en estos paisajes “falta algo o carecen de algo” y por eso son desolados y causan dolor. relaciones sociales.net 4 . Ante los ojos del observador externo.net . Cuando desde esa posición de extranjeros. http://www. Por ello. que suele ser más lo que invisibiliza que lo que hacen visible.observatori@catpaisatge. considerando que lo que no se ve. diferencia el inside del outside. En este sentido se puede aceptar la propuesta de que hay “paisajes incógnitos” porque no son visibles. Por eso. la interioridad o exterioridad no se anclan en construcciones materiales abiertas o cerradas. Así. las diferencias. por eso no es visible para todos. Por ello. cuando los lugares carecen de sentido. sino que lo interno y externo resulta de la experiencia que el individuo tenga con ese lugar.En síntesis. también puede analizarse desde lo que se ve y lo que no se ve. sería más precisa la expresión paisajes “no visibles” que “invisibles”. para nosotros siguen siendo Terra Incognita en muchas dimensiones. Hay paisajes que resultan invisibles (o no visibles) para muchos porque solo tienen visibilidad para quienes los crean a partir de la reapropiación de ciertos elementos materiales de manera situacional (en el sentido goffmaniano).catpaisatge. sino porque culturalmente aprendimos a conocer a través de la vista). Y esos rasgos y conceptos con los que creemos reducir unas de estas periferias a otras. Posiblemente. aunque ocultamos el desconocimiento bajo el calificativo de que se trata de paisajes de la desolación. suele no conocerse. y mucho menos aun. Así. El trabajo de campo en esta periferia pobre del oriente de la ciudad de México nos permitió aprehender que aquello que a los ojos del “extranjero”.net 5 . habla de una “exterioridad existencial” pero esa exterioridad existencial podría ser experimentada tanto en un lugar abierto como en uno cerrado. si consideramos que no se trata de la imposibilidad de que sean vistos. todo el conocimiento que hemos reunido sobre las periferias metropolitanas pauperizadas. Este autor. verlas desde la perspectiva del sujeto que hace esos lugares día a día. sin que esos dos procesos (reapropiación y resignificación) impliquen modificaciones materiales evidentes. replantea ambos conceptos desde la subjetividad espacial. sino en el sentido del individuo en el lugar. Si aceptamos que la vista es el sentido por excelencia con el que tomamos conocimiento del mundo (no porque los otros sentidos no puedan permitirnos ese conocimiento. ………Un holograma socio-espacial sobre la invisibilidad…………. La invisibilidad (o no visibilidad) de un paisaje puede ser la creación de un casi Insideness (interioridad) dentro de un Outsideness (exterioridad) (Relph.observatori@catpaisatge. muchas veces no son más que resabios de un pensamiento generalizante que no ha aprendido ni ha querido ver las especificidades. Relph construye una tipología de “exterioridades” e “interioridades” en la cual cada tipo hace una transición hacia el siguiente. una casa por ejemplo. con la particularidad de que ese casi Insideness solo es reconocido por quien participa de la situación y reconoce códigos o bien. al menos para algunos. que podríamos traducir como interioridad y exterioridad. Aquí lo interno y externo no deriva de una estructura material cerrada a modo de recinto o su ausencia. El Insideness viene a ser un “recinto de sentido” y no un recinto materialmente dado. la temática del outdoor e indoor no se refiere a lo interior o exterior de los escenarios (o paisajes) en sentido físico. quien tiene memoria espacial al respecto.net . como 6 De acuerdo a Relph. 1976)6. es decir como si los tipos se definieran sobre un continuo referido a la relación del individuo con el lugar. http://www. sino que para verlos hacen falta ciertas “claves”. no necesariamente deja de ser información ni coloca a esos territorios para nosotros en la categoría de Tierras Conocidas. y deriva de ambas las nociones de insideness y outsideness (1976:49-55). y de la resignificación de los mismos. entonces el tema de las Tierras incógnitas o desconocidas. es el residuo necesario que queda después de algo previo (deseo. Pero la basura era solo un elemento de un todo paisajístico. Algunos de los elementos materiales más relevantes de aquel paisaje eran la basura dispersa en el suelo. Cada uno de estos elementos paisajísticos participaba de cierta forma en la experiencia del paisaje de estos jóvenes.en el cual lo usual era que la sexualidad de los padres fuera parte de las prácticas realizadas ante la mirada de los hijos. sin mayor dificultad se podía concebir aquel lugar como un paisaje de la desolación y la basura. impulso. los recipientes de basura constituían una pseudo-protección para una sexualidad efímera y nocturna. para los jóvenes habitantes del lugar constituía un paisaje en el cual se integraban diversos elementos materiales y no materiales más allá de la basura.observatori@catpaisatge. aquel paisaje -en él que entraban y salían distintas personas. también tuvo sus ventajas: Hizo posible comprender una emergencia particular de aquello que han planteado algunos geógrafos: Al ser aquel arreglo paisajístico un lugar de la sexualidad. Por ejemplo. fue necesaria la narrativa de los propios jóvenes sobre ese paisaje y sobre las experiencias allí vividas para que sus palabras nos hicieran ver lo que no podíamos ver a través de la vista.).. Sin embargo.siempre estuvo allí y no era necesario ningún artilugio para verlo. más allá de la limitación evidente que implicó en un inicio. La clave fue la narrativa: La palabra otorgó la visibilidad. Por ello. los recipientes mismos de la basura… Para el extranjero. eso resultaba parte de lo evidente tanto para ellos y como para cualquiera que por allí pasara o allí estuviera. la sexualidad queda confinada espacialmente a la http://www. lo que ajustaba a un entorno paisajístico “desolado” y de carencias. Para los jóvenes habitantes del lugar. estaba conectada (a través de las experiencias) con un Indoor –sobre todo el interior de las casas de estos jóvenes. El punto de vista de extranjeros. los perros como los asiduos visitantes y exploradores del lugar. un abandono.era nuestro caso. los perros eran una compañía indiferente pero permanente de la sexualidad. Para los extranjeros y forasteros como nosotros. por su materialidad insoslayable. una fiesta. era una zona de la colonia en la cual se alineaban una serie de grandes recipientes para la acumulación y posterior recolección de la basura. la sexualidad “es” lo que queda (el residuo). Por ejemplo.. Y como esa espacialidad en términos materiales está colmada de basura. era el lugar de las experiencias sexuales. para los jóvenes de la colonia.net . para ellos también era el lugar de concentración material de la basura. semántica y materialmente.catpaisatge. Igual que la basura. La socialidad juvenil que construyó a ese paisaje de la basura en un paisaje de la sexualidad. Indudablemente. La espacialidad es productora de la sexualidad. la basura era el elemento paisajístico más fuerte. la sexualidad toma rasgos de la basura.net 6 . no solo la sexualidad se torna central para identificar y marcar el lugar (para darle sentido al lugar y para construirlo en ese paisaje de la sexualidad y la basura) sino que también ocurre lo inverso. Estos rasgos propios de aquel espacio terminaron siendo constitutivos de la sexualidad allí vivida. más aun de la vida metropolitana. en ciertos escenarios se pueden esperar comportamientos reiterativos. http://www. el desafío sería desarrollar aproximaciones metodológicas que permitan hacer visibles los paisajes invisibles.calle7. si queremos estudiar. conceptualizan distintos fenómenos. tempranito deben ir a la calle”. sino que éstos últimos dan claves para comprender otros fenómenos asociados. Esto no implica que la sexualidad del Indoor sea “resultado” de los paisajes de la sexualidad y la basura. En nuestro caso. investigar. Sin embargo. abiertos a captar la interpretación que hace la persona en cada situación.net 7 .net . cabe destacar que los dichos populares. su importancia radicó en que se constituyó en una verdadera clave analítica para comprender otros aspectos de la vida social local: Ciertos aspectos de las relaciones intradomésticas (las que ocurren en el Indoor) se tornaron más claros a partir de la forma en que aquel paisaje (Outdoor) configuró a la sexualidad. Asimismo. pero también la sexualidad es lo que se vive ante los ojos de otros indiferentes.catpaisatge. dentro del recinto de la casa. nos hace optar por la invisibilidad paisajística como una estrategia de vida? De aquí se desprende 7 Hay un dicho popular en México que a través de una irónica analogía alude a la espacialidad propia de la basura: “los maridos son como la basura. Al mismo tiempo.observatori@catpaisatge. Por ejemplo. como es el de desentrañar y reconocer lo aparentemente no visible y no conocido. dicen qué se debe hacer en otras. esa sexualidad toma otros rasgos propios de ese espacio en sí. Para los jóvenes habitantes del lugar. Así. El develar ese paisaje tuvo un primer y evidente valor. Por otro lado surge la otra cara de este mismo interrogante: Como ciudadanos de la vida cotidiana (y no como investigadores) ¿nos interesa ver todos esos paisajes invisibles? ¿O será que la multiplicidad de la vida social. desplazarse hacia este lugar en las noches implicaba ir en busca de una experiencia sexual. la sexualidad es lo que se aloja en un espacio casi abierto en el cual cualquier objeto físico puede restar cierta visibilidad. son importantes reservorios de conocimiento de sentido común. En otras palabras. paisajes invisibles necesitamos desarrollar distintos acercamientos metodológicos ad hoc. es decir. más allá del hallazgo en sí. explican ciertas situaciones desde el sentido común. dan interpretaciones del mundo. en la medida en que se mantienen vivos. y no solo de la basura que en él se aloja. entonces como investigadores de la vida social debemos recurrir a “conceptos sensibilizadores”. pudimos comprender mejor otras narrativas locales en las cuales la sexualidad de los padres (o de los cónyuges) tiene lugar ante los ojos de otros indiferentes. el lugar hace a la conducta. comprender. el espacio también fue constitutivo de la socialidad en otro sentido: También se pudo constatar aquello que planteara Constancio de Castro (1997). De este ejemplo se desprende una reflexión bifronte: Por un lado. Además. Ese paisaje de la basura y la sexualidad es invisible para los que no son parte de estas experiencias. Por ejemplo Herbert Blumer (1981) frente a dilemas semejantes decía que si aceptamos que lo central de la vida social son los procesos de interpretación que hacen constantemente las personas. net 8 . Por ejemplo. En otras palabras se asume que su sentido ha sido el de desencadenar los fraccionamientos irregulares de lotes en una zona que antes era rural. aun cuando estén junto a nosotros.una hipótesis a explorar: Esos paisajes invisibles y superpuestos posiblemente estén construyendo un espacio de “mucho espesor”. 2. pero también decodificar esos elementos que a modo de signos -y a veces de símbolos. semejante a la que realiza el empleado de telégrafos. ………Un holograma socio-espacial sobre la decodificación…………….observatori@catpaisatge. Entonces el problema de descifrar los elementos del paisaje al menos supone reconocer elementos fuertes. en donde sobre un paisaje se ha montado. En la reconstrucción de los sentidos otorgados a los elementos del paisaje. Aquí la tarea es más compleja porque no existe previamente esa relación entre claves y significados. 8 Empleo la expresión descifrar integrando las críticas y advertencias que planteara hace tiempo Clifford Geertz al uso temprano de esta expresión realizado por Ryle: El descifrar no debería pensarse como una tarea mecánica.. En la periferia excluida de la ciudad de México en la cual hemos anclado nuestra investigación. en donde hay una clave que siempre tiene cierto significado. encuentra una tradición o un mundo de sentido dentro de los cuales es posible pensar un elemento paisajístico de cierta forma particular. es una forma de fragmentar selectivamente un mundo complejo. y sobre ese. La decodificación de los elementos fuertes del paisaje y su relación con las prácticas La tarea de descifrar8 un paisaje implica intentar hacer visible lo invisible (o lo no visible).catpaisatge. o bien como el elemento paisajístico que valorizó más a los terrenos (y luego las viviendas) próximos a la misma.han sido dotados de sentidos específicos. Así. supone varios desafíos articulados entre sí. esta autopista es el elemento del paisaje local que siempre los urbanistas consideran el elemento que favoreció la expansión urbana en el lugar.net . hacer emerger las lógicas que lo hacen y dinamizan. se puede utilizar una línea de tiempo que se mueva tanto hacia el pasado como hacia el futuro. una montaña como un lugar sagrado. es decir construyendo invisibilidades circunstanciales y situacionales. la labor de descifrar el paisaje también se puede mover en la línea de tiempo hacia el futuro porque los sentidos otorgados a cada elemento del paisaje orientan a las personas que lo reconocen a realizar ciertas prácticas o realizarlas de una forma particular. Pero. como identificar los elementos más fuertes de dicho paisaje. otro y otro. descifrar un paisaje requiere retroceder hacia el pasado porque es en él en donde cada sociedad. En otras palabras. por eso se parecería más a la tarea del crítico de arte (Geertz. Por ello. Aunque esta labor pueda parecer única y monolítica. comprender el sentido atribuido (dentro de una tradición) y reconocer el tipo de prácticas que orientan a las personas en un horizonte de tiempo particular. http://www. una autopista enmarca a la zona por el Norte. invisiblemente para muchos. cada grupo social. Esto terminada siendo una forma de vivir la multiplicidad haciendo reducciones transitorias. 1996:19-24). otro paisaje. ante una complejidad desbordante nos construimos la opción de no ver ciertos mundos. Desde el punto de vista del habitante de este lugar. Más aun. venía rendida y cargando mi morral. aunque en apariencia representa la comunicación. recuerdo que ese día me tocó deportes. todo. podemos destacar que desde la perspectiva de la experiencia cotidiana de habitar ese lugar. y esa vez 9 En el sentido que le otorga a esta expresión Christian Lalive D’Epinay (1990). El fragmento de una narrativa femenina que habita en la zona resulta ilustrativo del sentido atribuido a la autopista: “Venía de la escuela. Estas condiciones impulsaron la construcción de algunos puentes peatonales elevados para permitir el cruce de la autopista ya que se fueron conformando colonias (barrios) al norte y sur de esta vía rápida. cuando ya venía yo a la subida del puente. las latas de leche.catpaisatge. de manera más profunda toma el sentido de fragilizar al individuo.. o sea chocamos.observatori@catpaisatge. sino dentro de ella. mis dos kilos de tortillas bien calientes y el solazo. que merece otras interpretaciones muy distintas a las de los urbanistas. solo que el tramo analizado ya no está fuera de la ciudad de México. con los útiles. llevó a que se urbanizaran las tierras que rodean esta autopista por sus flancos norte y sur. Entonces el elemento paisajístico autopista. De hecho se trata de la autopista que antiguamente se extendía desde la salida de la ciudad de México con rumbo a la ciudad cercana de Puebla.net 9 . como Geertz.. un morral bien feo.. las tortillas. la leche. http://www. y no una avenida. ese elemento paisajístico constituye un signo. La expansión de la ciudad de México hacia el oriente. no se va a detener frente a él. De esta forma. La conducta frente a este signo es “proteger mi individualidad porque el entorno es hostil y no lo va a hacer”. Esto implica que no hay semáforos sino puentes elevados para el cruce peatonal. en su periferia oriental. ya viene el autobús. vuelan las latas por lo que ahora es la vía rápida. como la sociedad que ve pasar y que sabe. no está peleado con el sentido que le han dado otros autores clásicos en el tema. en la periferia analizada (y ubicando el punto de observación en el norte de dicha zona) la autopista es un elemento fuerte y evidente del paisaje. Sigue permitiendo la conexión con Puebla. A su vez esa conducta se inserta dentro de un Ethos9 que es el individualismo acendrado en una sociedad del riesgo en donde cada cual tiene que resolver su vida porque nadie va a hacerlo por uno. la autopista parece potenciar su fragilidad. La autopista lo hace más frágil y vulnerable socialmente porque se le presenta como la sociedad que pasa rápidamente frente a sí. me lanzo a correr. ni siquiera habrá un ser superior o unas instituciones que protejan o amparen.net . se me atraviesa un viejo. es fuente de agresión. frente a la cual el individuo es consciente de su fragilidad y vulnerabilidad. Le recuerda cotidianamente que vive en una sociedad del riesgo. que por otra parte. la autopista es un signo del paisaje que habla de la velocidad del tránsito. venía bien cansada.Cabe aclarar que efectivamente es una autopista. tenía que traer todo lo que me encargaban de allá. Recuperando el planteamiento previo acerca de la posibilidad de descifrar un paisaje. por qué pues. algunos elementos materiales asociados al paisaje del miedo son externos a la experiencia y por lo mismo. es relevante desde la perspectiva de decodificar los elementos paisajísticos. Lo 10 Cabe recordar que Delgado (1999:36-58) utiliza la expresión “flotante” con relación a la observación.net . así como la figura masculina accidental. y está afuera porque se materializa en ciertos rasgos paisajísticos. y en él la materialidad insoslayable de la autopista es central. Esta narrativa de una mujer de 40 años en la que rememora una experiencia vivida cuando tenía alrededor de 15 años. este desafío se debe aplicar a los diferentes elementos paisajísticos y también al todo. son los “paisajes del miedo”. que aun involuntariamente se asocia a su fragilización. ¿por qué nos tuvimos que venir a vivir a un lugar así?. las peras. Estos paisajes del miedo son invisibles porque el miedo y su anclaje espacial es algo “flotante”. evidentes y visibles: Están “afuera” de la experiencia. Todavía para reforzar esa imagen de fragilidad frente a la autopista rápida y el hombre que se interpone. En esta ocasión nos limitamos a considerar el problema metodológico de la decodificación con relación a un único elemento paisajístico. por qué nos tuvimos que venir a un sitio así y por qué yo tenía a mi edad que padecer con esas necesidades”. ese paisaje efímero que se dibuja en su narrativa podría nombrarse como un “paisaje de la injusticia y la fragilización social de la persona”. pero la suerte me ayudó porque me hubieran “planchado”.catpaisatge. sigue siendo vía rápida. tenía las rodillas sangrantes.. porque es entrada a la autopista. paisajes no visibles. la narradora incluye el propio cuerpo lastimado y sangrante. es decir como una estrategia metodológica de cierto tipo de investigación urbana.me acuerdo que hasta me había comprado un kilo de peras. Desde la perspectiva de la narradora.. en el sentido en que utiliza la expresión Manuel Delgado10El paisaje del miedo es flotante porque está “adentro” de la experiencia de habitar el lugar. Es importante destacar que la figura masculina no la arremete directamente. Así distingue la observación flotante de la observación participante y también de la no participante.observatori@catpaisatge. Aquí lo que está adentro y afuera es el “miedo”. porque ahí no era de que. La construcción social de paisajes del miedo Un tipo particular de paisajes invisibles en las periferias metropolitanas excluidas. los codos. volaron las latas. donde vivíamos teníamos lo más necesario alrededor y a mi me entró un coraje. Está adentro porque deriva de una vivencia. 3. las tortillas. mis cuadernos y yo así. entonces es algo bien feo porque dices. nos resulta pertinente traer el calificativo de “flotante” para utilizarlo en otro contexto.. las manos. sin embargo el encuentro involuntario termina siendo otro elemento de un paisaje hostil que la arremete y la hace vulnerable. Pero en el análisis de paisajes experienciales y particularmente. Aparece la “autopista”.. http://www. está la misma circulación que va por la vía rápida. pero en realidad ese elemento solo toma sentido dentro de un paisaje en el que además de la vía rápida. En este caso. Y al mismo tiempo y de manera fragmentada. pero con ese mismo sentido de estar adentro y afuera al mismo tiempo. de bruces sobre todo.net 10 . los mitos. con los cuales los individuos interpretan al otro y al mundo. Tal vez un aspecto que valdría la pena analizar. Particularmente.asocia con el mito de la Odinsjagt o la Chasse de Odin12. Asimismo. con el sentido de miedo asociado a éstas e incluso con la amenaza de muerte. es decir en los discursos. al otro. La Odinsjagt.el sentido de vivir en una sociedad del riesgo. Esto se puede relacionar con lo que Denis Duclos (1995) denomina la “metáfora del miedo como amenaza exterior”. Otro. ni en el sentido de los denominados parques de diversiones. Las interpretaciones que se han hecho son diversas pero en casi todos los casos se destaca el deambular veloz y constante –como búsqueda perpetua. 2000:10).observatori@catpaisatge. como por ejemplo sufrir una agresión o intento de agresión. solas. aflicción o carencias. se trata de narrativas femeninas. es el contexto de la inseguridad y los discursos sobre ésta que circulan en las grandes ciudades. Así se podría plantear que estas narrativas femeninas construyen paisajes del miedo a partir de un núcleo central que es la concepción del otro como una amenaza externa sobre la propia persona. de sentir la fragilidad propia frente a las 11 La mención a una materialidad evidente es para señalar que estos paisajes no tienen nada semejante a los “paisajes del terror y el pánico”. en todo caso son configuraciones paisajísticas que pueden expresar desolación. la “luz mala” en el Cono Sur. 198513 . es que en los mitos europeos de este tipo. con las cuales el imaginario es capaz de darle un lugar. Para que ese paisaje material llegue a constituirse en un paisaje del miedo es necesario que medie cierta experiencia. como comitivas (la Cacería Salvaje. o la cacería de Odin. En las Américas podríamos mencionar diversos mitos que encuentran puntos de acercamiento con la Odinsjagt aun cuando no haya habido un dios Odin. también es importante contextualizar la construcción social de este tipo de paisajes del miedo en las periferias excluidas. Algunas versiones podrían ser las distintas formas de “nahualismo” en México y Mesoamérica.. Esa asignación de un lugar en un acervo de comprensión del mundo es un proceso eminentemente simbólico y que tiene su expresión en las “retóricas”. a lo diferente. En este caso particular el otro es visto como un “individuo solitario” que acecha. al acontecimiento. ni en otros sentidos de lo terrorífico más reales.del dios Odin durante las noches y en un caballo negro. la Santa Compañía de Galicia. las lógicas. a lo desconocido. aunque no exclusivamente.. pero no transmiten miedo de manera evidente. y en consecuencia actúan” (Lindón. Los puntos de acercamiento tienen relación precisamente con las incursiones nocturnas. una interpretación. los Herthelingi…). la “metabolización de la alteridad” se produce a través de lo que él denomina las “figuras metafóricas”. que este autor –pensando el tema desde Europa. los relatos. en otros procesos: Uno de ellos es la profundización del sentido del riesgo y de fragilidad social que forma parte de la vida de sus habitantes.net 11 .net . parecería que casi siempre las extrañas figuras que amenazan suelen aparecer de manera colectiva. ni en el sentido hollywoodense de los paisajes mediáticos.catpaisatge.. 12 13 “De acuerdo a Pietro Bellasi. mientras que en “las” Américas casi siempre son figuras (fantasmas) que se presentan de manera individual.. pero supera los objetivos de este trabajo. un sentido.. Esta es una forma de metabolizar –en el sentido planteado por Pietro Bellasi. Es un miedo que usualmente se siente en relación con los “otros”..indudable es que estos paisajes del miedo no tienen una materialidad evidente11 Desde el ángulo de lo necesariamente visible y evidente para cualquier observador externo. En la investigación sobre esta periferia metropolitana pauperizada hemos encontrado narrativas de sus habitantes que “dibujan paisajes del miedo”. http://www.Un holograma socio-espacial del miedo. los “skinwalker” en los Estados Unidos o. …. las narrativas. es parte de la mitología escandinava y también germánica. en muchas ocasiones representan directamente miedo y también se integran como piezas fuertes de los paisajes del miedo. Estas complicidades entre el agresor y los elementos naturales. a retener el agua de lluvias en superficie. como una complicidad para el agresor. Es frecuente que estas manifestaciones de la “naturaleza” no representen directamente el miedo. Cabe señalar que esta forma de concebir al “otro peligroso” de manera aislada. A pesar de que se construye el miedo de esta forma (como individuos aislados). esta pregunta se podría replantear de otra forma: ¿los paisajes del miedo integran elementos míticos? O bien. sino al agresor solitario. un animal muerto.net .estructuras. sobre todo a través de graffiti. pintas y demás inscripciones. El lodo es un elemento evidente y fuerte del paisaje local ya que se trata de una zona en la que coinciden dos rasgos constitutivos del lodo: Un terreno plano que resultó de la desecación de un antiguo lago y por lo mismo propenso a inundaciones. los encharcamientos… Estos son elementos naturales que integran el espacio de vida. llevan a “naturalizar el miedo”. Y también un régimen de precipitaciones en el que éstas se concentran de manera intensa en una estación del año (el verano). También es interesante observar que. esta concepción del miedo como un problema individual impide que el fenómeno social que está detrás pueda ser visualizado y planteado políticamente de manera colectiva. ¿de cuáles? Desde una mirada espacial y paisajística resulta relevante que en esta construcción social del miedo. la oscuridad. incluso en muchos casos se trata de bandas delictivas. Sin embargo. Más aun. un lote no construido. Desde la perspectiva de la alteridad es significativo este hallazgo ya que no es miedo a un otro colectivo. la expansión de la urbanización (y la http://www.catpaisatge. Esto nos recuerda la pregunta que se plantea al inicio de una de sus obras Angelo Turco (1999): ¿Existe una configuración espacial del mito? Tal vez en el caso que se analiza y entendiendo los paisajes del miedo como configuraciones espaciales. la naturaleza y la espacialidad lleva a que el miedo se asocie con elementos naturales que integran el paisaje: El lodo. paradójicamente el miedo se construye socialmente sobre un individuo que es imaginado de manera aislada. pero si indirectamente ya que al menos se presentan como un obstáculo para quien es acechado o bien. los perros callejeros que
[email protected] 12 . y también son piezas claves dentro de los paisajes del miedo. los individuos solitarios y peligrosos casi siempre cuentan con la complicidad de la “naturaleza” y de la espacialidad misma. No obstante. en la zona existen sujetos colectivos (por ejemplo. Por ejemplo. los denominados “chavos bandas” y distinto tipo de bandas juveniles) que suelen tener comportamientos violentos. ¿los paisajes del miedo son la configuración espacial de ciertos mitos?. parece tener más relación con ciertas leyendas presentes en el imaginario local que con fenómenos sociales locales (como las bandas). La complicidad entre el agresor solitario. algunas veces estas bandas dejan sus marcas físicas en el paisaje. como una amenaza externa. no es parte de un colectivo social. observatori@catpaisatge. Es una construcción de sentido que “une” o enlaza (en términos de sentido) la presencia “ineludible” de baldíos14 con el hecho de que allí se oculten agresores. “las tolvaneras” (femenino) son un elemento del paisaje –que complica la cotidianidadpero que casi siempre viene a enfatizar la “cultura del sacrificio de las mujeres” que se concreta en la multiplicación de su trabajo doméstico para convivir con el polvo. es otro elemento que viene a integrarse en los paisajes del miedo. Esto se debe a que ese elemento paisajístico –el espacio abierto. Así la presencia de un lote baldío en una zona periférica en la cual se ha densificado la ocupación.catpaisatge. Al unir a través del sentido ambos aspectos.que es su carácter inevitable.net . ha devenido un signo paisajístico claro y de indudable sentido: El baldío es un terreno en donde se esconden figuras peligrosas que acechan. Aunque es innegable que actualmente el elemento lodo (“el lodazal”) en la memoria espacial de los habitantes tiene más fuerza que en la realidad.net 13 .incorpora un rasgo del primer término -la presencia de los baldíos. En tanto que el lodo. La contraparte del lodo en términos del régimen pluvial estacional. las tolvaneras generan más trabajo doméstico para las mujeres. sin que por ello se pueda considerar un elemento del pasado.son elementos paisajísticos naturales “malos” porque dificultan la vida cotidiana. la estación seca. es decir las masas o remolinos de polvo incontenibles que avanzan y envuelven todo a su paso durante el invierno. las hace más vulnerables frente a los ataques en los cuales el lodo es el principal aliado del agresor hombre. entonces indirectamente es asociado con el miedo. no ocupados con viviendas. implica la paralela imposibilidad de que en ellos no se oculten los agresores que acechan al transeúnte. pero también es asociado al esfuerzo y el sacrificio que implica su incorporación en la vida cotidiana. A diferencia de “el lodo” (masculino) que siempre aparece implicado en circunstancias de agresión y es constitutivo de los paisajes del miedo. son las tolvaneras. que en esencia supone la ocupación progresiva de tierras rurales para uso urbano. Así. pero al mismo tiempo ello les permite magnificar su carácter abnegado y dedicado al hogar. Un aspecto relevante de esta construcción 14 Aquí lo ineludible deriva del propio proceso de urbanización irregular. pero en la que al mismo tiempo aun hay lotes baldíos. no construidos.parece identificarse como un signo – colectiva y indudablemente reconocido. Los lotes baldíos. pero en otras no solo es una incomodidad cotidiana que aumenta el trabajo doméstico de las mujeres. Ambos –lodo y tolvaneras. el segundo término -el ocultamiento de los agresores. El lodo no representa el miedo pero si un cómplice del agresor que integra el paisaje del miedo. Se constituye así una trama de sentido según la cual la imposibilidad de evitar los baldíos. sino que además las fragiliza. a veces también habla del sacrificio femenino.de que en ese lugar vacío “es posible” que sucedan agresiones físicas. lo que “naturalmente siempre va a ocurrir”. http://www.pavimentación consiguiente) viene “acorralando” al lodo. para retener a la víctima en el lugar de la agresión. duplicando la figura del acecho…. Anteriormente se enfatizó la ausencia de construcción en un lote (la condición de baldío). neutral. Pero igual que los anteriores elementos. e impiden que la persona acechada pueda eludirlos fácilmente. de perros amenazantes que persiguen a la persona acechada o acechable. Así. es decir la casa.catpaisatge.de sentido es que. pero es violencia “protegida” del exterior y desplegada por la familia inmediata. es un lugar en donde casi siempre la persona acechada puede ser objeto de violencia. el paisaje del miedo integra algunos rasgos propios del espacio en sí mismo. la causa última de los peligros resultan ser los baldíos y no lo agresores ni la ciudad. de lodo que dificulta las caminatas.observatori@catpaisatge. y no por un desconocido como es en el caso de los baldíos y las calles colindantes. Este puede ser el caso de un baldío. Junto a los anteriores elementos “naturales”. Se trata de una distancia obstáculo en la cual están los elementos mencionados más arriba. Las grandes distancias a recorrer están pobladas por figuras masculinas que acechan. de oscuridad que es cómplice de las figuras que acechan al ocultarlas. que no se detengan allí y que sepan que –aun con las anteriores advertencias. Así. Uno de estos rasgos es el de las grandes distancias a recorrer.allí les pueden ocurrir diversas agresiones físicas y emocionales. la amplitud o apertura espacial. Es una trama de sentido que naturaliza el peligro y condena a la persona a la amenaza constante y previamente advertida. pero a ello se agregan las grandes extensiones en sí. las grandes extensiones http://www. las grandes distancias en situaciones en las que alguien es acechado representan una extensión espacial que “aleja simbólicamente” la llegada a un “lugar seguro”.net 14 . Las grandes distancias no son un simple obstáculo en un espacio vacío. A veces también es constituyente de los paisajes del miedo la espacialidad como extensión. de encharcamientos que obligan a “andar a los saltos”. de perros muertos que como objetos desagradables se interponen en un recorrido. Cabe destacar que ese lugar seguro. que pueden deberse a que aun no se construyó pero también pueden resultar de la demarcación de áreas vedadas para el uso residencial. Así. Este es el caso de los espacios que se reducen. Tampoco representan en sí mismas el miedo. que solo es distancia a recorrer geométricamente dada. Esta construcción de sentido también se asocia con una conducta esperada socialmente por parte de quienes son amenazadas por el “terreno baldío” (no por el agresor): Se espera que circulen rápidamente. la casa. esos elementos vienen a agregar un plus a las grandes distancias para terminar de armar el rompecabezas del paisaje del miedo. Entonces el peligro parece derivarse “naturalmente” de la existencia de los baldíos. como una calle angosta.net . La espacialidad también contribuye a la construcción de los paisajes del miedo a través de la estrechez física. son concebidas como un obstáculo en términos de “distancia a recorrer” para quien puede ser acechado o acechada. En cambio. juegan como otra pieza clave de los paisajes del miedo en este contexto particular. Los recuerdos de lo vivido también son procesados por la persona. esto alimenta el sentido de que el espacio público solo es para circular y cuanto más rápidamente y más breve sea la exposición al mismo. de su avanzada sobre lo desconocido como fuente de innovaciones.net . en las narrativas femeninas. la apertura espacial. pero también de constructos sociales en los que han sido socializadas las mujeres. la apertura espacial no le sirve subjetivamente a la persona para posicionarse en sí misma. http://www. Al mismo tiempo hay que tener en cuenta que en las periferias en proceso de consolidación como la estudiada (más aun. siempre con relación al miedo. o simplemente para “ser”. Nuevamente. En cuanto a los recuerdos de lo vivido en espacios abiertos.de terreno no construido (y no solo las grandes distancias a recorrer). La misma apertura espacial podría pensarse como la posibilidad de huir del agresor. hay que tener en cuenta que no solo son algo que se rememora anecdóticamente. esta forma de darle sentido a la apertura espacial parece muy articulada con ciertas “leyendas y mitos” en donde los espacios abiertos son el escenario por el que se desplazan amenazantes.catpaisatge. en el futuro. los espacios abiertos son elementos paisajísticos que casi siempre están presentes. Con estos esquemas. genera el rechazo al “estar” en un lugar público. y según los cuales el punto de partida de su relación con el mundo es su “incapacidad” y su “imposibilidad” para actuar. decidir.que también hemos hallado en habitantes del lugar. de avanzada. como artífice de algo que se va a construir o que se está construyendo. la apertura espacial es un elemento clave para construir a la zona como un paisaje de colonización. en las que recién empiezan a ser ocupadas). sino para referir a las posibilidades que le otorga a los otros que la amenazan. en las calles. de posibilidades y sueños. la persona configura sus prácticas actuales y aun las futuras (las que todavía no realiza). que junto con otras construyen socialmente los paisajes del miedo. en el presente. La apertura espacial es una componente relevante de los paisajes del miedo porque favorece el desplazamiento de los agresores. Esta particular construcción de sentido en torno a la apertura espacial se alimenta de experiencias vividas (pasadas). dando como resultado un esquema con el que se orienta y se actúa en el paisaje cotidiano. el sujeto se siente más protegido. También es importante señalar que en otros discursos –pero masculinos.observatori@catpaisatge. la apertura espacial le sirve subjetivamente al individuo para sentirse protagonista de su libertad. precisamente porque son zonas que no han completado o cerrado la ocupación urbana. Pero como no es posible para ninguna persona evitar totalmente el espacio público.net 15 . La proyección de ese esquema en el presente y aun. En estas narrativas masculinas. extraños personajes como los “muertos vivientes”. pero lo relevante es que la persona solo le da sentido como una posibilidad para que el otro concrete la agresión. En algunas narrativas. incluso a los hombres. indica que aun cuando estas mujeres participan ineludiblemente del espacio público (de las calles) por su inserción laboral.observatori@catpaisatge. en buena medida es una presencia desde el miedo al otro del que se hace cómplice la espacialidad y la naturaleza.catpaisatge.net 16 . El otro representa al agresor. Así. La constitución de paisajes del miedo viene a reforzar la concepción de que las calles solo son para circular. tan arraigado en las ciudades latinoamericanas. también solo son para circular rápidamente. es muy frecuente – pero no indispensable. Esto muestra que cada vez parece más distante la posibilidad de conquistar el espacio de las calles de las periferias metropolitanas pauperizadas como un espacio para que el habitante pueda “estar” en ellas. Desde la perspectiva del género se ha enfatizado reiteradamente la participación de las mujeres en los mercados de trabajo. hoy se han acercado e imbricado la idea socialmente aceptada. Lo anterior todavía se ha visto reforzado por los ideales del modo de vida americano. Asimismo. que asocia las calles al peligro. incluso por el ejercicio de la violencia. En otros términos. aun cuando en las periferias excluidas el automóvil no llega a entronizarse como en otras zonas de la ciudad. y no para permanecer. Esta concepción del otro –el alter. de Eric Dardel http://www.como el agresor. de que las calles son para circular con la otra idea. incluso esto opera en esos términos en las periferias pobres como la oriental de la Ciudad de México. en un juego de espejos constante. Esto no implica que todas las mujeres habitantes de esta periferia se posicionen de la misma forma frente a los otros. Si traemos una frase conocida y citada en distintas ocasiones. es más frecuente entre mujeres jóvenes. algunos hombres también asumen una narrativa del miedo. por las políticas urbanas. también se configura con referencia a cómo se concibe cada persona a sí misma.net . En este juego de espejos entre los otros (agresores) y un sí mismo fragilizado. si bien se hace con relación a experiencias vividas.que la condición de género esté presente de manera central. La articulación de ambas ideas refuerza la construcción social de las calles de las periferias excluidas como “paisajes del miedo”. esta construcción de sentido respecto al espacio público abierto en términos de paisaje del miedo. el miedo y en consecuencia. las mujeres reconocen los paisajes del miedo pero en ellos se ubican como quienes pueden controlar y agredir a otros.Este aspecto es relevante porque profundiza la función circulatoria de las calles. Aunque también se relaciona con la edad. a menos que quien “esté” en ellas se asuma como quien puede controlar ese lugar. Cabe recordar que esta concepción de las calles en términos circulatorios fue planteada por los ideales lecorbusianos. Sin embargo. el sentido de fragilidad antes los paisajes del miedo es más usual entre las mujeres que entre los hombres. Y hay muchos elementos paisajísticos que constantemente le recuerdan al habitante anónimo su vulnerabilidad. de raíz lecorbusiana. pero sobre todo esto opera en esos términos cuando el sí mismo se concibe desde la fragilidad. y luego largamente retomada en diferentes países y contextos. ya que no es visible. los habitantes de estas periferias tienen diferentes condiciones etarias. también en ellas hay diversidad de sujetos sociales ya que sus habitantes son migrantes que han llegado allí de distintos lugares de la metrópoli y del interior. Esta construcción social de los paisajes del miedo articula la fragilidad y el riesgo de la persona. En síntesis. el paisaje del miedo resulta construido socialmente pero a su vez. estas periferias son “homogéneas”. caben nuevos cuestionamientos: Si las calles son parte central de la ciudad. de género. como amenaza y más aun. pero en las periferias excluidas de muchas ciudades latinoamericanas las calles se constituyen en los ejes centrales de los paisajes del miedo por los que solo se circula y que orientan al sujeto a recluirse en espacios cerrados (en donde paradójicamente la protección solo es una fantasía). hay una permanente construcción de paisajes del miedo que objetivan al otro como un agresor individual. de cierta forma. y eso es una fuente constante que alimenta la hibridación. este paisaje produce. Pero al mismo tiempo. con la posibilidad de agresión por parte de individuos “aislados y solitarios” que tienen como cómplices al espacio y a distintos elementos naturales. la vida social que allí se desarrolla: Como decía Milton Santos (1990). alimenta la construcción del otro como agresor. es visto como la maldad de individuos solitarios que se asocian con la naturaleza. Pero. de sujetos sociales. tampoco es concebido como algo social ni hay componentes políticas en juego. De todo esto se desprenden nuevos interrogantes: Es indudable que actualmente asistimos a un aumento notorio de los discursos sobre la multiplicidad de puntos de vista. lo que le da más perdurabilidad. laborales… De modo tal que la multiplicidad de sujetos sociales y discursos también es parte de estas periferias metropolitanas excluidas. Sin embargo. Hasta aquí los ejes de la construcción social del paisaje del miedo. Aparentemente. ese conjunto de características llevan a la persona a ubicarse frente al paisaje del miedo como algo que se debe enfrentar de manera individual. tal como se planteó en el apartado previo. nada de esto tiene http://www. la convivencia en las otredades lejos de llevar a la aceptación del otro. pero también porque muchos de estos hogares tienen al menos un miembro que de manera flotante o permanente está en Estados Unidos. los paisajes del miedo son una construcción socio-cultural compleja que resulta en diálogo con ciertas formas espaciales que “naturalizan” el miedo. Además. En otras palabras.catpaisatge. Sin embargo.observatori@catpaisatge. sobre la hibridación cultural y este rasgo también está presente en periferias metropolitanas pauperizadas como la estudiada. Para cerrar esta construcción de sentido. estos paisajes del miedo terminan siendo lo que le da forma a las prácticas sociales. son los espacios de los pobres de la ciudad. resulta significativo que a pesar de la diversidad de otredades.(1990:38). “la ciudad como realidad geográfica es la calle”.net 17 . se lo objetiva en un paisaje. entonces es posible dudar si hay alguna posibilidad para la vida urbana como fenómeno colectivo en estos contextos particulares. En otras palabras. el espacio es un producto social pero al mismo tiempo produce a la sociedad.net . para considerar los paisajes desde la invisibilidad. Muchas veces este tipo de invisibilidad se asocia también a la preferencia por ciertas escalas de análisis que ven los fenómenos de manera muy distante (en estricto sentido.observatori@catpaisatge. Así. Uno de ellos es aquel en la cual la invisibilidad resulta de un intento fallido del investigador al querer dar cuenta de un paisaje pero no lograrlo por recurrir a aproximaciones parciales o no adecuadas. la fuerza del paisaje del miedo está en que –aunque este paisaje es producido por la sociedad.visibilidad evidente. Reflexiones finales Para concluir queremos destacar que la invisibilidad paisajística no puede plantearse sin incluir el punto de vista de quien ve o no ve. La otra invisibilidad es la que opera para una parte de los habitantes o de quienes tienen algún contacto con el lugar sin buscar analizarlo. 4.net 18 . Pero estas invisibilidades operan para unos sujetos.una vez configurado moldea la vida social de cierta forma pasiva y exacerba el individualismo: Esta es la producción de lo social por parte del paisaje del miedo. puede ser invisible para ciertos observadores. sino que la posibilidad de no ver (o ver) el paisaje es algo que se define desde su mirada. o realizarlas de cierta forma. Se trata de paisajes que para un sujeto constituyen verdaderas Terrae incognitae. Tomando el punto de vista del sujeto. En estos casos es usual que la invisibilidad resulte al omitir las componentes no materiales del paisaje.catpaisatge. Sin embargo. Sin embargo. Podemos enfrentarnos al paisaje y solo apreciar algunos elementos materiales. los que son usuales para nosotros. todo se reduce a un paisaje desolado. la invisibilidad puede abordarse al menos desde dos ángulos muy diferentes. Ante esa invisibilidad. a los que les atribuimos sentidos estandarizados o bien. es un paisaje que le transmite miedo a la persona y por lo tanto la fragiliza y le hace sentir su vulnerabilidad. como resultan http://www. Al alejarnos del paisaje para buscar una mirada más amplia uno de los riesgos más frecuentes es invisibilizar al sujeto-habitante. eso lo termina haciendo “invisible” o ininteligible. el actor no puede ser considerado desde afuera (como un habitante que está “localizado” en un lugar). A lo largo del trabajo se pudo observar que un paisaje del miedo como el analizado. un paisaje de carencias. Al no conocer un paisaje o una parte de él por experiencia del lugar. Estos paisajes del miedo orientan a quien los ve a realizar ciertas prácticas. Al intentar analizarlo exclusivamente en términos de materialidad. En estos casos lo no visible es el resultado de carecer de conocimiento del lugar en términos experienciales. es decir. De esto resulta una invisibilidad por no haber experimentado el lugar y en consecuencia no acceder a otros sentidos. escalas pequeñas). puede resultar invisible. es mucho más que un paisaje desolado. mientras que para otros son enteramente visibles. En otros términos. el punto de vista de un actor. para quienes han vivido ciertas experiencias en el lugar.net . ). pp. http://www. El animal público.E. Londres. Adrián Guillermo Aguilar (coord. Prentice-Hall. Procesos Metropolitanos y Grandes Ciudades. vol. Hora. núm. Daniel y Alicia Lindón (2004).net 19 . Denis (2002). núm. 78. Blumer. Manuel (1999:36-58). Sociétés: La rhétorique du quotidien. “Planeta de ciudades miserias: Involución urbana y proletariado informal” en: New Left Review. CONACYT. Pietro (1985). pero una vez que lo integran de alguna manera. "Observando la naturaleza: el paisaje y el sentido europeo de la vista". La interpretación de las culturas. Geertz. 436 p. 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