Las Cartas Paulinas Jean Noel Aletti.docx

March 30, 2018 | Author: Gerardo José Rosales Moreno SJ | Category: Gospels, Christ (Title), Christology, Jesus, Paul The Apostle


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LAS CARTAS PAULINAS: UNA CRISTOLOGIZACIÓN DIFUSA1 Introducción: La (jesu)cristología inunda todos los campos de la reflexión paulina y es factor principal de la estructuración. I.- Evangelio y Cristología: A) El evangelio que es Cristo: el evangelio que Pablo proclamó es el “Evangelio de Dios”, pero con un contenido cristológico. Para él proclamar el evangelio viene a ser anunciar a Cristo. Así también, adherirse al evangelio equivale prácticamente a creer en Cristo Jesús. B) La muerte de Cristo en la cruz, el corazón del evangelio: Para Pablo la cruz pasó a ser de evento insoportable en el lugar mismo de toda conversión, el leitmotiv de su anuncio. La cruz de Cristo determina el propio mensaje, pues en ella queda definitivamente indicada la opción de pobreza de Dios: en el “hasta-ahí” de la cruz se revela la locura divina más sabia que la sabiduría humana. C) ¿Una única cristología y un único Evangelio?: En los evangelios, incluido el paulino, la unicidad de referente no implica la unicidad de discurso. El Evangelio es siempre “según Mateo, Marcos, Lucas, etc. El evangelio es único en el sentido en que remite a un solo Jesús, muerto en Cruz y resucitado por todos nosotros, a un solo Espíritu, que causa nuestra santificación. II.- Cristología y Anuncio de Salvación: San Pablo hace depender manifiestamente la soteriología de la cristología y no al contrario, como los sinópticos. A) Las múltiples dimensiones de la mediación de Cristo: En primer lugar el mismo Cristo es don por lo que ha hecho de sí mismo por nosotros (1 Cor. 15, 23-28). En segundo lugar, la mediación de Cristo se perpetúa en la relación de los creyentes con Dios pues él les protege de la cólera venidera e intercede por ellos (1 Tes 1,10; Rom 8,34). B) Los destinatarios de la Salvación y su estatuto: Pablo destaca al respecto la relación de identidad existente entre el creyente (cristianos) y aquel de quien éste toma el nombre. En Gal 4,6 dice el apóstol: “Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo”: Cristo vive en nosotros, ama en nosotros; nosotros/as somos hijos/hijas con y en él. III.- Cristología y espera del fin de los tiempos: A) ¿Cristología o apocalíptica?: Pablo no está interesado en la venganza divina final: no que él la niegue, pero sí que de toda su predicación insiste en lo contrario, a saber: la misericordia otorgada a nuestra humanidad, con loca largueza, la de la cruz, pues paradójicamente ¡nunca como ahí el Dios de gloria y majestad se mostró más poderoso! Pablo pone menos el acento sobre el reinado final de Dios que sobre la función y el sentido de la victoria de Cristo sobre la muerte; pues gracias a la resurrección de Cristo el cristiano sabe que ya le ha sido adquirida la victoria (1 Cor 15:57). B) el día y la venida del Señor: Cristo no es, como en ciertos escenarios judíos de la época, la señal que anuncia el fin de los tiempos. Su presencia es nuestro consuelo: ¡la única y verdadera desdicha es no estar para siempre con él! C) La resurrección de Cristo y la Nuestra: Para Pablo la resurrección final es impensable sin Cristo, en quien tenemos el modelo, las primicias; su resurrección anuncia, reclama la nuestra, y la asegura: 1Cor 15 muestra que lo que le ha sucedido a Cristo permite comprender lo que nos sucederá a nosotros, es índice de a qué estamos llamados. IV.- Cristo y el discurso sobre Dios: Pablo parece no querer separar nunca a Dios de Cristo, como si no se pudiera conocer a uno sin el otro; es más, a menudo los pone en relación de contigüidad. A) Cristo y su relación con Dios: En repetidas ocasiones Pablo identifica el actuar salvífico de Dios y de Cristo, 1 Aletti, Jean-Noël. Las Cartas Paulinas. Una cristologización difusa”. En: Jesu-Cristo, ¿factor de unidad del Nuevo Testamento? Agape 22; Salamanca: Secretariado Trinitario, 2000, pp. 35-73. PUJ-TEOLOGÍA Síntesis Teológica Bíblico-Sistemática Fecha: 10/09/2014 Profesor: Luis Gabriel Espíndola Estudiante: Gerardo Rosales, SJ subrayando así su unidad (Ef 2,15). Él pone también a Cristo con Dios cuando menciona la obra de la creación. En 1 Cor 8,6 enuncia ya, aunque muy brevemente, la mediación creadora de Cristo. El título de “Hijo predilecto” (Col 1,13) subraya además la relación única, íntima con el Padre. B) Dios y Cristo: Leyendo el conjunto de las epístolas, no puede uno sino pensar que, para Pablo, es la paternidad lo que mejor describe a Dios lo que le define con propiedad: Dios tiene un Hijo y, en un gesto de amor inaudito, nos lo ha enviado para redimirnos y para hacernos hijos. C) Cristo y el Espíritu: Pablo se niega a separar el “pneuma” del Señor y de Dios; e igualmente no hay pneumatología que pueda ser autónoma con respecto a la cristología y a la teología (1Cor 12,4-6), y que no esté unida además a la eclesiología (1Cor 12,12-30). V.- Cristo y el discurso sobre la Iglesia: En el apóstol la presentación multiforme del ser-Iglesia no está separada de la cristología, pues Cristo es su fundamento (1Cor 3) o la Piedra Angular (Ef 2) del templo que constituye la Iglesia. A) La Iglesia Cuerpo de Cristo: En Pablo el vocabulario del Cuerpo tiene connotaciones de crecimiento, de unidad en la diversidad y la complementariedad de los miembros, etc., pues más fundamental es su determinación cristológica; los creyentes no forman tan sólo un cuerpo (social), sino que dicho cuerpo es el de Cristo, unos y otros son miembros de Cristo. B) Los sacramentos de Cristo: Para el apóstol Bautismo y Eucaristía son operadores crísticos estructurantes. Pablo señala sobre el banquete eucarístico que fue querido por el mismo Jesús: “haced esto en memoria mía” como una institución: “cada vez que”, para nutrir a su Iglesia: “Esto es mi cuerpo, esta es la copa de mi sangre”. Sobre el bautismo, afirma que es él el que determina la verdadera dignidad (crística y espiritual) de los creyentes y permite a Pablo luchar contra toda jerarquización intra-eclesial. C) Cristo y los ministerios: La finalidad crística del ministerio apostólico es dar a conocer a Cristo, ampliar el número de creyentes en él y ayudar a la Iglesia a alcanzar su estatura. Es Cristo quien distribuye los dones (domata) – o sea los ministros- a su Iglesia (Ef 4, 7-12). VI.- La argumentación Cristológica en Moral: La moral paulina no halla sus motivaciones principales en la Torá mosaica; a pesar de todo, el trasfondo judío de algunas directrices es innegable. A) Los motivos Cristológicos: en primer lugar, el apóstol a veces exhorta a los creyentes remitiéndoles al Señor Jesús, pues se dirige a convertidos “en Cristo” (1 Tes 4,1; Flp 2,5). En segundo lugar, en algunos pasajes Pablo hace alusión explícita a la actitud de Cristo, en particular a su liberalidad, a su humildad, a su amor hacia todos y especialmente hacia los pequeños. Concretando, se puede decir que las justificaciones cristológicas pertenecen a lo que se ha dado en llamar “el indicativo” sobre el que se injerta “el imperativo” ético: Pablo exhorta a sus lectores en nombre de su ser en Cristo, en virtud de lo que ellos mismos han recibido del amor de Dios en Cristo Jesús (Col 3,1). VII.- Cristo y las Escrituras: La exégesis paulina de las escrituras es directamente cristológica, y hasta tipológica, en algunos pasajes, y en otros muchos no, pero la importancia de Cristo no es una cuestión cuantitativa. Pablo dice que los judíos que leen el A.T sin vínculo alguno con Jesús de Nazaret, el Mesías, lo leen con un velo que no puede ser corrido; sólo la fe en Cristo Jesús retira ese velo, “porque sólo en Cristo desaparece” (2 Cor 3:14). Cristo es la clave de las escrituras, porque mientras que los judíos lean el A.T sin vínculo alguno con Jesús de Nazaret, el Mesías, lo leen con un velo que no puede ser corrido; sólo la fe en Cristo Jesús retira ese velo, «porque sólo en Cristo desaparece». En otros términos, es la Fe en Cristo Jesús la que abre a la inteligencia de la escrituras.
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