Lapoujade - Deleuze. Los Movimientos Aberrantes (Introduccion y Cap 1 a 4)

April 2, 2018 | Author: sniperkiwi | Category: Gilles Deleuze, Epistemology, Philosophical Science, Science


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Lapou ade, DavidDeleuze, los movimientos aberrantes David Lapou ade. -la ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires Cactus, . p cm. - (Occursus ) Traducción de Pablo Ariel res ISBN - - - - . Filosofía Contempor nea. . res, Pablo Ariel, trad. II. Título. CDD Cet ouvrage, publié dans le cadre du Programme dAide Estaobra, publicadaen el marco del programadeAyuda David Lapoujade la Publication Victoria Ocampo, bénéficie a la Publicación Victoria Ocampo, cuenta con du soutien de l Institut Rancais. el apoyo del Institut Fran ais. DELEUZE. LOS MOVIMIENTOS ABERRANTES Título Deleuze, los movimientos aberrantes Título original Deleuze, les mouvements aberrants Autor David Lapou ade Les ditions de Minuit, Editorial Cactus, Traducción Pablo res Maquetación y diagramación Manuel dduci Impresión r fica MPS ueda hecho el depósito que marca la ley . . ISBN - - - - ira. edición en castellano - Buenos Aires, septiembre de Impreso en Argentina Printed in Argentina .editoriaicactus.com.ar b infoPeditorialcactus.com.ar 1/58 David Lapou ade INDICE DELEUZE, LOS MOVIMIENTOS ABERRANTES Traducción de Pablo res INTRODUCCION. LOS MOVIMIENTOS ABERRANTES............................... n Movimientos aberrantes y lógicas irracionales. - El problema como combate. Las tres preguntas ¿c uió facti? ¿quid uris? ¿quid vita? CAP TULO . LA CUESTI N DE LA TIERRA............................................ La importancia de la pregunta ¿quid uris? - La cuestión del fundamento y su crítica. - Lo sin fondo y las nuevas superficies. - La distribución de la tierra y la gran política”. CAP TULO . LOS C RCULOS DEL FUNDAMENTO Identidad y circularidad del fundamento el m undo de la representación. ¿ ué hay "ba o" la representación? La Diferencia y los diferenciales. - Crítica del fundamento y crítica del uicio. - Los dos modos de pobiamiento d éla tierra logos y nomos. Espacio estriado y espacio liso. CAP TULO .TRES S NTESIS (O "iO U A P A SA D O ?").......................... La repetición como e periencia del fundamento. ¿ ué es un acontecimiento? - Primera síntesis del tiempo. La fundación del h bito y las pretensiones territoriales. - Segunda síntesis del tiempo. El fundamento de la memoria y los círculos de Eros. Platonismo de los ob etos virtuales. Lo "natal". -Tercera síntesis del tiempo. El tiempo vacío del acontecimiento. T natos, nuevo principio trascendental y el eterno retorno deleuziano. La nueva usticia y el caosmos. Editorial Cactus CAP TULO . CONSECUENCIAS EL EMPIRISMO TRASCENDENTAL iOCCURSUSi Una Crítica de la razón pura sin analítica estética y dialéctica. - Teoría de la Idea y muerte de Dios. La síntesis disyuntiva. - La idea como lógica de la materia intensiva. - La individuación. 2/58 CAP TULO . EL PERVERSO EL ES UIZOFRENICO............................. Sentido y sinsentido. El acontecimiento. El afuera del lengua e. - La lucha del esquizofrénico contra todo principio de articulación. - El héroe deleuziano de Lógico del sentido el perverso. El doblez como operación perversa. - El conflicto entre el perverso y el esquizofrénico. - Importancia de uattari. Del estructuralism o al m aquinism o. CAP TULO . ES UIZO SIVE NATURA.................................................... Renovación de la pregunta ¿quid uris? - El cuerpo libidinal y el hom o natura. - Los cuerpos sociales y el deseo ligado. - El cuerpo social de los salva es las m arcas territoriales y la fundación. - El Lista de la s a b re v ia c io n e s y d e la s e d ic io n e s u tiliz a d a s cuerpo social de los b rbaros y la trascendencia. Fundar ei inconsciente la im plantación de una memoria. - El capitalism o y la a iom tica. - El gran m ovim iento pendular paranoia y esquizofrenia. -Teoría de las sínte sis ( ant Mar ) y teoría de las m ultiplicidades (Spinoza Bergson). Naturalismo de ElAntiedipo. AE E lA n tie d ip o (con uattari), P aidós, Barcelona, . B E l B ergsonism o, C tedra, M adrid, . CAP TULO . LAS TR ADAS DE LA TIERRA............................................ Cl C ine - La im agen-m ovim iento, P aidós, Barcelona, . Mil mesetas o el poblamiento de la tierra. Plano y perspectivismo. - El plano (i). - La m quina abstracta C C ine - L a im agen-tiem po, Paidós, Barcelona, . ( ). - El agenciamiento concreto ( ). - Los tres estratos (geológico, biológico, antropomórfico). CC C rítica y clin ic a , Barcelona, . La doble articulación orden y organización. Contenido y e presión. - El agenciamiento contra la D D i logos (con Claire Parnet), Ed. N acio na l, M adrid, . estrurtura. - Un e emplo la ling ística. Tres concepciones de la m quina abstracta. DR D iferencia y repetición, A m orrortu, Buenos Aires, . DRL D os regímenes de locos y otros te tos, Pre-Te tos,Valencia, . A E l agotado, ve rsió n electrónica, trad. R a l Sanchez C edillo. CAP TULO . PUEBLOS DESPOBLADORES........................................ ES E m p irism o y su b e tivid a d . C ranica, Barcelona, . Poblaciones hum anas y coe istencia de las diversas formaciones sociales. - La transversalidad de F Foucault, Paidós, Barcelona, . Mil mesetas. - Los círculos del aparato de Estado tierra, traba o, dinero. - La cuestión de la soberanía FB F rancis Bacon Lógica de la sensación. Arena, M adrid, . política potencia y derecho. - Fundar es englobar. La forma de interioridad. La m quina de guerra FC L a filo so fia crítica de ant, C tedra, M adrid, . y las potencias de destrucción. Las transformaciones de la muerte y la tierra englobada. - La ID L a isla desierta y otros te tos, Pre-Te tos,Valencia, . a iom tica esclavitud y su eción. LM af a. P or u n a litera tura m enor (con uattari), Era, M é ico, . LS Lógica d e l sentido, de la traducción de M igue l Morey, e d ic ió n electrónica E scuela de CAP TULO . A RIETAR LA M NADA................................................ filosofía U n ive rsid a d ARCIS. Nomadismo contra imperialismo. El problema de la acción política. - Las sociedades de control un M M M il mesetas (con uattari), Pre-Te tos,Valencia, . mundo sin afuera. Las nuevas mónadas. Ver y hablar. - Las minorías y el porvenir. - De lo imposible NF N ietzsche y la filo so fia . Anagram a, Barcelona, . a lo intolerable. Los nuevos cuerpos sociales. - Problematización de la a iom tica. Minorías de P E l pliegue. L e ib n iz y e l barroco, Paidós, Barcelona, . hecho y minoritario en derecho. Las dos formas de la lucha política. Disociar ver y hablar. - Lo C C onversaciones, de la T raducción de osé L u is Pardo, e d ició n electrónica E scuela de Abierto y el Afuera. filosofía U n ive rsid a d ARCIS. PS P roust y lo s signos. A nagram a, Barcelona, . PSM Presentación de Sacher-M asoch, A m orrortu, Buenos Aires, CAP TULO . DEL DELIRIO.............................................................. LF ¿ ué es la filosofia? (con uattari), A nagram a, Barcelona, . La imagen deleuziana el desierto no humano. - Sombras y luces. - Cómo repoblar el desierto. La SPE Spinoza y e l problem a de la e presión, M u c h n i , Barcelona, "deducción" d élos cuerpos. - Creer en este mundo los delirios. SFP Spinoza F ilosofía pr ctica, Tusquets, B uenos A ires, . CONCLUSI N. FILOSOF A-L MITE..................................................... Para esta e d ició n , h e m o s trasladado todas las citas de las obras de Deleuze a las Los dos sentidos del límite. Límite e terior y límite inmanente. - a no invertir el platonismo, sino ediciones corrientes que c irc u la n en castellano. E n la m ayor parte de lo s casos la traducción revertir los imperialismos. - Entre dos muertes, la afirmación de la alegría. realizada por nosotro s difiere de la p u blicad a. N. d el T 3/58 Introducción sus contratos retorcidos” , la perversión del R obinson de Tournier, la Introducción grieta que atraviesa el naturalism o de Zola y precipita sus persona es L os m o v im ie n t o s a b e r r a n t e s en la locura y la muerte, las parado as lógicas de L e is Carroll y los gritos-soplos de Artaud en Lógica del sentido, la figura po sitiva del es- quizo” en E lA ntiedipo con sus líneas de fuga” , su cuerpo sin órganos” y su interferencia de los códigos sociales. La n oció n de proceso pierde su neutralidad descriptiva para devenir u na ruptura, u n boquete que quiebra la co ntinu id ad de una personalidad, arrastr ndola en una suerte de via e a través de u n plus de realidad intenso y aterrador, seg n líneas de fuga que devoran naturaleza e historia, organism o y espíritu” (DRL, ). O tam bién M il mesetas que se presenta com o u n vasto fresco de m o vim ientos aberrantes, con su s devenires, sus actos de bru ería y sus bodas contra natura, su lógica rizom tica y sus m ultiplicidades nómadas, su ritornelo có sm ico y sus m quinas de guerra hasta la potente línea abstracta inorg nica, línea frenética de variación, en lazo, en espiral, en zigzag, en S ...” (MM, ), la m ism a que aparece ya en Diferencia y repetición . A un la Tierra es sacudida por m o vim ien to s aberrantes que la desterritorializan . Es todavía un a serie de m o vim ien to s aberrantes lo que e plica la in ¿Cu l es el problem a m s general de la filosofía de Deleuze? El pensa tensa torsión de las figuras en Bacon son todas las dram atizadones de miento de Deleuze no es una filosofía del acontecimiento, n i una filosofía de la inm anencia, tampoco una ontologia de los flu os o de lo virtual. espacios-tiempos inventariados en Cine y Cine , com o una tentativa Demasiado sabias, la mayoría de estas definiciones sup onen o pre uzgan de clasificación naturalista de los m o vim ie n to s aberrantes que escapan a lo que est en cuestión. abría que partir m s bien de una im presión de las construcciones narrativas im puestas por la industrialización del cine. con unto, a riesgo de corregirla m s tarde. ¿Cu l es el rasgo d istin tivo de Es in clu so el m o vim ien to barroco de llevar el pliegue y el despliegue al su filosofía? Lo que interesa ante todo a Deleuze son los m o vim ientos infinito en Leibniz y en los neoleibnizianos. Esto llega hasta la definición aberrantes. La filosofía de Deleuze se presenta com o una filosofía de los de la filosofía m ism a, concebida com o el m o vim ien to aberrante de crear m o vim ientos aberrantes o de los m o vim ien to s forzados” . C onstituye la conceptos en tanto que solo hay pensam iento in vo lun tario , suscitado, tentativa m s rigurosa, la m s desmesurada, tam bién la m s sistem tica, com pelido en el pensam iento, tanto m s necesario cuanto que nace de inventariar los m o vim ientos aberrantes que atraviesan la materia, la absolutamente, por fractura, de lo fortuito en el m u n d o ” (DR, ). vida, el pensam iento, la naturaleza, la histo ria de las sociedades. C lasi ¿Pero no era ya el sentido de los estudios monogr ficos sobre um e, ficar es una actividad esencial en Deleuze com o actividad de d istin ció n , Bergson, Lucrecio o Platón? E n cada caso, Deleuze buscó producir a pero tam bién com o actividad a la vez pedagógica y sistem tica. Deleuze no cesa de d istin g u ir y de clasificar m o vim iento s aberrantes. Su obra, y DR, R e n u n cia n d o al m odelad o, es decir al sím b o lo p l stico de la forma, la línea aquella co m n con uattari, es com o su enciclopedia. abstracta adquiere toda s u fuerza, y p a rticip a en el fon d o de m anera tanto m s v io le n ta cuan to que se d istin g u e de él s in que él se d istin g a de ella” . Se pueden invocar desordenadamente los m o vim ien to s aberrantes de C, La tierra ... es inseparable de u n proceso de d esterritorialización que es La Diferencia o de la Repetición, la conducta perversa del m asoquista su m o v im ie n to aberrante” . 4/58 Los m ovim ientos aberrantes Introducción espaldas del pensador los m o vim ientos aberrantes inm anentes a su obra. Puesto que lo que interesa sobre todo a Deleuze, es la lógica, producir Cada monografía da testim onio en efecto del deseo de llegar por la lógicas. Tal vez es el rasgo por el cual es m s spinozista . Si hay u n rasgo espalda de u n autor, y hacerle u n h i o , que fuera suyo y que no obstante que lo distingue de Foucault, Sartre o Bergson, es esta pasión por la lógica sería m onstruoso. ue sea suyo, es m u y importante, porque era preciso y los conceptos que ella reclama. Deleuze es ante todo u n lógico y todos que el autor diga efectivamente todo lo que yo le hacía decir. Pero que sus libros son Lógicas” . Su prim er libro sobre um e hubiera podido sea m onstruoso, era necesario tam bién, porque era preciso pasar por llamarse Lógica de la naturaleza hum ana” , así com o su libro sobre Proust todo tipo de descentramientos, deslizam ientos, robos, em isiones secre hubiera podido llamarse Lógica de los signos” . No busca despe ar n i la tas ” . ace falta e traer la in tu ic ió n que hace estallar el sistema” com o estructura narrativa de En busca d el tiempo perdido n i una profundidad decía Bergson, a veces in c lu so hasta el punto en que el sistem a se vuelva de an lisis psicológico cualquiera, sin o que pretende producir la lógica contra sí m ism o , hasta el punto en que Platón se ala la dirección de una que envuelve com o en una cris lida. cuanto m s la estudia, m s esta inversión del p lato nism o”, hasta el punto en que ant descubre, en la lógica llega ustam ente a confundirse con los m o vim ien to s aberrantes tercera Crítica, u n uso an rquico de todas las facultades (CC, - ). de la locura, no de Proust, sin o de su narrador. Este universo de ca as No hay autor que no sea pervertido por esta b squeda constante de las cerradas que he intentado describir, con su s com unicaciones aberrantes, aberraciones que anim an secretamente su pensamiento. Pervertir es una es u n universo fundam entalm ente esquizoide” (DRL, ). Para cada operación esencial en Deleuze y el perverso es un persona e central de autor, para cada d o m in io , la pregunta es la m ism a ¿cu l es la lógica? su filosofía de la m ism a m anera que el famoso esquizo” de ElA ntiedipo. Es evidentemente el caso de los libros sobre Spinoza que desprenden la Estos m o vim iento s aberrantes no tienen nada de arbitrario no son nueva lógica” del autómata espiritual spinozista . Es tam bién el caso anomalías sin o desde u n punto de vista e terior. Por el contrario hay del libro sobre Foucault que ve en las m utaciones de su pensam iento que despe ar las condiciones que los vuelven los n ico s verdaderamente el signo de una profunda lógica . C uando, con uattari, critican al constitutivos y verdaderamente reales. Lo vem os en los libros sobre el psicoan lisis, es todavía en nom bre de la lógica. E dipo es ante todo una cine si bien aparecen ante todo com o una anom alía o una e cepción sucesión de paralogism os, una serie de contrasentidos sobre la lógica del que el régimen narrativo de la im agen-m ovim iento se esfuerza en con deseo, concebida y descrita com o p rod ucción de m o vim ie n to s aberran urar, con la imagen-tiempo aparecen por sí m ism o s, co nstitutivos de tes . E l A ntiedipo hubiera po dido llamarse Lógica del deseo” así com o nuevas sinta is falsos raccords, profundidad de campo, plano-secuencia, M il mesetas hubiera podido llamarse Lógica de las m u ltip licid a d e s” . desencuadres, cortes irracionales" . Tampoco tienen nada de contingente estos dos libros m u ltip lican las lógicas hasta concebir el capitalism o aunque no puedan por sí m ism o s dar razón de la necesidad que los atraviesa. Esta necesidad les viene de otra parte. Es precisamente el SPE, La filosofía de Spinoza es u n a lógica ” . problema ¿a qué lógica obedecen estos m o vim ien tos aberrantes? Este SPE, sobre la n u e va lógica” de la d ist in c ió n form al, cf. sobre la n u e va problema ha acosado a Deleuze. Es preciso cada vez despe ar la lógica lógica” de lo ab so luto , . de estos m o vim ientos. Es u n problem a de pensam iento puro. C, ... a hí, b u sc o la lógica de este p e n sa m ie n to , que m e parece u n a de las m s grandes filosofías m odernas. La ló g ica de u n p e n sam ie nto , n o es u n siste m a racional en e q u ilib rio ... La ló g ica de u n p e n sa m ie n to es c o m o u n vie n to que n o s e m p u a por la espalda, u n a serie de r fagas y de sacud id a s” . AE, De cierta m anera, la ló g ica d el deseo pierde s u ob eto desde el p rim e r C, y D, El m o v im ie n to se hace siem pre a espaldas d el p e n sa d o r.. p a so .. . ” y E d ip o se convierte entonces para nosotro s en la piedra de toque de la lógica” . C , - E s lo que in te n ta m o s decit desde el co m ien zo de este estud io u n a A p ro p ó sito de M il mesetas, DRL, ... el a n lisis de lo s a g e n cia m ie n to s, m u ta c ió n cinem atogr fica se prod uce c u a n d o las aberraciones de m o v im ie n to adquieren to m ad o s en su s d ive rsa s co m p on en tes, n o s abre sobre u n a ló g ica general n o h ic im o s m s ind e p e nd e ncia es d ecir cu a n d o lo s m ó v ile s y Ips m o v im ie n t o s pierden s u s invaria ntes” . que esbozarla, y hacer esta lógica, lo que uattari lla m a d ia g ra m a tism o ser s in d u d a la 5/58 Los m ovim ientos aberrantes Introducción com o una a iom tica, con teoremas y postulados. Todavía de la m ism a ba o ciertas condiciones, los m o vim ien tos aberrantes constituyen la m s manera, los libros sobre el cine hubieran po dido llamarse Lógica de alta potencia de e istir mientras que las lógicas irracionales constituyen las im genes” así com o e iste una Lógica del sentido o una Lógica de la la m s alta potencia de pensar. sensación . cuando Deleuze y uattari dicen que la filosofía consiste Si se ha po dido definir el em pirism o com o una filosofía del hom bre en la creación de conceptos, ¿qué est n diciendo sin o que se trata de ordinario el cual se constituye a través de la regularidad de las asociaciones producir lógicas, en tanto que es verdad que u n concepto am s se crea de ideas, la regulación de las pasiones, en sum a u n hom bre de h bitos solo, sin o siempre encadenado a otros. Crear u n concepto, es crear la y de norm as, la filosofía de Deleuze no es entonces u n em pirism o, al lógica que lo conecta con otros conceptos. m enos no ese em pirism o. No se trata de mostrar cóm o el espíritu, ante Lógica no quiere decir racional. Se diría in c lu so que, para Deleuze, todo entregado al caos, llega a con stituir reglas, a contraer h bitos para u n m o vim iento es tanto m s lógico cuanto que escapa a toda racionali finalmente dar prueba de buen sentido, sobre todo si se define el buen dad. Cuanto m s irracional es, cuanto m s aberrante, no obstante m s sentido com o lo que va de lo singular a lo regular, de lo notable a lo lógico. Es com o los persona es de D osto evs i o de M elville no pueden ordinario” (LS, ). Para Deleuze, no hay, no puede haber filosofía de alegar n in g un a razón, aunque obedecen a una lógica im p e rio sa ". C om o lo ordinario, de lo regular o de lo legal. La filosofía de lo ordinario es lo ha mostrado Z ourabichvili, irracional no es en Deleuze sin ó n im o de la muerte de la filosofía. ay que encontrar otro nom bre, em pirism o ilógico, sin o al contrario. Por eso, desde el comienzo hasta el final, las superior, em pirism o radical o em pirism o trascendental” que da testim o lógicas que interesan son aquellas que escapan a toda razón, lógica del n io de la necesidad de invocar otros tipos de m o vim ientos, dem oníacos m asoquism o, lógica del sentido y del sinsentido en L e is Carroll, lógica o e cesivos. del proceso esquizofrénico o in c lu so lógica de ciertos filósofos que, ba o C om o lógico im placable, Deleuze es indiferente a la descripción de m anto de razón, inventaron lógicas en verdad m u y poco racionales los v ivid o s (de los m s originarios a los m s ordinarios). Por eso no se ( ume, Bergson, Spinoza o in c lu so Leibniz). La lógica tiene siempre encuentra n in g n e em plo e traído de la vid a corriente. N o hay en algo de esquizofrénico en Deleuze. Esto constituye otro rasgo distintivo Deleuze n i mozo de café, n i az car que funde, n i m esa sobre la cual una profunda perversión en el corazón m ism o de la filosofía. Se despe a escribo, n in g n llam ado a la e periencia vivida. A su s o os, las filosofías así una primera definición de la filosofía de Deleuze ella se presenta de lo originario y de lo ordinario so n dem asiado tiernas, dem asiado com o una lógica irracional de los m ovim ientos aberrantes. Veremos que. sentimentales. Solo cuenta la lógica pero porque verem os que tiene una curiosa manera de confundirse, m s all de los vivid o s, con las potencias co n tin u a c ió n de nuestro traba o” . Cf. igua lm e n te C, o co n cib o la filosofía co m o m ism as de la vida. De allí, otro rasgo d istin tivo , u n vita lism o riguroso. u n a lógica de las m u ltip lic id a d e s (a este respecto m e sien to p ró im o de M ich e l Serres)” . No es que la v id a insufla a la lógica u n viento de irracionalidad que de A p rop ósito de C y C , cf. C, " . . . he intentado hacer u n lib ro de lógica, u n a lo contrario le faltaría es m s bien que las potencias de la vid a producen ló g ica del cin e ” . continuam ente nuevas lógicas que nos som eten a su irracionalidad. " CC, - El acto fundam ental de la novela am ericana, el m ism o que el de la novela rusa, ha c o n sistid o en ale ar la n ovela de la vía de las razones, y en hacer que nazcan esos persona es que se sostie n en en la nada, que so lo so b re vive n en el vacío, que D ecíamos que siem pre es difícil resum ir una filosofía por una pro conservan hasta el final su m isterio y que co n stituyen u n desafío para la lógica y la psicología p o sició n general o u n rasgo esencial, definir por e em plo la filosofía ... . Lo que cuenta para u n gran novelista, M elville, D o sto e vs i, af a o M u sil, es que de Deleuze co m o una filosofía de lo U no (o de lo M ltip le), u na las cosas se m antengan enigm ticas y n o obstante no arbitrarias en pocas palabras, un a ontologia de los flu os o u n pensam iento de la inm anencia. ay una n u e va lógica, plenam ente u n a lógica, pero que n o n o s reconduzca a la razón, y que capte la in t im id a d entre la v id a y la m uerte” . Cf. ta m b ié n AE, C reem os en el deseo co m o razón para esto u n o se propone entonces e plicar a Deleuze a partir de en lo irracional de toda ra cion alid ad” . ciertas tesis generales sin remontarse hasta el problem a efectivo del que 6/58 Los m ovim ientos aberrantes Introducción proceden dichas tesis. Es e tra o que se tome tan poco en cuenta las n o m in a lism o contra realism o, etc. E n ese aspecto, la mayor parte de e igencias fi adas por Deleuze sobre este punto. Ciertamente se pueden las monografías de Deleuze hacen siempre causa c o m n con el autor reivindicar declaraciones en las que Deleuze se e plica sobre lo que ha estudiado se piensa con él, a su lado, se lo defiende contra las interpre querido h a c e r P e r o con eso u n o se separa ustam ente del problem a taciones erróneas, los apocamientos o las pacificaciones convencionales del que dependen esas declaraciones. La advertencia es s in embargo restituyéndole su fuerza combativa. m u y clara Desde el m om ento en que olvida m os el problema, ya no Entonces evidentemente, Deleuze se reivindica de u n lin a e en el que tenemos frente a nosotros m s que una so lu ció n general abstracta” y las filosofías siempre constituyeron líneas de frente activas, em pirism o u n co n unto de tesis independientes -desde entonces, d iscu tib le s- que contra racionalism o, Lucrecio contra la superstición, Leibniz y Spinoza se supone que valen por el pensam iento del autor Deleuze, filósofo del contra el cartesianism o, Nietzsche contra egel. Se puede preparar una acontecimiento, pensador de la inm anencia, filósofo vitalista... Una larga lista de estas figuras de combate donde encontraríam os filósofos filosofía consiste ante todo en el planteamiento y la determ inación de un pero tam bién escritores - leist contra oethe, Artaud contra Rivi re, los problema, y no en las nociones o conceptos que dependen de él o que Dada contra los surrealistas , geómetras, matem ticos, ciencia nómada” permiten resolverlo. N inguna de las nociones que acabamos de enumerar contra ciencia real” . , con uattari, la línea de frente se e tiende to constituye por sí m ism a u n problema, todas so n por el contrario ob eto davía con la declaración de guerra contra el psicoan lisis, la defensa del de definiciones e plícitas. inconsciente-f brica contra el inconsciente-teatro, de la m quina contra Los m ovim ientos aberrantes constituyen los signos del problema gene la estructura, de las m quinas de guerra nóm adas contra los aparatos ral de la filosofía de Deleuze. ¿Pero cu l es precisamente la naturaleza del de captura de los aparatos de Estado y contra la potencia de a iomati- problema? ¿Cu l es entonces el problem a que los hace surgir, que hace zación del capitalism o, sin olvidar el combate general de la filosofía a que se los busque por todas partes? Antes de poder responder, tal vez la vez contra el caos y la o p in ió n ( LE ). Por todas partes, todo el haya que d istin g u ir dos tipos de problem as o de combates. Puesto que tiempo, descripciones de batallas, de combates con focos innum erables u n problema depende a m enudo de una prueba físico-mental que hace de m odo que Deleuze y uattari parecen pasar de u na p o sició n a otra, del filósofo u n luchador, u n dialéctico, y da al pensam iento aires épicos. de una estrategia a otra seg n las mesetas” , los enem igos y los peligros. Este estudio hubiera podido llamarse Deleuze, filosofía épica. Siempre Pero hay u n combate de otra naturaleza que ya no es consecuencia, hay en Deleuze u n combate en curso. Pero esos combates son de varios sin o p rin cip io y respecto del cual el pensador m ism o es consecuen órdenes. ace falta d istin g u ir entre el combate com o consecuencia de cia ya no es él q uien distribuye las líneas de frente, las posiciones, el una tesis, u n sistem a de ataque defensa que im p lica posiciones y argu mapa general de los enfrentamientos. Es m s bien su pensam iento el mentos, y aliados con los que hacer causa c o m n (así um e, Bergson, que se distribuye, despliega su topología propia y original en función Spinoza o Nietzsche). La filosofía no carece de esos combates, grandes del combate que se desarrolla en él y del que procede, siendo el caso batallas graciosas” dice Deleuze m aterialism o contra espiritualism o, e em plar el de Nietzsche. Nietzsche se e pone en efecto com o lugar de C, E n todos m is lib ro s, he b u sca d o la naturaleza d el acon te cim ien to” y u n combate incesante en el sentido de que las p osiciones que ocupa Todo lo que he escrito era vitalista, al m e n o s lo espero, y co n stitu ía un a teoría de lo s sig n o s sucesivam ente dan testim onio de una lucha que se desarrolla en él, de y del acon te cim ien to” . O ta m b ié n DRL, V en la im p o rta n cia que tiene para m í la la que es paciente, instrum ento o secuaz” y que se d istin g u e de todos n o c ió n de m u ltip lic id a d es lo esencial Creo que, adem s de las m u ltip lic id a d e s, lo m s im portante para m í h a sid o la im ag en del p e n sa m ie n to tal c o m o intenté analizarlo los problem as que plantea por otra parte. Es evidente que seme ante en D iferencia y repetición, luego en P roust, y en todas partes” . problem a no puede ser enunciado por aquel que est en lucha con él. DR, . Esta e igencia es constante en Deleuze. Est presente desde ES, y se Act a com o u n im pensado en el corazón del pensam iento y el traba o vu e lve a encontrar en LF, . filosófico se convierte en la e posición del desplazamiento del problem a l 7/58 Introducción Los m ovim ientos aberrantes o de la pregunta . Es un aspecto que reencontramos en Foucault cuan ¿Cu l es entonces el problem a por el cual Deleuze est finalmente do retoma los diversos períodos de su traba o para decir cada vez en el solo, sin uattari n i Spinoza, Nietzsche o Bergson, aunque contin e fondo, m i problem a siempre fue..., form ulando cada vez u n problema pasando por ellos y por tantos otros? ¿ ay algo que puede llevar el nuevo, sin relación directa con el precedente, com o u n liltim o estado de nom bre de Deleuze m s all de los préstamos, de las desviaciones y de la cuestión. Poco im porta que se trate de reconstrucciones a posteriori-, los collagesi La pregunta se plantea tanto m s cuanto que Deleuze am s esos desplazamientos dan testim onio cada vez de u n combate que se ha de ado de pensar con los otros, en una soledad e tremadamente desarrolla en él y le hace ocupar una posición siempre nueva. poblada” . Sirva el e em plo de D iferencia y repetición. Se ha podido decir C omo lo dice Deleuze, ya no se trata de u n combate contra los otros, del proyecto general de la obra que consistía en dar al estructuralism o sin o de u n combate entre uno m ism o, cuando es el combatiente m ism o su filosofía transcendental” . ¿No es por otra parte Deleuze quien fi aba el combate, entre sus propias partes, entre las fuerzas que subyugan o son esa tarea a la filosofía" ? Desde este punto de vista, ¿no plantea Diferencia subyugadas, entre las potencias que e presan esas relaciones de fuerzas” y repetición el problem a dialéctico de una totalización de los saberes al (CC, ), donde no se lucha contra los otros sin luchar tam bién contra interior del estructuralismo? Se puede suponer que la estructura desig sí m ism o. El punto de vista ya no es el m ism o. El pensador est entonces na u n nuevo m odo de unificación de los saberes y que responde a esta condenado, com o fue el caso para Nietzsche, a una necesaria soledad. No totalización am bición siempre reivindicada en Deleuze en la m edida hay allí n in g n pathos, sin o u n efecto del problema, una consecuencia en que permite em palmar desordenadamente matem tica y biología, del combate puesto que es lo que hace que ya no se pueda hacer m s literatura y ciencia física, se ualidad y política seg n una suerte de causa co m n en u n combate pree istente (sino de soledad a soledad, m athesis u n iversa lis y se tendr razón en suponerlo puesto que es efec de allí, tal vez, la pro im idad de todos los solitarios con Nietzsche). a tivamente a lo que asistim os en Diferencia y repetición, u n a totalización no se trata de oponer em pirism o y racionalism o, inm anencia y trascen enciclopédica de los saberes y de los campos cuyo agente de pasa e, de dencia, com o otros tantos problem as e teriores a u no y para los cuales circulación o de traducción es el concepto de estructura. No quita que siempre se encuentran aliados. ¿ uiz s sea eso lo que Deleuze quiere ya no se comprendería entonces por qué el proyecto se ordena en torno decir cuando invoca el so lip sism o necesario del pensador ? ay siem a los nuevos conceptos de diferencia y de repetición. Se puede in sistir pre u n m om ento en que los predecesores y los intercesores ya no sirven sobre el estructuralism o de Deleuze, y m s tarde, en su traba o de a de nada, ya no pueden ayudar. Uno enfrenta el problem a solo, no por dos” con uattari, sobre su m a q u in ism o, y una vez m s se tendr razón, heroísm o, sin o porque no se dispone de n in g un a so lu ció n pree istente pero lo que hay de propiamente deleuziano, es ante todo ese gusto por a la cual relacionarlo, para avanzar en su resolución. Los aliados ya no los m o vim ien to s aberrantes lo cual constituye su problem a propio y, pree isten, hay que crearlos poco a poco uno m ism o. tal vez in cluso, la razón de su colaboración con uattari. A quello para lo cual sirven el estructuralism o y luego el m a q u in ism o , es ante todo para formar las lógicas que dan razón de esos m o vim iento s aberrantes. DR, Los p rob le m a s y las preguntas pertenecen p o r tanto al incon scien te, pero ta m b ién el in c o n scie n te es por naturaleza diferencial e iterativo, serial, problem tico y cuestionante” . DR, E s cierto, en este sentid o, que el p en sad or es necesariam ente solitario y ID , E l e structuralism o n o es separable de un a filosofía trascendental nueva. so lip sista ” . D, C ua nd o se traba a, se est forzosamente en u n a soledad absoluta. N o ID , Pero lo que falta hoy, lo que Sartre su p o re u n ir y encarnar para la se puede hacer escuela, n i form ar parte de u n a escuela. N o ha y traba o m s que oscuro, generación precedente, so n las c o n d ic io n e s de u n a totalización , aq uella d o n d e la política, y clandestino. S olo que es u n a soledad e tremadamente poblada. N o po blad a de sue os, lo im ag in ario , la se ualidad, lo inco n scien te, la v o lu n ta d se re nen en lo s derechos de de fantasm as n i de proyectos, sin o de encuentros ... . E s desde el fondo de esta soledad la totalidad h u m a n a . o y su b sistim o s, c o n lo s m ie m b ro s d isp e rso s” . Sobre la m athesis que se puede tener cu alq uie r encuentro” . u n ive rsa lis, c f D R, , , - . 8/58 Los m ovim ientos aberrantes Introducción Determinar el problem a consiste ante todo en establecer el hecho ugar allí u n rol co nstitutivo. ¿Cómo pueden pretender e ercer seme m ism o de esos m o vim ientos aberrantes. ¿ uidfacti? Esta pregunta se ante función? ¿Con qué derecho? ¿Sobre qué se funda su legitimidad? plantea tanto m s si se admite, con Deleuze, que esos m o vim ientos Ciertamente se puede afirmar que todo procede de lo s m o vim ie n to s aberrantes desbordan cualquier vivid o , sobrepasan cualquier e periencia aberrantes, que solo ellos dan testim onio de u na auténtica potencia empírica. ¿No afirma Deleuze en efecto que estos m o vim ientos abortan genética. Podemos invocar a Leibniz, Nietzsche o Bergson quienes tes nos arrastran hacia lo que hay de im pensable en el pensam iento, de despe aban ya tales m o vim ie n to s Deleuze veía en ellos su firma (el in vivib le en la vida, de inm em orial en la mem oria, constituyendo el pliegue llevado al infinito, el eterno retorno o los flu os coe istentes lím ite o el ob eto trascendente” de cada facultad (DR, )? Es incluso de la D uración) y se esforzaba en despe ar cada vez su lógica singular. lo que tienen de propiamente aberrante e ceden el e ercicio em pírico Se puede decir en efecto que esos m o vim ie n to s no tienen nada de ar de cada facultad y fuerzan cada una a rebasarse hacia u n ob eto que la bitrario o de accidental, que so n por el contrario necesarios, forzados” concierne e clusivamente, pero al que solo alcanza en el lím ite de sí y, por eso m ism o , absolutam ente prim eros, absolutam ente co n stitu m ism a. Pero entonces, ¿qué es lo que da prueba de lo in v iv ib le en la tivos. Se puede in c lu so afirmar que todos los m o vim ie n to s regulares vida, de lo inm em orial en la m em oria o de lo im pensable en el pensa son segundos, derivados, in c lu so aquellos que obedecen a las leyes de m iento si permanecen inaccesibles, si las facultades, en su uso em pírico, la naturaleza. Se puede tam bién decir que la Naturaleza en su fondo no pueden alcanzarlos? ¿Tienen solamente una e istencia verificable? es pura aberración y que las participaciones, las bodas contra natura, ¿O bien dan testim onio en efecto de la m s antigua metafísica, in clu so son la verdadera Naturaleza que atraviesa los reinos” . ¿Pero con qué de una suerte de esoterismo que a veces se ha prestado a la e periencia derecho? ¿Sobre qué se fundan tales afirmaciones? ¿Cómo son posibles? del eterno retorno en Nietzsche o a la e perimentación de la eternidad O m s bien ¿qué las vuelve necesarias? ¿ u id u risi ¿De dónde e traen en Spinoza? Es la sospecha que pesa sobre las e periencias lím ites. La su legitim id ad, si tienen una? cuestión se plantea de la m ism a manera para los procesos esquizofrénicos descritos en E lA ntiedipo, para la e perimentación de los devenires o del Se sigue de esto u n tercer tipo de problemas relativo a los m ovim ientos cuerpo sin órganos” descritos en M il mesetas del que Deleuze y uattari aberrantes que concierne directamente a su relación con la vida, desde dicen ustamente Al cuerpo sin órganos no se llega, no se puede llegar u n punto de vista a la vez ético y político. a no ¿ q u id fa c til n i ¿q uid a él, am s se ha terminado de acceder a él, es u n lím ite” (MM, ). u ris? sin o ¿quid vita? ¿No hay en efecto u n peligro real inherente a los Si uno no llega a él, si am s se lo alcanza, cóm o plantear entonces su m o vim ien tos aberrantes? Si cada vez hay que transportarse a los lím ites e istencia y decir sim ult neam ente De todas maneras usted tiene uno de lo que podem os, ¿no corremos el riesgo de ser llevados m s all de (o varios), no tanto porque pree ista o esté dado por entero aunque en esos lím ites y de zozobrar? ¿Cómo no se confundirían los m o vim ien tos ciertos aspectos pree ista- sin o porque de todas maneras usted se hace aberrantes con u n proceso de autodestrucción? El e ceso que e presan, uno, no puede desear sin hacerse uno, y él lo espera, es u n e ercicio, una ¿no corre el riesgo de destruirnos en cuerpo y alma? La e perimentación e perimentación inevitable...” (MM, ) ¿Cómo el cuerpo sin órganos vital tiene lugar cuando una tentativa cualquiera que em prendem os puede ser a la vez una e perimentación inevitable y u n lím ite inaccesible? En todos los casos, se plantea una m ism a pregunta ¿quidfacti? Esta primera dificultad com prom ete de manera m u y evidente otra, MM, - y DR, Es c o m o decir que lo real n o es el resultado de las siguiendo el orden de las tareas antianas. ¿Cómo determ inarla legitim i leyes que lo rigen, y que u n D io s sa tu rn ia n o devora en u n e tremo lo que h a h e ch o por el otro, le g isla n d o contra su creación, ya q ue h a creado contra su leg islació n . e no s aquí dad filosófica de tales m o vim ientos, no solam ente en tanto que tendrían forzados a se n tir y pensar la diferencia. S en tim o s algo que es contrario a las leyes de la su lugar en u n sistem a cualquiera, sin o tam bién en tanto que deben naturaleza, p e n sa m o s algo que es co ntrario a lo s p r in c ip io s del p e n sa m ie n to ” . Cf. ta m b ié n DR, - . 9/58 Los m ovim ientos aberrantes Introducción se apodera de nosotros e instaura cada vez m s cone iones, nos abre Los m o vim ien to s aberrantes amenazan la v id a tanto com o liberan sus a otras cone iones esta e perimentación puede im plicar una especie potencias. El vita lism o de Deleuze es m s turbio, m s indeciso de lo de auto destrucción, puede utilizar productos au iliares o estim ulantes, que se afirma a veces. tabaco, alcohol, drogas. No es una tentativa su icid a m ientras el flu o E ncontram os la confirm ación de esto en el hecho de que sus te tos destructivo no se vuelva sobre sí m ism o, sino que sirve para la con uga m s vitalistas” son siempre al m ism o tiem po te tos consagrados a la ción de diferentes flu os, sean cuales sean los riesgos. La empresa suicida, muerte, a lo que la vida hace m orir en nosotros para liberar su s potencias al contrario, ocurre cuando todo se vuelca sobre ese n ico flu o mi (y a los peligros que hace correr esta muerte). Todo pasa com o si lo que dosis, m i sesión, m i vaso. Esto es lo contrario de la cone ión, es la hay de m s intensam ente vital fuera insoportable o, de lo contrario, descone ión organizada” (DRL, ). Al lado de los combates contra e istiera en co ndiciones tales que haya que pasar de todas formas por los otros” y del combate entre u no m ism o ”, ¿no hay todavía otra guerra muertes que nos desorganizan, in clu so que nos desorganicizan”. Sucede -a menos que sea el e tra o efecto de esos combates-, una forma de que, en Deleuze, la vida no se lim ita a producir organism os, n i adopta autodestrucción inm anente a los m o vim ientos aberrantes? ¿ ué pasó invariablem ente una forma org nica. Los m o vim ien to s aberrantes dan e actamente? No intentaron nada especial que estuviera por encim a testim onio por el contrario de una vid a inorg nica” que atraviesa los de sus fuerzas y sin embargo, se despiertan com o tras una batalla de organism os y amenaza su integridad, una vid a indiferente a los cuerpos m asiado grande para ellos, el cuerpo roto, los m sc u lo s agarrotados, el que atraviesa com o a los su etos que altera. Se alcanza ese punto donde alma muerta” (LS, ). Combate dudoso donde las fuerzas vitales se la vid a deviene dem asiado grande para m í, lanzando por doquier sus debilitan, se agotan, se vuelven contra sí m ism as, donde uno ya no es singularidades, sin relación conm igo” (LS, ), donde arrastra al su eto capaz de hacer nada, desolado, desesperado, u n fusil sin balas a m ano hacia e perimentaciones en el lím ite de lo in vivib le. y los blancos descolgados” seg n la fórmula de Fitzgerald. Deleuze veía en el pensamiento de Foucault, un vitalism o sobre fondo Todo est e tra amente im bricado, parece. Al lado de la repetición de m ortalism o” . Pero quiz s es a Deleuze a q uien la fórm ula convie que salva, est la repetición que mata o destruye, com o las pulsiones ne ante todo en tanto que la muerte est presente en él com o aquello que transportan los persona es de Zola o los persona es naturalistas” de que da al m o vim ien to su car cter aberrante es en efecto el in stin to de Von Stroheim, B u uel y N icholas Ray dentro de u na irreversible espiral muerte el que define el m o vim ien to forzado que recorre D iferencia y mortífera (C l, y sig.). Es un peligro an logo el que reaparece cuando repetición. Es u n m o vim iento de gran am p litu d que hace m o rir todo Deleuze y uattari describen el m o vim iento aberrante de las líneas de lo que no es necesario a las potencias de vida, al m ism o tiem po que fuga” Ellas m ism as desprenden una e tra a desesperación, com o un esas muertes interiores corren siem pre el riesgo de arrastrarnos en u n olor de muerte y de inm olació n, com o u n estado de guerra del que se proceso mortífero o suicida. ay que deshacerse de la idea seg n la sale destrozado” . Un poco m s adelante, precisan ¿Por qué la línea de cual Deleuze no habría hecho m s que cantar la afirmación gozosa de fuga es una guerra en la que hay tanto riesgo de salir derrotado, destrui las potencias de vida. ¿No es él quien escribe que los filósofos sienten do, tras haber destruido todo aquello que uno era capaz de destruir?” e tra as afinidades con la muerte, que han pasado por la muerte y MM, . D, - . O ta m b ién, p o r e em p lo, en F, E s u n a terrible lín ea que creen tam bién que, aunque m uertos, co ntin an vivie n d o , pero tím ida mezcla todos lo s diagram as por e n c im a de lo s prop io s huracanes, la línea de M elville, libre mente, con fatiga y precaución ... . El filósofo es alguien que se cree p o r lo s d os e tremos, que rodea toda la em barcación co n su s co m p lica d o s m eandros, que retornado de los m uertos, con razón o no, y que retorna a los muertos, se entrega, cu a n d o las co n d ic io n e s lo requieren, a h o rrib le s co n torsio ne s, y que cu an do parte corre siem pre el riesgo de arrastrar a u n h om bre o b ie n la línea de M ichau , de m il aberraciones , de v e lo c id a d m o le cu lar creciente, correa del l tigo de u n carretero C, . La f ó rm u la aparece en F oucault en N aissance de la clin iq u e , París, PUF, enfurecido . Pero por terrible que sea esta línea,,es u n a lín ea de vid a . , p. . 10/58 Los m ovim ientos aberrantes Introducción con toda razón” ? Esto no supone n in g n gusto, nin g un a fascinación completamente distinta, aquella por la cual el capitalism o nos hace pasar por la muerte, sin o m s bien la percepción de la v id a com o coe tensiva y que nos transforma en m uertos vivo s, en zom bis sin porvenir? Es en a la muerte, a las muertes por las cuales ella nos hace pasar. Si hay que este sentido que Deleuze y uattari describen la e tra a paz m u n d ia l” volver aberrante la muerte, esquizofrenizar la muerte” com o dice E l en la cual v iv im o s y contra la cual no cesan de luchar, molecularmente, A ntiedipo, es porque ella es la instancia silenciosa que, a su vez, vuelve m inoritariam ente, algunos m o vim ientos aberrantes. la vid a aberrante, la esquizofreniza, de allí el car cter coe tensivo. Los m o vim ientos aberrantes nos arrancan de nosotros m ism o s, seg n un térm ino que vuelve a m enudo en Deleuze. ay algo demasiado fuerte” en la vida, demasiado intenso, que solo podem os v iv ir en el lím ite de nosotros m ism os. Es com o u n riesgo que hace que uno ya no se aferre a su vid a en lo que tiene de personal, sin o a lo im personal que ella per m ite alcanzar, ver, crear, sentir a través suyo. La vid a ya solo vale en la punta de sí m ism a, ¿quid vita? Ese combate, que se lleva en nosotros, es inseparable de u n combate llevado contra las potencias e teriores que nos atraviesan y nos su etan (C, ). Participa de una m quina de gue rra, positiva, activa, en la cual estamos tomados. Pensar, para Deleuze, siempre ha sido concebido com o u n acto guerrero . Políticamente, históricamente, socialmente, los m o vim ientos aberrantes son siempre m quinas de guerra, agenciamientos guerreros, com o lo atestiguan, a lo latgo de la historia universal, los nómadas, los traba adores itineran tes, los científicos, los artistas, habida cuenta de los nuevos tipos de espacio-tiempo que crean. De una manera m u y general, los m ovim ientos aberrantes son inseparables de una fuerza crítica destructora. Desde ese punto de vista, la pregunta ¿quid u ris? no solamente im plica determinar el derecho propio a tal o cual hecho, sin o combatir, luchar en favor de lo que e presan esos m o vim iento s aberrantes. La e presión es com o un grito, y hay num erosos gritos en Deleuze. Es com o u n ltim o estado de la cuestión ¿qué derechos reivindican estos m o vim ientos aberrantes? ¿En favor de qué nuevas e istencias dan testimonio? uiz s ahí reside el secreto hacer e istir, no uzgar” (CC, ). ¿Por qué pasar entonces por los nómadas, los metal rgicos, los Indios, los traba adores itinerantes, la geometría arquim ediana o la m sica? ¿No hay una lucha contra la muerte, ya no la muerte positiva de la autodestrucción, sin o una muerte C , . Cf. ta m b ién, LF, . MM, ... hacer del p e n sam ie nto un a m q u in a de guerra.. 11/58 Capítulo I Capítulo I pregunta atraviesa toda la filosofía de Deleuze, ba o m ltip les formas, teórica, pr ctica, estética, política, ética. La c u e s t ió n d e la T ierra Por e em plo, cuando con uattari critica a Edipo, es ante todo en nom bre de la pregunta ¿quid u ris? ¿Con qué derecho E dipo puede ser afirmado com o universal? ¿De dónde e trae su legitim idad esta supuesta universalidad? ¿Con qué derecho se puede concebir u n inconsciente es tructurado por el tri ngulo edipico? ¿No hay que denunciar paralogismos Un lobo en el pecho vale m s propios al psicoan lisis? Incluso antes de llegar a ello, ¿es efectivamente que un topo en elfundam ento Edipo el hecho” del que hay que partir? ¿Es efectivamente ese el hecho del inconsciente o del deseo? ¿ ué pensar entonces de los procesos enri M ichau esquizofrénicos que atraviesan el inconsciente? ¿No es m s bien ahí que se encuentra el verdadero universal? ¿No es m s bien de ese hecho del que hay que partir? ¿Pero con qué derecho? La crítica sigue siendo de inspiración antiana en tanto que se trata de uzgar las pretensiones del psicoan lisis en función de la pregunta ¿quid uris? Si toda pregunta filosófica es ante todo una cuestión de derecho, es porque siempre hay num erosos rivales para reivindicar una pretensión sobre un d om in io, u n territorio o una pregunta. Así las primeras p ginas de ¿ ué es la filosofía? introducen toda una serie de pretendientes, del C onocem os la im portancia en Deleuze de la pregunta ¿quid uris? , y de serio al grotesco, del sociólogo al director de mar eting, pasando por la pregunta com plem entaria ¿quidfacti? Al m enos a partir de ant, sa los filósofos” analíticos para plantear finalmente la pregunta ¿con qué bemos que conlleva una estricta repartición y u n orden de las tareas una derecho? La pregunta es ante todo urídica ¿a q uién pertenece el co n vez establecido el hecho, hay que determinar con qué derecho procede, cepto? ¿Cómo se puede sostener que el concepto pertenece a la filosofía toda una deducción” en el sentido urídico, la famosa quaestio u r is. y solo a ella” ( LF, )? Una vez establecido el hecho y el derecho de No es tanto el hecho m ism o el que im porta com o lo que es afirmado, la filosofía, ¿tienen los otros pretendientes una legitim idad cualquiera reivindicado o pretendido por él. Un hecho debe ser concebido com o una para reivindicarse filósofos? ¿O para pretender, a su vez, ser los n ico s pretensión, una e igencia o una reivindicación y la pregunta ¿quid u ris? propietarios del concepto de concepto ( LF, - C, )? M s tiene ustamente por función uzgar la legitim idad de la pretensión. Todo generalmente, ¿cómo uzgar sobre la pretensión de u n concepto? ¿ el fenómeno considerado com o hecho” e presa una pretensión en este pensamiento? ¿Con qué derecho definir el pensam iento seg n tal o cual nivel, pretensión y e presión se confunden. El m u n d o solo se com pone imagen ?, pregunta que ya est en el corazón de D iferencia y repetición. de pretensiones o de e presiones. La pretensión no es u n fenómeno entre otros, sin o la naturaleza de todo fenómeno” (DR, ). El hecho E n este se n tid o , D eleuze p u ed e decir, en D RL, E l A n tied ip o tenía u n a pretende y el derecho uzga sobre la legitim idad de la pretensión, tal es a m b ic ió n antiana, hab ía que intentar u n a suerte de C rítica de la razén p u ra en el n iv e l la repartición. Toda afirmación, todo u ic io , toda e istencia so n preten del in c o n scie n te ” . siones (a la verdad, al conocim iento, a la ob etividad, a la autenticidad, LF, La im ag en del p e n sa m ie n to im p lic a u n severo reparto del h e c h o y del a la libertad, etc.) y, com o tales, pasibfes de la pregunta ¿quid u ris? Esta derecho lo que rem ite al p e n sa m ie n to c o m o tal debe ser separado de lo s accidentes que rem iten al cerebro, o a las o p in io n e s histórica s. ¿ tiid u r is ? ... La im ag en del 12/58 Capítulo I La cuestión de la Tierra a la manera de Bec ett en la m edida en que intentan hacer valer las ¿ qué pueden pretender com o propio las ciencias, las artes, que sea m inorías que los pueblan? ¿Cu l e istencia para el pensam iento que completamente distinto de la filosofía? Se vuelve a encontrar la m ism a no dispone de n in g n m edio de e presión pree istente para decirse, pregunta cuando Deleuze escribe sobre el cine ¿es legítim o considerar escribirse o figurarse? ¿Cómo llegar a hablar sin dar órdenes, sin al cine u n lengua e? ¿Son fundadas en este d o m in io las pretensiones pretender representar algo o a alguien, cóm o llegar a hacer hablar a de la ling ística o de la semiología? ¿ la filosofía? ¿Con qué derecho puede a su turno hablar de cine? De una forma m s general, ¿cu l es la aquellos que no tienen el derecho, y a devolver a los so n id o s su valor legitim idad de la filosofía cuando habla de no-filosofía? de lucha contra el poder” ? (C, ) ¿ uiere decir esto que se escribe en La pregunta es a n m s manifiesta en el campo político, m s radical función de u n pueblo por venir y que a n no tiene lengua e” ? (C, ) tam bién, puesto que Deleuze y uattari discuten la legitim idad de la Llega el m om ento en que la pregunta del derecho confluye con la de a iom tica capitalista de la cual se deduce el derecho que ella e erce la e istencia de los pueblos, de los poblam ientos que est n tal vez en el sobre las poblaciones que pueblan la tierra. A llí tam bién la pregunta fondo de toda e presión. Toda reivindicación deviene la de una m u lti ¿quid u ris? no cesa de ser retomada, desplazada, transformada. Así, por plicidad o u n pueblo. ¿E presamos otra cosa que pueblos, poblamientos? e em plo, cuando Deleuze y uattari invocan las m inorías o la m quina Lo propio de la m inoría, es hacer valer la potencia de lo no-numerable, de guerra nóm ada en M il mesetas, ¿de qué derecho se reivindican? ¿En aun cuando est com puesto de u n n ico m iem bro ” . Es quiz s la razón nom bre de qué las invocan? ¿ ay un derecho de las m inorías distinto por la cual toda pretensión se transforma en grito, in c lu so cuando el de cualquier forma de derecho ya establecida o codificada? Tomar en grito permanece m u d o o inaudible. ay en Deleuze gritos de todo tipo, consideración las m ultiplicidades, las poblaciones moleculares, los po- gritos de cineastas, de escritores, de pintores. Toda reivind icación es u n blam ientos del inconsciente, com o lo pretenden Deleuze y uattari, ¿es grito. Incluso los filósofos lanzan gritos a través de su s principios . ¿No siquiera posible?, ¿y de qué manera? Todo pasa com o si ciertas reivin hay en este sentido u n grito, u n clam or que atraviesa toda la filosofía de dicaciones, ciertas e presiones amenazaran las otras formas de derecho, Deleuze, u n grito inm enso com o en u n cuadro de Bacon, cargado de aquellas que dictan los Estados, los mercados o las instituciones. Por todos lo s gritos al cual él quiere dar su derecho ? El p rin cip io de razón modesta que sea una reivindicación, ella presenta siempre u n punto suficiente es el grito de Leibniz, ¿pero no es tam bién el grito de Deleuze, que la a iom tica no puede soportar, cuando las personas reclaman plantear ellas m ism as sus propios problemas, y determinar al m enos las condiciones particulares ba o las cuales estos pueden recibir una solució n MM, . Deleuze y uattari a aden "es la fórm ula de las m u ltip lic id a d e s” . m s general” (MM, ). " C, E s la im ag en del pe n sa m ie n to la que g u ía la creación de lo s conceptos. Una de las características de estas m inorías, es precisamente la de estar E s co m o u n grito, m ie ntras que lo s conceptos so n cantos” y P, , . Ver lo s gritos de Leibniz, P, y lo s gritos de Spinoza, SEP, . Cf. ta m b ié n DRL, . privadas de derechos y no disponer de n in g n lengua e pree istente para Cf. la in v o c a c ió n de gritos so lita rio s en DR, . C f ta m b ié n M M , ué es establecerlo. ¿ ué pueden pretender? ¿ ué lengua para aquellos que no u n grito ind e p e nd ien te m e n te de la p o b la c ió n a la que lla m a o que to m a por testigo? ... . hablan, que no llegan a hablar, in clu so en su lengua? ¿Cu l e presión El escritor es u n b r u o porque v iv e el a n im a l c o m o la n ic a p o b la c ió n frente a la cual es para el analfabeto, el idiota, el tartamudo, el no-vidente, el no-dicente responsable de derecho” . C f ta m b ié n F, d o n d e se trata de hacer oír u n grito en las cosas v isib le s” o, a pro p ó sito del cin e de lo s Straub, DRL, . las n u m e ro sa s p ginas sobre el grito en LM , y . Es ig ua lm e n te u n tem a constante de lo s cu rso s (ver p o r p ensam iento so lo retiene lo que el pe n sam ie nto puede re ivin dica r en derecho” . ya en e e m p lo el cu rso del sobre lo s gritos cinem atogr ficos o el cu rso del DR, y sobre A rtaud, A rtaud persigue en todo esto la terrible revelación de u n sobre lo s gritos filosóficos Si usted n o es se n sib le al grito filosófico, n o es se n sib le a la p ensam iento s in im agen, y la co n q u ista de u n n u e vo derecho que n o se d e a representar. filosofía ... . Los gritos filosóficos so n c o m o lo s gritos de los peces. Si u sted n o oye el grito Sabe que la d ificu lta d c o m o tal, y su corte o de problem as y de preguntas, n o so n u n estado de los peces, n o sabe lo que es la vida. Si n o oye lo que es el grito de lo s filósofos, n o sabe lo de h e ch o sin o u n a estructura de derecho del pe n sam ie nto” . que es la v id a y n o sabe tam p oco lo que es la filosofía y n o sabe lo que es el p e n sam ie nto ” . 13/58 Capítulo I La cuestión de la Tierra la cuestión del fundam ento puesto que es ella la que da razón de la no ba o la forma general y abstracta que le da Schopenhauer ¿por qué?, pregunta ¿quid u r is f sin o ba o una forma a la vez universal y concreta ¿con qué derecho? ¿Cu l es en efecto el rol esencial del fundam ento, en tanto que operación de la razón suficiente? No es falso decir que el fundamento Lo vemos la cuestión uríd ica quaestio u r is ) es necesariamente crí ofrece u n asiento o u n suelo, celeste o terrestre, pero que no puede tica en tanto que e ige uzgar sobre la legitim idad de las pretensiones ofrecer ese suelo sin acarrear m u y pronto el problem a de su atribución, y atribuir o no el d o m in io a tal o cual. La filosofía no puede ser una de su recorte o de su d istrib ució n , lo cual es el sentido m ism o de la actividad neutra de descripción, com o lo pretenden cada una a su manera quaestio u r is . El fundam ento no ofrece una tierra al pensam iento sin la fenomenología y la filosofía analítica (o post-analítica). No tiene por sim ult neam ente determinar el p rin cip io seg n el cual debe distribuirse función primera describir, sin o uzgar o evaluar. Deleuze am s creyó en esa tierra. Es el papel ugado por lo que Deleuze llam a la im agen del la filosofía com o actividad descriptiva, se trate de describir los v ivid o s o pensam iento” . Si por im agen del pensam iento, hay que oír resonar la los uegos de lengua e, en nom bre de una neutralidad científica” que le pregunta ¿quid u ris? y, detr s de ella, la cuestión del fundamento, en serviría de garante. Incluso el comentario no es para él una actividad des tonces Deleuze am s pensó otra cosa . Esta pregunta compromete hasta criptiva (mientras que vem os aparecer de ahora en adelante comentarios su definición m ism a de la filosofía, si se considera ¿ ué es la filosofia? científicos” de Deleuze), se trata m s bien de hacer causa com n con el com o la reanudación ltim a de esta cuestión. De una manera general, la autor, de remontar hasta las condiciones del problem a o de la pregunta función de la im agen del pensam iento es doble es a la vez lo que ofrece que le confiere el derecho de hacer lo que hace, de decir lo que dice . Comentar es establecer el derecho im prescriptible de u n autor sobre un una tierra al pensam iento y lo que permite al pensam iento d istrib u ir problem a (puesto que él lo sit a tanto com o es situado por él). Por m s esta tierra o d istribuirse en ella. En tanto que el pensam iento quede que se diga describir es e plicar. Lo que se invoca entonces nunca es som etido a esta Imagen que pre uzga ya acerca de todo, tanto de la otras cosa m s que u n concepto neutralizado de e plicación. Se lo quiera d istrib u ció n del ob eto y del su eto, com o del ser y del ente, tiene poca o no, toda e plicación encierra una pretensión o una reivindicación, por im portancia que la filosofía com ience por el ob eto o por el su eto, por m ín im a que sea, aunque m s no fuera una pretensión a la e actitud. el ser o por el ente .” ¿No es m s bien la e igencia de neutralidad la que debería ser som etida Por consiguiente es preciso operar una serie de d istinciones, in d is a la pregunta con qué derecho? pensables para comprender cóm o se ordena el pensam iento de Deleuze. El derecho es inseparable de la instauración de u n criterio que permite Ante todo est el fundam ento o lo que ocupa su lugar la tierra, el suelo, uzgar del hecho” o de las pretensiones. D icho de otro m odo, la cuestión sobre lo cual se edifica todo el resto y cuya naturaleza habr que preci del derecho es inseparable de la determ inación de un fundam ento. Es la sar m s tarde. Luego viene el p rin cip io trascendental que, por m u ch o s pregunta propia del principio de razón suficiente. Preguntar ¿con qué aspectos, se confunde con el fundam ento, pero que se distingue de él derecho? remite a preguntar ¿est bien fundada tal pretensión? o m s bien ¿sobre qué se funda para reivindicar tal o cual derecho? ¿ ué da DR, La b sq u e d a de u n fu n d a m e n to form a lo esencial de u n a crítica que razón de su pretensión? Es una de las m s altas e igencias de la filosofía debería in sp ira rn o s n ueva s m aneras de pensar” . trascendental seg n Deleuze hace falta mantener cueste lo que cueste Este tema se vue lve cada vez m s central en lo s traba os y la s entrevistas tardías. Ver por e em p lo , la entrevista Sobre la filosofía” , C, y sig. DR, y LF, E l su e to y el o b e to d a n u n a m a la a p ro im a c ió n del Es aquello de lo que Deleuze tu vo el p resentim iento m u y tem prano co m o lo atestigua pensam iento. Pensar n o es n i u n h ilo ten did o entre u n su e to y u n ob eto, n i u n a re volución ES, . Sobre la causa c o m n co n el autor, cf. E Z o u rab ichvili, Deleuze, une p h ilo so p h ie de u n o alrededor del otro. Pensar se hace m s b ie n en la relación entre el territorio y la de l événement, PUF, coll. P h ilo so p h ie s” , , p. . tierra” . 14/58 La cuestión de la Tierra Capítulo I por el hecho de que distribuye el suelo o la tierra seg n las e igencias o del m o v im ie n to ...” " Es tam bién y sobre todo una falsa concepción propias al fundamento. Es él quien uega el rol de prin cip io de razón de la filosofía. Todas esas tentativas de fundación no pueden m s que suficiente” . El princip io act a com o princip io de d istrib ució n, de se fracasar, Deleuze lo recuerda sin cesar, pero ustam ente hace falta remon lección y de atribución. Es la instancia legisladora del fundamento, la tar hasta el p unto en que fracasan, m s a ll incluso de todo fundam ento, cual selecciona entre las pretensiones, distribuye el derecho, y confiere hacia u n sin fondo. una legitim idad en función de la cual son atribuidas tierras o d om inios. ¿No es precisamente hacia eso que conducen desde el comienzo los Puede así tener una función de registro o ugar el rol de catastro. Final m o vim ien tos aberrantes? ¿No son en efecto los m o vim ien to s aberrantes mente est el p rin cip io empírico que tiene por función regir el d om inio, aquello que hace remontar algo desde lo sin fondo puesto que de él una vez atribuido es regidor o adm inistrador de hecho. Si el poder del provienen? A lgo del fondo remonta a la superficie, asciende a ella sin principio trascendental es legislativo, el poder del p rincip io em pírico tomar forma, m s bien insin u n d o se entre las formas, e istencia autó es e ecutivo . Esta tríada atraviesa toda la obra de Deleuze, in c lu id o su nom a sin rostro, base informal. Este fondo en tanto que est ahora en traba o en co m n con uattari. Puesto que se puede decir tam bién, esta la superficie se llam a lo profundo, lo sin fondo” (DR, ). Diferencia vez seg n las d istinciones de M il mesetas-, hay en prim er lugar el plano y repetición y Lógica del sentido est n ba o el signo de ese sin fondo y de de consistencia que se confunde con la inm anencia de la Tierra est aquello que lo puebla, singularidades preindividuales e im personales, luego la M quina abstracta que distribuye la tierra seg n su s diagramas intensidades, m ultip licid ad es, diferencias libres o nóm adas. Toda la est finalmente el agenciamiento concreto que rige esas distribuciones filosofía de la diferencia” sale de ahí. M s all del fundamento, lo sin seg n m odalidades infinitam ente variadas. De una forma general, hay fondo. Solo él constituye el verdadero comienzo de la filosofía. ¿Cómo que d istin g u ir cada vez entre el fundam ento ontol gico (o la Tierra), afirmar entonces que la cuestión del fundam ento es central en Deleuze el principio trascendental (o la d istrib u ció n de la tierra) y el principio si se trata por el contrario de remontar hacia lo sin fondo? em pírico (la adm inistración de u n territorio o de u n d om in io ). Para com prenderlo me or, hay que d istin g u ir de manera sum aria Se ob etar que, a lo largo de su obra, Deleuze no ha cesado de criticar dos maneras de criticar la noció n de fundamento. Estas dos críticas la noción de fundamento y se tendr razón. Es ante todo D iferencia y determinan una nueva definición de la filosofía. Lo que se produ o en repetición el que denuncia las insuficiencias y las am big edades propias la historia de la filosofía del siglo es com o una partición de las aguas al fundamento, de Platón a egel, pasando por Descartes y Leibniz. o la deriva de los continentes. La primera actitud consiste en renunciar Igual crítica en Lógica del sentido y, m s tarde todavía con uattari, en a toda investigación sobre los fundam entos, en ratificar la crisis de los M il mesetas. El rbol, el m odelo arborescente con el cual se las agarran fundam entos” tal com o se p rod u o en las matem ticas y las ciencias. en M il mesetas, ¿no es el sím b olo m ism o del fundam ento desde Des Fundar de a de ser u n problem a y la operación debe in c lu so ser d e n u n cartes? acer tabula rasa, partir o volver a partir de cero, buscar un ciada com o presuntuosa y vana. Es en especial el caso de la filosofía comienzo, o u n fundam ento im p lican una falsa concepción del via e analítica y de sus variantes post-analíticas que, en u n prim er m om ento, se han replegado sobre el an lisis de las formas lógicas para convertirse Sobre la d ist in c ió n p r in c ip io trascen d en ta l p rincip io e m p írico en tanto q ue el en una vasta empresa de clarificación conceptual al servicio del valor p r in c ip io trascendental fun da el p r in c ip io em pírico , cf., por e em p lo , PSM, y sig. de verdad. Al fundam ento vencido, se lo sustituye por las a iom ticas Se lla m a en p rim er lugar p r in c ip io a lo que rige u n d o m in io se trata entonces de u n que circunscriben lo s nuevos lím ite s de lo pensable. ¿ ué sentido p r in c ip io em pírico o ley ... . Pero es un a cu e stió n com pletam ente d istin ta saber lo que som ete el d o m in io al p rin c ip io . ace falta otro tip o de p rin c ip io , u n p r in c ip io de segund o tendría remontar m s all de los a iomas si estos perm iten dar razón grado, que dé cuenta de la s u m isió n necesaria del d o m in io al p rin c ip io em pírico. Es este otro p rin c ip io al que lla m a m o s trascendental” . f. ta m b ié n DR, . MM, , la pragm tica de la literatura angloam ericana c o m o empresa de destrucción del fundam ento. 15/58 La cuestión de la Tierra Capítulo I de la validez de toda demostración? A iomatizar deviene la nueva tarea desfondamiento” , una disipación de todo fundamento, la cual acarrea del pensamiento (cf. P rincipia M athematica, Tractatus. . . Seme ante inevitablemente una crítica del valor de verdad y de la verdad com o valor. procedim iento supone paralelamente poner fin a las pretensiones del A quí tam bién de m o do m u y sum ario, podem os se alar algunas co n unto de la filosofía occidental de Platón a eidegger puesto que de referencias. A sí en eidegger, por la insistencia m ism a de su cuestio- ahora en m s hace falta atenerse a los enunciados provistos de sentido nam iento, el Ser se revela, ya no com o suelo, sin o com o sin fondo o y verificables (lógicamente, e perimentalmente o pragm ticamente) . abism o Ab-grund -, se sustrae al p rin cip io de razón suficiente por su Por tal m otivo, en un segundo m om ento, la nueva demarcación entre propia ausencia de fondo. Toda la m editación heideggeriana sobre el sentido y sinsentid o iba a co nstituir los lím ites de una filosofía o de princip io de razón no tiene otro fin remontar m s all de todo funda una gram tica filosófica de los uegos de lengua e”, susceptible de caer mento racional, hacia lo insondable, en nom bre m ism o del princip io en una especie de antropología pragm tica, in c lu so una filosofía del de razón. O tam bién Bergson quien opone a la actividad de fundar la de lengua e ordinario, de las pr cticas y de las norm as sociales, in clu so fundir”, de hacer fundir, es decir de renunciar a todo suelo, a toda tierra a n de la ética aplicada, en resum en una filosofía segunda que no cesa firme para sum ergir el pensamiento en las profundidades m ovientes de de secundarizarse ella m ism a, otra manera de querer terminar con la la duración, en nom bre de una e igencia de precisión” en la cual De filosofía occidental. Es el triunfo de u n nuevo em pirism o que se apropia leuze ve la e presión de u n principio de razón suficiente (ID, ) ba o de la historia del em pirism o cl sico (y del pragm atismo) para promover las solidificaciones del entendim iento, ba o la corteza terrestre, hay que una nueva filosofía de lo ordinario, recobrar u n foco intenso, susceptible de e plotar y de abrir la tierra sobre El segundo procedim iento se choca él tam bién con la crisis de los u n Spatium volc nico o sobre el océano profundo de la duración . O fundam entos” . Solo que no renuncia a la cuestión de los fundamentos bien todavía en Nietzsche en el cual ve Deleuze una especie de post an por el contrario la profundiza, la remueve a veces hasta el absurdo y el tiano, guiado por las e igencias del p rincip io de razón suficiente, que sinsentido. La cuestión es m antenida en tanto que cuestión, a riesgo de e plora el sin fondo diferencial de la volun ta d de potencia . En los tres hacer remontar el pensam iento m s all de todo fundamento, hacia las casos, la historia de la metafísica se ve invertida (aunque de una forma profundidades del sin fondo. Esta cuestión es tam bién la del princip io completamente distinta que com o lo hace la filosofía analítica o post de razón suficiente. Puesto que si el fundam ento debe dar razón de toda analítica) en nom bre de u n sin fondo, m s all de todo fundamento. cosa, ¿cómo puede dar razón de sí m ism o , salvo girando en u n círculo? Lo vemos desde el m om ento en que esta cuestión es m antenida en sus propias e igencias, el fundamento, por su parte, ya no puede serlo. Es El té rm in o en francés es effondement. e m o s optado por tra d u c ir este n e o lo g ism o a lo largo del lib ro de d o s m aneras, am bas v lid a s y concurrentes d esfo nd am ie n to” y com o disuelto por la persistencia, la insistencia m ism a de la cuestión. d esfu n d am en ta ción ” . N. de T De manera tal que la d iv isió n se hace ante todo entre aquellos que Cf. Le P rincip e de raison, allim ard , co ll. Tel” , , p. y p. E l ser despachan esta cuestión y aquellos que la m antienen, cueste lo que lo in so n d a b le , la sinrazón, el a b ism o ” . Sobre la e vo lu c ió n de eidegger en este p u n to , cueste. La pregunta ¿qué es lo que funda...? tiene de aberrante el he n o s rem itire m o s a M. Zarader, eidegger et les paroles de l origine, V rin , , p. y cho de que nos hace remontar m s all de todo fundamento, hacia u n sig., q u ie n se ala usta m e n te c ó m o eidegger sobrepasa el n iv e l de u n cu e stio n a m ie n to trascendental en razón m ism a de la in siste n c ia de la cu e stió n o n to l g ic a (el giro”). Sobre este p u n to , ver lo s a n lisis de C. R iquier, A rchéologie de Bergson, PUF, , p. y sig. La im ag en de la e rup ció n vo lc n ica aparece desde el E nsayo sobre los datos inm ed iato s de la conciencia, PUF, p. y sig. Sobre la c r isis de lo s fun d a m e n to s y su rol para la renovación de la filosofía, Cf. Sobre el s in fond o nietzscheano, cf. LS, . Sobre el cruce N ietzsche-M aim on, c f M anifeste d u Cercle de Vienne et autres écrits, (dir. A. So lez), PUF, coll. P h ilo so p h ie d a u o u rd h u i” , , p. y sig . , NF, - y el co m entario de . L eb run en ille s Deleuze, une v ie p h ilo so p h iq u e (dir. E. A lliez), In stitu t S ynthélabo, , p. - . 16/58 Capítulo I La cuestión de la Tierra Uno puede preguntarse ¿por qué mantener con insistencia una cues Seguido hasta este e tremo, el p rin cip io de razón suficiente provoca tión seme ante si ella debe arrastrarnos hacia lo insondable, lo inform al por tanto una crisis” tal que el fundam ento se ve atrapado por u n sin o el caos? ¿ ué sentido tiene querer remontar del fundam ento hacia lo fondo que amenaza con devorarlo. Si im porta seguirlo, no es para re sin fondo? Lo propio de una investigación trascendental es que u no montar hasta u n fundamento ltim o, sin o para hacer ascender el sin fondo no puede detenerla cuando quiere. ¿Cómo podría determinarse u n que gru e ba o el fundamento. Deleuze siempre concibió el principio de fundamento, sin a su vez ser precipitados, todavía m s all , en lo sin razón suficiente com o u n grito filosófico, pero porque tam bién envuelve fondo del cual emerge?” (PSM, ) ¿No hay algo absurdo e irracional en sí m ism o el grito de la sinrazón. El pensam iento de Deleuze queda en repetir la m ism a pregunta, m s all de las respuestas que nos aporta in in teligible si no se lo relaciona a estas preguntas en tanto que tienen la metafísica ? ¿Pero no es la e igencia m ism a del princip io de razón ustam ente por fin hacer ascender lo sin fondo a la superficie. la que nos fuerza a remontar entonces m s all de la racionalidad de la ue no se m al interprete sin embargo lo im portante para Deleuze no que est investida el fundamento, para sum ergirse en la sinrazón ? ¿No es el descubrim iento de nuevas profundidades, es m s bien la producción es lo que decim os desde el comienzo seguir los m o vim ientos aberrantes de nuevas superficies. Algo del fondo remonta a la superficie.. Deleuze para despe ar su s lógicas irracionales? Deleuze no renuncia al princip io no se interesa en lo sin fondo en tanto tal n i en su m o do de donación de razón suficiente, por el contrario sigue sus e igencias hasta el punto velado. No busca describir el m odo en el cual se da a nosotros o el m odo en que se invierte, con una suerte de celo perverso. ¿Cómo el p rin ci en el que nos abrim os a él, seg n una inspiració n post-fenomenológica. pio de razón no iría hasta lo ine plicable, lo absurdo o el sinsentido? Conforme al p rincip io de razón suficiente, lo que interesa a Deleuze son Si la pregunta ¿quid u ris? im pone al pensam iento la b squeda de un las lógicas que se puede e traer de ello en superficie, y nada m s. No fundamento, es tam bién la que lo arrastra m s all , hacia lo sin fondo hay ontologia sin lógica. Una vez m s, el fundam ento ontol gico no es donde se disipa. Por consiguiente es preciso deshacerse de la alternativa separable de u n p rincip io trascendental que lo distribuye en superficie. en la cual nos quiere encerrar la metafísica cl sica, razón por la cual ella O bien, seg n los térm inos de M il mesetas, el plano de consistencia es renuncia por su cuenta a e plorar ese m s all . Lo que es co m n a la inseparable de las m quinas abstractas a través de las cuales se distribuye metafísica y a la filosofía trascendental, es ante todo esta alternativa que su materia. Lógica y ontologia, siem pre estos dos aspectos coe isten en nos im ponen o bien u n fondo indiferenciado, sin fondo, no-ser informe, Deleuze, com o las dos com ponentes de u na filosofía de la e presión . abism o sin diferencias y sin propiedades o bien u n Ser soberanamente ay in clu so una lucha entre profundidad y superficie, amenazando ind ivid u ad o, una Forma fuertemente individualizada. Fuera de este Ser sin cesar la profundidad con agrietar las superficies, con devorar todo o de esta forma, no tendr n m s que el ca o s.. lo que ellas producen, todo lo que se produce sobre ellas, y volver a sum ergir todo en u n abism o indiferenciado. Si Deleuze term ina por abandonar la n oción de profundidad, es sin d uda porque es todavía dem asiado solidaria de la de fundamento, de la propia actividad de Cf. DR, Puede ser que en toda pregunta, en todo problem a, así c o m o en su trascendencia por relación a las respuestas, en su in siste n cia a través de las so lu c io n e s, en fundar. Es en parte lo que lo d istingue de Bergson o eidegger. Deleuze la m anera en que m a n tie n en su prop ia brecha, haya forzosamente algo lo co ” . no e perimenta n in g n gusto, n in g u n a atracción por la n o ció n de pro DR, ... ¿sobre qué fondo se engendra y se uega esta razón m ltip le , en qué fundidad. Remontar m s all del fundam ento no quiere decir e plorar sinrazón se sumerge?” . LS, . DR, y sig. , en la m e d id a en que E d ip o se vu e lv e , a pa rtir de Este d o b le aspecto aparece en SPE para caracterizar el e p re sio n ism o en filosofía E l A ntied ipo , la m etafísica d el p sic o a n lisis, es n o rm a l que este lt im o encuentre la el concepto de e presión im p lic a u n re d escub rim ien to de la N aturaleza y de s u potencia, m ism a alternativa. AE, ... d eb e m os decir de E d ip o que él crea a am bos, tanto la s u n a re-creación de la ló g ica y de la on to lo g ia u n n u e v o m a te ria lism o y u n n u e vo diferenciaciones que organiza como lo indiferenciado con lo que nos am enaza” . fo rm a lism o ” ( ). 17/58 Capítulo I La cuestión de la Tierra Es otra manera de decir que la cuestión del fundam ento am s ha las profundidades del Ser, sin o m s bien recorrer las superficies, es decir abandonado el pensam iento de Deleuze. Si todos su s lib ro s deben trazar un plano. En efecto no se comprende sin o la necesidad en la que se encuentra Deleuze de instaurar cada vez u n plano de donde todo instaurar u no o varios planos, si su pensam iento procede ustam ente procede y emerge. Se invocan las nociones de plano de inm anencia”, por planos, por construcciones o secciones de planos, es porque solo de plano de consistencia” o de campo trascendental” , se los describe ser tenido por legítim o aquello que proviene de él y no se separa de él. de forma totalmente deleuziana, pero solo se e plican pocas cosas si no el plano varía seg n las operaciones que lo sup onen y operan sobre se ve que son, cada uno a su manera, inseparables de la cuestión del él. Es preciso construir u n plano de inm anencia para el pensam iento fundamento, es decir de la cuestión ¿quid u ris? puesto que él conduce sus operaciones a partir de aquel y sobre aquel, ¿ ué es en efecto un plano? Es una suerte de corte, u n seccionamiento incluso cuando produce trascendencias que se despegan de él así com o se de lo sin fondo, destinado a recoger sobre sí todo lo que proviene de allí y necesita u n plano de consistencia para la Naturaleza puesto que es a partir no a sum ergir nuevamente todo en las profundidades . No se confunde de él, sobre él que ella se produce. ace falta u n plano de im genes en sí n i con u n abism o indiferenciado de donde nada sale todavía, n i con para el cine el cual construye a partir de él, sobre él, sus dramatizaciones un m u n d o diferenciado donde todo ya ha salido, ya se ha distinguido. de espacios-tiempo. ace falta u n plano de u n ivo cid a d para la maneras Se alo a por entero en el entre-dos de lo in d istin to y de lo distinto, en de decir del Ser, al igual que para la infinita variedad de su s m odos de el pasa e de uno a otro es lo que se distingue. Ni indeterm inado, ni e presión. ace falta u n plano de co m p osició n a partir del cual y sobre determinado, es la determ inación m ism a. En lugar de una cosa que se el cual el arte erige su s m o num entos. ace falta u n plano de referencia distingue de otra, im aginam os algo que se distingue y sin embargo eso a partir del cual la ciencia distribuye sus funciones. de lo cual se distingue no se distingue de él ... . Se diría que el fondo A decir verdad, los planos son innum erables en derecho puesto que asciende a la superficie, sin de ar de ser fondo ... . El fondo que asciende deben ser construidos cada vez. Todos los planos se d istin g u e n por las no est ya en el fondo, sino que adquiere una e istencia autónom a” (DR, operaciones que se practican sobre cada u no de ellos, com o tan bien lo - ). Tal es ustam ente la definición del plano la e istencia autónom a ha mostrado M ontebello q uien despe a para cada plano la operación de una superficie que e presa lo que asciende del fondo, a la manera que le corresponde y que lo traza . El plano es diferente cada vez en de una criba o de u n filtro, allí donde se constituye la determinación ". función de lo que hay que pensar, así com o lo que hay que pensar difiere seg n el plano sobre el cual se opera. Esto no im p id e que la e igencia del plano sigue siendo inseparable de la cuestión trascendental ¿quid MM, Por e em p lo , basta co n h u n d ir el p lan o flotante de in m a n e n cia , con u r is? Pero ustam ente, aquello que de ahora en m s funda” el derecho enterrarlo en las p rofun didades de la Naturaleza en lugar de de arlo actuar librem ente en la superficie, para que pase ya del otro lado, y desem pe e el papel de u n fundam ento y legitim a las pretensiones, es lo sin fondo, es el ascenso en ellas de lo que ya só lo puede ser p r in c ip io de analogía desde el p u n to de v ista de la organización, sin fondo. Solo ser legítimo, no solam ente lo que proviene de allí, lo ley de c o n tin u id a d desde el p u n to de v ista del desarrollo” . O tam b ién, , a p rop ósito que haya alcanzado o atravesado lo sin fondo, sin o tam bién aquello que de la su sta n cia spinozista Ese p lan o n o tiene nada que ver co n el de u n fundam ento lo e presat los m o vim ien tos aberrantes. oculto en la p ro fu n d id a d de las cosas, n i co n u n fin o u n proyecto en el e spíritu de D io s” . Cf. igua lm e n te LS, Lo que es m s p rofun d o que todo fondo, es la su p e rfic ie ...” DR, Ese fondo en tanto que est ahora en la superficie se lla m a lo profundo, Cada vez que el pensam iento intenta rem ontar m s all del fun lo s in fondo” . Se co m p rend e por q ué Deleuze, d esp ués de Lógica d e l sentido, re n u n cia a dam ento, descubre u n elem ento que lo priva de todo cim ie n to o de la n o c ió n de p ro fu n d id a d (com o lo recuerda en el prefacio italia no a Lógica d e l sentido en todo suelo. Es ante todo en eidegger el Ser que se revela, ya no DRF, ). A q u í ella ya se encuentra m in im iz a d a puesto que solo im p o rta lo que asciende de ella y se d istin g u e. Sobre la criba, que encuentra por otra parte en Leibniz, c LF, El p lan o de in m a n e n cia es co m o u n corte en el caos, y act a c o m o u n a criba” . Ver P. M ontebello, D eleuze, L a P assion de la pensée, V rin , . 18/58 Capítulo I La cuestión de la Tierra l rgico, com o troglodita, com o anim al, com o guerrero, com o Indio, com o suelo, sin o com o sin fondo o abism o. E l Ser en tanto que com o caballero errante, pero tam bién com o hom bre de Estado, com o ser permanece sin fondo. El fondo, el que debería ante todo fundar propietario de la tierra, com o déspota, com o burócrata, en resum en de el Ser, se m antiene le os del ser, sin relación con él.” Es luego en Bergson la profundidad de la D uración cuyo flu o sustancial escapa a m ltip les formas seg n los agenciamientos. todo suelo, a toda solid ificació n y se escalona verticalm ente seg n la A hora bien, si la pregunta ¿quid u ris? tiene tanta im portancia para variedad de su s ritm os. Son finalm ente las profundidades vertig ino Deleuze, es ustam ente porque plantea el problem a de la d istrib u ció n sas, el sin fondo del m u n d o d io n isia c o de la vo lu n ta d de potencia en de la tierra. ¿Cómo d istrib u ir la tierra o el suelo? ¿A q uién pertenece la Nietzsche que amenaza perpetuamente con engullirse todo. Pero son tierra? ¿ uién decide de su d istrib u ció n o de su reparto? ¿ de qué tierra tam bién tres nuevas Tierras. Son las erupciones volc nicas o la tierra hablamos? em os visto que es una de las e igencias del fundam ento vuelta océano insond ab le en Bergson, es la tierra de la retirada o del co nstituir u n suelo y distribuirlo. El suelo conquistado se distribuye encub rim iento en eidegger, una nueva tierra im penetrable que se en función del derecho que libra el fundam ento o principio. pensar abre sobre la edificación de lo cautripartito del habitar es una vez m s se confunde con uzgar en tanto que el u ic io distribuye las partes que la tierra ligera” del superhom bre o el mar reluciente en Nietzsche . corresponden en derecho a tal o cual pretensión, com o en ant. Es en Cada vez, el cuestionam iento del fundam ento metafisico conduce a función de u n suelo que se uzga de las pretensiones, que se les atribuye la determ inación de una nueva tierra. el lote que propiamente les corresponde. El u ic io pronunciado quiz s Si, para Deleuze y uattari, la filosofía tiene necesidad de u n plano desde las alturas de u n cielo inteligible (fundamento metafisico) o dictado de Inmanencia” , es porque se trata de co nstituir una nueva tierra para por u n su eto trascendental (fundamento trascendental), no de a m enos el pensam iento y para la vida. El plano de inm anencia constituye el por ello de estar en una relación esencial con una tierra sobre la cual se suelo absoluto de la filosofía, su Tierra o su desterritorialización, su apoya y que distribuye otros tantos territorios, islotes o dom inios . No fundación, sobre las cuales crea sus conceptos” ( LF, ). No es la tierra hay tierra que no se distribuya en territorialidades distintas. de los geógrafos n i de los geólogos, es una tierra abstracta que difiere de Poseer u n territorio, ¿no es eso a lo que aspira toda re ivin d ica ció n , sí continuam ente, que por consiguiente se desterritorializa” sin cesar toda e presión? C ualquier re ivin d ica ció n , cualquier pretensión, ¿no por relación a sí m ism a, que nace de esta desterritorialización misma . es ante todo territorial, territorializante? Arribar a u n m edio, crearse Es su ligereza” propia desterritorializarse. Desde este punto de vista, el allí h b itos, in sc r ib ir ahí su s marcas y su s referencias com o otras gran libro sobre la Tierra o lo sin fondo es M il mesetas que describe el tantas d elim itaciones, adoptar allí conductas seg n ciertos ritm os, en vasto plano al que conduce la cuestión del fundamento. No solamente sum a com poner u n ritornelo, ¿no es ya reivindicar u n territorio, a la se habita la tierra com o poeta, se la ocupa com o nómada, com o meta- manera de u n derecho consuetudinario? ay re ivin d ica ció n territo rial desde el m o m en to en que hay c o m p o sic ió n de espacios-tiem pos Le P rincip e de raison, op. cit., p. . U n o puede rem itirse ta m b ié n a las prim eras determ inados, aun cuando so n p ro viso rio s o m ó viles. Por esta razón. p ginas de u est-ce que la m étaphysique? en uestions I, allim ard , , p. y sig. M il mesetas puede decir que el territorio es el prim ero de todos los A st h a b ló Z aratustra, prólogo, El su p e rh o m b re es el se n tid o de la tierra que su v o lu n ta d diga pueda ser el sup erhom b re el se nrid o de la tierra” (cf. tam b ién, ib id ., I De la agenciam ientos así com o D iferencia y repetición puede decir que todo v ir tu d que hace regalos” , o ta m b ié n III, D el esp íritu de pesadez, A q uel que, u n fenóm eno es u n a pretensión. Las pretensiones no so n en efecto otra día, ense e a lo s h o m b re s a volar, habr desplazado rodos lo s m o o n e s, lo s m o o n e s m ism o s se le escapar n y volar n p o r lo s aires, bautizar de n u e v o a la tierra y la llam ar Ta ligera ” . MM, ... la desterritorialización puede ser llam ad a creadora de la tierra - u n a n ueva tierra, u n un ive rso , y ya n o solam en te u n a reterritorialización” o ta m b ié n M M , Cf. LF, . Cf. las notas de .-C. M artin sobre estos p u n to s en V ariations, la , d on d e la desterritorialización a b so luta se define c o m o id é n tic a a la tierra m ism a ” . p h ilo so p h ie de ille s D eleuze, Payot, , p. y sig. 19/58 La cuestión de la Tierra Capítulo I cosa que co m p o sicio n e s de espacios-tiem pos, o ritornelos, es decir hom bre y los animales que se desterritorializan sobre ella. El m ovim iento una vez m s territorios . es siempre doble, manera de decir que no hay desterritorialización sin Vemos pues lo que acarrea el cuestionam iento de todo fundamento, reterritorialización. Los nóm adas se desterritorializan nicam ente a incluso si todavía no se puede e traer todas sus consecuencias. En primer co n d ició n de reterritorializarse sobre sus campamentos sucesivos o sobre lugar, ya no tratamos con la m ism a tierra. La nueva tierra ya no es una los m o vim iento s m ism o s por los cuales se desterritorializan, com o uno base fundadora, u n suelo. Por el contrario no cesa de desterritorializarse descansa sobre su montura. a la manera en la que el fundam ento se abre sobre u n sin fondo. Des- T oda p r e t e n sió n debe p o r ta n to c o m p r e n d e r se c o m o u n a territorialización” es el nuevo térm ino para lo que Deleuze llam a en reivindicación por relación a la tierra. No son solam ente los anim ales o Diferencia y repetición desfundam entación” . La Tierra se confunde con los nóm adas los que territorializan o desterritorializan la tierra. Es, en la desterritorialización m ism a, es una tierra infinitam ente m oviente, sin E lA ntiedipo, el neurótico que se territorializa sobre el div n del analista, fondo n i cim iento. La desterritorialización es e l m ovim iento aberrante de el perverso que se inventa tierras artificiales fantasm ticas. En cuanto la TierrcP. La desterritotialización de la tierra es el m s grande, el m s al esquizo, con su paso vacilante que n o cesa de migrar, de vagar, de potente de todos los m ovim ientos abortantes, aquel del cual se alimentan tropezar, él se h u n d e siempre cada vez m s en la desterritorialización todos los dem s, de una manera o de otra. La desterritorialización es a ... y es quiz s su manera propia de reencontrar la tierra, el paseo del la tierra lo que el sin fondo es al fundamento. esquizo.” Cada uno reivindica una tierra, cualquiera sea el sentido que Es la razón por la que Deleuze y uattari conceden tanta im portancia haya que darle a d icho término. Incluso las pretensiones m s teóricas, a los nómadas so n los n ico s que ocupan la tierra, que siguen” la in c lu so la pretensión a la ob etividad de los u ic io s sintéticos a p rio ri tierra, que est n en una relación de inm anencia con ella, de modo que es percibida por ant com o una reivind icación territorial, en tanto el so n los m s desterritorializados, los m s libres respecto de la noció n de pensam iento es inseparable de una relación con la tierra. M ucho m s, tetritorialidad. No cesan de desplazarse sobre u n espacio sin territorio, en ant, cada facultad debe tener su propio d o m in io que ella somete a estepa o desierto parecen tanto m s in m ó vile s cuanto que esos espacios una legislación específica . A cada uno su parcela. De u n forma general, est n desprovistos de referencias territoriales. Se desterritorializan tanto toda pretensión sea cual fuera (a la autenticidad, a la verdad, a la usticia, m s cuanto que ocupan la tierra, nada m s que la tierra, absolutamente, etc.) apunta a conquistar los derechos sobre u n d o m in io , una cuestión em pu ados por su s vectores y sus líneas de fuerza. Son los agrimensores o u n campo que ella constituye por el hecho m ism o de pretenderlo de desde el sin fondo a la superficie m ism a de la tierra. Solo ellos vive n la reivindicar su propiedad. tierra com o sin fondo, plano (o planóm eno). La desterritorialización no es por tanto u n m o vim iento por el cual uno se ale a de la tierra, sino por el contrario aquel mediante el cual u no se re ne con ella y la sigue, cabalga sus fuerzas. No es solamente u n m o vim ien to que afecta a aquel que se libera de sus territorialidades, es un m ovim iento de la propia Tierra. No son solamente los hom btes y los animales los que se destetritorializan sobte la tierta, es la tierra m ism a la que se desterritorializa a través del A E, . Cf. ta m b ié n, , , . O ta m b ié n, A l p u n to de que el proceso so lo puede liberarse, pro se g uir y realizarse en la m e d id a en que es capaz de crear -¿qué, pues?- u n a tierra nueva. ... Tierras fam iliares edípicas de la n e u ro sis, tierras artificiales MM, E l territorio es el p rim er agenciam iento, la p rim era cosa que hace de la p e rversión, tierras asilares de la p sic o sis, ¿cóm o v o lv e r a c o n q u ista r cada vez en ellas agenciam iento, el agenciam iento es ante todo territorial” . el proceso, reem prender constantem ente el via e?” . C, La tierra, es por tanto la desterritorializada, es inseparable de u n proceso de desterritorialización que es s u m o v im ie n t o aberrante” . Cf. ant, C rítica de la fa c u lta d de u z g a r. In tro d ucció n , II, D el d o m in io de la filosofía en general” . 20/58 La cuestión de la Tierra Capítulo I Si M il mesetas es u n libro sobre la tierra, es tam bién, com o su título lo a las tradiciones, a los fol lores). El co n u n to de este proceso es lo que indica, u n libro sobre las multiplicidades . Los dos ob etos” de M il Deleuze y uattari piensan ba o el térm ino de ecumene. El ecum ene mesetas son la tierra y las m ultiplicid ad es. Pero esos dos ob etos no es u n m odo de ocupación de la tierra, u n cierto tipo de d istrib u ció n hacen m s que u no porque la tierra no es ella m ism a m s que pueblos de las m ultiplicid ad es en el caso presente, adquiere la forma de una y poblaciones. La tierra no es el Uno-Todo, es una m u ltip licid ad , o m s e pansión incesante del mercado universal que se acom pa a de una bien u n co n unto de relaciones entre m ultiplicidades, una m u ltip licid ad política securitaria global. E l capitalism o no tiene por función requisar de m ultiplicidades. Toda m ónada es ya una tribu. Lo que entra en la tierra, sin o desterritorializarse en ella, al tiem po que m u ltip lica las relación con la tierra, son siempre poblaciones o poblamientos, partículas reterritorializaciones, al m enos aquellas que favorecen su e pansión. físicas, m oléculas quím icas que com ponen la m olécula gigante” de Tampoco tiene por función homogeneizar las formaciones sociales para la tierra, poblaciones org nicas, biológicas, de la sopa prebiótica a los restaurar una u n id ad superior a la manera de u n gigantesco panóptico flu os de poblaciones anim ales del neo dar inism o, de las poblaciones tiene m s bien por función volverlas isomorfas a fin de favorecer la moleculares del inconsciente a los pueblos sedentarios y nóm adas que e tensión de su s mercados entre” ellas y propagar sus diversos flu os atraviesan la historia universal. ¿ ué relaciones hay entre todas estas en todas las direcciones (MM, y sig.). m ultiplicidades? ¿ ué relaciones co m p onen entre ellas? ¿Cómo se Es el sen tid o general de la a iom tica m u n d ia l de la econom ía distribuyen? ¿Seg n qué principios, trascendental y empírico? ¿ sobre capitalista m ediante la cual constituye u n derecho” sobre todo lo todo cu les son sus reivindicaciones, su s pretensiones puesto que solo que produce y controla . E l capital se atribuye un derecho sobre todo el hay reivindicación por y para m ultiplicidades? Se ad ivina qué problem a ecumene. Por esta razón, es pasible de la ¿quid u ris? on qué general se plantea entonces el de una reivindicación sobre la Tierra, de derecho seme ante derecho? ¿ sobre qué se funda de ahora en m s? u n derecho sobre toda la tierra? ¿ uién puede, quién debe ocupar toda Es la razón de ser de la confrontación entre la filosofía y el capitalism o. la tierra? el sentido de la palabra tierra” , ¿sigue siendo el m ism o en Para Deleuze y uattari, la filosofía es inseparable de una geopolítica todos los casos? este desplazamiento est determ inado por las e igencias m ism as de la Si la confrontación con e l capitalism o es absolutam ente necesaria, es pregunta antiana” ¿quid u ris? Se sabe, al m enos a partir del caso porque, a su manera, es una form ación que se e tiende sobre toda la eidegger” , que la ontologia es u n asunto político en la m edida en que superficie de la tierra, aunque su s am biciones no sean territoriales. no es separable de la cuestión del poblam iento de la tierra . m ucho E tender el mercado no es conquistar la tierra. Son sobre todo los Estados de política viene a alo arse en el habitar poético heideggeriano. Si, para los que se nutren de las am biciones territoriales, los que transforman la Deleuze, la cuestión es política, es porque los pueblos no so n separables tierra en u n con unto ineluctable de coe istencia, en lugar del libre uego de los gritos que hacen oír. Si el p rin cip io de razón suficiente debe ser de los territorios entre sí y con los lina es” (MM, ). El capitalism o considerado com o u n grito filosófico”, ¿cómo no envolvería otros gritos es m s bien en efecto lo que desterritorializa la tierra, pero para seguir aislados y apasionados” que e igen que se les dé razón, no solamente y controlar lo s flu os de mercancías, de traba o y de dinero que se de lo que es”, sin o de cada víctim a de la historia” seg n la fórm ula de distribuyen sobre ella en todas las direcciones esta desterritorialización hestov ( LF, )? Dar razón, no es solamente remontar hasta el sin generalizada, propia del capitalism o, no se co nsum a sin suscitar las reterritorializaciones m s artificiales (familiarismo, regionalismo, retorno MM, y sig. Sobre la a iom tica general c o m o derecho del capital (convertible en m e d io s de p ro d u c ció n ), y sig. y . A p rop ósito de M il mesetas, DRL, es u n a teoría de las m u ltip lic id a d e s por sí LF, , a p ro p ó sito de eidegger Se e q u ivo có de p u eb lo , de tierra, de sangre. m ism a s, allí d on d e lo m ltip le pasa al estado de su sta n tivo , m ie nttas que E lA n tie d ip o lo Puesto que la raza llam ad a por el arte o la filosofía n o es la que se pretende pura, sin o consideraba todavía dentro de sín te sis y b a o las co n d ic io n e s d el in c o n scie n te ” . u n a raza o p rim id a , bastarda, inferior, an rquica, nóm ada, irrem ed iablem ente m e n o r” . 21/58 La cuestión de la Tierra Capítulo I fondo del Ser y reconducir la filosofía hacia u n fundam ento ontologico en este sentido que Deleuze y uattari pueden decir que eidegger se donde se de aría oír el llam ado silencioso del Ser, es dar derecho a las equivoc de pueblo, de tierra, de sangre”. Tal vez esto consista en que, en voces no racionales, no razonables de todas las m inorías que pueblan la él, la tierra no est ligada de n in g n m odo a las potencias de vida, sin o ai tierra, todas aquellas que no llegan a comprender lo que todo el m u n d o fondo del Ser, a la guarda del Ser seg n el habitar poético y qué e tra a comprende, que no llegan a saber lo que todo el m u n d o sabe, todo u n Stim m unghz z. ese habitar . Completamente a la inversa, en Nietzsche, clamor. Si los p rincipio s nos parecen gritos, es porque cada u no se ala Bergson y Deleuze, la gran politica es inseparable de la cuestión de la la presencia de una clase de seres, que dan ellos m ism o s el grito y se vida, de una evaluación de las fuerzas de vid a a través de los m odos de hacen reconocer por ese grito” (P, )., El principio de razón no debe poblam iento de la tierra el filósofo com o m édico de la civilización” . solamente afrontar lo ine plicable y lo incom prensible, debe afrontar lo Es quiz s el sentido de la fórm ula de M il mesetas-. Antes que el ser, est insoportable y lo intolerable. Es la razón por la cual, en ltim a instancia, la política” (MM, ). La gran cuestión no es la del ser del hom bre en la pregunta ¿quid u ris? es siempre directamente ética y política. su relación con el Ser, sin o m s bien la de las políticas de gestión” , de De una manera general, vem os pues que la filosofía no puede plantear destrucción, de conservación de la vid a en la tierra. ¿Por cu les m edios la cuestión del fundamento sin que esta no se convierta tam bién en podem os escapar a las organizaciones mortíferas que cercan la tierra la cuestión del poblam iento de la tierra. No es solamente cierto en la (MM, )? ¿C óm o luchar contra ellas? ¿En qué las enfermedades del filosofía de Deleuze y en aquella co-escrita con uattari. Puede que ese hom bre cristianism o, inteligencia, neurosis, n ih ilism o , capitalism o, sea el sentido de la gran política” en Nietzsche, quien ya sabía com batir etc. , im p id e n la vid a sobre la tierra? ¿ uid vita? las reterritorializaciones nacionalistas. ¿ ué ha pasado entonces sobre Por eso la filosofía debe determ inar con qué derecho puede, a su vez, la tierra con la aparición del hombre?, pregunta Nietzsche. ¿ ué ha ocupar o d istrib u ir la tierra, aun si n o es en absoluto a la manera del cam biado el hom bre sobre la tierra, abandonando su co n d ició n de capitalism o m u n d ia l e in c lu so si su s m edios son irrisorios. La am b ició n animal ? ¿Cómo sus enfermedades se e pandieron sobre la tierra? ¿Cómo de la filosofía en Deleuze y uattari no es constituir un ec mene, sino un com batir el ecum enism o del cristianism o y del nihilism o? Es tam bién el planómeno, u n plano de la Naturaleza o de la Tierra desterritorializada. Es sentido de las preguntas que Bergson plantea en Las dosfuentes de la m oral quiz s la cuestión ltim a de la filosofía de Deleuze y uattari co n stituir y de la religión-, ¿de qué manera los hom bres ocupan la tierra? ¿Cómo una filosofía de la tierra, pensar todo a partir de ella, sobre ella, reconducir su apego a la vida” los determina a ocupar la tierra ? ¿Est n solamente todo a una relación con la tierra, a co n d ició n no obstante de que la tierra apegados a la vida? ¿y ba o qué forma? ¿Cómo no ver que las cuestiones se desterritorialice por el pensam iento no m enos que el pensam iento por de gran política” conciernen cada vez a los m odos de poblam iento de la la tierra. La tierra deviene una tierra de y para el pensam iento, lo cual se tierra y a la manera en la que afectan las potencias vitales de los seres? Es convierte quiz s en una chance para la vida. Pensar todo en térm inos de territorialización, desterritorialización, reterritorialización una vez m s. enealogía de la m oral. II, co n este he cho de u n alm a a n im a l que se vo lv ía M il mesetas no tiene otro ob eto” que laT ierray su s poblam ientos, m s contra sí m ism a , q ue tom aba partido contra sí m ism a , apareció sobre la tierra algo tan nuevo , tan profundo, tan in a u d ito , tan m iste rio so , tan co ntradictorio y tan prom etedor all de todo fundamento. para e l p o rve n ir que el aspecto de la tierra se m o d ificó co m pletam ente” . Cf. las ltim a s líneas de L as dos fuentes. PUF, p. La h u m a n id a d gim e, a m e d ia s aplastada b a o el peso de lo s progresos que ha hecho. N o sabe lo suficiente que su p o rve n ir depende de ella. Por lo pronto le corresponde ver s i quiere co n tin u a r viv ie n d o . E n ella est preguntarse lueg o si so lo quiere v ivir, o adem s realizar el esfuerzo necesario para que se cu m p la sobre nuestro planeta refractario, la fu n ció n esencial del un ive rso , que es u n a m q u in a de hacer d io se s” . 22/58 Capítulo II de él, e ercer su función legisladora. El prim er capítulo de D iferencia y Capítulo II repetición muestra cóm o, a partir de Platón, el pensam iento ha poblado L os c ír c u lo s d e i f u n d a m e n t o de representaciones el m u n d o . La representación se ha propagado por todas partes, se ha e tendido sobre el m u n d o hasta conquistar lo infinito. El m u n d o entero ha pasado dentro de la representación y todos los seres que lo pueblan son pensados conforme a las e igencias de la representación. Deleuze pasa de Aristóteles a Leibniz y egel, antes de volver a Platón, com o m om entos d istin to s de esta larga historia. Solo que, ba o” el m u n d o de la representación, gru e y am s ha de ado de gru ir lo sin fondo, el m u n d o de las diferencias libres y no conectadas. No es la historia de u n o lvid o ”, sin o de una desnaturalización de la diferencia, de una con uración activa de su s potencias, confundidas con las del caos. No se ha olvidado la diferencia, sin o que solamente se la ha pensado mediatizada, sometida, encadenada, en sum a fundada. La representación, es la diferencia fundada, o m s bien fundar, es siempre fundar la representación” (DR, ). No se trata de retomar en detalle los an lisis de Deleuze respecto de Aristóteles, Leibniz o egel, sin o de Lo sin fondo, la Tierra, las m ultip licid ad es constituyen el plano del despe ar las dos operaciones esenciales com unes a todas las filosofías que que hay que partir o que hay que alcanzar, aunque esté necesariamente han pretendido someter la diferencia a los marcos de la representación. presupuesto. De todo esto sabemos todavía m u y pocas cosas. Sabemos Estas operaciones pueden ser captadas a dos niveles distintos, metafisico que nicam ente son retenidas las pretensiones que ascienden de lo y trascendental una primera vez al nivel de una teoría del concepto sin fondo, inm anentes al plano, en tanto que e presan la parte de él (Platón), una segunda vez al nivel de una teoría de la e periencia ( ant). que transportan en ellas. Por esta razón, son m enos pretensiones que Invoc bam os precedentemente a ant, pero, para Deleuze, es Platón e presiones . Lo que las vuelve forzosamente aberrantes, es ustam ente quien, a su manera, es el prim ero en plantear la pregunta ¿q uid u ris? su relación con lo sin fondo que ellas hacen ascender a la superficie, Es él quien primero instaura u n fundam ento para uzgar pretensiones aquello que ustam ente e presan de ese sin fondo. Solo que aquí no y que transforma la filosofía en u n vasto tribunal. C on Platón, los se trata m s que de la pregunta de hecho ¿quidfacti?). ¿Por qué solo fenómenos cesan de aparecer, ellos comparecen cada vez ante una Idea retener esas e presiones? ¿Sobre qué se funda tal decisión? Ignoramos que se confunde con la pura identidad a sí de u na cualidad (el Bien en todavía todo de las operaciones que vuelven posible una legitim ación sí, lo usto en sí...). Es la Idea la que uega el rol de fundam ento en seme ante. ¿Sobre qué se funda tal e igencia si no hay ya fundamento? tanto que posee en prim er lugar y de manera em inente una cualidad Para comprenderlo, es preciso ante todo volver sobre las operaciones que cada fenómeno solo puede pretender poseer en segundo, o en tercer que perm iten al fundamento, pero tam bién al princip io que depende lug ar..., habida cuenta de su seme anza con ella. A sí lo M ism o” de la Idea permite uzgar los fenómenos, es decir repartirlos en una escala La te rm in o lo g ía de Deleuze sobre este p u n to n o h a variado, c o m o lo te stim o n ia el artículo P latón y lo s griegos” ( ) en CC. Las pretensiones so n actos de trascendencia electiva, en proporción de su seme anza o de su conform idad interior m ie ntras que las e presiones se lle n a n de in m a n e n c ia (CC, ). Esta d ist in c ió n est ya con la Idea concebida com o m odelo. El fundam ento establece una presente de m o d o t cito en D iferencia y repetición. erarquía entre los pretendientes, seg n la manera en la que cada uno 23/58 Capítulo li Los círculos del fundam ento funda para someterlo a su ley. Todas las diferencias entre pretendientes representa la Idea. Cada im agen o pretensión bien fundada se llam a se ven así subordinadas a la seme anza que m antienen entre sí a lo largo re-presentación (icono), puesto que la prim era en su orden es todavía la de una escala electiva mientras que esa seme anza se vea fundada en la segunda en sí, por relación al fundamento. Es en este sentido que la Idea identidad consigo de la Idea. En esta presentación que Deleuze ofrece inaugura o funda el m und o de la representación” (DR, ). Si Platón de Platón, ¿cómo no ver que la n ica cuestión que im porta es la del es el gran Fundador del m u n d o de la representación, aquel que instaura fundamento. Por eso el esfuerzo para remontar m s all del fundamento el m s largo error”, es Aristóteles q uien es su gran Organizador es él quien, por el rodeo de las categorías y de la diferencia específica” , da a debe ser llam ado in ve rsió n del p lato n ism o ”. Tal vez sea in c lu so el la representación su estructura org nica y la e tiende sobre el mundo . sentido y la apuesta m s general de D iferencia y repetición. A falta de Instaurar la id en tid ad consigo de la Idea com o fundam ento no ver qué problem a la determina, se hace com o si la instauración de una es m s que la primera de las dos operaciones a través de las cuales la filosofía de la diferencia” fuera obvia, com o si participara de u n aire representación puede e ercer su reinado. ace falta introd ucir todavía de los tiem pos seg n la fórm ula de Deleuze. ¿Pero por qué introducir u n p rin cip io capaz de d istrib u ir a los pretendientes en funció n de estos nuevos conceptos de diferencia y repetición sin o porque tienen su seme anza con el modelo. C om o lo decíamos, las e igencias del respectivamente p o rfunció n in ve rtir la id entid ad y la circularid a d propias fundam ento son inseparables de un princip io legislativo que reparte alfundam ento? selectivamente a los seres en función de esas e igencias. En Platón, este Seme ante in versió n es una tarea tanto m s im portante cuanto que p rin cip io opera en el m ito que hace comparecer a los pretendientes en son las m ism as operaciones las que se vuelven a encontrar m u ch o m s el interior de u n tiempo circular donde cada uno recibe el premio que tarde, aunque ba o una forma completamente distinta, en Leibniz y corresponde al mérito de su vida. A lo ada en un pasado inm em orial, la egel, cuando la representación pretende conquistar el infinito. a Idea subordina la línea del tiempo a lo M ism o el tiempo se ve plegado en no es la im agen la que se esfuerza por conquistar la diferencia tal com o u n círculo donde cada presente que pasa es uzgado en sus pretensiones ella parecía originariam ente in c lu id a en lo idéntico, sin o que por el desde las alturas de la Idea . D icho de otro m odo, si la Idea uega el rol contrario es la identidad la que se esfuerza por conquistar lo que no de fundam ento (criterio electivo de seme anza), el tiem po circular del incluía de la diferencia. F undar ya no significa inaugurar y volverposible la m ito uega el rol de principio (prueba selectiva de la diferencia). representación, sin o volver in fin ita la representación. El fundam ento debe Identidad y circularidad son las dos formas que instauran el reinado ahora actuar en el seno de la representación, para e tender su s lím ites de la representación. Fundar, es siempre fundar sobre una identidad tanto a lo infinitam ente peque o com o a lo infinitam ente grande” (DR, pree istente que posee de manera eminente lo que las dem s solo poseen - ). De u n lado, Leibniz recoge lo infinitam ente peque o, todo de manera segunda, pero es tam bién introducir el p rin cip io de una el sin fondo diferencial de las mónadas, para hacer converger las series d istrib ució n circular tal que el fundamento haga círculo con aquello que en el m e or de los m u n d o s del otro, egel interioriza lo infinitam ente grande para som eterlo a lo s círcu lo s m onocentrados del Espíritu . Sobre este p u n t o , cf. p o r e e m p lo , LS, ap énd ice, E l d e sp lie g u e de la Ciertamente, todo ha cam biado, pero lo esencial es preservado. Por m s representación c o m o b ie n fundada y lim ita d a, co m o representación acabada, es m s b ie n el o b e tivo de A ristóteles en él la tepresentación recorre y cubre todo el d o m in io que va que la representación conquiste el infinito, no se despega del p rincip io desde lo s m s altos géneros a las especies m s peque as, y el m é to d o de d iv is ió n adquiere de identidad com o presupuesto de la representación”, por el contrario se entonces su sesgo trad icional de especificación que no tenía en Platón” . Cf. igualm ente esfuerza por volverlo coe tensivo al todo” (DR, ). en los dos casos, DR, . u n princip io de selección opera de manera absoluta a veces se trata de Para u n a presentación general del p la to n ism o en Deleuze, c f el artículo de Invertir el p la to n ism o ” , retom ado c o m o apéndice de LS, y sig. C f ta m b ié n DR, DR, El círculo de egel n o es el eterno retorno, s in o solam en te la c irc u la ció n y sig . in fin ita de lo id é n tic o a través de la n eg a tivid a d ” . 24/58 Los círculos del fundam ento Capítulo II seleccionar las series com posibles com o la elección d iv in a del m e or Todo el problema es entonces determinar cómo la diferencia y la repetición de los m undos otras, se trata de sostener, de suscitar la contradicción pueden legítimamente rebatir la legitim idad de todo fundamento. ¿De en tanto que prueba selectiva que la diferencia hace para alcanzar el qué nuevo derecho pueden presumir? Es precisamente el rol de los saber absoluto (DR, ). ¿No es la se al de que en m u ch o s aspectos la m o vim ientos aberrantes de arlo percibir. Son ellos los que nos hacen historia de la filosofía se confunde con la historia de una con uración remontar deba o” del m u n d o de la representación, en las profundidades continuam ente renaciente de lo sin fondo, lo cual vuelve tanto m s de lo subrepresentativo, allí donde la diferencia se despliega libremente. Sea necesaria una inversión del platonism o” en función de los conceptos el m ovim iento aberrante que Deleuze localiza en el platonism o y que se de diferencia y de repetición? sustrae a la autoridad de lo M ism o y a sus círculos el del simulacro. Ba o su Es el sentido de los tres prim eros capítulos de Diferencia y repetición. aparente conformidad con el m odelo aquello por lo cual dice parecérsele No se puede comprender su encadenamiento sin ligarlo a la cuestión aunque de forma m u y imperfecta , el sim ulacro se construye en realidad del fundamento. En efecto, el concepto de diferencia tiene ante todo sobre una esencial disparidad, una d isim ilitu d interiot que no solamente por función la de d iscutir el prim ado de la identidad de la que goza el lo conduce a discutir la legitim idad de la Idea, sin o tam bién el círculo que fundamento ¿con qué derecho ese prim ado concedido a la identidad o ella forma con los pretendientes legítimos. Es él quien hace remontar el a lo Mismo? ¿Sobre qué se funda? M s all del fundamento, comienza fondo mientras que el platonism o tiene por finalidad asegurar el triunfo el m u n d o de las diferencias libres y no ligadas. La diferencia est de las copias sobre los sim ulacros, rechazar los sim ulacros, mantenerlos detr s de toda cosa, pero no hay nada detr s de la diferencia” (DR, completamente encadenados al fondo, im pedirles ascender a la superficie ) capítulo T). De su lado, corresponde a la repetición quebrar los y que se in sin e n en todas partes” (ES, ). Es todo el platonism o lo círculos mediante los cuales el fundam ento sub ordina lo fundado y lo que él pervierte e invierte, haciendo ascender ese fondo, rebatiendo tanto somete a su acción. Veremos que la sustituye por otras circularidades, el m odelo como sus copias, es decir la identidad y la seme anza que ellos descentradas y divergentes, fundadas” sobre la diferencia. Es aquello e tienden sobre el m und o sensible . El sim ulacro es la aberración que de lo cual da testim onio el e amen sucesivo de las síntesis del tiem po en m ina subterr neamente al platonism o. No se de a representar. Encarna Diferencia y repetición que constituyen lo s tres grandes m om entos de la por sí solo las profundidades que se sustraen a la acción del fundamento y repetición capítulo I I ). Se trata en efecto, mediante profundizaciones tebaten su instauración da prueba en este sentido de u n nuevo derecho” . sucesivas, de remontar del presente com o fundación del tiem po (primera ay una suerte de celo propio al sim ulacro que hace que, desde u n síntesis) hacia u n pasado puro com o fundam ento del tiem po (segunda punto de vista e terior, apenas se distinga de la copia. Solo se distingue síntesis) hasta el m s all de todo fundamento, el puro porvenir com o de ella por una diferencia subrepticia, en profundidad, que da testim onio desfundamentación” (tercera síntesis). La potencia destructora de la de otro tipo de derecho” , de otro tipo de reivindicación. Se diría que diferencia y de la repetición es tal que todas las cuestiones relativas al se trata cada vez de e traer u n doble que invierte el original y la copia, fundamento deben ser planteadas nuevamente, habida cuenta de las aunque se mantenga lo m s cerca de ellos . Esta operación es esencial a metamorfosis que ellas hacen sufrir al pensamiento ¿por qué cosa hay que comenzar? ¿Puede el pensam iento auténticamente comenzar, sin presupuestos? O bien, ¿cu les son los presupuestos necesarios que hacen Cf. LS, El sim u la c ro n o es u n a co p ia degradada o culta u n a potencia p o sitiv a que niega e l o rig in a l, la copia, e l m odelo y la reproducción". que él no com ience sin ya recomenzar? Son todas las cuestiones relativas Cf. LS, Invertir el p la to n ism o sig n ifica entonces hacer ascender lo s sim ulacros, a la imagen del pensam iento” capítulo III). afirm ar su s derechos entre lo s ic o n o s o las co p ia s” (las it licas so n nuestras). A pro p ó sito d el sim u la c ro , DR, E tra o doble el que sig ue paso a paso a Sócrates, llega a aparecerse hasta en el e stilo de Platón, y se inserta en las repeticiones y variacion es de ese e stilo ” . 25/58 Los círculos del fundam ento Capítulo II la filosofía de Deleuze. Sin duda da testim onio incluso de su manera de su eto tom a sobre sí m ism o la identidad que en Platón pertenece a la leer a ciertos filósofos e traer una especie de doble que revierte contra Idea y la co m un ica a su s conceptos . su pensamiento. uiz s es ese m ism o celo el que volvem os a encontrar, Pero esto solo constituye el prim er m om ento de la cuestión (relativa a m utatis m utandis, a través de la lectura que M aim ón hace de ant. ué la analítica de los conceptos). Puesto que, si la legitim id ad de los u ic io s e tra a fidelidad hacia ant la de M aim ón, qué e tra a subrepción es establecida por sus condiciones de posibilidad, ¿qué legitim a a su vez a ¿No es M aim ón el que se m antiene m s cerca de ant, quien es uno estas ltimas? Es el segundo m om ento de la cuestión (relativa a la analítica de los me ores, uno de los m s profundos lectores, pero que, por una de ios p rincip io s), pero sobre todo es el sentido de una de las ob eciones disparidad de fondo, se ala tam bién las futuras inversiones del antismo? que M aim ón dirige al m étodo de ant la legitim idad de los u ic io s es ¿No act a M aim ón subterr neamente en el corazón del antism o, a la establecida por sus condiciones de po sib ilid ad , pero la leg itim id a d de manera de un topo, al punto que ant ser tam bién conducido a esbozar estas ltim as est a su vez validada por la ob etividad de estos m ism o s dicha inversión en la Crítica de la facultad de u z g a ri ¿No es él quien, a la u ic io s . Se d ib u a un círculo que ya no tiene ciertamente los atributos manera del sim ulacro en Platón, hace remontar el sin fondo leibniziano, del círculo platónico, sin o que deviene el círculo de la prueba tal que el todo u n horm igueo diferencial, m s all del fundamento antiano? fundam ento y lo fundado entran en estado de presuposición recíproca Sin embargo tal apro imación solo es posible si Deleuze hace ugar com o en Platón. ¿No es el car cter m s general del fundam ento el efectivamente a ant el papel de una especie de platónico. Sabemos que hecho de que ese círculo que organiza es tam bién el círculo vicio so de la Crítica de la razón p ura plantea la pregunta ¿quid u ris? en vista de la prueba donde la representación debe probar lo que la prueba, com o determinar u n nuevo fundam ento del conocim iento, ya no metafisico, así tam bién en ant la p o sib ilid a d de la e periencia sirve de prueba a su sin o trascendental. La estructura general del tribunal platónico sigue propia prueba” (DR, ). ¿Con qué derecho seme ante fundam ento si siendo el m ism o, aunque los térm inos hayan cambiado profundamente. no funda nada, si se ve fundado por aqullo que funda? Pues lo que en ant es o b eto de p rete n sió n en el d o m in io del ay una profunda ironía en el celo de M aim ón puesto que es en el conocim iento, ya no es la Idea, es la ob etividad. Los n ico s que pueden nom bre m ism o de las e igencias fi adas por ant que llega a d iscu tir pretender legítimamente la ob etividad son los u ic io s sintéticos a priori. la le g it im id a d del fu n d a m e n to a n tia n o , a saber la apercepción Tal es precisamente el hecho” del que hay que dar razón. Ahora bien trascendental y la repartición que ella in sta u ra entre in t u ic ió n y lo que funda u n conocim iento a p rio ri seme ante, son las condiciones entendim iento que solo autoriza una relación de co ndicio nam iento que lo vuelven posible, a saber las categorías en tanto que reglas de e trínseca. M aim ón es efectivamente el sim ulacro que llega a deslizarse síntesis. D icho de otro m odo, la pretensión a la ob etividad de los u ic io s de e periencia estar fundada en tanto que estos ltim o s cum p lan las En u n artículo im po rtante, . L eb run precisa estos p u n t o s y sub raya que, c o m o condiciones fi adas por las categorías. , com o las categorías se fundan a en P latón, la sem e anza en ant e n am b ra en el se no de lo se nsib le , lo cu a l la vu e lve apta para recibir la form a de id e n tid a d de lo s conceptos. E s el se n tid o m ism o de la re vo lu ció n su vez sobre la identidad lógica del o trascendental, es el o pienso” el copernicana. E n efecto, para que lo s co n cepto s se regulen sobre n uestro co n o cim ie n to , que f nda en ltim a instancia la pretensión de los u ic io s a la ob etividad. se debe su p o n e r un a sem e anza m ín im a entre la naturaleza d el o b eto y la d isp o sic ió n Vemos qué cam bio se ha operado. Lo m ism o de la Idea platónica d el co nocer” , entre lo c o n d ic io n a d o y s u c o n d ic ió n . C f D e uze, un e vie p h ilo so p h iq ue , com o m odelo, garantizado por el Bien, de a lugar a la identidad del op. cit., p. y sig. concepto originario, fundada sobre el su eto pensante” (DR, ). El Cf. las notas de .-B. Scherrer en S. M a im ó n , E ssa i su r la p h ilo so p h ie trascendentale, V rin , , p. ay allí, para M a im ó n , u n c írc u lo m anifiesto u n o se da aq uello que se trata de probar, a saber el h e c h o de q ue p o seam o s p ro p o sicio n e s de e periencia Cf. I. Thomas-Fogiel, C oaliciones de lo s sistem as y topología de las contradicciones (necesarias y un ive rsa le s) que tienen u n a valid ez ob etiva. E l a rgum en to trascendental se la pr ctica herm en éutica de S alom o n M a im ó n ” en Revue germ anique internation ale, nro. vacía así de todo su va lo r ap od íctico” . Sobre la crítica de la pregunta ¿ q uid u r is? st ant, , , q u ie n in vo c a en M a im ó n u n a su b v e rsió n respetuosa de la lite ra lid ad ” . las notas de M a im ó n , ib id ., p. . 26/58 Capítulo li Los círculos del fundam ento el que horm iguean peque as diferencias infinitesim ales que cada vez en los engrana es de la m quina antiana. De allí derivan entonces todas las críticas que Deleuze dirige a la fundación antiana concebida se” hacen, no porque tienden hacia cero, sin o por el contrario porque com o condicionam iento y la relación de seme anza que inevitablemente entran en relaciones diferenciales que las d istinguen de cero . Lo sin supone. El condicionam iento supone en efecto concebir la co ndició n fondo no es lo informe o lo indiferenciado, sin o lo que asciende del a imagen de lo condicionado puesto que es su form a de p o sib ilid ad . El fondo para distinguirse de él, para co nstituir cada vez su ” diferencia error de todas las determ inaciones de lo trascendental com o conciencia, propia, diferencia que no cesa de diferir de sí m ism a en la relación de es concebir lo trascendental a imagen y seme anza de lo que pretende determ inación recíproca que m antiene con otras diferencias. D icho de fun d a r".” Lo trascendental deviene así el calco de lo em pírico describe otro m odo, la diferencia constituye el p rin cip io ltim o en la m edida en el nuevo círculo de la seme anza propio a la actividad del fundamento. El que act a ya en el nivel de las relaciones diferenciales entre elementos calco es otro nom bre para designar la actividad circular del fundamento. ellos m ism o s diferenciales. Una vez m s, la diferencia est detr s de De Platón (teoría del concepto) a ant (teoría de la e periencia), son todas las cosas, pero detr s de la diferencia, no hay nada” (DR, ). los m ism o s operadores los que Deleuze despe a cada vez. Se trata de La diferencia es lo infra nq u ea ble m ism o . La diferencia no es identificar el fundamento com o lo M ism o” y los círculos que describe evidentem ente aq uí u n a diferencia em pírica entre in d iv id u o s , n i com o el m edio de seleccionar a los pretendientes legítim os. siquiera la diferencia que constituye un in d iv id u o en sí m ism o lo que nos m antiene en el nivel de lo dado-. ay que remontar hacia Si Deleuze se interesa en M aim ón, ¿no es ustam ente porque él hizo el fondo diferencial, hacia los elementos y las relaciones diferenciales, ascender lo sin fondo de la filosofía de ant, allí donde ya no puede preindividuales que engendran los in d ivid u o s, ahí m ism o no hay todavía actuar n in g un a identidad n i nin g un a seme anza? E n lugar de cerrar n in g un a diferencia genérica, específica o in d iv id u a l (DR, ). Sin duda el sistem a de la representación sobre sí m ism o, com o lo hizo ant, el m u n d o est poblado de formas in d ivid uales, pero la in d iv id u a c ió n M aim ón se remonta hasta las operaciones por las cuales el entendimiento com o tal, que opera sobre todas las formas, no es separable de un engendra subterr neamente los ob etos sensibles, m ediante una adición fondo puro que ella hace surgir y que arrastra consigo” (DR, ). La de diferenciales que operan en u n nivel subrepresentativo . Antes que razón suficiente debe remontar hasta ahí, no seguir las d ivisio n e s del remitirse a u n dado ine plicable desde el punto de vista de u n su eto concepto para descender hasta el in d iv id u o com o especie ínfim a”, constituyente, ¿no debemos, por el contrario, reducir, d ism in u ir lo sin o reunirse con lo sin fondo del Ser, partir de ese plano para ver cóm o dado hasta el fondo infinitesim al del cual proviene y que, por su parte, se engendran los in d ivid uos . La materia del Ser no tiene nada de no puede estar dado? Desde este fondo ascienden todas las diferencias, indeterm inado, por el contrario, est poblada de factores in d ivid uan tes elementos diferenciales y relaciones diferenciales que no son ya rechazadas perfectamente diferenciados. Por factores in d ivid u a n te s no hay que hacia las profundidades del Ser, sin o afirmadas por sí m ism as sobre un entender in d iv id u o s co n stituidos en la e periencia, sin o lo que act a en plano autónom o. D esembocamos en u n océano de la deseme anza en S. M aim ó n , ib id ., p. E sto s diferenciales de lo s o b etos so n lo que lla m a m o s lo s n o m e n o s, pero lo s o b etos que p ro vien e n de ellos so n lo s fenóm enos. Por relación a LS, . M ediante esta fórm ula, Deleuze apunta tanto al p ro c e d im ie n to de ant la in t u ic ió n , la diferencial de to do ob eto en sí ,d , dy , etc. Pero su s relaciones c o m o al de usserl. La crítica de lo trascendental co m o calco” de lo e m p írico vu e lv e co n n o so n , al contrario, pu ed e n ser in d ica d a s de m anera d eterm inada en las in tu ic io n e s frecuencia en Deleuze. C LS, , y DR, . La vo lv e m o s a encontrar todavía en la que p rovienen de ellas” . d ist in c ió n entre el calco y el m apa en M il mesetas. DR, La u n iv o c id a d del ser ... e ige que se m uestre c ó m o la diferencia S. M aim ón , E ssa i su r la p h ilo so p h ie trascendentale, op. cit., p. - y lo s com entarios in d iv id u a n te precede en el ser a las diferencias genéricas, específicas e in c lu s o in d ivid u a le s, de ueroult, sobre lo s cuales se apoya Deleuze, L a P hilosop hie trascendentale de Salom on c ó m o u n cam p o p revio de in d iv id u a c ió n en el ser c o n d ic io n a tanto la especificación de las M aim ón, A lcan, , p. y sig. formas, c o m o la d eterm ina ció n de las partes, c o m o s u s varia cio n es in d iv id u a le s” . 27/58 Los círculos del fundam ento Capítulo II ellos com o princip io trascendental, com o principio pl stico, an rquico solam ente entonces, el Ser puede decirse en u n n ico y m ism o sentido y nómada, contempor neo del proceso de in d ivid u a ció n , y que no es de todo lo que es. Entonces, y solamente entonces, lo sin fondo remonta menos capaz de disolver y de destruir los in d iv id u o s que de constituirlos para co n stitu ir u n n ico y m ism o plano secante en el que lo m s temporariamente m odalidades intrínsecas del ser, que pasan de un peque o deviene lo igual de lo m s grande desde el m om ento en que no in d iv id u o a otro, que circulan y co m u n ica n ba o las formas y las est separado de lo que puede ... . Pueden entonces resonar las palabras materias” (DR, - ). Todo es igual , pero com o palabras gozosas, siempre y cuando se digan de lo que no es igual en ese Ser igual unívoco” (DR, ). ¿No volvem os a confluir así con la nueva tierra” de la que habl bamos De esto deriva otra consecuencia m anifiesta la afirm ación de la m s arriba, no la tierra del fundamento, sin o una tierra que precede u nivocida d del Ser im p lica que de ahora en adelante ya no es posible a las materias y las formas que le dan consistencia y la estratifican uzgar. La crítica delfundam ento es inseparablemente una crítica del u ic io . en otros tantos in d iv id u o s distintos? ¿No es la Tierra u n inm enso ¿ ué es en efecto uzgar? uzgar no es fundar, sin o someter a los seres campo de in d ivid u a ció n desde donde ascienden todas las diferencias que se uzga a las e igencias del fundamento. ¿Cómo se distribuye la Idea in d iv id u a le s que la co m p on en y la pueblan? Ba o el fundam ento, entre los diversos pretendientes? ¿Cu l es la parte que corresponde a cada encontramos el plano de la Tierra o el sin fondo del Ser. Pero esto no uno? El u ic io tiene siempre dos cabezas o dos sentidos el sentido co m n supone n in g un a unid ad subyacente, ning una filosofía de lo U no puesto (como sentido de la d istrib u ció n) y el buen sentido (como sentido de que lo importante, es por el contrario la m u ltip licid ad de las diferencias la erarquía) . Son las dos figuras a través de las cuales el fundam ento ind ivid uantes que la com ponen. Deleuze insiste con esto cada vez que e erce su soberanía sobre el Ser com o sobre el pensam iento. Una asegura invoca la un ivocida d del Ser. Lo esencial de la u n ivo cid a d no es que el m o n o p o lio de una forma de identidad que distribuye a los seres los el Ser se diga en u n nico y m ism o sentido. Es que se diga en u n nico somete a u n sentido que, desde entonces, les es co m n la otra erarquiza y m ism o sentido de todas sus diferencias ind ivid uantes o m odalidades esta d istrib ució n, determ ina el rol de las facultades, su sub ordinació n intrínsecas . Estos m odos son com o las variaciones de intensidad, los respectiva, en función de u n buen sentido. Ambas funciones constituyen grados de potencia de u n ser que sigue siendo esencialmente el m ism o, la u sta m edida, la u sticia com o valor del u ic io ” (DR, ). Es en este así com o el blanco se relaciona con intensidades diversas, pero sigue sentido que todo u ic io est íntim am ente ligado a la quaestio u r is en siendo esencialmente el m ism o blanco” (DR, ). tanto que determ ina el derecho y lo distribuye. Desde el punto de vista que nos ocupa por u n instante, la afirmación Se com prende entonces que el fundam ento da a todo u ic io u n de la univocidad del ser no consiste solamente en afirmar la diferencia o regusto moral. Esto no solam ente vale para los u ic io s morales, sin o las m ultiplicidades com o tales es tam bién una consecuencia necesaria de tam bién para los u ic io s teóricos, los u ic io s de conocim iento, habida la crítica del fundamento. En efecto, si el fundamento se derrumba, eso cuenta de la im agen del pensam iento que permite erigir . En el lina e significa que ya no es posible establecer una erarquía entre pretendientes, de Nietzsche, af a o Artaud, se trata para Deleuze de terminar con d istrib uirlos seg n series electivas com o lo hacía Platón. No hay un el u ic io ” , pero agarr ndoselas con el fundam ento de donde e trae su sentido eminente del Ser con el cual se relacionarían todos los otros supuesta legitim idad. Solo se puede esperar term inar con el u ic io si se entes en proporción de su conform idad al prim er término. Entonces, y DR, E l u ic io tiene precisam ente d o s fu n cio n e s esenciales, y solam en te dos la DR, y LS, . Es u n o de lo s p u n to s de divergencias co n eidegger, DR, d istrib u c ió n que asegura co n la repartición d el concepto, y la erarquización, que asegura ¿Se efect a la co n ve rsió n se g n la cual el ser u n ívo c o debe decirse solam ente de la por la m edida de lo s su e to s” y . diferencia, y, en este sentido, girar alrededor del ente. ” Sobre esta cuestión, n o s rem itirem os CC, - ... el u ic io de co n o c im ie n to im p lic a en este se n tid o u n a form a a las esclarecedoras p ginas de M ontebello, op. cit., p. . m o ral y teológica pr i me r a. . sobre la im ag en m o ral d el p e n sam ie nto , DR, . o 28/58 Capítulo II Los círculos del fundam ento analogía o de la em inencia. El Ser ya no se reparte seg n las formas del acaba con el fundamento. Puesto que, en realidad, solo se funda para u ic io (celeste) es m s bien el u ic io el que se disocia, se desm em bra en uzgar, para tener el derecho de uzgar, y uzgar seg n u n derecho que el Ser ba o la acción de potencias (terrestres). La acción de lo sin fondo procede de la forma de identidad del fundamento siem pre el m ism o sobre el fundam ento introduce en él una falla, una grieta que d isocia su círculo. uzgar, es uzgar seg n el derecho, pero el derecho solo e iste y forma de identidad de m odo que el pensam iento reclama nuevas lógicas solo tiene sentido positivo para y por aquel que uzga. El u ic io es la ratio para pensar lo que, desde lo sin fondo, asciende a través de la grieta y estendi del fundamento mientras que el fundamento es la ratio cognoscendi horm iguea en sus bordes” (DR, ). ¿Cómo no suponer entonces que del uicio. uiz sea eso finalmente una pretensión, lo cual la distingue de la nueva im agen del pensam iento deviene la de una esquizofrenia de la e presión. Pretender, es pretender uzgar y ser uzgado seg n su mérito, derecho” cuya d isy u n c ió n es constitutiva de su nueva lógica? Veremos sus posesiones o sus títulos . Solo se puede terminar con el u ic io ” si m s tarde que esta lógica es la lógica de la d isy u n c ió n in c lu id a (o síntesis se puede si el suelo sobre el cual se edifica y se abre el horizonte se desmorona. No basta con querer volver a u n pre udicativo que sería disyuntiva) . Por el m om ento, observemos solamente que la univocidad a la vez suelo y horizonte” , sobre las tierras pacificadas de lo originario del ser tiene por reverso la po livocid ad del pensam iento, concebido en hay que ir m s le os, remontar m s alto, hacia un ante udicativo que su uso esquizofrénico . se entiende com o A nticristo m enos u n suelo que u n derrumbe, u n Paralelamente, la tierra ya no es d istrib u id a o repartida seg n el u ic io deslizamiento de terreno, una pérdida de horizonte” (CC, ). Solo com o instancia e terior por el contrario, es ella la que divide, distribuye, se termina con el u ic io si el suelo se desm orona ba o nuestros pies y, reparte el u ic io en función de los flu os que la atraviesan, de las partículas con él, lo que lo funda, com o si fuera preciso pasar necesariamente por locas que la agitan o de las singularidades que la determinan. Las potencias la prueba de una cat strofe . de la tierra m ontan y desm antelan las territorialidades, dispersan los uzgar consiste por tanto en d istrib u ir el Ser en función de categorías, lotes” del uicio . La cuestión de la tierra aparece en Diferencia y repetición de géneros, de especies, de gradaciones teológicas, de erarquías morales con la d istin c ió n de dos tipos de d istrib u ció n ontol gica. En u n caso, o epistemológicas. M il mesetas llegar hasta a afirmar que todas las tratamos con una d istrib u ció n que im p lica un reparto de lo d istrib uid o, articulaciones, todas las formas, todas las organizaciones que estratifican la determ inación de territorios o de propiedades. El fundam ento crea la tierra so n u ic io s de D ios. Toda m ateria formada, todo cuerpo la tierra que distribuye a los seres es una tierra estriada, cuadriculada organizado son u ic io s de D ios (MM, ). En Deleuze, la afirmación de la donde cada u no obtiene el lote que le corresponde habida cuenta de univocidad del Ser tiene ante todo por función la de deshacer las formas, las decisiones de u n u ic io repartidor ( por una parte, por otra parte”) es decir sustraer la materia del Ser a toda acción del fundam ento, a toda en el otro caso, tratamos con una d istrib u ció n nóm ada” sin propiedad repartición del u ic io . O m s bien, es el ascenso de esta materia informal n i d iv isió n . E n ausencia de fundam ento, se crea u na nueva tierra” la que disocia el u ic io al m ism o tiempo que disipa el fundamento. El Ser ya no puede dividirse, graduarse o escalonarse seg n las e igencias de la DR, h e m o s entrado u n c o n o instan te en esta esquizofrenia de derecho que caracteriza la m s alta po tencia del p e n sam ie nto , y que abre directam ente el Ser sobre la CC, L os h o m b re s uzgan en tanto que valoran su p rop io lote, y so n uzgados d ife re n c ia ...” . en tanto que un a form a co nfirm a o destituye su pretensión. Son uzgados al m ism o tiem po LS, La u n iv o c id a d d el ser se co n fu n d e c o n el u so p o sitiv o de la sín te sis que uzgan, y lo s placeres de uzgar o ser uzgado so n lo s m is m o s ” . d is y u n t iv a ...” . DR, la diferencia so lo cesa de ser refle iva para volverse catastrófica. s in d ud a Sobre la p o liv o c id a d d el proceso esquizofrénico, c f AE, y sobre la relación n o puede ser lo u n o s in lo otro. Pero ustam ente, la diferencia c o m o cat strofe ¿no ofrece entre la ig u a ld a d o n to l g ica y la esquizofrenia, ib id ., El esquizo vu e lve a caer sobre el te stim o n io de u n fon d o rebelde irreductible que c o n tin a actuando b a o el e q u ilib rio su s p ie s siem pre vacilantes, p o r la sim p le razón de que es lo m is m o en to do s lad os, en aparente de la representación org nica?” todas las d isy u n c io n e s” . l 29/58 Los círculos del fundam ento Capítulo II donde los seres se distribuyen libremente es una tierra lisa y amorfa, en derecho, no cesan de mezclarse, de interferir, de montarse u n o s en sin d im e n sión n i medida. Allí, ya no hay reparto de u n distribuido, otros o de com poner nuevos tipos de espacio seg n las com binaciones sin o m s bien repartición de aquellos que se distribuyen en u n espacio inéditas que forman . Precisamente, el espacio liso se caracteriza por abierto ilim ita d o ... . Es una d istrib u ció n de errancia e in c lu so de u n derrum be de las coordenadas e tensivas, una pérdida de horizonte delirio , donde las cosas se despliegan sobre toda la e tensión de u n Ser o de englobante que hace de él u n espacio sin dirección n i d im e n sió n , unívoco y no repartido.” ay que d istin g u ir entre una d istrib ució n de v isió n pró ima. C ielo y tierra se confunden en u n a percepción por loca y demoníaca y una d istrib u ció n de buen sentido”, ordenada y así decir interior al espacio, com o en el espacio esquim al donde tierra y compensatoria. Tal vez pertenezca incluso al buen sentido suponer la cielo se re nen en u n blanco absoluto y donde las d istincio nes se hacen locura, y llegar en segundo lugar para corregir lo que hay de loco en progresivamente, por em palm es locales sin n in g u n a referencia e terior. una d istrib ució n previa. Una d istrib u ció n es conforme al buen sentido, Es u n deslizam iento de terreno ante udicativo, u n a cat strofe de la cuando tiende por sí m ism a a con urar la diferencia en lo distrib uid o percepción. Lo propio del espacio liso es ser a la vez local y absoluto, ... Si el buen sentido viene en segundo lugar, es porque supone la en el sentido de que no es relativo a n in g u n a coordenada e terior, a loca d istrib u ció n - la d istrib u ció n nómada, instant nea, la anarquía n in g u n a marca que permita orientarse en él. El blanco reina por todas coronada, la diferencia” (DR, ). A estos dos tipos de distribución, partes sin lím ite invade la v isió n pró im a hasta el vértigo. hite out. A se puede hacer corresponder dos tipos de espacios un espacio e tensivo, la inversa, el espacio estriado tiene todas las características de una v isió n numerado o m edido desde el e terior, y u n espacio intensivo, anim ado ale ada. Referencias fi as perm iten orientarse allí seg n una perspectiva por la potencia interior numerante de sus m ultiplicidades. central, e tenderlo seg n d im e n sion es ordenadas y unificarlo ba o u n M il mesetas retoma esta d istin ció n entre el espacio liso del nomos y horizonte o u n englobante, com o si le fuéramos e terior. Es a la vez u n el espacio estriado del logos y de la p o lis para mostrar cóm o se vuelve a espacio global y relativo. Es estriado, m edido por la relatividad de sus encontrar a través de la e periencia y de la creación efectiva de espacios. coordenadas, pero es com o fundado por u n espacio liso que uega esta El espacio liso es com o el sin fondo de Diferencia y repetición, es un vez el rol de englobante . Puesto que no basta con tener u n suelo o Spatium intenso, volc nico, por oposición a la e tensio propia del espacio una tierra, todavía hace falta u n cielo para fi ar la tierra, para englobarla estriado . Si esta d istin ció n atraviesa todo el libro, es porque caracteriza, relativamente (o totalmente). en derecho, dos grandes modos de ocupación de la Tierra. No veremos ahí la e posición de u n d u a lism o puesto que esos m odos, d istintos Estos espacios no se confunden evidentem ente con la tierra, así com o no co n stitu ye n u n espacio del Ser, sin o que so n m o d o s de DR, . Sobre este p u nto, cf. A. Badiou, Deleuze, "L a clam eur de l tre” , achette, espacialización de la tierra, m o do s de poblam iento que dan testim onio , p. . B adiou percibe la im p o rtan cia de la cu e stió n del fun da m e nto en Deleuze de los d in a m ism o s o de los vectores en el seno m ism o de la materia del solo que, n o ve allí u n m e d io de in ve rtir el p la to n ism o , sin o que ve por el contrario u n m e d io para co n su m a rlo (p. ). Es porque ve en la u n iv o c id a d del Ser la afirm ación de una filosofía de lo U no, de u n virtu a l ideal respecto del cual lo s entes so lo serían m o d a lid ad es Sobre lo s d u a lism o s, cf. M M , S olo n o s se rv im o s de u n d u a lism o de m o d e lo s pasa eras y c o m o fantasm ticas sim u la c ro s. Lo m e n o s que se puede decir, es que la para desem bocar en u n proceso que recusaría todo m o de lo” . Los d u a lism o s so n el enem igo, o b eció n no es nueva. Es el eterno reproche d irig id o al sp in o z ism o , que ya encontram o s pero el e ne m igo co m p leta m en te necesatio, el m u e b le que n o cesam os de desplazar” . en Leibniz. Deleuze ha re sp o n d id o por adelantado a u n a o b eció n de este tip o en SPE, R educir las cosas a m o d o s de un a sustan cia n ic a n o es un m e d io de hacer de ellas Sobre estos p u n to s, M M , y sig. sobre el fun d a m e n to d el espacio estriado, apariencias, fantasmas, c o m o lo creía L eibniz o fin ía creerlo, sin o por el contrario el n ic o Pues el desierto o el cielo, o el mar, el O céano, lo Ilim ita d o , desem p e a sobre todo m e d io , seg n Spinoza, de hacer de ellas seres naturales , dotados de fuerza o de potencia” . el papel de englobante, y tiend e a d eve n ir horizonte la tierra es así rodeada, globalizada, fundada” p o r este e lem ento que la m a n tie n e en e q u ilib rio in m ó v il y hace p o sib le u n a MM, y el recuerdo de las d istin c io n e s d e D iferencia y repetición, M M , . Forma” . 30/58 Los círculos del fundam ento Capítulo II Ser . Remiten a la manera en la que el pensam iento distribuye el Ser nueva tierra” desterritorializada la forma de identidad del fundam ento o se distribuye en él. En u n caso, el Ser se dice en diferentes sentidos es su stitu id a por las diferencias libres de lo sin fondo las copias o que permiten repartirlo seg n determinaciones fi as y proporcionales, representaciones com o figuras de la seme anza son sustituidas por los asim ilables a propiedades o territorios” (DR, ). En el otro caso, el Ser sim ulacros o presentaciones puras” de la diferencia. ay que remontar se distribuye en un espacio abierto, ilim itado, sin erarquía de principio m s all del m un d o de la representación y de aquello que lo funda Idea o n i recorte territorial. Las pretensiones ya no pueden ser uzgadas en su eto trascendental , hacia el sin fondo diferencial del Ser. Siempre que función de un princip io superior puesto que todo procede de ahora en sea im pulsad a con una insistencia casi loca, la cuestión del fundamento m s de una igualdad propia a la univocidad, la anarquía coronada” . (o de la razón suficiente) se abre sobre la materia intensiva del Ser. Es ¿ uiere decir esto que toda erarquía ha desaparecido? Seguramente no, preciso dar el salto” en la ontologia. A decir verdad, ese salto, no som os pero ella cambia de sentido. ay una erarquía que m ide a los seres nosotros quienes lo hacemos, son los m o vim ien to s aberrantes del sin seg n sus lím ites y seg n su grado de pro im idad o de ale am iento por fondo los que nos fuerzan a él. Nosotros som os com o medallas sobre relación a u n principio. Pero hay tam bién una erarquía que considera a la m alla de u n luchador que avanza haciéndolas bambolear” (AE, ). las cosas y a los seres desde el punto de vista de la potencia” (DR, ). Se Invocam os la d iso lu ció n de la forma de identidad del fundam ento trata de determinar si u n ser sobrepasa sus lím ites, pero esta vez yendo en provecho de diferencias libres y no ligadas, las poblaciones de una hasta el e tremo de lo que puede, cualquiera sea su grado” (DR, ). Es nueva tierra”. Terminar con el u ic io no quiere decir que la quaestio la se al m ism a de los m o vim ientos aberrantes saltar com o u n dem onio u r is de a de plantearse. El sistem a del u ic io es su stitu id o por otra m s all de los lím ites que el u ic io asigna a los seres . Lo aberrante es u sticia que ya no pasa por el uicio . ¿Cu l es pues esta nueva u sticia ” ? la e presión de la potencia o el e ponente de dicha potencia, ella m ism a ¿Cómo se opera la selección en esta nueva tierra? Platón pasaba por el inseparable de la nueva tierra” puesto que procede de ella es por ella tiem po circular del m ito para operar la selección. ¿Es el tiem po el que que u n ser se in d iv id a y que lo m s peque o iguala a lo m s grande en asegura esta función en Deleuze? Si ese es el caso, ¿cu l es el tiem po tanto que llega, com o él, hasta el e tremo de lo que puede. Es en este propio a lo sin fondo? ¿ ué sucede con el círculo a través del cual debe nivel que volvem os a encontrar la distinción entre pretensión y e presión. operarse la selección, y que debe acabar la inversió n del platonismo? Toda pretensión es u n acto de trascendencia en tanto que se somete a Si el concepto de diferencia sustituye al de identidad, ¿qué llega para los lím ites del p rincip io trascendente que la funda toda e presión, por sustitu ir a los círculos de la seme anza? D icho de otro m odo, ¿en qué el contrario, es e presión de potencias del Ser y solo puede ser evaluada consiste la prueba del fundam ento que confiere a las e presiones u n de una forma inmanente. derecho imprescriptible? Cuando la cuestión del fundamento, por su insistencia, se abre sobre el sin fondo diferencial del Ser, es todo el sistem a del u ic io el que entonces se ve invertido. La tierra creada por el fundam ento es sustitu id a por la MM, ... lo s via e s n o se d istin g u e n n i p o r la cu a lid a d ob etiva de lo s lugares n i por la cantidad m e n sura b le de m o v im ie n to - n i por algo que estaría n ic a m e n te en el e sp íritu- sin o por el m o d o de espacialización, por la m anera de estar en el espacio, de relacionarse co n el espacio” . Sobre lo d em oníaco, cf. DR, y AE, , la d e fin ic ió n del proceso esquizofrénico c o m o proceso m etaf sico que n o s pone en contacto co n lo d em on íaco en la naturaleza Este p u n to vu e lv e co nstantem ente en Deleuze. Por e e m p lo , CC, A rtaud o en el corazón de la tierra.. dotar al sistem a de la crueld ad de d esarrollos su b lim e s, escritura de sangre y de v id a que se opone a la escritura d el lib ro , c o m o la u s t ic ia al u i c i o . . o ta m b ié n FB, . 31/58 Capítulo III la abstracción de los m o tivos que se invoca al in ic io de una filosofia. Capítulo III C onstruir u n sistema, superar o instaurar u n d u alism o, u n m o n ism o , Tres sín te sis u n p lu ra lism o son m otivos bien pobres en realidad. Sobre este punto hay que ser nietzscheano ¿qué m otivación detr s del motivo? ¿ ué (o "¿qué ha pasado?”) sinrazón detr s de las razones anticipadas? ¿ ué ha pasado entonces? Uno n o e perimenta la necesidad de remontar m s all del fundam ento sin estar obligado a ello. El pensador no alcanza ese pensam iento de la diferencia sin pasar por una prueba. No podem os creer que lo fundado Lo que es firm e es destruido p o r el tiempo, siga siendo lo m ism o, lo m ism o que era antes, cuando no estaba fundado, lo que huye a l tiempo resiste. cuando no había atravesado la e periencia del fundamento ... . Fundar, oachim D u Bellay es metamorfosear” (DR, ). Solo que no es el pensador el que funda, in clu so en tanto su eto trascendental. Al contrario, él deviene fundado, fundado a... en el sentido en que Artaud es fundado a hacer valer u n derecho im prescriptible, habida cuenta del desm oronam iento de su pensamiento, de su im potencia para pensar. La cuestión del fundamento no tiene nada de teórica, es una cuestión vital. Desde este punto de vista, Deleuze no ha cesado de describir las En Platon, la instauración de u n fundamento es inseparable de una prueba transform aciones por las cuales n o s hace pasar la e periencia del selectiva, revelada y descrita en el m ito. Supone una transformación de fundamento. Es el ob eto central del capítulo III de Diferencia y repetición, los pretendientes a través de u n ciclo de m etem psicosis y su d istrib ució n que describe la manera en la que cada facultad vuelve a encontrar en su er rquica en el interior de ese círculo. Pero, seg n la concepción orden aquello que la sobrepasa desde el punto de vista de su uso empírico moderna, la función del fundamento cambia ya no act a com o prueba. y que solo alcanza m ediante u n uso trascendente” . Es el encuentro de ¿Es este u n signo del pasa e del m uthos al logos o de lo metafisico a lo lo in sen sib le en la sensibilid ad, de lo inm em o rial en la mem oria, de lo trascendental? e aquí que nos elevamos a un fundamento pero lo inim aginable en la im aginación, de lo im pensado en el pensam iento. fundado sigue siendo lo que era, independientem ente de la operación Son cada vez m o vim ientos aberrantes que engendran tal o cual facultad que lo funda, no afectado por ella” (ES, ). El fundam ento ya no en función de signos que ella encuentra en el m u n d o puesto que una metamorfosea lo que funda. ¿No es la confirm ación de su esterilidad o facultad solo se despierta al chocarse con su propia im potencia. a no de su im potencia si no hace m s que refle ar lo que funda, si solo se eleva tratamos con la m etem psicosis del m ito, sin o con una metamorfosis a la forma de p o sib ilid a d de lo fundado com o en ant? ¿Cu l puede ser por el sin fondo. Fíay que llevar cada facultad al p unto e tremo de su la realidad, la efectividad, el valor de u n fundam ento si no cam bia nada desa uste, donde ella es com o la presa de una triple violencia, violencia en el pensam iento o en la vida? ¿Para qué sirve tal círculo ? de aquello que la fuerza a e ercerse, de aquello que est forzada a captar La cuestión del fundamento de a de ser teórica y se vuelve vital solo si y que es la n ica en poder captar, no obstante tam bién lo inaprensible afecta las potencias del propio pensador. Deleuze siempre ha deplorado (desde el punto de vista del e ercicio em pírico)” (DR, ). A m enudo se presentan estos te tos com o valiendo por sí m ism o s o DR, La im ag en del círculo daría m s b ie n te stim o n io para la filosofía de un a teniendo u n interés que consiste principalm ente en una lucha contra im p o te ncia en com enzar realmente, pero ta m b ié n en repetir auténticam ente” . el buen sentido y el sentido co m n , pero su fin es m s profundo se 32/58 Tres síntesis (o " qué ha pasado ) Capítulo III trata de describir las metamorfosis de lo fundado, la manera en la que, las potencias a la manera en la que Proust deviene capaz de En busca del afectado por el ascenso de lo sin fondo, lo fundado accede a sus propias tiempo perdido o en la que Fitzgerald, inversamente, deviene incapaz de potencias y adquiere u n derecho im prescriptible en ocasión de dicha escribir -o a la manera en la que, llegado a cierto p unto crítico, el agua metamorfosis. Sentido co m n y buen sentido nunca son m s que una se congela o se pone a hervir . Por el acontecim iento, todo recomienza, imagen del pensamiento calcada de su uso empírico m s ordinario y m s pero de otro m odo som os redistribuidos, regenerados en ocasiones trivial, el del reconocim iento. El derecho del que se reivindican no es hasta lo irreconocible. Todo se repite, pero d istrib u id o de otro m odo, conquistado, sin o adquirido es una suerte de derecho consuetudinario . repartido de otro m odo, nuestras potencias continuam ente removidas, De manera constante Deleuze plantear la pregunta (en ocasiones en retomadas, seg n nuevas d im ensiones. En este sentido, la repetición vista de las respuestas m s severas) ¿dónde ha conquistado usted su es la potencia de la diferencia”. derecho a hablar, a crear? ¿a escribir sus novelas narcisistas? ¿Usted es Lo esencial no consiste sin embargo en la e posición de las potencias fundado a...? ¿Con qué derecho? ¿Por qué prueba ha pasado? ¿ por de la repetición, sin o en el hecho de que esta repetición es inseparable qué prueba ha pasado el auténtico creador, que ustam ente lo arranca de la d istin c ió n seg n el antes y el después, nacim iento y renacim ien de las e periencias ordinarias o de los vivid o s originarios? Esta ptegunta, to, comienzo y recomienzo -el tiem po propio de las metamorfosis- . Deleuze se la dirige a sí m ism o con la m ism a severidad ¿ ué le queda D icho de otro m odo, la cuestión del círculo o de la prueba es, com o al pensador abstracto cuando da conse os de sabiduría y de distinción? en Platón, inseparable de la cuestión del tiempo. Es en este sentido ¿ ablar siempre de la herida de Bousquet, del alcoholism o de Fitzgerald que diferencia y repetición son inseparables s i la diferencia u eg a e l rol y de Lo ry, de la locura de Nietzsche y de Artaud m ientras permanece de un nuevo fundam ento, la repetición es su nuevo agente de selección. La sobre la orilla? ¿Devenir el profesional de esas habladurías? ... En repetición deleuziana uega u n rol equivalente al del m ito platónico verdad, ¿cómo permanecer en la superficie sin quedarse en la orilla” ? es la prueba que selecciona los pretendientes o los e presantes. La (LS, ) ¿Con qué derecho hablar de los m o vim ientos aberrantes que repetición es la prueba de la diferencia. Es por otra parte la razón por otros han atravesado? ¿Desde el fondo de qué e periencia adquiere uno la cual, en el orden de e posición de la obra, la diferencia viene antes m ism o el derecho de hablar de esas e periencias? de la repetición, así com o, en lo s di logos de Platón, la e posición de Es siem pre u n acontecim iento el que hace preguntarse ¿qué ha la Idea precede el relato m itológico. La filosofía de Deleuze conserva pasado? ¿ ué va a pasar ahora? ¿ ué ha pasado para que lleguem os a m u ch o s rasgos platónicos, aunque la repetición constituye u n círculo de esto? ¿Para que nos volvam os capaces o incapaces d e... ?Son las preguntas u n nuevo tipo destinado a invertir los círculos del platonism o. La tarea relativas a cualquier acontecimiento. Si se puede decir que la filosofía de la filosofía m oderna ha sid o definida in ve rsió n del platonism o. ue de Deleuze es una filosofía del acontecim iento” , es ante todo porque esa in versió n conserve m u ch o s caracteres platónicos no es solam ente el acontecimiento da testim onio de la acción de lo sin fondo sobre inevitable, sin o deseable” (DR, ). nosotros. Sucede algo que cambia todo, que desplaza las potencias o las capacidades. El acontecimiento en Deleuze es ante todo redistribución de Este aspecto aparece desde lo s p rim ero s te tos. Cf. el te to de u v e n t u d consagrado - DR, D ecíam os que había que uzgar la Im agen del p e n sam ie nto por su s a las isla s desiertas, ID , Todo esto su p o n e evid en te m e n te q ue la form ació n del pretensiones de derecho, n o de acuerdo a las o b e c io n e s de hecho. Pero usta m e nte, lo que m u n d o sea en d o s tiem pos, en d o s etapas, n a c im ie n to y renacim iento, sie n d o el se gun d o h a y que reprochar a esta im ag en del pensam iento, es haber fundado su sup ue sto derecho tan esencialm ente necesario c o m o el prim ero, p u esto que el p rim ero est necesariam ente sobre la e trapolación de ciertos hechos, y de h e c h o s particularm ente insig n ifica ntes, la co m p ro m etid o , n a c id o para un a recreación y ya re-negado en u n a cat strofe. N o h a y u n banalid ad co tid ia n a en persona, el R econocim iento, c o m o si el p e n sam ie nto n o debiera buscar su s m o d e lo s en las aventuras m s e tra as y m s com p rom etedoras” . se g un d o n a c im ie n to porque haya h a b id o u n a cat strofe, sin o lo inve rso, h a y cat strofe tras el origen porque debe haber, desde el origen, u n se g un d o n a c im ie n to ” . 33/58 Capítulo III Tres síntesis (o "¿qué ha pasado? ) el pasado en la m edida en que los instantes precedentes son retenidos en No es que las repeticiones se desplieguen en el tiempo, sin o por el la contracción el futuro, porque la espera es anticipación en esa m ism a contrario es el tiem po el que se constituye, se engendra seg n diferentes contracción” (DR, ). El h bito es el otro nombre de la im aginación en tipos de repeticiones. La repetición no se produce en el tiempo, sin o que constituye el tiem po en el que ella se produce. El tiem po es Ritornelo. tanto que constituye el ritm o de esa diferencia cualitativa o la diferencia Deleuze distingue en este sentido tres tipos de repetición que engendran com o ritmo . Es él q uien constituye el presente vivid o , el presente vivo. tres m odos de temporalizaciones distin tos (que contienen cada uno las C onstituye el prim er ritornelo del tiempo. tres dim ensiones del tiempo) las repeticiones del h bito (o el presente Pero esto no nos dice en qué consiste su pretensión. Toda contrac com o fundación del tiempo) las repeticiones de la m em oria (o el ción es inseparable de u n self-en oyment, de u n placer o de u n disfrute pasado com o fundam ento del tiempo) las repeticiones del eterno inm ediato que ella e trae de la contem plación de lo que contrae. ay retorno (o el porvenir com o desfundam entación” del tiem po). La un disfrute que se e presa en la m enor contracción, no solam ente en primeta repetición es psíquica o biopsíquica, la segunda es metafísica, nuestros h bitos de vida, sin o tam bién al nivel de h bitos m s profun la tercera es ontol gica (DR, ). De estas tres síntesis, solo las dos dos, al nivel de las síntesis org nicas prim arias o in c lu so al nivel de la ltim as conciernen al tiem po com o círculo, pero la primera uega un fotosíntesis de las plantas que disfrutan de su crecim iento o de su flo rol esencial en la m edida en que constituye el suelo” o la tetritorialidad ración. Puesto que el h bito no contrae solam ente instantes materiales, de las siguientes . contrae tam bién las materias de esos instantes, agua, luz, nitrógeno, sulfates, cloruro, carbono, a partir de los cuales crea las cualidades que e presan su disfrute m ism o . El lirio de los cam pos, por su sola e istencia, canta la gloria de los cielos” (DR, ). Ese canto m u d o de la flor de lis es la e presión de una alegría de e istir, de crecer o de En u n prim er nivel, el h bito constituye en efecto el suelo m oviente florecer por todas partes donde la materia se contrae en cualidades. Por del tiempo es con él que se constituyen las primeras pretensiones y los todas partes la naturaleza e presa su autosatisfacción y su narcisism o primeros territorios. ¿En qué sentido se puede decir que el h bito es una a través de las materias que contrae. El co n u n to constituye u n suelo pretensión? Para comprenderlo, hay que determinar en qué el h bito contem plativo” , un suelo poblado de almas contem plativas que parecen constituye la primera síntesis del tiempo. El h bito produce el presente. no pretender nada puesto que cada una se ba a en su autosatisfacción El presente no est dado, es aquello que conquista el h bito contrayendo presente. Sin embargo emerge de allí una inm ensa presunción, la rei una sucesión de instantes. En sí m ism a, la repetición material de los vin d ica ció n de un derecho propio a todo h bito o a toda contracción. instantes no hace el tiempo lo deshace a m edida que lo hace puesto Es que contraer u n h bito, es esperar, contar co n ... com o d im e n sió n que u n instante no aparece sin que el precedente haya desaparecido. La del presente m ism o , aquello de lo cual da testim onio, en ese nivel, la materia es espíritu instant neo” , peto el espíritu es materia contraída. forma org nica de la necesidad. E n este sentido, esperar, es pretender. Es la im aginación, en tanto placa sensible, la que contrae los casos y los Toda contracción es una presunción, una pretensión, es decir em ite funde en una im presión cualitativa interna”, constitutiva del presente (DR, ). La cualidad contrae las vibraciones de la materia, y con eso, constituye su diferencia, en tanto ptesente vivo. el tiempo se despliega MM, ¿cómo se puede proclam ar la desigualdad constituyente del ritm o, cu an do en este presente. Es a él que pertenecen tanto el pasado com o el futuro al m ism o tie m p o se dan las vib ra cio n e s p o r sob reentend id as ... ? Es porque u n m e d io e iste gracias a u n a repetición periódica, pero esta n o tiene otro efecto que p ro d u c ir u n a diferencia gracias a la cu al ese m e d io pasa a otro m e d io . Es la diferencia la que es rítm ica, Sobre la sín te sis del h b ito c o m o suelo, DR, , - . y n o la repetición que, sin em bargo, la prod uce” . 34/58 Capitulo III Tres sínte sis (o "¿qué ha pasado? ) crea una territorialidad en la m edida en que posee lo que contrae solo una espera o u n derecho sobre lo que contrae, y se deshace desde el posee lo que es y no es m s que lo que posee. A quí es gracias a u n tener m om ento en que su ob eto se le escapa.” Todo viviente pretende el futuro con el que cuenta, es decir u n futuro que se forma el ser.” (DR, ) Es una suerte de propietaria terrateniente que le dé al m enos tanta satisfacción com o el m om ento presente. Tal es que posee el suelo que ocupa transitoriamente. el derecho” al cual pretende. D icho de otro m odo, la pretensión apa Esto ciertamente no basta para constituir u n territorio, pero todas rece, no en el placer que las almas adquieren aquí o all , sin o cuando el las com ponentes del proceso de territorialización” aparecen ya en este placer es erigido en un p rin cip io que rige la vid a psíquica. Si pasar, es nivel. U tilizando todos los recursos de la etologia, M il mesetas prolonga precisamente la pretensión del presente” (DR, ), eso significa que D iferencia y repetición en este p unto y m uestra cóm o los territorios el presente se espera otra cosa, en virtu d de lo cual pasa o se prolonga. se d istin g u en de los m edios por actos e presivos que so n otras tantas Podemos decirlo todavía de otro m odo la pretensión es la cone ión de cualidades” e traídas o contraídas en los m edios. Formar u n territorio, la e citación que permite instaurar el placer com o principio empírico. es contraer o e presar cualidades, producir marcas e presivas -cantos, Es lo que confirma la lectura que Deleuze hace de Freud cuando ve, olores, so n id o s, colores, secreciones seg n ritm os específicos. C om o en la instauración del p rin cip io de placer, una manera de conectar las en D iferencia y repetición, es por u n tener” que se forma el ser en la e citaciones del E llo para favorecer su resolución sistem tica (DR, m edida en que las cualidades so n actos de apropiación, marcaciones y sig.). Pretender, es ante todo pretender el placer . El alma, en tanto territoriales . El ritm o no es separable del territorio que delim ita gracias a que diferencia, pretende su repetición. lo que vale para la vid a p síq u i sus aspectos y sus marcas e presivas, constituyendo con eso su pretensión ca puede ser e tendido a toda la naturaleza viviente que com pone un sobre u n espacio-tiempo definido. Tal es la primera síntesis del tiem po o inm enso Ello cuyos h bitos o ritm os dan testim onio de su pretensión el prim er aspecto de lo que Deleuze y uattari llam an el ritornelo. De de instaurar el placer com o principio. esas m ltip les territorialidades ascienden todas las pretensiones. Toda Al nivel de la primera síntesis el h bito constituye un vasto presente pretensión es ante todo una pretensión territorial. viviente, una sen sib ilid a d vital prim aria que se distribuye en otros tantos h bitos de v iv ir que pueblan la tierra de una m u ltitu d de ritmos distintos. Pero cada ritm o es al m ism o tiem po un p rin cip io territorial. El h bito crea territorialidades. Las primeras síntesis son contracciones de la tierra Solo que, si bien esta pretensión forma o conquista u n suelo que por eso si retienen aire, agua, nitrógeno y m inerales, es para formar m edios m ism o posee, no est todavía fundada. Es una fundación o un suelo, (interiores y e teriores) . Correlativamente, cada alma contrayente se es u n proceso de territorialización, pero carece del cielo o de las alturas de donde recibe su fundam ento” . Se ignora todavía de dónde e trae el DR, . Cf. ta m b ién, E l fenóm eno de la p retensión n o es todavía nada d istin to de la co n te m p la c ió n contrayente gracias a la cu al afirm am os nuestro derecho y somos. N osotros so m o s agua, tierra, luz y aire contraídos, no solam ente antes de reconocerlos nuestra espera sobre lo que c o n tra e m o s.. . ” o de representarlos, sin o ta m b ién antes de se n tirlo s” . Sobre la in sta ura ció n del p r in c ip io de placer, DR, . sobre el p rin c ip io de placer V o lve m o s a encontrar en M il mesetas las m ism a s fo rm ulacio n e s que en D iferencia co m o fundación, cf. DR, - L ap rim era sín te sis pasiva, la del bito, presentaba la y repetición, Lo e presivo es p rim ero p o r relación a lo p o se sivo , las cu alid ad es repetición co m o lazo, en el m o d o recomenzado de u n presente vivo. Aseguraba la fundación e presivas, o m aterias de e presión so n forzosam ente apropiativas, y co n stitu y e n u n tener del p r in c ip io de p lacer... ” ya, PSM, E s la co n e ió n la que vu e lv e p o sib le el placer, m s p rofun d o que el ser” . co m o p rin c ip io , o la que fun da el p r in c ip io de placer” . DR, - La fu n d a ció n co n cierne al sue lo , y m uestra c ó m o se establece algo DR, E n el orden de la p a sivid a d co nstituyente, las sín te sis perceptivas rem iten sobre d ic h o sue lo , lo ocup a y lo posee pero el fun d a m e nto vie n e m s b ie n del cielo, va de a sín te sis org nicas, co m o la se n sib ilid a d de lo s se n tid o s, a u n a se n sib ilid a d p rim aria que la c im a a lo s c im ie n to s, m e n su ra el su e lo y el poseedor se g n u n título de prop ied ad ... . 35/58 Capítulo III Tres sínte sis (o "¿qué ha pasado?" Pero esto no nos e plica todavía por qué la memoria, com o síntesis del derecho que e erce sobre sus posesiones reales o pretendidas. Relacionado con la cuestión del tiempo, esto significa que hace falta introducir otra pasado puro, constituye el fundamento del tiempo. Es porque seg n una temporalidad, e terior a la primera, capaz de dar razón del pasa e de segunda parado a, el presente ya no es él m ism o sin o la punta e trema, los presentes y de sus pretensiones (DR, ). Puesto que si el presente e tremadamente contraída, de todo nuestro pasado. Llegado a este constituye el tiempo, pasa dentro de ese tiem po que constituye, de m odo punto, todo se invierte ya no es el pasado el que es una d im e n sió n del que la primera síntesis permanece intratemporal. Por consiguiente hace presente, es por el contrario el presente el que deviene una d im e n sió n falta introducir otro tiempo, e terior al tiem po que pasa, es decir un del pasado, el que constituye su punta m óvil. e aquí que el presente tiempo que no pasa, pero capaz de dar razón del pasa e del tiempo. Es el es absorbido por el pasado el cual se convierte en la co n d ició n de cada sentido de la segunda síntesis del tiem po com o fundamento del tiempo. presente y de su pasa e. Cada presente de nuestra v id a es una repetición ¿Cu l es entonces ese tiempo que no pasa, pero que da razón del pasa e de nuestro pasado entero, contraído ba o tal o cual aspecto". D icho de de los presentes? Es el pasado, com o síntesis de la memoria. Si aquí otro m odo, todo presente supone la pree istencia del pasado puesto que Deleuze invoca a Bergson, es ustamente porque una de las tesis esenciales es su contracción. La memoria deviene la condición genética del presente. del bergsonism o consiste en establecer que el pasado no pasa, sin o que Se ad ivin a entonces en qué la m em oria puede ugar aquí el rol de se conserva. Los presentes pasan y se pierden en otra cosa, mientras que fundam ento y uzgar de las pretensiones del presente. Es porque ella el pasado permanece y se conserva en sí m ism o. No pertenece al tiempo permite m edir en las contracciones de cada presente que pasa lo que que pasa. Se ob etar que el pasado nunca es otra cosa m s que u n vie o recobra del pasado. La sucesión de los actuales presentes no es m s presente y que, en esas condiciones, no se ve cóm o podría constituir una que la m anifestación de algo m s profundo la manera en la que cada nueva temporalidad. Pero toda la fuerza de las tesis de Bergson tal com o uno retoma toda la vida, pero en u n nivel o en un grado diferente del lo ve Deleuze, es la de mostrar que el pasado am s ha sido presente es precedente, ya que todos los niveles o grados coe isten y se ofrecen a siempre ya el antiguo presente el que se volver m s tarde para nosotros nuestra elección, desde el fondo de u n pasado que am s fue presente” la Imagen en el pasado del presente que pasa. El pasado no tiene que (DR, ). ay com o una escalera electiva en función de la cual son volverse pasado, lo es de entrada. Bordea nuestra vida presente y se forma situados en el vértice los presentes m s contraídos, aquellos que co n al m ism o tiem po que ella, no u sto después de que el presente ha de ado traen la m ayor parte de nuestro pasado y, en la base de la escalera, por el de ser, sino al m ism o tiem po que él, com o una imagen en u n espe o. contrario, los presentes m s rela ados, los m s distendidos, aquellos que El pasado es una suerte de m u n d o lateral, virtual, paralelo al presente tienden a reunirse con la sim ultaneidad material, com o si el bergsonism o y que, en lugar de pasar com o él, acoge en él cada presente, pero com o pasado, de m odo que el pasado coe iste por entero consigo, y con cada presente que pasa. C om o la Idea platónica, el pasado puro est siempre ya ahí y es dentro suyo que podem os ver pasar los presentes en lugar " Para u n a e p o sició n detallada de estos aspectos, cf. DR, y sig. C ofrece los de sim plem ente pasar con ellos. La confirm ación de que el pasado ya m s e traordinarios p ro lo n g a m ie n to s a esta segunda sín te sis a través del co ncepto de no es una d im e n sió n del m u n d o presente, la encontramos en el hecho cristal de tie m p o ” d e scrib ie n d o c ó m o el presente cristaliza co n el pasado, c ó m o el pasado de que es en” el pasado que vam os a buscar nuestros recuerdos com o ap tisio na el presente, en ocasiones lo petrifica y transform a el m u n d o en u n teatro irreal que si fuera otro m undo. parece v o lv e r a po n er en u e g o el pasado. E s el problem a, planteado cada vez en té rm in o s diferentes, de O p h u ls, Renoir, F e llini y V isc o n ti, cuatro cristaliz aciones diferentes, cuatro m aneras de e n vo lver el presente en u n pasado que lo a p risio n a y lo funda” , u n a d iv isió n interna d el tie m p o tal que el presente ya n o c o n sig u e e traerse de u n pasado que lo corroe Pasar, es precisamente la pretensión del presente. Pero lo que hace pasar el presente, y lo que desde el interior, lo desvitaliza, u n presente ya v iv id o en el m o m e n to en que adviene, a se apropia el presente y el h b ito, debe estar d eterm inado c o m o fun da m e nto del tie m p o ” . m e n o s que las reservas del pasado p ued an salvarno s de ese presente petrificado. 36/58 Tres síntesis (o ¿qué ha pasado?") Capítulo III volviera a poner en uego a su manera lo esencial del platonism o . Se lo por la erección de u n ob eto perdido, eso quiere decir que el p rin cip io ve en la teoría de la libertad en Bergson. Si ella admite grados, com o lo de placer encuentra de ahora en m s su fundam ento en las alturas o las dice Bergson, son grados electivos, en el sentido de que son evaluados profundidades de un pasado puro. El presente no solamente pretende en función de la cantidad de pasado que contraen. el placer, sin o que pretende alcanzarlo recobrando el ob eto virtual que Sin em bargo, si la sín te sis p asiva de la m e m o ria co n stitu ye el envuelve el ob eto real. O m s bien la satisfacción que da el ob eto real fundamento trascendental del tiempo, si conserva en sí el pasado por ser m edida por la manera en la que nos hace recobrar el ob eto perdido. entero, no se ve cóm o podría ella m ism a establecer una erarquía entre Detr s de cada amor, detr s de ilberte luego Albertine, u n m ism o los presentes. Una vez m s, se debe d istin guir fundamento y principio. El am or se repite, aunque siempre diferente, puesto que sin cesar des fundamento posee com o propio, es posesión pero el principio distribuye plazado, d isim u la d o ba o los rasgos de u n nuevo amor, distinto de los seg n lo propio, es d istrib u ció n . em os visto que el h bito es u n precedentes (PS, ). No es am s el m ism o fragmento de pasado el que principio em pírico que permite co nstituir el placer com o principio. ¿En es dado a revivir, n i tam poco el m ism o fragmento el que se sustrae al qué se convierte ese princip io en la segunda síntesis? l se profundiza, se presente. Detr s de cada amor real, u n foco virtual que lo erotiza, pero libera de la necesidad de la que era tributaria en la primera síntesis para detr s de todos los ob etos virtuales, u n nico ob eto virtual que devenir Eros. El nuevo nom bre de este principio, su nom bre freudiano, circula, siem pre esencialmente diferente de sí m ism o . a no es el ob eto es Eros, pero el otro nom bre de Eros, su nom bre bergsoniano, es ob eto virtual bergsoniano, es el falo” com o órgano sim b ó lico en Lacan. El falo virtual. ¿En qué consiste en efecto Eros? Se manifiesta a través de los es en efecto el ob eto virtual que sub su m e todos los ob etos virtuales focos virtuales que doblan cada ob eto real, así por e em plo, el foco bergsonianos. El falo es a los ob etos virtuales que doblan los ob etos virtual del chupeteo erótico que dobla el mam ar del ob eto real propio reales lo que el ob eto es a los ob etos cualificados, especificados por a la necesidad. La relación real hambre leche, propia de la p u lsió n de una diversidad sensible en ant. conservación (necesidad), se dobla de la relación boca seno propia a la ¿Cu l es el interés del concepto lacaniano de falo para Deleuze? Es p u lsió n se ual (fantasma). En el m om ento en que, de un lado, se forma que permite cerrar el círculo del fundam ento sobre sí m ism o. Revela la un ob eto real completo, del otro lado, se crea el ob eto virtual se ual, naturaleza circular delfundam ento. E n efecto, el psicoan lisis tiende a pero com o siempre ya perdido. El ob eto virtual pertenece a un pasado desplegar el tiem po seg n una linealidad cronológica que fi a u n origen puro, u n pasado que am s ha sido presente. El ob eto virtual solo e iste asignable, una primera vez, traumatismo o escena prim itiva, que restituye com o fragmento de sí m ism o solo es hallado com o perdido -no e iste al pasado puro los caracteres de u n antiguo presente (DR, ). Ahora m s que com o recobrado .” Si entonces la p u lsió n se ual se constituye bien, el concepto de falo permite ustam ente sustraer la repetición a esta linealidad cronológica y al prim ado del presente que supone. El Sobre el p la to n ism o de Bergson, cf. B, La re m in isc e n cia platónica tam b ién pasado puro no ha sid o primero presente, am s lo ha sido. No hay, no afirma u n ser p u ro del pasado, u n ser en sí del pasado, u n a M em oria ontol gica, capaz de ha habido primera vez. am s ha habido prim er amor. La prim era vez se rvir de fundam ento al d esp liegue del tiem po. U na vez m s, un a in sp ira c ió n platónica se hace se ntir de m anera profund a en Bergson” . del n i o repite la enésim a vez de los padres en u n enca e circular, así DR, . Cf. la fórm ula platónica o bergson ian a de Freud en lo s Trois essais su r com o la prim era vez del adulto repite la prim era vez infantil . Si bien la théorie de la se ualité, tr. B. R everchon- ouve, allim ard , coll. Idées” , rééd. , p. . Sobre estos p u nto s, ver lo s co m entario s de . Laplanche, Vie et m ort en psychanalyse, la im p o sib ilid a d de encontrar finalm ente alg un a vez el ob eto p u esto q ue el ob eto que ha F lam m ario n, , p. y sig. y en especial, p. el ob eto a encontrar n o es el sid o perd id o no es e l m ism o que el que se trata de recobrar” . ob eto perdido s in o s u su stitu to p o r desplazam iento, el ob eto perd id o es el ob eto de DR, E n resum en , n o h a y té rm in o ltim o , n uestro s am ores n o rem iten a la autocon servación , es el ob eto del ham bre, y el o b eto que b u sc a m o s recobrar en la madre sim p le m e n te la m adre ocup a en la serie c o n stitu tiv a de n uestro presente u n cierto se ualidad es u n ob eto desplazado por relación a este p rim er ob eto. De allí, evidentemente. em plazam iento p o r relación al ob eto virtu a l, que es necesariam ente lle n a d o p o r otro 37/58 Tres sínte sis (o "¿qué ha pasado? ) Capítulo III estos dos presentes se suceden en lo real, coe isten por relación al ob eto Lacan, u n m ism o círculo, fundado sobre una pérdida inm em orial, sobre virtual en la memoria. Uno no crea su propio círculo sin o circulando u n ob ero siem pre ya perdido, que uzga de las pretensiones del presente ante todo en el de los padres, los cuales no habían creado el suyo m s en función de su aptitud para recobrar ese ob eto, para hacerlo revivir, que circulando en el que los precedía, y así sucesivamente. El concepto para hacer volver iro nes eróticos de ese pasado puro. El presente ya no de falo” permite así plegar la linealidad cronológica, fundada sobre el es solamente lo que pretende el placer o m s bien pretender el placer, prim ado del presente (originario o traum tico), someter esta línea a u n es de ahora en m s pretender recobrar o revivir parcialmente una parte fundamento, recurvarla hacia u n pasado inm em orial o una instancia sim de lo inm em orial, el tiem po com o tiem po recobrado. bólica la cual no nos hace progresar en el presente sin hacernos remontar A quí tam bién, se puede establecer u n prolongam iento con el capítulo en el pasado com o salm ones. El concepto lacaniano de falo se re ne sobre el Ritornelo de M il mesetas, sobre el plano de la etologia, pero no con lo inm em orial de la Idea platónica tanto com o con el pasado puro solamente. Puesto que hay en la Tierra, en lo m s profundo de la tierra, bergsoniano, acaba el neoplatonism o de la segunda síntesis del tiempo u n Natal” que corresponde a la tem poralidad de la segunda síntesis de de la Idea con una gran i al o y t .opetit a. Bergson, Freud, Lacan todos D iferencia y repetición, si es verdad que el Ritornelo fabrica tiem po” . platónicos, todos platonizados por u n m ism o gran círculo del tiempo a no nos elevamos hacia el cielo, sin o que so m o s atraídos hacia un (aunque n in g u n o de estos autores pueda ser reducido a tal platonism o). centro intenso de la tierra, com o el salm ón remonta hacia su fuente Eros es el principio trascendental de la m em oria pura. La segunda para m o rir allí y relanzar el ciclo. El salm ón, anim al platónico. Es ese sín te sis es la de Eros-M nem osina, que coloca la repetición com o foco intenso el que favorece las primeras desterritorializaciones o bien, desplazamiento y disfraz, y que funciona com o fundamento del principio ustam ente, la b squeda de u n compa ero se ual, cuando el ritornelo de placer” (DR, ). El presente pretende el placer el h bito erige el de a de ser territorial para devenir am oroso o social, cuando se trata de placer com o principio empírico, pero el placer solo ve sus pretensiones formar una pare a o de confluir en u n grupo . Es tam bién el caso del (parcialmente) satisfechas en función de u n ob eto que las engendra, las arte. Llega el m om ento en efecto en que el artista ya no se identifica m ide y las anim a, a saber el falo. Eros arranca al pasado puro ob etos con la Creación, sin o con el fundam ento o con la fundación, es la fun virtuales, nos los da a v iv ir” com o lo Imparticipable neoplatónico da algo dación la que se ha vuelto creadora. a no es D ios, sin o el éroe el que a participar a los pretendientes . Se comprende en qué sentido Deleuze lanza a D ios su desafío Fundem os, fundem os y no m s Creemos” de puede decir que el platonism o tiene una forma maníaco-depresiva puesto m odo que el artista vive el territorio, pero lo vive com o necesariamente que el Bien no es captado sin o com o el ob eto de una rem iniscencia, perdido, y se ve a sí m ism o com o e iliado, via ero, desterritorializado. descubierto com o esencialmente velado lo U no solo da lo que no tiene ya que es superior a lo que da, retirado en su altura” . En Platón, Bergson, persona e en la serie que co n stituye el presente de otra su b e tiv id a d , h a b id a cuenta de los e em plar, entre to do s estos acon te cim ien to s d el m ism o tipo, es que el alco h o l es a la vez desplazam ientos de este ob eto . U n poco c o m o el protagonista de E n busca d e l tiem po el am or y la p érd ida de amor, el d in e ro y la p érd ida de d inero, el país natal y su pérdida. perdido, que am an d o a su madre, repite ya el a m o r de S a n n p o r Odette” . E s a la vez e l ob eto, la p érd id a d e l ob eto y la ley de esta p érd id a en u n proceso concertado DR, . DR, El p r in c ip io trascendental n o rige n in g n d o m in io , pero de d e m o lic ió n ...” . entrega al p r in c ip io em p írico el d o m in io a regir da cuenta de la s u m is ió n del d o m in io MM, y m s adelante N o e iste el T iem po c o m o form a a prio ri, sin o que el al p rin c ip io ” . sobre la trin id a d neo platónica de lo Im participable, de lo particip ado y rito rnelo es la form a a p rio ri del tiem po , que fabrica cada vez tie m p o s diferentes” , fórm ula de lo s p a n icip an te s, ib id ., . que puede valer por el concepto de repetición. LS, y sig. ¿Puede que el a lco h o lism o , al m e n o s tal co m o es descrito en Lógica MM, - . Ver en especial el a n lisis de la brizna de h ie rb a desterritorializante d e l sentido, tenga algo de platónico? Ib id ., , Lo que confiere al a lco h o lism o u n valor en lo s p in z on e s de A ustralia. o 38/58 Capítulo III Tres sínte sis (o " qué ha pasado? ) el del h bito y los ob etos reales (pulsiones de autoconservación) y el relanzado en los m edios, tal com o el olandés errante.. , así com o de la m em oria y los ob etos virtuales (pulsiones se uales), no hace m s el fundamento est acodado” en el sentido en que se abre ya sobre lo que confirmar la naturaleza circular del co n u n to y el prim ado de Eros. sin fondo, lo Natal” tiende a confluir con el C osm os sin poder abrirse a él completamente . Se ve m e or ahora qué pregunta se plantea para la e posición de la C omo para la primera síntesis, lo que vale para la vid a psíquica vale tercera síntesis ¿cómo salir de los círculos de Eros? ¿Cómo salir del para la naturaleza por entero. Si hace un m om ento, la naturaleza for círculo donde el p rincip io de placer se somete a las e igencias de Eros maba un inm enso Ello, ahora vem os que ella se pliega en círculos. La y de los ob etos perdidos que la m em oria le da a perseguir? ¿Cómo naturaleza ya no es contracción de materia, o m s bien, contrayendo la liberar el placer de su deseo de encontrar indefinidam ente fragmentos materia, ella contrae su propio pasado en los ciclos por los cuales pasa, de ese pasado puro? ¿Cómo liberar la m em oria de su su m isió n a Eros? constituyendo a través de ello u n cosmos. Ba o la materia, la memoria O m s bien, ¿por qué metamorfosis debe pasar Eros para liberarse de ba o las síntesis de la materia, las síntesis de la m em oria lo Natal , como sus círculos, y recibir u n nuevo nombre? ¿Por cu l prueba hay que pasar? si se remontara hacia el sin fondo de la tierra (DR, ). A sí com o hace u n m om ento se trataba de term inar con el u ic io , ahora Ciertamente Deleuze presenta estas dos síntesis del tiem po com o se trata de term inar con los círculos de Eros, o m s bien de su stitu ir a completamente distintas. Al m ism o tiem po, no cesa de decir que la Eros por otro p rin cip io trascendental. Esto m s que n u n ca sigue siendo segunda síntesis no hace m s que profundizar la primera . Si, en efecto, la cuestió n de la inversió n del p lato nism o, esa m ism a que Deleuze hay dos m odos de temporalización distintos, es porque la primera síntesis encuentra en Bergson, Freud y Lacan. es gobernada por u n p rincip io em pírico, el del h bito com o actividad de enlace-, constituye un prim er nivel donde se forman el suelo, las territorialidades y las pretensiones. M ientras que la segunda síntesis es gobernada por u n p rin cip io trascendental. Eros, com o actividad Si la segunda síntesis debe ser superada, es porque los desplazam ientos de circulación (desplazamiento y disfraz) constituye u n segundo nivel incesantes del ob eto virtual, su s disfraces m ltip le s, dan testim o n io donde se forman las alturas de la m em oria, cielo o profundidades de u n desorden en el fondo de la m em oria. Es lo que hace decir a De de lo natal” , com o fundam ento y donde las pretensiones m ism as se leuze que el fundam ento est esencialm ente acodado” u no no puede profundizan. Estos dos niveles, gobernados cada u n o por una síntesis remontar hacia un fundam ento sin ser atrapado ya por lo sin fondo. Lo distinta, constituyen en co n u n to el gran círculo del tiempo Cronos. que protege a la m em oria de tal peligro es el ritornelo de los círculos este círculo es doble de u n lado, el círculo em pírico que forma el yo en los cuales gira. El su eto es e scin d id o en d os m itades desiguales, activo con sus ob etos reales, del otro, el círculo trascendental que forma u n yo activo que se constituye en u n a relación de integración con los el yo contem plativo con sus ob etos virtuales. C ronos corresponde al ob etos reales que él constituye, y u n yo pasivo que se constituye en doblete circular empírico-trascendental del tiempo por el cual lo fundado una relación fantasm tica con su s ob etos virtuales (DR, ). Esta se somete al fundamento. ue haya dos círculos o dos arcos de círculo. escisió n es planteada, presupuesta, pero permanece ine plicada. Si no hem os p o d id o hacerlo hasta ahora, es porque la e scisió n no es lo suficientem ente profunda. Por el contrario, ella perm ite cerrar el MM, y D e a llí el afecto p ro p io de lo natal, tal co m o se lo oye en el lied, estar siem pre perdido, o recobrado, o tender h acia la patria desconocid a” . su eto sobre sí m ism o d esdobl ndolo, en v irtu d del círculo en el cual MM, - . A sí c o m o hay, en D iferencia y repetición, u n a a m b ig e d a d del el su eto se vue lve a dar a sí m ism o , se realim enta con su s pérdidas fundam ento, hay, en M il mesetas, un a a m b ig e d ad de lo natal ( ). y reencuentros, una salvación por la m em oria, fuente inagotable de Sobre la segunda sín te sis co m o p ro fun d iz a d ó n de la prim era, cf. DR, , - . reanudaciones y de m elancolía. i 39/58 Capítulo III Tres síntesis o "¿qué ha p asado ) que encierra desde siempre, com o potencia intempestiva . M ientras En realidad esta escisión debe ser pensada com o una grieta m s pro que la m em oria hace círculo con lo v iv id o para devenir trascendental, el funda que ya no se abre sobre las profundidades de la m em oria personal, porvenir rompe con todo v ivid o , con todo pasado personal o colectivo, sin o que nos arranca de ella. Esta fisura se confunde con la pura forma del tiempo, aquella que no hace volver nada, la irrem isible línea recta y da prueba así de u n nuevo trascendental. El porvenir deviene reserva del tiempo. Ella nos libera de los círculos metafísicos de la memoria- de acontecim ientos, no en el sentido de proyecto, sin o por el contrario fundamento y se abre sobre la ontologia, el sin fondo del Ser . La se en el sentido en que se dice que u n o n o sabe lo que reserva el porvenir, gunda síntesis es en efecto una forma del tiempo, sin embargo no es una que ya com prom ete el pensam iento hacia u n pensam iento-m undo que formapura es por el contrario una forma plena, plena de recuerdos y de desborda las regularidades del cosm os. Si se trata todavía de una m e fantasmas, de todo el espesor de la m em oria, de toda la sustancialidad moria, ya no tiene nada de personal y deviene la m em oria im personal fluyente de la duración y de los desplazamientos, de los disfraces que de una m em oria-m undo o de una mem oria-cosm os, tal com o Deleuze Eros le hace padecer. Alcanza desde ya un pasado puro, pero siempre ya la encuentra en Bergson (el cual escapa de ese m o do a su propio ya perdido y destinado ustam ente a circular, disfrazado, a través de la platonism o). Pero tal vez ya hablem os de otra facultad el pensam iento materialidad de los presentes que la evocan. Solo la tercera síntesis es puro com o anti-memoria, m em oria del porvenir o m em oria-m undo vacía, vacía de todo recuerdo, despo ada in c lu so de la sustancialidad de Puesto que el tiem po de la tercera síntesis es u n tiem po lógico, p u la duración, de su peso metafisico y de su s ritm os. Solo conserva de la ramente lógico, m s all de toda duración. Todo lo que se m ueve y m em oria la forma pura del tiempo, a saber la d isy un ció n , la diferencia cambia est en el tiempo, pero el propio tiempo no cambia, no se mueve, del tiempo consigo m ism o. Se diría que el tiem po ha abandonado todo com o tam poco es eterno. Es la forma de todo lo que cam bia y se mueve, contenido m em orial posible, y de ese m odo, quebrado el círculo adonde pero es una forma inm utable y que no cambia. No una forma eterna lo arrastraba Eros” (DR, ). sino precisamente la forma de lo que no es eterno, la forma inm utable Si esta nueva síntesis se libera de la mem oria, eso significa que ya no del cam bio y del m o vim ien to” (CC, - ). El tiem po deviene una hace volver nada del pasado solo concierne al porvenir, es síntesis del línea abstracta, aquella m ism a que Deleuze concibe com o inseparable porvenir. ¿Cómo es posible? La segunda síntesis se funda sobre un pa de lo s in fondo (DR, ). ¿En qué consiste esta línea? Una cosa es sado puro, en el sentido de que est purificado de todo presente y no se segura, esta línea recta no es u n retorno a una linealidad cronológica, confunde con antiguos presentes vivido s. Es igual para la tercera síntesis. es in clu so lo opuesto (DR, ). Es com o una diagonal que corta el El porvenir ya no es el porvenir de n in g n pasado ha roto con todo tiem po cronológico se manifiesta ba o los rasgos de una cesura o de u n pasado personal, no se deduce de éP . Si ese fuese el caso, la m em oria acontecim iento que quiebra el curso del tiempo, introduciendo en el ugaría todavía el rol de fundamento el porvenir sería la reanudación antes y el después. Esto no quiere decir que el antes y el después est n o la integral de nuestro pasado, com o en Bergson. Aquí, es m s bien el en el tiempo, sin o que e iste u n tiem po de antes, u n tiem po durante pasado el que se concluye del porvenir com o tiem po de antes”, tiempo y u n tiem po de después. Antes, durante, después so n las d im e nsiones acabado o tiem po muerto. a no subsiste del pasado m s que el porvenir A sí, lo que E lA n tie d ip o dice de Turner, N i siq u ie ra p o d e m o s decir que est m u y avanzado co n respecto a su época algo que n o pertenece a n in g u n a época y que n o s DR, M s all de la repetición física, y de la repetición p síq uica o metafísica, llega desde u n eterno futuro, o h u y e hacia él” . ¿una repetición ontol gica? Sobre este p u n to , ver el a n lisis de la obra de Resnais, C , - y R esnais Ver p or e e m p lo el te to The crac -up de Fitzgerald que cita M M , U na siem pre ha d ic h o que lo que le interesaba era el cerebro, el cerebro c o m o m u n d o , c o m o verdadera ruptura es algo sobre lo que n o se puede volver, que es irre m isib le , ya que hace m em o ria, c o m o m e m o ria del m u n d o . Es de la m anera m s concreta que R esnais accede que el pasado de e de e istir” . a u n cine, crea u n cin e que ya n o tiene m s que u n n ic o persona e, el P ensam iento” . 40/58 Tres síntesis (o "¿qué ha pasado?") Capítulo III del acontecimiento m ism o , siendo este ltim o a la vez coe tensivo y En el n ivel diferencial, todo cam bia en efecto. Ciertamente se puede sustraído a toda temporalización. Decíamos que el acontecim iento es decir que de entrada Proust no es capaz de devenir el escritor que ser , redistribución de las potencias. Ahora bien es e actamente de esa manera que se siente separado de su potencia creadora, luego llega el m om ento que es preciso comprenderlo aquí hay ante todo el acontecim iento en en que deviene capaz, en que es tom ado por la obra por hacer com o tanto que som os incapaces de él (el tiem po de antes), luego el aconte puro porvenir. E n realidad, todo se mezcla desde e l punto de vista, del cim iento en tanto que devenim os capaces de él (el tiem po durante) y acontecimiento o de la forma vacía del tiempo es al m ism o tiem po que finalmente el acontecimiento en tanto que ya no depende de nuestras uno es incapaz de la acción, que la realizamos a pesar de todo y que capacidades puesto que las redistribuye permanentemente sin conside ella ya se ha realizado de todas formas. ¿No es desde el punto de vista ración para con nosotros (el tiem po de después) . de la obra futura que lleva en él que Proust e perimenta la m iseria de Es verdad que se puede considerar esas diferencias com o estadios” su im potencia presente? ¿ no es a partir de su im potencia pasada que al interior de una cronología com o la de am let donde el héroe, de m ide su potencia presente? ¿No es el m ism o acontecim iento cada vez, entrada incapaz, deviene progresivamente capaz de acción (DR, ). tom ado en tiem pos o edades diferentes? ¿No es por otra parte Proust Simplemente captamos el acontecimiento, no en sí m ism o , sin o a veces el que declara en E l Tiempo recobrado A sí toda m i v id a hasta hoy desde el punto de vista de su contem plación por el yo pasivo que debe habría podido y no ser resum ida ba o este título Una vocación ” ? Lo consum arla, otras veces desde el punto de vista de su efectuación por importante, es que los dos caracteres coe isten desde el punto de vista el yo activo. Se somete al acontecimiento a otra lógica distinta que la del acontecim iento, aunque se suceden en el curso del tiempo. Es com o suya. Se confunde el p rin cip io lógico de distribución de las potencias el E dipo que mata al padre aunque todavía no lo haya hecho sim b ó li acontecimiento con su distribución efectiva en el tiempo. No se comprende camente y aunque lo haya matado, de todas formas, desde el origen, la naturaleza del acontecimiento en Deleuze en tanto que no se vea que seg n la predicción. Desde el p unto de vista del acontecimiento, es al es de naturaleza lógica, nada m s que lógica de allí la invocación, en m ism o tiem po que todavía no lo ha matado, que lo mata y que ya lo Lógica del sentido, a la obra de L e is Carroll quien despliega el país de las ha matado puesto que son las tres d im e n sion es cuya síntesis a p rio ri es maravillas com o espacio lógico de los acontecim ientos puros-. Tiempo el acontecimiento . Si la síntesis del h bito hace coe istir el pasado y enloquecido que ya no responde a nin g un a cronología puesto que se el porvenir en el presente, si la síntesis de la m em oria hace coe istir la trata de un tiempo est tico, el tiem po estructural” del acontecimiento totalidad del pasado consigo m ism o y con cada presente que pasa, el que contiene en sí m ism o, seg n su orden lógico, el antes, el durante, acontecimiento, por su parte, hace coe istir en sí m u n d o s incom p osibles el después cuyos tiem pos distribuye estratigr ficamente, en el curso del tiempo. ay u n orden del tiem po que no corresponde al curso del tiempo, aunque sea su razón suficiente. Por paradó ica que parezca, esta Le Temps retrouvé, a llim a rd , co ll. F o lio ” , p. . ¿No es u sta m e n te P roust aquel que pasa de la pteten sió n de escrib ir a la escritura c o m o e presión m s all de toda lógica es la nica que puede dar razón de la e periencia, captada en un pretensión? Se p o d ría ob etar que este e e m p lo procede de u n a o p o sic ió n , pero usta m e n te nivel diferencial. el n iv e l diferencial "su p o n e u n h o rm ig u e o de diferencias, u n p lu r a lism o de las diferencias libres, salva es o in d ó m ita s, u n espacio y u n tie m p o p rop iam ente diferenciales, orig in ales, que persisten a través de las sim p lific a cio n e s del lím ite o de la o p o sic ió n ” (DR, ). DR, - Esta form a pura, la lín ea recta, se define en efecto por u n orden que LS, E n u n caso, es m i v id a la que m e parece d em asiad o d é b il para m í, que d istrib u y e u n antes, u n durante y u n desp ués, gracias a u n c o n u n t o que lo s recoge a lo s se escapa en u n p u n to v u e lto presente en u n a relación asignable c o n m ig o . E n el otro tres en la sim u lta n e id a d de s u sín te sis a prio ri, y gracias a u n a serie que hace corresponder caso, so y yo q u ie n so y d em asiad o d é b il para la vid a , es la v id a d em asiad o grande para a cada u n o u n tip o de repetición” . Sobre las h isto ria s que hacen coe istir lo s in c o m p o sib le s m í, lanzando su s sin g u la rid a d es por doquier, s in relación co n m ig o , n i co n u n m o m e n to en el seno de u n m ism o acontecim iento, c las co n stru ccio n e s cinem atogr ficas de Robbe- d eterm inable c o m o presente... ” . rillet en C , . 41/58 Tres sínte sis (o " qué ha pasado?") Capítulo III que se distribuir n parcialmente, diferencialmente, y paradó icamente alimenta con toda su energía? La segunda síntesis es el tiempo de los en el curso del tiempo. ¿No est n siempre los in d iv id u o s tom ados en cuerpos., de las incorporaciones, de las encarnaciones y de las reencarna varias temporalidades a la vez? ¿ tam bién en varias causalidades? Un ciones seg n el ciclo de las pretensiones del deseo y de las posesiones del orden causal que no va solamente del pasado hacia el porvenir, sino placer. C ronos es el tiem po relativo a los cuerpos y a sus mezclas (LS, del presente hacia el pasado o del porvenir hacia el presente, seg n los y sig.). Pero la tercera síntesis es u n tiem po de otra naturaleza ya grados diferenciales del presentim iento” , cuando el curso del tiempo no es el tiem po de los cuerpos, sin o el tiempo d el pensam iento puro, u n es precipitado por la introducción de u n fragmento del acontecimiento tiem po puramente lógico -desencarnado-. El yo narcisista ya no tiene futuro” seg n la fórmula de Péguy (DR, ). m s que u n cuerpo muerto, ha perdido el cuerpo al m ism o tiem po que Entre los novelistas m odernos, tal vez nadie m e or que enry ames los ob etos” (DR, ). Es el tiem po de las contraefectuaciones o de las ha perm itido percibir esta diferencia entre el curso de la e periencia y contraencarnaciones, el del tercer testamento (DR, ). el orden que la distribuye a partir de u n acontecim iento que a veces no Deleuze lo form ula todavía de otro m odo, de manera freudiana si la se produce, pero determ ina a pesar de todo el curso del tiempo. Para primera síntesis es el tiem po del Ello (en tanto que constituye el placer dar u n sentido positivo a la idea de u n presentim iento de lo que a n com o p rin cip io ), si la segunda síntesis es el tiem po del o o del ideal del no e iste, hay que mostrar cóm o lo que no e iste ya act a ba o otra o (en tanto que constituye a Eros com o principio), la tercera síntesis es forma que la de su e istencia” (MM, ). Esta fórm ula puede aplicarse el tiem po del Superyó, la nueva instancia que eval a el Ello y el o en a m uchos relatos de ames así cuando algunos persona es viven al lado función de u n T debes” im perativo (DR, ). Si Deleuze retoma la de lo que presienten que les sucede en otra parte Retrato de una dama, fórmula de R im baud o es otro” , es en realidad para decir ese otro, es Los emba adores)-, o bien cuando u n persona e ( La bestia en la u n g la”) el superyó él es el nuevo o com o pensam iento cruel, ap tico y frío”, vive toda su vid a en la espera de u n acontecimiento que debe cambiar su indiferente al yo (DR, ) quienquiera que seas, debes. Lo que hay vid a (el tiem po de antes), antes de descubrir dem asiado tarde (el tiem po que consum ar, es la acción formidable o el gran Asesinato, acción de después) que el acontecim iento se ha producido sin que siquiera de la que som os prim ero incapaces, de la que d evenim os luego capaces, se haya dado cuenta (el tiem po durante). ay en ames u n sin fondo y que por fin abre u n porvenir en el que nuestras potencias de actuar diferencial o m olecular donde coe isten temporalidades inconciliables ya no est n som etidas al círculo de Eros . en el curso de una sola y m ism a e periencia. Es a través de la co n stitu ció n del superyó que se revela el nuevo ¿Cómo puede el tiem po vaciarse así de toda su substancia y devenir p rin cip io que rompe el círculo de Eros. Deleuze sigue atentamente a pura forma lógica? ¿Cómo se quiebra el círculo formado por Eros? Freud sobre este punto. Freud muestra en efecto que la energía lib id i ¿Cómo la lib id o puede desertar del círculo al que sin embargo ella nal, prim itivam ente investida en el ob eto de amor, refluye sobre el yo para erigir ahí el superyó. Pero ese reflu o solo es posible si la lib id o se Deleuze siem pre ha to m ad o en co n sid e ració n las lógicas del presen tim ien to que dese ualiza, si deviene una energía libidinalm ente neutra o indiferente . dan te stim o n io de la coe istencia de las tres d im e n sio n e s del tie m p o en el se no del acontecim iento m ism o . C on uattari, in siste n especialm ente sobre este p u n to cu a n d o in vo ca n , en E l A ntiedipo, la m uerte que todas las form aciones sociales presienten co m o A pesar d el e e m p lo de E d ip o u tiliz ad o en D iferencia y repetición, el asesinato n o es v in ie n d o del porvenir, - n o ha y form ación socia l que n o presienta o prevea la tanto el asesinato del padre c o m o el d el m í m ism o y del o - c o m e tid o por el sup eryó-. form a real ba o la cu al el lím ite amenaza co n llegarle, y que ella co n u ra co n todas su s Sobre el asesinato del o, c o m e tid o ya en parte p o r ant se g n racauer, ver el artículo fuerzas” . el pasa e im portante sobre este p u n to de M M , La física y la b io log ía n o s de M. C o hen - a lim i, Siegfried racauer, le dernier des détectives” en C o h en - a lim i, p o n en en presencia de causalidades invertid as, sin fin a lid a d , pero que n o p o r ello de an L e u ille t (dir.), C om m entpeut-on tre sceptique?. onoré C h a m p io n , . de poner de m anifiesto u n a acción d el futuro sobre el presente, o del presente sobre el Cf. S. Freud, E l y o y el ello” , E ssa is de psychanalyse. Petite b ib lio t q u e Payot, p. pasado” . Verem os m s adelante por q ué lo que m s a m e n u d o es p resentido es la muerte. - . 42/58 Tres síntesis (o q u é ha pasado?") Capítulo III ¿Cómo podría sin o remover el ob eto de amor? Esta energía neutra se del duelo, del desgarramiento no es negado n i denegado, sin o percibido confunde para Deleuze con T natos. T natos es la energía dese ualizada a partir de la p o sitivid a d de lo que vuelve posible e in c lu so necesario. que hace m orir el cuerpo lib id in a l y los ob etos que él ha investido con Pérdida, duelo, sufrim iento son las autodestrucciones por las cuales la su energía es T natos quien deshace todas las ataduras libidinales, en vid a pasa para liberar nuevas potencias. resumen quien constituye el agente de descone ión así com o abitus Se com prende que el in stinto de muerte es lo que hace m orir todo, y Eros constituían precedentemente agentes de cone ión y de circula salvo quiz s las potencias de vid a m ism as que pueden entonces re ción. O m s bien todo pasa com o si T natos dese ualizara el cuerpo distribuirse libremente. ue el instinto de muerte sea elevado al rango para se ualizar el pensam iento y perm itir así una transm utación del de p rin cip io trascendental no supone n in g n culto de la muerte, au n inconsciente, el pasa e de un inconsciente de p ulsiones a un inconsciente que las autodestrucciones puedan precipitarnos en peligros mortales. de pensamiento, el inconsciente del pensam iento puro. Es el proceso ¿No hay en efecto u n peligro mortal inherente a las redistribuciones que Deleuze designa mediante el térm ino de perversión, entendido en incesantes de esas potencias? ¿No corren permanentemente el riesgo u n sentido no necesariamente clínico (PSM, ES, - ). Una de triturarnos, de arrastrarnos dentro de procesos que e ceden nuestras vez m s, el caso e em plar para Deleuze es el de Proust que pasa de la fuerzas, de precipitarnos en u n caos destructor? O bien, ¿no corremos cuestión de los amores la serie Mam , ilberte, A lbertine seg n los el riesgo, com o lo dice Deleuze, de destruirnos a nosotros m ism o s, tras desplazamientos y disfraces del ob eto a la cuestión de la obra por haber destruido todo lo que se podía, in vad id os por u n e tra o gusto” hacer” com o nuevo investim ento lib id in a l dese ualizado o rese ualizado. por la muerte que se confunde con una aversión por la vida? Una cosa T natos sustituye a Eros y deviene el nuevo principio trascendental. M s es segura, las potencias de lo sin fondo no son una idea en la cabeza del all de Eros, T natos. M s all del fondo, lo sin fondo ” pensador, sin o u n asunto vital. Si Deleuze lo llam a instinto y no p u lsió n , es para d istin g u irlo de La presencia del instinto de muerte es lo que hace que todo aconte toda p u lsió n destructota, estrepitosa, erotizada . ay efectivamente cim iento deba ser com prendido, sin o com o u n m o rir”, al m enos ba o una destrucción, pero silenciosa e insensible es aquella de la que da el m odelo o el prototipo de la acción de m orir” " . E n este sentido, es testim onio el acontecimiento y que hace que nos preguntemos ¿qué im perativo d istin g u ir entre la muerte que viene del afuera, en tanto que ha pasado? puesto que uno no se dio cuenta de nada, todo se ha hecho acontecimiento personal, empírico, accidental que pone fin a m i vid a ( o imperceptiblemente, a nuestras espaldas. Un gusto, una pasión, una muero) y la muerte im personal, com o instinto o instancia trascendental aptitud han m uerto definitivam ente en nosotros y no v im o s venir que libera nuevas potencias de vid a en m í (Se muere) desde entonces, nada. El instinto de muerte no da testim onio aquí de u n pensam iento las diferencias libres se desarrollan en una figura que e cluye m i propia m ortuotio, de u n ser-para-la-muerte, es afirmación de las potencias de coherencia así com o la de una identidad cualquiera. ay siempre un vida, sin consideración para aquel que es su su eto, en el sentido de que se muere” m s profundo que el yo m uero” . Ciertamente Deleuze deshace todo lo que im p id e la d isttib u ció n, siempre renovada, de esas no cesa de invocar a Freud pero, sobre este ltim o punto, la relación es potencias. Es la crueldad de la vid a ser indiferente a aquellos que se dudosa com o lo confirmar m s tarde ElAntiedipo-, puesto que, en Freud, aferran a sus ob etos o a sus su etos, aun cuando fuesen en apariencia los T natos tiende a reconducirnos hacia un indiferenciado que la materia m s vitales” para los propios vivientes. Lo negativo” del sufrim iento. encarna idealm ente m ientras que, en Deleuze, T natos permite por el PSM, . La d escripció n m s precisa de este proceso - en relación co n la castración- LS, Es po r eso q ue la m uerte y su herida no so n u n acon te cim ien to entre se encuentra en Lógica d e l sentido, ” serie. otros. Cada acon te cim ien to es co m o la m u e r te ...” Sobre este p u nto, cf. PSM, . CE ta m b ié n NF, - . DR, - y la recapitulación, - . 43/58 Tres sínte sis (o ¿qué ha pasado?") Capítulo III contrario la afirmación de la m s grande diferencia y se confunde, ya m í, sin o el m om ento en que la muerte se pierde en sí m ism a, y la figura no con la materia inerte, sin o con una form a pura adecuada al ascenso que toma la vid a m s singular para sustituirm e” (LS, ). de lo inform al o de lo sin fondo en nosotros ". El in stin to de muerte es A sí acaba la historia del tiempo le corresponde deshacer su círculo despo ado de todas las características que posee en Freud, a e cepción físico o natural, dem asiado bien centrado, y formar una línea recta, de su valor de princip io y de su car cter silencioso. Se despo a de los pero que arrastrada por su propia longitud, vuelve a formar u n círculo rasgos schopenhauerianos que Freud le presta para revestirse de los rasgos eternamente descentrado” (DR, ). Es un círculo que ya no tiene nietzscheanos el instinto de muerte deviene eterno retorno. El tiem po cesa n in g n centro n i princip io alguno de convergencia. El eterno retorno de desenrollar su línea recta, sin o que se enrolla sobre sí m ism o desde el tiene la m ism a función que el m ito platónico no cesa de (re)distribuir m om ento en que es afirmado com o eterno retorno. El eterno retorno las potencias del Ser en el presente, pero solo hace volver la diferen es precisamente lo que no hace volver nada del m í m ism o moí , del cia en tanto que puro porvenir. Solo la diferencia, el e ceso vuelven, o é , de lo Uno puesto que solo hace volver lo que difiere es una siempre difiriendo de sí, el im placable Ritornelo de los m o vim ientos redistribución permanente de las potencias del sin fondo. Deviene el aberrantes. No es el Devenir, sin o el ser del Devenir, lo que hace que nuevo círculo que sustituye al círculo platónico. A la nueva tierra del sin el Devenir tenga u n ser, cuyo todo ser consiste en volver en tanto que fondo responde de ahora en m s el nuevo círculo del eterno retorno, ya Devenir. Es el acontecimiento de todos los acontecimientos, el principio no el círculo de lo M ism o, sin o el círculo de lo Otro. trascendental de d istrib u ció n de las potencias, que solo hace volver las Uno puede ciertamente preguntarse ¿por qué m ilagro la línea recta potencias, y no las formas personales, in d ivid u a les o sub etivas que ellas se curva?, ¿por qué milagro la muerte destructiva deviene positivam ente revisten y a las que no cesa por el contrario de hacer m orir com o hace creadora? ¿Cómo se hace la transmutación? a conocem os la respues m orir lo idéntico, lo M ism o y lo Uno . Solo ser retenido, puesto que ta por el e tra o salto en el lugar” gracias al cual la energía lib id in a l solo vuelve, lo que afirma o e presa la diferencia. Es en este sentido que, dese ualizada se rese ualiza sobre el pensam iento es entonces que el com o el m ito platónico, el eterno retorno tiene u n rol selectivo. Es un pensamiento, liberado de los cuerpos, traza el plano superficial en el que agente de selección. solamente es percibido, no lo que le sucede al cuerpo, sin o el sentido El eterno retorno tiene una función destructora que se confunde con de lo que le sucede. Aparece u n e tra o querer que hace que uno no la del in stin to de muerte. Es el im perativo categórico de la forma pura quiera la destrucción, que no se quiera la muerte, n i para uno m ism o n i del tiempo . Es con él, por su acción, que Eros es destruido en tanto para los otros. No se quiere morir, se quiere e traer el acontecim iento princip io trascendental es gracias a él que la inversió n del platonism o m orir” de la muerte m ism a para volverla contra la muerte que adviene se consum a, que todo fundam ento se ve destruido. Afirmado en toda a los cuerpos. No se inviste ya n in g n cuerpo, u n o es entonces libre de su potencia, el eterno retorno no permite n in g u n a instauración de identificarse al acontecim iento m ism o en su diferencia, independien una fundación-fundam ento por el contrario, él destruye, se engulle temente de toda efectuación. La transm utación se opera en el punto todo fundam ento com o instancia que colocaría la diferencia entre lo m ó v il y preciso en que todos los acontecim ientos se re nen así en uno originario y lo derivado, la cosa y los sim ulacros. N os hace asistir a la solo el punto en que la muerte se vuelve contra la muerte, en que el m o rir es com o la destitución de la muerte, en que la im personalidad del m o rir ya no se ala solamente el m om ento en que me pierdo fuera de DR, Si el eterno retorno est en relación esencial co n la m uerte, es porque prom ueve e im p lic a de u n a vez p o r todas la m uerte de lo q ue es u n o ” y Lo que n o retorna, es lo que n iega el eterno retorno, lo que n o soporta la prueba” . Sobre la crítica de la materia inerte co m o m o delo de la m uerte en Freud, cf. DR, . DR, ... el eterno retorno se revela c o m o la ley sin fond o de ese sistem a” . 44/58 Capítulo III Tres síntesis (o "¿qué ha pasado? ) a través de nosotros. Si el Ser (como nuevo fundam ento) tiene por m desfundam entación universal. Por desfundam entaclón” , hay que q uina abstracta el eterno retorno (como nuevo p rincip io trascendental), entender esta libertad del fondo no mediatizada, este descubrim iento entonces la antología deviene inm ediatam ente ética, se confunde con una de u n fondo detr s de cualquier otro fondo, esa relación de lo sin fon do con lo no-fundado, esa refle ión inm ediata de lo inform al y de la ética. C om o en Spinoza, la ética comienza con la afirmación de u n Ser forma superior que constituye el eterno retorno” (DR, - ). En unívoco, es inseparable de la afirmación de u n plano ontol gico en tanto este sentido, el eterno retorno es el verdadero (re)comienzo puesto que que d istrib u ció n de una u sticia inm anente (por o p osició n a la m oral y a destruye todos los comienzos, todos los presupuestos que constituyen las distribuciones del u ic io )- Si Nietzsche va m s le os que Spinoza ba o la imagen del pensamiento, descritos en el capítulo III de Diferencia la m irada de Deleuze, es porque inscribe la prueba del eterno retorno y repetición. N i siquiera tenemos necesidad de decir que es por él que en el seno m ism o del Ser hace de él su im perativo categórico, m s all hay que comenzar puesto que de todas formas, nos hace recomenzar sin de los h bitos, de los ciclos y de las leyes de la naturaleza. cesar, nos hace repetir sin cesar y puesto que destruye cualquier instau si bien, en apariencia, hay una in u stic ia de fondo en esta d istri ración definitiva. En el capítulo III, Deleuze pregunta en efecto ¿por bución, no es nada comparada con la in u sticia a la cual el u ic io moral dónde hay que comenzar? ¿Cómo comenzar sin presupuestos filosóficos? somete a nuestras propias potencias. ¿No es el sentido de todos los gritos Ahora bien solo el eterno retorno, en tanto que nicam ente hace volver filosóficos de Deleuze? Nosotros no hacemos u sticia a la (re)distribución la diferencia, act a sin presupuestos. O m s bien es el presupuesto que de las potencias del Ser en nosotros. ¿No es la fórm ula estoica repetida destruye todos los dem s. continuam ente en Lógica del sentido ser a la altura del acontecim iento, A quí hay que precisar u n punto importante. Puesto que no es para mostrarse d igno del acontecimiento? uerer, no lo que sucede, sin o el nada seguro que la versión que Deleuze propone del eterno retorno sea sentido de lo que sucede, hasta el punto en que la volunta d se vuelve nietzscheana. No es seguro en efecto que el eterno retorno haya tenido contra lo que sucede. Es el sentido del eterno retorno com o am orfati, to en Nietzsche la función selectiva que Deleuze le presta" . Se puede mado en u n sentido a la vez nietzscheano y estoico. Tal sería el sentido de invocar ciertamente las lagunas de la edición francesa de Nietzsche en la nueva usticia, no entregarse al azar de la d istrib u ció n de las potencias los a os , pero hay una razón m s profunda que ata e a l propio del Ser, sin o afirmar la necesidad de ese azar en el pensam iento del eterno proyecto deleuziano. Ella confirma la hipótesis que sostenem os desde el retorno. Cada presente es u n caso fortuito”, pero deviene necesario en comienzo, a saber que Deleuze tiene necesidad de una m quina que tanto que est ligado al car cter fortuito de todos los dem s casos. permita introducir la quaestio u r is en el corazón m ism o del Ser. Incluso Tenemos la confirm ación de todo esto cuando Deleuze e amina el si ya no hay tribunal, in c lu so si hay que acabar con el u ic io , hay todavía problem a de la elección. ay en Deleuze una teoría de la decisión, in una u sticia inm anente que distribuye el derecho” el eterno retorno. No separable de la quaestio u r is , com o si toda decisión fuera una decisión se trata de que uno reconozca los derechos a las potencias del Ser, son de u sticia” . Es en Cine que este aspecto es despe ado con la mayor m s bien las potencias del Ser las que distribuyen su u stic ia inm anente fuerza, cuando Deleuze analiza la obra de los cineastas de inspiración cristiana (Dreyer, Bresson, Rohmer), los cuales m u ltip lican los perso E l té rm in o en francés es " e fondem ent". N. del T. na es com o otros tantos casos” o in d ivid u alid ad es entre las cuales hay U no puede rem itirse al artículo d e c isivo de P. D Iorio, L eternel retour. en se que elegir (el devoto, el hedonista, el indeciso, el escéptico, el santo). et interpretation” (en N ietzsche. Cahiers de l erne, , p. - ) que aborda estas cu estio nes y vu e lv e sobre la lectura deleuziana Es in t il recordar que la im ag en de un a rueda en m o v im ie n to centrífugo y el concepto de u n a repetición que e pulsa lo negativo DR, - Para que lo u n ív o c o se co n virtie ra en ob eto de afirm ación pura, al no se encuentra en n in g u n a parte en lo s te tos de Nietzsche, y Deleuze, en efecto, n o cita sp in o z ism o so lo le faltaba hacer girar la su sta n cia alrededor de lo s m o d o s, es decir realiz ar n in g n te to en apoyo de esta interpretación” . la u n ivo cid a d como repetición en e l eterno retorno” . 45/58 Capítulo III Tres sínte sis (o "¿qué ha pasado?") una u stic ia sin razón. Es el m om ento en que el pensam iento invierte Si esto concierne a la ética, es porque la elección no refiere a térm inos, todo, abogados, dem andantes, acusadores y acusados, com o A licia sino al m odo de e istencia de aquel que elige (C , ). El creyente es sobre u n plano de inm anencia en el que usticia equivale a Inocencia, ustam ente aquel cuyo pensam iento se eleva hasta u n Afuera insondable y en el que el inocente se convierte en el persona e conceptual que ya gracia o azar” y que descubre que las decisiones ya fueron tomadas en no tiene que ustificarse, una especie de ni o- ugador contra el cual ya su lugar. Desde entonces, la nica elección posible consiste ustam ente nada se puede, u n Spinoza que no ha de ado su b sistir n i la m s remota en ocupar el lugar que le destina esa decisión. Solo elige realmente, solo ilu sió n de trascendencia. ¿Acaso no tienen que confundirse el uez y el elige efectivamente aquel que es elegido .” El hom bre de fe es aquel que inocente, es decir que los seres sean uzgados desde dentro en absoluto elige su elección, que repite su elección en cada m om ento del tiem po y en nom bre de la Ley o de Valores, n i siquiera en virtu d de su conciencia, ve con eso recobrado su yo y dado nuevamente su D ios (DR, - ). Si en la fe todo es dado nuevamente, el m u n d o , D ios y el yo, no sin o por los criterios puramente inm anentes de su e istencia?” ( LF, sucede igual cuando n i el m und o, n i D ios, n i el yo pueden ya volver, ). ¿Por qué habría que ser ustificado puesto que de ahora en m s uno destruidos por el eterno retorno. El punto insondable que decide por se aprehende a sí m ism o a través de la necesidad de los casos fortuitos nosotros ya no es la gracia divina, sin o el azar. No som os tocados por la por los que pasa? gracias, som os tirados al azar, com o una com binación, una sucesión de Es otra manera de decir que en el nivel diferencial, ya no hay yo, casos fortuitos” . El azar elige por nosotros, decide de nosotros, tal es sino una mara a de perspectivas com o otras tantas in d ivid ualid ad es la decisión de u sticia ”. Elegir consiste entonces en afirmar la co m b i fortuitas” . Estas ind ivid u alid ad es co m unican unas con otras a través nación propia y, por eso m ism o, afirm ar el azar por entero (LS, ). de la distancia que las separa, así la distancia que separa la salud de la Es entonces que se conquista u n derecho sobre el fragmento de azar, enfermedad en Nietzsche o la distancia que separa a Proust escritor de la com binación de azar que som os. C om o lo dice Nietzsche, hay algo Proust no-escritor. D evenim os su etos nóm adas, continuam ente e cen irreductible en el fondo del espíritu u n bloque m onolítico de Fatum, trados por relación a nosotros m ism o s, pasando perpetuamente de una de decisión ya tomada sobre todos los problemas en su m edida y su in d ivid u a lid a d a otra com o otros tantos casos fortuitos” . De esto dan relación con nosotros y, al m ism o tiempo, u n derecho que tenem os de testim onio las oscilaciones que trastornan a u n in d iv id u o mientras no acceder a ciertos problemas, com o su huella marcada al ro o vivo sobre busca m s que su propio centro y no ve el círculo del que forma parte nuestros n o m b r e s . L a ética ya no concierne solamente entonces a los él m ism o, ya que si estas oscilaciones lo trastornan es porque cada una m odos de e istencia, sin o que remonta tam bién hasta el sin fondo que responde a otra in d iv id u a lid a d que la que cree ser desde el punto de los distribuye. El azar es com o la u sticia del Ser en tanto que se afirma vista del centro inhallable por ello, una identidad es esencialmente for su necesidad, consecuencia ltim a de una ontologia directamente ética. tuita y una serie de in d ivid u alid ad es debe ser recorrida por todas y cada Uno ya no es ustificado por la gracia, sin o in ustificado, necesaria una, para que el car cter fortuito de esta o aquella las haga necesarias mente in ustificado, es decir vuelto inocente puesto que el azar consagra a todas” . S i la primera síntesis constituye el presente com o u n h bito de v iv ir que apunta a la perpetuación de nuestro casó (DR, ), si la C , y el c o n u n t o d e l pasa e, y sig ., q ue es c o m o la re a n u d a c ió n , segunda síntesis reconquista ese presente en u n destino superior que lo profundizada, del pasa e consagrado al cogito del creyente en D iferencia y repetición. funda, la tercera síntesis lo aprehende com o caso fortuito” pero afirma CC, E n lo m s profun d o de la su b e tiv id a d , n o h a y p ro p io yo, sin o una c o m p o sic ió n sing ula r, u n a id io sin cra sia , u n a cifra secreta co m o la chance n ic a de que C ita de lo sso s i, de q u ie n Deleuze se reclam a sobre este p u nto, en LS, . Ver esas entidades hayan sid o retenidas, queridas, de que esa c o m b in a c ió n sea la que h a salido ta m b ién S im o n d o n , sobre la flu ctu a tio n a n im i y el u so que hace de él Deleuze, ID, (es esa y n o otra” . sorprendente n otar en d ic h a o casió n que Deleuze ad m ira a S im o n d o n por v o lv e r p o sib le C itado en DR, . un a ética fundada sobre la realidad p r e in d iv id u a l, ib id ., - ). 46/58 Tres sínte sis (o "¿qué ha pasado? ) Capítulo III su necesidad desde el m om ento en que lo incluye entre todos los dem s donde ya no se sabe si se trata de u n fragmento de ruta asfaltada o de acontecimientos con los cuales él com unica sobre u n plano unívoco (LS, la inm ensid ad de la bóveda celeste. Una fuerza in m en sa opera en un - ). Perpetuar su caso, legitim ar su caso, afirmar su caso a través espacio infin itesim a l” (MM, ). Es porque las fuerzas a capturar ya de la afirmación de todos ios casos, tales son las tres actitudes. no son las de la tierra ... , son ahora las fuerzas de u n C osm os energé En tanto que hace ascender lo sin fondo, el eterno retorno es la tico, inform al e inm aterial” (MP, ). allí tam bién, M il mesetas no m quina que desterritorializa la tierra y la abre sobre e l cosmos o el olvida que se trata de u n m o vim ien to de una am p litu d tan grande que caosm os seg n el térm ino for ado por oyce . E l m ovim iento es de una destituye toda empresa de fundación, todo fundamento, con la m ism a am p litu d tal que la ontologia se hace caosm ología en el sentido en que fuerza destructora que el eterno retorno en D iferencia y repetición, el Nietzsche podía decir, parodiando a Spinoza chaos sive n a tu ra . Aquí cual re ne en una síntesis prodigiosa el sin fondo diferencial y el caos tam bién, es M il mesetas quien permite comprender esta apertura puesto cósmico. A quí tam bién, hay efectivamente una síntesis, pero que es la que el tercer aspecto del ritornelo ya no consiste en territorializarse ni de lo m olecular y lo cósm ico, la de lo material y la fuerza, ya no la de la en desterritorializarse, atraído por u n natal” intenso, sin o en seguir forma y la materia, la del run d y el territorio” . Si hiciera falta decirlo u n m o vim iento m igratorio en el que entran variables cósm icas, así las en térm inos pró im os a los de D iferencia y repetición, hay u n instinto m igraciones anim ales polarizadas por la energía solar o magnética. a de muerte en esta desterritorialización en tanto que nos arranca de los no son las fuerzas territorializadas, agrupadas en fuerzas de la tierra, son territorios, de lo natal m ism o , para abrirnos sobre el cosm os y sobre las las fuerzas recuperadas o liberadas de u n C osm os desterritorializado.”" fuerzas m oleculares que lo agitan . Si hace falta u n tercer tiem po, el A quí tam bién, Deleuze y uattari invocan el arte y en especial a lee tiem po est tico y lógico de la acontecim entalidad pura, es porque solo quien se abre al C osm os y capta sus fuerzas moleculares para am pliar él es adecuado al caosm os del Ser. los lím ites de la tierra (MM, ). a no estamos en la edad cl sica del territorio, n i en la edad rom ntica de la desterritorialización relativa Estas tres síntesis son tres m o do s de temporalizaciones. No hay tiem de lo natal”, sin o en la edad m oderna en que lo m olecular confluye po, hay solamente fabricación de tiem po” en función de los ritornelos, con lo cósm ico en lo inform al, com o las Te turologías” de Dubuffet de los ritm os que som os, algo profundamente bergsoniano a pesar de todo so m o s ritm os de duración y esos ritm os, nada m s que síntesis, a DR, La on tologia, es la tirada de dados, ca osm os de d on d e surge el co sm o s” y riesgo de que una de ellas arrastre a la sen sib ilid a d y al pensam iento m s El eterno retorno ... n o es u n orden e terior im p u esto al caos del m u n d o , el eterno retorno es, por el contrario, la id e n tid a d interna del m u n d o o d el caos, el C aosm o s” . O all de toda duración, hacia u n tiem po puramente lógico y u n m u n d o tam bién la fórm ula que resum e todo, DR, a no es el esfuerzo platónico para oponer el co sm o s al caos, co m o s i el C írcu lo fuera la h u e lla de la Idea trascendental capaz de im p o ne r su seme anza a una m ateria rebelde. Es in c lu so todo lo contrario, la ide n tida d inm an en te MM, . Deleuze y uattari aclaran que esta sín te sis h a to m ad o el lugar del del caos con el co sm o s, el ser en el eterno retorno, u n círculo de otro m o d o to rtuoso” . fun da m e nto en el u ic io sin té tico a p r io ri” . DR, La e tensión có sm ic a hace u n o co n la a m p litu d de u n m o v im ie n to e m o s co m p arad o las tres sín te sis del tie m p o en lo s tres aspectos del R itornelo de forzado ... , In stin to de m uerte en ltim a in st a n c ia ...” M il mesetas, pero de ig u a l m o d o se las puede com parar co n las tres lín eas de v id a - o de tie m p o - de la octava meseta. A sí, la recapitulación, E n re sum en , un a lín e a defitga, MM, . P recisem os u n p u n to sobre el cu al volverem o s así c o m o el fundam ento y a com ple a, con su s sin g u la rid a d e s síntesis pero tam bién, un a lín e a m olar o h a b itu a l es e sencialm ente a m b ig u o en Deleuze en razón de su aspecto acodado” (girado a la con su s segm entos síntesis y entre la s dos (?), u n a lín ea m olecular, con su s q uanta que la vez h ac ia lo que funda y h a cia el sin fondo), del m ism o m o d o lo natal” es equívoco a hacen in c lin a rse de u n lad o o de otro sín te sis cu yo car cter acod ad o” a veces la orienta la vez girado hacia un territorio siem p re perdido, a recuperar, pero ta m b ié n fuente de hacia la sín te sis, a veces la abre sobre la ” . N osotros a a d im o s el te to entre corchetes. m o v im ie n to s m igrato rios de gran a m p litu d , que se abre sobre coordenadas có sm icas. El Deleuze y uattari sub ra yan que estas tres líneas so n contem por neas entre sí, La criterio, volverem o s a esto, es el de la a m p litu d , es decir el car cter aberrante - o n o de lo s m o v im ie n to s en cuestión . lín ea de fuga no viene después, est a h í desde el com ienzo, a u n c u a n d o espere su hora, y la e p lo sió n de las otras d o s” . 47/58 Tres sínte sis (o " qué ha pasado " Capítulo III caosmológico. Esto sigue siendo bergsoniano puesto que esta pluralidad que est afuera del Todo, lo cual sería absurdo, sin o de pensar el afuera” constituye los aspectos o los m odos de el Ritornelo . A sí com o en el de ese Todo, es decir el Todo como afuera, ya no pensar el cosm os com o Bergson de D uración y sim ultaneidad, la D uración hace coe istir ritm os separado del caos, sin o com o lo que procede de él caosmos . M s all distintos que ella engloba. El tiempo com o forma a priori no e iste, de las series empíricas, m s all de su resonancia en lo Abierto de un todo pero el ritornelo es la forma a priori del tiempo, que cada vez fabrica metafisico, el Afuera de u n todo ontol gico com o reverso del cosm os y tiem pos diferentes” (MM, ). A sí podem os d istin g u ir la síntesis del m o vim iento aberrante de la Tierra. h bito y los ritornelos territoriales (territorialización), la síntesis de la m em oria y los ritornelos de lo natal (desterritorialización relativa), la síntesis del pensamiento puro y los ritornelos del caosm os (desterrito rialización absoluta) . los tres aspectos del Ritornelo definen cada uno los tres sentidos de la tierra, a veces com o territorio, a veces com o Tierra, a veces finalmente com o nueva Tierra” . La primera síntesis nos hace penetrar en los ritm os de la materia y nos describe com o com puestos de ritm os que constituyen otras tantas series heterogéneas la segunda síntesis pliega esos ritm os al interior de círculos y nos hace penetrar en las profundidades de la memoria. La naturaleza era entonces reconquistada com o un Todo, el todo del cosmos, sea concebido a la manera de los estoicos o com o lo Abierto en Bergson. Todo conspira, todas las series resuenan entre ellas en las profundidades de la m em oria com o interioridad del tiempo. Veremos que es lo propio del fundam ento englobar lo que funda, in c lu irlo en u n Todo, aun si ese todo se confunde con lo Abierto de su propia evolución creadora . El todo es la Tierra o lo Natal” que dobla los ritm os cualitativos de la materia . Pero la tercera síntesis nos arrastra m s all de la Tierra o del C osm os, hacia la nueva tierra” o el caosm os” . No se trata de pensar lo MM, N o so n tres m o m e n to s su c e siv o s en un a e vo lu c ió n . S on tres aspectos en u n a n ic a y m ism a cosa, el R itornelo” . Sobre la recapitulación de lo s tip o s de ritornelos, M M , . Esto se verifica especialm ente en las obras sobre el cin e d o n d e el p e n sa m ie n to debe elevarse cada vez hacia u n Todo, a veces u n Todo org nico (escuela am ericana), a veces u n Todo d ialéctico (escuela rusa), a veces u n Todo m e c nico y esp iritua l (escuela francesa), a veces u n Todo e presionista (escuela alem ana). Cf. C l, - , . Por e em p lo , a p rop ósito de D o v e n o , C l, este afuera es ta m b ié n la Tierra, o la verdadera interio rid a d del tie m p o , es decir, el todo que ca m b ia y que, ca m b ia n d o de perspectiva, n o cesa de dar a lo s seres reales ese lugar desm esurado por el cual alcanzan a la vez el pasado m s d istante y el futuro p r o f u n d o .. ” Sobre la diferencia entre las d os fó rm ula s el todo, es lo abierto” y el todo, es el afuera” , C , y sig. 48/58 Capítulo IV A la prim era síntesis corresponde una estética com o teoría de lo Capítulo IV sensible . em os visto que la primera síntesis desplegaba un suelo de C o n s e c u e n c ia s síntesis pasivas constitutivas de la sensibilid ad, in c lu so a u n n ivel vital elemental que Deleuze hace corresponder al Ello freudiano. La estética El e m p ir is m o t r a s c e n d e n t a l ya no consiste en determinar las formas a f r io r i de la sen sib ilid a d com o en ant, sin o la materia intensiva de toda e periencia real. Es en función de las variaciones intensivas de esta materia que se despliega lo diverso de la sensibilidad. La razón de lo sensible, la co n d ició n de lo que aparece, no es el espacio y el tiempo, sin o lo Desigual en sí, la d isp arid ad t com o est com prendida y determinada en la diferencia de intensidad ” (DR, ). La diferencia de intensidad constituye el ser de lo sensible y todo el sentido de las primeras síntesis consiste ustam ente en conectar estas diferencias en otros tantos h bitos que constituyen el suelo cualitativo de lo sensible m ism o. A la segunda síntesis corresponde una analítica com o teoría del ob eto . Solo que el ob eto ya no es concebido a partir de la forma de la ob etividad en general (ob eto ) com o en ant, sin o que se determina Nos hace falta e traer varias consecuencias de lo que precede. Deleuze a partir de u n ob eto virtual que se distribuye a través de los ob etos presenta el co n unto de las tres síntesis del tiem po todavía ba o otro reales vivid o s, aunque siem pre de manera parcial. La relación entre aspecto, com o u n desplazamiento o una parodia de la C rítica de la estas dos síntesis constituye u n prim er círculo empírico-trascendental razón pura. Desde u n punto de vista m u y general, se sabe que la Crítica en el sentido de que los contenidos de la estética se ven som etidos a las se divide en tres grandes partes una Estética (teoría de la sensibilid ad), categorías ob etivas” de la analítica, ob etos reales y ob etos virtuales una Analítica (teoría del ob eto) y una Dialéctica (teoría de la Idea). del o. En efecto, todas las cone iones del h bito se sobrepasan hacia Deleuze reconduce esta tripartición, pero no sin pervertirla de manera ob etos” sim ult neam ente reales (los del yo activo) y virtuales, fantas- profunda. Evidentemente, esta tripartición no sigue la doctrina antiana m ticos (los del yo pasivo). de las facultades no se trata de reconducir la estética a la in tu ició n , la Finalmente, a la tercera síntesis corresponde una dialéctica como teoría analítica al entendim iento n i la dialéctica a la razón, puesto que, en de la Idea. De la Idea, no sabem os todavía nada. M uy sum ariamente, Deleuze, las tres síntesis son operaciones inconscientes m s a n, son se puede decir que la Idea se confunde con la materia intensiva de lo constitutivas del inconsciente (DR, ) se trata m s bien de poner en sin fondo. Ba o este aspecto, una Idea se com pone de los elementos correspondencia la tópica freudiana y la tripartición antiana construir una estética para el Ello, una analítica para el o y el Ideal del yo y una vez co n u n a d escrip ció n de las p o sic io n e s” en M elanie lein. La estética se co n fu nd e co n dialéctica para el Superyó . Tratamos con una suerte de collage filosófico la p o sic ió n paranoide-esquizoide de la fase oral, la an alítica co n la p o sic ió n depresiva de la tal com o lo reivindica el prólogo de D iferencia y repetición. fase anal y la dialéctica co n la p o sic ió n perversa de la fase genital. Ver las series ”, ”y ”. DR, Este p rim e r m s all del p r in c ip io de placer co n stitu ye ya u n a suerte de Estética trascendental” . V o lve m o s a encontrar la m ism a operación al final de la Lógica d e l sentido durante la DR, Si la prim era sín te sis p a siva co n stitu ía u n a estética , es u sto d efinir la d escrip ció n de la génesis d in m ic a del se ntid o la tópica freudiana v ie n e acom pa ada esta segund a c o m o el eq uivalente de u n a analítica ” . 49/58 Consecuencias. El em pirism o trascendental Capítulo IV diferenciales, de las relaciones diferenciales entre elementos que pueblan u n ió n inm ediata de la estética y de la dialéctica. No hay en Deleuze m s ese sin fondo y a partir de los cuales se engendran las realidades se n si que una estética de las intensidades y una dialéctica de las Ideas, y nada bles. No hay Idea m s que de esta materia (materialismo de Deleuze) m s Lo que resulta definitivam ente cortocircuitado, es la analítica. Es inversamente esta materia no puede ser pensada m s que com o Idea la am big edad de la segunda síntesis del tiempo. Ella se encuentra a la (idealism o de Deleuze tam bién). A sí com o esta materia intensiva solo vez absorbida y desbordada por la estética que se profundiza todavía allí puede ser sentida, sin estar am s dada empíricamente, ella solo puede y por la dialéctica que ya se problematiza (el ob eto que se abre sobre ser pensada, sin ser concebida am s ob etivamente. M s a n, lo que la repetición de la tercera síntesis). Es lo que e plica que lo s dos ltim o s solo puede ser sentido, m s all de todo dado e.mp co, fuerza a pensar capítulos de D iferencia y repetición estén consagrados, u n o a la síntesis lo que solo puede ser pensado, m s all de todas las m ediaciones con ideal de la diferencia” (dialéctica), el otro a la síntesis asim étrica de lo ceptuales de la representación. sensible” (estética). La analítica ha desaparecido, sus coordenadas (su eto Es en esta relación directa entre sen sib ilid a d y pensam iento que se ob eto) tam bién, puesto que han perdido todo poder constituyente . forma el segundo doblete empírico-trascendental. Es por otra parte El em pirism o trascendental es inseparable de una reconciliación de la el nom bre que le da Deleuze em pirism o trascendental”. Es la nueva estética consigo m ism a, pero esta reconciliación solo tiene lugar porque doctrina que resulta de la crisis delfim dam ento. En ocasiones se e plica se establece en una relación directa con la dialéctica de las Ideas. Desde el em pirism o trascendental a partir de la manera en la que cada facul este punto de vista, uno se equivoca al afirmar que el proyecto de Deleuze tad es llevada a los lím ites de su potencia para alcanzar el ob eto que la es anti-dialéctico ba o el prete to de que rechaza toda m ediación por el concierne e clusivamente, insensib le de la sensibilidad, inm em orial de contrario es porque cortocircuita todas las m ediaciones entre lo sensible la memoria, inim aginable o fantasma de la im aginación, im pensado del y la Idea que su proyecto es propiamente dialéctico. pensamiento. se tiene razón puesto que no se hace m s que decir lo que acer com unicar directamente estética y dialéctica supone ante todo dice Deleuze. Esto confirma de paso que el em pirism o trascendental es concebir la estética completamente de otro m odo que com o lo hace en efecto la doctrina de los m o vim ientos aberrantes. Se critica de in m e ant. Es preciso reconciliar la estética consigo m ism a puesto que ella diato a ant el haber permanecido en las condiciones de la e periencia posible cuando es preciso descender al n ivel de las co ndiciones de la Ideas, ib id ., . Deleuze recuerda que las Ideas se co rresp ond en u n a p o r u n a co n todas e perimentación real, allí donde las facultades se re nen en el fondo las facultades, y n o so n el ob eto de n in g u n a en particular, n i siq u ie ra del p e n sam ie nto diferencial del que proceden, signo por otra parte de que el em pirism o ( ) pero a ade m s adelante que las Ideas tienen co n el p e n sa m ie n to pu ro u n a relación trascendental deleuziano debe, sobre este punto, m ucho m enos a um e m u y particular” en la m e d id a en que el p e n sa m ie n to descubre en ella el origen radical que al neoleibnizianism o de M aim ón y de Cohen. Es preciso sustitu ir el de las Ideas” co m o s u s propias diferenciales ( - ). punto de vista del condicionam iento por el de la génesis. A quí tam bién, DR, A sí la estética de las in te n sid a d e s desarrolla cada u n o de s u s m o m e n to s en co rresp ond encia co n la dialéctica de las Ideas la potencia de la in te n sid a d (profundidad) se tiene razón puesto que Deleuze no dice otra cosa. est fundad a en la p o te ncialid ad de la Idea” . Sobre la p a rtic ió n dialéctica estética, ver Pero en realidad, lo que caracteriza al em pirism o trascendental, es la ta m b ié n DR, d o n d e Deleuze sub raya que la difereníia tion es d ia léctica m ie ntras que relación inm ediata que establece entre estétieay dialéctica, entre lo sensible la d ife re nd a tio n es estética. y la Idea, el fenómeno y el no meno" . El em pirism o trascendental es la Respecto a esto, n o v e m o s c ó m o el c a p ítu lo I V p u e d a estar co n sag rad o a la elaboración de u n a n ueva analítica o d octrin a de las categorías” c o m o lo sostien e A. Prueba de esto es el p rivile g io que Deleuze concede a la se n sib ilid a d y al pe n sam ie nto Sauvagnargues en u n e stud io consagrado s in embargo al e m p irism o trascendental Deleuze, puro, u n a porque est en el origen de lo s m o v im ie n to s aberrantes, el otro porque es el L em pirism e trascendental, PUF, , p. ) puesto que Deleuze e pone allí por el contrario ltim o en sufrir su vio le n cia. Sobre el p riv ile g io de la se n sib ilid a d , DR, . Sobre el u n a d ialéctica de la Idea. sobre la o p o sic ió n a toda d octrin a de la s caregorías, cf. el pasa e privile g io , en el otro e tremo, del pe n sam ie nto en tanto que concierne sin g u la rm en te a las esencial de DR, y Toda filosofía de las categorías to m a p o r m o d e lo el u ic io , c o m o se lo ve en ant, e in c lu so ta m b ié n en egel” . 50/58 Consecuencias. El em pirism o trascendental Capítulo IV sufre de una dualidad desgarradora. Designa, de u n lado, la teoría de proyecta en el océano del afuera, pero para transm utar su percepción y la sen sibilid a d com o forma de la e periencia posible del otro, la teoría abstraer de allí una V isió n ” (CC, ). O tam bién, el famoso e em plo del arte com o refle ión de la e periencia real. Para que los dos sentidos de la protagonista de Europa de R ossellini que ve” condenados en se re nan, es preciso que las condiciones de la e periencia en general los obreros que salen de la f brica (C , ). El arte est atravesado de devengan a su vez condiciones de la e periencia real la obra de arte, por V isio n es y de A udiciones que dan testim onio de una relación directa su parte, aparece entonces realmente com o e perimentación” (LS, entre lo sensible y la Idea, entre la estética y la dialéctica, en el lím ite de DR, ). ¿ ué hace falta entender aquí por e perimentación? Nada lo v ivid o , es decir tam bién lo que solo puede ser v iv id o ba o una for m s que una liq u id a ció n de las coordenadas su eto ob eto en una v isió n m a paradó ica, diferencial, m olecular o caósmica, en sum a, aberrante. o una aud ició n que alcanza el ser m ism o de lo sensible. ace falta que Alcanzar lo insensib le de la sensibilid a d, es e plorar la Idea que dobla cada punto de vista sea él m ism o la cosa, o que la cosa pertenezca al lo sensible y de la cual proviene lo sensible. O m s bien lo insensible p unto de vista. Por tanto hace falta que la cosa ... sea disem inada en de la sensibilid ad, lo inm em o rial de la m em oria, lo inim aginable de la una diferencia en la que se desvanece la identidad tanto del ob eto visto im aginación, lo im pensado del pensam iento son cada vez la Idea que com o del su eto que ve” (DR, ). a no hay d istin ció n entre ob eto alcanza la facultad en cuestión. El océano de M elville es m s profundo visto y su eto vidente ya que lo que e distingue es una v isió n ” que borra que cualquier océano em pírico y la f brica de Europa m s real que la d istinció n . La percepción ya no es representación, sin o una partici cualquier f brica empírica . ay en toda estética una suerte de travesía pación o una e perimentación de vidente”, un m o vim ien to aberrante del ob eto sensible hacia la Idea que encarna, com o si la sen sib ilid a d se cuya e presión m s alta es la línea abstracta que ella e trae de ahí (MM, uniera directamente a la Idea, seg n u n cortocircuito que anula y su ). En este sentido, la estética no concierne a las formas, n i siquiera a planta todas las m ediaciones de la analítica y toda relación su eto ob eto. las bellas” formas, sin o a lo informal, las aberraciones de lo informal. Es que la reunión de la estética consigo m ism a, su relación inm ediata La reunión inm ediata de la estética y de la dialéctica se hace por una con la dialéctica no se hace sin que vuele en pedazos la colaboración co m unicació n directa, violenta, com o eléctrica. Es el sentido m ism o de las facultades entre sí en u n sentido com n. Los dos m o vim ien tos del em pirism o trascendental m ostrar cóm o la violen cia que se e erce son inseparables. Estética y dialéctica solo com unican directamente s i las directamente sobre las facultades les permite e plorar las d im ensiones facultades de an de com unicar en un sentido com n . La crítica del sentido de la Idea . Son las bodas eternas entre la filosofía y el arte en Deleuze . co m n (como la del buen sentido) no tiene n in g u n a razón de ser en sí A m enudo se ha subrayado el lazo esencial que la filosofía de Deleuze m ism a, y no e plica nada solo se e plica por la reunión de la estética y anuda con el arte. Pero filosóficamente él solo se interesa en los artistas de la dialéctica, y por nada m s. Lo que solo puede ser sentido co m unica que se elevan hasta la Idea, que hacen entrever la Idea entre las formas, directamente con lo que solo puede ser pensado. aquellos que hacen ascender lo sin fondo en la percepción o despe an su El estudio sobre Proust es e em plar respecto a esto. Todo el aprendi línea abstracta. El artista se pone a ver” las Ideas que doblan el m u n d o za e del narrador consiste en efecto en salir de u n círculo en el que la sensible. ay en M elville u n océano íntim o que ignoran los m arine decepción del lado del ob eto se ve relevada por una com pensación del ros, aun cuando lo presientan en él nada M oby D ic , y es él quien se lado del su eto, círculo en el que u no queda tom ado en el interior de DR, E s igua l e plorar la Idea y elevar cada u n a de las facultades a su e ercicio E n C , D eleuze recupera la s m ism a s f ó rm u la s de D ife re n cia y repetición. La trascendente” . protagonista ve elevarse el ser de la f brica” (C , ) así c o m o la se n sib ilid a d encuentra R ecordem os que la prim era ap arición en Deleuze del e m p irism o trascendental est u n sig n o que n o es u n ser se nsib le , sin o el ser de lo se n sib le ” (DR, ). ligada a la estética, DR, La obra de arte ab and ona el d o m in io de la representación para d eve n ir e periencia , e m p irism o trascendental o ciencia de lo se n sib le ” . DR, E l u so trascendente de las facultades es, h a b la n d o c o n prop ied ad , paradó ico, y se op one al e ercicio de aquellas b a o la regla de u n se n tid o c o m n ” . 51/58 Consecuencias. El em pirism o trascendental Capítulo IV una circulación su eto ob eto propia a la analítica” . Llega el m om ento esponsales pero cu ntas novias desaparecieron o fueron abandonadas, en que el pensam iento se libera relativamente del ob eto deseado tanto desde el m om ento en que la pregunta encontraba su u sto problem a com o del su eto deseante ve a través del ob eto deseado otra cosa, com o que venía a reaccionar sobre ella, a corregirla y a desplazarla de toda enfundada o envuelta en él, una Idea que ya no se trata de consum ar en la diferencia de u n pensam iento (así el héroe de Proust se preguntaba el placer (esteta), sin o de e presar en u n deseo (asceta). Liberado tanto ¿voy a casarme con Albertine? , pero desarrollando la pregunta en el del su eto com o del ob eto, el pensam iento deviene pensam iento puro, problem a de la obra de arte por hacer, donde la pregunta m ism a pasa por v isió n directa de las esencias o de la Idea . En busca del tiempo perdido una radical m etam orfosis)” (DR, ). es com o una novela filosófica que hace que se re nan sensib ilid a d y pensam iento, contra una im agen de la filosofía que procede con dema siado método e inteligencia, pero tam bién contra una im agen del arte que procede con demasiadas sensaciones y narcisism o. El pensam iento De una manera general, el problem a aparente de la estética consiste en se libera de todo vivid o , de toda e periencia sub etiva, de toda atadura establecer las condiciones de lo dado, en determinar aquello por lo cual erótica a la e periencia sea cual sea, pero se libera tam bién de todos los lo dado es dado”. Se puede decir tam bién que concierne a la génesis ob etos que la pueblan. Se rese ualiza sobre sí m ism o, sobre las esencias o a la co n stitu ció n de los cuerpos, sean cuales sean cuerpos org nicos, o las lógicas irracionales que descubre, y ya no sobre los ob etos o los cuerpos geom étricos, cuerpos sociales, cuerpos geológicos, cuerpos su etos que las e presan . O m s bien los ob etos son de ahora en m s políticos, constituyendo nuevos cuerpos las relaciones m ism as entre se ualizados por las esencias” , los conceptos”, las Ideas” que e presan, esos cuerpos... pero el problem a de la dialéctica, es determinar la Idea y por nada m s. de esos cuerpos. El arte remonta de los cuerpos hacia las Ideas, quiere Es el m om ento en el que Proust transforma el problem a del com pro hacer ver la Idea a través de los cuerpos o de las formas sensibles, in c lu so m iso con Albertine para plantear el de la obra por hacer” , cuando su si nunca los cuerpos agotan la Idea. Es el sentido de la declaración de pensamiento se dese ualiza para rese ualizarse en y por la obra. El alma iacometti quien dice no haber logrado” nunca una cabeza, com o si la bella no termina nunca de plantear la pregunta que le es propia, la de los creación se alimentara de la Idea sin poder agotar su s potencialidades . U no no agota una Idea, es m s bien la Idea la que nos agota y nos hace PS, - . A p rop ósito del e p iso d io de la Berma, - Cada lín ea de aprendiza e decir com o Fitzgerald basta con eso, estoy acabado, agotado. Siempre pasa por estos d os m o m e nto s la d ecep ción aportada por u n a tentativa de interpretación ob etiva, lueg o la tentativa de rem ediar esa decep ción por u n a interpretación su b e tiv a en subsiste en derecho, en su potencialidad, la Idea com o problem a para la que re co nstruim o s c o n u n t o s aso ciativos ... . V am o s de lo u n o a lo otro, saltam os de cada facultad (sensibilidad, m em oria, im aginación, pensam iento). lo u n o a lo otro, co lm a m o s la decep ción del ob eto p o r u n a co m p e n sa c ió n del su e to ” . En este sentido, la Idea constituye el foco o el horizonte problem tico Igual a n lisis a p rop ósito del am or ( - ). de cada facultad una facultad solo se e erce al interior de una Idea com o Sobre el pensam iento p u to co m o facultad de las esencias” y lo s sig n o s del arte, PS, p. problema a través de sus e perimentaciones, e plora sus dim ensiones, - . La term in olog ía de Deleuze se m o d ificó en este punto. E n D iferencia y repetición, la Idea ya n o tiene nada que ver co n la esencia, co n ce b id a c o m o abstracta y m uerta ( ). sus desplazamientos. Pero es m u y evidente que, aun si Deleuze se in s DR, p. y sobre la dese ualización rese ualización en la novela de Tournier, pira en ant en su teoría de la Idea, es para hacer percibir m e or toda la cf. LS, p. - A través de las cat strofes, el deseo recuperado m uestra cu l es su verdadero ob eto. ¿No n o s decían ya la naturaleza y la tierra que el ob eto del deseo n o es el cuerpo n i la cosa, sin o tan so lo la Imagen. cu a n d o dese bam os al otro, ¿a qué apuntaba A lberto iacom etti, M usée d Art M oderne de la V ille de Paris, , p. Sé que n uestro deseo s in o a ese peq ue o m u n d o p o sib le e presado, que el otro com etía el error m e es co m p letam ente im p o sib le m odel t, p in ta r o d ib u a r u n a cabeza, p o r e em p lo , tal de envolver en él, en lugar de de arlo flotar y vo la r p o r e n c im a d el m u n d o , desarrollado c o m o la veo y s in em bargo es la n ic a cosa que in ten to hacer. Todo lo que p odría hacer c o m o u n d ob le glorioso?” n u n c a ser m s que u n a p lida im agen de lo que veo y m i é ito estar siem pre por deba o de m i fracaso o quiz s siem pre igua l al fracaso” . 52/58 Consecuencias. El em pirism o trascendental Capítulo IV distancia que los separa. A sí com o hay que reconciliar los dos sentidos o lim itativo ” (LS, ). Se lo puede decir todavía de otro m odo, en de la estética, hay que reunir los diversos m om entos de la dialéctica que térm inos tom ados esta vez de Platón del co n u n to de lo posible com o ant m antiene separados a través del e amen sucesivo de las Ideas del materia originaria, solo son retenidas las pretensiones a la e istencia que o, del M undo y de Dios. Cada una de esas Ideas se caracteriza com o se someten al p rin cip io suprem o de la d isy u n c ió n e clusiva. Es ella, en un todo que confiere a las partes de la e periencia una unid ad sistem tanto que Idea, la que tom a el relevo de la m quina selectiva platónica tica que de lo contrario no tendrían . ant e amina en prim er lugar la y que asegura la un id ad del yo y del m u n d o -cuyo p rin cip io es D ios-. Idea en tanto que indeterm inada (idea del o), luego la Idea en tanto ¿ ué pasa con la m uerte de Dios? C am bia la naturaleza de la que determinable por relación a los ob etos de la e periencia (Idea del disyunción. Ella de a de ser u n procedim iento de an lisis para convertirse M undo) y finalmente la Idea en tanto que determ inación completa por en una verdadera síntesis (LS, ). Se convierte en una operación de relación a los conceptos del entendim iento (Idea de D ios). No hay lugar d isp arid ad seg n la cual dos series diferentes son afirmadas en su diver para ascender m s alto puesto que se ha llegado a una determ inación gencia m ism a, en tanto que d icha divergencia es afirmada ella m ism a completa, ltim a am bición de la razón. Pero se comprende que para De com o la distancia que las relaciona una con la otra. Se trata de una leuze tal orden no puede ser m antenido en la m edida en que la potencia distancia positiva de los diferentes no ya identificar dos contrarios a lo destructora del eterno retorno nos ha precipitado en u n m u n d o donde m ism o , sin o afirmar su distancia com o aquello que lo s relaciona uno D ios ha muerto, donde el m u n d o se ha convertido en u n caosm os” y a otro en tanto que diferentes” (LS, ), a la manera en la que Proust donde el yo se h disuelto. ¿Cómo no sería profundamente modificada no-escritor y Proust escritor se relacionan uno con el otro en su propia la definición de la Idea? divergencia e incom patibilidad. Esta divergencia constituye el p unto ¿ ué significa para el pensam iento la muerte de Dios? ¿De qué aleatorio la instancia problem tica que circula de u n a serie a la otra. manera concebir la unid ad sistem tica de las partes de la e periencia si Las series ya no co m unican en tanto convergen en u n n ico m u n d o , D ios ha muerto? Para comprenderlo, hay que recordar qué rol uega sin o porque divergen para constituir m u n d o s incom patibles entre sí. D ios antes de su muerte especulativa. D ios se define com o el am o del M s a n, es por la distancia de su in com p atib ilid ad que com unican. silo g ism o d isy u n tivo ” (LS, ). Si se supone el co n un to de lo posible El p unto de vista se abre a u n a divergencia que afirma es otra ciudad com o materia originaria. D ios es aquel que opera una determ inación la que corresponde a cada p unto de vista, cada p unto de vista es otra completa y e clusiva de cada cosa, procediendo seg n disyunciones ciudad, estando las ciudades un id as solo por su distancia y resonando e clusivas. ace de la d isy u n c ió n u n uso negativo y lim itativo. Se lo solo por la divergencia de sus series” (LS, ). ve en Leibniz donde la elección de lo m e or supone la e clusión de las C on la muerte de D ios, la u n id ad del m u n d o vuela en pedazos y, con series incom patibles con el m u n d o elegido. Solo son retenidas las series él, la síntesis co n u n tiva que aseguraba su convergencia. a hem os visto convergentes y cuya convergencia asegura la u n id ad del m u n d o com o cóm o los círculos de la m em oria eran alterados por la circulación de un otros tantos puntos de vista sobre una m ism a ciudad (mientras que las punto aleatorio de una serie a la otra, el ob eto que saltaba de una a la dem s series ser n rechazadas en m u n d o s posibles que no com unican otra, dando testim onio de la acción de la síntesis d isyuntiva en las grandes con el m u n d o elegido). A sí la forma del yo asegura de manera corriente circulaciones cosm ológicas y los círculos del destino. ¿Cómo el yo no la cone ión de una serie” la forma del m u n d o asegura la convergencia perdería, a su vez, su u n id ad sistem tica puesto que pasa de una serie a de las series prolongables y co n tinuas”, y la forma de Dios, com o ant la otra, siem pre a caballo entre las series que él hace co m unicar seg n ha visto tan bien, asegura la d isy u n c ió n tomada en su uso e clusivo sus niveles de contracciones, nóm ada m s bien que mónada? C uando la d isy u n c ió n accede al p rin cip io que le da u n valor sintético y afirmativo ant, C rítica de la razón p ura. A p éndice a la dialéctica trascendental. en sí m ism a, el yo, el m u n d o y D ios encuentran u n a muerte co m n , en lio 53/58 Consecuencias. El em pirism o trascendental Capítulo IV beneficio de las series divergentes en ranto tales, que desbordan ahora La teoría de la Idea permite despe ar lo s p rin cip io s generales de cual cualquier e clusión, cualquier c o n u n ció n , cualquier cone ión.” Se quier proceso genético, aunque todavía no se haya d icho nada de esos comprende entonces que la dialéctica ya no consiste en pensar el Todo procesos m ism o s. No hem os abandonado el plano de la Idea, en tanto com o un id ad sistem tica de las partes que lo com ponen, sin o el Afuera que es independiente de todo cuerpo y de los procesos por los cuales del Todo, el Todo com o u n Afuera que agrieta el pensam iento, disuelve estos se forman. Sea la Idea de A nim a l en sí, seg n u n e em plo tom ado el yo, deshace la unid ad del m u n d o y provoca la muerte de D ios para de eoffroy Saint- ilaire (DR, ). Los elementos diferenciales de liberar las m ultiplicid ad es aprisionadas en esas formas. la Idea so n los elementos anatóm icos abstractos, considerados ind e Para definir la Idea, hay que partir entonces del afuera” , es decir de pendientemente de su forma y de su función d , d ) estos elementos las m ultiplicid ad es y de su disparidad. Deleuze recupera entonces los entran en relaciones ideales de determ inación recíproca (dy dv) que tres m om enros de la Idea antiana, com o indeterm inada, determinable deciden sobre la form ación de los órganos y sobre su s funciones para y determ inación completa. Deleuze presenta lo indeterm inado seg n la engendrar finalmente la variedad de las figuras anim ales, seg n su grado forma (d , y), es decir com o la coe istencia virtual de las diferencias, de desarrollo, com o otros tantos valores de esas relaciones (determina afirmadas en su disparidad m ism a. Lo indeterm inado, es el dispars” o ción completa). Tratamos con el desarrollo de las potencialidades de el universal concreto, ya no la materia originaria de lo posible, sin o la una sola y m ism a Idea el A n im a l en sí que da razón de la génesis de materia co ntinua de lo virtual donde todas las diferencias coe isten en los organism os com o otros tantos grados o variedades de la Idea. En tanto que diferencias. La indeterm inación de los térm inos no im pide todas partes y siem pre el m ism o A nim al del cual cada tipo de organism o que sean determ inabas unos por relación a los otros (d d ) entrando así actualiza una relación característica, u n grado. El A nim a l en sí es com o en una relación de determ inación recíproca, que su m in istra el m odo de la Idea de color, seg n otro e em plo privilegiado de Deleuze. La idea engendramiento de las formas in d ivid uales, com o lo mostraba M aim ón de color es la coe istencia de todos los colores potenciales en una pura (DR, - ). Por ltim o, esta determ inación recíproca se sobrepasa luz blanca com o metacolor de m odo que cada color es u n grado o a su vez hacia una determ inación completa en tanto que las relaciones u n matiz de la Idea. La luz blanca es u n universal, pero un universal diferenciales provocan distribuciones de singularidades com o otros tan concreto, que nos hace com prender lo particular, ya que est él m ism o tos acontecimientos ideales. Es porque la co n u n ció n de las series suscita en la co n clu sió n de lo particular” ba o tal relación característica com o diferencias de potencial que hacen pasar las series por puntos críticos o determ inación completa. Vemos bien en qué consiste la naturaleza de singularidades. Son los puntos críticos de los que habla Peguy ebullición, la Idea es u n plano diferencial genético, u n corte de lo sin fondo, per cristalización, etc. No se puede ir m s le os en la determ inación. Por fectamente determinada, diferenciada en sí m ism a. eso Deleuze puede decir que se trata de una nueva figura de la razón Pero ustam ente, ¿cómo e plicar esta ind ep end encia de la Idea, suficiente . Es nueva por el hecho de que otorga derecho a todo lo que in clu so su trascendencia? Puesto que hasta aquí no hem os tratado con la razón suficiente cl sica e cluía en virtu d de su uso de la d isyunció n. n in g n cuerpo, solo con elementos ideales. ¿No declara Deleuze que la Idea, en tanto que problema, trasciende su s soluciones, com o la Idea de iacometti trasciende la serie de los rostros o com o el A nim a l en sí LS, . m s adelante La d ivergencia de la s series afirm adas forma u n ca o sm o s trasciende su s actualizaciones? ¿No volvem os a la Idea platónica? ¿No y n o ya u n m u n d o el p u n to aleatorio que las recorre form a u n contra-yo, y ya no u n yo la es su sign o esta trascendencia de la Idea constantemente reafirmada? d isy u n c ió n puesta co m o sín te sis troca su p r in c ip io teológico por u n p r in c ip io d ia b ó lico ” . DR, A sí c o m o la d e te rm in a b ilid a d se sobrepasaba hacia la d eterm ina ción recíproca, esta se sobrepasa hacia la d eterm ina ció n com pleta las tres form an la figura de ID , . Deleuze to m a el e e m p lo de Bergson. Ve en la obra de Bergson el sig n o de la razón su f ic ie n te ...” . u n p r in c ip io de razón suficiente ibid., ). 54/58 Capítulo IV Consecuencias, El em pirism o trascendental ¿Cómo no ver allí el resurgimiento de u n platonism o que anula todas las Son los dos aspectos de una filosofía de la e presión tal com o la concibe inversiones precedentes? ue se pueda caracterizar la teoría deleuziana Deleuze. El e presionism o en filosofía es a la vez u n m aterialism o” y de la Idea de platonism o o de idealism o tiene algo de cóm ico puesto u n form alism o” . que es en realidad todo lo contrario. La teoría deleuziana de la idea es La Idea com o materia, ¿no es u n aspecto que volvem os a encontrar materialista, profundamente materialista. En Deleuze, la idea es materia. de manera constante en Deleuze? ¿No hay que partir cada vez de u n Se ob etar que Deleuze no cesa de decir que la Idea debe encarnarse, flu o co n tinu o de materia ideal en tanto que universal concreto” de la actualizarse, efectuarse. ¿No es el signo de que es desencarnada, virtual, Idea? a no se parte del co n unto de lo posible com o materia originaria” sin efectividad? Pero es confundir m ateria y cuerpo. Todo el problem a (LS, ), sin o de la coe istencia virtual de todas las diferencias com o es ustam ente que la materia (o Idea) debe encarnarse, actualizarse, materia ideal. Lo hem os visto con eoffroy Saint- ilaire q uien parte in divid uarse en un cuerpo. del universal concreto de un A n im a l en sí com o coe istencia virtual de En tanto que materia, la Idea es cantidad, nada m s que cantidad, todos los elementos y relaciones diferenciales, los cuales se actualizan conforme a su definición. ay una realidad física, cuantitativa de la Idea, ba o tal o cual relación característica (o grado de desarrollo) . ¿No es la aunque no sea e tensiva. Permanece envuelta en sí m ism a, intensiva. La m ism a operación la que volvem os a encontrar en los libros sobre cine? materia no e iste, y sin embargo ella es real, tiene una realidad física Se parte de u n flu o co n tin uo de materia ideal, u n cine en sí” o u n es un grado o una parte de potencia (como en Spinoza) o tam bién es metacine”, u n plano de im agen en sí com o coe istencia de todos los energía potencial (como en S im ondon), aunque no e ista todavía ba o planos virtuales en tanto que elementos diferenciales (cbc, dy) y de sus tal o cual relación característica determinada no tiene todavía forma relaciones diferenciales que actualiza el m onta e (dy d ), siguiendo cada in d ivid u a l, aunque sea intrínsecamente d istinta en tanto grado de po vez relaciones singulares de co m p o sició n (determ inación completa). El tencia . Por eso no puede ser m s que pensada. se comprende que la plano de las im genes en sí precede la e istencia de todo film com o la manera en la que debe ser pensada no puede en n in g n caso ser calcada materia precede la e istencia de todo cuerpo . Cada obra desarrolla a de la e istencia de un cuerpo o de una e istencia em pírica cualquiera, su turno u n a Idea en cine, actualiza las potencialidades de la Idea seg n puesto que, sobre ese plano, todavía no se encuentra n in g n cuerpo organizado. Eso no im pide que sea real y que por esa razón obedezca a SPE, el concepto de e presión im p lic a u n re-descubrim iento de a Naturaleza una lógica ustam ente en tanto que Idea. Puesto que esta materia no es y de su potencia, u n a te-creación de la ló g ica y de la ontologia u n n u e v o m a te ria lism o informe es por el contrario diferenciada en sí m ism a, anim ada por la y u n n u e v o fo rm a lism o ” . E s lo que e plica que la filosofía de Spinoza sea reco nd ucida lógica de una diferenciación interna, todavía virtual. En este sentido, la hacia la d u a lid a d de la po tencia de e istir” y de la p o tencia de p ensar” (SPE, V II), c o m o las d o s m ita d e s de la e presión. Ver ta m b ié n lo que dice Deleuze del germ en y del materia de la Idea es una materia e presiva. Lo que e presa a través de espe o, c o m o las d os met foras del concepto de e presión (SPE, ). U na p re c isió n sin los in d iv id u o s, es esta lógica diferencial. La Idea es a la vez la materia embargo el fo rm a lism o de Deleuze es esencialm ente u n p e n sa m ie n to de lo info rm a l o de intensiva y la lógica de esa materia, a co n d ició n de concebir esa lógica la línea abstracta” puesto que lo in fo rm a l es el p rod ucto de la fo rm alid a d m s e trema” com o estrictamente inm anente a esa materia puesto que es su e presión. (DR, - ). C om icidad por com icidad, hay que decir en realidad que la filosofía MM, Es ... el m is m o A n im a l abstracto que se realiza sobre todo el estrato, de Deleuze es u n m aterialism o dialéctico o una dialéctica materialista. pero a grados d iverso s, b a o m o d o s d iv e r s o s ...” C l, - el p la n o n o es d is t in t o de esa p resen tació n de lo s p la n o s. N o es m e c a n ism o , es m a q u in ism o . E l u n iv e r so m aterial, el p la n o de in m a n e n c ia , es e l SPE, p. y sig, y en especial, p. N i realidad m etafísica n i p o sib ilid a d agenciam iento m aq uínico de la s im genes-m ovim iento. ay aquí u n a e traordinaria avanzada lógica, la esencia de modo es p u ra re alid a d f isic a ” . E n la rese a de la obra de S im o n d o n , de Bergson es el u n iv e rso co m o cin e en sí, c o m o m e ta cin e ... ” Deleuze precisa, a p rop ósito Deleuze sugiere por otra parte u n a ap ro im ación entre las n o c io n e s de energía po tencial del p lan o de materia, Es u n estado d em asiad o caliente de la m ateria c o m o para que y de cantid ad in te n siva , ID , . se d istin g a n a llí cuerpos só lid o s” . 55/58 Capítulo IV Consecuencias. El em pirism o trascendental La idea es la realidad p reind ivid ual, la materia intensiva del huevo, relaciones características propias. En este sentido Deleuze puede afirmar que Bergson es el primero en haber tenido la Idea d el cine en tanto que contem por nea de cada e istencia actual. En este sentido, Deleuze ha pensado su plano de inm anencia en el prim er capítulo de M ateria puede decir que el m u n d o entero es un huevo” (DR, - ). Cada y memoria. Se puede decir que Deleuze es bergsoniano, pero se dir cuerpo forma u n todo organizado, diferenciado, pero es inseparable de tam bién que es el eoffroy Saint- ilaire del cine, antes que su C uvier u n cuerpo ine tenso, intensivo, sin organización, que es su Idea. Incluso o su Dar in . Se trata de construir una Idea del cine com o eoffroy una roca e presa una Idea en tanto que obedece a m o do s de form ación Saint- ilaire construye una idea del anim al. o de engendram iento ciertamente no piensa esos m o do s ella m ism a, Deleuze m u ltip lica por otra parte los e em plos de Ideas, para todos pero e presa su Idea cuando se forma . Todo cuerpo, toda cosa piensa los d o m inios, político, físico, ling ístico, q u ím ic o ... cada vez, se trata y es u n pensam iento, en tanto que, reducido a su s razones intensivas, de partir de u n flu o co ntinuo de materia ideal así la corriente sonora e presa una Idea cuya actualización determina” (DR, ). continua” (DR, ) para la ling ística com o sistem a virtual de cone Si, a su vez, el pensador piensa la Idea de esos cuerpos, entonces forma iones recíprocas entre fonemas ” (DR, ) o el flu o de materia ideal una Idea de Idea, pero com o la e presión de otro m u n d o a e plorar. que llegan a cortar las m quinas deseantes en E l A ntiedipo o in c lu so el No se trata de pensar cosas, o relaciones entre las cosas en Deleuze, sin o plano de consistencia de M il mesetas, atravesado de materias inestables siempre y com unicaciones entre m un d os divergentes sobre fondo no formadas, de flu os en todos los sentidos, de intensidades libres o de caosm os. C ualquier cosa, cualquier estado de cosa, cualquier cuerpo de singularidades nómadas, de partículas locas o transitorias ” . Si la debe abrirse sobre el m u n d o que envuelve, y cada m u n d o sobre el afuera materia de la Idea no tiene n ing una realidad empírica, es ustam ente que lo agita. El pensador deviene entonces el universal in d iv id u o ” que porque constituye la otra vertiente de la realidad empírica, aquella que e plora estos m u n d o s com o otras tantas Ideas ". no est dada empíricamente y no puede estarlo, aunque sea inseparable. ueda sin embargo u n problema. Deleuze d istin gue dos vertientes, Son las potencialidades que acompa an toda e istencia actual. dialéctica y estética, de u n lado u n a materia ideal, del otro cuerpos e is Lo que es fuente de confusión, es el hecho de que la Idea solo puede tentes. De u n lado lo virtual, del otro sus efectuaciones o encarnaciones. ser captada en u n uso trascendente de las facultades, cuando la se n si A sim ism o distingue dos tipos de génesis, est tica y din m ica. La primera b ilidad capta lo que no puede ser m s que sentido o cuando el pensa génesis que va de lo indeterm inado a la determ inación completa en m iento capta lo que n o puede ser m s que pensado. Pero que las Ideas el seno de la Idea se hace seg n u n tiem po puramente lógico, ideal” no puedan ser m s que pensadas no quiere decir que est n solamente en la cabeza del pensador. Ellas son reales com o lo son los elementos y relaciones diferenciales en el seno de la materia germ inal de u n huevo. MM, n o so lo so n las p lantas y lo s anim ales, las orquídeas y las avispas las que cantan o se e presan, ta m b ié n lo hacen las rocas e in c lu s o lo s ríos, todas las cosas estratificadas de la tierra” . Respecto a esto, Deleuze n o h a pretendido hacer otra co sa q ue u n traba o de D R, - E l p e n sa d o r m is m o hace de to d a s la s c o sa s s u s d ife re n c ia s clasificación naturalista. Es quiz s el error de . Ranci re, en L a F able ciném atographique. in d iv id u a le s es en este se n tid o que est cargado de las piedras y de lo s diam antes, de las Seuil, , arremeter contra u n sup ue sto e v o lu c io n ism o o h isto r ic ism o de Deleuze plantas y de lo s a n im a le s m ism o s . El pensador, s in d u d a el p en sad or del eterno retorno, en su s obras sobre el cin e, ver u n D a r in allí so n d e m s b ie n d o n d e e nco n tram o s u n es el in d iv id u o , el un ive rsa l in d iv id u o ” . Surgen m u n d o s d o n d e lo in d iv id u a l ya n o est eoflfroy Saint- ilaire. ap risio nad o en la forma personal del o y del m í m ism o , n i tam poco lo sin g u la r ap risionado en lo s lím ite s del in d iv id u o ” ( ). E s el m is m o tem a que v o lv e m o s a encontrar co n el MM, - . AE, toda m q uin a est en relación con u n flu o marerial co n tin u o d eve n ir im p e rcep tib le ” de M il mesetas, deve nir todo el m u n d o es hacer del m u n d o hylé) en el cu al ella corta. La m q u in a fun cio n a co m o m q u in a de cortar a m ó n ” , a u n devenir, es hacer m u n d o , es crear u n m u n d o , m u n d o s. R educirse a u n a o varias lín eas c o n d ic ió n de co n ce bir el a m ó n co m o ideal, flu o in f in ito de u n m u s lo de cerdo in m e n so abstractas que va n a co n tin ua rse y a co n u g arse co n otras, para p ro d u c ir inm ed iatam ente, ... . La hylé designa, en efecto, la c o n tin u id a d p ura que u n a m ateria posee c o m o Idea” . directam ente, u n m u n d o , en el que lo que d eviene es e l m u n d o .. . ” Il 56/58 Consecuencias. El em pirism o trascendental Capítulo IV puesto que todo coe iste virtualm ente, envuelto en sí mismo . Por o el pensam iento de e perimentar m o vim iento s incom patibles con u n el contrario, la génesis d in m ica supone un tiem po sucesivo, el del cuerpo organizado o con un pensamiento articulado. Estos m ovim ientos aprendiza e com o e ploración de la Idea . Solo que, habida cuenta del aberrantes dan testim onio de la acción de lo sin fondo sobre los cuerpos car cter virtual de la Idea, uno tiene el derecho de preguntarse ¿cómo o los pensam ientos que se forman. ay necesariamente algo de cruel llega a encarnarse en los cuerpos? ¿ ué determina a diferenciarse a la en este nacim iento de m u n d o que es u n caosm os, en esos m u n d o s de m u ltip licid a d virtual de la Idea? ¿ ay que suponer que no posee en m o vim ien to s sin su eto, de papeles sin actor” (DR, ). Es una de las ella m ism a su princip io de determinación? Pero esa es precisamente la características esenciales de la in d iv id u a c ió n en Deleuze hace ascender razón de la relación inm ediata que Deleuze establece entre dialéctica y lo sin fondo ideal com o campo de e perimentación en el in d iv id u o para estética son las diferencias de intensidad en el seno m ism o de la poten transformarlo, para someterlo a metamorfosis, para arrancarlo de sus cialidad de la Idea las que determinan la actualización de un proceso de territorialidades. Es en este sentido que hay que tener la plasticidad de diferenciación (DR, ). la larva o del em brión para soportar los m o vim iento s aberrantes a los D iciendo esto, ¿no volvem os a pasar a la vertiente estética, del lado cuales nos somete el p rincip io trascendental. de los cuerpos, de la formación de los cuerpos? En realidad, se trata de El su eto de las m etam orfosis es siem pre u n su eto larvario” (DR, describir el proceso que relaciona una con otra a las dos vertientes, la , ). Es solam ente a este n ive l que las potencialidades de la Idea dialéctica de las Ideas y la estética de las intensidades este proceso es el pueden actualizarse en él luego, cuando el organism o es formado, de la in d ivid uació n . La in d ivid u a ció n es en efecto el lugar de una especie cuando el pensam ien to ha tom ado una forma personal, sub etiva, es de teatro, el lugar donde opera lo informal, el m om ento en que las rela dem asiado tarde (DR, ). Nada le sucede al cuerpo organizado n i al ciones diferenciales que coe isten en la Idea se encarnan seg n tal o cual pensam iento articulad o. irpasa, algo sobre ese p lano. Solo podem os relación característica solo que, com o esas relaciones dan testim onio de tener Ideas a c o n d ic ió n de (re)devenir em briones o larvas, seres s in sí la profunda disparidad de la d isy u n c ió n incluida, someten a los cuerpos m ism o n i o, al m enos el tiem po en que los destellos diferenciales de la a torsiones, deformaciones en el lím ite de lo soportable hay cosas que Idea nos arrastren a otra parte, allí donde nos volvem os videntes” y tar solo el em brión puede hacer, m o vim ientos que solo él puede emprender tam udos, m al-videntes y m al-hablantes. E n este n iv e l morfogenético, o m s bien soportar Las proezas y el destino del em brión, es v iv ir ya no tratamos co n lo indeterm inado, n i con lo determ inado, sin o con lo in vivib le com o tal, y la am plitud de m o vim ientos forzados que que el pasa e de u n o al otro, con el proceso inform al de la determ inación. brarían cualquier esqueleto o romperían los ligam entos” (DR, ). Se No son solam ente los cuerpos los que son creados, sin o los espacios- comprende que la prueba sea terrible puesto que se trata para el cuerpo tiem pos de esos cuerpos. O m s bien los cuerpos son creados en función de los d in a m ism o s espacio-temporales que perm iten actualizar las rela ciones diferenciales de la Idea. N o solamente algunos espacios co m ie n DR, y ya p. én esis s in d in a m ism o , que e vo lu c io n a necesariam ente en el elem ento de u n a su p ra liisto ricid a d , génesis est tica que se co m p rend e c o m o el correlato zan a encarnar las relaciones diferenciales entre elementos de la estructura de la n o c ió n de sín te sis p a siva , y que ilu m in a a su vez d ic h a n o c ió n ” . recíproca y completamente determ inados, sin o que algunos tiem pos Cf. la ilu stra c ió n de la diferencia entre las d o s génesis a través de la parado a de de diferenciación encarnan el tiem po de la estructura, el tiem po de la R obinson” o parado a de Lévi-Strauss, LS, Es evidente que R o b in so n en su isla desierta determ inación progresiva. D ichos tiem pos pueden ser llam ados ritm os n o puede re co nstruir u n an logo de socied ad si n o es d ndose de un a vez todas las reglas diferenciales, en función de su rol en la actualización de la Idea.” Son y leyes que se im p lic a n recíprocamente, au n c u a n d o todavía estas n o tengan ob etos. Por el contrario, la c o n q u ista de la naturaleza es progresiva, parcial, parte a parte” . DR, Por eso la estética de las intensidades desarrolla cada u n o de su s m o m e nto s DR, - y N o se cavan espacios, n o se precipitan o ralentizan tie m p o s en co rresp ondencia co n la dialéctica de las Ideas” . sin o al precio de to rsion es y desplazam ientos que m o viliz an , co m p rom eten todo el cuerpo” . ii 57/58 Consecuencias. El em pirism o trascendental Capítulo IV por una parte los m edios interiores y e teriores, todas las territorialidades El con unto del proceso describe al m ism o tiempo en Deleuze el m edio que forman las poblaciones moleculares seg n su m o do de d istrib ució n de alcanzar la Idea com o superficie diferenciada o corte de lo sin fondo. y, por otra parte, los aspectos de desarrollo, los ritornelos animales, los Individuarse, en este sentido, es e presar la Idea de la que se procede, tiem pos de gestación, las aceleraciones o ralentizaciones en los cuerpos cuando las potencias intensivas van hasta el e tremo de lo que pueden, y en los pensam ientos los que favorecen o traban la actualización de es decir hasta la Idea com o ob eto trascendente, el p unto m s elevado de ciertas relaciones potenciales de la Idea. Es M il mesetas quien ofrece la in d ivid u ació n . ¿Por qué? Porque la Idea es el p rin cip io de in d ivid u a ció n descripción m s completa de estos d in a m ism o s espacio-temporales. m ism o. Alcanzar la Idea, es el m om ento en que el in d iv id u o confluye Si Deleuze admira tanto a Sim ondon, es ustam ente porque su teoría con su p rincipio , donde el proceso piensa su p rincipio , com o lo Otro de la ind ivid uación es la e posición sistem tica de estos puntos todo que act a en él y sobre él, lo dramatiza, lo somete a torsiones al lím ite proceso de in d ivid u ació n se concibe a partir de u n campo preindividual, de lo vivib le, toda la dramatización de los espacios-tiempos a través de concebido com o tensión entre dispares, es decir com o problem tica el los cuales se e presa su propio proceso de in d ivid u a ció n . Al m enos es proceso de ind ivid u ació n consiste ustamente en una síntesis que integra el caso del pensam iento puro. El pensam iento solo piensa a partir de esta disparidad en u n sistema de resonancia interna. Este proceso vale para u n inconsciente, y piensa este inconsciente en el e ercicio trascendente” . los minerales tanto com o para los vegetales, para los animales como para Pero no puede pensarlo m s que com o un otro que piensa en él. Un otro los psiquism os, para todos los cuerpos que pueblan la Tierra. En todas piensa en m í, que debe ser él m ism o pensado” (DR, ). C rueldad del partes Ideas com o otros tantos campos preindividuales problem ticos, en o com o otro. Pero es verdad de cualquier facultad que tome por ob eto todas partes cuerpos que intentan resolver esos problemas en función de la su propia potencia o im potencia y haga de ella su pregunta propia (DR, distribución de sus potenciales y de las singularidades que los afectan, en ). E n su violencia, en los desm em bram ientos que hace sufrir a los cuentros que redistribuyen esas potencias, seg n espacios-tiempos variados. in d iv id u o s, el proceso de in d iv id u a c ió n permite poner en contacto cada V olvem os a encontrar así en S im o n d o n las tres operaciones que facultad con la Idea que constituye su lím ite propio. describen las síntesis del tiem po en Deleuze primero u n acoplamiento Sin embargo, si bien sabem os lo que adviene a los cuerpos para que de series heterogéneas (síntesis del h bito) luego la resonancia interna se constituyan, si bien podem os describir la acción terrible de la Idea entre las series que asegura su co n u n ció n (síntesis de la m em oria) sobre ellos, la manera en que las variaciones intensivas los afectan, no finalmente u n m o vim iento forzado de gran am p litu d que abre los cír sabemos todavía cóm o la Idea act a sobre el pensam iento, cóm o afecta culos sobre lo sin fondo (síntesis del pensam iento puro). Deleuze no al pensador. La intensidad es la Diferencia captada en el nivel estético. ha cesado de despe ar estas operaciones en todos los sitio s que pudo, de Pero, en el n ive l dialéctico, ¿no recibe la Diferencia otro nombre? ¿ ay forma sistem tica, com o otros tantos hom ena es directos e indirectos en el corazón del pensam iento algo que le hace violencia y que corres rendidos a Sim ondon. No es solamente el caso en D iferenday repetidón, ponde a la intensidad que atraviesa los cuerpos? ¿Una suerte de agu ero, sin o tam bién en Proust y los signos donde, en una segunda lectura de la de fisura a partir de la cual se engendra el pensamiento? C onocem os obra, todo se ordena a partir de estas tres operaciones m aquínicas aco la respuesta es el sin sen tid o (o el para-sentido seg n la term inología plam ientos de series heterogéneas, resonancia entre series, m o vim iento de D iferencia y repetición). Pero del sentido o del sinsentid o, sabem os forzado que abre la resonancia. Es tam bién el caso de Lógica del sentido todavía m u y pocas cosas. a partir de los traba os de M elanie lein donde se pasa de la p o sició n paranoide-esquizoide a la po sició n maníaco-depresiva y de esta a la po sició n se ual propiamente dicha siguiendo las tres fases despe adas por S im ondon (ES, y sig.). 58/58
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