1 La interseccionalidad: Perspectivas sociológicas y políticasi Mara Viveros VigoyaiiIntroducción Algunas de estas perspectivas que hoy llamamos interseccionales fueron expuestas hace más de dos siglos por personalidades como Olympia de Gouges (1993), quien en La declaración de los derechos de la Mujer compara en 1791 la dominación colonial con la dominación patriarcal y a las mujeres con los esclavos. Igualmente se puede mencionar a Sojourmer Trouth quien en su famoso discurso Ain’t I a woman pronunciado en la convención por los derechos de las mujeres en Akron, Ohio, en 1851 confronta la concepción burguesa de la feminidad a su propia experiencia como mujer obrera negra (citada en Purtschert y Meyer 2008. Ya en el siglo XX, feministas como Angela Davis, Audre Lorde, bell hooks o June Jordan se dirigieron contra la hegemonía de este feminismo blanco, demostrando que la categoría mujer empleada por muchas teorías feministas había sido constituida con base en la experiencia de las mujeres privilegiadas por razones de clase y raza ignorando la situación de las mujeres cuya situación social era diferente. Lo que sí es relativamente nuevo es la forma en que ha circulado en los últimos tiempos, en distintos contextos académicos y políticos la perspectiva de la interseccionalidad como uno de los enfoques clave de los debates contemporáneos en torno a la “diferencia”, la diversidad y la pluralidad. la clase) y a representarla como una relación que existe como tal. independientemente de otras relaciones sociales. la raza. Las consideraciones políticas relacionadas con las intersecciones introducen un sesgo en la representación de las lógicas sociales de la intersección ya que los os movimientos sociales que se definen como movimientos de liberación de un grupo social predefinido (como los movimientos de liberación de las mujeres. La realidad desmiente estos presupuestos. llevando a representar unos grupos como los superdominantes. que tienen todos los recursos y a otros como los superdominados. la de las formas de dominación que son experimentadas de acuerdo con las características sociales de los grupos concernidos. género y raza hacen referencia a una articulación concreta. alude al hecho de que cada actor social es producido por la imbricación de las relaciones de clase. se representa a las mujeres como si todas fuéramos iguales y tuviéramos los mismos intereses. la situación de las mujeres negras en Estados Unidos y Europa no es necesariamente la más desventajosa si la comparamos con la de los varones . desprovistos de cualquier posibilidad de agencia. género y raza. Por ejemplo. Por ejemplo. La interseccionalidad es también una problemática política porque responde a dos consideraciones que han sido estratégicas para el movimiento feminista: la búsqueda de construir un sujeto político universalizable y sus relaciones con otros movimientos sociales. de las personas negras o de los obreros tienden a esencializar la relación social de dominación de la que se hacen cargo (el género.2 La interseccionalidad es una problemática sociológica en el sentido en que las intersecciones de clase. Es decir. Este tipo de representaciones peca por comprensión aritmética de las dominaciones. El trabajo de Angela Davis titulado “Mujeres. han revelado la inadecuación de los términos clásicos del análisis feminista para describir las formas de dominación tal como se ejercen en la sociedad esclavista. Y a veces se encuentran obligados a realizar actividades de costura. ¿Cuáles han sido los aportes de estos estudios a la comprensión de esta intersección? En primer lugar. para definir su dominación: no son propietarios. entre otras. En ese sentido podríamos decir que el hombre esclavo es un actor dominante paradójico ya que los atributos de su virilidad. particularmente en el contexto actual de “conflicto de civilizaciones”. La Intersección de la raza y el género La intersección de la raza y el género ha sido un tema muy trabajado en el campo de estudios desarrollado en torno a la sociedad esclavista y postesclavista. limpieza y cocina que se asocian generalmente al trabajo femenino. Angela Davis. muestra cómo los hombres esclavos no disponen de casi ninguna de las características que se atribuyen generalmente a los hombres. no proveen a las necesidades de su familia.3 negros u otros varones racializados. como los árabes y musulmanes que están más sujetos que ellas al control policial. raza y clase” es un ejemplo de este tipo de trabajos que muestran las transformaciones históricas que viven las distintas configuraciones de la dominación. no controlan la relación conyugal. particularmente en los Estados Unidos. en particular los que están ligados a su posición en la división social del . 4 trabajo. los mismos . era el único trabajo no alienado. que podía escapar a la estructura de apropiación esclavista del trabajo por parte del dueño de la plantación. el trabajo doméstico que hacían las mujeres esclavas para satisfacer las necesidades de los niños negros. En una perspectiva similar. Los sistemas de esclavización. como un trabajo que afirma su identidad como mujeres y como seres humanos que muestran amor y cuidado. bell hooks plantea en su libro “From margin to center” que a lo largo de la historia estadounidense “las mujeres negras han identificado el trabajo en el con texto de la familia como una labor humanizadora. La mujer esclava es una actriz social dominada paradójica y no porque escape a la dominación de género sino porque al trabajar como un hombre esclavo construye un grado de autonomía que la opresión de género no le autoriza. colonialismo e imperialismo no sólo han rehusado sistemáticamente a los hombres negros una posición en la jerarquía de los hombres blancos sino que han empleado formas específicas de terror con el fin de oprimirlos com lo han señalado autores como Aimé Césaire (1950) y Frantz Fanon (1956) En contrapunto. no necesariamente los suyos. es difícil sostener que la dominación masculina negra se ejerce de la misma manera que la dominación blanca. la posición de las mujeres esclavas contrasta mucho con las representaciones clásicas de la subordinación femenina. Angela Davis señala también que en el contexto de la esclavitud. son a menudo subvalorados. Por esto. La mujer esclava no trabaja menos que los hombres ni se le exige menos fuerza y resistencia que a los hombres como lo describe muy bien Angela Davis en el trabajo mencionado anteriormente. ricos/pobres deben ser pensados como las relaciones sociales de las cuales son producto. la filósofa francesa Elsa Dorlin. cómo .en su artículo “Dark Care. blancos/negros. las unas de las otras. una clase y un sexo” y que el género “no tiene ninguna esencia o núcleo invariable” (pg 41). muestra . el aporte de este tipo de trabajos ha sido poner en evidencia que la dominación es una formación histórica y que las relaciones sociales están imbricadas en las experiencias concretas que pueden vivirse de muy variadas maneras. es decir en la intersección de los unos y los otros. En resumen. Así por ejemplo. la gente negra era incapaz de expresar. La inscripción que menciona Fraser es una triple inscripción en unas relaciones sociales que son a la vez transversales y simultáneas. es decir que no existen independientemente. La consustancialidad de las relaciones sociales Dice Nancy Fraser (2005). a propósito del multiculturalismo que “no hay manera de ser una mujer sin estar ya inscrita en una “raza”. El entrecruzamiento de las relaciones sociales en estos ejemplos muestra la dificulta de pensar una dominación de género o de raza aisladas. Desde un punto de vista epistemológico esto significa que los pares opuestos hombres/mujeres.5 gestos de humanidad que según la ideología de la supremacía blanca. cuyos efectos serían invariables y los límites de una representación analógica de la dominación para la cual las propiedades sociales se sumarían o se restarían en una escala unidimensional que atribuiría a la mujer esclava el estatus de mujer doblemente oprimida. De la servitude a la sollicitude”. Según Dorlin. Dicho de otra manera. Sus atributos constituirían el criterio con base en el cual se mide la masculinidad de los otros varones colombianos y al cual se les enseña a aspirar. lo que constituyó el reverso de lo femenino fue una norma racializada de la domesticidad y no una hipotética masculinidad preexistente. encarnarían los valores asociados a la masculinidad hegemónica en el contexto colombiano asumiendo los comportamientos de las clases dominantes como “proveedores responsables”. Los casos que estudié muestran por ejemplo que las relaciones de clase y étnico-raciales sirven para establecen jerarquías entre varones y masculinidades en función de sus comportamientos en el ámbito familiar.6 la génesis de la feminidad moderna. En el caso de mi investigación sobre identidades masculinas en Quibdó y Armenia (2002 y 2009). parental y sexual. rústica y sucia. amoral. Para seguir ilustrando el concepto de consustancialidad de las relaciones sociales voy a tomar dos ejemplos de mis propios trabajos. pureza. definida en términos de piedad. y “padres presentes” y los comportamientos de los grupos étnico raciales dominantes como hombres sexualmente contenidos y esposos aparentemente monógamos. . la feminidad de las amas de casa ( housewife). Así. los varones de la ciudad “blanco-mestiza” de Armenia. tal como se construyó a lo largo del siglo 19. sumisión y domesticidad no se oponía a la masculinidad del jefe de hogar sino a la feminidad de la sirvienta doméstica negra (household) reputada por ser lúbrica. debe buscarse no en la oposición a la masculinidad sino en una doble oposición de raza y clase. intenté mostrar cómo estas masculinidades no se construyen únicamente en relación a una feminidad preexistente en cada una de estas ciudades sino también en relación con categorías de clase y raza. género y raza y de sus efectos aditivos. Una de nuestras entrevistadas blanco-mestizas comenta de esta manera haberse sentido discriminada en primer lugar porque su sexualidad se convirtió en motivo de recelo y en segundo lugar porque se la rotuló como una mujer disponible sexualmente: “. En este sentido. “proveedores irresponsables” y “maridos infieles” se convierten en ejemplos de las masculinidades “marginadas”. no vale lo mismo si es realizado entre parejas blancas y ricas que si se efectúa entre parejas interraciales. 2008). entonces siempre hay el imaginario de que a uno le gusta un negro simplemente por la cuestión sexual o . tachados de ”padres ausentes”. los varones quibdoseños. El segundo ejemplo proviene de una reflexión sobre las relaciones conyugales interraciales en Bogotá en el contexto de una investigación sobre discriminación racial en Bogotá (Viveros Vigoya. el acto matrimonial. como símbolo de estatus.la pregunta eterna que debía responder era porqué me había enamorado de un negro… esa es la pregunta social que le hacen a uno. Hacerlo de esta manera implicaría ignorar las articulaciones..7 Desde este punto de vista.. al revestirse de connotaciones sexuales indeseables en una mujer blanca. intersecciones y efectos mutuos existentes entre estas distintas cualidades de género. en una unión entre un varón negro y una mujer blanca. la mujer no solo pierde estatus social sino prestigio como mujer. clase y raza. el capital del que disponen las mujeres y los hombres que entran a este mercado no puede ser evaluado en una escala unidimensional de valor. En efecto. Así. Mi trabajo muestra cómo el análisis del mercado matrimonial en Bogotá no puede hacerse desde una comprensión aritmética de las relaciones entre clase. como el producto de la suma de sus distintas fuentes de estatus. una profesora de derecho negra contra el magistrado de la Corte Suprema negro. En resumen y para concluir esta parte. contextos en los cuales las interacciones de las categorías de raza. y si no eres casada es peor. En efecto. El ejemplo de las acusaciones de Anita Hill. creen tener el derecho de pasarse del límite. institución que debería normalmente protegerla contra las acusaciones de promiscuidad sexual. clase y género actualizan dichas categorías y les confieren su significado. su comentario es: “esa se revuelca con cualquiera” [.]. Cuando los hombres ven que tu marido es negro. género y raza y en diferentes configuraciones históricas que forman lo que llaman Candace West y Sarah Fentersmaker.. la apuesta de la interseccionalidad consiste en aprehender las relaciones sociales como construcciones simultáneas en distintos órdenes. (pg 264). Estos contextos permiten dar cuenta no solo de la consustancialidad de las relaciones sociales en cuestión sino también de las posibilidades que tienen los agentes sociales de extender o reducir una faceta particular de su identidad de la cual deban dar cuenta en un contexto determinado.. es decir. Clarence Thomas durante las audiencias para su confirmación en ese cargo en 1991. pierde su poder porque su cónyuge es un hombre negro. de clase. el matrimonio. es emblemático de estas posibilidades y de sus efectos políticos .8 porque uno es una ninfómana insatisfecha total. “realizaciones situadas”. sindical. Por ejemplo. antiracista. “negro tenía que ser”. 1 Este apartado de benefició de als reflexiones planteadas por Bereni. antihomofóbico.m las y los militantes reducen deliberadamente sus identidades individuales y colectivas a una sola dimensión para construir el sujeto político de sus luchas. Manuel des études sur le genre (2008) .9 Esta capacidad de anteponer un aspecto más que otro de la identidad. o en una sindical. de la comunidad LGBTIQ. cuando se participa en una lucha feminista. Chauvin. Jaunait y Révillard en el libro Introduction aux Gender Studies. Pero lo que se vive en una situación ofensiva es también lo que se construye en una situación opuesta como la de la movilización política. Dimensión política de la interseccionalidad1 Aunque las y los individuos sean constituidos en la intersección de muchas relaciones sociales hay situaciones en las que se les puede asignar una identidad particular que parecería resumirlos. “No eres más que una mujer”. o antirracista. de qué sujetos es la causa feminista. antiracista. a quienes busca emancipar cada una de estas luchas etc. “no sea marica . no sea machorra”. es decir quién es el sujeto político del movimiento feminista. Un ejemplo de ello es la situación insultante en la que se reduce una persona a una expresión estigmatizada de su identidad. tanto a nivel individual como colectivo me permite iniciar una reflexión sobre la dimensión política de las cuestiones de la interseccionalidad. Las preguntas políticas que surgen en este caso es quién está incluido como sujeto político en esta lucha. raza y clase construyen las experiencias vitales de las mujeres negras propiciando un verdadero giro teórico-político para el feminismo estadounidense. A partir de este momento se empezaron a criticar las “evidencias” que sustentaban los presupuestos universalistas. Al buscar visibilizar los grupos minoritarios de las mujeres de color al interior del feminismo. En América Latina este debate sobre el sujeto del feminismo llega en los años noventas cuando las mujeres de los llamados feminismos disidentes (mujeres de color y lésbicas fundamentalmente) empezaron a cuestionar porqué el feminismo no había considerado que este sujeto podía ser víctima del racismo y del heterosexismo. Algunas contestarían que todas las mujeres. aparentemente válidos para todas las culturas y momentos históricos del continente. presuponiendo que este sujeto era la mujer blanco-mestiza o quien oficiaba como tal en el contexto latinoamericano y que era heterosexual. . podríamos preguntarnos quiénes fueron los sujetos de los movimientos feministas de los años setentas.10 Las críticas internas del feminismo Siguiendo lo expuesto en la sección anterior. el Black feminism logró transformar una lucha estratégica en un punto de vista epistemológico que redefine el sujeto político central del movimiento feminista. El Black feminism y los feminismos de color como punto de vista La corriente feminista que se llama Black Feminism buscó construir herramientas para entender la forma en que las opresiones de género. otras que fundamente lo fueron las mujeres blancas de clase media. Esta teorización de la dominación señala que el punto de vista del sujeto dominado parece ser el más pertinente porque es el único. heterosexismo sin priorizar ninguno de ellos de antemano. En este sentido el sujeto político planteado por el Black feminism y su crítica interseccional se define como una minoría que forma una coalición con otras minorías. sexismo. planteando un trabajo de desmarginalización de ciertas posiciones que paradójicamente se apoya en un trabajo político de valorización de esta marginalidad como punto de vista pertinente. racismo. sino en forma contextual y situacional. publicado en 1984). Este es el proyecto de bell hooks (en su libro feminista Theory From Margin to Center. El Black feminism formuló una teoría alternativa del conocimiento que se ha denominado el conocimiento situado (standpoint theory). . Su propuesta política sería construir un movimiento social sensible a todos los tipos de opresión. exclusión y marginación: clasismo. Esta epistemología de la dominación transforma la asimetría de la experiencia minoritaria en privilegio frente al conocimiento. que se parece a una conciencia desdoblada (bifurcated consciousness) que permite experimentar a la vez el interior y los márgenes del sistema. a diferencia del punto de vista del sujeto dominante. al proponer al movimiento feminista desplazarse de los márgenes hacia el centro para universalizar un punto de vista minoritario.11 ¿Cómo? Desplazando progresivamente la problemática de la cuestión de sus fronteras internas (la composición interna del movimiento feminista) a sus fronteras externas. es decir hacia las alianzas y solidaridades que se deben anudar con otros movimientos sociales. como propiedades fijas y no como el producto de unas relaciones de dominación? ¿Es lícito. puedo acceder y hacer visibles los mecanismos del poder. desde una perspectiva emancipadora. la del grado cero de dominación desde el cual no puede ser ejercida ninguna dominación. ¿Esto no sería acaso lo mismo que plantear que existiría un punto cero de la dominación donde los grupos superdominados acumularían todos los estigmas sociales en una lógica aritmética y aditiva. Su afirmación no es que toda situación marginada es capaz de producir un conocimiento crucial sobre el poder y la desigualdad. Tensiones y contradicciones de las estrategias contra-hegemónicas Para finalizar señalemos algunas de las tensiones y contradicciones que enfrentan las estrategias contra-hegemónicas Comencemos por preguntarnos si existe una posición universalmente dominada. incurriendo en la misma falta que se había criticado antes a los movimientos feministas blancos? . “al partir de las vidas e intereses de las comunidades marginadas de mujeres. arrogarse el privilegio de ser el único punto de vista realmente universal. sino que. el punto de vista particular de las mujeres indígenas despojadas y las Mujeres del Tercer Mundo/Sur ofrece la visión más inclusiva del poder sistémico”. Para ella. dentro de un sistema capitalista sólidamente integrado.12 Es también lo que señalan trabajos como el de Chandra Talpade Mohanty (2008) cuando muestran que desde las posiciones marginales se pueden interrogar las identidades hegemónicas. puedo leer la escala ascendente del privilegio”. a partir de ocupar una posición universalmente dominada. convirtiéndola en la teoría que debe ser utilizada obligatoriamente en cualquier . ¿puede algún grupo atribuirse el monopolio de la dignidad política y moral para posicionarse como encarnación del ideario feminista o emancipador correcto? El riesgo inherente a una estrategia política contra-hegemónica construida sobre la dignidad y autoridad moral misma de la posición minoritaria es que puede hacernos olvidar que esta posición no es anterior a las relaciones sociales que la constituyen como tal (Bereni et al. ¿Cómo se puede intentar atenuar estas contradicciones? Algunas respuestas posibles tienen que ver con mantener la actitud autocrítica que estimulan los estudios de interseccionalidad y que consistiría en partir del principio de que siempre estamos efectuando exclusiones que no podemos determinar por adelantado. Por eso es preciso que no nos descuidemos y cerremos frente a la intervención de nuevas diferencias para construir historias simples y simplistas de las relaciones sociales. 2008). El reto es preservar “el principio de apertura a las diferencias como una condición y no como un límite de los estudios de interseccionalidad” (Purtschert y Meyer 2009: 146).13 Es verdad que no es lo mismo el solipsismo blanco que la apertura y sensibilidad a toda forma de opresión que puede generar partir de las vidas e intereses de las comunidades marginadas de mujeres. Por último. para acceder y hacer visibles los mecanismos del poder y para leer la escala ascendente del privilegio. Sin embargo. si bien la interseccionalidad ha mostrado ser hasta ahora una buena teoría feminista no debemos adoptar frente a ella una actitud prescriptiva. No. Angela. pg 212. Descolonizando el feminismo. Race. en Patrica Paperman y Sandra Laugier. 2005. Aimé. pour une épistémologie de la domination. 2008. 2004. 39. Madrid. Mara. 2006 Crenshaw. Viveros.. capital. Manuel des études sur le genre. 2008. “Más que una cuestión de piel. Fraser. pp. pp 51-82. From margin to center. Chandra. de Boeck. Madrid. Race. 247-279. Madrid: Ediciones Cátedra. De Gouges. Referencias bibliográficas: Bereni. Césaire. raza y clase. Mujeres. Sébastien. Determinantes sociales y orientaciones subjetivas ebn los encuentros y desencuentros heterosexuales entre mujeres y hombres negros y no negros en Bogotá. bell. Chauvin. pp 127-148. Talpade Mohanty. in Elsa Dorlin (dir. 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