La explotación infantil en el siglo XIX.La revolución industrial, proceso que se inicia en Inglaterra a fines del siglo XVIII y en los albores del siglo XIX, trae consigo una serie de consecuencias de variados tipos. Una de ellas es la utilización de los niños y las mujeres como mano de obra asalariada en las fábricas, en condiciones paupérrimas. El capitalismo hincaba allí sus tentáculos de explotación, en quienes tenían necesidades tan básicas como la comida y que se veían obligados, por ello, a vender su capital de trabajo a precios irrisorios. Los niños y mujeres eran explotados, pero especialmente los niños, que desde edades muy tempranas se veían obligados a trabajar para subsistir con su familia. Los niños trabajaban en las fábricas desde los 6 años, aproximadamente, en la industria del algodón o la del carbón, que dio el vamos a la “revolución” y que era mucho más dura aún que la algodonera. Trabajaban hasta 16 horas, con 1 sola hora de descanso. Por otro lado, el salario que recibían era entre dos y tres veces menor al que recibían los adultos por la misma tarea 1, por el mismo trabajo, solo por el hecho de ser niños. A eso, agreguemos que el trabajo infantil de explotación provocaba severos trastornos en los niños: truncaba su desarrollo físico por la labor física extenuante a la que se veían enfrentados, su desarrollo intelectual porque la escuela para ellos francamente no existía, viéndose obligados a ser meros agentes laborales en un trabajo sistemático y monótono, en el que estaban amarrados tanto por la disciplina militar de las fábricas, por la explotación laboral, como por la propia necesidad vital. La situación ya era advertida por varias personas en la misma época, como lo hizo John Alkln: “… Por lo general estos niños están obligados a trabajar demasiado tiempo en ambientes cerrados, con frecuencia durante toda la noche: el aire que 1 MONTAGNA, Joseph, La revolución Industrial, consigna que por un mismo trabajo, un niño conseguía un salario de 6 a 7 chelines mientras un hombre calificado, 20 a 30 chelines. De todas formas, ambos salarios eran insuficientes y alcanzaban para sobrevivir, a lo sumo. . 1795. Londres. de lejos.. 4 Testimonio de Sarah Gooder a la comisión Ashley. pero sé que descansaba su cabeza sobre piedras. 2 ALKLK. No sé por qué vino a la tierra y no sé por qué murió. Breve Historia de la infancia.. José Luis. A description Of the country from thirty to forly miles round Manchester. pero trabajo sin luz y paso miedo. de 1842. No me gusta estar en el pozo.”2 La situación descrita por Alkln no era para nada aislada. pp. Sarah trabajaba 14 horas en la mina. Bristol.. y concretamente de esa fiebre epidémica tan común en esas fábricas. ir a la escuela que estar en la mina. Voy a escuela los domingos y aprendo a leer. 191-192 3 La comisión Ashley se dedicó a revisar la situación en las minas de Inglaterra. pero no en la oscuridad. Nos preguntamos si el modo en que estos niños son empleados durante sus primeros años de vida no va en detrimento de la sociedad. A veces canto cuando hay luz. Tenía un trastorno del sueño derivado del trabajo nocturno. como el de la pequeña Sarah Gooder. Voy a las cuatro y a veces a las tres y media de la mañana. pp. Appendix I. (. por ejemplo. En los albores de la revolución esta situación era muchísimo más acusada. entonces no me atrevo a cantar. en 1842 a la comisión Ashley3: “"Trabajo en el pozo de Gawber. Es más. No solo en Manchester ocurría. No me duermo nunca. Temas de Hoy. 1998. Birmingham. Madrid. sino en todas las ciudades industriales de Inglaterra: Londres. al tiempo que los constantes traslados de una atmósfera caliente y densa a otra fría y enrarecida son causa de enfermedades e invalideces. 258 . y salgo a las cinco y media de la tarde.respiran está envenenado por el aceite o por otras sustancias utilizadas por las máquinas y nadie se preocupa de sus condiciones higiénicas. Liverpool. se generalizó y expandió: hay testimonios desgarradores que muestran la situación. pero no por ello dejó de acaecer en el siglo XIX. en 1842 salió dicho informe."4 Las situaciones no cambiaban. Estoy medio dormida a veces cuando voy por la mañana. Extraído de BELTRÁN. vols. Con 1 sola de descanso.) Me enseñan a rezar (. John. XV-XVII. No es muy cansado. En Parliamentary Papers.) He oído hablar de Jesucristo muchas veces. de 8 años. 252. 1842. Prefiero. lo que hizo bajar un poco el trabajo infantil: “la limitación legal del trabajo infantil (en 1844) en un ramo de la industria provocó su limitación en los demás” 5 nos decía Marx. la explotación se mantenía. y el propio trabajo infantil que también muestra en David Copperfield.6 Hasta 1878 recién se limita realmente el trabajo infantil en Inglaterra. nos dejó plasmado en sus novelas toda la situación industrial. 5 MARX. le daremos la razón. Pero. Pero nada relativo a seguridad o a condiciones laborales. como Carlos se centra en Inglaterra. O en Oliver Twist. que se veían en la necesidad de vender su cuerpo. muestra el flagelo de la prostitución. En El Asesinato de Nancy. no sin tener razón. el “común amigo de los capitalistas”. al igual que la explotación infantil. por ejemplo. Barcelona. pero que pasaba totalmente desapercibido (¿o no? Solo los actores lo saben): la prostitución infantil. ya que al exponerse al hollín se exponían a éste. sino que se daba en algunos lugares. También el cuerpo. El capital. que era peligroso para sus pulmones. Todas ellas. con maestría. Además. pero tampoco siendo totalmente certero: en otros espacios del globo. donde una ley prohíbe que los niños trabajen como “deshollinadores”. a la edad de ¡10 AÑOS!. . lo que muestra que los burgueses estaban cómodos con la situación. Claro que esta situación hoy se mantiene. el de la delincuencia derivada de la necesidad de los niños huérfanos. con su aguda visión. 2013. por Charles Dickens en su obra cúlmine Grandes Esperanzas. Editorial Herder. en 1844 la ley fabril comienza a limitar el trabajo infantil con la adopción de turnos para trabajo. Una de las pocas regulaciones a este problema se da en 1832. Y también el capitalismo. consecuencias de la ambición de los capitalistas por el dinero. No dejemos de lado otro ámbito de explotación. pero no era una situación general. España.Una pequeña variación se veía respecto a la situación inicial del trabajo infantil: los niños recibían una pequeña educación. todo tiene un valor. uno de los escritores de la época más prolíficos. Adolescentes. Charles Dickens. Con el capitalismo. por supuesto. Karl. probablemente mucho más aborrecedor que el anterior. 6 La idea es expuesta. de 6 horas con descanso. La primera edición es de 1867. por ejemplo. sino de forma regulada entre sus medidas: “Educación pública y gratuita de todos los niños. más no lo aprobaban de la forma concebida en ese instante. es cierto. pero evidentemente las condiciones de trabajo en las industrias y las que existían en los campos son poco comparables. en el último mediado de siglo. 7 MARX. sino que buscasen una regulación. Pekín (Beijing). aunque. Federico. En otros lugares también existía. un partido viene a proponer la abolición del trabajo infantil: el Partido Obrero Socialdemócrata Alemán: “Derogación de todas las leyes sobre la prensa. 8 MARX. Karl. estableció en sus fábricas condiciones que no eran las que se daban en el entonces: descanso. sin que negasen el trabajo infantil. posterior a la guerra civil. . como en el norte industrial. 2001. quien. los ideólogos del comunismo. Ediciones en Lenguas Extranjeras. Ediciones Espartaco. Por ejemplo. El manifiesto comunista.”8 La situación del trabajo infantil no era exclusiva de la isla. de plano y frentón. estaban en contra del trabajo infantil. Uno de los que pasó más allá fue Robert Owen. Karl y ENGELS. En Alemania. pero nunca aboliéndolo. La primera edición es de 1848. ni siquiera un remoto país del fin del mundo se salva: en Chile también el fenómeno ocurrió. p 43. También en Europa continental se daba el fenómeno. Chile. 2014. República Popular China. Ni siquiera Marx y Engels. Crítica al Programa de Gotha. sueldos altos para la época y algo de moderación del trabajo infantil. escuelas para sus obreros. Prohibición del trabajo infantil en las fábricas bajo su forma actual (…)”7. en USA. sistemas de salubridad. introducción de la jornada normal de trabajo. adaptándose a la época. Las de las industrias eran esclavizantes. La situación de la explotación infantil siquiera era exclusiva de las industrias.Varios teóricos más afrontaron el problema. pero la mayoría de ellos desde una óptica teórica más que practica. en las zonas más industrializadas como Alemania. Es más. en menor cuantía que en Europa. hasta el día de hoy existente. tanto en el sur rural. fue utilizada mano de obra infantil por la pérdida humana de la guerra que hizo que. se ocupen niños para la cosecha de algodón o para hacer andar la maquinaria. limitación del trabajo de las mujeres y prohibición del trabajo de los niños. el derecho de reunión y de asociación. como económicamente (evidentemente). estaban solo movidos por sus propios intereses capitalistas. Así. Fue una constante. que. se configura este escenario del trabajo infantil esclavo y explotador del siglo XIX. y ella bajo ninguna circunstancia buscaba poner un “párele” a la situación. al menos. como pudimos observar. y peor aún. fue más que acusado. y además. sino más bien poner limitantes pequeñas pero que al fin y al cabo mantenían la situación en un status quo beneficioso para la burguesía capitalista que requería de estos infantes para explotarlos. no ha desaparecido del todo. El flagelo del trabajo infantil en la Inglaterra de la revolución industrial.Mientras tanto. también había quienes justificaban el trabajo infantil. en el mundo subdesarrollado. Hubo muy poca legislación al respecto. podía eventualmente seguir en la fábrica. El trabajo esclavo infantil no solo se vio en el ámbito industrial. en los niños! . más no una abolición total y permanente. aunque no lo creamos. como se tiende a pensar sino que los tentáculos del capitalismo hincaron sus esporas mucho más allá: la prostitución y la delincuencia también fueron graves problemas. que son fruto de la sociedad del capital que era Inglaterra. Claramente. Ni siquiera Marx-Engels se oponían tajantemente. aceptado tanto socialmente. aduciendo razones tales como la necesidad de mano de obra. podía hacer varias tareas que un adulto no. ¡El capitalismo sigue hincando sus dientes allí. más bien pedían una mayor regulación de la situación. ya que les era barato mantener a un niño trabajando. Hoy seguimos viendo ese flagelo.