La Cruz Templaria

March 16, 2018 | Author: Eugenio | Category: David, Castle, Ghosts, Nature, Gray Wolf


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LA CRUZ TEMPLARIAFrancisco Javier Sánchez Rodríguez http://lacruztemplaria.toranks.es 1 Diseño de la portada: María (mielyresina) y Francisco Javier Sánchez (Toranks) Primera edición: 2008 © 2001 Francisco Javier Sánchez 2 A los inhumanos. 3 4 «Yo os maldigo. Sufriréis enfermedades y pesares… Vuestra casa quedará destruida… Vuestros enemigos prosperarán y vosotros envejeceréis… Moriréis atormentados en la impureza y el dolor.» JACQUES DE MOLAY «No hay orden o religión tan santa ni lugar tan secreto donde no haya tentaciones y adversidades.» TOMÁS DE KEMPIS 5 6 aunque su fauna autóctona estaba acostumbrada y se guiaba por un buen olfato. Esos espectros no se habían llegado a ver nunca. aquella isla no tenía nombre ni historia. alerces. ni sol ni nubes. abedules.Prólogo UNA ASAMBLEA NOCTURNA Una noche lúcida de invierno. osos. Entre la niebla. ni cultivos. Un bosque totalmente aislado de la contaminante e invasora civilización del norte de Europa. Abetos. por lo que tenía la justa fama entre sus escasos vecinos de que aquel que se atreviera a interrumpir la paz de sus espectros no volvería a salir jamás de allí. aunque una de las más solitarias y misteriosas. tan típicos en aquellos lugares. cepos para cazar ciervos o cercas para criar reses. un lugar de aquellos que difícilmente se pueden encontrar en la actualidad y que constituyen los más preciados tesoros de la Tierra. los grandes árboles que se alzaban imponentes por doquier y los constantes aullidos que se oían por aquellas horas. lobos. aunque así fuera. ni lluvias ni témpanos. pinos. Ni hogares de madera. cárabos. el agraciado podía estar seguro de no poder volver a coger la barca de remos con que había llegado. Ni un solo indicio de presencia de personas. necesarias en su estado inflamado para soportar el crudo y largo invierno que existe en esas la7 . Era una taiga de clima atípico. nadie se había adentrado aún en sus impenetrables bosques. Alces. Algunos días no se llegaba a ver absolutamente nada. Llamaban la atención las grandes coníferas que llenaban aquel espacio de unos veinticinco kilómetros cuadrados. No había ni nieve ni hielo. pero obviamente. E instinto. píceas. Así. La especie humana estaba excluida de aquella algarabía de voluminosas muestras del mundo animal y vegetal. Aun así. la blancura del cielo se debía al reflejo por parte de la niebla de una luz blanca intensa oculta tras el paisaje. Sólo niebla y más niebla. ni hogueras apagadas. azores. La isla tenía una forma de lágrima cuya base redondeada apuntaba al este. ardillas. aquello podría persuadir a cualquiera de acercarse. Como una más de las casi siete mil islas que poblaban aquella zona. todo aquello podría pasar como un corriente bosque de coníferas tan normal en las tierras del centro y norte de Finlandia. Podría pasar por una caravana medieval o una procesión de monjes si no fuera por el extraño brillo de los ojos y la piel pálida que poseían aquellos hombres. puesto que aún no se había resuelto el misterio que rodeaba a los escasos pero relevantes hechos relacionados con aquella isla. desgraciadamente cada vez con menos frecuencia. asegurando que parecía una catedral gótica más que un castillo. usadas y de tonos oscuros. En aquel profundo silencio nadie podía esperar ser molestado más que por los discretos seres nocturnos que raramente se atreven a desafiar al bosque a partir de la caída del Sol. o eran efectivamente gente que vivía en aquellos ásperos lugares. iban a parar a aquella isla. Aunque en este caso hostil a la especie humana. Aquello era naturaleza virgen. aunque sólo se podía definir así a este hombre por las incipientes arrugas que surcaban su rostro. Aparentemente. Eran humanos. Alguien incluso llegó a decir que había visto surgir un dragón del interior de la misteriosa fortaleza. sólo en la propia naturaleza. No podían ser cazadores porque eran demasiados. Los pocos que se acercaban de vez en cuando a sus playas para ir a pescar la llamaban la isla de los reyes muertos. Todo dependía de la interpretación que se hiciera. que casi nadie allí poseía. radiante. hace más de mil años. se fue disipando lentamente dejando que la luz entrara con expresión de triunfo. No parecía haber ninguna mujer. Pero lo que en aquellos momentos se estaba viendo era real. Nada. en toda la extensión de aquel área e iluminando tenuemente las caras de aquellos espectros. y que de sus almenas salía fuego. que era más bien un lugar por donde habían cortado algunas ramas para poder pasar con comodidad. Nada de esto podía tomarse en serio. Su pelo mantenía un 8 . o cazadores furtivos que no creían en las tontas historias de los finlandeses. Si era un grupo de osos caminando. a pesar de ser más de una veintena.titudes. Entonces uno de los más viejos se levantó. Vestían con ropas raídas. De carne y hueso. Lo que sí se atisbaba era una larga fila de sombras humanoides que se desplazaban con un paso decidido y extrañamente sigiloso. gobernando en una especie de castillo fantasma que sólo aparecía en las noches de luna llena en lo más alto de la colina que dominaba el centro de la isla. La hilera de espectros siguió una especie de sendero. ni exploradores porque no llevaban ningún tipo de equipaje ni instrumento encima. pues aquella naturaleza tan exótica podía crear toda clase de visiones y fenómenos extraños que podían llevar a confusión. la persistente niebla. Y con razón. Mientras se iban sentando en círculo en un completo mutismo. No tardaron en llegar a un claro donde podían caber todos. amén de su mirada irradiando juventud y vivacidad. Algunos avispados habían confesado haberlo visto. Una joya que se puede encontrar. o intrépidos y atrevidos exploradores buscando misterios. La leyenda local decía que los espíritus de aquellos reyes que murieron asesinados en la época de los normandos. como si se hubiera asustado al percibir la llegada de los verdaderos amos de la taiga. invariablemente de la reiterante mirada que parecía llegar hasta la última estrella de las miles que había en aquel cielo ya casi totalmente despejado. Pero será muy difícil encontrar a alguien a la altura de nuestro excepcional príncipe. comenzó a hablar. aunque algo primitiva y singular. y se sentó con una ligereza inhabitual a su edad. Tomando la palabra en una lengua fluida. y trató de convencer con un tono más suave–. Es un asunto complicado y soy del parecer de que tenemos que esperar. a largo plazo. que murmuraban algo entre ellos. y no creo que vaya a ser así. Creo que es la decisión más prudente y menos precipitada. su precaria salud y su impresionante edad nos hacen pensar que no le resta mucho tiempo de vida. Echó una escrutadora mirada a su alrededor. menos algunos de los de mayor edad. todos los presentes tenían más o menos la misma mirada y ausencia de canas que él. Y si no sale elegido ninguno de nosotros. por un asunto que concierne a toda la comunidad. el dorado. Yo pido que hagamos un escrutinio con ayuda divina. Bajo la atenta pero melancólica mirada de la Luna. Aquel viejo orgulloso se quedó satisfecho cuando la mayoría de los presen9 . Y creo que todos sabéis lo que ello significa e implica. y se levantó uno de los hombres más bajos. —¡No podemos tener la arrogancia de pedirle a nuestro sacerdote que ordene la búsqueda de un príncipe! –exclamó enfurecido. Deberíamos consultarlo a pesar de que aún no nos ha anunciado nada. Casi antes de que llegara a sentarse se levantó otro de los más ancianos. No parece sensato acelerar el proceso que siempre hemos seguido con estricta normalidad. Pero eso es una responsabilidad de Toranks.uniforme color castaño. cada vez con mayor frecuencia. A pesar de que es un príncipe fuerte. con una seriedad e impasibilidad propias de él. prosiguió sólo un poco menos airado–. casi a escondidas. —Lo que significa que tendremos que mandar a alguien en su busca. siempre con el debido respeto de levantarse para guardar los turnos y evitar discusiones–. En realidad. Éste aparentaba mucha menor edad. Seguro que piensa que el príncipe se recuperará. La mayoría de los ojos eran de un color especialmente raro. entonces esperaremos la decisión de nuestro sacerdote. Volvió a sentarse mientras todo el mundo asentía. anunció: —Nos hemos reunido aquí. ¿no es eso? –preguntó otro. Algunos de los presentes levantaron la mano pidiéndole bajar la voz pero. —Opino que deberíamos empezar a organizarlo –dijo–. No se consigue nada con prisas. Quizás aún no sea consciente de la gravedad del asunto. Se sintió incómodo de que le protestaran. –Volvió a oírse un murmullo de protesta entre los reunidos. Todos sabéis que desde hace algunos años nuestro príncipe está sufriendo algunos ataques del corazón. armónica. Se hizo el silencio durante unos escasos segundos. y menos. como rezan las normas de centenaria antigüedad. Era posible que no estuvieran de acuerdo con la interpretación de las normas de aquel atrevido jovenzuelo. ignorándolos. incitando a la intervención. con una fuerza algo insultante para una cripta. y éste sí. la Luna. Sólo cuando eran tan cercanos que parecían venir de la misma sala. bajando por una escalera de piedra. —Hemos de recordar que la muerte del príncipe podría traer fatales consecuencias a todos nosotros. que además parecía el jefe. otro de los presentes se le adelantó. pero quedaban todavía unas tres horas para el alba. Toranks. se les anticipó. Aún era de noche. O una meditación. también con una buena agilidad. muy necesaria en aquellos momentos. Pero aún conservaba la vitalidad de un sexagenario. No voy a permitir que la prudencia y la paciencia. Muchos escucharon horrorizados y se apresuraron a levantarse para mostrar su acuerdo o desacuerdo. Seguramente estaría celebrando maitines. pero sin llegar a interrumpir la profunda meditación del sacerdote. levantándose definitivamente. canoso. con una calma tan abrumadora como su silencio meditabundo. Y anunció con voz grave: —Ahora mismo iré a hablar con Toranks. De vez en cuando. Debemos empezar ya. que parece ser lo más aconsejable. a pesar de querer. y se sentó sin más. acabe con la vida de centenares. Toranks era un hombre que podía tener muy bien cien años. pero con la cruz de San Juan bordada en rojo en el tórax. Estaba en una cripta oscura en lo más hondo de lo que podría ser un castillo. Dice que es muy importante y 10 . Allí todos parecían estar perfectamente en forma. Esta vez todo el mundo se levantó sin murmuraciones ni quejas y volvieron a colocarse en fila. Apresurados. Que el Señor os bendiga. Llevaba un hábito de monje parecido al que llevaban los hombres que habían estado en la reunión hacía unas pocas horas. al cual las estrellas le respondían parpadeando con más fuerza. no podía gritar. Probablemente no fueran realmente maitines. avanzando tan sigilosamente como antes. sino una oración individual por la salud del príncipe. rezando en completo mutismo y transmitiendo una calma profunda a toda la estancia. e incluso de miles. Alguna explicación debería tener. éste se rompía por el profundo aullido de un lobo. aprovechando el conocimiento de las señales que algunos poseéis para realizar la idea de nuestro anciano compañero de hacer un escrutinio interno. Entonces se abrió la puerta. entrando un joven que anunció: —Klaus le pide audiencia a usted. e incluso a nuestros compañeros en el resto del mundo –anunció–. Unos pasos que resonaban sólidamente. abandonó Toranks su místico trance y comenzó a levantarse de su reclinatorio. Oyó unos pasos acercándose. pero el primer anciano. Disolvamos la reunión y vayamos en paz y silencio. acompañando al silencio que les rodeaba. aunque éstos no se solían hacer con uno solo.tes pareció estar de acuerdo con él. Pero cuando el primero que había hablado se dispuso a levantarse para dar la confirmación y disgregar la asamblea. —¿Quién ha sido recomendado? –preguntó Klaus con interés. desde la ciudad de Granada. Es un joven universitario con muchos recursos para todo tipo de circunstancias. Ambos se dirigieron con paso presuroso y decidido hacia la torre del homenaje. que me ha sido revelado como existente. tras lo cual le explicará con detalle la misión que habrá de cumplir. Klaus lo miró: llevaba una hoja de papel en la mano que se agitaba con fuerza al ritmo del impetuoso andar de Toranks. se encontraba en la capilla del castillo esperando con un tic de impaciencia. Enviaré a alguien para que vaya en busca del nuevo Elegido. desde donde convocarían asamblea general. pues Klaus sintió el deseo de llevarle un vaso del refrescante elemento. —Un ciudadano granadino. Ahora pasemos a la acción. Cuando le anunció el joven acólito que tardaría por ir a recoger algo. –Mostró la hoja blanca impresa con un texto en un idioma aparentemente tan primitivo como el que hablaban–. según me dicen.debe ser cuanto antes. Klaus. 11 . El sacerdote estaba tardando. entrando por ella el sacerdote con una expresión tranquila y poco seria. Ya había tenido la oportunidad de darle hacía ya más de dos mil años si hubiera estado vivo y se la perdió. »Excelente. Ve a mandar a Mervat para que se encargue de ir en su busca y convertirlo a nuestra causa. Han llegado estos datos como respuesta a mi petición de una persona que cumpliera los requisitos para poder ser enviado a la misión de encontrar al nuevo príncipe. Eso es sólo asunto mío y del propio príncipe. Y me ha parecido un acto altanero y soberbio que vengáis a pedirme el relevo del poder real. Klaus abrió la boca para hablar. —Dígale que me espere en la capilla este. —Sé a lo que has venido –dijo cambiando momentáneamente la expresión a otra más seria–. se dirigió con extrañeza a la capilla y se sentó en uno de los bancos. En marcha. Parecía representar el momento en el que pedía agua. No era más que una imagen. Comunicarían la decisión del sacerdote y el príncipe mandaría a los mensajeros a un largo viaje. Con la bendición de Su Excelencia. Siento decepcionaros anunciándoos que tengo mi propia solución a los problemas de la sucesión del príncipe. Se oyó abrir la puerta de la capilla que Klaus había cerrado. con una voz que denotaba impaciencia por evitar digresiones. que no pasa por un sondeo interno. ya está todo dicho. mirando la imagen de un Cristo agonizante. Es un asunto urgente y delicado. pero se le adelantó el otro. Debo recoger una cosa. —Se lo diré –anunció. Contará con la ayuda de nuestros compatriotas en Granada. Acabo de recibir un mensaje de nuestros compañeros de España. el jefe de mediana edad. pero se quitó esa estúpida idea de la cabeza. 12 . La de ella avanzó para besarle. haciendo difícil com13 . Se dirigió hacia su despistada novia. se separó rápidamente. Alguna vieja compañera del instituto. pero evitó mirarla fijamente. En medio de su abatimiento. Solo bailaba para intentar acercarse a otra chica. aquella bajita pelirroja le parecía sensacional. al contrario. Esperaba a su novia. sin abandonar aquel nuevo juego de miradas que parecían haber inventado ellos mismos. Cuando se acercó ella lo miró con una expresión de satisfacción y compunción al mismo tiempo. pero David mismo lo mejoró. Habían quedado a las doce y ya pasaba la media. su novia lo había dejado plantado. David empezó a bailar alrededor de ella. No era muy bueno. La música lo aturdía. en el instante en que él vio a Victoria aparecer en la puerta del local.Primera parte EL DESTINO DE LOS TEMPLARIOS 1 David acariciaba la copa. —¡Eh! ¿Qué ocurre? –se lamentó la chica–. Así que se acercó a la chica pelirroja imitando su estilo de baile. «Me vengaré». sólo de reojo. que no se había percatado de lo ocurrido. un sofá junto a los teléfonos públicos. hasta que sus caras se encontraron a menos de diez centímetros. la distancia de la barrera de la intimidad. empezó a mirarle de una manera muy sensual. pues aquella música era fatal para la salud mental de David. Estaba morreándose con otra morena a la que David conocía algo de vista. con una sonrisa de triunfo. Ella. supuso. cada vez más cerca. tenía el peor asiento del pub. pensó. Con una mueca espantosa para poder apartar su boca de la de ella. ¿Dónde vas? —Lo siento –fue lo único que le dio por respuesta. al parecer su ligue. Además. tratando de seguir el bastardo ritmo de la música: king of my castle de Mark Mazinger. Se levantó cansado de esperar y comenzó a menear el cuerpo. Al final ella acabó dándose cuenta y se aferró al chico que la merodeaba. al advertirlo. para llamar su atención. no se alejó. Era una chica muy bella y elegante. al ver que el chico al que se aferró la pelirroja era sólo algún amigo o familiar. pues ella era 14 . con dulces pecas que surcaban la cara de lado a lado por el centro. Sí la Osa Mayor. Estás impresionante. En esos momentos.prender por qué David le había tenido tan poco respeto hacía sólo unos instantes por sólo media hora de espera. Granada era una ciudad ideal para ver las estrellas. se estaba arrepintiendo profundamente. Supuso que Victoria también se estaba electrizando. prefiriendo ella la constelación del Cisne. —Ya se nota. Estudiaba educación física tras varios años rondando entre módulos y prácticas deportivas mientras dudaba con qué encaminar su vida. por su parte. que era lo que las hacía tan románticas y tan llenas de historia. que hacía aquella noche de esa época del año. Aquella noche se la prometían estupenda. pero su verdadera vocación era la de actriz. Por cómo te has puesto te perdono. Este ambiente me pone cuesta arriba. David –dijo. pero no era un experto en astronomía. Además. David miraba el firmamento. —Vamos fuera –ofreció David–. gracias al fresco. luego podremos irnos con mis amigos a la Bomba. Si quieres. Estuve demasiado tiempo arreglándome. sino porque su altitud y su límpida atmósfera dejaban gustosas el paso de la infatigable viajera luz que en otros lugares tendría muchos más obstáculos (contaminantes) que superar. y lo besó–. Seguía estudiando medicina. su piel suave y alba. Ahora se volvieron la mirada el uno hacia el otro. sabía cuál era la estrella Polar y en ese momento parecía estar mirándola. visible en cualquier época del año. Victoria asintió sonriendo y salieron. No sólo porque poseía uno de los observatorios más importantes de España. Se despreció a sí mismo en lo más profundo de su ser por lo que había hecho. Victoria. Simplemente disfrutaba observando el vivaz parpadeo y los destellos de color de las estrellas. al verla. más bien frío helado. y en su interior. Le gustaba especialmente la constelación del Dragón. Perdona por haber tardado. Y más de lo que siempre has sido. Su pelo castaño. sus ojos verdes. pues la iban a aprovechar como descanso a los duros estudios universitarios. Victoria compartía su admiración por los milagros del cielo. pero aún no era capaz de distinguir la dichosa estrella Polar. con unas facciones perfectas y un cuerpo escultural. Se fueron caminando un rato por calles más tranquilas. David podía considerarse un chico venusto: moreno y ojos marrones. –Hizo una pausa–. Pero no estuvieron mucho tiempo contemplando el cielo mientras caminaban.. pero de pronto se recuperó. próximos ya los exámenes del primer cuatrimestre. a pesar de no haber ido nunca a escuelas de arte dramático ni danza. era una belleza.. David se sentía levemente mal por las tres copas que se había tomado mientras esperaba a su chica. —Hola. cogidos de la mano. ¿Quieres tomar algo? Victoria lo miró sonriendo y sus rostros volvieron a encontrarse con un apasionado beso que comenzó a excitar a David. de aquel aire vibrante y estremecedor a otro más tranquilo y menos agobiante. mientras conversaban sobre sus planes para más tarde. Los dos corrieron con toda la velocidad que pudieron hacia la abertura en la cerca del solar. buscando algún lugar por donde huir. quedándose parada. En todo caso. sin saber qué hacer. Miró a su alrededor. Entonces desapareció el dolor e intentó volver a incorporarse. Bueno. que le llevaba algo de ventaja. no por un instinto protector de éste. La pierna no le respondía. lo que había ocurrido. se abrieron las dos puertas traseras del enorme y lujoso Audi deportivo. David se apresuró a poner a salvo a su novia interponiéndose entre el coche y ella. le pareció la rojiza e inexplorada superficie de Marte. a unos veinte metros. se decía siempre. Algún día tendré suerte. no muy lejos del centro pero carente de interés por su ausencia de atracciones tanto turísticas como de movida. David iba detrás de Victoria. Incluso la habían llamado para participar en varios castings. Ella quería actuar de una forma real. al mirarla y ver un punzón clavado. Al parecer. iban a construir allí algún centro comercial o una residencia. —¡Victoria! ¡Huye! ¡Tienen dardos envenenados! –le ordenó David. «Matones».una bastante más deportista que artista. Victoria lo miró consternada. David gritó. pues había allí un solar lleno de escombros. Sintió un dolor punzante y profundo en la base de la pierna que le embargó los pensamientos durante unos instantes. Se la habían insensibilizado. Estaban llegando a un lugar desierto. y nunca se había sentido atraída por el baile ni expresiones corporales abstractos. Sólo unos instantes tardó en comprender lo que había pasado. cuando de pronto oyeron un coche que hacía más ruido que los otros pocos que había por allí. Era una desolación. por el lado de la carretera. se sentía capaz. tirándole con fuerza mientras veía salir de las dos puertas sendos hombres vestidos de negro y con gafas oscuras. un romántico empedernido. Al mismo instante. formaban una pareja perfecta. Tenía una 15 . Se imaginaba lo que sería hacer el amor con su chica en otro planeta. justo debajo del panel donde se autoanunciaba la constructora. A David. consiguiendo hasta ahora hacer sólo algunos cortos. pero no. Iba hacia ellos. pero no era la intención de aquellos extraños atropellarlos. Aun así. El frenazo final hizo detenerse al coche a pocos metros de Victoria. tratando de procesar en milésimas de segundo cuanto veía. sino porque ella corría algo más que él. pero no pudo. Entonces comprendió. Feliz. —Por ahí –le comunicó a Victoria. Un agujero en la valla. ya que era muy elocuente y extrovertida. sin problemas y envidiada por todos. fue lo único que se le vino a la mente. que iba a la derecha de David. David pensó que estaba derrapando y a punto de atropellar a un despistado chico en una Scooter. sólo algún que otro apéndice craneal de por medio. apartando a su acompañante a un lado. Trató de evitar más sorpresas colocándose en el centro del coche. obligándolo a esquivarlo bruscamente. asomándose. Victoria vaciló unos instantes. Entonces corrió hacia ellos. el otro coche se acercaba a ella a toda velocidad. rechinando intensamente. Victoria dio un traspié. poniéndose a salvo de los peligrosos proyectiles. reanudando sus fuerzas. David se había desmayado. Victoria sufrió un tremendo escalofrío cuando el Audi raspó. Vamos. que se volvió hacia la abertura. Además. Ningún ruido de pasos. con chaquetas de cuero y pelo engominado. —¡Sube! –le exhortó el conductor. Tres portazos y un fragoroso acelerón acabaron con la paciencia de Victoria. tomando ventaja cada vez que el Audi derrapaba o rozaba a otro coche. Silencio. igual que en el otro coche. ¡rápido! No lo volvió a dudar. pero con gafas de sol plateadas y vestidos de una manera más informal. hasta que el hombre le increpó–. Desde el lado opuesto. de Victoria. en un movimiento inesperado. el cual frenó bruscamente al ver la velocidad que llevaba el coche que lo perseguía. pidiendo socorro. también alejados de la movida y rondando la una de la madrugada. cerrando al punto la puerta y colocando el seguro. De frente. El coche seguía haciendo movimientos peligrosos en la carretera. haciéndola entrar bruscamente. el quitamiedos del puente que estaban cruzando sobre el río Genil. —¡Cobarde! –gritó desesperada. que pasó de largo como si nada.mente rápida. Sólo había otra pareja por aquella desierta avenida. frenando con fuerza. pensó Victo16 . El conductor maniobró con brusquedad pero con firmeza. El coche estaba derrapando para dar la vuelta cuando pudo verlo. que te vean con tiempo. Abandonó toda esperanza hasta que. Si no fuera porque los quitamiedos están para eso. Había intentado adelantar un camión. hacia la brecha que sólo se encontraba ya a cinco metros de ella. En el mismo instante que la atravesó se hizo a un lado. Le abrieron la puerta trasera. Victoria pudo avistar a través de su empañado cristal delantero una cara asustada que la miraba de reojo. pero el joven que iba sentado atrás le agarró con fuerza. pero el conductor de éste parecía ser todo un experto. Eran tres. uno de los cuales iba en dirección contraria al Audi. Desvíate a la izquierda. ya que aún no había terminado de entrar cuando arrancó estrepitosamente. giró colocándose a un lado. Silencio. circulaban por allí dos coches. El Audi era más rápido que el Skoda donde se montó Victoria. —¡Cuidado! –le advirtió el copiloto en un cruce en el que se saltaron un rojo–. realizando una finta que a Victoria le hizo darse un fuerte golpe contra el duro cristal de la ventanilla. asomándose la cara macilenta de un joven con expresión seria. Entró apresurándose. vociferando todo lo alto que podía. Corrió. mientras el joven de atrás subía la ventanilla que imprudentemente había bajado Victoria. ¡Que dentro está David! El hombre que estaba en el asiento del copiloto se volvió hacia ella. No pudo reprimir un ataque de histeria al comprender la tremenda paliza que debería estar sufriendo David. temían por su propia integridad física: el Skoda se le mantenía pegado. ya bastante abollado como para afectar a su aerodinámica. Pero se obligó a mirar. rogándoles que le devolvieran vivo a David. imperturbable y sin desprenderse de sus plateadas monturas. Y una perfección asombrosa. con una postura que a Victoria se le antojó felina. se le pasó por la cabeza que tal vez lo hubieran encerrado en el maletero. Victoria se quedó embelesada. pobre David) pero las ventanillas eran translúcidas. Nada improvisado por ellos. —¡No.ria. al cabo de unos minutos. El Audi seguía abollándose. Abriendo la ventanilla del coche. De una firme patada con el talón. pero no tuvo valor de taparse los oídos a fin de evitar escuchar aquel largo gemido que salió de una garganta por la que se escapaba una vida. quedando el Audi atrapado entre aquél y el peligroso bordillo de la acera. Era una situación muy peligrosa. Al caer. Parecía desvanecido. Victoria apartó la mirada. pensó Victoria. Acto seguido. por favor! ¡No le golpeéis! –rogó Victoria–. Estaba tumbado en los asientos traseros. observó por fin su silueta. sacó de algún lugar escondido de debajo de la chupa dos cuchillos afilados con la hoja dentada. Después se encaramó al techo del automóvil. El hombre. Quería ver a David. y lo único que calmaba a Victoria de su inalterable estado pitiático era la seguridad del conductor. se encaramó a la ventanilla sacando primero la cabeza y luego el cuerpo entero. son para matar. y el Skoda como recién salido del concesionario. pues a esas velocidades intentar maniobrar subiéndose a un bordillo era lo mismo que cometer un suicidio. previniendo cualquier movimiento brusco o un bandazo accidental. que manejaba el volante con una autoconfianza absoluta. El Audi. ahora mismo estarían volando sobre el río. al que aún no había visto. se apoyó hábilmente con las manos con una posición lateral. Esforzando la vista. Por un instante. gritó a través de ésta. Como mínimo el coche daría varias vueltas de campana. partió el cristal de la ventanilla derecha. mientras la ventanilla eléctrica se bajaba. ¿Qué pretendía aquel loco? Saltó al techo del Audi. Al parecer. 17 . introduciéndose de cabeza y con el cuchillo por delante de una forma imposible. consiguió ponerse a la par de su rival. Esos cuchillos no eran para cortar. El Skoda seguía sin el menor rasguño y. casi opacas. que estaba peligrosamente cerca. (oh… no. matar con un dolor que no podía llegar a imaginarse. —Lo sabemos –dijo. comenzó a resentirse. Cayó al suelo en redondo. que le sonreía amigablemente. pero hizo caso omiso–. No pudo recordar los acontecimientos que siguieron a la muerte de los dos matones que se sentaban en la delantera. pero se encontraba en una postura y lugar diferentes. Oscuridad. incorporándose sobre el lecho. ¿qué le han hecho? –pensó–. que salió despedido con una fuerza impresionante del coche. Corrió hacia su amado. además. —Quiero verle. y agarrándose al borde superior de la carrocería.«¡Maldita sea!. has sufrido mucha tensión. ¡Si sólo le habían dado en la pierna!» Su vengador había recibido uno de los sigilosos disparos del dardo envenenado. Sólo parecían haber pasado unos instantes desde que perdiera el conocimiento. ella misma hubiera deseado partir el cuello a aquel indeseable. Seguramente se había partido el cuello. Por un lado le complacía la victoria y recuperar a su novio. Me llamo Sofía. —¿Dónde estoy? –le preguntó. pues percibió el extraño brillo de unos ojos en algún lugar. Yo soy médico. Éste cayó inconsciente al betún de Judea. No pudieron detenerla. más por sobresalto que por dolor. Victoria trató de abrazarlo. En ese momento ella se lanzó corriendo. sacándola bruscamente de su tan profunda e insustancial meditación. Sólo tenía un fugaz recuerdo de la huida del que aún quedaba vivo cuando su salvador tomó el mando y frenó el coche en un lugar apartado y oscuro del centro de la ciudad. la estentórea respiración de alguien cercano a ella mientras iba recuperando poco a poco la visión. Aun así. No debe ver a nadie por el momento. por fuera. Había recibido un débil tortazo en el mentón. Dígame dónde está –instó. Pero por otro no podía soportar la idea de que estaba viendo morir a personas. Victoria miraba horrorizada aquellas escenas de impresionante violencia. —Lo siento –se disculpó–. Era una fosca sala de lo que parecía una habitación de un hospital. 2 —¡Ay! –se quejó Victoria. Pero respiraba. pero pudo ver a su acompañante. le pegó una auténtica patada en el centro de la cara al conductor. No reaccionaba. El hombre que lo había salvado lo traía en brazos. pero siguió como si nada. haciéndose la claridad a su alrededor. 18 . Le dolía la cabeza al sentarse. Descansa por ahora. Victoria no pudo soportar más la tensión. Allí había alguien. con el Skoda aún andando y casi de un salto. la sala parecía oscura. Una auténtica carnicería. atravesando la puerta. Una mujer. a pesar de que tenían que huir rápidamente. no te preocupes. ¿Y David? ¿Está bien? —Estás entre amigos y David está bien. dos puntos vibrantes. Está en perfecto estado de salud.—¿Por qué? Me ha dicho que estaba bien. No podía mantenerse en calma. pero no. se le antojó. brillantes. Por ahora te diré que puedes contar con nosotros hasta tu marcha para todo lo que quieras. ¿Una interina? Aquel lugar era siniestro. Pero apenas a cinco kilómetros. se encontró con una estancia que parecía un pequeño pasillo. Sofía pareció darse cuenta. No se había imaginado nunca ningún centro sanitario tan oscuro y silencioso. No somos clandestinos ni criminales ocultos. No. Y ya era médico. –Victoria se incorporó totalmente. Era alucinante. Pero se fijó de nuevo en sus seductores ojos melados. Se fijó en que no llevaba nada puesto. y que hacía poco la habían despertado en medio de la oscuridad. Sofía no opuso resistencia a que se marchara. 19 . la cogió y se la puso. Era una tonta ilusión. Yo sólo soy una doctora a la que han encargado tu cuidado. esa chica. —¿Dónde está? –interpeló. A lo largo del pasillo había otras tres puertas parecidas a la que tenía en la mano. pero no sé dónde. Le sonrió. No esperaba conseguir trabajo como tal hasta lo menos haber cumplido los veintisiete. Estaba volviendo aquel ataque que le aguijoneaba otra vez. sólo tenía su ropa interior. sentarse en la cama. a tu casa o al lugar que tú nos digas. —¡Cinco! –exclamó–. Abriendo la puerta. Se preguntó si ella lo era realmente. Sofía se levantó a su vez del asiento donde estaba. Cuando vio una bata de enfermera colgada de una percha junto a la salida. Estamos en las afueras. al final del cual había una puerta de madera con un cristal opaco en su centro. Victoria se desprendió de ella y se dirigió a la puerta de la habitación. Quédate un poco más y te llevaremos a Granada. Victoria se limitó a esto último. —¿Cómo? ¿No estamos en Granada? –se alarmó Victoria. Victoria se volvió hacia Sofía. ¿qué sois vosotros? ¿Clandestinos? —No me está permitido hablarte de nosotros. dándole palabras tranquilizadoras. Todo lo contrario. No debo crearte más tensión porque has sufrido un choque emocional y necesitas reposo. y para tratar de calmarse empezó a hablar: —Yo también voy a ser médico. Soy estudiante de medicina. mirándola compasivamente. pero eso se debería al aire acondicionado. Pero bueno. aunque esto último fuera laudable. No hacía frío. No podía tener más de veintitantos años. pues le ofreció tumbarse o. —No exactamente. sin conseguir nada. Se lo llevaron a otro sitio. pero no aquí. Victoria tenía veintitrés años y estaba en quinto curso de medicina. y sintió frío. Esto es un refugio donde vivimos una pequeña comunidad de personas. no te preocupes. Una sonrisa deslumbrante. —No te he mentido –aseveró–. y en esa sonrisa Victoria advirtió un destello procedente de su boca. tratando de contenerla con delicadeza. levantándose de la cama. por lo menos. sino durmiendo unas tres horas. además de la ropa –le indicó Sofía al darse cuenta de lo que buscaba–. Tu reloj y los colgantes están en aquel armario. Victoria sintió deseos de gritarle. Este país aún no se ha acostumbrado a que en una empresa de hombres de pronto venga la primera mujer a buscar puestos por encima de ellos. sacudirle. no se irá. —Estamos vivas. Tal vez fuera ya una mujer madura. —¿Qué hora es? ¿Cuánto tiempo he estado inconsciente? –Preguntó. –Victoria se miró el brazo. —Siendo de fuera de España no me extraña que te sientas así –apuntó Victoria–. En realidad no tengo ninguna licenciatura. —Es extraño ¿Y ya con veinte años? —¿Veinte? ¡No! –rió Sofía. porque tu estado te exige ante todo dormir. ya que aquí soy la única mujer. Pero trató de seguirle la corriente. Fue una repentina y estúpida idea. Si fuera más fuerte podría ser hasta el adalid de esta comunidad… Victoria la volvió a observar. Más bien una funeraria. No suelen saber tratarla. cambiando de tema. Victoria se sonrojó. —No pensaba que una mujer de veinticinco años pudiera ser ya facultativa. Es verdad que aparento menos. Eran esos ojos. —En una escuela privada no oficial en Orleáns. —¿Dónde estudiaste medicina? –le preguntó. Un tanatorio. Yo esperaba trabajar de interina unos cuatro o cinco años hasta alcanzar el puesto fijo. Tal vez fuera por el anhelo de David. Sólo somos dos médicos y seis enfermeros. pero volvió a mirarla con interés–. Volvió a sentarse en el sillón a la cabecera de la cama. —No has estado inconsciente. sin comprender durante unos instantes qué decía. No te preocupes –rió Sofía–. No sabría como empezar con todo el papeleo de licencias y los gastos y… todo eso… Esto no parece un centro sanitario. –Sofía tuvo un atisbo de alejar su indespegable sonrisa del rostro. –Victoria volvió a ver el atípico brillo de la sonrisa de Sofía. cosa que ya había hecho al preguntar la hora–. O porque tenía la sensación de que le estaba mintiendo. Hasta que ceda. O descansar un rato. Claro que podría ser privada. tal vez. Es así como trabajamos aquí. Son unos testarudos… ellos. pero tampoco tenemos mucho que atender. Parecía que esa chica era el mismísimo Lucifer enmascarado.Sofía la miró. que le absorbían. alejando cualquier otro juicio que pudiera hacer a otra parte de su cuerpo–. esos dos electros a ambos lados de la cara. 20 . Tal vez sea por eso por lo que carezco de madurez para defenderme. Sólo el conocimiento. Pero asegúrame que te encuentras perfectamente antes de marcharte. Son casi la cinco de la mañana. Siempre me he sentido demasiado joven de cuerpo y alma. pensó Victoria. Tuvo que volver a resistirse a otra extraña tentación. Tengo treinta y nueve años. pero no soy millonaria. Sofía lo llamó. El lugar tenía todas las pintas de un cortijo. aunque nadie sabía toda la verdad. pues aquel hombre se sabía el camino a la perfección. asintiendo. No vestía igual que aquellos macarras que los salvaron. La búsqueda era intensiva. Aunque apenas hubo intercambio de palabras entre ella y el conductor. pero tenía algo en común con ellos que no supo precisar. no tuvo que esperar mucho para encontrarse de nuevo con la puerta de su casa. Esperó a que se vistiera y la condujo por los pasillos. como si ése fuera su trabajo. era cierto. Pasó una mala mañana y. Desde allí partía un camino semiasfaltado hacia abajo que parecía indicar el camino a casa. aparte de ese par de detalles. De todas formas. Lo cual. sin salir al exterior. A su derecha había una pequeña furgoneta con un hombre despierto leyendo una revista porno bastante arrugada. que daba a una hermosa vista desde las laderas colindantes a la ciudad. hacia la salida. pero tras ir a casa de David se encontró con que aún no había aparecido. en parte. 3 21 . Victoria se fijó en un pequeño detalle: llevaba gafas de sol plateadas y su piel era bastante blanca para un latino. si ella o los padres. dando al nuevo día un aspecto abrumador. El ambiente era realmente frío. otra vez con los nervios a flor de piel. Y la prensa contribuyó desinteresadamente al destrozado estado anímico de Victoria. Y a mis padres. confesó la verdad a su padre. tras varias llamadas fallidas al móvil de David (supuso que estaría destrozado) y a su casa. donde no contestaban. pero necesito irme y ver a David cuanto antes. no sólo por el simple hecho de la desaparición. Tras cumplirse dos días completos Victoria. y en pocos minutos estaban Victoria y el conductor de camino hacia la dirección que le había indicado: su casa. que deben estar ya asustados del todo… Sofía volvió a mostrarle su invariable sonrisa. Esperó que la tarde le trajera buenas noticias. El Sol luchaba por salir desde el horizonte con toda aquella niebla extendida casi desde aquella misma altura. Victoria tuvo que ser atendida dos veces por un psiquiatra y la noticia de la desaparición acabó difundiéndose rápidamente por toda la ciudad tras la denuncia definitiva que pusieron los padres de David. No consiguió saber quién lo pasó peor. sino porque Victoria no supo dar una buena excusa sin tener que explicar a sus padres que habían sido literalmente atacados y secuestrados. pero se tranquilizó (sólo momentáneamente) tras recordar lo que le había dicho Sofía. La bronca fue monumental.—Me alegro de haberte conocido. el cual creía que había perdido inexplicablemente a David. que parecían más largos de lo que eran realmente debido a lo oscuro. con la diferencia de que el edificio que allí había más bien parecía una casa grande rural adaptada como hotel. se echó derrotada y agotada en la cama sin poder calmar los nervios aun con las altas dosis de valeriana que se tomó. pero Victoria apenas lo notó gracias a su abrigo. —Sigo sin entender nada –replicó David–. Estaba seguro de que se acababa de despertar de aquel desmayo. —Bienvenido a nuestra comunidad. se volvieron al escucharle llegar. de bombillas de filamento de tungsteno. Un hombre vestido de manera informal. así que le rogamos que se presente. comenzó a hablar. Pero. que le hizo una señal. ¿Dónde estoy? —Sigue en Granada. Primero me secuestran y luego. El que estaba en el centro. —¿Quién eres? –le preguntó. pero ha sido rescatado en una emboscada que ha resultado muy efectiva –dijo. —¿Qué significa esto? –se enojó David–. ¡me dan la bienvenida! ¿Puedo empezar a preguntar yo? ¿Dónde estoy? El hombre lo miró algo sorprendido. Preséntese. por el cual andó con una incómoda sensación de haber estado sangrando. al verse con magulladuras por todo el cuerpo y abandonado en una fría estancia nada agradable. —Le habían secuestrado. A través de un pasillo en penumbras. Todavía no sé cómo he llegado a parar allí. sólo una encendida. no había sido un rescate muy respetuoso. pero no importa. Creyó que se iba a desmayar en cualquier momento. —Sígueme. menos fantasmal a la luz de la bombilla. para poder distinguir la sombra del fondo. Se preguntó por qué estaría tan oscura. tumbado y con un hombre vigilándome…. a oscuras. esbozando una leve sonrisa que no concordaba en absoluto con su seria fisonomía. El desconocido encendió la luz muy tenue. Ésta giró levemente la cabeza al darse cuenta. David se obligó a recordar: había recibido un dardo venenoso en el lugar que todavía le dolía. dejando ver un par de puntos brillantes a la altura de la cabeza. de ojos marrones claros. cuando el que estaba al lado le dijo algo al oído. en todo caso. y me encuentro con una fila 22 . tras lo cual perdió el conocimiento. –David se quedó boquiabierto ante semejante anuncio–. pero logró mantener la compostura hasta llegar a una sala donde un grupo de hombres de extrañas vestiduras. Nosotros hemos venido desde muy lejos tras la recomendación de algunos compañeros que le conocen. Observó que todas eran antiguas. sintiendo un intenso dolor de cabeza y una punzada en la pierna.David se despertó en un lecho bastante rígido dentro de una pequeña habitación. vigilada por una sombra sentada no muy lejos de su cabecera. quizás algo pasadas de moda. y pudo verlo. Pero nosotros no. cuando allí había más lámparas por encender. y está ante un consejo de maestros que va a evaluarle como enviado para llevar a cabo una búsqueda muy importante. —No recuerdo nada de eso. Se desentumeció y restregó los ojos. justo delante de él. estoy seguro de que ya está dispuesto. —No importa. Pero lo que es convencer al resto de la gente de mi entorno… El hombre que le habló primero cuando llegó se pasó la mano por la cara. –Aquello le parecía una palabrería sin sentido. soy estudiante de cuarto curso de educación física y estoy bastante magullado. Trató de acabar con el asunto para conseguir saber qué diablos era aquello. pues no pretendemos hacer nada en contra de su voluntad. David estaba desconcertado. El leve dolor de cabeza derivado de la postración de algunas horas no le impedía discernir lo real de lo irreal. ¿Qué sacarían de él con semejante conversación? Aún tenía el DNI en el bolsillo. Un espectro gris transparente a la espera de una ocasión propicia. casi refulgente y casi fantasmal en aquella semipenumbra que parecía querer ocultar algo. dorado. Pero se dio cuenta de que todos tenían un brillo especial en los ojos. ahora fue otro el que tomó la palabra: —¿Es de Granada? Me refiero de origen.. pero aquellas gentes le infundían confianza.de hombres que tratan de sondearme. vayamos más o menos al asunto. Parecía estar sudando. No han empezado por lo que deberían. Entonces. pero más bien se estaba preparando para intervenir. El hombre sonrió. No debe inquietarse. pensó con un escalofrío. David apenas se había fijado en el resto de los presentes. ¿Qué diría si de pronto ocurriera algo que le hiciera cambiar por completo su concepto de la realidad? David pensó si sería eso lo que iba a ver. un hombre algo mayor con un semblante menos adusto que el que parecía ser el líder. Algunos afirmaron con la cabeza mostrando su acuerdo. de una manera bien distinta –dijo. pero se quitó de la cabeza aquel fantasma esperando su oportunidad en la sala. No entiendo qué me quiere decir.. dirigiéndose a su diestra. vestidos de manera formal y con trajes oscuros. —Posees un linaje noble. pero no tenemos tiempo. afirmando con la cabeza. Aunque claro. e ir en busca de la persona que le embargaba los pensamientos desde que recobró la conciencia. —Bien. debemos terminar el anuncio antes del alba. —Mientras supiera que estoy en mis cabales.. creo que lo iría aceptando poco a poco. entonces me llamo David Claraval. —Veinticinco años. O alguien. Parecía que su nombre concordaba con lo que esperaba. unos seis en total. Bastaría con enseñarles aquello. sin embargo. —Lo sé. David tuvo la sensación de estar pasando uno de esos interrogatorios psicológicos que 23 . Podría empezar por su nombre y su ocupación. —Sí.. —¿Edad? –continuó el mismo. Podría pertenecer a nuestra casta. –David titubeó–. claro –contestó. ¿Tiene un espíritu extrovertido y que no se asuste ante retos realmente duros? (¿¿Qué??) —No. parecían estar complacidos–. sino por méritos. Ésta. con lo que tendríamos que buscarlo por todo el mundo. ¡Cómo había podido haber dicho aquello! Ya no se podría negar. sería libre. Entonces vio que el hombre enfrente suya sonreía. No vamos a destacarle la importancia de que se encuentre al Elegido antes de que muera nuestro príncipe. estaba seguro. Sí. tres minutos… El móvil que solía llevar enganchado en el cinturón había desaparecido. La mirada de algunos era suplicante. y besaría hasta hartarse a su novia. Ha vivido mucho tiempo. Entonces escaparía. Sólo se descomponía un cadáver. No es un cargo que se herede por nobleza. le explicó: —Nosotros somos una especie de sociedad. pero jamás alguien en su totalidad. al igual que como cristianos también tenemos al papa. y al instante se preguntó si no estaría drogado o ya estaba presentando los primeros síntomas de un delirio. No logró recordar dónde lo había perdido. sería inevitable. Y es que mi novia es médico y me enseña algunas cosas. con 24 . Su misión consistiría en encontrarle personalmente. Ya había pasado muchos. con una voz más joven de lo que realmente aparentaba. No tenía otra salida. que es el nuevo príncipe que Dios ha escogido como sucesor a la corona. Jamás había oído decir que aquello le pasara a un ser vivo. Pero en principio se nos han revelado ciertas cosas sobre él. como que realmente existe en algún lugar. pero la de la mayoría era tan fría como desde el principio. pero se dio cuenta que estaba incomunicado. El príncipe está sufriendo los primeros síntomas de una degeneración total. pues tenía una educación suficiente para darse cuenta de aquellas cosas. –algunos bajaron levemente la cabeza. Y esos ojos… David se preguntó si aquello no sería una secta. Era lo lógico. —Acepto –dijo. Aquello sólo podría calcularlo una mente fría y despejada. —Si acepta la misión que le vamos a proponer. y le constato que es el mejor candidato que tenemos en un amplio margen. Dos…. Ahora lo encerrarían hasta que estuviera dispuesto a salir a la búsqueda. tendrá que dejar temporalmente los estudios y viajar mucho. Tenemos un príncipe. tal que sólo nos queda preguntarle si acepta la misión o no. precisamente lo único de lo que carecía David en aquellos tensos momentos. Pero el instinto no servía para escapar. O un miembro podrido. ya que nuestro único rey es Dios. David pensó qué habría querido decir con “degeneración total”. –El hombre pasó el turno con un leve movimiento de mano a la única mujer presente en la reunión. pensó. Tenemos que encontrar al Elegido.se suelen hacer para entrar en trabajos de responsabilidad. No podemos darle detalles concretos por falta de tiempo. así que se resignó. No iba a aceptar. A veces el instinto animal te salva la vida: lo había dicho por instinto. y porque si no acepta no nos podemos arriesgar a que se den a conocer. Si se negaba lo matarían. ese tipo debería ser más viejo que Matusalén para descomponerse en vida–. sí!) en el momento en que intentaron violentaros. apoyado en el respaldo de la 25 . se sentía como un calamocano viendo una bronca callejera de la que era totalmente ajeno. probablemente en la chica que le acompañaba (¡sí. sino la sonrisa en sí. 4 —Pase –ofreció Frederick Van Basten a su interlocutor. Era la borrachera lo que le impulsaba. podrá verla hasta que esté dispuesto a partir. ninguna. Frederick no se quitó a la vez sus gafas de sol. —¿Al crepúsculo? –se extrañó David–. mientras se abría la puerta con un leve crujido que respetaba la autoridad reinante en aquel despacho. Le pedimos que no se inquiete por ella. corbata y pantalón negros que se quitaba las gafas ahumadas a medida que penetraba con paso firme pero temeroso en aquella estancia en semipenumbra. David. —El alba. pero tener ganas. Estaba confundido. Una vez le hayamos preparado e instruido a usted. Un poco extraña: parecía forzada. Querrá decir al alba. Pero en algún lugar de su subconsciente le gritaba una voz. una criatura. El instinto animal. falsa… —Es una gran noticia. (¡nooooo!) el instinto animal. se merece un gran honor de ser nuestro Misionero. Ha sido enviada a un centro de atención de nuestra propiedad desde donde la enviaremos de nuevo a casa (con la noticia: David ha desaparecido. No veo el momento de comunicársela a nuestro príncipe –anunció aquél–. ¿no? ¿Qué hora es? –No tenía ni idea. Así son las cosas. joven. No sabía qué hacer. podrá reposar en otra habitación que poseemos aquí. para que al crepúsculo reciba la bendición y comience su instrucción. Victoria. No sabía si tomar parte o no. —Ya veo –afirmó el hombre–. Entró un hombre alto con chaqueta. Esperaba con los dedos entrecruzados. ¡diablos! Pero se dio cuenta de que no era exactamente con la fisonomía de aquel hombre. pues también había perdido el reloj. ¿Está completamente seguro de su decisión? —Sí –mintió David. Por lo pronto.una extraña sonrisa que pretendía quitarle la idea que David tenía de él. a pesar de que las ventanas corridas a su espalda apenas dejaban pasar las luces de la mañana. pero le vemos cansado y con los pensamientos en algún otro lugar. Recibirá la bendición del Maestro. A pesar de todo es que no le pegaba. Seguro que iría disparada a su cama a descansar y olvidarse de todo) cuando se haya recuperado. le importaba un pimiento el resultado. Sobre todo porque le recordaría la forma en que la sangre salió. sacando al aire libre el esófago y los primeros huesos. Jamás olvidaría aquello: esa mirada inexpresiva por estar oculta tras unas gafas. Pero aquello no le importaba. Lo dejó tumbado en los asientos traseros mientras su compañero corría al asiento del copiloto. El hombre que acababa de entrar era el único que había podido escapar de las garras del asesino que entró desde el techo de aquel coche en el que iban él y sus dos compañeros… con aquel chico. seguro y lejos del más sangriento de aquellos espectros. Tras cerrar las puertas. al fin. Los cadáveres habían desaparecido. pero aquel maldito chulo lo dejó abandonado allí mismo. Y lo que vino después fue lo peor. Un coche hecho especialmente con modernísimos complementos de navegación y telefonía. pero su expresión indicaba que habría que ser breve y conciso. Lo verdaderamente importante era que había escapado de las garras de aquel espectro diabólico que había atravesado la garganta a Krospel y se la había arrancado a Joshua. Marco había corrido y corrido como perseguido por mil espectros. No daba muestras de impaciencia con los gestos de la mano. parecía que todavía era deseable. El que había estado a punto de clavarle aquellos dos colmillos que exhibía triunfante (¿los cuchillos?) mientras abatía a sus dos compañeros. Finalmente. había regresado hacia el lugar donde lo dejaron. que le hacía parecer un aterrador insecto con dos pares de cuchillos (colmillos) por delante con los que sesgaba la vida de su habitual compañero de misiones y probablemente su único amigo. no así la sangre. Recordaba cuando recogió a aquel chico que estaba completamente ido en el suelo mientras la chica corría cobardemente hacia el vallado. aunque se alegró de haber podido recuperar aquel prodigio automovilístico que le había costado a su jefe más de dos millones de euros.butaca. se refugió en un callejón estrecho al lado de un hediondo contenedor de basura donde se sintió. media hora después y tras estar seguro de que no habría nadie alrededor. Aunque quedó bastante abollado. 26 . Infausto. como si se hubiera reventado un globito de los rellenables que contuviera un líquido rojo. a pesar de que apenas conocía al conductor. que se astillaron con un leve traquido que jamás querría volver a oír. del que se sentía tan orgulloso su jefe. Y viscoso. Aquel insecto humanoide le había lanzado un tremendo puntapié justo en la punta de la barbilla que le abrió media cabeza. entre otros. salieron despedidos como un cohete con el derrape inicial que precede a todo brusco acelerón de un coche de tan alta cilindrada como era aquel Audi de color verde modificado. Esa historia le impresionaría y tal vez le tuviera más en consideración si le contaba alguna hazaña propia con la que consiguiera escapar. Ninguno de aquellos fantasmas demasiado reales había mostrado intenciones de perseguirle pero. el secuestro al empresario Domingo Torralba. Tal vez hasta le otorgara una misión con más créditos en juego al comprobar su valor. saliendo hacia Barcelona.Joshua salió despedido atravesando el cristal con el cráneo y abriendo la puerta con el tremendo impulso que la patada había conferido al resto del cuerpo. Marco pensaba que en realidad era un grupo neonazi que esperaba el momento propicio para resurgir. haciendo creer al estado que aún estaba vivo. emitiendo una protesta en forma de crujientes sonidos de huesos vertebrales que se resentían a la enorme presión. ya asentados en el terrorismo español. No vio más. se cambiaron de bando y filtraron ellos mismos información al GRAPO. eso sí: las psíquicas le durarían bastante tiempo). que estaba actuando clandestinamente en Alemania y otros países europeos con varios secuestros y asesinatos sin revelar nombres. se dirigió a una estación de servicio para recargar de hidrógeno líquido el depósito y limpiar de sangre el coche. Pero podría contar aquello que había pasado. secuestrando a hijos de contrabandistas de la competencia (acto que acababa con el asesinato de los mismos en el lugar de entrega de los escasos millones de liras de rescate que pedían). Fueron las únicas heridas que sufrió en aquella fracasada misión (físicas. En aquel lugar tan apartado de su costumbre meditó lo que podría hacer y. Y por destrozar aquel maldito coche tal vez no tuviera mucha piedad. aun así. fueron solicitados por otras organizaciones como las Brigadas Rojas. y sus últimos trabajos fueron para la organización secreta de la GESTAPO. Donde deberían haber ido con aquel maldito chico. piernas y parte de la cara. de nuevo en Italia. Acentuado todo ello por el frío. Conteniendo las náuseas. al cual acabaron matando cuando estaban a punto de ser descubiertos. había escapado por detrás de su vida en cuanto el coche bajó de los treinta por hora. entre otros actos terroristas. no aquella huida tonta que le había dejado miles de pequeñas cicatrices en los brazos. donde extorsionaba a varios dirigentes del gobierno vasco poco simpatizantes con esta banda para impedir que filtraran datos sobre los próximos atentados al GRAPO o al gobierno central. Tal vez tuvieran éxito. Finalmente él y Krospel. y en varias colaboraciones con la ETA. realizando extorsiones a empresarios en su nombre. Aumentado su prestigio. 27 . usó toda la fuerza que había adquirido en sus entrenamientos en Holanda cuando se alistó a aquel grupo de la mafia de Ámsterdam. Llevaron a cabo. Valor que ya había demostrado varias veces durante sus años en la mafia de Génova. Había miles de skinheads en el mundo. Afiliados no les faltarían. Sin él sería mal recibido. Y la energía extra que le proporcionaban la adrenalina y acetilcolina. casi aplastándose la cara contra el asfalto al tropezar con la rampa móvil que parecía aquella carretera a esa velocidad. al encontrarse dinero en el bolsillo trasero del pantalón. trataba de ser optimista en su más exacto sentido. no sabían lo que les esperaba…. de nada serviría contarle sus batallitas. y tomando la palanca de cambio por un chupa-chups. Todavía podrían encontrarlos. descontrolado…. Un universitario sólo sale a la calle por la mañana en horas punta y por la noche para salir de marcha. lo que daba una idea del tamaño de aquella especie de cuartel. joder. Y. Y aquella misión lo era. se acordaba de la matrícula de aquel Skoda. ¡Cómo podía pedir aquello! ¡Era una locura! No se podía secuestrar en Granada a un estudiante en pleno día. matarían dos pájaros de un tiro. que se abrió con suavidad. la culpa la tenía aquel maldito chófer que no había parado de reventar la carrocería con cualquier objeto metálico que estuviera en la carretera.Llegó un día más tarde a Barcelona y se dirigió al edificio donde se ocultaba clandestinamente. Cuando le abrieron. para evitar que detalles a primera vista sin importancia se pasaran por alto. una de las parejas más sólidas en el ámbito de los secuestros y extorsiones. aunque no lo parecía por el lujo. Pobres. Les había adelantado un esquelético Skoda y les había dejado apresados entre la espada (los cuchillos) y el bordillo de la acera. Al llegar a la puerta del edificio de cinco plantas. casi nunca se dejaba ver a no ser que la misión que encomendaba fuera de máxima importancia. sobre todo por haberles cedido aquel cochazo y ese desconocido chófer a Marco y Krospel. además. Marco pensaba que él era el capo de la mafia de Ámsterdam y que no tenía jefes a su vez. En el segundo piso sólo había una puerta. sería una buena compensación. a pesar de no tener ni idea de quién era aquel chico ni de las intenciones del capo con él. Ahora comprendía la advertencia y se estremeció al pensar cómo respondería el capo si no se inventaba una contundente excusa. lo que confirmaba las sospechas de Marco. por lo que siempre andaba con cuidado al hablar con él. Craso error. Todavía le nublaban los pensamientos aquellas escalofriantes escenas que había presenciado. A pesar de todo. su jefe. Como no podía ser más pesimista. ¿O no? La cabeza de Marco no pensaba con claridad. Subió las escaleras con nerviosismo. éste le había dejado bien claro que evitara el secuestro en horas nocturnas. incluyendo vehículos y contenedores de basura. procuró hacerlo en un lugar completamente desierto. seguramente le agradecería la información. Parecía un jovenzuelo sacándose el carné de conducir con la sexta marcha: nervioso. meditando todos los lances que podrían surgir durante la conversación que iba a tener lugar en unos instantes. Una vez había matado a otro jefe de la mafia. En tal caso. pronunció la contraseña a través del portero automático. el capomafia sería capaz de cualquier cosa. ¿No era todo eso suficiente (excusa) justificación? Además. Aunque no encabezara el equipo de rescate (prefería que no). empujó la puerta. Las otras tres habían sido tapiadas al conectar las 28 . Además. Y nada agradable. pero para él era necesario disimularlo para no dar muestras de debilidad en un lugar como era el mundo del hampa. de momento. Al parecer viene solo –apuntó el capo holandés en un malísimo inglés plagado de acentos de mil nacionalidades distintas. el cual a los pocos meses emigró a un país del este de Europa dejando en venta aquel enorme piso. como era más normal y más aproximado a un entierro en un cementerio. Había olido tan de cerca la muerte que por primera vez en su vida la temía. Pero aquello había sido demasiado para su infranqueable espíritu. y unas gafas de sol como las que había perdido en el momento de saltar del coche. La zona donde un paso de más (o de menos. bastante raído y sucio. Nada de eso ocurrió. el censo y los papeles del piso tendrían cuatro datos diferentes sobre cuatro dueños diferentes. Era una experiencia completamente nueva. Espero detalles. Al principio alguien había ordenado realizarse aquellas obras. Nada de eso. Ni él ni el cordero podían saber lo que les esperaba. como era el caso de Marco) podría significar un expediente archivado sobre un ojo o un trozo de pierna de un individuo no identificado flotando en el río más cercano al lugar donde se realizó (o no realizó) aquel paso. la policía. Seguramente la inmobiliaria. Aquel familiar vendió esa propiedad a un desconocido. o de una caja de madera. como era típico. donde se encontraba desde hacía unos minutos el gran capomafia. que regulaban su ahumado en función de la luz externa. como ponía en los papeles que presentó el notario. Aquella maldita historia había sido un inteligente montaje de aquel misterioso capo para evitar la menor inspección o sospecha sobre su verdadero uso. La estancia no era muy luminosa y. muriendo poco tiempo después para dejar en herencia a un cercano familiar aquella “finca”. 29 . al entrar tras oír la invitación del capo. era bueno en su campo porque nunca tenía realmente que ofrecer una cara falsa: siempre sabía lo que hacía y no conocía el temor en ninguna de sus formas. De hecho. El resto reposaría eternamente en el fondo de la zona más sucia y solitaria de las aguas dentro de un saco de patatas. —Bien.cuatro casas como una sola. al llamar a aquella única puerta. estaba vacío o abandonado. Le abrió un hombre de etiqueta que le condujo sin mediar palabra y de una manera bastante fría a un vestíbulo donde escogió un traje para sustituir al que tenía. Pero no era un buen actor. Eran unas gafas fotocromáticas de tecnología bastante avanzada. se quitó lentamente sus gafas fotocromáticas mientras avanzaba lentamente tratando de no parecer temeroso como un cordero directo al macelo. sintió un escalofrío pensando que se adentraba a las puertas de la zona más corrompida de Barcelona. Teóricamente. pero sin dejar ver bien la forma y el color de los ojos en ningún caso. todos más falsos que el dueño del propio coche particular de Marco. El cual. Posteriormente le abrieron paso hacia los aseos. donde se duchó y cambió hasta estar completamente limpio y presentable. Se dirigió al despacho principal. —Usted opina que le voy a ceder otro crédito para que efectúe otra búsqueda. pero aquella superaba toda descripción. O estaba haciendo teatro. a pesar de que le disparamos esos dardos envenenados. jefe –anunció nervioso–. normal en el de la piel y pelo. como si hubiera estado allí y aquello fuera lo más normal del mundo. Va a ir usted. ya que recuperé el coche más tarde. A Krospel con un par de cuchillos. Hemos perdido y tenemos que volver a empezar. aunque no sea yo quien tome parte del rescate. aunque no crea que deba decirlo. Necesito a ese chico antes de mañana y ya me he gastado demasiado dinero en la primera investigación. No espero que me designe pues. Si no lo querían matar lo tendrán todavía. Sospecho que sabía lo que le esperaba y estaba temblando como una mujercita. Dentro de un rato lo habrán soltado e irá de por libre. Esa gente no tiene ningún interés en ese chico. —Pues no veo cómo vamos a quitarles nada de las manos a esos seres sobrenaturales si no es por sorpresa. Hasta ahora todo va bien ¿No? –Marco intentó reprimir un escalofrío que a pesar de todo sintió que le atravesaba de parte a parte. Muy típico. no sabía ni hablar. y había dos tipos en el otro coche. la verdad.«Una de dos –pensó Marco–: o era un políglota al que no se le había dado bien el inglés o por no saber. Reconózcalo. Se quitó las gafas de sol. Asintió como pudo–. No pude coger al chico porque sólo tenía un dardo. Sólo querían al chico.» —Han muerto. pero saltó de ese coche al nuestro y. Además. —Y usted piensa que hay que ir a buscar donde compraron el coche –ironizó. —Recuerdo la matrícula. Conociendo sus movimientos por anticipado. acercándola al frente y acomodándose–. Le disparé con la pistola de mi compañero y escapé. Bien. Parecía como si se lo esperase. No sé cómo. no he visto tanta sangre en veinticinco años de trabajo. extraordinariamente. No estoy dispuesto a financiar otra. Es cuestión de ir a buscarlo. Usted lo seguirá. –El capo no daba muestras de haber sido impresionado. No me persiguieron. que mataba con sólo dirigirla al interesado. descubriendo una mirada verdaderamente asesina. —No directamente. 30 . Creo que fue por eso por lo que perdimos… —Siéntese –ordenó tajantemente Frederick señalándole con la mano una pequeña butaca en el lateral. —Resumido: lo hizo en horas nocturnas y ha perdido al chico. pero en la dirección del dueño sabrán algo –aseguró Marco–. Si no se trata de otra mafia que haya falsificado el nombre. y de una patada destrozó el cristal y abrió la puerta con Joshua delante. Marco le obedeció. A Marco le perturbó. Han sido asesinados a sangre fría por un tipo que abrió la cabeza a aquel maldito chófer que se dejó atrapar por un Skoda de segunda mano. los mató. Detrás del chico. ya que era albino del iris y. sus ojos eran rojos. No. Ni un conductor tan malo. Y eso multiplicaba el efecto que ya tenía. En esos barrios que se movía había miles de miradas claramente psicópatas y asesinas. lo típico. Tú impedirás que salga siquiera de España. el cual entró en pocos segundos–. cuando acabe su misión. lo asesinarás y enterrarás bien profundo. En términos internacionales. incrementada a un total de medio millón de euros y restada en setenta y cinco mil por cada día de retraso a partir de diez días. Alquile un coche con los papeles falsos que posee por diez días y quémelo. Tal vez llevara algo que le interesaba al jefe y no a aquellos tipos. con el mismo movimiento. No era buen tirador. –Abrió un cajón situado debajo de donde apoyaría el brazo izquierdo si no estuviera tan cómodamente asentado. ¿O sí? ¿Sería él el portador del objeto? No sabía de nada que llevara encima en el momento del secuestro. lo volvió a dejar al lado del dinero: era una pistola semiautomática Astra. Búsquelo a partir de esos diez. –Marco se dio cuenta de que por primera vez le tuteaba. Era zurdo y no creía poder manejar la pistola con la diestra. ¿Mala o buena señal? Probablemente sólo trataba de mantenerle completamente atento a sus explicaciones–. Dinero. No era un vulgar ratero. Muy lejos. —Supongo que sí –aseveró. »Y recuerda: horas diurnas y lugar desierto. Va a hacer una especie de ‘tour’ por todo el mundo. lejos de cualquier lugar que pueda levantar sospechas. —Ese bastardo –acentuó bien la palabra– se va a largar lejos. Me comunicarás lo hecho seguidamente y te pasarás por el punto que te comunicaré para recibir la paga que habíamos pactado. sino que concluyó la entrevista ordenándole marcha sin más comentarios. como si se diera suma importancia. tras haberlo conducido a un lugar completamente desierto. No le había cogido nada. y sacó un manojo de billetes en euros que debería contener casi treinta mil. ya que no volverá aún. Ya sabes sus señas. tiempo que calculo volverá a aparecer por su casa. Y no se trata precisamente de unas vacaciones. Marco no solía llevar pistola. Traiga una pistolera de talla alta y media en anchura –solicitó. El ayudante entró con la pistolera de tórax y Marco colocó la pistola en el costado derecho. Comprobó que estaba cargada mientras Van Basten llamó a su ayudante. Se lo tendió deslizándolo lentamente por la mesa hasta ponerlo a unos veinte centímetros del otro extremo y añadió–: Será suficiente. de ahí ese lugar. No importa dónde. –Volvió a coger algo del mismo cajón y. una vez haya salido de Granada. 31 . dentro de la funda. Inmediatamente lo aprisionarás y dos días después. no antes. pero no llegó a acertar nada. una llave…. Eran más o menos las medidas del cuerpo de Marco. carné de identidad. sólo Krospel. La definición de ese tipo de misiones–. una vez liberado.¿no? Marco trató de imaginar lo que tenía entre manos. El capo no echó cuenta a este detalle. Durante los preparativos para su marcha (que hará probablemente en su casa) lo localizarás. –Marco adivinó: persecución con secuestro o asesinato. al que se dirigió seguidamente–. con un sacerdote con prendas parecidas al que estaba viendo frente a su asiento y un crucifijo sobre trípode… maldito brillo en los ojos de aquellos malditos imbéciles. Pero la situación tenía un cierto parecido con los clásicos laudes romanos como el que celebraba algunas veces David en una comunidad cristiana a la que pertenecía. Sin embargo. tres diáconos y un sacerdote. ahorrándose el tener que cruzar el patio central por el cual aún asomaban las últimas luces del día que se escondía por detrás de las montañas de Sierra Nevada. el antiguo reloj mecánico de caja de fabricación italiana que adornaba la pared de su habitación privada. Cuando el sacerdote se disponía a situarse frente a su trono. Había escasa presencia. aunque ya apenas se sorprendía por nada.. Diligentemente caminó hacia la capilla que se situaba solamente a un par de habitaciones más a la derecha tras vestirse. aparecieron por la puerta David y un acompañante. apenas una docena de fieles. Podría no ser. varios cuadros religiosos que representaban escenas del Nuevo Testamento. Lo estropeaban todo.. Mervat sonrió ante la idea de que él era el invitado número trece. doble asesinato. La capilla era humilde. y el asiento del sacerdote. un altar de una especie de mineral verde translúcido. Doble secuestro. con los ojos entrecerrados. ya que en su zona horaria. hora extraña para él. Lo observó atentamente. una secta que invertía noche y día…. el ritmo noche-día era francamente distinto. David lo miró extrañado por la atención que le prestaba aquel hombre. ¡Absolutamente todo! ¿Qué era aquello? Uno de los más jóvenes de la asamblea que le rodeaba en ese momento le había conducido por la mañana poco antes de salir el Sol a una habitación con ventanas translúcidas tras su convalecencia y entrevista. puesto que no sabía quién era pero bien pronto se dio cuenta que no poseía el particular iris de sus compañeros de culto y supo que era él. pero no reparaba en gastos en cuanto a conservación. Eran las siete y media de la tarde. Él. Mervat se acomodó en un banco en la tercera de las cuatro filas de tres metros de ancho cada uno que había. Los pocos tesoros que había: un crucifijo apoyado en tres patas de bronce con el símbolo INRI de oro. en una iglesia cercana a su casa. En un principio Mervat no lo reconoció. la amazonita. No podía haber confusión. Sabía que jamás traicionaría a nadie y menos a Dios. doble rescate. sin hacer más comenta32 . Había sonado la campana por tercera vez cuando llegó al lugar de reunión donde se estaban preparando los laudes. Se sentó a su lado. más al norte de Europa. había cambiado.5 Mervat se incorporó de su magnífico lecho y observó. sólo faltaba que le invirtieran el cerebro también en aquella capilla tan oscura. del mismo material con un almohadón de lino para hacer más cómodo el asentamiento. No se equivocaba. fijándose en un reloj mecánico de péndulo que había en la pared. en castellano. Yo no le debo fidelidad alguna ni al rey Feli33 . —Son los laudes. A veces incluso con flautas y siringas. Por fidelidad a Dios. y se extrañó que le llamase. —El primer paso que deberías dar sería pertenecer a nuestra comunidad. en latín. Y eso era todo. pero no era exactamente como pensaba. un timbal y panderetas. —Has aceptado partir en la búsqueda. David se santiguó a imitación de los demás. Sígame –le dijo. Ya no pensaba que fueran un puñado de locos. ¿Sigues convencido de ello? David vaciló de nuevo. A la tarde. Normal a esas horas tan tardías en las que deberían cenar y estaban recién levantados. supuso David. Se limitaban a recitar con armónica voz el salmo que correspondía ese día en la Liturgia de las Horas. El sacerdote comenzó la oración en latín. aunque los himnos o salmos se cantaban a voz sin acompañar. —David –le dijo alguien. libro que observó sobre el altar. no sin un cierto temor. la expresión y la forma de dirigirse a él de aquel amable sacerdote le invitaban a la confianza. y se levantó. ¡era una locura! Pensó en negarse pero (el instinto animal) decidió volver a seguirles la corriente. al papa. Previendo algún acontecimiento inesperado. en el lugar que suele corresponder a la Biblia. y a nuestro príncipe. ¿Puedes acercarte a este lugar? —Por supuesto –dijo David. Una secta o le estaban diciendo la verdad. —Un momento. Había estado absorto en sus pensamientos y se había apartado del ritmo de las oraciones. se dispuso a recibir la bendición que le habían anunciado. Sabía que en ese momento tocaba al sacerdote dar la homilía. Ahí había algo raro. Allí le esperaba el mismo joven que le había llevado a la habitación. Acorde con la penumbra del lugar. Las oraciones no se apartaron ni un solo segundo del rito romano al que estaba ya acostumbrado. al ponerse el Sol. pero esto era imposible…. y la comunidad de David lo hacía con guitarras. Debes estar absolutamente seguro para algo como esto. se vistió rápidamente con la poca ropa que se había quitado para dormir. fidelidad absoluta. y salió fuera mientras sonaba la segunda campanada. Falta de medios.rios que pasara un buen día. Si te revelamos los detalles de esta misión deberás cumplirla. lo había despertado la misma primera campanada que a Mervat. un momento. Además éstos ni siquiera cantaban. que marcaba las siete y veinticinco. o falta de ganas de canto. La voz. —¿Cómo “de momento”? –le interrumpió David. aunque a éste no le debas. que era lo que le parecía más lógico. —No sirve. —In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti. —Supongo que sí –le salió. de momento. David miró a su frente. Era el sacerdote–. Acercándose al lugar donde se asentaba el ministro. Pensó que debía ser alguien importante por algún detalle que no lograba captar conscientemente. —Nombre típico y no el oficial. pero lo sé. El sacerdote sonrió y alguien soltó una carcajada detrás de él. ya pertenezco a una comunidad religiosa de Granada. no se trata de un grupo de la Santa Iglesia o Comunidad de todos los cristianos. Mervat no se dio por aludido. He venido enviado por el príncipe para instruirle y transformarle. Os estáis refiriendo a los Caballeros del Temple ¿no? David no tenía duda que era eso. —No quiero ni pensarlo.pe. Y 34 . Normalmente sólo nombramos caballeros a los luchadores o sargentos. verdad? Vamos. soy Maestro de la Orden. ostento el cargo de Maestro y sólo yo puedo nombrar a los nuevos caballeros de la Orden. aunque a veces no esté totalmente de acuerdo con las decisiones que aquí se tomen. ¿No pensarás que debo hacer algo parecido. a pesar de no haber sido llamado. —Como he dicho. pero el momento de tensión no le permitía hacerse una idea de la realidad. aunque te extrañe la pregunta? —Un montón. aunque no creyera que corriese peligro alguno–. el sacerdote y los diáconos. —¿Qué oficial…? –murmuró David. con toda tranquilidad. Sólo le debo fidelidad a mi país como tal.. la mayoría dirigida hacia su familia y hacia Victoria además de hacia sí mismo. No tomes las palabras ‘comunidad’ y ‘príncipe’ con el sentido al que estás acostumbrado. Y puedo decirle que la prueba que deberá pasar no hace absolutamente ningún daño. hijo mío. pero en casos como éste hacemos una excepción. eran ellos! ¡Los Caballeros Templarios! —Un momento. David se volvió y vio que era el hombre que le había estado observando con interés y hasta con asombro cuando llegó. pero así es. Comunidad. lo digo por el aspecto que tendría ante los ojos de mi novia cuando me vea con más pechos que ella. en una película vi como a un americano le cortaban un trozo de piel de los hombros a modo de asas y lo elevaban con unas cuerdas en vilo. pero no se le pasó nada por una mente agarrotada de pensamientos. —Tiene sentido del humor. aunque me caiga bien. —¿Sabes lo que hacían los blancos cuando querían pertenecer a alguna tribu de indios? –le preguntó.. —Un momento –le tranquilizó–. Se trata de un grupo racial. ¡No era una secta. Nada de atrocidades en el sentido estricto de la palabra. David quedó espantado. Se acercó al lugar donde se reunían ya David. Me voy a presentar. según nosotros. Me llamo Mervat. un momento… –balbuceó David–. Y además. Debe pasar por la prueba que debe pasar todo aquel que desee pertenecer a la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo. ¿Has visto películas de indios. Pero no entiendo. –David trató de averiguar que se traía entre manos. En otra la sujeción era un par de huesos atravesando los pezones. Sí. el nivel más alto que ha alcanzado nunca un español. De todas formas no sé por qué eso me hace “excepcional” –dijo. ¿Alguien de sus amistades o familia era un templario? Nada más alejado de la lógica. No sabía por qué esto le inquietaba. Aquello dejaba de tomar tintes siniestros para tornarlos más extraños aún. tratando de averiguar qué buscaba en él. italiano y latín –enumeró. francés. —Muy sencillo. Conocemos bastantes cosas de usted. es el idioma con el que se comunican los miembros de la Orden del Temple. Y sobre todo porque el latín. —Entre nosotros no necesitará la modestia. Eran gente de toda confianza. –David comenzaba a inquietarse por los datos que habían sacado de él. encomillando los dedos de las manos. alemán. Conocía todos aquellos detalles excepto que era la lengua con la que se hablaban los Templarios–. contando manualmente. No sé por qué. Alguien había investigado detalles de su vida para esta gente. —Es verdad –siguió confirmando–. Si no fuera por el bo habría conseguido el quinto grado. algo poco habitual en español pero sí en otros idiomas–. aunque estuvieran com35 .sólo si se trata de alguien excepcional a su vez. además de ser la lengua universal de los cristianos. y la lengua oficial en el estado del Vaticano. —Ya os lo dije esta mañana. como dando todo por explicado–. Es complicado su manejo. por ejemplo. Como usted. —Que es estudiante de cuarto curso de educación física. En ese momento cayó en la cuenta de que quizás el maestro también hablase varios idiomas. acentuando esta significativa palabra –. —¿Y qué tengo yo que no tengan los demás? Hasta ahora pensaba que era una persona normal. –afirmó Mervat. y nosotros no podemos arriesgarnos a meter a los bancos en este asunto. David lo miró atentamente. Mis próximos ataques van al ruso y al japonés. El viaje deberá costearlo personalmente. inglés. pero era así. o alguien le conocía. Alguien con un alma y una mente verdaderamente caballerosas –dijo. Cada verano me dedico a aprender un idioma diferente viajando al país donde se habla. vamos. –David asintió. Suponía. cuando podremos reintegrarle los gastos en efectivo. la principal de todos los clérigos. Supongo que prefiere no tener que llevar gran cantidad de dinero en papel durante el mismo. —Pero le permitirá subvencionar los gastos del viaje. —Que procede de una familia bien posicionada. ¿es así? —Sí…. Al menos hasta que termine su viaje. David se convenció. ya que se dirigía a él siempre como ‘usted’. Con lo que decíamos. hablo seis idiomas: español. habla varios idiomas. ya que nosotros sólo le podremos ofrecer alojamiento en nuestras casas templarias. pero se me dan muy bien los idiomas. —Eso ya no es mérito mío. Va a viajar por toda Europa y tal vez por otras partes del mundo. además es cinturón negro cuarto dan de kobudo. Esa facilidad idiomática le abrirá un montón de puertas. A los pocos minutos volvieron con un lecho que a David le dio por asemejar a la parte inferior de un féretro. —Pues entonces estoy dispuesto a pertenecer a la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo. ni si36 . No lo obligaban. No lo secuestraban. Mervat hizo una señal a los diáconos y éstos salieron de seguido por la puerta que daba a la sacristía. destinados para su Obra. »Cumplirá un voto de castidad durante las misiones que se le encomienden y durante sus estancias en una casa templaria. no en castellano. hasta que lo colocaron en posición vertical. »Un caballero de la Orden deberá ser totalmente neutral en cualquier cuestión ajena a nuestra religión cristiana o concerniente a la voluntad de Dios. aunque jamás me lo hubiera tomado en serio. »Cuando un compañero pierda sus bienes esenciales. Conozco parte de vuestra historia y he llegado a admiraros. Todos los demás bienes serán de Dios. Uno de los diáconos le ofreció un rollo de pergamino al sacerdote. La prueba. No lo querían asesinar.pletamente locos. »A un Maestro. siempre he soñado con algo así. No lo sustraían a una religión en absoluto diferente a la que profesaba. Estos son: »No deberá poseer bienes propios más que los esenciales. Pero eran Templarios… La misión no tenía sentido… ¿Qué clase de príncipe era ese que alguien tenía sumo interés en encontrar y alguien en evitar que se encontrara? Aún no había preguntado qué era realmente lo que había pasado aquella madrugada. —Por la Gracia de nuestro Señor Jesucristo. Estoy seguro de que Dios me ha llamado a ello. por ende. un caballero u otro miembro de la Orden deberá compartir sus bienes con él hasta que esté en condiciones de reponerlo. »Nunca revelará a una persona no miembro o ajena a la Orden ninguno de estas reglas o preceptos ni cualquier otro asunto relacionada con la Orden. representado por los Maestros y el Santo Padre. Estoy dispuesto a seguir el rito de nombramiento. además. sargento o luchador le está prohibido retirarse de la batalla a no ser que el enemigo le supere en número de tres a uno. algo que le desalentó por completo durante unos breves instantes. y en el nombre de nuestro Príncipe y del Santo Padre. expongo los votos de por vida de los candidatos a miembro Caballero de la Sagrada Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y el Templo de Salomón. caballero. No era eso. apoyado en la pared del fondo. el cual lo abrió y comenzó a leer en latín. Victoria. con puestos en el gobierno y en importantes empresas multinacionales. Dios sabía que era capaz. Creo que será difícil encontrar un bioquímico competente que te la sintetice en menos de dos o tres días. Victoria se volvería loca. David lo sabía y sabía que sería difícil conducirla a alguna aventura que pudiera alterar sus nervios ya que en esos delicados momentos hubiera sido difícil controlarla. —Entrégamela. O si aparecía… bueno. Klaus. —¿Qué? 6 —¿Qué tal se encuentra. y a nadie le extrañó aquello. 37 . sobre todo considerando que no tenemos ninguna muestra para que la analice. sigue siendo alarmante lo baja que se encuentra. Siempre había tenido un humor muy excitable. vampiros. »Los cargos de Maestro y caballero sólo lo pueden ostentar varones que deberán ser. Estaban perdiendo los primeros días de clase tras las vacaciones navideñas. hasta el punto de que llegaron a prohibir que se acercara a la familia cualquier miembro del gremio informativo. Las hormonas deben ser de la variedad que produce nuestro organismo. y David la soportaba manteniendo siempre la calma y tratando de convencerla de que todo saldría bien. De todas formas. —Aquí nos la jugamos todos –dijo Frusler. Esa era casi la principal diferencia entre uno y otro. nacidos o transformados. Es un estudiante de medicina de confianza. que sí poseemos. creo que debes enviar al continente a alguien para que me traiga tiroxina y triyodotironina para controlar su metabolismo basal. ya que era una de las familias más ricas de la ciudad. muy leal. Y así hicieron sus familiares. que ponían a Victoria histérica. 7 La fotografía de David se extendió por toda la provincia y parte de España gracias a la prensa y a los carteles con su imagen que fueron pegados a buena parte de las farolas de Granada. le puedes enviar su fórmula. Los padres no escatimaron gastos.quiera su propia existencia. continuaba con una labilidad emocional que nadie sabía cómo calmar. cercanos ya los exámenes del primer cuatrimestre. por su parte. y aquello era bastante grave para unos estudiantes de quinto y sexto curso. Irá Yido. digamos en mal estado. Frusler? ¿Le subió la temperatura? —Dos décimas. Sobre todo sabiendo lo que se juega. a sabiendas de que sería inútil si David seguía sin aparecer. Había salido momentáneamente de su despacho sólo para descargarse de su melancolía de aquella manera tan vergonzosa para un hombre de cuarenta años. —Decepcionante –se asqueó Yido. casi en jadeos. Le sonaba familiar. 38 . mirando con horror a aquel intruso que había entrado sin hacer sonar la alarma. —Llámame de tú. Detrás de una de ellas vio luz y oyó la fuerte respiración de un hombre.David tardó más de una semana en aparecer. ¿no se oía la vibración de varios muelles a la vez? Yido se acercó a la puerta en cuestión. No se oía nada más que el ligero zumbido de los generadores eléctricos desde el interior de la factoría. como pocas veces había hecho. vigilando que ningún coche patrulla pasara cerca del lugar.. giró los brazos describiendo un cono y cuando llegaron a su máxima altura contrajo. —¡Calla! Ya voy –le contestó por lo bajo. «Claro. Elevó la vista y llegó a divisar una ventana semiabierta a unos seis metros de altura. tienes un emilio! –graznó el incompetente compañero de prácticas de Victoria en medio de la silenciosa biblioteca. de la compañía francesa millenium moléculaire.. el cuádriceps. Cinco metros. Al abrirla. la ventana». No había nadie dentro. y se dirigió a la puerta de entrada. Se agachó tras flexionar las piernas al máximo para coger todo el impulso posible. —¿Quién es usted? –preguntó. impulsándose con una sola mano. todavía horrorizado. vio un pasillo lúgubre que conducía a varias puertas. al parecer la habitación del que mandaba en aquel enorme laboratorio científico que era la factoría. probablemente la de la oficina del director. –Hasta los mejores cerebros tienen que dejar su trabajo para dedicarse a ciertos menesteres. Abrió la puerta. al contrario de como esperaba. Sonrió y se introdujo rápidamente por el hueco que quedaba abierto. Aquel maldito científico estaba masturbándose completamente solo en todo el edificio. dedicada a la síntesis de moléculas con acción biológica. Activó rápidamente el asta frontal del cerebro y consiguió alargar un metro más el salto. 9 —¡Victoria. Y…. El hombre se recogió rápidamente los pantalones y saltó de la cama. logrando agarrarse a la repisa de la ventana. porque vamos a necesitar confianza y un largo tiempo para completar un importante objetivo para el que tú y yo estamos hechos. recordó. 8 Yido se acercó al oscuro edificio completamente de noche. pero no convenía darle a uno sobresaltos así en un lugar tan (terapéutico) tranquilo como una biblioteca. ¿Y a quién abriremos? —Vete a la mierda. Practicaré una autopsia contigo. Físicamente. ¿eh? Que no me conoces. un momento. Había pasado más de una semana desde aquello y por fin tenía contacto con él.Estaba ya algo recuperada de la depresión y había vuelto a ir a clase. —Eres tan discreto como una vieja. No te dejaba a menos que tuviera algo mejor que hacer y Victoria pensó que no pararía hasta averiguar qué era aquel mensaje. Ese mensaje no era ninguna amenaza. le obligó a salir de la biblioteca. David era muy escrupuloso con ese tema. Ese mensaje tenía el estilo que usaba David con ella cuando quería quedar sin que nadie más lo comprendiera. Agarrándole por el brazo. —Muy bien. Pero en este caso. parece como una amenaza. —Basta y sobra para conocer a un idiota como tú. Parecería una alarma de sirena. que hubiese llegado justo cuando se había ido a hacer una consulta en un libro y él se sentara allí a continuar el trabajo que estaban haciendo. Era un estudiante pésimo que había entrado en la facultad por vías que Victoria desconocía por completo. y como alguien se haya enterado de eso te conoceré. Sin dejar tiempo a reaccionar a su colega. —Un momento.39 necesaria para el acceso a medicina jamás lo conseguirían. cogió el ratón y borró el mensaje. por lo que deducía que llevaba bastantes años repitiendo y sacándose la carrera y era un tipo pegajoso. cuida esas palabras. además de que no vales una mierda como médico. Lamentaba que lo hubiera leído él. muy bien. Con Pablo era imposible. ¿Quieres que se entere todo el mundo? Deja que lo lea. Pablo. El trasquilador. por si alguna amiga cotilla estaba con ella y veía la pantalla del móvil. «En el lugar del secuestro a la hora del desfase. sí lo era. —¿De veras? —Sí. saliendo de la Red. Sólo llevamos un cuatrimestre. pero si tratasen de convencerla de que había alcanzado la altísima nota de 8. Era mucho mayor que ella. Verás lo que es bueno.es —¿Qué significa esto? –le preguntó su compañero. Sólo que esta vez se lo había enviado por e-mail.» Origen: Anónimo – Cabina pública Destino: Mª Victoria Estévez – victoriaestevez@ugr. 39 . le soltó. —Mira eso. Una vez fuera en la calle. Como sigas así me cambio de compañero de prácticas. Un mensaje anónimo que pone… —¡Eres un bocazas! –le interrumpió Victoria–. «Donde más tranquilo se baila. Pero ese día lo haría sobrio. arriesgándose a que viera el mensaje un capullo como Pablo? Podría ser que tratara de impedir que el mensaje fuese interceptado. De hecho. así que volvió a la biblioteca ignorando a Pablo y recogió sus cosas. Tal vez estuviera desconectado. Desde entonces el apelativo cariñoso con el que David llamaba a Victoria era ‘ovejita’ y el seudónimo que ponía David para que ella lo reconociese era ‘el trasquilador’. solía decirle. Deja que te lo recorte un poco. se dirigió a la misma calle donde habían secuestrado a David hacía exactamente nue40 . Así de directo. Se le había descolorido ligeramente y él se ofreció a cortárselo. Sin embargo. ya que a esa hora habían cerrado las peluquerías y ella se había manchado las puntas del cabello con la cerveza que se le derramó a David en una cena. salió con su coche y. estropeado o sin batería. que la dejaba bastante cerca de su casa. en vez de ‘mi ovejita’. ése fue más o menos el mensaje que le había mandado el día que ocurrió todo aquello. Esperaba verlo sobrio y entero. El lugar era la discoteca favorita de David. pero ya antes había intentado localizar vía GPS la posición del móvil de David. No dijo nada a nadie y comenzó a arreglarse para poder ver. como hacía cuando la veía especialmente bella. La hora las doce. ya que el chip GPS funcionaba incluso cuando el móvil estaba apagado. por fin. sobre todo tratándose de cabinas públicas. ¿por qué la había llamado vía e-mail al correo de su facultad. tras lo cual salió y cogió el autobús. ya que el móvil de David era muy resistente para haberse roto y aquello le hizo pensar que debería estar en manos de alguien que no quería ser descubierto. No pudo asegurarlo. Horas más tarde. Pero. Verás lo que es bueno. Normalmente con una tasa del 2. y no en casa. Para que la llamara ‘mi vellocino’. roto. El trasquilador». —Tengo buena mano para las tijeras –le dijo–. así no tendrás que teñírtelo. pues Internet era un medio muchísimo más seguro. a su amado trasquilador lo más guapa que pudiera estar. o que quisiera decirle algo en concreto y con prisas. Y el seudónimo se lo había puesto Victoria un día en que él le había cortado el pelo a Victoria antes de salir.5 de alcohol en sangre. Ella tenía el móvil encima y se extrañó de que no hubiera usado ese medio. silenciosamente tanto como se lo permitía las características del motor de hidrógeno de su moderno automóvil. al principio le salió una chapuza y ella le dijo que parecía un trasquilador de ovejas. y éste debería estar desconectado expresamente para evitar localizarlo o totalmente destrozado. A la hora del desfase. Verás lo que es bueno era algo entre ellos. sabiendo que a esas horas estaría en algún ordenador de la facultad. Victoria aceleró hasta colocarse a la altura de la figura inmóvil y salió del coche sin ni siquiera aparcar. yo sé que no me equivoco. David. puedes 41 . y cerca del lugar donde habían quedado. ¡Estaban juntos en el mundo de los vivos! En el mundo animal. Entonces dejaba de ser una pesadilla y la noche la pasabas disfrutando en ese mundo. ¿Es que puedes verme a través de “eso” en una noche sin Luna? David miró al cielo. Te quiero como nunca te he querido y no quiero perderte. pero sea lo que sea. —Quiero que sepas una cosa. considerando que era un lunes por la noche. Era él. y. —¿Por qué no me miras? Quiero verte… Quítate esas gafas. A pesar de lo que dijera la nota. por lo menos llena. Las calles estaban prácticamente desiertas. y el lugar estaba bastante oscuro debido a que la farola que tenían más cerca estaba apagada. Victoria conocía lo suficiente a David para saberlo. Y estaban brillando en la oscuridad de la avenida. Pero ¿qué mundo era éste? Ese eres tú. Pero sabías que todo aquello era una aberración de todo lo que en la vida real te rodeaba y ese mundo no era más que una manera de irracionalizar los acontecimientos de la vida diaria. Eso sí sigo siendo. No había peligro de que le viesen. Aquellas en las que el mundo se volvía totalmente irreal y lo veías todo de una manera fantásticamente fantasmal. tratando de averiguar qué escondía tras esas monturas grises que aún no se había quitado. —Ovejita… –Ahora sí le importaba–. A lo lejos. No había Luna. No sé lo que te ha pasado. Victoria se llevó las manos a la boca intentando contener un gemido. Se fundieron en un abrazo y un beso que pretendían ser eternos. Victoria pensó por unos momentos que estaba viviendo una pesadilla. Y ésta no me gusta nada —David… –titubeó–. aunque ella no se dio cuenta–. en realidad no les importaba a uno cómo estuviera el otro. pero yo no soy ya quien siempre he sido: una persona llamada David Claraval. Aunque no intercambiaron ni miradas ni palabras durante varios largos minutos en los que el único sonido perceptible eran los sollozos de Victoria. –La miró fijamente. francamente. Se quitó las gafas. vio una silueta con gafas de sol plateadas y una larga y delgada mochila en el hombro. a poca gente le apetecía “desfasar”. Tenía los ojos dorados. ¿Te trataron bien? Ella lo miró. David. —¡David! ¡No quiero…! —Tranquila –le interrumpió–. corriendo hacia él. Era verdad.ve días. ¿Ahora se había metido en aquella maldita mafia? ¿Se había hecho uno de ellos? No. Pero una pesadilla de las que tanto le gustaban. Él no era alguien a quien las palabras sirvieran de mucho y. Los huesos se descompusieron nada más exponerlos al aire y tuvieron que envolverlo en aluminio. Es más.contar conmigo para lo que quieras. existía 42 . —En todo caso. no pienso decírtelo de sopetón. Es el ser. También son reales el cantante. —Ya sabes que la prueba del carbono-14 no fue de fiar –expuso Victoria–. no era un homo sapiens sapiens. Te amo ¿sabes? David sonrió. pero también se la hicieron a las ropas que llevaba. Pero con ninguno de ellos puedes tener una relación como con quien yo era. Del Neanderthal surgió otra especie humana diferente. Trataba de prepararte pero. —No me dejes en la incertidumbre. En ese banco. espera. Vamos a sentarnos allí. Con uno el amor es un sueño inalcanzable. —Ya. —¿Recuerdas la teoría del segundo eslabón perdido del hombre? Ésa que salió hace poco en el Nature. sin embargo. el caballo y posiblemente Dios. con otro un estado del alma y con el otro no puedes pasar del cariño sin parecer rara. David sabía que lo sentía. Suéltalo ya. y tenía razón aquel dicho de que la cara era el espejo del alma. que en mí ha cambiado. Tenía miles de años. Tal vez de rechazo. un extraterrestre –ironizó con una mirada de enfado. Tal vez murió poco antes de ser descubierto. —¿Llamas ropa a dos trozos de trapo de cinco centímetros cuadrados? No eran ni ropa. sé que es real. aunque Victoria nunca se lo había dicho así. y que fue escogida por Dios como el culmen de su creación. Ni podía ser un Neanderthal. pero estaba realmente enfadado. Nunca antes Victoria le había mirado con desdén. como ahora. eran trozos de una manta. Aquello se veía. Era la segunda especie que surgió de los homo. y no entendía sus continuas interrupciones–. sin embargo. —¡No! –exclamó irritado. la hora y la oscuridad que reinaba en las cercanías del solar de Marte. Se dirigieron un poco con melancolía entre el ambiente frío. sólo tenía unos pocos de años. A pesar del escepticismo que rodeó al asunto y los rumores de falsificación de pruebas. —Sí… —Pues tenía razón. aun así. En los libros antiguos y la Biblia siempre se habla de la Humanidad que se creó en la zona del Tigris y Éufrates y todo eso. se pensaba que era un ser aún más evolucionado que el hombre. —No creo que sea una cuestión de amor. ¿Qué te ha ocurrido? —Está bien. a Dios o incluso a un caballo. La estructura y composición ósea de aquel ser que encontraron era ligeramente diferente al del hombre actual y. Algún vagabundo que pasó por allí. Puedes amar mucho a un cantante. —¡Pero tú eres real! ¡Estás aquí…! —No. —Sí. Su confianza con Victoria se lo permitía. Así es como actúa instintivamente cualquier animal. David…. los Caballeros Templarios. egoísta. Otros a Dios. dime. ¿qué más te voy a decir? —David –repitió. Muchas veces un líder con carisma. y si la tienen. Y es tremendamente inteligente. »Eso siempre que no haya sido tentado. y otras muchas los reúne en una gran sociedad para hacer la guerra. puesto que la soledad siempre conduce al bien. quizás los menos. Por el contrario. Sería incorrecto decir “olvidado” o “ignorado”. —No es eso lo que dicen los filósofos y psicólogos… —Ni mucha gente. Y otras cosas que podrían ser muchas más si cooperaran con mayor frecuencia entre ellos. como todo ser vivo. También Dios los creó libres. la búsqueda del propio beneficio a toda costa. ¿Quiénes son? 43 . Pero casi todos son muy peligrosos. No es eso. Y esa raza. Dios eligió al pueblo humano. Estaba con la boca abierta. sin embargo. ¿Quiénes son? —Anton LaVey. y la mayoría son ateos. —No. que era instintivamente buena. A veces no busca ya el propio placer. el aislamiento y de evitar la influencia de la sociedad de consumo que nos somete en estos tiempos. la voluntad es el objetivo común que los guía a todos. los vikingos. Estas características son las que conducen al bien por medio del don de la soledad. no me entiendes. Me refiero a la soledad de la meditación. sino el de los demás. —¿Adoran al Diablo? —Algunos. Tienen una filosofía impresionante y unas tecnologías increíbles. En ese caso. al contrario que la especie humana. El único sentido que la vida tiene por sí sola es la supervivencia propia. ya que no tienen ninguna organización social entre ellos. precaria. ya que en realidad no es así. la otra raza no es sociable por naturaleza a no ser que estén controlados por una ‘voluntad central’ más fuerte que la mayoría. al no ser sociable (siempre. dirigiéndole una severa y recalcitrante mirada–. y el Diablo se apresuró a apoderarse de aquel pueblo que Dios no había escogido. Victoria no podía creerse aquello. Sólo cuando la ‘voluntad central’ que los une es Dios. pero eran una especie intrínsecamente mala. algunas superiores a las actuales. por naturaleza). El ser humano es. —¡Venga ya! Yo me volvería loca si estuviera completamente sola más de una semana. abandonan el mal por completo. y de temperamento firme. es más propensa a aislarse de la sociedad. En ese caso pueden llegar a ser mucho mejores que la mayoría de los humanos. ¿Podría llegar a ser posible lo imposible? ¿Sería David uno de ellos? —Eran el pueblo que guió Satanás. quiero decir. el carácter sociable del ser humano le hace ser bueno. —Pero. sí.un pueblo que surgió en Europa formado por seres no humanos que poseían alma propia. me han transformado y. —Los vampiros. En ese momento. le parecían brillar sus ojos verdes casi tanto como los dorados de David. Estaba (tragándose el mundo. aunque sigo siendo humano. Victoria. somos más resistentes. como puedes ver. Ellos son los elfos y nosotros los medio elfos. Sólo dos palabras. y trató de decírselo de alguna manera más leve. —No entiendo. Lo que quiero decir es que no 44 . conservo gran parte de mi naturaleza humana. David. la que acabaría con la vida de Victoria y de David. —¿Y tú eres un vampiro? —Sí. sólo es para favorecer el cambio sin producir secuelas o malformaciones. como para una cosa así se necesita total reposo. si el mundo no se la traga a ella) alucinando. Pero no le salió como deseaba. —¿Qué? —Es así. sí. un ataúd. vivimos más. como había estado intentando todo el rato sin mencionar la palabra definitiva. Es algo moderno. Algo progresivo. Victoria abrió la boca. no lo era. por hablar así. —¿Y ellos sí? —Ya te he dicho que es una forma de hablar. no. —¿Te acuerdas de el Señor de los Anillos? —Sabes que es de mis favoritos. He estado casi toda la semana metido en una especie de hibernador. David pensó que se le había desencajado la mandíbula. pero que te induce al sueño por medio de ondas electromagnéticas. En realidad. Podría considerarme un medio vampiro o vampiroide y así nos llaman. Es una tontería. No. Estuve ahí transformando el organismo y. Algunos de mis órganos han cambiado. como una serpiente presta a engullir un huevo. estoy paulatinamente adquiriendo las características de los vampiros. decididamente no le gustaba aquella pesadilla. puesto que mi alma sigue siendo humana. Victoria volvió a desencajar la mandíbula. pero como si hubiésemos escogido ser humanos. esta vez con un gesto de alerta. no creas. pero no me ha poseído ni me poseerá jamás el Diablo como propiedad suya. pero bien pronto la volvió a colocar en su sitio. una de ellas la palabra. ¿te vas a hacer un solitario insociable? —No. –Por supuesto. me metieron en esa hibernadora. separándose de aquella visión. –Abrió la boca y le enseñó unos pequeños colmillos que todavía estaban desarrollándose. Para que lo entiendas. —Pues bien. Los humanos y los elfos. —Y…. Es como el tratamiento con hormonas para el cambio de sexo. había dos razas principales. y no estamos ligados al destino. que es como una incubadora. Se lo pensó.Hubo un breve silencio en el que Victoria le dirigía una mirada entre amenazante y suplicante. menos el cerebro. Cerró la puerta del garaje y se dirigió a la casa en sí. —¡Miguel. –Y disparó. No se oyó nada. En una hora. La casa de David. no lo hagas. se dirigió a la ventana principal del salón y observó la casa que había enfrente. «Hasta que la muerte nos separe. En el pasillo se encontró con un niño de unos cinco años corriendo hacia él. se reunió con su padre en el cielo. se dijo Marco. «Fantástico. Era el salón. Sin el menor sufrimiento. Reguló el zoom de los prismáticos y observó la ventana más grande que se le veía en toda la fachada este. Simplemente ella iría. Él había sido demasiado pesimista al creer que podía perderla. pero no había perdido el amor por David. Tras pulsar el botón. David». —Lo siento.vamos a estar poseídos por el Diablo de forma innata. la pistola tenía silenciador incluido de serie. mientras le daba pleno sol. Desde allí se veía con detalle la televisión. irónicamente. Supuso que iba a buscar a su padre y siguió hacia adelante. Son millones lo que vales. es el mejor sitio». con una boquilla en lugar de la aguja taladradora. ¿realmente está vivo? —David… ¿Por qué? 10 Marco atravesó la puerta abierta del garaje y observó cómo el hombre parecía hinchar la rueda de una bicicleta con un aparato parecido al taladro eléctrico de los carpinteros. se dijo Marco. porque seguimos siendo el pueblo escogido por Dios y la especie que eligió Él para hacerse carne. que estaba hacia la derecha. Lo recordaré el veintiocho de diciembre. buscando el resto de la familia. Silenciosamente. vuelve! ¡Todavía no está! –se oía. 45 . Se felicitó a si mismo por su sigiloso paso y sacó con el mismo silencio que lo caracterizaba su semiautomática. tío. Victoria se quedó mirándolo con piedad. que no daba crédito a sus ojos ni entendía nada. incluso el montón de revistas científicas que adornaba la repisa inferior de la mesilla de cristal y que le encantaban al padre de David. pensó. metidos en grandes bolsas de plástico que había cogido del garaje. te daré todo lo que quieras! –empezó a gritar al verle cruzar la puerta con pistola en mano–. el cual iluminó el costado izquierdo de aquella aterrorizada mujer. Pero. tras haber metido los cuerpos en la enorme bañera de relax que poseían. que se paró en el momento en que vio a Marco. un luminoso rayo láser señaló la nuca de aquel hombre. hacia el salón principal. ni estaría el otro. —¡No. El último suspiro. Ni volvería el uno. ¡No…! Pulsó el botón del láser. a pesar de que eran una misteriosa y totalmente nueva organización terrorista que se hacían llamar a sí mismos policías. y no dudaba en los momentos culminantes de sus secuestros. Era totalmente contradictorio. pero no creyó que tuvieran nada que ver. que acabarían exterminándose a sí mismos con aquellas inútiles y asquerosas sustancias. se engañaba. Mató a varios de aquellos miembros de la policía secreta junto con su compañero Krospel y escapó de nuevo hacia España.Sintió una profunda repugnancia observando aquel lujo y pompa que se disfrutaba en la casa. e invertía casi todo su dinero en la misma. Cientos de pobres vivirán felices y en paz haciendo droga para los más ricos. si se 46 . Cobraban míseros jornales a cambio de larguísimas jornadas de sol ardiente que acababa con ellos tarde o temprano. ya que la carrera por la posesión de aquellos millones ocasionaba una verdadera guerra de todo tipo: política. maldiciendo nuevamente aquel tipo de seres humanos. sudamericanos sobre todo. sobre todo cuando el muerto tenía un entorno mafioso. En el mundo no había solución y. Era cierto que cobraba unos sueldos millonarios por esos trabajos. acababan muertos de cansancio o a manos de sus propios jefes cuando dejaban de rentabilizar. judicial o asesinatos de herederos. a pesar de haber hecho esa justicia con su propia mano. Era tremendamente cruel por igual con toda aquella gente que salía en las portadas de todas las revistas exhibiendo su nuevo hijo o su nuevo marido guapo. donde acabaron topándose con aquel misterioso hombre multilingüe que les encargó el secuestro y asesinato directo de un joven miembro de la alta sociedad. pero participaba como socio en una red de narcotráfico que daba trabajo a cientos de inmigrantes y pobres de países del tercer mundo. Así y todo. Marco odiaba profundamente toda la vida que dependía de la opulencia y el lujo de aquellos pocos privilegiados que acababan siendo consumidos por la riqueza. Aquellos felices trabajadores. Se había mentalizado aún más a favor de los inmigrantes cuando trabajó con la nueva Gestapo y observó sus crueles formas de tratar a todos aquellos que no tenían dinero ni familia y eran de otra raza. y solamente aceptaba trabajos que se dedicaran específicamente a ellos. cuando llegaba el momento de matar al rescatado o al rescatador. Todo eso no contribuía más que a crear una sociedad aún mas diferenciada en esos países. En realidad. vengaría a Krospel. No creía que hubiera ido a buen destino si realmente existía el más allá. como ocurrió hacía ya bastantes años en Sudáfrica durante el apartheid. aunque la intención de Marco era. Sabía que la Gestapo había dado una orden de búsqueda y asesinato de aquellos dos “miserables traidores” con recompensa y todo. pero sabía que había salvado más vidas que las que había exterminado. Sin dar detalles sobre la posible implicación en la ‘materia’ de unos extraños seres casi sobrenaturales que acabaron con la vida del único verdadero amigo que le quedaba en este mundo. Ni siquiera el hecho de acabar con esos ricos contribuía a repartir algo mejor esa riqueza. Se le habían nublado los pensamientos con la imagen de la garganta de Krospel y el miedo a la muerte. Pasó la noche y no ocurrió nada. abandonado en medio de la calle sin que nadie le hubiese prestado atención. pero al fijarse mejor y observar las manchas de sangre y las múltiples abolladuras repartidas por todo el chasis no le cupo duda de por qué nadie se había atrevido a llevárselo durante el rato que había estado allí. Le había extrañado que nadie se hubiese ni acercado a aquel coche obviamente de muy buena marca. y Marco introdujo la clave en el teclado que había entre los asientos delanteros para ponerlo en marcha. No tengo ni idea de por qué –dijo Marco. Encendió la televisión digital. aunque sólo fuera ligeramente. al ver la falta de noticias que hicieran alusión a tal hecho. Krospel no descansaría jamás en paz y Marco trataría de aliviar. identificada como pentobarbital. Esperó a que saliera alguna noticia que le interesara y la vio.permitía decirlo. Varios expertos entrevistaron a la chica que le acompañaba y dedujeron por los síntomas que se trataba de esta sustancia que. de la sustancia que emplearon los secuestradores para dormir a David. antiguamente. sus macabros métodos echaban por tierra todo lo pretendido. es lo que me dieron. confirmados por la familia. en los años cincuenta. buena. Pero esa vez olvidaría todas sus maneras de pensar y sus extrañas ideologías y métodos.» Seguidamente salieron imágenes de la Nueva York de hacía casi siete décadas. Probablemente los habrían lanzado al río. Actualmente sigue la búsqueda por las afueras de la ciudad de una misteriosa abadía antigua cerca de la cual algunos testigos afirman haber visto el referido coche que se llevó al secuestrado. ya que eran las nueve de la noche y saldrían los telediarios. en los breves. Se había transformado en un psicópata. antes de que se decidiera a regresar. Como no salió nada más que le interesase. El lugar no parecía muy invitador. mientras una señorita de dulce voz comentaba la rareza en la actualidad de esta sustancia con sodio en su composición. Aquello había sido la causa de lo que le había hecho a aquel pobre infante de sólo cuatro años y medio al que conocían bien sus vecinos. —«Sigue desaparecido David Claraval Payer –comentaba un maduro periodista–. y tardarían en ser hallados. así que se quedó dormitando mientras dejaba el resto de aparatos que pudieran delatarlo 47 . »Igualmente se conocen más datos. De pronto recordó cómo había recogido aquel “coche fantástico” del jefe. se utilizaba en bajas dosis como “suero de la verdad”. por supuesto. —Joder. encendió el reproductor e introdujo un disco de una película de suspense. y el arranque no era por llaves. ese eterno tormento arrasando todo lo que tuviera por delante hasta acabar con David y todo aquello que le rodease o intentase defenderlo. También reconoció que no se habían encontrado los cuerpos de sus compañeros. y se incorporó sobresaltado mirando su reloj. mientras observaba a la policía. A partir de ese momento Marco escuchó atentamente las explicaciones que estaban dando a la policía y supo que estaban mintiendo porque David no mencionó el hecho de que le habían rescatado. que acababa de llegar en ese momento y estaban llamando a la puerta. bastante fea. la cosa sería más complicada. pero lo que no sabía Marco es que tenía al marido enfermo en su casa. Un ruido procedente del interior de la casa lo despertó de su incómoda posición en el sofá donde se había tirado. así que se limitó a apuntar con la misma “silenciosa” de siempre y volarle los sesos al abrir la puerta. y muy difícil ocultarse por más tiempo. Una mujer de ese tipo era lo peor que le podía tocar. vigilando que no le observasen. Era una especie de timbre. por lo bajo–. Oyó un potente timbrazo.apagados o trabados. sobre todo la de fuera. abrió. «¡Por vida de…! Será la maritornes». Era una mujer de unos cuarenta y cinco años. —Ya te iba yo a dar de comer y beber –dijo. puesto al máximo de volumen. Se encargó de limpiar la sangre que había dejado. y se colocó el receptor. tras lo cual la hizo pasar al mismo sitio de siempre. Tras un largo repertorio de preguntas y mentiras.» Entonces vio salir a David. Aquella misma tarde había colocado un potente micrófono en la puerta de entrada justo debajo del felpudo. Ahí está David. a una chica que reconoció al instante y a una mujer que sería probablemente su madre. —«Buenas noches ¿Hablo con Ignacio Claraval?» —«Sí. Plomo te daba. que se estaba empezando a quedar dormido e hizo que éste se levantara a mirar de reojo por la ventana. Por tanto. Se rió cuando comentó que le habían dado de comer y beber. murió esa misma noche. Marco se estaba volviendo 48 . es aquí. pero fue infructuoso y cerró la puerta del jardín para que no pudiera entrar nadie más. pensó Marco. así que se levantó para dirigirse a la puerta y observó por la mirilla. Y en un… en un “zulo”. Ni David. y bajó el volumen del amplificador. Si esa misma tarde no llegaba. Y en una fosa. ya que le había atravesado por completo el cráneo. ni nadie en busca de aquella espantosa fregonera. aproximadamente a la misma hora a la que llegó David. Un ruido de voces despertó a Marco. Del espanto que pasó aquel hombre al ver su falta y no poder tomarse la medicina que había que suministrarle regularmente y junto con la comida. por si alguien la encontraba por casualidad. como el teléfono. la cámara de la entrada y el detector de olores que había en el aparato de aire acondicionado. postrado en cama sin nadie que lo cuidase. Pero a las doce de la noche aún no había llegado. solo que con algo más de apreturas. Algo temprano. y trató de encontrar la bala. Eran las nueve de la mañana. Tal vez viviera sola. Sólo se veía bien a las dos mujeres. con ademán de insistir. Eran ellos. y no seres humanos normales. Así que esos extraños engendros eran realmente eso. que “imposible” y que los no se qué “existían”. aunque sólo fuera una palabra delatora. O sonidos ahogados. Si hubieran sido personas normales con un cierto entrenamiento Krospel. Cuando cerró la puerta dejó de oír nada. Oyó un fuerte zumbido. se reprendió Marco. Tal vez un murmullo subliminal se podía dejar percibir. Habían matado a David y habían suplantado su personalidad. bum” que parecía corresponder a unos pasos. Consiguió aprenderse poco a poco palabras basándose en el contexto. pero creyó que bastaría. humillado de aquella manera. ‘imposible’ y ‘todo’ no le servían para nada. Parecía que les contaba lo que le había pasado. Colocó el receptor fuera en la repisa y volvió a cerrar. y se lamentó de no poder entender ni el resto ni las respuestas. a pesar de que estaba bastante fuerte. Los ojos de David eran dorados. porque escuchaba fragmentos de preguntas de una voz de mujer que conseguía entender mejor que las demás que decían algo como «¿Y dónde fue eso…?» «¿Cómo es posible…?» «¿Qué hacían ellos?» Parecía que en realidad acababa de llegar. Su primer éxito llegó cuando observó la expresión de rechazo de la mujer mayor y entendió “creer” y “fantasía” y la joven le respondió. jamás descansaría en paz. La policía se marchaba mientras a Marco se le encendían los ojos todo lo posible que se le podían encender a un ser humano. La calidad a esa amplificación era malísima. Se fijó en un aparato de música que había allí cerca. subiendo el volumen todo lo que permitía éste. y nada. con el bass conectado. ‘Allí’. Siguió una larga conversación que no consiguió entender en ningún momento a pesar de haber reducido los agudos y desconectado el bass. Subió el volumen al máximo de nuevo. Un sentimiento de ira sin precedentes le rodeó por completo el alma. que se dejó atacar sin oponer la menor resistencia. «¿Quién me mandaría colocarlo debajo de una alfombra de paja?». Trató de cambiar de estrategia y se dirigió a la ventana con el equipo. además de haber programado un filtro para cintas viejas y gastadas. engendros. Cogió los prismáticos y observó a la familia. y puso la salida del receptor en la entrada del equipo. pero no logró comprender las palabras principales en que residía la esencia de la oración. ‘aquí’. Tal vez algún resultado de la primera manipulación genética práctica en el ser humano. esta vez sí. La cabeza de Marco no se resistía a nada en momentos como aquél y se 49 . Luego se oyó una frase procedente de algún hombre que no consiguió descifrar. ¿No eran oscuros…? Se le desconectó el cerebro. ‘David’.a quedar dormido cuando se fijó en un pequeño detalle. seguido de un chasquido que dejó oír un tremendo “bum. y se parecía mas a escuchar a un astronauta desde Júpiter con la radiación de fondo incluida. Trató de interpretar el lenguaje observando al máximo aumento los labios y la expresión de las dos mujeres. Una nueva red de experimentos con humanos.(lo tragaba todo. si no se lo tragaban a él) dejaba convencer fácilmente. a los viejos libros del Doctor Jekyll y Mister Hyde de Stevenson y Nuevos Dioses de Figueroa. Eso no me lo creo». y leyó en la cubierta La Historia Interminable. Saben que les espían. tan claro y fuerte que le dolió el oído. Salió de la casa. pero al volverse de nuevo hacia la ventana vio cómo se oscurecían los cristales de las ventanas una por una. ¿Que le diera un libro? ¿Qué significaba eso? La mujer se levantó y le trajo un libro. para que le realizaran la operación y le dieran el alta. Pero no saben que estoy aquí. Más bien cuando llegues a Madrid. se negó a sí mismo. La chica gritó algo de tus ojos y lo que siguió de búhos y luciérnagas le dejó sin respiración. Miró a su alrededor. Porque los que habían sufrido los experimentos salían sólo de noche debido a su clandestinidad y sus características físicas. Oyó a David contar una especie de cuento de una vieja que pretendía amargar a una tal Juana que se deshizo en lágrimas hasta que se convirtieron en plata. tal como le pedía. simplemente de búho con células de luciérnaga. Hasta aquí se llegó. tras asegurarse durante dos horas de exhaustivo examen. Por eso le había hecho esperar diez días. antes ni siquiera que hagas transbordo hacia Zaragoza. «No. Tal vez esté leyendo el libro allí mismo pero… no se veía ninguna luz desde dentro de la casa. No estaba nada mal. Oyó algo de Madrid. Sabía que no se habían movido del salón porque era la única habitación de la casa desde donde se les podía oír. Había estado leyendo sin luz. Se alegró de que no fuera realmente algún suplantador. Una nueva victoria lingüística para el Gran Marco. «Un momento –se dijo–. Entonces oyó lo que exclamó la mujer.» No podían saberlo. Había visto una de las cuatro películas basadas en el libro y sabía de qué iba. Alguien diciendo qué y qué. incluida la de la ventana por la cual les observaba. A las nueve estarás perdido. que estaba de espaldas. a David. Así que eso era lo de los ojos. Se mantuvo tan atento como se lo permitía el único sentido que podía ya usar. Lo presienten y se encierran. Le recordó. Respondió algo de Marcial y sus palabras. con un nuevo implante de ojos… (dorados y fulminantes) No. ya que vio cómo encendía la luz desde dentro. sino el verdadero David. pero no consiguió entender lo que le preguntaron. y tal vez por eso no quería que fuese de noche. Eso ya es el colmo. —«No sigas. 50 . Tal vez era eso para lo que quería a David. entre otros. pensó. déjalo» –dijo la mujer. y no descubrió ningún lugar donde hubiera libros en aquel salón. Granada y Zaragoza y del miércoles a las nueve. encogiéndose de hombros y con una sonrisa. —¿No te cansarás de repetir mi nombre al comenzar las frases? Si quieres hacer locuras. Se levantaron para dirigirse hacia el coche. Se hizo un rato en silencio mientras ponía en marcha el aún más silencioso vehículo de Victoria y se dirigían a la casa de él. Sé muy bien que ir solo va a ser muy duro para ti. —Y volver… –insistió David–. Ni ir ni llegar. De verdad. es mucho más importante para mí esto que mis estudios y mi casa y…. —Yo estaría dispuesta a morir por más de una cosa. Si esto es verdad. hazlas. —Pues si no lo sabes. ¿Qué te voy a decir? David negó con la cabeza dirigiendo su mirada sobre ella. Y para mí. tendrás que convencer a tus padres. Tú sabes que iré contigo hasta (el fin del mundo) donde tú vayas. Además. Sé que podrás esperarme. si no es ésta la aludida. pero desde el cual fueran visibles las dos salidas de la casa: la puerta principal y el garaje. —Victoria. posiblemente. Te esperaré. que no te lo aconsejo. —Ni idea. por mí. mientras Victoria le pedía que condujera él. incluida la propia vida. —¿Qué llevo. lo necesitas. Si de verdad quieres venir conmigo. Serás una buena médico si no haces locuras ahora en… —David. Pero no me falles: el miércoles de madrugada iré al aeropuerto. ya que seguía estando tan nerviosa como casi siempre. Finalmente. 51 . Con todo. Victoria giró bruscamente a cabeza hacia él. —¿Y cuándo te he mentido yo? –le preguntó. David? –preguntó Victoria con casi un susurro. deja de serlo cuando surge un nuevo miembro en la unidad. ¿Me oyes? Todo lo demás. no va a ser fácil. pero llámame cuando quieras. condujo el coche que tenía escondido tres calles más abajo hasta un lugar discreto. Y. Estás en la mitad de la carrera y vas maravillosamente. El ‘otro’ acaba siendo lo más importante cuando se tiene la vida hecha y ya lo es uno todo para el otro. Lo que te quiero decir es que lo más importante para ti es aquello por lo que tú estarías dispuesto a dejar todo. 11 —Así que parto en cuanto esté listo –dijo David–. —David. lo que sea. y todo. sabes que no soy lo más importante de tu vida. No insistas. aunque tú me lo digas. un hijo o algo así. Improvisa –contestó.que no dejaba el menor resto ni huella más que los cadáveres conservados de los cuatro muertos de aquella jornada de trabajo. estás ciega. pero eso es lo de menos. —Yo no soy la norma. pero no creo que sea lo que debes hacer. pero no creo que llegara literalmente a morirme de dolor. Me costaría vivir sin ti. —El cine lo puede hacer todo. pero casi todo lo que muestran es ficticio. que jamás hubiera sido posible imaginar. siempre que todo fuera en tu favor. —Pero es necesario conocer los riesgos que implica una situación como esta. Lo que quiero decir con esto es que no quiero que… Victoria. Las películas pueden estar basadas en hechos reales. y por ti. contra la idea de que acabarás ardiendo en el infierno por el juicio de algún ente superior que dirige al mundo y que desconoces en absoluto. tal vez para siempre. Con lo egoísta que soy… —Tienes que entender que el amor está por encima de todos los defectos. La única alternativa es yo o todo lo demás. Valme Payer. Piensa: abandónalo todo. 52 . yo lo tengo a ahogarme. Si hubiera alguna manera humanamente posible de evitarlo lo haría.—No. esto no es una aventura y yo no soy un ser humano. Victoria. que he de conducir! —No te preocupes por eso. No creo que exista la gente sin miedos ni vacilaciones. Era un temor propio de David. David. Has estado a punto de convencerme. —¡Eh. No me puedes querer tanto como exige la situación. pero finalmente pudo salir por sus propios medios a la superficie. Claro que hay casos. Por ejemplo. —¡David! –gritó Ignacio Claraval. por mí y por ellos. tranquila. —No lo desconozco pero. Por tu familia. al tiempo que se apresuraba a abrazarle en el instante en que su mujer. pegaba un salto desde su cama. pero ni de lejos se acercan a la cruda realidad que se nos muestra todos los días. porque cuando llegue el caso no podrás contra el pensamiento de morir aun contra mi muerte. Olvídalo. pero no son la norma. y le dio un abrazo más parecido a un buen achuchón. en el momento en que oyó tamaña exclamación. Victoria lo miró con extrañeza. Había estado a punto de ahogarse al no haber nadie en los alrededores. al caerse a un mar encrespado que había volcado la embarcación. O quédate. por tu futuro. Es penoso hablar de este tema difícil de concebir de un modo objetivo. continúa tu mísera y aburrida vida y sigue yendo todos los días a forjarte tu porvenir en la facultad. Miles de parejas desearían con todo su corazón ser tan felices juntos como lo estamos nosotros. Tenía que decirte esto. ¿tú crees que algún día te abandonaré ante el peligro? —Trata de percibirlo. Son historias muy bonitas. causado por una mala experiencia durante un paseo en barca que hizo en solitario. —Venga ya –sonrió Victoria. —No exageres. para evitar que esto le ocurra a otro. por cierto. Era muy corriente la suplantación de personalidades. ignorándolo por el momento. Nada extraño. Y es carísimo. —No. Si me hubieran metido algo así. no ando metido en drogas. por lo menos. dadas las horas y el alboroto que se estaba formando entre el vecindario. Era cierto que habían visto algunas fotos de David tanto en televisión. dado el auge de la cirugía estética. a pesar de que fijarse en el color de los ojos era uno de los fundamentos del trabajo de policía. o me salen deformados o me crecerían los incisivos. no sería extraño. no disponía de ventanas. archivado. —Me niego a creer en semejante fantasía. estas hormonas no existen por la sencilla razón de que el ser humano no las tiene. Una vez tranquilos. hasta que le volvieron a anestesiar unos enmascarados y le devolvieron al solar donde le cogieron. A David no se le ocurrió decir más que despertó en un cuarto oscuro donde le daban de comer y beber. papá. no. Hay que rendirse a la evidencia ¿no? —Pero ya sabes que puede ser falso –aseguró Ignacio–. Sea como sea –les decía–. escupiendo miles y miles de preguntas. Y con una familia como la de David. viendo la alegría de los padres. se fueron sin más historias ni más rodeos. No se habían tomado muy en serio la historia pero. sé lo que dices. Ocultó el hecho de que aún tuviera el móvil encima. no me escrute así. Desde allí llamó a su novia en una cabina. —No. Y una madre jamás se confundiría. —¿Es que no has oído hablar de las hormonas? —No. pero no. Aun así.Al poco rato. Valme e Ignacio sabían que era él. ¿Acaso tengo aspecto de colocado? Venga ya. Esto no es falso porque no. internet. Esto no puede ser –negó Valme 53 . molares y hasta la del juicio –aseguró David–. colmillos. como en los periódicos. y con Victoria junto a ellos. que se inyecta a adultos que han perdido los dientes prematuramente. Sólo existen las hormonas del recambio de dentadura. Caso cerrado o. Sabes como está eso de los cambios de personalidad. Y tarda uno o dos años. no tenía la menor idea de dónde podía estar aquel zulo que. la mayoría en color pero. »No hombre. pero David les recomendó que callaran. la policía reanudaría sus investigaciones en cuanto consideraran el momento adecuado y la prensa revelara información extraoficial. —Tenéis que creerme. Me están creciendo. David prefirió no mentir. papá. la cual le había recogido hacía unas horas. Ronda los diez mil el tratamiento. –Se señaló los dientes–. ya que dieron por hecho que era él. por otra parte bastante numerosa. que le habían devuelto los templarios junto con el reloj y el resto de sus posesiones. ya estaba la policía en la puerta de la casa. pero aún no había logrado el cambio directo y permanente del color de ojos de una forma aceptable. en aquel momento no lo hicieron. con un brusco movimiento de brazos y se dirigió a su marido–. En estos tiempos están proliferando tanta ingeniería genética y bichos de dos cabezas que no me extrañaría que hubieran manipulado a mi hijo. Esto me huele a mezcla de experimento y juego de rol. No sé por cuál decidirme. —¿En nueve días? Imposible, Valme –tomó partido Victoria–. Yo tampoco me lo creía, pero si es verdad que le están creciendo hay que rendirse a la evidencia. Los vampiros existen. Y están a punto de morir. —¿Eso era? –enfatizó Valme–. ¿Y quieres salvar a los vampiros? ¿Por qué no mejor a las ballenas? —¿Quieres que te lo demuestre? Tráeme un libro de tus favoritos. Que yo no haya leído. –Valme dudó un momento–. Ve, venga. Valme se levantó y fue a coger La Historia Interminable, de Michael Ende. Se lo entregó a David, el cual lo dejó en la mesilla central del salón donde se reunían y se dirigió a cada una de las ventanas del mismo. Pulsó los botones que volvían opacas las ventanas, una por una, hasta impedir que el menor resquicio de luz pudiera llegar de fuera, y luego apagó la lámpara. Se quedaron en la más absoluta oscuridad y silencio. Sólo se oía cómo David cogía el citado libro y lo ojeaba un poco. Ignacio observó un brillo par procedente del lugar donde se oían los pasos, dos pequeñas luces de color… Dorado. Luego comenzó David. —«En tiempos muy remotos vivía en Amarganz una Anciana de Plata llamada Quana, que reinaba en la ciudad. En aquellos tiempos antiquísimos no existía Murhu, el Lago de las Lágrimas, ni estaba hecha Amarganz de la plata especial, que resiste a sus aguas…» —No sigas –le interrumpió su madre–. Déjalo. —¿Qué? ¿Qué era eso? –preguntó Ignacio–. ¿Un pasaje del libro? —Si… Cuando Bastián cuenta la historia en que están todas las historias. Palabra por palabra. —¿Y qué tiene eso de particular? –siguió, sin darse cuenta. —¿No lo ves? –exclamó Valme–. Eso quiero decir. ¿Cómo lo ve? —David… –intervino Victoria–. Tienes un brillo. Es más, parece casi iluminar. Y es dorado. ¡Son tus ojos! —Exacto –dijo David, por fin–. Como las luciérnagas, no ya como los gatos, puesto que no existe la menor fuente de luz. Ni un búho vería en esta estancia si yo cerrara los ojos. –Encendió la luz del salón tras soltar de nuevo el libro–. ¿Esto se debe a manipulación genética? ¿Tal vez a un trasplante de retina de búho y un implante de bacterias bioluminiscentes? —“Plante”… –contestó Victoria–. No me hables de eso. —Mira quién habla. –David se dirigió a sus padres y cambió de tema. –Tengo que irme cuanto antes. Creo que el miércoles a las cinco de la mañana sale un avión hacia Madrid. No podemos esperar; los periódicos estarán aquí mañana 54 por la mañana cuando sepan que he vuelto. Me he enterado de la que se ha armado, y hay fotos mías por toda Granada. —Pero David…, quedan mis padres –se lamentó. —Victoria. —David… —Está bien. Si tanto lo deseas, vendrás. Cogeremos el tren hacia Zaragoza el miércoles a las once, pero yo estaré en la estación desde las nueve. No me tardes. Vete ya, descansa y convénceles. No les puedes contar la verdad, recuerda. Tienes un día. Y ya sabes que puedes llamarme cuando quieras. —¿Tú no vas a dormir? –preguntó Valme a David. —Soy un vampiro, mamá. 12 —¿Y eso qué es? –preguntó Yido, señalando la pantalla del ordenador. —Pues la fórmula, ¿qué va a ser? –contestó Alain. —No entiendo. Te dije que dos tironinas con tres y con cuatro iodos, respectivamente. Aquí no veo ninguna tironina. —¿Es que no lo ves? –Señaló los círculos que representaban el benceno y lo que iba describiendo–. Éste es el grupo alcohol, las dos cadenas de benceno unidas por el puente de oxígeno, el grupo amino, el grupo ácido y el resto, compuesto por los tres iodos y el cuerpo del aminoácido, la tironina. —En realidad sé cómo es, pero no entiendo esta forma de cifrarlo. La estructura está representada en bolas, pero… ¿Puedes ponerlo en la forma a bolas y varillas? –Alain lo hizo–. Bien. Ahora quita esos extraños números y pon el nombre de cada átomo en su inicial en latín. —Bien. –Tecleó unos instantes–. Ahí está. —Ahora tenemos las dos principales hormonas tiroideas humanas, ¿no es así? —Certainement. —Ahora tienes que modificar en ambos la cadena del primer y tercer yodo a la posición 2 y 2’. —Ahí va. –Con el ratón hizo la rápida y sencilla operación informática que en la práctica sería mil veces más larga y complicada. –Ésta es la tiroxina vam…, de vuestra especie ¿no? Yido lo miró fijamente. —¿Qué ibas a decir? ¿Vampiros? ¿Cómo lo sabes? —Hay que ser muy suspicaz para darse cuenta de algo así –dijo, con ironía–. Está muy claro, pero el hecho es que todavía alucino. ¿Cómo es posible que los malditos cabrones de biólogos y genetistas hayan llegado a crear semejante engendro? 55 —Tú eres biólogo. —¡Soy bioquímico, y a mucha honra! –replicó, airado, Alain–. Me dedico a sintetizar hormonas y proteínas, entre otras cosas; no a manipular genéticamente al ser humano para crear una nueva raza más fuerte y mejor… –Hizo, una pausa, recuperando el aliento, y le señaló con el dedo–. No lo conseguirán. No conseguiréis imponeros al ser humano porque no os ha creado la naturaleza, sino el hombre. Y tenéis fallos como éste de la tiroxina y necesitáis manteneros artificialmente. Está muy claro. —Mira, vamos a quedar en una cosa: la noche, para nosotros y el día para vosotros. ¿No es un trato justo? —No, gracias. No haré esto por una especie artificialmente creada, digna de Spiderman. Atenta contra la moral, al menos por la mía. —No es cierto –aseguró Yido, recuperando un tono de voz más formal–. No hemos sido creados por el hombre. Existimos desde siempre. Pero no se trata de disertar sobre la filosofía ahora. Estamos en un grave peligro y necesito esta molécula antes de dos días, que sale mi avión privado. —Es gracioso. Desde siempre… ¿Clandestinamente? –preguntó irónico–. ¿Dónde están vuestros restos o algún valiente que haya revelado la verdad al mundo? —Deja eso. Nos descomponemos nada más entrar en contacto con la luz del día. Incluso los huesos. Y ha habido desertores. Han muerto y al final nadie ha creído a los que trataron de revelar inocentemente la verdad. Cuéntaselo tú mañana a tu familia y ya verás que va ocurriendo. Estás rodeado de vampiros, y si revelas la verdad mueres. Al final, los humanos que han visto y han creído acaban encerrados en un manicomio. Bueno…, en un psiquiátrico. —Es odioso –calificó Alain. —Es necesario mantener el secreto. Supervivencia. Et maintenant, pasa a la acción y sintetiza esta maldita molécula. Necesito un millón de unidades internacionales. Uno y medio si es posible en ese tiempo. —¿Estás bromeando? Para sintetizar una molécula del tamaño de un aminoácido a esas cantidades hay que contar con la ayuda de las bacterias. Necesitaría saber cuál es la proteína que la sintetiza, y una vez sabido cuál es, averiguar su cadena de aminoácidos, crear la cadena de ADN correspondiente e insertarla en una bacteria para que ésta la sintetice por su cuenta. ¡Esto requiere meses de trabajo, cuando no se sabe cuál es esa maldita proteína! Yido se sentó y arqueó el cuello, enseñando la nuez, y dijo. —Pincha. Aquí la tienes. —¿Estás loco? ¿Me estás diciendo que te absorba parte de la glándula tiroides? ¿Y qué crees que encontraré ahí? —La proteína, probablemente. —Encontraré miles de enzimas, proteínas, hormonas y tejido endocrino en tan sólo un microlitro de “eso”. Tardaría semanas en encontrarlo. 56 Yido bajó la cabeza y lo miró, haciendo brillar sus ojos. —Dos días. Piensa. —No sé. –Dudó durante unos cinco minutos y se encogió de hombros–. Está bien. Cogeré la tiroides y veré qué puedo hacer. Pero no te doy ninguna esperanza; esto es tarea de un zoólogo, no de un bioquímico de seres humanos. —¡Vamos! No niegues que habéis experimentado sobre miles de ratas y sobre decenas de simios de todas clases. —Tienes razón, pero normalmente con las biomoléculas del homo sapiens sapiens, no con las suyas propias. –Cogió una aguja de acero, tras pasar algodón con alcohol por los alrededores de la laringe–. Por cierto, ¿cuál es la denominación científica de tu especie? —Homo sapiens luminis o vampiresis. —¿Sapiens? ¿Es que pertenecemos a la misma especie? —Es así –dijo Yido. Alain introdujo la aguja en su cuello y realizó la operación completa de extracción. —¿Y son dos razas cruzables entre sí? –preguntó, retirando la jeringuilla de la garganta de Yido. —En ciertos casos –dijo, tapándose el diminuto agujero con un trozo de algodón con agua oxigenada–. ¿Sabes lo que es el xeroderma pigmentario? —Por supuesto –afirmó Alain–. Sabes cuál es mi profesión. —Pues esa enfermedad es una herencia de la especie vampira –comentó mientras sostenía el algodón en su cuello–, raza que no se manifiesta en el ser humano normal si no se cumplen varias condiciones. Es una cuestión de todo o nada, pero a veces quedan residuos. —¿Y la humana es la dominante? —No, no quiero decir eso. Las condiciones a las que me refiero son de tipo herencia genética. No las comprendo muy bien. Tengo un compañero genetista que podría explicártelo pero, claro, no creo que tengas ocasión. —¿No podría hablar con él… de otra forma? –preguntó Alain. —Ya te he dicho demasiado. No me han aconsejado que te revele lo de nuestra existencia y ya te estoy contando nuestra fisiología. Olvídalo y ve al grano con esa muestra. —Bien, ahora voy a pasarlo por la centrifugadora. –Estuvo un rato preparando la muestra y, tras depositarla en una probeta especial muy fina para centrifugadora, situó ésta en un compartimento del rotor, colocando en el resto probetas con agua del mismo peso que la muestra y lo puso a 50.000 revoluciones por minuto–. Ahora se separarán todos los componentes bastante bien. Luego cogeré las tres proteínas y las dos hormonas más abundantes, especialmente los dímeros de tirosina. Trataré de averiguar cuál de las tres proteínas es la tiroglobulina y la desecharé. Las otras dos serán, con toda probabilidad, las dos enzimas que sintetizan la tiroxina y la triyodotironina. Averiguaré cuál es su secuencia, sintetizaré numerosas cadenas de ARN y las inyectaré en una buena cantidad de bacterias. 57 Luego usaré el método kamikaze para extraer las hormonas; es decir, la ultracentrifugadora, matando las bacterias directamente. Es una crueldad, pero…, ¡qué se le va a hacer! —Parece muy sencillo –apuntó Yido. —¡Tardaré tres semanas, maldita sea! ¡Tengo que dormir de vez en cuando! —¿No pensarás hacerlo solo? —¡Tú no tienes ni puta idea de cómo se hace esto manualmente! ¿O piensas ayudarme? –Yido se encogió de hombros, a pesar del tono de ironía con que se lo había preguntado–. Ni lo pienses –negó. —¿Y no tienes ni un maldito ayudante en toda esta enorme factoría? —Entonces…, ¿puedo contárselo? –preguntó, más calmado. —Puedes contarles lo que te dé la gana. Allá tú con tu reputación. —Eso no. Estarás ahí para demostrárselo. —No haré eso. —Yo tampoco lo haré, pues. Soy el director, pero no un tirano. No voy a obligarles a hacer frenéticamente algo por lo que no van a cobrar ni un duro. Esta operación costará unos veinte mil euros. ¿De dónde los saco? —Yo nunca te dije que no te fuera a pagar. Alain se quedó boquiabierto y liberó uno de sus más tremendos ataques de ira. —¡Y para eso me extorsionas! ¡He estado todo el rato pensando que si no lo hacía me chuparías la sangre! —He traído quince mil euros. Pensé que costaría más cuando me enteré de los costos de la investigación de la síntesis de una proteína en una empresa de Alemania –explicó–. Y lo tenía que conseguir en una semana como mucho, cuando llevo cinco días viajando. No pensaba pagarte porque dar quince para cien sonaría más a insulto que a pequeña compensación. —Eso es sólo pagar a mis empleados. Ni siquiera a mí, es por convencerlos. No te equivocas en los costos; es así. —Teniendo en cuenta lo que me juego, lo haría. Me refiero a lo de chuparte la sangre, pero si eso te vale te lo doy y os ponéis a todo gas. Cuatro días. —Pero… —Está todo dicho –sentenció Yido. 13 El papa observaba el cielo estrellado desde la ventana de sus aposentos. Era tarde, y aún no había terminado de hacer sus oraciones cuando alguien llamó a la puerta. Se resignó y bajó los brazos para poder atender a la solicitud de entrevista de algún irrespetuoso. 58 O terriblemente impaciente. —Puede pasar –permitió. La puerta se abrió, presentándose un guardia suizo con el característico uniforme, probablemente diseñado por Miguel Ángel, que le anunció una recepción compuesta por tres personajes, uno de ellos un Maestro de la Orden. El Sumo pontífice se incorporó con dificultad y entró un ayudante que le sostuvo durante el recorrido de aquel palacio de más de mil habitaciones hasta la sala de recepción, donde le esperaban de pie dos vampiros y una vampira, el mayor de los cuales debería tener más años que el mismo papa. Éste se aproximó al Santo Padre y le besó el dorso de la mano, acción la cual representaron tras él el otro templario y la vampira de una manera sumamente respetuosa y cortés. Aquella reunión era enormemente importante para el destino de aquellos personajes, desconocidos para un profano. Pero el papa parecía conocerlos de toda la vida; al menos al Maestro templario. Se sentó en su trono papal dejando prácticamente toda la gran estancia con sus maravillosos cuadros y frescos, sus carísimos crucifijos y estatuas de los apóstoles y santos para el resto de los presentes: tres templarios, dos guardias suizos y un ayudante que permanecía de pie al lado de él. —Su Santidad –saludó el Maestro en un perfecto latín clásico, tal como debía ser dentro de las fronteras del Vaticano–. Le traemos un mensaje de su Alteza el Príncipe de los Templarios. El papa dio muestras de una alegría incontenible. Era difícil tener noticias de él, sobre todo considerando que no se encontraba nada bien de salud. —Me alegro de tener noticias de Margast. Empezaba a tener la preocupación de que estuviera peor que yo, que no puedo ya ni con mi alma. —Su alma es lo suficientemente pura y ligera para que pueda aguantarla bastante tiempo todavía, pero al Gran Maestro le falta poco para separarse de ella, por muy poco peso que tenga. Está realmente grave. El papa esbozó una cara gravemente preocupada. Solamente había tenido oportunidad de verle tres veces en su vida y nunca habían tenido una larga y profunda conversación debido a la brevedad de sus visitas. Era seguido por los medios de información en todos sus desplazamientos, incluso en las visitas más privadas. Y aquello podía apenas mantenerse en secreto durante unas pocas horas en las que él debería estar supuestamente descansando. Era un supremo esfuerzo por su parte realizar aquellas visitas tan profundas y espirituales al Santuario de los templarios, donde éstos habían estado ocultos de la codicia y el pillaje del mundo durante más de siete siglos. Tampoco él se encontraba nada bien de salud. Ya no creía que pudiese volver a verlo. —¿Desde cuándo sufre el Gran Maestro? –preguntó, con evidente preocupación. —Hace ya varios años que comenzó a dar señales muy leves –anunció la 59 sólo se trata de un primer paso. ante todo. ni siquiera pagarle los gastos del viaje. Hay que realizar bastantes más. »Rezad por la salvación de vuestras almas y poned vuestro esfuerzo en encontrar al nuevo príncipe por la salvación de vuestras vidas. antes que guardar la vida. sino del Misionero. el éxito o fracaso de nuestra búsqueda. Hay que buscar un sucesor. Podría abdicar en cualquier momento para la sucesión. una gran alegría entre todos vosotros. una nueva esperanza? Cuidaos más bien de arrepentiros para ganaros honradamente la Salvación Eterna. Todos meditaron en silencio durante unos momentos. pero nunca con los medios del alma.mujer del grupo–. no hay que buscar causas. y no es de nuestra incumbencia decidir el momento. Y es algo muy improbable. ¿No es esto. —Hemos encontrado al que tendrá la misión de buscarlo. —Es cierto. que siempre será mejor salvar el alma que la vida. —Entonces… ¿Debemos confesarnos y confesar a todos nuestros caballeros? —¿Ante maestros como vos? ¿Ante unos mortales pecadores que caerán bajo la espada tanto como los demás? No. Ha de abdicar en alguien en concreto ya que. —Sí. Se trata de un proceso que sufren todos los de nuestra especie al término de nuestras vidas. De todas formas. —Tiene que existir. ya que una transferencia de dinero desde un banco extranjero a España de una 60 . Es la combinación perfecta. el Fin comenzaría ya en este mismo momento. si no. Y es totalmente natural. Vais a rendir cuentas directamente al mismo Todopoderoso. como los ganglios y la médula ósea roja. entre otros el nombramiento en el trono del Templo de Salomón en la isla alandesa de Inocencia y la bendición por parte de Su Santidad. Aquellas palabras les habían turbado y al final sólo el Maestro templario se atrevió a romper el mutismo. el cataclismo comenzaría aún antes. Sólo Dios tiene poder de juzgarnos. lo que está llevando al resto del organismo a envejecer rápidamente. un inmenso honor. Evidentemente. sino el aceptarlo con alegría o temor. Nuestros médicos nos anuncian que se trata de una degeneración de los tejidos que producen células nuevas. si ese ‘alguien’ no existiera. acelerar o no este fin es algo que no forma época. pero ¿en quién? –explicó el Maestro–. Guardaos ésta siempre que sea con los medios que os da la vida. no es necesaria la presencia del Gran Maestro y del heredero al mismo tiempo para que la sucesión se haga efectiva. —¿Y qué hay sobre eso? –añadió el papa. Nuestra parte consiste en tener disponibles para él nuestras casas templarias. —No depende de nuestro esfuerzo. No nos ha sido posible más. Con el alma preparada o en pecado. es completamente inútil. sin embargo. Había leído en alguna revista que en España se habían vendido en el año anterior unos quinientos coches de gasolina. alegrándose de que no hiciera el menor ruido. Si fuera de noche. Y la recompensa sería para él. y pensaba en que había alquilado el coche por doce y no diez días. realmente no iría al mejor ‘más allá’ que existía. Encendió el motor del coche eléctrico. A las ocho y cuarto. No era un hombre al que se le pegaran las sábanas. Pero tengo entendido que no es alguien con problemas económicos. Y él también iría. —Granada… ¡Ah. y salió David con su padre en el coche hacia algún lugar que Marco desconocía. un treinta por ciento de gasolina y el resto. Arrancó el electroimán y las ruedas comenzaron a girar a unos cincuenta metros del otro coche. olvidando ya para siempre todo aquel maldito asunto de las drogas. y menos en un respaldo tan incómodo como el de aquel Mercedes que había alquilado. que afortunadamente era verde botella. un color no demasiado corriente y fácil de seguir de lejos en la penumbra de la mañana. aunque sabía que le dedicaría todos los brindis que hiciera durante el resto de su vida. Vaya si los había vivido. prácticamente la mitad de los coches eran eléctricos. sin compartirla con quien hubiera querido. 14 A las ocho de la mañana del miércoles se encendió la alarma del reloj del coche. —¿Es español? –se interesó el papa. ¿Qué sentido tendría ya salvar la vida de los demás cuando le habían quitado la mitad de la suya? No. muy bien! Una ciudad preciosa. de hidrógeno u otro tipo. lo habría preferido azul claro o amarillo. ya que él había vivido los tiempos en que todos los coches eran de gasolina. Y eso había ocurrido tras la llamada catástrofe del siglo XXI en Oriente Medio y en el plazo de tan sólo unos diez años. pero sospechaba que era la estación o el aeropuerto. Ahora. como le dijo. ya que blanco 61 . Fantástico. Se quedó observando la casa mientras se tomaba un café del minibar del coche. Ha partido. cuando aún no se hubiera largado a su patria. para siempre y con la inmensa paga que le había prometido ya sólo para él. Esto evitaría que comenzaran a buscarle demasiado pronto. —Sí –confirmó el Maestro–. ¿Y ha partido ya? —Salimos de Castelgandolfo en cuanto nos lo confirmaron. y en pocos segundos quedó totalmente despejado. Escuchó unos sollozos y unas emotivas despedidas durante unos cinco minutos. Es de Granada capital.cuantía media-alta de ese tipo sonaría a subvención de terrorismo y lo investigarían inmediatamente. oyó el ruido de una puerta plegable en la parte trasera de la casa y observó a través de las luces de las farolas cómo sobresalía el pliego de la puerta del garaje. No supo ni qué tren ni a qué hora. cuando llegó a la ventanilla. Era la estación de trenes. Dudó unos momentos sobre el AVE de las diez y once y el Talgo de las nueve y diez y media. En pocos minutos se dio cuenta de que no se dirigían al aeropuerto. Tras pagar. sorprendida de que le pidiese tres billetes que sabía no iba a usar. tras colocarse las gafas fotocromáticas que guardaba en la guantera. para realizar los viajes que había hecho investigando e informándose por toda la ciudad de todos los detalles que pudieran interesarle. once y doce el AVE. supuso que estaría como mínimo un cuarto de hora. Se mantuvo informado de los detalles de la desaparición e incluso llamó a la familia desde una cabina telefónica para informar de un falso posible avistamiento para averiguar algunos detalles más. Ahora estaba sólo dos puestos más atrás que él y. Tantas idas y vueltas al mismo lugar le había hecho hacerse una idea orientativa de la situación del aeropuerto. le dijeron que los primeros de la mañana a Zaragoza salían a las nueve y diez y media el Talgo. ya que las vías especiales del AVE se habían ampliado por todo el país. La chica que lo atendía lo miró extrañada y casi con sospecha. Le sería difícil al uno averiguar si el otro le estaba observando. Allí se bajó y fue con ellos. con desdén. hacia las taquillas. Siendo las nueve menos cuarto. —Deme uno a Zaragoza con el Talgo a las diez y media y uno para el AVE a las diez –dijo. agudizó al máximo el oído. Siempre aparte de sus juergas nocturnas con desconocidos y prostitutas. Cuando se acercó a su propia ventanilla y se informó. Todos directos. fue a comprarse una Down Town para leer sin dejar de vigilar a David a través de la cristalera de la cafetería y con la pantalla de sus gafas. y se descoló con la excusa de que estaba esperando a una persona. se dirigía a una cafetería. tratando de colocarse en una fila contigua a la de David. además de algunas de sus costumbres. Allí había alquilado el coche al llegar de Barcelona y en uno de sus hoteles había dormido. Miró su reloj y descartó el de las doce. que era el único lugar importante de la ciudad al que sabía ir desde cualquier punto por simple instinto.era bastante corriente para poder individualizarlo. —No importa. pero Marco contaba 62 . Así. durante una semana (había estado recuperándose un día en Barcelona de sus heridas). hizo todo lo que necesitaba para seguidamente apoderarse de la casa. Marco. Usted démelas –le dijo Marco. por fin. El de las once se dijo que lo compraría sólo si para las diez y media no había cogido ningún tren. pero sólo consiguió comprender que uno a Zaragoza. Marco observó que la suya estaba bastante más adelantada que la otra. Al observar cómo David. en el fondo. Así se enteró de quién vivía frente a la casa de David y quién era. que ya se había despedido bastante emotivamente de su padre. descartó el Talgo de las nueve porque siempre era puntualísimo. Y. Tras un rato que se alargaba demasiado debido a la enorme cola. —Las anulaciones no se permiten desde una hora antes de la salida –le advirtió. y a las diez. observándoles. fácilmente distinguible por unas gafas plateadas que ya no olvidaría. se alegró de no volver.. La vio desde lejos. no animarla. Mervat le dijo que si en algún momento iba con alguien para entrar en las casas templarias. Iba vestido de colores muy oscuros. mientras observaba a David tomándose una bebida que no parecía precisamente café. piruetas con la lata incluidas. Victoria. pero no lo suficiente. deseaba que ella le acompañase. sin poder ver su mirada. Se llevó el vaso y se dirigió hacia el punto exacto que le indicaba la flecha. No iba muy cargada. Activó el GPS. Estuvieron largo rato abrazados. —¿Te has hecho daño? –le preguntó. como para demostrar que él era el más rápido de la tasca. que había escogido el verde y blanco. y tenía unas enormes ojeras. Él había intentado impedirlo. algo que hizo porque que en ningún momento ellos le habían dicho que tendría que ir solo. aunque he sentido calor por primera vez en todo este invierno. Pero todo bien. y ya se había extendido la noticia de su reaparición. El móvil sonó. Parecía triste. En el fondo de su corazón. además de que sonó de la manera que había programado para cuando le llamara esa persona en especial. sentada en un asiento junto a una de las enormes columnas que sostenían el techo de la estación. así que activó también el posicionador. No cabía duda de quién era. Es más. ensombreciendo aún más el rostro–. —No. No tenía ni idea de dónde estaba el sudoeste. Victoria levantó su enrojecida mirada hacia él. a unos treinta metros.con la ventaja de que no le reconocería en absoluto. Nunca vi llorar tanto a mi madre. Él llevaba una mochila sólo ligeramente más grande que la de ella. a pesar de tener un reloj con brújula y sabiendo que le cobraría créditos de la tarjeta por ello. abriendo la revista. que 63 . y se sentía culpable de haber sido él el que le dio la idea de acompañarle. mientras ella trataba de disimular sus lágrimas. «Estoy aquí». ya que no podía contarles nada de esto. Y le tomó la palabra. —Lo siento. ¿Y tú? ¿Qué ocurrió anoche? —Fatal –le respondió. y no creía que se hubiera fijado siquiera en Krospel. el cual le indicó que se encontraba hacia el sudoeste. pero le pareció suficiente. Se sentó junto a ella. y no he dormido nada de nada. Tenía que evitar hacerse notar. David notaba sus tensas inspiraciones y se quedó callado sin saber cómo calmarla. iban a atenderles en todas y cada una de sus paradas. al contrario que Victoria. —Un Red Bull –pidió David. Se sentó. El camarero se lo sirvió en pocos segundos. Él no había sido el que le disparó. pero no sonrió en ningún momento. decía el mensaje. siempre que fuera totalmente de confianza podrían atenderle junto a él. apenas una maleta mediana. Tardé cinco horas en convencerlos a base de mentiras. ya que siempre había periodistas en sitios como ése. No en vano. que es la queratina y el pigmento –aclaró. Consultó el reloj y se mostró impaciente. La bajó hacia sus manos y estuvo unos momentos observándolas. Dirigía una mirada impaciente a su alrededor cuando. apretando fuertemente una a una las uñas. Se miraron mutuamente. nada de rigidez. pero en un lugar como ese no llegué a fijarme en detalles. textura normal. No era una sensación muy fuerte. ante la mirada de incredulidad que le dirigió David. Un furtivo y grueso rayo de (digamos. —El pelo tiene prácticamente lo mismo que las uñas. supongo. No me lo dijeron. Brillaba.ocultaba tras una impenetrable pantalla plateada. —Bueno. No parece que le ocurra lo mismo. Allí es64 . esta vez al pelo. siguió mirando a David. ultravioleta) luz procedente del Astro Rey se colaba por uno de los enormes ventanales que daban al exterior por la pared este. puedes ver. Tan rápido que. comprobando que no se doblaba. Y una perspectiva de futuro que lo jodía. David observó este extraño ritual unos instantes. —¿No te fijaste en el pelo de ellos? —La verdad es que brillaba algo más de lo normal. sin embargo… –Lo tocó y acarició–. No deben ser mis uñas. —En ese caso. hasta que también se dio cuenta y apretó a su vez su extraña queratina. tal vez sea algún componente diferenciado en la epidermícula del pelo –vaticinó Victoria–. Pero eso sí. situados en un semisótano. no creo que crezcan más. —No sé –dijo. Entonces se dio cuenta. era tan transparente como el cristal templado y estaba completamente rígida. —No será la queratina. ¿verdad? —¿Podrás cortártelas? –aventuró a decir Victoria. tras pensar unos instantes–. de pronto. sino otras nuevas que han crecido rápidamente tras retirar las viejas. —No sé lo que es. tras indicárselo a Victoria. —Lo que te de la gana. Una capa de tejido que rodea a la médula del pelo. David sonrió de oreja a oreja. Se incorporó rápidamente y. —Médico. pero bien. las cogió. —¡Eh! No te pases. Es extraño. Parecía que algo se estaba fundiendo en su interior y se dilataba por el efecto del calor. se dirigió a las escaleras mecánicas que conducían a los andenes. y se sintió un poco cohibida. tu eres la anatomista. lo embargó una sensación angustiosa y un calor le envolvía las sienes. Al poco. Victoria seguía bastante seria. pero parecía aumentar por momentos. Pensé que eran muy limpios. Y con una añoranza a sus espaldas que casi lo encorvaba del dolor. Algo que no es común. pero parecía algo menos entristecida. los vampiros se desintegraban en el aire incluso con aquel ungüento mágico. nadie osaba hacerles frente. algunos vampiros comenzaron a largarse al infierno en cuestión de segundos. cincuenta años? —¡Ni mucho menos! No descarto. Hubo que comenzar a plantearse su resintetización. Así consiguieron dominar el mar. y durante un tiempo pudimos volver a exponernos a la luz solar. Y comenzaron sus incursiones. Nada. Aun sin saber qué eran realmente.taría completamente protegido de aquellos traicioneros rayos que continuamente buscaban rendijas que atravesar. aunque ya poseían aquella mágica capacidad luminosa de los ojos al predominar la oscuridad. a pesar de todo. los vampiros podían tolerar perfectamente la luz solar normal. Pero el hecho es que la capa era muchísimo mas gruesa de lo que se piensa y somos de esa opinión. las salinas y la inmensa mar salada eran capaces de reducir a cenizas hasta al más resistente de los cuasi inmortales vampiros. Posteriormente. —Sí. en los tiempos de las grandes conquistas. eran ellos. Esto último es plausible. ya me entiende. —Mágico para aquella época. Pero ocurrió lo inevitable: la capa de ozono comenzó a adelgazarse carcomida por una contaminación que amenazaba con comerse prácticamente todo aquello que protegía el mundo. Comenzó una carrera de la química contra la física hasta 65 . Los vampiros pudimos seguir “saliendo a la calle”. era el siglo VIII. los “luminosos”. puesto que durante la última aniquilación de que fuimos objeto sólo sobrevivieron aquellos que permanecieron ocultos. que se hubiese producido un aumento de la actividad solar o que alguna mutación propia hubiera podido propagarse desde algunos pocos. Los menos resistentes a la luz. El hecho es que jodían todo lo que tocaban. daban miedo allá donde aparecían. claras superficies donde reflejarse y negras donde descansar. por experiencia. pero voy a terminar. como ya te contaré. durante casi seis siglos más. si fuera posible eso. —Pero el problema de la capa de ozono… –analizó David–. niños y niñas morían o huían aterrorizados al ver a uno de estos nórdicos que se autodenominaban vikingos. Durante su estancia con aquellos nocturnos templarios el Maestro Mervat le había comentado que. en los lugares donde los vampiros habitaban. vikinga o. Y fue adelgazándose progresivamente hasta el punto en que nada más salir al sol. Se consiguió. tal vez. imagínese. por decirlo así. Solamente los desiertos. reconquistas y exploraciones en todo el mundo. —O sea…. a los pocos años. antiguamente. descubrió una especie de ungüento mágico. alguno de los más sagaces alquimistas de la raza vampir. como algunos habían llegado a definirlos (algunos hombres que habían llegado más allá que del simple avistamiento de uno de estos seres). mujeres. Hombres. simplemente. Es como las cremas solares actuales pero. ¿no es algo que viene de hace unos cuarenta. si voy a explicarle todo cuanto sé y pienso. Habrás de caminar siempre entre sombras con gafas protectoras. ¿no es así? —Si se coloca dentro de uno de esos aparatos de rayos UVA no encontrarán nada dentro. La selección natural fue tan brutal que actualmente ya casi no desarrollamos cánceres. Y que alguien más esperaba con idéntica voluntad que ellos. ya que los ojos son lo más delicado de un vampiro. Ya no vivíamos tanto. no acabaríamos nunca. tras colocar sus bártulos en el aparato detector. —¿Cuál? —Olvídelo.que aquel ungüento comenzó a hacerse tan espeso. Los que sobrevivimos somos los más resistentes. —¿Existe alguna explicación fisiológica? Quiero decir. me inclino por una explicación más bien de origen divino. Una vez llegaron a su andén. aceitoso y repugnante que la noche se apoderó de nosotros por completo. Los altavoces anunciaron la inminente llegada del tren que ellos esperaban. 66 . —No soy el más indicado fisiólogo para explicarle ese hecho. Es como una fobia en su grado más superlativo. David se pasó la mano por el pelo y cogió un pañuelo que le ofreció su chica para secarse el sudor de la frente. —Y huir de los centros de belleza. Poco a poco irá descubriendo cosas por usted mismo y por los magníficos compañeros de la Orden con los cuales podrá hablar todo lo profundamente que desee. al igual que ocurría con ésta. La física había vencido y las mutaciones hacían presa en nosotros. David? –preguntó Victoria. no me parece normal que materia viva se desintegre así como así. se sentaron en uno de los bancos que había a lo largo de la acera. »En estos momentos poseemos una fórmula bastante buena que permite a un vampiro salir en pleno día. y en ningún caso directamente expuesto al sol. Esta sensación es increíblemente agobiante. Pero sólo para trasladarse de un lugar a otro. Y le costaría toda una vida comprenderse a sí mismo… —¿Estás bien. David se había hecho a la idea que la historia de una raza distinta a la humana nunca sería totalmente comprendida. hasta el punto en que lo físico se altera junto con la consciencia. El día había dejado de formar parte de la vida de los “luminosos”. Nada. Esos donde uno se pone moreno. por otra parte complejo proceso físico químico. sin embargo. como el dolor o la jaqueca. angustiante e insoportable. —He estado largo rato sin darme cuenta –le decía David–. no te preocupes. Se trata de una reacción normal del organismo. —Sí. y éramos cada vez menos. dejando a aquel hombre sin el menor resto de sangre. ya que incluso ellos escogían cuidadosamente sus víctimas. Entonces le clavó sus colmillos en la yugular mientras aquel hombre. Derribaron la puerta entre los dos. Mervat se dio cuenta del peligro que suponían los otros vampiros en sus planes. Era un hombre al que había encontrado violando a una joven muchacha en un garaje. continuamente atacaban a los más nocturnos de los humanos e incluso a otros vampiros. Mervat lo agarró del cuello mientras el otro conducía a la chica. tras lo cual se lo llevaron y nadie volvió jamás a saber nada de él. a otro lugar dentro de aquel edificio. Mervat calculaba que la quinta parte de la gente desaparecida en todo el mundo en los tiempos de paz habían caído bajo los colmillos de los vampiros. Pero raramente dejaban escapar una víctima. La secaban de sangre. y allí estaba aquel perro. quemaban y enterraban hasta el último resto. un mundo con el que tenían que aprender a convivir. A veces. Muy raramente. Al imponente Maestro de la Orden apenas le afectaban aquellos endebles puñetazos y patadas. Pero normalmente bebían otro tipo de sangre. los que no habían abrazado el amor de Cristo y continuaban en poder del Maldito. y observó que se escuchaban más próximos los gritos en el garaje contiguo. su compañero completó el banquete. 15 Mientras caminaba por la avenida en una silenciosa y vacía madrugada. Hicieron un chiste acerca de lo flaco y escaso de oro rojo que era y lo introdujeron en un saco que encontraron allí mismo. Disfrutaban con el terror. sedientos de sangre y terror. Y como tales. y sabía cuán difícil sería seguir ocultándose por mucho tiempo más con las continuas incursiones nocturnas de los otros y. a pesar de mantenerse siempre ocultos. Eran casi las tres de la madrugada en un barrio de Göteborg. que debía rozar la cincuentena. Mervat sólo había probado una vez sangre humana directamente de un cuerpo. tanto de los poseídos como los liberados. casi inconsciente. sentimiento del que a pesar de todo no carecían. cuando Mervat iba con dos compañeros de la Orden y escucharon gritos ahogados procedentes de un local cercano. 67 . sabiendo que lo que se dejaban atrás era insignificante comparado con lo que les esperaba. al mismo tiempo. Mervat se dirigió al lugar. Cuando había bebido casi dos litros de aquella deliciosa sangre humana. Mervat lo veía como un ejemplo de todo lo que ocurría dentro y fuera del oscuro mundo de los vampiros. daba golpes en todas direcciones incapaz de comprender qué le ocurría.Todos ellos entraron momentos después. De Pedro Botero. Ellos eran un mundo aparte y. como la de cerdo o de caballo. Ellos eran los infieles. hasta los rociaban con ácido. alguien vería un vampiro grabado y lo llevaría a los programas sensacionalistas. vaporizadores de alicina. y la fama. y que había fundado una empresa de relojería nada convencional. O falda. pero saber que una amenaza como aquella se cernía sobre el trono de Margast le mantenía constantemente preocupado por la posible rotura de la alianza que (parte de) su pueblo había hecho con Dios. y hasta en algún que otro coche espía. Y todavía no se lograba explicar cómo ninguno de ellos los había traicionado por dinero. Había más de ilegal que de legal en ella. un vampiro que se había infiltrado entre los humanos cortándose los colmillos para aparentar ser normal. Se lo había advertido. Tarde o temprano. Tal vez se debiera a la forma de ser de esta raza. En el fondo no le extrañaba.evidentemente. y sabía que iban a necesitar tener sumo cuidado en todo aquel asunto. centros comerciales. y uno a uno fueron muertos por los vampiros que no encontraban otra fuente de sangre y evitaban atacar a otro que tuviera más ‘fama’. la sustancia venenosa que existía en el ajo. que era lo mejor que habían podido encontrar en todo el ancho mundo. Ni siquiera en Norteamérica. y David tendría que saberlo. pero él no sabía aún todo lo que en verdad era aquello. Los enlaces de Mervat le comunicaron que se trataba de un tipo de armas muy especial: armas que mataban a vampiros. Y sabía. bancos…. la proliferación de ‘Gran Hermanos’ que existían ya en todos los cruces de carretera. y otro…. hacía apenas tres años. luego otro. Eran lugares peligrosos de noche. No serían vengados y ellos lo sabían. Ese grupo de vampiros desde entonces perdió totalmente el prestigio. a pesar de que nunca habían podido probarles cargos de contrabando y fabricación de objetos (no se sabía realmente qué) para los cuales la empresa no estaba autorizada. Para ellos el dinero era el oro rojo de las arterias y venas. fama o cualquier otra chuchería. Acabaría aprendiéndolo. Japón ni Alemania habían podido encontrar a nadie que reuniera tan68 . práctica harto frecuente. ya que el Príncipe de los Templarios podía estar perfectamente entre ellos mismos. Dios sabe que sí. Todavía recordaba cuando le contaron la historia de un hombre que había resistido sin inmutarse las torturas que le proporcionaron un grupo de vampiros hasta morir. para lo cual habían estado casi tres años buscando a alguien como David. el terror que le tuvieran a uno. locales. edificios. Eran pistolas que disparaban balas de una aleación de plata. parques. si surgía el caso. Ninguno de los otros había creído nunca en ella. por lo que le contaban vampiros que venían de aquellos ‘barrios bajos’. alguien acabaría por demostrar la verdad: eran reales. láseres y lámparas de ultravioleta… Mervat no podía dar crédito a sus oídos cuando le contaran aquello. que raramente codiciaba el dinero o la fama. que la práctica favorita entre ellos era conseguir que los humanos se cagaran en los pantalones. Mervat había oído hablar de uno especialmente peligroso. que se elevaba sobre su cabeza. hasta que se cansó de dar vueltas sin más por aquel desierto y se dirigió a una cabina de teléfonos. Subió con ayuda de la escalerilla camuflada del lateral y abrió la puerta de la carlinga de dos plazas girando la manecilla. que no estaba obstaculizada por el menor rastro de vapor de agua. que Yido había saltado limpiamente sin recibir un solo electrón de aquel flujo que emitía un audible zumbido cada medio segundo. y se la mostraba tan amenazadoramente como el arma. dos pistas. Recorrió sigilosamente aquellos parajes procurando no activar cualquier improbable pero posible alarma que pudiera haber en aquel solitario lugar. lentamente. rodeó el morro hasta ver el cuerpo completo de aquel inesperado asesino. y le estaba apuntando con una pistola. próximo destino de David. y se asomó con precaución. Era un vampiro. El piloto sabía perfectamente lo que hacía. finalmente. la conversión. con el avión que debía conducirle de nuevo a Inocencia. viendo medio cuerpo y las piernas de un hombre. Y el último obstáculo. —¿Reconoce esto? –dijo una voz detrás suya. 69 . 16 Yido caminaba rápidamente hacia la pista de aterrizaje del aeródromo. Ni el menor rastro del piloto. Toranks y Hernando habían sido sumamente competentes. que probablemente había confundido el lugar donde debía esperarle. Sabía que tenía que estar allí. No había nadie dentro. En aquel siniestro lugar podía ocurrir de todo y avanzó hasta encontrarse. No pudo ver su rostro. Nada más que la Luna conseguía semejante hazaña. también camuflada. Yido giró rápidamente. Bajó de aquel lugar evidentemente abandonado y se dispuso a buscar de nuevo al piloto.tas características físicas y de aptitud como él. Imposible. parecía haber vuelto de nuevo a la caja de Pandora. tres hangares y cuatro entradas en cuatro lugares de la cerca electrificada. lo habían superado de manera increíblemente efectiva. cuando observó que nadie le esperaba. Llevaba una chaqueta de piloto manchada de sangre y cenizas por todos lados en la otra mano. para hacer una llamada que él consideraba de suma importancia. compuesto únicamente de una pequeña torre de control. al Monasterio de Piedra de Nuévalos. Y aquel viento que normalmente arreciaba en aquellas zonas y que constituía el principal peligro al que habían de hacer frente los pilotos aficionados que solían practicar en aquel aeropuerto en miniatura. y el tiempo estaba totalmente despejado: las estrellas brillaban con tanto ardor que parecían competir entre ellas para iluminar el triste rostro del planeta Tierra. ya que lo tapaba el cuerpo del avión pero. al otro lado del avión. Caviló unos instantes más. No podían querer más que impedir que esa definitiva medicina llegase a destino. Disparó. A pesar de todo. Finalmente tuvieron que relatarle día tras día. todo lo que le había ocurrido desde el destete. dejando al otro vampiro tan boquiabierto que no le dio tiempo a notar que había disparado ni que su pecho comenzaba a burbujear como si no fuera más que agua hirviendo y no carne y hueso. volviendo a despertarse con la plena capacidad de recuperar el aprendizaje perdido. El propio padre de Yido había recibido una vez un tremendo golpe en el cráneo que consiguió partir el durísimo frontal que tenía él y. en vez de perder la vida. Yido lo recordaba con gracia. ya que su último recuerdo pertenecía a su querido dragón de peluche. y los vampiros difícilmente podían llegar a morir de un balazo. Llevaba una pistola. lugares y hechos pero no los recordaba. Hizo alarde de su habilidad con el asta frontal del cerebro y la pistola que momentos antes tenía su enemigo en la mano saltó. pero esto no le producía ninguna gracia. El mismo efecto que producía el sodio puro aplicado sobre la piel parecía originarse a partir de la abertura que había dejado justo debajo del pezón derecho. y Yido no estaba dispuesto a dejarse coger tan fácilmente.—¿Quién eres? –preguntó Yido con una expresión de absoluto desprecio. un vampiro perdiese la consciencia y los esquemas y recuerdos grabados en la zona destruida. El vampiro comenzó a retorcerse y arrancarse la ropa aullando de un inmenso dolor. en general. incluso neuronas y tejido muscular. debido a que tenían la extraña e increíble capacidad de multiplicar las células de sus tejidos dañados. células que en el hombre no lo hacían a lo largo de toda la vida. Cuando se despertó había vuelto a su más tierna infancia. —La pregunta no es “quién soy” sino “qué quiero”. reconocía caras. todos los vampiros. por el que comenzó a clamar. Aquel tipo era un vampiro y sabía aquello. pues la única manera era exponerlo completamente al sol y Yido sabía que estaba allí desde hacía tan sólo un rato. —Dios… Yido observó con repugnancia cómo parecía agrandarse más y más el aguje70 . dirigiéndose por propia voluntad hacia la mano derecha de Yido. sobre todo su anciana madre. Y a una velocidad mucho mayor. Un impacto directo en el cerebro hacía que. Entonces se fijó. ignorando las consecuencias que se derivarían de la muerte de un príncipe al que no reconocían ni toleraban. No se le ocurrió cómo. Le entró un escalofrío. en algunos casos. –Aquel ignominioso vampiro de la sección poseída había desintegrado al piloto. Las balas podían ser de plata. pues no creo que necesitemos el dudoso honor de conocernos mutuamente. Elemento ante el cual cualquier vampiro respondería con una reacción alérgica tan espectacular como fulminante. como el resto de su cerebro se mantenía en buen estado. esta vez con las dos manos y tratando de quitar de su mente el profundo y corrosivo dolor que le llegaba de una parte de su cuerpo que se había desintegrado. En pocos segundos. corrió hacia el avión e. introduciéndose en él por el lado contrario del cual procedían aquellos rayos de luz tan abrasadores trató. perdió con la otra mano el control del mando. Rápidamente. de mirar el panel de mandos con sus deslumbradas pupilas para activar el motor que giraba las ruedas. Nada limpio. llegando a palparse. lo único que. Por primera vez en su vida tuvo la oportunidad de probar en sus propias carnes la extraña sensación de la que había oído hablar a su maestro de medicina en el castillo de Inocencia. Sintió el fuerte golpe del viento junto con la inercia del brusco aceleramiento. El dolor fantasma. Había desaparecido parte de su cara. Se miró su mano. tapándose los ojos. azuzado por los golpes que daba Yido a la palanca de arranque. El motor rugió como en los viejos tiempos de la gasolina. su dentadura a través de su inexistente mejilla. así que activó el piloto automático de despegue. aterrorizado. De la impresión. en dirección a la cerca electrificada. con esfuerzo. junto con el mando. No consiguió bajar la carlinga. llevándose la mano hacia el lugar que parecía querer separarse del resto del cuerpo. Yido gritó al sentir una fuerte quemadura en el cuello que por instantes le hizo pensar que había recibido el mismo castigo que su desaparecido y desconocido enemigo. 71 . ya que se llevaba una y otra vez la mano al lugar y comprobaba horrorizado cómo se hundía hasta llevarla a la carne viva y húmeda de la cavidad bucal. provocando que el avión comenzara a girar hacia la derecha. Esos malditos hijos del diablo no jugaban limpio. perdiendo la protección del filtro del cristal.ro fundiéndose como atacado por el más potente de los ácidos. Y acertó. Gritó. no trató de bajarla sin haber escapado. Volvió a agarrar el mando. en su apresuramiento. a prueba de rayos ultravioleta. sabía manejar. sin llegar a ver nada de sangre. Tras darse la vuelta. hasta el extremo que hasta los huesos y la sangre comenzaban a corroerse. al recibir el impacto de un rayo de luz en la cara. Le faltaba media cara y la sentía. Poco a poco fue desapareciendo hasta dejar como último vástago para ser conducido al sepulcro… Un trozo de la bala de plata. Estaba totalmente expuesto y. ya que no tenía ni idea de como manejar aquella intrincada maraña de cables y botones. Invisibles rayos ultravioleta. Corrían más aprisa que lo que permitía la aceleración conjunta de las seis ruedas del avión. ignorando procedencia y causas. comenzó a avanzar mientras observaba aterrorizado cómo se le acercaban corriendo dos vampiros más con sendas linternas que emitían una concentrada luz violeta que apenas iluminaba nada. no podo evitar volver a gritar. Quince mil voltios en serie. pero no creo que resulte adecuado salir en este mismo momento. —En resumen… —Perdóneme. al tiempo que la aeronave se inclinaba peligrosamente manteniendo su erróneo rumbo hacia la enorme cerca. en vez de. o incluso de ir a por ellos? —Tenemos dos Harrier. Su cuerpo empezó a descomponerse desde el interior en reacción en cadena provocada por los rayos ultravioleta mientras se dirigía a la cerca. Me inclino a pensar que se debe a la erupción solar. Yido había perdido todo sentido de la realidad y se sentía. Las sirenas se acercaban rápidamente. y nos llamó ayer! —Imposible el contacto con el piloto –argumentó el radioescucha–. parecida y. Teníamos entendido que allí comienza a haber gente desde muy temprano y Tegas había recibido órdenes de salir a las cinco de la mañana aunque no estuviera Yido presente. las ruedas delanteras emitieron una sonora detonación que a punto estuvo de dejarlo completamente sordo. no llegará antes del amanecer. pero el radar no detecta nada en un radio de doscientos kilómetros. verán el avión. Ésta no había cesado de emitir zumbidos que quedaban apagados por el sonoro rugido de los motores al encenderse y el persistente pitido en los oídos que le había dejado como prolongación el reventón de las ruedas. Si no ha salido. en paralelo y desde todas las direcciones en que había algún metal se le introdujeron por todos sus nervios en primer lugar. con lo cual quedó absolutamente irreconocible tanto por dentro como por fuera. pero estamos jodidos. 17 —¡Cómo! –exclamó Toranks–. sólo exteriormente hasta que se produjera el cortocircuito en la verja.Pero apenas tuvo tiempo de hacerlo un par de veces puesto que. ¡Está a punto de amanecer. al intentar girar de nuevo a la izquierda bruscamente para recorregir el rumbo. como sería normal. Y si ha salido. y el avión quemase lo poco que tenía inflamable. —¿No hay una vampira manera de encontrarlos. a pesar de seguir consciente de la situación. pero a todas luces se 72 . El dolor intenso producía a veces ese tipo de sensación. No hace mal tiempo allí y las comunicaciones son infructuosas. Sólo estática. al mismo tiempo. Muchas controversias hubo acerca de aquel atentado tanto en los medios como en los informes secretos. completamente diferente de la embriaguez. continuando los electrones su masacre por el resto del cuerpo hasta acabar por chamuscar hasta la médula los huesos de Yido. El Maestro lugarteniente trató de mantener la calma. Su cuerpo parecía haberse encendido desde dentro (debido a las lámparas). como en un sueño en el que las imágenes apenas eran coherentes y todo parecía girar a su alrededor independientemente de sus actos. pero confiaban en que la rapidez y buena altura que podía alcanzar aquel avión de manufactura propia con una tecnología que sólo conocían ellos en su aplicación práctica. y allí se quedaba Yido a esperar otro día y Tegas a realizar otro arriesgado vuelo en círculo en los alrededores hasta que regresara la noche. Aquel contacto había fallado. o que no reconocen la contraseña para hablar con alguien de la isla. Pero si no había mandado ningún mensaje hasta allí era porque no se había quedado. el cual tenía noticias importantes que comunicar a alguien de la isla. Está teniendo lugar una erupción solar bastante intensa. Cogió el teléfono directamente Toranks. Aquello comenzaba a tomar un cariz siniestro. Demasiado arriesgado. Y al teléfono no lo afecta ninguna erupción solar. —Está confirmado –señaló el radioyente–. es que sigue allí. Es entonces cuando se ve afectada la comunicación. Así continuó una conversación más encaminada a una espera manteniendo la calma que a verdadero interés por los asuntos de telecomunicación de la isla. y podría ser la causa de la incomunicación. Toranks lo había organizado todo con ayuda de aquellos profesionales para recoger a Yido. Aproximadamente a las diez de la mañana llegó una llamada desde Francia de alguno de los vampiros que allí vivían. evitando sobre todo aquellas llamadas hechas por equivocación. Se habían expuesto a que los detectaran mandando una señal al avión vía satélite. Como no podían permitirse esperar varios días más para que Yido llegara al puerto de Estocolmo. estaba el hecho de que sólo podría permanecer un corto espacio de tiempo en el aeródromo. —¿Diga? 73 . pueden alterar las telecomunicaciones de baja potencia. por lo que era un viaje de ida y vuelta en un solo día. Todas las llamadas que recibimos proceden de un receptor común en Suecia. que llevaba varios días de retraso según lo que había indicado el médico del príncipe como plazo para enviarle las medicinas. Por radio.mostraba irritado. —Así es. Si no llega. —Es cierto… Así que las llamadas van a una telefonista a nuestro servicio. al llegar a la Tierra. además. Varios empleados trabajan continuamente procesando las llamadas. Esto produce una enorme descarga de radiaciones solares que. que era la única autoridad en aquella sala en la que la gente comenzaba a quedarse dormida tras tres días de ininterrumpidas operaciones. —Probablemente no. se había enviado un pequeño pero rápido avión a recogerlo directamente en algún aeródromo poco vigilado de Montpellier. Era un viaje arriesgado. explicó–: Es una alteración ionosférica debida normalmente a fenómenos como las manchas solares. pero tampoco había respondido. pero hay que tener en cuenta que hasta aquí no llega ningún teléfono. pudiera salvar cualquier radar u otro avión que lo pudieran avistar. –ante la mirada perpleja de Toranks. Y. Un solo fallo. el cual nos envía hasta aquí los toques. Y no llegaba. —Pero Yido debería haber llamado desde Montpellier desde un teléfono por cable –insistió Toranks–. De ésta no salimos. donde se ha encontrado un avión pequeño de modelo desconocido incendiado. dentro del cual había un cuerpo completamente quemado hasta el tuétano. realmente lo es. pero lo extraño del hecho es que encontraron también ropas pertenecientes a dos hombres en los alrededores. Probablemente fue ésa la causa de la muerte del piloto. por lo que ya es un hecho público. estrellándose contra las cercas electrificadas que rodeaban el recinto. —Electrocutado… —Así es. Y poco importa ya cómo se encuentre nuestro príncipe. Se está investigando el avión. —Pero el cuerpo… ¿No se desintegró por la mañana al salir el Sol? —Los cadáveres quemados o muy descompuestos de vampiros no se desintegran con el sol. 74 . Lo hemos sabido directamente de la televisión. haciendo autopsias al cuerpo… Creí que era algo lo suficientemente grave como para hacer esta urgente llamada. ¿no? ¿Cómo se encuentra el Gran Maestro? —Lo es. —Sí. unas de piloto. —¿Dónde estaba el avión? ¿Se había estrellado? —No. No ha sido identificado. Estaban manchadas de sangre y cenizas orgánicas. Yo soy el maestro que rige la comunidad y algunos de ellos me han comunicado una extraña noticia procedente de Montpellier. y no el incendio del avión. ¿Con quién hablo? —Somos una comunidad de vampiros de cerca de Toulouse.—¿Hablo con algún maestro? Era francés. Estaba aún en la pista de un aeródromo. muy dañado pueden llegar a saberlo. pero al parecer el piloto había perdido el control al despegar. Si no está muy. —Dios mío… —Es realmente grave. No lo habían previsto. pero resultaba comprensible. El magnífico relieve cársico en la zona en que el río Piedra jugaba a subir y bajar en un interminable laberinto vertical deslumbró a Victoria. ya que se trataba de una zona turística. tras lo cual llegaron a la recepción. Jamás había visto semejante contraste en tan corto espacio de tiempo. con una reja relativamente nueva. habían cogido un autobús de última hora justo al llegar a Zaragoza. No tuvo más problemas con el autobús porque oscureció pronto debido a que se encontraban en mitad del invierno. hongos y musgo que rodeaba a un fantástico riachuelo que transportaba el agua más limpia que jamás hubieran visto los ojos de Victoria. cuando menos dura el día. Dormida la mayor parte del viaje. En el tren David había viajado con las cortinas cerradas. poco acostumbrada. ya que no eran horas de visitar un lugar turístico eminentemente vi75 . para que cerraran las cortinas. donde se enteraron que estaba cerrado al público. cuando ya no lucía el Sol. al contrario que David. Cruzaron una puerta bastante vieja. un descampado sucio y arenoso que en nada daba una idea de lo que había dentro. y se quedó asombrada contemplando las miles de especies de plantas. un término que había oído pronunciar una vez a Victoria y que dejó alelados a sus ignorantes vecinos. a pesar de lo cual más de una vez tuvo que cubrirse ante los traicioneros rayos que se colaban por el lado contrario del tren cuando éste giraba dando un pequeño rodeo. Un desierto de piedra y arena que en milésimas de segundo se transformó en un auténtico vergel que rezumaba frescor y verdor por los cuatro costados.Segunda parte LAS SOMBRAS DEL PASADO 1 Un paisaje desolado es lo que aparecía ante sus ojos. a enfrentarse en vivo y en directo a las fuerzas de la naturaleza. Al final pudo convencer a los viajeros del lado contrario que era alérgico a la luz del Sol porque padecía “melanosis”. Se detuvieron cerca del recinto de entrada al paraje natural. es inofensiva. —Ni loco –le interrumpió David–. de las cuales había casi trescientas cincuenta en toda Europa. pero no es que fuera muy grave. Discreto.sual. –Se quedó mirando a su alrededor. de hecho. Vamos a pensar en una manera de entrar. precisamente… el Sol. O entramos o entramos. Esto cierra. Por lo menos hasta que hubiera salido hasta el último de los visitantes. —Ya… Aquel lugar no era precisamente un fortín. —Las catacumbas… ¿No habrá por aquí algún pozo subterráneo o alguna antigua mazmorra? –auguró Victoria cuando entraron en el oscuro. Y está vigilado. fresco y húmedo territorio perteneciente a la Orden del Císter. no tenían la más remota idea de cuál era su escondrijo en aquel lugar que había sido visitado por turistas durante muchos años pues. Y la Luna mi mejor amiga. si es que aún quedaba alguno. simple y sin adornos que pudieran distraer la atención de los monjes. —Creí que reflejaba la luz de. —Un momento. Las indicaciones correspondían a un número y código de itinerario que los guías del interior debían haberles señalado. cuando se alejaron a discutir la situación. ¿no? —Ni hablar. Aunque semiderrui76 . Mejor será esperarlos aquí mismo. El de Piedra era un amplio recinto rodeado de murallas. Posiblemente se perderían en el interior. —No refleja suficiente. ¿Dónde están? Porque si no lo sabes. Es mi principal enemigo. compréndelo. como la regla de la Orden prescribía. Fundado por el rey Alfonso II de Aragón en 1164. ¡eso es!». pensó David. Decídete. pero sólo eran los rezagados del último turno. Pero… «Visión nocturna. aquel monasterio se situaba en un emplazamiento ameno y con abundante agua. —Deberíamos esperar a mañana… –sugirió Victoria. con torres circulares o cuadradas. Aún había gente dentro. austero. a Mervat se le había olvidado indicárselo con suficiente detalle como para entrar por su cuenta. pero desconocían totalmente la zona y estaban seguros de que si intentaban penetrar por otro lugar se perderían. ¿Qué hacemos? —Yo no lo sé. »Bueno… –suspiró–. no hay otra posibilidad. así podría definirse el estilo cisterciense de la abadía. y añadió–: Si pudiera respirar bajo el agua…. no desde fuera. Y ése era su objetivo. Y algún que otro vampiro. creo. Esperarían. Hace un viento que aúlla. de las cuales la torre del Homenaje es la puerta de ingreso al monasterio. aquí hay miles de pozos. Deja de pensar en el día a partir de ahora. al parecer. Los caminos estaban dibujados desde dentro. que tengo frío. Sólo sabía que era una especie de sótano. de nada sirve buscarlos. A ver si después de tanta tontería voy a morir desintegrado. Al oírte pegar ese grito. Se había pegado un susto de muerte. Paco! ¡Oye!. —No soy tu valiente héroe. Pero algo le llamaba la atención. A la derecha podía observar una puerta que conducía de nuevo a la parte conservada y techada de la abadía. donde uno se podría esconder cuando apareciera (la inquisición) la policía. –Tocó con la mano–. vallada.da. que trazaba una extraña curva cisoide. Mientras Victoria palpaba la pared en busca de algo llamativo. Bajó por la escalera. sin llegar a ver nada más que pared. viniendo de ti. En ese caso. se veía a su derecha. pero más 77 . imitando la voz de un cómico que recordaba de su infancia. Comenzaba a tener dificultades para respirar. —¡Joder! –exclamó David. como si fuera lo más moderno del mundo. Estoy tan asustado como lo podrías estar tú. David no pensaba quedarse ahí esperando e. no podía pensar en otra cosa que en dragones. y se encontró con una especie de sala de refugio. siempre parece que soy una especie de chico duro… No creas. al contrario que David. Pero como puedo controlar el miedo hasta el momento en que algo surge. ¿Has visto a Paco? Que te llaman desde la fábrica. ¡No te escondas. contagiada tanto del miedo como de la opresora atmósfera que configuraba aquel lugar tan oscuro y espantosamente húmedo. Justo en el centro del patio de arena había una escalera que bajaba. —¡Buf! Está a la altura de las circunstancias. —¿Qué ocurre? ¿Hay algo? –preguntó Victoria. Ayudó a Victoria a saltarla y entró en el más absoluto silencio en lo que parecía un patio. se imaginó David. Abajo. ¿tú has visto a Paco? Victoria se rió al mismo tiempo que David de aquella ocurrencia. pero que en realidad debería haber sido una zona del interior del monasterio. David miraba a su alrededor. la bombilla existía. —Es un cadáver encerrado en un agujero de la pared. Paco. —¿Paco? ¿Estás ahí Paco? Sé que estás ahí. aún conservaba tanto la sencillez del monasterio original como la belleza de la decoración barroca que posteriormente se le añadió. David pensó en la palabra que definía todo lo que él buscaba. trató de animar a Victoria y a sí mismo a la vez que llamaba la atención. Victoria no podía ver absolutamente nada. David se acercó a una sección derruida y parcialmente restaurada del monasterio. que veía como si hubiera una bombilla colgada del techo. Un esqueleto exhibicionista para el disfrute del público y la eterna condena de un pobre monje a ser observado para siempre. Está cubierto por un cristal con un marco de metal. Paco. y observó. Una pared y medio techo en forma de bóveda de ojiva de lo que sería posiblemente el refectorio o el claustro. girando rápidamente la cabeza hacia donde se encontraba el origen de la voz. Éste. Ésa era la contraseña en aquel lugar. —Es mi novia. —Rolando. llama al Maestro –dijo el vampiro que los había acompañado–. Aquella puerta era de piedra. se quedó asombrado al ver que no era un hombre ni venía de las escaleras. de hecho no lo era. no conviene estar mucho tiempo aquí. y creo que me esperan ¿no? —¡Dios mío!. una pantalla plana de televisión colgada en la pared que en ese momento estaba apagada y una mesa de estudio con un ordenador portátil abierto encima. y no atravesando la pared como un fantasma. como más tarde llegaron a saber. no llegó a saber cómo no se había ahogado. pero se abstuvo de preguntárselo porque al poco de entrar aquel misterioso vampiro les ordenó absoluto silencio durante todo el camino. Sólo David podría saberlo. pasad. Yo soy David Claraval. cuando se paró a pensar. albergaba una rústica mesa central alrededor de la cual había sillas. No había nadie más en la sala. Un túnel bajo tierra en el que Victoria se sentía tragada por completo por las entrañas del planeta Tierra. una amplia bóveda que. a pesar de no poder ver absolutamente nada. camuflada y muy silenciosa. El vampiro llevaba una sotana. En realidad. Él los condujo rápidamente a la puerta abierta que había estado ocultando con su cuerpo detrás de él. sobre todo con aquellos luminosos ojos gualdos–. y. Yo soy el que hace las preguntas. delante del cual se encontraba sentado un vampiro que los observaba. Era un vampiro. y surgía de la pared. —¿Quiénes sois? ¿Qué necedades son esas? La voz ronca que había hablado en aquel instante tan particular tuvo el fantástico efecto de meter por las vías respiratorias la saliva que estaba manejando con la risa Victoria. y de paralizar por completo los pulmones de David. 78 .tarde. Victoria tenía la sensación. sin la mínima luz. David entonces se dio cuenta de que el vampiro había entrado por allí. no daba la impresión de ser un monje. No le extrañaba que nunca nadie se hubiera dado cuenta de aquel detalle durante tantos años. ¿Por qué está tan morada? —¿Es usted… –jadeó David tras recuperarse del sobresalto–. Y. que resonando en aquella especie de cueva con tan pesado aire producía un efecto aterrador. que no había sido totalmente en línea recta. muebles con libros y objetos que en un principio David no identificó. de que habían pasado alguna que otra intersección durante el camino. Pueden oírnos. ¡el Misionero…! Pasad. llegaron sin ningún percance a su destino. irritado–. efectivamente. varias aberturas que debían comunicar a otras dependencias. era lo que estuvieron recorriendo en una ligera cuesta abajo durante unos diez minutos. el Maestro templario de… este lugar…? —Un momento –le interrumpió. ¿Cómo es posible? —¿Quién es esta chica? –preguntó con su ronca voz. con una capucha que le cubría la cabeza. les había dicho. ¿quién es esta chica? No es vampiro. Supuestamente el Santo Grial.Le espero en la capilla. No quiero seguir caminando a tientas agarrada de David y perdiéndomelo todo. Todavía continuaba. —Vosotros seguidme por aquí. donde había otra más a la derecha. Cincuenta años más tarde. profundamente conmocionado–. Noche. estaba hecho de una piedra verde semejante a la que vio en Granada. con un atavío tan anticuado que parecía casi medieval. ya que había estado observando el ara de piedra. de forma parecida a la del esqueleto de la entrada. a pesar de las velas –dijo Victoria. el Santo Grial… –dijo David. Por aquí. Dile que es importante. esta vez iluminada con tenues y agonizantes velas. En realidad no lo parece. He visto una televisión y un ordenador portátil en la sala. soy sacerdote. David miró. los templarios se lo arrebataron a los vampiros del reino de Sicilia. El que estaba frente al ordenador iba bastante grunge. a la capilla. tal como se le veía por la frente al de la sotana. aunque algunos sí siguen el horario con los pocos relojes que tenemos. algo en lo que aún no se había fijado David. día. que era lo que más se iluminaba en toda la capilla con la escasa luz. Imagínate Bolsón Cerrado. noche como la chica. que contenía delante una mesa redonda con asientos de madera y detrás dos bancos y un altar que. que parecía llevarlo largo. —Es un grial –les reveló Carlos–. habiendo pasado en secreto de papa a papa hasta que se produjo el saqueo de Roma por los normandos vampiros de Roberto Guiscardo en 1084. –Se dirigió a ella–. Lo creemos porque procedía de San Pedro. —Es una sencilla copa de comunión de metal. y vio una copa de comunión. herencia de Guiscardo. Aquí no hay horarios. Me llamo Carlos. comprobó David. Precisamente hacía una de mis eternas y casi siempre frustradas meditaciones paseando por las entradas cuando oí vuestra voz. Amazonita. en vez de día. moderna. pero era allí y entraron en otro pasillo pétreo de tres metros de largo para acabar en una pequeña cámara. que hasta ese momento no había dicho ni visto nada–. bastante vieja y ligeramente oxidada. —¿Y aquí? ¿Qué es eso? –dijo indicando algo detrás del altar. Es parecida a la de la película pero más grande y algo más. Cuidar la presencia no era allí algo esencial y ninguno de los dos llevaba el pelo mínimamente aceptable. la cueva de Bilbo. Normalmente hay siempre alguien allí de noche y de día. —No te preocupes –le contestó David–. pero siguieron dos metros más. tal vez cobre. ya que no dependemos del Sol. Supongo que será alguna antigüedad. con menos lujo y verás esto. —Sigo sin ver casi nada. ya que normalmente allí lo que se celebra son reuniones privadas. de color dorado mate. —Dios. como las del museo del monasterio. digamos. Nun79 . debido a que estaba detrás de un cristal transparente. —Me voy a presentar –intervino el vampiro con sotana–. Una de las aberturas de la caverna principal se alargaba unos diez metros hasta llegar a otra a su izquierda. Soma muere. que le devolvió la mirada. Que le alcanzaba hasta en lo más profundo que tenía David. La situación se hubiera prolongado un buen rato si no hubiera llegado. —No. —Vivir ¿no? –dijo Victoria. pensar con la mente. Pero éste es tal como me imaginaba que sería el original. Cuando terminó observó a David. Sentaos. como si se hubiera quedado tan hipnotizado como al ver el Santo Grial. Nos lleva. Entró despacio. Soy el segundo Maestro de la Orden. —¡Oh! Hola –saludó. pero de color blanco. se marchó. —Cernere oculis. y me ha preguntado qué haría con el alma. y se sobresaltó al ver la anciana figura de ojos sumamente brillantes que le observaba. pero muere. con lo cual el anciano Maestro dijo varias palabras mas en latín que Victoria no comprendió en absoluto. El vampiro asintió. dando un leve codazo a Victoria para que volviera la vista. David miró al anciano. dejando ver un desarreglado pelo blanco y largo sin calvicie y un rostro barbudo bastante entrado en años. que acudió a ayudarlo a tomar asiento en la silla más alta de atrás. instantes después. David y Victoria se sentaron junto al anciano. —¿Qué? –preguntó Victoria. mientras David se acercaba todo lo que podía sin rebasar el altar para poder ver mejor el modesto Santo Grial. y tendrás la vida eterna». Era un vampiro bajo. Tardó algunos segundos en recobrar la consciencia. con una sotana parecida a la de Carlos. Se quedó mirándolo cerca de Victoria. pero imaginó que no le escuchaba. el Maestro. nada… –dijo Victoria–. pero en realidad seguía pensando.ca había visto ninguno en directo de los que se suponía lo eran. Os recibo 80 . tras meditarlo–. Ese Spielberg… —¿Qué decís? –preguntó Carlos. sin hacer ruido. el alma. Era una extraña mezcla de formas. ni permanece. con alguna dificultad en el andar. para después dirigirse al filósofo. Usted sí que es un verdadero Maestro. Como me los imaginaba cuando pensaba en… –Se interrumpió al ver la indiferente y al mismo tiempo atenta. Se dirigió a él despacio y con una reverencia–. David le hizo callar con una desconcertada pero pensativa mirada. Entonces David se dio cuenta de aquella nueva compañía. Una película. —Mi nombre es Hernando. Tras comunicarle algo al oído en un susurro apenas perceptible. Pneuma no muere. con una cruz roja bordada en el pecho. y con la cabeza descubierta. La verdadera vida se vive cuando el alma domina el cuerpo. —Sarx permanece. Eso le dijo un viejo templario a Indiana Jones ¿no? —No es igual. sino que le escrutaba en la mente. que asintió levemente. —Ha dicho que ver con los ojos. —«Elige sabiamente la verdadera copa. que observaba con la misma expresión de absorción que él. sin comprender. pero se le parece bastante. mirada. pero permanece. llegó a perder casi toda la fe que tenía puesta en Dios. por qué estaba ahí… —Todo a su momento. recuperó las fuerzas para. Ahora escucha. Vio sangre. su cuerpo se hinchó de rabia. Esto se llevó consigo todas las esperanzas que tenía puestas en ver al Cristo Vivo. el rey de Judea. En ese momento. Con aquello. 81 . David –dijo. Viajó durante varias semanas en un largo camino. su corazón se encogió de dolor al comprender. como si hubiera interpretado sus pensamientos–. ya que me dijeron que probablemente irías acompañado. justo en el momento en que desapareció. tras ponérselas. Otro deberé comunicártela en privado. porque sólo tú eres el Misionero. Probablemente había llegado el gran momento. cómo lo habían conseguido. ante la sorpresa de todos los presentes. Ya eran demasiadas emociones. Cuando llegó al palacio se comportó con aquel disfraz como uno más de aquellos soldados y. pero entonces vio un pueblo a lo lejos. al mismo tiempo. por qué negarlo. Estamos en el año cuarto antes de Cristo. El vampiro se dirigió al hombre y lo mató. y ya veo que es así. no había pensado en eso. Vio a uno de los que se quedaron rezagados cómo degollaba sin el menor sentimiento a un bebé de apenas un año frente a los desgarradores gritos y desorbitados ojos de su madre. David asintió en silencio. siguió al grupo de asesinos a sueldo de Herodes I el grande. —Es cierto. saliendo del pueblo y dejándolo en la más absoluta miseria y horror. Entonces oyó gritos y lamentaciones por boca de todas la mujeres del pueblo. pero ¿cómo lo reconocerás? —Es verdad. Unos hombres a caballo trotaron delante de él. Se dirigió a él caminando con las últimas fuerzas que le quedaban en aquel recorrido que había hecho noche y día sin cesar. —Voy a hablar sobre dos temas. formando un río que recorría el pueblo de este a oeste.con toda la alegría de mi alma para comunicaros la esencia de vuestra misión. y lo desangró hasta dejarlo tan seco como había dejado las venas de los niños y los cerebros de las madres. O tal vez no. con la ayuda de su renovada fe. más de la que había podido beber en toda su vida. —¿No era buscar al príncipe? –preguntó David. Uno os atañe a los dos. y la interpretó como la estrella del Mesías que anunciaban los profetas. Cogió su caballo. año aproximado del nacimiento de Jesucristo. el Mesías anunciado por los profetas y enviado para la salvación del mundo. tras comprobar que Herodes había ordenado asesinar todos los niños de Belén para matar a uno en concreto. Pero. vampiro y caballero de la Orden. en el lugar que él calculó que había indicado la estrella. reemprender la búsqueda. llegando al lugar que conducía la estrella. mucha sangre. ropas y armadura y. matando al rey Herodes y privándole de la última gota de su sangre corrupta y maldita por Dios. Sobre todo no paraba de pensar en la copa y quería saberlo todo sobre su historia. »Cuenta la leyenda (y quizás historia) vampírica que hace más de dos mil años un vampiro llamado Isaac vio una estrella nueva en el cielo. – Le habló durante un rato. Le ordenó predicar por su Pueblo todo lo que había visto y oído y lo que vería y oiría en los días subsiguientes. se le apareció a Isaac. pero al mismo tiempo hizo a Isaac cabeza de la iglesia de los luminosos sin ostentar dicha representación. si no también el primero de toda la Historia en desligarse por sí mismo de la parte poseída de su espíritu. Pero antes ven. ya que Dios había ahogado su ira. puesto que sabía que el mal habitaba en ellos. Le dio el poder sobre las almas de los vampiros para expulsar milagrosamente demonios. ¿me amas? »–Sí. Jesús le respondió que desde aquel mismo momento estaba libre del mal espíritu. como un exorcismo. »–Isaac. No tenemos constancia textual. »–Maestro… –dijo. Pero comprendió que no debía hacer nada por impedirlo y esta vez no lo trató de salvar. te amo con todo mi corazón. si éste no aparecía. más lleno de fe que nunca. habló con él por última vez. y le dijo: »–Tú también eres Pedro. ejecutamiento y muerte y su alma se derrumbó. tras acabar. tal como le había pedido Isaac.»Isaac tardó treinta años en volver a encontrarlo. el mismo en que Jesús fue recibido entre aclamaciones y salmos montado en un pollino de asna. Se convirtió en discípulo suyo. se quedó lleno de temor al ver la figura de Jesús y se arrodilló ante Él. y le rogó que expulsara la posesión que tenía Satanás sobre todos ellos para que pudieran recibir la Buena Nueva. haz lo que pensabas. Señor y Maestro. Poco después de la segunda aparición de Jesús a los apóstoles. quedando en la más absoluta oscuridad. »Entonces comieron juntos. que ya había perdido todas las esperanzas que podía tener un vampiro. habría llegado el fin de los tiempos para ellos. 82 . por haber sido no sólo el primer y único vampiro que creyó en Jesús. »Cuando fue descubierto el vacío del sepulcro. y Jesús le interrumpió. Jesús le preguntó a Isaac. cuando el incrédulo Tomás creyó. Luego le dijo que cuando fuera a morir buscase un sucesor orándole a Él y que. »–Isaac de José. Jesús concedió a este Simón Pedro la autoridad suprema representativa de la figura de Cristo en la Tierra. pero le dio un discurso escatológico semejante al que daría a sus apóstoles poco después. y lo siguió desde el primer día que comenzó a predicar hasta el último en el que murió en la cruz. lo que sabes que es tu misión. Tres días que fueron los peores de la vida de Isaac. y sobre ti edificaré mi iglesia de los luminosos. »Seis días antes de la última cena con sus apóstoles. comenzó a predicar en su nombre por todo Jerusalén hasta que Jesús fue hecho prisionero por los romanos. Isaac emprendió encolerizado la búsqueda de su cuerpo para darle una digna sepultura. Él. que veía como todo había acabado y ya no podría realizar su gran sueño de liberar a la raza de los vampiros. y que éstos pudieran recibir su Mensaje. Vio su juicio. y. dándole un mensaje parecido al que le dio a Simón Pedro instituyendo el papado con él. agarrándose de sus vestiduras. Él no había esperado tanto y. Isaac le pidió la gracia para él y para toda su raza. si habéis leído los evangelios. Felipe IV. Estuvieron casi diez años buscándolo. Pero no es ése el quid de la cuestión. cómo sería su muerte. y al rey. Pocos quedaban ya que supieran cómo buscar al nuevo Gran Maestro. al mismo tiempo. y miles acabaron encarcelados. de los millones que habíamos sido. una vez más. ¿verdad? –intervino Victoria–. ¿Se me incluye a mí? Hernando lo miró con ojos que. 83 . —No será ésta la segunda. como una idiota. »Ésta es la historia. hay sentimientos que no se pueden controlar porque hemos sido creados por y para ellos. Parece casi apocalíptico. —La esperanza es lo último que se pierde. —Y en el recuento… –dijo David–. como a Pedro. Jacques de Molay. parecían indagar en lugares en los que ni él mismo podía penetrar. aquellos que son exclusivamente instintivos y no se pueden comprender si uno no comprende su carga genética. pero la voluntad de Dios sólo la conoce Él.»–Apacienta a mis lobos. chicos. Cuando el Elegido se encontró. vampiros. sólo quedábamos unos pocos miles en todo el mundo. como Isaac había hecho por primera vez en la Historia. Habéis llamado a David para encontrarlo. ordenó la matanza de los templarios. Y la institución se mantuvo con el nombre de rey de los vampiros o príncipe y Gran Maestro tras la creación de la Orden. casi involuntariamente David–. »También le predijo. precisamente. que no tenía la aprobación de Dios. todas aquellas que. con tantos cismas y rebeliones como los que ha sufrido el trono de Roma a lo largo de su historia. éste maldijo al papa. —Era. otros ahorcados. mientras que la mayoría de los reyes europeos siguen como símbolo. Cuando quemó en la hoguera al príncipe. La peor parte nos la llevamos cuando el rey de Francia. efectivamente. ya que varios vampiros se bebieron su sangre mientras predicaba en una iglesia ante los pocos que habían acudido a escuchar su palabra. pero a partir del tercero comenzaron a morir inexplicablemente los vampiros. Los dos murieron ese mismo año y el reinado de Francia acabó pocos siglos después. Habían muerto ciento veinte en la hoguera. la primera parte del Apocalipsis. desligaban la parte poseída de su espíritu para recibir la salvación. —¡No puede ser! –exclamó. Hasta ahora se ha mantenido en esa falta de equilibrio tan característica como la del papado. en (Pneuma) los sentimientos más profundos. Fue peor incluso que la de Pedro en la cruz. todos. –David sonrió ante el símil que había usado hablando de los vampiros–. Y eso es así. Pero consiguió lo que había pedido a Jesús: librar de la posesión por parte del diablo de miles de almas vampiras. ¿no? El anciano le dirigió una mirada que le hizo sentirse incrédula y. sed. habrían tenido que estar cortando cabezas las veinticuatro horas del día.Hambre. Y él estaba observando allí. —Llegará un momento en tu vida en el que irremediablemente habrás de escoger entre morir como un ser humano o como un vampiro. Ahí hay algo más. con toda naturalidad–. misterioso y (una secta clandestina) un hecho histórico trascendental. Probablemente los vampiros que más llegues a ver serán los que conservan la fe en Cristo. ¿Has oído hablar de la leyenda negra española? David volvió a negar. Procura no equivocarte cuando llegue el momento. había decrecido espectacularmente. y pídele a Dios discernimiento. Incluso clave. Mervat te lo habrá contado ¿no? –David asintió–. 84 . pero de una de esas decisiones dependerá mucho tu salvación. Y cuando la fe en Dios. Y cuando mantenerse oculto en un mundo como éste parecía poco menos que imposible. Y escucha: »Puedes imaginarte lo que ocurrió cuando la naturaleza se volvió en nuestra contra. angustia. La explicación a la existencia del ser humano. ¿sabes por qué nos mantenemos ocultos? ¿Por qué no tratamos de iniciar relaciones con su raza? –señaló a Victoria. Porque no existe en todo el mundo un espacio que la misma naturaleza quiera compartir entre dos especies homínidas diferentes. gracias a. —Cuando se descubrió América se calculó en unos cuatro millones los indios que existían en todo el caribe. siempre que los indios se hubiesen postrado humildemente de rodillas ante los pies de cada español. —¡Eso es peor que la masacre de los vampiros! –exclamó Victoria. en pocos años y con las armas de la época. Demasiadas variables. —Te recuerdo que quedamos dos mil –dijo Hernando. Pocos años más tarde sólo quedaban quince mil. —Difícil decisión. sorprendida. Estaba oyendo más de lo que habría podido saber en toda su vida. temor y excitación sexual no son los únicos sentimientos que nos pertenecen como seres humanos que somos. pero apenas somos más del uno por ciento de los vampiros. Con honor o en la opulencia. »David. ¿O no? ¿O el hombre seguiría muriendo y matando sin llegar jamás a comprender por qué tiene el poder de matar y la cualidad de morir? —Porque no existe la razón de salir. ¿no? Y todas son igual de buenas. David negó. Era en verdad un asunto que le parecía muy extraño. Como un hombre o como un caballero. al igual que entre vosotros los humanos. Y sí existe la de no salir. o por culpa de Dios. Si aquello hubiera sido provocado realmente por las matanzas de los españoles. —Probablemente sí. —Entonces. pero no a la naturaleza. La crueldad mal concebida es la que crea el diablo. y cuando compraron un billete de autobús no logró sonsacarle a la vendedora el lugar hacia donde los habían comprado. —Victoria –repitió–. Si ella nos ha prescrito que no debemos enfrentarnos con la luz y al hombre que no debe enfrentarse con la oscuridad. Allí fuera. 85 . no ha caído nunca en un papa mal escogido. ni los españoles lo intentaron. —¿Maestro? –Victoria le besó la mano como había visto hacerlo en misas oficiadas por arzobispos. Es una de las sagradas puridades que se transmiten de papa a papa y que. Dios es cruel. Podríamos enfrentarnos al hombre. posiblemente. afortunadamente. y el papa siempre ha conocido nuestra existencia. No le hubiera importado. »Los españoles condujeron hasta las indias no sólo una. Dios es cruel. preciados y deseados tesoros de la de la Humanidad. —Exacto. —Pero… ¿es realmente la voluntad de Dios? —Dios se manifestará. No encontró ninguna oportunidad de tenerlos frente a frente a solas. sin darle a la crueldad el significado de ‘inhumano’ y ‘feroz’. verás una abertura de la que sale una débil luz. no somos quiénes para llevarle la contraria. una vez acostumbrada a la falta de claridad. sino el de ‘duro’ e ‘implacable’. Los siguió hasta el autobús. ya que algún día el secreto se revelará. 2 Marco había fracasado. ya que pronto se largaría al extranjero para no volver más. ¿qué ocurrió? –preguntó Victoria. Aquello fue una conquista y nada más. y tras una cortés reverencia salió fuera del humilde santuario que escondía uno de los más. a pesar de saber que era lo que iba a decir a continuación. Ese día se manifestará una señal que el papa y el príncipe comprenderán. Y ellas se encargaron de todo. pensando en subir sin billete y secuestrar el autobús cuando todos hubiesen entrado y nadie de fuera se fijase en que un hombre encañonaba al conductor ordenándole salir al bosque. —Ni tal matanza existió. sino miles de enfermedades que iban desde la peste porcina hasta los simples resfriados. —Vaya…. Aquello lo hizo la naturaleza. El autobús tenía cámaras de vigilancia. Jamás. Debes marcharte. aquello también ocurrió en Europa poco antes –dijo David–. obviamente concebida por Dios. »Y ahora ha llegado el momento en que esta chica… —Victoria. No hubo masacres. Ve allí y espera. Victoria volvió a verlo. Vieron en primer lugar las cocinas. «Sólo me puede pasar esto a mí –pensó Marco–. era el último autobús del día. la escasa luz de la improvisada linterna. amplificando muchas veces. tras haber dormido en varios sucios bancos que uno por uno le fueron quitando sus supuestos “dueños”. Tras la larga conversación que ocupó al caballero y su Maestro. un total de cien. burlado y humillado. de las que se sentía bastante orgulloso el cocinero.—¡Mierda! –exclamó. Aquel laberinto de cavernas escondía maravillas que nada tenía que envidiar a la de ese mismo nombre que había en Aracena. Un maldito autobús turístico. a tan exagerado volumen que algunos se volvieron a mirarlo. 3 Tampoco David tuvo éxito en la primera parte de la búsqueda del príncipe. les enseñó todos los tesoros y maravillas que escondía aquella gruta raramente vista por ojos humanos. el cocinero Avendaño. con estalactitas y estalagmitas. aguas subterráneas… Pero ninguna luz artificial. por la mañana. Hernando de Ávila. Victoria tuvo que conformarse con una antorcha de madera encendida digna de la Edad de Piedra. sintiéndose engañado. pordioseros sin otra cosa encima más que suciedad. que se deshizo en explicarles el ingenioso meca86 . hambre. Afortunadamente. se juró venganza y no parar hasta hacerle sufrir la peor tortura que se le pudiera pasar por su despiadada mente. Pudo entonces ver cómo aquellas paredes pulidas por miles de años de lentas pero constantes lamidas por parte de aguas cargadas de carbonatos reflejaban.» Para colmo. Uno de los vampiros de la comunidad. Pero no volvieron. Miró la placa electrónica en el frontal del autobús y observó que se dirigía al Monasterio de Piedra de Nuévalos. Perseguir a trincar a un maldito turista. formando relieves y juegos de luces y colores que dejaron boquiabierta durante la media hora que duró el recorrido. tristeza y mala leche. Frustrado. paredes de relieve cársico. Cuando vieron lo mejor que había allí volvieron de nuevo a los oscuros aposentos de piedra que conformaban las viviendas de la comunidad de vampiros. y no le gustó demasiado la mirada que vio en el rostro de David. ellos no. sacó el primer billete con el mismo destino que su nuevo amigo David. Mucho más tarde. Y la repugnante pija que le acompañaba. En aquella pequeña comunidad no hubo nadie que cumpliera las secretas indicaciones del preciado segundo Maestro de la Orden. en una laberíntica superficie a más de setenta metros bajo tierra que ocupaba aproximadamente lo mismo que un pueblo pequeño. Así que no le quedó más remedio que aguardar su regreso cuando se acabara la visita turística. era tan seco. Era una inmensa biblioteca muy visitada por otros vampiros y templarios del resto del planeta que. Luego les mostró la única abertura realmente grande que comunicaba permanentemente con el exterior. todas según el rito templario. Allí solían reunirse una vez al mes toda la comunidad como convocatoria ordinaria. Lo que vieron a continuación los dejó verdaderamente asombrados. El ambiente en aquella enorme estancia. Después les enseñó el mecanismo en cuyo diseño había colaborado. Su próximo destino fue el salón de reuniones. donde se celebraban las bodas. les explicó. —Los nombramientos se hacen en la capilla donde ustedes hablasteis con Hernando. Normalmente cada dos o tres años se nombra un caballero. Avendaño volvió a cerrar con llave la puerta que tapaba el único lugar de acceso a aquella increíble Biblia en conserva en la que siempre había como mínimo diez vampiros leyendo o consultando libros sin la menor luz. que era de donde tomaban el aire fresco. les aseguró Avendaño. según les explicó. para la óptima conservación de los manuscritos y códices que se incluían en la gran biblioteca. Yo sólo recuerdo un nombramiento de Maestro.nismo que había inventado para recoger los humos sin que salieran a la superficie terrestre y desechar las partículas sólidas como desperdicio compacto. que deseaba salir de allí. que se fundamentaba en teorías sobre los flujos turbulentos. bautizos y misas. que a David le sonó bastante parecido al salón de los diputados que había visto hacía algún tiempo en el ayuntamiento de La Coruña. unos diez. y Victoria fue la primera en decir. contenía casi dos millones de libros de todas las épocas y lugares del mundo desde el siglo IV antes de Cristo. cerca de las cocinas y provista de grandes focos de intensa luz artificial. ya que la mayoría solía comer en sus casas. Algún paseante demasiado observador se daría cuenta con el tiempo. También les enseñó la granja de cerdos y caballos que tenía en la caverna más amplia de toda aquella ciudad subterránea. agobiada por la sequedad. Cuando salieron. El aire sucio y cargado salía por las aberturas que hacían los ríos subterráneos en los lechos montañosos. con capacidad para la mitad de la comunidad. Por otra parte hay bastantes nombrados sar87 . Algo más lejos estaba la iglesia. ya que si lo hicieran al revés resultaría extraño ver salir aire de un pozo y entrar por donde sale agua. y cada vez que muere uno de los dos maestros. Cerca de éste estaba el comedor común. se nombra otro. casi tan grande como la granja. Les explicó que usaban aquellos animales principalmente para extraerles sangre. Normalmente comen aquí los más ancianos. Aquello era una estancia cerrada herméticamente a la que se dirigía el aire más frío y seco que podían conseguir con aquel dispositivo que habían diseñado. el de Alejo. para el acondicionamiento de aire y basado no en ventiladores ni refrigeradores sino en el llamado tubo Ranque. un falso pozo camuflado en medio de aquella exuberancia de vegetación que rodeaba al Monasterio. —Para eso deben recoger sus raciones en una sala aneja a las cocinas –dijo Avendaño–. frío y oscuro como un glaciar de montaña en plena noche sin Luna. —Pero hay algunos que llegan a los ciento veinte máximo. Y solemos casarnos varias veces a lo largo de nuestra vida. Murió hará unos cincuenta años. David empujó la puerta por delante de Victoria. Seguramente era una vampira y aparentaba. Dicen que fue el quinto vampiro más longevo que se conoce. —¿Cada cuánto tiempo nace un niño aquí? –preguntó David —Dos o tres al año. Le dijo veinte pensando que debería tener diecisiete. recordando a la chica que había conocido en las afueras de Granada. y se quedó asombrado. Se estancó en ochenta años. ya me entendéis…. Estaban a punto de proyectar una película y supieron. que seguía sin ver demasiado bien. —Tenemos un proyector que usa directamente los discos de las películas – aclaró Avendaño–. pero comprendió que estaba ocupado al ver la rapidez con que se marchó. y aun así… —Mirad esto –les dijo el cocinero. —¡Un cine! –exclamó. aun después de tanta Historia. muchísimo menos. de verdad. Aunque. Un compañero va a comprarlos al pueblo. y vieron como en el cine estaban casi la mitad de los vampiros que vivían en la ciudad subterránea. Avendaño asintió. Son muy pocos. ¿no? Pues yo conocí a uno que tenía trescientos noventa y ocho cuando murió. A Victoria se le ocurrió que tal vez estuviera buscando una excusa para librarse de ellos. mostrándoles una especie de puerta rústica de madera semiabierta–. 88 . ya que vivimos unos trescientos años como vosotros unos cien. —¿De verdad? –preguntó Victoria. desde luego. —¿Tanto? ¡No! La esperanza de vida ya es que no sube más. mirándose mutuamente–. Lo que no sabía es que no era prisa. preocupación por defraudar…. señorita. ¿cuántos años tienes tú? –preguntó Victoria. amor al prójimo. por el cartel escrito a mano por detrás de la puerta de madera. Soy joven. —Pero. desde luego. Nos podemos ver más tarde. caracteres sumergidos que raramente la gente reconoce. Nuestra fertilidad es bajísima y no existen los gemelos. Os va a interesar. uno al año.gentos. y apenas hemos crecido en cientos de años que llevamos aquí. que era la novena y última parte de la guerra de las galaxias. Victoria sonrió. nuestra vida sexual no es escasa. —Ochenta y tres. allí estaré. Y es que hay tantos sentimientos por comprender. era entrega. Lamentó que las prisas que existían en la sociedad del mundo superior. ya ve. inevitablemente se transmitieran a otra sociedad menos capitalizada (todavía no habían visto nada que tuviera que ver con la compra y venta en aquellas cavernas) y con una vida indudablemente mucho más larga. ¿Queréis verla? Dentro de poco tengo que hacer el próximo rancho –David y Victoria asintieron. Id al comedor común cuando acabe. más o menos. Los tres entraron seguidos por otro vampiro que pasaba por allí. Iba vestido algo más moderno que los demás pero. No podía ser. a pesar de todo. y quiero saber qué lo mató. aun así. cercano. –Alain lo confirmó. hablando con un desconocido que decía llamarse Frusler y que acababa de llamarle. ¿No ha oído hablar del avión explotado? Ha salido en los informativos. al mismo tiempo. Ha sido un compañero. ¿Cómo ha podido ocurrir? —No debemos hablar demasiado. Ya que lo sabe. probablemente mafiosos y también vampiros. derivara en frustración. la peor característica de la sociedad cuyo olor aún llevaba consigo Victoria. Lo esperaron y le dispararon. —Lo mataron unos tipos. —¡Déjense de secretismos! –replicó Alain–. y ninguno de mis empleados ha tenido la más remota idea tanto de la existencia de un tal Yido 89 . Aquel tipo le cayó bastante bien y se habían hecho casi amigos en los largos e intensos días en que habían sintetizado las misteriosas tironinas. Y el piloto apareció muerto. Había oído hablar de la noticia y. ¿puede darnos una idea de cómo se enteraron? Porque si no se lo ha dicho usted o cualquier empleado de su fábrica no llego a comprender cómo han conseguido averiguar que llevaba una sustancia vital para nosotros. ¿no es así? —Bueno. —¿Más? ¡No es posible! ¡Más todavía! Me están investigando por malversación de fondos en una sustancia sin aplicación terapéutica alguna y ustedes me piden más. —¿Eres David Claraval? –preguntó un vampiro que se les acercó. Era viejísimo y cuando David lo afirmó. Ya sé lo suficiente como para vender mil artículos a la revista Enigmas y hacerme famoso en Norteamérica y Europa. no. hace ya casi cien años. la había visto con todo detalle en un minirreportaje y ahora comprendía el por qué de algunos detalles ciertamente escabrosos–. no pasaba de la Baja Edad Media.que tan poca gente se esfuerza en conocer… La prisa no era. Todo este asunto no nos concierne. Y había muerto–. y lo sabe –respondió Frusler. de hecho. Victoria lo sabía. David. pero… —Entonces el problema es saber cómo averiguaron que iba allí por la noche. Me llamo Rogelio y soy caballero de la Orden Templaria. —No sabe si sabían que llevaba eso. –Alain se dejó caer en la silla junto a la mesa de su despacho. cuando estaba a punto de despegar de noche en un aeródromo cerca de su ciudad. dejen que me siente. y eso hizo que su lamento por ver aquella característica repetida en un lugar tan lejano y. 4 Alain agitaba irritado el móvil. al tiempo que se presentaba–. ¿No llegó? ¿Muerto? Un momento. le ofreció la mano sonriendo y se la estrecharon. fui humano como tú y me encargaron a mí la última búsqueda del Príncipe de los Vampiros. ya que de estos laboratorios soy yo el director. pero sólo eso es toda una fortuna. acompañado por un silencioso o menos ruidoso compañero que no le llegaba ni al cuello. abrieron con poca delicadeza y demasiado ruido. —Está bien. Acepto. Estaré preparado –aseguró Alain. Me encantaría ayudarles. Es la única manera de contentar a mis superiores y que me permitan seguir realizando investigaciones sin tener que darles explicaciones. Será mínima. —No es eso lo que pido. Me están investigando. pero treinta centímetros menor. Y es precisamente por eso por lo que me encuentro en apuros. Sólo le apetecían los ruidos cuando estaba en acción. —¿No tienen ya los medios y la base para fabricarlo? Supongo que será muchísimo mas barato ahora que disponéis del método y fórmula. pero tendrán ustedes que aceptar la cantidad que calcule necesaria. —Estoy pidiendo tanto para la nueva fabricación como para la investigación que ya hemos realizado. pero rondará los ciento cincuenta mil euros. Era comparativamente igual de corpulento que el grande. —No me deja pensar. El problema era cómo dárselo sin que les (investigando los peces gordos) descubriesen las autoridades económicas. la puerta de aquella habitación que hacía de caja de resonancia. pero aunque él no era el dueño del dinero sabía que cualquiera estaría dispuesto a dar hasta el último euro por la persona de la que dependían sus vidas. El que esperaba dentro decidió que dentro de nada cambiaría de despacho a otro mejor aislado e insonorizado. y usted lo sabe. Frusler se lo pensó en unos instantes. Sabía que era demasiado. Ambos tenían una cara de idiotas que 90 . Los peces gordos de la compañía sí que se han enterado. —Está bien. El gigantón entró.como del propósito de la nueva sustancia que estaban creando. a juzgar por la cara de atontado que exhibía como cicatriz de diez guerras mundiales. —Dentro de dos días acordaremos la recogida de las hormonas y la entrega del dinero. ¿A cuánto asciende? Y recuerde que es mucho más urgente. Habrá dinero. El que necesita las hormonas está agonizando. para los gustos del que esperaba dentro. y esos son peores que los mafiosos de que tú me hablas. pero el dinero lo único que resolvería sería los problemas externos a mi empresa. —D’accord. 5 La habitación comenzó a resonar con los pasos del enorme vampiro que avanzaba por el pasillo. Más de dos metros de mucha carne y poco cerebro. tras darse media vuelta. Jordan ha muerto. —Pero…. Los tres se dirigían a la casa de Rogelio. lo accionó. «Voló hacia su mano». un momento –interrumpió Victoria. Y ésta es una de las familias escogidas cuando se necesita un humano para buscar al nuevo príncipe. que fue escogida para ser los sacerdotes del pueblo. —Victoria. Y no somos de la misma familia. —¿Aló? —Cristina. pensó Frederick Van Basten. se marcharon armando ambos tanto ruido. sobre todo el grande. uno a cada uno. no les dije que armaran una explosión y un revuelo en toda la ciudad para un simple necio. a juzgar por la musculatura y malas ideas que exudaban por la mirada. Ellos lo recogieron y. —Misión cumplida. empujando el botón. Cuando llegaron se acomodaron alrededor de una rústica mesa de paja en tres sillones de 91 . Nos vamos mañana a Estocolmo. Pero le dimos. Se rió de tan estúpido comentario y giró su cabeza hacia el intercomunicador que había en un extremo de la mesa y. No entiendo esto. —Espere. pero el que buscábamos está tan muerto como él. hemos estado hablando de cosas que sólo él y yo sabemos –le dijo David–. jefe.sorprendería hasta al director de un centro psiquiátrico. jefe. que nos va a ver mucha gente. y el más bajo fue el primero en hablar. ¡y sin tocarlo! –exclamó el grandullón–. No sé cómo. que aquello parecía un combate contra los suelos y paredes. 6 —Tengo planeado un viaje para ir a despedirle por última vez. sino que tenemos los mismos antepasados. Os habéis pasado. El capo sacó de un cajón a su derecha dos fajos de billetes y se los ofreció. en la oscuridad–. —Creo que lo he visto ya –les reprochó el jefe–. ¿Queréis decir que sois de la misma familia? Hasta ahora no he entendido nada. Pero desde luego nadie se atrevería a echárselo en cara. que los había invitado. Se plantaron frente al capo. “sin tocarlo”. puedes ir preparándote. Es como lo de la tribu de Leví en los tiempos de Moisés. ya que forma parte de la tradición que el único humano de los seis que portarán su féretro sea el que lo nombró príncipe. aprovechando para escapar en el avión. y perdió el control. pero le arrebató la pistola a Jordan delante de sus narices. así que esmérate y ponte magnífica. Dentro de poco acabará todo. Como siempre. si aún vive –dijo Rogelio. ¡Voló hacia su mano y le disparó a bocajarro! Nos quedamos tan sorprendidos que nos tuvo unos segundos desconcertados. Y para convertir vampiros había que contentarlos moralmente y no materialmente. pero sí más tarde. buscó según las señales que aquel que el prior denomi92 . sino con vanas promesas de grandeza y poder sobre los demás. era un simple vagabundo salteador. Le pidió que no le matase. los votos comenzaban a ser comprados. se consideró preparado para emprender el largo viaje y se dirigió a Normandía.madera. El medio vampiro. La codicia hacía mella en los vampiros. e incluso hubo algún que otro “antirrey” antes incluso que san Hipólito. Para ello tenía que nombrar a un vampiro príncipe de toda la especie. Allí estaba a punto de cazarlo cuando. cuyo único rey sería el llamado Jesucristo. Entonces desapareció y. cuando se encontraron con la dificultad de elegir un nuevo rey. Le contó que actualmente los vampiros estaban diseminados por toda Europa y parte de Asia sin ningún orden ni concierto. pues tenía que contarle los designios de un poder superior a todos los que había conocido. »Los problemas continuaron durante un tiempo. no era en absoluto religioso ni conocía siquiera la existencia del cristianismo. el primer antipapa. Entonces ocurrió el milagro: cuentan que un medio vampiro. como se llamaba en los tiempos anteriores a la creación de la Orden del Temple. Ese gran poder del que le hablaba. Así que permaneció asustado escuchando cómo un ciervo le pedía que viajara hasta el ducado de Normandía para ofrecer a un vampiro que allí vivía ser el conductor de la raza a la que pertenecía ahora. deseaba que todos viviesen unidos y en armonía con sus designios. y que el ciervo llamó Jesucristo. sobre todo aquellos que habían surgido de la Escandinavia y estaban saqueando Europa y Bizancio. sólo señoríos y reinados bastante desperdigados. cuero y lana. pero tras varios reyes vampiros se dieron cuenta de que la mayoría no aceptaba al nuevo rey. algo así como un Robin Hood altomedieval. puesto que los únicos que podían escogerlo eran los sacerdotes. casi en los Pirineos españoles. Aquella fue una de las primeras manifestaciones del control que podía tener una ‘voluntad central’ sobre los vampiros para mantenerlos en sociedad. Una codicia bien distinta que la de los humanos. tras lo ocurrido. el capitán corrió hacia un monasterio y habló con el prior sobre lo que había visto y oído. perseguía a un ciervo en unos campos del sur de Francia. que los sacerdotes humanos. Tened en cuenta que hablo del siglo décimo después de Cristo y no existían estados como tales. pero codicia. Convertido. »Además. pero sociedad. omitiendo el importante detalle de la existencia de una raza diferente a la humana. dicen. eso sí. éste le habló. Pedro había muerto. como continuando la historia que Hernando les había revelado: —No fue en la época de Pedro o Isaac. aunque bondadoso. No materialmente. capitán de una banda de salteadores de caminos pero sin maldad. como os podréis imaginar. causando terror por donde cruzaban. El prior entonces le habló del Cristo. como pasa con nosotros. Entonces fue Rogelio el que comenzó a hablar. Tras varias semanas instruyéndose en la para él desconocida religión cristiana. que en aquellos tiempos eran aún más escasos. »Diferente y escasa. No sabemos lo que pasó en Canadá. que había oído y aprendido de muchas religiones sin haber llegado a conocer la Verdad. Saquearon ciudades e iglesias. según conocemos. puesto que Erik el Rojo prohibió que nadie cruzara más allá de las “tierras verdes”. convocó una especie de concilio y abdicó en el príncipe incluyendo el cambio de nombre y estructura social. embarazadas. Groenlandia y… —América. creando reinos cruzados en Jerusalén desde Balduino I. estableciendo el primer gran reino europeo. ya que aquello era parte del trato que había hecho con el rey Carlos el Simple de Francia a cambio de la cesión de Normandía. ¿Por qué. si habéis leído algo de historia. como llamaban a Groenlandia. »Cuando escuchó. cogió un caballo y se fue a ver a su recién nombrado señor duque de Normandía Rollón. y éste. pero lo cierto es que Groenlandia era un lugar en el que resultaba dura la vida. más aún fue. con profundo interés. la de Hagen. Roberto y Balduino. »Como habréis visto a lo largo de este relato y como sabréis. ¿no? –aventuró David–. A lo mejor vieron algo que les hizo pensar que existían realmente. No se sabe si éste aceptó por verdadero convencimiento de la verdad del mensaje o por tener una excusa para convertir a su pueblo al cristianismo. los normandos de Godofredo. Pero lo más increíble fue el descubrimiento y colonización de Islandia. pero en el que primaba el espíritu guerrero. Resultó ser un vikingo llamado Hagen. y los que originaron casi todos los relatos sanguinarios que se cuenta de los cruzados. Tras aquello Hagen reunió decenas de miles de vikingos convertidos bajo una sola nación y con ello logró la conquista de Inglaterra. ya que por entonces era cristiana casi toda Normandía. De todas formas. procedentes de la antigua Siria siglos antes. e incluso ya cristianos. que se concentraban en lo que es la actual Dinamarca. si legendaria es la personalidad de Rollón. tres de los principales componentes de la Primera Cruzada. un ermitaño con una profunda religiosidad que buscaba a Dios sin conocerlo. Destripaban niños. Luego pasaron a extender su dominio sobre la Sicilia musulmana y parte de Italia.naba “ángel de Dios” le había comunicado. —Es lo más probable. —Exactamente. —Creo haber leído que los vikingos creían en monstruos marinos en el fin del mundo que. el mensaje que le traía el bandido. se levantó y dijo. Luego era cierta la historia. De hecho. fueron realmente terribles. pero en verdad no tenían nada que reprocharle. según se cuenta: “Mi destino está forjado. siglos después se perdió el contacto con Europa tras los saqueos de los esquimales a las ciudades colonizadoras del este. sólo que algunos fueron para no volver jamás. habré de pasar por semejante prueba?” Entonces salió de su cabaña. Habló con el rey de los vampiros cristianos. Algunos de entre ellos lo miraban con recelo y hablaban de él como si fuera un brujo. pero algo extraño ocurrió. estaba más o menos al final del mar. comprendiendo la gravedad del asunto. e incluso gobernaron parte de la gran Rusia desde Kiev. consideraban. y no tenían piedad alguna con los judíos y sarrace93 . oh Dios. el pueblo vikingo era un pueblo técnicamente avanzado. —¿El fundador? –preguntó Victoria. ya que el bautismo no existía entre ellos ni existe actualmente. pero en realidad aunque la mayoría de los vampiros procedían de Escandinavia. Él. las características por las cuales se escoge al Misionero se deciden entre los Grandes Maestros. claro. »Desde la llegada de Hagen aquello había comenzado a cambiar paulatinamente. al príncipe y a los Grandes Maestros. llegaron a la siguiente conclusión: escogerían un alma humana y la transformarían en vampiro. a pesar de todo. »Al final la culpa era de ellos. Pero vamos a centrarnos en este gran hombre. De hecho. ¿Adivinas quién fue el príncipe que encontró el medio vampiro que escogieron? —No sé. fue el que lo supervisó todo. se decidió junto con ocho de los vampiros más valientes y resueltos que encontró para ofrecerse al rey Balduino de Jerusalén. sorprendido y venturoso por su elección como príncipe. realizado bajo la presidencia de un Maestro al que. —Procedía de ellos. —¡Exacto! Hugues de Payén. perdiéndose parte del espíritu guerrero innato de los vampiros. Supieron por las últimas palabras de Hagen que no debería ser escogido por vampiros. aunque duró muchísimo tiempo aquel cambio. como recordaréis. Pues bien. absorbidos por el resto de naciones sin llegar a perder del todo su identidad. Varios ancianos y sacerdotes vampiros estuvieron decidiendo durante largos días cómo encontrarían algún alma vampira que verdaderamente fuera de Dios. Las señales por las cuales le reconocería son secretas y no se revelan a nadie más que a él. Es una historia aparte el por qué. Hernando fue uno de los que participaron en tu elección. porque habla principalmente de las migraciones que toda la vida de Dios se han producido en todo el mundo. supongo que alguien famoso. Aunque no niego que fue una verdadera carnicería en todos los sentidos. semejante al exorcismo. algunos aún existían de forma independiente. como policías en las rutas de los 94 . al papa católico. llamamos bautismo para evitar las connotaciones negativas del verdadero nombre del rito. a través de un vampiro que no estuviera ligado al diablo. —Un momento –dijo David–. bastante larga y poco interesante. un noble francés de raza vampira que había regresado de la Primera Cruzada indignado con el comportamiento de sus hermanos de raza. Cuando ocurrió aquello.nos. sino por Dios. ¿no? —Si me dejaras seguir… –sonrió Rogelio–. Por otra parte. Él sería el escogido para emprender un largo viaje como el que hizo aquel famoso bandido cántabro en busca del nuevo príncipe que. no existía la Orden Templaria. Ahora lo que se hace es un rito de purificación. —¿No era normado o vikingo? –preguntó Victoria. El príncipe murió casi dos siglos después y se plantearon cómo buscar al nuevo conductor. era un medio vampiro. un vampiro normando con cuyo favor contaban. que todos pudieran visitar Tierra Santa de la misma manera que los musulmanes lo hacían en la Meca. Hugues consiguió su objetivo de defender a los peregrinos de los sarracenos sin necesidad de nuevas guerras y reconquistas. que es una inyección de saliva como la que te hicieron. según decía. entregándoles más tarde el hábito: manto blanco con la cruz escarlata de San Juan. como nosotros. Supongo que habrás visto el Grial. cuando trescientos caballeros templarios dirigidos por el rey de Jerusalén Balduino IV vencieron a un inmenso ejército de veintiséis mil turcos. ¿Dónde se encontró? —Ni más ni menos que donde siempre se ha dicho en las crónicas. En realidad. Hacían préstamos a reyes y cobraban los impuestos de los señores. como podéis ver. que procedía del arcángel Gabriel. Es decir. con el espíritu en paz y sin temor. todo aquello lo hacía en respuesta a una voz que le hablaba en sueños a Hugues. si querían adquirir un rango de caballeros o superior. Bernardo de Clairvaux. y hasta increíblemente poderosos. El rey aceptó. sudaneses y mamelucos. Fue a partir de aquel momento cuando el papa tuvo conocimiento de la existencia de la especie vampira y se sumó a los designios del príncipe y Gran Maestro de la Orden. y ellos hicieron un trabajo tan extraordinario que les concedió un ala de su propio palacio real como cuartel general. hombres cuyo primer requisito. Su patrocinio y alabanzas sirvió bien pronto para que en 1129 el papa diera su bendición oficial a la Orden. »Posteriormente. de cómo se hicieron ricos gracias a las donaciones. kurdos. por lo que fundaron la primera red de bancos de forma parecida a como se concibe actualmente una red de cajeros. Me quedé tan absorto mirándolo que no me di cuenta de que Hernando me observaba. Ése fue el origen del nombre de la Orden. árabes. Aquel ala había sido una mezquita construida en el mismo lugar donde se construyó el Templo de Salomón. »Otro aspecto en el que los vampiros templarios destacaron fue el de las reliquias sagradas. Ellos deberían terminar de recuperarlos y custodiarlos. Y aquello llegó a oídos de un doctor de la iglesia muy famoso en aquellos tiempos. aunque escaso como riqueza. »Supongo que conocéis parte de la historia de los templarios. »En el ámbito militar eran inmejorables. la concesión de aquel lugar tan concreto respondía a que los templarios se encargarían de proteger los tesoros que debajo de aquel emplazamiento se encontraban desde hacía siglos. en el santuario. visto el éxito. en aquel tiempo Hugues de Payén. y donde 95 . Los templarios lograron una de las más alucinantes victorias de la historia en 1177. Nunca se habían atrevido a sacarlos a luz visto su gran valor espiritual. —Es cierto –afirmó David–. »En realidad. fueron reclutando gente para formar parte de la Orden. conquistas y reconquistas que sufría Jerusalén.peregrinos. Igual que María y Mahoma. para evitar los continuos saqueos. era ser transformados con la famosa mordedura. Muchos de ellos eran vampiros y otros. ya que eran de plena confianza. Los cruzados quedaron conmocionados por esta terrorífica muestra de suicidio y fanatismo. sin ningún objetivo concreto más que de sembrar el terror y conquistar tierras tanto contra los cristianos como contra las sectas del Islam. La victoria estaba cantada a favor de los cristianos. y sólo aguantamos bajo un calor abrasador pocas horas sin líquido. Seguidamente prendió fuego a los arbustos con el viento a su favor para crear una densa humareda que cubriera a sus tropas. sin embargo. y ésta no ha demostrado si pertenece a la época y lugar donde vivió Jesús. También tenemos unos pulmones más delicados.ya sabían ellos que lo encontrarían. a asesinar a grandes personajes de aquellos tiempos. además. a pesar de la diferencia numérica. De los vampiros. Era la secta de los ‘hassasi’ o ‘asesinos’. Eran sesenta mil sarracenos contra veinticinco mil cristianos. Tenían una cruz de bronce hecha de la palangana que usó Jesús para lavar los pies a sus discípulos y otros objetos a cada cual más surrealista. Al Gran Maestro lo llamaban el Viejo de las Montañas. Los vampiros necesitamos agua continuamente. Aquello fue el principio del fin. los asuntos de los templarios se llevaban en el más absoluto de los secretos y los castigos a los traidores eran especialmente duros. Y finalmente. Enterrado debajo del viejo Templo de Salomón. en parodia de los templarios. »Un grupo de vampiros persas. descubrió gracias a los hassasi la manera de vencer a los templarios. Atrapó a las fuerzas cristianas a cielo abierto bajo un calor abrasador y en un terreno sin agua. Pero se comprende viendo lo que ocurrió después. lo sabía –repitió Rogelio–. En todo caso. y una vez que estuvo negociando un acuerdo con los cruzados mandó a varios de sus miembros que se tiraran desde lo alto de las murallas del castillo que poseían. —¡Dios. Él los condujo por medio de Grandes Maestros. somos mucho más vulnerables al fuego y al calor que el hombre. adueñados por el Diablo. Envenenadas… con ajo. que cruel! ¡Y lo sabía! –exclamó David. aunque no sepan cómo pudo haberse hecho. entre los que se encontraban buena parte de los Caballeros Templarios de Oriente. prácticamente los de Oriente Medio originarios de allí. Los hassasi no estaban en el otro bando. un líder sarraceno que unificó todas las sectas del Islam en una sola. Descubrieron un pasadizo que llevaba a unas grutas tras años de arduos desescombros. También fueron ellos los que trajeron desde Tierra Santa la Sábana Santa. —Exacto. En la batalla de Hattin en 1187. El asunto del Sudario es competencia de la ciencia. incluidos el Grial y la Sábana Santa. el ajo provoca una reacción alérgica muy dolorosa con desintegración 96 . una de las más dramáticas de la Historia mundial. una secta de monjes guerreros. pero Saladino ya sabía cuáles eran los puntos débiles clave. usó los elementos a su favor. pero ninguno es demostrablemente verdadero. de ahí lo de la humareda. gracias a la presencia efectiva de los templarios. aún más fanáticos y. »Saladino. Entonces lanzó una lluvia de flechas envenenadas específicamente contra los templarios. fundaron una secta que era exactamente lo opuesto de la Orden Templaria. tal algo que se les pueda reprochar. regresando a Escandinavia. podría tomar el poder legítimamente. poco tuvieron ya que ver con los templarios. con la maliciosa idea de escalar puestos por dentro y acceder a las incontables riquezas de los templarios. frustrando definitivamente sus planes. pero bien pronto se dio cuenta de que lo que pretendían era destruir los lugares sagrados para que nadie más volviera nunca a “adorar ídolos”. el último Gran Maestro de la Orden. Eran los tiempos del papado en Aviñón por lo que. acusándolos de prácticas escandalosas relacionadas con el rito de transformación en humanos y el exorcismo en los vampiros. por lo que las riquezas cristianas estaban en peligro de contaminación. pero fracasó. Entonces declaró la inocencia de la Orden del Temple y acabó diciendo que la había infamado a cambio de que le dejaran vivir. que definitivamente fueron abandonando su función de defender Tierra Santa. abonando el terreno para conseguir la acusación formal frente al papa. confesó bajo tortura los cargos de adoración al demonio. le aconsejó que confiscara todos los bienes de los templarios en Francia. Entonces. Estaba prácticamente arruinado por sus continuas guerras. »Clemente V. a pesar de saber la verdad. el papa donó las propiedades inmobiliarias a los Caballeros Hospitalarios. Desde entonces. todos los cargos típicos contra los herejes en aquellos tiempos. Para ello se hizo amigo de un medio vampiro renegado que había sido expulsado de la Orden. Éste le reveló el secreto de los templarios. y se lo negó. Con su ayuda introdujo espías en las casas templarias. y los templarios pudieron escapar con su flota y todos los tesoros. Sinan. el país donde más extendidos estaban. maldito sea también su nombre. Entonces su Gran Maestro. El rey Felipe el Hermoso de Francia solicitó ingresar en la Orden. confesiones y ejecuciones. Esquin de Béziers. intentó asesinar a Saladino. en vez de al rey.corporal que nos mata y hace desaparecer tras una rápida y fulminante agonía. un consejero del rey que había sido excomulgado por complicidad en un intento de secuestro al papa. era francés y había sido enchufado por el rey. Clemente abolió la Orden de los Templarios oficialmente en 1321 tras torturas. Pero los avisó previamente. modificándolo para hacerle creer que estaban realmente poseídos por el demonio. maldito sea su nombre. el principal pecado capital. dedicándose sobre todo a la reconquista de la península ibérica y otros asuntos no militares en toda Europa. Jacques de Molay. conseguía demostrar que los templarios eran brujos o herejes. y había heredado las deudas de su padre. Luego. Si su ilustre consejero Guillermo de Nogaret. les había prometido parte de Tierra Santa a los hassasi. Dijo que había cometido el mayor pecado posible. Pero cuando iba a ser quemado en la hoguera maldijo al papa y a rey públicamente en la plaza fuera de la catedral de Nôtre-Dame en París. pero que a ese precio la 97 . como sabréis. Había negado a Dios. el papa. A cambio de esta información. A mediados del siglo trece ya apenas quedaban templarios allí. y ése había sido admitir todo aquello que le habían hecho jurar. »Pero lo peor aún no había llegado. homosexualidad…. Nadie conseguía explicarse la razón hasta que un día apareció un vampiro anciano. incluidos los vampiros que habían optado por separarse de su naturaleza humana. Los medio vampiros eran muy abundantes. Tras un consejo de vampiros se llegó a la conclusión de que. español. Entonces los maldijo y murió rodeado por un calor abrasador. Más tarde emprendió un largo y arriesgado viaje en busca de los suyos. Pero en total no deberían pasar tal vez de cien. aún había supervivientes aislados en Europa. una isla en el corazón del mar Báltico. ¿Descienden todos de ellos dos? —No. escogieron a un hombre valeroso para que emprendiese la búsqueda. Les había instado a responder por los templarios en el plazo de un año y en ese año murieron ambos. observando horrorizado cómo morían a su paso. Averiguó más tarde que los supervivientes se dirigían a una isla secreta en medio de los mares helados. y el nuevo Misionero volvió con él. »Cuando el príncipe apareció. morían sin dolor y mientras dormían. En realidad. no había sido absuelto como la mayoría de ellos. Oriente Medio y Groenlandia. estaban todos muertos. Pocos años después. emprendió una nueva travesía en barco hasta Normandía. siguió hasta los reinos del norte de Castilla. La isla había quedado desierta. varios miles. sino desterrado al norte de África en la pobreza debido a su elevado rango. Parecen ser Adán y Eva. Cruzó el estrecho hasta Portugal en barco. Dijo que era uno de los Grandes Maestros de la Orden y sabía cómo encontrar al príncipe. »Rápidamente. como estaba aconteciendo.vida no merecía la pena ser vivida. »Y de sus vidas. En el mundo parecía no quedar ningún vampiro puro aparte de los jóvenes y el príncipe. el mismo Clemente V. Simplemente aparecían rígidos en el lecho de muerte. sin un representante de Jesucristo en la Tierra. los vampiros comenzaron a morir sin ningún síntoma externo. Dios los había abandonado y que el Diablo había vuelto a apoderarse de sus almas. Pero más trágica fue la pérdida de los Grandes Maestros. —¿Es posible? –preguntó David–. encontrándola finalmente. »El destino de los acusados fue la muerte de casi doscientos vampiros y el abandono de otros muchos cientos a la miseria. »Entregado a la inquisición por el rey de España junto con el resto de los templarios de nuestro país. ya que los que desearon conservar su naturaleza humana no habían sufrido el abandono de su alma por 98 . que lloraron de alegría y temor al verlos llegar. donde escuchó la noticia de que los suyos habían huido hacia la Escandinavia. sólo parte. en la isla a donde emigraban todos los supervivientes de la catástrofe. a excepción de dos vampiros jóvenes. independientemente de su presencia. chico y chica. ya que entonces nadie quedó que supiera cuáles eran las señales por las que reconocer al nuevo príncipe tras la muerte repentina del último papa que conocía el secreto. Llegó a pensar que estaba maldito. con síntomas de desnutrición. Pero tardó varios años más. pero más tarde se dio cuenta de que le ocurría a todos. —¿Qué? –preguntó Victoria. Pero la mayoría los abandonaron a su suerte. cuando comenzaron a morir los vampiros. para poder asimilar tal cantidad de hechos tan trascendentales en la historia y que los afectaban. Es el único lugar donde habitan vampiros que aún no ha sido descubierto en todo el mundo. Linaje al que tú y yo pertenecemos. para no ver el fin tanto de una especie como de otra.parte de Dios al conservar su representante. Cuando uno quería seguir a Dios tenía que vencer a soma. o cualquier forma de fin tenía que llegar de forma que se venciera por completo a soma. El asentamiento en la isla se produjo tres años después. sin riesgo de su vida. No ignoraban que todo aquello había de tener un final y rogaron para no tener que vivirlo. me llamo Rogelio Claraval. normalmente se escoge a los Misioneros de entre estas diez familias que ofrecieron su apoyo a la drásticamente mermada comunidad vampira. todavía en la Tierra. la Parusía. Dios es el dueño 99 . Los tres se quedaron largo tiempo en silencio. De hecho. demasiado real. Y eso no era nada fácil. el papa. Claraval. de la lucha entre cuerpo y alma. Es increíble»–. de un modo tan directo. La razón por la que los Misioneros son humanos es obvia: ellos no están afectados por la posible muerte del príncipe. Ambos estaban presentes. como una triste parodia. Un buen teólogo no podía ignorar que la victoria de Dios en el Mundo. menos los componentes de diez familias o linajes. la desaparición de los elementos. pero uno se resistía a dejar emancipado al otro hasta que el mundo se acababa y pudría de puro viejo. Ambos tenían poder sobre el destino de hombres y vampiros. Tal vez una excepción podría ser el alma de los vampiros. sobre todo a David. —El Destino –repitió–. Desde entonces. Actualmente en aquella isla hay un enorme castillo oculto por grandes masas de maleza que contiene las viviendas de una comunidad de vampiros de cinco o seis mil individuos. entendido este concepto de una forma global: agua. tierra. Y esto implicaba el fin de la vida. así que pueden continuar buscando si ésto ocurre de forma indefinida hasta que no queden vampiros. el espíritu. No muerte. con la consciencia y el alma interactuando. No vida. Ha sido un secreto celosamente guardado durante más de setecientos años desde la muerte de Jacques de Molay. Satanás sobre el cuerpo y Dios sobre las almas. «Entonces resulta que estamos hablando de mis antepasados –pensó–. ya que más ahora que nunca se dieron cuenta de en qué medida Dios estaba presente en el Mundo. pensativos. –David abrió la boca de puro asombro. Nunca se había parado a pensar en el origen de su apellido a pesar de su afición con los idiomas. pero sólo Dios tenía el poder de juzgar. Fue lo que perdieron los vampiros. el Apocalipsis. Sólo quedaría el pneuma. transcrito al español. aire y fuego. —El Destino –dijo David. entre los que se encontraban los Clairvaux o. Y el Maligno. No podríamos haber encontrado mejor compañía. miles de personas mueren. a nivel mundial. Es una broma. —Estás hablando del Apocalipsis –objetó Rogelio–. enojado. Ella negó. deberías preguntárselo a él. el papa y el príncipe. por último. Entró. Hemos visto ejemplos de las tres posibilidades. Es una manera diferente de representar la pérdida de fe que estás tratando de dilucidar. Cuando la Naturaleza desaparece. entre multitud de obispos y sacerdotes y el del Espíritu Santo. y el hotel más próximo en Calatayud. Cuando uno de ellos desaparece. Fue aquel hecho. Tal vez nuestros maestros tengan su propia versión. Cuando se las ofreció. diciendo que el más cercano se encontraba en el pueblo. Estuvo bastante tiem100 . ¿Es así? —Probablemente. cuando pierde su orden. No hay más fe que transmitir. no me imagino lo que pasaría. se pierde también la vida. la fe. otro del Hijo y otro del Espíritu Santo. murieron a su vez millones de vampiros. Tal vez un ejército de extraterrestres nos aniquilara. afortunadamente nunca consumadas. —Realmente es la primera vez que hablo de esto abiertamente. Cuando desapareció el representante del Hijo. y si se pierde. todo esto que os he dicho no es más que una opinión. por la puerta de acceso al monasterio. El destino que se nos ha marcado depende de la existencia en el mundo de un representante de Dios. como nuestro Hernando. Eso podría ser equivalente a una catástrofe nuclear que durara los diez años que duró la búsqueda. No sé. le preguntó si existía algún alojamiento en los alrededores. el rey de los vampiros.del Destino. Adonde iremos. Yo lo haré. —Por supuesto –aseguró David–. —¿Qué es Inocencia? –preguntó David. montones de veces se menciona en la Biblia que cuando Israel perdía la fe en su Dios perdía las batallas y morían asesinados por sus enemigos. Pero Jesús. —La isla. en su discurso escatológico a los apóstoles. cuando vuelva de Inocencia. el Destino de la Humanidad habrá desaparecido con él y morirá irremediablemente. Si esto ocurriera a gran escala. divertida por alguna razón que él no llegó a comprender. pero como ejemplo para ilustrarlo se me antoja posible. el del Hijo. De cuál fue la causa de la muerte. como en una catástrofe. sobre todo los que se dedican a la teología. 7 Marco observó los perfectos pechos de la pelirroja taquillera mientras ésta rebuscaba en el cajón monedas sueltas para el cambio. dijo que cuando la Buena Nueva hubiera llegado a todos los rincones del mundo entonces vendría el fin. o que el Diablo volviera a apoderarse de tan valiosas almas. si me permitís acompañaros. no hay más Destino. Si quieres saber algo más. y no el que Dios los hubiese abandonado. El del Padre es la Naturaleza. y murió sin dejar sucesor. Era una bombilla halógena poco potente. a través de una abertura. colgada directamente de su hilo conductor a la derecha. y vio como todo aquello era una especie de lago subterráneo surcado por pilares y que conducían. No sabía para qué servía. La bajó. Aquella anticuada bombilla no permitía ver más allá. Había intentado localizarlo llamando directamente al móvil para hacerse pasar por cualquier persona. No vio en momento alguno a David ni a nadie que se le pareciese. a un lugar que no podía ver a la derecha. Y sólo ponía en la pantalla aquel odioso mensaje de “IMPOSIBLE LOCALIZAR DESTINATARIO” que desde que poseía aquel maldito aparato jamás había aparecido en su pantalla. los satélites solían localizar el aparato y. por centímetros de pared. Era bastante amplia y. Cogió el móvil Iridium y observó que el mensaje de la marca había desaparecido y en su lugar ponía un mensaje escalofriantemente parecido al que vio cuando llamó a David: IMPOSIBLE LOCALIZAR EMISOR SIN COBERTURA Marco se quedó completamente atónito. y se activó una luz nada más cruzar el umbral de la galería. Entonces se paró. Móvil apagado o encendido. ¡David estaba allí! Era eso… ¡Bajo tierra! Entonces oyó unos pasos procedentes de la entrada de donde venía y se quedó completamente inmóvil. justo en una esquina. y luego continuó a pesar de que se estaba mojando los calcetines. expertos en las fábulas del lugar. y se preguntó si no debería haber alguna embarcación por allí. le establecían la posibilidad o no de conexión. y pedirle que activara su localizador GPS. cualquiera que no levantara (zombies bajo tierra) sospechas. Escuchó un borboteo frente a él. pegado a la pared y oculto por la entrada de la abertura. un poco más arriba de su cabeza. Bajó las escaleras de un destrozado patio sin techo y observó una galería que conducía a un pozo bajando otra escalera. tras referirle el estado del móvil al que se llamaba. justo en la orilla. y sabía que la cobertura de Iridium era del cien por cien. Pero desde esa misma mañana todas las llamadas resultaron infructuosas. Una especie de instinto secundario mezcla de indagación y absorción le ordenó caminar por el borde del lago todo lo que le permitiera el escaso grosor de sus zapatos. 101 . No se explicaba la presencia de aquella bombilla si ese pozo tan cutre no formaba parte del itinerario turístico.po observándolo todo por su propia cuenta. Caminó por el borde del lago hasta que llegó a la abertura. Ni siquiera el satélite era capaz de localizar el móvil de David. el agua no era tan profunda como parecía con la oscuridad. si no se le ocurría a algún estúpido limpiar aquella enorme masa de agua. sin seguir en ningún momento a cualquiera de los múltiples guías. el móvil y la cartera y 102 . En tiempos de la Reconquista. cayendo al agua de bruces y mojándose las rodillas y las manos con las que consiguió. esta vez con la verdosa luz de la pantalla iluminada del móvil para guiarle. —De la Reconquista eres tú. allá él. iré a buscarle! —¿Miguel? —Ven. le advierto que es peligroso! ¡Se puede ahogar. parar la caída. Si nuestro curioso quiere arriesgarse. pero he oído lo que has dicho. trae la linterna y vamos a buscarle. Y no veía nada.Rogó para que su nariz no fuera demasiado larga. para servir de almacenaje. —¿El idiota del Juanjo? –ironizó Miguel. Continuó caminando. Y no sé de ratas que remonten ríos subterráneos. Aquello parecía interminable. no sin una cierta sospecha en lo más fondo de su consciencia. que tenemos que reparar los pilares. pero finalmente decidió remontar. aunque tuviera que mojarse los calzoncillos. aquí no se enciende nada en vano. El guardia de fuera tendría que haber visto algo. Cogió la pistola. Se ha activado el detector y no ha salido nadie de aquí desde entonces. Antonio –dijo la voz del primero–. Se activa solo. atontao. hasta que el agua le llegaba a los muslos en el borde de la corriente. cada vez que un pez se acerca a estos cacharros del año de la Reconquista. Ha tenido que irse por allí. Un pez es de sangre fría y no activa esto aunque baile un vals bajo la bombilla. lo que yo sé es que este maldito detector se ha activado decenas de veces en toda la semana sin llegarse a ver a nadie. Marco tropezó. —Es posible. ¿Tú ves alguna? —Lo que te digo es que aquí no hay nadie –insistió Antonio–. —¡Si hay alguien ahí. Y tenía que cruzarla si quería seguir por el desvío a su izquierda. Iba a tientas. Parecía que el lago que había en la entrada no recibía ni mandaba agua. Si no son ratas. siendo la vía por la que había venido un simple recodo donde se estancaban las aguas. sé que se pueden recorrer unos metros sin llegar el agua al tobillo. pues la corriente procedía de la galería que salía a su izquierda y continuaba por el camino que seguía. No sabía si remontar o desembocar. ¿Cómo puedes ser tan sarcástico? —Vamos. —Vámonos y deja en paz a las ratas y los idiotas. —¿Hay alguien ahí? Marco no contestó. en el último segundo. y contuvo la respiración para evitar cualquier resonancia o eco en aquel lugar tan propenso a ello. y nadie podrá saberlo! ¡Estará flotando en la corriente durante una semana hasta que le encuentren unos pescadores en alta mar! ¡Y para entonces estará tan descompuesto que nadie le reconocerá! ¿Me oye? ¡Se que está ahí. con una sonrisa torcida. pero las piedras menos. El agua no era profunda. —¡Eh!. Miguel echó un último vistazo a la abertura antes de volver a salir. y rogó para que el sexto se manifestara en aquel momento en el que era tan necesario como la propia vida. Ahora había perdido toda noción del tiempo y del espacio. causado por un sentimiento de puro terror y abandono. y sus ojos no se adaptaron a la oscuridad. Cuando la cruzó por completo. no –se dijo–. Ahora que me decido a hacer la maldita gilipollez de meterme bajo tierra en busca de ese topo estúpido. Lanzó dentro los objetos que llevaba en la mano y se agarró al borde.» Tuvo que conducirse por medio del tacto y el dolor que sentía en el vientre. y se decidió a seguir. puesto que no podía ver nada. esta vez nadando con los pies. pero con un poco de contorsionismo podría superar esos treinta centímetros. hasta que observó lo que parecía un agujero en la pared situado a mayor altura que el nivel del agua. Estaba a punto de conseguirlo cuando la luz del móvil se apagó. Pudo ver que no tenía anchura suficiente como para pasar con comodidad. no sé ni a dónde ir. cargado de una mezcla de vapores que Marco 103 . y estaba sumido en el más absoluto desconcierto. Saboreó la densidad del aire. hasta que se atascó con la pelvis. «Oh. que parecía aún más estrecha que como le pareció antes ver a la luz del móvil desde fuera… No estaba. Estoy calado hasta los huesos. antes de ensancharse de nuevo hasta ser casi de un metro de diámetro. que llegó a alcanzarle el pecho. fastidiado–. en una etapa de la vida donde uno se ve tan indefenso como en situaciones semejantes a aquella. Metió las piernas y se tumbó en la estrecha grieta redonda. Volvió a sacar la cintura y contorneó el trasero para ver si entraba de perfil. soportando la helada corriente de agua casi en el punto de congelación. «Mierda –pensó. Esperó. para comenzar la ardua tarea de introducirse. Trató de hacer uso de los otros cuatro sentidos.» Meditó unos instantes. teniendo de nuevo que cruzar la corriente. tras encontrar un borde que se ajustaba más a su morfología. Olió la humedad procedente tanto del infernal riachuelo y de las cavernas como de su propio sudor frío. vio que no volvía a subir el suelo. Era en aquellos momentos cuando surgían del subconsciente esas emociones adquiridas en la infancia y que procedían de las nada agradables experiencias por las que muchas personas se ven obligadas a pasar. porque aquello no era oscuridad. y lo consiguió. Palpó en derredor. Era la nada absoluta. Se acercó a él. manteniéndose el nivel del agua a la altura de su barriga incluso en el borde mismo. pues en medio no le llegaban al suelo. Y ya no puedo volverme atrás. en busca de tan preciado objeto y no halló nada de lo que anteriormente había arrojado allí. Debí haberlo programado para que no se apagara a los treinta segundos. Estuvo caminando lentamente y a contracorriente durante casi un cuarto de hora.los cogió con ambas manos mientras cruzaba la ancha corriente. No sentía frío. Al girar la cabeza. y no menos fuerte. profundo. Ya no dudó de que allí había algo más que un andrajoso grupo de mendigos proscritos ocultos en un improvisado hogar. A Marco no le incomodaba. hasta permitirle andar encorvado como un trasgo.intuía que no procedían de él. le instaba a salir pitando de allí. le atemorizaba. Pocos centímetros más allá. Y venció el instinto más consciente. aquel que le ordenaba perseguir la amenaza y recuperar sus preciados objetos. talladas por la mano humana y con sólo la rugosidad propia de la roca. una misteriosa atmósfera que a muchas personas le incomodaba cuando algún desconocido hacía chocar la suya contra las terminaciones nerviosas de la propia piel. probablemente de donde procedía la luz que había visto. como el peor de los cánceres. Se incorporó lo poco que le permitía el estrecho diámetro del túnel. lo que le confirmaba la presencia humana. Tenía que moverse. no pudiendo retener más aire en los pulmones. superficial. y luego sufriría los efectos de una gangrena. ¿hacia dónde? Un fuerte instinto. sospechaba. así que decidió continuar por allí. avanzando a gatas y a tientas. Hizo un leve movimiento de vacilación y la luz desapareció. más consciente. más al fondo del túnel. Las paredes eran lisas. volver nadando hasta la entrada con la famosa bombilla automática y entregarse sumisa y profundamente arrepentido al imbécil celador que no había visto cómo entraba a semejante lugar. y se dio cuenta de que si no se secaba y calentaba junto a un agradable fuego pronto irían congelándose uno a uno sus dedos. Algo que. la activación del nervio óptico por otros agentes distintos a la luz que siempre se producía y que era inevitable. puesto que estaba conteniendo la respiración tanto como podía. Pero no. Otro. el destello no seguía el movimiento de los ojos. Supuso que se trataba del destello de luz que los ojos detectaban siempre incluso en las sombras. Ya no podía seguir esperando allí. Oía el murmullo de la corriente junto a él. Notaba el aura que todas las personas emiten hasta pocos centímetros de la piel. procedente de algún rincón oculto a su derecha. al haber pasado de un lugar más frío a otro más caliente. Cuando entró. le ordenaba avanzar y no dejarse jamás intimidar por un desconocido ni huir ante cualquier obstáculo mortal que se interpusiera entre él y varios millones de euros. Entonces vio un levísimo resplandor de luz reflejado en el fondo de la pared de piedra. más bien. sino que permanecía en su lugar. animal. Recuperó la respiración. comprobó que se ensanchaba mucho más. Pero. pero sentía el fuerte entumecimiento en sus extremidades. le impediría oír la silbante respiración de algún ser sobrenatural a pocos metros de su cara. detectó una nueva abertura a su derecha. Aquello debía proceder de la pantalla retroiluminada del móvil. 104 . sumiéndole en la más profunda oscuridad jamás imaginada. los misterios de la vida. Y continúa alejándose… La Luna. Victoria y David partieron en medio de la noche camino a la estación de trenes del pueblo de Calmanza. Rogelio. esta vez más rápido y cómodo. esperando que se subiera el próximo valiente para hacerle pasar los peores momentos de toda su vida. dejándolo en medio de una amplia caverna en la que no podía sentir más que la amplitud del vacío. Lo que el Hombre posee no está puesto para su servicio. Cuántas cosas habrá visto nuestra bella pero muda compañera a lo largo de toda la Historia. ni el hombre está para el servicio de todo aquello que le rodea. si en algún momento rompiese su silencio y nos narrara con voz de diosa todo lo que la especie humana (y vampira) había hecho en tan largos años y tumultuarias épocas. la naturaleza. todos comprenderíamos la grave expresión de melancolía con la que nos ha estado observando desde que comenzó a alejarse del planeta Tierra. sino en lo que ha sido puesto junto a ella. hasta que oyó el crujido de su cuello y su propia voz emitiendo un alarido que en la densa atmósfera de aquel antro sonó como el chillido de un fantasma condenado para siempre. que cogieron tras comprar tres billetes al cansado cajero en medio de una desierta estación donde no parecía haber sino espectros de antiguos trenes del siglo XX. que no radica en sí misma. dejando como único legado de la Creación el mismo Hombre.Tras cinco minutos de dificultoso andar. la belleza. Casi todas saltaron sobre él limpiamente y sin emitir clase ninguna de sonido. los Dioses. pero notando la pesadez del aire a aquella profundidad. pudo comprobar que aquello era una pendiente descendente cuyo techo no descendía en la misma magnitud. que acabará sucumbiendo por sí mismo. Continuó. Aunque seguía sin ver ni oír nada. Y la Luna estaba allí de testigo. por lo que ya iba andando casi erguido. Por allí pasaba a altas horas de la noche un tren procedente de Barcelona y Zaragoza con destino a Valladolid. Si se pudiese saber. El Destino… Todo nos va abandonando. 8 Tras una rápida y calurosa despedida dos días después. Pero aún está a tiempo. Diez luces amarillas repartidas por pares se abrieron al mismo tiempo procedentes de todos los lugares. no exenta de un cierto pesar. hasta que de repente el mundo se abrió por los cuatro costados. Aún es capaz por sí solo de recuperar todos los tesoros que ha saqueado y dejado abandonados a través de los tiempos y reconocer el sentido de su propia vida. Tampoco está para contener una re105 . ya que frecuentemente los colmillos acababan parcialmente desgastados por el excesivamente enérgico uso que le daban. —Rogelio –dijo Victoria–. Aquello hacía que cuando un vampiro se separara del estrecho vínculo familiar y saliera por propia cuenta a ver mundo y viajar no fuera mirado con demasiada suspicacia ni espanto debido a su físico. Y yo no sé de mitos de personas tan longevas. Dime cuál era la esperanza de vida en el año mil doscientos después de Jesucristo. En aquellos tiempos los vampiros no eran un pueblo completamente desconocido ni oculto. Como algunos afirman. —La esperanza de vida. somos externamente iguales a vosotros no hay más problema para internarse en vuestra sociedad que el de nuestra imposibilidad de exponernos a la luz solar sin la vieja protección de la capa de ozono. Lo que quiero decir es que aquello no era el paraíso. Lo más fue Matusalén. Estudio medicina. radica en un significado mucho más profundo que en que haya de haber una relación determinada entre uno y otro. —Eh… Ni idea. —¡Da igual! –exclamó Rogelio. Tres veces menos que actualmente. ¿vale? –se defendió. Fundamental. pero no sólo de Escandinavia. Como por el resto.lación de armonía entre el Hombre y la Naturaleza. —Sólo parte eran. El verdadero significado de para qué tanto el hombre como el Universo han sido puestos allí. con el resultado de que tanto unos como otros acabarán sofocándose a sí mismos en el profundo caos que habita la Tierra. Pero antiguamente sí. —Bien. en lo que cabe. ha ideado por sí mismo cuál debe ser esa relación. ¿Eran vampiros los mercenarios? Porque hicieron su papel bastante bien. Tanto vampiros como vampiras estaban continuamente buscando sangre fresca. cada vampiro. Y cada ser humano. He leído que los romanos utilizaron una especie de mercenarios procedentes de los países bárbaros durante los últimos años del Imperio. —Hay otra diferencia –dijo David–. Al parecer. hiperactiva. —¿Cuál? –preguntó Rogelio. Treinta y uno. —Espera. Eso re106 . como el de los turcos. —Treinta y un años –respondió Victoria. incluso mucho más que la de cualquier pueblo vesánico. cada ser con alma propia que ha habitado este planeta. la proporción de mercenarios era cada vez mayor. pueden llegar a la edad de trescientos noventa años. Por supuesto que los mercenarios procedían de los países bárbaros. Todos los vampiros tenían continuamente una vida guerrera. ya que no podían conservarla de ninguna manera humanamente posible. y no creo que fuese vampiro. una locura. —Dos –insistió Victoria. Ambos la miraron sorprendidos–. hasta el punto que acabaron descontrolándose. despertando al único viajero que los acompañaba en el vagón–. por supuesto. exceptuando uñas y ojos. Esta longevidad resultaría extraña. David –lo interrumpió Rogelio–. Entonces fue cuando comenzó la caída de Roma. vampiros que habían permanecido ajenos a todo acontecimiento externo. en aquella época había hombres de profesión cazadores. volviendo a despertar al malhumorado y soñoliento compañero de vagón–. por las condiciones ambientales en Escandinavia. No me digas que no sabes lo que es la selección natural. Nueve familias trabajaban para alimentar diez. a veces cien. 107 . cuando creció bastante rápido al comienzo el número de vampiros. al avance de la ganadería. Todo esto. —¿Cómo puede ser? –dijo Victoria–. guerreros. con los avances. Sabes que los que sobrevivieron eran. ya que un vampiro puro sólo se alimenta de sangre. y a una alta fecundidad. en su absoluta mayoría. como en muchos animales. la dificultad de encontrar alimento de continuo aporte. Normalmente. Los que permanecían ocultos. ni enviar partidas de cazadores y guerreros para que frecuentemente la trajeran. Si el problema era la alimentación. sino para los vampiros. —Aquello tendría que haber sido. Posteriormente. cualquier cosa. Esto fue el detonante de las conquistas de los vikingos. que no eran más que vampiros en su mayoría. de kilómetros para encontrar un bisonte o un alce de buen tamaño y calidad para alimentar toda una familia durante apenas tres o cuatro días. Ahora todo vampiro debía ser cazador. la escasez de lo que sería más lógico. Ellos eran los menos resistentes a la luz del Sol. —¡Ahora! –exclamó. lo que fue la clave de su éxito. campesinos…. entonces. a base de épocas de celo a mediados de la primavera y a que su gestación dura cuatrocientos cincuenta y cinco días. y los genes con la defensa frente a los ultravioleta se perdió entre los muertos. Victoria pensó durante unos instantes. Ya no ha vuelto a producirse una explosión demográfica desde 1324. pero no para los animales.quiere caza para adquirir la sangre animal. ¿comprendes? Sin ver el Sol. se hizo así. pero hasta el momento no había otra manera que echarla en cubos. »Más tarde se produjo una explosión demográfica de vampiros debido a varios años de buenas cazas. ¿cómo es que no volvieron a crecer? —Sigues sin caer. guerra para adquirir la humana y canibalismo para la vampira. reducían drásticamente la vida de un vampiro. Tras la creación de la Orden volvió a subir asombrosamente el número de vampiros. algo más de quince meses. —Sí. puesto que no era rentable tener una temporada de caza y almacenarla el resto del año. Y eso no era posible cuando tenías que viajar decenas. esta estructura social se trastoca obligando a entrar en el mismo papel a la hembra. Y todo para que al final acabásemos como acabamos. y mucho más que ahora no recuerdo. —No entiendo. Su escasa natalidad debido a que la vampiro hembra no tiene un ciclo menstrual lunar sino. En los vampiros. guerrero y todo eso. la ganadería. —En cuevas. una masacre –Dijo David. sin lograr comprender lo que pretendía decirle. se produjo la revolución de la crema solar. que se levantó alejándose aún más de los asientos de aquel tumultuoso trío. Al poco cerró los ojos vencida por el cansancio. 9 Una multitud congregada ante las puertas de la Basílica de San Pedro observó consternada cómo el papa se quedaba profundamente dormido en la mitad de la celebración del Santísimo Sacramento de la Eucaristía. médico oficial de Su Santidad el papa. Pero todavía quedaban dos masacres por llegar. porque se trata de seres vivos. mayor del que se cree actualmente. Francesco procedió a los análisis pertinentes en todo caso de desmayo sin causa conocida. que le tomó el pulso y diagnosticó desvanecimiento. La segunda fue tras la Revolución Industrial. con la que tratamos de mitigar los fulminantes efectos del Astro Rey. Debería aprovechar –dijo Victoria. pero la extremada palidez de su rostro preocupó al ilustre médico. —Creo que yo también tengo algo de sueño. cuando llegó la peste junto con una ola de calor de inauditas proporciones. se acercó discretamente a su persona para observar si. Los vampiros no fueron ajenos a la famosa yersinia pestis y cayeron como ratas. Cuando analizó la 108 . sabes que no basta –rió David. fulminados y vomitando sangre. Por supuesto. —¡Oh!. y aquello no fue más que el desencadenante final que acabó aplastando el fantástico grosor que la barrera había adquirido tras miles de millones de años. estaba dormido o le había ocurrido algo grave. Pero se quedaron encarcelados. —Peor que las fallas. Pero finalmente el ansia de destrucción de nuestra querida especie humana de la que seguimos siendo mitad acabó con todos aquellos que se negaron a vivir en cuevas y bajo tierra. Ante una multitud sorprendida y asustada. no había problema. y en Escandinavia. »La reducción de la capa de ozono en realidad fue anterior. siendo aquel día el más oscuro de toda su vida. la esperanza de vida volvía a bajar repentinamente. Francesco Spadolini. efectivamente. varios enfermeros trasladaron al Santo Padre en una camilla con los pies en alto al interior de la basílica. —Hasta que se inventaron las ray-ban. en términos físicos.—Aproximadamente –verificó Rogelio–. Cuando migraban a lugares más soleados. La primera fue en el siglo XIV. pero no encontró más síntoma que una leve bajada de presión y una intermitente taquicardia que remitió a los pocos minutos. Observó que respiraba normalmente. En aquel momento. por lo menos durante el día. despertando por tercera vez al ya rabioso vecino de butaca. —Eso fue la cremá –dijo David. El resultado os lo podéis imaginar. ¿no? –dijo Victoria. En contra. al impedir que fueran observados. Y en la estación de Valladolid a las cuatro y diez de la madrugada había no menos de cien personas aguardando el tren que los llevaría a sus viviendas. una vez recuperado. 10 Ni en Valladolid podía haber demasiada gente a la cuatro de la madrugada un sábado. de ocio. David agarró de la mano a Victoria para dirigirse a las taquillas. Arriba el gentío no era numeroso. En la Baja Edad Media la proporción subió al 0’5. observó que no se había producido cambio respecto de lo normal. Rogelio. ya que ante la atónita mirada de Rogelio cincuenta personas que emitían un molesto barullo en conjunción subieron al mismo tren del que ellos habían bajado. definitivamente. resultaría surrealista. pero tampoco bajaba de otros cien. Esta vez tardó aún más horas en recuperarse. llegando a equilibrarse los horarios en todos los puntos del globo donde se concentrase algún tipo de civilización avanzada. Más aún. todavía delincuentes pero incluyendo algunas profesiones como la de panadero. Era un tipo de 109 . redactó un escrito en donde se ordenaba encarecidamente a Su Santidad el más absoluto reposo durante tres largos meses. o de reunión. ya que desentonamos. Y no tardaría en descontrolarse por completo el concepto de día y noche. Ya nunca volvería a ver a Margast. en su mayoría delincuentes. Había estallado una nueva guerra mundial poco tiempo atrás. Para ello tuvieron que subir por catorce metros de escaleras mecánicas. la mayoría obreros de fábrica. tuvieron que correr a atenderle de nuevo dos médicos y cuatro enfermeros. Según David esto los favorecía. Algunos estudios y encuestas habían calculado que en el año 1 de nuestra era el 0’01 por ciento de las personas vivían de noche. Cuando tal escrito llegó a manos del papa pocas horas después. Vamos a buscar billetes para Oviedo.glucosa en sangre. y una soñolienta Victoria se apearon sin ningún peligro de ser observados. —¿Es posible? ¡Pensé que estaría completamente desierto! —Así son las cosas. Pero aquel año del entrado siglo XXI nada en este mundo era normal. Actualmente no bajaban del 35 por ciento. Pero conviene explanar por qué en aquella ocasión sí fueron observados. debido a una nueva invasión de vampiros de mente y no de cuerpo que vivían la noche como quien vive el día. situadas diez metros sobre sus cabezas. pero esto nos favorece –dijo David–. Francesco. lugar de trabajo. A finales del siglo XIX eran ya el 5 por ciento. el Príncipe de los Templarios. Distaba mucho de serlo. David. nuevamente. y sólo los europeos y estadounidenses poseían la suficiente tecnología y presupuesto para llevar a cabo tal hazaña. al demostrar un grupo de científicos suizos la forma de conseguir que la energía requerida fuera inferior a la producida para lograr un rendimiento positivo. híbridos. Desde aquellos años de los atentados del 11-S todo había sido una escalada de vigilancia. A partir del descubrimiento de los suizos.guerra completamente nuevo que habían inventado los rusos y estadounidenses bastantes años atrás con el nombre de guerra fría. por otro. registros constantes en aeropuertos. de aire comprimido. Los profundos avances en la investigación en física nuclear desembocaron en el descubrimiento teórico por parte de estadounidenses y soviéticos de un nuevo tipo de fusión fría basada en la catálisis por medio de muones negativos. los Estados Unidos. fueron los europeos quienes se llevaron la palma.UU. rompiendo finalmente su eterna neutralidad política. lo que alargó la crisis en Europa. control de fronteras. finalmente. este tipo de fusión era posible. por lo que alcanzaron una cuota del cincuenta por ciento de coches de este tipo mucho antes que los europeos. Esta vez fueron los estadounidenses los más avanzados en el diseño de coches no dependientes de la gasolina o gasóleo. que finalmente llegó a afectar a los ciudadanos europeos y del otro lado del Atlántico. el auge (al menos ideológico) del terrorismo islámico. Esto produjo una gran conmoción mundial al descubrirse que. pero fue así desde la crisis mundial que se produjo en los primeros años del siglo XXI. Pero. Los suizos eran conscientes de que solos no lo conseguirían. No se había conocido una crisis de tal envergadura desde aquel nefasto crack de 1929 que desembocó en la Gran Depresión. a lo que se añadía su propia reserva de petróleo. efectivamente. haciéndolos dependientes de su propia fabricación y de la de los japoneses. al acusarse unos a otros de permitir el paso de terroristas por sus territorios aprovechándose éstos de la ya inexistente “libertad” de tráfico entre países desarrolla110 . También influyó en gran medida. Pero esta vez entre las nuevas dos grandes potencias mundiales del momento: la Comunidad Europea y. La causa no radicaba esta vez en una carrera armamentística e ideológica. todo se llevó a cabo en el más absoluto secreto dentro de las fronteras de la CE por un lado y de los EE. el petróleo se había agotado en casi todo el mundo. solar. Ellos se negaron a ceder a los europeos su tecnología. pero que aunando sus fuerzas con el resto de los Veinte sí. Aún era pronto para lograr resultados a gran escala. el eléctrico. anexionándose a la Comunidad Europea y a la Euratom. al tardar más en recuperarse. sino científica. aunque no tenía que ver en principio con una rivalidad entre ambas potencias. Nadie era ignorante del hecho de que quien produjera la fusión fría dominaría el mundo como primera potencia energética. Por otra parte. El reemplazo del motor de gasolina y gasóleo por otras variedades como el de hidrógeno. exigencias de datos personales y visados hasta un punto casi inaceptable. gas natural o incluso el de energía nuclear fue tan urgente como devastador para la economía de muchos países. Nadie llegó a saber cómo. sí fue el que más poder tuvo en el pensamiento del ideal patriótico de los gringos.dos. acompañándole las siguientes palabras–.» La respuesta de su homólogo estadounidense no se hizo esperar. si no era el principal tecnológica y económicamente hablando. legislativa y gubernativa existente entre los diferentes estados de los Estados Unidos. Puro espionaje. —«Unidas por una moneda» –fue la frase más aclamada del discurso que el presidente rotatorio de la Comunidad Europea. El excesivo orgullo patriota de los yanquis no podía tolerar tal afrenta. por qué no decirlo. El siguiente factor desencadenante de aquella nueva guerra fría fue la carrera espacial. una unión que comenzó siendo económica y continuó uniendo fronteras. Tras conseguirse un nivel altísimo de seguridad en la red mundial de Internet. también una única moneda. anteriormente mencionadas. gobiernos y. Un factor que. Desde entonces ningún extranjero cruzaba las fronteras de los estados componentes de ambas potencias sin ser escrupulosamente registrado. se disputaban la primacía mundial en las transacciones internacionales. «Una unión creada por unos ideales que se han ido forjando a lo largo de los años. nunca podrá ser superada por una unión creada por la efigie plasmada en una moneda de dólar que en ningún momento muestra la enorme disparidad y competencia económica. leyes. Y aquello era una práctica habitual contra la que los países avanzados empleaban millones de euros y dólares. El contrabando y tráfico ilegal aumentó espectacularmente desde 2015. el que más profundamente dolió en el alma de tantas personas unidas por una moneda que había dominado el mundo desde el siglo XIX. los crackers o piratas informáticos tenían que dirigirse directamente a los ordenadores donde se guardaba la información confidencial de las investigaciones científicas que se desarrollaban en todo el mundo. por lo que comenzaron a lanzarse indirectas amenazas unos a otros que desembocaron en la proliferación de espías y mafias en todo el mundo a causa del cierre de fronteras. ante la imposibilidad de reducirlo. ya que una de las grandes victorias del espionaje y contraespionaje fue la adquisición por parte 111 . en aquel momento el presidente español. y los países habían incrementado aún más la vigilancia policial en todas las fronteras para al menos mantener el mismo volumen de tráfico de este tipo de mercancías que antes de esos años. El último factor que desencadenó tal enfrentamiento entre colosos fue el puramente económico de que ambas monedas. y la ESA se habían adelantado tanto a la NASA que había una posibilidad bastante patente de que el primer hombre en pisar Marte fuese un europeo. pronunció. Ambas potencias estaban tratando de desarrollar una tecnología para colonizar la aún inerte Luna. Pero no era el tráfico de armas y el contrabando de drogas lo que más preocupaba. haciendo éste continuas alusiones a los progresivos cierres de fronteras entre los estados miembros que se habían producido con motivo de las epidemias en su “caótica ganadería y agricultura”. —¿Llevas carné de identidad o cualquier otro papel? —¿Es necesario? –preguntó. Suplicando un milagro. Lejanos eran los años en los que por ley todo peatón debía presentar el DNI al agente que lo requiriese pero en la práctica la vista gorda era la ley de la calle. extrañado. que había escuchado la conversación. Actualmente casi nadie que presentara una sola característica que lo hiciera mínimamente sospechoso se libraba del breve pero engorroso trámite de ‘mostrar los papeles’. En aquel momento. David miró a su alrededor. directamente. los tres se introdujeron en 112 . ¿Sabes correr? —¡Dios mío! ¡Ojalá pudiera! —¿Nos van a detener? –preguntó Victoria. pidiendo un milagro. de los Estados Unidos. incluso dentro de la Comunidad Europea o. La puerta de un ascensor junto a ellos se abrió. casi un susurro. ya que parecía tener casi noventa años. Sin apretar demasiado sospechosamente el paso. La CIA. David se dio cuenta de reojo que dos policías los seguían. La creciente difusión de los disfraces en esos tiempos con tan alta tensión les hizo mirarse el uno al otro para comunicarse en voz baja unas frases que nadie alcanzó a oír. —Mis papeles caducaron el siglo pasado. Rogando un milagro. pero ya nadie la censuraba. lo que resultaba verdaderamente molesto. varios países miembros de la Interpol abandonaron su adhesión a la organización. El otro asintió. —¡Por allí! –ordenó David. La corrupción era patente. la Interpol y la Europol formaban ahora facciones separadas e independientes. había un estricto y duro control sobre los movimientos activos de dinero entre diferentes nacionalidades. Fue ese anciano el que acrecentó sus sospechas. saliendo de él cinco personas que lo dejaron vacío. Se trata de algo normal. y se dirigió a Rogelio en voz baja. y se encaminaron directamente hacia el trío. Igualmente. por su parte. entre ellos los norteamericanos. dos agentes de la policía nacional se fijaron en aquella pareja de jóvenes con un anciano que no parecía en absoluto encorvado por la edad. —Entonces estamos jodidos. pero exhibía una fortaleza y vigor inauditos para su aspecto. Tras esto. pura rutina. Muy molesto. y seguramente nos pedirán los papeles. reduciéndose la efectividad internacional en la búsqueda de delincuentes internacionales. La ley de inmigración no se endureció. Apenas he tenido contacto con el exterior en tantos años. —¿En qué año vives? Nos siguen dos policías. David.de un espía japonés al servicio de la DGSE francesa de la tecnología conseguida por los Estados Unidos del motor Hunt de hidrógeno. pero sí el control interno. Al menos. —La estoy memorizando. y los tres emitieron un larguísimo suspiro de alivio. y no se sintieron defraudados. —¿Emito una orden de detención? —No. El ascensor conformaba un bloque de hormigón rodeado por una rejilla verde que sobresalía en la calle como la entrada a los aparcamientos subterráneos de algunos centros. —Directamente a Asturias. Tenemos que salir rápidamente de aquí. No creo que vayan a pasar por ningún puesto de control si son 113 . antes de que salga el Sol. junto a la entrada de la estación. Estaban en plena calle. —Mirad hacia abajo –ordenó David cuando las puertas se cerraron–. sin llegar a ver ni rastro de aquellos tres sospechosos. Instantes después. —¡Aquel taxi! –exclamó uno de ellos. y no conviene quedarnos por aquí. déjalo. —Es una urgencia –terció David–. por supuesto. y siempre vuelve. y entraron en el taxi sin dar más explicaciones de su breve estancia en aquella ciudad. Rápidamente introdujeron las mochilas y la maleta de Rogelio en el maletero. Tenemos que llegar a Oviedo antes de las siete u ocho. Suban –respondió el taxista. aunque sea en coche. ya que puede irse de la lengua. —¿Cuándo podremos solicitar información? —Creo que a partir de las nueve de la mañana. —¿Adónde iremos? –preguntó Victoria. dos policías armados salieron al exterior desde la estación con manifiesta preocupación y prisa. Esta gente trabaja aquí. mirad si hay algún taxi en los alrededores. —No hay problema. gritando la orden de detención. No llegaron a obstaculizar la cerrada de las puertas corredizas. y se dirigió a ellos para preguntarles si podían llevarlos a Asturias. La puerta se abrió emitiendo un leve silbo debido a la escapada de aire del mecanismo neumático. Conscientes de que desde ese mismo momento estaban bajo la orden de busca y captura. señalando aquel que acababa de salir transportando a tres personas lejos de allí–. —¡Apúntala! —2-6-4-9-O-P-H –deletreó mientras escribía.el ascensor. Y cuando salgáis. Justo al lado había una parada de taxis donde había dos coches blancos con la luz verde encendida. No deben grabar nuestras caras. probablemente haya una cámara por aquí. Aún tenemos varias horas de margen. ¡Acaba de salir! Apunta la matrícula. al aire libre. —¿Por qué? Si buscamos un hotel… —Conviene que nos larguemos junto con el taxista. Los tres miraron al salir en direcciones opuestas. Victoria los vio. La puerta se cerró justo cuando los dos policías pegaron un acelerón hacia ellos. Victoria pulsó el botón para subir a la superficie. Objetos de la Edad de Bronce. ya que a la vista estaban las hermosas y elevadas cumbres de los Picos de Europa. a su verdadero destino: Cangas de Onís. un empalme con otra que recorría la totalidad de la costa del Cantábrico les condujo a las cercanías de Cangas de Onís. Pequeñas sierras albergaban multitud de pueblos y aldeas que parecían guardar y atesorar un halo de silencio secular. —Está bien. como por ser la antesala de los que le rodean. al parecerle a David que aún daba tiempo. Cangas de Onís. todos ellos junto al río Sella. La capital del concejo y primera corte del antiguo reino de Asturias desde donde comenzó la verdadera Reconquista de manos del rey don Pelayo. Y allí abandonaron el vehículo. Siendo como es el origen de la nación española. a la que se accedía por un desvío que apenas les supuso unos diecisiete kilómetros más. La única conversación que habían mantenido con él fue la pertinente discusión sobre el precio y la duración del viaje y. leyendas y tradición que rodea a todas las regiones al norte de los Picos de Europa. se sitúa sobre la confluencia de los ríos Sella y Güeña. Por lo menos hay cien coches nuevos al día que se dan sobre aviso y pocos son localizados. Los bravos y feroces cántabros y astures habían morado en lugares frescos y enriscados carentes del regalo y comodidad que poseían el resto de los pueblos de Hispania. cerámicas. tanto por sus propios monumentos y lugares históricos. Una vez allí. le pidió que los llevase aún más lejos. aunque con un ligero rodeo hacia el sur acercándose a la ciudad de Zaragoza. causa de que estas regiones hayan 114 .lo suficientemente inteligentes y no deberíamos colapsar los controles sin una buena razón. riqueza y templanza de sus valles fluviales. Eran grandes sufridores de trabajos y tenían un vigor de ánimos más propio a ellos que al resto de hispanos. bisontes y ciervos primitivos y dólmenes desperdigados por los valles y montes demuestran la presencia humana en sus tierras desde la Prehistoria. Cuevas con pinturas de caballos. Una larga y fluida autopista conducía directamente de Valladolid a Oviedo. Importante centro turístico. no era de extrañar la gran carga de misterio. rodeado de fértiles vegas que mostraban el contrapunto humano al torturado relieve montañoso del sudeste. en absoluto ignorantes de que una palabra de más en oídos de aquel joven taxista podría ser una palabra de más en oídos de la policía que le interrogase. pero te aseguro que aquel tipo no era un viejo. Apostaría lo que fuera a que no lo es. joyas e instrumentos de hierro avalan tanto el origen remoto como la permanente presencia del ser humano en estas regiones con duras condiciones climáticas pero gran fertilidad. Sólo los romanos consiguieron conquistar tan valiosas tierras debido a la gran resistencia de sus habitantes a ser expulsados o dominados en sus ubérrimas regiones. Los tres viajeros del taxi vallisoletano iban en el mayor mutismo y reserva. Está bien conservado en su forma. que se mantenía en un reducto inmerso en una zona con una carga mística tan alta como eran la cuevas de Covadonga. Y sólo una pequeña parte había mantenido la fe heredada de los Caballeros Templarios. Tras unos momentos de reflexión. Y una fuerza misteriosa procedente de lo más profundo de las montañas. 115 . ajustado al diámetro del torno en la cabeza negra y tumefacta. Al igual que los cántabros y astures. Solamente el Destino los había vencido. Bien. rozó levemente la masa. ofrecían una resistencia poderosa a ser expulsados o dominados en sus propias tierras de las que. 11 —Coloca la talla. El amable anciano que los atendió tan de madrugada les ofreció una habitación individual y una doble. aún más que ellos. Rogelio y David cerraron las ventanas. Con el guante puesto. Trépano. adyacentes ambas. Cruzaron el antiguo puente medieval.sido siempre el último reducto de la libertad e independencia españolas. Cuando completó el giro. Preferían no usar el mismo taxi para impedir que nadie les localizara. con cinco arcos de los cuales el central portaba una reproducción de la Cruz de la Victoria. formada por unos seres con un poder inmensurable. comenzó a practicar el giro que cortaba el hueso con un crujido de cereal que extrañó a los tanatólogos presentes en la sala. bajaron las persianas y corrieron las cortinas para asegurarse la mayor protección ante la inminente aparición del Sol por el horizonte. Aún había tiempo para ir a Covadonga. pero aquello era una desolación. formando la mayor colonia de vampiros de toda la península Ibérica. sacó el trépano con el redondo trozo de hueso sujeto al torno. Es muy delicado y podría fragmentarse al traccionar del encéfalo. pero no encontraron ningún vehículo que les condujera allí. —Habrá que practicar una escisión en la médula. dependían para su supervivencia. Estaba endurecida. Deberíamos tratar de sacarlo entero para analizar su anatomía. Tras aceptarlas y recoger las llaves. olvidándonos del citodiagnosis. con la consistencia de un pan duro. –Cuando agarró firmemente el instrumento sobre el agujero redondo. pero habían vuelto. se quedaron profundamente dormidos. dejando al descubierto una olorosa masa negra con una escabrosa forma de cerebro. Algunas cenizas se quedaron adheridas en el plástico del guante–. adonde llegaron los tres viajeros varias horas antes del amanecer. situadas en el concejo de Cangas de Onís. que dejaba al descubierto el grisáceo parietal. Más adelante pudieron encontrar alojamiento en un hostal cuyas puertas permanecían abiertas día y noche. había impedido el total dominio por parte de cualquier invasor que pretendiera adentrarse en aquellos abruptos terrenos. —Imposible. Probablemente era una uña postiza de esas que se pone las mujeres para parecer 116 . pero… ¡déjame verlo. y no sólo durante mi carrera profesional. —No. Murió hace tres días. se colocó el protector ocular. Estuvo algunos segundos examinando la uña. —Incisivos escasamente afilados y molares extrañamente aplanados. No es un colmillo humano. La mitad que se conservaba de la mandíbula. como de ojeras. —¿A qué tipo de animal podría pertenecer? Puede tratarse de un implante. y se instaló bajo la mesa. Desplazad el cuerpo más arriba. Metros más allá. dos odontólogos examinaban la dentadura del cadáver. momificado. maldita sea! El anatomista colocó el trozo de uña en el microscopio estereoscópico petrográfico de contraste de fase. Llevo bastantes años en la profesión como para no saberlo. Él lo llamaba simplemente gafas para piedras. Éste se sentó en una silla que le ofrecieron. que carecía de ella porque era lo que tenía uno de ellos entre sus manos en aquel momento. hasta llegar a la altura de la cabeza del médico forense jefe. que coincida el cuello con el orificio de la mesa. o algo así. pero puedo confirmárselo. Un guepardo u ocelote. —¿Momificado? —Sí. —No sabría decirle. Pero lo sorprendente es el ya desmesurado tamaño y aguzamiento de los caninos. Deberíamos consultar con un zoólogo. Diables! ¿En qué estás pensando? Una uña no se cristaliza así como así. —Imposible.—Bien. ¿Qué has visto? —No es uña. —Vas a estar toda la vida pegado al cacharro. Probablemente un excesivo desgaste por el uso. que hizo reír a su compañero. eso. —Eso ya lo sé. Está muy deteriorado. Sube. hasta que separó los ojos de los oculares. dispuesto a seccionar el cuello para luego proceder a la extracción del cerebro al completo una vez abierto el cráneo. ve. Pero hágale reconocer la importancia de este examen. Puedo ir a buscarle. que le habían dejado una roja señal. —Bien. ¿Hay alguno aquí? —Está en el ala cuatro. Algún tipo de felino de tamaño mediano. macho. si no está muy ocupado. Se trata de un ser humano. Debe de haberse mortificado o algo así. pero la longitud no parece estar acortada. Superan con todo la longitud. —Pero no ha ocurrido nada de eso. Probablemente tenía un buen tamaño dentario. Lo lógico sería que se hubiera ablandado. –La mesa comenzó a elevarse. roto o resquebrajado. Bien. anchura y grosor de cualquier colmillo humano que haya visto en toda mi vida. Además. Non. Pero la uña en sí es como hueso. y el diámetro del agujero de Monro es descomunal. 117 . son más dilatados. —Tal vez lo usaba para defenderse. Los tres forenses se quedaron observando el negro cerebro seccionado. —Sí. por lo que se podría pensar. el de los Hombres-X. No presenta síntomas palpables. por no hablar de la trascendencia en la teoría de la evolución que tal hecho conllevaría. —¿Cuerno en los dedos? Estás de broma.más guapas y más putas. el cuerpo calloso es más delgado. —Me atrevo a decir que las diferencias entre este cerebro y el humano son tan evidentes como las que existen entre el Neanderthal y nosotros. pero se parecen extrañamente. por lo que al incorporarse de nuevo también se le veía el halo rojo que antes le había hecho reír a costa de su colega. No era transparente. —Míralo. pero no parece ser de la humana. con una composición algo diferente a la natural. ¿Es realmente hidrocefalia? —Imposible. nacida en el propio dedo. Tiene una matriz ungueal. por su parte. Como Lobezno. El fórnix. sobre todo en la zona del asta frontal. —¿Por qué? Es sabido por los biólogos que cuanto mayor sea el número de surcos y circunvoluciones haya en la corteza cerebral mayor es la evolución del ser que posee el cerebro. Parece un individuo con hidrocefalia. Posee queratina. Ninguno de ellos podía explicarse a qué se debían las anomalías que aquel cerebro presentaba. pero es más pequeño. El compañero ajustó el aparato a su anchura de separación de ojos y se asomó al mundo microscópico. pero no creo que sea así. no uña. está hipertrofiado. —Creo que he visto una vez esta estructura. y él estaba conduciendo un avión cuando murió. —¿Qué era? —Un trozo de cuerno de rinoceronte. en un principio. collègue? —No. —No creo. —No sé qué decir. Está más hueco que un cerebro normal. Estuvo casi tanto tiempo como el otro. Era un mineral. —¿En qué sentido? —Posee más circunvoluciones. que se trata de un ser con mayor inteligencia que la humana. Los ventrículos. El tamaño externo del cráneo es normal. algo que requiere mucho control. Es cuerno. —No. Nunca he visto un colmillo así y, créame, sé de lo que hablo. —¿Podría decir para qué tipo de función está fundada su estructura? —Normalmente la principal y casi única función de un colmillo es desgarrar, pero éste ni de lejos podría producir un fuerte desgarro en el cuello de un animal, en el caso hipotético de que se pusiera a cazar. No es de carnívoro ni de herbívoro. Su forma no está hecha para arrancar carne, sino para penetrarla. Hacer una perforación. —¿Y qué tipo de animal podría dedicarse a hacer agujeros en el cuello para alimentarse? —Obviamente, un vampiro. —¿Un vampiro? ¿Quieres decir que estamos examinando la dentadura del conde Drácula? —No sé a quién pertenece esta mandíbula, pero lo que sé es que, aunque no posee la misma forma que un colmillo de vampiro a escala, sí adquiere su estructura y función. El filo romo de los incisivos confirma este hecho. Es la dentadura de un hematófago, que se alimenta principalmente de sangre. Además, posee unos molares planos, propios de un animal que nunca mastica, sin tubérculos cónicos como en cualquier mamífero típico. —He, collègue! –le dijo el odontólogo a su compañero–. Tenemos una exclusiva mundial. 12 El Sol se ponía tras las montañas. Un viento procedente del oeste arreciaba, amenazando con devastar cualquier obstáculo que se levantara en el terreno. La luz decrecía, tiñendo de arrebol como una corona la cima de los montes. Tonos grisáceos comenzaban a dominar un paisaje que de costumbre esplendía verdor y luminosidad por doquier. Un pueblo bien situado en tierras de montaña comenzó a elevar su actividad, interrumpida en las hastías horas de la media tarde. Las tiendas más perezosas terminaron por abrir en su segundo turno, dejando entrar a los impacientes clientes que tal vez tenían prisa por cambiar su peinado para acudir a una boda en una vida tautológica, en la que cada nuevo acontecimiento no era sino otra forma de expresar otro ya pasado. Únicamente había color humano en la historia moderna de aquel pueblo durante la temporada alta del turismo, cuando uno podía quedarse observando desde el balcón de su propia casa el paso de las magníficas turistas francesas y andaluzas. En consecuencia, raro era el día en que la fofa y desentrenada guardia del lugar tenía algo tan grave que hacer como poner una multa o ir a buscar a un desmemoriado que no devolvió el libro a la biblioteca. Pero en aquel momento, dos pares de dobles luces azules giraban alocadamente y en silencio mientras el par 118 de coches que las portaban, con su inconfundible indicativo de policía nacional, conducían a través de las calles bajo la atenta mirada de prácticamente todo aquel que recibía un solo fotón de la luz de los faros. Una hipnosis se apoderaba de todos ellos, hasta que al fin se desvanecía al doblar una esquina. Un fenómeno casi cómico que no hacía ni remota gracia a los policías que llevaban los vehículos, dos por coche. La policía de Valladolid había interrogado a un asustado taxista que volvía de un largo viaje al norte, el cual dio todos los detalles de los que tenía conocimiento y memoria. Localidad, lugar de bajada, descripción de los sospechosos y horarios fue todo lo más que pudo decir. Parecía suficiente, en un principio. Una llamada al cuartel de la policía en Cangas de Onís bastó para dar la orden de busca y captura de los citados sospechosos con la susodicha descripción. En primer lugar, procedieron a hacer una breve llamada a cada uno de los hoteles, hostales y albergues de la localidad que abrían de madrugada para localizar tres viajeros, uno de ellos un anciano demasiado vigoroso para ser anciano. Las llamadas no resultaron infructuosas. Una vieja hostelera confirmó el ingreso en su establecimiento de dos “caballeros y una señorita muy de mañana” aquel mismo día, que habían sido inscritos por su marido. Éste confirmó la descripción dada por los agentes de policía que, tras cumplimentar la orden de detención, se dirigieron al lugar rápidamente, conscientes de que tal vez se enfrentaban con espías internacionales profesionales por primera vez en su carrera y que, si llevaban a cabo con éxito la misión, les podría merecer un ascenso que les permitiese abandonar definitivamente aquel aburrido villorrio para alcanzar puestos en localidades más apetecibles a donde podrían llevar mujeres e hijos. Más emoción en sus vidas. Las sirenas comenzaron a sonar. Un tercer coche de la guardia municipal les esperaba cerca del hostal. —¡David! ¡David, despierta! –Victoria dio un sobresalto cuando David pegó tal brinco, que quedó de pie en un solo segundo sobre la cama. Éste la miró con los ojos abiertos–. La policía. Viene hacia aquí. —¡Dios! –David salió de la habitación en ropa interior para avisar cuanto antes a Rogelio. Éste le sugirió, sin apenas pensarlo, que recogieran las cosas y buscasen algún rincón donde camuflarse. Aunque no le pareció una buena idea, a David no se le ocurría nada mejor en tan apurados momentos. Aún no habían llegado a las puertas los coches de la policía, así que hicieron lo que les dijo Rogelio. David no tenía nada más que ponerse su ropa rápidamente y Victoria ya estaba lista, puesto que no había dormido durante la mayor parte del día, dedicándose a contemplar el pueblo desde su ventana y a leer una novela que se había traído. Estaba mirando por la ventana cuando oteó los coches a lo lejos, que aún no habían comenzado a emitir el frémito de alarma. Los tres escucharon las sirenas justo cuando salieron de sus respectivas habitaciones. 119 —¿Dónde estará la escalera de servicio? –preguntó Victoria. —¡No seas tonta! La estarán vigilando –rechazó David–. ¿Habrá más gente en el hostal? —No hay nadie más –aseguró Victoria–. Todos se fueron esta mañana. Estamos solos, que yo sepa. En toda la tarde no he visto más que a una vieja en recepción. —Maldita sea… –masculló, pensativo, con la cabeza baja. Aún es de día. Escapar no sirve, ataca, escapar no sirve, ataca. Estaba oscuro. No parecía ser de día, pero David sabía que sí. Eran las seis. —No podemos salir de aquí… El Sol sigue arriba… ¡Maldita sea! —David, no grites. No hay sol. Es casi de noche. Recuerda que estamos en un pueblo de montaña, y está oculto. David levantó la mirada. Una idea le deslumbró la mente, aunque sabía que no resultaría. No miraba a Victoria, aunque le había escuchado. Miraba una escalera. Había dos: la principal, y otra más pequeña. —¿Dónde conduce esa escalera? –preguntó a Victoria. —Al mismo sitio que la otra, aunque más abajo hay una especie de almacén, o un sótano. Pero la puerta está cerrada. —¡Vamos! El sonido de las sirenas se hacía cada vez más audible y, mientras bajaban, dejaron de sonar agudas para sonar más graves. Se habían detenido junto a la puerta. —¡Rogelio, apura! –le exhortó David. Rogelio parecía muy vigoroso, pero aún bajar escaleras le suponía un esfuerzo que no podía completar demasiado rápido. De todas formas, David no lo esperó, dejando que Victoria le siguiera ayudando a bajar hasta el sótano. Allí había una puerta de madera en el fondo de un pasillo de apenas dos metros de largo y uno de ancho. David se apostó a los pies de la escalera, justo en el otro extremo. Apoyándose en la pared, tomó un fuerte impulso que comunicó al hombro, apuntando éste como una gruesa lanza e impactando justo en el centro de la puerta, que se abrió con un ruido sordo que confió no se oyera desde arriba. Tras masajearse el hombro, se atrasó y miró por el hueco de las escaleras para ver la progresión de Rogelio. Casi estaba allí. —Entrad conmigo –les indicó David. Miró el interior del cuarto y esperó unos segundos a que sus bioluminiscentes ojos emitieran la luz necesaria para penetrar la oscuridad en aquel frío lugar bajo el nivel del suelo. Era un almacén ni muy grande ni muy pequeño, pero sin ventanas ni puertas. Aquello no daba a ningún lugar. Ni serviría para ocultarse. 120 —¿Qué vamos a hacer, David? –preguntó Victoria, a sus espaldas. «Atacar –pensó David–. Atacar a un ejército de francotiradores.» En aquel almacén no parecía haber ningún arma, ninguna vara que pudiese utilizar, ni utensilios de cocina. Nada para la propia y legítima defensa. Nada para escapar. ¿Nada? David sintió un escalofrío cuando comprendió que aquel círculo central en el trastero no era ni más ni menos que la tapa de una alcantarilla. —No puede ser… –Dudó durante unos instantes que pudiera estar viendo aquello allí. Parecía un prodigio, pero de pronto le pareció hasta lógico, considerando que aquello era un sótano que podía inundarse en cualquier momento. Rápidamente buscó algún objeto fino pero fuerte que le permitiese introducirlo entre las rejillas de la tapa para levantarla. Más abajo observó un filtro que no dudó podría arrancar de una patada. La tapa exterior tenía un metro de diámetro. Cabrían los tres si dejaban caer primero el equipaje. Encontró un gato detrás de unas mantas, cuyo mango cabría entre los cuadrados que conformaban las varillas del graderío. Con un tirón consiguió desencajar la tapa de su fijación y con otro, levantarla. Tras apartarla a un lado, se introdujo con un pie por delante y propinó una patada al filtro, que se dobló pero no salió. —Victoria, empújame por mis hombros –le pidió. Cuando ella lo hizo, David consiguió un punto de apoyo e, impulsándose, volvió a pegar varias patadas más al filtro hasta que, partido en varios trozos, se hundió con un traquido de protesta–. Sujétame por los pies. Voy a bajar. Esta vez se introdujo de cabeza, para poder ver con qué se iba a enfrentar, si con suelo firme o con un río de mierda en el que confluían todas las cloacas del mundo. Escuchó un ligero murmullo. Era una corriente de líquido, ya que no podía llamársele agua, que fluía lentamente a pocos centímetros de su cabeza. David tuvo que reprimir su sensación de asco al oler aquello, pero le pidió a Victoria que le subiese. —Tenemos que bajar con los bultos. Vamos, Rogelio, tú primero –le sugirió. Rogelio soltó su maleta y se introdujo por el estrecho agujero. David lo cogió por las axilas para hacerle descender, hasta que vio que no cabía por los hombros si mantenía las manos allí, por lo que lo soltó y dejó caer. Rogelio emitió un gemido, probablemente por el fuerte roce con las paredes de la boca de entrada, pero también podía ser que le hubiese asqueado caer sobre semejante masa fétida y viscosa. —Ahora tú –le indicó a Victoria–. Vamos. ¡Rogelio, aparta que va! Victoria era delgada, y no tuvo problemas con su envergadura a la hora de hacerla bajar cogida de los sobacos. También ella emitió una expresión de asco al chapotear en el fondo. 121 —Victoria, toma las mochilas. Una a una le fue lanzando las maletas a través del agujero. La de Rogelio era hermética, y la pudo meter en la hedionda masa líquida, pero las dos mochilas las tuvieron que mantener sobre su nivel, ocupando todo el espacio que había entre éste y el techo, que era de apenas centímetros. Victoria y Rogelio cogieron una cada uno y se apartaron de la entrada. David volvió a introducirse cogiendo la tapa y, apoyándose con los pies en bisagra en las paredes, cerró la abertura, afianzándola con los dedos para que no pudiesen volver a abrirla fácilmente, ya que entre todo aquello se había ocupado de esconder el mango del gato con que la había abierto. Cuando cayó, experimentó una desagradable sensación de repugnancia al entrar en contacto con aquella corriente que transportaba los desechos solubles de aquel pueblo de seis mil habitantes. La alcantarilla en sí medía tres metros de ancho por uno y medio de alto, con un metro de desechos que les llegaría a la cintura si pudiesen estar completamente erguidos. Sólo disponían de pocos centímetros para respirar el escaso oxígeno que en aquellos lugares era incesantemente consumido por las bacterias fermentadoras que pululaban en tan rico medio. Trataron de darse toda la prisa que pudiesen, y comenzaron a avanzar en la dirección de la corriente, para que si no encontraban algún lugar por donde subir, por lo menos salieran al aire libre por el colector, que probablemente daría a una planta potabilizadora de agua de la cual podrían escapar si esperaban a la noche. Pero la suerte no parecía abandonarlos aún. Veinte minutos de opresión y claustrofobia más tarde, avistaron un recodo con una oquedad en el que se asentaba una plataforma de piedra, de la cual surgía una escalera hacia arriba. Al reino de los cielos. David se les adelantó, soltando su mochila en suelo firme. El techo allí se abría en forma de tronco de cono inclinado para hacer una pared recta, con la parte más ancha abajo y la zona seccionada formando el orificio de entrada. En la parte vertical se afirmaba una escalera cuya solidez David comprobó antes de subir, ya que tendría que hacer fuerza para sacar la tapa de su lugar una vez arriba. Presentaba varios respiraderos, y unos rayos de luz grisácea del diámetro de un lápiz formaban monedas de luz en sus hombros y su pecho. No parecía haber tráfico ni personas, ni tampoco las oyó. Momentáneamente, la luz que penetraba a través de los agujeros creció en un solo instante hasta llenar toda la cloaca de luminosidad, deslumbrando a David, que tenía las pupilas tan ensanchadas que cubrían casi toda su córnea. Instantes después, se oyó un trueno tan fuerte que los tres tuvieron que taparse los oídos. Victoria chilló. No hubo demasiadas complicaciones para extraer la tapa, así que al desencajarla la apartó hacia un lado con estrépito, dejando entrar como una vaharada el aire puro, húmedo y cargado de electricidad de aquella noche que se las prometía. David sacó la cabeza para observar los alrededores. Ni un alma. Aquello era 122 las afueras del pueblo, y sólo alcanzó a distinguir una fila de casas justo detrás de él, a continuación de un cartel que informaba del nombre de aquel municipio y de sus monumentos, entre los que se encontraban el monumento a don Pelayo y varios palacios. Otro relámpago volvió a deslumbrar a David, por lo que bajó para prepararse de nuevo a correr bajo la inminente lluvia. Cogió su mochila y les indicó a Victoria y Rogelio que le precedieran. Al salir, David vio, agachado, un nuevo destello de luz que le cegó, pero esta vez la luz era permanente e iba en aumento. Eran los faros de un coche. —¡Vic, la cabeza! –David saltó ágilmente a un lado lanzando la mochila al otro, cayendo dos metros más allá sobre un costado y raspándose con la áspera rugosidad de la carretera en el hombro en el instante en que el coche ocupaba con un penetrante chirriar de ruedas el lugar que antes había pertenecido a David y a la saliente cabeza de Victoria. Ésta habría sido decapitada de no ser porque aquel coche era un todoterreno con una altura de bajos mayor que la de su coronilla. Una vez recuperados de la conmoción, David se incorporó del suelo y se dirigió al asustado conductor, que estaba abriendo la puerta de su todoterreno. —¡Apártese de ahí! –le ordenó–. ¡Hay gente saliendo! El conductor miró bajo suya, viendo la pálida y aterrorizada cabeza de una chica sobresaliendo del asfalto bajo su automóvil, como un terrorífico zombie tratando de escapar de su tumba. —¡Saque el coche de ahí! –le volvió a instar. El conductor, un joven de unos treinta años todavía desconcertado, volvió a entrar en el coche para alejarse unos metros más allá, mientras David ayudaba a salir a una tremulenta Victoria y a un consternado Rogelio. Éste había escuchado el espantoso sonido que emitió la sombra sobre la cabeza de Victoria, que no había tenido tiempo de volver a introducirse cuando pasó, y ahora vio la suerte que habían tenido de que fuera un todoterreno, y no un Seat o, peor aún, otro coche patrulla. El conductor se les acercó para prestarles ayuda, pero al inspirar las emanaciones que les acompañaban, pareció reacio a tocarlos para sacarlos de allí. Cuando los tres estuvieron fuera, se dirigió a Rogelio. —¡Dios mío! Pero, ¿qué ha ocurrido aquí? ¿Se habían caído? —¿Y a usted qué le parece? –le dijo David, y le propinó un sonoro puñetazo en el rostro que le dejó inconsciente, volviéndose hacia Victoria y Rogelio–. ¡Vamos! ¡Hay que salir de aquí! Los dos se habían sobresaltado al ver la fuerza con la que respondió David a un simple comentario, pero no tardaron en comprender que lo que quería era llevarse el coche. Corrieron hacia él, ocuparon los asientos, que estaban vacíos al no haber nadie más. David arrancó con fuerza el motor, dejando una estela de caucho adherido a la carretera, acompañando al que aquel hombre había dejado a escasos centímetros de la tapa de la alcantarilla, que se encontraba vuelta de nue123 los últimos minutos. Rogó para que no le hubiese producido un derrame cerebral. No le había herido abiertamente. Los llevaron allí. por lo menos. pero aquella tormenta eléctrica y los troncos pelados o con hojas amarillentas y rojizas le confería un aspecto misterioso y atemorizante. David confió en que aquel contundente castañazo que le había dado le dejara sin memoria de. aún parcialmente iluminadas por el ocaso que se producía detrás de las montañas. Aún no llovía. ni tenía tiempo de averiguarlo. que surgía sorprendentemente del interior de las mismas cuevas de Covadonga y que volvía a desaparecer. El matorral comenzaba a ser ahogado por los grandes árboles: hayas. y pudieron contemplar a la luz de algunos rayos el misterioso río Auseva. peñas arriba. pero constantes relámpagos seguidos de ensordecedores truenos inundaban aquel mar de nubes rojizas y grisáceas. Sacó el cuadernillo en el que llevaba todo anotado para evitar extraviarse entre aquella tormenta luminosa. Las colinas aparecían cada vez menos peladas y con más arboleda.vo a su lugar para impedir que supiesen que habían sido ellos. hasta que de pronto surgió de entre ellas el campanario de una basílica. carvallos. de una belleza considerable. Más tarde dejaron de acompañar al río para seguir junto a un diminuto afluente que tuvieron que cruzar por un anticuado puente. asegurándole que raramente iban allí. al cual seguía la calzada en mal estado que estaban recorriendo. A medida que ascendían por las empinadas colinas aparecían algunos rebollos. coronada con una cruz. castaños y algún solitario eucalipto. Aquel caserío debía ser precisamente el mismo del que le habló Victoria. Aquel bosque manifestaría todo su esplendor en un buen día soleado de primavera. ya que no sabía manejar el ordenador de a bordo. tejos y acebos en aquel bosque mixto. David sabía que allí no había vampiros porque conocía su propia ciudad natal bastante bien como para no haber visto aquel monasterio. en las simas de Orandi. pero sabía que le saldría un hematoma bastante extenso por debajo de la piel. mostrándose un paisaje de casas dispersas de color blanco con tejados de arcilla oscura. Vivían en un caserío en las afueras de Granada. alejado de cualquier rastro de civilización y se habían trasladado allí para consumar el nombramiento de David en un lugar en conformidad con los designios de la Orden del Temple. El sacerdote le había confirmado sus pensamientos. Y aquellos despeñaderos que se erguían imponentes a un lado vigila124 . por su extensión y agresiva vegetación. Ahora no tenía nada más que dirigirse hacia las cuevas de Covadonga siguiendo las indicaciones conjuntas de las señales de tráfico y las que le había dado Mervat allá durante su estancia en el monasterio en pleno centro de Granada. ya que aún no calculaba bien sus nuevas fuerzas. y luego aquel grupo se dirigió a Granada con David aún inconsciente. Un agreste y umbrío paisaje de matorrales de brezo y tojo con ocasionales manchas de robles y hayas acompañaba al río Güeña. bastante más vigorosas que antes de ser vampiro. rezando o pidiendo algún favor especial antes de marcharse rápidamente para evitar mojarse con la inminente tempestad. lo sé. observando la catarata a su izquierda mientras Victoria ayudaba a Rogelio a ascender aquella interminable escalinata. además de la misma basílica en el borde del cerro. David comenzó a llamar. Algunas lo miraron con cara indignada. Cuando lo 125 . Como escenario de la mítica batalla de Covadonga. era de estilo neorrománico. Un tesoro por el que valía la pena arriesgar hasta la vida. que se había levantado para increparle. Luego decir “luminosos” en latín cuando pregunte. dos cortos y esperar a que venga alguien –recitó mentalmente–. una gruta de severo aspecto abierta en el monte Auseva. —¡Pero bueno. pudo deducir que aún no caería la mercancía que traían los estratocúmulos. Miró la puerta de la pequeña capilla de piedra. cerrada. coronada por un diminuto campanario. Aún había turistas en la explanada de la basílica a la que finalmente llegaron. David se adelantó a subir. y que poseía plazas de aparcamiento. y volvió su mirada al cuadernillo. al captar la pestilencia que emanaban sus pantalones aún impregnados. Había cinco personas sentadas en los bancos junto a la Virgen. Una vez más. —Si no hubiera no sería tan idiota como para llamar. —¿Qué cree que está haciendo? —No le incumbe. Lo siento. —¡Dios. Huele a… —Excrementos humanos. Pero no tengo más remedio. Era uno de los feligreses. uno corto. que había al fondo. abandonando el coche a su suerte y corriendo hacia las ciento un escaleras que conducían hacia la Santa Cueva de Covadonga. con la armonía y simetricidad que caracterizaba su estilo. —¡Oiga! David miró hacia atrás.» Al notar David que aún no había bajado lo suficiente la temperatura y que el ambiente aún estaba cargado. —¡Claro que sí! Debería mostrar un poco más de respeto en este lugar.» —Bien –se dijo. donde había apuntado la contraseña. Construida a finales del siglos XIX. que tiene por trono la cuna de España. Ahí no hay nadie. sobre una laguna en la que se precipitaba el río Deva. Se dieron prisa. «Dos largos. disponiéndose a efectuar la llamada en clave. Un fortísimo trueno retumbó las paredes de la cueva en el instante en que David pasaba junto a la imagen de la Virgen. tenía una fuerte carga de patriotismo que los asturianos de antaño resumían cantando: «Bendita la Virgen de nuestra montaña. tres largos.ban celosamente el tesoro que parecían albergar. mientras el hombre seguía hablándole. ésta ha estado cerca! –dijo. Usted está impresentable para permanecer en un lugar sagrado. chaval! Voy a llamar a un vigilante. tiendas de recuerdos y cafeterías para el gusto del forastero. creo. inicio de la Reconquista. comenzaron a dirigirse por aquella enorme cueva. al tiempo que llegaban Victoria y Rogelio. Los tres entraron apresuradamente. Oyó un ruido. un vigilante les ordenó el alto desde el umbral de la escalinata. —¡Un momento! –les detuvo el monje–. —No. el altar comenzó a hundirse hacia atrás. y podréis ver a vuestros compañeros. —¿No hace excepciones? –preguntó Rogelio. lentamente. nadie más que yo. No ve en la oscuridad.hizo. Detrás observaron cómo una garganta les invitaba a entrar a lo más profundo de las montañas. De verdad. —Es muy importante. y el monje se encargó de confirmarlo. ante la sorpresa de los tres. Los tres. y se impacientó observando cómo Rogelio continuaba subiendo con esfuerzo la escalinata. no sé nada de eso –respondió el monje. escuchando tras ellos el portazo de cierre que dejó al vigilante con tres palmos de narices–. Pero no se me permite dejar entrar a ningún humano bajo ningún concepto. ya que no había más luz que la de unas velas en la capilla. al oír las voces del vigilante. comenzó a abrir la puerta de la capilla. Ella no es un vampiro. padre –le rogó David–. Un postigo insertado en la puerta se abrió. ¿verdad? –le preguntó David. que los condujo por un corto pasillo que llevaba a un altar en el fondo–. —Usted no lo es. ¡Dios mío. Mientras. —Permita a ella entrar. —Hasta ahora. girando como una puerta gigante que emitía un continuo gemido que les heló la sangre. no puedo dejarla fuera. créame. Victoria vaciló unos instantes. puedo asegurárselo. vio que estaba bajando las escaleras y mirando con una expresión de desprecio a los dos mofetas que subían las escaleras. al comprobar que efectivamente eran ‘luminosos’ como decía. que olor! –Ninguno dijo nada. Todo recto. ¿no le han hablado de nadie que viniese? —Yo no sé ni debo saber nada si se quiere conservar el secreto durante mu126 . Además. y se mostró asustada. —¡Rápido. El anciano escrutó la mirad de David con la suya y. entrad! –les instó el monje que les había abierto la puerta. —Entrad. —¿Qué búsqueda? —¿No le han hablado de ello? —No. Ya la conocieron en el Monasterio de Piedra. el monje introdujo la mano en algún lugar camuflado en un lateral y. Sabía que iría a avisar a un vigilante. y me acompaña en la búsqueda. Es de total confianza. Antes de abrirse completamente. dejando entrever los ojos severos de un hombre de edad. Por aquí – les indicó el monje. —¿Quién es? —Luminis. con una leve y forzada sonrisa. Probablemente había adquirido ese hábito trasladando la imagen de la Virgen. poniéndose pensativo. —¡Oh. A no ser que… —¿Qué? –preguntó Rogelio. caminando lentamente y con David guiando a Victoria. Todos sabemos que es necesario. padre. como un fantasma que atravesase una gruesa pared. —Gracias por su apoyo a nuestra Orden. –En ese momento. y el trato por mi parte. Me limito a ofrecer el paso a todo vampiro que conozca la contraseña. con sus adornos típicos de cualquier capilla. La luz era más tenue. y custodiaba las tumbas de don Pelayo y Alfonso I. —¿Y nunca ha tenido la posibilidad de conocer a un humano que sepa la contraseña? ¿O que acompañase a un vampiro? —Mientras yo he estado. Antes de que el monje comenzara a cerrar de nuevo el altar. y activó la palanca que vol127 . No personas humanas. como disipándose en la niebla. El monje asintió. El anciano monje cogió uno de los candelabros y penetró en la cueva solo. —Podéis pasar –les comunicó con aire austero. Esperen un momento. Pero hoy se levantó enfermo. le cambió el rostro. pero lo que era seguro es que no usaba sandalias de pana. No se muevan. —No tenemos alternativa –dijo David. hasta que fijó su mirada en dos sepulcros situados en un lugar en el otro extremo. —Me hablaron algo de enviados especiales. David miró a su alrededor con su foco de luz ocular. Diez minutos después escucharon pasos. Reconozco que toda precaución es poca en situaciones como ésta. y lo estoy reemplazando. Sigue así. Parecía haber caído en alguna cuenta especial–. ni vampiro que no la sepa. una vez volvió junto a ellos–. Y hasta ahora no me han comunicado algún pase en especial – Volvió a mostrar cara de usar demasiado el cerebro–. Ahora la desaparición progresiva se transformaba en el progresivo surgimiento de un monje con hábito marrón y chanclos.cho tiempo más –aseveró–. Perdonad el retraso. señalando la puerta donde debería estar todavía el vigilante. Pero mis órdenes son muy claras. por lo que hizo pensar a David que por el interior soplaban corrientes de aire. Los tres comenzaron a avanzar en dirección a la profunda y oscura cueva. Es verdad… ¡Emilio! Deben de habérselo dicho a él. no importa!. de verdad –reconoció David–. haciéndose cada vez más difuso. Él lo miró. Rogelio volvió la vista atrás. como pudo comprobar al ver la vacía hornacina que había en el altar móvil. pero me dijeron que me avisarían dado el caso. no. Allí se guardaba la imagen de la Virgen que se encontraba fuera. emitiendo un decreciente resonar de pasos semejante a los de una procesión. según las indicaciones en castellano antiguo impresas en una placa adherida a los sepulcros. Se había apagado una de las velas. Ni humano. observando el santuario. El hombre apagó el ordenador y se dirigió. dejando intactos tanto el motor como la mayoría de los instrumentos y fuselaje. sintió un frío intenso. y corrió a llenar un cubo con agua tibia. al hangar donde estaban examinando el misterioso avión que pocos días antes había ardido sólo en parte. Sabía que no debería ser muy diferente de la del monasterio pero. tras observar su mano. no pudo reprimir un fuerte escalofrío que rezumaba y absorbía pavor desde todas direcciones. se quedó con la boca abierta. por lo que rápidamente retiró la mano para evitar que se le congelaran los dedos. rodeado por una zona que comenzaba a enrojecerse. sin entender. —¿Qué diablos es eso? Parece un chorro de hielo pulverizado. —Chico. junto al científico. —Hidrógeno líquido. Aquella gruta le había producido una sensación desagradable que en esos momentos se acentuaba aún más. casi como una quemadura. No sabía desde donde venía aquel temor. hablando en serio. Otro técnico intentaba cerrar la válvula cuando su compañero volvió. —Merde! –exclamó. 13 El técnico en mecánica de aviación abrió la válvula del motor con un instrumento especial que le había costado encontrar. Jean? –preguntó inquieto.vía a sumir a Victoria en el más absoluto desconcierto y temor. —¿Necrosar? –preguntó. El técnico no sentía nada. pues todo era negro a su alrededor. no parecía que en él hubiese muerto calcinada una persona con una gran porción de su rostro volatilizada. o tenemos suerte o habrá que amputar. 128 . Un siseo fuerte junto con una estela de vapor salió de la misma. sino del exterior. Fuera. Sorprendido. aun así. mostró su mano a un compañero que había sido enfermero para que le examinase. Ha sido expuesto a una temperatura de como máximo quince grados Kelvin. ¡Le ha congelado la mano en un instante! —¿No me pasará nada grave. y el color de dos de sus dedos era completamente blanco. un trueno hizo estremecer toda la montaña desde la raíz a la cima. Éste. pero al avanzar guiada por David comprendió que aquello no procedía del interior de la caverna. Al poner la mano en la estela a una distancia prudente. Entonces pudo ver cómo la estela de vapor no eran sino miles de diminutas y cristalinas partículas de hielo que caían como una lluvia de diamantes. —Le he dicho a Jacques que llamara a un médico. porque esto parece que se va a necrosar como no se caliente. trayendo un pequeño recipiente de plástico donde podía caber una mano entera. Tras haber sido limpiado y restaurado. Charlie! El aludido levantó la cabeza. pero las toberas. aunque semejante a un biplaza supersónico Saab Gripen sin tomas de aire. aparentemente. no sabría qué más decir. —Probablemente sólo sean tecnicismos. un modelo difícil de reconocer. un trozo de una bala de plata y varias ropas manchadas que encontraron en el descampado. ya que los papeles se han apelmazado unos con otros y apenas se puede leer nada. único resto entero de la indumentaria. —Bien. –El técnico miró al científico–. francés y latín. Sólo palabras sueltas sin ninguna coherencia. sorteando marañas de cables y objetos tirados o mal colocados. —¿Latín? –preguntó el científico. —¿Es americano? —No. Creo que Charles podrá decirle algo más. inglés británico. El ordenador ha encontrado sueco. —Parece que el hidrógeno almacenado en estado líquido se utiliza aquí como combustible. tío –dijo. 129 . escapan a mi compresión. Está examinando por luz ultravioleta los documentos quemados que se han encontrado en el avión. pero las palabras son de uso común. situado en el sudeste de Francia. —He podido leer fragmentos de texto. mirando a través de un microscopio–. ya que éstas no están presentes. —Pero podemos descartar que sea americano. Pero quedaba el avión. Infórmeme nada más encuentre algo importante. Las siglas presentes en el fuselaje corresponden a un idioma europeo. no llegaron a encontrar nada más relevante. el dispositivo de ignición y la cámara anular de combustión. a través de aquel hangar subterráneo donde se desarrollaban investigaciones secretas. ¿qué clase de motor usa? —No lo sabemos. ¡Eh. Aparte de una pistola descargada. caminado con un paso inseguro e inestable. ruso o japonés. probablemente sueco o algo así. mirando a su alrededor. —Pero. pero no en su conversión en energía eléctrica a través de las células de combustible. El jefe quiere saber de dónde procede el avión. ni como combustible de ignición. –Se volvió para verle casi al final del hangar. Es semejante a un Scramjet. y se volvió de nuevo junto a su microscopio con aquel andar tan patoso. entre otros detalles. Al ver una mano agitándose a lo lejos se levantó. —Así lo haré. —¿Tío? –le preguntó al técnico. Pero están en varios idiomas. —¿Has encontrado algo? –le preguntó el técnico–. Al menos. Los textos son mapas. puede continuar con la tarea.Este hombre había sido examinado varias veces y ya había sido enterrado en una tumba anónima a la espera de que alguien reclamase la hebilla metálica de su cinturón Camel Active. sorprendido. —Podemos descartarlo. manuales de uso…. pero es extraño que no dispongan de otro depósito para el oxígeno si no posee toma de aire. pero continuaron sus tareas. Pero éste no posee toma de aire. Usted recuerda que este avión sufrió un incendio. Entra hidrógeno –insistió el técnico–. Se dirigió a uno de ellos. ¿no? —Es así. algo inquietos. El problema ahora es lo que sale de la toberas y qué se quema en la cámara. —Si cualquier avión de los muchos que hay con sólo hidrógeno líquido de combustible y con este tipo de motor se hubiera incendiado.—Es nuevo aquí. Y la otra cuestión es que su motor dista mucho de ser de algún modo del tipo al que estamos acostumbrados. éste se conducía por un lugar inusual. —Es hidrógeno. junto a aquellos ordenadores. no sólo por las toberas y las cámaras. Pierre! ¿Qué ocurre aquí? 130 . sin comprender–. Además. –El científico señaló el tosco esquema que el técnico había dibujado de lo que habían podido ver del motor. que sólo se usa en aviones que superan la barrera del sonido pero. sin entrar en detalles. es decir. no quema el hidrógeno directamente con el aire. Está chalado. Ambos se dirigieron hacia aquel grupo de investigadores abrigados con parkas amarillas que estaban examinado muestras procedentes de las piezas de las turbinas. lo que provocó que el técnico se congelase la mano al abrir un conducto por el que atravesaba el motor. todavía hay aviones en circulación que usan hidrógeno líquido con las mismas prestaciones que éste. —¿Hay alguien examinando la turbina a ver qué clase de restos del combustible hay? —Sí. un momento. No sabemos para qué sirve. de donde salía el combustible ya quemado que producía el impulso necesario para mover el vehículo. está bien. Están allí. y conversaban por lo bajo. aun así. pero es muy bueno en lo que hace. Es muy difícil conseguir un buen rendimiento en un motor de ese tipo. habría provocado tal explosión que se habría visto a cien millas. —¿Entonces por qué diablos habéis mandado este maldito avión aquí? ¿Es que queréis hacerme perder el tiempo? —No. pero aún no han descubierto nada. Se mostraban alterados. moviéndose con rapidez de uno a otro ordenador. Suponemos que el producto es vapor de agua. que es cuando la velocidad del avión es tan alta que el aire que entra por el compresor y pasa al turborreactor aumentando enormemente su temperatura. y antes de cerrar la investigación creo que deberíamos averiguar algo más sobre sus características y funcionamiento. Parecían haber encontrado algo que se salía de lo común y no parecían creérselo aún. Algunos se volvieron a mirarlo. Y ve como un lince. ¡Eh. El problema es que no sabemos qué sale. Éste ni explotó. —¿Alguna novedad? –les preguntó el técnico. —Bueno. sino también por las forma de las turbinas y por la configuración del motor en la fase ram jet. —¿Cómo es posible? ¡Yo mismo lo he examinado químicamente! —Es posible. el científico. sino dos. La emisión de radiación en el espectro ultravioleta es inconfundible. que era en realidad el director de aquel centro de investigaciones. Él mismo había examinado aquel líquido ultracongelado por otros métodos y el ordenador le había confirmado que era hidrógeno–. Más abajo aparecían otras barras. Pierre. exactamente? —¿Es que no lo entiendes? –le preguntó–. —Mon Dieu! —Y en las turbinas hemos encontrado otro gas en una mínima proporción. Todos los que oyeron tan tremendo alarido se volvieron asustados a mirarlo. extrañado. Dejó de teclear frenéticamente y apartó definitivamente la mirada de aquella pantalla que parecía absorberle por completo. El otro. jefe –intervino el técnico–. —¡Hidrógeno! Hidrógeno con neutrones. que está aquí el jefe para atenderlas. —Alors. —No. —¡¡Qué!! –gritó el director. —Mon Dieu!! –volvió a exclamar. No le hagas esperar. —Vamos. ¡Deje de vacilarme! —Uno de ellos contiene deuterio. Pero ambos contienen lo mismo. Al fijarse en el científico. y giró la pantalla hacia ellos. pero no lo es. —Un momento. —¿No? –preguntó. y he de decirle que no hay un solo depósito. esta vez negras. No contienen lo mismo. Estos son los espectros de emisión y absorción de los materiales que hemos examinado tanto en los depósitos como en la turbina.El mentado se volvió hacia los dos altivos hombres que le escrutaban con impaciencia. pero es que hemos encontrado unos detalles sumamente interesantes. lo reconoció y pareció transformarse. La terrible realidad. salir de un mundo que les era totalmente ajeno para volver a la vida real. mostrando varias series del espectro de colores del rojo al violeta con finas barras negras atravesando por algunos lugares al espectro. 131 . —Es helio. tritio. Dos isótopos de este elemento. ¿Cómo es posible que deuterio y tritio den helio? —No sé qué es eso. usted perdone. –El hombre llamado Pierre volvió a teclear frente a la pantalla. suelta las nuevas. ¿Alguno contiene otra cosa que no sea hidrógeno? —Ninguno contiene hidrógeno. —Bien…. atravesadas por finas líneas de colores que representaban el color que pertenecía al lugar en relación con el espectro–. No entiendo nada de este galimatías. ¿Qué ocurre. esta vez aún más frenéticamente. pero no cabe duda. Deuterio con un neutrón y tritio con dos. —Eso ya lo sabemos –dijo el técnico–. Estaba completamente ruborizado. ¿qué es? Vamos. —Ésta es la tiroxina y la triyodotironina. Nadie más había bajado en la estación. una oscura sombra material bajó del vagón número seis. Alain se acercó al vampiro con una caja en la mano y la otra en el bolsillo. Ojos dorados. observando el maletín. Llevaba un maletín. Había comprendido. Sabía que cuando era en ese sentido. Alain volvió a sentir una corriente eléctrica en sentido descendente desde el encéfalo al cóccix. Alain esperaba que se detuviera el ferrocarril. Ciento cincuenta mil euros. Un terrible presentimiento le recorrió la espina dorsal en sentido descendente. Pensaba que el hidrógeno sólo podía dar agua al quemarlo. —Aquí está –Se lo entregó. Diez minutos tarde. la sensación no era de euforia. No me interesa. Ahora sabía que aquel avión funcionaba con la codiciada fusión nuclear. Y siempre había confiado en ellos. —¿Qué? El vampiro tiró la caja por encima de su hombro a las vías del tren ante la horrorizada mirada de Alain. Mirada profunda. ¿no? –le preguntó.—Entiendo. El ferrocarril metropolitano se marchó con estrépito de puertas y acelerando a gran velocidad. El vampiro se acercó a él a su vez. un tremendo vahído que no llegó a manifestarse externamente inundó toda su mente. —¿Cuánto es? –Alain se resistía a abrir el maletín allí mismo para comprobarlo. hasta penetrar en lo más hondo de su alma. —Entonces… –Inmediatamente. La otra mano permanecía libre. en un rápido juego de manos. pero yo no sabía que diesen helio. Alain lo miró. temeroso. dos días después de la llamada y sentado en un banco. Frente a frente. intercambiándolo por la caja. Lo recuerdo de la universidad. —¡No se quema! –insistió. Bajos instintos se manifestaban. 132 . 14 En una casi desierta estación de metro a las dos de la madrugada. Trae el dinero. brillantes. —Cuatrocientos mil euros. En medio de la plataforma de la estación subterránea se encontraron el uno al otro frente a frente. —¿Cuatrocientos? –se sorprendió Alain. —No lo sé. Frente a frente. Las manos las tenía libres. Alain se apresuró a oprimirse las cuatro salidas que le había hecho con cada colmillo en el cuello. que le dio la vuelta para poder tenerlo frente a él. —¡Noooo! La cabeza del vampiro se impulsó hacia su cuello. pesadamente. Estoy soñando. El vampiro se incorporó. partiéndose la nariz con un crujido que resonó por encima de sus gritos de dolor. Éste quedó paralizado al instante. sino a su cuello. Sus ojos no lo miraban a los de Alain. y volviendo a perder sangre a borbotones por el cuello. por lo que se alejó con firme pero lento paso hacia las escaleras mecánicas. El vampiro volvía a moverse. Pero lo que sí sintió con intensidad fue un doble borbotón de sangre que salía despedido de su cuello para ir a parar al estómago del vampiro. Alain no pudo sacar fuerzas para correr por las escaleras. Creyó que estaba todo perdido hasta que observó al vampiro y vio que no tenía cabeza. lo que le otorgó dos preciosos segundos en los que se dio media vuelta para correr hacia las escaleras. Tiene que haber muerto. Lo he descoyuntado –se dijo–. Lo hizo con un trozo de la camisa que se arrancó. La sacó rápidamente y se la clavó en la nuca al vampiro. Gritó. hacía algunos movimientos breves y rápidos que se amplificaban cada vez más. Imposible…» Comenzó a correr hacia él. El maldito vampiro había saltado directamente sobre él. pero era consciente de que no se cerraría por completo si no recibía asistencia médica. despellejándoselos. No había corrido un trecho de cinco metros. mordiéndole justo en el lugar donde probablemente tenía la yugular junto a la carótida. Convulsivamente. 133 . Sintió que el vigor y la conciencia le abandonaban. Me he desmayado y estoy delirando. cayó sobre los codos. Sus brazos quedaron bloqueados en su espalda ante la fuerza del vampiro.—Ni tampoco esto. cayendo en redondo al suelo. Alain se arrancó la cruz de plata que llevaba colgada del cuello y se la clavó en un ojo en el instante en que el vampiro volvía a abalanzarse sobre él. donde ocultaba una afilada navaja que había cogido del laboratorio por seguridad. El flujo se detuvo al no ser muy extensa la hemorragia. llevándose las dos manos al ojo y cayendo al suelo llevándose con el impulso a Alain que. Sólo sintió un distante y sordo dolor que ni siquiera superaba al de su nariz rota. «No puede ser. —¡Maldita sea! Alain lanzó el maletín al centro del rostro de aquel vampiro en el instante en que éste hizo un ademán de abalanzarse sobre él. pero retomó fuerzas de flaqueza para llevarse la mano al bolsillo. pero los golpes que le propinaba no parecían hacerle efecto. Impactó acertadamente. cuando un terrible impacto le sacudió la espalda derrumbándolo sobre el suelo. Hace rato que dejé de oír truenos. —Tengo una luz –dijo Rogelio–. David! ¡No aguanto más! ¡Tengo claustrofobia! —No tengo luz. Presiento algo. En mi cabeza están resonando como las campanas del infierno. —Porque tú ves. ayudado por el constante ascenso de las escaleras mecánicas. Ambos alabaron a Dios por los siglos de los siglos hasta el fin de sus días. Se derretía como la bruja del Mago de Oz. Veo sombras. esas sombras. que fueron localizados por dos mendigos. enviado por un pequeño Cristo de plata. Volvió a oprimirse la arteria del cuello con el trozo de tela de su camisa. sin percatarse de que tan sólo algunos metros más abajo había ropa y un maletín con ciento cincuenta mil euros junto a una cruz del Cristo. y el resto de mis sentidos están a la mínima que saltan. que se activaron a su paso por la plataforma detectora. un equipo de asistencia sanitaria se llevó a Alain de allí. dejando intacta su ropa. Te ha caído un chorro de una estalactita. pero su similitud con el sonido que se produce al golpear los platillos de una batería con una baqueta de metal. incorporándose. es sólo agua –le apaciguó David–. —¡Quiero ver. —No lo oigo. dando a aquel lugar el aspecto que deberían tener las puertas del averno. Pocos minutos más tarde. Alain se apartó rápidamente de él. David. Yo no. uno de los cuales se desmayó loco de emoción al ver tantos cientos y cientos de billetes juntos en un solo recipiente. pero no formas. Victoria gritó. Esos sonidos. 15 Un estallido amplificado se oía rítmicamente. creaba la sensación de estar escuchando una mística música creada por trovadores celestiales. Su voz retumbó en las paredes como el lamento de un pobre diablo. comprobando que aunque le había caído parte de materia orgánica sobre él. Llevo tubos de luz fluorescente porque úl134 . —No basta. No cabía duda de que era un goteo que resonaba en las gruesas y rígidas paredes de la cueva. tengo miedo. —Tranquila. A Victoria se le encogía el corazón escuchándola. —¿Conmigo? —No es eso. no sintió más que una leve quemazón. más que la de mis ojos y la de Rogelio. El murmurio del agua ludiendo las finas superficies de la roca en recónditos y estrechos lugares fuera de la vista acompañaba la percusión con un sonido de aulés. pero el pánico que le recorría una y otra vez la columna en sentido descendente le dio energías para marcharse corriendo de allí. Una vez llegó arriba un transeúnte que lo vio llamó al número de urgencias. abandonado.Se estaba desintegrando soltando humo por todas partes. Aún no había recuperado fuerzas. y el resonar de la tormenta fuera. Tenía un aldabón con una placa resonante de diferente metal. —Presiento que voy a dar más de un problema. Si no fuera por la luz que David emite no vería ni como tú. Lo abrió. Unos luminosos ojos de color verde se asomaron al exterior. Al partirlo. Victoria pudo finalmente ver. Me acompaña en el viaje. nos pillan en Cangas. sintió que el terror procedente del exterior se 135 . Rogelio abrió su maleta. y la luz fosforescente se perdía en los comienzos del largo pasadizo. sino de energía. ante la verdosa luz del tubo. bajo lo que parecía la puertecilla de un cuarterón. aunque distorsionada. a unos cincuenta metros. como efectivamente era. contemplaron una gran puerta de hierro de dos metros de altura insertada en la pared de roca. la unión hace la fuerza. Se oyó un fuerte choque de metales por detrás y el estridente roce de un gran cerrojo al deslizarse entre las armellas. al igual que este compañero de la colonia del Monasterio de Piedra. rebuscando en su interior algún objeto hasta que sacó un pequeño paquete. —Entren. no de furia. Lo siento. Se detuvo en Victoria. Si no es por ti. No había nada más alrededor. —Yo no diría tanto –dijo. El vampiro que se apostaba junto a la puerta le hizo una señal de invitación a pasar. observando uno por uno a los allí presentes. No debí haberme metido… —No te preocupes –le interrumpió David–. Rogelio. Has hecho lo que debías. su más preciado tesoro. que lo cogió firmemente como si fuera. Cuando entraron y la puerta se cerró a sus espaldas. El cuarterón se cerró con un fuerte golpe. Al cesar todo aquel ruido. Rogelio le pasó el tubo fluorescente a Victoria. colgado justo del centro. la puerta se abrió con una contrastada suavidad dejando vislumbrar. Tres largos minutos fueron los que esperaron hasta que el postigo de plomo se abrió. —¿Quién es esta chica? —Es mi novia. Les estábamos esperando. —¿David Claraval? —Soy yo. extrayendo de él un tubo como los que se usan en pesca para divisar el lugar donde ha caído el cebo. se encendió de inmediato una aguda luz verde que tiñó la caverna de un halo de óxidos de cobre y cromo. la realidad que le rodeaba. David. Victoria cogió el aldabón y lo hizo retumbar con fuerza en tres rítmicas percusiones. disipándose parte de su temor. por lo que supusieron que deberían estar aún altos sobre el nivel del suelo. Victoria se estremeció. No habían experimentado ningún descenso. Avanzando por el túnel. Humanos y vampiros. una amplia cámara en el centro de la cual un nutrido clan de vampiros se apostaba de pie esperando la entrada de aquel pequeño grupo de forasteros.timamente la vista me falla bastante. acero frente al plomo casi puro de la puerta. completaban aquella asamblea reunida a las puertas de aquel antro subterráneo. Esto es una comunidad de vampiros templarios. sin ningún atuendo especial. José. No temas –se dijo–. David observó a su alrededor. como del resto. a juzgar por su indumentaria blanca con la cruz roja de San Juan. Han estado a punto de cogernos.» Y hay que asumir su existencia. –Miró al portero–. Con el Maestro. Cinco. «Vamos. —Os damos la bienvenida a nuestra humilde tribu de las montañas –dijo–. Volvió a teclear el móvil llamando 136 . Diez eran sargentos. no de espectros encarnados. El honor es mío. Podremos celebrar una pequeña reunión tras habernos adecentado. pero jamás volverían a salir. cuando uno de los vampiros que esperaban en el interior se adelantó hacia ellos. «No se trata de aceptarlos. la mayoría. 16 —¿Y ese maldito? –se dijo en voz alta. Rocío. condúcelos a la salida del manantial para que se aseen un poco. tanto de la Orden. donde habitan unos quinientos vampiros. Lo sentimos mucho –dijo David–. No sé que decir… —Si nos disculpáis. Doce eran vampiras. —¿Prestigio? –preguntó Victoria. David lo es. por su característico manto oscuro con la misma cruz. nosotros. —Gracias –dijo David–. —¡Por supuesto!. Creo que vamos a demostrarles que aquí se trata bien a los invitados de prestigio. Sus pensamientos entrechocaban entre sí. debemos asearnos –intervino Rogelio. venga ya. y perdonad nuestra falta de atención.» No tardarás en comprobarlo. os doy mis mayores deseos de éxito en vuestra misión y os invito a que nos concedáis el honor de permanecer con nosotros durante vuestra búsqueda por esta zona de las montañas. «Jamás. Estamos impresentables tras un pequeño viaje por las aguas fecales de este pueblo. Como Maestro de la Orden. Todo esto es para mí tan fantástico. eran caballeros. y el Maestro se les acercó divertido. Ya nada de fuera podría afectarlos. lacónico–. —Es verdad. lleva todos estos fardos a lavar. –Se dirigió a una de las vampiras–. con un manto blanco más grande y el portero. Allí en la gran cámara había unos treinta vampiros observándolos.desvanecía. sin llegar a la menor conclusión. con una loba con capucha.» Y odiarlos. Hay que aprender a temerlos. ¿Podemos abusar un poco de vuestra hospitalidad pidiéndoos unos baños y un lavado para nuestros olorosos fardos? El grupo de vampiros estalló en risas. Ahora tengo que hablar por fuerza con lo que tal vez sea un miserable ratero cachopo. Sabía que esa era la tradición. No comprendió las voces en español que se dirigían unos a otros. —¿Quién es? –No era su voz. bastante desastroso. ¿Frederick? «¿Cómo diablos sabe quién soy si no es Marco?». —Estás muy equivocado si pretendes algo de nosotros –le dijo una voz anciana pero enérgica en un inglés que superaba con mucho al de Frederick. Hasta ahora todos sus planes habían salido a pedir de boca. y eso le puso furioso. pero dudo que encontremos algo entero que le pertenezca cuando haya sido obitado. tratando de medir sus palabras.» —¿Dónde está Marco? –preguntó en inglés. furibundo. —¿Dónde está Marco? –insistió Frederick. Y hablaba en español. Se lo podemos enviar. Ahora aquel español se había convertido en su principal objetivo. Al otro lado de la línea el español pareció vacilar. —Supongo que querrá saber algo de él. Frederick no sabía español. manteniendo una larga conferencia que dejó preo137 . 17 Toranks cogió el teléfono. Marco había fracasado y lo habían matado. pero al fijarse en la pantalla de su móvil. Le dije que no grabara los números en la memoria. —¿Marco? —No. hasta que apareció en todo aquel asunto un chalado al que al parecer habían enviado en busca de otro príncipe para sustituir al que estaba muriéndose. ¿Le parecen sus zapatos de recuerdo? —¿Qué está diciendo? —¿Le apetece una misa por su alma? ¿O una fiesta de despedida? Oyó risas de fondo. esta vez alguien cogió el móvil de Marco. hasta que se detuvo. —¡Esto es una burla! —¡Claro que no! No es propio de un maestro templario burlarse de ilustres personas como usted. Será hijo de puta. pensó. Hay más de uno. Se oyó un ruido al pasar el móvil de mano a mano. Tras tres notas. «Ese hijo de puta.de nuevo al mismo número. —¡Déjese de templarios! ¡Sois unos paranoicos papistas y principistas que no tardaréis en desaparecer! Apagó el móvil. recordó que la mayoría de los móviles indicaban quién llamaba si tenían el número registrado en el móvil. . es alguien que desea perjudicarnos gravemente impidiendo que el Misionero vuelva vivo con el nuevo príncipe. »La primera va referente a dos emisarios especiales que hemos enviado a recoger una serie de sustancias medicinales que se nos ha fabricado en Montpellier. Sé que es extraño. Tal vez se hubiese tratado de un error. ¡Convocad un consejo! ¡Inmediatamente! Dos de los Grandes Maestros de la Orden. Klaus. y un escalofrío recorrió su cuerpo. Resultaba ser un tal Frederick. para nuestro príncipe. »La segunda noticia concierne a una llamada procedente del Monasterio de Piedra de Zaragoza. junto con varios de los maestros menores y caballeros de la Orden. El Maestro lugarteniente no se fijó en él. el caballero que enviamos 138 . si nuestro príncipe no consigue dichas sustancias morirá en un breve plazo de tiempo. —Silentium –continuó Toranks–. ambas relacionadas con nuestro príncipe Margast. Según nuestro médico. ya que es un caballero de total y absoluta confianza. Francia. Del segundo aún no sabemos nada. por varios detalles que me comunicaron de su conversación con el mismo a través del teléfono móvil. Pocos días más tarde recibieron una llamada desde el propio móvil de aquel asesino. También me inclino por la teoría de que él es el que mandó el asesinato de Yido. Una mesa ovalada centralizaba la asamblea. la comunidad de Hernando que custodia actualmente el Santo Grial. No sabemos quién o qué ha podido ser las causas de dichas muertes. Toranks y Jairo. —Todos los indicios apuntan a que tal individuo –prosiguió–. y Sangel. Ambos han muerto.cupados a todos los presentes en la sala de telecomunicaciones. que no pudieron evitar oír algunos fragmentos de una seria y tensa conversación en latín. Klaus tuvo un mal presentimiento. abriendo la sesión en latín. Él fue quien comenzó la reunión.. —He convocado esta asamblea tras recibir dos graves noticias en relación con nuestra Orden. Sólo tenemos los escasos detalles que figuraron en los informativos sobre Yido y que nos remitió la comunidad de Tolosa. que hablaba un inglés impregnado de un fuerte acento neerlandés. —No puede ser… –dijo. —¡Dios mío! –dijo alguien. Frusler. se congregaron en una sala amplia y con luz para debatir sobre los últimos acontecimientos que estaban sacudiendo la estabilidad de la Orden del Temple. encabezada por Toranks en un extremo redondeado de ésta. Dicha llamada nos informa de la captura de cierto personaje que se había infiltrado en sus cuevas subterráneas con el propósito más que probable de asesinar al Misionero. Otro murmullo de sorpresa volvió a oírse en la sala. por lo que recobró la calma. tras colgar el auricular–. Un rumor de consternación recorrió la asamblea de un extremo a otro. —Bien. incluido su jefe de Caballería. Todos se sentaron en ese mismo momento junto con Toranks. pero es seguro que ha muerto. y duro. posteriormente. Veamos. que se encuentra en estos momentos probablemente en Covadonga. —No –volvió a interrumpir Toranks–. y lo sabes. —Un respeto. o incluso a los médicos. pero no a dónde. o de marido a mujer? Nadie dijo nada durante unos segundos. ya que es el único que supo que envié a Yido. aunque fuese como simple conversación de padre a hijo. —No –tajó Toranks–. Porque su conocimiento de estos hechos es evidente. El Maestro se mostró azorado. asamblea. —Se trata en verdad de un delicado asunto sobre el que no conviene desertar sino disertar –terció el jefe de caballería. —¡Esto es ridículo! –exclamó uno de los caballeros más próximos a Klaus–. ¿Alguno de ustedes comunicaba a alguien dichos detalles a otra persona. Ahora debemos redoblar la vigilancia y tratar de establecer un mayor control sobre la situación de ahora en adelante. Si dicho caso no se ha dado. Nadie ha entrado en siglos ni entrará ahora. lo que implica en este caso a algún encargado del área de telecomunicaciones. Debe haber otra explicación. »Se levanta la sesión hasta la llegada de más noticias. E incluso fuera de la misma Orden. Siempre le tuve en consideración y control. Me he cuidado de no proporcionar detalle alguno a cualquiera de nuestros encargados de telecomunicaciones ni al doctor Frusler. Somos los únicos que hemos tenido conocimiento de todos estos hechos y del destino de cada uno de los enviados. El problema es saber cómo ha averiguado todos nuestros últimos movimientos. Klaus–. A no ser que hubiese más de un traidor. —No pretendo nada –respondió Klaus–. Buenas noches. vale entonces tratar de considerar la posible existencia de un espía externo y ajeno a nuestra. —¿Está insinuando que existe un traidor en esta sala? –preguntó enojado otro de los maestros–. Hemos de volver a intentar contactar con el productor de la medicina para nuestro Maestro y poner sobre aviso al Misionero. 139 . lugar de alto riesgo debido a la alta concentración de vampiros rebeldes que existe a lo largo de todas la montañas de la zona. al insinuar el Maestro que hubiese querido inculpar al doctor. —¡Todo eso es absurdo! –exclamó uno de los maestros–. —Nadie entra en esta isla sin nuestro conocimiento y consentimiento. si se trata a quien aludes. reconozco totalmente ilustre y digna de fe. Benedictus Deus Omnipotente. Andreu –le recriminó Toranks–. No vamos a buscar culpables en esta difícil cuestión hasta que podamos adquirir pruebas. No pretendas que vamos comentando por ahí asuntos de rango estatal y de alto secreto de la Orden. O es de la Orden o no existe soplón alguno. Ese tipo no puede conocer todos nuestros designios y enviar a un asesino para cada uno de nuestros enviados en el más absoluto secreto. déjalo. Estamos muy bien los dos. los conducía a las fuentes del manantial donde habían improvisado unos baños. —Vale. Nadie nos ha seguido. y a David le dejó completamente estupefacto todo aquello. Últimamente están ocurriendo cosas tan extrañas… ¿El mismo día y a la misma hora que salimos?… ¿Un qué bajo la alfombra? —David… –le inquirió Victoria. incapaz de contener más su impaciencia. —Nos espiaban. la cual poseía un instinto del peligro hiperdesarrollado. Es que no se oía bien. Sería.18 —¿Es posible? Pero. ni creo que nos encuentren aquí. Aquello era una práctica de puro espionaje por lo que. incluido el chico. que les había rogado que no hubiese comunicación entre ellos más que en lo imprescindible. pero ésta volvió. Y estaba el asunto de un micrófono oculto bajo la alfombra de paja que recibía a los visitantes de su hogar. No os preocupéis. Dáselo también a mamá. que sus vecinos habían muerto. para evitar cualquier contratiempo. Apagó el móvil. Cuando supieron este detalle fue cuando se decidieron a llamar a David. Le comunicó. Y aquello se mostró aún más intensamente en Victoria. Pero les había parecido de suficiente gravedad. no. Victoria. lo que le hizo dejar de insistir. Un instinto animal más fuerte aún que el que le había acosado a David durante su entrevista con los primeros vampiros que conoció en Granada. resolvió buscar entre su equipaje por si hubiese algún instrumento extraño y olvidar aquel asunto que no podía más que darse por zanjado. no sin antes advertir a Mervat sobre aquel suceso una vez todo volviera a la serenidad. Bien… No. Estamos bajo tierra y la recepción era defectuosa… Había mucha interferencia con la tormenta. ¿quién ha podido ser?… ¿Qué dice la policía?… Bueno. Los tres ilustres invitados procedieron a asearse y desprenderse de aquel intenso olor que parecía haber sido una íntima compañía de buena parte de sus vi140 . el ostiario. Los médicos forenses dataron el momento de la muerte hacia la tarde o noche del día nueve de febrero. —Tranquila. Por un momento perdió la conexión y no pudo contestar la llamada. Un beso. Temió que le hostigase alguna fuerza aún más extraña y desconocida que la de los vampiros. no podemos saberlo. Victoria estaba a punto de llorar. con un cierto pesar y aires de inquietud. David le hizo un firme gesto de rechazo. Era su padre. David y Victoria los que llamasen a sus padres. tras calmar a Victoria. Todo saldrá bien. ¿Qué ha ocurrido? El móvil había sonado mientras José. acordaron. un amigo del pequeño hermano de Victoria. papá. y la criada que diariamente iba a cumplir con su jornal en la casa. das. Su móvil quedó completamente quemado. —Cuarenta vampiros forman nuestra pequeña tribu de templarios en esta montaña. además de una novela de Ann Benson que quedó amazacotada. respecto de los aproximadamente quinientos que habitan a lo largo de todos los Picos de Europa. Un variado grupo de nueve vampiros y una humana en el corazón de una montaña asturiana cargaba fuertemente el lugar con unas connotaciones metafísicas difíciles de comprender para alguien que observase esa escena desde un ángulo completamente externo. en un salón provisto de todas las comodidades y con un grupo más reducido del que habían visto al entrar. formando un holgado círculo en cuyo centro colocaron una lámpara de arco en atención a Victoria. que era por otra parte impermeable. Existen sólo tres 141 . el móvil de Iridium. Todos estaban sentados en cómodas butacas y divanes en aquel amplio salón de roca de montaña. pero no llevaba ropa de abrigo ni zapatos de repuesto y tuvieron que proporcionársela mientras la suya se secaba. pero sabía que el último al que le importaba era David. Victoria lamentó que durante un tiempo no pudiese ir suficientemente decorosa. Las ropas impregnadas de aquella misma sustancia fueron lavadas. y no se lamentó demasiado. David la observó fijamente. incluso con un cierto conocimiento de la situación. Gonzalo el jefe de caballería. incluido el bote de crema solar que le dieron los vampiros de Granada. David llevaba ropa. Aparentaba la edad de Victoria. ya que no era impermeable. utensilios de cocina de camping. Y aquel color azul vivo lo atraía intensamente. excepto los objetos de acampada. el maestro más joven que hasta ahora habían conocido. Rogelio no tuvo problemas con su hermética maleta negra. las gafas plateadas y algunos objetos personales de aseo. tres caballeros templarios y dos vampiras. un vampiro de edad mediana con una túnica con ligeras diferencias respecto a los caballeros. principalmente en el interior del recinto del parque nacional por razones de ocultación –decía Sebastián a David–. que por otra parte no sabían qué contenía. una de las cuales tenía los ojos profundamente azules. Victoria llevaba más o menos lo mismo. Para alguien que observase desde un ángulo interno. como la cenefa negra contorneando a la cruz templaria. y muchos de sus objetos de aseo quedaron inutilizados. y los objetos limpiados. pero supuso que debería tener como mínimo el doble. El maestro templario comenzó presentándose y presentando a su vez a todos y cada uno de los presentes en aquella sala. al igual que a David y Victoria. a excepción del bote de pasta de dientes y el cepillo. resultaría ya imposible de comprender. Y Victoria temía. por razones de higiene. La reunión se celebró una hora más tarde. Su cartera se había salvado porque David la llevó en la mano en todo momento durante su recorrido en las cloacas. Todos pudieron ser limpiados y recuperados. Sebastián el maestro menor. El mismo Aristóteles reconoció que cuanto más sabía menos comprendía y más se sorprendía. obviamente. La sangre en un vampiro era una necesidad orgánica. Podría serlo en un simple aficionado. —Pero no debería volver otra vez al santuario. —No hay problema. David ya había probado la sangre en los subterráneos del monasterio. como un orgasmo no sexual. llevando la copa de cristal en que le habían servido aquello hacia sus labios de una manera espontánea. a unos veinte kilómetros de aquí. Parecía querer deslizarse por su garganta de la misma manera que salía la sangre producto de una lesión estomacal. Cuando lo probó. Aquella sangre de ciervo era más roja e intensa que la que bebió allí. y se ansiaba por la fuerte sensación de volver a recuperar todas las fuerzas y ambiciones. casi. como lo que se sentía al beber agua mineral tras un fuerte esfuerzo en un caluroso día de verano. Casi. Probablemente estés aquí mucho antes del amanecer.colonias asentadas de forma fija. y cuando termines podremos conducirte a la otra colonia. donde habitan unos treinta vampiros. Ésta se anhelaba por una necesidad no sólo psicológica. Una de ellas la nuestra. Sus miembros no le obedecían. pues las otras colonias no son lugares recomendables para permanecer mucho tiempo si no eres plenamente reconocido. una fortísima sensación de energía pura le recorrió desde el esófago al resto del cuerpo. —Durante esta noche podrás ver nuestro pequeño pueblo subterráneo. por lo que no hay problema alguno en cuanto a horario. sintió un escalofrío de temor a lo desconocido que le impedía beber aquello. pero en alguien cuyo cuerpo 142 . donde te aconsejo que permanezcas durante el día. ¿Desean beber antes de comenzar la visita? —¡No! –exclamó Victoria. y volvió a experimentar ese temor a lo desconocido. bien vigiladas y resguardadas. Al tomar la copa en la que se la sirvieron. Todos rieron. por el inmenso placer que los deseos y pensamientos experimentan al consumirla. la menor. Bebió ávidamente tras largas horas sin experimentar el gusto de aquel manjar que se había convertido en algo más fuerte que una droga. Victoria comprendió que no debería salir de aquel lugar si no quería hallarse en serio peligro. Conocemos otras dos salidas igualmente idóneas. que son las que deberías visitar en dos días. Ya hemos armado bastante escándalo al entrar. pues las palabras del maestro en ningún momento hicieron referencia a otra persona que a David. ese rechazo a lo excesivamente macabro. tras lo cual el maestro indicó a una de las chicas que trajera un gran cáliz de sangre de ciervo para todos y algo que hubiese hecho en las cocinas para Victoria. La mayoría no se derrumbaba de agotamiento porque aquella sensación recorría el cuerpo de tal manera que todo volvía a ser igual que antes del pistoletazo de salida. que se percibía al igual que un corredor al alcanzar una gran meta. siendo ésta de caballo. Y en un corredor aquello no era exclusivamente psicológico. el pobre ingenuo –se dirigió a sus compañeros–. Era un médico realmente gracioso. –Más risas–.. parte del cual conservaba. y trataba de controlarse haciendo fuerte su mente. No sé que cara puso al ver girar el altar. pero de frío.. Podía llegar a desmayarse o a sentir algún desvanecimiento en cualquier momento. ¡Todavía debe estar tapándose la boca con jabón todas las noches antes de acostarse para no revelarlos durante sus pesadillas! Aquel grupo de vampiros rió animadamente. Pero como vampiro que ahora era. que bebían sangre como quien bebía cerveza en una botellona junto al río Genil en su bella ciudad andaluza. como humano que había sido. Además iba a ser médico. en la que sobre todo se habló de los gustos culinarios de los vampiroides y vampiros. La segunda vez uno de los médicos que le acompañaban insistía en ir con él a todas partes y no dejaba de echarle el ojo un solo instante. el ostiario… ¡Eh. se le añadía el Hipocrático. Francisco en italiano creo que se llamaba. un médico chapado tan a la antigua que se diría que fue discípulo de Galeno. A aquél. nada. Dominando la respuesta de la conciencia sobre la somática podía evitar que aquella sensación de repugnancia la dominara. y de la vida diaria bajo tierra de aquel grupo de vampiros que el maestro denominaba. No dijo nada en toda la animada reunión. David. «No revelar los secretos del paciente». si no hubiera estado rodeada de nueve de ellos. –Risas. no sin razón. aquello afectaba a la totalidad del organismo. El médico. exclusivo alimento del vampiro junto con el agua. tribu. Volvió a dirigirse a los tres invitados–. Por supuesto. pero ya sabéis lo que nos contó. se convertía en un placer privilegiado que ni con los más sofisticados manjares que frecuentemente comía junto a su familia podía experimentar. acompañándolos en las risas. José. observando cómo parecían estar en plena fiesta. entró acompañando al monje y al papa temblando como una niña. —Dos veces nos ha visitado el papa –decía Gonzalo–. podía alimentarse de casi cualquier alimento hasta ahora patrimonio del ser humano. El papa le dejó entrar.está hecho y es para una determinada acción. Eso fue hace siete años. ven! El ostiario se acercó a ellos desde su lugar junto a la puerta. Victoria trataba de acostumbrarse a estar rodeada de tan sanguinarios seres y mantener la compostura. David pudo ver que se trataba del Decamerón. estaba cagado. ese tipo de confidentes del papa suelen hacer un juramento. pero siguió escuchando. —Así que entró en la capilla. con risas y manjares culi143 . de no revelar jamás los secretos de los que por su trabajo tuviesen conocimiento. por ser médico. Comió la carne del mismo ciervo que David bebía. sentado en una poltrona mientras leía algún ejemplar de libro antiguo. Biblia en mano. a condición de no revelar nada de todo lo que viese y oyese. Cuando le abrió José. Aquello le hubiera parecido realmente exquisito cocinado a la manera de los vampiros. la experiencia de beber sangre. Trataba de disimularlo. David no cogió todavía muy bien la gracia. Lo dejó cuidadosamente sobre el asiento y se acercó a ellos. pero por simple precaución comencé por abrir el postigo. ante las risas de los demás. cerrando la puerta. a David. volvió a erguirse. no me extraña! –apuntó uno de los caballeros. y encontrarse con gente de lo más normal. 144 . —Creo que llevaba gafas de hipermétrope. ¿cómo lo sabes? –preguntó alguien. oí como sacudían fuertemente el aldabón y me incorporé rápidamente del mismo lugar donde estaba ahora. —Ni lo hubiera visto. —Pepe. —¡Deja que termine! –dijo. ni decíais nada. Pues bien. mirándonos con escama pero ya sin temor ni sospecha. No hacíais mucho ruido. Éste pegó un salto que casi me asustó. observando cómo nadie le ofrecía asiento y tuvo que acomodarse al final de los bancos. niños incluidos. vamos. el ostiario de la capilla. pero acompañado por alguien más que no conocía. pero poco importa –continuó José. Cuando apostamos nuestro mejor sillón para que se acomodara el papa en la cripta. estaban allí. mientras yo le besaba la mano y después me despedía de Emilio. Era. —Hipermétrope –dijo la chica de ojos azules. Pensé que le habían metido una guindilla por el trasero.narios. —Pero al entrar. Entonces se fijó. parecía complacido. tomando asiento en un extremo libre de un tresillo–. la de ojos azules. Todos volvieron a cachondearse al unísono. Tanta confianza le abrumaba a David. Esperaba ansioso y preocupado la visita del papa. —¡Oh. mientras vosotros corríais a colocaros frente a la entrada para recibirlo con flores y jolgorio. De visu. que por pudor no se habían mostrado muy efusivos en aquella fiesta. —Así y todo. pero se alegró al ver que aquello servía para que Victoria perdiese de nuevo todos sus temores. y entró junto con el papa. Cuando abrí. rió con ellos. efectivamente. Paco dejó de sospechar nada raro. —¡Y con lo feo que es el Pepe. casi todos llenos de vampiros a rebosar. cuéntanos otra vez lo que pasó con el médico del papa cuando abriste el cuarterón de la puerta. temiendo encontrarse con algún tipo de trasgo de las montañas. —¡Eh!. mas bien. ya que habíamos encendido varias lámparas como ésta y la luz de los ojos no se nos veía. y todos comenzaron a llorar de risa. David ya no pudo contenerse. Los cuarenta. y soltó varias carcajadas que contagiaron a Victoria y Rogelio. se volvió a ajustar la chaqueta y trató de mostrarse firme recuperando la compostura. ¡Era miope! –le dijo una de las mujeres. pero se quedó desconcertado. éste se quedó con cara de recelo. ni creo que se fijara en ello. el papa con Emilio. El ostiario no pareció molestarse en absoluto. Varios volvieron a reír. con un gesto manual–. Parece que había tardado bastante el miope en darse cuenta. por lo que no vio nuestras bocas. porque aquello parecía venir de alguien que hubiese visto un fantasma. claro! –rió. —¡Ésa es buena! –gritó alguien. como si todo aquello fuese lo más natural del mundo. y tratando de mantener su juramento. leyó la Biblia oficial. de lo rápido que giraba la cabeza en todas direcciones. que trató de defenderse alegando que no se vio con ánimo de negarle la comunión a un sacerdote. ¡la sagrada Biblia!. con algunas particularidades. como sacerdote. Poco a poco David se iba avezando al carácter de los vampiros. no era en absoluto inculto y. por respeto. Vio que algunos llevaban una túnica blanca con una cruz escarlata bordada en el centro. ni aun cuando represente al mismo Cristo. aparte. Paco fue a comulgar como todo el mundo. Y miró sorprendido al papa. Todos se rieron briosamente del ofendido maestro. probablemente más por cochina curiosidad que por verdadero fervor religioso. Pero seguro que al oírlo de boca del mismísimo papa. Se estremeció al pensar cómo sería ese mismo carácter sin algo de control y religiosidad. De cordero. Parecíamos templarios. El hecho es que no era el papa. y nunca humana. tomando exactamente lo que se dice: sangre. Creo que es lo que toman los celíacos. finalmente llegó la consagración del Cuerpo y Sangre de Cristo. Al parecer se conocían lo suficiente como para saber qué es lo que pensaba cada uno. naturalmente. el maestro. Por supuesto. Así que se 145 . Nadie. se abstuvo de decir nada. lógicamente. Por supuesto. Y. No se mostraba el cáliz ni el pan ante la asamblea para que todos se inclinasen. entre otros preparados. tampoco tomamos vino. Más sacrilegios. hay que decir en su favor. »Y ahora viene lo mejor. Pero sangre. puesto que la Orden del Temple posee una regla que impide inclinarse ante ninguna imagen. Seguro que más de uno tuvo que reprimir la risa al ver cómo el médico trataba de no escuchar tan sacrílegos libros que hablaban de sangre y vampiros como quien habla de sacramentos y apóstoles. escuchando de la boca del mismo papa pronunciar una solemne misa templaria con algunos jeroglíficos que hacían referencia a los templarios como ‘luminosos’ que no acertaba a comprender. Era gracioso ver al médico alargar la cabeza para tratar de ver aquellos misteriosos libros que cogía dejando la Biblia. uno por uno… Parecía un pájaro. se conocía la historia de la iglesia al dedillo. supongo que sabréis que nosotros los vampiros no podemos consumir más que sangre y agua. el que ofrecía comulgar. No la de Cristo. pero incluyó algunos libros escritos por nuestros primeros cristianos vampiros que sustituían a los clásicos Hechos de los Apóstoles y las Cartas. claro. completamente artificiales por otra parte. le creyó.—Eso es. Y por puro cachondeo le ofreció el pan. —Harina sin gluten –dijo Victoria. Y cuando comenzó la misa se quedó con la boca abierta. Creo que es una pasta de harinas cárnicas. pero tampoco posee otras sustancias. que no podemos digerir. Y precisamente el pan eucarístico está hecho de una pasta especial para que nuestros jugos del estómago puedan digerirlos. —Algo así. pero no exactamente. Paco estaba escandalizado hasta su más elevado nivel. claro. Y claro. —Puso una cara de estar degustando los testículos de un perro. a todos. Claro. sino Sebastián. »Cuando llegó el turno de la “Sangre de Cristo”… —Dios mío –murmuró Victoria. Observó a su alrededor. junto al cuello. —¡Me dejó sordo! –añadió el maestro. le dije que tranquilo. Horrorizado. De reojo. eso sí. sino que se quitó las gafas y observó mi magnífica dentadura. impidiéndole hacer viajes cada dos por tres. —Aunque sé de buena tinta que también estuvo a punto de estallar en carcajadas. Como un miserable fardo para ser transportado por el río. acabó de contar cómo se desmayó allí mismo ante las contenidas risas de la asamblea y la seria mirada del papa. Así que le llevamos a una camilla para que descansase. contemplando una vasta extensión verde que lo rodeaba por completo entre sombras. parecida a la de una quemadura despellejada.volvió a su banco rápidamente para rumiar a escondidas su tentempié. ¿Puedo verlos? —Sí. se sacudió la ceniza que cubría casi toda la parte superior de su hombro. —¿Quieres ver a mi hijo? Nació hace tres lunas –le dijo. Casi llegó a caerse al río al tambalearse la embarcación sobre la que había estado inconsciente durante Dios sabe cuánto tiempo. cuando llegó a mí. —Salió corriendo y. tal vez demasiado para ser de día. sintiendo una fuerte quemazón en la parte superior del hombro. La vampira de ojos azules se acercó a Victoria. que estaba al final de los bancos. —…pegó tal exclamación que le hizo tirar el cáliz a Sebastián. El papa salió poco después. todos la vimos. levantándose junto con todos los otros. No me escuchó. Pero obviamente. sin dejar ver más que el encapotado cielo. y sobre una almadía de tablas amarradas. Estaba muy oscuro el ambiente. 19 Marco gritó. enrojecida. volviendo por donde había venido. —¿Niños? Aún no he visto ninguno –dijo Victoria–. Estaba completamente desnudo. por supuesto. y todos le despedimos con alegría mientras bendecía a nuestros niños. y se incorporó rápidamente. sin ni siquiera un miserable taparrabos. sino negra. y cuando se despertó salió corriendo. Es la única persona con una autoridad mayor que el papa en todo el Vaticano. Mientras reían. —¡Tus piños! –exclamó alguien. que de aquello también bebía el papa. Miró su hombro y vio que la piel no se le había puesto roja. dejando al descubierto una zona esta vez sí. ya que 146 . pues su médico no es precisamente su colega favorito. y así ahora David podrá vernos a todos y cada uno de nosotros para cumplir con su misión –dijo el maestro. sin que nadie pudiese ver su expresión. Marco se los relamió. músculos y sangre que se evaporaron en cuestión de segundos. Había conocido el miedo pocos días antes. (Oh mierda. Se llevó la mano al dorso. dejando un largo rastro de piel. que no eran ya más que un trozo de cartílago. gracias a la limpieza y alivio que suponía la dulce caída del agua de los cielos. Algo para cubrirse. El Sol asomó entre las nubes. como lo que se siente durante un tiempo tras realizarse la ortodoncia o implantarse un diente de oro. me estoy quemando vivo) Se la sacudió. tras lo cual volvió a salir corriendo en busca de ropa. Marco tocó el agua.aún se notaba un halo de luz amarilla a través de un conjunto de espesas nubes aproximadamente del mediodía. reflejando en la cara un espanto que jamás había experimentado en toda su vida. por lo que Marco no notó que su espalda estaba volviéndose completamente morada. Marco. y se palpó su propia columna vertebral con todas sus costillas adheridas. Marco se dio la vuelta. y sintió un dolor tan fuerte y generalizado que no pudo más que aullar hasta perder todo el aire de sus pulmones. debido al desplazamiento de las nubes hacia el oeste. en la última lección de su vida. volvió a ver una pequeña zona ennegrecida que no era más que una capa de (incienso) ceniza. cansado de correr por una razón que no llegó a comprender. Había vuelto a experimentar esa extraña sensación de quemazón fuerte. sin gran esfuerzo. y cuando se apoyó con las manos. Pero Marco no tuvo tiempo de admirar toda su belleza. que distaba unos cinco metros. También sentía una extraña sensación de tener los dientes desplazados. pero cerca de la ingle. Finalmente. acompañado de un fuerte dolor en el pecho producto de un amago de infarto. Cinco minutos después comenzó a arreciar el viento y a amainar la lluvia. Sintió que el pavor le encogía el corazón. enviando sus vivificadores rayos de luz que iluminaron todo el bosque. se desplomó en el suelo. llevándose la mano al muslo. No estaba fría. su espalda dejó de ser aliviada por el frescor del agua de lluvia. Cuando se retiró la mano. por falta de sangre en las coronarias. pero no encontró nada más raro que la extraña sensación. ya que no tardó en quedarse tan ciego y sumido en las sombras que no pudo ver cómo su torso se desintegraba ante sus propias narices. acrecentando la belleza de aquel paisaje tan acertadamente escogido por los monjes de la Orden del Císter años atrás. —¡Ah! –gritó. Al darse la vuelta. se le separó la carne de la palma. Comenzó a llover. pero no era nada comparado con lo que estaba aprendiendo ahora. Tras aterrizar bebió ávidamente agua del limpio río para quitarse ese áspero regusto en la boca que lo atenazaba desde que se despertó. Se lanzó de lado al agua y nadó contracorriente hacia la orilla más cercana. la corrosión llegó a los pulmones y Marco dejó de agitarse como un 147 . No pudo emitir su último lamento y. y varias veces había vagado por las montañas en busca de sus padres. le parecía muy atractiva y fascinante. —Vamos allí –le dijo la vampira. Ante la reprimida decepción del maestro. con un espeso matorral que llegaba hasta la rodilla y que podía ocultar cualquier cosa. Encajaba perfectamente y jamás se hubiera dado cuenta por mucho que 148 . siempre en vano. El cobertizo parecía sólido. verdaderamente. cuando su corazón estalló desperdigando sangre de dos colores diferentes en todas direcciones. así que se resignó y comunicó al maestro Sebastián que ninguno de ellos sería el próximo príncipe. con auténtico espanto. pero Diana se acercó al muro junto al asfalto e introdujo una llave en un diminuto orificio entre dos juntas de madera. pero nunca llegaron a encontrar más que un charco de agua sucia en la que flotaban pelos y uñas humanos que se deshicieron. Los dos salieron por un largo pasadizo en dirección opuesta tras despedirse David de Victoria y rogarle que no se preocupara. Ambos bajaron con esfuerzo los últimos metros de pendiente. Se llamaba Diana. vio que aquello estaba cubierto de una espesa vegetación que tuvieron que penetrar con esfuerzo. Tampoco veía ninguna puerta desde allí. Un guarda forestal de los alrededores dio la alarma al escuchar tan graves quejidos. ya no tuvo tiempo de deplorar haber sido tan sanamente curioso. Cuando salieron.loco en pleno ataque de epilepsia al comprobar. le dijeron. al contrario que Victoria. nada más tocarlos. Anduvieron durante varios minutos a través de aquel túnel. ya que nunca había tratado. David escogió a esta última. en miles de moléculas que flotaron en el aire acompañando al espíritu de un nuevo candidato al fuego de la gehena. hasta que de pronto surgieron en medio de una angosta ladera entre dos colinas al final de la cual había un pequeño cobertizo de ladrillo y madera junto a una carretera. Una puerta grande oculta en la pared se abrió hacia adentro. Sólo dos de los vampiros sabían donde se encontraba exactamente aquel lugar porque habían ido varias veces. Cuando llegaron al cobertizo. 20 David no encontró a nadie que cumpliese con las indicaciones que el Gran Maestro Hernando le había dado. cómo se escuchaba un siseo al escaparse el aire de sus pulmones. Supo que aquello iba para largo. David comprobó que no tenía ninguna puerta. evidentemente artificial por la regularidad en la anchura y textura de sus paredes. Uno de ellos era un vampiro muy joven que. se pusieron de acuerdo para nombrar a un acompañante que le guiase hacia las montañas del sur en busca de la otra tribu de vampiros. pero supuso que estaría en la pared opuesta. La otra era la vampira de ojos azules. Y. con una vampira. habían encontrado abandonado muy de pequeño. sin ventanas. una Honda de 1500 c. saliendo por la puerta tras encender las luces. la mía. plástico y humedad. —¿Las usáis mucho? —Tanto. —¿Sabes llevarla? —Claro. —¿Vamos a ir los dos en la misma? –preguntó David. 149 . —Aquella es Yamaha. hasta que ella terminó de preparar la Honda. pero creo que estas son más grandes. llevándose la mano al bolsillo. Son muy potentes y poco ruidosas. —¿Y bien? ¿Qué te parece? –le preguntó. hazlo. —No hace falta. ambos pares de ojos emitieron sus respectivas luminiscencias. rodeadas de neumáticos. herramientas. Por lo visto. los vampiros eran aficionados a las puertas camufladas. Es la más rápida. —Impresionante… Así que aún usáis las motos de gasolina.c. construida especialmente para rutas de gran dureza. tubos de plástico. cinco minutos más tarde. cuerdas y latas de gasolina.mirase. David sabía que si iban a las montañas sería necesario usar una moto grande como aquella si no disponían de una de trial. Bajó en dirección a Covadonga. pero gastan mucho. que constantemente estamos llenándolas de gasóleo. Pero ten en cuenta que son motocicletas muy potentes y difíciles de controlar. —¡Claro que me siento capaz! –David se sentía menospreciado. —Nuestro garaje particular –le señaló Diana. —Sí –dijo. caucho. Honda. Cógela y ve a dar una vuelta. volviendo a su tarea. Tengo carné. —¡Venga ya! El hidrógeno no se puede comprar en latas. Entró tras ella en aquella cabaña de la cual salía un tremebundo olor a tierra. Te esperaré aquí a que te hayas aclimatado un poco. —Bien –le dijo–. Te creo. aceite. Y menos a una chica… Arrancó con fuerza. Si te sientes capaz. alumbrando a tres grandes motocicletas puestas en paralelo. Una vez dentro. así que cogeremos una de las Honda. pero menos adecuada para rutas por montaña. Son diesel. dicha afición. ¡Y era una chica quien se atrevía a arrogarle! Y eso jamás se lo permitía a nadie. —¿De veras? —¿Quieres verlo? –dijo. David se quedó mirándola unos instantes. y las motocicletas han de estar siempre a punto. que le deslumbraron desde aquel cobertizo tan oscuro. Diana se puso a revisar la motocicleta. gasolina. —Ya veo. que reía animosamente mientras preparaba otra motocicleta para ella. ¿Has llevado alguna parecida en alguna ocasión? —He llevado una de mil. Y se les daba francamente bien. perdiéndose de la vista de Diana. la garganta del mismo nombre. Diana se detuvo justo en el fin de la calzada y comienzo del pedregoso y polvoriento camino de montaña. el silencio a su alrededor. A la pálida luz de las estrellas. componiendo una extraña mezcla que no dejaba de tener su atractivo. Nubes grises dominaban el cielo. cerca del Paraíso. Aquello calmó a David y lo sumió en un profundo éxtasis que parecía llevarlo a lo más alto de las cumbres. —Este camino es peligroso –le dijo a David cuando éste se puso a su par–. y empinadas cuestas que pondrían los pelos de punta al más experimen150 . un poco más al oeste y hacia el sur del lago Enol. Ni un sólo acelerón. David la siguió en dirección a las montañas. Cuando salió. lo que enfureció aún más a David. Aquello era un paisaje que se extendía y extendía bajo un limpio cielo estrellado. Lo sé. Entonces comenzó la parte escabrosa del camino. Es arena y piedras sueltas. ¿entendido? —Créeme. sólo perturbado por los últimos restos en forma de fuerte viento de la ya pasada tormenta. pero me parece más o menos bien –le contestó. Éstos excavados por el río Cares en el lecho del macizo central de los Picos de Europa. el verdadero ascenso por las colinas al borde de los acantilados. —Esto no es hielo. pero nunca se imaginó que fuera en un terreno tan angosto y abrupto. los troncos parecían grises y las hojas de un amarillo rojizo resplandeciente. con hayas y robles que suspiraban con el viento.—No he visto nada. atravesando la cobertera sedimentaria para incidir en el zócalo y modelar. Las cumbres nevadas a lo lejos teñían de blanco un escenario dominado por los tonos amarillos y marrones alrededor de la negra vía por la que circulaban. Ningún automóvil pasó por allí durante el tiempo en que habían estado ascendiendo desde las cercanías de Covadonga. sin por ello impedir que la Luna y sus compañeras de la noche lucieran con todo su esplendor. en combinación con la acción cársica. El verde matorral coloreaba el amarillo del grueso manto de hojas que proporcionaba el alimento para la próxima floración de primavera. ¿Crees que podrás hacerlo? Un sólo error y estás acabado. favorecidas por la falta de contaminación tanto atmosférica como luminosa. Finalmente. El olor a hierba. la firme pero placentera conducción de aquel enorme vehículo. con algunas casuchas aisladas que daban la nota rural al paisaje. asfalto y el ácido de las hojas en descomposición entraba rápidamente por sus fosas nasales. con apenas espacio para maniobrar. El fresco y húmedo ambiente. Un indistinto terreno de llanuras y colinas bordeaba a las verdaderas cumbres de los Picos de Europa. David sabía que podría circular por terrenos como aquel. —¡Claro que sí! En Granada también hay mucho terreno montañoso y he circulado por carreteras con hielo. en absoluto permitido a vehículos de ninguna clase. el camino comenzó a ascender dejando atrás aquel esquelético y denso bosque para dejar paso a una floresta de árboles perennes en las laderas de las montañas. —Que es amarillo –aseguró David–. Diana lo miró fijamente. comenzando a trepar por la colina. Entonces vio miles de destellos de luz blanca procedentes de sus ojos. David la siguió. sin comprender–. La pericia de Diana. David la imitó. Diana se apartó del sendero. No era una luz uniforme. La senda continuaba a lo alto de un peligroso acantilado por el río. —Si fueran azules vería de color azul todo lo que iluminase. que en ese lugar era menos empinada que como hasta ahora habían visto. Por esa causa fueron a una muy moderada velocidad. tras cruzar un pequeño y poco sólido puente a veinte metros sobre el río. ¿qué quieres decir? –preguntó comenzando a caminar por el desfiladero. lo 151 . colocando dos cadenas delgadas cubiertas de un plástico duro. por lo que Diana se detuvo en el borde del camino. y se perderían muchos matices. ya que el llavero que cogió del contacto de su Honda sólo poseía dos llaves exactamente iguales. Por allí se podía trepar si se vigilaba bien de no pisar en la aún húmeda y resbaladiza hierba. Al final de su ruta empezó a complicarse la conducción con el estrechamiento de las paredes de la cordillera y. ¿no es así? —No lo soy ni lo seré –respondió David. sino a base de miles de pequeñas células que resplandecían en todos los colores. de nuevo. la voluntad de David y el sofisticado diseño de las Honda permitieron que la ruta se hiciese sin mayores consecuencias. Cuando se volvió de nuevo a mirarla. El color del iris no depende del color en que brillan las células luminosas del ojo. dorado. —Pero ahora no. vigilando constantemente el terreno que pisaban. aunque no tenía ni idea de dónde podían estar las llaves de los candados. bajo un nuevo túnel excavado a la derecha de la escarpadura. Sintió como el brillo le contraía las pupilas. se fijó en que el brillo de sus ojos no era azul como su verdadero color de iris sino. —Desde aquí vamos a pie –dijo. El metal centelleaba con el reflejo de la Luna. al darse cuenta. Comprendió que el dorado no era más que un efecto óptico y que el verdadero color de la luminiscencia era blanco. —Es así. —No. claro. en ambas ruedas. Y yo veo todos los colores.tado piloto. comenzaron a penetrar sobre túneles excavados en la roca viva. No pierdo matices. —Tú no eres todavía un vampiro. señalando el ascendente recorrido de los dos vampiros motorizados a través de la garganta del Cares. Diana dejó de mirarlo. Soy un vampiroide. extraídas del maletero bajo el asiento. —Tienes los ojos azules –le dijo a Diana. antes del lugar donde el desfiladero se estrechaba. —Pensé que al iluminarse serían azules. Saltó. de Victoria. habituada a aventurarse por lugares semejantes. No tuvo ningún apoyo firme en el que afianzarse. lo izó con su solo brazo hasta la plataforma de piedra. sin posibilidad alguna de sostén. Pero no le importó. Diana no mostraba temor alguno. sintiendo un vivo dolor en el cuero cabelludo. Pero la nieve era blanca y la noche. Éste gritó. unido al lejano sonido de la cascada hacia arriba y del aullar del viento bajo ellos. con las cadenas. Llegaron a una ruta formada por peñascos alineados que se podían recorrer saltando de uno a otro con precaución.que indicó a David. como si hubiesen decidido acompañar a David al abismo. Por fin. Pero alguien no estaba de acuerdo. Ésta. (instinto animal) Resbaló en un charco húmedo en una oquedad que conservaba aún el agua de la lluvia. Diana saltó desde su roca. acelerando el pulso de su corazón a más de ciento veinte pulsaciones por minuto. desconcertado. que acompañaba al fluir del río y del viento por las rocas y la hierba. porque sus cuatro extremidades se agitaban indefensas sobre el vacío. subió sus brazos para agarrarse al de Diana. Nadie le dijo la causa por la cual conocía tan bien el camino hacia aquella peligrosa colonia de vampiros. como si todo aquello no fuese más que una fiesta que concluyese con un suicidio en masa. oscura. creó una extraña sensación de vértigo a David. los profundos abismos que recorría a altas velocidades. Un aullido se hizo sentir al pasar una ráfaga a través de la garganta. Éste oyó un rumor de caída de agua a lo lejos. rebotando a lo largo del despeñadero. aún más fuerte. salta! David la miró. Trató de recordar la nieve. intensificando la sensación de atosigamiento que ofrecía aquel lugar de altos riscos que (aprisionaban) cobijaban de la luz de la Luna. Todo se desprendía. Agachándose. David se agarraba a salientes de roca. que parecía invertir el mundo real. prevaleciendo sobre el bramar del viento. La inmensa altura a la que se encontraban en ese momento. las bajadas en esquíes. Se estremeció al comprender que se dirigían hacia ella. sumiéndolos en la oscuridad y opresión. hasta caer firmemente en el peñasco en el que David había estado segundos antes. tres metros más allá. Escuchó el rugir de la cascada. comenzando a caer. las peligrosas rutas de montaña que recorría con el coche. lo agarró por la abundante mata de pelo de su cabeza en el preciso instante en que la roca que constituía el único y último apoyo de David bajo su pie izquierdo se desprendía con un sordo ruido de piedras. Rápidamente. ahora lejano. Estaba subido a una roca a cientos de metros sobre el lecho del río. —¡Vamos. maleza. David tocó con los dedos la piedra húmeda y se encaramó al borde del 152 . demostrando una fuerza inverosímil. que no necesitaba bajar la mirada para percibirla. El rugido de la cascada volvía a retumbar en sus sienes. ramas. —Lo sé. escuchando por encima de la cascada el ulular de un búho en época de celo. y no se cae con un simple tirón de pelo. Todavía tienes unos colmillos cortos. Resistirás el envite si no te separas de la peña y te sujetas a ella. —Te dije que era peligroso –le dijo Diana–. —Entonces vámonos. Perdona. a mi parecer. llenando el lugar con su sonido. que cayó al suelo formando un húmedo haz. —¡Hay una gruta abierta justo detrás de la cascada! –gritaba Diana–. Diana volvió a trepar por los peñascos mientras David la observaba. —Igual que la uña… –recordó David. en dirección a una cascada en chorro. Se tarda varios días en adquirirse las características orgánicas de un vampiro. preocupado. hasta que un lobo aulló en la lejanía respondiendo a su llamada como si tratase de evitar que alguien dominase su propio territorio. —No. David cesó en su parálisis y volvió a saltar hacia el siguiente peñasco. procedente de la boca de salida de un manantial que surgía del interior de la montaña treinta metros más arriba. y lo siento. sacudiéndose la mano–. Tenemos aún un difícil camino por delante. Ni vampiroide. Es más suave y recio. —¿Falta mucho? –preguntó David. David miró a Diana. lánzate hacia atrás. —Cúmplelo al pie de la letra o la fuerza de la cascada te lanzará al vacío. Lo haré. ¿Bien? —¿No has podido pensar en una cuerda? 153 . Otro aullido volvió a responder. —Es posible –reconoció David. sí. Áspera textura. —Gracias. pégate a la pared. Te dije que aún no eras un vampiro. —Exacto. Abrió la mano y soltó un puñado de pelo negro. Cuando sientas una cavidad. Deslízate por la peña sin separarte de ella en un instante hasta atravesar la caída de agua. ¿Has entendido? —Está bien. Tú nunca has estado aquí. —¿Cuándo podré ser un vampiro de verdad? —No sé. Cuando te acerques a la cascada.precipicio. Diana se dejó caer a la plataforma junto a él. El ulular se repetía constantemente. —Pelo de humano –dijo Diana. —¿Por qué? —Uno de los síntomas de la transformación es un cambio en la textura del pelo. No deberías precipitarte. Agárrate con fuerza a los matorrales y a la piedras y afiánzate firmemente. pero hay que tener precaución. y entre uno y dos meses las físicas. y aún no te ha crecido el pelo nuevo bajo el antiguo. Eres casi un vampiro. Ella rió. Teme al miedo. Creyó ver algo al final. —Esta vez has estado impresionante –comentó Diana. David asintió y. gracias a lo cual no mostró ningún signo de temor a aquel lugar nada acogedor. Diana se deslizó por la pared de roca sobre un estrecho saliente que amenazaba con desprenderse por el desgaste que le infringía la tremenda fuerza del agua. Era una cueva que continuaba en un pasadizo completamente recto y perpendicular al despeñadero. Diana cogió la del frente. al de los instrumentos de degüello y de la sangre seca adherida a ellos. se dijo. ansioso de respirar. Armándose de valor y sangre fría. Ahora debes mostrar confianza. dio una larga zancada sobre el abismo de la garganta llegando desde el seguro peñasco en el que se sustentaba hasta el delgado saliente que recorría tres metros del borde de la garganta. Se adentró más aún en la cascada mientras la parte trasera del velo de la cascada le golpeaba continuamente la mitad derecha de su pecho impidiéndole respirar. reprimiendo la risa. De aquel lugar emanaba un olor seco y amargo que no entraba en la experiencia ni esquemas de David. asumió un porte que encajaba bastante bien con las indicaciones de Diana. atravesando el lugar por donde caía el agua. sintiendo una fuerte opresión en el cerebro causada por la fuerte resonancia del ruido de la cascada y por la falta de oxígeno. David cayó jadeando. David no percibió tal hecho. pero de pronto se desvaneció la sombra que había atisbado. y no has de temer ninguna herida. y ya el agua comenzaba a ahogarle. «Parece haber movimiento». Ella comprendió. y David la miro con profunda gravedad. Se incorporó con ayuda de Diana y observó la cavidad. tras sacudirse la cabeza y la chaqueta mojada. —Vamos. hasta que de pronto sintió una mano que le agarraba del hombro derecho y que tiraba de él hacia el interior de una cavidad. hasta desaparecer tras el velo de la cascada. —¿Y si no llego a estarlo? —Probablemente hubiera tenido que bajar a recogerte antes de que te ahogases. y se tapó la boca. Seguía entrando. y todo lo demás será superado. interceptando el 154 . aunque se le podía asemejar al olor de la carne puesta a secar en un matadero y del sudor seco de los carniceros. Ambos avanzaron por el pasadizo hasta llegar a una triple bifurcación. continuando la rectitud del camino. Le había introducido Diana. es lo único que has de temer. Se deslizó con lentitud y firmeza a lo largo de esos tres metros. Infunde respeto si no eres conocido aquí –le advirtió Diana. Es esencial para comenzar con buen pie. —Será lo mejor –suspiró David. ahora fíjate en mí y hazlo. por lo que dedujo que no sería muy largo. Ahora no podrían oírse aunque gritasen y David era consciente de la peligrosidad de aquella situación. mirándole con una expresión de sutileza–. hasta que sintió la fuerza de las gotas extraviadas en la caída sobre su cabeza. Estaba a salvo.—No usamos esos cachivaches. El primer vampiro que vio David surgió de la oscuridad. —¿Cómo lo hacen. La supervivencia estaba intrínsecamente unida a la muerte. pero pareció asentir con un casi imperceptible movimiento de cabeza. El vampiro volvió a mirarle con desconfianza. —Un amigo. Se trata del olor típico en una caverna donde convive una gran colonia de vampiros. pero nosotros nos preocupamos por la limpieza –repuso. ni analizada para impedir consumirla contaminada. continuando por un oscuro túnel del que procedía aquel penetrante olor seco que a David le recordaba al de los vómitos. sintió una leve sensación de repugnancia que le hizo decrecer la marcha. —Pero. 155 . Se fijó en que llevaban largas las uñas de ambas manos. Tuvo que reconocer que igualmente le crecerían a él. siendo vampira. cediendo a ambos el paso. por Dios… ¿Qué es? —Aquí no suelen consumir la sangre en lujosos vasos. pero ninguno pareció intentar nada en contra de que pasasen. No había echado en cuenta tal detalle.paso de los dos recién llegados. Y añadió en un susurro–: Es fundamental en el reglamento de la Orden. justo al entrar en un ensanchamiento del túnel que acogía una especie de plaza central en la que confluían diferentes túneles. Era una ley. David sintió un estremecimiento. pero se fijó que Diana. —¿Un templario? —No. clavando la vista especialmente en David. Su mente imaginó bárbaras imágenes de seres humanos desangrados a docenas por multitud de vampiros. —¿Quién es? –preguntó a ella. Apenas había visto algún vampiro con las uñas así. sí las llevaba largas. y se preguntó cómo se cortaría semejantes cristales de roca. Éste los observó a ambos. Y lo peor de todo aquello era el reconocimiento de que tarde o temprano se vería obligado a hacerlo para su propia supervivencia. —No te preocupes. —¿Treinta una gran colonia? Vosotros sois más y no existe un olor tan intimidante. Viene de lejos. lanzando una fulminante mirada a David. nada agradable al oído poco experimentado. pues? —Directamente del envase –dijo Diana. Allí había tres vampiros conversando entre sí en un español primitivo y áspero. ya que parecía conocer a Diana. Al reconocer ese hedor. volviendo la cabeza al frente. —Aquí vienen todos los días muchos de fuera a disfrutar de las actividades que se hacen aquí. hasta que al entrar aquel vampiro se les puso por delante. advirtiendo su desconcierto. Diana observó su comportamiento. David observó a los tres vampiros que allí se reunían. No logró comprender en un principio qué decían. De nuevo tomaron la bifurcación del frente. Todos le miraban. Ningún científico serio en las entrañas del siglo XXI se atrevía ya a negar la naturaleza cíclica del Universo. Sobre el que poseía el más absoluto derecho a defenderse. Solo sobrevivirían las expresiones de vida más sencillas que. —Nosotros poseemos granjas en el exterior. David comprobó. La caverna en la que terminaba aquel túnel mostraba una amplia cantina con enormes toneles fijados a la pared sobre un gran aparataje de madera. cada vez más. conocedor de un problema aún existente en las áreas naturales protegidas del país. al borde de la autodestrucción. Y David se veía obligado a aceptarlo. aún más. De una forma ideal. no –indicó–. Por ello. Eran las bacterias. cerca del pueblo. De alguna manera. la verdadera dominación del mundo no estaba en sus manos.Unos viven a costa de otros que mueren. —Oh. volverían a evolucionar hacia un estado más complejo. tenemos conciencia ecológica y respetamos a ciertas especies –sonrió. en el caso de ellos. Cadáveres recientes y pálidos de algunos animales de tamaño mediano como cerdos. cabras y perros yacían en el frío suelo de piedra. las razones de la ocultación de la especie vampira del ser humano. Todos llegan a la conclusión de que la naturaleza sólo evoluciona en el sentido en que unos seres se hacen más aptos que otros para la supervivencia. El vampiro. hasta volver a alcanzar el borde caótico que sumiría a la Tierra en un nuevo hundimiento y descontrol absoluto. que a medida que aumenta la complejidad de un sistema disminuye la probabilidad de supervivencia. Pero pocos se detienen en reconocer la cruda verdad de que es esencialmente imposible la supervivencia global y absoluta bajo ningún concepto. La especie humana poseía un enemigo. a pesar de la altísima especialización evolutiva del ser humano y. Los vampiros viven sobre todo en lugares que el hombre resguarda de la propia presencia humana. inexorablemente. del vampiro. también se los roban a los humanos. Ninguno se dignó volver la mirada hacia ellos mientras cumplían su tra156 . Tres vampiros cogían los animales muertos para conducirlos a algún lugar situado tras los grandes toneles. No. Varios armarios grandes situados en lugares al azar y algunas mesas y sillas de madera completaban el mobiliario de aquel lugar impregnado del rojo oscuro de la sangre seca por todas partes. más apto para la supervivencia. Comenzaba a comprender. que no había ninguno de ser humano. —¿Ellos son los cazadores furtivos que tan buscados son por el parque nacional? –preguntó David. éstos parajes son los parques nacionales y las escasas áreas protegidas que aún conservan intacta la naturaleza. Pero criamos nuestros propios animales o. virus y moléculas de dióxido de carbono las que imponían su ley en un mundo al borde del caos. error: un depredador natural superior a él en la pirámide alimentaria. y siempre ha sido y será una ley de la naturaleza estudiada por cientos de científicos de todas las áreas del conocimiento desde Darwin hasta Dahrendorf. Ellos roban y cazan –comentó Diana. tranquilizado. En isla Inocencia. y no era especialmente grande. Diana le condujo a otro túnel hacia la derecha. Tal vez sea mejor llamarlo “macellum in vivo”. en el mar Báltico. Una vida de lucha que tenía su aplicación cuando tenían que defenderse o atacar a cualquier humano que se introducía en su extenso laberinto de cavernas. sino el valor personal en sí. otros escapaban de ese modo de vida saliendo frecuentemente al exterior para disfrutar de la vida solitaria y contemplativa. entre gritos e injurias. Como David debería encontrar al nuevo príncipe entre todos los vampiros. cuando supo aquello se le antojó una contrariedad. Lo que sí era cierto. como el fútbol sala. que vivían en las grandes ciudades. pero al ver la dureza con que se trataban unos a otros costaba adivinar el tipo exacto de deporte que practicaban. David miró al grupo de vampiros que observaba el duelo alrededor de un amplio ring de lucha libre. Y lo hacían luchando. cualquier actividad en la que interviniesen dos o más de ellos incluía la violencia. que practicaba un grupo de diez en una pista de mármol o piedra pulida usando la cuarta parte del espacio disponible en aquella enorme caverna. caseríos abandonados o sótanos de edificios y monasterios poco frecuentados. Aquello le parecía inaudito a David. ya que éste acabaría siendo nombrado príncipe. Aquel túnel tenía apenas tres metros de largo. mirando recelosamente hacia atrás y a aquellos tres vampiros. por el contrario. cuyo trono estaba en el corazón de la mayor colonia de vampiros existente en el mundo. No circulaban apuestas entre ellos. —El comedor –comentó Diana–. Los que mataban por placer eran las tribus y bandas urbanas de vampiros. Diana le dijo que. mientras un conturbado David le seguía. el dinero no tenía ningún valor entre ellos. pero escalofriantemente semejantes a ciertos grupos humanos. le explicó Diana. ¡Deportes bajo tierra! Diana comenzó a explicarle las costumbres de aquellos vampiros cavernícolas. no en157 . esencialmente diferentes de los vampiros templarios y de los urbanos. es que allí vivían sólo aquellos vampiros que por alguna razón se habían habituado o deseaban experimentar la vida en grupo. Debido a la altísima capacidad de recuperarse de traumatismos y agresiones externas de los vampiros. se estaba celebrando en un extremo del estadio subterráneo. Pero Rogelio le había convencido finalmente de la incluso importancia de encontrar a un vampiro habituado a la compañía de sus semejantes. u osaba agredirles cuando le eran robadas sus reses en las granjas objetivo de los vampiros en sus incursiones nocturnas. Muchos de ellos luchaban como medio de adquirir fama y prestigio. pero había bandos que apoyaban claramente a uno u otro contrincante.bajo. Otros sí. obviamente. vivían ocultos y dispersos en las montañas y de día se introducían en cuevas. Y normalmente a humanos. según había oído hablar. La mayoría no eran violentos en sí. Allí se creaban bandas de vampiros que solían competir entre sí por adquirir el mayor prestigio en la colonia. pero conducía a una enorme caverna donde un gran grupo de vampiros jóvenes se daba a toda clase de juegos violentos. como una competición de lucha libre que. pero no siempre matando. La mayoría. no lo es –aseveró Diana–. Sobre todo cuando ésta se compone de pequeñas bandas que pueden rivalizar por el dominio de una zona durante las noches o. y aquel que ose hacer frente a su autoridad puede morir desangrado. Por eso te recomendé que asumieras un porte arrogante. Diana meditó unos instantes. de manera que todos comprobasen que era el más fuerte de todos. normalmente calaveras borrachos que no saben dónde se encuentran. David abandonó su contemplación para volverse a mirarla–. o el más ágil. Nada se hace aquí dentro si no lo permite su voluntad. Parecían estar la totalidad de aquella colonia. Cuanto más aterrorizados acaban. a cambio. Esta colonia la domina un cacique llamado el Alfaquí. por muy pequeña que ésta sea. más fatuos se consideran. Si alguno de ellos realizaba una hazaña especialmente destacable. La reputación y la decisión es esencial en una sociedad de vampiros. Algunos venían del exterior para medir sus habilidades entre ellos. le obligaré a abandonar su privilegiado pues158 . ya que nuestra raza tiene un temperamento egoísta mucho más fuerte al considerar el dominio sobre los demás como la mayor fuente de autocomplacencia. Ahí está la humillación. —¿Apostar? Dijiste que aquí no se apostaba. apostar. que observaba con interés el bestial partido de fútbol que se desarrollaba junto a ellos. Ya no se trata de dinero. —No es doloroso en absoluto morir desangrado –dijo David. observando a su alrededor a los más de treinta vampiros que se reunían en aquel lugar. —No se apuesta. Al recordar este hecho. Voy a apostar que venceré a alguno de los secuaces del Alfaquí. distraído. tuvo una idea. dinero. pero es difícil hacerlo. incluidos algunos procedentes del exterior. —¿Y vamos a ver a ese Alfaquí? —Podríamos intentarlo. —¿Pelear? –repitió. como aquí. los vampiros continúan dispersos o agrupados en pequeñas tribus de muy escasa relevancia. —¿Sabes pelear? –le preguntó a David. sino de imposición de la propia voluntad.tre ellos. ¿No pretenderás que…? —Sí. una muerte lenta y humillante en un vampiro. o el que más combates seguidos aguantaba en pie. podía ser admitido en el reducido grupo al servicio del Alfaquí. también durante el día. su valor lo basan en la capacidad de aterrorizar y de tumbar la mayor cantidad de vampiros en una sola noche en competiciones como ésta. Además. que fue el que creó este pueblo de las montañas. sobre todo en la competición de lucha. —¿Personas humanas? ¿Qué clase de preponderancia encuentran haciendo eso? —Entre los vampiros urbanos suele haber la costumbre de aterrorizar a los más nocturnos de los humanos. ciertamente. —Efectivamente. En caso de que no exista tal dominio. Y es sólo aquel vampiro o grupo de ellos que consigue una clara autoridad sobre los demás el que consigue formar una sociedad de vampiros. El árbitro anunció el resultado del combate y la derrota del vampiro caído en su apuesta de cinco combates. aquí! Finalmente. pero en el último momento el contrincante. En aquellos momentos parecía que lo iba a conseguir. ¿Osas enfrentarte con uno de esos matasiete? —Desde que me embaracé de Jorge no he luchado contra vampiros. pero aún estoy en forma. lo tumbó en el suelo de un gancho en el estómago que le hizo aullar de dolor. haciéndose oír por encima de los demás. Por la propia naturaleza. sólo osarlo. que no era por tal hecho un miembro del sexo débil. Debido a ello. que no cesaban de clamar pidiendo un puesto en el cuadrilátero–. sería ya escandaloso en el propio mundo de David. Todos se quedaron en suspenso esperando a que dijese con quién se atrevería a combatir. No fue porque se tratase de una vampira. señalándola con su largo dedo índice rematado por una afilada uña que amenazaba con clavarse en cualquier sitio con sus rápidos y ágiles movimientos. —¡Aquí! –gritó Diana. 159 . pero ésta poseía una resistencia mayor y una recuperación más rápida de las lesiones externas. Nadie se esperaba a sí mismo como aquel afortunado. tras lo cual incitó a los presentes a continuar con sus desafíos. Obviamente. —¿Alguien más está dispuesto a probar sus fuerzas? –exclamó. ¡Eh. —¿Tú? –le espetó David–. un vampiro algo más bajo pero más corpulento que el primero. sólo si estaba bien entrenada.to. Tardó más de cinco segundos en levantarse y fue declarado vencedor el último de los cinco rivales del vampiro apostante. un vampiro debía ser rápido y evitar exponerse directamente a una vampira o podía acabar siendo vencido por ésta. el árbitro. y aquello iba mucho más allá. aunque ningún vampiro tuviera reparos de sacudir a un miembro del sexo femenino. el árbitro se fijó en ella. lo cual no era bastante corriente. David la miró asombrado y admirado al mismo tiempo. mientras algunos de los allí presentes se apartaban sorprendidos al ver quién había demandado el puesto. Seguro que acepta. y prácticamente podemos dar por hecho que el Alfaquí pedirá verme. sino por su repentina e inesperada aparición. estimulando a los presentes. Una mujer que se atreviese a enfrentar contra luchadores profesionales. Parecía plenamente dispuesta a hacerlo. aunque hacía bastante tiempo que no se atrevía una vampira a lanzar un desafío a un vampiro en aquel lugar. —¡Una nueva oportunidad para el sexo femenil! –clamó a toda voz. un vampiro tenía una fuerza física mayor que una vampira. y no se veía ninguna otra vampira por los alrededores del cuadrilátero. ¿De dónde había salido aquel engendro? Diana se dirigió al grupo que contemplaba el último combate de un vampiro alto y delgado que había apostado que aguantaría cinco combates seguidos contra cinco vampiros que él mismo había escogido. y nadie se lo reprocharía conociéndole lo suficientemente bien. cuyo nombre venía de su golpe favorito: un directo al corazón que él mismo llamaba el cañón. —En caso de resultar vencedor. formando parte de sus tres mejores hombres. y que solía dejar inconsciente al que recibía semejante golpe en dicho punto débil. ¿desea imponer a su vez algún tipo de imposición al rival? —Me bastará con partirle el cuello –aseguró el Cañonero. —¿Acepta las condiciones? –le inquirió el árbitro. Pero no ocurrió nada. 160 . bastante mayor que un cuadrilátero de lucha libre o boxeo–. a los que solían llamar burlonamente la mano derecha. esperando ver una airada reacción del Cañonero. nadie podía imaginar ni en la peor pesadilla que una vampira pudiese derrotar a aquel vampiro de enormes manos.Sólo Diana podría saberlo. no parecía que fuese a aceptar el reto. En un principio. Éste se enfureció de tal manera que algunos se apartaron de él para evitar que lanzase contra las paredes a cualquiera que se interpusiera en su camino al ring. totalmente desproporcionadas con respecto a su delgado y fibroso cuerpo de mediana altura. Llevaba un año al servicio de éste. Aquello no iba a terminar especialmente bien. y comenzó a reír con una estentórea carcajada que hizo recorrer un escalofrío por el cuerpo de David. con una sonrisa que denotaba su firme seguridad en sí mismo. Diana conocía a la mayoría de la banda del cacique y había reconocido al Cañonero por sus grandes manos como platos. por lo que aceptó el reto sonriendo con claro desprecio a la templaria. En caso de ser vencido deberá abandonar su puesto junto al Alfaquí. También eran muy temidos sus golpes secos con el filo de la mano que casi siempre partían la clavícula del desdichado. en los que se había medido con vampiros de todas clases y niveles en mucho tiempo. él mismo incluido. ¿Desea imponer algún tipo de condición en caso de la derrota del rival? —Sí –dijo Diana–. El vampiro se quedó mirándola con una expresión de burla. Pero algunos conocían a Diana y sabían cómo se las gastaba. —Reto a un fuera de combate al Cañonero. —Las acepto. —¡Ha aceptado! –vociferó el árbitro. Todos lanzaron una exclamación de sorpresa al ser nombrado el mano izquierda del Alfaquí. Por todo ello. Más de uno de los allí presentes quedaron enmudecidos al escuchar la declaración de Diana. izquierda y el miembro viril del cacique. Y aún no había sido vencido en los múltiples combates dentro y fuera del ring. que miraba estupefacto cómo aquel tipo de fiero aspecto subía al cuadrilátero sorteando las tensas cuerdas rojas que delimitaban un espacio rectangular de doce por diez metros. ante el pasmo de David. Éste se tambaleó sin caerse y. aparte de algunas exclamaciones fustigando a ambos a comenzar la pelea antes de que el árbitro diera comienzo. cuando la mano se dirigía al centro de su rostro. Por contra. pero no se amilanó. como a veces ocurría cuando alguno de los dos había provocado al contrincante previamente. los insultos que le articulaban acabaron por hacer mella en su ánimo y atacó tomando impulso con las dos piernas separadas y girando su tronco. Vamos a dar comienzo a un enfrentamiento a fuera de combate entre el Cañonero y Diana. lentamente. con un giro del tronco. que se veía incapaz de esquivarlos todos y que le impedían contraatacar de forma efectiva. ya que se había quedado parado observando con una expresión de sarcasmo a Diana que. Diana se agachó hacia adelante en el último instante. Éste la seguía con la mirada. y no regresase en un lapso de diez segundos. Volvió a prepararse para otro de sus temidos puñetazos. Pocos segundos más tarde. Éste se volvió hacia el público para anunciar las características del nuevo combate–. consiguiendo apenas varios golpes en la cara y mandíbula que partieron el labio al imparable vampiro. volvió a tambalearse sin haber recibido ningún nuevo golpe. concentrando toda la fuerza en su enorme puño diestro. pero el público solía tomar su propio partido. También se consideraba derrotado aquel que fuese lanzado al exterior del ring. Diana se había incorporado totalmente hacia atrás fuera de su alcance sin apenas haber usado los pies para impulsarse. Pero no sabía que el Cañonero jamás usaba los pies para algo más que correr y saltar. impávido. El rival no podía impedir dicha reentrada. cuenta habida de la debilidad de sus golpes. parecía tratar de rodear a su rival. esta vez de los rápidos y secos que escocían intensamente y dejaban al rival expuesto a otro golpe mayor. 161 . El Cañonero se sorprendió de la agilidad de su competidora. El árbitro preguntó algo al oído de Diana. dejándolo inconsciente o paralizado. es decir. hizo de contrapeso para lanzar con la diestra un puntapié al cuello del Cañonero ante el griterío del público. en caso de resultar vencedora. Una vertiginosa andanada de golpes con la mano y el puño cayó sobre Diana. haciendo temer a David que fuera a darle una patada en el rostro a la ahora totalmente expuesta Diana. levantó las piernas de atrás hacia adelante adelantando más la izquierda con la que. Al caer de nuevo.—Pues entonces. Apoyándose con las dos manos en el suelo. lo que le dio tiempo a Diana a prepararse para realizar un nuevo giro a menor altura para derribarlo pateándolo a nivel de las rodillas. A fuera de combate significaba que uno de los dos debería dejar inmovilizado al otro en el suelo durante más de cinco segundos sin hacer presa. con la imposición de ésta a él. extrañamente. ¡Que empiece el combate! David cerró los ojos. si no existe nada más que impida el inminente desarrollo del combate… –Nadie dijo nada. de abandonar su cargo junto al Alfaquí. que le contestó con una breve frase. Y todos clamaban profiriendo insultos al Cañonero para que actuase rápidamente. El Cañonero saltó a tiempo. voy a responder a tu pregunta. pero sí escuchó cómo el gentío aumentaba el volumen de su clamor a un nivel ensordecedor. donde el árbitro se desgañitaba a los cuatro vientos anunciando el fantástico uppercut con el que había concluido vencedor el invencible Cañonero. No debes preocuparte. sin perder la leve sonrisa de complacencia que enfureció a David–. Volveré –aseguró. especialmente. junto a un pilar de piedra que sostenía una canasta de baloncesto–. —¿Después de haberte hundido el pecho? ¿Vas a dejar que ese maldito cabrón te humille de esa manera? Pues bien. Tras dejarla en una cómoda posición que le permitiera recuperarse favorablemente. Al levantar la mirada escuchó el grito de David mientras el enorme puño del Cañonero describía una parábola ascendente que impactó en el tórax de Diana. sonriendo–. —¡Diana! –le llamó. tratando de cansar al Cañonero. viendo horrorizado como le brotaba sangre de la boca.uno de los puñetazos de él la golpeó en el antebrazo derecho. Sí. No volvió a levantarse. Éste no había visto cómo Diana se detenía en el aire. aquel manazas. Me recuperaré. No vio cómo el secuaz del cacique daba un paso hacia atrás. que no parecía disminuir la fuerza y velocidad de sus movimientos de brazos. —Entre los vampiros no es bestialidad pegar así una mujer –sentenció Diana. Al fin llegó a ella. No te preocupes –dijo. —Te aseguro que para entonces estarás perfectamente atendida. cogiéndola de la nuca y elevando ligeramente la cabeza. para evitar que se ahogase con su propia sangre–. Alguien dio un grito y otro exclamó una frase extraña que David no llegó a entender. Tal vez esté bien en un par de horas. –David la cogió con ambos brazos y la transportó a un rincón resguardecido del estadio. sé luchar. caminó de vuelta al cuadrilátero. deslizándose por sus afilados colmillos como si acabase de alimentarse del fluido vital un gran corcel. Se detuvo a un metro de altura en el aire y se posó suavemente en el frío lecho de roca. provocándole un dolor ardiente que le impidió usar más ese brazo para detener los golpes. David gritó sobre todas las voces para que pudiesen oírle todos y. Ésta salió despedida por los aires con una fuerza impresionante hasta el exterior del cuadrilátero. Se limitaba a esquivar. 162 . Finalmente. y me voy a enfrentar con ese bestia sin escrúpulos. pero sin gritos de dolor. e hizo doblarse en dos a Diana de la misma manera en que se había doblado el vampiro larguirucho en el anterior combate. un golpe la alcanzó en el estómago. Creo que ya hemos llamado suficientemente la atención como para que el Alfaquí se interese por nosotros. ¿Estás bien? —Me recuperaré. Pero no cayó al suelo. que no era precisamente una de las partes más duras de su cuerpo. David corrió hacia ella rodeando el ring y empujando a todos los que se amontonaban para contemplar el estado de la vampira. incluso armado. que muerden como una serpiente y acaban con la paciencia del rival. y no tratar de realizar golpes fuertes y lentos. La ira no es una buena compañera en el momento en que es necesario recurrir a la violencia. abrumado por el desconocido ambiente que rodeaba al inminente duelo. pero la desventaja de requerir un control del movimiento muy preciso y una agilidad que a David le costó años de duro entrenamiento conseguir. arte marcial en el que pueden obtenerse resultados en relativamente poco tiempo. a pesar de ser una técnica muy agresiva. cada una un palo de madera. y del oído.» El autocontrol era esencial en la práctica del kárate. que perdió pero que fue el lugar más alto al que jamás había soñado llegar. metal o goma. 163 . y David se veía obligado a luchar con las manos desnudas contra un vampiro duro como el hierro.—¡Reto al Cañonero! Todos se volvieron hacia él. para estar dispuesto a un nuevo enfrentamiento. Trató de vencer la euforia que le corría por las venas procedente de la vista. puesto que se trata de vencer al contrincante recibiendo el menor daño posible. dejando al descubierto unos gruesos y fuertes brazos que demostró al público que aquello podría ser realmente una buena pelea. que se quitaba la chaqueta y el reloj. la técnica que David entrenó antes de introducirse en el kobudo. contribuyendo a aumentar la concentración en el disciplinado combate. Ha sido adoptado en otras artes marciales como el kobudo. sino rápidos y secos. “La ira es como crear un tifón para destruir al enemigo: puede acabar contigo y con todo lo que te rodea también”. que suba! El público volvió a mostrarse realmente entusiasmado. Pero el kobudo es una técnica que emplea armas como el bo1. como el perlón. que se unen por medio de una cadena o cordón de adecuada dureza. He de basar mi técnica en la base del kobudo. ¡Vamos. El kárate combinado con ninjitsu. Sintió miedo durante unos instantes. —Hoy tengo realmente una buena noche. Es un arma propia del kobudo. En aquella ocasión fue presenciado por quinientas personas que apenas emitían un leve murmullo. respecto de lo que le había ocurrido a Diana. según tipo. y más tarde su empleo como arma derivó en el bo-jutsu. ofrecía la ventaja de ser considerablemente efectivo contra cualquier tipo de contrincante. Antiguamente lo usaban los peregrinos para subir al Fujiyama. con todo aquel hirviente público que en nada se asemejaba al que solía asistir a com1 2 Bastón de roble u otra madera muy dura. sobre todo durante los cuartos de final del campeonato mundial de kobudo. Siempre lo decía mi maestro. vociferando a lo largo del pasillo que se había formado entre él y las cuerdas rojas que bordeaban el (tatami) tapiz. los sais y los nunchakus2. «Pero el hierro es fácilmente quebradizo –pensó David–. El aludido volvió a sonreír. de 180 ó 120 centímetros de longitud. Trató de inspirarse recordando el aún más numeroso público que había tenido en toda su vida peleando sobre el tatami. el kárate. Arma oriental que consta de dos o más partes. David no se vería obligado a cesar la lucha en el momento en que el vampiro se viera parcialmente incapacitado a continuar. y se volvió con rapidez lanzando la zurda hacia el cuello de David. con una sonrisa que iluminaba su rostro junto con el iris. —Vista la confianza en sí mismos de ambos contrincantes. Se sorprendería. Éste se lo había esperado. pensó. dejando prácticamente vacías y oscuras el resto de las instalaciones al centrar la luminosidad ocular en aquel escenario.bates de artes marciales. por lo que. ¡Indignación! ¡Combatir contra un humano…! ¡Voy a hacerte pedazos! El público se animó con esas palabras. ¿En qué lo verán?» —¿Miedo? –respondió. sin caerse. ¡Que comience la pelea! David no se inclinó con el gesto que en un karateka supone demostrar el respeto al contrincante antes del combate. por lo bajo–. Algunos de los que jugaban al fútbol habían abandonado su puesto para contemplar aquel extraño e improvisado combate. ¿Cuál es su nombre o alias? —El Trasquilador –contestó. Sólo el campo de fútbol sala permanecía aún activo. El vampiro vaciló. aunque nadie sabía que él iba a luchar con una técnica de kárate híbrido. por lo que 164 . «Victoria podría llegar a ver esto sin necesidad de tubos fluorescentes –se dijo David–. Se le había ocurrido en un sólo instante. ¡Maldita sea! ¿Por qué habré aceptado? —¿Acaso tienes miedo? –le preguntó David. no creo necesario preguntar qué tipo de combate prefieren o si desean imponerse mutuamente condiciones de vencedor y vencido –decía el árbitro. No tardó en habituarse a la luz. Desde aquel altivo puesto podía abarcar el estadio al completo. »O tal vez saldría corriendo». —El Trasquilador contra el Cañonero en un reto a fuera de combate. El Cañonero se lanzó directamente hacia David. observando cómo aquel público aumentaba. David subió al tapiz. al monomaníaco público yanqui que pagaba pequeñas fortunas por poseer un privilegiado asiento en primera fila en los sofísticos combates de los herederos de Hulk Hogan y Macho King. Diana observaba desde lejos. y a David comenzaba a deslumbrarle aquella concentración de decenas de pares de pequeñas lámparas que emitían un concentrado rayo blancoamarillento. ampliando su sonrisa. dejando de adoptar la pose de ataque–. Éste esquivó el puñetazo que había tratado de darle en el estómago. Más bien. —¡Eres un medio vampiro! –dijo el Cañonero. Y aquel parecía querer incluso tomar parte en la misma lucha. Luego le preguntó a David. «Hoy todo el mundo me echa en cara que no sea un vampiro –pensó–. con una sonrisa. Eran ya más de veinte. furioso–. aprovechando la postura para golpear su costado con fuerza. David. éste le derribó con la pierna derecha. Llegó a cinco. Un vocerío se elevó en el ambiente. apostado en un lugar cerca de una de las esquinas del ring. derribando a cuanto vampiro se le interpusiera en su regreso al ring. aprovechando el impulso que aún conservaba. minúsculas en comparación con las del Cañonero. giró sobre éste lanzando un fuerte codazo al cuello del Cañonero. Las piernas. apoyándose en el suelo con las manos. inmovilizándolo. tomó apoyo en la canilla de la pierna derecha del Cañonero y. lanzándose contra las cuerdas. El vampiro volvió a intentar una rápida sucesión de golpes. seguía en pie sin ni siquiera mostrar una sola señal de sentir dolor en el cuello. Sus manos. cayendo encima de los espectadores de primera línea. ya que el Cañonero propinó puñetazos en todas direcciones. con el otro. David le esperaba con una sonrisa en los labios. Levantando ambas piernas. las flexionó para lanzarlas seguidamente al pecho del vampiro con todo el impulso que le permitieron sus afirmados brazos. haciéndole perder el equilibrio. desvió la otra pierna. y su defensa estaba condenada al fracaso si no contraatacaba rápidamente. Con un pie. Finalmente. pero aquello superaba toda descripción. Se separó rápidamente de él para contemplar el efecto que había tenido en su rival. lanzando sus puños una y otra vez a todas direcciones. furioso. que usó sus brazos para evitar el impacto sobre su torso y. expuesto a la furia de los espectadores. siendo desviados o esquivados.pudo desviar el golpe percutiendo en el duro antebrazo con un golpe seco. Cuando el Cañonero volvió hacia él. que al vampiro le pareció tan estúpida que se abalanzó sobre él. David sabía perfectamente como desviar un puñetazo sin hacerse daño en el antebrazo o mano. Comprendiendo lo que su instinto de luchador le decía. comenzaban a enrojecérsele. no pudo evitar caer con celeridad sobre David. esperó hasta el último instante para caer de espaldas y proyectar sus piernas hacia las del cañón vampírico que corría a toda prisa hacia él. tomó impulso para recorrer a alta velocidad los ocho metros que le separaban de David que. Inmune a los golpes. no sabe usar las piernas. Se estiró hacia atrás. y con impulso». estiró brazos y piernas hacia arriba para lanzar al aire al vampiro. Debido a la rapidez con que corría. y. El Cañonero volvió a incorporarse tan rápidamente como David. «Dios… Si le he dado fuerte. Éste salió despedido por encima de David y de las tres cuerdas grana. pensó David El vampiro corrió a un lado alejándose del granadino. apenas poseía espacio para esquivarle sin salir fuera de los límites del cuadrilátero. éste consiguió agarrar su brazo derecho e. ninguno de los cuales alcanzó a David. derribándolo hacia atrás y haciéndole caer de espaldas. que lo recibieron con regocijo. pero éste ya había decidido qué hacer. Al subir. El árbitro comenzó a contar. propinándole un puntapié con la zurda en la cara antes de que cayese al 165 . Éste gritó de dolor. con una pierna por delante. que se había astillado el esternón. estaría perdido. mientras el vampiro se levantaba para levantar los brazos hacia el público. —¡Dos…! Creyó. pero los brazos consiguieron detener parte del impulso y no llegó a descoyuntarse. girando para apuntar con su codo. y. así que se apartó del vampiro a una prudente distancia y se agachó para aliviar la presión sobre su esternón. Sintió una punzada en el pecho. hundiéndolo como si hubiera desmostado un jugoso manto de vides. en volandas. haciendo girar al granadino como una rueda. No invoques a la ira si no estás seguro de que ya no puede destruirte a ti mismo. fue él el primero en lanzarse contra el contrario. Cayó al suelo sobre su cabeza. el cual comenzaba a levantarse con esfuerzo. el aplastamiento. Alzándose. se lo clavó en el pecho a David. No podría luchar con el pecho seccionado si no quería que una esquirla le atravesase el corazón. —¡Cuatro…! No era así. Al levantarse. girando en círculo en el aire con las dos piernas hacia abajo. David corrió hacia las cuerdas elásticas más cercanas y. asestar una tremenda patada en el cuello del desconcertado vampiro. que también bajó a tierra con estrépito. por lo que se la ofreció dócilmente. Incorporándose rápidamente. Sabía que se la aferraría de la misma manera que anteriormente.suelo y partiéndole la nariz con un sonoro crujido que no pudo oírse todo lo claramente que todos hubieran querido debido a su propia vocinglería. para luego servirse de aquel agarramiento como apoyo para izar la otra pierna y. —¡Tres…! Pero si era así. incorporándose de nuevo. Res166 . ya que había abierto aún más la herida que le hiciese Diana. se subió a ellas para ejecutar un salto mortal que. El vampiro no pudo gritar al perder bruscamente todo el aire de sus pulmones con el tremendo impulso que recibió sobre el diafragma. El Cañonero saltó. David le lanzó una patada nada más levantar él la cabeza. —¡Uno…! David no sabía que si no se incorporaba recibiría su primera derrota en tres años y medio. pero el vampiro le agarró de la pierna e. se dispuso para ultimar los detalles que aún le restaban con aquel vampiro deforme. durante un instante. —¡Uno…! David sentía que no podía respirar. Cayó dos metros más allá. que prorrumpió en un enfervorizado rugido como todavía no lo había hecho. Recordando aquel consejo. preparándose para lanzar otro de sus golpes favoritos. Pero había perdido. se dirigió al vampiro. sangraba por la nariz y la boca. Cayó sobre su estómago. soltando a David. lo lanzó bien alto. realizando aquello por primera vez desde aquel singular apoyo. Recítemela. lo volvió a guardar en la caja negra. Voy a cortar. si no fuese un vampiroide. Quizás esté allí en estos momentos. Pero esto es esencial: no debe pasar de la isla. no va a ser nada fácil impedirlo. Actualmente he conseguido una lista con el itinerario que va a seguir. —Yo actuaré desde Estocolmo o desde donde haga maldita falta. Lo que podría ser. Yo me encargaré de los anteriores destinos. En un par de ocasiones. Pero si llega. 21 —¿Y bien? ¿Sabe dónde está? —No. consciente de la prohibición de aparatos de telefonía móvil en toda la isla. Sabía que. Marco aún no había muerto. pero no vale la pena ir en su busca. Continúe. De momento no saldrá de Europa. Pronto lo sabré con exactitud. lo que significaba que sería abandonado al exterior cuando su cuerpo adquiriese el hándicap o la capacidad de ser destruido por la luz solar. 167 . como se sabía. pero sí de la Comunidad. —¡Dos…! ¡Tres…! ¡Cuatro…! ¡¡Y cinco…!! El Cañonero expulsó sangre por la boca con un fuerte impulso que lo hizo estremecer. —Ya decidiré yo que valdrá la pena y qué no. pero durante su transformación se había decidido proceder con él el óbito. —Aparte del Monasterio de Piedra. La voz continuó recitando lugares. ocultándolo bajo una piedra roja que constituía una inconfundible señal que albergaba el único medio de comunicación clandestino que había existido en toda la isla durante cientos de años. —Bien. donde probablemente mataron a Marco. El vampiro apagó el móvil en la oscuridad al mismo tiempo que Frederick y. Tal vez no pase allí ni dos días. en un plazo de varios días. Aún no. Ya están sobre alerta. y no permita que entre en la isla. después de aquel colosal esfuerzo. —Manténgame permanentemente informado. una de ellas templaria.piró con fuerza y avidez. Cuando concluyó. —Bien. mientras Frederick Van Basten grababa la lista en la memoria del móvil. Entendido. pulsó el botón para detener la grabación. si consigue escapar. —Allí se dirigirá a las tres colonias existentes de vampiros. —Muy bien. está Covadonga. ya habría sido aplastado y muerto por aquella fiera de los abismos. Frederick lo había contratado por dos millones de euros para mejorar aquel Arte que conoció cuando tuvo un accidente a los veinticinco años. doscientos kilómetros más al sudoeste. Su entrenador. con el Rey: Bruce Lee. por su parte. que unificaba lo mejor de veintisiete estilos de lucha. Y entre ellos se incluía a sí mismo. Su peculiaridad consistía en la abundancia de golpes aéreos y giros imposibles. Esto le granjeó el desprecio de muchos consagrados maestros de kárate. atreviendo a enfrentarse con piratas. como el limalama. maestros de kung fu. mafias ninjas. Allí moraba durante sus breves estancias en la capital de Suecia. excluido el sumo. pero fue el verdadero lanzamiento de Martín. y sin el uso de ningún tipo de arma. fue uno de los pocos amigos íntimos de Gino Martín. Pero no pudo evitar que la mafia china hiciese con él lo mismo que con su padre. Brandon Lee. el entrenador de Frederick. Más tarde amplió el contrato a siete millones si le adiestraba en aquella técnica de lucha que había adquirido durante largas décadas de duros aprendizajes y corriendo riesgos infrahumanos. y de algunas artes polinesias. Se dirigió por el pasillo al gimnasio de su lujosa residencia. lo que solía tomar como unas pequeñas vacaciones con su dulce chica. por supuesto. dejar de lado las posiciones fijas y evolucionar a medida que avanzaba el combate. Ésta se encontraba en la pequeña isla de Rotholmen. pero aún faltaban numerosos detalles que ultimar. Este Arte es el que permitía realizar los imposibles movimientos que había que realizar con una exactitud estroboscópica para resultar plenamente efectivos. un vampiro de larga cabellera y ojos casi negros. Este famoso actor de cine y experto en la trepidante y peculiar técnica de lucha llamada Jeet Kune Do. incluso frente a varios adversarios a la vez. los más oscuros que jamás llegó a ver en un vampiro. como el capoeira. Más tarde se hizo cargo del hijo mayor de Bruce. colocó su aparato de nuevo en el cargador. asesinos. y brasileñas.Frederick. había viajado alrededor de todo el mundo durante cincuenta años adquiriendo nuevos métodos y habilidades para alcanzar el difícil reto de lograr aunar todos los movimientos de defensa y ataque posibles en una sola técnica que permitiese a un solo vampiro ser absolutamente invencible. Ésta era una modalidad de lucha con adquisiciones de la lucha oriental moderna. Se sentía satisfecho con los últimos logros conseguidos en aquel controvertido negocio. Una peligrosa vida de auténtica lucha pululando sobre todo en los bajos fon168 . Con él había aprendido una nueva filosofía que aconsejaba liberarse de la rutina. situada en el interior del lago Mälaren. clanes samoanos… Y. Se disfrutaba de bellas vistas nocturnas desde el gran ventanal que conformaban la pared este del gimnasio. las cuales disfrutaba durante sus entrenamientos en lucha aérea. al oeste de Estocolmo. que pocos vampiros conocían o podían desarrollar. Y todo ello tenía su base en el Arte. con su juventud y carisma. y Gino aceptó gustosamente la multimillonaria oferta que le hizo a cambio de ceder los conocimientos que había reservado toda su vida para sí y para su desgraciadamente fallecido pupilo. pero más tarde llegó a comprobar que aquel prodigio de ojos llameantes tenía un espíritu de dominio desmesuradamente fuerte. y ascendía en su técnica como la espuma. Hasta que Frederick lo descubrió. En un principio. Gino se preguntaba si no había sido demasiado ingenuo al concederle un plazo tan largo. ninguna de ellas tan poderosa como una estrella. Aunque ignoraba sus intenciones. Llegó al punto de amenazar con romper el contrato. Los grandes tejados verdes de las casas antiguas destacaban sobre la moderna urbe. Cuando se agotó la munición. ilusionado por el hecho de que Frederick. supuso que aquello le venía del corazón. Aquel joven y millonario vampiro de ojos terroríficos había demostrado una inusitada habilidad en el control del Arte. Y si en algún momento se veía imposibilitado de rechazar algún balón. Deberíamos lastrar los balones para darles mayor solidez. como a él. O. —No temo al dolor –dijo Frederick–. Activó el cañón. que jamás había poseído tanto dinero. Y no le decepcionó. lanzando balones en todas direcciones y especialmente hacia Frederick. aún no le había tocado ninguno de ellos. técnica de lucha aérea y dominio del Arte que superaban con mucho lo que él mismo hubiera esperado de cualquiera de los escasos y seleccionados alumnos que había tenido a lo largo de todos aquellos años.dos de las grandes ciudades chinas había sido su ser durante largos años de búsqueda de venganza. En seis años de durísimo adiestramiento había llegado a adquirir una complexión física. Aquel ambicioso vampiro pretendía dominar el mundo en un breve plazo de tiempo. pero no tenía la más remota idea de cómo. fuese para él como un nuevo Brandon. —Perfecto –celebró Gino–. No puso más objeciones. sólo la condición de que tras cinco años más cesaría aquel contrato. Millares de luces. tanto hombres como vampiros. incluso. destellaban en las riberas del lago atravesando la límpida cristalera de la pared este. Había llegado a formar un clan y una mafia propia. cincuenta balones. al haberlo aceptado. Algo que surgía como una vocación pura que daba a uno la razón de ser y de existir. algo que desagradó profundamente a Gino. más aún de lo que era propio entre los vampiros. que golpeaba una y otra vez impidiendo que alguno de ellos le rozase el tronco u otra parte del cuerpo que no estuviese realizando en ese momento un golpe. recordando los viejos tiempos en los que ningún ser humano en la Tierra dominaba por sí solo a millones de personas que consciente o inconscientemente per169 . una cantidad exorbitante para Gino. algo que Frederick solucionó aumentando la suma a los siete millones de euros. lo detenía en el aire directamente. Así sabrás lo que es el dolor del combate. Sólo temo al Sol. amenazando con llegar a ser demasiado peligroso. Sobre todo cuando tuvo conocimiento de la fabricación de armas letales para los vampiros por su parte. Ya habían pasado dos. aunque sin marcar un miserable gol. No poseía más que una mesa grande de piedra con una plancha de cristal encima del tablón de granito y asientos cómodos de lienzo y madera. Los dos vampiros grandes salieron fuera a un gesto del cacique. David se había incorporado al equipo de fútbol tras terminar vencedor en aquel reto. Encima de la mesa había un maletín que. me ha derrotado porque no conocía su peculiar manera de apalear a la gente. Ha sido un reto aceptado por ambas partes en el ring de la cancha. Cuando llegaron al pequeño salón. —Nadie reta al Cañonero desde hace un año –apuntó el calvo–. hubiese vencido. Y en estos momentos lo hace una vampira. sin mostrar emoción alguna–.manecían esclavizadas por un solo ente que a su vez era el mayor esclavo de todos ellos. que contemplaba animada aquel feroz partido del que David había salido milagrosamente ileso. sería un ordenador portátil. Un caballero que se expresaba en forma de papel. y trozos de plástico había sido el verdadero amo del mundo durante milenios. David la acompañaba a su lado. Iban a ver al Alfaquí que. 22 Diana caminaba con toda su energía. recordando el que vio en el Monasterio de Piedra. plenamente recuperada de las extensas contusiones que había sufrido durante aquel inútil combate. lo ha conseguido 170 . y también varios objetos de cristal y metal. supuso. efectivamente. un poco alejados de la mesa. —Acabo de saber que ambos han provocado un enfrentamiento con Rafael el Cañonero. Éstos fueron a buscarle cuando estaba junto a una Diana parcialmente recuperada. en el que un vampiro de mediana edad completamente calvo y con una fuerte luminosidad en los ojos que sobrepasaba lo normal los esperaba. David se sintió sobrecogido por la austeridad de la caverna. —No ha sido una provocación –dijo Diana fríamente. Pero eso a Frederick no le interesaba más que el hecho de que él no tardaría en ser el primero. metal. —Pero no ha sido así –insistió el calvo–. De hecho. Algún tiempo después. les había mandado llamar. —No temo al Cañonero –aseguró–. Y sin embargo. De saberlo. Éste los invitó a sentarse frente a él. David se llevó a Diana. invitado por un grupo de vampiros muy jóvenes. dos vampiros de intimidante tamaño se dirigieron a él. pero nunca de una manera tan patente como en estos tiempos. Siete personas poseían la suficiente riqueza como para acabar con la totalidad de la opresión del tercer mundo. —El Alfaquí ha ordenado que os conduzcamos a su presencia a ti y a tu compañera. Sólo levemente. No reconoció a aquel luminoso y de resplandeciente corona boreal como al nuevo Príncipe de los Templarios. Aquel tipo no tenía ni remotamente el aspecto de un gran noble vampiro. ¿Cómo diablos han llegado aquí y quién ha sido el maldito bastardo que los ha dejado entrar?» Obviamente. —Había pedido a Rafael que. Un simple gesto bastó para que ambos comprendiesen cuál era su cumplido en esos momentos. David y Diana se miraron mutuamente. —El mismo que extramuros –dijo Diana–. no conocía a Diana. por una vez nadie descubre que soy un vampiroide –pensó David–. pues aunque no los conozco sé perfectamente a lo que han venido. David no se fijó en la caída del Alfaquí. «¡Templarios! –se dijo a sí mismo el vampiro–. pues no parecía peligroso. Diana se sintió levemente desesperanzada. si vencía. No tan deprisa. esta vez de complicidad. pues supuso que Diana sabía lo que tenían que hacer en todo momento. sin realizar ningún movimiento–. No podemos aceptar su oferta porque. Y David comprendía a la perfección este tipo de gestos. Ésta se quedó en silencio unos instantes. que mandaban gigabits de información con sólo contraer determinados músculos faciales y adoptar cierta disposición y brillo de ojos. pero el chico lo ha hecho por ti. él abandonaría su puesto como hombre de confianza junto a mí. ni tuvo el menor interés. No has vencido. «Vaya. Voy a hacerles una oferta a ambos. pero sí sus 171 . Debemos marcharnos. El Alfaquí cayó inexplicablemente de espaldas cuando ambos giraron al mismo tiempo para hacer frente a los dos grandes vampiros que iban hacia ellos. no formamos parte de esta sociedad. pues se nos hace tarde para la salida del Sol –Diana se levantó mientras David le imitaba. Éste tardó en comprender. Creo que ignoran quién es el que gobierna intramuros. Por lo que veo. Dios.» —Y también sé que usted sabe manejar el Arte –dijo el Alfaquí. Hemos venido simplemente a divertirnos. encogiéndose de hombros–. Mantendré su convicción mientras me sirva de provecho. se preguntó David. Diana miró a David con un mohín de interrogación. Ella volvió a adoptar un nuevo mohín. Al fin comprendió. pues ambos sabían por qué habían tratado de hablar con el amo de aquellos lugares. «¿De qué diablos estarán hablando?».este chico. sencillamente. desde este momento no trabajará para mí. Pues bien. dirigiéndose a Diana. —¡Un momento! –les increpó el Alfaquí. —Sí –reconoció. Hace bastantes años que lo domino. Lo siento –rechazó Diana al Alfaquí–. pues se levantó de su asiento atrayendo la atención de los dos vampiros que se apostaban en la boca del salón. —Ad calendas graecas… –murmuró–. un vampiro de pura cepa que ha luchado como pocas veces se ha visto en estos parajes. Diez golpes seguidos en todas las partes del cuerpo con los improvisados nunchakus le dejaron completamente aturdido. Los dos corrieron hacia la salida a la misma velocidad con la que llegaron a la plaza. El vampiro lo miró. y 172 . poco convencido pero sin demasiada sospecha. El Alfaquí gritaba tras ellos. lo que le ocasionó un agudo dolor que le distrajo el tiempo suficiente para que le derribase con una llave de una inusual maestría. pero con el resonar del eco no comprendieron lo que decía. Se desprendieron con tanta facilidad que parecían haber sido construidas con el propósito de ser usadas como arma en cualquier emergencia. Diana los conocía. más grande y con aspecto de luchador de grecorromana. Diana se lanzó sobre el vampiro de la derecha. para escalar por la pared –intervino David–. hasta caer al suelo. sospechasen. para evitar que los vampiros. asestándole un golpe oblicuo con el borde de la mano en la barbilla.secuaces. lo que dio tiempo a David a arrancar de cuajo dos de las patas del frágil asiento en el que había estado segundos antes. que llevaba el pelo corto y parecía un marine. es tarde! ¡Dejadnos pasar! ¿No querrás verme convertida en polvo mientras conduzco a un vampiro que desconoce la zona? El vampiro abrió el paso haciendo una señal para que los otros cuatro se apartasen. Déjanos pasar. David comenzó a hacer girar los dos palos que tenía en las manos con tal velocidad que el otro vampiro. que no llevaba al estadio sino directamente a la catarata. Son las cinco de la mañana y pronto saldrá el Sol. Como era aquel caso. lo que aprovechó Diana para increparle. Aunque intuían que en pocos minutos tendrían a toda la colonia pisándole los talones. al parecer los vigilantes de las puertas. lanzando puñetazos en todas direcciones para tratar de parar aquel huracán. El ascenso me resultó difícil. vieron que les superaban en número. Cuando llegaron a la confluencia donde se encontraron por primera vez a los vampiros. —Son… —Son estacas. —¿Y eso? –pesquisó. —¡Vamos. Terminando con una patada en el estómago. ambos corrieron por el pasillo hacia la salida más cercana que conocía Diana. Eran nada menos que cinco vampiros que se volvieron hacia ellos con una actitud hostil. Éste imprevisto acontecimiento los dejó paralizados. señalando los palos de madera que llevaba aún David–. y no debo arriesgarme a caer al río. y no tuvo la menor duda de que eran lo suficientemente estúpidos como para haberse tragado totalmente que aquellos dos palos astillados pudiesen servir de estacas en una pared de piedra maciza. —¿Qué ocurre? –preguntó aquél que habló antes con Diana. se quedó atónito. Parece que estáis huyendo. —Se nos hace tarde –respondió Diana–. —¿Las de la moto o de los candados? –preguntó Diana. Quiero decir que sí puedo. En un terreno más estable. he perdido las llaves! –exclamó. ¡Vamos. haré. Otro vampiro tras él se recuperó de la sorpresa. El vampiro se revolvió en el aire y se desvió considerablemente de su trayectoria. convencido de ello tras una exhaustiva búsqueda. La ventaja que les llevamos es crucial para alcanzar las motos antes de que nos cojan. ¿Cómo es posible? No había notado la menor ráfaga de viento. —¿Qué importa? No puedo arrancar la moto –exasperó. Apoya donde yo apoye. Ésta se volvió a su vez. sobre el rugido de la cascada. Saldré yo primero. te lo aseguro –convino–. La atmósfera permanecía en una profunda calma. No han tardado demasiado.menos aguantar el peso de un hombre. —¡Mierda. consiguieron llegar a las motocicletas antes de que les alcanzasen. al punto que arrancaba y dos vampiros aparecían a 173 . —Seré un mico. —Dejémosla aquí. —Lo siento… —No. David pudo volver la mirada hacia atrás. Diana comenzó a quitarlas a una asombrosa velocidad. —Nunca vi las llaves de los candados. Un largo chillido volvió una y otra vez rebotando en las paredes de la garganta. Cuando llegaron a la entrada escucharon. Es muy segura. realizó todo el recorrido anterior a la inversa. Cuando llegó de nuevo al camino. mientras David le seguía sin vacilar. voces que provenían del interior. Uno de ellos saltó sobre él. Ella sonrió. Ni lo había olido. bajo el asiento. continuando su recorrido saltando de roca en roca hacia el camino. Debían habérsele caído al quitarse la chaqueta antes del combate. despierta! David se subió tras ella. «Ya han sido advertidos –pensó Diana con ironía–. Estos vampiros pueden trepar incluso mejor que yo. pero con una cierta inseguridad. para servirte de guía. —¡No las llevo! Están en el mismo maletero. dirigiéndose hacia el abismo sin rozar a David ni con las puntas de las uñas. —Recuerda que no te obligué a llevarla. sin pararte a pensar. que le observaba con interés y una leve sonrisa. —¿Podrás en un terreno como éste? –dubitó. Habrás de saltar rápido y correr. Pensé que las llevabas tú. Los vampiros se acercaban desde lejos. Lo que tu hagas. Saliendo. mientras David se rebuscaba horrorizado en todos los bolsillos sin encontrar las dos llaves. proyectando las uñas hacia su cara. sin estar muy seguro. comprobando que permanecían con las cadenas. David se volvió rápidamente para seguir a Diana.» —David. Súbete detrás mía. mirándole. haciéndose oír sobre el fragor de la moto. —¿Y eso qué cambia el resultado? –preguntó David. 174 . mientras él hacía lo propio con la delantera. pues son cadenas muy delgadas y nuestra dentadura. que crujía amenazando con desprenderse de los tornillos. que salieron corriendo como alma que lleva el diablo. Alain estaba en su casa. para desprender la tapa donde se ocultaba el cableado. de la corriente de agua. haciendo temblar estrepitosamente el auricular al otro extremo de la línea–. Cuando uno de los vampiros cortó el plástico duro. Su compañero y el que examinaba el cableado lo observaron asombrados. —¡Maldita sea! –exclamó a voz en cuello. del roce de los neumáticos con las piedras. Salía humo de su boca. Tres vampiros se acercaron a la abandonada Honda. agarrando con una fuerza intensa el teléfono móvil. comenzó a desintegrarse desde la cabeza a los pies ante la aterrada mirada de los impotente vampiros. saltó un resorte del interior que le clavó astillas de plata en el interior de su boca. mientras se retorcía convulsivamente. y de los gritos de los animales más madrugadores–. 23 Alain reconoció la voz al instante. del viento que les golpeaba la cara. Uno de ellos le indicó a otro que mordiese la cadena de la rueda trasera. El tercer vampiro comenzó a golpear con los puños el plástico bajo el panel del instrumental. al ir a favor del viento. ¡Romperán con piedras las cadenas y harán un puente con los cables para arrancar! —No las van a romper con piedras –dijo Diana con menor volumen de voz. —¿Cómo. Era Frusler. A no ser que… —¡Diana. extrañado de su indiferencia. ¡Me importa una auténtica mierda la vida de su maldito vampiro! ¡He sido mordido y me están creciendo los colmillos! ¡Mis ojos se están volviendo de color verdoso y los tenía azules! ¡Y cada vez que salgo a la calle siento una intensa quemazón por todo el cuerpo! ¡Me estoy transformando en un maldito y maldito y maldito vampiro! Se hizo unos instantes de silencio sepulcral. El vampiro se lanzó hacia atrás con un prolongado gemido de dolor. pueden perseguirnos con la otra moto! –le gritó al oído.la vista tras el recodo en el camino. Estaban a salvo. muy poderosa. entonces? —Lo harán con los dientes. Lentamente. el médico. Sintió una explosión de furia y temor al mismo tiempo. Ella rió con su comentario. y entonces comencé a sentirme extraño. o provocar una fuerte quemadura en la zona antes de uno o dos minutos. Si usted me dice que me ha poseído el demonio. y creo que me buscan. debido a que sólo existe solución durante los primeros minutos… —¿Cuál es? –atajó. Iban a por usted.—¡Haga que se detenga esto. no era nuestro enviado. pero hubo varios detalles que nos hicieron descartarlo. torniquete si no ha sido en el cuello. Por lo visto. sin dejarle terminar. —¿Entonces qué mierda hay que hacer? ¿He de invocar a Dios o al demonio? ¡Pero si esto es una locura! —¿Cuánto tiempo hace que le mordió el vampiro? —¡Tres días! Me dieron el alta hace dos del hospital. le juro que les buscaré hasta en el último rincón del mundo para acabar con todos. que no voy a creer en ningún tipo de explicación nigromántica. Sinceramente. —Pero… un ser humano no tiene enzimas del crecimiento de los colmillos. —Exactamente la misma que ante una mordedura venenosa. tratan de evitar que podamos mantener con vida a nuestro vampiro enfermo. ¿no es así? —Exacto. Entonces puede comenzar por explicarme qué es lo que me está pasando. —No. —Así que se trata de un veneno. —No conozco a nadie de los Países Bajos. maldita sea! ¡Necesito un antídoto! —No lo hay –dijo Frusler. Y ahora se ve confirmado. Succión. porque yo soy un científico objetivista. —En realidad. Estoy encerrado en mi casa sin poder salir. —Bien. —Un médico. Creemos que existe uno o varios espías que infiltra información a una sociedad mafiosa capitaneada por un tal Frederick. Ambos somos víctimas de una conspiración. Revélese. ¡Perdí el maletín con el dinero! ¿Quién demonios era aquel maldito hijo de puta que me mordió? ¡Porque le advierto que lo maté! ¡Lo maté con mis propias manos! —Me alegro. supusimos que usted mismo formaba parte de esta red. 175 . —Es holandés. El médico de cabecera del enfermo. El verdadero mensajero murió probablemente a manos de ese vampiro del que usted habla. ¿Lo conoce? —Ni idea. —¿Es eso cierto? —Completamente. Como las serpientes. No es francés. Es un conglomerado de enzimas priónicas que provoca todo el cambio en la estructura corporal sin afectar a la conciencia. —Puesto que ya no hay vuelta atrás. —¿Es usted un vampiro? —Todos los que usted ha conocido relacionados con este asunto lo son. En realidad. sí. y se interesó por la ponencia. —La última cuestión es el hecho de que el ser humano posee tanto ADN satélite que se piensa que en realidad no sirve para nada. Ahí se encuentra el primer aspecto que hemos de tener claro cuando se llega el momento de explicar la transformación. donde se expuso dicho tema. cuando aún era un joven enamorado ansioso de proyectos. poseían tanto ADN repetido que había que descartar el cincuenta por ciento. —Aproximadamente. por lo que no vuelve a aparecer en el genoma de la especie como expresable. Algunos insectos supuestamente con mayor número de genes que el hombre. Y sabe que es prácticamente irreversible. Muchos se han perdido por mutación. principalmente insectos. pero a nivel individual. »En 1986 se descubrió la ampliación génica. el vampiro se asemeja en variabilidad genética al ser humano. es el hecho de que algunos animales. ¿Sabe en qué consiste? Alain trató de recordar una de las conferencias a las que asistió en cuarto curso. matriculándose en aquel pequeño curso de genética moderna. son capaces de expresar algunos genes normalmente ocultos ante una agresión. ¿A qué afectan los priones? —Usted es un bioquímico. Salía con la que en un futuro llegó a ser su difunta esposa. Esos genes permiten al animal resistir el ataque y sobrevivir normalmente. —A veces. se ve perfectamente que desarrolla branquias y cola que desaparecen con el desarrollo en pocos días. siguen ahí. Pero aún más curioso resulta el hecho de que un embrión de cualquier animal resulta extraordinariamente semejante a un embrión humano de pocas semanas. —Eso es lo que nos interesa.ni de la debilidad frente al sol. pero es ya otra historia. A medida que evoluciona. Fue a principios de los noventa. Todos los estadios evolutivos anteriores de cada ser vivo están presentes en su ADN. —Es así. tal vez más. Y no se consigue descubrir de qué manera está codificado. El hecho es que. ¿Me equivoco? Es un hecho comprobado. la célula fue el origen de la vida. Bien. Mutados o no. El segundo es el del desarrollo embrionario. El nivel individual. ¿Sabe que todos nacemos con el aspecto de células? Es obvio. Es la demostración de la relación intrínseca de la ontogenia y filogenia con la genética. —La mayoría siguen aún presentes. se va diferenciando para adquirir un aspecto evidentemente humano. o son sim176 . puede que cuando cese la agresión el gen se comporte de una manera patológica y el animal muera. pero aun así. Trataré de explicárselo tal como nuestros conocimientos nos han permitido profundizar. se ha demostrado que es el ser humano el animal con mayor variedad en su secuencia genética. Resulta una incógnita averiguar si procede de genes ancestrales que han perdido su funcionalidad con la evolución. recientemente. aunque permanezca en la secuencia. —Comprendido. —No todos. lo que suele ocurrir en dos o tres. generaciones. sino que puede permanecer años en suspenso mientras los priones ‘trabajan’ con el ADN. bazo. Pos177 . por lo que se crea una proteína defectuosa que actúa como prión. No son en absoluto genes propios del ser humano. —Aún existen muchas incógnitas por descubrir. como ya se sabe. Cuando un vampiro muerde. o no. sin ir más lejos. Obviamente. extrañado. desde la cual se difunden a ciertos puntos clave. Hemos podido demostrar que una de las causas de ciertos cánceres es que una cadena de ARN mensajero es mal codificada o mal interpretada. El cáncer no son más que células que están haciendo uso de ciertos genes desconocidos que la hacen inmortal y letal. Un gen transformado en oncogén. no todos están presentes. hígado. —¿Como qué? –preguntó Alain. Desde allí. Tal vez tengan la misma función que los intrones. —Hasta ahora se han codificado la totalidad de los genes del ser humano. O se apropia de forma exclusiva los nutrientes destinados al resto. el Homo antecessor. comienzan a activar los genes propios de la especie vampira que el ser humano mantiene ocultos en su ADN. junto con los genes que normalmente se expresan. pero está suficientemente demostrado que ahí hay algo más. de control de la expresión génica. Pensaba que el cáncer se debía únicamente a un error. como la médula ósea. Es una célula perfecta. Estos priones pasan a la sangre. —En nuestros propios laboratorios de investigación. sino de un antepasado común.plemente restos de la expresión de la ampliación génica. —No siempre. según el tipo de célula. —¿Cómo han llegado a esa conclusión? –preguntó. Le advierto que entre los vampiros poseemos eminentes y desconocidos científicos. No es algo inmediato. La materia sobrante no ha demostrado ninguna funcionalidad debido a que ya están explicadas la mayoría de las enfermedades genéticas. Esta nueva materia procede de genes ocultos. Lo que mutó puede ser el propio ADN. ADN. —Estos genes son cadenas de ADN mal interpretadas o mutadas. etcétera. ganglios. pero diferente subespecie. pues el ser humano no desciende del vampiro. ARN. pero en un aspecto más general. entre otros. de duplicación del ADN nuclear. los verdaderos oncogenes (ya existentes). inducido o no. Aquello era nuevo para Alain. —Como las mutaciones espontáneas. hipotálamo y cerebro. produciéndose una proliferación masiva de síntesis de proteínas. pero nunca se le llegó a pasar por la cabeza que se pudiera deber también a causas exógenas a dicho ADN en sí. Esta proliferación se debe a que expresa ciertos genes desconocidos. inatacable pero que ataca al resto de las células. su saliva segrega una sustancia blanquecina que es un débil anticoagulante con una enorme cantidad de priones. Esto es lo que origina el exuberante crecimiento celular. un animal de la misma especie. alterando al resto de proteínas que controlan la expresión génica. —Es extraño… —Ahora podemos ir al grano: La transformación de un ser humano en un vampiro. que poseen la capacidad de orientarse en el espacio con el uso del sonar: murciélagos. Del evidente compartimento de piezas de ADN entre una y otra especie se demuestra que la evolución no depende sólo de las mutaciones. Del Homo sapiens neanderthalensis surgió el Homo sapiens luminis. —Crecimiento de los colmillos superiores y. mariposas… —Entonces. provocando su extinción. Miles de veces se ha hablado de lo extraño que es que la vida en la Tierra hubiese evolucionado con tan impresionante rapidez si dicha evolución sólo dependía de los caprichos del azar: las mutaciones. pero todo puede verse más claro si se comprende la reutilización de genes sin necesidad de que vuelvan a mutar.teriormente. para la visión nocturna. sino también de la reexpresión de genes ancestrales que hasta cierto momento no habían mostrado su utilidad. nuestra especie. »Nada más lejos de la realidad. Ahora lo comprenderá mejor. y finalmente se oyó el golpe de un pesado libro junto al teléfono. los inferiores. Esto confiere una ma178 . sino por la reexpresión de genes que podrían proceder incluso de los dinosaurios? —Exacto. para adquirir una conformación de dentadura adecuada a una alimentación hematófaga. Una prueba es la ampliación génica. Matemáticamente la evolución es imposible. muy diferentes entre sí. ¿Y cuáles son los efectos en el ser humano? Frusler se apartó del auricular. este animal dio origen a dos subespecies diferentes. »Adquisición de la capacidad de reproducción en las células neuronales y musculares. hay varios animales. –Añadió una aclaración–: Sus ojos se volverán de color amarillo o dorado para crear una reflectancia adecuada. pero no por una mutación de éste. —Un momento. sino fisiológica. en menor medida. el Neanderthal y vuestra especie. células que en la especie humana son indivisibles a partir de los cuatro meses de gestación. ¿Está tratando de decirme que el vampiro surgió del Neanderthal. y en la penumbra emitirán un resplandor de luz que podrá usar para ver en incluso en completa oscuridad. »Creación en el iris de una colonia celular bioluminiscente. Se supuso que ambos habían convivido durante miles de años hasta que el hombre actual dominó al Neanderthal. »Aumento del número de glóbulos blancos en sangre. Comenzó a dictar algo previamente escrito. representada por el Cromañón. Pareció revolver unos papeles. todo se reduce a la expresión de genes de manera deliberada. »Aumento de la capacidad de reproducción en el resto de células del cuerpo. gracias a lo cual usted podrá vivir un cincuenta por ciento más de lo que le resta de vida. Por ejemplo. Esto se debe a que deberá evitar cualquier emisión de luz ultravioleta y tendrá que vivir frecuentemente en lugares oscuros y resguardados. ¿comprende? –Asintió éste–. No es una leucemia patológica. delfines. no sirven unas de hierro. asustado. guindilla y el abuso de la cebolla. —¡Eh! ¡Cualquier animal! –le tranquilizó Frusler–. 179 . Contienen un componente sumamente venenoso para el organismo de un vampiro. se trata de una alergia exagerada común a los vampiros. Rápidamente. Las uñas habrá de limarlas con un instrumento de metal y el pelo. Sus uñas se le caerán en unos días y crecerán unas nuevas. —Pero… ¿cómo me arreglaré el pelo de la cara? Llevo una barba completa. —No le crecerá demasiado rápidamente a partir de ahora. Pero no tema. »Evitar el contacto prolongado de la piel con la plata. —Joder… –repitió. puede considerarse prácticamente inmune a cualquier tipo de enfermedad que penetre por vías no respiratorias. voy a leerle una lista de precauciones especiales en todo ser humano transformado en vampiro. »Alteración de múltiples características fisiológicas. —Actualmente. pero la sangre le reportará mayor beneficio. podrá seguir cortándoselo como normalmente hasta que llegue a la zona donde creció el pelo vampiro. mayor potencia muscular. Incluido el cáncer. si desea cortárselo. Un círculo negro rodeaba la muñeca en la zona donde lo había llevado puesto. pero brotará muchísimo más resistente. rígidas y brillantes. cuando nos lo podemos permitir.yor protección frente a agentes patógenos que penetren en la sangre. con la ventaja de ser más fuerte y de no sufrir apenas alopecia. por ejemplo. aunque a veces se le llame también vampiroide: »Evitar la consumición o el contacto con ajo. tanto en estado puro como aleado. En realidad. aumento de la velocidad de la glucólisis. Alain soltó el móvil. se le desprendió una pequeña capa de tejido necrosado que dejó al descubierto una piel enrojecida bajo él. Desde el conejo al caballo. Esto quiere decir que podrá alimentarse de todos los alimentos con que hasta ahora ha convivido. lanzándolo al tresillo junto al televisor. Alain. En un vampiro el pelo crece muy lentamente. Y las uñas pueden ser cortadas fácilmente con láser. Es capaz de desintegrar el organismo en pocos segundos. »Alteración visible de la queratina. cuyo nombre específico es medio vampiro. »Finalmente. —¡Joder! –exclamó. De hecho. No crecen muy rápidamente. pérdida de grupos sanguíneos. se quitó su brazalete de plata. y en ningún caso con la sangre o tejidos bajo la piel. Es difícil cortárselo. Sacudiéndoselo. »Pequeña modificación del aparato digestivo hacia una especialización hematófaga. ponemos al rojo vivo el filo de unas tijeras eléctricas especiales y cortamos como con unas normales. aumento de la proporción de hidroxiapatita cristalina en el hueso y disminuición del surfactante en los alvéolos pulmonares. y su pelo seguirá flexible. ya con la nueva textura. jengibre. sino con filo de cuarzo u otro material duro. De todas maneras. Ahora comprendió lo que le ocurrió al vampiro que mató en la estación del metro. No se trataba de la imagen de la cruz, sino el hecho de que era de plata de ley. Se resignó, pues era muy aficionado a los objetos de plata, y poseía una estupenda colección, algunas piezas de alto valor tanto real como sentimental. Volvió a coger el móvil. —¿Frusler? —¿Llevaba un ajo en el bolsillo? –le preguntó, divertido. —Algo parecido. —Bien. No deben preocuparle demasiado los cinco primeros días estos dos detalles, pero sí el resto. Escuche: »Evitar la inhalación de gases tóxicos y polvo incluso en mínimas concentraciones. Evitar exponerse a altas temperaturas, superiores a cuarenta y cinco grados. El aparato respiratorio de un vampiro resulta ser sumamente delicado. ¿No tendrá la casa demasiado sucia, verdad? –ambos rieron–. Que su mujer se encargue de ello. —No tengo mujer. Soy viudo. —¡Oh! Lo siento. –Frusler cambió radicalmente su animado tono de voz–. Tal vez le evite un verdadero sobresalto con esta situación. —Creo que sí. Era una buena mujer –Alain pareció, de momento, exhalar un grave suspiro. —Tampoco usa aparatos de gas natural, ¿no? —Ninguno. Tengo una pequeña bombona para el camping gas, pero la tiraré. Emite dióxido de carbono, que he de evitar. —Correcto. ¿Coche eléctrico, de hidrógeno, aire comprimido o de algún tipo de gasolina? —Eléctrico. El de hidrógeno lo uso para largos viajes. Un Toyota. El eléctrico es un Citroën. —Aléjese de los coches de gasolina, ¿entendido? No circule en la ciudad con la ventanilla bajada, aunque apenas haya circulación. Continúo. »Evitar a toda costa recibir radiación ultravioleta directamente sobre la piel y, especialmente, los ojos. Esto implica que jamás deberá salir en pleno día a la calle. Además, deberá evitar las bombillas antiguas de fluorescencia y halógenas. Use exclusivamente las más modernas de arco o las de sodio y mercurio tipo B, que no emiten la gama de ultravioleta perjudicial, o incluso las del siglo pasado de filamento. Si en algún momento de emergencia se ve obligado a salir en pleno día, hágalo solamente bien cubierto con ropa oscura, gafas de sol de factor cinco y la debida protección con crema solar. Esta crema solar no es la normal. Nosotros hemos diseñado una, muchísimo más potente, y especial para la longitud de onda que nos afecta. —¿Cómo puedo conseguirla? —Hay una comunidad de vampiros en Toulouse, que tenga conocimiento. Puedo darle la dirección y la contraseña de acceso, si promete guardar el más ab180 soluto secreto. Alain, confío en usted. Nos ha prestado una importantísima ayuda y creo que debería ser recompensado debidamente por las molestias que le hemos ocasionado. Si todavía está dispuesto a conseguirnos esa tiroxina, no sabríamos cómo agradecérselo. —Lo intentaré. Sólo una aclaración. ¿A qué se debe esas precauciones? ¿Es algo fisiológico? Porque a mí me parece que raya lo mitológico. Coincide casi exactamente con las leyendas sobre los vampiros que llenan páginas y páginas. —Todo tiene su explicación. El ajo contiene una molécula llamada disulfuro de alilo, que le da el aroma característico. Ésta reacciona de forma alérgica al primer contacto, produciendo un choque anafiláctico acompañado de ulceraciones e hinchazones en todo el cuerpo. Lo mismo ocurre con la sustancia alcaloide llamada capsaicina que contiene la guindilla, ya de por sí bastante peligrosa en altas concentraciones, al producir quemaduras en la piel a los humanos. La plata, por su parte, revienta las vesículas que contienen las enzimas digestivas, que van produciendo reacciones en cadena al ser soltados al citoplasma celular, lo cual acaba por consumir enteramente el cuerpo de la víctima. Raramente quedan restos, y éstos son inidentificables. Si el contacto es con la epidermis no es tan grave, pero si se prolonga más de varias horas puede alcanzar el tejido subcutáneo, comenzando ahí su masacre. Lo del aparato respiratorio es una fragilidad propia, que aumenta el rendimiento de captación de oxígeno en detrimento de la posible captación de otros elementos que sean tóxicos, además de las implicaciones fisiológicas que a una alta temperatura sufren los pulmones. Finalmente, la exposición a la luz se debe a que la melanina en el vampiro es absolutamente afuncional como absorbente de radiación, y los mecanismos reparadores de daños en el ADN son defectuosos en esas condiciones, lo que produce lo que llamamos quemaduras de cuarto grado; es decir, absoluta desintegración celular. Esto se debe a los cánceres que se desarrollan, que son rápidamente exterminados por nuestro potente sistema inmunitario. Esto produce una especie de suicidio celular masivo, como una reacción en cadena que continúa indefinidamente mientras se siga expuesto a la radiación solar. Tampoco en este caso sobreviven ni los huesos, porque igualmente se abren las vesículas digestivas. —¿A qué se debe la voracidad de estas enzimas metabólicas? —Antes dije que una de las modificaciones fisiológicas era el aumento de la velocidad de glucólisis. A eso se debe. Son enzimas en general muchísimo más activas que en la mayoría de los animales, no sólo las que degradan la glucosa, sino también las de aminoácidos y ácidos nucleicos. —¿Y los lípidos? —Se queman directamente debido al calor. Por eso ardemos con fuego al salir al sol. —En algún momento deberían detenerse. El calor desnaturaliza las proteínas. —Son demasiado rápidas, Alain. Ya se lo he demostrado. 181 —En todo caso, los restos no son sólo gases. Debería quedar masa orgánica visible. —Casi la única masa que no se transforma en gas es la hidroxiapatita de los huesos, pero ésta se disuelve en un polvo blanco tan fino que es dispersado simplemente con el aire. No queda apenas masa sólida porque son enzimas muy especiales, que descomponen en… –Pareció consultar algo más–. Amoníaco, dióxido de carbono, gases de fósforo y sulfuro de hidrógeno… Sólo usted lo comprendería. No soy químico. —Sorprendente –admitió Alain. —Perfecto. Creo que debería ir a Toulouse cuando tenga lista la tiroxina. Allí le pondrán en contacto conmigo. Esta vez no escatimaremos gastos, Alain. Se hará rico. —Un vampiro rico –corrigió Alain, desolado. 24 Victoria se acercó a David, que dormía profundamente boca arriba en su cómodo lecho de los aposentos para comensales. Se sentó junto a la cabecera, acariciando suavemente su revesado pelo. Parecía exangüe, con su ruidosa respiración, a pesar de que Victoria sabía que nunca roncaba. Pero no era un ronquido aquel sibilante sonido. Un estertor cavernoso que Victoria no supo reconocer en un primer momento. Pero lo intuía. Aquello estaba resultando mucho más peligroso de lo que había supuesto incluso cuando aún no se esperaba nada de lo que llegaría a ver en aquellos profundos parajes. Había visto a David llegar en aparente perfecto estado, no así a Diana, que aún asomaba una leve hinchazón donde le habían golpeado. Aquello le asustó, considerando que habían marchado sólo a hacer un reconocimiento visual de cierta colonia de vampiros totalmente… —¿Ovejita? —Sí, David –contestó Victoria. —¿Qué hora es? —Duerme tranquilo, David. No te preocupes por la hora. —Te quiero. —Yo también, David. Él aún no había abierto los ojos. Entonces lo hizo, contemplándola con profundo pesar. Había estado mucho tiempo pensando en aquello. —Deberías volver, Victoria –dijo, mirándola fijamente. Se incorporó en la cama, mientras ella negaba con la cabeza. —No, David. No te abandonaré. Ya te lo dije. —No es cuestión de que me abandones. Es por tu seguridad. Esto es peligroso, Victoria, y ya han muerto tres personas. Tú puedes ser la próxima. 182 —No lo seré, David. Puedo cuidarme de mí misma perfectamente. Tú mismo dijiste que ambos podríamos hacerlo mucho mejor juntos. Y yo no podría soportar estar tan lejos de ti sabiéndote expuesto a cualquier trance. —Ni yo tampoco –replicó–. Quiero verte protegida, en la seguridad de tu hogar y tu familia. —¿Dónde podré estar más segura que contigo? Ahora ya sé con qué me enfrento, y no temo nada en absoluto más que te sucediera algo. Y he de estar convencida en todo momento de que sigues conmigo. No puedo dejarte. David suspiró. Conociendo a Victoria, supo que sería vana esperanza tratar de persuadirla. Pero igualmente sabía que era falso que no temiese nada. Eso tendría que demostrarlo. —Todo saldrá bien, David. Te lo aseguro. Pediré a Dios para que todo vaya perfectamente. David sonrió. Ambos se besaron en un cálido encuentro que demostró a ambos que podrían confiar eternamente uno en otro. Diana besó a su hijo en la frente, un bebé de algo menos de tres meses que emitía un agudo chillido de desazón ante la nueva separación a la que le sometía. Cerrándose la parte superior de la chaqueta por la que había estado asomando su pecho, colocó al niño en la pequeña cuna de madera. Tras taparlo suavemente con una manta de fino tejido lo calmó, colocándole un chupador en la boca. No tardó en silenciarse, lo que permitió a Diana volverse hacia Victoria, que la contemplaba con interés casi maternal. Al observarlo aún más de cerca, a la luz de una lámpara puesta junto a ellos, vio que tenía un color de ojos tan azul como el de su madre, no así el pelo, que en ella era más oscuro, pero supuso que se debía a la virginidad del pelo del crío. No tenía ningún diente, y sus uñas parecían tiernas. —¿Cómo son? –preguntó Victoria. —¿Qué quieres decir? –dijo Diana, aunque sabía lo que pretendía averiguar. Victoria había visto pocos vampiros realmente jóvenes, y sólo dos bebés, por lo que no podía hacerse una idea exacta del desarrollo de un vampiro. —¿Cómo son cuando crecen? –dijo–. ¿Cuándo andan, le crecen los dientes…? —Ajá –asintió Diana, como si comprendiese en ese mismo momento–. Son muy lentos en su desarrollo físico. Más del doble que en vosotros. Pero son bastante precoces cuando se trata de hablar, ver y oír. Andan con dos o tres años, y les salen los dientes a los ocho. No tienen dientes de leche, ya que no les serviría para nada. —¿Por la sangre? —Sí. El destete llega cuando comienzan a andar. Entonces pueden chupar de los animales, previamente mordidos por los padres. Conviene que lo hagan, pues 183 así aprenden a lamer. —Pero… ¿el animal se deja? —Totalmente. Nadie siente la mordedura de un vampiro. Nuestra saliva es un anestésico muy eficaz. —Y luego… —Cuando le crecen los colmillos, les enseñamos a morder. En este caso, hay que tomar precauciones con los animales. Normalmente comienzan con roedores pequeños y terminan con cerdos o cabras. Así se defienden. Pueden llegar a independizarse totalmente a los doce años en ese sentido. —¡Oh! Victoria comenzó a pensar en cómo los padres de la mayoría de los mamíferos enseñan a cazar a sus crías. Era consciente de que aquello era un instinto de supervivencia, pues en un mundo civilizado no habrían tenido necesidad de enseñar a matar, como el hombre igualmente había superado aquel estadio en la evolución. Quedaban tan pocos… Aún no se había atrevido a preguntar si crecían o decrecían en número, pero viendo su total no pudo hacerse muchas esperanzas. En el monasterio apenas habían crecido. En cientos de años. David saludó con una inclinación de cabeza al chico que acababan de presentarle. Era un vampiro jovenzuelo, casi un niño, con una expresión de melancolía que contrastaba con su porte firme y decidido. Era el chico vagabundo que la colonia había adoptado, y David se sorprendió al saber que siendo tan muchacho conociera perfectamente todo el peligroso terreno que rodeaba a los Picos de Europa. Sebastián le explicó que aún estaba convencido de que había sido abandonado en contra de la voluntad de sus padres, por lo que erraba por las montañas en busca de quienes le esperaban, desconocedores de su paradero. Aun sin éxito, había visitado las dos colonias y buscado a los vampiros dispersos por las montañas, en el empeño de hallar algún nexo que le revelara la verdad sobre sus padres biológicos, vivos o muertos. Como no era propio de un vampiro aquella odisea, a todos les habían sorprendido sus tribulaciones en busca de algo que en el fondo no merecía la pena. Pero David poco podría hacer por él. El chico, que se llamaba Moisés, aunque seguramente no era su verdadero nombre, salió por la tercera salida que existía en la montaña. David lo siguió, tras despedirse de la siempre inquieta Victoria. Esta vez irían andando, aunque ya había sido recuperada la motocicleta por un sargento que había salido expresamente para eso hacía sólo una hora, nada más ocultarse el Sol tras el horizonte. Siguieron un camino abierto entre las montañas, un valle resguardado sumamente oscuro al cual ni la Luna era capaz de acceder sin chocar con las duras y 184 altas peñas. Nada ni nadie se veía en kilómetros, pero al chico parecía bastarle con poder ver a varios metros para orientarse; no obstante, seguían una senda artificial. Cuando la vista se expandió, bruscamente, observó a lo lejos, al sur, los dos grandes lagos, el Enol y Ercina, separados por un alcor verde hasta la cima que llamaban la Porra de Enol. Esta vez seguían una ruta hacia el este de los lagos opuesta a la que realizó, motorizado, con Diana. El viento arreciaba fuertemente y no se veía la Luna por ninguna parte, aunque un tenue fulgor iluminaba el valle, procedente de una fuente difusa de luz. —Ahora hemos de ir rápido –dijo el chico–. Se ve mejor el terreno. Así era, por lo que David no puso objeciones y continuó al nuevo ritmo que le impuso, a través de las laderas de turgentes colinas, que pronto darían paso a montañas mucho más altas, algunas coronadas por extensas manchas blancas de nieve invernal. Desde allí podía sentir un aire frío que descendía por su propio peso hacia los valles lejanos. Pero no era un frío estremecedor, físico, sino oriundo de su subconsciente. Se sentía cálido en su interior, debido al rápido trote que seguía para adecuarse al del chico. Se preguntó qué les esperaría en lugares tan gélidos. Cuando llegó el momento del ascenso, tras cruzar un desvencijado puente que amenazaba con hundirse ante las acometidas del viento, agua y de sus propias pisadas, vieron un camino que conducía a un desfiladero. Habían transcurrido dos horas desde la salida, lo que pareció satisfacer al chico cuando se lo dijo, pues éste no llevaba reloj. El duro ascenso comenzó, esta vez algo más hacia el sur. David conocía todos estos detalles gracias a su reloj, que poseía un altímetro, termómetro, barómetro y brújula; lo normal en un reloj digital medio. Pero lo que lo diferenciaba de los demás era el posicionador GPS que, al igual que su móvil, indicaba con precisión de milímetros la situación del mismo. Raramente existían chips de ese tipo con tan reducido tamaño, y a David le había costado bastante caro. Ahora encontraba una perfecta utilidad al mismo, habiendo dejado el móvil en la cueva. Observó que la altitud ascendía tanto como descendía la temperatura. De momento estaba a quinientos metros sobre el nivel del mar, y la temperatura alcanzaba casi el punto de congelación, a pesar de que David no sentía más frío que cuando había salido al exterior desde las cuevas. Probablemente se debía a que los vampiros eran seres del frío y la noche. Y nadie jamás en la historia de la humanidad había pasado con su ejército de las montañas donde vivían vampiros, y regresado victorioso. Tampoco regresado. Eso sí que le daba escalofríos. Sólo la seguridad de aquel chico le infundía fe. «Todo saldrá bien», se dijo. —Ahora tenemos que escalar –dijo, de repente, Moisés–. ¿Sabes hacerlo? David observó lo que tenían por delante. Un breñal repleto de chaparros bastante empinado. No habría demasiados problemas si aquellos matojos eran lo suficientemente firmes, pero el viento del sur descendía por la pendiente con tal 185 No estaba nada mal. si éste emitía algún sonido en particular. como si adivinara sus preocupaciones. Soplándose las manos desnudas observó al chico. que miraba alrededor tratando de divisar algún punto concreto. David había notado que éstos tenían una voz menos potente pero algo más aguda. David quedó convencido. Prefirió no pensar más en ello. debida al hecho de que el chico probablemente había subido muchas veces por allí. pues el hombre jamás había respetado tan despreciada especie animal a lo largo de los siglos y fuera de los actuales parques nacionales. Cuando pudo volver la mirada atrás. Tienen unas fuertes raíces. siendo conocida la proliferación de raíces de este tipo de árboles. apenas abrigado. Una densa niebla inundada de un difuso color blanquecino provocado por el resplandor de la luna llena dominaba las montañas. Novecientos treinta metros sobre el nivel del mar y 273. comprobó que la vista no permitía alcanzar más allá de varios metros a la redonda. 186 .violencia que comenzó a dudar. Ningún vampiro se dejaba oír en kilómetros alrededor. lo que resultaba provechoso para seres que vivían bajo tierra. —¿Estás seguro? —Completamente. un pantalón grueso y un pasamontañas que usaba para sus excursiones a Sierra Nevada apenas sentía frío. —¿Qué escuchas? –David no pudo resistir por más tiempo la curiosidad. para poder detectar el mínimo matiz del ruido de fondo que le indicara dónde podía haber algo fuera de lo común. David se quedó completamente inmóvil. Se preguntó si esa ausencia de frío se debía a la resistencia de un vampiro o a una falta de sensibilidad. robles creciendo. 3 Prácticamente 0º C. —No te preocupes por el viento. Escuchó el lejano aullido de un lobo. ¿Miraba? No movía los ojos de una manera coherente… Escuchaba. David observó su reloj. las matas aguantarán tu peso –dijo el chico. En esa época se empezaba a usar más los grados Kelvin a nivel universitario y científico. ¿Quedaría aún algún oso? David ansiaba que así fuera. Pensó en la suerte que tenían de existir aún en aquellos lugares.38 grados Kelvin3. Son pequeños árboles. pero aún había otra especie en franco declive por cuya supervivencia David debería rogar aún con más fervor. aquellos matojos tenían una fuerte adhesión al terreno. El viento había cesado. conteniendo la respiración. Efectivamente. considerando que con una ropa de abrigo compuesta por un anorak. pero… ¿y alguien de su peso? No obstante. pero aún tenía una leve inseguridad. un buen rato después llegó salvo al pequeño domo en el que culminaba aquella improvisada ruta. pero que en ocasiones debían oírse desde grandes distancias. pues era fácil trepar hasta allí. y parecía una escalera sin peldaños que se hundía sin remedio. David no tuvo dudas sobre cuál pertenecía a su verdadero instinto humano. hasta transformar el territorio rocoso en un fantástico mar sólido donde uno se sentía como caminando sobre las aguas. El chico no parecía seguir una ruta en concreto. obviamente. pero se preguntó si el muchacho lo seguiría. Pero el objetivo era ascender. señalando de cara al viento–. A lo lejos podía observar varios domos. y ya iban por los mil cuatrocientos metros de altura cuando Moisés se detuvo junto a un enorme saliente de roca que podría definirse como una montaña en miniatura. —¿Tú no subes? –le preguntó a Moisés. pero pudo apañarse bastante bien. y resultaba bastante duro. Por una razón que no supo concretar. Cuando llegó arriba. Solamente algunos árboles agrupados en pequeñas pandillas dispersas robaban a aquel lugar la sensación de ser un verdadero desierto rocoso. 187 . que surgía del ponto de nieve como una isla volcánica. estaban dando un rodeo para tratar de evitar el encuentro con lo que podría ser un peligroso vampiro sediento de sangre. Probablemente. mirando el paisaje que desde allí se divisaba. —Por allí va una partida de caza –dijo el chico. Moisés se agachó allí y se quedó esperando. Un inmenso manto azul cubría las imperfecciones de las rocas.—No escucho. observó que sería bastante más dificultoso el descenso por aquel túnel que la subida hasta su entrada. Más tarde. apareció la nieve. No llevaba unas botas específicamente apropiadas para la nieve. otra. El camino que siguieron no estaba marcado en absoluto. ¿Cómo no pudo haber notado el movimiento de las aletas de la nariz? Aspiró hondo y profundo hasta que no pudo llenar más los pulmones. —Sube allí –le indicó el chico. el firmamento estrellado. como una señal de peligro. En un lugar cercano a la base se veía una pequeña oquedad que parecía ser la entrada a un vacío mayor. así que debemos dar un pequeño rodeo. Una parte de su mente definía el oro rojo como un objetivo. limitándose a seguir lo que su instinto de orientación le marcaba. no obstante. David no veía ningún inconveniente. Una nueva pero a la vez completamente familiar sensación olorosa recibió por parte de su mente dos claras y contradictorias interpretaciones. pensó David. aún confiaba en él. Sangre. Él negó con la cabeza. Huelo. Era tremendamente empinado. Un extenso camino de nieve ascendía en una suave cuesta que David hubiera escogido sin dudar un instante si llevara un par de esquíes. No debemos toparnos con él o ellos. señalando una roca grande que tenía un resguardo donde podía caber una persona cómodamente. pensó David. «La madre que lo parió». «Tú te lo pierdes». cimas y conos de montañas que daban al lugar un siniestro aspecto de un bosque petrificado. Había metido la pata hasta el fondo. y descendió como pudo por la sima. Esto no incluía. recuperando la posición de las ruedas. En un extremo se veía un coche bastante parecido al de Frederick. si se produce una grave colisión. al menos seguir funcionando. Igualmente. introduciéndose bajo el parachoques del Ford y levantándolo en vilo. éstas transparentes pero absolutamente opacas a los ultravioleta. parabrisas y luneta. que se actualiza vía satélite cada vez que resulte necesario cuando el coche permanece sin utilizar. recubriendo el motor y la transmisión. trescientos metros más allá. Ambos automóviles arrancaron al mismo tiempo. Frederick miró sorprendido al técnico. pero perfectamente funcional.25 —Perfecto –dijo Frederick–. —¿Y los refuerzos? —Además de las placas de aleación con memoria de forma. Posee un mapa detallado. y cada segundo en marcha. Esto permitirá al coche que. fuera de la pista. Frederick miró el panel grande del fondo. —Observe –rogó el técnico. pero obviamente sólo lo igualaba en la fantástica carrocería que el técnico le había explicado. Finalmente. Hizo un gesto a un hombre. hemos instalado un bastidor de refuerzo de un composite con titanio y berilio. El hombre le llevó hasta un banco de pruebas que consistía en un circuito de asfalto no muy grande. —Aún hay más –le comunicó el técnico–. El morro afilado quedó a ras del suelo. ¿Han introducido los programas en el ordenador? —Todos los que nos pidió –aseguró el hombre–. Al otro extremo. Los dummies salieron despedidos y el coche saltó por los aires. mientras el otro vehículo continuaba su camino. que indicaba las velocidades y distancia recorrida de cada coche. haciendo bajar el resto del coche. El coche grande detectó la llegada del Ford y elevó la altura de las ruedas en un instante. que se introdujo en el coche grande. que asintió confiado. hemos colocado materiales semejantes en las ventanillas. No había recibido el menor rasguño. se encontraba un coche algo más pequeño que se podría asemejar a un Ford de clase media. Frederick sonrió. dando varias vueltas de campana antes de quedar aplastado y con las ruedas al aire. Sígame. Dirijámonos al coche. La prueba había resultado un completo éxito. Ambos alcanzaron cien kilómetros por hora los instantes previos a la colisión. y bajó la ventanilla para que 188 . frenando progresiva y suavemente. colocándose los dos cinturones transversales y un tercero en la cintura. Ambos se acercaron al sonriente conductor que se había sometido a tan macabra prueba. hemos colocado unas planchas de polímeros avanzados capaces de resistir presiones de varias toneladas por centímetro cuadrado. con la máxima aceleración que les permitía el motor. al tiempo que salía alguien comiéndose un vol-au-vent con una mano. Ahora le pertenecía en su totalidad. Éste tecleaba con rapidez con la otra y. —Bien. ponnos en contacto con Briand. No obstante. Y sabía de quién era esa personalidad. pero con sendas batas blancas que revelaban su papel en el laboratorio. con una entonación realmente alterada. y recuperan su forma y posición original. —Hemos descubierto algo realmente extraño en los análisis de los tejidos de los dos hombres cuyos cuerpos desaparecieron en Montpellier. el único de los tres que sobrepasaba la cuarentena. Pero sabía que la personalidad siempre la conservaría. la carrocería se hinchó de nuevo adoptando con bastante perfección su forma original. ¿no es así? 189 . y el morro tenía una profunda abolladura en forma de canal que señalaba el paso de la punta del Ford por su capota. eso es lo que llamamos materiales con memoria de forma –explicó el técnico–. —Active la corriente –le dijo el técnico. que poseía en la parte superior una minicámara integrada. Ordené realizar los análisis hace cinco horas. Les aplicamos una potente corriente eléctrica. el parabrisas formaba una telaraña que impedía la visión. volviendo a su primitivo estado. Ni una pieza suelta.pudiesen observar el interior. El piloto pulsó un botón rojo. —Georges. estableciendo conexión con la central de operaciones en París de la policía científica. —Espere un momento –Miró la pantalla de su ordenador mientras realizaba algunas operaciones–. Rápido. a los que había que añadir los más de dos millones originales. 26 Dos hombres vestidos de una manera informal. un tartamudeo propio de alguien que acabase de ver un fenómeno paranormal. cuando engulló la enorme poción del pastel que tenía en la boca. Intacto. Eso no se lo había esperado. Aquellas reformas le habían costado la friolera de un millón de euros. Le habló primero. El ingeniero realizó varias operaciones con el ordenador. el cristal comenzó a integrarse de nuevo. Ya recuerdo. Los tres hombres se apostaron frente a la pantalla. Igualmente. miró directamente a su pantalla. por lo que mandó retirar las insignias y dejarlo completamente anónimo. corrían apresuradamente por el pasillo desde la sala de análisis hasta el despacho del encargado de comunicación. Momentos después. Frederick quedó asombrado. Podía estar realmente seguro de que nadie jamás podría detenerle montado en aquel Audi que había perdido tanto su marca como su personalidad original. ocular y morfológica) de todos los ciudadanos europeos. —¿Qué cadáver? ¿Han hallado un cadáver completo? —Sí. se han podido hallar algunas muestras. —Hemos intentado averiguar a qué especie animal pertenecen. hasta que finalmente volvió a hablar el hombre de París. Hemos analizado el ADN según otros criterios. Sólo tratamos de averiguar a qué especie pertenecían. —¿Por qué han tardado tanto tiempo? —Queríamos asegurarnos. la ropa es de fabricación europea. pereció irritado–. Del resto de material orgánico. monsieur Briand. pero… ¿Qué quiere decir con que dio negativo? ¿Acaso poseemos una base de datos con todos los animales del mundo? —No. vamos. —Podría ser una posibilidad. monsieur. monsieur. —¿Extranjero? —No. y no lo reconoció. —No existe ese animal en todo el globo terrestre. Dio negativo. que tampoco pertenecen a la misma especie que el hombre. creada en 2014 para albergar en una base de datos común la información biométrica (genética. Todos permanecieron en silencio unos instantes. ¿Creen que se trata de individuos que viven en absoluta clandestinidad? —No lo sé. ni me importa saberlo. —¿Cuáles? –le atajó. y el avión procede de algún país del norte. Simplemente. que fuese una contaminación. dactilar. 190 . Al menos. consultamos exhaustivamente las bases de datos de la EATI4. Al recibir la autorización que solicitamos. europeo. pero completamente calcinado. —Según las investigaciones que se están realizando. —¿Y se ha llegado a la misma conclusión? —No quería decir eso. tampoco lo consideran humano. —Mon Dieu! Es la conclusión a la que han llegado con respecto al cadáver encontrado. —Aclárese. No hay ni rastro de ADN en todo el cuerpo. Es más probable que se trate de mutantes. pero en ningún momento el secuenciador llegó a identificar a los dueños de la sangre que extrajimos de las prendas. —¿Un extraterrestre? ¡Vamos. y continuó dando negativo. No un mutante. Podía tratarse de un error. 4 European Agency of Trace Identification.—Exacto. sino un ser algo más evolucionado. monsieur Briand. y eso es lo extraño. Agencia Europea de Identificación de Huellas. El otro se inclinó hacia la pantalla y frunció el ceño. está de broma! —No. –De pronto. de ahí al quirófano. no podía resultar demasiado extraño. había usado sus conocimientos adquiridos en la facultad sobre cómo apoyar un pie en mal estado durante una escalada. Ya nunca más volvería a hablarse públicamente del asunto de los tres extraños seres que se encontraron en el aeródromo de Montpellier. aliviado–. y el ingeniero informático cortó la comunicación.» Se había hecho daño en el tobillo durante una caída. de las miles que podía haber en lugares como ese. y dentro de aquellas frías cavernas la vida debería ser muy dura si no se hacían hogueras. un paso. Se preguntó cómo volvería si su cuerpo de vampiro no restauraba pronto los ligamentos que se le habían distendido. pues un descubrimiento aún más importante acaparaba todo el presupuesto de investigación asignado al caso. Y aquél sería el último y definitivo paso para su consecución. La fusión nuclear ocupaba periódicamente las portadas de todos los diarios y revistas especializadas del mundo con sus últimos descubrimientos. hacia el frente. estaban francamente 191 . al contrario de lo que había visto hasta ese momento. Mil trescientos metros es lo que le marcaba el altímetro. y no podía apoyar todo su peso sobre un solo pie sin que sintiera una fuerte punzada. 27 David cayó sobre una fría y dura superficie plana. continuamente. pero no creía que fuera muy agradable ir tan abrigado o sintiendo frío. un objeto acaudalaba más interés que tres personas asesinadas. La plataforma le hizo recobrar nuevas fuerzas. y podía haber vampiros en cualquier esquina u oquedad.—No se debe divulgar una sola palabra de este asunto a la prensa. «Por fin –pensó. Tratándose de un objeto que podía cambiar el destino de todo un continente. Ha sido un duro descenso. al no tener que descender más. pero sabía que no conseguiría subir de nuevo por aquella sima a pesar de todos los esfuerzos que hiciese por contener el dolor. comparado con el que sentía en las aún más altas y heladas montañas de Granada cuando aún era un humano. al ser casi la única solución a la crisis energética mundial. pues apenas se diferenciaba de la temperatura exterior. No veía más luz que la suya propia. por leve que fuese. De todas formas. y David conocía el peligro que el fuego tenía para los vampiros debido al humo. El caso está completamente ‘cerrado’. El pasillo se advertía largo y poco uniforme. Los ligamentos se romperían como chicle. pero sí creyó advertir cierto movimiento que no se adecuaba al de su cabeza en los reflejos de las paredes. y sólo algunos grados más que el punto de congelación del agua el termómetro. Las paredes. Avanzó recto. Aquello le extrañó. chupando tranquilamente la sangre de una enorme rata. ¿entienden lo que quiero decir? Los dos hombres con bata asintieron. Una vez más. Él mismo no sentía excesivo frío. Más tarde Victoria podría echarle un vistazo. sucias. Telarañas, restos secos de materia orgánica, manchas de sangre coagulada pero aún glutinosa; cualquier cosa podía habitar en aquellas albarradas tan permisivas. Oyó un quejido. Un lamento cuyo eco resonaba en su cabeza. Parecía un niño, pero bien podía ser una mujer joven. Avanzó con los ojos bien abiertos, mirando con precaución hacia las traicioneras paredes irregulares. El grito se acercaba más rápido que su avance, por lo que prefirió esperar. Era una mujer, desnuda y caminando a tientas, sin poder ver. Chorreaba sangre desde el cuello a borbotones a través de su temblorosa mano, que trataba de detener la hemorragia. Era una humana, que gritó al ver los dos destellos de los ojos de David. Ella se quedó paralizada, sin saber hacia dónde dirigirse. —¿Quién te persigue? –le preguntó, tratando de aparentar toda la amistosidad y confianza que le fue posible. No contestó, emitiendo un jadeo constante que acabó poniendo nervioso a David. —Puedes decírmelo. Soy un humano. A mí también me mordieron. Quiero ayudarte. La mujer lo miraba en el vacío con una indescriptible expresión de terror. David sabía que tenía que actuar rápidamente, antes de que se desangrase. Pero al fondo aparecieron dos vampiros. No parecían perseguirla, sino simplemente aterrorizarla lo más posible, haciéndola vagar en la oscuridad hasta la muerte. David ahuyentó a los dos vampiros haciendo una súbita aparición y gritándoles que se largasen si no querían morir abrasados. Para convencerlos de sus amenazas sacó el vaporizador de ácido que llevaba como medio de defensa. Uno de ellos trató de dar un manotazo al aire cerca de él y David pulsó el botón de la válvula, por lo que al entrar en contacto con su mano gritó y volvió a sumirse en lo profundo de la cueva seguido de su sorprendido compañero. Volviéndose hacia la mujer que, completamente desnuda, había caído al suelo, casi inconsciente por la pérdida de sangre y la impresión, la cogió de la cabeza para lamerle el cuello. Tras haberle dado tres pasadas, dirigió un chorro del ácido al lugar de la mordedura. La mujer recuperó la consciencia de una manera tan brusca que David tuvo que sujetarla fuertemente mientras cubría la zona con un líquido que burbujeaba en la piel, desnaturalizando todos los priones que alguno de los dos vampiros le había insuflado. Ella gritó varias veces mientras le trataba la mordedura, pero finalmente volvió a desmayarse. Cuando la herida dejó de burbujear David la palmeó en la cara, despertándola. Aparentaba unos treinta años, no más. —¿Quién eres? –dijo la mujer. —Un amigo. Ahora debes salir de aquí. –David se quitó el anorak, ofreciéndoselo, y se bajó el pasamontañas al cuello. —Me han traído… Me secuestraron, violaron… –La mujer comenzó a llorar, cubierta por el abrigo, que la cubría decentemente hasta las rodillas. 192 —Tienes que salir de aquí. Toma esto. –David le ofreció el vaporizador de ácido–. Esto te servirá para defenderte, pero tenemos que encontrar tus ropas para sacarte de aquí. Allí fuera hace un frío endiablado. La mujer quedó en silencio, emitiendo repetidos y estentóreos sollozos. Pero no parecía reaccionar. Solamente se relamía la mano para llevarse la saliva a la quemadura. —Vamos, rápido. Tengo casi tanta urgencia como tú. Yo puedo ver en la oscuridad, y te conduciré. La mujer no se lo pensó más, incorporándose con esfuerzo. Estaba muy débil, y no creía que fuese a aguantar hasta donde hubiera que llevarla. Si no había un refugio de montaña cerca, tendría que dejarla abandonada a su suerte, pues no podía arriesgarse demasiado con aquel asunto tan delicado que tan de improviso se le había presentado. Tenía que encontrar una salida más accesible que la de la sima, consciente de que nadie se la indicaría acompañado por una humana. Tendría que ser prudente. En el interior de la colonia se respiraba tensión por todas partes. Nadie se acercaba a la mujer, una asturiana que se llamaba Eva, mientras un vampiro, David en este caso, se mantuviese cerca. El vampiroide se veía obligado a conducir de una manera brusca a la mujer, para pasar desapercibido, mientras ella andaba a paso forzado y tiritando de frío, a pesar de haber recuperado su ropa, hecha trizas, cerca de donde David la encontró. Le había explicado que trabajaba de guarda forestal en una cabaña de los alrededores y que, mientras hacía una breve ronda para comprobar que los sonidos de la naturaleza continuaban en su estado habitual, dos hombres la habían dejado inconsciente de un golpe en la nuca. Cuando despertó, en la más profunda oscuridad, comenzó a sentir todas aquellas vejaciones, que culminaron con el mordisco. Fue en aquel momento que comprendió que se hallaba entre vampiros. No había sentido mayor horror en toda su vida cuando la soltaron y comenzó a correr sin rumbo ni control, perdiendo todo sentido de orientación. Un vampiro joven, casi de la misma edad que Moisés, fue el que reveló a David la salida, tras recibir amenazas de éste. A pesar de su corta edad, pareció ofrecer una resistencia sorprendente, tanto física como dialéctica, pero al final se resignó ante una autoridad mayor. Aquel laberinto ofrecía escaso atractivo, como era de esperar, pero David se asombró de la falta de grandes grutas o cavernas como vio en las otras colonias. Probablemente se debía a no haberlo visitado por completo, pero en aquel momento necesitaba sacar a aquella pobre mujer de allí. Tuvo que considerar que había fracasado. O estaba a punto… Diez vampiros jugaban a las cartas junto a la salida, en el interior de la gruta. No necesitaban más que una pesada piedra con una buena envergadura para 193 aprovechar varias sillas de paja dispuestas en círculo. Pero ahora el centro de atención era David. Y su humana compañera. Tres vampiros se abalanzaron sobre David, que soltó a Eva para poder hacer frente a ellos. Dos cayeron al suelo, pero el tercero agarró fuertemente por el pie a David. Ahora era completamente vulnerable, apoyado sobre su maltrecho tobillo. Pero al ver a Eva sola, apoyada contra la pared, asustada y no demasiado lejos de la salida, se resignó frente al dolor e, impulsándose con la pierna agarrada, levantó la otra para propinar en volandas una patada al cuello del vampiro. Ambos cayeron, pero éste no volvió a levantarse. David corrió a colocarse en una posición entre los siete vampiros que aún quedaban y la salida. Increpó a Eva a que saliera, no dándole otra elección. Ésta corrió a salvarse al tiempo que cinco vampiros acometieron a David y dos comenzaron a perseguirla. La mujer trató de sacar todo lo que pudo de sí y, gracias a su preparación como guarda forestal y al vaporizador que le había dado David, con el que pudo detener a sus dos perseguidores, venció su debilidad, escapando a la libertad. Kilómetros de nieve la esperaban. Pero él no pudo escapar. Tras unos breves segundos de lucha, cayó al suelo dolorido por los golpes que descargaron sobre él. Y, a pesar de la luminosidad de sus ojos, se sumió en un breve destello de oscuridad. El tiempo se detuvo en su conciencia. Una sala pulcramente tallada en la roca fue lo que apareció ante sus ojos tras recibir una sacudida y un tortazo en el rostro. Dos vampiros lo lanzaron hacia un asiento cómodo pero rígido, desconcertándolo. Cuando abrió completamente los ojos, pudo ver la sala al completo. Estaba tenuemente iluminada por una pequeña lámpara camuflada en algún lugar. La presencia de sus captores continuaba allí, pero había tres vampiros más que, frente a él y sentados de la misma manera lo observaban con una estúpida sonrisa en el rostro. Uno de ellos habló con socarronería. —He aquí nuestro pupilo. Ha venido personalmente, no cabe duda. —Y, obviamente, tenía un gran deseo de vernos a todos nosotros –añadió otro de ellos–. Espero que se sienta verdaderamente complacido. —¡Ah, no! De eso no cabe duda. David escuchó desconcertado las risas y alusiones a él. ¿Cómo podían saber que les buscaba? Y aún más extraño, considerando que no los buscaba concretamente a ellos. Pero lo peor de todo es que la situación se repetía. Se estaba convirtiendo en algo extravagante. Un tortazo, recuperar la consciencia, y encontrarse en una sala tenuemente iluminada donde varios ojos dorados se burlaban de él. 194 ¿O no? Lo que sí era seguro es que cada vez se encontraba en una situación más comprometida. Aquello exigía demasiado de sí. Ahora comprendió los criterios que habían utilizado para escogerlo a él. Criterios, pensó, aún insuficientes. —¿Te has convencido? –preguntó el primer vampiro al que aún no había hablado–. Si finalmente no es él, siempre podremos sacar tajada del asunto. Pero estoy completamente seguro de que será tan amable de confirmárnoslo. —¿Tajada? ¿Eres estúpido? ¿No te das cuenta de lo que ocurriría si no se trata de este humano? —Puedes verlo. Tiene todos los papeles para ser él. Un medio vampiro en proceso de transformación, con empatía hacia las humanas… y un consumado luchador de artes marciales –el vampiro miró a David, observando que les escuchaba con interés pero con desconcierto–. Creo que se encuentra en perfecto estado mental. Consultémosle acerca de lo que tanto le preocupa. A juzgar por su expresión, está deseoso de hablar. —¡Eh, chico! ¿Cómo te llamas? –preguntó el segundo vampiro. —¡No seas estúpido! ¡Así no se tratan a nuestros invitados, como si fueran críos traviesos a los que se pregunta el nombre de su madre! –Volvió su mirada a David–. Muy bien, egregio huésped. ¿Sería tan amable de presentarse ante nuestra humilde recepción, o desea tal vez que le arranquemos la piel a tiras? David no dijo nada. En realidad, no entendía nada de lo que le decían. El vampiro que le había hablado hizo una señal a los escoltas, que le sujetaron, comenzando a pegarle. David gritó, pero se contuvo durante los últimos golpes. —¿Y bien? ¿Se reconoce ya a sí mismo o nos permite ayudarle un poco más? —¿Qué queréis de mí? –dijo, por fin. —Sólo un par de informaciones… de tipo administrativo, ya sabe. Nada comprometedor. 28 —No –dijo Alain con rotundidad–. Iré yo, personalmente. —¡Es imposible! Usted carece de permiso para entrar en la isla. —¿Importa eso demasiado? Vuestro príncipe está a punto de morir. Y lo saben. —Pero… —He dicho. Y ahora, proporcionadme la contraseña. Viajaré con mis propios papeles y con mi automóvil. Cruzaré los puentes y túneles subterráneos europeos hasta llegar a Gavle, en vez de a Copenhague. Allí pediré a vuestro enlace que me conduzca a la isla en lancha. Sabiendo lo que se juega, dudo que niegue 195 ofrecerme tal servicio. —Será realmente difícil que acceda a llevarle, a pesar de la contraseña, si no ha recibido una comunicación expresa de algún Maestro desde la isla. Yo carezco de autoridad en esa cuestión. —Es precisamente ese comunicado lo que me preocupa, ya sabes por qué. —¿Y el avión que nos espera en Copenhague? —Ni una palabra. ¿Han entendido? Ni una maldita palabra sobre el asunto. Nadie de la isla debe enterarse, y si ese avión va a Copenhague, creo que se va a llevar una doble decepción. —Definitivamente, ¿sospecha otra traición? —No lo dudo en absoluto –sentenció. Alain salió de Toulouse tras conocer la contraseña telefónica y la que permitía acceder a los servicios privados de transbordo a Inocencia. Carecía del permiso, pero no dudaba de que accederían a llevarle, dada la situación. Esta vez llegaría. Ahora sería millonario, y se lo ganaría muy a pulso. 29 David tosió. El polvo de la celda no resultaba muy beneficioso para sus delicados pulmones, y una flema rojiza salió despedida de su garganta, cayendo cerca de las rejas. No había nadie en las celdas que veía frente a él, ambas excavadas en la roca. El pasillo que las separaba era ancho, las rejas gruesas y oxidadas con sólidos cerrojos. El silencio, sepulcral. Un pitido fantasma reteñía en sus oídos, sin que pudiera hacer nada por impedirlo. Se sentó en el sucio y polvoriento suelo, vencido por lo que presentía ser su amargo destino. La respiración comenzó a hacérsele ruidosa, sin saber muy bien por qué. Probablemente la causa estuviese en el fino polvillo que envolvía el lugar como una tenue niebla que reflejaba difusamente la luz que David emitía. [Insertar pensamientos sobre lo ocurrido en la escena anterior] Pensó en Victoria, la única chica por la que había llegado a sentir un amor sincero. Muchas veces había sentido algo que él había traducido como amor, sin llegar a ser más que bajos instintos de atracción, resultado no más que de un simple juego de sensaciones y hormonas. Así había sido incluso cuando conoció a Victoria, algo que cambió radicalmente en un periodo de tiempo de pocos meses. Comprendió que aquel cambio que se había producido en su interior se debía a que ya no solo la deseaba en cuerpo, sino también en alma. Fue en aquel momento cuando pudo penetrar en una nueva dimensión del amor, la última etapa de la espiral del deseo, de la que ya resulta imposible escapar. Había sobrepasado con creces el horizonte de sucesos, y estaba condenado a permanecer allí para 196 siempre. Pero ahora la endeble barrera que separaba la vida de la muerte sostenía a David, impidiéndole realizar ni el más pequeño movimiento, si pretendía evitar que se quebrara. Y allí estaba, rogando para que aguantase y no le separase de Victoria para siempre. «No –resolvió–. Las barreras no existen. Los únicos límites que marca la vida los decide Dios en primer lugar, y yo mismo en segundo.» Si no lograba salir de allí por sus propios medios, debería orar profundamente. Una hora después, tuvo que prepararse a emprender la segunda opción, pero en aquel mismo momento oyó unos pasos, que resonaban lejanos y con escasa fuerza. Era una sola persona, y no parecía ir con decisión, dado lo irregular de los pasos. A medida que se acercaba David pudo apreciar que se detenía celda por celda. Oyó algunas voces en las celdas en las que había alguien, pero el intruso continuaba su camino, hasta detenerse justo frente a David. Era… —¡Moisés! ¿Cómo has llegado hasta aquí? —Conozco esto perfectamente –respondió–. No deberías haberlo hecho. —¿El qué? —Hablar con humanos en estos lugares te puede costar muy caro. A veces la vida. —¿Cómo…? —Las montañas tienen oídos. Si ella no hubiese gritado, jamás habría venido aquí. Considérate afortunado. —Moisés, ¿puedes sacarme de aquí? —Las posibilidades son remotas –dijo, tras lo cual volvió a marcharse, lo que le permitió a David ver una mancha de sangre en sus pantalones. Obviamente, el acceso a los calabozos no era gratuito. Regresó unos minutos más tarde, portando una barra de hierro delgada y aparentemente frágil o poco sólida. —Deberías buscar algo más grueso para partir el candado –sugirió David. Moisés lo miró compadecido, como si hubiese dicho una descomunal estupidez. —Lección número uno. No provoques un estruendo en el interior de una montaña llena de vampiros. Los ecos son muy intensos, ¿entiendes? David se alarmó al reconocer que no se le había ocurrido aquello, a pesar de que resultaba dolorosamente lógico. Aun no siendo un momento especialmente indicado, se grabó en mente aquella advertencia. Moisés introdujo la barra por el candado para hacer palanca. David le ayudó desde la celda, esforzándose al máximo. El candado cedió, completamente deformado y deformando a la barra. «Ambos materiales son muy resistentes –pensó David–. Diana no me mintió. 197 «Sólo uno –pensó–. Abandonar seres humanos para salvar a los vampiros. Dios mío. y observó su recorrido.» Uno de los presos de las otras celdas comenzó a gritar cuando David salió de la suya. «Irónico –pensó. Nadie trató de detenerlos. como tragado por los abismos.Realmente somos capaces de morder el hierro. presos en el lugar más terrorífico de cuantos podían llegar a concebirse. David se asomó con precaución. En manos de un destino que espantaría hasta al más sanguinario de los criminales que hubiese pisado la faz de la Tierra. abatido–. y la fuerza de voluntad que había que sacar del interior para permanecer impasible era inmensa. No los miraban a ellos. desapareció. Pero sólo había una tercera salida. David miró a Moisés con una profunda conmoción reflejada en el rostro. y caminaba como un completo autómata. Eran humanos. —Supongo que mi experiencia con los esquíes me servirá de algo –observó David. sino al vacío. sin que hubiese ninguna concordancia entre mente y cuerpo. —Tendrás que mantenerte erguido a velocidades de cincuenta kilómetros por hora. De pronto. Le suplicaba su liberación. y avanzó hacia una ladera de nieve. David agachó la cabeza. No era capaz. frío. La traba de la tercera es que salía a un lugar abrupto. o nunca lo harás. —¿Esquí? –rió Moisés. lo que aprovechó para fijarse en ellos por si detectaba las señales que identificarían al nuevo príncipe. Dos pares de luces era todo lo que podían ver. —O aprendes ahora. lo que advirtió el chico a David. sin éxito. difícil de superar sin un equipo mínimo de escalada. Sudaba de la tensión que le había embargado. y David se detuvo horrorizado. Allí no habría segundas oportunidades. y su mirada mostraba un terror que ni David habría podido imaginar en aquellas sombrías mazmorras. Éste negó con la cabeza. sólo uno. David dio media vuelta y siguió al chico. Era rápido y sinuo198 .» (Cáustico) No sería la última vez.» (Yo) —Ahora –apremió Moisés. esperaban el inevitable y trágico final como piezas de un banquete en la más profunda de las tinieblas. No podía dejar de oír las súplicas de los prisioneros. Ambos comenzaron a correr por los largos laberintos que conformaban la colonia. La primera resultaba imposible de escalar y en la segunda reconocerían a David. Y aún más para salir de allí sin haber intentado hacer nada por ellos. y deberían considerar como un auténtico milagro que se les concediese alguna. a punto de quedar completamente destrozado. al perder la estabilidad con los continuos envites que recibía contra las ocultas rocas. Constantemente las sentía encima. Se santiguó justo antes de saltar en pos del alocado vampiro. mas desde aquel mismo momento se había transformado en una necesidad real. pero pronto los pies dejaron de responderle. Ésta consiguió frenar la rápida caída que predecía la intratable ley de la gravedad. Cayó de costado. aceptó la cara pero 199 . impactando contra un enorme monolito. Y el tobillo. Tal vez aquello fuese realmente una segunda oportunidad de las que raramente se conceden a aquellos que han perdido por completo el control de sus emociones. Y no pensaba desaprovecharla por lo que. Había guardado un discreto pero constante luto que ocasionalmente se dejaba ver en forma de ropa estrictamente negra. como profesional. y permitió a David manejar en gran medida su recorrido. Esto se había convertido en una hórrida y constante carga que jamás le había abandonado durante cinco largos años desde aquella lamentable pérdida. Una tremenda oleada de aire frío impactó contra él. procedente de la base de la montaña. Una vez más. Pero aquella carga estaba desapareciendo. Y estaban congelándoseles.so. Había estado pensando durante toda la noche en su mujer. y dirigiendo un último pero no exento de afección pensamiento a su difunta mujer. reprimiendo todos sus impulsos lascivos que constantemente surgían de su cuerpo en ataques difíciles de controlar. algo que sólo pudieron contar en vida diez supervivientes. Como vampiro. empleando aquel breve descanso que se había concedido durante aquel viaje tan obligadamente tácito. No pudo evitarlo. Desde aquel momento. perdió toda noción del tiempo y del espacio. Alain lo atribuía. ya ninguna otra mujer pudo entrar en su vida sin que sintiese un profundo temor a que fuese censurado desde los cielos por ellas. recostado contra la barra y observando los sensuales movimientos que la estriptipista le dirigía con evidente alusión. él incluido. a un reajuste hormonal tan surrealista como efectivo. Cuando su mujer y su hija fallecieron en aquel desgraciado accidente de avión en el que murieron más de doscientas personas no sólo sintió que el mundo se le desplomaba encima como sensación física y real. 30 —Una cerveza sin –pidió Alain. en cómo había cambiado su vida en tan sólo unas pocas horas y en cómo había vuelto a cambiar en un periodo semejante de tiempo. sino que también sintió que un enorme pedazo de su alma se escapaba para acompañar a las dos únicas personas a cuya vida pertenecía por completo. aunque no demasiado veloz para la sesgada inclinación de la pendiente. Moisés le increpó para que continuase y. Su destino. Especialmente por él mismo. aunque los principales maestros. maldita por toda la eternidad para todos los caballeros templarios del mundo. París.estimulante propuesta de la exótica bailarina. tanto templarios como no. con montones de cuerpos colgando de cuerdas chirriantes mientras los cuervos se daban un festín con sus carnes. con gravedad. muy a su pesar. 31 David sintió que sus miembros se separaban del resto del cuerpo. —En la plaza de Montfauçon fueron ejecutados la mayoría de ellos. como una inmensa bola de yin-yang donde los puntos del color opuesto encarnaban la Luna y la montaña. al haber sido esperada por todos. pudo relegar la pierna de su papel. Y así recorrieron kilómetros a la máxima velocidad que permitía el terreno y las limitaciones de la cojera de David. Fue un espectáculo macabro. fueron quemados frente a la iglesia de Notre-Dame. su tobillo se recuperó gracias a los cuidados de su novia y de un médico vampiro de la tribu. Más tarde. La negativa de David respecto al resultado de su misión fue aceptada en silencio. la capital de Francia. Pero siempre perdonada por todos aquellos que reconocían que su grandeza se situaba por encima de todas las culpas de que en momentos difíciles pudiera haber adolecido. dada la tardanza de que habían hecho gala. Cuando Moisés le entregó una gruesa y resistente rama que arrancó de un haya que crecía inclinada. por lo que algunos tomaron las calles de los barrios más sombríos. se vio obligado a continuar en un movimiento del que no era consciente más que por las órdenes que enviaba. por lo que no quedaba más que tomar las disposiciones que estimasen convenientes para la nueva partida de los tres viajeros. Entrar en calor favorecía su recuperación funcional. Pero no tardaron en caer 200 . quedando en suspenso en medio de un vacío de color blanco y negro a partes iguales. no siempre correctas. Su llegada no pudo ser acogida con mayor regocijo. Durante cientos de años París permaneció como una ciudad maldita para todos los vampiros del mundo. Muchos consideraron que la venganza de los templarios se había consumado. cientos. explicaba el ambiente que rodeaba y había rodeado a una ciudad que siempre había sido admirada por todos los que no la hubiesen juzgado por la inmensa codicia de sus reyes y gobernantes. No hubo ni uno solo hasta que cayó el rey de Francia durante la revolución francesa. entre ellos Jacques de Molay. pero demostraba a David que jamás llegaría a destino con aquel tobillo completamente arruinado y de nuevo sensibilizado. Rogelio. Más tarde regresaron. Actualmente. No dijo nada a ninguno de los dos sobre lo que había hecho allí dentro. El avión dio un breve viraje para corregir la leve desviación que había sufrido a causa de los vientos de las altas capas de la atmósfera. Carlomagno y Napoleón se habían encargado de demostrarlo. y se colocaron las gafas plateadas antes de salir al exterior. a la sombra y con apresuramiento. Durante siglos. Y sus habitantes. —Sí.de nuevo. pero difícilmente una capa de nubes podía servir como escudo contra la radiación que. David había estado pensando en la falta de visión nocturna de Victoria durante el viaje en avión. o un coche con chófer. al mismo tiempo. Pero sólo nos detendremos unas horas. Luego alquilaremos algún taxi. que no pudieron ver ni dónde ni el tipo de 201 . y allí siguen. una de las que más ambición poseían. incidía en la superficie con casi la misma densidad que en cielo despejado. Antes de que amanezca tendremos que llegar hasta un pequeño pueblo. ellos serán –afirmó David–. muy famoso. El vuelo desde Oviedo a París había durado apenas dos horas y media. y los encontró en un centro comercial cerca de la famosa Cuidad de las Ciencias de la Villette. Entró solo. y que en breves instantes aterrizarían en el aeropuerto de Le Bourget. —¿Y serán los que veremos? –preguntó Victoria. Todos se colocaron los cinturones de seguridad. lo que indicaba que se encontraban cerca de destino. Aquel día no hacía apenas sol. y observaron por las numerosas ventanillas el gradual paso de aquel desconcertante y heterogéneo paisaje que se transformaba en la ciudad de los romances salvajes. en el norte de Francia. La azafata informó a los pasajeros que sobrevolaban París. a mediados del siglo pasado. durante las últimas horas de la tarde. caminaron siempre bien cobijados por las acogedoras calles de París. aunque dispersada. encargándose de arrebatar directamente el poder al mismísimo rey de Francia. para ir al pueblo. David y Rogelio se embadurnaron de crema en los aseos públicos. ya que la revolución industrial transformó la antes noble París en una vieja negra y humeante en la que los vampiros se veían incapaces de sobrevivir. y se le había ocurrido una solución ideal a éste y otros problemas que le habían rondado la cabeza. Por tal causa. y estuvo allí un buen rato antes de salir con su antes mermada mochila y ahora bastante más abultada. Se informó sobre el tipo de establecimientos especializados que buscaba. París había sido una de las ciudades que suscitaban mayor ambición del mundo conocido y. dejando a los otros alejados. se jactaba de ser uno de los grandes núcleos de la nueva Europa que estaba consolidándose como la fusión más grande que jamás se había producido en la Historia. también. de acuerdo con sus instrucciones. Sólo iremos a echar un vistazo a un local en el que se reúnen buena cantidad de ellos cada noche. Las pronunciadas cuestas que tuvieron que recorrer durante la búsqueda no alegraron demasiado a Rogelio. Había resultado difícil encontrar aquella extraña calle del barrio de Montmartre que casi nadie conocía. En ningún momento se había parado a pensar en por qué los humanos hacían determinadas cosas. iluminada por potentes reflectores que la hacían visible incluso desde el primer piso de la lejana torre Eiffel. Ni siquiera los desesperados indigentes. Efectivamente. Una música a bajo volumen se escuchaba. En tal caso. no quiso pensar en lo que les podría haber sucedido. por lo que se resignaron a caminar lentamente y con breves descansos en algún improvisado banco de piedra. Eran gente por la que nadie llegaría jamás a preocuparse. Había aprendido. Nunca le había parecido tan necesario poseer el don de saber distinguir entre el bien y el mal. faltos de hogar. que carecía de número o identificación. David se permitió pensar que tal vez sí se atreviesen. se atrevían a instalar una improvisada tienda de campaña de cartón en el resguardado fondo de la calleja. gracias a un duro aprendizaje. Ésta se alzaba en la cima de la colina. permaneciendo apartado. las razones que encontraba el Diablo para actuar solían tener apariencias tan justas y honrosas como las que invocaba el Altísimo para ilustrar a los hombres y vampiros convertidos. pudieron convencerle de que no iban sino a otro asunto. Los vampiros lo hacían por diversión y por supervivencia. Jamás había sido así. un callejón sin salida oscuro y sin vida donde la última puerta. Llamaron a la puerta. no por ello más noble. desde el interior de aquel local. que podía hacer tanto por la naturaleza vampira como por la humana. Éste vio evidente que se trataban de jóvenes peregrinos al observar su equipaje. por lo que el agente les advirtió de la poca conveniencia de repostar durante la noche en un lugar como aquel. pero tuvo que reconocer que la decisión más sabia era contenerse. aquel lugar silencioso tenía la peculiaridad de provocar escalofríos a todo aquel que se aventurase demasiado profundamente en él. lejana e imprecisa en el tiempo. que no era sino una miserable impasse. Finalmente. lo atribuía a pura maldad. Un policía quedó extrañado cuando le consultó. permanecía cerrada. Rogelio no se había acercado al policía.tiendas en las que había entrado. Una rabia interior (escalofrío) estalló desde el interior de su cuerpo. y éste les indicó dónde se encontraba aquella rue. El Sol se había puesto cuando llegaron. deseado desde los tiempos en que los filósofos griegos trataban de definir cada partido en tan sólo unas pocas razones. que no permanecerían allí durante la noche. Transcurridos unos segun202 . aunque David se encargó de informarse sobre la situación de ésta preguntando en un trabajado francés. durante los cuales se dedicaban a contemplar la altiva iglesia del Sagrado Corazón. y nos gustaría disfrutar esta noche con vosotros. sino más limpio –opinó 203 . —Naturalmente. alguien acudió a la puerta. ¡Es una vampira! Fue mordida hace unos días y aún parece humana. ni siquiera si se trataba de decir o hacer algo. —Lo que sí es cierto es que parece no sólo fresco. Ahora existe en todos los hogares civilizados del mundo. pero a pesar de todo entraron los tres juntos. en el cual parecía que el aire se hubiese detenido a su alrededor para no interferir en una comunicación a través de la mente. Fue la palabra “señales”. lo que ocultaba su supuesta mordedura. y sólo tras un tiempo en suspenso. pudo darse cuenta. Un moment! Qui est elle? El vampiro apuntó rápidamente a Victoria. y unos amigos que estuvieron en este sitio nos han dicho que aquí se lo puede pasar uno bien cada noche. lo que le hizo comprender que esperaba algún tipo de contraseña para permitir el paso. como ya he dicho. ¡No te precipites! ¡No juegues con fuego! —Yo decido aquí las reglas del juego. jamás saldrían de allí. esperabas que os recibiéramos con fuegos artificiales.dos. Aquello ocurría en casi todo tipo de locales clandestinos o ilegales. lo que David trató de impedir desviando la boca del arma. por donde pasarían vampiros a cada rato. —¡Eh! ¡Eh! –se apresuró a advertir David–. —Dios mío… ¡Es aire puro! –alabó Rogelio. David creyó oír incluso su respiración. pero David desconocía en absoluto cualquiera de ellas. ¿Quiénes sois y cómo habéis sabido de este lugar? —Somos vampiros extranjeros. David lo comprendía. —¿Es posible? –preguntó Rogelio. Probablemente éste imaginaba que si algo salía mal. todos ellos desconocidos y probablemente peligrosos. al atravesar los pasillos–. No quería dejarlos solos en aquel lugar. Apuntaba a los tres. Se oía el resonar de los pasos sobre lo que presumía ser un pavimento metálico. Victoria llevaba una bufanda redonda en el cuello. Incluso en tu cueva. parado frente a la puerta. mostrando un enorme vampiro con una pesada pistola sostenida por sus manos. Esperaba algo. Hace tanto tiempo que no aspiro un aire tan fresco… —Es aire acondicionado –dijo David–. David rezó para que nadie tratase de comprobarlo allí dentro. La puerta se abrió en un instante. y no había nada de que preocuparse. No hizo absolutamente nada durante unos segundos. acariciando su arma de fuego a dos manos–. Venimos del extranjero. —Somos vampiros. pues el vigilante los dejó pasar finalmente sin demasiada desconfianza. ¿No es tal? –rió. Trató de persuadir. Y no me esperaba este tipo de recibimiento. que vino a ésta durante esos rápidos e incoordinados pensamientos. —¡Espera! –advirtió David–. —No me refiero a eso… —¿Entonces? —Parece como si tuviera… ¡Ahora recuerdo! Es el mismo aire que se respira por las mascarillas de oxígeno. pero ya te han detenido tres veces. divertido. iluminado por cientos de luces de colores que giraban con un alocado ritmo capaz de marear al más experto en rodar y balancearse. una música a volumen infernal hizo temblar todos sus huesos. —Todos los aparatos de aire filtran el polvo –aseguró David. —¿El qué? –preguntó David. —Créeme. No lo son. con cierto desconcierto.Victoria. Tengo que ver el mayor número posible. De repente. con una cristalera elevada tras la cual se veían los disc-jockeys y un par de vigilantes. aquel volumen ascendía en una proporción asombrosa. David y Rogelio la miraron. —Tranquila. No creo que sean estúpidos. —Desde aquí puedo ver y ser vista perfectamente. —Espérame aquí –le indicó–. David! Pueden sospechar algo. También venden bebidas para nosotros. pero nunca se sabe. bailaban frenéticamente y sin cesar. David cogió su móvil y pulsó varias teclas. aquel cristal oscuro de la puerta. Tal vez suba a la sala de los discos. Voy a echar un vistazo a esta gente. el local de era enormes dimensiones. No creo que sea necesario. En aquella sala el aire oxigenado fluía con una perceptible brisa. más de cincuenta. la ausencia de las lámparas ultravioleta que iluminaban algunos tejidos de la ropa. pasándoselo después a Victoria. Parecía un buen aislante. David captó. —No lo sé. –David le sonrió y le puso la mano en el hombro para tranquilizarla–. En realidad. —¡No lo hagas. —¡Rogelio! ¡Creo que deberías esperar en la puerta! –chilló David. —Algo fuerte –pidió. haciéndose oír. Todos allí dentro eran vampiros. —No voy a la pista solamente. pulsa este botón y mi reloj vibrará. y del humo a ras del suelo que solía acompañar al baile en ese tipo de discotecas. Una vez usé una conmigo en prácticas de laboratorio. Un vigoroso grupo de vampiros. tras pensarlo un instante. y volvió a desaparecer tras aquellos cristales que tan bien amortiguaban el sonido. ¿Quieres que te traiga algo? —¡No! –exclamó asustada. Nada más girar. No necesitan cuidarse de nadie. —¿Dónde? —¡Detrás de la puerta! —¡Allí estaré! –prometió. 204 . Si ocurre algo. y penetraron por la puerta giratoria que daba a la sala principal del local. —¡Ajá! David fue hacia la pista. sirviéndole el vodka con limón. en la que había varias bolsas rellenas de sangre semejantes a las que se usaban para almacenar la sangre donada. Algunas parejas se besaban fogosamente dando muestra de un erotismo intenso y profundo. haciendo temblar los huesos y músculos en la dirección y ritmo correctos. Aproximadamente. como si fuese una especie de novato o imbécil recién llegado del otro extremo del país. David fue hacia la barra. podría decirse que sí. Parecían abstraídos. tratándose de vampiros. pero el elevado volumen de la misma le impedía pensar. y sangre fresca –pidió en francés. Trató de recordar la letra. O como una potente corriente eléctrica. —¿De hombre o mujer? –le preguntó. por lo que se limitó a pasar desapercibido observando el comportamiento de todos ellos. tras lo cual se dirigió a una cámara frigorífica. Pocos lo miraban. como si realmente aquello gozara de vida propia. —¿Medio vampiro. y esto resultaba chocante para el granadino. con tono divertido. La música se adueñaba de su cuerpo. Tras observar a cada uno de los que se encontraban allí. Apenas había alguien que bailase solo. Es buena. David le dijo en 205 . Otros sostenían bellas copas rellenas del apreciado oro rojo. como totalmente sumisos al reinado de la música rock. A no ser. de cristal y metal barnizado. volvió hacia donde le esperaba Victoria. dado que apenas existían ya en países civilizados. David asintió. Cuando se la sirvió. como exprimiendo al máximo el momento. a pesar de que no era en absoluto extraordinario. aunque algunos pudiesen tener más de cincuenta años. Todos aparentaban ser jóvenes. Ahora sonaba por los potentes altavoces una vieja pero inmortal canción de rock sinfónico de Metallica. donde los menos tripudiantes disfrutaban del placer de la bebida mientras escuchaban y observaban. que raramente podía verse en el mundo real. eh? Aquí tienes sangre de caballo. Era bonita. David saludó al sentarse. —¡No. el camarero lo miró con una expresión de burla. claro está. que la hubiesen robado directamente de algún banco de sangre. El barman lo miró con un ojo arqueado. —Un vodka con limón. próximo al misticismo. Pero aquella distaba bastante de haber sido “donada”. al tiempo que bailaban en silencio. pero nadie le hizo el menor caso. y aún menos vampiras. bailando al ritmo binario y robusto de aquella canción de los Bloodhound Gang. por Dios! ¿No tienen de algún animal? El camarero se giró. lo que era bastante improbable. cogiendo el vaso con el vodka y la copa. tras el reciente desarrollo de la sangre artificial. que carecía de ella. lo que era la primera muestra de buen gusto que veía de vampiros no templarios. sin distinción de sexo. Raramente se dirigían la palabra. Muchos más. –David lo miró. Tenemos que llegar cuanto antes a Mont-Saint-Michel. Nada. pues la luminosidad aún era escasa. Allí estaba Victoria llamándolo con el brazo. ¿Quién eres? —Tranquilo. estaba montada en andamio también en la pared. Había que cruzarla para acceder a la escalera en caracol que conducía a la sala. volviendo a su tarea. pero al mismo tiempo sobrenatural. y parecía sentirse mal. pero uno de los vigilantes se dirigió a él cuando llegó al umbral. No había ninguna restricción para subir.voz alta que iba a subir a la sala de control y. No te oigo bien. bajó de nuevo las escaleras. Parecía pálido. En aquel mismo momento. Las luces destellantes no impedían que refulgiesen los ojos de los vampiros. —Podría ser… –dijo. sino que sobresalía de la pared a la altura de un piso. Ésta no era interna. Era una chica. pero aún faltaba uno. Su copa de sangre aún tenía la mitad. ¡Eh. Sólo soy un nuevo aquí. como un enorme cajón pegado al muro interior. pero los dos vigilantes le conminaron a abandonar la sala cuanto antes. otro de los tres pinchadiscos lo miró. La escalera. cayó en la cuenta de que aún no sabía si el nuevo príncipe podía ser una vampira. volvió de nuevo hacia la pista. más de lo que era un vampiro. Cuando le empujaron. Tras un rato más contemplando la gente de la pista para asegurarse que los examinaba a todos. tras darle el vaso. dando a aquella escena un tinte sobrecogedor. dejando a David admirado. el reloj comenzó a vibrar. de acero. Con eso bastaba. —¿Qué ocurre? —Creo que voy a desmayarme –confesó Rogelio. y se dirigió a él–. ni tampoco había puerta en la sala. Rogelio se encontraba a su lado. ¡Qué estupidez! Hasta aquel mismo momento ni se le había pasado por la cabeza aquella duda porque sencillamente no distinguía entre ambos. 32 —¡Estúpido! ¿Cómo has podido dejarlo escapar? 206 . Nunca le habían hablado de él específicamente en masculino. —¿Qué? –preguntó David–. Tenía que ver a los otros. Quería preguntar al tipo de los discos lo que va a poner a lo largo de la noche. y se la llevó rápidamente. Abandonando la sala sin llegar a ver la cara de aquella chica. —¿Qué crees que estás haciendo? –le preguntó. Vámonos. Miró hacia la entrada. No me sientan nada bien los viajes después de tanto tiempo enterrado bajo tierra. con autoridad y desprecio–. –Se dirigió a Victoria–. chaval! ¿Vas a poner a los Sacerdotes de Colón esta noche? Uno de ellos lo miró. con una voz apenas audible–. Alguien de fuera debió entrar a rescatarlo. Fred. En ninguno de los próximos destinos que conocía de aquel vagamundo había algún grupo de vampiros que le fuese leal. —¡Eres un imbécil! ¿Quién iba a querer ayudar a ese chico? No es una traición. Lo consultaré y me dirigiré al depósito. Ofréceles lo que necesiten. pues no arriesgaría la vida ni por una suma más elevada que la que le ofreció a Marco. pues lo único que poseía era una lista de destinos que carecía de fechas. Esperar a que continuase con su búsqueda hasta que llegara a un lugar donde hubiese alguna colonia de vampiros fácilmente sobornables. Sobre todo armas. si es necesario el dinero. —Así será. Sólo si sirve para conseguir una suculenta financiación. Si encontraba a lo que ellos llamaban un “príncipe por Gracia Divina” antes de que muriese el actual. Ahora las únicas noticias que podía recibir de aquel enviado de los templarios era que dónde se podía encontrar.—Le aseguro que estaba entre rejas. Ni un miserable espía. Colgó furioso. se lo dejaré bien claro. —Tienes un solo día para que acepten la oferta. pero sería difícil llevarlo a realizar una misión que podía llegar a ser peligrosa por sí misma. aunque sólo dejamos entrar a los que conocen los vigilantes. —Hay que tener en cuenta que esa organización jamás realiza misiones que se salgan de su ideología. o enviar a alguien directamente en pos de él. Ya no tenía nada que hacer. —Aquí entran y salen diariamente vampiros de todos sitios pero. Alguien dejó inconsciente al vigilante y forzó la celda. Ahora sólo tenía dos opciones. ya lo sabes. —De acuerdo. David. y tendría que ser así. —Fabrico personalmente armas. así será. Tras el fracaso de Marco. ha de estar muerto. Conservo el de Marco y aún puedo subir la oferta. Ese chico. Hemos sido traicionados. había estado pensando en enviar a algún vampiro que le fuese lo suficientemente leal para confiar en él. y adviértales de que jamás conseguirán su premio si no han cumplido las condiciones. con escasas probabilidades de acierto. ninguno de ellos pertenece a la secta templaria. —¡Y no me llames Fred! 33 207 . Más tarde habló con uno de sus informadores. y tú lo has dejado entrar. Tenía que impedir a toda costa que aquel miserable continuase con aquella estúpida búsqueda en la que sólo creían aquellos fanáticos religiosos. Sólo un humano arriesgaría su vida por dinero. —Muy bien. sus planes se verían enteramente frustrados. Casas altas de madera y piedra típicamente francesas del siglo XV les rodeaban cuando entraron en la aldea. con más de dieciséis metros de diferencia entre la pleamar y la bajamar. Aquí en el norte nunca se sabe cuándo puede salir el Sol. sobre todo por ser temporada baja. Cuando David le dio la copa con el apetitoso líquido. —No al menos hasta que compras el periódico y te informas. pues aquella casa se encontraba junto a la abadía.Una amplia extensión de arenas y limo rodeaba por completo aquella diminuta isla. pero a Rogelio le dio un síncope al ver la cantidad de escaleras y cuestas que había en aquella enorme roca granítica en la que se asentaba el pueblo. Rogelio se había recuperado de su mareo. Era ya un viejo vampiro que sufría los mismos achaques que cualquier humano a una edad equivalente a la suya. Los tres se quitaron los zapatos y caminaron hasta unas rocas. cada una dos veces al día. Una vasta costera ya lejana en plena bajamar reflejaba una belleza impresionante aún de noche. Aquel 208 . Éste los dejó cerca de los húmedos cienos. pero ahora está todo cerrado –sentenció David–. un vehículo que jamás había utilizado para desplazarse. Los dos vampiroides disfrutaban de la suavidad de la arena en los pies. —Aparca cerca de la playa –le pidió David al chófer. Allí se producía una de las mareas con mayor amplitud del mundo. Rogelio comenzó a recuperarse mientras Victoria cogía un abrigo más grueso. en la que sólo un destello redondo e intenso era capaz de escapar a su voracidad de luz. —Ya me encuentro bien –dijo Rogelio–. demostrando que la naturaleza aún puede superar al hombre en todos los sentidos. pero ella los mantenía lo más separados posible. En la larga carretera del dique que unía la isla con el continente aceleraba un silencioso coche eléctrico con cuatro personas dentro. Busquemos la calle que nos dijeron. debido al brillo de la Luna sobre las finas capas de agua que se extendían a lo largo de cientos de metros a la redonda. pero no parecía sentarle demasiado bien aquel apresurado viaje en automóvil. Tras prometerle que irían calmada y pausadamente pudieron convencerle de que iniciara el ascenso. No había nadie por las calles. pero luego se puso tan mal que tuvieron que adelantar el viaje a aquel pueblo entre las costas de Normandía y Bretaña. en las que se sentaron a disfrutar de la fría brisa que procedía del mar y purificaba todo a su paso. aparte de algún local nocturno con escasos clientes. Deberíamos entrar en el pueblo. eclipsando con su belleza a la aún altiva e impresionante abadía de Saint-Michel. pero calló al ver la mirada que le dedicó. No les costó encontrar el mapa. desde los cuales se podía divisar la inmensa masa oscura del mar. que serían unos ochenta años. Algún cartel con un mapa habrá en las afueras. casi en la cumbre. pareció recuperar el color. David rió al ver su reacción. no sea que amanezca inesperadamente. sino a haber permanecido demasiado tiempo de pie. temblando de frío. Ahora David sabía que el mareo de Rogelio no se había debido al aire oxigenado de aquel local perdido. la puerta y las ventanas junto con el rojizo de los racimos de glicinias y la escasez de distintivos que la destacasen sobre las demás viviendas hacían temer que aquello fuese una trampa. pero el buen estado de conservación impedía conjugar la apariencia con la realidad. Dos pares de brillantes ojos iluminaban la gruesa puerta de madera oscura. todos descubrieron enormes construcciones militares que rodeaban al impresionante santuario gótico dedicado al arcángel San Miguel. El aroma de las inflorescencias se podía apreciar desde aquel mismo lugar. El color oscuro de la fachada. parecía instarles a marcharse de allí cuanto antes. Y era nada menos que una de las estrategias que la naturaleza había regalado a los últimos productos de la evolución para su propia supervivencia. El ambiente poseía una carga angustiosa insoportable. se negaba a admitir que todo fuera realmente posible. Ahora todo dependía de la razón. si esa realidad no resultaba acorde con los propios esquemas preconcebidos. Apenas ciento cincuenta habitantes. en una elegante fachada cubierta de hiedras y glicinias en algunos sectores. algo que jamás nadie se habría atrevido a dudar. y Victoria aún se sentía incapaz de comprenderla. y no era sino una de las miles de posibilidades reales que en ese momento creía comprender. hacían de aquel importante foco turístico un pueblo fantasma cada noche. Pero no tardaría en reconocer su error. plano y frío de la Tierra. La casa se encontraba junto a aquellas grandes murallas.viento frío apetecía a un vampiro. en un mundo dominado por seres en los que la razón comenzaba a ser la única realidad. La realidad era sumamente desagradable. Aun sabiendo que luchaban por evitar justamente lo contrario. En caso contrario. y la sobriedad era su principal rasgo característico respecto a las demás. Allí no vivían seres humanos. Pero nada de aquello era real. Cualquiera hubiera podido pensar que se trataba de una de las muchas casas abandonadas de aquel fantástico pueblo. Un vampiro tan oscuro como el resto de la casa les ofreció el paso sin mediar una sola palabra. la desaparición de éstos. pero no resultaba lo suficientemente agradable como para inferir a aquel lugar un ambiente acogedor. como si 209 . La realidad sólo se hace visible cuando uno la afrontaba con valentía. inmenso. procedentes en su mayoría de lugares más cálidos. un fenómeno de autoengaño que la trastocaba hasta el punto de cambiar incluso las leyes de la razón dominaba a cualquier persona. Incapaz de comprender lo que veía y oía. —Llama –pidió David a Rogelio. Más bien. Alzando la vista. de los cuales la mitad eran vampiros. Un mundo completamente sometido por los vampiros ahora se le antojaba completamente factible. La puerta se abrió tras una larga y silenciosa espera. pero no a los turistas. El espacio más abierto. en cuyo centro se erigía un enorme peñón habitado por seres desconocidos en sombrías mansiones medievales. junto al gran faro que coronaba el puerto de la ciudad. Ni un ruido. por lo que procuró apartarse de él. Alain se sentía capaz de cualquier cosa. Carecía de ventanas en las dos paredes que podía ver desde aquel lugar. y había que estar realmente preparado. sino como un visitante. La costa se encontraba a pocos minutos de camino. por lo que caminó directamente a la garita sin mostrar el menor titubeo. El aire frío de la madrugada no le hacía el menor efecto. Adquirió confianza colocando su mano en el bolsillo. El haz de luz lo deslumbraba cada vez que iluminaba el borde del puerto en el que se encontraba. Alain se conducía con una expresión que hubiese hecho huir despavorido al más allegado de sus amigos. el sereno murmullo de las olas rascando sin demasiado ánimo los gruesos muros de piedra del puerto era la única señal que le indicaba que el tiempo aún no se había 210 . dejando atrás el nada agradable olor a neumáticos viejos y metal oxidado de aquellos garajes alquilados en la zona más abandonada de las afueras de Gavle. a pesar de ir con su habitual ropa de invierno que llevaba en el sur de Francia. Y es que en aquel momento en el mundo podía ocurrir cualquier cosa. En esa oscuridad plagada de destellos luminosos mal diseñados. procedentes de las absurdas farolas de globo que alumbraban más cielo que tierra. Alain encontró fácilmente el muelle que le habían indicado. No podía hacerse notar como un intruso. mientras que Victoria permanecía temerosa junto al umbral de la puerta. Ésta observaba al vampiro con miedo. David la miró. ya que podían verlos. donde reposaba la pistola que le habían ofrecido. 34 Alain salió al exterior. sabedor de que aquella expresión que jamás había sido propia de él no podía conducir a nada bueno. y comenzó a caminar con ligereza pero evitando despertar sospechas en los escasos vigilantes de aquella parte del puerto marítimo. mientras que éste la miraba con recelo.quisiera respetar el silencio tanto como la propia naturaleza. Victoria obedeció. donde la suavidad de éste contrastaba con la excesiva crudeza de las largas noches invernales del centro de Suecia. lleno de una fuerza vital que jamás había llegado a experimentar desde la muerte de su mujer y su hija. incluso cerca del lugar exacto donde se encontraba el pequeño muelle privado que usaban los vampiros de la isla. ayudado por la decisión que le confería la seguridad de su arma. Tal vez incluso más. y le hizo un gesto rogándole que entrase cuanto antes. lo que impedía saber si alguna presencia se ocultaba en su interior. Pero se equivocarían. Rogelio y David entraron. Finalmente. pero sin interponerse en la entrada. Entonces vio una caseta de madera situada al final de la plataforma del desembarcadero. pero no pudo evitar un profundo escalofrío al pasar junto al oscuro vampiro que cerró la puerta tras ella con un sonido que retumbó en las paredes en la más completa negrura. ni un alma. El vampiro lo miró sin comprender. Alain no podía evitar dirigirse a él con un cierto temor palpable en la voz y los ademanes. Alain podría llevarla él mismo de no ser que no conocía en absoluto el camino. la puerta se abrió. tal como rezaba la etiqueta. aunque sabía lo que significaba este gesto. —¿Aún más? –preguntó. se decidió a golpear con fuerza la puerta de la garita. Sé perfectamente que la medicina se recogería 211 . como todo lo demás. a juzgar por aquel silencio. y una ventana. —Eso ha sido una estupidez. Sacó del bolsillo de su chaqueta de cuero una caja rectangular que contenía los frascos con las hormonas. No he oído hablar de ti y jamás te visto. el mítico Holandés Errante. No sé quién es usted. como se podría esperar de su aspecto. y tengo que volver antes del amanecer. Bien. Repentinamente. perdiendo finalmente todo su temor frente a aquel vampiro–. a pesar de su homología con él mismo. Tengo que llegar inmediatamente a la isla. Mirando en el lado del agua colindante a la caseta. apuntándole con una expresión de furia que dejó a Alain anonadado durante unos segundos. cambiando radicalmente el rudo tono de la voz–.detenido. dejando a la vista un cuerpo enorme con un par de ojos brillantes. tapada por un cristal translúcido que impedía vislumbrar su interior. —¿Quién eres? –preguntó el vigilante en sueco. —No me importa que tenga que volver o no. aquello necesitaba llave de contacto. payaso. —¿Está loco? Este viaje dura varias horas. Y. con el pulgar horizontal. No puedo permitirle el acceso sin pruebas. Había una puerta de madera. He de salir hacia allí ahora mismo. ¿entiende? ¡Ahora mismo! —Lárgate. Pero aquellos ojos y los cuatro colmillos lo transformaban en la reencarnación del capitán Vanderdecken. —Me llamo Alain –contestó en inglés–. Finalmente. —Sí. he aquí la medicina que necesita tan urgentemente. vio una lancha mediana que tal vez alcanzara una buena velocidad. por si el centinela se encontraba durmiendo a pierna suelta. —No tengo ningún comunicado de la isla que me advierta de su llegada – dijo. Alain enseñó al marinero la palma de su mano con los dedos separados en grupos de dos. Sé que vuestro Gran Maestro sufre una grave enfermedad. antes de que sea demasiado tarde. Y además. Tiene que llevarme rápidamente. Aún desconocía si podía haber alguien o su posible reacción ante él en caso de que hubiera. ¿Y qué? —Pues bien –puntualizó Alain–. pero sin separar la mano derecha de su bolsillo. Ninguno de los dos dijo nada hasta que Alain recuperó la compostura. Éste tenía un aspecto de marinero auténtico que podía experimentarse por tres de los cinco sentidos. El vampiro la miró como si fuese una trampa. Yo aún puedo pasar perfectamente por humano. Ya deben estar allí. Parecía un medio vampiro bastante novato. encendiendo la pantalla–. la televisión estatal. Jamás se ha llevado a la isla a nadie sin permiso del Gran Maestro. efectivamente. Aquellos que mataron a vuestros compañeros y que estuvieron a punto de matarme a mí saben todos y cada uno de vuestros movimientos. vuestro amado príncipe morirá de una insuficiencia metabólica celular. Aún a riesgo de mi vida. El que esperan no irá. y creo que deberían avisar al piloto del avión que salga inmediatamente de donde está. no era realmente nuevo. Era la historia. Pero si desea esperar a que me nombren caballero templario. Voy yo por él. Es maravillosa la tecnología. no tengo ningún inconveniente. Ahora los papeles se habían invertido. —Jamás lo haré sin pruebas. —Pero el que no piensa esperar bajo ningún concepto soy yo –dijo Alain. Van a por él. pensó. y jamás entra alguien que no sea miembro de la misma. e incluso al ejército. —¿Qué quiere decir? –preguntó el marinero. y nunca se hará. —¡Eh! ¿Y por qué no me avisaron? —No debe hacerse. Puedo llamar a la policía. No creo que me afecte la muerte de vuestro príncipe. pero se desenvolvía como un lobezno más desarrollado que sus hermanos de camada. No podemos permitirlo. —Pero… ¿Quién eres en realidad? No eres de la Orden. con cuatro colmillos apenas desarrollados. ¿verdad? Lo que son capaces de hacer estos cacharritos. El marinero se fijó en su dentadura. más concretamente. Buscarán y rastrearán todo el mar Báltico en busca de la isla cuya existencia quedará demostrada por tu 212 . —¿Inútil? –Alain sacó su móvil. no soy yo. Había algo en la mirada de aquel hombre que le hizo sentir una cierta inquietud. Es inútil que lo intente. pero no los míos. soy el bioquímico que contrataron para sintetizar la medicina. No me haga esperar. y lo sabe. impidiendo el paso a la isla a aquel desconocido que quién sabe lo que podía llegar a hacer. Tenía que impedir a cualquier costa que se rompiera la solidez del secreto que se había mantenido durante siglos. —¡No me hables en chino! ¿Eres tú aquel al que esperan? —No. pero tú no. o será mucho peor. experimentando un cierto temor a ver el nuevo cariz que tomaban las cosas. —Mucho me temo que no –dijo. y era él el que tendría que dar su vida por la Orden. sacando rápidamente la pistola que había llevado todo el rato oculta en el bolsillo y apuntando al vampiro. —Quiero decir que si no me lleva de inmediato a la isla y. a los guardacostas. puesto que soy humano. Aunque. al igual que ocurrió en Montpellier. que se repetía una y otra vez hasta que el fatal destino se cumpliese.en Copenhague en avión esta misma noche. al castillo de los templarios. sobre todo los inferiores. con una amplia sonrisa. —Aún no lo soy. Es precisamente eso que va a hacer uno de nuestros mayores temores. Alain bajó ambos instrumentos. Lo más rápido que pueda. ha habido algunos a lo largo de la historia de la isla. pero sólo si me da o tira esa pistola y ese móvil. Un vampiro… ¿será posible que existan en realidad? Todo el planeta sabrá la respuesta. se entiende. Lo haré. casos extremos de permisividad de entrada. 213 . —¡Espere! ¡No lo haga! –suplicó el marinero antes de que llevase a cabo aquella locura que podía acabar como preveía Alain. Ni mucho menos. De raza. Quedó destrozado. y la profunda depresión que lo había dominado durante años estaba comenzando a transformarse en un auténtico delirio del que era perfectamente consciente. y ya no parecían mostrar el menor temor el uno del otro–. y no se arrepintió de tirarla definitivamente–. y un juramento hecho con Dios por testigo… —Está bien. Tenemos que llegar cuanto antes. siempre que llegase a creerle sólo uno de los colectivos que había nombrado–. Soy ujier de la Orden Templaria. Están terminantemente prohibidos en la isla. pues en tal caso podría habérsele considerado un loco. Tiró el móvil al suelo y lo aplastó con el pie. pero ni uno solo desde que comenzó a surgir la sociedad de la información en la que actualmente vivimos. pero ya había adquirido la suficiente por sí mismo y estaba dispuesto a afrontar los hechos sin ella a partir de aquel mismo momento. Sabía que había valido la pena su adquisición. y estaba llevando la situación hasta el último extremo. Sintió que había estado demasiado poco tiempo con la seguridad que le comunicaba aquel arma. y era su oportunidad de compensar la muerte de aquel vampiro con el cual tanta camaradería había experimentado. Le creo –Alain lanzó la pistola al mar. la transformación en otro ser de la que estaba siendo objeto. Aquello era lo más auténtico que jamás le había ocurrido. ¿entiende? –le increpó el marinero. En realidad. Estaba empezando a seducirle aquella situación. Ahora ninguno de los dos parecía dominar la situación. Lo juro.presencia aquí. y de una patada lo lanzó al mar. Sabía que no tenía nada que perder. Le llevaré. e incluso de hacerse rico por primera vez en su vida. Alain comenzó a buscar información sobre los teléfonos con que le había amenazado llamar. una fantasía que no existía sólo en su mente. Pero salvaré la del resto de tus compatriotas. Pero no estaba loco. Consideraba que le correspondía a él vengar al único amigo que se había hecho desde hacía muchos años. —¿Cómo puedo fiarme de que lo hará? No voy a tirar la pistola hasta llegar allí. aún a costa de tu vida. bajo pena de muerte. —El primer interesado en llevar esa medicina al Gran Maestro soy yo. Sabía que era auténticamente real. pero valdrá la pena. Tengo activado el piloto automático. en los mares australes. —Sólo podemos hacer dos cosas –dijo Frusler–. Frusler se volvió hacia Toranks. El técnico activó el manos libres para que todos en la sala pudiesen escuchar lo que decía. ¡Es un Harrier! Si explota. la onda expansiva afectará a una cuarta parte de la isla y se oirá a kilómetros. Acabo de recordarlo en este mismo momento. Klaus tiene razón. y no he inspirado los vapores… Aun así. Intentarlo o pedirle que se lance a alta mar lo más lejos posible del continente. lo que no será difícil a pesar de la morfina que necesite. Sólo es posible hacerlo cesar mediante potentes anestésicos. —Tiene lo que llamamos un dolor de grado nueve. Indícame cuánta dosis he de inyectarme para que cese este dolor sin que se me afecten los sentidos. —Por lo que me describes. Pero aún tenemos una oportunidad. Podemos pedir al piloto que se acerque en la medida de lo posible a la zona. Es cierto que puede desmayarse. —No podemos perder el Harrier ni el piloto –avisó Toranks–. Y no nos conviene en absoluto que caiga en manos de los norteamericanos. —¿En qué estás pensando? –le preguntó Toranks–. en serio. es un dolor demasiado fuerte para que pueda ser tratado con morfina conduciendo un avión –indicó el médico–. pues la droga actúa directamente en el cerebro. Es una situación grave tanto para el avión como para el piloto.35 Un jadeo de agonía que helaba la sangre se escuchaba a través de los auriculares. —Es cierto –admitió Jairo–. —¡No puedes hacerlo! –gritó Klaus–. —¡Eso es una estupidez! –advirtió Klaus–. Será arriesgado. pues es un área muy amplia. Puedo desmayarme en cualquier instante. he tenido suerte. Si muere o se desmaya antes de llegar allí. —Sé que al oeste de la isla existe un grupo muy denso de píceas enormes que ocupa una amplia extensión. Cuando sobrevuele la isla me inyectaré la morfina y controlaré el aterrizaje. continuará su camino alrededor de la Tierra hasta que se agote el combustible. —Es profundamente doloroso… Tengo suerte de estar vivo… Sólo me ha afectado el brazo izquierdo. Es descomunal. la puntería no será el proble214 . Has dicho que tiene su riesgo. En realidad. Y no digamos cómo se verá en plena noche. y eso sería realmente lo peor. —No puedo manejar los mandos con este dolor. —Frusler –llamó el piloto de avión a través de la radio. pero siento tener que decirlo por encima de su propia vida: si cae el efecto puede ser devastador. en medio de un incesante jadeo que evidenciaba una dificultad respiratoria–. ni siquiera en dosis mínimas deberías usarlo. En este caso. puede activar los paracaídas de frenada del avión y tratar de posarse. El piloto parecía extrañamente tranquilo. —¡El botón verde. como desorientado. mirando a su alrededor. El avión comenzó a caer. si las cuerdas lo hacen. un simple trozo de floresta despejado. pero era tremendamente peligroso hacerlo sin un experto piloto en perfectas condiciones a los mandos. —Los paracaídas… –titubeó el piloto. —De acuerdo. En esos momentos se encontraba suspendido sobre el bosque. prudentemente alejados del lugar de aterrizaje. Jairo? –preguntó Klaus. El aterrizaje horizontal también era excesivamente arriesgado en una pista de aterrizaje que. aunque no parecía que fuese a perder realmente el conocimiento. pero si el avión cae. —¡Los paracaídas. suficientemente grande como para temer que fallase al intentar pulsarlo. escaseaba. hagámoslo –consintió. El viento aullaba. o lo hacía lentamente. Apenas cincuenta o sesenta metros lo separaban de las copas de los árboles. al fin y al cabo. Estaba profundamente drogado. Veinte vampiros aguardaban inquietos y a punto de actuar en caso necesario. Pero alguna luz se había encendido en su interior. sufriendo un peligroso balanceo que comprometía enormemente la operación. Norman! ¡Suelta los paracaídas! –le gritó Klaus por la radio. y apenas realizaba algún movimiento. Confirmo que aguantarán el peso. pero en ningún sentido con una trayectoria recta. —¿Cuánto miden esos árboles de altura. Lo grave sería que no llegara a actuar a tiempo. Algo le decía que podía ser posible. Son realmente altos y robustos. Supongo que lo hará de una manera desastrosa. sino como una mosca buscando un punto de apoyo en un pastel en movimiento. y caía con demasiada velocidad. El avión Harrier de despegue vertical podía aterrizar de aquella manera para la que había sido especialmente concebido. Norman. 215 . Todos aquellos que podían verlo a través de la cabina de cristal rezaban para que todo saliese bien. —Más de sesenta y cinco metros todos ellos. Hacía falta nervios de acero para lograr manejar aquel aparato con aquel vendaval que se había desatado. Klaus pareció durante un instante pensar exactamente lo mismo que el Maestro lugarteniente: que aquello era una completa locura. Tenía una voz soñolienta. haciendo temblar frenéticamente los frondosos árboles de aquel lugar. no era más que un rústico y estrecho camino de tierra. el botón verde! —Verde… –repitió.ma. las cuerdas de los paracaídas se enredarán en los árboles. y era incapaz de formar frases coherentes a una velocidad medianamente normal El tiempo. Alargó la mano hacia el reluciente botón. en aquella ocasión. Una vez que se haya acercado lo más posible. El Harrier descendía lentamente. —Es muy probable. donde un vampiro observaba inquieto la pantalla de un ordenador. Dos caballeros y dos sargentos muertos en menos de dos semanas. restableciéndose la verticalidad. Los cuatro dirigieron su mirada hacia allí. donde falleció dos horas más tarde por fracaso respiratorio. —¡Maldita sea! –se lamentó Toranks–. una luz piloto comenzó a parpadear en el monitor de su izquierda. En ese instante. por lo que cayó irremediablemente a tierra. El avión realizó un brusco ascenso que elevó el morro hacia el cielo. Mientras el operador tecleaba unos números. gracias al sistema de emergencia automático que poseía. las cuerdas dejaron de tensarse y las píceas aguantaron. El impulso forzó al piloto a mover de nuevo la palanca de mandos.Pero falló. Los Maestros Toranks y Jairo se dirigieron rápidamente a la sala de telecomunicaciones junto con el jefe de caballería. suficientes para pulsar aquel botón. El Harrier se ladeó pero. El avión volvió a dar medio giro en el aire. tras hundir la punta de su ala izquierda en la tierra. Las cuerdas se tensaban. Norman fue inmediatamente conducido al sector asignado como hospital. Diez metros. increíblemente. conocedor de la resistencia de las telas y a Jairo. separada de la de telecomunicaciones por un grueso cristal transparente. arrastrando el avión con una fuerza tremenda hacia la dirección que soplaba el viento. y los árboles crujían. de la fortaleza de la madera de los abetos rojos. —Hemos de llamar inmediatamente a Tolosa –ordenó. Los árboles se doblaban y partían bajo el peso de aquella enorme masa de metal. pero aún estaban lo suficientemente calientes como para producir una explosión en caso de un impacto directo. 216 . Norman no logró recuperarse de la conmoción que le había producido aquel esfuerzo. El avión descendía con los motores completamente apagados. por lo que cayó en coma desde el mismo momento en que los paracaídas surgieron de su escondite. oyéndose un fuerte desgarro que sorprendió a Klaus. indicando problemas desde la sección de radar. A pesar de que el salto le había hecho despejarse unos instantes. pero esta vez no estaba el piloto para enderezarlo. —Juan. atravesando la espesa fronda que se elevaba por encima de ésta. consiguió recuperar la estabilidad a tan sólo cinco metros de la copa de las píceas. envía una llamada a la comunidad de Tolosa –pidió Toranks. lo que hizo al avión dar una impresionante voltereta en el aire que hizo a todos los vampiros correr a cubierto pero. pues no tenemos noticia alguna de él –presagió Klaus. posiblemente otro más si ha muerto el enviado a Copenhague. el dolor reapareció igualmente. los paracaídas que se usaban para frenar el avión en aterrizajes horizontales de emergencia surgieron de dos compartimentos en la parte trasera y superior del Harrier. la dirección de los deflectores cambió. Los paracaídas se enredaron entre las ramas. En ese mismo momento. Está dispuesto a desembarcar. —Soy la solución a todos vuestros problemas. No olvides que viene directamente hacia aquí. —¿Está seguro de que no ha permitido la entrada a la isla a nadie? –preguntó Klaus a Toranks. y que uno de ellos era el lanchero de Gavle. Tal vez de Estocolmo. —Alguien se acerca a la isla. pues las luces procedentes de los ojos de los vampiros no paraban de moverse. y aún menos desde Gavle. impidiéndole mirar en la dirección que deseaba. Cuando entraron. alto y delgado en pleno proceso de transformación. De eso me encargo yo. refiriéndose al desconocido. —¿Quién eres? –le preguntó Jairo. —¡Dios mío! –exclamó Jairo.—¿Qué ocurre? –preguntó Klaus a través del intercomunicador. Alain sonrió. y he prohibido especialmente la entrada a nadie desde que cayó enfermo. Todos esperaron en suspenso durante un cuarto de hora hasta que la lancha atracó en el pequeño muelle oeste. —Repito que no –recalcó Toranks–. comunicó que eran dos. a pie a través del bosque. he de enviar una partida de guardias armados para impedir que pueda escapar –propuso Klaus. Allí habita la peor calaña de vampiros de toda Suecia. pero a Gavle no se le ha ocurrido jamás ir a un sargento o caballero enviado a una misión de tal envergadura. Alguien ha debido robarla. pudieron ver a un medio vampiro con barba. Sólo tardaron en llegar media hora. desde el muelle. permitiéndole aprovechar la 217 . —Puede tratarse del enviado de Tolosa. Es imposible. —En ese caso. —En su estado. —Hazlo. dudo que esté en condiciones de ponerse a firmar certificados de entrada. Estas gafas amplificaban la menor luz que recibiese a través de las lentes. sucio. —Traedlo al castillo –ordenó Toranks. Cuando la guardia vio los pasajeros. pero no des orden de disparar hasta que sepamos quién es realmente. con el pelo desarreglado. —Definitivamente. haciendo brillar con fuerza sus ojos. cansado y una mirada que asustó hasta al siempre impasible Klaus. 36 Victoria activó los infrarrojos de las gafas de visión nocturna que llevaba puestas. habilitado especialmente para las embarcaciones procedentes de la costa sueca. es esa lancha de Gavle –admitió el encargado del radar–. pues no iba a permitir que lo que ya había vivido no le hubiera servido de experiencia. Del mismo David había aprendido que el único temor realmente justificable es el temor a tener miedo. pero palmariamente antiguos. podía activar los infrarrojos. estaban caminando por debajo de una abadía. Al principio no consiguió comprender cómo se producían. y ahora Victoria se hacía una idea de lo que había pretendido exprimiendo con tanta fuerza el crédito que almacenaba en la tarjeta. había cuatro filas de bancos. pero nunca hasta ahora había tenido la oportunidad de saber por qué. pero al continuar caminando comprendió por qué. y sin su característico olor. y el eco se producía a lo largo. hacía surgir aquella idea de un lugar del subconsciente al que no podía acceder. Una mesa larga con dos bancos igualmente largos a ambos lados. sólo interrumpidos en uno de los lados por la abertura que acababan de cruzar con el vampiro que los había guiado. Junto a las paredes. Sus pasos resonaban como si estuvieran en el interior de una caja sólida de madera. por lo que la imagen de unas catacumbas aparecía una y otra vez sin que pudiese hacer nada por impedirlo. En ese 218 . pero aquellos pasadizos eran demasiado estrechos para crear eco. que le recordaba más a unas catacumbas. dos a dos. Rogelio conocía perfectamente aquel ambiente. David creía calcularles un siglo. vieron que éste se ampliaba tras un umbral rectangular a lo ancho. Aquello no eran ya cuevas y grutas naturales. que ahora relucía en su muñeca. dándole la seguridad de que no se perdería en aquel laberinto de pasadizos. y de forma paralela a la gran mesa central. los tres en bastante buen estado. aunque mucho más antiguas. Allí había una especie de largo refectorio. pero se equivocaban. en forma de grada. tal vez. Aquel hedor húmedo y herrumbroso.que emitían los vampiros. mientras que en las gradas se encontraban sentados gran cantidad de vampiros de todas las edades con vestidos antiguos (Victoria pensó “anticuados”). sino galerías y túneles hechos de la mano del hombre. No obstante. Parecía que la escena no hubiese variado durante siglos. En el suelo se podía observar un enlosado con una bella composición medieval de mármol. Aquel pasadizo tenía casi un kilómetro de longitud. Habían accedido a aquellas galerías desde el interior de la vieja casa. que daban al lugar el ambiente que correspondía a la época en que fue construido. Victoria consiguió finalmente dominarse a sí misma. con los que podría ver con igual claridad pero en tonos grises. de vampiros. y volvió a sentirse nuevamente cómodo cuando escuchó la débil música sinfónica que se oía a través de altavoces distribuidos por toda la sala. pero no a lo alto. Las gafas era uno de los objetos que David había comprado en París. En caso de que ésta no estuviera presente o fuera insuficiente. O. aunque no demasiado desagradable. tras abrir un falso armario que conducía a una abertura que era el comienzo de aquel pasadizo secreto. Éste tenía una estremecedora semejanza con las alcantarillas de una gran ciudad. Cuando llegaron al final. También le había regalado un reloj localizador parecido al que llevaba él. pues nunca había estado en una. aunque no sabía realmente por qué. —¿Qué se ha creído éste? –le susurró David a Victoria en español–. se encuentra en estos momentos con nosotros. dirigiéndose al público y señalando a David con el brazo–. Finalmente. Al poco. algo más allá de la cabecera de la mesa.momento fue cuando pudieron ver al fondo. pero él se limitaba a mirar a su alrededor. y no alguno de sus acompañantes. Os ruego aceptéis con humildad la respuesta y mantened el orden. y sobre todo a la chica. que con las gafas parecía un ser llegado de otro mundo. Al fondo había una puerta gruesa abierta de par en par. símbolos templarios encabezados por el caballo montado por dos caballeros y la cruz templaria de fondo. Dedicó una mirada ligeramente sorprendida a Victoria. Todos los vampiros. David se señaló e hizo una señal afirmativa con la cabeza. ¡Me estoy muriendo de hambre! Victoria dejó escapar una leve risa. un maestro reconocible por su hábito apareció por dicha puerta.» —Durante esta noche –continuó–. se levantaron ante su presencia. Todos parecían esperar a que el maestro hablase. que yo sepa. entre los que había un buen número de hembras. un púlpito cubierto por una manta negra con adornos dorados. Los tres nuevos invitados soltaron su equipaje y. en púrpura. que se encontraba cerca de él. compañías. Ni es por todo el mundo ni son miles. 219 . y actualmente no le conceden mucho tiempo de vida. sino cientos. los vampiros que he visto hasta el momento. Todos los intentos por hacerlo reanimar han sido en vano. pues el tiempo es lo único de que anda escaso nuestro Misionero. Algunos de los vampiros lanzaron breves miradas a los recién llegados. se dirigieron a un lugar de la grada cercano al atril. sobre todo a ellos. indagará entre nuestra compañía para averiguar si este Elegido se encuentra entre nosotros. que llevaba unas extrañas y graciosas gafas gruesas cuya función desconocía. —Frères. encargado de la búsqueda de su sucesor. como queriendo confirmar que era él. Ha viajado miles de kilómetros visitando el máximo número de comunidades. —Se trata de este joven –anunció. dirigiéndose con paso caballeroso hacia el púlpito. nos hemos reunido la totalidad de la Compañía para anunciaros algo muy importante para nuestro futuro y el de todos los vampiros. tras dejarlos junto a la puerta. O un cyborg. colonias y tribus de todo el mundo para poder hallar al Elegido entre miles de vampiros. El Misionero. por la que penetró el vampiro que los había acompañado en el recorrido. Le hizo un mohín interrogativo. a los que desconocían. aunque todo recaiga finalmente en manos del Todopoderoso. «Creo que este tipo exagera un poco –pensó David–. Tal vez le haga ilusión pensar que son muchos los que aún quedan. habló en un seco pero claro francés. —Todos sabéis que actualmente nos encontramos en grave peligro debido a la inminente muerte de nuestro príncipe y Gran Maestro. El maestro dirigió su mirada hacia David. En realidad. no me queda más que disolver la reunión para permitir al Misionero realizar su reconocimiento con toda tranquilidad. pero olvídelo.—Ha dicho “esta noche” –le preguntó Victoria. profesor. He fabricado el doble de lo que me pidió. que había entendido algunas palabras sueltas–. aunque creo que ha sido siempre así. Un padecimiento sin dolor. comparativamente. Se estaba convirtiendo en un pozo del que jamás pensé que saldría. y la presión sanguínea igualmente escasa. ¿OK? —Ajá. Estaba totalmente cubierto por finas mantas de algodón en una cama de una fuerte madera. pudo comprobar que el pulso era increíblemente bajo. —No se preocupen. Al examinarla. Profundas arrugas surcaban su delgado y pálido rostro. apenas cincuenta pulsaciones por segundo. —Ya lo había previsto –contestó Alain–. Entre aquí. He de borrar esa etapa de mi vida para siempre. Supongo que será alguna embarcación rápida con un cabina protectora para defendernos del Sol. Saldremos en un vehículo que nos van a proporcionar. que sólo demostraba algún hálito de vida en los ojos. y su vida dependía del suero y de la mascarilla de oxígeno. Era una gran sala con una pequeña lámpara encendida para que el príncipe pudiese aprovechar la escasa vista que aún le quedaba. —Si nadie tiene algo que decir. necesitaba dar un giro completo a mi vida. podía decirse que realmente estaban muertos de no ser que aún se notaba un leve movimiento ante su presencia. Me encontraba en un mal momento. Examinando los indicadores. pudo comprobar que el vaho que se formaba apenas era visible. Pero. de mediano tamaño. que siempre tan vivos eran en cualquier vampiro. Su respiración 220 . Ahora todo es nuevo. —¡Es fantástico! –le felicitó Frusler–. Ha sido una verdadera atención por su parte. —Lo siento… —Gracias. mostrando sus correspondientes datos en pantallas de cristal líquido. Varios sofisticados aparatos médicos rodeaban al lecho. Los dos entraron a una sala habilitada para la atención del Gran Maestro de los Templarios. pero capaz de derrumbar al hombre más valiente. ¿No nos quedaremos durante el día? —No. El índice de metabolismo estaba bajo mínimos. 37 —Me temo que está ya demasiado grave como para ser suficiente la dosis que le había pedido. que no emitían el menor destello de luz que pudiese molestar al noble paciente. Espero que pueda amnistiarnos algún día por el destino del que le hemos hecho esclavo. Su rostro mostraba un sufrimiento imposible de describir. para que se mantenga estable el mayor tiempo posible. Una hora después. —El Gran Maestro se ha recuperado. —¿Ha estado en coma? —Aún no. Hemos tenido suerte hasta ahora. —Para respirar se necesita mover músculos. dejando ver las probetas empañadas en su interior. perfectamente protegidas en una varilla de metal flexible a prueba de golpes. éste sacó una a una las probetas con unas pinzas y las introdujo en un aparato para preparar el producto tras quitarle el tapón que las aislaba del exterior. —¡Silencio. Toda la tensión que se había acumulado durante tan duros momentos escapó por cientos de bocas en un alegre clamor. Mucho más tarde aún. Nadie hacía el menor movimiento. Todos se mostraban visiblemente preocupados. —Comprendo. La asamblea esperaba impaciente en el anfiteatro. El príncipe comenzó a realizar algunos movimientos con los dedos que fueron apreciados por la enfermera. las pulsaciones aumentaron hasta sesenta. Un siseo de vapor salió del interior de la caja. La totalidad de los adultos de la isla se encontraban allí presentes. y ésta se levantó. comunicándole algo al oído. Despejen con calma la sala y diríjanse a la iglesia 221 . y nadie parecía capaz de mantener la calma mientras Toranks esperaba impaciente en uno de los asientos de la tribuna. lo que hizo la enfermera tras ser evaluadas las dosis necesarias por los dos doctores. Y Toranks habló. Unos minutos más tarde.también era muy lenta. y el metabolismo apenas funciona –le aclaró Frusler–. Debemos seguir rezando. y disponemos de escaso tiempo. en continua vigilancia. y la respiración se normalizó. por favor! ¡Silencio! No debemos alegrarnos demasiado aún. Varias horas después. Un profundo silencio se hizo en la sala. Tuvieron que esperar un largo rato hasta que un vampiro entró en su interior y subió hasta el puesto del Maestro lugarteniente. que se encontraba hacia su derecha. echando furtivas miradas a la gran puerta de entrada. Hizo una señal a la enfermera que permanecía sentada junto a la cabecera. y ahora con más intensidad que nunca. el príncipe tosió por primera vez en varias semanas. Dentro de poco necesitará respiración asistida o morirá ahogado. Éste asintió aliviado. y se dirigió al estrado. la enfermera cambió la bolsa de suero intravenoso por otra con mayor concentración de glucosa. quedó listo para su inoculación en la sangre. y un murmullo prolongado se oía sin cesar. Una fuerte exclamación se dejó oír por toda la sala. —Abra la caja –pidió el vampiro a Alain. Tras pasarle la caja a Frusler. Aún no ha sido hallado su sucesor. Está realmente grave. El gas refrigerante escapó finalmente de su largo encierro. sentados en cómodas y resistentes butacas con doble cinturón de seguridad. A una velocidad siempre por encima de los doscientos kilómetros por hora. 38 Una tenebrosa bruma cubría el extenso manto de arena húmeda que rodeaba Mont-Saint-Michel. Caminaron durante un rato en una continua bajada hasta llegar a la costa. David vio que la cabina. al cual se podía entrar con el aerodeslizador y cerrar tras él las puertas. al amanecer. visto desde fuera. una lancha sobre colchón de aire que podía moverse a gran velocidad tanto en tierra como en agua. tras decenas de espectaculares saltos cada vez que hacía acto de aparición una ola. Alguien les abrió sin que pudiesen ver de quién se trataba exactamente y si era o no un templario. pero aún faltaban varios metros de altura. parecía un espejo. a lo que se añadía la cubierta de cristal. aun con protección. El piloto les invitó a entrar. que ocupaba la mitad de la lancha. David pensó que. Incluso Rogelio se había untado una pequeña cantidad de crema protectora debido a su edad. La marea comenzaba a subir. aunque sólo pudo verlo durante una escasa fracción de segundo. volvió a marcharse por donde había venido sin mediar una palabra. en la que les esperaba un aerodeslizador. El piloto no mostraba apenas síntomas de cansancio. Apenas podía ver varios metros al frente. Le habían recomendado que jamás mirase directamente al Sol con los ojos. pero no quiso colocarse las gafas de visión nocturna porque la niebla impedía que fuesen de alguna utilidad.los que deseen realizar sus oraciones. estaba recubierta de un cristal que. llegaron al puerto de Belfast. que inevitablemente conducía a una piel delicada. el mismo que los recibió a su llegada. un vampiro les ofreció la mano desde la plata222 . lo que equivalía a una buena longitud en la horizontal. La Luna creaba una aureola luminosa que ilustraba difusamente el paisaje. y el vampiro que los había acompañado. Entraron en un refugio privado para barcos. Poco después de su partida. Allí nos espera pacientemente el sacerdote. David pudo contemplar el Sol a través de los cristales por primera vez desde que era un vampiro. una especie de garaje cubierto de madera cuyo suelo era el mismo mar. Rogelio era un auténtico provecto en sus últimos años de salud. y todos menos Victoria llevaban las gafas plateadas. y el intenso frío húmedo producía en Victoria irreprimibles escalofríos. diez horas más tarde. condición que se cumplía con creces en aquella enorme playa. con la condición para la primera de que fuese relativamente lisa. y ya había cubierto gran parte de la zona de limos que cuando llegaron vieron descubierta. pero no iba a volver. a pesar de todo. en Irlanda del Norte. Cuando salieron de la lancha. impidiendo ver su interior. Estoy en la casa de un hermano templario. Victoria sonrió. pero David se colocó detrás de él en la cabina y pudieron salir del paso. Hemos recibido un mensaje. y estoy a punto de salir hacia el lugar que me has indicado. El vampiro que vivía allí parecía joven.forma de madera. —Mis hijos están a punto de despertarse. ¿dónde está? —En Belfast. y mi mujer salió hace un rato. y se sentó en la silla que le ofreció. Un contacto que tenemos en Irlanda del Norte nos ha comunicado que las cosas andan bastante revueltas allí. —Mervat. Acabo de llegar. Los cuatro siguieron al vampiro hasta una sala contigua. esta vez de ladrillo. En aquel momento. y tu tono no me gusta nada. pero el vampiro pareció darse cuenta y encendió la luz de la habitación. —Verá… –Hizo una corta inspiración–. un grupo organizado terrorista. el ejército republicano irlandés. y conocía al piloto. Sólo Rogelio tuvo complicaciones para saltar al otro lado. y ya tenían dificultades para andar. Era Mervat. —¿Usa luz? –preguntó Victoria. —David. pero ya nadie le hizo el menor caso. no digas eso –le tranquilizó Victoria–. David y Victoria rieron. Al parecer. Éste poseía ventanas. acaba de recibir un lote importante de armas de fuego. y rebuscó en su mochila las gafas de visión nocturna. donde pudo hablar solo. En este momento continúo en Granada. que podría pertenecer a una familia completa. probablemente una habitación de una casa adosada. Por ahora haga lo que habíamos acordado. Victoria comenzó a sentirse incómoda. pues se saludaron en francés nada más entrar en el hogar. —Este viaje me va a consumir lentamente –dijo–. Estás muchísimo más fuerte que cualquiera de los ancianos que conocido o he atendido en mis prácticas. Cuando llegue a Inocencia. —Venía de serie con nuestro hogar. —Vamos. —¿Vuestro? –preguntó ella. acompañando al resplandeciente disco de la luna llena. Algunos apenas superaban los sesenta. Es importante. pero debe modificar algunas cosas… –Mervat se paró unos instantes–. ¿Ocurre algo? ¿Dónde estás? —Está bien. una simple bombilla antigua que colgaba de un cable de cobre directamente del techo. no estaré en condiciones de sobrevivir al Gran Maestro aunque le resten pocos días. en la facultad. sonó el móvil de David. pero todas estaban completamente cerradas. Todos estuvieron comiendo mientras el Sol completaba su camino tras el horizonte y permitía que de nuevo el brillo de las estrellas volviese a lucir. El vampiro lo condujo al salón principal. pero no les molestaba en absoluto. Sabe de qué hablo. Era una cocina mediana. pero he de partir de inmediato hacia Estocolmo. ¿es así? 223 . Rogelio murmuró algo inaudible. ¿qué ocurre? Te noto tenso. A los vampiros le deslumbró por unos instantes. —¿Y entonces? —Nos había contado que le capturaron y le hicieron preso en Covadonga. Normalmente usamos su información para proteger a los vampiros norirlandeses. No sé exactamente qué. y la policía difundió su imagen como posible autor del asesinato múltiple. Ahora. Las armas proceden de Ámsterdam. —¿Y eso qué significa? —Hace unos días tuvimos conocimiento de que había un tal Frederick que había estado persiguiéndole desde su salida de Granada. No hace falta conocer demasiado sobre ellos para saber lo que esto significa. debe ser algo normal ¿no? —Aún hay más. y comprobamos que fue realizado por la misma persona que nuestros hermanos capturaron y mataron en el Monasterio de Piedra. Es el IRA. y apenas saldré. ya que viven en lugares que suelen usar los terroristas para almacenar el arsenal o celebrar reuniones clandestinas. y le siguió hasta Nuévalos. y cuando me dirija al aeropuerto de Antrim. Unas cámaras ocultas en la calle grabaron su rostro. —Sí. pero es así. y tratamos de investigar lo que pasó. Allí recibieron una llamada. —Bueno. —¿Quién es? 224 . sino del asesinato de una persona que esta noche va a tomar un avión allí. Un joven hermano que solía ir por allí averiguó lo que había ocurrido. Esa persona usó la casa para espiarle. —Es ese aeropuerto lo que me preocupa. —¿Cuál? —Al parecer.—Sí. —¿No lo sabe el gobierno? —¡Por Dios. pero precisamente a usted… David tragó saliva. —Finalmente conseguimos averiguar quién era realmente aquel Frederick – continuó Mervat. Sólo viajaré de noche. sino que han recibido armas a cambio de asesinar a alguien. de ese tipo del que le he hablado. Hemos investigado el asesinato que se produjo frente a su casa. —Un mafioso había contratado a los jefes de la colonia para impedirle salir jamás de la cueva. claro. más tarde. —Aquello no nos pareció nada normal. —¿No irás a pensar que se trata de mí? Yo no tengo nada que ver con el gobierno del Reino Unido. ya impaciente y con la tensión en aumento. no! Es información confidencial proporcionada por un espía que tenemos infiltrado en sus filas. el acto del aeropuerto no se trata de un atentado colectivo. Probablemente esperaban sacrificarle para beber su sangre. —¿Qué? –preguntó. Están preparándose para hacer algo allí esta misma noche. pero no hay de que preocuparse. —El caso es que no es un asesinato político. Pero ha surgido un caso extraño y especial. a través del móvil del asesino. pero nosotros tenemos constancia de que es así. (Apiádate de mí…) La muerte a sus puertas. pues no podían verle en aquel estado. rezando para que su voz no tartamudease. A solas con los muertos. David –le dijo Victoria–. David apagó el móvil y se quedó unos instantes pensativo. Infórmame cuando sepas algo sobre ese Frederick. Una organización terrorista y criminal estaba planeando su asesinato… (Dios mío…) Aquello se estaba convirtiendo en una (sal de aquí. —De acuerdo. por lo que es ‘alguien’ para el Estado. y no le recomendamos en absoluto que cruce la frontera.—Se trata de un vampiro holandés que se ha hecho humano en apariencia cortándose los colmillos. No es demasiado conocido pero. pero nuestros hermanos de la aldea de Wooton harán todo lo posible para que todo salga bien. desaparición total. En uno. Cuando se consideró preparado. Un vampiro de la capital de Suecia les había confirmado que se encontraba allí en aquellos momentos. En aquel momento Mervat se disponía a coger un avión hacia Estocolmo junto con tres caballeros y varios sargentos para ir en busca de aquel depravado. Nunca se le han podido probar los cargos. Y fabrica armas. y el tipo de armas que probablemente habían usado para matarlos. Y había tratado de impedir que Victoria lo acompañase porque pensaba que aquello podría ser simplemente… peligroso. Mervat le relató con su especial tono de delicada cortesía. —Llevas un buen rato. es oficialmente una persona humana. señales de intoxicación con vapores de alicina en un brazo completo. Aún no hemos decidido qué hacer. Es extraño que posea tanto dinero para ser un vampiro. que poseía allí una residencia de vacaciones. por las señales que habían dejado en los pilotos. aunque hay casos. ¡Te has vuelto loco! Sal) auténtica pesadilla. Es el capo de la mafia de Ámsterdam. (La Tierra vuelve a abrirse) Trató de recuperar la calma. —Así lo haré. también fabrica un tipo de armas nada convencionales. Confíe en ellos. Además. por lo que era obvio cómo había sido asesinado y en el otro. con un sudor frío que le recubría todo el cuerpo y le impedía hacer nada que temer lo peor. cruzó la puerta y se dirigió al salón. más bien acento extranjero. ¿Qué te ha contado? 225 . —¿Es legal? —No. al tener ‘persona jurídica’. y posee una gran fortuna personal. Ni siquiera en sus peores sueños había sido capaz de creer que acabaría siendo el próximo objetivo de una auténtica carnicería. —El de Antrim es el único aeropuerto de Irlanda del Norte. lo que había ocurrido con los enviados especiales que mandaron a buscar la medicina que necesitaba el Gran Maestro. como podríamos decir. ¿nos permite? —¡Por supuesto! –respondió el huésped–. y todo eso… –se dirigió al vampiro–. con casas de piedra dispersas por toda la llanura. a Victoria le hubiera parecido estar contemplando un paisaje con una densa calígine si no hubiera sido 226 . que le sirvió a David de intérprete para aquellos que no hablasen el inglés. David se fijó. Rogelio se había quedado descansando el máximo posible que le permitían las escasas comodidades del monasterio. O a los vampiros de ojos verdes. Allí vivían exclusivamente vampiros. Podéis usarlo. pero sin aquella espesa niebla de humo procedente de las industrias que arrebataba al paisaje gran parte de su belleza. El piloto. Ya se encargará mi colega en la aldea de devolvérmelo mañana. Aquel lago era el más grande del archipiélago británico. comenzaron a pasear por la aldea visitando todas las casas en compañía del maestro templario. que no tenía colmillos. se había marchado de vuelta a Normandía. sin excesivo retraso. Una hora más tarde. a pesar de que las aglomeraciones urbanas se concentraban en puntos concretos del mismo. y desde aquel lugar había una hermosa vista de éste y de las praderas y campos colindantes. Cuando llamaron a la puerta del convento les abrió. allí reinaba la armonía y la profundidad del paisaje. pero nunca llegó a averiguar si debía incluirse a sí mismo. algo más tarde. sino sólo el gaélico. Probablemente se los había cortado o limado. Sin embargo. Voy a despertar a los niños y os conduzco hasta mi coche. para no interrumpir alguna posible misa que se estuviese celebrando en la iglesia. llegaron a la aldea junto al inmenso lago. a pesar de que la única iluminación consistía en el cándido disco lunar. Vampiros de aquel tipo debían abundar por todo el mundo. Debemos irnos ya. A veces no conseguía explicarse cómo aquel pálido smog se extendía a veces por países enteros. Pocas veces había tenido la oportunidad de enfocar su cristalino hacia puntos tan lejanos. pensó David.—Un montón de cosas. al acercarse. que junto a ella había un monasterio. «Nunca más me fiaré de nadie que tenga unos ojos dorados». Fue allí donde se dirigieron comprobando. que poseían una pequeña pero hermosa iglesia templaria en el centro de la aldea. Ya ha anochecido. A David le recordaba a las multiverdes llanuras francesas. aún completo. y era lo que Mervat llamaba irónicamente “alguien para el Estado”. Por esa causa. aunque eran relativamente pocos. azules y marrones en pleno día. por su parte. Prefirieron entrar a éste. al hablar éste. aparte de Wooton. A lo lejos se veía un río junto a la única aldea visible. Había sido relativamente fácil hallarlo gracias a las indicaciones del vampiro que los había recibido. un monje con la cruz templaria grabada en el pecho. Todo lo que tengo que hacer ahora. donde probablemente vivían los miembros de la Orden. El recibimiento no se hizo de esperar y. mientras ellos aprovechaban para admirar la belleza del paisaje rural que se extendía ante sus ojos. para impedir que alguien los relacionase entre sí. Decidió que algún día tenía que ir Irlanda con lo que las agencias de viajes denominaban turismo rural. Ella se sintió realmente aceptada por primera vez entre los vampiros. En tan sólo una hora partieron hacia el aeropuerto con una escolta de seis caballeros y sargentos en la que resultaba imposible distinguir a David. Aunque los había que se mostraron hostiles. Todos ellos les recibieron con cortesía y. En todo caso.porque las estrellas lucían sin obstáculos en todo su esplendor allá en lo alto. y acordaron llegar al aeropuerto en intervalos aleatorios de alrededor de dos minutos. Aquel vampiro parecía ser una especie de jefe local al que no todos obedecían pero sí consideraban. Se mantuvieron alerta ante cualquier mirada. lejos del estrés imperante en las grandes ciudades. un aspecto que incitaba a la calma y la serenidad. todos respetaban al maestro templario aun sin simpatizar con la Orden. incluso siendo templarios. Tampoco llevaban nada de equipaje. e incluso halagada. aunque también le habían parecido ideales las tierras asturianas. o un chamán con asombrosos poderes incompresibles para la mayoría. En aquel momento. para preparar la partida. David. No lo logró. tal vez para siempre. Era una auténtica necesidad que comenzaba a tomar forma real al no haberla experimentado nunca sencillamente porque no creía que aquello pudiese existir. pero la suavizó relativamente para evitar que Victoria volviera a ponerse nerviosa. el penúltimo de los cuales sería David. la mayoría acabó por considerarla como una más. especialmente David. aunque algunos sospecharon de Victoria por ser humana. Victoria pensó que incluso en los pueblos comenzaba a desaparecer aquella sensación liberadora de la que siempre se habían vanagloriado. David se vio obligado a confesar la verdad delante de ellos. pero comenzaba a temer que los hombres que vivían en armonía con la naturaleza comenzaban a ser una especie en un peligro de extinción mucho más grave que los vampiros. y los tres billetes a Helsinki los compró uno de los caballeros a 227 . conocía su existencia. que aún no había visitado. por lugares como aquel. que decidieron enviarse a sí mismos por paquetería a la oficina de Helsinki. Tardaron algunas horas en recorrer la aldea y las casas cercanas. poseían todo el aire típicamente rústico de los hogares irlandeses. que había cambiado el corte y el color de su pelo y se había colocado una falsa perilla. aunque el maestro templario propuso una solución realmente efectiva. Esa era la posibilidad que contemplaba. y sólo quedaban escasos restos en lugares tan pequeños y lejanos como aquél. al comprender que eran muy escasos y cuidadosamente escogidos los humanos que conseguían ser aceptados entre ellos. iluminadas por pequeños focos colocados en las blancas y grises fachadas. Las casas de piedra. Todos ellos llevaban ropas completamente diferentes. al ser un verdadero trotamundos. por su parte. necesitaba perderse. con tanta intensidad como lo hacían en su ya lejana y añorada Granada. tras las cuales David y Victoria regresaron sin éxito con el maestro al monasterio. momento en el que habían acordado que entraría David en primer lugar. —¿Qué ocurre? –le preguntó al vampiro por lo bajo cuando llegaron a un lugar apartado–. pero uno de los vampiros le había convencido de que así sería. —No creo.) Victoria se estremeció y pensó unos momentos. —Es extraño… –dijo uno de los vampiros–. y pasaron así algunas horas. cuidando que nadie pudiese oír cómo los pedía. Están a punto de cerrar. cerca de Belfast. aunque no le explicó cómo. 228 . —Creo que sé por qué no ha ocurrido nada –le explicó–. —Imposible –negó el otro–. pero David sabía que no podrían atacar hasta estar completamente seguros de su objetivo. David dudaba de que les fuese a dar tiempo a reaccionar. Buscaban a David. sin haberse notado ninguna novedad. Tras hacerlo. Finalmente se dirigieron a la puerta que correspondía a su vuelo. Transcurrieron casi diez minutos sin ninguna novedad.. El vuelo está a punto de salir y creo que ya está completo. sobre todo en un lugar como éste. se abalanzarían contra él. y no creía que le reconociesen aunque llevasen una fotografía suya a cuerpo entero. Victoria al resto de templarios. no a nosotros –opinó Victoria–. Tienen que saberlo de alguna forma. aprovechando la posible aglomeración que se produciría. se unió a David. se supone que han preparado todo esto con cuidado y antelación. Pero nada de aquello ocurrió. Resultaba difícil pasar desapercibidos. con escasos viajeros. La vigilancia y los controles son muy estrictos. la mayoría esperando su vuelo tumbados en el suelo o sentados en los bancos. —¿Entonces? —¿No lo entiendes? Es altamente improbable que nadie haya conseguido entrar aquí con algún tipo de arma. acto que vigilarían al máximo.nombre de los tres que iban a cogerlo. No puedo creerme que nuestra estrategia haya sido tan efectiva contra auténticos profesionales. permaneciendo fuera en dos grupos mientras Rogelio esperaba a una prudente distancia de forma independiente. En el caso poco probable de que alguien sacase una pistola. Aún no lo habrán reconocido. pero más de cuarenta. —¿Cuántas plazas tiene este avión? —No sé. Aún no hemos visto a nadie. Debe ser un error.. No van a basarse en una fotografía o en una descripción para reconocerte. Aún faltaban veinticinco minutos para el cierre de la entrada al avión. (¿Y aún así nos traes aquí? Dios. El aeropuerto se encontraba en calma. David estaba a punto de entrar cuando uno de los caballeros le pidió que le siguiera. y ya estaban a punto de dar el último aviso de embarque. No son estúpidos. —¡No puede ser! –se alarmó David–. él te dirá lo que puedes hacer como alternativa. pero es difícil admitirlo. Pedirán explicaciones. Van a volar el avión si tu nombre figura en el pasaje.—Entonces no creo que haya por qué preocuparse. ¿no vas a entrar? ¿Tenemos que ir nosotros dos solos? —Nadie va a coger ese vuelo. el templario había ordenado a otro de los caballeros que corriese a hacer la llamada anónima y luego volviera a la aldea sin dejarse ver. ¡Cincuenta vidas humanas! —¿Consideras más importantes esas vidas humanas que las de los miles de vampiros que desaparecerán si tú llegas a ser detenido? Vamos a hacer una cosa. pues casi todas las del interior y alrededor del aeropuerto tienen cámaras ocultas y no entraremos en una de ellas. —No –insistió el templario–. Prefiero pensar que no es así. Victoria lo miró sorprendida. —¿Por qué? ¿Qué va a ocurrir? —Espero que no llegues a verlo. Mientras tanto. —David. ¿no? Tal vez estaban fuera y les despistamos al entrar de la manera que hemos hecho. y una inmensa bola de fuego se expandió produciendo un trueno más potente que todos los truenos que destrozó los cristales de todas las instalaciones cercanas a la explosión. Probablemente no haya tiempo suficiente. Los altavoces anunciaron su despegue. Hasta la última gota de hidrógeno combustible fue consumida en apenas 229 . uno de nosotros hará una llamada anónima desde una cabina pública avisando del atentado. Han ideado otra manera de actuar. ¿OK? —Supongo que no habrá otro remedio… Por los altavoces se anunció que iban a cerrarse las puertas correspondientes al vuelo a Helsinki. pero David se negó a darle más explicaciones. que tienes razón. Tienen a alguien o un micrófono oculto en las taquillas. Mientras tanto. ¡Tenemos que avisarles! —¡No! ¡No lo hagas! ¿Quieres involucrarte en un conflicto internacional? Allí dentro hay personas de varios países. y los ocho se dirigieron hacia las ventanillas que permitían ver el interior del aeropuerto. Fue una buena idea. un resplandor más brillante que mil soles iluminó la Tierra decenas de kilómetros a la redonda. El tiempo transcurrió sin que ocurriese nada apreciable. y Victoria se acercó a ellos asustada. pero nadie podrá acusarnos de no haberlo intentado. Efectivamente. y tú serás el principal sospechoso. Volvemos al pueblo y contactamos con Mervat. Sólo tenían ya cinco minutos. No puedo hacer eso. —¡Pero van a morir! Son casi cincuenta personas. Cuando el avión se separó setenta metros de tierra. el avión despegaba. El avión salió hacia la pista. esparciendo los restos del avión por todo el aeropuerto. Todos llevaban trajes especiales que impedían la difusión del calor corporal. Los que habían irrumpido en el piso superior por las ventanas comenzaron a disparar. desembarcaron diez de ellos mientras la lancha de Mervat permanecía a la expectativa. los que permanecían colgados del tejado entraron a una por las ventanas. la mayoría de subfusil. y los cinco vampiros se dirigieron rápidamente a una de las entradas que los otros habían forzado. donde éstos se encontraban desnudos. Cuatro rodearon la casa en busca de un acceso desde el exterior. El vampiro abrió la tapa del conmutador y colocó el extremo metálico de un aparato detector en las inserciones de los cables. explosivas y de plata rodeaban la residencia del capo de la mafia más importante de los Países Bajos. que usaron el mismo número de vampiros para ascender a la altura de varias ventanas. Los que no estaban luchando salieron rápidamente y comenzaron a unirse 230 . Alguien gritó desde fuera. El aparato encendió una luz verde al interpretar la frecuencia de corriente que circulaba por un cable azul como la propia de un mecanismo de alarma. No era el grupo que había entrado por allí el que estaba luchando. Se oyeron varios disparos más en los pisos bajos. Cinco garfios fueron lanzados hacia el tejado de la residencia. Mervat no pudo ver a nadie en las habitaciones que recorrió con cautela. sin separarse del muro de la casa para evitar ser descubierto por los sensores de infrarrojos. tras el cual se oyeron ruidos de una pelea y objetos rompiéndose. Luego. sino cuatro días en despejar la pista y restablecer la circulación normal de vuelos. Por su parte. y el último se dirigió a las instalaciones eléctricas. los que esperaban inmóviles en tierra forzaron dos de las puertas de entrada e irrumpieron en la residencia. y se hizo un breve silencio. y uno de ellos les avisó de que una lancha que no era de las suyas estaba escapando con varios hombres o vampiros dentro. Mervat había ordenado a tres vampiros vigilar las entradas por si alguien intentaba escapar. para tratar de averiguar cuál correspondía al de la alarma. El vampiro cortó el cable y puso sobre aviso al resto de la cuadrilla. No tardaron uno. La lancha de Mervat desembarcó. Tres lanchas con quince vampiros templarios armados con pistolas y subfusiles de balas normales. Ninguno pudo ver a nadie durante unos minutos. hasta que se oyó un disparo en el interior.cinco segundos. pero siempre había que considerar cualquier posibilidad de ser detectados por otras instalaciones de alarma. Al tiempo. sino el otro. rompiendo los duros cristales con las suelas de metal de sus botas. 39 Mervat acercó la embarcación al islote. volvieron los disparos. Sigilosamente. Los vampiros que poseían armas con balas explosivas no llegaron a tiempo. —¡Eso son supersticiones! –gritó. Frederick volvió a sufrir otro de sus ataques de ira que hacían temblar incluso a su entrenador–. 40 —Un momento. o algo así? —No. le esperamos para la próxima noche. —¿Acaso pretende hacerme creer que es un hechicero. Las balas normales y las de plata eran demasiado blandas para agujerear esa lancha blindada. Le han apuñalado. pero ya en otro avión. Y aunque no ha llegado.a los disparos que lanzaban a la lancha. Dos minutos más tarde. las tres lanchas se alejaron de la isla mientras el edificio estallaba en mil pedazos. Sería demasiada suerte. al menos a través de la televisión. saliendo a toda velocidad de la residencia–. pero hemos matado a uno. Los hemos matado a todos. —Tranquilo. pero aún está vivo. Todo saldrá bien. un momento. —¿No hay nadie más dentro? —No. 231 . Aterrizará probablemente en Helsinki. Y Gaul está herido. airado. Vamos. Cristina trató de calmarlo acariciándole el pecho. ¡Tiene que haber alguna explicación! —Tal vez la haya. colgando rabiosamente. Uno de los vampiros de ésta se desintegró al recibir el impacto de una de las balas de plata. Colocad las cargas y salgamos rápidamente de aquí. —Hemos tenido una baja –anunció un vampiro. Dicen que no se ha salvado ni la caja negra. Esperemos que fuera él. Si no ahora. Lo que le espera no tiene nombre. Tal vez sea su caso. existe gente que es capaz de presentirlo y evita coger el vuelo. agitando los cabellos de Mervat en un soplo ardiente. —Allí estaré esperándole –sentenció Frederick. Más bien alguien con suerte. pero el resto pudo escapar sin ser alcanzado. —No lo creo. He visto con mis propios ojos la explosión del avión. Dicen que cuando un avión va a tener un accidente. Desintegrado. como estaba previsto. Freddy –le dijo Cristina–. —Han escapado –le informó uno de los vampiros cuando Mervat salió–. más tarde. —Llevaos a Gaul –Se dirigió a otro grupo–. pero fue en vano. Le aseguro que se va a arrepentir de no haber cogido aquel avión y tener una muerte rápida e indolora. Tiene que salir. ¿Y viene a decirme que David está vivo? —Es así. —No puedo esperar más. —¡Buen viaje! —¡Adiós! Tras la despedida. En la pequeña bahía en la que les esperaba la lancha se encontraron con una esperada visita: Mervat. y pudo saludarle como a un viejo conocido. Allí se respiraba un aire fresco y juvenil. intenso y repentino temor al sentir de nuevo su presencia de forma tan directa. cariño. —Si me hubiesen creído… —Escucha. Se dirigieron allí en un coche blindado también de color negro. tan apesadumbrado como él. pero procura no dejarte llevar por ese enojo. con ventanillas de espejo que impedían ver el interior desde fuera. Espero que algún día podamos conocernos en otras circunstancias. Victoria lo reconoció como aquel que semanas atrás mató a dos humanos para salvar a David. —Está bien –suspiró el templario–. —Así lo espero. Nadie pudo evitarlo. y rodeado de limpias aguas. David. Samuel. No obstante. y en el aeropuerto los esperaban dos vampiros vestidos de negro. Finalmente. Aquellas precauciones fueron innecesarias. le había convencido. pues debía encargarse de que la misión de David se desarrollase en las mejores condiciones posibles. propio de una ciudad asentada sobre multitud de islas.—Fantástico. No les acompañaría a la isla. David apenas tuvo tiempo de apreciar los encantos de aquella bella ciudad de tejados multicolor y casas tanto del barroco como de arquitectura moderna. pero ninguno de nosotros tiene la culpa. Lo siento mucho. —No te preocupes. Y esto implicaba un per232 . Mervat le había aconsejado que fuese allí y. entraron en el avión que los llevaría a Estocolmo. Siento mucho lo que les ha ocurrido. Antes de que aquella noche se disolviera en las brumas del amanecer estarían en la isla. No es bueno estar continuamente enfadado. pues nadie trató de molestarles hasta su llegada al puerto. Tú no tienes la culpa. de verdad –le dijo el caballero templario. y experimentó un breve. créeme. lo que conocía de aquel vampiro adulto de pelo negro y complexión fuerte amortiguaba en parte aquella sensación. ya que probablemente le daban por muerto. La llegada se completó sin novedad. Al verlo por primera vez. donde una lancha los esperaba. él insistió en que debía hacerlo así. ¡Pero deja de tocarme! ¡No estoy de humor! 41 —Adiós. Eran su escolta hasta el puerto. y David hizo lo propio con la temerosa Victoria. —Está bien. aunque David le había dicho que no serían necesarias más precauciones. Al final del fiordo se dieron con la desembocadura de un río navegable de mediano caudal. El resto del equipaje que se reenviaron desde Helsinki a Estocolmo lo subieron a bordo sin problemas. a pesar de la abundante ropa de abrigo que se había colocado antes de partir en la lancha hacia aquellas aguas. Victoria comenzaba a sentir frío. sentados en el suelo. El agua se encontraba a una temperatura muy baja. los informadores…. sin mostrar el 233 . se introdujeron en una bahía entre dos tramos de acantilados. Tras recorrer casi medio kilómetro hacia el interior. No había camino. ante ellos. desapareciendo en el interior de la isla. densamente cubierta de altas coníferas. la mayoría deshabitadas y cubiertas de densos bosques. La sucesión de islas había cesado. Éste pudo descansar apoyándose en el tronco de un abeto. Cuando partieron. Obviamente David tuvo que entregar el móvil y los relojes con GPS al piloto. Aquello era muy extraño. pues Rogelio no tardó en sentirse fatigado. Mientras. Entonces. surgió una costa amplia. David abrazó a Victoria para darle calor. sin embargo. mientras que los templarios se limitaban a señalar lacónicamente los accidentes del terreno. parecían conocer a la perfección la inseñalizada ruta hacia el castillo. tras lo cual el piloto regresó al mar dando media vuelta. desde aquel mismo momento estaban totalmente desconectados del mundo exterior. Los vampiros cogieron el equipaje y les condujeron a través del bosque hacia un incierto destino. se encontraron en alta mar. Algunas horas después. los tres vampiros continuaban en pie. y no pronunció palabra en todo el recorrido. habida cuenta del trato de que solían ser objeto por parte de los templarios. ni sendero. con los maestros templarios de los destinos de David. Cuando alcanzaron ésta. e islas cubiertas de nieve. y David se preguntó si formaba parte de un protocolo establecido o si allí había algo más que no lograba ver ni oír. pues se dirigían en línea oblicua hacia la costa oeste. que prometió guardarlos en su casa del puerto hasta el regreso. Uno de los vampiros les habló de forma directa por primera vez desde que llegaron a la isla para dar un alto en el camino. No se veía la menor señal de civilización.manente contacto con el exterior. redondeada y poco recortada. y pudieron ver algunos puntos en los que se encontraba congelada. Tenía la sensación de que en la isla se comunicaban entre sí a través de medios sobrenaturales que no lograba detectar. Éstos los ayudaron a desembarcar sin pronunciar una palabra. Las islas se sucedían una tras otra. al igual que sus otros dos acompañantes. incluso los espías a su servicio debían mantenerle permanentemente al tanto de lo que ocurría. y no se veía alrededor más que la planicie de aquel mar casi dulce siempre frío y en calma. y en la isla estaban prohibidos los aparatos de telecomunicación portátiles. se encontraron con tres vampiros que aguardaban pacientemente de pie su llegada. de las miles de aquel extenso archipiélago. Aquella frialdad con la que los recibieron y condujeron parecía demasiado fuera de lugar. pero David sabía que aquella era la isla. ¡Ni siquiera había visto el castillo! —Es fantástico –dijo Rogelio–. Sobre todo Victoria era consciente de su propia temeridad por haber decidido emprender aquella marcha. rodeados de altos troncos y largas ramas que impedían ver el cielo surgió. pero estaba completamente seguro de que esta vez la temperatura se encontraba muy por debajo del punto de congelación. Tras varios minutos de marcha a través de la espesura. donde les proporcionaron ropajes adecuados a las normas de la 234 . Ambos resonaron por todo el castillo haciendo notar estruendosamente que una importante visita había llegado a sus puertas. pero la vuelta atrás era completamente imposible. Unos minutos después. todos pudieron sentir la proximidad del destino. En el centro de aquel terreno se perfilaban diez siluetas vestidas con los trajes seculares de los templarios: capuz y sombrero de acero. Había allí algunos caballos. una inmensa galería rodeada de columnas que conducía a un patio con suelo enlosado rodeado de altísimas murallas. dejando ver el amplio interior. los tejanos de tela gruesa. Los lejanos aullidos los animaban a apresurar el paso. las puertas se abrieron crujiendo estrepitosamente. que jamás nada ni nadie conseguiría cruzar y regresar vivo para contarlo. Sólo lo he visto algunas veces. que permitían a ésta ver con claridad aquella escena. y ha renacido en mí aquella vieja sensación de poder que se siente desde el interior. David se sintió sobrecogido: el tiempo parecía haber dado un gran salto hacia atrás. que incluso David sentía. —Subid –dijo secamente uno de los vampiros–. Os esperan. Frente a ellos se alzaba otro edificio de tres pisos de altura. absorbiendo todas y cada una de las sensaciones que desde allí se experimentaban. a una altura de dos metros. cerca de su extremo superior. y Victoria vio pasarelas de madera a lo largo de la muralla. Los tres españoles subieron uno a uno los escalones. junto al edificio principal. la espada y el escudo. No tenía su reloj a mano. una cota de malla de hierro. dos gruesos y pesados aldabones. Todo aquello se asemejaba a un castillo dentro de otro. y las botas deportivas que llevaban David y Victoria. En ambas había. —Está muy bien oculto –puntualizó Victoria–. coronado por torretas de cinco pisos de alto. Allí depositaron su equipaje y se dirigieron a unos vestuarios. Cuando reanudaron la marcha. ante ellos. —¡Dios mío! –se asombró David–. Cuando llegaron al final. Lo único que parecía mantener el sentido de la realidad eran sus anoraks. inesperada y súbitamente. el comienzo de una escalinata de piedra. Ahí se encontraba la fuente de su temor. vieron una enorme puerta de hierro de doble hoja. No me extraña que nunca haya sido descubierto. Los vampiros les condujeron a un amplio vestíbulo en una construcción adosada a la muralla.menor síntoma de cansancio o frío. Dos de los vampiros agarraron cada uno de ellos y los alzaron al mismo tiempo para estrellarlos contra la puerta. pero todos sabían que se encontraban en el territorio de los vampiros. Débiles antorchas se repartían regularmente colgadas en los muros del patio. Luego verás lo que es. —Así han de ir. Éste hacía ojo para calcular la talla de David. En primer lugar. eran de piedra y madera. la camisa de hilo. no son unos chinos. una correa de cuero y unas mallas oscuras de lana. Los rabillos que te dije son estos cordones que van por debajo del fieltro. A continuación le dio una camisa blanca de hilo que le llegaba a los muslos. —No son modernos –rió David–. Así se aguantará.Orden. —Deben ser incómodos –opinó Victoria. a la que le habían dado prendas parecidas. —Son muy ajustadas. ¿Unos leotardos? —Son unas calzas. te pones el jubón –dijo Rogelio. Hay unos cordones en la cintura. Ahora ata las calzas a los rabillos. las perneras no estaban abiertas. sino que tenían pies. el jubón. mira. Se separaron para asearse y cambiarse. Las chicas van así desde que se les ocurrió ponerse pantalones. –Rogelio se puso las mallas de lana. Son calzas de gala. En los vestuarios había unas duchas modernas. que se cerraba con correas. —¿Cómo se supone que es… esto? —Es muy sencillo. como los pantalones modernos de las chicas. aquellos vestidos eran bastante cómodos. En su extremo inferior. —¿Cómo se sujetan? —Hay que atarlas a los rabillos del jubón –le explicó. Realmente. abierto por delante. ¿de acuerdo? —¿Una correa por debajo de la ropa? Pensé que iba por encima del jubón. A Rogelio y David les ofrecieron una especie de calzoncillos blancos de hilo sin elástico en la cintura. Cuando David se duchó. —¡Viejos tiempos! Apenas los recuerdo… —Ahora. Eran unos botines antiguos de cuero que cubrían el pie y parte de la pierna. —Es para sujetar el calzón. —No te preocupes –dijo Rogelio–. hecha de fieltro enguatado. como si tuviera cosidos unos calcetines–. cogiendo la prenda de fieltro–. colócate el calzón interior. —Por último. y otra prenda más larga. Llevan cámara de aire en la suela. Desde luego. observó como Rogelio se colocaba las prendas. y se llevan ajustadas. pero en vez de mármol y plástico. Le parecía estar poniéndose un pijama. como unas botas modernas. David se pasó por la cabeza la camisa y la dejó colgar. Luego ponte las calzas. —¿Qué es esto? –le preguntó David a Rogelio–. átate la correa a la cintura y enrolla la parte superior del calzón alrededor de ella. y rebuscaba entre las pilas de ropa para encontrar la prenda adecuada. Finalmente. —¿Los rabillos? —Exacto. 235 . recibió los zapatos. Para sostenértelo. David miró al vampiro que le daba las prendas. dándole un par de vueltas. En estos tiempos ya no se luchaba de aquella manera. Los tres caminaron acompañados de tres sargentos. en cuyo interior guardaban la espada que habían recibido cada uno en su nombramiento como caballero de la Orden. Por último. éstos de blanco pero sin el manto de los caballeros. Tras ceñírselos a la cintura. Te lo aseguro. intentó acomodárselo para que el dobladillo quedase a la altura de los muslos. Las paredes de piedra devolvían los ecos de las pisadas y las voces de la enorme estancia. con un vampiro joven. Me sentía encadenada. si no en toda su vida. satisfechos con aquel aspecto de guerreros medievales que les enorgulleció enormemente. el primero sobre la camisa y el segundo sobre el jubón. de momento no la llevarían. —¿Cómo te sientes? –le preguntó David. vieron a Victoria vestida de una manera semejante. Como a Rogelio y David no les habían hecho una armadura a medida. Al hacerlo se arrugó la camisa. pero no los llevarían en el recibimiento. pero con una túnica negra más ceñida. Algunos aparentaban 236 . Rogelio se paraba a saludar efusivamente a algunos viejos conocidos cada cinco metros. Nunca me gustaron aquellos pijamas que me ponían de niña. Sólo llevaba una cruz blanca pequeña. pero el verdadero centro de atención era Victoria. sobre todo al anudar los múltiples cordones y correas. Cuando salieron. y finalmente llegaron al gran salón. donde se congregaba un gran número de vampiros de pie. Todos se acercaban a ver a la que era para la mayoría la primera mujer humana que veían en muchos años. pero me acostumbraré. probablemente tendría que darle clases. —Cuando entres al gran salón. y a David le costó seguirle. —Cómoda. La mayoría se volvió a observarlos. Sólo les faltaban la cota de mallas. verás tanto espacio que te sentirás volar –le dijo Rogelio–. elegantemente ataviados. —Esto es enormemente complicado. Los ujieres se encontraban a los lados de cada puerta o entrada que cruzaban. semejante a la templaria. sin distintivos. y sólo se llevaban en las galas.Rogelio se lo puso todo en un momento. con los mantos de color azul oscuro y la cruz roja. otro anciano. bordada en el lado izquierdo del pecho. Todavía los recuerdo. ya que la casi totalidad de los escasos humanos cuya entrada en la isla era permitida eran varones. David dejó caer los faldones del jubón y. y Rogelio tuvo que ayudarle a arreglárselo todo. Si a un medieval le enseñase a ponerse una camisa de botones y una corbata. Ambos se contemplaron. pero atada –respondió divertida–. y algunos quedaron sorprendidos al ver la extraña comitiva. ambos abrieron sus maletas y cada uno sacó del interior un cíngulo blanco y un cinturón con una vaina larga y ancha. Atravesaron un pequeño salón en cuyas puertas se apostaban dos ujieres. tirándose de los costados. En ella podían verse cientos de miembros de la Orden Templaria. y una humana. sacaron los mantos blancos que tenían bordadas la cruz roja templaria en el pecho y en la capa. con las cruces bordadas en la túnica y en la capa corta que llevaban. el casco y el escudo para completar el apero de los guerreros medievales. Aparte de los Grandes Maestros. pero sólo con fe podremos conseguir hacerlo realidad. en verdad –dijo David–. dos sargentos tras el trono y varios maestros menores. Me llamo Margast y. —Bienvenido a nuestro Santuario. del cual pasaron al salón de recepciones. por lo que te presentaré a Toranks. Rogelio reconoció al de la derecha como a Toranks. el Maestro de capellanía. Confía en el poder de Dios. Acabo de tener conocimiento de los incidentes sucedidos durante tu misión. pero otros observaban admirados las pecas de Victoria. como habrás adivinado. y aún no me he encontrado con salud. y esperamos de ti que acojas nuestras oraciones con valentía. uno a la izquierda y otro a la derecha del príncipe. al comprobar que las diferencias con las vampiras eran escasas.quedar algo decepcionados. —Me siento halagado. Victoria se sintió cohibida al observar una bolsa de suero colgada sobre el sitial. Probablemente si Victoria no hubiese sido de raza blanca se habrían quedado aún más sorprendidos. todos de pie. pero nunca pensé que todo se debiera a que estamos siendo objeto de una persecución. lo que le dejó un poco decepcionado. Victoria notó que tenía algo extraño en la voz. Saben que están perfectamente seguros. David se quedó casi en un tercer plano por primera vez. En los exteriores. —Parece que aquí no somos objeto de recelo. los humanos –dijo Victoria. —No al menos una vez dentro de estas murallas –advirtió Rogelio–. Su voluntad decidirá cuál será nuestro destino. David y Rogelio se incorporaron. Los otros dos Grandes Maestros estaban sentados. Misionero –dijo el príncipe en un perfecto castellano. un veterano Maestro y al de la derecha como a Jairo. entre ellos el Príncipe de los Vampiros. una marca de la piel completamente desconocida para ellos. Pensó que tal vez alguna enfermedad respiratoria le hacía hablar así–. y saludaron al príncipe. Allí los esperaban tres Grandes Maestros de la Orden Templaria. por lo que todavía ignoro algunos detalles sobre lo ocurrido. Rogelio se arrodilló frente a él. Es cierto que hemos sufrido muchos accidentes. y aún se237 . que se encontraba sentado en un cómodo trono libre de ornamentos. Él me ha reemplazado en funciones durante mi convalecencia. y te ruego que no te rindas ante los obstáculos que los vasallos del Diablo ponen en tu camino. soy el príncipe al que estás buscando un sucesor. y David lo imitó. mirando con curiosidad a los vampiros que se encontraban en la sala. se encontraban allí una pareja de ujieres a ambos lados de la entrada. Victoria se limitó a hacer una escueta reverencia. y apóyate en Su diestra para llevar a cabo aquello para lo que has sido enviado. —Ya imagino… Cuando atravesaron el gran salón. Pero no es necesario hablar de ello ahora. Hemos rezado continuamente desde tu partida. —Hace sólo unos días que me recuperé de mi precario estado. cruzaron a otro pasillo de gran tamaño. acercándose a los dos caballeros. los guardas forestales pueden llegar a ser realmente duros con los intrusos. pero el aspecto general ofrecía la placentera sensación de encontrarse en una moderna ciudad medieval. Aquí habitan casi seis mil vampiros. hace ya casi cien años. Era pleno día. pero apenas la recuerdo. pero el suelo estaba empedrado por todos sitios excepto en aquellos cuadrados. por lo que necesitarás varios días. lo que hacía al castillo casi indistinguible desde el cielo. cuya mayor parte se encontraba bajo 238 . al igual que en las calles de cualquier ciudad. Pero como aquello sólo era una pequeña muestra de la ciudad. No había aceras ni calzada. pero creo que usted lo conoce. Los dos sargentos ayudaron al príncipe a hacer lo mismo. observando a Victoria con interés. Puedes tomarte el tiempo que sea necesario y. divertido por el despiste que había hecho gala el príncipe. y se incorporó para acompañar a los recién llegados a sus habitaciones. pues –dijo Toranks. Rogelio también lo hizo. La mezcla de caracteres medievales y contemporáneos creaba aquel nuevo estilo urbano en el interior del castillo. —Con su permiso. Por cierto. sí. y el Gran Maestro quedó en silencio. Os guiará hasta vuestros aposentos y os mostrará las estancias del Santuario. Los árboles estaban plantados en cuadrados de tierra. a pesar de la permanente sombra que constituían las altas murallas y la vegetación del interior. por si necesitáis refugio o comunicar alguna noticia importante directamente a alguien del interior. si no hallas a mi sucesor. ya que no eran necesarias. —¡Oh. ya fallecido. —No importa. Estaban perfectamente cubiertos por altos árboles. Probablemente él tampoco había visto demasiadas humanas a lo largo de su vida. Alain caminaba junto a David y Victoria entre las pocas casas y edificios del interior del castillo que se encontraban al aire libre. y pocos vampiros se encontraban caminando por las calles del exterior. Rogelio sonrió. 42 —¿De Montpellier? Estuve allí de camino a un viaje a Roma con mis padres. en esta misma isla. y casi todos los edificios poseían una capa de exuberante vegetación en los tejados.guirá haciéndolo. probablemente más de los que habrás visto durante tus viajes. y todos fueron desalojando paulatinamente la sala. Una vez fuera. pero David se le adelantó. claro! Fue quien me encontró. tendréis plenos poderes para entrar y salir de la isla cuanto consideréis preciso. es sólo una ciudad comercial. Yo era un simple caballero. ¿quién es esta joven humana? Toranks hizo ademán de ir a explicárselo. —Es mi novia. para que puedas continuar con tu búsqueda. Hablando en inglés para que ella entendiese la conversación. podrás continuar con tu búsqueda. aunque tiene su atractivo. ayudante del antiguo Maestro de Ceremonias. Me pidió que le permitiese acompañarme durante el viaje. Entonces Alain los miró. y de aquel Jesús en el que tanta fe tenía mi esposa. aunque sí el más bello. pero volvió la vista al frente. —Es cierto. ¿Sabéis qué está ocurriendo en el mundo? —Eh… bueno –dijo David–. pero finalmente habló. —¿Ellos solos? –preguntó el francés. —¡No! Querían que les sintetizase unas hormonas para tratar al príncipe. y creo que ella tenía razón.tierra. Me han contado que perdieron un avión provisto de ese motor en mi ciudad. Fui yo quien hice que se levantaran las primeras sospechas sobre aquel asunto. Pude salvarme porque lo maté con una cruz de plata que llevaba colgada del cuello. —¡Un Harrier! –exclamó David–. —En los sótanos de este castillo fue donde se creó el motor a fusión. pero no lo habrán conseguido por ellos mismos. Resultaba imposible adivinar en qué pensaba. del Santuario vampiro de Inocencia. Los tres caminaron pensativos por la cuidadela durante unos minutos. asombrado. —Llevo cinco días en la isla. Ocurrió dos veces. Yo lo he visto con mis propios ojos. oculto tras las gafas plateadas. no podía decirse que aquel fuese el estilo predominante. Era de mi mujer. entre otros. —¿Y allí fue donde te mordieron? —Sí –afirmó Alain–. Es muy posible que esa noticia sea auténtica. —Unos cuantos. Ahora me ha salvado la vida. Tienen helicópteros Sikorsky y dos Harrier. pero parece que los franceses por fin han creado un motor rentable a fusión. ¡Es alucinante! —¿Qué dices de un saqueador? –preguntó Victoria. —¿Lo sabes? —Sí. —Parece que sí. Nosotros hemos estado un poco apartados también. Al parecer he sufrido la misma persecución de que has sido objeto tú mismo. 239 . He pedido a uno de los maestros que me hable de vuestro Dios. —¿Hay aviones en la isla? –preguntó Victoria. Cuando lo tenía listo. completamente incomunicado. —Has hecho bien –dijo Victoria–. hace varios años. y desde que murió siempre la he llevado. Entonces me mordió un vampiro. mataban al vampiro y se deshacían de la medicina. Mataron a dos vampiros que habían enviado para buscarme. Yo hice lo mismo al poco de salir con David. y en la segunda también fueron a por mí. —¿Eres cristiano? —Yo no. Alain los miró desconcertado. —¿Es posible? –Ahora era David el sorprendido. Por eso no me lo creo. —¿Para matarte? –preguntó Victoria. pues no necesitamos aprender a distinguir aquellos en quiénes podemos confiar y en quiénes no. que despega verticalmente. una pequeña civilización más avanzada que la mayoría de las humanas. sino gregaria. los vampiros viven de forma independiente. Para hacer esto. No podéis evitar apiñaros cada vez que os divisáis. iríamos dispersos por la Tierra sin orden ni concierto. –Se volvió al francés–. —¿Estás afirmando que actualmente no es un caos? Fíjate bien. —Eso se llama sociedad –apuntó David. —Si existe una diferencia fundamental entre un ser humano y un vampiro es ésa. Vosotros. el príncipe. En esta isla existe un guía. —Pero cuando se crea una tribu bajo el liderazgo de un vampiro. Aquellos que están verdaderamente hechos para ser un conductor de vampiros lo consigue. Si no nos uniésemos. al ser tan sociales. Históricamente. Toranks nos va a enseñar el castillo y los sótanos. —¿Es eso un error? –preguntó David. desarrollándose aquí una vida en armonía durante siglos. Si no existe un conductor. y esto sí sería la confusión universal. Los hombres y los vampiros han luchado siempre entre sí por causa de dos objetos: las mujeres o el ansia de poder. ésta tende240 . Aún no lo he visto todo. vuestra supervivencia ha consistido en la lucha por los irreconciliables fines de las tres clases de personas que han existido desde siempre: los Altos. al menos. y se gana mucho poseyendo este líder. es mucho mejor no crear pueblos. —No es cierto –sostuvo David–. —Cometéis demasiados errores. Más abundante ha sido entre los humanos. Éste sonrió al ver la compañía que traía David. y esto es una gran ventaja. —Qué extraños sois los humanos. Sois seres que os agrupáis en sociedades aunque carezcáis de alguien que os guíe u os conduzca. Allí los esperaba el Maestro. Pero nuestro instinto de poder es muy diferente del vuestro. Los cuatro comenzaron a caminar a través de los grandes salones y cámaras del castillo. ¿Cuál es esa diferencia? —Raramente experimentamos ese deseo. Alain. Entonces llega el caos.—¡No! Es el nombre de un tipo de avión militar. Sobre todo porque también lucháis por dinero o por posesiones materiales y territoriales. Los tres partieron hacia el vestíbulo en el que fueron recibidos aquella noche. Así se evita la lucha de clases tan propia de vuestra sociedad. escoltados por dos ujieres que los seguían discretamente unos metros por detrás. sino el sentimiento de dominio. ¿Vienes con nosotros? —Perfecto. que no dispersos y sin orden ni concierto. —No entiendo –intervino Alain–. por lo que la guerra entre nosotros ha sido escasa. Y desde que el mundo es mundo. para que podamos ir libremente por él y buscar al príncipe. creáis lo que llamamos las clases. Somos seres gregarios. y casi nunca deseamos dinero ni fama. los Medianos y los Bajos. rá a luchar contra otras –dijo David. e imágenes de los que primero fueron los reyes de los vampiros. —El mal es antiguo –sentenció Toranks. y en los muros rielaban mosaicos de oro y aguamarina. pero esto raramente sucede. flotaban nubes que parecían de algodón. cerca de aquí. El Maestro comenzó a mostrarles las salas principales del castillo. que es peor. Toranks no lo hizo. los torneos eran habituales. —Una chica que conocí en España. ¿Acaso no es igualmente habitual entre vosotros? No a pequeña como nosotros. Además existe un sentimiento de respeto que impide matar gratuitamente a otro vampiro. al igual que ocurría con el resto de vampiros. una vampira templaria. —Éste es el museo. —¿Temen algún ataque? —¿Y tu país? ¿No posee un ejército? —Siempre contraatacas mis preguntas… –rió David. según escogiesen. la iglesia y la sala de entrenamientos. Parecía decidido a combatir contra el Maestro. Hagen. —¿Y eso te extraña? –le preguntó Toranks con ironía–. De los dos últimos había fotografías. y se forman fuera de ella. Es el mejor. Por eso raramente Mervat se encuentra aquí. tal vez tengas razón –admitió David–. Éstos son nuestro ejército particular de defensa de la isla. desde Hugues de Payén hasta Margast. —Bueno…. pero miró hacia otro lado. y de los Grandes Maestros de la Orden y Príncipes de los Vampiros. Bajo ella. sobre todo entre los que viven en las grandes ciudades. y había una efigie de la Virgen que resplandecía de alhajas. En otra pared se encontraban reliquias templarias. Representaban vidas de santos. —Puede ser. del único príncipe a secas. No es normal un asesinato directo. pero al pasar junto a ellas se dieron cuenta que eran de alabastro y nácar. Los sargentos y luchadores lo hacen en otras salas especiales. me comentó que la violencia es habitual en el mundo de los vampiros. les enseñó el comedor principal. Les explicó que. y se encarga del entrenamiento de los caballeros templarios. Aparte del gran salón y del de recepciones. Los cuatro entraron en una sala de impresionante belleza. sino a gran escala. En esta última se entrenaban los caballeros en la lucha moderna o en la medieval con espada. y los entrena en el lugar que corresponda. y pudieron ver al 241 . incrustadas en su ropaje y en su corona. pero estaba prohibido matar o mutilar en ellos. que ya habían visto. Su techo era una cúpula de oro. —¿Y Mervat? —Él está a cargo de los caballeros que usan armas de fuego y vehículos blindados. Pero has de reconocer que la realidad se ajusta bastante con las leyendas que siempre han existido sobre los vampiros. —Klaus es el jefe de caballería –explicó–. —¿Es cierto? –preguntó Alain al Maestro–. Es decir. Toranks abrió una puerta de piedra con una pesada llave al final del túnel. 242 . al contrario que cuando lo vieron esa madrugada. Esto os va a dejar sorprendidos. pero se colocó las gafas de visión nocturna. —¿Y siempre… ha estado aquí? –preguntó Victoria. Nada de lo que aquí veáis deberá ser revelado fuera de las fronteras de Inocencia. no! Sólo desde que la Orden desapareció oficialmente.actual príncipe cuando éste tenía algo menos de doscientos años. Había una columna que atravesaba por el centro una estancia cúbica de diez metros de arista. con casi trescientos años. —No puede ser verdad… –tartamudeó David. con un agujero en la base en el que se depositaba el Arca tras una vitrina de cristal. junto a algunas cosas más que se encuentran en el Templo. Los tres lo siguieron por un pasadizo que partía del museo. El interior de la cripta estaba recubierto con planchas de madera en las que había esculpidas cientos de figuras. y el suelo pavimentado cono losas de mármol blanco. —Nadie puede saberlo. como reza la leyenda. Viejos trajes y armaduras templarias se añadían a las múltiples reliquias existentes. Y se ha encontrado en su interior polen de plantas características de las regiones en las que ha estado a lo largo de su historia. Era un vampiro con apariencia fuerte. En algunos lugares estaba chapado con láminas de oro. pero tiene una edad de más de tres mil años. A ambos lados había dos enormes figuras que representaban dos ángeles de oro. Lo que estaban viendo ante sus ojos era nada más y nada menos que el Arca de la Alianza. La luz que emitían los tres vampiros le era suficiente para igualarlos en calidad de visión. No se veía por ningún sitio la piedra de que probablemente estaban hechas las paredes. Ésta es… —Bienvenidos al Sanctasanctórum –invitó Toranks con un tono solemne. que llevaba en un bolsillo interior de la cazadora. Victoria no podía ver nada. delgado y débil. Hemos dudado de su autenticidad tanto como vosotros sobre el Sudario. pero en nuestro caso la ciencia ha demostrado su parte. Aquel túnel tenía el aspecto del que conduce a una cripta sagrada o de un pasadizo secreto del castillo. de la época del éxodo. como si hubiera repetido aquello muchas veces durante años–. Todos quedaron maravillados ante la realidad que se mostraba ante sus ojos. perdida desde hacía miles de años tras el primer saqueo del Templo de Salomón. —Es una réplica ¿no? –preguntó Alain. lo que nos da un margen escaso de error. —¡Oh. —Ahora vais a entender por qué llamamos al castillo ‘el Santuario’ –advirtió Toranks–. Esto formaba parte del tesoro que se rescató durante las excavaciones del Templo de Salomón. pero bien pronto pudieron darse cuenta de que aquello era mucho más. Estaba allí. escéptico. que conducía a una sala mayor. que el Maestro les presentó como el Ulam. Venid conmigo. Esta vez sí. —Vamos. David era el único. una mesa de ofrendas y un altar de madera recubierto de oro. 43 David se sentó frente a Jairo en su escritorio. El otro Templo del que os hablo es éste. Toranks abrió con otra llave de hierro una puerta pequeña en la base de la puerta izquierda desde el interior. pero se le añadía algo más. —Pero… no nos está permitido entrar aquí. Daba la sensación de ser una sala donde se transcribían obras a mano. Estaba prohibido. A los lados del pórtico había dos gigantescas columnas de bronce que fulguraban con los rayos colados y benignos del Sol. En la pared opuesta había una puerta abierta de madera revestida de oro abierta. construido con parte del tesoro de los templarios y bendecido por el papa y el príncipe. hijo mío. Los tres contemplaron la hermosa estancia.—¿Aún siguen allí? –preguntó David. aparte del Maestro. —No. Las grandes puertas de dos hojas de madera decoradas con metales preciosos y figuras de palmas y querubines esculpidos permanecían cerradas. del que emanaba un intenso y agradable perfume. el doble de grande que la anterior. plantas trepadoras y sustentadas en el techado del soportal y entre las columnas. Toranks rodeó el Arca. con varias mesas de escribanía. cualquier persona puede tener acceso al Templo de Dios. En su interior había diez grandes candelabros de oro alineados. Los tres vampiros se colocaron las gafas plateadas. y salieron a una especie de pronao frente a una plaza llena de verde a la luz del día. Sus paredes de láminas de oro formando innumerables figuras los deslumbraron con su belleza. —Éste es el Santo –dijo Toranks. —¿Qué? –exclamó David–. velada por una colgadura doble de color violeta. pero ahora había quedado como un mero símbolo. La habitación tenía varias estanterías con libros antiguos y modernos. Parecía incienso. Recuerda las palabras que escuchó Pedro cuando tuvo una visión: «Lo que Dios ha purificado no lo llames tú profano». y sólo se quemaban hierbas aromáticas sobre él. ¿Quieres decir que esto es el Templo de Salomón? —Exacto. Victoria se las quitó. que sabía que se trataba del altar donde se realizaban los sacrificios. una réplica semejante al original. ¿Alguna vez se te impidió entrar a algún lugar sagrado? Nadie es impuro a los ojos de Dios. Era de menor tamaño que la anterior. sorprendido. Desde entonces. como en los 243 . pero rodeado de una gigantesca serie de piezas de mamparas de plástico que filtraba los rayos ultravioleta. semicubiertas de maleza. La sala siguiente era un vestíbulo. pero más ancha. —Y una chica. —Como puedes ver –dijo–. Desde entonces. como comprenderás. —Eso es. que como sabes acabó trágicamente demasiado pronto. Esto en particular fue lo que más les sorprendía. También de realizar besos obscenos. por tanto. se habían introducido en nuestras ceremonias de iniciación. entre ellos Nogaret. había un ordenador portátil y una pluma electrónica. —Cuando el papa nos puso sobre aviso nuestra flota zarpó hacia esta isla. —Oficialmente es así. Y bajo ningún concepto en el interior de la isla. sobre todo por ser mujer.tiempos en que aún no se había inventado la imprenta. y la seguridad e higiene prima ante todo. aunque se pierda tradición. que nunca había sido pisada por el hombre. alguien que no pertenezca a la Orden. pero aquél fue nuestro gran error con Guillermo de Nogaret. sorprendido. Éste la leyó durante unos minutos. Nos acusaron de renegar de Cristo y escupir sobre la cruz en la ceremonia. Pocos miembros humanos de la Orden ha accedido a la isla. hasta que David le preguntó sobre lo que ocurrió cuando la Orden se había disuelto oficialmente. Aquí nuestros antepasados comenzaron una nueva vida. Y vieron algunos hechos extraños. pues aquí se consume sangre humana. —A mí no me mordió Mervat. —Lógico. Jairo le explicó que se trataba de muebles que se habían usado durante muchos años en el Santuario. sin ser caballero o maestro. —¿De qué los acusaron? —¿El rey? Él no sabía quiénes éramos realmente. raramente se cumple esta ley. y levantó la vista hacia él. Victoria. Estuvieron hablando durante un rato del pasado de la isla. en vez de pluma y tintero. lo que a él no le parecía nada mal. —Pero de los votos que me expusieron al ser nombrado caballero se deduce que. Pero antiguamente los métodos eran más directos. Jairo se levantó y cogió un libro de una estantería cercana. lo abrió por una página que conocía de memoria y se la mostró a David. yo mismo he logrado con244 . un humano puede pertenecer a la Orden sin necesidad de ser transformado en vampiro. cuya mayoría aún continúa almacenada bajo los cimientos del Templo. pero no era nada más que la mordedura que les hacía el maestro. Ahora. Aunque Toranks es muy conservador. que fue nombrado sargento de la Orden. Son tiempos modernos. como la que tú mismo pasaste al ser nombrado caballero. Imagínate. en su propia mesa. pero que ahora se conservaban como antigüedades. sino que me inyectó algo en la sangre. para cambiar a vampiro. con casi la totalidad de las riquezas de la Orden. cuando el único reniego que hacían es el de la naturaleza humana. —Eso es. Te aseguro que el privilegio de que ha disfrutado esa chica con la que has venido… —Victoria –le recordó. Ese privilegio ha sido enorme. pero algunos agentes suyos. ¿no? —No –aseguró Jairo–. ¿Que entre tantos miembros del Temple. y tiene algunas variaciones. la figura de monja templaria. no Simón Pedro. por ejemplo. A estas últimas nosotros las llamamos simplemente monjas templarias. ¿hay miembros vampiras? —Sí. puedo participar de ambas formas de entender el cristianismo sin que exista conflicto. —Exacto. sobre todo debido a cambios históricos en su ser. Aunque sí acólitos y monjas. —Soy español. Quizás sacerdotisa le encaja mejor. pudo haber y hubo casos…?. —Pero eso no os hace diferentes en la fe. pues reconozco que ella te está siendo de gran ayuda. Por eso se creó muy posteriormente. Y esto podía ser grave. —Entonces. no hace mucho. De todas formas. —También os acusaban de no pronunciar las palabras de consagración. ¡Es espeluznante! ¿De dónde lo habrán sacado? —Habría que meterse en la piel de un medieval para entenderlo. pero su estatus se mide de una forma ligeramente diferente. Por cierto. aunque existen muchas diferencias con el católico.vencerle. De momento. por eso nos acusaron de confesar sin facultad los pecados. sino diferentes formas de sentir la fe. en el que se transcribían documentos reales de aquella época. sobre todo psicológica. Uno de los textos era el acta de acusaciones que Guillermo de Nogaret presentó ante el papa con la firma del rey Felipe IV. David volvió la vista al libro. No les habría faltado trabajo a Nogaret y a los fanáticos inquisidores en la época actual… ¿Dos hombres en una moto…? ¡A la hoguera! ¿Un combate de lucha libre…? ¡A la hoguera! ¿Una pareja de la guardia civil…? ¡A la hoguera! —Veo que conoces mi país. —También era tendencioso. en nosotros además es un maestro. y que yo sepa. 245 . luchadores y sargentos entre ellas. Pero también hay semejanzas. Simplemente la vivimos de manera diferente. Un maestro y un sacerdote en nuestra Orden es exactamente lo mismo. ¿Conoces el castillo templario de Ponferrada? Allí he vivido gran parte de mi vida. Nosotros no realizábamos la misa con el rito romano. —Sabes más de lo que parece –admitió David–. que aunque por su nombre no lo parezca tienen un estatus similar al de un maestro. No hay conflicto. pero no nos gusta la palabra. como miembro de la Orden. —Y… parece que aquí os acusaron de sodomía. también hay lo que diríamos caballeros. no tenemos la obligación del celibato. no puedo negarlo. Lo que en vosotros es un sacerdote. como que es exclusivo para el varón. pues nuestra religión se basa en la que fundó Isaac Pedro. y muy escasas las medio vampiras. pero no ujieres y maestros. a pesar de que tenemos autoridad para ello. no existe una sola miembro humana en todo el mundo. La siguiente decía que obligabais a los miembros velar por la Orden sin considerar los medios. He tenido que abandonar a la muerte a varias personas por vosotros. pero todos los miembros de la Orden han de llevarlo como distintivo. variando el color según el rango. De todas formas no es realmente por ellos. lo que era inevitable–. el cíngulo. pero ésta era totalmente cierta. es la más estúpida. —¿Y es cierto que se cumplió la maldición de Jacques de Molay? —Nosotros no hacemos maldiciones. sino por controlar un poco los sucesos que podrían desembocar en el descubrimiento de nuestra especie. aunque sea de la Virgen. El Gran Maestro había sido cruelmente torturado. David había quedado aún más maravillado que cuando vio el Arca... pero no es cierto que lo consagréis a una imagen. Me ha resultado muy duro. Cada vez es más difícil. Ni siquiera hemos poseído jamás una figura de tres cabezas barbudas como la que les mostraba el papa durante las torturas. como durante la construcción del Santuario y. David no durmió bien aquel día. también decían algo de lo que he oído hablar. Otra acusación era la que decía que celebrábamos los Capítulos y Recepciones antes de la salida del Sol. —Entiendo. –David mismo había asistido a reuniones de la Orden en plena madrugada. pensó–. —No. En todo caso. Yo lo llevo puesto. Tenemos bastantes sargentos en rondas nocturnas cada día. Nadie sabe ni sabrá jamás de dónde sacaron la idea. Decir que se quedó sin aliento no es suficiente. nadie es capaz de saber que nos guarda el destino a cada uno de nosotros. del Templo de Salomón. Nadie en toda la isla había mostrado las señales con las que reconocería al heredero al trono del Príncipe de los Vampiros. —Y por último. especialmente. que adorabais a un ídolo llamado Baphomet. —Tienes razón. Lo hicieron para tener una acusación verdaderamente grave con la que anular la religiosidad de la Orden. pero nuestra Orden siempre vela por las vidas humanas en la medida de lo posible frente a los ataques de los vampiros en las zonas en que se encuentran nuestras comunidades. Volviendo al tema. «Algún día tendré que ir allí». Jairo sacudió la cabeza. pero fue una invención pura y total. 246 . tras cinco días de intensa búsqueda a través de las largas galerías y oscuros subterráneos de la isla donde casi seis mil vampiros vivían en armonía ignorados por el mundo de los humanos. negando rotundamente.—He oído hablar de él –dijo David. para que todas las riquezas que habían poseído se restituyeran a la iglesia y al Estado francés. y perdió los estribos. —A pesar de ser la acusación más famosa. Allí contempló el tesoro que habían guardado los templarios durante siglos sin haberlo tocado más que en casos estrictamente necesarios. Por otra parte.Había oído hablar de un tesoro que los templarios perdieron durante el saqueo del año de la desaparición de la Orden. gemas y joyas. sino que la mayoría lo habían extraído ellos mismos de las innumerables minas bajo tierra que hallaron los vampiros que vivían en subterráneos. como pudieron comprobar cuando uno de ellos saludó visiblemente emocionado a Victoria al ver que era humana. Toranks les había explicado que aquellos metales preciosos no habían sido adquiridos mediante las operaciones banqueras que la Orden había realizado durante muchos años. Algunos eran. Ellos calculaban que la cuarta parte del oro. y plata que la luz de sus ojos teñía de rojo. Cuando. añadiendo sus propias investigaciones e ideas. David comprobó que su salida para 247 . oro labrado y sin labrar. David pudo comprobar que no era muy abundante. Aquellas riquezas habían sido consagradas al Altísimo. las rápidas embarcaciones que permitían una inmediata evacuación de la isla en caso de que fuese necesario algún día. y el jefe de caballería Klaus le reveló más tarde que una mínima proporción se empleaba en fabricar balas para formar parte del armamento de los caballeros de Mervat. medio vampiros. tras cinco días desde su llegada. de hecho. y las plantas y laboratorios donde se realizaban las investigaciones científicas por parte de algunos privilegiados que habían estudiado en las Universidades más importantes del mundo bajo la apariencia de seres humanos. Durante los siguientes días había visitado incontables hogares de vampiros. También visitaron la central eléctrica. y de un tesoro que los templarios habían salvado transportándolo en su flota hacia lugares desconocidos. Todos excepto la plata. entre otros metales y piedras preciosas. tanto sobre como bajo tierra. en aquella gigantesca galería bajo el suelo del Templo de Salomón. Había visto el hangar donde se encontraban los aviones y helicópteros que guardaban celosamente para ocasiones especiales. y nunca habían sido manejadas comercialmente para evitar despertar la codicia de los humanos que llegasen a notar su existencia. Aquello sobrepasaba toda cuenta y medida. procedentes de Europa a lo largo de toda su Historia hasta el momento en que partió la flota se encontraban allí. Y de las miles de donaciones que recibieron durante sus prósperos años de existencia oficial. que funcionaba con la energía de la fusión nuclear. que jamás habían tocado ni siquiera durante la construcción del Santuario. pero nunca llegó a imaginarse ni en sueños. aquel incontable número de pilas ordenadas de objetos preciosos. fuera cual fuese la verdadera versión de los hechos. también existían escuelas propias donde los vampiros enseñaban todo lo que habían podido aprender de los humanos. y que procedía de las monedas y algunos objetos que se usaban en aquellos tiempos. ya que habían hecho un voto de pobreza que jamás debería ser roto. La larga vida e inteligencia de los vampiros ayudaba a recopilar mucho más conocimiento en una sola mente. presentía que un nuevo día le esperaba fuera de las murallas del Santuario templario. Alain se ofreció a acompañarle.continuar la búsqueda era inminente. pero muy cerca de su corazón. encantado de saber que no se enfrentaría completamente solo a aquel mundo desconocido que les esperaba. en el sur de España. 248 . rogó a Victoria que permaneciese en la isla hasta su regreso. Mientras Victoria permanecería en la completa seguridad de la isla Inocencia. A ella le resultaba duro reconocer que la separación podía llegar a ser larga. y David aceptó. y una nueva vida muy lejos de allí. pero tuvo que aceptar las súplicas de David. Preferiblemente con el Elegido. que no podía soportar la idea de que se pudiera hallar en peligro. tras los últimos acontecimientos en los que habían estado a punto de perder la vida tanto él como ella. si algún día llegaba a regresar. Todavía algo no le cuadraba en todo aquello: ¿Por qué tanta saña? ¿Cómo tanta precisión? Sabía perfectamente que sin la ayuda de los vampiros de Granada. Diana. su regularidad le había permitido alcanzar un meritorio puesto en la clasificación nacional de Francia. Fuera cómo o quién fuese. ya que se requería algún tipo de habilidad especial para ostentar el rango. David no sentía la menor rebaja de tensión. desconocía por completo las terribles consecuencias que ocasionarían su muerte o. como un ángel de la guarda maligno. Gracias a ello. lo que por otra parte era verdad. en algún lugar de sí mismo. El francés tranquilizó a David contándole que había sido campeón de tiro en varias competiciones. Mervat le había advertido que podía considerarse completamente a salvo de un nuevo atentado por parte de aquel capo que se había convertido como en un fantasma que se encontraba detrás de cada suceso. Pero no pensaba ya en eso. como la mayoría. aquel vampiro. por su parte. junto a Victoria. Aun así.Tercera parte LA IRA DE DIOS 1 Había transcurrido exactamente un mes desde aquella lejana noche en la que prácticamente todo en sus vidas cambió. Aunque nunca había vencido en ninguna competición seria. Victoria. la de Margast. aún peor. Moisés o Mervat. Pero David sentía aún. Alain. su presencia. 249 . había sido nombrado luchador de la Orden en reconocimiento por todo lo que había hecho por ésta. sin temor a seguir perdiendo más de lo que había y estaba perdiendo durante aquella locura. En su mente sólo cabía un pensamiento y un objetivo: acabar con todo aquello para volver a disfrutar las frescas y animadas noches en las fiestas de su ciudad. iba armado. pues una carabina olímpica en absoluto se asemejaba a una pistola semiautomática. jamás habría salido vivo de ninguno de aquellos intentos de impedir que continuase la búsqueda. a pesar de las seguridades de Mervat. Iban a hacer un recorrido semejante al que hizo David en París. resucitada de sus cenizas tras la destrucción de que fue víctima en la Segunda Guerra Mundial. David corrió el visillo para impedir que la luz del amanecer diese directamente en su rostro. Alain aún dormía cuando oyeron el aviso de aterrizaje por los altavoces. y David dos armas blancas que había aprendido a manejar como parte de la técnica de lucha que conocía: la espada curva o katana. Tampoco conocía el verdadero móvil de Alain. hayas y alisos que predominaban en ellos. ¿Dónde estamos? —En Varsovia. La azafata les pidió que se colocaran el cinturón. es decir. sino por el exotismo impreso en los palacios y viviendas de la ciudad. pero con la punta central mucho más alargada que las de los extremos. había ríos y lagos que completaban la sensación de irrealidad que transmitían. y los sais. a través de una densa capa de niebla que había surgido con el amanecer.O estaba loco y deseoso de venganza. Aquello era Polonia. En aquello consistía. Éstos eran unos cuchillos alargados de tres hojas con aspecto de tridente. El francés llevaba una pistola semiautomática corriente. durante la madrugada. y Alain despertó. había accedido a acompañarle a una misión tan peligrosa que era necesario ir armados. aquella noche en la ciudad y. a una villa a doscientos kilómetros de la capital. Pero esto era ya tarea de Mervat. se conservaban en su integridad aquellos hermosos paisajes. y se quitó las gafas de sol. Una extraña mezcla de gigantismo en edificios construidos durante el comunismo. ya que él no se jugaba absolutamente nada con todo aquello y. Se alojaron en un hotel de la omnipresente cadena Orbis durante todo el día. —¿Qué ocurre? –preguntó desconcertado–. Asomándose por la ventanilla redonda junto a su asiento en el avión. que se curvaban ligeramente en la punta. Hemos llegado. un país que ni en sueños hubiera podido imaginar. y casas fabricadas en serie con la idea de “casas para todos”. la única esperanza que quedaba para resolver aquel enigma del cual dependían sus vidas. pudo ver las grandes llanuras verdes que se extendían allí abajo. Por eso su arquitectura no destacaba por el arte. donde vivían varios vampiros en completa 250 . Al no ser Polonia un país excesivamente industrializado ni urbano. que dejó en la isla con el manto y el cíngulo para aligerar el equipaje. No conocían al enemigo. sin embargo. Los había llevado en cierto secreto en el interior de la mochila junto con la espada templaria. No sabían con quién se estaban enfrentando ni a qué atenerse. Era completamente distinto a todo lo que había visto hasta ahora del planeta Tierra. De centros comerciales y bancos con llamativos neones y galerías de chozas con baratijas. La capital de Polonia era una ciudad completamente nueva. Atravesando tan increíbles paisajes surgidos de un cuento de hadas. Largas llanuras cubiertas de bosques interminables que daban notas rojizas y marrones al paisaje con los robles. Allí el día era corto. —¿Eras? —Era. sino en la ciudad. el idioma sí era un problema. pero él mismo se encargó de desengañarlos. observando a las chicas que hablaban en las puertas de los bares. —Es posible. —No creas. Sin embargo. el cual les daba cierta ventaja al ser el principal segundo idioma que se aprendía en las escuelas. – Se volvió hacia él–. no verían templarios allí. No les falta rigurosidad. ¿no te parece? –comentó Alain. Por una razón que David no pudo explicarse. aislados del mundo. deberían resolver todos los contratiempos que pudiesen surgir por sí mismos. —En el tuyo abundan igualmente –dijo David. Cristina salió unos minutos y volvió a entrar en el despacho de Frederick. en la sede de la empresa que regentaba. preparándose para la noche del sábado. Somos vampiros.soledad. Al menos natural. además del francés y el inglés. 2 —«Explosión en la residencia del magnate de la industria relojera Frederick Van Basten.» —¿Eso es todo? –dijo el aludido–. cielo? —Ése es el problema. Y. ¿Qué hago? —Di a Gerard que los mande a la puta mierda. —Nunca se fijan en la dentadura cuando sólo pretendes acostarte con ella. Lo sabe toda la ciudad. en desvencijadas casas rurales. con escasa ayuda. —Tendrás que tener cuidado. Los siete idiomas que reunían entre ambos podrían ser suficientes para ser capaces de comunicarse con al menos una de cada dos personas. y bien pronto pudieron salir a dar una vuelta y buscar la casa o local a que hacía alusión la dirección que Mervat le había proporcionado. aunque sólo eran una docena. Por ello. el ruso. pero no el pelo rubio. No soy muy observador. Alain conocía. advirtiéndoles que todavía permanecía de 251 . No hay ningún lugar desde el que no se haya podido ver u oír. Hay diez periodistas en la puerta del edificio preguntando por ti. —Yo tampoco lo era. Allí son muy corrientes los ojos azules. de nuevo en Ámsterdam. ¿no. aunque Polonia pertenecía a la Comunidad Europea y no necesitaban cambiar de moneda. Los vicepresidentes y jefes de la compañía se habían sentido aliviados con su regreso. —Buena densidad de rubias en este país. —Está bien. —¿Seguro? —Comprobado. Alain permaneció despierto y pensativo durante las primeras horas de la mañana. hacía ya tres años. la asociación criminal más rica. Y todo iba a quedarse así. La cantidad que exigía al mafioso no era una suma de dinero en efectivo. éste la mordió. tras lo cual la llevó a la capital sueca a pasar varios días en su mansión privada. Para ello. Preocupantes negocios le ocupaban por completo en aquel periodo de tiempo que ante el resto del mundo no eran más que unas “vacaciones”. pero Frederick se había negado a fijar una fecha para la boda hasta que consiguieran suficiente dinero para realizar los sueños más imposibles que ambos habían llegado a tener. poderosa y mejor organizada del mundo. pero le propuso un plan para deshacerse del príncipe que gobernaba aquella isla. superando así a la mismísima Cosa Nostra siciliana. el cual le reveló la existencia de una reserva de metales preciosos que superaba con creces la reserva federal de cualquiera de los estados más poderosos del mundo. Aquella inquietud estaba motivada por los enormes gastos que había efectuado últimamente el presidente. La compañera sentimental del holandés era una joven pelirroja catalana que había despertado sentimientos desconocidos para él cuando la conoció. Cuando volvieron a verse. con diferencia. transformándola en medio vampira y haciéndola suya. A su regreso a Sevilla. al cual había conocido en una fiesta sevillana. La Cosa Nostra seguía siendo. aceptó tener una entrevista personalmente con él. Éste se encontraba enfermo y no tardaría en fallecer. sino un significativo porcentaje de aquel tesoro oculto en los sótanos de un castillo fortificado y bien defendido. Ella era la única persona en el mundo capaz de controlar al iracundo capomafia. Pero no sería así. excepto Cristina. Para todos. Éste no tardó en conquistarla. Pero aún no era suficiente. al ver su insistencia. esta vez en la presentación de un nuevo producto de la compañía de Frederick en Barcelona. Ni siquiera la empresa de relojería y su mercado ilegal de armas eran suficientes para completar la imposible ambición de Frederick de dominar el mercado mundial de armas ligeras y pesadas. En principio era sumamente difícil capturar aquella isla. lo que modificaba algunos aspectos del presupuesto del próximo año. y esperaban que el mismo Frederick los resolviera. Frederick lo tomó por un perturbado pero. pero que aún permanecía oculta en una isla finlandesa. hasta que un templario renegado entró en contacto con él para pedirle una impresionante suma de dinero que ni siquiera Frederick estaba en condiciones de pagar. ella no tardó en echar de menos al vampiro.vacaciones y que ellos aún serían los únicos responsables de las finanzas de la empresa. Tras tres años de una relación pasional muy peculiar habían decidido casarse. Ésta se encontraba en poder de una antigua orden de caballería que había sido disuelta hacía siglos. a cambio de conseguirle el control que tanto había deseado durante años. algo que ocurrió igualmente por parte de él. con lo cual no había más que impedir que su puesto fuese ocupado por otra persona y él se encargaría de dejar vía libre a Frederick para acceder a las cámaras subterráneas donde se encontraba la reser252 . Frederick había controlado hasta el momento a la totalidad de las mafias de la capital holandesa y gran parte de las integradas por vampiros en Europa. Frederick había aceptado tras escuchar la historia. ya que nunca se habían visto obligados a matar a nadie durante el acto. donde disfrutarían al máximo en la noche de su victoria. como subordinados al capomafia Frederick. y llegaron tarde. esperando su oportunidad hasta que contemplaron con asombro cómo tres humanos lo secuestraban. por lo que tendrían que apresurarse y capturarlo antes del anochecer de aquel día. Frederick no tuvo más remedio que aumentar la oferta a la pareja y concederles su coche más rápido y el mejor chófer para conducirlos a toda prisa desde Barcelona a Granada. No sólo estaban obligados a cumplir sus órdenes. pero aislada y con tierras a su alrededor. y robarla. Los templarios ya estaban allí. creencias y costumbres de aquella extraña secta heredera de una orden de caballería medieval. dos hombres famosos en el gremio por sus secuestros limpios. 3 Alain mostraba un rostro preocupado. —¿No nos estamos alejando mucho de la ciudad? —Supongo que sí –reconoció David–. Ellos fueron los más fuertes. En Granada vivían en un cortijo de las afueras. y comenzó a realizar los preparativos para completar toda la trama. tras múltiples fracasos. incluida la captura de aquel que buscaría un sucesor al trono de la Orden al que llamaban el misionero. contrató a dos de los mejores secuestradores disponibles en aquel momento: Marco y Krospel. Tras examinar libros de historia y enciclopedias medievales quedó convencido de la veracidad de los relatos de aquel vampiro. como los que tanto éxito alcanzaron matando a los enviados especiales que trataron de enviar medicinas para recuperar al príncipe. Pero aun así esperaron al anochecer. Pero no me extraña demasiado. 253 . Ahora. aunque después tuvieran que asesinar al secuestrado si así se les ordenaba. Para ello. —¿Un cortijo? —Es como una casa grande de pueblo. sino que además eran vampiros.va. Se preparó para saborear su triunfo llevando de vuelta a Cristina a su apartamento. Jamás dejaban la menor huella. Estaba seguro de que ya no tenía escapatoria. —Entiendo. Cuando estaban a punto de llegar a un acuerdo. pero necesitaba que el príncipe estuviese muerto para no tener a nadie por encima a quien tuviese que rendir cuentas de sus actos y de las órdenes a sus subordinados. Como un caserío. Ya no le costaría un solo euro ordenar a sus sicarios en Varsovia que acabasen definitivamente con él. se encontraba en una de sus mejores oportunidades. Sabía cómo hacerlo. el templario lo llamó para comunicarle que aquella misma noche irían en busca del Misionero. Cuando alguien hacía acto de 254 . Las calles vacías. cogieron al hombre entre los dos. —Pues esto más bien parecen edificios abandonados –puntualizó Alain–. en el distrito de Targówek.—Así es. donde los edificios no parecían tan abandonados. Oyeron una voz a sus espaldas. Dos vampiros surgieron de algún lugar a oscuras de la calle y corrieron hacia allí. los edificios derruidos o abandonados. anteriormente un local de fiestas que clausuró sumido en las deudas. pero aún podían verse resquicios de luz desde los dinteles y jambas de puertas y ventanas. Aun así. como invitándoles a seguirles. la descripción de aquel edificio de dos plantas. Los destrozos eran patentes. Era un indigente humano que se les acercaba. Había coches aparcados a ambos lados de la calzada. y un andar a toda luces ebrio. Las ventanas permanecían cerradas. hacían pensar que se trataba de un lugar de expansión de la ciudad. Cayó de espaldas. La violencia y marginalidad de aquellos barrios ahuyentaban a cualquier persona mínimamente sensata. algunos bares cochambrosos abiertos. David guardó el cuadernillo de nuevo en su bolsillo y atravesó la calle para aproximarse a aquel edificio que aparentaba estar en buen estado. la penumbra generalizada. pero sí las calles. risas y música desde el interior de algunas de la casas. Cuando ambos lo miraron fijamente. no sólo en las casas. y corrieron llevándolo a hombros hacia otro local dos calles más abajo. Al verlos. señalando el edificio al cual se dirigían. sino aún en el interior de la ciudad. fachadas y bancos de alrededor. probablemente un cigarrillo. sino también en las farolas. el hombre quedó paralizado. Los vampiros no vieron necesidad de hacer callar al borracho. Todo está destrozado. Efectivamente. y comenzó a emitir lamentos en su idioma. con un lamentable aspecto. abriendo los ojos como platos. Alain negó. que tarde o temprano sería reconstruido. pero ellos insistieron. Incluso podía oírse voces. El único lugar que permanecía completamente a oscuras era el edificio al que se dirigían. aquello era un lugar abandonado de un barrio marginal de Varsovia. Al contrario de lo que pensaban. Ambos sabían por qué. haciéndoles ver por señas que allí no había nadie. y uno de ellos les dijo algo a David y Alain. no se encontraban en las afueras. Parecía querer gritar. Fue entonces cuando pudo comprobar que la mayoría de aquellos edificios estaban habitados. así que decidieron seguirles. Pero no. incapaz de controlar sus piernas. pues apenas podía oírsele. que se encogió de hombros. pero prácticamente nadie en la calle. Una voz quejumbrosa pidiéndoles algo. Las fachadas están pintadas con el estilo de aquellos que marcan su territorio –dijo David. —Tiene que haber alguien. pero viéndose imposibilitado de hacerlo. mostrando las incontables venas rojas que surcaban el globo ocular. aparentemente asustado. Miró a David. diferenciándose del resto que le rodeaba. coincidía al detalle con la descripción que Mervat le había hecho. por lo que no resultaba rentable la reconstrucción. aunque Mervat les había advertido que tal vez pudiesen tener comportamientos extraños. haciendo con ello brotar con mayor vigor la sangre del cuello. Ambos quedaron aturdidos nada más quedar abierta la puerta. Entonces. los vampiros desviaban su camino. Aquello era absolutamente impropio de los templarios. y eran demasiados para ser ellos. Esperemos un tiempo y saldremos de aquí a buscar a los templarios. —Ésa es la diferencia –le reveló–. —Es difícil de creer. ¿por qué los seguiste? —Los templarios también matan humanos. Sólo una fachada parecía ser la parte delantera. Esto es terrorífico. Finalmente llegaron a un callejón estrecho formado por la parte trasera de la mayoría de los edificios de ambos lados. decepcionado–. Casi cincuenta vampiros de ambos sexos estaban celebrando una macrofiesta. abundaban en exceso. —Desde el principio sospeché que se lo llevaban para matarlo y beber su sangre –dijo Alain–. —¡No! –advirtió–. y David y Alain los siguieron. Nosotros somos vampiroides y no lo necesitamos. al estar tan aislados del resto de los miembros de la Orden. Es una necesidad. El olor a sangre los invadió por completo desde el interior del local. ¡No me digas que no lo sabías! —¡Claro que no! –exclamó. pero ellos sí. También teníamos que verlos a ellos. Ninguno de los dos podía dar crédito a lo que estaban viendo. Los vampiros lo sabían. Los nuestros no los exponen jamás entre ellos. —Yo también. aquello era excesivo. No son ellos. No podemos per255 . encadenados a las paredes y gritando de terror hasta perder las fuerzas. —Tenemos que salir de aquí. y los aterrorizaban sin parar hasta que sus cabezas y cuellos se volvían rojos del esfuerzo por gritar y liberarse. donde los borrachos. en la que catorce hombres y mujeres eran mordidos y secados de sangre hasta la saciedad. dejándolos sin respiración. A los ojos de los demás no podían ser más que un grupo de amigos transportando a un colega incapaz de caminar y soltando blasfemias cada cinco segundos. —Esto es una orgía… –dijo David. ¿Dónde estaban los templarios? —Me temo que hemos cometido un grave error al seguirlos –admitió David–. aprovechaban para morder. Pero a pesar de que las víctimas humanas formaban parte incluso del menú de los templarios. pero en realidad no debían de llamar demasiado la atención en un lugar como aquel. Jamás vi un hombre muerto allí. —Entonces. Lo sabía.aparición. solitarios o no. pero esperaba hacerlo con la compañía de un templario que pudiese echarnos una mano. Entraron por allí. y soy el caudillo de esta maravillosa capital. —Bienvenidos a nuestra ciudad. Nadie pareció hacerles caso mientras habían estado hablando. sería mejor mantener la calma–. —Eso está muy bien. por el momento. pero… ¿Y ellos? —¡Ah. No podían entender lo que decían los vampiros ni las víctimas. no digas a nadie que somos medio vampiros. –Señaló con la cabeza detrás de David. Eran unos mucha256 . —¿Por qué? –preguntó. por lo que prospera. prospera. Alain vio cómo uno de los vampiros que habían capturado al borracho que encontraron fuera los señalaba. con varias cicatrices en cara y brazos. Ya sólo quedaban vivos seis de los quince humanos que habían apresado aquella noche. lo que no dejaba lugar a dudas sobre su dedicación profesional.mitir que sospechen de nosotros. ellos! Fue una lástima. Me llamo Henryk Jaruzelski. ¿Sabe donde están? –preguntó David —¡Oh. carecía de colmillos al tenerlos cortados. —Maldita sea –se quejó. Efectivamente. Me han dicho que buscabais a los vampiros que ocupaban la casa en ruinas de la calle Malska. No saques la pistola hasta que sea necesario. claro! –asintió–. enfadado–. perplejo. Iba acompañado por otros tres más. Éste se le acercó. —¡No puedo soportar esto! ¿No oyes como gritan? —¿Acaso crees que no he pasado ya por esto? –preguntó. forasteros –dijo en un conseguido pero aún imperfecto inglés–. David se había adentrado en el gentío cumpliendo con su misión. —Creo que no va a ser necesario. al tiempo que le decía algo al oído. incluido el curda que ya conocían. —Alain. mientras él trataba de no pensar en lo que allí estaba ocurriendo. Un desgraciado accidente. Quedaron frente a frente. pero el grito de una mujer semidesnuda al ser mordida no necesitaba ser traducido. Éstos eran enormes. pudieron ver. Al girarse. —¡David! –le llamó. Aquí ninguno de ellos lo es. ¿Es así? —Sí. seguido por el vampiro de mediana edad que había salido del biombo el cual. desde un biombo tras el cual no podía verse nada. Claro que lo sé. Está todo bajo mi control. enseñándole los colmillos empapados en sangre. Un vampiro de mediana edad hizo acto de aparición por un lateral. pero sí oír desgarradores gritos por encima del volumen de la música. No podía adivinar sus intenciones por lo que pensó que. ¡Cuando dijiste que me acompañarías sabías a lo que te exponías! ¿No te lo dijo Jairo? Alain lanzó un juramento por lo bajo. —Vienen a por nosotros. Lo sé absolutamente todo sobre esta ciudad. Éste había comenzado a gritar de verdad cuando una vampira comenzó a darle tortazos en la cara. pudo ver cómo uno de los vampiros que los habían conducido allí se dirigía a ellos. David sacó los sais que tenía ocultos bajo la cazadora y comenzó a defenderse de la mejor manera que sabía. Uno de ellos agarró a David por el brazo para intentar partírselo en dos. Sabía muy bien lo que significaba aquel término. Los tres vikingos se adelantaron hacia ellos con una brusquedad que obligaba a reaccionar con suma rapidez. —¿Qué les ha ocurrido? –preguntó David. mientras un rayo de vana esperanza se encendió en cada uno de los humanos que allí sufrían. alarmado. eso es –dijo. compagnon –le atajó David en francés–. algo así como una asociación dogmática. Los han matado. ¡Son demasiados! Efectivamente. —No insistas. he de decir que tampoco he de arriesgarme a que se dé a conocer todo este lamentable asunto. pero no inconscientes. recalcando sus palabras con gestos–. La música se detuvo. Mucho daño. —¿Reincidencia? –preguntó Alain. Alain! –le advirtió David–. Ahora lo saben todo. pero el español pudo reaccionar a tiempo lanzando un codazo al cuello del vampiro. pero…. —Sí. Antiguamente se les hacía beber plata derretida. y una chica preciosa. me veo obligado a acabar con vuestra presencia en este lugar. —Dios mío… –se angustió David. –El vampiro hizo una señal a sus tres esbirros–. La sangre brotaba por todas partes con los numerosos heridos que iban de257 . por lo que fueron obitados. pero por primera vez en su vida haciendo daño. Jairo le había comentado que la pena de muerte para un vampiro que consistía en exponerlo a la luz del Sol se denominaba óbito. al ver a los tres enormes vampiros tumbados en el suelo. ya se sabe. —Muy bien –continuó Henryk–. —¿Obitados? –preguntó Alain. —¿Qué quiere decir? –insistió Alain. La reincidencia acaba duramente castigada. Esos ritos extraños… en fin. Fueron fichados por la policía en un registro de vivienda. Por tanto.chos encantadores. No podíamos permitirlo. —Un desgraciado accidente. la ciudad. pero ninguno recibió un impacto en el corazón. o algún poderoso veneno. la misión de David en Polonia había quedado seriamente dañada. Si era aquello lo que habían hecho con los templarios. —¡La pistola no. pero aquello había quedado anticuado debido a lo relativamente actual de la desintegración por exposición al sol en cualquier lugar. Ya todos los vampiros se habían detenido para contemplar la escena. el resto de los vampiros se lanzó hacia ellos para destrozarlos de la peor manera que podía concebirse. Llamaban demasiado la atención. Respecto a ustedes. Pero no creo en lo que está diciendo. Alain retrocedió rápidamente para darse tiempo a sacar la pistola. Ambos cayeron hacia atrás. como he dicho –volvió a decir–. y disparó al cuerpo de los otros dos sicarios. El caudillo volvió a ordenar que se retirasen a todos ellos. Ninguno podía entender lo que se tramaba alrededor. Pero dudo que resulte. Éste hizo lo mismo cuando ambas cayeron a sus pies. La otra arma la perdió incrustada en el interior de algún estómago despistado. fue tan inesperada que cayó hacia atrás. perdiendo uno de los sais. Alain comprobó como su fuerza y resistencia eran incluso mayores que cuando era un universitario joven y en forma. siendo golpeado. —¿Sabes rezar. derribándolo. Oyó voces en polaco por encima del griterío. Ahora formaban parte de la orgía. De pronto. Como ya había sentido David hacía tiempo. sácala) —Saber. aunque no muy potente. sin que pudiera comprender cómo. y un vampiro saltó por encima del resto del gentío hacia él. su mujer. pero excepto uno al que el primero había seccionado la garganta y otro con un impacto de bala directo en el corazón. Sólo podemos rezar por nuestras almas. Ambas parecían formar parte de su círculo más privado pues lo besaron con la boca. Sin poder resistir ante la superioridad de los vampiros. lanzándola contra la que iba hacia Alain. al no comprender la lengua polaca. La música volvió a sonar con su trepidante ritmo. aquel que consiguió conquistar a la que sería su tercera y última novia. Todos los vampiros a la vez saltaron hacia él. pateado y mordido sin parar. Ya no tenía escapatoria. —Muy bien –dijo. ¡Hija de puta! ¡Largo de aquí! David se izó con la ayuda de sus brazos y lanzó una patada a la vampira que se le acercaba a chuparle la sangre. pero fue impulsado por una fuerza misteriosa que. (saca la espina. mientras dos de los grandullones los agarraban con fuerza para conducirlos hacia una pared donde había dos pares de grilletes sin ocupar. David? ¿Podría resultar? –preguntó Alain. Uno a uno fueron apartándose de los maltrechos templarios. David vio cómo su compañero caía y se aprestó a liberarlo. fueron encadenados por las muñecas en el mismo estado que los demás humanos. al parecer insultándolos. David nunca se había sentido tan (muerto) derrotado. pero en el fondo preferían no saberlo. ordenando al resto de vampiros que se detuviesen. y todos habían comenzado ya a disputárselos. ambos muertos. la pistola que el francés tenía en sus manos salió lanzada hacia un lado. Las dos vampiras se les aproximaban mientras los demás gritaban a su alrededor. pero dos vampiras se acercaron al caudillo mostrándose cariñosas para que les concediera el privilegio. acercándoseles con los dos sais de David en ambas ma258 . aunque de un grupo desconocido para ambos. entre jadeos de dolor.jando David y Alain. sé. repleta de sangre de anteriores servicios. Pegó con toda la furia que podía sentir en su interior. incluso cuando algunos vampiros comenzaron a golpearle sin cesar y trataron de morderle. aún parecían tener ánimos de continuar. partiéndole la boca a una de ellas. aparecieron en tres grupos desde la entrada.nos–. Como si fuese el acto con el que ponía fin a años de una lucha singular. Al menos. Dos de los sicarios del caudillo se lanzaron a por el caballero templario. Los sargentos se separaron para cu259 . y lamía con la lengua toda la que surcaba sus labios para recuperar el máximo posible. se dijo. la más alargada. Sólo Alain pudo ver el impresionante salto de más de diez metros que dio un vampiro con una túnica blanca. Al mismo instante. pero en un vampiroide aquello no era posible. por lo que su muerte sería instantánea. Suspendido en el aire. diez vampiros con el mismo atuendo. De un solo y certero tajo. En ese caso. dos de color azul oscuro y el resto beige. No podía evitarlo. y él no sabía que no era vampiro puro. Media cabeza salió despedida en la dirección del golpe ante los gritos de horror de todos los vampiros presentes y el intenso y paralizante pavor de David. El cerebro no se modificaba en ellos al ser mordidos. Al apoyarla en la piel. Alain y el resto de los humanos vivos. Eran sargentos y luchadores. Henryk retiró el tridente para tomar impulso. Y le habría vencido. —Sujetadle las piernas. Comenzaba a sentir odio por los vampiros. David comenzó a sentir que le fallaba la respiración. acompañado por el resto de los (verdugos) vampiros. Un odio profundo e irracional. Dos de los sicarios del caudillo le bloquearon las piernas con las suyas. cabrón) Ojalá aquellos a los que habían herido gravemente murieran. Pero ya no iba a ser necesario nunca más. (jamás me joderás. Vosotros habéis escogido la forma de morir. apretó hasta que agujereó la piel. con ello. tomando impulso. a ser alimento de otros vampiros. hizo un giro completo golpeando con una pierna en la cabeza de uno de ellos. y armado con una espada. Un vampiro salió despedido a gran velocidad lanzado por un templario desde el umbral de entrada. haciéndole manar sangre. moriría sin dolor. seréis comida para los perros. cayendo seguidamente de pie al suelo. a la frente. —¡No sois mejores que los perros! –exclamó David. Henryk rió animadamente. encabezados por un caballero armado. cayendo de espaldas cerca de Alain. tal como si fuese humano. seccionó la mitad del cráneo del caudillo de Varsovia. Os resistís a ser mordidos y. sonriendo como si aquello fuera una venganza personal largo tiempo planeada. Tenía heridas y mordiscos en todo el cuerpo. Pretendía dejarlo paralizado o inutilizado atravesándole el cerebro. volvió a girar para propinar otra en el cuello del otro vampiro. mientras Henryk le acercaba la punta central del sai. Un grito a sus espaldas hizo detener la punta a cinco centímetros del hueso frontal de David. con una cruz roja brillante bordada en el pecho. pero este saltó hacia la pared y. se aproximaron desde sentidos contrarios. En el último instante. el caballero consiguió impelerlo hacia el suelo con un certero puntapié en el tórax. Girando y apoyando sus pies en el techo. —¡No! ¡Reacciona! –le alertó Alain. y el templario fue lanzado hacia atrás por el impulso. Rápidamente. Los primeros comenzaron a luchar en pie. El vampiro gritó de dolor al impactar con varias mesas y sillas que se le clavaron por todos los costados. girando en el aire. le partió el cuello incluso antes de incrustarlo contra el suelo. completamente paralizado. una vampira se interpuso entre ellos y la salida. corriendo. cayendo en cuclillas desde un lugar de arriba que no pudieron ver. junto al cadáver semidecapitado de Henryk. tras lo cual se posó en el suelo. Corrió hacia la salida. cogió los sais que permanecían tirados en el suelo a sus pies. lanzándose patadas y puñetazos a más de tres metros de altura durante más de cinco segundos sin llegar a caer. —¿Estoy soñando? –preguntó David. pero se afianzó con los pies al caer a tierra. David se abalanzó hacia ella con las puntas de los sais por delante. aprovechando el espacio que le hacían los luchadores templarios. El sargento que había sido golpeado por los dos vampiros se levantó y. Con un puñetazo coordinado por parte de cada uno lo aplastaron contra la pared.brir al caballero por ambos costados mientras éste lanzaba la espada una y otra vez contra cada una de las cadenas que apresaban a David. En el último instante. y ambos mostraban síntomas de fatiga. en tanto que los otros dos corrieron hacia dos paredes opuestas. tras lo cual saltó hacia él para aplastarlo. saltó con los dos pies por delante hacia el que luchaba contra su compañero. oyéndose un sonoro golpe que hizo que saliera despedido y se golpeara la cabeza contra el equipo de música. saltando e impulsándose desde ellas. el caballero seguía luchando con el vampiro que le había atacado. le dio un talonazo en la cabeza a David y una patada a Alain. pero en el suelo. dos vampiros saltaron hacia uno de los sargentos por encima de los demás. el sargento ascendió. Sin embargo. Éste comenzó a estallar en una nube de chispas que le provocó convulsiones hasta la muerte. y los sargentos los lanzaban hacia ellos para que cumplieran con su parte. El otro sargento había estado dominando su enfrentamiento. David se apartó instantes antes de que el pie de la vampira ocupase el lugar en el que había estado su cabeza e. pero ella saltó por encima de él y. sin comprender. El caballero recogió su espada y comenzó a apartar a los vampiros a su alrededor. le lanzó una pata260 . provocando que el vampiro se estrellase con la pared. que soltó su espada. seguido por Alain y el resto de los humanos. se impulsó con tan tremenda fuerza hacia abajo que. incorporándose de un salto. Alain y el resto de los humanos. separadas por más de ocho metros y. pero Alain volvió a azuzarle. Justo antes de salir de la sala. David lo miró sorprendido. Mientras tanto. Los luchadores derribaban a todos los vampiros que se les acercaban. al agarrar al vampiro de la cabeza en su descenso. y uno de ellos se acercó al otro sargento mientras que el otro se fue hacia el caballero. pero su rival lo lanzó sin tocarlo hacia una pared. con la médula espinal seccionada y paralizada del cuello hacia abajo. —Rápido –dijo el caballero–. Cuando el más rezagado de los humanos salió del local. pero el hombre que podía caminar comenzó a quedarse rezagado. Todos saltaron hacia las vías. Al comprobar que no estaba demasiado caliente. impelida por una fuerza misteriosa que atravesó los tres metros de espacio vacío que los separaba. El templario gritó y. Negó con la cabeza. Le habían disparado desde atrás. sólo uno caminaba por sí solo.da al estómago. hacia una boca del metro en la calle principal de la zona. aunque algunos de los humanos y Alain se encontraban indispuestos para caminar. apresurando el paso. entrad! –ordenó el caballero. Los templarios izaron a hombros a los humanos y a dos luchadores heridos. La escasa gente con la que se topaba el extravagante grupo se apartaba rápidamente. dirigiendo la mano hacia ella. comenzando a apresurarse. El caballero templario corrió a sostenerla. incapaces de reaccionar. —¡Vamos. saltó hacia las vías y tocó cuidadosamente una de ellas. apoyó su oreja en ella. hizo que cayese hacia atrás. Entonces llegaron los luchadores y el caballero. cayó en redondo despidiendo sangre en un chorro desde el estómago. que abrió seguidamente una pared 261 . ayudando a los que no se sentían capaces de hacerlo. viendo cómo una vampira tenía la pistola de Alain en sus manos y disparaba sin control. Esto les permitió escapar. Ya no quedaban más que una mujer y dos hombres de los cuales. Todos fueron al paso que marcó el caballero. La vampira gritó y cayó en redondo al suelo. semiconsciente y desconcertado. Tenemos cinco minutos para recorrer unos doscientos metros hacia el interior del túnel. el mundo conservaba la calma. —Por aquí –ordenó uno de los sargentos a los rescatados. una mujer con el torso desnudo. aunque ya se habían agotado las balas y no se oían más que ahogados chasquidos. y tuvieron que ayudarle también a él a andar más rápido. pero apenas tuvieron tiempo de preocuparse de la situación. uno de los vampiros miró alrededor para comprobar que no había nadie. y los que aún quedaban en pie no eran más que débiles y atemorizados invitados refugiados tras las mesas y la barra de servicio. Todos se dirigieron. Las insonorizadas paredes del local lo habían aislado por completo del exterior por lo que. Una vez abajo. sin poder ver nada en la oscuridad. Se habían librado de la mayoría de los vampiros. pues la entrada estaba relativamente cerca. Llevaba a Alain apoyado en su hombro. No os separéis de la pared mientras lleguemos al pasadizo. —¿Cinco minutos? –preguntó David. —De lo contrario nos verán unas cien personas desde el metropolitano. herida en los hombros y costado por las mordeduras de los vampiros. consiguiendo unos segundos preciosos para clavarle el sai en la nuca. al cruzar el pasillo y salir al exterior. No ha hecho la menor declaración. Si es aún capaz de sentir algo parecido al amor. —Nada. el apartamento no se encuentra demasiado lejos. ¿A ella? ¿Qué tiene que ver con todo esto? —Es la única forma de atraparle. Aún sigue vivo. querrá recuperarla aceptando ir al lugar que le indiquemos. No la hemos vigilado. —Lo hace todos los días para trasladarse desde un apartamento a la oficina. —Pues menuda la tenemos… —Vigílale desde el exterior durante un tiempo –aconsejó Jairo–. —¿Cómo? –replicó Klaus–. o entrar por la fuerza. emplea el máximo de tus fuerzas para acabar con él. Si sale. Klaus –dijo Toranks–. en la sede de su empresa. sentado junto al terminal. deslumbrando a los vampiros. Conocemos el horario y el recorrido a la perfección. pues comenzaba a oírse un monstruoso y lejano rugido que resonaba en las paredes como si fuera un gran dragón avisando al mundo de su llegada. y viceversa. 4 —¿Y bien? –preguntó Toranks. —La única idea realmente sensata es la de Mervat. y menos ahora que la prensa está pendiente de él. —¿Nuestro enviado no consiguió entrar en la sede? —En absoluto –negó Mervat–. —Te recuerdo que no tenemos mucho tiempo –dijo Mervat al otro lado de la 262 . —Supongo que no se separará ni un instante de él –dijo Mervat–. Allí es imposible planear un atentado. Hacerle salir. y expulsa a los periodistas sin la menor reserva. en compañía de Jairo y Klaus. pero transcurre por lugares muy concurridos. tendrás que emplear otra estrategia. Todos fueron entrando con rapidez. ¿entiendes? —¡Es absurdo! –negó Klaus–. Si no lo hace. —Ella puede ser la clave –propuso Jairo–. Ninguno ha pasado hasta ahora de la recepción. Se olerá la trampa. y él tampoco. Completamente solo. Lo siento. Secuestrar a su compañera no hará sino encender aún más su ira. Además. —Tienes la palabra. Con todos a salvo. tal como esperábamos. Secuéstrala. No debemos intervenir en ningún momento hasta que estemos seguros de qué paso vamos a dar. sin perder ni un segundo. Se encuentra en Ámsterdam. Cuando las luces iluminaron intensamente la boca del túnel. En esas condiciones resulta imposible acorralarlo. el templario cerró rápidamente la puerta.oculta en el interior del túnel. pero… ¿y su compañera? —¿Qué quieres decir? –preguntó Klaus. Propón una estrategia mejor. —Él. – Miró a todos y cada uno de los presentes en la gruta. Negó con la cabeza. como si lo hicieran por instinto. No disponemos de ninguno. recuerda. Cuando os vi suspendidos en el aire pensé que el tiempo se había detenido en mi mente. pero no tardé en darme cuenta de que no era así. —Tiene razón –declaró Alain–. En su interior se está produciendo un proceso incompatible con fármacos. anestesiados para impedir que reaccionaran. —Tal vez debería decirte que tienes razón. permaneciendo en letargo artificial durante una semana. —Yo estuve en una en Granada –dijo David–. Dentro de ellas se alimentan por suero. —No se preocupe. y sólo al final acabé por aceptarlo. —También existen unas máquinas hibernadoras modernas mucho más eficaces. La vida continuaba pero. Los tres humanos dormían en tantos lechos. desconcertados por sus palabras–. Jamás dos personas viven un mismo sueño y. Si realmente desperté. Para mí no fueron más que unos pocos minutos. Hemos de acabar con esto cuanto antes. sobre todo cuando el proceso de transformación no tiene lugar estando conscientes. y comenzaba a ver cosas fantásticas. Creo que tengo una idea para hacerlo salir de su guarida y la voy a poner en práctica ya. pero son equipos muy caros y aún raros. pero yo no lo creo. —¿No puede ser perjudicial inyectarles anestésicos con la pérdida de sangre que han sufrido? –preguntó Alain–. Alain me dijo que no estaba soñando. Jairo y Klaus me han inspirado con sus opiniones. yo soy tan real como tú. Ellos pueden comer y beber como normalmente. Yo lo sufrí. Es mejor pasar inconsciente por el proceso. ¿qué vida? ¿Mi vida real? ¿O la de un sueño que había durado semanas? Alain lo miró fijamente. En lo que decía antes. que había muerto a manos de aquel vampiro.línea–. para que la transformación en medio vampiro no sea una tortura. pero no es así. mientras que David hacía lo mismo con los sais. Pero me pregunto si aquello fue real. que estás viviendo en un mundo que no existe más que en tu mente. pero en un estado de sopor. —Normalmente se lo toman bastante bien –explicó el caballero templario–. 5 El caballero templario limpiaba cuidadosamente su espada de la sangre semiseca que la impregnaba por completo. Todos estaban pendientes de él. examinando cada mirada que le dirigían. aunque no pueda demostrárte263 . Es una droga especial que usamos desde tiempos milenarios para mantener semiconsciente. —Me pregunto cómo se lo tomarán cuando se despierten –dijo David. Ni siquiera soñé. donde la materia había perdido su forma de ser. »Nada de eso. pueden conseguir desplazarse a sí mismos por simple repulsión. El tipo se veía incapaz de darme una explicación. de células con una carga de energía electromagnética. un vampiro que me había explicado todos y cada uno de los fenómenos que ocurrían en mi cuerpo y que me aconsejó sobre el modo de vida que debería llevar desde que me mordió aquel vampiro. pero muchísimo más potentes. Decía que era una capacidad sobrenatural que sólo algunos privilegiados vampiros poseían. »Sin poder comprender qué estaba ocurriendo. Me explicó que en el interior del cerebro de algunos vampiros. El maestro que me acompañaba. –Alain miró hacia otro lado. existe una cierta cantidad. —¿Qué quieres decir? –preguntó David–. »Cuando lo encontré. observé un entrenamiento en el que dos templarios combatían en una pista de gran tamaño. aquí… –Se señaló el centro de la frente–. Justo antes de caer fuera de la línea. pensé por unos instantes que el vampiro que me mordió me había matado. lo que requiere una musculatura del cuello potente y entrenada. Cuando los objetos 264 . y no estaba sino en el Otro Mundo. cuando aún no habías llegado. excepto aquello. trató de calmarme y me explicó que aquello era una capacidad exclusiva de los vampiros. con un cierto control que se aprende con un duro entrenamiento. »No podía dar crédito a lo que estaba viendo. un tal Klaus. sobre todo en el asta frontal. no fue suficiente para provocar semejante resultado. Al igual que tú. »Todo. Se llamaba telequinesia. y que consiste en la capacidad de moverse a sí mismos y a otros objetos exclusivamente con el poder de la mente. ¿Qué es lo que sabes? —Pocos días después de llegar a la isla. que son los que permiten. Si se dirigen a objetos muy pesados o hacia las paredes. el otro vampiro se detuvo en el aire y regresó a la pista como si fuese un fantasma.lo. Esta carga se puede hacer estallar en zonas determinadas de los ventrículos. La radiación atraviesa cientos de diminutos orificios y rugosidades en el cráneo. en unas cavidades que poseen tanto humanos como vampiros llamadas ventrículos cerebrales. a mi juicio. por un complejo fenómeno de interferencias. y de una frecuencia diferente. Es como las células eléctricas que poseen los peces torpedo. entornando los ojos–. ya que resultaba casi imposible hacer que el rival cayese fuera de los límites. Aquello me extrañó. variable según el individuo. y sólo de algunos. corrí en busca del médico del príncipe. algo que siempre había sido considerado a lo largo de la Historia como una capacidad paranormal y jamás demostrada. »Ya había visto todo lo que tú tal vez es la primera vez que contemplas. me explicó que no era más que una aptitud parapsíquica que ellos denominaban el Arte. hasta que uno de los dos salió despedido por un golpe que. Yo comencé a desvariar. que ésta se pueda dirigir hacia ciertos objetos de una manera bastante torpe y hacer que se desplacen con una fuerza variable. Además. haciendo volar objetos metálicos pequeños en todas direcciones. Todos permanecieron en silencio durante algunos segundos para que David pudiera asimilar tal cantidad de ideas absolutamente inimaginables. de unos pocos segundos. En la isla existe un exhaustivo control sobre cualquier posible vampiro capaz de desarrollar esa capacidad. van solos. 6 —¿Solos? –preguntó Mervat. —Es cierto que el Arte es un poder agotador y extremadamente difícil de controlar –dijo el caballero templario–. Y eso en los que sean capaces de hacerlo.son metálicos. lo que requiere unos minutos más y una buena ración de hidratos de carbono. fueron presentándose con sus respectivos nombres. y casi todos alcanzan el rango de caballero o maestro. de color verde. pero al regreso. »Pero siempre durante un tiempo limitado. Todos rieron con su ocurrencia. hacia las cinco de la tarde. ¿no crees? –le dijo uno de los sargentos. Ese poder allí es todo un privilegio. tras cada estallido las células deben volver a recargarse al máximo. para planear la próxima salida del día siguiente hacia aquel poblado que sería su última parada en el país. —Frusler dijo que era muy necesario impedir que las células muriesen por falta de alimento. y tras aquellos momentos tan tensos y relevantes. Hacer eso requiere un enorme esfuerzo que agota rápidamente y deja exhausto al que lo intente. Son los mejor alimentados de toda la isla. Nunca se desaprovecha la oportunidad. solos –aseveró la vampira–. el control y la fuerza que pueden llegarse a alcanzar con esta capacidad son increíbles. aunque en un recorrido impracticable para una persecución. porque incluso se dan casos de vampiros que solo consiguen hacer un cierto número de recargas. Los días laborables se dirigen a la oficina acompañados por un coche de color negro. y luego desaparece el poder. Normalmente se descubre que un vampiro es capaz de desarrollarlo cuando en un ataque de ira hace estallar todas las cargas de su cerebro al mismo tiempo. pues nos resulta imposible saltarnos un sólo semáforo con semejante tráfico. y repetido pocas veces a lo largo de unos minutos. pero raramente se consigue desarrollar suficiente control y fuerza para mover más que unas pocas cucharas o una simple estilográfica. —¿Cómo es el coche? —Es un deportivo de cuatro plazas. tarde o temprano. ya que una sola recarga puede requerir el alimento de toda una ración de sangre –explicó Alain–. Todo en él nos hace pen265 . presumiblemente su escolta. —Entonces. creo que ya va siendo hora de pensar en un ascenso tras esta batallita. —Sí. Es un coche modificado. No sabemos nada de la chica. Ése es el problema.sar que resulta imbatible por cualquier otro tipo de coche. Escuchad todos. Los diez vampiros presentes en la sala prestaron oídos al nuevo plan de Mervat. –Mervat levantó los brazos–. El jamás habría fallado. Con esto me basta para preparar la operación. Le han retirado toda clase de insignias y marcas de la pintura. Ni siquiera me descartaban a mí. Lo único que podemos hacer es acorralarle. Tiene la aerodinámica de los que alcanzan los trescientos kilómetros por hora. Tras aquello prohibí rotundamente el uso de la terminal de telecomunicaciones durante varios días. la asamblea se componía de veinticinco vampiros. —Buen trabajo. pero suponemos que le espera en el interior del apartamento. Ellos salen los viernes y sábados por la noche. Cuando tenía necesidad de comunicarme con él salía de la isla. y resulta difícil observar el interior desde fuera. —Todavía no hemos podido averiguar quién es el traidor que se oculta en esta isla. Cientos de árboles de gran tamaño impedían ver el cielo. y dejé la organización en manos de Mervat. Frieda –atajó Mervat–. Uno de ellos debía ser el autor de las filtraciones. si así lo desea. Tiene cristales ahumados. el paseo se hacía sumamente agradable. —Creo que no va a ser necesario averiguar con qué clase de automóvil nos estamos enfrentando. Fui el único que salía y entraba hasta la llegada de David. La cuenta corriente de Van Basten le permite enviar un cohete a la Luna. ¿No salen por la noche? Ambos son jóvenes. —¿Cómo lo habéis hecho? —Cuando en un principio hablamos de los extraños asesinatos y averiguamos que tras esto se encontraba el tal Frederick. en el que permanece entre una o dos horas. y en ningún momento se alejan del centro de Ámsterdam. —Casi todas las noches un Aston Martin azul oscuro lo traslada a un gimnasio privado en Elands straat. y así lo haremos. pero el suave murmullo del viento que transportaba miles de sonidos de animales nocturnos demostraba la existencia de una inmensa atmósfera exterior. –Examinó un papel que tenía entre las manos–. Es el mejor que tene266 . —¿Es posible que el culpable fuese Mervat? —Imposible –negó Toranks–. pero lo hacen en el deportivo verde. Sumergidos en aquella cúpula natural. Luego regresa. 7 Toranks caminaba por el bosque en compañía de Rogelio. —¿Cuál es el modelo? —No lo sabemos. probablemente en su mayoría. pero hemos podido estrechar el cerco –comentó Toranks. ¿a qué conclusión has llegado? —Se trata de alguien del interior de la isla. Ni el último. Toranks bajó la vista. —Entonces. siendo humano. nadie aquí pone en duda de que la figura del príncipe es absolutamente imprescindible para la supervivencia de la especie. aunque fuese así. Mervat no sabía absolutamente nada de la misión de Yido y Sangel hasta que murieron. ¿qué pretenden? –añadió Toranks. Además. El tesoro. —Yo. Y esa ayuda es Frederick. —Pero. y dio media vuelta para tomar el camino de regreso al Santuario. Esa codicia típicamente humana. casualmente. Y. pero parece poco creíble que sea así. finalmente. ¿Lo conoces? —Conozco a cualquier vampiro importante en toda Europa y gran parte del resto del mundo y. —Soy David. sin embargo. —No tengo la menor idea. No había caído. hay alguien que piensa que todo esto no son más que supersticiones. en el seno de vuestra asamblea. —Es posible. No entiendo cómo un vampiro ha podido llegar a caer tan bajo. Y. al no poder salir. —¿Qué? —Los templarios de Varsovia no estaban en la dirección que me habías dado cuando llegué allí. todos los intentos de asesinar a David han sido frustrados. —No lo dudes –dijo Rogelio–. Ha ocurrido algo muy fuerte. —Claro… el tesoro. —¿Henryk? ¿Cómo pudo saber dónde se escondían los templarios? Sólo yo lo sabía. jamás pensé que pudiera llegar a atacaros. —Pues.mos. A Frederick le ayuda alguien de la isla. Mervat. al habla. Tenía una mala noticia que comunicar al príncipe. matando a uno de ellos como aviso para que no regresaran. aunque él es un vampiro sádico y autoritario. pues ¿a quién iba a encontrar en esta isla que no participe en mayor o menor medida de la fe de los templarios? Aunque no todos en la isla son creyentes. –Mervat salió del salón donde los vampiros veían un partido de la Liga de Campeones para atender la llamada al móvil–. 8 —Perdonad. Un grupo de vampiros liderados por un caudillo que gobierna la ciudad entera los habían hecho huir. Todos sabemos que no es el primero. enojado. que necesariamente ha de tener ayuda del exterior para comunicarse. —¿Ayuda? Mas bien debe ser al contrario. al parecer. ¡No tiene absolutamente nada en contra de los templa267 . tengo muy claro lo que esa mafia quiere. sí? ¿Quién? —No importa. Yo sí lo sé. Se hace pasar por humano. o… —¡Un momento! –le interrumpió Mervat–. y ya lo digo todo. has hecho bien en matar a ese maldito cabrón lameculos. Mervat. Mervat apagó furioso el aparato y se dirigió al salón. ¿Fue absolutamente imprescindible que mataras al caudillo? ¿No sabes cuáles pueden ser las consecuencias? —Las sé –admitió–. Cualquier agente de la Europol pagaría decenas de miles sólo por esta información. Pero no podía dejar impune el asesinato de mi vampira. —Pero. —No es necesario. justo en el último instante. –David le pasó con el caballero templario. pero el caso es que acabamos metiéndonos en la boca del lobo. Dile a David que le juro por el alma del príncipe Margast que el causante de todo esto jamás volverá a molestarle. —¿Andréi? –le habló en latín–. como intermediario de los fabricantes europeos. Yo mismo me encargaré de ello. ¿por qué la mató? —Apenas nos dio explicaciones. donde todos gritaban celebrando un gol del Inter de Milán. No podía permitir que aquello quedase impune. armado. si aún no es hora… —¡He dicho que os arméis! ¡Salimos ya! ¿Habéis entendido? 268 . —Muy bien. ¿Algo más? —No. dejando a todos sin respiración. y las asumo. Ese grandísimo hijo de perra está detrás de esto. y fue desangrada sin piedad al día siguiente de que nos avisaras de que David llegaba. Sólo eso.. Saber esto ya es saber demasiado. —¿Sabes de qué país provienen esas armas? —¡No! No tengo la menor idea. Muchas gracias. No posee ninguna. —¡Silencio! –gritó Mervat. No es demasiado raro que pueda tener algún superior. Confundimos su guarida con la de los templarios y nos encadenaron para matarnos pero. En realidad. —¿Órdenes? ¿Henryk órdenes? ¡No me hagas reír! —Henryk es un mafioso. —¿Lo mataron? ¡No era necesario! ¡Los vampiros de Varsovia se pueden desbandar! ¿Está con Andréi? —Sí. Andréi. armas. mirándolo asombrados–. y está vinculado al tráfico de armas. eso he dicho. los templarios irrumpieron en el local y nos salvaron. matando a Henryk. ¡Quiero a todo el mundo en pie.rios! —Algo le hizo cambiar de idea.. —¿Ah. sino que se dedica a venderlas a los países de Oriente Medio. ¿Has dicho armas? —Sí. Helena era la única de nuestra pequeña comunidad. y listo en cinco minutos! —Pero. pero dijo que cumplía órdenes.. Vete tú a saber lo que daría si pudiese decirle quiénes son sus proveedores. perdiéndose la remontada del Bayern de Munich. aisladas. con algunos árboles dispersos aquí y allá. La perspectiva que se abría ante sus ojos mostraba una pradera sin cultivar. Fría. en pleno día aquello podía pasar por un tranquilo y sereno paisaje rural. que le supuso su clasificación para semifinales. impidiendo transmitir ésta al resto de seres vivos. En realidad. Dicen que aquí murieron muchos campesinos durante las ocupaciones alemana y rusa. y el raspar de sus ruedas con la arena y pedruscos del camino. sin vida. Al menos. La plena oscuridad reinante destacaba las pálidas sombras producidas por la luz de la media luna. sin pintar. Aquí no vive nadie. —Más o menos. ¿es así? –dedujo Alain. pudiendo dar rienda suelta a todos sus instintos sin la menor limitación. La carretera sin asfaltar por la que circulaban desaparecía en el horizonte sin dejar ver forma alguna de vida inteligente. formando un bosque poco denso. sin viento. Era una noche de luna creciente que permanecía en completo silencio. los vampiros apuraron las copas de sangre y se dirigieron a sus habitaciones. la excesiva serenidad se volvía en su contra. Las casas semiderruidas. ideal para pasar una apacible mañana de domingo. ningún vampiro apareció a lo largo del camino para cumplir la promesa que anunciaba la leyenda. Lo único que se sabe de cierto es que este pueblo desapareció en la guerra. excepto a una especie. —Eso parece –dijo Andréi–. y sin mostrar señales de estar habitadas eran lo único que podía venir de la mano del hombre. A pesar de que con el silencio del bosque el coche podía ser oído al llegar. —¿Eso? ¡Vaya! Parece un pueblo fantasma. disfrutando de una vida perfecta en todos los sentidos. 9 David miró hacia donde le señalaba Andréi. Estos lugares tienen muy mala espina.A regañadientes. y desde entonces sus almas claman venganza vagando por las noches y matando a todo el que regresa a estas tierras. Los vampiros encontraban en aquel paraíso un lugar ideal para aislarse de la especie humana y del resto del mundo. A la puesta del Sol. y nadie se atreve a acercarse aquí desde hace años. A todos. Una vida perfecta que pocos despreciaban. El único sonido audible era el zumbido del motor eléctrico del coche en el que iban los tres. en la que la única condición consistía en hacer desaparecer por completo el menor rastro de todo ser humano que lograse descubrir el secreto de las cabañas: 269 . —En conclusión: esto está habitado por vampiros desde la prehistoria. no mucho. y que aún desde antes ya tenía bastante mala fama. sin nubes. en un tono sombrío–. —Pues yo creo que ya me han visto bastante –dijo. ¿no recuerdas? —No te había reconocido. El jabalí comenzaba a oponer una dura resistencia. Un profundo halo de excitación le recorrió por completo el cuerpo. Era David. –David. Lo sé… ¡Es él! —¿Es quién? Los ojos de David brillaron intensamente. —En estos parajes conocí a Helena –reveló. con los ojos abiertos como platos y respirando a soplos. Andréi giró el volante para salir del camino. Es el padre de Helena. —Entonces… ¿Qué podemos hacer? –preguntó Alain–. divertido. Ella iba a traeros aquí. —¡Es él! –David sonrió–. ¿qué tal? ¿Quiénes son esos dos? —Son dos templarios que han venido a verte desde muy lejos. El bosque permanecía en silencio. —Lo siento… El templario calló y. El caballero se volvió hacia ellos. deteniéndose a tres metros de su puerta. negando con la cabeza. Le habló en inglés. pero no le impedía al vampiro conducirlo a rastras a donde le apetecía. 10 270 . —¡Claro! Soy Andréi. Nada. —Debe estar de caza. Su cara se había transformado. Nadie contestó. —¿Has estado ya aquí antes? –le preguntó David.Ellos estaban allí. —¿Hay alguien ahí? –preguntó en polaco. —No me lo puedo creer. acercándose a ellos. preocupado. no yo. Parecía asustado y sorprendido a la vez. Jaroslaw. ¿Buscar por nuestra cuenta? Los tres se volvieron hacia un ruido que oyeron a sus espaldas. —Es el Príncipe de los Templarios. ¿qué te ocurre? David comenzó a negar con la cabeza. —¿Buscáis a alguien? –preguntó en polaco. No conozco a nadie más de aquí. dirigiéndose hacia una de las casas de piedra y madera. ¡Es cierto! Todo es tal como me dijeron… —¿El qué? –le preguntó Alain. fue a llamar a la puerta. saliendo del coche. ¿Qué le pasa a éste? —¿Quién? –Andréi miró hacia donde le señalaba. Un vampiro rubio y barbudo que arrastraba un jabalí atado de pies a cabeza observaba el automóvil. al igual que la pradera. señalando a uno de ellos–. Su corazón no ha podido aguantar. que ya estuviesen sentenciadas. Aún más. Ahora todos dependían de David más que nunca. Cuando quedó frente a la silenciosa multitud. Esta madrugada será enterrado en la necrópolis. El resto de los más de cinco mil vampiros de la isla permanecían pendientes a las pantallas de televisión por cable que emitían la declaración en directo. Le parecía impensable que aquel veterano vampiro de doscientos ochenta y siete años que hacía tan sólo unas horas hablaba tranquilamente con él de los viejos tiempos ahora estuviese muerto sobre su cabeza. Era el himno de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y el Templo de Salomón. es decir. pronunció las siguientes palabras en latín: —El Gran Maestro ha muerto. Victoria era consciente de lo que todos esperaban de él. Cuando el ataúd llegó al mausoleo donde estaban enterrados todos los Príncipes de los Vampiros desde el siguiente a Jacques de Molay hasta el anterior a Margast. vampiroides. sin dar la menor noticia a ninguno de los maestros que habían esperado pacientemente en la antecámara. y se sintió sobrecogida por la presión que recaía sobre los hombros de David. Él era ahora como el príncipe: la vida de todos permanecía a su merced. Nadie pronunció palabra alguna mientras cruzaba la habitación entre ellos. Allí haría su declaración. Frusler subió la escalinata. Mil ochocientos vampiros. Silencio… Pesar… Dolor… Temor. Y aún más impensable. Desde su puesto junto a varios medio vampiros en una terraza del castillo contemplaba las caras. A Victoria le emocionó escucharla. Rogelio caminaba al paso de la música fúnebre que acompañaba a la comitiva de quinientos vampiros. con expresión grave y caminar pausado. levantó la cabeza y. víctima de una parada cardíaca. de los vampiros que formaban la comitiva. y quedó pensativa durante el resto de la ceremonia. temerosas unas y desesperanzadas otras. Llevaba a hombros junto a Toranks. que la vida de todos los vampiros que había conocido en su larga vida dependiese de la suya. que se prolongó durante varias horas 271 . la banda comenzó a tocar una música semejante a una marcha militar. medio vampiros y una humana permanecían tensos y a la espera. Jairo y otros tres maestros el ataúd de Margast. Los maestros se abrían a su paso e iban tras él. los Grandes Maestros de la Orden desde la desaparición de ésta. de una antigüedad superior a los ocho siglos. —Proclamamos tres días de luto en la Orden. Había permanecido durante más de cuatro horas en su interior. aglomerados en el gran salón. tocada con instrumentos de la época. con profunda aflicción en el alma. siguiéndole hasta el gran salón.Frusler salió de la habitación profundamente abatido. dirigiéndose hacia el púlpito. Pero no tenemos tiempo. Mucho tiempo. estoy seguro de que tienes razón –dijo Andréi–. Este chico me ha reconocido como el sucesor al trono del Gran Maestro de tu Orden. Tardó mucho tiempo en averiguar qué le decía aquel pequeño rincón. y menos contigo. Jaroslaw. y aún no ha abdicado en Jaroslaw. Sé lo importante que era para ti Helena. y a ella se le añadió mi mujer. —¿Es que no te das cuenta? ¡Era lo único que tenía! Te la había confiado y me has fallado. El resto latía fuerte y vigorosamente. hablando en un inglés que Jaroslaw comprendía–. que cada segundo se hacía más inminente. —No debería meterme en esto. 11 —¡No puede ser! ¡No puede ser! ¡Muerta! —Hice todo lo posible por evitarlo. Algo que se encontraba muy lejos. Yo la amaba. Supongo que en tu lugar yo habría reaccionado de la misma manera. y deseaba que yo también me uniese a la Orden. Alain intervino en el segundo de silencio que siguió a las palabras de Andréi. anunciando un próximo encuentro. Pero no era David. —Aún no he comprendido bien de qué habláis –dijo Jaroslaw–. de eso estaba segura. pero yo también he perdido a mi hija. —Lo siento. Un accidente. El Gran Maestro se muere. Sentía una opresión en el corazón. Algo muy querido. —Nunca debí permitir que se marchara a la ciudad. como si algo se le estuviera escapando. una enfermedad. pero también lo era para mí. pero soy consciente. pero al mismo tiempo muy cerca. pero nunca se puede saber lo que nos guarda el destino.más. y tú también deberías serlo. o un asesinato… son fuerzas superiores a cualquier vampiro y no se pueden evitar. por más que queramos. Se la llevaron y la mataron. Jaroslaw. a la que también pertenecía mi hija. —Si tú lo has vivido. Como si estuviera a punto de perder algo para siempre. pues lo único que puede curar ese dolor es el tiempo. pero yo jamás he pensado en salir de estos campos en donde me he criado y vivido durante mis 272 . Ella me contaba historias fantásticas sobre los templarios. de lo que esto significa para nosotros y para ti. Aquella opresión la sentía en un pequeño rincón de su corazón en el que él no tenía cabida. te lo juro –le aseguró Andréi. Ambas murieron en un accidente del que yo fui uno de los escasos supervivientes. Jaroslaw. Pero fue inútil. escucha. y no hubiese querido cambiar nada de su vida. y durante años me he estado preguntando por qué tuve que salir vivo cuando había perdido todo lo que tenía en mi vida. —¡No digas eso! ¡Ella era feliz! Me quería. —Se encuentra en un mal momento –dijo Andréi–. preocupado. Se hizo un breve silencio. —No puedo hacerlo. Ése es el problema. —Que sí lo era –repitió–. fue un mafioso holandés al que nunca has podido conocer. sino nosotros. nosotros no… —No es necesario –le interrumpió Andréi–. pero acabé demostrándole que la amaba y aceptó. no lo dudes. pero estoy seguro de que no pudiste hacer nada –dijo Alain–. A su padre le dolió mucho tener que separarse de ella y no se fiaba de mí. sin mi hija. pero sí Jaroslaw hacia su hija. ¿entiendes? A mí y a David. —Pero… Jaroslaw. sea el Gran Maestro de los Templarios. Nadie sabe a dónde fue. Y no lo digo sólo por lo de Helena. y hubiese dado mi vida y la de mi mujer para que cumplieseis con vuestra misión. por lo que permanecieron juntos hasta que nos conocimos. Estoy seguro de que Dios hace sus elecciones adecuadamente. —Debemos tener paciencia. Jaroslaw se levantó. —¡No es eso! No fue él. Yo no sé si alguno de los Elegidos se ha negado en un principio. Lo siento.ciento setenta años. El objetivo no erais tú y Helena. Yo nunca me había fiado de Henryk. nunca conoció el amor. —¿Y la madre? –preguntó David. Ella y Jaroslaw nunca se casaron. No debes culparte por ello. prefirió continuar con su vida en solitario. —¿Por qué? —Cuando Helena se hizo adulta y ya no tuvo necesidad de ella. Andréi se levantó a su vez. donde aún gruñía el jabalí que había cazado. —¿Qué? –le preguntó Alain. Pero tal sacrificio no era necesario. Al parecer. Y eso fue lo que nos perdió. Sabíamos muy bien lo vitales que erais para la Orden. y debes sa273 . —Sí era necesario –dijo David. —Se marchó hace muchos años. pero todos han acabado aceptando la responsabilidad sin que nadie tuviera que obligarle. dirigiéndose hacia la cocina. pero sí que nunca más volverá. Más problemas han tenido para convencerme a mí de buscarle. Ese vampiro había ordenado matarme. en el que todos comenzaron a meditar. pero jamás pensé en él como un enemigo. Ahora me estáis pidiendo que. aunque tampoco es habitual en vampiros de estos parajes. Miró a los tres con una expresión de profundo pesar. —No puedo saber que ocurrió exactamente. Andréi. tú eres caballero de la Orden. David levantó la mano para pedir a Andréi que volviera a tomar asiento. Y sentimos haberte traído la desgracia. —Eso no es así. Tiene razón al decir que le he decepcionado. pero yo pienso así. —¿Qué hora es? –preguntó Mervat a su copiloto. indeciso. sin estar seguro de lo que hacía. Oyeron varios chillidos en la cocina. —Está bien. Espero no estar equivocado. Jaroslaw meditó durante varias horas y aceptó. Y eso también exige tiempo. Cuando acabaron. y muchas veces dudo de estar realmente preparado para servir a la Orden. Pero por ahora. me siento incapaz de continuar. —No es una calle solitaria. Acepté ser nombrado caballero en un momento en el que me encontraba asustado. Así. Me lo sé todo de memoria. He aceptado una responsabilidad. me lo pensaré –dijo–. Mervat. él aguardaba a unos doscientos metros su turno. Mientras. ¿no? —Los lunes suelen serlo a esta hora –pulsó el botón de intercomunicador–. el Elegido. decidieron partir los tres hacia isla Inocencia al día siguiente. pero no más. el último de ellos ahogado. —Poco más de las cinco. —Tienes razón. pero así lo haré. A los pocos minutos. »Estoy seguro de que cuando todo esto acabe. pero acabé aceptando con alegría el sacrificio. —Hazlo despacio y a una distancia prudente. volvió Jaroslaw con parte de la sangre del jabalí en una jarra de cristal.ber que este sacrificio era necesario. habladme detalladamente sobre todo lo que he de saber y hacer. Su horario habitual. me retiro. Calcula la velocidad para que no sospeche que has comenzado a seguirlos cuando haya arrancado. —Perfecto –dijo David–. ¿Kouba? —Sí. De eso me encargo yo. Un día tranquilo. Los cuatro bebieron mientras David le explicaba todo lo que Mervat le había enseñado. —Todo es cuestión de fe. Entonces David lo llevó a una habitación aparte para revelarle aquellos secretos de la Orden que sólo debían conocer el Misionero. Espero que Dios me ayude a poder seguir y me demuestre que no estoy en lo cierto. Pero antes de nada. —Acompañado. El único sacrificio que no vale la pena es aquel que nos lleva al pecado. Es ella –advirtió Frieda. –El conductor del tercer coche. el papa y los Grandes Maestros. También le dijo que aquellos que sólo debían conocer el Gran Maestro y el papa le serían revelados posteriormente a ser nombrado Príncipe de los Templarios por Margast. en el que iban cuatro templarios. 12 —Acércate –le ordenó Mervat al conductor del coche de Frieda a través del intercomunicador. escuchó las instrucciones del Maestro y se dirigió a la posición que le mar274 . Aunque a medida que avanzaban los días volvía a sentirme asustado de nuevo. A veces Dios exige demasiado de mí mismo. Apenas hay tráfico – comentó–. —Sí. Antes de salir me fijé en ese coche. Esperaré desde la calle Nieuwen dijk. inquieta por el continuo manejo que hacía Van Basten del ordenador de a bordo. Pudo oírse el raspar de los neumáticos con el asfalto en toda la calle. Frederick Van Basten no se había percatado de la presencia del coche que conducía Boderson y en el que iba Frieda. —¿Y éste no? –bromeó. pero no le importó. —¡Prepárate. Voy en vuestra busca. —Intenta hacerlo lo mejor posible. No puedo ver nada den… —¡Maldita sea! Cristina fue lanzada contra el respaldo. y pudo ver un coche que coincidía con la descripción unos metros atrás. Mira hacia atrás y dime si ves un BMW plateado cerca. Freddy? –preguntó Cristina. Va hacia Voorburg wal. A tramos se veía obligado a ir en dirección contraria. Es bastante bueno. Son oscuros. Los gi275 . Kouba! –le espetó Frieda–. Perfecto. Ha arrancado. Ese coche debe estar blindado. —Puede ser una casualidad. El escaso tráfico había provocado un ligero pero favorecedor cambio de planes–. —Fantástico. El coche de Boderson alcanzó una velocidad punta de noventa kilómetros por hora a través de las principales calles del centro de Ámsterdam. ¿no? —¿Cómo son los cristales del coche? ¿Te has fijado? —¿Los cristales? –La pelirroja volvió a girarse para averiguar qué quería decirle con ello–. Creo que nos siguen. Cristina lo hizo. del impulso con el que Frederick arrancó. Va hacia allí. —Perfecto. —No sé. —Seguro que es ése. Está allí. —Ha girado –anunció–. Los tres coches con los once vampiros se pusieron en marcha. —¿Mervat? –dijo Frieda desde el segundo coche–. sin descanso. Frederick aventajaba metro a metro al BMW. —¿Qué ocurre. esquivando a toda velocidad los coches que se interponían en su camino. pero el hecho es que el navegador me informa de que otro coche sigue el mismo camino que yo. pudo oírse otro ruido semejante desde varios metros más atrás. Dos segundos después.có. Los semáforos habían dejado de tener significado para ellos. Juro que en cuanto vea a ese miserable le haré tragar el polvo. Vamos a por él. sin el menor derrape. Tenía el capó y el parabrisas hundidos. Por contra. volviendo a la posición habitual. pero al pulsar un botón el cristal y el metal comenzaron a reintegrarse lentamente. que salieron corriendo en todas direcciones. dio un trompo de 180º que sorprendió a Boderson. lo que le hizo desviarse hacia un árbol grueso. Éste avisó a Mervat y se preparó a que el coche de Frederick se aproximase. —¿Qué es eso? –le preguntó Cristina. Éste tropezó con el bordillo de la acera. mientras su coche se empotraba contra él. Cuando casi habían alcanzado una velocidad de autopista en la larga recta de la avenida. Para evitar que el BMW le alcanzase. Éste fue impelido con una fuerza impresionante hacia un lado y. asombrada. La gente de la calle ya se detenía a contemplar el espectáculo. el Audi sufrió una sacudida producida por un vibrador interno y. con el que chocó. Frederick se vio obligado a detener el coche para evitar colisionar con un ómnibus que le salió al paso. —Luego te lo explico. a pesar de la profunda abolladura de la parte delantera que le había provocado el férreo blindaje del coche de Van Basten. volvió a ponerse en marcha rodeando al vehículo por la acera. impactando con la parte trasera del Audi.ros de su coche eran perfectos. En el último instante logró arrancar. El BMW se deslizó por encima del otro coche. Éste no pudo evitar la colisión. ante la sorpresa de los viandantes. haciendo astillas todos los aparatos en menos de un segundo. a veinte metros del BMW. Justo al final de la avenida había un cruce cercano al palacio Koninklijk al que Frederick se aproximaba rápidamente. como si se hubiese desprendido de las ruedas. ni siquiera al frenar. Ahora el BMW le había tomado gran ventaja de nuevo. y observó estupefacto cómo el coche del mafioso parecía hundirse. Cuando llegó allí. quedando el motor completamente inutilizado. saltos y bandazos. vio horrorizado cómo otro coche le salía al paso a más de sesenta kilómetros por hora. tras un recorrido de varios metros girando en una posición imposible. No hubo colisión. con ayuda de un movimiento especial en las ruedas del lado en el que se apoyaba. frenazos bruscos. cayó. en medio de la calzada. ¡Agárrate! —¡Allí está! –gritó uno de los vampiros del coche de Kouba. y ambos coches comenzaron a acelerar al máximo. el BMW de Boderson se comportaba con toda la normalidad de una persecución a alta velocidad: derrapes. limpios. siendo izado. esquivando lo que pretendía ser una inevitable colisión con el BMW negro. el coche de Frederick. Habían entrado en una avenida con escaso tráfico. Contra todo pronóstico. y se lanzó de nuevo hacia él. quedó sobre un costado. segundos después. en un cruce. Frederick volvió a girar y continuó a toda velocidad por la avenida. El rugido de los motores de hidrógeno comenzó a superar al volumen normal de los de gasolina. Repentinamente. Los templarios salieron y comenzaron a disparar con los subfusiles hacia 276 . al llegar cuando el ómnibus se había apartado del camino. El BMW negro de Kouba retrocedió de nuevo. y salió despedido a una velocidad impresionante hacia el escaparate de una tienda de electrodomésticos. se veía en la necesidad de evitar que el vehículo sufriese más golpes fuertes. Frederick se veía obligado a interponerse en el camino del Ferrari. en velocidad. aprovechando que no había nadie cerca del coche. Dos segundos después. Girando el volante. Hasta que. A la distancia podía oírse el tímido sonido de una sirena de policía. en la que aparecían círculos con forma de telaraña. volvió a subirse a la acera para eludir el encuentro. lo que podía desestabilizar la dirección. aun así. al acercarse a Nieuwen dijk. haciendo saltar chispas en la carrocería y en la luneta posterior. no parecía encontrarse nada bien. persona. y las abundantes bicicletas huyesen despavoridos en todas las direcciones menos hacia él. Un estallido sonó en los bajos del coche de Frederick: una rueda había reventado. realmente. el Ferrari de Mervat le salió al paso.Van Basten. rugía imponiendo su ley en toda la carretera. Además. que aún funcionaba. se había golpeado con fuerza la cara. Ni en sueños a Van Basten se le podría pasar por la cabeza que su Audi. prácticamente vacío a esas horas. Y Cristina. Kouba habló con Mervat por el intercomunicador. haciendo que perdiese ligeramente el control. Al menos. Los templarios comenzaron a dispararle. que poseía un potentísimo motor diesel. Pero Mervat se negó a dar cuartel a su rival. Un segundo empleo forzado podía provocar que los globos estallasen en pleno inflado. aunque lo afirmaba una y otra vez. pero podía continuar con normalidad. sería capaz de vencer a aquel Ferrari. La gran avenida conducía directamente a la pequeña bahía donde se encontraba aquel lugar. El airbag lateral había impedido justo a tiempo que Cristina se hubiese golpeado aún más seriamente la cabeza pero. por lo que se dirigió hacia el puerto junto a la estación de De Ruitjer kade. ya que los airbags eran de un sólo uso. sonrió Frederick. y corrió hacia un lugar seguro donde no pudiesen ser encontrados por la policía. Por otra parte. cuyas sirenas comenzaban a oírse en la lejanía. que apenas le permitía hacerse escuchar aquel fragor. Él y los otros dos vampiros que iban en el Ferrari sacaron sus impresionantes rifles de alta precisión y comenzaron a disparar. pero ninguna bala logró penetrar el duro metal y cristal de su coche. Una y otra vez. que amenazaban desprenderse en cualquier momento si llegaban a recibir otro impacto de bala. a pesar del riesgo que corría si se producía una colisión con aquel mastodonte. El Ferrari. Esta vez Frederick tenía que dar lo máximo de sí. para evitar que el Ferrari le golpease por detrás. lo que no les convenía a semejantes velocidades de hinchado. mientras trataba de convencerse de que Cristina se encontraba bien ya que. Nada bien. haciendo que cualquier automóvil. la 277 . Frederick juró vengarse de los que habían hecho eso. Frederick huía por la Nieuwezijds Voorburgwal. En ese mismo momento se le ocurrió una idea. él se había hecho daño en una pierna. en la que se le veían manchas de sangre. por muy mejorado que hubiese estado. pisando a fondo el acelerador. y emprendieron una nueva persecución. comenzando a saborear la víspera de su triunfo. a quince metros de ellos. Mervat sonrió. activó un dispositivo de tracción lateral. completamente furioso y haciendo rugir los quinientos caballos como nunca había hecho. No tenía escapatoria. sino también cómo los neumáticos volvían a hincharse en décimas y sin mostrar la menor deformación o desperfecto. Dentro. Cristina comenzó a vomitar descontroladamente. que al ser tan de refilón. que se aproximaba como una exhalación hacia él. corrió hacia el coche de Frederick con toda la velocidad de que eran capaces sus piernas y usó el Arte para realizar un salto de diez metros y adherirse al techo de éste justo en el momento en que volvía a arrancar precipitadamente. que permitía girar una sola rueda con toda la potencia del motor. Quedó colgando inestablemente con dos ruedas al aire al borde del muelle. Los tres saltaron fuera del coche instantes antes de que el motor de éste estallara. Al llegar a la explanada del puerto. Cuando Frederick alcanzó el puerto. Mervat rugió de rabia al ver cómo perdía el mejor automóvil que había poseído nunca. y salía humo de ella. consiguiendo un frenado perfecto y un giro completo que le dejó frente al Ferrari. Toda la parte frontolateral izquierda del coche había quedado completamente destrozada. Sin embargo. El Ferrari lo arrollaría con una potencia exorbitante y ellos serían aplastados por aquella mole. El coche de Frederick. pero el Ferrari perdió la barra de transmisión delantera y salió descontrolado.otra rueda trasera estalló. Frederick aceleró superando los doscientos cincuenta kilómetros por hora hasta cerca del límite del puerto. —¡Salid! –ordenó Mervat. comenzaba a recuperarse de la colisión. al igual que Mervat con su Ferrari. quedó sin aliento al comprobar cómo no sólo el cristal recuperaba su forma original en cuestión de segundos. impidiéndole ver como su coche se dirigía hacia el mar. Girándose. que debido a su mayor tamaño sería el indiscutible vencedor de aquella justa. Los otros dos vampiros se apresuraron a disparar de nuevo contra los neumá278 . al igual que los otros dos vampiros. El coche realizó un donut que desconcertó a Mervat y desvió el Ferrari justo cuando iba a impactar contra él. dejando al coche completamente desvalido. Mervat abrió los ojos cuando el airbag se desinfló y regresó al compartimento del volante. había conseguido salir del enfrentamiento con el motor intacto. mientras Frederick sangraba copiosamente por la pierna. provocando finalmente su caída al mar. Éste fue en un extremo trasero respecto del coche de Frederick y en diagonal respecto del de Mervat. Sin embargo. Mervat había quedado aturdido por el golpe contra el airbag. había superado con creces la velocidad máxima permitida en cualquier lugar de Europa. La inercia del choque hizo girar alocadamente varias veces al Audi. junto al mar. donde activó los controles de tracción. patinando a gran velocidad en dirección al muelle. 279 . hizo que ésta se abriese bruscamente. —¡Vas a morir! –le gritó. Venció Mervat. regresando a su asiento. Al verse libre. Mervat –le interrumpió Toranks–. mientras las venas de sus cuellos se hinchaban hasta enrojecer. pero éstos se regeneraban inexplicablemente una y otra vez a los pocos segundos de reventar. y agarró del cuello a Frederick. El príncipe ha muerto. Esto le permitió volver a arrancar y escapar de los cada vez más cercanos disparos de los dos templarios que corrían hacia ellos. la tensión se elevaba. —Lo he perdido… ¡Lo he perdido! –Mervat gritaba con furia a pesar de los golpes que había recibido. bajó la cabeza hacia la ventanilla para usar con todas sus fuerzas el Arte contra Frederick. De varios puñetazos con una fuerza brutal. clamó al cielo pronunciando el solemne juramento de que jamás descansaría hasta haber hecho desaparecer de la faz de la Tierra a Frederick Van Basten. No te he llamado para eso. destrozó el cristal blindado de la ventanilla. encima de Cristina. Escucha. Mervat ya estaba a su lado. Mervat bajó el auricular. Ambos comenzaron a gritar. Lo siento.ticos. Frederick perdía sangre por la pierna. Frederick usó el pañuelo que Cristina llevaba en el cuello para hacerse un torniquete y. el vehículo se detuvo progresivamente tras un recorrido de algo más de cien metros. mientras apretaba con todas sus fuerzas. En ese tiempo. Sin embargo. Hemos perdido los tres coches y un fusil y no podremos… —No vale la pena. 13 —He fallado. impulsado por la fuerza. —¡Mervat! ¿Te encuentras bien? –le preguntó uno de ellos al llegar junto a él. que permanecía tumbado en el suelo y jadeando. de una patada con la pierna sana. cayó hacia un lado. golpeando a Mervat y lanzándolo a seis metros de distancia. que ya estaba bastante dañado. Potentes estallidos de energía chocaban intentando hacer que Mervat cayese o que Frederick perdiera el control del volante. Mervat conseguía mantenerse en el techo con dificultad pero. soltó el seguro de la puerta y. Al no tener ya el control del volante y los pedales. Su alma caía a un abismo. Frederick golpeó el brazo de Mervat hasta que éste le desasió. que se había desmayado. trató de arrancar de nuevo. impidiendo aumentar el flujo en su cerebro por lo que. agarrándose al borde de éste. el corazón latía con fuerza. —¡No! –exclamó. Los pensamientos se le agolpaban en la mente. Levantándose. pero no puedes pedirme que me olvide de Van Basten. No dudo que logrará encontrar al príncipe en esos dos días. —No debes cerrar de nuevo la central de telecomunicaciones. —Sí existe –aseguró–. pues estamos trabajando contrarreloj. Nadie sabía cómo. Así lo haré. Lo llamaré ahora mismo. y no podemos tomar todas las decisiones nosotros dos solos. puedo colocar cerca de él un aparato que crea interferencias a cualquier móvil en su apartamento y en su despacho de la oficina. pues Van Basten ya sabía que había sobrevivido a la explosión del avión y estaba vivo. —Se dará cuenta. Ya sabes lo que tienes que hacer. Ten paciencia. Toranks. y la estadística nos favorece. —Indudablemente. Estoy completamente seguro de que el traidor es una sola persona. Sabes lo mucho que esto nos perjudicaría. —Mervat. —Dios te oiga. Además. especialmente en Varsovia. dudo de que el culpable use la terminal de telecomunicaciones para contactar con Frederick. Y lo sabes. Es necesario contar con ellos.—No puede ser… –Volvió a llevarse el auricular a la oreja. Incluso es posible que desenmascaren al culpable por eliminación. —Alguien de la asamblea. No es conveniente. He hecho un juramento. y no puedo dejarle vivo. —No la disuelvas. No le quedan demasiados lugares importantes por visitar en Europa. No es una buena idea. Todos deben saber lo que está ocurriendo. Mervat. Sólo eso. Mervat. Yo impediré que Van Basten pueda hacer nada. Olvídate de momento de Van Basten y guía a David. —No existe otra manera. —No hay teléfonos móviles en la isla. Esperemos que no tenga que empezar a dar la vuelta al mundo. —Sí lo es –afirmó–. 280 . haciéndole partícipe del convencimiento de que era absolutamente necesario acabar con Van Basten antes de que volviese a ocurrir algo grave. Aunque logre darse cuenta de que tratamos de interferirle. Esto logrará dar un respiro de un par de días a David. —Lo haré. Toranks se había confiado demasiado al reabrir la central de telecomunicaciones tras la llegada de David. y necesitamos una acción coordinada. continuando con su persecución. Y es muy importante que esto sea así. —Muy bien. y sabotearé las líneas de su apartamento. Lo dudo mucho. Habla con David para explicarle tu plan y pídele que aproveche al máximo la tregua que vas a concederle. no podrá saber cuándo recibe llamadas y cuándo no. sí lo hay. La telefonía móvil. Y lo tenía constantemente localizado. Lo acosaré sin cesar. Quedará incomunicado al no recibir las llamadas del supuesto traidor de la isla. Además. Aunque no creo que haya más de uno. A continuación le relató los acontecimientos que habían tenido lugar desde que David salió de la isla. Había pasado el día en la casa de campo de Jaroslaw. Es un teléfono portátil. David. en un tono informal–. ¿qué es eso tan importante que tienes que decir? —El príncipe Margast ha muerto hace unas horas. y sólo pensaba en traer al Elegido y hacer que lo nombrasen príncipe. ¿Mervat? ¿Qué tal? —Muy mal. Ya no sería posible su nombramiento a manos del ya difunto Margast. y estaban a punto de partir hacia el aeropuerto de Varsovia en el coche de Andréi. David le contó cómo lo había encontrado. —Lo… Lo ha… —Encontrado. consciente de lo que había ocurrido en la más famosa (y larga) de ellas. no habrá de temer nada de él. ¿Una alarma? —No –rió David–. pero debe aprovechar esta tregua al máximo. Voy a detener a Frederick durante dos días. ¡Está aquí! Hubo cinco segundos de profundo silencio.—¿Qué es eso? –preguntó Jaroslaw. Desde este mismo momento estamos condenados. sobresaltado–. ¿Dónde está? —En Varsovia. siendo interrumpidos justo en aquel instante por la llamada–. ¡Está jodido! —¿Cómo? ¿Qué está diciendo? ¿Qué sabe usted de esto? —Que el príncipe no está muerto. puedes olvidarlo. —No creo que sea necesario. Encontrado. —Ya ves. hasta el punto de que se olvidó por completo de Van Basten y el traidor de la isla. Sí. Mervat. por lo que habían aprovechado para hablar largamente. David rió. Mervat tardó en asimilar la noticia. por lo que un escalofrío estremeció a Mervat. Pero el príncipe había muerto sin abdicar. Aquella situación se había dado en otras ocasiones en la Historia. –David sacó el móvil. 281 . Ese tipo ha perdido. ¡No me lo puedo creer! —Voy muy en serio. ¿Qué ocurre? —No se puede llegar a imaginar lo que ha ocurrido. Es Mervat. —Tú tampoco. pero di. debido a la gran tensión acumulada de aquellos días. Apenas habían dormido. —Es… Es la primera noticia buena que recibo desde que comenzó todo esto. y cómo éste había aceptado tras numerosas dudas. En ese tiempo. en mitad de un bosque oscuro y lóbrego. Acabo de hablar con Toranks. —¿Portátil? —Así es. —¿En serio? –preguntó. Le ruego que salga rápidamente hacia Praga y continúe con la búsqueda. Además. Ya tenemos al Elegido. Nunca se sabe. y a él nadie nos lo puede robar. Toranks se encargará de que así sea. —El papa ha suspendido todos sus actos oficiales desde hace casi un mes. cerca del Vaticano. que tiene su sede en Castelgandolfo. que si hubiese fracasado en tales sitios habría tenido que salir forzosamente del continente. Juan XXII. —No seas tan trágico. la máxima autoridad junto al príncipe. a veces meses después de éste. Se encuentra enfermo. Toulouse y Portugal habían quedado definitivamente tachadas en la lista de destinos europeos de la concluida misión de David. Así se había hecho tras la muerte de Jacques de Molay. le abrirán todas las puertas que sean necesarias. Rumania. —¿Templarios? —Así es. Uno de ellos es el Gran Maestro de la comunidad templaria de Roma. Esperemos que sea benigno. Viena. Praga. id a Roma con Jaroslaw y pedid audiencia al papa en nombre del príncipe Margast. No diga ‘el Príncipe de los Templarios’. —Pues lo tenemos crudo. Maestro –dijo David. Todo saldrá bien. alojaos en el hotel Augusto Imperatore. y yo diría que casi tanto como lo estaba Margast. Él sabrá cómo hacerlo. ¿Algo más? —Cuídase. por tanto. sólo que acude en nombre del príncipe Margast. sino sólo ‘príncipe’. En caso contrario. —¿Por qué? –preguntó. —Nadie sabe cuál es el destino que Dios nos tiene reservado. Venecia. —Perfecto. no tiene por qué. abdicase en su nombre. —¡Dios mío! Si muere antes de que consigamos nombrar a Jaroslaw la historia volverá a repetirse. Pronuncia este nombre allá donde vayáis. pues en una ciudad como Roma las túnicas con cruces bordadas tampoco son demasiado llamativas y las llevan libremente. perdiendo repentinamente y por anticipado toda esperanza. »Así pues. al que llegarán tres enviados especiales que tienen plena libertad para entrar y salir del palacio. siendo el papa que nombró príncipe al Elegido el sucesor del fallecido Clemente V. Ellos conseguirán conduciros hasta el papa. —Nos vemos.La única solución era. Normalmente el papa sólo bendecía al nuevo príncipe tras su nombramiento. En su nombre. Lo reconocerá por el atuendo. Pero en históricos casos excepcionales como aquél se contemplaba la posibilidad de que el papa. Ahora debía conseguir que Jaroslaw fuese definitiva y oficial282 . no lo olvide. David apuntó todos los datos que Mervat le había dado en el cuadernillo. —No te preocupes. el nombramiento a manos del papa en la Basílica de San Pedro del Vaticano. No explique los motivos de su presencia allí. No creo que le resulte demasiado difícil si el papa se encuentra en condiciones para recibirle y hacer el nombramiento. provocado por el choque lateral que sufrió por parte de aquel BMW negro. No sabía si era por el golpe o por la realidad de que no sabía quiénes eran aquellos vampiros que habían intentado matarle. Cristina continuaba inconsciente. En todo caso. Además. pero en la cabeza notaba un profundo dolor lancinante que le impedía pensar con claridad. sin poder evitarlo. limpió sus heridas y las de ella. Aún no comprendía cómo había resistido tanto tiempo el almuerzo en su estómago con los brutales golpes que había recibido desde el exterior del coche. él creía haberse roto la tibia. Mientras tanto. Aquellos vampiros lamentarían durante toda la eternidad haberse enfrentado a él. como pudo comprobar al tocar la hinchazón que se le había producido justo debajo del lugar donde se le había producido la hemorragia. Por su parte. Había vomitado en todo el asiento.mente nombrado Príncipe de los Templarios a manos del papa antes de que los vampiros comenzasen a morir. aquello era lo que menos le importaba. vomitó en una papelera que tenía junto a él. tenía el hombro destrozado y en carne viva. estremeciéndose a cada paso con su pierna herida. la llevó a su habitación y llamó a su médico privado para que acudiese cuanto antes. tras lo cual cayó extenuada por la gran pérdida de líquidos que había sufrido entre el vómito y la sangre. Pudo observar un traumatismo en la cabeza de Cristina. jadeando de dolor. no lograba comprender. Rápidamente. De lo que estaba completamente seguro era que se vengaría. ¿Quién demonios era aquel demente que había estado a punto de ahogarle con una mano que parecía estar hecha de acero? Tocándose la garganta. 14 Frederick entró en el garaje de su apartamento. pudo comprobar en forma de dolor los efectos que aquel intento de estrangulamiento le habían producido. despertando un dolor atroz que tardaba en volver a desaparecer. pero sospechaba que algo había ocurrido en su pierna que su organismo de vampiro no conseguía reparar por sí sólo. se hundía la piel como si en su interior conservara aire. —Ha sufrido un traumatismo craneo-encefálico grave –le reveló el médico al llegar–. y estaba preocupado por ella. Por más que pensaba una y otra vez. Frederick salió del coche y lo rodeó para coger en brazos a la chica. pero en aquel momento no pensaba en ello. Inexplicablemente. Al presionar. El impacto con el Ferrari le había producido una conmoción cerebral que le impedía recordar con detalle los acontecimientos que habían tenido lugar desde la salida. La herida se había cerrado. Su cerebro es uno de los pocos órganos que no se modifican en un me283 . Podía haberse roto algún hueso. aunque no tenía ninguna otra herida de consideración. No tenía sangre. Frederick sintió náuseas al experimentar aquella cruel sensación y. considerando que él sabía que eran vampiros. Un juego a dos bandas del cual sólo uno podía salir vencedor. pero los tres coches habían quedado destrozados y abandonados. En menos de seis horas. trataba de explicarse lo que había ocurrido. no conseguía encontrar una explicación. —¿Cuál es? –le instó Frederick–. junto a la cabecera.dio vampiro. se dio cuenta de que aquello se estaba convirtiendo en un juego no sólo demasiado difícil. que instaló a toda prisa en la misma habitación de Cristina. —¡No podemos hacerlo! –atajó Frederick–. Parecían haber sido tragados por la tierra. Ninguno de ellos había muerto en los provocados accidentes. a pesar de haber recuperado la consciencia. —Bueno. Al día siguiente. Mientras tanto. aún no había retomado la recta final de su ya segura recuperación. cuando su aliado le haría la llamada en la que le revelaría los nuevos informes sobre el estado de la misión. aun con varias vendas en la cabeza. Esperó impaciente sin separarse un momento de Cristina que. Frederick adquirió urgentemente el equipo completo. —¡No voy a arriesgarme! Quiero verla curada por completo. —Así lo haré –aseguró. ya que la cita para la comunicación era aquella misma noche. Frederick. Desde entonces no había recibido noticias del paradero del Misionero. Cristina ya se encontraba conectada a varios aparatos de oxigenación. Aunque es bastante cara y complicada. ni los agentes de Frederick. pero aquello no le extrañó. En aquel momento. —Si es privado. y se lo traeré! —Necesito un equipo completo de cuidados intensivos. pudo saber que habían sido once templarios. Y cuanto antes. pero eso complicaría enormemente su recuperación. sino peligroso. ni la policía. uno de sus mejores intermediarios en el tráfico de armas a Oriente Medio. decidió pasar directamente a la acción. Es necesario internarla en la unidad de cuidados intensivos de algún hospital cuanto antes o no creo que logre recuperarse. Como no se había fracturado la tibia y. diez agentes fuertemente armados se apostaban en las inmediaciones del apartamento para prevenir cualquier posible ataque por parte de los aún vivos templarios. pierna y hombro. podemos exigir que se abstengan de hacerlo. 15 284 . todavía existe una alternativa. seroterapia y cuidados intensivos. En tan sólo dos horas desde el diagnóstico del médico. que instalaré aquí mismo. ¡Pídame lo que sea. Nadie lograba encontrar a los autores de aquella catástrofe. En cualquier hospital le realizarían toda clase de análisis que revelarían su naturaleza. Ya había recibido la noticia de la muerte y fracaso de Henryk en Varsovia. David bajó la cabeza. sobre todo una que le impide exponerse a la luz solar sin sufrir graves quemaduras. claro. no es demasiado complicado. Frusler me lo explicó todo. si lo hace. no logran darse cuenta de ninguna forma de las diferencias entre nosotros y los vampiroides. —¿Crees que me dejará que lo haga? –preguntó David. Aunque los vampiros pueden llegar a distinguir entre un verdadero vampiro y quien no lo es. —Nunca creí que pudiesen existir ese tipo de vampiros –dijo Jaroslaw–. Aunque no sé que consecuencia puede traer si algún día decidiésemos tomar esa decisión y tener hijos. pues es omnívoro y capaz de desarrollar el Arte al mismo tiempo. 285 . —Claro. Si ella hubiese sido la medio vampira. Es decir. pero. como ocurre al cruzar un asno y una yegua. No siempre nace un niño. pues casi siempre acaba en aborto. pero también ocurre lo mismo cuando el padre es un medio vampiro y la madre vampira. por ejemplo. —¿Qué ocurre. no los conocen. al poco tiempo del embarazo. Lo siento. —Entiendo. siempre podría hacerse morder por un vampiro y transformarse en medio vampira. y apenas se nos diferencian de nosotros a simple vista. —¿Y en nuestro caso? Alain lo miró con una expresión de resignación. siendo medio vampiro. pero no es lo mismo si uno de ellos es un medio vampiro. A veces nace un vampiroide. asintiendo pero con grave pesar. como dice Jaroslaw. en cambio –dijo Alain–. hubiera concebido un humano natural que. siempre me han llamado así. un vampiro con algunas características humanas incapaz a su vez de reproducirse. —Bueno. —Claro que. —Entre un vampiro y una medio vampira raramente se puede concebir. independientemente de que el padre fuese humano o medio vampiro. —Yo sí. entonces? –preguntó. suele nacer con patologías o enfermedades. Quiero decir. Un vampiro y un humano nunca pueden tener hijos entre ellos. No es lo mismo que medio vampiro. Nunca conocí a uno.—¿Con Victoria? ¿Vas a casarte con ella? –le preguntó Alain. Normalmente nos llaman así porque los verdaderos vampiroides son muy raros. Frusler me lo presentó. Pero después de todo esto estoy más seguro que nunca que la quiero. O. Nacería con buena salud pero. —Frusler me advirtió que cualquier intento de tener yo un hijo con una humana acabaría en aborto. —No. —Siempre he creído que yo era un vampiroide –dijo David–. pero a veces el feto logra desarrollarse y nace un vampiroide. no es eso –dijo David–. al entrar en contacto con el plasma materno. Sí es cierto que son escasos y raros de concebir. se transformaría a su vez en medio vampiro. Nada de lo que le había ocurrido tenía la menor explicación. No habrá nadie. y caminó hacia la catedral. Sólo Alain y David la pidieron. inmerso. no sólo por el Sol. Habían entrado desde la Via della Conciliazione a la plaza de San Pedro. era el suyo. Luchar por sobrevivir. pero éste apenas la probó en todo el viaje en avión. Y durante mucho tiempo no lograría comprender. y una inmensa postal se mostraba ante sus ojos. pues sólo jamás conseguiría vencer en aquella batalla que se estaba convirtiendo en la más importante de su vida: la batalla por encontrarse a sí mismo. Nosotros no transformamos a nadie. —No creo –fue lo único que dijo. fuentes… Su nombre de Ciudad Eterna se hacía más evidente a medida que uno penetraba en su historia y sus monumentos. cuyo territorio se encontraba prácticamente desierto en aquellas horas. No nos conviene en absoluto venir aquí en pleno día.—Tú no. se sentía incapaz de luchar por comprender. yo creo que… deberíamos… —No perdemos nada por intentarlo –le interrumpió David al francés–. Sintió miedo. llena de historia. En aquel momento los tres viajeros se preparaban a entrar en el estado de la Ciudad del Vaticano. Aún eran frecuentes las motocicletas Vespa con sus grandes briseras de cristal y los coches de época. A mitad de camino. Si no lo conseguimos. En la mayor soledad. Si no en sus calles. los cines al aire libre… Todo en ella hacía a uno sentirse transportado a otra época. pudieron observar cómo a la izquierda del pórtico de la 286 . Un caos en el que él. Sabía que necesitaba ayuda. David miró a la azafata. Una imagen iluminada por grandes y potentes focos que realzaban la belleza del conjunto artístico. en sus grandiosas ruinas romanas: circos. a difundir la noticia de que unos desconocidos desean hablar con el papa. Era consciente de que su vida había cambiado radicalmente tanto en aquel momento como para el resto de su vida. Ésa es otra de nuestras diferencias con los vampiros y vampiroides. Un universo para el cual no estaba preparado. Es mejor pedir audiencia ahora. por más que se negase a admitir. Se les había acercado por si querían algo para la cena. en un mundo y un destino que no le correspondían. Cada vez se sentía más derrotado. Mucho miedo. las calles de color uniforme. y cada vez se le acumulaban más y más dudas que hacían que todo se transformara en un caos. La de comprender que aquel mundo. que recordaba a las grandes urbes de mediados del siglo pasado. —Es tarde. Debe hacerlo un vampiro. esta misma noche irán los templarios en nuestra busca. templos. Roma era una ciudad fascinante. —Bueno. y volver cuando llegue la mañana. se vería en la terrible disyuntiva de escoger entre su naturaleza humana o la vampira. Hasta el último momento. Pero más que por ello. daba escasas esperanzas sobre una próxima recuperación. —David. —Puedes pasar. Elección de la cual dependía su condición. resultaban intimidantes en aquel ambiente. —Venimos en nombre de Margast –se apresuró a decir David en un trabajado italiano–. Con su llamativo uniforme tricolor y su característica boina negra. pregunte y verá como le confirman que nos esperan.fachada. y vieron que había una oficina de correos y telégrafos y un local con terminales de red. su destino. que era la entrada principal al palacio. Ninguno de ellos les interesaba. pero era el único lugar donde aún había gente. Tras unos breves minutos. el médico del pontífice. Allí se apostaban dos guardias suizos armados. —¿Cuál es tu nombre? –preguntó. 287 . —¿Quién has dicho? –preguntó el otro. Jamás en su vida hubiera podido imaginarse semejante ofrecimiento. Ninguno de ellos mostró la menor señal de impedir el paso a los tres recién llegados. con sus expresiones imperturbables como la de una máscara. —¿Estáis locos? –dijo uno de ellos–. Ambos guardias se miraron mutuamente. regresó con una inaudita actitud. Aquí nadie puede atenderos. en ningún momento mencionaba la trágica posibilidad de que su muerte se encontrase próxima. Su vida. A pesar del tono severo del periódico. fue por el hecho de la larga y aburrida inactividad a la que se veían abocados el que uno de los guardias suizos se dirigiese a consultar aquella extraña petición. Quedó sin aliento. en un corredor. normalmente reservado pero optimista. Tal como le había anunciado Hernando. para más inri. Y sufrirlo. David rezó en silencio para que les dispensaran un mínimo de credibilidad. Los tres salieron al exterior para dirigirse al corredor de Bernini. el papa no había salido de la Ciudad del Vaticano. —Vamos inmediatamente –les instó. Por primera vez en mucho tiempo. por lo que se decidieron a entrar para informarse de la situación en aquel momento. había varias oficinas abiertas. Por favor. Además. sintió el serio temor de que estaban a punto de fracasar más de siete siglos de historia. desde el cual se accedía a la puerta de bronce. Hemos de pedir audiencia al papa. Las noticias no eran nada halagüeñas. Los tres se acercaron para ver de qué se trataba. y él estaría vivo para verlo. y apenas concedía audiencias u oficiaba misas. su verdad. —Margast. En el local se conectaron a través de Internet a la página del periódico local: L’osservatore romano. Desde hacía casi un mes. llegando al patio de San Dámaso. ¿podré conseguir esa audiencia? —De momento. Espero que sea real. como el secretario de Estado y otros miembros de la Curia Romana. —Claro que sí –le aseguró. y la situación se encuentra aún delicada en el país. y David la estrechó–. hace un rato me ha dado la noticia de la aparición de su sucesor. con una expresión festiva. Además. Me han informado hace apenas unos minutos de tu llegada. al final del cual había una puerta cerrada que conducía a un despacho. lateral. Me llamo Giancarlo Casanova. estamos parcialmente al tanto de lo ocurrido en el seno de la Orden. El guardia suizo le condujo hacia una gran puerta que conducía a un largo e impresionante pasillo decorado con grandes frescos y filigranas repartidos por todos las columnas e intercolumnios. por supuesto. vicario del secretario ecuménico –El vicario le ofreció la mano. no sólo el papa tiene conocimiento de la existencia de la Orden Templaria y de lo que es realmente. —Entonces. Me ha informado el Maestro lugarteniente del reciente fallecimiento del Príncipe de los Templarios. Ambos se sentaron frente a frente. amplio y despejado. —¿Eres David Claraval? –le interrogó en latín. giraron hacia un pasillo menor. al intentar hacer lo propio Alain y Jaroslaw. —La pasada madrugada lo reconocí. desde el cual se accedía a diferentes dependencias del palacio del Vaticano. ¿comprendes? —Sí. Esto es competencia del Maestro de Cámara y. Al ver la sorprendida expresión del español. Éste se encuentra descansando. con austeridad–. A una determinada altura. les impidieron el paso. de lo que él mismo ha tenido conocimiento hace tan sólo unas horas. sé lo que es. Allí se encontraba sentado tras un escritorio un anciano sacerdote que. aún no lo sé. Yo carezco de competencia al caso. y todo ha transcurrido muy rápido. sino además una parte de sus colaboradores. Ambos cruzaron la puerta de bronce. También han sido unos días muy angustiosos para la Congregación. del médico. —¿No se puede mandar un mensaje directamente al papa? 288 .Pasar… David entró seguido por el guardia suizo pero. Llegas al justo tiempo. pues es un secreto a voces la brevedad de los días de nuestro Pontífice. le recibió con amabilidad invitándole al asiento. Es necesario contar con la aprobación por parte de alguien más influyente. mientras el guardia suizo quedó a la expectativa junto a la puerta. Aún no sé cómo estoy aquí. que haga ver la suma importancia que tiene dicha audiencia y el posterior e inminente nombramiento. Éste asintió–. Sin embargo. —Entonces puedes hablar abiertamente de cualquier cuestión que surja sobre la misma. Han sido unos días muy tensos. —Sólo él –fue lo único que dijo el otro guardia. explicó: —David. Deberás perdonarme el no haber permitido entrar más que a ti.—Es posible pero. Y en absoluto puedo permitir que se nos vaya. Tras una noche llena de significado. y si todas las solicitudes y actos oficiales llegaran a su conocimiento. vivo en una aldea cercana a Lodz. Tenemos habitaciones a vuestra disposición en el palacio si os place. Supongo que sabrá por qué. Desgraciadamente. en todo caso. ¿De dónde procede usted? —De Polonia. visiblemente emocionado–. el representante de un alto personaje del país – le explicó David en un inglés más fluido–. —¿Su nombre? –le preguntó Giancarlo en un inglés medio que en absoluto era su idioma habitual en los grandes concilios ecuménicos donde existía mayoría italiana. Tanto el médico como el secretario de Estado y el Maestro de Cámara limitan al máximo el número de mensajes. podéis alojaros donde deseéis. lo que el vicario consideró acertado. hispana y francesa. —Por supuesto que lo sé. Obviamente. 289 . pero aún no estaba muy seguro de vuestra identidad y de estos acontecimientos tan trágicos y repentinos. nadie duda que los atendería. David resolvió regresar al hotel Augusto Imperatore y aguardar la llegada de los templarios. y pocos conocen su significado. al que también permitió hacer pasar. Mientras tanto. David le advirtió que otro compañero esperaba junto a él. en contra de sus deseos. de ahí esa limitación. —Él es Giancarlo Casanova. Todos somos conscientes de que es un hombre con una gran voluntad. —Jaroslaw –se presentó. que le atendió su petición de hacer pasar al príncipe. peticiones de audiencias. no es demasiado urgente. éste ataviado con los mejores trapos que había podido hallar en su rústica casa. de actos oficiales o cualquier otra cosa que pueda agotarle. puesto que nunca se ha realizado un acto de nombramiento de un príncipe desde hace siglos. El vicario hizo una señal al guardia suizo. Él nos hará llegar al papa. —En realidad. pues los demás comprendían muy bien el significado de aquella señal. Alain y Jaroslaw. formaban una extraña pareja que sólo en común poseían su extraño y potente brillo en los ojos que. Para ello puedo tardar un tiempo. siempre que el papa esté ahí. haré lo que esté en mis manos. Y no resulta conveniente. que les ayudarían a reducir el tiempo de espera para lograr la audiencia. nuestro Sumo Pontífice se encuentra totalmente a merced de las decisiones de los demás. —El honor es mío –dijo. éste era sólo el punto de vista de los desconcertados guardias suizos. —Es un honor –dijo Jaroslaw. Para llegar a él es necesario calificar esa audiencia y el acto del nombramiento como de suma urgencia y necesidad. a pesar de su precario estado. si el sentido común no lo negase. En todo caso. se hubiese podido pensar que emanaban luz. Los radares detectarían cualquier objeto móvil en un radio de doscientos kilómetros por aire. y perderé temporalmente el cargo. Son demasiados. al igual que cualquier otro. ellos ignoraban que se trataba también de vampiros. tendría que sabotear los radares cinco minutos antes de vuestra llegada y desviar la atención de la mayoría de los vigilantes. —¿Cuántos agentes podría introducir en la isla en tres días? —No estoy seguro. Es probable que en menos de una semana hayan regresado con el Elegido convertido en el nuevo príncipe. si llegan a descubrirme. pero no es el número lo importante. por sonar. Además. Partieron entonces hacia el hotel pocas horas antes del amanecer. además de introducirlos clandestinamente en la isla. tiene pleno derecho de renovar los cargos de cualquier Maestro. 16 —Un momento. ¿no es así? 290 . —¿No existen ángulos muertos? —En absoluto. Son radares de ondas electromagnéticas de baja frecuencia. Además. puedo proporcionarle hasta unos treinta agentes en menos de tres días. habría de consolidarlos en su puesto sin despertar demasiadas sospechas. Para entonces deberé escapar de la isla. Todo ello requiere su tiempo. ¿cómo van a entrar en la isla? —Muy sencillo. treinta a nivel del mar y unos cinco submarinos. ante la mirada sorprendida de los guardias suizos. Habría de sustituirlos por varios de sus enviados y. y habremos perdido cualquier posibilidad de saquear la cámara del tesoro. que no lograban comprender cómo tres recién llegados eran recibidos a tan intempestivas horas. entonces. —Aún tenemos cinco días –le recordó el holandés. Y. en las que dejaría libre el paso desde la cámara al mar. Y el círculo se cierra progresivamente en torno a mí. para que sus barcos recojan el cargamento. Éste. que en ningún caso me apoyarían. sino el acceso. Han trabajado exhaustivamente en el diseño de los aparatos desde su invención por nuestros científicos a finales de los años veinte. —Me resulta completamente imposible organizar el robo en tan poco tiempo. ¿Qué quiere decir con eso? ¿Piensa llamarlo “fracaso”? —Yo no diría así. Sólo quiero decir que a partir de este mismo momento ya nada depende de nosotros. Como mínimo necesitaría dos semanas. un momento –le interrumpió Frederick–. Dentro de poco llegaré a ser uno de los principales sospechosos. Y probablemente de forma definitiva.ya que conocía a aquellos tres templarios de renombre pertenecientes a la Curia Romana. —Imposible. —Bien. aunque solían hacer pasar a otro tipo de gente no tan desconocida. 5 Radar Absorbent Material (material absorbente al radar): material que dispersa y absorbe casi la totalidad de la energía radar recibida mediante recubrimientos especiales anecoicos con ese nombre. haciéndolos completamente invisibles a éstos. aviones y lanchas torpederas sin un auténtico ejército de escolta. —Comprendo.—Exacto. Frederick colgó. —Buena opción. organizaremos la estrategia antes de la misma noche. pero sí ha podido ser investigado como lo que se llama tecnología sthealt. —Perfecto. En todo caso. 291 . Nunca el secreto de ese material se ha revelado a otros estados. —Desde hace tiempo. con formas adecuadas para absorber al máximo la radiación emitida por los radares. que accedan por la zona sur. como la resina epoxi de grafito. unos cinco días son completamente insuficientes. —Prepare el ataque. sería imposible sacar el material si no realizamos un ataque directo a la isla apoyado desde el interior. Hasta ahora he exportado varios bombarderos y lanchas rápidas recubiertas de ese material. —Lo tendré en cuenta. a unos dos kilómetros hacia el sudeste siguiendo la costa desde el acceso principal de la bahía de los acantilados. Hablaremos algo más tarde de esa misma hora. Se usan para el desembarco y el abordaje. y es lo que he pensado utilizar para acceder a la isla. Le recuerdo que. A las tres de la madrugada. —Tendrá ese ataque. Deberá estar listo en menos de cinco días. la existencia de un material especial altamente secreto llamado RAM5. En este momento no poseo ningún avión. pero sí dos de estas lanchas. En ellas pueden viajar treinta vampiros en total. La victoria se encontraba cerca. entre otros altamente secretos. Hace unos años mis laboratorios lograron reproducir el material usando una muestra desgastada de esos aviones que me proporcionó un contacto en la base aérea norteamericana de Andersen. para organizar la estrategia. Resultaría imposible resistir una embestida de sus helicópteros. En tal caso. —Las lanchas nunca deberán superar la velocidad de seis nudos por hora. se ha ido utilizando en unos bombarderos americanos llamados B–2. ¿De qué tipo son las lanchas? —Son lanchas rápidas cubiertas tipo CMB-11. pues el ataque de la isla es tan peligroso como su defensa. En función de los acontecimientos. Las embarcaciones de transporte deberán ser veloces y resistentes. —Tendrá lo suficiente. pero puedo adelantarle que deberá ser un ataque semidefensivo rápido cubriendo una retirada. o los receptores de sonar los detectarán. Las lanchas llegarán en la noche de mañana. Una sonrisa surcaba su rostro. aun así. —Muy bien. Sus ojos rojos centelleaban en un reprimido júbilo. en la isla de Guam. Los tres prestaron especial atención hacia Jaroslaw. Y. sobre todo. Jaroslaw era el único que había hecho ascos de él. Nadie lo mencionó. Él sería uno de ellos. al ser casi la puesta del Sol. a pesar de todo. sucesor de San (Isaac) Pedro. sino al verdadero Elector. Príncipe de los Vampiros. 292 . pero ya se habían dado cuenta de su condición de simple cazador. aunque ninguno de los dos lo había mencionado. comenzaba a añorar demasiado pronto su tan remoto mundo rural. y esperaba que llegase su oportunidad de demostrarlo. el Altísimo. jamás había dormido sobre una cama tan estúpidamente blanda y calurosa. servidor de los vampiros. deseaba reconocerlo con el título que se mereciese por sí mismo. además de ser miembro de la Curia Romana. Tantos títulos y responsabilidad recaían sobre él como un descomunal peso mientras se preguntaba qué clase de tártaro había escogido. pues sentía una sed devoradora del preciado líquido escarlata que allí no podrían resolver. hacía que David sintiese una instintiva admiración por él que se reservaba para sí. ésta con una túnica negra semejante a la que proporcionaran a Victoria al ser recibida en Inocencia pero más recamada. En realidad. y soberano de la ciudad-estado de Inocencia. 17 David lo reconoció al instante. la recepción del hotel estaba atestada de gente. Los cinco templarios y el Elegido se estrecharon efusivamente las manos entre sí tras presentarse. También. tal como le había asegurado Mervat. un completo desconocido para él. El Maestro templario era uno de los doce Grandes Maestros de la Orden. Príncipe de los Templarios. Aun no siendo temporada alta. ambos lo sabían. dedicándole una escrutadora mirada que más parecía rebuscar defectos que hallar virtudes. nadie en sus plenas facultades sostendría que aquella responsabilidad correspondía a aquel humilde vampiro surgido de lo más profundo y secreto. Muy a su pesar. con el dolor de la muerte de su propia hija tan reciente. Tanto Jaroslaw como David habían observado la actitud de los que eran los primeros maestros de la Orden que veían al elegido. que regía la comunidad templaria de la Capital Católica. Pues. y la comprendían. Y en estos tiempos tan seculares del siglo XXI ya nadie creía en la iluminación. Pero sólo la voluntad de haber aceptado. e iba acompañado de un maestro menor y una monja templaria tan anciana como los otros.Muy cerca. Nadie les prestaba demasiada atención a pesar de que. era un hotel muy solicitado. profesión nada rebuscada y poco frecuente en lo que llegaría a ser el vicario de Cristo. Portaba el mismo manto blanco con capa y cruz bordada que llevaban Toranks y Jairo. tras pasar la noche en las estancias vaticanas. en el que se evocaban tanto los relatos del terror más puro como los más románticos que se han escrito en la historia. visitando lo que el amable decano Corrado Rinaldi les mostró del extenso palacio ante la atenta mirada de la Guardia Suiza. cómodo en su asiento. sobre todo si el Elegido y el Misionero añadían sus propias firmas. subieron por la escalera Regia de Bernini situada en el primer piso del Palacio Apostólico. acompañados por los maestros y la monja templaria. como último hálito del Astro Rey en su cotidiana despedida. Desde ésta se dirigieron al despacho del vicario del secretario ecuménico. la escalera papal. de los últimos minutos del atardecer. un rayo verde surgiría a través del horizonte. en aquel gusto y fascinación por el imaginativo arte pictórico. Otra escalera continuaba el recorrido. que les comunicó sus progresos en el asunto a lo largo del día. a más allá de la cual llegaron finalmente al despacho del papa. Tuvieron que esperar hasta el mediodía del día siguiente. como prueba de la realidad de aquella situación. poco frecuente en los vampiros. los seis vampiros caminaban entre las sombras. Aún no habían recibido respuesta. más atraídos por la arquitectura y el realismo en sus obras. la cual aguardaban con paciencia. El Maestro les recomendó volver a enviar la petición con la rúbrica de los seis. No falló. Los tres que nunca habían visto personalmente al pontífice quedaron seducidos por la energía que parecía transmitir tras una piel completamente arru293 . Allí los esperaba con patente impaciencia Giancarlo Casanova. Desde los más bellos dramas hasta las más grandes tragedias jamás escritas tenían su escenario en aquella eterna ciudad que. A ella accedieron por la puerta de la Via di Porta Angelica. había sabido mantener su naturaleza auténtica y su genio procedente de los más grandes artistas del renacimiento. por lo que habían decidido enviar la petición bajo su rúbrica. tras la cual se encontraba la parte este del palacio. Ante sus ojos se encontraba un papa cansado pero aún alentado. Las siniestras y evocadoras calles de Roma eran un auténtico placer para la vista de David. escudados en el interior del palacio de los rayos del Sol. Había convencido al mismo secretario ecuménico y al decano del Sacro Colegio de la urgencia de aquella audición. esos momentos próximos al instante en que la leyenda anunciaba que. teñidas de rojo. que gustaba de aquel tipo de escenario. que poseía algunos famosos frescos de Miguel Ángel que David y Alain se pararon fascinados a contemplar un instante. Así. paradójicamente en otra pequeña ciudad en su interior. En aquello pudieron notar una vez más la condición humana de los medio vampiros. que llevaba a la sala Clementina. penetrando luego en la sala Regia y en la capilla Paulina. a pesar de su histórica dependencia directa tanto del Imperio como posteriormente de la Santa Sede. Cuyo máximo clímax se encontraba.Mientras tanto. Estaba seguro de que aquello no se haría de esperar. atraídos por la novedad. —Deduzco de su nombre que posee la misma nacionalidad que el inolvidable Juan Pablo II –le dijo el papa con su ronca y entonada voz en el idioma que mejor comprendían ambos. De repente. Jaroslaw asintió–. Él saludó con una corta reverencia. en una ceremonia ajustada a las reglas de la Orden templaria. hacía varios años. pues depende de ella muchas vidas vampiras. pero no lo supe hasta el final del día. aun sin estar el Elegido presente. le agradezco que haya accedido a escuchar nuestra petición a pesar de la molestia que le supone –dijo el Maestro romano en un oficioso latín–. Algunos de los presentes sonrieron ante el nervioso comentario de David. tras lo cual salió del despacho cerrando la puerta. aproximadamente al mismo tiempo fue hallado su sucesor por parte del Misionero. No se había dado cuenta de que le había cedido la palabra. y he sido yo quien le solicité la audiencia. aquí presente. David Claraval Payer. David. Le ruego me perdone. Entonces me di cuenta de que ya no habría posibilidad de que abdicase en él. en el mismo idioma. a Jaroslaw Slowacki como Príncipe de los Templarios y Vampiros. mirándolo erguido. en presencia del mayor número de templarios vampiros posible como testigos. Por avatares del destino. Éste falleció. cuando en un viaje de fin de estudios llegó al Vaticano en el momento justo en que se realizaba una misa dominical oficiada casualmente por él mismo–. –Lo miró–. y el papa le sonrió levemente.gada y unos ojos a punto de quedar completamente apagados. como ya ha tenido conocimiento por parte del Maestro de Cámara. tras la repentina recaída que sufrió el Príncipe de los Templarios. hace dos días. Por ello le hacemos la solemne petición de que acceda a nombrar. el inglés. presentándole ceremoniosamente al papa. como marcan las reglas de la Orden en caso de que resulte imposible su llegada a tiempo. que aprovechó finalmente. yo… –El papa lo miró abriendo los ojos. tras los cuales pudo balbucear algunas torpes palabras. encontré al Elegido al mismo tiempo de la muerte del príncipe. Soy el Misionero. Todos ellos menos el médico se sentaron en las cómodas y labradas sillas de madera y veludo. en la Basílica de San Pedro. Éste quedó desconcertado. pero nunca he podido imaginar una tan importante como ésta. David quedó aún más sobrecogido que como jamás había estado. y el Maestro de Cámara se acercó a ellos para ofrecerles asiento. —Santidad. —Su Santidad. —Como ha dicho. pero le concedieron una oportunidad más. pero ya no. Sólo una vez había visto al Santo Padre. sintió un auténtico nudo marinero en la garganta que le dejó sin habla durante unos segundos. Ahora las reglas dictan que el Elegido debe ser nombrado Príncipe por un representante del anterior. A su lado se apostaba el médico privado. y el único que reconoce la Orden es Su Santidad. es el Misionero al que hace más de un mes encargaron la búsqueda del nuevo Elegido. que tardó en hacer coherentes. David le señaló con la mano abierta. Esto era útil en los tiempos de los carros a caballo. Nunca he tenido conoci294 . Se refería al Maestro de la comunidad de Roma. al haber corrido mucho más rápido. Tras esto acordaron organizar la ceremonia para el próximo domingo. hombres y vampiros por todas partes. tras aceptar éste con satisfacción. un ser excepcional con el que en escasas ocasiones he llegado a coincidir. una vez instruido el papa. Sólo vampiros tendrían acceso a la Ciudad del Vaticano aquel día. llegó antes pero sin aliento. Me siento. donde dos grandes lanchas cubiertas de color negro los esperaban. tanto de la Orden como no. mantuvieron una conversación que se prolongó algunos minutos más entre Jaroslaw. aunque siempre he imaginado que en tal caso se haría lo que se hizo la primera y casi única vez que se recuerda. he de ser informado de todos los pasos de la misma. había muchísimo movimiento. grúas. En el puerto. además. esperaban atracados. David y el papa. pues me he dispuesto por entero al servicio de la Orden. de lo que se encargarían algunos miembros de la Guardia Suiza a los que se daría instrucciones concretas para la selección. repartidas las invitaciones y llamado a la totalidad de los maestros templarios italianos y algunos otros. Salió acompañado por varios vampiros enormes hacia el puerto. Era todo muy extraño. y sólo vampiros tendrían conocimiento de la celebración de aquella majestuosa ceremonia. y. por tanto. ¿Escapado? —Se ha ido. del resto de Europa y el mundo. lo que hará el Maestre Ricardo. Accedo a vuestra petición tanto por su interés como el propio. que sería tres días después. Aquella solemnidad se celebraría en secreto y a puertas cerradas. que pudiesen llegar a tiempo. Camiones. unos durísimos rivales para nosotros si llegáramos a encontrarnos con ellos.miento de esa regla de vuestra Orden que contemplaba la posibilidad de ser nombrado por la persona del papa. —¿Dónde? —No lo sabemos –explicó Ray–. Jadeando. 18 Kouba y Ray entraron precipitadamente en la sala tras haber recorrido una larga distancia a gran velocidad con la motocicleta y subido al edificio por las escaleras a toda prisa. muy honrado de ser su representante en la ceremonia de abdicación. Olía a metal y plástico. —Se ha escapado —¿Qué? –exclamó Mervat–. cualquier vampiro que tuviese el deseo de hacerlo. Podría asistir. Eran siete coches llenos de vampiros de la clase más peligrosa. más bien –le corrigió Kouba. a pesar de ser noche cerrada. Además. Por otra parte. Ray tomó la palabra ante la incapacidad de Kouba que. 295 . como era lógico. y tres barcos acorazados de mediano tamaño capaces de alcanzar las ochenta millas por hora. siempre tuve el deseo de mantener una larga conversación con el príncipe Margast. semejantes a los catamaranes. que se encontraba con ellos. ¿Qué propones. Es imposible atacarle ni en su propia ciudad. llamado Rigaf. Posee licencia y vigilancia privada. por lo que dicen. podría mas bien usarse como unidad espía aérea. ni en los puertos que controla en Rótterdam. Eso dijeron al recibir nuestra llamada. Seguro que tiene algo entre manos. —Yo no diría tanto –les desmintió Kouba–. Él acaba de salir. Un helicóptero biplaza con doble cabina. es una estupidez –dijo otro vampiro. Y un helicóptero. Es completamente inútil. ni de hacer el menor daño a David. —Hemos tardado en darnos cuenta –opinó Boderson–. No me fío un solo pelo. —¡Dios mío! –exclamó Mervat–. ¿Y la policía? —Era un puerto privado. es porque es el mejor que hemos hallado sobre toda la Tierra! ¡Y es ése el problema! —Está bien. por lo que la policía no cree necesario actuar allí. Rigaf. No ha sido capaz. —Un ataque. ¿a qué? Nadie dijo una sola palabra. Frieda y Ray os quedaréis a vigilar el movimiento del ejército de Frederick. Todos lo sabían desde que Kouba nombró el Apache. —Tienes razón. mientras que su ejército continúa en el puerto. imbéciles! –gritó Mervat. ¡Ha matado a los pilotos! ¡A Yido! ¡A Sangel! ¡A Helena! ¡A Margast! ¡Y si David se ha salvado. Ni siquiera quién soy yo. —¡No os riáis. —¿Qué pensáis que significa todo eso? —No lo sé –respondió Ray. pero no se le ve la panoplia por ningún lado. Frederick es un mafioso que controla toda Amsterdam. por suerte. —¿Maniobras militares? —Creo que se está cociendo un ataque. Lo que está claro es que se ha dado cuenta de que en absoluto lo va a conseguir jugando con su vieja estrategia de matar a David.También varias lanchas no cubiertas bastante rápidas. —¿Un helicóptero? —Un Apache –aseguró Kouba–. Es un estúpido. entonces? —Soy el jefe de caballería armada. en uno de sus repentinos ataques de furia–. que es su verdadera cualidad. —¿Fiarte? ¿De Frederick? Ése no es el problema. Es de uso estrictamente militar. —Está muy claro –dijo Kouba–. Maniobras militares. —Pues va a salir con el rabo entre la piernas –rió Frieda–. y está usando la forma más directa: el ataque frontal. Iré a la isla con Kouba. Boderson y Tarpan. Nuestra isla no la penetra ni el ejército de la OTAN. Ahora no piensa más que en vengarse. Adriana. Sa296 . —¿Vengarse? ¡No seas estúpido! No tiene la menor idea de quiénes somos. Es muy eficaz. Entre yo y Klaus pasaremos a ese degenerado por la picota. ¿Y bien? ¿Algún avance? —El único ha sido librarme del círculo de sospechosos. tras estrechar la mano del templario–. has dicho? –le preguntó Kouba. »Y mucho me temo. —¿Cuál es la idea. Hemos de mantenernos en contacto continuamente si queremos salvar a la Orden. y se ha centrado en la próxima llegada del Príncipe. —¿Segunda. Posee una compuerta acorazada que conduce a través de un túnel submarino a la 297 . Las dos lanchas negras habían penetrado en la isla sin ser detectados por ninguno de los sistemas de reconocimiento de la isla. Además ése es un puerto de evacuación secreto.diel. —El traidor fue el primero. entonces? —Desde mañana. y os aseguro que si descubro a ese grandísimo hijo de perra lo haré quemar vivo hasta convertirlo en puta ceniza. el turno de vigilancia nocturno de la cámara corresponderá a diez de vosotros. Disponemos de tres días. Un simple golpe en la pierna no era suficiente para detenerte. –Señaló a Pristen–. Usted no será uno de ellos. —Me encuentro perfectamente –dijo. Los treinta y dos vampiros caminaron hacia una de las entradas del castillo. que habremos de introducir por segunda vez en la historia de la isla un sistema de comunicación privado externo. —Lo sabía –dijo–. 19 Eran ellos. dieron media vuelta para iniciar el lento regreso que debería concluir antes del amanecer. secamente. por lo que apenas se vigila. las dos lanchas. que poseía una de las instalaciones de sonar más avanzadas del mundo y la mejor jamás creada de radar. El vampiro sonrió al ver la segunda figura en salir de la primera lancha que atracó en la pequeña playa. Y tú te encargarás de reunir el mayor número de mis caballeros de las poblaciones de Escandinavia y el norte de Europa para que se dirijan a los puertos y aeropuertos de la isla de Maarianhamina hasta nuevo aviso. habían notado el menor movimiento en los estratégicos puntos de acceso del sudoeste de la isla. —¿Cuándo? —Será nombrado este domingo. Ni siquiera los vampiros que mantenían constante vigilancia ocular en el edificio llamado la Torre de las Moscas. lejos. situado en la diminuta isla cercana del mismo nombre. muy a mi pesar. para evitar que alguien pudiera reconocerle. Esa misma noche es absolutamente perfecta para realizar la operación. Nugan y Doglio iréis a la Torre de las Moscas. Irá destinado junto con un par más de sus agentes al puerto norte. conducidas por dos vampiros. Cuando todos hubieron desembarcado. Frederick Van Basten. Toranks ha abandonado la investigación. —Que también cortaremos. permanecerá conmigo para el sabotaje del sistema eléctrico de la isla y de los generadores auxiliares. —No es telefonía móvil. al mismo tiempo que retrasamos en lo posible la salida de sus propias naves y aeronaves. Los treinta vampiros. Una vez allí. pero me pidió tres buques rápidos. perfectamente oculto por la elevada vegetación. pero se pueden utilizar los transmisores como repetidores para alcanzar la totalidad de los miembros. Este acceso será abierto el día y hora exactos de la incursión. con un microcontrolador del tamaño de un botón. —No hay problema. ¿De qué sirve cortar la corriente de toda la isla? —Tratamos de impedir un ataque. el templario los condujo a 298 . Ya poseemos esos sistemas.cámara del tesoro. Los sistemas de transporte y evacuación del tesoro son pequeños submarinos propios. Así evitamos que una baja pueda convertirse en una terminal desde la cual puedan escucharnos. al tiempo que miraban con curiosidad a los recién llegados. —Inútil. Frederick y el templario llegaron a uno de los laterales del castillo que. Éste la abrió con un ruido de metal que acompañó al murmullo del viento que cruzaba casi silbando los resquicios y hendiduras de los muros y la espesura. siempre que no se separe más de esa distancia uno de ellos. por ejemplo “escuchad todos”. El resto. A ellos enviaré cuatro o cinco agentes más que sepan manejar aparatos de navegación sumergibles. y mucho más avanzados. En la isla existe una línea interna inalámbrica completamente operativa. tras una sala. Varios vampiros saludaron al templario a su paso. se dirija exclusivamente al destinatario deseado o a la totalidad. —Lo esperaba. Cuando llegaron al vestíbulo central del que partían las celdas. —Has dicho que es submarino. y otro se extrañó diciendo que eran demasiados para un solo día. una palabra o decir. dejaba entrever una puerta acorazada cuya llave poseía el templario. He traído material de telecomunicación interna: auriculares y micrófonos dentales prácticamente invisibles. —Por supuesto. Todos entraron en completo silencio. Alguien comentó a su lado que el jefe había encontrado por fin a vampiros de calidad. ¿no es así? La única forma de hacerlo es paralizar toda actividad y bloquear las puertas de acceso a la cámara mientras sacamos todo el material. había varios pasillos con hileras de celdas individuales en las que se oía un animado alboroto de voces y risas. a petición del templario. —Creía que no estaban permitidos en la isla. con sus maletas y su impresionante porte. Son simples transmisores de uso privado. —¿Cuál es su alcance? —Unos doscientos metros. que basta con programarlo en cinco minutos para que con sólo pronunciar un nombre en clave. —¿Se ha vuelto loco? –se sorprendió Van Basten–. que los condujo tras unas escaleras descendentes a unas cámaras subterráneas. —O entrar –añadió Andreu. —¿Y nosotros. tras un largo tiempo sin haberlo visto en persona. Nadie dudaba que él era el mejor del grupo de novatos que había llegado. —¿Cómo? –exclamó Toranks–.las suyas. que es la opinión de Toranks. lo que es mi descabellado pero posible parecer. El único que debería mentir con su nombre era Frederick. interrumpió la fiesta. Posee un gran ejército. les explicó brevemente lo que deberían decir si alguien les preguntaba algo sobre ellos. Todos eran nuevos caballeros que habían superado las pruebas en los campos de entrenamiento. y a otros una sensación de dureza. Frederick es un mafioso cuya red posee más de mil miembros que. Tal vez robar el tesoro. que no las acompañaba -tampoco Toranks-. pero Kouba le ha visto con sus propios ojos partir hacia un destino desconocido antes incluso que su propio ejército. Pero aún no sabemos lo que pretende. —¡No digas tonterías! –le recriminó Klaus. o tomar la isla por completo. Éste se sentía eufórico. ¿Aquí? La asamblea comenzó a prorrumpir en carcajadas. adecuadamente entrenados. pues esperaban que fuese él quien comenzara con la gran noticia: Frederick… —… se dirige hacia la isla. pues su presencia en la isla parecía traer buenos presagios. a pesar de su severo semblante. A algunos le daba la sensación de crueldad que comunicaba. a lo que él respondió con creciente placer. Sabía que siempre se mostraba serio en las reuniones formales. y habían sido destinados a los puestos que les correspondían. qué? –preguntó Klaus–. Nadie le preguntó sobre su reciente aventura. —No debemos subestimarle. Debe estar al tanto de todo. El resto de los maestros y caballeros de la asamblea celebraron con igual efusividad su inesperada llegada. aunque normalmente solía tener un comportamiento jovial. Risas que duraron hasta que Mervat. pero aún serio. Antes de dejarlos. —Querrá hacer un reconocimiento –opinó uno de los maestros. podrían ser capaces de aniquilar a nuestra guardia real. de que pocos podían hacerle frente. que decidieron entre él y Frederick antes de separar a los agentes entre las celdas. Recordad que alguien le ha revelado hasta el menor detalle tanto sobre David y los enviados Yido y Sangel como sobre la isla. —Lo es –dijo Jairo–. en las que se instalaron por parejas. Aún no tengo la menor idea sobre cómo piensa llegar hasta aquí. ¿Qué se ha creído que somos? ¿Rancheros mejicanos? —Sabe muy bien lo que somos. 20 Toranks estrechó la mano de Mervat. que posee no más de trescientos o cuatrocientos agen299 . ya que algunos le prestaban demasiada atención debido a sus extraños ojos. Es un riesgo que se tiene cada día. una escolta va de camino a Roma para traer de inmediato al príncipe pues. y volver a la base. Ellos me avisarán de cualquier detalle que observen.tes. ¿Para cuando prevés el ataque? —Tengo un par de sargentos vigilando la actividad del puerto de Rotterdam –respondió Mervat–. —Te aseguro que no. La tecnología es actualmente tan avanzada que permite centrar objetivos tan concretos que sólo es venir. y sin permiso. caerá al mar y no llegará a verse el fuego de la explosión demasiado lejos. impidiéndonos contraatacar. en la propia naturaleza. —Doscientos en mi compañía y trescientos sesenta en la de Mervat. calculo. a pesar de todo. —Un momento –pidió Jairo–. Un caza Eurofighter de la Unión Europea puede llegar aquí en cuestión de una hora. y la Tierra entera lo sabrá. Tenemos un sofisticado sistema de extinción de incendios desde hace decenios. Es difícil que un ataque rápido en un lugar tan aislado como esta isla sea descubierto. ¿Todos? —Sólo de los países bálticos y el norte de Europa. Jairo –le explicó Klaus–. —No es una guerra declarada. Además. lo hará y se marchará. dejándonos a merced del resto del mundo. Si se produce algún derribo. y puedo prescindir de ellos para concentrar el máximo de fuerzas en la isla. —De momento no lo creo necesario. —Pero. Podemos estar tranquilos en esta cuestión. el mundo también sabría lo que él ha 300 . Esta isla es un lugar no catalogado por la red de satélites de vigilancia de la Comunidad Europea. ¿Y si ocurre realmente? ¿Y si uno de los helicópteros que Kouba asegura haber visto cae a la isla y ésta se incendia? —Es obvio que también entra la posibilidad de la caída de uno de los nuestros. no creo que bombardeen la isla. Tampoco hay de qué preocuparse en ese sentido. »En relación a mis agentes. Si realmente pretende robar el tesoro. —¿El búnker? –preguntó Andreu. opino que ningún lugar es tan seguro como éste. por lo que tampoco se verá desde la vertical. atacar. —¿Cómo? ¿Estás loco? –le increpó Toranks–. ¿Qué es todo eso de guerra y ejércitos? ¿Pretendes decir que se va a producir una batalla en la isla con armamento pesado? ¿Y el gobierno finlandés? No creo que sea del interés de Van Basten el revelar la existencia de la isla. especialmente cuando noten que comienza a movilizarse. De momento no tenemos ningún problema grave que atender en esos lugares. En la actualidad la guerra ya no se concibe con grandes explosiones. bombardeos y masacres masivas. Si lo pretendiese. pero la mayoría de los de él se encuentran fuera. Por supuesto. se encuentran de camino. Sin avisar. Enviaremos allí a los niños si se declara una guerra. —Nadie ha asegurado que a Frederick no le convenga revelar la situación de la isla –dijo Mervat–. revelaron sospechosos movimientos de material aéreo. en Estonia. se encontraban el secretario de Estado. Ésta se solía conservar en una urna de cristal en la isla que sólo se abría en ocasiones especiales como el nombramiento. entre ellos dos Grandes Maestros de la Orden. como invitados humanos de excepción. La isla fue un caos. David observaba la ceremonia desde un privilegiado lugar. el Maestro de Cámara. que se resistían a aceptar que una fuerza externa se atreviese a atacarlos en su propia ciudad-estado. con la espada real que habían ceñido los Príncipes de los Templarios desde Hugues de Payén a Margast. El movimiento se hacía cada vez con mayor intensidad. Por su parte. y sus informes obligaron a declarar al día siguiente el estado de excepción. Frieda y Ray eran el principal contacto de que disponía Mervat. Varios informes procedentes de Estocolmo y Tallin. En estos lugares poseían varias embarcaciones y helicópteros totalmente operativos y preparados para la defensiva. los agentes de Mervat. entre otros perso301 . por unanimidad. y perdería el tesoro a manos del ejército finlandés.hecho. algo que se cumple también si. y la Torre de las Moscas. como opina Jairo. Se aceptó. 21 El Sumo Pontífice armó caballero y Gran Maestro a Jaroslaw Slowacki ante dos mil quinientos espectadores realizando el espaldarazo con ayuda de un acólito. y que habían traído los enviados de Mervat. lo que pretende es apoderarse de la isla. aunque bastante escaso. a las que pertenecían Inocencia. tras horas de largo diálogo. pero se mantuvieron en una reserva para el caso de que el enemigo lograse penetrar las defensas hacia el interior de la isla. Además. que ahora eran su escolta. uno procedente de Florencia y el Maestro de Roma. habían llegado a sus respectivos destinos en Maaharianhamina. El conflicto se preveía más que inminente. Le resultaría imposible escapar tan rápido. ya que el ejército armado no admitía más tripulantes. Muchos caballeros templarios sin experiencia se alistaron sin la menor necesidad. La declaración oficial de estado de prevención elevó la ira de los vampiros. lo que obligó a mantener a salvo la población vulnerable impidiéndoles salir de sus hogares. junto a varios de los miembros más importantes de la Orden del Temple. Al menos podemos estar seguros de que eso lo compartimos. posiblemente apoyado por el de otros países europeos. No es de su interés que nadie sepa nada sobre los asuntos de la mafia. la propuesta de los jefes de caballería de movilizar ambas compañías para interceptar el inminente y más que posible ataque de las fuerzas armadas de Van Basten. la isla principal de la provincia de las Aland. el decano del Sacro Colegio y el secretario ecuménico. unos cincuenta procedentes de los lugares que había solicitado a Pristen. Sabía. una vez concluida. La ceremonia duró tan sólo dos horas. suficiente para transportar a todos ellos rápidamente y con las máximas garantías de seguridad. Un coche de color negro y cristales completamente opacos les esperaba ante las puertas de la basílica. Jaroslaw no había decepcionado. Ante las miradas curiosas de la gente que se agolpaba en los bloqueados accesos externos. se produjo el rearme. salieron de la Ciudad del Vaticano hacia un aeródromo cercano a Castelgandolfo. Nadie. excepto David. Nadie dudaba ya que la victoria era de ellos. Al primer aviso. Los tripulantes de las lanchas comenzaron a instalar el armamento acoplándolo en la estructura. Llegados a alta mar. impidiendo el descubrimiento de aquel movimiento armado con camuflajes en cada tipo de vehículo aéreo o marino. se detuvieron en situaciones ampliamente separadas en mitad del 302 . Seis helicópteros. Precisamente por esto estaba seguro de que ahora Van Basten no fallaría. Además. La causa de la brevedad no era tan sólo el nombramiento en un lugar y a manos de un personaje atípico. al igual que él. mientras que los tres buques y las lanchas hacían lo propio en intervalos algo más reducidos. sino también la urgencia que exigía la situación. Jaroslaw realizó la bendición oficial sobre todos los presentes vampiros. en la que el adiestrado papa estuvo soberbio en su manejo de la misma. Justo en el instante en que aquella tregua se rompió. Hasta aquel momento los delegados de Frederick habían logrado controlar el acceso de las autoridades al puerto privado. La policía de Rotterdam había comenzado a sentir que allí se estaba produciendo algo completamente fuera de lo normal. 22 Los Apaches comenzaron a despegar en intervalos de un cuarto de hora. que Frederick aún era el desconocido que jamás se daba por vencido. Allí les esperaba un trirreactor privado de mediano tamaño. al modo del Pontífice cuando es elegido. Los Apaches exhibieron sus potentes ametralladoras y los misiles acoplados a ambos lados. y partió con la alabanza de los centenares de feligreses que se agolpaban en el interior de la Basílica de San Pedro. en la plaza de San Pedro. tres buques y diez lanchas rápidas partieron hacia un destino desconocido para la mayoría de los habitantes de la ciudad. revelada por los enviados especiales de Mervat. el control que éste ejercía sobre algunos miembros corruptos de la policía evitó que se abriera una investigación inmediata.najes de la Ciudad del Vaticano. gracias a su poderoso instinto animal. el ejército ya había partido. Así. que contemplaban de vez en cuando con interés el paso de los majestuosos vehículos. y la mediocre salud del papa. —No conseguimos mantener contacto con la isla. los encargados del área de radar operaban frenéticamente junto con los del área de telecomunicaciones. sin ser respondido. mientras David se dirigía vía aérea hacia la isla. En aquel momento la isla se declaró en estado de alarma. irrumpieron siete vampiros ataviados con las túnicas de los caballeros templarios. —¿Será la lluvia? —No creo. En la arena de la isla. Frieda había avisado desde la capital neerlandesa de la partida de aquel ejército. entre las piernas. tras lo cual recubrió el corte con un plástico negro idéntico al que recubría el cableado. al parecer no demasiado grande. al tiempo que avisaban a través de los intercomunicadores al resto de los agentes para que cortasen los cables de todos los radares situados en el exterior. Pide a los demás que se abrochen los cinturones y que pongan las manos sobre la cabeza. y sin provocar el menor ruido. dejando paso al dominio de los vampiros de la noche. Eran demasiado fuertes para unos simples ingenieros y radioescuchas. Mientras tanto.mar Báltico. Era una tarde lluviosa de domingo. Tras haberlos atado y amordazado. a una velocidad impresionante. otro agente cortaba el cable principal de la línea telefónica interna. aprovechando su puesto como vigilante de la sala central de telefonía. —¿Juan? ¿Juan? ¿Me oyes? El piloto repetía una y otra vez la llamada. Parece que se ha cortado la comunicación. en salas separadas por una única pared de cristal que permitía vigilar ambas piezas a la vez sin perturbar una a otra con el menor ruido. Voy a aterrizar. —¿Aterrizaje forzoso? 303 . Con suma concentración. sobrevolando las llanuras de Alemania. comenzaron a desconectar uno por uno los aparatos de radar y la corriente de las salas. penetrando en la cabina. Nadie sabía exactamente dónde. Se veía obligado a aterrizar en la isla sin instrucciones y sin una correcta visibilidad. Al hacerlo. Seis agentes al mismo tiempo dejaron sin la comunicación hacia el interior de los datos que recibían las grandes antenas parabólicas ocultas entre la maleza. en ambas secciones. que comenzaron a derribar a los indefensos empleados con sus armas blancas. simulando el punto exacto de la sección. los vampiros que habían irrumpido en la sala volvieron a salir apresuradamente hacia sus posiciones. Exactamente allí. —¿Ocurre algo? –preguntó uno de los escoltas. El Astro Rey comenzaba a descender. Me fío de mi instinto. ¡Se había activado! El trirreactor se detuvo con tal brusquedad. Y otro. Al parecer. Sólo precaución. No llegarían. Y otro.—No. y las despellejadas ruedas no tardarían en sucumbir ante tan tremendo desgaste físico. al igual que algunos otros. retenido por aquella red elástica sujeta por gruesas barras de hierro que cruzaba la pista. De repente. Ni quién. Los trenes de aterrizaje se asomaron al exterior. Lo que no sabía es cómo. La visión se hacía borrosa. si no habían podido avisar a nadie del castillo. al tiempo que desplegaba los aerofrenos. —¡Boran! ¿Qué ha ocurrido? —No tengo la menor idea. El piloto rezó tal como se lo habían enseñado en la Orden y. consciente de que había aterrizado algunos metros más adelante del verdadero comienzo de la húmeda pista. El trirreactor descendió lentamente. virando unos grados a la izquierda. Todas las ruedas reventaron con una potente detonación que asustó a la tripulación. —¡Invierte los reactores! –rogó el piloto. Se me ocurrió venir a esperarte. y se sorprendieron. —Bien. por lo que el frenado por rozamiento no sería suficiente. se habían desviado ligeramente de la posición sin poder evitarlo. para situarse en posición de aterrizaje. Era un sistema de retención oculto en el suelo que se podía activar al llegar cualquier avión con excesiva velocidad. La tripulación salió rápidamente del trirreactor para averiguar lo que había ocurrido. una figura se dirigía hacia ellos a toda prisa cruzando el terreno bajo la lluvia. se dieron cuenta de que habían aterrizado con cien metros de exceso. que todos se golpearon con violencia contra los asientos delanteros de cada uno. En el exterior. se oyó un estallido. Al rozarlo. por lo que avisó al resto de que se trataba de su hijo. con sus enormes y gruesas ruedas fabricadas especialmente para el terreno blando que era aquella pista integrada en el bosque. El copiloto accionó los frenos a su máxima intensidad. más de lo que los dos pilotos esperaban. justo al avistar los grandes árboles que marcaban el final de la pista. El copiloto activó los frenos de las ruedas. El avión vibraba. y andaba por las 304 . surgió ante sus ojos una enorme red que hasta el momento le había pasado desapercibida. David comenzaba a sentir un fuerte dolor de cabeza. Sólo uno de los escoltas llegó a reconocerlo. vibró fuertemente. al aumentar el ritmo con el que vibraba el trirreactor. Y otro. Tres segundos después. —¿Hay algo? –preguntó a los técnicos. Por suerte. y los paneles apagados. tal como antes. Vamos a averiguarlo todo. ¿Qué ha sucedido? —Tampoco lo sé. Veníais a demasiada velocidad. La compuerta comenzó a abrirse lentamente. la capa y la espada. ninguno supo contestar. Nadie los conocía. y el templario se inclinó para saludarle. Los templarios que habían entrado con él cortaron las cuerdas y mordazas que mantenían reducidos a los técnicos. Es él. Ninguna amenaza. Mervat y cinco templarios más irrumpieron en las salas del radar y telecomunicaciones exhibiendo sus armas de fuego por delante. sin provocar excesivo ruido. Basta con enviar a las cuadrillas para que efectúen una batida por toda la isla. con el manto. pero todos los técnicos estaban atados y amordazados.cercanías. No podíamos comunicarnos con la isla. El grupo al completo comenzó a seguirle a toda velocidad. me acercaba a saludaros cuando comencé a escuchar varias explosiones y un ruido extraño. observando su impresionante apariencia. —¿Estáis todos bien? ¿Y el príncipe? —Perfectamente. –Señaló al príncipe. mientras se escuchaba un potente trueno a lo lejos. —Seguidme. Y ya ves. —No se detecta nada –dijo uno de los encargados del radar–. —¿Rango mínimo? ¿Nada es detectado si entra en la isla? –El técnico negó con la cabeza–. A pesar de las preguntas de Mervat sobre aquellos caballeros. y tuvimos que hacer un aterrizaje sin instrucciones en un sitio como éste. —Enseguida lo haré. comprobando aliviados como todo volvía a funcionar perfectamente. Nada más que el del agua desplazándose para cubrir el desnivel. los cuales comenzaron a describir la inaudita escena de que habían sido víctimas: varios caballeros saboteando las terminales y los paneles del radar tras reducirlos en pocos segundos. Rápidamente. ¡Es una locura! —No lo es. Pero no descarto que algún aparato haya entrado durante este tiempo en la isla. Al llegar el avión. —¡Juan! ¿Qué es todo esto? –Mervat desamordazó al técnico del área de telecomunicaciones mientras observaba sorprendido a su alrededor. Ya no podría salir. volvieron a encender todos los aparatos. Una estridente tormenta se aproximaba. produciendo un 305 . colocándose dentro del rango mínimo. cubriendo todos los rincones. encontré la palanca que activaba la red manualmente. avisó al templario de que la operación había terminado correctamente. cuando se toparon de frente con la escolta del Príncipe de los Templarios. Mervat. comenzó a oírse un penetrante zumbido procedente de diferentes lugares del castillo. pero ya se encuentran de nuevo en funcionamiento. ¿Qué está pasando en la isla? —Han desconectado los radares y la terminal de telecomunicaciones. Mervat utilizó los intercomunicadores miniaturizados para ponerse en contacto con la terminal. Frederick. Allí les esperaban los Maestros. —¿Quién ha sido el estúpido que ha cortado la corriente? —Ni idea. —¿Y los radares? —Aún funcionan con la energía de reserva. Esperamos recibir noticias de los técnicos. Nada funcionaba. 306 . Al finalizar el recorrido. sacó el móvil y dio la orden de que los tres buques se aproximaran a la isla. pero continúan sin detectar el menor movimiento. La salida se encontraba completamente despejada. —¿Juan? ¿Me oyes? —Te oigo. —Entonces ya están aquí. Todo dejó de funcionar durante varios segundos. Después. ¿Cómo habéis aterrizado? —A la fuerza –dijo el piloto. Mervat salía junto con veinte agentes más al exterior para apoyar a las cuadrillas en el registro de los principales accesos a la isla. tras lo cual bajaron la palanca que detenía el lento pero energético proceso de fusión nuclear. donde se encontraban los generadores auxiliares. —¡Mervat! –le preguntó Boran. Los templarios partieron junto con la mitad de los escoltas que venían en el avión a la batida. La recarga estaba comenzando.sonido semejante a un borboteo. mientras que Mervat y el resto acompañaron a los recién llegados al interior del castillo. Un inmenso silencio se hizo en toda la isla. acercándose–. Está todo destrozado. a bordo de una lancha junto con dos agentes más. alguien ha podido entrar en la isla. Ocho de los agentes de Van Basten con el uniforme de la guardia del castillo redujeron por completo a los técnicos que operaban la central eléctrica. Al hacerlo. Treinta minutos. Victoria y Rogelio. dividiéndose en varios grupos. pero las líneas telefónicas internas tampoco funcionan. Todos se inclinaron en un saludo que dejó a Jaroslaw completamente aturdido. Mientras tanto. pero sospecho que han sido los mismos. tras lo cual pronunció el nombre de la partida de agentes que habían salido a la exploración–. Unkel. —Te acompaño. Jamás saldrán de este castillo. calma. Parecía la voz del técnico principal del radar. no hay nada! ¡Nada! —Calma. Algunos de los que se encontraban allí hablaban entre ellos sentados o de pie. —¡El ejército! –exclamó Mervat. David sacó un objeto alargado de su mochila. ¿Hay algo? —¡No. Victoria intentó detenerlo. escaleras y las entradas a algunas de las salas de ocio que frecuentaban los miles de vampiros de la isla. o de la tormenta que se está produciendo. Al llegar al semisótano esperaron con impaciencia la llegada del equipo uno de Mervat. escuchad! ¡Regresad de inmediato! ¡Se aproxima el ejército! ¡Regresad de inmediato! Mervat miró a David y a los demás recién llegados. —Voy en busca de esos perros que han cortado la corriente. Aquella era una enorme cámara donde se hallaban los ascensores. que observaron con perplejidad las dos conocidas caras que se presentaron con ímpetu en la sala alfa de la primera planta de los subterráneos. y nada. desconcertados por los rápidos acontecimientos que se estaban produciendo en la isla. ¡Equipo tres. pero David ya había salido rápidamente tras Mervat en busca de los falsos caballeros templarios. Aún tengo una cuenta que solventar. 307 . No había excesivo movimiento debido a la paralización de toda actividad en la isla. aunque David no sabía por qué. Vamos en busca de los que ya han entrado. que poseía otro intercomunicador. Era una espada curvada usada por los luchadores orientales.—¡Diablos! –se escuchó desde los auriculares. que se había apostado en los alrededores de las salas que fueron atacadas por los falsos caballeros. Ambos cruzaron uno de los largos pasillos que comunicaban con las escaleras de acceso a los subterráneos. con cara de furia. como animales. Una auténtica katana. Dirigíos a la sala alfa del semisótano. y la novedad sobresaltó a algunos de los presentes. —Eso quiere decir… —¡Que también los han cortado! ¡Lo han cortado todo! —¡Dios mío! En este mismo momento puede que estén… —…aproximándose –completó Toranks. —¿Y no es una buena noticia? —¡No! Los radares siempre reciben ruido procedente de objetos pequeños o estáticos. sorprendiendo a todos los presentes. Las anchas escaleras constaban de numerosos escalones de piedra y parecían muy sólidas y gruesas. —¿Qué ocurre? –preguntó Mervat–. —¡No es eso! ¡No recibimos ninguna señal! ¡Ni la menor señal! El espectro señala cero punto cero. —Equipo uno –dijo el maestro a través del intercomunicador–. al igual que el sonar. ¡Espérame! Esperó unos segundos a que llegasen los agentes. Eran ocho que. corrió hacia donde le señalaba el pequeño vampiro. pero no necesitó demasiado tiempo para localizarlos. En aquel momento llegaron los cuatro agentes de Mervat. pues los que le fueron descritos llevaban.Aún permanecían a la espera cuando. —Caballeros de la tercera división del cuerpo de guardia –dijo uno de ellos–. Mervat se le acercó y lo detuvo. Mervat se detuvo. de pronto. Estaban subiendo las últimas escaleras que conducían al ancho pasillo desde el cual se salía al salón de entrada contiguo al salón alfa. y salió en pos de Mervat. y le parecía improbable que los falsos caballeros hubiesen escogido aquel camino para escapar de la isla. —¡Identificaos! –les ordenó Mervat. Se maldijo por su incompetencia. dejando atrás al grupo de agentes que se oía llegar tras las escaleras. se detuvieron. —¿Dónde fueron? —No lo sabemos. Nos han atacado en la central eléctrica varios vampiros caracterizados con uniformes de caballeros. A no ser que aquellos caballeros llevasen bastante tiempo en la isla. a su vez. Y tenía la completa seguridad de que entre ellos se encontraba él por lo que. de una puerta giratoria de gran tamaño salió un pequeño vampiro que corría con la torpeza propia de su edad. Conducía a una de las salidas de la gran zona residencial que abarcaba cinco pisos subterráneos. Estamos siguiendo las pistas por las personas que han tratado de detenerlos. Mervat agudizó el oído para detectar los pasos de los falsos caballeros. Todos tenían aspecto de haber luchado con furia y parecían decir la verdad. ni salía nadie más de allí. y no el uniforme de la guardia de vigilancia. Probablemente era la primera vez en la historia que entraba más de un intruso en la isla. —¡Eh! –exclamó David–. uno de los cuales llevaba en brazos al chico que había salido corriendo. —¡Por aquí! –les indicó desde lejos. —¿Dónde? —Allí. El crío señalaba una y otra vez la puerta giratoria. pero no podía oírse nada tras ellas. Nos ataron rápidamente. las túnicas de los caballeros templarios. tratando de buscar ayuda. Am308 . al tiempo que David se le acercaba. pero ya nos hemos liberado. para que los guiase. separado de aquel por la puerta giratoria. haciéndole preguntas que sólo eran contestadas con frases muy simples. —Hay unos vampiros malos allí. Los agentes aceleraron. Frederick no era ninguno de ellos. pues era un auténtico laberinto del que sin conocimiento resultaba imposible salir. Están pegando a mi papá. realizando un sabotaje desde el interior que apoyaba al inminente asalto exterior. efectivamente. —¿Dónde está Van Basten? ¿Dónde está? —En la cámara. Aprovechando la oportunidad. Volvió a gritar. Mervat agarró de la muñeca a uno de los guardias. manteniendo a tregua a todos los que se les acercaban. —¡Maldita sea! –se irritó Mervat. El español agarró de la muñeca al vampiro. al no encontrar otra opción para quitárselo de encima. impidiéndole que le clavase el cuchillo. Ninguno sabía cuál de los otros dominaba el Arte. aunque dos recibieron sendas puñaladas. Éste se retiró ligeramente y David le lanzó una patada a los genitales. impidiéndole usar la navaja. al tiempo que le ordenaba que hablase. incorporándose. con la punta del cuchillo a escasos centímetros de su ojo izquierdo. elevando la voz–. con un movimiento de dedos.bos grupos quedaron frente a frente. clavarle la espada en la cara. y mordió el cuchillo con toda la fuerza de que se sintió capaz. y le propinó un codazo en la barbilla que le lanzó hacia atrás. Ésta le atravesó la cabeza. seccionándole la muñeca diestra. Las dos bandas se acometieron entre sí. pues Mervat se la golpeaba una y otra vez. y otro aprovechó el ataque para lanzarse hacia David. Dos de sus agentes lo agarraron de los brazos. Los otros agentes se habían ocupado cada uno de uno de los falsos guardias. Comenzó a brotarle sangre de la boca. En un momento de descuido. Entonces recordó las palabras de Diana. ¿Dónde están los otros? —¿Qué otros? Mervat le dio un puñetazo en el estómago que le hizo escupir sangre mezcla309 . dirigió la espada hacia uno de ellos. y Mervat paró. y comenzaron a luchar con las armas blancas a pesar de que los agentes de Mervat poseían pistolas automáticas. que cayó de espaldas impulsado por el impacto del enorme vampiro. dio una voltereta hacia atrás para. —¿Qué cámara? —La del tesoro. y no podían arriesgarse a que les arrebatasen las potencialmente mortales armas de fuego. El vampiro se sacudió hacia atrás gritando de dolor. y el niño exclamó: —¡Vampiros malos! –Éste se libró del templario que lo agarraba. Ninguno conseguía librarse del otro. pero él hizo lo propio con la mano que manejaba la espada. David desenvainó su espada curvada al tiempo que los falsos guardias y los templarios sacaban navajas y cuchillos de gran tamaño. provocándole las tres últimas convulsiones de su vida. David hacía girar la espada en todas direcciones. Éste gritaba ahogadamente. pero era David el que iba perdiendo terreno. pero logró realizar un movimiento que le permitió hacer girar. y el maestro lo miró de frente. Mervat agarró con su poderoso brazo la cabeza del último que permanecía en pie y se la estrelló contra la pared. y salió corriendo por donde había venido. la espada. clavándosela al vampiro en el brazo. que le superaba con creces en fuerza física. que se encontraba con los Maestros en el salón de recepciones. El agente disparó repetidamente hacia los maltrechos falsos guardias. Pero en constante aproximación. 23 Seis helicópteros Sikorsky y diez lanchas de gran tamaño. Tenemos que ir al hangar. A su vez. El fragor que provocaban los rayos ocultaba por añadido la progresión de aquel ejército que avanzaba en formación a más de doscientos kilómetros por hora a través del aire y del mar. dio aviso a los agentes de Maarianhamina. El primer buque se avistaba en el horizonte acercándose a toda velocidad y rodeado de lanchas que le cubrían a ambos lados. —Allí están. conducidos por cincuenta templarios. partieron desde diferentes puntos de Maarianhamina hacia un mismo destino al recibir la llamada del jefe de caballería armada. Dos de los agentes ayudaron a regresar a los dos heridos en la confrontación. 310 . y David volvió finalmente con tres escoltas de otro equipo junto a Victoria. Deben haber escapado ya. —¿Sólo vosotros? —Y siete más. desintegrándolos en millones de moléculas que se dispersaron en una nube de cenizas y humo. —¿Dónde están los otros? –le repitió. —Mátalos –le ordenó a uno de los agentes. Nosotros íbamos a encontrarnos con una lancha en la playa para recogernos. que poseía una pistola especial de balas de plata–. Ésta fue elevándose hacia los inactivos aspersores de aire. para tranquilizarla. ya que el epicentro de la tormenta se encontraba aún lejano. en la más completa oscuridad de la noche. por su parte. No podemos ocuparnos de ellos.da con saliva. el primer sumergible de carga procedente de la cámara del tesoro salió a la superficie. Apenas había turbulencias. Mervat. aún con más fuerza. Vamos allá –ordenó Frederick. abrieron la cubierta superior y comenzaron a descargar la mercancía en la bodega con ayuda de las dos grúas del buque situadas a estribor. —Algunos están con él. penetrando en las brumas de la tormenta. declarando la isla en estado de alerta roja. Al llegar junto al buque. a la espera que se restableciera la corriente. —Los falsos caballeros –dijo uno de los agentes de Mervat–. Dieciséis minutos. Mervat. Debemos esperar. —Ya lo creo que lo hizo. Se arriesgó a venir por una simple sospecha. que supervisaba la operación. —¿Has logrado ver lo que eran? —Sí. incluido el que había traído al príncipe. Infórmame de cualquier detalle que surja. que eran el resto. y no lo hizo. aún en la pista de aterrizaje exterior. Pudo llamar a la policía. Son cazas. Contaba con varias salidas diferentes para los helicópteros. Debimos haber saboteado también los generadores auxiliares. Adriana. Mosca uno. Mantendré la línea abierta. Doce minutos. no bombarderos. —No podía saber quiénes eran –se justificó Van Basten–. una montaña de quinientos metros de altura. No se abren. Si no hubiese llegado ese entrometido de Mervat… No sé cómo logra estar en todas partes. ahora los distingo. ya vacío. —Eso es cierto.—Imposible –dijo el piloto–. Son aviones Tomcat volando a baja velocidad. se mantenían cerca de la compuerta con los motores en marcha. y el anterior buque partía escoltado por varias lanchas y un Apache. No pretenderán bombardear la isla… —No creo. El microcontrolador reconoció la clave y le puso en contacto con el agente que había enviado a la Torre de las Moscas. que se encontraba cerca. y se aproximan. Tres. No debiste dejar que entrasen en el puerto a espiar. Frederick vigilaba a su alrededor desde la lancha en la que se encontraba junto con el templario. Había tres lanchas torpederas y cinco rápidas de asalto. Mientras tanto. igualmente encerradas en la cueva marina donde se guarecían. pero no debió dejar impune la concentración de material que se realizaba allí. —Espera un momento –le pidió Mervat desde uno de los helicópteros–. ¡Vamos. Las lanchas. Tampoco sé cómo pudo averiguar que me dirigía a la isla. —Aquí estoy. Frederick Van Basten se rió animadamente ante la incrédula mirada del tem311 . al no poder abrirse las compuertas que permitían la salida al exterior. en marcha! El inmenso hangar se encontraba bloqueado bajo tierra. –Volvió su mirada al piloto–. los Harrier y los aviones de fabricación propia. Era un enorme cobertizo excavado en roca viva en la única elevación importante de la isla. ¿me oyes? –Se oyó un chasquido. activad los motores –elevó la voz hacia todos los pilotos que esperaban alrededor–. Otro buque inició la carga de la mercancía del segundo sumergible mientras regresaba el primero. —Nos queda muy poco tiempo –avisó–. Aún nos restan quince minutos para la recarga. La oscuridad era demasiado penetrante con la cortina que formaba la lluvia. En ese mismo instante. Así. La tormenta ya se encontraba allí. pues apenas poseían armas de este tipo. que se elevaba por encima de la creciente tormenta. los Tomcat eran de maniobrabilidad enormemente superior a la de los aviones templarios 312 . Segundo a segundo. Incluso los cazas permanecieron aparte. sin lograr ver cómo. Las lanchas templarias se acercaban a las otras a gran velocidad. Otros dos cazas templarios que se habían construido en la misma isla con las tecnologías allí desarrolladas despegaron desde la corta pista en la caverna que conducía al exterior. pero los Harrier giraban alrededor de los Apaches a tal velocidad que les resultaba imposible alcanzarlos. al no requerirse su intervención. Tras aquel desconcertante rodeo quedaron completamente expuestos. a un lugar elevado. deslumbrando a los vampiros y concediendo una mejor visibilidad a los humanos. que salieron despedidas en pos de los fugitivos. que comenzaba a descargar gotas cada vez más gruesas y ruidosos rayos cada vez más frecuentes. cuando los deflectores giraron a la posición horizontal. y los Sikorsky templarios aprovecharon para lanzarles misiles guiados por láser. mientras desde éstas les disparaban con balas de plata. Los dos Harrier fueron los primeros en enfrentarse a los dos últimos helicópteros biplaza. que escoltaban al catamarán de Van Basten. Ambos salieron despedidos hacia adelante. Sin embargo. un resplandor iluminaba el mar por completo. La tecnología de los vampiros era claramente superior. Todos escuchaban ya el fragor del ejército templario. dejando la lancha a manos de dos agentes. Un espectáculo semejante se pudo contemplar en la dársena donde se encontraban las rugientes lanchas. En el buque acorazado se encontraban a cubierto de lo que se les venía encima. En este sentido los templarios se encontraban en desventaja. Éstos comenzaron a disparar hacia ellos. por lo que no necesitaban ascender para levantar el vuelo. los rotores de cinco Sikorsky comenzaron a girar a toda velocidad mientras que los dos Harrier se elevaban lentamente hasta alcanzar una altura de seis metros. Frederick Van Basten y el templario se subieron a la cubierta y marcharon hacia el nordeste. Las compuertas se abrieron con un estruendo conjunto al bramar de los motores que comenzaban a funcionar a plena potencia.plario. Los cazas de combate de los templarios emprendieron la persecución de los Tomcat junto a los Harrier tras el derribo de los Apaches. al exterior. y una de las lanchas templarias volcó estrepitosamente al chocar con una ola enorme. y algunos de los que no poseían chaleco antibalas comenzaron a desintegrarse. Ninguno falló. el último catamarán completó el cargamento. durante la persecución. —¡Valerian. La única esperanza eran las lanchas ultrarrápidas de los templarios. Tres vampiros. las tres lanchas torpederas. ascendiendo luego para colocarse por delante del Harrier. que todavía no habían intervenido en el fuego cruzado. Los helicópteros no lograban superar la velocidad del vertiginoso catamarán de Van Basten. que se alejaba a gran velocidad mientras éste quedaba casi suspendido en el aire. pues los otros dos buques se encontraban ya lejos. esquivando una y otra vez los disparos de los cazas y los Harrier. siendo continuamente rechazadas por las lanchas de la escolta. ¡Círculo tres! ¡Valerian. que continuó la persecución tras el otro caza templario. El buque de Frederick quedó despejado. Pero sólo eran cinco. que no tardó en ser derribado produciéndose la primera gran explosión de la batalla. aún a nivel del mar. emprendiendo la huida. impidiendo que éstos intentaran separarse. perseguido por el tercero. uno de los Tomcat logró invertir el papel. iluminando el cielo con mayor potencia que cualquiera de los cientos de rayos que surgían una y otra vez de las nubes. círculo seis! Los Harrier formaron un giro circular alrededor de dos Tomcat. y el restante caza templario. Pero el Harrier efectuó un giro de 180º. Finalmente giró. tan rápidas como los catamaranes acorazados. evitando que pudiera lanzarle un misil. y éste lo rebasó por debajo de él. Y sólo era la tercera parte del total. se adelantaron y comenzaron a disparar a las otras lanchas con pequeños y rápidos torpedos que estallaban en los bajos de éstas. dos de ellos templarios y un agente de Van Basten quedaron cegados por el resplandor y no volvieron a recuperarse en mucho rato. Por eso. —¡Scarpan! –avisó uno de los pilotos templarios–. El Tomcat que lo perseguía se vio imposibilitado de apuntar a tiempo al Harrier debido a que la diferencia de velocidad era enorme y estaban a punto de chocar. pues en su interior se encontraba uno de los mayores tesoros que jamás habían existido en la Historia. Disparó un misil de precisión propulsado por fusión nuclear. comenzando a perseguir por detrás a uno de los cazas templarios. redujo enormemente su velocidad. que se encontraba por delante del caza. que se encontraba a una distancia que les era imposible alcanzar con los subfusiles desde las ventanillas. debido a las turbulencias. La segunda gran explosión fue aún mayor. La lancha que conducía uno de los templarios volcó en el mar al perder el control. que superaba con creces la velocidad del Tomcat. Pero los disparos continuaban. Una bola de fuego contenida por la lluvia fue atravesada de refilón por el victorioso Tomcat. descendió a ras del mar. insuficientes para abordarlo. y ya sólo restaba aproximarse a éste cuando oyeron horrorizados la llegada de dos nuevos Tomcat procedentes del oeste y la explo313 . Y ninguno tenía la menor intención de disparar un misil al buque. inversión! El Harrier de Valerian.y giraban fácilmente a altas velocidades. Finalmente. apuntando el morro hacia el Tomcat. mucho más grande y estable. Dos lanchas destruidas.sión. Los Tomcat comenzaron a disparar a los helicópteros templarios. Redujo instantáneamente su velocidad desde más de mil kilómetros por hora a menos de la mitad. y se dirigieron en persecución de los dos aviones que aún le quedaban a los templarios. Una bola de fuego que les impidió ver con antelación cómo. perseguido por los Tomcat. Desde uno de ellos. dirigiéndose hacia el oeste. pero no poseía los potentísimos motores de fusión de los cazas templarios y. se acercaron dos casi invisibles lanchas negras que comenzaron a derribar a las torpederas de los templarios. increíblemente. Desde la cubierta del catamarán volvieron a defenderse disparando balas de plata que dispersaron a las lanchas. El catamarán de Van Basten volvió a quedarse completamente solo. Dos misiles surgieron de los lados de su fuselaje. Dos enormes explosiones en la lejanía. derribando a tres de ellos sin que éstos pudieran hacer nada. Éstas respondían lanzando torpedos una y otra vez hacia ellas pero. y ésta estalló en mil pedazos ante la potencia del misil. a pesar de ser éstos los únicos que podían atacar con garantías al buque. El Harrier también alcanzó el máximo de velocidad. disparando a cualquiera que se asomara desde cubierta. Los helicópteros no podían alcanzarlo. antes de ser hundida. Eran demasiadas para poder defenderse de ellas. una velocidad inalcanzable para las lanchas con aquel oleaje. y logrando superar los doscientos kilómetros por hora. Por ello. El resto de las lanchas rápidas regresó para disparar hacia la otra pero. justo antes de estallar en mil pedazos inmersos en una enorme bola de fuego al ser alcanzado por los Tomcat. invirtió los propulsores en pleno vuelo cuando aún llevaba ventaja. Y otra. al conti314 . donde los aviones luchaban como cóndores enloquecidos. Uno de ellos probó a disparar hacia una de las lanchas antes de que atacase a las aliadas. Parecía como si los torpedos guiados por radar no lograban ver las lanchas. comenzaba a perder terreno. pero sí para el catamarán. Sólo una torpedera templaria logró escapar. Desde el este. logró lanzar dos torpedos más. Mervat ordenó acelerar al máximo desafiando la inestabilidad que se podía producir con aquella tormenta. ya algo más lejana. repentinamente. de uno de los Harrier. cuyos misiles se guiaban por láser. Ya había recibido varios impactos de proyectil. ninguno lograba impactar. Cuatro contra dos. Bolas de fuego que se encendían cuando la anterior aún no se había extinguido. Pero aún quedaban dos helicópteros. y abrió el paracaídas. logrando escapar. y las lanchas ultrarrápidas se le acercaban peligrosamente. y no podría aguantar mucho más en buenas condiciones. pero fue inútil. La persecución del buque continuaba en el seno de la tormenta. aunque sólidamente blindada. que se hundió irremediablemente. llevando a pique aquel inmenso tesoro. La intensidad de los disparos de rechazo disminuyó. que cayeron uno a uno.nuar su camino y sobrepasar el lugar del impacto. cortando con violencia la cortina de lluvia que corroía las hélices y las desestabilizaba cada vez más. que provocaba terribles turbulencias en el recorrido de las seis embarcaciones. La pericia de los pilotos y la puntería de los mecanismos consiguió dirigir los disparos a los puntos clave donde se ocultaban los tripulantes. para no caer al mar ni perder los subfusiles de las manos con las bruscas sacudidas. Ambos viraron a alta velocidad a pesar de la presión que podía producir en el cerebro de los dos humanos que los conducían. El helicóptero de Mervat sí había logrado su objetivo. aun a riesgo de provocar una explosión. recobrar el rumbo. por pura fortuna. el catamarán ya se encontraba a gran distancia. Podrían lanzar pequeños misiles que. Las lanchas eran la única esperanza. Los tres templarios 315 . Al no conseguir nada. a causa de la metralla que producirían. Era imposible llegar a alcanzarlo de nuevo. fue el primer fallo grave de los templarios. Definitivamente. dispararon a ráfagas contra la cubierta y el puente de mando. Mervat aún consideraba que sería demasiada suerte que uno de los abatidos llegara a ser el mismo Van Basten. ya que los tripulantes del catamarán se habían puesto a cubierto y los helicópteros no lograban alcanzarles. Corrían el riesgo de tocar un punto débil de su estructura que. por lo que descendió resignado al mar a rescatar al caído. quizás alcanzaran a todos los agentes ocultos en la cubierta. poseía lugares concretos desde donde podía estallar cualquier cosa. Uno de los helicópteros perdió el control. Mervat ordenó disparar con las más potentes ametralladoras de los helicópteros. había dos misiles volando a la par a corta distancia frente a ellos. La tercera lancha tuvo que detenerse para recoger a los tres caídos de la primera. Pero las turbulencias impedían controlar los disparos. y la segunda para recuperar a los suyos. que se desvaneció cuando una de ellas volcó aparatosamente. desestabilizándose y haciendo caer a dos de sus tripulantes. y giraron a una velocidad aún mayor. impactando cada uno en su correspondiente avión. Cuando el piloto logró. Otra tuvo que virar para evitar chocar con ésta. Y se arriesgaron. lo que permitió a los helicópteros superar la velocidad máxima de seguridad para situarse sobre el catamarán. Acercándose ambos helicópteros con todas las fuerzas de que se vieron capaces. Los misiles no tienen ese hándicap. ya todo dependía de los dos helicópteros. lanzándose en todas direcciones al tiempo que uno de los agentes caía al mar. ya que los templarios se veían obligados a agarrarse a las barras de apoyo y los estribos. pero no. Los disparos habían cesado. Sin embargo. Aun así. por lo que le avisó a través del intercomunicador. rodeó la cabina en el sentido de las agujas del reloj agachado a un nivel inferior al de los cristales. Para ambos las armas de fuego eran completamente inútiles. e inesperadamente. —¡Mervat! ¡Cuidado! ¡Encima de ti! El piloto del helicóptero había visto cómo se abría una escotilla en la parte superior del puente de mando. Kouba hacía lo propio en sentido contrario. protegido por el chaleco antibalas. Mervat se giró rápidamente. acompañada como en una especie de orquesta infernal por los estallidos de la tormenta y el rugir del viento. El fragor del motor del catamarán y el roce de éste con el mar a aquella gran velocidad. Mervat trató de agudizar el resto de sus sentidos para localizar a los tripulantes que aún permanecían vivos. Éste saltó hacia atrás esquivando al vampiro. y le golpeó la cabeza desde el aire al tiempo que le disparaba con sus dos pistolas. Ambos se lanzaron al ataque y Kouba usó la telequinesia para arrebatarle la pistola. por lo que podían verles sin ser vistos. por lo que se 316 . le salió al paso un vampiro que había permanecido oculto entre los botes salvavidas. Sólo había escuchado los disparos. El templario saltó por encima de éste. para evitar que le disparasen desde el interior. Había tres vampiros muertos por impactos de bala en el corazón. —¡Tú! –exclamó Mervat. pero ya sabía que la lucha había comenzado. dirigido por el piloto. Las armas cayeron a la cubierta lejos de su alcance mientras Tarpan se aproximaba a ellos para ayudar a su compañero. y Tarpan se dio cuenta de que habían tenido suerte al no alcanzar puntos vitales que podrían haber hecho estallar al buque. esquivando los disparos. La cubierta había quedado destrozada por los disparos de las ametralladoras de los helicópteros. Mervat y Kouba se dirigieron al puente de mando mientras Tarpan examinaba la cubierta.saltaron al catamarán desde seis metros de altura dejando al helicóptero. aunque dudaba que todos se encontrasen en el interior. y uno de ellos agonizaba al perder sangre a través del cráneo. mientras se convulsionaba violentamente por los daños cerebrales. Todos los proyectiles le alcanzaron en el pecho. quedando ambos frente a frente. cuando de pronto un vampiro surgió de una trampilla desde el suelo y comenzó a dispararle. que se incorporó al mismo tiempo que él. de la que había surgido un vampiro que se apostaba en el borde del techado para saltar sobre Mervat. Por tanto. y respondió con otra andanada que derribó al vampiro y lo dejó sangrando por tres sitios diferentes. Era Frederick Van Basten. en el cual desde cualquier rincón podía surgir un vampiro armado con sus letales armas de fuego plateado. Miró a su alrededor y se levantó para ayudar a sus compañeros. producía mayor efecto que la tensión del momento. rondando a escasa distancia de éste para cubrirlos. mientras el otro se la arrancó de una patada. Sin embargo. La cabina poseía cristales opacos desde el exterior. decididos a acabar con él. expulsando sangre. El templario dominaba debido a las heridas de bala que le había infligido al otro. acercándose a ellos. Cayó en redondo. el dominio del Arte del mercenario era mucho mayor. Tarpan no pudo gritar. cayendo al mar. mientras que el mercenario quedó en el mismo estado. Kouba tosió. fue impelida con una fuerza mayor. dejando un macabro charco negro cubierto por la ropa del templario. Los dos templarios se le acercaron por ambos lados. Kouba saltó hacia ese vampiro que. en un veloz recorrido aéreo en zigzag de siete metros que le impidió reaccionar. cargada con simples balas de plomo y acero. Girando sobre sí mismo. Agachándose. El vampiro que había dejado antes inconsciente se había despertado. y comenzaron a combatir cuerpo a cuerpo. —¡Tarpan! Había recibido un disparo en el hombro. Kouba sonrió al comprender. y le clavó profundamente un puñal en la espalda. Tarpan le lanzó una explosión de energía telecinética que lo impulsó hasta la borda. comenzó a toser descontroladamente mientras su maestro continuaba luchando. dejándolo inconsciente. Sin embargo. cuando de pronto Tarpan recibió otro disparo desde atrás que atravesó su cuello y alcanzó al otro vampiro en la cabeza.enzarzaron en una artística y vertiginosa lucha que la cubierta metálica del buque convirtió en un auténtico espectáculo aéreo bajo la lluvia. momento en el cual oyó un grito ahogado procedente de la pelea que se estaba produciendo entre Tarpan y el mercenario. no pudo celebrar su victoria. sacó su propia daga para clavársela en el corazón al malherido vampiro. Sin embargo. y se lanzó en ayuda de Mervat. La pistola. y éste se agarró la herida con una expresión de odio y terror en el rostro. No ocurrió nada. El resto del cuerpo fue barrido con extrema facilidad por la lluvia. pues había agotado sus reservas de energía y se encontraba malherido. Kouba golpeó con fuerza el cuello de su rival. Había cogido equivocadamente su pistola. que se mezclaron con las de Kouba y el otro esbirro. que detuvo 317 . le hizo recibir una patada en el cuello que le partió las vértebras cervicales. cuyo aspecto era semejante al de las que ellos usaban: pistolas Star 9 mm modificadas para disparar las balas de plata. haciendo caer la cabeza. como surgido de la nada. y logró apartarse del templario y atraer una de las pistolas que había en la cubierta. pero pudo reaccionar. propinándole el golpe de gracia. El vampiro ya no podía defenderse más. Tarpan y el mercenario de Van Basten perdieron sus respectivas pistolas en medio de su pelea. con las ropas colgando en la borda. al ser de metal. situada a una distancia suficientemente cercana. Su garganta fue lo primero que desapareció. Mervat se impulsó en las paredes de la cabina y se lanzó hacia él. les había disparado y. Ninguno esperó un solo segundo para retomar la lucha. lo impulsó hacia arriba en un giro circular y. y nunca había tenido la oportunidad de hacer frente a alguien como el Maestro templario en un combate a vida o muerte. antes de caer. se agarró a la borda con las manos. y comenzó a apretarle manteniéndole la cabeza fuera del catamarán. usó las piernas. Nadie en el mar. Ambos vampiros se elevaron en el aire. Por eso. agarrado directamente a la cubierta exterior. pero éste aprovechó para usar el Arte y hundir el puño en su estómago con el añadido del impulso hacia arriba provocado por la energía. El Maestro vigiló la borda sin asomar la cabeza. no salía. estrellándolo contra la barandilla de la borda. Cara. pero lo hacía demasiado lentamente y. Incorporándose. y Frederick expulsó saliva por la boca. Era un rival muy duro para él. corrió hacia él. cuello. Mervat se alejó a una prudente distancia del lugar de la caída y se asomó al exterior. con la tormenta. Entonces se encontraba ahí. Esta vez Frederick concedió mayor importancia a los puñetazos y se colocó a la par de Mervat. ya habría sido ahogado y arrojado al mar. En el instante en que se le agotase la reserva de energía caería al mar y. elevó las piernas de talón hasta contactar con las del templario. recibiendo sorpresivamente un rápido golpe adicional en su estómago con la rodilla de Frederick. Nada. Por lo tanto. regresó a la cubierta. que se habían entrenado más para desviar golpes y agarrar que para golpear. Sin embargo. y respondió golpeándole en todas direcciones. Frederick había desaparecido. por el uso que le había dado. quedando suspendido en vertical cabeza abajo. para evitar ser sorprendido. estómago. Mervat intentaba apartar sus manos. Van Basten agarró del brazo al Maestro y lo derribó al suelo. girándose hasta colocarse de cara al suelo. nunca se habían enfrentado dos luchadores con técnicas tan dispares. pues el Arte no valía con la materia líquida y. hombros. y respondía realizando patadas que golpeaban a Mervat sin producirle el menor daño. antes de que lograse separarlas. Mervat se encontraba en la misma situación. corrió hacia él y lo pateó un metro antes de caer. Frederick detenía todos y cada uno de sus golpes. era improbable que pudiese regresar. se apartó hacia atrás y realizó un barrido con sus piernas que Mervat saltó con facilidad. Nadie en el aire. pero bien pronto se dio cuenta de que los brazos del templario poseían una fuerza impulsiva mucho mayor que los suyos. pecho. Eufórico. lo agarró del cuello.su golpe cruzando los brazos. Con las rodillas y el Arte. Aprovechando su confusión. usó el Arte para impulsarse con mayor fuerza y lanzó a Mervat por los aires. Si el capomafia había caído al mar. pero se revolvió y regresó a tierra. era absolutamente impracticable incluso para el mejor nadador. sin ningún asidero. Una vez más. pero Frederick ya lo había previsto y. sin embargo. Mervat no se inmutó. no debían restarle más que unos segundos. Usando nuevamente la telequinesia. se volvió para vigilar los 318 . y corrió hacia él a una velocidad endiablada. vio a Mervat de espaldas a él. Dos chasquidos se perdieron en las brumas de la tormenta sin llegar a oídos de nadie. cayendo al suelo con un tremendo dolor en las piernas. Frederick salió de una ventanilla y trepó por las paredes del buque.alrededores de la cabina. asustado. mirando a su alrededor y haciendo señales manuales a distancia a un templario que se encontraba herido. Pero no era una mirada. disparó a Kouba. Sólo respiraba por un pulmón. Apretó el gatillo y se apartó del capomafia. dolorido y con esfuerzo. 319 . rodeado por un charco de sangre diluida en el agua de la lluvia. pero no logró más que agitar sus propios cabellos y producir un último y leve movimiento en el cuerpo de Frederick. su cuerpo comenzó a desintegrarse liberando la atormentada alma que Frederick Van Basten había soportado durante muchos años. le arrebató la pistola y se la encañonó en la sien. Kouba no pudo gritar pero. También intentó hacer estallar el resto de las cargas de energía de su cerebro. Desde aquella expresión. Era la última expresión que había tenido antes de morir. El jefe de caballería armada no logró esquivar el brutal golpe que le dio en la parte baja de la espalda. gladiator. Apuntó con la pistola a Mervat y quitó el seguro. a juzgar por sus jadeos y pausados movimientos. —Ad nunquam. Agarrándolo del brazo. donde por fin lograría reposar eternamente en paz. escupiendo sangre. —No podrás conmigo –dijo. El caballero templario comenzó a gritar mientras su cuerpo se disolvía segundo a segundo. Demasiado tarde. Éste se volvió a mirarlo. a excepción de él y Kouba que. señaló con el brazo detrás de Mervat. parecía agonizar. No se pudo volver a incorporar. pero trató de desplazarse con la fuerza de sus brazos. con una sonrisa que produjo un inmediato efecto en el capomafia. que llevaba una pistola entre sus manos y había estado a punto de matarle. excepto… Girándose rápidamente. alcanzando a Van Basten por detrás. Sus atavíos cayeron bajo su propio peso. Al asomarse. y los restos de su cuerpo fueron arrastrados hacia los sumideros de drenaje para llegar al mar. a ocho metros del Maestro. Kouba se arrastró. —Jamás lograrás lo que buscas –le dijo Mervat. —Y sin saber quién soy yo realmente. —¿Eso crees? No sé quién eres. Frederick se llevó la mano a su chaqueta y sacó una Star 9 mm. Kouba continuó arrastrándose. Mervat apoyó sus brazos sobre la cubierta y se impulsó con todas sus fuerzas hacia adelante. Se izó al interior con rapidez. Ya no quedaba nadie vivo sobre la cubierta. pero morirás sin que llegue a saberlo. dirigiéndose hacia ellos. Mervat le acompañó a la cabina. mientras el piloto gritaba alabanzas que eran respondidas desde las lanchas y las cubiertas de los buques. pero aún conservaba una leve movilidad que le permitía andar lentamente. El ejército los rebasó en dirección a la isla en medio de un gran estruendo de motores. Mervat no logró comprender qué ocurría hasta que reconoció el sonido de los helicópteros. —¡Sangel! –exclamó Mervat–. se acercó al puente de mando y trató de abrir la puerta. —¿Cómo…? ¿Cómo…? —Es una larga historia. Sentía un fuerte dolor irradiado en la espalda y en los miembros inferiores. ¡Lo han conseguido! —Sí –dijo–. ¿Qué hace…? 320 . pues poco a poco perdía velocidad. ¡Estás vivo! ¿Cómo es posible? Ambos templarios. No sin luchar y con muchas bajas. quedando completamente atónito al ver quién era el asustado timonel. ya que él era uno de los alumnos de Klaus–. que permanecía posado en la cubierta del buque–. que habían interceptado a los fugitivos en su huida hacia las costas del norte de Escandinavia. El buque parecía ir a detenerse. Y ya con el control de éstos. Un helicóptero se detuvo sobre el buque de Mervat. La tormenta había amainado. —¡Maestro! –exclamó Sangel sorprendido. —¡Son ellos! –gritó el piloto del helicóptero de Mervat. Con dos pistolas. Disparó a bocajarro contra la cerradura. Eran tres helicópteros Sikorsky y varias lanchas supervivientes conducidas por los agentes de Mervat desde Maarianhamina. hermanos de sangre. con un ligero temor mezclado con una vana esperanza. El piloto debería haber abandonado o muerto. aún débil. bajando un templario a éste de un largo salto para hacerse con control del puente de mando. se fundieron en un abrazo de alegría que hizo tropezar a Mervat. donde el jefe de caballería permanecía atado a una tubería. e irrumpió en el puente de mando con las pistolas por delante. —¡Klaus! A lo lejos pudo ver. los dos buques en los que se transportaba el resto del tesoro. y faltaba poco tiempo para el amanecer. una en cada mano. habían emprendido el camino de regreso a la isla. No eran Apaches. habían logrado vencer al ejército de escolta y apoderarse de los dos buques. Ahora hemos de regresar rápidamente a la isla si no queremos achicharrarnos con el Sol.Mervat trató de levantarse. Lo han conseguido. 24 Seis templarios cubiertos con trajes aislantes y cascos de cristal opaco a los rayos ultravioleta arrastraban a un semidesnudo y suplicante Klaus. tanto sea en el Reino de los Cielos como en el Reino de las Tinieblas. pues conozco la reticencia frente al dinero y las riquezas de la mayoría de los vampiros. cuando podría ser sabiamente empleado en provecho de la población vampira y humana. aún había un margen de tres años antes de experimentar las consecuencias de su muerte. pero no pensaba matar a David. que trataba de lograr el perdón del Gran Maestro. sino a Margast. te juzgue y te conceda el puesto que te mereces. y nunca más volverá a ver la luz de la Luna. Aquella playa se encontraba plagada de cruces de madera incrustadas en la arena y las rocas. Toranks. —¿Pensabas ceder el tesoro a ese gran hombre en provecho de la humanidad? –le preguntó Toranks. con las últimas hebras de niebla y las últimas gotas de rocío que precedían al amanecer. el cielo colmado de relucientes estrellas y nubes en el horizonte teñidas de un aún ligero arrebol. y eso es un grave error. lo condujeron hacia unas rocas cercanas a una playa del este de la isla de la Torre de las Moscas. pero cáustico y firme. Os aseguro que no pensaba matar a nadie. los principales afectados por la gravísima traición del jefe de caballería. David. ¿Te crees capaz de adivinar los designios del Altísimo? ¿Acaso crees que puedes predecir el momento del Fin? 321 . Una vez allí. Recordad la parábola de los talentos. A él sólo pretendía retrasarle para lograr el control absoluto de mi regimiento al morir el Gran Maestro y no haber traído aún al sustituto. —¡En absoluto! Ese cerdo no era más que un gancho. —Estamos dispuestos a escuchar tu última confesión. De lo contrario. era terrorífico y su papel. rogaremos por tu alma para que Dios. pues lleva cientos de años en los subterráneos. —Nunca pretendí haceros daño. —¡Inepto! –le gritó Mervat–. Jaroslaw se dirigió a él en un tono frío y distante.—Nada de maestro –le interrumpió Mervat–. notorio. En todo caso. pero a ese maldito mafioso se le fueron las manos. Iba a matarlo antes de que él lo hiciese conmigo y hacerme con el control. para invertir el tesoro en mejores causas. Mervat. El efecto en conjunto. pero no me vi en otro remedio. Si confiesas. Nunca lo usaría para el mismo negocio que ese mafioso llevaba. Mi intención era darle uso al tesoro. sin pensar en los grandes beneficios que podría traer al mundo. —¿No pensaste en las consecuencias a las que podía llevar la muerte del príncipe y del Misionero? —Claro que lo sé. Lleva demasiado tiempo corroyéndose bajo tierra. Él es el traidor. en su infinita misericordia. Alain y Sangel. Jaroslaw. tu alma será maldita a nuestros ojos. —No digo que sí. Klaus sudó profusamente. en representación de Jaroslaw. hijo. habrá tiempo suficiente hasta encontrar al Elegido. —Klaus. —Aún no ha sido del todo sincero –se atrevió a decir David–. Poco a poco. Aflicción y tormento. a pesar de que el Sol sólo se había mostrado tímidamente en el horizonte. Klaus comenzó a gritar de dolor. Muerte. Jaroslaw clavó una cruz de madera en aquel mismo lugar. explotando y liberando sangre y piel. Su cuerpo parecía entrar en ebullición. como si fuera consciente de lo que su presencia estaba provocando. que comenzaba a absorber los primeros rayos de luz de la mañana. 322 . te condenamos a la pena de óbito por tu traición. Nadie llegaría a saber jamás si el Altísimo también lo condenaría desde su Reino. que aún no había sido introducido plenamente en las reglas de la misma–. Pero no existe una segunda oportunidad de confesión. observando la creciente claridad del cielo. y por el intento consumado de asesinar al Gran Maestro con agravamiento de premeditación. Decenas de ampollas aparecían y desaparecían. tu grave falta de fe. No me creo en absoluto lo que dijo del empleo que le iba a dar al tesoro ni que no pretendiese matarme. Ninguno de ellos rezó por él. pero el Fin nunca llegará de inmediato. como único recuerdo de aquel miserable que estuvo a punto de acabar para siempre con la Orden Templaria. no te mereces el título de maestro de la Orden –sentenció Toranks. y así ha sido. —Lo sabemos. condenado desde la Tierra por todos sus pecados. Por lo tanto. el cuerpo del vampiro se iba desgastando hasta hacerle perder todas sus fuerzas. y éste dejó de gritar pero no dejó de sentir dolor y sufrimiento. sino de felicidad. Era ella. 323 . casi negras. y contemplaba aquella puerta blanca de madera sin hacer otra cosa. pero significativos. todo los unía. nervioso. Ahora. Consultaba sin cesar su reloj. Victoria. En realidad. Mucho tiempo. al tiempo que la puerta se abría con lentitud. Cuando se trataba de combatir. David llevaba un precioso ramo de rosas oscuras. mostrando los propios puntos débiles.Epílogo GRANADA David esperaba impaciente sentado en un asiento de plástico de aquella sala. Demasiada lentitud. Ella caminaba con un poco de debilidad tras tantos días en completo letargo. Sus piernas no cesaban de temblar. que aceptó con un brillo en sus ojos que no eran de luz. Temía por no saber reaccionar cuando llegase. Ni siquiera la propia naturaleza. De felicidad infinita por ver todos sus sueños finalmente cumplidos. pero en momentos como aquel uno se sentía impotente. David se incorporó de su asiento. pensó. podía permanecer tan frío y tranquilo como el más experimentado luchador oriental. y no le restaba más que prepararse. y el nerviosismo le impedía pensar. pues el médico vampiro ya le había dado aviso de que el momento en que saldría había llegado ya. y él observaba los cambios que en ella se habían producido. en su mano. escasos. El picaporte giró. «¿No había dicho diez minutos?». Consideraba que debía haber salido hace ya mucho tiempo. De poder estar juntos para siempre sin que ya nada pudiera interponerse entre ellos. mirándola sin apartar los ojos de ella un solo instante mientras se acercaba. El temor y la inquietud de aquellos cinco días concluirían dentro de pocos instantes. David le ofreció el ramo. sólo habían transcurrido la mitad pero se sentía incapaz de reconocerlo. sin saber cómo reaccionar. con sus brillantes ojos dorados y sus emergentes colmillos. por cometer alguna torpeza de las que se cometen cuando uno se encuentra tan nervioso. en todos los sentidos. Un día que jamás olvidarían.Se fundieron en un largo abrazo. Aquel día en el que comenzaba una nueva primavera en Granada sería un día completamente nuevo. de la vida de aquel que logró salvar la vida de los vampiros gracias al ánimo que le infundió en su corazón aquella humana que siempre conservó la esperanza de que lo lograría. besándose durante lo que les llegó a ser una eternidad. 324 . han contribuido de alguna forma al resultado final de esta novela. corrección o maquetación.AGRADECIMIENTOS Quisiera mostrar mi agradecimiento a todos los que. en especial a Beatriz (corrección). Jaroslaw (maquetación y web) y José Manuel (corrección y estilo). en algún momento de su escritura. 325 . NOTA Esta novela es una novela de ficción. María (encuadernación). cualquier parecido tanto de los personajes como de las descripciones con la realidad debe considerarse pura coincidencia.
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