LA CARICATURA SOCIAL: MODA Y TRASGRESIONES Por Beatriz González Aranda El Frente Nacional (1958-1974) restableció la libertad de prensa por medio de la Ley 159 de diciembre 30 de 1959. Después de ocho años de fuerte censura, la caricatura social, tan utilizada por los dibujantes como excusa para evadir la represión, estaba aclimatada en el país. Existía una concordancia entre lo que significó la apertura optimista del Frente Nacional y la excitante década de las trasgresiones, con los Beatles e incluso la apertura de la Iglesia con Juan XXIII. En el decenio de 1960, la moda, el arte y la música se convirtieron en protagonistas. Merino le hizo caricaturas a García Márquez en 1967, cuando se publicó Cien años de soledad, obra que anunciaba el boom de la literatura en Latinoamérica. El Salón Nacional de Artistas tuvo mayor representatividad de los caricaturistas: Pepón (José María López, 1939), dio testimonios de cómo captaba la opinión pública el arte del momento. Velezefe se burló del premio de escultura otorgado a Feliza Bursztynen el Salón XVII de Artistas Colombianos. En la leyenda inferior pregunta: ¿Es-cultura? No solo se trató el tema de las pinturas y esculturas sino del personaje más representativo en ese momento, la crítica de arte Marta Traba. Pepón y Héctor Osuna (1938) se solazaron con su flequillo. Hernán Merino la acompañó en algunos programas didácticos en el Servicio Nacional deAprendizaje (Sena). El Frente Nacional fue símbolo de tolerancia, al menos en sus primeros años. Uno de sus éxitos, según Posada Carbó, fue “el mantenimiento básico de las libertades públicas (en contravía de casi la totalidad de América Latina)”71. La gráfica crítica no escapó de la efervescencia de la época. Por el contrario, hizo un giro interesante porque aplicó las modalidades de la caricatura social a la política. La política se convirtió, gracias al ingenio de los dibujantes, en costumbre. Se puede decir que se aligeró. En la década de 1960 se exigió que la caricatura fuera más artística; tenían mucho éxito dibujantes como Peter Aldor, cuya influencia artística se difundió por las regiones; Merino, el más inclinado hacia el arte de los caricaturistas colombianos de su época; Pepón, quien había visto la caricatura en París y en Madrid, Juan Cárdenas, graduado en Artes Plásticas en Estados Unidos, Antonio Caballero, quien provenía de París, y Héctor Osuna quien había estudiado en España. CARICATURISTAS DE LA “GRAN PRENSA” La caricatura de la “gran prensa” ha sido estudiada con detenimiento: el historiador William Molina Merchán publicó un artículo titulado “La caricatura política durante el Frente Nacional”72, producto del análisis de 1.556 caricaturas de El Tiempo y 1.648 de El Siglo. Encuentra que los temas más destacados son: la política internacional, la nacional, la economía y la desigualdad. Por su parte, el historiador César Augusto Ayala ha publicado numerosos ensayos sobre la Alianza Nacional Popular (Anapo) y la “gran prensa”, desde el punto de vista de la lingüística y de las ideologías. El uso de las caricaturas es para el autor un motivo para evidenciar una víctima propiciatoria de la “gran prensa”, en este caso Rojas Pinilla, y en menor proporción el MRL, movimiento liderado por Alfonso López Michelsen. ¿Qué se denominó irónicamente como “la gran prensa”? A los periódicos que defendían al establecimiento, representado por el Frente Nacional. ¿Quién acuñó el nombre de “gran prensa”? No se sabe. Muchos caricaturistas notables, Chapete, Pepón, Merino, Aldor, Henry, Velezefe, entre otros, trabajaron para la “gran prensa”; sin embargo, algunos de ellos “Pepón se felicita por la libertad de que dispone para los temas de sus caricaturas. Avance. “la caricatura moderna en el país arranca a mediados del siglo con el gran aporte de Hernán Merino. las costumbres con la política. […] En realidad varias veces lo hemos visto discrepar de la posición oficial del periódico”73. mezclando tinta china y lápiz con aguadas. acosados por la impaciencia al ser blanco de sus ataques. Como caricaturista de la “gran prensa” criticó a quienes se oponían al sistema bipartidista. Unos decían que tenía una línea egipcia. Se vinculó al periodismo antes de la caída de Rojas Pinilla. Sin embargo. Con él se inicia el dibujo moderno de volumen. uno de los movimientos que trató de interrumpir la mecánica bipartidista trazada por el Frente Nacional. Política. se llamaban craftint) para fondos. El Mundo de Caracas. Aunque las notas periodísticas afirman que “hacía reír sin herir”78. 1940-1996) fueron los más comprometidos con la “gran prensa” y la defensa del Frente Nacional. decían que no sabía dibujar. que abandonó por el dibujo. sombras. Fue un acto de valor que acobardó a sus presuntos agresores”74. fue motivo de burlas: “Pepón solía representar al payanés con la cola de lagarto asomándose bajo la chaqueta. trajes y volúmenes. Merino aprovechó la libertad de prensa para intercalar en las caricaturas. siempre creó polémica sobre el aspecto artístico. tenía montada una tribuna contra los enemigos del establecimiento. donde hizo estudios de escultura con Otto Sabogal y José Domingo Rodríguez. Colaboró con El Tiempo. Colaboró en Semana.600 caricaturas. hasta 1965. transplantado por Merino directamente del dibujo publicitario. El Colombiano y La Calle. Luis Fernando Vélez Ferrer (Velezefe. El último presidente frente nacionalista fue Misael Pastrana Borrero (1970-1974). nació en Medellín76. desde el punto de vista de la técnica”75. témperas y acuarelas sobre cartulina ros o cartulina durex. Y. como las personas estaban tan familiarizadas con su rostro. Chapete. como se autodenominó Guillermo León Valencia. Aparte de su compromiso con el Frente Nacional en el campo internacional se convirtió en vocero de los exiliados cubanos en Miami. “el dibujante se valía de los defectos físicos de Rojas y. Es posible que esta última especialización le diera la fuerza que poseía su caricatura. más de quinientos caricaturas. Para el historiador César Augusto Ayala. La República. “Alguien dijo en una oportunidad que Velezefe ‘era un mal dibujante’. su línea brusca e irreflexiva logró ser reproducida en varios diarios norteamericanos”79. desde su tira cómica denominada De domingo a domingo. Obtuvo el bachillerato en el colegio de San Bartolomé en Bogotá e inició estudios de medicina. Este sistema. El Espectador y El Correo de Medellín para el cual realizó más de 2. Y es el primero en imponer el sistema de plantillas de trama (que en esa época. El Tiempo. El “presidente de la paz”. en varias oportunidades. periódico cubano de exiliados en Miami. arte en el que se inició en 1959. que ahora era prominente . cronista y caricaturista antioqueño. Hizo. No obstante.tuvieron el valor de ser críticos con el establecimiento. cuando el Frente Nacional estaba comenzando. Trató sin miramientos las actitudes de presidentes intocables. caracteriza —de 1950 a 1962— sus novedosos trabajos de caricatura y marcan una ruptura en la historia del género en Colombia. Chapete y Henry (Henry Laverde Pineda. recibió anónimos con amenazas de muerte si se apersonaba en Popayán. Tuvo la oportunidad de estudiar primero en la Escuela de Bellas Artes de Bucaramanga (1956). Pepón viajó a la capital caucana y nadie osó tocarle un pelo. captaban las invariantes que permitían su reconocimiento: su mentón largo. al implantar el sistema de sombreados. Sus planes de vivienda popular durante la campaña le inspiraron a Merino audaces gráficas. Según el investigador Miguel Escobar. Sus gráficas más famosas se relacionan con la Anapo —Alianza Nacional Popular—. Henry Laverde nació en Bucaramanga. años cincuenta. 1939-1986).77 Fue caricaturista de planta y cronista de El Colombiano con su columna titulada Fosa común. otros. en la de Barranquilla (1957) y después en la de Bogotá. en El Espectador. lo que hacía que con humor hiciera más original su presencia en el panorama de la caricatura nacional. simpatizó con Ugo Barti por la calidad de su dibujo y lo vinculó como caricaturista de El Siglo. el tráfico y el trasporte. y Mario Pineda. “Ugo Barti. presentó una cancha de fútbol: Alberto Lleras lleva puesta una camiseta con el escudo de Colombia y le mete un gol a Rusia. Una gráfica de Chapete que presenta una caneca con un rótulo que dice “basura” y dentro de la cual se encuentra La Nueva Prensa. sólo permiten entrever rabia. . El diario conservador. y los textos no dejan traslucir ni una prisma lienza de la inteligencia del autor. Aunque solo duró cinco años. estudió en la Escuela de Diseño de Providence. A su regreso a Colombia. “el folletico que Álvaro tituló ‘Timoteo… y el Prematuro’ carece de valor y de validez política. La agudeza política de Gómez encontró en Barti su mejor expresión. Según Fernando Gaitán Salom. La Nueva Prensa criticó las caricaturas de El Tiempo alusivas el triunfo del equipo de fútbol de Colombia en Chile —donde Colombia marcó el único gol olímpico de su historia—. seudónimo que fue utilizado en un comienzo por Álvaro Gómez y después por Ugo Barti (Armando Buitrago. 1934). un periódico de la oposición que criticaba el auge frente nacionalista. La revista. presenta los perfiles enfrentados de Alberto Lleras y Nikita Kruschev. Panzuko. La Nueva Prensa se puede clasificar como revista semanal de oposición que polemiza con El Tiempo. Elcíades en El País de Cali. con dibujo sígnico. a pesar de pertenecer a Laureano Gómez. 1936). trataron temas nacionales y regionales. con su estilo característico. es el hombre que diariamente le da vida a Timoteo. de mucha calidad. unas veces a favor y otra en contra del Frente Nacional. Matty. nombre que corresponde a un anagrama de su verdadero apellido. estaba orientada hacia la crítica del Frente Nacional y de sus gobernantes. aparece en el semanario con el siguiente comentario: “Chapete nos echó a la basura el domingo pasado. La Nueva Prensa reprodujo las caricaturas de El Siglo. Este último amenaza con la hoz y el martillo al presidente colombiano. No se sabe si los famosos caricaturistas estaban al tanto de esos préstamos. para la impresión de un pico carroñero al revés. Está considerado como uno de los principales caricaturistas al lado de Osuna”84. Gómez publicó la caricatura Timoteo… y el prematuro contra la candidatura a la presidencia de Carlos Lleras Restrepo. con una agudeza y un veneno muy particular en la forma de ver los sucesos políticos del país. Henry. son “insuperables por su vileza”81. Matías Blanco. comenzó a manifestar sus desacuerdos durante el Gobierno de Guillermo León Valencia. cerca de Boston. Se compara el triunfo futbolístico con el éxito internacional del Gobierno de Alberto Lleras. Peter Aldor. su calvicie era resaltada con poquísimos cabellos. viejos rencores y más odio por los conservadores ospinistas que por el mismo Lleras Restrepo”83. Las gráficas aparecen firmadas por Timoteo. […] Las infamias de Chapete siguiendo las instrucciones de sus amos sirven de todos modos para mantener el fuego de la rebelión en los corazones de los colombianos bien templados”82. En todo el país la caricatura tomó forma. en las páginas de El Siglo. en 1966. Según Carlos Lleras de la Fuente. se inició como caricaturista en El Espacio. frustración. Lo que él llama basura —o sea quienes participamos activamente en la preparación del proyectado Paro Cívico del 25 de enero— es lo mejor para Colombia. porque concordaba con sus críticas al Gobierno. Rhode Island. Para la sección de caricaturas se adaptaban a temas nacionales las del argentino Landrú (1923) y las del mexicano Rius (Eduardo del Río. Álvaro Gómez. que tenía talento artístico. en Vanguardia Liberal de Bucaramanga y Juan Pablo Orozco en La Patria de Manizales. En la revista de oposición se afirma que las caricaturas de El Tiempo. los dibujos son monótonos y descuidados. uno de los gestores del Frente Nacional. LA OPOSICIÓN AL FRENTE NACIONAL Las críticas de La Nueva Prensa (1961-1966) se reflejaba en las caricaturas. A finales de junio de ese mismo año fue contratado por La República donde presentó sus gráficas críticas sobre temas de la ciudad como la basura. alcanzó a dejar huella en los campos político y cultural. su figura se mostraba desgarbada y sus ternos casi raídos […]”80. fundada y dirigida por Alberto Zalamea. Juan Cárdenas (1939) originario de Popayán. que recuerda los grabados populares de la revolución mexicana. el poeta Guillermo Valencia). el periódico publicó una parodia del escudo nacional: el cóndor tiene por cabeza el perfil del presidente Valencia. En una noticia del mismo día. como lo hizo Alfredo Greñas en el siglo XIX. El 15 de mayo de 1967. estaría dispuesto a hacer una caricatura parecida”. el diario se excusó diciendo que el caricaturista era un joven estudiante de la Universidad Nacional.”. Su actividad más osada tuvo lugar durante el periodo posterior al Frente Nacional. las cornucopias representantes de la riqueza son reemplazadas por dos automóviles con la bodega abierta de la que se lanzan mutuamente papeles que dicen SOS. tuvo lugar entre 1965 y 1973. entre otros. estaba fuera del país. esto es. se ajusta a los temas propios del arte comprometido. Ante el escándalo.Un incidente que hizo historia en la caricatura lo protagonizó en La República. en el suplemento dominical de El Tiempo. cuando era presidente Alfonso López Michelsen y los partidos tradicionales estaban divididos por la candidatura a la presidencia. En el conservatismo se disputaban la candidatura Álvaro Gómez y Belisario Betancur. que debía poner su talento al servicio de sus ideales. que el director del periódico. de Carlos Lleras Restrepo y de Hernando Agudelo Villa. Manuel Parra descubrió desde joven su vocación por las artes plásticas. Esta etapa. de los presidentes Rómulo Betancourt y Alberto Lleras y sus respectivos cancilleres. El 6 de julio. Guillermo León Valencia. Permaneció en la comisaría por una noche y al día siguiente lo dejaron libre. Dotado de un gran talento para el dibujo. fundada en 1974. En 1966 se inició sin aspavientos. Caballero nació en Bogotá. en traje de cazador —su ocupación predilecta— y acompañado de su perro Anarkos (una alusión a su padre. que se trataba de un clásico embuchado. las carabelas del istmo de Panamá comercian con cocaína. Estas disensiones fueron captadas con agudeza por Luisé. Silvio Villegas. Su estilo severo. “se trata de un dibujo torpemente concebido y pobremente realizado. cuando ya no era presidente Valencia. El 5 de julio. se irrespetó inclusive el escudo sagrado de la República […]. escogió como herramienta la unión del arte y el periodismo. Se vinculó a Voz de la Democracia. el presidente Valencia pronunció un discurso en el que afirmó: “Paso por encima de iniquidades tan grandes como la caricatura de ayer en un diario de la nación. del Partido Comunista. El presidente elegido. En el segundo campo. símbolo del clientelismo. Dijo que. en el seno de una familia de ironistas. presenta dos actitudes en la gráfica crítica: la tira cómica y la caricatura tradicional. La Brigada de Institutos Militares designará al juez instructor que deberá adelantar la investigación penal por el delito de lesa patria contemplado en el artículo 126 del Código Penal y que fue cometido por un caricaturista del diario La República”85. entre 1977 y 1980. Arriba se encuentra el lema: “Las calumnias que abrillantarán nuestras reputaciones”. y en particular contra la Cuba de Fidel Castro. El liberalismo estaba escindido por las aspiraciones de Julio César Turbay. En el tercer campo. representó una de las más claras oposiciones al establecimiento. Su participación en la revista Alternativa. se le preguntó si estaba arrepentido y respondió: “Si llego a tener conocimiento de otra irregularidad. con una serie que denominó Cartones. el gorro frigio tiene atada una corbata de rayas. se cuestionan los acuerdos colombo-venezolanos contra el comunismo. cuando ya el Frente Nacional estaba terminando. Cárdenas fue detenido por agentes del DAS por la caricatura del escudo nacional. titulada “El DAS dejó en libertad al caricaturista Juan Cárdenas A. La caricatura tuvo allí uno de sus mejores representantes: Antonio Caballero. En el primer campo. en 1945. la caricatura. publicada un año antes. Uno de los herederos más consistentes de Peter Aldor fue Luis Eduardo López (Luisé. manifiesta su adhesión al Tío Sam por medio de elogios a la Alianza para el progreso. nombre con el que nació el 20 de julio de 1957 el semanario Voz. del cual apenas si vale la pena de ocuparse”. En la primera se aleja de los . La revista Alternativa. En las gráficas. en que con ánimo de destruir mi reputación moral. que se puede denominar existencialista. 1929). Después de vencer muchas dificultades comprendió. en su primera etapa (1974-1978). no quiere dar muestras de renovación. al ingente acíbar de su ironía. El “juás” —voz onomatopéyica del golpe del bolillo— produce hilaridad. Como dice Héctor Osuna. panzuda. seguro de una cierta inalterabilidad de las formas. El más famoso de los fotomontajes fue la presentación en la carátula del candidato a la presidencia de la república. sin paisaje ni anécdota. adiposa. hay entre los colombianos cierto desgano. p. por medio de la fealdad. Ugo Barti considera que “estas figuras las hubiera creado en ratos de maldad. Los ancestros costeños de Alfonso López Michelsen lo llevan a participar en la fundación del Festival Vallenato. quien “considera que en la década del setenta las cosas se descararon”. Ya no son figuras abstractas. La segunda parte está ceñida formalmente a la gráfica tradicional. el analfabetismo. sino que acude a su mismo pulso gráfico. según Ugo Barti. la mujer instalada del bolsito y del jersey. a sus silencios cerebrales. al hombre de sus síntesis. se perpetúan cuando sonriente. le canta para develar el asunto del procurador: …¡Seguramente que no fui yo. el reclamado dibujante no da. entre ellos Álvaro Gómez. Las figuras políticas y los grandes empresarios fueron su tema favorito. La caricatura tradicional. representante de tres o cuatro grupos sociales (el político clientelista. cierta repugnancia —justificada— para ver bien la realidad… pero cuando se ha vivido sin escape ese horror. ni Pedro Castro…! “La corrupción es la materia de que está hecha la Colombia de pesadilla”. como un padrino de la mafia. de un modo casi placentero. las distintas facetas de la izquierda. tripuda. la revista Semana. por medio de una gráfica insuperable que Héctor Osuna denomina “maestría desdeñosa”. la impureza del sufragio. como la orden de prisión para el político Alberto Santofimio. El presidente Turbay y su ministro de Defensa auscultan los problemas del país. Bogotá. a su misma verdad frontal. Comienza una vez más a entregar en pausas. La nación soñada. 71 Eduardo Posada Carbó. comenta: “Cárcel que no mata. se concluye que Caballero fue benigno”86. engorda”. Julio César Turbay. Ciertos acontecimientos políticos. donde asume también la coordinación editorial. presentó la gráfica crítica con sistemas variados. y convierte la escena en un cuadro de costumbres políticas. . 2006. está cargada de maldad. Después de Alternativa. a diferencia de la del pintor Fernando Botero (1932) que es inocente. a sus miradas al lector y al acíbar. la represión del Estatuto de Seguridad y la corrupción. 188. Siete días después de su posesión como presidente de la República. Alternativa. El caricaturista recuerda la canción en que se menciona al padre del presidente. ni Alfonso López. Más allá de la simple burla a la gordura del presidente y a su ministro se trata de denunciar. Campeando. En esos días se llegó a creer que se le iba la mano. el armamentismo. La gráfica es tan acérrima como la caricatura inglesa de finales del siglo XVIII. el caricaturista se burla de la apariencia de Julio Cesar Turbay quién en la gráfica verifica que no cabe en el sillón presidencial: “Me lo temía: me queda chiquito”. en anhélitos.planteamientos existencialistas anteriores y se dirige a denunciar los problemas concretos del país como la represión en la universidad. la corrupción de los militares. el cuestionamiento de la autoridad. todos son reconocibles en la caricatura. Caballero volvió a la caricatura pero en otro ambiente y en otra publicación. Norma. con su hinchada figura. “cuando el 15 de abril de 1985 reaparece el caricaturista Caballero en la revista Semana. Alfonso López Pumarejo. Con una línea unas veces fina y desflecada y otra gruesa y sintética atrapa las actitudes de los políticos de la época. barrigona. cuando un grupo de músicos. “Es carnosa. los montajes fotográficos y otros recursos para mostrar su oposición al establecimiento. mantecosa y grasienta”. el clubman y la pobre mujer del cocinol…). “El señor agente” es como un actor de teatro que revela los vicios del Gobierno y el sufrimiento de los habitantes. en lugar de dolor. en los acomodos y en los apetitos humanos”87. la persecución a la prensa. La gordura que dibuja Caballero. Cerec. Certidumbres y ficciones en la pintura de Juan Cárdenas. p. vol. Bogotá. 82 Ibíd. nº 189. nº 129. 1986. Bogotá. 2008. 76 Hijo de Alberto Vélez y Gabriela Ferrer. 83. 81 La Nueva Prensa. Banco de la República. 76-85. 89. “Otra dimensión del caballero”. 11 de julio de 1986. nº 59. 85 Álvaro Medina. Una aproximación desde el análisis crítico del discurso (ACD). Bogotá. Exclusión. Plaza y Janés Editores. 20 años de caricaturas de Antonio Caballero. p. op. Al Día. texto inédito para Beatriz González. p. cit. . en: Reflexioné MONOS. 29. catálogo de exposición. Medellín. p. Bogotá. en: Utopía Siglo XXI. Bogotá. 78 El Tiempo.. 75 Miguel Escobar. discriminación y abuso de poder en El Tiempo del Frente Nacional. ¿No hay Naide después de Osuna y Timoteo?”. p. 73 Ibíd. Diccionario de artistas en Colombia. nº 9. febrero 8 de 1985. “Álvaro Gómez y la caricatura”. 2003. febrero 26 de 1965. Bogotá. en: El Espectador. 1986. Cerec. Reflexioné MONOS. 11 de julio de 1986. Universidad Nacional de Colombia.72 William Molina Merchán. en preparación. 4. 87 Héctor Osuna. 86 Ugo Barti. “La caricatura en Colombia. 182. 20 años de caricaturas de Antonio Caballero. 77 Carmen Ortega Ricaurte. Masmela. 84 Fernando Gaitán Salom. Bogotá. 71. Historia de caricatura en Colombia. 1979. 80 César Augusto Ayala. 2. ensayo inédito para Beatriz González. 16-22 de junio de 1962. p. “Murió el caricaturista Velezefe”. Bogotá. “La caricatura política durante el Frente Nacional”. pp. p.. Historia de la caricatura en Colombia. 79 Heberto J. 173. 74 Germán Espinosa. 83 Carlos Lleras de la Fuente. pp. 14-43.