ANACRONISMOS: LA SOCIEDAD DEL ESPECTÁCULO DE GUY DEBORD Por Júlia Camps Turu
Pensar, analizar, inventar (me escribo también) no son actos anómalos, son la normal respiración de la inteligencia. Glorificar el ocasional cumplimiento de esa función, atesorar ajenos y antiguos pensamientos, recordar con incrédulo estupor lo que el doctor universalis pensó, es confesar nuestra languidez o nuestra barbarie (…). Menard (acaso sin quererlo) ha enriquecido mediante una técnica nueva el arte detenido y rudimentario de la lectura: la técnica del anacronismo deliberado y de las atribuciones erróneas (…). Esa técnica puebla de aventura los libros más calmosos. Jorge Luis BORGES, Pierre Menard, autor del Quijote, Ficciones.
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l presente artículo pretende mostrar un ejemplo de lo que Borges aludió en su relato de Pierre Menard: la recuperación de “antiguos pensamientos”. Existe una gran variedad entre ellos: aquellos que resultaron ser repudiados en sus tiempos y admirados en los nuestros, otros que gozaron de la fama en su momento y luego pasaron al olvido, sin dejar de mencionar aquellos que siempre pasaron desapercibidos. Sin dar más rodeos, hablemos del caso que va a protagonizar el contenido que sigue: La Sociedad del Espectáculo de Guy Debord. Para hablar de ello, convendría situarnos en la Francia de los años ’60. La sociedad de consumo, el Baby Boom, la llegada de una generación crecida en la cima del estado del bienestar y sin tener recuerdo de ninguna guerra. Agentes nuevos que cuestionaron las autoridades desde los movimientos juveniles siguiendo la herencia de la lucha de clases tradicional. En éste contexto nació un nuevo tipo de pensamiento comprometido y activista. Fue la época del cine experimental, de la mujer combativa, de los movimientos pacifistas contra la Guerra de Argelia, del tiersmondisme, de la búsqueda de ídolos personificados, de la denuncia al imperialismo americano y de la crítica al consumo alienante. En aquel entonces, un aspecto relevante dio cuerpo a los debates de las izquierdas políticas, el cual giraba en torno al discurso secreto que Nikita Jrushchov pronunció en el año 1956 durante el XX congreso del PCUS: la crítica al culto estali-
nista. A raíz de su discurso, algunos intelectuales (muchos de ellos disidentes del propio PCF) lanzaron una crítica latente a las dificultades que el PCF tenía en superar el culto estalinista, a pesar del proceso de desestalinización y la renovación del partido. La relectura de Marx parecía necesaria para algunos en un momento en el que la base sociológica de los trabajadores y sus condiciones materiales ya no eran las mismas que Marx describía. Dichos cambios no se limitaban al ámbito económico, sino que también se extendían al ámbito socio-cultural. De aquí nació la obsesión hermenéutica de Althusser para dejar hablar los textos sin intermediarios, mientras que Sartre apostaba por el intelectual comprometido sin estar sometido a estructuras supremas. Cuando Debord publica la Sociedad del Espectáculo, la figura de Althusser era central en la relectura de los textos de Marx, el cual exigía un rigor académico poco usual y muy fructífero en el ámbito intelectual. A pesar de ello, también hubo una reacción al positivismo de Althusser y su aplicación de las ciencias exactas al devenir histórico, evacuando al hombre activo de su historia. Algo que no conectó con las aspiraciones de algunos estudiantes e intelectuales que quisieron actuar sobre la historia del momento, como fue el caso de Guy Debord, emblema del mayo del 68 francés. ¿Qué nos dice Debord acerca de la Sociedad del Espectáculo? Influenciado por la actitud activista de la época, propone una teoría emancipadora generalmente extraída del marxismo occidental y de la subversión estética heredada
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de las vanguardias artísticas. Debord explica los mecanismos por los cuales se sostiene la sociedad de consumo. En pocas palabras, la mediatización de las imágenes y el peso de su representatividad invaden la parte más vivencial del ser humano, sustituyendo la acción por la contemplación de imágenes falsas, que a ojos de sus espectadores terminan siendo reales en la medida que se convierten en modelos a imitar (desde una mujer con un reloj hasta un personaje famoso). A ese fenómeno, Debord le da un sentido histórico y lo considera un último estado del fetichismo. La originalidad de Debord radica en la reinterpretación de Marx para analizar los medios de comunicación contemporáneos, así como la extrapolación de la alienación marxista al ocio y la aplicación de la lógica tradicional de las mercancías a la producción de imágenes. Ante tales planteamientos, resulta inquietante ver cómo Guy Debord pasa de ser un autor revolucionario y marginalizado a uno de los padres del posmodernismo a partir de los años 80. ¿Qué ocurrió para que un autor de convicciones marxistas con las que desarrolló una crítica de corte revolucionario, se lo integrase posteriormente a una tendencia académica caracterizada entre otros aspectos por el hedonismo, el apolitismo y la deslegitimación de los grandes relatos, entre los cuales el marxismo salió especialmente desprestigiado? ¿Qué nos revela sobre los cambios de mentalidad producidos en Occidente en las últimas 5 décadas? Al contrario de lo que Borges inventa en su cuento sobre
Ménard, véase en el caso de Debord un libro poblado de aventuras convertido en un libro calmoso, cuya potencia y crítica se desvanecen en los mares del relativismo. PARA SABER MÁS: - Guy DEBORD: La Société du Spectacle, París, Gallimard, 1992 (ed. or. 1967) - Eric J. HOBSBAWM: Historia del siglo XX, Barcelona, Crítica, 2015. - Michel WINOCK : Chronique des années soixante, París, Éditions du Seuil, 1987. - Jean-Louis RANÇON (ed.) : Guy Debord Œuvres, París, Quarto Gallimard, 2006. - Herbert MARCUSE: El hombre unidimensional, Madrid, Ariel, 1994 (ed. or. 1964). - Karl MARX i Friedrich ENGELS: La ideología alemana, Madrid, Rueda editor, 2005 (ed. or. 1845). - Eric BRUN: Les situationnistes. Une avant-garde totale (1950-1972), París, CNRS Éditions, 2014. - Anselm JAPPE: Guy Debord, Barcelona, Editorial Anagrama, 1998 (ed. or. 1992). - Anna TRESPEUCH-BERTHELOT: L’Internationale Situationniste, de l’histoire au mythe (1948-2013), París, PUF, 2015. - Terry EAGLETON: La estética como ideología, Madrid, Trotta, 2006. - Perry ANDERSON: Los orígenes de la posmodernidad, Akal, Madrid, 2016.
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Report "Júlia Camps: <<Anacronismos: La Sociedad del Espectáculo de Guy Debord>>, Revista La Trivial 2017 (nº19), pp.14-15."