i Congreso Internacional Violencia Juvenil Tomo1

March 26, 2018 | Author: Francisco Estrada | Category: Juvenile Delinquency, Adults, Youth, Social Work, Criminal Law


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1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Índice 1 Presentación 2 Finalidad 3 Objetivos 4 Asistentes 5 Participantes 6 Paises Invitados 7 Entidades Patrocinadoras 8 Instituciones Invitadas 9 Comité de Honor 10 Comité Organizador 11 Programa 12 Ponencias y Conferencias 13 Relación de Autores 5 7 7 9 9 11 11 13 15 17 19 25 319 3 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Presentación La Comunidad de Madrid, como el resto de la nación española y muchos países de la esfera internacional, se encuentra actualmente inmersa en un proceso de análisis de los modelos y las estrategias más eficientes para conseguir la disminución del delito juvenil y la reinserción social de los menores infractores. Este proceso ha dado lugar en nuestro país al análisis y la revisión de la Ley Orgánica que es básica en esta materia y a su reciente reforma. El Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre “La prevención de la delincuencia juvenil, los modos de tratamiento de la delincuencia juvenil y el papel de la justicia del menor en la Unión Europea”, se ha elaborado desde el análisis de diversos convenios y tratados internacionales relacionados con la justicia juvenil, como son , entre otros, las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la administración de la justicia de menores, «Reglas de Beijing», de 1985; las Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la delincuencia juvenil, «Directrices de Riad», de 1990, que están siendo elementos de permanente referencia. En este contexto, la actuación de reeducación y reinserción social que hemos puesto en marcha desde la Vicepresidencia Segunda y Consejería de Justicia e Interior, desde la creación de la Agencia para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor en diciembre de 2004, se enmarca en el “modelo de responsabilidad” definido durante las últimas décadas e imperante en los países del mundo occidental. Para conseguirlo la Agencia quiere poner todos los medios a su alcance, en orden a facilitar que la Administración de Justicia de la Comunidad de Madrid pueda aplicar a los menores infractores todos los derechos y garantías reconocidos en el proceso penal (juicio justo, imparcial y equitativo); así como en la definición de elementos estructurales, como el servicio de inspección, cualitativos como los programas educativos, culturales y de inserción laboral que favorezcan la reeducación y reinmersión social de los menores y jóvenes infractores. En coherencia con este modelo consideramos, en definitiva, que los menores y jóvenes infractores, para conseguir su inserción social, necesitan ser ayudados y guiados, por personal experto, en su proceso de inserción a través de itinerarios muy diversos (educación, inserción social, cultural, lingüística, etc.) En este empeño, somos conscientes de la importancia capital que tienen los trabajadores del sector, razón por la que una de nuestras líneas de actuación prioritarias tiene por objeto la selección, capacitación y la especialización de los trabajadores responsables de la ejecución de medidas judiciales. Personalmente estimo que en los dos años escasos transcurridos desde la creación de la Agencia se ha hecho un considerable esfuerzo a favor de los menores y jóvenes con medidas judiciales y también, si me lo permiten, en la segunda vertiente de este cometido, es decir, en beneficio de la seguridad ciudadana, al conseguir que todos los menores juzgados por la comisión de hechos graves se encuentren actualmente cumpliendo las medidas judiciales impuestas por los Jueces de Menores. El delito juvenil es un fenómeno transnacional y requiere el conocimiento técnico disponible a nivel internacional, así como la más amplia colaboración posible y el encuentro de los profesionales expertos de este ámbito, a la hora de definir modelos y estrategias de actuación. Con esta finalidad, en 2005, celebramos las “Jornadas Internacionales sobre Menores y Jóvenes con Responsabilidad Penal”, y celebramos ahora este Primer Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil, en el que se analizarán los contextos que influyen en los procesos de conflicto social en la adolescencia, los factores que inciden en las manifestaciones de violencia juvenil y su prevención, así como las mejores prácticas de diversos países, con el convencimiento de que contribuirá a mejorar las actuaciones en los distintos ámbitos de la justicia juvenil. Aprovecho esta ocasión para dar la bienvenida a todos los asistentes al Congreso, deseándoles los mejores éxitos profesionales, una feliz estancia en Madrid y un venturoso año 2007. 5 Alfredo Prada Presa Vicepresidente Segundo y Consejero de Justicia e Interior 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 2 Finalidad Actualizar el conocimiento científico y contrastar las experiencias más significativas que puedan orientar las futuras actuaciones profesionales e institucionales en esta materia. 3 Objetivos Dar a conocer las políticas en materia de violencia juvenil y el estado de los conocimientos. Analizar los contextos que influyen en los procesos de conflicto social durante la adolescencia, y las manifestaciones de violencia juvenil. Difundir las estrategias y programas de reeducación y reinserción de menores infractores, para su integración plena en la sociedad, y propiciar el conocimiento de las propuestas técnicas con especial significación e incidencia. Facilitar el encuentro entre los representantes de las itituciones, las organizaciones responsables y los profesio nales del sector. 7 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 4 Asistentes Responsables de instituciones y programas de reeducación y reinserción de menores en situación de conflicto social. Profesionales de la Administración de Justicia de Menores. Profesionales de Servicios Sociales. Profesionales de la Educación. Profesionales de la Sanidad, especialmente del campo de Salud Mental de la Infancia y la Adolescencia. Parlamentarios de la Asamblea de la Comunidad de Madrid. Miembros de las Fuerzas de Seguridad. Profesionales de distintos países. 9 5 Participantes Responsables de organismos y organizaciones del sector. Profesionales especialistas de España y otros países. Profesores e investigadores. Representantes de colectivos implicados: perjudicados, infractores y Asociaciones. Organizaciones y entidades implicadas. Profesionales de los medios de comunicación. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 6 Paises Invitados Chile. Colombia Estados Unidos Guatemala Holanda 7 Entidades Patrocinadoras Instituto Madrileño de Administración Pública (IMAP) Consejería de Educación. Consejería de Sanidad. Consejería de Empleo y Mujer. Instituto Madrileño del menor y la Familia. Colegio de Trabajadores Sociales. Universidades de Madrid y UNED. Proyecto Hombre. Defensor del Menor. Asociación Colectivo Lacalle. Fundación Diagrama. Asociación GINSO. Fundación Grupo Norte. Observatorio Internacional de Justicia Juvenil (Perteneciente a Fundación Diagrama). Fundación Respuesta Social Siglo XXI. Asociación Centro TRAMA. 11 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 8 Instituciones Invitadas Audiencia Nacional. Senado (Comisiones de Justicia, Servicios Sociales, Sanidad y Educación). Congreso de los Diputados (Comisiones de: Justicia, Asuntos Sociales, Sanidad y Educación). Grupos Parlamentarios de la Asamblea de Madrid (Comisión de Justicia e Interior, Sanidad, Asuntos Sociales y Educación). Defensor del Pueblo. Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid. Mº de Justicia. Mº de A. Exteriores y Cooperación Internacional. Mº de Trabajo y Asuntos Sociales. Mº de Educación. Secretaría de Estado para el Deporte. Delegación del Gobierno. Consejería de Educación. Consejería de Familia y S. Sociales. Consejería de Sanidad. Consejería de Empleo y Mujer. Agencia de Protección de datos. Agencia Antidroga. Ayto. de Madrid y Juntas de Distrito. Federación de Ayuntamientos de Madrid. Consejo Gral. Del Poder Judicial. Tribunal Supremo. Tribunal Superior de Justicia. Audiencia Provincial. Fiscalía de Menores de Madrid. Juzgados de Menores de Madrid. Jueces de Menores de Madrid. Miembros de Equipos Técnicos de Madrid. Jueces, Fiscales, Miembros de EE Técnicos de otras CC. AA. Policía Nacional (Grupo de Extranjería). Policía Nacional (B.I.I.). Guardia Civil (EMUME). Guardia Civil (Delitos tecnológicos). Policías locales (Madrid y grandes urbes). Rectores de Universidades. Federación Madrileña de Asociaciones de Vecinos. Asociación de la Prensa. U.N.I.C.E.F. Plataforma de ONGs. Proyecto Hombre. Sociedad Española de Pediatría de Atención Primaria. Cruz Roja española. Cáritas. Entidades Colaboradoras de la ACMRRMI. Observatorio “Reina Sofía” de Valencia. 13 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 9 Comité de Honor Presidencia: Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias (Aceptado) (Credencial del Palacio de la Zarzuela nº221/06) Integrantes: Presidenta de la Comunidad de Madrid. Vicepresidente Segundo y Consejero de Justicia e Interior. Presidente del CGPJ. Consejero de Sanidad. Consejero de Educación. Consejería de Empleo y Mujer. Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid. Instituto Madrileño del Menor y la Familia. Federación Madrileña Municipios. 15 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 10 Comité Organizador Coordinadores: D. Amador Sánchez D. Juan Francisco Franco D. Javier Urra Dª. Mª. Angeles Arenillas Dª. Mª. Socorro Alonso Dª. Susana de la Fuente Colaboraciones especiales: GINSO, Asociación para la Gestión de la Integración Social. OIJJ, Observatorio Internacional de Justicia Juvenil, Fundación Diagrama. Colaboradores: Dª. Ana Calvo Dª. Carmen Crespo D. José Antonio Morales D. Lorenzo Pedroche Dª. Alicia Petit Dª. Almudena Sabina Dª. Catalina Vivas D. Eugenio López D. Walter Scansetti Dª. Mª. José Vírseda Dª. Rosa Menor Dª. MªAngeles Gálvez Dª. Inmaculada Lacasta Dª. Mª. Dolores Sanz 17 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 11 Programa Día 18 de enero - Jornada de mañana: 09:00 Acreditación y entrega de documentación 09:45 Excma. Sra. Dª. Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid Excmo. Sr. D. Alfredo Prada,Vicepresidente Segundo y Consejero de Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid Excmo. Sr. D. Francisco Granados, Consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid Ilma. Sra. Dª. Carmen Balfagón, Directora-Gerente de la Agencia para la Reeducación y la Reinserción del Menor Infractor de la Comunidad de Madrid Excmo. Sr. D. Arturo Canalda, Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid 10:30 Conferencia Inaugural: “Origen y problemática social de las conductas infractoras” Moderadora: Dª. Ely del Valle, Periodista Ponente: Profesor Dr. D. Luis Rojas Marcos, Psiquiatra, ex Presidente del Sistema de Hospitales Públicos de la ciudad de Nueva York 11:15 Descanso y café 11:45 Mesa Redonda: “Violencia intrafamiliar” Moderador: D. Javier Urra, Escritor, Psicólogo Forense y Primer Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid Intervienen: D. Jesús García Pérez, Presidente de la Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil D. Francisco Romero, Miembro del Equipo de Asesoramiento Técnico de la Dirección General de Justicia Juvenil en Barcelona Dª. Mercedes Pérez Molina, Psicóloga responsable del Programa del Maltrato en el Ámbito Familiar Centro E.M.J. Tierras de Oria Asociación GINSO. D. Luis González Cieza,Miembro de la Unidad de Inspección Técnica y Coordinador del Programa de Intervención por Maltrato en el Ámbito Familiar ( ARRMI, Madrid) 13:15 Mesa Redonda: “Violencia sexual” Moderador: D. Ángel del Río, Periodista Intervienen: Dª. Blanca Vázquez Mezquita, Psicóloga Forense, Especialista en víctimas de agresiones sexuales Dª.Victoria Noguerol Noguerol, Directora del Centro de Psicología Noguerol Dª. Mª. Isabel Salinas Chaud, Docente, Perito Judicial y Asesora de equipos de víctimas de delitos sexuales en Chile Dª. Mª. Ángeles Espinosa, Secretaria General, Instituto Universitario UAM-CEU de “Necesidades y Derechos de la Infancia y la Adolescencia” 19 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Día 18 de enero - Jornada de tarde: 14:30 Almuerzo 16 :30 Mesa Redonda: “Violencia entre iguales:Violencia escolar / bandas juveniles” Moderador: D. Constantino Mediavilla, Periodista Intervienen: Dª. Mª. Estefanía del Toro Sánchez, Psicóloga Social, especialista en bandas juveniles D. Wilson López López, Presidente de la Asociación de Psicólogos de Colombia Profesora Dra. Dª. Mª. José Díaz-Aguado, Catedrática de Psicología de la educación y Directora del Master “Programas de intervención en contextos educativos” de la Universidad Complutense 18:00 Coloquio 18:30 Descanso y café de 19:00 a 20:00 Grupos de discución: “La actuación de los prefesionales” Grupo 1: Programas sobre Tratamientos de las Agresiones Sexuales Coordinan: D. Lorenzo Pedroche, Jefe de Área de Coordinación de Centros, ARRMI. Dª. Rosa Menor, Técnico, ARRMI Intervienen: D. Carlos Benedicto Duque, Fundación Grupo Norte D. Eduardo Atarés Pinilla, Fundación Grupo Norte Dª. Celia Nevado Fernández, Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales de Madrid (CAVAS) Dª. Ana Jurado Berja, Asociación GINSO Grupo 2: Programa de Mediación en Conflictos Coordinan: Dª. Cayetana Bajo, Técnico ARRMI Intervienen: Dª. Pilar Lizán Fernández, Asociación Trama D. Javier Pérez Gómez, Fundación Grupo Norte Dª. Pilar García Dotor, Fundación Diagrama Grupo 3: Programas de Tratamiento de la violencia entre iguales Coordinan: D. Tomás Sánchez, Dª. Mª. Ángeles Gálvez, Técnicos ARRMI Intervienen: D. Manuel Madrid Saavedra, Asociación GINSO Dª. Juana Mateo Cedillo, Asociación Respuesta Social Siglo XXI D. Antonio Gamonal García, Psicólogo Colaborador del CEPS D. Ángel Luis Maroto Sáez, Asociación Trama Grupo 4: Prevención de la Reincidencia Coordinan: Dª. Teresa Farnós, Centro de Estudios Reina Sofía. Dª. Inmaculada Lacasta, Técnico ARRMI Intervienen: D. José Simón Martín Marta, Fundación Diagrama Profesor D. Ed Hilterman, Dpto. Justicia Generalitat de Cataluña Dª. Esperanza Cava Sebastián, Centro de Estudios Reina Sofía D. César Osuma Izquierdo, Fundación Grupo Norte 20 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 18 Día de Jornada de la mañana 23 enero 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social P alabras de bienvenida de la Directora-Gerente en el acto de inauguración del “I Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil” 25 Ilma. Sra. Dª. Carmen Balfagón Lloreda Directora-Gerente de la Agencia de la Comunidad de Madrid para la Reeducación y Reeinserción del Menor Infractor 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Me complace dar a todos los presentes la bienvenida al “I CONGRESO INTERNACIONAL DE VIOLENCIA JUVENIL: RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL Y SOCIAL”, organizado por la Vicepresidencia Segunda Y Consejería de Justicia e Interior, a través de la Agencia para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor de la Comunidad de Madrid. En 2005, celebramos las “JORNADAS INTERNACIONALES SOBRE MENORES Y JÓVENES CON RESPONSABILIDAD PENAL: MENORES EN CONFLICTO SOCIAL”. Hemos incluido la publicación de las ponencias de estas jornadas como parte de la documentación que se les ha entregado al hacer la inscripción. En el acto de Clausura de aquellas jornadas, el día 21 de junio de 2005, el Vicepresidente Segundo de la Comunidad de Madrid, nos emplazó para continuar avanzando en la compleja problemática que concierne a la actividad delictiva de los jóvenes, la justicia juvenil, y la reinserción social de los menores y jóvenes infractores, mediante la celebración de este Congreso Internacional, en el que abordamos un tema tan sensible y globalizado actualmente como es la violencia juvenil. Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias, han aceptado presidir el Comité de Honor del Congreso. Es un honor, que agradecemos en nombre de cuantas personas estamos, de alguna manera, relacionadas con la Justicia Juvenil, y en nombre de las instituciones y los profesionales que intervenimos en la reeducación y reinserción de los menores infractores. En primer lugar quería agradecer la presencia de todas las personas que participan como ponentes en este evento y en particular a la persona que me acompaña en esta mesa. - Excmo. Sr. D. Arturo Canalda González, Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid, quien inaugurará el Congreso. Y sobre todo, quiero que mis palabras en este acto sean de saludo cordial a todos los asistentes y de agradecimiento por su presencia en este Congreso Internacional. Deseo que tengan una feliz estancia en Madrid aquellos que han hecho el esfuerzo añadido de desplazarse desde otros países o desde otras ciudades españolas. La Agencia de la Comunidad de Madrid para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor, fue creada por Ley en 2004, con la finalidad de asumir: “La ejecución de las medidas adoptadas por los órganos judiciales en aplicación de la legislación sobre responsabilidad penal de los menores” Su cometido es: “Concentrar, desarrollar y ejecutar programas y actuaciones que contribuyan a los fines de reinserción y educación derivados de la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, de Responsabilidad Penal de los Menores (recientemente modificada, en 2006, con una ley que no ha cerrado la fuerte polémica social y profesional existente desde hace años en torno a justicia juvenil) de su Reglamento de desarrollo, aprobado por Real Decreto 1774/2004, de 30 de julio, y demás normas vigentes, complementarias y de desarrollo aplicables”. No voy a extenderme hablando del cometido de la Agencia, ya que para finalizar el acto de inauguración, tendrán 27 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social ustedes ocasión de ver un vídeo, elaborado para este acto, que recoge los aspectos esenciales de su actividad con los menores y jóvenes que tenemos encomendados. El Congreso tiene por finalidad Actualizar el conocimiento científico y contrastar las experiencias más significativas que pueden orientar las futuras actuaciones profesionales e institucionales en materia de Violencia Juvenil. La delincuencia juvenil, se deriva o se relaciona de alguna forma con la violencia, y es uno de los temas que suscitan actualmente gran interés e incluso inquietud en la sociedad internacional. Preocupaciones motivadas, en parte, por acontecimientos graves y de gran repercusión en los medios de comunicación social, así como por nuevos tipos de conductas antisociales protagonizadas por este sector de la población (como la violencia escolar, las bandas juveniles, la violencia racista o xenófoba, agresiones en el seno de la familia, violencia asociada al consumo de drogas, agresiones contra la libertad sexual, etc). A ello se unen fenómenos que, pese a no tener una relación directa con la delincuencia juvenil, se asocian frecuentemente a ésta, como la presión de los flujos migratorios procedentes de países extracomunitarios, o los problemas de integración de los inmigrantes de segunda o tercera generación. Todas estas circunstancias estarán presentes en la celebración de esta Congreso Internacional, cuyos debates, reflexiones y experiencias de buenas prácticas, esperamos publicar, como hemos hecho con los de las Jornadas que celebramos en 2005, porque esperamos que sean muy válidos para la actuación en el fenómeno de la violencia en cualquier país, ya que nos encontramos ante un problema lamentablemente globalizado. Voy a pasar la palabra al Excmo. Sr. D. Arturo Canalda González, Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid, no sin antes agradecer a todos aquellos que han hecho posible la realización del Congreso, especialmente a cuantos han contribuido al mismo desde el patrocinio o la colaboración, y deseo hacer especial mención al equipo de personas que han formado parte del Comité Organizador de este Congreso: - D. Amador Sanchez - D. Javier Urra - D. Juan Francisco Franco - Dña. María Socorro Alonso - Dña. Susana de la Fuente - Dña. Mª Ángeles Arenillas 28 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social P ALABRAS DE BIENVENIDA 31 Ponente Exmo . Sr. D. Arturo Canalda González Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Agradezco sinceramente la posibilidad que se me ofrece de compartir algunas reflexiones surgidas desde la experiencia de la Institución del Defensor del Menor. En primer lugar, me gustaría felicitar a la Agencia de Reeducación por la organización de este Congreso, esperando responda al objetivo de poner en común distintas experiencias que faciliten la prevención de la delincuencia juvenil y la recuperación del joven infractor. Además quiero aprovechar la oportunidad para reconocer el esfuerzo de la Agencia en la creación de recursos y en las numerosas iniciativas emprendidas dirigidas a mejorar la eficacia de la aplicación de la ley en la ejecución de medidas judiciales, así como agradecer también su disponibilidad y su actitud abierta hacia las propuestas presentadas por esta Institución a través de la Comisión Técnica de Asesoramiento. Según datos de la Fiscalía de Menores del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, durante los diez primeros meses del año pasado, la delincuencia juvenil creció en un 8 %, atendiendo a las medidas judiciales adoptadas. Según la Policía, los menores cada vez cometen más delitos violentos. Por su parte la Agencia de Reeducación afirma que mientras el número de procedimientos judiciales incoados a menores en la Comunidad de Madrid a diciembre de 2004 fue de 4.726, el número se elevó a 4.975 en diciembre de 2005 y a 5.272 a fecha de diciembre de 2006. Por tanto, desde las diferentes instituciones se percibe un incremento de la delincuencia juvenil y un aumento también de la gravedad de los delitos. En este momento nos enfrentamos además a nuevas formas de delincuencia juvenil (las bandas, la violencia ejercida sobre los padres, el acoso en las escuelas, el uso de las nuevas tecnologías para la comisión de delitos…), que requieren también nuevas estrategias de respuesta. A juicio de esta Institución, tales estrategias no deben consistir exclusivamente en el endurecimiento de las sanciones, aún cuando ello pueda responder con mejor acomodo al principio de proporcionalidad, sino que deben asentarse de forma predominante en la intervención educativa y en el impulso de políticas de prevención. De forma reiterada esta Institución ha insistido en la importancia de intensificar el trabajo preventivo, que evite el delito o, en su caso, que frene la reincidencia. En el diseño de programas de prevención es imprescindible la intervención coordinada de todas las Administraciones Públicas implicadas en el bienestar de los menores, desde las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a la Administración educativa o sanitaria y, de forma prioritaria, el Sistema Público de Servicios Sociales, principalmente a través del trabajo de educadores de calle que se desplacen al lugar donde se está produciendo el riesgo. Serán necesarios especialmente los programas de apoyo a la familia, dirigidos a evitar la desestructuración y posibilitar la asunción de las responsabilidades que le competen. Del mismo modo, no deben olvidarse las ofertas de tiempo libre y ocio dirigidas a socializar e integrar a los menores y jóvenes, con especial atención a la integración de menores de origen extranjero. Sin duda, una mayor eficacia de los programas preventivos, así como un impulso del sistema de protección de menores, contribuiría a reducir la intervención en el ámbito de la reforma. Aquellos menores que, a pesar de las medidas preventivas, cometan una primera infracción, aunque sea leve, deben recibir una respuesta sancionadora-educativa; se les debe hacer saber que han dañado a la sociedad y que la sociedad 33 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social les exige una reparación y, a través de la medida que se adopte, debe intentarse su recuperación. Una respuesta eficaz a las primeras infracciones, ayudaría a evitar el inicio de una escalada delictiva hacia hechos más graves. En este punto es necesario mencionar la preocupante situación de los menores de 14 años que han cometido una infracción (1), incluso grave, o la de aquéllos mayores de esta edad que presentan conductas de alto riesgo social. La ley de Responsabilidad Penal remite a la aplicación de medidas de protección previstas en la legislación civil, sin embargo, se ha podido constatar que los mecanismos previstos en el sistema de protección devienen ineficaces para el tratamiento de estos menores. Lo cierto es que estos comportamientos infractores no están recibiendo respuesta alguna, siquiera educativa, quedando en la más absoluta impunidad, lo que sin duda contribuye a propiciar el inicio en una escalada delictiva. 34 Cuando el Ministerio Fiscal tiene conocimiento de estos hechos, remite testimonio al Instituto Madrileño del Menor y la Familia. Habitualmente el organismo autónomo da traslado a los Servicios Sociales de zona para que intervengan con el menor y la familia, si fuera necesario, y hace un seguimiento de la intervención desarrollada desde aquéllos a través de las reuniones mensuales o bimensuales de la mesa de trabajo de cada distrito en la que está presente un representante de la Comisión de Tutela. Sin embargo, cualquier medida que se adopte debe contar necesariamente con la voluntad del implicado, de manera que en la mayoría de las ocasiones la intervención se torna imposible. A nuestro juicio, la nueva ley que recientemente entrará en vigor ha perdido la oportunidad de abordar esta cuestión. Tratándose de una norma de carácter predominantemente educativo, habría sido deseable que se incluyera en la reforma la obligatoriedad de aplicar medidas educativas a estos menores, garantizándoles, eso sí, un trato diferenciado, e impidiendo con ello que estas infracciones queden, como decimos, en la impunidad. Dado que ello no se ha previsto, es imprescindible que las Administraciones, autonómica y locales, afronten con seriedad y de forma perentoria la elaboración de programas específicos, acordando, si es necesario, la creación de Equipos que se dediquen a valorar estos casos y hacer un seguimiento real a través de los Servicios Sociales. Ello nos lleva a otra reflexión que no será objeto de este Congreso, pero que no podemos dejar de mencionar y es que el sistema de protección está necesitado de una especialización de los recursos que den respuesta a las nuevas necesidades sociales. El perfil de los menores en desamparo ha cambiado en los últimos años, de menores abandonados por motivos fundamentalmente económicos, hacia un número cada vez mayor de menores conflictivos a quienes no es posible marcar límites en el ámbito familiar. Esta evolución no se ha visto acompañada de un cambio paralelo en las instituciones, de manera que hoy se echa de menos contención en los centros de protección, así como centros específicos para abordar los trastornos de conducta. Además de la prevención, la intervención educativa es el pilar en el que se asienta el tratamiento a los menores infractores. En dicha tarea es determinante una adecuada dotación de recursos humanos y materiales, tanto a los órganos judiciales encargados de dictar la medida sancionadora-educativa, como a la entidad pública encargada de su ejecución, dotación que permita una ágil y eficaz respuesta ante la conducta antisocial. (1)Según datos de la Fiscalía de Menores, el número de Diligencias Preliminares registradas durante el 2005, referentes a menores de 14 años y que consecuentemente se han archivado por aplicación del artículo 3 de la LORRPM, ha sido de 1.142 causas. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Pero además, es fundamental que los equipos sobre los que recae la responsabilidad de la función educativa sean altamente cualificados, especializados y estables. No podemos olvidar la especial naturaleza de la función que desarrollan: sancionadora, coercitiva y por ende, limitativa de derechos fundamentales. Precisamente esta naturaleza exige intensos mecanismos de control y supervisión por la Administración. En la aplicación de medidas educativas deberían potenciarse las de medio abierto y reparaciones extrajudiciales, que enseñan al menor un marco distinto de solución de conflictos, desde el sentido de la responsabilidad y el respeto por los derechos y libertades de los otros (2). Estas medidas estimulan la reflexión del menor sobre su culpabilidad y resultan idóneas por su escaso valor estigmatizante, su alto valor pedagógico y su carácter de menor represión(3). La inserción laboral es, sin duda, un elemento educativo de primer orden, por ello esta Institución aplaude programas como el de orientación para el empleo iniciado en la Comunidad de Madrid y tiene en estudio la viabilidad de nuevas propuestas, como sería la inclusión de beneficios empresariales como la desgravación por contratación de menores que han cumplido una medida judicial; o la posibilidad de que los menores extranjeros que están cumpliendo una medida judicial y carecen de autorización de trabajo, puedan realizar actividades laborales. A pesar de los avances que se han producido, todavía hay cuestiones que deben mejorar, entre ellas, se advierte la necesidad de un implantar un sistema informático eficiente que permita contrastar y coordinar las informaciones entre la Agencia de Reeducación y la Fiscalía de Menores, así como, sobre todo, hacer un análisis realista de la aplicación de la ley y una evaluación posterior de su eficacia. Deben también determinarse unos parámetros de evaluación que sirvan para estudiar la eficacia reeducativa de la ley. La Agencia nos ofrece el dato del 83% de los menores y jóvenes atendidos que han sido reinsertados socialmente, tomando como referencia que no se les haya impuesto ninguna otra medida a lo largo del 2006. Sin embargo, habría que ir más allá y tener en cuenta también otros criterios como la inserción laboral(4), menores que pasan después a instituciones penitenciarias, etc. Una vez establecidos unos criterios, estos deberían ser homogéneos para todas las Comunidades Autónomas. Debe analizarse la movilidad del personal educativo de los centros de reforma. Sólo un equipo estable es garantía de un proyecto a largo plazo. También hay que abordar la situación de los menores que rechazan el tratamiento terapéutico, quedando a su propia voluntad el cumplimiento de la medida. Esta previsión podría poner en riesgo la finalidad recuperadora de la medida y la salud del propio menor. 35 (2)El total de intervenciones realizadas por la Agencia de Reeducación en medio abierto aumentó un 6.41% en 2006, si bien se observa una desaceleración con respecto al año anterior, como consecuencia del inferior número de estas medidas adoptadas por los jueces de menores, lo que contrasta con el incremento de medidas de internamiento en centro. (3)En palabras del Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre “La prevención de la delincuencia juvenil, los modos de tratamiento de la delincuencia juvenil y el papel de la justicia del menor en la Unión Europea”. (2006/C 110/13) (4)Como en Andalucía, que entienden por menores reinsertados aquéllos que consiguen un trabajo y lo mantienen 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ahora se inicia una nueva etapa con la próxima entrada en vigor de la reforma de la ley de responsabilidad penal del menor. Como decimos, sólo un análisis profundo de su eficacia reeducativa y de los resultados de su aplicación, podrán llevar a una mejora del sistema de justicia juvenil. Por ello se hace imprescindible un diagnóstico sobre la verdadera dimensión del problema; los factores que están incidiendo en la delincuencia juvenil; los nuevos fenómenos de criminalidad; el índice de reincidencia de los menores infractores y las circunstancias que influyen en la misma; así como el grado de reinserción que estamos logrando. Estamos seguros de que las aportaciones que se recojan en este primer Congreso nos ayudarán en ese diagnóstico. Por último, no me gustaría acabar mi intervención sin recordar la obligación que todos tenemos de fomentar la conciencia en la opinión pública de que los menores son recuperables, con una intervención educativa adecuada a sus circunstancias y deben ser resocializados y que, para conseguirlo, son necesarios todos los esfuerzos. Así contribuiremos a que el menor que haya cumplido su medida, pueda tener acceso a una vida digna. 36 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social C ONFERENCIA INAUGURAL “Origen y Problemática Social de las Conductas Infractoras” 39 Ponente Profesor Dr. D. Luis Rojas Marcos Psiquiatra, Presidente del Sistema de Hospitales Públicos de la ciudad de Nueva York 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social ORIGEN Y TRANSFORMACIÓN DE LA VIOLENCIA JUVENIL «A menudo os referís al hombre cruel como si no fuera uno de vosotros, como un extraño y un intruso en vuestro mundo. Mas yo os digo que de igual forma que ni una sola hoja se torna amarilla sin el conocimiento silencioso de todo el árbol, tampoco el malvado puede hacer el mal sin la oculta voluntad de todos vosotros». JALIL GIBRAN El profeta, 1923 La violencia humana no es instintiva sino que se aprende. Las semillas de la violencia se siembran en los primeros años de la vida, se cultivan y desarrollan durante la infancia y comienzan a dar sus frutos malignos en la adolescencia. En los países de Occidente, la violencia juvenil es preocupante y su incremento progresivo en Europa es especialmente alarmante. Según datos del Ministerio del Interior de España, anualmente se producen aproximadamente 25.000 detenciones de menores de dieciocho años. Más de la mitad de los delitos juveniles incluyen algún tipo de violencia física o intimidación. En muchas ciudades occidentales esta tendencia está en parte relacionada con el reclutamiento de jovencillos por las bandas. Para estas pandillas criminales organizadas, los miembros de menor edad ofrecen varias ventajas. Por un lado, debido a su inmadurez, sienten menos aprensión a la hora de agredir. Por otro, en la eventualidad de ser capturados, las leyes vigentes son menos estrictas con ellos. Por otra parte, no podemos perder de vista la función esencial que ejerce el grupo antisocial organizado en el proceso de supervivencia y de adaptación de tantos jóvenes que crecen desahuciados, sin moral ni esperanza. Cuando se incorporan a pandillas agresoras, estos adolescentes encuentran por primera vez propósito en sus vidas, adquieren un sentido de identidad y de poder que nunca experimentaron. La repulsa general a esta chocante realidad explica el hecho de que una de las cláusulas más populares de las nuevas legislaciones penales sea permitir juzgar como adultos a los menores de trece años acusados de asesinato, violación o robo a mano armada. ORIGEN DE LA VIOLENCIA JUVENIL Las raíces de la violencia juvenil son múltiples y complejas. Hay factores individuales, familiares y sociales que predisponen a conductas aberrantes y agresivas. Desde el punto de vista del individuo y de su personalidad, ciertos daños cerebrales, algunos trastornos mentales y alteraciones del aprendizaje que interfieren con la capacidad de autocontrol juegan un papel en estos comportamientos. Igualmente importantes son las circunstancias adversas durante la infancia que impiden el desarrollo saludable de la parte de la mente que alberga los principios éticos, las pautas morales y, en definitiva, la capacidad de discernir entre el bien y el mal. 41 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social La formación normal del carácter requiere la satisfacción razonable de ciertas necesidades esenciales: seguridad, afecto y calor humano, y estímulo apropiado a la edad. De igual importancia es la presencia estable de adultos que sirvan de modelos y proporcionen apoyo, sentido de disciplina y dirección. Entornos hogareño, escolar y social saludables estimulan el sentimiento de pertenencia a un grupo, el sentido de justicia y la capacidad de empatía o la aptitud para ponernos genuinamente en las circunstancias de otros. Por el contrario, bajo condiciones perjudiciales de abandono, inseguridad, privación, falta de afecto y abuso físico o psicológico, las criaturas tienden a adoptar un talante desconfiado, dubitativo y temeroso. Los pequeños se sienten inadecuados, se desmoralizan, se aíslan, se culpan a sí mismos de su situación y se sienten indefensos en un mundo cargado de rechazo y hostilidad. 42 Ante estas circunstancias adversas persistentes, muchos niños muestran gran dificultad para relacionarse con otras personas, para verbalizar sentimientos y para adoptar el punto de vista de los demás. Les cuesta discernir entre el bien y el mal, no adquieren la capacidad de autocrítica o de remordimiento, no sienten compasión hacia el sufrimiento ajeno, ni llegan a apreciar totalmente el valor de la vida. En cuanto a la personalidad, los hombres y mujeres con rasgos paranoicos, antisociales y narcisistas forman el grupo de riesgo más importante. Los primeros tienden a proyectar o a atribuir a otros actitudes hostiles o intenciones malévolas que realmente no poseen. En el seno de la pareja, son celosos del compañero, dominantes, controladores y ponen continuamente en tela de juicio su fidelidad. Los caracteres antisociales poseen una fuerte propensión hacia el engaño, la irresponsabilidad, la manipulación y la delincuencia. Ignoran los derechos de los demás sin escrúpulos ni remordimiento y hacen caso omiso de sus sentimientos y deseos. En cuanto a las personalidades narcisistas, sus rasgos típicos son la prepotencia, la envidia, la arrogancia, una exquisita sensibilidad hacia cualquier tipo de rechazo y la incapacidad de reconocer los sentimientos ajenos. Las drogas ilegales y el alcohol constituyen fertilizantes muy eficaces para el desarrollo de la violencia juvenil, aunque de estas sustancias la que se asocia con mayor frecuencia a la violencia humana es el alcohol. En la actualidad, las edades de mayor consumo de alcohol se concentran entre los 16 y los 25 años. Según el Plan Nacional sobre Drogas, de los 300.000 españoles que se intoxican habitualmente, la mayoría son menores de 29 años. Pese a estos datos escalofriantes, cada día resultan más obvias la aceptación del consumo de alcohol y la permisividad general de los adolescentes que beben. El alcohol o las drogas y los sentimientos de frustración forman una mezcla explosiva. Según el Centro para la Prevención de Abuso de Sustancias de Estados Unidos, en el año 2002 el alcohol o las drogas jugaron un papel activo en el 51 por 100 de los homicidios. Muchos adolescentes violentos proceden de un medio familiar donde se da una carencia total de adultos que sirvan de modelos positivos. Por ejemplo, un estudio de 25.000 delincuentes juveniles encarcelados en instituciones de alta seguridad estadounidenses, encontró que el 38 por 100 de estos jóvenes durante la infancia había tenido uno de sus padres en la cárcel. En la gran mayoría de los casos se trataba del padre. Hoy sabemos que la falta absoluta de modelo paterno o de una figura adulta estable masculina es particularmente nociva para los jóvenes varones y su capacidad para aprender a modular la intensidad de sus impulsos. Es un hecho ampliamente confirmado en numerosas investigaciones, que las raíces de la violencia prosperan en las familias vapuleadas por la explotación, las humillaciones, la indiferencia y el abandono. Los niños y las niñas que son 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social con regularidad testigos o víctimas de actos crueles, muestran mayor propensión hacia los comportamientos violentos que aquellos que no han sido sometidos a estas injurias. En mi opinión, nuestro objetivo más inmediato debe ser lograr la convicción social, profunda y bien informada, de que las más fatídicas semillas de la violencia son la mutilación del carácter de un niño. Porque semejantes daños socavan en la criatura los principios vitales del respeto por la dignidad humana, de la compasión hacia el sufrimiento ajeno y del valor de la vida. Aparte de los factores individuales y del medio familiar, la sociedad occidental ha construido tres firmes racionalizaciones culturales para justificar y defender la agresión verbal y física: el culto al «macho», la glorificación de la competitividad y la aceptación del principio diferenciador hacia ciertos grupos minoritarios. La cultura actual idealiza la «hombría», celebra los atributos duros de la masculinidad. Esta tendencia suele estar representada por el hombre agresivo, implacable, despiadado y siempre seguro de sí mismo. Un ser que reta sin miedo, persigue el dominio de los otros, tolera el dolor sin inmutarse, y no expresa sentimientos afectivos. Esta idealización impregna más o menos explícitamente la subcultura de los niños, sus lecturas, sus programas televisivos, sus deportes y sus juegos de vídeo.Y a medida que crecen, estos rasgos sirven para justificar la liberación de sus impulsos agresivos en sus relaciones con otras personas. Muchos expertos han culpado a los valores culturales que fomentan el culto a estos atributos duros masculinos de la mayor tendencia hacia la violencia que existe entre los hombres en comparación con las mujeres. No es un secreto que desde el principio de la civilización los varones han cometido y siguen cometiendo la inmensa mayoría de los actos violentos. El segundo ingrediente cultural que fomenta la violencia es la glorificación de la competitividad. En nuestra cultura se exalta la rivalidad y se admira el triunfo conseguido en situaciones de enfrentamiento que, de una forma más o menos obvia, siempre requieren un vencedor y un vencido. La creencia de que el antagonismo y la pugna son elementos necesarios y deseables en todas las actividades de la vida diaria está profundamente imbuida en la sociedad y es fomentada diariamente en la familia, en el colegio, en el trabajo y en las actividades lúdicas. Hoy sufrimos hambre de concurso. La tercera racionalización cultural promotora de comportamientos violentos se basa en la tácita proposición de que existen grupos de personas con las que no tenemos nada en común, ni siquiera una parte discernible de humanidad. No sólo son estos grupos profundamente diferentes de nosotros, sino que, secretamente, son además menos valiosos, menos morales, menos buenos. Este principio, casi siempre sobrentendido, de «los otros» ofrece una disculpa para la agresión maligna, pues además de solidificar el sentimiento fortificante de orgullo de las propias virtudes, también mitiga el miedo secreto a nuestras propias debilidades o imperfecciones. ACOSO ESCOLAR El acoso escolar es una forma de violencia juvenil que, pese a ser un viejo y grave problema, sólo recientemente ha recibido atención. Bullying es el término anglosajón –hoy en día muy divulgado- que en los años setenta Dan Olweus, profesor de Psicología de la Universidad de Bergen, Noruega, aplicó al hostigamiento de alumnos por sus compañeros. Las agresiones pueden consistir en empujones, patadas o ataques sexuales, hasta insultos o burlas humillantes, pasando por gesticulaciones hostiles y vejatorias, sustracciones de propiedades, marginación o difusión de rumores denigrantes. 43 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Los acosadores suelen ser chicos y chicas provocadores que se autovaloran por su capacidad de dominar física o emocionalmente a sus colegas. Los varones acosadores tienden a utilizar la agresión física y verbal. Las chicas también participan, pero suelen recurrir a la marginación, los bulos y la manipulación de las relaciones. El hostigamiento prolongado de alumnos por compañeros casi siempre se mantiene encubierto por una espesa nube de tabú y de silencio. El estigma de inferioridad y de impotencia que marca a los niños acosados explica el hecho de que no se atrevan a revelar su situación a sus familiares y mucho menos a denunciar a sus verdugos a las autoridades del colegio. La mayoría de las víctimas del ensañamiento escolar son muchachos y muchachas tímidos, introvertidos, y, sobre todo, vulnerables. Cada mañana de colegio desencadena en los alumnos perseguidos la angustiante expectativa de ser heridos y humillados. Con el paso de los días, la acumulación de la mezcla venenosa de miedo e indefensión les paraliza, les constriñe el horizonte de sus aspiraciones y les mina la confianza en sí mismos. La gran mayoría de las víctimas dirigen en silencio su rabia y resentimiento hacia sí mismas. Se deprimen, se aíslan y se aborrecen. Los hay que, sumidos en la desesperación, deciden quitarse la vida. En el Reino Unido, donde se catalogan los suicidios asociados al acoso escolar, se calcula que anualmente un mínimo de dieciséis jóvenes estudiantes eligen esta última salida. Sin embargo, no todos los escolares suicidas que son martirizados por sus compañeros optan por una retirada de este mundo callada y melancólica, algunos resuelven despedirse con una orgía mortífera de revancha sanguinaria. Baste un par de ejemplos conocidos: una mañana de abril de 1999, dos adolescentes, alumnos del colegio Columbine del pueblo de Litleton, Colorado, entraron sonrientes en el centro y en sólo dieciséis minutos mataron a tiros a doce colegas y a un profesor, hirieron a otros veinte estudiantes y seguidamente se quitaron la vida. «Hacemos esto porque os reíais de nosotros el año pasado», gritaron antes de inmolarse. Tres años justos después, un joven de diecinueve años irrumpía armado en el instituto de Gutenberg del pueblo de Erfurt, Alemania, del que acababa de ser expulsado, según él injustamente, y dejaba sin vida a trece profesores, dos alumnos, una secretaria y un policía. Al final optó también por suicidarse. «Algún día os demostraré que puedo llegar a ser famoso», había dicho muchas veces a los compañeros que se mofaban de sus problemas de aprendizaje. Estos casos, aunque excepcionales, son otra ilustración del extraordinario potencial de destrucción que constituye el acoso escolar. PREVENCIÓN Si reflexionamos sobre los factores que predisponen a la formación de una personalidad violenta, es evidente que las estrategias preventivas deben comenzar con la planificación familiar, minimizando los embarazos indeseados, sobre todo entre las madres adolescentes y personas emocionalmente incapacitadas, o claramente inmaduras, para afrontar la responsabilidad que supone la crianza y educación de los niños. Los estudios sobre esta cuestión demuestran claramente que los hijos indeseados, cuando llegan a la edad adulta, sufren con desproporcionada frecuencia trastornos de conducta, alcoholismo, drogadicción y tienen a menudo problemas de criminalidad. Aparte de proporcionar cuidados prenatales a las mujeres gestantes y de asegurar en lo posible un parto sin complicaciones, merece especial consideración el tratamiento precoz de los problemas infantiles del desarrollo, tanto los físicos como los emocionales, especialmente los retrasos en el lenguaje, los trastornos del aprendizaje, las alteraciones de la atención, la irritabilidad continuada, la impulsividad, la tendencia persistente a pelear con otros niños, a engañar, a robar o a ser crueles con los animales. 44 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Los programas más efectivos son aquellos que van dirigidos a los pequeños entre cuatro y doce años de edad, antes de que los hábitos se hayan consolidado, mientras las criaturas son altamente influenciables y cuando todavía existe la oportunidad de reforzar el desarrollo del autocontrol, la compasión, la tolerancia, el sentido de autocrítica y la empatía. El ambiente del hogar debe ser un foco principal de cualquier estrategia antiviolencia, en particular los malos tratos, la crueldad mental, la explotación sexual y el abuso de alcohol o de drogas. Las lecciones destructivas que los padres enseñan a sus hijos cuando los maltratan, o cuando permiten que ellos maltraten a otros, junto con la glorificación de ciertos comportamientos violentos que fomenta la cultura actual, configuran una mezcla explosiva que transforma a muchos niños en seguros verdugos o víctimas de la crueldad. Si conseguimos que un menor incorpore estos atributos naturales a su carácter, tendremos muchas probabilidades de evitar que recurra a la agresión maligna durante su juventud, que maltrate a su pareja, que abuse de sus hijos cuando sea padre o que abandone a sus progenitores cuando éstos envejezcan. Una ventaja de la intervención precoz es que su impacto positivo se hace evidente a lo largo de la vida y, a menudo, es transmitido a generaciones sucesivas. En cuanto a la violencia escolar, todos los centros de enseñanza deberían establecer programas de formación y sensibilización para estudiantes, profesores y padres con el objetivo de establecer una cultura de “tolerancia cero al acoso y a su encubrimiento”. La inacción y el disimulo protegen siempre a los verdugos, nunca a las víctimas. Ningún joven debería temer ir al colegio por miedo a ser golpeado o denigrado, y ningún padre o madre debería necesitar preocuparse de que su hijo pueda estar sufriendo vejaciones en el colegio. Conscientes de este derecho, cada día son más los países que establecen leyes o regulaciones contra el bullying. Este es el caso, entre otros, de Suecia, Noruega, Inglaterra, Irlanda, Dinamarca y Japón. Mediante campañas públicas antiviolencia, los medios de comunicación pueden contribuir a neutralizar las corrientes culturales promotoras de violencia, como el culto al «Rambo» o la glorificación de la competitividad, y a borrar los estereotipos negativos de grupos marginados.También pueden educar sobre las cualidades de la paternidad, informar sobre los peligros del abuso infantil, divulgar alternativas de la fuerza bruta, promover la igualdad entre los sexos y estimular en los jóvenes el incentivo de participar en causas que promuevan el sentido de hermandad. No hay duda de que los poderosos medios de comunicación tienen a su alcance la oportunidad de promocionar la dignidad de la persona, la compasión hacia el sufrimiento ajeno y el valor de la vida. Cuando examinamos las comunidades en crisis como consecuencia de la violencia entre las personas, también se hace obvia la necesidad de intervenciones que hagan frente con energía a los problemas fundamentales de infraestructura social y económica. Es prioritario adoptar medidas contra la pobreza, el desempleo, las grandes desigualdades, la disparidad entre las apetencias que fomenta el consumismo y las posibilidades reales para alcanzarlas, la ineficacia del sistema escolar, el fácil acceso a las armas y la marginación de grupos minoritarios. Por último, una estrategia eficaz para frenar la epidemia de violencia juvenil ha brotado del campo de la salud pública. Este modelo se basa, por un lado, en el reconocimiento de que la violencia entre las personas constituye una causa muy importante de graves daños físicos y psicológicos, de incapacidades permanentes y de muertes precoces. Por otro lado, se apoya en la convicción de que este mal no es una cualidad intrínseca de la naturaleza humana y, por lo tanto, puede ser mitigado y, en muchos casos, prevenido. La aplicación de este paradigma requiere cinco pasos sucesivos: definir los comportamientos violentos que se intenta 45 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social prevenir; analizar las causas primarias de estas conductas; identificar los grupos sociales de riesgo —tanto los perpetradores como las víctimas—; formular los métodos y mensajes preventivos específicos; y evaluar los resultados de la intervención. Estos principios de salud pública han sido empleados con éxito para atajar diversos problemas públicos de sanidad (tabaco, alcohol, enfermedades cardiovasculares, cáncer, accidentes). Con esto no quiero decir que el sistema penal basado en la noción de la responsabilidad del individuo por sus actos y en la justificación moral del castigo ecuánime no cumpla un papel social necesario y eficaz. De hecho, unos de los más importantes factores responsables de la disminución de los índices de abuso infantil y de mujeres maltratadas han sido las estrictas leyes penales decretadas recientemente en contra de los perpetradores de violencia doméstica. También está comprobado que los estatutos, vigentes en muchos países, que protegen a las minorías susceptibles de discriminación en el acceso a las oportunidades de educación y empleo, son muy efectivos contra las manifestaciones más visibles del fanatismo. 46 Aunque son muchas las medidas efectivas a la hora de hacer frente a la violencia de nuestro tiempo, no debemos olvidar que los más poderosos y universales antídotos son las tendencias altruistas naturales de los seres humanos. La revulsión contra la violencia es uno de los distintivos de la humanidad. Esto tiene sentido, pues si fuéramos por naturaleza crueles la humanidad no hubiera podido sobrevivir. Ninguna sociedad puede perdurar sin que la gran mayoría de sus miembros convivan pacíficamente y persigan el bien común. REFERENCIAS Centro de Investigaciones Sociológicas: Inseguridad ciudadana, El País, 31 de julio, 2003. Gibrán, Jalil: El profeta (1923), Biblioteca Edaf, Madrid, 1991. Izquierdo, Luis: «España es el país de la UE en el que se comete mayor número de homicidios», La Vanguardia, 15 de octubre, 2002. Olweus, Dan: Bullying at school: what we know and what we can do. Blackwell, Oxford, UK, 1993. Rojas Marcos, Luis: Las semillas de la violencia, (edición actualizada), Espasa, Madrid, 2004. *Los estragos del acoso escolar, El País, 2 de abril de 2005 *La autoestima, nuestra fuerza secreta, Espasa, Madrid, 2007. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social M ESA REDONDA: “Violencia Intrafamiliar” 49 Moderador D. Javier Urra Portillo Escritor, Psicólogo Forense y Primer Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente D. Jesús García Pérez en colaboración con Lila Parrondo Pediatra, Unidad de Pediatría Social. Hospital Universitario Niño Jesús NIÑOS Y NIÑAS: LAS OTRAS VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR Violencia de padres a hijos 51 Entendemos por violencia doméstica cualquier forma de abuso, físico, psicológico o sexual, que tiene lugar en la relación entre los miembros de una familia. Como todo abuso implica un desequilibrio de poder, llevado a cabo por el más fuerte hacia el más débil, con el fin de ejercer un control sobre la relación. El fenómeno de la violencia doméstica se ha convertido en un asunto de máximo interés, tanto a nivel institucional como social, debido a su elevada incidencia y a la gravedad de las consecuencias que trae aparejadas. El conocimiento real de la incidencia de este tipo de violencia se ve obstaculizado, primordialmente, por la ocultación social del sufrimiento de malos tratos por parte de una figura perteneciente al ámbito familiar. Un estudio realizado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, señala que 2.500.000 de españolas han sufrido algún tipo de maltrato por parte de su pareja en algún momento de su vida, el equivalente a un 16% de la población de mujeres españolas mayores de dieciocho años. En los últimos años, el estudio, atención e intervención sobre las víctimas de este tipo de violencia está siendo mayor y más efectivo, se han creado mayores recursos y ayudas, programas de intervención sobre las secuelas psicológicas, etc. Sin embargo, la situación de los hijos de estas mujeres, testigos del maltrato hacia sus madres –y, en muchas ocasiones acompañantes en su salida del hogar- no ha recibido la misma atención. Según datos recogidos por UNICEF, 188.000 niños españoles son víctimas de la violencia doméstica. LA FAMILIA La familia es la unidad grupal natural básica de la sociedad, según lo recoge el artículo 16 de la Declaración de Derechos Humanos. Es el entorno natural para el crecimiento y bienestar de todos sus miembros –en particular los niños-, y es ella quien presenta mayor capacidad para proteger a los niños y proveer lo necesario para su seguridad física y emocional. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Aunque la familia sea considerada idealmente como el agente socializador básico, garante de seguridad, apoyo y afecto, actualmente, es uno de los grupos sociales en los que se producen más comportamientos violentos. Ya en 1986, Straus y Gelles, señalaron en su investigación, que es más probable que una persona sea golpeada o asesinada en su propio hogar por otro miembro de la familia, que en ningún otro sitio o por ninguna otra persona. En nuestro país, estimaciones del Ministerio del Interior señalan que un tercio del total de los casos de homicidio cometidos anualmente tienen como víctima y victimario a miembros de una misma familia y una cuarta parte de las denuncias de delitos y faltas por lesiones, presentadas en dependencias policiales, se producen en el ámbito familiar. Straus y Gelles señalan que uno de los factores más relevantes que explican la incidencia de la violencia familiar tiene relación con una serie de características que hacen de la familia un espacio potencialmente conflictivo, y en el cual existe un alto riesgo de que estos conflictos puedan resolverse de forma violenta. Como principales características señalan: 52 - La alta intensidad de la relación, determinada por el tiempo compartido entre sus miembros, el alto grado de confianza entre ellos, el derecho a influir sobre los demás y el elevado conocimiento mutuo que se deriva de la convivencia diaria. - La composición familiar, integrada por personas de diferente sexo y edad, que implica la asunción de diferentes roles, y las diferencias de motivaciones, intereses y actividades de sus miembros. - El alto nivel de stress que experimenta la familia como grupo debido a los cambios que debe realizar a lo largo de su ciclo vital y a las exigencias económicas, sociales, laborales o asistenciales. - El carácter privado que tiene todo lo que acontece en el interior de una familia, que tradicionalmente se ha situado fuera del control social. LA FAMILIA COMO ENTORNO VIOLENTO En las últimas décadas se ha documentado que la violencia –física, sexual y psicológica- contra los niños, ejercida por los padres u otros miembros cercanos de la familia, es un fenómeno corriente. En la mayoría de los casos, la violencia física ejercida contra los niños en el seno de la familia no es fatal, ni causa daños físicos visibles de carácter permanente o grave, aunque desgraciadamente algunos de estos casos salten a la prensa. La violencia contra los niños en la familia puede producirse en el contexto de la disciplina, bajo la forma de castigos físicos, crueles o humillantes, y esto ocurre tanto en los países industrializados como en los que se encuentran en vías de desarrollo. En muchos casos, la violencia física viene acompañada de violencia psicológica: injurias, insultos, aislamiento, rechazo, amenazas, indiferencia emocional y menosprecio. Todas formas de violencia que perjudican el desarrollo psicológico del niño y su bienestar, especialmente cuando este estilo de trato proviene de una persona adulta respetada (padre o madre). Cada vez es más frecuente la existencia de violencia sexual en el seno de la familia. Según estudios realizados en veintiún países, en su mayoría desarrollados, entre el 7 y el 36 % de las mujeres y el 3 y 29 % de los hombres declara haber sido víctima de agresiones sexuales durante su infancia. Las prácticas tradicionales nocivas -mutilación genital femenina, ataduras, ritos iniciáticos, matrimonios forzosos, delitos de “honor”, etc.- afectan de manera desproporcionada a los niños, pero siguen siendo impuestas por los padres y líderes de la comunidad a niños cada vez más pequeños. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Según un estudio realizado por UNICEF entre 1987 y 2005, entre 133 y 275 millones de niños de todo el mundo son testigos de la violencia doméstica cada año. LA VIOLENCIA DOMÉSTICA Y SU REPERCUSIÓN EN LA INFANCIA Aún predomina la creencia que sostiene que la violencia del maltratador hacia su víctima, dentro del seno familiar, no representa un riesgo para los hijos de esos hogares. Sin embargo, los efectos de la violencia doméstica -sean los niños sólo testigos de la violencia o también víctimas de ella- tiene una serie de repercusiones negativas tanto para su bienestar físico y psicológico como para su desarrollo emocional y social. Investigaciones llevadas a cabo en los últimos años ponen de manifiesto la existencia de una estrecha relación entre la violencia en la pareja y el maltrato infantil. Los casos más frecuentes son aquellos en que el maltratador agrede tanto a la mujer como a los niños, pero existen casos también en que la agresión es ejercida por el hombre hacia la mujer, y como consecuencia de ésta, la madre o ambos la ejercen hacia los niños. Además del posible daño físico, tras la experiencia traumática se produce una pérdida del sentimiento de invulnerabilidad. La invulnerabilidad es un sentimiento bajo el cual funciona todo sujeto y es un componente vital para evitar que la persona se consuma y paralice por el miedo a su propia vulnerabilidad. Cuando los niños no sólo son testigos de la violencia hacia su progenitora, sino que a su vez son víctimas del maltrato, la pérdida es aún más desequilibrante para el desarrollo de su personalidad. Altera su sentimiento de confianza y seguridad en el mundo y en las personas que lo rodean, se ve alterados el vínculo -enlace de seguridad y confianza- y el apego -lazo afectivo entre el niño y su cuidador que se convierte en modelo de las posteriores relaciones afectivas-. Cuando el agresor es uno de los padres, figuras centrales y de referencia para el niño, y la violencia se produce dentro de su propio hogar, lugar de refugio y protección, la consecuencia inmediata para el niño es la destrucción de todas las bases de su seguridad. El menor queda a merced de sentimientos como la indefensión, el miedo o la preocupación por la repetición de la experiencia traumática, lo cual lo puede llevar a un estado de ansiedad paralizante. Lamentablemente, la experiencia suele repetirse a lo largo de muchos años y se constituye en una amenaza continua e incontrolable. Los estudios sobre niños expuestos a la violencia doméstica señalan que presentan más conductas agresivas y antisociales y más conductas de inhibición y miedo que los niños que no se han visto expuestos a ella. Son niños que pueden presentar una menor competencia social y un menor rendimiento académico. Otro efecto de la violencia doméstica, a más largo plazo, es que esta situación puede transformarse en un modelo de aprendizaje de conductas violentas. La familia es el primer agente socializador del niño y el más determinante en la instauración de modelos de funcionamiento social. Si la repetición de patrones de interacción y resolución coercitiva de los conflictos se generalizan y se aplican posteriormente a las relaciones familiares y de pareja en la edad adulta del menor víctima de la violencia doméstica, puede terminar transformándose en el victimario de una nueva familia. LAS SECUELAS DE LA VIOLENCIA DOMÉSTICA Los niños que viven en entornos domésticos violentos o que son víctimas de este tipo de violencia se enfrentan a algunos desafíos y riesgos que pueden acompañarles a lo largo de toda su vida: - Mayor riesgo de convertirse en víctimas de otros tipos de abusos o de convertirse, ellos mismos, en abusadores: El 40 % de los niños víctimas de abusos provienen de entornos familiares violentos. Los estudios indican que los niños 53 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social víctimas de violencia familiar tienen un 15 % más probabilidades de ser víctimas de abusos físicos o sexuales. - Riesgo significativo de daño sostenido en el desarrollo físico, emocional y social: la exposición a la violencia familiar y el stress emocional añadido pueden dañar el desarrollo cerebral y traer aparejados trastornos en el desarrollo cognitivo y sensorial: irritabilidad, trastornos del sueño, stress emocional, temor a permanecer solos, conductas inmaduras, trastornos en el desarrollo del lenguaje, dificultad para obtener el control de esfínteres, dificultades en el aprendizaje escolar, escasa concentración. Los trastornos de personalidad y de conducta pueden manifestarse a través de enfermedades psicosomáticas, depresión, tendencias suicidas, tendencia al abuso de sustancias tóxicas, embarazos adolescentes y conductas criminales. Otras dificultades que pueden presentar son: el aislamiento social, conductas agresivas o violentas. 54 - Alta probabilidad de que se convierta en un ciclo continuo de violencia hacia la próxima generación: uno de los mejores predictores para determinar si un niño se convertirá en maltratador o víctima de la violencia doméstica es conocer si creció o no en un entorno familiar violento. Estudios en varios países señalan que el riesgo de sufrir abusos se ve incrementado para aquellas mujeres cuyos maridos han sido abusados o han presenciado como sus madres eran víctimas de la violencia en sus hogares. Los niños que han padecido violencia doméstica han recibido poderosas lecciones sobre el uso de la violencia en las relaciones interpersonales para dominar a los otros, y pueden verse estimulados a hacer uso de ella. No todos los niños se convierten en víctimas o maltratadores. Muchos adultos que han crecido con la violencia en sus hogares son activos opositores a cualquier tipo de violencia. Mucha razones nos hacen creer que los niños comprenden que la violencia doméstica es algo que está mal y activamente tratan de detenerla, muchos niños que presencian actos de violencia en su propio entorno familiar intentan ayudar. Algunos estudios señalan que en un 15 % de los casos, cuando los niños están presentes, tratan de prevenir la violencia; y cerca del 6 % trata de salir en busca de ayuda. Otro 10 % de los niños trata de proteger a la víctima o intentan detener la violencia. PREVENIR, UN ESFUERZO DE TODOS IMPLEMENTACIÓN DE POLÍTICAS ESTATALES Paulo Sergio Pinheiro, experto independiente que recibió el encargo de Naciones Unidas para realizar un estudio sobre la violencia contra los niños (cuyos datos se dieron a conocer en octubre de este año) ha recomendado a los Estados que la integran que: - Se prohíba toda forma de violencia contra los niños en todos los entornos. - Se de prioridad a la prevención de la violencia contra los niños asignando recursos adecuados para abordar los factores de riesgo. Políticas y programas que aborden los factores de riesgo inmediatos, como la falta de apego de los padres a los hijos, la desintegración de la familia, el uso indebido de alcohol o drogas y el acceso a armas de fuego. - Se incremente la promoción y concienciación de valores no violentos para combatir las actitudes que aceptan o consideran normal la violencia contra los niños. - Se capacite a todas aquellas personas que trabajen con y para los niños con el fin de prevenir, detectar y responder frente a toda forma de violencia contra ellos. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Se proporcionen servicios de recuperación y reinserción social accesibles, cuidados prehospitalarios y de emergencia, y asistencia jurídica para los niños. Sistemas de salud, justicia penal y servicios sociales capacitados para abordar las necesidades especiales de los niños. - Se creen sistemas de denuncia seguros, bien difundidos, confidenciales y accesibles para los niños, sus representantes y otras personas que pudieran denunciar los casos de violencia contra los niños. - Se asegure la rendición de cuentas que ponga fin a la impunidad, que quienes cometan actos de violencia contra los niños rindan cuentas frente a la justicia y sean responsables de sus actos mediante procedimientos y sanciones penales, civiles, administrativas y profesionales. CREACIÓN DE RECURSOS COMUNITARIOS Y LOCALES Para la prevención de la violencia contra los niños desde el ámbito familiar es necesario que: - Se inicien o mejoren los programas de apoyo a los padres y otras personas encargadas del cuidado de los niños. Las inversiones en salud, educación y servicios de bienestar social deben incluir programas de calidad para el desarrollo del niño en la primera infancia, visitas domiciliarias, servicios pre y postnatales, y programas de ayudas para grupos desfavorecidos. - Se elaboren programas especiales para familias en situaciones de particular riesgo. - Se implementen programas de educación para padres que tengan en cuenta las cuestiones de género y que se centren en formas de disciplina no violentas. ACTUACIONES PROFESIONALES Desde el ámbito sanitario, educativo y de servicios sociales se debe: - Implicar a todos los profesionales del ámbito de los servicios sociales, la sanidad, la policía y la educación. Ellos están obligados a notificar la sospecha de un posible caso de maltrato infantil por medio de las “hojas de detección de riesgo social y maltrato infantil” para que se estudie cada caso. La única forma de hacer realidad su compromiso con la infancia, y su forma de contribuir a prevenir las situaciones de violencia contra los niños. Desde el año 2001, el Observatorio de la Infancia del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales ha establecido un sistema de registro unificado de casos de maltrato infantil en España. INTERVENCIÓN CON NIÑOS EXPUESTOS A LA VIOLENCIA DOMÉSTICA Las graves repercusiones que para los niños supone la exposición a situaciones familiares de violencia están potenciando la implementación de programas de intervención con estos menores desde los servicios sociales y de la salud. 55 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Estas intervenciones pueden ser llevadas a cabo: - en forma de tratamiento de las secuelas traumáticas a nivel individual - en programas psicoeducativos y de apoyo a nivel grupal - programas de intervención conjunta sobre los niños y sus madres Los objetivos de los programas de intervención grupal son: - romper el tabú y el secretismo sobre la violencia ejercida dentro de la familia, compartiendo experiencias personales y trabajando sobre los sentimientos y emociones experimentados 56 - facilitar el aprendizaje de estrategias de autoprotección - facilitar el aprendizaje de estrategias de resolución de conflictos no violentas - aumentar la autoestima - favorecer experiencias positivas en un clima de seguridad y confianza Todos los programas de intervención con niños víctimas de violencia doméstica deben abordar: En el área emocional: - ofrecer al niño la posibilidad de ser escuchado y de hablar sobre sus sentimientos (miedo, angustia, enfado, rabia o culpabilidad) de manera que pueda liberar la angustia - ayudarles a entender los acontecimientos, aclarar su confusión, generalmente se sienten indefensos, asustados, culpables (por creer que son los causantes de la violencia, por no haber protegido a su madre, por seguir queriendo al padre, etc.) - ofrecerle explicaciones adecuadas sobre lo sucedido, acordes a su capacidad de comprensión - ayudar a las madres a tomar conciencia sobre las secuelas que estas situaciones de violencia puedan tener sobre sus hijos - ayudar a que madres e hijos puedan hablar sobre lo sucedido, como forma de superar la situación y el dolor causado - ayudar al niño a encontrar respuesta a sus preguntas sobre el futuro familiar - informar al niño para disminuir la incertidumbre sobre su futuro 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social En el área cognitiva: - el abordaje y reestructuración de los valores y creencias asociados a la violencia: comportamientos violentos hacia los iguales, comportamientos violentos hacia la madre, conflictividad en la escuela, huida del hogar, etc. - prevención de comportamientos violentos futuros - prevención de la revictimización En el área de la conducta: - la percepción del sentimiento de inseguridad y la falta de control sobre su vida y sus actividades son factores que dificultan la recuperación de los niños víctimas de la violencia doméstica - los niños pueden haberse visto expuestos a huir del hogar y del maltratador junto a su madre y/o hermanos - en ocasiones, pueden residir en centros de acogida, abandonando su entorno y sus actividades habituales - ayudarles en la elaboración de planes de actuación frente a posibles situaciones futuras de riesgo familiar, conductas para ponerse a salvo en caso de violencia, o formas de buscar ayudas adecuadas LA VIOLENCIA DOMÉSTICA ES UN PROBLEMA GLOBAL DE ENORME PROPORCIONES. Aunque los hombres también pueden resultar víctimas de la violencia doméstica, la gran mayoría de ellas son mujeres. Una de cada tres mujeres del mundo ha sido víctima de golpes, coerción al sexo o abusos –en la mayoría de los casos ejercida por parte de alguien de su entorno familiar cercano-. Cerca de 275 millones de niños en este planeta están expuestos a la violencia doméstica. En nuestro país 188.000 niños han resultado víctimas de ella. Es necesario romper el silencio. PREGUNTAS Y REFLEXIONES DEL MENOR EN LA LEY DE VIOLENCIA DE GENERO. 1.- Diferencia entre la mujer adulta y los menores (incluidas las mujeres menores de edad) y la regulación legal de las amenazas (delito o falta) . 2.- Si no creen que todos los hechos de maltrato que afecten a menores y, en concreto, los de carácter psicológico (como víctimas directa o indirectas) son reconducibles al delito de maltrato y que el resto de la regulación sobra, pues parece que lo único que se pretende es proteger a la mujer, empleando, inclusive, a los menores, como mera circunstancia agravante de la pena. 3.- Por qué se infravalora el maltrato psicológico del menor en las crisis familiares, poniendo todo tipo de trabas a nuestra pericial en Juicio, dando todo tipo de preferencia a la pericial de los psicólogos del Juzgado que, en el mejor de los casos, tienen contacto con el menor, durante escasos minutos, provocando una distorsión entre la realidad “real” de los niños y la realidad judicial del mismo 57 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Y, en relación a ello , por qué lo más a lo que parece que podemos aspirar es a que nos llame el Trabajador Social que adecúa y distorsiona nuestras palabras de acuerdo con las líneas de su propio informe que, en definitiva puede ser disconforme con nuestras conclusiones y propuestas. Por qué no se nos tiene en cuenta a la hora de fijar los horarios de visitas y se piensa en los deseos de los padres, estableciéndose , así, horarios atentatorios a la salud de un menor como es que los intercambios se verifiquen a las 20:00 horas cuando se trate de menores de 5 años. Por que ello no se valora cuando los intercambios o visitas se celebran en los puntos de encuentro , dándose lugar a que los menores realmente lleguen a sus casas a horarios inauditos (sobre las 21 horas), dándose satisfacción a los mayores y no a los derechos e intereses de esos niños. 58 4.- Por qué cuando se acuerdan los intercambios de menores en el punto de encuentro o las vistas tuteladas en los mismos, no se nos cita, previamente, a los médicos, ni a sus psicólogos, para que informemos sobre la conveniencia de ello, ni sobre las condicionasen que ello se ha de verificar. 5.- Por qué los Juzgados de Familia se abstienen de adoptar medidas para la protección de los menores, pese a denuncia previa de los malos tratos, basándose en la intervención de la Jurisdicción penal. ¿No creen que están llevando a cabo un maltrato institucional-judicial de esos niños 6.- Por qué dan poderes omnímodos a sus Psicólogos (del Juzgados) cuando éstos no viven el día a día de esos niños, ni sus crisis, ni sus miedos, y acuden a los Juzgados absolutamente mediatizados por la presencia de sus progenitores, incluido el maltratador. 7.- Cómo es posible que, en Madrid capital y no en el resto de la Comunidad , ni en otras Comunidades Autónomas, se estén dejando caducar las medidas civiles contenidas en la Orden de Protección relativas a los menores, generándoles una situación de indefensión y de maltrato 8.- Cómo es posible que los criterios jurisprudenciales fijados en Madrid capital sean absolutamente discrepantes con los del resto de la Comunidad Autónoma, donde no se duda en citarnos, oirnos y conocer la relidad de los menores víctimas de maltrato. Por qué también discrepa Madrid capital de la realidad judicial de las provincias limítrofes 9.- Cómo se puede justificar que la pena que lleva aparejada el delito de maltrato sea inferior para el caso de que el maltratador sea mujer 10.- Por qué no existe ningún tipo de supervisión, ni control judicial de los puntos de encuentro. Cual es el criterio judicial que determina que las visitas supervisadas o los intercambios de menores se verifiquen bien en un Punto de Encuentro, bien en la sede de la Unidad de Protección a la Familia de la Policía Municipal de Madrid. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social BIBLIOGRAFÍA - “Behind closed doors:The impact of domestic violence on children”. (2006) UNICEF.The Body Shop. - Baldry, A.( 2003) “Bullying in schools and exposure to domestic violence” Child abuse and neglected, vol. 27 Nº 7. - Corsi, J. (1994) Violencia familiar. Una mirada interdisciplinaria sobre un grave problema social. Buenos Aires. Paidós. - Cerezo, A. I. (2000) El homicidio en la pareja: tratamiento criminológico.Valencia.Tirant lo Blanch. - Fantuzzo, J.; Wanda, K.(1999) “Prevalence and effects of child exposure to domestic violence” The future of children – Domestic violence and children, vol. 9 Nº 3. - “Implementing the recommendations of the World Report on Violence and Health”. Report of the World Health Assembly (WHA56.24), 56ª Asamblea Mundial de la Organización Mundial de la Salud, (2003) - James, M. (1994) “Domestic violence as a form of child abuse. Identification and prevention” Issues in Child Abuse Prevention. - Pinheiro, P. S. (2006) Informe del experto independiente para el estudio de la violencia contra los niños. Naciones Unidas. - Straus, M. A.; Gelles, R. J. (1986) Societal change and change in family violence from 1975 to 1985 as revealed by two National Surveys. Journal of Marriage and the Family. 59 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente D. Francisco Romero Blasco Miembro de Equipo de Asesoramiento Técnico de la Dirección General de Justicia Juvenil en Barcelona VIOLENCIA DE LOS HIJOS EN LA FAMILIA: El fenómeno de los hijos que agreden a sus padres(1) 61 INTRODUCCIÓN. La investigación comprende el estudio de los expedientes calificados por las fiscalías de menores de Catalunya como hechos de violencia física sobre familiares, violencia psicológica sobre familiares y maltrato familiar en los que están imputados los jóvenes que tienen una edad comprendida entre los 14 y 18 años como presuntos autores de los hechos y a sus familias como victimas. Comprende el análisis de todos los expedientes abiertos y calificados por la fiscalía desde el 1 de enero del año 2001 hasta el 31 de diciembre del año 2003. La motivación para realizar esta investigación surgió por el aumento de expedientes, pero también, por la especificidad y complejidad del conflicto que llega a la justicia. El presunto responsable del hecho y la víctima conviven en el mismo domicilio tienen un grado de parentesco, casi siempre de primer grado, y en las actuaciones legales asociadas al hecho, la víctima acompaña al agresor a la comisaría de policía, en la declaración ante el fiscal y en la entrevista con el equipo. Los objetivos planteados se han concretado en: a) Conocer las características del joven que utiliza la violencia en el ámbito familiar; b) Distinguir aquellos casos en que se trata de un hecho aislado y han sido sólo denunciados por este tipo de delito, de aquéllos que la conducta denunciada forma parte de una carrera delictiva más amplia; c)identificar (1)Esta ponencia se basa en la investigación: “La violencia de los jóvenes en la familia: Una aproximación a los menores denunciados por sus padres” realizada por Francisco Romero Blasco, Anna Melero Merino, Carme Cánovas Amenós y Monserrat Antolin Martínez. Ha sido financiada por el Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada, del Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya. Los autores abordan el estudio desde su experiencia y ejercicio profesional como trabajador social y psicólogas, respectivamente, de los Equipos de Asesoramiento Técnico de la Fiscalía de Menores de Barcelona (Dirección General de Justicia Juvenil del Departamento de Justicia. Generalitat de Cataluña). 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social posibles causas o motivos de dicho tipo de conducta (aprendizaje de modelos de relación, aspectos psicopatológicos del menor y/o familia); y d) Valorar la percepción que tienen los profesionales de los diferentes estamentos que actúan a lo largo del procedimiento judicial: jueces, fiscales, equipos técnicos, policía y letrados. Las fuentes de información utilizadas son secundarias, han sido obtenidas a partir del expediente personal del menor. Las variables comprenden tres bloques: las referidas al menor, las sociofamiliares y las relativas al procedimiento judicial. EL PROCEDIMIENTO JUDICIAL EN LA LEY DE MENORES(2) Las actuaciones de los profesionales que intervienen en el procedimiento están regulados en la ley, así como las medidas que se concretan en las resoluciones de los jueces, (en la ley de menores la sentencia recibe el nombre de resolución). En la justicia de menores el informe de los profesionales, (psicólogos, trabajadores sociales y educadores) es preceptivo en diferentes momentos del procedimiento. Cronológicamente en este procedimiento y en fase presentencial se realiza el informe de asesoramiento, que viene regulado en el apartado 1 del artículo 27 de la ley, que señala alguna de las tareas que corresponden al equipo técnico: “durante la instrucción del expediente, el ministerio fiscal ha de precisar del equipo técnico, que a tales efectos depende funcionalmente de aquel, sea cual sea su dependencia orgánica, la elaboración de un informe o la actualización de los emitidos anteriormente, que se les ha de entregar en el plazo máximo de diez días, prorrogable a un período no superior a un mes en casos de gran complejidad, sobre la situación psicológica, educativa y familiar del menor, así como sobre su entorno social, y en general sobre cualquier otra circunstancia relevante a los efectos de la adopción de alguna de las medidas que prevé esta Ley. ” Los sujetos de aplicación de la Ley son todos los jóvenes, mayores de 14 y menores de 18 años, que han realizado una acción tipificada como un delito o una falta en el Código Penal. DELITOS DE VIOLENCIA DOMESTICA COMETIDOS POR JÓVENES EN RELACIÓN A OTROS DELITOS. La población objeto de estudio ha sido todos aquellos expedientes calificados por la Fiscalía de Menores de Cataluña, durante los años 2001,2002 y 2003, tipificados como “violencia doméstica en el ámbito familiar”, “maltrato familiar” y “violencia psicológica sobre familiares”. Durante el año 2001 se instruyeron 26 expedientes; 49 en el 2002 y 67 en el 2003, este aumento en números absolutos marca una tendencia que se mantendrá también en los años siguientes. Para el año 2003 los delitos de violencia domestica representaban el 1,7% respecto de los otros delitos. En el 2004, los expedientes abiertos son 178 y porcentualmente tienen un valor del 2,9%, el año 2005 son 216 los expedientes abiertos y el porcentaje pasa a ser del 3,23%. El número de sujetos que comprende el estudio es 116. Esta cifra es inferior al de expedientes o delitos, y responde al hecho de que durante el período de tiempo analizado algunos menores han reincidido. La reincidencia para este tipo 62 (2)Ley Orgánica de Responsabilidad Penal del Menor, 5/2000 de 12 de enero del 2000 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social de delitos representa un valor del 18,95%, para todos los jóvenes con expediente en la justicia de menores por otros tipos delictivos representa el 22,73%, Capdevila, M (2006) Por lo que respecta al género y violencia domestica, nos encontramos que porcentualmente, los chicos acumulan el 79,3% de los expedientes, y las chicas el 20,7%. Comparados estos datos con la memoria del año 2003(3), las cifras respecto de chicos y referido a delitos comunes suponen el 85,61% y para las chicas el 14,39%. En el delito específico de violencia familiar, se eleva la participación de las chicas. En la población analizada, el 46,6% únicamente tienen el delito de violencia domestica, el resto, el 53,4% además presentan una carrera delictiva más amplia, con tipos penales diferentes al citado. LA DENUNCIA Para que se inicie un procedimiento penal tiene que haber indicios racionales de que se ha cometido un delito o una falta. En la documentación consultada los resultados que se obtienen no dejan lugar a dudas de que sí se produjeron actos punibles. En el 78,4% de los casos hubo contacto físico, como golpes con el puño, patadas e intentos de estrangulamiento, en el 21,6% únicamente insultos, amenazas y vejaciones. Es evidente que la agresión verbal también se da cuando hay agresión física. En un 16,8% de los casos se ha utilizado como elemento intimidatorio un cuchillo, pero en ninguna de estas situaciones se ha producido ningún tipo de lesión. La víctima explica los motivos o las causas que desencadenan el conflicto y la agresión en su declaración ante la policía, es un momento de mucha tensión y elevada carga emocional, porque han dado el paso de hacer público un conflicto interno de la familia al ponerlo en manos de la justicia. Estas expresiones se han agrupado en las siguientes categorías: No acepta la autoridad y no quiere cumplir normas, 55,5%; Pide dinero, 17,2%; Pide dinero y no quiere cumplir normas, 15,5%; Discusión y aumento de la violencia, 12,1%. Miembro de la familia que es victima 63 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social En la tabla 1 se muestran los resultados de quienes son las víctimas en el ámbito familiar. Agrupadas las categorías en las que la madre esta sola o junto a otros familiares, destaca que en 87,8% de los casos ésta es la principal victima de los malos tratos y, además, es quien da el paso de poner la denuncia, en el 75% de los casos. Un factor destacado que generalmente se refleja en la denuncia es el tiempo de violencia no denunciado. Considerando la franja de edad a la que nos referimos 14-17 años, se constatan períodos prolongados de violencia en el hogar; de dos años y seis meses o mas en el 12,1% de los casos, en el 17,2% el periodo comprende entre un año y seis meses a los dos años y seis meses, en el 22,4% se dan estas conductas en un tiempo que abarca de los seis meses al año y medio, el grupo mas reducido se refiere a menos de seis meses y representa el 6,9%. Del resto no se registran datos. DESCRIPCIÓN DE LOS IMPLICADOS: LOS MENORES Y SUS FAMILIAS. 64 CARACTERÍSTICAS SOCIOFAMILIARES. Nos podemos preguntar si en los núcleos familiares de los jóvenes estudiados los padres tienen características diferenciales o los hogares presentan una composición, estilos de organización o trayectorias diferenciadas de las tendencias que sigue la población general. Se detecta que la situación económica se define como suficiente en el 69% de las familias, viven en situación de precariedad el 11,2% mientras que el 6,8% tienen ingresos elevados. También, el 27,6% de los padres y el 32,2% de las madres tienen formación básica mientras que el 6% de padres y madres tienen formación universitaria. En relación al núcleo de convivencia se observa que en el 44% de las familias la convivencia tiene lugar en el núcleo familiar originario, mientras que el 66% restante incluye distintas organizaciones familiares, al margen del núcleo original. De este segundo grupo algo más de la cuarta parte viven en familia monoparental-madre (porcentaje inferior a la que se da en la población general)(4) , mientras un porcentaje mínimo lo hace en familias monoparental-padre. Alrededor del diez por ciento son familias reconstituidas-madre o de convivencia en familia extensa. Un proporción escasa vive en dependencias de la Administración a causa de intervenciones desde el ámbito de protección de menores. La composición familiar por el número de hijos resulta distribuida de forma que casi la mitad de las familias tienen dos hijos, un poco más de la cuarta parte tienen sólo uno y el resto, poco más del diez por cien, tienen tres o más hijos. En el 20,7% de los núcleos familiares reconstituidos hay un hermanastro, mientras que hay dos o más en un porcentaje más bajo. Si atendemos el orden de nacimiento, la mayor incidencia se da asociada al primer lugar de la fátria, con un valores parecidos entre chicas, justo el 50%, y chicos, con un porcentaje algo más alto.También se dan valores parecidos entre ambos sexos en las demás posiciones, algo más de una cuarta parte ocupa el segundo lugar y los que están en tercer lugar son poco más del 10%. Al tratar la transformación vivida en los núcleos familiares se consideran factores como el grado de estabilidad o la cantidad y características de los cambios que se dan en los hogares estudiados. Se detecta que en un 37,1% se ha (4)Boletín informativo del I.N.E. m17947-2001 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social vivido una trayectoria estable mientras que el 45,5% ha tenido que afrontar diversos tipos de cambios: el 37% de residencia, alrededor de poblaciones cercanas, y el 9,5% ha seguido un proceso migratorio. Se recoge la información relacionada con otros factores de cambio. El 76,7% de las familias ha vivido experiencias que han modificado las características del núcleo familiar (separación de los progenitores, formación de nuevas parejas, muerte o distanciamiento de uno de los progenitores, problemas de relación con los hijos). Sólo el 23,3% de familias restante no ha vivido este tipo de experiencias. Al hilo de los aspectos relacionados con la influencia de los estilos de relación, otra variable estudiada ha sido la presencia de violencia en las interacciones familiares, que permitiría considerar el aprendizaje de los modelos de relación. Se obtiene que el 13,8% de los jóvenes denunciados han estado maltratados previamente por el padre. Los hermanos de los menores denunciados, también son victimas de malos tratos en 9,5%, en el 16,4% las madres han sido victimas de la violencia por parte de su pareja. Los distintos tipos de dificultades y conflictos presentes en las familias estudiadas sobrepasa el ámbito privado y conlleva la intervención de los agentes comunitarios. En el 68,2% de las familias se han realizado intervenciones desde diferentes áreas que corresponden un 30,2% a las actuaciones desde servicios sociales, el 23,3% a las de salud mental y en el 14,7% se ha hecho un trabajo simultáneo desde servicios sociales y salud mental. ESTILOS EDUCATIVOS DE LOS PADRES Y PERCEPCIÓN QUE TIENEN DE LOS HIJOS. Al centrarnos en la responsabilidad de los progenitores en el proceso, Sobral (2000) de socialización, de los hijos y valorar las estrategias y pautas educativas utilizadas, en la interacción con los hijos se recoge que el 8,6% de padres y el 12,9% de madres presentan estilos educativos adecuados. El 19,8% de padres y el 12,1% de madres lo presentan autoritario. Se trata de una práctica que, en el caso de los padres, se asocia a un clima de convivencia marcado por la violencia intraparental y en el que los jóvenes presentan “problemática relacional”. El 7,8% de padres y el 28,4% de madres presentan estilo permisivo/liberal mientras que el 30,2% de padres y el 25% de madres lo presentan negligente/ausente. Sólo el 25% de progenitores presenta coincidencia en el estilo educativo mientras, que el 75% no. Al considerar el valor que tiene la representación de los padres sobre los hijos, la imagen que transmiten de los hijos y las vivencias familiares a lo largo de las diferentes etapas evolutivas, se obtiene que el 25% de los padres tienen la representación de que su hijo tienen problemas desde pequeño, (los recuerdos que evocan los padres, se caracterizan por resaltar aspectos negativos). El 30,2%, considera que manifiestan una problemática conductual, (conductas observables, que parecen propias de esa etapa evolutiva). El 13,8% problemática relacional, (vivencias específicas que la familia interpreta como dificultades en el trato con el chico).Y el 9,5% tienen dificultades por causas externas, (como puede ser la influencia del grupo de iguales). En relación a la influencia que ejercen las atribuciones parentales sobre los hijos, se observa que la categoría “problemática relacional”, que incluye un 13,8% de casos, va asociada a núcleos familiares en los que el padre actúa bajo un patrón autoritario, Castro, J. (1996) CARACTERÍSTICAS DE LOS MENORES. Variables de los menores: características individuales, comportamientos y actitudes que, junto a los aspectos socioculturales y familiares, dinámicas de relación y estilos de crianza, interactúan en la conformación del perfil de la población objeto del estudio. 65 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social En el grupo predominan, como hemos visto, los chicos sobre las chicas. En ambos casos este tipo de delitos aumenta con la edad, aunque de forma ligeramente superior en el caso de las chicas. En el 41,7% de las denuncias los chicos ya han cumplido diecisiete años. Se ha detectado que predominan aquellos casos en los cuales se ha producido algún tipo de incidencia significativa a lo largo de su desarrollo: En un 25,9% se dan dificultades de inicio precoz que se describen como problemas conductuales, emocionales y/o cognitivos. En el 7,8%, esas problemáticas han sido tan extremas que durante la adolescencia han requerido algún tipo de atención o internamiento en una unidad especializada de psiquiatría. Para otros, las dificultades se han hecho notar a causa de la ausencia, pérdida o atención y cuidados físicos y afectivos deficitarios por parte de las figuras de referencia. 66 Las características personales de casi la mitad de los jóvenes, un 47,3%, se agrupan entorno a un conjunto de conductas que podrían calificarse como desadaptadas, aunque este grupo quedaría repartido entre los que reproducen comportamientos distorsionadores de la relación social (impulsividad, oposicionismo) i que es más alto para el grupo de chicas; i la otra mitad que correspondería a jóvenes que no han experimentado anteriormente incidencias significativas a lo largo de su desarrollo, lo cual nos permitiría hablar de aspectos conductuales que podrían ser reactivos a la etapa evolutiva. En un pequeño porcentaje, el 10,3%, nos encontramos con chicos, sobre todo, que presentan una tendencia a la internalización con respuestas conductuales de tipo emocional, en los cuales predomina la apatía, la inhibición y el bloqueo, Achenbach (1987) muy pocos son los que están diagnosticados con algún tipo de trastorno mental o déficit cognitivo. Sin embargo, todos ellos tienen en común dificultades para interiorizar normas y asumir responsabilidades. El otro extremo de la población estudiada estaría formado por un pequeño grupo, el 16,4%, en los que no se describen importantes alteraciones en sus conductas y muestran responsabilidad respecto de la inadecuación de su comportamiento, lo cual permitiría que judicialmente se archivara su expediente, bien por haber reparado y enmendado su conducta, bien porque son atendidos por otros servicios (sociales, sanitarios). En algunos casos, coincide la presencia de conductas violentas en el ámbito social además del familiar. Acostumbran a ser agresiones o amenazas a sus iguales, aunque también pueden ir dirigidas a los adultos En un 35,3% esas conductas se dan en la escuela, existiendo una fuerte coincidencia entre este tipo de comportamiento i algunas dificultades en su adaptación personal. La escolarización de estos menores ha presentados algunos déficit, tanto en el nivel de estudios (el 11,2% están en el primer ciclo de la Enseñanza Secundaria Obligatoria, lo cual representaría un retraso escolar importante, respecto de la edad que cronológicamente corresponde a los planes de educación actuales). Aquellos que todavía están escolarizados, presentan en un porcentaje bastante elevado, el 67,2%, un rendimiento escolar regular o malo con una acumulación importante de incidencias a lo largo de su trayectoria (dificultades de adaptación, de aprendizaje, absentismo y diversos cambios de escuela). Entre los mayores de dieciséis años pocos son los que continúan estudiando y, entre los laboralmente activos, sólo la mitad está trabajando. En la población estudiada el consumo de substancias adictivas legales o ilegales se distribuye en dos grupos. El 41,6% declara que no consume ningún tipo de droga y el 58,4%, si. Se trata de un policonsumo, predominando en un 36,2% el cannabis y en un 14,7% la cocaína junto a otras drogas. Si queremos relacionar el consumo con la aparición de conductas violentas, sólo podemos decir que en todos los casos en los cuales se dan conductas violentas en los diferentes ámbitos de relación, el porcentaje de sujetos que consume es superior. Sin embargo, no podemos concluir si el 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social consumo está asociado o es causa de la conducta violenta puesto que los datos tienen una enorme variabilidad. Sólo puede constatarse que la relación más constante es que la ausencia de consumo hace menos frecuente la aparición de conductas agresivas en general. La mayoría de estos chicos y chicas se relacionan con un grupo de iguales que presenta algún tipo de disfuncionalidad, como por ejemplo predominan problemas de adaptación social sobre todo por su tendencia a transgredir las normas socialmente establecidas, falta de organización personal entorno a actividades formativas y/o laborales, y comparten mucho tiempo libre, durante el cual permanecen ociosos, preferentemente en la calle. Únicamente el 12,9% realizan actividades de ocio organizadas con supervisión de adultos. LA PERCEPCIÓN DE LOS PROFESIONALES De todos los datos recogidas en las encuestas de los profesionales que intervenimos al ámbito de la Justicia de menores, consideremos que los más relevantes son las siguientes: El 94,1% considera que la intervención con los jóvenes por un delito por violencia doméstica debe ser diferente a la que se hace por otras conductas delictivas. La importancia de esta actuación diferenciada se considera que debe realizarse según los siguientes valores: - Salud mental familiar: 6,1 - Salud mental individual: 5,8 - Marco educativo escolar: 5,46 - Sociocomunitario: 5,3 - Mediación comunitaria: 4,91 - Como última opción la respuesta desde el ámbito judicial: 4,48 CONCLUSIONES. Hemos visto que la intervención desde el ámbito de la justicia juvenil se da en aquellos casos en que una conducta está tipificada como falta o delito en el Código Penal. En la población objeto de estudio las conductas punibles que se han estudiado se refieren únicamente a hechos de violencia intrafamiliar, aunque en un porcentaje elevado de jóvenes se da una trayectoria delictiva más generalizada. Así, la investigación dibuja claramente dos grupos diferentes de agresores: Los que han cometido, además, otros tipos de delitos 53,4% Los que nada más han cometido este tipo de delito 46,6% Al primer grupo corresponden jóvenes que presentan más conductas de riesgo (comportamientos violentos en otros ámbitos de relación, dificultades en su historia escolar, desocupación, consumo de tóxicos). En la familia ha habido, o hay, intervenciones profesionales, se dan situaciones de inestabilidad como cambios en el núcleo de conviven- 67 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social cia y/o dificultades económicas. Un aspecto importante a destacar es el referido a los estilos educativos de los padres en su forma de transmitir normas y valores ya que en un elevado número de casos no existe coincidencia en la forma de ejercer el rol parental, 75%, por lo que se puede concluir que hay disparidad de criterios en las figuras de referencia. La situación de conflicto tiene una duración media de más de un año, previa a la denuncia. Para los casos más leves y no reincidentes suele resolverse una medida judicial de seguimiento en el propio medio social. Al segundo grupo, por contra, corresponde a jóvenes y familias sin desestructuración aparente porque el núcleo de convivencia se describe como estable, con un estilo educativo de los progenitores no conflictuado. Este grupo de chicos aparece vinculado a recursos sociolaborales y no aparecen otras conductas de riesgo, como podrían ser el consumo de drogas o relación con grupos disociales. La duración del conflicto es relativamente breve, antes de interponer la denuncia, unos seis meses, por lo cual la intervención desde el ámbito judicial es mínima. 68 En cuanto a la composición familiar, se constató que en el 44% de las familias la convivencia tiene lugar en el núcleo familiar originario y en el 66% restante en diferentes organizaciones familiares fuera del núcleo originario. En casi la mitad de los núcleos familiares hay dos hijos y en función del orden de nacimiento, hay mayor incidencia de casos asociados al primer lugar de la fatria, concretamente el 58’7% de los chicos, y el 50% de las chicas. Sobre la representación que tienen los padres del hijo se ha observado que, en los casos en que los progenitores tienen una percepción negativa de su hijo, generalmente, la trayectoria seguida por el menor es más conflictiva, además del ámbito familiar también en el social, y con conductas disociales más marcadas. En la gran mayoría de los casos es la madre la que interpone la denuncia y también la figura en la que se concentran las situaciones de violencia y de tensión. En el análisis de la existencia de violencia en la familia y en quien se localizaría la misma se observó que es la madre la que en primer lugar es víctima, seguida de las figuras de los hermanos/as. Cabe detenernos un instante en el perfil que presentan el grupo de chicas estudiadas, ya que se caracteriza por la reincidencia en este tipo de delitos, pero no aparecen otro tipo de denuncias: - El motivo que origina el conflicto y la posterior denuncia es la falta de aceptación de normas pero no hay contacto físico en la agresión. - El período de inicio de estos comportamientos supera al año y medio. - La joven no realiza ningún tipo de actividad organizada y la actividad social se desarrolla en la calle. - La víctima es la madre y el conflicto se da en un núcleo familiar reconstituido, en el cual la pareja de la madre adopta un estilo educativo autoritario. Coincide en estos casos que la joven denunciada ha sido previamente víctima de violencia por parte del progenitor. (5)Clasificación por segmentación para establecer las características comunes mas asociadas y previamente perfiladas (p< 0,05) , análisis realizado con el programa SPAD-N 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Es probable que se haya intervenido des de algún servicio pero la actitud de la joven de no asumir ninguna responsabilidad y, por tanto, la no modificación de la situación. - En la mayoría de los casos la resolución impone una intervención judicial de seguimiento en el propio medio de la menor. El resultado de la investigación ha puesto de manifiesto que nos encontramos delante de un fenómeno que ha traspasado de la esfera privada a la pública recientemente. La ausencia de datos o estadísticas anteriores no nos permite conocer que dimensión ha tenido este tipo de conflictos en el ámbito familiar. También constatamos la dificultad de establecer un perfil de maltratador, o de victima, la casuística es muy variada, nos encontramos delante de un fenómeno en el que intervienen múltiples factores, personales educativas y sociales, y el resultado es que hay grupos en los que se dan un número determinado de coincidencias que no se repiten en otro. Más que hablar de conclusiones, posiblemente sea adecuado plantear que este es un campo abierto a más estudios y análisis. BIBLIOGRAFÍA ACHENBACH,T.M.; CONAUGH, Mc.(1987) “Empirically based assessment of child and adolescent psychopatology. Practical applications”. Newbury Park: Sage ALONSO GARCIA, J; ROMAN SANCHEZ, J.M. (2001) “Educación familiar y autoconcepto en niños pequeños” Ed. Pirámide ARCHER, J.; BROWNE, K. (1989) “Human aggressions: Naturalistics Approaches”. Londres: Routledge and Kegan Paul, BETTELHEIM, B.(1994) “No hay padres perfectos”. 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Asociación Ginso PROGRAMA DE INTERVENCIÓN ESPECÍFICA PARA MENORES/JÓVENES CON DELITOS DE MALTRATO EN EL ÁMBITO FAMILIAR 73 El fenómeno de la violencia intrafamiliar se ha convertido en las últimas décadas en un asunto de máximo interés institucional y social atendiendo principalmente, a razones como su elevada incidencia y la gravedad de las consecuencias que de él se derivan. Desde la dirección de General de Reforma Juvenil, los Juzgados y Fiscalías de Menores y los propios Centros de Reforma, somos conscientes del aumento alarmante de este tipo de delitos, lo que nos exige pensar que nos encontramos ante una patología en auge que necesita de un Tratamiento eficaz para conseguir la prevención de este tipo de comportamientos. Es notable el crecimiento de denuncias por malos tratos impuestas por los progenitores a sus hijos, así como los consecuentes ingresos de Menores/Jóvenes en los Centros de Reforma. Ante esta nueva problemática, necesitamos de una continúa coordinación con otras instituciones (Equipos Técnicos de Fiscalía, Juzgado de Menores, Dirección General de Reforma Juvenil, Servicios Sociales…) y de recursos externos (Equipos de Tratamiento Familiar) para obtener la mayor información posible, teniendo una visión lo más precisa, amplia y veraz del problema, con la que poder realizar una evaluación exhaustiva y poder planificar la intervención ajustada a la realidad del Menor/Joven. Tales delitos están afectando a todos los ámbitos socioculturales, desarrollándose incluso en familias con un nivel socioeconómico alto, donde han tomado por primera vez contacto con la Justicia ó Instituciones Sociales. Actualmente puede resultar difícil aceptar, debido a determinados ideales del concepto de la familia (agente socializador básico, garante de seguridad, de apoyo y afecto), que la familia sea uno de los grupos sociales en los que se dan más este tipo de comportamientos violentos. Estos conflictos intrafamiliares, están llegando a pasar de ser un problema privado en el ámbito familiar, a un delito de 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social malos tratos con el consecuente ingreso en un Centro de Menores. Ante esta difícil problemática, el sistema parental está demandando la necesidad de una intervención específica seria sobre las repercusiones que este tipo de delitos conllevan, por tanto no debemos aparcar esta problemática por difícil que sea la consecución de objetivos, sino que se debe intervenir con Programas Preventivos y de Tratamiento realistas. No existe un perfil de los Menores/Jóvenes con este tipo de problemática, aunque a nivel familiar hemos encontrado una serie de características comunes en la mayoría de los casos. Señalar que el estilo educativo que predomina en estas familias, es de tipo permisivo, normalmente por parte de la figura materna que es, en la mayor parte de los casos, quien ejerce las labores educativas de sus hijos, bien por ser madre soltera, separada o viuda. En el caso de familias tradicionales ocurre algo similar, ya que la figura materna es la encargada de la educación de sus hijos, debido a la extensa jornada laboral del progenitor, o a la ausencia del mismo en los quehaceres diarios de sus hijos. Es en estos casos, y ante situaciones determinadas, cuando el progenitor mantiene un estilo autoritario, y a veces agresivo, con la intención de compensar la laxitud mostrada por la figura materna. Esto provoca una fisura en la relación conyugal que suele ser aprovechada por el Menor para ejercer la manipulación y el control sobre la situación. Nos sentimos obligados a hacer mención a los padres como víctimas de sus hijos, que con su comportamiento, amenazas, insultos, vejaciones, agresiones físicas, consigue crear un clima de miedo y dominancia, controlando así la dinámica familiar e imposibilitando el desarrollo armónico y fluido de las funciones parentales. Ante la gravedad de los continuos conflictos y el miedo a que los hijos cumplan con sus amenazas, se hace necesario el afrontamiento, los padres, de sentimientos como la indefensión, el miedo a posibles represalias cuando el Menor finalice su Medida de Internamiento o la preocupación sobre la posibilidad de que la experiencia traumática pueda repetirse. Por otro lado es importante señalar, que en muchos de los casos con los cuales se ha trabajado desde el Centro, hemos encontrado Menores cuya historia familiar ha marcado su trayectoria personal, debido a las vivencias experimentadas. Entre otras destacar, conflictos dentro de la pareja, desencadenando en malos tratos y/o en posteriores procesos de separación difíciles, trastornos psicológicos de algún progenitor (depresión, trastornos de la conducta alimentaria…), consumo de sustancias tóxicas (alcohol, cannabis…). En estos casos el Menor se convierte en una víctima de la situación vivida, aprendiendo una serie de mecanismos de defensa y reproduciendo los comportamientos observados en sus progenitores. Desde este Centro de Menores, se ha diseñado un Programa de Intervención Específico, con la finalidad de cubrir la función mediadora entre el Menor/Joven y la Familia. En este Programa, concluyen los tratamientos de las distintas áreas (social, psicológica y educativa), donde se establecen unos objetivos específicos, y para la consecución de los mismos, es preceptivo el desarrollo de una intervención concreta individual y familiar de la problemática propia del delito. La intervención desarrollada es integral, llevada a cabo de manera coordinada por parte del Equipo Técnico, donde se tiene en cuanta el que estos Menores/Jóvenes sean incluidos en grupos homogéneos, con una previa selección especializada a fin de evitar la influencia de otros Menores/Jóvenes con una destacable trayectoria delictiva. Igualmente conocemos la realidad que rodea esta problemática contrastando las diferentes informaciones a través de la coordinación con profesionales de la Salud, los Servicios Sociales, la Educación y la familia extensa, con el objetivo de establecer una línea de intervención coherente y ajustada a las necesidades reales de la unidad familiar. 74 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Un hecho a destacar en este tipo de intervenciones, es cuando la familia, principalmente la figura materna, se cuestiona su actuación por miedo a las represalias del Menor/Joven, exige sus privilegios, no trasladan opiniones o extremos reales, comportamientos que suelen dificultar la intervención; ante tales comportamientos creemos conveniente conceder la actuación en su totalidad al Equipo Técnico, para así no dificultar el proceso de recuperación. Consideramos prioritario en nuestro tratamiento el evitar que el Menor/Joven proyecte en las figuras parentales la culpabilidad de los hechos más relevantes que han acontecido en el ambiente familiar, culpabilizándoles de su situación personal y del internamiento. Finalmente destacar que nuestro trabajo va orientado a concienciar a los Menores/Jóvenes del papel tan importante que el Sistema Familiar juega en su proceso de tratamiento, pues existirá un consenso por parte de las familias y el Equipo Técnico del Centro en la consecución de privilegios y en el logro de los objetivos que conciernen al Menor/Joven. FINALIDAD DEL PROGRAMA El objetivo principal de este Programa de Intervención es promover una convivencia armoniosa libre de violencia, fundamentada en el establecimiento de unas correctas pautas socioeducativas y convivenciales, basadas en la presencia de una comunicación intrafamiliar que favorezca una adecuada dinámica familiar, procurando la continuidad de este compromiso, por parte de todos los miembros del sistema, a la finalización de la Medida Judicial de Internamiento del Menor/Joven. La finalidad alcanzada con este tratamiento ha sido establecer un proyecto realista, en el que intervienen todos los profesionales del Centro, de cumplimiento progresivo de los objetivos que inciden en los déficit personales de los Menores/Jóvenes, implicando a los mismos y principalmente a sus familias, para fijar un Programa de Intervención Específica eficaz que conlleve la resolución de los conflictos familiares, abordando desde la asunción del delito y el rechazo a la violencia, hasta la intervención del sentimiento de culpabilidad inespecífico que presentan los padres ante este tipo de problemática. MENORES/JÓVENES QUE ACCEDERÁN AL PROGRAMA - Aquellos que se encuentren sujetos a una o varias Medidas Judiciales por la comisión de Delitos de Malos Tratos. - Aquellos que aunque se encuentren sujetos a un Internamiento Cautelar, nos consten conflictos intrafamiliares. - Aquellos que presenten problemas interpersonales en el ámbito familiar, independientemente del delito por el que se encuentre internado. El Equipo Técnico-Educativo es el que estima el alta en dicho Programa, previo estudio individualizado de cada Menor/ Joven y solicitud del mismo. De los programas de tratamiento tendrá conocimiento desde su inicio el Menor/Joven, familia del mismo, Juzgado y Fiscalía de Menores del que depende y D.G.R.J, para de esta forma involucrarlos en la consecución de los objetivos y conocer desde el principio las medidas a adoptar en caso de incumplimientos o consecución de los mismos. 75 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social OBJETIVOS GENERALES DEL PROGRAMA - Conocer todas las variables del Menor/Joven y familia del mismo para convertir la problemática que ha incidido en la comisión del delito. - Concienciación social del delito realizado. Reconocimiento de los hechos imputados para poder iniciar una intervención seria y eficaz con el Menor/Joven. - Asunción de la responsabilidad de su comportamiento, con el fin de aumentar la percepción del control en su vida y así conseguir la prevención de conductas desviadas. 76 - Obtener un conocimiento de sí mismo, ajustado a la realidad y modificar los aspectos deficitarios de la personalidad que inciden en la conducta social, y en el mantenimiento de los problemas interpersonales de la vida diaria. - Desarrollar la tolerancia y el respeto a las normas de convivencia, no coartando la libertad de otros para imponer sus criterios y opiniones o para conseguir sus propios intereses. - Concienciar al Menor/Joven y a la Familia o Tutores Legales de que el maltrato familiar exteriorizado por el Menor/Joven, no es un delito puntual y de escasa importancia sino que puede conllevar y desembocar en la comisión de otros delitos, y consecuentemente en el ingreso en Centros de Menores o en Centros Penitenciarios en el caso de ser mayores de edad. - Planificar un futuro realista y ajustado a la realidad personal y familiar, dotándole de recursos como la adquisición de hábitos laborales y el alta en el Programa de Inserción Laboral, siendo el camino más acertado para preparar al Menor/Joven para la vida en libertad. OBJETIVOS ESPECÍFICOS DEL TRATAMIENTO - Percibir a la familia como una unidad estructurada, un recurso a nivel personal de satisfacción, un apoyo en situaciones de dificultad, una guía en el desarrollo evolutivo de cada persona, fomentándola como uno de los valores más importantes de nuestra sociedad. - Modificar aquellas actitudes, creencias y valores que justifiquen el uso indiscriminado de la violencia en la resolución de conflictos intrafamiliares, adquiriendo los recursos suficientes para prevenir el resurgimiento de este tipo de conflictos en el ámbito familiar una vez extinguida su Medida de Internamiento. - Favorecer y potenciar una adecuada comunicación intrafamiliar basada en el respeto y la tolerancia, siendo éstos quienes aparezcan durante el tratamiento, ante el Menor/Joven como los favorecedores de todos aquellos beneficios que logre a lo largo de todo su internamiento, aunque éstos vengan orientados por parte del Equipo Piscosocioeducativo. - Potenciar los recursos personales, y desarrollar aquellos necesarios, con el apoyo de diferentes agentes sociales si así fuese necesario, para procurar, a largo plazo, la cobertura de las diferentes necesidades detectadas, de manera 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social adecuada y autónoma, por parte de todos los miembros de la unidad familiar, y así evitar la reiteración de las conductas agresivas en el Menor/Joven. - Establecer una dinámica familiar adecuada, en el que impere un estilo democrático, basado en normas y límites claros, resultados del acuerdo ó consenso entre ambas figuras paternas. TRATAMIENTO EN MALTRATO FAMILIAR La intervención desde la mediación familiar tiene carácter interdisciplinar, llevada a cabo conjunta y de manera coordinada por parte del área Social, Psicológica y Educativa, siendo imprescindible modificar los comportamientos y actitudes del Menor/Joven que le han llevado a este tipo de delitos, así como los factores familiares que han podido propiciar o mantener esta conducta a lo largo del tiempo. Entendemos la Mediación Familiar como un proceso de resolución alternativa de los conflictos, enfocada a aquellos miembros de la familia que estén inmersos en algún conflicto entre sí, para que consigan solucionarlos de forma satisfactoria, aceptando la ayuda de un mediador profesional, en este caso el Equipo Técnico del Centro, previniendo el resurgimiento de este tipo de conflictos en el ámbito familiar. 1. INTERVENCIÓN INDIVIDUAL - Concienciar al Menor/Joven del rol que ha de adoptar dentro de la unidad familiar, reconociendo a los progenitores como las principales figuras de referencia a las que ha de respetar. - Asunción y reconocimiento de su responsabilidad respecto a la situación problemática acaecida dentro del seno familiar. - Extinguir la agresividad y violencia verbal y/o física, a través de la autopercepción y concienciación de su comportamiento, promoviendo la negociación como método de resolución de conflicto dentro de la familia. - Concienciarle de la necesidad e importancia de la empatía hacia las necesidades de otras personas, como medio para mantener unas relaciones entre el sistema conyugal y filial satisfactorias. - Adquirir un acercamiento afectivo del Menor/Joven hacia la unidad familiar con el objetivo de normalizar las relaciones afectivas familiares. - Conseguir que el Menor, se conciencie de la necesidad de las normas así como la importancia del cumplimiento de las mismas para una adecuada convivencia. - Trabajar en resolución de problemas, que le permita utilizar estrategias más ajustadas y eficaces en la resolución de conflictos interpersonales. - Extinguir las actitudes manipulativas del Menor/Joven con la motivación de culpabilizar a la figura materna y de producir un rechazo a la paterna. 77 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Concienciar al Menor/Joven del rol que adopta la víctima, madre, (miedo, minimización de la situación, aislamiento, indefensión aprendida, internalización de la culpa, baja autoestima). 2. INTERVENCIONES FAMILIARES El desarrollo de las intervenciones familiares se lleva a cabo en dos fases bien diferenciadas: - 1ª FASE: Encuentro del sistema parental con el Equipo Técnico, en aras de recopilar y contrastar información, y el posterior establecimiento de las líneas de intervención a adoptar con el Menor/Joven, debiendo ser éstas consensuadas y desarrolladas no únicamente por parte del Personal Psicosocioeducativo, sino también del sistema familiar quien será quien continúe esta labor a la finalización del Menor/Joven de la Medida Judicial de Internamiento establecida. 78 - 2ª FASE: Comparecencia del Menor/Joven ante la unidad familiar, quien se procurará que asuma su responsabilidad respecto a los hechos, favoreciendo que exteriorice y detecte la problemática que desembocó en esa situación conflictiva, en aras de potenciar o desarrollar recursos personales, familiares y sociales, con que dar cobertura a dichas necesidades, evitando recurrir a conductas agresivas, procurando en todo momento, una comunicación intrafamiliar basada en valores fundamentales como el respeto y la tolerancia. En dicha intervención familiar, el tratamiento va orientado, a nivel general, a la consecución de los siguientes aspectos: - Establecer pautas normativas de conducta establecidas por Sistema Parental con el Menor/Joven, las cuales se encontrarán consensuadas con el Equipo Técnico del Centro. - Reducir la ansiedad y el desbordamiento del sistema parental ante dicha situación traumática, procurándoles información, orientación y apoyo constante. - Asunción por parte de todos los miembros del sistema familiar de aquellas conductas y hábitos personales que han podido favorecer la aparición de las conductas agresivas del Menor/Joven. - Reconocimiento por parte del Menor/Joven, ante el sistema parental, de otras situaciones problemáticas que pudiesen acontecer, tales como el uso o consumo de sustancias tóxicas y/o el posible desarrollo de diferentes conductas disruptivas previo a su ingreso en la red institucional. - Extinción de la actitud sobreproteccionista que suele adoptar la figura materna, junto con una inversión de roles, en la que se establezca una figura de autoridad. - Concienciar a las figuras parentales de que deben instaurar un estilo educativo basado en la imposición de pautas educativas y normas de convivencia, así como mediar en el desarrollo de determinadas actitudes y conductas desadaptativas que refleje el Menor/Joven. - Clarificación de las figuras de autoridad y distribución de responsabilidades en la unidad familiar, favoreciendo el ejercicio de las responsabilidades de su hijo, indicándole cuales son sus derechos y deberes. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Dotar a los progenitores de habilidades parentales eficientes, orientarles en pautas de comunicación, remarcando la importancia de que ambos progenitores mantengan criterios comunes, claros y consistentes, con los que transmitir unidad y firmeza ante los hijos. - Mejorar la autoestima de los padres para que no se perciban como víctimas, ni culpables de la violencia que padecen, aumentando su seguridad psicológica, retomando su equilibrio emotivo, de tal manera que no se instale el sentimiento de culpa y, como consecuencia, no se bloqueen las relaciones conyugales. - Lograr el respeto hacia los padres, una adecuada comunicación familiar (expresión de normas, prohibiciones, consejos), promoviendo la negociación y rechazando la violencia como un método de resolución de conflicto dentro de la familia. ¿QUÉ DURACIÓN TIENE? En función de la consecución en los objetivos planteados en el Programa de Tratamiento, de tal manera que el Menor/Joven manifieste actitudes de cambio propiciando así una mayor interacción entre el sistema familiar, dando lugar a que las relaciones filio-parentales mejoren. EVALUACIÓN Y SEGUIMIENTO DEL PROGRAMA La evaluación del programa se llevará a cabo por el Equipo Técnico del Centro y se hará como mínimo mensualmente. En cada revisión se evaluarán los objetivos establecidos en el programa por todos los profesionales del Equipo Técnico que intervienen en el mismo. Se percibirá la consecución de objetivos, cuando el Menor/Joven exhiba su deseo por tener un comportamiento correcto hacia sus padres, les muestre afectividad, los diálogos se basen en el respeto y la comunicación, dando muestras de una mejora en las relaciones intrafamiliares. Los Permisos de Salida y Salidas Programadas Familiares serán disfrutados por el Menor/Joven cuando se considere que se han alcanzado los objetivos previstos tanto por el Equipo Técnico como por los padres o tutores legales. El Equipo Técnico hará un seguimiento y valoración de dichos permisos, por lo que estos se disfrutarán en un primer periodo por la comarca cercana al Centro, como preparación previa de todos los miembros del sistema familiar a acoger al Menor/Joven en posteriores permisos en el contexto familiar. Desde el punto de vista del Equipo Técnico, consideramos que los progresos alcanzados deben observarse en el domicilio familiar, para así evitar que esta evolución esté sujeta únicamente al medio de contención en el cual se encuentra el Menor/Joven, por ello la evaluación y el seguimiento tendrá continuidad hasta su salida en libertad y posterior a ella. El alta, baja y modificación del programa a propuesta de los miembros del Equipo Técnico, será aprobada por el Órgano de la Comisión Socio-Educativa del Centro y se notificará al Joven/Menor, D. G. R. J., Fiscalía y Juzgado de Menores del que depende. Las propuestas de Intervenciones, Salidas Terapéuticas, Permisos Familiares, e Inserción Laboral, serán participadas o solicitadas en su caso, al Juzgado de Menores del cual depende conforme se alcancen los objetivos propuestos en el Programa de Tratamiento, una vez valoradas y consensuadas por con los progenitores y todos los profesionales del Equipo Técnico que intervienen en el Programa. 79 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social ACTIVIDAD FORMATIVA Y OCUPACIONAL En muchos casos los Menores/Jóvenes, ingresan con un nivel académico aceptable, por lo que se pone todos los medios desde el Centro para darle la formación académica al mismo, (matriculación en el Instituto de referencia del Centro de Educación de Adultos, traslados de expedientes académicos, soporte con tutores y profesionales especializados…). Se pretende que el ingreso en el Centro no le suponga regresiones en su educación, sino todo lo contrario, que continúe y avance en la misma. Igualmente, la formación ocupacional que existe en el interior del Centro y fuera del mismo, nos permite ofrecer un abanico de posibilidades muy amplio en este campo para contribuir en todo el área formativa, trasladado a los Menores/Jóvenes a cargo del personal del Centro y subviniendo a todas sus necesidades para darle el mejor soporte. 80 - Formación Ocupacional Interior/ Taller de Mecánica, Taller Hortofrutícola. - Formación Exterior en localidades cercanas/ Taller Escuela de Albañilería, Carpintería, Forja e Instalaciones. El Equipo Multidisciplinar de este programa está formado por todos los profesionales necesarios para abarcar un tratamiento integral: - Trabajador/as Sociales - Psicólogos/as - Psiquiatra - Médico y A.T.S - Jurista/s - Tutores /as 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente D. Luis González Cieza Miembro de la Unidad de Inspección Técnica y Coordinador del Programa de Intervención por Maltrato en el Ámbito Familiar ( ARRMI, Madrid) PROGRAMA DE INTERVENCIÓN DE LA ARRMI EN LOS CASOS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR 83 El concepto “Violencia Intrafamiliar” engloba diferentes tipos de agresión, tanto en su modalidad como en el objeto de la misma. En la presente exposición desarrollaré algunos aspectos que se refieren a la ejercida por los menores y jóvenes –denominación esta última contemplada desde el criterio jurídico- hacia sus progenitores o ascendientes dentro de la familia. Este tipo de violencia -que en la actualidad, en la Comunidad de Madrid, viene siendo recogida como “Maltrato Habitual en el Ámbito Familiar Ascendiente”- recoge, por lo tanto, todos aquellos comportamientos que suponen la agresión, en sus diferentes modalidades, dirigida por el/la menor y joven hacia los progenitores o hacia aquellas personas que desempeñan este papel en un contexto familiar. También, en segundo término, entenderemos la violencia dirigida hacia otros familiares convivientes como los hermanos que, si bien no es frecuente, se presenta en ocasiones. Durante la exposición pretendo plantear brevemente cuál es el momento actual en relación a esta problemática. A partir de la evolución presentada en los últimos tiempos, los datos y la información de que disponemos, pasaré a exponer el trabajo que se está llevando a cabo a través de la Agencia de la Comunidad de Madrid para la Reeducación y la Reinserción del Menor Infractor (ARRMI) en relación a este tema y, por último, los objetivos y previsiones de cara al futuro. Todo ello hay que enmarcarlo en unos condicionantes muy especiales: es un tema novedoso, que se está desarrollando –con entidad propia- desde hace pocos años y en el que aún está mucho por definir y sobre el que, en la actualidad, entiendo que no existe información suficientemente válida ni contrastada basada en investigaciones y estudios (sin menoscabo del trabajo realizado recientemente por los compañeros de Equipos Técnicos de Cataluña, aquí presentes, que es realmente interesante). Quiero agradecer en primer lugar la sensibilidad y disposición mostrada por los Responsables de la Agencia hacia los planteamientos que les hemos ido haciendo, como técnicos, sobre este tema y las demandas que les planteábamos. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social La experiencia de los que llevamos cierto tiempo trabajando con una población que presenta comportamientos disociales o simplemente conflictivos, nos indica que el número de casos denunciados en relación a esta problemática ha ido incrementándose de forma significativa en los últimos años. Los datos, por ejemplo, del estudio de Cataluña ya nos indica que el número de denuncias, aproximadamente, se ha ido doblando año a año. De la misma forma han aparecido varios libros sobre el tema en un periodo de no más de dos años. El auge que en los últimos tiempos viene teniendo la formación, especialización y trabajo de Centros, tanto públicos como privados, de intervención y terapia familiar también tiene, en parte, relación con lo que estoy diciendo. La falta de estudios e investigaciones no deja de ser llamativa y los libros publicados basan sus argumentos en la experiencia profesional del autor, pero sin datos que realmente refrenden lo que en ellos figura –sin que posiblemente dejen de ser acertados en su contenido-. 84 En la Comunidad de Madrid, la dificultad para llevar a cabo una recogida de datos fiables viene motivada, entre otras cosas, porque este tipo de actuación ha venido recogiéndose en diferentes “Tipos Penales” relacionados con la conducta en sí (amenazas, lesiones, homicidio en grado de tentativa…) y no tanto con sus circunstancias familiares dada la falta de tipicidad específica de los malos tratos en el ámbito familiar o doméstico. En cualquier caso, salvado dicho vacío legal en la actualidad, sí hemos encontrado anteriormente al menos cinco denominaciones relacionadas directamente con los hechos que nos ocupan: Maltrato, Maltrato Familiar, Maltrato Habitual, Violencia Familiar y Violencia Doméstica. Las Medidas Judiciales adoptadas en los últimos años por este motivo –como mínimo, dados los condicionantes expuestos- nos muestran que: REPARACIONES EXTRAJUDICIALES: - Este motivo supone en la actualidad un 10% del total de las Reparaciones que se realizan. - Han pasado del 1% en 2003 al 10% en 2006. - El porcentaje de chicas ha pasado en el mismo periodo del 15% al 25 %. - La edad más frecuente en la que se aplica esta Medida es de 15 años. - La mayoría de la población sobre la que se aplica es de origen español (85%) MEDIDAS EN MEDIO ABIERTO: - El porcentaje en el año 2006 es del 6%. - Ha pasado del 3,5% al 6% en los cuatro últimos años. - El porcentaje de chicas ha pasado en el mismo periodo del 9% al 13%. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - La edad más frecuente en la que se aplica esta Medida es de 16 años. - La mayoría de la población sobre la que se aplica sigue siendo de origen español pero ha disminuido al 66%, aumentando los menores de origen magrebí y latinoamericano. MEDIDAS DE INTERNAMIENTO: - El porcentaje en el año 2006 es del 8%. - Ha pasado del 5,6% al 8% en los dos últimos años. - El porcentaje de chicas ha pasado en el mismo periodo del 8% al 11%. - La edad más frecuente en la que se aplica esta Medida es de 17 años. - La mayor parte de la población atendida sigue siendo de origen español, aunque ya sólo llega al 44%, cubriéndose el resto con menores de origen magrebí y latinoamericano, que suben significativamente, así como otros orígenes. En la actualidad, respecto a las medidas de Internamiento –y superando los datos estadísticos anteriores, ya que no recogen plenamente la realidad del problema tal y como se ha expuesto- nos encontramos con una población estable en Madrid de alrededor de 25-28 menores internados por este motivo, de los que al menos el 25% son chicas (cuando por otros tipos de delitos es únicamente del 8%). Por último, señalar que la edad de los casos denunciados ha pasado de estar entre los 17 y 18 años a los 16. Paso a exponer, en consecuencia, la respuesta que desde la Agencia de la Comunidad de Madrid para la Reeducación y la Reinserción del Menor Infractor se ha planteado para el abordaje de esta problemática. En primer lugar y recogiendo también una demanda que venía planteándose desde diversos sectores se evalúan los recursos necesarios y las posibilidades para llevar a cabo una intervención especializada dentro del ámbito de las Medidas de Internamiento porque suponen los casos más graves tanto desde el punto de vista jurídico como en general, además, los más complejos, desde el educativo. Se estudian varias posibilidades como son el desarrollo de Programas Específicos a llevar a cabo en todos los centros en los que hubiese menores con medidas por este tipo de actuación, la creación de un centro en régimen terapéutico y finalmente la creación de un Centro de Ejecución de Medidas Judiciales Especializado en la intervención sobre esta materia. Optamos por esta última fundamentalmente por lo que supone de no estigmatización del menor respecto al régimen terapéutico y porque consideramos que el abordaje de los casos debe venir en primer lugar desde una concepción más psico-educativa-social que desde una médico-psiquiátrica-farmacológica. Los menores y jóvenes que mantienen esta actuación, en los casos en que se toma una medida judicial de internamiento, comparten con cierta frecuencia con otros chicos/as objeto de intervención judicial factores como fracaso escolar o grupo de relación pero parece haber, además, una mayor presencia de trastornos de conducta desde la infancia –diagnosticados con cierta frecuencia-, intervenciones psicológicas y psiquiátricas previas y características familiares determinantes en su estilo educativo, en su estructura o en sus antecedentes mórbidos; todo ello sin olvidarnos de aquellos casos que no presentan otra problemática delictiva asociada. En los casos en que el menor/joven ha llegado a necesitar de una medida de internamiento nos solemos encontrar con que previamente ha habido otros intentos de intervención que no han funcionado o lo han hecho insuficientemente, 85 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social adoptándose esta Medida como último recurso necesario ante la gravedad de la conducta y, en muchos casos, para prevenir situaciones de peligro para los convivientes. La variedad de las intervenciones previas mantenidas es alta, pasando por los Servicios Sociales, Centros de Salud, atención privada e internamientos en unidades psiquiátricas entre otras. Existe consenso en que las variables asociadas con la conducta delictiva grave son múltiples y afectan habitualmente a los diferentes contextos del desarrollo del menor (familiar, formativo/laboral, social) y a sus características personales, debiendo trabajarse desde un modelo multicausal, ponderando en el caso individual el peso de cada una. En los casos de Maltrato Familiar nos encontramos con que, además de lo anterior, hay variables fundamentales que están más definidas y se refieren, por un lado, a las características de la relación familiar establecida (pautas educativas, historia familiar, recursos para la resolución de conflictos…) y por otro a las personales del sujeto en cuestión, desde su propia historia de aprendizaje –en el sentido de adquisición de comportamientos- y los recursos desarrollados para afrontar situaciones cotidianas y de crisis (habilidades sociales, solución de problemas…) hasta aspectos cognitivos, de autocontrol o los afectivos y emocionales, pasando por trastornos de conducta más o menos diagnosticados que llegan incluso, con cierta frecuencia, al internamiento en unidades de psiquiatría y su correspondiente tratamiento farmacológico. La diferenciación en un Centro de Ejecución de Medidas Judiciales para la intervención especializada con este tipo de menores supone la posibilidad del abordaje de cada caso con un conocimiento profundo de las circunstancias y características del interno (información recogida tanto desde la observación directa de lo cotidiano, desde el contacto con la familia y, muy especialmente, desde la relación controlada padres-hijo/a, entre otras formas) así como el control de las diferentes vías de intervención, su coordinación y la evaluación constante de los resultados, enlazando la posibilidad de diferentes regímenes de internamiento y de ejecución de Medidas. Es por ello un tipo de Centro fundamentalmente dirigido al exterior y con un objetivo más definido que el genérico del comportamiento delictivo si bien no menos difícil de alcanzar. La intervención debe cubrir, complementariamente, tanto el abordaje individual del proceso psicoevolutivo del interno como el contexto sociofamiliar donde se han visto insertados los comportamientos objeto de intervención. Dado el carácter que debe adoptar la intervención en el ámbito del maltrato se requiere un esfuerzo técnico suplementario para conjugar la habitual línea educativa que se lleva a cabo en las dinámicas de funcionamiento de los Centros con una inexcusable presencia de pautas marcadas desde el ámbito terapéutico. Esto supone todo un reto para los profesionales, máxime cuando se enmarca esta intervención educativo/terapéutica en el contexto de cumplimiento de una medida judicial, labor a la que prestan todo su empeño y dedicación los profesionales del Centro que ya ha empezado a funcionar. Consideramos la relación padres/hijos –y ocasionalmente otros familiares que constituyen su entorno- como eje central de las conductas motivo de internamiento. Entendemos que la intervención o terapia familiar es necesaria para reconducir la situación relacional que ha dado lugar a la Medida. Esta relación que se presenta no es fruto del paso por un momento evolutivo determinado, la adolescencia, o un episodio puntual, sino que se ha ido gestando a lo largo de la historia familiar y es esta forma ya establecida de relacionarse el objetivo fundamental de trabajo. El abordaje familiar ha de tratar de restablecer los vínculos y responsabilidades de sus componentes, para que la familia cumpla su función de dotar a los miembros de la autonomía suficiente para generar un proyecto vital independiente, aspecto que, en último término, constituirá el mejor factor de protección frente a comportamientos como los que nos ocupan. Por ello, el Centro Especializado ha de entenderse como una pieza más en el continuo del tratamiento a través del 86 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social establecimiento de un Programa General de Intervención con estos menores y jóvenes, con un antes, donde normalmente ya han intervenido otros recursos –incluso a instancia del Juez de Menores con una Medida Judicial anterior- y, sobre todo, un después que ha de articularse a través de las correspondientes intervenciones en Medio Abierto -que además están contempladas por la Ley como elemento en el desinternamiento- y los recursos sociales. El diseño para la continuidad de la intervención es el elemento fundamental para alcanzar los objetivos de este proceso educativo. Con el diseño y desarrollo de un Programa General de Intervención para los casos de Maltrato Familiar buscamos alcanzar varios objetivos. Caben destacar: . Tener un conocimiento exhaustivo de los diversos aspectos que conforman esta realidad: población que atiende, recursos y necesidades, procesos, eficacia, etc… . Optimizar la gestión y los procesos de atención e intervención que se vienen llevando a cabo con estos menores, proponiendo y promoviendo los recursos más adecuados. . Recoger los datos pertinentes que permitan el establecimiento y análisis de factores o variables discriminativas en relación al maltrato familiar. Para ello se ha constituido un Equipo de Trabajo con Técnicos de las diversas Áreas implicadas en el proceso de análisis e intervención con menores, habiéndose comenzado a confeccionar la plantilla de Recogida de Datos por áreas (familiar; social; escolar-laboral; grupo de relación, ocio y tiempo libre; psicológica; consumo de tóxicos y de datos judiciales y administrativos). Los siguientes pasos a desarrollar se refieren a la adecuación del proceso que se viene siguiendo en la actualidad a criterios de eficiencia y al análisis de las diferentes etapas de dicho proceso, estableciendo el protocolo de actuación para cada momento. Esto nos permitirá detectar las dificultades y, en consecuencia, poder realizar los ajustes necesarios. La recogida de datos, con el conocimiento de las variables que se presentan, su análisis y valoración, permitirá tener un conocimiento más profundo y una mejor explicación de estos comportamientos, por lo que el diseño de las intervenciones futuras –al tener en cuenta estos factores- y su ejecución, permitirá una mayor eficacia del tratamiento. En este sentido, y dado que nos encontramos al inicio de tan apasionante trabajo, sólo queda ofrecer nuestra colaboración a otras iniciativas para conseguir entre todos un mayor contraste y profundización en los datos y análisis que podamos realizar. Quiero finalizar haciendo dos últimas reflexiones para cerrar esta exposición a partir del trabajo realizado desde la Unidad de Inspección del ARRMI aunque me salga en cierta medida del tema de la Violencia Intrafamiliar que nos ocupa: - Por un lado, considero que el nivel técnico y profesional de los profesionales que trabajamos en este ámbito es alto, por lo que los objetivos de desarrollo futuro han de ser de consolidación y profundización del trabajo técnico dado que la base está creado al haberse resuelto en la actualidad todas las cuestiones básicas de atención, gestión y control de los menores. - En segundo lugar, una de las líneas de trabajo, consecuencia de lo anterior, ha de ser el diseño y desarrollo de Programas Específicos -como el que nos ocupa- dirigidos a aspectos concretos de intervención sobre nuestra población. De la misma forma que en la Comunidad de Madrid se atiende a cuestiones como el Maltrato Familiar o se han desarrollado otros Programas sobre Agresores Sexuales y sobre Prevención de la Violencia, otras materias como podrían ser el abordaje específico de conductas violentas, atención a menores con rasgos psicopáticos o la pertenencia a bandas deben ser 87 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social M ESA REDONDA: “Violencia Sexual” 89 Moderador D. Ángel del Río López Periodista 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente Dª. Blanca Vázquez Mezquita Psicóloga de la Clínica Médico Forense de Madrid. Especialista en víctimas de agresiones sexuales. VIOLENCIA JUVENIL VIOLENCIA SEXUAL 91 1.INTRODUCCIÓN Cuando se trata de delitos contra menores, en caso de delitos contra la libertad sexual, son básicamente tres los temas que se nos van a plantear desde el ámbito jurídico: La capacidad de consentimiento del menor, la credibilidad del menor y las posibles secuelas asociadas a los supuestos hechos producidos en el menor víctima. En las publicaciones más antiguas sobre abuso sexual infantil se insiste siempre en la misma idea: si el delincuente sexual es un joven, lo primero que debemos averiguar es si ese joven a su vez ha sido víctima de abuso sexual infantil. Siguiendo a Marshall, 2001, diremos que en 1998 Finkelhor y Lewis hicieron una encuesta en Estados Unidos entre una muestra de varones adultos (ninguno de ellos era delincuente). En general las violaciones sobre menores que acaban en condena suelen ir acompañadas de violencia, humillaciones y degradaciones. El motivo es que el abuso se hace más obvio y más fácil el descubrimiento. El que haya violaciones no denunciadas es un hecho muy importante. Russell(1984) constató que de 930 mujeres entrevistadas, el 44 % dijo haber sufrido una agresión sexual, pero sólo el 8% presentó una denuncia. Cuando observamos niños y adolescentes que han sufrido agresión sexual y después actúan como agresores los niños y adolescentes suelen tener cierta propensión a los sentimientos crónicos de ansiedad y miedo, depresión, ideación y comportamientos suicidas, e irritabilidad o sentimientos de ira. Algunos niños que han sufrido abuso sexual se distinguen de los que no lo han sufrido porque muestran un comportamiento hipersexualizado. Si a la vez aparecen elementos facilitadotes y desestructuradores entonces ellos mismos pueden aparecer como agresores de otros menores. En el ámbito interpersonal los menores agresores presentan desconfianza, miedo, temor a la intimidad y tienen pocos amigos. Los adolescentes que sufrieron abuso en la niñez pueden presentar episodios frecuentes de promiscuidad o bien falta de interés por el sexo, o ambas cosas de forma alternante. Según Marshall es en la adolescencia cuando cristaliza la conducta de la agresión sexual. Marshall ha llamado a su teoría “teoría del afrontamiento”, esta teoría parece la más solida hasta la actualidad. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Según este autor existiría una vulnerabilidad a desarrollar agresión sexual en función de unos patrones destructivos entre padres e hijos y un posterior afrontamiento distorsionado ante el estrés psicosocial. El afrontamiento distorsionado siempre se efectúa a través de la conducta agresiva-sexual. Los pasos para la instauración de la conducta desviada en el joven son los siguientes: 1. Influencias biológicas: Idénticas vías neuronales se utilizan en la agresión y en el comportamiento sexual. Existe evidencia de que los esteroides sexuales se encuentran aumentados en los agresores sexuales de niños y en algunos agresores de adultos, pero no en todos. A lo largo del proceso de socialización los varones aprenden a inhibir la conducta agresiva para conseguir sexo pero una parte fracasa en ese aprendizaje porlos condicionantes sociales y familiares. 92 2. Experiencias en la infancia: Una relación paterno filial pobre puede derivar en un comportamiento sexual delictivo. Los delincuentes sexuales han tenido en general problemas con sus padres cuando eran niños. Los jóvenes que se convierten en violadores a veces viven en un contexto de abuso, donde son frecuente y severamente castigados de forma aleatoria, por motivos que rara vez están relacionados con su mal comportamiento. Los violadores no suelen identificarse con sus padres,(con ninguno de los dos), como es lo normal que ocurra en el desarrollo evolutivo de todos los niños. Estos padres anómalos son agresivos, a veces alcohólicos y/o tienen problemas con la ley y, como consecuencia, sus hijos acaban reproduciendo estos mismos comportamientos. Los problemas de apego que se producen entre madre e hijo parecen estar relacionados con conducta antisocial en general mientras que los problemas de apego que se producen entre padre e hijo pueden estar más relacionados con agresión sexual en la edad adulta. 3. Vínculos paterno-filiales: A través de sus padres los niños aprenden no sólo qué pueden esperar de los demás sino también las actitudes y conductas que facilitan o impiden el establecimiento de este tipo de lazos afectivos. Existen tres formas diferentes o estilos de apego del niño como reflejo de la sensibilidad del cuidador hacia el niño: a) seguro b) evitativo c) ansioso ambivalente Los niños que muestran unos vínculos evitativos, en la edad adulta no se enamoran, ni muestran fuertes vínculos amorosos con nadie. Los chicos con un historial ansioso ambivalente suelen tener relaciones cortas y superficiales. Los que muestran un estilo de apego evitativo o ansioso ambivalente durante la infancia, de adultos dan una puntuación alta en la “Escala de evitación de la intimidad” Avoidance of Intimacy Scale ) Feeney y Noller, 1990). La capacidad para establecer relaciones íntimas y maduras depende, según los teóricos que estudian dichos vínculos afectivos de la calidad de las relaciones entre el cuidador y el niño durante los primeros años de la infancia. Marshall señala que los delincuentes sexuales carecen de relaciones estrechas en sus vidas, y, como consecuencia, se sienten solos. Cabe señalar que a su vez la soledad emocional es un fuerte predictor de la ira y la hostilidad en general, de la hostilidad específica hacia las mujeres y finalmente de la agresión no sexual. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Los violadores, los agresores sexuales de niños, los que cometen incesto y los exhibicionistas muestran déficit significativos en sus relaciones interpersonales y están extremadamente solos. Bartholomew, 1996 define los siguientes estilos de apego: a) Estilo seguro. Confían más en su capacidad de dar y recibir amor, se relacionan adecuadamente con los demás y finalmente piensan que los otros también son capaces de de amar. b) Estilo inseguro. Uno de estos estilos: b.1. Estilo preocupado. Define a alguien que no se ve digno de inspirar amor, aunque sí reconoce en los demás esta cualidad. Estas personas, llamadas ansioso ambivalentes, desean firmemente establecer vínculos emocionales estrechos, pero acaban retrayéndose por miedo al rechazo, cuando alguien se acerca demasiado a ellos. b.2. Estilo temeroso o evitativo: Define a una persona que cree que no merece ser amada y, a su vez, duda de la capacidad que tienen los demás para amar y, por consiguiente, busca relaciones superficiales. b.3. Estilo despreciativo –evitativo que se caracterizan por tener un gran concepto de sí mismos pero infravaloran a los demás y por consiguiente son explotadores en sus relaciones. Los delincuentes sexuales tienen más probabilidades de desarrollar uno de estos tres estilos de apego inseguro. En resumen, la existencia de un vínculo inseguro entre padre e hijo vuelve vulnerable a este último, convirtiéndole en un sujeto falto de autoestima y de habilidades de afrontamiento y resolución de problemas, egocéntrico y con escasas y pobres relaciones sociales, debido a falta de empatía o capacidad para ponerse en el lugar del otro y entender las emociones de los demás. Todo ello hace que el delincuente sexual juvenil sea incapaz de satisfacer sus necesidades sexuales y afectivas de forma adecuada. 4. Factores socioculturales: Algunas representaciones de las relaciones entre hombres y mujeres en los medios de comunicación favorecen la aparición de la agresión sexual Por otro lado se ha comprobado que en aquellas sociedades con un alto índice de violaciones, la violencia interpersonal a la hora de resolver problemas se acepta como normal. La aceptación social del dominio del hombre y las actitudes negativas hacia la mujer tienen que ver con el número de violaciones. Los delincuentes sexuales sostienen las mismas opiniones que en su día predominaron en las sociedades con un alto porcentaje de violaciones estudiadas por los antropólogos. 5. Experiencias juveniles: Un número muy alto de delincuentes sexuales manifiestan haber sufrido abusos sexuales durante la infancia. Cuando el sexo en la adolescencia, (en este caso la masturbación inicialmente) es utilizado como modo de escapar de la realidad, de inmediato se convierte en una forma de afrontar todos los problemas (en el muchacho). Esto sucede así porque en términos de condicionamiento , el sexo es reforzado tanto negativa (forma de escapar de los problemas) como positivamente(placer sexual). De esta forma el sexo, según Marshall, acaba convirtiéndose en un modo habitual de afrontar todo tipo de dificultades, incluido el malestar emocional. 93 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 94 Marshall dice que su grupo ha demostrado que los agresores sexuales utilizan el sexo como principal mecanismo de afrontamiento de problemas. El abuso sexual infantil puede crear en niños vulnerables y emocionalmente necesitados ciertos sentimientos de placer y bienestar. Aunque estos niños no son los únicos que padecen abuso sexual, que también ocurre sobre menores más estables o favorecidos, es a los más vulnerables a los que los agresores buscan, para reducir la probabilidad de que el niño los denuncie. El modelo “niño- adulto” más el placer derivado de los aspectos físicos del abuso pueden explicar por qué las relaciones abusivas durante la infancia pueden llevar a una víctima vulnerable a convertirse en agresor sexual. Es lo que se ha venido a llamar “recapitulación del abuso”. Durante el hecho abusivo el abusador revive su propio abuso infantil. El principal motivo por el que se produce esta “recapitulación”, parece ser la “compulsión a la repetición “ que aparece como consecuencia inmediata de algunas experiencias traumáticas. Mediante esta recapitulación, la víctima buscaría de forma inconsciente la resolución de conflicto que el abuso le produjo, es decir, la superación del propio trauma, que lógicamente, nunca se producirá de esta forma sino dentro de un contexto psicoterapéutico. 6. Desinhibición y oportunidad: Una vez la disposición a agredir se ha consolidado cualquier reserva que pueda existir frente a la misma puede desaparecer bajo una serie de influencias. Se ha demostrado como determinados estados de ánimo como la depresión, la ansiedad y la sensación de soledad incrementan las tendencias desviadas de los agresores sexuales. Las fantasías sexuales desviadas de los agresores aumentan cuando se sienten solos, deprimidos o rechazados por una mujer. Tanto la intoxicación por alcohol como la ira desinhiben la represión de actos sexualmente desviados. Sólo los hombres predispuestos a agredir aprovechan la oportunidad cuando esta se presenta. Una vez la agresión se ha consumado, es muy probable que el agresor la repita en su fantasía, recordando sólo aquellos aspectos que sucedieron tal y como había planificado. Repetir esas fantasías durante la masturbación reforzará los aspectos gratificantes del abuso, y disminuirá los negativos tales como el miedo a ser detenido o la resistencia de la víctima, que serán poco a poco eliminados. Por lo tanto ante la existencia de un posible agresor sexual juvenil de menores la prueba pericial a solicitar será un estudio etiopatogénico de la supuesta conducta del menor, es decir, la investigación de aquellos factores psicopatológicos que hayan podido influir en la realización de los supuestos hechos y en función de lo anterior la planificación de un adecuado tratamiento. Aparte de la entrevista, el análisis psicosocial, familiar y educativo, el análisis biográfico y tests y cuestionarios de tipo general, en algunas pruebas específicas para adolescentes se encuentran ya incluidas escalas de problemas sexuales, miedos sexuales, abuso infantil, relaciones parentales, etc..escalas que pueden ayudar a delimitar el problema. 2.SOBRE LA CREDIBILIDAD DEL TESTIMONIO El tema de la credibibilidad del testigo infantil dentro de los procedimientos penales de agresión sexual es uno de los temas más importantes dentro de la Psicología Forense Española. El que este tipo de delitos, muchas veces no deje huellas físicas, obliga a los Tribunales a tomarse con sumo cuidado el testimonio de la víctima. En el año 2004 y dentro del ámbito de los Tribunales hemos realizado una investigación sobre este tema en la Clínica Médico Forense con una muestra de 100 casos de víctimas menores, Vázquez B. (cood.),(2004), publicada por El Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia, obra presentada en el Colegio de Psicólogos de Madrid con fecha 24 de junio de 2004. En este estudio se concluye que en la Clínica Médico Forense se consideran creíbles alrededor del 80% de los testimonios analizados. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 3. BIBLIOGRAFÍA -De Paúl P., (2004): “Evaluación de la credibilidad del testimonio en supuestos de abuso sexual a menores”, en Vázquez B. (coord.) Abuso sexual infantil, evaluación de la credibilidad del testimonio, estudio de 100 casos, Valencia, Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia. -Marshall W. L., (2001): Agresores sexuales, Barcelona, Ariel. -Vázquez B. (Coord) (2004): Abuso sexual infantil, evaluación de la credibilidad del testimonio, estudio de 100 casos,Valencia, Centro Reina Sofía para El Estudio de la Violencia. - Vázquez B. (2005) Manual de Psicología Forense, Madrid, Editorial Síntesis. 95 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente Dª. Mª.Victoria Noguerol Noguerol Directora del Centro de Psicología Noguerol VIOLENCIA SEXUAL JUVENIL 97 1. INTRODUCCIÓN El abuso sexual cometido por menores es un serio problema al que debemos prestar atención. Hasta ahora, el foco de estos problemas se había dirigido a las víctimas, siendo escasos los programas de intervención y tratamiento específico para los ofensores. Anteriormente se consideraba que el ofensor sexual era un hombre adulto y apenas se prestaba atención a las ofensas sexuales cometidas por niños, adolescentes e incluso mujeres. Las agresiones sexuales cometidas por menores (niños o adolescentes), tienen como objetivos a conocidos del ambiente escolar o familiar, ya sean menores o adolescentes. Cuando se comienza a hablar de los abusos cometidos por menores, las investigaciones muestran que los adolescentes son los responsables, al menos, de un tercio de las agresiones sexuales; Becket, 1999. Según Becket, el 26.7% de los que cometían abusos, habían sufrido, a su vez, abusos. De casi este 27 %, el 40% había sufrido maltrato emocional o negligencia en la infancia y el 31.2% maltrato físico. Por otro lado, el 30% de los agresores son menores de 18 años y el 53% comenzó los abusos sexuales en la adolescencia. El 20% de las violaciones -una de cada cinco- cometidas, son por menores. Datos proporcionados por el Ministerio del Interior de U.K. nos indica que 32% de los agresores tenía menos de 21 años y el 17% menos de 16 años. Sobre las víctimas, este estudio refleja que el 50% tenía menos de 9 años y el restante porcentaje tenía menos de 12 años. También hay que reseñar que no todos los menores abusados se convierten en abusadores. 2. CARACTERÍSTICAS DEL AGRESOR SEXUAL ADOLESCENTE Y DEL ADOLESCENTE TRAS EL ABUSO SEXUAL Aunque ya hemos mencionado que los agresores sexuales adolescentes forman un grupo muy heterogéneo que hace aún más difícil su identificación y sin poder hablar de un perfil único, en los años de experiencia de este centro se han observado algunas características que se pueden presentar: 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social -Dificultad en el control de los impulsos. - Bajo autoconcepto y autoestima. - Baja tolerancia a la frustración, lo que secundariamente produce una dificultad para aceptar las demoras. - Retraso en el desarrollo madurativo, relacionado con su edad cronológica. Conflictos madurativos. - Carencias afectivas familiares. - Fácilmente influenciables, por ejemplo por la presión o por la opinión de sus iguales. - Agresividad física o verbal manifiesta. 98 - Carencias normativas. - Déficit en el desarrollo de los estadios morales del adolescente. - Dificultades de aprendizaje que se manifiesta en fracaso escolar. No suelen finalizar primaria. 3. ¿POR QUÉ ABUSA SEXUALMENTE UN NIÑO O ADOLESCENTE DE OTRO? Las características que aquí se describen, han de ser utilizadas como una guía para evaluar el riesgo de ofensa. Por tanto, se debe tener en cuanta que ni todas las variables son necesarias para que se de el abuso, ni que el hecho de cumplir una de ellas, implique necesariamente la presencia de esta conducta. Pero, ¿por qué abusa sexualmente un niño de otro?; el comportamiento sexual abusivo en niños y adolescentes puede venir provocado, entre otros, por una sexualización traumática en la que hayan experimentado impotencia y en la que haya existido estigmatización, puede haber sido víctima de violencia en su familia, o puede haber sufrido rechazo o tener vínculos emocionales disfuncionales. Así, pasamos a enumerarlas: a) Transmisión intergeneracional del abuso: el porcentaje de ofensores sexuales de niños que fueron víctimas de abuso sexual en su infancia es alto (se establece entre un 40 y un 60%). El sentimiento de rabia y fracaso puede crear la necesidad de repetir el episodio traumático; así, se puede repetir con agresiones sexuales o físicas. b) Personalidad: se hace difícil establecer un perfil único en el ofensor sexual. Un aspecto importante a resaltar, común en todos los ofensores es la ausencia de empatía hacia la víctima y las distorsiones cognitivas que utilizan pata justificar sus actos (“sabía que le iba a gustar…”). c) Consumo de alcohol y drogas: no existe una relación única entre el abuso y consumo de alcohol y/o drogas. Aunque en algunas ocasiones los abusos se producen bajo los efectos del alcohol, no se debe reducir en ningún caso la responsabilidad que el agresor tiene por el –o los— actos cometidos. d) Estatus socio-económico familiar: los estudios realizados sobre el abuso sexual, muestran que éste no es más prevalente en las clases sociales más bajas. Sí es cierto, hoy día, que los abusos que más fácilmente se detectan 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social son los que provienen de clases sociales más bajas, debido, en parte, a que estos niños son de alto riesgo o porque estas víctimas son más fácilmente detectables. e) Aislamiento social: éste es un factor de riesgo en el abuso sexual intrafamiliar. El ofensor sexual presenta una buena imagen de cara al entorno, pero suele controlar y limitar sus contactos externos a la familia. f) Aprendizaje: las experiencias de aprendizaje, en la infancia y adolescencia, son estímulos que pueden configurar la orientación sexual futura. El sexo, puede ser además de fuente de placer, una estrategia de afrontamiento para reducir el malestar emocional. Los ofensores suelen tener una relación de proximidad o confianza con el niño, anterior al accidente sexual y no se suele dar la violencia física. Los abusos los realizan los familiares, hermanos, o allegados entre el 65 y el 85% de los detectados. Sólo en un pequeño porcentaje el ofensor es un auténtico desconocido, y, en estos casos, puede tener una mayor vinculación con conductas violentas. Datos aportados por Becket (1999), indican que el grupo más numeroso de menores agresores sexuales está comprendido entre los 13-14 años. Existe un grupo de menores que llega a la ofensa sexual siguiendo el camino de la delincuencia, cometen delitos y, posteriormente, reinciden en el abuso (Becket, 1999). También existe un grupo que tienen intereses sexuales desviados, y además de cometer abusos desarrollan un patrón parafílico; siendo estos los casos de alto riesgo. Siempre es importante evaluar en cuál de estas situaciones, arriba mencionadas, se encuentra el ofensor y adaptar el tratamiento a su situación ya que una misma intervención no tiene porqué ser válida para todos los tipos de agresores. Sería conveniente diferenciar entre la transgresión sexual y la experimentación sexual en los niños y adolescentes. 99 El hecho de poder identificar un grupo de jóvenes agresores que se encuentren en riesgo de convertirse en agresores adultos sería realmente útil. Pero esto, es muy difícil de predecir hoy en día. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social * La negación de la conducta abusiva es menos frecuente en niños y adolescentes que en el adulto; muchos adolescentes reconocen su conducta en las primeras sesiones; aunque no todos lo hacen. 4. CRITERIOS PARA EL TRATAMIENTO Antes de empezar de lleno en las técnicas y pasos dados para el tratamiento, vamos a dar una serie de criterios básicos indispensables que no deben faltar en todo tratamiento: - La relación entre joven agresor y terapeuta debe ser sólida, esto es, debe haber una buena adherencia al tratamiento para que éste sea eficaz. - Empatía del terapeuta con adolescente. Gracias a este podremos conseguir una relación de confianza. 100 - El diseño de la terapia debe ser muy estructurado y ajustado siempre a las necesidades individuales del paciente. - Lo mejor para la terapia es la aplicación de un modelo multimodal, en el que se incluya la coordinación entre diferentes profesionales e instituciones. - Se ha comprobado por numerosos estudios que la mejor elección es combinar una terapia individual y una terapia de grupo. La terapia de grupo consigue que el proceso sea más rápido. El grupo se convierte en foro de confrontación y apoyo, se rompe el aislamiento y secretismo y contraataca la negación facilitando el desvelamiento. - En la gran mayoría de los casos, salvo excepciones, en el trabajo terapéutico se deben incluir sesiones con algunos miembros de su familia. Normalmente los familiares necesitan diferentes apoyos en diferentes estadios del proceso: parálisis, culpa, humillación, indefensión, agresión o negación o enfado con las personas que acusan. Estas sesiones también van encaminadas a prevenir el rechazo al joven; además de conseguirle un apoyo en el tiempo. - Es conveniente contar con una persona de apoyo (ej, del colegio). 5. OBJETIVOS A CONSEGUIR EN NIÑOS Y ADOLESCENTES OFENSORES SEXUALES. Uno de los errores cometidos en el tratamiento con niños y adolescentes ha sido utilizar las mismas técnicas para adultos y jóvenes e intentar tratar a los jóvenes agresores como si fueran pequeños adultos, cuando de hecho, no lo son. Es difícil emplear técnicas tradicionales para esta población, son demasiado jóvenes, tienen un grado de ansiedad elevado y están poco acostumbrados a verbalizar sus sentimientos (esto es imprescindible para poder aplicar técnicas), especialmente al inicio del tratamiento. Los principales objetivos a conseguir son: 1. Construir valores internos que apoyen su crecimiento futuro. Algunos de estos menores no han aprendido valores, o, los que han aprendido, no son positivos para su desarrollo futuro. Por ello, es necesario, a lo largo de la terapia, construir con ellos valores que sean capaces de interiorizar que les sean útiles en la vida y les garanticen el control de su conducta abusiva. 2. Otro objetivo importante a conseguir consiste en adquirir un control interno. Necesitan construir nuevas ha- 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social bilidades sociales, desarrollar la idea de cómo debería ser el mundo, producir un cambio de actitud mediante una reestructuración cognitiva, enseñar a reconocer sus emociones, enseñar a manejar situaciones estresantes, asertividad, control de impulsos y de excitación, toma de responsabilidades, autocontrol, junto con conductas alternativas, restablecer o fortalecer su autoestima y empatía, entre otros. 3. Aceptar su responsabilidad. 6. UNA APLICACIÓN DE PROGRAMA DE ACTUACIÓN CON MENORES AGRESORES SEXUALES. En el Centro Noguerol realizamos una evaluación exhaustiva: pruebas diagnosticas y recogida de información en entrevistas con el menor, colegio, padres/educadores de la sintomatología asociada al abuso sexual infantil (ASI) que el adolescente presenta, planteando la intervención en dos dimensiones: el niño víctima y el agresor. A. Es frecuente que el menor acuda con “expectativas” respecto a la figura del terapeuta y el curso de la sesión, lo que plantea primeros mecanismos de defensa: defensividad (“sé que me vais a atacar”), evitación (“nada, bien, no me pasa nada”), tendencia a minimizar o negar su conducta (“solo fue esa vez...no pasó nada”), urgencia de tiempo (“ prefiero contarlo todo y ya está, así no tengo que venir más ¿no?”) al mismo tiempo que un doble vínculo entre la comunicación verbal y no verbal (es frecuente escuchar verbalizaciones del tipo “nada, no siento vergüenza”a la vez que se manifiestan gestos como: bajar o quitar la mirada al terapeuta, rubor facial y bruxismo o inquietud motora, entre otros). B. Nuestro primer Objetivo: Mostrar al menor: Firmeza, Empatía y Compromiso con su recuperación. Establecer buena relación terapéutica: “nadie sabe tanto de tus problemas como tú, nosotros tenemos la experiencia y la formación, pero es imprescindible tu compromiso con la terapia y contamos con ello” C. Planteamos el Tratamiento: En estos casos establecemos objetivos terapéuticos como: - Reparación del daño psicológico como victima de ASI., expresión canalizada de la rabia, reestructuración cognitiva, habilidades sociales, asertividad, educación sexual. -Trabajamos en los siguientes objetivos con en el agresor: Asegurar la protección de sus víctimas. Reconocimiento de su conducta. Asumir la responsabilidad. Detener la conducta de abuso. D. ¿Cuál es nuestro procedimiento?: -Sesiones de terapia individual: establecemos sesiones semanales donde en una primera parte trabajamos con el menor los diferentes objetivos. Al final de la sesión proporcionamos feedback, estrategias y habilidades a los adultos 101 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social responsables (educadores, padres), creamos un espacio compartido entre ambos, estableciendo tareas para trabajar a lo largo de la semana. -Sesiones grupo: En nuestro centro contamos con la colaboración de ex pacientes adolescentes agresores rehabilitados que actúan como coterapeutas en algunas sesiones. Dentro de un enfoque cognitivo - conductual trabajamos con material de soporte especializado: videos, testimonios escritos, experiencias de otros menores,..., fruto del rodaje y experiencia positiva de nuestro programa, y con la satisfacción del reciclaje y crecimiento profesional continuo que nos aportan nuestros pacientes. En nuestra línea de actuación, contemplamos la coordinación interprofesional imprescindible en el trabajo terapéutico con los menores. Planteamos desde la primera entrevista un compromiso de comunicación sobre la evolución del menor por parte de los profesionales implicados en su situación. Establecemos contacto con el Colegio, Psiquiatras, Educadores o responsables de instituciones como Servicios sociales, Instituto del Menor, Juzgados, Asociaciones de menores —en los casos de niños institucionalizados—, ... Desde el primer contacto que tomamos con el caso establecemos un compromiso de comunicación sobre la evolución del menor en cada área relacionada con las posibles consecuencias de ASI, así como la supervisión y ayuda que el menor precise para la realización de las tareas semanales que la terapia le asigne. La coordinación se realiza con un objetivo prioritario: prevención y detección de posibles abusos. En un alto número de casos trabajamos con Educadores familiares del Centro Noguerol, que acuden al domicilio del menor. A través de un aprendizaje por modelado, los adultos responsables del menor, padres o educadores, aplican estrategias de cambio de conducta y afrontamiento lo que nos permite seguir avanzando en la terapia con unos resultados más rápidos y afianzados. Realizamos sesiones donde establecemos a través de técnicas terapéuticas (discusión, toma de decisiones), una única línea de trabajo conjunta con mensajes sencillos adaptados al nivel evolutivo del adolescente, no contrapuestos. Esto aporta seguridad, refuerzo y firmeza al menor, quien lo percibe como manifestación de conocimiento, aceptación y respuesta a su problema motivándole al cambio. Está empíricamente demostrado, nuestra experiencia lo corrobora, que la comunicación interprofesional está directamente relacionada con la adherencia del menor a la terapia, a su evolución favorable y la prevención de nuevas agresiones. 7. BIBLIOGRAFÍA - Abel, G.; Becker, J.; Cunninham- Rather, J.; Rouleau, J. ; Kaplan, M. y Reich, J. (1984).The treatment of child molesters. Unpublished manuscript, Columbia University, New York. SBC.TM, 722 W. 168 th St, Box 17, New York, NY 10032. - Becket, R (1999). Evaluation of adolecent sexual abusers. Children and young people who sexually abuse others. En Masson, H, Ervoga M (Eds.) Ratledge Books. - Canton Duarte, José i Cortés Arboleda, M. Rosario. Malos tratos y abuso sexual infantil. Causas, consecuencias e intervención. Siglo veintiuno de España Editores, S.A. Madrid 1999. - Díaz Huertas y otros. Atención al abuso sexual infantil. Instituto madrileño del Menor y la Familia, Conserjería de Servicios Sociales, Comunidad de Madrid, 2001. - Echeburúa, Enrique y Guerricaechevarría, Cristina. Abuso sexual en la infancia: víctimas y agresores. Un enfoque clínico. Col. Estudios sobre violencia, vol.3. Editorial Ariel, S.A. Barcelona 2000. - Noguerol V. Aspectos psicológicos del abuso sexual infantil. En J. Casado, J.A. Díaz y C. 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Mª.Isabel Salinas Chaud Docente, Perito Judicial y Asesora de Equipos de Víctimas de Delitos Sexuales en Chile OBJETO Y MÉTODO DE LA EVALUACIÓN FORENSE EN LOS DELITOS SEXUALES 105 I. EVALUACIÓN PSICOLÓGICA: CLÍNICA VS. FORENSE. Como ya es sabido, actualmente es posible establecer distinciones en la evaluación psicológica, cuyos criterios de diferenciación están dados por los objetivos que persigue, por el campo de aplicación de sus resultados y por la definición particular del evaluador dado el setting en el que actúa. Así encontramos tipos de evaluación tales como: laboral, clínica, educativa y forense. El factor común que presentan estas evaluaciones psicológicas es que pertenecen al ámbito de las ciencias psicológicas, y por tanto poseen una base epistemológica común, sin embargo, implican procedimientos específicos que las hacen diferentes en base a los criterios antes mencionados. Al tomar como eje temático la evaluación forense, se hace indispensable referirse al desarrollo que ésta ha tenido en materia de delitos sexuales, observándose dos tendencias o líneas programáticas que nos plantearán un problema epistemológico de base. La primera de ellas, toma a la evaluación forense en los delitos sexuales desde la perspectiva de la evaluación clínica tradicional. Desde ahí, se han aplicado modelos teóricos que han alcanzado un gran reconocimiento en la comunidad científica. Entre los más destacados, se encuentran: las teorías basadas en el Desorden de Estrés Postraumático (Post Traumatic Stress Disorder, PTSD), Wolf (1989); El Síndrome de Acomodación en Niños Abusados Sexualmente (Child Sexual Abuse Accomodation Síndrome, CSAAS), de Summit, (1983); Los Modelos Traumatogénicos de Browne y Finkelhor (1985). Todos estos modelos de corte explicativo, tienen en común que se desarrollan en torno a la sintomatología asociada a los delitos sexuales infantiles, cuyos datos han sido recabados a través de observaciones clínicas que se presentan en el contexto de un trabajo terapéutico, en una población infantil dividida en casos en que el delito sexual ha sido 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social documentado y, en otra, en que sólo existe una sospecha. Es indudable que estos modelos proporcionan un adecuado material clínico, útil y coherente con objetivos terapéuticos generales, tales como, tratar las secuelas del abuso. Sin embargo, el problema se suscita cuando dicha evaluación clínica se extrapola a un contexto diferente, en este caso al ámbito jurídico y se la pretende homologar a una evaluación forense, entonces se intenta usar esta información como evidencia para probar la ocurrencia del delito sexual, hasta llegar al extremo de usar un síndrome psicológico, como por ejemplo, el PTSD para validar el ilícito. Esto nos conduce a una idea de verdad como correspondencia (Chalmers, 1982), donde algo es verdadero si corresponde a los hechos (postura realista de la ciencia), así se establece una causalidad lineal entre el síndrome psicológico y la comisión del delito, se aplica un razonamiento deductivo partiendo de premisas que si se suponen verdaderas su conclusión también lo será (Chalmers, 1982). 106 A partir de estos modelos teóricos se han desarrollado listas de síntomas que se cotejan para fundamentar la existencia de un delito sexual, las denominadas checklist, que a juicio de Fischer (1998), presentan inconvenientes de confiabilidad y validez y la ausencia de estudios empíricos que correlacionen los listados con los modelos teóricos desde donde fueron extraídos. Por su parte Summit (1983), respecto del CSAAS, ha señalado que presenta limitaciones en el ámbito forense, ya que no se trata de una enfermedad, más bien se define como una opinión clínica y no como un instrumento científico diseñado para probar la ocurrencia de un delito sexual, es decir, el CSAAS no diagnostica abuso sexual, y la razón por la que no lo hace, es sencillamente porque el abuso sexual no es un diagnóstico psicológico. En el año 1985, en EE.UU, cien expertos en abuso sexual trabajaron en comunión para desarrollar los criterios para el “síndrome del abuso sexual” con el objetivo de incluirlo en el Manual Diagnóstico y Estadístico Tres Revisado (DSM III-R). Dicha iniciativa fracasó (Sename, 2004), sin embargo, el intento se constituye en un dato objetivo y válido para fundamentar la inexistencia de criterios que constituyan un diagnóstico específico para el abuso sexual. Por lo tanto, el problema no alude a la validez de los datos arrojados desde los modelos teóricos sintomáticos que utiliza la evaluación clínica como metodología de trabajo, ya que en palabras de sus propios autores (Summit, 1983; Finkelhor, 1985), sus modelos cumplen con el propósito de proporcionar a los clínicos e investigadores bases teóricas para conceptualizar la forma en que los delitos sexuales pueden afectar el desarrollo de las capacidades cognitivas, afectivas y sociales de los niños víctimas (Condemarín, 2005). De esa manera queda esclarecido que si bien no es posible determinar un diagnóstico específico para estos delitos, si es posible diagnosticar sus consecuencias psicológicas (Hewitt, 1990; Kendall-Tackett, 1993; Finkelhor y Berliner, 1995; McGuire, 2002). Entonces, la conclusión que se desprende es que la evaluación clínica es un eficaz instrumento para diagnosticar las consecuencias psicológicas del delito sexual lo que es de utilidad, en el contexto jurídico, para describir la evaluación del daño ocasionado por la acción del delito y, también lo es, para despejar aquellas variables de sesgo asociadas a la credibilidad del testimonio que tienden a la descalificación de los implicados como testigos válidos. En este sentido y a modo de ejemplo la retractación de un niño puede ser vinculada, desde el mundo jurídico, con la motivación de entregar una declaración intencionalmente engañosa, que lo invalidaría como testigo, sin embargo, la evaluación clínica podría fundamentar que la retractación actúa como un síntoma cuya función es adaptativa respecto de algo que posee una importancia superior para el niño, y que se constituye en un indicador de daño. Este argumento permite hacer una distinción importante entre la psicología Jurídica aplicada a la victimología, (en 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social el sentido que el sistema jurídico genera y se enfrenta con víctimas) y la psicología Jurídica aplicada a la evaluación forense. En ese orden de ideas, la evaluación de daño requiere de los conocimientos y metodologías propias de la evaluación clínica ya que el objetivo que persigue es diagnosticar, para luego, reparar las consecuencias de la acción del ilícito, en el contexto social y afectivo de las relaciones donde la persona afectada existe. Siguiendo la lógica del argumento, en ocasiones se observa que los psicólogos en Chile tienden a unificar en un mismo informe resultados obtenidos desde perspectivas distintas, sin hacer referencia alguna de que son los datos que sustentan la evaluación de daño, los que son utilizados, inequívocamente, para documentar la existencia del delito. De esta forma se conceptualiza la evaluación forense desde la perspectiva de la evaluación clínica, provocando una confusión de orden epistemológico, que trae repercusiones serias para el ordenamiento social. La otra forma de aproximarse a la evaluación forense es desde la perspectiva de la psicología jurídica. II. LA EVALUACIÓN FORENSE DESDE LA PERSPECTIVA DE LA PSICOLOGÍA JURÍDICA. Desde la perspectiva de la psicología jurídica, la evaluación forense en los delitos sexuales tiene por objetivo la evaluación de procesos psicológicos que permitan realizar predicciones acerca de la credibilidad o veracidad del testimonio. Para ello, se vale de técnicas, la más desarrollada y probada (pero no la única), es el “análisis de contenido basado en criterios”, más conocida por su sigla en inglés CBCA (Criteria-Based Content Analysis). El CBCA surge en Alemania alrededor del año 1950 con las investigaciones del psicólogo Udo Undeusch (Raskin, 1994), quien sostenía que era posible distinguir las declaraciones basadas en una experiencia vivida de las basadas en una experiencia no vivida, o dicho de otro modo, fue el primero en formular la hipótesis de que las declaraciones basadas en algo ocurrido realmente, diferían sustancialmente de aquéllas fruto de la imaginación (Raskin, 1994). El cúmulo de investigaciones que se desarrollaron para estudiar este sistema, desembocaron en la creación de un protocolo denominado “sistema de análisis de la validez de las declaraciones, cuyas siglas en inglés son SVA (Statment Validity Assesment). En la comunidad científica, como también en algunas legislaciones como las de EE.UU y Alemania, existe acuerdo en que el SVA es el mejor procedimiento para validar el testimonio infantil en los casos de delitos sexuales (Horowitz, 1997; Lamb, 1997). Este protocolo está diseñado para establecer la probabilidad de que una declaración será veraz o creíble, si muestra criterios que indiquen que está basada en hechos experimentados por el declarante, con independencia de la mayor o menor precisión de dicha declaración. Para Raskin y Esplín (1991), el SVA, es un protocolo desarrollado en el contexto de la psicología forense para estimar la probabilidad de que los relatos de los niños que señalan haber sido víctimas de un delito sexual se ajusten a una experiencia vivida realmente. Por lo tanto, su diseño contempla un set de técnicas que incluye: a) Una entrevista semiestructurda que no sesgue las declaraciones o el relato de los hechos. El objetivo central será obtener el máximo de información posible libre de contaminantes aportados por el entrevistador, es por esa razón que el formato de la entrevista es relevante. En las entrevistas inestructuradas aumenta la probabilidad de sugestión y la implantación de recuerdos al declarante (Condemarín, 2005). Es obvio sostener que el elemento central de la entrevista en una evaluación forense, está referido a la ocurrencia de un evento particular, por lo tanto la evaluación de los procesos psicológicos del entrevistado, a diferencia de una evaluación clínica, está en estrecha relación con un proceso psicológico específico: la memoria. Por tal razón, es importante que la orientación de la evaluación, en este aspecto, contemple la indagación sobre si la persona conoce la diferencia entre verdad y mentira; si es confiable y exacto en reportar 107 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social sus recuerdos; y la calidad de la memoria para retratar lo experimentado (Condemarín, 2005). Así, tenemos que la evaluación forense en el área de la indagación de los procesos psicológicos debe centrarse en la evaluación del nivel cognitivo del declarante, ya que las construcciones psicológicas dependen de las cualidades de los procesos y estructuras que están a la base. Desde ahí, es posible argumentar las diferencias observadas en los relatos de niños y adultos. A la vez, la evaluación del nivel evolutivo es de suma importancia, ya que desde él se organiza el relato. Ambos aspectos, cognitivo y evolutivo funcionan como parámetros, cada vez, que el declarante realiza la función de recuperar información sobre el hecho investigado. Otro aspecto que debe ser incorporado en la evaluación forense es el control de los procesos que afectan el recuerdo, tales como: La motivación. En los niños la memoria puede estar influida por el miedo, la vergüenza, la vulnerabilidad, la culpa etc. 108 El estrés. El estar sometido a un proceso judicial puede afectar la memoria, lo que unido a las motivaciones de terceros que se traspasan al declarante pueden hacer surgir declaraciones inexactas o falsas. Tiempo transcurrido al momento de la entrevista. Principalmente los elementos centrales del evento delictivo suelen recordarse durante largo tiempo, no así los periféricos. El problema central es la contaminación que se produce por entrevistas previas, de diversa índole, tales como la de los padres, policías, abogados, terapeutas, etc. Lo que aumenta la probabilidad de que éstos hayan sesgado con sus preguntas el recuerdo (De Paúl, en Vázquez, 2003). EN SÍNTESIS LA ENTREVISTA DE EVALUACIÓN FORENSE DEBE INDAGAR TRES ASPECTOS CLAVES: 1. La hipótesis central: si existen motivaciones para hacer una acusación falsa y todas las alternativas que procedan. 2. Contrastar el relato del declarante con el resto de la información que se tiene del caso. 3. Analizar si la información obtenida es lo suficientemente detallada, o bien, si presenta contradicciones en que área se observan y establecer hipótesis sobre su etiología, lo que abrirá nuevos frentes investigativos. b) El análisis de contenidos basados en criterios (CBCA). Partiendo de la hipótesis de Udo Undeutsch, que señala que “las declaraciones basadas en experiencias vividas difieren sustancialmente de aquéllas fruto de la imaginación”, Steller y Köhnken (en Raskin, 1994)) elaboraron un sistema de 19 criterios agrupados en 5 categorías. Para los fines de esta exposición sólo se mencionarán las categorías. Categoría 1: Características generales. Esta es la única categoría que se aplica al conjunto de la declaración y evalúa la coherencia y la cantidad de información aportada. Categoría 2: Contenidos específicos: Se refiere a elementos concretos de la declaración que aparecen o pueden aparecer en algunas partes del relato. Pone énfasis en la evaluación de las capacidades cognitivas y a la presencia e importancia de ciertos detalles. Categoría 3: Peculiaridades del contenido: Se refiere a aspectos cualitativos contenidos en las descripciones, 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social y que pueden aparecer en diferentes puntos de la declaración. Categoría 4: Contenidos relacionados con la motivación. Se refiere a las razones por las cuales se hace la declaración. Categoría 5: Elementos específicos de la agresión: Se refiere a la presencia o ausencia de detalles propios de los delitos sexuales en general, que reflejan las dinámicas abusivas. Es indudable que para puntuar esta categoría el evaluador debe tener un vasto conocimiento del fenómeno, lo que no siempre ocurre. En las próximas páginas se entregarán descripciones fenomenológicas que apuntan a clarificar este criterio. c) Listado de criterios de validez. Se aplica para controlar la validez del cuerpo entero de datos recogidos a través de diferentes fuentes (médicas, psicológicas, declaraciones de todos los involucrados en su calidad de testigos, querellantes, imputados y otros, análisis del sitio del suceso, etc.) Se compone de 11 aspectos (que no serán abordados aquí), ordenados en 4 categorías: 1. Características psicológicas del declarante. Se establece el nivel evolutivo como parámetro para que desde esa perspectiva se evalúe: el desarrollo cognitivo (inteligencia, atención, memoria, lenguaje); el desarrollo afectivo (adecuación del afecto); susceptibilidad a la sugestión; psicopatología si fuere el caso. 2. Características de la entrevista. Valoración del tipo de preguntas realizadas (sugestivas, cerradas, coercitivas), con el propósito de invalidar el dato si se obtuvo a través de alguna de estas formas prohibidas. En ese sentido, se sugiere grabar la entrevista. 3. Motivos para informar en falso. Del declarante, de su entorno familiar, presencia de psicopatología en los padres (en uno o en ambos, síndrome de alienación parental); forma, tipo y ubicación temporal de la develación respecto a los hechos investigados. 4. Aspectos generales de la investigación. Análisis de la evidencia global (medios de prueba), consistencia con otros datos que obran en el proceso. Hasta aquí hemos revisado los aspectos más generales de la evaluación forense, tomando como eje rector el objetivo que ésta persigue en el campo de la psicología jurídica, sin embargo aún queda por definir cuales serían los elementos que forman parte del psicodiagnóstico en el ámbito forense que ya fueron mencionados en forma aislada y rotulados bajo el nombre de “procesos psicológicos tendientes a permitir establecer predicciones acerca de la credibilidad o veracidad de los testimonios”. Al respecto, este tema se relaciona con los contenidos y también con los instrumentos que se utilizan. Es obvio que los diagnósticos de personalidad y la sintomatología son de relevancia clínica y pueden ser usados en el ámbito jurídico cuando el fin perseguido es otro al que hemos establecido en este segmento, por lo tanto, si no buscamos perfiles de personalidad y sintomatología asociada, ¿qué buscamos con el psicodiagnóstico?, la respuesta es que se busca hacer distinciones entre la eficacia, la validez y la calidad del relato, para llegar posteriormente a establecer una decisión sobre la credibilidad de la declaración (Fabian, 2001). 109 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social LA EFICACIA SE REFIERE A LA CAPACIDAD DEL DECLARANTE PARA: - Percibir los hechos teniendo plena capacidad de las facultades físicas y psíquicas. - De conservar en la memoria los hechos, eventos o sucesos investigados, entre el momento en que ocurrieron y la declaración. - De poseer conocimientos del idioma, comprensión y expresión lingüística para lograr una adecuada descripción de los hechos investigados. - De poseer la capacidad de diferenciar entre lo realmente vivido de la fantasía. - De poseer la capacidad de controlar la sugestionabilidad. 110 LA CALIDAD DE LA DECLARACIÓN SE REFIERE A: La estructura misma de la declaración, en lo sustancial las declaraciones basadas en hechos vividos no son estereotipadas, telegráficas ni guardan una relación temporal estricta, como tampoco se explicitan de manera descontextualizada a la lógica de los contenidos. Por último, y a riesgo de explicitar una obviedad, debe existir un relato el cual sea posible de analizar. LA VALIDEZ DE LA DECLARACIÓN SE REFIERE A: La libertad que una persona tiene para relatar lo que le ocurrió. En este sentido pueden existir coacciones de tipo emocional, y motivacional que restrinjan la libertad y que provoquen dudas sobre la credibilidad, por ejemplo amenazas, influencias sugestivas o manipulaciones de diverso orden. Una vez definidas las variables que guardan coherencia con nuestros objetivos de evaluación, llega el momento de escoger los instrumentos que nos servirán para recolectar la información que se requiere. Sobre ese aspecto es necesario recordar que la evaluación forense analiza la evidencia asociada a un evento particular, y para tal efecto los instrumentos estandarizados y la utilización de pruebas neuropsicológicas permiten comparar los resultados obtenidos por una persona con normas respaldadas por la investigación. Gudjonsson, 2000, indica que en general la literatura anglosajona enfatiza el uso de estos tests en la pericia legal debido a que proporcionan datos avalados por investigaciones, lo que sin duda, potencia la consistencia del proceso judicial dada la especificidad de los constructos que poseen los instrumentos, lo que permite a los jueces la toma de decisiones basada en procedimientos metodológicos en donde la inferencia de la medición se produce como resultado natural de la operacionalización que se haga sobre el constructo que se evaluó (Condemarín, 2005). III. INVESTIGACIÓN DE LOS CONTEXTOS DE OCURRENCIA DE LA VICTIMIZACIÓN. Hasta ahora, hemos analizado los aspectos que hacen referencia a la credibilidad del relato, sin embargo este relato hay que contextualizarlo, preguntas tales como: ¿en dónde se desarrollan los hechos investigados?; ¿qué relación existe entre la supuesta víctima y el imputado?; ¿Se trata de un evento único o existe reiteración?; ¿Cuántos imputados 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social participaron?, etc. Las respuestas a estas interrogantes son parte del proceso investigativo realizado por el organismo encargado, que el psicólogo forense debe conocer antes de realizar la evaluación de credibilidad a través del estudio de la copia de la carpeta investigativa, ya que en el transcurso de la evaluación indagará en profundidad y contrastará la información que recolecte con la información (evidencia), recopilada hasta ese momento. Se puede decir que actúan como parámetros para guiar las hipótesis del caso, ya que la conclusión final requiere de un análisis detallado de todos los aspectos involucrados. Para llevar a cabo esta función se utiliza una entrevista semiestructurada de carácter investigativo en donde se describirán todos aquellos aspectos de relevancia que permitan situar los hechos investigados en un contexto de desarrollo familiar-social específico, con énfasis en la explicitación del origen o causa de los hallazgos obtenidos en el psicodiagnóstico, si fuera el caso. Además, es en este momento de la evaluación en que se tomará la categoría 5, que corresponde al criterio 19 del CBCA, la referida a los elementos específicos de la agresión y se le agregarán contenidos, cuyos detalles tienen desde un punto de vista criminal, información relevante para construir las hipótesis que guiarán la indagación de credibilidad. La gama de conductas que involucra la victimización sexual, debido a los diversos tipos penales y las notables diferencias que presentan sus contextos de ocurrencia, motivan la necesidad de establecer distinciones que sean capaces de generar parámetros de validez, criterios de realidad a la evaluación. Se refiere a la operacionalización de la categoría 4 del SVA. Los datos sobre los cuales se basa esta descripción, que es de carácter fenomenológica, fueron recopilados a través de la experiencia de 11 años en el trabajo con víctimas de delitos sexuales, desempeño que se orientó tanto a aspectos psicoterapéuticos como evaluativos y representan un aporte al análisis de la evidencia. Los elementos que se proponen para conformar este criterio son los siguientes: Vínculo víctima –victimario: Este puede ir desde la ausencia total de relación hasta el extremo de cercanía. Se distinguen tres categorías: desconocido, conocido e intrafamiliar. Categoría Desconocido: Si el victimario es un desconocido de la víctima, la forma de sometimiento más probable será la utilización de la fuerza e intimidación con el uso de armas. Asimismo este tipo de sometimiento requiere de una situación que le otorgue el contexto de posibilidad al delito, por lo que asumirá características asociadas al control de variables ambientales, tales como la ausencia de testigos, baja luminosidad, sitios eriazos, etc. A la vez, la situación presenta dos características fundamentales para la víctima, la primera es que se trata de un evento inesperado para ella y el segundo es que se corre un riesgo vital. Por lo tanto, estos elementos propios de la situación y del sometimiento determinan en un grado importante el impacto emocional que el hecho delictivo le ocasionará. En este escenario, es posible establecer que la victimización primaria ocasiona un quiebre abrupto en el continuo vital de la víctima, el cual es factible de dividir en un antes y un después, en donde el delito es el hito que modifica el estado basal y emocional. La sintomatología derivada será más bien de tipo aguda y se asociará con mayor grado de probabilidad con los efectos del Trastorno por Estrés Post Traumático. En esta categoría, la ubicación temporal del síntoma aparece con mayor nitidez como reactiva a la victimización primaria, lo que no ocurre en los otros grupos que se describirán posteriormente. Con relación a los factores criminógenos en esta categoría, la casuística señala que los autores presentan con mayor frecuencia un abanico amplio de conductas delictivas, por lo que la motivación delictual no es exclusivamente sexual, el delito de más alta frecuencia es el de violación, la edad de las víctimas se agrupa en el rango adolescente-adulto, la víctima cuenta con mayor apoyo de su grupo familiar y se argumenta con marcado énfasis, que la resolución del hecho pasa por encontrar al culpable, el control social se dificulta debido a que 111 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social la víctima es la única que puede reconocer al autor, pero debido a las características de la situación vivida y el impacto emocional ocasionado, no siempre puede dar referencias precisas, lo que aumenta el rango de error asociado al reconocimiento falso, los autores son reincidentes pero no reiterativos respecto a la misma víctima y pueden presentar un perfil seriado, se observa mayor cantidad de lesiones físicas, opera con eficiencia la prevención situacional o general del delito. Finalmente, esta categoría corresponde al menor porcentaje de incidencia del fenómeno global. Categoría Conocido: La segunda categoría corresponde a delitos sexuales cometidos por un conocido de la víctima, el porcentaje de incidencia se eleva significativamente al incorporar la variable vínculo. Aquí el escenario de la trasgresión es el afecto y/o la confianza, lo que va a incidir concretamente en la forma de sometimiento ya que la utilización de la fuerza no será estrictamente necesaria, lo que disminuye la probabilidad de que la víctima presente lesiones físicas. Es más recurrente que la edad de la víctima sea menor que en el grupo anterior, lo que se asocia a las características de la situación, la que se establece según cual sea la ubicación del victimario en la vida de la víctima a través de tres factores: a) Cercanía física b) Afecto c) Rol que el victimario cumple en la vida de la víctima. Es importante señalar que la víctima no es necesariamente quién le otorga la confianza y/o el afecto al victimario, éste puede ser atribuido por las figuras significativas de ella. El sometimiento se expresará con mayor probabilidad a través de la manipulación del vínculo, el que asumirá diferentes formas dependiendo de los factores antes mencionados, lo que a la vez, determinará el impacto emocional que no necesariamente será de carácter agudo ya que es probable que se presente en trasgresiones sucesivas, que pongan en duda la percepción de la víctima. El contexto de soporte de la víctima, se torna vulnerable a la detección de signos que delaten el abuso, debido a que está funcionando sobre el sistema de creencias asociado al significado diferencial del vínculo presente en los tres factores de ubicación del victimario respecto a la víctima, lo que constituye uno de los elementos fundantes de la incredulidad. Así, la respuesta de incredulidad del contexto hacia la víctima, genera efectos o consecuencias sintomáticas que resultan difíciles de ubicar como derivadas reactivamente de la victimización primaria, lo que le otorga a la afectación un carácter más procesal respecto a la primera categoría. Los factores criminógenos de relevancia en este grupo aluden a que el control social se dificulta debido a que el contexto que alberga al victimario tiende a reforzar la impunidad, ocasionándose un desplazamiento de la criminalidad y victimización secundaria a la víctima, el delito más frecuente es el abuso sexual asociado a las características de oportunidad de la situación, el perfil del victimario asociado al tercer factor, sustenta la incredulidad basada en la creencia de normalidad dada por el estatus laboral o el rol que se cumple en la comunidad, los autores pueden ser reincidentes y/o reiterativos, no es eficiente la prevención general del delito. Categoría Intrafamiliar: La tercera categoría es la que representa el grado mayor de vinculación víctima-victimario, corresponde a la ubicación del autor dentro del escenario familiar de la víctima. Cabe hacer notar que el concepto familiar se consideró desde la dinámica relacional y no se apegó estrictamente a la clasificación legal de la misma que analiza el lazo consanguíneo en sucesión y los vínculos formalizados. La afectación en este grupo no involucra sólo a la víctima directa, sino más bien a la totalidad del sistema familiar que se ve involucrado de una manera global en el conflicto. 112 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Esto no es homologable a decir que en todos los casos de victimización sexual no existe una afectación familiar, lo que es razonable, aquí se establece una distinción basada en el rol que desempeña el victimario ya no sólo en la vida de la víctima, sino en la identidad familiar. El escenario de la trasgresión es el vincular y la forma del sometimiento se basa en la manipulación de este vínculo. La situación del delito asume características asociadas a la vida cotidiana, a la cercanía física y tareas relacionadas con el rol o bien a espacios compartidos en la convivencia, lo que provoca que el impacto de la victimización no pueda ser considerado sólo como un conjunto de síntomas (Finkelhor y Berliner, 1995), sino más bien, debe ser considerado como una experiencia, que si se llega a comprender en su real impacto permitirá proyectar los efectos a corto, mediano y largo plazo. Es común encontrar en esta categoría, trasgresiones sucesivas a los límites corporales que exhiben una escalada respecto a la severidad del delito, la cual se puede dividir según la naturaleza de los contactos en abusos sin contacto físico, con contacto físico (tocaciones) y penetración. De ese modo se establece una graduación que va desde menor a mayor gravedad en relación a lo invasivo del contacto. Esta escalada se presenta como proceso en el tiempo y, por lo tanto, es necesario considerar que la afectación dependerá del estadio evolutivo de la víctima, esto no significa que en las otras categorías no se considere el aspecto evolutivo, sino que en ésta se involucra a modo de proceso. Un elemento fundamental para el análisis de esta categoría, es la des-cripción del contexto relacional familiar, ya que la victimización sexual no se instala en una tábula rasa, en ese sentido el estudio de la dialéctica entre víctima-victimario, la posición que ocupan las otras figuras de protección respecto al autor y a la víctima, los factores de vulnerabilidad asociados al medio social inmediato y al cultural, los estresantes psicosociales presentes, etcétera, proporcionan información valiosa para la comprensión de la dinámica abusiva. Una vez establecido el contexto de ocurrencia de la victimización sexual, es posible agregar otras variables que, tomando como eje las tres categorías antes descritas, le otorgan al análisis una lógica interna que facilitará la asociación de la afectación con la dinámica que asuma el delito. Frecuencia de la victimización: Se puede clasificar en episodio único, reiterativo y crónico. Estas frecuencias se pueden presentar en las tres categorías, pero en el primer grupo (victimario desconocido), sólo puede presentarse un único episodio de victimización. La diferencia entre episodios reiterativos y crónicos está dada por la cualidad de la victimización, de ese modo es posible distinguir si ésta se instalará como parte constitutiva del desarrollo vital o bien, como experiencias vividas en un período del continuo vital. En el primero (reiterativo), la víctima sabe que lugar ocupa en la dinámica abusiva, pero pese a los esfuerzos que realiza por evitarla, los que están definidos por sus características evolutivas, cognitivas, sociales, y de soporte afectivo-familiar o institucional, no lo logra. En el segundo (crónico), si bien tiene un inicio igual al reiterativo, lo que se altera severamente son las bases de socialización, donde el victimario, que en este caso debe ser el padre, cumple un rol fundamental al entregar patrones relacionales distorsionados que terminan por contaminar y erotizar el rol parental. Características de la develación: Se clasifica según la dimensión temporal en reactiva (días) o tardía 113 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social en relación a la data de inicio del delito. Según a quién se devele, se clasifica en directa (figuras protectoras o quién cumpla el rol) e indirecta, lo que permite hacer combinaciones entre ambas dimensiones. Lo importante es que aquí se observa motivación de la víctima por develar la victimización. La develación circunstancial, también puede ser directa o indirecta, pero la dimensión temporal no tiene cabida debido a que no existe motivación por relatar los hechos, así se conoce de la victimización por indicios de diverso orden o por casualidad. Finalmente, la develación hacia el sistema público, que se mide por el tiempo transcurrido entre el conocimiento de la victimización intrasistema y la denuncia formal, es de importancia a la hora de responder las preguntas relacionadas con: quién hace la denuncia y por qué la hace en ese momento y no antes, o bien las razones por las cuales, en el pasado, conociendo los hechos no la hizo. Esta información es importante para el análisis global. 114 Percepción de daño: Se define como la forma única e irrepetible en que cada persona evalúa su experiencia de victimización. Aquí es importante respetar la visión que la propia víctima tiene de su experiencia (s), ya que en ocasiones observamos síntomas que terminan siendo clasificados como consecuencia de la acción del delito y no se indaga sobre la significación que el afectado le otorga. Esto crea incredulidad en los evaluadores y también en los jueces, dado que las significaciones, en ocasiones, superan la realidad y se acercan a la fantasía. A modo de ejemplo, un niño víctima de una penetración anal, se niega a retomar su rutina diaria de asistir a la escuela y de jugar con sus amigos, la razón no es que esto se deba a los efectos del trauma que sufrió, sino más bien a la interpretación que le otorgó a su experiencia, la cual fue “estoy embarazado”, porque las personas se embarazan cuando les introducen el pene. Una vez que se le explica que está equivocado desaparecen todos los síntomas. Clasificación de la sintomatología: Partiendo de la base de que es posible diagnosticar las consecuencias del delito sexual, se hace necesario distinguir la causa o etiología de la afectación. Así tenemos, sintomatología reactiva a la victimización primaria, que requiere para su diagnóstico establecer una línea base del continuo vital de la persona, en donde el evento (delito), ocasione un quiebre específico que permita observar con nitidez un cambio en su vida, un antes y un después, se refiere a la ubicación temporal del síntoma en la vida de la víctima. Luego, tenemos sintomatología producida por las consecuencias negativas asociadas a la develación del delito. Aquí, los síntomas son licitados por los efectos que produjo en su vida el hecho de revelarlos, como por ejemplo, las veces en que es la víctima la que debe ser sacada de su hogar como medida de protección. Por último, también es posible que se produzca una respuesta de enfrentamiento al estrés a modo de patrón, que se repetirá cada vez que la persona se vea expuesta a una situación que la sobrepasa. A modo de ejemplo un intento de suicidio puede presentarse como reactivo a la acción del delito, pero ese síntoma ha sido recurrente en la vida de la víctima, lo que no es de poca importancia cuando éste es asociado a una etiología errada. En síntesis, la aparición o no de los detalles propios de un delito sexual requiere del conocimiento de sus distinciones que el examinador debe manejar a la hora de evaluar la credibilidad de un relato, como también debe saber que la afectación no es un factor aislado o desconectado del contexto de ocurrencia de la victimización, el vínculo víctima-victimario, la situación en que se presenta el delito y la forma de sometimiento, están en estrecha relación con el impacto emocional y social de la victimización y otorgan información relevante para puntuar los criterios de credibilidad o veracidad. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social A la vez la forma de develación está en estrecha vinculación con la relación víctima-victimario, con la frecuencia y con la percepción de daño, lo que también puede explicar fenómenos como la retractación o simulación en delitos sexuales y constituirse en un factor de pronóstico. En resumen, la dinámica que pueden asumir estos elementos puede dar lugar a infinitas combinaciones, lo importante es establecer un eje de análisis que permita ordenar los datos y vincularlos con el delito, que finalmente es el objetivo último que se persigue en una evaluación forense. IV. CONCLUSIONES. De lo anteriormente expuesto se desprende a modo de conclusión, que la evaluación forense contempla en su diseño tres pilares teóricos: la psicología del testimonio que le otorga el conocimiento de los procesos psicológicos implicados en la predicción de la conducta relacionados con la credibilidad de los relatos; la criminología que aporta información relevante sobre la relación víctima-victimario (pareja penal), la situación, la reacción social, los factores macro y micro sociales involucrados (González, 1998); la criminalística que contribuye al análisis y tratamiento científico de la evidencia. La pregunta que cierra la discusión sobre el objeto y método de la evaluación forense, es sin lugar a dudas, la referida a la evaluación del daño ocasionado por la acción del delito, en el sentido de si ésta debería o no, ser parte de la evaluación forense. La respuesta si bien refleja una postura más bien purista, es negativa, ya que en concordancia con lo expuesto hasta el momento, dicha evaluación corresponde a una metodología de evaluación clínica, ya que posee un objetivo, contexto y setting que la hacen distinta a una forense. La evaluación de daño requiere de la intervención de un equipo interdisciplinario que se enmarca dentro de la psicología jurídica aplicada a lo victimológico. BIBLIOGRAFÍA 1. Chalmers, A (1982). ¿Qué es esa cosa llamada Ciencia? Editorial Siglo XXI, España. 2. Condemarín, P; Macuran, G (2005). Peritajes Psicológicos sobre los Delitos Sexuales. Editorial Jurídica de Chile, Santiago. 3. De Paúl Velasco, P (2003). 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Ángeles Espinosa(1) Secretaria General, Instituto Universitario UAMCEU de “Necesidades y Derechos de la Infancia y la Adolescencia” NECESIDADES SEXUALES Y DERECHOS A LA EDUCACIÓN AFECTIVO SEXUAL 119 1.- INTRODUCCIÓN El artículo que se presenta en las páginas siguientes, incluido en la Mesa Redonda titulada “Violencia sexual” trata de plantear una serie de cuestiones relevantes sobre el derecho que tienen todos los niños, niñas y adolescentes a recibir una educación afectivo-sexual adecuada a las necesidades sexuales que existen en cada momento evolutivo, como una de las mejores estrategias para prevenir la violencia sexual, tanto desde el punto de vista de las víctimas como de la de los agresores. Para ello, partiremos de una breve explicación de las necesidades sexuales como necesidades básicas de todos los niños, niñas y adolescentes para su desarrollo integral como personas sanas y autónomas. En definitiva para convertirse en personas capaces de participar activamente en la sociedad, ejerciendo y satisfaciendo de manera sana y segura su sexualidad al mismo tiempo que respetan la sexualidad de las personas con las que se relaciona. Esta necesidad se incluye dentro de una taxonomía más amplia de necesidades infantiles y adolescentes básicas que constituyen, desde el punto de vista de la autora de este artículo, así como de el de algunas otras personas expertas en el tema (López, 1995; Ochaíta y Espinosa, 2004), requisitos absolutamente irrenunciables para que un niño, niña adolescente llegue a desplegar al máximo todas y cada una de las capacidades que posee –sean éstas cognitivas, afectivas, sociales y/o emocionales-. A continuación se señalarán algunas de las características que tradicionalmente, se han asignado a la sexualidad en los seres humanos. Para, pasar, seguidamente a justificar la necesidad de impartir, tanto desde el contexto educativo formal como desde el no formal, una educación afectivo-sexual que sirva como herramienta para la prevención y (1)Profesora Titular de Psicología Evolutiva y de la Educación. Facultad de Psicología. Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Secretaria General del Instituto Universitario UAM-UNICEF de “Necesidades y Derechos de la Infancia y la Adolescencia” (IUNDIA). E-mail: mangeles. [email protected] 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social la intervención ante la violencia sexual en la infancia y la adolescencia. Finalmente, se hará una posible propuesta de contenidos generales para la educación afectivo sexual –en las diferentes etapas educativas- como estrategia de prevención de la violencia sexual. 2.- LAS NECESIDADES SEXUALES COMO NECESIDADES BÁSICAS EN LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA Desde el Instituto Universitario UAM-UNICEF de “Necesidades y Derechos de la Infancia y la Adolescencia” (IUNDIA) venimos trabajando, desde hace ya algunos años, en una propuesta de necesidades infantiles y adolescentes básicas que incluye las necesidades sexuales (Ochaíta, 2000; Ochaíta y Espinosa, 2001; Ochaíta y Espinosa, 2004), y que aparece resumida en la Tabla 1. 120 Tabla 1: Propuesta de satisfactores primarios, o necesidades secundarias, de salud física y autonomía desde el nacimiento a la adolescencia (2) Dicha propuesta no utiliza la clásica diferenciación entre necesidades fisico-biológicas, cognitivas, afectivas y socioemocionales, por la que optan otros autores (López, 1995), porque pensamos que éstos son aspectos difíciles de distinguir entre sí. Por el contrario, hemos considerado más oportuno adaptar la propuesta teórica de Doyal y Gough (1994) –quienes elaboran una taxonomía de necesidades universales- a las diferentes etapas evolutiva y diferenciar entre satisfactores de Salud Física y de Autonomía, como hacen estos autores en su obra escrita en inglés en 1992 y titulada “Teoría de las necesidades humanas”. La condición de satisfactores universales o necesidades secundarias, viene dada por la evidencia de que ningún niño, niña o adolescente puede desarrollarse sano e ir construyendo su autonomía sin que se cumplan los requisitos incluidos en la Tabla 1. A este respecto es necesario destacar que las necesidades sexuales se sitúan –al mismo tiempo- como satisfactores de la necesidad de salud física y de la de autonomía. La razón es que en la especie humana la satisfacción de estas necesidades ha contribuido tanto a la supervivencia de la especie como al establecimiento de (2)Tomada de Ochaíta y Espinosa (2004), pp. 253. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social relaciones afectivas, que influyen notablemente en la seguridad y la autoestima de las personas, y por ende en su autonomía. Pero sobre todo, y en ello coincidimos con López (1995 y 1997), porque consideramos que es necesario tener un buen conocimiento sobre la forma más adecuada de satisfacer las necesidades sexuales en las distintas etapas del desarrollo. Sólo de este modo podremos educar a nuestras niñas, niños y adolescentes en una actitud “erotofilica” que les permita desarrollarse al máximo como personas –en todas las esferas de su vida pública y privada- y, al mismo tiempo, disponer de estrategias y recursos para protegerse de ciertos riesgos y abusos –como por ejemplo los abusos sexuales-. 3.- LA EDUCACIÓN AFECTIVO-SEXUAL COMO SATISFACTOR FUNDAMENTAL DE LAS NECESIDADES SEXUALES El valor constitutivo que tiene la sexualidad, en el ser humano, como elemento potenciador de su desarrollo integral resulta evidente, tanto desde el punto de vista de la salud física como de la autonomía. Sin embargo, históricamente, se ha utilizado con una doble finalidad que ha condicionado seriamente su ejercicio sano y autonomo. Por una parte durante años se ha convertido en un instrumento de discriminación y sometimiento de las mujeres y, por otra, de represión de la expresión de unas necesidades básicas, tanto en la población adulta como infantil y adolescente. Con respecto al tema de la discriminación, el hecho de que se haya concedido un papel claramente diferente a la sexualidad masculina y fenemina en el establecimiento de las relaciones de género ha llevado –en ocasiones- ha justificar determinados comportamientos de los hombres hacia las mujeres que atentan gravemente contra sus derechos fundamentales. La sexualidad masculina ha sido, tradicionalmente, entendida como estrechamente ligada a la fisiología, y con una cierta urgencia e irrefrenabilidad que la hacía casi casi irreprimible. Por el contrario, las mujeres adoptan un papel meramente pasivo y receptivo en esta relación. Esta diferente consideración respecto al papel que hombres y mujeres juegan en el establecimiento de relaciones sexuales puede llegar a justificar determinados comportamientos de uno y otro sexo biológico realmente inaceptables, desde el punto de vista de los derechos humanos fundamentales. Del mismo modo, la distinta valoración que la sociedad hace del papel que hombres y mujeres juegan respecto al papel de la sexualidad en relación a la reproducción hace que todavía –en los albores del siglo XXI- estemos asistiendo a situaciones de clara discriminación, invisibilización e incluso abuso sin que éstas resulten obvias a una buena parte de la ciudadanía, con independencia de cual sea su sexo biológico y el rol de género que asuma. Nos referimos, en concreto, a todos aquellos casos en los que las mujeres por el hecho de ser las únicas que biologicamente pueden quedarse embarazadas, parir y amamantar al bebe durante los primeros meses de su vida, se ven privadas del ejercicio de otros derechos que afectan a su vida personas y profesional (Ochaíta y Espinosa, 2006). Por lo que se refiere al tema de la represión de la expresión de necesidades y deseos, debemos enfatizar en el hecho de que durante décadas se ha mantenido una posición “erotofóbica” hacia la sexualidad, considerándola como algo malo, pecaminoso, poco ético e inmoral que debe ser prohibido, o al menos, ocultado. En contraposición a esta postura es necesario que los niños, niñas y adolescentes comprendan que la sexualidad es algo bueno, positivo y necesario para el desarrollo de la persona. Han de entender que el ser humano es un ser sexuado y, como tal, ha de satisfacer sus necesidades sexuales de manera adecuada en cada etapa del desarrollo. Esta forma de entender la sexualidad implica, necesariamente, adoptar una perspectiva clara acerca de qué y cómo se ha abordar la educación afectivo-sexual que, al menos, debería ajustarse a los tres principios siguientes (Ochaíta y Espinosa, 2004). En primer lugar, ha de tratarse de una propuesta en la que la educación afectivo-sexual se considere 121 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social como un aspecto integrante de la persona y, por tanto, se aborde desde una perspectiva amplia, que incluya aspectos fisiológicos, cognitivos, afectivo y socio-emociomales. En segundo lugar habrá de adoptar una actitud positiva hacia la sexualidad, enfatizando en la idea de que el establecimiento de relaciones afectivo-sexuales ha de estar regido por las mismas normas que regulan el resto de los comportamientos sociales: respeto por la otra persona, adopción de su punto de vista, asunción de su escala de valores, sentimientos, etc. En tercer, y último lugar, tendría que incluir la perspectiva de género. Esto es, asumir la igualdad entre los sexos biológicos –y los roles de género que a ellos se asocian-, lo que sin lugar a dudas es una condición necesaria para permitir el desarrollo de una sexualidad sana y satisfactoria que respete los derechos de todas y cada una de las personas que participan en este tipo de relaciones. Partiendo de estas tres premisas y concretándolas al aspecto que nos interesa en las páginas que ahora nos ocupan deberíamos insistir en la educación afectivo-sexual como herramienta de prevención e intervención ante la violencia sexual en la infancia y la adolescencia trabajando, al menos en los siguientes aspectos: 122 - El desarrollo de una actitud etofolífica hacia la sexualidad que asegure su inclusión en la educación de los niños, niñas y adolescentes como un aspecto más a tener en cuenta en su formación integral. - Un ejercicio sano y responsable de la sexualidad, que permita disfrutar de dicha capacidad sin asumir ningún tipo de riesgo –sea éste de carácter físico o psicológico-. Conocer las necesidades sexuales y la manera adecuada de satisfacerlas hará que se tomen las medidas adecuadas para no asumir riesgos innecesarios. - El aprendizaje de estrategias de detección y protección ante los posibles abusos, lo que supondría el entrenamiento de determindas capacidades de comprensión y expresión de sentimientos y emociones, de habilidades de escucha y de comunicación, y de estrategias de asertividad. - La posibilidad de comunicar los abusos, en caso de que éstos se hayan producido, y de no interiorizar los sentimientos de culpa que en muchos casos aparecen en las vícitmas. Es fundamental trasmitir la idea de que los únicos culpables de los abusos son las personas que los cometen. No se puede hacer recaer en los más pequeños la responsabilidad de detectar y denunciar los abusos. - El aprendizaje de estrategias de afrontamiento adecuadas ante posibles situaciones de abuso sexual en la infancia y la adolescencia. En la medida en que un niño, niña o adolescente sea una persona más segura de sí misma, con una mejor autoestima y con unas mejores habilidades sociales, más posibilidades tendrá de que se minimizen –a medio y largo plazo- las consecuencias de un posible abuso sexual. 4.- OBJETIVOS GENERALES DE LA EDUCACIÓN AFECTIVO SEXUAL COMO ESTRATEGIA DE PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA SEXUAL En la actualidad son muchas y muy variadas las propuestas que, desde el punto de vista didáctico, se han elaborado para tratar de implementar –tanto desde el contexto educativo formal como no formal- una metodología de trabajo como la que se defiende en las páginas anteriores (Hernández y Jaramillo, 2003 y 2006; López, 2005).Todas ellas comparten una serie de objetivos con los que estamos plenamente de acuerdo, que pasamos a resumir a continuación, y que se consideran imprescindibles para poder prevenir la violencia sexual desde la perspectiva educativa. El primero de los objetivos es el hecho de que los niños, niñas y adolescentes adquieran una serie de conocimientos –sobre la sexualidad- amplios y adaptados a su edad. Conocer y explorar su propio cuerpo y el cuerpo de los 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social otros, así como los cambios y las reacciones que éste experimenta cuando se establecen relaciones más o menos íntimas con otra persona son experiencias absolutamente irrenunciables para poder entender la complejidad de las relaciones afectivo-sexuales en las distintas etapas de la vida, en las que éstas pueden producirse. En segundo lugar es necesario que la sexualidad sea entendida como una dimensión positiva que afecta a la globalidad del ser humano. Gracias a este tipo de relaciones el ser humano aprende a entender y expresar emociones y deseos. Así como a reaccionar ante sus propios sentimientos y los sentimientos de las otras personas. En tercer lugar hay que procurar un desarrollo optimo de la sexualidad infantil y adolescente. Ello significa que se potencie un ejercicio sano y responsable de la sexualidad, ello sin menoscabo de cuestiones de tipo ideologico y o moral. En cuarto lugar estas propuestas fomentan la conciencia de que las conductas sexuales son también éticas. En quinto lugar ayudan a interiorizar roles de género que no implican la explotación de un sexo biológio por parte del otro. Lo que, sin lugar a dudas, va a ayudar a hacer desaparecer la discriminación que sufren, aún, las mujeres en nuestra sociedad. A este respecto se señala la importancia de desarrollar habilidades para detectar dónde está el límite entre las relaciones sexuales normalizadas y las relaciones sexuales violentas. En quinto y último lugar facilitan la adquisición de una capacidad crítica para valorar la organización y uso que nuestra sociedad hace de la sexualidad. No quisieramos concluir esta breve reflexión sin señalar el derecho que tienen todos los niños, niñas y adolescentes a que los adultos responsables de su cuidado atención y protección les proporcionen una educación afectivo-sexual, adaptada a su edad y a sus conocimientos, que les permita un ejercicio seguro y satisfactorio de su sexualidad y que al mismo tiempo sea una herramienta util para prevenir, y en el peor de los casos, detectar y denunciar las posibles situaciones de violencia sexual. 5.- BIBLIOGRAFÍA - Doyal, L. y Gough, I. (1992). A theory of human needs. London: MacMillan. Traducción castellana: Teoría de las necesidades humanas. Barcelona: Icaria-FUHEM, 1994. - Hernandez, G. y Jaramillo, C. (2003). La educación sexual de la primera infancia. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deportes. - Hernández, G. y Jaramillo, C. (2006). La educación sexual de niños y niñas de 6 a 12 años. Guía para madres, padres y profesorado de Educación Primaria. 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Constantino Mediavilla Fernández Periodista 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente Dª. Mª. Estefanía del Toro Sánchez Psicóloga Social, especialista en Bandas Juveniles BANDAS LATINAS: DEL DESARRAIGO A LA VIOLENCIA 129 El tema de esta mesa redonda es la violencia entre iguales y el tema de las bandas tiene aquí cabida desde un punto de vista que es el siguiente: en las bandas la violencia es una forma de relación, y así lo tenemos que considerar. Lo que vamos a ver a partir de ahora tiene que ver con eso, con cómo la violencia vincula formas de convivencia en determinados grupos de chavales. Me gustaría, en un primer lugar, antes de hablar muy brevemente del origen, de la reseña histórica, hacer una reflexión sobre la necesidad humana de agruparse en la adolescencia. Es una necesidad que hemos tenido todos, que habla de buscar una identidad y una pertenencia, alejados de la familia, de identificarnos con algo que es diferente, de sentir un grupo de amigos como algo muy importante en nuestras vidas.Y eso es parte de la génesis del fenómeno del que vamos a hablar, pero sin embargo, determinados factores sociales, culturales y educacionales hacen que ese sentimiento, que es espontáneo y que es natural, y que todos hemos tenido se convierta en un comportamiento antisocial y delictivo. En primer lugar, para hacer una breve reseña de dónde se gesta todo este fenómeno, diremos que nos tenemos que remontar a la costa este de EE.UU. En un momento, en que, a mediados de los 80 eclosiona el fenómeno de las bandas, de las pandillas. Sobre todo surgen, en un principio, como organizaciones de protección en el barrio. Sus miembros, al principio, son inmigrantes de segunda generación, hijos de inmigrantes que han llegado a los EE.UU., sobre todo los portorriqueños y los mexicanos que ante algunos incidentes de corte antichicano, se agrupan. Surgen como agrupaciones de barrio, en principio, como mecanismo de defensa. Desde el principio, es muy importante el concepto de territorio. Siempre se habla de que se busca una identidad y una pertenencia y el territorio es una forma externa de esa identidad. Entonces, ese territorio se defiende desde el primer momento. Se lucha por él y se defiende. En el continente americano, lo hemos oído muchas veces, se habla de “maras”. “Mara” hace alusión a las hormigas marabuntas porque todo lo destruyen a su paso. Cuando hablamos de maras, estamos hablando de un fenómeno que no tiene que ver con lo que pasa en España, sin embargo, estamos ciertamente alarmados por él. En EE.UU. el fenómeno se empieza a expandir, a consolidar, casi todos los estados de EE.UU. empiezan a ver cómo surgen bandas y además se suman chicos que son refugiados de las guerras. Sobre todo de las guerras centroamericanas, que incorporan a estos grupos un componente más paramilitar, están más familiarizados con las armas, y las hacen tener un corte quizá 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 130 más criminal o más mafioso. Se produce una escalada de violencia, cosa que aquí tampoco pasa, porque se empieza a hablar de narcotráfico, de crimen organizado, de drogas, incluso se controlan las fronteras con los países. En EE.UU. se consideraba, ya hemos visto esta mañana que la situación es diferente, pero se consideraba el segundo problema más importante de seguridad nacional. Lo que se hizo en los 90 fue repatriar y deportar a muchos de los integrantes de estas bandas, con lo cual lo que se hizo fue expandir el fenómeno hacia Centroamérica y Sudamérica. Allí las pandillas o las bandas se reorganizaron con bastante fuerza, y además, en esta parte del continente americano, el fenómeno tiene un tinte más dramático por varias razones: porque los jóvenes tienen menos expectativas de futuro, por la impronta traumática de las guerras, en general, por condiciones de pobreza. Y como no hay futuro, se vive más el presente. Los chicos de Centroamérica y Sudamérica, los mareros, están muy deteriorados, viven en la calle, abusan muchísimo de las drogas y es muy difícil su inserción sociolaboral. Hay proyectos en ese sentido, pero todavía es muy difícil.Y la inmensa mayoría termina, desgraciadamente, en la cárcel o muertos. Dicho esto, la buena noticia es que en España ésta no es la situación, que aquí no hay maras, y que aquí hay bandas y que están todavía en un período bastante embrionario, como dicen los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Por eso es un buen momento para intervenir, ésa es la parte positiva. Además estos chicos cuentan con estructuras y redes sociales de apoyo, no viven en la calle, no están solos, no son menores no acompañados.Y además no forman parte del crimen organizado ni de la mafia, como en otros países, con lo cual, aquí la situación es bastante diferente. Nos venimos a España, y lo primero que tenemos que decir es que la inmensa mayoría de las personas tomamos conciencia de esta situación en 2003 a raíz de un asesinato muy famoso. Hay unos chicos de una banda que confunden a otro con un rival y le apuñalan en la calle a la salida del instituto. A partir de ahí hemos tenido mucho conocimiento, los medios han hecho mucho eco de las noticias sobre bandas latinas. La distribución de las bandas en la península, pues tiene que ver con las zonas de más asentamiento de población inmigrante latinoamericana, como es normal. Esas zonas son: Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Murcia, las Islas también, en un poco menor medida, pero también están notándolo. Respecto a los integrantes tenemos que decir que son muchos menores de edad, la mitad, podríamos decir; que un prototipo de miembro de banda latina es el inmigrante de segunda generación pero no es el único. Cuando hablamos de inmigrante de segunda generación nos referimos sobre todo a ecuatoriano, colombiano y dominicano. Pero también es verdad que cada vez hay miembros de más nacionalidades, incluidos los españoles, que se sienten especialmente atraídos por estos grupos. También hay filipinos… otras nacionalidades. Por caracterizar de alguna manera lo que supone, o los rasgos característicos de pertenecer a una banda, vamos a hablar de una serie de cosas. Sin embargo, es importante destacar que esto no es excluyente; que muchas veces hablamos del prototipo de chaval inmigrante de segunda generación, no de miembro de una banda. Es decir, muchos de estos criterios los van a compartir chavales que no tienen nada que ver. Hablábamos antes del sentimiento de identidad, de pertenencia y de significación. Todos los grupos tienen unos ritos y unas ceremonias específicas. Hay unos códigos gestuales, hay unos colores, hay unos símbolos, y demás. También decíamos antes que el territorio es muy importante y las zonas que se sienten como propias se marcan con graffitis, se hacen pintadas, esas pintadas también tienen una simbología propia. Son las formas de decir “aquí estoy yo”, de retar, de provocar. Respecto a la vestimenta, bueno, esto es algo tan general que casi ni sería aplicable. Sí que es verdad que se suele compartir un gusto estético determinado: anchote, grande, beisboleras, gorras, rosarios, pañuelos, pero eso no diferencia a estos chicos de la mayoría de los chicos. Algo importante es que imitan patrones culturales norteamericanos, el estilo gángster, que les encanta. Suelen estar en el espacio público, en los parques, las zonas de ocio, deportivas, inmediaciones de centros educativos, son chicos que se pasan muchísimo tiempo en la calle. A veces portan armas blancas. El año pasado se incautó también alguna de fuego, pero en general no suele ser así. Algo importante es que utilizan Internet como forma de comunicación. Tanto para comunicarse con los suyos como para retar a los rivales, que el consumo 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social de alcohol y hachís es frecuente. Algo muy importante: que estructuran su convivencia dentro de parámetros que son muy rígidos y que son piramidales, donde hay un líder y a su alrededor hay varios lugartenientes. Que tienen roles específicos: el adoctrinamiento, las finanzas, la guerra. Como son una estructura rígida y piramidal, tiene una serie de normas que respetar, y también hay castigos por incumplimiento. Esto también es algo que ha transcendido bastante. El tema de los castigos físicos, económicos y demás. Es un ambiente donde hay que demostrar disciplina y obediencia. Hemos hablado antes también de la figura del líder. Algo que también ha sido muy difundido es el tema del rito iniciático. Casi todas las bandas tienen un rito de entrada al grupo que suele consistir en una agresión, en un robo y, a veces, en el caso de las chicas, en consentir una relación sexual. Esto ya depende de cada grupo en concreto. También es muy frecuente que haya cuotas de pago de obligado cumplimiento, entre tres y cinco euros a la semana, suele ser, que se destinan a comprar el alcohol y el hachís que hemos visto antes, a ir a la discoteca, a comprar los sprays para hacer las pintadas y a algo que yo he denominado “solidaridad” y es que dentro de una especie de espíritu de hermandad, porque realmente, se consideran hermanos, han sustituido a la familia por este grupo; cuando uno de los miembros tiene cierta precariedad, o su familia, pues se le ayuda también, con alimentos y demás. Es frecuente hacer un juramento de fidelidad a la organización de por vida. Hay un fuerte sentimiento religioso, incluso se les ha llamado secta en ocasiones y, algo importante e interesante desde el punto de vista psicológico, se suele adoptar un pseudónimo como símbolo de una nueva identidad. Los roles están definidos por un enfoque bastante machista. Hay excepciones, pero suele ser así. Tiene un carácter expansionista, es decir, que se intenta a través de labores proselitistas captar cada vez a más miembros y expandirse por el mundo. Lo que decía al principio, la violencia se establece como una forma de relación. Se refuerza la autoestima mediante el grupo, se vive en una actitud desafiante y provocadora y se sublima el sentimiento de hermandad que tienen entre ellos.Y, como dicen ellos, “doy la vida por mis hermanitos”. Por nombrar algunas, las más conocidas, cada una tiene su simbología propia, su historia, sus códigos, eso sería motivo de una intervención enorme, simplemente por nombrarlas os hablaremos de la más conocida, la que ha tenido más implantación en España, que es los Latin Kin. La Asociación Ñeta, Asociación Pro-Derechos del Confinado, Dominican Don’t Play, es una entidad que en Madrid tiene ahora peso debido al descabezamiento policial de las dos primeras. Y luego podríamos nombrar otras muchas. Respecto a los componentes psico-sociales de la pertenencia a bandas, tengo que decir exactamente lo mismo que antes: no son criterios excluyentes, muchos de estos parámetros corresponden al inmigrante de segunda generación, no corresponden al de chaval que está metido en una banda. Luego hablaremos de por qué se meten otras nacionalidades. Una cosa importante es el desarraigo social. Los expertos hablan de la generación uno y medio. ¿A qué se refieren con la generación uno y medio? Pues, los chicos se han socializado en su país de origen, cuando han sido pequeños, con sus familiares, y en la adolescencia han venido para aquí. Y ahora tienen que socializarse en otra nueva cultura, y tienen un pie a cada lado del atlántico. Estos chicos viven una triple crisis: la de la familia, que está desestructurada; la de la adolescencia, que tiene cualquier chaval, la de la edad del pavo; y la de emigración, el duelo migratorio. Por otra parte, también hay que hablar de falta de integración, ¿por qué? Pues porque muchas veces, por experiencias de rechazo que no tiene que ser un rechazo real, pero es un rechazo percibido, ellos establecen una concepción de nosotros frente a ellos. Entonces, eso, desde luego, no favorece en nada a la interculturalidad ni la mezcla. Respecto a la desestructuración familiar, comentar que pasan mucho tiempo solos, que no están atendidos, pero porque hay una sobrecarga de trabajo por parte de sus padres y pasan demasiado tiempo sin que nadie sepa dónde están ni qué están haciendo; que tienen una carencia de referentes de autoridad porque sus figuras de referencia están al otro lado, los padres están desentrenados en ejercer de padres y se sienten culpables por haber abandonado a sus hijos. La reagrupación se ha producido muchos años 131 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social después de que los padres vinieran. Muy rápido, hablo de la falta de integración escolar muchas veces por desnivelación curricular, eso produce absentismo y fracaso. Esto es algo importante, el sistema de creencias es endeble, como el de todo adolescente, son proclives a las consignas, no tienen una personalidad moral desarrollada, fuerte, y eso hace que el espíritu crítico no les permita argumentar por qué están en una banda o no lo están, simplemente se va a por ello.Tampoco hay buenas expectativas de futuro, hay una frustración o una creencia de abandono, y hay una búsqueda de identidad a través del grupo. Los españoles y otras nacionalidades, ¿por qué se integran? Por moda, para ligar, para cometer delitos amparados por el grupo, por la atracción adolescente por la trasgresión, o porque están alucinados por la estética. Son causas muy comunes. Y algo que les afecta especialmente y que les encanta: aparecer en los medios. La mayoría de chicos que se encuentran en la situación que hemos planteado antes, superan esas dificultades con la redes de apoyo, con la familia, con la escuela, con el entorno, y no hay ningún problema. Si esas redes no funcionan, a veces se llevan experiencias de rechazo, que, repito, no tienen por qué ser reales pero sí percibidas. Se empieza a gestar una conciencia de ser diferente, se produce una búsqueda de los iguales y en ese momento es cuando un chaval es muy proclive a la captación por una banda, porque se ha gestado esa conciencia de ser diferente, debido a esas experiencias. La intervención sque se lleva a cabo trabaja tanto desde la familia, como desde la escuela, como el entorno comunitario, que también hay un plan específico a nivel policial de coordinación, del Ministerio del Interior, y que todos los agentes sociales están implicados en la intervención. Decir que necesitamos trabajar materias como la sensibilización intercultural, como la mediación; que tenemos que trabajar la sensibilización intercultural en la escuela, que tenemos que formarnos en estas materias. Y para terminar, me gustaría decir una frase de Jordán que yo creo que para mí es esclarecedora y que resume muy bien lo que es esta reflexión. Lo que viene a decir es que si alguien siente rechazo hacia lo propio, difícilmente se puede integrar en lo ajeno. 132 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente D. Wilson López López Presidente de ABA Colombia, Asociación Colombiana para el Avance de las Ciencias del Comportamiento JUVENTUD Y CONFLICTOS EN COLOMBIA 135 Cuando uno habla de Colombia habla de un país violento. Los medios de comunicación contribuyen muchísimo a eso. Además de que ya en realidad es violenta, ahora me decía alguien que Colombia se había convertido en un laboratorio de investigación y experiencias en violencia. Y realmente ha sido así. Ha sido así hasta el punto que nosotros hemos, incluso, creado una disciplina que no existe sino en Colombia, que se llama la “violentología”. Básicamente, estaba asociada a perspectivas sociológicas y antropológicas sobre el tema de la violencia en Colombia. Hemos sido un país que ha tenido una gran cantidad de guerras, que tiene 44 millones de habitantes y eso es importante saberlo porque a veces cuando uno lee una noticia sobre violencia no se imagina la dimensión de Colombia. Pero yo voy a hablar de experiencias exitosas a raíz de toda esa cantidad de fenómenos de violencia que hemos tenido.Y esa experiencia exitosa está asociada a lo que ha pasado en Bogotá, donde en el año 93 llegamos a 183 homicidios por cada 100.000 habitantes, hoy estamos por 17 homicidios por cada 100.000 habitantes. Creo que el descenso exponencial de la violencia homicida, como el que ha mostrado Bogotá y que ahora además se ha usado en ciudades como Medellín y como Cali en forma exitosa, muestra que las estrategias de evaluación e intervención que se han utilizado tienen, han tenido unas consecuencias positivas. Hoy estamos además ante un fenómeno nuevo, que es el fenómeno de la reinserción, de la que ustedes seguramente habrán escuchado. Que hay un grupo armado que se llama las “Autodefensas” y hay grupos guerrilleros que están desmovilizando fundamentalmente jóvenes. Entonces tenemos toda una serie de problemas que han aparecido sobre cómo reinsertar a todos estos jóvenes. Algunos programas de reinserción se están haciendo aquí. Es decir, hay gente reinsertada que en lugar de estar en procesos de reinserción en Colombia están en procesos de reinserción aquí. Hoy día esto es tan reciente que no sabemos el éxito, ni las consecuencias, ni lo que eso implica.Yo pertenezco al grupo de “Lazos Sociales y Culturas de Paz” y lo llamamos así para no trabajar sobre violencia como la mayor parte de nuestros colegas de grupos que trabajan violencia. Nosotros vamos a trabajar sobre cómo se construye la paz, cómo se mueven los lazos sociales y qué hay detrás de eso. Entonces cuando uno ve el fenómeno de la violencia, uno lo ve asociado a los jóvenes, especialmente en Colombia, por una razón: porque en Colombia la mayoría de los integrantes de los grupos guerrilleros paramilitares y de los grupos de las bandas organizadas de narcotráfico son jóvenes y voy a 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social considerar jóvenes personas que van desde los 14 años hasta los 29 años. La mayor cantidad de víctimas de homicidio en Colombia y de lesiones personales son jóvenes y la mayor cantidad de victimarios. El problema de la juventud en Colombia, inicialmente fue tratado como un problema asociado antes de que aparecieran todos estos números de violencia sistemática, como un problema sociodemográfico: ¿qué hacemos con esta población tan joven? Colombia era un país fundamentalmente joven, ya no es un país tan joven. Es un país que está alcanzando un equilibrio. Después fue tratado como un problema psicológico y hubo toda una serie de énfasis sobre el problema de la adolescencia, sobre si los jóvenes eran distintos, sobre si tenían una psicología distinta, después como un problema de cómo integrarlos a los sistemas sociales y después como un problema del desarrollo económico: ¿qué hacemos con los jóvenes? Pero, el tema de políticas de juventud que inicialmente arrancó sobre qué hacíamos con los jóvenes, qué hacíamos con el tiempo libre y cómo ocupábamos a los jóvenes, y entonces qué género, básicamente trabajos asociados a cómo meterlos en el sistema educativo, cambió a cómo generar control social de sectores juveniles. Y esto si ustedes pueden ver las fechas tiene que ver con los procesos de violencia y si vemos después se volvió un problema de cómo enfrentar el tema del delito. ¿Por qué? Pues porque obviamente los jóvenes estaban siendo la masa crítica reclutada para todas las formas del delito. Y hoy el problema es, cuando estamos en una serie de procesos de paz, cómo reinsertar a los jóvenes. ¿Qué hacemos con esos jóvenes que han aprendido conductas violentas? Esta mañana se decía que el tema de la violencia es un tema aprendido, básicamente. Y claro que es aprendido; el problema es qué hacemos cuando un joven ha aprendido a ganar dinero rápidamente y a ganarlo por ejemplo cometiendo un homicidio. Entonces cómo hacemos para que aprenda a no ganar todo ese dinero que ganaba por un homicidio, porque si ustedes recuerdan las bandas de sicarios, por ejemplo, que reclutaba el narcotráfico, eran bandas de sicarios muy jóvenes porque el sistema penal no podía hacer nada con ellos. Es más, solamente hasta el final del año pasado el Congreso aprobó una nueva ley de infancia. Una nueva ley de infancia que genera y que hoy todavía estamos estudiando el impacto que va a generar sobre el tratamiento de los jóvenes desmovilizados que por ejemplo eran obligados a cumplir órdenes como asesinar a alguien, pero además de asesinarlo partirlo en pedazos para que no existieran pruebas. ¿Qué hacemos con esos jóvenes? Quiero hacer otra anotación. Todo el mundo, se lo repito asocia a Colombia con violencia, lo asocia con la guerrilla y los paramilitares, con violencia política. Pues los estudios que se han hecho sobre homicidio en Colombia específicamente muestran que hoy las FARC y las “Autodefensas” podrían hacer la paz con el gobierno colombiano y la violencia sería idéntica, porque la mayor cantidad de homicidios en Colombia se producen por delincuencia común y delincuencia asociada al narcotráfico. Cuando aquí se hablaba esta mañana de que no había que tener tolerancia con el tema del narcotráfico, creo que es justo porque, en el sentido de Colombia, el narcotráfico ha servido para financiar todo el sistema de armas con las cuales todos los días mueren personas en Colombia, jóvenes en Colombia.Y quiero hacer otra precisión ahí: en Colombia se empezaron a hacer observatorios de violencia, para identificar el tipo de homicidio que se cometía, era fundamental; se encuentra que el 80 % de los homicidios se cometen con armas de fuego. Pero, usted no puede tener un arma de fuego. Sí, no se cometen ni a puñaladas, ni con puñales, ni con machetes ni nada, con armas de fuego. Pero el tema de que se cometan con armas de fuego es ¿quién provee esas armas de fuego, de dónde aparecen? Claro, no aparecen por ahí, aparecen asociadas a eso. Entonces, esos datos son interesantes porque las políticas asociadas a juventud han estado girando alrededor de los temas que les acabo de comentar. Han generado unos ejes de trabajo en la institucionalización, por ejemplo, ha sido todo un esfuerzo, que es institucionalizar el problema, los problemas de la juventud, porque no había una institución. Se han intentado viceministerios, se han desmantelado ministerios, se ha trabajado sobre cómo disminuir las condiciones de vulnerabilidad, se ha trabajado sobre cómo insertarlos en el sistema laboral, se ha trabajado sobre cómo abrirles espacio de participación institucional y cómo considerar al joven como un sujeto de derechos últimamente. 136 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Sin embargo, repito, todo este ambiente se ha visto fuertemente enrarecido por la violencia.Yo, esta mañana que escuchaba las diferentes intervenciones, y todos los estudios de causalidad de la violencia y específicamente del tema de lo que vamos a hablar ahora, de las pandillas. Pues en Colombia ese tema no funciona igual y no puede ser analizado de la misma manera. A diferencia de, por ejemplo, Centroamérica o países como el Perú, donde han aparecido las pandillas con muchísima fuerza; en Colombia las pandillas no han tenido ninguna ciudad del país, han surgido pequeñas pandillas pero no han tenido la importancia que han tenido en esos otros países, porque en general los jóvenes han sido reclutados desde muy jóvenes. Es decir, la guerrilla, por ejemplo, las FARC, tiene cerca de 4.500 niños entre 14 y los 18 años reclutados. Entonces, ¿de dónde los reclutan? De zonas marginales en general, de zonas rurales y urbanas marginales.Y claro de ahí un caldo de cultivo porque no hay ni educación, no llegan los servicios públicos, son zonas de extrema pobreza y los reclutan inmediatamente. Entonces, no han tenido ni siquiera formas autónomas de organización como es una pandilla, sino que han entrado directamente a bandas organizadas y a ejércitos organizados de guerrilla, de paramilitares y, repito, los ejércitos que más están generando muertos que son los ejércitos del narcotráfico. Entonces, en este contexto histórico, social, también hay que decir, obviamente, que cuando se han hecho análisis de este estilo dice uno “La guerrilla de las FARC aparentemente tiene 35.000 hombres armados, el ejército de Liberación Nacional que tiene 5.000 hombres, o 10.000 hombres y las “Autodefensas” los grupos paramilitares que se desarmaron aparentemente, o están en proceso de desarme llevaban 35.000 hombres”. Esto no dan más de 100.000 hombres armados supuestamente. Entonces, uno dice, pero si es un país de 44 millones de habitantes. O sea, la magnitud de lo que ocurre, ¿cómo se dimensiona? Yo que organizo alguna vez eventos, y la gente se preocupa mucho porque cree que cuando llega a Bogotá o cuando llega a ciudades colombianas lo van a matar o que va a haber muertos en las calles y se sorprende porque no los encuentra, porque encuentra unas ciclo vías gigantescas donde hay miles de personas montando en bicicleta los domingos y donde usted le pregunta a cualquiera ¿dónde están los muertos? Yo no los veo. Es una cosa crítica. Es crítica en el sentido de la imagen que se proyecta y el peso que tiene sobre nosotros mismos, porque hemos terminado creyéndonos que somos violentos y hemos terminado estigmatizando y construyendo cosas sobre violencia que, en ocasiones, pues, imagínese… si con 44 millones de habitantes siquiera el 10 % fuera violento. La cantidad de cifras de muertos que habría. Y para ir específicamente al tema de las pandillas, pues recientemente se ha hecho una pequeña investigación porque empezaron a aparecer algunos sistemas de alerta. asociados fundamentalmente a los observatorios de violencia que han tenido un papel muy relevante en esto. En Colombia, tuvimos un momento en el que teníamos tres cifras sobre un homicidio, por ejemplo. La policía daba una cifra de homicidios, las ONG daban otras cifras de homicidios y medicina legal daba otra cifra de homicidios. La policía disminuía los homicidios para tener una percepción de que el problema no era tan grande, las ONG agrandaban las cifras de homicidios para ganar recursos extranjeros, fundamentalmente.Y, nadie preguntaba donde llegan todos los muertos, que es a medicina legal. Cuando se empezaron a hacer esfuerzos por atacar este tema sistemáticamente, identificar y caracterizar la violencia, y en particular la violencia homicida, dijeron “no, pues unifiquémonos y que los datos de violencia homicida estén asociados a los datos que da medicina legal y construyamos formatos”. Y se empezaron a construir formatos. Estos formatos permitieron caracterizar el homicidio en el sentido de la hora en que ocurría el homicidio, el día en que ocurría, los móviles, etc, etc. Este esfuerzo fue fundamental. ¿En qué estamos ahora? En intentar unificar sistemas de información frente a los diferentes tipos de violencia. Por ejemplo, la violencia intrafamiliar, o la violencia sexual. No ha sido fácil, porque no se denuncia, porque además si se denuncia es peligroso. Ahora mismo estamos adelantando una investigación sobre las condiciones de vulneración de derechos en niños y niñas de una zona muy complicada en Colombia que se llamaba Barranca Bermeja, una zona que está en disputa entre guerrilla y paramilitares. Y, por ejemplo, tenemos problemas muy fuertes porque cuando uno hace una pregunta, esa pregunta tiene una implicación 137 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 138 de que usted tiene que hacer una denuncia. Pero si hace una denuncia eso puede tener una implicación, y resulta que el que está haciendo la denuncia, o el que está denunciando es un niño o alguien de una familia que es de un grupo guerrillero o paramilitar o de un grupo asociado al narcotráfico. Entonces lo que está en juego es la vida. No es simplemente denunciar. Y eso está generando una serie de problemas. El poder consolidar datos sobre otras formas de violencia no ha sido tan sencillo. Traía esto a colación por el tema de cómo emergen, por ejemplo, las pandillas, el tema de pequeños movimientos organizados de jóvenes, está asociado a identificar el tipo de indicadores de violencia que se comete. Por eso nos ha obligado a caracterizarlos, por ejemplo, se han encontrado que estos son los elementos más relevantes de motivación de la vinculación que dicen los jóvenes, de la ciudad de Bogotá, en particular, que los han motivado a ingresar, que han estado asociados al ingreso a pandillas. Primero la carencia de familia, o de no poder “acceder” al sistema escolar. Esa es una variable relevante que creo que esta mañana se mencionaba. Segundo, violencia y maltrato familiar. En general, los jóvenes que pertenecen a pandillas han reportado que han sufrido problemas de violencia.Tercero, hay una carencia de empleo: los jóvenes no encuentran formas de ingresar al sistema laboral. Tenemos un desempleo que no ha podido bajar. Hemos bajado las cifras de homicidios, de violencia. Estamos haciendo visibles las formas de otros tipos de violencia, pero no hemos logrado, por ejemplo, bajar, la correlación con empleo. Y aquí quiero hacer otra anotación. En un estudio reciente, también hecho por un grupo cercano a nosotros, se encontró que había una relación simple que decía “pobreza es igual a violencia”. Resulta que cuando empezaron a hacerse los mapas de criminalidad y de violencia homicida en Colombia y específicamente en Bogotá, se encontró que no necesariamente los barrios más pobres de Bogotá eran los que más violencia homicida tenían. Y no necesariamente en los barrios más pobres de Bogotá es donde se conforman las pandillas más peligrosas. Eso generó una gran cantidad de interrogantes y desvirtuó mucha teoría sobre que “pobreza era igual a violencia.” También se pensó, por ejemplo, que la variable hacinamiento estaba asociada al tema de la violencia.Y resulta que se empezaron a hacer correlaciones y no siempre, en los lugares donde había mayor cantidad de hacinamiento se encontraba una gran cantidad de violencia. Pero lo que hemos encontrado es que sí hay un elemento aquí fuerte y es el tema de la equidad en el acceso a los recursos. Por eso menciono esto en relación con el empleo. El problema de la equidad es un problema crítico en Colombia. No sé si saben que el índice de desigualdad… de distribución del ingreso en Colombia junto con el de Brasil son de los peores del mundo. Es decir, el 80 % de toda la riqueza está concentrada apenas en el 0.1 % de la población.Y, obviamente, aquí sí hay una relación, cuando se hacían ese tipo de análisis, entre desigualdad entre la distribución del ingreso, acceso al empleo y violencia. Hay problemas de alcohol y drogas. Es decir, las pandillas están muy asociadas a eso, un motivador importante. Hay problemas asociados a las dificultades escolares, como aquí se mencionó también por la mañana. Es decir, cuando el muchacho es excluido del sistema escolar, pues va y ¿dónde se conforma? ¿dónde se conforma la pandilla? Se conforma en los barrios, en las esquinas. Se conforma en en el ámbito de lo barrial.Y eso tiene una serie de elementos comunes. Se ha estudiado el diseño espacial, se han modificado los parques, se ha colocado luz, por ejemplo, iluminar los parques, se ha trabajado sobre la limpieza de las vías, se peleó muchísimo sobre el tema de que en Bogotá estaban inundados de vendedores callejeros y se atacó muchísimo eso. Entonces hubo una confrontación social porque decían “si atacan, ellos de qué van a vivir”. Pero resulta que se encontró una correlación alta entre los lugares donde había muchísimo comercio callejero y delincuencia y hurtos y violencia homicida. Y, por último, y asociado a una ponencia que escuché esta mañana sobre el tema del proyecto de vida, están estos dos elementos: la inexistencia de alternativa de actividad en el tiempo libre y la crisis en los sistemas de valores de los adultos. Lo que se encontró es que los jóvenes no tienen modelos en los adultos. O sea, si yo veo que mis presidentes, mis senadores, los ministros, las figuras del fútbol, cometen delitos.Y no tienen una utopía, es decir, la utopía vale un dinero, eso pone en crisis, fundamentalmente. Entonces, cómo le dice usted a un joven de estos que es más relevante que se gane el dinero trabajando 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social ocho horas diarias para ganar, ¿qué se yo? 200 dólares o 150 dólares al mes a que él diga, “yo me puedo ganar 150 dólares diarios con un grupo de amigos en algo ilícito.” Aquí hay un problema de crisis de valores fuertísimo y que fue afortunadamente evidenciado en este estudio que les menciono porque tiene que ver con trabajar el tema del proyecto de vida en los jóvenes. Tiene que ver con un proyecto de vida que se constituya en medio de una crisis de valores de los adultos. En el coloquio podremos explorar más estas hipótesis y muchas de estas hipótesis que ya no son hipótesis sino que son realidades. Es decir, hay una ruptura en las tendencias de violencia, por ejemplo, las bandas, las pandillas en Colombia, en particular, no han tenido el auge ni se han podido mantener en el ámbito urbano y en el ámbito rural no existen.Y eso tiene que ver con que se han utilizado una serie de estrategias múltiples de intervención con relación a esto. Es decir, desde la intervención en el mundo de la escuela, intervención en el ámbito del barrio, intervención en el mundo laboral… o sea, el problema es multicausado y se debe tratar de forma multicausal. 139 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente Prof. Dra. Dª. Mª. José Díaz-Aguado Catedrática de Psicología de la Educación y Directora del Master “Programas de intervención en contextos educativos” de la Universidad Complutense DEL ACOSO ENTRE ESCOLARES A LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DESDE LA EDUCACIÓN 141 1. EL ACOSO ENTRE ESCOLARES El acoso escolar es un tipo específico de violencia, que se diferencia de otras conductas violentas que puntualmente un alumno puede sufrir o ejercer en un determinado momento, por formar parte de un proceso con cuatro características que incrementan su gravedad: 1) No se limita a un acontecimiento aislado, sino que se repite y prolonga durante cierto tiempo, con el riesgo de hacerse cada vez más grave. 2) Se produce en una situación de desigualdad entre el acosador y la víctima, debido generalmente a que el acosador (el matón) suele estar apoyado en un grupo que le sigue en su conducta violenta, mientras que la principal característica de la víctima es que está indefensa, que no puede salir por sí misma de la situación de acoso. 3) Se mantiene, y esto es muy importante, debido a la ignorancia o pasividad de las personas que rodean a los agresores y a las víctimas sin intervenir directamente. Puesto que de lo contrario, si intervinieran a las primeras manifestaciones de violencia, éstas no se repetirían convirtiéndose en un proceso continuado de acoso. 4) Suele implicar diverso tipo de conductas violentas, iniciándose generalmente con agresiones de tipo social y verbal e incluyendo después también coacciones y agresiones físicas. El acoso entre escolares tiene características similares a determinadas manifestaciones violentas que se dan entre adultos, como el acoso en el trabajo y la violencia de género. En los tres casos, el acoso es utilizado por los agresores como una forma destructiva de demostrar su poder, sobre una víctima que creen no puede defenderse, y que generalmente perciben como indefensa por parte del sistema social en cuyo contexto se produce el acoso. Por eso 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social la impunidad, la minimización y la conspiración del silencio que ha rodeado tradicionalmente a estos tres tipos de violencia se convierten en sus principales aliados. En la propia definición del acoso escolar se detectan tres claves fundamentales para su erradicación: 1) Hay que intervenir a la primera señal (que suele ser una humillación, un insulto....) para que la violencia no se agrave ni se repita. De lo contrario, por su propia naturaleza, existe el riesgo de que vaya a más, siendo cada vez mayor el daño provocado y más difícil la intervención. 2) La amistad y la integración como prevención. Hay que trabajar activamente para que todos los alumnos y todas las alumnas tengan amigos/as en la escuela, dentro de su grupo de referencia. Con ello, además de prevenir el acoso se mejora considerablemente la calidad de vida en la escuela así como las oportunidades de aprender importantes habilidades sociales. 3) Existen tres papeles que hay que prevenir, interviniendo con toda la comunidad educativa: el de agresor, el de victima y el de espectador, el de quien conoce que existe la violencia pero no hace nada para evitarla. 1.1. Con qué frecuencia se produce el acoso Para prevenir el acoso entre escolares hay que tener en cuenta que se trata de un problema tan antiguo y generalizado como la propia escuela tradicional, por lo que suele producirse en todo tipo de centros: privados, concertados y públicos. Hay que dejar muy claro, sin embargo, que no se trata de un problema inevitable. Las investigaciones llevadas a cabo en los últimos años han permitido desarrollar procedimientos eficaces para detenerlo y prevenirlo. La mayoría de los estudios realizados en España para conocer con qué frecuencia se producen conductas violentas en la escuela se han llevado a cabo con adolescentes, encontrando grandes diferencias en función de la gravedad de la conducta por la que se pregunta. Lo más extendido suelen ser los insultos. Alrededor del 40% de los adolescentes reconoce haber recibido o emitido alguno en los dos últimos meses. Situación que no hay que trivializar pero que no cabe considerar acoso, puesto que en la gran mayoría de los casos se trata de una situación puntual que no origina un proceso como el descrito anteriormente. De todas formas, erradicar dichos comportamientos, sustituyéndolos por procedimientos pacíficos de resolución de conflictos, debe ser destacado como un objetivo importante en la prevención de la violencia desde la escuela. ¿Cuántos escolares participan entonces en situaciones de acoso? En el estudio llevado a cabo desde la Unidad de Psicología Preventiva de la Universidad Complutense (Martín, Pulido y Vera, 2005) con una muestra representativa de adolescentes de 14 a 19 años de la Comunidad de Madrid se encuentra que la situación más frecuente gira en torno a los motes que ridiculizan u ofenden, que reconoce haber sufrido como víctima a menudo o mucho el 7.9% de los adolescentes. Y la menos frecuente las coacciones para participar en situaciones de tipo sexual (el 0.7%). El 1% reconoce sufrir agresiones físicas (“me pegan”) con frecuencia. Cuando se pregunta si han participado como agresores en distinto tipo de situaciones, también se encuentra que lo más frecuente son los motes que ridiculizan, que reconoce utilizar a menudo o mucho el 12.6%. Y lo menos frecuente coaccionar para situaciones de tipo sexual (el 0.7%). El 3.9% reconoce agredir físicamente con frecuencia. 142 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social ¿Cómo explicar que en la mayoría de las situaciones el número de los que se reconoce como agresores sea superior al número de víctimas? Pues debido en buena parte a la propia naturaleza del acoso, puesto que la situación de quienes acosan suelen ser compartida por varios mientras que la víctima suele estar aislada. Los estudios que hemos realizado agrupando las distintas agresiones para detectar cuántos adolescentes se encuentran en una situación de especial gravedad reflejan que en dicha situación parece encontrarse en la escuela un 3% de los adolescentes. El porcentaje de los que se comportan como “matones”, iniciando y dirigiendo la agresión, gira también en torno a un 3%, que se amplia hasta el 8% si se incluyen también los que les siguen y apoyan. Reconocer que existe el acoso escolar, superando la tradicional “conspiración del silencio” que ha existido hasta hace poco, es un paso fundamental para erradicarlo, que nuestra sociedad empieza a dar.Y que debe llevar a cabo sin caer en el error opuesto, el de exagerar su incidencia, transmitiendo una visión deformada de la escuela actual como un escenario permanente y generalizado de violencia. Situación que no coincide con la realidad. 1.2. Qué consecuencias tiene el acoso Como sucede con otras formas de violencia, el acoso entre escolares puede dañar a todas las personas que con él conviven: - En la víctima produce miedo y rechazo al contexto en el que se sufre la violencia, pérdida de confianza en uno mismo y en los demás, así como diversas dificultades que pueden derivarse de estos problemas, como problemas de rendimiento, baja autoestima y conductas autodestructivas. - En el agresor aumentan los problemas que le llevaron a abusar de su fuerza: disminuye su capacidad de comprensión moral y empatía, incrementándose la identificación con el modelo de dominio-sumisión que subyace al acoso, y que representa un grave problema para su propio desarrollo y para las personas de su entorno, con el riesgo de seguir utilizando la violencia en el futuro en el mismo y en otros contextos, y especialmente a través de acoso laboral y violencia de género. - En las personas que no participan directamente de la violencia pero que conviven con ella sin hacer nada para evitarla puede producir, aunque en menor grado, problemas parecidos a los que se dan en la víctima o en el agresor (miedo a poder ser víctima de una agresión similar, reducción de la empatía...); y contribuyen a que aumente la falta de sensibilidad, la apatía y la insolidaridad respecto a los problemas de los demás, características que aumentan el riesgo de que sean en el futuro protagonistas directos de la violencia. - En el conjunto de la comunidad escolar en la que se produce (incluidas las familias), la violencia reduce la calidad de la vida de las personas, dificulta el logro de la mayoría de sus objetivos (trasmisión de valores, aprendizaje, calidad del trabajo...) y hace que aumenten los problemas y tensiones que la provocaron, pudiendo activar una escalada de graves consecuencias. - En el resto de la sociedad. La violencia escolar reproduce un modelo de organización social caracterizado por el dominio y la sumisión, que representa la antítesis de los valores democráticos de igualdad, tolerancia y paz, con los que 143 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social se identifica nuestra sociedad. Por eso su erradicación debe ser considerada como una tarea colectiva imprescindible para hacer de la escuela el lugar en el se construye la sociedad que deseamos tener, basada en el respeto mutuo. 1.3. Cómo son los alumnos que acosan El análisis de las características de los adolescentes que acosan a sus compañeros en la escuela lleva a destacar como principales condiciones de riesgo los tres problemas siguientes: 1) Una fuerte identificación con el modelo dominio-sumisión que conduce a la violencia. Están más de acuerdo con las creencias que llevan a justificar la violencia y la intolerancia en distinto tipo de relaciones, incluidas las relaciones entre iguales, manifestándose también como más racistas, xenófobos y sexistas. Tienen dificultades para ponerse en el lugar de los demás. Su razonamiento moral es más primitivo que el de sus compañeros, siendo más frecuente entre los agresores la identificación de la justicia con “hacer a los demás lo que te hacen a ti o crees que te hacen”, orientación que puede explicar su tendencia a vengar reales o supuestas ofensas. Y se identifican con una serie de conceptos estrechamente relacionados con el acoso escolar, como los de chivato y cobarde, que utilizan para justificarlo y mantener la conspiración del silencio que lo perpetúa. 2) En su trayectoria académica parecen haber tenido pocas oportunidades de protagonismo positivo. Están menos satisfechos que los demás con su aprendizaje escolar y con las relaciones que establecen con los profesores. Parece existir, en este sentido, una estrecha relación entre la tendencia a acosar a los compañeros y la tendencia a tratar mal al profesorado, y entre ambos problemas y la percepción de haber sufrido este tipo de situaciones en la relación con los profesores. Parecen utilizar el acoso como una forma destructiva de obtener protagonismo y compensar exclusiones o fracasos anteriores. Ésta es al menos la percepción que sus compañeros tienen de ellos, como intolerantes y arrogantes, y al mismo como que se sienten fracasados. El conjunto de las características en las que destacan sugiere que cuentan con iguales que les siguen en sus agresiones, formando grupos con disposición a la violencia, en los que se integrarían individuos que han tenido pocas oportunidades anteriores de protagonismo positivo en el sistema escolar y que parecen haber aprendido a compensar dicha carencia con la violencia. De lo cual se deriva la necesidad de prevenir esta situación, favoreciendo la cohesión del grupo de clase, y la integración en él de todos los alumnos, suprimiendo así la tendencia a formar guetos o bandas de orientación violenta, que parecen representar una especie de refugio de situaciones anteriores de exclusión y de falta de protagonismo positivo. 3) Dificultades en el aprendizaje de alternativas a la violencia en la familia. Los estudios realizados reflejan que con cierta frecuencia en la familia de los acosadores ha habido dificultades para enseñarles alternativas a la violencia y a respetar límites, existiendo permisividad ante conductas antisociales o/y empleo de métodos coercitivos autoritarios, como el castigo físico. En ambos casos, se fomenta el modelo de dominio-sumisión que subyace al acoso. Con los métodos autoritarios, el adulto proporciona un modelo de dominio al que el niño se tiene que someter, con el riesgo de que intente después reproducirlo desde el papel de dominador. Cuando existe una excesiva permisividad, el niño puede llegar a convertirse en un pequeño “tirano” que intenta dominar incluso a los adultos encargados de su educación. Proporcionar desde la familia una alternativa a ambas situaciones, enseñando a respetar límites sin caer en el autoritarismo ni en la negligencia, es un requisito básico para prevenir el acoso y otras formas de violencia, también la que los adolescentes pueden ejercer contra los adultos encargados de su educación en la escuela y en la familia. 144 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1.4. Cómo es la situación de las víctimas Entre los escolares que son víctimas de acoso suelen diferenciarse dos situaciones: 1) La víctima pasiva, que se caracteriza por: una situación social de aislamiento, en relación a lo cual cabe considerar su escasa asertividad y dificultad de comunicación; una conducta muy pasiva, miedo ante la violencia y manifestación de vulnerabilidad (de no poder defenderse ante la intimidación), ansiedad, inseguridad y baja autoestima; características que cabe relacionar con la tendencia observada con cierta frecuencia en las víctimas pasivas a culpabilizarse de su situación y a negarla, debido probablemente a que la consideran más vergonzosa de lo que consideran su situación los agresores (que a veces parecen estar orgullosos de serlo). Estas características podrían incrementar el riesgo de que un alumno fuera elegido como víctima pero también pueden ser una consecuencia del acoso o incrementarse después de sufrirlo. 2) La victima activa, que se caracteriza por una situación social de aislamiento y acentuada impopularidad dentro del grupo de clase; situación que podría estar en el origen de su selección como víctimas, aunque, como en el caso de las anteriores, también podría agravarse con la victimización; una tendencia excesiva e impulsiva a actuar, a intervenir sin llegar a elegir la conducta que puede resultar más adecuada a cada situación, con problemas de concentración (llegando incluso, en algunos casos, a la hiperactividad) y cierta disponibilidad a reaccionar con conductas irritantes. De acuerdo a la propia naturaleza del acoso, la principal característica de las víctimas es encontrarse en una situación de inferioridad respecto a los acosadores. Por eso, no es de extrañar que lo más característico de su situación sea el aislamiento y otras características que pueden contribuir a que los acosadores perciban que la víctima está indefensa y que no va a ser defendida por el resto de la comunidad escolar, incluidos los compañeros. Así cabe explicar que el riesgo de ser elegido como víctima se incremente con determinadas características que podrían ir asociadas al aislamiento o trasmitir que el acoso va a quedar impune si el sistema escolar no lo evita: como el hecho de que la víctima pertenezca a una minoría étnica o cultural en situación de desventaja en el propio sistema escolar; que tenga necesidades especiales; o entre los chicos que contrarían el estereotipo sexista tradicional. Los características que incrementan el riesgo de ser elegido como víctima del acoso no deben ser consideradas como meros problemas individuales y, por tanto, superables básicamente a través del entrenamiento de las víctimas en habilidades para salir de dicha situación, sino que deben ser reconocidas, también, como problemas de un sistema escolar en el que pueden reproducirse los distintos tipos de exclusión y de acoso (racista, sexista...) que tienen lugar en el conjunto de la sociedad. Para interpretar adecuadamente la información anteriormente resumida sobre las características de las víctimas conviene tener en cuenta la necesidad de contrarrestar la tendencia que suele existir a culparlas de su situación. Esta tendencia está muy arraigada en el acosador, que suele verse a sí mismo como una especie de héroe o como alguien que se limita a reaccionar ante provocaciones, y a la víctima como alguien que merece o que provoca la violencia. Como sucede con otras formas de violencia, resulta sorprendente que, con cierta frecuencia, las propias víctimas, e incluso las personas de su entorno, distorsionen la atribución de responsabilidad en una dirección similar a la anterior, exagerando la responsabilidad de la víctima (por haber ido por un lugar determinado o no haber obedecido, por ejemplo), y con ello su sentimiento de culpabilidad, y justificando así, aunque sea indirecta e involuntariamente, al agresor. 145 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Esta extendida tendencia a creer que la víctima hizo algo que provocó el acontecimiento sufrido (violencia, o cualquier otro suceso de graves consecuencias) está relacionada con la necesidad que tenemos los seres humanos de creer que el mundo es justo; creencia que nos permite confiar en que los graves acontecimientos que observamos a nuestro alrededor no nos sucederán. Lo malo de esta tendencia es que puede llevarnos a distorsionar la percepción de dichos acontecimientos, a inhibir la solidaridad con sus víctimas y a reducir nuestra eficacia cuando intentemos ayudar a un niño o a un adolescente que se encuentra en dicha situación. 1.5. Pedir ayuda frente al acoso Al preguntar a los adolescentes a quien pedirían ayuda si sufrieran el acoso de los compañeros se encuentra un dato que refleja las contradicciones que sobre este tema se viven hoy en la escuela y en el conjunto de la sociedad: el 34,6% de los adolescentes evaluados declara que nunca pediría ayuda al profesorado si sufriera acoso de sus compañeros, para justificarlo suelen aludir a que “los profesores de secundaria están para enseñarte no para resolver tus problemas”, aunque matizan que “sí pedirían ayuda a un profesor que diera confianza”. Respuestas que reflejan la necesidad de adaptar el papel del profesorado para incrementar su eficacia educativa así como la ayuda que pueden proporcionar en la prevención de la violencia. Las respuestas de los adolescentes al preguntarles qué hacen los profesores cuando se producen agresiones entre escolares, reflejan que el profesorado intenta ayudar, pero que a veces no se entera o no sabe impedirla. Conviene destacar que la mayoría valora favorablemente la posibilidad de contar con algún profesor cuando surge la violencia entre iguales, haciendo referencia a profesores que trasmiten confianza y disponibilidad para ayudar. 1.6. Por qué se produce el acoso Para erradicar el acoso escolar, es preciso reconocer que las condiciones que a él conducen son múltiples y complejas. Es decir, que no hay una sola causa, sino una suma fatal de condiciones que incrementan su riesgo en ausencia de condiciones protectoras suficientes como para contrarrestar las anteriores. Como sucede con otras formas de violencia, las condiciones que conducen al acoso suelen situarse tanto en la trayectoria del individuo violento, ya analizada con anterioridad, como en el entorno en el que se produce, como se explica a continuación. Para comprender cómo es y cómo trasformar el ambiente que conduce al acoso escolar hay que analizarlo en los distintos niveles y contextos en los que trascurre la vida de sus protagonistas: la escuela, la familia, las relaciones entre ambas, las oportunidades para el ocio, la influencia de los medios de comunicación o el apoyo que a la violencia proporcionan el conjunto de creencias y estructuras de la sociedad en la que se encuentran los contextos anteriores. Entre las condiciones de riesgo detectadas en los estudios científicos, y que suelen verse reflejadas en la mayoría de los casos de violencia escolar, cabe destacar: la exclusión social o el sentimiento de exclusión, la falta de una adecuada enseñanza de los límites, la exposición a la violencia a través de los medios de comunicación, la integración en grupos de iguales de orientación negativa, y la justificación de la violencia, o las contradicciones existentes en torno a dicha justificación, en el conjunto de la sociedad. Y faltan condiciones que hubieran podido proteger de dichos riesgos, como: modelos sociales positivos y solidarios, colaboración entre la familia y la escuela, contextos de ocio y grupos de pertenencia constructivos, o adultos disponibles y atentos para ayudar. La prevención de la violencia debería situarse en todos estos niveles, reduciendo las condiciones de riesgo e incrementando las condiciones de protección. 146 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1.7. Características de la escuela que es preciso modificar Los estudios realizados durante las dos últimas décadas en distintos países llevan a destacar tres características de la escuela tradicional que dificultan la erradicación de la violencia entre escolares: - La tendencia a minimizar la gravedad de las agresiones entre iguales, considerándolas como inevitables, sobre todo entre chicos, o como problemas que deben aprender a resolver sin que los adultos intervengan, para hacerse más fuertes, para “curtirse”. Junto a esta característica es preciso considerar la ausencia de oportunidades para aprender alternativas a la violencia que ayuden a construir una convivencia escolar compatible con los valores democráticos que la escuela pretende trasmitir. - La insuficiencia de la respuesta que la escuela tradicional suele dar cuando se produce la violencia entre escolares, que deja a las víctimas sin la ayuda que necesitarían para salir de la situación y suele ser interpretada por los agresores como un apoyo implícito. Esta falta de respuesta está relacionada con la forma tradicional de definir el papel del profesorado, especialmente en secundaria, orientado de forma casi exclusiva a impartir una determinada materia en un horario específico.Y como sugieren los propios profesores, podría superarse si recibieran una formación adecuada para afrontar el tipo de problemas que conducen a la violencia desde una perspectiva de ciudadanía democrática, que enseñe a coordinar con eficacia derechos y deberes. - El tratamiento tradicionalmente dado a la diversidad actuando como si no existiera. En función de lo cual puede explicarse que el hecho de estar en minoría, ser percibido como diferente, tener un problema, o destacar por una cualidad envidiada, incremente la probabilidad de ser elegido como víctima de acoso (a través de motes, aislamiento...). En relación a la falta de respuesta a la diversidad cabe situar, también, la falta de oportunidades de protagonismo académico positivo para muchos alumnos, que incrementa el riesgo de comportamientos disruptivos y violentos para conseguirlo. Aunque cada día es mayor la disponibilidad del profesorado para acabar con los problemas anteriormente expuestos, y ello debería contribuir a erradicar la violencia escolar, no siempre sucede así debido a la dificultad que supone cambiar pautas profundamente arraigadas en dicha institución, así como a la existencia de nuevos riesgos de violencia que afectan especialmente a los adolescentes hoy. 1.8. Las contradicciones sociales respecto a la violencia como condición de riesgo Determinadas actitudes y creencias que siguen existiendo en nuestra sociedad hacia la violencia y hacia los diversos papeles y relaciones sociales en cuyo contexto se produce (hombre, mujer, hijo/a autoridad, o personas que se perciben como diferentes o en situación de debilidad, ...) ejercen una decisiva influencia en los comportamientos violentos. Como reflejo de lo cual, en nuestro estudio (Díaz-Aguado,Dir., 2004) observamos que los acosadores se identifican más que los demás con las creencias que minimizan la gravedad de las agresiones entre iguales, considerándolas como inevitables, sobre todo entre chicos, o como problemas que deben aprender a resolver sin que los adultos intervengan, para hacerse más fuertes, para “curtirse”. Como reflejo de lo que se sigue trasmitiendo, en este sentido, cabe destacar el porcentaje de acuerdo que los adolescentes manifiestan respecto a la siguiente creencia de justificación de la violencia: 147 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - “Si no devuelves los golpes que recibes, los demás pensarán que eres un cobarde”: en la que el 37,6% está algo, bastante o muy de acuerdo. Creencia estrechamente relacionada con una de las frases que se repiten a veces desde la familia respecto a este problema: “Si te pegan, pega”. Como pone de manifiesto este resultado, la violencia hacia los iguales está estrechamente relacionada con una serie de distorsiones morales que contribuyen a legitimarla, destacando sobre todo los conceptos de “cobarde” y “chivato”, fuertemente arraigados entre quienes agreden a sus compañeros en la escuela, que los utilizan para justificar el acoso así como la conspiración del silencio que lo perpetúa, y que les llevan a defender que hay responder con violencia a la violencia. En otras épocas una buena parte de la sociedad compartía muchas de estas creencias, de la misma forma que veía el acoso como algo necesario para que los chicos aprendieran lo que es la vida o la violencia de género como un problema privado en el que no había que intervenir. Para erradicar todas las formas de violencia, tanto la que se produce en la calle como la que se produce en la escuela y en la familia, es preciso superar este tipo de creencias, que contribuyen a la violencia, tomando conciencia de las frecuentes contradicciones que todavía siguen existiendo sobre estos temas, como cuando se justifica que se pueda pegar a un niño para enseñarle, ¿cómo ayudarle a entender entonces que nadie pueda pegar nunca a nadie? Y para superar esta contradicción es preciso favorecer alternativas no violentas, basadas en la comunicación, con las que enseñar a respetar límites sin autoritarismo ni negligencia. 2. LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DESDE LA EDUCACIÓN La serie de investigaciones que hemos llevado para prevenir la violencia desde la educación (Díaz-Aguado, Dir., 1996, 2002, 2004) ponen de manifiesto que es posible trabajar con eficacia en dicha dirección, teniendo en cuenta que: 1. Los problemas que conducen a la violencia son múltiples y complejos, las soluciones también. La prevención debe basarse en un cuidadoso diagnóstico de cuales son y qué puede hacerse desde cada ámbito, adoptando una perspectiva evolutiva, que favorezca una trayectoria vital contraria a la violencia y a la exclusión; y una perspectiva ecológica, que trasforme el ambiente que conduce a dichos problemas a múltiples niveles: la escuela, la familia, el ocio…, las conexiones entre dichos escenarios, los medios de comunicación, y el conjunto de creencias y estructuras de la sociedad de la que los niveles anteriores son manifestaciones concretas. Porque es en dicho nivel en el que se encuentran las condiciones de riesgo más generalizadas y permanentes de la violencia de la juventud, un reflejo de nuestras contradicciones expresado con la radicalidad que caracteriza a dicha edad. La máxima piensa globalmente y actúa localmente puede ser utilizada como síntesis de la perspectiva que es necesario adoptar, para ajustar desde un esquema realista la complejidad del problema sobre el que se debe intervenir de forma permanente (características que deben ser comprendidas en el diseño de la intervención para que ésta sea eficaz) con las posibilidades de la actuación en función de las cuales valorar los avances conseguidos. 2. La prevención debe superar el desajuste actual entre los cambios sociales, las necesidades de la juventud y los contextos educativos. De forma que se favorezca la posibilidad de establecer un vínculo de calidad en dicho contexto. Calidad que se favorece cuando el individuo que establece el vínculo percibe que tiene oportunidades de participar, participa y esta participación tiene consecuencias positivas desde su propio punto de vista. Y para conseguirlo, hay que llevar a cabo importantes innovaciones educativas: redefiniendo los papeles a partir de los cuales se estructura la interacción educativa, dando a los jóvenes un papel más activo en su propia educación, incorporando la alfabetización en las nuevas tecnologías para contrarrestar sus riesgos, o poniendo en marcha nuevos esquemas de colaboración entre la escuela y la familia, así como entre ambos contextos y el resto de la sociedad. 148 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 3. Es preciso adoptar una perspectiva integral, que enseñe a rechazar con coherencia todo tipo de violencia, favoreciendo que la juventud incorpore en su identidad dicho rechazo, comprendiendo su naturaleza destructiva para todos los que con ella conviven así como el proceso por el cual la violencia genera violencia, no como algo automático ni inevitable, sino como consecuencia del deterioro que origina en las personas y grupos que la sufren, y aplicando los esquemas anteriormente mencionados a sus manifestaciones más cotidianas, como son: la violencia de género y la violencia entre iguales, en la escuela y en el ocio. Conviene tener en cuenta que el rechazo a la violencia se incorpora de forma mucho más eficaz y profunda si es generalizado y si los adultos encargados de la educación se comportan coherentemente con lo que tratan de enseñar. Dentro de esta perspectiva integral, es preciso prestar una atención especial a la situación de las víctimas, erradicando situaciones de exclusión y enseñando habilidades para salir de dicha situación desde sus inicios, de forma que se incrementen las oportunidades para pedir y obtener ayuda en situaciones de violencia (no sólo al grupo de iguales sino también a los adultos), para resistir la presión del grupo cuando esta es destructiva, y para estar preparado emocionalmente para no sentirse culpable cuando se es la víctima. Uno de los primeros efectos de estas habilidades (en las posibles víctimas y en las personas que pueden ayudarlas) es que permiten superar la tendencia a la conspiración del silencio y a culpar a la víctima, los principales aliados del agresor. 4. Para prevenir la violencia con eficacia es necesario desarrollar alternativas: estableciendo contextos y procedimientos alternativos en el contexto escolar, a través de los cuales de forma normalizada (sin que nadie se sienta amenazado en ellos) puedan expresarse las tensiones y las discrepancias y resolverse los conflictos sin recurrir a la violencia (a través de la comunicación, la negociación, la mediación...), en donde las víctimas puedan encontrar la ayuda que necesitan sin ser estigmatizadas por ello y los agresores puedan recibir una adecuada disciplina; y promoviendo habilidades alternativas en todos los individuos (jóvenes y adultos). 5. El respeto a los derechos humanos, en torno al cual definimos nuestro ideal de justicia, lo que deseamos ser, es la alternativa más sostenible a la violencia. Podemos favorecer la identificación con dicho ideal desarrollando la capacidad para ponerse en el lugar del otro, motor básico de todo el desarrollo socio-emocional y que en sus niveles más evolucionados se extiende a todos los seres humanos; la comprensión de los derechos universales y la capacidad de usar dicha comprensión en las propias decisiones morales, coordinando dichos derechos con el deber de respetarlos. Al incluir el rechazo a la violencia dentro de esta perspectiva, viéndola como una grave amenaza a los derechos humanos, se favorece su comprensión como un problema que nos afecta a todos/as, puesto que pone en peligro el nivel de justicia necesario para que se respeten también nuestros derechos. 6. La violencia se reproduce junto al sexismo y a la intolerancia. Para prevenirlos hay que construir activamente la igualdad entre hombres y mujeres y el respeto intercultural. Las actitudes y creencias existentes en nuestra sociedad hacia los papeles y relaciones en cuyo contexto se produce la violencia ejercen una decisiva influencia en el riesgo de ejercerla: como son las creencias racistas, sexistas, xenófobas, la conceptualización de la violencia entre iguales como una expresión de valentía, o cualquier otra creencia que refuerce el modelo de dominio-sumisión que conduce a la violencia. De lo cual se deriva la necesidad de construir activamente la igualdad y enseñar a detectar y corregir específicamente cada uno de dichos problemas, prestando una especial atención a la superación de la asociación de la violencia con valores masculinos y la sumisión con valores femeninos. 7. Exclusión y violencia son dos caras de un mismo problema. Por eso, la lucha contra la exclusión debe ser destacada como un objetivo prioritario, y para avanzar en el es preciso ayudar a los jóvenes a apropiarse de su futuro, incrementando las oportunidades para construir su propio proyecto vital, y superar las limitaciones del presentismo actual, de forma que cada individuo pueda desarrollar el poder de controlar y decidir su propia vida: decidiendo objetivos y 149 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social medios para alcanzarlos, incrementando la capacidad de esforzarse por conseguirlos, superando los obstáculos que con frecuencia surgen en dicho proceso.... Uno de los principales obstáculos que es preciso superar, en este sentido, es la frecuente experiencia de fracaso escolar que viven los adolescentes en los últimos años, que representa uno de los principales antecedentes de la exclusión que probablemente vivirán fuera de la escuela. Conviene tener en cuenta que el sentido del proyecto mejora la calidad de la vida de las personas así como su capacidad para comprometerse con los valores elegidos y disminuye el riesgo de identificarse con la violencia. 8. La enseñanza de los límites en la principal asignatura pendiente. Para superarla es preciso promover habilidades y contextos que enseñen a coordinar deberes y derechos con eficacia. Porque aunque se ha avanzado en el rechazo al autoritarismo, y en la conciencia de la posibilidad de exigir los propios derechos, debe avanzarse de igual manera en la comprensión de que dichos derechos suponen el deber de respetar los derechos de los demás. Conciencia que es preciso incrementar de forma democrática, favoreciendo que los jóvenes participen activamente en la elaboración y aplicación de las normas que rigen la vida en común y de las medidas que será preciso emplear cuando no se cumplan. Cuando la juventud participa activamente en todo lo relacionado con las normas de convivencia se compromete mucho más con su cumplimiento que si no han participado en ellas. 9. La adaptación a los actuales cambios exige fortalecer a la juventud respecto a los riesgos y las oportunidades de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías. La alfabetización en las nuevas tecnologías debe ser destacada como un objetivo imprescindible para adaptarse a los vertiginosos cambios de esta revolución tecnológica que nos ha tocado vivir, para incrementar así las oportunidades que pueden proporcionar y proteger contra sus riesgos. Y para conseguirlo, es preciso enseñar a analizar los mensajes y narraciones audiovisuales, extendiendo así las capacidades que la escuela desarrolla respecto a la lengua y la literatura, a estos nuevos discursos y herramientas. 10. Hay que mejorar la coherencia entre nuestros objetivos y los medios que empleamos, entre lo que pretendemos enseñar en teoría y lo que enseñamos en la práctica. Esta mejora de la coherencia debe prestar una especial atención a la coherencia entre objetivos de la prevención y los medios para alcanzarlos. Una especial relevancia puede tener en este sentido dotar a los agentes encargados de la prevención de dichos recursos (incluyendo no solo recursos económicos sino también formación, tiempo para desarrollar proyectos innovadores....); reconociendo que, de lo contrario, el desfase entre objetivos y medios (tan frecuente en la prevención) puede conducir al desanimo y la indefensión de quien debe ponerlos en práctica, deteriorando gravemente la materia prima con la que debe trabajar: su confianza en la posibilidad de trasformar esta sociedad para erradicar la violencia desde la educación. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS -DIAZ-AGUADO,M.J. (Dir.) (1996) Programas de educación para la tolerancia y prevención de la violencia en los jóvenes. Madrid: Instituto de la Juventud. Cuatro volúmenes y dos vídeos, conocidos coloquialmente como las Cajas Azules. -DIAZ-AGUADO,M.J. (2002). Prevenir la violencia contra las mujeres construyendo la igualdad. Programa para educación secundaria. Madrid: Instituto de la Mujer. Un libro y dos vídeos. -DIAZ-AGUADO, M.J (2002) Convivencia escolar y prevención de la violencia. Página web del MEC: http://3w.cnice.mec.es/recursos2/convivencia_escolar/ -DIAZ-AGUADO,M.J. (2003) Educación intercultural y aprendizaje cooperativo. Madrid: Pirámide. -DIAZ-AGUADO,M.J. (Dir.) (2004) Prevención de la violencia y lucha contra la exclusión desde la adolescencia. Madrid: Instituto de la Juventud, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. 150 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social -DIAZ-AGUADO,M.J. (2006) El acoso escolar y la prevención de la violencia desde la familia. Madrid: Consejería de Familia y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid -DIAZ-AGUADO, M.J. (2006) Del acoso escolar a la cooperación en las aulas. Madrid: Pearson-educación, Prentice-Hall. -DIAZ-AGUADO,M.J. ; MARTINEZ ARIAS,R. (2001) La construcción de la igualdad y la prevención de la violencia contra la mujer desde la educación. Madrid: Instituto de la Mujer. -DIAZ-AGUADO, M. J.; MARTINEZ ARIAS, R.; INSTITUTO DE LA MUJER (2002) Estudio sobre las medidas adoptadas por los Estados Miembros de la Unión Europea para luchar contra la violencia hacia las mujeres. Madrid: Presidencia de la Unión Europea. -DÍAZ-AGUADO,M.J. MARTINEZ ARIAS,R.; MARTÍN SEOANE,G. (2004) Prevención de la violencia y lucha contra la exclusión desde la adolescencia.Vol. I. La violencia entre iguales en la escuela y en el ocio. Estudios comparativos e instrumentos de evaluación. Madrid: Instituto de la Juventud. MARTÍN SEOANE, G.; PULIDO VALERO, R.;VERA GOMEZ, R. (2005) Maltrato entre iguales y exclusión social en la Comunidad de Madrid: Análisis y posibilidades de intervención. Madrid: Premio de Psicología del Colegio Oficial de Psicólogos. 151 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente Prof. Dra. Dª. Purificación García Doctora en Derecho y Profesora de la Universidad Camilo José Cela ¿ES SUFICIENTE LA RESPUESTA DEL ORDENAMIENTO JURIDICO AL PROBLEMA DE LA VIOLENCIA ENTRE IGUALES, EN EL ÁMBITO DE LOS MENORES? 153 INTRODUCCIÓN Ante todo buenas tardes y gracias por su asistencia. Me alegra ver que hay gente que prefiere la tertulia y el debate a la cabezada, al sopor y a la caterva de programas “culturales” que ofrece a esta hora la televisión. Sobre todo me alegra que lo prefieran los jóvenes, entre los que veo a muchos por aquí, como profesora de universidad créanme que me alegra profundamente. Sin embargo, y para desterrar toda sombra de duda, y lo digo por el sopor y la cabezada, hay dos premisas básicas en mi intervención que me he propuesto llevar a cabo escrupulosamente: la brevedad, pues prefiero el diálogo al monólogo, y la provocación, con el único fin no se asusten, de incitar al auditorio a la reflexión y a la deliberación.Y así a priori, y para empezar, como jurista que soy se me ocurren algunas preguntas para romper el hielo, las respuestas quizá me las puedan ofrecer ustedes, pues presiento que hay muchos expertos en el tema en la sala, o, en cualquier caso, las podamos atisbar juntos en el debate que está previsto a continuación, no obstante, quédense con algunos datos: UNA APROXIMACIÓN AL ESTADO DE LA CUESTION 1. En España la actual regulación legal respecto de las facultades correctoras de los padres o tutores, así como de la disciplina escolar, no permite, ni en base a los principios legales que las inspiran ni en base a las reglas concretas que las regulan, la utilización de castigos corporales ni el uso de correcciones o sanciones que supongan un maltrato de carácter físico o psíquico hacia los menores. Entonces ¿cómo se explica la cifra de 332 menores atendidos en centros hospitalarios víctimas de actos violentos en 2006 en la Comunidad de Madrid?, ¿qué hay de la Convención sobre los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas? ¿y la Recomendación 561 (1969) de la Asamblea Consultiva del Consejo de Europa, de 30 de septiembre de 1969, relativa a la Protección de los menores contra los malos tratos?, ¿y la Recomendación R (79) 17 del Comité de Ministros del Consejo de Europa, de 13 de septiembre de 1979, sobre la Protección de los niños contra los malos tratos, ¿ y la Recomendación 874 (1979) de 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, de 4 de octubre de 1979, relativa a una carta europea de los Derechos del Niño?, ¿y la Recomendación R (84) del Comité de Ministros del Consejo de Europa, del 28 de febrero de 1984, sobre las Responsabilidades de los padres?, y la Recomendación 1071 (1988) de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, del 23 de marzo de 1988, relativa a la protección de la infancia, y tantas otras?... El ordenamiento jurídico español a través de la sanción penal del incumplimiento de la responsabilidad parental, así como los tipos penales de lesiones, abusos y malos tratos de carácter físico y psíquico contra los menores da, a juicio del legislador, una respuesta suficiente, ¿es de verdad la respuesta penal una respuesta por si sola suficiente?. 2. Respecto al maltrato en la escuela los datos indican que el 5% de los alumnos entre 11 y 18 años se considera maltratado por algún compañero de forma habitual y el 3% reconoce acosar cotidianamente a sus compañeros. Más de la mitad percibe que existen agresiones físicas en chicos de su edad y que algunos no se atreven a decir que otros les molestan. Principalmente los estudiantes de primero y segundo curso de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) consideran que los conflictos han aumentado con los años. Aunque no hay en nuestro ordenamiento jurídico un marco legal específico para el fenómeno de la violencia escolar, el ordenamiento penal también prevé, como en el caso anterior, una respuesta sancionadora, pero ¿cómo se conjugan esas sanciones con el principio de que la respuesta judicial al problema de la violencia escolar ha de ser una respuesta basada en el principio de intervención mínima del derecho penal?. 3. La delincuencia juvenil creció en los 10 primeros meses del año 2006 en la Comunidad de Madrid en un 8%. Entre enero y octubre de este año se adoptaron 909 sentencias de internamiento frente a las 841 de 2005. Entre enero y octubre se envió a los centros de régimen cerrado a 436 menores, un 13.54% más que en 2005 que se cerró con 384 decisiones. Las medidas judiciales en régimen semiabierto también crecieron este periodo en un 7%, se adoptaron 422 frente a las 394 de 2005. Asimismo, sólo siete menores fueron castigados con un internamiento en un centro de régimen abierto frente a los 14 de 2005. ¿Les parece éste un panorama alentador? 4. El último informe del Defensor del Menor ya indica el aumento de la gravedad de los delitos y el índice elevado de reincidencia en los menores (el 70% según los propios centros). ¿Cómo se conjuga ésto con el artículo 25.2 de la Constitución que indica que las penas están orientadas a la reinserción y resocialización de los infractores?. ¿Qué pasa cuando los menores salen de los centros de reforma?, ¿son efectivas las medidas de internamiento?, si no es así, ¿porqué no se potencian otras?. 5. ¿Y la Ley de Responsabilidad del Menor y el Reglamento?, ¿están dotadas de los medios y recursos personales y humanos suficientes para llevar a cabo el mandato constitucional?. Cierto es que algunos de los menores condenados no ingresan en los centros por la falta de espacio y quedan en libertad, a disposición del Juzgado de Menores, para cumplir su pena cuando haya plazas libres, ¿cómo puede ser ésto? Hemos llegado a la Ley del Menor y permítanme hacer un alto en el camino para un análisis un poco más profundo, no teman recuerden que les prometí brevedad: LAS REFORMAS DE LA LEY DEL MENOR No han pasado más que siete años desde su entrada en vigor y la ley del menor, que se suponía iba a poner freno a este tipo de problemas, ha resultado ser insuficiente y se va a modificar. La aparición de fenómenos como el bulling y 154 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social las “bandas criminales” ha despertado las iras de la opinión pública que demanda una respuesta penal concreta: el endurecimiento de las sanciones generalizadas para cualquier tipología delictual ¿es esta la solución?, ¿no es el derecho penal la “ultima ratio”, el último instrumento al que hay que acudir para solucionar los conflictos sociales? 1. Miren, en el año 2003 se produjo una reforma que endureció el sistema penal para mayores y los resultados están siendo desastrosos; masificación de los centros (8.000 presos nuevos, de 56.060 presos a 64.164) y más altos niveles de reincidencia (60%), tal y como ha reconocido el propio Ministerio de Interior y la Fiscalía General del Estado. Ahora, en el ámbito de los menores, se apuesta por la mayor duración de las penas para todas las infracciones (se introducen para las faltas, como pueden ser un simple insulto, nuevas medidas de libertad vigilada y tareas socioeducativas de hasta 6 meses de duración; para los delitos graves y actuando en grupo –forma habitual de actuación- hasta régimen cerrado de internamiento); más dureza en su cumplimiento (en casos de delitos graves y violentos, cuya sanción se corresponde con medidas de internamiento en régimen cerrado, el periodo de internamiento se acrecienta en un máximo de un año. Cuando se trata de los casos especialmente graves en los que se hayan cometido varios delitos de homicidios, asesinatos, agresiones sexuales o violación, el límite máximo se eleva un año por encima del vigente en la actualidad, para los menores de 14 a 16 años, y en dos años para los de 16 a 18. En todo caso, para los menores con 14 y 15 años, el máximo de internamiento será de seis años, y para los de 16 y 17, hasta 10 años. En ambos casos, seguido de un periodo de libertad vigilada). El tiempo máximo que, con la nueva ley, podrá permanecer recluido un menor será de diez años, en el caso de que haya cometido varios delitos de homicidio, asesinato, agresión sexual o violación -con la legislación actual el máximo son ocho años-, mientras que si se trata de un menor de 14 ó 15 años, el tiempo máximo de internamiento en régimen cerrado será de 6 años frente a los cinco actuales. Por otra parte, la reforma va dirigida a evitar la victimización de los menores que se encuentra en régimen de internamiento frente a otros que puedan ejercer una mala influencia sobre ellos. Por ello, el juez podrá dictar el traslado a centros penitenciarios a delincuentes cuando cumplan los 18 años ¿es esto suficiente? Es evidente que se trata de igualar la respuesta del sistema penal de menores al sistema penal de adultos ¿tiene algún sentido sabiendo como sabemos que el de adultos ha resultado un fracaso? 2. Alguien se ha olvidado de que la gran mayoría de los estudios e investigaciones en las ciencias sociales concluyen que el endurecimiento de las penas no inhibe las conductas delictivas de los menores. Así se expresó el Informe de 2001 de la Central Penitenciaria de Observación del Ministerio del Interior que concretó que “si realmente queremos defendernos de nuevos delitos, el camino no parece ser el endurecimiento de las penas y de las condiciones de cumplimiento”. “ 3. Se refuerza la protección de las víctimas de la violencia ejercida por los menores, entre ellas las de acoso escolar. Para luchar contra esta lacra, los jueces podrán decretar medidas de alejamiento como las que ya existen para las mujeres maltratadas. ¿eso es todo?, ¿se dan los medios para que puedan llevarse a efecto? 4. Se prevén penas de hasta 6 años de internamiento para jóvenes que cometan delitos graves dentro de bandas organizadas y se permite que los jueces puedan decretar internamiento para delitos como el tráfico de drogas o la tenencia ilícita de armas, propios de las bandas juveniles. Con la norma en vigor este tipo de delitos no pueden ser sancionados con penas de internamiento, ya que éstas quedaban reservadas para los delitos violentos, la reforma, en el caso de que los autores de delitos integrantes de bandas tengan entre 14 y 16 años se establecerá una pena máxima 155 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social de 3 años -bien en régimen cerrado o no-, mientras que si el delincuente tiene entre 16 y 18 años la pena podrá llegar a los seis años obligatoriamente en régimen cerrado si los delitos son de extrema gravedad. El objetivo de estos cambios es “alejar al menor de ese ambiente que favorece o determina de manera concluyente su comportamiento delictivo”, ¿es esto, de verdad, así de efectivo? 4. ¿El modelo de política criminal a seguir con los menores ha de de sustentarse en el incremento de los principios punitivos en detrimento de las medidas de reinserción social? 5. ¿Porqué la modificación legal no trata el sistema de ejecución de medidas, donde se encuentra el principal, y quizás único, problema de la Ley, esencialmente en la necesidad de dotar de los recursos económicos y sociales necesarios a las infraestructuras de ejecución de medidas?, ¿por cuestiones económicas quizás? 156 Parece un panorama desalentador, pero a pesar de ello yo creo que las cosas, con voluntad y con ilusión, pueden mejorarse mucho y cambiar a mejor. ¿Qué opinarían si les digo que varios estudiantes universitarios en tercer grado de tratamiento penitenciario, cumplen su condena estudiando en la UNED y alojándose en una especie de residencia universitaria que cogestiona una O.N.G. e Instituciones Penitenciarias?. ¿Qué opinarian si le digo que hay entre ellos hay dos violadores, dos homicidas, tres traficantes de drogas? ¿imposible no?, pues no, se sorprenderían de los resultados. Les aseguro que las cosas pueden hacerse de otra manera. He procurado ser breve y espero que la brevedad de los datos y de las preguntas sin aparente respuesta única no les haya llegado a abrumar, no obstante creo que de todo ello se puede extraer una conclusión clara; que el ordenamiento jurídico no es capaz de responder por si sólo, sin un análisis multifactorial del problema, a las necesidades de la sociedad de conjugar la convivencia pacífica y la reinserción de aquellos que contravienen las normas socialmente aceptadas. Lo mejor ahora es pasar al debate no sin antes señalar una última observación para una última, se lo prometo, conclusión final, ¿se han fijado que muy pocas de las medidas que impone el ordenamiento legal tienen como finalidad atajar las causas del problema, esas de las que han hablado los anteriores ponentes y hablarán el resto de los intervinientes; las sociales, económicas, culturales, psicológicas, etc., todas la que proponen los legisladores tienen como único objetivo paliar las consecuencias de los comportamientos ilegales, aquellas que ya implican el mal causado. Parece que la respuesta del ordenamiento es la respuesta más fácil a corto plazo, el castigo. Operar sobre las causas implica remover la estructura en la que se asienta el sistema, y es mucho más complicado, aunque más efectivo a largo plazo. Operar sobre las consecuencias es mucho más fácil, pero mucho más ineficaz y absurdo con el paso del tiempo. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social G RUPOS DE DISCUSIÓN: 1 “Programas sobre Tratamientos de las Agresiones Sexuales” 159 Coordinan D. Lorenzo Pedroche Celemín Jefe de Área de Coordinación de Centros, ARRMI Dª. Rosa Menor Gómez Técnico, ARRMI 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente Ponente D. Carlos Benedicto Duque Subdirector Centro de Menores “El Pinar” Fundación Grupo Norte D. Eduardo Atarés Pinilla Psicólogo. Centro de Menores “El Pinar”. Fundación Grupo Norte 161 PROGRAMA DIAS PROGRAMA DE INTERVENCIÓN CON MENORES / JÓVENES AGRESORES SEXUALES 1. INTRODUCCION El Programa DIAS es un programa de intervención psicológica, tanto grupal como individual, para menores/jóvenes implicados en delitos contra la libertad sexual. Dicho programa se viene desarrollando desde enero de 2006, en el Centro de Menores El Pinar de forma permanente, y de forma ambulatoria en otras instituciones de la red de centros de Ejecución de Medidas Judiciales de la Comunidad de Madrid, y nace con el objetivo de intervenir sobre aquellas variables cualitativas y cuantitativas que presenten los menores/jóvenes, relacionadas directamente con la disminución del riesgo de reincidencia en la comisión de delitos de esta índole. El presente Programa parte de la impresión compartida por estos profesionales de que, en el momento actual, se está percibiendo en nuestro entorno una creciente alarma social derivada de los delitos de contenido sexual de los que 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social hay conocimiento. La violencia sexual es un hecho común a todas las sociedades, si bien en la comisión de la misma se pueden detectar variaciones en función de determinadas variables socio-culturales y legales de cada país. Hay una clara escasez de estudios en la psicología española sobre el comportamiento del agresor sexual, y más si concretamos en el agresor sexual menor de edad, por lo que, consecuentemente, existe una casi nula elaboración de Programas destinados a la recuperación de este grupo de sujetos que, una vez cumplida su medida judicial, se reincorporará a la sociedad. Teniendo en cuenta todo lo expuesto y desde la ausencia de recursos externos destinados a la intervención grupal de este tipo de delitos, se considera de vital importancia que durante el periodo de cumplimiento de medida, se lleven a cabo programas de intervención psicológica e integración social, dirigidos a posibilitar la disminución de las tasas de reincidencia. Diferentes estudios realizados establecen las tasas de prevalencia de los delitos sexuales entre el 0,65% y el 5%, en este sentido se hace necesario destacar que se trata de delitos que en multitud de ocasiones no son denunciados por las víctimas. Igualmente, se ha señalado por parte de diversos autores que las tasas de reincidencia de los agresores que no han sido objeto de intervención específica en torno al 25 %, mientras que esta tasa de reincidencia baja hasta el 10% en aquellos sujetos sobre los que sí se realizó intervención psicológica estructurada (Becket, 1999). En el momento actual, y según datos recogidos en diversos estudios, se manejan cifras en las que el 30% del total de agresores sexuales son menores y se destaca que el 53 % de los agresores sexuales adultos, comenzó con intereses sexuales desviados en la adolescencia (Abel et al., 1986). Según diversos organismos consultados, la prevalencia de este tipo de delitos en la población de menores ingresados en centros de ejecución de medidas judiciales varía entre el 5% y el 10% del total de plazas. Se han determinado diversos factores relacionados con el riesgo de reincidencia en la agresión sexual. Dichos factores serían reflejo de determinadas variables estáticas (Thornton y Travers, 1991): - agresiones sexuales o no sexuales previas - agresiones sin contacto - víctimas preferentemente varones y del entorno extrafamiliar - procedentes de familias desestructuradas - mayor variabilidad en la elección de la víctima - separados de la familia antes de cumplir los 16 años Igualmente existirían una serie de variables dinámicas, que van a ser el objetivo principal de tratamiento, dado que serán susceptibles de modificación por la intervención psicológica: - intereses sexuales desviados - soledad emocional y carencia de afecto 162 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - distorsiones cognitivas - bajas habilidades de interacción - baja autoestima - déficits en la capacidad de resolución de problemas - bajos niveles de empatía - escasa y distorsionada información sobre la sexualidad De esta percepción sobre el dinamismo y capacidad de intervención y modificación sobre determinados factores asociados a la conducta de agresión sexual, se han derivado en gran medida tanto la fundamentación como el establecimiento de los objetivos a conseguir mediante el presente programa. En España, Aragonés (1998), ha realizado un estudio de donde se concluye como características del agresor sexual adolescente las siguientes: - Dificultad para el autocontrol de sus impulsos que forma parte de su repertorio habitual de características conductuales - Bajo autoconcepto de sí mismo y pobre autoestima - Baja tolerancia a la frustración, baja capacidad para soportar la demora - Existencia de cogniciones que reflejan menosprecio de la figura femenina - Existencia de un retraso general en el desarrollo madurativo, en referencia a la edad cronológica. Presencia de conflictos madurativos - Carencias afectivas por parte del núcleo familiar - Altamente influenciable por la presión de la opinión de su grupo de iguales - Sus relaciones con los demás se suelen caracterizar por altos rasgos de agresividad física o verbal. Presencia de carencias normativas y déficit en el desarrollo de los estadíos morales del adolescente - Las reacciones de los agresores sexuales adolescentes posteriores al delito suelen caracterizarse por: una ausencia de toma de responsabilidad, una carencia de sentimientos de culpa, una tendencia a la negación de los hechos y, a pesar de ello, un cierto grado de ansiedad respecto al sistema judicial. - En el ámbito escolar es un adolescente con significativas dificultades para el aprendizaje, con un alto porcentaje de fracaso escolar y la mayoría de ellosno suele finalizar los estudios de primaria. 163 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - En un considerable 40% a estos menores se les ha detectado alguna problemática psicológica. Existen una serie de errores típicos a la hora de calibrar las agresiones sexuales cometidas por menores, por lo que es conveniente tener claro que: - Los agresores no están experimentando con su sexualidad o con la información relativa a la misma. - La agresión no es más leve que en adultos - No tienen por qué dejar de hacerlo a medida que van creciendo, es decir, no se trata de una patología evolutiva. - Es necesario trabajar con las familias de los agresores 164 El desarrollo de programas de intervención destinados a este tipo de población en los centros de menores, es una de las áreas en las que es necesario un mayor desarrollo, ya que según las últimas publicaciones, los delitos contra la libertad sexual han experimentado un aumento del 14% respecto al año 2004. Según la Dra. Hillary Elderidge, Directora de la Fundación Lucy Faithfull, Reino Unido, de cara a la implementación de dichos Programas es necesario tener en cuenta, que éstos deben ser: - Realistas y basados en la investigación previa. - Con sujetos seleccionados previamente, que puedan responder con más probabilidad a lo que el Programa ofrece. - Enfocado a las áreas de riesgo que pueden y deben ser reducidas. - Que utilicen métodos que la investigación ha probado como efectivos. - Llevar a cabo un enfoque basado en las habilidades que puedan emplearse para construir una vida libre de abusos. - Una duración, intensidad y pautas de intervención diseñadas para maximizar la eficacia. - Utilizar un enfoque destinado a motivar y fomentar una respuesta positiva de cada individuo. - Que exista una continuidad entre los Programas y los recursos externos para maximizar el impacto del tratamiento. - Llevar a cabo un seguimiento eficaz de los elementos alrededor del Programa. - Evaluar e investigar de forma continuada los efectos del Programa de cara a llevar a cabo las mejoras necesarias. La importancia de que la intervención sobre dicha conducta desviada sea de carácter grupal, de cara al desarrollo de una sana sexualidad y el establecimiento de estrategias eficaces de autocontrol ha sido destacada por diferentes autores (Noguerol, 2005), argumentando este hecho principalmente en las teorías del aprendizaje social, aumentando de esta forma las posibilidades de reeducación, reinserción y asesoramiento. Se trabaja en el sentido último para que el menor aprenda y desarrolle habilidades que le ayuden a prevenir futuras agresiones, desarrollando un sentido sano 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social de las relaciones sociales y, en especial, de la sexualidad. Si bien, a pesar de tener en cuenta este hecho, hemos de señalar que en ocasiones se hace necesaria la intervención individualizada, teniendo en cuenta las características de la institución en la que se lleva a cabo, así como determinadas características personales. La Ley 5/2000, Reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores Infractores, permite y aboga por la implementación de medidas destinadas a la rehabilitación de menores que han cometido abusos o agresiones sexuales, mediante la aplicación de Programas específicos de tratamiento, motivo final de la elaboración del presente programa de intervención. 2. OBJETIVOS BÁSICOS Mediante la participación de los sujetos en el presente Programa, se pretenden alcanzar los siguientes objetivos, los cuales se entienden directamente relacionados con la disminución de la probabilidad de riesgo de reincidencia. Dichos objetivos ya fueron destacados por Ballester (1995), como metas a conseguir mediante la Terapia de Grupo con Agresores Sexuales adolescentes: - Tomar responsabilidad de su conducta sexual - Desarrollar una sexualidad sana en las relaciones con sus pares - Desarrollar la capacidad de tomar mejores decisiones - Aumentar la aceptación de las normas sociales y la autoridad de las personas - Desarrollar la autoestima y el autoconcepto - Aumentar el control sobre su conducta impulsiva - Aumentar la comunicación y expresión asertiva de sentimientos y necesidades - Disminuir las distorsiones cognitivas sobre las relaciones y la sexualidad. - Aumentar la conciencia de los pensamientos, sentimientos y conductas que llevan al comportamiento ofensivo - Prevenir las recaídas - Motivar para el cambio 3. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA En el desarrollo de la intervención pautada a través del programa, se han tenido presentes diversas teorías explicativas de la adquisición y mantenimiento del comportamiento agresivo sexual, entre las que destacan: - Teorías del estrés postraumático 165 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Modelos adictivos - Ciclo de abuso sexual - Modelo de las cuatro predicciones del abuso Este Programa se basa en lo que a fundamentación teórica se refiere, en la utilización de diversas estrategias destinadas al cambio conductual y personal, como la modificación de conducta, el aprendizaje observacional y vicario, la autoevaluación, el autocontrol y autorregulación, la autoeficacia y el modelado. Se tendrán en cuenta, tanto los modelos de aprendizaje basados en el condicionamiento clásico y/o condicionamiento operante, como los modelos de aprendizaje vicario y/o por observación, siempre teniendo en cuenta el estadio evolutivo en el que se encuentran los menores, así como las elaboraciones internas y pensamientos presentes en la conducta problema. Un número considerable de autores han sugerido que, una de las características de muchos agresores sexuales, es la falta de autocontrol entendida como el fracaso para introducir el proceso de reflexión mediador entre el impulso y la acción, es decir, un análisis cognitivo objetivo de la situación. Las terapias cognitivo-conductuales van dirigidas a eliminar las distorsiones cognitivas, ayudar a desarrollar la activación ante estímulos adecuados, al desarrollo de habilidades sociales, asertividad y empatía, junto con una educación sexual específica y el tratamiento, si fuera procedente, de parafílias y disfunciones sexuales. Dentro de esta intervención se ha considerado procedente, al tratarse de menores, la intervención familiar transversal, es decir en paralelo con la intervención sobre el menor, ya que el núcleo convivencial es el transmisor de ciertos valores e informaciones, que pueden estar directamente relacionadas con la conducta desviada, por lo que será necesario la intervención sobre los diferentes miembros de la unidad convivencial para concienciarse y reestructurar dichos valores. 4. METODOLOGÍA. Se considera adecuado para el correcto desarrollo del Programa que los candidatos a participar en él cumplan unos requisitos mínimos que garanticen el buen aprovechamiento del mismo. Estos criterios serían los siguientes: - En cumplimiento de medidas firmes relacionadas con delitos contra la libertad sexual. - Voluntariedad antes del inicio de su participación en el Programa o previsión de la misma en el transcurso de las primeras sesiones. - Previsión de los permisos de salida en torno a dos años. - Capacidad intelectual mínima ( CI>80 ). - Capacidad básica de entendimiento en idioma español y de manejo en lecto-escritura. 166 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Ausencia de alteraciones mentales deteriorantes del Programa. - Ausencia de enfermedades que impliquen una asistencia especializada. La ausencia de alguno de estos criterios supondría la exclusión del sujeto del Programa y la derivación a un tratamiento individualizado adecuado a sus características personales. Una vez que el sujeto es susceptible de participar en el Programa, ha de comprometerse a realizar aquellas actividades o tareas que le sean requeridas, con un positivo nivel de implicación. El sujeto certificará dicho compromiso mediante la firma de un contrato conductual en el que se presta a ello y en el que se le explicarán los objetivos y los aspectos a tratar. Se realizará una evaluación exhaustiva sobre todos aquellos factores que han podido influir en la emisión de su conducta desviada. Para ello, se utilizarán diversas herramientas de apoyo, tales como entrevistas clínicas semiestructuradas y específicas al problema, test psicométricos, autoregistros, entrevistas con la familia y toda aquella información relevante del sujeto que puedan transmitir los diversos recursos realizados por el adolescente. Hay que destacar que la evaluación es básica para poder posteriormente realizar un modelo de intervención específico y adecuado a sus propias características, así como a aquellos factores realmente relevantes en su conducta problema. Tras la evaluación, se decide si el sujeto cumple las características adecuadas para favorecerse de una intervención grupal o, por el contrario, se va a beneficiar más de un tratamiento individual, siendo posible la intervención en ambos sentidos. Antes de comenzar con el tratamiento propiamente dicho, es necesario que el sujeto asuma principalmente dos aspectos: - Reconocer su participación en el delito. - Estar realmente motivado por iniciar el tratamiento. El primero es fundamental, ya que, si no se cumple, estaríamos incumpliendo uno de los requisitos esenciales para el positivo desarrollo del Programa. El sujeto ha de reconocer dicha participación, en menor o mayor grado, para tener un punto de apoyo a través del cual comenzar la intervención. Si no lo reconoce, está mostrando una nula motivación al cambio que impediría cualquier tipo de intervención. El segundo hace referencia al grado de motivación que el sujeto posee respecto a su necesidad de cambio. Hay que reconocer la etapa del cambio en la que se encuentra y situarla, si es que no está en ella, en la etapa de Preparación al Cambio. Puede que este sea el primer punto de intervención, en el que hay que intentar desmontar las defensas que el sujeto tiene frente al tratamiento, facilitando, de este modo, su aceptación del mismo. A continuación, se comenzaría con la intervención terapéutica propiamente dicha. El primer paso sería realizar una devolución al sujeto de la evaluación realizada, a través del modelo funcional explicativo. En ella se le explicaría al sujeto cuáles han sido y son los factores relevantes intervinientes en la emisión de su conducta problema, y cómo se relacionan entre ellos. Es importante la comprensión del sujeto de dichos factores, 167 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social ya que su entendimiento supone una motivación adicional para el adolescente y un aumento en su percepción de logro y motivación al cambio, así como una comprensión posterior del por qué de las diferentes actividades que se van a realizar. Para sistematizar la intervención en los factores que se van a tratar, se han desarrollado una serie de actividades y estrategias que engloban los aspectos que de un modo más frecuente influyen en la emisión de conductas de desviación sexual. Para ello, se va realizar la intervención en estos factores, en un desglose de sesiones que serían aproximadamente: - Empatía hacia la víctima (10 sesiones) - Distorsiones cognitivas (5 sesiones ) 168 - Educación sexual ( 10 sesiones ) - Autoestima ( 10 sesiones ) - Habilidades sociales (10 sesiones) - Modificación del impulso sexual (autocontrol) ( 5 sesiones) - Prevención de recaídas ( 10 sesiones) - Intervención familiar transversal Se irán tratando las carencias existentes de los sujetos en estas áreas, individualizando las particularidades de cada uno que se han obtenido en la evaluación y en el análisis funcional.Transversalmente, se evaluará y se intervendrá con la familia en aquellas áreas que se considere necesario. Por último, se realizará una prevención de recaídas, en las que se repasarán todos aquellos aspectos más importantes del Programa o aquellos en los que existan dudas. Se plantearán situaciones de riesgo futuro para el sujeto y formas de resolverlas o modos de evitar dicha situación conflictiva. Las sesiones, tanto grupales, como individuales, se realizarán una vez por semana, con una duración de una hora por sesión. El tiempo total de Programa está estimado en 60 sesiones, pero es flexible a las características de cada sujeto, pudiendo ser recortado o alargado dependiendo de las necesidades de los participantes. Del mismo modo se ha contemplado la posibilidad de participación de determinados sujetos en módulos específicos, si se detecta que, o bien no es necesaria su participación en la totalidad del programa, o bien en aquellas circunstancias en las que por duración de la medida no sea posible llevar a cabo el programa completo. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 5. FASES DEL DESARROLLO DEL PROGRAMA DE INTERVENCIÓN A) PRESENTACIÓN INDIVIDUALIZADA DEL PROGRAMA - Contrato conductual de compromiso B) FASE DE EVALUACIÓN INICIAL A.1.) Información general - Recopilación de información documental posible. Características del delito y carrera delictiva. - Entrevista clínica abierta. - Entrevista clínica (derivada de la Entrevista de Disfunción Sexual, LoPicolo y Heman) e historia y desarrollo sexual. Autobiografía. - Autorregistros. Patrones de estimulación sexual. Competencia psicosexual. A.2.) Test y Autoinformes Trastornos Mentales - T.A.P. (DSM-IV) - SCL-90 - MACI Inventario Clínico para Adolescentes (Millon) Sexualidad y estilo de vida delincuencial - Inventario Multifásico de Sexualidad (Modificación del MSI para jóvenes, Nichols y Molinder) - Lifestyle Criminality (LCSF de Walters, 1991) - Cuestionario de Fantasías Sexuales (Wilson, 1978) - Escala de Actitudes Hacia la Mujer (Spencer, 1978) - AD Cuestionario de Conductas Antisociales-Delictivas (Seisdedos Cubero) - Cuestionario de Miedos Sexuales (Annon) - BSRI Bem Sex-Role Inventory (S. Bem) Habilidades sociales, ansiedad social, empatía - Índice de Respuesta Interpersonal (Davis, 1979) - Escala de Evitación y Ansiedad Social (Watson, 1969) - Índice de Reactividad Emocional (Empatía general) (Davis) - Escala de Empatía hacia la Víctima (Beckett y Fisher) - EHS Escala de Habilidades Sociales (Elena Gismero González) - ISAP Inventario de Solución y Afrontamiento de Problemas (Tobal y Casado Morales) 169 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Inteligencia - BETA - TONY-2 Test de Inteligencia No Verbal (Brown, Sherbenou y Jonshen) - RAVEN (Raven) Personalidad - 16 PF-5 (Rusell y Karol) - APQ Cuestionario de Personalidad para Adolescentes (Schuerger) - EPQ-J (Eysenck y Eysenck) 170 Autoestima - Autoestima (Thornton, Rosenberg) - AF-5 (García y Musitu) Habilidades de enfrentamiento - Test de Competencia Situacional para Delincuentes Sexuales (Miner 1989) - Valoración de Fantasías de Recaída Autocontrol - Locos de control (Nowicki) - Control de la ira (Novaco) - Impulsividad (Eysenck y Eysenck) - CACIA Cuestionario de Autocontrol Infantil y Adolescente (Capafons Bonet y Silva Moreno) Prueba de Valoración del Riesgo - SVR-20 Sexual Violence Risk (Boer, Hart, Kropp y Webster) **(La elección de las pruebas a aplicar estará en función de las características personales del menor.) C) RECONOCIMIENTO DEL DELITO Y MOTIVACIÓN HACIA EL TRATAMIENTO. - Reconocimiento de su participación en los hechos que motivan el internamiento. - Intervención sobre los mecanismos de defensa destinados a la no asunción de su responsabilidad real. - Evaluación de la motivación hacia el tratamiento y preparación para la etapa de cambio. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social D) ANÁLISIS FUNCIONAL - Antecedentes próximos/lejanos - Conducta problema - Consecuentes corto, medio y largo plazo E) INTERVENCIÓN Y TRATAMIENTO Explicación y comprensión del modelo funcional explicativo. Se comenzará el tratamiento haciendo al sujeto una devolución de la evaluación realizada. Es decir, se le explicará cuáles son los factores que se consideran que han influido, tanto directa como indirectamente, en la emisión de su comportamiento problema. También se le explicará la interacción de unos factores con otros y el grado de influencia de cada uno de ellos. Por último, se propondrá el tratamiento y los factores que se van a trabajar con el sujeto, teniendo en cuenta la evaluación realizada. De este modo, el menor va a conocer las causas de su comportamiento problema, así como el itinerario que se va a seguir para lograr una disminución de la probabilidad de repetición del mismo, lo que, en principio, aumentaría su motivación por la intervención. Empatía hacia la víctima Está demostrado que una de los factores más comunes en los agresores sexuales es la dificultad que presentan para comprender el estado emocional de otras personas y por tanto, para comprender el daño que pueden provocar en sus víctimas. Esta dificultad, hace que la probabilidad de emitir comportamientos dañinos hacia otros sea mayor, al no darse realmente cuenta de las consecuencias que están provocando. Por ello, es necesario realizar un trabajo específico en el que se ayude al agresor a ser capaz de reconocer y respetar los estados emocionales de otras personas. En este bloque se va a tratar de que el sujeto logre los siguientes objetivos específicos: - El reconocimiento emocional de la otra persona. - La percepción del mundo desde el punto de vista del otro. - La reproducción del estado emocional del otro individuo. - Realización de algún cambio conductual como respuesta al malestar percibido. - El reconocimiento del daño, tanto psicológico, físico y social, causado en la persona agredida. Distorsiones cognitivas Los diferentes errores que se cometen a la hora de realizar el análisis de las situaciones experimentadas por uno mismo, hacen que las conclusiones extraídas de dicho análisis no sean correctas. Si esto ocurre de manera frecuente, podemos llegar a asumir premisas falsas como si fueran verdaderas, y utilizarlas como tal, lo que nos va a dificultar la adaptación a la realidad. Estos errores que se generan en el pensamiento, se llaman distorsiones cognitivas e impiden que el individuo com- 171 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social prenda de un modo más preciso la realidad, generando problemáticos fallos en dicha comprensión. Para que esto no ocurra, y el sujeto sea capaz de realizar una interpretación objetiva de las situaciones que diariamente le ocurren, se van a trabajar las distorsiones cognitivas más frecuentes en las personas, así como aquellas particulares que presente cada sujeto y que se han detectado durante la evaluación y el tratamiento ya iniciado. Educación sexual Se considera la falta de conocimientos sobre sexualidad como un aspecto que interviene de un modo muy importante en la emisión de conductas sexuales desadaptadas. Esto es debido a que, el desconocimiento de los diversos contenidos sexuales, genera en el sujeto dudas acerca de la adecuación o no de numerosos comportamientos sexuales, así como grandes dificultades a la hora de evaluar las consecuencias, tanto positivas como negativas, de sus conductas. 172 Por ello, al ofrecerles información relevante sobre diversos aspectos de las sexualidad, se está creando en el adolescente un marco orientativo sobre el cual van a poder realizar una utilización provechosa de la sexualidad humana. Se van a explicar diversos aspectos fundamentales, tanto de la fisiología humana de la sexualidad como de su funcionamiento. Además, se analizan otros aspectos relacionados con la misma, tales como enfermedades de transmisión sexual, métodos anticonceptivos, la respuesta sexual humana y otros conocimientos que se han considerado importantes, como falsas creencias que dificultan la correcta comprensión del mundo de la sexualidad y provocan actitudes equivocadas sobre la misma. Para complementar los diferentes temas, se ha tratado también de analizar la influencia que las drogas tienen en el comportamiento sexual, así como posibles actuaciones y decisiones a tomar cuando algún conocido ha sido víctima de abuso sexual. Autoestima Se ha comprobado en diversos estudios científicos que la falta de una autoestima saludable es un factor común a muchos agresores sexuales. En el presente programa se tratará de potenciar un sano autoconcepto de uno mismo, del que se derive una autovaloración positiva que facilite un mejor ajuste a su entorno inmediato, posibilitado principalmente por la mejora en las relaciones sociales. Habilidades sociales Igualmente, las habilidades sociales deficitarias se han señalado como otra de las variables dinámicas características del agresor sexual. En este sentido se hace necesario destacar que el dotar de un adecuado repertorio de habilidades sociales a los menores/jóvenes será uno de los predoctores principales de probabilidad de reincidencia. El entrenamiento va dirigido fundamentalmente a posibilitar la adquisición de herrmientas adecuadas de interacción con menores, iguales y adultos,haciendo especial hincapié en las áreas más problemáticas, posiblemente asociadas con el delito, del menor infractor. Modificación del impulso sexual (autocontrol) Se trata de evaluar si los adolescentes tratados presentan preferencias y/o fantasías sexuales 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social desviadas, es decir, si prefieren realmente actos sexuales desviados a cualquier otra forma de conducta sexual y que sus fantasías sexuales se centran exclusivamente en acciones desviadas. Algunos autores sugieren que las fantasías sexuales de los agresores pueden satisfacer distintas necesidades. Además de hacerlo con características sexuales específicas, las fantasías desviadas tratan a menudo con cuestiones de poder y control de la víctima, de violencia y necesidad de humillar, y también con la necesidad de admiración y respeto. Por consiguiente, a todos los pacientes que se ajusten a estas características concretas, se les enseñarán procedimientos para disminuir la frecuencia y la fuerza de las fantasías sexuales, manifiesten o no excitación sexual durante la evaluación. Prevención de recaídas El último componente de este Programa de tratamiento se refiere a la necesidad de desarrollar planes adecuados de prevención de recaídas, ante lo cual existen evidencias de que la inclusión de este aspecto reduce las recidivas. Este punto de la intervención integra las habilidades, cambios de comportamiento y actitud adquiridos como objetivos de los componentes anteriores dentro de un grupo de planes de autocontrol que trata de mantener los beneficios después de terminar el tratamiento formal. Intervención familiar transversal De forma paralela y transversal al tratamiento grupal e individual del sujeto, se llevará a cabo una evaluación e intervención a nivel familiar. La intervención familiar irá encaminada a lograr tres objetivos: 1. Conocer aquellos factores familiares que han podido influir directa o indirectamente en la conducta problema de agresión sexual del sujeto. 2. Lograr una asimilación por parte de la familia de la conducta del miembro agresor sexual y ofrecer, posteriormente un contexto de acogida adecuado al adolescente. 3. Dotar a la familia de una serie de estrategias destinadas a minimizar aquellos factores facilitadores de la aparición de la conducta problema, así como estrategias de actuación ante situaciones concretas. La familia es uno, sino el más importante, de los pilares a través del cual se desarrollan las personas. Cualquier sujeto se ha visto bajo la influencia de la educación que ha recibido por parte de su familia, a través de la cual se le han transmitido conocimientos, valores, creencias, hábitos conductuales, modos de enfrentarse a las situaciones conflictivas, etc. Los diversos factores transmitidos y la integración que la persona haga de los mismos van a influir de manera significativa en los comportamientos de la persona. Por ello, es necesario, a la hora de comprender qué factores son los responsables del comportamiento desadaptativo del sujeto, saber si algunos de estos pueden estar relacionados con el entorno familiar y detectarlos, para poder incidir posteriormente sobre ellos. 173 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social La otra intervención que se realizará, será la de ayudar a que, tras la desestabilización familiar que se produce cuando uno de sus miembros comete una agresión sexual, la familia asimile la nueva situación, disminuyendo el shock producido y volviendo a una situación de equilibrio. Cuando esto se haya producido, habrá que prepararles para que la posterior reinserción del agresor en el contexto familiar se realice de un modo adecuado y produciendo el mínimo impacto negativo posible. Por último, se ayudará a la familia a detectar aquellos factores relacionados con la conducta problema, a generar habilidades que minimicen el impacto de estos factores y a tener una serie de estrategias de actuación ante situaciones concretas que se consideren de alto riesgo. 174 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente Dª. Celia Nevado Fernández Psicóloga Experta en Criminología. Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales de Madrid (CAVAS) VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA SEXUAL JUVENIL: VULNERABILIDAD, CONSECUENCIAS Y PREVENCIÓN 177 I. La atención a víctimas de la violencia sexual. Objetivos y funcionamiento de C.A.V.A.S. II. Incidencia de la violencia sexual en los/las jóvenes. III. Factores de vulnerabilidad. IV. Tipos de violencia sexual juvenil. V. Consecuencias psicológicas en las víctimas. VI. Intervención terapéutica. VII. Prevención de la violencia sexual juvenil. RESUMEN: En el Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales (C.A.V.A.S) de Madrid se viene trabajando desde el año 1986 en la atención integral (social, psicológica y jurídica) a víctimas, y sensibilización sobre la Violencia Sexual. Al igual que en nuestras estadísticas, numerosos estudios han demostrado la vulnerabilidad de las jóvenes ante la violencia sexual, ya que no sólo pueden sufrir abusos sexuales por personas cercanas o agresiones sexuales por desconocidos, sino que son la población con más riesgo de sufrir agresiones sexuales en citas, teniendo este último tipo de violencia 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social como agresores también a jóvenes (Kershner, 1996). Sin embargo, la mayoría de las investigaciones se centran en el abuso sexual de niños/as, sus consecuencias en la adultez, o el impacto en mujeres adultas de las agresiones sexuales. Consideramos que es necesario prestar mayor atención a los jóvenes en esta materia, tanto por su vulnerabilidad a sufrir/cometer agresiones sexuales, como por la particularidad con que la violencia sexual se produce en esta población y sus consecuencias. I. LA ATENCIÓN A VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA SEXUAL. OBJETIVOS Y FUNCIONAMIENTO DE C.A.V.A.S.: La Asociación de Asistencia a Mujeres Violadas y su Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales (C.A.V.A.S) se crea en Madrid en el año 1986 con el objetivo de prestar asistencia a las víctimas de Agresiones Sexuales, ante el panorama de indiferencia y desprotección en el que se encontraban estas víctimas. 178 Los objetivos para los que se creó la Asociación y su Centro de asistencia, son los mismos que en la actualidad se mantienen: Dotar de una Asistencia Integral gratuita a las Víctimas de Violencia Sexual, (desde el área Social, Psicológica y Jurídica), y sensibilizar tanto a la población general como los agentes sociales implicados a través de programas de formación-prevención. II. INCIDENCIA DE LA VIOLENCIA SEXUAL EN LOS/LAS JÓVENES. Según Krug, Dahlberg, Mercy Zwi y Lozano en el Informe Mundial sobre Violencia y Salud de la Organización Mundial de la Salud, (World Health Organization 2002) la Violencia Sexual es definida como “Un acto sexual o intento, comentarios o proposiciones sexuales no deseadas, actos para traficar o coaccionar a una persona sexualmente, con independencia de la relación que tenga con la víctima el agresor, incluyendo pero no limitándose al entorno del hogar y el trabajo”. A lo largo de nuestra trayectoria, hemos comprobado que las mujeres jóvenes (entre 15 y 30 años) son una población con alto riesgo de sufrir todo tipo de violencia sexual. Nuestra observación coincide con lo que describen investigaciones a nivel internacional, como la Asociación Americana de Psicología (APA, 2001), la cual informa de que más de la mitad de las víctimas de violencia sexual son menores de 25 años. Según la Oficina Nacional para la Victima de Crímenes (National Crime Victim Survey, 2000; en Harner, 2003) las mujeres de entre 16 y 19 años tienen cuatro veces más probabilidades de sufrir una agresión sexual, violación o intento, que el resto de la población.Y si se analiza la edad de los agresores en casos de víctimas jóvenes, se comprueba que en muchos casos también son jóvenes. III. FACTORES DE VULNERABILIDAD. Ante las cifras anteriormente expuestas, cabe preguntarse qué aspectos hacen que en la juventud exista una alta incidencia de violencia sexual. Por eso, y centrándonos en las víctimas vamos a analizar algunos de los factores implicados en su vulnerabilidad: - Edad y nivel de desarrollo: El hecho de tener poca experiencia en relaciones interpersonales y ser valorada por el agresor como ingenuas e indefensas puede suponer para las mujeres jóvenes un factor de riesgo (World Health Organization, 2002). Ciertamente la inexperiencia y las características psicoevolutivas propias de la adolescencia, como son la impulsividad o falta de reflexión previa a la toma de decisiones, los deseos por experimentar vivencias propias de la edad adulta y la inseguridad, hacen que las jóvenes se expongan a situaciones de riesgo con mayor facilidad que en otras etapas del ciclo vital. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social -Ingesta de alcohol/drogas El inicio en el consumo de alcohol o drogas es cada vez más temprano. Los jóvenes recurren a ello para facilitar las interacciones sociales, pero su uso a la vez, facilita la violencia sexual. En estudios, como el llevado acabo por Fisher, Cullen y Turner (2000), se pone de manifiesto la estrecha relación existente entre el consumo excesivo de alcohol y haber sufrido este tipo de delitos. La utilización de estas sustancias puede provocar distintas formas de alteración de las funciones cognitivas y motoras, así como gran desinhibición. De modo que puede funcionar como elemento desencadenante de una conducta sexual violenta en sujetos con dicha tendencia, así como mostrar a las potenciales víctimas como más vulnerables, con menos capacidad de decisión y reacción, o que se expongan con facilidad a situaciones de riesgo. Especial referencia debemos realizar en este apartado al alarmante número de casos que hemos comenzado a detectar en nuestro Centro en los que pueden haberse utilizado las denominadas drogas para violación (“date rape drugs”). Se trata del GHB (Gamma-hidroxibutirato) conocido como éxtasis líquido, y el flunitrazepam (comercializado con el nombre de Rohypnol), sustancias que son suministradas a la víctima sin que ésta lo sepa. Al tratarse de fuertes depresores del Sistema Nervioso Central, suele producir un estado inicial de desorientación y confusión, hasta que se llega a la pérdida de conciencia, pudiendo permanecer la víctima inconsciente durante horas y posteriormente tener grandes dificultades o simplemente no ser capaz de recordar lo sucedido e identificar a su agresor. - Victimización previa: Tanto en nuestra casuística, como en los estudios al respecto, se ha constatado que el hecho de sufrir una temprana victimización se relaciona en significativas ocasiones con el hecho de sufrir violencia sexual en la edad adulta, lo cual puede venir motivado por la aceptación y dificultad de detección de nuevas conductas abusivas (Elliot, Mok y Briere, 2004). - Aceptación de estereotipos sexistas: Desgraciadamente persisten todavía los roles tradicionales de género, que dan al hombre un papel dominante y a la mujer de sumisión. Esto facilita que los jóvenes acepten relaciones de dominancia y control, normalicen actitudes negativas hacia la mujer y mantengan mitos sobre la violencia sexual, como que sólo se considera agresión sexual cuando un desconocido nos ataca sexualmente con gran violencia. En un estudio realizado por Rickert, Sanghvi y Wiemann (2002) se comprobó que casi una de cada cinco chicas consideraban que no tenían derecho a parar un contacto sexual o negarse a tener relaciones con un chico con el que previamente habían tenido sexo. Tenemos en estos mitos y estereotipos, a los que se suman los mensajes sobre sexualidad que se difunden fácilmente a través de los medios de comunicación y nuevas tecnologías, un caldo de cultivo con el que fácilmente se fragua la violencia sexual. - Necesidad de aceptación: Como ya se ha mencionado, forma parte de esta etapa evolutiva la búsqueda de nuevas sensaciones y además se comienza a demandar la aceptación de los iguales por encima de la de los adultos. En ocasiones, esta necesidad de aprobación y de formar parte de un grupo, es tan fuerte que las jóvenes pueden ver en el sexo una forma de ser admitida en el entorno deseado, resultando al final agredidas. Así se comprueba en los casos de chicas jóvenes que han sufrido agresiones sexuales por varios chicos de una misma pandilla. -Dificultades para la revelación: Los delitos sexuales son unos de los que presentan una mayor cifra negra, es decir, que salen a la luz un porcentaje muy bajo de los casos que realmente suceden, pero esto se agrava en el caso de que la víctima sea joven. Son muchos los motivos que influyen en que un caso salga a la luz o no. En primer lugar, y como anteriormente se ha apuntado, la dificultad de las jóvenes para identificar que han sufrido una agresión sexual. Por otra parte, son mucho más cuestionadas las víctimas jóvenes que las adultas o los menores, y por tanto muchas no llegan a contarlo o posteriormente se retractan. En otras ocasiones, debido a la forma de desarrollarse la violencia 179 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social sexual, estas jóvenes pueden sentirse culpables o creer que así van a ser juzgadas, lo cual junto a la vergüenza que supone para ellas que se sepa, frena la revelación de los hechos. IV. TIPOS DE VIOLENCIA SEXUAL JUVENIL. A continuación enumeraremos algunas formas de violencia sexual entre jóvenes que tanto por su gravedad como por su proliferación merecen nuestra atención: 1. Violencia sexual en las relaciones de pareja: Suelen producirse en parejas jóvenes en las que se ha ido gestando una relación de maltrato. Muchas veces no salen a la luz hasta que en la agresión sexual hay grandes dosis de violencia física. En nuestro Centro hemos comprobado que muchas mujeres que son atendidas por otro tipo de delito sexual, cuando se ahonda en sus primeras experiencias sexuales con parejas en la juventud, manifiestan que estas fueron forzadas o fruto de una excesiva presión y por tanto no deseadas, pero que son algo “normal”. 2. Violencia sexual en citas: Este tipo de agresiones tienen lugar cuando un chico, ya sea desconocido o no, insiste en quedarse a solas con una chica y esta acepta aunque sus expectativas sean distintas. La mayoría de los casos de esta clase en los que hemos prestado asistencia en CAVAS, la joven interpreta su propia conducta como responsable de lo sucedido, y a veces el propio entorno con sus reproches refuerza este punto de vista. 3. Violencia sexual grupal: Nos referimos a las situaciones en los que la víctima inicialmente acepta algún tipo de conducta sexual con algún/os miembro/s de un grupo, con el objetivo de ser admitida en el mismo, pero que termina siendo agredida por varios sujetos. A veces la víctima considera que lo sucedido es un sacrificio necesario para que le acepten, y por eso no llega a denunciarlo, pero en otras ocasiones, y dependiendo de las circunstancias, la víctima interpreta los hechos como una agresión sexual aunque sea reticente a revelarlo. 4. Facilitado por sustancias: En un ambiente de distensión y consumo de alcohol o drogas, las jóvenes pueden verse en situaciones de riesgo y no poder detectarlas. Posteriormente pueden no querer relatar lo sucedido para no ser culpabilizadas o al hacerlo omitir inicialmente algún dato. Este tipo de violencia produce sentimientos de culpabilidad y autoreproches en las víctimas, así como evitación posterior de cualquier situación de distensión social relacionada con la bebida u otras sustancias. V. CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS DE LA VIOLENCIA SEXUAL JUVENIL: Las jóvenes y adolescentes tienen un particular riesgo de sufrir secuelas a nivel psicológico tras la violencia sexual, dado su limitado repertorio de estrategias de afrontamiento, en comparación con los adultos. Al igual que en las víctimas de otras edades, la sintomatología que presentan las jóvenes que han sufrido violencia sexual va desde sintomatología ansiosa y del trastorno de estrés postraumático, a síntomas depresivos (como sentimientos de culpa, baja autoestima, vergüenza, disminución del disfrute general y la capacidad para encontrar satisfacciones e incluso ideas autolíticas), trastornos del sueño, miedos, confusión, trastornos de la alimentación, irritabilidad, fatiga, problemas de inadaptación social, y disfunciones sexuales, que suelen concretarse en miedo al sexo o disminución del deseo (Echeburúa, et al., 1995; Darves-Bornoz et al., 1999; Marshall, 2001). 180 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Algunos de los efectos de la violencia sexual en estas jóvenes víctimas resultan particularmente interesantes de abordar: - Culpa: Cuando la victimización está ligada a circunstancias socialmente “reprochables”, la víctima puede asimilar los hechos como fruto de una conducta propia inadecuada o que fue “tonta” por confiar. Otras veces los sentimientos de culpa se encuentran vinculados a pensamientos de tipo: “Debía de haber hecho... No debía de haber hecho... Podía haber hecho...”. Los sentimientos de culpa en las jóvenes víctimas de violencia sexual se ven muchas veces reforzados por el entorno (tanto la familia como amistades) y suelen estar vinculados a sentimientos de inutilidad, poca valía y vergüenza, sintomatología toda esta de tipo depresivo. - Intentos de suicidio: Por todos es conocido que el índice de intentos de suicidio en la población adolescente y en general joven, es mucho más alto que en otras edades. Si a esto unimos la sintomatología depresiva que suele derivarse del hecho de haber sufrido violencia sexual, nos encontramos con que en estas jóvenes la cifra se dispara, y más aún si carecen de apoyo psicosocial. Por eso a la hora de intervenir debemos de tener siempre presente y valorar el riesgo de tales conductas. - Afectación en la esfera sexual: En la juventud es cuando se comienza a tener experiencias sexuales y las primeras tienen gran repercusión en cómo se vive posteriormente la sexualidad. Algunos de los problemas que afectan a la esfera sexual en estas jóvenes van desde la presencia de mitos y creencias erróneas sobre la sexualidad, dudas sobre su tendencia sexual y gran malestar al respecto, evitación y miedo a los contactos sexuales, o la utilización de su sexualidad como forma de conseguir sus propósitos o ser valorada de alguna forma. -Trastornos de la conducta alimentaria: Interpretar la violencia sexual como consecuencia de poseer un cuerpo de mujer y la coexistencia de otros factores facilita la aparición de trastornos de la alimentación. Puede tratarse de una necesidad de control excesivo del peso, como forma de sentir que controlan algo en su vida. En otros casos, tras un episodio de ingesta voraz de comida, la víctima, en vez de ver calmada su ansiedad, se encuentra con un aumento de los sentimientos de culpa, y busca la sensación de limpieza en la toma de laxantes o mediante el vómito. - Conductas agresivas: Una de las secuelas descritas clásicamente como consecuencia de la victimización es la rabia e irritabilidad, que en el caso de jóvenes cuyo control de los impulsos es débil, puede llegar a distintas formas de agresividad. Así, la víctima puede ser considerada desde el entorno (familia, centro educativo, trabajo) como problemática, y en vez de ser apoyada, ser atacada o repudiada. - Embarazos: Mientras que en las víctimas adultas, el 5% de los embarazos son resultado de una agresión sexual (Centers For Disease Control, 2000), en las jóvenes cabe pensar que la cifra aumenta significativamente, teniendo en cuenta su acceso más limitado o falta de información sobre métodos para la evitación/interrupción del embarazo. En la práctica clínica también nos hemos encontrado con que muchas jóvenes en su intención de ocultar lo sucedido por miedo a ser culpadas, evitan pensar o enfrentarse a la posibilidad de un embarazo detectándose éste cuando se encuentra muy avanzado. La vivencia de un embarazo no deseado y tanto el alumbramiento de un bebé fruto de un contacto sexual no deseado, como la interrupción de un embarazó tiene fuertes repercusiones psicológicas en la víctima, pudiendo sentirse culpable de cualquiera de las dos opciones. 181 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social VI. INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA CON LAS VÍCTIMAS. Para trabajar a nivel individual con esta población es necesario realizar una evaluación exhaustiva de la experiencia vivida pero también del resto de su historia de vida. También se debe recabar información sobre las herramientas de afrontamiento con las que cuenta la víctima tanto propias como externas (apoyo psicosocial y habilidades de afrontamiento). La valoración de la afectación psicológica se llevará a cabo con la ayuda de pruebas psicométricas, pero tendrá como principal instrumento la entrevista clínica. La piedra angular de una adecuada evaluación e intervención psicológica es el establecimiento del rapport, sin perder la objetividad y contando con diversas fuentes de información en el entorno de la víctima. 182 El plan de intervención se diseña teniendo como componentes principales el fomento del desahogo emocional, la reevaluación de la experiencia, los entrenamientos en relajación, habilidades sociales y control de la ira, la reestructuración cognitiva de pensamientos, la jerarquización de situaciones ansiógenas y el fomento de actividades placenteras. En muchas ocasiones resulta pertinente trabajar con los familiares o parejas así como coordinarse con otros equipos. La aplicación de unas u otras herramientas dependerá de las áreas afectadas y las características de cada víctima. VII. PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA SEXUAL JUVENIL. Los contenidos que los programas de prevención con jóvenes deben de contemplan podrían resumirse en los siguientes apartados: - Describir los distintos tipos de violencia sexual: Según forma de desarrollarse (abuso, agresión, acoso, etc.), según relación con el agresor (por desconocidos, por conocido reciente, por allegados, familiar o pareja). - Desmontar los mitos o creencias erróneas sobre por qué se produce la violencia sexual, aportando información adecuada, como por ejemplo: 1. La violencia sexual es como cualquier otro tipo de delito, es decir, puede pasarle a cualquiera, en cualquier momento y en cualquier lugar. 2. Es una experiencia posible y superable. 3. No existe un perfil definido de agresor sexual, pero debemos saber que no son “locos”, ni esclavos de sus instintos sexuales. Muchos de ellos buscan con la violencia sexual la sensación de poder, ejercer el dominio y control, o compensar las frustraciones. - Informar sobre las distintas formas de prevención dependiendo del tipo de violencia sexual: 1. Asalto por desconocidos: No se evita la peligrosidad con la abstención sino con la protección, evitar zonas u horas de mayor riesgo en soledad, ir por ellos acompañadas, no entrar en el portal o ascensor con desconocidos, acudir siempre a un lugar concurrido y no hacia casa si se cree percibir un seguimiento. 2. Violencia sexual por persona recientemente conocida: No aceptar ser acompañadas a casa u otros lu- 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social gares, usar técnicas de comunicación asertiva para negarse, concertar las citas en lugares públicos y concurridos, no utilizar el autostop como desplazamiento, controlar el consumo de sustancias que pueden llevar a una situación de difícil control, y dar información clara desde el comienzo de cuáles son los deseos e intenciones propias en materia de intimidad sexual. 3. Violencia sexual en relaciones ya establecidas: Rasgos del compañero que puede convertirse en agresor y situaciones que no deben tolerarse desde la primera vez que se presenten en una relación. - Explicar los principales aspectos a tener en cuenta para prevenir que se cometan conductas de violencia sexual. 1. Ser claros en cuanto a las intenciones y deseos en las interacciones de pareja. 2. Comprender las motivaciones y circunstancias que puedan llevar a una chica a un comportamiento ambiguo y contradictorio. 3. Manejar con efectividad posibles reacciones negativas de una chica. 4. Autoanalizar si en nuestra conductas existen necesidades de imposición, dificultades en el control de la agresividad, si se disfruta inspirando temor y en tal caso y conseguir evitarlo a tiempo. 5. Evitar engancharse con experiencias sexuales iniciales negativas. Conseguir información adecuada y ayuda profesional. 6. No utilizar como fuentes de información sexual la pornografía o la opinión de los iguales son contrastar. - Adiestrar en las formas más recomendables de reaccionar en caso de sufrir violencia sexual. 1. Mantener la calma. Estudiar la situación: Posibilidad de huida e intentarlo si esta es muy alta. 2. Ofrecer resistencia o lucha, sólo si se reúnen 4 condiciones: un solo agresor/ no va armado/ no hay mucha diferencia en cuanto a corpulencia/ no es un lugar muy solitario. En caso de optar por luchar hay que usarla con el propósito de huir. Mostrar una reacción atípica, para crearle desconcierto y sorprenderle posteriormente de forma contundente y en las partes más sensibles. 3. Fijarte bien en los detalles para hacer la denuncia. 4. No cambiarse de ropa, ni lavarse ni curarse. 5. Localiza a un familiar, amiga/o que acompañe a la víctima a denunciar los hechos y ser reconocida por el médico, ginecólogo y forense. 6. En el caso de que exista riesgo, solicitar el tratamiento oportuno para evitar enfermedades de transmisión sexual o un posible embarazo. 183 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 7. Ponerse en contacto con a alguna asociación de ayuda a víctimas de agresiones sexuales para recibir asesoramiento o asistencia jurídica y psicológica. -Aportar pautas sobre la forma de ayudar a las víctimas 1. Escuchar sin juzgar. Evitar comentarios que atribuyan a la conducta de la víctima la responsabilidad de lo sucedido. 2. No fomentar la victimización, tratarla a la víctima igual, sin sobreprotegerla. 3. No presionar para que la víctima se recupere un determinado ritmo. 184 4. No solicitar detalles de lo sucedido. 5. Pedir información sobre cómo hemos de actuar y como quiere la víctima que le apoyemos. 6. Hacerle saber que no tiene la culpa. - Promover la denuncia de este tipo de delitos explicando sus ventajas y cómo suele ser el proceso judicial. Desde nuestra asociación consideramos que luchar a favor de las víctimas de violencia sexual requiere también de adecuados programas de prevención e información con las poblaciones de riesgo de ser víctima o de cometer esos actos. Por eso solemos llevar a cabo intervenciones preventivas mediante cursos a alumnos de secundaria y formación a profesionales. Con el mismo objetivo se ha diseñado una Guía para prevenir agresiones/abusos sexuales dirigida específicamente a chicas. BIBLIOGRAFÍA: - APA (2001). One out of ten female adolescents experiencie date violence an/or rape, says study of over 80.000 youths in Minnesota. APA Public Affairs Office. Disponible en: http://www.apa.org/releases/dateviolence.html - Darves-Bornoz, J.M.; Berger, C.; Degiovanni,A.; Gaillard, P.; Lépine, J.P. (1999). Similarites and Differences Between Incestous an Nonincestous Rape in a French Follow-Up Study. Journal of Traumatic Stress, 4 (12), 613-623. - Echeburúa, E.; de Corral, P.; Zubizarreta, I.; Sarasua, B. (2005). Trastorno de Estrés Postraumático Crónico en víctimas de agresiones sexuales. A Coruña: Fundación Paideia. - Elliott, D.M.; Mok, D.S.; Briere, J. (2004).Adult Sexual Assault: Prevalence, Symptomatology, and Sex Differences in the General Population. Journal of Traumatic Stress, 3 (17), 203-211. - Fisher, B.S., Cullen, F.T. y Turner, M.G. (2000).The Sexual Victimization of College Women (NCJ 182369). United States Department of Justice.Washington, DC: U.S. Government Printing Office. - Harner, H. (2003). Sexual Violence and Adolescents. National Electronic Network on Violence Against Women. - Kershner, R (1996). Adolescent attitudes about rape. Adolescence, 31 (121), 29-34. - Rickert,V.I., Sanghvi, R. y Wiemann, C (2002). Is lack of sexual assertiveness among adolescent and young adult women a cause for concern? Perspectives on Sexual and Reproductive Helth, 34, 4, 178-183. - Marshall,W. (2001). Agresores Sexuales. Barcelona: Ariel. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - World Health Organization (2002).World Report on Violence and Health.Washington, DC: U. S. Government Printing Office. - Centers For Disease Control (2000). Rape Fact Sheet. Site: http://www.cdc.gov/ncipc/factsheet/rape.htm 185 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente Dª. Ana Jurado Berja Psicóloga, Centro de Menores Teresa de Calcuta. Asociación Ginso PROGRAMA DE INTERVENCIÓN ESPECÍFICA INDIVIDUAL PARA MENORES / JÓVENES, AUTORES DE DELITOS CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL 187 Desde nuestra asociación GINSO y ante la responsabilidad adquirida tanto con las instituciones como con los menores internados en nuestros Centros, hemos elaborado un Programa de Tratamiento, con el que abordar de forma sistematizada y realista la problemática de aquellos menores/jóvenes internados por la comisión de un delito contra la libertad sexual. Consideramos prioritaria la intervención con estos jóvenes con el objeto de diseñar estrategias preventivas, que nos permitan dispensarles tratamientos psicológicos, tratando de reducir así el riesgo de reincidencia y, lo más importante, evitar posible víctimas en el futuro. No basta con el internamiento como respuestas a una agresión sexual, debemos actuar a través de intervenciones terapéuticas efectivas que nos permitan evitar agresiones futuras. Los profesionales deben cuidar el desarrollo sexual normal de los adolescentes, pero el comportamiento abusivo debe ser tomado en serio y no se puede confundir con la simple experimentación propia de ese desarrollo. En el caso particular de los ofensores sexuales, son circunstancias asociadas al aprendizaje social de su masculinidad, que lo llevan a un despliegue disfuncional de poder y control (en las que se reflejan necesidades subjetivas compensatorias y progresivas), las que lo llevan a configurar su actuar sexual abusivo. ¿QUÉ FINALIDAD TIENE ESTE PROGRAMA? “Las conductas sexuales abusivas no son parte del desarrollo normal de la adolescencia, por el contrario, las mismas deben ser identificadas y controladas, no sólo para evitar un posible mayor número de víctimas sino por los derechos de los adolescentes a aprender a desarrollar una sexualidad positiva que enriquezca sus vidas” (Claramunt, 1997:160). 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Hemos conseguido establecer un proyecto realista, a través de un trabajo multidisciplinar, consistente en el cumplimiento progresivo de objetivos, y para la consecución de los mismos, es preceptivo el desarrollo de un tratamiento específico individual de la problemática propia del delito, y de forma progresiva, superando los objetivos planteados, establecer en la última fase de cumplimiento de la Medida las Salidas Terapéuticas, Permisos Familiares e Inserción Laboral como forma de comprobación del comportamiento en el exterior y como preparación de la vida en libertad. Además de poder hacer frente a la indemnización civil impuesta judicialmente, en todo momento podemos corregir las desviaciones o incumplimientos del Programa en el caso de que se produzcan. Nuestra línea de intervención irá dirigida en tres direcciones o áreas: 1. El Menor: intervenimos en aquellas patologías y/o áreas deficitarias que llevaron a la comisión del delito. Le dotamos de habilidades y recursos personales adecuados y necesarios para una vida en libertad; se le ofrece, a través del desempeño de una actividad laboral, Inserción Laboral, la posibilidad de forjarse un futuro alejado de la actividad delictiva. 2. La víctima: durante todo el proceso de intervención se tiene presente la figura de la víctima, mediante el reconocimiento del delito, la empatía real de las secuelas que haya supuesto su delito, el contacto con profesionales relacionados con la atención a víctimas y por último, consideramos que una forma de asumir la responsabilidad de sus actos es que éste se haga cargo de la indemnización civil a la víctima impuesta judicialmente. 3. La familia del agresor: Por otro lado, no podemos olvidar, que existen otras personas afectadas por el delito cometido por el Menor/Joven, como son sus familiares, quienes pueden llegar a vivenciar esta situación, en ocasiones de forma traumática, pudiendo presentar secuelas en su salud psíquica y adaptación personal. Uno de los pilares en el proceso terapéutico con estos Menores, es el apoyo familiar, la sensibilización e implicación de estos en dicho proceso es fundamental para conseguir las metas propuestas. Así junto con el trabajo individual con el Menor se trabajará simultáneamente con las familias, ya que consideramos ésta un pilar fundamental en la eficacia del tratamiento. 4. Trabajo coordinado con otras instituciones, desde Fiscalía y Juzgados de Menores hasta aquellas instituciones Administrativas (Dirección General de Reforma Juvenil) con las que a través de una comunicación continua se informará de la evolución en el programa de tratamiento y se tomarán las decisiones que se crean oportunas. ¿QUÉ OBJETIVOS SE PRETENDE CON PROGRAMA? A. OBJETIVOS A CONSEGUIR CON RESPECTO AL MENOR. - Concienciación social del delito cometido. Reconocimiento de los hechos imputados para poder iniciar una intervención seria y eficaz con el Menor/Joven. - Obtener un conocimiento de sí mismo, ajustado a la realidad y modificar los aspectos deficitarios de la personalidad que inciden en la conducta disocial, y en el mantenimiento de los problemas interpersonales de la vida diaria. - Desarrollar la tolerancia y el respeto a las normas de convivencia, no coartando la libertad de otros para imponer sus criterios y opiniones o para conseguir sus propios intereses. 188 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - La adquisición de hábitos laborales y alta en el Programa de Inserción Laboral, siendo el camino más acertado para preparar al joven al medio libre realizando una vida honrada, adquiriendo dignidad y una oportunidad muy importante para el fin último de la Reinserción Social verdadera. - Elaborar una planificación de vida, para ponerla en práctica una vez finalice la Medida Judicial en curso. B. CON RESPECTO A LA VÍCTIMA. - Eliminar distorsiones cognitivas o mecanismos de defensas, para que tome consciencia del daño causado a la victima, incidiendo no solo en los daños reales sino en los potenciales: como la alta tasa de intentos y consumaciones de suicidios por parte de la víctima. - Interiorizar los daños físicos y psicológicos a largo plazo que sufren tanto las víctimas directas como sus familiares, haciendo un especial énfasis en el etiquetaje o la marca social, la desconfianza ante la figura masculina, las repercusiones en su vida de pareja, el sentimiento de culpabilidad, la incontrolabilidad de sus vidas. - Desarrollar la empatía, como aspecto que sensibiliza hacia los sentimientos y emociones del otro, actuando como factor disuasorio en futuras situaciones de riesgo. - El afrontamiento de la posible responsabilidad civil derivada de la comisión de los delitos que motivaron su ingreso en nuestros Centros de Menores. - Como objetivo final pretendemos conseguir arrepentimiento real y sincero del menor plasmándolo en charlas a otras personas, cartas dirigidas a la/s victima/s o a profesionales especializados, con el objetivo de valorar si los contenidos trabajados a lo largo de la intervención han sido interiorizados por el Menor/Joven. C. CON RESPECTO A LA FAMILIA - Los familiares puedan manifestar reacciones emocionales adversas, que pueden repercutir en la dinámica familiar y por ende en el proceso de reeducación del Menor. - Intervenir en actitudes que puedan sabotear o interferir en el proceso de tratamiento con el Menor. - Intervenir en la modificación, si fuese necesaria, de pautas educativas con las que facilitar la generalización de los efectos de la terapia; especialmente necesario en su reincorporación al Medio Libre. - Otro de los objetivos planteados a nivel familiar, es la modificación de las pautas disfuncionales de relación que en el pasado permitieron la aparición de esta conducta anómala. La importancia de las influencias familiares en la vida del ofensor sexual adolescente no puede ser subestimada ya que a menudo es el barómetro del posible éxito o no del tratamiento. Por ello se realizarán, en las instalaciones del Centro, intervenciones familiares llevadas a cabo por las trabajadoras sociales y psicólogas, donde se trabajará la 189 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social implicación familiar en el proceso de asunción de la responsabilidad del delito, así como la interiorización de pautas socioeducativas a nivel parental. 1. TRATAMIENTO DE LA PROBLEMÁTICA DEL DELITO El primer requisito para iniciar la intervención y por tanto el Programa de Tratamiento es el Reconocimiento de la autoría del delito imputado, así como la concienciación social de la gravedad de su comportamiento y la importancia del respeto a la integridad física y psíquica de la persona. Los jóvenes que han cometido este tipo de delito tienden a percibirse a sí mismos como personas normales, incluso buenas, minimizando las repercusiones de sus agresiones. Eso entra en disonancia con la percepción que ven que tienen los demás de estos delitos y de él como agresor. Esta disonancia se resuelve casi invariablemente exteriorizando los hechos, cómo si no formasen parte de ellos (“yo soy otra persona”). Incluso ellos mismos a veces hablan mal de los “violadores”, con autoexclusión de la categoría. Es una cuestión sencilla, ya que hay que contar con las perturbaciones emocionales que este proceso comporta, puesto que a pesar de todo ellos saben el daño que han causado (sobretodo a ellos mismos y su familia, y en menor grado a las víctimas), y la perdida de prestigio social que representa, con fuerte bajada de la autoestima. El mensaje de fondo que debe recibir el sujeto es que no es él cómo persona el inadecuado e indeseable, sino únicamente una pequeña parte de su conducta, pero que esta misma conducta es tan grave que contamina al resto e invade su cotidianidad. Han de creerse capaces de dominar esa parte y sentirse orgullosos de hacerlo, de manera que acabe funcionando como una profecía autocumplidora (pero sin caer en el sobreoptimismo ilusorio). El tratamiento individual, consta de 5 bloques o módulos que son: - Mecanismos de defensa se trabaja el reconocimiento pleno de los hechos por los cuales se encuentra internado, fomentando la asunción de la responsabilidad sobre sus propias conductas y las consecuencias que se derivan. - La conducta sexual: En el que se analizar las preferencia sexuales desviadas y el funcionamiento sexual. Mediante una educación sexual sana, no sesgado y afectiva, se confrontarán y reestructurarán los conceptos sexuales erróneos detectados. - Distorsiones cognitivas: las personas que comenten agresiones sexuales a menudo presentan creencias distorsionadas en torno al rol de la mujer, la sexualidad infantil u otros aspectos relacionados con la tipología específica correspondiente. Su estilo de relacionarse con el medio acostumbra a ser rígido y estereotipado. Se trata de conseguir una mayor competencia para valorar la realidad y en consecuencia de reaccionar de manera más adaptativa ante sus exigencias. - Funcionamiento social: muchos de los jóvenes que han cometido este tipo de delitos, presentan dificultes para desenvolverse en su entorno social más inmediato. Por ello es trascendental evaluar estas y otras habilidades sociales y de vida como la asertividad, ansiedad social, las habilidades de relación, control de la ira, solución de problemas sociales y autoestima. Este factor la competencia social, es unos de las variables importantes en la génesis de la delincuencia sexual, siendo todavía más importante en el mantenimiento de los mismos. 190 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Conciencia emocional: las persones que han cometido agresiones sexuales presentan muchas veces un mundo emocional empobrecido e inmaduro, con dificultades para captar sus emociones y anclaje en las de contenido negativo, siendo la acumulación de las tensiones uno de los detonantes de la agresión. A través del desarrollo del sistema emocional se intenta conseguir un mayor grado de autocontrol y un aumento de la percepción de competencia personal. - Empatia hacia la víctima los agresores sexuales acostumbran a ignorar o minimizar los efectos que su conducta intrusiva ha tenido sobre las víctimas de sus delitos. A veces las vio como objetos colocados para satisfacer sus necesidades, que perciben como perentorias. Se trata de ponerlos en contacto con el sufrimiento de las víctimas, con las consecuencias de sus acciones, para que puedan ser capaces de entender el daño causado, no sólo a la víctima directa sino también a su entorno. - Estilo de vida positivo, fomentando adquisición de hábitos de vida saludables (deporte, ocio positivo, participación en actividades sociales…). -Prevención de recaídas, enseñará a detectar indicadores o situaciones de riesgos, así como, estrategias de afrontamiento de las mismas. ¿QUÉ TIPO DE INTERVENCIONES PARA CONSEGUIR EMPATIZAR CON LA VÍCTIMA? - Sesiones específicas individuales desarrolladas por profesionales expertos en la materia, profesionales del S.A.V.A (Servicio de atención a la victima). - Sesiones grupales del Menor/Joven con profesionales de Asociaciones sobre violencia de género, disminuidos psíquicos. - Intervención terapéutica, con visionado de películas y realización de cartas dirigidas a la victima, charlas con profesionales especializados (Asociaciones) para concienciar y sensibilizar del daño causado a la victima, provocando el arrepentimiento del Menor/Joven. - Sesión Grupal del Menor/Joven beneficiario del Programa con los Equipos Técnicos del Centro y de Fiscalía de Menores del Juzgado del que depende, para posteriormente, elaborar una valoración conjunta del caso y de las circunstancias que concurren en él mismo entre los profesionales responsables. - Comienzo de la actividad pre-laboral en el Talleres Ocupacionales. - Programación y Realización de Salidas Terapéuticas, Permisos de Salida, con fines psicológicos e implicación familiar. - Programación y Alta en el Programa de Inserción Laboral. 191 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social ¿QUÉ MENORES/JÓVENES ACCEDERÁN AL PROGRAMA? - Menores/Jóvenes, autores de delitos contra la libertad sexual. - Aquellos que hayan permanecido en la fase finalista durante 2 meses. - Aquellos que no les reste más de 6 años de cumplimiento de medida en internamiento cerrado o semiabierto, desde la fecha en que se realice el programa. - Se tendrá en cuenta los quebrantamientos de medida y los nuevos delitos cometidos aprovechando que la situación procesal y de medidas firmes esté clarificada. 192 - Se considerará, como factor positivo, la presentación voluntaria para el afrontamiento de sus responsabilidades pendientes. El Equipo Técnico-Educativo es el que estima el alta en dicho Programa, previo estudio individualizado de cada Menor/ Joven y solicitud del mismo. De los programas de tratamiento tendrá conocimiento desde su inicio el Menor/Joven, la familia o tutores legales y Juzgado y Fiscalía de Menores, para que desde todos ámbitos del que depende el Menor/ Joven reciba el mayor soporte y de esta forma involucrarlos en la consecución de los objetivos y conocer desde el principio las medidas a adoptar en caso de incumplimientos o consecución de los mismos. ¿QUÉ OBLIGACIONES TIENE EL MENOR/JOVEN? Cumplir todos los compromisos que se han generado con el programa de intervención específica, tales como observar un comportamiento correcto, interés e implicación por el tratamiento, manifestar una vida normalizada, mantener la Fase Finalista del Programa Educativo Interior. El alta en el programa de Inserción Laboral con el desarrollo de un puesto de trabajo, unas garantías laborales plenas y una remuneración, conllevará el afrontamiento de la posible responsabilidad civil derivada de la comisión de los actos que motivaron su ingreso en este Centro de Menores. EVALUACIÓN Y SEGUIMIENTO DEL PROGRAMA: La evaluación del programa se llevará a cabo por el Equipo Técnico del Centro se hará como mínimo cada mes. En cada revisión se evaluarán los objetivos establecidos en el programa por todos los profesionales del Equipo Técnico que intervienen en el mismo. El seguimiento se extenderá hasta su salida en libertad y posterior a ella. De cada Intervención, Salida Programada o Permiso Familiar, se hará una evaluación de las mismas, informando al Juzgado y Fiscalía de Menores, si han sido positivas o se han alcanzado los objetivos previstos. El alta, baja y modificación del programa a propuesta de los miembros del Equipo Técnico, será aprobada por el Órgano de la Comisión Socio-Educativa del Centro y se notificará al Jo- 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social ven/Menor, a las diferentes instituciones (Dirección General de Reforma Juvenil, Juzgado de Menores y Fiscalía) del que depende. Las propuestas de Intervenciones, Salidas Terapéuticas, Permisos Familiares, e Inserción Laboral se propondrán individualmente al Juzgado de Menores del cual depende. Todas las propuestas que se contemplen en el Programa del Menor/Joven, serán solicitadas y motivadas una a una, conforme se alcancen los objetivos de las mismas una vez valoradas por todos los profesionales del Equipo Técnico que intervienen en el Programa. ¿QUÉ ASPECTOS PUEDEN ORIGINAR MODIFICACIÓN EN EL PROGRAMA? - Cuando se produzca alguna incidencia que modifique notablemente la situación penal-procesal o de incidencia en el Centro. - Cuando, como consecuencia de la revisión del programa, haya algún cambio en las intervenciones, actividades u objetivos propuestos por el Equipo Técnico. - Las regresiones a Fase de Desarrollo implican un estudio sobre los motivos y una valoración por parte del Órgano de la Comisión Socio-Educativa del Centro, para decidir la continuidad o cese en el programa. ¿CUÁLES SON LOS CRITERIOS DE BAJA DEL PROGRAMA? - Baja voluntaria por parte del Joven/Menor - Regresión a la Fase de Observación - Incumplimiento de los requisitos del Programa o la no superación de los objetivos planteados. - No aceptar las modificaciones del Programa que realice el Órgano de la Comisión Socio-Educativa del Centro - La baja se adoptará por acuerdo del Órgano de la Comisión Socio-Educativa del Centro y se notificará al Menor/ Joven, e Instituciones de las que dependa. La readmisión en el Programa dependerá de los motivos de esta baja: - Si la baja se produce por negativa a firmar el programa un Joven/Menor, no podrá solicitar un nuevo programa antes de que transcurran 4 meses desde la negativa. El nuevo programa comportará la revisión del anterior y la adaptación a la nueva situación. - Si la baja se produce por voluntad propia, no se podrá hacer un nuevo programa en el término de 6 meses desde la baja. - Cuando la baja se produce por regresión a la fase de observación, para hacer un nuevo programa el Joven/Menor habrá de estar nuevamente en fase finalista por un periodo de 2 meses. 193 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social ¿QUÉ DURACIÓN TIENE? En función de la/s medidas impuestas, y durante todo el periodo de internamiento. El inicio de realización de salidas no podrá producirse hasta que no se alcance el 1/3 de la/s Medidas impuestas en Régimen de Internamiento Cerrado o cuando se estime por acuerdo del Órgano de la Comisión Socio-Educativa del Centro. En el caso de internamiento en Régimen Semiabierto será aprobado previamente por el Órgano Colegiado. - EXPOSICIÓN DE UN CASO PRÁCTICO en el que se refleja el modelo de trabajo en nuestro Programa de Tratamiento. 194 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social G RUPOS DE DISCUSIÓN: 2 “Programas de Mediación en conflictos” 197 Coordinan Dª. Cayetana Bajo García Técnico ARRMI Dª. Petra Tabanera Herranz Técnico ARRMI 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente Dª. Pilar Lizán Fernández Directora del Centro de Día Tejares. Asociación Centro Trama PROGRAMAS DE MEDIACIÓN EN CONFLICTOS, SU VALOR EDUCATIVO Y REPARADOR 199 Desde la entrada en vigor de la Ley 4/92, en España se inició un nuevo camino en cuanto a la respuesta por parte de la justicia frente a la delincuencia juvenil. El derecho penal en España había estado centrado en todo momento en el delincuente. Las posibilidades de intervención con los menores habían estado centradas en la idea de retribución o en su caso en la idea de tratamiento. Durante los años 70, principalmente en los países anglosajones, se produce un cambio de enfoque en cuanto a la respuesta a los delitos cometidos por jóvenes, pasando a incorporarse la víctima y la comunidad como actores de dicha intervención. Con estos antecedentes, así como con las recomendaciones y tratados de Naciones Unidas y el Consejo de Europa, nace a Ley 4/92, la cual da entrada a una serie de intervenciones con los menores distintas al internamiento, dirigidas todas ellas a una mejora en la competencia social del menor con una clara apuesta por la prevención. Con esta filosofía de base, nacen los programas de conciliación y reparación a la víctima, como una resolución alternativa de disputas en el ámbito de justicia juvenil. Posteriormente, se ha producido una modificación de dicha Ley, con la aprobación de la Ley 5/2000, la cual recoge todo el trabajo que se vino desarrollando con la anterior Ley, y lo hace el eje central de su filosofía; así, encontramos que los principios fundamentales sobre los que se sustenta dicha Ley son: el principio de interés superior del menor y el principio de intervención mínima; y se define a sí misma como una Ley educativa-sancionadora. Se van a continuar desarrollando los Programas de Conciliación y Reparación del daño a la víctima, siendo una parte muy importante de las intervenciones que actualmente se realizan desde la justicia juvenil. Estos programas se plantean como una solución real al conflicto, garantizando en todo momento los derechos y garantías judiciales que amparan a las personas implicadas, posibilitando la participación activa de las partes para buscar soluciones al conflicto por el cual se ven implicados en el proceso judicial. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Vamos a destacar cuales son los principales beneficios de los programas de Mediación en Conflictos: 1. Mejoran la capacidad de resolver conflictos de los implicados. Mostrando así su carácter educativo. 2. Posibilitan a las personas que participan a la resolución de sus propios problemas en lugar de depender del aparato judicial para la solución de los mismos. 3. Favorecen la autoconfianza de las partes fomentando el uso cooperativo de las técnicas de resolución de conflictos. 4. Es un espacio de participación, no de confrontación. 5. Posibilitan la exposición de los sentimientos y el intercambio de puntos de vista, mejorando la empatía de ambas partes. 200 6. Intentan cambiar las nociones estereotipadas que las víctimas y los ofensores mantienen entre sí. 7. Las víctimas reciben compensación no solo psicológica, sino también material por sus pérdidas. El método en que el infractor puede mejorar la situación de la víctima es acordada de mutuo acuerdo, ya sea a través de servicio directo o de dinero. 8. Dan la posibilidad a los infractores de escuchar la experiencia de la víctima. 9. Ofrecen a los infractores la oportunidad de asumir la responsabilidad de las consecuencias de sus acciones y hacer rectificaciones, mitigando la culpa y fomentando los sentimientos de autoestima. 10. Al ser de carácter voluntario, disminuyen los efectos etiquetadores de otro tipo de intervenciones. 11. Al solucionar el conflicto, en lugar de castigarlo, se previenen problemas futuros. 12. Agilizan el sistema judicial debido a su celeridad en cuanto a la intervención. Mejorando así los efectos reforzadores de proceso. 13. Se trata de un proceso menos costoso, menos formal y más sencillo que el proceso judicial. Una vez analizados los antecedentes y los objetivos fundamentales de los programas de mediación, vamos a centrarnos directamente en los programas. Analizando su filosofía, actores y procedimiento, para así entender como se realizan y como se consiguen los objetivos antes mencionados. El eje central de los programas de mediación es “El conflicto”, entendiendo por el mismo: “Proceso interaccional que se da entre dos o más partes, en el cual predominan interacciones antagónicas. Este proceso es construido por ambas partes y puede ser reconducido por ellas o por un tercero”. La mayoría de los conflictos tienen un abanico de soluciones más allá de la alternativa perder-ganar (en la cual se intenta elevar al máximo la propia ganancia frente a trabajar a favor de la mejor solución colectiva), y es en estas posibilidades de solución en las que se va a trabajar desde los programas de mediación. Existe una tendencia natural a que el conflicto crezca y se incremente. El proceso de Mediación tiene como objetivo 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social reducir el conflicto, incidiendo en que el objetivo final no será únicamente la solución del mismo, sino la búsqueda de la mejor solución posible para que no deje a ninguna parte la sensación de que la otra ha obtenido ventaja. Las soluciones parciales preparan el terreno para conflictos futuros, normalmente de mayor envergadura que el conflicto inicial. Es muy importante resaltar que la mediación es un proceso, podríamos definirla como: “proceso informal a través del cual un tercero neutral, el mediador, ofrece un espacio dinámico a las partes para posibilitar la resolución de una situación conflictiva, utilizando estrategias cooperativas, comunicacionales y negociadoras, que ayuden a identificar las posiciones, los intereses y las necesidades de las partes, lo que a su vez permitirá la generación de acuerdos satisfactorios aceptados mutuamente” (Romero, S. 2002); éste proceso, a su vez , presenta una serie de principios sobre los cuales se sustenta y unos valores que lo rigen. Los principios filosóficos que sustentan el proceso de la mediación serían: voluntariedad, confidencialidad y neutralidad. 1.Voluntariedad: es fundamental que ambas parten deseen participar en una solución de sus conflictos con ayuda de un tercero. De hecho, si una de las partes no desea participar no se puede llevar a cabo una solución extrajudicial en forma de Mediación, sería necesaria la vuelta al proceso judicial para la solución del conflicto. La participación de ambas partes en la búsqueda de la mejor solución garantiza el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en un porcentaje muy elevado. 2. Confidencialidad: todo aquello que se plantee, se diga o acuerde durante el proceso de mediación no puede hacerse público por ninguna de las partes implicadas. 3. Neutralidad: entendiendo que afecta directamente al mediador que conduce la solución del conflicto. Este, debe mantener una actitud de imparcialidad, no tomando partido por ninguna de las dos partes implicadas; debe ser equidistante, posibilitando que ambas partes estén asistidas por él de igual forma; y en su actuación debe regir el principio de equidad. Los valores que rigen el proceso de la mediación serían, la buena fe, la colaboración, el crecimiento de todas las partes implicadas y principalmente la paz o no conflicto (Suares, M.) Una vez establecidos los principios subyacentes al proceso, hemos de hablar de los actores de dicho proceso, el mediador, el infractor y la víctima. El mediador, se presenta pues como “garante del proceso”, reconduciendo la discusión, reformulando las afirmaciones en términos positivos y sobre todo productivos, respaldando sentimientos individuales y principalmente destacando los intereses comunes con el fin de alcanzar el acuerdo. Se trata pues, de un mero vehículo a través del cual se puede alcanzar la solución del conflicto entre las partes. Las tareas fundamentales que definen el trabajo del mediador serían: contacto con las partes de forma individual, facilitar información acerca del proceso de mediación, planificar y organizar un encuentro entre las partes, facilitar el diálogo entre ambas dirigiéndolo hacia la búsqueda de acuerdos y ratificación de los acuerdos alcanzados entre ambos. Existe también la posibilidad de que el mediador realice funciones de intermediario, en aquello casos en los cuales la víctima, que sí desea una solución acordada al conflicto, no desea participar en una negociación directa con la otra parte. La víctima es uno de los actores fundamentales. Anteriormente hemos planteado como uno de los principios que rige la mediación el de voluntariedad. Se han planteado en multitud de ocasiones las dificultades que plantea el involucrar en la solución de los conflictos a las víctimas de los mismos; principalmente debido a que el enfrentarse con la persona que originó el conflicto puede conllevar una nueva vivencia de las emociones negativas originadas durante el 201 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 202 mismo. También se han planteado objeciones a la participación de las víctimas en el sentido que las víctimas puedan ser vengativas con respecto a los infractores, no participando en la búsqueda de la mejor solución para ambos, sino con estrategias de perder-ganar. En la mayoría de los casos, cuando las víctimas no desean participar en un proceso de mediación, suele deberse a que no quieren compartir la responsabilidad de decidir lo que les debe ocurrir a los infractores. A pesar de las múltiples dificultades que plantea el trabajo con las víctimas, entendemos que la mediación tiene más ventajas que desventajas con respecto a ellos mismos. La solución de un conflicto a través de la mediación, tiene unos beneficios psicológicos, dando a la víctima la posibilidad de recibir una petición de disculpas, brindándole la oportunidad de conocer las motivaciones del infractor, y posibilitando que el infractor conozca las consecuencias reales de su conducta, facilitando, a través de la exposición de sus sentimientos con respecto al conflicto, una mejora en cuanto a la empatía del infractor con respecto a la víctima, previendo posibles nuevas agresiones por parte del infractor. Además de este beneficio psicológico, cabe la posibilidad de recuperación de pérdidas monetarias, a través de acuerdos de compensación de daños materiales. En general, la mayoría de las víctimas que participan en los procesos de mediación, tienen un interés más centrado en la justicia reparadora que en la venganza, o en la victimización de los infractores. Se ha detectado también, que en casos en los cuales la víctima no desea participar en un proceso de mediación, se producen sentimientos de culpabilidad o furia ante la presión del sistema por solicitar su participación. En estos casos, el trabajo del mediador, estará más centrado en la atención a esas posibles emociones, más que a lograr la participación activa de la víctima, no generando así una victimización secundaria a dicho proceso. Esto nos vuelve a poner de relieve la necesidad de que la participación en los procesos de mediación por parte de la víctima sea auténtica, para así minimizar los costes psicológicos y maximizar el beneficio que se deriva de este proceso. Los programas de mediación están diseñados no solo para compensar a la víctima, sino para considerar a los infractores personalmente responsables del daño que provocan. Como ocurría con respecto a la víctima, la participación del infractor en los procesos de mediación también es voluntaria; si bien, en el caso del infractor, además de la voluntariedad es necesaria que se den dos premisas más para aceptar su participación en el proceso; Otro requisito indispensable es la asunción de responsabilidad en los hechos que originaron el conflicto. El menor ha de asumir su responsabilidad, y desear encontrarse con la víctima para en primer lugar pedir disculpas por lo ocurrido, y en segundo lugar cooperar con la misma en la búsqueda de una solución que satisfaga a ambos. Además de la responsabilidad y la voluntariedad, es necesario que el infractor presente unas habilidades personales que implicarían, la capacidad empática, es necesario que el infractor sea capaz de ponerse en el lugar de la víctima, para así entender su experiencia y vivirla como propia; y además, son necesarias unas mínimas habilidades de comunicación. El proceso de mediación se lleva a cabo a través de la palabra, y ésta es principalmente la herramienta a través de la cual se genera la solución del conflicto. El participar en un proceso de mediación, no aporta beneficios únicamente a la víctima, también el infractor se beneficia del mismo. Tendríamos un beneficio educativo, es el menor quien tiene que generar la solución con ayuda de la víctima; es a través de este trabajo en grupo como se fomenta la cooperación. Tendríamos también un beneficio dado que la participación en los procesos de mediación se ha evidenciado como una herramienta de prevención de nuevas infracciones. El infractor, al enfrentarse a las emociones y vivencias de la víctima afronta las consecuencias de su conducta, siendo posible una conducta empática por su parte, y valorando el grado de afectación de sus propias acciones. Muchos de los infractores, preguntados sobre sus sentimientos hacia sus acciones, afirmaron tener un cambio actitudinal con respecto al delito, principalmente en el incremento de la conciencia de su impacto duradero sobre las victimas. Estaríamos además contribuyendo a la filosofía subyacente a la Ley que regula estas acciones, principalmente en los aspectos que se refieren a la no judicialización del menor en aquellos casos que sea posible, además del principio de intervención mínima. Hemos insistido en que la Mediación es un proceso de búsqueda de soluciones a un conflicto existente entre dos 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social partes; como todo proceso, existe una serie de pasos que se deben de seguir para conseguir el objetivo final, que en nuestro caso es el acuerdo de solución entre las partes. Las etapas principales que rigen un proceso de mediación serían: explicación del proceso a las partes implicadas, conseguir la voluntad de participación de las partes, identificación y clarificación del conflicto a solucionar, encuentro de búsqueda de soluciones, negociación y acuerdos y, la ratificación de los acuerdos en el acta de conciliación. Teniendo en cuenta este esquema de intervención, vamos a analizar diversos aspectos que son imprescindibles a la hora de abordar la solución de un conflicto a través de un proceso de mediación. Haremos énfasis en: el contacto entre las partes, en la necesidad de reducir las amenazas vivenciadas por las partes y el porqué hay que despersonalizar el conflicto por medio de las normas. Hemos elegido estos aspectos y no otros, por su carácter decisorio en cuanto a la solución o no del conflicto. Entendemos que un bloqueo en cuanto a alguno de ellos imposibilitaría el posible acuerdo entre las partes. 1. El Contacto: El conflicto actúa sobre las partes separándolas y reduciendo la interacción entre ellas, lo que dificulta la solución de las diferencias existentes. Esta separación hace que se afiancen las percepciones parciales individuales de las partes, dificultando a su vez, que se quiera dar el paso de búsqueda de soluciones. Es necesario para la solución del conflicto el contacto, si bien, no sirve cualquier tipo de contacto, deben cumplirse una serie de condiciones para que este no se convierta en un estimulante del conflicto, empeorando aún más la situación. Será necesario que el contacto se de en “igualdad de condiciones” y ambos deben desear “trabajar por una búsqueda de soluciones”. Ambas partes deben tener la certeza de que tienen igual poder de interacción o de toma de decisiones, un desequilibrio en este sentido implicaría una exacerbación del conflicto, debido a que la parte más débil sentiría la presión por aceptar un acuerdo no del todo justo. Por otro lado, es fundamental que ambas partes se centren en la búsqueda de una solución más que en atacar a la parte contraria. Un primer paso y muy importante en el proceso de solución del conflicto, será que el Mediador haga comprender a las partes, que el contacto es en beneficio mutuo. Un indicador del éxito de la mediación es la voluntariedad de mantener un contacto con la otra parte, dado que aumenta el compromiso de ambas partes hacia la búsqueda de una solución. 2. Reducir las Amenazas: Una creencia ampliamente extendida es que cuanto más poder tengamos más fácil será ganar el conflicto. Hay que tener en cuenta, que cuando uno se siente amenazado tiende a amenazar, produciéndose una escalada en el conflicto, y alejándose del acuerdo de solución. Si una de las partes amenaza, los acuerdos a los que se llegue bajo esta situación, serán percibidas por el otro como poco justas, al no encontrarse ambos en el mismo nivel de interacción. Existe una técnica, principalmente diseñada para la reducción de las amenazas denominada “reciprocidad graduada en la reducción de la tensión” (Osgood, 1962), la cual propone que si una de las partes da muestras de reducir su capacidad amenazadora de forma unilateral, invitando a la otra parte a realizar un movimiento recíproco, la tensión se reduce. Las partes tienen la oportunidad de moderar sus exigencias, cambiar el tono de su retórica y ofrecer concesiones, reduciendo el tono de amenaza. El papel crucial del mediador en este momento será el de que cada parte sea consciente de las acciones del otro para reducir las amenazas. 3. Despersonalización del proceso a través de las normas: Una de las dificultades que también encontramos en la resolución del conflicto están relacionada con el miedo que tienen los participantes a dar una imagen de debilidad ante el otro. Cuando hacemos que la negociación se centre en las normas, entendiendo por las mismas reglas impersonales que dictan como se debe responder ante una situación dada, alejamos la preocupación de los participantes sobre la imagen que dan de ellos mismos. 203 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 4. Negociación: Es el proceso natural a través del cual las partes resuelven el conflicto. Las partes van haciendo concesiones hasta que se alcanza el acuerdo. Si las posiciones se tornan extremas, el proceso se puede romper, impidiendo la solución del conflicto entre las partes. El mediador deberá estar atento a esta posible situación, haciendo ver a las partes en que momentos se radicaliza su posición. A lo largo de toda la exposición hemos estado analizando aspectos importantes tales como los objetivos de toda solución de conflictos, hemos visto que responsabilidad tienen los diferentes actores en el proceso, así como las limitaciones de los mismos, hemos incidido en la filosofía subyacente a cualquier programa de mediación y hemos abordado algunos aspectos de especial relevancia para garantizar el éxito del proceso. Entendemos que todos los aspectos analizados tienen importancia si se toman en conjunto, dado que ninguno de ellos garantiza el éxito del programa, pero el tenerlos presentes a la hora de abordar un proceso de mediación facilitan la consecución del éxito del mismo. 204 Los programas de solución de conflictos se han mostrado como muy efectivos en cuanto a la solución a los conflictos existentes entre dos partes. Debido a su filosofía subyacente, centrada en la educación, cooperación y búsqueda de alternativas de conducta a las disruptivas, recogen perfectamente el espíritu de la Ley 5/2000, la cual pretende ser una Ley de carácter penal pero que priman los aspectos educativos frente a los sancionadores. Entendemos que, hay que continuar trabajando en el desarrollo de dichos programas de intervención, para garantizar así, no solo las garantías procesales inherentes a cualquier procedimiento de carácter judicial, sino también la idea de intervención mínima y superior interés del menor. Hace falta además, desarrollar una línea de investigación en cuanto a aspectos fundamentales de los programas de solución de conflictos como pueden ser: motivaciones reales de los infractores y de las víctimas a la hora de participar en los procesos de mediación, grado de cumplimiento de los acuerdos alcanzados durante el proceso, efectos de prevención del proceso frente a futuras infracciones con respecto a los menores que participaron en dichos programas, etc. Entendemos que es necesaria dicha investigación para mejorar la efectividad y éxito de los mismo, continuando así en la línea de la justicia reparadora iniciada desde la Ley 4/1992. BIBLIOGRAFÍA - GROVER DUFFY, K.; GROSCH, J.W.; OLCZAK, P.V; “La mediación y sus contextos de aplicación” (1996).Ed. Paidós Ibérica, S.A. - PÉREZ DE MATEIS, L.S; ORTIZ ALMONACID, J.L. “Mediación Penal: una solución alternativa” - ROMERO, S. R. “Características Generales de la Mediación Penal”. Mediación Penal. Ed. Lexis Nexos-De Palma. Septiembre año 2002. - SUARES, M. “Mediación. Conducción de disputas, comunicación y técnicas”. Ed. Paidós Ibérica, S.A. - Coord. DAPENA, J.; MARTÍN, J.”La mediación penal juvenil en Cataluña, España”. Dirección General de Medidas Penales alternativas y de Justicia Juvenil. Barcelona. 1998. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente D. Javier Pérez Gómez en colaboración con Amaia Muñozguren Trabajador Social, Equipo Técnico del Centro “El Laurel”. Fundación Grupo Norte PROGRAMA DE MEDIACIÓN EN CONFLICTOS POR MALTRATO FAMILIAR 207 “Centro Especializado en Maltrato Familiar a Ascendentes”. 0. INTRODUCCIÓN. En los últimos años, se ha venido produciendo un incremento muy significativo en el número de denuncias relacionadas con las conductas que se engloban dentro del término de “Maltrato Familiar”. Ante la expansión de este fenómeno, que debe ser tratado más allá del ámbito judicial, en el Centro de Ejecución de Medidas Judiciales “El Laurel” se estimó oportuno investigar y analizar esta realidad, para proponer alternativas de intervención aunadoras, interiorizando los avances científico-jurídicos en esta materia, de amplio espectro psicosocial. A su vez, la Agencia de la Comunidad de Madrid para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor apostó por convertir, desde el pasado 15 de Enero de 2007, el Centro “El Laurel” en un Centro de Ejecución de Medidas Judiciales Especializado en “Maltrato en el Ámbito Familiar”. De este modo, lo que venía siendo un Programa de Intervención específica en esta problemática, se transforma en un ambicioso Proyecto que abarca más allá del propio Centro. 1. MALTRATO FAMILIAR. CONCEPTO. En este concepto, y en lo que a este Programa afecta, recogemos todos aquellos comportamientos que suponen la agresión, en sus diferentes modalidades, dirigida por parte de un menor o joven hacia los progenitores o aquellas personas que desempeñan este papel en un contexto familiar y a otros familiares convivientes, como pueden ser los hermanos. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Enfoque Multidisciplinar: incluye la utilización de técnicas demostradas eficaces de diferentes enfoques teóricos (Cognitivo-Conductual, Sistémico, Psicodinámico, etc.). - No “demonizar” al menor / joven; ya que éste “forma parte” de un Sistema con un mecanismo de relación disfuncional. - Exploración profunda del Sistema: - Reparto de ROLES y adecuada estructura de JERARQUÍA.: - Análisis de limitaciones Vs. capacidades del Sistema. - Redefinición del problema. - Connotación positiva. 208 Para que un Sistema Familiar resulte funcional, esta organización jerarquizada supone una descripción de los ROLES, una distinción de las tareas CLARA Y EXPLÍCITA, más o menos aceptada por el conjunto de los miembros del Sistema y tener como finalidad la preservación del ciclo vital y desarrollo bio-psico-social de todos ellos. En los casos que nos ocupan, existen importantes trastornos de la organización jerárquica, bien porque los límites de la jerarquía no se encuentran claramente definidos, o bien, porque, de estarlos, la dinámica familiar, objeto de nuestro estudio, favorece la no asunción de los mismos. 2. PRINCIPIOS RECTORES DE LA INTERVENCIÓN (Actitudes favorecedoras del proceso de cambio). A) Equipo Multidisciplinar “Trabajo en Equipo”: - Menor. - Familias. - Equipo del Centro (Psicóloga, Trabajador Social, Educadores / as, Equipo Directivo) - Recursos externos: ocio, terapéuticos, educativos, etc. B) POTENCIAL DE CAMBIO EN LA FAMILIA - Tomar conciencia de su propio saco de recursos. - Apuntalar los pequeños logros del Sistema. - Externalizar el desaliento: Trabajar expectativas irreales (de la familia y/o del menor) como un componente del problema. Para ello, el Equipo de Intervención, debe trasladar al sistema familiar la idea de que él es el propio agente de cambio, contando con la orientación profesional, en un redescubrimiento de sus propios recursos positivos para abordar sus 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social problemáticas. De esta manera, se dota a la familia de un POTENCIAL DE CAMBIO, que no debe circunscribirse a los profesionales, haciéndoles interiorizar la idea de que son “expertos en su familia” y que el Equipo acompaña en ese proceso de crecimiento. C) NÚCLEO FAMILIAR = CONTEXTO MÁS ADECUADO PARA EL MENOR: Teniendo en cuenta que la familia constituye el marco más importante para establecer vínculos afectivos y desarrollar procesos de aprendizaje y socialización. La finalidad de la intervención se dirigirá a rehabilitar el núcleo familiar como el contexto más adecuado para el menor, modificando la disfuncionalidad existente en las relaciones entre los diferentes miembros del sistema, permitiendo la emergencia de patrones interactivos adaptativos y funcionales y reforzando la capacidad de la familiar para hacer frente de manera satisfactoria a las diferentes fases de su ciclo vital y los problemas que puedan surgir. D) MARCO CONTEXTUAL DE LOS CENTROS DE EJECUCIÓN DE MEDIDAS JUDICIALES Así mismo, hay que tener en cuenta que en este contexto, la forma de acceder, tanto del menor como de las familias, no es voluntaria, ni en principio con una demanda de ayuda, sino por la presión ejercida por el sistema judicial de menores, lo que condicionará el abordaje de la intervención. 3. CONSTRUYENDO PROGRAMAS. El tratamiento multidisciplinar de la problemática exige una mayor intervención del Equipo Técnico en las diferentes fases de intervención. El Programa en práctica que se lleva a cabo se divide en tres planos de intervención. En un primer plano se destaca las diferentes actuaciones del Equipo Educativo, haciendo especial mención a dos componentes fundamentales en esta problemática: - Asunción del binomio afectividad-normatividad. - Asunción de la responsabilidad sobre su comportamiento y consecuencias que se derivan del mismo. En un segundo plano de intervención, se coordinan las diferentes actuaciones del Equipo Técnico, cuyo objeto de actuación terapéutica se dirige, tanto al menor, como a los diferentes miembros componentes del Sistema Familiar; planteando y descubriendo las limitaciones de la familia y reutilizando, facilitando el aprendizaje y modelando competencias y recursos personales previos y específicos de esta problemática (Factores de Protección y Riesgo, Comportamientos alternativos de adaptación, Autocontrol, Expresión y Canalización emocional, Redefinición de roles, Proceso de Crecimiento Personal (menor/joven y sistema familiar),etc.). De igual modo, y a un nivel más particular, se realiza una intervención psicológica específica con el menor/joven, con el objetivo de estudiar, de manera pormenorizada, el componente de la AGRESIÓN. En un tercer plano de intervención, se llevan a cabo las coordinaciones y planteamiento de alternativas de actuación con los diferentes recursos externos (terapéuticos, asistenciales, formativos-laborales), considerados como facilitadores del proceso de cambio activo del sistema. 209 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Dividimos el Programa en cuatro fases: - Acogida, - Investigación, - Evaluación, y Proceso facilitador de Reinserción y Readaptación Psicosocial. 3.1. ACOGIDA. Se abre expediente, tras la lectura de la información aportada por el Equipo Psicosocial, así como el auto judicial que ha motivado el ingreso en este Centro. 210 Tras esta lectura se convoca a una primera entrevista, por separado, tanto al menor como a la familia, responsables o tutores legales. Esta primera entrevista se trabaja en interdisciplina y tiene como objetivo prioritario establecer el primer contacto, con tanto con la familia como con el menor, a fin de reducir los niveles de ansiedad que conlleva el internamiento. Así mismo, en esa primera entrevista se proporciona, a los diferentes miembros de la familia, información sobre el funcionamiento del Centro, en relación a la normativa, régimen, etc. Por otro lado, desde esta fase se empieza a explorar la percepción del problema y la actitud de los diferentes miembros de la familia ante el mismo. En este primer momento las actuaciones a nivel técnico también están orientadas a proporcionar a la familia un contexto referencial claro, así como motivación hacía la intervención posterior. 3.2. INVESTIGACIÓN. La Fase de Investigación se centra, fundamentalmente, en la recopilación de información referente al menor/joven y su sistema familiar, de cara a hacer una formulación inicial del caso que oriente a una valoración más profunda que a su vez apunte al diseño de la intervención. En esta fase se proponen diferentes hipótesis de formulación de la situación del menor/joven y su sistema familiar, a fin de afirmarlas o desconfirmarlas en fases posteriores y diseñar un Programa de Intervención más adecuado a las características individuales y únicas del caso. Son sesiones dirigidas al conocimiento de la historia de vida del menor, situación actual, preferencias e intereses antes, durante y después del internamiento. En este proceso, tiene también lugar la aplicación de pruebas de psicodiagnóstico, cuyo objetivo es recabar información válida, objetiva y contrastable sobre aspectos relevantes del psiquismo y emocionalidad del menor; inteligencia, rasgos de personalidad y temperamento, niveles de ansiedad, capacidad de autocontrol, etc., así como la posible detección de rasgos psicopatológicos, que orientan al diagnóstico, tratamiento e intervención individualizada de los menores y jóvenes. Del mismo modo, se realiza un estudio pormenorizado de su sistema familiar, a fin de conocer la esencia de las relaciones que se establecen entre sus miembros, de cara a proponer alternativas de intervención posteriores adecuadas al caso, analizando diferentes aspectos que se exponen a lo largo de este apartado. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 3.3. EVALUACIÓN. En este tipo de problemática esta fase va a cobrar mayor importancia, puesto que se trata de un proceso de evaluación continuada en el tiempo, dada la complejidad de las múltiples relaciones que se establecen dentro del sistema familiar en base a la consecución de objetivos de intervención (Procesos de reubicación/reequilibrio del sistema). Las técnicas de evaluación se materializan en base a Entrevistas Personales, Observación Directa, Observación de la Interrelación y Calidad Vincular de los diferentes miembros del Sistema, aplicación de Pruebas de Psicodianóstico (evaluación psicológica del menor/joven). Sumado a las anteriores, la evaluación también se focaliza, de manera especial, mediante la intervención del Equipo Educativo, a través de la observación y análisis del menor/joven en situaciones de interacción en la dinámica y funcionamiento diarios del Centro (Aceptación de normativa, Interiorización de la Medida en Ejecución, Relaciones con otros menores/jóvenes, etc.). La población a la que va dirigida la fase de evaluación son los miembros del sistema familiar en cuanto a los cuáles se organiza el menor/joven agresor. Se trata de establecer una visión comprensiva de la estructura psíquica y emocional de los diferentes miembros, haciendo especial hincapié en la mayor profundización de la evaluación que se lleva a cabo con el menor. 3. 4. PROCESO FACILITADOR DE REINSERCIÓN Y READAPTACIÓN PSICOSOCIAL. La intervención se dirige a reestablecer condiciones de semi-normalidad, restando estructuración a la vida del menor/joven en la dinámica y funcionamiento del Centro. En este momento, cobran especial relevancia, todos aquellos dispositivos y recursos especializados externos. Este proceso, igual que los anteriormente citados, se concatenan, reanalizan y complementan a través de la situación de internamiento. 4. ¿HACIA DÓNDE AVANZAMOS? - PSICOLOGIZACIÓN DEL PROBLEMA: significa ver cada componente del fenómeno desde el punto de vista del estudio y la profundización de la estructura psíquica y emocional de cada uno de los miembros que componen el sistema familiar y de cómo establecen una dinámica relacional desadaptativa. Esto no significa excluir del estudio e intervención al menor/joven agresor, sino, de forma complementaria, ampliar el foco terapéutico para garantizar, con mayor probabilidad, garantías de éxito en el proceso de readaptación familiar general y el proceso de reinserción psicosocial del menor/joven en particular. - ESPECIALIZACIÓN DE LOS PROFESIONALES: que supone una mayor calidad en el abordaje y tratamiento de la problemática objeto de intervención. - ESTUDIO E INVESTIGACIÓN DEL FENÓMENO: no se deja de lado la complejidad de la problemática detectada, por cuanto se trata de un fenómeno novedoso y que implica la evaluación y análisis continuo de los resultados obtenidos. 211 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Realizado por: Realizado por el Equipo Directivo y Técnico del Centro de Ejecución de Medidas Judiciales “El Laurel” (Enero de 2007) Javier Pérez Gómez (Trabajador Social). María José Martínez (Trabajadora Social). Ángela Matallanos (Psicóloga). Amaia Muñozguren (Psicóloga). Equipo Técnico del Centro de Ejecución de Medidas Judiciales “El Laurel” 212 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente Dª. Mª. Pilar García Dotor Psicóloga. Responsable de los Programas de Fundación Diagrama de la Comunidad de Madrid ACTUACIÓN DE LOS PROFESIONALES. LA MEDIACIÓN 215 I. INTRODUCCIÓN Actualmente, existe una tendencia en la intervención con los menores en conflicto y situación de riesgo social hacia la utilización de la Mediación como herramienta en la resolución de conflictos. Desde la experiencia cotidiana y apoyada en la teoría de la resolución de conflictos, entendemos importante utilizar la mediación como una alternativa especialmente interesante en el intento de resolución de los distintos conflictos entre pares que puedan surgir en los centros de ejecución de medidas judiciales. Desde que entró en vigor la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de Enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores, y posteriormente su modificación Ley Orgánica 8/2006, de 4 diciembre, se recalca la importancia de la re-educación de los menores ingresados en los centros de ejecución de medidas judiciales. Dentro del “volver a educar” es un factor vital realizar programas específicos de educación en Competencia Social. La adscripción a los distintos talleres de un menor, estará determinada por la evaluación y valoración que de él realice la Comisión de Orientación del Centro, y de la planificación de las actividades a desarrollar en su Programa Individualizado de Ejecución de Medida. Entendemos por Competencia Social la capacidad de las personas para participar en su entorno, interactuando con otros y obteniendo de esa interacción resultados positivos que posibilitan una adecuada adaptación e integración social, la valoración y reconocimiento de los otros y el desarrollo de un autoconcepto positivo. Por ello, tan importante es hacer participar a los menores de la mediación cómo agentes usuarios de la misma, como sujetos activos de ésta, donde a través de la adquisición de estrategias en habilidades sociales comienzan a ser capaces por ellos mismos, de mediar en la resolución de sus propios conflictos con otros iguales o la figura adulta, o mediar en los que se produzcan en su entorno. Podemos constatar que la mayoría de estos jóvenes presentan dificultades para una adecuada adaptación e integra- 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social ción social: relación con los otros, resolución de problemas, procesamiento lógico, control de su propia conducta, desarrollo de una autoestima adecuada, entre otras dificultades. Por ello, desde el inicio de su ingreso en el centro se comienza a planificar en su Programa Individualizado de Ejecución de Medida un itinerario claro a este respecto, donde el menor participa en Talleres de Desarrollo Personal en los cuales por medio de una metodología tanto teórica como práctica en las distintas sesiones, comienza a ampliar y prepararse en el ámbito personal e interpersonal para una mejor adaptación en su futura reinserción. Como anteriormente he mencionado, para que el menor llegue a adquirir las habilidades necesarias para utilizar la mediación como estrategia en la resolución de conflictos, consideramos importante que reciba los conocimientos de otras habilidades básicas para ir paulatinamente integrando otras más complejas. Por este motivo tras el ingreso en el centro se realiza una evaluación multidisciplinar a distintos niveles psicológico, social, escolar, de adaptación al centro, para determinar las potencialidades y carencias específicas de cada menor y de esta forma ajustar la intervención individualmente. En el ámbito psicológico es importante determinar las capacidades cognitivas tanto básicas como superiores, evaluando percepción, atención, estrategias originales en la resolución de problemas, etc. Así mismo, y debido a su relación directa, se explora la esfera afectiva, estilos de relación, habilidades sociales etc. Una vez obtenidos unos parámetros concretos y objetivos que nos informan de qué necesidades tiene, se establecen para con el menor unos objetivos a corto y medio plazo, así como la forma de conseguirlos, donde se incluyen sesiones de desarrollo personal tanto en grupo como a nivel individual, terapia específica, etc. Durante todo el proceso de internamiento del menor, se efectúan evaluaciones de las intervenciones realizadas con él, de forma que se valorará la idoneidad o posible necesidad de cambio en las estrategias iniciales planteadas en su Programa Individualizado de Ejecución. Obteniendo de esta forma información sobre la motivación de los menores, sus intereses, uso práctico de los nuevos aprendizajes, etc., así como por parte del personal educativo, del estado del proceso en el que se encuentra el menor y su evolución, obteniendo una información vital ya que con ésta se persevera o reestructura las líneas de trabajo establecidas con el menor. Dentro de los Talleres de Desarrollo Personal impartidos en el centro a través de secuencias de contenido progresivas, se pretende desarrollar/potenciar el área de la competencia social, materializándolo en cuatro talleres en los que se trabajan distintos contenidos cada uno de ellos formado por diferentes aspectos del desarrollo intrapersonal e interpersonal. Están relacionados entre sí, de manera que la complejidad de recursos y habilidades necesarias para cada uno de ellos va progresando a medida que se trabajan los aspectos específicos. Distribución: - Resolución de problemas: se pretende fomentar y trabajar aspectos como: autoestima, reconocimiento de sentimientos, práctica del pensamiento lateral/creativo, reestructuración cognitiva, resolución de problemas de forma práctica, etc. De esta manera se va haciendo un acercamiento al reconocimiento de un problema, a un planteamiento eficaz del mismo y a la mejor forma de resolverlo. En éste primer momento se pretende fomentar el trabajo individual y personal que conlleva el autoconocimiento, autoestima, pensamiento flexible, etc., de forma que el menor comience a estar preparado para la adquisición de otras competencias interpersonales. - Habilidades sociales: en este segundo momento se hace mayor hincapié en aspectos de comunicación, asertividad y habilidades sociales propiamente dichas, pretendiendo entrenar herramientas para mejorar la relación con otros, empezando en lo más básico para terminar en habilidades específicas complejas. 216 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social El entrenamiento en habilidades sociales pretende enseñar específicamente habilidades de relación con otros, ya que en sesiones anteriores se han trabajado los recursos y características personales de cada menor. - Autocontrol: está secuenciada de forma que el menor comience sabiendo qué es la ira y su proceso, aprenda a autoobservarse y detectarla, conozca técnicas de relajación y finalmente sea capaz de ofrecer conductas alternativas de la ira más positivas para él mismo y los demás. El objetivo último que se pretende es favorecer el control de la persona sobre sus respuestas y comportamientos, para lo que se va avanzando a lo largo de las sesiones en una mayor percepción de sí mismo y un mejor autocontrol. La justificación de estos aprendizajes es que no es suficiente tener habilidades sociales concretas para un adecuado comportamiento social, sino que hay que dotar a la persona de herramientas de autocontrol, que le faciliten poner en marcha las estrategias ya aprendidas en los dos momentos anteriores durante posibles situaciones conflictivas. Se pretende por tanto mejorar el control de la propia conducta, la adaptación social y personal, dotando al menor de técnicas y recursos para conocer y modificar su comportamiento en situaciones en las que antes no era capaz de hacerlo de manera eficaz. - Mediación: finalmente se trabaja la mediación, donde específicamente se pretende enseñar qué es un conflicto, nociones sobre consejo ya que una de las funciones será la de participar como agente activo en una mediación, nociones de negociación y mediación propiamente dicha.Aquí se trabajan contenidos más específicos que los anteriores, entrenando habilidades destinadas a que el menor sea capaz de guiar una resolución de conflictos entre iguales. II. MEDIACIÓN La mediación requiere del uso de todo lo aprendido anteriormente: el mediador hará de guía a las personas en la resolución de problemas, necesitará grandes habilidades interpersonales y capacidad de autocontrol, ya que la mediación requiere de la imparcialidad y objetividad del mediador. Existen diferentes clasificaciones de mediación que conllevan múltiples modos de actuación. Nosotros trabajamos con el modelo el modelo tradicional-lineal (Harvard) cuyo fin último es el acuerdo, adaptándolo a la población con la que trabajamos y a los objetivos que nos hemos marcado. En nuestro contexto son los propios chavales quienes mediante un rol activo median para resolver el conflicto. Su función es facilitar la comunicación. Su rol consiste básicamente en asistir a las partes en el proceso de construcción de una solución mutuamente satisfactoria. Se considera fundamental la neutralidad del mediador, que se debe lograr a través de la imparcialidad y la equidistancia con relación a las partes. La metodología de la mediación se fundamenta entonces, en que las partes son quienes más saben acerca de las causas de sus disputas y de sus posibles resoluciones. Sobre esta base la técnica de la mediación es ampliamente participativa (Brandoni, F. 1999). La mediación suele distinguirse del arbitraje por cuanto que éste consiste en someter una disputa a un tercero que emite un juicio definitivo y vinculante sobre cómo se resolverá el conflicto. Para que haya mediación debe darse como requisito básico el propósito, la voluntad y la responsabilidad de querer resolver. 217 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Debemos añadir que aplicar la mediación en un contexto institucional no significa suplantar las normas por las que éste se rige. Significa poder disponer de una herramienta más en la toma de decisiones cuando se produce una situación problemática. Si bien, de cara al chaval, se inscribe en su proceso de socialización al dotarle de más armas para la resolución de conflictos. A continuación detallo dentro de la mediación los cuatro aspectos sobre los que se trabaja durante el taller: - Conflicto: es importante que el menor conozca qué es el conflicto, analizarlo, identificar sus causas y los distintos puntos de vista. Se trata de favorecer el desarrollo de un punto de vista amplio del conflicto. - Consejo: Para poder realizar una mediación se debe aprender habilidades para hacer pensar al otro y guiarle en la resolución de problemas. 218 - Negociación: En este tercer momento se tratará de comprender el proceso de negociación y aplicarlo. Además se verán las diferentes técnicas de negociación, así como la superioridad de la cooperación frente a otras formas de resolver conflictos. - Mediación: finalmente se propone aprender y practicar la función de mediador. Destacar que durante todo el taller los ejemplos prácticos sobre los que se trabaja consideran la formación en valores, haciendo especial hincapié en temas transversales sobre diferentes aspectos relevantes de interacción entre la persona y su entorno, como familia, pareja, ocio y tiempo libre, sexualidad, amigos, trabajo, recursos del medio, convivencia, salud, drogas, etc. El hecho de que se trabajen los casos prácticos bajo estas temáticas transversales tiene como finalidad, por un lado la generalización de las habilidades aprendidas a diferentes ámbitos de la vida de la persona, y por otro brindar la posibilidad, si se considera adecuado, de trabajar específicamente las habilidades y estrategias que se entrenan en cada momento como las más relevantes para el menor, relacionándolas con su experiencia previa, necesidades, carencias, etc. Por ejemplo, se podrían realizar varias sesiones de habilidades sociales específicas para relaciones familiares, si todas las actividades y ejemplos estuvieran centrados en el tema de la familia. La decisión de elegir una temática concreta o varia áreas transversales estará en función de las características del grupo a los que se dirige la formación. Finalmente y para concluir, como he dicho en un principio a lo largo de todo el proceso y a su finalización se realizan diferentes evaluaciones para conocer la eficacia y utilidad de los aprendizajes ofrecidos. RESULTADOS EVALUACIÓN GENERAL En esta evaluación, se encuentran los objetivos generales que se estén trabajando. Se trata de una evaluación en la que aparece la evolución de un asistente a lo largo de todo el proceso de aprendizaje, de modo que se puede observar el progreso de esta persona. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Se trata de una evaluación sencilla y fácil de rellenar, en la cuál los aspectos a evaluar son por ejemplo, consecución de los objetivos, cumplimiento de las tareas propuestas, participación en las actividades, observaciones, etc. EVALUACIÓN PARA EL FORMADOR Se realiza una breve valoración por parte de la persona que imparte el taller sobre los distintos aspectos como consecución de los objetivos, adecuación de las actividades para el logro de los mismos, tiempo estipulado para el desarrollo de las actividades, dinámica del ambiente grupal, valoración global, etc. TU EVALUACIÓN Esta evaluación va dirigida a las personas que asisten, o sea los menores. De esta manera, obtenemos una impresión global de lo que han aprendido y del interés puesto en las sesiones. La persona deberá hacer una breve valoración sobre las actividades, la utilidad de lo aprendido, qué es lo que le ha gustado más y menos, utilidad, etc. III. REFLEXIONES FINALES Evidentemente la mejor evaluación que podemos realizar es la observación directa de la propia conducta del menor en el contexto del centro durante la interacción diaria tanto con los iguales como con el personal educativo, la forma de resolver los posibles conflictos diarios que pudieran surgir donde se observará la capacidad del menor para mediar en la resolución de conflictos, siendo su función la de facilitar la comunicación y asistir a las partes en el proceso de construcción de una solución mutuamente satisfactoria. Asimismo, durante el disfrute del Programa de Salidas y Permisos, tanto en salidas educativas con personal del centro como al domicilio familiar (familia, amigos, etc.), se puede constatar el grado de interiorización y aplicación práctica de la mediación como herramienta en la resolución de conflictos. La tendencia actual en general, y la práctica diaria en particular en el trabajo de menores en conflicto con la ley, hace recomendable la mediación como vía o estrategia de trabajo en la solución de conflictos interpersonales. Puede ser variada su aplicación en distintos ámbitos como el comunitario, judicial, laboral, escolar, etc., siendo este último de donde proviene la mediación de pares, y en el cual se va a centrar la exposición. En términos generales, la técnica de la mediación se aplica en un proceso durante el cual un tercero neutral ayuda a las partes en conflicto a lograr, mediante un proceso de negociación, su propio acuerdo para resolver la disputa. En nuestro contexto son los propios menores quienes por medio de un rol activo median para resolver el conflicto. Su función es facilitar la comunicación. Su rol consiste básicamente en asistir a las partes en el proceso de construcción de una solución mutuamente satisfactoria. Como sujetos activos y agentes de la mediación, y para que ésta se pueda producir de forma efectiva, son necesarias una serie de habilidades personales previas para llevarla a cabo de manera satisfactoria. Con este motivo, y como parte de la intervención grupal que se lleva a cabo en centros en Fundación Diagrama, se desarrolla el Programa de Competencia Social, llevado a la práctica en una serie de Talleres de Desarrollo personal en los que participan menores que se encuentran cumpliendo una medida judicial de internamiento en centro. La adscripción a los distintos Talleres de un menor, estará determinada por la evaluación y valoración que de él realice 219 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social la Comisión de Orientación del Centro, y de la planificación de las actividades a desarrollar en su Programa Individualizado de Ejecución de Medida. El Programa de Competencia Social se desarrolla como instrumento para mejorar la capacidad de los menores de participar en su entorno, interactuando con otros y obteniendo de esa interacción resultados positivos que posibiliten una adecuada adaptación e integración social, la valoración y reconocimiento de los otros y el desarrollo de un autoconcepto positivo. Es un hecho constatado, que muchos de nuestros jóvenes presentan dificultades para una adecuada adaptación e integración social: relación con los otros, resolución de problemas, procesamiento lógico, control de su propia conducta y desarrollo de una autoestima adecuada, entre otras. 220 Este programa pretende ser una herramienta para el desarrollo de la Competencia Social de estos menores, y un instrumento de ayuda para aquellos que realizan una labor educativa con ellos. El Programa de Competencia Social se divide en cuatro grandes Módulos (Resolución de Problemas, Habilidades Sociales, Autocontrol y Mediación), que aunque pretenden objetivos específicos en función de las áreas de trabajo que se vayan a desarrollar en cada uno, están íntimamente ligados e interrelacionados entre sí, ya que la consecución de los objetivos planteados inicialmente procurará el desarrollo y planteamiento de los siguientes. Los objetivos generales que persigue son: - Fomentar el trabajo individual y personal (autoconocimiento, autoestima, pensamiento flexible,...) como paso previo al entrenamiento de otras competencias interpersonales. - Entrenar habilidades de relación con otros, una vez se han trabajado los recursos y características personales planteados anteriormente. - Dotar a la persona de herramientas de autocontrol, que le faciliten poner en marcha estrategias ya aprendidas, en situaciones conflictivas. De este modo, mejorar el control de la propia conducta, la adaptación social y personal, y dotar al joven de técnicas y recursos para conocer y modificar su comportamiento en situaciones en las que antes no era capaz de hacerlo de manera eficaz. - Hacer uso de todo lo aprendido, poner en marcha las habilidades interpersonales y capacidad de autocontrol y hacer de guía a las personas en la resolución de problemas, iniciándose en la mediación entre iguales. Tal y como se menciona anteriormente, el Programa de Competencia Social se divide en cuatro Módulos, cada uno de ellos formado por diferentes áreas, que a su vez constan de un número determinado de sesiones. Están relacionados entre sí, de manera que la complejidad de recursos y habilidades necesarias para cada uno de ellos va progresando a medida que se trabajan las áreas y sesiones. Son los siguientes: RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS: Este módulo se divide en cinco áreas: autoestima, sentimientos, pensamiento lateral, reestructuración cognitiva y resolución de problemas (técnica). De esta manera se va haciendo un acercamiento al reconocimiento de un problema, 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social a un planteamiento eficaz del mismo y a la mejor forma de resolverlo. HABILIDADES SOCIALES: Se trabajan tres áreas: comunicación, asertividad y habilidades sociales. Es un módulo donde se entrenan herramientas para mejorar la relación con otros, empezando de lo más básico para terminar en habilidades específicas complejas. AUTOCONTROL: Consta de cinco áreas: Definición y proceso de la ira, autoobservación, relajación, programa de autocontrol de la ira y secuencia de autocontrol. El módulo tiene como objetivo último favorecer el control de la persona sobre sus respuestas y comportamientos, para lo que se va avanzando a lo largo de las sesiones en una mayor percepción de sí mismo y un mejor autocontrol. MEDIACIÓN: Este último módulo está compuesto por cuatro áreas: Conflicto, consejo, negociación y mediación. Es un módulo más específico que los anteriores, en el que se entrenan habilidades destinadas a que el joven sea capaz de guiar una resolución de conflictos entre iguales. Específicamente, se trabajan nociones como: definir qué es un conflicto, intentar favorecer el desarrollo en el menor de un punto de vista amplio del conflicto, aprender a hacer pensar al otro y guiarle en la resolución de problemas, comprender el proceso de negociación y aplicarlo, y finalmente, aprender y practicar la función de mediador en la resolución de conflictos interpersonales. Se debe añadir que aplicar la mediación en un contexto institucional no significa suplantar las normas por las que éste se rige. Significa poder disponer de una herramienta más en la toma de decisiones cuando se produce una situación problemática. Si bien, de cara al menor, se inscribe en su proceso de socialización al dotarle de más armas para la resolución de conflictos. 221 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social G RUPOS DE DISCUSIÓN: 3 “Programas de Tratamiento de la violencia entre iguales” 223 Coordinan D. Tomás Sánchez Romero Técnico ARRMI Dª. Mª. Ángeles Gálvez García Técnico ARRMI 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente D. Manuel Madrid Saavedra Director Centro de Menores “Tierras de Oria”. Asociación Ginso 1 INTRODUCCIÓN Para la consecución de cualquier objetivo en un Centro de Menores, necesariamente debe de reinar una convivencia ordenada y adecuada y un clima educativo que nos permita alcanzar los objetivos que por ley nos vienen fijados. La prevención de la violencia entre iguales, es la mejor fórmula que contribuye a crear ese clima educativo y las actuaciones para radicar dicha violencia deben de ser prioritarias si deseamos de verdad avanzar en la educación o reeducación de los Menores/Jóvenes ingresados en un Centro de Internamiento. Las Instituciones del exterior, independientemente del área o función que lleven a cabo, de igual manera, deben necesariamente contar con esta convivencia adecuada para la consecución de sus objetivos, lo contrario conlleva a desigualdades, ausencia de interés, niveles bajos de rendimiento y lo que es peor, posiblemente acoso físico o psíquico entre iguales, maltrato, y en definitiva, a la realización de acciones ilícitas de unas personas sobre otras. En un Centro de Menores pasaría lo mismo pero agravado por los Menores/Jóvenes que en el mismo están internados y por las características de personalidad que en ellos concurren. En un Centro de Internamiento se agravan las dificultades, ya que la mayoría de los Menores/Jóvenes provienen de barrios marginales en donde impera una subcultura basada en la “…ley del más fuerte…”, del fracaso escolar, y que junto al desarraigo familiar, problemática en toxicomanías y acciones delictivas conllevan una carga muy importante de situaciones negativas que inciden directamente en la implantación de un clima educativo y ambiente adecuado que nos permita trabajar en la solución de los problemas. La implantación de una convivencia ordenada no significa únicamente la implantación de controles, sino que hay que armonizarla con programas de tratamiento, formativos y laborales, etc., que refuercen y motiven las conductas positivas y tengan en cuenta las problemáticas de los Menores. Es de una enorme dificultad conseguir en pocos meses en un Centro de Internamiento, que los Menores/Jóvenes cambien y se conviertan en Modélicos, cuando todas las anteriores Instituciones de donde provienen han fracasado, pero no por ello imposible. Igualmente, implantar una política o creer que en un Centro de Internamiento todos los Menores van a salir insertados y haciendo vida honrada y modélica, es un fracaso en el planteamiento. Un Centro de Menores no es una “máquina de reinsertar” (entran por un lado morenos y salen por otro lado todos rubios, con ojos azules y perfectos). 225 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Nosotros creemos y trabajamos para darles a nuestros Menores la mejor preparación real posible, de tal forma que cuando salgan tengan una oportunidad de reinserción, abandonando las políticas triunfalistas que después no son reales y dejan patente un fracaso absoluto de las mismas. El trabajo de un Educador es muy difícil, y reeducar cuando hay muchos vicios adquiridos mucho más, pero no por ello no hay que intentarlo por todos los medios y profesionales del Centro. Eso es nuestro cometido, y para ello, deben de conjugarse y materializarse numerosos programas e implicarse todas las áreas de trabajo de un Centro, de tal forma que entre todos, se consiga un clima educativo capaz de acabar con la violencia y que persiga la consecución de los objetivos individuales planteados para cada Menor/Joven. 2 PROGRAMA DE PREVENCIÓN Y LÍNEAS DE ACTUACIÓN 226 2.1- Aspectos a tener en cuenta para que las líneas de actuación sean eficaces en la prevención de la violencia entre iguales. - El no afrontamiento de la violencia entre iguales, puede suponer la no consecución de objetivos importantes para el propio Menor pero también para otros Menores/ Jóvenes que padecen de los rigores e imposiciones de terceros. - La comunicación de todo lo actuado y problemática generada a Jueces y Fiscales y Autoridades Administrativas y su involucración en la solución de las mismas, es el único medio para conseguir erradicar la violencia en un Centro Educativo. - La implantación de Programas de Tratamiento y Educativos eficaces y reales adaptados a la problemática en concreto del Menor/Joven son la única vía de éxito posible. - La solución parte de la conjunción de programas educativos y de tratamiento reales en donde se fijen los beneficios y perjuicios que conlleva su cumplimiento o incumplimiento respectivamente. - El Personal de un Centro Educativo tiene que tener muy claro que tan ilegal son permitir las conductas violentas, como su intento de erradicarlas utilizando métodos ilegales. 2.2- Aspectos y Programas que deben concurrir para la consecución de una convivencia o Clima Educativo adecuado que permita lograr los objetivos previstos: 1. Medios estructurales. 2. Clasificación interior adecuada. 3. Normativa Interior. Conocimiento de Menores y Personal del Centro. 4. Definición de las tareas a desarrollar (Formativas, Deportivas, Ocupacionales,..) 5. Sistemas de Gestión Administrativa eficaces y conocidos por Menores y Personal del Centro. 6. Plena actividad de los Menores/Jóvenes. 7. Procedimiento Disciplinario y Medios de Contención. 8. Procedimientos de tratamiento. Sistemas de créditos. Compromisos Terapéuticos…. 9. Credibilidad en todo lo actuado. Transparencia. 10. Plantilla adecuada, formada y especializada. 11. Que el Menor/Joven conozca que el fin que se persigue es la reinserción real del mismo con programas reales que abarcan incluso hasta después del cumplimiento de la medida. Adquisición/ Reforzamiento Dignidad del Menor/Joven. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 3 PROGRAMA INTEGRAL DE INTERVENCIÓN SOBRE MENORES/JÓVENES 3.A.- CENTRO DE MENORES “TIERRAS DE ORIA” Generalmente las medidas Judiciales a las que están sujetos los Jóvenes/Menores ingresados en este Centro son Internamiento en Régimen Cerrado, pero también existen numerosas medidas de Internamiento en Régimen Semiabierto y en algunos casos tienen ambas a la vez para su cumplimiento sucesivo. La finalidad primordial y objetivos a conseguir en el Centro es que puedan cumplir con las suficientes garantías para los interesados y la sociedad en general, las medidas susceptibles de ser impuestas a los Jóvenes/Menores, contenidas en los apartados a) y b) del artículo 7 de la Ley Orgánica 5/2000 de 12 de Enero Reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores, así como posibilitar que las medidas privativas de libertad, la detención y medidas cautelares de Internamiento que se impongan con la citada Ley se puedan ejecutar en este Centro de Menores, distinto y diferente de los previstos en la Legislación Penitenciaria para la ejecución de las condenas penales. Todo ello partiendo del principio del superior interés del Menor/Joven, y respetando las garantías de nuestro Ordenamiento Constitucional, de la Ley Orgánica 1/1996 de 15 de Enero de Protección Jurídica del Menor, así como de la Convención sobre los Derechos del Niño de 20/11/89 y de todas aquellas normas sobre protección de Menores contenidas en los Tratados suscritos por España, asentando firmemente el principio de que la responsabilidad penal de los Menores presenta frente a la de los adultos un carácter primordial de Intervención Educativa que trasciende a todos los aspectos de su regulación Jurídica. El superior interés del Menor en la ejecución de la medida será tal como establece la Ley Orgánica 5/2000 valorada con criterios técnicos y no formalistas, por un equipo de profesionales especialistas en las áreas de la educación y la formación, siendo el objetivo esencial la Intervención Educativa. La organización interior y medidas que se adoptan en el Centro, tienen como objetivo prioritario conseguir crear un ambiente que provea de las Condiciones Educativas adecuadas para que el Menor pueda reorientar aquellas disposiciones o deficiencias que han caracterizado su comportamiento antisocial en un clima de seguridad personal para todos los implicados, profesionales y Menores infractores, lo que hace imprescindible que las condiciones de estancia sean las correctas para el normal desarrollo psicológico de los Menores. Las Líneas Generales de actuación por lo tanto van dirigidas a que toda la actividad del Centro debe estar inspirada por el principio de que el Menor o Joven internado es sujeto de derecho y continúa formando parte de la sociedad, teniendo como límites únicamente los derechos afectados por la medida de internamiento. En consecuencia, la vida en el Centro tomará como referencia la vida en libertad, tratando de reducir al máximo los efectos negativos que el internamiento pueda representar para el Menor/Joven o para su familia, así como favoreciendo los vínculos sociales, el contacto con los familiares y allegados y la colaboración de entidades públicas o privadas que pueda favorecer el proceso de integración social. Serán los principios rectores de las actividades a realizar en el Centro de Menores “Tierras de Oria”: - Individualización de la atención prestada a cada Menor o Joven en función de sus necesidades, características y pautas establecidas en la medida de internamiento. 227 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Organización de la vida cotidiana del Centro de forma que se proporcione a los Menores /Jóvenes unas experiencias similares a las de cualquier menor o joven, evitando los signos externos que favorezcan su etiquetamiento y marginación. - Respeto por la raza, religión, cultura, ideología y cualquier otra circunstancia personal o social del Menor o Joven. - Normalización, prestando asistencia a través de los servicios generales siempre que sea posible y comentando su permanencia en el entorno familiar y social cuando no perjudique al proceso resocializador. - Prevención, actuando sobre las causas que han originado el ingreso del Menor o Joven en el Centro. - Estimulación del desarrollo personal a través de la participación y corresponsabilización en las actividades del Centro, incidiendo especialmente en la autonomía personal. 228 - Fomentar una conciencia social en relación con la problemática de los propios Menores o jóvenes ingresados en el Centro. - Coordinar con otras Instituciones Públicas y privadas para la realización de un seguimiento efectivo desde su ingreso hasta su libertad, pasando por situaciones intermedias de semilibertad. Para conseguir los objetivos establecidos en este Centro, necesariamente debe existir una organización de los recursos humanos en número suficiente y con formación especializada, unos recursos estructurales y dependencias y elementos de seguridad que entre todas hagan posible tal fin. 3.A.1- DISTRIBUCIÓN Y ORGANIZACIÓN DE LOS RECURSOS HUMANOS. Actuaciones básicas: - Motivación y estabilización de la plantilla - Horario de personal que permita el seguimiento de la evolución de los Menores/Jóvenes. 3.A.2- ÁREA FORMATIVA Por lo general los Menores/Jóvenes, procedentes de diferentes lugares de Andalucía, suelen emigrar a otras provincias en busca de trabajo y los que permanecen en su localidad de origen, trabajan en actividades de economía sumergida o acceden a trabajos sin calificación o simplemente, en muchas ocasiones a cometer actos al margen de la legalidad para subsistir. Por ello, una de las directrices fundamentales de la política del Centro, es llevar a cabo todos los planes de formación posibles acordes al mercado laboral, ya que, en definitiva éstos son los que les van a ayudar en su reinserción social (porque ésta se consigue a través de un puesto de trabajo fundamentalmente). 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social La oferta educativa se desarrolla a través de dos vías: a) Formación reglada b) Formación no reglada A la hora de impartir la formación reglada, se tiene en cuenta el historial y nivel educativo de los Menores/Jóvenes, por ello tras un minucioso estudio realizado por el Equipo Técnico-Educativo se realizan grupos homogéneos con el objetivo de conseguir la mayor efectividad posible en impartir los contenidos. En el Centro la formación reglada, se encuentra implantada en los siguientes niveles: - Preparación de Pruebas de Graduado Escolar. - Enseñanza Secundaria de Adultos (E.S.A), - Bachillerato, Para llevar a cabo la formación reglada se ha dispuesto de la contratación de Personal preparado y adecuado para impartirla. Hemos querido ser ambiciosos en la preparación de los Menores/Jóvenes y no solo hemos querido impartir la formación reglada, sino que armonizándola en turnos y con Personal específico con preparación adecuada, estamos desarrollando programas de formación no reglada, consistentes en: - Neolectores. - Formación de Base I. - Formación de Base II. 3.A.3- PROGRAMAS DE TRATAMIENTO 3.A.4- TALLERES PRE-LABORALES 3.A.5- TALLERES OCUPACIONALES 3.A.6- ACTIVIDADES FORMATIVAS Y DEPORTIVAS 3.A.7- CENTRO TERAPÉUTICO DE DESHABITUACIÓN DE TÓXICOS JUSTIFICACIÓN DEL PROGRAMA El internamiento para una persona no puede suponer su marginación de la Sociedad; sino por el contrario nos obliga a que mientras se mantenga esa situación se procure su reincorporación como miembro activo de la misma. El internamiento de Menores con necesidad de Tratamiento para la Deshabituación de Tóxicos nos obliga moralmente a realizar un gran esfuerzo en la consecución de los objetivos y en las tareas o funciones que tenemos asignadas todos los profesionales adscritos al Centro Terapéutico, ya que solucionando dicha problemática, podremos conseguir una verdadera inserción social, al ser ésta la causante de la comisión delictiva. 229 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social En esto debe consistir nuestra actividad, que, partiendo del respeto y defensa de la dignidad de las personas, ha de encaminarse a lograr el objetivo que la propia L.O.R.R.P.M. fija en su artículo 55. Principio de Resocialización. “Toda actividad de los Centros en los que se ejecuten medidas de internamiento estará inspirada por el principio de que el Menor internado es sujeto de derecho y continúa formando parte de la Sociedad”. En consecuencia, la vida en el Centro debe tomar como referencia la vida en libertad, reduciendo al máximo los efectos negativos que el internamiento pueda representar para el Menor o para su familia, favoreciendo los vínculos sociales, el contacto con las entidades públicas y privadas en el proceso de integración social, especialmente de las más próximas geográfica y culturalmente…”. El artículo 7.1-d de la L.O.R.R.P.M y el artículo 27 de su Reglamento, describen el Internamiento en Centro Terapéutico. En los Centros de esta naturaleza se realizará una atención educativa especializada o tratamiento específico dirigido a personas que padezcan dependencia de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas o sustancias psicotrópicas, o alteraciones de la percepción que determinen una alteración grave de la conciencia de la realidad. Esta medida podrá aplicarse sola o como complemento de otra medida prevista en este artículo. Este Centro por decisión de la D.G.R.J. está destinado a Menores que padezcan dependencia de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas o sustancias psicotrópicas. Por todo ello, el régimen de nuestro Centro tendrá un carácter fundamentalmente asistencial y los profesionales adscritos al mismo deberán estar especializados en el tratamiento de las patologías y en la atención de Menores con dichas problemáticas. Como objetivo prioritario y fundamental está la protección de la integridad física y psíquica de los Menores privados de libertad y con patologías derivadas del consumo de sustancias tóxicas, con la adecuada separación de los mismos, atendiendo a sus características diferenciadas y a la consecución de los objetivos educativos, de tratamiento y asistenciales que permitan su reintegración social. La creación de una Normativa específica de funcionamiento interno, es una ayuda fundamental para llevar a cabo las actuaciones con Menores internados, debiéndose adecuar a lo regulado en la L.O.R.R.P.M. y su Reglamento, a las Resoluciones y Normativas elaboradas por la DGRJ y, en especial que recoja y regule todos los extremos necesarios para garantizar los derechos y obligaciones de los Menores que establece la L.O.R.R.P.M, y el reglamento que la desarrolla. El carácter asistencial y los objetivos formativos, educativos y recreativos hacen necesario la creación de talleres y actividades adecuadas, a cargo de personal especializado, de tal forma que se cubran todas las necesidades de los Menores, adecuándose las mismas a su nivel y capacidad e impartiéndose para el logro de los objetivos y programas fijados. El Centro Terapéutico para Deshabituación de Tóxicos, está integrado dentro del Complejo del Centro de Menores “Tierras de Oria”. Su ubicación le permite beneficiarse en primer lugar, de todas las instalaciones deportivas, recreativas y formativas del complejo; en segundo lugar, permite que los Menores en la fase que se considere conveniente, puedan hacer vida con otros Menores a fin de potenciar la percepción de igualdad. Por último permite que todo el personal del Complejo del Centro pueda dar soporte al Centro Terapéutico por la importancia del mismo para cubrir con creces todas sus necesidades. Los internamientos serán efectuados por la D.G.R.J, en aplicación de lo dispuesto en el art. 45 de la L.O.R.R.P.M, procedentes las propuestas motivadas tanto del Centro de Menores “Tierras de Oria” como de otros Centros de Menores, así como de ingresos de libertad. Igualmente las propuestas serán motivadas a la D.G.R.J., cada tratamiento en drogodependencias y por acuerdo del Órgano Colegiado se determine. 230 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social A su ingreso en nuestro Centro los Menores serán valorados y estudiados para establecer el programa de tratamiento más acorde a las características del Menor. Superado el programa establecido en nuestro Centro y habiendo alcanzado los objetivos previstos en el mismo se realizarán propuestas motivadas a la D.G.R.J, para su traslado al Centro de Menores que corresponda, informando a todos los profesionales que se hacen cargo del mismo de todo aquello que se debiera tener en cuenta o afecte al Menor. En el caso de que existan diagnósticos distintos entre los profesionales del Centro o los emitidos por los miembros de otros equipos técnicos, que hayan supuesto la base fundamental para su ingreso en el Centro Terapéutico, se pondrá dicho extremo en conocimiento de las Autoridades que correspondan, para que se adopte la decisión más conveniente para el tratamiento de los Menores. El trabajo con Menores/Jóvenes es muy difícil e implica una sensibilidad especial, motivación y alta dedicación. El trabajo con Menores/Jóvenes con grave adicción al consumo de sustancias tóxicas hace que la formación y especialidad del personal debe ser una prioridad para conseguir la finalidad y objetivos del Centro Terapéutico. Entendemos que la creación de equipos humanos, formados y especializados y en número apropiado, es una de las prioridades básicas para realizar un trabajo serio y riguroso con los Menores ingresados en nuestro Centro. 3.B.- C.M. “INSERCIÓN LABORAL DE PURCHENA” 3.B.1- INSERCIÓN LABORAL EXTERIOR Uno de los Objetivos que nuestra Asociación se planteó conseguir como prioritario para los Menores/Jóvenes ingresados en el Centro de Menores “Tierras de Oria” era conseguir trabajo para los mismos en el exterior con todas las garantías legales -Inserción Laboral-. La Ley 5/2000 de 12 de Enero Reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores, en su art. 56.2.j., establece como un Derecho de los Menores/Jóvenes el “Derecho a la Formación Laboral adecuada, a un trabajo remunerado dentro de la disponibilidad de la entidad pública, y a las prestaciones sociales que pudieran corresponderles, cuando alcancen la edad legalmente establecida”. Conocíamos que era un camino difícil de recorrer para la consecución de los objetivos, en primer lugar por el rechazo a la apertura del Centro de muchas personas de la zona y en segundo lugar por la dificultad de convencer a empresarios para contratar a Menores/Jóvenes. Se decidió trasladar directamente nuestro esfuerzo y campo de actuación a la consecución del objetivo en otras zonas colindantes a nuestra localidad ya que veíamos inviable e incluso podría generar mayores problemas el intentar conseguir puestos de trabajo en nuestra localidad. Así, en las localidades colindantes centramos todos nuestros esfuerzos. Iniciamos gestiones con Empresarios a nivel particular, con la Asociación de Empresarios de la localidad de Macael y con el Delegado de Medio Ambiente de Almería consiguiendo la sensibilidad de las personas que nos atendieron y el compromiso de contratación inmediata de algunos de nuestros Menores/Jóvenes. Una vez alcanzados unos compromisos mínimos de contratación, a través del Órgano Colegiado “La Comisión SocioEducativa” estudiamos las bases y selección de Menores/Jóvenes que podrían proponerse a los Juzgados de Menores para ser dados de Alta en el Programa de Tratamiento de Inserción Laboral. 231 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Éramos conscientes de que el fracaso o acciones delictivas en la zona de los Menores/Jóvenes al inicio del Programa por escasa importancia que estas tuvieran y a pesar de que fueran realizadas por un solo Menor/Joven, podría suponer el freno, e incluso el fracaso, del mismo. Por ello, la selección de Menores/Jóvenes era una cuestión vital para que no fracasara un Programa que podría beneficiar a multitud de Menores/Jóvenes en el presente y en el futuro. Otra característica fundamental es que el Programa fuese conocido por todas las Autoridades Judiciales y Administrativas, ya que las propuestas deberían entenderlas y resolverlas los mismos. Por lo que se les informó de forma previa de todo el Programa de Inserción Laboral. La aceptación y el reconocimiento del mismo no se hizo esperar, entendiendo y compartiendo perfectamente nuestras pretensiones en el interés de los Menores/Jóvenes para facilitar la verdadera Reinserción Social. Todos teníamos claro que sin un puesto de trabajo, adquisición de hábitos laborales, renumeración proporcional y dignidad personal, es difícil la incorporación a la vida en sociedad haciendo vida honrada. 232 Destacar que la voluntad de todos, empresarios y Personal del Centro, era evitar publicidad en el inicio de la Inserción Laboral. Pretendíamos que se desarrollase lo más discretamente posible para evitar rechazos en el Personal de las empresas y en los vecinos de la localidad. Solo dábamos conocimiento a las Autoridades Judiciales de las que dependían los Menores/Jóvenes y Autoridades de la D.G.R.J. Muchos trabajadores de las empresas se enteraron al cabo de bastante tiempo que tenían como compañeros de trabajo a nuestros Menores/Jóvenes, aunque en honor a la verdad fueron muy respetuosos y evitaron juzgar a las personas por el pasado, calificando únicamente el presente y su sorpresa por el resultado y comportamiento de éstos. Las familias eran parte importante en el Programa, incluso cuando se trataba de Jóvenes mayores de edad. Eran dichas familias las que nos solicitaban que se le buscara un puesto de trabajo y que ayudáramos a sus hijos a tener una oportunidad en la vida cuando saliesen. Cuando se consiguió, muchas familias no se creían que efectivamente estaban ocupando un puesto de trabajo cuando los propios Menores/Jóvenes se lo manifestaban, llamándonos al Centro sorprendidos para confirmar dicho extremo. La dotación de personal y vehículos para trasladar a los lugares de trabajo a los Menores/Jóvenes supuso una gran inversión económica, pero creíamos que el esfuerzo presupuestario valía la pena. La sensibilidad y apuesta personal de un grupo de empresarios acogiendo cada uno en su empresa a Menores/Jóvenes, sin duda, ha sido lo que ha hecho posible que viera la luz la Inserción Laboral. El grupo de empresarios comprometidos fue creciendo entre el círculo de amigos de estos y poco a poco la experiencia se fue consolidando y fue aumentando el número de Altas en el Programa de Inserción Laboral. La normalidad y adaptación de los Menores/Jóvenes ha hecho posible que los que apostaron por la Inserción Laboral no se hayan arrepentido por intentar ponerla en marcha, siendo el motor y meta a la cual quieren llegar todos los Menores/Jóvenes de nuestro Centro. Las Autoridades Judiciales y Administrativas en sus numerosas visitas a nuestro Centro han podido ver directamente a los Menores/Jóvenes realizando su trabajo en las distintas empresas. Era sorprendente la alegría que les daba poder cerciorarse que personas muy difíciles, de mundos marginales o con una carrera delictiva que creían imparable y que conllevaría necesariamente en su día el ingreso en prisión del Menor/Joven, se encontraba adaptado al mundo laboral como cualquier persona de la empresa. La reflexión y resumen de lo que observaban era contundente, “… el único 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social camino para la verdadera reinserción es la Inserción Laboral real…”, acentuando su preocupación por la vuelta en su día de muchos de los Menores/Jóvenes a sus barrios marginales una vez acabada la Medida que estaban cumpliendo. Lo que en su inicio era una experiencia por la que apostaron un reducido número de personas muy comprometidas, afectando a un reducido numero de Menores/Jóvenes, se estaba convirtiendo poco a poco en una experiencia de mayor calado y envergadura, ampliándose el círculo de empresarios dispuestos a contratar a nuestros Menores/Jóvenes y por lo tanto produciéndose un número elevado de altas en Inserción Laboral. El Centro de Menores había pasado del rechazo más absoluto en apenas un año a la aceptación y cariño en todos los Municipios de la Cuenca del Almanzora, considerándose que los Menores/Jóvenes ingresados en el mismo pudieran trabajar en un principio como algo normal, para pasar, tras un tiempo, a considerarlo habitual e incluso indiferente y que no llamaba la atención a los vecinos. Con el convencimiento de la importancia que tenía la Inserción Laboral para la reinserción verdadera de cualquier Menor/Joven, y la idea clara que se debería realizar una experiencia seria, nuestra Asociación apostó firmemente por la misma y junto a los responsables de la Junta de Andalucía y Alcalde de Purchena vieron la necesidad de construir un Centro Propio que permitiera que los Menores/Jóvenes estuvieran lo más cerca posible del lugar donde se desempeñaba el puesto de trabajo. Nuestra Asociación realizó una gran inversión económica en la construcción de un Centro propio, el Ayuntamiento de Purchena cedió los terreros a cambio de otras compensaciones económicas en su pueblo por parte de la Asociación y crear puestos de trabajo para sus vecinos en el propio Centro de Menores que se construyera y los responsables de la Junta de Andalucía apostaron firmemente por la experiencia dando su apoyo al proyecto al entender que este valía la pena para la consecución de objetivos tan importantes. De esta forma nace el Proyecto del Centro de Menores de Inserción Laboral de Purchena que ha iniciado su andadura gracias al compromiso de muchas personas y entidades públicas y privadas que han demostrado su sensibilidad por la reinserción social de Menores/Jóvenes, han apostado por la misma y tienen claro que es la única vía verdadera para intentar conseguirla. 3.B.2- PROGRAMA FORMATIVO LABORAL El Centro de Menores “Tierras de Oria” y el Centro de Menores de Inserción Laboral de Purchena, como Centros Educativos, en la Búsqueda y creación continua de recursos propios y/o ajenos, en beneficio de la consecución del objetivo principal encomendado, la Reinserción Social Real de los Menores /Jóvenes de nuestros Centros, ha concertado, a través de la Delegación Provincial de la Consejería de Empleo y Desarrollo Tecnológico de Almería, con el Ayuntamiento de Tíjola, el Ayuntamiento de Purchena y el Ayuntamiento de Oria, un número determinado de plazas en la Escuela-Taller de Tíjola (Ciudad de Tíjola IV) y, próximamente, en la Escuela-Taller de Oria y en la casa de Oficios de Purchena (ésta se ubicará el las instalaciones del Centro de Menores de Inserción Laboral de Purchena). Así los mencionados recursos se configuran como Programas Mixtos de Empleo y Formación, en los que se plantea la ocupabilidad del alumno alternando aprendizaje y cualificación profesional. Y por ello, en cumplimiento del Artículo 55.2 de la LORRPM: “…la vida en el centro debe tomar como referencia la vida en libertad, reduciendo al máximo los efectos negativos que el internamiento pueda representar para el me- 233 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social nor…, favoreciendo los vínculos sociales, y la colaboración y la participación de las entidades públicas y privadas en el proceso de integración social, especialmente de las más próximas geográfica y culturalmente”, y del Art. 22.5 del reglamento de la LORRPM, “la actividad o actividades que se realicen en el exterior se ajustarán a los horarios y condiciones establecidos en el programa individualizado de ejecución de la medida, sin perjuicio de que, en función de la evolución personal del Menor, la entidad pública pueda aumentar o disminuir las actividades en el exterior o los horarios, siempre dentro del margen establecido en el propio programa” La programación formativo-laboral se desarrolla de la siguiente manera: - Durante una primera etapa el alumno recibirá formación profesional adecuada a la ocupación a desarrollar dentro del Taller y la formación reglada obligatoria, impartiéndose principalmente en el Centro de Menores “Tierras de Oria”. 234 - En un segundo periodo se impartirán enseñanzas teórico-prácticas y prácticas profesionales, produciéndose la contratación del Menor desde el inicio del Taller. Las Escuelas Taller y las Casas de Oficios representan para los Menores/Jóvenes de nuestros Centros una gran oportunidad de formarse en un Programa Mixto de Empleo y Formación junto a otros jóvenes del exterior y en las mismas condiciones, dando respuesta al fin de igualdad para los colectivos desfavorecidos. La relación con aquellos, el sentimiento de igualdad en Derechos y Deberes, evitando la exclusión, son conceptos muy importantes en Menores/Jóvenes con dificultades de integración. Por ello, la actividad Formativo-Laboral llevada a cabo, se establece como un programa más, junto con el Programa de Inserción Laboral, para la paulatina inserción social, con una adecuada formación laboral adaptada a las necesidades y exigencias de la sociedad. Desde esta Asociación para la Gestión de la Integración Social (GINSO) se han puesto todos los dispositivos a su alcance posibles par que nuestros Menores/Jóvenes puedan disponer de todos los medios necesarios que les permitan realizar el programa en las condiciones más óptimas. Desde la Asociación para la Gestión de la Integración Social (GINSO), entendemos que la dignidad de una persona solo se puede preveer desde la igualdad y la integración social; y para todos los profesionales de nuestros Centros, el camino y meta a la que se tiende es la contribución e intento de ofrecimiento de la mejor preparación posible, para cuando nuestros Menores /Jóvenes queden en libertad, tengan la oportunidad real de reinserción. En este camino, la actividad formativo-laboral impartida por todo el personal, propio de las Escuelas-Taller, la aceptación y relación normalizada de nuestros Menores /Jóvenes con el resto de los alumnos/as, es una contribución y ejemplo a seguir muy importante para alcanzar los objetivos que se pretenden. 3.C.- PROGRAMA DE APOYO Y SOPORTE EN LA EJECUCIÓN DE LA MEDIDA DE LIBERTAD VIGILADA TRAS PERIODO DE INTERNAMIENTO EN CENTRO DE MENORES. Todos estamos de acuerdo en que la Inserción Laboral es la única vía para intentar conseguir una Reinserción Social real haciendo vida honrada. Conocedores de que es el único camino válido en la actualidad par conseguirlo, la D.G.R.J. y este Centro se han volcado en crear todos los mecanismos necesarios para potenciar la Inserción Laboral. Ha sido un camino difícil y de mucha dedicación y los Menores/Jóvenes que iniciaron su actividad laboral, de forma progresiva al transcurrir su ejecución de medida, llegan ya al periodo de finalización de su internamiento y a enfren- 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social tarse al reto que supone estar en libertad subviniendo por sus propios medios, en la gran mayoría de los casos, a todas sus necesidades. En algunos casos tienen el soporte familiar, por lo que la realización del trabajo en la empresa le habrá servido para la creación de hábitos laborales, tenencia de dignidad y sentimiento de ser una persona útil y de haber ahorrado un dinero muy importante, para en la primera fase, al iniciar una vida en libertad, poder emprender o buscar con tranquilidad otras experiencias laborales. Cuando vayan a sus ciudades siempre habrá empresas dedicadas al mármol o a la construcción y ellos conocerán todas las tareas a desarrollar en las mismas, colocándose en una posición ventaja en la obtención de un puesto de trabajo. Creemos que hemos hecho desde este Centro y desde la D.G.R.J., lo que teníamos que hacer por el bien de los Menores/Jóvenes a nuestro cargo y para el cumplimiento de lo que nos exige la Legalidad Vigente. Solo toca desearles mucha suerte en la vida que van a iniciar desde la conciencia muy tranquila por haber hecho sencillamente nuestro trabajo. Existe por el contrario un alto porcentaje de Menores/Jóvenes que están solos y que, de volver a sus barrios de origen, a los problemas y medio socio-familiar desestructurado, que les a su día a la comisión delictiva, puede que su camino no sea tan fácil. Intentar darles un soporte en la nueva vida que van a emprender es tan imprescindible porque, de lo contrario, puede que no haya servido el internamiento para mucho. Algunos de estos Menores/Jóvenes desean quedarse en las empresas ocupando su puesto de trabajo, sabedores de los problemas a los que se enfrentarían si volviesen a su medio anterior, desean, incluso, traerse a sus esposas o familiares más directos y empezar una nueva vida. Lo más importante es que la relación laboral que se inició por estar ingresados en el Centro, va a continuar en un futuro. Las empresas les mantienen los puestos de trabajo independientemente de su situación judicial. Este es el punto más importante en la calidad y búsqueda de puestos de trabajo para nuestros Menores/Jóvenes, al no interrumpirse la Inserción Laboral y por ello conllevar a la Reinserción Social. La problemática es bien clara con los Menores/Jóvenes que deseen continuar ejerciendo su puesto de trabajo en la empresa. Necesitan apoyo y orientación, a ser posible por el mismo Personal que ellos conocen a lo largo de su internamiento, necesitan pisos donde vivir, trasladarse al lugar de trabajo, apoyo psicológico, etc…, al menos durante algún tiempo hasta que por ellos mismos se adapten, definitivamente, al medio libre. Aunque solo sea para par que un Menor/Joven lo consiga, el esfuerzo vale la pena. Desde este Centro, a sabiendas de la problemática en concreto, no puede permanecer impasible y se llevará a cabo las inversiones necesarias en Personal y medios materiales para dar soporte a nuestros Menores/Jóvenes. Ha sido muy difícil llegar a conseguir unos objetivos tan importantes a lo largo del tiempo, para que en la última fase no le demos o ayudemos en lo que nos reclaman.Todavía esta Dirección se emociona cuando escucha a los Menores/ Jóvenes decir”…ya me voy en Libertad. Tan pronto…”,”…que voy a hacer cuando salga…”, etc… Si los empresarios son los primeros que les mantienen el puesto de trabajo, el siguiente paso nos corresponde a nosotros, ayudarles y orientarles en su última y más difícil fase de adaptación, en un medio libre, a la vida en libertad haciendo vida honrada y subviniendo a sus propias necesidades. 235 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 4.- ESTADÍSTICA REINCIDENCIA DELICTIVA. 236 Índice Reinserción Social año 2.006/07 de Menores / Jóvenes que han realizado el Programa Integral de Intervención. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente Dª. Juana Mateo Cedillo Directora del Centro Los Rosales. Asociación Respuesta Social XXI PROGRAMA DE PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA 239 INTRODUCCIÓN La ley del Menor, Ley Orgánica 5/2000 no tiene solo un carácter retributivo o punitivo, sino un carácter educativo y preventivo que prima en el espíritu de la Ley, siguiendo la línea de algunos autores, quienes apuntan que la adolescencia no solo es una etapa formativa de la vida sino el momento donde se afianzan comportamientos prosociales. Las medidas de internamiento obedecen a la naturaleza de la intervención educativa, siendo el objeto prioritario de dichas medidas disponer un ambiente que provea de las condiciones educativas adecuadas para que los menores puedan ver compensadas aquellas circunstancias que han caracterizado su comportamiento antisocial. Por tanto los Centros de internamiento de medidas judiciales se configuran no solo como dispositivos residenciales, sino también básicamente educativos, pues a través de la intervención educativa es donde se pueda alcanzar los fines de socialización de los menores, expresados en la Ley Orgánica Reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores. Los Programas de Desarrollo Personal que se desarrollan en el Centro Los Rosales, engloban un amplio espectro de intervenciones psico-socioeducativas encaminadas a lograr una educación más integral, con nuevas formas de entender la vida, de construir la propia historia personal y colectiva. 1. FUNDAMENTACIÓN Definimos la adolescencia como el periodo evolutivo comprendido entre el final de la infancia (en torno a los doce años) y el comienzo de la edad adulta (en torno a los 20 años). Esta etapa del desarrollo madurativo se caracteriza por: - Desequilibrio y exaltación emocional - Aplazamiento y crisis de identidad 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Adquisición del pensamiento formal: conquista del pensamiento abstracto, es decir, la capacidad para distanciarse de la realidad, analizar todas las posibilidades y valorar lo real a partir de lo posible. Capacidad para juzgar críticamente la realidad - Egocentrismo y capacidad de adopción de perspectivas - Tareas evolutivas y desarrollo de la identidad La adolescencia es un periodo especialmente complejo en el que es difícil tener los criterios claros y habilidades desarrolladas para enfrentarse a situaciones problemáticas especialmente para afrontar la manipulación y presión grupal. Desde esta perspectiva, los ideales políticos inculcados desde la infancia, hacen que jóvenes del País Vasco justifiquen la violencia y la intolerancia ideológica como forma de conseguir sus objetivos. 240 Pretendemos desarrollar un programa basado en el aprendizaje del respeto y la tolerancia y prevención de la violencia para los jóvenes que practican la violencia callejera como forma de apoyar una ideología que justifica la violencia como forma de anteponer sus ideales. A la violencia subyacen deficiencias cognitivas que impiden comprender los problemas sociales y conducen a conceptuar la realidad de forma absolutista y dicotómica, graves dificultades para inferir adecuadamente cuáles son las causas que originan los problemas, tendencia a extraer conclusiones excesivamente generales a partir de informaciones parciales y sesgadas y problemas en torno a la toma de decisiones y resolución adaptativa de conflictos. El riesgo de violencia aumenta cuando ésta se asocia a valores o a personas con las que el sujeto se identifica. Una de sus principales causas suele ser el sentimiento de haber sido injustamente tratado, que provoca una fuerte hostilidad, así como asociar la violencia con el poder y considerarla una fuente legítima. La violencia suele producirse por la falta de habilidades que permitan resolver conflictos sociales sin recurrir a ella; y se refuerza a través de experiencias en las que el individuo la utiliza para responder a situaciones en las que el individuo ha conseguido consecuencias positivas con anterioridad. De todo esto se desprende la necesidad de realizar un programa psicoeducativo específico como forma de promover la tolerancia y prevenir la violencia, utilizando el modelo democrático como forma de inculcar el respeto ante los diferentes ideales y compromisos personales. 2. OBJETIVOS - Dotar a los jóvenes de habilidades para manejar la presión grupal, a través de técnicas de comunicación y autocontrol. - Superar los problemas de relación y poder enfrentarse de forma no violenta a las presiones a las que se ven sometidos. - Educar en una convivencia basada en la tolerancia y el respeto a los demás. - Utilizar el modelo democrático como vía para defender los derechos de las personas. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Enseñar diferentes métodos para la resolución de conflictos como forma alternativa a la violencia. - Trabajar aspectos de la personalidad adolescente que pueden contribuir a la generación de violencia y comportamientos no adaptativos. Evaluación Se realizará una evaluación previa a la intervención, durante y al finalizar la misma, con la utilización de diferentes instrumentos de medida, entre los que cabe destacar: - Entrevista semiestructurada sobre el riesgo de violencia - Evaluación de la comprensión de los Derechos Humanos - Cuestionario de actitudes hacia la diversidad - Evaluación del razonamiento moral 3. CONTENIDOS Los contenidos se centrarán en diferentes áreas: - Estilos de comunicación (asertiva, pasiva, agresiva...) - Autocontrol - Presión grupal y resistencia a la persuasión - Actitudes hacia la violencia - Resolución de conflictos - Democracia participativa 3.1 Estilos de comunicación Se pretende desarrollar en el joven, estrategias de comunicación adaptativas y alternativas a la agresividad. La comunicación asertiva se considera la más adaptativa y para ello se trabajará con los jóvenes en este sentido, explicando las diferencias entre todos los tipos de comunicación (sumisión y agresividad), exponiendo los beneficios y las consecuencias negativas de cada una de ellas. Interiorizar la importancia de una comunicación basada en el respeto y la exposición adaptativa de lo que pretendemos transmitir a los otros, además de fomentar la competencia socioemocional y adopción de perspectivas. Fomentar la empatía y la adopción de perspectivas, a través de actividades que impliquen la representación de una misma situación, cambiando la perspectiva al: 241 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - ponerse en el lugar de las distintas personas implicadas - adoptar la perspectiva de un observador imparcial - considerar el punto de vista de la comunidad - establecer una jerarquía de prioridades entre los derechos en conflicto - la dramatización de papeles antagónicos - la representación del propio papel 242 3.2 Autocontrol Como forma de prevenir la violencia y conductas agresivas, es importante dotar a los jóvenes de estrategias de autocontrol que permitan mantener las emociones dentro de unos límites adaptativos ante cualquier acontecimiento, pensamiento o situación que sea generadora de altos niveles de ansiedad. Para ello, es importante que los jóvenes detecten dichas situaciones para identificarlas y poder afrontarlas de forma no violenta o desadaptativa. Como estrategias de intervención se utilizará entrenamiento en relajación y entrenamiento en afrontamiento e identificación de situaciones generadoras de tensión. 3.3 Presión grupal y resistencia a la persuasión Las influencias del entorno pueden generar comportamientos de alto riesgo como forma de conseguir los objetivos que el grupo pretende. Además, características individuales de vulnerabilidad pueden fomentar la manipulación del grupo con respecto a la persona. Las características de la personalidad adolescente hacen que sean más susceptibles de manipulación; por ello es importante que los jóvenes desarrollen estrategias que permitan afrontar situaciones grupales de alto riesgo que disminuyan la probabilidad de persuasión y presión del grupo de referencia. Para dicho entrenamiento se utilizarán ejemplos de situaciones en las que la presión grupal es difícil de manejar, utilizando situaciones reales y entrenando a los jóvenes en estrategias que les prevengan de dicha posible manipulación. 3.4 Actitudes hacia la violencia La violencia instrumental se utiliza para conseguir un determinado resultado. Las personas o grupos que la utilizan para conseguir sus objetivos suelen justificarla, dándole apariencia de legitimidad. La violencia puede ser utilizada para responder a funciones psicológicas y sociales cuando no se dispone de recursos positivos para ello, entre los que cabe destacar: integración en el grupo de referencia, resolver conflictos o intereses, proporcionar experiencias de poder y protagonismo social. En este bloque se utilizarán estrategias para resolver conflictos sin recurrir a la violencia, a través de la palabra y entre las que cabe destacar: a) La reflexión: Utilizar la reflexión ante una situación generadora de conflicto, como técnica previa a la utilización de la violencia. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Como forma de utilizar la reflexión es importante entrenar en la comprensión de las diversas áreas implicadas b) Negociación: Con el término negociación se suele hacer referencia a un proceso a través del cual dos o más partes intentan resolver un conflicto de intereses o de derechos entre ellas, modificando sus demandas iniciales de modo que al final se llegue a un resultado relativamente aceptable para todos. 1. Centrar la negociación en los intereses de ambas partes y no en las posiciones, para favorecer la búsqueda conjunta de la mejor solución para todas las partes implicadas. 2. Separar las personas del problema. La tensión originada por el conflicto suele dificultar la comunicación entre las distintas partes. Para evitarlo es importante no mezclar ambas cosas y adoptar un estilo de comunicación adecuado: - expresando los propios intereses de forma que parezcan legítimos para la otra parte. - Manifestando comprensión hacia los intereses de la otra parte así como el deseo de resolver el problema. - Evitar que la otra parte perciba la comunicación como un ataque del que tenga que defenderse y pueda así dedicar toda su atención a la búsqueda de soluciones aceptables para ambas partes. 3. Generar alternativas para el beneficio mutuo. Para ello: - Identificar intereses compartidos - Mezclar intereses de las distintas partes para ver si se complementan - Presentar varias alternativas que puedan ser válidas para ambas partes 4. Insistir en criterios objetivos. Negociar en base a criterios como la justicia, el mantenimiento de relaciones interpersonales, estabilidad en las soluciones... conceptos que van más allá de criterios expuestos por ambas partes. c) Mediación: El mediador puede ayudar a facilitar una comunicación constructiva al favorecer los cuatro componentes del proceso negociador. Su papel es importante para: - Sustituir una orientación de rivalidad y enfrentamiento por una orientación cooperadora. - Ayudar a identificar los propios objetivos y buscar soluciones - Favorecer que cada parte comprenda los intereses legítimos de la otra parte. 243 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social El papel del mediador es importante para: - sustituir una orientación de rivalidad y enfrentamiento por una orientación cooperadora, en la que las distintas partes se dediquen a resolver el conflicto buscando el beneficio mutuo en lugar de tratar de perjudicarse. - Ayudar a identificar los propios objetivos y buscar soluciones que los hagan compatibles con los objetivos de la otra parte. - Favorecer que cada parte comprenda los intereses legítimos de la otra parte y se comprometa con soluciones de beneficio mutuo. 3.5 Resolución de conflictos. 244 Entrenar a los jóvenes en la solución de conflictos de forma adaptativa sin recurrir a la violencia. Para ello, es importante adquirir hábitos de competencia social que incluyan habilidades sociales, competencias conductuales y conductas de afrontamiento que capaciten al individuo para enfrentarse a las demandas de situaciones conflictivas. Los pasos a seguir serían: a) Identificación del problema: trabajar la percepción, atribución que se hace al problema, la valoración del mismo. b) Definición y formulación del problema: recoger información relevante sobre el problema y establecer una meta realista de solución del problema. c) Generación de soluciones alternativas. d) Toma de decisiones. Anticipar los resultados de la solución, evaluar dichos resultados y preparar un plan para dicha solución. e) Ejecución y verificación de la solución: realizar una autoevaluación, comparando el resultado actual con el resultado esperado. Existe gran consenso en reconocer que una de las principales variables que protegen a los adolescentes del riesgo social es su capacidad para resolver de forma constructiva los conflictos socioemocionales que su vida cotidiana les plantea. Los jóvenes violentos tienen serias dificultades para resolver de manera inteligente los conflictos y tensiones que experimentan. 3.6 Democracia participativa Utilizar las bases del modelo democrático como vía de aprendizaje de solución de conflictos alternativos a la violencia. Para ello, se abordarán temas relevantes de la sociedad actual, utilizando la reflexión individual y la creación en grupo de una democracia del futuro, poniendo especial énfasis en la experiencia personal y social para la creación de un modelo que no legitimice la violencia y la intolerancia como fin para la consecución de objetivos sociales y personales. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social En este área se pretende que los menores/jóvenes se apropien del significado, los valores y las habilidades de la democracia para que puedan asumir con eficacia un papel activo en su construcción, superando los obstáculos que dicha construcción implica con el fin de favorecer una adecuada conceptualización de la democracia. Dar a todos los menores la oportunidad de participar en la organización de una comunidad democrática (delegado, subdelegado...) Repartir el poder y la responsabilidad, desarrollando contextos en los que participen educadores y menores/jóvenes y se tomen decisiones de forma democrática a través del diálogo, el consenso, etc. Desarrollo de un nuevo concepto de comunidad, de relación con las normas y de autoridad. 3.7 Educación para la paz y la interculturalidad Conseguir que acerque a los/ as menores a la realidad de los países del Sur, despertar sus conciencias, provocar un cambio de actitudes que les lleve a actuar de manera solidaria frente a las situaciones de violencia e injusticia. Introducción - Tomar conciencia del otro - Afrontar desde el enriquecimiento las nuevas realidades culturales y sociales - Conocer y modificar los estereotipos y prejuicios que los chicos/as tienen sobre los diferentes grupos étnicos, culturales, etc... - Promover actitudes, conductas y cambios sociales positivos que eviten la discriminación, favorezcan las relaciones y posibiliten el desarrollo de otras culturas minoritarias - Promover un espacio de reflexión sobre los orígenes, causas y consecuencias de la emigración. - Favorecer un espacio en el que cada uno/a pueda dar a conocer su propia cultura. La Paz se llama justicia - Conocer los derechos humanos y aprender a respetarlos. - Aprender a compartir los bienes. - Dar a conocer realidades de injusticia y violencia que sufren millones de personas en el mundo. - Fomentar y desarrollar en los/ as menores el sentido crítico para reaccionar ante estas realidades. - Invitar a la acción y el compromiso. 245 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social La Paz en el corazón de los conflictos - Dar a conocer a los/ as menores situaciones de violencia que provocan que millones de personas se vean desplazados de sus hogares y vivan refugiados en otros países. - Fomentar el respeto a todas las culturas y etnias. - Desarrollar situaciones de no-violencia en la resolución de conflictos. La Paz se llama desarrollo - Conocer los problemas que se generan a consecuencia del mal uso de los recursos. 246 - Desarrollar actitudes de austeridad en el consumo y un consumo responsable. - Promover actitudes que favorezcan el acceso de todos/as a los recursos y su reparto equitativo. 4. ACTIVIDADES Este taller se enfoca como un contenido transversal al resto de actividades, dentro del área de desarrollo personal y competencia social. Existen siete áreas diferentes a trabajar. Cada una de ellas se desarrollará en varias sesiones con la posibilidad de aumentar dicho número si las habilidades básicas de cada área no se han adquirido correctamente por los integrantes del grupo. Algunas áreas tendrán una duración mayor como el área dedicada a la violencia y a la construcción de una democracia participativa, donde el número de sesiones puede ser ampliado para poder abarcar temas sociales de actualidad con los menores. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente D. Antonio Gamonal García en colaboración con Gorka Moreno Arnedillo, Alejandro Pinilla Regalón, Rosa Suárez Vázquez y Alfonso Arteaga Olleta Psicólogo, colaborador de CEPS Descripción del Programa de mejora de la intervención en centros de protección y reforma en el ámbito de la prevención de las drogodependencias: Elaboración de instrumentos prácticos de intervención generalizables. (Fase II) 249 En este resumen recogemos la experiencia realizada en centros de Protección y Reforma de varias comunidades autónomas españolas , en concreto Cataluña, Madrid, Navarra y País Vasco. Nuestra intervención se ha desarrollado durante dos años , 2005 y 2006 y ha sido subvencionada por la Delegación de Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. El estudio realizado en la Fase I del Programa, durante el año 2005 ,nos permitió realizar una análisis de la Realidad sobre la situación del consumo de drogas en Protección y Reforma, la intervención preventiva que se estaba realizando en los centros y , a su vez, trazar el perfil de riesgo de los menores residentes en centros de protección y reforma. Entre otros datos observamos que los índices de consumo eran superiores a la población general de adolescentes del mismo intervalo de edad, especialmente en cuanto a consumo de derivados del cannabis y cocaína. Las edades de inicio en el consumo eran también más bajas , el nivel de accesibilidad de la sustancia muy elevado , la percepción del riesgo muy baja y el consumo en el entorno de iguales muy presente. Pudimos constatar la ausencia de una línea común de intervención respecto a la prevención de las drogodependencias y al consumo dentro y fuera del centro. Así mismo detectamos las principales necesidades de los centros mediante las opiniones de sus responsables y de los educadores. Estas pueden resumirse en: - ausencia de una metodología clara de intervención - necesidad de definir un mensaje único y coherente por parte del equipo - falta de herramientas de intervención preventiva, - gran profesionalidad 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Alto interés en abordar la prevención de drogas en los centros, tanto en los equipos de los centros como en los responsables técnicos de los respectivos departamentos de protección y reforma de las Comunidades Autónomas. Este resultado animo al equipo , apoyado por los centros y los técnicos de las Comunidades Autónomas a presentar la segunda fase del programa que ahora describimos: OBJETIVOS DEL PROGRAMA EN LA SEGUNDA FASE ( AÑOS 2006): General Facilitar a los centros de protección y reforma implicandolos en su propia elaboración, modelos, criterios y herramientas que aborden la prevención de las drogodependencias desde un enfoque global que contemple los factores de riesgo/protección y las conductas de riesgo manifiestas, especialmente el uso y abuso de drogas. Específicos - Diseñar un modelo de intervención útil en prevención de las drogodependencias para los centros de Reforma y Protección. - Facilitar el acceso a programas y recursos de intervención que han demostrado eficacia preventiva mediante la elaboración de un Banco de Instrumentos prácticos accesible para los profesionales que intervienen con menores en riesgo. (Elaborar una caja de herramientas de Buenas Prácticas). - Implicar a los profesionales de los centros de protección y reforma en el diseño y elaboración de propuestas de mejora. - Dotar a los centros de protección y reforma de protocolos de actuación y normativas preventivas eficaces para la prevención de las drogodependencias. METODOLOGÍA Se ha utilizado una metodología de acción-participación a fin de incorporar en todo el proceso a los implicados en el mismo. Para ello realizamos un seminario de profundización en los resultados y conclusiones obtenidos en la Fase 1 de Análisis de la Realidad (2005) dirigido a los responsables técnicos de las instituciones de protección y reforma de cada autonomía . Un segundo nivel de trabajo se ha realizado con aquellos profesionales que día a día intervienen con los menores residentes en centros de protección y reforma . Se formaron en cada una de las Comunidades Autónomas, comisiones de Protección y Reforma. Para ello se contó con profesionales voluntarios de los centros participantes. Se pidió que estas comisiones estuvieran formadas por distintos niveles de profesionales: educadores, psicolog@s, directores/as , otros. 250 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social La finalidad de esta comisión ha sido: - Revisión de las propuestas de intervención que el equipo responsable del programa elabore (revisión bibliográfica, borrador del Banco de instrumentos, guía de buenas prácticas. - Diseño del proyecto piloto, conjuntamente con el equipo técnico, para aplicar en un centro de reforma y uno de protección de cada Comunidad Autónoma. 251 MATERIALES ELABORADOS POR LAS COMISIONES A continuación realizamos una breve descripción de los materiales elaborados para la formación de los equipos de los centros de menores. Modelo para estructurar un programa de drogas en un centro Proponemos estructurar los programas de drogas de los centros en diversos componentes, que desarrollaremos en los apartados siguientes : - ELEMENTOS PREVIOS: análisis de la situación del centro, necesidades manifestadas por los trabajadores, referentes teóricos, criterios para la intervención y planteamiento general del centro. - NORMATIVA: iniciativas encaminadas a dificultar el consumo de drogas en el contexto del centro o de las actividades que organiza, mecanismos de control del consumo o tráfico, elementos de la organización y la estructura de funcionamiento del centro que dificultan estas conductas, protocolos, normas, y acciones encaminadas a favorecer el conocimiento y aceptación de las mismas. - ACTIVIDADES ESPECÍFICAS SOBRE DROGAS: iniciativas grupales encaminadas a reducir la demanda de drogas por parte de los menores. - ABORDAJE INDIVIDUAL: estrategias de intervención en la atención individualizada a los menores de mayor riesgo. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - TRABAJO CON LAS FAMILIAS: estrategias de intervención con las familias de los menores en relación con sus riesgos y con sus consumos de drogas. - COLABORACIÓN CON RECURSOS ESPECIALIZADOS: colaboración con estos recursos, criterios y protocolos para la derivación y la colaboración. 1. ELEMENTOS PREVIOS En este apartado se incluyen el análisis de la situación del centro en relación al consumo de drogas, las necesidades manifestadas por los trabajadores en relación a su formación y recursos, los referentes teóricos de partida, los criterios para la intervención, y el planteamiento general del centro en relación al problema de las drogas. 252 Antes de planificar la intervención en relación con el problema de las drogas en un centro, es necesario abordar algunas cuestiones previas que ayuden a orientar la intervención y a mejorar su eficacia. En concreto, para que un programa de drogas sea eficaz, un centro necesitará: 1. Analizar su realidad: detectando la situación real de los menores en relación con el consumo de drogas, las necesidades de los educadores del centro, y los problemas concretos derivados del consumo de drogas que se les presentan. El programa de drogas deberá responder a esas necesidades y a esos problemas. 2. Un modelo teórico para entender el consumo de drogas: conocer cuáles son las variables implicadas en la abstinencia y en el consumo de drogas y cómo se relacionan, para emprender acciones dirigidas a la modificación de esas variables. 3. Unos criterios para la intervención, basados en la experiencia y en el conocimiento de programas y estrategias de prevención eficaces. 4. En definitiva, un planteamiento general de la organización en relación con las drogas que sirva de marco filosófico y técnico del programa. Las características de los menores atendidos en los centros de protección y de reforma reúnen las características del colectivo de menores considerados en la literatura sobre prevención de drogodependencias como menores de alto riesgo. En la medida en que estas características denotan una alta probabilidad de implicarse en consumos problemáticos de drogas, tal y como queda evidenciado en el estudio realizado en el marco de esta investigación: - En la gran mayoría de los casos, son menores ya iniciados en el consumo de drogas, y en algunos casos, consumidores muy consolidados. - Tienen una historia previa de inadaptación escolar, en muchos casos con alta conflictividad en sus centros de origen. - Es frecuente la existencia de una importante conflictividad familiar, desestructuración, violencia o abandono. - En muchos casos provienen de entornos socioeconómicos próximos a la exclusión social, o dentro de ella. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social -Algunos menores han estado o están implicados en actividades delictivas. Muchas investigaciones han puesto de relieve la estrecha relación existente entre el consumo de drogas y la implicación en otros tipos de comportamientos “problemáticos” por parte de adolescentes con estas características. Estas conductas-problema, entre las cuales se encuentran el consumo de drogas, la participación en actividades delictivas, las fugas del hogar, o el incumplimiento sistemático de las normas de convivencia, forman parte de un “síndrome de desviación” o de un mismo “estilo de vida”, respondiendo todos ellas a factores comunes. Por ello, la intervención en prevención debe ofrecer respuestas globales y no compartimentadas para estas conductas. Por otro lado, y a la luz de las investigaciones al respecto, los programas de prevención más eficaces son los programas multi-componente, es decir, aquellos que abarcan una gran diversidad de factores de protección y que persiguen el fin último de la inserción social de los menores, incluyendo entre sus estrategias módulos específicos de intervención en drogodependencias. Además teniendo en cuenta las características de los menores residentes en los centros, la intervención preventiva en drogas no puede limitarse al diseño de algunas intervenciones específicas, como sesiones de grupo o individuales, practicadas por parte de algunos responsables y en momentos concretos. De alguna manera, entendemos que el programa de drogas tiene que implicar al Centro en su conjunto, debe formar parte de la cultura del mismo, participando del mismo todo el conjunto de trabajadores, y por supuesto, con la supervisión y el apoyo (al menos en su filosofía) de la dirección del centro. De acuerdo con los resultados de nuestra investigación correspondiente a la Fase 1, los programas dirigidos a centros de menores, ya sean de formación o de reforma, se enmarcan dentro de la prevención selectiva y la indicada. Las actividades aplicables al conjunto de los menores se corresponderían con un nivel de prevención selectiva (al ser éste un grupo de mayor riesgo que la población promedio de adolescentes de su edad), y la intervención específica e individualizada con los menores de mayor riesgo se incluiría en el marco de la prevención indicada. Criterios para la Intervención El modelo de Reducción de Riesgos y Daños ofrece una serie de principios orientadores de la intervención de gran interés, especialmente en el caso de los menores con mayor riesgo y/o implicación en consumos de drogas. De sus principios se podría concluir que toda intervención, sea en el nivel de desarrollo de la dependencia que sea, es siempre potencialmente preventiva, si no del consumo, de algún tipo de riesgo o daño derivado del mismo. El modelo ha de manejarse con cautela, pues una perspectiva de reducción de riesgos puede resultar contrapreventiva si se utiliza de forma inadecuada. El modelo de reducción de riesgos se presenta en ocasiones en contraposición al llamado “modelo libre de drogas” (orientado a la abstinencia); sin embargo, se trata de dos modelos complementarios en los que la pertinencia de uno u otro vendrá determinada por el perfil de los menores a los que se orienta la intervención. En ocasiones, habremos de adoptar una perspectiva u otra para cada sustancia. El modelo de Fases de Cambio (modelo transteórico) puede ser también de gran utilidad para orientar la intervención, especialmente en el ámbito de la prevención indicada (menores de más riesgo), cuando existen consumos más consolidados, y para la intervención individual (tutoría, consulta del psicólogo...). Aunque el modelo ha sido utilizado principalmente en el ámbito de la intervención con drogodependientes, puede ser de gran 253 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social utilidad en el trabajo con los adolescentes atendidos en nuestros centros, sobre todo con aquellos con consumos especialmente problemáticos. En el interior de los adolescentes se “cuecen” importantes procesos cognitivos y actitudinales que son previos a la acción (no vemos cambios en sus patrones de consumo) y que sin embargo son susceptibles de cambio con una intervención adecuada y orientada por objetivos parciales. Si logramos determinar en qué estadio de cambio se encuentra un adolescente con consumos problemáticos de drogas podremos establecer estos objetivos a la espera de activar estos cambios. Ir demasiado rápido puede resultar en estos casos absolutamente ineficaz, e incluso contrapreventivo en algunos casos. 2. NORMATIVA Este bloque hace referencia a las iniciativas encaminadas a dificultar el consumo de drogas en el contexto del centro o de las actividades que organiza. Se refiere a los mecanismos de control del consumo o tráfico, a los cambios en la organización y la estructura de funcionamiento del centro que dificultan estas conductas, previniendo su aparición; a las normas establecidas en relación al consumo de drogas y a las acciones encaminadas a favorecer el conocimiento y aceptación de las mismas. Por último, se incluyen protocolos de actuación para los educadores para el afrontamiento de situaciones de consumo, tráfico, o sospecha de que un menor se encuentra bajo los efectos de las drogas, así como el procedimiento sancionador para los diferentes casos. Tradicionalmente, el asunto de las normas se ha limitado a la existencia de un reglamento de régimen interno, con sus correspondientes sanciones y procedimientos disciplinarios, desarrollados en la práctica con mayor o menor literalidad según los centros (o incluso, según el educador de turno). Quizá por eso, estas intervenciones no gozan por lo general de buena prensa (es una intervención “represiva”, se suele decir en muchos casos), hasta el punto de que las normas y el correspondiente reglamento suelen considerarse al margen de las “intervenciones educativas”. En nuestra opinión, sin embargo, trabajar las normas y los límites constituye una interesante herramienta educativa, pero requiere mucho más que delimitar faltas y poner sanciones. Además de eso, el manejo de normas incluye aquellas acciones encaminadas a favorecer en los menores el conocimiento y el compromiso con esas normas, haciendo difícil su trasgresión, y facilitando su cumplimiento. La intervención mediante normas y límites no es una alternativa a otro tipo de intervenciones más comúnmente identificadas como “educativas”, sino que representan dos estrategias complementarias que requieren una cierta coherencia y una estructura. El manejo de normas tiene las siguientes características: - Se orienta hacia la prevención del consumo o el trapicheo de drogas en el contexto del centro. - Se refiere a la Normativa respecto al consumo o el tráfico, a los procedimientos disciplinarios correspondientes, y a las iniciativas que promuevan la participación y el compromiso de los menores con esas normas. - De alguna manera, no se mete en la vida privada de los menores, se refiere exclusivamente al cumplimiento de la normativa en el contexto del centro o de las actividades que éste organiza. 254 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - La normativa está por encima del educador, y es válida para toda la comunidad educativa (menores residentes y trabajadores). - Sus OBJETIVOS son: - Prevenir el consumo de drogas en el centro, así como el tráfico, y la participación en las actividades bajo los efectos de las drogas. - Hacer del centro un espacio protegido, tanto para quienes consumen como para quienes no lo hacen. - Favorecer experiencias de control y abstinencia que motiven a persistir en la misma y faciliten el desarrollo de otras iniciativas. Esta intervención exige diseñar planes de actuación en tres momentos distintos: 255 Teniendo en cuenta estos aspectos y partiendo de ellos en este bloque se desarrollan los pasos a través de los cuales realizamos un adecuado manejo de las normas en un centro teniendo en cuenta la prevención de las drogodependencias: - Delimitar las Normas del Centro - Diseñar estrategias de difusión, explicación y aceptación de las normas, haciendo previsible lo que ocurrirá si éstas se incumplen. - Promover cambios en la estructura y el funcionamiento del centro que hagan más difícil la trasgresión de las normas, y más fácil su cumplimiento. - Determinar mecanismos de control del consumo 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Establecer protocolos para los educadores en relación con la aplicación de estas normas - Definir con claridad el procedimiento disciplinario y el régimen sancionador - Establecer protocolos para los educadores en relación con el manejo “sanitario” de situaciones de consumo 3. ACTIVIDADES ESPECÍFICAS SOBRE DROGAS Hace referencia a las iniciativas encaminadas a reducir la demanda de drogas por parte de los menores que participan en los programas del Centro. Se trata de iniciativas que favorezcan el manejo de una información ajustada respecto a las drogas y a su incidencia sobre la salud, una toma de decisiones autónoma respecto a su uso, el desarrollo de factores de protección que minimicen sus efectos adversos, el conocimiento y puesta en práctica de comportamientos preventivos (orientados a la abstinencia o al consumo de menos riesgo), y la promoción de comportamientos alternativos y estilos de vida saludables. Resumen De Contenidos: Talleres De Prevención El Programa de Drogas impregna transversalmente toda la intervención educativa del centro, si bien en este caso nos referiremos a los “elementos más específicos”, entendidos éstos como aquellas intervenciones encaminadas a incidir sobre los “factores próximos” al consumo de drogas de un modo más directo. Hay que recordar, sin embargo, que el Programa de Prevención tendrá que tener previstas, además, actividades encaminadas a intervenir sobre los factores remotos (“distal factors”) del consumo de drogas, y que respecto a la intervención mediante actividades grupales con los menores habrán de hacer referencia al desarrollo de recursos personales (habilidades sociales y asertividad, toma de decisiones, control emocional, etc.). Las mejores intervenciones preventivas son aquellas que se adaptan a las características de cada individuo o grupo en particular, y a las situaciones concretas. Por ello, este apartado no pretende ofrecer un conjunto de actividades cerradas, sino criterios y herramientas útiles para el diseño de actividades con adolescentes de riesgo, ya sean individuales o de grupo. Los contenidos de este bloque tienen el objetivo de dotar a los educadores de los centros de conocimientos y habilidades para diseñar actividades de prevención en grupo. Presentamos a continuación un breve extracto de los mismos. Prevención Selectiva. Actuaciones a realizar Las actividades de este nivel están destinadas a la totalidad de los menores del centro. Un aspecto importante tener en cuenta es que los contenidos destinados a las distintas drogas de abuso se harán según la edad y el consumo del grupo. Para ello un buen indicador es el que nos muestra la edad de inicio de consumo en los menores de los Centros, dato cuya referencia puede encontrarse en el informe de la fase I de esta investigación. Prevención Indicada. Actuaciones a realizar Nuestra recomendación es que los menores pertenecientes a este Nivel de Riesgo reciban, como el resto de los menores los Talleres de Prevención Selectiva, y paralelamente se refuerce este trabajo con una tutoría intensiva en la que se marquen claros objetivos respecto al uso/ abuso de drogas. El objetivo de esta medida sería no discriminar (de forma positiva) grupos de especial riesgo ya que esto podría dar como resultado efectos indeseados de refuerzo a un consumo más abusivo entre los propios participantes. 256 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Objetivos generales y específicos de estas actividades Ofrecemos a continuación una propuesta de objetivos teniendo en cuenta los factores de riesgo y de protección más significativos: GENERALES 1. Reducir el consumo ( si es posible hasta la abstinencia) 2. Reducir el daño. ESPECIFICOS 1. Desmitificar creencias erróneas y aumentar la información. 2. Aumentar la percepción de riesgo. 3. Aprender y desarrollar estrategias de afrontamiento de situaciones de consumo (hay que pensar las más típicas, dentro y fuera del centro). 4. Aprender pautas de actuación frente a crisis por consumo de drogas en amigos. 5. Aprender estrategias de consumo controlado y reducción del daño. 6. En prevención indicada habría que añadir como objetivos específicos: a. Aumentar la motivación para la reducción o abandono del consumo. b. Incremento de estrategias de reducción del riesgo/ daño. COMPONENTES NECESARIOS EN UN TALLER DE PREVENCIÓN SELECTIVA en Centros de Reforma y Protección. Componente Información y actitudes hacia las drogas El objetivo de este componente es trabajar la información como componente necesario para favorecer la toma de decisiones y la formación de una actitud responsable ante el uso de drogas. La formación debe facilitar la adquisición de conocimientos y creencias que ayuden a los/ as menores a ser menos manipulables a nivel informativo. Se trata a su vez de facilitar que discriminen el riesgo ante determinadas conductas y situaciones relacionadas con el uso y abuso de drogas. Componente Toma de Decisiones Integrado por dos apartados y orientado a facilitar un pensamiento crítico frente al consumo de sustancias y a situaciones específicas asociadas a las drogas. Componente Reducción del Daño Tomando como referencia los datos que sobre el consumo de sustancias existe en estos centros y aceptando que un porcentaje importante de menores van a seguir consumiendo estas sustancias se introduce este componente dentro de los Talleres de Prevención Selectiva: Sus objetivos serían los siguientes - Incrementar la toma de conciencia de los menores consumidores de drogas sobre los riesgos de cada sustancia y de sus formas de consumo. 257 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Disminuir o eliminar los riesgos y daños asociados al uso de drogas, así como conductas sexuales de riesgo, conductas de agresividad y de violencia asociadas al consumo. - Favorecer y fomentar la aparición de conductas exentas de riesgo frente al consumo. Para el desarrollo adecuado de esta componente deberíamos tener muy en cuenta el grado de consumo de los menores y no exponer a menores que no consumen determinadas drogas a la información de reducción del daños sobre estas. Componente Autocontrol El objetivo de este componente es fomentar el autocontrol de los/ as menores facilitando la comprensión y mantenimiento de comportamientos normativos en el centro respecto a las drogas . Esto se concretaría en: 258 - Comprender, aceptar y respetar los límites relacionados con las drogas en el centro. - Reducir o eliminar el consumo de determinadas drogas ( p. e. tabaco) - Facilitar la responsabilidad sobre el estilo de vida que lleva y su relación con las drogas. Componente habilidades Sociales y de enfrentamiento a situaciones de oferta y riesgo para otros Esta ampliamente demostrada la relación existente entre el consumo de drogas en el grupo de amigos y el inicio y mantenimiento del consumo. Esta relación se refiere tanto a la necesidad de integración y pertenencia en el grupo como a la de enfrentamiento a situaciones concretas de oferta y las diversas competencias necesarias para un enfrenamiento eficaz. No bastaría sólo con tener la decisión de no querer consumir drogas, también con la habilidad de saber decirlo. Componente Ocio y Tiempo Libre En este componente se pretende facilitar el análisis de su Ocio y promover la toma de decisiones responsable respecto a como les gustaría que fuera su Ocio. Por otro lado se trata de aprender a evaluar el riesgo de las actividades que hago respecto a la probabilidad de implicarme en el consumo de drogas. Entre otras variables el componente de Ocio y Tiempo Libre esta relacionado con la variable de personalidad “Búsqueda de Sensaciones”, factor de riesgo en el consumo de drogas( Zuckerman,1983, Jaffre y Acher,1987, Luengo y cols, 1995 y 1997). Por otro lado el nuevo patrón de consumo de drogas en Europa esta mucho más asociado a un consumo recreativo, consumo directamente relacionado con este componente. Componente Drogas y relación familiar La mayoría de las investigaciones señalan como factor de riesgo el grado de consumo y la permisividad de la familia en el consumo de drogas del/ a menor En muchos casos es bueno preparar a los menores frente a personas de su familia que son consumidores y pueden convivir con él. Saber enfrentar estas situaciones será básico. Otros: drogas y género, drogas y cultura… Los objetivos y los contenidos relacionados con cada uno de los componentes mencionados son desplegados en el material del curso de formación para los educadores de los centros, siendo expuestos en el desarrollo del mismo. Se ofrecen, además, criterios para la intervención con grupos, estrategias para la evaluación de las características de los mismos respecto al consumo de drogas, pautas para el manejo de información preventiva, herramientas para la 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social evaluación de los talleres, una extensa relación de técnicas grupales con una detallada explicación de cada una de ellas, y por último, un inventario de programas y recursos de apoyo para el diseño de las sesiones. 4. EL ABORDAJE INDIVIDUAL Presentamos en este bloque de contenidos algunos principios y herramientas que pueden resultar de gran utilidad para planificar la intervención con los menores con consumos más problemáticos de drogas. En él se relacionan criterios y herramientas para la evaluación, objetivos a abordar y técnicas concretas de intervención. La tutoría se enmarca dentro de las estrategias de Prevención Indicada, es decir, de aquellas que son diseñadas a la medida de cada menor en particular. Siempre que propongamos planes de intervención “a la medida” estaremos trabajando en el plano de la prevención indicada, con independencia de las variables que son objeto de intervención. Sin embargo, en este apartado vamos a centrarnos de modo específico en el trabajo con menores que presentan un consumo de drogas especialmente severo. Los objetivos generales correspondientes a este nivel de intervención son los siguientes: - Conseguir que el menor reconozca que su consumo es problemático - Aumentar su motivación para la reducción o el abandono. - Promover pautas de consumo de menos riesgo - Incrementar el autocontrol frente al consumo. Para llevar a cabo la evaluación de la situación del menor respecto al consumo de drogas se proponen tres grandes grupos de instrumentos que hemos clasificado del siguiente modo: 259 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Con los/as menores consumidores/as de drogas existen, además del conjunto de variables intervinientes a las que hemos hecho referencia en otros bloques de contenidos, dos variables de gran importancia para ayudarnos a determinar los objetivos y la metodología de la intervención. Estas variables son el nivel de riesgo o severidad de su consumo, y su motivación por cambiarlo, ya sea para abandonarlo o para hacerlo menos peligroso. El programa de formación incluye aspectos relacionados con la formación de los educadores en la evaluación de estas dos variables: - El conocimiento de los diferentes riesgos asociados al consumo de las diversas sustancias, de las variables que lo determinan, y de las conductas que los minimizan. - La identificación de las diferentes fases del proceso de cambio descritas en el modelo Transterórico de Prochaska y Di Clemente y su adaptación a la realidad de los menores de los centros. 260 - El manejo de la entrevista motivacional como herramienta para la evolución por las diferentes etapas del proceso de cambio. Se ofrecen, por último, algunas recomendaciones para el tratamiento de la información sobre drogas en el transcurso de la entrevista individual. Ofrecemos aquí al menos una breve relación de las mismas (adaptado de Gamonal, A. y Moreno, G. (2007): Guía práctica de prevención en programas de garantía social y escuelas-taller.ADES y Plan Naciona sobre Drogas): 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1. Comenzar delimitando muy claramente el “terreno de juego”, y aprovecharlo como un primer estímulo para el abordaje del consumo. 2. Recabar información de otras fuentes, también en relación con sus consumos 3. ”Conectar” con sus intereses, no tener prisa. Hay que ganarse su confianza e ir paso a paso. Empezar por lo que al/a menor le interesa. Sabemos que el consumo de drogas es un tema que preocupa a las familias de estos menores. Algunas de estas familias han tenido problemas en el hogar debido al consumo de drogas de sus hijos/as, y que la mayoría recibe positivamente nuestra colaboración en este área. Teniendo en cuenta todo esto, en el bloque cuatro desarrollamos aquellos contenidos necesarios para una adecuado trabajo con las familias. En concreto, a través de estos contenidos se desarrollan estrategias en prevención de drogodependencias con las familias de los menores. Esta intervención la planteamos a través de las siguientes fases: Fases de Intervención: 1. Fase de Acogida y Captación. Fase inicial en la que “acogemos” a la familia y le presentamos el centro sus funciones y normas buscando su alianza para conseguir los objetivos comunes de “reeducación del menor”. Se trata de conseguir empatia mutua. 2. Fase de Motivación y Evaluación En esta fase evaluamos a la familia a la vez que se pretende conseguir su cooperación y plantear objetivos conjuntos : 3. Fase de “Crecimiento” y Formación. Una vez conseguidos los cauces de colaboración se trata de facilitar competencias para conseguir los objetivos planteados con el/ la menor. 4. Fase de Inserción Social. Se trata de diseñar y preparar la “vuelta” del menor a su contexto familiar. Los contenidos concretos que se desarrollan en este apartado de la familia son los siguientes: - Consideraciones generales. Objetivos y fases de intervención con la familia. - La prevención de drogas con las familias de los menores ingresados en el Centro. - Factores de Riesgo y Protección. La familia dentro del Proyecto de Centro .Fases y objetivos de actuación 261 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Evaluación familiar respecto a las drogas. Entrevista con la familia Cuestionario y entrevista de evaluación - Diseño de objetivos - Métodos de trabajo. Entrevista motivacional. Talleres de familias. - Como informar a la familia. Como trabajar pautas y acuerdos. - Programas de Prevención Indicada y Selectiva para las Familias. - Bibliografía 262 6. LA COLABORACIÓN CON RECURSOS ESPECIALIZADOS En este apartado se determina distintas formas de colaboración con este tipo de recursos, estableciendo criterios y protocolos para la derivación o la promoción de la puesta en contacto con estos servicios de los menores que lo necesiten. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente D. Ángel Luis Maroto Sáez Responsable del Departamento de Planificación y Coordinación de Programas y Servicios. Asociación Trama LA EMERGENCIA DE LAS ASÍ DENOMINADAS “BANDAS LATINAS” -INFLEXIONES Y REFLEXIONES A PIE DE OBRA- 265 “Así como es propio de un médico ignorante el no saber curar una enfermedad sin causar otra, así el que no puede corregir la conducta de los ciudadanos sino suprimiéndoles las comodidades de la vida debe confesar que no sabe gobernar a los hombres libres, y dedicarse a corregir su ineptitud y soberbia (…) refrene sus malas acciones y prevenga con leyes justas las de sus súbditos, mejor que dejar que las cometan para castigarlas luego”. Tomás Moro, Utopía “Llaman violento al río que baja impetuoso, pero a las orillas que lo oprimen nadie las llama violentas” Bertolt Brech INTRODUCCIÓN. A diversos fenómenos violentos (bullying, agresiones en los espacios de ocio nocturnos, jóvenes que agraden a personas sin hogar y graban dichas agresiones en sus móviles, menores que agraden a sus ascendientes, episodios de violencia escolar donde los/las docentes son intimidados/as por los alumnos, actos de agresión contra el mobiliario urbano, reyertas entre grupos ultras de fútbol, agresiones de miembros pertenecientes a grupos de ideología nazi o neonazi) ha venido a sumarse –como fenómeno emergente en nuestro país- un tipo de violencia grupal llevada a cabo por menores –no sólo de origen latinoamericano pero mayoritariamente- que ha generado gran alarma social y que ha contribuido a forjar un imaginario social donde menor -latinoamericano-banda se ha convertido en una triada diabólica y donde el calificativo de Banda Latina “sirve para situar a un conjunto de jóvenes como si fuesen una unidad de acción, que despersonaliza a sus miembros y sirve para definir un conjunto de características que los sitúa en un entramado 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social determinado y dentro del imaginario social se construye como conflictivo y temido. En el momento actual se ha construido una identificación de los jóvenes latinos a una determinada banda creando así un concepto estereotipado de joven latino que comete una actividad delictiva concreta, correlacionado necesariamente con la afiliación a una de estas organizaciones, grupos, etc; de las mal llamadas bandas juveniles ”. BARCELONA En el mes de Octubre de 2003, el joven de nacionalidad colombiana Reinaldo Tapias (Ronny Tapias) muere en manos de un grupo de jóvenes latinoamericanos en las inmediaciones del Instituto de Educación Secundaria de Barcelona donde realizaba sus estudios. Ronny Tapias era confundido con un miembro de los Latin Kings que estudiaba en el Centro al que perseguían tras un incidente entre un grupo de menores pertenecientes a los “Latin Kings” y otro grupo rival denominado los “Ñetas”. El caso desata una oleada de pánico moral frente al fenómeno de las “Bandas Latinas” y los periódicos empiezan a publicar noticias y reportajes de la triada diabólica (jóvenes-bandas-inmigrantes): “El asesinato de un adolescente en las cercanías de un instituto barcelonés en el que estudiaba representa un tipo de violencia que la ciudad no había sufrido hasta ahora. El temor a las bandas juveniles violentas ya es una realidad” (La Vanguardia, 02/11/2003). MADRID El día 3 de Mayo de 2005 se produce en el Distrito madrileño de Villaverde la muerte Manuel G. C., de 17 años de edad apuñalado, presuntamente, por un dominicano perteneciente a una de las así denominadas “Bandas Latinas”. La autoría de este hecho, tras las oportunas investigaciones policiales, se desvincula de las así denominadas “Bandas Latinas” pero, irremediablemente, se genera gran alarma social en el Distrito y se procede a la elaboración de un Plan de Seguridad Especial para el mismo. Ambos hechos harán que -tanto los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado como los diversos agentes sociales que trabajan en el ámbito de protección y de la responsabilidad penal de menores- comiencen a preocuparse y a tomar este fenómeno emergente como una prioridad en sus agendas de trabajo poniendo en marcha acciones preventivas, asistenciales, de reinserción social y de control/represión policial. Los medios de comunicación han sido los que, desde un primer momento, nominarán el fenómeno utilizando la denominación “Banda Latina” para designar a agrupaciones juveniles como los Latin Kings o los Ñetas.Y serán estos, junto con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, los agentes sociales que contribuyeron, en un primer momento, a socializar determinadas informaciones –unas veces con base y otras no tanto- sobre el fenómeno aludido. Desde que emergiera el fenómeno, y sin ninguna perversa intención, se dio el nombre de “Bandas Latinas” a determinadas agrupaciones de menores –en principio parecían ser todos de origen latinoamericano- que, entre sus actuaciones, contaban con la realización de actos violentos o delictivos. A día de hoy, al utilizar el término “Banda Latina” se ha generado un imaginario social colectivo que vincula, necesariamente a estos grupos, con el ejercicio de la violencia cuando en realidad, bajo este rótulo, se están englobando situaciones diferenciadas donde los actos violentos son ejercidos únicamente por un número mínimo de estos grupos y, dentro de estos grupos, sólo por un número ínfimo de sus integrantes y no por todos. Los medios de comunicación han contribuido a la generación de prejuicios y actitudes racistas y xenófobas al intentar mimetizar el fenómeno emergente en nuestro país con el fenómeno de las “Maras” surgido en El Salvador o Guatemala, con los conocidos como “Chavos Banda” o “Claques/Clicas” de México, con las “Pandillas”, “Parches”, “Combos” o “Galladas” de Bogotá, o los “sicarios” de Colombia. Igualmente se ha vinculado el fenómeno a las “bandas 266 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social juveniles” de Perú donde se da este nombre a grupos de pocos miembros y con un marcado cariz delictivo. Asimismo, en algunos documentales se ha utilizado el término “gangs”, exportándolo de Estados Unidos tal y como se utiliza en Los Ángeles o Nueva York. Además, se han buscado afinidades con las “Ganges”, “Galeras” y “Quadrilhas” de Brasil o las “Naciones” a “Grupos de Pandillas” de Ecuador. Es de sobra conocido en el ámbito de las ciencias sociales que no es prudente ni conveniente extrapolar los datos y quererlos amoldar a otra realidad cuyo contexto e idiosincrasia puede, y de hecho lo hace, mostrar características específicas y desiguales con sus homónimos en otras latitudes y espacios socio-culturales. Esta generalización ha provocado en la ciudadanía una vinculación de los jóvenes de origen latinoamericano a estos grupos pudiendo -sin pretenderlo conscientemente- estar contribuyendo a la creación de lo que Erving Goffman denominara, en el estudio de la microsociología, como “estigma”. Entendiendo por estigma la situación de inhabilitación para una plena aceptación social. En la presente ponencia, se presenta una aproximación al fenómeno de las así denominadas “Bandas Latinas” desde las reflexiones profesionales surgidas “a pie de obra” en nuestro trabajo con adolescentes y jóvenes pertenecientes a estas agrupaciones como lugar hermenéutico o interpretativo del mismo en el ámbito de la Comunidad de Madrid. Esperamos que, tras su lectura, seamos capaces de situarnos de manera informada ante el fenómeno y nos permita avanzar en la generación de propuestas de intervención efectivas. 1.- “BANDAS LATINAS” APROXIMACIÓN A UN TEMA SENSIBLE DENTRO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL. Cuando como es el caso del tema que nos ocupa en el presente artículo nos hayamos ante una problemática social que podríamos definir como emergente (por lo que tiene de novedosa), se hace del todo preciso llevar a cabo proyectos de investigación social que nos permitan acceder a un conocimiento y análisis del mismo con visos de cientificidad y llevar a cabo intervenciones basadas en información de primera mano más allá de prejuicios o estereotipos mediáticos. Para los profesionales de la acción, investigar supone conocer y rebelar a los demás, mediante el empleo de un método y unas técnicas que garanticen la validez y fiabilidad, algo que permanece oculto. Algo oculto no sólo porque nunca hasta ese monte hayan recabado la atención de otros investigadores sino porque el objeto, el colectivo o el fenómeno a investigar desean mantenerse opacos a miradas extrañas. Como es el tema de las “Bandas Latinas” nos encontramos buscando información que permanece en manos de personas, grupos u organizaciones que quieren retenerla puesto que su relevancia les implica un riesgo físico, social o legal. A la hora de acceder a información de “primera mano” sobre las “Bandas Latinas” no es fácil acceder ni a sus miembros, ni aquellos profesionales (sobre todo técnicos de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado) que tienen un mayor conocimiento del fenómeno aludido. Cuando nos acercamos a temas como “las Bandas Latinas” donde existe poca bibliografía, pocos datos y el colectivo es opaco a las miradas exteriores, nos encontramos ante un proceso exploratorio con un coste alto y que lo hace, muchas veces, en sí mismo inviable. De igual forma, los profesionales de la intervención psicosocial nos encontraremos ante una falta de formación previa que encuentra su justificación en hallarnos ante la presencia de investigaciones de primera generación, trabajos pioneros, lo que implica que además de una parte de búsqueda de datos tienen otra de formulación de conceptos y medidas y generalizaciones e hipótesis con las que posteriormente testar y construir teorías explicativas. 267 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 2.- “PRIMA CUESTIO DE NOMINE”. LA PRIMERA CUESTIÓN DEBE TRATAR SOBRE EL SIGNIFICADO DE LOS TÉRMINOS. En relación al fenómeno aludido, el lenguaje y términos que están siendo utilizados por los diversos organismos o entidades que están trabajando en el abordaje del mismo muestran su inconsistencia. Se constata la no existencia aún, en nuestro país, de una definición consensuada sobre qué estamos queriendo decir cuando hablamos de “Bandas Latinas”. De igual forma se desconoce si existen o no métodos de identificación de aquellos menores que pueden estar integrando estos grupos, -tanto por parte de la Policía Nacional como por parte de la Policía Municipal o la Guardia Civil, así como por parte de los sistemas de protección- que pueden tener relación con menores: salud, educación y servicios sociales-. 268 A la hora de querer abordar un fenómeno como el de las “Bandas Latinas” que llega a constituirse en “problema social”, es imprescindible contar con datos de primera mano que ayuden a los profesionales que intervienen en el ámbito de infancia y juventud a dimensionar el fenómeno y poder, a posteriori, establecer estrategias de actuación. En el momento actual, existen datos incompletos en relación al problema social objeto de estudio. Se desconoce el número real de grupos que pueden estar bajo el calificativo de “Bandas Latinas” y que pueden tener presencia en nuestro país, se conocen solamente la denominación de algunas de ellas, existen sólo aproximaciones del número de menores que pueden pertenecer a estos grupos, desconocemos igualmente su naturaleza: ¿por qué surgen? ¿qué buscan? ¿a qué responden?, no tenemos datos fidedignos sobre cómo se estructuran a nivel interno, carecemos de información de primera mano sobre si tienen o no normas de funcionamiento interno, composición por género y edad, motivación para el ingreso, distribución de roles y tareas, dificultades o no de abandonar estos grupos, si existen extorsiones o intimidaciones para el ingreso en las mismas, signos de identificación, lugares de captación o “reclutamiento” de nuevos miembros, etc. Este desconocimiento generalizado del fenómeno puede llevarnos a poner en marcha actuaciones que queriendo generar respuestas a una “problemática emergente” terminen formando más parte del problema que de una posible solución, además de poder caer en una especie de “guerra preventiva” en la que todo grupo de menores integrado por inmigrantes que se encuentren en un espacio abierto sea susceptible de sospecha. Esta dinámica puede llevarnos, sin pretenderlo, a la práctica de “políticas de tolerancia zero” o “políticas de cristales rotos” que someta a los menores a unos procesos de sobre-vigilancia y control por parte, tanto de los profesionales de la intervención social como por parte de los Cuerpos y Fuerzas de seguridad del Estado, lo que a todas luces se muestra como improcedente y, a medio y corto plazo, nada satisfactorio. De cara a poder clarificar más este fenómeno, es preciso realizar una descripción de lo que se quiere significar cuando damos el calificativo de “BANDA” a una agrupación juvenil concreta. Con esta finalidad exponemos, a continuación, un conjunto de términos y definiciones relacionadas con el fenómeno que nos ocupa en el presente artículo: - BANDAS: grupo organizado, jerarquizado y con finalidad delictiva. Composición inter-generacional y, a menudo, con un mando adulto. Optan por la carrera criminal. - CUADRILLAS: agrupación de menores y jóvenes en el espacio público. Se dan en el ámbito urbano y responden a jóvenes de clases populares. Su finalidad principal no está asociada a actos delictivos. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - NACIONES: es un concepto de origen latinoamericano. Viene a ser una federación de cuadrillas. Es transterritorial y transnacional. Posee una estructura jerarquizada, con un claro componente simbólico e identificador. El caso paradigmático de una nación es la así denominada THE ALMIGHTY LATIN KING AND QUEEN NATION (Todo Poderosa Nación de los Reyes y Reinas Latinos). Normalmente sus componentes hablan un mismo idioma, tienen una tradición común, poseen distintos grados de cohesión y tienen un fuerte componente simbólico e identitario. - ASOCIACIONES JUVENILES: pueden ser formales o no e integra a diversas cuadrillas. Es un grupo, normalmente, supralocal estando presente en diversas partes del territorio. El grado de integración es diverso. Los jóvenes se agrupan por objetivos o afinidades. Un ejemplo de estas asociaciones es la Asociación Pro Derechos del Confinado “ÑETAS”. - ESTILOS JUVENILES : son imágenes transnacionales. Los jóvenes que lo tienen no están cohesionados ni estructurados. Responden a una forma estética agrupaciones juveniles de carácter local, no estructuradas ni cohesionadas, basadas en la música y la estética. - PANDILLA: agrupaciones juveniles de base territorial local, estructuradas habitualmente en torno al ocio y tiempo libre y más extraordinariamente en torno a actividades ilícitas. Teniendo presente la clasificación anteriormente expuesta es claro y meridiano que la nota distintiva que separa una Banda de cualquier otra agrupación es la opción por una carrera criminal, es decir, la comisión de actos delictivos como nota definitoria básica de estos grupos. Ante esta cuestión y desde el trabajo que venimos realizando con menores vinculados a agrupaciones juveniles con nombres propios (Latin Kings, Ñetas, Dominican Don´t Play, Triniatarios, Latin Poison, Latin Queens, etc) debemos señalar que no todos los grupos de los considerados socialmente como “Bandas Latinas” están implicados en la comisión de actos delictivos ni tienen, entre sus fines, la realización de los mismos. Es preciso considerar que, en toda relación grupal, algunos de sus miembros o uno de ellos puede –en un momento determinado- cometer delitos puntuales y espontáneos pero sin que este hecho pueda ser imputado al grupo en su conjunto como tal. Desde nuestro trabajo con estas agrupaciones señalamos algunas claves definitorias que configuran estos grupos de jóvenes: - En cuanto a las nacionalidades de sus componentes: existen bandas homogéneas (una misma nacionalidad) y heterogéneas (de distintas nacionalidades, incluidos españoles). - Con un liderazgo identificable. - Con una organización interna formal y una estructura definida. - Que actúan colectivamente o como individuos para lograr propósitos específicos. - Que realizan captación de adolescentes en los alrededores de los IES, canchas, parques, etc. - Mayoritariamente, menores de edad aunque pueden contar con la presencia de mayores de edad. - Con una distribución de roles diferenciada en base al género. 269 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Que establecen reuniones en medio abierto en lugares determinados identificables. (parques, canchas de baloncesto, bancos, muros de los barrios, etc). - Que presentan una vinculación a un espacio o territorio urbano al que, supuestamente , se adscriben de manera identitaria y que es considerado como “suyo”, en relación a otros grupos de características similares. - Que comportan un conjunto de símbolos, argot y vestimenta propias señales de manos, graffitis, ropas características, joyas, etc. - Que cuentan con unas parafernalias y “rituales” de entrada al grupo. (Posiblemente también de salida del mismo e incluso para pasar de un estrato inferior a otro superior dentro del grupo). 270 - Que, presuntamente, tienen una fuerte cohesión intra-grupal poniendo trabas ante los intentos de algunos de sus miembros de abandonar el grupo. - Que, en ocasiones, incluye la realización de algunas actividades consideradas violentas, ilegales o delictivas Teniendo en cuenta dichas claves definitorias, sólo podríamos estar hablando de “Bandas Latinas” cuando nos encontráramos ante agrupaciones juveniles compuestas mayoritariamente por jóvenes de origen latinoamericano que tengan, entre sus fines, la comisión de actos delictivos. Sólo en estos casos sería admisible como válida la propuesta de reforma a la Ley de Responsabilidad Penal del Menor Ley 5/2000 que prevé como respuesta eficaz al nuevo fenómeno de delincuencia en bandas organizadas recoger aquellos delitos graves o delitos actuando en banda, organización o asociación. Esta reforma supondrían para la franja de 14 a 16 años la posibilidad de imponer una pena de tres años como máximo pudiéndose aplicar régimen cerrado y, para la franja de 16 a 18 años hasta 6 años, pudiendo imponer régimen cerrado y, en caso de gravedad extrema necesariamente régimen cerrado de 1 a 6 años. 3.- LA VINCULACIÓN DE LAS “BANDAS LATINAS” A LOS FLUJOS MIGRATORIOS Y, DE MANERA CONCRETA, A LOS MENORES INMIGRANTES. La inmigración está en ese paquete de problemas sociales ligados a la globalización que la humanidad tendrá que gestionar en el Siglo XXI. La inmigración en tanto fenómeno que tiene una densidad presencial, una visibiliad y una capacidad para influir en la fisonomía de los grupos sociales a corto plazo, va a demandar modelos globales de gestión de flujos humanos más eficaces que los parches que estamos aplicando hasta el momento. Las así denominadas “Bandas Latinas” como fenómeno emergente está ciertamente vinculado a los flujos migratorios y de manera más concreta a los menores inmigrantes que, en su mayoría, –fruto de las reagrupaciones familiaresllegan a un nuevo país, , una nueva sociedad y una nueva cultura en la que se encuentran “de golpe” inmersos en nuevos parámetros de convivencia, nuevas formas de consumo, nuevas formas de vivir el espacio social urbano y de entender el tiempo, nuevas formas de relacionarse con los adultos, un sistema educativo también nuevo, unos nuevos sistemas de protección social desconocidos para muchos de ellos en términos de universalidad y equidad, una serie de obligaciones y también de derechos desconocidos para ellos hasta el momento y, todo ello, en una periodo vital –la adolescencia- definida por sus propios cambios y contradicciones. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social La reagrupación de estos menores se produce, en la mayoría de las veces, en unas condiciones no del todo óptimas pues el proceso reagrupatorio lleva aparejados un conjunto de circunstancias y situaciones que provocan que para el menor sea, en muchas ocasiones, un suceso traumático. En un espacio corto de tiempo, los menores/adolescente reagrupados, se ven expuestos tanto a factores estresantes de carácter negativo como positivo. - Por un lado, se ven en la tesitura de tener que aceptar, en muchos casos, –que no decidir- la necesidad de reagruparse con sus progenitores. - Esta situación viene a producirse, en muchas ocasiones, tras un periodo de tiempo relativamente largo en el que los lazos emocionales y afectivos –pese a los intentos de ser mantenidos por sus padres vía telefónica, vía internet, vía correo normalizado, a través de amigos o convencinos enviándole regalos, ropa, calzado, cartas, etc- se verán truncados. Es indudable que, fruto de la distancia y de no poder compartir su cotidianeidad, habrán afectado de manera diferenciada la relación que se tenía con sus padres en el país de origen. - Cuando uno deja su país no deja algo etéreo sino que deja cosas concretas: deja a sus amigos, sus redes sociales, su familia extensa, a veces a otros hermanos, a aquellas figuras que han venido haciendo las veces de “padres” o “madres” en el país de origen, su cultura, sus giros lingüísticos, sus comidas, su formas de actuar y divertirse, su centro escolar, sus paisajes, sus aromas, su biografía, su historia escrita hasta el momento en el que se produce la reagrupación. - Y llega al país de destino: un país nuevo, con un clima distinto, con la misma lengua pero donde se habla distinto idioma, donde las comidas son diferentes y los olores también distintos, donde nada le es familiar, donde no conoce a nadie y donde carece de todo vínculo, incluso el familiar, que tendrá que volver a recrear. - De golpe y en un espacio de tiempo demasiado corto debe hacer el esfuerzo de “adaptarse” a su nueva situación familiar, cultural, social, educativa, de ocio y tiempo libre, etc. - Y, de repente, se encuentra viviendo en una casa que queda bastante lejos de lo que era “su” casa, compartiendo vivienda en muchas ocasiones con otros compatriotas (incluso habitación), donde el tiempo que tiene para volver a generar un tipo de relación vincular con sus padres es bastante poco puesto que la jornada laboral de estos supera con mucho las 8 horas diarias. - Se mueve en un entorno social que bien por el color de su piel, bien por su forma de hablar, bien por su forma de vestir, etc; le recuerda casi de manera permanente que “no es de aquí” y que la sociedad supuestamente de “acogida” es más bien una sociedad de “re-cogida” donde los autóctonos, de repente, parecen sentirse un “nosotros” frente a un “ellos”: los “otros”, los “extranjeros”, los “de fuera”. - Además, se debe incorporar a un sistema educativo que nada tiene que ver con el de su país de origen y para el que no ha sido preparado previamente. Nuevas materias, nuevas formas de organización y de relación con los profesores, nuevos tiempos y espacios.. - Siente la necesidad, porque es un ser humano y por humano social, de generar relaciones con otras personas y, sobre todo y por su edad, de vincularse a un grupo de pares pero, siendo “inmigrante”, generar relaciones sociales con los autóctonos, aún a día de hoy, no es fácil. 271 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Por eso, porque comparten momento vital y momento experiencial, porque se sienten compartiendo un “mismo proyecto migratorio”, porque les vincula una experiencia vital como es el ser Peruano, Dominicano, Chino, Marroquí etc, en España. Porque sus sentimientos de soledad, de abandono en muchos casos, de incomprensión, de anhelo de lo que dejó atrás, de caer en la cuenta de que vivir en España no es precisamente el “the spanish way of live” prometido o anhelado; se ve en la necesidad de juntarse con sus homónimos y generar grupos. - El grupo se convierte así para el menor en: - un lugar de referencia frente a la indiferencia mayoritaria, - un lugar “estufa” donde encontrar calor humano donde solo encuentra relaciones distantes y de frialdad, 272 - un lugar en el que sentirse apoyado, consolado, escuchado y comprendido, - un lugar donde, ¡por fin!, se siente a gusto y se siente alguien distinto a todos, un tu diferenciado y, a la vez, uno más entre sus iguales, - un lugar en donde se abre la vida, las posibilidades de realización, de planificar quehaceres, - un lugar donde desplegar su ser afectivo y sexual queriendo y dejándose querer, - un lugar donde sentir que existen referentes útiles para ir definiendo su proyecto vital, - un lugar también donde compartir recuerdos, experiencias pasadas, un ¿te acuerdas como era…? ¿te acuerdas como soliamos…?, etc Por todas estas cuestiones no es extraño, es más bien natural, que los menores procedentes de otros países se agrupen, es mucho lo que les une, lo que les lleva a buscarse, a agruparse, a generar “capital social”. Esta adscripción a determinados grupos tiene todo que ver, como he señalado anteriormente, tanto con las características propias del periodo evolutivo en el que se encuentran como con su proceso vital-existencial (viviendo un proceso migratorio y de adaptación a una nueva sociedad de “acogida”). 4.- ¿A QUÉ MODELO DE SOCIEDAD Y DE CIUDAD SE INCORPORAN ESTOS MENORES? Desde nuestro trabajo cotidiano entendemos que, para un abordaje del fenómeno aludido en toda su complejidad y multicausalidad, debemos huir –en lo posible- de planteamientos simplistas y lecturas reduccionistas de la realidad a la hora de abordar cualquier problemática social. Por ello, creemos imprescindible acercarnos al fenómeno de las así denominadas “bandas latinas” desde una perspeciva sistémica donde dicho fenómeno encuentre visos de ser comprendido. En el momento actual, la globalización y el modelo económico neoliberal -que requiere para su mantenimiento y consecución el libre tránsito de mercancías y capitales mostrándose reticente al libre tránsito de personas negando así el derecho básico de todo ser humano a buscar su pleno desarrollo, bienestar y mejora de su calidad de vida- está mostrando, de manera nítida, sus contradicciones y paradojas. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Este modelo neoliberal debe hacernos reflexionar sobre el tipo de sociedad que estamos construyendo y el tipo de mensajes y valores que predominan en ella. Hoy por hoy, ciudades como Madrid -como está siendo construida- hace también que proliferen determinadas problemáticas sociales al no acompañar un modelo de crecimiento y desarrollo económico de un desarrollo social y cultural sostenible. Actualmente nuestras sociedades y nosotros mismos estamos viviendo cambios absolutamente sustantivos en la trama que configura lo social: el crecimiento del desempleo, el trabajo precario, la aparición de brotes racistas y xenófobos, la aparición de nuevas pobrezas y de grupos de excluídos, así como el ensanchamiento que separa a ricos y pobres son todos ellos elementos que rompen con la sensación de seguridad y crecimiento sostenido e igualitario que teníamos y que parecía posible de consolidar. Esta situación aparece ahora como una Nueva Cuestión Social, la cual no puede ser leída con las antiguas categorías ni abordada con los viejos métodos de gestión de lo social. Esta nueva cuestión social nos remite a nuevos fenómenos que generan nuevos escenarios e influyen en la constitución de los sujetos. La ciudad es así, cada vez más, vista como un producto para vender, que obliga a competir para capturar inversiones, principalmente, extrajeras. La ciudad es hoy, en el contexto de la globalización, el lugar en el que se plasma la exclusión determinada por el valor agregado que cada uno está en situación de aportar al producto ciudad: la globalización excluye a las personas, a los territorios y a las actividades que no producen o no contienen algún valor de interés para la economía mundial. La idea de ciudad productiva ha crecido prevaleciendo sobre aquella de la ciudad como lugar de encuentro, de mediación y de integración social, no es la ciudad la que excluye, sino los mecanismos del mercado global respecto de los cuales la liberalización y la privatización son una elección casi obligatoria que administradores y actores locales tienen pocas posibilidades de contrarrestar, admitiendo que quieran hacerlo. La creación de zonas de gran valor para las empresas, sobre todo para el tercer sector económico -empresas de (bio)tecnología, informática y servicios en general- necesita llevar a cabo una “arquitectura y ordenación del territorio en base a la exclusión”, que afecta a una gran extensión de estas áreas. Esta exclusión no pasa solo por lo espacial sino que también supone la exclusión social de las personas con problemas sociales, es decir, los “descolgados”, los “indeseados”, o “los perdedores del capitalismo digital” al decir de Böhnisch y Schröer, porque ello “molestan” y entorpecen la vida y el desarrollo de la “ciudad emprendedora” en los centros de la economía. Estas políticas sociales y urbanas suponen una manifestación más de la nueva “cuestión social” suponiendo la apertura de la brecha entre ricos y pobres. El aumento de la exclusión social y espacial de los “indeseados” lleva cada vez más al nacimiento y refuerzo de un “muro invisible”. A lo largo de este “muro invisible” se crea una división o dicotomización de la ciudad: las personas socialmente desfavorecidas no tienen nada que hacer en la “ciudad emprendedora”; que está pensada para las personas con éxito, para los “global players” o “ganadores del capitalismo digital”, aquellos que disponen de las posibilidades sociales y económicas para adquirir el acceso a esos lugares. Se trata de una puesta al día del antagonismo centro-periferia de la Geografía radical. “Estamos ya y avanzamos aparentemente a pasos muy rápidos hacia una sociedad dicotómica, cada vez más diferenciada entre ricos y pobres y cada vez con mayor distancia entre las partes. Cada una de ellas con sus metas individuales” (Marchioni, 1999, p 35). Esta tendencia ligada a una globalización económica en aumento, del llamado “capitalismo digital”, ya no lleva automá- 273 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social ticamente a una emancipación social y a la autonomía de todos los miembros de la sociedad, sino –según el principio posmoderno de la división laboral fragmentada- a un aumento de la liberalización social de una parte de la sociedad y por otro a una regresión social de los grupos “no productivos” de la sociedad como es el caso de los jóvenes, por ejemplo. Esta tendencia contrasta con la idea de una sociedad altamente integradora, en la que todos disfrutan del aumento del bienestar y que los “optimistas sociales” de corte Hayecktiano llaman el “efecto ascensor”. Tenemos necesidad de re-pensar e imaginar la ciudad en su conjunto, de manera integrada, teniendo en cuenta todas las dimensiones que hay en la ciudad. La ciudad debe ser re-pensada e imaginada para su futuro sostenible desde su triple perspectiva, es decir, como URBS, como CIVITAS y como POLIS. Eso es lo que le falta a la ciudad de hoy: urbanización, ciudadanía y política. La construcción de una ciudad mejor y sostenible pasa por la construcción de entornos habitables (urbs), por la construcción de civismo – espacios públicos, educación, escuelas, sanidad, solidaridad, servicios sociales, etc- (civitas) y, por supuesto, también polis (igualdad social, democracia, participación real y efectiva, predominio de los intereses generales, control de la administración pública democráticamente elegida, etc). Los profesionales de la intervención psico-social y educativa no podemos ni debemos olvidar que la ciudad y el territorio se planifican para sus habitantes, que el continente se organiza en función del contenido, para que sus habitantes vivan mejor. El planeamiento urbano debe servir para disminuir siempre la segregación social y la exclusión. Lo cual debe ser realizado a través de la inversión pública y la construcción de equipamientos y servicios accesibles para todos los ciudadanos. Debe evitarse SIEMPRE la construcción de una ciudad fragmentada y segregada. El espacio social de la ciudad se construye en buena parte a través de la vivienda y del mercado de la vivienda, y con la construcción de equipamientos e infraestructuras. El mercado de la vivienda, que en nuestro país es muchas veces poco transparente, asigna las personas al espacio en función del nivel de rentas. Por ello contribuye a una fragmentación de la ciudad. Por un lado, urbanizaciones para grupos de rentas altas, exclusivas, cerradas, con equipamientos refinados que hacen la vida más agradable en el alojamiento privado y en el cerrado espacio colectivo. Por otro, la ciudad de los pobres, de los “desechables”, los cascos antiguos degradados, las periferias marginales, la infra-vivienda. Las ciudades son también sus ciudadanos y ciudadanas, y el uso que éstos y éstas hacen del espacio construido. Los habitantes no se distribuyen homogéneamente sobre el espacio urbano. Hay diferencias socio-espaciales, que van desde los cambios de densidad, a la misma heterogeneidad social del espacio, desde los barrios de los ricos a los de los pobres, cada uno con sus características diferenciales. Las ciudades son desde el comienzo del desarrollo urbano espacios que han crecido con la llegada de habitantes de afuera, es decir, lugares de inmigración. Lo cual se acentúa todavía más hoy con las migraciones internacionales. La ciudad es un crisol donde se funden las culturas. Pero eso requiere hoy, tiempo, escuela pública, acceso al mercado de trabajo y a los equipamientos sociales, así como objetivos sociales claros. Pero estos menores inmigrantes y también los adultos, llegan en un momento de claros reajuste en lo económico que lleva a limitar los gastos en las tradicionales áreas de la Política Social (Empleo, Vivienda, Servicios Sociales, Sanidad, Educación y Pensiones) provocando una verdadera carrera de “luchas por el acceso a los recursos” de aquellas capas de la población que, como los inmigrantes, se encuentran más desfavorecidas. Estos menores llegan en un momento en el que se llevan a cabo intentos más o menos solapados de privatizar las áreas anteriormente aludidas, de recortar las prestaciones sanitarias y sociales, de generar un sistema educativo a 274 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social distintas velocidades, de un mercado laboral flexibilizado al máximo dando cabida a que se den en su seno verdaderas situaciones de explotación laboral y salarial, donde se mira con incertidumbre al futuro no sabiendo muy bien si lo que hoy conocemos como “pensiones” serán generalizables a las generaciones por venir, con un mercado de vivienda entregado a la especulación y que segrega determinadas zonas urbanas generando, necesariamente, que aquellas familias y personas con menos ingresos se concentren en determinadas áreas de la ciudad, etc. A todo esto le debemos sumar que estamos generando una sociedad donde la persona ha dejado de ser concebida como ciudadano de la polis para pasar a ser tenido en cuenta en tanto consumidor de productos. Eres en tanto consumes y en función de lo que puedes comprar lo que entrega a muchos menores y jóvenes a vivir en una situación permanente de aquello que Merton señalara como “Anomia”. Es decir. Muchos de los menores tanto inmigrantes como autóctonos se ven en la necesidad –mediada y mediática- de tener que acceder –como sea- para “ser” a determinados productos del mercado pero su situación social, familiar, vital y, sobre todo, económica impide en muchas ocasiones este acceso lo que le aboca a una frustración constante en la dialéctica medios fines. 5.- ¿SON LAS “BANDAS LATINAS” O ES LA VIOLENCIA EL PROBLEMA? Hoy por hoy, la violencia se ha generalizado y, por si fuera poco, asistimos a la generación de mil y un eufemismos para tapar, disimular o desviar las miradas de ciertos acontecimientos que, al decir popular, “claman al cielo”: la invasión de Irak, la prisión de Guantánamo, la inoperancia de organismo internacionales como la ONU, las decisiones de organismos como el BM, el FMI o la OMC, la edulcoración permanente del lenguaje que denomina “daños colaterales” al asesinato de miles de personas, etc. Creemos que el problema hoy es la violencia en si, la violencia generalizada y sobre todo la violencia como manera normalizada de abordar e intentar resolver los conflictos. Basta ver las formas de “diálogo” que se producen en los programas mas “naife” de la televisión, el conjunto de conflictos armados que existen actualmente en el mundo, la gestión de las discusiones familiares, las situaciones de acoso escolar, las situaciones de acoso laboral, las situaciones de violencia intrafamiliar, las discusiones de los conductores en la carretera que acaban muchas veces en urgencias, etc; para caer en la cuenta de que la violencia, lejos de ser algo inusual, es algo más bien bastante habitual. ¿Qué tipo de referentes, qué mundo de valores estamos enseñando a las nuevas generaciones después de todo lo dicho? Son menores si, pero no son tontos y todas estas cuestiones, con otras palabras, quizá con otros matices pero igualmente sonoras, son cuestionadas, pensadas y reflexionadas por los ellos y ellas. En medio de este panorama nada halagüeño es preciso tomar en consideración una forma específica de ejercer la violencia que es la que están produciendo algunos menores vinculados a estos grupos. Lejos de echar mano del manido remedio de “mano dura”, “tolerancia cero” o la conocidas políticas de “cristales rotos” siempre medidas políticamente más efectistas desde el punto de vista del “marketing mediático” pero cuyo fracaso probado en ciudades como Nueva York o México son ya evidentes para quien las quiera entender, la forma de abordar un fenómeno emergente como es el de los actos violentos cometidos por algunos menores de algunas de las así denominadas “bandas latinas” debe pasar por la puesta en marcha de diferentes medidas en las diferentes áreas del actuar político. 275 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 6.- (IN)CONCLUSIONES. APORTES PARA UNA “LECTURA PROFESIONAL” DE ESTE FENÓMENO EMERGENTE. Conforme a la expresión de Donald Schön, los profesionales de la intervención social somos o debiéramos ser “prácticos reflexivos” desarrollando un tipo de conocimiento basado en la reflexión. No una reflexión después del evento, sino una reflexión durante el mismo. El práctico reflexivo deviene potenciado a través de la práctica reflexiva, la crítica ideológica y la reconstrucción racional de posibles cursos de acción en el futuro. Así construida, la práctica reflexiva tiene una agenda profesional de mejoramiento de la práctica y otra agenda política, orientada a desarrollar la autonomía de los prácticos, el juicio profesional informado, la toma de decisión y la auto realización individual y colectiva contribuyendo a una democracia igualitaria. Por ello, es preciso que los profesionales que trabajamos en interacción directa con estos menores inmigrantes (integrantes o no de grupos violentos) tomemos en cuenta algunas consideraciones, a saber: 276 - La existencia de este fenómeno emergente supone, sin duda, prestar atención al mismo en toda su complejidad ya que requiere un abordaje sistémico desde el reconocimiento de un origen estructural y multicausal. - Es preciso tomar conciencia del absoluto desconocimiento que existe entre los profesionales de la intervención social del fenómeno descrito, por lo que se hace imprescindible la elaboración de estudios de campo de corte etnográfico que más allá del impacto mediático nos sitúe en el mismo evitando toda estigmatización, la sobre-generalización y la alarma social. Estos estudios deberían estar basados, siguiendo los planteamientos de Irene Vasilachis, no en una epistemología del sujeto cognoscente sino en una epistemología del sujeto conocido - De igual forma, debemos hacernos conscientes de nuestra falta de competencia intercultural lo que debe llevarnos a formarnos y a desarrollar una actitud de apertura ante lo novedoso y lo extraño dejándonos “afectar” por las diferentes realidades socio-personales de los “nuevos ciudadanos”. - No olvidar la clave de género (construcción de la masculinidad) y la construcción de la realidad desde los mundos referenciales de estos menores en una sociedad en la que la violencia está generalizada. - Necesitamos nuevas claves de lectura y nuevas herramientas de intervención profesional para el abordaje de estos menores. Entender por qué determinados menores pasan a formar parte de estos grupos, qué hace que se mantengan, cuál es el proceso de transformación y disolución de estos grupos y qué metodologías de acción desarrollar para fomentar su inclusión social son nuevas claves para un futuro prometedor. - Desde el trabajo de calle (outreach) vemos necesario desarrollar todo un trabajo de motivación al cambio y de empoderamiento personal de estos menores, así como establecer metodologías novedosas que, desde una intervención temprana, eviten el ingreso de nuevos menores a estos grupos y permitan la salida de los que ya los integran. - La Mediación entre Bandas como “política de reducción de daños” y elemento conciliador. - La familia de estos menores, como agente socializador por excelencia, debe convertirse en un foco privilegiado de actuación. Discriminación no sólo es tratar diferente a quienes son iguales, sino que también discrimina quien trata igual a quienes son diferentes. Nuevos problemas-Nuevas respuestas. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Trabajar con la sociedad en su conjunto la sensibilización para la convivencia intercultural de cara a evitar brotes xenófobos y racistas de la población autóctona. - Definición de nuevas políticas sociales que –desde un análisis de la realidad- permitan la inclusión de la población inmigrante potenciando una diferencia que no es desigualdad y defendiendo aquellas universalidades que son liberadoras y no destruyen la particularidad. - Abordar el fenómeno desde la consideración de estos grupos como asociaciones de jóvenes o agrupaciones juveniles sin por ello obviar que en el seno de algunas de ellas se producen fenómenos violentos. - Establecer vías y canales de diálogo y negociación con estos grupos tanto de cara a su conocimiento como a escuchar aquellas cuestiones que tengan que plantear. Primero conocer, después actuar. - Desarrollar programas de co-desarrollo que permitan trabajar en el país de origen la reagrupación familiar con los menores así como la utilización racional de las remesas económicas permitiendo la generación de cooperativas y proyectos de empleo con viabilidad futura en el país de origen. - Concienciar y sensibilizar a los medios de comunicación sobre sus funciones como “constructores y mediadores de la realidad”. En este sentido habría que dirigir esfuerzos de cara a vincular los desarrollos periodísticos a su código deontológico y a evitar amarillismos mediáticos. - Dotar de formación a los profesionales que trabajan en el ámbito de menores de cara a poder abordar la intervención desde el respeto y conocimiento de la diversidad étnica y cultural. - Crear mesas de trabajo e intervención conjunta en aquellas zonas, distritos o municipios donde las situaciones violentas causadas por menores (sean las que sean) se muestren con mayor virulencia yendo hacia el establecimiento de planes y estrategias integrales de actuación. - Desarrollar programas que permitan a las familias inmigrantes conciliar la vida familiar y laboral: guarderías de 0-3 años, creación de programas de mentoring que permitan a los menores contar configuras de referencia adulta cuando los padres no pueden estar con ellos por cuestiones laborales, desarrollar programas destinados a padres y madres orientados a la dotación de habilidades parentales y marentales para la adecuada educación de sus hijos, etc. - Dotar de más equipamientos sociales, culturales y deportivos para los jóvenes fomentando su participación activa en la gestión de los mismos. Que sean protagonistas reales en los contenidos de las actividades a realizar. Muchos de nuestros programas “técnicamente correctos” no responden a las necesidades, gustos y aficiones reales de estos menores cuyos hábitos y costumbres vinculadas al ocio son bastante diferentes. En nuestro país hemos ido cercenando las posibilidades de participación real y activa sobre todo de los jóvenes pero, muchos de estos menores, vienen de entornos donde el desarrollo comunitario, el trabajo junto con otros, el crear redes es algo habitual y habría que tomarlo como potencialidad a fomentar. - La ciudad no puede estar pensada solo para vender y comprar o para transitar con los vehículos. Debemos generar espacios públicos que puedan ser “tomados” por los jóvenes y hacer uso de los mismos como si fueran propios. 277 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Debemos evitar el endurecimiento de la Ley de Responsabilidad Penal del Menor creyendo que así estaremos contribuyendo a un aumento de la seguridad ciudadana. Estaremos, eso sí, acallando conciencias y generando situaciones “virtuales” de tranquilidad pero no estaremos abordando el fenómeno es su raíz. - Unido a lo anterior, es preciso generar y dotar nuevos programas de Educación y Captación Activa de Menores en Medio Abierto. La figura del profesional que trabaja en la calle en la localización, captación y motivación de menores de cara a la realización de actividades que puedan ser de su interés, que les doten de herramientas para la vida activa y adulta, que les oriente, que les confronte.Volver a hacer de la calle un espacio educativo, saliendo de los despachos y yendo allí donde los problemas se producen. - Crear Equipos de Trabajo de Calle en horario nocturno y en fines de semana que permita acceder a aquellos grupos de menores más vulnerables y con más riesgo de poder llegar a verse inmersos en situaciones violentas. 278 - Re-pensar la ciudad y la ciudadanía. Es necesario que pensemos en qué tipo de ciudades estamos construyendo y para ser vividas por quiénes. Actualmente se están produciendo concentraciones urbanas de población de distintas nacionalidades en áreas muy concretas donde se reproducen situaciones de racismo, xenofobia y una constante competencia por el acceso a recursos (becas de comedor, guarderías, becas para libros, rentas mínimas de inserción, etc). BIBLIOGRAFIA - Área de Investigación y Formación Social y Criminológica del Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada (CEFJE). “DEBAT A BAT: Agrupaciones de jóvenes latinoamericanos en el ámbito de la Justicia en Cataluña”. Barcelona. 2006. - Berzosa, R. (2000). ¿Qué es eso de las tribus urbanas? Bilbao: Desclée de Brouwer. - Brotherton, D.C.; Barrios, L. (2003) The Almitghty Latin King and Queen Nation. Street politics and the transformation of a New York City gang. New York; Columbia University Press. - Cerbino, M (2004). Pandillas juveniles. Cultura y conflicto de la calle. Quito. El Conejo & AbyaYala. - Colubi, P (1997). El ritmo de las tribus. Barcelona: Alba Zoom. - Costa, P-O; Pérez, J.M.;Tropea, F (1996).Tribus urbanas. Barcelona. Paidós. - Donald, M (1995) “Tribus urbanas: los hijos de la cultura postindustrial”. Cuadernos de Realidades Sociales, 45-46: 25-44. - Feixa, M (coord) (2004) “De las tribus urbanas a las culturas juveniles”. Revista de Estudios de la Juventud, 64. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social G RUPOS DE DISCUSIÓN: 4 “Prevención de la Reincidencia” 281 Coordinan Dª. Teresa Farnós de los Santos Centro de Estudios Reina Sofía Dª. Inmaculada Lacasta Jiménez Técnico ARRMI 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente D. José Simón Martín Mata Responsable del Programa Operativo “Lucha contra la Discriminación”. Fundación Diagrama PROGRAMA OPERATIVO “LUCHA CONTRA LA DISCRIMINACIÓN”. 283 JUSTIFICACIÓN DEL PROGRAMA La Fundación Diagrama lleva 15 años promoviendo y gestionando Programas, Centros de Menores, Investigaciones e iniciativas de diferente índole, dedicados atender a jóvenes y menores que se encuentran en situaciones de riesgo o exclusión social. Estas iniciativas comparten el propósito de invertir las dinámicas de menoscabo personal y social en las que se encuentran inmersos estos jóvenes y reencauzarlas hacia procesos controlados de Integración Social. Así pues, con la pretensión de continuar generando actuaciones desde esta perspectiva multidisciplinar y global, se ha estado manifestando un vacío en el trabajo realizado con los jóvenes cuando finalizan su internamiento y regresan al entorno donde se encontraban con anterioridad. El Programa Operativo, con la intención se subsanar esta carencia, pretende continuar esta labor efectuada desde los centros, coordinándose y colaborando con las entidades gestoras de Medidas Judiciales en Medio Abierto, y prosiguiendo el trabajo con los jóvenes una vez éstas hayan concluido. De este modo, el Programa Operativo pretende presentar a esta población de jóvenes un recurso más que preste continuidad a las intervenciones realizadas en los diferentes momentos por las entidades implicadas y, secundando la filosofía del nuevo Reglamento, concede al ámbito sociolaboral una relevancia prioritaria desde la cual continuar construyendo el recorrido hacia su inserción social entendida integralmente. Actualmente, la sociedad del bienestar y el vertiginoso desarrollo técnico y económico, tienden a dificultar la integración de los colectivos más desfavorecidos. La misma sociedad genera mecanismos de exclusión para aquellos que detentan menores niveles de ajuste y mayor privación de recursos. Las políticas de intervención social están resultando insuficientes para atender adecuadamente a estos colectivos minoritarios con características muy específicas y que precisan de intervenciones acondicionadas a tales necesidades. El colectivo de jóvenes que han cumplido Medidas Judiciales, representa un claro ejemplo de este desarraigo social donde, además de carecer de toda una serie 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social de aptitudes y actitudes que faciliten la integración, cuentan con la incomprensión y el rechazo de gran parte de la opinión pública. Ante este conjunto de dificultades, a muchos de estos jóvenes les resulta muy complejo poder acceder con normalidad a los puestos de trabajo que existen en el mercado laboral, y cuando lo consiguen, normalmente se trata de empleos precarios y poco enriquecedores. A la vista de esta situación, se reafirma la inminente demanda social de integrar en el Mercado Laboral a estos jóvenes cuando finalizan su Medida de Internamiento. Además, el cambio cultural que supone del internamiento en un centro y la incorporación a una cultura proactiva reclamada por todo puesto de trabajo, precisa abordar estas circunstancias de forma sistemática, global e integral. Para ello, se parte de la conciencia de la dificultad de inserción de los mismos si no se emplean medidas complementarias y una tutorización prolongada durante el periodo inmediatamente posterior al cumplimiento de su Medida. De este modo, la labor del Programa Operativo se centra en la incorporación de nuevas didácticas y metodologías de actuación. Manifiesta la necesidad de asimilar nuevos sistemas de comunicación para incrementar los niveles de integración sociolaboral de este colectivo, acercando el tejido productivo a los centros de cumplimiento de medidas judiciales. Así pues, resulta prioritario generar redes de empresas dispuestas a facilitar inserciones laborales para estos jóvenes, así como generar estructuras y procedimientos para que éstos puedan realizar en las mismas prácticas formativas promovidas y sufragadas desde el Programa, sin coste ni inconveniente alguno para el empresario. Como resultado de esta realidad, el Programa Operativo “Lucha contra la Discriminación” gestionado por Fundación Diagrama, pretende ofrecer un recurso eficaz que intervenga ante estas situaciones y permita a los jóvenes que participan desarrollar las estrategias, los conocimientos, habilidades, herramientas y destrezas para incorporarse y mantenerse en el Mercado Laboral e integrarse adecuadamente en la sociedad. Conscientes de que un empleo digno no es bastante para este último reto, el Programa extiende sus actuaciones a todos los ámbitos que, vinculados o no directamente con el área laboral, pueden fortalecer este proceso. De este modo, nos encontramos delante de una labor que precisa desarrollar actuaciones no sólo con los jóvenes que están participando, también con el tejido productivo y social de la comunidad en la que viven. BASES METODOLÓGICAS DEL PROGRAMA En relación a los principios teóricos expuestos, el Programa ha desarrollado una serie de bases metodológicas consistentes con los mismos. Se ofrece una relación de los diferentes métodos y preceptos que definen estas propiedades. En primer lugar, destacar que como resultado de las reflexiones aportadas precedentemente, la metodología del Programa se sustenta en el concepto: Itinerarios Individuales e Integrales de Inserción Sociolaboral. A partir de los mismos, se establece el recorrido óptimo que se debe seguir junto al joven para alcanzar su completa integración en la sociedad. Dicho Itinerario engloba actuaciones en todos los ámbitos, no sólo en el laboral y, al mismo tiempo, enfoca la intervención del joven desde una faceta personal e individualizada. Así pues, la expresión “junto al joven” introduce un nuevo concepto fundamental en la metodología del Programa: 284 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social El Acompañamiento. Ya se ha comentado la falta de conocimiento y motivación que tiene gran parte de este colectivo para buscar un empleo. El Acompañamiento, consiste en un método por el que el Educador de Inserción de Referencia de cada joven acompaña, literalmente, al mismo a realizar las actuaciones planificadas en su Itinerario, hasta que adquiera la suficiente autonomía para continuar el Itinerario por si solo. Este hecho, además de aportar un elemento motivador, permite al joven realizar un aprendizaje práctico por modelado de las técnicas y estrategias idóneas para buscar trabajo. Otro aspecto metodológico muy relevante del Programa, es el Proceso Integral de Diagnóstico. Antes de elaborar el Itinerario, se realiza una evaluación individualizada de todas las áreas que comprenden la vida personal, social, familiar, formativa, laboral… etc. Con la información que se dispone, se está en posición de generar un Itinerario que atienda y potencie todos los elementos que son detectados en uno u otro sentido. Incidir en la introducción de un nuevo método formativo que permite a los jóvenes aprender un oficio en un ambiente de trabajo auténtico, al mismo que asimilan hábitos laborales y normas informales que rigen la relación con jefes y compañeros. Se está hablando de las Prácticas Formativas en Empresas, las cuales se desarrollan en un apartado posterior. Relación de otros aspectos metodológicos de importancia que sigue el Programa: - El joven es el protagonista del Programa, siendo él quien va resolviendo los conflictos y dificultades que van surgiendo, siempre con la orientación y apoyo del profesional oportuno. Desde esta perspectiva, se concede al participante un estatus preferente que le sitúa como parte diligente de la intervención, dejando atrás antiguas posturas que afrontaban la atención de estos colectivos desde una situación pasiva y menos comprometida de sus componentes. El joven es siempre autor y actor de su proceso de Integración Sociolaboral. - Para cada joven se genera un Itinerario Individualizado a partir de un Proceso de Diagnóstico inicial en el que se establecen cuáles son sus carencias y potencialidades. Posterior a la incorporación al Programa y antes de iniciar cualquier actuación, el joven transcurre por un proceso de valoración donde se determinan los factores donde se van a centrar las acciones que se programen en lo sucesivo. Resulta relevante en este proceso contemplar tanto las deficiencias más significativas como las potencialidades visibles y encubiertas de cada joven. Cuando dichos factores están identificados se procede a consensuar junto al joven los objetivos y actividades que van a realizar y las fechas estimadas para ello. Ambos elementos, el diagnóstico y la elaboración del Itinerario, suponen las bases esenciales donde se fundamentan el resto de premisas del Modelo y del Programa. - Periódicamente se revisa, evalúa y adapta el Itinerario de Inserción de cada participante. Los Itinerarios planificados en ningún caso se conciben como herramientas rígidas y estáticas ante cualquier eventualidad con la que se vayan tropezando. Los mismos Itinerarios están ideados como mecanismos dinámicos que permiten incorporar en su desarrollo las acciones que se consideren oportunas en el transcurso de los mismos, bien por surgir aspectos no existentes en el momento del diagnóstico, o por no ser detectados convenientemente en este momento. Del mismo modo, si las circunstancias de un joven variaran lo suficiente como para ser necesario volver a redefinir íntegramente el Itinerario generado en un principio, se procedería a hacer lo propio, con la debida justificación de los motivos que han impulsado a dicho cambio. 285 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - El programa formativo y el nivel de exigencia se adapta al proceso individual de cada participante. Las acciones del Programa, en lo que refiere a la formación general y profesional, se ajusta al ritmo de cada joven. Lejos de ofrecer actuaciones universales, las actividades que se planifican van orientadas a atender las circunstancias concretas de los jóvenes, adecuándolas a sus particularidades y al ritmo que precise cada cual para interiorizarlas adecuadamente. - Se trabaja la adquisición de hábitos y actitudes necesarios para la integración laboral. Es frecuente encontrar a con jóvenes que nunca han disfrutado de un empleo formal y que carecen de personas próximas que les puedan servir de guía y modelo en el ámbito laboral. Es por ello, por lo que resulta esencial poder ofrecer a este colectivo de pautas y referentes en este sentido. A este respecto, las actitudes son tan importantes, o más, que las propias aptitudes. 286 - Las actividades formativas se adecuan a las demandas profesionales de cada zona. Para realizar un Itinerario Sociolaboral congruente con los yacimientos laborales existentes en cada territorio, resulta elemental detectar las principales demandas laborales que hay en los mismos. En este sentido, una de las labores del Programa consiste en realizar estudios de estas características. Así pues, se tiene especial consideración a la hora de proyectar las acciones formativas de los jóvenes que residen en cada zona, para concordarlas con las necesidades laborales encontradas. - Formación polivalente y global. Más allá de la formación específica selectiva referida con anterioridad, el Programa incluye actuaciones formativas elementales y de carácter general, mediante las cuales se prepara a los jóvenes participantes con los conocimientos necesarios para detentar una cultura general satisfactoria, al mismo que suficiente para proseguir su formación en un futuro si así lo consideran. - El Programa incluye actuaciones de carácter integral: Actuaciones formativas básicas; actuaciones de cualificación profesional; actuaciones dirigidas a la consecución de habilidades, actitudes y hábitos transversales; actuaciones de formación profesional específica; actuaciones de entrenamiento en la aplicación de nuevas tecnologías; actuaciones de información y orientación; actuaciones de inserción, mediación e integración laboral; actuaciones de Inserción e Integración Social. - En el proceso de enseñanza-aprendizaje se respetan los ritmos personales. Al igual que en el desarrollo específico de las acciones formativas, todo el proceso de integración sociolaboral de cada joven supone una dinámica que precisa concordancia entre cada Itinerario y la idiosincrasia de cada joven. En esta adecuación se consideran, no sólo las necesidades sociolaborales concretas de los jóvenes, también las capacidades propias de cada cual para aprender a mitigarlas. - Tutorías individuales, actividades grupales, prácticas formativas en empresas. El Programa ofrece toda una serie de actuaciones destinadas a atender al colectivo implicado desde los más diversos enfoques. Entre tales actuaciones se incluyen tanto dinámicas y actividades desarrolladas en grupo, donde se concede especial énfasis a los procesos de comunicación y relación en grupo, así como a otra serie de acciones desarrolladas de forma individual. Entre estas últimas cabe destacar la correspondiente a las tutorías personales que se realizan con cada joven. En las mismas, además de ofrecer la información y orientación laboral apropiada en cada caso, se atiende a cada participante explorando e interviniendo sobre su situación concreta y sus condiciones particulares. En esta misma línea, en los casos donde se valora producente, se pone a disposición de los jóvenes la posibilidad de 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social participar en prácticas formativas en entornos laborales reales. En los mismos el joven tiene la ocasión de realizar una experiencia prelaboral en una determinada empresa que encaje con su perfil personal, sin coste alguno para la empresa que colabore. Dicha acción se explica con mayor profundidad con posterioridad. - Se concibe la Integración Sociolaboral como un proceso individual a largo plazo. Ha quedado sobradamente constatada la necesidad de plantear modelos de intervención que realicen un seguimiento longitudinal activo y prolongado de los participantes que son atendidos. Las intervenciones puntuales tienen poco sentido cuando la etiología de la exclusión tiene variables tan diversas y profundas. Ya que sabemos que la inserción laboral no es una garantía de la integración en el mercado de trabajo, aún menos constituye la evidencia de una plena integración social. En este sentido, se revela indispensable el desarrollo de iniciativas que perduren su acción durante el tiempo. En este punto es donde la concepción activa del seguimiento alcanza un significado trascendental en la naturaleza del Programa y de su propósito. El concepto activo implica continuidad en la intervención en el momento que así se requiera. Las actuaciones que se efectúan desde el Programa, mediante el enfoque de un seguimiento de intervención activo, se extienden hasta nueve años después de la incorporación del joven al mismo. - Los contenidos de los Itinerarios siguen el método de la programación por objetivos y para determinarlos se tienen presentes dos factores: Pragmatismo y funcionalidad; ajuste a las circunstancias personales y sociales de cada joven, a sus necesidades y perspectivas. No se plantean objetivos a largo plazo que puedan resultar utópicos e inalcanzables, por el contrario se planifican metas a corto - medio plazo, revisando el Itinerario propuesto con una frecuencia semestral, que permita ir evaluando la medida en que estos objetivos se van consiguiendo, así como las dificultades que se van encontrando. Esto permite continuar planteando el modo de solventar los obstáculos y, si fuera el caso, adaptar y redefinir los objetivos para los siguientes seis meses. - La metodología del Programa se basa en el surgimiento, elaboración, desarrollo y finalización de un Proyecto Personal como herramienta que dará sentido al todo el proceso. Para ello, resulta fundamental situar al joven en posición de definir un Itinerario en el que se hagan compatibles sus aspiraciones y posibilidades. No obstante, dicho recorrido se aborda desde la flexibilidad y la coherencia, nutriéndose de una continua retroalimentación basada en tres principios esenciales: Principio de Autonomía, entendiendo que el ritmo lo debe definir cada joven; Principio de Individualización, introduciendo parámetros de exigencia personal para hacerlo eficaz; y Principio de Formación – Acción, basado en la relevancia de aplicar inmediatamente en la práctica todos los conocimientos que sea impartidos desde la teoría. PROCEDIMIENTOS DE INTERVENCIÓN DEL PROGRAMA Aspectos generales del Programa El Programa pretende ofrecer a los jóvenes participantes un recurso más hacia su Integración Social. Dicho recurso está orientado fundamentalmente al ámbito sociolaboral, entendiendo que éste es un elemento socializador relevante pero no suficiente. Desde el Programa, también se pretenden atender todas las áreas que de algún modo puedan interceder, junto a la consecución y mantenimiento de un empleo, en los procesos de integración de este colectivo y, en concreto, de cada uno de los individuos que la componen y que se incorporen al Programa. En este sentido, el propósito del Programa no es buscar un trabajo al joven de forma inminente ni prioritaria, menos 287 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social aún cuando se trate de trabajos denigrantes donde se explote a los jóvenes sin ofrecer mayores aportaciones en lo profesional y / o personal. Por el contrario, el objetivo preliminar del Programa es diagnosticar individualmente la situación y características de cada joven para elaborar un Itinerario consecuente a la evaluación, con metas a medio / largo plazo. La idea es incorporar al joven al Programa desarrollando actuaciones adaptadas al ritmo de cada participante, empezando con actividades e iniciativas que vayan preparando al joven para su próximo acceso al mercado laboral, teniendo presente su lugar y entorno de origen, evitando acciones precipitadas (rápida búsqueda de un empleo) que puedan conducir a los jóvenes a experiencias contraproducentes y a nuevos fracasos. El Programa no es un sistema de refuerzo destinado a aquellos jóvenes que muestren progresos en su Programa de Ejecución de Medida, los Centros ya disponen estos sistemas. La participación en el Programa es un derecho para todos los jóvenes de este colectivo que cumplan los requisitos que se desarrollan en el apartado sucesivo, independientemente de su evolución y actitud. En este mismo sentido, la incorporación en el Programa es siempre voluntaria para el joven. Igualmente significativo en la incorporación al Programa es desarrollar un vínculo afectivo entre el joven y el Educador de Inserción. Esta relación debe mantener el equilibrio entre respeto, autoridad y afecto, teniendo presente que este Educador va a ser una persona de referencia adulta para el joven a la que poder acudir y pedir apoyo dentro y, fundamentalmente, fuera del centro, concluida su Medida de Internamiento. Dicho vínculo se considera un eje transversal y fundamental en el Programa; es una de las principales herramientas que permite y favorece toda actuación que se planifique o improvise en un momento dado con el joven. Criterios de participación Los criterios establecidos para diferenciar los jóvenes que se incorporan al Programa y en qué momento, son los siguientes: - Edad: Jóvenes entre los 16 y 21 años. La participación en el Programa es siempre voluntaria para los jóvenes. - Sexo: A diferencia de los varones, se incorpora al Programa a todas las jóvenes internadas en los centros que cumplen los requisitos expuestos en el presente apartado. De este modo, se aplican medidas de discriminación positiva que fomentan la Igualdad de Oportunidades de este colectivo. Situación Jurídica: Que estén cumpliendo o hayan cumplido Medida Judicial con la Fundación Diagrama o con alguna otra entidad con la que dicha Fundación haya establecido el convenio de colaboración oportuno. Los jóvenes que han finalizado su Medida de Internamiento en el Centro y se encuentran cumpliendo una Libertad Vigilada, siguen participando en el Programa Operativo. En este caso, es fundamental coordinarse y cooperar con las Entidades que están gestionando dicha Medida, siempre con un talante de colaboración, informándoles sobre lo que se ha trabajado hasta la fecha con el Joven y prestando nuestra asistencia puntual si así lo requieren. Cuando el joven ha finalizado todas sus Medidas, igualmente continua participando en el Programa hasta que se dé por concluido su Itinerario de Inserción Sociolaboral; hasta que cumpla 25 años; o hasta que el joven así solicite. 288 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Fases del Programa Seguidamente, se desarrolla el proceso general por el que transcurren los Itinerarios individuales de cada participante. Dicho proceso se desglosa en tres fases fundamentales: Fase de Incorporación; Fase de Acompañamiento; Fase de Seguimiento. En los puntos posteriores se hace un repaso de estas etapas con sus peculiaridades más relevantes. La Fase de Incorporación comprende el inicio del Programa e incluye: La presentación del Programa al joven con sus características y posibilidades; su inscripción voluntaria formalizada en el documento oportuno; el diagnóstico inicial del joven; y la elaboración de una propuesta de su Itinerario Socio Laboral consensuada con éste y consecuente con la evaluación efectuada. La Presentación del Programa tiene como intención, además de mostrar al joven información pormenorizada sobre las actuaciones del Programa, la de incluir al mismo en un proceso motivador y dinámico donde se implique y comprometa en las iniciativas que se planifiquen - conjuntamente - en su Itinerario de Inserción. Asimismo, junto al componente informativo y motivador, se establece para el joven el Educador de Inserción de Referencia que va a realizar su acompañamiento y seguimiento posterior, así como asistir su proceso de Integración Social en todo aquello que resulte provechoso. El acuerdo conjunto del Itinerario Socio Laboral que se va a seguir, no se basa en una dinámica de negociación con el joven, sino en un proceso consensuado por el que se establece - juntos - el camino a recorrer hacia su integración sociolaboral. Como referencia general, esta primera fase ocupa entre dos o tres sesiones aunque, con la pretensión de personalizar la intervención desde su inicio, se puede extender dicha fase en beneficio de la óptima incorporación del joven al Programa, cuando así fuera necesario. La Fase de Acompañamiento es la parte central del Programa donde se realiza el Itinerario de Socio Laboral del joven en compañía de su Educador de Inserción. Dicho acompañamiento se debe efectuar en todas las circunstancias que resulte útil para el proceso de Integración del joven, no sólo en acciones relacionadas con el ámbito laboral. Durante esta fase, en el caso de que el participante tenga menos de 18 años será necesaria la firma del representante legal oportuno, que autorice la asistencia a ciertas actividades del Programa: Cualquier trabajo, prácticas laborales, talleres de formación que incluyen experiencias preelabórales en empresas, actividades de ocio que impliquen desplazamientos largos… La Fase de Acompañamiento, continúa aunque el joven se incorpore a algún recurso formativo o laboral. La Fase de Seguimiento representa el punto donde gradualmente se debe ir ralentizando la intensidad de contactos con el joven, al valorar que el mismo dispone ya de un cierto nivel de autonomía e integración. Ésta y la anterior fase del Programa no constituyen un peldaño sin vuelta atrás. En un determinado momento se pueda estimar que el joven vuelve a requerir un acompañamiento más estrecho o incluso redefinir la propuesta de su Itinerario Socio Laboral inicial. 289 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Se ofrece un esquema que condensan lo elemental de este proceso: 290 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente Prof. Ed L. B. Hilterman en colaboración con Marta Ferrer Director Técnico del Proyecto de Gestión de Riesgo con Jóvenes Infractores en Cataluña PROYECTO DE GESTIÓN DEL RIESGO CON JÓVENES INFRACTORES 293 En el momento de llevar a cabo la valoración de riesgo del comportamiento delictivo, la responsabilidad es del profesional responsable del caso. Experiencias recientes con reincidencias de presos o casos de protección de menores ilustran la falta de herramientas para hacer una valoración ajustada del riesgo de reincidencia. Uno de los mayores problemas en la valoración de riesgo de reincidencia es la falta de un procedimiento sistemático, razón por la cual cada profesional aplica sobretodo sus propios criterios en dicha estimación. En la investigación sobre la reincidencia en la justicia juvenil de Capdevila, Ferrer y Luque (2005) se demostraba que las variables que pueden incidir en la reincidencia de jóvenes no están recogidas sistemáticamente. La necesidad de cambio fue ilustrada también en una encuesta sobre el clima de trabajo en la Dirección General de Justicia Juvenil (DGJJ) en Cataluña (Hilterman & Ferrer, 2005). Algunos de los resultados obtenidos fueron que el 46% de los profesionales destacaban que las procedimientos no estaban suficientemente descritos; el 87% opinaba que las innovaciones del trabajo son necesarias; el 97% creía que es importante actualizar las conocimientos para hacer un buen trabajo, y un 63% que los instrumentos de valoración de riesgo tienen un valor importante para el trabajo de los profesionales de la DGJJ. El Proyecto de Gestión de riesgo con jóvenes infractores en el ámbito de la justicia juvenil en Cataluña, tiene como objetivo introducir algunas herramientas que ayudan al profesional en su tarea de conocer los factores de riesgo individuales de cada joven. Al mismo tiempo estas herramientas permiten estructurar la intervención posterior. En este artículo describimos las diferentes fases de dicho proyecto. 1. INTRODUCCIÓN Desde el año 2005, el Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada (CEJFE) y la Dirección General de Justicia Juvenil (DGJJ), ambos organismos dependientes del Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya, llevan a cabo el Proyecto de Gestión del Riesgo con Jóvenes Infractores. Este Proyecto constituye una clara muestra de aplicación de procesos sistemáticos de formación e investigación en la mejora de la eficacia de la intervención de 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social los profesionales en términos de reducción del riesgo de reincidencia de estos jóvenes. El Proyecto parte de los siguientes supuestos básicos: 1. La intervención desde las instituciones destinadas a ejecutar medidas y penas tiene una doble finalidad de control y reinserción de los sujetos penados que está directamente relacionada con evitar su reincidencia 2. Se puede mejorar la intervención con los jóvenes infractores siguiendo un proceso de valoración estructurada de los casos orientada a prevenir la reincidencia 3. No es prioritario seleccionar objetivos de tratamiento que no conecten con el riesgo de reincidencia 294 Para alcanzar sus objetivos el Proyecto de Gestión del Riesgo con Jóvenes Infractores combina tres elementos básicos: la formación de los profesionales; la gestión del cambio para la implementación de un nuevo método de trabajo; y finalmente la investigación que acompaña, evalúa y retroalimenta todo este proceso, permitiendo su mejora permanente. 2. PRINCIPALES SISTEMAS DE VALORACIÓN DEL RIESGO 2.1. La valoración clínica no estructurada Cuando un menor infractor entra en contacto con el sistema penal es preciso que los profesionales realicen una valoración del caso, ya sea dirigida a evaluar la posibilidad de mediación o a orientar la decisión judicial. Posteriormente, si existe la imposición de una medida judicial, es necesaria una valoración más pormenorizada del caso que oriente las prioridades de la intervención educativa que los profesionales deberán desarrollar. Actualmente el método más aplicado para valorar las circunstancias y características de los jóvenes es el de la opinión clínica no estructurada. El elemento central de este método es la libre interpretación de la información seleccionada del joven que hacen los profesionales: los psicólogos, los trabajadores sociales, los educadores, etc. La valoración no estructurada puede ser muy diferente dependiendo de cada profesional o menor. El profesional es quien decide a través de sus conocimientos y de su experiencia cuáles son los factores principales en cada caso y en que aspectos va a centrar su trabajo, y esta valoración no siempre está claramente relacionada con el riesgo de reincidencia. La ventaja de éste método es que los profesionales pueden centrar mucho su trabajo en cada caso individual. Las desventajas, sin embargo, son: que hay aspectos poco relevantes que son muy valorados mientras que se pueden dejar de lado otros aspectos más relevantes; que la subjetividad, y la simpatía o la antipatía juegan un papel importante en la evaluación final; y finalmente, una cuestión muy importante, que cada profesional tiene un sistema de trabajo propio no explicitado que hace imposible reproducir el camino exacto que le ha llevado a tomar determinadas decisiones: los casos son difícilmente comparables y un mismo caso pudiera ser valorado de forma muy distinta por diversos profesionales, incluso de una misma disciplina. Los resultados de las valoraciones clínicas no estructuradas pueden variar mucho. Uno de los resultados del estudio de Baxstrom en Norte-América fue que los profesionales clínicos sobreestiman enormemente el riesgo de reincidencia (Steadman & Cocozza, 1974). Hanson & Bussiere (1998) llegaron a la conclusión de que el pronóstico clínico 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social presentaba una escasa relación con el comportamiento criminal real. Quinsey & Cyr (1986) descubrieron que los no expertos predecían la reincidencia tan bien o tan mal como lo hacían los profesionales. Ocho años más tarde Mossman (1994) llegó a la misma conclusión. Van der Meer y Raes (2002) llevaron a cabo una investigación cualitativa en Holanda. Entrevistaron a cuatro profesionales clínicos acerca de 78 internos a los que preguntaron cuáles eran los factores de riesgo que consideraban más importantes en cada uno de los pacientes.Van der Meer et al. concluían que: 1. sólo una minoría consultaba literatura reciente sobre el tema; 2. existe una tendencia en estos profesionales a reflejar ideas personales en su valoración del riesgo; 3. los profesionales inventaban o creaban razonamientos “científicos”. Llama la atención que los profesionales clínicos no mencionaban factores de riesgo que habían sido identificados como factores relevantes como resultado de una investigación empírica. Van der Meer concluyó que “Los profesionales tienen sus propias ideas personales sobre los factores de riesgo y además que no las comparten con otros profesionales cuando hay que tomar una decisión final”. Las conclusiones a las que llegó Elbogen et al. (2002) recientemente se encuentran en la misma línea: los profesionales clínicos no tienen en cuenta algunos de los factores que investigaciones recientes destacan como factores decisivos. Philipse (2005) concluyó que la opinión clínica no estructurada no tenía ningún tipo de relación con alguno de los criterios utilizados para medir la reincidencia. 2.2. La valoración clínica estructurada del riesgo de reincidencia Una alternativa al anterior método que está ganando mucho terreno, sobretodo en el norte de Europa i de América, es la valoración clínica estructurada. Se trata de un método que propone que el profesional lleve a cabo de manera sistemática el proceso de determinar cuáles son los factores de riesgo de reincidencia y, por tanto, en qué aspectos prioritarios hay que intervenir. Con este método, el profesional recurre a una lista de factores de riesgo (y en algunos casos también de factores protectores) que la investigación empírica existente sobre el tema ha demostrado que tienen una relación con la reincidencia en actos violentos y a menudo también con la reincidencia general. La lista de factores de riesgo ayuda a que el profesional, cuando valora un caso, tenga en cuenta la información más relevante, es decir, se fije siempre en los datos importantes a recoger durante las entrevistas y durante la revisión de sus notas, y a seleccionar la información destacable del expediente judicial. De esta forma, la valoración final del riesgo de reincidencia es sistemática, está bien documentada y además incorpora los resultados de la investigación empírica: estudios recientes indican que los índices de riesgo basados en valoraciones estructuradas obtienen mejores resultados que los juicios clínicos no estructurados (Philipse, 2005;Vogel, de 2005). 295 3. DE LA VALORACIÓN DEL RIESGO A LA GESTIÓN DEL RIESGO 3.1. Qué es gestionar el riesgo La gestión del riesgo de reincidencia representa un paso más allá de la valoración estructurada del riesgo de reincidencia ya que implica no sólo detectar los factores y el nivel de riesgo, sino tam- 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social bién construir un programa individualizado de tratamiento (PTI) que permita incidir de manera sistemática sobre estos factores con la intención de reducir el riesgo de reincidencia y promover indirectamente la (re) inserción del joven. 3.2. Un instrumento básico: el SAVRY En el Proyecto catalán de Gestión del Riesgo con Jóvenes Infractores se utiliza como instrumento básico de valoración estructurada del riesgo el Structured Assessment of Violence Risk in Youth (SAVRY: Borum, Bartel & Forth, 2002: traducción al catalán/castellano:Vallès & Hilterman, 2006). 296 El SAVRY contiene 24 factores de riesgo agrupados en tres secciones (Históricos, Sociales/Contextuales e Individuales) y seis factores de protección. Estos factores tienen base empírica, habiendo sido formulados a partir de la investigación existente y de la literatura sobre el proceso de desarrollo en la adolescencia, y la violencia y agresión juveniles. Cada factor de riesgo tiene un esquema de codificación de tres valores: Alto, Moderado o Bajo, y va acompañado de instrucciones específicas para su codificación. Cada factor de protección tiene un esquema de codificación de dos valores: Presente o Ausente. El profesional tiene que establecer en qué medida está presente cada uno de los factores en el joven, pero siempre teniendo en cuenta que la justificación de la codificación es más importante que la codificación misma. Un aspecto que destaca en el SAVRY es el énfasis que pone en los factores dinámicos de riesgo/necesidad (que se encuentran en las secciones de ítems sociales/contextuales y en la de ítems individuales). Ejemplos de este tipo de factores son: “Delincuencia en el grupo de iguales”, “Problemas de consumo de sustancias”,“Actitudes negativas”,“Bajo interés/Compromiso escolar”, etc. Dado que la adolescencia es una época de grandes cambios – físicos, intelectuales, sociales y emocionales – y que la mayoría de jóvenes que son violentos durante su adolescencia no persisten en este comportamiento en etapas posteriores de sus vidas, es importante reconocer que, para muchos adolescentes, la naturaleza y el nivel de riesgo de violencia puede también cambiar o variar. Otro aspecto importante en la estructura del SAVRY son los factores de protección. Estos están conceptualizados como variables que reflejan el compromiso y la implicación con las reglas sociales convencionales, que actúan como control ante las actividades no normativas, es decir, reflejan el compromiso con actividades incompatibles con la trasgresión de la norma. Los factores de protección pueden mitigar la aparición del riesgo, o en algunos casos, pueden formar parte del tratamiento o de las intervenciones que se programen a fin de potenciar o facilitar los intentos de reducir el nivel de riesgo. Ejemplos de los ítems considerados factores de protección son: “Implicación pro social”, “Apoyo social fuerte” o “Actitud positiva hacia las intervenciones y la autoridad”. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Teniendo en cuenta toda la información obtenida, el profesional llega al final a una conclusión sobre el riesgo de reincidencia, no de manera mecánica, si no a través de una reflexión clínica sobre el conjunto de valoraciones aplicadas a los distintos factores y su relación. Esta valoración final también se codifica en una escala de tres valores: Alto, Moderado o Bajo. A la vez, es muy importante formular porque se ha llegado a la valoración de cada factor y a la estimación del riesgo de reincidencia, cosa que permitiría a otro profesional rehacer el proceso de reflexión y comprender los motivos que han llevado a tomar determinadas decisiones o plantear ciertas prioridades en la intervención. El SAVRY, pues, se puede utilizar también en la planificación de intervenciones y el monitoreo de cambios. Así puede utilizarse para el diseño clínico del tratamiento, para determinar las condiciones de la supervisión en medio abierto, o al hacer la planificación de la puesta en libertad o de los permisos de salida en un centro de internamiento. Los factores que destacan más pueden ser incluidos como objetivos del tratamiento y los factores de protección pueden ser realzados o aplicados para potenciar el objetivo global de reducir el riesgo de comportamiento violento en el futuro. 4. LAS CUATRO FASES DEL PROYECTO DE GESTIÓN DEL RIESGO CON JÓVENES INFRACTORES FASE 1 (2005) Fase de evaluación inicial En la primavera de 2005 desde el Proyecto de Gestión del Riesgo se llevó a cabo una primera investigación explorando la relevancia percibida en relación a diversos factores de riesgo por parte de los profesionales de la DGJJ, así como la aplicación práctica que los profesionales hacían de estos factores (Hilterman & Ferrer, 2005). En esta fase también se examinó la forma como los profesionales de la DGJJ recogían información sobre los jóvenes constatándose que se procedía con el método de la valoración clínica no estructurada, procedimiento que dificulta el registro sistemático de toda la información relevante, así como la comparación de la valoración de un profesional con la de otro y la evaluación de resultados de la intervención. Una muestra de las opiniones de los profesionales de la DGJJ recogidas en la evaluación inicial: “No tenemos instrumentos de valoración, los indicadores son a criterio del profesional ” “Me parece muy interesante que se hagan trabajos sobre la reincidencia y sobre los factores que la pue- 297 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social den predecir, ya que permite adecuar las intervenciones” “Me parece muy interesante este estudio y pienso que es una buena idea hacer participar a los profesionales activamente y mantenerlos informados” “Me gustaría conocer y poner en práctica de forma habitual escalas para valorar el nivel de riesgo en los menores, por ser básicos para nuestra intervención educativa”. El análisis de toda esta información permitió corroborar la necesidad de introducir sistemas más estructurados de trabajo y más centrados en la reducción del riesgo de reincidencia como objetivo evaluable con un claro componente educativo i reinsertador. Por otra parte, la percepción de los profesionales catalanes sobre los factores de riesgo más relevantes permitió que se incorporaran al Proyecto, en situación experimental, factores no recogidos por este instrumento pero percibidos como claves por la mayoría de profesionales (los denominamos “factores añadidos”). Finalmente se evaluó la idoneidad de cada equipo de la DGJJ como posible equipo piloto donde iniciar la segunda fase del Proyecto, analizando en todos los equipos, entre otros aspectos, el clima de trabajo y la motivación al cambio. FASE 2 (2006) Fase piloto e inicio de un estudio de validación del SAVRY y otros instrumentos relevantes Fase piloto Una de las primeras actuaciones del Proyecto de Gestión del Riesgo que se llevó a cabo en esta fase fué la implementación del SAVRY en un equipo de la DGJJ. El equipo elegido en la fase anterior para empezar con la valoración estructurada del riesgo fue el equipo de Medio Abierto de Girona. Los profesionales de este equipo empezaron con el proyecto en diciembre de 2005 y está previsto que finalice el periodo de pilotaje en diciembre de 2006. En primer lugar se diseñó un curso de formación teórico-práctico y se llevó a cabo la formación inicial de los profesionales del equipo piloto. También se creó un modelo de entrevista semiestructurada a los menores que facilita la obtención de la información necesaria para llevar a cabo la valoración estructurada del riesgo, instrumento que continúa en proceso de revisión y mejora. Actualmente se estan llevando a cabo las valoraciones estructuradas de los casos acordados y se 298 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social está haciendo un seguimiento de la implementación por parte del director técnico del Proyecto. Al inicio de la implementación piloto se les preguntó a los profesionales que les parecía trabajar con el SAVRY, y estas son algunas de las opiniones recogidas. “Su aplicación: creo que nos ayuda a estructurar la información y a planificar mejor las entrevistas, también considero muy valioso hacernos conscientes de la parte emocional para equilibrar las valoraciones que hacemos.” “Creo que puede ser un instrumento eficaz para nuestro trabajo, una vez lo tengamos más incorporado y nos resulte más fácil su mecánica y aplicación. También, a medida que lo vayamos utilizando, quizás podamos encontrar matices e instrumentos que nos facilitarán la intervención con el joven.” “De entrada encuentro el aspecto positivo de la primera entrevista en la que de una manera sistemática recoges mucha información, que a diferencia de como yo trabajaba hasta el momento lo iba recogiendo a lo largo de toda la medida.” ESTUDIO PARA LA VALIDACIÓN DEL SAVRY Y DE OTROS INSTRUMENTOS RELEVANTES El SAVRY es un instrumento no validado en el contexto catalán y consideramos metodológicamente imprescindible hacer un estudio de su validez y de su fiabilidad en nuestro contexto a través de una investigación. Esta parte de la segunda fase empezó en mayo de 2006 con la selección y la posterior formación del equipo de profesionales que actualmente lleva a cabo el trabajo de campo de dicha investigación. Estos mismos profesionales serán los que, posteriormente, ejercerán como formadores del Proyecto en su implementación en nuevos equipos de la DGJJ. En octubre de 2006 estos profesionales empezaron la recogida de datos para la investigación. Esta etapa está previsto que finalize en marzo de 2007. A partir de entonces comenzará el seguimiento de los jovenes de la muestra hasta marzo de 2008. 299 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Objetivos de la investigación: - Validar el SAVRY en la realidad catalana y medir si en esta realidad es un instrumento válido y fiable. El SAVRY se usa ya en diferentes países europeos como Holanda, Suecia e Inglaterra pero no está validado en nuestro contexto específico. - Determinar la relación de los “factores añadidos” a los que nos hemos referido anteriormente con la reincidencia y ver si pueden mejorar el SAVRY. Los profesionales catalanes han destacado como importantes algunos factores de riesgo que no se usan en otros países europeos. No se sabe si estos factores añadidos de verdad tienen una relación con la reincidencia de jóvenes infractores, lo cual se intentará averiguar mediante esta misma investigación. - Hacer una radiografía de los jóvenes de la muestra describiéndolos de manera meticulosa y precisa para que los programas, las intervenciones y el tratamiento puedan ser adaptados a sus necesidades. - Describir a los jóvenes en términos de rasgos de psicopatía y determinar si la YPI2 es, en comparación con el PCL:YV3, un instrumento válido para identificar a los jóvenes con rasgos de psicopatía. FASE 3: Extensión de la experiéncia a todos los equipos de la DGJJ Esta extensión comporta la formación de los profesionales de los equipos de asesoramiento técnico, de medio abierto y de centros educativos y su seguimiento durante el proceso de implementación ya que este implica un importante cambio metodológico y conceptual. Se trata de que todos los profesionales utilizen la misma metodología con un mismo criterio, y con un lenguaje más compartido. Está fase empezará en marzo de 2007, una vez termine la recogida de datos de la investigación de validación. Para que el desarrollo de esta fase se lleve a cabo de forma positiva hay dos cuestiones previas de gran importancia: - La implicación real de los equipos directivos de la DGJJ en el Proyecto. Para que esta implicación se produzca es necesario, entre otras cosas, un proceso de formación que permita adquirir un conocimiento a fondo de los planteamientos del Proyecto y de sus repercusiones prácticas, tanto 300 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social en lo que se refiere a las ventajas que implica, como en lo que hace referencia a las dificultades organizativas que puedan surgir y cómo solventarlas. Este proceso de formación se extenderá en los próximos meses a todos los mandos de la DGJJ. - Otra cuestión muy importante es completar la formación del equipo de formadores del Proyecto que son los que, a su vez, van a formar al resto de profesionales de los distintos equipos. FASE 4: Creación e implementación de un sistema permanente de evaluación y mejora a partir de técnicas de investigación aplicada Esta evaluación implicará la explotación sistemática de los datos que generará el Proyecto de Gestión del Riesgo con el fin de obtener evaluaciones periódicas de resultados y de procesos, es decir, evaluación de la reincidéncia y evaluación de la adecuación de los procesos prácticos a los teóricos como verificación de la calidad del trabajo cotidiano. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS - Andershed, H., Kerr, M., Stattin, H. & Levander, S. (2002). The Youth Psychopathic Traits Inventory (YPI). Orebro: Centre for Developmental Research, Örebro University, - Borum, R., Bartel, P., & Forth, A. (2002). Manual for the Structured Assessment of Violence Risk in Youth (SAVRY).Tampa, Florida: University of South Florida -Capdevila, M., Ferrer, M. y Luque, M.E., (2005). La reincidència en el delicte en la justícia de menors. 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Doctorado, Amsterdam: Universidad de Amsterdam. * Director tecnico del proyecto de gestion de riesgo con jovenes infractores en Cataluña, e-mail: [email protected]. ** Jefe del Area de Investigación y Formación Social y Criminologico del Centre Estudios Juridicos. 1 Recomendación Rec(2003)20 del Comité de Ministros del Consejo de Europa a los estados miembros sobre nuevas formas de abordar la delincuencia juvenil y el papel de la justicia juvenil (Adoptada por el Comité de Ministros el 24 de septiembre de 2003 en la 853ª reunión de los Representantes de los Ministros). 2 El Psychopathy Checklist:Youth Version (PCL:YV: Forth, Kosson & Hare, 2003 adaptación española para uso en investigació:Torrubia, González, Molinuevo & Pardo, en imprenta) es una adaptación para jóvenes del Hare Psychopathy Checklist-Revised (PCL-R: Hare, 1991). Estrictamente el PCL:YV no es un test psicológico y tampoco un instrumento de valoración de riesgo. Pero sí que la psicopatía tiene una clara relación con la reincidencia violenta, reincidencia general y con comportamiento antisocial. El PCL:YV consiste en 20 ítems. La información para los ítems se obtiene a través de una entrevista estructurada e información colateral, que normalmente se obtiene de los expedientes personales y judiciales. Análisis empíricos (análisis de factor) han demostrado que el PCL:YV consiste en dos factores. El primer factor consiste en ítems que reflejan aspectos afectivos e interpersonales de la psicopatía. El factor dos consiste en ítems que se relacionan con un estilo de vida impulsivo, irresponsable e inestable. Los psicópatas adultos a menudo han mostrado problemas de conducta y antisociales en la juventud. Lo que no quiere decir que todos los jóvenes con problemas de conducta y/o antisocial se conviertan en psicópatas. Es importante evitar el término de psicopatía en jóvenes, porque esta etiqueta puede causar un daño permanente e irresponsable por los prejuicios y el trato en el sistema penal. Dado que la clasificación de psicopatía en jóvenes todavía es insegura e inestable se prefiere para jóvenes el término ‘rasgos de psicopatía’. 3 El Youth Psychopathic Traits Inventory (YPI; Andershed, Kerr, Stattin & Levander, 2002; traducción al catalá/castellano: Hilterman,Vallès, Ferrer & Gilabert, 2006) es un cuestionario de auto evaluación que consiste en 50 ítems. Este cuestionario mide rasgos de psicopatía como falta de empatía, falta de remordimiento, asunción de riesgos, que son rasgos que se han relacionado continuamente con comportamiento antisocial durante toda la vida. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Ponente Dª. Esmeralda Cava Sebastian Responsable del Área de Investigación sobre las bases biosociales de la Violencia (Centro Reina Sofía). LA VIOLENCIA Y EL CONSUMO DE DROGAS 305 En octubre de 2001 en el barrio de Lo Campano (Cartagena), un joven de 24 años, adicto a la cocaína, mató a su novia embarazada de 22 años tras una discusión en la que ella se negaba a darle dinero para comprar más droga. Los indicios apuntaban a que ambos jóvenes venían de la celebración de una boda y el femicida había consumido cocaína. Como ilustra esta noticia, publicada por diario El Mundo el día 15 de octubre del 2001, los medios de comunicación nos bombardean con noticias de sucesos violentos vinculados al consumo de sustancias de abuso pretendiendo buscar una explicación a la conducta, muchas veces extremadamente violenta, de la persona que ha cometido la agresión. El consumo de sustancias de abuso fue identificado como un factor de riesgo cultural de la conducta agresiva por la Organización Mundial de la Salud en el año 2002. En el informe titulado “Informe mundial sobre la violencia y la salud” publicado por la mencionada entidad se clasificaban diversos predictores de la violencia, que incluían factores individuales como hiperactividad, impulsividad, etc.; factores familiares como conflictos parentales; factores grupales como la asociación con compañeros con conductas desviadas y factores culturales como sufrir dificultades económicas o el mencionado consumo de alcohol y/o drogas. La vinculación entre el consumo de drogas o alcohol y la conducta violenta es, pues, algo común y puede adoptar diferentes manifestaciones. Una de ellas, la más grave tanto en términos cuantitativos como cualitativos es la violencia que rodea al narcotráfico en la que los ajustes de cuentas o la defensa del territorio son episodios tristemente violentos. Otra es la violencia llevada a cabo por consumidores crónicos que delinquen con el fin de sostener su consumo, algo particularmente evidente entre los heroinómanos que tratan de este modo de evitar los desagradables efectos que el síndrome de abstinencia o popular “mono” tiene sobre ellos. No obstante, estos dos tipos de relación entre la violencia y las sustancias de abuso son colaterales al consumo, es decir, no se deben a los daños psicobiológicos que las drogas o el alcohol tienen sobre el cerebro de la persona que comete el acto violento. Para entender cómo los efectos psicobiológicos originados por el consumo de sustancias de abuso pueden derivar en conductas violentas debemos diferenciar entre violencia y agresividad. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social La agresividad, es una respuesta innata que se manifiesta ante determinados estímulos y que como tal, como innata, es biológica. Es un comportamiento animal que cumple una serie de funciones biológicas que contribuyen a aumentar la probablidad de sobrevivir y dejar descendencia fértil. Al igual que en el resto de los animales la agresividad humana es innata, como también lo son los mecanismos que la disparan, regulan e inhiben. No obstante, decir que somos agresivos por naturaleza no significa que seamos violentos por naturaleza. La violencia es la agresividad descontrolada. Es decir, se trata de una construcción social sobre una base o estrato biológico. Son dos términos diferentes. Nacemos agresivos, pero nos hacemos violentos. Es sobre la biología de la agresividad sobre la que inciden las drogas de abuso y la convierten en violencia. Las drogas, ya sean legales o ilegales, afectan al cerebro sobre las mismas estructuras que se encargan de controlar la respuesta agresiva. Dentro del cerebro es el sistema límbico el circuito cerebral que realiza todas las acciones de despliegue e inhibición de la respuesta agresiva. Se trata de un sistema cerebral compuesto por un conjunto de estructuras cuya función está relacionada con las respuestas emocionales, con el aprendizaje y con la memoria. Entre los componentes de este sistema destacan estructuras como la amígdala, el tálamo, el hipotálamo, la hipófisis o el hipocampo. De entre los mencionados, es la amígdala, un núcleo neuronal con forma de almendra, la encargada de procesar los inputs que inhiben o disparan la respuesta agresiva. El papel de la amígdala como centro de procesamiento de las emociones es incuestionable hoy en día. Por ejemplo, se ha comprobado la incapacidad de aquellos pacientes que presentan una amígdala lesionada, de reconocer la expresión de un rostro o descubrir si una persona está contenta o triste. Sobre el sistema límbico encontramos una estructura mucho más joven en términos evolutivos: la corteza cerebral. Es también la parte del cerebro más distintivamente humana. Se divide en cuatro regiones o lóbulos. El delantero recibe el nombre de lóbulo frontal. En él, tenemos la corteza prefrontal ligada a las capacidades del ser humano que consideradas más nobles: la reflexión y a la toma de conciencia sobre las emociones y el control de las mismas. Todo ello en función de la experiencia adquirida a través del ambiente de crianza en el que hemos crecido. Si analizamos una respuesta agresiva normal, vemos que la amígdala recibe el input procedente del tálamo y se lo pasa en un primer momento al hipotálamo; este lo envía a la hipófisis desde donde comienza la cadena de acciones fisiológicas necesarias para que el cuerpo se sitúe en posición de alerta, preparado para luchar o huir frente al estímulo. Mientras tanto, las conexiones existentes entre la amígdala y la corteza prefrontal, han enviado la misma información recibida para la “consideración” de la corteza. Si se trata de algo inofensivo la corteza le dirá a la amígdala: “tranquila, no hace falta ni luchar ni huir” parando la respuesta agresiva o todo lo contrario. La decisión dependerá de la experiencia previa del individuo. Las vías de comunicación entre las diferentes estructuras son los sistemas de neurotransmisores. El consumo de las diferentes sustancias de abuso afecta tanto a la función como a la estructura cerebral. Por un lado, las diferentes drogas alteran las concentraciones cerebrales de los neurotransmisores, mientras que por otro, modifican la anatomía de algunas de las estructuras implicadas en la conducta agresiva; por ejemplo, en los consumidores crónicos de cocaína se ha observado una disminución del volumen cerebral de la amígdala. Entre los neurotransmisores modificados por el consumo de sustancias de abuso destacan, por su participación en la neurobiología de la agresividad, los denominados noradrenalina y serotonina. Respecto a la primera, sabemos que es un neurotransmisor fuertemente asociado con la puesta en “alerta máxima” del sistema nervioso. Unas de las características de esta condición son, entre otras, el aumento del ritmo cardiaco y de la presión sanguínea. Es decir la noradrenalina es la sustancia encargada de excitar nuestro cerebro. Por su parte, podríamos definir a la serotonina como la sustancia “controladora natural” debido a que los niveles elevados de este neurotransmisor producen un aumento de la sensación de bienestar emocional en el individuo. La carencia de serotonina está vinculada a la de- 306 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social presión, a problemas con el control de la ira, al desorden obsesivo-compulsivo y el suicidio. Además, se sabe que el descenso de su concentración se une con la tendencia a exhibir conductas violentas impulsivas. Un dato que apoya este hecho en seres humanos es la observación de bajos niveles de 5-HIAA en el LCR de criminales violentos que además son alcohólicos. Como vemos el consumo de sustancias de abuso es un factor de riesgo de la conducta violenta debido a que modifica el desarrollo normal de la conducta agresiva. El aumento del consumo de sustancias de abuso en la sociedad española, tanto entre la población en general como entre la población juvenil, es de sobra conocido. Los datos procedentes de las encuestas realizadas por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, indican que la prevalencia del consumo de sustancias de abuso en el último mes entre la población española en general, ha aumentado desde el año 2001 al 2003 en el caso del cannabis y el alcohol, manteniéndose igual en el caso de los alucinógenos, y bajando para sustancias como la cocaína, las anfetaminas y el éxtasis. Mientras, entre la población escolar, los datos de 2004 al compararlos con los del año 2002 reflejan un aumento en la prevalencia del consumo de todas las sustancias salvo en el caso de las anfetaminas y del éxtasis. Si estos datos se reflejan en el aumento de los delitos es algo que no podemos aseverar con exactitud, al menos porque en nuestro país se desconocen los datos exactos referentes al consumo de sustancias de abuso por parte de toda la población reclusa y mucho menos los referidos al estado de intoxicación del delincuente en el momento de cometer el delito. La realidad es que los datos que vinculan los delitos y ofensas con el consumo de sustancias de abuso suelen proceder de estudios científicos. Por ejemplo, en el caso de la población juvenil, un estudio llevado a cabo en el año 2002 en Brasil, que contó con una muestra de 522 personas de ambos sexos, de edades comprendidas entre los 10 y los 21 años, indicó que un 21,26% de los jóvenes de la muestra se había implicado en actos violentos, de los cuales un 39,6% consumía alcohol y un 14,4% cocaína. Tras lo expuesto parece clara la vinculación entre el consumo de sustancias y las conductas violentas muchas veces catalogadas de delitos u ofensas. Por lo tanto, si queremos prevenir la reincidencia de los jóvenes violentos, quizá uno de los principales objetivos de las campañas de prevención de la delincuencia juvenil debería ser la prevención del consumo de sustancias de abuso por parte de los jóvenes. BIBLIOGRAFÍA: (1) Brailowsky, S (1995):“Los neurotransmisores”, en Las sustancias de los sueños: neuropsicofarmacología [En linea], Biblioteca digital, <http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/130/htm/sec_10.htm>[Consulta: 24 de febrero de 2005]. (2) Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (2003): Encuesta domiciliaria sobre abuso de drogas en España, Madrid, Secretaría General de Sanidad, Ministerio de sanidad y consumo. (3) Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (2004): Encuesta estatal sobre abuso de drogas en enseñanzas secundarias, Madrid, Secretaría General de Sanidad, Ministerio de sanidad y consumo. (4) Gil-Verona, J.A.; Pastor, J.F.; de Paz, F.; Barbosa, M.; Macías-Fernández, J.A.; MAniega, M.A.; Rami.González, L. y Cañizares-Alejos, S. (2003): “Neurobiología de la adicción a las drogas de abuso”, Revista de Neurología, 36(4): 361-365] (5) Goldstein, A. (2003): Adicción, de la biología a la política de drogas, Barcelona, Medicina STM Editores. (6) Makris, N.; Gasic, G. P.; Seidman, L. J.; Goldstein, J. M.; Gastfriend, D. R.; Elman, I.; Albaugh, M. D.; Hodge, S. M.; Ziegler, D. A.; Sheahan, F. S.; Caviness,V.S. Jr.;Tsuang, M.T.; Kennedy, D. N.; Hyman, S. E.; Rose, B. R.; Breiter, H. C. (2004): “Decreased absolute amygdala volume in cocaine addicts”, Neuron, 18;44(4): 729-740 307 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 308 (7) Molero Chamizo, A. (2005): “3,4-metilenodioximetanfetamina (“éxtasis”): efectos emocionales y cognitivos a largo plazo y depleción serotoninérgica”, Revista de Neurología, 41(2):108-114] (8) OMS (2002): “Informe Mundial Sobre Violencia y Salud”. (9) Phil, R.O.; Peterson, J.B. and Lau, M.A. (1993): “A biosocial model of the alcohol-aggression relationship”, J Stud Alcohol Suppl., 11: 128-139 (10) Ricaurte, G. (2002): “Consumo de drogas, efectos en el cerebro y violencia”, conferencia presentada en el VI Seminario Violencia Mente y cerebro, organizado por el Centro Reina Sofía los días 7 y 8 de noviembre de 2002. (11) Robbins,T.W. and Everitt, B.J. (1999): “Drug addiction: bad habits add up”, Nature, 398: 567-570 (12) Sanmartín, J. (2002): La mente de los violentos, Barcelona, Editorial Ariel S. A. 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FACTORES DE PREDISPOSICIÓN La delincuencia de menores y jóvenes es una de las formas de violencia más visible en una sociedad. Permanentemente, los medios de comunicación informan sobre la actuación de menores y jóvenes en las escuelas y en las calles. La violencia adolescente y juvenil daña en primer lugar y profundamente a las víctimas, pero también a sus familias, amigos y a la sociedad. Los factores de predisposición de la reincidencia en la conducta delincuente cuanto más aparezcan en el caso concreto, serían indicadores de mayor probabilidad de reiteración en la comisión de la conducta delictiva: - Edad de inicio: A un inicio más precoz se asocia a mayor frecuencia y gravedad de la conducta ulterior. - Amplitud de la alteración: a mayor variedad de tipologías delictivas, mayor variedad de situaciones en las que se producen y mayor gama de víctimas (personas, instituciones…). - Frecuencia o tasa de la conducta delictiva: Aunque se considera reincidente tanto quien es encontrado responsable de un segundo hecho como quien es encontrado responsable luego de varias decenas de hechos, a mayor número de conductas delictivas, más probabilidad de que se produzca una instauración del comportamiento delictivo. Aún cuando el menor repita sus conductas con asiduidad, ante cada hecho pueden aparecer oportunidades de rehabilitación. - Determinados tipos de síntomas: mentiras compulsivas, impulsividad, absentismo escolar, robos, reiteradas llegadas tarde a casa. - Características de los padres: estilos educativos inapropiados, marginalidad, conducta antisocial, psicopatología, alcoholismo. 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Dinámica familiar desestructurada: conflictividad conyugal, familias numerosas. La prevención de la delincuencia, en especial la delincuencia infantil y juvenil, es parte esencial de la prevención del delito en la sociedad. Para poder prevenir eficazmente la delincuencia juvenil es necesario que toda la sociedad procure un desarrollo armónico de los menores y respete y cultive su personalidad a partir de la primera infancia. Algunos métodos de prevención: - En los menores y/o jóvenes, aquello que se denomina “delito” representa un espectro de comportamientos antisociales que están tipificados por la legislación del menor y judicial. Aun así, el tratamiento del menor delincuente, considerado desde el punto de vista individual, no es un problema meramente policial y penal sino de reeducación y readaptación social. 312 - Lograr un desarrollo completo y oportuno de la personalidad es el mejor método preventivo para evitar las tendencias anormales de la conducta social del individuo. La personalidad alcanza su madurez en forma normal cuando se desarrolla en un ambiente favorable. Sin embargo, aquellos menores y jóvenes que desde la niñez y la pubertad han sido expuestos a una serie de dificultades y desventajas a lo largo de su desarrollo (cuidados negligentes, pobre estimulación temprana) y en especial cuando reúnen déficits neuropsicológicos o desórdenes severos del desarrollo; tienen mayor probabilidad de desarrollar un patrón de conducta antisocial persistente a lo largo del ciclo de vida. Uno de los ambientes favorecedores es la escuela, donde las experiencias de fracaso constituyen siempre un factor de riesgo mientras que el logro representa un factor protector. - La influencia de la familia y particularmente la de los padres sobre el niño determina en gran parte la actitud del individuo adulto hacia la sociedad. Otro importante grupo de factores de riesgo identificados en esta población, lo constituye su asociación con otros tipos de violencia. Presenciar actos violentos en el hogar o sufrir abuso físico o sexual puede condicionar a los menores y adolescentes a considerar la agresión como un medio aceptable para resolver problemas o interactuar con los demás. - El diagnostico temprano y la corrección de los problemas de la personalidad y de conducta anormal pueden prevenir futura delincuencia. En lo que respecta a la relación entre psicopatología y delito, la asociación más evidente tiene que ver con el trastorno de personalidad antisocial y sus precursores en la infancia: trastorno de déficit de atención con hiperactividad, trastorno oposicionista y trastorno disocial. Asimismo, existen otras patologías no tan estudiadas en relación a la delincuencia juvenil que pueden precipitar actos delictivos en la adolescencia como es el caso de los trastornos del estado de ánimo o los trastornos límite de la personalidad, y han sido identificados algunos rasgos de personalidad frecuentes en los infractores como impulsividad, dificultad para postergar la gratificación, autoconcepto disminuido, falta de habilidades sociales, poca empatía y poca capacidad para sentir culpa. Escenarios y contextos en los que se dan: No se puede considerar el problema de la violencia juvenil como un fenómeno aislado de otros comportamientos problemáticos y de otros factores de riesgo psicosocial. No todo depende exclusivamente de la propia persona, ni de su edad, sexo o de las carencias y conflictos que presenta. En algunos casos la conducta antisocial tiene que ser explicada directa y principalmente por los efectos de los entornos ambientales en los que interactúan y por los procesos de socialización negligentes sobre los que se han desarrollado y no necesariamente por variables individuales. Las infracciones de los menores se pueden explicar, no solo desde las características personales sino por su presencia en un determinado espacio o contexto: 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social - Tiempos vacíos en espacios no formales: Muchas de las conductas infractoras cometidas por los menores tienen que ver con la necesidad de ocupar su tiempo disponible vacío, que pasan en la calle. Con frecuencia son los mismos menores aburridos que están subidos encima del banco del parque los que en otros momentos lo destrozan. Han de rellenar su tiempo y se han de apropiar de los espacios, que nada tienen que ver con sus vidas. Agrediéndolo pueden actuar, moverse, reducir el aburrimiento y provocar a la ciudadanía adulta. - Prácticas generadoras de identidad: Los menores son personas en busca de identidad, ensayando y probando diferentes identidades con sus lenguajes, expresiones, gustos musicales, estéticas y comportamientos. Una de las formas de construcción de la identidad en la adolescencia es oponiéndose y negando al adulto, provocándole. Gran parte de esa identidad se construye a partir del grupo de pertenencia, de las prácticas grupales. Destruir puede ser un elemento de afirmación dentro del grupo y de identificación del grupo. En algunos casos, incluso, la violencia es el núcleo justificador de su agrupación. Además, en un proceso de definición de la identidad por negación de la otra, aparecen los amigos y los enemigos, y la necesidad de enfrentarse y de eliminar a los diferentes. - Reacciones de desesperanza, de imposibilidad: En algunos casos (escasamente todavía en nuestro país) las conductas violentas aparecen como reacción colectiva ante un panorama sin salida. Es como una reacción de impotencia que les permite recordar que existen, comprobando además que la sociedad adulta acomodada solo reacciona si aparece el panorama urbano de la violencia. - Tiempos y prácticas de diversión: Una parte importante de las infracciones son prácticas y conflictos de diversión en horas intempestivas, altercados y enfrentamientos entre personas y grupos que se producen en los tiempos y lugares de ocio nocturno de los fines de semana. Son como una manera de diversión: buscar el enfrentamiento con el contrario, destruir el entorno físico que les rodea. Aunque nosotros encontramos absurdo que destrocen las señales de tráfico a las cuatro de la mañana; ellos y ellas lo encuentran divertido a esa hora, una forma de hacer algo cuando los bares cierran, y si además consiguen que alguien les persiga es más divertido. Las conductas violentas aquí son un componente más de la aventura de la diversión. - Uso de sustancias descontroladoras: El uso de drogas tiene muchas relaciones con la violencia juvenil. En este espacio se destaca el uso de drogas como complemento de la violencia juvenil: determinadas maneras de beber pretenden la búsqueda de la pérdida rápida del control, y de esta forma es fácil que se instauren entretenimientos destructores de grupo, sin ninguna inhibición ni trama normativa. Algunos usos de pastillas y de sustancias de diseño hacen sentir potencia y ganas de acción, sin límites, sin inhibición. Aquí el enfrentamiento y la destrucción pueden encajar perfectamente en una noche llena de ritmo. 2. INTERVENCIÓN DESDE LOS CENTROS DE REFORMA La intervención en los centros se propone como un conjunto de actuaciones coordinadas, tanto individuales como grupales que se organizan alrededor de un plan de actuación individualizado en el que se pretende conseguir un desarrollo integral de los adolescentes de forma secuencial, atendiendo en orden de prioridad las necesidades de contención, estructura, apoyo, validación y desarrollo de la autonomía individual. La intervención se lleva a cabo a través de intervenciones grupales e individuales. Al tener la problemática de los jóvenes ingresados fundamentalmente un carácter social, se da mayor importancia a las actividades grupales que faciliten su integración posterior. 313 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Desde este entorno se abordan varias áreas de intervención: 1. Aceptación de normas y límites, adquisición de rutinas y estructuras externas que permiten la estructuración interna. Esta intervención se lleva a cabo fundamentalmente a través de los talleres que constituyen las actividades que vertebran y estructuran la organización del tiempo y el espacio del centro. Son espacios con una normativa y unos objetivos definidos y claros, constantes en contenidos y en el tiempo. A falta de una contención interna, el mantenimiento de un horario semanal facilita la contención externa inicial que requieren para poder abordar con éxito las dificultades en el control de la conducta impulsiva y la adquisición de habilidades deficitarias. En cuanto a las funciones estructurales, los talleres ayudan a los menores/jóvenes a establecer rutinas que faciliten la adquisición de hábitos normalizados (Al tener una programación a medio plazo los resultados no se obtienen de forma inmediata sino que son consecuencia de un esfuerzo diario). Esto permite trabajar la tolerancia a la frustración, la constancia y el aprendizaje del retraso de las gratificaciones, puesto que no son inmediatas. En cuanto a los contenidos, constituyen los medios a través de los que se concretan la atención a las necesidades formativas (académicas y/o laborales), espacios para promover y cultivar la creatividad, dónde se proporcionan modelos de identificación laboral y para el ensayo de habilidades relacionales, cognitivas y del apego a las normas sociales. Los talleres son, por tanto, distintos en la naturaleza de su contenido, para cubrir las diferentes motivaciones y necesidades que pueden tener los adolescentes. A su vez son variados en cuanto a las actividades propuestas en un mismo taller, contemplando tareas y niveles de diferente dificultad e implicación, de acuerdo a las capacidades de los menores, de tal forma que cada tarea que se resuelva con éxito sea un refuerzo y le abra paso a una tarea de mayor dificultad y suponga un nuevo reto al que pueda enfrentarse. Existen diferentes tipos de talleres con los que se pretende moderar la impulsividad, la baja tolerancia a la frustración, la pobre autoestima, la falta de motivación, la escasa constancia y persistencia en la tarea, las conductas disociales, la falta de estructura y organización, la dificultad para aceptar límites, etc. 2. Desarrollo de hábitos saludables a distintos niveles, siendo fundamental el abordaje del consumo de sustancias tóxicas, bien a través de la prevención o de la derivación a dispositivos especializados en su tratamiento. Así mismo se incide en el cuidado personal, tanto del aspecto como de hábitos saludables: alimentación, ejercicio, sueño, cuidados médicos, intentando que adquieran dichos hábitos y la responsabilidad personal para llevarlos a cabo de forma autónoma. Dado el elevado consumo que existe en esta población, se lleva a cabo una labor continuada de derivación y coordinación con el CAID Norte, que cuenta con una unidad de adolescentes, con el CAD de Tetuán y con el Técnico de Prevención del Instituto de Adicciones del Ayuntamiento de Madrid. No todos los consumidores de sustancias toxicas siguen tratamiento ambulatorio en dispositivos externos especializados pues para esto es necesaria la conformidad con en el tratamiento. Para favorecer la voluntariedad y colaboración con el tratamiento, previamente a la derivación se realiza un trabajo de reflexión con el menor/joven sobre su consumo y los perjuicios (a todos los niveles) que le supone y se le familiariza con el recurso de derivación. 3. Inserción formativa - laboral: adquisición de hábitos y conocimientos escolares, inexistentes en la mayoría de los casos, desarrollar el interés por un proyecto de futuro adaptado, realista y acorde a sus intereses y capacidades. Adquisición de hábitos laborales y capacitación para el empleo. Derivación a dispositivos externos tanto de formación 314 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social como de inserción laboral, con los que se mantiene una coordinación semanal. 4. Adquisición de habilidades para las relaciones interpersonales, incidiendo en especial en la asunción de la responsabilidad de sus acciones, las habilidades asertivas y en la resolución de problemas. Así mismo se abordan las características personales que pueden suponer factores de vulnerabilidad derivándose algunos casos a Salud Mental. Los problemas que suele presentar esta población en relación a la competencia social, suelen estar determinados por entornos sociales desfavorecidos que no permiten un aprendizaje adaptativo, bien por la presencia de modelos inadecuados o la escasez de los mismo, o bien por no facilitar las experiencias adecuadas de aprendizaje para el desarrollo social. El estilo de habilidades que desarrollan suele favorecer la pertenencia a grupos que mantienen y transmiten repertorios peculiares de comportamientos sociales, muy diferentes a los que constituyen un estilo de vida normalizado. Es por todo esto que se considera que para que haya un cambio en el estilo de vida de estos menores, es necesario que primero se les dote de las habilidades necesarias para que este cambio sea posible y que a la frustración propia de la vida cotidiana no se le añada la que supone no emplear un código comunicativo similar al resto de la gente. 5. Intervención socio familiar distinguiendo la intervención con el menor/joven y con su familia. La familia como grupo primario de pertenencia, vínculo y formación de la personalidad del menor, tiene una importancia capital a la hora de realizar la intervención sobre él y, aunque en la gran mayoría de casos presentan diversos grados de disfuncionalidad, siempre que exista como tal, es un recurso importante para el rescate del menor. - Con el menor se dirige a que respete la normativa impuesta en el domicilio familiar y a que conozca formas adaptativas de emplear su ocio y tiempo libre. - Con la familia se pretende que sean conscientes de los indicadores de riesgo que presenta su hijo (grupo de iguales, horarios, consumo de tóxicos...), que aprendan a realizar una supervisión efectiva y acorde a las características del menor/joven y al aumento de la comunicación familiar. Se trabaja a través de la alianza con la familia intentando entender el proceso que involucra al menor en conflicto y a la familia a la que pertenece. Se persigue que mejore la comunicación y los patrones de relación, que adquieran mayor estructuración y contención familiar y ayudar a comprender la problemática del adolescente. La finalidad es obtener su colaboración y preparar la vuelta de los menores al medio familiar. En algunos casos las características familiares requieren de una terapia de familia que puede resultar prolongada en el tiempo (más allá del internamiento) y que requiere abordar aspectos que difícilmente van a surgir en el entorno de reforma por temor a perjudicar a su hijo durante el cumplimento de la medida judicial. En estas ocasiones, se trabaja la derivación a un recurso de tratamiento familiar especializado. DECÁLOGO PARA EDUCAR EN LA VIOLENCIA Si quiere que su hijo sea un delincuente, siga éstas normas de formación: 1. Dé a su hijo desde pequeño todo lo que quiera. Así crecerá pensando que todo en el mundo le pertenece. 315 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 2. Si dijera groserías, encuéntrelo gracioso. Así pensara que es muy ingenioso. 3. Nunca le diga ”No hagas eso”, pues creará complejo de culpa. Más tarde, cuando esté preso como ladrón de autos, dígale “la sociedad es la que te persigue”. 4. Recoja lo que él tire al suelo. Así sabrá que los otros deben hacer las cosas que le competen. 5. Déjelo leer de todo. Pero esterilice su taza para que no se contamine. 6. Discuta con su cónyuge delante de él. Así, cuando su hogar se desmorone, no lo extrañará. 7. Satisfaga todos sus deseos para que no se sienta frustrado. 8. Dele generosamente todo el dinero que quiera. 9. Dele siempre la razón. La policía y los profesores son los que lo persiguen. 10. Cuando estuviere perdido, explíquele que nada más se puede hacer.Y prepárese para una vida amarga y de sufrimiento. 316 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social 13 Relación de Autores Ilma. Sra. Dª. Carmen Balfagón Lloreda Exmo . Sr. D. Arturo Canalda González Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid 25 31 39 51 61 73 83 Directora-Gerente de la Agencia de la Comunidad de Madrid para la Reeducación y Reeinserción del Menor Infractor Profesor Dr. D. Luis Rojas Marcos Psiquiatra, Presidente del Sistema de Hospitales Públicos de la ciudad de Nueva York D. Jesús García Pérez en colaboración con Lila Parrondo D. Francisco Romero Blasco Dª. Mercedes Pérez Molina D. Luis González Cieza Pediatra, Unidad de Pediatría Social. Hospital Universitario Niño Jesús Miembro de Equipo de Asesoramiento Técnico de la Dirección General de Justicia Juvenil en Barcelona Psicóloga en el Centro de Menores “Tierras de Oria”. Asociación Ginso Miembro de la Unidad de Inspección Técnica y Coordinador del Programa de Intervención por Maltrato en el Ámbito Familiar ( ARRMI, Madrid) 319 Dª. Blanca Vázquez Mezquita 91 97 105 119 129 135 141 Psicóloga de la Clínica Médico Forense de Madrid. Especialista en víctimas de agresiones sexuales. Dª. Mª.Victoria Noguerol Noguerol Directora del Centro de Psicología Noguerol Dª. Mª.Isabel Salinas Chaud Dª. Mª. Ángeles Espinosa Docente, Perito Judicial y Asesora de Equipos de Víctimas de Delitos Sexuales en Chile Secretaria General, Instituto Universitario UAM-CEU de “Necesidades y Derechos de la Infancia y la Adolescencia” Dª. Mª. Estefanía del Toro Sánchez D. Wilson López López Psicóloga Social, especialista en Bandas Juveniles Presidente de ABA Colombia, Asociación Colombiana para el Avance de las Ciencias del Comportamiento Prof. Dra. Dª. Mª. José Díaz-Aguado Catedrática de Psicología de la Educación y Directora del Master “Programas de intervención en contextos educatIvos” de la Universidad Complutense Prof. Dra. Dª. Purificación García Dª. Celia Nevado Fernández Dª. Ana Jurado Berja 153 177 187 Doctora en Derecho y Profesora de la Universidad Camilo José Cela Psicóloga Experta en Criminología. Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales de Madrid (CAVAS) Psicóloga, Centro de Menores Teresa de Calcuta. Asociación Ginso 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social Dª. Pilar Lizán Fernández 199 207 215 225 239 249 Directora del Centro de Día Tejares. Asociación Centro Trama D. Javier Pérez Gómez en colaboración con Amaia Muñozguren Dª. Mª. Pilar García Dotor Trabajador Social, Equipo Técnico del Centro “El Laurel”. Fundación Grupo Norte Psicóloga. Responsable de los Programas de Fundación Diagrama de la Comunidad de Madrid D. Manuel Madrid Saavedra Dª. Juana Mateo Cedillo Director Centro de Menores “Tierras de Oria”. Asociación Ginso Directora del Centro Los Rosales. Asociación Respuesta Social XXI 320 D. Antonio Gamonal García en colaboración con Gorka Moreno Arnedillo, Alejandro Pinilla Regalón, Rosa Suárez Vázquez y Alfonso Arteaga Olleta Psicólogo, colaborador de CEPS D. Ángel Luis Maroto Sáez 265 283 293 305 311 Responsable del Departamento de Planificación y Coordinación de Programas y Servicios. Asociación Trama D. José Simón Martín Mata Responsable del Programa Operativo “Lucha contra la Discriminación”. Fundación Diagrama Prof. Ed L. B. Hilterman en colaboración con Marta Ferrer Dª. Esmeralda Cava Sebastian D. Cesar Osuna Izquierdo Director Técnico del Proyecto de Gestión de Riesgo con Jóvenes Infractores en Cataluña Responsable del Área de Investigación sobre las bases biosociales de la Violencia (Centro Reina Sofía). Director Centro Los Nogales. Fundación Grupo Norte 1 Congreso Internacional sobre Violencia Juvenil: Responsabilidad Individual y Social
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