Háblame a los ojos.

March 20, 2018 | Author: Cintia Soley Rosales Arias | Category: Sign Language, Books, Knowledge, Truth, Cognitive Science


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  Créditos  Autora   Índice   Fin Autora Josefa Cedillo Vicente (Barcelona, 1964). Hija de padres oyentes, su sordera es genética. Se detectó a los cuatro años, tras el descubrimiento de la sordera profunda de su hermana, un año menor. Hizo los estudios de Educación primaria tanto en escuelas específicas para sordos como en escuelas de integración. Ha participado en varias entidades de sordos, ha trabajado en la ONCE y ha colaborado con la televisión catalana. Diplomada en Profesorado de Educación General Básica, especialista en la Patología del Lenguaje y profesora de Lengua de Signos Catalana. En la actualidad trabaja en el Centro de Recursos Educativos para Deficientes Auditivos de Catalunya (CREDAC) Pere Barnils como logopeda y maestra de alumnos sordos/as.   Inicio   Índice   Fin Pepita Cedillo Vicente Háblame a los ojos octaedro   Inicio   Índice   Fin Título: Háblame a los ojos Primera edición en papel: mayo de 2004 Con la colaboración de la Fundació Propedagògic Autora: Josefa Cedillo Vicente Primera edición: noviembre de 2009 © Josefa Cedillo Vicente ©  De esta edición: Ediciones Octaedro, S.L. Bailén, 5 - 08010 Barcelona - España Tel.: 93 246 40 02 - Fax: 93 231 18 68 [email protected] http://www.octaedro.com Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro. org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. ISBN: 978-84-9921-030-8 Depósito legal: B. 43.976-2009 DIGITALIZACIÓN: EDITORIAL OCTAEDRO   Inicio   Índice   Fin Para los que me escuchan con los ojos. que me lees. 7   Inicio   Índice   Fin .Para ti. Y para todos los que han hecho posible este libro. ¿qué persona sorda no lo ha vivido?. no fue hasta 1996 que nuestra relación cambió de rumbo. pero que no eran únicas. Éstas eran el punto de partida para reflexionar y escribir sobre los sordos. se encuentran y desencuentran. Sin embargo. el desconocimiento y la negación de los sordos por parte de los oyentes. cuáles son las distancias y cuáles los puentes de diálogo. pero tenían en común el hecho de evocar situaciones vividas por ella misma o que otros le habían relatado. Eran escritos cortos que ella denominaba «escenas visuales». a causa de la invisibilidad de la sordera. en el sentido que ponían en evidencia contextos vitales compartidos por muchas personas sordas: el sentimiento de marginación en la escuela. en el que ella empezó a trabajar en la institución de alumnado sordo en la que yo trabajaba. La temática variaba. los oyentes y cómo ambos se ven. Un día me mostró con inquietud y rubor unos primeros textos que escribía en secreto a modo de diario. Mi vinculación con Pepita se inició el año 1989. y la 9   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin .Prólogo El libro que tengo el placer de presentar está escrito por Pepita Cedillo. Se trataba de escenas parcial e intencionalmente deformadas para preservar el anonimato de los protagonistas. maestra y logopeda sorda. sobre todo. seguramente. en un primer momento consideré que no era una juez imparcial porque tanto mi amistad con Pepita como el compromiso en la educación de las personas sordas influían en mis criterios. era necesario que lo íntimo deviniera público. Di a leer los textos a un par de personas próximas y confirmaron mi apreciación de que tenían un enorme valor. es un valioso documento para acercarnos también a los problemas actuales de la comunidad sorda en el estado español y. le hizo darse cuenta de que aquellas producciones podían tener un objetivo distinto del inicial. el monopolio de la lengua oral en la educación y el calvario de su aprendizaje. nos muestran destellos de otra realidad social desconocida para los oyentes. a la falta de audición. En contraste. es decir. Por ello este libro adquiere una dimensión social que permite entrever aspectos de la vida de la comunidad sorda.creencia de su transitoriedad. el proteccionismo y. Lo que sucede 10   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . etc. a veces. existen muchas en las que los sordos son vistos desde lo que se ha convenido en llamar el «modelo médico rehabilitador» según el cual ser sordo se equipara y reduce a la sordera. en la medida que se ubican en un tiempo y un espacio concreto donde otras personas también sordas comparten experiencias cercanas o similares a las suyas. el no reconocimiento de la Lengua de Signos y su continua reivindicación. Efectivamente. en otros lugares del planeta. En consecuencia. los textos recogidos en el libro son el testimonio de una serie de experiencias particulares y personales de la autora que ayudan a entender parte de su historia pero. Lo que leí me causó una gran emoción. Pepita se sorprendió por el interés y la valoración positiva que otros mostraban y esto la incentivó a proseguir pero. No obstante. En castellano disponemos hasta el momento de escasas traducciones que hablen de las personas sordas concebidas como minoría definida en función de la Lengua de Signos y de la cultura visual. el control de los profesionales en la vida familiar y social de las personas sordas. la tutela. se incrementa el intercambio comunicativo con las personas sordas. obviamente. En las personas sordas hay un antes y un después definido por la posibilidad de que no tengan o. Nuestra visión de las personas sordas en uno y otro caso será totalmente distinta y. la dimensión de lo que en realidad implica ser sordo prelocutivo se hace más patente y más radical. El decreto 11   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . por lo que de nosotros han dicho y nos han dicho y hemos oído desde muy pequeños. podemos acercarnos al conocimiento individual o social de las personas sordas sólo mediante nuestro lenguaje hablado o aceptando la intermediación de la Lengua de Signos. A menudo intentamos representarnos la sordera tapándonos los oídos pero. Las personas que son sordas desde el nacimiento. incluso desde antes de nacer. También para los oyentes existe un antes y un después subjetivo. este proceder la deforma y la hace parcial. por el contrario. después de constatar lo obvio de estas afirmaciones es imprescindible plantearse una cuestión derivada: ¿qué incidencia tiene para el desarrollo de la gran mayoría de los niños sordos que tienen padres oyentes el hecho de no disponer desde el nacimiento de un pleno acceso a una lengua idónea a sus particulares características perceptivas y expresivas? A mi modo de ver este libro orienta la respuesta adecuada a esta pregunta. Sin embargo. tengan a su disposición la Lengua de Signos para construir su desarrollo. contrariamente a lo que podría suponerse. probablemente la gran mayoría de personas oyentes coincidan y las compartan. gracias a ella. que es el mayoritario. o desde la más tierna infancia. a medida que avanzamos en el uso de la Lengua de Signos y. Seguramente a ningún lector le resultarán extrañas afirmaciones tales como «el ser humano se constituye gracias al lenguaje» o «la barrera entre lo animal y lo humano radica en el lenguaje».es que la audición no es un sentido cualquiera: es aquel que da acceso al lenguaje de modalidad sonora. Es más. resultan desconocidas para los que siempre hemos oído y siempre hemos vivido atrapados en el lenguaje. Bellés i Guitart Barcelona. ciegos. enero 2004 12   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . Está dirigido a las personas sordas. El libro está organizado en cinco partes que tienen dos ejes conductores entrecruzados: por un lado. Me gustaría que la lectura del libro contribuyera a este objetivo. a conocer otras culturas. y los deseos y necesidades que afectan a una particular minoría. A su vez. incluso de elaboración de afectos. Rosa M. a los padres de los niños sordos. desde la frontera entre las comunidades sorda y oyente. feliz hallazgo estilístico de la autora que resulta absolutamente idóneo para ser escrito por una persona sorda. cada parte incluye una serie de «escenas visuales». y que tiene la particularidad de estar escrito desde «dentro» de la comunidad sorda o. Es un libro del que fluye una gran humanidad y madurez. de creación de pensamiento. el contraste de perspectivas según que los protagonistas sean oyentes o sordos o. porque seguro que les interesará. otras lenguas. el contraste entre la época en que la autora era pequeña y después cuando ya es adulta y. herramienta simbólica básica que permite dar sentido al mundo y crear mundos posibles.de finales del siglo xix que proscribió la Lengua de Signos de la educación de las personas sordas tuvo consecuencias dramáticas para el desarrollo porque el lenguaje es la herramienta de socialización e individuación por excelencia. si se prefiere. por otro lado. Los oyentes tenemos pendiente la deuda de dar cumplimiento a la demanda que las personas sordas plantean: respetarlas reconociendo sus derechos lingüísticos. a los profesores y profesoras. pero también interesará a cualquier persona abierta a conocer situaciones y problemas que afectan nuestra vida en sociedad. en ocasiones. A modo de introducción No soy escritora. me hago preguntas y yo misma me respondo. Tenía que elegir una manera de escribir el libro. Otros están construidos a 13   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . Unas escenas son creadas a partir de un ensayo. empecé a probar escribiendo unos relatos en los que aparecían escenas vividas por mí. y los he transformado en escenas porque me resultan más asequibles. Estos diálogos hacen aflorar distintos personajes que van apareciendo en alguna de las escenas vividas. Y. mi lenguaje. unas reflexiones propias como persona sorda. A medida que iba avanzando en la escritura construí otros tipos de relatos surgidos a raíz de un diálogo interior. un estilo en el que me pudiera desenvolver con cierta soltura. también. Con lo que me permite mi bagaje cognitivo. Unos relatos son el resultado de varios fragmentos de mi vida que se articulan en una sola escena. Por ello. como los que se imparten en una escuela o en una conferencia. atrayentes y comprensibles. Son textos que hubiera escrito en forma de charla o de discurso formal. No pretendo hacer literatura. Otras secuencias son contadas por diferentes personas. Es decir. para que las personas que lo lean decidan dedicar algo de su tiempo a una lectura amena e interesante. Sólo quiero transmitir unas vivencias personales. de una frase o de una pregunta que hacen algunas personas y que se repiten con cierta frecuencia a lo largo de mi vida. Sin olvidar otros aspectos imprescindibles que también me han ayudado en mi construcción: la lectura de libros de disciplinas diversas. vecinos. la visión de películas subtituladas. En el proceso de escritura. En definitiva. poco a poco. 14   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . A partir de esta mezcla de personas. son relatos redactados por una persona sorda. tíos. disfruten tanto como yo mientras escribía estas páginas. fui descubriendo que me explicaba mejor. amigos. experiencias y vivencias he elaborado este libro. Me permitía crecer interiormente. primos. Hablan de cómo percibo. conocidas y desconocidas.. personas adultas sordas y oyentes. pienso y siento el mundo. compañeros y profesores. abuelos. Deseo que mis vivencias se esparzan en el devenir del universo cuando mi cuerpo se transforme en polvo. Me permitía aclarar mejor mis ideas y mis pensamientos y sentirme mejor.partir de una idea. sobrinos.. les sea agradable y que. Me he construido a partir de la relación con distintas personas y circunstancias: padres. al menos. Espero que la experiencia vivida pueda ser de alguna utilidad para aquellas personas que inicien ahora la lectura. No quería que mi equipaje de experiencias fuera enterrado bajo tierra junto con mi cuerpo. Escribir me permitía descubrirme y conocerme un poco más. hermanos. como si realizara un viaje hacia mí misma. CUANDO ERA PEQUEÑA 15   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . Me acerco donde está el tocadiscos. Tengo unos once años. No sé lo que es. Me encuentro sentada en un pupitre en el centro de la primera fila de una clase compartida con unas cuarenta compañeras oyentes. lleva un disco bajo el brazo y lo pone en un tocadiscos. Estoy en quinto de primaria. excepto el blanco que sobresale bajo el cuello y enmarca su rostro. —Pepita. Es mi segundo año aquí. la de oyentes y la de sordos. Todas somos chicas.. 17   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin .Érase una vez. situado junto a la ventana y a la mesa de la maestra que se encuentra encima de la tarima. La clase es inmensa si la comparo con las que estuve en las dos anteriores escuelas. La monja vocaliza bien cuando se dirige a mí. nuestra profesora tutora. Todas uniformadas con unas batas de rayas finas azules sobre fondo blanco.. Veo aparecer por la puerta una monja regordeta y bajita. —¿Y la silla? —me pregunta la monja como si ya me lo hubiera dicho antes. Esta monja. me digo. arropada de pies a cabeza con su hábito completamente azul marino. Observo la tapa del disco y trato de fijarme en su título: Pulgarcito. ven aquí —pienso que me dice al señalarme y acompañar el gesto de venir con el movimiento de los labios. Un poco más tarde aparece una voz. De vez en cuando. aparentando que escucho ya que la monja no me quita los ojos de encima ni un instante. Es como cuando veo la televisión: primero aparece el presentador y luego las canciones. muy distinto a la voz. aquí está la música otra vez. O así le llega a mi oído derecho a través del audífono. Yo pensaba que después de la voz. de nuevo. Miro a mi alrededor las caras de mis compañeras. surge la misma voz. Le digo que no. Acto segui- 18   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . no. Es la voz de un hombre.—¡Ah sí! —respondo haciendo como que me había despistado. Pero no. Percibo música. sin distraerme. Sé que es música porque es un sonido melodioso. Esta voz me pone nerviosa y tengo ganas de que termine para que aparezca de nuevo la música. Espero un rato más a ver qué pasa y observo a mis compañeras: están muy atentas. para ver si la actividad que vamos a hacer es interesante para ellas. la mezcla de voces ha terminado y me pregunto qué va a pasar a continuación. sólo habría música. He comprendido su pregunta. aunque es una pregunta que frecuentemente hace para comprobar si he entendido lo que me dice. Y me esfuerzo para escuchar sin enterarme de nada. la monja pone en marcha el aparato. no! —me espanto en silencio cuando. Por fin. aparece otra vez la voz y poco después surgen otras voces distintas y ya no sé si son mujeres o niños. Espero a que termine. de la presentación. Por fin. aparece la música en medio de las voces pero siempre por muy poco tiempo. Cuando ya me he situado cerca del tocadiscos. porque la percibo grave. otra vez. —¡Oh. —¿Has entendido? —me suelta casi por sorpresa la monja. ¿Y para mí? Todavía no lo sé. Es agradable y suave y puedo disfrutar cierto tiempo oyéndola. Pienso que está presentando un concierto o algo por el estilo. No me atrevo a interrumpirlas para preguntarles de qué se trata. Y además me encanta la música. Mientras el disco sigue girando. no sé qué siento. simplemente intento escuchar y sigo sin entender lo que dicen las voces que proceden del disco. Así es como oía con el audífono si aumentaban el volumen. Ahora me encuentro en una situación incómoda en la que no quiero seguir. Veo su cara. —¿Has entendido? —vuelve a preguntarme la monja al finalizar la mezcla de voces. ¿Y a mí? No sé qué decir. la monja vuelve a poner en marcha el disco. Qué podría pasar si vuelvo a negar ya que mi experiencia infantil me dice que. Los ojos de mis compañeras se fijan en mí. Así pues. mis ojos se dirigen a la monja. la monja regordeta vuelve a poner el disco. por tercera vez. —¿Quieres que suba el volumen? —me pregunta acompañando con el gesto de señalar el volumen del tocadiscos. Si aumentaba el volumen me molestaba. ¿Qué hago? Miro a mí alrededor y tiemblo. las personas adultas y los niños se suelen empezar a enfadar. Deseo enormemente salir de esta situación que me oprime. Claro que oía. angustiada. sin embargo. Ahora ha acabado. te molestan sobremanera a los ojos.do. No parece importarles que la misma historia se repita. Niego con la cabeza. Después. Están muy atentas y creo que les interesa mucho la historia que sale del disco que gira rítmicamente. Miro a mis compañeras para ver qué gestos hacen ante este hecho. Es como los flashes de una cámara fotográfica: además de no poder ver nada de lo que tienes delante. Yo. molesta. —Oigo bien —le digo. al negar por segunda vez. estoy inquieta. Sus caras parecen interesadas y no están molestas. —Un poquito —se me ocurre decir. Siento una inmensa vergüenza por lo que puedan pensar. No parece estar enfadada y mis compañeras tampoco. Intento buscar la respuesta más adecuada para salir del atolladero en que me encuentro. observo a mis compañeras y descubro a 19   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . simplemente. Pero ella. no quiere continuar. a tu sitio. Ella accede y puedo ver la primera línea que empieza así: «Érase una vez un niño llamado Pulgarcito.. te comeré. ¿qué puedo escribir? Mis compañeras están trabajando sobre sus hojas y no consigo ver lo qué escriben. y escribe un resumen. Comienzo a escribir lo mismo que mi compañera: «Érase una vez un niño llamado Pulgarcito.. Además.... sigo observando a la monja. Captar algunos retazos de frases es como descubrir un tesoro...» De repente siento un gran alivio. Ha dejado de girar. Quiero cumplir con la tarea que me ha impuesto aunque detesto tener que escribir algo... Estoy contentísima aunque todo aquello no tenga ningún sentido. —Bien. al mismo tiempo. —¿Quieres que vuelva a poner el disco? —comienzo a vislumbrar su rostro de enfado. El disco se ha parado. —Sí. Y ahora ¿qué? Miro a la monja y espero su próxima reacción. o no me ha entendido o está cansada o. Estoy contenta porque comprendo esta frase y sé que se trata de un cuento porque los cuentos suelen empezar así. He de escribir sobre lo que he entendido.. Yo.. con una expresión suplicante de mis ojos. no. —¿Has entendido? —me pregunta de nuevo. Mi cuerpo tiembla. —me ordena... Niego repetidas veces.. Estoy totalmen- 20   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . Le devuelvo el papel antes de que nos pille la monja. estoy tensa. Tengo el papel a rayas delante y. asustadísima. un poquito más —le contesto en voz muy baja. y me da una gran alegría. estás flaco. La que está a mi lado va dejando letras en su papel muy ensimismada. —No. sólo algunas.. No sé qué decir. La llamo sin que me vea la monja para que me deje leer lo que ha escrito. por favor. no me dejan ver.. Capto algunas palabras. si no sé de qué se trata. Pero la compañera deja de articular los labios..una de ellas que está vocalizando silenciosamente.» La alegría dura sólo un instante porque no sé cómo continuar. le pido desesperadamente que siga vocalizando. El pecho me oprime. el enfado de mi compañera. mis compañeras tampoco. El tiempo pasa. 21   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin .. Ella se niega muy enfadada. mi impotencia.. Desconozco cómo sigue el cuento. que yo recuerde.te vacía. Siento una vergüenza inmensa de mis lágrimas. Exploto. sin entender nada. Me conmuevo de emoción y las lágrimas comienzan a brotar de mis ojos. La actividad propuesta por la monja. Lloro desconsoladamente. haciendo ver que comprendo. ¿Qué hago ahora? Tengo mucho miedo. Es la hora de cambiar de clase. Yo sigo con mi papel delante. La monja no dice nada. Se me ocurre pedirle de nuevo a mi compañera que me deje leer su escrito. no volvió a repetirse. No encuentro otras soluciones. La angustia aumenta. Toda la tensión acumulada para escuchar el disco. .En el patio Estoy en una escuela para oyentes. en medio de distintas voces. Me pregunto qué tengo 22   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin ... desgraciadamente. pues. La monja regordeta nos abre la puerta transparente que de lejos se distingue por un gran círculo rojo adhesivo en el centro... Ya he cumplido los doce años.. me da igual. hoy nadie juega a nada. Pero... Acaba de sonar el timbre que anuncia la hora del recreo porque veo que mis compañeras empiezan a ponerse de pie.. Me fijo... Pedro. después. hablo yo y. entonces.. mi abuela.. —comenta la niña.. compartiendo y charlando de sus cosas. Deseo con todas mis fuerzas que algún grupo juegue a algo.. Nos situamos en fila de dos siguiendo las indicaciones de la monja y recorremos un ancho y largo pasillo hasta la pared de cristal que nos separa de las escaleras que conducen hasta el inmenso patio.. Las niñas hablan entre ellas. Capto algunas palabras. y sabéis..... Observo lo que hacen las niñas. la casa. en la boca de una de ellas. No suelo ser yo quien propone juegos sino las otras. Al cabo de un rato. a lo que sea.. La fila se deshace nada más llegar al patio y empiezan a formarse pequeños grupos. veo que ríen.. dije.. —. Decido acercarme a un grupo donde está mi compañera de pupitre. claro. o sea.. yo iba. —Nada. Le pregunto a la compañera de pupitre qué es lo que les hace tanta gracia. nada. que ya me han dicho otras veces. no sé qué hacer. es posible que se den cuenta de que estoy triste y no me gusta porque siento vergüenza. Quiero ser igual que las demás.que hacer si no he entendido lo que explicaba. por favor —continúo insistiendo. ¿cómo lo lograré? Nadie me lo ha explicado.. —Nada. quizás. «ten paciencia» y otras por el estilo. entonces. Hablan y yo observo el movimiento de sus labios. —consigo descifrar.. No quiero un trato diferente. el otro. No quiero ser rechazada... Ahora estoy tensa. me dicen tonta.. he de volver a empezar con lo mismo: preguntar de qué están hablando. —Explícame.. O.. Tengo muchas ganas de saber de qué se están riendo.. Pero. No quiero ser inferior. —Pesada —me contesta. Tengo muchas ganas de que suene el timbre anunciando el final del recreo. No quiero que tengan la sensación de que soy una carga pues me rechazarían. o sea. Entonces pienso: «¿De qué tonterías se puede hablar? Y si dice que es una tontería. Pero. Y. además. Encima. ¿por qué las dicen y ríen todas? Parece que se lo pasan muy bien. sí. No es más que una tontería —responde... Tengo ganas de llorar pero me reprimo. —. y después. es una tontería —me dice. Y. Decido continuar en el mismo grupo. qué dicen y todo lo demás. siento un gran golpe en el corazón. Cuando oigo esta palabra... ahora. la casa. 23   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . No quiero dar lástima ni ser una pesada. Cuando yo digo tonterías. casa. caritativo... Estoy un poco confundida: ¿qué es una tontería?» —¿Qué tontería es? —insisto. jardín.. No sé qué hacer.. ¿qué es lo qué me han dicho? Ya he tenido que soportar demasiadas veces frases como «es porque no te esfuerzas». «tú pregunta cuando no entiendas».. ¿Salgo del grupo o sigo intentando captar alguna cosa? Si voy a otro grupo pensarán que soy una intrusa.. Cuando no juegan. río igual que ellas aunque no entienda todo lo que dicen. se va a la cocina a preparar la merienda. qué hacían los niños y las niñas. Me explica que hoy sor Teresa se ha puesto enferma y el profesor sordo de dibujo le ha sustituido una hora. al menos. le contesto: «Bien. prefiero estar en clase que en el patio.. La mujer tiene mucho miedo. como todos los días. cosas de la escuela. igual que en una película que vimos. así. nos la contaba con una LSC muy bella. Su Lengua de Signos Catalana (LSC) es maravillosa. las carreras de caballos. Pues nos explicó una película del conde Drácula. La historia es preciosa. Cuando acaba de contarme la película. Por fin. Además. Cuando llego a casa mi madre me pregunta como cada día: «¿Qué tal te ha ido hoy?» Y como cada día.Vuelven a reír. rutinariamente. —¿Conoces a Margarita? ¿La chica cuyos padres son sordos? Sí. Una noche muy oscura. llega. Mientras meriendo me pregunto por las noticias nuevas que me traerá Mar.. Que les ha contado cosas sobre la historia de los romanos. Ojalá fuera más tiempo su profesor para que explicara muchas más historias. acaba el recreo y volvemos a clase. Con todo lujo de detalles les ha relatado cómo vivían. Es de noche. Se alza el telón.» Una vez que mi madre recibe la respuesta cotidiana. etc. El profesor les decía que los romanos se vestían de forma diferente a nosotros. mi hermana. Siento un gran alivio. Los ojos de la mujer están muy abiertos y miran de un lado a otro. aquí nadie puede hablar alto y yo puedo considerarme una más. la que tiene el pelo liso —empieza Mar—. me va explicando la película con toda clase de detalles. Por fin. mientras va cogida de los brazos del hombre. No quiero que vuelvan a decir que soy una pesada. Le ha encantado. También me comenta lo que ha sucedido a la hora del patio. Ahora. las luchas entre los hombres. muchas noticias que comparte conmigo. Un hombre y una mujer caminan por el bosque. continúa explicán- 24   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . Y. Trae. de su escuela. Me han dicho otra vez que soy una pesada. Después de secarme las lágrimas nos abrazamos en silencio. Sólo esperaba volver a la clase. 25   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . No hubo manera de que se lo dijera. estaba con el grupo de sus compañeras de clase y que. Que cuando fuera mayor se lo explicaría. el «&». al lado. Me lo paso tan bien escuchándote. aunque insistió. No quiero que mi madre vea cómo mis ojos se van llenando de lágrimas. Me he aguantado. Al final. allí. Estaban todas hablando. Al preguntarle a una de ellas le dijo que todavía era pequeña para entenderlo. No sé cómo sería yo. Reían y yo les quería preguntar. Le pido a Mar que nos vayamos al lavabo. —Hoy ha sido un día terrible. decidió dejarlo y continuar con la conversación de su grupo. No me puedo reprimir más. miraba a las mayores y veía que decían un signo. A veces. muchas veces. había otro grupo de niñas mayores que hablaban entre ellas. —Ahora explícame tú —me dice al acabar su narración. Tenía muchas ganas de llorar y no lo he hecho. Y yo. me aburro tanto. en el patio. Las niñas no jugaban. me he reído igual que ellas sin entender absolutamente nada. —Tienes tantos temas para contar. desconocería cómo es el mundo.dome que después de comer. y no sabía lo qué quería decir. Después he simulado. Yo no puedo explicarte nada —le digo llorando a mi hermana—. tendría una visión diferente de las cosas. Si no fuera por ti. miro el texto del libro que ella señala. Una alumna se dirige a la maestra y ésta le contesta algo que no consigo entender. —.. entra una abeja en la clase. Sigo fijándome en los labios de la maestra que explica la lección y. junto a la mesa de la maestra. La maestra parece reñirles. que está explicando una lección de Conocimiento del Medio. No sé qué contestarle. Hay mucho movimiento entre los cuerpos de las niñas. —¿Qué te pasa? —me pregunta la maestra. observo cómo las compañeras también se distraen.. Me callo. Al girar la cabeza hacia atrás.. de vez en cuando. Mi atención se desvía y me fijo en el movimiento circular que efectúa para evitar que me pique. Creo que no se debe replicar a una persona adulta porque pienso que es alguien que sabe y yo no. Atiende. No sé cómo decírselo 26   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . Al cabo de un rato. —¿Qué te pasa? —me vuelve a preguntar. vuelvo a levantar la mano. porque la abeja revolotea a nuestro alrededor y todas intentamos esquivarla.. Entonces. levanto la mano.estás mirando la abeja. —No entiendo —le contesto. —No entiendo —le contesto otra vez.¿Mentir o decir la verdad? Me encuentro en la primera fila de una clase de niñas oyentes. De repente. . miento porque. Es algo así como si estuviera prohibido decir que no entiendo. —¿Has entendido? —me pregunta al finalizar. yo también lo estoy. Por lo que. en algunas ocasiones. ¿qué? —empieza a impacientarse. —respondo. —No sé —le contesto. —¿Qué es lo que no entiendes? —intenta ayudarme ella.. temor. para evitar este sentimiento angustioso y desagradable. 27   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . —¿Por qué no me lo dices cuando no entiendes? —me pregunta enfadada. Parece que la maestra ha deducido que. Les irrita.. todo.. No tengo palabras para decírselo. —Pero. miento. La maestra continúa con su lección.. No les gusta.. temblor y palpitaciones. Te miro a ti. —Sí. No entiendo —me pongo muy colorada porque siento que todos los ojos me miran. —No sé. Pasan los meses. Me gusta que las personas estén contentas conmigo. —No entiendo.. —balbuceo..... No sé cómo explicarle el porqué. La abeja no hace nada. Cuando veo caras y rostros ceñudos me provoca angustia. No encontraba otra alternativa. el pueblo.. Miento y le digo que sí.. —Escucha. Nadie me ha enseñado que explique los motivos en el lenguaje de los oyentes. no mires a la abeja... La confesión me costó otro enojo de su parte. No tengo otros recursos lingüísticos. ciudad. Observo la sonrisa de la maestra y veo que está contenta.. pueblo. He descubierto que a las personas adultas les molesta que se les diga la verdad porque se enfadan. se enfadó y le confesé que no entendía.de otra manera. Si ella está contenta. me pregunta después de haberme explicado algo: ¿qué es lo que te he dicho? La primera vez que me cogió desprevenida. sí —le contesto porque deseo acabar con aquella situación. a veces. —¿Todavía estás mirando la abeja? —No. Ni el cómo ni el qué. la ciudad. a mí. Y esta actitud es una gran ventaja para mí porque de esta forma me permite esconder mi falta de comprensión.. —no acabo la frase porque no sé lo que he de traer.. sí. —Sí. el otro día para que tú. —¿La libreta? —pregunta rápidamente..Es una situación contradictoria.... paradójica porque cuando descubre mi mentira. La busco en el pupitre y se la entrego aunque no sepa por qué ni para qué.... He olvidado dar. Algunas personas acostumbran a no dejar acabar a los niños en sus explicaciones. —¿Tienes aquí la libreta? —insiste. me preguntas. la experiencia anterior me lleva a estar siempre alerta.. —No.. se enfada y cuando le digo la verdad. siempre prevenida y a descubrir. —haciendo ver que he entendido lo de la libreta y que si no acabo la frase es porque no me surge la palabra que quiero decir.. —¿Qué te he dicho? —me inquiere. —Sí. —Dámela..... —Sí. He conseguido hacerla sonreír porque ella 28   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin .. sí —asiento por automatismo. el otro día.. vale.. nuevas estrategias para salir de la tensión. de manera semiconsciente. pidió. que es lo que yo deseo: ver caras alegres.. —Vale. —He olvidado. María te pidió. —¿Te acuerdas?.vas a traer? —sigue ella... No se lo pregunto porque puede que me lo haya explicado y no quiero que descubra mi incomprensión. —alargo el tiempo de la respuesta para que ella intervenga con otra frase.. Así pues.. si me acuerdo. si... En este momento descubro una nueva estrategia: añadir otra palabra que no sea la libreta y que concuerde con la frase o con el contexto.. Su paciencia se agota de manera rápida. ¿. pues.... María. Observo su sonrisa... también. ¿Te acuerdas? —me empieza a explicar la maestra. tú.. ¿Qué hacer entonces? Intentar que no descubra que miento para así poder recibir sonrisas.. Las estrategias para salir de esas situaciones de incomprensión las he ido descubriendo y acumulando año tras año y surgen. Lo que una siente no se ve. Por eso algunas personas oyentes me decían sin reparos: «No te esfuerzas. los educadores. 29   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . sólo los profesionales de educación de orientación exclusivamente oral (en adelante. la felicidad consistía en halagar y contentar a los demás a pesar de que.. no mires la abeja. Así. con el niño sordo desde su más tierna infancia. no quieres escuchar. es decir. te distraes. No sé cuándo entiendo y cuándo no.cree que no tengo problemas de comprensión y este hecho parece que le halaga. posibilita esconder la incomprensión. Ella no lo sabe y prefiere que no le diga la verdad porque la verdad puede ser muy cruda para ella. de esta manera. ella no se siente molesta.. inconscientemente. me hiciera daño interiormente. La sordera. al ser invisible. los que descalifican a la Lengua de Signos como una lengua natural con la que se pueden comunicar los padres. para mí. Seguiré esforzándome en ser una artista en emular al oyente. El alma no se ve. En aquel entonces. ¿Todas las personas oyentes? No. oralistas). de manera automática. para gozo de las personas oyentes. Asiento por automatismo en ambos casos. no se enfada.» Son tantas las veces que hago como si fuera oyente que comienza a ser una actitud automática. no hiero su sensibilidad y está contenta. la familia. —No —le contesto. Ahora estoy convencida de haber entendido su pregunta y. 30   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . las demás consultan silenciosamente el libro. ¿Estoy segura de haber entendido bien la pregunta? Me parece que el libro no dice nada al respecto. —¿La Tierra tiene luz? —me pregunta. La monja se dirige a mi mesa. de una en una. La clase está distribuida en cinco filas de mesas individuales y separadas entre sí. aquí hay luz? —continúa preguntándome. entonces. —¿Y por qué por las noches hay luz? —sigue. Es una pregunta muy fácil. —Porque el Sol da luz a la Tierra —le digo.El % Estoy en clase y hoy tenemos un control oral de Ciencias Naturales. Yo estoy repasando los textos subrayados. que suele ser previo al examen escrito. nos va preguntando a todas las niñas. La monja. además. Mientras pregunta a una compañera. —¿Por qué por las noches nosotros podemos ver? —pregunta ella. la respuesta es muy fácil. Le pido a la monja que me repita la pregunta haciendo el gesto de no entender para asegurarme. —¿Por qué. corpulenta y con gafas. Observo que ya pronto me va a tocar a mí y me preparo. Yo trato de prestar la máxima atención a lo que está escribiendo. en dos años?» A continuación la maestra explica el problema y lo va resolviendo al mismo tiempo.000 i = ——–––––––––––––––––—— = —–––––––––––––––——— = ——–––––––––——— = 30.000 · 6 · 2 250. Desde luego. Es fácil saberlo porque hoy toca matemáticas y siempre hay unas preguntas al final de lo escrito. Cuando ha acabado se dirige a las demás niñas. al mismo tiempo. al 6%. El enunciado del problema es el siguiente: «¿Qué interés nos producirán 250.—Porque hay farolas. Los signos que va garabateando me indican que se trata de un problema. hablaba de mí y de mi respuesta.000 ptas. me siento sorprendida y no sé por qué. Me mira y me dice sonriendo: «Muy bien.. Me fijo que les está hablando de mí: «Pepita ha dicho que hay luz porque hay farolas. las nubes van deslizándose a través de los ventanales que quedan a mi izquierda.» Creo haber entendido. lámparas.000 t = 2 años r = 6 250.000. en otra clase. en otra asignatura. Poco a poco. 100 100 100 i = 30.000 pesetas. = ——––––––––––––——— c · r · t i 100 c = 250. Me ha parecido que era una pregunta demasiado fácil y me digo: «¿Qué preguntas hará a las demás? ¿Son fáciles también? ¿Me la hace fácil porque soy sorda? ¿Cómo responden mis compañeras? ¿Por qué me ha elogiado si era tan fácil?» ¡Ojalá pudiera conocer todas las preguntas y respuestas de mis compañeras! Días más tarde. me voy esforzando en centrar mi atención en lo que la maestra nos explica. luz como ésta —digo señalando al techo—.» Pienso que está contenta por mi respuesta y yo también lo estoy aunque.000 · 12 3..000 31   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . Estoy sentada en uno de los pupitres más cercanos a la tarima y sigo con la mirada los trazos que va dejando la maestra en la pizarra. —Muy bien —me responde. en la clase de Matemáticas.A continuación. es decir. por lo que deduzco que no han comprendido. Cuando llega el día de la evaluación. Pasan dos años. Mi padre me contesta que no e intenta explicármelo. sobre este tema. Estoy viendo la televisión en compañía de mis padres y hermanos. como tantas veces habíamos practicado. Después de explicarme el significado de la palabra cítricos. Hay pocas que hayan tenido buena nota y muchas han suspendido. como quien dice. Observo a mis compañeras que levantan la mano. el %.» Me produce mucha alegría reconocer aquel signo. A mí me recuerda un puzzle. le pregunto a mi padre por los números: —¿Sólo exportan veinte naranjas al extranjero? ¡Qué poco! —le digo. Yo había jugado muchas veces y me gustaba. sólo había que calcular. Finalmente. Es muy fácil. queda el resultado del dibujo. que acabo de ver y con el que he hecho operaciones en la escuela. Quiero saber las notas de mis compañeras. la fórmula— para completar todas las piezas que tienen números. Se trata de elegir un dibujo —que sería la fórmula— y encajar las piezas —que serían cada uno de los elementos de la fórmula— en su lugar correspondiente. Estoy asombrada. Son muchas las manos levantadas. saco un diez. Una vez encajadas todas las piezas. esos números me sorprenden mucho. Parece un juego. efectuando las multiplicaciones. Pero en ese contexto. Una vez montadas las piezas del puzzle —del cálculo— obtenemos la respuesta. que sería la respuesta a la fórmula elegida. En la pantalla aparecen unas letras grandes que dicen: «Exportación: Cítricos 20%. vuelve a escribir otro problema parecido y lo va resolviendo paso a paso. La verdad es que me extraña mucho porque yo lo he encontrado muy fácil. Hay que buscar el dibujo adecuado —o sea. jugando. Le es- 32   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . los números que aparecen en el problema matemático. Son las noticias. divisiones y deducciones que fueran necesarias. Afortunadamente. —El 100 es el % —me contesta. Una vez hecho esto. La gente de aquí no come tantas naranjas. Coge otro papel y dibuja más círculos y escribe también 100. Él empieza a escribir números y a dibujar muchos círculos pequeños. —Papá. Hay muchas naranjas. Es una tontería escribir %. Me siento muy triste porque pensaba que era muy fácil y veo que no es así. Una vez que ha efectuado esa tarea. —Bien. Mi padre sigue explicándome como puede. Es más fácil escribir 100. Y vuelve a explicarme: escribe 100 al lado de los círculos que están fuera de la línea rodeada. escribe 20 dentro de lo que había rodeado. ¿Qué hacer? —Dar a los extranjeros —respondo. Los naranjos dan muchas naranjas. —En la tele no dicen nada de 100 —le digo muy aturdida.cucho con mucho interés pero no entiendo nada. Tienes muchos naranjos. —De las 100. miro a mi padre y me explica: —Por ejemplo. Luego. sólo ha realizado estudios primarios. le gusta dar explicaciones. pero estoy convencida que le encantan las matemáticas como a mí. Sobran naranjas. Vuelve a dibujar más círculos en otro papel y al lado pone el número 100. Intenta buscar otros ejemplos y veo aparecer siempre el mismo número. —No —me dice. me llama con la mano para que le mire y me dice: son naranjas. —¿Y por qué escribes 100 y no %? —le digo. Después rodea con una línea algunos círculos y dice: —Estas son naranjas para el extranjero. —Siguen siendo veinte naranjas —le digo a mi padre. 20 son para enviar al extranjero. tú trabajas en el campo. Él no es profesor. ¿Cuántas naranjas les das a los extranjeros? 33   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . sin lograr entender de dónde demonios sale. el 100. Le digo que no entiendo y entonces mi padre coge un papel y un lápiz y nos sentamos en la mesa. ¿el 100 qué es? ¿Por qué 100? —le insisto. ¿cómo se escribe esto? Mi mente empieza a vislumbrar una luz de claridad. cuando paseábamos por la calle. la existencia de los descuentos y en qué consisten y cómo se calculan. Quizás la explica- 34   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . —Bien. Estoy contentísima. capital. tú quieres dar las naranjas a los extranjeros. También me mostraba la libreta de la caja de ahorros. Corro a la habitación a coger el libro de matemáticas de 6º y busco la lección donde aparece el signo %. Ahora lo entiendo: es una forma de escribir los números ante situaciones nuevas.. tú quieres dar al extranjero 20 naranjas de este grupo —a continuación dibuja una línea alrededor de 20 círculos y sigue explicándome— y de este otro grupo. como la llamaban. me señalaba los escaparates de las tiendas para que me fijara en los descuentos que se exponían. también. descuento. ¿Cuántas naranjas das al extranjero en total? —Sesenta —le contesto. con la cuenta de la vieja.—Las que sobran —le digo. con la cual se ejercitaba el cálculo mental y la lógica.. Me ha costado entenderlo. Entonces. en otro grupo. y lo hace a menudo— por ejemplo. Las coges todas y colocas 100 en un grupo —al mismo tiempo señala en el papel los círculos dibujados—. Más tarde. Ahora comprendo por qué mis compañeras no entendían estos problemas y no sacaban buenas notas. Siempre igual. Este método me sirvió mucho para posteriores cursos. Y ahora. Después me explica cómo funcionan los bancos. Otras 100. Mis padres no sabían calcular mediante fórmulas y me enseñaban a calcular de otra manera. Tú tienes muchas naranjas. No sé lo que significan y le enseño el libro a mi padre para que él me ayude. Y del otro. —Por ejemplo —me encanta cuando mi padre me dice. y así sucesivamente. en otro grupo. Leo las palabras: interés. por ejemplo. Para comprender todo esto necesité unos días. Alguien ha inventado un sistema para hacer estos cálculos. Otras 100. valiéndome de otros indicios que no eran orales. —¿Sabes para qué sirve el %? —le pregunto a bocajarro. Me contesta que no. Coincidió. Un día me explicó en LSC que estaba estudiando el % y que era muy fácil. a fuerza de no seguir las explicaciones de la maestra fui adquiriendo diferentes técnicas de comprensión para aprobar los exámenes. Y empiezo a explicárselo con mucho entusiasmo. Si yo hubiera sido oyente quizás no hubiera conseguido buena nota porque hubiera estado pendiente únicamente de la explicación de la maestra y no me hubiera concentrado ni hubiera descubierto otras señales. las visuales. Ellas y yo escuchábamos de manera diferente. como solía hacer. Me pregunta si yo lo sabía y me dice que se lo explique. por esta misma época. Le digo si ha visto ese signo en las tiendas. que a mi hermana Mar la matricularon en una escuela de oyentes. Así pues. 35   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin .ción de la maestra no era clara o le faltaban recursos para mejorar su comprensión. Lo esperaba. voluminoso y peinado como si hubiera acabado de 36   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . Tiene el cabello rubio. Es sorda.De museos Ya tengo catorce años. a veces. Observo en mi reloj que es hora de cambiar de clase. Cada vez que me presentan me dicen que por qué me pongo muy colorada y sólo sé responder con una sonrisa.. enfundada en una bata blanca. La próxima clase es la de historia. por ejemplo. La monja pequeña y flaca parece que la presenta ante nosotras. Hace dos semanas que he empezado el curso de 8º de EGB (Educación General Básica). Al cabo de un rato la monja me presenta: —Esta es Pepita.. como así indica mi horario escolar. No la disfruto de la misma manera que. las Matemáticas. Detesto la historia porque sólo me hace memorizar muchos datos incomprensibles. me pregunto. El profesor particular que viene a mi casa tres veces por semana y. muy mayor. me subrayan aquellos textos que creen que es necesario que memorice para así poder aprobar algunos exámenes. De repente. mi hermana mayor. Después la monja se marcha y se queda sola la señora mayor. aparece por la puerta una señora mayor. «¿Quién será?». —y dice algunas palabras más que no he podido captar. Sigue vocalizando lentamente y yo no consigo entenderla. sí —le respondo con una amplia sonrisa. a pesar de que ella vocaliza bastante claro para mí. en cómo están dispuestos sus dientes. por su esfuerzo de vocalizar despacio. como si le demostrara mi reconocimiento a su esfuerzo. y a su interés en que yo siguiera sus explicaciones. Más tarde entendería que había dicho «directora».. llega la hora del recreo. me aguanto. aunque a veces. Por fin. Comienza a articular los labios muy lentamente y. disimuladamente. su cabeza aún se me acerca más. 37   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . que se balancea levemente. en sus labios arrugados y pintados de un rojo intenso y en cómo los mueve. —Sí. a veces. «¿Estará todo el curso pegada a mi cara?». de un museo —me comenta ignorando mi pensamiento.. se me acercará más aún. En la fila. por su manera de acercarse tanto a mí. No le he entendido absolutamente nada. Me quedo como hipnotizada ante su imagen y su presencia.. de arrastrar un poco mi silla hacia atrás. —Es una señora importante. —¿Me entiendes? —me pregunta al cabo de un rato. se le escapa saliva de la boca y salpica mi cara. por sentir vergüenza de lo que pensarán mis compañeras. Es. No me gusta que se acerque tanto pero como no me puedo negar a lo que hacen los adultos.. —¿Es. se acompaña de gestos. Sólo me fijo en su rostro frágil. muy cerca de mi cara. La señora mayor coge una silla y se coloca delante de mí. ya que se trata de una persona mayor. me pregunto horrorizada. ¿Qué le puedo decir? Si le digo que no. ya que estoy muy aturdida por su vejez. pregunto en voz baja a mi compañera: —¿Por qué viene esa señora? —Es nuestra nueva profesora de historia —me responde. Entonces.salir de la peluquería. Trato. antes de llegar al patio.? —desconozco la palabra que ha dicho después del «es». mujeres y niños. y veo varias esculturas a ambos lados. Accedemos por una puerta de piedras grandes. porque deduce que la primera es desconocida para mí—.. desde la escuela. Tengo muchísimas ganas de que llegue ese momento y comprobar si mi imaginación se ajusta a la realidad o no. figuras de hombres. —vuelve a decir— es jefa de un museo —cambia de palabra. de tamaños descomunales para lo que esperaba ver. Me pregunto: «¿Tántas cosas se pueden contar durante tanto tiempo sobre esta figura?» Observo a las compañeras que parecen escucharle con mucha atención. La miran y sus dedos la señalan.. y ese hombre mira hacia arriba y nada más. antiguas y desgastadas. Busco a una compañera que parezca estar dispuesta a explicarme algo.—Es. nos conduce hasta prácticamente la entrada del museo. En la sala hay un guía que está explicando las diferentes esculturas. Me gustaría saber qué encontraré allí y cómo será porque me lo he imaginado de muy diversas maneras. Pues nos ha dicho que iremos un día a su museo. y ella continúa—. una molestia y les desviaría la atención de las explicaciones que está dando. nuestra monja tutora pequeña y delgada nos anuncia que pasado mañana iremos a visitar el museo de la profesora de historia. por no quedarme completamente al margen. Por fin llega el día anunciado y tomamos un autobús que. por lo que he leído y me han explicado. Una vez que ha acabado de dar sus explicaciones el guía. Nos paramos ante una escultura. Días después. —¿Qué dice el guía? —le pregunto. El guía se detiene durante mucho tiempo ante la misma. No puedo seguir para nada sus explicaciones ni pregunto a mis compañeras porque les supondría un esfuerzo. ¿Sabes lo que es un museo? —asiento. Estoy muy contenta porque es la primera vez que voy a ir a un museo. Son todas grandes y blancas. las compañeras parecen continuar hablando de la escultura. Yo observo las figuras y sólo veo a una mujer que mira a un hombre. 38   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . Parece que muchas cosas son un rollo. Luego. poco a poco. subtitulada. A mí me parece que llevamos en el museo mucho rato y ya empiezo a tener ganas de acabar y salir fuera. Observad su mirada. le hace perder por completo el objeto del deseo. que grabo en V. mientras un guía explica: «Él ya sabe que sucede algo increíble. Había otros cuadros que a mí me parecía que no tenían otra utilidad que no fuera colgarlos en el dormitorio o en el comedor. algo imposible y absurdo.O. Ya han pasado muchos años desde estas impresiones y experiencias. Esto empezó a suceder cuando. además de mirar diferentes imágenes que aparecían en los cuadros. como espantada. Sigo con el grupo mirando las esculturas y las encuentro todas parecidas. por esta transformación que. Quizás esté explicando algo sobre cuándo y quién hizo esa escultura y lo mismo haría con todas las demás. Quiero ver la escultura otra vez. más tarde. ya no me esfuerzo en preguntar a nadie más. Me digo: «cuando haya otras visitas de este tipo. descubrí una manera para no aburrirme.—Es un rollo —me comenta la compañera. observaba al guía. A partir de ese momento. si sonreía o no. Estoy en casa viendo una película. La condena.» Con el mando a distancia detengo la escena y rebobino la cinta hacia atrás. Y no me puse enferma porque seguimos visitando más museos. a la calle. cómo iba vestido. Se ha transformado en sus manos. de pintura y. Me lo creo... simularé estar enferma para no tener que ir». claramente. si hacía muecas extrañas. Es una escultura blanca que se 39   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . sobre todo. Había algunos que. cómo miraban los cuadros y qué reacciones tenían ante los lienzos. al aire libre pero sé que no está permitido separarme del grupo. a mí me parecían muy feos pero el guía parecía explicar con mucho entusiasmo esas pinturas oscuras y horribles. me empezaron a gustar. En la pantalla aparece un grupo de personas observando una escultura. El sistema era el siguiente: observaba a las compañeras detenidamente. por lo menos. parece mucho a una de las que vi en aquella primera visita a un museo. y ahora. al menos. Percibo la escultura diferente a partir de la explicación del guía. Parece que la escultura habla. tengo ganas de ver más esculturas y saber qué dicen de ellas. en diferentes idiomas. Ojalá que se mantenga esta iniciativa y que otros museos sigan su ejemplo. Pero no es la misma. un intérprete de LSC para que los sordos podamos acceder a los comentarios. Ya estoy ante la puerta de un museo y mi primer entusiasmo se transforma bruscamente en tristeza cuando caigo en la cuenta que no entiendo lo que dice el guía. Me apetece visitar museos y la primera ocasión que se me presenta no la desaprovecho. 40   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . me llega la grata noticia de que una entidad organiza visitas a los museos con guías que conocen la LSC. disfruto más viéndola. el goce estético que proporciona. en el vestíbulo que da a la calle. Pero mi visión sí ha cambiado. Observo también que existen guías que facilitan la visita para grupos. Me digo: «Es necesario conseguir que los museos cuenten con un guía que use la Lengua de Signos Catalana (LSC) o. cuando era niña. De repente. conoceríamos mucho mejor las obras de arte y disfrutaríamos también de lo que vemos. Nos permitiría percibir el mundo con más intensidad. Hay folletos en diferentes idiomas: francés. Intento seguir las esculturas con los folletos que distribuyen gratuitamente en el mostrador de la entrada pero no explican las obras de la misma manera que cuando vi la película. además. Sé que la escultura no ha cambiado nada. Me había olvidado de que ya había experimentado esta situación y este sentimiento.» Años más tarde. me fijo mejor en lo que tienen en la mesa de información. La escultura no sirve únicamente como un elemento decorativo sino que también transmite y comunica con la persona que la está viendo. De esta manera. inglés y alemán. Al acabar de recorrer el museo. en la que estaba prohibido el uso de la Lengua de Signos.» La niña mayor me explica y por fin la entiendo. Las niñas llevan batas de color verde y los niños de color azul y blanco a rayas igual que Valentín. Las clases y los patios. 41   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . Hablan muy deprisa con las manos y no les entiendo. que son una mezcla de gestos surgidos de la comunicación con otros niños sordos. muchos sordos! Las niñas y los niños. Nuestra conversación se desarrolla mediante unos gestos aprendidos en la anterior escuela de sordos. y los signos utilizados en las sesiones de logopedia acompañados con algunas vocalizaciones orales. Este signo significa: «¿Cuál es tu signo?». separados. por cualquier medio de comunicación a nuestro alcance. como por ejemplo el signo «apodo».. Tengo muchísimas ganas de saber cómo le ha ido. Yo sé algunos signos. Ella empieza a explicarme: —Entro en la escuela y veo a muchos sordos.Aludes de ideas Mi hermana Mar acaba de llegar a casa tras su primer día de clase en una escuela de sordos. Una niña mayor me pregunta con el signo «apodo». que llamamos «la Purísima». separados. Yo le digo: «No sé. ¡Muchos. No hablan igual que nosotras.. Pretendemos transmitirnos el mensaje. lo más intensamente posible. nuestro hermano. Para nuestro nivel de lenguaje de entonces su exposición es muy clara. Es la manera de nombrar a las personas en la Lengua de Signos. Hay muchos signos diferentes —me sigue explicando. Me «bautizaron» con este apodo porque cuando era pequeña tenía siempre el pelo corto. Entre los sordos utilizamos un signo para cada persona. que no se encontraba lejos de la escuela de sordos. fuera algo parecido a «pelo corto». tú le has de contestar con tu signo «Pepita».Si la niña te pregunta el signo «apodo». Se trata de una apelación visual. Yo le dije mi signo «Mar». puestos al lado derecho del cuello y moviéndolos como las tijeras. no tu signo. —El signo «cuál es tu nombre». despacio. nuestra conversación se hacía más extensa. me cambian de una escuela de oyentes a otra que está más cerca de mi casa. Veo a Mar muy contenta. quiere decir cuando preguntan por tu nombre. Esta escena y otras similares se sucedían cotidianamente cuando nos encontrábamos en casa. Cada día descubríamos nuevas maneras de expresar las cosas. La dactilología no es igual que la de la otra escuela. El curso siguiente.» El tuyo es así: «P-E-P-I-T-A.» La niña mayor me lo explica claro. algo parecido a un apodo entre los oyentes. Desde que se descubrió mi sordera iba a otra escuela. colocados con la palma de la mano hacia abajo. en la que estuve algunos años. Un día a la semana voy a las clases de la escuela de sordos de la Purísima. traducido al lenguaje oral. Mi signo-nombre es el siguiente: los dedos índice y corazón. La escucho con profundo interés. se enriquecía. Pero cuando habla con otras niñas lo hace muy deprisa. crecíamos mentalmente cada vez más. Es como si. Mi nombre en dactilología se hace así: «M-A-R. con deseos de enseñarme muchas cosas y explicando cosas que le han sucedido y detalles de forma muy minuciosa. es diferente. He aprendido muchas cosas de la Lengua de Signos Catalana 42   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . Todo ello nos suponía un gozo y una gran alegría. (LSC) y la utilizo en las conversaciones con mi hermana Mar. Menos mal que estoy adquiriendo rápidamente una lengua límpida. Le contesto en dactilología. ¿Y el lenguaje oral? Todavía lo estoy aprendiendo y a un ritmo más lento. Me queda todavía mucho camino para saber bien la LSC como ellos. Estoy muy contenta porque la entiendo perfectamente. —¿Cómo te llamas? —continúa preguntándome. Cuando hablan entre ellas las comprendo bastante bien aunque lo hagan muy deprisa. Aún tengo un acento diferente. turbios. es necesario interactuar con múltiples sordos. Tienes un acento especial. que sólo vengo los sábados aquí y que los demás días voy a una escuela de oyentes. No lo integro con la misma naturalidad que la LSC. Es el primer día que voy a esta escuela. —¿Vienes a estudiar aquí? ¿Eres nueva? —continúa ella. acudo a esta escuela donde asisten muchos niños y niñas sordos de diferentes edades para adquirir lo más rápidamente posible esta maravillosa lengua. a través de las conversaciones con 43   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . Y para conocer bien esta lengua visual. como cualquier otro idioma. Le explico que soy la hermana de Mar. Me pongo colorada. —¿Cuál es tu signo personal? —me pregunta una niña que se me ha acercado. para poder acceder a conocimientos. Así continuamos hablando en LSC hasta que me comenta: —Te entiendo bien aunque hables diferente. Y yo sólo la estaba aprendiendo de mi hermana Mar. Soy como una extranjera. Afortunadamente. de diversas edades y en situaciones diferentes. porque todavía no hablo como ellas a pesar de que las entiendo y parece que también me entienden. diáfana y transparente para poder expresar mis sentimientos. Se lo digo. para descubrir el mundo que me rodea. Los mensajes orales me llegan opacos. sombríos. y así me puedes ayudar a tener ideas nuevas para continuar escribiendo —le respondo. Lo había olvidado. Muchos años después. Al cabo de un rato se enciende la otra luz. Quiero saber qué es lo que sentiste al leerlo. Es mi hermana Mar que saluda con la mano. cuenta. así podré observar mejor la reacción de los alumnos sordos cuando se relacionan con la LSC por primera vez..los compañeros sordos para vivir y. —Me gustaría comentarte algo sobre un capítulo del libro que estás redactando. verde. —¡Qué sorpresa verte por aquí! —le digo. —Cuéntame. Acepto encantada. —Cuenta. Voy hacia la puerta y pulso la tecla que hay en el interfono para abrirle. Me informa de que su teléfono no funciona y que desea saber si quiero ir mañana a comer a su casa. se encienden las luces del comedor. —¡Ah sí! ¿Y lo recuerdas? —Ahora lo recuerdo perfectamente. Observo que se enciende de forma intermitente la tenue luz anaranjada del dispositivo. tener un lugar en la sociedad. Era como un alud de signos. —Se me hace difícil explicártelo. Eso indica que alguien llama desde la puerta de la calle. Estoy sentada en un sillón leyendo el periódico. Inmediatamente me dirijo hacia la ventana que da a la calle para saber quién es. Lo dejo. un día de las vacaciones navideñas. por ejemplo. muchas formas de expresar ideas. —He leído alguna de las escenas que has escrito y que se me habían olvidado completamente. Y. Cuando estaba en la 44   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . me levanto y me fijo en el artilugio que hay encima de la puerta y que permite convertir las señales acústicas del timbre en visuales.. Y sobre lo del primer contacto con la LSC. Abro la puerta y nos saludamos. Está relacionado con el primer contacto con la LSC —me dice. cuando el profesor sordo nos habló sobre los romanos. recordé momentos vividos. en definitiva. al leerlas. me gustaría explicarte lo que sentí cuando estaba rodeada de personas sordas hablando la LSC. —Sí. cuando quería explicar a un compañero sordo que un día en mi pueblo vi a un cerdo comerse una rata. lo recuerdo —me río y añado— con el dedo en el culo hacíamos un dibujo en el aire representando la forma típica del rabo del cerdo. otros señalando la cola y la gordura del animal. sí. que es el morro del cerdo. un coche grande. cilíndrica. Luego le explicaba que había visto a un cerdo comerse a la rata. también levantaba con el dedo índice la nariz hacia arriba. cada uno de nosotros describíamos al 45   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . yo sentía que recibía como un torrente de ideas cada vez que me explicaban algo. para designar un objeto necesitaba mucho tiempo. blancas —señalando el color de la bata—. casi en pantomima. porque todos habían pactado ya los signos para cada idea o representación. Mi cabeza no estaba acostumbrada a asimilar tal cantidad de conceptos en tan poco tiempo. entonces intentaba decirle lo que comía el cerdo. —Bien. Además de indicar el rabo. Quieres decir que para expresar una simple idea se requería mucho tiempo. aplastada. Tenía que describir primero la rata para saber de qué animal se trataba. En ese mismo momento. Estaba fascinada con las diversas maneras de expresar las ideas. así es. Todo eran gestos. —Sí. bajas. —Te entiendo muy bien. en autocar. necesitaba describir las características del cerdo. le explicaba el pueblo : ir lejos. donde los niños para nombrar a un cerdo por ejemplo.. —Según recuerdo. descubrí que había una economía de tiempo. Por ejemplo. Es decir. necesitaba mucho tiempo. para decir «cerdo» y que el otro me comprendiera. Y cuando el que me escuchaba parecía entender lo que trataba de explicarle. señalaba el rabo del culo. Cuando entré en la escuela. Por ejemplo.. Para decirle dónde lo vi.otra escuela. lo identificaban mediante una nariz. etc. otras casas diferentes a las de aquí. en la otra escuela no había muchos signos pactados entre los compañeros sordos. como una especie de pantomima. sólo decirte que te quiero. aprovechando la plasticidad que permite la Lengua de Signos a pesar de la distancia. Las ideas eran más concretas. —Gracias a ti —le digo. Mientras se aleja por el fondo de la calle. 46   Inicio   Índice   Inicio capítulo   Capítulo siguiente   Fin . Sigo moviendo la mano en alto hasta que nos perdemos de vista. Y nos despedimos. —Se me ha olvidado decirte una cosa —le digo en LSC cuando se gira hacia la ventana para despedirse. así era —me responde. sus sensaciones sobre su primer contacto con la LSC. he de marcharme. Y en el colegio de la Purísima había ideas que parecían más abstractas. —Nada. sus palabras visuales se remueven en mi interior.cerdo de diferentes maneras. Mira su reloj y me dice: ¡Se me hace tarde! Bueno. sus recuerdos. —¿Qué quieres? —me pregunta. Desde la ventana espero a que mi hermana salga a la calle. a la derecha. Mañana. —Y yo a ti también. Gracias por todo. en casa seguiremos charlando de todo esto si quieres. ¿no te parece? —le pregunto. más palpables. Intento recordar si el invierno que empecé a descubrir esta maravillosa puerta a la comunicación también nevó en mi ciudad o si el alud del que hablaba mi hermana fue común a las dos. no había un solo gesto pactado. —Sí. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ¿Todo sigue igual? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El destino con regalo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Índice Prólogo. . . . . . . . . . . . En el patio . . . . . 9 13 15 17 22 26 30 36 41 47 56 60 63 69 71 77 82 89 309   Inicio   Índice   Fin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ¿Mentir o decir la verdad? . . . . . El placer de leer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sin vista y con tacto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . De museos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Aludes de ideas. . . . . . . . . La voz y la mirada. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El % . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . A modo de introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Érase una vez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . EL OTRO MUNDO . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . CUANDO ERA PEQUEÑA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Vislumbrando una realidad diferente. . . Un sueño con historia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . El paraíso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El malestar adolescente . . . . . . . . . . . . . . . . . Ser maestra. . . . . . . . . Has perdido la labiolectura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La espera desesperante. . . . . . . . . . . . . . . Los sordos no opinan como tú . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .LOS SORDOS NO SON PECES. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295 Crónicas telepáticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Los audífonos . . . . . . . . . . . ¿Una imagen vale más que mil palabras? . . Conquistar espacios para las minorías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Charla en la universidad. . . . . . . . . . . . . Emmanuelle Laborit o El grito de la gaviota. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ¿El signo mata la palabra? . . . . . . . . . . . . . . . 297 310   Inicio   Índice   Fin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El señor Calafell . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99 101 122 127 136 140 143 149 169 175 189 193 195 200 209 212 216 226 238 242 249 258 261 263 271 277 283 287 290 EPÍLOGO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . se hace . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tienes la voz bonita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La crisis. Es sordo pero escucha. . . . . . . TÓPICOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Banquete de dioses. . . . . . . . . . . . . . . El conflicto de la independencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Los intérpretes de LSC. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Hermanas y hermanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ¿Todavía es sorda?. . . . . . . . . . DOS COMUNIDADES BAJO EL MISMO TECHO . . . . . . . ¿Las personas sordas son desconfiadas? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Entre madres . . . . . . . . El patito feo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ¿El lenguaje oral es una tortura? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La lectura labial. . . . . . . . . . . . . . . . . . Me preocupo por ti. . . . . . . . . . . . . .
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