EL ARTE FRANCISCANO COMO LUGAR TEOLÓGICOProfesor: Francisco Javier Rojo Alique ofm III. FUNDAMENTOS DE LA ARQUITECTURA FRANCISCANA BIBLIOGRAFÍA BÁSICA: CUADRADO SÁNCHEZ, Marta, «Arquitectura franciscana en España (siglos XIII y XIV)», Archivo IberoAmericano 51 (1991), pp. 15-70, 479-552. GARCÍA ROS, Vicente, Los Franciscanos y la Arquitectura: de San Francisco a la exclaustración, Valencia, 2000. MARTÍNEZ DE AGUIRRE, Javier, «Espiritualidad franciscana y arquitectura gótica: del recelo a la revitalización», en Espiritualidad y franciscanismo. VI Semana de Estudios Medievales, Nájera, 31 de julio al 4 de agosto de 1995, Logroño, 1996, pp. 111-131 [Disponible en Internet en http://goo.gl/SsyN18]. SCHENKLUHN, Wolfgang, Architettura degli Ordini Mendicanti: Lo stile architettonico dei Domenicani e dei Francescani in Europa, Padova, 2003. RECURSOS DIGITALES: Conventos Franciscanos OFM Santiago: vistas 3D: http://juannataliosm.wix.com/conventos. The Oxford Friars project: Reconstrucción virtual de la arquitectura medieval en Oxford, Inglaterra (en inglés): http://oxfordfriars.wordpress.ncsu.edu/ 1. Problemas que plantea la arquitectura franciscana Tradicionalmente, los estudiosos no han prestado gran atención a la arquitectura de las órdenes religiosas. Parece, sin embargo, que en los últimos años ha aumentado el interés por este campo. Destaca la aportación de Wolfgang Braunfels, quien estableció la teoría, ya obsoleta, de que existe una relación directa, casi mecánica, entre la Regla de cada orden religiosa y sus edificios. Pese a los avances que se han ido registrando, el desconocimiento de muchos de los aspectos que afectan a la relación entre la forma de vida de los institutos religiosos (regulada por la Regla y las Constituciones) y la arquitectura monástica es total. Falta comenzar por un estudio sistemático de todos los edificios, para ir encontrando diferencias sustanciales entre las distintas órdenes y sus diferentes destinos. La carencia de estudios es aún mayor en el caso de las órdenes mendicantes, entre las que se encuentra la Orden Franciscana. La escasez y poca fiabilidad de sus fuentes históricas, la desaparición en la mayoría de los casos de sus documentos y, lo que es peor, la destrucción y transformación de muchos de los conventos por sus constantes reutilizaciones a lo largo de su larga historia han hecho desistir a muchos autores en su intento de aproximación al conocimiento de estas órdenes. Desde el punto de vista arquitectónico, la historia de los conventos franciscanos recorre un inmenso arco que va del rechazo inicial, representado por la vida y escritos de san Francisco, hasta la edificación de obras enormes y hermosas, como San Francisco de Bolonia, Santa Cruz de Florencia o San Francisco el Grande de Madrid. En estas construcciones tan diversas se puede observar cómo la actitud de Francisco de Asís y, en general de la familia franciscana, ante la construcción de edificios fue cambiante a lo largo de la Historia y tiene más relación con la azarosa vida interna de la orden que con su propia Regla. Parece difícil conciliar que un mismo espíritu pudiera haber guiado a aquellos que, como san Francisco, rechazaban cualquier construcción, y a aquellos otros que moraron en grandes complejos formados por iglesia, varios claustros y abundantes dependencias anejas. ¿Cómo pudo tener lugar esa reorientación? Una de las tareas a afrontar es, por tanto, la de reconstruir las fases de desarrollo de la expansión del franciscanismo, insistiendo en la cuestión de cómo se pudo pasar de las primeras moradas, que san Francisco quería sencillas y pobres, a las grandes construcciones que luego se convertirían en auténticas obras de arte. Cabe preguntarse cuáles fueron los acontecimientos en el seno de la orden que permitieron (e incluso alimentaron) un proceso de transformación que se manifiesta en edificios cada vez más amplios, más hermosos y artísticamente más cuidados. Y, en definitiva, qué mecanismos motivaron la vuelta a los orígenes en el siglo XV y el comienzo de un nuevo ciclo. Por lo expuesto hasta el momento queda claro que el estudio de la arquitectura de los franciscanos no se puede limitar al estudio de las particularidades estructurales o estéticas de sus conventos. La evolución de los edificios no tiene sentido si no se asocia al estudio de las múltiples actividades de los religiosos, tanto en el cuadro de la vida comunitaria como en el contexto de las relaciones y los intercambios con el medio que los rodeaba. De igual modo no nos parece apropiado limitar nuestro estudio a las iglesias y lugares de culto de los frailes. El resto de las construcciones conventuales merecen ser también objeto de un estudio detallado y sistemático, porque constituyen un elemento fundamental de los complejos conventuales, de igual categoría que la iglesia. Eran lugares en cierta medida desprovistos de sacralidad, pero que recogen lo esencial de la vida comunitaria cotidiana. 2. Proceso evolutivo de la arquitectura franciscana Cuando se aborda el estudio de la arquitectura franciscana, el elemento que más llama la atención es la interesante evolución sufrida en lo que respecta a materia constructiva. Una evolución sufrida sin prisa, pero sin pausa, que fue consecuencia directa de la evolución ideológica que experimentó la Orden. Parece difícil conciliar que un mismo espíritu pudiera haber guiado a aquellos que, como el Poverello, rechazaban cualquier construcción, y a aquellos otros que moraron en grandes complejos formados por iglesia, varios claustros y abundantes dependencias anejas. ¿Cómo pudo tener lugar esa reorientación? En sus orígenes, la fraternidad creada en torno a Francisco de Asís ni siquiera se había planteado el problema de las edificaciones, que se desdeñaban en lo que fuera más allá de lo imprescindible. Pero, con el paso del tiempo, las nuevas necesidades pastorales y organizativas de la Orden fueron transformando la actitud de Francisco y de sus hermanos hacia la construcción de edificios. El proceso evolutivo de la arquitectura franciscana fue así consecuencia directa de esta evolución. 2 En sus escritos. deja bastante claro que no quería ningún tipo de construcción. ni casa. San Pedro o la Porciúncula. Francisco de Asís no trata específicamente la cuestión de los edificios de la Orden o. Lo que san Francisco había escrito era un reflejo de su propia vida. 3 . san Francisco acabó aceptando la posibilidad de que sus frailes viviesen en residencias estables. ni lugar. insiste en que los hermanos se guarden «de recibir en modo alguno iglesias. Pese a sus reticencias iniciales. se pueden establecer tres fases o pautas de comportamiento muy claras en la evolución de la arquitectura franciscana: 1) Ausencia de arquitectura (1209-1230): con una fase itinerante y otra de evolución hacia los asentamientos estables. puesto que el espíritu que guiaba a los frailes era el de hacer habitable lo recibido. Fase de ausencia de arquitectura: «Como forasteros y peregrinos» (12091230). Cuando aumentó el número de miembros de la Orden.Teniendo esto en cuenta. moradas pobrecillas. hospedándose siempre allí como forasteros y peregrinos» (Test 24). Al encontrarse los "loca" alejados de los núcleos urbanos. como había hecho San Francisco en la Porciúncula. En la Primera Regla se afirma que los hermanos no han de apropiarse de ningún lugar. los frailes menores se instalaron en ermitas o lugares recibidos de otros. que se justifica y es consecuencia directa del modo de vida itinerante de los frailes. ni cosa alguna» (2R VI. si no son como conviene a la santa pobreza que prometimos en la Regla. 2) Nacimiento de una arquitectura propia (1230-1250): se obtiene permiso para construir los templos y los conventos se integran en los núcleos urbanos. En este período no podemos hablar siquiera de una arquitectura propia. lugares por lo general preexistentes. En su Testamento. cuando ya ha aparecido el problema que plantean las personas que edifican en beneficio de los franciscanos. comenzó un proceso de evolución hacia los asentamientos estables: los frailes menores empezaron a instalarse en "loca". los frailes recitaban el oficio coral y predicaban en la iglesia parroquial más próxima. mejor dicho. mientras que en la de 1223 se establece que «los hermanos no se apropien nada para sí. Allí los frailes se reunían y recogían tras la jornada pastoral de cada día. 1). 3) Necesidad de legislar sobre las construcciones de la Orden (1260). aunque siempre extramuros y próximos a una capilla u oratorio. 2. En las primeras décadas de existencia de la Orden es de señalar la total ausencia de actividad constructiva. aunque con la condición de que éstas fuesen pobres y que no fuesen propiedad de los religiosos de su Orden.1. cuando había restaurado las iglesias de San Damián. En un primer momento. ni nada de lo que se construye para ellos. unas cabañas levantadas conforme a un diseño muy elemental» (2Cel 26). trabajo y actividad mendicante. en un lugar «tan exageradamente reducido. se abre una nueva etapa en los asentamientos franciscanos.. desde el momento en que éste y sus primeros hermanos optaron por una vida de predicación. a menudo viejos y poco habitables. que arreglan con sus propias manos.» El ideal ermitaño fue precisamente el que presidió los primeros establecimientos franciscanos.. El cronista inglés Eccleston menciona que acabaron por ser «indignos de las personas de calidad que se presentaban para recibir el hábito». En otra parte menciona que Francisco enseñó a sus hermanos «a hacer viviendas muy pobres. La primera capilla de los Frailes Menores en Cambridge (Inglaterra) era tan pequeña que un solo obrero pudo construir toda la cubierta de madera en una jornada de trabajo. Los asentamientos franciscanos primitivos eran por tanto sencillos y pequeños. esto es. el de aquellos que habitan una pobre construcción más o menos aislada del mundo. que malamente podían sentarse ni descansar» (1Cel 16). de madera. encauzando la vida franciscana al servicio de las comunidades urbanas de las que el mismo Francisco procedía. El aspecto físico de estas primeras residencias se caracteriza por la simplicidad.2. Nacimiento de una arquitectura propia (1230-1260) A partir de la década de 1230-1240. Resultaba difícil hacer compatibles una vida eremítica y el servicio continuado a la población urbana.La actitud de Francisco estaba guiada por un espíritu ermitaño.] Y en el claustro donde moran no permitan que entre ninguna persona ni coman en él. El enorme crecimiento de la Orden Franciscana requería asimismo una organización. Las construcciones iniciales eran realmente reducidas. [. que no era necesaria en los tiempos iniciales. para orar y dormir. en la medida en que ésta quería y necesitaba ser atendida. En estos años el espacio vital de los frailes se integró en el mundo ciudadano. rusticidad y especialmente por la provisionalidad de las mismas. y en él cada uno su celdita. no de piedra. porque los frailes buscaron nuevos emplazamientos junto a los muros o en el interior de las ciudades. 2. Tomás de Celano cuenta cómo en dicho lugar los hermanos vivían en una choza o chamizo edificado con maderos. Dicho proceso se había iniciado ya en vida de Francisco de Asís. y aconsejaba el establecimiento de conventos con 4 . hasta el punto de que resultan verosímiles los relatos que se conservan sobre el tamaño y las condiciones en que vivían San Francisco y sus primeros compañeros en Rivo Torto. Es precisamente la Regla para los Eremitorios la única que incorpora escuetas referencias a los edificios en los que habitan los frailes menores: «tengan un claustro. Este problema se volvió aún mayor cuando se hizo cada vez más frecuente la prevención. a la vez que se mostraba insuficiente para acoger a la creciente masa de fieles que acudía a escuchar la predicación. Sin embargo había motivos para tomar esta decisión: 1. e incluso les alentaba y felicitaba por ello. a menudo en el inmediato espacio extramuros. La construcción de edificios propios para la Orden constituía en cierto modo una "traición" a los ideales de San Francisco. el mismo pontífice expedía la bula Quoniam abundavit. En el campo de la arquitectura. que ya no satisfacían las nuevas necesidades de la comunidad. en una época en que la religiosidad se interiorizaba y se hacía más participativa. mucho más cercanos. Su alejamiento de los núcleos urbanos hacía bastante difícil el acceso hasta ellos de quienes querían acudir a escuchar los sermones de los frailes. 2) Pocas décadas más tarde. en su bula Si Ordinis Fratrum Minorum. 4. este proceso de transformación siguió una serie de pasos sucesivos en un desenvolvimiento lógico: 1) Los asentamientos iniciales se caracterizaron por estar situados a cierta distancia de los núcleos urbanos. que evitaran la tendencia a vagabundear tan frecuente en aquella época entre muchas personas con inquietudes religiosas. pero también el grave inconveniente de ser te5 . protector de la Orden. del clero tradicional hacia los franciscanos. 3. eran ya considerados como parte de la ciudad. Los problemas que presentaban los asentamientos provisionales. donde era muy difícil obtener algo para mantenerse. por la que recomendaba a los obispos y prelados que no obstaculizaran el ministerio de la predicación por parte de los sacerdotes. la renuncia a la construcción de templos propios significaba limitar en gran medida las posibilidades de actuación. Su reducido tamaño hacía imposible dar cabida a las numerosas vocaciones a la Orden. Estos espacios tenían la ventaja de la inmediatez. en que la predicación pública iba alcanzando mayor relevancia. Se estaba así tratando de conseguir el consenso del clero local para la construcción de iglesias. Por otra parte. alejadas del centro en un radio que podía alcanzar dos o tres kilómetros. En 1230 el papa Gregorio IX. dio permiso para levantar conventos a los fieles que así lo quisieran. 6. Los frailes se ubicaban en insignificantes construcciones. Poco después de la muerte de San Francisco los Frailes Menores comenzaron la búsqueda de permisos para tener templos en propiedad. como ermitas. En 1237. 5. donde también otros religiosos mendicantes asentaron sus conventos. La hostilidad del clero parroquial. 2. los franciscanos buscaron nuevos emplazamientos. e incluso el rechazo manifiesto. San Francisco debió comprender la necesidad de una evolución de la Orden. Estos nuevos barrios. Los primeros asentamientos solían estar situados en arrabales insalubres y peligrosos. y a su ministro general Pedro Catani.edificaciones propias. y por esa razón la confió al cardenal Hugolino. La evolución hacia una mayor estabilización de la Orden. . Siguiendo el ejemplo de la regla de los dominicos. sobre todo en lo relativo a la pobreza. en el que la funcionalidad se conjugaba con la espiritualidad de la Orden. sino por los propios defendidos. insalubres o fácilmente inundables. o el exceso de longitud. 2. Necesidad de legislar sobre las construcciones de la Orden: las Constituciones de Narbona (1260). anchura y altura según las condiciones del lugar. o fueron destruidos durante algún conflicto bélico. y los principales expulsados irrevocablemente de sus lu- 6 . cambiarlos de lugar o ampliarlos [. 3) Por ello no siempre. más capaz de adaptarse a las particularidades de cada fundación conventual. el gran aumento del número de hermanos y de fundaciones y la implantación de conventos en el interior de los recintos urbanos hizo necesario retocar algunas de las disposiciones iniciales de la Orden de Hermanos Menores. Según Gratien de París. constrúyanse edificios según sus disposiciones. Las Constituciones aprobadas en el Capítulo General OFM de Narbona de 1260. se hizo especial énfasis en perpetuar un espíritu de pobreza apostólica huyendo de los excesos. A menudo.3. cinceladuras. Si verdaderamente el dinero fuera guardado o concedido sin deuda o préstamo. excepto cuando al ministro provincial le pareciera que ha de arreglarse por causa necesaria. de modo que no quedara completamente olvidado el espíritu inicial. que asolaban estos edificios para evitar que los invasores pudieran hacerse fuertes en ellos. compuesta de elementos arquitectónicos y decorativos. para construir edificios. En ocasiones. Los artículos relativos a las cuestiones arquitectónicas quedaron así incluidos en el apartado de la Observancia de la Pobreza. ordenamos que se evite de forma rígida la delicadeza de los edificios en pinturas. Pero aquellos que osaran transgredir esta constitución. ventanas. Se hizo necesario legislar en lo referente a la arquitectura. durante el generalato de san Buenaventura. los nuevos conventos fueron edificados en lugares poco adaptados a la construcción de este tipo de edificios. incluían una serie de prescripciones precisas sobre la arquitectura. columnas y otras cosas. Pero como lo selecto y lo superfluo [curiositas et superfluitas] se oponen directamente a la pobreza. sin exceder los límites de la pobreza. deberán ser castigados severamente..rrenos desprotegidos por las murallas de la ciudad o claramente amenazados por desgracias militares o conflictos militares. que esta vez era ya al interior de las ciudades. los conventos no fueron destruidos por los atacantes. Todo convento estaba concebido como una entidad orgánica. se dio incluso un segundo traslado. este proceso vio establecidas sus bases con la promulgación de la bula Nimis iniqua en 1231. y entre ellas las relativas a las construcciones. con licencia del ministro provincial. Con el paso de los años. pero sí con bastante frecuencia. que declaró a las iglesias franciscanas exentas de la jurisdicción episcopal. y alcanzaría su punto álgido hacia los años 1240-1250. tal y como ocurre con las normas aprobadas en el Capítulo General de Narbona de 1260: «Así pues. cuando fuere necesario. pese a las dificultades que representaba la obtención de solares dentro de recintos urbanos a menudo llenos tras la expansión vivida hacia el año 1300.] prohibimos contraer deudas o pedir préstamos. serán depuestos por los visitadores. Era cierto que la Orden no podía prosperar sin que se resolviera esta cuestión. pues la propiedad determinaba en buena medida el cuidado de los edificios y. En lo relativo a la materia constructiva. la plasmación arquitectónica del complejo conventual.» Las disposiciones de las Constituciones de Narbona representan la culminación y la síntesis del desarrollo jurídico de la Orden Franciscana en lo relativo a la construcción de edificios. las disposiciones de los Capítulos Generales referentes a temas constructivos no hicieron sino retomar en sus puntos básicos lo establecido en Narbona. y si se hubiesen pintado otros. que rechazaba el Poverello. excepto el presbiterio. los vicarios generales que él dejó en su puesto introdujeron algunas modificaciones ajenas a la voluntad del fundador. de la santa Virgen. mientras que la bula Ordinem vestrum de 1245 establecía a la Santa Sede como propietaria de todos los bienes muebles e inmuebles de los que hacían uso los frailes menores. donde los 7 . en 1230 la bula Si Ordinis Fratrum Minorum favorecía la construcción de conventos franciscanos por parte de los fieles. Y para esta causa serán mantenidos firmemente unos visitadores. y las modificaciones que se fueron introduciendo no alteraron en lo más mínimo los preceptos dictados en Narbona. a menos que fueran restituidos por el ministro general. que fueron. el campanario de la iglesia en ningún sitio se construirá a modo de torre. Las Constituciones de Narbona dieron a la legislación franciscana la claridad necesaria para que pudiera aplicarse sin interpretaciones equivocadas. Por otra parte. En 1219. El problema de la propiedad sería tratado en repetidas veces a lo largo del siglo XIII.gares. mientras Francisco se encontraba en Oriente. entre las que se encontraban las de construir iglesias y conventos. San Buenaventura confirmó de repente la necesidad de la instalación de los frailes en el medio urbano. Se trataba de una cuestión importante. como era la de la discusión acerca de la propiedad de los edificios. Al mismo tiempo. Las diferencias que las Constituciones de Narbona reflejan con relación a lo escrito por san Francisco no sólo se limitan al ámbito constructivo. De ningún modo las iglesias deben ser abovedadas. Igualmente nunca se harán vidrieras historiadas o pintadas. las primeras revisiones de la doctrina predicada por san Francisco habían empezado a producirse ya en vida del santo. exceptuando que en la vidriera principal. A partir de ese momento. de San Francisco y de San Antonio. fueron el punto de partida de su evolución posterior. sino que forman parte de una serie de progresivas reformas que se fueron dando a lo largo del siglo XIII para hacer posible la evolución de la Orden: así. y en muchos aspectos siguen siendo el fundamento legislativo de la Orden. por añadidura. Por otra parte. detrás del altar mayor. por si los ministros fueran negligentes. de San Juan. y otra que de ella se derivaba. pueda haber imágenes del Crucifijo. . distaron de mantenerse unívocos a lo largo de los siglos. y no ya en la griega clásica. Pobreza y arquitectura medieval La humildad y la pobreza son precisamente dos de las señas de identidad más importantes de san Francisco y del franciscanismo. la legislación franciscana hablará de ella como superfluitas y curiositas). aunque perviviera en el plano teórico la relación entre proporción y belleza. ya en la época en la que escribía este último autor los romanos llevaban desarrollando un sistema constructivo distinto al griego. De ahí 8 . Por eso no resulta de extrañar que estas dos virtudes tuvieran una gran importancia en su diálogo con la arquitectura medieval.1. Teoría arquitectónica medieval y pobreza ¿Qué implica la aplicación de la pobreza a la arquitectura? Una respuesta simplista llevaría a pensar en un abaratamiento de costes.complejos conventuales debían insertarse de manera evolutiva. Entre los franciscanos siempre se advirtió una preocupación por la sencillez y la pobreza en la construcción de sus edificios. adoptando las soluciones constructivas adecuadas.. en las postrimerías del siglo XIII y los albores del siglo XIV dio comienzo una nueva fase en la evolución de la arquitectura franciscana: las iglesias y conventos urbanos aumentaron su tamaño para poder acoger a crecientes masas de fieles. Arquitectura cisterciense y pobreza Una vez que empezó a considerarse la belleza de los edificios como algo añadido. de evidentes raíces griegas. formado en la tradición práctica romana. por otra parte. 3.» Tras la promulgación de las Constituciones de Narbona. Asimismo. Sin embargo. la actividad pastoral de los frailes obligó a la construcción de espacios cada vez más amplios para escuchar la predicación. cercanas "de facto" a los principios de la arquitectura civil. en la Edad Media. 3. los espacios son más caros nosotros no podemos disponer de un espacio suficiente a fin de que los locales estén yuxtapuesto: será necesario. tal visión se acomoda más a la mentalidad actual que a los conceptos medievales que. que configuraron el pensamiento medieval. o en construcciones que apenas pasaran de lo imprescindible. que transfiguraba los espacios interiores y que se obtenía mediante el uso de materiales ricos y costosos. 3. esa vinculación no se valoró especialmente en el plano de la arquitectura. El pensamiento de la Antigüedad tardía. quedaba muy poco camino por recorrer para pasar a entenderla como un elemento en cierta medida superfluo (así. En la Edad Media. en el que se entendía la belleza de los edificios como algo añadido. De esta manera. Por eso es importante que nos detengamos a analizar cuál fue la reflexión y cuáles fueron las aportaciones del franciscanismo en este terreno. Sin embargo. donde se consideraba que la belleza era algo añadido. como ornamento y decoración. consideraba que la belleza era algo que se añadía a los edificios.2. «Puesto que en efecto dentro de la villa . pervivió en el plano teórico la unión entre proporción y belleza heredada de la Antigüedad clásica. en ciertos casos. que estén superpuestos en altura. Así opinaban autores como Isidoro de Sevilla. Por tal motivo. digna por todo ello. El modelo mendicante. Por otra parte. el ideal monástico necesitaba reflejar su categoría y validez por medio de manifestaciones externas. etc. la aceleración que imprimió la expansión medieval trajo nuevas perspectivas a la búsqueda de la pobreza evangélica. no sólo era razonable. sino que era en cierta medida imprescindible que la casa de Dios presentara una arquitectura de gran tamaño y dignidad. la iglesia era la Domus Dei. 9 . vidrieras. la Jerusalén celeste en la tierra. Arquitectura franciscana y pobreza Hacia el año 1200. al mismo tiempo que consideraba a las riquezas añadidas como un escándalo ante las necesidades de los fieles pobres. La iglesia tenía por tanto que participar en alguna medida de ese carácter sobrenatural. el nuevo templo de Salomón. para él la pobreza.3. Sin embargo. No resulta por tanto de extrañar que los cistercienses levantaran en la práctica. Por otra parte. cuesta entender los grandes monasterios cistercienses como el producto de la búsqueda de la pobreza en todos sus sentidos. ¿Hasta dónde llegó ese rechazo de las riquezas? En cualquier monasterio cisterciense del siglo XII predominan la austeridad. favorecidos por su indudable prosperidad económica. en vivo contraste con la imagen que transmiten las catedrales de esa misma época. apropiadas para el Todopoderoso. los cistercienses fueron la última gran manifestación de una manera feudal de concebir el cristianismo. La pobreza cisterciense exigía el rechazo de lo bello rico y luminoso. Por un lado. de seguimiento total de Cristo. sino que se complementaba con otros dos: la humildad y el espíritu eremítico. con ser importante. Tal actitud fue la que recogió la reforma monástica de los cistercienses. al que habría que pagar. Esta aparente contradicción no era tal para la mentalidad de la época. del mayor embellecimiento. no era el único pilar de su espiritualidad. 3. San Francisco abanderó ese espíritu de renovación. Para muchos cristianos del siglo XII. enormes construcciones en piedra tanto en sus iglesias como en el resto de las dependencias monásticas. superando los setenta e incluso los cien metros de longitud. triunfó en buena medida gracias a la prosperidad económica y a las novedades sociales que estaban surgiendo en el mundo urbano. incluso en las granjas y molinos. no cabe duda de que los monjes tuvieron que recurrir para construir estos edificios a personal asalariado. quienes rechazaron todos aquellos complementos que enriquecían y embellecían las iglesias de los monasterios cluniacenses: oro y pinturas.que los movimientos que aspiraban a seguir el precepto evangélico de la pobreza manifestaran un primer rechazo a la belleza de los edificios como manifestación de riqueza. ricas imágenes. que favorecía las dimensiones desmesuradas. que había sido intentado con anterioridad. Para la mentalidad medieval. Cada vez fueron más los fieles dispuestos a vivir según los consejos de ese tipo de pobreza. la simplicidad y la armonía. Sin embargo. su tamaño supera en muchas regiones al de las más grandes iglesias coetáneas. el capítulo general franciscano de Asís hablaba en 1316 de edificiis temperatis et humilibus. proponían otro modelo de vida basado en la sencillez y en el servicio a los demás. fray Gil de Asís decía que para el cuerpo de Francisco debía levantarse una iglesia relevante que sirviera para mostrar al pueblo lo importante que fue la santidad de Francisco. 4. De hecho. propuesta a la Iglesia peregrina y a la humanidad que andan en busca de la verdad y la belleza. el ministro general de los Menores. El santuario ha permanecido a través de los siglos como la res10 . Frente a las catedrales medievales. El papa consideraba que Francisco. De manera similar. para interpretar la iconografía del santuario debe tenerse en cuenta que la misma sólo se entiende desde el principio hermenéutico del Francisco “santo” y “hombre”. que había dado a la Iglesia la Orden de Frailes Menores. El santuario debía ser su gloriosa y “santa memoria”. en el ideal cisterciense se agazapaba la soberbia. Frente a ellos los mendicantes. El santuario aparecería como la summa de la piedad contemplativa y activa de san Francisco. Y en su futura arquitectura. fue precisamente la humildad la que aportó la clave que diferenciaría a los conventos franciscanos de los monasterios cistercienses. El responsable de la construcción de la basílica fue la autoridad pontificia. Los enormes y costosos monasterios cistercienses son el monumento a un ideal cristiano muy diferente al preconizado por Francisco de Asís. merecía una iglesia propia en la que pudiera recibir culto su cuerpo. Como recordaba Ubertino de Casale. las disposiciones iniciales relativas a la edificación de conventos de los dominicos se iniciaban con la afirmación: mediocres domos et humiles habeant fratres nostri. impulsó la construcción de una basílica que debería guardar los restos y la memoria del Poverello. la basílica de Asís fue “cosmopolita”: tanto los recursos como los artistas que la construyeron vinieron de todas partes. Por tanto. encarnada en Gregorio IX. y en especial los franciscanos. El fuerte carácter estético que se le dio a este complejo basilical ya desde que se proyectó ha permitido que conservara a lo largo de los siglos su belleza e ideal originales. Como apreciaron sus contemporáneos. Así. fray Elías. la humildad era hermana de la pobreza. el pecado de los caballeros. Resulta equivocado confundir austeridad con humildad. La basílica de San Francisco de Asís: símbolo y excepción Al año siguiente de la muerte de Francisco. El mensaje de la basílica es por tanto la gratitud a Dios del pueblo cristiano por haber regalado a la humanidad la persona de Francisco. el objetivo de la construcción de este edificio era ése: “guardar la memoria de San Francisco de Asís”. La humildad era una virtud que podía aplicarse a la arquitectura.En la visión franciscana. que absorbían todos los recursos de una ciudad. frente al monasterio. La basílica de Asís no debe considerarse por tanto como modelo arquetípico de arquitectura franciscana. pero también de otros factores derivados. para empezar. en última instancia. en las postrimerías del siglo XIII y los albores del siglo XIV dio comienzo una nueva fase en la evolución de la arquitectura franciscana: las iglesias y conventos urbanos aumentaron su tamaño para poder acoger a crecientes masas de fieles. del contexto histórico de la época: la irrupción en el panorama religioso de las órdenes mendicantes trajo consigo la llegada de aires nuevos al cargado ambiente religioso bajomedieval. no cambiar las estructuras preexistentes. de los propios preceptos y fines de la orden. A la hora de concebir un convento franciscano. la actividad pastoral de los frailes obligó a la construcción de espacios cada vez más amplios para escuchar la predicación. Asimismo. en el terreno artístico. o el monje cedió su puesto al fraile. El punto de partida para entender el significado de la basílica es siempre el mismo: Francisco de Asís. el componente religioso y otro. el factor social. basada sobre todo en la pobreza. Arquitectura franciscana y religiosidad urbana en la Baja Edad Media Tras la promulgación de las Constituciones de Narbona. dos elementos entran en juego: uno. De hecho. también se interpretará erróneamente una edificación monasterial occidental si no se conoce la correspondiente regla monástica o no se admite la idealidad del pensamiento monacal.puesta estética más completa del mundo cristiano al deseo de fray Elías: custodiar el recuerdo de Francisco. El alto valor artístico del templo posee así por tanto un elevado significado apostólico. Para ello era fundamental infundir a este nuevo símbolo parlante unas características propias que mostrarán al fiel una nueva forma de vivir la religiosidad. 5. Y eso es así pese a la pluralidad de manifestaciones que se dan en la basílica. Los elementos que condicionan el elemento religioso emanan. Francisco permanece por tanto como el fondo de inspiración común y único del mensaje de la basílica. sino también a la hora de plasmar de una forma material su nueva religiosidad. en alabanza y gloria de quien lo ha hecho grande entre los hombres y glorificado entre los ángeles. Se trata de una consecuencia directa del tipo de vida que buscaban y querían los frailes. este monumento no encontró demasiado eco en el ámbito de la arquitectura franciscana. y lo entendieron no sólo en el aspecto ideológico.» Sin embargo. sino más bien como “ilustre excepción”. que respondieron a los valores que deseaba transmitir cada comitente. su arquitectura. Este aspecto lo entiende y refleja a la perfección Braunfels en su libro ya clásico sobre arquitectura monacal cuando afirma: «Así como resulta imposible comprender el templo dórico sin comprender el espíritu religioso helénico. epifanía de la gracia para todos. Era necesario renovar los aires. es decir. pasó a convertirse en la imagen visual de la nueva religiosidad. para entender la arquitectura franciscana es necesario tener igualmente presente la enorme importancia que adquiere el factor social. el convento. De igual forma que la vida contemplativa dio paso a la vida activa. Así lo entendieron nuestros frailes. 11 . De acuerdo 12 . Durante la Baja Edad Media se produjo un gran desarrollo de todo lo relacionado con la muerte y su liturgia. la predicación fue un elemento esencial del carisma franciscano. que hasta entonces eran considerados como personas que difícilmente agradaban a Dios. los frailes predicaban en plazas e iglesias. 5. La presencia de estas nuevas poblaciones hacía necesario superar los problemas que hasta entonces tenían en su vida cristiana. Pero pronto empezaron a encontrarse con la oposición de los obispos y del clero secular. en 1257 el papa Alejandro IV autorizó a los Franciscanos a predicar y confesar en todas las diócesis sin permiso del obispo. Sin embargo. Las órdenes mendicantes resolvieron ambos problemas en la teoría y en la práctica. En razón de esta adecuación entre ciudades y frailes. por otro. los mercaderes. La Regla Bulada establece que los frailes no podían predicar en una diócesis sin permiso de su obispo. para el futuro de la arquitectura franciscana resultó especialmente trascendente el servicio que los frailes y sus cenobios prestaron en el ámbito funerario. Desde sus mismos orígenes. los frailes menores se especializaron en el sacramento de la penitencia y en todo lo que podía ayudar a garantizar la salvación en el Más Allá. En este sentido. san Francisco había recomendado que los frailes no predicaran al margen de la voluntad de los sacerdotes. no es de extrañar que los concejos favorecieran la ubicación de los mendicantes en sus poblaciones o ayudasen a sufragar sus construcciones. pasaron a ser objeto de interés y de atención apropiada a sus necesidades. en el cristianismo medieval existía un rechazo hacia el dinero en sí mismo. A lo largo del siglo XIII aparecieron en las ciudades grupos (los mercaderes y los profesionales) dedicados a actividades que exigían la existencia de capitales específicos. al mismo tiempo fueron cada vez más numerosos los fieles que deseaban recibir sepultura en los conventos. como era la del servicio a la población urbana. que básicamente eran dos: por un lado. de nefastas consecuencias para una sociedad cada vez más monetarizada. fue muy importante el papel que los franciscanos desempeñaron como predicadores y confesores. 5. La iglesia franciscana: espacio para la predicación y la confesión En las poblaciones urbanas. La construcción de sus propios templos favoreció mucho que los frailes pudieran predicar sin cortapisas.La construcción de los conventos franciscanos respondía a una misión muy concreta. Gracias a la actividad de los franciscanos. las nuevas profesiones urbanas carecían de justificación moral. En un principio.2. dando así satisfacción a unas necesidades espirituales muy diferentes de las de la población rural. Los conventos como recintos funerarios Una vez comenzada la construcción de sus conventos en el espacio urbano. Por otra parte.1. Los fieles de las ciudades acudían a las iglesias franciscanas para escuchar la predicación de los frailes y para confesar sus pecados. convirtiéndose en efectivas propietarias de las mismas. pues no en vano Francisco de Asís había pertenecido a ese grupo social. en especial del secular. La legislación pontificia 13 . contribuyeron a esta evolución de las costumbres. En la Segunda Carta a los Fieles (72-85). Los mendicantes en general. sino que querían permanecer cerca de los santos o cerca de los altares. y los franciscanos en particular. se había recorrido un largo camino en lo referente a los lugares apropiados para los enterramientos. en vez de un único y exclusivo promotor de la iglesia (que tenía derecho a ser enterrado en su capilla mayor). contó con una fuerte oposición por parte del clero tradicional. Los fieles no buscaban ya sólo recibir sepultura en el terreno bendecido. Hasta el siglo XII. ubicadas en la zona de la cabecera. A lo largo de los siglos de existencia del cristianismo. los obispos. Francisco de Asís pedía a los fieles que. los patronos de los monasterios o iglesias y otras personas que lo merecieran por santidad de buena vida y obras. ellos no fueron los inventores de la multiplicación de capillas. que tuvo que ver con lo que sucede con los cuerpos más allá de la defunción. generalmente tres. como por las pérdidas económicas que implicaba.con la mentalidad medieval. por el que los ciudadanos quisieron recibir sepultura en los conventos mendicantes. En este sentido se dio un paso decisivo en las comunidades urbanas donde. tanto por la "invasión" que suponía en competencias hasta entonces consolidadas. ya fuera parroquial o conventual. destinasen sus bienes a buenas obras para satisfacer en lo posible los pecados cometidos en vida. y que se producían "excesos". que puede parecer natural. abades y otras dignidades eclesiásticas. El proceso. Con el paso del tiempo se había ido creando una legislación que especificaba los ámbitos de enterramiento. En las iglesias cistercienses fue donde comenzó a multiplicarse el número de altares y de capillas. La mayor parte de los monjes cistercienses eran clérigos. en los que la ubicación de los difuntos tenía mucho que ver con su condición social. el proceso continuó con la apertura de numerosas fosas que llenaron el espacio de los templos. De hecho. En la época moderna. varios particulares escogieron y edificaron sus capillas privadas compatibles en un mismo templo. simplemente reorientaron la profusión de capillas. la Primera Partida de Alfonso X el Sabio especificaba que dentro de las iglesias sólo debían recibir sepultura los miembros de la familia real. Sin embargo. y cada monje quería celebrar su propia eucaristía con la mayor frecuencia posible. Tal concreción denota que en la práctica las cosas no estaban tan claras. El hombre tenía que preocuparse por su muerte. Los mendicantes. se produjo una "democratización" del espacio sagrado de las iglesias a la hora de acoger enterramientos. se establecía una especie de contabilidad en la que las buenas acciones habrían de equilibrar los pecados. los frailes menores propugnaron que la mejor opción que tenían los fieles era confiar esa riqueza a los franciscanos. Durante los siglos XIII y XIV se vivió un segundo fenómeno relacionado con la muerte. por hacer bien con su dinero (que tampoco era propiamente suyo. promover la expansión de su Orden con la limosna. sino recibido "en préstamo" del Señor). De este modo los conventos se hicieron receptores de sumas cada vez más considerables. Por aquella época. solía celebrarse una única misa cada día. tras su muerte. en el sentido de que personas no "autorizadas" disfrutaban de enterramientos de mayor categoría de los que en teoría les correspondían. Así. Partiendo de ese testimonio de su fundador. las iglesias por lo general habían contado con un escaso número de altares y capillas. y entre ellos los franciscanos. que en sus iglesias fueron concebidas para usos diferentes de los cistercienses. Por todo ello no resulta extraño que uno de los elementos que se consideraban necesarios para erigir un convento franciscano fuera disponer de espacio para ubicar el cementerio propio. organizado en dos ámbitos perfectamente diferenciados: la cabecera y la nave. El ideal apostólico de los frailes y el desarrollo arquitectónico de la época de las catedrales llevan a desarrollar en los edificios de culto un largo eje visual en el que la mirada de los fieles puede prolongarse hasta descubrir admirados la arquitectura sagrada reflejada en el ábside y el coro. contar con una serie de espacios diferenciados que pudieran acoger los enterramientos de los principales linajes burgueses o las sedes de las cofradías que agrupaban las solidaridades religiosas surgidas en los ámbitos urbanos. En la Baja Edad Media tuvo lugar. se tuvieron en cuenta dos necesidades espaciales de distinta naturaleza: a. Por ello se inició la construcción de edificios de considerable capacidad. siendo siempre lo primero que se construye del mismo. Algunas de estas iglesias tuvieron prevista desde un principio la construcción de capillas laterales. La iglesia franciscana: función y símbolo Al igual que ocurre en otras congregaciones religiosas. en las iglesias franciscanas medievales se aprecia una simbiosis indisoluble entre lo sagrado y lo profano. A la hora de organizar los templos franciscanos (y mendicantes. corriendo el riesgo de profanar lo sagrado. en otros casos. sin duda alguna. Conflictos por estas cuestiones se documentan ya en el siglo XII.sobre esta cuestión resultó por lo general favorable a los mendicantes en aquellos casos en que el difunto hubiera expresado en vida su voluntad de ser enterrado en un convento. Sin embargo. una unión que no se realiza de manera simplista. pese a las barreras espaciales. máxime en unas órdenes. aunque no siempre. en general). reservado únicamente para las actividades litúrgicas de los monjes. en la arquitectura franciscana la iglesia es. De tal modo que el “lugar de lo profano” se prolongaría en el horizonte. hasta abrazar el área del coro. 14 . como las mendicantes. La segunda y prescindible. b. por otra parte. la de contar con un espacio suficientemente amplio en el que poder predicar. estas capillas se fueron añadiendo conforme a las necesidades o conveniencias. hasta el punto de que algunos autores han definido a estos templos como semejantes a los graneros. Por este motivo. haciendo clara referencia a su dimensión pauperística y a la funcionalidad apostólica. Todos estos factores trajeron consigo la creación de un nuevo espacio eclesial. 6. sino que se lleva a cabo por medio de la sublimación de lo profano. la parte más importante del recinto conventual. un cambio radical en lo relativo al concepto y finalidad del espacio eclesial en relación a tiempos pasados. Al mismo tiempo. en las que la vida claustral carece de importancia. La primera y fundamental. Con la llegada de los frailes el templo dejó de ser el espacio cerrado. la fachada occidental adquirió un nuevo significado. cuya funcionalidad es necesario conocer. y abrió sus puertas a todo el mundo. tampoco los pleitos sobre enterramientos fueron un fenómeno nacido como consecuencia de la expansión de los conventos mendicantes. recogida en sus propias disposiciones legislativas. con los paños rasgados por grandes ventanales apuntados es. apuesta por una luz directa. Pero es. un énfasis que. los frailes no aceptaron adornar sus edificios con vidrieras historiadas. Entre los mendicantes. Poco antes de su muerte. no se constata en absoluto este precepto litúrgico.1. que imperaba en esta época. la tradición arquitectónica cristiana había considerado a la cabecera como la zona más privilegiada del edificio religioso. casi se prohíbe. su punto máximo. en la arquitectura franciscana alcanzó. exceptuando la vidriera principal. el único foco que directamente inunda de claridad natural el interior de los templos. con amor de caridad el uno esté contento oyendo la misa del otro» (CtaO 30-32).6. que llena el espacio de las grandes catedrales e inspira a los grandes pensadores. Por tales razones. El protagonismo de la cabecera Junto con la fachada occidental. Esa decisión nos sumerge en una mística distinta. en una estética que opta por permanecer al margen de las grandes corrientes de la época y.. la cabecera es la zona que adquiere más relevancia en los templos mendicantes al concentrar el interés místico y litúrgico. Frente a la estética del gótico. junto a la ventana o el rosetón de los pies. si cabe. el lugar de reunión de los frailes cuando asisten a los actos litúrgicos. aplicando recursos estructurales más vanguardistas frente a la inercia constructiva con que tradicionalmente se conciben las naves. El interés por resaltar las cabeceras se debe a dos causas principales: Es el lugar de la consagración.. es más. irreal. lo que hasta entonces había sido sólo costumbre. la proliferación de estancias en esta parte del templo venía justificada por la normativa de que sólo podía oficiarse una misa diaria en cada altar. el ábside. frente al elevado número de las mismas que se encontraban en la cabecera y el presbiterio de los monasterios cistercienses. a nivel arquitectónico se puso un interés especial a la hora de concebir las cabeceras de los templos. oscura por excelencia. Característico de las cabeceras mendicantes es su reducido número de capillas. allí tenía lugar el “rito de la elevación”. paso a convertirse en norma. sobre todo. frente a la luz tamizada. Este hecho se proyecta en dos cuestiones principales: El abovedamiento de las cabeceras: desde sus orígenes. El factor luz: frente a la nave. san Francisco escribía que «en los lugares donde moran los frailes se celebra una sola misa al día (.) mas si en algún lugar hubiere muchos sacerdotes. Esto explicó la constante preocupación de los arquitectos por ampliar el espacio destinado al coro. una luz que inunda el espacio sagrado de armonía y claridad natural. como hemos tenido ocasión de ver con anterioridad. que cobró una enorme importancia en la Edad Media. 15 . En el caso de los frailes. diáfana. En lo que respecta a los monjes. dirigida. inspirada en la de la iglesia de San Francisco de Asís. se utilizó en la época gótica por muchas parroquias de escasos recursos por toda Europa. capillas abovedadas entre contrafuertes. 6. 2. sino que pasaba a abrir sus puertas a todos los fieles. se edificaron con muros de piedra de cantería no esmerada. Además de ser sencilla y barata. La nave de la iglesia como espacio para la predicación y la muerte En las iglesias franciscanas la nave cobró una importancia que no tenía en los templos monásticos anteriores. cuadrangulares. típica de los templos de la época (se recuerda la similitud 16 . por lo general entre cinco y nueve. Ello se explica por la nueva finalidad que se empezó a otorgar al espacio sagrado: el templo ya no quedaba reservado para la actividad litúrgica de los monjes. que añaden un transepto para obtener la planta de cruz latina. y abovedaran la capilla mayor. la nave única ofrecía connotaciones apropiadas a los mendicantes: había alcanzado difusión como planta típicamente parroquial. aunque pronto se recurrió a otras soluciones. Un equipo de carpinteros se encargaría de las cubiertas de la nave. Este sistema no fue exclusivo ni de las iglesias franciscanas ni de las mendicantes. rosetón y tracerías de ventanales que seguían las fórmulas góticas imperantes. con sus correspondientes contrafuertes. Ni los albañiles ni los carpinteros necesitaban de una cualificación especial. fueron utilizadas en las edificaciones iniciales. portada. Por su bajo precio. diferente de las iglesias de tres naves de los monasterios o de las colegiatas. de ahí su nuevo concepto de cabecera. Las plantas de mayor difusión fueron tres: 1. Una variante de la nave única la introdujeron aquellas iglesias inspiradas en la de San Francisco de Asís (1228-1253). Al mismo tiempo.2. por lo que servían los de cada comarca.Frente al ceremonial benedictino. los frailes mendicantes optan por la no dispersión del acto litúrgico. Este modelo podía también levantarse con mayor esmero: con muros de sillería bien escuadrada. y con especial frecuencia a los ábsides poligonales. a dos aguas entre dichos arcos. Iglesias de nave única: las iglesias más elementales. de nave única. potentes arcos de piedra que separaban los diferentes tramos y cubiertas de madera. Las cabeceras más sencillas. rural o urbana. abovedamiento completo de la nave. proporcionaba una buena acústica (especialmente si la techumbre era de madera). Nave con transepto. variaba según las necesidades. El número de tramos. Para edificar estas construcciones simplemente era necesario disponer de canteros que levantaran cuatro muros y los arcos de piedra necesarios. cuando el sacerdote toma la hostia en sus manos. los soportes internos se adelgazan con el fin de facilitar la visión desde cualquier punto de la nave. 3. En cuanto a su funcionalidad. Frente a los movimientos heréticos que negaban la presencia real de Cristo en la Eucaristía. sobre todo en Galicia). El tercer tipo de planta de mayor difusión fue el de tres naves con o sin transepto. En cualquier caso. Iglesias de tres naves. La nave única resulta entonces la ideal para las iglesias de los frailes. deseoso de escuchar lo que allí se decía y. con soportes intermedios de piedra o ladrillo y cubierta de madera. incluso con curiosidad. Ese deseo queda patente sobre todo en el momento de la consagración.con la planta de la catedral de Angers). En este caso también se descartaron las cabeceras góticas más complejas de la época. Santa Croce de Florencia dispone de cinco a cada lado de la capilla mayor). no siempre utilizada. los frailes insisten en la elevación. El modelo de San Francisco fue pronto imitado en la iglesia gemela de Santa Clara de Asís y en muchos otros templos (en España. 17 . debe destacarse que la nave de las iglesias mendicantes centra su atención en dos focos principales: el predicador en el púlpito y el oficiante el en altar. en lugar de uno. de disponer de tres ábsides paralelos escalonados. puede concluirse que el modelo de iglesia que tradicionalmente se ha considerado como mendicante (nave única con capillas entre contrafuertes) no disfrutó de la difusión mayoritaria que a veces se le ha atribuido. sobre todo de observar atentamente lo que allí acontecía» (M. donde se mencionaban de forma explícita las edificaciones «secundum loci conditionem et morum patriae». La ampliación a dos o tres naves se produce cuando los frailes se instalan en grandes ciudades. Cuadrado). que obligan a aumentar el espacio reservado a los fieles. Aquí tampoco resulta extraño encontrar capillas abiertas entre los contrafuertes. En cierta manera este proceder quedó sancionado en el capítulo general de Asís de 1316. y que sólo aparece en casos excepcionales como San Francisco de Bolonia. Cuando a las plantas de tres naves se incorporaron transeptos fue posible disponer de una batería de ábsides paralelos (así. ya que permite la visibilidad desde cualquier ángulo del templo. En consecuencia. La existencia del crucero favoreció la posibilidad. que fomenta una participación activa de los fieles en el acto religioso: «A partir de ahora el pueblo acude a misa. Ello es reflejo de la nueva religiosidad de la época. Se advierte con mucha frecuencia que las plantas reflejaron tradiciones de cada zona. mostrando a los fieles lo que ellos querían ver y cuántas veces lo querían ver. El pueblo quiere ahora “ver” lo que ocurre en la celebración. dotadas de girola. que no tenía nada que ver ni con el espíritu ni con las necesidades litúrgicas franciscanas. también poligonales. En las iglesias cistercienses. Por eso al comienzo de la Baja Edad Media los monasterios benedictinos. que desde allí podían cómodamente escuchar a los predicadores en el púlpito y ver a los oficiantes en el altar.Los fieles quieren también “oír” la predicación. y a ello contribuirá en buena medida la adopción de la techumbre de madera como cubrición de las naves. y en otras se conciben homogéneamente con el resto de la estructura templaria. debido al papel que adquiere como centro de captación y de atracción de los fieles. El exterior de los templos: la fachada occidental como centro de captación En lo relativo al aspecto exterior de los templos. lo que se convirtió en uno de los principales caballos de batalla en su relación con el clero parroquial. Por último. Este protagonismo 18 . limitada en principio a gentes de cierta calidad. También permitía un control más fácil de los incendios. en la proliferación dentro del espacio sagrado de pequeñas capillas o multitud de sarcófagos. comenzó a extenderse a toda la sociedad. con la llegada de los mendicantes cobran una nueva dimensión las fachadas occidentales de los mismos. 6. Ello llevó a los edificios mendicantes a adquirir una nueva dimensión: la funeraria. Este deseo de recibir sepultura en el interior de los recintos conventuales se manifiesta. Son estos pequeños microespacios donde el fiel se recoge y se siente más cerca de sus seres queridos que han pasado a la otra vida. la posibilidad de enterramiento bajo el techo sagrado. Más arriba hemos comentado la constante y casi obsesiva preocupación del hombre medieval por la futura suerte de su alma y la mutación de los usos sociales a raíz del imparable deseo de fama e inmortalidad. El uso de la madera disminuía además los costes de la obra. a partir de ahora. al estar cada tramo delimitado por arcos de piedra. el papel de la fachada occidental se realza. El papa Bonifacio VIII autorizó a franciscanos y dominicos a conceder sepultura en sus iglesias a quienes en vida lo hubiesen solicitado. que facilitaba la escucha de los sermones. En las iglesias mendicantes.3. desde el punto de vista arquitectónico. sin embargo. Lo que en principio fue un fenómeno un tanto aislado se generalizó a principios del siglo XIII cuando las órdenes mendicantes suplantaron a las monacales. factor éste muy importante para una orden que basaba su existencia en la pobreza. primero. al no estar previsto el acceso de los fieles a su interior. ejercieron una especial atracción sobre los moribundos que. después. los templos carecían de fachadas monumentales. Estas capillas se conciben todavía de forma muy sencilla. la posibilidad de cubrir grandes espacios sin necesidad de apoyos intermedios suponía una enorme ventaja para comunidades que necesitaba disponer de espacios despejados para la predicación. La nave constituía por tanto un amplio espacio diseñado para albergar a un grupo numeroso de personas. en ocasiones se adosan de forma irregular y aislada a la estructura del templo. Durante la época medieval. que contribuía a crear una mejor acústica. optaron por enterrarse en los recintos monásticos frente a las parroquias. Pero no sólo con fines de predicación se concibieron las iglesias de los frailes. al mismo tiempo que se afianza el derecho a la libre elección de sepultura. y los cistercienses. los franciscanos mantuvieron en sus líneas fundamentales la tradición de los monasterios benedictinos y cistercienses. en los conventos mendicantes el pórtico. El modelo que se había alcanzado durante el siglo XII en los monasterios del Císter.llevará al uso de recursos estructurales o decorativos que tiendan a realzar la importancia de esta parte del edificio: acceso a través de grandes escalinatas si la iglesia se encuentra en alto. resultaba 19 . sobre todo. debió ser un elemento tradicional debido a la importante dimensión social que adquieren estos edificios. al igual que los edificios modestos del siglo XIII. quedando delimitadas por un saledizo que las encuadra y resguarda el arco de acceso. con un número variable de arcadas que se levantan sobre los mismos. Según Marta Cuadrado. aunque siguiendo un modelo muy sencillo. Es frecuente que sobresalgan del plano general de la fachada. fruto de la adopción del ábside poligonal. Las fachadas de los templos mendicantes suelen ser severas y sencillas. y en épocas más antiguas también los hubo de madera. El cuerpo central concluye en un piñón que en ocasiones se corona con una cruz sobre carnero. Es frecuente la presencia de pórticos por delante de las fachadas de las iglesias mendicantes. las cabeceras y. Los estribos colocados en esta zona son más sólidos y están mejor decorados. de forma expresa. se prohíbe la construcción de los mismos. en las fachadas. presencia de pórticos. propuesto como modelo para todas las Órdenes religiosas por el IV Concilio de Letrán. un elemento concebido con una importante función cívica y litúrgica. En los ábsides se encuentran un número variable de ventanas. Las dependencias conventuales: organización y funciones En la organización de las dependencias conventuales. que suelen acabar en un talud. Otro elemento característico de los nuevos conventos de franciscanos y dominicos serán los campanarios. Las portadas revisten gran simplicidad en cuanto a sus formas. Las fachadas suelen aparecer definidas por dos contrafuertes con forma de prisma. que cumplían una importante función social: la de ser elemento de reclamo de los fieles. Su tamaño es considerable y su organización es sencilla y homogénea. Suelen estar divididas en dos cuerpos. 7. Los campanarios constituyen una nota novedosa de la arquitectura conventual frente a la monástica donde. puesto que no tenían en ese entorno mucho sentido. abriéndose en el superior un vano (ventana o rosetón). Las cabeceras se caracterizan por su esbeltez y elegancia de líneas. con formas plenamente góticas. Estos pórticos podían ser de cantería. Los rosetones se localizan en distintas partes de los templos: los testeros del crucero. Los paños de los ábsides quedan delimitados por grandes contrafuertes con forma de prisma. Sobre los campanarios de los conventos mendicantes sólo pesaba una importante restricción: que nunca se levantaran a modo de torres. tendencia a avanzar el cuerpo inferior de la fachada. cambio intencionado de material con respecto al resto del edificio. llevó a transformar los conventos en grandes estructuras autosuficientes con zonas destinadas a fines secundarios. Esto condujo a la ampliación del número de claustros. por otro lado. elemento neurálgico del convento El claustro constituía el centro neurálgico del recinto conventual. El claustro. la progresiva estabilización de la Orden en la Baja Edad Media y el aumento del número de vocaciones. que con la llegada de los mendicantes desaparece el claustro único como elemento totalizador en función de la aparición de sucesivos claustros. después de las muchas transformaciones sufridas en época moderna. los estudios y los almacenes. y a lo largo de la iglesia. construcción y ubicación. etc. amplias piezas. y rodeado de una galería cubierta. es el mismo que se observa en los monasterios de otras órdenes monásticas. el eje a través del cual se articulaban sus dependencias principales. Su planta era por lo general cuadrada o rectangular. configurándose así las plantas de los grandes conjuntos conventuales que contemplamos en la actualidad. 7. En él los edificios formaban un cuadrilátero. uno de cuyos lados lo ocupaba la iglesia.2. que en época moderna también se vieron sometidos a necesidades de ampliación. Por lo general. los franciscanos conservaron el esquema benedictino de construcción de salas capitulares contiguas a la panda de la iglesia conventual. El fenómeno. tenía ya su claustro. La planta de estas estancias solía ser cuadrada o rectangular.perfecto tanto por su adecuación a la vida cotidiana como por la cuidada organización relativa al valor y a la jerarquización simbólica de los espacios. Fuera de las paredes que forman el cuadrilátero. La distribución de dependencias en torno a un claustro. La sala capitular Después de la iglesia y el claustro. donde cada religioso tenía su lecho. sin demasiado fundamento. El nuevo convento. Encima estaban situados los dormitorios. es importante no confundir el plano primitivo del convento con el definitivo.1. se hallaba el patio del claustro. aunque en ocasiones también se situó en otra panda del claustro. provisto de diferentes oficinas y las salas necesarias a la disciplina regular. el refectorio. 7. en este caso. al que se abrían a pie llano la sala capitular. Lo mismo que el antiguo monasterio benedictino. separado de los demás por una cortina. Ahora bien. En el interior del cuadrilátero. por lo general la septentrional. el cementerio. se adaptaba por tanto a la vida de piedad y estudio mejor que el primitivo locus. convenientemente reguladas en tamaño. e incluso a establecer en ellos un doble piso. 20 . la dependencia más importante de un convento era la sala capitular. Se distribuía indistintamente al norte o sur de la iglesia y en su entorno se abren las distintas dependencias. En efecto. pervivió con las adecuadas modificaciones. con una ligera inclinación a la trapezoidal en algunos casos. la cocina. tenían su huerta. Se ha llegado a decir. adosada a los muros del edificio. quien había establecido la conveniencia de disponer de dormitorios comunes.4. Sólo andando el tiempo y a raíz de la autorización en 1419 por parte de Martín V a los benedictinos para utilizar celdas. Marta Cuadrado piensa que la presencia de celdas individuales se dio sobre todo entre los dominicos. El dormitorio y la aparición de celdas individuales Para algunos autores. 7. lejano recuerdo de las fórmulas eremíticas de los tiempos de San Francisco. al estilo de los monjes cistercienses. rompiendo con la tradición cisterciense. Con el paso de las décadas. encuentros periódicos en los que se trataban asuntos que concernían a la comunidad. que se optara por los dormitorios comunes. o la distinta concepción del espacio de clausura que se vivía en los conventos urbanos. desde la personalización de la piedad y la espiritualidad durante la baja Edad Media.3. solución ésta que estaría más en consonancia con el espíritu de comunidad que preside la vida de estos frailes. 21 . resulta bastante más plausible. En estas salas se impartían además charlas formativas para los frailes recién profesos. Tenemos datos muy escasos sobre refectorios de esta época. que sería por tanto de adopción tardía. más dedicados al estudio y la vida intelectual. hasta el diferente ritmo de vida de los frailes. Sin embargo. es posible que los franciscanos optasen por esta solución. Que la fórmula era adecuada a la época lo demuestra su aplicación en otras órdenes. en los conventos mendicantes las salas capitulares también cumplieron la función de espacios funerarios. reservados para los religiosos ilustres o para los grandes bienhechores de la comunidad. A esta transformación contribuyeron muchos factores. Al igual que ocurría en los monasterios. Las estancias de este tipo conservadas presentan plantas rectangulares y están ubicadas en el ala este del claustro y en sentido paralelo a la panda. una de las grandes novedades de los conventos franciscanos la constituyó la progresiva asignación a cada fraile de una celda personal.En la Edad Media las salas capitulares se consideraban además como espacios sagrados. En el caso de los frailes menores. se convirtió en preceptivo que los religiosos comieran y cenaran en ellas. 7. Por tal motivo solían ser unas de las estancias que mejor tratamiento recibían dentro de los complejos conventuales. Allí los religiosos celebraban el “acto penitencial” (acto comunitario de acusación) además de los capítulos. al menos en la Baja Edad Media. Esta costumbre se oponía a las normas de San Benito. incluida la benedictina. El refectorio Otra de las dependencias que se abrían a los claustros de los conventos eran los refectorios. salas donde los frailes se reunían a comer. Los claustros en dos alturas aparecen ya en algunos espléndidos conventos medievales. rechazaban cualquier construcción. Importantes escritores de la corriente de los Espirituales. pero fue ajeno a esa magnificencia constructiva y mostró grandes recelos ante la tentación de la grandeza arquitectónica. En opinión de Adeline Rucquoi. pues se necesitaba una mayor superficie para un número alto de celdas particulares que para un dormitorio común. que proliferaron también por todo el recinto del convento. que vivieron en Santa Croce de Florencia. algunos conventos franciscanos incorporaron soluciones 22 . abiertos a todos aquellos actos políticos y sociales dignos del interés de la comunidad en la que los frailes intentaban integrarse. 8. Se trata de una solución a la que se recurriría a lo largo del tiempo. de dimensiones gigantescas.5. varios claustros y abundantes dependencias anejas. porque las consideraban un signo diabólico. Los grandes conventos urbanos: ¿fracaso de los ideales franciscanos de pobreza y humildad? Como acabamos de ver. Los conventos de los frailes dejaron de ser lugares dedicados a funciones estrictamente religiosas y empezaron a adquirir un carácter de entes públicos o semipúblicos. la necesidad de acoger a grupos numerosos de fieles obligó a los franciscanos a iniciar la construcción de edificios de considerable capacidad. como el de San Juan de los Reyes de Toledo (finales del siglo XV).En cualquier caso. al menos en España. Parece difícil conciliar que un mismo espíritu pudiera haber guiado a aquellos que. como las juntas de los concejos o las reuniones de los gremios. La socialización de las dependencias conventuales En los conventos franciscanos se produjo un fenómeno que Marta Cuadrado denomina de «socialización del espacio eclesial». Como soluciones prácticas se adoptaron la edificación de claustros en dos alturas y la multiplicación de claustros. los refectorios y otras grandes salas de los conventos se destinaron también a la convocatoria de todo tipo de reuniones sociales. criticaron las obras de dicho complejo conventual. a medida que las gigantescas catedrales fueron reduciendo sus ansias constructivas y la arquitectura gótica se fue volviendo más recoleta y preciosista. Sin embargo. los claustros y otras dependencias del convento comenzaron a albergar también las sepulturas de los fieles. De igual modo. Por el contrario. Era también frecuente que los monarcas y la Corte se alojaran en los grandes conventos urbanos y que celebraran allí sus reuniones. y a aquellos otros que moraron en grandes complejos formados por iglesia. Tampoco era extraño encontrar las salas capitulares convertidas en capillas privadas. y que según la citada autora era característico de las casas mendicantes en la Edad Media. este fenómeno constituye una manifestación más de la interdependencia entre los poderes espirituales y temporales característica de la Edad Media En este sentido. la asignación de celdas particulares acabó por modificar el reparto del espacio en el interior de los conventos. El franciscanismo nació en las décadas de expansión de las grandes catedrales góticas y en su mismo ámbito urbano. como el Poverello. 7. aunque no son exclusivos de los mendicantes. la adición de claustros no parece un requisito que se tuviera en cuenta en los planes iniciales de los conventos. que necesitaban poca mano de obra especializada. ¿Cómo pudo tener lugar esa reorientación? ¿Cómo interpretarla dentro del contexto de la evolución de la Orden Franciscana? 8. El espíritu de pobreza franciscano favorecía la renuncia a materiales costosos y a proyectos complejos. a menudo. la legislación franciscana nunca prohibió tajantemente la representación pictórica o escultórica de imágenes en sus edificios. no se puede aplicar en ningún momento el calificativo de “pobre” para definir estas fábricas.1. Sin embargo. estipulando de forma muy clara la jerarquía recomendable en el interior de la iglesia. sino la adecuación de esas representaciones a los principios de sobriedad que son consustanciales a la orden. El uso de mano de obra a un costo razonable hizo poco frecuente el recurso a soluciones ajenas a las tradiciones constructivas de cada región. recomendando en todo momento la mesura y corrigiendo algún abuso en las imágenes. en el recurso a mecanismos constructivos sencillos. Los materiales y técnicas de construcción y la pobreza Un elemento que puede servirnos para rastrear la plasmación del ideal de pobreza en los edificios franciscanos puede ser el análisis de sus materiales y técnicas de construcción. En los edificios franciscanos sólo se aprecia la austeridad en los materiales de construcción en los primeros años de vida de la Orden.2. Los franciscanos ante la decoración de edificios Sin demasiado fundamento se ha repetido que los mendicantes heredaron de sus inmediatos predecesores. Tal insistencia en representar figuras clave del cristianismo bajomedieval pudiera muy bien enmarcarse dentro de la misión de predicación que asumieron los frailes y. los monjes cistercienses. Los conventos se construyeron con los mismos materiales con los que paralelamente se levantaban las iglesias parroquiales y hasta las catedrales. de la mayor arquitectura gótica de ciertas regiones. e incluso el tratamiento de los muros de los conventos nada tenía que envidiar a las mejores construcciones del momento. sobre todo. san Juan y san Antonio. En la segunda mitad del siglo XIII y durante el siglo XIV. la Virgen. en la lucha contra la herejía que ponía en cuestión los dogmas de la Iglesia. 8. hasta el punto de constituir en lugares como Italia y Galicia los genuinos representantes.que por entonces se generalizaban. se incide en una serie de temas: el crucifijo. El hecho de que en sus capítulos generales se muestren críticos con ellas. En primer lugar. junto con los dominicos. su acusado rigor y su expreso rechazo a la representación figurativa en sus edificios. Lo que sí se observa es una adecuación a los recursos naturales del territorio donde se levanta el convento. san Francisco. En general. Dios. no implicaba medidas extraordinarias al respecto. 23 . La solución se encontró. Junto a esa recomendación de austeridad. cabe cuestionarse hasta qué punto mantuvieron los frailes menores esa prohibición. debe señalarse que los franciscanos tuvieron una escasa vocación de experimentación e innovación estructural. que debía de ser bastante querida por los franciscanos como adorno de sus iglesias.3. mientras que en los refectorios estaban centrados en la Santa Cena y en el Árbol de Jesé. aunque se presenta con más frecuencia en aquellas regiones donde existía una fuerte tradición de escultura decorativa románica. Según Braunfels. En las salas capitulares los temas eran muy variados (crucifixión. Algunos autores explican ese supuesto aniconismo por razones económicas (la escultura en piedra era cara) o pastorales (al basar los frailes su apostolado en la palabra. nobleza tradicional y familias reales. En el exterior la decoración escultórica se encuentra principalmente en los capiteles de las portadas. respecto de las normas arquitectónicas del capítulo de Narbona o del espíritu de pobreza defendido por San Francisco. y cuyo máximo exponente se encuentra en la basílica de San Francisco en Asís. etc. El conocido ciclo de la vida de San Francisco de Giotto constituye una ilustre excepción dentro del panorama general de la Orden.Sin embargo. Se cuenta con más datos sobre decoración en tabla. la escasez de restos conservados no nos permite distinguir con claridad hasta qué punto era habitual la decoración pictórica. El tipo de escenas representadas es muy similar al del resto de los edificios góticos: escenas profanas o religiosas vinculadas al ciclo de la Natividad. por encima de la intervención de los ejecutores del proyecto. como el de San Juan de los Reyes de Toledo. Desde esta óptica debe contemplarse el desarrollo de la arquitectura franciscana si se quiere entender la aparente contradicción de algunos conventos. Otros creen que se trata de explicaciones meramente teóricas. en los canecillos. se encuentra sobre todo en los capiteles de acceso a las capillas mayores o a los ábsides laterales. En la arquitectura medieval la personalidad del promotor jugó un papel determinante en el proyecto. de manera que en muchas ocasiones fueron los criterios del promotor los que decidieron la plasmación final de la obra.). Respecto a la decoración pictórica. 8. en realidad la representación de arte figurativo (escultura o pintura) entre los franciscanos fue un hecho ciertamente anecdótico en la Edad Media. santos fundadores. Existe constancia de la contratación de importantes artistas de la época por los Frailes Menores. la imagen no resultaba tan necesaria para enseñar la doctrina). Los promotores de los conventos franciscanos pertenecían a diferentes instancias: elites urbanas. en las columnillas de apeo de los nervios. las salas capitulares y los refectorios eran las dependencias que solían ser decoradas con pinturas. fuera de los conventos italianos. En el interior. donde se conserva decoración mural de la Edad Media. Es de destacar la ausencia generalizada de una rica decoración escultórica en los conventos franciscanos. ocasionalmente en algún tímpano y en los claustros. La influencia de los promotores Buena parte de la monumentalidad de las construcciones franciscanas se debió a la influencia de los promotores. ¿Es posible diferenciar grupos arquitectónicos en 24 . La escultura figurada es constante en la decoración tanto del interior como del exterior de los templos franciscanos. como el pintor Ferrer Bassa y Luis Borrasá en Cataluña. Raramente se encuentran programas iconográficos completos. incluido el arquitecto. construida únicamente por el interés del monarca de construir un templo para una de sus órdenes favoritas "a honor e reverencia de Dios". sabemos que este monarca financió la construcción de un amplio número de iglesias. la iglesia de San Francisco es una construcción muy elemental. y en especial la reina Isabel. construyendo o renovando desde sus cimientos una 25 . Isabel la Católica profesaba una gran devoción a la Orden franciscana. Por otra parte. Nada comparable a la profusión de escudos del rey que presiden el muro occidental de la iglesia de los dominicos de Estella. Por su testamento. Desde la segunda mitad del siglo XIII se hizo patente el predominio de las órdenes mendicantes en el favor de los monarcas. aunque las preferencias dependían de las inclinaciones personales de cada uno de ellos. La voluntad del promotor. La posterior conquista de Granada cambió los planes de la reina. cuyo estado actual permite imagina cómo pudo haber sido en el siglo XIII. Un ejemplo suficientemente claro de ello lo encontramos en el convento de San Francisco de Sangüesa (Navarra). Dicho convento fue edificado con la ayuda del rey Teobaldo II de Navarra (1253-1270). quien finalmente fue enterrada en esta última ciudad. de nave única y cabecera recta. San Juan de los Reyes de Toledo constituye un ejemplo paradigmático de esta afirmación. por lo que desde el principio tenía decidido recibir sepultura en uno de sus conventos: el de San Juan de los Reyes. entre ellas. El mecenazgo regio se deduce a través de escasos detalles.función de los distintos grupos de promotores? ¿Cuándo y en qué medida influyeron en estas iglesias las personalidades de los promotores? Para responder a ambas preguntas conviene armonizar visiones de conjunto con exámenes más detenido de algunas obras que puedan ser consideradas paradigmáticas. fue la que determinó la edificación de una obra que rebasaba lo habitual y conveniente en un convento franciscano. 2. La iglesia de los franciscanos de Sangüesa sería. como una inscripción en un muro junto a la puerta. los Reyes Católicos. construida por los mismos años. que se iba a construir en Toledo. una más. En efecto. Se pueden distinguir dos factores que condicionaron el efecto final: 1. Los monarcas ejercieron una ingente labor de mecenazgo artístico. o con la mayor sofisticación de otros templos costeados por Teobaldo. demostraron contar con ideas claras sobre la función que la arquitectura podía contar en su imagen y magnificencia. No es lo mismo promover un convento como parte de una serie de construcciones que promover el templo y convento que va a ser panteón propio. que estaba al corriente de las mejores muestras de la arquitectura gótica francesa de la época. El objetivo o finalidad concreta que persiguieron quienes apoyaron cada obra. en ocasiones. de reconocida santidad. Uno más entre ellos fue el de San Juan de los Reyes. Para Javier Martínez de Aguirre. deberían aplicarse las mismas consideraciones a cada convento para determinar si sus formas son realmente el producto del deseo de los frailes o de los promotores. tanto los linajes establecidos en determinadas comarcas como la familia real contribuyeron a la variedad y esplendor de las iglesias franciscanas. las fundaciones que llevaron a cabo patronos individuales. En otra escala. En cambio. La única manera de resolver el conflicto consistió en dejar a las elites 26 . con su cubierta destacada y su decoración escultórica. Por ello buscaron que esos frailes. en realidad estaba diseñada para servir de templo funerario. la intencionalidad que se encontraba detrás del proyecto de la reina hizo del edificio uno de los más interesantes de la arquitectura gótica hispana. rezando por ellos. también ayudó a que ninguna impusiera un criterio artístico personal. fue lo que decepcionó a la reina cuando vio el monasterio construido. En ese sentido.gran cantidad de edificios. que se reservaban la capilla mayor como lugar de sepultura. los casos de Sangüesa y de San Juan de los Reyes constituyen ejemplos opuestos de la intervención de los monarcas como promotores de iglesias franciscanas. la existencia de una especie de "mecenazgo compartido". Aunque la planta de la iglesia no se aleja de la tradicional franciscana (planta de nave única con un transepto no demasiado sobresaliente). que era la de servir como panteón real. el rey Teobaldo no intervino especialmente en las obras y el resultado fue una iglesia. debe tenerse en cuenta la idea concreta que la reina tenía del convento de San Juan de los Reyes. comparado con el de estas construcciones. Para tal fin destinó los recursos necesarios para que a los contemporáneos les pareciera una obra edificada "con gran magnificencia". En Sangüesa. Además. muy franciscana. similar al que vivieron también en la Edad Media otras órdenes religiosas. pudieron contribuir a que perduraran las soluciones propias de cada región. Por tal motivo adquirió gran preponderancia el espacio del crucero. Sin duda se produjo un conflicto de intereses. colaboraron probablemente a marcar una línea de arquitectura determinada. aunque no resultara del todo satisfactorio para la promotora (ni tampoco para el espíritu de la orden. Posiblemente el tamaño "reducido" de San Juan de los Reyes. las elites medievales no podían prescindir de su categoría social en lo que construían. El espíritu franciscano perseguía alcanzar la santidad por medio de la pobreza. con gran gasto y esplendor artístico. por así decir. les atendieran en vida y los acogieran después de su muerte. que normalmente no eran partidarias de introducir grandes (y costosas) novedades artísticas. en cuanto que eran varias las familias que acababan por recibir sepultura en su interior. Las sociedades urbanas y las elites dominantes entendieron que podían alcanzar su salvación personal por medio de la pobreza de otros. aunque favoreció el gran tamaño de las construcciones y garantizó la financiación de una arquitectura digna. En San Juan de los Reyes. El modelo que tenían en mente la reina y el arquitecto Juan Guas era sin duda el de las grandes capillas funerarias que se habían edificado o estaban todavía en construcción en Castilla durante la segunda mitad del siglo XV. pues los factores de propaganda y de apariencia formaban parte inseparable de su vida. con una cabecera centralizada en cuyo centro estaba previsto situar el sepulcro regio. Sin embargo. por supuesto). Las elites urbanas. como la de El Parral en Segovia o la Capilla del Condestable de la catedral de Burgos. en cambio. Finalmente. pero también lo es que los conventos cumplieron en buena medida con la misión que había marcado su nacimiento: dedicarse con vocación a la vida religiosa de las comunidades urbanas. Martínez de Aguirre piensa que «sería equivocado afirmar que el resultado final fue un fracaso "antifranciscano". y pese a las diferencias con el proyecto inicial de san Francisco. Sin embargo.» 27 . Es cierto que no se respetaron las consignas acerca de la pobreza predicadas por el Poverello.edificar capillas de suficiente dignidad como para que fueran acordes con lo que exigía su categoría social: una arquitectura de ciertas dimensiones y una decoración interior que precisaba retablos o pinturas. Las hermosas y amplias fábricas que más se alejan del ideal originario no hacen sino pregonar el éxito de una espiritualidad que caló en profundo y modificó la manera de entender la religión en la sociedad bajomedieval.
Report "Fundamentos de La Arquitectura Franciscana"