FISIOLOGIA DE LAS EMOCIONES A partir de las formulaciones cartesianas, en las que se considera la enorme importancia de las variables biológicas, así como la relevante aportación de Darwin, que marca un hito insoslayable en la investigación emocional, se desarrolla una seria perspectiva que llega hasta la actualidad con importantes aportaciones. La combinación de esos dos argumentos ha dado lugar a una de las formulaciones más atractivas en el ámbito emocional. Desde el punto de vista de la Emoción, lo verdaderamente importante en la formulación de Papez tiene que ver con la "corriente de sentimiento", dirigida hacia el hipotálamo desde el tálamo. Así, desde el hipotálamo, los estímulos emocionales son transmitidos en dos direcciones: hacia abajo, hacia el sistema nervioso periférico, y hacia arriba, hacia la corteza cerebral. Algunas veces, la "corriente de sentimiento" se dirige directamente desde el hipotálamo hacia el troncoencéfalo y la médula espinal, y de ahí al sistema nervioso periférico. Es decir, algunas veces, los estímulos emocionales provocan directamente la conducta emocional. Otras veces, la "corriente de sentimiento" se dirige desde el hipotálamo hacia la corteza cerebral. En estas ocasiones, la corteza del cíngulo recibe la estimulación emocional, cuyos efectos se traducen en percepciones, pensamientos y actitudes. Por último, otras veces, la información puede ser transmitida desde la corteza cerebral hasta el hipocampo, y de ahí al hipotálamo. Este circuito permite a la corteza cerebral configurar las reacciones emocionales. En suma, para Papez, la expresión de las emociones implica un control hipotalámico de los órganos viscerales, mientras que los sentimientos surgen de las conexiones de un circuito que incluye el hipotálamo, los cuerpos mamilares, el núcleo anterior talámico y la corteza cingulada. Es decir, las estructuras neuroanatómicas que conforman el circuito de Papez, de cuyo funcionamiento dependen las emociones, se relacionan con el llamado "gran lóbulo límbico". Hoy conocemos que el circuito de Papez está estrechamente relacionado con la experiencia y expresión emocionales. Las estructuras que lo conforman son el hipocampo, el fórnix, el tálamo anterior, la corteza cingulada y la amígdala. Otro planteamiento derivado de las aportaciones de Cannon, y también de las más cercanas en el tiempo de Papez, es el de MacLean (1949, 1958, 1969), quien propone que el lóbulo límbico y determinadas estructuras subcorticales relacionadas constituyen un sistema funcional: el sistema límbico. Este sistema ha sido denominado también "cerebro visceral", debido a su importante papel en la regulación de la actividad visceral en una amplia variedad de emociones. La concepción de MacLean, que llega prácticamente hasta nuestro más inmediato pasado (MacLean, 1970, 1975, 1986), constituye una importante aportación al estudio de las emociones. En ella se pone de relieve que el encéfalo humano puede ser considerado como un sistema de tres capas, o tres tipos distintos de cerebro, superpuestos uno sobre otro, de tal suerte que cada uno de ellos está conformado por diferentes estructuras anatómicas y diferentes procesos químicos. Las tres formas de cerebro constituyen un mundo interno, en el cual el cerebro reptiliano está siendo constantemente bombardeado por los impulsos, el cerebro límbico nos está forzando continuamente a considerar el ambiente general según patrones estéticos, y el neocerebro funciona para permitir las discriminaciones más finas. El sistema límbico en particular, o el cerebro mamífero antiguo, integra la experiencia emocional, mientras que la estructura implicada en la expresión emocional es, probablemente, el hipotálamo. Las razones que esgrime MacLean son las siguientes: a) por una parte, el sistema límbico posee extensas conexiones subcorticales; b) por otra parte, el sistema límbico es la única parte de la corteza que tiene representación visceral. En esta argumentación de MacLean, el hipocampo y la amígdala poseen una especial relevancia en el aspecto subjetivo de la emoción. A diferencia de Papez, MacLean no intenta trazar un circuito específico para las emociones, pues defiende que todas las estructuras en el sistema límbico parecen estar implicadas en la emoción. los lesionados medulares experimentan con menor intensidad de emociones que los sujetos cuyo cerebro está conectado con las áreas espinales que median las respuestas vegetativas. Cuando la lesión afectaba también al hipotálamo, la respuesta de falsa rabia no aparecía, aunque se observaban algunos elementos descoordinados de la misma. Todo ello sugería que el hipotálamo caudal, preservado en el primer caso, era imprescindible para la expresión coordinada de conductas emocionales y que tal expresión era estereotipada e independiente de los elementos cognitivos conscientes de la emoción, que serían producidos por estructuras cerebrales mas altas, incluyendo la corteza. Para P. Bard, el hipotálamo formaría parte de un…. Los experimentos que implicaban al hipotálamo en la coordinación de las respuestas emocionales se vieron pronto completados por datos experimentales mas refinados, que evidenciaban la participación en la expresión emocional, de otras áreas cerebrales mas altas. Basándose en las conexiones que observó entre el hipotálamo y otras áreas del cerebro, James Papez, en 1937, especuló que existían áreas del cerebro específicamente dedicadas a la emoción, que se correspondían fundamentalmente con lo que Broca había llamado el cerebro límbico, y que incluía las zonas de gyrus cinguli, el gyrus parahyppocampicus y la formación hipocámpica dentro de éste, todas ellas caracterizadas por su origen filogenético mas antiguo, dentro de la evolución de la corteza cerebral (Figura 3). Papez propuso que era el el hipotálamo el que mandaba y recibía información del cerebro límbico y que el hipocampo actuaba como coordinador entre el hipotálamo y las cortezas cingular y parahipocampica. A favor de la interpretación de que existía un cerebro emocional se adujeron en 1939 las observaciones de dos científicos, Heinrich Klüver y Paul Bucy, quienes, para tratar de localizar en qué zona del cerebro del mono actuaba la droga alucinógena mescalina, hicieron extirpaciones de zonas cerebrales concretas y observaron que, al eliminar en los monos una zona del cerebro temporal que incluía la formación hipocampica, la amigdala y otras zonas no límbicas del lóbulo temporal, los animales, incluso aunque hubieran sido antes particularmente agresivos, se volvían mansos, tenían ceguera psíquica (es decir, no distinguían los objetos), se metían cualquiera de ellos en la boca, perdían por completo el miedo al experimentador o a elementos particularmente aterradores para su especie como son las serpientes, desarrollaban una conducta sexual hiperactiva y dirigida a toda clase de objetos y experimentaban múltiples otros cambios emocionales. Este cuadro, llamado hoy síndrome de Klüver-Bucy, se pudo también observar, con variantes, en pacientes que habían sufrido lesiones bilaterales del lóbulo temporal y representó un apoyo decisivo a la hipótesis de que el cerebro límbico era el cerebro emocional. Tal idea en éstos se añadiría las partes más modernas del cerebro (el neocortex) responsables de la conducta racional. Según él, el hipocampo sería la estructura central en la que se elaborarían las experiencias emocionales, expresándolas a través del hipotálamo y el sistema nervioso autónomo, que produciría los componentes vegetativos y motores de la emoción. McLean propuso que las alteraciones psiquiatricas de carácter emocional estaban causadas por lesiones de este „sistema límbico‟ anatómicamente basado en el circuito de Papez, con el añadido de la amígdala cerebral, el septum y la corteza prefrontal. LA AMIGDALA: en éstos se añadiría las partes más modernas del cerebro (el neocortex) responsables de la conducta racional. Según él, el hipocampo sería la estructura central en la que se elaborarían las experiencias emocionales, expresándolas a través del hipotálamo y el sistema nervioso autónomo, que produciría los componentes vegetativos y motores de la emoción. McLean propuso que las alteraciones psiquiatricas de carácter emocional estaban causadas por lesiones de este „sistema límbico‟ anatómicamente basado en el circuito de Papez, con el añadido de la amígdala cerebral, el septum y la corteza prefrontal. Estos experimentos pusieron en evidencia que la amígdala, una estructura que contiene unos núcleos basolaterales que conectan con la corteza cerebral, especialmente con la corteza prefrontal orbital y medial, unos núcleos centrales y del encéfalo y unos núcleos mediales, conectados con el bulbo y la corteza olfatorios, sirve de conexión entre corteza e hipotálamo y es un gran centro de convergencia de información sensorial, cortical y visceral, cuya actividad varia acusadamente durante la conducta emocional. La evidencia experimental de que la amígdala juega un importante papel en la integración de las respuestas emocionales agresivas, ha llevado a los experimentadores mas modernos a utilizar el miedo como paradigma experimental. En sujetos normales en los que se registra la actividad de la amígdala utilizando técnicas de imagen cerebral, puede verse que esta estructura se activa cuando se enseñan a los sujetos caras con expresiones agresivas o de terror IMPLICACIONES: El lóbulo temporal como candidato El daño y/o la desconexion del lóbulo temporal produce tambien multiples síndromes, que se pueden caracterizar por el aumento de las experiencias misticas, creerse un elegido (personalidad temporal), problemas para atender a estimulos auditivos, problemas para reconocer objetos (agnosia), o para reconocer caras (prosopagnosia). Delirios como considerar a tus familiares extraños impostores (Síndrome de Capgras, derivado de la desconexion entre el sistema limbico o sistema emocional subcortical y el cortex temporal) o alteraciones de la conducta sexual y alimenticia, que llevan a fornicar y comer cosas de manera indiscriminada (síndrome de Kluver-Bucy). Reconocer a una misma persona en todas las demas, como si fuese mortadelo disfrazado por doquier (Síndrome de Fregoli) y se da tambien el caso del paciente que se cree muerto e insiste en ser enterrado ( Síndrome de Cotard). El lóbulo frontal como candidato El daño frontal se caracteriza por la presencia de conductas de utilización compulsiva de objetos, desinhibicion social, impulsividad de conductas, problemas para planificar, organizar el tiempo, pasividad, falta de iniciativa, pobre concentración, irritabilidad... En realidad existen varios tipos de síndromes frontales asociados a areas frontales diversas, desde la erotomania al síndrome disejecutivo. En el primer caso tal vez tu vecino/a se presente en tu casa un buen dia diciendo que se viene a vivir contigo y que lleva siendo tu novio/a muchos años, y tu sin saberlo. En el síndrome disejecutivo se pierde la capacidad de detectar errores, se carece de iniciativa y de flexibilidad cognitiva para adaptarse a situaciones nuevas o cambiar la respuesta automatica. El lóbulo parietal como candidato El síndrome característico del daño parietal es la heminegligencia, donde la persona ignora la mitad izquierda del campo visual y/o la mitad de su cuerpo. Asi puede comer solo medio plato y dejar intacta la otra mitad a pesar de tener hambre o no saludar a quien esta a su izquierda, pues no lo ve -a no ser que alguien le llame la atención hacia el lado izquierdo o gire la cabeza-; puede no saber llegar a casa pues nunca gira hacia la izquierda por iniciativa propia; puede solo dibujar medias figuras, ya sea al copiar o al imaginar, ignorando su mitad izquierda (pinta los numeros del reloj apelotonados en la mitad derecha o solo imagina con los ojos cerrados media plaza de la Catedral de Milan, variable según el punto de imaginacion); puede tener menos sensibilidad a los pinchazos y al tacto en la mitad izquierda de su cuerpo... Otros síndromes parietales relevantes son el de Gerstmann -donde esta dañado el parietal izquierdo, produciendo acalculia, agrafia, agnosia de dedos e incapacidad para diferenciar la izquierda de la derecha- y el síndrome de Balint, donde el daño es bilateral, de manera que la persona reduce su campo visual a un solo objeto, es incapaz de coger objetos bajo guia visual (ataxia optica), tiene problemas para dirigir voluntariamente sus ojos... Un síntoma importante, que acompaña a muchos síndromes, pero asociado al daño parietal y al daño del hemisferio derecho, es la anosognosia o ignorancia del propio déficit: cuando un ciego ignora estar ciego, un tetraplejico afirma andar perfectamente y el loco se cree cuerdo. de los objetos, como si solo viese bordes y vértices que no puede ensamblar en un objeto. O tal vez sí los identifica pero los ve sin color, esto es, ve berenjenas y platanos grises; o puede pensar que es ciega cuando en realidad ve; esto es, la persona te puede decir que no puede meter la carta en el buzon pues es ciega, pero tu le pides que lo haga aunque no vea y efectivamente puede hacerlo, acierta; esto es, su sistema visual ve, pero la persona no accede de manera consciente a esa información: Es la visión ciega. El paciente puede actuar y coger objetos con precision pero no puede identificarlos (sabe dónde –está el buzón– y cómo –meter la carta– pero no qué –si es una carta y si es un buzón–). Por supuesto nos referimos a síndromes visuales distintos como son la vision-ciega, la acromatopsia, la acinetopsia... MIEDO: El eje principal de este sistema es la amígdala cerebral. Así, toda la información que entra a través de los sentidos pasa por la amigdala, y ésta detecta cualquier señal de peligro. La llegada de la información desde los sentidos a la amígdala puede ocurrir mediante dos vías en las que están involucradas distintas áreas cerebrales y que poseen distintas características y funciones. La vía principal (tálamo-cortezaamígdala) tarda más en procesar los estímulos ya que son percibidos a un nivel superior y está involucrada en el aprendizaje de que meter los dedos en un enchufe conlleva una descarga eléctrica, y este hecho jamás lo olvidaremos (memoria explícita o consciente). La vía secundaria (tálamo-amígdala) es más directa pero menos precisa, lo que nos permite comenzar a responder al estímulo potencialmente peligroso antes de que sepamos exactamente cual es el estímulo. Un ejemplo de la activación de esta vía es cuando una persona aparece por sorpresa, reaccionamos gritando o saltando y no nos damos cuenta de que es un amigo hasta pasado un rato. Pero también está implicada en la respuesta de miedo condicionado, considerado como un tipo de memoria no consciente (memoria implícita o emocional), en la que la amígdala reconstruye el estado corporal que se produjo la primera vez que tuvimos contacto con el agente que nos produce el miedo. A su vez, las conexiones cerebrales facilitan que los recuerdos explícitos activen la memoria implícita. La expresión de la respuesta de miedo se lleva a cabo mediante la activación del sistema nervioso autónomo (no consciente) y la respuesta hormonal (endocrina) por parte de la amígdala. La activación del sistema nervioso autónomo estimula la liberación de catecolaminas. El aumento de las concentraciones sanguíneas de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) nos preparan para luchar o huir. Con este fin, el aporte sanguíneo es desviado hacia los músculos desde las partes no esenciales, como la piel o el intestino. El corazón late con más fuerza y la respiración se vuelve más profunda y rápida. Se interrumpe la digestión y la secreción de fluidos. La vejiga y el intestino se vacían y los sentidos se agudizan (pupilas dilatadas). Además, las catecolaminas facilitan la consolidación de la memoria implícita siempre y cuando la respuesta no sea demasiado intensa. Así mismo, la amígdala activa el eje corticotropo (eje hipotálamo-hipófisissuprarrenal) que dará como consecuencia la respuesta hormonal. La liberación de neurotransmisores estimula a nivel hipotalámico la producción y liberación de la hormona liberadora de corticotropina (CRH). Cuando la CRH alcanza la hipófisis estimula rápidamente la liberación de la hormona adrenocorticotropa (ACTH). La ACTH a nivel de las glándulas suprarrenales (localizadas encima de los riñones) produce un aumento en la producción y liberación de cortisol. El cortisol facilita la respuesta comportamental y potencia los efectos de las catecolaminas. En resumen, si un día tenemos un episodio desagradable con, por ejemplo, un perro grande y negro, puede que generemos miedo a los perros de este tipo o generalicemos este miedo a todos los perros. Así, la proxima que veamos un perro de esas características se activará la amigdala que conllevará la liberación de catelocalimanas y cortisol y la respuesta de miedo que nos hará, en este caso, huir o quedarnos inmoviles. De otra parte también sabemos que la amígdala interviene en la génesis del miedo, incluyendo el miedo condicionado. Aunque sabemos que el miedo es fundamental en la génesis de la agresividad, la amigdalectomía no impide la aparición de ésta. IRA: El sistema límbico esta particularmente asociado con la conducta agresiva. Está formado por las siguientes estructuras: la amígdala, el hipotálamo, el septum, el estriado ventral, el hipocampo, frontal orbitario y el córtex cingulado, entre otras. Todas las estructuras puede ser claramente delimitadas unas de otras y existe una gran cantidad de conexiones entre ellas y otras estructuras cerebrales. Por ejemplo, está bien establecido que la amígdala tienen profusas conexiones con el hipotálamo. Hay evidencia científica de que el sistema límbico participa activamente en la homeostasis y en los procesos de adaptación. Tres son las estructuras que se han relacionado básicamente con la agresividad: el hipotálamo, las estructuras límbicas y el córtex prefrontal. La estructura que se encarga de analizar la información previamente a emitir un comportamiento de tipo agresivo es el neocórtex. Sin embargo, antes debe se filtrada por otras estructura intermedias. Ente ellas está la amígdala. Sabemos que es una estructura fundamental en esa trayectoria previa. La amígdala recibe información olfatoria, táctil y gustativa del neocórtex a través del córtex temporal. Está demostrada su implicación en cómo cada individuo procesa la información derivada de una situación, así como su implicación en la asociación entre un estím ulo sensorial y las emociones que pueden acompañarlo. Su lesión induce una conducta de “docilidad” como pérdida de la capacidad de respuesta ante estímulos que habitualmente lo hace. Por el contrario la estimulación eléctrica produce conductas agresivas. También se ha evidenciado que determinadas convulsiones cuyo foco está en el lóbulo temporal y/o la amígdala producen conductas agresivas, en tanto que algunos tumores producen apaciguamiento. En definitiva, parece que la amígdala forma parte de un sistema que clasifica una serie de estímulos como base del procesamiento cortical. Esta información la pasa por las estructuras “emocionales” derivándola posteriormente a otras partes del sistema límbico. Estas conexiones serían las que darían las características conductuales, endocrinas y neurovegetativas de la conducta agresiva. 3 1.3. El septum Figura 3: El septum Tanto el septum como el lecho de la estría Terminal y el núcleo acumbens son estructuras consideradas como un sistema inhibitorio de defensa. De aquí que lesiones es estas estructuras dan lugar a un abandono de los mecanismos de defensa, aunque aparecen conductas hiperreactivas e incremento de las conductas sexuales. Su estimulación en humanos reduce la agresividad y produce un estado de euforia y bienestar. Su papel en las conductas agresivas es aceptado, aunque no se conoce con precisión cómo actúa. ALEGRIA: Así, la sonrisa de alegría, también llamada de Duchenne, combina la contracción de una serie de músculos de la cara que no pueden ser activados de manera voluntaria y que dependen de una vía nerviosa motora a cargo de la corteza motora accesoria en la corteza prefrontal, los ganglios de la base y las vías llamadas extrapiramidales, mientras que la sonrisa voluntaria se regula por otra vía separada, que desciende desde la corteza motora por la vía piramidal. Como resultado de esta dicotomía, puede ocurrir que la lesión de una u otra vía elimine la sonrisa involuntaria pero no la voluntaria o viceversa (paresia facial emocional y voluntaria, respectivamente). Tal vez sea la estructura más importante en la modulación de las conductas agresivas. En ella se encuentran los receptores que registran los cambios de los parámetros internos (glucosa, osmolaridad etc...), así como las redes neuronales que cuya activación generan los atributos afectivos asociados a todo tipo de estímulo percibido. El hipotálamo procesa los estímulos provenientes de la amígdala y de otras estructuras cerebrales. Existe evidencia científica de que son estructuras separadas las que determinan la agresividad ofensiva y defensiva. Sin embrago, no se ha precisado cual es la función concreta de los núcleos que lo componen. Las estructuras implicadas son: el hipotálamo lateral, el hipotálamo medial, el hipotálamo anterior, el área preóptica y el hipotálamo ventromedial. El cerebro medio El hipotálamo realiza proyecciones hacia el tronco cerebral en el control de la agresividad. De hecho cuando se interrumpen las conexiones entre el hipotálamo y el cerebro medio, no aparece la agresividad. Igualmente las sustancia gris periacueductal está implicada en el comportamiento motor durante la conducta agresiva ofensiva. El prefrontal. Las regiones corticales son fundamentales para el aprendizaje social, la conducta de anticipación y la selección de respuesta. De otra parte la decorticación no hace suprimir las respuestas de agresión. El frontal mantiene conexiones con la amígdala y con el hipotálamo modulando la expresión de la agresividad. El prefrontal ejerce una acción inhibidora sobre la agresión. El córtex órbitofrontal recibe información externa y de los núcleos inferiores, devolviéndosela, una vez procesada a estos mismos centros. La lesión de frontal incrementa la agresividad y las lesiones del órbitofrontal producen impulsividad, irritabilidad, e hiperrespuesta a provocaciones mínimas con inferencia a las consecuencias. Se admiten que el prefrontal interviene en la regulación de la agresividad social. Efectos de la manipulación del sistema serotoninérgico en la expresión de la agresividad. Se ha puesto en evidencia la aparición de conductas agresivas durante la manipulación del sistema serotoninérgico en animales de experimentación. La depleción de la serotonina intracerebral incrementa la agresión. La degeneración de las terminales serotoninérgicas con la administración de la neurotoxina 5,7-dihidroxitriptamina produce un incremento de la conducta ofensiva, defensiva y predatoria en ratas sin cambios significativos de otras conductas sociales. Una dieta exenta de triptófano o el bloqueo de la síntesis de serotonina, igualmente, aumenta la agresión en ratas de laboratorio. Por el contrario, el aumento de la serotonina reduce la agresión La utilización de los ISRS en niños ha dado resultados contradictorios: pueden mejorar la conducta agresiva o empeorarla, especialmente cunado existe una comorbilidad obsesivocompulsiva. AMOR: Neurobiología del amor Las personas trabajan por amor, cantan por amor, viven por amor, mueren por amor. ¿Qué es lo que provoca este ferviente sentimiento, este éxtasis tan característico de los amantes? Tan poderoso sentimiento humano universal está asociado a distintos neurotransmisores; también a sistemas de recompensa, los cuales son centros específicos del sistema nervioso central que obedecen a estímulos concretos y naturales que permiten al individuo desarrollar conductas que respondan a hechos placenteros. Son muchas las partes del cerebro que se activan cuando una persona se encuentra enamorada, sin embargo existen regiones que tienen una importancia especial. El valor de recompensa de una pareja está mediado por la dopamina del núcleo accumbens y también puede ser modulado por áreas corticales como el cíngulo anterior; esto puede ocurrir a través de las conexiones directas del cíngulo con el núcleo accumbens. Por lo tanto, el cíngulo anterior u otras áreas corticales, como la corteza piriforme y la ínsula pueden registrar el estado fisiológico del individuo y ejercer una función ejecutiva que hace a los animales dirigir su comportamiento selectivo hacia la pareja adecuada. El área tegmental ventral (AVT, por sus siglas en inglés) es un grupo de neuronas dopaminérgicas localizadas en el tallo cerebral que envía y recibe proyecciones de una gran variedad de núcleos. Hacia el núcleo, accumbens es la región principal que posibilita el desarrollo de estas conductas, la cual se conoce como vía de recompensa cerebral mesoaccumbens. Esta vía natural es un circuito emocional presente en todos los mamíferos y motiva conductas para la sobrevivencia y la reproducción. El AVT es un sistema de recompensa del cerebro asociado con el placer, la excitación, la atención y la motivación para perseguir y obtener recompensas. El núcleo caudado juega un papel en la recompensa, en la detección y la expectativa, la representación de las metas y la integración de los estímulos sensoriales para prepararse a la acción, motivo por el cual se considera al amado como algo novedoso y único. El sistema límbico es un conjunto de estructuras cerebrales, involucradas en respuestas emocionales que se hacen conscientes; en las regiones corticales se encuentran las circunvoluciones del cíngulo y del hipocampo, al igual que la superficie orbitaria del lóbulo frontal y la corteza insular. La corteza insular está dividida en una región anterior (agranular) y una posterior (granular); la corteza posterior recibe aferencias viscerales generales, por lo tanto recoge los datos procedentes del cuerpo referentes al tacto y a la temperatura, así como las sensaciones internas como la actividad del estómago, intestinos y otras vísceras, por lo que es la parte del cerebro con la que sentimos las «mariposas» en el estómago. La corteza cingulada anterior, además de intervenir en la regulación de los cambios viscerales, participa en la evaluación de la experiencia recompensante o aversiva, modulando junto con la amígdala aspectos motivacionales de la emoción; también coordina el proceso de toda la información, por lo que determina la conducta. El núcleo caudado desempeña un papel importante en la modulación de los actos motores, actúa para permitir al sistema motor realizar únicamente aquellos movimientos dirigidos a un objetivo. Es importante señalar todas estas estructuras porque se encuentran involucradas en las distintas etapas del enamoramiento. Algunos autores han mencionado que existen distintos tipos de amor, en donde están involucrados diversos neurotransmisores, al igual que estructuras neurales. Por lo general, se comienza un enamoramiento con la etapa de deseo, motivo por el cual algunas personas refieren que «el amor entra por los ojos» y la función evolutiva de esta etapa es motivar a los individuos a buscar una unión sexual. La etapa del deseo está mediada por concentraciones de andrógenos y estrógenos. Los hombres con altos niveles de testosterona en circulación tienden a desarrollar una mayor actividad sexual, por lo que la libido masculina tiene su punto más alto entre los veinte años y las mujeres sienten mayor deseo sexual en torno a los días de ovulación cuando los niveles de testosterona aumentan. Los hombres que producen más testosterona son menos propensos a casarse y tienen mayor posibilidad de divorciarse una vez casados, ya que es más probable que abandonen su hogar debido a problemas de las relaciones maritales. La etapa de amor romántico está mediada por la concentración elevada de dopamina, la cual produce euforia, aumento de energía, una gran concentración, así como una motivación inquebrantable y una conducta orientada hacia un objetivo de respuestas emocionales típicas de la etapa de amor romántico. La actividad de la norepinefrina está relacionada con una gran hiperactividad, insomnio, pérdida de apetito, temblor, taquicardia, ansiedad y miedo, las cuales son respuestas físicas típicas de esta etapa. La serotonina es otra sustancia involucrada en la neurobiología del amor romántico. Sabemos que concentraciones disminuidas están implicadas en distintas patologías psiquiátricas, entre ellas el Trastorno Obsesivo Compulsivo; dicha patología mejora drásticamente al proporcionar Inhibidores Selectivos de la Recaptura de Serotonina (ISRS), por lo cual se sabe que es un factor importante en la etiología del padecimiento. Una característica importante del amor romántico es el pensamiento obsesivo hacia la persona amada, por lo cual no es raro que los amantes pasen gran cantidad de tiempo pensando en la persona de quien están enamorados En conclusión, contamos con sistemas neurales que nos ayudan a preferir determinados estímulos que predicen una probable ventaja en la supervivencia y la adecuación reproductiva; así mismo, estos sistemas nos ayudan a evitar los estímulos predictores de lo contrario. El reto es entender los mecanismos naturales que inciden en las preferencias de pareja para aprovechar la ventaja de nuestra capacidad de crear víncul (2012, 10). Fisiologia De Las Emociones. BuenasTareas.com. Recuperado 10, 2012, de http://www.buenastareas.com/ensayos/Fisiologia-De-Las-Emociones/5695571.html Fundamentos fisiológicos de las emociones En la actualidad, la importancia que se le da a las emociones, en cuanto a las positivas, como a las negativas nos ayudan a relacionarnos y adaptarnos al mundo tan agitado y vertiginoso que estamos viviendo. Es necesario conocer de donde provienen las emociones, tanto las negativas como las positivas, conocer su fisiología neuropsicológica. Para comenzar debemos saber que son las emociones desde diversos puntos de vista, en primer lugar se les conocen como fenómenos psicofisiologicos que representan los modos de adaptación a ciertos estímulos del medio ambiente o de uno mismo. Desde el punto de vista psicológico, las emociones alteran la atención, activan redes neuronales de la memoria y hacen elevar ciertas conductas que hacen el papel de respuestas del individuo a estos estímulos ambientales. Por otro lado, Fisiológicamente hablando, las emociones organizan rápidamente las respuestas de distintos sistemas biológicos, en donde están incluidas las expresiones faciales, los músculos, la voz, la actividad del SNA y la del sistema endocrino, a fin de establecer un medio interno óptimo para el comportamiento más efectivo. Finalmente en el plano conductual, las emociones sirven para establecer nuestra posición con respecto a nuestro entorno, las emociones al mismo tiempo actúan como deposito de influencias tanto innatas como aprendidas. Entonces tenemos que las emociones son un fenómeno consiente de una capacidad de respuesta, el ser humano responde a ciertas circunstancias con combinaciones de reacciones mentales y fisiológicas, estas reacciones mentales son parte del conocimiento, en cambio las respuestas fisiológicas varían involucrando al sistema respiratorio, cardiovascular, y a otros sistemas corporales. El sistema nervioso es encargado de regular los aspectos fisiológicos de la emociones. El sistema nervioso autónomo acelera y desacelera los órganos a través del simpático y parasimpático, la corteza cerebral puede ejercer una gran influencia inhibitoria de las reacciones fisiológicas. • El Sistema nervioso periférico, es el sistema nervioso cráneo espinal que controla los movimientos musculares voluntarios, así como el sistema nervioso autónomo que controla los movimientos musculares involuntarios. El SNP está separado pero también integrado al sistema nervioso central que se encarga del procesamiento cognitivo que ocurre antes de los movimientos voluntarios. • El Sistema nervioso autónomo, es un sistema eferente e involuntario que transmite impulsos desde el sistema nervioso central hacia el exterior, estimulando los aparatos y órganos periféricos; el control de la frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción, la contracción y dilatación de vasos sanguíneos, la contracción y relajación del músculo liso en varios órganos, acomodación visual, tamaño pupilar y secreción de glándulas exocrinas y endocrinas, regulando funciones tan importantes como la digestión, circulación sanguínea, respiración y metabolismo. El mal funcionamiento de este sistema puede provocar diversos síntomas, que se agrupan bajo el nombre genérico de disautonomía. El SNA es involuntario activándose principalmente por centros nerviosos situados en la médula espinal, tallo cerebral e hipotálamo. También, algunas porciones de la corteza cerebral como la corteza límbico, pueden transmitir impulsos a los centros inferiores y así, influir en el control autónomo. o El sistema límbico es un sistema formado por varias estructuras cerebrales que gestiona respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales. Está formado por partes del tálamo, hipotálamo, hipocampo, amígdala, cuerpo calloso, séptum y mesencéfalo. o El diencefalo, se asocia con la integración sensorial, el hipotálamo es una parte del diencefalo, es el ganglio maestro del sistema nervioso autónomo. En el caso de haber emociones exageradas, es el hipotálamo el encargado de estabilizar las funciones que se ven afectadas. El tálamo, que también forma parte del diencefalo, es el centro de integración del cerebro, su ubicación permite el acceso a la información de todas las áreas sensoriales y sus salidas hacia el cerebro y hacia los centro del control motor. o La amígdala, es la parte no superficial del sistema límbico. Esta asociada con la expresión y la regulación emocional. Una ligadura entre la amígdala y los sistemas físicos del cuerpo que son activados por la amígdala en asociación con las emociones pueden constituir una parte importante de la cognición. La amígdala cumple un rol fundamental en los fenómenos emocionales (procesamiento y almacenamiento de reacciones emocionales). http://neuropsicologiadelaprendizaje.blogspot.mx/2011/06/fundamentosfisiologicos-de-las.html