EL MAGNÍFICO RESUMEN DEL LIBRO ‘ÉTICAPARA AMADOR’: CAPÍTULOS 1-6 CAPÍTULO 1: DE QUÉ VA LA ÉTICA Entre todos los saberes posibles existe al menos uno imprescindible: el de que ciertas cosas nos convienen y otras no. Es preciso estar enterado, por ejemplo, de que saltar desde el balcón de un sexto piso no es cosa buena para la salud; o de que una dieta de clavos y ácido prúsico no permite llegar a viejo. Sin embargo, a veces las cosas no son tan sencillas: ciertas drogas, por ejemplo, aumentan nuestro brío o producen sensaciones agradables, pero su abuso continuado puede ser nocivo. En unos aspectos son buenas y en otros malas: nos convienen y a la vez no nos convienen. Lo malo parece a veces resultar más o menos bueno y lo bueno tiene en ocasiones apariencias de malo. Vaya jaleo. Lo de saber vivir no resulta tan fácil porque hay diversos criterios opuestos respecto a qué debemos hacer. En matemáticas o geografía hay sabios e ignorantes, pero los sabios están casi siempre de acuerdo en lo fundamental. En lo de vivir, en cambio, las opiniones distan de ser unánimes. Y en este momento llegamos a la palabra fundamental: libertad. Los animales no tienen más remedio que ser tal como son y hacer lo que están programados naturalmente para hacer. En cierta medida los hombres también estamos programados por la naturaleza. Y de modo menos imperioso pero parecido, nuestro programa cultural es determinante. Pero sin embargo, por mucha programación biológica o cultural que tengamos, siempre podemos optar finalmente por algo que no esté en el programa. Por muy achuchados que nos veamos por las circunstancias, nunca tendremos un solo camino a seguir sino varios. Y aquí conviene señalar dos aclaraciones respecto a la libertad: 1. No somos libres de elegir lo que nos pasa, sino libres para responder a lo que nos pasa de tal o cual modo 2. Ser libres para intentar algo no tiene nada que ver con lograrlo indefectiblemente. No es lo mismo la libertad (que consiste en elegir dentro de lo posible) que la omnipotencia (que sería conseguir siempre lo que uno quiere, aunque pareciese imposible). CAPÍTULO 2: ÓRDENES, COSTUMBRES Y CAPRICHOS A veces, las circunstancias nos imponen elegir aunque preferiríamos no tener que elegir. Como por ejemplo, aquel capitán del barco al que le sorprende una tempestad, y debe decidir entre tirar la importante mercancía o arriesgarse a capear con ella en la bodega. Menos mal que no siempre tenemos que elegir en las circunstancias del capitán. Por lo general, uno no se pasa la vida dando vueltas a lo que nos conviene hacer. La mayoría de nuestros actos los hacemos casi automáticamente. En esos casos, los motivos de nuestra conducta son las órdenes, las costumbres y los caprichos. Pero, ¿de qué modo y con cuánta fuerza nos obliga a actuar cada uno de dichos motivos? Las órdenes, por ejemplo, sacan su fuerza, en parte, del miedo que se tiene a las posibles represalias que tomará el que ordena si a éste no se le obedece; pero también, del afecto y confianza que se tiene en él. Las costumbres, en cambio, vienen más bien de la comodidad de seguir la rutina en ciertas ocasiones y también del interés de no contrariar a otros, es decir de la presión de los demás. Y en los caprichos, el motivo parece ser la ausencia de motivo, el que te apetece sin más, la pura gana. Y llegados a este punto, hay que tener claro que en determinados momentos, las órdenes, costumbres y caprichos no nos responden a cómo debemos actuar. En el instante en que el capitán se encontró con la inesperada tormenta, seguramente no se dejo llevar por esos ‘motivos’. Cuando las cosas están de veras serias hay que inventar y no sencillamente limitarse a seguir la moda o el hábito... CAPÍTULO 3: HAZ LO QUE QUIERAS Puede haber órdenes, costumbres y caprichos que sean motivos adecuados para obrar, pero en otros casos no tiene por qué ser así. Sería un poco idiota querer llevar la contraria a todas las órdenes y a todas las costumbres, como también a todos los caprichos, porque a veces resultarán convenientes o agradables. Pero nunca una acción es buena sólo por ser una orden, una costumbre, o un capricho. Para saber si algo me el otro ha hecho una rica comida y le dice al hermano que si quiere comer le tendrá que entregar su herencia. que no se compra con nada. y propone pasar al capítulo siguiente para comprender ese lema. incluyo un fragmento del capítulo siguiente. de premios y castigos. El proceso de humanización es un proceso recíproco: para que los demás puedan hacerme humano. Necesitamos ciertas «cosas» que sólo las personas nos pueden dar. es decir: nadie puede dispensarme de elegir y de buscar por mí mismo. Sabemos cuando un especialista en algo o cuando un instrumento funcionan como es debido porque tenemos idea del servicio que deben prestar. y se dio cuenta de que no podía al estar sujetando esas dos cosas que había cogido. Pero no confundamos este «haz lo que quieras» con los caprichos de los que hemos hablado antes. Pero si ya hemos dicho que ni órdenes. Uno viene de trabajar. desde el fuero interno de tu voluntad. a la larga. pero lo que le apetecía en ese momento era la comida. lo que significa tener relaciones con otros seres humanos. eso sí. ¿cómo nos las arreglaremos? Pues resulta que el lema fundamental de la ética es «haz lo que quieras». razonando por mí mismo. El autor pone como ejemplo a dos personajes de la Biblia: los hermanos Esaú y Jacob. como todos.resulta de verás conveniente o no tendré que examinar lo que hago más a fondo. no hay un único reglamento para ser buen humano ni el hombre es instrumento para conseguir nada. se vio rodeado de lujo y soledad y sin cariño. de cuanto quiere dirigirte desde fuera. Para ser realmente humano se depende de los demás. Savater explica que lo que en verdad quería el hermano hambriento era la herencia. Por eso hay que saber distinguir y pensar las consecuencias de lo que vamos a hacer dos veces. Por eso. a lo que el hermano hambriento contesta que sí. Nadie puede ser libre en mi lugar. Nota del resumidor: El capítulo no dice más. Al final de su vida. No le preguntes a nadie qué es lo que debes hacer con ti vida: pregúntatelo a ti mismo. a la larga. Es importante ser capaz de establecer prioridades y de imponer una cierta jerarquía entre lo que de pronto me apetece y lo que en el fondo. Esaú se dejó llevar ante la idea de la muerte que lo simplifica todo. Pero. Todo lo que poseemos nos posee. pero luego no consigues disfrutar de la compañía de nadie. darse la buena vida pero ninguno de ellos lo consiguió. y que tienes que plantearte todo este asunto desde ti mismo. acto seguido. le pidió que se rascara. de poco sirve ese dinero. ni costumbres ni caprichos bastan para guiarnos en esto de la ética y ahora resulta que no hay un claro reglamento que enseñe a ser hombre bueno y a funcionar siempre como tal. transformaríamos la frase «haz lo que quieras» en un «date la buena vida». CAPÍTULO 4: DATE LA BUENA VIDA ¿Qué significa eso de «haz lo que quieras» como lema fundamental de esa ética hacia la que vamos tanteando? Pues sencillamente que hay que dejarse de órdenes y costumbres. ya que pensó que tal vez pase mucho tiempo hasta que su padre se muera. en cambio. La película Ciudadano Kane trata sobre un multimillonario que todo lo que posee lo ha conseguido sin importarle los demás. CAPÍTULO 5: ¡DESPIERTA. Pero si tomamos al ser humano en general la cosa se complica. de lo que se espera de ellos. quiero. una vida humana. quiero. ya que seguramente salga en el examen algo relacionado con ésto. como cuando uno nace y aprende a hablar. en una palabra. Es importante ser capaz de establecer prioridades y de imponer una cierta jerarquía entre lo que de pronto me apetece y lo que en el fondo. porque no sabemos para qué sirven los seres humanos. Esto es en parte lo que le pasó a Kane: simplificó a su forma tratando a las personas como cosas y al final de su vida vio como no tenía ningún afecto sincero. Aunque pudieras tener todo el dinero del mundo. sus últimas palabras fueron el nombre de su trineo que le recordaba a su niñez cuando daba y recibía cariño. Por ello. Por eso darse la buena vida no puede ser algo muy distinto a fin de cuentas que dar la buena vida. Si tuvieras que resumir todo esto y poner en palabras sinceramente tu deseo global de fondo. Una cosa es que hagas «lo que quieras» y otra bien distinta que hagas «lo que primero te venga en gana». A veces los hombres queremos cosas contradictorias que entran en conflicto unas con otras. según le dijo un budista a su discípulo: le pidió que cogiera dos cosas de la habitación que le gustaran. BABY! Tanto Esaú como Kane querían. No . Entonces podríamos transformar el lema de «haz lo que quieras» por un «date la buen vida». tengo yo que hacerles humanos a ellos. y Kane era muy ambicioso y quería poseer cada vez más sin importarle todo lo demás. que es el que cojea de ánimo. Ricardo III mató a todo el que se interpuso entre él y la corona porque creía que consiguiéndola podría obtener el respeto y cariño que no tenía por su deformidad física y lo único que consiguió fue perder toda posibilidad de cariño porque ya no se quería ni a sí mismo. Algunos quieren dimitir de su responsabilidad creyendo en lo irresistible: la culpa de lo malo que sucede parece ser de las circunstancias. Un egoísta lo consideramos como algo malo. Saber que todo no da igual y que queremos vivir humanamente bien. porque no podremos obtener de ellas ni amistad. del carácter que tengo. Fíjate en que uno puede lamentar haber obrado mal aunque esté seguro de que nada ni nadie va a tomar represalias contra él. c) El conformista que se deja llevar por la opinión de los demás o el rebelde que lleva la contra a los demás sin llegar a preocuparse de saber lo que quiere. en el fondo quisiera ser egoísta pero no sabe. e) El que sabe lo que quiere con demasiada fuerza y acaba engañándose a sí mismo. pero él no era feliz. Los únicos que pueden ser egoístas sin ser imbéciles son aquellos que quieren lo mejor para sí mismos. Por lo tanto. de la sociedad en que vivimos. También Fernando Savater nos dice que la ética intenta averiguar en qué consiste esa “buena vida” que todos queremos tener. El que se harta de todo lo que le sienta mal. de que no me educaron bien… Los partidarios del autoritarismo creen que lo irresistible debería ser prohibido y así no será culpa de ellos sino de quien no lo prohibió. para conseguir que te devuelvan eso que necesitas y que no se compra ni se vende. b) El que lo quiere todo. Lo contrario de ser moralmente imbécil es tener conciencia. ni respeto. Los imbéciles siempre acaban haciéndose daño a ellos mismos. Los hay de varios tipos: a) El que cree que no quiere nada. es decir. El remordimiento es el descontento que sentimos con nosotros mismos cuando hemos empleado mal la libertad. Dice que “la moral” es aquello que muchas personas dicen que son las órdenes y las costumbres que se respetan instintivamente sin saber por qué. cuando la hemos utilizado en contradicción con lo que de veras queremos como seres humanos. debemos tratar a las personas como a personas. Sólo deberíamos llamar egoísta consecuente al que sabe de verdad lo que le conviene para vivir bien y se esfuerza por conseguirlo. incluso contradictoriamente. CAPÍTULO 6: APARECE PEPITO GRILLO No debemos ser imbéciles. ni amor. Desarrollar un buen gusto moral. renunciando a su libertad por miedo. 5. Asegurarnos de que lo que hacemos es lo que queremos. la responsabilidad es saber admitir cuando hacemos algo mal y actuar en todo momento consecuentemente sabiendo que nuestra forma de a c t u a r n o s v a d e f . El tener conciencia supone lo siguiente: 3. 6. 4. En cambio. Actuar responsablemente con las consecuencias de nuestros actos. d) El que sabe lo que quiere pero no pone interés en conseguirlo. todo le da igual y vive sin hacer nada. Debemos alcanzar nuestro ideal de felicidad. A Kane seguro que le envidiarían.podemos tratar a las personas como a cosas. no el que los demás quieren para ellos. pero es quien sabe lo que quiere y se esfuerza por conseguirlo y por tanto evita todo mal porque sabe que lo alejará de su ideal de vida buena.