UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONALFACULTAD DE EDUCACIÓN – PROGRAMA DE PSICOLOGÍA Y PEDAGOGÍA Presentado por: Rafael Andrés Porras Suarez Código: 2010252048 Presentado a: Sergio Rodríguez Tema: La “peste de insomnio”, en Cien años de soledad. La figura literaria “la peste de insomnio” en Cien años de soledad de García Márquez Luego del sueño que relevara a José Arcadio Buendía el enigmático nombre del lugar donde se consagraría la narrativa de Cien años en soledad (2004), ha Macondo llega la “peste de insomnio”. Esta particular enfermedad, de la cual Visitación reconoce en los ojos de la pequeña Rebeca, augura para el pueblo el comienzo de una ensoñación elíptica: de la grandeza de Macondo a su plena y eterna decadencia. Macondo previo a la “peste de insomnio” Macondo surge de una ensoñación de José Arcadio Buendía luego de partir de la sierra y huir de la eterna imagen penante de Prudencio Aguilar, su primer enemigo y muerto; huida no del miedo mismo, sino del pasado. Aquel hombre que será presa del delirio, justamente es el precursor de aquella aldea “ de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un rio de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos” (p.9). Un lugar recién parido de la necesidad humana, de un incesto prohibido en la conciencia superyoica de Úrsula pero consumido entre el sudor y desenfreno del placer –goce que no distinguió la raza, la edad, la filiación, la fidelidad, la moral y ni “temor a engendrar iguanas o niños con una cola de cerdo”-, visitado por gitanos que traían los inventos del mundo desconocido a otro lugar aun más desconocido, más temeroso de la alquimia que del mismo dios, sepultado, primero, por el olvido, y luego, por el recuerdo lapidario de los primeros muertos, cuando la primera muerte del ex gitano meditabundo Melquiades (mas no la última), registró la historia en el tiempo del pueblo. Al mando del genio y coraje de José Arcadio Buendía, y éste secundado por el de Úrsula, su esposa, se cristalizó la identidad de un lugar llano con un porvenir fantaseado en la imaginación pragmática de Buendía: de los imanes que encontraran el oro, los instrumentos de navegación para confirmar la penosa ubicación peninsular de Macondo “¡Carajo, Macondo está rodeado de agua por todas partes!”, la mejora de la lupa como arma de guerra, etc. Antes de la llegada de la peste de insomnio, el recuerdo se convierte en la campana que anuncia ya su llegada. Con la decisión de Buendía de no dejar ningún rastro ni encontrar gente conocida y las reminiscencias de Aureliano frente al pelotón de fusilamiento, uno de los hijos primogénitos de los Buendía, se augura la reconstrucción del pasado eterno. Cada cual hará las veces de narrador de una memoria colectiva (Hallbwachs, 1968) en primera persona de Macondo. Aparición de la “peste de insomnio” en Macondo ¿Qué es la peste de insomnio? A grandes rasgos, no es sino el temor de no dormir y, consecuente, el peligro de olvidar. Luego de partir José Arcadio, otro de los hijos primogénitos de los Buendía, con los gitanos, Úrsula sale en su búsqueda retornando a Macondo luego de más de cinco meses sin él, pero sí con lo que José Arcadio, su esposo, no logró, encontrar el mundo. Regresa con una muchedumbre igual a ellos: eran hombres y mujeres como ellos, de cabellos lacios y piel parda, que hablaban su misma lengua y se lamentaban de los mismos Esta alusión a la memoria es. la clarividencia macondiana ya predecía que el pueblo sufriría cambios. con la aparición de Úrsula y la muchedumbre. la memoria progresivamente se borraba: los recuerdos de la infancia. Aun con la dificultad de recordar. la niña terminó por merecer tanto como los otros el nombre de Rebeca Buendía. La primera figura que augura la enfermedad de insomnio es la no identificación por la que se le niega al hijo de Pilar Ternera y José Arcadio –José Arcadio. luego el nombre y la noción de las cosas. la transformación de Macondo en un pueblo conocido y transitado que le implicó a la fantasía de Buendía instalar un singular invento práctico del paso del tiempo: el reloj musical sincronizado para que la gente supiera que el tiempo corría 1. con el “descubrimiento de Macondo”. El “tiempo del olvido” se consagró en Macondo como pérdida de la facultad de recordar. la figura literaria que marca un tiempo de decadencia para Macondo. pendiente de descubrir en ellas algún cambio que revelara el transcurso del tiempo” (pp. …Era la peste de olvido. el almendro eterno. presas del olvido del que huyeron para no dejar ningún rastro ni encontrar gente conocida. En un malestar de Rebeca.60). etc. sino su inexorable evolución hacia una manifestación más crítica: el olvido (p. Al parecer. sin embargo. el registro de Macondo en la historia con la llegada del corregidor y. los textos indescifrables de Melquiades. estos últimos. que trae consigo el recuerdo: el baulito de la ropa. mientras Rebeca y Arcadio quedaron al cuidado de Visitación y Catarue. se convierte en Macondo en un signo: perdura en el tiempo a pesar de carecer de explicación de su origen. La llegada de Rebeca y su vínculo con el resto de la familia florecieron. la liturgia de la iglesia. previo de la peste. cuando Macondo fue un campamento de casas de madera y techos de zinc. Este elemento. los rollos musicales de la pianola con su respectivo manual. Esto desencadena que Macondo deje de ser olvidado y amplié su población al igual que sus prácticas cotidianas. aunque nadie sabía entonces quien los había sembrado (p. indios de la sierra que huyeron de una terrible enfermedad. de su cuidado por parte de los Buendía. desconocen su filiación.50). a su vez. la vida tanto para Úrsula como para Buendía se consagró en el pueblo. el censo. Esto significa la negación del pasado del cual siempre han huido. su filiación. Es tal la progresión de la enfermedad que lo que 1 Aunque en el capítulo IV. y por último la identidad de las personas y aun la conciencia del propio ser. El tercer y último elemento. 100-101). Pero. Rebeca. A Macondo llega la escritura y se fija como precursora de la otrora oralidad: el correo. todavía perduraban en las calles antiguas los almendros rotos y polvorientos. la siembra de los almendros eternos que solo Buendía tenía la fórmula y que nunca reveló.59). una vez más la enfermedad los perseguía hasta el último rincón de la tierra.dolores (p. ya muertos. el único que tuvo siempre y que llevó con dignidad hasta la muerte (p. la instalación de prácticas biopolíticas a la población (la ley. La segunda es. la recaudación de impuestos. a secas “Arcadio”-.54). es la llegada de una niña de once años. . pues. la escuela.). Luego. Visitación predijo la llegada de la peste de insomnio a Macondo: lo más terrible de la enfermedad del insomnio no era la imposibilidad de dormir. un pequeño mecedor de madera con florecitas pintadas de colores pintadas a mano y un talego de lona que hacia un permanente ruido de cloc cloc cloc. pues el cuerpo no sentía cansancio alguno. Sin embargo. el decreto de pintar todas las casas de azul. su sentido es preservar el recuerdo ante la muerte. Buendía sucumbe a su delirio sobre el tiempo tal como el viejo Funes el memorioso en el relato de Borges: carece de referente para “tratar de encontrar una diferencia con el aspecto que tuvieron el día anterior. donde llevaba los huesos de sus padres. Muchos años después. la carta de propiedad de tierras. La carta que la acompaña anuncia el deseo de los padres de Rebeca. entonces. era la grandeza del pueblo por ya tener más conocimiento del mundo. el método de Aureliano combatía la falta de referente sígnico. momentáneamente capturada por las palabras. Con el ingenio heredado del padre. crea un método. sino su utilidad. de modo que le bastaba leer la inscripción para identificarlas. se apaciguó el malestar del olvido: con un hisopo entintado marcó cada cosa con su nombre. apelando a la clasificación peirceana (1965). El paliativo para el tiempo del olvido lo trajo un hombre que venía del mundo donde todavía los hombres podían dormir y recordar. Al parecer la relación entre la falta de sueño y falta de memoria se anudan de tal forma que: a) El sueño. era el conjuro no solo de no recordar por falta del signo. no hay más que realidad perentoria. Buendía tuvo que. es la pérdida de memoria. Dufou (2007) lo manifiesta al presentar así al nuevo sujeto posmoderno: “lo que se requiere hoy es un sujeto precario. La tribulación del hoy elude el amparo del pasado y la esperanza del futuro. Se llega a la implicación paradójica de Lope de Vega: si la vida es sueño. El problema del sistema descriptivo y explicativo macondiano. comunicado el método a Buendía padre. pero que había de fugarse sin remedio cuando olvidaran los valores de la letra escrita. se ve afectado por la enfermedad para recordar las cosas de su laboratorio. además de la inscripción del nombre. el gitano Melquiades. Esta es la paradoja macondiana que refleja la condición metafórica con la historia colombiana: se recuerda un pasado olvidado como indicativo en el presente. se convirtieron en signos indicativos. por tanto. ¿Qué más doloroso –o confortante. para recordar: Entonces las marcó con el nombre respectivo. Mas sabemos que la cualidad del lenguaje no es indicar. el daguerrotipo y la música El mayor riesgo de la peste. y con este ultimo termino me estoy refiriendo a un sujeto abierto a todas las fluctuaciones identitarias y. llegó a Macondo para 2 El olvido del referente yo parece la posición del esquizoide. lo peor no era tan solo perder la identidad de las cosas. así. un punto final que culmina la función mnemotécnica de la memoria. Y así. y su consecuente falta. Existe. en consecuencia. la inscripción y la descripción. el olvido. José Arcadio Segundo al recordar la masacre de las tres mil cuatrocientas ocho trabajadores acorralados en la estación. sueños son. adosarla con la función práctica: Esta es la vaca. . Éste es el precio que pagó. primero. de lo deseado. Así lo dice el mismo relato: Así. acrítico y ‘psicotizante’. el fiel a la vida desterrado de los gitanos. continuaron viviendo en una realidad escurridiza. hay que ordeñarla todas las mañanas para que produzca leche y la leche hay que hervirla para mezclarla con el café y hacer café con leche (p. y los sueños. es decir. dispuesto a seguir todas las ramificaciones comerciales” (p. como el presagio de Visitación aclaraba.antes era posible señalar las con el dedo. el Coronel Aureliano Buendía al ensimismarse en la lasitud del triunfo pasado y el presente taciturno. al menos. b) La consecuente falta de sueño. sino construir. Y. y segundo. Tres drogas del recuerdo: la medicina. De igual forma. jefe de Macondo. Aureliano Buendía. Falta de la historia de lo que se es por el angustioso presente. manifestación de los deseos reprimidos. en cada recuerdo una escinción. Un muerto en vida que regresó con la cura. sino la mismísima falta del ente qué recordar. menos su utilidad. Macondo cae en su propio olvido. ya ni siquiera se recuerda. Sin embargo.64). es la pérdida de la esperanza o. el olvido por la muerte. consagrado a la platería.que olvidarse de sí mismo? 2 La escritura como memoria Con la llegada de la peste de insomnio. Y por esto. amparado en la escritura. La eternidad del “estado de lucidez” implica una renuncia al propio ser. 29). es decir. “la historia no es todo el pasado.y. 4 El invento del daguerrotipo. incluso de la historia (embruteciéndose con engaños de guerras y pescaditos de oro). en la lectura de sí. para volver impávido a subvertir el orden del pueblo. con Francisco el Hombre. por el delirio. no fue la misma droga. ¡una bisabuela de catorce años!). Macondo se registró también por el trabajo metalúrgico. la historia no es un registro enciclopédico del pasado. era la forma como el pueblo sabía que había pasado en el mundo. o más precisamente. y así Macondo se inscribió en el proceso de “reconstrucción” y olvido del “tiempo del olvido”. era por eso mismo que temía. fue el primero que descubrió la muerte en la historia en Macondo. . y luego. Freud tenía razón en manifestar que la civilización humana es producto. del deseo de Amaranta de interrumpir la boda de Rebeca –su hermana por decisión.quedarse en aquel rincón del mundo todavía no descubierto por la muerte (y efectivamente. de darle un sustento racional a su fantasma. me proporcione información sobre el daguerrotipo: descubierto en 1839 (Francia) por Nicéphore Niépce y Luois Daguerre que a partir de un procedimiento químico fijaban la imagen expuesta a la luz. que en complicidad entre Buendía y Melquiades. aquel que derrotó al diablo en un duelo de improvisación de cantos. no soportaron el sistema fáctico de clasificación. que tendría la posibilidad de repasar (…) la totalidad de los conocimientos adquiridos en la vida. y se mantiene así. sino la posibilidad de quedar plasmados en una edad eterna sobre una lamina de metal tornasol 4. Esta nueva apreciación del signo. y optaron nuevamente por el mito. con Rafael Escalona. por una ilusión (el mito del padre). el mayor placer de recordar la memoria. Igual. la partida de José Arcadio hijo por el desenfreno de su pulsión. Parece que todo aquel que escapaba de lo que temía. al contrario. También la música. Como manifiesta Hallbwachs (1968). Durante mi primera lectura hipotetice que se refería al procedimiento fotográfico aunque no logré confirmarlo si no por las relecturas. sino por la imagen eterna donde nadie envejecía. Sin embargo. sino una interlocución con un presente y huella del futuro. pero tampoco es todo lo que queda en el pasado (…) junto a una historia escrita. no filiación. Efectos de la escritura en Macondo Los efectos del método indicativo no esperaron mucho tiempo. ya en la decadencia de Macondo. por la repentina muerte de la joven Remedios. 3 Los escapes de lo real de Buendía padre por la fantasía alquímica. se encuentra una historia viva que se perpetua o se renueva a través del tiempo” (p. y los no valiosos por su comercio sino por su testimonio del paso del tiempo. proporcionó a Macondo el registro en la historia (y es uno de los pocos recuerdos que ya la última generación de los Buendía atesorara al mando de Amaranta Úrsula al restaurar por enésima vez la casa. por lo que al final tenía que afrontar) 3. Esto refuta la función impersonal de la escritura y confirma la premisa del hombre como signo. etc. la superstición y la suerte. Recordemos que el placer de Buendía era la razón fundida en la fantasía. en todo caso complacida en su deseo. y luego. El hombre se descifra en la escritura.65). Los insomnes empezaron a vivir en un mundo construido por las alternativas inciertas de los naipes (p. Ya la voz del gitano con sus descubrimientos habían pasado como recuerdo de lo fue. Al encontrar el daguerrotipo de Remedios. decía la hija de José Arcadio y Fernanda del Carpio: miren que lujo. En todo caso. Ésta trasmisión oral. Ni siquiera el ensueño de Buendía de inventar la “máquina de la memoria”. La desazón de sentido por los habitantes de Macondo. ya no por las palabras o la palabra escrita. podría aplacar la necesidad de descifrarse. 209). Igual. de los pescaditos de oro del Coronel Aureliano Buendía luego de su delirante destierro oficial de la guerra. traían las noticias de lo que era el mundo fuera de él. ya no escrito sino visual. en placas marcó el espacio y tiempo. Esto se confirmó con la llegada del corregidor. como la escritura exegética religiosa. en la disputa política inminente. la entrada de la escritura (y luego otras apariciones institucionales. La literatura de Márquez es. para suplantar metafóricamente el recuerdo de un país en constante olvido y soledad a través de la vida en Macondo y las consecuencias de un ya precedente conflicto político entre conservadores y liberales. distingue dos tipos de memoria. por supuesto. se centra en un proceso de semejanza. Hallbwachs (1968). confirma la aparición de Macondo en el mapa nacional y. fuese llevado a países latinoamericanos para no sufrir las censuras periodísticas en el país 5. la metáfora recubre gran parte del discurso “con otra cosa”. el deseo. Es una alegoría a la pérdida de memoria y al enfrentamiento constante a un “estado de lucidez” compartido de contemplación. Macondo. la metáfora “peste de insomnio” recubre una interesante noción introducida con gran esfuerzo en la literatura y la academia en Colombia. Es la memoria. 305). es otro discurso. una metáfora de la historia del país. y agrega más adelante. No es en sí su persona. con el padre Reyna y la escuela. un grupo que vivifica la escritura de una historia cruel de Colombia. El mensaje era claro: Todas las casas se pintaran de azul para celebrar el aniversario de la independencia nacional. La primera encuentro entre los Buendía y Moscote es la palabra escrita: éste le mostró la disposición oficial escrita en un papel (p. donde su problemática. No en balde que durante un periodo. etc. incluso. la metáfora es “un mecanismo lingüístico y uno de sus efectos es que varios sentidos de una misma palabra entran en relación” (p. luego de ser redactor de El Espectador. subvertida por la palabra escrita. sino su posición en el relato. Es decir. Sin embargo. sustituyen la realidad histórica colombiana por el relato literario y. Esta memoria colectiva.74). distinta a la memoria histórica6. El texto Cien años de soledad. sino del país. son el recuerdo que activa cada lector. invitado de honor Macondo. pues. 5 Tomado de la visita a la 28ª Feria del Libro (2015). En otro punto. Éste viene a representar lo ausente e insabido por Macondo: la escritura no solo indica e identifica. 134). 1968: 212-213). son parte de la memoria. la fantasía. recordemos. Esto soporta la tesis de pensar a Márquez no solo como literato. con el mando de Arcadio en oposición antinacionalista). es inútil ante el dato. Sus textos. Recordemos qué es metáfora y su función. al pueblo sin ley. por tanto. Márquez le apostó a la “memoria colectiva”. Por memoria histórica “se entiende la lista de acontecimientos cuyo recuerdo conserva la historia nacional”. don Apolinar Moscote. En cierto modo. Este el inicio del mismísimo fin de Macondo: entrar en la realidad histórica. “la historia que quiere ceñir de cerca el detalle de los hechos se vuelve erudita y la erudición sólo es significativa para una pequeña” (Hallbwachs. Según el Diccionario de Lenguaje de Todorov & Ducrot (1972). ya no del pueblo. el arrebato. es más un recuerdo “de un grupo que la mantiene viva”. sino como precursor del pensamiento político en Colombia. 6 . y otros de sus narrativas. se ha convertido en una exigencia nacional. En este caso. Macondo es metonímica. al estilo del signo peirceano. señala que es “un objeto designado por el nombre de un objeto semejante” (p. Parece la llegada de éste personaje a la vida macondiana subvierte un orden establecido por la palabra. sino que también ordena. Jakobson & Halle (1973) confirman que la metáfora es un proceso de sustitución. Si la “peste de insomnio” es metafórica. Es con este acontecimiento. Función metafórica “la peste de insomnio” del estado de la historia colombiana La suerte de “la peste de insomnio” parece ser una figura literaria creada por Gabriel García Márquez. huye del pasado y se enfrenta al olvido. Memoria Como dije anteriormente. no es funcional (cosa que Buendía padre hacia de su relación con el conocimiento. Parece que hasta disfrutamos de la enunciación. o. la peste de insomnio es un problema metafórico de establecer una sustitución con la memoria de nuestro “vivido pasado” a falta de una verdadera lectura histórica de Colombia. tenemos. él nos permite comprender la memoria como elemento vivo del pasado carente de caducidad o linealidad (Le Goff. cooptamos el más consumido. el partido conservador (el capítulo IV y posteriores. Aunque. Con respecto a Macondo metonímico. Las pistas del texto. cuando no hay conocimiento histórico para recubrir tal sentido. Si el problema de la metáfora es comprender “su sentido”. lo hacía práctico). otros la obra literaria 7. Mi pista metonímica para relacionar la historia de la narrativa con la historia del país. si volvemos a Jakobson. confirman la predicción). Por eso. El recubrimiento es más difícil de establecer porque su analogía no es tan evidente. pero su trastorno. unos optan por leer el texto escolar. Así. es literal (aunque PISA 2009 de cómo resultado que hasta en este nivel los niños evaluados no “logren en mínimo básico”). con sus respectivos informes oficiales. ya no es semántico el contraste. El olvido nos persigue. Como había presentado a Hallbwachs. En cierto modo es un proceso de sustitución. o los registros audiovisuales de la Toma del Palacio de Justicia en 1985. Una palabra (azul). la narrativa de Márquez con El General en su laberinto. etc. La metonimia sufre un proceso de sustitución más radical que la metáfora. histórico. o porque lo ha escuchado por otra persona. un “realismo mágico” de otrora historia o tiempo. no nos incomoda decirla. mi primera pista del advenimiento de la peste de insomnio en el relato es la no-identificación (véase p. La lectura actual. Vivir sin los otros. es más complejo y preocupante su proceso. Es decir. Es una interpretación subjetiva de la realidad. las biografías históricas de Bolívar en el texto escolar y enciclopedia. de ser “un país sin memoria”. o su olvido. es de contigüidad. también trata el tema del tiempo). O. sino biográfico. Y. el mayor problema metafórico: en ausencia de un sentido. . el gran temor del olvido en Macondo. pero esta allí. por ejemplo. a una lectura interpretativa al estilo que nos planteaba el maestro Zuleta (2001). 8 Ya el texto sitúa al lector en un contexto. Sin una apropiación de la historia. otro conflicto ajeno al nuestro. en nuestro caso. precisa en obtener información (es la que proporciona la memoria histórica). Hemos. La peste de insomnio persiste.Peste de insomnio metafórica y Macondo metonímica El problema lingüístico de la metáfora es establecer semejanzas con el signo primario. Márquez logró magistralmente). la novela de ficción de González (2010). la noción que apareja la “peste de insomnio” es la memoria. más aún. sabemos la literatura siempre altera la realidad. como la práctica solución de los Buendía de “etiquetar” a Macondo. Si tenemos conflicto de “50 años”.3). según mi memoria. éste me parece en extremo. independiente de la historia personal del lector (si es colombiano y sabe que Márquez es colombiano y escribió de su país. al menos hasta el capítulo III. la intentio operis (Eco. qué fue de lo que Márquez escribió. a mi parecer. registra un movimiento radical en la lectura8: de la lectura complaciente o fetichista de degustar las palabras (lo cual. nos conmueve. sabemos por varias fuentes. y somos conscientes de tal improperio. Pero también nos 7 Así. o. nos fijamos un discurso como “somos un país de 50 años de conflicto”. no hay posibilidad de recuerdo. así. y ni siquiera ya la muerte. solo fue dada en la página 74 con “Su primera disposición fue ordenar que todas las casas se pintaran de azul para celebrar el aniversario de la independencia nacional”. 1992) misma ofrece al lector pistas para configurar un territorio. azul se relaciona con color de partido político que es. sino de referencia. no proporcionan una relación de Macondo con la realidad vivida en Colombia en el periodo que se contempla (inicios de siglo XXI).). aunque durmamos y cómodamente. la regulativa (con la ley).31). la colectiva. no es él. no tanto el lector. pero seguía siendo todo ello al tiempo. en todo caso. la memoria de los desaparecidos. De igual forma. sino la escritura “de la memoria histórica del país”. 2015 y ya recuperado y donado a la Biblioteca Nacional como patrimonio cultural. Cit. y vuelvo a Hallbwachs. del coronel Aureliano Buendía y de Arcadio Buendía. parece importante recordar que en su texto Márquez revive una memoria fracturada de un conflicto precedente de Colombia: su historia sin memoria. El conflicto y la memoria. parece importante la vida amalgamada de José Arcadio Buendía entre la razón y la fantasía: era en todo caso su verdad. Lo dice la memoria colectiva de las víctimas del Palacio de Justicia. Del texto de Márquez en la experiencia Cien años de soledad se considera patrimonio cultural de nuestra historia. otros no. mi experiencia confirma que Márquez no vive en la escuela. Por tanto. unos lo buscan. 2013: 13). Deseo finalizar este apartado con eso de la memoria. 9 Éste será el penúltimo descendiente de la familia Buendía quien. la memoria se vive y. Debo agregar que solo me gusta Márquez. “Ramiro ya no era su esposo. no son elementos necesariamente secuenciales del acontecer político-social sino rasgos simultaneas de una sociedad largamente facturada Centro de Memoria Histórica. sino la literatura quien está ausente. Dice Bety. Márquez es un autor. Así las treinta dos guerras civiles y que perdió todas del Coronel Aureliano Buendía y los más de tres mil trabajadores que el ejército acorraló y ametralló. el padre de sus hijas. La memoria histórica fija la “verdad de los héroes”. y. considerada “canon de la literatura mundial”. tradición y memoria colectiva hecha literatura10. sino el deseo que une a uno y a otro. Una memoria que conmemora la “dignidad” y exige la “verdad y justicia” de las víctimas. en la 28ª Feria del Libro. Y además. el relato de la historia del Aureliano Coronel al Aureliano antropófago9. ese personaje ficcional al cual le desaparecieron su esposo y lo reportaron como guerrillero: “el olvido es una especie de alma en pena que ha perdido la voluntad de abandonarnos” (González. se convierte en el amante y cómplice de la felicidad de Amaranta Úrsula con quien tiene el primer hijo “con cola de cerdo” temido por Úrsula. pese al olvido colectivo ingente en la historia de Macondo y su decadencia. ha logrado evadir la “peste de insomnio” con la escritura (esa forma como Macondo adoptó una grandeza nunca comparada). No es la escritura primaria de Macondo. ni la segunda. parte del “canon literario” escolar.. Lo discutible de hablar de memoria. del pasado. Óp. otros le rehúyen. las victimas. el único que descifró las encriptaciones de los libros polvorientos de Melquiades que sorpresivamente contenían la historia. Aunque. por tanto. Hay que leer sus obras.reconforta el recuerdo. El Centro de Memoria Histórica (2013). No me asombro de que aún no hubiera leído Cien años de soledad. falseadas por la memoria histórica y difícilmente recordada por la memoria colectiva. y la de José Arcadio de la masacre de los “más de tres mil” ampararon una cuota de salvedad sobre la fidelidad de la realidad pese al olvido colectivo. por eso. 10 A propósito del robo de ésta obra. como un misterio atascado hay en los conceptos abstractos de la verdad y la justicia” (González. su amante. siempre pienso que la lectura misma busca al texto. luego de soportar el desprecio y el encerramiento de Fernanda (su abuela) y luego el desplante del “educado para Papa” José Arcadio. es que ésta entra en conflicto con la verdad. presente y futuro de Macondo. Por eso. y se llevaron los cadáveres para echarlos al mar en un tren de doscientos vagones de José Arcadio. o en todo caso. El daño del dato por la verdad. De esta manera. su primer ejemplar de 1967. la indicativa (con las etiquetas descriptivas/explicativas). los muertos. 2010: 10). En todo caso hay una certeza. p. necesita objetivar lo que entra a ella. se olvida si no se vive. por eso enfaticé en la importancia reciente en la noción. o en todo caso. la verdad no soporta la incertidumbre. . Sé que a unos gusta. Sin embargo. llegar a ellas y decidir qué gusto nos generó el relato mismo. leer “la levantó por la cintura y la desalojó de su intimidad con tres zarpazos” y excitarse. Pero la relación pedagógica de vincular el texto y el lector no tienen criterios. por lo que siempre la familia Buendía rehuyó. en la sombra de los referentes y las explicaciones dadas por otro. es combatir la enfermedad del olvido. así el temor los hiciera “comer tierra con lombrices y todo”. hombre. siempre que puedan hablar” y reírse. elaborado en Londres. Una de las preguntas pedía que se estableciese cuál era la simbología del gallo en El coronel no tiene quien le escriba. no antes. que el gallo del coronel era el símbolo de la fuerza popular reprimida” (citado en Lerner. esta a espaldas de su historia. gozar de la literatura o aclamar una realidad otra. El síntoma de la historia colombiana ha sido Doscientos años de velo de lo real. Pennac mismo lo decía. leer “La lanza de José Arcadio Buendía.su escritura. exámenes o comprensiones de lectura. Más tarde supimos que quien tuvo la mejor nota fue el alumno que respondió. Las reminiscencias de cada personaje parece el atributo más esencial de la obra de Márquez. cuando lo leo. y cuando continua rehuyéndole. para un examen de admisión. o la condición humana desde la perspectiva colombiana. arrojada con tanta fuerza de un toro (…) le atravesó la garganta” y asquearse. El olvido de la historia como memoria colectiva es la obscura presencia de un Macondo naciente y estancado en la “eterna lucidez”. sabemos. niño y niña. Si Márquez llega a la escuela. mujer. Mi pleitesía es a su texto. de la violencia hecha excusa. no pudo resistir la tentación de gozar de aquel sabio remoto y respondió: ‘Es el gallo de los huevos de oro’. etc. que conoce bien el estilo de su casa. En este caso. como había enseñado el profesor. y murió (…) con un par de gemelos atravesados en el vientre” y compadecerse. 1996: 3). Sin embargo. siempre se aloja invisible al placer mismo de ignorarlo. su figura literaria hace honor contradictoriamente a reificarla. del eterno conflicto entre los hombres por el poder. la obra de Márquez es entretenida. yo digo que humana. leer “despertó a media noche empapada en un caldo caliente que explotó en sus entrañas con una especie de eructo desgarrador. aunque lo aprecio aun más que sé de él. por eso. más que subvertir la misma realidad. Epilogo La “peste de insomnio” se presenta en la narrativa de Márquez como un asombroso cambio metafórico de la realidad por la ficción. debe disfrutársele en la lectura. de lo que más teme. tipologías textuales. de generara una intertextualidad que permita empalmar . Memoria es Cien años de soledad. “hay derecho a no leer”. es la memoria colectiva en forma de escritura. o como dice Barthes. pero como nos muestra la escritura de Cien años de soledad. Márquez incluso se sorprendió un día cuando vio las “sobre interpretaciones” que de su obra osan hacer los maestros hacer en el plano formal: “Este mismo año –cuenta el novelista en 1983– mi hijo Gonzalo tuvo que responder un cuestionario de literatura. del poder hecho violencia. no al autor. así los muertos los acompañaran. ésta se le presenta implacablemente para rendir las cuentas de la memoria. “a rechazar la lectura”. Como un placer. al pasado. sin las ficciones que recubren la lectura. en calidad de maestro. de la excusa hecha materia para olvidar. así el temor de la nostalgia los obnubilara hasta el delirio. Gonzalo. refleja una condición (unos dicen que colombiana). posturas (Estoy leyendo Cien años de soledad y no puedo establecer si mi lectura es eferente o estética). bajo la mirada del lector con conocimiento de causa de su realidad e historia. El síntoma. aunque se hable hoy de niveles de lectura (de lo que aún estoy no muy convencido). de la vida ensoñada compartida ya sin otra realidad alterna. a llevar la memoria bajo el brazo. prácticas de lectura. solo por el hecho de leer “No me importa tener cochinitos. todo aquel. Barcelona. Zuleta. Los límites de la interpretación. Bogotá. R. Colombia: Fundación Estanislao Zuleta. Fundamentos del lenguaje.. (2010). (pp. Colombia: Penguin Random House Grupo Editorial. D. Eco. O. pp. Hallbwachs. (1972).A. En Elogio de la Dificultad y otros ensayos.A. (Marzo de 1996).209 -219. SAICF. El arte de reducir cabezas. de darle significado a la experiencia (Bruner. Argentina. Sobre la nueva servidumbre del hombre liberado en la era del capitalismo total. (2004). La ciencia de la semiótica. Cali. (1968). (1992). ¡Basta Ya! Colombia: Memorias de Guerra y Dignidad. Memoria colectiva y memoria histórica. T. Bogotá. es un relato que habla sobre la condición humana colombiana con “estilo de la casa”. En La memoria colectiva. España: Editorial Lumen. García. Argentina: Editorial Paidós. Cien años de soledad. Peirce. Sobre la lectura. Colombia. Referencias bibliográficas Bruner. (1965). 2 – 20). (1ª edición). Vivir sin los otros.. G.A. París: PUF. Centro Nacional de Memoria Histórica. U. (2013). S. González. Lerner. & Ducrot. (1973). España: Editorial Gedisa. (2007). llenar vacios y descubrir nuevos. D. Barcelona. Dufou. Estanislao. Realidad mental y mundos posibles. y Halle. C. Es posible leer en la escuela. . Todorov. 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