Entrevista en diario Los Andes, Mendoza

June 2, 2018 | Author: Ana Prieto | Category: Humour, Buenos Aires, Panic Attack, Books, Fear


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CIAN MAGENTA2 E MENDOZA. SÁBADO 13 DE JULIO DE 2013 Cultura LIBROS ENTREVISTA CON ANA PRIETO CLAUDIO POMBINHO Especial desde Buenos Aires “El ataque de pánico es un fin del mundo que cabe en diez minutos, un cataclismo que se ensaña con el cuerpo y con cualquier vislumbre de sosiego que pudiera haber en el alma. Es un intervalo caótico que lo deja a uno perplejo, agotado y horrorizado ante la posibilidad de un nuevo ataque. Que lo deja a uno en un estado permanente de miedo al miedo”. Claro y contundente, el párrafo pertenece a “Pánico. Diez minutos con la muerte”, primer trabajo de largo aliento de la joven escritora y periodista mendocina Ana Prieto, quien, profundizando en su propia experiencia para luego descubrir la de otros, se mete de lleno en terrores y encierros, causas y consecuencias, mitos, verdades y soluciones posibles para uno de los males más frecuentes de un siglo que comienza y que –tal como afirma el también periodista y reconocido cronista Cristian Alarcón en la contratapa– “alienta cada vez más exigencias y ofrece cada vez menos certezas”. Parte de la colección “Ficciones Reales”, concebida por la editorial Marea para historias que “se conciben desde el periodismo pero se escriben desde la literatura”, este libro está lejos de ser otro caso de crónica con vicios de prosa florida en pos de un estilo más “literario”: el más valioso recurso que Ana Prieto toma de la literatura es el de enfrentar aquello que más amedrenta, aquello que, como decía Bolaño en 2666, “nos atemoriza a todos, ese aquello que acoquina y encacha, y hay sangre y heridas mortales y fetidez". Así, conjugando el drama personal y el ajeno con una investigación de tres años que abreva en valiosos aportes de la medicina, la historia y la filosofía, “Pánico” es una valiente y sensata toma de posición frente al aluvión new age de sonrisas perladas y ayuda insustancial que se ofrece en estantes de librerías y puestos de revistas, un libro que a través de la empatía y con un lenguaje directo se hace cargo del sufrimiento y se encarga de desmitificar una por una muchas falsas ideas instaladas acerca de los ataques de pánico. “Durante los momentos en que tuve los ataques, además de ir a terapia necesitaba leer sobre esto que me pasaba, y en las librerías lo que encontraba era material académico para terapeutas, nuevas líneas para abordar pacientes”, cuenta Ana en un café en Buenos Aires, ciudad en la que vive desde hace ocho años. Y continúa: –Ya de entrada yo era un paciente para esos libros. O si no estaba la otra rama, la autoayuda, que es un bajón: hay quinientos mil libros que en la tapa dicen ‘estrés’ o ‘ansiedad’ y los leés y parecen manuales para ser feliz, lo cual es una falacia ridícula. Lo único que te aconsejan es activar pensamientos lindos, comer sano, hacer ejercicio… O sea, la angustia no se combate comiendo manzana. Entonces quise comenzar a escribir el libro que me hubiese gustado leer cuando yo estaba así, un libro que no me interpelara como a una eterna paciente, un libro que me ofreciera información seria y concreta sin subestimarme con tonterías del tipo ‘andá a hacer gimnasia’… La gimnasia hace muy bien, nadie lo va a negar, pero los “El fin del mundo cabe en 10 minutos” La periodista mendocina editó en Buenos Aires el ensayo “Pánico”, una investigación sobre los ataques de pánico, la situación “que lo deja a uno en un estado permanente de miedo al miedo”, relata la escritora. Ana Prieto escribió el libro que le hubiera gustado leer cuando se enfrentaba a los ataques de pánico. Encontró respuestas mientras avanzaba la investigación. ataques de angustia son un poco más complicado que eso... –En ese sentido, más que brindar respuestas “Pánico” se lee como un buscarlas y encontrarlas a medida que avanza el libro... –Es que de hecho fue así, fui encontrando respuestas a medida que lo iba haciendo. O sea, esa es una cuestión con la autoayuda, ¿qué onda con el que lo escribió, es perfecto? ¿Cómo es esa persona a la que pareciera que le va rebién en todo, que vive rebién en su casa, con su familia, sus mascotas, que está prolijo, limpio, que se las sabe todas, cómo es? En ningún momento podría haberme puesto en el papel de ‘Yo te voy a enseñar cómo salir del pánico’. Ni siquiera en el capítulo donde se describen diferentes tipos de terapia quise decir cuál fue la que me ayudó a mí, porque quizás a otra persona la terapia que le sirve es otra, por eso traté de ser muy cuidadosa en mostrar opciones sin bajar línea. La idea fue incluir diversidad de testimonios y tratamientos. –¿Derribar el mito de que los ataques de pánico son una moda fue otro de los disparadores? –Claro, o esa cuestión de que el pánico le da solamente a gente que tiene demasiado tiempo libre, o a neuróticos con plata… ¡Qué absurdo! Yo no soy una ricachona ni mucho menos… El primer capítulo abre en un hospital público y la gente que entraba con pánico era gente pobre, lo que pasa es que eso lo saben los que están en salitas y los hospitales públicos, nadie más… A veces se piensa que la psicología es un lujo de clase media en adelante, pero no es así. el lugar de esa persona, escucharlo, se genera un vínculo ahí. La lástima corta ese vínculo, ningunea a la gente. Y tal vez con las mejores intenciones, ¿no? No es que sea malvada la gente que siente lástima, pero es algo debilitante. La clave con esto de la empatía es ponerlo en palabras, si no, no podés empezar a aliviarte. Mirá todo lo que tuve que poner en palabras… (risas) ATAQUES DE LUCIDEZ –En cuanto a los testimonios, se abre una puerta importante en el libro cuando en uno de ellos plantea al ataque de pánico como una especie de revelación, un pico de lucidez … –Sí, es un testimonio hermoso… Es alguien que te dice ‘Sufrí mucho con el pánico, pero a partir del pánico siento que me volví más lúcido”. Puedo entender eso, creo que ahí encontró un sentido muy orgánico con sí mismo. Él dice: ‘Curarme, lo que es curarme, no sé… El mundo va a seguir siendo lo que es, y yo voy a tratar de vivir en él’. Pero vive bien. Y, aunque sabe que tiene tendencia a la angustia, siente que ha visto algo que otros que no pasaron por eso no han visto. –Es un testimonio que también revela cierta hipocresía del otro lado, del “sano” que se acerca con una lástima algo torpe… ¿Cómo diferenciás eso de la empatía? –Sí, es complejo… Creo que la persona que te tiene lástima, no solamente en el pánico sino en general, ¿no?, en realidad no está interesada en lo que tenés para de- ZEN PARA NADA –Es interesante también la postura del libro frente a cierta tendencia marketinera del tipo “Zen para empresarios estresados”, algo que queda claro en ese testimonio del instructor que dice “el yoga no sirve para nada”, dando a entender que el yoga no nació como un método para combatir el estrés o los dolores de espalda… –¿Viste lo que dijo ese hombre? (risas)… No es un profesor novato, hace años que trabaja en un instituto que tiene un montón de filiales. Él da clases ahí, vive muy ascético, pero también detesta todo lo falso que se ha construido alrededor de esa vida. Porque hay muchas revistas que prometen ayudarte con la ansiedad, yo me las leí todas buscando soluciones: ‘Psicología Hoy’, ‘Salud No Sé Cuánto’, ‘Saber Vivir’, esos títulos rimbombantes que ponen… Nadie ‘sabe vivir’ ni mucho menos hay fór- PÁNICO Autor. Ana Prieto Editorial. Marea cir, no te va a escuchar…Te va a decir ‘qué pena’, tal vez te dé un abrazo, pero… En este tipo de aflicciones la palabra es muy curativa. Cuando te sentís tan desconectado de todo, tan asustado y alejado, la palabra te permite ponerte en contacto y agarrarte de algo. La lástima no te permite ese contacto. La lástima es un sacarte de encima con simpatía que te pone en un lugar de debilidad muy grande. La empatía en cambio es fortalecedora, y alguien que realmente puede trabajar con otra persona desde la empatía es alguien que realmente quiere ponerse en EL MULTICULTURAL Bécares y Waisman, en el Sur Los artistas Agustina Bécares y Mauricio Waisman presentan "Esto no es un proyecto". La idea nace del intercambio que los autores tienen con Agustín y Lola Bécares, niños de seis y cuatro años respectivamente. Esta exposición, de carácter lúdico y deshinibida, se realiza a partir de las experiencias que los "grandes" tienen con los niños y sobre cómo éstos se relacionan con el arte y la forma en que plasman el mundo de su alrededor. Es en el Espacio Contemporáneo de Arte de San Rafael, Av. Mitre y Av. Libertador, del departamento sureño. Medios en la educación, por dos Medios en la Educación , de Los Andes, invita a dos eventos: 1. El Curso Resolución de conflictos en la escuela y en el aula. Viernes 2 de agosto (de 18 a 22), sábados 3 de agosto y 28 de setiembre (de 9 a 13). Informes e inscripción: [email protected] 2. Tercer Encuentro de Docentes que emplean las TIC en el aula Organizado por el Colegio Tomás Alva Edison y Medios en la Educación. Invitan a docentes de todos los niveles y modalidades a presentar su experiencia en este encuentro. Info: [email protected] El Le Parc se pone Macanudo "Una Muestra Macanuda" es un viaje lúdico por el universo de Liniers. Si en Literatura hablamos de realismo mágico, la obra de Liniers podría denominarse cotidianidad fantástica. Y es que sus personajes, son desde el primer momento tan cercanos como la vecina de enfrente, tan absurdos como un pan con forma de compact disc. En el Espacio Cultural Julio Le Parc, Mitre y Godoy Cruz de Guaymallén se despliega la muestra que permite conocer de cerca la desbordante imaginación del autor de diario La Nación. Con entrada libre y gratuita, podrá visitarse hasta el 9 de agosto. AMARILLO NEGRO EN TRES LÍNEAS Ana Prieto nació en Mendoza en 1 1975. Es licenciada en Comunicación y periodista. Recibió becas de especialización en estudios de la comunicación por parte de la Universidad de Oslo y de la Universidad Complutense de Madrid, y fue invitada del International Center for Tolerance Education con sede en Brooklyn, Nueva York. Es colaboradora de los suplementos Cultura y Estilo, fue editora de la revista Hecho en Mza. y co-conductora del programa radial El último disco virgen, emitido por Rock & Pop Net Mendoza. También colabora en la revista cultural Ñ de diario Clarín desde el año 2005 y ha escrito en Orsai, Gataflora, Conexión Brando, Lamujerdemivida, Noticias y Travesías, entre otras publicaciones. En 2010 ganó el premio Héctor Bergier otorgado por la Asociación Médica Argentina, por "La gripe que supimos conseguir", una crónica sobre el brote de gripe H1N1 en Buenos Aires. Por ese trabajo fue invitada a participar como ponente en la mesa de Salud Pública de la 2ª Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación (Colpin), realizada en la ciudad de Buenos Aires en setiembre de 2010. En 2012 se hizo cargo de la organización y catalogación del archivo del periodista y escritor Tomás Eloy Martínez para la Fundación TEM, donde actualmente trabaja en la gestión y creación de contenidos. 2 3 mulas para eso: cada uno va encontrando su camino. A mí el yoga no me ayudó y lo practicaba desde años antes, pero por ejemplo a Gabriela (uno de los testimonios del libro) el yoga le hizo súper bien, y a su vez Pablo, que es instructor desde hace años, no lo recomienda. Él es un yogui-antiyogui, muy gracioso… –Bueno, más allá del drama relatado hay un humor sutil muy presente en el libro. –Sí… Fue un proceso que llevó tiempo, y si no lo escribía con humor iba a ser un bajón, menos mal que funciona. Pero también se dio que todos los que entrevisté tenían mucho humor, muchos no paraban de hacer chistes. Ellos mismos recuerdan los ataques como algo que no les gusta, claro, pero también como algo acerca de lo que ya podemos empezar a reírnos un poco. Y a relajar. Porque algo más que tiene el pánico es que parece que no va a terminarse nunca. Como dice Gabriela, ‘¿Voy a ser esto para siempre?’. Imaginate esa condena, qué horror. Ahí estás convencido de que así va a ser tu vida, para siempre. Pero afortunadamente estos miedos no son tan difíciles de dejar atrás como parece, y con el tiempo hasta podés empezar a bromear sobre eso. Pasa que la salud mental está rodeada de cosas como el terror, la vergüenza, la burla… Y con respecto al pánico sucede que la persona realmente sufre mucho. Imaginate un vendaval de sacudidas físicas: palpitaciones, temblores, mareos, dolor en el pecho, sensación de asfixia y hasta a veces manifestaciones llamadas “desrealización” y “despersonalización” que hacen que uno se sienta como si lo hubiesen extirpado de la realidad que tiene ante sus ojos o como si habitara fuera de sí. Pero finalmente la recuperación puede llegar a ser menos complicada de lo que parece. Se puede salir del pánico de una manera relativamente sencilla. No solo con manzanas, claro, pero se puede.
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