En Krill Te Conviertas

March 20, 2018 | Author: Gael Policano Rossi | Category: Love, Democracy, Paintings


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de Pacífico Toninwww.geocities.com/pacificotonin [email protected] 4932-4210 Personajes:  Jador: Dios; mozo travesti de origen turco.  Barman: Separado, vive en el bar.  Rita: 25 años, enamoradiza.  Vane: Unos treinta años, no usa maquillaje, siente atracción por el Barman.  Señora: Cuarenta y algo, casada con hijos y estudia psicología.  Tunaing Onqueen: Conductor de noticiero.  Dago: Inseguro, romántico y sin experiencia. Sobre la escena una barra de bar con dos o tres banquetas. Tres mesas de bar con sus sillas. Una tele apagada sobre un estante alto, el barman detrás de la barra. Un teléfono público. Un revólver. Esta obra obtuvo el Segundo Premio en el Primer Concurso Nacional de Teatro de Humor. Jurado: Mauricio Kartun, Roberto Perinelli y Bernardo Carey Primer día Jador solo, oscuridad total, voz de Dios turco. Jador. ¡Oh Mí mismos!, qué ha sucedido, ¿en qué mierdas me equivoqué?, toda el vida trabajando para éstos y así me pagan. Miren cómo me están dejando el mundo ¿así me lo van a devolver? Sucio y contaminado con esos inventos que me lo destruyen: la bomba afónica, las pilas, el control remoto, los psicólogos, los medios de comunicación, el arte ¿Qué necesidad tenían de inventar el arte? La culpa de todo la tengo yo que les di la aburrimiento y la curiosidad. ¿Y qué hacen para salvar la mundos? Se hacen ecologistas y ayudan a las ballenas. Si supieran que el mismísimo infierno está adentro de ellas, ¡en krill te conviertes! Oh! Mí mismos, qué mundos. Los hombres se quejan. ¿Y yo que hace dos mil años que no duermo? Doce horas en el cielo y doce acá. No hay Mí mismos que aguante. Pero todo lo hago por ellos, por mis hijos. Aunque siempre hay alguno que cuando llega al cielo me pregunta ¿de dónde venimos? Como si yo supiera. Ni yo sé de donde vengo, soy el más huérfano de todos. Hijo de la nada soy. Y sin embargo vengo en persona a solucionarles las problemas. Eso sí, lo más parecido a Mí mismos que encontré fue este envase. (luces, voz travesti turco) Me llamo Jador. Nací en Turquía, vine de chico en barco y me fui a vivir al Once. Algunos sólo me dicen Jador, otros el turco Jador, y otros el traba Jador. De joven me prostituí en las calles hasta que uno de mis clientes me dijo que se había enamorado de mí. Yo no sabía qué hacer porque nunca me enamoré de nadie. Estaba confundidos, alterados, pero salí corriendo cuando este cliente me confesó que era sacerdote. ¡Oh! Mí mismos, qué mundos. Si el curita supiera que le hizo el amor a Dios, ¡y cómo lo dejó! (agarrándose el trasero). Como mis empleados de sotana se dedican a otras cosas decidí cambiar de trabajo y ocuparme Mí mismos de los asuntos del mundo. Ahora gracias a Mí mismos soy mozo en esta bar. Lugar ridículo. ¿A quién se le ocurre inventar una lugar donde la gente se encuentra para gastar plata y palabras? Imagínense, yo que hice las montañitas, las laguitos, las bosquecitos, las olitas del mar, una por una, la naturaleza todas ¿para qué?, para que estos hijos míos inventen el bar. ¡Oh! Mí mismos, qué mundos. En krill los voy a convertir a todos! Pero hoy no porque es primero de mayo, y es mi cumpleaños. Cumplo dos mil. Entra el Barman Barman. ¡Jador! Te cuento un chiste de árboles ¿Sabés cómo se llamarían Adán y Eva si hubieran sido bolivianos? Jador. No, ¿cómo? 2 Barman. Bolitas del Paraíso. Jador. ¡En krill te conviertas! Dame la revólver que tengo que encender la tele para ver las noticias. No sé a quién se le ocurrió poner este aparato más arriba que Mí mismos. Jador enciende la TV con la punta del revólver. Aparece el conductor. Conductor. “Hola soy Tunaing Onqueen. Les traigo las noticias más importantes de la última hora. Ya cobró su primer millón de víctimas la huelga internacional de hambre seguida de suicido voluntario, de los últimos 500 millones de trabajadores. En las plazas de las ciudades de todo el mundo los trabajadores enardecidos repiten in finitum “Nos vamo´ a suicidar, nos vamo´ a suicidar”. Entran Vane, Rita y Señora. Conductor. Policiales: Fue encontrado un cuerpo con vida de un hombre (los personajes se van tocando las partes del cuerpo) sin manos, sin piernas, sin brazos, sin penes, sin tórax, sin pecho, sin espalda, sin mejillas, sin frente, sin ojos, sin nariz, sin labios ni pelo: la lengua repetía in finitum: “me llamo Mauro, llamen a mi mamá” Pronóstico de persistencia en el mundo: en la próxima hora se preveen 504123 muertes y 214020 nacimientos. Adiós y bienvenidos. El índice Mamal subió un 0,003% y el Mortal otro tanto. Jador apaga la TV con el revólver y se lo devuelve al Barman, que lo sostiene en la mano mientras habla. Señora se sienta en una mesa, Vane y Rita en las banquetas de la barra. Barman. Qué bien esos trabajadores, muchos deberían imitarlos, el mundo estaría mucho mejor. ¿Sabés qué leí ayer? Que por esto de los suicidios en masa tuvieron que cerrar varias empresas. Los empleados se pegan un tiro y después no hay quién los reemplace. Jador. ¡Qué mundos! Barman. Imaginate cuando abran el Nuevo Mega que están construyendo acá a la vuelta... ¿Sabés toda la gente que se queda sin trabajo cada vez que abren uno de éstos? El dueño del bar ya me dijo que si lo abren, nos fundimos. Menos mal que yo ya tengo un revólver (lo mueve). Y así como nací, de un segundo a otro, me pego un tiro voluntariamente y me suicido. En la plaza, por supuesto. Jador. No pienses en eso, cambia la humor. 3 Barman Tenés razón (guarda el revólver). Te cuento otro de árboles: ¿Sabés cómo se llaman las pájaras que hacen el amor arriba de los árboles? Jador. Ni idea. Barman. Rameras... ¿Y cuál es el árbol con tetas? Jador. Ni idea. Barman. El arbusto. Jador. ¡En krill te conviertas! Jador. ¡Oh Mí mismos!. Prepará una té para la señora. Después te pido la de la amiga que estará al llegar. Con esta calor toman la té, yo no entienda, en fin. Vos barman no dijiste feliz cumpleaños, hoy es 1º de mayo, día del trabajador, el mundos festeja mi días. Tené cuidados, ya sabes lo que Mí mismos te puedo hacer, ¡en krill te conviertas! Barman. (a Vane y Rita). ¿Qué van a tomar? Vane. Un cortado. Rita. Yo también. Barman. ¿Están seguras? Las dos. Sí Barman. ¿No quieren otra cosa? Las dos. No. El Barman, resignado, pone dos cucharadas de café, agua hirviendo y dos chorritos de leche en la coctelera. Los bate, quemándose las manos. Los sirve en los pocillos. Rita. ¿Viste cómo prepara el café? Vane. En la coctelera!! Barman. No es que me guste hacerlo así, pero hasta que me compren la cafetera no tengo otra. Y si me quemo mucho, me enfrío las manos con el ventilador. El barman quiere encender el ventilador para que le eche viento en las manos y le da electricidad. Barman. Ay!!!!... ventilador traicionero... casi me electrocuto... Mientras Jador le lleva el té a la Señora. 4 Jador. Ahí tienen, ustedes confían en la electricidad y ella se los devuelve así. (a Señora) Millones de pobrecitos electrocutados tuve que recibir allá en los cielos en todo esta siglo. Todo por esos inventos. Y son muertos conflictivos, porque es una muerte tan repentina que ni se dan cuenta, no aceptan su propia muerte. Señora. ¡Claro!, si a una que sigue viva le cuesta aceptar la muerte de los demás, a ellos les debe costar el doble aceptar su propia muerte. Jador. Pobres muertitos. Tan es así que pasan mucho tiempo extrañándose a sí mismos. Señora. Como cuando con el grupo de terapia hicimos un retiro para encontrarnos a nosotros mismos y no había un solo espejo en todo el lugar. Me extrañé horrores. Jador vuelve a la barra. Jador. Ustedes, jóvenes, ¿creen en la electricidad? Vane. Y... yo cuando me levanto lo primero que hago es prender la luz y cuando me acuesto lo último que hago es apagarla. ¿Y vos Rita? Rita. Yo desde chiquita que duermo con la luz prendida, por miedo a que se vaya. Barman. ¿Que se vaya quién? Señora. Querida, lo que a vos te pasa es que le tenés miedo a la muerte... miedo a quedar atrapada en las ciénagas oscuras de los abismos oníricos. (cuando cuenta las palabras o pregunta por la ortografía, la Señora cambia el tono de voz a una áspera) Dije treinta y dos palabras, incluyendo estas. ¿incluyendo va con h? Vane (al Barman). ¿Qué le pasa a ésta? Barman. Es así... (hace un gesto de “loquita”) Jador. ¿Y cuando se corta la luz cómo hacés para dormir? Rita. Tomo unas pastillas que me hacen creer que está la luz encendida. Jador. Oh! Mí mismos. ¿una pastilla para creer que la luz está prendida? Rita. Claro ¿querés una? Yo las vendo Jador (ofendido) ¡No! Rita. Están aprobadas. (saca de la cartera un pastillero grande y varios chicos, del grande saca algunas pastillas para mostrarlas) Hay para todo, para creer que estás con la luz prendida... (las ofrece pero todos las rechazan) para creer que dormís con alguien al lado, para soñar que estás durmiendo, para que te alcance el tiempo. Hasta tengo unas pastillas para enamorarte. Vane. ¿Vos no necesitás una de esas pastillas, Barman? Barman. Yo no creo en eso... pero... ¿para qué más tenés? 5 Rita. Tenés unas para no tenerle miedo a las cucarachas, otras para no mirar televisión, para cocinar, para hacer la cama, para planchar. Esa es la “línea hogar”. Está la “línea infantil”, “deportiva”, “sexual”, y un par más. Te traigo un catálogo si querés. Barman. ¿Y la “línea barman”? Rita. No hay todavía, pero en la “línea laboral” hay una que te hace creer que trabajar es algo importante. Jador. ¿Y te va bien con eso? Rita. Ahora más o menos. No sé qué pasa que esta última semana las pastillas vinieron falladas, tuve montones de quejas. Una clienta se llevó una para verse linda en el espejo y cuando se miró vio una licuadora. Vienen todas mal, no sé qué está pasando. Me voy a quedar sin trabajo. Le vendí una a un pintor y se quedó ciego. Barman. Yo leí en una revista el caso de un pintor ciego de nacimiento del Renacimiento. El gran Robertino pintó 9426 cuadros, todos iguales, donde se ve a un ciego que quiere pintar y no puede. Lo genial era que no estaba influenciado por nadie. Jador. Conozco esa historia. Yo sé la verdad: Robertino no era ciego, a pesar de lo que dicen los libros de pintura. Después de que terminó su primer cuadro, con un ciego que quiere pintar y no puede, le pareció tan horroroso que decidió cerrar los ojos y no abrirlos nunca más, ni para dormir. Los 9425 cuadros siguientes le salieron todos iguales, y él murió creyendo que habían sido todos diferentes. Señora. Como Edipo, que se arrancó los ojos para no ver lo que ya había hecho. Barman. Pero por lo menos ese se cogió a la madre. Vane. Y mató al padre. Jador. Esa historia también la conozco. Me da un poco de vergüenza contradecir tantos siglos de historia, pero en realidad, Edipo mató a la madre y se acostó con el padre. Ustedes saben cómo eran los grecios... Señora. ¡Qué horror!, tantos años de análisis y ahora vengo a descubrir que estaba bien que yo me haya enamorado de mi mamá y que haya querido matar a mi papá. Y yo encima que estudio psicología. Nadie me va a creer. Jador. Por favor, sean discretos, que esto quede entre los nosotros. Desde que se inventó la psicología, todos se creen Mí mismos. Vane. Claro, porque si Freud hubiera sido ciego, habría inventado cualquier otra cosa. Barman. Y si vos fueras muda no dirías esas boludeces. Vane. Rita, ¿no tenés una pastilla para que éste se quede ciego? Rita, a escondidas, saca dos frascos. 6 Rita. Dale una de estas y en 24 horas lo tenés cieguito a éste (señalando al barman) Vane. ¿Pero queda ciego para siempre? Rita. No, tomá esta otra, se la das cuando vos quieras... es para hacerle creer que puede ver. Barman. ¡Jador! Llevale el limón a la señora. ¿Sabés cuál es el árbol que más tarda en llegar? Jador. No. Barman. El árbol de mora. Jador. ¡En krill te conviertas! Jador. Qué tal la señora. ¿Y su amiga? Señora. La estoy esperando, me tiene preocupada, ella nunca llegó tarde. ¿Y usted cómo anda? Jador. Bien. Esto de trabajar doble turno me tienes un poco cansado. Anoche se cayó una avión, muriéronse todos: los azafatas, los pasajeros, un polizón, hasta el piloto automático. Les tuve que dar la bienvenida allá en el cielos. Ni Mí mismos lo esperaba. Tenía todo el cielo dado vuelta, las nubes sin hacer, caquita de ángeles por todos lados... Y todo lo tengo que hacer Mí mismos. Me perdí el fútbol, el nacimiento de una estrella, otro día más sin limpiar el lado oscuro de la luna y encima tuve que dejar el futuro preparado para mañanas y después seguir llenando la infinitos y otras vez por acá. Señora. Y yo que me quejo de que no tengo tiempo, entre mi marido y los chicos que me vuelven loca, por suerte voy a una psicóloga. Jador. ¡Ah! ¿Esos? Señora. La última vez me pidió que escriba mis deseos en una hoja. ¿Hoja va con h? ¿hache va con h? Le leo mis deseos. Mi primer deseo es tener un deseo. Mi segundo deseo es que ese deseo no se cumpla. Y mi tercer deseo es que el primer deseo se cumpla pero sin que sea un deseo, es decir, algo natural ¿Entiende? Jador. Mejor dame ejemplo. Señora. Mi primer deseo es morirme. Pero como mi segundo deseo es que no se cumpla el primero, no me muero. Jador. Ah, bueno. Señora. Pero como el tercero es que se cumpla el primero sin que sea un deseo, me muero pero sin darme cuenta. Por ejemplo, me atropella un camión o muero electrocutada. Jador. Mí mismos no quiera, señora. ¿Quiere que le vaya pidiendo la té para sus amiga? Señora. Ya no creo que venga. Me tiene preocupada. 7 Jador trata de irse. Señora. Espere, Jador, no se vaya, le leo otros deseos que escribí. Mi primer deseo es enamorarme. Entonces mi segundo deseo es que no me enamoro y el tercero, en consecuencia, es que me enamoro del amor. Jador. ¿Y su psicóloga qué te dijo? Señora. Me dijo si podía ir tres veces por semana en vez de dos... yo creo que voy a ir cuatro. Jador. ¿Sabés que los psicólogos también van de psicólogo? Señora. Por eso estudio psicología, mi más anhelado deseo es ser algún día psicóloga de mi psicóloga. Yo ya no creo que venga mi amiga. ¿Qué le habrá pasado? Está muy rara. Yo me tengo que ir, adiós. ¿adiós va separado o todo junto? Jador. Depende, a veces separado y a veces todo junto. Señora. Uy, dije ciento veinte palabras. Me voy a la psicóloga. ¿Psicóloga va con P? (se va) Vane (con énfasis). ¡Son todos putos los hombres! Y la culpa es nuestra. ¡Por nuestra histeria se hicieron putos! Rita se asusta y sin querer tira el frasco con pastillas al suelo, sigue hablando mientras las junta, Jador la ayuda y de vez en cuando se come alguna Rita. ¿Te parece que es para tanto? Vane. Te cuento. Anoche me llamó Marina diciendo que había una fiesta hetero. Porque últimamente, todas las fiestas a las que fuimos eran homo. Rita. ¿Homo qué? Vane. Homosexuales. O sea, hombres con hombres y mujeres con mujeres. Yo llamé a Jacky y le dije, “hay una fiesta hetero”. Rita. ¿El tero qué? Vane. Heterosexual. O sea, hombres con mujeres y mujeres con hombres. Jacky la llamó a Pao, Pao la llamó a Sofi y se armó una cadena. Fuimos como quince... pero al final terminamos bailando y hablando entre nosotras. ¡Todos putos los tipos! ¿Y vos qué hiciste? Rita. ¿Te acordás del tipo que me llamaba todos los días por teléfono? Anoche salimos. Me llevó a comer y después quiso ir a coger. Yo le dije que antes tomábamos un café. Después fuimos al telo y no se le paró. 8 Vane. Flor de puto, todos putos. Y si no son putos son boludos. Rita. (Al barman) ¿Vos sos puto o boludo? Barman. Yo soy barman. ¿Y vos sos mujer o sos vos? Vane. (mirando al público) Seguro que es puto. Rita (Deja de juntar las pastillas, se sienta en la barra y mira al Barman) Las dos cosas. Mujer y yo. Vane. Puto y boludo. Barman. Ah! Entonces sos dos. Vane. Y él es tres: puto, boludo y barman. Rita. ¿Te parece que soy dos? Barman. Me parece que no. Rita ¿Y por qué no? Barman Porque si sos vos no podés ser mujer y si sos mujer no podés ser vos. Vane. ¿Qué dice éste? Rita ¿Y qué tengo que tener yo para ser mujer? Barman Una mujer para ser mujer tiene que tener y no tener muchas cosas. Rita ¿Qué cosas? ¿Me las decís así las anoto? Dame un lápiz y un papel, dale, empezá. Vane. Atención, atención: un hombre devenido en barman nos va a decir qué tiene que tener una mujer para ser mujer. Despáchese a gusto, señor barman. ¿Cuál es la primera condición? Barman La primera es que sea muda. Y la segunda, que sepa llegar y que sepa irse. Rita ¿Las podés explicar? Yo si no las entiendo, no las anoto. Barman Tiene que saber cuándo la podés ver y cuándo no, cuándo llamar por teléfono y cuándo no, cuando irse y cuándo no, cuándo sí y cuándo no. ¿Se entiende ahora? Vane. El devenido Barman necesita una adivina. Rita ¿Y muda por qué? Barman Que no pregunte ni conteste. ¿Quieren tomar otra cosa? Rita ¿Tenés Seven-up? El Barman se ríe burlonamente. Vane. Rita, ¿no ves que el señor hijo de puta Barman no quiere que le pregunten ni le contesten y vos le contestaste con una pregunta? Rita. ¿Qué pregunté? Vane. Nada. A mí servime un vodka con jugo de durazno. Rita. Y a mí poneme un chorrito de vodka en la seven-up. ¿Vos sabés porqué se llama seven-up? 9 Barman Sí. ¡¡Jador!!, escuchame, estas chicas quieren saber qué tiene que tener una mujer para ser mujer. Jador le da las pastillas que juntó a Rita. Jador. Una mujer para ser mujer tiene que tener culo y tetas (se señala) Vane. Yo lo respeto a usted, Jador, pero las mujeres, para ser mujeres, tenemos algo más que culo y tetas. Jador. No sé, pero a mí con estas dos cosas me alcanza y me sobra para ser mujer. Rita ¡No, pará!, vodka no, poneme gin. ¿Cuál es la próxima, Barman? Barman. Que no sea maestra jardinera. Rita Al final no me dijiste porqué se llama seven-up. Vane. ¿Por qué no puede ser maestra jardinera? Barman. ¿Vos no tenés amigas maestras jardineras? Vane. Sí, un par... tenés razón, anotala Rita. El barman se va al otro lado de la barra. Rita. Te termino de contar lo de anoche, lo de Dago, el tipo que me llamaba por teléfono. Apenas llegamos a la habitación del telo se me tiró encima, un asco. Ya estaba arrepentida de estar ahí, pero dije “ya estoy acá”. Nos dimos unos besos y después me fui a bañar. Cuando salí se había quedado dormido con la tele prendida! Lo desperté y le dije que se diera una ducha y dijo que no, que no la necesitaba y me sacó la cartera y la empezó a revisar. Me preguntó para qué llevo tantas cosas, para qué sirve el esmalte y el quitaesmalte, para qué llevo tantas pastillas, para qué uso maquillaje. Che, barman, ¿para ser mujer hay que usar maquillaje? Barman. Por supuesto. Vane ¿Y si no le gusta maquillarse? Barman Entonces es porque no tiene a quien seducir... está completamente sola. (Vane se toca la cara, aludida, y cambia de tema) Vane. ¿Y cómo terminó lo del telo? Rita. Lo que te decía, no se le paró. Pero terminó contándome la historia de su vida, apoyado en mi pecho... un dulce. Vane. Pero al final, ¿cogieron, o no? Rita. No, pero mañana nos encontramos para ir al cine. 10 Vane. ¿Y no te quedaste caliente? Rita. Sí, pero si hubiéramos cogido ayer, mañana no iríamos al cine. Rita, en otro acto de torpeza, vuelve a tirar las pastillas FIN DEL PRIMER DÍA 11 Segundo día Jador solo, oscuridad total, voz de Dios turco. Jador. ¡Oh Mí mismos! ¡Qué aburrimientos! El hombre hace y deshace siempre las mismas cosas. Nace, duerme, come, se reproduce y vuelve a dormir. Después pica algo y muere. Casi siempre en ese mismo orden. ¡Oh, Mí mismos! Cómo se aburren los hombres. Eso seguro que lo heredaron de mí, que un día me aburrí tanto que inventé todo esto. Pero los hombres por lo menos se pueden enamorar, pueden encontrar a alguien con quien compartir su aburrimiento. Porque en eso de enamorarse yo no tuve nada ver, fue el Otro, el Innombrable el que les inculcó el amor entre ellos. ¡Qué poco sé yo del amor! Y eso que soy el más amado del mundo. ¿Cómo será el amor? Yo amo todo lo que hice, pero amo todo por igual. Por ahí algún día me toque a mí también. ¿Qué forma tendrá el amor, qué aroma, qué color? ¿Cuándo nace, con quién? ¿Cuándo se da cuenta uno que nació el amor? Porque yo conozco todas y cada una de las historias de amor de toda la humanidad. Y todavía no lo entiendo. Quizás me falte experiencia, un siglo o un día más allá, en la Tierra. Por ahora soy sólo Dios. Sí, soy solo, soy Dios. Se encienden las luces, Jador habla como travesti turco. Barman. ¡Jador! ¿Cómo se llama el árbol que hace yoga y después se asusta? Jador. No sé. Barman. El ommmm ¡¡¡bú!!! Jador. ¡En krill te conviertas! Barman. ¿Y sabés cómo se llama el árbol de los pobres? Jador. A ver, espera, espera, no me diga. Ya sé... ¡el árbol de navidad! Barman. No Jador, el árbol de los pobres es el plata... no. Entra Dagoberto con una flor en la mano. Rita lo espera en una mesa. Dagoberto y Rita actúan mientras él dice lo que piensa. Dago. Compré una flor. El hecho de que pague una flor significa que no la merezco o que me pertenece de una manera artificial. Esta flor la compré para alguien, y ese alguien a quien no sé si merezco o me pertenece, está esperándome. Le sonrío y le entrego la flor. Ella también sonríe y acercamos las caras para darnos un beso. En ese beso, el hombre siente o trata de sentir el estado de ánimo, ganas o reciprocidad de la mujer en cuestión. Si el 12 beso fue dado cerca de los labios del hombre: buena señal. Si en cambio fue dado dulcemente en el medio de la mejilla, esto va a costar un poco. Pero el peor es el beso que se da haciendo chocar las mejillas y es regalado al aire. (se besan) Ante la desilusión del beso dado ruidosamente en la mejilla, me dije que solamente era un beso. (entra Jador) Pedimos café. El mozo lo sirve interrumpiendo la conversación. El hombre odia al mozo y piensa: cómo me gustaría ser el mozo en este momento. El mozo o cualquier otra persona que no sea yo. La conversación se retoma sola. Ni ella ni yo nos damos cuenta. Mientras tanto presto atención a otros asuntos: cómo me mira ¿me mira? Si me mira a los ojos, si esquiva la mirada, si mira por arriba de mi hombro como si hubiera reconocido a alguien o como si pasara una catástrofe a mis espaldas. La posición de las manos, si las mueve o no. Si fuma es mejor, si se mueve en la silla, si se toca el pelo, si no se lo toca. Vuelvo a prestar atención a la charla y me digo que es hora de decir “algo”. Dago. ¿Vamos al cine? Rita. Para eso nos encontramos. Dago. Cierto. (sigue Dago) Después ella dice que tiene que ir al baño. El hombre aprovecha para verla de cuerpo entero, qué complejo trata de disimular con su ropa, cómo se mueve, y ella sabe que él sabe. El tiempo que tarda una mujer en el baño es tomado como otra señal. En mi caso prefiero que demoren, aunque la adrenalina me ahogue en pensamientos cobardes o traicioneros. Dago se acerca a la barra. Dago. Sabés que la otra noche no me la pude coger y cuando salíamos del telo me preguntó si hoy quería ir al cine. ¿Qué te parece? Barman. Y... cuando alguien viene y cuenta que estuvo con una mina, me pongo triste. Pienso: pobre, no pudo evitarlo. Dago. Mirá que salimos del telo de la mano, como si hubiese estado todo bien. Barman. Para mí las mujeres se dividen en tres grupos: las que te cogen, comúnmente conocidas como perras. Las histéricas, que no se cortan el pito porque no tienen. Y las de tu caso, las que te entregan la mano antes que la concha. Dago. A mí con la concha me alcanza. Pero no sé qué me pasa que últimamente cuando cojo no se me para el pito... o acabo en seguida. Y no sé cual de las dos cosas es peor. Barman. Lo mejor es que no se te pare, así parece que la culpa la tienen ellas. Pero para no acabar enseguida podés hacer de cuenta que estás haciendo otra cosa en otro lado. 13 Dago. No te entiendo. Barman. Por ejemplo, para no acabar rápido te podés imaginar recorridos de colectivos, los nombres por orden alfabético de tus compañeros de la primaria, la tabla del 13. O todo junto. Dago. Sigo sin entenderte. Barman. A ver... apenas la ponés, arranca el colectivo. Por ejemplo el 562 que va de Llavallol a la estación Lomas de Zamora. Agarra por Seguí, dobla por Doyenard, y ahí puede subir Abal, Diego Fernando y dice: “trece por uno trece”. Ahí la sacás dos segundos, la volvés a poner y el bondi y vos arrancan. Lo hacés seguir unas cuadras, cruza la placita, agarra Primero de marzo y sube Abrodos, Pablo Daniel y dice “trece por dos veintiseis”. Regulá las paradas hasta que directamente lo mandás por Oliden a toda velocidad y vas tomando impulso y tratás de aguantar hasta que cruzás Pavón y un camión de la Serenísima te lleva puesto a vos, al colectivo y a todos tus compañeritos . Y ahí acabás. (agotados) Dago. ¿Y vos hacés todo eso para no acabar? Barman. ¿Yo? Ni loco. Yo trato de acabar lo más rápido posible. Para que la mina no se sacuda mucho. Dago. ¿Cómo? Barman. Vos sos muy pibe... te voy a explicar... las minas, cuando son chiquitas, están en armonía. Pero a medida que crecen y cogen, debido a la diversidad de movimientos del acto sexual, todo el interior, los órganos, los sentimientos, los pensamientos, el alma o lo que tengan, todo se les revuelve, el sexo se les sube al corazón, el corazón a la cabeza, y se les cambia todo. Y cada vez que terminan de hacer el amor, con la sacudida, son diferentes, son otras, piensan distinto, se olvidan la memoria, se pierden y hay algo de ellas que no vuelve. Por eso, cuanto más rápido las cogés, menos cambiadas te quedan. Dago. ¡Qué bueno todo lo que me decís! Rita vuelve del baño, Dago sale con Rita Entra Jador, pide el revólver y enciende la TV. Aparece el conductor: Conductor. Hola, soy Tunaing Onqueen. Les traigo las noticias más importantes de la última hora. Sigue la huelga internacional de hambre seguida de suicido voluntario. Lamentamos que por la causa ya se hayan suicidado 100 millones de trabajadores, quedando ahora sólo 400 millones de éstos. En las plazas de las ciudades de todo el mundo, cada día más enardecidos, se sigue escuchando el agonizante canto 14 “Nos vamo´ a suicidar, nos vamo´ a suicidar” En estos momentos está llegando el Presidente de la Nación a la inauguración del nuevo Mega Lugar de Entretenimiento y Consumo para toda y todas las familias. Éste se hizo realidad gracias al esfuerzo mancomunado de todos y cada uno de los Ministerios de nuestro Honorable Gobierno Nacional. Allí ya se encuentran agolpadas miles de personas ansiosas por ingresar al nuevo Mega. Jador y el barman desesperados, sacan pasamontañas y se los ponen. Jador. (al público) Necesito un teléfono, público. ¿Quién tiene un teléfono, público? ¿Alguien tiene un teléfono, público? Barman. ¡¡Jador!! ¡Hacé algo rápido, que inauguran el Mega de acá a la vuelta. Y si lo abren nos quedamos todos sin laburo!. (Sacando el revolver, yendo hacia donde está Jador, que trata de esconderse. Barman le apoya el revólver en la sien) Y si nos quedamos sin laburo, nos vamos a la plaza y yo te suicido a vos y vos me suicidás a mí. (canta) Nos vamo´ a suicidar, nos vamo´ a suicidar... (Jador se pone de rodillas y reza.) ¿Y vos a quién le rezás? (Entra Señora) Señora. ¡Las armas las carga el diablo! (sacándole el revólver) Y usted, Jador, para qué le pide un teléfono al público si ahí tiene un teléfono público. Dije 2 veces público. Jador. ¡¡En krill se conviertan!! La Señora vuelve a su silla y apoya el revólver sobre la mesa. Jador, angustiado, corre al teléfono y hace varios llamados cortos. Siguen las noticias, mientras Jador sigue llamando. Conductor: Una insólita situación está viviendo la República Democrática Escandinava: se acerca la fecha de las elecciones presidenciales y ninguno de los partidos políticos ha presentado candidato para este puesto. Si esto continúa, el acto eleccionario será suspendido in finitum. En el resto de los países temen que los ciudadanos adopten similar medida y así las democracias pasarían a ser una forma de gobierno obsoleta, dejando lugar al libre albedrío y la acción directa y espontánea de cada pueblo. Noticia de último momento: Se acaba de suspender la inauguración del nuevo Mega Lugar de Entretenimiento y Consumo para toda y todas las familias a raíz de un llamado anónimo amenazando con un atentado hacia las instalaciones. Cable de último 15 momento. Todos los Mega Lugares de Entretenimiento y Consumo del planeta están siendo amenazados, por lo cual las Asociaciones Anónimas que gobiernan el mundo han decidido cerrar por precaución y por tiempo in finitum estos establecimientos. Dios quiera que no suceda nada y perdone a estos agitadores del orden privado. Jador deja de hacer llamados y festeja con el Barman. Se sacan los pasamontañas Conductor. Salga tranquilo, para la próxima hora no se prevé ninguna muerte. Jador festeja, agarra el revólver y apaga la TV. Jador y Señora solos. Jador. (Dejando el revólver sobre la mesa) Mejor dejémoslo acá, el barman no está en sus cabales. Señora. Está bien, pero tráigame el té. Jador. (con el té en una bandeja) ¿Cómo está la señora? Señora. Se puede decir que bien. Jador. ¿Fue de la psicóloga ayer? Señora. Sí. Jador. ¿Y por qué va de la psicóloga? Señora. ¿Y usted cree que si yo supiera iría? Jador. Hay mucha gente que no va. Señora. ¿Y adónde van? Jador. Algunos a trabajar, otros a buscar trabajo y el resto son policías, maestros o actores. Señora. ¡Qué barbaridad!, y mi amiga que no viene. La semana pasada llegó once minutos tarde. Fue la primera vez en todos estos años. Estaba sonrojada y nerviosa, y yo le pregunté porqué llegó tarde. ¿Sabe lo que me contestó preguntando o me preguntó contestando?: “¿Qué es llegar tarde?” Jador. Sí, ¡qué barbaridad!. Pero fueron once minutos nadas más. Señora. Sí, pero al día siguiente llegó doce, doce minutos tarde. Y ella ya no era la de siempre. Ocultaba sus manos debajo de la mesa como si yo al mirarlas pudiera saber lo que hicieron antes de llegar al bar ¿hicieron va con h? Jador. Sí, ¿y qué cree que hicieron? Señora. ¿No le digo que las escondía? Si no las vi ¿cómo puedo saber lo que ocultaban? Jador. Quédese tranquila la señora, seguro que en una rato viene. Señora. (mirando el reloj) Trece minutos y mi amiga no viene ¿Amiga va con h? 16 Jador. Noto triste a la señora. Señora. Mi psicóloga dice que es porque estoy descubriendo en terapia que nunca estuve enamorada de mi marido. Jador. Por lo menos la señora puede enamorarse. En cambio yo... Señora. ¿Usted qué? Jador. Yo soy solo, soy Jador. Señora. Pero usted, el Creador, el autor de los días, no me va a decir que no puede enamorarse, con las chicas lindas que hace. Jador. No se me ofendas, pero le juro por Mí mismos que no puedo. Me duele, me duele el costado. Señora. ¿El hígado, los riñones, el hombro? Jador. No, el costado, acá. (señala el espacio vacío a su lado, veinte centímetros al costado de su brazo izquierdo) Señora. A usted le duele la ausencia de alguien al lado, una compañera, un compañero, lo que sea. Pero anímese a enamorarse. Jador. Pero yo no sé... eso de enamorarse es un invento del Otro. Señora. ¿Qué otro? Jador. La señora sabe, el Otro, el Innombrable (hace cuernitos de diablo) Señora. ¿Existe? Jador. Y... si existe Mí mismos... Señora. ¿Y cómo es? Jador. No lo conozco ni en figurita. Puede tener cualquier forma, incluso la suya. Señora. ¡Qué barbaridad!. Cómo me tiene preocupada mi amiga. Dieciocho minutos y 182 palabras. Jador. Sí, ¡qué barbaridad! ¿Y por qué la señora no va a buscarla a la casa de ella? Señora. Tiene razón, me voy para allá. La casa de mi amiga está muy cerca de acá, son sólo 3 cuadras ¿Solo va con acento? Jador. Tómense un taxi mejor. (Jador se da vuelta hacia la barra y la Señora guarda el revólver en la cartera) Se va la Señora. Entra Vanesa con vestido sexy, maquillada. Se sienta en la banqueta de la barra, provocativa. Barman. Qué linda estás, y qué bien te queda el maquillaje. Ahora estás lista para seducir. Vane. Qué perceptivo que sos, cómo sabés de esto. 17 Barman. Son muchos años detrás de la barra. Vane. ¡Cuánta experiencia! Barman. ¿Conocés un juego que se juega con una sola carta? Vane. ¿Y con qué carta se juega? Barman. Con cualquiera, igual siempre perdés. Vane. ¿Y vos con quién jugás? Barman. Puedo jugar con vos, ¿querés? Vane. ¿Y cómo se juega ? Barman. Se juega a ver quién pierde primero. Vane. ¿Y el otro? Barman. Pierde segundo. (Saca dos copas y una botella de vino, sirve y señala las copas) Mirá la carta que nos tocó: un dos de copas. (Mientras el barman sale de la barra, Vane le pone una pastilla en la copa de él. Después brindan y beben) Vane. Perdimos. (Se besan en la boca mientras entra Rita, interrumpiendo) Rita. ¿Qué están tomando?... ¿Tiene alcohol?... Traje la lista para que la sigamos, se las leo: Lo que tiene que tener una mujer para ser mujer: que sea muda, que sepa llegar y que sepa irse, que no pregunte ni conteste, que tenga culo y tetas, y que no sea maestra jardinera. Vane. (al Barman, señalando la lista) ¿Todavía estás de acuerdo con todo eso? Barman. Sí y no: lo de culo y tetas yo no lo dije. Vane. O sea que sí estás de acuerdo. Rita. ¿Me decís otra? Barman. Que no sea artista. O que no lo sepa. Vane. ¿Qué no sepa qué? Barman. Que cualquier cosa que sea, que no lo sepa. Rita. ¿Cuál más? Barman. Que en la primera cita no dé el teléfono. Rita. Ah, no, yo es lo primero que hago. Decime otra más. Barman. Que sea perra. Rita. ¿Cómo que sea perra? ¿Que ladre? Vane. (mirando al Barman directamente a la cara) Lo que vos querés es una mujer que se gaste fortunas en ropa interior, que use una diferente todos los días y te haga el amor en cualquier lugar ¿sí o no? Barman. Guau. Vane. Qué bobo que sos. Rita. Yo tengo pastillas para eso, ¿te conté esa vez que me la tomé para salir con ese chico de 18 Mendoza? Fuimos a un telo y cuando llegamos a la habitación le hice un strip tease, desparramé la ropa por todos lados. En lo mejor se cortó la luz y nos avisaron que teníamos que desalojar el hotel. ¡No sabés lo que fue buscar la ropa por toda la habitación oscura! Nunca me divertí tanto. Vane. ¿Y con el que te encontraste hoy cómo te fue? Rita. ¿Con Dago? Fuimos al cine. Me tomé una pastilla, pero igual no entendí la película. Barman. ¿Y vos tomás pastillas para ir al cine? Rita. Para todo tomo. Para ir al cine, para venir acá, para ir de vacaciones, para vender pastillas... para todo tomo. Vane. ¿Y de qué se trataba la película? Rita. Era de un tipo que no quiere ver más mujeres. Entonces decide irse a vivir a los baños de hombres. Vive en los baños de los subtes, de las estaciones de trenes, de los cines, de los teatros. Y después de un montón de años, una mujer, por equivocación, se mete en el baño donde él está viviendo y se enamoran a primera vista. Igual mucho no la entendí. Barman. ¿Y qué es lo que no entendiste? Rita. ¡Cómo la tipa se pudo equivocar de baño!. Estaban los muñequitos en cada puerta y además decía “LADIES” en una y “GENTLEMAN” en la otra. Pero lo que realmente no entendí es lo que me pasó después. Vane. ¿Qué te pasó? Rita. Mientras Dago se fue a buscar el auto, yo quise ir al baño para arreglarme y sin querer me metí en el de hombres. ¡Sorpresa! ¡Estaba lleno de mujeres que también se habían equivocado de baño! Vane. ¿Y le contaste a Dago? Rita. ¡Ni loca! Le dije que lo esperaba acá mañana. Vane. ¿Vos qué opinás de todo esto, barman? Barman. Pobre muchacho... cuando una mujer me dice que viene de ver a un tipo y que encima lo va a volver a ver, pienso: pobre tipo, no tiene otra. Vane. ¿No tiene otra qué? Barman. No tiene nada. Vane. Tiene la opción de no venir, de quedarse en su casa. Rita. Tengo el teléfono. Lo puedo llamar si no viene. Barman. Lo que yo no entiendo es para qué lo va a ver mañana, pudiendo estar con él ahora. Vane. Lo que Rita quiere saber es si mañana va a tener ganas de verlo. Barman. ¿Y vos cómo sabés lo que quiere Rita? Rita. Yo voy a tener ganas de verlo. 19 Barman. ¿Vos vas a querer verme mañana? Vane. Si me vas a tratar así, no. Barman. ¿Cómo sé yo cómo te voy a tratar mañana? Vane. Entonces no vengo. Rita. Yo siempre lo voy a tratar bien a mi Daguito. Barman. Estés donde estés vas a querer estar acá. Me vas a extrañar. Vane. Yo no sé extrañar, nunca extrañé a nadie. Rita. Yo lo extraño a mi Daguito. Entra Señora agitada y apoya el revólver sobre la barra Señora. ¿Dónde está Jador? Barman. Debe estar en el baño... Señora. Le dejo esto que involuntariamente me llevé hace un rato. Las armas las carga el diablo. (se va rápido) Barman. (agarra el revólver y apuntándose a la sien le habla a Vane) ¿Y a un suicidado lo podrías extrañar? Rita, nerviosa, saca el pastillero y se toma algunas pastillas, se le caen algunas. Vane. ¿Qué te pasa, barman? Ya cerraron el Mega, este lugar va a seguir existiendo y vos vas a seguir siendo Barman. Barman. No lo había pensado, seguir siendo barman, con la misma rutina, preparando los tragos, quemándome con la coctelera cuando me piden café, contarle chistes a Dios... me estás dando más ganas de suicidarme. Rita. ¿Y por qué te vas a suicidar? Vane. (dulce) No lo hagas, barman. Mañana me vas a ver por acá, no te preocupes. Vámonos, Rita (le muestra disimuladamente el pastillero a Rita). Hasta mañana, barman, nos vemos, que duermas bien. (Vane agarra a Rita del brazo y salen. Entra Jador) Jador. Todavía con esas pistolas. Barman. Me quiero suicidar, Jador, no quiero ser yo mismo. Jador. ¡Oh! Mí mismos, qué mundos! Nadie quiere ser él mismo. 20 Barman. Me siento solo, soy un miserable barman. Si por lo menos tuviera una mujer... Jador. Hice millones, Barman, y vos no podés conseguir ni siquiera una. ¿Qué estás buscando? Barman. Quiero una mujer... pero que no sea mujer. Jador. (asustado) ¡Con mí mismos ni se te ocurra! Barman. No lo decía por vos. (sacándose la pistola de la sien y señalando a Jador) Jador. Apuntá para otro lado con esas pistolas, no quiero morir suicidado. Barman. Jador, la verdad es que nunca tuvo balas este revólver... hasta en esto soy cobarde. Jador. ¿Estás seguros? Barman. Sí, mirá (Barman dispara contra Jador y le pega un balazo. Jador cae, como muerto. El barman da la vuelta de la barra, gritando) ¡Se me escapó, se me escapó, tenía balas, siempre tenés razón, menos mal que no te aposté, (lo sacude) ¿Te cuento un chiste de árboles? ¡Jador, Jador! Jador. (levantándose) ¿Qué pasa, qué pasa? Barman. Te pegué un tiro, te maté, te suicidé. Sin querer. Jador. Me mataste pero no me morí. Barman. ¿Cómo que no te moriste? Jador. ¿Cuántas veces te dije que yo soy Dios? ¿O acaso no creías en mí mismos? Barman. Así que sos Dios, ¡hijo de puta! Yo que te hacía un loco y te seguía el apunte. Jador. Qué mundos, ya nadie cree en Mí mismos. Barman. ¿Así que no te morís? Jador. No, no me muero... pero me hace cosquillas. Barman. Dejame probar de vuelta... (corre por el bar disparando y gritando) Dios, te voy a cagar a tiros, vení para acá... Jador. ¡No! ¡En las piernas no!... que se me corren las medias. FIN DEL SEGUNDO DÍA 21 Tercer día Jador solo, iluminado, voz de Dios turco. Jador. ¡Oh, Mí mismos!, hoy, ¡qué días!. Hacía desde la bomba afónica que no trabajaba tanto. Pero termino de arreglar unas cositas acá y me voy a descansar por unos dos mil años por lo menos. ¡Qué suertes que los hombres van a poder arreglarse sin Mí mismos! Yo, el Mismísimo, me jubilo, me retiro. Y por lo que sé, (haciendo cuernitos) al Otro, al Innombrable, también le tocará descansar a partir de hoy. Tengo la esperanza de conocerlo todavías. Me gustaría saber cómo es, de qué color es, qué forma tiene acá. ¿Y él me querrá conocer a mí? ¿Se acordará que existo? ¿Sabrá que él existe, todavía? Pero no me tengo que olvidar que es mi enemigo, que me traicionó cuando empezamos con esta empresas... Al principio estábamos solos y éramos nada. Yo la nada blanca y él la nada negra. Un día estábamos aburridos y jugamos al universo. Yo hacía el “uni” y él hacía el “verso”. Yo en mi “uni” hice las galaxias, el tiempo, la religión y un montón de cosas que ya ni me acuerdo para qué sirven... El Otro en su “verso” tenía nada más que palabras: inventó los verbos irregulares, el sujeto tácito, los acentos, el acto fallido y el inconsciente. Luego yo hice a mi primer hijo. Como no podía ponerle un nombre, porque el Otro tenía las palabras, le pedí una. Y lo llamé “Adán”, que como todo el mundo sabe es lo contrario de “Nada”. Yo le pregunté qué quería a cambio y él me dijo que tenía hambre, que si no le podía dar una costillita de mi hijo. Así empezó la traición. El muy desagradecido en vez de comérsela inventó a la mujer a su imagen y semejanza. Y como todo el mundo sabe, se pudrió todo... hasta la manzanas. Pero eso ya fue hace mucho tiempos. Ahora lo perdonaría. Hoy es un día especial. Aunque yo no sepa lo que es estar enamorado y me siga doliendo acá (señalando el costado), el mundo gira feliz y lo único que se respira es amor. Pero no me tengo que desesperar, quedan pocas horas y espero que Jador ayude a Mí mismos. Entra Rita. Dago la espera en una mesa con una flor en la mano. Dago y Rita actúan mientras ella dice lo que piensa. Rita. No sé qué pasó, ¡qué raro!, llegué a la hora que había quedado en llegar. ¿Estaré enamorada? No, si estuviera enamorada hubiera tardado más en arreglarme. Sólo estuve dos horas y no tomé ninguna pastilla. Dago está sonriéndome con una flor en la mano... parece un angelito. Hoy a la tarde me llamó para confirmar la cita. Yo le dije que justo estaba pensando en él, pero en realidad empecé a pensar en él cuando escuché su voz. No sé si darle un beso en la boca o en la mejilla, él está ansioso. Se lo doy en la boca, pero 22 corto y con los labios bien cerrados. Me da la flor. Al aceptar la flor, la mujer se desvanece por espacio de 3 ó 4 segundos y ve la vida color de rosa. Después pasa al estado de realidad en leve ascenso y la flor queda al costado. Comienza la charla, busco en mi memoria algo que decir para responder a sus preguntas obvias y sólo encuentro mis respuestas también obvias. Sus ojos buscan mis ojos y yo busco los cigarrillos en la cartera. Le pido fuego y parece que tuviera el encendedor prendido desde que salió de la casa. Su mano está cerca de la mía pero para mí está en Marte. Es lindo pero medio aburrido. Le cuento que me gusta el mar y que me gustaría cambiar de trabajo. Su mano ahora se acerca hasta la Luna. Le comento que no creo en los políticos y que voté en blanco las últimas elecciones. Igual que yo, dice, y no le creo. Su mano ya llegó al planeta Tierra, a Sudamérica. Un par de novios sin importancia, el último era un desastre. Dago parece todo lo contrario y me lo trata de demostrar. Pero al final me entero que él también es de Géminis. Igual su mano ya llegó a este bar y a esta mesa. Sigo hablando y me mira con comprensión y dulzura. Le hablé de los cursos que nunca terminé, de los cursos que nunca empecé, de cuando me quebré la pierna bajando del 562 y no sé porqué le conté del hijo que no tuve. Sin darme cuenta, su mano se posa sobre la mía y me hace bien. Me seco las lágrimas y pienso que es el momento de decir “algo”. Rita. ¿Me abrazás? Dago. Para eso nos encontramos. Se abrazan y se besan. Vane sentada en la barra tomando un trago con el barman y Señora sola en otra mesa. Jador. (A Dago y Rita, pero escuchan todos) Disculpen que los interrumpa, pero los veo tan bien... parecen dos tortolitos. Por eso yo quiero que me ayuden, quiero que me digan ¿qué es para ustedes el amor? Dago. Para mí es un viaje. Rita. Y yo soy el boleto de su viaje. Jador. ¿Y cómo nace el amor? Barman. ¿Y a vos qué te importa, Dios? Vane. Dejalo, pobre, Él también tiene derecho a saber. Jador. ¡En krill se conviertan! ¡Y todavía no me contestaron cómo nace el amor! Señora. La psicóloga me dijo que el amor son palabras, uno dice “¿me abrazás?” Y el otro dice “sí”. Uno dice “¿hasta dónde me querés?” y el otro dice “hasta el cielo”. Son como cincuenta y ocho palabras. ¿Quieren que se las diga? 23 Barman. ¡No! Por favor, no es necesario. Rita. Digalás que yo las anoto ¿Tenés un lápiz y un papel, Daguito? Dago. No, no traje. Rita. No importa amor, yo sé que vos me querés igual. ¿Me das un besito? Barman. ¿Para qué las querés anotar si ya dijiste catorce de las cincuenta y ocho palabras? En las próximas dos o tres horas se las vas a decir todas. Vane. No seas envidioso... Barman. Si las mujeres fueran mudas todas las palabras serían de amor. Jador. (a Vane) ¿Y vos cómo querés que sea tu amor? Vane. Mi amor tiene que saber cuándo estar y cuándo no, cuándo atacar y cuándo no. Que no invada mi espacio, que no pierda su tiempo, que actúe antes de pensar, que tenga fantasías con otras pero que las cumpla conmigo... Barman. (Imitando a Rita) “Hablá más despacio que las voy a anotar. ¡Barman! ¿Me das lápiz y papel? (hace que anota) ¿Qué tiene que tener un hombre para ser hombre?” Vane. ¡Tiene que andar siempre con la pija bien parada y sobre todo que sepa cómo y dónde ponerla! ¡Y que se quede ciego después de verme a mí! Jador. ¡Oh Mí mismos, qué mundos! ¡Los hombres quieren mujeres mudas y las mujeres quieren hombres ciegos! Señora. (enojada) ¡Qué barbaridad! A quién se le ocurre que las palabras sean de los hombres ¿y qué nos queda a las mujeres? Vane. Nos queda todo: las imágenes, las acciones, los espejos... Señora. ¿Y cómo voy a contar las palabras si no las puedo decir? Dije ochenta y siete palabras. Rita. El hombre va a necesitar a la mujer para guiarlo a todos lados. Barman. Yo me quedaría en mi casa mirando fútbol. Vane. Escuchando. Vos vas a ser ciego. Dago. Pero sería fútbol femenino. Vane ¿Y quién lo relata si las mujeres son mudas? Todos los miran a Jador Jador. Con Mí mismos no cuenten. En un rato me voy a descansar. Rita. Las mujeres vamos a poder caminar por las calles a cualquier hora, porque no habrá hombres que nos molesten. No vamos a necesitar arreglarnos, ni ponernos maquillaje... o sí, para seguir compitiendo entre nosotras. 24 Vane. Los hombres nunca van a saber lo que piensan las mujeres. Barman. Como ahora. Señora. (sigue enojada) Yo no hablo más. Noventa y una palabras. Dago. Todo lo van a hacer ellas: manejar el auto, trabajar, cortar el pasto... Rita. Cocinar, limpiar, planchar, atender a los chicos... todo por vos, Daguito. Vane. Pero lo más importante es que al no poder vernos nos van a querer por lo que somos. Barman. ¿Y qué son? (empieza a reírse a carcajadas) Vane. (a Rita) ¿Cuándo se va a quedar ciego éste? Rita: ¿Se la diste ayer? A ver... (se mira el reloj) Tres, dos ,uno... Barman. (se le apaga la carcajada y se toca los ojos con las manos).¡Ay, ay, no veo! ¡Me quedé ciego, me quedé ciego! Vane. (Desesperada, quizás arrepentida) Ponete esto que te va a hacer bien. (le venda los ojos con un pañuelo) Barman. Se te cumplió tu deseo. Lo último que vi en mi vida fue tu carita. Vane. Y maquillada... Barman. Jador, hacé algo, un milagro, devolveme la vista. Jador. ¿Quién te piensas que soy? ¿Jesús? ¡Y silencio todos, tengo que mirar las noticias! Jador enciende la TV con el revólver. Todos miran. Conductor. “Hola soy Tunaing Onqueen. Les traigo las noticias más importantes de la última hora. Milagro: triunfo de los trabajadores. Las Asociaciones Anónimas que gobiernan el mundo firmaron un acuerdo en el cual se establece que la comida no es un bien comerciable, y por lo tanto pertenece en la misma proporción y calidad para cada habitante del planeta. Festejan todos. El Barman, ciego y vendado, reparte bebidas. Conductor. Por lo tanto, ya no será necesario trabajar para tener un sueldo para comprar la comida y por lo tanto se terminó la huelga internacional de los últimos 300 millones de trabajadores. Éstos de ahora en más se dedicarán, como el resto del planeta, a vivir. Por lo tanto ya no hay más noticias ni índice de nada, y yo, Tunaing Onqueen, el último trabajador del mundo, se despide hasta siempre. Y váyanse todos a la mierda. Jador apaga la TV y deja el revólver sobre la barra. Le lleva dos tés a la Señora que habla apretando la cartera sobre sus piernas, debajo de la mesa. 25 Jador. ¿La encontró a su amiga ayer? Señora. Sí, la encontré. Ya pasaron dieciséis minutos, se arregló el mundo, y ella sigue sin venir. Pero sí vinieron sus manos, que tímidamente se apoyaron sobre mis piernas. Cuando llegaron, una de las manos estaba cerrada y parecía esconder algo en su interior. Como usted sabe las manos no hablan, pero a las de mi amiga no les hacía falta. La que estaba cerrada, se abrió lentamente y me mostró una foto de mi marido totalmente desnudo sobre la cama de mi amiga. Yo guardé la foto y las manos en la cartera. Por ahí si se las devuelvo ahora, todavía se las puedan coser. Porque mi amiga, sin manos, no va a poder tomar el té. Jador. ¡Qué barbaridad! Señora. Por favor, siéntese usted y tómese el té de mi amiga. (poniendo la cartera sobre la mesa) ¿Quiere sus manos? Jador. No gracias. Ya tengos... dos. Señora. ¿Y usted cómo anda? Jador. Cansado. Ahora me doy cuenta de que nuncas pensé en Mí mismos y sólo me quedan unas horas acá en la mundo. Pero todos mis hijos son felices y a nadie le falta nada. Ya me puedo retirar tranquilo. Señora. ¿Y qué va a hacer con tanto tiempo libre... y solo? Jador. Tengo muchas cosas que hacer. Si me dan la oportunidad me gustaría que mi experiencia le sirva a otros. Señora. ¿Qué otros? Jador. Al que me reemplace, por ejemplo. Señora. ¿Y quién va a ser su reemplazante? Jador. (desesperado) ¡Oh, Mí mismos! ¡Yo que tengo todo previsto me olvidé de Mí mismos, de saber quién va a reemplazarme! ¿Usted no conoce a nadie? Señora. ¡Qué irresponsable! Usted, el Mismísimo, el Creador. (sacudiendo la cartera) ¡En manos de quién estuvo el mundo estos dos mil años! Jador. No me diga eso. Yo confío en la Señora. Usted es la única que me entiende, en esta mundo es con la única que puedo hablar de mis cosas. Me siento de igual a igual. Es inteligente, capaz, cuenta las palabras, sabe del amor (imitando a la señora) ¿amor va con hache? Señora. Mire las cosas que me dice. Soy una mujer mayor. Jador. Mayor que yo no puede ser. Para mí usted es joven, atractiva, está en la flor de la edad. Por casualidad, ¿usted no querría reemplazarme? La señora habrá visto que le dejo todo 26 en orden, son dos mil años nomás. Señora. Usted no sabe quién soy, ni mi nombre sabe. Además con lo que hice ayer... Jador. Yo ya sé que le cortó las manos a su amiga porque la engañaba con su esposo, pero yo mismo la mandé ahí. (se moja las manos con el té y con los ojos cerrados la salpica en la cara) En este mismo acto la absuelvo de culpa y cargo de conciencia ¿Quiere reemplazarme? Señora. Pero no fue sólo eso lo que hice, ¿no se dio cuenta de que me llevé el revólver? Jador. Sí, pero la pistolas no tenía balas cuando la llevó. ¿Tú la cargaste, no? Señora. Sí, y además de cortarle las manos, la maté a mi amiga. Jador. (se moja las manos con el té y con los ojos cerrados la salpica en la cara) En este mismo acto la absuelvo de culpa y cargo de conciencia ¿Me reemplaza o no me reemplazas? Señora. Y maté a mi esposo también. Jador. Bueno, bueno, no me cuentes más. (se moja las manos con el té y con los ojos cerrados la salpica en la cara) En este mismo acto la absuelvo de culpa y cargo de conciencia. (gritando)¿Acepta reemplazarme? Señora. Le aseguro que soy la única persona del universo que no puede aceptar ese puesto. Jador. ¿Por qué? Si ya la absolví 3 veces... Señora. ¿No le dije que usted no sabe ni mi nombre? Jador. Digameló la señora. Señora. Aunque se lo diga... usted no lo podría nombrar. Señora levanta las manos lentamente y hace los cuernitos sobre su frente. Jador, atónito, repite el gesto de la señora y luego se tapa la cara, horrorizado. Jador. Usted, la Señora, el Innombrable, el Otro, mi archienemigo. ¡Oh, Mí mismos! ¡En krill me convierta Mí mismos! ¡¿Cómo no me di cuenta?! ¡Que se caiga el cielo ahora mismo, cómo pude ser tan inocente! Yo le llevaba la té, hasta le ofrecí ser Mí mismos, ¡en krill mil veces me convierta! Señora. (con confianza) No te pongas así. A mí me fue peor que a vos, sufriendo todos estos años, cagándome de calor allá en el infierno. Te la regalo. Pensé que nunca iba a decir esto, pero siempre quise ser como vos. Quise imitarte pero nunca tuve tu talento... soy torpe con las cosas, ya sabés que lo mío son las palabras. Quise hacer olitas como las tuyas pero me salieron maremotos, quise hacer gente que dé consejos y que sea sabia y me salieron los psicólogos, quise hacer un lugar ameno, grande y cálido para recibir a mis muertitos y me salió una ballena. Quise que esos muertitos sean ángeles como los 27 tuyos y en krill se me convertían. ¡Qué patético! Jador. ¡Oh Mí mismos, no lo puedo creer! ¡Justo a mí me viene a pasar esto! ¡Hasta le ofrecí ser Mí mismos, al Otro, a Usted, al Innombrable! (haciendo cuernitos) Señora. No me humilles más. ¿No ves que no tengo cuernos? No sé de dónde sacaron eso. Yo estoy cansada como vos, harta de ser mí misma. Encima me tocó ser la mala de la película. Por suerte esta noche también se me termina el mandato aunque yo tampoco sé quién me va a reemplazar. Todos estos días estuve esperando a mi amiga para decirle que ella era la elegida. Pero a la estúpida se le nubló el cerebro. Se perdió de estar en la cama de todos los hombres del mundo por encamarse con el gordo pedorro de mi marido. Ni en krill se van a convertir, te los mandé a vos. Jador. Tarde, porque yo ya no atiendo más. Soy un Dios desocupado. Señora. Yo te puedo conseguir algo ¿No te gustaría reemplazarme? Jador. ¿Queeeee? Señora. Bancate una bromita, dulce. ¿No me conocés todavía? Hagamos un trato para asegurarnos la continuidad de nuestros reinos. Jador. ¡Oh Mí mismos, en krill te conviertas! Pero no tengo otra alternativa, vamos a hacerlo. Señora. Cerremos los ojos y agarrémonos de las manos. Jador cierra los ojos y extiende las manos sobre la mesa. Señora abre la cartera, saca las manos ensangrentadas de la amiga y se las da para que Jador las agarre. Jador. ¡Qué manos frías tiene la Señora! La señora se levanta, se para detrás de Jador y le habla al oído. Señora. Porque no son las mías. Jador abre los ojos y comprueba que fue engañado. Grita y tira las manos con asco. Se para y quedan frente a frente. Señora. Era mi última bromita. Hagamos el tratado. Se agarran de las manos y dicen al mismo tiempo: “Tratado único entre el cielo y el infierno: toda persona que no esté capacitada para entrar a ninguno de los dos reinos, será condenada a ser Dios o Diablo, según sus referencias. Firmado:” 28 Jador Yo, Mí mismos, el Señor. Señora. Y yo, mí misma, la Señora. Se besan en la boca, apasionadamente. Aparece en escena el conductor. Conductor. (a Jador y Señora) ¡Hola! Soy Tunaing Onqueen, escuché su tratado. ¿Me lo podrían explicar mejor? Jador. Es así: si una persona muere y no reúne las condiciones para ir al cielo o al infierno será Dios o el Diablo, según sus antecedentes. Pero, ¿Por qué me pregunta esa pregunta? Conductor. Porque yo, por mi condición de periodista, creo humildemente que no estoy capacitado ni para ir al cielo ni para ir al infierno. ¿Creen que si yo me muero ahora podría reemplazar a alguno de los dos? Señora (a Jador). ¿Dijo que era periodista? Jador. ¡Oh Mí mismos! Sí, es el de la tele. Señora. Entonces si es periodista nos puede reemplazar a los dos ¿Qué te parece? Jador. Estoy de acuerdo, es la persona más sola del mundo. Conductor. Muchas gracias (les da la mano) Me mato y voy. (agarra el revólver que está sobre la barra y se suicida. Silencio total. Jador y Señora se miran y ríen) Jador. Vos lo sabías ¿no? Señora. ¿Y vos por qué no se lo dijiste? Jador. Esperaba que se lo dijeras vos. Rita. ¿Qué le tenían que decir? Señora. Que es imposible que nos reemplace. Vane. ¿Por qué es imposible? Jador. Porque se suicidó. Dago. ¿Cómo? Rita. Se pegó un tiro, Daguito, se hizo mierda. ¿No lo viste? Dago. ¿Y qué tiene que ver que se haya suicidado? Jador. Porque los suicidas son un caso especial. Rita. ¿Qué les pasa? Señora. Se convierten en ballenas... Barman. ¿En ballenas? Jador. Sí, ustedes no lo saben, pero adentro de las ballenas está el mismísimo infierno. Barman. Ya entiendo por qué querías que me convierta en krill. 29 Vane. Te estaba mandando al infierno Dago. Al final de todo, (señalando al Conductor muerto) si éste va a ser una ballena, ¿quién los va a reemplazar a ustedes dos? Jador y Señora. ¡Magoya! *** FIN *** Llavallol, septiembre de 1999 30
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