El Fin Del Orden Colonial en Perspectiv

March 25, 2018 | Author: Luis Rodríguez Mamby | Category: Spanish Empire, Politics, Judge, Monarchy, Spain


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estudios y debatesEl fin del orden colonial en perspectiva histórica Las prácticas políticas en la ciudad de La Plata, 1781-1785 y 1809 Sergio Serulnikov Resumen Diseño de portada: Yadira Hermoza Ricalde Diagramación: Yadira Hermoza Ricalde Fotografía de portada: Catedral de Sucre (Bolivia) © pyty - Fotolia.com Copyright: Derechos reservados por el Centro Bartolomé de Las Casas. No está permitida la reproducción total o parcial del contenido de la revista sin permiso del editor. ISSN:PE - 0259 - 9600 Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº. 2015-05894 El artículo trata sobre las transformaciones en las formas de hacer política en la ciudad de La Plata, sede de la real audiencia de Charcas, entre las últimas décadas del siglo XVIII y el levantamiento de mayo de 1809, el primer gran estallido en contra de los máximos magistrados españoles en el ámbito de los virreinatos del Río de la Plata y del Perú tras la abdicaciones de Bayona. Sobre la base del análisis de una serie de conflictos surgidos durante los años 1781-1785, se procura discernir algunas líneas de fractura en el orden político y social que llevaron a que la esfera de acción de la población local, incluyendo los grupos plebeyos, se fuera progresivamente expandiendo. Las repercusiones de este proceso no resultaron siempre evidentes en lo inmediato, pero lo serían con el tiempo. Cuando los ejércitos napoleónicos ocuparan la península Ibérica, las respuestas de la sociedad charqueña al repentino colapso de la monarquía hispánica pondrían de manifiesto los profundos cambios en la cultura política que habían tenido lugar en el curso de las décadas previas. Se argumenta que es ese el contexto en el que debieran ser enmarcadas las tempranas expresiones de repudio al vigente sistema de gobierno colonial. Palabras clave: Colonialismo, cultura política, Charcas, independencia, sectores populares. Nº 52, año 2012 9 Estudios y Debates Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica Abstract El presente ensayo trata sobre las transformaciones en las formas de hacer política en la ciudad de La Plata, la sede de la real audiencia de Charcas, entre las últimas décadas del siglo XVIII y el levantamiento de mayo de 1809, el primer gran estallido en contra de los máximos magistrados españoles en el ámbito de los virreinatos del Río de la Plata y del Perú tras la abdicaciones de Bayona. Nos interesarán en particular las prácticas políticas de los sectores populares urbanos. No obstante, puesto que la participación de los actores sociales en los asuntos públicos no puede ser comprendida fuera de la situación en el que sus acciones cobran sentido, el foco será más amplio. Sobre la base del análisis de una serie de conflictos surgidos durante los años 1781-1785, procuraremos discernir algunas líneas de fractura en el orden establecido que llevaron a que la esfera de acción de los grupos plebeyos se fuera progresivamente expandiendo. Las repercusiones de este proceso no resultaron siempre evidentes en lo inmediato, pero lo serían con el tiempo. Cuando los ejércitos napoleónicos ocuparan la península Ibérica, las respuestas de la sociedad local al repentino colapso de la monarquía hispánica pondrían de manifiesto los profundos cambios en la cultura política que habían tenido lugar. Es ese el contexto en el que las tempranas expresiones de repudio a las autoridades constituidas debieran, a mi juicio, ser enmarcadas. Pensar los orígenes de la independencia desde una perspectiva local y de mediano plazo es más problemático de lo que aparenta. En los últimos años, algunos de los trabajos más influyentes en el campo –pienso por ejemplo en los de François-Xavier Guerra (1992) o Jaime E. Rodríguez (2005)– más bien han adoptado un enfoque que, a falta de mejor definición, llamaríamos global. Su unidad de análisis no es una región determinada o hispanoamérica en su conjunto, sino todo el ámbito iberoamericano. Que ello tiene significativos beneficios está fuera de duda. En principio, debido a que hay ciertos temas (las tradiciones políticas hispánicas, la estructura de gobierno colonial, las reformas imperiales borbónicas, el surgimiento del nacionalismo criollo) que solo pueden ser cabalmente comprendidos en esa dimensión. Y también porque este tipo de mirada es un necesario paliativo contra las tradicionales historias patrias que tendían a poner la nación como el origen y no el resultado del intricado proceso de conformación de los Estados latinoamericanos. Aun así, estos marcos interpretativos no dejan de plantear serias interrogantes respecto de cómo es conceptualizada la relación entre lo local y lo global y, por ende, de la manera como deben ser construidos nuestros objetos de estudio. En un sentido, podría pensarse que se trata de una falsa disyuntiva, puesto que hay dos hechos, o dos conjuntos de hechos, que difícilmente pueden ponerse en disputa. El primero es que las abdicaciones de Bayona desencadenaron un cataclismo político a lo largo y ancho del mundo iberoamericano y que todos, a ambos lados del Atlántico, estuvieron forzados a confrontar de una u otra forma las mismas cuestiones: la reversión de la soberanía, la relación entre España y América, el vínculo entre capitales y ciudades subordinadas y, no menos importante, el problema del orden social –en su doble connotación de mecanismos de control y reformulación de las jerarquías estamentarias. El segundo es que las respuestas a estos dilemas variaron de ciudad en ciudad, de región en región. Pero aun aceptando estas premisas compartidas, hay una diferencia sustancial entre considerar el fenómeno de la independencia como un acontecimiento “único e indivisible” que reconoce distintas manifestaciones locales, y considerarlo como una serie de levantamientos locales (o ausencia de estos) que, aunque obedeciendo a un mismo estímulo externo e indisociablemente entrelazados entre sí, tuvieron una dinámica política, rasgos ideológicos y desenlaces que no solo fueron diversos: respondieron a configuraciones específicas que, en muchos y muy fundamentales aspectos, son irreductibles a fenómenos comunes al conjunto de la monarquía hispánica. Tomar el ámbito del imperio como unidad de análisis (y vale la pena recalcar que me estoy refiriendo aquí a enfoques globalizantes y no a obras de síntesis o a estudios comparativos que pueden o no compartir ese tipo de aproximación) impide dar cuenta de la naturaleza y complejidad de esas experiencias; con frecuencia las invisibiliza. Lo mismo sucede si no se plantea un adecuado recorte temporal, una mirada de mediano y largo plazo que tome la crisis de la monarquía hispánica como un punto de llegada y no de partida. Existió, y todavía existe, una tendencia a considerar 1808, o los años inmediatamente precedentes, como el big bang de la revolución. Ello puede obedecer a meras decisiones de investigación, pero también a ciertas opciones hermenéuticas. De nuevo, una reciente corriente historiográfica ha postulado que los territorios americanos eran concebidos como reinos, no colonias, tanto en el plano jurídico como presumiblemente en el de las relaciones de poder y los imaginarios sociales; que las elites americanas se consideraban miembros plenos de la nación española; que entre 1808 y 1810 no tenían “razones objetivas o subjetivas para lanzarse a la insurgencia” y “el fidelismo campeó por todos los territorios”; y que, por ende, la “eclosión juntera” formó parte de una revolución política en todo el mundo hispano suscitada por la doble resistencia a la invasión francesa y el absolutismo monárquico (Chust 2007: 24-25). Las causas de la conformación de juntas en América (no simplemente las proclamas y declaraciones formales de propósitos, sino sus motivaciones profundas) habrían sido en esencia las mismas que en España. La emancipación sería el subproducto no previsto, y no deseado, de este proceso. Así pues, mientras mucho de interés sucede antes de 1808 para explicar las raíces históricas de los anhelos autonomistas de las juntas americanas (las políticas de los ministros de Carlos III, 10 Nº 52, año 2012 The article deals with the transformations in the modes of doing politics in the city of La Plata, seat of the real audiencia of Charcas, between the late eighteenth century and the uprising of May 1809, the first significant challenge to the highest Spanish magistrates in the viceroyalties of Rio de la Plata and Peru following the abdications of Bayona. By analyzing a series of conflicts during the 1780-1785 years, it seeks to discern some of the fault lines in the social and political order that gradually broaden the sphere of action of the urban population, including plebeian group. Although not always obvious in the short run, the repercussions of this process would eventually become patent. When the Napoleon occupied the Iberian peninsula, the reaction of the La Plata residents to the sudden collapse of the Spanish monarchy would bring into focus the profound changes in the political culture that had taken place over the previous decades. It is argued that this is the overarching context in which the earlier outbursts of repudiation to the existing system of colonial government must be placed. Keywords: Colonialism, political culture, Charcas, independence, popular sectors. Revista Andina 11 es un asunto conceptual de orden diferente a que los enfrentamientos hubieran servido como canales de expresión de contradicciones intrínsecas al dominio español. sino establecer ciertas conexiones entre dos momentos específicos. Este artículo parte de una hipótesis diferente. Será mi argumento que no hay modo de entender las muy disímiles respuestas de las sociedades hispanoamericanas a la crisis metropolitana. Nº 52. La mediana y larga duración suele quedar como el coto de análisis de las historias de conjunto del colonialismo tardío o de campos disciplinares específicos (la historia económica. dual. sociocultural. Fueron el producto de experiencias históricas discretas que moldearon las prácticas colectivas e informaron el conjunto de valores e intereses al que esas prácticas estaban asociadas. en muchos casos. esencialmente no dialógico. sin una historia política de más largo aliento: una historia que reconstruya prolongados procesos de negociación y conflicto en torno al ejercicio del poder. apuntaban todas en esta dirección. se advierte una erosión de la estructura binaria. una compañía del ejército regular español y los magistrados regios de la década de 1780. Había reafirmado el lugar subordinado de los territorios de ultramar en el marco del imperio. más que a las declaraciones formales de propósitos y las grandes proclamas ideológicas. como la Creación. También que no se trata de una investigación original. Farge (1992). superintendentes. a una crisis del absolutismo monárquico y la sociedad de Antiguo Régimen que no resultaba en este contexto fácilmente disociable de una crisis de la dominación colonial. inmediata: la independencia. en ámbitos regionales específicos. 1 12 Para una discusión sobre el concepto de cultura política. No se trata. según creo. parece suceder ex nihilo. estamos en presencia de crecientes impugnaciones a las reglas de funcionamiento del régimen de gobierno español. pues. En última instancia. pueden contribuir a repensar los orígenes y la dinámica de la debacle del orden colonial en esta región. En esta visión. Los comportamientos de las comunidades americanas frente a los eventos europeos. En breve. Su propósito no es presentar nuevas evidencias empíricas. estas experiencias parecen revelar un doble quiebre del orden establecido. del aparato burocráticoadministrativo colonial se vio trastocado por un prolongado y vigoroso proceso de politización de las relaciones de mando y obediencia. El patente fracaso del liberalismo gaditano para fundar sobre bases más igualitarias la relación entre España y América vendría a mostrar a las claras que el repudio del absolutismo podía adquirir resonancias muy disimiles a una y otra orilla del Atlántico. mas sí sugerir algunas líneas generales de análisis que. en cuanto tuvieron de compartido y de peculiar. intendentes. la cuestión de cómo se gobernaba (el sistema institucional) aparecía indisolublemente ligada a quiénes lo hacían y en virtud de qué intereses (la distribución geopolítica del poder). fuera en conflictos ordinarios de la sociedad colonial o en momentos excepcionales de ruptura. Revista Andina el pueblo o la plebe. pues. En segundo lugar. el oneroso financiamiento de una nueva corte virreinal en Buenos Aires. el fin del dominio español. institucional o de las ideas). 2009a. Conviene. por los recursos económicos y el estatus social. Veremos cómo el carácter unidireccional. corregidores) y la Iglesia. Es en referencia a estas culturas políticas locales.Estudios y Debates Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica la vigencia del antiguo pensamiento constitucionalista hispánico. de la sociedad barroca de Indias. Chartier (1991). La creciente presión impositiva. la gente blanca. véase Aljovín de Losada-Jacobsen (2007). sino de un ensayo interpretativo. en relación a la historia de las ideas y el pensamiento político. Ambos fenómenos pueden ser observados desde varios puntos de mira: la emergencia de debates públicos sobre las políticas imperiales. el reemplazo del régimen absolutista por una monarquía parlamentaria no alteró demasiado las cosas en este campo. mirado desde una estricta perspectiva política.1 En el caso particular de Charcas. Que los actores sociales se plantearan deliberadamente o no la cuestión de la independencia. con el levantamiento de 1809. entre sujetos colectivos reales. La lógica aversión a construcciones teleológicas no debiera prevenirnos contra análisis de mayor profundidad temporal. no surgieron de improviso ni se derivaron tampoco de la mera apelación a añejas concepciones pactistas de legitimidad monárquica de la época de los Habsburgos. los recortes a la autonomía de los ayuntamientos y el despliegue permanente de compañías del ejército regular español a lo largo de la región. sea por el diseño de las investigaciones o por compartir este paradigma interpretativo. de denegar que sin la invasión napoleónica el proceso de la independencia hubiera tenido otros ritmos y características. en ocasiones a sus principios de legitimidad mismos (las bases de la sujeción a la Corona). el diálogo con las ideas de la ilustración y el liberalismo). que es posible discernir la estructura del acontecimiento. los impulsos separatistas criollos pertenecen al cortísimo plazo: surgieron de la incapacidad de las nuevas autoridades metropolitanas de reconocer sus aspiraciones de igualdad. La elección de la ciudad de La Plata (hoy Sucre) como foco de atención. la movilización popular. Pero si la historia política de fines del XVIII no explica por sí misma la historia política de comienzos del XIX. muy poco ocurre para explicar su consecuencia directa y. ministros de la audiencia. su significado social. advertir desde un comienzo que no he procurado realizar una reconstrucción de conjunto del período indicado en el título. la caída de la monarquía hispánica no explica por sí misma las reacciones que se suscitaron a partir de ella. las representaciones ceremoniales y los modos de distinción social. Por lo demás. nos posibilita abordar los problemas aquí planteados con un considerable nivel de información. en contraposición acaso con los grandes debates doctrinarios. En el fragor de las luchas políticas. desde luego. la paulatina concentración del poder en manos de la administración borbónica había significado antes que nada una concentración del poder en manos del centro metropolitano y sus agentes en América. 2009b). La minuciosa reconstrucción fáctica de este último acontecimiento llevada a cabo por Estanislao Just Lleó (1994) en su masiva obra sobre el tema. la segregación de las elites criollas de los altos cargos en la administración (virreyes. “decente” o “de razón”) y las castas. que he examinado en estudios previos (Serulnikov 2008. surge de mi interés en conectar una larga serie de conflictos políticos y enfrentamientos armados entre el vecindario. iría dejando paso a la emergencia de más complejas formaciones identitarias estructuradas alrededor de la dicotomía entre sentimientos de pertenencia local e intereses foráneos o específicamente metropolitanos. Asistimos. Baker (1990). mirado desde la óptica de las comunidades locales altoperuanas. Los focos de conflicto emanaron por lo general de aspectos consustanciales con el proyecto imperial borbónico. En primer término. Sostendremos que la tradicional escisión entre el patriciado urbano (los españoles europeos y los españoles americanos. año 2012 13 . una inagotable fuente de legitimación. no obstante. sí lo estaba por sus propios límites. No siempre. todos sabían demasiado bien que esta concepción pactista del gobierno era una ficción. El atributo primordial del gobierno era arbitrar entre estos reclamos. sus intereses y demandas. a la facultad de legislar. o muchas sociedades europeas de Antiguo Régimen. véase Fernández Albaladejo (1992) y Thompson (1990). No una ficción en que carecía de consecuencias prácticas. las comunidades indígenas. las relaciones sociales. Garavaglia (2005). Tal es el caso de la masiva e indiscriminada venta de oficios que se inicia en el siglo XVII. Cuando la burocracia imperial decidía tomar medidas tan fundamentales como. Así pues. de los distintos grupos sociales tendían a hallar en la tradición y. por ejemplo. los privilegios adquiridos dejaban de serlo. Por otro lado. La infalibilidad del Rey en el 2 3 La bibliografía sobre estos temas es desde luego enorme. Si la fórmula “se obedece pero no se cumple” llegó a convertirse en un patrón universal de comportamiento es porque condensaba como nada más los dos principios básicos sobre los que la cultura política colonial estaba asentada: el incondicional reconocimiento simbólico a la fuente última de toda autoridad y la pragmática afirmación de la fuente última de todo poder. dar a cada uno lo suyo. se ha enfatizado suficientemente la fundamental ambivalencia que este fenómeno expresaba y las consecuencias que de él se derivaban. pues estaba integrado por múltiples conjuntos normativos propios de los cuerpos políticos que componían la monarquía (Garriga 2010: 62-63). y más generalmente los límites que las ciudades. en las áreas nucleares del imperio español en América. Cada grupo social o corporación –las ciudades. la Iglesia y los ayuntamientos en el ceremonial público. vale decir. por tanto. el derecho. véase Cardim-Herzog-Ruiz Ibáñez-Sabatini (2012). en contraposición con órdenes jurídicos legales que identifican el derecho con la ley. De ahí que no hubiera distinción entre las funciones judiciales y las funciones legislativas o administrativas. sino en que tomaba los efectos de las relaciones de poder por sus causas. Tradicional porque reconocía a la tradición como derecho. el denominado constitucionalismo histórico. Aunque se continuó empleando el lenguaje jurídico y algunas de las instituciones acuñadas en los reinos ibéricos a lo largo de los siglos. las tenía y muchas. en las Cortes. A partir de las ambiciosas reformas imperiales de mediados del siglo XVI. la política sirvió para integrar a sectores de las clases altas al emergente sistema de poder monárquico y así socavar las prerrogativas de los señores feudales. en tanto máximo dispensador de justicia. El Rey. se establecieron mecanismos centralizados de explotación de la mano de obra nativa conforme a los imperativos materiales metropolitanos. A diferencia de lo ocurrido en otras zonas del mundo bajo control europeo. El ejercicio de la justicia conmutativa. las universidades. Subrahmanyam (2005). árbitro y garante último del sistema. y el consiguiente dominio sobre ingente cantidad de pueblos y territorios. y desde luego las elites americanas. Sobre la considerable influencia de las Cortes de Castilla en los procesos de toma de decisión de las políticas regias. de estas sociedades. en especial la extracción de metales preciosos. si fuera necesario.2 Los sectores populares. Mientras en la Francia de Luis XIV. a la capacidad de dar y quitar ley. año 2012 15 . las relaciones personales de dependencia ocuparon un lugar secundario. el orden jurídico fue tradicional y pluralista. muchas veces antagónicas entre sí. a la producción de nuevos regímenes normativos. La conquista de Mesoamérica y los Andes. Nº 52. gravar actividades económicas hasta entonces exentas de impuestos. Lempérière (2005). por las razones históricas arriba aludidas. una de las instituciones hispánicas a las que no se le permitió cruzar el Atlántico)3. no debieron esperar a que los Borbones abrazaran las doctrinas del absolutismo francés y adoptarán una imagen explícitamente imperial de la monarquía para percatarse de que en la práctica la tradición era fuente del derecho tanto como la ley positiva. y se construyó un moderno aparato burocrático-administrativo estatal sin parangón en la Europa de la época. adquirió connotaciones completamente novedosas al aplicarse a una nueva realidad.Estudios y Debates Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica El orden político indiano La sociedad colonial hispanoamericana era una sociedad intensamente politizada. por los acotados recursos políticos. En América. el poder monárquico nunca había estado asociado solo o primordialmente a la potestad de justicia –a la administración de un régimen de derechos consuetudinarios múltiples– sino. Todos quienes ocupaban posiciones de mando eran por definición “jueces”. Era la razón de Estado o los imperativos de la real hacienda lo que ganaba precedencia. convalidar la 14 Revista Andina privatización de la propiedad comunal indígena o alterar el lugar de los gremios. por ejemplo. Los derechos consuetudinarios se convertían en malas costumbres a ser extirpadas. Aunque el Rey estaba mucho menos condicionado por derechos adquiridos y constreñimientos institucionales que en la península (piénsese. no una anomalía. financieros y militares con los que contaba para gobernar sus inmensos dominios ultramarinos. Lo que entonces emergió fue una configuración político-institucional única que combinó antiguas representaciones monárquicas hispanas con los determinantes propios de la sociedad colonial de Indias. Si en teoría las posesiones de ultramar eran parte de una monarquía compuesta. asimismo. resulta evidente que la Corona las gobernaba mediante mecanismos de extracción de recursos económicos y control político-administrativo de un orden muy distinto a los empleados en sus reinos europeos. aquí promovió la autonomía de las elites locales respecto a las autoridades centrales. La temprana derrota militar de los conquistadores y los encomenderos en México y los Andes abortó para siempre el incipiente proceso de fragmentación señorial de la soberanía y conformación de una nobleza feudal americana. gran parte de este legado político. las exacciones económicas y las formas de ejercicio del poder pasaron a estar regidas o reguladas por la Corona. era el juez supremo. engendró una original estructura política que poco tenía que ver con la que emanaba de la legitimidad dinástica que regía la relación de los monarcas con las sociedades del viejo continente. véase por ejemplo MacLachlan (1988) y Elliott (2007). Una profusa literatura histórica ha mostrado que el generalizado desconocimiento de las normas vigentes (desde la venalidad de los funcionarios y la extensiva defraudación fiscal hasta el repartimiento forzoso de mercancías o el contrabando) constituyó un componente estructural. Por un lado. los consulados de comercio– contaba con sus propios órganos de gobierno y se consideraba investido de un número de prerrogativas que se derivaban de su antigua sujeción a la Corona. constituía el fundamento mismo del poder. Para estudios de síntesis de largo plazo. empero. Para debates recientes sobre la condición colonial de los territorios americanos. Pero sabían también que en la práctica la ley era el producto de los designios metropolitanos tanto como de su capacidad para ejercer presión o defender por la fuerza. los gremios de artesanos. la nobleza o los propios consejos de gobierno imponían a la autoridad del monarca en asuntos fiscales y otros materias. las aspiraciones particulares. y pluralista. Summerhill (2008). El mundo de las ciudades. cualquiera fuera su linaje y rasgos fenotípicos. por ejemplo. la maleabilidad de sus decisiones en el plano de la realidad social. la de españoles y la de indios. al afectar amplios 4 5 16 Sobre el impacto político de las reformas borbónicas. Un debate reciente sobre la función del consenso. Cochabamba y La Plata. La cultura política de la sociedad colonial no puede ser comprendida sin otro componente: las jerarquías estamentarias. su sentido de pertenencia social. se suscita una politización de las relaciones de mando que tornaría la legitimidad del sistema de gobierno y. mientras los principales involucrados fueron artesanos. Hasta aquí. Es el caso de la cada vez más visible marginación de los criollos de los empleos públicos. y fueron identificados por los demás. en algunos casos los lideraron. avanzar algunas consideraciones. el incremento del impuesto al aguardiente. la compartida oposición de la población local a las políticas imperiales no impidió que la identificación de los criollos con las estructuras de poder político y social fuera más sólida. por consiguiente. El primero es que fueron motivados por políticas públicas centrales al proyecto carolino. la relación con la plebe se deterioró rápidamente conforme debieron afrontar crímenes contra la propiedad. no por abusos específicos de determinados funcionarios coloniales. a recomponer su vínculo con las autoridades regias antes que sus propias preeminencias se vieran amenazadas (McFarlane 1990: 244. Es posible. En la práctica. en virtud de su efecto de demostración. como es bien sabido. Revista Andina segmentos de la población americana. negros. la llamada “rebelión de los barros” de 1765. y. las estrategias matrimoniales o la educación podían servir como medios de ascenso (o descenso) social. véase. las investigaciones han tendido a centrarse más en las causas que en las derivaciones de los eventos. No fueron revueltas de ciertos sectores sociales o grupos ocupacionales. En breve. comenzaron a mostrar definidas líneas de fractura para finales del siglo XVIII. En el nivel más general. Cahill 1990: 289). la cooperación entre la aristocracia y la plebe –para parafrasear el título del conocido libro de Alberto Flores Galindo (1984)– probó ser precaria y efímera. el cholaje o. provocó un extendido y persistente descontento.5 El progresivo mestizaje de la población urbana fue inexorablemente atenuando. por su parte. No fue siempre este el caso. pequeños comerciantes y trabajadores urbanos. la sociedad hispanoamericana estaba dividida en dos repúblicas. comenzaran a registrarse violentas protestas colectivas en ciudades surandinas como La Paz. pardos. hicieron el más concertado esfuerzo por expurgar la política de la administración. que estuvieran adscriptos a un determinado estatus jurídico que regulaba sus obligaciones impositivas.6 Todos estos movimientos presentan ciertos rasgos comunes. Twinam (2009). presentaba una división binaria entre el patriciado urbano. Ambas cosas sucederían hacia fines del siglo XVIII. el bajo pueblo. Flores Galindo (1984). en referencia a sus putativos rasgos fenotípicos. Los tumultos no parecieron en última instancia mellar el orden establecido. la imposición de monopolios estatales sobre la venta de tabaco. tanto como que lo segundo no pusiera en cuestión lo primero. Los conflictos de la década de 1780 La lógica de funcionamiento de la cultura política colonial. en Quito. la negociación y la coerción en la implementación del programa absolutista en América. Un balance de los movimientos urbanos en Hispanoamérica. Salvucci. véase Barragán (1995). La pregunta que surge es en qué medida el generalizado estado de agitación social contribuyó a trastocar la política de la sociedad indiana. Anthony McFarlane y David Cahill han sostenido que en ambas ciudades. que su posible solidaridad con los grupos plebeyos. la disrupción de las acostumbradas formas de deferencia y el cuestionamiento de sus decisiones en tanto magistrados.4 Argumentaremos que para esta misma época. se identificaran a sí mismos. año 2012 17 . Nº 52. Marichal. los sucesivos aumentos de la alcabala y el establecimiento de aduanas para asegurar su cobro. promediando el siglo XVIII. O’Phelan Godoy (1988: 175-222). en no menor medida en reacción a esta tendencia. incluyendo en ocasiones a indígenas que residían permanente o temporalmente en las ciudades. la plebe. denominados según las zonas y las circunstancias. Cajías de la Vega (2005). En casos como las revueltas de Quito de 1765 y Arequipa en enero de 1780. Se sabe que Carlos III y sus sucesores. pudieron incluso reforzarlo. y confundiendo. su lugar en la jerarquía de privilegios y las formas legítimas de participación en los asuntos públicos. Pero estas dinámicas sociales no impidieron que los individuos. entonces. el sitio que les correspondía en el ceremonial y el tipo de actividades económicas que podían desempeñar. con características mucho más radicales y masivas. la “gente decente” o “gente de razón” (la población blanca. McFarlane (1990). En sus incisivos estudios sobre el tema. o los esfuerzos de los magistrados ilustrados de poner coto a las acostumbradas manifestaciones barrocas de religiosidad popular y festividad pública. La viabilidad del sistema radicaba en que lo primero no sofocase lo segundo. En el Alto Perú. sus posibilidades de acceso a los empleos de gobierno regio y municipal. Cornblit (1995). el avance de la administración regia sobre las prerrogativas de los cabildos y otras corporaciones. y las identidades sociales que le servían de basamento. sin embargo. Si bien las primeras jornadas de violencia popular contra los funcionarios peninsulares fueron hasta cierto punto promovidas por las elites urbanas. sino de las comunidades en su conjunto. “la revolución de los comuneros” en Nueva Granada en 1781. la resistencia al incremento de los impuestos derivó muy pronto en ostensibles tensiones entre pobres y ricos. las castas (mestizos. la del propio monarca en materia de debate. En suma. Asimismo. La creciente participación de los sectores plebeyos urbanos en la vida pública debe ser enmarcada dentro de este proceso. eventualmente. Véase. en IriogoinGrafe. Burkholder-Chandler (1977) y Fisher-Kuethe-McFarlane (1990). más fundamental. dentro de una de estas categorías. fuera de origen peninsular o criollo) y los sectores plebeyos. por reducir el gobierno a un conjunto de exigencias no negociables (Lynch 1992). existió en todos ellos una ostensible complicidad de la gente decente con los hechos de violencia. entre patricios y plebeyos. No sorprende que. en Arrom (1996) y Di Meglio (2013).Estudios y Debates Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica plano del imaginario jurídico. Cahill (1990). el populacho. la vestimenta y otros usos culturales. La historiografía ha coincidido en que el ambicioso programa de reformas impulsado por la administración borbónica. por ejemplo. Se apuraron. con variado grado de éxito. Cope (1994). Fenómenos análogos ocurrieron en Arequipa y Cuzco apenas meses antes del levantamiento tupamarista. aparecen indicios de que 6 Sobre conflictos urbanos en los Andes. las barreras entre ambos estamentos eran porosas: el éxito económico. no obstante. gente de color). los principios de honorabilidad. las diferencias étnico-raciales. Los contornos generales del fenómeno son bien conocidos. una institución inaugurada en 1778 que atraía jóvenes criollos de todo el ámbito del virreinato del Río de la Plata y del Perú. se observan. la ciudad funcionó como principal centro de actividad intelectual de la región. La Plata era una ciudad de limitadas actividades productivas y mediana población (entre 15 000 y 18 000 habitantes hacia comienzos del siglo XIX). Desarrollaron. véase el importante trabajo de Tamar Herzog (2006). los sacarían a la superficie. de mercaderes que distribuían los bienes importados en los mercados regionales y.Estudios y Debates Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica para esta época las cosas habrían comenzado a cambiar: se empieza a advertir un mayor grado de integración vertical de las sociedades urbanas en detrimento de la integración horizontal de las elites hispánicas. contribuyó a romper con las rígidas jerarquías sociales del Antiguo Régimen al funcionar como un “crisol de sociabilidades democráticas liberadas en parte de los valores jerárquicos y corporativos de la sociedad de órdenes”.11 También la Universidad de 8 9 10 11 Véase también Romero (1976: 85-91). Para el caso de Oruro. una ciudad de características muy diferentes a las de Oruro y La Paz. el uso público de la toga y otros símbolos de distinción social. sino su inserción en las redes de parentesco y sociabilidad. de hacendados dedicados al cultivo y comercialización de la coca. por su parte. el polo urbano y comercial de mayor crecimiento en la región. con rasgos mucho más modernos y dinámicos. Según Clément Thibaud (1997: 40). gozaban de ostentosas preeminencias ceremoniales. lugar de residencia de la gente decente. el segundo. la patria chica. procesos análogos de integración vertical. en plena resistencia conjunta al sitio indígena que estaba diezmando la ciudad. la causa es nuestra y así es preciso defenderla” (citado en Barragán 1995: 144-145). El mestizaje afectaba tanto los rasgos fenotípicos de la población como sus prácticas culturales. los trabajos de Fernando Cajías de la Vega han mostrado la progresiva ruptura del modelo binario de la sociedad de Indias en función de la cada vez más intensa hostilidad entre criollos. lo que contaba. lejos de acallar estos emergentes antagonismos. ello significó una creciente identificación con su país de origen. año 2012 19 . Los indios en cambio habitaban los barrios más alejados del centro. códigos culturales comunes en el tipo de vestimenta. al igual que la guerra contra los ejércitos liderados por Túpac Katari y los amarus un año después. que los conflictos entre ambos grupos se extendieran a la participación en las milicias y las preeminencias ceremoniales. En su estudio sobre identidades colectivas y conflictos políticos en esta ciudad. al punto que un fiscal de la audiencia se lamentó hacia estos años que era común que se admitiera “a individuos que por su bajo y desechado nacimiento debían emplearse mejor en actividades correspondientes a sus humildes calidades y circunstancias” (Querejazu Calvo 1987: 362). Voekel (1992). el hacendado y comerciante criollo. El levantamiento de las clases altas y populares de la villa a nombre de Túpac Amaru en febrero de 1781. las diversiones y los modos de sociabilidad. se advierte una marcada escisión en el seno de las elites en consonancia con sus niveles de implantación en la sociedad local. La revuelta popular contra el aumento de la alcabala y el establecimiento de la aduana en 1780. parecía no existir en La Plata el grado de segregación residencial que se observa en otras ciudades coloniales. los ministros de la real audiencia de Charcas. ignorantes y entrometidos”. Estudios sobre las prácticas sociales y culturales de la plebe urbana en el siglo XVIII en Aguilar (1999). de “patricio” en el sentido de pertenencia a la “patria chica”. y los generalizados ataques a las personas y bienes de los “chapetones” que siguieron. Esta hostilidad se expresó en continuas luchas por los recursos económicos (en particular el crédito a la producción minera) y los cargos (los corregimientos de la villa y provincias circunvecinas y los oficios concejiles). en mayor medida que en otras urbes. Chambers (1999). personas oriundas de la villa o asimiladas a la sociedad local) y peninsulares o chapetones (foráneos o extranjeros. López Beltrán (1988). “patricios” o “paisanos” (esto es. la manera de hablar.9 En tanto sede de la antigua Universidad de Charcas y la Academia Carolina. Subrayado en el original. orgullosos. El primer grupo consistía principalmente de grandes mercaderes de efectos de Castilla asociados con casas comerciales de Lima y Buenos Aires. Bridikhina (2000). tildó a las más importantes familias paceñas de “insubordinados. se combinó empero. cursis. las elites orureñas eran de baja estirpe (Cajías de la Vega: 472). capitales históricas de virreinatos y audiencias. así como en querellas sobre la adscripción étnica y el honor. fueron este tipo de urbes. Aillón Soria (2007). Oruro era una ciudad pequeña donde patricios y plebeyos compartían el espacio público y la vida cotidiana. la celebración del carnaval. para la plebe. el dominio del quechua. Asimismo.10 El propio origen social de los estudiantes distaba en muchos casos de la “pureza de sangre” exigida para el ingreso a la universidad. cualquiera fuera su lugar de nacimiento). véase también Bohmer (2014). el arzobispado y la universidad. Lo que los separaba no era necesariamente su origen geográfico (había peninsulares y criollos en ambos lados). Estudios sobre la sociedad charqueña en los siglos XVI y XVII. Véase también Thibaud (1997: 42-47). Para los europeos o los criollos venidos de afuera. cierto sentimiento de identificación simbólica con sus superiores. Estenssoro Fuchs (1995). futuro oidor de la audiencia de Chile. muy especialmente. insolentes. La fisonomía cortesana de la vida pública charqueña. Johnson Nº 52. También en La Paz. No en vano. “Ea paisanos. la Academia Carolina. En La Plata. además de sus amplias atribuciones administrativas y judiciales. incluyen Barnadas (1973). puesto que los artesanos y comerciantes vivían y tenían sus talleres y tiendas en las calles céntricas y alrededor de la Plaza Mayor. Revista Andina de Segurola.7 Es significativo al respecto. el Comandante de Armas de La Paz. Análisis de distintos aspectos de la historia de la ciudad de La Plata a fines del siglo XVIII en Querejazu Calvo (1987). Sobre la Academia Carolina y la educación jurídica en general. vinieron a confirmar sus peores temores. las actividades económicas que desarrollaban y su involucramiento en los asuntos públicos. (2008). sin embargo. Presta (2000).8 En particular. elaboradas formas de etiqueta. Francisco Tadeo Diez de Medina. Uribe-Uran (2000). Rossana Barragán (1995) ha mostrado que promediando el siglo XVIII se comienzan a multiplicar los choques políticos y litigios económicos entre los “españoles peninsulares” y los “españoles patricios”. las que fijaron la norma de la ciudad barroca latinoamericana: comunidades fundadas en un acendrado dualismo social y en la asunción de modelos señoriales de comportamiento que pretendían remedar el modo de vida cortesano de las urbes ibéricas. Sebastián 7 18 Sobre las prácticas culturales de avecinamiento en el mundo hispanoamericano colonial. Era la condición de avecindado. sobre el rol de los abogados y letrados en la creación de una esfera pública durante el período colonial tardío. Eichman-Inch C. analizada con mucha agudeza por Eugenia Bridikhina (2007). soliviantaba a la población local con expresiones tales como. Para los patricios. pero de vasta influencia política e intelectual debido a su triple condición de sede de la audiencia. Como bien recordó Ángel Rama (1995: 32). plateros. Dones y otros signos de distinción social). carpinteros. tales como el “Reino del Perú”. Juan José de Vértiz. Carta del Comandante de Armas Cristóbal López al virrey del Río de la Plata.Estudios y Debates Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica Charcas experimentó un proceso de democratización tras la expulsión de los jesuitas en 1767. una guarnición permanente a metros de la Plaza Mayor. opinante sobre los asuntos del procomún”. se llevaron a cabo una serie de procesiones con el estandarte de La Plata y otros actos públicos dirigidos a reafirmar el lugar simbólico de la ciudad como sujeto de la historia y actor político colectivo. De este modo fui apagando la maligna semilla de la discordia entre criollos y europeos” (citado en Querejazu Calvo 1987: 385. por primera vez desde el siglo XVI. Viva el rey Carlos Tercero. Gabriel René-Moreno (1996: 126) había ya apuntado que los criollos distinguidos. viva el Rey. se suprimió la antigua práctica de que el juramento de asunción de los virreyes se realizara ante la presencia del vecindario de Nº 52. El cuerpo docente pasó a ser integrado por personas seculares y religiosas de origen local. en referencia a un confuso episodio callejero. como he desarrollado en otro lugar. que en ocasión de darse un discurso en la Universidad de Charcas en honor de la designación de Ignacio Flores como Presidente de la audiencia. una práctica que estaba en palmaria contradicción con la concepción monista de la monarquía de Carlos III y los consiguientes recortes a la autonomía y preeminencias de los ayuntamientos americanos en el ceremonial público.16 Como bien apunta Eugenia 15 16 Representación de ciento cincuenta vecinos y religiosos de La Plata (incluyendo numerosos Doctores. fue percibida como un afrenta a los antiguos y recientes servicios de la ciudad a la Corona. Mientras los rumores respecto a la existencia del presunto motín antifiscal resultaron infundados. Destacado en el original. Hacia la década de 1780. el clima de agitación política se había iniciado antes. Paralelamente. En su estudio de la sociedad charqueña tardocolonial. entre éstas oí algunas voces que decían de esta suerte: Sí. Charcas 595. “fraternizaban con los mestizos” y que la presencia de estudiantes y doctores en la ciudad “explica que el cholo chuquisaqueño sin saber leer ni escribir. De hecho. como ningún cholo en otra parte. homogeneizante.12 Igualmente significativo fue que los letrados no constituyeron un grupo cerrado sobre sí mismo. AGI. se elaboraron al menos dos alegatos colectivos. por la bandera real. sino de otro aspecto clave de las políticas borbónicas luego de la supresión de la revolución tupamarista: el establecimiento de compañías de soldados peninsulares en las grandes urbes andinas. Querejazu Calvo (1987: 357). si se quitan las Aduanas y Tabacos y nuevos impuestos…”14 En verdad. Mientras la apelación a la figura de reinos y ciudades y las representaciones pictóricas de los reyes Habsburgos actualizaba la naturaleza plural y pactista de la monarquía. distinción y preferencia. Se dijo. AGI. la decisión de estacionar. la afirmación no carece de fundamentos. las reglas de ceremonial borbónicas evocaban la nueva concepción absolutista del poder real y la visión unitaria. sombrereros y muchas otras “gentes del pueblo”. los enfrentamientos no emanaron de manera directa de la presión impositiva o la segregación de los criollos de los cargos estatales. Nadie los tomaba a la ligera. primero por estampas impresas en serie y. fue el propio origen e intencionalidad de aquellos lo que terminó promoviendo debates públicos sobre el lugar del vecindario en el cuerpo político. los oidores de la audiencia y otros funcionarios peninsulares de difamar a los paisanos “para conseguir superioridad. aparecieron en la ciudad anónimos y libelos que condenaban a los autores de las especies. según explica Pablo Ortemberg (2014: 74-96). Sobre las celebraciones públicas en Lima a comienzos del XVIII. De Gori (2010). El malestar fue lo suficientemente ostensible para que los magistrados del tribunal tuvieran que hacer visitas regulares al cuartel para reasegurase la fidelidad de los paisanos en armas. los empleados no dieron abasto para impedir el acceso a la sala mayor de los numerosos artesanos y jornaleros que concurrieron por propia voluntad a la ceremonia. Al punto que un oidor de la audiencia reprendió formalmente a las autoridades universitarias por la presencia de tantos plebeyos en un evento de semejante naturaleza (Gantier Valda 1989: 124). A diferencia de otras ciudades. El propio Comandante de las recientemente llegadas tropas españolas reportó.15 Igualmente significativa fue la convocatoria de varios cabildos abiertos. la propagación de anónimos era el principal medio de expresión del disenso. la adjudicación de cátedras se rigió por concursos y se instituyó un sistema electivo de designación de rectores lo suficientemente competitivo para convertirse en foco de conflicto entre el claustro docente y las autoridades peninsulares de amplia repercusión en la vida de la ciudad en los años por venir. herreros. en especial durante el asedio a la ciudad de parte de miles de indígenas en febrero de 1781. Charcas 595. En pleno avance de las fuerzas indígenas insurgentes a comienzos 12 13 14 20 (2013). 15/10/81. Hacía elogios al Cabildo Secular y todo el vecindario. el primero firmado por numerosos abogados. Por entonces. Desde comienzos de los años ochenta la ciudad experimentó una serie de conflictos que dan cuenta del intenso involucramiento de las clases bajas urbanas en los asuntos públicos. I. Alejandra Osorio (2004) ha notado que las referencias a las comunidades políticas que integraban la monarquía hispánica. que acusaban a los oficiales del ejército. Como se ha mostrado para distintas sociedades de Antiguo Régimen. véase Barnadas (1989: 94). cedieron lugar a genéricas menciones a “las Indias”. los cuales fueron sustituidos. Surgieron también conatos de amotinamiento de los milicianos debido al establecimiento de un monopolio estatal sobre la venta de tabaco al menudeo. en un mundo donde la difusión de las opiniones estaba por principio sometida a censura y circunscripta a los órganos de gobierno. Dado que en Charcas habían sido las milicias de patricios y plebeyos las que cargaron con el esfuerzo bélico. Lo propio ocurrió con los retratos de los reyes. Por otro lado. aparecieron pasquines en la ciudad señalando a los ministros de la audiencia y los corregidores provinciales (todos ellos peninsulares para entonces) como los principales responsables del estallido social. que “entre el tumulto de las gentes que gritaban de una parte y de la otra por calles y plazas. año 2012 21 . religiosos y vecinos patricios. de sus súbditos. El presidente de la audiencia explicó que. silleros. principalmente los universitarios. La llegada del ejército del fijo no hizo sino exacerbar esas tensiones. el arribo de la compañía del ejército regular a mediados de 1781 fue seguida de vigorosas confrontaciones públicas a raíz de la propagación de especies acerca de una inminente revuelta popular contra el aumento de los impuestos instigada por el patriciado urbano (Serulnikov 2008). Di Meglio (2012). “Para impresionar bien a la gente plebe que integraba las compañías [de milicias]. por ejemplo. Revista Andina de año. la institución hispánica más directamente asociada a nociones de representación corporativa municipal. ya para la época de la coronación de Carlos III. zapateros. o para fabricar fortuna con el material de ajenas ruinas”. Ic. fuese por aquel entonces. Sobre el rol del claustro de doctores a partir de la expulsión de los jesuitas.13 Dejando de lado el lenguaje arcaico. y el segundo por cerca de doscientos oficiales de los gremios de sastres. llamaba a sus oficiales [de origen patricio] y soldados y salía con ellos a rondar la ciudad. destacado nuestro). Destacado nuestro. 19 Así pues. La ceremonia se trasladó al interior de la audiencia donde el nuevo virrey se comprometía ante los oidores a desempeñar correctamente su función de presidente del tribunal. Sus connotaciones pueden ser comparadas a las de la prensa de la época: aunque su único propósito fuera educar a la sociedad respecto de la sabiduría de las disposiciones reales. lo nuevo. Piénsense.20 “La oración de agradecimiento al pueblo” conllevó por ende una interpelación a la capacidad de discernimiento político del vecindario que por su propia naturaleza estaba en contradicción con las premisas del imaginario absolutista. Cernadas Bermúdez. AGI. la política que en un sentido amplio estaba confinada al ámbito reservado de la administración imperial. Charcas 433. previos a estos hechos. 66. el uso de cuya imagen fue vedado para las procesiones organizadas por el cabildo. quedó inhibido de intervenir en cualquier pleito que involucrase a los miembros del cabildo. y según algunos autores de aceptación” (citado en René-Moreno 1996. repique de campanas y un “continuo concierto de música que atrajo a todo el vecindario”. Marqués de Loreto. Bridikhina (2007: 204-205). Curcio-Nagy (2004: 72-78) coinciden en que. En sociedades de Antiguo Régimen. su alocución en la Plaza Mayor no pudo ser vista como un mero acto protocolar. Archivo General de la Nación de Buenos Aires. vulgar esclavo de los instintos. “Hablar acerca de –apunta la autora– era tan desconcertante como hablar en contra de: era una seria derogación de una de las más arraigadas ideas de la monarquía. el incremento en la frecuencia y magnificencia de las festividades regias se conjugó con la construcción de una imagen cada vez más abstracta de los monarcas. la santa patrona de La Plata (René-Moreno s. Ignacio Flores a José de Gálvez. los ministros de la audiencia resolvieron canalizar sus inquietudes respecto al clima de agitación política mediante la organización de un acto en el que se dirigieron a toda la población de la ciudad. los estudios de Linda A. Más allá del clima general de descontento con las políticas de la audiencia.18 La acusación tenía cierto asidero. Charcas 444. El Virrey Loreto al Intendente de Charcas Vicente de Gálvez. 15/10/1781. Nº 52. Como resumió un testigo de los hechos. sino en el de un acto organizado en respuesta a los rumores de un motín popular y dirigido directamente a sus principales sospechosos. destacado nuestro). El recurrente estado de agitación social llevó eventualmente a que el virrey del Río de la Plata. las manifestaciones populares de lealtad al monarca eran tan poco aceptables como las manifestaciones de oposición. “un Pueblo a todas luces fiel y muy versado en conjeturas y sutilezas no pudo menos que inferir que el orador [Cernadas Bermúdez] quiso lucir su persona y que él mismo había sido el Autor de dichas Cartas anónimas [anunciando el inexistente motín]”. le recordó. Como resume el autor: “El juramento ya no se hacía en el espacio público ante la autoridad municipal. los periódicos y gacetas coloniales abrieron en la práctica nuevas áreas de debate y. Sobre la función propagandística del sermón político en las misas y ceremonias. había estado a la cabeza de enfrentamientos públicos con el ayuntamiento. los servicios religiosos o los castigos”. Las autoridades concejiles debieron incluso renunciar a su potestad sobre el principal símbolo de la ciudad y objeto de devoción popular. Debido a sus reiteradas reyertas con el vecindario. una larga “oración al pueblo” agradeciéndole por su conducta. Eventualmente. El Presidente Regente de la audiencia. 87). del consenso. En octubre de 1781. “No está el Gobierno para complacer a esta especie de gentes”. Colocaron para el efecto un retrato de Carlos III en los portales del ayuntamiento. el Consejo de Indias confirmó la validez de la elección y amonestó al oidor por su conducta. año 2012 23 . Luego. Gerónimo Manuel de Ruedas al Virrey Vértiz. el oidor peninsular Pedro Antonio Cernadas Bermúdez leyó. Por otra parte. Todo lo que tenía que hacer era prestar su consentimiento a los actos de autoridad. la celebración de la obediencia a las decisiones de los representantes del rey. 15/5/84. No es casual que al calor de los múltiples enfrentamientos por venir. Nótese que el discurso del funcionario no se produjo en el contexto pautado y ritualizado de las celebraciones seculares o religiosas. EC 1782. como Arlette Farge (1992: viii) ha sostenido para el caso de la opinión pública en la Francia prerevolucionaria.17 La imagen de un magistrado dirigiéndose al pueblo desde un estrado con el único objeto de agradecer su aquiescencia al orden establecido debió haber ofrecido un peculiar espectáculo. 118. en particular. debido a la ostensible pugna entre vecinos y peninsulares que dio marco a la ceremonia. en palabras de Annick Lempérière (1998:70). fueron paulatinamente convertidas en un espacio de expresión unívoca deslazada por las ideas y prácticas que relacionaban la felicidad pública y el bien del Estado con la imagen del Rey”. Más importante aún. por ejemplo. la audiencia había dispuesto que las autoridades concejiles renunciaran a la costumbre de ocupar bancas forradas con damasco carmesí en la Catedral no menos que durante las celebraciones en honor de la virgen de Guadalupe. La Audiencia desplazaba al cabildo y la sala del Acuerdo reemplazaba a la calle” (p.: 107-108). También los tradiciones panegíricos en honor del recién llegado pronunciados por intelectuales criollos en la universidad comenzaron a ser sometidos a la más estricta censura.Estudios y Debates Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica Bridikhina (2007: 358) respecto a las políticas borbónicas: “Las fiestas. introdujeron “subrepticiamente la idea de que el gobierno bien podía no acertar siempre en su manejo de los asuntos públicos. El corolario del conflicto fue la realización de una singular ceremonia pública. los cuales se canalizaban a través del ceremonial –los rituales. sino en cuarto cerrado ante la autoridad judicial. durante el siglo XVIII. los cuales derivaron en su negativa a refrendar en enero de 1781 la elección anual de alcaldes y demás oficios concejiles. comprometiéndose a respetar los fueros y privilegios de la ciudad. se sintiera precisado a ordenar al intendente de Charcas que desechase de plano cualquier planteamiento de la población urbana dado que no existía contrato de lealtad alguno que limitase la autoridad del monarca. que en 1779. En la medida que en estas sociedades las personas del común no constituían sujetos de opinión. no tenía por qué andar cavilando sobre los asuntos del día.f. el alcalde de primer voto del cabildo dio en representación de los vecinos una “arenga de amor al Rey y a la Patria”. Para el caso de México. a nombre del tribunal. tras repetidos reclamos de los 18 Lima. AGI. IX. apenas dos años. expediente 4. legajo 22. en un mundo donde las cuestiones relativas al ejercicio del poder estatal. entrañaba también desnaturalizarlo. y que en todo caso podían existir opciones”. que el pueblo. Volviendo a nuestro caso. 22 Revista Andina 17 vecinos. la Virgen de los Remedios. del siglo XVIII radicó menos en el contenido de las opiniones de la gente que en la reivindicación de su legítimo derecho a opinar.21 19 20 21 Archivo Nacional de Bolivia. los festivales. En primer lugar. fue llevada al espacio público de la plaza. y desde un estrado preparado para la ocasión. frente a la Plaza Mayor. poner en valor la opinión de los súbditos. Interior. un vecino fuera acusado de postular que “las leyes para que obliguen necesitan de promulgación. el ayuntamiento fue perdiendo control sobre la organización y contenido de las fiestas a manos de los funcionarios regios. sino como parte de un proceso más amplio de confrontación. hubo estrépito de artillería. como espacio de comunicación que permitía expresar las pretensiones políticas locales en América. sin perder por supuesto sus distintivas adscripciones grupales. se generan procesos de creciente antagonismo entre los sectores patricios y los sectores asociados a los intereses metropolitanos (magistrados regios. las afrentas a los derechos patriarcales y la reputación de la gente decente y las castas por igual adquirió una doble connotación: plantear la cuestión de si peninsulares de baja condición (como lo eran los soldados de línea) podían tener preeminencia sobre criollos de noble origen y situar la defensa de la masculinidad de patricios y plebeyos en un mismo plano. merece señalarse que es a partir de esta época. cholos. más documentada manifestación. se realizaron varios cabildos abiertos que contaron con la activa presencia de artesanos y pequeños mercaderes. que la condición genérica de mestizo parece haber empezado a quedar despojada de los atributos puramente derogatorios que la habían impregnado desde los tiempos de la conquista. por haberse osado a exponer importantes cuestiones de Estado “a la censura de un Pueblo rudo e ignorante”. contribuyeron a socavar la autorepresentación de la sociedad urbana como una sociedad hidalga. el ayuntamiento fue acusado de “un crimen horrendo de sedición”. las quejas se politizaron de inmediato debido. fueron conducidos presos a Buenos Aires (Serulnikov 2009a y 2009b). no a una medida circunstancial. grandes comerciantes importadores y prestamistas. En efecto. no tardaron. A raíz de estos enfrentamientos. las milicias reprodujeron las divisiones estamentarias. cortesana. Mientras. que puso en evidencia la relajación de las barreras que separaban a ambos grupos: tras reclamar sitios de privilegio por tratarse “sujetos de personal nobleza”. De hecho. y durante el curso del siglo XIX. Las reformas borbónicas. los usos culturales o el debate abierto sobre los asuntos de gobierno. la nobleza y la honra. Por cierto. según anotó Gabriel René-Moreno (1996: 113-114). Estas divergencias no se limitaron a las conocidas pugnas por los recursos económicos o el acceso a los empleos de gobierno. en 1782 y 1785. La íntima ligazón entre la cultura del honor y la cultura política. y por la negatividad de lo que era. un miembro pleno de las dos repúblicas. su lugar en el ceremonial. de la interacción entre colonizadores y colonizados. lejos de castigar a los amotinados. Es posible afirmar. los ataques a la honorabilidad del vecindario en sus dos sentidos. menos peyorativo y despectivo”. Más aún. portaban armas en el espacio urbano. un valor “más neutro. Es interesante notar que los conflictos no se originaron en los grandes problemas políticos de la época. el intendente de Charcas Ignacio Flores y el abogado criollo Juan José Segovia. sobre todo. gozaban de inmunidad de las justicias ordinarias. a que su presencia en la ciudad obedecía a una política de Estado. cuando el virrey ordenara pocos años más tarde la disolución de la última compañía de mestizos todavía en pie. En términos más generales.Estudios y Debates Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica El cambio de relación entre las clases altas y las castas se puede advertir. en consonancia con su búsqueda de nuevas fuentes de validación política. Los altos magistrados coloniales tanto en Charcas como en Buenos Aires no se preocuparon por disimularlo: proclamaron que no debía “tenerse armado a ese Paisanaje” puesto que era “punto decidido el que solo debe haber tropa de España”. se convirtiera en la expresión institucional de la revuelta popular. a la vez que para los españoles americanos fue asumiendo. sino dos masivos motines populares contra la guarnición militar. el sentido de pertenencia social. el subproducto racial y cultural anómalo. Los vecinos. los ancianos de la ciudad hablaban de un antes y un después de estos episodios. que la lenta consolidación de novedosas estrategias identitarias e imaginarios colectivos estuvo vinculada a la rápida expansión de la política. oficiales de la real hacienda). compuestas por artesanos y pequeños comerciantes. que en La Plata. y. en la organización miliciana. El mestizo deja de estar signado por la afirmación de lo que no era. comenzaron a identificarse como miembros de una misma entidad colectiva definida en oposición a las políticas metropolitanas y a sus agentes y beneficiarios directos. que todavía a mediados del siglo siguiente. 25 . en salir a la superficie. sino que afectaron campos tan variados como el simbolismo político. El resentimiento fue lo suficientemente intenso como para suscitar no uno. asimismo. véase asimismo el artículo de Rivera (1996). así como casos de adulterio y otras afrentas a la autoridad patriarcal de los vecinos. y por ende. la convivencia de las tropas españolas con el vecindario iba a provocar enfrentamientos de tal magnitud. las tendencias socioeconómicas y las dinámicas culturales de largo plazo. Es en este contexto que se debe situar la creciente participación política de las clases bajas urbanas. año 2012 Revista Andina 22 En el mismo volumen. como integrantes de una sociedad colonial. trabajadores no calificados) y rasgos étnico-culturales (mestizos vs. No obstante. Rossana Barragán (1996: 86) ha apuntado al respecto que para los indígenas urbanos la categoría comenzó a aparecer como un medio de ascenso social y símbolo de estatus. El impacto de estos procesos en las percepciones sobre la naturaleza de las jerarquías sociales no debiera ser subestimado. el más prominente símbolo de estatus social en estas sociedades. las compañías de caballería de abogados y letrados aceptaron asistir a los actos públicos entremezclados con las de infantería. no deseado. conforme a lo usos de la época. Diríamos entonces que se produce una democratización relativa del honor como función de la democratización relativa del deshonor. Por orden del virrey. entre las jerarquías sociales y el sistema de gobierno. los primeros tumultos en Charcas desde los tiempos de la conquista. sin embargo. en el vocero de la oposición del conjunto del vecindario al ejército. Durante la década de 1780. a semejanza de Oruro y La Paz. pero tal vez no la más significativa. a los ministros de la audiencia y al propio virrey de Buenos Aires. el honor. es decir. Y el descontento fue suficientemente extendido en términos sociales para que el ayuntamiento.22 Resulta evidente. entre otros factores. En estos años se multiplicaron las denuncias tanto de patricios como de plebeyos sobre actos de violencia de la tropa en las calles y lugares de esparcimiento. queda mucho por conocer acerca de en qué medida estos realineamientos estuvieron acompañados de un proceso de creciente diferenciación social al interior de los sectores populares en función de la estructura ocupacional (gremios de artesanos y comerciantes vs. a que los soldados peninsulares del fijo sustituyeron a las milicias urbanas que exitosamente habían enfrentado a las fuerzas indígenas. cuyas características lingüísticas o fenotípicas los asimilaba en mayor medida al mundo indígena). los supuestos cómplices del movimiento. la plebeya y la otra. las elites patricias apoyarían la violenta protesta de la plebe contra la medida. El motín fue su más espectacular. Los temores de las autoridades regias en 1781 se tornaron así realidad. la militarización. entonces. así como la guerra contra los 24 Nº 52. dividida en sectores hispanos y no hispanos: un reino entre otros reinos. Desde el punto de vista del honor y el género. sino en asuntos en apariencia más prosaicos y cotidianos como los insultos a la honorabilidad y masculinidad de los residentes. en todo caso. sino más bien en rechazo a las reformas políticas ocurridas en España tras la revolución liberal de 1820. y algo muy distinto. En una región donde los acontecimientos estuvieron decisivamente signados por el flujo y reflujo de fuerzas militares del exterior. en relación al futuro Estado boliviano. autonomistas o. modernos o tradicionales) y los proyectos políticos (realistas. nacionalistas) que informaron el comportamiento de la población altoperuana han sido motivo de intenso debate. mas no bajo la égida del liberalismo de cuño bolivariano o porteño. Soux Muñoz Reyes (2008: 465-489). ha sido con frecuencia presentada como una disputa facciosa entre funcionarios peninsulares (los ministros de la audiencia. Nº 52. dirigido a los oidores de la audiencia constituida por entonces en “audiencia gobernadora”. y el virrey del Río de la Plata. la región estuvo bajo permanente ocupación de las tropas de línea del virreinato del Perú o de ejércitos patriotas. que contó con la activa participación de un grupo de abogados y letrados criollos de ideas radicales y fue acompañada por la movilización de la plebe urbana. de que las ideas sean irrelevantes. Los principios ideológicos (liberales o conservadores. además. El motivo central del conflicto habrían sido las ambiciones de poder de los oidores y las aspiraciones regionales de autonomía administrativa y económica respecto a la capital virreinal porteña. llevaron a recurrentes cuestionamientos de las políticas imperiales. de la población local. seguida de una asonada popular. al replanteo del lugar de los patricios en la jerarquía de privilegios de la sociedad indiana y a una expansión del papel de los artesanos. Los promotores del proyecto carlotino fueron el enviado de la Junta de Sevilla. por un lado. de que la controversia sobre la presunta conspiración carlotina representaba solo un eslabón más en la larga y variada cadena de conflictos políticos que habían asolado la sociedad charqueña por años. la revolución tupamarista. a una mera lucha jurisdiccional y facciosa. virtualmente. independentistas. es esperable que las adhesiones a los bandos en pugna se modificasen con relativa rapidez y las consideraciones pragmáticas 23 26 Véase por ejemplo. en torno de la más adecuada forma de defender el dominio español en América dada la extraordinaria situación suscitada por la acefalia regia. pequeños mercaderes y otros miembros de la plebe en la vida pública. véase Roca (1998: 145-208). Revista Andina cobraran precedencia sobre las convicciones más profundas.23 Menos atención se ha prestado. Era plenamente consciente. 1809 fue parte de este proceso. Para desarrollar este punto nos focalizaremos nuevamente en la ciudad de La Plata. por supuesto. Desde finales de 1809. Siles Salinas (1992: 123145). lo comprendió de inmediato. Las ciudades altoperuanas fueron las primeras en remover a las autoridades constituidas luego de la caída de la monarquía hispánica en 1808. su dinámica política y su composición social. un fenómeno que guarda algunos paralelismos con el contemporáneo movimiento de Agustín de Iturbide en México. Querejazu Calvo (1987: 519-616). y el intendente de Charcas Ramón García Pizarro y el arzobispo Benito María Moxó y Francolí. que su invocación podía albergar proyectos y prácticas políticas de la más variada índole. el militar arequipeño José Manuel de Goyeneche. sin embargo. Octavio Paz (1995: 47) recordó que “toda sociedad al definirse a sí misma. La proclamada lealtad al monarca no lo impresionó en lo más mínimo. pero resultaba del todo incompatible con el irrevocable menoscabo que estaban causando a los dos pilares fundamentales sobre 24 Sobre los eventos de La Plata a partir de las abdicaciones de Bayona. indicador de las transformaciones en curso. muy particularmente durante los tempranos alzamientos contra los magistrados españoles. y las últimas en romper con España. sino también por la conflictiva relación del Alto Perú con Lima y Buenos Aires. define a las otras. En un oficio secreto de agosto de ese año. tenemos mejor información y que permitirá retomar algunos de los temas tratados arriba. el rey era un emblema tan abstracto y universal. dejando de lado las convencionales historias patrias. Tanto los llamados movimientos junteros criollos de 1809 como la acogida recibida por los primeros ejércitos expedicionarios porteños reconocen esa impronta. republicanas o monárquicas. Previa a la definitiva derrota realista. La participación de los sectores populares urbanos en este proceso fue intensa y significativa. por otro). quien sucedió a Liniers a mediados de 1809. tenderos. Y esta definición asume casi siempre la forma de una condenación”. tan carente de las determinaciones materiales y simbólicas propias de los órganos de gobierno. les recordó que su proclamado objetivo de “mantener los verdaderos derechos de nuestro Augusto Soberano el Señor Fernando 7°” podía ser muy genuino y muy loable. La emancipación se alcanzaría recién a comienzos de 1825 con el arribo de las fuerzas de José Antonio de Sucre. sino de que en una situación de semejante incertidumbre. No se trata. parece claro que por sus raíces históricas. De Gori (2011). En América. Mendoza Pizarro (1997) y Roca (1998). ni acaso el más adecuado. Lo que quisiera argumentar es que las acciones colectivas denotan una erosión del orden establecido que está en exceso de los móviles que las pudieron impulsar. así como por el flujo y reflujo de novedades sobre las cambiantes e inciertas circunstancias políticas en la metrópoli. La doble condenación de la alteridad radical de la población indígena provocada por la masiva insurrección panandina y de la colonialidad de las estructuras de gobierno español incitada por el absolutismo borbónico fue la fragua donde nuevas representaciones sociales comenzaron a tomar forma. El general realista de origen charqueño Pedro Olañeta fue quien lideró esta reacción conservadora. Aunque esta descripción ayuda a entender los contornos generales del evento. Fue un complejo proceso signado desde el comienzo no solo por las inclinaciones independentistas o realistas. El levantamiento de 1809 La crisis del orden colonial en el Alto Perú fue la más prolongada del continente. incluyendo a la más radical y sediciosa de todas. como todos aquellos interesados en preservar el statu quo.Estudios y Debates Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica levantamientos tupamaristas. el caso sobre el que. el acontecimiento fue algo más. El virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros. De hecho. Su impulso ideológico primario radicó en el regalismo de la población local frente a la supuesta complicidad del intendente y el arzobispo con los planes de la infanta Carlota de Portugal para asumir la Regencia del Río de la Plata mientras durase el cautiverio de su hermano Fernando VII. todas las rebeliones y alzamientos se habían legitimado en su nombre. los manifiestos y declaraciones de principio no son el único. año 2012 27 . a las prácticas políticas. Santiago de Liniers. se había atravesado ya una primera experiencia autonómica. gracias en gran medida al detallado estudio de Estanislao Just Lleó (1994). tan expuesta a fuerzas ajenas al control de los actores mismos.24 La sinopsis del levantamiento ocurrido en La Plata el 25 de mayo de 1809. la intrepidez política de los universitarios tomó un nuevo cariz cuando. Tal fue particularmente el caso con el intento de García Pizarro de forzar la designación de su consejero privado. incluyendo la apresurada huida del virrey Marqués de Sobremonte a Córdoba. el ambiente general de deliberación sobre la legitimidad del gobierno. o en otras circunstancias. Un documento de la época resumió el estado de cosas al señalar que lejos de “guardar el secreto que mandan las Leyes”. Para un pormenorizado análisis de las características y el impacto subversivo de las acciones colectivas en el contexto del levantamiento de La Paz. por supuesto. Como es bien sabido. No sorprende que en 1808. entonces. que fácilmente podría pretextar la malicia. y. dispuso la suspensión de la acostumbrada elección anual por el alto grado de politización del evento o. las tensiones venían de muy lejos. La resistencia de los magistrados regios no obedeció tanto al propósito mismo de la empresa como a la autonomía e irreverencia de quienes la propiciaron. La ola de agitación llevó no solo a que la postulación debiera ser retirada. lo que nos interesa remarcar aquí son sus repercusiones: la oposición del clero a las autoridades superiores adquirió un alto grado de exposición pública y. Lo que las noticias de las abdicaciones de Bayona hicieron fue crear un nuevo contexto –la vacancia del poder regio. García Pizarro. La institución defendió con tenacidad su autonomía. esta subversión en las formas de hacer política no irrumpió de repente: remite a experiencias previas. el intendente García Pizarro. Aunque aliados en las jornadas de mayo de 1809. No se trató de eventos confinados a la administración regia y los claustros universitarios. y alrededor de asuntos de diferente índole. la posición de poder asumida por los vecinos (doctores de la universidad. algunos ejemplos servirán para ilustrar el punto.26 Este proceso de politización es observable a muchos niveles de la interacción de las instituciones de gobierno regio y corporativo. Revista Andina Tal es el caso de los conflictos que se desencadenaron entre ambos organismos con motivo de las invasiones inglesas a Buenos Aires en 1806 y 1807. al claustro docente de la universidad de Charcas le cabría un rol central en el movimiento de 1809. véase De Gori (2010). Por el contrario. oficiales del cabildo. en palabras de la época. véase “Releyendo el 16 de julio de 1809 en el siglo XXI”. sino incluso a que la audiencia. ordenase el “extrañamiento” de Cañete en Potosí. en Rossana Barragán et. avalando esta postura. el despacho de comisionados a otras ciudades para obtener su adhesión al alzamiento. La elección anual de cargos concejiles un año más tarde confirmaría plenamente sus temores. Fondas y Confituras” (citado en Just Lleó 1994: 39). que no quisieran pasar en las conversaciones y tertulias por filósofos y políticos…” (citado en Just Lleó 1994: 64). 25 26 28 Un análisis de los argumentos acusatorios contra la audiencia gobernadora de Charcas y la Junta Tuitiva de La Paz. Sabemos que durante la primera década del siglo. con la anuencia con los principales voceros del cuerpo docente. Durante los años previos. Y también al sentimiento de beneplácito que había suscitado en el vecindario de La Plata el formidable protagonismo de la población porteña en la lucha contra los fuerzas invasoras.Estudios y Debates Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica los que la fidelidad al rey se asentaba: la “subordinación a los superiores” y el “orden público” (citado en Just Lleó 1994: 154). todo el asunto tomó estado público y la gente se dedicaba a seguir día a día sus avatares. se había visto envuelto en virulentas disputas con los oficiales de la real hacienda por los intentos de incrementar sus obligaciones impositivas. el ayuntamiento hizo caso omiso de la orden. los universitarios se habían enfrentado a la audiencia. la conducta de los curas doctrineros. Las elecciones se realizaron y Zudáñez fue elegido regidor. la redefinición de la relación entre ciudades cabeceras y ciudades subordinadas– dentro del cual estas tensiones adquirieron nuevas e inesperadas resonancias. año 2012 29 .al. A fines de 1808. por lo general.25 No de otra cosa se trataba la violenta deposición del intendente García Pizarro y del arzobispo Moxó. el impopular oidor honorario Pedro Vicente Cañete. algunas distantes como las tratadas en la sección anterior. Aunque el tema excede las posibilidades de este ensayo. un importante órgano debido a la fuerte presencia del clero y las instituciones educativas religiosas en la vida de la ciudad.27 En enero de 1809. el carácter reservado de los asuntos de gobierno. como rector. “se obedece pero no se cumple”). como presidente ex officio del cabildo. se solicitó formalmente a García Pizarro y Liniers que prohibieran la circulación de los pliegos de la Infanta Carlota que el propio virrey 27 Sobre el rol de la Universidad de Charcas en estos procesos. las noticias y opiniones sobre las disputas entre diversos órganos de gobierno eran propagadas “entre todas las clases del vecindario” (citado en Just Lleó 1994: 54). el ataque a los soldados del ejército regular y su reemplazo por compañías de milicias de patricios y plebeyos. Encabezados por el escribano de la universidad Manuel Zudáñez y otros vecinos prominentes. incentivaron “una secreta animosidad en los Tribunales y cuerpos civiles para estimarse con facultades competentes contra sus respectivos Gefes en casos equivalentes. se dijo que “[estas increíbles hostilidades] por ninguno eran ignoradas a causa de que se leían los escritos inflamatorios por las esquinas. así como de las subsecuentes providencias del virrey Liniers. al llegar las primeras noticias sobre la conformación de la Junta de Sevilla y estallar el disenso sobre su reconocimiento. contra la expresa voluntad de los oidores y el intendente. (2012). También en este caso. Ahora bien. García Pizarro hizo notar al respecto que los eventos de Buenos Aires. Se diría. que tres principios básicos de la cultura política colonial fueron puestos en cuestión: la politización de las relaciones de mando (la primera clausula de la más acendrada máxima de la administración indiana. y el activo involucramiento de las clases bajas en las cuestiones públicas. familias distinguidas criollas). véase en Barragán (2008). el arzobispo Moxó y el propio virrey Liniers debido a la elección del rector y varios proyectos de reforma curricular. la movilización de las clases populares. el espíritu faccioso imperante. resultó exitosa. las controversias sobre el origen de la autoridad de los magistrados coloniales. una campaña de recaudación de fondos para la defensa de la capital virreinal. el arzobispo se sintiera precisado a advertir a sus subordinados “que no soltasen jamás las riendas a una inquieta curiosidad de enterarse de los acontecimientos del día. así como con el arzobispo Moxó por su afán de reformar el funcionamiento del seminario conciliar y de disciplinar. también las tensiones entre el cabildo secular y la audiencia fueron intensas y recurrentes durante los años precedentes. tras una reunión general del claustro. Mientras las razones específicas de los enfrentamientos ameritan un estudio aparte. Nº 52. en consonancia con los nuevos principios ilustrados. En respuesta a una solicitud del ayuntamiento porteño. los habitantes de La Plata convocaron a un cabildo abierto y emprendieron por cuenta propia. Al igual que con otros conflictos de este tipo. o el espíritu de independencia” (citado en Just Lleó 1994: 33). el cabildo eclesiástico. y otras más recientes. rechazó de plano semejante pretensión. circularon cartas y pliegos de la corte de Brasil que recibieron una positiva acogida en la audiencia. El cuestionamiento público a las máximas magistraturas coloniales. tras la partida de Goyeneche. al igual que lo sucedido con otras controversias de la hora. que la ocasión en que surgió la controversia fue en sí misma muy significativa: se trataba del funeral del oidor honorario y exrector de la universidad Juan José Segovia. Irurozqui (2007). acudió “una gran masa del pueblo”. Véase. García Pizarro. discurriendo la cuestión “según la importancia que en sí mismo tenía”. orientadas por una natural inclinación al desorden y una inconmovible convicción regalista que más que un principio organizador de una determinada (y potencialmente cambiante) visión del mundo. los tumultos en la plaza mayor. no resultaba sencillo volver a confinarlos al ámbito de la administración regia. anónimos y rumores condenando la conducta de los oidores. porque las preeminencias ceremoniales eran el más ostensible signo de las jerarquías de poder vigentes. a instancias de García Pizarro. pues se trataba de asuntos de “mero gobierno” (citado en Just Lleó 1994: 63). resulta una suerte de sentimiento atávico. Se multiplicaron los pasquines. no ciertamente en esta coyuntura. Liniers. no se trató en absoluto de un asunto banal. empero.29 En cualquier caso. No sabemos demasiado sobre la participación de los sectores plebeyos en los sucesos de mayo. el mulato Francisco Ríos. Temiendo ser enviados presos a Buenos Aires (la suerte corrida por Segovia dos décadas atrás no debió pasar desapercibida en estas circunstancias). según dijo un testigo de los hechos. Just Lleó (1994: 110 y nota 113). en un asunto de semejante trascendencia institucional. En cualquier caso. y se reputaba de tribuno del pueblo y el cónsul de aquellas provincias” (citado en René-Moreno 1996: 118. y en un momento donde todas las jerarquías de poder estaban siendo puestas en cuestión. por ejemplo. año 2012 31 . Sin embargo. García Pizarro pidió al virrey que se pusiera de una vez fin a la incesante conflictividad política mediante el destierro de todos los opositores al gobierno. nada parecía quedar fuera de la incumbencia de nadie. sus acciones aparecen como derivativas y prepolíticas. En primer lugar. Impotente para detener la escalada de confrontaciones. Es a partir de enero “cuando se transforma en revuelo. pone de manifiesto los fluidos contactos que existieron entre las elites y las clases bajas (Aillón Soria: 2010). Como era costumbre en la administración indiana. lucha y acusación sobre cosas inexistentes”. las batallas por las preeminencias ceremoniales no podían. en Roca (1998: 151-193). como era esperable. la audiencia y las autoridades virreinales de la década de 1780. No se ha enfatizado suficientemente. Los pasquines eran comentados en toda la ciudad y sus autores gozaban de la general admiración por su osadía. pues “el Gremio y Claustro se ha avanzado a formar Acuerdos sobre materias muy graves de Estado que no son de su incumbencia” y cuya resolución estaba reservada “a la decisión de esta Superioridad” (citado en Just Lleó 1994: 76). ordenó que “se testase y cancelase” el acta de los doctores. la firma de Segovia es una de las primeras que aparece al pie de la controversial acta de los doctores en repudio de la circulación de los pliego de la Infanta Carlota (Just Lleó 1994: 593). El clima de insubordinación y la existencia de un común enemigo. Apenas semanas después de la controversia sobre los pliegos de la Infanta Carlota. Le recordó que las comunicaciones entre magistrados eran por naturaleza reservadas. por otro lado.28 Por entonces. La campaña de anónimos y el ambiente de agitación obligaron a poner patrullas nocturnas “para disipar los posibles grupos de gentes que se formaban. el arzobispo. el “pueblo” estuviera involucrado en todas las instancias del evento. el principal vocero del vecindario durante los mencionados enfrentamientos con el ejército. Al enterarse de tan insólito argumento para las concepciones de la época. pero también de otras autoridades civiles y eclesiásticas que no habían estado involucradas en el episodio. Vale recordar que durante la época de los motines contra los soldados peninsulares se había sostenido que Segovia “se jactaba de ser el defensor de los criollos sin distinción de calidades. Nº 52. Revista Andina dos períodos. La problematización de las relaciones de mando había alcanzado tal punto de naturalización que a fines de 1808 el propio fiscal de la audiencia le exigió al intendente que le remitiese copias de todos los documentos oficiales que recibía de la corte virreinal de Buenos Aires. el virrey Liniers conminó al intendente a no ceder a las presiones. Sostiene que a fines 1808. no sorprende que. Un estudio reciente de la actuación de un “capitán de los cholos”. El 25 de mayo fue el día. el virrey y Goyeneche que a una genuina creencia en los riesgos de un posible usurpación de los derechos de Fernando VII. hacia el final de su vida. al igual que en la década de 1780. Significativamente. el claustro docente lo eligió rector por 28 30 Un análisis del “Acta de los Doctores” y más en general del pensamiento universitario de Charcas. desde los choques armados con los soldados. Just Lleó (1994: 72-75) sostiene que la disputa sobre el proyecto carlotino obedeció en mayor medida a una decisión táctica de los grupos criollos y los oidores en su lucha contra el intendente. surgió una querella entre el rector de la universidad y la audiencia sobre una cuestión de protocolo en apariencia menor –el derecho del primero a usar un cojín durante misa– que terminaría desembocando en el estallido del 25 de mayo. asimismo. los vecinos patricios y los ministros de la audiencia comenzaron a pergeñar un alzamiento contra las autoridades superiores. el clero y los vecinos notables. eventualmente logró ser rehabilitado y. y sobre todo para detener a los pasquinistas” (citado en Just Lleó 1994: 83 y 110). una vez que los asuntos de mero gobierno habían pasado a la esfera pública. los 29 Véase. El involucramiento en la política de los artesanos. alegando que estaban destinados “al conocimiento del Público de esta Ciudad sea qual fuese la materia de su contenido”.Estudios y Debates Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica había hecho llegar a Charcas por manos de Goyeneche. eventualmente hicieron que los ministros de la audiencia se retractasen de su ataque a los grupos criollos y centraran de nuevo su mira en el intendente y el arzobispo. destacado nuestro). la querella sobre el uso del cojín se transformó de inmediato en una causa pública donde se pusieron sobre el tapete aspectos mucho más amplios de las relaciones de poder. “debido a la simpatía y prestigio de que gozaba en la ciudad” (citado en Just Lleó 1994: 82). incluyendo el virrey y “los europeos en general”. El abogado charqueño había pagado por ello con un duro encarcelamiento en Buenos Aires y un interminable proceso judicial en su contra. los intentos de tomar las cajas reales. Su sepelio pareció servir como un puente entre ambos eventos: a las funciones en su honor. el cabildo y la universidad. el oficio final que se dirigió a García Pizarro conminándolo a renunciar de inmediato al cargo. generó enorme estupor. En el relato de Just Lleó. sino adquirir gran trascendencia. pequeños mercaderes y otros grupos plebeyos tuvo ese día una explícita vindicación ideológica. Aunque parte de la historiografía ha tendido a tomar la supuesta banalidad de la disputa como un signo de la escasa densidad política del fenómeno todo. además de las autoridades civiles. la captura de García Pizarro y las juntas y deliberaciones en donde se tomaban decisiones. En el documento más importante de la jornada. Las connotaciones políticas de la formación de milicias se advierte en que apenas un año antes de estos eventos. al pie del lienzo se colocó un perro muerto (Aillón Soria 2010: 263). Revirtiendo 31 32 33 Sobre los intentos de reformar las prácticas culturales de los sectores populares y las expresiones barrocas de participación en las festividades religiosas y cívicas.Estudios y Debates Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica líderes de la asonada argumentaron que. la exaltación del poder del rey en las fiestas solía servir como una reafirmación. había servido como un símbolo del rechazo al establecimiento de una guarnición militar permanente y otras políticas de control imperial. la deposición del intendente y el enfrentamiento con las autoridades virreinales fueron acompañados por el desarme de los soldados españoles estacionados en la ciudad y preparativos bélicos en prevención de un inminente ataque de las compañías de veteranos de Potosí.33 En efecto. gritar. de una apelación a la doctrina de la reversión de la soberanía a los pueblos en caso de acefalia regia. In other words. la audiencia y los vecinos patricios apenas pudieron contener la movilización de la plebe. Presidente [García Pizarro]. Estenssoro Fuchs (1995). la explosión de la esfera pública –la multiplicación de ámbitos de 30 Por ejemplo. No se trata. sino a quienes gobernaban en su nombre) forzó la revocación de la medida (citado en Just Lleó 1994: 81). Podría decirse que la movilización en armas de la población ya no solo redundó en una politización de los cargos militares (la relación entre patricios y plebeyos. La celebración de Corpus Christi ilustra bien este fenómeno. los artesanos se opusieron obstinadamente a que se alterara la tradición (Querejazu Calvo 1987: 463). “el Pueblo todo [está] en tal consternación que no encuentra el Tribunal otro arbitrio para restituirle su antigua tranquilidad. año 2012 33 . la vertiginosa debacle del dominio español fue variando su significado. la movilización plebeya se canalizó. que el que V. inspirados en el ideario ilustrado de establecer una separación entre las manifestaciones populares y de elite. la ceremonia no solo contó con una explosión de fervor popular. la conformación de compañías de patricios y plebeyos durante la guerra contra las fuerzas indígenas encabezadas por los hermanos Katari había dado lugar a graves confrontaciones entre el vecindario y las máximas autoridades regias. pero tanto más sedicioso porque socavaba las relaciones concretas de poder sobre las que el régimen de gobierno se fundaba y se entroncaba con experiencias colectivas de contestación. Aunque los gastos eran extremadamente onerosos y en varias ocasiones suscitaron quejas. sino de la expresa reivindicación de la potestad de las poblaciones locales. Arzobispo y [intendente de Potosí Francisco de Paula] Sanz. del poder de quienes las organizaban y promovían (Bridikhina 2007: 245). Burke (1978: 149-177). sino además adquirió un definido tono político: en la víspera de la fiesta de Corpus. según un relato de la época. el tipo de vínculo que unía a las comunidades americanas con la metrópoli). Los “chapetones” fueron objeto de ataques y robos.E. la multitud ahorcó en la plaza central el retrato de García Pizarro. cuando las autoridades borbónicas intentaron simplificar las festividades. Aunque es evidente que la audiencia y los dirigentes criollos invocaron la posibilidad de un estallido social como recurso intimidatorio. Durante los días posteriores.32 Como no podía ser de otra manera. véase Marchena Fernández (1992) y Campbell (1978). cuya legitimidad no estaba en cuestión. Sin embargo. Claudio Lomnitz (1995: 3233). en obsequio de ella entregue inmediatamente el mando Político y Militar. tratándolos de traidores con el estribillo Viva el Rey. Mientras esta observación parece válida para el largo plazo. there is an inverse correlation between the social importance of political ritual and that of the public sphere”. asimismo. La retreta era el momento del día en que la gente se retiraba a sus hogares. a la noche. Van Young (2006: 809-815). a todo lo que la ideología de Carlos III encarnaba (Serulnikov 2008). Voekel (1992). Tres décadas atrás. por cierto. frente a la Plaza Mayor. sino también en una progresiva militarización de la política. turbulentas e injuriosas a la señora Princesa del Brasil Doña Carlota Joaquina de Borbón. la convivencia del ejército español con los residentes urbanos. el vasto potencial contestatario de expresiones de monarquismo popular en sociedades de Antiguo Régimen ha sido bien estudiado para el caso de México. la celebración pública en nombre de Fernando VII se tornó un ritual cotidiano. Sobre las milicias y reformas militares en los Andes durante la época de Carlos III. incluyendo los sectores plebeyos. véase Bridikhina (2007: 174175). Se adoptó la costumbre de colocar todas las tardes un retrato de Fernando VII en los bajos del cabildo. los regidores del cabildo y los miembros del gremio de abogados decidieron declinar tal honor. en última instancia. Lejos de constituir un acto mecánico de sumisión al orden establecido. como hemos apuntado.30 Tras el 25 de mayo de 1809. el que repetían con algazara aun en la misma retreta” (citado en Just Lleó 1994: 133). Méndez (2005. como el Pueblo lo pide. Por lo demás. Era costumbre que los gremios de oficios y mercaderes levantaran ese día altares callejeros por los sitios donde pasaba la procesión y que costearan las compañías de danzantes. y contra los Señores Virrey. la colocación del retrato de Carlos III en los bajos del cabildo. Era un discurso más ajustado al ideario político vigente. Tampoco este fenómeno era novedoso puesto que. en donde se congregaba el “cholerío” para cantar. durante los mencionados conflictos de mediados de 1781.31 En 1809. en espejo. de remover gobernantes incompetentes o despóticos. 4). El mismo 25. La fiesta. vale insistir. Por el contrario. a través de la organización miliciana. ha notado que. 32 Revista Andina debate abierto y horizontal sobre los asuntos de Estado– resulta directamente proporcional a la intensificación del ritual y el ceremonial en la vida de la ciudad. La práctica tenía sus antecedentes. más bien que con construcciones ideológicas abstractas. menos aún de nociones liberales de ciudadanía. forms of communication and decision-making exist. La aparición de varios pasquines “con voces de independencia” (no en relación al rey mismo. cap. en este tipo de coyunturas de crisis. luego de los sucesos del 25 de mayo el reclutamiento de milicias fue inmediato y masivo. el estado de conmoción popular era genuino y profundo. con firme protexta de no aquietarse hasta que se verifique” (citado en Just Lleó 1994: 122). el pueblo recorrió las calles de la ciudad cantando “con música de guitarras coplas muy deshonestas. Nº 52. dar vivas y mueras (citado en Just Lleó 1994: 141). Perú y otras regiones del mundo. junto con la fijación de una placa de bronce que exaltaba “las proezas y trofeos de la Ciudad y su Ilustre Ayuntamiento” en defensa de la monarquía en tiempos de la rebelión de los encomenderos del siglo XVI y los insurgentes indígenas del XVIII. en un agudo ensayo sobre el tema para el caso de México. ocupaba un sitio primordial en la construcción del imaginario político del mundo hispánico. Echeverri (2011). los disfraces y las bebidas que allí se ofrecían. cuando Liniers y García Pizarro habían dispuesto la organización de compañías llamadas “del Honor” en defensa de Fernando VII. dialogic. Field (1976). “ritual is a critical arena for the construction of pragmatic political accommodations where no open. sino muchos movimientos. según varios cálculos. Pérez (2010). en rigor. se produjo una verdadera implosión del levantamiento como resultado de las irreconciliables disensiones internas. Se dotó a las tropas de uniformes y salarios. Revista Andina no hubieran hecho otra cosa que poner las manos en… personas a quien venera el Pueblo. el intendente de Potosí Francisco de Paula Sanz. Una nueva revuelta estuvo a punto de estallar a fines de octubre de ese año al rumorearse que las autoridades desarmarían a las milicias voluntarias (Just Lleó 1994: 157). los oidores procuraron convocar a una junta de vecinos distinguidos para instrumentar “los medios de precaver efusión de sangre”. pues 34 34 En su análisis del creciente antagonismo entre la metrópoli y las elites americanas durante el siglo XVIII. El epíteto “europeo” no varió en esencia sus connotaciones políticas. la asunción del nuevo intendente Vicente Nieto y con ello el retorno al orden establecido. a lo largo de la ciudad. Es preciso. Fue ese derecho. que la imposibilidad de ejercer cualquier forma de control real sobre la población urbana contribuyó en gran medida a que la audiencia y sus aliados aceptaran sin protestas. Los recelos frente a la rápida radicalización del conflicto llegaron a tal punto. una vez más. Ciertos sectores. había sostenido por entonces que la “audiencia gobernadora” habría tenido mayor aceptación “si se hubiesen sofocado a los Europeos”. folletos. No había sido. que los “anónimos” se leían públicamente y sus autores se ufanaban de ellos. Las tensiones condujeron a que el tribunal intentara incluso procesar a algunos de los líderes criollos. También se hablaba del “sistema de independencia como la filadelfia” (Just Lleó 1994: 110 y 143). pero que muy pronto se descubrieron incapaces de controlar. Es indicativo de la percibida naturaleza del conflicto que los vecinos identificaran a sus enemigos como “chapetones” o europeos. uno de los procesados. El movimiento había sido desde el principio. que el tribunal tuvo que prohibir que los vecinos patricios abandonaran la ciudad bajo ningún pretexto. el que se despliega con todo vigor en estos meses. Se reunieron numerosos grupos de “gente baja” que proferían “gritos subversivos y de muerte para los reos y los chapetones” (citado en Just Lleó 1994: 144). Cuando comenzaron a llegar a la ciudad oficios del virrey Cisneros. en consonancia con arraigadas prácticas culturales respecto al concepto de vecindad. no se privaban de manifestarse a favor de ejercer el control de la administración hasta que se resolviese la situación en España. Bernardo Monteagudo. más de cinco mil hombres (Just Lleó 1994: 129. barberos y otros. aunque hemos visto que sus raíces son más lejanas. el inicio de la guerra de la independencia en el Río de la Plata. no meramente una genérica identificación étnico-cultural). cuestiones relativas a los sistemas posibles y deseables de gobierno. por la coyuntura europea o la presión social. Según Estanislao Just Lleó. herreros carpinteros. el estado de agitación popular alcanzó niveles nunca vistos hasta entonces. “The resident elites included Spaniards and Americans: provenance did not necessarily imply either difference of material interest or any political polarity. y cuya orden seguiría sin embarazo” (citado en Just Lleó 1994: 143). Consideraciones finales Con el estallido del levantamiento juntero de La Paz en junio de 1809. las subsecuentes Nº 52. Pocas dudas hay. 137 y 175). a partir de septiembre hubo una explosión de pasquines. en mayo de 1810. Los sectores criollos más radicalizados no tardaron en acusar a la audiencia gobernadora de no terminar de romper amarras con los aliados del virrey y su principal apoyo en la región. Se discutían.34 El presunto sentimiento de pertenencia a la nación universal española (entendido como un sentido de integración política a una misma comunidad de derechos. antes del principio si recordamos los procesos de confrontación que lo precedieron. habían contribuido a exacerbar. artillería e infantería integrados por los vecinos principales. muy heterogéneo. plateros. se personalizara conforme al lugar de nacimiento de los individuos. Fue un proceso que. libelos y proclamas que convocaban a “defender la Patria a sangre y fuego” y a la “restauración de la primera libertad”. En respuesta a los rumores de un inminente avance sobre La Plata de las tropas regulares estacionadas en Potosí. estuvo en el corazón de las disputas. Asimismo. mucho menos dirigir. se llegaron a movilizar. pero sí adquirió un sentido literal y se convirtió en el fundamento de violencias y proscripciones legales. año 2012 35 . la respuesta fue un conato de motín popular. A la inicial división de los habitantes entre “tribunalistas” y “pizarristas” se superpusieron ahora nuevos y viejos motivos de resentimiento contra los ministros de la audiencia. Brian Hamnett (1997: 284) señaló que. Véase. se creó una milicia de pardos y morenos identificada como “Compañía del terror”. El clima de deliberación y debate era tal. historiar este fenómeno: la reivindicación del derecho a opinar constituyó. The predominance of American interests and family connections provided the defining element which distinguished this group from the ‘peninsular’ elite. Hay claras evidencias del desasosiego que la democratización del derecho a opinar generó entre los ministros de la audiencia y otros. lejos de representar una premisa compartida del levantamiento. instruyendo a la audiencia poner de inmediato en libertad a García Pizarro y otros presos. paradójicamente la única ciudad en seguir el ejemplo de La Plata. la designación estuviera dirigida a los defensores del orden establecido mucho más que a las personas de origen peninsular mismas. sastres. según señalamos arriba. “hubiesen sido víctimas del furor del Pueblo. uno. asimismo. uno de factores esenciales de la crisis de la cultura política del absolutismo. por lo que hacían y por lo que representaban. se conformaron varios cuerpos de caballería. motivado por sus apetencias de poder. Para el caso de Buenos Aires. en todo caso. aun cuando. Una afirmación exagerada tal vez. la ausencia de una fuerza bélica capaz de hacer frente a los tropas de línea del Alto Perú –y a las que fueran despachadas desde Lima o Buenos Aires dada la determinación de los virreyes José Fernando de Abascal e Hidalgo de Cisneros de poner fin a los disturbios a como diera lugar– tornaron insostenible el alzamiento charqueño. con alivio. como su sector pretendía y que si los oidores hubieran tomado medidas concretas contra los dirigentes criollos. precisamente. pero hasta donde sabemos no del todo divorciada de la realidad. Por cierto. Ya a mediados de agosto. presente mucho antes de 1810. Eventualmente. mas debieron cancelar su realización ante los generalizados resquemores de la población respecto a las medidas represivas que allí se pudiera adoptar. Los mismos resquemores a las reacciones populares motivaron que se intentara bloquear la difusión de noticias del levantamiento de La Paz. La audiencia se vio forzada a escribir al flamante virrey que la orden no iba a ser obedecida. así como por los miembros de los gremios de tejedores.Estudios y Debates Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica la decisión que había dado lugar a violentos motines en 1785. incluso antes del levantamiento de mayo. Pero al margen de estas consideraciones. Gabriel Di Meglio (2007: 195-196) muestra que los conflictos políticos desencadenados a partir de la Revolución de Mayo hicieron que la antinomia americano-peninsular. whose Spanish peninsular interests and orientation predominated”. Solo si se toma en consideración la historia del Alto Perú en las últimas tres décadas. la principal novedad. y no como sujeto sino objeto de los reclamos. Mamani Siñani (2011). las tradicionales adscripciones sociales (españoles peninsulares. véase Portillo Valdés (2006. para la mayoría de la población. Nada de esto era completamente nuevo. ofrece un buen indicio del proceso en marcha. América era otra cosa. aplicación y talento podrá elevarse hasta la cumbre de las magistraturas y empleos” (citado en Querejazu Calvo 1987: 663. 36 Revista Andina o americano. sin pretensión de originalidad. se hicieron patentes y relevantes políticamente. volviendo a nuestro punto de partida. en contraposición a las representaciones de patriotismo hispánico. como circule en sus venas sangre española y como no la manche con alguna infame acción. donde los criterios de elección de la representación americana a la cortes dejó en claro la naturaleza subordinada y colonial de los territorios de ultramar. también tendrían desde ahora los mismos derechos a participar en la cosa pública que los sectores patricios. La formación de un Estado nacional en Charcas–. un bastión de resistencia al poder real que nunca pudo ser del todo sojuzgado. En una alocución pública pronunciada en la Iglesia matriz de Cochabamba durante los actos de jura. La crisis de la cultura política colonial y de la sociedad de Indias no se inició con el arribo de las noticias sobre las abdicaciones de Bayona. el arzobispo de Charcas Benito María de Moxó y Francoli sostuvo: “La Constitución nos dice en primer lugar que la Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios. en ocasiones repudiada. en rigor. lo que ocurre durante la larga debacle de la dominación española en el Alto Perú es una crisis de la antigua sociedad de Indias. Arze Aguirre (1979) y Mamán (2010). Cap. lo que define el significado histórico del acontecimiento. la constitución parecía estar ofreciendo un modelo alternativo de comunidad imaginada. la igualdad entre españoles y americanos no se sostuvo siquiera en los círculos liberales de Cádiz. Ya todos somos españoles… está quitada la manzana de la discordia” (citado en Querejazu Calvo 1987: 663. por cierto. con la revolución liberal de 1820. Alguien que había estado en el corazón mismo de estos procesos. por una mera reforma del sistema de gobierno colonial o más bien por aspiraciones autonomistas respecto a ambas capitales virreinales –una postura resumida en el título del libro de José Luis Roca (2007). la imagen proyectada por la nueva constitución sería revertida poco después con el retorno de Fernando VII al trono y sus infructuosos intentos de volver atrás las ruedas de la historia y. capturó perfectamente las resonancias que podía tener el nuevo texto constitucional en este contexto regional. no la única. por fin. Los plebeyos. antes y después de la reunión de las Cortes de Cádiz. otra vez más. Nº 52. en gran medida debido a la artificialidad del concepto en el marco del orden político imperial vigente. Lo que se advierte. europeo 35 Mendieta Parada (2011). las rutinas de obediencia a la autoridad se resquebrajan. y las barreras identitarias que separaban a los sectores populares urbanos de las elites criollas se van haciendo más porosas conforme las comunidades locales (la patria. 36 Sobre los fallidos intentos de los gobiernos metropolitanos de la crisis.36 Por lo demás. han desaparecido del orbe español esos odiosos apelativos de criollos y chapetones. de una nación española universal). en mayor medida acaso que las grandes construcciones doctrinarias. vale decir las clases bajas urbanas. Moxó anunció además el fin de otra distinción social: “Noble o plebeyo. Demélas (2003 y 2007). a las que. gozará en adelante con toda plenitud del apreciable derecho de ciudadano y si tiene idoneidad. Lo que este ensayo procura sugerir. España era España. las ideas respecto al mundo que los rodeaba debieron ser inestables en no menor medida porque el mundo que los rodeaba lo era.Estudios y Debates Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica incursiones de los ejércitos patriotas porteños al Alto Perú y el surgimiento de diversos movimientos locales de resistencia al gobierno español. Aunque. año 2012 37 . como sabemos. maligna raíz de donde brotaron tantas y tan crueles desavenencias. Las realidades de la dominación colonial. la movilización de masas y la guerra socavaron los fundamentos del orden establecido. Asebey Claure (2011). es que cualesquiera fueran las respuestas de los actores sociales a estas cambiantes circunstancias. Ni con Lima ni con Buenos Aires. Soux (2011). En definitiva. la región se verían abrazada por un clima de agitación política y social que se extendería. los cuatro batallones porteños que arribaron entre 1810 y 1816 y las tropas irregulares locales que operaron durante buena parte de la guerra. los nobles. en el centro de innumerables debates y confrontaciones. dejan de estar asociadas a un tipo determinado de participación en los asuntos públicos. no hay duda de que estas inclinaciones no fueron rígidas y mutaron conforme cambiaban las condiciones político-militares en Europa y Sudamérica. miembros indistintos de la nación española (las Españas en plural). el fin de un régimen plurisecular de privilegios y exclusiones cuyos fundamentos ideológicos habían estado. así como la correlación de fuerzas entre los ejércitos virreinales. que son españoles todos los hombres libres nacidos y avecindados en los dominios de las Españas y los hijos de éstos… Ya. o las patrias a las que se refieren los documentos de la época) se afirmaron como núcleo primario de pertenencia política y su putativa inclusión en la nación universal española fue sometida a escrutinio público. Mientras es motivo de debate si la mayor parte de habitantes se inclinaban por la emancipación de España conforme a los lineamientos de las elites rioplatenses. Resulta interesante advertir los notables paralelismos entre la imagen del gobierno español que emerge durante la jura y lectura pública de la constitución ocurrida en las ciudades altoperuanas a comienzos de 1813 y los conflictos políticos que acabamos de repasar. se puede valorar plenamente la premisa de este discurso: el hecho que americanos y peninsulares fueran por principio iguales. 1: “La federación negada”. introducida por la constitución. Vista desde este rincón del imperio. explícita o tácitamente. de “crear una monarquía refundada sobre la idea de la soberanía nacional” comprendiendo los territorios americanos (esto es.35 Con la excepción de los grupos más radicalizados en uno u otro sentido (la célebre guerrilla de Ayopaya. españoles americanos. viene a la mente). La recepción de la Constitución de Cádiz. no aparece en absoluto como una reafirmación de antiguas concepciones monárquicas hispánicas. destacado en el original). con flujos y reflujos. el Arzobispo Moxó había querido extender un certificado oficial de defunciónen 1813 . no en vano. Otra de las persistentes “manzanas de la discordia” quedaba así removida. cuyo repudio inspiró la experiencia autonomista liderada por el general Olañeta. plebeyos). sino como una novedad. destacado en el original). es que la tradición y la gracia del rey comienzan a dejar de funcionar como fundamentos de legitimidad. Son las prácticas políticas y sociales. el punto con el que quisiera cerrar este ensayo. Tuvo un recorrido de corto y mediano plazo cuyos contornos más generales apenas hemos intentado esbozar. Pero la volatilidad en los comportamientos y lealtades no debiera hacernos perder de vista hasta qué punto el permanente estado de conmoción política. hasta la derrota final de la causa realista en 1825. 29-103). Sergio Serulnikov Universidad de San Andrés/CONICET sserulnikov@udesa. se trató el cataclismo que tuvo lugar entre 1808 y 1825. La Paz: Editorial Don Bosco. Popular Politics and the Urban Poor in Latin America. no menos que de las aspiraciones ideológicas independentistas o la adopción del republicanismo como sistema institucional. Como es natural. En: H. La politización de las relaciones de mando dentro de los órganos de gobierno y entre los órganos de gobierno y la sociedad. Ortoll. 17-94. Actores y territorios en tensión. y tal vez solo esa. promovió una sostenida intervención de la población urbana en los asuntos públicos que terminó por desarticular el control del aparato administrativo regio sobre el derecho a opinar. Asebey y R.edu. había empezado mucho antes. M. 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Nº 52. hay que recordar que mientras en los años 50 del siglo XX se debatía sobre el carácter “fidelista”. actores y territorios en tensión. por tanto. las rebeliones y sus consecuencias”. como el cuestionamiento a las máximas autoridades ponían en entredicho la relación de orden. en los ochenta se sostenía que la rebelión 5 Barragán Rossana. a su estatus “colonial”. 2000: 196. entre el 2008 y el 2010. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. Resistencia. sino a la propia heterogeneidad política característica del Antiguo Régimen. Las especificidades que tenían estos “reinos especiales” no debían atribuirse. coordinadoras de aquel evento. año 2012 de Túpac Amaru no tenía relación directa con la independencia. en un artículo reciente. que 1 48 Serulnikov Segio “Lo muy micro y lo muy macro o cómo escribir la biografía de un funcionario colonial del siglo XVIII”. los que estudian la independencia). Más tarde. Rodríguez se inscriben en una perspectiva que la califica de global. más bien. Una línea fundamental de análisis debería centrarse en las relaciones y conexiones. que lo global puede analizarse desde lo local y lo micro y viceversa. regla y obediencia y. así. 2 3 4 Xavier Guerra François. Considero muy saludable repensar y rediscutir asunciones y premisas y. la importancia de las relaciones y las tensiones comentarios Rossana Barragán Romano International Institute of Social History-Amsterdam Coordinadora de Historia-La Paz El artículo-ensayo “El fin del orden colonial en perspectiva histórica”. comparto la preocupación de Sergio de no ceñirse a la corta duración y al big bang de 1808. Agradezco a Sara Mara y Beatriz Bragoni. No es mi intención aquí sostener lo contrario o ingresar a un debate al respecto. las independencias se interpretan como la irrupción de “la modernidad” en la estructura “monárquica de antiguo régimen” y la simultaneidad de lo que ocurrió en uno y otro del Atlántico se atribuyen a la dinámica desencadenada en la península y no a las causalidades internas diversas. en un artículo publicado hace un año. García R. Szeminiski (1976). 87. 6 Ver. Considero que lo que se ha producido en las últimas décadas es.9 El cuestionamiento de la «obligación» y la razón de trabajar en el caso de la mita. rico. Las colonias como factorías con finalidad económica y sin representación política empezarían en el siglo XVIII y de alguna manera estarían restringidas. En otras palabras. 49 . una larga historia. Madrid: MAPFRE. pero también el el trabajo de Cajías que cita Sergio o en mi propia propuesta de la “tercera república”). Guerra (1992: 116). Guerra (1992: 81-82). En: Barragán. Soy parte de las que cree firmemente que “la crisis de 1808-1810 se rearticuló a un entramado político y social de más larga duración que incluye las reformas económicas y políticas borbónicas. Sergio Serulnikov plantea que los trabajos de François-Xavier Guerra o Jaime E. la unidad de análisis es “la monarquía hispánica” con sus dos pilares. Por razones de espacio debo restringir mi comentario y voy a referirme a tres temas articulados: la relación entre lo local y lo global y la naturaleza de la crisis que se aborda. corporativa o compuesta (Rodríguez O. Modernidad e Independencias. Este artículo es una verisión de «Los entramados del poder y la legitimidad de sus acciones: múltiples disputas en torno a Charcas y la Junta de La Paz en 1809-1810» presentada en el XVI Congreso Internacional de AHILA 2011.3 En este contexto. Mendieta. de una magnitud que no se la había considerado. descentralizada. 37. a mi modo de ver. En relación a las rebeliones. la “estructura del gobierno colonial” o la “crisis de la dominación colonial” es lo que se silencia. sin embargo.4 Concebir a la monarquía como compuesta de reinos como lo hace Guerra. no dialógico. Entiendo su planteamiento. cada una como espacios casi cerrados en sí mismos. 2013. pero no concuerdo con él porque el propio Sergio nos ha demostrado. 2014. Asebey y Mamani. además. para Guerra. Historia y Cultura 37. Creo que las afirmaciones de Sergio Serulnikov de que la concepción pacista era una ficción o de que había un carácter undireccional. por lo que es importante detenerse en los propios términos utilizados por Guerra. “Juntas en el contexto global y local”. así como en las líneas principales de su argumentación. Para el autor. rebelión y conciencia campesina en los Andes. el español y americano y esta sería la perspectiva global. Al igual que Sergio. 7 Cornejo (1954). El debate que suscitó a Villaba aparece. Finalmente.Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica Estudios y Debates El recorte cronológico. denso y estimulante. titulado “Legitimidades en entredicho”. Soux. Stern remarcó que los “campesinos de Perú y Bolivia” tenían símbolos diferentes a los protonacionales vinculados al nacionalismo criollo. Barragán Rossana (2013). lo fundamental de la monarquía hispánica es su carácter pactista. ni tampoco estuvieron presentes en las innumerables reseñas de la cuantiosa producción bibliográfica publicada. a mi modo de ver. algunas aproximaciones que hoy predominan sobre el proceso que se inicia a partir de 1808. Pero es importante recordar también. el eje que se soslaya y que indudablemente tiene consecuencias para la interpretación de los procesos conducentes a la Independencia. De ahí que concuerdo plenamente con la afirmación de Sergio sobre el proceso de politización y es indudable que necesitamos volcar la mirada hacia la integración vertical de los actores. 2013. 56. la de los indígenas por otro. una relación contractual de derechos y deberes entre el rey2 y los reinos entre los que se encontraban las “Indias de Castilla”. la de los españoles por un lado. Barragán Rossana. relacioné las múltiples disputas en Charcas de 1790-1795 en torno de la mita y su articulación e improntas en los movimientos de 1809 y 1810. las legitimidades del poder. La Paz: Plural Editores. He disfrutado del artículo que es. concepto reemplazado por la visión de pactos entre distintos cuerpos.8 Lo que me interesa apuntar con esta breve historiación es que se fue estableciendo una ruptura radical entre las rebeliones indígenas y los proyectos independentistas considerándolos distintos y con objetivos diversos. Seoane. Valcárcel (1947). finalmente. una lectura distinta sobre el espacio político del Imperio. el recorte temporal. en los noventa. las Juntas y todo el periodo independentista porque no solo se los analiza separadamente. aplaudo la iniciativa de la Revista Andina. pero me interesa subrayar que por este peculiar recorrido se han ido construyendo espacios y periodos estancos desde hace muchas décadas. sobre las prácticas políticas de los sectores populares urbanos plantea una lectura de este periodo cuestionando. por ejemplo. 1990. La división entre rebeliones/ crisis de 1808 y periodo independentista tiene. Campbell (1979). los que corresponden también a la mirada de las dos repúblicas. al igual que a José Quintero González. Reescrituras de la Independencia. Revista Andina En cuanto a los tiempos en los que enmarcamos los procesos que conducen a la independencia. del aparato burocrático colonial son las que suscitarían amplias discusiones. “Legitimidades en entredicho: múltiples disputas en Charcas en 1790-1795 y 1809-1810”. Mínguez & Chust 2004. ni la aproximación global ni la unidad imperial son las que imposibilitan el análisis que reclama Sergio. me parece fundamental reconstruir los “prolongados procesos de negociación y conflicto” que se dieron en Charcas porque es una veta fundamental a proseguir. lo que impide e invisibiliza analizar la “complejidad” de lo local. sin embargo. Esta separación ha dado lugar incluso a especialidades (los que estudian rebeliones indígenas.1 Por consiguiente. a las relaciones entre indí8 9 Stern (1990: 95). Este es. cf. Bonilla y Spalding (1972). Mundos nuevos. sútilmente. (1957). COI (1976). en este sentido. Fischer (1956). situación que ha sido remarcada en otros trabajos (pienso en el artículo de Abercrombie sobre los kajchas. La Paz. separatista o protoindependentista de las rebeliones e insurrecciones7. Morelli 2005) va de alguna manera de la mano con la desaparición del término colonial. la mirada hacia Charcas en 1809. no se resuelven fácilmente. con la que coincido. El mismo autor planteó también que la Audiencia en Charcas y la Junta en La Paz constituyeron dos movimientos articulados. Lo que propone se aleja de las posiciones de quienes más de medio siglo atrás presentaban a los rebeldes andinos como precursores de las emancipaciones del siglo XIX. En primer lugar. de copias de proclamas que con unas palabras adicionales o diferentes cambiaban sus significados desde las más neutrales y fieles hasta las que cuestionaban la autoridad real. El artículo de Sergio Serulnikov permite. y estrecha alianza entre los criollos y los indios pues […] los primeros. “una mayor integración vertical de las sociedades urbanas”. oprimían a sus naturales tiranamente y pensaban entregarlos a una dominación extranjera y de herejes… que para establecer su libertad era necesaria la unión. mejor dicho. españoles e iberoamericanos dedicados al período. ni los segundos de por sí solos nunca podrán contrarrestar a las fuerzas que traerán los Europeos para esclavisarlos y 10 Barragán. Creo. sobre sus consecuencias para repensar el Imperio. apelando también a las autoridades de Buenos 50 Aires y Lima. poner sobre el tapete temas de debate fundamentales que. lo que conllevaba nombrar inmediatamente otras autoridades del gobierno civil. sino por los procesos de cambio político que se experimentaban desde Nº 52. argumenté que solo referirse a la articulación no termina de dar cuenta cabal de lo que pasó. se infiere de su trabajo. sería recibido por el Cabildo de la ciudad. sino también. podemos entender también la importancia de la movilización y politización que supuso. Estamos en realidad frente a una disputa política de amplias “coaliciones regionales” que interpretaron de manera diferente lo que debía hacerse frente a la crisis en la península. Pero la explicación del autor elude el protonacionalismo de otros momentos historio- 51 . Los informes de Potosí del Intendente Sanz contaron. La consolidación de una antinomia entre “patricios” de distinto nivel social y “peninsulares”. Se traza así una genealogía de lo ocurrido en 1809 que no sigue una línea recta entre dos identidades inquebrantables en el tiempo (de rebeldes a independentistas y de represores a contrarrevolucionarios). pero abren puertas para repensar no solo en nuestras interpretaciones sobre lo que sucedió. sino también la de toda una articulación vertical jerárquica. año 2012 antes en América. así como una pretensión mucho mayor que no se puede minimizar ni pasar por alto porque se dibuja una situación mucho más difícil para todas las autoridades de las intendencias. por tanto. de tal manera que no se trata solo de dos ciudades de Charcas y La Paz. tan destacado desde la década del 90 entre buena parte de los investigadores franceses. quienes a pesar de deber a este suelo su fortuna. Por mi parte. y después de releer la gigantesca documentación acumulada. porque plantea una crítica que Sergio Serulnikov ya viene proponiendo desde trabajos anteriores hacia la interpretación de las independencias hispanoamericanas como resultado de un big bang –son sus palabras–.10 Creo que es muy importante mantener esta perspectiva porque de lo contrario minimizamos y recortamos lo que sucedió. que estamos frente a la instalación de una Audiencia Gobernadora (no solo una Junta) lo que le otorga inmediatamente un área de acción mucho más amplia que una junta –generalmente más localizada y circunscrita a los gobiernos de las ciudades–. sin embargo. pero también para los dos virreinatos. En otras palabras. que es absolutamente necesario re-considerar el carácter del movimiento en Chuquisaca y la vinculación con La Paz y viceversa. Finalmente. “Presentación General” Reescrituras de la Independencia… En: Revista Andina entregarlos a una dominación estraña. Esta interpretación general. Esta discusión con el que –eliminando matices– puede denominarse “paradigma guerriano”. Un elemento clave en la explicación –que se apoya también en otra bibliografía– es la construcción en el Alto Perú de una identidad comunitaria diferente a la previa. por ejemplo. de una única ciudad: La Plata. Y eso es lo que hace Serulnikov. a pesar de que se ocupa solamente del Alto Perú o. convirtiendo esta crisis en un fenómeno localizado territorialmente a unas “ciudades” y núcleos urbanos pequeños. implica una invitación al análisis diacrónico. sino que tenía raíces sobre las que ser construido. quien vuelve a visitar las conexiones entre dos momentos revolucionarios: el de 1780-1781 y el de 1809-1810. lo que se dio es el involucramiento político de amplias regiones lideradas por sus cabeceras: la Audiencia y la ciudad de la Plata y toda la región circundante se alió con la ciudad de La Paz y las provincias de la Intendencia frente a la posición que tomó la Intendencia de Potosí a la cabeza de Francisco de Paula Sanz que defendió a las autoridades y buscó ganar (y lo hizo) hacia sus perspectivas a las restantes regiones. por varias razones.Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica Estudios y Debates genas y criollos. que a fin de que se verificase esta estrecha unión se había de elegir de cada Partido un indio principal que fuese el mas havil y racional para que sirviese de Diputados de su respectivo Partido recibiendo el tratamiento de “V. Señoría”. en las consecuencias de la acción de los habitantes de La Plata en relación con lo actuado por las autoridades. Por un lado. un acontecimiento impredecible y sorprendente que desencadenó una crisis extrema en la monarquía hispana. En otras palabras reemplazar el “mal gobierno” sustituyéndolo por “otro” en todo el territorio de las intendencias. No niega la indiscutible magnitud del “cataclismo” de 1808 en el imperio español. sino que ubica en la experiencia. principalmente Cochabamba y Oruro. 1809 en Charcas: reunir y no fragmentar los espacios La lectura de Sergio sobre Charcas en 1809 es muy interesante al apuntalar al involucramiento de las clases bajas en las cuestiones públicas y en el proceso de politización. Todo un programa político detrás de la búsqueda de una alianza criolloindígena que sin duda era el mayor temor de la coalición representada por Sanz y sus alianzas políticas regionales y así lo habían expresado. algo que no fue solo contingente. salvo el fidelismo a la Corona de aquellos que podían temer una repetición de lo ocurrido con Túpac Amaru y los Katari. Y tampoco ubica solo en la reacción a las Reformas Borbónicas las razones del descontento. entendemos también las relaciones verticales que se fueron tejiendo y con ello me gustaría terminar. a la importancia del mestizaje y la emergencia de grupos y categorías relacionados con los circuitos de comercio y participación en los mercados. las instancias que se involucraron. una causa principal del malestar que condujo a la impugnación del orden político en 1809. pero también de las afirmaciones de que no hubo ninguna conexión entre ambos momentos. los diferentes grupos que participaron y las diversas posiciones que existieron. cuyo resultado fue la separación de la mayoría de sus territorios americanos. Explicó también que la plata de los tributos y otros ramos no saldrían ya de la provincia de La Paz ni del reino y que en La Paz se estaba preparando un nuevo código que debía regir hacia delante. mantendría casa con decoro y disfrutaría de la renta de mil pesos anuales». eclesiástico y militar. Devolver la magnitud territorial de lo que sucedió en 1809 permite comprender también la atención que recibió de Lima y la decisión del ejército de Goyeneche. Gabriel Di Meglio Universidad de Buenos Aires. Contra esta idea de un rayo en cielo despejado. pero asevera que los enormes cambios a los que dio lugar no se explican solamente por él. Pacajes. permite rastrear las bases de la posterior construcción de un Estado independiente. empuñaría bastón. CONICET Estamos ante un ensayo contundente e importante. y al mismo tiempo. aquí se propone que quienes pelearon contra los levantamientos tupamaristas en La Plata recorrieron el camino del cuestionamiento de las políticas imperiales. sin duda. a buscar las “raíces” de lo ocurrido a partir de 1808 en las décadas previas. De ahí también la importancia y magnitud de la circulación profusa de anónimos. donde en una reunión con todas la autoridades y “principales” explicó “la traición al Rey” mientras que el Protector de los Naturales les decía que «Que ya era llegado el tiempo de sacudir el yugo odioso de los Europeos. como hacía alguna historiografía de otra época. En este contexto comprendemos lo que denominamos el “repertorio de acciones” o prácticas que se tomaron en uno y otro lado llevando al “descabezamiento” no solo de las máximas autoridades. Esto implica que la crisis fue de gran magnitud en términos territoriales. Just nos argumentó hace más de 16 años. Gabino Estrada. Al devolverle su magnitud. Por el contrario. Serulnikov propone pensar en una antorcha caída sobre hierba seca. y esta ha sido mi propuesta en recientes trabajos. que el nuevo Subdelegado nombrado por la Junta de La Paz. fue hasta Caquiaviri. Por supuesto existen muchas y. la fuerza del principio de consentimiento (se cita a un vecino acusado de decir que las leyes necesitaban ser aceptadas para “que obliguen”). que impugnaron en distintos lugares el orden existente. las iberoamericanas… Serulnikov consigna algunos tópicos en La Plata que estuvieron presentes en mayor o menor medida en todas esas experiencias: la impugnación de las formas de autoridad. Las revoluciones hispánicas: Independencias americanas y liberalismo español. “Todo empieza. se encuentra el nivel de las dinámicas. También es remarcable que la llegada de la Constitución de Cádiz pierde en esta perspectiva un papel performativo. sino de mayor alcance. y aquel falta por completo en buena parte de esta. Ahora bien. entonces. pero la vasta producción sobre género y la amplísima historiografía sobre las independencias no suelen cruzarse demasiado. Primero está el nivel de las causas. En este sentido. de iniciadora de cambios. de un problema de género (las consecuencias de que soldados peninsulares de origen plebeyo pudieran afrentar los derechos patriarcales de los hombres de La Plata de cualquier condición social). ¿cómo separar las causas. en ese sentido. pero en general operando en distintos conjuntos sociales como animadversión hacia los privilegios 52 (y sirve al respecto la cita de los vecinos de La Plata que denunciaron a funcionarios de buscar “superioridad. pensando en la “era de las revoluciones”. En un resumen de algunas de sus propuestas fundamentales. pero claramente su posición es más ambiciosa: aboga por revisiones similares para cualquier espacio del período. la etapa de los bicentenarios está dando lugar a un conocimiento sobre la época de las independencias que es significativo y abundante. sino también de movilizaciones de amplio alcance social. Guerra (ed. lo cual disminuye el peso.). también la creciente oposición a las jerarquías sociales. el artículo deja líneas para debatir. y entender cómo se logró tamaño cambio en los principios de mando y obediencia. Otro tema es la cuestión del rey. La preocupación de estos historiadores era distanciarse de ciertas narrativas nacionalistas y marxistas que suponían un desenvolvimiento histórico natural 11 Francois-Xavier Guerra. un igualitarismo en algunos casos político. el año de 1808 representa una “crisis repentina” y el punto de desencadenamiento para todo el proceso revolucionario en el mundo hispánico. con qué alcance?. se abre también el desafío de cómo ir integrando las explicaciones que indagan las particularidades de cada caso –aquí. de la dinámica de los acontecimientos. Otro aporte destacado es detectar los efectos políticos de los conflictos en torno del honor masculino. en otros también social. el plano de la política misma. ya que es crucial para entender cómo desde 1809 unos movimientos anticoloniales que podían no impugnar al monarca se fueron volviendo rebeliones contra el monarca y contra todos los monarcas. qué causó el progresivo descontento de la población de La Plata con la política imperial. que le ha dado una parte de la historiografía en los últimos años. El ensayo. El comentario sorprende por cuanto parece descartar la gran variedad y complejidad interpretativa de los estudios de las causas y los resultados en los procesos revolucionarios en el mundo. sino de una forma muy artificial? Cuando se asevera. por las abdicaciones de Bayona…” Para él y muchos otros después de él.Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica Estudios y Debates gráficos. abierta en el “espacio atlántico” por la revolución estadounidense en los 1770 y seguida por la tupamarista. y se suma a los incipientes debates sobre los problemas del “paradigma guerriano”. sostuvo. mientras que las causas y los resultados. para convertirse en un texto que vino a influir y a introducir modificaciones en una realidad ya altamente politizada y conflictiva. que es su capacidad de proponer una explicación común a los estallidos juntistas simultáneos en todo el imperio. el nivel privilegiado es el segundo. En general. es un problema fundamental a esclarecer que queda por delante. ya que era según él. es decir. la haitiana. sean lejanas o próximas. sino pluriclasista –pero no exenta de tensiones– y sin ningún atisbo del esencialismo que sí aparecía en los mencionados autores. Como sostuvo Guerra. viva el Rey. es decir. “Lógicas y ritmos de las revoluciones hispánicas. los sucesos americanos posteriores a 1809 se perciben claramente como anticoloniales (y además quienes buscaron defender el statu quo también alteraron en varias oportunidades el orden tradicional). distinción y preferencia”). difícil saberlo) un deterioro de esa posición indiscutible. algo que promete insuflar nueva vida al campo de historiografía de las independencias mientras continúan los bicentenarios. de qué modo se obtuvo cierta legitimidad para los gobiernos basados en “la soberanía del pueblo”. de manera simple y categórica. el desencadenamiento de los acontecimientos y el movimiento de la acción social. la conversión de las clases populares en “sujetos de opinión”. la francesa. año 2012 “pueden analizarse sin demasiadas dificultades de manera estática”. Sin entrar aquí en los debates teóricos acerca de “la estructura de la coyuntura” (Sahlins) o “los acontecimientos históricos como transformaciones de las estructuras” (Sewell sobre la revolución francesa). Sinclair Thomson Universidad de Nueva York I. Me parece útil poner el ensayo en perspectiva no solo hispanoamericana. como bien se sabe. En torno de esto. Esto lleva a otro tema central: la vieja y crucial problemática de cómo articular lo local y lo general. desde los sucesos de La Plata en 1781 Revista Andina parece haber comenzado (¿entre cuántos. tanto lejanas y estructurales como próximas y coyunturales. estructurales o coyunturales. para Guerra y otros historiadores como Jaime Rodríguez. frente a las miradas más conservadoras que la ubican solamente como una crisis monárquica y. tanto entre las elites dirigentes como –sobre todo– a nivel popular. la española. los principales volúmenes. el efecto analítico es reducir el tiempo político al corto plazo. Serulnikov se ocupa de la sociedad urbana de La Plata y realiza algunas comparaciones con otras localidades altoperuanas. y muchos de sus seguidores. Este ensayo brinda claves para ello: la coyuntura de derrumbe metropolitano permitió la eclosión no solo de juntas que emularon de acuerdo con el pactismo lo realizado en la Península. Para Guerra. para discutir el poder y superar la incertidumbre generada. En el tercer nivel están los resultados en los cuales desembocaron tales procesos. si se quitan las Aduanas y Tabacos y nuevos impuestos”.” en F. Complutense. 53 . como marca la afirmación del oficial que aseveró haber escuchado a alguien decir “Sí. Ahora bien. no imperial. cuyos trabajos sofisticados se han convertido en las referencias historiográficas más citadas. 13 y 18. En segundo lugar. que el estudio de las causas es “estática” –“como un cuadro en el que se pueden captar la composición general. Por supuesto que hay trabajos que han avanzado en esta dirección. Un es medir el peso de la coyuntura: si el desmoronamiento de 1808 fue solo una oportunidad para que emergieran las tensiones acumuladas o si ella también fue –como creo– causa de acción. 1995.11 Semejante formulación trae problemas conceptuales. perfectamente articulada con el resto de las variables estudiadas. Enfocándonos en los orígenes de la independencia latinoamericana. a veces exagerado. es decir.X. la fidelidad a la Corona no fue puesta en duda en el imperio salvo entre integrantes de los levantamientos tupamarista y tupakatarista. los personajes centrales y los secundarios”– se refuerza la idea de una separación nítida entre las estructuras de largo plazo y los acontecimientos políticos “dinámicos” de la coyuntura. Serulnikov sostiene algo diferente: el esbozo de una identidad no centrada en las elites. los funcionarios locales y hasta parcialmente en la Corona– con lo más rico que tiene el “paradigma guerriano”. Si nos atenemos a la cuestión de los “orígenes” de un fenómeno revolucionario. Podría ser interesante contrastarlo más explícitamente con el “criollismo” que David Brading propuso en Orbe Indiano para la Nueva España dieciochesca y John Lynch consignó para todo el imperio (en Las revoluciones hispanoamericanas). según afirma la historiografía. Nº 52. este enfoque en el corto plazo tiene una manifestación muy concreta. Buena parte de la riqueza de esa historiografía se encuentra justamente en las relaciones entre estos “niveles” –relaciones que resisten una reducción mecánica. entonces. Para mediados de la década de 1820 una serie de frágiles repúblicas ocupaba buena parte de lo que había sido esa monarquía. basadas en la experiencia local en un período de crisis imperial. Madrid: Ed. el influyente historiador de las independencias latinoamericanas FrançoisXavier Guerra escribió que los procesos revolucionarios se pueden estudiar desde tres niveles distintos. Este es un tema mayor. el género cobra una relevancia central. En este artículo. estimula: vuelve a abordar con elementos novedosos la conexión entre las revoluciones posteriores a 1808 y sus “antecedentes” de mediano plazo. el paisaje. IV. no todo empieza con las abdicaciones de Bayona. De juntas. me parece que el marco de antigüedad/modernidad es igualmente problemático. otros trabajos –como el propio libro de Serulnikov sobre la región del norte de Potosí– han demostrado una profunda erosión de las relaciones de mediación política entre el Estado colonial y las comunidades indígenas en el sur andino. Es curioso. la crisis de la legitimidad y de la efectividad de la dominación colonial en Charcas no fue simplemente el resultado del vacatio regis y del posterior debate sobre la representación. se trataba de un grado de intervención popular o subalterna en el debate público y la toma de decisiones de gobierno que representaba un cambio profundo en las relaciones de mando y obediencia. mi comentario principal es que espero que el artículo tenga gran difusión y que así contribuya a los debates (a ratos tediosos) sobre las guerras de independencia. 2010. Los orígenes del fin tienen más historia. Un paradigma inventado en el mismo período de la Era de las 12 Sinclair Thomson. 13 Los trabajos recientes de Rossana Barragán. En: Rossana Barragán (ed. (Los itinerarios de Juan Pablo Viscardo y Guzmán y Vicente Pazos Kanki)”. mirar más allá del corto al mediano plazo no implica volver a la teleología nacionalista o la historia patria. 55 . La Paz.12 Si tengo una duda respecto a la interpretación en el artículo. a pesar del énfasis esclarecedor en la cultura política y la indagación cuidadosa acerca de la historia de las juntas de gobierno post-1808. sino de procesos más largos en los cuales se fueron cuestionando y erosionando las relaciones de poder a nivel local (y no necesariamente rechazando explícitamente a la Corona o proponiendo fórmulas de gobierno antimonárquicas). En realidad. sobre todo por sus protestas contra las reformas borbónicas fiscales. las fisuras y los antagonismos previos anticiparon dinámicas posteriores. II. La politización de los actores en 1809 reflejaba el desarrollo de prácticas y conciencias políticas entre los sectores plebeyos durante fases anteriores de tensión y conflicto social. Arequipa y Cuzco entre 1774 y 1780. de la utilidad de la categoría conceptual de “antiguo régimen” (y que implica una correspondiente categoría de “modernidad”) compartida tanto por el autor como por muchos de los historiadores de la independencia. Finalmente. año 2012 Revoluciones lleva una fuerte carga ideológica y teleológica de sello liberal. Se trata. Charles Walker University of California. el proyecto ha dado lugar a un relativo descuido de los orígenes políticos de la crisis colonial y del proceso de la independencia. Si Guerra y otros historiadores se han esmerado por derrumbar teleologías nacionalistas simplistas. Si bien estos casos son conocidos. mucho antes de la ruptura post-1808. Quizás el propósito de Serulnikov ha sido mostrar otro ambiente que no sea el rural-indígena. Como demuestra Serulnikov. más como objeto de estudio que como herramienta de análisis. Paradójicamente. lo cual ayuda a apreciar cambios efectivos que todavía en ese momento no hubieran encontrado formulaciones discursivas y doctrinales más familiares. una coyuntura de crisis generalizada en todo el territorio. dado sus imprescindibles trabajos anteriores. el intento de alejarse de teleologías y determinismos y de enfatizar la contingencia y el corto plazo político ha generado una especie de sobrecompensación. daría para un libro corto e importante. En esencia. como bien señala el autor. como una expresión de relaciones de poder en la sociedad en su conjunto. no solamente en la coyuntura de 1780-1781. La profundidad de los cambios desplegados en el contexto nuevo estaba vinculada. por tanto. sino un escenario urbano menos conocido en que también se fracturaban y erosionaban las relaciones de poder establecidas. Aunque Sergio Serulnikov declara modestamente que no es original el trabajo que comentamos. no se refiere al análisis histórico realizado. apuntan en este mismo sentido para el sur andino. que Serulnikov no se enfoque mucho en los trastornos provocados por la insurrección katarista y amarista entre 1780 y 1781. Son destacables varios aspectos del trabajo de Serulnikov que ayudan a ampliar el enfoque predominante. Nº 52. su 54 énfasis está en las prácticas políticas en lugar de las declaraciones de principios y las representaciones más abstractas. se podrían encontrar procesos similares en otros ambientes urbanos andinos. me parece. su conocimiento del escenario local en Charcas le permite interpretar los procesos políticos en el terreno de una manera más convincente. Si la coyuntura post-1808 era un contexto nuevo y propio. con fuerte influencia de Guerra. los actores. en realidad cuestiona de forma aguda varios de los supuestos y las aproximaciones comunes en la historiografía predominante acerca de la independencia. con párrafos llenos de ejemplos y múltiples argumentos. me pareció que desarrollando estas ideas. Pero. Respecto a las temporalidades en particular. le permite mirar la política desde una óptica más amplia. Apoyando el argumento de Serulnikov en su artículo. muestra que varias de la dinámicas políticas que podríamos asociar con una transformación en la cultura política en el período post-1808. Sin embargo. y no solamente en términos de sus conductores oficiales y sus cabezas más notables.13 Para el sur andino en particular. Segundo. con su prolongación en el tiempo. Estamos ante el reto de retomar el período histórico desde fines del s. algunos de los cuales cita Serulnikov. incluyendo los sectores bajos. Es un texto comprimido. Serulnikov demuestra que varias de las dinámicas en torno del legítimo ejercicio de poder que se expresaron en esa coyuntura tenían raíces más antiguas. XVIII hasta principios del s. es aún más fascinante su trabajo. El tiempo político tiene diferentes planos y Serulnikov deja en claro que la dinámica en La Plata en el período juntista no puede comprenderse adecuadamente con una perspectiva de corto plazo. creo que podríamos ampliar aún más la visión de una politización e intervención pública de actores sociales subalternos y de una descomposición en las relaciones políticas coloniales en el sur andino. o el desarrollo inevitable de las fuerzas de producción y la conciencia de clase de la elite criolla. en realidad se estaban dando ya con casi treinta años de anticipación en el sur andino. guerrillas. El argumento de Serulnikov me parece acertado y su propuesta historiográfica muy importante para acercarnos con más profundidad a los espacios. ya que me gusta el texto. su argumentación general podría apoyarse aún más en el hecho de que muchos líderes “patriotas” en el período de la independencia conocían de primera mano las prácticas políticas de movilización comunitaria y urbana desde la década de 1780 y aprovecharon su conocimiento para fines políticos desde 1809 en adelante. De la misma manera.Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica Estudios y Debates de la identidad y la conciencia nacional. son comparables al fenómeno del resentimiento contra la imposición borbónica de la tropa regular en La Plata. Davis Estos comentarios van a ser breves. La Paz: Alcaldía de La Paz. Con referencia al ámbito rural. que habría que asumir. en realidad. “El reencabezamiento: Impactos. Indagar en la complejidad de los tiempos políticos nos permite comprender la causalidad de las revoluciones sin entenderla como un “cuadro estático”. ni caer en determinismos estructurales. Por momentos. Revista Andina El caso de La Plata que analiza es casi desconocido en la historiografía y. lecciones y memorias de la insurrección amarista/katarista en la independencia andina. En este sentido. En primer lugar. sino durante décadas antes y después con la crisis del cacicazgo. y un trastorno del orden político establecido. el punto que quisiera remarcar aquí. III. por ejemplo. sede de la Audiencia de Charcas en el Alto Perú.). sin suponer de antemano que 1808 provocó un quiebre radical entre una época prerrevolucionaria “tradicional” y otra época revolucionaria “moderna”. Aunque Serulnikov no trabaja aquí el tema de la memoria política en 1809. su atención a una amplia gama de actores políticos. el trabajo nos ayuda a discernir mejor la dimensión temporal de los cambios políticos. XIX. Cochabamba. las prácticas y las temporalidades que marcaron la crisis del poder colonial en el sur andino. la crisis de la sociedad colonial tardía y las repercusiones de la insurrección katarista y amarista marcaron el mundo político en 1809 y después. aunque está consciente de las dinámicas peninsulares. Y el valioso logro de su trabajo ha sido desplazar cualquier teleología o determinismo simplista. Su fino trabajo sobre los movimientos políticos entre 1781 y 1785 en la ciudad de La Plata. más bien. ya que no son simplemente reflejos de procesos en la metrópoli. héroes y conmemoraciones. Tercero. Así. cabildos abiertos. antes y después de 1808. mi crítica se centra en que es a veces algo denso. Sin embargo. Como bien muestra Sinclair Thomson. sino dos fotografías juntas). Incluso. la más prolongada del continente. etc. en algunos casos de manera recurrente. 2013). y enfatiza el impacto de la presencia de tropas realistas en las identidades y alianzas locales. sin perder de vista las relaciones del poder.15 Insisto en la importancia de este texto. como propuse en el principio. Voy a organizar mi breve respuesta alrededor de cuatro de los temas que aparecen en los comentarios. con los trabajos influyentes de Manuel Chust. 2010). el segundo y el tercero a las dimensiones temporales y espaciales del problema y el último a la vinculación entre las rebeliones kataristas y el proceso independentista. colonial. Serulnikov siempre ha tenido un gran ojo e inclinación por la historia comparativa y aquí demuestra sus habilidades y la relevancia de tal método para el tema de moda. etc. tengo cierta apatía hacia la producción incesante de los booms de los bicentenarios (congreso tras congreso. y. mestizos. De alguna manera. Subraya los cambios continuos en las alianzas políticas. En primer lugar. Como muchos lectores. que resume muy bien las diferentes corrientes historiográficas y demuestra las cambiantes prácticas políticas a fines del XVIII y comienzos del XIX. se acercaban políticamente. Demuestra las bondades de la historia comparativa. de nuevo América. La relación de las comunidades locales con la Corona no era asimilable a la de los reinos europeos y tanto las prácticas políticas Nº 52. por cierto. no pueden ser comprendidos como reacciones típicas de las sociedades de antiguo régimen al sistema absolutista en las postrimerías de las revolución francesa. En contraste. si se la piensa dentro de los estrechos marcos de las concepciones pactistas del poder monárquico. podría recordar a las interpretaciones “nacionalistas” que enfatizaron la lenta creación de una alianza entre criollos. Revolución en los Andes: la era de Túpac Amaru (Buenos Aires: Editorial Sudamericana. incluso. no procura plantear una interpretación comprensiva del fenómeno independentista. de la interpretación de la 57 . ver David Armitage. en mayo de 1809. desde la visión del rey al concepto de la soberanía) cambiaban constantemente. que sin duda no tiene por qué inhibir análisis de escala local.Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica Estudios y Debates Simplificando bastante. ha reforzado imágenes estáticas y compartimentalizadas del mundo tardocolonial. la independencia. permitiendo así las alianzas que vemos en las primeras décadas del siglo XIX. han cobrado prominencia en los últimos tiempos. con profundidad y algo de humor. http:// www. a su vez. muy merecida en muchos sentidos. pero es otra conversación. es que la dinámica sociedad charqueña es ininteligible. en el lado oriental del Océano Atlántico. Seguir y comprender estos cambios permite un análisis menos eurocéntrico y más fiel al dinamismo y creatividad política en el mundo andino a fines de la colonia. especialmente considerando la escasa o nula polémica que ha generado. El término “global” que yo atribuyo a la visión de Guerra y sus asociados (un término que debí haber evitado) no se refiere a enfoques propios de las historias transnacionales –los cuales por lo demás debieran exceder el ámbito Iberoamericano–. sin embargo. digamos. Es una premisa que se desprende. los desafíos al orden establecido. Sobre todo. los comentarios de los distinguidos colegas confirman que los puntos en discusión. tanto en el espacio como el tiempo. 15 Sergio Serulnikov. Aun así. vendría muy bien. porque la debacle del orden colonial en al Alto Perú. más allá de los méritos de los argumentos. está lejos de ser mi área de especialidad y me debo apoyar en trabajos de investigación de otros para formular mis propias ideas. Respecto a lo primero. etc. la cultura política y las relaciones del poder no eran iguales en. de los pioneros trabajos de François-Xavier Guerra. ameritan ser considerados y debatidos. y no solo debido a los cambios radicales en el sur de Europa. Surgió de mi inconformidad con ciertas líneas generales de análisis de la independencia que. El primero remite a cuestiones interpretativas sobre la naturaleza del orden social y político indiano. sino exactamente a la perspectiva panhispánica que acabo de mencionar y que Barragán sintetiza con precisión en sus primero párrafos. los estudios atlánticos tienden a centrar su análisis. año 2012 como las formas de estratificación social reflejan la naturaleza específica. desde la primera a la última página. sino coincidir con Rossana Barragán respecto de que este tema debiera suscitar “amplias discusiones”. Me parecen muy pertinentes las reflexiones de los comentaristas respecto a la necesidad de recuperar una historia política de largo aliento. el argumento que vertebra el ensayo.14 Europa constituye la “variable independiente” y América la “dependiente” para usar términos ya nada de moda. Es decir. al fin. Serulnikov subraya que en La Plata la división entre la plebe urbana y la élite (término impreciso que él no emplea) se erosionaba en 14 Para un buen resumen. La naturaleza de las instituciones de gobierno y las jerarquías sociales estaban inextricablemente articuladas a una determinada distribución geopolítica del poder. finalmente. Un libro basado en este texto. lo percibían los propios actores. porque su foco de atención se detiene precisamente en lo que a fortiori se convertiría en el punto de partida de la emancipación. cierto estatuto epistemológico: el tipo diferencial de análisis que presumiblemente requiere el tratamiento de las causas. Su crítica a Guerra y Jaime Rodríguez se basa en una lectura profunda y respetuosa. Serulnikov demuestra que los diferentes movimientos sociales –levantamientos. indígenas y castas. Serulnikov no es ni simplista ni nacionalista.20-10historia. “La primera crisis atlántica: la revolución americana”. Por eso. a la dicotomía que “reduce el tiempo de la política al corto plazo” se le ha concedido. Por consiguiente. Estoy totalmente de acuerdo con el argumento de Serulnikov que las interpretaciones tan influyentes de Francois-Xavier Guerra tienden a minimizar las diferencias entre las regiones hispanoamericanas y muestran los cambios de 1808-1825 como reacciones americanas a eventos y transformaciones europeas. es novedoso y merece un público amplio. Tuve el honor de escribir el prólogo en su traducción al inglés. después Europa. Revolution in the Andes: The Age of Túpac Amaru (Durham: Duke University Press.– no son meras respuestas a los acontecimientos europeos y que la realidad andina siempre se mantuvo dinámica. Daría la impresión de que la revalorización de los aspectos eminentemente políticos de los procesos de la independencia. las relaciones y prácticas políticas (y el inventario analizado aquí es amplio y profundo.phtml 56 este largo período. en gran parte por la formidable influencia. Los historiadores se enfocan en el lado americano. no puedo. al calor de las innumerables rememoraciones bicentenarias. lejos de haber impulsado una historia política de mediana y larga duración. también. Una aproximación global al fenómeno de la independencia. igual. es una conversación muy fructífera. los procesos y los resultados de los procesos revolucionarios. Este ensayo. motines. así como de la constatación de importantes vacíos historiográficos sobre las raíces profundas de los acontecimientos que se pusieron en marcha en La Plata. Por lo tanto. los estudios sobre las causas y significado de las guerras de independencia se parecen a un partido prolongado de ping-pong. es decir. porque se limita a poner en relación dos períodos históricos discretos (no es una película. 1780 y 1808. Ciertamente.com/articulo1. por ejemplo. de las sociedades americanas. Revista Andina respuesta Sergio Serulnikov Respuesta a los comentarios El motivo que me llevó a escribir este artículo fue suscitar discusión sobre algunas cuestiones que me parecen claves para pensar los orígenes de la crisis del dominio español en Charcas.. sobre todo por la falta de control de calidad. libro tras libro). cercanos y distantes. todas las ciudades se vieron afectadas por las noticias sobre la vacancia regia y la difusión de los planes de la Infanta Carlota. Pero es exiguo lo que se ha estudiado sobre ello y yo mismo encontré al comenzar mi investigación que. recuperen sus múltiples facetas: las disputas cotidianas por el poder y el estatus. esta heterogeneidad es. Es cierto. por ejemplo. la autoridad de la “audiencia gobernadora” fue permanentemente contestada. Son enfrentamientos que envuelven a todos los sectores de la sociedad charqueña y que van conformando un amplio espacio de debate público sobre cuestiones políticas en el sentido más amplio del término. Acaso el surgimiento de nuevos imaginarios políticos sea uno de los campos donde la historiografía latinoamericana más y mejor ha avanzado en las dos últimas décadas. sino muchos movimientos.) y las similitudes y diferencias de sus proclamas respecto a las de sus pares en Charcas. en España y América. las tensiones entre los organismos regios y corporativos de gobierno. desde diferentes tradiciones historiográficas. Por otro lado. y de las virulentas réplicas que motivó desde Buenos Aires y Lima. la cuestión del timing. las grandes polémicas ideológicas sobre los fundamentos del poder monárquico o las políticas públicas). Como ha sido probado muchas veces. entre otros. como también Gabriel Di Meglio y Charles Walker plantean. el intendente y el arzobispo) y entre los funcionarios españoles y el cabildo. Thomson señala. Requiere . la regionalización del conflicto. configuró un evento cuyas consecuencias y ramificaciones no pueden ser deducidas de las circunstancias previas. a la conmoción que supuso el inaudito desconocimiento de la autoridad virreinal. también sesgada de la vida política colonial. Barragán ofrece en su comentario una persuasiva serie de 1 58 Dos estudios recientes que. Asimismo. los sectores populares se movilizaron pese a los intentos de ponerles freno y grupos de vecinos patricios y universitarios fogonearon la adopción de cursos de acción más extremos y beligerantes. confinada al estudio de los motines antifiscales. a experiencia históricas discretas de largo aliento. 1750-1850 de Peter Guardino (2009) y Los talleres de la revolución: la Buenos Aires plebeya y el mundo del Atlántico. un enorme interés. y que quisiera resaltar una vez más. desde luego. Oruro o Cochabamba) tenían perfiles socioeconómicos y políticos muy diversos. Al menos en la ciudad de La Plata. algo perfectamente natural si se miran los múltiples niveles de conflicto. hacer foco en las prácticas políticas cotidianas y. en los sectores plebeyos. volviendo a un punto anterior. Recuerda. fue el progresivo corolario de este proceso. pero que tiene. Considero. otro motivo más pragmático para que la oportuna prevención contra la fragmentación de los espacios no nos haga perder de vista la importancia de las historias locales es lo escaso que sabemos de ellas. los procesos económicos. Me gustaría aquí simplemente hacer algunos señalamientos. a la debacle del absolutismo borbónico en 1808. La historia política urbana ha sido. año 2012 repertorios de acción política. por su propio objeto de estudio. Llama a reunir y no fragmentar espacios. asimismo. sobre todo. Son esas historias las que alimentan las síntesis generales sobre el mundo colonial en el siglo XVIII. además. cuyas intervenciones en los asuntos públicos. los cambios en las funciones de los cabildos durante el siglo XVIII. De hecho. Poco conocemos. La Paz. los eventos en La Plata excedieron por completo los designios de los oidores. El análisis sincrónico debe estar articulado a un análisis diacrónico. por ejemplo. con razón. no solo a solidaridades regionales generadas en respuesta a las novedosas circunstancias a ambos lados del Atlántico.1 Se trata de una historia que es por naturaleza local o micro.Sergio Serulnikov: El fin del orden colonial en perspectiva histórica Estudios y Debates independencia como una respuesta universal. un fenómeno de profundas connotaciones en los modos como la sociedad se pensaba a sí misma y su relación con la metrópoli. Acontecimientos de semejante magnitud están en exceso de las condiciones que los producen. etc. indicadores de la escala regional de los eventos que se desencadenan en 1809. Cualquiera fuera la ascendencia que el antiguo tribunal logró conservar en el resto del Alto Perú tras su declaración de rebeldía. por análisis estructurales o de campos sociales estancos (las reformas borbónicas. es que es la reconstrucción de estos procesos lo que nos puede brindar una base sólida para entender la compleja escena político-militar que se conforma tras los levantamientos de 1809. apenas existían escuetas e incompletas referencias en libros dedicados a temas más vastos. que los enfrentamientos generados por el estacionamiento de tropas regulares en las principales ciudades andinas a comienzos de los años ochenta. entre las máximas magistraturas coloniales (la audiencia. en regímenes republicanos idealmente basados en nociones de soberanía popular. por supuesto. Prédicas como las de Gabino Estrada. Mientras. participan de este tipo de enfoque son El tiempo de la libertad. los procesos de distinción social en el interior de los sectores plebeyos. muy marcada al seno de cada región. Viscardo y Guzmán y Pazos Kanki evocadas por Barragán y Thomson son sintomáticas de la formidable y centrífuga energía política desenca- 59 . pese a la extraordinaria magnitud del acontecimiento (el cual incluyó las dos principales revueltas urbanas en la historia de La Plata. sobre las características y evolución de los gremios. no se limitaron a La Plata. los cambios en la fiesta y el ceremonial público. por lo general. realistas. a la par de adoptar una visión ampliada de los tiempos de la política. mas no sea sustituida. al margen que se acuerde con las premisas y conclusiones de su análisis. que ya existía una arraigada tradición historiográfica que abandonaba esta dimensión temporal a la historia económica. el clero y los gremios de oficios. el movimiento estuvo muy lejos de ser vertical y jerárquico. La rica evidencia presentada por Lleó. la revolución en el Río de la Plata y el resto de los sucesos que puntuarían el camino a la independencia del Alto Perú. creo como Di Meglio que el desmoronamiento de la monarquía española y la subsecuente emergencia de focos revolucionarios y guerra generalizada. Potosí. por ejemplo. varios cabildos abiertos. la interrelación entre los levantamientos de La Plata y La Paz y las diferentes reacciones a ellos en Potosí y otras áreas del Alto Perú. a fin de clarificar los parámetros de la discusión de estos problemas. al igual que en el resto del continente. de Eugenia Bridhikina y los míos para La Plata o los de Barragán para La Paz. dentro de ellas. la destitución y arresto de altos magistrados acusados de complicidad con los amotinados y prolongados enfrentamientos públicos entre el virreinato y el ayuntamiento). son demasiado escasos y parcializados para conformar un panorama comprensivo y dinámico de estas sociedades durante el período colonial tardío. regional. Los trabajos de Fernando Cajías de la Vega para Oruro. desde luego. argumentaría que una vez que las confrontaciones se generalizan a partir de mayo de 1809. el arzobispado y la universidad y. el proceso de mestizaje y su impacto en la cultura del honor y las ideas de masculinidad o los variados Nº 52. Sabemos también muy bien que los grandes núcleos urbanos altoperuanos (La Plata. Cómo este proceso desembocó. De ahí que. que trabajos como los de Barragán (1995) sobre las pequeñas y grandes disputas intraelite en la ciudad de La Revista Andina Paz entre 1770 y 1809 nos enseñan tanto o más sobre las raíces del radicalismo del movimiento juntista paceño que la copiosa literatura sobre las motivaciones ideológicas últimas de sus líderes (independentistas. indica que no fue uno. en gran medida. la emergencia de focos de debate abierto sobre asuntos de interés común o las mutaciones en la relación de los distintos sectores sociales urbanos. Más allá de cómo elijamos construir la ineludible articulación entre distintas escalas espaciales de análisis (lo local. que desembocaron en su estallido. de las ideas o institucional. 1776-1810 de Lyman L. la universidad. Ello me lleva al tercer punto. lejos de limitarse a la defensa de intereses corporativos. pero. que parece crearse un escenario político regional más integrado. resulte imperioso fortalecer agendas de investigación que. participaron del universo material y simbólico de la sociedad en su conjunto. las unidades políticas de base en el mundo colonial hispanoamericano eran las ciudades y sus hinterlands. autonomistas. y que en gran medida está por hacerse. En todo caso. los cuales ofrecen una visión muy necesaria. es a partir del levantamiento de La Plata. ciudadanía y nación es un tema que excede los fines de mi ensayo. Debiera ser una historia comprensiva e integrada de actores colectivos y procesos de mediano y largo alcance que tome como insumos. En otras palabras. no su punto de partida. como las identidades colectivas que se irían consolidando en función de los enfrentamientos políticos y bélicos por venir. la amplia diversidad de respuestas a nivel local remite. Johnson (2013). virreinal e imperial). Acaso. La cultura política en Oaxaca. En primer lugar. el punto en el que creo todas las intervenciones convergen. Me parece claro que los conflictos fundamentales que conducen al estallido del 25 de mayo remiten a una haz de tensiones propias de este universo urbano y que involucran la relación entre la ciudad y la corte virreinal porteña. en gran parte debido al peso político e intelectual de la ciudad como sede de la audiencia. De allí que la progresiva emergencia de nuevas y contestarías construcciones identitarias llevara la impronta de una doble antinomia. la ayuda de investigación de Jorge Falcones. Junta de Buenos Aires. quizás también en otras áreas. una patria americana y una patria chica. o hombres medios brutos… Ni por lo temporal ni por lo espiritual pueden tener los criollos peruanos ni aun aparente motivo para semejante entusiasmo: porque ¿qué fuera de ellos si el indio llegara a dominar? ¡Hay mi Dios! ¡Y con qué horror uno se lo imagina! Se convirtieran los españoles indianos en indios. uno de los más tangibles efectos de la sublevación en la historia política tardocolonial radicó en el empoderamiento de los grupos hispano-criollos y mestizos que cargaron o compartieron el peso de la guerra en un contexto de fuerte centralización del poder regio. Con este fin. Por cierto. es un lujo que pocas veces nos podemos dar. según observa este último. Junta de Chuquisaca. el poderoso Ministro de Indias “se apeó del coche en el Paseo de Aranjuez para hacer una diligencia corporal en cuclillas. de los vínculos de España con sus posesiones de ultramar en el siglo XVIII. Junta de La Paz. Una última reflexión para señalar mi acuerdo con el llamado de Thomson y Barragán a integrar al análisis las áreas rurales. que tras salir de una reunión con el Conde de Floridablanca. relató a un pariente en Quito. Y concluyó: “murió cagando quien nos ha cagado a todos”. Aprovecharé únicamente para insistir sobre una cuestión mencionada por Di Meglio que considero indispensable para pensar el impacto de largo plazo de las rebeliones de 1780-1781 en la zona de Charcas. pasando a ser una patria cada vez más circunscrita a lo local. lejos de recostarse en presuntos sentimientos de pertenencia a una nación universal hispánica. pero permítaseme concluir con una muy colorida cita que me topé hace poco acerca de José de Gálvez. 00026-83. primero con la creación de Juntas y luego con el enfrentamiento entre estas y el gobierno del virrey José Fernando de Abascal. No voy a repetirme sobre este punto. es un punto que merece ser tomado en consideración. sino trabajar el sistema para ascender los escalones de las burocracias civiles y eclesiásticas. al que se ha prestado hasta aquí escasa atención. y también albañil. Agradezco. el principal vocero de los vecinos en los enfrentamientos con el ejército regular y la corte virreinal de 1781-1785 y uno de los firmantes de la célebre Acta de los Doctores en enero de 1809 que preludió el levantamiento cuatro meses después. y cuya principal preocupación. se estudia el periodo 1808-1815 en el espacio geográfico que va desde Lima a Buenos Aires. A pesar de que la historiografía concibe como patriotas a quienes ve como a favor de la independencia. en ese momento todos los actores involucrados en estos procesos consideraron que su participación en estos conflictos se debía a que estaban ‘luchando por la patria’. 1 Este artículo se basa en una sección de mi trabajo Contesting the meaning of Patria: becoming Peruvian through war 1809-1824 presentado en el Seminário Internacional Revoluções de Independência e Construção da Nação Pontifícia Universidade Católica de Rio de Janeiro Noviembre 2008. la “reconquista” del reino. con el distanciamiento y espacio de reflexión que la escritura permite. Palabras clave: Patria. Archivo Histórico del Banco Nacional de Ecuador. Al informar desde Madrid sobre la muerte de Gálvez. Sostuvo que los que intentaban asociar a los criollos con los indígenas “deben estar persuadidos 60 que en saliendo de Europa. Sirva como ejemplo lo dicho por un personaje clave en los conflictos del período entre la ciudad y los magistrados porteños como Juan José Segovia. ocurrida el 17 de junio de 1787. A mi juicio. lo es más todavía. y que en América tan solo se encuentran unas congregaciones de sátyros (sic). Revista Andina Luchando por ‘la patria’ en los Andes 1808-18151* Natalia Sobrevilla Perea Resumen El presente artículo estudia cómo la ausencia de Fernando VII del trono afectó el sur de los Andes. sino que coadyuvó a hacerlas concebibles. y buscando la libertad se encontraran en horrible cautiverio…”2 Igualmente significativo. En La Plata. año 2012 61 . el apoyo de la Universidad de Kent para visitar el Archivo del Conde de Guaqui en el 2011. de parte de las milicias urbanas de patricios y plebeyos se tornó de inmediato en un medio de reafirmación de la ciudad como sujeto histórico y de derechos. un cura criollo que había residido en La Plata durante los años previos. este concepto de patria fue variando. existen muchas otras mediaciones. el concepto de antiguo régimen empleado en el ensayo lleva en su vientre una engañosa carga teleológica (tradición/modernidad).artículos. Fue en oposición a los levantamientos panandinos que los criollos procuraron erigir mecanismos de distinción social que estaban siendo puestos en cuestión por las políticas imperiales en curso. Hacerlo con colegas cuyos trabajos tanto admiro y tantas veces han contribuido a inspirar los míos. Audiencia de Charcas. sobre los temas históricos que nos interesan. Si. Agradezco a Revista Andina por la oportunidad. fue revisado durante una estancia de investigación en la John Carter Brown Library en 2009. además. Fondo Jacinto Jijón y Caamaño. sin ahorrarse detalles. José Manuel de Goyeneche. no pasaba por oponerse a sus superiores.3 Un lacónico epílogo al problema de la percepción de la cuestión colonial. fue de la mano con el rechazo de la colonialidad de las estructuras vigentes de gobierno. Sin embargo. una expresión de la época. No hay duda de que tanto la compleja relación de los criollos con las comunidades indígenas como las formas en que fueron evocados y reprocesados los levantamientos kataristas en virtud de los imperativos políticos de la hora son aspectos constituyentes del proceso independentista en la región. y cayó en el mismo sitio sin habla y sin sentido”. 2 3 Citado en René-Moreno (1996: 137). por lo que dejó de ser posible verse al mismo tiempo como parte de una patria más amplia que incluía a toda la monarquía hispánica. el principal arquitecto. Poder discutir por escrito. así como la atenta lectura de Alejandro Rabinovich y Juan Luis Ossa. la idea del ensayo no es que la erosión de la cultura política colonial prefiguró las formas concretas que adoptaría lo nuevo. independencia.notas y documentos Estudios y Debates denada por el fenómeno. como la de tantos otros. todo es barbarie. el rechazo del innato salvajismo de los indios. José Fernando Abascal. * Nº 52.
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