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El Desarrollo de La Capacidad Aeróbica en La Adolescencia
El Desarrollo de La Capacidad Aeróbica en La Adolescencia
March 25, 2018 | Author: Javier Valencia Rajoy | Category:
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Heart
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Respiratory System
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El desarrollo de la capacidad aeróbica en laadolescencia: adaptación cardiovascular y entrenamiento deportivo Dr. en Educación Física Master en Psicología del Deporte Damián Ossorio Lozano
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(España) http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 9 - N° 59 - Abril de 2003 1/1 1. Introducción Tradicionalmente, en el mundo del entrenamiento deportivo es admitida la existencia de unas fases en las que el efecto del entrenamiento tiene un resultado especial. Estas fases determinarán el entrenamiento adecuado a la edad. Tal y como señala Baur (1991), los períodos de la vida en los cuales se adquieren rápidamente modelos específicos de comportamiento, es decir, en los que se responde con mayor sensibilidad e intensidad, se denominan fases sensibles. Todo parece indicar que estas fases son cronológicamente delimitadas para cada cualidad. Por su parte, Winter (1987) entiende por fase crítica " aquel período que aparece dentro de la fase sensible, durante el cual deben aplicarse estímulos de una determinada orientación si se quiere alcanzar los niveles máximos potenciales de rendimiento". En parecidos términos se expresa Gutiérrez Salgado (1990) en relación a la adolescencia, "los momentos más delicados y más vulnerables en la evolución del niño y del adolescente corresponden al crecimiento y a la pubertad". El desarrollo de la resistencia en el período prepuberal y puberal coincide con un aumento y mejora del nivel neuromuscular que se produce en el organismo, la coordinación muscular y la coordinación general en los movimientos y gestos mejora muchísimo, lo que posibilita la realización de todo tipo de actividades de manera económica (Hahn, 1988). Kobayashi (1978), encontró que la capacidad aeróbica aumenta en relación con la edad de máximo crecimiento en estatura. En este mismo sentido se pronuncian Gómez, H.R. y col. (1980), quienes encuentran una clara sincronía entre el crecimiento cardíaco y el corporal. Los niños tienen una mayor capacidad de generación energética por el Ciclo de Krebs, esto facilitado por una mayor densidad relativa de mitocondrias y una gran actividad de las enzimas aeróbicas. Tienen, además, una mayor concentración de lípidos intracelulares en comparación a los adultos. En adolescentes, después de un ejercicio intenso de larga duración, no encontramos una disminución significativa de la glucosa en sangre pero sí vemos una mayor concentración de ácidos grasos libres y glicerol, hasta cinco veces superior a los valores de reposo. Esto significa una mayor y mejor movilización de los lípidos como combustible en estas edades (D. Cerani, 1993). A nivel metabólico, los objetivos que se plantean en esta fase son el desarrollo de las capacidades aeróbica y anaeróbica aláctica, para las cuales el organismo del Berlutti y Caldarone (1989) que basan la capacidad para realizar esfuerzos prolongados hasta los 12 años. regulación de la distribución sanguínea (en esfuerzo y reposo). Si algo caracteriza al niño en estas edades. Esta mayor frecuencia cardiaca del niño respecto al adulto es origen de diferentes factores anatomo-fisiológicos: menor tamaño del corazón (70-80 %). Aumento del volumen de sangre y. La potencia aeróbica de los niños. Investigaciones llevadas a cabo en los últimos años. Desde la perspectiva fisiológica se reconoce. 1988. cit. como Gianpietro. Marcos 1989). Como consecuencia de estos factores. Documenti. así mismo. La causa de la menor potencia aeróbica de las chicas. 1978. 1989). ocasiona una hipertrofia del miocardio. de los glóbulos rojos. en parte. normalizada con respecto al peso corporal es similar a la de los adultos jóvenes (Robinson. parecen confirmar la entrenabilidad de la resistencia ya desde edades muy tempranas. Berlutti y Caldarone. Martín. 1988). incluso. García y García. En estas edades se iniciará el trabajo no sistemático de la potencia aeróbica (Martín y col. entrenadores y pedagogos se manifiestan de acuerdo en la importancia de la resistencia aeróbica como componente básico a desarrollar en este período. un trabajo de carácter aeróbico bien dosificado. 1982. algunos fijan estas edades a partir.niño está capacitado. Hann. 1978. señalan que los efectos adaptativos que produce son los siguientes: Aumento del diámetro y del número de capilares. No obstante el VO2 máx. algunos autores opinan que los niños prepúberes no deben ser entrenados en resistencia. / Kg. y como ha sido mostrado en repetidas ocasiones. pulso basal mayor (20%). 1997). 1991). presentan fenómenos de adaptación similares a los adultos (Luchterg. Beeraldo y Polletti (1991) afirman que la resistencia es una de las primeras capacidades que se desarrollan en los muy jóvenes. etc. entre los 12 y 14 años en las mujeres y entre los 14 y 17 años en los varones (Gianpietro. Sánchez Bañuelos. que ante estímulos de larga duración. dependen sobre todo de la masa corporal. 1986). es la gran capacidad para desarrollar esfuerzos continuos pero moderados a alta frecuencia cardiaca (García y García 1985). es atribuible al hecho de que éstas presentan un volumen sistólico y una masa sanguínea inferior. Actualmente sabemos que niños y adolescentes muestran los mismos fenómenos de adaptación que los adultos frente a las cargas de resistencia (Köeler. 1982. Numerosos fisiólogos. factores que limitan el aumento de la capacidad cardiaca (Halmgren 1967. 1938). Weinek. Weinek. (Hollman. El tamaño del corazón en proporción es igual que el del adulto (Zintl. 1975).). Los niños entrenados en resistencia pueden tener volúmenes cardíacos relativos de unos 15-18 ml/kg (Chrustschow y col. una mejora de la circulación sanguínea y un proceso ventilatorio y respiratorio más adaptado al esfuerzo físico (Bar Or 1983. respuesta cardiaca mayor. 1985. de los cuatro años. C. alcanzando la mejor relación de VO 2 máx. 1992). Aumento de la musculatura cardiaca (hipertrofia y volumen). menor desarrollo de la arteria aorta y de la red capilar periférica y aumento mayor de la masa muscular esquelética respecto a la del miocardio (Martin 1989). Por el contrario. mejor recambio periférico. dada su insuficiencia cardiovascular (Marcos 1989). su relación con el peso corporal del . op. habiéndose establecido una relación de 1:3 de trabajo anaeróbico sobre el aeróbico. 1984. El trabajo aeróbico primará sobre los demás. para el cual el niño está bien dotado. limitando su capacidad para mantener actividades submáximas de alta intensidad. puede obedecer a un aumento del volumen de eyección sistólica. Por otro lado. López Calbet. sin embargo. cit. constituye un índice más fiel para la valoración de la capacidad de trabajo de tipo aeróbico (Saltin B. pero consiguen suministrar aeróbicamente el 50% de la energía cesaría en el primer medio minuto de ejercicios submáximos (VO2 máx. el peso y el volumen cardíaco aumenta en un 50% mientras que el resto de la musculatura esquelética lo hace en un 70%. C. (Mácek y col. Según Cunningham (op. El coste en O2 de la marcha de la carrera y posiblemente de otras tareas es. alrededor de los 18 años en los chicos. 1987). se manifiesta en tres fases del desarrollo: La primera. Esto ha hecho formular la frase: "Existe una insuficiencia cardiaca relativa frente al trabajo en esa edad". En el desarrollo del corazón en niños y adolescentes en el período entre los 11 y 15 años. (Cunningham op. cit. 1986). cit. Legido (1985). el tamaño del corazón aumenta paralelamente al peso corporal. o corazón de esfuerzo. cit. cit. es seguida con el agrandamiento del ventrículo izquierdo. Documenti. 1990). López Calbet.sujeto. op. Las chicas generalmente muestran una disminución del VO2 máx. (Zintl 1991). hasta que se alcanza el peso definitivo. el desarrollo se lentifica a partir de los 12 años para estancarse definitivamente a los 16 años (Nöcker. oscila alrededor de 40-48 ml/Kg/min. Astrand. su respuesta cardiopulmonar es similar a la del adulto para actividades prolongadas a una intensidad que no exceda el 60% del VO2 máx. en particular. la "hipertrofia del entrenamiento" no se da en todos los deportistas de la misma forma. 1967. producido por efecto del ejercicio físico en el período puberal. consiste en modificaciones menores. Por el contrario.O.. En proporción el tamaño del corazón de un niño y de un adulto son iguales. y termina con la hipertrofia muscular de los ventrículos. 1980) Según estudios de Letunov y Molileanskaia (op. se hallan en relación con la variabilidad del peso corporal y. Este corazón de deportista. Parece ser que el mecanismo fisiológico implicado en demostrar la mejora de la elevación del consumo máximo de oxígeno "VO2 máx". alcanzado en 4 ó 5 minutos. 1986). con la edad. Prat y col. 1983). en volumen. Barranco Villar. En las chicas. en los niños comprendidos entre los 12 y 14 años. Hamilton y Andrew (op. Así pues. Este parámetro aumenta de forma estable entre los 10 y los 13 años. el volumen sistólico guarda relación con el tamaño corporal. 1976). el VO2 máx. y también el de la contractilidad miocárdica en función del aumento de hormonas anabolizantes. . Y obteniendo la frecuencia cardiaca máxima a los 2 minutos (La Vallee y Shephard 1977). La diferencia arterio-venosa de O2 es mayor en los niños de más edad. P. Las variaciones del VO 2máx. Para niños no entrenados. especialmente de los 12 a los 13 años. " la reserva metabólica" de los niños es menor (Bar-or. Mientras que para niños entrenados llega hasta 60 ml/min o incluso más (Zintl. relativamente mayor en los niños que en los adultos. 1986). con la estatura y la obesidad. Podríamos decir que la capacidad de trabajo muscular puede ser mayor que la del corazón entre los 11 y 15 años. 1991). en menor grado. Durante el transcurso del proceso evolutivo. Mácek y Vávra (1976) encontraron que los niños de 10 a 13 años tienen una menor capacidad anaeróbica que los adultos. entre los 9 y los 15 años de edad. la máxima diferencia arterio-venosa encontrada en chicos prepúberes es menor que 1a encontrada en adultos. El punto de máxima velocidad en el incremento del VO2máx. 1983. En estudios realizados por S. el de una eyección sistólica aún mas potente y un mayor vaciado ventricular. en este final puede aparecer esporádicamente. se deberá persistir en la mejora de la capacidad aeróbica. sin antes haber desarrollado la cavidad interna. El entrenamiento puede cobrar carácter sistematizado. Tales resultados apoyan la hipótesis de la existencia de un periodo crítico para el desarrollo del VO2 máx. especialmente en los de pruebas de larga duración. con crecimiento de las cavidades ventriculares. 1980). con una velocidad de crecimiento a los 15. resulta en un incremento de los valores de VO2máx. se trataría de aumentar la actividad física en el periodo de crecimiento rápido. dentro de actividades de potencia aeróbica. De los 12 a 14 años. se evidenció que el corazón de los primeros era más grande que los otros. cit. Se ha demostrado que los esfuerzos anaeróbicos provocan en los niños y preadolescentes una elevada dosis de catecolaminas. los niños puberalmente más tardíos podrían desarrollar una capacidad anaeróbica superior más allá de los 15 años (Paterson. 1987). Brauwald. se alcanza 4 meses después y coincide con el pico de máxima secreción de testosterona. con respecto a aquellos que lo han hecho más tardíamente. Debe ser a partir de los 12 años. (Horan y Flowers.13 años. diez veces superior a los adultos. El incremento de la capacidad anaeróbica no guarda relación con el acelerón puberal del crecimiento. Oakley. En otra línea. 1988). Estudios realizados por Kobayashi (1978) han demostrado que entrenar antes de los 12 años tiene un pobre efecto sobre la capacidad aeróbica.16 años en los varones y en las mujeres a los 12 . El condicionante a desarrollar será la resistencia aeróbica. lsrael de Leipzig (op. Una tasa elevada de las mismas se considera antifisiológica y nefasta para los niños (Weineck. resulta contraindicado favorecer el engrosamiento del miocardio.Otros autores. 1987. López Calbet. paralelamente comienza el trabajo de potencia aeróbica que. hacia los 14 años. Upton y col. La máxima velocidad de crecimiento (peak height velocity) es alcanzada entre los 13 y los 14 años (para los chicos un poco antes las chicas). op cit. sino. mas bien. También. Alvarez del Villar 1983). Sin embargo. 1983) destacan que la aparición de dilatación e hipertrofia cardiaca. H. mientras que entrenar en el año previo al pico de máximo crecimiento en altura (PHV). y desde este momento en adelante. que están dentro de lo normal. Por otra parte a nivel hemodinámico el claro aumento durante la pubertad y la adolescencia de factores significativos en la capacidad de transporte de oxígeno en la sangre. como cualquier músculo esquelético. Gómez. cuando el trabajo de resistencia comienza a diferenciarse y cobrar especificidad. debe estar consolidado. según Mugrage y Andersen (op cit. Desde el punto de vista fisiológico. (1984) destacan del llamado "Corazón de atleta". cuya capacidad de generar un volumen sistólico grande no es el resultado de un mayor llenado (mayor cavidad) y subsiguiente estiramiento del miocardio en la sístole. alguna breve penetración en el terreno anaeróbico. . son adaptaciones de sujetos muy entrenados. Para una edad comprendida entre 11 y 15 años no se observan diferencias significativas en la capacidad anaeróbica de los niños que han madurado precozmente. como los niveles de hemoglobina y eritrocitos en sangre. en relación a los que se podía esperar genéticamente.R y col. comparando el corazón de deportistas entrenados y no entrenados. deVries. 1983. es decir. En esta etapa madurativa los objetivos de entrenamiento de la resistencia seguirán siendo los de la etapa anterior.5 kilómetros casi dos veces más deprisa que el de 5 años.15 años se podrá iniciar de modo no sistemático. Asimismo. La función respiratoria responde de la misma manera ante la reiteración sistemática de esfuerzos prolongados de baja intensidad. en Dessons y col. comenzará a realizarse un trabajo fraccionado con tiempos de trabajo y tiempos de recuperación . No cabe olvidar los efectos sobre la musculación respiratoria que contribuye a mejorar su eficacia. (Mitra y Mogos. por kilogramo para los dos niños será similar. En estas edades además del trabajo con actividades continuas. y se ampliarán con nuevos objetivos. 1981. Al final de la adolescencia el entrenamiento ya se asemeja mucho al del adulto (Grosser y col. muscular y respiratoria. con su favorable o inadecuada aceptación. aumenta de forma sostenida durante la niñez. en Weineck. van a repercutir considerablemente en el comportamiento motriz del mismo. Así. otros evitarán la práctica deportiva por la sobrecarga física que les supone para su organismo. En estos últimos casos es fácil apreciar un estancamiento muy evidente del rendimiento en actividades que requieran de la cualidad resistencia. dado que el aumento considerable de peso que se produce en estas edades hace disminuir la capacidad de rendimiento aeróbico. En la adolescencia el trabajo de resistencia incide en el desarrollo de los pulmones. La gran cantidad de cambios del púber. Y el alcance metabólico. se profundizará en el desarrollo de las capacidades aeróbica y anaeróbica láctica. De acuerdo con el Dr. en definitiva. gracias al ensanchamiento de la caja torácica. se sigue progresando en la mejora de la potencia aeróbica máxima y se inicia una ejercitación no sistemática de la capacidad anaeróbica láctica (Delgado y col. inferir que la resistencia aeróbica es un factor básico a desarrollar durante la infancia y la adolescencia. Así. Andrivet (1967. lo cual implica que la capacidad de reserva para el transporte de oxigeno mejora a pesar de que haya una VO2 máx. pero los valores de la VO 2 máx. a través de la influencia del entrenamiento de resistencia se produce un alargamiento de los vasos capilares que posibilita un ensanchamiento de la superficie de intercambio entre estos vasos y las fibras musculares. 1972. la reserva funcional cardiaca (relativa a la masa corporal) puede ser menor en los niños que en los adultos jóvenes. de la conciencia corporal. la cual se une a la fatiga generalizada producida por los cambios morfológicos y funcionales. la proporción entre el consumo máximo de oxígeno y el consumo de éste en reposo. sobre todo para deportes que requieran de un transporte del peso corporal. el trabajo de resistencia general constituye un excelente medio de formación cardiaca. mientras habrá adolescentes que busquen en la actividad física el afianzamiento de su esquema corporal. 1989). que se intentarán seguir perfeccionando. la resistencia anaeróbica láctica. El niño de 14 años de edad como promedio puede correr 1. va a originar una mejor o peor disposición para el trabajo físico-deportivo. tanto a nivel somático como en la personalidad que se producen en esta etapa. por kilogramo de peso estable (Rowland. 1986). 1988).Hacia los 14 . 1992). si con gran prudencia y según el desarrollo aeróbico del individuo. En la misma línea se expresa Appel (1979). en Hahn. La modificación de la imagen corporal y. por tanto. un incremento de volumen pulmonar (Mellerowicz y Meller. podemos. adaptándose a la situación que los mismos demandan e imponiendo sus efectos metabólicos. 1982). todo ello aunque se produce un aumento en el valor absoluto del VO2 máx. 1988). federaciones y otras entidades encargadas de la promoción del deporte. trote suave o cambiando de actividad). El organismo comienza a estar capacitado para poder realizar esfuerzos que impliquen las vías metabólicas cuya obtención de energía va pareja a la acumulación de ácido láctico. es común que muchos adolescentes se decidan por realizar un entrenamiento más sistematizado fuera del ambiente escolar. la agrupación de niños por niveles de capacidad. que ocasionen esfuerzos que obliguen al corazón a trabajar a frecuencias cardíacas cercanas a 170 ppm. Así. dando recuperaciones amplias. las actividades continuas pueden llegar a tener una duración de hasta 30 . lo que le permite realizar. un entrenamiento parecido. lo cual ocasiona una más rápida y mejor recuperación (Yessis. Así. es conveniente enseñar al niño el control de su frecuencia cardiaca. puede servir de criterio para saber que la intensidad del esfuerzo es adecuada (De la Cruz 1989. y pulso excesivamente acelerado entre otros. tanto a nivel de la arteria radial como de la carótida o femoral. Igualmente. bien en actividades físico-deportivas extraescolares o a través de las actividades que fomentan las asociaciones. se podrán realizar trabajos más sistemáticos (Weineck 1988). A partir de esta etapa. Generalmente los púberes que acuden a estos tipos de actividades son los que han tenido unos cambios anatómico-funcionales ocasionados por la maduración sexual poco problemáticos y su organismo no muestra trabas para realizar un programa de entrenamiento físico (Durand. 1992). Para evitar estos cuadros. La capacidad aeróbica al esfuerzo físico del adolescente llega a ser aproximadamente un 90% de la que dispone el adulto (Rowland.35 minutos. es necesario diferenciar el tipo de trabajo de resistencia que deben realizar estos púberes. 1989). La posibilidad de hablar correctamente mientras que se realiza la actividad. las actividades ya podrán estar referidas a distancias a recorrer a tiempos de ejecución concretos. En relación a la educación física escolar se siguen los planteamientos de la fase anterior pero se progresa lógicamente en cantidad y calidad (Lizaur y col. que podrán ser realizadas en reposo o más convenientemente en movimiento (andando. 1987). A consecuencia de ello. en muchos casos. permitirá un esfuerzo más adaptado a cada sujeto. y siempre atendiendo a los intereses de los niños (Delgado y col. 1990). En la pubertad el adolescente poco a poco va teniendo gran parecido a las posibilidades organizadas del adulto. sin perder sus características de juego y variedad. Por su parte. Las actividades continuas no deberán tener una duración superior a 20-30 min. dado que el adolescente puede llegar a tener un control más adecuado de la dosificación del esfuerzo (Martin y col. Martín y col. 1987). deben conducir al cese de la actividad.(Fitness Ontario Leadership Program. la actividad continua podrá desarrollarse incluyendo cambios de ritmo. Además. Este hecho está condicionado fundamentalmente por la mejora del funcionamiento hormonal y enzimático ocasionado por la maduración sexual (Rowland. . 1992). palidez. 1989). no deberán tener un tiempo de trabajo máximo total de 4 a 6 min. 1992). respecto a aquellos que evolucionan más desfavorablemente como consecuencia de la intensa fatiga orgánica que les ocasiona la maduración orgánica y que sólo estarán capacitados para realizar la educación física escolar obligatoria. asfixia. Con los púberes que han tenido una maduración poco problemática y que han decidido realizar actividades físico-deportivas complementarias a la educación física escolar. patronatos. Las muestras de fatiga aparecen bajo una serie de signos externos que deben ser controlados. 1990). las actividades fraccionadas. Actas del IX Congreso Nacional de Educación Física de las Escuelas Universitarias de Formación de Profesorado. . Todo sumado. V-3. Bibliografía Appel.. Preparación física total. y cols. (1983). debemos subrayar el hecho de que el entrenamiento deportivo y la participación sistemática de los estudiantes durante la edad puberal a las clases de educación física. 365-369. Barranco Villar. tales como la ventilación del máximo flujo respiratorio por minuto. Revista de Entrenamiento Deportivo. (1989). y la capacidad de difusión pulmonar. Fundamentación teórica para el entrenamiento con niños y adolescentes en el ámbito de la educación física. El entrenamiento de la resistencia además de los factores anteriormente citados.C. la máxima potencia aeróbica de los jóvenes está en aumento. Martin.. 1989). pueden ser notablemente favorecidos por el entrenamiento en la edad comprendida entre 10 y 20 años (Documenti 1986). Desarrollo anatomo-fisiológico-motor del niño y adolescente. 1ª edición. capacidad pulmonar total. (1990). K. A. Bilbao. 29-33. que el desarrollo de todos los factores (orgánicos y funcionales) que contribuyen a alcanzar la máxima potencia aeróbica. S. P. de la. 20. aunque algunas capacidades funcionales del aparato respiratorio. Springer-Verlag. Cerani. Beeraldo y Polletti. Unos pocos estudios nos muestran cambios en estas variables. J. atendiendo al nivel de condición física alcanzado a estas edades y a la especialidad deportiva elegida (Delgado y col. o bien que se trate de niños prepúberes. Padial. Sport Medicina. Chrustschow. New York inc. pueden asegurar un notable aumento de la capacidad aeróbica. Cruz Márquez. O. Medizin und Sport 12. Gymnos. Bar-Or. (1975). En: Antón.. J. N. 29-57. (1983). J. Entrenamiento deportivo en la edad escolar. Esta especificidad se traduce en la mejora de las necesidades concretas que plantea la actividad físico-deportiva del adolescente. (1991). Köln Alvarez. Junta de Andalucía Universidad Internacional deportiva de Andalucía. C. verifican incrementos significativos del VO 2máx. J. Madrid. o reducción de la frecuencia cardiaca submáxima. G. Paediatric Sports Medicine for the practitioner. La preparación física del fútbol basada en el atletismo. 24-29. y por el incremento en la especificidad del entrenamiento. Málaga. depende también de factores dimensionales del aparato respiratorio tales como la capacidad vital. Valores y beneficios del deporte. Universidad de Barcelona. Baur. porque es bien conocido. M. tal hallazgo puede atribuirse a que se trate de individuos muy activos (atletas a los que el programa de entrenamiento aporta poco). (1993). capacidad residual funcional. el trabajo de resistencia en estas edades se caracteriza por el aumento de la intensidad y volumen. Vorlesungsskript. son predominantes.En líneas generales. tanto en chicos como en chicas. (1979). Deusche Sporthochschule. El entrenamiento de la resistencia en niños. Barcelona. y Gutiérrez. Delgado. La mayoría de las experiencias realizadas con programas de entrenamiento a corto plazo (4 meses). Todos estos factores se encuentran en pleno desarrollo y crecimiento durante el período puberal. 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