El Club de las Excomulgadas Sherri L.King – Icarus 2 Agrradeecciimiieenttoss All Sttaffff Excomullgado:: Nelllly Vanessssa y Dannen porr lla Trraducciión,, a Dannen porr lla Corrrrecciión de ttrraducciión,, a Aniitta porr lla Corrrrecciión dell Liibrro,, a AnaE porr lla Diiagrramaciión y a Aniitta porr lla Lectturra Fiinall de esstte Liibrro parra ell Cllub de Lass Excomullgadass… Y a llass chiicass dell fforro que noss acompañarron y a nuessttrrass llecttorrass que noss ssiiguen ssiiemprre.. A Todass….. Grraciiass!!!!!! El Club de las Excomulgadas Sherri L. King – Icarus 3 Argumento: Él se le aparece en sus sueños, cuando es más vulnerable a sus conmovedores toques y ardientes besos. Bebe su sangre y la une a él de maneras que ningún amante mortal jamás podría... pero Morrigan no quiere creer que su hogareño bebedor de sangre es algo más que un producto de su necesitada imaginación. Morrigan quiere liberarse de su adicción a la criatura altamente sexual que sólo conoce como Az. Pero Az tiene otros planes... y esperará a que pronto Morrigan caiga profundamente bajo su hechizo si quiere llevarla de regreso a su mundo... para hacerla su compañera por toda la eternidad. El Club de las Excomulgadas Sherri L. King – Icarus 4 Capítulo 1 Morrigan Mederos miró a la gran mansión detrás de los portones. Después de varios momentos de tranquilidad avanzó lentamente el vehículo y trató de calmar los latidos de su corazón. Un miedo extraño y persistente prevalecía en su mente y su corazón mientras relevaba el entorno. La casa parecía un mausoleo — oscura y pesada bajo la copa de los fresnos y los robles. La atmósfera del lugar envió estremecimientos de aprensión recorriendo su espalda. Pero, se recordó, esto iba a ser su hogar ahora. Este gran monumento de ladrillos, piedras y mortero sería su refugio. Tan lejos como pudiera de la tensión de su anterior estilo de vida en Nueva York. Había tomado este último paso de dejar detrás, su vida pública como poeta y compositora. Ahora no era el momento de permitir que sus miedos arruinaran la felicidad que pudiera encontrar aquí. No había vuelta atrás. Su nuevo hogar se encontraba en Escocia, lejos de las incesantes demandas de sus seguidores y colegas. Lo suficientemente lejos, también, de los sueños que habían empezado a robarle el descanso... y su cordura. A pesar de que en esta tierra era una extranjera y una rechazada, la sostenía la esperanza de fortalecerse mientras durara la tormenta, en que se había convertido su vida. Hacía frío. Morrigan trató de sacudir el enfriamiento invasor de sus huesos, pero sabía que era un esfuerzo inútil. El aire tibio de septiembre, en Meigle, húmedo y fresco, no podía ser repelido con un simple escalofrío. Esta tierra, en el hermoso valle de Strathmore, estaba siempre así en esta época del año. El Club de las Excomulgadas Sherri L. King – Icarus 5 La casa estaba situada en una parcela de tierra en las afueras de la aldea de Meigle, el pueblo más antiguo de Escocia. Había existido mucho antes de Cristo. Los antiguos pictos1 habían vivido y habían adorado aquí sus piedras sagradas levantadas que, incluso ahora, se exhiben en un museo local. La piedra del rey Arturo, así como la piedra de Macbeth, permanecían en sus lugares de descanso eterno cercano. Este era un lugar antiguo y místico, perfecto para su temperamento de artista. Era una tierra mágica. En lo profundo de su alma se sentía segura de que este lugar podría traerle la paz y la felicidad que buscaba. Una paz por la que había suspirado en los días pasados cuando se sentía sola en medio de una creciente muchedumbre. De la masa de personas sin rostro, que no querían nada de ella excepto los dones y talentos que podía darles. En los últimos años había olvidado toda felicidad. Esperaba que esta mudanza la pudiera inspirar otra vez. En los años que había pasado escalando a la cima de la industria del entretenimiento, había olvidado lo que era la verdadera alegría. Su vida se había convertido en un sin fin de elogios de la crítica. Era algo que nunca hubiera querido; no realmente. Estaba dispuesta a empezar de nuevo. Con súbita esperanza brotando en su corazón, entró en el patio de su nueva mansión. Todas las aprensiones fueron dejadas de lado y olvidadas. Deteniéndose bruscamente frente a la gran puerta de roble de la casa, apagó el motor de su coche y suspiró. Varios días antes, la mudanza había llegado con 1 Ver imagen en: http://en.wikipedia.org/wiki/Picts El Club de las Excomulgadas Sherri L. King – Icarus 6 sus pertenencias personales que había decidido conservar cuando salió de su ático frío y aséptico. Estaba más que deseosa de desempacar y esperaba rodearse de todas sus comodidades y objetos familiares. Durante semanas había recorrido el campo local y para adaptarse a la población y cultura de su recién adquirido hogar. Ahora estaba cansada de los viajes. De hecho, a veces sentía que había viajado toda la vida buscando este lugar desde el principio. Hasta que la decisión de trasladarse fuera tomada, se había sentido a la deriva, sin propósito. Su ajetreada vida nunca le había permitido tiempo para relajarse. Pero ahora que lo tenía, se encontró más necesitada y perdida que nunca. ¿Qué nuevo rumbo tomaría su vida ahora? Si sus instintos estaban en lo correcto creía que algo... monumental, se encontraba esperándola justo en el horizonte. Morrigan no sabía que le deparaba en el futuro, pero estaba más que lista para averiguarlo. Cuando salió del coche, el viento frío cortaba como un cuchillo. Bajo su capa negra, su pelo, color cobre, largo hasta la cintura, estaba atado en una trenza gorda a lo largo de su espalda. Sus largas piernas, su figura exuberante, exótica y típica de un elfo la había hecho una personalidad fácilmente reconocible entre la élite del mundo del espectáculo. Pero no tendrían mucha utilidad aquí, en su nuevo mundo. Tenía que mezclarse, no apartarse pensó con una sonrisa. Su traje pantalón gris oscuro se veía caro y elegante, y sus botas cortas de cuero italiano, apenas hacían un chasquido mientras caminaba a través de los adoquines. Se acercó a la puerta de entrada con las rodillas débiles. El viento silbaba a su alrededor, el olor de una lluvia aproximándose llegó a su nariz, extendió la mano hacia el picaporte de hierro. El Club de las Excomulgadas Sherri L. King – Icarus 7 Conteniendo la respiración, abrió la puerta de su nueva casa con movimientos lentos y cautelosos. Echando un vistazo al oscuro vestíbulo más allá, lanzó un suspiro de alivio. Sonrió y se rió un poco de sí misma, ante su comportamiento insensato. El interior tenía el mismo aspecto que en las fotos de la inmobiliaria. Estaba lleno de cálida alegría y acogedora bienvenida; todos los sentimientos que asociaba a un buen hogar. Había sido algo impulsivo comprar esta casa sin haberla visto, solo vio unas Polaroids en la inmobiliaria, pero, se había obsesionado con ella desde el principio. La descripción del agente de bienes raíces había indicado que la casa y el terreno se encontraban en Escocia, cerca de varios lagos y cursos de agua. Una compulsión embriagadora la había tomado, llevándola a no detenerse ante nada para poseer la propiedad. El calzado suavemente se acolchaba en el suelo, miró a través de cada habitación de la casa. Enamorarse de ella fue fácil. Era maravillosa, con techos y ventanas altas y amplias habitaciones. Su dormitorio ocupado una preciosa cama king-size con dosel, con grandes gasas blancas satinadas que caían en cascada. Era su habitación favorita. Caminando hacia las puertas francesas al otro lado de la cámara, las abrió y salió al balcón que había más allá. Ramas oscuras, verdes de un serval2 estaban cerca de la barandilla, dando la sensación de un balcón privado y cerrado. Morrigan respiró profundamente el aire fresco, limpio, saboreando el silencio que la rodeaba. La tranquilidad de su nueva casa comenzó a filtrarse en sus huesos cansados del mundo. Era su tierra y la hizo sentir como si fuera finalmente aceptada como parte de su entorno. 2 Ver imagen en: http://www.stravaiging.com/photos/albums/miscellaneous/wildlife/trees/rowan001.jpg El Club de las Excomulgadas Sherri L. King – Icarus 8 Con una serenidad, que era extraña para ella en los últimos años, se volvió hacia el interior y se dispuso a desempacar. La noche se acercaba. Esperaba no soñar nada. ***** El letargo la encerraba como la oscuridad de una tumba, y el sueño llegó a ella una vez más. El realismo la consumió por completo, y se olvidó que los sueños no eran reales. No recordó que en su nuevo entorno, supuestamente libre de preocupaciones, se esperaba que ya no los experimentaría. Su terapeuta le había dicho que ellos eran sólo subproductos de su estilo de vida estresante, que eran fantasías de una imaginación producida por el exceso de trabajo. Pero cuando los sueños conquistaron su mente al dormir, todo pensamiento racional fue olvidado. Sólo conocía la realidad que su mente soñadora le mostraba. Corriendo por el bosque oscuro de noche, su camisón blanco virginal volaba detrás de ella con el viento. Su cabello estaba desatado a lo largo de la espalda y los hombros, la oscuridad hacia que las ondas cobres parecieran como sangre derramada sobre ella. El corazón le martilleaba en su pecho. Sus ojos y sus mejillas le quemaban por la mordedura del viento cruel. Sin embargo siguió corriendo, siempre hacia adentro del negro corazón del bosque. Las manos extendidas hacia adelante para alejar los arañazos de las ramas que la atrapaban, apenas se dio cuenta hacia qué punto lejano huía. Sus pies estaban desnudos debajo de la caída del vestido, pero ni siquiera sentía el suelo debajo de ellos. En la oscuridad sin fin sus ojos buscaban frenéticamente algo. A alguien a quién no se atrevía a nombrar para no dudar de su cordura. Ella lo buscaba. Por último, se topó con el oscuro espejo liso de un plácido lago. Sus pies se detuvieron tropezando en la costa. Sentía el agua fría, mientras cubría con suavidad los dedos de El Club de las Excomulgadas Sherri L. King – Icarus 9 sus pies descalzos, y esperó allí con la respiración contenida. Las nubes de vapor salían de su boca temblorosa. El pesado silencio ve volvió irrompible. Ella trató de tragarse el nudo de miedo y de anticipación en la garganta, pero encontró su boca demasiado seca. De repente, ante ella, una ola rompió la calma de la superficie del agua. Fue seguida por otra, y otra, hasta que salpicó contra sus tobillos con la fuerza de las olas. Morrigan abrió la boca y se mordió el labio, luchando contra el impulso de huir cuando una cabeza oscura surgió desde el corazón del lago. Fue seguida por la pálida y muy musculosa forma de un hombre desnudo. El hombre pasó por encima del agua. Sus pies andaban por toda la superficie con apenas una onda al pasar. Una pequeña sonrisa, misteriosa se dibujó en sus labios eróticamente esculpidos. La vista le aceleró el corazón, aunque no podía decir si con miedo o con anticipación. Su cabello de ónix estaba seco y yacía en suaves rizos que bajaban por su espalda hasta las nalgas. A pesar de que había salido del agua, estaba completamente seco, como por arte de magia. De pie media como unos seis pies y medio de altura, alzándose frente a sintió sus dedos acariciar la parte de debajo de sus pestañas. y se volvió para huir. Una vez más abrió sus deslumbrantes ojos. King – Icarus 10 Su cabeza se movió como en un movimiento circular. Morrigan sintió un escalofrió de temor que aceleró su corazón. el hombre llegó a pararse frente a ella. Sus dedos largos y hermosos la alcanzaron y ella trató de protestar. Al final. y captó su mirada durante un buen rato. Él movió la cabeza lentamente hacia ella. Por fin has llegado ". y se abrieron una vez más. sin embargo. y su voz salió como un eco en la noche. Al igual que el suave toque de una pluma. Su acento era lírico. sus fosas nasales se dilataron al respirar profundamente su olor. como si estuviera rodeando sobre la nube de su olor. El hombre cerró los ojos y se acercó más a ella. y el único color que parecía poseer ardía en sus ojos. y sus ojos no podían dejar de mirar los de él. pero ningún sonido brotó de sus labios entreabiertos. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Su fuerte cuerpo musculoso. demasiado llenos de gracia y poder contenido. Era incapaz de encontrar oscura pasión que emanaba de su mirada y ella cerró los ojos en defensa propia. como una dulce melodía que estaba familiarizada con ella aunque no podía dar . marcándola con una posesión que era imposible de negar. Se preguntaba qué olía ya que ella no usaba ningún perfume. gracioso.ella. un tono increíblemente inhumano. Sus movimientos eran inhumanos. se acercaba más a ella. descubrió que sus piernas se negaban a moverse. El único sonido que rompía el silencio era el inquietante ritmo de los irregulares latidos de su corazón. Ellos la quemaron por debajo de sus pestañas pecaminosamente pesadas. Su piel brillaba plateada a la luz de la luna. Con un choque. "Eres tú. Sus ojos ardientes vagaron por su cara con un hambre inocultable. hasta que fueron separados sólo por el espacio de las respiraciones. Sus ojos eran de un color morado oscuro. dijo. El hombre sonrió y trazó sus mejillas con la punta de sus dedos fríos. Su lengua de terciopelo lamió la pequeña herida antes de de dirigir sus labios a su boca—succionando y ordeñando su sangre con besos devoradores. Sus manos se desviaron de sus mejillas hasta su barbilla. él sonrió. sus labios se calentaron contra los de ella— pidiendo prestado su calor. inclinándola hacia arriba. La carne de gallina estalló sobre su piel. y la de él. Su pelo de seda rozaba su cara mientras él se acercaba y le daba un frío beso en sus ojos cerrados.. Morrigan no pudo encontrar su voz. Un miedo abrumador se apoderó de ella. por encima del hombro y los brazos hasta que le sostuvo las manos en las suyas. Era pasmoso. El sabor dulce cobrizo de la sangre llenó su boca. sorprendente. y sus manos se desviaron más bajo. sin embargo. Eran delgadas y membranosas. Sus labios presionaron los de ella.con ella. arqueando el cuello hasta que su cabellera cayó muy por debajo de sus nalgas. tan suave como el roce de las alas de una mariposa. Su aliento era caliente y se desplegaba sobre su rostro como una caricia física. Ella cerró los ojos para saborear mejor su tacto. Una mirada posesiva llenó su cara antes de que sus rasgos cayeran en una máscara de anticipación maliciosa. Por encima de su cabeza inclinada ella vio las alas traslúcidas que brotaban de su espalda. extrañamente hermosas como un arco iris iridiscente derramado sobre su espina dorsal. El beso se profundizo. y por fin encontró la fuerza para . Ella quedó congelada.. Viajaron hacia abajo sobre sus mejillas y la nariz. Cuando sus palabras se desvanecieron en la oscuridad. y sintió un pequeño dolor. temiendo lo que pudiera hacer a continuación. Una mirada voraz de hambre y de éxtasis se dibujó en su rostro. A pesar de que fueran un testimonio aterrador de su inhumanidad eran. y sus ojos destellaron más brillantes que nunca. ni podía volverse hacia él. Ella comenzó a luchar cuando su lengua lamió con avidez la sangre que brotaba del corte de su labio. y colgaban dobladas en silencio detrás de él como las aletas de un pez gigante. mirando al hombre más bello que había visto en su vida. Sus ojos se abrieron de golpe con pánico. suavemente y luego más firmemente sin que protestara. Lentamente. el hombre le levantó las manos a sus labios para presionar un ferviente beso en su palma. sirvió para excitarla. se apartó de sus labios. Odiaba sentirse tan indefensa. Morrigan reconoció esto. Un llanto quebrado escapó de sus labios. Luchó contra la tentación de gritar. Su fuerza era abrumadoramente superior a la de ella. sin importar el costo para su salud mental. Se sentía como si estuviera despertando del hechizo de un brujo. Aunque la vista debería haberla enfermado. a pesar de que lo era. pero su resistencia era inadvertida por su captor. King – Icarus 11 Presa del pánico y empujando contra él. Al verlo tan de cerca como estaba. Morrigan vio el destello brillante de sus colmillos antes de que sus labios se enterraran en su mano. a regañadientes. torció su cabeza alejándose. Su captor no se desconcertó por su actitud. cerrándole los brazos a los lados. Sintiéndola cerca de entregarse. Casi se desmaya ante esa visión. ni siquiera hizo que su dominio sobre ella se debilitara. La situación se tornaba más que peligrosa. El Club de las Excomulgadas Sherri L. . Su temperamento poco a poco prendió a la vida emparejado con su miedo. pero perversamente ahora no quería huir. Era demasiado peligroso. Se quejó con pánico en sus ahora quemantes labios. El hombre dio un apretón más firme a sus manos mientras ella continuaba la lucha. Ni siquiera gruñó cuando le dio una patada en la espinilla. La boca erótica estaba hinchada y teñida de su sangre carmesí. Superó su miedo una vez más. Parecía de pronto más hermoso y aterrador que antes y la condujo por razones que no podía entender. sino acercarlo más. Quería perderse dentro de él como una polilla en una llama. como el arrullo de una paloma. Poco a poco. luchando cuando él continuó besándola. Continuó alimentándose de su boca. Apuesto no era una palabra poderosamente suficientemente para describir cómo lo veía ahora. demasiado pecaminoso para ser etiquetado como hermoso. y renovó su lucha por escapar de él.moverse. Un segundo después cayó en la oscuridad que llegó y la tragó como las fauces de una fría tumba. pero por razones diferentes." Su respiración era áspera y sus fosas nasales flameaban. se rió con voz temblorosa. Se levantó de la cama y pisó las espesas alfombras que cubrían el frío suelo. y pronto él jadeó con ella. Su miedo en el sueño le había dejado un persistente. El hombre movió la cabeza en forma de reptil. Con dedos torpes y agitados. profundas. Nunca volveremos a estar separados. ardía en sus ojos inhumanos quemaron a través de ella. En su mente sabía que los sueños no eran reales y que sus temores eran tontos. Al verse a sí misma por vanidad gritó en estado de shock. Jadeó con la fuerza de sus esfuerzos. Con manos temblorosas encendió la lámpara de noche y echó una mirada aterrada por la habitación. la ira y el miedo sólo sirvieron para excitarlo aún más. La agitada y rápida respiración devastaba sus pulmones. pero su corazón le seguía tronando en el pecho. El Club de las Excomulgadas Sherri L. encendió la luz y se acercó al lavabo. Morrigan se sentó de golpe en su cama. Su piel usualmente como un suave y cremoso melocotón estaba pálida y traslúcida con la fría luz. Ella gimió entrecortadamente mientras hundía la cara entre las manos. calmadas respiraciones. de cruda posesión. King – Icarus 13 Capítulo 2 Los ojos verdes como joyas le devolvieron la mirada a su reflejo. oscura y obsesionada con todo lo que había visto. en dirección al baño para tomar agua. y su boca se movía como si degustara el último sabor de su sangre en su lengua. "Te he probado ahora. Tonto como sonaba estaba buscando monstruos escondidos en las sombras. linda. Su corazón tronaba en el pecho. rápido y elegante. Después de unas pocas. King – Icarus 12 La mirada oscura. marcándola como suya. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Ondas salvajes y .La combinación de su excitación. sabor amargo en la boca. lo que era fácil de ver cuando sus ojos se desviaron hacia su pesada erección. Sus manos rozaron el labio inferior e hizo una mueca de dolor. El corte estaba fresco y la hemorragia se había detenido. Se apresuró a salpicar agua sobre su cara y haciendo una taza con las manos bebió con avidez. miraba aturdida a la distancia. De repente se quedó quieta y después de unos frenéticos latidos del corazón. se arrastró de vuelta a la cama. sino en el comedor de su nueva casa. Pendiente de su mantra. El hombre se había sentado a la larga mesa de su comedor. Para conjurar los miedos dejó la luz encendida. La herida en el labio se había producido probablemente mordiéndoselo en el sueño. Pasó casi una hora antes de volver a dormirse. enrollándose en las sábanas. además de sentir. no en el bosque como tantos en el pasado. Las últimas horas de descanso habían sido inquietas y fueron consumidas por otro sueño. El Club de las Excomulgadas Sherri L. La había consumido por completo. El último había tenido lugar. que había escapado de la apretada trenza que siempre se hacía para dormir. Los sueños. No estaba loca. Por una fracción de segundo temió que su sueño fuera real y antes de volver a reír empujó el pensamiento desesperadamente lejos. debió olvidarlos al despertar.enredadas hacían un halo con su pelo. se estremeció por el frío de la noche. El aire fresco del amanecer le puso la piel fría y húmeda. Sus ojos estaban muy abiertos en un shock. Sus alas iridiscentes se extendían como una capa detrás del respaldo de la silla. soltó una risita aguda. King – Icarus 14 ***** La mañana llegó y la salida del sol saludó a Morrigan de pie en el balcón. aunque realistas. comiendo bayas rojas de una compotera. quedándose con ella largo tiempo después de despertar y haber dejado la cama. Los ojos púrpura ardían majestuosos por detrás de su ondulado pelo negro que caía suave sobre la frente. la miraba fijamente . Este último delirio había sido tan… real. al igual que su sangre lo había hecho antes. Sorbiendo su taza un humeante de café. Si algo no cambiaba pronto se quebraría por completo. Estaba tan cansada. acurrucándose bajo los cobertores y. lavando el sabor cobrizo del miedo y la sangre del sueño. Los recuerdos. mientras daba vueltas. quitó las manos de su rostro. el pequeño corte allí. mientras estudiaba la parte interior de su labio viendo. que la aterrorizaban y consumían. La mirada se centró con terror. mucho más que una pesadilla. al borde de la desesperación. lentamente. no eran reales. Los jugos carmesí le manchaban la boca. El mundo se inclinó. Los labios del hombre se retorcieron en una sonrisa pequeña. llevándosela con él. —Aliméntate de mi mano. Su voz resonó por la habitación y en los rincones más oscuros de su mente. más cerca. como si supiera su dilema. peligroso dominaba el comedor como un rey. Ofreciendo el fruto una vez más. Él se dio vuelta hacia ella y negó con la cabeza ligeramente. en absoluto– ordenó. Obedeciendo alguna orden tácita caminaba hacia delante. El líquido escarlata chorreaba de su boca mientras le hacía una herida en . Sexy. Sus labios rozaron sus dedos con una sacudida eléctrica. El Club de las Excomulgadas Sherri L. pero no pudo resistir su poderosa atracción. Destellos de rayos brillantes iluminaban a veces. saturando el aire con el aroma del ozono y el océano. oscura. La lluvia se arrojaba contra los altos ventanales. o nada. pequeños rizos oscuros rozaron sus alas y se agitaron ligeramente. Incluso en sus sueños tenía buen gusto para la ropa. mi bella– dijo con su inquietante voz lírica. su pálida piel y lo inundaban de un resplandor de plata que la cegaba. como siempre. para tomar el fruto de sus fuertes dedos. Los últimos pasos que la llevaron junto a él fueron vacilantes. arrastraba. y mientras la sostenía firme con una mano y ella bebía con avidez de la otra mientras él la mantenía sostenida a sus labios. sino obedecer una orden tan categórica? Estaba cansada de luchar contra su control sobre ella. ¿Qué opciones tenía ella. su voluntad era mucho más fuerte. donde el hombre estaba sentado. King – Icarus 15 Estaba completamente desnudo. King – Icarus 16 Su visión se apagó y nadó emborrachada. Cuánto tiempo pasó. no lo sabía. Incluso cuando estaba luchando contra la tentación sensual se vio obligada a admitir el erótico y perfecto espécimen de macho que era. Poder y control brotaban de cada uno de sus poros haciéndola sentir como una vieja bruja en su presencia. por mucho que quisiera irse se veía obligada a acercarse. sosteniendo su espalda como una mano desesperada. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Estaba sentada en su regazo. que caía al suelo y cubría sus pies. sus ojos brillaban con una promesa maliciosa. Morrigan sentía la compulsión abrumadora que acompañaba a su orden. El fruto sin duda parecía atractivo y tenía mucha hambre. hundió sus dientes en la carne suculenta de la baya. Le ofreció una de las bayas de forma extraña con un elegante movimiento.mientras ella estaba allí con un vestido de terciopelo escarlata. Inclinado la cintura en un gesto casi formal. Le extendió una mano temblorosa. Con el movimiento. pero vino a ella la reminiscencia del desvarío de ensueño. —Prueba su néctar. Pero. El vestido de cola larga y pesada. dulce de su sangre y ella se extrajo profundamente de él. En un momento se sentó calmadamente. y la mirada de sus ojos. lo escupió en el suelo.. evitando que expulsara su sangre. Morrigan negó con la cabeza contra su mano. En esta nueva posición su lucha desaparecía a excepción de la negativa a ingerir sangre. que había cepillado. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Resistiendo el impulso de ingerir el potente elixir. La otra mano que sostenía su rosa cerraba los dedos suavemente alrededor de la nariz. El sueño había terminado.la muñeca. Él tendió su espalda con un movimiento rápido y reposó sobre ella. Su visión nadó y ella comenzó a ver los puntos. pero él era demasiado fuerte y la sostuvo firme. una vez más. Era inevitable. dándole una prueba de que su lucha sólo sirvió para excitarlo. Su cuerpo se acurrucó contra ella. mi bella. Con un súbito movimiento llevó contra sí su cuerpo. Inmediatamente se le permitió el uso de sus pulmones una vez más. Traga hasta la última gota y bebe profundamente. y enterró sus labios contra su garganta en un acalorado beso que le permitió sentir el filo de sus colmillos presionando. una lluvia suave golpeaba contra la casa y su boca se había llenado con el sabor salvaje de los sueños. suave pero inamovible. King – Icarus 17 efectivamente. rico y embriagador. en la terraza de su dormitorio. con la evidencia de su erección. Su mano la sostenía firme. El con ternura paso una mano por su cabello. temblando y estremeciéndose mientras caía al suelo. al próximo se agachó frente a ella. Su carne desnuda chamuscaba a través vestido. Los momentos pasaron mientras luchaban con los ojos morados aburridos en ella. trágalo. y Morrigan una vez más se había sentado vertical en su cama. Esta es mi esencia—que me atará a ti—y no debes escupirla. Las visiones la asaltaron. La sensación de su peso anclándosele era deliciosa. simplemente se estableció entre sus piernas. Se había mordido el labio nuevamente manchando sus dientes con una coloración carmesí. . Posó la mano sobre su boca. cortando su suministro de aire. antes de que llegara a perder el sentido por completo. Con desesperación arrancó su cuerpo del abrazo. que luchaba por separar.. Cuando golpeó contra él. sin aire para respirar iba a tragar su sangre en una acción irreflexiva. Sentía la boca impregnada del sabor picante. callaba las protestas. El hombre se movió con una velocidad que no podía seguir con los ojos. La sangre le quemaba aún la boca con un sabor dulce. —No. quitándosela de inmediato. lugares de inimaginable maravilla inundaron su mente mientras ingería cada trago del líquido embriagador. Este último bocado de su sangre era dulce. Ojos salvajes. Un sabor picante y salvaje descansaba en su lengua. Fuera. Sólo necesitas algunos medicamentos fuertes. llamó a una amiga en Nueva York. El Club de las Excomulgadas Sherri L. —¿No seguirás teniendo esas malditas pesadillas? Te dije que mudarte o irte no iba a cambiar eso. Se rió y hasta a sus propios oídos sonaba un poco loca. Me gustaría que entendieras eso. con todos estos cambios estoy teniendo problemas para dormir. Corrió para alcanzarlo en la mesita de noche. Verónica. El sol estaba alto cuando el teléfono sonó estridente. Morrigan se sentó y meditó. Viajar me tiene aislada—. entiendo que te sintieras atrapada aquí. se te oye terrible. quieres decir— la voz de Verónica era plana. ya sabes. un crucero por el Caribe durante una semana. No te ofendas.Estaba demasiado asustada para dormirse. justo lo . sola y profundamente asustada de la frecuencia cada vez mayor de sus sueños. estas retrasada una semana en el tiempo. —Oh. King – Icarus 18 cuando no hubo respuesta. Entiendo que sintieras que la fama era demasiado para ti. ¿Cómo está trabajando Ronnie el actor?" —Chica. ¿Estás segura de que estás bien? Suenas extraña. un lugar cálido y feliz. así que prefería esperar a la madrugada con la ayuda de la cafeína. me alegro de oír tu voz. con el corazón acelerado. Necesitaba este cambio. King – Icarus 19 —Es sólo que quiero superar este problema sin causar un montón de otros. Ahora que has llamado estoy bien. Dejó un mensaje en el contestador automático El Club de las Excomulgadas Sherri L. —Parece más que el viaje. ¿sabes? —Oh. rompiendo la calma y Morrigan saltó asustada. —¿Hola? —¿Estás bien. —¡No! No-no es lo que quería decir. mírate escogiste un lugar frío y el agua allí es negra y repulsiva. —No quiero acabar dependiendo de las drogas y el sexo como la mitad de la gente que conozco. – suspiró. cariño? Acabo de recibir tu mensaje una noche larga. pero es verdad. —Como yo. Pero. Ahora estoy con el Diseñador de Navarra. Sintiéndose perdida. Pero ¿Escocia? Cuando dijiste que querías mudarte cerca del agua pensé que tal vez te referías Florida o California. no azul. y un amante con mucha energía. —Bueno. muñeca. Verónica. La tierra es salvaje e inspiradora. —Creo que me va a gustar este lugar. —Sólo estoy cansada. Puedes apostar que si yo soñara con algún tipazo magnífico apuesto. no escribiré por dinero sino por placer–. Verónica. estaría toda sobre él como blanco en arroz. Ella sonrió ante la idea. si soy cuidadosa. escuchando siempre las mismas gastadas lecturas provenientes de la boca de su mejor amiga. —No lo entiendes. —Dejaste todo eso atrás. —Yo ni siquiera sé por qué estás tan asustada acerca de estos sueños. Tu insomnio. de por qué se había molestado en llamarla. sobre todo. ¿recuerdas? —Yo siempre seré una poeta. muerto como tu novio soñado." —Es sólo una cosa freudiana. yo ciertamente espero que estés equivocada. en menos de tres meses te has mudado a otro país. Pero todo lo que hiciste fue darte un nuevo entorno en el que preocuparte. —Necesitas volver a casa. uno tan solitario como ése. este hombre no es así. Yo no quería la fama y el estrés de una vida de alto perfil. Apuesto a que transformarás esas pesadillas en sueños de fantasías en un santiamén. Creo que voy a ser feliz aquí. Cuando ocurre. Estos sueños no son así. Sólo que ahora. retirado del El Club de las Excomulgadas Sherri L. Tenía que serlo. —Bueno. King – Icarus 20 negocio de la música y te separaste de todos tus amigos. en todo lo que puedo pensar es en salir corriendo. Verónica. —Bueno. Conquistaría esas pesadillas y sería más fuerte que eso era sencillo. —Creo que estás loca al renunciar a la vida del mundo del espectáculo. Estoy lista para establecerme y vivir mi vida para mí. Esas . ¿Realmente pensó que alguien la entendería o simpatizaría? Ahora. Mírate. en primer lugar. Es peligroso y las cosas que suceden en los sueños son peligrosas. donde el entorno y las personas son familiares. Tengo dinero más que suficiente para vivir con un poco de lujo hasta mi vejez. ¿Qué hace? Vive en el agua y tú huyes de él. ciertamente pareces haber encontrado igual cantidad de estrés que aquí. no estaba segura.adecuado para una poeta. ¿por qué no te pagarían por ello? ¿Sabes lo que pienso? Creo que estarás de vuelta aquí en seis meses eres demasiado inteligente para dejar atrás la fama y la gloria atrás de esta forma. Nunca se puede tener demasiado dinero y si te gusta escribir. pesadillas y todo eso va a desaparecer en poco tiempo y luego puedes volver a la normalidad. En poco tiempo estarás mirando adelante de ellos. La poesía está en mi sangre. Las palabras de Verónica todavía fluían en su oído. La próxima vez que sueñes con él sólo debes saltar a sus huesos y acabar de una vez. No fue saludable para mí. —Escucha. —Sólo recuerda que si quieres regresar. Sé que no lo parece. El Club de las Excomulgadas . esto no fue algo fácil para mí. tal vez estoy más que acertada de lo que sabes sobre la necesidad de un joven semental. —Lo aprecio. —Entonces. Verónica. La industria del entretenimiento tenía un período de atención muy corto. pero espero que lo hagas. Si te sirve de consuelo. —Esa es la cosa más retardada que he oído decir. Siempre tendrás un lugar aquí. Creo que su erección en cada sueño representa un pene y el resto son sólo un montón de visiones de pesadilla. Nunca entenderé cómo pudiste alejarte de la gran vida. de verdad. Verónica. pero voy a tratar de que no juzgarte con demasiada dureza.. alas y hambriento con apetito feroz. te lo prometo. no dejes que tu orgullo te impida hacerlo. Sé que es chiflado. Él es un vampiro ahora.. por así decirlo. Morrigan se preguntó si Verónica diría lo mismo en seis meses. Pero tenía que hacerlo o sólo me habría perdido por completo. —Gracias. Nunca pensaba mucho acerca de cuántos amigos se perderían en el camino. o. No puedo entender cómo vas a encontrar la felicidad allá en ese país frío.. o algo así. King – Icarus 22 contaba especialmente al hacer este movimiento. El Club de las Excomulgadas Sherri L. me hacen sentir como que he perdido el contacto con la realidad cada vez que me despierto. King – Icarus 21 con colmillos. Voy a tener en cuenta todo eso. Morrigan sabía que probablemente sería el último adiós entre ellas. amiga. Las dos mujeres se despidieron." —Pero ahora son diferentes. pero estos sueños al parecer tan auténticos.. Completo. Estoy segura de que tu terapeuta examinó eso cuidadosamente contigo." Morrigan se echó a reír a pesar de sí misma. escarpado. No podía vivir en el centro de atención por más tiempo. Me sentía como una muestra bajo el microscopio.son probablemente sólo proyecciones mentales de tus inseguridades o lo que sea. pero sólo quiero que seas feliz. porque todavía estoy sufriendo todas las mismas preocupaciones. Me suena como si estuvieras solo cachonda y que sus colmillos representan un pene y sus alas representan cuando abres las piernas y 'volar'. era algo con lo que El Club de las Excomulgadas Sherri L. Las sombras del crepúsculo jugaban con las últimas luces a su alrededor. era éste. se sintió completamente aislada del mundo exterior. su trenza de cobre brillaba con la luz del sol. pronto entró en calor por el esfuerzo. se cuidó de mantener su casa a la vista. aunque. le había proporcionado alegría.Sherri L. comenzó a consumirse de repente. El único sonido que rompía a través de la madera eran sus pisadas. Si había un lugar para redescubrir su vida. Lo que fuera que la hubiera obligado a ir a esa tierra extranjera. Después de un rato de caminata. mientras Morrigan terminaba de desempacar las últimas cosas. Se puso sus mejores botas de montaña.. antes de salir por la puerta trasera. que tomaba entidad en la tierra. Algunos fragmentos perdidos de la luz del sol atravesaban las copas espesas desde arriba llegando al suelo del bosque. Un pequeño animal la indujo a internarse más profundamente por el camino entre el refugio de los árboles. El terreno le era tan des conocido. que no quería correr el riesgo de perderse entre la densa espesura. con la urgente necesidad de caminar por su nueva propiedad. Pero en el fondo sabía que era el lugar correcto. A pesar del clima fresco. El canto de las aves silvestres y el susurro de los animales que habitaban la tierra se desvanecieron lentamente en el silencio. vaqueros rotos y una sudadera. Si éste sería o no su verdadero hogar estaba por verse. Morrigan casi podía imaginar las pequeñas hadas y gnomos viajando a través . Se sentía feliz de estar allí. no sólo mudándose. Mientras caminaba por el patio trasero. King – Icarus 23 Capítulo 3 Después. Después de sólo dos cortos días se sentía más a gusto. sino haciéndolo a este lugar. El frío comenzaba a apretar y se estremeció. Por primera vez en meses empezó a sentir que verdaderamente la calma y paz la superaban.. Ya era de noche en el corazón del bosque. más feliz que nunca en su Nueva York natal. en el momento adecuado para. esa misma tarde. King – Icarus 24 extravagante de la idea. no dejando pasar el sol. el crepúsculo estaba azul y calmante. Mirando un tronco cubierto de musgo. Morrigan miró a su alrededor a los árboles y arbustos y respiró profundamente el aire fresco del bosque. su llegada aquí había sido exactamente lo que necesitaba. Había tomado la decisión correcta. mientras caminaba a través de la maleza. Sus pasos la llevaron más allá de los bosques. Aquí la cobertura forestal se había espesado. se sentó y contempló su entorno con mirada apreciativa. Todo parecía como un cuento de hadas. lo que fuera que estaba buscando. decidió con una pequeña sonrisa. A pesar de las advertencias de todo el mundo por lo El Club de las Excomulgadas Sherri L. Trata de calmarte. King – Icarus 25 Unas manos fuertes y frías la sujetaron firmemente por los hombros. hasta que estuvo casi normal y su respiración comenzó a aliviar la cadencia mientras una languidez de ensueño la llenaba. Puedo saborear tu miedo y olerlo en el viento. No quiero que me temas. pero el tono de voz la calmó como nada más podría hacerlo. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Morrigan no estaba escuchando sus palabras. apoyándose en su brazo y su hombro. e involuntariamente se recostó contra él. dándose cuenta de cuánto tiempo había pasado desde que había perdido la visibilidad de la parte trasera de su casa. el hombre se movió más abajo para agacharse detrás de ella. El olor de la lluvia y el agua que corría era más fuerte ahora. Olores de cosas crecidas. Sedosos rizos negros como la medianoche le cayeron sobre sus hombros cuando el hombre detrás de ella se inclinaba para susurrarle al oído. Me estoy volviendo loca—. en todo el mundo éste era un lugar de magia y maravilla. Era el lugar perfecto para que un alma creativa prosperara. su ritmo cardíaco fue más lento. se puso tensa. Mirando a su alrededor no se veía ninguna señal de algún arroyo o lago. Su cabeza cayó hacia un lado. Un sueño debilitante se apoderó de ella. nunca pienses eso. Nerviosa. El corazón se estremeció en su pecho y sus labios temblaron con un vertiginoso temor. jadeó ella. no mi bella. enviando un repiqueteo profundo de calma que le pasó a través del cuerpo. le asaltaban la nariz. —No te vayas todavía. sus ojos se volvieron perezosos y se entrecerraron. Su cabeza cayó hacia atrás para descansar sobre el hombro. Sin duda. era suave y no la lastimaba. y aunque era lo suficientemente fuerte para sostenerla. El Club de las Excomulgadas . Su tono dulce hizo eco en su mente. Se vio forzada a permanecer sentada. Sin romper su contacto la reclinó. cuando estuvo a punto de quedarse dormida. Pasaron varios minutos en silencio. Nunca me temas. me estoy volviendo loca. Morrigan soltó un grito ahogado y trató de levantarse de su asiento una vez más. De pronto. aunque probablemente había uno muy cerca. junto con el penetrante olor a ozono del agua fresca que corría. Para su consternación el hombre no liberó su presión sobre ella. —Dios. se apresuró a levantarse de su asiento en el tronco caído. —Shh. suelos ricos y húmedos.de la madera y se rió. Pronto. Sin nada que hacer se preguntó hasta dónde se habría alejado. Su respiración agitada parecía subir por el espeso silencio que los rodeaba. ella sentía sus dientes trazando ligeramente sobre su piel una huella de deseo. —Por favor. la lengua parecía mucho más excitante que sus labios. —Me haces desearte tanto–. una ola de pasión cruda y fuerte barrió a través de su aliento. friccionándolos con movimientos que hacían que su cuerpo se quemara con llamas de deseo. estaba tan a gusto. Esta vez no le temió. Es un delicioso perfume –. —Pero debo hacerlo. El calor combinado bajaba por su vientre. Ningún simple recuerdo me puede durar lo suficiente para aguantar mi hambre de ti. Cualquier encanto oscuro la mantenía quieta haciéndola vacilar. algo que sonó oscuro y erótico. Cuando el suave susurro de una caricia presionó con un beso el latido de su pulso lanzando su lengua para saborearla. Él gruñó en voz baja. La especia y la dulzura persisten en mis sentidos. pero no pudo entender sus palabras. Lamiéndola y mojándola allí. El toque fresco de sus labios en su garganta ni siquiera la sorprendió.Sherri L. Parecían marcarla. logró decir. él le tomó los pechos con más firmeza en sus expertas y sabias manos. —No luches contra esto. acariciándolos hasta que se sintieron hinchados y doloridos. —No lo hagas— se atragantó mientras él bajaba la cabeza para darle otro caliente beso en su pulso. Le pasó el pulgar y el dedo índice entre los pezones. King – Icarus 26 dejando al descubierto plenamente su cuello hacia él. dejándole sentir las puntas de sus dientes. —Sí–. y arqueó el cuello para encontrar su beso. Sus muslos se separaron por propio acuerdo y de inmediato la mano de él fue ahí para tocar la carne íntima . El recuerdo del gusto. al presionar con mayor firmeza contra ella. me han encantado. Jadeando suavemente. En cambio. por un momento sintió un escalofrío de miedo otra vez crispándola de nuevo. Sólo siente el placer. ¿no? Puedo oler tu excitación. por lo que se El Club de las Excomulgadas Sherri L. Mientras la lamía nuevamente. King – Icarus 27 sentía débil apretada a él. Sus palabras fueron apagadas contra su carne. lo correcto que es. Los pulgares se movieron sobre sus pezones a través del grueso algodón de su sudadera. no–. que amenazaba con alcanzarla. —Sientes el calor y la fuerza de nuestra unión. la sensación y tu olor. Murmuró algo más. un gemido escapó de sus labios. Las manos bajaron de sus hombros para acunarle los pechos con amor. arqueó la espalda sin motivo. Tranquilamente.– El poder de su musical voz la hechizó una vez más. Tengo que probarte de nuevo. Gracias a Dios alivió el pánico. Sus manos la apretaron convulsivamente. bella. iba dejando un largo rastro húmedo en su cuello. suspiró. Estaban calientes por el calor de la sangre que había bebido. Fue empujada directamente a los brazos de un violento orgasmo. Gritó con su liberación. Por extraño que pareciera.entre ellos. haciendo que se estremeciera y retorciera. Los besos que le calentaban el cuello eran exigentes y sintió su boca abierta sobre ella. El palpitante éxtasis irradiaba hacia el exterior mientras sus colmillos se encontraban profundamente enterrados en ella. encontrando la suya. Sus ojos violeta la miraron profundamente por un largo momento. Su lengua barría a lo largo de la herida mientras los colmillos se retiraban de su carne. Su gusto era salvaje y emocionante. y ella le dio la bienvenida a su lengua en el interior. pensar en eso El Club de las Excomulgadas Sherri L. Por el contrario. King – Icarus 29 no la alarmaba. como un escalofrío contra su cuello mientras su orgasmo disminuía lentamente. Morrigan fue la primera en apartar la mirada. El viento se sintió de pronto. que todavía hormigueaba. No había dolor. Esa prolongada caricia hizo que apretara los dientes sobre su seno mientras su cuerpo se sacudía y casi la tiraba. aunque su mente se apresuraba a tratar de recuperar el control de sus traidoras emociones. lo que la hizo temblar de necesidad. sólo una enorme ola de placer que amenazaba con ahogarla por su intensidad. Sus manos la sostenían para mantenerla en posición vertical y se dio la vuelta para pararse frente ella. La frotó ejerciendo una exquisita presión sobre su clítoris hinchado través de la tela de sus pantalones vaqueros. En las garras de un El Club de las Excomulgadas Sherri L. Su boca abrió la suya. sorprendida por su comportamiento. Después de una última palmadita cariñosa a su vagina. Se extendían a través de sus pechos y directamente a su vientre. gruñendo bajo sobre su garganta. Bebía de su sangre y ella estaba deleitándose deseándolo. y la sensación de sus . enviaba una emoción de renovado deseo a través del cuerpo. Una parte de su mente estaba aturdida y sorprendida por la reacción hacia él. girando las caderas contra su manipuladora mano. se retiró. Sus labios ya no se sentían fríos. Estaba perdida. su mandíbula trabajaba contra ella como un niño amamantándose de su madre. Cuanto más bebía de ella más fuerte ella se corría. Le hundió sus colmillos profundamente en la palpitante vena. Se dirigió más profundo por su vena. Era inútil. Pero estaba demasiado aturdida por el placer para escaparse. King – Icarus 28 delirio exquisito. Una mano sobre su barbilla hizo que volviera a enfrentarlo. Con un brusco e inesperado movimiento. Se quedó muy quieta. que mandaban en el cuerpo. era esclava del placer que él le daba tan libremente y sin reservas. él se movió. dejándola débil y desgastada. y él le besó los labios con suavidad. como si pudiera hacerlo desaparecer si no reconocía su presencia. Metió su lengua y su sangre en su boca. tomándosela. le dio un beso hambriento y fervoroso para que igualara al suyo. Parecía tan real. y perdió la noción del tiempo y lugar entregándose más desmayadamente a sus deseos. El movimiento era imposible mientras la sostenía con la mano y con los ojos. ¿me conoces ahora? . Estaba intoxicada con esta alimentación primitiva. se sintió apocada por la ruda magia del momento. King – Icarus 30 Su cuerpo se inundó con el gusto. Era obvio que también encontraba placer cuando ella bebía su sangre. Acariciando su poderoso pene. Ella estaba insaciable. Volvió en sí. ni siquiera darse tiempo para temerlo. Le soltó la trenza enredando su puño en las olas de cobre. que le latía en su puño. Limpió el esperma de su mano con algunas hojas caídas antes de pasarse la mano por el pelo. succionó con avidez de su lengua. mi bella. El Club de las Excomulgadas Sherri L. no ahora. Sus lenguas en duelo. mordiendo sus labios antes de liberarla. Se tragó cada preciosa gota con que él la alimentaba. una locura. cualquier cosa. Ansiosa y emocionada. Debería estar asustada por la fuerza de su respuesta a este hombre de ensueño. poco a poco. el olfato y el tacto de él. antes de que mordiera su propia lengua. Gustosamente cedía a sus maravillosos sentimientos que querían consumirla y abrumarla.. Era una locura. Con su mano inundada por su semilla y su boca llena de su sabor. — Morrigan. Al verlo físicamente y tan real manifestación de un vampiro alado mientras estaba despierta era.colmillos contra sus labios la hicieron apretar los muslos con una necesidad erótica. mientras se movía empuñando su mano. momentos. mientras su visión le cerraba los párpados. Él dejó de besarla a regañadientes. Sus fuertes manos se movieron hacia su cabeza. Su gemido de liberación zumbaba desde su boca hasta la garganta. Extendió la mano y sintió el derrame de su semen caliente y húmedo a lo largo de ella. cuando él gimió contra su boca por la fuerza de su orgasmo.. apoyada contra su carne desnuda. Sus manos se acercaron y rodearon su cuello mientras se perdía en su beso. y su boca inundada con el dulce calor de su sangre. y nada de pánico. y lo que le pidiera con mucho gusto se lo daría. Lo deseaba tanto que dolía. extrayendo su sangre. Sus dientes la mordieron suavemente en los labios. Sin detenerse a pensar. La humedad de su sangre manchaba sus labios enlazados mientras él sangraba libremente en ella. Su mundo se quemaba con el fuego violeta de sus ojos. Pero no sentía miedo. todo. sentía sólo placer y aceptación dentro de sí misma. En sus brazos. Por lo que intuía había perdido finalmente las riendas de su mente. En ese momento se sintió completa. se sentía como si hubiera vuelto a casa. tal vez horas más tarde. este nuevo abrazo de consuelo era excitante comparado con los demás. pero tus amigos y familiares te llaman Az. muchas veces en tus horas de vigilia. tengo que volver al agua. ahora que hemos compartido la sangre. —No tengo la fuerza para reunirme contigo sobre el agua así. tan contenta mientras él la sujetaba. Cayó al suelo desmayada. No había lugar para temores. y nadó en el océano de color morado oscuro de su mirada. mi bella. Fue un momento de descubrimiento y revelación. La sostuvo fuertemente. Tus sueños son el lugar de encuentro más fácil para los dos hasta que esté pleno de fuerza. —Ya no me temerás. junto con la pérdida de sangre fue su ruina. la voz le falló. suspiró y se apoyó contra él. sus diminutos ojos se quedaron en blanco. El Club de las Excomulgadas Sherri L. su compañera durante años y que había casi perdido la esperanza de encontrarla? En esos momentos no importaba cómo lo sabía. Le devolvió el abrazo. ronca por la emoción. Pero por ahora. Morrigan.Las visiones la asaltaron. esclava de la magia del momento. Morrigan se sintió aturdida mientras la ayudaba a ponerse de pie. King – Icarus 32 ante sus ojos. se sorprendió y supo que lo conocía. Le dio un acalorado beso en la palma. Se sentía tan bien. la hizo sentirse tímida. y con una ráfaga pequeña de viento desapareció El Club de las Excomulgadas Sherri L. y le puso un suave beso en la frente. así. Estamos unidos y pronto podremos estar juntos por toda la eternidad. La brusquedad de su partida. Me aceptarás en tus sueños y no los temerás más. ¿Cómo sabía su nombre? ¿Cómo podía saber que la estaba buscando. Az se apartó de ella y la sujetó por los brazos aferrándola firme pero suavemente. El recordatorio de sus sueños. —Tu nombre es Azure. Pasándole las manos con amor por la capa suave como la seda de sus alas. La jaló para acercarla más a él. No importaba si esto fuera probablemente un sueño o una alucinación. Con una repentina claridad. King – Icarus 33 . —Azure–. Con un pequeño suspiro de aire. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Te visitaré allí con mayor facilidad. King – Icarus 31 Una ciega sonrisa con colmillos fue su recompensa. dicho en voz alta. después de su retiro público. se habían hecho mucho peor. King – Icarus 34 No había sido sino hasta mucho más tarde. Se acurrucó ante la fogata. el hombre ni siquiera era humano. obviamente. temía dormir más que a cualquier otra cosa en el mundo. Los medios de espectáculos tendrían su día. ¿Eran racionales las visiones abrumadoras.Capítulo 4 El reloj dio la medianoche y Morrigan saltó en su silla con un grito sobresaltado. no habían resuelto con su reciente cambio de estilo de vida. a menos que fuera un sueño o una alucinación. igual que el conjunto de colmillos muy afilados. pero luchaba contra él de todos modos. Mirándose en el espejo no podía negar la evidencia de las dos heridas punzantes que habían estropeando levemente su piel. Tal vez si repetía ésas cosas una y otra vez en su cabeza. Después de despertarse en el bosque al atardecer. En una mano tenía un bate de béisbol de aluminio. no podía manejar su estado mental por su cuenta. Sería probablemente más sabio que buscara ayuda médica. pero mientras tanto se negaba a conciliar el sueño. que había descubierto el moretón en su cuello. pero en este momento no sabía qué más hacer.. Era demasiado pronto. Dormir ahora era su enemigo. Pero. Az había prometido verla en sus . El Club de las Excomulgadas Sherri L. después de los eventos más recientes de su histeria. Su mente había quedado felizmente en blanco. Obviamente. Pero no podía arriesgarse a ir al hospital para recibir tratamiento ahora mismo. mientras que una taza de café se enfriaba a su lado. alas y bebía su sangre. porque la sucia publicidad arruinaría seguramente cualquier oportunidad que tuviera para tener paz en su nuevo hogar.. no había manera de que ella hubiera bebido sangre de buen grado. Especialmente no. ¡Su sangre! Además. Cualquiera que fuera la causa de sus alucinaciones. En su mente sabía que era una tonta al pensar que podía evitar dormirse para siempre. No. los pies doblados debajo de ella en el sillón de felpa mientras luchaba contra el sueño. En todo caso. Fue entonces cuando la realidad la derrumbó. Aunque pareciera extraño había estado en calma y en paz. ¿Qué diablos le pasaba? Las líneas entre el sueño y la realidad se estaban difuminando su mente. Lucía colmillos. las haría tan. había caminado a casa. Las heridas en el cuello eran reales. No había explicación racional. dirigir la atención sobre sí misma. ¿Cierto? Cierto. Morrigan no tenía idea de lo que le estaba sucediendo. Sus pensamientos eran un lío confuso. eróticas de Az? Pero eso sería imposible. Sus nervios estaban saltando por el exceso de cafeína que había bebido. parpadeando furiosamente. se dio por vencida. King – Icarus 35 ¿Por qué hacía que su cuerpo pulsara de placer al recordar su abrazo? ¿Por qué no podía dejar de pensar en su belleza y en su poder? ¿Cómo la envolvía su voz entre sábanas de seda frescas y sensuales besos? No sabía por qué. ¡Bah! Az. El cuerpo le temblaba de fatiga. y luchaba por encontrar cosas en las que pudieran ocupar la mente.sueños. Las horas de la noche se alargaban. Se negaba a darle esa chance. . Pero. Hacía días que había tenido un descanso tranquilo. Ya no se entendía más. y no le importaba saberlo. Se quedó dormida. él estaría allí esperando por ella. sin tener que luchar contra el sueño. ¿verdad? Ninguna persona cuerda podría encontrar placer en esas visiones. mientras el café le quemaba la garganta. que no podía centrar por el agotamiento. Bebiendo de su taza. Sabía que era sólo cuestión de pocas horas para que amaneciera. ¿verdad? Un demonio o monstruo. Sus ojos estaban pesados por la falta de descanso. Encendió la televisión. Lucharía por dominar al hombre de sus sueños sobre su cuerpo y sus emociones. como lo había hecho esa tarde en el bosque. Sus noches de insomnio estaban alcanzándola y no había mucho que pudiera hacer al respecto. King – Icarus 36 Mientras el horizonte se pintaba con tonos violetas y mandarina. El pensamiento de ambos la asustaba y emocionaba. trató de escribir algo de poesía e incluso fue tan lejos como para tomar una ducha fría. al fin. Estaba pensando en él como si fuera real y no un producto del excesivo estrés de su imaginación. hizo una mueca de dolor. Pero era una locura. con la única arma que pudo encontrar. Era difícil no llegar a estar hipnotizada por el baile dorado de las llamas ante ella. Los sueños de Az la cazaban con más frecuencia. Así que se quedaría aquí. El Club de las Excomulgadas Sherri L. con visiones de su sangre y horribles pesadillas. Era un monstruo de cuento de hadas de las dragas de su subconsciente. Tenía que tener cuidado de no darle la oportunidad de consumirla tan completamente de nuevo. Por ahora bastaba que tuviera pequeños recordatorios de que era ella misma. y sabía que si dormía ahora. que venía a atormentarla. Seguramente disfrutaría cada momento de ello. Negándose a dormir esta noche era el curso más seguro que podía ver. como si se tratara de un salvavidas. El choque envió gritos a sus músculos. acurrucada ante el fuego. El Club de las Excomulgadas Sherri L. pero así la despertaría lo suficiente para ganarle una sólida hora de vigilia. no podía evitar dormir por mucho tiempo. Odiaba la sopa de tomate. O bien estaba demasiado cansada para soñar o muy reconfortada por la luz del día. ¿Qué más podía pedir? Con el corazón más ligero limpió los restos de comida y entró para escribir. nunca comía esa cosa a menos que se utilizara como ingrediente para algo más. El cuello y la columna tronaron audiblemente. a lo durante toda la mañana y buena parte de la tarde. Temía que podría enfermar de gripe. Mirando dentro de la nevera y en sus armarios. Esas andanzas no la llevarían a ninguna parte. no sería extraño que se enfermara. Sólo servirían para preocuparla. Era extraño. gracias a Dios–. Esperaba que hubieran terminado. Oh bien. Con tan poco descanso. dijo para romper el silencio. mejor sopa que nada en absoluto. por fin despertó. con miedo a dormir. Las náuseas la asaltaron cuando trató de comer una galleta salada. junto con una copa de vino tinto. Su estómago gruñó y fue a la cocina en busca de alimento. mostrando su descontento con gorjeos ruidosos. dijo en voz alta para sí misma. Esperaba que su mente hubiera exorcizado de su inconsciente a la alucinación que había culminado ayer. encontró que nada era de su gusto. mientras rezaba para que su sueño en la vigilia del día anterior no llegara . con la mente y el cuerpo bien descansado. Su bate de béisbol cayó al suelo. Se estiró. Y ahora su estómago no quería nada más que la sopa. Durmió plácidamente. En uno de las alacenas vio a una lata de sopa de tomate y se dio cuenta con sorpresa de que la idea de comer era muy agradable para su revuelto estómago. pero a pesar de sus achaques y dolores se sentía deliciosamente bien descansada. aunque su estómago quemaba con hambre sin apaciguar. En realidad no importaba. bien surtidos por su servicio de limpieza. estaba bastante aceptable y no tuvo problemas para mantenerla en su estómago. Todo. Su cuerpo estaba entumecido por estar sentada en la silla durante tanto tiempo. **** Eran casi las cuatro cuando Morrigan.sentada en su silla mientras la televisión zumbaba y rompía el silencio. no estaba tan malo–. Su estómago estaba lleno. King – Icarus 37 Nada parecía apetitoso. Sorprendentemente. el día antes de su llegada. Todos los sueños la dejaron afortunadamente sola. Sonrió mientras se levantaba de su improvisada cama. Algo tenía que haber hecho porque no podía seguir viviendo así. Salió a la terraza del patio trasero para tomarla. Con esfuerzo dejó sus reflexiones a un lado. El Club de las Excomulgadas Sherri L. y su cabeza se desplomó hacia un lado. con temor a sus sueños. —Bueno. —Sin sueños. Levantó una mano desde el . King – Icarus 38 Capítulo 5 Más tarde. Llevaba el pelo suelto y cuando su cuerpo se adaptó a la temperatura. con titilantes llamas doradas.a invadirla hoy. Tan llena. Se reclinó hacia atrás dejando que la danza de luz de las velas titilaran para ella. El sueño la superó con rapidez. de hecho. Era una de las principales razones por las que había deseado comprar la casa. En un momento estaba despierta el siguiente estaba en dormida. Bueno. eso había sido un sueño y esta era la realidad y se sentía totalmente distendida por primera vez en mucho tiempo. Sus ojos se volvieron pesados mientras el vapor se elevaba y la respiración se hacía lenta. Le encantaba el agua y disfrutaba de una relajante inmersión después de un largo y caluroso día. que estaba oscura y espesa como la sangre. entró en la bañera. la sala parpadeaba en un baile de sombras proyectadas por las llamas. esa misma noche. esperándola en el agua. Su piel. mientras ésta le daba la bienvenida. desde que había estado tan relajada. El agua estaba cubierta de pétalos de rosa carmesíes flotando. Pero. cuando las burbujas se separaban para permitir una vista del líquido que estaba más allá. Dentro de ella Az se reclinaba perezosamente. Morrigan se preparó un baño caliente. Había pasado tanto tiempo. ni siquiera reflejaban el brillo de las profusas velas transformadas en miles. Los rizos del cabello negro Az eran como una mancha profunda de media noche. Quitándose el vestido de raso azul y dejándolo caer en el piso. De pronto la El Club de las Excomulgadas Sherri L. Se lo lavó y frotó el cuerpo con la esponja hasta que brilló con un nuevo color rosa. La gran bañera hundida en el centro de la gran sala estaba hecha de sólido mármol y era lo suficientemente grande para que cuatro personas descansaran en ella con facilidad. aparte de los momentos después de su orgasmo de ayer en los brazos de Az. agachó la cabeza bajo de la superficie. El vapor del agua brillaba. Sin otra fuente de luz. normalmente pálida tomó color oro a la luz ambarina y el musculoso pecho sobresalía por encima de la línea de flotación. King – Icarus 39 escena cambió y estaba desnuda ante la bañera. Agregó burbujas aromáticas y encendió velas y velas de té por todo el borde de la gigante bañera. demasiado rápido para que luchara contra él. El Club de las Excomulgadas Sherri L. fondo de las aguas oscuras y se la tendió haciéndole señas para que se cercara. sus ojos moviéndose con admiración sobre sus pechos mientras se balanceaba en el agua. —Mi cuerpo es diferente del tuyo. Me estoy volviendo loca y necesito algunas respuestas. esquivó la pregunta. respondió a su pregunta no formulada." Esa voz oscura cayó encima y a través de ella. Su hambrienta mirada era lo suficientemente caliente para quemarla. El Club de las Excomulgadas . Sus temores la estaban asustando. Ondas en el agua se movían alrededor de sus pechos llevando sus ojos una vez más ahí. Enviaba calor a su bajo vientre. Tengo que moverme rápido a través del agua y me vería obstaculizado si me mojara. de seda. Se hizo esa observación a sí misma. señaló con una respiración profunda– brilla a la perfección con el agua. Me hace tener sed de beber el agua de tu carne. o una estrella. me agobiaría. —Tengo que saberlo. ¿Cómo lo sabía? —Puedo oler tu miedo–. mientras el agua lamía sus caderas y cintura. Suspiró de felicidad. — ¿Qué eres? — ¿Aliviaría un poco tus temores si te lo digo? —No eres humano–. Así que mi piel y cabello se mantienen secos. se movió hacia el agua carmesí y aromática. Instintivamente su cuerpo reaccionó a la promesa realizada en su púrpura mirada. Su pezón se hinchó casi dolorosamente y lo alivió con un golpe de su dedo pulgar. era un fresco contraste contra el calor de ella. dulce Morrigan. La única sensación mayor era el placer de su tacto. Extendió la mano y la puso sobre un pezón ya erecto. Sonrió y tomó su mano extendida. Brilla como un espejo. Su vagina se apretó inundada de calor húmedo. Tenía la piel fresca y seca a pesar del agua. Nunca parecía mojado. incluso cuando estoy sumergido. Tengo hambre de tu tacto… Sin pensarlo dos veces. que no tenía nada que ver con el agua que les rodeaba. como siempre. Había notado esto en él. olvidados sus miedos anteriores y la desazón provocada por el encuentro con él. Pero tu piel–. King – Icarus 40 Habló con esa voz hermosa que tanto amaba escuchar. Todos los de mi especie somos así. Su piel. —Nunca goteas cuando sales del agua. El aire se estremecía con su aliento. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Incluso a sus propios oídos su voz sonaba ronca por sus crecientes deseos. Ni siquiera el pelo se te moja–. —Tal vez no estés lista para saberlo. —Ven y únete a mí. La sonrisa Az aumentó. Nunca has experimentado la alegría .Sherri L. —Te juro que voy a complacer tu cuerpo. Sus dedos acariciando sus pezones. —No creo en esas cosas. Te volveré loca completamente y te haré gritar con éxtasis de formas que nunca has conocido. aunque ya has adivinado bastante. tu mente y tu alma. como es mi derecho por las leyes del Destino. mi mujer. No soy un ser humano. Arrugó los ojos y negó con la cabeza moviéndola atrás y adelante. más allá de las estrellas y galaxias. —Sí. de formas que ni siquiera puedes imaginar. para encontrarte. King – Icarus 41 —No te estás volviendo loca–. Era muy duro mantener su mente en la conversación. He venido a reclamarte. Es una unión instintiva que ambos compartimos. El Club de las Excomulgadas Sherri L. a través de esos portales. Su cuerpo cantaba con la satisfacción que irradiaba de cada uno de sus toques. — ¿Cuántas veces te has dicho eso a ti misma? ¿Y cuántas veces has despertado para encontrar pruebas de que estos no son simples sueños? Estamos destinados el uno al otro. He venido de lejos. — ¿Por-qué me buscabas? — ¿No lo puedes adivinar? ¿Negarás incluso esa pequeña admisión a tí misma y a mí?– Su voz se había vuelto dura con esas palabras. lo haces. te lo concedo y con mucho gusto. Mentir no cambiará la verdad. King – Icarus 42 — ¿No crees en el destino? ¿En el amor y la pasión?– Dijo su voz reprendiéndola. No soy de tu mundo. —Si se trata de asegurar tu búsqueda. Eres mi compañera. Lo sabes. —No te creo." — ¿Cómo llegaste aquí? —A través de puertas de enlace en el agua de nuestros mundos. no podía permitir que este sueño se saliera de control. aunque luches contra el ahora. los portales a través del espacio. —Te diré lo que soy si eso ayuda a aliviar tus preocupaciones. como si no estuviera al tanto de sus acciones o su efecto sobre ella. Soy de una raza llamada Icari. y puede ser tratado fácilmente con medicamentos–. —Sí. — ¡No eres real! Eres un producto de mi estresada imaginación. Miraba profundamente dentro de los brillantes ojos que rehuían la verdad de la que hablaban sin palabras. No debía. Morrigan tragó con fuerza y trató de concentrarse más en sus palabras que en las caricias del toque de su mano sobre su pecho. enfatizó. Mi mundo está muy lejos de aquí. levantándola y acomodándola a horcajadas sobre sus propias piernas. Debido a que durante años he estado solo. Sus palabras resonaron en la sala El Club de las Excomulgadas Sherri L. Ya no.y la felicidad de la forma en que yo te las puedo proporcionar. Sus ojos brillaron. Morrigan lo besó también con un fervor que no había conocido y no sabía que poseía. Nunca antes se había sentido así con un hambre consumidora. pero por ahora quería perderse en sus brazos. Inclinó la cabeza y su aliento le rozó acaloradamente los labios entreabiertos. La dejó húmeda con su impactante contacto repentino contra su pene duro y levantado. emocionándola y aterrándola con su intensidad. haciendo pulsar su ya hinchado clítoris por el impulso del peso de su pene. Az envió a su boca a buscar sus pechos y sorbió de su pezón con fuerza.. Se movió contra él deseosa. y el erotismo oscuro comenzó a escalar por ella. Sabía que debía estar luchando contra ello. no voy a dejarte ir–. —Porque son verdades. Sus músculos vaginales contraídos y hormigueando mientras el pene rozaba su clítoris. a pesar de que obstinadamente la luchas contra mí. La realidad vendría después. Voy a amarte y adorarte durante todos los días de mi vida. Ella se quejó en voz alta con la caricia. Liberando su pezón con un ruido seco. — ¿Por qué me dices esas cosas?– No podía dejar de preguntarle. en el fondo. nunca se había sentido tan húmeda y lista para el sexo como lo estaba ahora. sus colmillos le raspaban los tiernos labios. Sabes la verdad de mis palabras. y no podía entenderlo. —Te mantendré a salvo de cualquier daño. antes de abalanzarse como un ave de rapiña reclamando sus labios en un beso. Admitiendo que era lo que siempre había deseado desde el principio. King – Icarus 44 .. Jadeó cuando los músculos de su vagina se apretaron con avidez. se movió hacia el otro. Su cuerpo temblaba por la fuerza de su deseo. Ahora que te he encontrado. pero no tenía miedo en absoluto. sus colmillos raspándola con ardor. King – Icarus 43 iluminada por la luz de las velas. asustada. Se preguntó cómo se sentiría al tener un orgasmo en torno a su miembro. —Me voy a quedar contigo–. dijo. Su boca era mucho más excitante que el resto de él. Hundió las manos en la carne de sus caderas y la atrajo hacia él. te lo voy a dar y con mucho gusto. Todo lo que pidas. Mientras la besaba. Se quedó sin aliento por el pequeño dolor y gimió El Club de las Excomulgadas Sherri L. King – Icarus 45 contra sus pliegues ultrasensibles la hicieron alzarse. se volvió con ella en el agua. Bajó la mirada hacia él. dientes y lengua sin piedad en ella. mordió suavemente su piel con la punta de sus colmillos. Con las fuertes manos la levantó para apoyarla contra el borde de la bañera. Salieron a la superficie. Morrigan echó atrás la cabeza y se arqueó más firmemente contra su boca devoradora. dientes y lengua. con los suyos ardientes. Usaba sus labios. Morrigan vio un aviso cuando sus ojos se encontraron sólo un momento. abriéndole las piernas todo lo que podía. Él gimió en sobre ella. ondas violentas la recorrieron. Los dos estaban perdidos en el calor del momento. La imagen de su lengua abiertamente erótica lamiendo su carne enviaba pulsos de cruda lujuria furiosamente a través de su cuerpo. Por favor. con la espalda arqueada y los pechos levantados para su conveniencia. con Morrigan farfullando de sorpresa. Se estremecía y pulsaba contra su boca. Se movió más abajo. sumergiéndose aún más en la miel escondida en su interior. Estaba extendida ante él. Su cuerpo se convulsionó y las . no puedo soportarlo. Metió la lengua en el hueco oscuro de su ombligo. No puedo soportarlo más –. el cabello y la piel repletos de pétalos de rosas rojas. —Dios. La lamió con su larga lengua. lamiendo sus jugos. y aún más. Sus músculos vaginales cerrándose como un puño. Una sola gota de sangre apareció en su carne. exclamó con voz quebrada mientras el orgasmo le subía en espiral.mientras él la tranquilizaba con su lengua. con la inmensa amplitud de sus hombros. La lengua de terciopelo lamió sus labios. Az metió un dedo largo en su interior. vulnerable. Dios. Ella gemía y suspiraba. Tenía la cabeza echada hacia atrás y su brazo soportaba su espalda como si la reverenciara. Gruñendo. Sonrió maliciosamente. lo que la hizo jadear y gemir por sus ardientes atenciones. mostrando sus colmillos. Besando cada pecho. con los ojos muy abiertos. gritando mientras lo acercaba forzosamente sobre su caliente clítoris. En recompensa por su abandonada respuesta. Bebió profundamente su apasionada respuesta. por última vez bajó sus labios a través de sus costillas y el estómago. antes de que metiera su cabeza para lamer su brillante e hinchado clítoris. y vio como su cuerpo era bañado con sus labios. las vibraciones El Club de las Excomulgadas Sherri L.. ganando intensidad con cada movimiento de sus labios contra su clítoris. los llevó a ambos bajo el agua. Tirándola debajo de él.. girándolo en un gancho para raspar la mayoría del mágico lugar en su interior. Llevó las manos a su pelo y tiró con fuerza de su cara contra su vagina en llamas. Se vino contra su boca con gritos de abandono. Cuando él la mamó allí. Nunca se había sentido tan exquisitamente viva. Nunca en su vida había visto un espectáculo más erótico que su cabeza entre sus piernas abiertas. desgarrando la entrada de su vagina. lo vio posicionando la punta de su gruesa erección entre los brillantes labios de la carne húmeda de su vagina. King – Icarus 46 antes. Bebió de su sangre caliente. Se preguntaba por qué no se había movido hacia arriba sobre ella y bebía de su yugular como lo había hecho El Club de las Excomulgadas Sherri L. —Por favor–. Era oscuro y lleno de sangre. Miró por debajo de sus pesadas pestañas y vio a Az mientras él metía la cabeza de nuevo y le daba un ardiente beso a sus entrañas. en silencio ofreciéndole todo lo que él deseaba. Esto estiro su estrecha carne. Sintió un renovado impulso de éxtasis irradiándose afuera de su corazón hacia el resto del cuerpo. Estaba tan mojada que se deslizó con El Club de las Excomulgadas Sherri L. sin vergüenza. La cabeza en forma de ciruela se deslizó en su humedad mientras se movía posicionándose. Su pelo rizado negro protegió la cara de su vista y le hacía cosquillas sobre el estómago. Cuando sus ojos se desviaron nuevamente a la cara interna de sus muslos. ella supo lo que quería. Cuando volvió en sí. con urgencia hundió sus dientes profundamente en la carne de su muslo interior. un largo y grueso eje demasiado grueso para que le pasara la mano alrededor. Sorprendentemente. Morrigan tomó un último aliento y bajó de esa larga y malévola danza de los cielos. Se sentía como si estuviera tendida sobre un bastidor de placer tan intenso que estaba cerca de ser doloroso. Sus facciones estaban casi oscuras por el resplandor amatista de sus ojos.contracciones del orgasmo se renovaron con intensidad. King – Icarus 47 . Él no necesitó más. Tenía una visión clara de su pene entre las esclusas del vaivén de su pelo y jadeó con excitación. rica que se encontraba allí. Az la miró y Morrigan miró sus ojos directamente. La gran cabeza se deslizó en ella lentamente. Morrigan gritó por la fuerza de otro orgasmo. quería darle todo lo que anhelaba. su boca tragaba de ella vorazmente. Podía realmente sentir la sed por su sangre como si fuera él. arrojándose sobre el altar de su placer. Y más. Todo su ser se estremeció por la fuerza de eso. —Aliméntate de mí. Se arqueó contra él. le rogó. toma todo lo que quieras. Fue increíble. Se perdió unos instantes mientras él se alimentaba ahí. Sabía instintivamente que deseaba alimentarse de ella. haciéndola dar un grito de placer. uno en los brazos del otro. dijo penetrándola con tanta fuerza. sin descanso entrando y saliendo. Después de que pasó algún tiempo. por el suelo. excepto el sonido de sus respiraciones. mientras explotaba dentro de ella. Se desplomaron. enviando los pétalos de rosa a que se dispersaran alrededor de sus cuerpos y más allá. salió de ella. La cabeza de Az fue arrojada hacia atrás. Resonó por la habitación. Nunca se había sentido tan invadida por un hombre antes y le encantaba. por varios minutos. Por fin entró completo. y después de un breve momento de resistencia. Su pene palpitando una y otra vez dentro de ella. hasta el final. La preocupación escrita claramente en su rostro. nena. perdona mi rudeza. Se movió contra él. Todo lo que le pudiera dar. —No te alimenté. Gritó larga y fuertemente. La fuerza de sus golpes hizo que el agua que les rodeaba se desbordara y salpicara. Con cada golpe y retirada podía sentir su longitud en movimiento a través de todo su cuerpo. Empujó dentro lentamente. Sus cuerpos se golpeaban uno contra el otro. —Oh. Sus palabras la inflamaron. me voy a venir.facilidad. —Lo quiero rudo y fuerte–. con cuidado. Lo siento. Estaba demasiado . El agua caía del borde de la bañera. —Fóllame más fuerte Az–. su cuerpo se tragó el pene con avidez. Az se levantó de y la miró a los ojos. Los sonidos mojados sólo servían para inflamarla aún más y él la golpeaba una y otra vez. y ver su placer fue la cosa más conmovedora que Morrigan hubiera imaginado nunca. gritó con una voz que no sonaba como la de ella. nena. El Club de las Excomulgadas Sherri L. asentándose profundamente. Az retrocedió su empuje echando hacia atrás su cabeza y dejó escapar un grito que sonó como el grito de un felino salvaje. su eje casi afuera antes de alzarse de nuevo adentro. suplicó sin vergüenza. como si tuviera miedo de hacerle daño si se movía demasiado rápido. —Vamos. llegando a profundidades imposibles. saca mi leche. dijo en un gruñido silboso antes de penetrarla sin piedad. nena. enviando espirales a la cima de su violento clímax como nunca había experimentado. sí–. Todo estaba tranquilo. Sus palabras rompieron los últimos hilos de control. Poco a poco. Una y otra vez se movió. La gran cabeza de su pene descansaba en la entrada de su útero. King – Icarus 48 —Dios. como el latido de un corazón gigantesco. que sus bolas encontraban su trasero con audibles sonidos. Empapando su matriz con una efusiva ola de crema caliente. queriendo más y más. dijo. retorciéndose sin control bajo su cuerpo. El grueso eje la invadió. Tómala toda–. sus bolas golpeaban en sus nalgas. me corro otra vez–. jadeando. Morrigan se levantó y lo llevó a sus labios. como frutas o bayas rojas. —Has probado mi sangre. Estarás cada vez más acostumbrada a mi sangre. – balbuceó ella. —No tengo hambre–. Esto es porque tu cuerpo se está adaptando a la forma de un Icari. —Sabes exactamente lo que quiero decir. Dime lo que quisiste decir con eso. — ¿Frutas. Az–. —Además. no lo sé. Somos compañeros. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Morrigan. y con este lazo de sangre estás ligada a mí en todos sentidos. ¿Cómo explicas eso? — ¿Era esa sopa de tomate roja? —Sí. Su caliente corazón descansaba sobre las baldosas mojadas y frescas. A pesar de que el recuerdo de su sabor era suficiente para que su hambre creciera. King – Icarus 50 Capítulo 6 — ¿Qué quieres decir?– Le preguntó sabiendo que su tono había cambiado en una repentina oleada de miedo. Necesitas mi sangre para sobrevivir o te debilitarás. —Hoy debiste haber notado tu desagrado por la comida normal. y yo la tuya. Aun así. te apuesto a que estás vorazmente hambrienta y en busca de sustento. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Él suspiró. Era un recordatorio de su abandonado placer en sus brazos. aún cuando sus ojos brillaron salvajemente con renovado miedo.caliente por tenerte y no pensé en ello. Morrigan se salió de la tina para sentarse desnuda sobre el suelo mojado. Dijo y esperó que su estómago no gruñera y desmintiera sus palabras. antes de debilitarte de hambre y privación. Puedes comer otros alimentos. puedo comer cuando tenga hambre. que es comida bastante normal para un ser humano. —No quiero beber tu sangre. pero necesitarás mi sangre para mantenerte saludable. así como sus siguientes palabras la dejaron helada hasta los huesos. King – Icarus . — ¿Y qué? El Club de las Excomulgadas Sherri L. o bayas rojas? Me comí una lata entera de sopa de tomate. King – Icarus 49 Az le dio una posesiva mirada que la emocionó. No necesito beber sangre para sobrevivir. —No. —Lo vas a hacer ahora. —Debes alimentarte. ¿Cómo puede ser algo malo? —No me voy a convertir en una especie de vampiro alienígena. Somos habitantes del agua no vampiros. Te acostumbrarás a con el tiempo. despertarme y todo estará bien. Espera. Tenemos una gran variedad para elegir. — ¡No te creo! — ¿Por qué te niegas esto a tí misma? Sabes que tengo razón. Sólo tengo que tomar el control. Sé que disfrutaste alimentarte de mí. cálmate–. Tengo que despertar—. a los que. Vas a sentir antojo sólo por alimentos de color rojo a partir de ahora. obviamente. con pánico. No nos limitamos solo a la sangre para vivir. ¿Por qué pelear por tan poca cosa? — ¿Poca cosa? ¿Poca cosa? ¿Me estás diciendo que tengo que beber sangre para sobrevivir y le llamas a eso poca cosa?— Su voz se elevó en un grito. Tenemos mucho que discutir. Por favor. Ella ignoró sus palabras y continuó desesperadamente cantando. mientras más líquidos. ¿Por qué estoy teniendo esta conversación? Esto es sólo un sueño estúpido. A pesar de que puedo ver que saberlo te da miedo. como las frutas o bayas rojas que conforman una gran parte de nuestra dieta. es necesario que lo aceptes. pero ella las dobló lejos de él. Se acercó para poner una tranquilizadora mano sobre su rodilla. — ¿Por qué tienes tanto miedo? Disfrutaste alimentándote de mí. se pellizcaba la piel de los brazos como si el dolor le ayudara a despertar. Puedes ingerir alimentos de color rojo. Mi pueblo se alimenta de esas cosas también. A mí también me gustó. Eres más fuerte cuando mi esencia te llena y sostiene. Morrigan lo fulminó con la mirada. aunque eso es lo que nos hace más fuertes.. No hasta que estés más tranquila. King – Icarus 52 tiempo de dudar ya pasó. les temes tanto. que te deleitó mi sabor. mejor. Morrigan. —Despierta. —No voy a dejar que salgas de este sueño. ¡Comí comida sólida y llevo una cruz de plata alrededor de mi cuello por amor de Dios!– Su voz se elevó más y más alto. mi semilla está brillando en tu carne. cosas en las que hay que llegar a un acuerdo antes de que el sueño termine–. ¿Cómo puedes pensar que algo tan hermoso y correcto puede ser malo? —No soy como tú. — ¡No me toques! —Es demasiado tarde para que tengas miedo. Ya he dicho que nuestra especie es Icari. Aunque se había levantado del agua. Lo repitió como un mantra.. Incluso ahora.51 —Ahí está tu explicación. Az se acercó más. . no había gotas que se aferraran a su piel. despierta. prueba suficiente para los dos de que el El Club de las Excomulgadas Sherri L. Salí al sol el día de hoy. dijo. Morrigan. —No somos esos vampiros. Disfrutaste con mi tacto. pronto. Entonces la realidad le llegó. Morrigan abrió los ojos sólo para encontrarse a sí misma completamente sumergida bajo el agua del baño. Por un instante se quedó allí.. después de todo? Pero estar aquí significaba que tendría que enfrentar sus miedos. mi amor. sin molestarse en quitarse primero la toalla. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Se puso la ropa. El Club de las Excomulgadas Sherri L. demasiado rápido. Antes de ponerse un par de pequeñas bragas se dio cuenta de la marcas de los reveladores colmillos en la cara interna de su muslo y sollozó. Desparramando grandes cantidades de agua. casi hubiera preferido que le dijeran que estaba loca. brillante se escurría perezosamente desde debajo de la seda de su tanga. Todo sucedía. No sabía cuánto tiempo había estado bajo la superficie del agua. Un calor le corría por el muslo y echó un vistazo. entró al auto y aceleró el motor sin piedad.. con el pelo y la piel secos. corrió a su dormitorio aterrorizada. Un líquido de color púrpura.. o ¿Az era real? En este momento. ¿Qué podía lograr huyendo. Hubiera sido mejor que tener que enfrentarse a la idea de Az convirtiéndola en una chupasangre. — ¡No! Morrigan. Instintivamente sabía que era el semen de Az. Era demasiado. Era algo que simplemente no estaba dispuesta a hacer. ¿Qué está mal conmigo?–. Tomó las llaves del coche y el bolso. Por un momento se detuvo. salió de la bañera.. Una tensa mirada de pánico le cruzó el rostro. y a Az. Su voz se desvaneció en la nada.—Tranquilízate. Los neumáticos chirriaron mientras se alejaba. King – Icarus . debes dejar de pelear conmigo. Sollozó. mucho más rápido de lo que habría esperado dadas las circunstancias. ¿Cuánto tiempo había estado dormida? Desnuda. demasiado. inmóvil bajo la superficie en calma. No estás lista para despertar. Se sentía como si estuviera dejando su corazón detrás. King – Icarus 53 —Dios. con la mente en las nubes. Podemos aliviar tus temores juntos—. Podría haberse ahogado.. ¿Estaba loca? Tenía la mente completamente quebrada. Estaba fría y las velas ardían bajas. Sintió que su largo cabello se enredaba tras ella mientras tomaba un par de zapatos para correr y salió por la puerta hacia la noche. demasiado asustada para preguntarse por qué. indecisa. Gritó mientras su pánico llegaba a un nivel crítico y terminó de vestirse a toda prisa. Se atragantó con un trago de agua y se levantó de un brinco de la bañera.. ya no importaba.54 *** El pub estaba poco iluminado y lleno de humo cuando Morrigan entró. Su mente había estado corriendo desde que había huido del baño. deliciosamente penetrada. Directo de esos primeros sueños había visto la casa en Meigle y la había comprado inmediatamente. En su pensamiento ya había asumido que la ilusión de sus sueños eran. había comenzado a sentirse. ¡Oh!. Recordándole que había comido muy poco durante todo el día. Lo que necesitaba era paz. se había quedado sin explicaciones. pero la decisión de salir del país había sido repentina. No sabía qué pensar de su situación. una sobre otra. Que había hecho el amor.. bueno. Marcas de colmillos en el cuello y los muslos quizá una vez. sueños. Cobijada en las sombras. Quería estar más cerca del agua. sin rumbo y en lo que parecían círculos. Si eso la enloquecía. Al detectar el pub en el que ahora se encontraba. con un ser extraterrestre. Quería quedarse en un segundo plano para que nadie a su alrededor la tomara en cuenta. Más reales.. Al principio era sólo su deseo repentino de mudarse más cerca de los lagos de Escocia. tranquilidad y tiempo para pensar. más allá de lo obvio. una borrosa figura que la había intrigado y asustado. Se había alimentado de ella y ella de él. Demasiadas pistas físicas la tenían acorralada. Las líneas entre el mundo real y el mundo de los sueños eran confusas e iban más allá de su comprensión. cuando había soñado por primera vez con Az. Ninguna en absoluto. Pero más que eso. para que pudiera seguir ignorándolas. Trató de armonizarse con su entorno. diferente. Meses atrás. En aquel entonces Az.. Durante más de una hora había conducido por los alrededores. Ya no era factible ignorar las señales físicas que la seguían en la realidad de la vigilia. los sueños habían crecido consumiéndola.. Y el mayor estímulo de todos era el brillo húmedo de su semen. su estómago había gruñido quejumbroso. . podían haberse justificado como un arañazo o mordedura de insecto. pidió un Bloody Mary a una camarera que pasó. sólo un hombre llegaba a ella desde el corazón del agua. vinculándolos más de lo que podía llegar a entender en ese momento. El Club de las Excomulgadas Sherri L. No había explicación lógica para eso. King – Icarus 55 Desde entonces. Desde el principio había estado cambiando. Az había salido del lago y la había reclamado con un beso. simplemente no podía encontrarlas. Lo había estado planeando desde hacía más de un año para retirarse del negocio de la música. hasta que se había puesto por fin camino a la aldea propiamente dicha. que escurría por su pierna. jugo. No suenas como si fueras de aquí tampoco. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Darle la oportunidad de explicarle todo y calmar sus temores.. Era más que evidente por sus conversaciones con Az y por sus propias observaciones. Se sobresaltó. se vio obligada a admitir que la única persona que podía responder a sus preguntas era el mismo hombre del que huía. — ¿Puedo sentarme contigo?– La profunda voz rompió sus vívidos recuerdos de sus sueños. como ahora se le antojaban. —Por supuesto que sí. La imagen la hizo ahogar con una risita tonta al recordar que Az era un habitante de agua. no podía saberlo. Sólo la idea de ordenar un Bloody Mary le hacía agua boca. más. —Es un país libre. La carne cruda o una hamburguesa habría sido ambrosía. era real. en el futuro. un extraño temblor recorrió su espina dorsal. cerezas. Tragando.. Morrigan levantó la vista alto. pero no puedo ubicar tu acento. Se preguntó si tenía branquias y luego repentinamente perdió su alegría. ¿no? El hombre se echó a reír. Sea quién fuera Az. sopa o de otro tipo similar. Nunca había sido amante de los tomates. Lo que eso significaba para ella.Mientras los últimos días iban llegando a su fin admitía que su apetito había cambiado. Y la había reclamado para sí. Dramáticamente. La idea de comer cualquier cosa que no fuera de por lo menos un poco de color rosa la hacía sentir las branquias verdes de alrededor. —Sí. y más alto.. Eres americana.. Tal como había predicho Az. Lo soy. King – Icarus 57 . granadas hacían retumbar a su estómago. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Tener las agallas para continuar con su dieta con sangre no hacía feliz a nadie. Todo regresaba a Az. sólo parecía desear el más rojo de los platos que se le ocurrieran. Por lo tanto. Pensar en fresas. King – Icarus 56 Su cuerpo se había ido transformando en algo. Cuando sus ojos se encontraron con el gris nublado de la mirada del hombre alto a su lado sintió un momento de vértigo antes de mirar a toda prisa a otro lado. Todos de eran alimentos de color rojo. encontró su voz con cierta dificultad. El sonido hizo un extraño eco en sus oídos. Tendría que volver y escucharlo. Se sentó en la silla frente a ella. Mederos–. a pesar del color gris humo de sus iris. si no te importa que lo diga. No podía dejar de sentir que estaba haciendo una broma a sus expensas. El contacto de su piel contra la de ella le envió una sacudida. dejando deliberadamente fuera su apellido. —Morrigan–. En su experiencia. dijo como protesta. No estoy realmente tan hambrienta–. protestó ella. Morrigan le estrechó la mano.. dejó escapar un suspiro de alivio. —Son encantadores. —Es una ciudad encantadora. pensó con inquietud. Su estómago gruñó. le ofreció. como no parecía dispuesto a decir más. —Estoy saliendo de una gripe y estoy celebrando mi regreso a la salud con mi bebida. La camarera depositó su vaso sobre la mesa. No importaba. Puedo oír tu estómago gruñendo desde aquí. —No. aunque no soy de originario de allí–. Morrigan. Pero estoy seguro de que es por eso que una artista como usted escogió este lugar. mintió fácilmente. . lo suficientemente alto como para que el hombre lo oyera. Sólo tomaré algunas galletas cuando vuelva a mí… hotel. O ¿Tal vez prefieras un bocadillo ligero porque ya es tarde? —No. King – Icarus 58 —Me gustan los lagos–. —Por supuesto que lo crees–. El Club de las Excomulgadas Sherri L. llena de historia. — ¿Tienes hambre? Déjame comprarte algo de comida–. Estudió el color rubí oscuro del líquido y se acordó de la sangre de Az. Tal vez fuera un periodista. —Soy Peter Smith. Srta. —Ambos sabemos que eso no es cierto. —Sí. —Gracias–. dijo fugazmente preguntándose cómo podía escapar de su presencia. eso está bien. dijo oscuramente. No estoy de humor para probar la comida local todavía. —Admiro mucho su trabajo. demasiada gente recordaba su nombre. No podía manejar a un fanático rabioso en este momento. Eso explicaría su inmediata antipatía por él. estoy de vacaciones–. —Te ves cansada. dijo apresuradamente. — ¿Dónde te alojas? Tal vez podría acompañarte si quieres. Sus ojos le hacían cosas extrañas. dijo ella. Era difícil decirlo casualmente. pero estaba segura de que no quería que este hombre supiera que su estancia en Meigle sería algo permanente. Sonrió y le ofreció su mano como muestra de buen ánimo. No hay mucho para disfrutar por los turistas y similares. ¿Qué te gustaría? Me han dicho que la cocinera es excelente.. El entorno es nada más que lagos y tierras de cultivo. Su intensa mirada los hacía casi desagradables. Era una sensación menos que agradable. mientras hacía gestos a la camarera. gracias–. Estás vacaciones aquí o. No sabía por qué. reconoció de todas formas.—Vivo en Grecia actualmente. donde las velas que había dejado ardiendo ya se habían apagado. está bien. La piel. Con dramática precaución registró cada habitación. Sinceramente esperaba que ese día nunca llegara. miró buscando signos de su presencia. King – Icarus 60 Capítulo 7 Poco tiempo después. ¿no era ella? Su estómago gruñó como en señal de protesta hacia sus oscuros pensamientos. ¿Eran sus incisivos más largos? Sí. pero casi no podía precisar por qué. ¿No era ella la que. Tentativamente. Él no estaba allí. temía la confrontación? Bueno.—No. Se le hundió el corazón. Se miró en el espejo y vio las sombras bajo los ojos. puso sus llaves y el bolso sobre una mesa junto a la puerta y entró de puntillas en su guarida. supuestamente. King – Icarus 59 —Gracias por su compañía–. apretando los dientes cuando las cerdas se enganchaban en los nudos más grandes. Dijo mientras recogía su bolso y se dirigía a la puerta. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Agarró un cepillo y se puso a trabajar en el enredo de sus largas trenzas. Ciertamente se sentían más filosos. tal vez sólo un poco. en silencio buscándolo. Era demasiado escalofriante. de todos modos. mientras huía del pub. y eso era algo que realmente no necesitaba en este momento. se veía más pálida de lo normal. en la penumbra de la habitación. Ciertamente nunca había visto a Az en el interior de su casa fuera de su mente que soñaba. transparente y de aspecto frágil. más puntiagudos. pero. —Hasta que nos volvamos a encontrar. Morrigan–. Estaba poniéndola nerviosa e inquieta. Morrigan caminó suavemente por el cuarto de baño. Morrigan abrió lentamente la puerta de su casa. pero no pudo evitarlo. levantó sus inestables manos a los labios y sintió el filo de sus dientes detrás. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Le oyó murmurar oscuramente. Se sentía como una adolescente entrando a escondidas a su casa después de perder el toque de queda.. Se sintió decepcionada. Drenó la bañera del agua fría y limpió el desorden por el suelo. Sus ojos más grises que nunca se apartaron de ella y sintió un inexplicable deseo de huir.. Dio un respingo y vio un breve destello de sus dientes reflejado devuelta en el espejo. No sabía qué esperaba. Creo que me voy a ir ahora–. . Bueno. —Sólo chequeo. o más en desacuerdo con sus sentimientos. Todo ese tiempo que había huido de él en sus sueños. tan apreciada. para ser más honesta. Parecían tan normales como siempre. Nunca en su vida estuvo más confusa. Lo que sabía era que se había sentido la alegría y el placer en sus brazos. ni una vez. no más filosos o más largos de lo normal. Debía estar equivocada. en todos los sentidos. Menos de unas pocas horas atrás había estado aterrorizada. Era amor. Nunca antes Az la había hecho sentir tan querida. Si no tenía cuidado de pronto se imaginaría a sí misma teniendo alas al igual que Az. Sus dientes estaban muy bien. Lo vio siempre pendiente de su placer. o la tomó con sus colmillos y su polla. Ella explotó con sensibilidad viva en la tina mientras la penetraba. ¿Sería tan malo. Era una locura irracional. Con una sonrisa nerviosa giró sus hombros. Había intentado enviar lejos sus preocupaciones. King – Icarus 62 posible que tuviera para dar y mantenerlo allí. nunca. ¿Cómo podía amarlo? Ella ni siquiera sabía qué era. – dijo en voz alta con una voz temblorosa. su extraño amante alienígena? ¿Le temía o lo deseaba… o qué? —Lo amo–. se sentó nuevamente frente al espejo. dejar de preocuparse por el futuro y ver a dónde la llevaba? ¿Cómo se sentía acerca de Az. King – Icarus 61 Con un fuerte suspiro se sacudió las manos lejos. sólo trató de consolarla. Tan amada. había estado aterrorizada por lo que era en lo que aparentemente estaba convirtiéndose también ella. Los orgasmos que él le dio por sí solo hacían que la lucha de Az valiera la pena. sin importar cómo había gritado y llorado. Sus pensamientos estaban alborotados. Trató de hacerle entender que no estaba perdiendo la cabeza. después de todo. un hilo de voz susurró desde lo más profundo de su alma.. llenándola de éxtasis. Nadie había puesto siempre su bienestar tan por encima de los propios. estudió su reflejo. dentro de ella. En realidad no. Cada vez que lo rehuía con temor. ¿Y qué había hecho? Había huido como una niña asustada. se sintió más viva de lo que alguna vez había experimentado con cualquier otro amante. tenía que estarlo. que no merecía su amor. la había amenazado con hacerle daño. Durante un largo momento. Cuando su leche caliente había llenado su sexo había querido exprimir hasta la última gota El Club de las Excomulgadas Sherri L..El Club de las Excomulgadas Sherri L. No quería dejarlo ir. . Cuando él la sostuvo en sus brazos. Sus pisadas retumbaban estruendosamente contra el suelo. Morrigan. Su aliento empañaba el aire frío de la noche. sollozando con fuertes jadeos. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Dejando el cabello suelto sobre su espalda. Una luz nebulosa cubría su vista. flotando en bocanadas de plata de su boca temblorosa. que rápidamente se entumecieron por el agua congelada. King – Icarus 64 —Az. ¿Si hubiera sido sólo ayer? Parecía que habían pasado años desde entonces. ¿dónde estás?– Su voz sonó como un eco cruzando el agua. Llevó las manos al frente de ella para mantener las ramas alejadas. el liso espejo de un pequeño lago y tropezó con la orilla del agua. Tenía que encontrarlo. subiendo y bajando. A la oscuridad. Con una determinación súbita. sin preocuparse del barro y el agua fría que rápidamente la empapó a través de sus jeans. Cuánto tiempo pasó. Sus pechos temblaban. por el bosque y hacia adentro de él. por fin encontró en la oscuridad. Le ardían las pantorrillas. Pero aún así corrió buscando a Az. Sus ojos se precipitaron violentamente alrededor. Hacía mucho tiempo que dejara atrás el suave resplandor de las luces de la casa y por un breve momento temía que se hubiera perdido. no estaba segura. Se dejó caer de rodillas junto al estanque. En la noche. — ¡Az! . demasiado absorta en sí misma para ver el regalo que se le ofrecía. Las zapatillas se mojaron. King – Icarus 63 Capítulo 8 El manto oscuro de la noche la rodeaba. Con creciente anticipación se quedó allí. buscando en la niebla oscura ante ella alguna señal del pequeño claro en el que ella había conocido Az justo el día anterior. se alejó de su dormitorio y se dirigió a la puerta de atrás. Corrió y corrió.Empujándolo lejos sin tener en cuenta sus sentimientos. cuando salió para el bosque más allá de su patio trasero. por lo que le era difícil ver a dónde iba. decidió que buscaría Az en el único otro lugar que sabía que lo encontraría fuera de sus sueños. mirando. Nunca lo había visto y sabía que se había perdido irremediablemente. dejando el aliento en los pulmones. El Club de las Excomulgadas Sherri L. mientras el agua lamía los dedos del pie. para que no le rasguñaran la cara y se enredaran en su pelo. en la oscuridad del bosque. Se había empapado y se aferró como la tinta negra en la oscuridad. desesperada. pero comenzó a sufrir calambres en un costado. que…que a pesar de que no sé realmente…no. —Az–. sosteniéndola aún. Te prometo hacerte más y más feliz. Tengo hambre –. Ella temblaba en sus brazos. Se detuvo.. Morrigan recordó sus sueños anteriores sobre Az. una onda rompió la tranquila superficie de la piscina de agua negra. Nunca pensé que realmente te encontraría. Estaba comenzando a pensar que nunca lo harías–. La besó larga y duramente para sellar el juramento. —He venido a.Allí delante ella. Él se rió una vez más y más lentamente. Caminó sobre el agua. dijo. la visión le había enviado gritos de terror. y otra. Él vino a comparecer ante ella en toda su gloriosa masculinidad. Me has hecho feliz. desde la primera vez que la tocó. Me equivoqué al ser tan cruel contigo. Su piel fría. Estoy tan contento de haberlo hecho. cuando había salido de las oscuras aguas de un lago de pie ante ella. Ella se echó a reír sin aliento. sí. En un rápido movimiento la levantó en sus brazos y la hizo girar sobre ella en un círculo. Hubiera sido el momento más romántico de su vida si no se sorprendiera tanto por la velocidad de la misma. Tengo que decirte. Su pelo negro estaba seco y yacía en suaves rizos que se agitaban de su espalda a las nalgas. —Te buscado por años. No sé cómo ni por qué. Fue seguido por otra. Su corazón se estremeció en el pecho. y tomó sus manos entre las suyas. Sus labios temblaban.. —Y. Ella ondeó sus manos con agitación sobre su propia incapacidad para expresarse. —Por fin has llegado a mí sin coacción. pero ahora sólo sirvió para excitarla. no sé. Hacía dos días. pero la esperanza me mantuvo en marcha.. pero lo hago. y aún cuando su estómago gruñó con la prueba. —Soy un canalla. —Lo que quiero decir es que. Ella saltó por la sorpresa y luego se rió con él. contra su pecho. . King – Icarus 65 Su sonrisa era deslumbrante y sus colmillos brillaron a la luz de la luna. Realmente lo hago. Estás hambrienta. Una pequeña sonrisa. con los pies colgando sobre el suelo. Puedo sentir los latidos de tu hambre en mí a través de nuestra unión. misteriosa jugó en sus eróticos labios. —No voy a luchar contra esto nunca más. esto no está bien–. pero tenía miedo. Nunca he conocido a nadie como tu antes–. El agua se agitaba y bañaba más fuerte sus rodillas con la fuerza de las olas.. Él se rió estallando por completo. Pensé que tenía que venir y encontrarte. las palabras que dijo tenían más de un significado. Morrigan. como siempre lo estuvo. Morrigan abrió la boca y se mordió el labio cuando una cabeza oscura surgió desde el corazón del lago. luego se hizo hacia atrás. verdaderamente feliz. Fue seguido por la palidez de Az y su fuerte musculatura. admitió. Sus pies andaban por toda su superficie con apenas un roce al pasar. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Te amo. sintiendo su pulso. —Déjame saciarte en todos los sentidos. Se besaron con necesidad. Oyó su ingesta rápida de respiración por sus acciones y sonrió en secreto para sí misma. Moviéndose hacia abajo lo besó y lamió las ya curadas heridas en su pecho. que cruzaba el espesor del músculo de su pecho. Lloriqueando como un gatito llamó profundamente. tomando los últimos rastros de sangre con su lengua y labios. Pasó la malvada uña trazando una línea. Se levantó para darle un beso. Con impaciencia. Sus labios se perdieron en el cuello. Esclavizándola. hasta que se sintió saciada al fin. pellizcándolo suavemente con los dientes. Su voz era baja y oscura. encantándola. manchándole los labios con su sabor salvaje. Sabía que su boca estaba cubierta de sangre. King – Icarus 67 Morrigan podía sentir olas de deseo por su cuerpo extendiéndose pesadas y calientes por su vientre. Sé una conmigo por fin–. dulce. Sus dientes raspándole suavemente el pezón. Entonces cayó sobre él vorazmente. sintiéndose con una fuerza como nunca había conocido antes. Sus ojos siguieron el camino de una sola gota color carmesí que se arrastraba por el pecho. Una y otra vez se amamantó. avivando el fuego entre ellos. Era tan fácil cesar en su lucha contra el hambre primordial. . mi compañera. King – Icarus 66 Capítulo 9 Ella soltó un gemido entrecortado y se apoyó esperando su abrazo.—Entonces déjame saciar su hambre–. y su lengua arremolinándose alrededor de su aréola para alejar el dolor. La sangre brotó de la herida. su esencia a la vida. que se prolongaba en su interior. Su estómago gruñó con audible sonoridad en respuesta a su hambre despierta. Supo por el pequeño gemido que se le escapó de los labios. le dio el mismo trato a su otro pezón. Distanciándose alzó la vista con los párpados pesados. justo por encima del pezón. y la garra se retrajo nuevamente entre la piel. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Sabía instintivamente que él había luchado y se le había negado a renunciar a alimentarla. Llegó a ella y tiró de su cabeza hacia la herida. Llevó las manos al pecho y lo acarició ligeramente con las uñas. Se preguntó por qué le había llevado tanto tiempo. El Club de las Excomulgadas Sherri L. durante unos instantes. saciando el hambre más honda. Su sangre llenando su boca como un elixir dulce y mágico. —Bebe de mí. Az la alcanzó con una mano y una garra larga y afilada apareció en la punta de uno de sus dedos. que él disfrutaba de sus atenciones. Sus manos recorrieron su vientre y muslos antes de pasar a tomar lo que estaba entre sus piernas. Sintió que sus puños se apretaban a su pelo. Su pene estaba pesado y caliente en su boca. Lo chupó con todo lo que ella valía. Luego sus labios se abrieron más para tomarlo más profundamente dentro. Su cabeza se balanceaba. pero su corazón se disparó diciéndole que su espera había terminado ya. Nunca se había sentido más poderosa. Ella percibió que su clímax estaba cerca y aceleró la succión a su pene. Ella había luchado con tanta fuerza desde el principio. Nunca. Era suya. mientras su boca se acercaba a él una vez más. Morrigan se movió para arrodillarse a sus pies. como deseaba penetrar en su apretada vagina. como un tibio cepillo de terciopelo húmedo. a lo largo de la gran longitud y anchura de su pene. La cabeza de su pene pulsó una vez dentro de su boca. La punta de su miembro rozó la parte posterior de su garganta y gimió. su pareja. Su pesado pene se sentía poderoso en sus manos. como un dardo brillante.Abriéndose un camino caliente y húmedo por el pecho. No importaba lo que había pasado. La nueva posición le dejó la cara frente a su palpitante erección. sosteniéndolo tan profundamente en su garganta. se apoyó en él. El sabor era azucarado. en su punta. moviéndose más y más rápido. la carne. más suave que el satén. Se entregó al placer de su boca mientras ella se inspiraba. mientras él se impulsaba adentro. Sus manos lo acariciaron amorosamente. Su lengua salió corriendo mientras ella se alejaba para mirarlo y se preguntó qué estaría pensando. Su lengua. crudo y salvaje. Sintió el roce de sus dientes y los movimientos resueltos. Los músculos de la garganta trabajaban en torno a él. que debería haberse sentido amordazada. en la cueva de su boca. Las manos de Morrigan acariciaron las bolas de Az apretando y tirando firmemente de su cuerpo. ¿Qué sentía? El Club de las Excomulgadas Sherri L. prestó especial atención a la cabeza en forma de ciruela. el remolino de su lengua mientras se mamaba. Esta era su mujer. él hubiera esperado por ella. a diferencia de cualquier hombre que hubiera probado nunca. Su lengua le acariciaba el eje. un El Club de las Excomulgadas . King – Icarus 68 Az gimió al ver a su erótica hambre. Una sola gota brillante de pre-eyaculatorio permanecía en la abertura y la lamió. en toda su vida había delirado con tan abrumador placer. Se encontró famélica y deseó más. lo lamía desde la base de su eje hasta la punta. apretó un absorbente beso en la punta de su eje. Había perdido la esperanza de tenerla alguna vez por propia voluntad. Morrigan adoró el altar de su poderoso cuerpo. El placer era tan intenso que no podía dejar de moverse penetrando su boca. Le quitó el pelo de la cara con una mano para mejorar la vista. Con conocimiento. con avidez de encontrar otra versión dentro de su vagina lubricada y acogedora. Lo bebió con avidez. con pequeños pellizcos. degustando su sabor único. Desnudándola. sin piedad. Jugó con su cuerpo a través de la seda. y lo empujó en su boca con el dedo índice sosteniendo su dedo contra la lengua que ya lo había rodado. Gimió y le pasó las manos por los muslos. Él lamió y mordió su sensible carne. Su pene seguía estando duro. curvando la lengua y buscando debajo de ella. lamiendo y bañando la suave curva de la cadera mientras tiraba hacia debajo de ella. dentro su boca todavía succionándolo. —Quítate la ropa. te quiero desnuda. Az dejó escapar un grito que resonó en todo el bosque. King – Icarus 70 Descendiendo chupó el meollo de su hinchado clítoris bajo de la seda oscura. Morrigan abrió la boca y clavó las uñas en la piel de sus anchos hombros. con asombrosa rapidez se quitó la ropa. Te quiero desnuda y lista para mí. Az le impidió quitársela. Dijo en un gemido. descubrió su feminidad ya mojada. —Dioses. La sacudió hasta los dedos de sus pies. King – Icarus 69 segundo antes de que su caliente esperma salpicara contra la parte posterior de su garganta. Dio un paso fuera de ella. que estaba escrita claramente en sus ojos. Por fin quedó ante él. —Me caeré–. saboreando el dulce sabor de su orgasmo. murmuró sombríamente antes de arrodillarse a sus pies. Cuando quedó en nada más que su tanga de seda negra. El Club de las Excomulgadas Sherri L. para profundizar en su caliente núcleo. Utilizó sus labios. Más que ansiosa de que él cumpliera la sensual promesa. Él se estremeció y empujó sin poder hacer nada. Una gota de su esperma brillaba sobre su labio inferior. con la tanga en sus tobillos. La atrajo con los pies frente a él. Sus dedos se clavaron en la carne de sus musculosos hombros. . Az salió de mala gana de ella y le miró los hinchados labios. dientes y lengua con sus pliegues.Sherri L. con lo que sus relucientes rizos cobre quedaron más cerca de su cara. y ella se arqueó contra él con un grito ahogado. igual que antes había hecho ella. mi bella. Siempre que estés conmigo. por lo que sus rodillas se debilitaron con la sensación erótica de su toque. Se quedó sin aliento por la anticipación a medida que bajaba la cabeza hacia ella una vez más. Az quitó la correa de su tanga con sus afilados dientes. su lengua lanzándose más allá de la hendedura de sus labios. Se tragó todo lo que tenía que darle y chupó con avidez la apertura de su pene como pidiendo más. nunca he visto un espectáculo tan tentador–. perdió la última pizca de autocontrol y se vino en ondas de pulso hacia su boca. Enterró su rostro entre ellas. —Penétrame. La besó en la boca con fiereza. Az rió entre dientes y mantuvo el cuerpo lejos de su objetivo. de color rosa. La volteó de espaldas y llevó sus manos a descansar en el tronco de un árbol de roble. La palma de su mano fue a parar contra el mar suave de su estómago. hinchada. Él hizo callados sonidos mientras le lamía la carne húmeda. Con un movimiento rápido. —No te apresures así. Apoyó las manos en sus nalgas mientras cubría con su cara la húmeda carne. King – Icarus 71 lengua que trabajaron allí hasta que chilló en éxtasis. con lo que estuvo cada vez más cerca del pico de placer. con manos fuertes y tensas. aún débilmente. le rogó desvergonzadamente. sosteniéndola con firmeza contra su ardiente miembro. gruñó a su oído. —Voy a follarte en un momento si eres paciente–. El botón inflamado desapareció entre los labios y El Club de las Excomulgadas Sherri L. Utilizó sus pies para empujarla. King – Icarus . exclamó a la noche. tirando de su sedoso pelo con frustración. Se apartó un poco para ver cómo separaba sus femeninos pliegues con los dedos. media docena de veces. Expuso su clítoris hinchado y distendido a la intensidad quemante de su mirada. Az la depositó en el suelo del bosque. mi compañera. Tan hinchado estaba su clítoris por el gozo. Su demostración de fuerza fue inmensa. claramente inflamado por sus palabras. Su voz vibrando junto a ella. mientras la levantaba ante él y le echaba las piernas sobre sus hombros.—Te atraparé–. una. Az se subió con ella en sus brazos. dijo con su encantadora voz. Morrigan chilló por el tortuoso deleite de él y de sus rodillas abiertas. por favor–. Como prometió. dos. Gruñendo bajo en su garganta. Morrigan envolvió sus piernas alrededor de él y trató de empalarse totalmente. ensanchando la abertura de las piernas. llegó a ella para estar más cerca. Un momento después. le dio un duro empuje en su húmeda vagina desde su posición detrás El Club de las Excomulgadas Sherri L. que le fue fácil chuparla tan a fondo como ella lo había hecho. prometió. Su lengua buscaba raspar el clítoris una y otra vez. Cuando las últimas oleadas de su orgasmo habían disminuido. Az la tomó. — ¡Az!–. desesperada por la sensación de su pene grueso llenándola. degustando su esencia. Te daré todo lo que deseas a su debido tiempo–. Las puntas de sus dedos rozando el pedazo palpitante de su placer. con los labios. Az se apartó hasta que su erección estuvo casi fuera de ella. —No me importa. Ella se retorció y gritó. por el placer de estar en sus brazos. Las alas desplegadas eran tan hermosas. Le chupó el labio antes de salirse y acostarse en el suelo del bosque. Az se apartó de ella. dijo. balanceándose y brillando a la luz de la luna. preocupada. Az gimió con dureza y la dio la vuelta para mirarla. quemándola deliciosamente con cada golpe profundo.le susurró en la boca mientras la besaba. Para así poder ver tus senos rebotando y tu cara viniéndose de placer. De repente.. Tenían por lo menos tres metros de punta a punta. corriendo hacia el borde de un glorioso. mientras con avidez se esforzaba por mantener a su prisionero pene dentro. Gritó con un placer que se apoderó de ella en ahogadas ondas. lo quiero todo–. Ella cayó sobre él. Luego lavó las pequeñas heridas con su lengua de terciopelo. Su vagina hizo un sonido mojado. Morrigan nunca había visto una visión tan erótica mientras Az extendía el manto de sus alas iridiscentes. —Mis alas me mantendrán cómodo–. destructor clímax. mojado por su cuerpo. Quiero ver tu cara cuando te corras alrededor de mi polla–. a veces se detenía.72 de ella. nena –. mareada con la fuerza de su abrumadora avidez. Luego empujó con una fuerza que arrasó sus nalgas contra él y le levantó los pies del suelo. Descansaban como gasa de seda debajo de él. antes de retirarse de su carne. exclamó con desesperación.. El Club de las Excomulgadas Sherri L. sus alas de plata salieron de debajo de él. Luego. —Entonces te lo daré. mientras hundía las bolas profundamente en ella. Ya muerta de hambre. Duro. —¿Quieres que sea duro y rápido o lento y profundo? – Gruñó a su oído. mientras la otra daba la vuelta para jugar con sus pezones. Su pene estaba grande y duro. Su voz mágica invadiendo su cuerpo casi de la misma manera que su grueso eje la penetraba. Le estaba dando masaje en los pezones y clítoris abrumándola con el placer de sus expertas caricias. —Quiero que me montes. Ella gimió y jadeó en gritando su placer. Su carne húmeda era abofeteada y sonaba mientras la golpeaba contra el árbol. King – Icarus 73 —Te quiero encima de mí . empujando con más fuerza hacia él. Su respiración agitada. La mano que estaba extendida sobre su estómago se movió hacia abajo y se enredó en los rizos entre sus piernas. Ella clavó las manos en la corteza del árbol y retrocedió para encontrar su intenso miembro. Su vagina se estiraba sobre su vara. le prometió. Las manos magistrales de Az guiaron sus piernas para que ella se sentara a . Todo lo que puedas tomar. —¿No estarás incómodo?– Le preguntó. Desde su gran altura él se inclinó y la pellizcó en el hombro. mientras su vientre se tensaba con emocionante placer con sus palabras. —Hemos sido creados para esto. rozando contra su clítoris con cada empuje hacia abajo. Era incapaz de moverse. King – Icarus 75 —Te creo–. muy adentro. Su boca se abrió para revelar los incisivos largos y afilados. King – Icarus 74 Se besaron y Az guió sus movimientos sobre él con las manos en su parte culo. empujando sus caderas con cada ondulación de ellas contra él. Ella se acurrucó contra él como un gatito. sin aliento y jadeando. Eso provocó que su pene profundizara inevitablemente. más y más rápido. Su voz era profunda y desigual. sabiendo que sus palabras eran ciertas y las sentía. dejando una leve huella de sangre por sus apasionados besos. La movía sobre su falo. Estaba de acuerdo con él. Se sentía tan bien en sus . rugiendo con satisfacción a la noche. —Nunca había sentido tanto placer en toda mi vida–. lavó el pequeño daño que le infligió. afirmó. confesó con voz temblorosa sobre su pecho.horcajadas sobre él y ella llegara entre ellas a acomodar su pene. con la respiración profunda llenándose de su delicioso aroma masculino. Su cuerpo golpeó ferozmente el de ella. pero su respiración aún era dura y su corazón estaba palpitante. El orgasmo se apoderó de Morrigan torciendo su cuerpo en un rack de placer inimaginable. Su vagina estaba apretada alrededor de su pulsante carne. Echó la cabeza ligeramente hacia atrás y los ojos le brillaron aturdidos. Las manos de Az la sostuvieron con ternura la cabeza dándole un beso antes de descansar inerte sobre su espalda. Sacó sus dientes y la mordió en los labios. Se dejó caer sobre él con un gemido entrecortado. Ambos podían sentir su pulsante carne alrededor de él y hundió los dedos entre las mullidas nalgas. Su respuesta salvaje lo envió por encima del borde de su control. Morrigan se derrumbó sobre él. El Club de las Excomulgadas Sherri L. La atrajo con fuerza mientras se movía adentro. Ambas bocas se llenaron con el sabor cobrizo de su sangre. ordeñándolo con sus músculos vibrantes hasta que también encontró la libertad.dolor y apretó los labios más duro contra sus dientes. dijo ella. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Ella cayó sobre él para apretar sus labios contra sus dientes. el uno con el otro–. pero a ella le encantaba el placer . Su carne húmeda tragándoselo profundo. Él bombeó su caliente esperma en sus profundidades. Era visible su lucha contra la pérdida de control. —Yo tampoco–. la elogió. —Conozco esa voz–. La figura alta y oscura de un hombre salió de la espesura entre los árboles directamente ante ellos. Dijo Az sombríamente. Se quedó allí en silencio. el nombre es Petiyr. King – Icarus 77 disfrutando de un poco de actividad recreativa. Y. aquí con nuestro amigo alado. sino que fuiste a una casa. a quien mierda le preocupa cómo se pronuncia? ¿Lo que quiero saber es por qué diablos aún estás aquí? —Te he seguido. dejó que sus ojos se cerraran pesadamente. mientras se levantaba. Morrigan jadeó cuando un plateado rayo de luz de la luna iluminó los rasgos de un rostro familiar. Su corazón estaba llenó de emoción y lo besó en el pecho. Con su centro todavía húmedo y palpitante y el eje de Az todavía enterrado profundamente dentro de ella. en el piso del bosque. mi tonta pequeña humana. que no admitía discusión. La voz masculina rompió su satisfecha situación. durante unos instantes. Las alas de seda protegiendo su piel expuesta del aire frío de la noche. Se relajó totalmente sobre él y cayó en un leve sopor. — ¿Peter. bien. Los ojos amatista ardían furiosamente. El Club de las Excomulgadas Sherri L. La voz sin cuerpo llamaba desde las tinieblas. —No. Petiyr. por supuesto. manteniéndola a salvo y cerca suyo. — ¿Peter Smith?-. sus alas la envolvieron aún más firmemente sobre él. apoyando la cara contra él. Exigió Az en tono majestuoso. no creo que simplemente estés de vacaciones tampoco. Az se tensó debajo de Morrigan. Por favor. bien. Tú casa. Las alas de Az llegaron a su alrededor para envolverla con más fuerza contra él. Sabía que mentías sobre lo de quedarte en un hotel y quería saber por qué. King – Icarus 76 Capítulo 10 —Bien. Morrigan suspiró con satisfacción. a medida que él se ponía de pie. Azure–. se sentía verdaderamente en paz por primera vez. No volviste a ese alojamiento. Morrigan todavía se mantenía protegida en sus brazos. Preguntó confusa. ahora que has oído como pronunciarlo correctamente. haz bien las cosas. obviamente hacía mucho tiempo.brazos. mi querida. Sabía que no podría haber sido de otra manera. ¿Qué tenemos aquí? Un Icari cachondo y su puta humana–. — ¿De veras? Estaba casi seguro de que habías olvidado a tu antiguo amigo de la infancia hasta ahora. —Muéstrate Petiyr–. aunque parecen estar El Club de las Excomulgadas Sherri L. . no podía recordar desde cuándo. a este glorioso planeta abandonado. ya sean familiares. Sin un juicio justo. Petiyr le dedicó una sonrisa con dientes bien apretados. Estuve una vez antes. como parte de la punición. abusar de sus cuerpos. cuando fui desterrado de nuestro Azrine. —Pero. también olí el semen de nuestro amigo en celo. Era una mirada que ya había visto antes. estas simplemente llena de observaciones? Mis alas fueron cortadas. Pero. Me acordé de lo débil y frágil que es la gente de aquí comparados con los de mi tipo y decidí . me incomodó mucho y entonces preferí alejarme de allí. desobedeciste nuestra ley más sagrada al violar y golpear a Ilyana. el rey. Fue hecho para impedir que me facilitaran el regreso al nadar con mucha más velocidad y para que no saliera de nuestro planeta. King – Icarus 78 las mujeres. Te veías un poco cansada esta noche. Se rió maniáticamente cuando sus mejillas se sonrojaron con mortificación. cuando abandonó la búsqueda de su compañera hace muchos años. Te mereces el castigo. —Eso soy. también?– Le preguntó. —Ahhh. Petiyr?–. Nuestros hombres están obligados por ley a proteger a todas El Club de las Excomulgadas Sherri L. que Morrigan no podía dejar de mirar estupefacta de un hombre a otro. por sobre la palabra del mejor amigo de su hermano pequeño? Ella estaba pidiendo mis atenciones. No sabía que iba a seguirme. — ¿Eres un Icari. Morrigan luchó para seguir la conversación. Además. sí. Somos demasiado fuertes para usar la violencia. Morrigan? —Nos conocimos en un bar esta tarde. Fue fácil. bueno. —Pero ¿dónde están tus alas? ¿Dónde están tus colmillos? Y tus ojos tienen pupilas y son visiblemente blancos. tal vez no. perpleja. ¿Cómo llegaste aquí. una con la que estoy muy familiarizado. Su hermano. amigas o desconocidas. Morrigan. me hizo desterrar de la corte Azrine por mi arrebato en la feria Ilyana. Lo obligué a traerme aquí. —Pensé que fuiste desterrado a los confines de Icaria. Me mimeticé nuevamente en la civilización y secuestré al primer Icari alado que se cruzó en mi camino. Morrigan. ¿Cómo podía tomar la palabra de la puta más famosa de la ciudad. rogando por ellas. y pude ver claramente que tus encías se alejaban de tus incisivos. pero los de Az no. —La brutalizaste. Él me miraba de manera extraña y se ofreció a pagar mi cena. ejercer maltrato. debo añadir. Tan sólo le di lo que tanto deseaba. —Sí. tal vez estaba un poco preocupado por tí. Tu piel estaba pálida.Az apretaba su control sobre ella. — ¿Conocías a este hombre. No te pareces en nada a él. temprano. aunque no tan brillantes o etéreos como los de Az. Negaste todos los lazos de amistad entre nosotros con tus crueles acciones. —Bueno. con Azure. no me importó mucho el destierro en las llanuras del desierto de Navbeth. Sin embargo. Las palabras en boca de Az sonaron tan formales y reales. por tu perfidia en contra de las mujeres de nuestro planeta. Los ojos grises de Petiyr ardieron. sobre ellas y sus delicadas formas. desparramado entre tus encantadores muslos–. de nuevo. maté a mi transporte y dispuse de su cuerpo. ganando comodidad con su fuerza. Súper bien. He llegado a odiar mi nueva prisión tanto como odie la vieja. ¿verdad Az? Podría mentir y decir que todavía estoy tan fuerte como siempre. Brilló una sonrisa maligna y ella luchó para no temblar ante la visión perturbadora. y no puedo sacarlos adelante. al transcurrir una exposición prolongada. Se acurrucó otra vez contra la firme pared del pecho de Az. la atmósfera del planeta no es del todo amigable para con nuestra especie. Diez largos años. A nuestro arribo. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Petiyr? —No podías dejar esa pregunta tácita entre nosotros. no sería contrincante para una gran demostración de fuerza si fuera descubierto. El Club de las Excomulgadas Sherri L.. y comenzó a avanzar. feliz como nunca lo he sido.. —Bebí la sangre de estos seres humanos débiles y utilicé mis encantos para seducir a cientos de mujeres. sin pensarlo dos veces. Este planeta es conocido por acabar con la existencia de seres como yo.que me gustaría ser uno de los seres más fuertes y más rápidos de este planeta. No podría enfrentarte en una justa prueba de fuerza. desgastado—. perdí parte de mi buena facha y de los sentidos preternaturales. La hermosa voz de Az rompió el pequeño silencio. —Pero ¿qué hay de tus dientes y ojos? Nunca supe que un Icari pudiera parecer tan. tomando lo que quería de quien podía. La mano de Petiyr se movió y la luz de la luna . impracticable incluso con tenazas. Mi cuerpo empezó a cambiar. Fue una existencia perfecta. King – Icarus 79 Morrigan trató de no reaccionar ante el tono de la mortal y fría voz de Petiyr. Al parecer. —Pero pasaron los años. todo estaba bien. Creció mi riqueza con los despojos de los que había matado. viejo amigo. King – Icarus 80 — ¿Y tu fuerza? ¿Eres lo suficientemente fuerte como para luchar conmigo. —Cuando llegué aquí. —Tuve cuidado de no alarmar a demasiada gente. No importa lo fuerte que sea. pero no perderé mi aliento. Así que viví tranquilamente. mientras hablaba con tanta indiferencia sobre quitar la vida a alguien. Az se trasladó para mover a Morrigan detrás de él. Retrocedí a algo menos que un Icari. que tontamente usé en mi desesperación. Mis colmillos retrocedieron a mi línea de la encía. como diría Morrigan–. pero Petiyr lo detuvo con una sonrisa. Este maldito planeta se ha ocupado de eso. El brillo resplandeciente de mis ojos se desvaneció hasta que parecí más humano que Icari. como puedes ver. puedes llevarme de regreso a Icari. especialmente después de conocer los planes Petiyr para ella. Morrigan se puso las manos contra las alas de Az. —No seas tonto. . Pero no tenía ninguna oportunidad contra un arma de fuego. Después. Az. Probablemente debió haber estado más preocupada por su propio bienestar. sin importar lo enojado que estuviera. sabía instintivamente que eran indefectiblemente el uno para el otro. que se pertenecían el uno al otro hasta sus propias almas. No podía soportar la idea de que Petiyr lastimara a Az. — ¿Qué tienes con nosotros. Si ella es de hecho tu compañera. matarla. Sabía. entonces simplemente me negaré a ayudarte. No estás lo suficientemente acobardado todavía. King – Icarus 82 Capítulo 11 —Deja a Morrigan en libertad.hizo brillar el cañón de la pistola que empuñaba. y haré lo que me pides– Dijo Az resentido. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Lo amaba y haría todo lo que pudiera para mantenerlo a salvo. No estoy del todo mal preparado para enfrentarte. te llevaré sano y salvo de vuelta a Icari. —No. —Nunca seré lo suficientemente débil como para que me puedas controlar. No se sabe lo que puedes hacer cuando esté a tu merced en las piscinas entre nuestros mundos. Te doy mi palabra de honor. más que a su propia vida. Az. entonces te debilitarás con su muerte. paria? —Bueno. Si dejas que se vaya. No importaba lo que le pasara. recientemente con su cuerpo. ya que sus cambios físicos parecen atestiguarlo. Aún a riesgo de su propia vida. Contigo como rehén. y al tribunal de Azrine. Pero sólo podía pensar en la seguridad de Az. Azure. El Club de las Excomulgadas Sherri L. aplicando presión cuando él avanzo hacia Petiyr. Voy a follarla. sana y salva. no lo creo. serás una amenaza menor en nuestro viaje. Era una cosa físicamente palpable en el frío aire de la noche. probablemente voy a follar a esta pequeña perra aquí. y tú lo verás. estoy seguro de obtener el perdón de tu hermano y por fin vivir donde pertenezco. Estarás totalmente en mi poder y. Si le haces daño. Ella lo amaba. King – Icarus 81 A pesar de que sólo lo conocía a través de sus sueños y. La ira se apoderó de ella en ondas. antes de matarla. por lo tanto. Petiyr gritó y se retiró. Su visión se apagó y quedó en suspenso. mientras Petiyr caía sobre ella con renovada violencia. luchando con él. Dijo con una voz que sonaba dura como el diamante. pero no pareció importarle. Petiyr se echó a reír lunáticamente. Nunca he roto mi palabra. Az cayó al suelo. una vez que la he dado. Hace que tu sometimiento mucho más dulce. nena. No me voy sin un buen pedazo de culo al que arrastrar conmigo–. eso lo sabes. —No me importa tu profeso honor. La escupió hacia él cuando llenó su boca. imbécil–. Gritó Morrigan. Su arma voló de su mano cuando el brazo se reunió con su muñeca con un golpe discordante. su larga lengua raspó lamiendo y formando una línea áspera sobre su mejilla. King – Icarus 83 —Eres un total loco de mierda–. Petiyr se volvió y cayó sobre Morrigan. El Club de las Excomulgadas Sherri L. El sabor de su sangre era amarga y cobriza. aturdido. Después. Se retrajo para golpearla con el puño apretado. —Atrás. —No. — ¡Perra! Pagaras por esto–. —Lucha contra mí. Se escabulló lejos de él. No confió en eso. en la oscuridad. Me encanta cuando las putas como tú dan batalla. nada que ver con la de Az. Con sorpresa agradecida. pero sus piernas lo estaban pateando demasiado violentamente como para permitírselo. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Déjala ir y haré lo que quieres. su mano se movió rápidamente a los pantalones y se recuperó ligeramente de su atroz golpe. se aferró a ella con dedos desesperados. . —Eso es simplemente porque no tienes honor. Los dedos se apretaron en el arma y la subió al nivel de su cara. No preparado para el ataque. haciéndola ver estrellas. Petiyr.Petiyr resopló. arrastrándose como un cangrejo con las manos y los pies hacia atrás. una vez más. incluso para sus todavía zumbantes oídos. King – Icarus 84 Como su atacante se arrojó entre sus piernas. con los ojos salvajes cuando sus manos cayeron sobre sus pechos al descubierto con una fuerza violenta. Morrigan apretó los labios cuando trató de besarla. La mano de Morrigan se cerró sobre la empuñadura de la pistola de Petiyr. se las arregló para morderle los labios. Bramó avanzando sobre ella. Trató de insinuarse entre los muslos de Morrigan. bajo el duro golpe de la pistola de Petiyr contra su sien. Ambos se tropezaron y cayeron al suelo. Dijo Petiyr antes de embestirlo. arrancando la carne y sacándole sangre. No fue lo suficientemente rápida y el puño cayó contra su mejilla. Hubo un largo silencio mientras los dos hombres enfrentaban sus voluntades. que después de todo ese maldito tiempo estoy completamente lista para dispararte en el culo. Sacudió la cabeza y presionó un fugaz beso en su mejilla. Se burló él. No somos todo malvavisco y luz de sol. —Acabo de pasar varios años de mi vida aprendiendo a protegerme de fanáticos rabiosos y acosadores. ¡adivina qué! Sé cómo usarla. es cierto. Te llevaré de vuelta a Icaria para ser juzgado por tus crímenes contra nuestro pueblo y la gente de la Tierra. King – Icarus 85 Al parecer no. Ella lo miró con dureza. Az se rió alto. o voy a apretar el gatillo. mi amor–. Se quejó Petiyr. —En cuanto a ti. —Sí. cuando liberó la pistola del casquillo de seguridad con su pulgar. Dijo. —Ahora. que estaba acuclillado en el suelo. — No tienes lo que se necesita para poner fin a una vida. embistiendo contra su nariz con fuerza y violentamente. —Nunca pensé que serías tú. Empujó el arma sin piedad hacia su cara. tenemos un lado oscuro de una milla de ancho. mientras miraba bizco por el cañón de su propia arma. Puedo asegurarte. La pequeña ha encontrado el arma. Petiyr. Tu aspirante a víctima. la pistola sostenida junto a la cara. oh.— ¿Qué mierda?– Petiyr se atragantó con incredulidad. —Dioses. hasta que tuvo suficiente espacio para moverse y ponerse de pie. Y. ¿Estás seguro que quieres provocarme? El Club de las Excomulgadas Sherri L. estoy seguro de que mi hermano deberá El Club de las Excomulgadas . porque siguió a alejándose. Morrigan no pudo resistirse a sonreír con en el murmullo de su buen ánimo. Obviamente estaba un poco aturdido y un sendero de sangre oscura se escurría por su sien y su mejilla. A pesar de que no han condenado a muerte a nadie en siglos. — ¿Estás bien?– Preguntó ella. quien me salvaría. en la noche. Petiyr se retiró con lentitud. retrocede maníaco. Sus ojos nunca se apartaron de él mientras iba a chequear a Az. Más allá de eso se veía tan apuesto como siempre. también–. Llegó a su lado y vio a Petiyr acurrucado en una hosca figura. Az rió entre dientes mientras vertiginosamente se ponía pie. —No puedes matarme–. en una mueca desagradable. dijo ella. —Nunca subestimes a una mujer con un arma de fuego. curvando sus labios. mientras Morrigan sostenía el arma apuntando hacia él. El poderoso cuerpo de Az se agitó cuando se le acercó y le echó un rápido vistazo. cuidando de mantener el arma apuntada hacia Petiyr. ambos me enferman–. Preguntó con una sonrisa maliciosa. no parecía para nada descompuesto por su impresionante despliegue de velocidad y fuerza. pero esta vez estaba preparado. Increíblemente sintió que su deseo se agitaba de nuevo. Las palabras de Az parecieron enfurecer a Petiyr de nuevo y haciéndolo perder lo que le quedaba de su autocontrol. ante sus ojos errantes. mirando a Az con los ojos bien abiertos. Az se apartó de ella con una mirada seria en los ojos. Lo siento. —Por Dios–. — ¿Estás bien. —No lo sientas. Corrió hacia Az una vez más. estaba demasiado débil para ayudarte. No fue tu culpa que él no peleara justamente. Tus pechos también donde te golpeó. No pudo evitar dejar de responder retorciéndose contra él eróticamente acariciando su erección. —Estoy bien. Sé cómo cuidarme de los hombres maniáticos con armas de fuego–. Az había golpeado a Petiyr en la cabeza con fuerza suficiente como para noquearlo. —Tu cara quedará moreteada. Morrigan. Morrigan pensó en ello. Dijo sin aliento. mi amor?– Sus ojos vagaron tiernamente sobre ella. Morrigan ni siquiera lo había visto moverse. sólo un poco magullada eso es todo–. incluso igual de aterradora. ¡Un nuevo mundo! La idea era emocionante. antes de que Morrigan inclusive tuviera la oportunidad de apretar el gatillo de su arma. Se preguntó si siempre sería así entre ellos. recordándole que aún estaba completamente desnuda. Dijo riendo. Petiyr. a pesar de la extraña situación en la que se encontraban. . soy una mujer del siglo XXI. Deslizó sus brazos alrededor de la cintura. Mereces el máximo castigo.Sherri L. Además. Pero voy a estar de vuelta en unos días para hablar de eso si lo deseas. Sus ojos se habían apagado por la vergüenza. por ahora. Estaba ahogada. King – Icarus 87 — ¿En serio? ¿Y puedes cuidar de mí?–. Morrigan sonrió con picardía y bajó el arma cuando se le acercó. Aparte de la sangre en la sien. Tengo que llevar a Petiyr ante el tribunal para que enfrente a la justicia de mi hermano. — ¿Pensarás venir conmigo a mi mundo de origen? Tengo que irme sin ti. dándole a su cuerpo pleno contacto con el suyo. En un movimiento relámpago. Su vara ya estaba dura y pesada. King – Icarus 86 hacer una excepción contigo. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Eres una desgracia para Icari. mi amor. El Club de las Excomulgadas Sherri L. Los ojos de Morrigan se llenaron de lágrimas. Te amo. gracias. sabes. Se rió. —Ahora es mejor devolver al psico-boy de regreso a tu hermano. —De hecho lo soy. adaptándose a esa idea. con el aumento de tu longevidad. aliviada. Morrigan fue la primera en retirarse. ¡El Rey! ¿Eso te hace un príncipe. Estoy lista para instalarme en el anonimato tranquilo por el resto de mis días. la miró más de cerca. El tiempo no es de ninguna importancia para nosotros ahora. O al menos eso me han dicho. Más de lo que he querido a nada o a nadie. Hundió la cara en su cuello mientras la sujetaba con fuerza y la atraía hacia él. dijo ella. —Oh. Ya había dejado una vida de alto perfil a sus espaldas. Az. Ciertamente no le gustaba embarcarse en otra. — ¡Por Dios! Tomará algún tiempo acostumbrarme. King – Icarus 89 —Será mejor que ahora nos ocupemos de él. Az suspiró. —Ya estás cambiando. —Pero espera. No hay verdadero poder detrás de él. el rey. Az?– No pudo mantener la aprehensión de su voz. No puedo vivir mi vida sin ti. King – Icarus 88 —Sólo tengo ciento doce. Az? El Club de las Excomulgadas Sherri L.—No tengo familia aquí. Vamos a esperar el tiempo necesario para que tu cuerpo se adapte antes de irnos a Icaria. no—. también te amo. destinada a estar a mi lado a través de nuestra vida y más allá. y respirar bajo el agua será el primero de esos cambios. Con el tiempo vas a ser más como yo. mi amor? —Dios mío. —Ya he tenido suficiente de fama y gloria para que me dure varias vidas. o amigos que me echarían de menos si tuviera que irme–. ¿Cómo puedo ir contigo? No es exactamente como que pueda respirar bajo el agua. ¿Te desagrada. pero lo hago. ¿Estás seguro de que me quieres a tu alrededor durante tanto tiempo? —Tú eres mi compañera. Soy todavía un hombre joven en mi pueblo. ¿Vas a estar aquí .” Petiyr escogió ese momento para quejarse y se agitó en el suelo. cuánto es tan viejo. Con ojos serios. — ¿Qué quieres decir con aumento de la longevidad? Espera un minuto. a sus pies. Tu y yo tenemos muchas vidas de la Tierra para estar juntos. Entonces otro pensamiento se entrometió. No sé cómo ni por qué. a pesar de que no es más que un título vacío. Por supuesto que voy a ir contigo a Icaria–. y eso no es mentira. http://elclubdelasexcomulgadas. su amor volvió a ella.esperándome. Morrigan. Tres días más tarde. King – Icarus 90 Vistamos en el Blog del Club de Las Excomulgadas donde Puedes encontrar más de Nuestros Proyectos. Prometió. cuando regrese? —Voy a esperar todo el tiempo que sea necesario–. y juntos entraron en las aguas que los llevarían a su nuevo hogar.blogspot. Fin El Club de las Excomulgadas Sherri L. No tuvo mucho que esperar.com .