ÍndiceIntroducción 1. El boom latinoamericano e hispanoamericano.2. El boom y sus técnicas en la narrativa.3. Algunos fenómenos del boom.Conclusión Final.Bibliografía.- 1. El boom latinoamericano e hispanoamericano Este Boom de la narrativa se produjo en la década de los sesenta, el cual propagó un vasto conocimiento mundial, desde el punto de vista de los críticos como también de los lectores. Este surgimiento dio paso a una explosión de una narrativa pura y renovada, lo que permitió llevar a nuestra literatura alrededor del mundo. El problema a plantear será entonces cómo fue el desarrollo y madurez de la narrativa del llamado boom literario latinoamericano. Para poder desarrollar este tema se plantearé elementos o ideas centrales. En primer lugar se tratará sobre la iniciación o revelación de este “Boom” literario en América Latina e Hispanoamericana. Luego hablaré de la madurez y amplificación de las técnicas narrativas del boom. Y por ultimo abarcaré algunos fenómenos del boom. La herencia narrativa de la increíble cultura de las sociedades latinoamericanas de hace cuatro décadas anima e incorpora a una nueva generación de escritores a empezar a tener eco en España. Este eco sigue sonando todavía como Big Bang que dio origen al renacimiento de la novela contemporánea. Para destacar esta etapa importante en los países latinoamericano se el 12 de febrero se cumplieron 20 años de la muerte en París de unos de los representantes de aquel boom literario, Julio Cortázar, ya que ésta es una buena ocasión para evaluar su herencia. El propio Cortázar dijo que el boom era "la más extraordinaria toma de conciencia por parte del pueblo latinoamericano de una parte de su propia identidad es decir que el boom no lo hicieron los editores, sino el público atraído por un nuevo cambio en la literatura que se tenia en el momento. Verdaderamente, el éxito de las novelas de García Márquez, Vargas Llosa o Alejo Carpentier coincidió con la expansión de un ideal hispanoamericano de transformación social, en los 60 y primeros 70. Esta explosión de creatividad cultural y social llegó a Europa como un soplo de aire nuevo en un momento en que la novela europea daba claros signos de asfixia. El "boom" latinoamericano: no es un movimiento, ni una escuela, es producto de la casualidad, una creación inesperada de jóvenes talentos que demostraron al mundo que Latinoamérica era capaz de crear cosas originales, atrayentes y entendibles. Se podría decir que se inició cuando el Premio Biblioteca Breve de la Editorial Seix Barral fue a manos de un latinoamericano llamado, Mario Vargas Llosa, por su novela “La ciudad y los perros” en 1962; publicación que según muchos críticos, analizan que ocurre el cambio decisivo en la recepción mundial de las letras latinoamericanas. Éste es el medio más poderoso de entrada de la narrativa latinoamericana, es decir ayudó a la promoción de muchos escritores de esta nueva generación de la narrativa y que más adelante encontraría su apogeo en Europa y Norteamérica. El año de 1967 fue un año para recordar a Miguel Ángel Asturias, quien obtendría el Premio Nobel ese año, aunque en la actualidad nadie lea sus libros; Vargas Llosa el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos por “La Casa Verde”, Fuentes el Biblioteca Breve por Cambio de piel, el cubano Guillermo Cabrera Infante publicaría -aunque con cortes por la censura franquista- Tres tristes tigres y, sobre todo, Gabriel García Márquez hizo pública una novela que había preparado toda su vida y por la cual había pasado las de Caín durante sus dieciocho meses de redacción con “Cien años de soledad”. La novela fue admirada unánimemente, Gabo alcanzó fama universal, sus libros anteriores -que no pasaban de la medianía, a pesar de que hay quienes adoran la novelita “El coronel no tiene quien le escriba” (1958)- fueron reeditados rápidamente y en 1982 obtuvo un merecido Premio Nobel de Literatura. Hay mucho que decir sobre “Cien años de soledad”, así como de “El amor en los tiempos del cólera” (1985), novela que Gabo considera mejor. Pero boom seguía fuerte, en 1970 cuando ya estaban en su candela de trampolín a la fama Juan Carlos Onetti (Junta cadáveres, 1964), Alejo Carpentier (El siglo de las luces, 1962), Jorge Luis Borges y Juan Rulfo. En ese año el chileno José Donoso presentó “El obsceno pájaro de la noche” que por cierto, también ha escrito el único documento "desde adentro" sobre el boom: Historia personal del "boom". Por consecuente en 1973, Vargas Llosa publica “la estupenda Pantaleón y las Visitadoras”, en 1974 el paraguayo Augusto Roa Bastos publica una novela capital sobre dictaduras latinoamericanas, “Yo, el Supremo”, en 1975 García Márquez también habla sobre dictaduras en “El otoño del patriarca” y Carlos Fuentes con la novela, Terra Nostra, gana el Rómulo Gallegos en 1977. Explorando y observando lo que fue el boom hispanoamericano veinticinco años después todos los otros escritores siguieron sus hábitos escribiendo novelas. Sin embargo ay que destacar que Mario Vargas Llosa fue y sigue siendo el escritor más premiado de esta etapa , porque a los treintaitrés años publicó su mejor novela ambientada en el Perú, “Conversación en La Catedral “(1969) y en 1981, “La guerra del fin mundo”. García Márquez y Carlos Fuentes siguen escribiendo y vendiendo libros y ampliando su gran fama en el mundo, Julio Cortázar escribió después de Rayuela otras tantas novelas que, como Asturias, nadie lee como “62/Modelo para armar”, “Libro de Manuel”,además de varios cuentos. Falleció de cáncer en febrero de 1983. Lo suplantó Carpentier (1980) y le siguieron Rulfo y Borges (1986), Juan Carlos Onetti (1994) y José Donoso (1996). 2. El boom y sus técnicas en la narrativa El término realismo mágico primero nació en referencia al arte europeo de entreguerras de la mano del crítico alemán Fran Roo en 1925. Pero empezó a usarse para definir una nueva narrativa hispanoamericana. En los años 30 Borges había hablado de realismo fantástico y más tarde Arturo Uslar Pietro usó el término de realismo mágico para referirse a la narrativa latinoamericana. A partir de la década de los `40 se produce una modificación en la prosa de la misma manera que antes se había producido en la poesía. Esta renovación se caracteriza por la atención a la peculiaridad americana desde una estética que aúna el realismo y lo fantástico como forma única de expresar las características del mundo americano. Alejo Carpentier, prefería el término de lo real maravilloso, creía, que el realismo puro es incapaz de tomar la asombrosa realidad del mundo americano. Por lo tanto creía que el realismo mágico es un intento de renovación literaria muy unido a estéticas de las vanguardias europeas, en el cual la mayoría de sus autores tienen un gran contacto con el mundo europeo, tanto con las vanguardias poéticas, como con la novela europea más renovadora. En cierta medida en que se da inesperadamente la imaginación y lo fantástico en la prosa hispanoamericana se hace ver, la presencia del mundo onírico en la literatura europea de vanguardia lo que se ha denominado fantástico moderno cuyo máximo representante sería Fran Calca, y sus principales herederos en Hispanoamérica Julio Cortázar y Jorge Luis Borges. En el realismo mágico encontramos lo real presentado como maravilloso, o bien lo maravilloso presentado como real. Los sucesos más fantásticos no se presentan, como en el cuento fantástico tradicional, algo que asombra tanto a personajes como a lectores, sino como parte de la realidad cotidiana. Asimismo también lo real, lo cotidiano, el paseo por la calle, la reunión de amigos o simplemente ponerse un vestido, pueden verse en algo fantástico y maravilloso en la narrativa hispanoamericana. La unión de realidad y fantasía se mezclan en las novelas que en los años cuarenta comienzan a escribirse en América. También estas novelas tienen una preocupación de estilo importante, la técnica narrativa se renueva con el uso de formas nuevas de narrar, uso de innovaciones que ya se venían usando también en Europa, como por ejemplo en el Ulises de José. Por lo tanto la nueva narrativa Hispanoamérica se caracteriza por la innovación estilística y el deseo de averiguar lo más difícil posible de la realidad y la fantasía. Entonces aparecen nuevos temas, la temática tradicional se ve reforzada no sólo por un nuevo tratamiento sino también por la inclusión de nuevos elementos. Sin abandonar temas de la novela real anterior, como la naturaleza, el mundo indígena, o los problemas políticos, se da cabida al mundo urbano con mayor amplitud que antes, y se da también paso a la reflexión sobre problemas humanos y existenciales. El mundo de las vanguardias europeas, y el mundo de los sueños influyen también en esta narrativa. Pero insisto en que El realismo mágico del siglo XX es el regreso a aquel momento, sólo que ahora se devuelve a los europeos el mundo americano en forma de realidad desde lo fantástico. Los autores americanos mezclan lo mágico y lo cotidiano y dan cuenta de la originalidad americana desde una ficción cambiadas estilísticamente, manejada con técnicas nuevas como juegos temporales, y la combinación de personas narrativas. El mismo lenguaje es también enriquecido con términos de uso americano y el mundo europeo se ve invadido de latinoamericanos con alto nivel intelectual que puede alcanzar cualquier obstáculo; este mundo americano vuelve a hacerse mágico para el hombre europeo, como había sucedido con el descubrimiento. El boom de la narrativa Hispanoamérica y el realismo mágico no pueden identificarse plenamente. El realismo mágico nace en los años cuarenta con los autores que no participaron plenamente del boom de los años 60, no fueron sus cabezas visibles y por lo tanto no suelen identificarse por el lector normal con aquel fenómeno de los años sesenta. Es el caso de autores como Juan Rufo o Miguel Ángel Asturias, el primero fue Premio Príncipe de Asturias en 1983, y el segundo, Premio Novel en 1967. Igualmente autores del boom no participan de las características del realismo mágico, es el caso de autores como Vargas Llosa que, a pesar de utilizar recursos narrativos novedosos y participar de elementos comunes del realismo mágico no confunden la ficción y la realidad de la misma manera que los narradores que utilizan el realismo mágico, lo mágico con lo cotidiano no se mezclan de la forma habitual en lo que venimos denominado “realismo mágico”, sino desde otras perspectivas, como sucede por ejemplo en La tía Julia y el escribidos, donde la biografía del novelista se mezcla con la ficción de un autor de folletines que a su vez se vuelven a confundir entre sí dando lugar a un universo propio y diferente. Por lo tanto habría que distinguir tanto realismo mágico y boom, como dentro de uno y otro una amplia gama de matices muy diversos. Ni la narrativa de Gabriel García Márquez participa de los mismos recursos que la de Vargas Llosa, ni la obra de Juan Rufo está llena las innovaciones narrativas que presentarán las obras del boom. Pero el primero hace referencia a una estética y el segundo a un acontecimiento literario de un descubrimiento en que narradores renovaron la narrativa hispanoamericana guiados por innovaciones europeas y a su vez conocidos e imitados en Europa, y en el mundo de habla hispana. Sin duda el boom, más que a una estética común o una temática propia o la designación de una generación de jóvenes escritores, hace referencia a un fenómeno por el que los narradores hispanoamericanos avanzaron intelectualmente ganadote lo que merecían en el panorama literario universal y consiguieron recuperar para los lectores la prosa de sus antecesores que, sin duda, son los auténticos padres del llamado realismo mágico. 3. Algunos fenómenos del boom El ''Boom'' habría sido un fenómeno histórico poseedor de características múltiples unido a la riqueza de los procesos culturales y sociales del hombre. La explosión que dio este fenómeno no sería sólo comercial. El escenario literario mundial de los últimos siglos siempre habría sido protagonizado por escritores europeos, en su mayoría de países dominantes más desarrollados. A mediados del siglo XX y a guiados por la suba en las ventas en nuestro continente, llegaría a esos territorios del viejo mundo un número importante de escritores latinoamericanos nuevos. Aunque la figura central del boom es García Márquez y su obra Cien años de soledad, publicada en 1967, hay muchos autores y obras anteriores a esa fecha, que se han vinculado a este fenómeno. El cubano Alejo Carpentier, por ejemplo, o el argentino Julio Cortázar, ya estaban consagrados como escritores quienes no habían sido masificados como escritores en los `60. Juan Rufo, de México; José María Argüidas, de Perú; Guillermo Cabrera Infante y José Lezama Lima, de Cuba; Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato, de Argentina; y Juan Carlos Onecí, de Uruguay, entran en la renovación temática y estilística de la literatura latinoamericana e hispanoamericana. No podemos dejar de nombrar a Manuel Rojas nacido en Chile, cuya obra Hijo de Ladrón, expresa los principales motivos de la literatura contemporánea: la marginación social, la angustia, la incomunicación y la impersonalidad de la sociedad de esta etapa. En la década del sesenta se produjo un crecimiento notable de la literatura latinoamericana, desembocando en un vasto reconocimiento mundial, tanto desde la crítica especializada de algunos escritores como la del público. La aparición de excelentes novelas que poblaron un espacio que estaba vacío en nuestra sociedad, dio pie al logró de llevar nuestra literatura alrededor del mundo. José Donoso, chileno, en su Historia personal del boom, destaca el surgimiento de este fenómeno que -“... quizás valga la pena comenzar señalando que al nivel más simple existe la circunstancia fortuita, previa a posibles y quizás certeras explicaciones histórico-culturales, que en veintiuna repúblicas del mismo continente, donde se escriben variedades más o menos reconocibles del castellano, durante un período de muy pocos años aparecieron tanto las brillantes primeras novelas de autores que maduraron muy o relativamente temprano - Vargas Llosa, Carlos Fuentes, por ejemplo - y casi al mismo tiempo las novelas cenitales de prestigiosos autores de más edad - Ernesto Sábato, Onecí, Cortázar -, produciendo así una conjunción espectacular".En un corto período surgieron, novelas como La muerte de Artemio Cruz, La ciudad y los perros, La Casa Verde, El astillero, Paradiso, Rayuela, Sobre héroes y tumbas, y Cien años de soledad.-acota Donoso. Lo que caracteriza a los escritores que se ubican dentro del 'boom', es que se trata de intelectuales exiliados de sus países, que desde Europa tomaron parte de la causa latinoamericana, y se hicieron eco de ella. Vargas Llosa dijo años más tarde que "había llegado a Europa siendo peruano, y allí me descubrí latinoamericano". Esta necesidad de pertenencia a una cultura que les era común, con diferencias regionales, terminó por conformar un grupo de lucha que termino reclamando por las libertades, los derechos humanos, y la Revolución Cubana y nicaragüense. Aún cuando no es claro cuándo comienza y termina este fenómeno, se ubica dentro de él a un grupo selecto de escritores, quienes en algún momento fueron acusados de ser parte de una mafia con contactos secretos en las editoriales, de forma tal que tuvieran un éxito asegurado. El tiempo demostró que las acusaciones eran mentiras y que la calidad narrativa y estética de Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y otros no pertenecían a ninguna editorial, sino que se trataba de un redescubrimiento de las páginas más notables de la historia del arte latinoamericano. Los escritores del ''Boom'', destacando lo mejor de la literatura europea, mostraron otra visión de expresiones culturales de Latinoamérica e Hispanoamérica a través de la literatura. Pero esta escritura sería un proceso estético iniciado con anterioridad, La Nueva Narrativa de América Latina, de la cual podría decirse que el Boom formaría parte. Pero al mismo tiempo, este se distinguiría de él por su desprendimiento de las élites intelectuales para sumergirse en la aceptación popular. Esto haría que sus lectores se transformasen en gran parte del crecimiento de este fenómeno. Una poética nueva con destacados puntos en común en todo el continente surgiría de forma paralela al Boom. Alejo Carpentier dijo que las novelas de América Latina serían todas ''barrocas'', al tiempo que definiría ''lo real maravilloso'' en el prólogo de su novela ''El Reino de este Mundo''. Precisamente en las novelas el pasado colonialista siempre permanecería y en el pasado como el tiempo presente formarían una única masa popular. Contexto socio-histórico del ''boom'': Algunos sucesos históricos garantizarían el terreno para la llegada del Boom. Si bien no se trata de una relación de causa y efecto. Como explicara Roland Barthes sería precisamente la historia quien construiría al autor y su obra, y no al contrario. La historia también participaría en la construcción del lector y por eso pondríamos al emisor y al receptor en un mismo nivel. Ese contexto se da con la Primera Guerra Mundial en 1914, seguida por la Revolución Rusa en 1917. Luego vendrían la crisis económica de EE.UU. en 1929 y la Segunda Guerra Mundial en 1945. El último componente sería la Revolución cubana, ocurrida en 1957. Primera Guerra Mundial: La salida de la bella época, de la Europa occidental, nos deja dudas ante un mundo convulsionado y desequilibrado mucho más que tranquilo, como podría esperarse. La sociedad se choca con las nuevas tecnologías y los mercados internos provocarían una disputa por la búsqueda de nuevos mercados en todo el mundo. Estados Unidos sería una promesa creciente y Kafka comenzaría a escribir casi al borde de la guerra (1912) su inconclusa ''Amérika'' –que él llamará ''la novela del desaparecido''- en la que mostraría las necesidades del hombre extranjero, un hombre tragado por la idea de oportunidad y los efectos sociales de un crecimiento desmedido. La Revolución Rusa: En un país tan enorme como atrasado en la historia ocurriría un acontecimiento de efectos en el plano moral y político de gran alcance. La misma crisis económica de la 1ª guerra provocó, en octubre de 1917, la primera revolución obrera marxista. Junto a ella, diferentes manifestaciones estéticas y artísticas se expresarían. Esta fuerza contaminante permanecería durante muchísimos años caracterizando a la renovación intelectual del siglo XX en todas partes, incluso en EE.UU. y los países de Latinoamérica. El Crack Financiero de 1929: Mientras en la URSS se fortalecería el régimen perverso del ''stalinismo'', en EE.UU. se producían ricos en minutos con la venta de acciones en el mercado, hasta ocurrido el gran estallido de Wall Street. Esta situación alimentaría la transformación de los valores estéticos, artísticos y morales, y profundizaría una ruptura total con el pasado. Las vanguardias continuarían y sus manifiestos mantendrían su contenido políticosocial. El intelectual Freud decía que el inconsciente, el automatismo y una cierta anarquía en las manifestaciones artísticas caracterizarían al surrealismo, que apareciera en 1924 y en la Torre de Marfil de André Bretón. Después de su paso por México, daría un salto en sus implicancias políticas y tomaría posición contra el stalinismo soviético. La Segunda Guerra Mundial: Alemania buscaría dominar Europa con la ocupación de territorios y el recrudecimiento del modo de gobierno de la figura de Adolf Hitler. Con él se consolidaría un proyecto de extrema derecha, el ''Nationalsozialist''. La post guerra traería este modelo a Latinoamérica dando formación ideológica a los dictadores de los futuros gobiernos que practicarían el ''terrorismo de Estado''. En Europa, el triunfo de los comunistas ante los nazis habría significado un prestigio que luego sería congelado con los acuerdos de Falta y Potsdam firmados por Churchil, Roosevelt y Stalin. Esa división este–oeste era el viejo orden mundial, que sería destruido en 1989 con la caída del Muro de Berlín. Los judíos habrían sido siempre un pueblo nómada y la ''Tierra Santa'', estaba ocupada por palestinos. Pero después del Holocausto y ya finalizada la guerra, un fuerte movimiento con base en capital norteamericano crecería hasta la creación del Estado de Israel. La Revolución Cubana (1957): Este hecho habría tenido sus consecuencias estéticas más próximas del propio Boom, que se habría hecho visible en los años sesenta. Sería el ''Broche de Oro'' en nuestro continente de todas rupturas comentadas. Una vez más se pondría en protagonismo a la cultural burguesa y se generaría una explosión en términos creativos en donde los números de la moda y la automatización de los medios de producción se entrelazarían con la renovación estética que surgiría. Black Power, Flower Power, hippies, pacificación, esta rebeldía generalizada se fortalecería con la derrota del ejército estadounidense en Vietnam y por la lucha contra el racismo en las figuras de Malcom ''X'' y Martin Luther King. Con el asesinato de ellos y de J. F. Kennedy, se consolidaría el ''tiranicidio'' como forma de resolver conflictos sociales. Pero Cuba sería un ejemplo no reiterado en ninguna parte en la batalla por las utopías. Los sangrientos golpes de estado en Latinoamérica serían dirigidos por la CIA de EE.UU. y con ellos se iniciaría un infeliz recorrido de retrocesos que afectaría también al ''boom''. Con las dictaduras militares, además de cerrarse un ciclo de economía, en Latinoamérica buscarían censurar las ideas, lo que afectaría directamente a los lectores. Se terminaría así con la ''moda'' de la lectura y disminuiría también el número de escritores de etapa inicial del boom. Esto quiere decir que no sería visible esta lectura como sí ocurriera durante los años de crecimiento en la lectura de mediados de siglo XX. Conclusión A lo largo de los años se ha podido apreciar como día a día se incorporan escritores con plumas ágiles y maravillosas que hacen de la literatura un boom latinoamericano. La modernidad ha envuelto una nueva cultura y fuerza política en los escritores de América Latina en los años 80 y 90; y ésta se fundamenta en la figura de la mujer. En tal sentido el tema que se trabajará a lo largo de esta investigación, trata acerca de ese mundo tan poco nombrado en la Literatura Latinoamericana, la búsqueda de la identidad por medio de la anécdota, la memoria, la ficción de la realidad, mediante la novela. Este fenómeno fue creado para descubrir que no solos los europeos tenían alto nivel intelectual que los hacia reyes de la literatura mundial, sino para saber que ellos no eran los únicos con un estilo literario particular y que un grupo de escritores fugados de su lugar de origen, Latinoamérica, en poco tiempo arrasaron con los grandes intelectuales europeos que creían tener el dominio narrar y estilizar la literatura del planeta. Para quienes nos contaron sobre la dictadura, la adolescencia coincidió con el retorno de la democracia. Fue entonces cuando llegaron o reaparecieron todos los libros: la literatura del exilio, la literatura latinoamericana y la literatura a secas que tanto años rodearon a las personas exiliadas de sus países expresando en sus novelas el recuerdo de su antigua vida y el sufrimiento que sintieron al estar lejos de su verdadera identidad, de sus familias, de sus pertenecías y de sus verdaderas vidas. 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