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DAntonio - de minifaldas, militancias y revoluciones.pdf
DAntonio - de minifaldas, militancias y revoluciones.pdf
March 27, 2018 | Author: Mariano Santos | Category:
Left Wing Politics
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Woman
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Feminism
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Ethnicity, Race & Gender
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Prison
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Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes, sus fines son exclusivamente didácticos.Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. De minifaldas, militancias y revoluciones Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes, sus fines son exclusivamente didácticos. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. De minifaldas, militancias y revoluciones : exploraciones sobre los 70 en la Argentina / ; compilado por Andrea Andújar ... [et al.] 1a ed. Buenos Aires : Luxemburg, 2009. 224 p. ; 23x16 cm. - (Un Cuarto Propio / Andrea Andújar y Valeria Pita) ISBN 978-987-24286-7-9 1. Sociología. 2. Feminismo. 3. Militancia. I. Andújar, Andrea, comp. CDD 305.42 Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes, sus fines son exclusivamente didácticos. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. Colección Un Cuarto Propio De minifaldas, militancias y revoluciones Exploraciones sobre los 70 en la Argentina Andrea Andújar, Débora D’Antonio, Fernanda Gil Lozano, Karin Grammático y María Laura Rosa [compiladoras] Andrea Andújar Laura Rodríguez Agüero Isabella Cosse María Laura Rosa Débora D’Antonio Luciana Seminara Marina Franco Claudia F. Touris Karim Grammático Marta Vassallo Rebekah E. Pite Cristina Viano Buenos Aires, Argentina com Teléfonos: (54 11) 4611 6811 / 4304 2703 Edición: Ivana Brighenti y Mariana Enghel Diseño editorial: Miguel A.ar www. Fernanda Gil Lozano. Impreso en Argentina . Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. sin el permiso previo del editor. C1080ABE. fotocopia u otros métodos. Colección Un Cuarto Propio dirigida por Andrea Andújar y Valeria Pita De minifaldas. E. ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio electrónico. Karim Grammático y María Laura Rosa Ediciones Luxemburg Tandil 3564 Dpto. Ciudad Buenos Aires. Santángelo Impresión: Imprenta de Las Madres Distribución Badaraco Distribuidor Entre Ríos 1055 local 36.com. Exploraciones sobre los 70 en la Argentina 1º Edición. No se permite la reproducción total o parcial de este libro. Argentina badaracodistribuidor@hotmail. mecánico.edicionesluxemburg. sus fines son exclusivamente didácticos. Buenos Aires. Argentina edicionesluxemburg@yahoo. septiembre de 2009 © 2009 Ediciones Luxemburg © 2009 Andrea Andújar. militancias y revoluciones. C1407HHF Ciudad de Buenos Aires.blogspot. Débora D’Antonio.com Teléfono: (54 11) 4304 2703 ISBN 978-987-24286-7-9 Queda hecho el depósito que establece la Ley 11723. ni su almacenamiento en un sistema informático.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. Touris Entre Marianne y María. Sumario Prólogo 9 Parte I Espacios de militancia y conflictividad Capítulo 1 Marta Vassallo Militancia y transgresión 19 Capítulo 2 Karin Grammático Ortodoxos versus juveniles: disputas en el Movimiento Peronista El caso del Segundo Congreso de la Rama Femenina. sus fines son exclusivamente didácticos. Los trayectos de las religiosas tercermundistas en la Argentina 51 Capítulo 4 Luciana Seminara y Cristina Viano Las dos Verónicas y los múltiples senderos de la militancia: de las organizaciones revolucionarias de los años 70 al feminismo 69 .Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. 1971 33 Capítulo 3 Claudia F. Sobre la desaparición en la obra de Claudia Contreras 207 . Parte II Prácticas terroristas. Mendoza. ollas”.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. 1970-1983 187 Capítulo 11 María Laura Rosa Rastros de la ausencia. ruidos. prácticas de resistencia Capítulo 5 Débora D’Antonio “Rejas. Batallas. 1974-1976 109 Capítulo 7 Marina Franco El exilio como espacio de transformaciones de género 127 Parte III Representaciones. gritos. sus fines son exclusivamente didácticos. 1974-1983 89 Capítulo 6 Laura Rodríguez Agüero Mujeres en situación de prostitución como blanco del accionar represivo: el caso del Comando Moralizador Pío XII. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. La agencia política en las cárceles del Estado terrorista en Argentina. cadenas. imágenes y vida cotidiana Capítulo 8 Andrea Andújar El amor en tiempos de revolución: los vínculos de pareja de la militancia de los 70. telenovelas y rock and roll 149 Capítulo 9 Isabella Cosse Los nuevos prototipos femeninos en los años 60 y 70: de la mujer doméstica a la joven “liberada” 171 Capítulo 10 Rebekah E. Pite ¿Sólo se trata de cocinar? Repensando las tareas domésticas de las mujeres argentinas con Doña Petrona. el incremento en la cantidad de congresos.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. De tal manera. fundamentalmente. sociólogos. el desarrollo de archivos de acceso público que resguardan y recuperan documentos y testimonios sobre lo ocurrido durante la última dictadura militar y. los estudios abocados a indagar la historia argentina transcurrida entre los años 1960 y 1970 han aumentado significativamente. A su vez. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. cuáles eran los grados de movilización y de enfrentamiento de las clases. sus fines son exclusivamente didácticos. Prólogo En la última década. por esa historia de la que fuimos parte o que nos involucra de forma cercana. todo este desarrollo atestigua la decisión por parte de historiadores. La consolidación de centros de investigación en diversas universidades del país. Nos lleva también a escudriñar cuáles eran los proyectos políticos en disputa. quiénes eran los militantes. nos conduce a profundizar variadas problemáticas respecto de las distintas formas de militancia. la violencia política y. politólogos. jornadas y charlas debate. libros y revistas específicos. modificó sustancialmente las relaciones de fuerza entre las clases. sobre los sueños y anhelos de una generación que deseaba cambiar el orden existente. cuáles fueron los orígenes del golpe de estado del 24 de marzo de 1976 y cómo se produjo su ulterior consolidación en una dictadura que. preguntarse por esa historia pasada. y también de aquellos que trabajan en otros ámbitos de la cultura. de responder a la demanda social que reclama un saber más afinado sobre lo sucedido durante esos años. Este libro se propone contribuir con estas indagaciones focalizándose en la participación de las mujeres en los diversos ámbitos del 9 . entre el terror y el consenso. la proliferación de colecciones. la publicación de las memorias y experiencias de opresión y resistencia relatadas por sobrevivientes de los campos clandestinos de detención y de las cárceles penitenciarias constituyen una muestra suficientemente indicativa del interés y el lugar protagónico que este tramo de la historia ocupa actualmente para nuestra sociedad. filósofos y antropólogos. en general. repensar las periodizaciones históricas. Los partidos políticos tradicionales también vieron surgir tendencias que buscaban superar los límites democráticos y reformistas de sus planteos y avanzar hacia nuevos sentidos de la política. abierta con el derrocamiento del segundo gobierno peronista en 1955. Pero ese clima de movilización general. devino. sus fines son exclusivamente didácticos. . la sociedad argentina fue protagonista de una crisis política y social que. Este período resuena como un momento de ruptura respecto a las prácticas y subjetividades previas. Para ello procuramos dejar a un lado los relatos que presentan a las mujeres como víctimas del ocultamiento de las historias oficiales y pasar a analizar sus experiencias echando luz sobre la acción específica según grados y formas de intervención. asimismo. En un contexto internacional caracterizado por grandes movilizaciones populares y procesos revolucionarios. profundizando una lectura que insista en develar las desiguales relaciones de poder entre los sexos. en un cuestionamiento no sólo de la legitimidad de un sistema político basado en el ejercicio del poder a través de dictaduras militares. que estuvo presente asimismo en otros países de América Latina1.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. deudora de la historiografía feminista que en nuestro país vino a renovar la disciplina hace ya más de dos décadas. Desde esta perspectiva. del cual surge el Movimiento de Izquierda Revolucionario (mir). De minifaldas. o el Partido Socialista Uruguayo. alcanzando su punto de inflexión en la rebelión popular conocida como el Cordobazo. En confrontación con las tradicionales formas de organización de la izquierda. los movimientos de lucha y resistencia dinamizados por estudiantes y trabajadores en otros lugares de América y en Europa. Las décadas de los sesenta y setenta se vuelven un campo fértil para profundizar en las experiencias de participación de las mujeres. nos proponemos facilitar una visión del período permeada por las relaciones de género. militancias y revoluciones activismo político y en las distintas escenas de la vida social durante aquellos años. excedería el campo de las organizaciones de la izquierda. Hacia fines de los años sesenta se produjo una fuerte radicalización de los sectores medios y de la clase trabajadora que se expresó de distintas maneras y con diversos niveles de organización. cuya ruptura dio origen a las nuevas expresiones políticas del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (mln-t). Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. surgió una “nueva izquierda” que abrazó la lucha armada para la consecución de fines políticos. Consideramos que ello hará posible. tales como la Revolución Cubana. sino también de la reproducción de las relaciones capitalistas. El ejemplo más 1 10 Ejemplos de ello pueden hallarse en los casos del Partido Socialista o Comunista de Chile. y los procesos de descolonización en Asia y África. quince años después. algunos incluso también por la vía armada. A este grado de confrontación se sumó un tipo de cuestionamiento que afectaba directamente las relaciones jerárquicas entre los sexos y que iría conduciendo poco a poco a transformaciones en la vida familiar. bancarias. y se vieron reforzados con la aparición y difusión de la píldora anticonceptiva que posibilitó a las mujeres la regulación de la reproducción y mayor control del propio cuerpo. en particular en las nuevas carreras que fueron conformando espacios de grado. conceptos y palabras tales como revolución. También quedaron en evidencia las contradicciones dentro de la iglesia católica. Estos cambios comenzaron a alterar en buena medida la relación entre mujeres y varones. inspectoras de distintas agencias del estado. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. Todas las esferas de la vida social se vieron envueltas.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. Por su parte. se incorporaron de manera definitiva al lenguaje de la época. la unidad en la acción. liberación. 1994). sociología o antropología. la exploración del cuerpo y de la mente. la indagación del propio deseo. la forma en que las mujeres se posicionaban en las relaciones domésticas y público-políticas. por ejemplo. Incluso. Así. En el movimiento estudiantil surgieron debates en el seno de las universidades en torno a los fines sociales y el compromiso político de la construcción del conocimiento. Todo ello fue causa y consecuencia. En el movimiento obrero aparecieron tendencias combativas y/o clasistas que cuestionaron las estructuras burocráticas de los sindicatos. 11 . a la par. en el mercado de trabajo también se produjeron modificaciones importantes. cuyos antagonismos se cristalizaron en el nacimiento en 1967 del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. sobre todo respecto de mujeres pertenecientes a las clases medias. en las que participaron mujeres ejecutivas. 2000). el cuestionamiento de la maternidad como el fin último y único de la vida. sus fines son exclusivamente didácticos. entonces. sobre todo en las grandes ciudades y en lo que refiere a las profesiones de cuello blanco. Prólogo evidente de este proceso tuvo lugar en el peronismo con el surgimiento de la agrupación Montoneros. entre otras cuestiones (Felitti. en el “cimbronazo” que implicó este grado de movilización. en la vida universitaria. la producción del conocimiento o la búsqueda del cambio social radical (Feijoó y Nari. en un marco más amplio. victoria. como psicología. de una irrupción femenina en varios ámbitos de la escena social y política de una manera que no tenía precedentes en las décadas anteriores. administrativas. la exteriorización de un deseo sexual menos sujeto al ejercicio de la maternidad. 2007). socialismo en sus diferentes variantes. entre otras. De tal suerte que se pasó de una presencia del 5% en la década del treinta a un 30% en los sesenta y un 40% al finalizar los años setenta (Barrancos. la matrícula femenina aumentó sustantivamente. entre otras. surgieron organizaciones como la Unión Feminista Argentina (ufa) en el año 1970. el cruce no estuvo exento de confrontaciones. Por otro lado. Por este motivo. Así. un importante grupo de mujeres optó por incorporarse a partidos políticos fundamentalmente de la izquierda marxista o socialista. dos años más tarde. no se vinculaba arte político con arte feminista. fuertemente influidas por las lecturas de escritoras y teóricas norteamericanas integrantes de lo que se conoció como el feminismo de “la segunda ola”. sus fines son exclusivamente didácticos.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. respectivamente. integrante fundadora de la ufa. Así. fundada por antiguas integrantes de la ufa y del mlf. cofundadoras de la organización Montoneros y de las Fuerzas Armadas Peronistas (fap). el Movimiento de Liberación Femenina (mlf). Sin embargo. militancias y revoluciones Nuevos horizontes emergieron entonces y. tales como Norma Arrostito y Amanda Peralta. Una excepción de ello fue María Luisa Bemberg. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. con ellos. entre otros pequeños grupos de activistas (Grammático. el Movimiento Feminista Popular –organización creada en el seno del Frente de Izquierda Popular (fip)– y el efímero frente de mujeres del Partido Revolucionario de los Trabajadores (prt). Esto se debió a que las urgencias de los procesos sociopolíticos eclipsaron las temáticas de las obras plásticas y a que no se concebía al feminismo dentro del campo de lo político. pues puso de manifiesto la distancia que existía entre unas y otras respecto de las cuestiones de género. o que comulgaban con el nacionalismo de izquierda y el antiimperialismo. estuvieron conformadas por mujeres de variados intereses y profesiones. la Asociación para la Liberación de la Mujer Argentina (alma). Este fue el caso de agrupaciones como Muchacha –el frente feminista del Partido Socialista de los Trabajadores (pst)–. De minifaldas. Dentro de este arco. y. cientos de ellas escogieron también integrarse a las organizaciones político-armadas e incluso llegaron a participar en la fundación de algunas de estas. Estas organizaciones. Las militantes políticas de la izquierda revolucionaria consideraban que la lucha contra la desigualdad y la jerarquía sexual formaba parte de una reivindicación burguesa y era secundaria frente a la contradicción entre el capital y el trabajo. la presencia de artistas plásticas fue minoritaria: si bien una gran parte de ellas se preocuparon por los cambios sociales. a quien se debe destacar como una de las primeras artistas que relacionó los reclamos feministas con su producción fílmica. un involucramiento y un deseo mucho más extendido de participar en política. No obstante. Hubo líneas de contacto entre ellas. Otras optaron por encarar la lucha desde el feminismo. creado en 1972 y liderado por María Elena Oddone. no actuaron dentro de los movimientos feministas ni desarrollaron un arte específicamente feminista por aquellos años. algunas mujeres también fueron protagonistas de diálogos desde dos orillas: el feminismo y las agrupaciones de izquierda. Se creía que la igualdad entre varones y 12 . estableciéndose vínculos entre las militantes. 2005). somos conscientes de que los relatos seleccionados conforman investigaciones sensibles al campo en crecimiento de la historia reciente. sin embargo. La misma práctica política las llevó a repensar su situación y tener expectativas muy diferentes a las que habían tenido sus madres y abuelas. inscriptos en un sistema de relaciones no igualitario y a la vez saturado de conflictos y en permanente cambio. 1971”. la represión de la actividad reiteradamente insurgente llevada a cabo por las mujeres. el recorrido que este libro propone incluye la militancia y algunos de sus novedosos niveles de participación. Un artículo de Marta Vasallo.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. Espacios de militancia y conflictividad. El punto de vista dominante en las organizaciones de la izquierda revolucionaria no pudo enmascarar. las tensiones y contradicciones que implicaban para las mujeres la militancia y el ejercicio de la maternidad. En este sentido. Prólogo mujeres se efectivizaba al interior de las organizaciones revolucionarias y que una igualdad plena se alcanzaría luego de la revolución. Los artículos aquí reunidos están agrupados en tres secciones. La presente compilación reúne once artículos dedicados a explorar este pasado reciente y contribuye a conocer mejor el papel asumido por las mujeres en dicho período. Por el contrario. da apertura a la sección. la transgresión femenina de su condición tradicional. bajo la forma del ensayo. Recién en el exilio de los años setenta. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. Karin Grammático. la construcción de ciertas representaciones sobre el “mundo femenino”. Vasallo indaga los cruces y confluencias de esta transgresión con un reguero de resistencias femeninas características de los años setenta. A tal fin. la fortaleza de esta contribución reside en reunir diversos relatos de historias femeninas. la resistencia que en diversos ámbitos ellas asumieron y algunos fragmentos de las trazas que su participación política en ese pasado han inspirado en el presente. El caso del Segundo Congreso de la Rama Femenina. La primera de ellas. está compuesta por cuatro textos. Por su parte. En él se problematiza. titulado “Militancia y transgresión”. las feministas organizaban sus denuncias y sus prácticas políticas en torno al género como un factor crucial de opresión. en su trabajo “Ortodoxos versus juveniles: disputas en el Movimiento Peronista. Por el contrario. unas y otras empezarían a validar el hecho de que la lucha de género era política y que la política debía incluir al género entre sus prioridades. se propone estudiar la celebración del Segundo Congreso Nacional de la Rama Femenina del 13 . por lo que no se consideraba problemático postergar la lucha en este terreno. sus fines son exclusivamente didácticos. No pretendemos presentar en esta compilación una historia total ni una contra-historia femenina. y tienen el objeto de redimensionar y problematizar el relato histórico-social con herramientas teóricas y metodológicas propias de los estudios de género y del feminismo. Los trayectos de las religiosas tercermundistas en la Argentina”. “El exilio como espacio de transformaciones de género”. Con detalle. Débora D’Antonio. Prácticas terroristas. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. ruidos. ollas’. 1974-1983”. cadenas. las autoras analizan las biografías políticas de estas buscando dilucidar las transformaciones de la militancia revolucionaria de los años setenta y sus posibles derivaciones hacia el feminismo. el texto analiza el impacto de la cuestión de género en la resistencia que hombres y mujeres opusieron al poder penitenciario-militar. Rodríguez Agüero ensaya diversos argumentos para explicar el ensañamiento de los grupos paramilitares y parapoliciales con las mujeres en situación de prostitución. 1974-1976”. emparentando la situación de estas últimas con la de las militantes políticas también perseguidas. y como un nuevo momento en el cual este movimiento define sus expectativas respecto de sus militantes mujeres. A partir de la experiencia que los emigrados políticos argentinos vivieron en Francia entre 1973 y 1983. sus fines son exclusivamente didácticos. en el cual. Mendoza. Finalmente. La autora. El artículo de Laura Rodríguez Agüero. gritos. tiene por objeto analizar las formas en que el Estado fue diseñando un conjunto de leyes. Touris nos introduce en un tema escasamente explorado por la historiografía dedicada a los estudios de la religión: las activas congregaciones de religiosas inscriptas en el movimiento tercermundista católico. a partir de la historia de vida de dos mujeres militantes. La segunda sección. Claudia F. El exilio es estudiado aquí como un espacio en el cual operan cambios en torno a las concepciones de género. militancias y revoluciones Movimiento Peronista como parte del proceso de institucionalización y disciplinamiento del peronismo en la particular coyuntura de 19711973. La agencia política en las cárceles del Estado terrorista en Argentina. nos presenta un novedoso estudio en el que reconstruye el accionar del aparato represivo mendocino en las postrimerías del tercer gobierno peronista. Cierra este primer apartado el trabajo de Luciana Seminara y Cristina Viano: “Las dos Verónicas y los múltiples senderos de la militancia: de las organizaciones revolucionarias de los años 70 al feminismo”. En relación con este punto. deteniéndose en las tensiones y los puntos de ruptura y de continuidad con los modelos que la iglesia católica ha asignado tradicionalmente a las mujeres consagradas. En el artículo “Entre Marianne y María.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. De minifaldas. decretos y disposiciones que convirtieron a la prisión política en una institución medular para el despliegue de la estrategia represiva. la autora analiza el impacto de la renovación conciliar y la Teología del Tercer Mundo en la vida religiosa femenina. prácticas de resistencia. contamos con el artículo de Marina Franco. Inaugura el apartado el trabajo “‘Rejas. “Mujeres en situación de prostitución como blanco del accionar represivo: el caso del Comando Moralizador Pío XII. la conforman tres textos. Franco analiza la nueva 14 . recuperar una pluralidad de voces y prácticas de mujeres para 15 . Confirmado y Panorama. “Rastros de la ausencia. contrasta la figura de la famosa cocinera Doña Petrona C.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. Pite. invitaba a sus invitados a callarse la boca mediante un cartel colocado en el centro de la mesa que rezaba: “Prohibido hablar de política”. Por su parte. la tercera sección. durante su programa. 19701983”. doméstica y “políticamente inofensiva”. Cierra el libro el artículo de María Laura Rosa. por un lado. en tiempo presente. En esa dirección. Por último. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. una mujer tradicional. está compuesta por cuatro textos. titulada Representaciones. Se trata de un ejercicio en el cual Rosa. y los discursos expresados en las telenovelas y las letras de canciones populares de rock and roll. imágenes y vida cotidiana. con la de las feministas de los años setenta que denunciaron la invisibilización del trabajo doméstico y los peligros de la naturalización de una conciencia femenina tradicional. La autora pone en disputa variados modelos femeninos. la cuestión del desaparecido en la última dictadura militar argentina. pero no necesariamente especialista. “El amor en tiempos de revolución. tanto en las revistas femeninas convencionales como Para Ti y Vosotras. telenovelas y rock and roll”. sus fines son exclusivamente didácticos. por el otro. incentivando el acercamiento a nuevas iniciativas políticas. explorando los significados asignados al amor y a los vínculos de pareja dentro del activismo revolucionario. Esperamos que un recorrido por los distintos textos que este libro ofrece permita a un público interesado. hacia mediados de los años sesenta. en “¿Sólo se trata de cocinar? Repensando las tareas domésticas de las mujeres argentinas con Doña Petrona. Prólogo situación vital de los exiliados y cómo esta propició diversas reflexiones sobre la militancia. después. reflexiona en torno al tema del brutal proceso de fragmentación. busca las tensiones y congruencias entre los relatos de las mujeres militantes sobre estas relaciones. Rebeka E. de Gandufo. Sobre la desaparición en la obra de Claudia Contreras”. primero. Este nuevo prototipo femenino es analizado mediante el estudio de las representaciones que el mismo asumió en distintos medios gráficos de la época. Isabella Cosse. El primero es el de Andrea Andújar. como la defensa de los derechos humanos y el feminismo. Allí la autora analiza la obra de la artista plástica Claudia Contreras y su singular modo de representar. Batallas. y disolución de la identidad. aborda la emergencia. como en aquellas asociadas a lo que se denominó el nuevo periodismo: Primera Plana. a partir de la obra de esta artista plástica. Pite problematiza la figura de Doña Petrona quien. de un nuevo modelo femenino que pone en entredicho el longevo “modelo de la domesticidad”. en “Los nuevos prototipos femeninos en los años 60 y 70: de la mujer doméstica a la joven ‘liberada’”. Los vínculos de pareja de la militancia de los 70. quienes brindaron su confianza y profesionalismo. Marta Vassallo y Cristina Viano. Karin 2005 “Las ‘mujeres políticas’ y las feministas en los tempranos setenta: ¿un diálogo (im)posible?” en Andújar. abril. finalmente. Y. Luciana Seminara. estimulando y enriqueciendo el intercambio de ideas y perspectivas que este libro propone. 1994 “Los 60 de las mujeres” en Todo es historia. Las compiladoras Bibliografía Barrancos. género y política en los 70. Claudia Touris. Fernanda. siempre dispuesta a cobijar nuestras andanzas por la historia argentina reciente. pericia y generosidad de muchas personas e instituciones. Ivana Brighenti y todas/os las/os integrantes de Ediciones Luxemburg. a Marcelo Rodriguez. que decidieron apostar a esta aventura colectiva. en particular. Laura Rodríguez Agüero. entonces. Año xxvii. cuyo compromiso y aliento permanentes fueron sostenes centrales para que la idea de esta compilación se volviera proyecto y para que el proyecto se convirtiera en realidad. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. sino también financiar este libro. Felitti. De minifaldas. género y política en los 70 (Buenos Aires: ffyl-uba/ Feminaria). queremos señalar que este libro no hubiera sido posible sin la colaboración. que se nutrió de muchos de los trabajos allí presentados. Valeria Silvina e Ini. María Gabriela (dirs. En <www. Grammático. Dora 2007 Mujeres en la sociedad argentina.) Historia de las mujeres en la Argentina. Siglo xx (Buenos Aires: Taurus). Nº 321. RC 2005-1116. (comps. Feijoó. a la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica-Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (foncyt). a Dora Barrancos y a Nora Domínguez. Rebekah Pite.com. 16 . al Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la uba y. Marcela M.feminaria. A Isabella Cosse. directora del Museo Roca. Finalmente. militancias y revoluciones (re)pensar un pasado todavía presente y articular una cantidad de preguntas que sigan estimulando la renovación de los relatos históricos. cuyo subsidio nos permitió no sólo llevar a cabo las Jornadas de Reflexión “Historia. Anticoncepción y liberación sexual en la década del sesenta” en Gil Lozano.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. María del Carmen y Nari.A. Andrea et al.) Historia. A María Inés Rodríguez. Marina Franco. Una historia de cinco siglos (Buenos Aires: Sudamericana). También. así como su infinita paciencia para con nosotras. sus fines son exclusivamente didácticos. (A los 30 años del golpe militar)” en el mes de agosto de 2006. Pita.ar>. Queremos agradecer. Karina 2000 “El placer de elegir. ruidos. De esta forma. Así. a la par que se mostraban aquellos otros que. La relación fundamental del plan disciplinador se desarrolló. La eficacia del plan se sostuvo en el conveniente ocultamiento de los aspectos más siniestros de la violencia estatal. Universidad de Buenos Aires (uba). ollas” La agencia política en las cárceles del Estado terrorista en Argentina. las penitenciarías –especialmente algunas * La expresión entrecomillada evoca el clima carcelario de los años del terrorismo de Estado y fue extraída del libro Psicología y dialéctica del represor y el reprimido de Carlos Samojedny (1986: 67). Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. cadenas. mientras en el nivel visible se desplegaron. si bien también de carácter represivo. se visibilizó a los presos de las cárceles penitenciarias como trofeos de una guerra ganada. donde se torturó. por ejemplo. Facultad de Filosofía y Letras. Capítulo 5 “Rejas. uba. y la existencia de cárceles y presos políticos. política y diversidad en los 70” del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (iiege). Integrante del grupo de estudios e investigación “Mujer. Lo legal permitió revelar lo visible a la vez que invisibilizar lo criminal. entre los campos de detención y la masacre de prisioneros clandestinos. Para ello. infinidad de operativos en la vía pública por parte de las fuerzas de seguridad. en el nivel oculto se establecieron alrededor de 500 centros clandestinos de detención en todo el territorio del país. al tiempo que se negó la responsabilidad del Estado en la masacre de los militantes políticos ante los familiares y organismos internacionales veedores. entonces.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. se asesinó y se desapareció el cuerpo de decenas de miles de personas. eran percibidos como legítimos por la sociedad. sus fines son exclusivamente didácticos. por otro. gritos. ** Historiadora. En esta estrategia. diseñó una estrategia represiva de gran radicalidad que tuvo en la mira centralmente a los sectores más movilizados y organizados. 1974-1983* Débora D’Antonio** La devaluación de la política La última dictadura militar argentina estableció como uno de sus objetivos fundamentales disciplinar a una sociedad con fuertes inquietudes políticas. por un lado. 89 . La alocución que provocó la ovación y el aplauso del público presente aludía al informe presentado en septiembre del año anterior por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (conadep) al presidente Raúl Alfonsín. invisibilizar el alto grado de confrontación. a la vez. primero manipulados por las aspiraciones de los dirigentes de las organizaciones guerrilleras y luego convertidos por los militares en un cúmulo de cuerpos asesinados. construir la figura del desaparecido como una víctima sacrificial. asimilar el compromiso que tuvieron ambos sectores para forzar una espiral de violencia que devino en el golpe más cruento de la historia argentina. lo sucedido en la faz legal no atrajo la atención de la comunidad sino hasta tiempos muy recientes. movilización y organización alcanzado por el conjunto de la población. . Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. Por medio de representaciones tales como la “teoría de los dos demonios”1 o el célebre concepto de “Nunca Más”2. despolitizada. se proyectó dejar atrás el salvajismo del régimen militar y promover una suerte de borrón y cuenta nueva del espíritu insurreccional y rebelde que había atravesado a la sociedad argentina en un contexto regional también por demás agitado. Una 1 La estrategia consistió en igualar las responsabilidades entre las fuerzas de seguridad del Estado y las formaciones de civiles que empuñaron las armas. con el objetivo de morigerar los lazos de continuidad entre las prácticas represivas de gobiernos electos y de gobiernos de facto. celebrado entre abril y diciembre de 1985. 2 90 “Nunca Más” fue una frase empleada por el fiscal Julio César Strassera en la audiencia del Juicio a la Junta de Comandantes. militancias y revoluciones de ellas– ocuparon el rol de vidrieras de resguardo y legalidad para las acciones criminales del régimen. por último. formulados ambos por los factores de poder pero también avalados por la opinión pública. donde se dictó sentencia. exenta de la responsabilidad de haber brindado consenso al golpe militar. Con la explosión memorialista que se instaló en la Argentina en la última década. por esa vía. también es cierto que entre los gobernantes existió la intención de que se abandonara la forma en la que se había comprendido la política tan sólo una década atrás. La devaluación. y nuevas preguntas sobre lo sucedido. La figura del desaparecido fue encuadrada como víctima de los excesos de la represión militar y. invisibilización o soslayamiento de la política ayudó a erigir condiciones para que los presos y presas que remitían inmediatamente al calificativo de subversivos no encontraran un lugar de escucha ni tampoco pudieran construir un lugar de habla. manejar una hipótesis de excepcionalidad sobre lo sucedido durante este período.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. A pesar de que un nivel y otro fueron copartícipes de la experiencia represiva. Si inicialmente la falta de interés estuvo relacionada con urgencias políticas tales como la aparición con vida de los desaparecidos o la búsqueda de los niños apropiados. surgieron inquietudes y demandas sociales acerca de la historia del pasado reciente. representar a la sociedad argentina de esos años como ajena a la violencia política y social y. apartada de intenciones políticas vitales. De minifaldas. sus fines son exclusivamente didácticos. posicionar a todos los que quedaron por fuera de estos bandos como simples perejiles (activistas de baja responsabilidad política). ciertos tópicos insuficientemente explorados3. Beguán et al. El 1 de julio de 1974 falleció Juan Domingo Perón y fue sucedido en el cargo por su vicepresidenta y esposa. a los gobernadores de dicho movimiento a contener todo avance de la ideología marxista. además. los testimonios de las personas que pasaron por esta experiencia son fundamentales para documentar el período histórico en discusión. revistas. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. El presente artículo tiene por objeto analizar concisamente el contexto y las formas en que se expresó la política en los años setenta. sus fines son exclusivamente didácticos. en la actualidad. filmes y políticas públicas así lo atestiguan. 2006. las memorias. Por ello. María Estela Martínez. le siguió interinamente el de Raúl Lastiri –presidente de la cámara de diputados–. enfatizando en la respuesta sexuada que ofrecieron al poder penitenciario-militar y el impacto que tuvo la cuestión de género en el diseño de la tecnología represiva. con quien sobrevino una aguda represión. 91 . 2003. En este nuevo contexto. sintiéndose capaces de transferir la experiencia vivida en las cárceles del Estado terrorista (Abrile et al. cuyo fin era acrecentar las condenas para los activistas calificados de terroristas. testimonios e itinerarios biográficos por ellos diseñados son los que nos permiten a los historiadores abordar. investigaciones. 2005). También se recorrerán algunos aspectos de la experiencia por la que transitaron hombres y mujeres durante el período carcelario. En este marco.. En este escenario político de lucha de clases en ascenso se desarrolló el accionar 3 Es importante señalar que fue una estrategia del régimen militar ocultar toda documentación respecto del accionar represivo de las fuerzas de seguridad. Fue en ese período que se concretó el decreto de ilegalidad para el Partido Revolucionario de los Trabajadores y el Ejército Revolucionario del Pueblo (prt-erp) y se produjo el envío al parlamento de un proyecto de modificación del código penal.. en el que se derogó la legislación punitiva de las dictaduras militares en ejercicio desde 1966. los sectores económicos dominantes intentaron un mayor control de la renta por medio del disciplinamiento de los trabajadores. Conformación de la estrategia represiva Al breve gobierno de Héctor Cámpora. Mediante un documento reservado del Consejo Superior Peronista se intimó. En buena medida. atributos del código penal y otras instancias represivas que permitieron el encierro masivo de los militantes. Débora D’Antonio variedad de libros. para posteriormente indagar las leyes. decretos. documentos históricos. los cuales no tardaron en responder con una importante movilización contra las antipopulares medidas del ministro de Economía. los presos políticos encontraron un lugar para narrarse a sí mismos. Kaufman y Schmerkin.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. Los presos engrosaban los presidios también por el decreto de Estado de sitio que firmó la presidenta en noviembre del mismo año. 5 Es relevante destacar que también las organizaciones político militares veían a las fuerzas armadas como enemigas. por la cual cualquier ciudadano que alterara o suprimiera el orden institucional y la paz social de la nación podía quedar a disposición de la justicia civil.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. En ellos se detallan los nombres de las personas que quedaron bajo la égida del poder ejecutivo nacional. y un notable deterioro de las condiciones de vida penitenciarias. que provocaron. La incapacidad del último período del gobierno de la presidenta Martínez de Perón para contener a las fuerzas que los militares identificaban como enemigas. ya fuera que se tratara de la detención de una persona o de un puñado de militantes políticos. De minifaldas. En virtud de lo dispuesto por una directiva del Consejo de Defensa y de un redoblamiento de la lucha 4 En el Archivo General de la Nación pueden encontrarse los decretos que la presidenta firmó por medio de esta atribución. El año 1974 señaló un incremento autoritario fundado en una legislación que multiplicaba la cantidad de apresados y el tiempo que estos permanecerían en las cárceles. En 1975 el proceso se profundizó y los cambios más significativos fueron consecuencia de una transformación de tipo más estructural de la estrategia represiva que estableció el Estado en otras áreas. sus fines son exclusivamente didácticos. permaneciendo en las cárceles sin proceso judicial alguno4. Una expresión de esta política correctiva fue la decisión del Servicio Penitenciario Federal (spf) de mediados de 1974 de denominar como delincuentes terroristas (dt) a todos los detenidos políticos. 92 . Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. El sistema carcelario aplicó sobre estos presos procedimientos cualitativamente nuevos. así como también por la intensificación en la severidad de ciertos artículos del código penal. siguieron pernoctando en las cárceles a disposición del poder ejecutivo nacional después de haber cumplido su sentencia. Gran cantidad de personas que recibieron condena por esta legislación. entre 1974 y 1976 se consolidó un crecimiento exponencial del número de presos y presas políticos concentrados en cárceles de máxima seguridad. Ambas partes se influenciaban mutuamente con la idea de que se estaba librando una guerra. así como un reglamento aún más punitivo que en épocas precedentes. una prerrogativa presidencial por la que numerosas personas eran castigados por actos de divulgación y propaganda contrarios a los intereses nacionales. alrededor de 400 asesinatos. llevó a que estos presionaran para obtener el control absoluto de la coerción5. En septiembre del mismo año se sancionó la Ley 20840 o de Seguridad Nacional. militancias y revoluciones represivo de bandas parapoliciales apuntaladas por el Estado mismo. Asimismo. en menos de dos años. coexistieron jefaturas de centros clandestinos de detención. definió a las cárceles como “un frente más de lucha” en el marco de la guerra que estaban librando (Samojedny. el ejército instruyó al spf para centralizar a los detenidos políticos en un manojo de unidades penitenciarias caracterizadas como de máxima seguridad. si bien la convivencia de los poderes no se desarrolló sin confrontaciones. Jorge Rafael Videla (obrante en el Archivo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. el número de reclusos a disposición del poder ejecutivo nacional se elevó a 8. csjn). entonces. Débora D’Antonio antisubversiva. de policía. gendarmería nacional. La seguridad del Estado frente a la actividad del enemigo interno implicó. prefectura naval. fueron utilizados para legalizar procedimientos extraordinarios que promovían penas de hasta diez años para quienes “incitaren a la violencia y/o alterasen el orden público”. sancionada el 24 de marzo de 1976 (obrante en el Archivo de la csjn). previstos en el Código de Justicia Militar. y reclusión perpetua o pena de muerte para quien “mediante incendio. practicándose formas de disciplinamiento sin precedentes en la historia correccional argentina. policía federal y provinciales. encontraron su punto máximo en la tendencia a multiplicar la captura de miles de activistas. con un incremento respecto 6 Directiva 404/75 de lucha contra la subversión promovida por el comandante general del ejército. de gendarmería y del servicio penitenciario. comandante general por ese entonces. puntualizó que. los casi 200 mil hombres de las fuerzas armadas. dependiente del spf. En los primeros meses de 1976. cerebro de la reclusión de los presos políticos. Esta decisión se reforzó con el golpe de Estado del 24 de marzo. explosión u otro medio análogo creare un peligro común para personas y bienes”8. de prefectura. se le confirió al ejército el rol medular en el desarrollo de la contienda.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. la consolidación y el consenso que adquirió el poder militar. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. una maniobra articulada en diversas esferas y. sus fines son exclusivamente didácticos. cuando la junta militar que asumió el gobierno implantó consejos de guerra para juzgar a civiles en todo el territorio nacional. para cumplimentar este objetivo. Se lo considera responsable de los delitos cometidos en las unidades carcelarias que de él dependían. brazo armado legal del Estado. así como también de lo sucedido en el centro clandestino de detención “El Vesubio”. servicios penitenciarios y delegaciones de la Secretaría de Inteligencia del Estado (side) quedarían bajo control de los comandantes de zona militares6. Jorge Rafael Videla. 8 Ley 21264 de represión del sabotaje. Luego del golpe. El coronel Jorge Dotti. jefe del spf7.625 personas. el presidio fue considerado un frente más de la guerra contra la subversión. Estos consejos. A la hora de estipular una tecnología carcelaria. Con este esquema. 93 . 1986: 22). 7 Jefe del Servicio Penitenciario Federal desde marzo de 1976 hasta 1980. ha registrado 157 personas que perdieron su vida en estas condiciones. Hacia 1977 otras 1. De hecho. Margarita Belén en Formosa. recreación en espacios comunes. en el mensaje que la junta militar dirigió por cadena nacional el día de la asunción de mando señaló que el objetivo fundamental era resguardar a la patria del desgobierno y la disolución nacional. lo que no suponía “discriminaciones contra ninguna militancia cívica ni sector social alguno”9. determinando que la Unidad Penitenciaria 9 Ver <www. militancias y revoluciones del año anterior de alrededor de un 40%. Luego pasaban por casas para interrogatorios. Este es el caso de la Unidad Penitenciaria Nº 1 de Córdoba. 10 Esto fue así a excepción del recurso que utilizó el poder militar a través de la tan mentada “ley de fugas”. Aunque quienes quedaban privados de su libertad en el circuito de detención del servicio penitenciario tenían mayores posibilidades de sobrevivir que aquellos que eran llevados a un ccd10. que la represión clandestina y la legalizada tuvieron variados vasos comunicantes. De minifaldas. y que se encuentra en estado permanente de actualización. Bajo esta figura se provocaron diversas masacres que comprometieron la vida de varones y mujeres por igual. que por lo general se iniciaba a altas horas de la noche entre golpizas y capuchas. A partir del golpe. y entre varones y mujeres que eran presos políticos. subrayando. 94 .200 personas fueron arrojadas a los presidios. el trato hacia los detenidos cambió hacia uno semejante al sufrido por las personas desaparecidas. Subrepticiamente se instalaba la idea de que los subversivos no eran ciudadanos con otra perspectiva política sino individuos ajenos y hostiles a la nación.org>. una vez más. sus fines son exclusivamente didácticos. 11 Eufemismo utilizado por las fuerzas represivas para denominar a los ccd. una alimentación aceptable. la realización de ejercicio físico y tareas diversas en los talleres del presidio. así como otras 20 asesinadas luego de que autoridades judiciales intervinientes decidieran su puesta en libertad. A pesar de la elocuencia de las cifras. a poco del aniversario del asalto al poder. los distintos espacios de encierro reproducían la ilegalidad de los chupaderos11. En sentido acorde. Si hasta comienzos de 1975 la reclusión contemplaba visitas familiares.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes.nuncamas. Durante 1976 se definieron nuevos procedimientos de segregación y aislamiento respecto de los presos comunes. manifestó que en las cárceles no había personas recluidas por sus ideas “sino solamente por ser parte o haber apoyado en algún nivel a la subversión” (La Opinión. el paraje Las Palomitas en Salta o el penal de Villa Gorriti en Jujuy. el régimen asumió una primera división por género. La investigación que realiza la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas (conadep). Los presos también comenzaban su cautiverio con una detención ilegal. Jorge Rafael Videla. centros clandestinos de detención (ccd) temporarios o los sótanos de alguna jefatura policial comprometida directamente con la represión clandestina. la vida de los presos sufrió sustanciales modificaciones. lecturas. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. 1977). Allí transcurría el encierro entre celdillas de castigo individual y las requisas que casi siempre terminaban en golpizas severas. pues se utilizaba esta metodología de control para evitar toda posibilidad de humanización. Los presos no podían levantar la cabeza en los recreos y debían mirar siempre hacia el piso. sus fines son exclusivamente didácticos. ni reírse. ni sentarse. provincia de Buenos Aires). los recreos fueron suprimidos por largos períodos. aunque con diferentes implicancias para un grupo que para el otro. cada cuarenta y cinco días y siempre manteniendo a 12 La rotación permanente era desmoralizante. Sierra Chica (Olavarría. y en coincidencia con la visita de organismos internacionales como la oea. El objetivo era impedir la socialización en los penales. como por ejemplo el penal de Coronda en la provincia de Santa Fe. pero sí debían girar en círculo sin posibilidad alguna de descanso. las mujeres se transformarían en un botín preciado para los dominadores. Débora D’Antonio de Devoto (Capital Federal) alojaría a las mujeres y las unidades penitenciarias de Resistencia (Chaco). se seleccionaba y aislaba bajo amenaza indistintamente a unos o a otros como factor de presión. La articulación entre ser mujeres exhibidas y ser mujeres rehenes potenció la idea del régimen de construirlas. las mujeres presas fueron manipuladas y colocadas como objetos de exposición. si se sospechaba que en el exterior las organizaciones político militares podían tramar algún atentado contra las fuerzas de seguridad.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. cualquier cercanía con los carceleros. quedando los presos políticos encerrados sin luz solar. además. aislamiento. la prescripción consistía en una política de centralización. Coronda (Santa Fe). los varones fueron rotados sistemáticamente entre los varios presidios. 95 . situada en un barrio de clase media en el perímetro metropolitano. A lo largo de los siete años de dictadura. Mientras que las mujeres fueron reunidas en la cárcel de Villa Devoto. Para esos fines servía la cárcel de Villa Devoto. como trofeos políticos. provocando desconcierto y desesperación en los familiares12. así como atenuar la posibilidad de vislumbrar un plan de fuga. el período en que se registró mayor cantidad de asesinatos y desapariciones. Pasados los dos primeros años de la dictadura militar. La Plata (provincia de Buenos Aires) y Rawson (Chubut) albergarían a los varones. En cárceles donde fueron alojados los varones. Las visitas de los familiares fueron suprimidas durante el primer año de dictadura y. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. sólo fueron admitidas por escasos minutos. los presos y presas fueron tomados como rehenes por el régimen y. En ambos casos. desarraigo y destrucción. Tampoco podían hablar. Amnesty International o la Cruz Roja por denuncias de violaciones a los derechos humanos. cuando se reanudaron. Si la representación habitual era que la guerra la hacían los hombres –como en toda guerra–. y se promulgaron a tal efecto nuevas ordenanzas y reglamentos internos con el fin de sujetar a los cuerpos apresados en los más mínimos e innumerables detalles (Filc. En todas las cárceles se intentó practicar la destrucción física y psicológica de los presos por medio de la despolitización y la trasformación de los militantes con clara voluntad política en seres pasivos. En esta nueva disposición se incluía el hostigamiento a los familiares de los detenidos y el aislamiento de los presos considerados irrecuperables con el fin de evitar que las cárceles operaran como escuelas de subversión de valores. 96 . Sin embargo. De minifaldas. fue utilizado especialmente como “campo de internación de lavado de cerebro experimental y como ensayo piloto aplicado a presos políticos cautivos en calidad de rehenes” (Samojedny. con la vigilancia y el hostigamiento constante se pretendió construir territorios diversos para separar a los presos entre sí y evitar la formación de prácticas solidarias (Antognazzi. Los métodos prescriptos para llevar adelante esta directiva también fueron múltiples e incluían desde la sugestión y persuasión hasta la compulsión por medio de acciones de propaganda.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. enclavado en la aislada Patagonia. Cualquier falta podía implicar duros castigos. 13 Consultado en el Archivo Nacional de la Memoria. 1986: 29). 2000). el régimen ya tenía un diagnóstico sobre los presos y presas políticos. militancias y revoluciones los presos detrás de una reja mosquitero o de un vidrio. sus fines son exclusivamente didácticos. tales como quedar desnudos por horas en la helada sureña a más de 15 grados bajo cero. Durante el mundial de fútbol del año 1978 se colocaron altoparlantes en los patios. siendo los reclusos y reclusas indoblegables en sus convicciones ideológicas. y envió a todos los penales una orden secreta denominada “Recuperación de pensionistas”13. Por mucho tiempo ni siquiera los menores pudieron visitar a sus padres. Una de las características centrales de este accionar fue la confección de una clasificación de los presos políticos según grados de responsabilidad militante. En ella se estableció que. Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. lo único que se transmitiría serían marchas militares a un volumen tan estridente que impedía todo tipo de comunicación. vedando así todo contacto físico de los detenidos con los seres queridos. De este modo. 1988). Hacia mediados de 1977. También se formó tanto al personal del servicio penitenciario como al de los servicios de inteligencia con una normativa congruente con la política de aniquilamiento global. era necesario implementar un cuadro disciplinario más desafiante y severo que abarcara aspectos todavía no explorados. haciendo creer a los internos que se los instalaba para permitirles escuchar los partidos. El penal de Rawson. Cada una de las personas.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. mantener conversaciones furtivas por señas o indecorosas o de elevar la voz”. el entrenamiento físico inquebrantable y la idea de que los carceleros debían infundir respeto con una actitud victoriosa. instalación de epidemias sanitarias. restricciones alimentarias. El dt detenido podrá formular su petición atendiendo a problemas personales. en el artículo 15 del documento se detallaban los deberes del delincuente terrorista: “Abstenerse de cantar. Los presos no eran dueños ni de su propio cuerpo y debían estar dispuestos a visibilizarlo permanentemente para favorecer el control del personal penitenciario. silbar. administrativas y de reeducación. la disciplina. aun teniendo negada su individualidad. pero también se planeó una vigilancia entre los sujetos. Así también rezaba el artículo 16 del mismo reglamento: “Los dt detenidos podrán formular individualmente sus peticiones y/o escritos a las autoridades del establecimiento constituyendo infracción disciplinaria grave toda petición en forma colectiva. quedando prohibido ser portavoz de problemas de terceros y/o colectivos”. La sexuación del castigo Reparando en este aspecto es posible construir una lectura de la relación entre (in)visibilidad y poder. Un anexo de la misma orden determinaba la actitud que debía asumir el personal penitenciario. Hacia abril de 1979 circuló otro nuevo reglamento en el que se subrayaba la necesidad de controlar a los apresados de modo aún más depurado. pues lo colectivo era identificado como instrumento de lucha y era representativo de lo rebelde y subversivo. Por ejemplo. Si por un lado el régimen ostentaba su carácter represivo en las calles. imposibilidad de ejercitar el cuerpo. etc. sus fines son exclusivamente didácticos. Débora D’Antonio de sorpresa y violentas (a veces a cara tapada). desacreditación de los líderes y prohibición de toda forma colectiva de organización. lo común y lo público. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. El carácter microscópico de la vigilancia exigía una sujeción exhaustiva. gritar. La intrusión en la subjetividad implicaba una humillación corporal similar. propagación de rumores desmoralizadores. sonidos extremos y rotación sistemática entre pisos. en sus discursos y en su simbología 97 . sólo podía actuar de forma individual. destacando la cohesión de grupo. y se pretendía reformar las conciencias mediente el aprendizaje por arrepentimiento. simbólicamente. pabellones o celdas para bloquear la socialización. la instrucción militar. El control de la actividad carcelaria suponía censura de toda información externa. El sufrimiento era provocado para extirpar lo subversivo. Se fiscalizaron de este modo la comunicación y el cuerpo individual. a la de una persona esclavizada. En las cárceles de máxima seguridad se dio el juego de negación de lo íntimo e individual a la par que se obligó a negar lo colectivo. alcanzando en el momento de mayor concentración el 12% del total de los apresados por razones políticas. apropiándose del linaje de sus niños y niñas nacidos en cautiverio. mediante la educación superior. Si bien las presas políticas fueron muy numerosas respecto de épocas precedentes. dueñas del espacio doméstico y familiar. El poder invisibilizó. Los atributos femeninos con los que la dictadura militar se proponía educar a la población les adjudicaban a las mujeres un rol. a la vez que desapareciendo a una porción altamente significativa de ellas. En sentido similar. pues mientras los militares apostaban a imaginarlas y a representarlas como subjetividades apolíticas. ocultó y. abandonando ese lugar subordinado. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. y al mismo tiempo.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. El género fue un clivaje decisivo a la hora de diseñar las tecnologías de dominación. enfermeros. paradójicamente se vieron obligados a acorralar a muchas de ellas por haber abandonado el destino prescripto y haber ocupado un lugar clave en las luchas populares del período. Con el propósito de inmaterializar esta contundente presencia. Creemos que al régimen sólo le era posible exhibir a una porción de esas mujeres rebeldes pues. Esta posición asumida explícitamente por las militantes llevó al régimen a visibilizar el castigo tomando cuerpo en las mujeres presas políticas. en el ámbito privado. en ocasiones. Es así que si una mujer 98 . De minifaldas. 1997). Informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas). parteras y sacerdotes bajo órdenes militares ejercía en los ccd una operación de exterminio sobre las militantes que eran madres. mientras se enaltecía a la mujer y al maternaje en la retórica pública. por otro lado. militancias y revoluciones cultural hablando de guerra contra la subversión y visibilizando su desprecio hacia el activismo de los sectores populares y las organizaciones político militares y hacia toda simpatía que estas prácticas pudieran producir en la población. la finalidad del castigo era coincidente también con una cuestión de género. Esto fue particularmente decisivo en el caso de las mujeres. de otra forma. perdía verosimilitud la prédica de “la mujer” como reaseguro de la célula familiar. Empero. directamente extirpó todas las formas subjetivas perturbadoras. llegando a cubrir la cifra de 33% del total de las personas asesinadas (Nunca Más. constituyeron un número sensiblemente inferior que las mujeres ocultamente asesinadas. un cuerpo especializado de médicos. negaba tal carácter al encubrir las pérdidas de la feroz represión que diariamente arrojaba miles de personas asesinadas. la politización y la liberación sexual. sus fines son exclusivamente didácticos. el régimen transformó a la mayor parte de sus víctimas femeninas en desaparecidas. las mujeres se opusieron a este “deber ser”. de garantes del cuidado y de resguardo de los valores de la tradición nacional y cristiana (Filc. Si bien en las cárceles penitenciarias esta subversión de sentidos no alcanzó el mismo nivel de violencia. 99 . En la cárcel de Villa Devoto se utilizó de modo experimental. entonces debía ser igualmente confinada. dejando de ser de “máxima peligrosidad”. partidos de izquierda o populares y barrios. Asimismo. promoviendo la adopción. organismos constituidos en los penales para dividir internamente a los presos y presas entre sí.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. por no haberse ocupado en tiempo y forma de sus hijos e hijas y haberse dedicado a otros menesteres. El objetivo de estas juntas era producir un mecanismo similar al que la dictadura había ideado en otras áreas. esposa o hermana. entre otros ámbitos de lucha). un puñado de personas fueron convertidas en colaboradores durante la tortura. organizaciones armadas. La acusación más frecuente que surgía de las entrevistas que formalizaba la junta con las madres presas era la de haber cometido actos de filicidio. sólo les fue posible retener a los niños un breve lapso de tiempo y “si el progenitor o demás parientes obligados a prestarle alimentos no estuvieren en condiciones de hacerse cargo del mismo”. quienes posteriormente terminaron como empleados de la Armada. según el siguiente criterio: “quien manifestara por escrito esta abjuración era recuperable”. En un sentido coincidente con el espíritu de este decreto se crearon las juntas interdisciplinarias. Si todavía en junio de 1976 las presas podían pernoctar en sus celdas con sus hijos e hijas hasta que estos cumplieran dos años de edad. a esta práctica se le sumó la inducción de un fuerte sentimiento de culpa entre las detenidas en torno a lo que ellas habían abandonado por participar en la vida pública (militancia en sindicatos. por tanto. 1998). obstruidas sus facultades intelectuales y retirados sus pequeños hijos aún lactantes de las celdas. Una ex presa política subrayó que lo que pretendían los militares era hacerles creer que eran ellas mismas las que buscaban 14 Este reglamento tuvo como fin dividir y enfrentar a los presos y presas. pudiendo “ser trasladada. En el caso de las mujeres del penal de Villa Devoto. por medio de una “nota de arrepentimiento”14. Al resto de las mujeres se las culpaba de haber renunciado a otros lazos parentales como el de hija. 15 En la Escuela de Mecánica de la Armada (esma) –uno de los ccd dependientes de la Marina y el más emblemático del accionar criminal del Estado– se creó una categoría de apresados forzada a trabajar como mano de obra esclava en diversas tareas. recibió un trato específico. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. La maternidad. Esta política fue ampliamente practicada en los penales que albergaban varones con el fin de quebrar los lazos de solidaridad interna. desde ese momento y a partir del decreto 955/76. sus fines son exclusivamente didácticos. Débora D’Antonio podía emular a los hombres en el combate y en las cuestiones de Estado. originando una escisión en grupos según grados de colaboración con el poder15. segregada e indagada por el psiquiatra y/o la psicóloga a condiciones de mejoría de vida carcelaria y registrando su ubicación como posible de ser liberada en una lista del Poder Ejecutivo Nacional” (Clara. la penitenciaria debía interponer un recurso antes las autoridades jurisdiccionales correspondientes. Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. y las que abandonaban a sus bebés. partidos políticos. El presidio para las mujeres tenía como objetivo actuar como una instancia punitiva. La golpiza era una tortura que tenía como objetivo quebrar física y moralmente al militante. tanto sea para protegerse como para atenuar el poder represivo. hematomas en los genitales. la provisión de una alimentación deficitaria y la negación del ejercicio de cualquier tipo de sexualidad para acallar todo contacto humano. etc. El relato de uno de los presos así lo indica: Nos tenían desnudos. elegían uno al azar y le daban sesiones más prolongadas de golpes. De minifaldas. También a los varones se pretendió dominarlos mediante cuestiones sexuales. la tortura. las torturas en los presidios tuvieron como objetivo degradar la subjetividad a través de la carne. Como rúbrica. recelosos y dóciles por efecto del terror”16. así como los deberes y responsabilidades como madres (Clara. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. a fin de redoblar los efectos deshumanizantes. ya que se buscó quitarles su virilidad por medio del atenazamiento del cuerpo. Naturalmente. Se finge ante la observancia 16 Estos dos testimonios fueron extractadas de las entrevistas a ex presos (ver el sitio <www. despersonalizantes y destructivos de la estrategia correccional. Se sancionaba su uso con variados castigos. Tanto en el caso de varones como en el de mujeres. y se nos preguntaba sobre la actividad que desarrollábamos afuera. Nos golpeaban con bastones de goma. 100 . tanto por su racionalidad política como por el renunciamiento a su natural condición femenina. 1998). militancias y revoluciones la muerte. todos los espacios de reclusión son un terreno apto para fingir obediencia y simular conductas. Esta penalización de la condición de género y de la sexualidad fue utilizada como una estrategia de feminización para ultrajarlos y humillarlos y colocarlos así en posición de víctimas y no de adversarios políticos. con núcleos de acero. la violencia sexual y de género se enlazó de modo profundo con la violencia política. prohibiéndonos mirarnos.pparg.org> último acceso: diciembre de 2008). pero también como fuente de adoctrinamiento y ortopedia de las prácticas en las que ellas no debían incurrir en términos de género. materializándose juntas en los cuerpos en situación de encierro. como la prohibición de hacer gimnasia. con el fin de convertir a los presos “en seres atemorizados. Cuestionar la autonomía natural del cuerpo y sus atributos socialmente asignados las acorralaba y castigaba doblemente. operando en las zonas erógenas como espacios privilegiados para los carceleros. sus fines son exclusivamente didácticos. de espaldas sobre los pasillos. En este sentido. sindicatos. de historia o de política y. la población carcelaria fue homogeneizada. guerrilleros. jóvenes y ancianos. La organización se aplicaba a todas las actividades. por la concentración en establecimientos seguros y. se le oponían una organización rigurosa y puentes de comunicación que permitieron tender una red que se rearmaba continuamente. familiares. artefactos de ingeniería electrónica como por ejemplo radios que no necesitaban fuente de energía externa. lo que permitía definir de forma cuidadosa. Débora D’Antonio del poder. planeada y rotativa quién limpiaba. las prácticas políticas que los condujeron al encierro. según los cambios de la coyuntura política local. suscribiendo la obediencia y simulando la pauta prescripta (Dobón. etcétera. que en la jerga carcelaria aludía a un conjunto reducido de celdas. a pesar del alto grado de heterogeneidad (dirigentes gremiales y políticos. quién conseguía medicamentos para los enfermos. quién cocinaba. etc. por leyes. sobre todo. y que intentaban menguar las durezas de la vida en el encierro. Estas a la vez construían lazos con otros barrios de otros pisos u otros pabellones. decretos y prerrogativas represivas.). A la planificación del desgaste. varones y mujeres. Sobre esta base. según las formas que adquirió el vínculo entre el poder militar y el penitenciario y. submarinos para indagar el 101 . De esta forma. La cárcel también fue un espacio de experimentación y de puesta en práctica de una cantidad de conocimientos sofisticados. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. como ya dijimos. pues variaron según la historia de cada uno de los penales. lógicamente.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. En ese delicado equilibrio entre simular por un lado e imaginar y practicar la resistencia por otro. Esta organización se sostuvo en la actividad discutida y planificada de los presos por barrio. en todas las instancias. los presos y presas políticos hicieron surgir con su trabajo cotidiano cientos de esculturillas. 1996: 174). Lo que les permitió a los presos y presas políticos ir más allá de la simple supervivencia fue la organización metódica interna que facilitó coordinar productivamente el tiempo carcelario. los hombres y mujeres construyeron una cultura política carcelaria que en ocasiones reivindicó. En ella se ofrecían cursos de alfabetización. la despolitización y la desubjetivación que inducía el poder penitenciario. con escasos materiales. Sin embargo. Figuras de la resistencia No es sencillo transponer y comparar cómo fueron experimentadas las formas de oposición a la vida carcelaria. se retransmitían los conocimientos. sus fines son exclusivamente didácticos. adquiridos previamente. el presidio funcionó durante este período como una escuela clandestina de distribución de bienes culturales. y en otras rechazó. abogados defensores de detenidos políticos. por el clima político de época que disponía para todos un clima similar. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. entre otros artilugios. entre otras cuestiones (Abrile et al. en descifradores de códigos y en aprendices de variados sistemas de comunicación que tenían por objeto no perder el contacto entre sí. el canuto en la vagina o en el ano (un papel de cigarrillo escrito con datos o novedades). se construía con la participación masiva de todos los presos y se ejercitaba después de las visitas de familiares o abogados con el fin de permanecer informados y superar la censura y el aislamiento. los leves movimientos con los pies o las palomas entre ventanas (“hilos muchas veces fabricados por nosotros. sus fines son exclusivamente didácticos. como una suerte de juego. Otro objetivo de este tiempo de recreo era descentrar “el 102 . bajaban o se transportaban lateralmente todo tipo de cosas necesarias”) permitían ejercitar el debate de ideas políticas. tales como pequeños escritos envueltos que circulaban a través del correo por letrinas (un hilo tejido de un largo que pudiera traspasar los diferentes pisos del penal con una envoltura en la punta simulando un anzuelo). El rumor carcelario o bemba. que tuvo mucha relevancia. 2006). el empobrecimiento del lenguaje limitado a verbalizar la realidad más inmediata “constriñe funcionalmente la actividad de la conciencia. En oportunidades. la bemba tenía vinculación con la realidad y en otras excedía con creces lo que pudieran comunicar los abogados defensores. Muchas veces era efectivamente un rumor sin justificación alguna. el caramelo (en la boca o en la oreja). militancias y revoluciones recorrido de las cloacas y el ancho de los desagües a fin de evaluar la posibilidad de un plan de fuga. mensajes en libros que transitaban las celdas y que debían ser interpretados (Guglielmucci. los presos y presas se convirtieron en hermeneutas. periscopios para observar por encima del nivel de los ojos y resguardarse de la mirada de los carceleros del pabellón. Las inclinaciones de los párpados con distintos compases.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. 2003: 116). de películas. se releyeron libros o se jugó al ajedrez con piezas imaginarias. De esta manera se desarrollaron infinidad de formas de conexión. en que cada letra tenía un sonido más corto o más largo. En la cárcel. los familiares o las mismas organizaciones políticas que actuaban en el exterior. que se retrotrae y limita a un estado de alerta permanente frente a un entorno y contexto amenazante” (Samojedny. que sólo condimentaba la agrisada vida carcelaria (De Ipola. no sólo porque toda distracción estaba prohibida. 1986: 323). De este modo se inventaron obras de teatro. Como ha indicado Samojedny. De minifaldas. También se desplegó la comunicación a través de las ventanas o por medio de un código tipo morse en los caños de los camastros. La recreación también fue concebida como una forma de resistencia. 2005).. y en ocasiones hasta discutir problemas personales. con finas hebras de medias. y un peso en la punta por los que subían. así como no dilapidar la facultad de abstraer y simbolizar. sino porque era una forma de fomentar la socialización. pues las caracterizaban de locas. dos tipos de lazos se entremezclaban permanentemente. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. produciendo interferencia entre los lazos verticales (políticos) y los horizontales (humanos). También se expresaron disputas entre los presos caracterizados como políticos y los que eran vistos como independientes. a lo largo de todo el período de encierro. 1986: 345-346). En concordancia con la visión de no peligrosidad. un enfrentamiento bastante más abierto que oculto.. por otra parte. En algunas oportunidades se reprodujeron las prácticas desarrolladas afuera del mundo penitenciario. De esta forma. una ex presa política manifestó que los compañeros de su propia organización decían que las mujeres “no estábamos acordes a la 103 . se discutía políticamente tanto el vínculo con las autoridades del penal como con las otras organizaciones. A pesar de que las distintas organizaciones políticas perdieron contacto con sus militantes porque se destrozaron casi todas las redes o nexos con el afuera. Algunos creían que el más mínimo acto de consentimiento habilitaría las condiciones para que aparecieran delatores y colaboradores (Abrile et al. los vínculos transversales que instaban a la cooperación general por fuera de las especificidades políticas. Los lazos políticos fueron un modo natural de continuar la lucha revolucionaria en el encierro. El discurso de los primeros fagocitaba las inquietudes de los que tenían un punto de vista menos encuadrado o menos ideológico. Débora D’Antonio pensamiento que en situaciones límite tiende a girar alrededor de situaciones traumatizantes” (Samojedny. Tal vez por eso desarrollaron. La resistencia femenina por las ventajas que acarreó su visibilidad pudo explotar ciertas prerrogativas que el dispositivo represivo no ofreció en otras áreas. Por un lado. 2003: 253). Por otro lado.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. Estas relaciones no se mantuvieron ajenas a las tensiones ya que se debatían cuestiones tales como si se debía ceder algo para negociar en mejores condiciones o no ceder nada ya que ello llevaría directamente a la desmoralización y al aislamiento. donde cada organización exponía sus propias estrategias. sus fines son exclusivamente didácticos. como juicios revolucionarios contra militantes presos que no respondían favorablemente a las decisiones de la organización. los encuadrados en las decisiones consideradas vitales que tomaban las organizaciones políticas. en las cárceles se mantuvieron o se recrearon similares lazos orgánicos a los que se habían construido en la vida política previa al encierro carcelario. Esto que interpretamos como una ventaja de género fue efectivamente aprovechado. al interior del penal la mayoría reorganizó sus vínculos políticos. la degradación de un cuadro político por no acatar órdenes o el castigo a un militante por no respetar las decisiones tomadas por el conjunto. ya que los militares y los penitenciarios no veían en las mujeres presas el verdadero peligro. En ese microclima interno. 1988). éramos como todas las mujeres. Las mujeres presas no suspendieron en ningún momento los reclamos por mejores condiciones de vida. La manera que tuvieron de peticionar frente a las autoridades del penal fue la resistencia colectiva y la obstaculización de cualquier medida caracterizada como perniciosa. rechazo de comidas. De minifaldas.pparg. etcétera” (Antognazzi. muchas lo hacían con la intención de intercambiar miradas. 18 Las mismas presas políticas llamaron a Devoto “cárcel vidriera” por haber estado expuesta a las visitas de veedores internacionales con el objetivo de ocultar lo que sucedía en otros presidios y en los ccd. todas peticiones que se realizaban aun en momentos muy restrictivos del régimen penitenciario. Algunos ex presos han argumentado que este grado de oposición y confrontación sólo era factible en el marco de las condiciones de una cárcel vidriera como fue la penitenciaría de Villa Devoto18. gritos. 104 . sus fines son exclusivamente didácticos. gestiones masivas de visas. de denuncia. papelitos escritos o pequeños objetos con otras compañeras de otros pabellones o de otros pisos.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. Si insistían en la visita a los médicos del penal. no era necesariamente para lograr una mejora en la dieta. rechazo a acceder a ciertas imposiciones como requisas vejatorias y caminar con la cabeza baja y las manos atrás. 17 Extractado de las entrevistas a ex presos y presas (ver el sitio <www. Las formas de resistencia fueron complejas y variadas. organizábamos jarreos” (Clara. militancias y revoluciones situación y que seguíamos provocándolos”17. hincha pelotas”. Los mismos varones determinaron exagerado y atrevido el rol asumido por las mujeres en la cárcel de Villa Devoto. por ejemplo: cuando nos llevaban compañeras a traslados [en] que corrían peligro sus vidas. campañas de habeas corpus y recursos de amparo.org> acceso diciembre de 2008). Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. Esta era una forma de llamar la atención de los vecinos del barrio. Cuenta una ex presa que en este presidio “los penitenciarios tenían una actitud muy despectiva con respecto a nosotras. Ante la violencia oral. si sospechaban de la posibilidad de que alguna presa pudiera engrosar las filas de los asesinados. Así. sino para romper la rutina y obtener alguna información del exterior. “las mujeres muchas veces nos manteníamos en silencio […] y sentábamos precedente de otra manera. y tampoco dejaron de enfrentarse a las carceleras por temas cotidianos ni renunciaron a dialogar con el director del penal si se presentaba algún problema importante. Si las presas aceptaban ir a misa. se diseñaron desde “notas de reclamo. Si lograban ingeniárselas para que les hicieran un estudio en un hospital público. se regocijaban con la ilusión de una fuga o simplemente con la posibilidad de espiar la ciudad por las rendijas del vehículo celular. 1998). la parálisis y la inactividad significó que los detenidos hicieran lo imposible para estar informados. El rechazo a la desmoralización. tales como estar desganado. Algunas memorias de ex presos señalan que. Si bien la alienación puede expresarse mediante variadas formas. no ingerir alimentos o perder todo grado de contacto con los otros. los presos y presas políticos continuaron durante su encierro desarrollando tanto su formación política. puertas” (Abrile et al... cada vez que el régimen carcelario debilitaba sus controles. “cuando. sino que era también un modo de mantener. En sentido similar a los “embutes” donde se guardaban armas o documentos importantes. elaborados en “baldosas. De 105 . rejillas. los ex presos de la cárcel de Coronda sostienen que los pocos casos de suicidio o locura se produjeron recién hacia 1980. inodoros. 2003: 259). 1986: 506). Podríamos decir que.. a pesar de que el régimen carcelario fue especialmente riguroso. A modo de cierre Si bien la cárcel de la etapa dictatorial practicó un régimen despiadado. así como construir relaciones que les permitieran soportar con entereza el encierro. enloquecieron o se convirtieron en colaboradores fue verdaderamente exigua. sostener y recrear la vitalidad de la política que mujeres y varones habían ejercido en las calles antes de ser apresados. ideando permanentemente modos de trabajo con la palabra escrita y hablada. la cantidad de presos que se suicidaron. paredes. Estas no eran sólo formas de oposición a la requisa carcelaria. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. es notable que hayan sido muy escasos los cuadros declarados de psicosis. en las cárceles se confeccionaron escondrijos de distintos tamaños. Débora D’Antonio La construcción de un mundo a espaldas de los carceleros fue un modo de convivir con las nuevas circunstancias a la vez que una manera de actualizar las formas clandestinas que se habían practicado previamente en libertad. Sostiene un relevamiento hecho en la cárcel de Rawson que el porcentaje de presos que “sufrieron alienación (un 15%) fue relativamente bajo y se debió a las contramedidas y métodos de autopreservación que aplicamos los detenidos políticos” (Samojedny. sus fines son exclusivamente didácticos. la mayoría de los testimonios señalan que a partir del golpe de Estado comenzó el final de una espantosa secuencia (Beguán et al. 2006). piletas.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. 2003: 113). como el ingenio y la creatividad para inventar y fabricar objetos que hicieran la vida más llevadera. a raíz de la venida de la cidh [Comisión Interamericana de Derechos Humanos] y los progresivos cambios en la política interna. los regímenes carcelarios empezaron paulatinamente a mejorar” (Abrile et al. En relación con esto. A pesar de la dureza del régimen a lo largo de todo el período dictatorial. aparecían distintos puntos de vista acerca de cómo resistir. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. De minifaldas. la cárcel de la dictadura militar no pudo evitar que se cultivara una cultura de la resistencia y que se erigiera un espacio de agencia política y de gran intercambio cultural y humano. En principio. contra el poder militar. por las visitas de familiares. El encierro para hombres y mujeres que habían participado del clima insurreccional de los años previos supuso una redefinición de sus prácticas políticas al interior de la cárcel. La memoria construida por los ex presos y presas respecto del período de encierro tiende a aligerar las contradicciones internas entre grupos políticos y entre cuadros dirigentes. un espacio significativo por su carácter legal. Por esta razón. diferencias. desaparecidos o exiliados. propios de todo grupo humano. En parte por ello a los militantes que compartieron un magma imaginario construido y atravesado por el clasismo. Una derrota que no sólo implicó el fin de un proyecto emancipador sino. La rigidez de las estructuras orgánicas –tanto adentro como afuera de la cárcel– abonó el retraso en la comprensión de las nuevas condiciones de la vida política. cualquier logro. la institucionalización del encierro redujo las cruentas arbitrariedades en las detenciones que se sucedieron entre mediados de 1975 y marzo de 1976. Una estrategia débil en torno al necesario balance crítico. En variados relatos de los ex presos irrumpe una manifiesta nostalgia por el tiempo de encierro. en ciertas oportunidades. esta fue concebida como un frente más de lucha y como parte de las consecuencias de la lucha revolucionaria.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. amigos y abogados. un tendal de amigos. el socialismo y la lucha armada les costó visualizar la derrota política ya palpable en el año 1975. Salvo contadas excepciones. Algunas ex presas han identificado. Fue también. en que los presos atravesaban situaciones clandestinas y eran víctimas de todo tipo de apremios ilegales. militancias y revoluciones modo paradójico. por el contrario. disputas e intereses diversos. en claro contraste con lo que sucedía en los ccd. por más pequeño que fuese. sus fines son exclusivamente didácticos. La política no desapareció de la cárcel. de vida colectiva y de juventud. incluso. sobre todo. el antiburocratismo. sin embargo. existieron y modularon los anhelos y deseos de los proyectos individuales y colectivos en el entorno carcelario. tensiones. Las desavenencias. familiares y conocidos asesinados. pero muy fuerte en lo relativo a la construcción de un puente hacia la supervivencia. se adecuó. era concebido como una batalla ganada contra el poder carcelario e. de “aguante”. la ortopedia represiva no recuperó ni rehabilitó a los militantes revolucionarios. se redefinió y se recreó. aunque con limitaciones. compañeros. En este sentido. El presidio no significaba entonces el fin sino el comienzo de una política en términos de resistencia. contradicciones y desavenencias internas entre organizaciones en 106 . una igualdad que era deseable en abstracto pero que se alcanzaría de modo natural cuando se resolvieran otras encrucijadas prioritarias de la sociedad capitalista. tanto en lo que respecta a las prácticas y representaciones de la cultura popular y de izquierdas como a la trazada por la propia tecnología represiva. rupturas. especialmente en las mujeres. 107 . nuevas inquietudes. en el presente muchos de aquellos sentidos se han desestabilizado. “Son sólo unas pocas locas”.Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes. y fue esa su mayor particularidad. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. distancias y hasta colaboracionismo con el poder. en tanto la experiencia de encierro estuvo cruzada también por dogmas. 2006).200 presas políticas visibles fue efectiva para que el régimen pudiera restituir una imagen femenina adecuada. La vidriera se construyó no casualmente en una cárcel que albergaba mujeres. Naturalmente. Las mujeres se apropiaron de ese desafío porque fueron capaces de asumir y utilizar sus ventajas de género. etcétera. y si en ocasiones resultaba cierto que ellas caían por la militancia de sus hijos o maridos. nos invitan a una relectura de ese tiempo “dorado”. tales como: ¿fue correcta la forma de entender la política? ¿Comprendimos las contradicciones fundamentales de aquella época? ¿Debería haber sido menos estricta la actitud asumida en los penales. Sin embargo. Las memorias de Graciela Loprete. Villa Devoto se convirtió. la mayoría de las presas tenía un itinerario político propio. podrían decir. Así surgen interrogantes de diverso orden. dentro del espectro de los penales existentes. ello nos hubiera permitido tener una mejor calidad de vida? ¿Por qué si éramos tantas mujeres sólo unas pocas ocuparon lugares decisivos en las organizaciones? ¿Era sincera la igualdad entre los géneros que se prescribía en los documentos políticos? ¿Fue justa la relación entre nuestra maternidad y la militancia?. escritas primero en su encierro de Villa Devoto y luego en su exilio en París antes de su suicidio en 1983. en un espacio de denuncia y de garantía de vida. rigideces partidarias y distancias políticas y humanas (Loprete. Las fuerzas de seguridad las “buscaban” invisibilizando las razones propias de su causa. Específicamente. Débora D’Antonio determinadas coyunturas políticas. La ecuación de casi 10 mil mujeres desaparecidas y ocultas y 1. Congruente con la búsqueda de nuevos sentidos y aproximaciones a la historia recientemente pasada ya no es posible soslayar la riqueza de escrutar al género para comprender adecuadamente la política de los años setenta. generando la experiencia carcelaria pasada. la conciencia política en los años de febril militancia se sostenía en una idea muy general de igualdad entre los géneros. Que se haya construido una cultura de la resistencia no significa que no haya habido intereses encontrados. sus fines son exclusivamente didácticos. Santiago s/f “La construcción social de la categoría de preso político” en <www.org>.pparg. Mirta 1998 “Situación de la mujer en la cárcel. y Dobón. Juan 1996 “El sujeto en el laberinto de discursos. De Ipola. Ana 2006 “Vida cotidiana en la cárcel de Villa Devoto” en Lucha armada en la Argentina (Buenos Aires) Año 2. Nunca Más.pparg. Carlos 1986 Psicología y dialéctica del represor y el reprimido (Buenos Aires: Rojoblanco). 108 . Judith 2000 “La cárcel de la dictadura. Bibliografía Abrile. Nº 7. Olvidos y memorias de ex presos políticos de Coronda. Héctor et al. presas políticas. Emilio 2005 La bemba. 2006 Nosotras. Viviana et al. El poder reparador de la memoria compartida” en Voces de mujeres encarceladas (Buenos Aires: Catálogos). La Opinión 1977 (Buenos Aires) 16 de marzo. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. Clara. Obra colectiva de 112 prisioneras políticas entre 1974 y 1983 (Buenos Aires: Nuestra América). Relatos de prisión: Argentina 1975-1979 (Buenos Aires: Cooperativa El Farol). Kaufman.De minifaldas. Garaño. Filc. Filc. J. sus fines son exclusivamente didácticos. Antognazzi. Academia Nacional de Ciencia Argentina. 2003 Del otro lado de la mirilla. Graciela 2006 Memorias de una presa política (Buenos Aires: Norma). Familia y dictadura 1976-1983 (Buenos Aires: Biblos). I. Samojedny. 1974-1979 (Santa Fe: El Periscopio). En <www. Informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas 1986 (Buenos Aires: eudeba). Félix y Schmerkin.) Secuestros institucionales y derechos humanos. Beguán. 1976-1983”. La cárcel y el manicomio como laberintos de obediencias fingidas (Barcelona: Bosch). Judith 1997 Entre el parentesco y la política. Loprete.org> acceso diciembre de 2008. (comps. Guglielmucci. Carlos 2005 La paloma engomada. Dobón. Algunos aportes del psicoanálisis al campo psi-jurídico” en Rivera Beiras. Acerca del rumor carcelario (Buenos Aires: Siglo xxi). Irma 1988 “La vida adentro de las cárceles durante la dictadura militar del 76” en Razón y Revolución (Buenos Aires) Nº 4. militancias y revoluciones Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes.
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