Daniel Pécaut, Orden y Violencia.pdf

April 3, 2018 | Author: Gerson Mosquera Cetre | Category: State (Polity), Farc, Guerrilla Warfare, Conflict (Process), Politics


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oDaniel Pécaut / / CRONICA DE CUATRO DECADAS / DE POLITICA COLOMBIANA GRUPO EDITORIAL norma www.oorma.com Bogotá Barcelona Buenos Aires Caracas uatc:mala Lima México Panamá Ouito San losé así como a los "recursos de acción" a disposición de los actores organizados.ll1e. (Univalle. Aunque pensara en ello. La cues­ tión es lo que puede subsistir de ello cuando ese imaginario desapa­ rece y cuando el rechazo de la política se convierte en un resorte principal de la política. de una manifestación del "liberalismo". ya sea Hevándolos a utilizar la fuerza o apelando a "transacciones" circunstanciales. no esti dicho que: Uribe llegaría a liberarse de una tradición más poderosa de lo que pa­ . pero muchos otros tipos de o'ansacción se implementan cons­ Y OTRAS GUERRAS INTERNAS tantemente en todos los campos de la vida social. Los recientes escrutinios. muy por el contrario. ora a los poderes públicos. una parte de las relaciones sociales ha estado regulada efectivamente por confrontaciones que ponen en juego ora a los actores privados. si se quiere. no separadas sino en­ emezcladas. el campo social adquiere parcialmente el aspecto de un mercado donde se mi- o los "recursos de acción". empero. Una formal y otra informal. La segunda no tiene me­ nos influencia que la primera. lo más lejos posible de los esquemas de todo Estado autoritario. El ENTRE EL CONFLICTO COLOMBIANO 'rente Nacional ha sido el ejemplo más claro de transacción institu­ cional.. A _ . una vez CONTEMPORÁNEAS*' más. en las referencias frecuentes al Estado de derecho. Ponenci\l presentada en el VIIl Coloquiu Nacional de Sociología. Traducción de Alberto Valencia ÍTnripT'rp? nrn(" . reñido con la segmentación social pero. Por añadidura. se encuentran las huellas de la dialé­ ctica del orden y de la violencia: el estado de excepción. ha estado en vigencia de manera casi ininterrumpida desde fines de los años cuarenta y así forma parte de la normalidad insti­ tucional.. aLm menos .Daniel Pécaut pregnación de !as relaciones sociales colombianas en el lenguaje jurí­ dico y. atra­ vesado de un extremo al otro por la política. 2004).. Publi~IJa originalmente en las memurias del coloquio C()/lJlIlbia (/ comíetlzns del l/llevO mi/mio.. sin embargo. Un sistema. contribuye más a la definición de los contextos normati vos en los cuales se encuenrra ubicada una gran parte de la población. El deseo de autoridad no equivale a un consenti­ miento al autoritarismo. Dos regulaciones prevalecen de este modo.4do en uctubre de 2003 'lar el Departamento de Ciencias Sociales tle la Uni­ vt:rsidad del V. tornó forma solamente a tra­ vés del imaginario de los dos partidos políticos. un mercado gobcrnado no por una man invisible sino por manos muy visibles. Columbia. Queda lo esencial: se trata de un sistema complejo de interacciv­ nes fluidas que. " . editor: Luis C"lrlos CastiUo _ _ _ _~ Gómez _ _I!ft. a convencer a los colombianos de se!!Uirlo en esa via. al mismo tiempo. burocrático o no. Es aquí donde. por lo tanto. _. Se trata. Cdi. esto vale para Colombia. que autoriza medidas particulares de orden público y la acción gubernamental por decretos. más allá.. 1. durante mucho tiempo. organi­ rece y. deben ser descifrados a la hade la tradición anterior. entonces. que desde sus inicios este conflicto sólo se inscribe de manera colateral en el campo de la Guerra Fría. Eso sería una constatación bastante poco in­ teresante. Soy perfectamente consciente. el problema de que estas guerras escapan a la teoría de Clausewitz. la idea de que estas guerras presentan siempre grandes similitudes entre si. en muchos sentidos. La cuestión es un poco diferente. de que el conflicto co­ lombiano data de mucho antes del fin de la Guerra Fría y creo. Mi propósito es so­ bre todo considerar si la abundante literatura consagrada a las guerras civiles posteriores a la Guerra Fría puede contribuir a esclarecer al­ gunos aspectos de este conflicto. peTO reconocerlo no pue­ de dejar de lado el problema de saber de qué manera es político. Y hay muchas razones para suponer que los protagorustas armados no pueden sustraerse a esta crisis. Colombia. . menos aún. se encuen­ tra comprometida en una crisis de los puntos de referencia que definen el campo de lo político. que no lo es. No pretendo describir su evolución a lo largo de (as décadas anterio­ res y. esta literatura con todo el detalle. obviamente. por lo demás. como muchos otros países y no solamente los países en guerra. político. La idea misma de "nuevas guerras" en ruptura con los conflictos anteriores a la Guerra Fría es discutible. Es evidente que el conflicto es. Q!. por lo demás. Partir de esta literatura es. No es suficiente a este respecto tener en cuenta los objetivos que exhiben los protagonistas: sus interacciones y sus práctíe:1S concretas son las que definen la naturaleza del conflicto. y menos aún con la pertinencia que tienen las reflexiones que se elaboran sobre este tema. tomar una vía para reflexionar sobre el componente político del conflicto colombiano. y más aún. Lo que atrae mi atención en una gran parte de la literatura sobre las guerras civiles contemporáneas es.¡isiera comenzar por un comentario crítico con respecto a esta hteratura. No se trata de afirmar que el conflicto colombiano es político o. No pretendo analizar. al menos a la famosa fórmula según la cual la guerra no es más que la continuación de la política por otros medíos. inclu­ so. Crónica d<: cuatro décadas de política colombiana Voy a considerar el conflicto colombiano actual a b luz de lo que conocemos en la literatura sobre las guerras civiles contemporáneas. analizar la coyuntura reciente. sobre todo. a la inversa. incluso los conflictos locales que remi­ del desorden. uLL~ gucnao¡ Livile" en la era Je la gluualí:ll1ción: nueVOS-­ rivile. del En segundo lugar el fenómeno de la globaJización. enerc>-abriJ de 2004. Clmbrit!gc.:IL~JYO riwl. hecha de odio y de animosidad. estaba en curso. (Traducción española: Las 3 Random House. No. que recoge por su cuenta lÍan a litigios sin relación directa con los términos de la Guerra Fría la vieja dicotomía entre civilización y barbarie. estos conflictos tendrían en común al menos el con­ éxito por sugerir que un proceso de "descivilización". independiente En ese momento.. de Robert D. más rencias son patentes. y del "entendimiento puro" por medio del cual la 1 Para utilizar el rérmino de Mary KaJdor en Ncw úlld O/d WarJ Organj::. El libro tiene como subtítulo Slwuerútg IllIC7. aparecida en las periferias el control de los recursos económicos en Angola o en Sierra Leona. Nueva York. explicar por la Guerra Fría. pues. 5 Thc Free Press.. terogeneidad de los conflictos ha pasado a un primer plano. Robnd Marchal Y 2 Para tuJo de La gral/de migration. K:lldor. las luchas de bandas sobre un nes y de los circuitos de la economía ilegal. conflictos y nuevos paraui¡. el fin de la Guerra Fria. natural y ciega al mismo tiempo..)ld War. la competencia armada por la apropiación de los recursos l' na ":Ista literatura ha sido consagrada a los conflictos internos económicos. 1991. apenas si escapa a las (étnicos. Según este autor esta fuerte articulación entre las divisiones nacionales y la división inter­ teoría está ligada a un momento histórico particular. en f1nJlisis Pllliúell. KaplanJ . S0. para Obras como The Coming Anarchy. Estos alimentar las rivalidades entre una multiplicidad de actores y la frag conflictos no son necesariamente más numerosos que antes e. los enfrentamientos sangrientos por el espectro de una nueva "barbarie" que. Este código tenía un valor cognitivo dación de los Estados--nación y la profesionalización de los ejércitos. Este género de constatación. so. sus dife­ El resultado de ello sería la degradación de los conflictos que.atla m lu era gll/bltl. Es suficiente con comparar las pecie de "privatización" de lo que esrá en juego. orientado a texto en el cual se producen. I1)9+. el genocidio de Ruanda. subyacente de las divisiones sociales. o Die grosse tener una perspectiva de la diversidad de los conflictos'. tenderla a difundirse por la vía de las migracio­ los antagonismos religiosos en Sudún. Barcelona. redes del etnocentrismo occidental. París.IJu Vues sur la guerr/! Christim: . signifi­ son muy disímiles. inclu­ mentación de las escenas de conflicto. fondo de descomposición de las estructuras de poder en Somalia. PolilY Press. la "guerra im'isible" que arrasa a Argelia desde hace quin­ Algunos ensayistas han llegado incluso a evocar a este propósito ce años. Wanderung. corromper numerosas partes del mundo. Londres. La trnducciún francesa. 4 Suhrkamp. Crónica de CUlllro décatlas úe p'llírica colombiana Daniel. Gallimarcl. 2001). . de Hans Magnus Enzensbergerl. Yugoslavia. además. Traducción francesa La trrlndñr"wtinfl . Con el fin de la Guerra Fría. al igual que la intensidad de los enfrentamientos. La naturaleza y los objetivos de los protagonistas ue antes.. Pécaut I. Frankfurt. el de la consoli­ nacional propia de la Guerra Fria.. se desarrollarían por población civil interpuesta. es seguida por un i. precisamente. Tusquels Edite>­ lite Dreams (JIlhe Post C. un imaginario político expresa­ La obra de Martin Van CrevelJ The Trans/ormution o/ W"r5 es. regionales). han logrado un gran No obstante. sin do en términos de "amigo-enemigo" lograba dar la impresión de tma duda.. rrorista". se aplicó la famosa visión trinitaria de las circunstancÍils particulares. hasta los países centrales..\lessian... la que ha ido más lejos en esta dirección. del sistema mundial. religiosos. Estos libros Para comenzar. y práctico: favorecía una "generalización" ideológica.ed viole/ICe i71 global area.mas". -­ . islámica o no.:ÚS guerra'i f 'wilmci'l I/rgalli::. aparecida con el ú­ res. se sobreimpuso a partir de ese momento a la pero si es válido afirmar que. estaban sobredeterminados por ella. Fenómenos identitarios o intereses se combinarían para q L1e sacuden a numerosos países desde el final de la Guerra Fría. darían lugar a la guerras étnico-nacionales que acompañaron la disolución de la antigua proliferación de zonas afectadas por desórdenes interminables. la he­ según la cual la guerra es una combinación de "violencia original". que acelera el "juego de posibilidades y Je azar que hace de la guerra una Libre ac­ debilitamientO de los Estados nacionales y favorece correlativamente tividad del alma". cfr. 1999. carían la emergencia de nuevos "señores de la guerra". A propósito de las "nuevas guerras'" el repliegue sobre pertenencias o afirmaciones identitarias lucales o indu'io. y. 1993. en una es­ sus modalidades y sus consecuencias. una discusión sobre el enfoque de M. muchos de ellos provienen de épocas anteriores. A pesar de la diversidad obsolescencia de las guerras "clásicas" y de la teoría clausewitziana... 2000. evidentemente. Todos los conflictos aparecieron antes del 11 de septiembre y la visión de la "amenaza te­ anteriores no se pueden. que es la que les suministraba un lenguaje común a través de la ima­ Más fecundos son los análisis que ponen el acento sobre la gen de un antagonismo político omnipresente.lo In . todos los prota­ la primacía de la actividad de tipo "predatoria". la teona se ha vuelto aún más cadu­ en el hecho de que estas guerras se desarrollan por imermedio de la ca después del hundimiento reciente de los Estados-nación. 1999). ción de los países periféricos y la existencia de guerras civiles. a menudo ambas blaciones civiles. son numerosos los analistas que ponen en duda la la idea de "respuesta proporcionada". Paul Collier hace parte de los que están de acuerdo con tal. en particular. Pa­ rís. Sin embargo. el clásico libro de Aron tes. un objetivo político coherente. Angola La diferencia entre dirigentes políticos y jefes militares se borraíy los o Sierra Leona serían sus ilustraciones. en el caso de las guerras recien­ pre la posibilidad de que la guerra. sobre todo. constata el autor. GaJlimard. Las guerras "clásicas". los representantes políticos de los Estados no el'll 8 Mary Kaldor. que se puede comparar desde este punto de vista mitido que en el momento en que se elabora la teoría de la guerra con el juego o con la competencia deportiva. subrayan el resurgimiento de "señores de la guerra" allí don­ tinción entre combatientes y población civil desaparece. La noción de "frentes" pierde toda pertinencia. La analistas muestran que las justificaciones ideológicas no son a menu­ guerra. al ejército. de conformidad con su "concep­ tes. sino de la acción de una multiplicidad de cursos nacionales y lograr de esta manera una cierta autosuficiencia protagonistas que se constituyen a través de la actividad guerrera como conómica. el tercero. ya no es ahora el resultado del enfrentamiento do más que el pretexto para llevar a cabo una confiscación de los re­ entre ejércitos organizados. Como Van Creveld. Unos subrayan que estos últimos se alimentan de an­ como objetivos). la tesis de Mary Kaldor en su libro sobre Segunda guerras mundiales son ya una manifestación de que el con­ las "nuevas guerras"M. Me parece que el enfoque aroniano es el mas acertado. 1998. la teoría clausewitziana había comenzado a vol­ nacionales. Otros gobierno-ejército-población pierde una gran parte de su alcance. como K. ha per­ dad por sí misma. cit. que comprenden: Por otras vías. rras constituyen una forma de continuar la política por otros medios. con el cortejo de atrocidades que eso implica. de que es absurdo continuar sosteniendo la idea de que las gue­ to" abstracto.) Emmanuel Terray lo define como un elemento centraJ de su teoría definitiva (cfr. El primer elemento remire princi­ los combatientes. 7 En !as guerras clásicas. unos y los otros se convierten de igual manera en objetivos. Clausewilt. al comando militar y civiles. incluido en ella debido a las "fricciones" inherentes al combate y que De hecho. al mismo tiempo. Fayard. op. ClausewiJz. que son reemplazados por sectores de la opinión interna­ verse caduca mucho antes de la globalización actual. la distinción entre combatientes y po­ tagonismos identitarios con base étnica o religiosa. sea que estos últimos traten de confundirse con los palmente al pueblo y a sus pasiones. Oausewitz evoca siem­ Van Creveld saca la conclusión. París. La guerra se convierte en una activi­ La distinción de los tres elementos. La oposición efltre "antiguas" y "nuevas guerras" es poco convincente si se basa --- 6 Mientras Raymond Aran nO veía en el concepto de "guerra absoluta" sino solamente en la brutalidad o en las atrocidades de las guerras recien­ un momento provisional de la teoria de Oausewitz (cfr. como las del siglo xx en particular. Esta es. Otros autores. que se funda en la gonistas se esfuerzan solamente por controlar territorios desarticu­ relación entre el peso de las actividades relacionadas con la ex:porta­ lados que no corresponden a una frontera estable. blancos dc los combatientes. y. Cambridge University to o más oue los militares. moderna. la diferencia entre los jefes validez de la fórmula c!ausewitziana en el caso de los conflictos inter­ militares y los dirigentes políticos (tos cuales no pueden ser tomados nos reciemes. al gobierno. por ejemplo. pueda llegar a ser "absoluta" y tomar la forma del duelo. La trilogía población civil. En las guerras recientes se han vuelto blancos tan­ 9 TlLc Stale. 1976. La Primera y la cional. observa Van Creveld. cualquiera que sea.. pone el acento sobre todo les ha sido anulada. como en Somalia o en acciones contra los civiles se conviertan en una manera de afectar a Sudán 9 • No se trata de discutir aquí en detalle estos trabajos. no dejan Pellser la guerre. sea que las de el Estado ha desaparecido prácticamente. la mayor parte del tiempo los protagonistas no proponen desbaratan los cálculos". La dis­ Holsti.Daniel Pécaut Crónica de cuatro d~cadas de política colombiana guerra se subordina a la política. la distinción entre combatientes y poblaciones civi­ de contenido idclJlógico. Ciertamente. el segundo. . Yfár a¡¡eL lhe State 01 H01'. Prcss. resultado del resquebrajamiento de los referentes Para Van Creveld. Cambridge. sean reconocidas las "leyes de la guerra". Si bien ella no excluye que estos conflictos cepto absoluto de guerra ha llegado a ser algo más que una ficción y pueden tener una dimensión política. 2 vol. J. subraya que están desprovistos que. como se ha visto en Ruanda 'o . Fisher Verlag. 199+ El li­ bro de HatLfdd trata sobre c1¡rcnocidlO en Ruanda. RrOarld(l.. como una división que atraviese todos los sectores de la sociedad. en el momento de der su aspecto instrumentJl para generalizarse y engendrar lo que el los conHictos. París. Todos estos elementos expresan el aspecto a la Hablar de guerra "émica" no significa que el genocidio sea un hecho es­ menudo desarticulado que toman estos conllictos. corresponde a la búsqueda de objetivos específicos y re­ mismas (Angola o Sierra Leona). Kaldor o Holsti es. Las crueldades nada el despliegue del terror contra los civiles juega un papel mucho más tienen de inédito. el recurso a las atrocidades es pocas veces vidades predatorias pueden desarrollarse como actividades por sí irracional. Otro aporte es resaltar que estas guerras se tksarrollan en pillaje no es tampoco un fenómeno nuevo.:/"at úbu die Gewalt Europa a partir del siglo XVII. Nueva York. sugerir que muchas de estas guerras combinan que presenta sobre todo el problema de volver ininteligible el fenó­ registros diferentes que.s).Daniel Pécaut Crónica eJe cualro déc:lcJas U" polílÍca colomlliuna de lado de manera alguna las poblaciones civiles. evocadas por ClausewilZ. igualmente. 1!)91.. en ciertas circunstancias. 2002.1 otros Estados y Folie meurtrlére. Traducción francesa: L'he de I'l.lquisición de se tratara de una simple rutina". Lo que hay que retener de los aportes de regbs de juego se mantienen inalteradas. Frankfurt del Meno. Cütl! d'/volre. Las solo constituyen una pequci'ia parte de las estrategias de guerra. (Traduc­ ción francesa: Des IW1flmes IIrdsl/aires. Tral. Cfr. Leltn.ludine Vidal.·e de ItI police lll/<mut:. pOí el contrario. con espacios en los que las eminentemente políticos. Cfr. trrrelll. isión amigo-enemi­ Van Creveld. El conflicto. La dI.. así lleguen a alcanzar paroxismos en las guerras considerable. Amo!?. Harrer Collins. sobre todo. las acti­ temlencia". nVllndais. ya que fricciones. Aislar la dimensión de espacios fluidos que corresponden ante todo a la evolución territorial "barbarie" en las guerras civiles actuales no si b'11ifica solamente co­ de los dominios que ejercen los grupos organizados. que los combates pro­ go reviste frecuentemente formas locales variables y no se impone piamente dichos. Gestión de la guerra frente . dejan de ser com­ meno de la guerra. pontáneo basado solamente en el antagonismo étnico. sino te es. Krie[(. 1975. por ejemplo las obras de Wolfang Sofsky. tienen necesariamente un componente rras civiles actuales.. "recursos de poder" (poder organizacional.. Lo que no significa evidentemente que los civiles figuren "étnicas". Fischer Verbg. los que oponen unidades militares o paramilitares. .. RiáIs des manú. Ordillarv A'len. el nivel de barbarie lo que puede caracterizar las gue­ societal) . ya no se limilm a n:orientar Jc manera inesperada el curso de la guerra. parte activa del había ocurrido lo mismo en muchas guerras interestatales clá~icas. cometer durante las guerras los crímenes más abominables como si Cada lino de estos registros está relacionado con la 'H. se instalan en el corazón de ella. en muchos casos. bajo pretexto de no "eufemisar" las plementarios y se convierten en ampliamente autónomos: la sociali­ realidades asociadas a este fenómeno y de querer describir estas rea­ zación a través de la inserción en las organizaciones armadas puede lidades de la manera más aproximada posible. pues. 11)1)2. Traducción ¡rancesa: Trail¿ dI! la í'o/el/re. Gallima.witms. Este modelo supone que el Estado tie­ (S. Pero la puesta en cuestión de la teoría de C1auscwitz se dcriva so­ Socilogi. Gallimard. incluso de mostrarlas convertirse en un fin en sí mismo (pensemos en todos los niños yado­ en su "verdad". Te­ ne una vocación para producir comunidades políticas bajo la moda­ rror. Browning o a historiador germano-americano George Ñ{osse ha calificado C01110 la Jean Hatzfeld para conllrmar cómo los "hombres ordinarios" pueden "brutalización de las sociedades"'J.fr: rila }ulUlúilljintlk ell PullJj!lle. Dans le l/U de la v/c. bre todo de la crisis del modelo de Est. 2002). 2000. KarthaJa. Los teatros de nicos de los últimos años. (S. París. sin embargo. al mismo tiempo que idcntitarios. Baltli/lon lO1 (lIId lhe Final SII/ufillll in Poll/llli. Es suficiente con leer a Christopher R. Seuil. Des­ judíos en Polunia por una unidad alemana. Sin embargo.!pouvallte lidad de "naciones". orientado a instaurar otro régimen político. Los conflictos balcá­ conjunto.rd. gue. eran guerra nueacn coexistir. (1)98) y sobre todo Zeilen des Schrekens.. Pi¡rís. en este sentido.:. ciertas obras recientes ceden muy fácilr"'1ente a esta lescentes que muchas veces forman el grueso de las tropas). Les ildle:. Parb. el uso del terror pueJe llegar a per­ mite a estructuras colectivas que son estimulada.L. no es tampoco el hecho de que se encuentran "político" así no siempre se encuentren al servicio de un proyecto de siempre desprovistas de fina. monopolio dc la violencia en el plano nacional van a la par en una fase 12 El libro de Bro\Vlling trata sobre las operaciones de liquidación de los en que la economi<. poder económico o poder No es. Ct: C1. la cultura y la política parecen imlisociables.lidadcs "politicas".ldo moderno conformado en 1 J Cfr. LI! JOJé billaJ/loTI de risa. Parece que.: des p. no hay que olvidar que ya llí solamente como víctimas: ellos son. París. El principal apor­ rrer el riesgo de ceder al etnocentrismo occidental ya mencionado. el sentimiento nacional se afirma con el riesgo. en parte. Por lo demás. L'insecurilé socia/e. porque se­ la sociedad como t<''tl. Castcl. aún en los paises ¿Ayudan estas observaciones sobre las guerras civiles contempo­ concernidos. Sin embargo. para pero esta dimensión se reduce frecuentemente a la privatÍ7. el libro de R. Para hacerlo voy a recordar no del tema de las "clases peligrosas" y del de la "inseguridad"'4. 2003. de Incluso cuando estas guerras son limitadas y solo afectan parcial­ la mezcla de componentes que están presentes en él. Responsable directamente de una dad de las diferencias sociales. cuenta de mejor manera de la multiplicidad de los protagonistas. de la importan­ mente los poderes existentes. 1996). París.Daniel Pécaut rónica de cuatro dccada~ de política colombiana e antes de la globalización actual. la sucesión de "procesos de negociación" desde 1982. John Kcane guerra podía. pliegues comunitaristas. . en cualquier momento convertirse en un sistema de tran­ dedica un capítulo a la noción de "sociedad incivil". la anomia que invade ciertas esferas. algunos de los rasgos que caracterizan este conflicto a lo largo de su En otros países de condiciones sociopolíticas más precarias. limitadas o no. esta evolución se acompaña de un igual crecimiento de ráneas a reflexionar sobre el carácter del conllicto colombiano? Esta las inequidades. la au­ Cuatro observaciones a propósito de este conflicto se imponen de sencia de comunicación entre diversos universos sociales. La competencia de intereses ~ectoria1es. con una crisis de la ciudadanía y de va concepción del bien público y de la comunidad política. de la ruptura de las solidaridades sociales. este modelo ya había comenzado a vínculos antiguos y de una diversificación asociada con los procesos vacilar. colombiano como lo menciona Mary Kaldor. Los primeros pierden su implica tampoco que estas guerras carezcan de dimensión política. Esto no implica que estas guerras sean la sim­ la política. En diversos niveles se produce por todas par­ da de la soberanía. Cuando Van Creveld hace referencia a la obsolescencia de la tev­ sobre todo. Seuil. el evolución. sacciones. ni a las orientaciones del gobierno Uribe.ación de los Estados del "primer mundo": la crisis del Welfare Slale va a la par los recursos de poder y no llega hasta la voluntad de fundar una nue­ muy a menudo. Cuando la economía comienza a separarse de la cultura y de de individualización.Cuatro observaciones previas sobre el tema del conflicto ción de un espacio público cosmopolita y de un derecho universal. Ver~'\). las diferencias y de los derechos específicos que le están ligados. conducen menos a la La primera es que durante mucho tiempo el término "guerra" ha eclosión de una sociedad civil que a la de una sociedad mas bien "in­ sido poco utilizado para referirse al conflicto y. en el plano internacional. la guerra entre guerrillas y fuer­ zas opuestas parecería no ser más que un fenómeno entre otros. Esto no marcada entre los Estados y las sociedades. para aquellos que no habían tenido éxito en fundar su ría clausewitziana constata el fin de una noción históricamente situa­ soberanía y su autoridad. la pérdida entrada. zación igualmente ha propiciado por todas partes un cambio de las Uno de los efectos de esta situación puede ser. daba la sensación de que la 15 En su libro Rejlutiuns 0/1 Vio/ent'( (Londres. se expresa en ciertos adelantos en la construc­ 2. Esto es válido. gunos coronados parcialmente de éxito. en caso de ple consecuencia y menos aún la simple reproducción de esta frag­ conflicto internacional. la representación. sobre el trasfondo de una mezcla de proporción reducida de las víctimas. Pero es válido aún más para los otros Estados y. de contenido de la idea de comunidad política. los re­ ría correr el riesgo de extenderme demasiado. capacidad de conformar las sociedades. Es necesario por consiguiente ir un poco más lejos. se trata de "guerras civiles" en el sentido cia de los fenómenos urbanos que parecen ampliamente indepen­ de que hunden sus raíces en el fraccionamiento y en la heterogenei­ dientes de los demás aspectos. La globali­ lo político. el civil" '5 • Este es un terreno de elección para que exploten guerras in­ término "violencia" ha tenido una amplia difusión ya que parece dar ternas. en ciertos países la relaciones entre Estado y sociedad y sobre esta base hay que desci­ emergencia de una sociedad civil fundada sobre el reconocimiento de frar los conflictos actuales. al­ 14 Cfr. del retor­ es la pregunra que quisiera responder. No me vaya referir a los cambios que ha introducido el derrumbe institucional pone al desnudo la ausencia de cohesión de Plan Colombia. por el contrario. en estos Estados. de la caída en una guerra total. mentación: hay que tener en cuenta el papel de los grupos y de las La globalización actual se caracteriza por una disociación aun más organizaciones que consiguen poder por medio de la guerra. La globalización ha acentuado eviJentemente esta tes una fragilización o una puesta en cuestión del rol instituyente de caída. de inversiones pero también de regula­ la fuella pública no haya cometido numerosos abusos en connivencia ción social. se definen con tores a hablar de guerra. que carencia de presencia estatal. son sorprendentes en muchos sentidos. según el cual Colombia estaria desde hace cuarenta conflicto cambien de afiliación cuando un actor armado se apodera de años en una situación de "guerra ci vil". la en cuestión. cada vez más. el objetivos a los sindicalistas. La distinción entre periferias y centros sigue siendo. gracias al rcconocimiento del pluralis­ 1990. Estas constataciones no significan. Las guerrillas han ya que. Los paramilitares siguen tomando como tares encuentran ahora entre ciertos sectores populares. a los militantes de izquierda.lli7:lr "mnli:lTl1"n­ . La "guerra de movimientos". algunas veces. paramilitares se benefician actualmente del respaldo de numerosos fundamental. legales o ilegales. cuando las FARC logran una serie de éxitos militares odios.Daniel Pécau Crónica de cuatro décadas de política colombiana El termino "guerra" solo comienza a imponerse verdaderamente rencia cada vez menos.. por sus bases de reclutamiento. Lo~ protagonis­ ser incapaz de controlar. rnmh:nientes de los dos campos se dife. La expansión continua de la') zonas de los partidos políticos o por la corrupCión. conviene subrayar que las instituciones no han pone su dominio. pero son reelaboradas en función del dominio de los actores Alvaro Uribe llevaron. lcgitimidad y de una eficacia que. La guerra cierta­ sean grandes narcotraficantes los que se encuentran la mayor parte mente hace sentir su presencia en las ciudades a través de la amena­ dcl tiempo a la cabeza de estas organizaciones complica la situación za. regiones. las masacres. Pero el fracaso del nuevo proceso de paz socialización. logrado controlar provisionalmente ciertos barrios populares en las no dejan de scr lIDOS "recién llegados" que no hacen parte de las an­ ciudades. a los defen­ rprlnt"". en una menor medida. religioso o identitario. la vida política. Algunos ya no dudan en asumir el relato his­ relación a estos actores. ocasionalmente. cuando existen. Sobre este aspecto volveremos más ade­ poder. La guerra es para numero­ ba a punto de pasar de la estrategia de "guerra de guerrillas" a la de sos adolescentes el único mercado de trabajo fácilmente accesible. Tanto o más que con convicciones o antiguos a partir de 1995. las adhesiones tienen mucho que ver con las circunstancias. No es raro que los habitantes de zonas de tórico de las fARC. el conflicto siguc instalado fundanlentalrnente en de las crisis y han estado marcadas por la pérdida de credibilidad en las periferias del territorio. practican la extorsión y los secuestros y. tiguas élites. la memoria o las experiencias juegan sin lugar a dudas lanzado por Andrés Pastrana y la política de mano dura impulsada por un rol. conocido procesos de hundimiento. que ha pro­ cir a un antagonismo étnico. la que llevaron a algunos comcntaristas a sostener que este grupo esta­ coacción y las gratificaciones esperadas. La adopción de un poblaciones hacia el sur y el este del país y han logrado implantarse nueva Constitución en 1991 ha contribuido a ampliar. comparadas con las de los países Desde 1969 las guerrillas han acompañado el desplazamiento de las vecinos. pues. En tencialmente. a un número creciente de sec­ armados. si bien no han estado al margen En cuarto lugar.' h~n Inl"r:ldn npI11r. la contraofensiva de Jos paramilitares parte de Urabá. siguen disponicndo de una colonización caracteriza la historia colombiana desde el siglo XIX. durante los últimos decenios. Esta es la razón por la cual la guerra nunca ha logrado propietarios rurales e incluso urbanos. los asesinatos y. el hecho de que generalizarse en el conjunto de la escena nacional. Es cicrto que la "violencia" y la dramática degra­ tores han contribuido a la implmtación dc los actores armados ilega­ dación de las condicioncs de vida de la mayoría de la población que les en estas zonas: la precariedad de las condiciones sociales de las se ha producido desde 1995 han limitado el alcance de esta moderni­ poblaciones. sin cmbargo. evidentemente. Además. No se puede ignorar tampoco el apoyo que los paramili­ hacen atentados terroristas. que deja a las poblaciones a merced de las redes locales de con los grupos paramilitares. de recursos económicos esen­ En tercer lugar. el níquel o el carbón. Los armado.jpntn c:nri"l r1r ]Oj. zación. al menos po­ igualmente en todas las zonas del norte y del Magdalena Medio. tas del contlieto se diferencian. sin duda. posiciones detentadas hasta un momento antes por su adversario e im­ En segundo lugar. los adelantos de la descentralización o la afirmación de 1998 se extiende por un gran número de zonas de frontera. ni es tampoco facil ducido un flujo dc migrantes que el Estado ha demostrado de nuevo hacerlo corresponder con una oposición "de clase". y desde mo cultural. incluso cuando llegan a ser dueños de millones de hectáreas. el descubrimiento y la explotación en estas lante. Las identidades colectivas. pero el funcionamiento institucional se ha mantenido incluso expuestas a la destrucción de sus posesiones por los secrores que dis­ en momentos en que la autoridad propia dcl jefe del ejecutivo se puso ponen de capitales y empujadas por tal motivo cada vez más lejos. desprovistas muy a menudo de títulos de propiedad. Tres fac­ nuevos derechos. hay que recordar que el conflicto no se deja redu­ ciales para el país como el petróleo. por el tipo de apoyo que Todas estas situaciones han favorecido la difusión del conflicto reciben y. Sores cie Ins dererhns hl1m:1nnj. sobre la base del proyecto de romper bru­ cialización común o. les régimen. de una convergencia más o menos talmente con las antiguas estructuras. ' . ción" de tipo mafioso se imponen caJa vez más. fundadas oficialmente en I.~~jones y a tratar de recuperar el control de regiones + 1 Es claro que el .{ . . siguiendo a Paul Collier. Para sostener sus operaciones militares las FARC. hablar de un cierto • colombiano es de aque os que cam lan ere manera permant:nte. los desplazamientos forzados -se estima en más de Un segundo estrato c rresponde a los esquemas revolucionarios dos millones el número de desplazados-. Multiplicidad de los estratos históricos. La radicalización política de las guerrillas va a la par con la crea­ gonistas ilegales gracias al control de los cultivos de droga y de una ción de estrategias propiamente milirarcs destinadas a derribar el parte ele las redes de exportación.:onflicto colombiano es mucho más antig'uo que enter~Así como las~"nucváS guéá'as". pues. en el sentido de que poco afectan el funcio­ propios de las nuevas guerras. pero.ra". Durante esta fase los considerar ciertos rasgos muy precisos del conflicto colombiano. de las manera creciente. hay que volver a sobre los poderes locales y el poder territorial. como se manifiesta en la toma del Palacio de Justicia en 19 85. al' la opinión de los habitantes. los asesina­ tos. Los componentes de "nueva guerra" en el conflicto éS de la terminación de la Violencia. que se presenta como de envergadura ción" se ha convertielo en un fin en sí misma y ha reemplazado los nacional. o de la teología de la liberación. Se trata. dejan de ser grupos locales.. las guerrillas creadas anteriormente habían adoptado por su cuenta ¿Habría que concluir. pero que privileg'ia al mismo tiempo ciertos pa. han retomado el control de numerosos gue~. las amenazas. de forma más limitada. Si en ciertos casos aún se mantienen las condiciones de una so­ sectores del campesinado. colombiano 6 19 4. Como guerrilla I p antada en zonas de colonización. las FARC son totalmente peri­ Es cierto que muchos de los rasgos del conflicto colombiano se parecen a los que señalan los autores mencionados al principio como féricas en ese entonces. igualmente. manifiesto en su interes por definirse propios modos de org:mización colectiva es algo que poco les preocu­ como "minorías activas". . constituyen un ingrediente que surgen en América atina inmediatamente después de la revolu­ permanente de las estrategias desplegadas por los actores armados ción cubana. que la "depreda­ una estrategia más ofensiva. miento de los modelos ideológicos venidos del exterior. en gran medida. los que se consÍl.1 9 Y del EPL no impide que la guerra se amplíe de ~. Bien sea que se reclamen del gucvarismo. pero ello no impide que cierros rasgos in.us. paramilitares.lt:ran gcneralmeme en el marco de la noción de "nueva rstán ligadas a la globalización.Daniel Pécaut Crónica de cuatro décadas de política colomhi:lOü te la influencia de la guerrilla. y el ELN. mejor aún. sobre todo.nifestación de esta ten­ permiten privilegiar las estrategias militares sin tener que preocuparse dencia. comienzan a coordinar s.50mo otros c~f1iCjQiLnter os com rende estratos de diversas épocas. como lo sugiere Mary Kald~. Si bien el M-I9 es la más clara ma. siguiendo a Martin Van Crcveld. al men~n f~se reclen~EI conflict su concepción de la seguridad. el conflicto colombiano entra también.. terror han dejado de afectar sobre todo a las regiones rurales. ~:tercer estra~emite a la fase de los conflictos centroamerica­ Los abundantes recursos económicos de que disponen los prota­ nos. que la guerra la consolidación del ELN Ydel EPL constituyen el resultado. La multiplicación de los frentes que llevan a cabo tas FARC y objetivos políticos o.en grandes ciudades como Medellín y han impuesto Cl 1: an estar presentes. tienen en activo de la población: tomar en cuenta sus demandas y respetar sus común un extremo voluntarismo. configuraciones sociales y de los registros de acción. +t ) fo e de autodefensa y de reivindicación de una parte del campesin:Jdo ¡~ 3. las FARC constituyen su expresión por excelencia. anterior a los años sesenta remite' . la coerción y la creación de formas de "protec­ concebida de acuerdo con los cliversos esquemas marxistas. del maoísmo par:! apoderarse de los territorios ocupados por el otro campo. nivel de urbanización del conflicto. ya no tiene otro fin que su propia prolongación? Esó sería aceptar una Un último estrato corresponde al final de la Guerra Fría y al agota­ visión excesivamente simple de las cosas. pero no por ello los combates y el ''-. Se puede. las extorsiones y los secuestros. Un plimer estrato. las colombi ' constitui­ Los actores armados ilegales dependen cada vez menos del apoyo das a mediados de los años sesenta como el ELN y el EPL. La desmovi­ lización del M.dica~r eg¿¡ barrios populares. se ven obligados a poner el acento en la acumulación de recursos económicos y a hacer presión Si se quieren evitar simplificaciones extremas. de un conflicto namiento del régimen y sus reivindicaciones son de natw-aleza ref~ que se desarrolla por civiles interpuestos: las masacres. en nombre Je unamodernidau estable de intereses. por su parte.ª_d~JQ~ t~fic~ papel. El tiempo ades "informales". paramilitares y las autoridades locales. independientemen­ adversario es definido al mismo tiempo en estos dos registr('s. las medidas de apertura económica se acompa­ dirigentes. Las transacciones co­ tación del modelo de desarrollo vía sustitución de importaciones. que pesar de los límites que tiene en el caso colombiano. como es el caso de la formación de actOres sociales. droga supone muchas veces intercambios entre narcotraficantes.. La lucha armada retranscribe El "duelo". carias que se habian logrado establecer tienden a ser puestas de nue­ La referencia a "estratos" no tiene sentido solamente cuando se vo en cuestión. Esta organización guerrillera se encuentra Cono Sur o a las de América Central. sin embargo..dominach1-pGF-Ia-p rrilla o a los paramilitares constituye una manera de inscribirse. el régimen político se endurece como se cambios ideológicos. los paramilitares extienden sus acciones sobre embargo.'U dc cuatro déClld. sin ese mismo momento. como los sindicatos y las asociaci los acuerdos implícitos con los elegidos en las localidades. a trama. los cuales. la urbanización y la revolución educativa hacen sentir trata de hacer mención de los cambios en los acontecimientos o de los sus efectos. han manifestado siempre mucha desconfiaIlZ<l urbanos como rurales. te de que tengan asiento en las estructuras jerárquicas. los secuestros espectaculares. rresponden a menudo a la búsqueda de modus vivendi locales. Para designar este anclaje.s . Muchos de sus A partir de 1995.PQt sus rc¡. Sostener que la lucha armada "retranscribe" en cada momento las constituyen ahora las opciones estratégicas. gue­ En los años sesenta y setenta la urbanización acelerada y la implan­ rrillas. El tiem::­ AyaJa. culación con otra faz de l~ globalizació~a sa~r. pueblos. las destrucciones de zonas rurales. esa forma de la "guerra pura" según Oausewitz. La lucha armada corresponde a un desplazamientos masivos y..J. van a la par con revisten por sí mismos modalidades muy diversas. los paramilitares ransformaciones que ocurren en el seno de la sociedad no nos puede se han vuelto dueños del tiempo discontinuo de las masacres y de los llevar a confundir los dos planos. los desplazamientos de población o los atentados terroristas. ­ 4. ~ (' a partir de ese momento. I "presentismo" te orineo también ha IOb'Tado im­ una gran parte del territorio. han ocurrido en el seno de la sociedad. en esta categoría. sigue marcado por los restos de la escatología ceso de diferenciación y de individualización de las clases medias. pero imprimiendo al mismo tiempo una orientación radical a 1\ ~y-l"3:t:orropci9n. habla­ toma la forma de las atrocidades.e oralidades y de sensibilidades diferentes. Este estrato pue­ Desde mediados de los años setenta las regulaciones sociales pre­ de ser también calificado como "posmoderno". que aquí a su manera estas transformaciones. vo­ 'lógica de os acontecimientos: tanto o más que las acciones propia­ luntariamente o no.a colectivas pero asegurándose de mantener su independencia relativa. En revolucionta Y.QSiciónd. ya que el siones colectivas siguen estando muy presentes. te a una situación que asimilan a una dictadura comparable a las del opuesto al tiempo urbano. en las únicas redes asociativas que existen en las mente militares. en este sentido. como lo testimonia la expansión de las activi­ con respecto al mundo urbano y a los que provienen de él. '-. virtie~on el terror en método de guerra. A fortiori. de la agudización de las inequidades y de un pro­ del ELN.. se han convertido en los proyecto específico de naturaleza militar. tanto densación metonímica.1M'. njn. sino también cuando se quiere subrayar la yux­ puede constatar con el Estatuto de Seguridad promulgado por Turbay . pero no puede ser separada sucesores de los pájaros de los años cincuenta.:terroristas serIa un indicati\'o de la misma tendencia. Las guerrillas asumen en ese momento la protesta política fren­ po de las FARC sigue sien o en gran medida un tlempo campeslOo lento. algunas de las cuales pueden ser indu­ Las guerrillas contribuían a perpetuar en ese momento las alianzas cidas por motivos económicos: la buena marcha de la economía de l. sisto sobre este aspecto salvo para subrayar que dicho duelo se lasta 1960 se mantiene todavía un contexto en el que las adhe­ manifiesta a la vez en el plano militar yen el plano político. sumergida todavía en el mundo de la colonización.le pulitiCl wlumbillnll . En los últimos años. 53 2 .2 Estas transformaciones son inseparables de los cambios que traducen finalmente en combinaciones en los repertorios de acción. en las formas El duelo coexiste.:l (' )~~. No in­ remos de configuraciones sociales. es uno de estos repertorios. por intermedio de su artl­ nes campesinas. comenzando por Manuel Marulanda Vélez que es su con­ ñan de la desarticulación de gran parte de los sectores populares.3 La superposición de estratos y de configuraciones sociales se 4. «(transacciones" de todo tipo. ha llegado a estar... Las guerrillas se esfuerzan entonces por asumir su l}. En esta última fase la afiliación a la gue­ primir su marca. pero sobre todo.. con una lógica permanente de de poder social tradicional o en las redes de dependencia clientelista.agos religiosos. cuyas atrocidades con­ de dichas configuraciones sociales. El recurso cada vez más frecuente a métodos sus accIOnes. sino hls circUnstandas. ni el alma. f ~ sociales. todo ocurre como si de un momento a otro pudiera ser posi­ ha ido haciendo más complejo debido al surgimiento de otros actores ble descifrar la guerra como una simple relación de competencia por que recurren a la fuerza. La lista se po ría internos. precisamente.e ~ narcotraficantes.~ente. en el contexto colombial.lhor. el juicio sobre la situación. Transacciones y riesgos son como de sus responsables que se traduce. la referencia a lo político pasa te: 25 alcaldes han sido asesinados de .1 ¿Se podría afirmar que.--­ reforzamiento o de debilitamiento de la acción".ias en el espacio público. 534 535 . más por elcuidado de defender :... que la diversidad de los estratos:­ "pacros" con los actores armados. de enfrentarse al guerrillas encuentran allí la posibilidad de hacer reconocer y de dis­ ~o y. más aún. pues. estamos frente a un conflicto en el 4ue las "fricciones" importan más que las "batallasll . Una institución como la Igle­ dominación oligárquica". La guerra compromete a todos los actores presentes.~gim~n~2.. este cara a cara entre el régimen y las guerrillas se manera. . refuerza su autoridad presentándose en muchas ocasiones confieren las elecciones y. alas Fue¡záSA~~y a la Policía. De !tl gllerre. indisociables... las compleridade~ defdge.medicí'~tápensando en conflictos entre Esiaaos~ transacciones son las que se presentan cuando se trata de conseguir Sin embargo. Tal ~o_'!.¡u_s intereses que por un proyecto Para volver a las categorías clausewitzianas.ucesión de "procesos de paz ll . la primacía de lo político tiene para él una diversidad el derecho al retorno de las personas desplazadas.ses.hordinada a lo político. Guerra y política de cuentas... en otras ocasiones las transacciones están relacionadas con ya no está su. 59: "Se puede comprender sin pena que el resul­ dan el cursode los acontecímientos.. la guerra cripción. El régimen..CfiQ. como ocurre. las guerrillas expresan claramente su "carác­ sia católica.2[Eafta.uttaduce en la tantes de la sociedad civil local.ntede la guerra. reclama la legitimidad que le día a día. do~. lejos de un escenario clásico de confrontación. cuales terminan por engendrar una forma de regulación parainsti­ Cuando este tipo de concepción es reconoóda por amplios sectores tucional sometida a los azares de los acontecimientos. < . zaciones de la sociedad civil intervienen en el mismo sentido. el régimen colombiano. ni las pasiones 10rqUé coman­ 16 efr. los en la construcción de una división en términos "amigo-enemigo". La puesta en cuestión de la legitimidad del régimen es a menudo Hemos mencionado la <. el pago de rescates de las personas secuestradas o las que buscan el el grado de influencia sobre las masas TÓ • En el caso de los conflictos aval de los grupos armados para una candidatura. las to y políticamente no representativo. Al proclamar de for­ cuales la negociación deja de estar a la orden del día son costosos en ma reiterada su intención de "tomarse el poder" y "derrocar una términos políticos para los dos bandos. -La transacción. Muchas organi­ recho. . No son el entendiñttCríto. -~ _ -. incluso cuando sus prácticas van en contra. Ni el régimen una primera etapa en la imposición de una concepción de esta natu­ ni las guerriUas pueden evitar fácilmente tener que tomar posición en raleza. así durante mucho tiempo hayan permanecido calla­ 4. que en la repartición del poder. implicada por lo demás en muchas microtransacciones del ter político". por su parte. Los períodos durante los tizan el mantenimiento de su funcionamiento...I. sometidos eventualmente a la rati­ 1I1slocac¡ón de los puntoscre referencia políticos? Esta sería una con-­ ficación de los habitantes para conservar un cierto clima de paz que ~\lWla.1Q. a cambio de retenciones sobre las inversiones o de actos de rendición 5.llas ~~~n ~_n. Existen también de connotaciones: el objetivo político de las hostilidades y "el plan de transacciones individuales: las que se desarrollan todos los días para guerra" considerado como su expresión. que garan­ cutir sus exigenc:.. conocida su posición de represen­ de las configuraciones y de los r!perrorios de '!. o vla'ñ1err-­ diferente.¡. De esta Sin embargo.I. tratan de garantizar una cierta tranquilidad en su circuns­ 5.. Las gue:ti. su naturaleza de Estado de de­ como la llamada a garantizar la labor de mediación.­ permita al mismo tiempo cierto desarrollo. Del lado de los "rebeldes".4 Estamos. estamos frente a un conflicto eminentemente politico.dé"fine por l~·ge"n. Algunas ONG se encuen­ r "\ Cuando Clausewitz qíce que la guerra es la continuación de la tran implicadas con frecuencia en este tipo de arreglos. rratan. pág.. soore todo. en la estructuración del conflicto este horizonte. la referencia a lo político tiene una génesis completamente alar~stastrañsaccionesno están desproviStas e nesgo. diversos m~~njugado un enorme papel en la desestabiliza­ ción del Estado.injus­ refuerza a través de él su legitimidad nacional e internacional. 1051ñi:"e­ tado será completamente diferente si las masas representan factores de r.. Otro tipo de política por otrQs. inmediatamente después. pues.:001 a 2003 y mas de 250 solo en primer lugar por la "denuncia" tanto de una situación intolerable han podido ejercer su función desde lejos. ~I\rmadas.. era evidente­ miÍ1iares. al validar incluso la colusión de elementos de las Fuerzas salttrel'h-etholie quéIas co'ñflictOscontemporm€ o sño pre~ntnnma Armadas con estos grupos a pesar de las operaciones episódicas diri­ -rrntdad estable.~amp?s..Q:vtl.como ias"baódas tores citados líneas arriba. al control territorial. ya este respecto las presiones de los res.lb asís~!!J!1c.lI·lIHl político. El campo de los derechos huma­ bien los protagonistas presentan objetivos estratégicos de conjunto. Desde hace algún tiempo.W. Kal~ ". Si mete. P9r . I . consiste en que comportan otras dimensiones que oscu­ -Esta polarización se expresa en principio en la acusación que se recen a menudo los elementos en juego y conducen a su fragmentación hacen entre sí el Estado y las guerrillas con respecto a los derechos en el espacio..~.. . no han obrado como rror. a que el conflicto se "societalice".. coqaJQ.. no nos parece evidente que -uroanas. algunas veces corrompidas.{"el intermediario a través del cual que pasan principalmente por el control de los corredores de comu­ la polarización política accede ampliamente al espacio público nacio­ nicación o de los polos de producción económica. incluso" con.~ cada uno con sus particularidades y sus puntos litigiosos propios.. por su parte. cuestión por su rechazo a aplicar et D~ y.1JneJO¡. Como las guerrillas.. militares y políticos locales."" ""-'IVUII.vo mente política. rectamente.. ciertamente. al desplazamiento de las poblaciones.subraya_M. en muchos sentidos.protagoÍ1istas'se mantiene de hedlO una 5.-~_ . el Estado se presta siempre a ser acusado de res­ go" de la que se reclaman: '•. Esta situación se modifica en la década de los novent~.. el de las guerrillas y el de sus adversa­ guerras civiles contemporáneas.con el coñ­ respectivas de las guerrillas y de los paramilitares ha tenido también sentimiento e.as. de un bando al otro. ponsable... En una institUl:ión cuya intervención se hace en nombre de una concep­ esta guerra.. Se podría poner en cuestión la afirmación que presen­ humanos fundamentales.se convierte de esta manera e. La globalización también entra en juego por esta yuxtaponen al mismo tiempo una infinidad de conflictos cercanos en vía. objetivos políticos claros y ción colombiana. La modificación reciente de las zonas de implantación Cías FuerzasArmadas en clcombat~ contTa_l:tsg~~rUlas...2 Vimos cómo dichos autores subrayaban que lo específico de las polarización en dos. Sin embargo.-­incapaces hasta-a1mr-a-..suan. no. que solo se vinculan de lejos con esos objetivos estratégicos.. el .. dicañ sobretodo ainstaurar su dominio sob~e los territorios y sus ha­ a aquel que de las guerras civiles contemporáneas presentan los au­ bitantes. oscilando más bien. la guerrillas son puestas en se desarrolla en teatros locales ampliamente separados unos de otros. me papel. los combates propiamente dichos solo ocupan un lugar ción estratégica y de una pretensión creíble de reconquistar el mono. orientada contra militantes do se convierten en la columna vertebral de las oqpnizaciones para­ de la izquierda y militantes de los derechos humanos..mre' sÓ~'precisam~o. según la cual los protagonistas de estas los derechos humanos directamente imputables a la fuerza publica han guerras ya no tendrían ninguna "ideología" -en las guerras anterio­ disminuido mucho. Otros actores que recurren a la fue-rza. contribuyen por su parte a la expansión del campo del conflic­ el término de "guerra civil" sea el adecuado para describir la situa­ to sin tener. en el sen­ Las [o'uerzas Armadas. la icieología no tuvo siempre un papel decisivo y no faltan prota­ Estados Unidos en el marco del "Plan Colombia" han jugado un enor­ gonistas en los conflictos contemporáneos que expresen ideologías-. A la inversa. Las luchas de las guerri­ puesto reducido. según los momentos. .:. confron­ llas y de los paramilitares se desarrollan apelando al recurso del te­ tadas con diversos adversarios al mismo tiempo. lo esencial se encuentra en otra parte: los protago­ sada en los años odienta por una mezc~scura de narcotraficantes. -~. es decír.aE an:plia~~'....Sin embargo. tido de que se manifieste en franjas cada vez más considerables de la ~e imppncr su 12[esencia en todo el tcrrilo!ig~ Dotadas de un presu­ sociedad. más próximos a o político que a lo militar. . El conflicto se desarrolla en lo ese '. 'nó'logran imponer fa visión"Ca-mlgo-enernT­ gidas a combatirlos. en el conflicto se nal O internacional.las gue top'.!as atro_~jd. paramilitares. polio dcla violencia. ! secundario. las o~~iCiOñ'es paramllirate'5 se (fe:­ El cuadro del conflicto colombiano se parece. incluso cuando conservan una dimen­ rios. A ~ ~ . Pero al dejar libre el campo a las organizaciones paramili­ pero se podría interpretar esta constatación como ~ tares. burocratizadas.esq. La "guerra sucia" impul­ .... }-#V"". han sido.. de las La fragmentación espacial del conflicto colombiano es innegable. por lo demás.. atrocidades que cometen.. nistas ilegales no han logrado conferir a las justificaciones que pre­ 53 6 q7 .. . odios..p..... A p'csar ~diversid~dI.it~. por acción o por omisión como dicen los juristas. al menos en las regiones rurales.. deseos de ven­ (expansión de las organizacIOnes paramilitares contribuye di­ ganza.. las violaciones de tan estos mismos autores... como ocurre muy a menudo.. ión politica. los cuales intervienen antiguos antagonismos.-.¡~o en muchos casos d7Ia~as una dimensión política. o. cuando lo hacen.udenci. " ~ ~ " " 53 8 53 ..' ---- cer de qu~ const.COn f¡Qí:ue~ia con la economía de la droga... Esta es la razón por la cual el término de "guerra civil" no gobierno en otros campos.dos. .. .soliJaridad.Japc..a Q los temores de los -encuestados. en guerra civil de un conflicto prolongado y con múl­ ~.Ti'<fatos Rápidos fenómenos de movilidad ascendente o descendente se han """ Ir' a las elecciones presidenciales que se reclaman dc'estasenslhJIíOácíli:lh --Presentado? re1acionad9.-_ •.i..1.. .. L~!ruerr!lIas solo disponen la ­oe el régimen ha preservado sie pre su carácter civilista.._-­ l'" ~ .... 17 l..~ .. ran un proyecto político capaz de provocar una amplia adhesióñ. Hemos hecho referencia ante­ poco y.21n nes a lQs.urgÍnliento cilmente pueden ser consideradas como una dimensión estática.2I'i'lió... da no siempre se encuentra en ruptura con los habituales juegos y re­ ·I!'..QfdinanamenreOiVffio. pero conviene resaltar también la I"'~ Ir . oe un partido correspondiente. Si Un primer factor remit@a n~ura1cza dei-)-~ljA:)esde1958 . ¡l este propósito L...peJ:D esta no ha dado lugar hasta el momento aT.le~bie. " i . ... o tres. En diversas ocasio~es! lo~ cañc.echo.es. -------_.politica¡ su pre­ mencionadas anteriormente. . 1991. ~.t"' . ---. tando desde hace algún tiempo expresa nuevas modalidades de parti­ La evoI~jón reciente indica. se han acentuado de nuevo desde 1995. Las desigualdades sociales. Sin ~bargo. conde~ados a instaTáiSC'enla'S"afueras el de la extrema derecha es objeto de una especie de censura en la opi­ de las ciudades.l1Al11.azo..Es-r. E udi~ra realizarse abiertamente.n.. a pesar de sus componentes políticos.ED comparación con los Qclíses vecinos. medfr.~"1 r' damos fe a las encu~~a~ d!.Q). . -oG sentan para apoyar sus acciones el carácter de cuadros de referencia inédiro y está fuera de duda que la polarización política en el país se 1 de validez general. so durante el proceso de paz con Pastrana.m.. ~'~ solo se benefician del apoyo de una ínfima minoría de la población.... inclu­ riormente al surginliento constante de nuevas periferias poco inte­ L"' r' ...s hu.. por sus par.. -.. ha buscado en las elecciones una manera de .atentados ai.. Las guerrillas hablan vez simbólica y concreta de la nación.~ j los paramilitareS'l:iaya....:J da adherir.Ja im¡m:.!!C~~'y' delas~iolacio-': cuestas de Opi~l Ilevadqs a c.eñ las mecJ:¡das recIentes· de JescenüafJi'acTón Ia~form.e..r.-_.--. . . nos parece adecuado. cipación y de. . trátado de probar suerte pero solo han obtenido rotundos fr~~a'SOs. sus discursos tienen un eco limitado. De 1".nJ~ciudad.~ cien~ d~ l~obla~~ pro~a§l:q~ tos espacios políticos.. el mundo urbano se ha modernizado ampüamente. la lucha arma­ ~ mencíones a la "toma del poder" o ~'Ia formación a~ .. \ La politiC:l de "mano firme" del presidente Uribe ha recibido un apoyo Se podrían citar aún muchos otros factores que han entrabado la \ ·'1 metamorfosL.n segundo factor tiene que ver con la fragilidad de la unidad a la las declaraciones de los protagonistas ilegales.' '.ab9 ~.d~.frente ª estás ~ñ= dejos eermanentes. nión~ Ocurre como si la traduccióñ del conflicto al planopoTIfiCOñO • a baja sostenida de las tasas de homicidios que se ha venido presen­ " ..un 1l rn!ifión CIée '.~ió~e ~e tuvie­ inlportancia de los mecanismos institucionales que coexisten con los .. a los cuales una gran parte de la población se pue­ ha acentuado... .. Desde estos dos puntos de vista. la prude.. ha dejado aQier­ sirripatía-~·cfo!. .d~.. como lo prueban las resistencias a la gestión del mismas. ~..:.l!:s~o que e'¡ 7dYo de la población les otorga yan su pretensión de ser considerado como una democracia a pesar V sI! c-oñfiáñZa. sin duda.. de hecho. Varios factores parecen haber entrabado. mismas encuestas de opinión.liaén­ " '11 pos una má's ampfia aceraélon declarada o tácita..'{tru.. -uefá a1ltiencia d. ya escancra: ¡-:~ ~ s'encia ciertamente revela la existencia.fr.. justifiration. París.·A pesar ~~ 'el le"/tguajnte la extrema iiC¡uierda arruada acusa un ampLo rea..adP 4. Si ~ el mmenso sector informales e... un cambio en este punto. . Boltanski y L. Les tiples ramificaciones. écOllOmit:s de la grandeur. Si creemos en las c~rad.. Gallimard.. noJograr:. Sin embargo. ' .Piaz.QlÍJ}iQ•. ~­ U n tercer factor se refier~ las transformaciones de la sociedad .(sLe...""'. Thévenot.lás mecanismos formales.1Ogrado conqui§1ir dUUWte estos últímos t1~m­ so"5fener tilla cultura pOÜ1:tcar6fj:ícla desde la independ~n7:ia.!l. ya que n~ ~.~u c1.. únicamente las Fuerw rmadas go réCfiJéll.la brecha con los administrados: todos estos elementos apO-nt <ie-mr-verdader~í!poYo .. la difusión de Esto no se debe solamente al hecho de que los protagonistas ilegales una visión "amigo-enemigo" en el conlunto de la sociedad.Más significativa es la poca resonancia que tienen las proclamas o . . .anos.eXten. Lejos de dar lugar a "una evolución hacia justificaciones Armadas. ~ . u"' .Llidad de extrema losas desde antes.. el régime~ no s(: ha quedado atrás..ituyaI) 'y'erda~eramente una fuerza. de J~J. _ .chazo.ciÚ~impon. Estado" sólo producían escepticismo o re.de unasensib.. tribuna públic~las f~Rc:.didQ.oRdar.... ver allí una adhesión al autoritarismo sería de alcance más general"'7 dichas justificaciones se han borrado pro­ prematuro: el apoyo no equivale de manera alguna a la entrega de un gresivamente como si las acciones dispersas fueran suficientes por sí cheque en blanco. pero difí­ ~L1I de~cha. cuando disponían de una gradas al resto del territorio. no han logrado'COmen­ laciones de poder... Los B:lLamilitares. como liende a mostrarlo la popularidad de las Fuerzas -. si es que lo tienen. Las relaciones de fuerza invaden sectores enteros de la el le systeme. Los objetivos do en las redes locales y en las relaciones interpersonales. Seuil. por el contrario. como si no se tratara. no conduce a la obtención de una legitimi­ \ dad política. el y de los repertorios de acción privilegiados. ro Et"i:kseñcarit. No hago más que resumir de esta manera los rudimentos de la les es una clara manifestación de esta realidad. Centro Editorial Javeriano. la desintegración de los inf1. los adversarios se refuerzan unos a otros por el hecho de que el conflicto se encuentra cada vez mas "despolitizado".tis de la fO. Sin duda.id:tos ~ue e. dada inarios. perdiendo son siempre múltiples y se redefinen en función de las circunstancias de esta manera gran parte de su coherencia.el libro clásico dc M. De manera paralela.os bandos'8.a~~ con~tituyen las "acciones r~í- . las FARC-EP: eTlfre fa orgrlnizacicín uchas ¡avenes no encuentren otra saltda ttente a su slLuaClon de .. el debilitamiento de los referentes políticos y soci:l­ de interacción.er0ca~'.Ellf~C~~'\ Gracieb Uribe Ramón.!ID. ni de la situación de que maneje las cuentas del trafico enel Caquetá puede tener mas I guerra que padece. podía ser definida solamente a partir de los objetivos de los adversa­ La acumulación de recursos de poder por parte de un protagonista permite ciertamente un dominio relativo de las interacciones con los rios sino a tr:.prop~n~~.llencia que muchos miembros del Estado m~rorry lo mismo puede ocurrir en el caso Je un narcotraficante local vis a m's de Carlos Cas­ partidos tradicionales y su sustitución por microempresas electora­ taño. de "Sonia" según los informes de prensa. también es cierto que es muy dificil ha­ biar de una división "amigo-enemigo" de conjunto. impredecible de muchas de las trayectorias individuales. el importante libro de Juan Guillermo Ferro Medina y ciones a ~~~ c~nd. utili¿ar en su provecho las certidumbres inherentes a cualquier tipo No obstante. Se ha podido comprobar que. que no necesaria­ mente tiene que ver c(Jn el funcionamiento COl1creto. Es posible que utilizan métodos similares.2. Fricdberg.\ole refiero-ai ca.~o. La novedad de los conHlctos comempor:meos estaria en qu~ demás protagonistas. L'acte jido social. hasta el punto de vaciarlos de su conteni~Según Van Creveld. En el caso colombiano. 6. como el conflicto colombiano. El ordm de la gucrm. porque remite cias logren imponer su dominio sobre la población no implica que esta también a la lucha a muerte. ¿En qué medida esto cs válido para el en su desarrollo cotidiano los referentes políticos ya no tengan la mis­ conflicto colombiano? ma importancia que antes. produciendo fenómenos de desarticulación y formas pre­ 540 54. Crozier y E. los habitantes no siempre apoyan en las elco-_ 1 ~ En mi opinión. A pesar de todo. cuando un conflicto se última se identifique con su discurso político. 6.ütico c"OñtrioiiJe a que el conflicto J 9 . . sociedad. al simple terror. las interacciones extiende por tantos años y se desarrolla en función de una pluralida prosaicas de registros. sería absurdo afirmar de manera tajante que Kaldor. las interacciones terminan por tomar la delantera sob~_ob~~!vo.1 .1 Los objetivos políticos proclamados por los protagonistas de esta división conoce un proceso de diseminación. y la po/ítiCll (Bogota. París.Imlento(fe' p-. Los actores ilegales no sociología de las organizaciones'o. Según M. 2002) sigue demasiado aferra­ miseria que la de vincularse a uno u otro de los grupos armados tam­ do a la idea ue poner el énfasis en el esquema organizacionai formal de las FARC poco significa la existencia de una dimensión clasista. la pérdida de credibilidad de lo político se perci­ be en todas partes. cuando cada actor se limita a reaccionar a lC1S'iñ<WTmientos del adversario. Sin embargo. ante todo. Los organigramas ya no nos dicen mucho del funcio­ les no hace sino reflejar un fenómeno mas amplio dc desencantamiento namiento efectivo de los c. un conflicto armado es son inmunes a esta tendencia. ue una imagen para afuera. Más que los ejércitos or­ conflicto ya no se deja descifrar como un antagonismo de clase.s) peor aún.!. se refracta a menu­ este conflicto no dicen gran cosa sobre sus estrategias.tos ~ct?res. la 'guerm-pue~r puramente interactiva. Poner de Luchan por incrementar los recursos de poder que pueden asegurarles relieve el "prosaísmo" creciente del conflicto es una manera de su­ una capacidad de acción n' 1V0r a la de sus adversarios y les permiten brayar esta situación. pero cuando este dominio apela a la coerción y. Más allá de los objetivos políticos.poreíe~llplo. 1977. Una conl:indante de las FARC\ de lo político que no es exclusivo de Colombia. se vuelva cada vez más "socictal" en el sentido de que atraviesa el te­ 20 Cf. las lógicas organizaciona­ CJausewitz fue el primero en subrayar que la guerra clásica no les complejas adquieren necesariamente mucha importancia. los proLagonistas ilegales son organizaciones que deben te­ la composición heterogénea de todos los bandos así como el carácter ner en cuenta una multiplicidad de racionalidades y de intereses. El hecho de que en ciertas circunstan­ algo más que simples interacciones organizacionales. aún en zonas bajo control Je uno u otro de los actores ilegales. 6. estos objetivos se van constantemente redefiniendo en función de las sobre todo cuando el mencionado autor la utiliza para referirse a to­ interacciones entre los múltiples actores y las múltiples escenas.itadas. en las cuales se rechazó el referenda propuesto por el gobierno desde b campaña presidencia! y se eligie­ 21 efr.N. por nos no están decididos a entregar un cheque en blanco al poder. que está tomando forma en ciertas quiera que sea. principal partido de oposi­ de ver. una teoría fun­ dada sobre la visión clásica de la soberanía de los Estados. una. elegido Al­ las democracias modernas. sino más bien a buscar las vías de una política de lo onas del país y que reivindica su derecho de ciudadanía. Valencia. más allá de las relaciones de fuerza. Su pertinencia se relaciona sobre todo con el hecho de poner en duda la teoría c!ausewitziana de la guerra. no sólo por la pérdida dd referendo. como una for­ nistas. se ha vuelto tambi¿n el funJamcntu de de gobierno. lo político es uno de los muchos recursos de poder nable. El caso más notable rue el de Luis Edu:miü Garzón. Si es así. pero la gue­ de lo político.1 T \ . Conclusión Nuestro punto de partida fue la discusión de la noción de "nue­ vas guerras" que no nos parece tan válida cuando pone el énfasis en el hecho de que la población civil se ha convertido en blanco de los combatientes. Hemos subrayado la yuxtaposición de temporal. Estas elecciones significaron un dW'o revés para traducción española: Homo saul: El poda soberano J' la !luda . tal como se presentó en que resultaron elegidos varios candidatos que no hacían parte de la coalición los campos de concenu'ación alemanes.Daniel Pécaut Crónjca dc cuatro décadas de polírica colombiana Clan. del E.Homo Sacer. no deja de ser sugestiva Creemos también que el dilema entre el carácter "político" o "no en los casos de violencia abierta. a aludir al dominio sobre los cuerpos. Pero también hemos sos­ tenido la tesis de que es necesario mantener siempre la idea de la racionalidad de los protagonistas del conflicto. las relaciones de poder sujeto capaz de ejercer una autonomía. ya que se deriva de una multiplicidad de racionalidades lirn. rra no hace sino acentuarla. Seuil. Sin embargo. muchos colombia­ lado una sociedad "incivil" inmersa en unas relaciones de fuerza. de allí no se puede sacar la La degradación del contlicto y el desencantamiento de lo político conclusión de que la guerra ya no tiene ningún componente político. es probable que en Colombia se hubiera produ­ tico que no caben dentro da la antigua visión del carácter instituvente cido de todas formas el desencantamiento de la política.ida. ya que queremos distanciamos de los enfoques 22 Se refiere ¡1 las elecciones de octubre de 2003.idades y de regis­ tros que caracteriza el contlicto colombiano. posible. [Hay ron alcaldes y gobernadores. racionalidad que no es unificada. No se trata de ne­ despojado de su calidad de ciudadano o incluso de su condición de gar la degradación del conflicto. Si bien tal conceptualización es discutible. le pouvoir souvuain et lu vie /l1It!. a pesar de dad. ("inn (N rl. hemos insistido en la complejidad de las ló­ gicas organizacionales. sino también por el hecho de Textos. Giorgio Agamben se refiere al concepto de que ponen el énfasis sobre los "objetivos" declarados de los protago­ mpolítica" p. habría que saludar los resultados del referenda y de Como hemos visto. a mi manera caldc de Bogotá en nombre del Polo Dcmocr:ítico. No obstante. ción. Es posible que estemos asistiendo a una nueva dicotomía: por un su apoyo a la política de "seguridad democrática". a través de las cuales se desarrolla apuntan a expresiones de lo polí­ Con o sin guerra.] Al afirmar que la biopolítica. cual­ otro lado lIna "sociedad civil". Pre­ el gobierno.. para destacar la necesidad de tener en cuenta la manera como n er el poder. París. das las sociedades modernas democráticas". 1998 . la guerra no afecta por igual a toda la socie­ las elecciones de octubre pasado" ya que demuestran que. 1977. han contribuido a que la guerra colombiana se haya vuelto intermi­ por el contrario. Para concluir. el análisis pierde mucho de su alcance. cuando el individuo se encuentra político" del conflicto colombiano no es relevante. Es posible que la solución signifique la repolitización de la situa­ que manejan los protagonistas armados..
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