Los trabajos arqueológicos realizados en la costa norte, principalmente en el área de Lambayeque, son muy escasos, razón por la cual solo se conocía las referencias que dieron los Cronistas; Francisco de Jerez (1537), Cieza de León (1547), Miguel Cabello de Balboa (1586) en su obra "Miscelánea Antártica", el Cura de Morrope y Pacora, Modesto Ruviñoz y Andrade. La tradición contenida en estos documentos constituye el objeto principal de la tradición Lambayecana. Posteriormente estos aportes dieron lugar a que los investigadores tomen interés sobre el desarrollo cultural de Lambayeque. Los primeros en tratar el tema fueron: Tello (1937) quien realizó una somera visita para inspeccionar e inventariar las huacas y artefactos funerarios de oro saqueados en Pampa Grande, anteriormente Brunning (1917-1922), el primer erudito que hizo un estudio conciente y sistemático de la historia cultural de está región, registrando en su monografía las impresiones de los sitios más importantes que él visitara y fotografiara, en su breve estancia. Kroeber (1930) su labor fue limitada, visitó únicamente el Purgatorio, Chotuna y Etén. Los primeros estudios de campo propiamente hechos se deben a Wendell C. Bennett, quien por los meses de Abril y Mayo de 1939 estuvo en la zona Lambayecana e hizo algunas excavaciones en 81 tumbas y visitó otros 15 lugares sin excavar, llegó a la conclusión de que aquella parafernalia funeraria pertenecía a una época transicional, más tardía. Richard Shaedel (1951-1966), es uno de los primeros en realizar un estudio en gran escala con bosquejos de mapas, para dicha disponiendo de fotografías áreas, actualizaron y recopilaron las principales categorías de restos arqueológicos tales como canales, campos de cultivo, pirámides y lugares habitacionales. Kosok (1965) reportó y trazó mapas de 250 sitios en los valles de Motupe, La Leche y Lambayeque, su investigación se basó en la interpretación del desarrollo socio-económico, político y la irrigación a gran escala de los Lambayeque. Su base económica estuvo ligada a la construcción de grandes complejos hidráulicos, obras que en su mayoría requirió de un gran despliegue de fuerza de trabajo. Construídas con la finalidad de llevar agua hacia los campos de cultivo ubicados en las laderas del río como el de La Leche y otros. En la década de los 70, Lambayeque empieza a recibir la debida atención y se desarrolla el Programa de excavación a gran escala (1971-1976) en Pampa Grande, que ofreció un amplio entendimiento de la vida urbana prehistórica del lugar. Ya en 1978 se desarrolla el Proyecto Arqueológico "Batán Grande-La Leche", que al presente es conocido como Proyecto Arqueológico "Sicán," que fue dirigido por Izumi Shimada, proporcionando nuevos datos para un mejor entendimiento sobre la cultura en estudio. Las antiguas culturas pre-hispánicas del área andina, mantienen un sin número de relatos y leyendas que muestran los posibles orígenes de estos pueblos, la leyenda de Naylamp, descrita por Cabello de Balboa, narra la llegada mítica de un gran personaje acompañado de un gran séquito, que se asentó cerca al río Iaquisllampa donde construyó el templo Chot. Naylamp tuvo un hijo del cual tuvo 12 descendientes que luego le sucedieron 8 gobernantes más hasta que fueron conquistados por los Incas. En los últimos trabajos científicos desarrollados en la zona, se estima que los orígenes de la cultura Lambayeque se encuentra a finales del Horizonte Medio o etapa en la cual colapsa la cultura Moche y las tradiciones sincréticas y fusión estilística del dominio de Cajamarca Medio en la Costa Norte, debido a la intrusión de un nuevo concepto social, ideológico y estilístico denominado Wari. Con el decaimiento de la influencia Wari en el norte se produce el surgimiento de pequeños reinos y culturas regionales que se refleja en una nueva concepción ideológica social y económica como se refleja en la cultura Lambayeque o Sicán. Los diferentes restos materiales encontrados han sido atribuidos por muchos años, a la Cultura Chimú. De tal modo que esta región fue "Chimuizado" por Tello en 1929, Kroeber en 1939; denomina a la cerámica clásica como "North Chimú" y "Chimú Cursivo. Fue Rafael Larco Hoyle el primero en usar clara y categóricamente la frase "Cultura Lambayeque" (1948), en su "Cronología Arqueológica del Norte del Perú", puntualizando a la vez los elementos diagnósticos que en su criterio distinguían y aislaban con nombre propio la cerámica clásica de la región aludida. Basado en los motivos escultóricos y asas puentes, la divinidad antropomorfa de ojos alados, y la atribuye cierta anexión al estilo Cajamarca, posteriormente lo ubica dentro y como consecuencia del Tiahuanaco expansivo en la Costa. Para Izumi Shimada el nombre que debe llevar este conjunto de elementos culturales, es la de Sicán, debido a un antiguo documento (Archivo general de los Indios, Sevilla/Justicia 418); menciona que en el año 1536 ésta área fué denominada como "Sicani o Cani". En la encomienda confiada a F. Pizarro que este entregó a Lobo en 1536, menciona que el área principal fué denominado como "Sicán". Shimada (1985) caracteriza cronológicamente a esta cerámica en 3 períodos: El Sicán Antiguo (750 -900) caracterizado por la fuerte influencia de estilos foráneos como Cajamarca Medio y Wari/Pachacamac. Constituye una fase de transición entre el fin del Moche o el surgimiento de Sicán. El Sicán Medio (900 - 1,100) época que decae Wari, la cerámica de este período con el símbolo del señor Sicán, se ha encontrado desde Ancón y Pachacamac hasta la Isla de la Plata cerca a Guayaquil. El Sicán Tardío (1,100 - 1,375) la cerámica presenta un bruñido perfecto, negro oscuro y negro manchado. En 1963; sostenía Lothrop es una publicación en 1964 y Engel en 1965, expresiones de ambos estilos se debía a que en la mayoría de la cerámica de Lambayeque es negra como la Chimú y a falta de estudios importantes sobre el valle de Lambayeque. (La zona fue conquistada y anexada a la cultura Chimú). Los rasgos más saltantes es la producción metalúrgica a gran escala de todo tipo de objetos de metal, su empleo fue masivo incluso llegándose a cubrir completamente la cerámica y cámaras funerarias con laminas de tumbaga (aleación de cobre, plata y oro), entre ellos destaca elementos elaborados en base a cobre arsenical (bronce). Respecto al poder económico estuvo basado en una alta productividad agrícola y aún amplio control del sistema de irrigación artificial, A la vez tenían control en una amplia red de intercambio de objetos provenientes de diversas partes de América del sur. Su organización ideológica estaba bien definida y tenían como deidad principal presente en sus representaciones materiales así como los rasgos de aves que mantienen estos. Shimada menciona de acuerdo a sus investigadores principalmente los referidos a la arquitectura monumental son: Construcciones de grandes pirámides truncas, combinadas con plataformas generalmente en forma de "T", un modelo en es el caso de Huaca del Loro. La construcción en esta arquitectura monumental usando cámaras de adobe relleno con residuos sueltos, troncos de algarrobo y grandes losetas cocidas, en donde estas últimas deben haberse empleado como refuerzo estructural de las cámaras. El uso de grandes pilares distribuidos en cuadradas cajas de adobe para el subsuelo, como ejemplo tenemos a Huaca El Corte en donde halló 48 columnas cuadradas pintadas y alineadas en 12 filas de 4 columnas cada una, las bases de estas columnas estaban dispuestas en forma cuadrada, y colocadas en cajas de adobe con piedras y/o ripio rellenos de arena, posiblemente esta área no pudo cumplir funciones de vivienda; pero si empleada como escenarios de exposición de sus ritos públicos. Una importante tradición en la arquitectura monumental del Sicán- Medio, fue el uso de adobes intencionalmente marcados, estas marcas geométricas que fueron hechos con los dedos antes de que el adobe tomara consistencia. El 90% del total de adobes del mismo tamaño, color, textura y forma con diferentes marcas se repetían en adobes de diferentes tamaños, formas color y textura. Se admite que los adobes marcados eran fabricados por diversas adoberas, (bajo contrato) y para diferentes patrocinadores, y los adobes sin marcas fabricados para cumplir una labor de impuesto para el estado. Los adobes marcados fueron colocados en las construcciones por diferentes grupos de obreros (no pertenecientes a los productores de adobes) quienes usaron diversos adobes marcados que en un principio apilaron en forma desordenada. Los recintos de las élites mostraban detalles de varios cuartos interconectados, se supone que incluía residencias de las élites y algunos talleres artesanales. Un ejemplo de la decoración mural que presenta un diseño de 6.70 m. de largo por 1.02 m. de alto, donde 6 personajes llevan un alto y suntuoso tocador sobre una corona de contornos escalonados, resaltando en las mascaras el ojo alado. Los colores utilizados correspondían al rojo oscuro, blanco, anaranjado ocre, rosado, marrón de decoración mural, pero con relieves policromos, son los recientemente hallados en Túcume. Los estudios sobre cerámica no han podido hasta la fecha aún establecer una secuencia aceptable, sólo se limitaba especialmente a su fase media. Las características más resaltantes que destacan a esta cerámica es el color negro; de cuerpo esférico que descansa sobre una base de pedestal; de pico cónico, en el se desplaza la cabeza de un personaje con ojos alados (Naylamp), estilizada; en el sector occidental de la cabeza de Naylamp nace un asa conectada al cuerpo del recipiente. Frecuentemente este personaje es acompañado por dos sujetos secundarios, estirados y recostados boca abajo como adorándole, esta forma de cerámica es conocida. Zevallos (1971) propone a la cerámica como una creación de patrones propios del poblador de este valle, diferenciándolo de otras cultural regionales, y que deriva de la cultura mochica por el realismo. Para la cerámica utilitaria Walter Alva los distingue por su singular técnica del paleteado con variados motivos impresos en especifica distribución territorial. Cultura Warí Por los años 700 dc. existió en Ayacucho un pueblo conocido como Huarpa que desarrollo contactos económicos con Nazca, esto origino un gran aumento de la producción artesanal que engrandeció las ciudades con sus especialistas, en este mismo tiempo debieron establecerse algún tipo de relaciones con los Tiahuanaco de quienes tomaron sus prestigios dioses y sus conocimientos tecnológicos, conformándose así la cultura Wari, teniendo como capital la ciudad de Wari, allí vivieron los gobernantes, los administradores, los artesanos y los sirvientes. Su extensión fue de 400 hectáreas y una población aproximada de 50 mil residentes. La superpoblación de la ciudad, el abandono del campo y quizás una sequía origino la carencia de productos alimenticios que por un corto tiempo debió solucionarse mediante el intercambio de artesanías por productos agrícolas hasta que fue insuficiente y optaron por la conquista por medio de la guerra, ósea por la explotación de las colonias conquistadas, esto debió ocurrir entre los años 800 dc. al 1200 dc.; llegando a constituir su imperio que abarco desde Cajamarca y Lambayeque hasta Sicuani y el norte de Arequipa. Los tributos se hicieron posible al mantenimiento de las grandes ciudades fundadas como colonias y crearon al mismo tiempo un intercambio de productos e ideas similares a lo largo y ancho de los andes centrales. Las ciudades debieron seguir creciendo y su mantenimiento dependiendo de los tributos de otros pueblos, este crecimiento les permitió independizarse y conformar Reinos y Señoríos. Así se inicia la descomposición del imperio Wari. Aún no esta claro si la influencia Wari, en gran parte del actual territorio peruano se logro con la conquista por medio de la guerra o con una influencia pacífica. La falta de estudios que profundicen mas sobre el fenómeno wari aun es latente tal es así que aun hay mucho por verificar la facilidad con que se desplazo su influencia quedando mucho por plantar estudios comprobatorios que verifiquen estas si bien es cierto que el establecimiento de una cronología detallada para la alfarería de la primera mitad del horizonte Medio en distintas áreas del Perú ha hecho posible algunas inferencias preliminares sobre lo que pudo haber sucedido en este complejo período. La evidencia es, sin embargo, aún fragmentaria y es obvio que nueva información nos obligará necesariamente a cambios drásticos en la reconstrucción. Pero un resumen de las implicaciones aparentes de lo que ahora conocemos, puede al menos llamar la atención a importantes problemas que claman por estas investigaciones. ultura Salinar Publicado por Jaime Briceno | 2010/07/11 | 0 Principales Culturas Costa Norte CULTURA SALINAR La cultura Salinar fue descrita por primera vez por Larco (1944), quien basado en la parafernalia de tumbas procedentes de las cercanías de la jurisdicción de Pampas de Jagüey. Dentro de su propia terminología, la definió para el final de la época “Evolutiva”, indicando, superposiciones estatrigráficas de una clara secuencia Cupisnique, Salinar Moche. Al referirse a esta conformación social Larco manifiesta: “La Cultura Salinar que me cupo descubrir en el valle de Chicama muy cerca de los cementerios de la cultura Cupisnique. Pronto encontramos superposición de tumbas Salinar sobre Cupisnique y Mochica sobre Salinar, estableciendo la secuencia cronológica de estas culturas” (Larco 1996 : 85). El autor atribuye la identificación basado en el aspecto estilístico que presenta la cerámica Salinar, teniendo en cuenta también los factores de enterramiento; observó una reducción a los intereses cultistas y un mayor incentivo por el arte, cronológicamente se le asigna en el siglo V al II antes de Cristo. (Idem.) La carencia de estudios sobre la sociedad Salinar en el valle Chicama, exigen un entendimiento global de su manifestación cultural y material y a partir de ésta, su cultura espiritual, siendo necesario explicar su organización social a partir de la evidencia arquitectónicas en otros valles. Desde épocas tempranas ya observamos un manejo del espacio, adecuándolo para el control social, así lo afirman las evidencias que antecedieron a los Salinar en esta parte del valle. Cerro Orifico el cual muestra parte de este proceso anterior conocido como Cupisnique en la cual ya hay una centralización política religiosa; la presencia de una plataformas escalonada de arquitectura abierta y el aglutinamiento de viviendas Cerámica Salinar alrededor de este, nos estarían indicando la integración bajo un ceremonialismo y una fuerte tendencia política de organización de una clase social reguladora y conductora de la producción. Russell y Leonard (1992) reportan en el reconocimiento arqueológico para la parte baja del Chicama; cambios en la cerámica y en el patrón de asentamientos humanos sitios como Sausal, Cerro Piedra Molino. Las ocupaciones se ubican en la sección alta de las cimas y pendientes empinadas notando que en la parte baja para el Cerro Lescano, Cerro Facalá, Cruz La Botija y Mocollope; es notable también la escasez de cerámica de los tipos tempranos Puerto Moorín / Salinar en esta sección del área estudiada. En nuestro afán de comparar más sitios del Formativo Superior nos dieron referencias del sitio el Higuerón en la parte baja del Chicama y las primeras estribaciones andinas, verificamos la existencia de la ocupación Salinar, asociada a estructuras cuadrangulares en la cima de las lomas; identificándose un fragmento en superficie de origen serrana. También presenta fragmentaria de bordes de ollas de cuello corto. En lugar, probablemente tenga mucha significación por hallarse pictografías en abrigos rocosos. Con respecto a la cerámica Salinar, en este periodo existe una cierta homogeinidad estilística en un amplio espacio geográfico que muchos arqueólogos empiezan a enunciar la existencia de un horizonte al que conocemos como “Blanco sobre rojo”. Dicho concepto establece una correlación correcta con los grupos tradicionales regionales como, el estilo Salinar, el estilo Puerto Moorín, estilo Vicus Blanco sobre rojo (Piura), Patazca (Casma), Huaraz blanco sobre rojo (Ancash), San Blas (Huanuco), Baño de Boza (Costa central). Tam (1986: 44). “La cerámica Salinar, presenta otros problemas de índole territorial, en diferentes puntos andinos hasta ahora desconocidos e insospechables, ya que esta cerámica Blanco sobre Rojo no tiene prácticamente un lugar de origen, en esta tradición se presenta y manifiesta con sus mismas características en diferentes regiones del Perú sobre todo en la costa Norte, central, Sur. Debemos tomar en cuenta lo siguiente: “La decoración que da el nombre al estilo, Blanco sobre Rojo, permite establecer relaciones con varias regiones del Perú, pero principalmente con los Huaráz y Patazca en Ancash, con los de Garbanzal en Tumbes, de los Baños de Boza y Cerro Trinidad de la Costa Central entre las más próximas, las mismas que, en algún momento, según arqueólogos como Willey (1948), constituyeron un “Horizonte Estilístico”, toda vez que se presentan coetáneas y con una extensa trama de relaciones interregionales. Como no hay un antecedente de la técnica decorativa usada por los Salinar dentro del área de su localización, hay que investigar fuera de su territorio. En tal sentido, existen referencias en el Norte andino, con una antigüedad mayor y secuencia organizada coherentemente. Dada la semejanza existente entre Salinar y los estilos de desarrollo regional del Ecuador, habría que incrementar más los estudios de relaciones, pero no solamente en la costa, sino también hacia el interior, toda vez que hay evidencias de cerámica Blanco sobre Rojo en Huancabamba, Jaén y Bagua, otra ruta de penetración y de relaciones entre el litoral y valles interandinos”(Mattos, 1980:381). Para un mejor entendimiento del proceso Social Salinar, se ha considerado buscar una explicación de su organización y modo de vida a partir de las evidencias presentes u de los resultados de estudios en otros valles. VALLE DE MOCHE De las investigaciones realizadas por Moseley y Mackey, en la década de los 70. Sus prospecciones en el Valle de Moche, permitió registrar un importante complejo arquitectónico, ubicado en Cerro Arena. Las investigaciones iniciales para este lugar, fueron emprendidas por Mujica, quien estableció los límites y excavó más de 20 estructuras en Cerro Arena confirmo la existencia de una densa población. Aunque no encontró evidencias que el sitio mantuvo un efectivo control político sobre todo el valle; no por ello resta su importancia con relación con otros lugares mas pequeños establecidos en el valle Moche (Mujica 1975). La complejidad y diversidad de la arquitectura recuperadas por Mujica animaron a Moseley a dar orden para realizar investigaciones mucho más extensas durante los años de 1974; trabajos que fueron desarrollados por Brennan. En las investigaciones de Brennan (1978-1980) proporcionaron la existencia de alrededor de 2,000 estructuras construidas en piedra en un área de 2 km. 2 ,las mismas que presentaban una variedad de clases de arquitectura, tanto residencial y no residencial; diferentemente distribuidas en base a la actividad desplegada y al grupo de arquitectura especializada asociadas con el control corporativo, ubicadas en un área estratégicas de zona de ruta de comunicación entre la costa y la sierra. Brennan (1980) categorizó la arquitectura en ambientes tipos estructuras empleando un criterio formal y funcional. Dividió en 5 variantes y 3 tipos (Brennan 1978 :307). La arquitectura se presentaba diferenciada en cuanto a dimensiones, calidad, organización interna y materiales asociados; estas diferencias indicaron la presencia de arquitectura residencial y no residencial (sectores de habitación, centros ceremoniales, centros administrativos, etc.) que se distribuían basándose en la actividad realizada. Se la categorizó en 5 variantes de recintos : Variante A: Grandes cuartos residenciales, de planta rectangular, con muros de piedra muy bien construidos y acabados, enlucidos con arcilla fina, los recintos habitacionales en cantidades moderadas evidencian una función residencial. Variante B: Éstos son cuartos pequeños, no rectangulares, y a menudo crudamente construidos y acabados, presentan coberturas de material orgánico. Los recintos presentan piedras de molienda, con improntas en el suelo que sirvieron para ubicar los depósitos, banquetas con rellenos de tierra, y cantidades de cerámicas, comida, y otros desechos domésticos que atestan su uso residencial. Variante C: Pequeños cuartos de planta rectangular de fino acabado, de probable función “administrativa”. Variante D: Recintos grandes, de planta rectangular, bien construidos; sin embargo no presentan un buen acabado. Sirvieron para una variedad de funciones especializadas; como cocinas y otros como habitaciones, quizás para las familias de bajo estatus. Variante E: Cuartos pequeños se registran solos o aglutinados como estructuras separadas. Están cuidadosamente edificados y varían de pequeños a medianos, de planta rectangular. Ellos normalmente no contienen evidencia alguna de uso residencial, y sus funciones son inciertas. A todo ello Brennan (1982) sugiere, el alto rango en el tamaño y calidad de la evidencia arquitectónica, particularmente las estructuras residenciales, indican una amplia gama de compleja diversidad en los niveles sociales entre su población. Similarmente, el diverso pero bien definido y especializado carácter de los varios tipos arquitectónicos de los sitios de elite, sugiere una especialización altamente desarrollada de actividades políticas y económicas. Examinar la magnitud de la centralización y especialización más allá de la evidente filiación Salinar de Cerro Arena, obliga a prestar más atención a lo que se conoce del carácter y distribución de los asentamientos de la fase Salinar en otras partes del Valle de Moche y en los valles vecinos. y 3 tipos principales de componentes de estructuras arquitectónicas (I, II y III) : El tipo I son los más elaborados, están conformados por una variedad de complejos arquitectónicos donde se desarrollaron actividades domésticas residenciales y no residenciales; todos los complejos presentan un área residencial central que se conforma de dos o tres cuartos juntos y un grupo de cuartos no residenciales y plazas alineadas de diversas formas. Todo el complejo posee invariablemente una sola entrada localizada a una buena distancia del componente no doméstico y proveyendo un fácil control de acceso. El tipo II se utilizó como viviendas para la población, posee formas simples, ovaladas y muy escasamente contiene habitaciones no residenciales. (Bawden:) “… en base a la forma y el acceso al movimiento y almacenaje de valiosos bienes pudieron muy bien estar asociados con las variantes de las estructuras [tipo I] de la variedad A…” (Brennan 1980:12-13) El tipo III El sitio cubre aproximadamente 2.5 Km. de una cima inmediata, y la llanura intermedia. Contiene un mínimo de 200 estructuras de piedra. Esto es notable por su gran diversidad en tamaño, calidad de construcción, acabado, y distribución interna, que van de una estructura simple, a estructuras de veinte o más cuartos. El tamaño junto con lo predominante del sitio por su carácter residencial, hacen de Cerro Arena, por lo menos parcialmente, el núcleo residencial más temprano del valle de Moche y probablemente de la costa Norte (Brennan 1982:248) En los últimos años S. Bourget y algunos estudiantes de practicas finales de la Escuela de Arqueología de la Universidad Nacional de Trujillo efectuaron excavaciones en el flanco Norte y el sector central de Cerro Blanco, un promontorio rocoso, ubicado a escasos 3 km. de Cerro Arena. Bourget (etal. al 1994), reporta un conjunto de estructuras de mampostería de piedra, de planta rectangular y muestras de enlucido con arcilla fina, según el autor estas evidencias están en relación con las del tipo I de la clasificación de Brennan, de los restos de una cubierta incinerada que recubría una estructura principal, y de un fogón ubicado en la parte interior de un recinto del sector Norte, se obtuvieron muestras que arrojaron las siguientes fechas de 2130 B.P y 2270 B.P, datos confirmados por la ubicación cronológica y relacionada al desarrollo del la cultura Salinar. VALLE DE VIRU Por los años de 1933, Larco localizó los primeros cementerios Salinar al Este del Puerto de Guañape en el valle de Virú. En este mismo valle, Willey en 1953 determinó la más fuerte concentración de sitios Salinar (Fase Puerto Moorín) llamado así por Strong y Evans. Willey (1953 sostuvo que la mayor concentración de sitios Salinar (Puerto Moorín) Estaban asentados cerca de Huacapongo, un valle estrecho en la que localizo una población de alta densidad en un área relativamente pequeña sin descartar que hubo una considerable población en la parte baja del valle, las mismas que se encontraban esparcidas en una área mucho mayor. En cuanto a la categoría de sitios que presentaban características fortificadas, Willey supuso que eran sitios defensivos en la parte alta eran para repeler posibles ataques de las poblaciones de la sierra; los reductos con las mismas características presentes en una parte baja les permitía tener una protección a un segmento de la población. Razón que les indujo a sostener que no existió unidad política en el valle (Willey 1953: 92-100). West también estudio los sitios de la cultura Puerto Moorín (Salinar) (ca. 200 BC-100 A:D) y su ecología cultural (West 1971a, 1971b 1979, 1980; West y Whitaker 1979). Aunque West mantuvo el descubrimiento de 250 nuevas ocupaciones, éstas no fueron publicadas. West no podía redefinir el entendimiento de la fase que se mantenía evasiva. Fuera de los trabajos de West el único proyecto notable fue el de los Topic, basado en un reconocimiento de sitios fortificados en el valle (Lange Topic y Topic 1981, Lange Topic et. Al 1981; Topic y Lange Topic 1983, y Topic y Topic 1887). Su estudio revela que ningún sitio fortificado existió antes del periodo Puerto Moorín. Mujica, propone : la integración no fue homogénea para los valles de Chicama, Moche y Virú; presentarían diferencias significativas en sus patrones de establecimiento y en sus estilos cerámicos, los cuales podrían reflejar que se trata de tres grupos culturales distintos, pero interrelacionados (Mujica 1984 : 12). En los valles de Chicama , Moche y Virú, el estilo marcó una transición entre el Cupisnique y el advenimiento de la cultura Moche (Brennan 1988:148) después de esta época los estudios sobre el periodo Salinar son pocos numerosos y dan una visión muy localizada. Según Brennan, los sitios situados a lo largo de Virú se localizarían sobre un camino prehispánico permitiendo unir los valles de Virú y de Moche: “Finalmente, un examen de la distribución del Salinar conocido en el valle de Moche concerniente a ésos sabidos del valle -vecino – del Virú levanta la posibilidad de integración del multi-valle en, base económica, si no también política en esto temprana la fecha “(Brennan 1984:12). VALLE JEQUETEPEQUE Durante un programa de reconocimiento en el valle de Jequetepeque a fines de la temporada 1981 y comienzos de 1982, los arqueólogos Hecker (1992:67), descubren en forma casual un entierro en la zona desértica de la región de Tecapa, excavando un contexto funerario de un individuo adulto, en posición extendida, que intuye unos 15 cm. sobre la superficie natural, el cráneo estaba orientado hacia el sudoeste, y presentando como elementos ofrendatarios una vasija globular de base plana y golletes cilíndricos con asa puente, de superficie pulida y coloración rojo ladrillo, decorada con motivos incisos en forma de ángulos y pintadas con color crema. Hecker (1996:413-432), también reporta en esta región el hallazgo de abundante fragmentería Salinar, en su artículo presenta una variada muestra de cerámica, que evidencia diversas técnicas de elaboración y función, se observa cerámica de pasta y superficie fina con decoración incisa, botellas escultóricas y globulares, con motivos geométricos, y regiones punteadas, algunos presentan pintura blanca sobre la superficie roja, en otros casos con apéndices ornamentales de motivos zoomorfos. El Proyecto Poemape dirigido por el arqueólogo Carlos Elera (1997:194), reporta : La ocupación Salinar ocurre después de un fuerte evento ENSO, sustentado en la muestra orgánica con la presencia de bioindicadores como son moluscos de manglares, crustáceos y peces tropicales, diferenciándose de la muestra registrada para la ocupación anterior (Cupisnique); esta ocupación se distribuye en las casi 20 hectáreas del sitio con asentamientos domésticos y cementerios, siendo la ocupación cultural más predominante que habitó en Puémape. El mismo autor (Com. per. vía E-mail), en su trabajo de campo en relación a estructuras Salinar se adscriben más bien a casas construidas de material perecedero (esteras, caña brava, posible sauce, etc.). Generalmente tanto los restos alimenticios, tiestos, asociados así como el arreglo de grandes cántaros son comunes.” Otro rasgo importante es la superposición de estructuras domésticas sobre una capa de arena eólica que cubre gran parte del conjunto ceremonial Cupisnique y los cementerios aledaños, donde se aprecia una intrusión hasta intencional que afectó los contextos Cupisnique. Asimismo se debe considerar las técnicas constructivas utilizadas en la arquitectura de elite Salinar en Cerro Arena, también se evidencia en las estructuras Cupisnique tardío en sitios como Puémape y Morro Etén. Algunos rasgos de las técnicas decorativas en la cerámica como los motivos incididos, puntuados, en relieve, etc.; constituyen elementos culturales que evidencian a decir de Elera, una “Cupisniquización” de la cultura Salinar. Guañape Publicado por Jaime Briceno | 2010/07/11 | 0 Principales Culturas Costa Norte GUAÑAPE Guañape ubicado en el pequeño Valle de Virú, de la costa norte de Perú. Tiene su fase más temprana, la que se introduce en la cultura de los agricultores incipientes sin cambiarla, se caracteriza por una cerámica de color oscuro, rojo-marrón o negro, en su mayor parte es llana, sobre todo a la comienzo. Avanzado progresivamente el periodo aparecen algunas técnicas elementales de decoración, tales como la impresión de los dedos en tiras sobrepuestas en la superficie de las vasijas, la incisión de puntos o pequeñas rayas, también en tiras sobrepuestas en la superficie. Las formas se reducen escasamente a dos ollas, una con el borde engrosado, sin labio, convergente, y otra con un pequeño labio; las dos ollas son alargadas y de base redonda, casi cónica; no usan de asas, las que debieron estar reemplazadas por los labios de las ollas, ligeramente gruesos. La economía y los demás aspectos de Guañape Temprano indican que eran aún agricultores incipientes quienes hacían la cerámica, y ésta aparece en el valle de Chicama (en el yacimiento de Huaca Prieta), en forma tan sencilla, es tentador postular un proceso de invención independiente. El radiocarbono ha dado, para Guañape Temprano, una fecha alrededor del año 1250 a.C. 24, y eso significa que es ciertamente posterior a los grupos reconocidos en Ecuador y Panamá; sin embargo, al hacer su comparación de dichos conjuntos con Guañape, hay sólo algunas cosas muy generales en común, tales como la impresión con dedos o la mala cocción de las vasijas, pero, en cambio, es notable, en los norteños, un mayor dominio de la arcilla, con indicaciones de tecnología más desarrollada. Las evidencias de relación se ven afianzadas por el hecho coincidente de que todos los complejos señalados corresponden a grupos que aparentemente tenían una economía propia del Arcaico. Cultura Virú Publicado por Jaime Briceno | 2010/07/11 | 0 Principales Culturas Costa Norte CULTURA VIRU Son muy diversos los trabajos de investigación arqueológica realizados en el valle Chicama, relativamente escasos los referentes a definir las modalidad de las practicas mortuorias relacionado a la Cultura Virú. Quien inicio la investigación sobre este tema en el valle, básicamente fue realizada por Rafael Larco, y la denomino como cultura “Cultura Virú” a partir de los hallazgos que ejecuto en el Chicama y otros valles como el Santa, Chao, Virú y Moche (Larco 1944, 1945, 1948:22-27). Aunque unos años antes Kroeber (1925: 65) retomando lo señalado por Bennett en 1939, difunde el topónimo “Gallinazo” con el argumento de que esta es una manifestación muy particular dentro de las ocupaciones prehispánicas del valle de Virú y la denominación “Cultura Virú” bien podría resultar confusa. Por ello kroeber al referirse a “Gallinazo” dijo “Cuando el registro comparativo sea más adecuado no dudaría en usar un nombre propio” (citado por Barr 2000: 12). Las primeras referencias efectuadas por Larco, en 1933, quien descubrió en la Pampa de “Los Cocos”, cercana a las huacas del Sol y de la Luna, la primera tumba conteniendo vasos cuya característica principal era la pintura negativa. Precedentemente había sido clasificada como correspondiente a la cultura del Callejón de Huaylas. Consecutivamente con los hallazgos en cementerios del valle de Virú, se determinó dar nombre a la cultura por lo abundantes evidencias que cobijaban en este valle, por lo cual Larco, consideró que se encontraba el centro principal y más importante de cerámica negativa descubierta hasta hoy en el Perú. Larco, definió que estas tenían características propias que le daban unidad, permitiendo al arqueólogo diferenciarlos de las otras culturas. Se sumo a ello las particularidades observadas en la indumentaria, armas, arte orfebre y culto a los muertos, concluía de que se trataba de un agregado cultural. Reconocía que la cerámica era aparentemente distintas a la del valle Virú, esta última presentaba ornamentación negativa. También se ha extraído en otros lugares del país, encontrándose en tumbas de otras culturas, asociada a la cerámica propia de cada lugar. De ahí que considero que se trataba de una modalidad artística que se propago, y cuyo centro bien pudo ser este sector del norte del Perú. A ello Larco, agregó que era indudable que existía relación muy estrecha entre la cultura del Callejón de Huaylas y la cultura de Virú (Larco 1945:1). Larco, sostenía que la cultura Virú el cual fue llamado “Gallinazo” por Bennett (1939), es coetánea con Salinar y contribuye con elementos nuevos para el desarrollo de la cultura Mochica en la “época auge” (Larco 1948:22). Su cercanía espacial es reconocida por otros investigadores siendo bastante sugerente cronológicamente (Kaulicke 1992:878). En lo que respecta a la secuencia planteada por Bennett (1939), esta fue cuestionada por Fogel (1993) y Billman (1996), afirmando que no existe sustento estratigráfico dentro de la evolución arquitectónica sostenida por Bennett, quedando abierta la probabilidad de confusión en la lectura y control durante las excavaciones. Sustentan que la secuencia estilística del Proyecto Valle Virú, refleja valores de frecuencia de tipos, sin el debido sustento estratigráfico, por ello no existe seguridad respecto a la posición de tipos como elementos diagnósticos en la secuencia del estilo. Sin embargo varios autores han reconocido para este momento cronológico, como una etapa cultural que se extiende desde el valle de Rímac hasta Piura, mostrando una distribución bastante amplia y globalizante (Kaulicke, 1991; Makowsky, 1994; Shimada y Maguiña, 1994). Pasaremos analizar las investigaciones en cada valle: VALLE DE VIRÚ Los estudios arqueológicos en el valle de Virú, inicialmente permitieron conocer evidencias de cementerios en la parte baja y media del valle y en ambas márgenes del río Virú. Entre los sitios de la derecha se tiene a: Huancaquito, Huancaco, Cerro de Pina, Castillo de Huancaco, Huaca Larga, Saraque, Huacapongo; y para la margen izquierda, aguas arriba: Castillo de Tomabal, El Cerrito, San Idelfonso, Pampa de Pur Pur, Guañape y Huaca del Gallinazo (Larco 1945:3). Larco, en la necrópolis de Tomabal, encontró dos cráneos que mostraban sobre los arcos superciliares, motivos geométricos incisos enmarcados por dos líneas paralelas dobles. Respecto a la cerámica estableció que se distinguen por la superficie brillante, bruñida y de textura uniforme y estaban bien cocidos en hornos abiertos. Por lo general de color rojo, con cierta tendencia al rosado, contrastó un reducido porcentaje de ceramios negros, pardos, plomos y cremas (Larco 1945: 15). Con respecto a los sitios de enterramiento pertenecientes a este período cronológico en Virú, son aislados como intrusivos. Los aislados y en menor proporción se hallaron en depósitos aluviales; según Willey reporta los sitio V-131 y V-109; tumbas aparentemente fosas simples (Willey 1953: 114,176) elaboradas como recintos funerarios de piedra o sarcófagos de planta rectangular, algunos con recinto anexo para la colocación de ofrendas, mientras otros tienen cubiertas de lajas de piedra o petates de junco, que Larco encuentra asociados a entierros extendidos y ofrendas correspondientes a cerámicas Virú y Moche (Larco 1945). En lo que respecta a este tipo de modalidades mortuorias también podría considerarse los montículos funerarios o Burláis Mounds (Bennett 1939), los cuales han sido descritos como acumulaciones irregulares de diversa altura, cuya composición básica es barro compacto (Bennett 1939:56), y tierra de deshechos alcalinizados proveniente de los alrededores de los campos de cultivo (Collier 1955: 90). La investigación de Bennett (1939: 58), admite que la ubicación de los montículos con respecto a las estructuras arquitectónicas, se encuentran un poco distantes y contienen entierros de diversas Períodos Culturales los cuales cronológicamente van desde Puerto Moorín (Salinar), Gallinazo (Virú) y Huancaco (Moche), aunque sostiene que la mayor cantidad de inhumaciones correspondían a estilo “Gallinazo”, aclarando que estos aparecen como entierros directos, sin aparente preparación de tumbas, es decir en fosas simples de planta circular o alargada, los cuales contenían individuos que se encontraban en posición extendida o raramente flexionados. Sin embargo Bennett, no documenta estructuras en la mayoría de estos sitios. Por los hallazgos de carbón y algunos tiestos concluyó que se trataba de algún tipo de actividad doméstica en el lugar. Sin embargo la ambigüedad que presentaban la distribución de los entierros adyacentes a los montículo, lo llevaron a desconocer el significado de tal asociación entre los entierros y montículos, concluyendo que durante “Gallinazo” no existió arquitectura funeraria (Bennett, 1950: 108); opinión que trascendió a Strong y Evans, cuando ellos excavan posteriormente otras áreas y revisan el material de Bennett (Strong y Evans 1952:86). Las excavaciones del sitio denominado como “Grupo Gallinazo”, identificado como el V 163, se encontraba ubicado en dirección Sur, del eje mayor dicho sitio presentando dos de montículos, excavados por Bennett (1936), posteriormente por Strong y Evans (1952), exhumándose 42 entierros en fosas denominadas “simples”. La mayoría de individuos allí enterrados tuvieron una posición extendida, las variantes fueron dos entierros en posición flexionada. Cada uno de ellos mostraba ex profeso haber sido colocado para el viaje póstumo, a modo de ofrenda una placa o disco circular de cobre en la boca, se obtuvieron además 91 vasijas. Con respecto a la arquitectura, se reporta paredes elaboradas con adobes modelados esféricos aunque no observaron estructuras definidas (Bennett 1939:58-59, 1950:57). Otra excavación correlativa ejecutada en el sitio denominado como el V-164, fue un montículo en la que se reportó el hallazgo de 27 entierros, siendo el único lugar del cual Bennett, presenta dibujos de planta y perfil (Bennett 1950: 58). Los entierros excavados por Bennett, en los sitios V-252 y V-265-A del “Grupo Gallinazo” (Bennett 1950:60- 21) y (Collier 1955:59-60), documentan 20 entierros, la mayoría de individuos estuvieron extendidos con la cabeza al Sur, contenían ofrendas, mientras que los pocos entierros flexionados carecían de vasijas obteniéndose algunos fragmentos de textiles. En el V-265, hallaron dos entierros, se trataba de un infante con ofrendas de cobre, fragmentos de cristal y cuentas; y un adulto flexionado sentado, tenia deformación occipital, asociado a una pieza de cobre en la boca y un cuenco. El sitio (V-152 B), Bennett, muy cerca de la superficie encontró entierros saqueados, asociados a restos de textiles, aparentemente estuvieron contenidos en adobes alineados (Bennett 1950:42). VALLE DE MOCHE Las iniciales referencias efectuadas por Larco, se remontan a 1933, vinculado a Pampa de “Los Cocos”, cercana a las huacas del Sol y de la Luna, donde se desentierra la primera tumba conteniendo vasos cuya característica principal era la pintura negativa; así como también en Santo Dominguito (Larco 1945:3). En las investigaciones realizadas en el valle de Moche, se documentaron hallazgos en la Huaca del Sol y La Luna, exprofesamente en la explanada, John Topic (1977), en su tesis doctoral, demuestra un entierro extendido asociado a una vasija de la fase “Gallinazo”, al que correspondería a una ocupación temprana, poco densa y previa a la construcciones monumentales. La posición predominante de los entierros, es extendido, decúbito dorsal, aunque también se reportan algunos entierros flexionados para el valle. Los entierros “Gallinazo” que publican Donnan y Mackey en 1978, proceden de Huanchaco y de Cerro Blanco y corresponden a personajes femeninos extendidos (Donnan y Mackey 1978). En las investigaciones del Proyecto Valle Moche, se realizaron hallazgos en cerro Arena, en un cementerio “Gallinazo” cuyos cadáveres indicaban la presencia de metal en la boca, Michael Moseley (1993) los define como pertenecientes a áreas pequeñas de enterramiento conteniendo de 15 a 25 individuos depositados en fosas simples, que por su forma, asume que los individuos estuvieron en posición extendida. Parte del material óseo disperso en estas áreas presentan manchas verdosas en mandíbulas y extremidades superiores e inferiores, permite suponer que estuvieron en contacto con metal, posiblemente cobre (Moseley et.al. en: Fogel 1993: 205, 231). En su tesis Brian. Billman, documenta 11 cementerios; cuatro en el valle medio y siete en el valle bajo, reportando entierros tanto en sitios aislados o distantes como intrusivos. Los aislados perteneciendo a agrupaciones de entierros en fosas simples de matriz arenosa (Billman 1996:247). Según Billman (1996:245), establece que durante esta fase, largas áreas del valle de Moche fueron abandonadas por los grupos costeños, la población agrupada del valle medio inferior y la construcción de fuertes y fortificaciones se incrementaron. Muy pocas estructuras ceremoniales fueron construidas en la fase “Gallinazo”, solo dos centros ceremoniales han sido identificados: Huaca Estrella (MV-515) y Cerro Pesqueda (MV-558) Huaca Estrella está ubicada en el campo arado en el lado sur de el valle interior. El otro centro ceremonial pequeño (MV-558) ubicado en la cima del Cerro Pesqueda, tiene una plataforma de 50 por 5 por 4 m, construida por adobes marcados con caña, típicos a la fase “Gallinazo”. No ha sido identificado ocupación domestica de la fase Gallinazo en este sitio, como previamente expuesto, los montículos de adobes están presentes en Cerro Oreja y Pampa La Cruz (Billman 1996:246). Los reportes en Pampa La Cruz o “La Poza” (Barr 2000), Huanchaco donde el uso del sitio como lugar de enterramiento, parece corresponder a intrusiones en un área habitacional con abundantes restos domésticos, evidenciados durante las excavaciones. Allí, la población “Gallinazo” habría coexistido con la Salinar o fue una reocupación inmediata. Representada por entierros que datan para las fases tempranas de la época “Gallinazo”. En los hallazgos se reporta una tumba que contenía dos individuos, uno de sexo masculino y otro de sexo femenino, ambos en posición extendida. La posición de las cabezas orientadas hacia el Sur y ofrendas de vasijas de cerámica que fueron depositadas rotas. Se suma en el área la localización de 7 entierros asociados a fosas simples (Sánchez y Tinta, 1990). Los datos de estratificación social en la fase “Gallinazo” es limitada. El ejemplo de entierros Fase Gallinazo reportados en el valle de Moche es deficiente para evaluar las diferencias de estatus (Donnan y Mackey 1978). VALLE SANTA Los hallazgos de Larco en el valle del Santa, corresponden únicamente, a la margen Izquierda, aguas arriba, y cuyos cementerios han sido identificados en la hacienda Tanguche, huaca Corral, huaca Gallinazo de la hacienda Santa Clara, y Cerro Ramiro (Larco 1945: 3). En David Wilson (1988), encuentra que los primeros cementerios de la secuencia cultural del valle aparecen con la fases Temprana y Tardía de Gallinazo, definidas como Early y Late Suchimancillo. Los enterramientos se ubican en el valle alto y en la parte alta del valle medio. Determina la presencia de áreas de inhumación aisladas e intrusivas. Los cementerios aislados, son predominantes y están alejados de áreas de habitación o defensivos, emplazados sobre terrazas en la entrada de quebradas o, en extensas llanuras en el borde de los conos de deyección; mientras que, los intrusivos los encuentra en sitios con funciones primarias de habitación y defensa. Las tumbas documentadas en el valle son en fosas simples (en las que no menciona la posición de los individuos) y en cistas, pequeñas construcciones de piedra de planta pentagonal o hexagonal, de aproximadamente 0.50 m. de diámetro y de 0.50 a 0.70 m. de profundidad, que debieron contener entierros secundarios o cuerpos muy flexionados y atados. Son consideradas como influencia del área serrana adyacente el Callejón de Huaylas, durante Early y Late Suchimancillo (Wilson 1988: 162-170). Los reportes del Catastro Chavimochic realizados durante 1987 en el valle, señalan la presencia de dos tipos de cistas. La primera, denominada mausoleo, consta de una urna de piedra de forma cuadrangular, de aproximadamente 0.40 a 0.50 m de lado y profundidad variable, delimitada por un muro cuadrangular de unos 4 m de lado, ocupando la parte central y sellada por una laja de piedra. El otro tipo es una urna sobre un espacio plano (Uceda 1988:28). Debe indicarse, sin embargo, que la fragmentería predominante asociada a la superficie, corresponde al estilo Recuay y en menor proporción a Virú y Salinar (Marín 2000: 26). VALLE DE JEQUETEPEQUE Las excavaciones de Ubbelohde-Doering (1967 y 1983) en Pacatnamú, permiten identificar cerámica Gallinazo o Virú asociada a Moche III, este fenómeno lo explica como una intrusión Mochica a la población Gallinazo durante los años 450 d.C. sumándose a esto, evidencias de fragmentería de cerámica Gallinazo y construcciones en la región de Tecapa y Jatanca. Las investigaciones en Huaca Dos Cabezas por Castillo y Donnan (1994), reportan fragmentos de cerámica Gallinazo la cual sugiere que la ocupación incluye tanto el estilo Virú o Gallinazo que normalmente precede al estilo Mochica Temprano. De los estudios de Verano (1994,1997), en Pacatnamú se documento 84 entierros cuyas posiciones estaban extendidas y orientados con la cabeza en dirección Sur y depositados en fosas simples o comunes los cuales tenían una conformación rectangulares y ovaladas, entre los que destacaban los entierros 35, 37 y 48, los cuales presentaban en su contexto una asociación de materiales Gallinazo y Moche (Donnan 1997:37). Otro aspecto relevante (Alfredo Narváez 1994), lo da a conocer en Cerro La Mina, margen Sur del Río Jequetepeque, en donde se ubicó un entierro el cual estaba parcialmente saqueado. Se trataba de un personaje de significativa importancia social el cual estaba asociado a finas vasijas del estilo Moche I, al interior de una cámara funeraria que había sido elaborada con adobes paralelepípedos los cuales presentaban marcas de caña, que tienen recurrencia con la tradición Gallinazo (Lámina Nº 6). VALLE DE LAMBAYEQUE Shimada y Maguiña (1994:40), reportan en Huaca Soledad un entierro intrusivo en posición extendida asociado a un cántaro Gallinazo. Esta área domestica se reporta como parte de una extensiva ocupación Gallinazo, asociada a montículos monumentales de plataformas el que fue documentado en el valle medio particularmente a lo largo de la margen Sur en los Cerros: Sajino, Huaringa, La Calera, Vichayal, Paredones y Huaca Letrada. VALLE DE PIURA En la sierra de Piura, Provincia de Ayabaca, Distrito de Lagunas, Mario Polia en 1997, excavó diversos sitios con recintos funerarios. En Hualcuy, las estructuras mostraban planta ovoidal, mientras en Loma La Huaca y El Tuno, las estructuras tenían planta circular y ovoidal. Una tercera forma se localizó en El Chirimoyo, con planta en doble cámara y acceso localizado en la parte central, semejando una doble bota. Los entierros no tenían la posición flexionada y vasijas de gran parecido al estilo Gallinazo de Virú (Sachún, com. per. 1999 citado en Marín 2000:38). Los entierros del Intermedio Temprano manifiesta Makowsky (1994), que rara vez se asocian con arquitectura. Los cementerios se distribuyen sobre lomas arenosas estabilizadas y profusamente saqueadas. En la superficie se documenta material cerámico Gallinazo, Moche I y Vicus (Makowsky 1994:111), aunque se considera que la cerámica Gallinazo está mal representada en los cementerios, tiene una notable presencia en áreas ceremoniales y residencias de élite (Op. Cit. p. 236). Aunque se considera que no se conoce mucho de los contextos, formas y cantidad de entierros en dichas áreas, existe la posibilidad de que se trate de cámaras y tumbas de tiro que contienen entierros extendidos (Kaulicke 1991:882). Durante su exposición en el XIII Congreso Nacional de Estudiantes de Arqueología “Rafael Larco Hoyle”, Makowski (2004), sostuvo que en Piura (100 d.C. – 400 d.C.), el estilo “Gallinazo”, remplaza a la cerámica utilitaria Sechura. Respecto a los entierros (tradición Mochica fase I) identificados en Loma Negra, establece que son comparables con La Mina y Sipán, y los talleres especializados Mochica (Fase I, II, III), los cuales demuestran una posición política dominante; sin embargo reafirma que los talleres Vicús seguían produciendo cerámica ceremonial fina e introdujeron varios elementos iconográficos formales e inspirados en los estilos Virú-Gallinazo y Mochica. Con respecto a la arquitectura tapial y luego de adobe rectangular Gallinazo- Mochica llego a remplazar a la arquitectura de barro embutido de Vicus (Makowski 2004). VALLE CHICAMA Larco (1938-1963), realiza excavaciones en la parte media y alta del valle Chicama, describe los hallazgos referente a un cementerio Virú, en las cercanías de Salinar, Barbacoa y Pampas de Jagüey; estableciendo una propuesta cronológica en 1948. Entre sus anotaciones describe entierros de la época Cupisnique, Salinar, Virú de Chicama (Larco 1948: 26). En el valle de Chicama Larco (1945) reporta la frecuencia de sarcófagos rectangulares de piedra, con recinto o sin él, separado para la colocación de la cerámica (con recinto, reporta cuatro en el valle de Virú). Algunas de las tumbas rectangulares estaban cubiertas por lajas de piedra. Respecto a la forma más común establece que es irregular, alargado y de acuerdo con el tamaño del cadáver. También encuentra Larco (1945), entierros Virú revestidos con cañas de un metro de largo más o menos, semejantes a los ataúdes Mochicas. Aún cuando la confección es burda, dentro de estos sarcófagos encontró pequeños y finísimos vasijas con pintura negativa del Período Auge. Manifiesta que sólo vio un sarcófago de adobes paralelepípedos con vasos de esta cultura, el cual era de forma rectangular, con paredes enlucidas y tenia una cobertura de lajas de piedra. Establece que no obstante haber encontrado fragmentos de tela carbonizada en los recintos funerarios, no podemos asegurar que los cadáveres estaban envueltos en tela; pero sí, muchos aparecen cubiertos con petates de junco (Larco 1945:26) Con respecto a las construcciones funerarias excavadas, Larco identificó para esta etapa tanto en el valle de Virú y el Chicama, adscritos a las fases “Virú Auge” y “Virú de Chicama”, aparentemente asociados a material Moche (Larco 1945 : 28). En el Valle Chicama, las ofrendas mortuorias son mencionadas en términos generales por Larco como: “entierros en recintos contienen individuos extendidos y tienen vasijas. Algunos objetos de cobre dorado y restos de maní, maíz, pallares, un tipo de fríjol rojizo de gran tamaño, lagenaria y una semilla negra no identificada y común en las tumbas del Período Decadente, además del ashango, fruto silvestre utilizado hasta hoy por los curanderos” (Larco 1945:4). En lo que respecta a la Periodificación Larco, sostiene que la cultura Virú o también (llamado “Gallinazo” por Bennett 1939), es coetánea con Salinar y contribuye con elementos nuevos para el desarrollo de la cultura Mochica en la “época auge” (Larco 1948:22). En lo que respecta a la secuencia planteada por Bennett (1939), esta ha sido cuestionada por Fogel (1993) y Billman (1996), ellos afirman que no existe sustento estratigráfico dentro de la evolución arquitectónica sostenida por Bennett, quedando abierta la probabilidad de confusión en la lectura y control estatrigráfico durante las excavaciones. Sustentan que la secuencia estilística del Proyecto Valle Virú, refleja valores de frecuencia de tipos, sin el debido sustento estratigráfico, por ello no existe seguridad respecto a la posición de tipos como elementos diagnósticos en la secuencia del estilo. Sin embargo varios autores han reconocido este momento cronológicos, como una etapa cultural que se extiende desde el valle de Rímac hasta Piura, mostrando una distribución bastante amplia y globalizante (Kaulicke, 1991; Makowsky, 1994; Shimada y Maguiña, 1994). Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, se ha creído conveniente seguir con la denominación de cultura Virú como lo estableciera Larco (1948) y no como el aspecto despectivo “Gallinazo” que lo denomina Bennett (1939). Según Donnan (referencia verbal), “Gallinazo” como denominación no existe… es mas bien una etapa o proceso de definición que estaba atravesando Moche. Reconoce que la cerámica es bastante homogénea y que la denominación de “estilo Gallinazo” no existe, sino mas bien es un proceso cuya connotación temporal, interpreta como una etapa de convivencia y búsqueda de estabilización, producto de las relaciones Virú del Chicama con el estilo Moche. Arquitectura Existió desde el año 100 aC. abarcandó los valles de Lambayeque, Jequetepeque, Chicama, Moche , Virú, Nepeña y Casma; siendo los valles con mayor evidencias el de Virú y el de Moche. La población que se desarrollo en estos lugares, vivió en un inicio, en la parte baja del valle; luego tienden a desplazarse y ocupar la parte media de los valles. La arquitectura ha permitido definir cuatro tipos de construcciones identificados a esta cultura: 1. Los centros urbanos ceremoniales: eran construcciones donde se hicieron pirámides de grandes dimensiones que se relacionaban con el desarrollo de actividades ceremoniales y de culto. 2. Los castillos fortificados:eran grandes edificaciones ubicadas lugares estratégicos de la parte alta, donde se angosta el valle medio; su función era vigilar, defender y controlar el valle. 3. Las grandes casas semiasiladas:presentan habitaciones y techo a dos aguas generalmente estaban alejadas y solitarias, en estas debieron de vivir personajes principales o funcionarios que supervisaban las actividades productivas. 4. Las aldeas eran aglutinadas, allí vivía el pueblo; en sus construcciones utilizaron materiales perecedores como el carrizo la caña y el algarrobo. La cultura Virú presentó una especialización guerrera, inferida a partir de las construcciones monumentales y estrategicas llamadas o conocidas actualmente como castillos los cuales presentan una arquitectura fortificada estos habrían servido exclusivamente en forma defensiva. La autoridad política se centralizó en la capital en el valle de Virú; en los otros valles existieron ciudades menores. Los ceramios Virú se caracterizaron tambien por su aporte estilistico de decoración negativa, cuya presentación nos muestra que tiene como fondo el color natural del cerámio, cercando diseños geométricos, además trabajaron el cobre martillado, el oro y la plata. Descubre los tesoros de la costa norte siguiendo la Ruta Moche Además de contar con un rico legado cultural, La Libertad y Lambayeque constituyen un importante corredor turístico inCompartir Imprimir. ‹› 1 2 La plaza principal del conjunto amurallado de Chan Chan estaba dedicada a la celebración de fastuosas ceremonias que eran dirigidas por los personajes de mayor rango. (Foto: Walter Silvera) EL BRUJ O. Escenario en el que se encontró la tumba intacta de la Señora de Cao. (Foto: Musuk Nolte) RAÚL ALARCÓN S. (@alarcone001) El develamiento de la tumba del Señor de Sipán, hace 26 años, marcó un hito en el ámbito arqueológico de nuestro país. El interés concitado fue tan grande que se financiaron otros proyectos que trajeron importantes hallazgos. Este hecho, unido a los atractivos de la región norteña, como el buen clima y la destacada gastronomía, han convertido a la zona en una de las más visitadas del Perú. PUNTO DE PARTIDA Elegido hace unos días como uno de los 20 lugares más espectaculares del Nuevo Mundo por la cadena CNN, Chan Chan constituye el punto de inicio de la Ruta Moche. Ubicada a unos diez minutos del centro de Trujillo es considerada la ciudad de barro más grande de América. Entre sus principales atractivos destacan su imponente plaza principal (en donde se celebraban rituales), su corredor de peces y aves, los templetes (destinados a las ofrendas), el recinto funerario y la sala de 24 hornacinas. Con la misma entrada (S/.11)también podrá ingresar al museo de sitio del recinto, así como a las huacas Esmeralda y Arco Iris (en los alrededores). Si acude temprano a Chan Chan tendrá tiempo de arribar a Huanchacopara almorzar. Este simpático balneario es reconocido por preservar la técnica ancestral de pesca en caballitos de totora y por ser uno de los escenarios favoritos de los tablistas locales e internacionales. No puede dejar de hacer el recorrido por el muelle y el malecón para fotografiar el atardecer. Como todo balneario norteño que se precie, el ceviche es el protagonista. Disfrútelo en restaurantes como el Big Ben, Las Totoritas o El Tramboyo. Al atardecer y luego de apreciar la impresionante puesta de sol recomendamos pasar por Chocolate Café B&B para tomar un buen café junto a un delicioso cheesecake casero. Otro punto ineludible en la ruta es el complejo arqueológico El Brujo(ingreso: S/.11), ubicado en el valle de Chicama, a una hora de la ciudad. Este lugar es famoso por albergar la Huaca Cao, sitio donde se encontraron los restos de la primera mujer de alta jerarquía de una cultura precolombina en nuestro país. En lo que fue el centro ceremonial se pueden apreciar murales, así como algunos frisos que representan a prisioneros y danzantes. Para aprender más acerca de la manera en que se encontraron sepultados sus restos y apreciar a la momia, que lucía enigmáticos tatuajes y muchas piezas de oro, se puede visitar el museo Huaca Cao, en donde se ha construido un ambiente cuidadosamente climatizado para su preservación. En Magdalena de Cao se pueden disfrutar de platos locales como el shámbar, los cangrejos reventados y los sudados en locales como El Tumbo, el Mochica de Cao y El Brujo (todos en los alrededores de la Plaza de Armas). Ningún recorrido por esta región norteña está completo sino se visita la Huaca de la Luna (ingreso: S/.11). El recorrido se debe iniciar en el museo Huacas de Moche, el cual presenta una serie de importantes objetos que ayudan a comprender mejor la cosmovisión moche. Entre estos se encuentran ceramios como el sacerdote ciego con cicatrices en el rostro, así como un manto felino forrado en láminas de oro con soporte de algodón, cuero y plumas. Luego podrá recorrer la Huaca de la Luna, imponente recinto ceremonial en el que destacan vestigios de frisos en los que se pueden apreciar ceremonias religiosas, actividades cotidianas y reproducciones de la máxima divinidad moche: El temible Ai Apaec. EL LEGADO LAMBAYECANO Lambayeque es famoso por albergar el museo Tumbas Reales de Sipán(ingreso: S/.10), un recinto concebido en forma de pirámide trunca en el que podrá apreciar paso a paso cómo se halló al máximo soberano de la cultura Moche. A pocos metros se encuentra el museo Brüning, con importantes piezas de las culturas Moche, Chimú y Sicán (ingreso: S/.8). Otro de los atractivos de esta localidad se centra en los platos típicos, como el arroz con pato o la tortilla de raya, los cuales se pueden probar en restaurantes como El Rincón del Pato y El Pacífico. En esta zona también se encuentran los King Kong. Si está más cerca del centro de Chiclayo deberá parar en el Fiesta Chiclayo Gourmet con su insigne cebiche a la brasa, así como en Sabores Peruanos con su cabrito deshuesado. Y si desea conocer „in situ‟ el lugar en el que fue hallado el Señor de Sipán puede visitar Huaca Rajada, a una hora del centro de Chiclayo, lugar en el que se puede recorrer la excavación, así como el museo de sitio con algunos elementos hallados (el ingreso cuesta S/.8). Un atractivo a tener en cuenta en Chiclayo es Pimentel, balneario que se caracteriza por su icónico muelle de 200 metros de largo y por sus restaurantes frente al mar, entre los que destacan El Muelle con su oferta de ceviches. HISTORIA QUE PERDURA El Santuario Histórico de Pomac, en Ferreñafe, fue el epicentro de la cultura Sicán. El lugar cuenta con dos huacas importantes: Loro y Las Ventanas, en las que se han encontrado tumbas y piezas que se exponen en el Museo Nacional de Sicán (S/.8). El atractivo principal de la muestra lo conforma la recreación de una tumba conformada por cuatro mujeres alrededor del cuerpo en posición de cabeza de un hombre con una máscara de oro. La posición haría referencia al alumbramiento, lo cual indicaría que creían en el renacimiento. A pocos minutos de aquí se encuentra Túcume, conformada por 26 pirámides, entre las que destacan la Huaca Larga (de 760 metros), así como el Templo de la Piedra Sagrada. Aquí, los visitantes pueden ingresar a la huaca Las Balsas para apreciar los relieves de peces y aves marinas característicos de las civilizaciones Moche. Ruta Cultural del Antiguo Perú Menú Principal / Temas / Ruta Cultural <<< La historia prehispánica del Perú se remonta a hace 14,000 años con la llegada de los primeros humanos en estas tierras quienes crearon una singular civilización, domesticando plantas y animales (hace 8,000 años), cultivando algodón y construyendo grandes pirámides (hace 5,000 años). Para su mejor estudio y comprensión, la larga ruta cultural peruana ha sido dividida en varios periodos: Precerámico Temprano (12,000 a 5,000 antes de Cristo): Llegan los primeros grupos de humanos al Perú. Son bandas nómadas que viven de la recolección de vegetales (tubérculos, calabaza, lúcuma, pacae, ají) y la caza de camélidos sudamericanos (huanaco, vicuña) y servidos (tarucas). Viven en cuevas, usan el fuego, fabrican lanzas con puntas de piedra tallada. Practican la horticultura, siembran fríjol en pequeña escala (7,000 a.C.) y maíz (6,000 a.C.). Sitios arqueológicos: Piquimachay, Telarmachay, Amotape, Lauricocha, Cueva del Guitarrero, Pachamachay, Toquepala, Chivateros, La Cumbre, Quirihuac. Pinturas rupestres de Toquepala. Precerámico Medio (5,000 a 3,000 a.C.): Muchos grupos humanos se vuelven sedentarios, domestican la mayoría de especies vegetales que se cultivan hasta en la actualidad. Practican la agricultura en pequeña escala. Domestican la llama y la alpaca (5,000 a.C.). De las 103 "zonas de vida" existentes, el Perú tiene 84. Construyen las primeras aldeas. Lo obtenido de la caza y la recolección sigue siendo parte importante de su dieta. En la costa, la pesca y el marisqueo son actividades imprescindibles para sustentar la vida sedentaria. Se explotan las "lomas" en donde se caza y recolecta. Sitios arqueológicos: Chilca, Paloma, Áspero, Los Gavilanes, Huaca Prieta. Maqueta a escala natural de una choza típica de una aldea costera en Chilca, al sur de Lima, expuesta en el Museo de la Nación (Lima). Precerámico Tardío (3,000 a 1,800 a.C.): Surge la arquitectura monumental. Se construyen los primeros centros urbanos formados por conjuntos de grandes pirámides, plazas y áreas residenciales. Se construye la primera infraestructura agrícola, se preparan terrenos para el cultivo y se construyen pequeños canales para el riego. En la costa, la pesca y el marisqueo junto al cultivo del algodón son las piezas fundamentales de la economía. Se teje ropa en algodón. Surgen los especialistas: artesanos, tejedores y sacerdotes. Se colocan las columnas principales de la civilización peruana prehispánica: el sistema de reciprocidad y el calendario ritual. Sitios arqueológicos: Caral, Áspero, Chupacigarro, Bandurrias, Vichama, El Paraíso, Era de Pando, Kotosh, La Galgada, Pampa de Cueva, Buenavista, Pampa de Cueva. Las pirámidres de Caral, en Supe. Inicial (1,800 a 1,200 a.C.): Aparece la cerámica. Los productos agrícolas y ganaderos son la parte principal de la dieta. Surgen las culturas regionales: Cupisnique, Pacopampa, Templos en U. Se construyen centros urbanos. Destacan, en arquitectura, las pirámides de la costa cuyos grandes muros son decorados con vistosos murales y altorrelieves multicolores. Sitios arqueológicos: Huaca de los Reyes, Pampa de las Llamas - Moxeque, Cerro Sechín, Sechín Alto, Sechín Bajo, Garagay, La Florida, Cardal, Manchay, Mina Perdida, San Jacinto, Ventarrón. Friso llamado "El Medallón" en el atrio de la Pirámide Principal de Garagay. Horizonte Temprano (1,200 a 200 a.C.): Corresponde a la cultura Chavín y su arte representado en cerámica, piedra y tela. Surgimiento, expansión por gran parte de la sierra y costa peruana y su final desintegración. Se le considera la primera cultura "pan-peruana". Caracteriza a Chavín su arte esculpido en piedra: La Estela Raimondi, el Lanzón Monolítico, el Ocelisco Tello, el Portal de las Falcónidas, entre muchos otros. Se confeccionan obras de arte en oro, usando las técnicas del repujado y el martillado. Compartió este momento con otra reconocida cultura: Paracas, famosa por sus inigualados tejidos multicolores. Sitios arqueológicos: Chavín de Huántar, Huaca Partida, Wari Kayan, Cerro Colorado, Complejo Soto, Paracas. Principales "obras maestras" del arte de la cultura Chavín labradas en piedra en el sitio arqueológico de Chavín de Huántar. Intermedio Temprano (200 a.C. a 600 d.C.): Resurgimiento de las culturas regionales luego de la desintegración Chavín: Mochica, Lima, Nazca, Cajamarca, Recuay, Pucará. Se construyen grandes obras de irrigación y se expande la frontera agrícola. Los valles de la costa y la sierra son transformados para ser aptos para el cultivo intensivo. En la costa se construyen grandes pirámides. Entre el 200 a.C. y el 200 d.C. se produce el llamado "Horizonte Blanco sobre Rojo", llamado así porque en gran parte del Perú la cerámica es decorada con diseños en color blanco sobre un fondo de color rojo. Sitios arqueológicos: Huaca del Sol y La Luna, Huaca Rajada - Sipán, El Brujo,Pachacamac, Cajamarquilla, Cahuachi, Líneas de Nazca, Cerro Culebras,Huallamarca, Makatampu, Pacatnamú, Complejo Maranga, Huaca San Marcos (Maranga), Huaca Concha (Maranga), Paracas, Huaca Pucllana. Fachada de la Huaca de La Luna, cultura Mochica. Horizonte Medio (600 d.C. a 900): Surgimiento, expansión y desintegración de la cultura Wari, Se le considera el primer imperio "pan-peruano". Está subdividido en: Horizonte Medio 1, surgimiento de esta cultura en la región de Ayacucho; Horizonte Medio 2, expansión Wari por la costa y sierra del Perú; Horizonte Medio 3 y 4, Wari se desintegra y surgen las "culturas epigonales", el arte en la cerámica, está influenciado por Wari. En la costa norte la cultura Lambayeque o Sicán mantiene su independencia. Sitios arqueológicos: Wari, Azángaro, Pachacamac, Huaca Malena, Complejo Maranga, Huaca Pucllana, Túcume. Ceramio estilo Pachacamac del Horizonte Medio con la representación del "grifo". Intermedio Tardío (900 a 1450 d.C.): Las culturas regionales retoman sus propios caminos: Chimú, Chancay, Ychsma, Chincha, Ica, Xauxa, Huanca, Chanca e Inca. Se forman reinos expansionistas: Chimú, en la costa e Inca, en la sierra. Los Chincha tejen una amplia red de comercio por todo el Perú, llegando hasta Bolivia y Ecuador. Trabajan el cobre y la plata. Sitios arqueológicos: Cajamarquilla, Cantamarca, Chan Chan, Kuelap, Huaca Centinela, Huaca La Luz, Pachacamac, Paramonga, Túcume, Makatampu, Complejo Maranga. Audiencia en Chan Chan, a la izquierda, abajo, maqueta de la misma audiencia. Horizonte Tardío (1,450 a 1,532): Imperio del Tawantinsuyu. Luego de vencer a los Chancas, en el año 1,450 se expanden desde el Qosqo (actual Cusco) conquistando a las naciones de la costa y sierra del Perú, el altiplano de Bolivia, el nor-este de Argentina, el norte de Chile, la sierra de Ecuador, llegando inclusive al extremo sur de Colombia. Sitios arqueológicos: Huaytará, Incawasi, Machu Picchu, Pachacamac, Uquira,Paramonga, Puerto Inca, Puruchuco, Qosqo (Cusco), Raqchi, Tambo Colorado,Vilcashuamán, Huanuco Pampa, Cantamarca, Huaycán de Cieneguilla, Inkapintay,Huaca Centinela, Complejo Maranga, Piedra Angosta, Túcume. Machu Picchu. En 1,532 el ejército conquistador español al mando de Francisco Pizarro y Diego de Almagro derrocan al Inca Atahuallpa en la batalla de Cajamarca y se apodera del gobierno del Tawantinsuyu. Fundan nuevas ciudades: San Miguel (Piura), Los Reyes (Lima), Cusco (Qosqo), Trujillo, San Juan de la Frontera (Huamanga). Se crea el Virreynato del Perú, sujeto a la corona española. Finalmente, y tras una larga guerra, en 1572 es apresado y ejecutado en la Plaza de Armas del Cusco el último Inca de la resistencia, Tupac Amaru (llamado luego Tupac Amaru I). Cultura MOCHE o Cultura MOCHICA (200 a.C. - 700 d.C.) Es la cultura más conocida y admirada del Perú. La más representativa de Antiguo Perú desde el punto de vista de su expresión artística. La cultura Moche (o Mochica) se desarrolló en la larga y angosta franja desértica de la Costa Norte del Perú . Su centro cultural fue el territorio comprendido entre valle Moche, valle de Chicama y valle de Virú. Desde allí se expandió cubriendo desértica franja costera entre el valle de Piura -como límite Norte- y el valle de Nepeña -como límite Sur-. Ocuparon los valles de Piura, la Leche, Lambayeque, Zaña, Jequetepeque, Chicama, Moche, Virú, Chao, Santa y Nepeña. ORIGEN Históricamente fue conocida como Protochimú o Chimú Temprano, pero recibió el nombre de cultura Moche tras los descubrimientos en el valle de Moche. También se la denomina cultura Mochica en razón del nombre de la lengua, el muchik, que hablaban sus pobladores.. Los elementos de las culturas Cupisnique (“Chavín Costeño”), Salinar, Vicús y Virú se fundieron para formar la gran cultura Moche en sus primeras epocas. Luego de este largo proceso, apareció como una síntesis regional autónoma, con mayores aportes tecnológicos e ideológicos que cualquier otra cultura norcosteña y andina. MOCHICAS NORTEÑOS Y MOCHICAS SUREÑOS Inicialmente se pensó en la cultura Moche como en una unidad cultural, pero la división natural de la Costa Norte por eldesierto de Paiján dividió también las manifestaciones culturales de los mochicas: Mochica del Norte y Mochica del Sur. Los centros principales en Moche Norte fueron el valle del rio Jequetepeque (donde se halla San José de Moro y Huaca Dos Cabezas) y el valle del rio Lambayeque (donde se halla Sipán y Pampa Grande). Los centros principales de Moche Sur fue el valle del rio Moche (donde se halla la Huaca del Sol y de la Luna) y el valle del rio Chicama (donde se halla el Complejo El Brujo). Diferencias culturales entre Mochica Norte y Mochica Sur MOCHICA NORTE MOCHICA SUR ORFEBRERÍA: Mayor abundancia de elementos de metalen sus tumbas (el Señor de Sipán es un ejemplo), ORFEBRERÍA: Poco abundancia de objetos de metal en sus tumbas. HUACOS RETRATO: casi inexistentes. HUACOS RETRATO: fabricaron la mayoría de los huacos Hacia el final del período Mochica, Moche Sur llegó a opacar el poder de Moche Norte , conquistando teritorios hasta Piura y Jequetepeque. Pero esta hegemonía fue breve, pues hacia el 550 d.C., esta sociedad sufrió transformaciones producto de severas sequías. Una de ellas, de 32 años, probablemente fruto de una manifestación del Fenómeno del Niño, trajo como consecuencia el desalojo de las partes bajas de los valles y el desplazamiento hacia el interior del valle. Esto provocó un nuevo resurgimiento de la clase Moche Norteña y un debilitamiento de la clase Moche Sureña. Moche Norte, al final de su periodo, terminó conviviendo con la cultura Virú. retrato de la cultura Moche CERÁMICA: de color naranja o crema con los diseños en rojo o púrpura CERÁMICA: utilizan el fondo blanco o crema y los motivos en rojo o en ocre. Pirámides CON RAMPA Pirámides SIN RAMPA RELIGIÓN La vida religiosa de la Cultura Mochica giraba y se regía por el culto al Felino, el que se encuentra personificado en la divinidad de un dios supremo llamado AI APAEC, que representa a un hombre con grandes colmillos, transformándose en animal con un tocado semilunar. La imagen de AI APAEC se refleja artísticamente a través de: En la cerámica PICTÓRICA . En la cerámica ESCULTÓRICA En la ORFEBRERÍA En los RELIEVES MURALES En la PINTURA RUPESTRE Este dios FELINOIDE está identificado con viejas herencias ideológicas que vienen desde la época Chavín y complementadas con otras deidades, como la serpiente, el cóndor o el águila como máximas expresiones de poder en todo el proceso cultural andino. Cabe poner en claro que esta inspiración espiritual, fue determinada por su observación del espacio cósmico. Hay una información antiquísima que AI APAEC , era una constelación de estrellas. SOCIEDAD Se trató de una sociedad belicosa y militarista, sólidamente organizada. Las clases sociales se reducían básicamente a dos: MANDATARIOS y PUEBLO. En los mandatarios, como el Señor de Sipán, o la Señora de Cao recaia la responsabilidad suprema de la producción/distribución de los alimentos, la defensa del territorio y la ampliación de los dominios. Se conoce mucho de los aspectos culturales Moche por la excepcional riqueza expresiva de su CERÁMICA que constituye un testimonio vivo de las actividades, costumbres, vestido y utillaje de sus gentes. Aunque fue una cultura de Costa y la costa peruana tradiciomlamente es seca, los MOCHICAS estaban mejor porvistos de agua que las culturas que se desarrollaban paralelamente en la Costa Sur de Perú (cultura NAZCA) area tradicionalmente más seca. La base de su desarrollo económico, en un territorio hostil por desértico, se fundamentó en una agricultura que producía excedentes gracias al establecimiento de irrigación artificial con acueductos que desviaban hacia acequias el agua proveniente de los ríos que bajan de los Andes y al empleo de guano como abono. Paralelamente desarrollaron habilidades en la pesca. Trabajaron el oro, la plata y el cobre que destinaban tanto a finalidades rituales como a la fabricación de armas e instrumentos de producción agraria y de construcción. Conocieron la técnica de la “tumbaga”, aleación de cobre y oro. A pesar de que existe una muestra muy reducida de TEXTILERÍA, ésta fue de excelente calidad. El material más empleado fue el algodón y en menor cantidad las fibras animales. El arte plumario estuvo asociado a los textiles, en particular para los tocados y mantos. Cerámica MOCHE La cerámica Moche, es de todas las culturas peruanas la más realista y expresiva. y tenía como función servir de ofrendas en los templos y plataformas funerarias. Dada la calidad estética y temática de su innumerable producción se ha convertido en el mejor espejo de su vida cotidiana y espiritual. Las técnicas de manufactura en CERÁMICA más usuales fueron el moldeado y el estampado. Emplearon la arcilla con contenidos de hierro (roja) y de alúmina (blanca). Como fundentes usaron el carbonato cálcico o polvo de huesos y, como temperantes, cuarzo, silex, pirita molida y arena fina. Manejaron temperaturas de 800 ºC a 1000 ºC utilizando leña de algarrobo y huarango como combustible. El sitio de Cerro Mayal, que se encuentra en la parte baja del valle de Chicama; ha proporcionado informaciones valiosas para la reconstrucción de las actividades que se realizaban en un gran taller especializado de cerámica; identificándose la variación de los productos manufacturados y reconstruyéndose así la naturaleza tecnológica de fabricación, como el uso de moldes y hornos. Una de las expresiones culturales más extendida y conocida (aunque muchas veces confundida tras el evidentemente erróneo calificativo de “arte inca”), es el de la Cerámica de los “HUACOS”. Los ceramios o “HUACOS” Moches ( vasijas cerradas, de cuerpo globular o escultórico, base plana y con un gollete tubular en forma de asa estribo), han sido uno de los elemento primordiales para conocer no solo el espiritu de esta cultura preincaica, sino la sociedad y el entorno natural en el que se desarrollaron. En términos generales ésta es bícroma (rojo sobre crema). Estos colores poseen una amplia gama de tonalidades, existiendo una tendencia a ser más oscuras al final del desarrollo Moche. La cerámica norteña es de color naranja o crema con los diseños en rojo o púrpura, mientras que la cerámica sureñautiliza el fondo blanco o crema y los motivos en rojo o en ocre. Elaboraban su cerámica individualmente, pero también llegaron a emplear moldes hechos de cerámica para proveerse de una producción masiva de recipientes especialmente de los que acompañaban a los difuntos ilustres en calidad de ofrendas. La gran mayoría de los ceramios tuvieron uso ritual funerario. Tan comprometido con la cultura ha estado la alfarería que incluso ha sido el elemento del que actualmente nos servimos para determinar las diferentes etapas de evolución cultural Moche. Cabe distinguir básicamente tres tipos de Cerámica: COMÚN, PICTOGRÁFICA y ESCULTÓRICA. Cerámica COMÚN En la cerámica COMÚN las formas más usuales son las vasijas cerradas de cuerpo globular, asa estribo y gollete; los cántaros con gollete evertido; los vasos acampanulados, llamados también floreros; las figurinas, silvatos, etc. La decoración fue a base de dos colores: crema y rojo indio , siendo la forma más preferida y típica la BOTELLA ESFÉRICA de BASE PLANA y ASA ESTRIBO. Por ser “común” no fue menos extrarordinaria en el contexto cultural preincaico: dentro de la morfología de la cerámica, existe una gran variedad de formas: botellas, cántaros, ollas, "cancheros" con mangos y sin ellos, vasos, cuencos, platos, copas. Cerámica PICTOGRÁFICA En la cerámica PICTOGRÁFICA las escenas pictóricas, a pesar de tener una representación tan sólo bidimensional, son complejas y trabajadas con pinceles finos sobre incisiones que las delimitaron previamente. La cerámica pictográfica era ejecutada con pinceles de pelo de animales y humanos, plumas de aves y puntas de carrisillos. Los diseños o dibujos se hacían mediantes colores planos, los personajes, llenos de contraste, se respresentaban de perfil, con algunos espacios rellenados de color rojo indio y complementado con líneas muy finas y elegantes. Los motivos pintados en el entorno de los cuerpos globulares de los ceramios incluyen temáticas variadas de su mundo ecológico, de sus actividades básicas de caza, pesca, recolección, tecnologías, batallas, danzas, sexualidad y un complejo mundo de representaciones ritualísticas: ceremonias de sacrificios humanos, transformaciones míticas: antrozoomórficas, antro-ictiológicas, antro-ornitomórficas; complementado con una serie de elementos tipo geométricos, como signos escalonados, grecas, cruces, círculos, orlas, volutas, etc. Cerámica ESCULTÓRICA En la cerámica ESCULTÓRICA se reproduce personajes, diseños arquitectónicos, animales, instrumentos musicales, etc.. Característica general es el uso del llamado asa estribo. Los ceramios escultóricos son los más excepcionales por su realismo y proporciones; muchos presentan incrustaciones de nácar, hueso e incluso láminas de oro. Gracias a sus ceramios podemos igualmente distinguir la representación de su fauna, abarcando todas las especies del entorno geográfico y reino zoológico de la costa, sierra y selva. Muchas de ellas fueron ejecutadas en forma realista y natural. Especies domesticadas como la llama, el perro y los cuyes. Especies salvajes como: a) Mamíferos como el puma, otorongo, zorro, venados, monos, vizcachas, murciélagos, ratones, ballenas, tiburón, lobos marinos, y focas. b) Reptiles como la tortuga, lagartijas,"cañan" especie de lagartija comestible, la iguana, y las serpientes. c) Moluscos y Crustáceos como cangrejos, pulpos, estrellas de mar, caracoles marinos, de tierra o de río, camarones, erizos, y "caballitos de mar", etc. d) Peces como los tollos, rayas, anchovetas, bonitos, chitas, róbalos, bagres, lisas, lenguados, tramboyos, etc Fases Culturales MOCHE FASES DEL PERIODO CULTURAL Fueron magníficos ceramistas, dejando testimonio en su cerámica de escenas de la vida diaria, costumbres, enfermedades, religión, vida sexual, etc. constituyendo así una valiosa documentación del pasado prehispánico. Se ha dividido el desarrollo cultural de los Moche en cinco fases estilísticas a partir de los cambios en la forma de la cerámica de las “botellas asa estribo” (“huacos”): vasijas cerradas, de cuerpo globular o escultórico, base plana y con un gollete tubular en forma de asa. La base de esta cronología se establece por el cambio a través del tiempo en la forma y dimensiones de los picos, asas estribo y cuerpo, así como las decoraciones. Fase Mochica I: Pequeñas vasijas-retratos y vasos fito- zoo-antropomorfos; botellas con asa-estribo, pico, etc., casi siempre recubiertas de pinturas. Marcada influencia de Cupisnique, Salinar y Virú. Fase Mochica II: Mejor cocidas, más esbeltas y con pinturas zoomorfas muy bien hechas. Marcada influencia deCupisnique, Salinar y Virú. Fase Mochica III: Vasos-retratos y también de animales, únicos por su excepcional realismo-naturalismo, decorados de arriba abajo con motivos geométricos o escenas de la vida diaria. Fase Mochica IV: Con algunas formas nuevas, incorporando el tema paisajístico. Fase Mochica V: Barroco, atrevido y decadente por su forma y decoración. Fase Mochica I La cerámica es de tamaño reducido y de aspecto sólido. Las asas son proporcionales y circulares con picos cortos y fuertes rebordes (labio pronunciado y saliente). Las formas comunes son : vasos retratos antropomorfos de cuerpo entero, zoomorfos, fitomorfos, cántaros ovoides sencillos con asa de estribo. Colores crema y rojo, crema y ocre, rojo, crema y anaranjado; crema y negro. Hay una influencia de la decoracion negativa. Los motivos son trabajados con linea gruesa. Los motivos más comunes son geométricos, como los puntos grandes, los círculos, rombos, triángulos con círculos concéntricos, signos escalonados, bandas cuyos temas pictóricos en colores están delineadas por incisiones. Fase Mochica II La cerámica se alarga y no se observa tendencia en darle la misma altura que ancho, se inicia con esto la esbeltez de los vasos. El asa y el pico crecen proporcionalmente y mientras el asa no pierde la forma redondeada, el pico pierde el reborde pronunciado, quedando tan sólo un pequeño ribete. El grosor de las paredes disminuye. Existen vasos retratos, antropomorfos de cuerpo entero, fitomorfos y zoomorfos. Predominan los colores crema+rojo; crema+ocre; rojo+crema plomizo; marrón+anaranjado; crema+ocre. La decoración es geométrica pero las lineas son más finas. Fase Mochica III Aparecen los huacos retrato. Comienza el refinamiento de esta cultura. Los ceramios son de líneas armónicas y proporcionadas . La cerámica es de tamaño un poco más grande que Mochica II. Los recipientes son de mayor capacidad. Las paredes de los vasos se afinan sin perder su solidez. Las asas y los picos se afinan notablemente, siendo las primeras elípticas y los picos pequeños, acampanulados y con reborde casi imperceptible. Las esculturas antropomorfas son verdaderos retratos de personas. La escultura religiosa adquiere especial importancia. Son frecuentes los motivos pintados con linea fina, ausentes en las fases anteriores, con escenas míticas. El ceramio está cubierto por una fina capa de engobe cuidadosamente pulida. Fase Mochica IV Los vasos se alargan. También se alarga proporcionalmente el asa, que ya no es chata sino, redondeada o ligeramente trapezoidal. La mayoría de los picos son más largos, lisos, rectos y con los bordes levemente afilados. Los motivos escultóricos y pictóricos se multiplican y adquieren mayor complejidad. Abundan los motivos decorativos pintados con lineas delgadas y se emplea el delineado. Se desarrolla plenamente la iconografía y son desplazadas las figuras individuales. Fase Mochica V La cerámica de este período, por sus formas y decorado, constituye el "arte barroco" de la cultura mochica . Los motivos se pierden en la forma y en los detalles ornamentales. El gollete estribo se agranda El tubo se hace más delgado y el asa adquiere forma trapezoidal. El pico es muy largo y troncocónico con bordes afilados del interior hacia afuera. Abundan las representaciones geométricas. El motivo escultórico pasa a segundo plano, desplazado por el arte pictórico. Pictórica MOCHE La cerámica moche, además de ser un brillante ejercicio escultórico, sirvió de base a una pintura muy especializada sobre .la superficie globular de los ceramios Se caracteriza por: 1.- Dibujos esquemáticos, planos y sin volumen. 2.- Efecto de perspectiva por dos métodos simples: - Reduciendo el tamaño de las representaciones distantes. - Separando paneles horizontales que indican diversos planos 3.- Discordancias anatómicas. Los personajes, casi siempre de perfil, combinan partes de frente y de perfil. 4.- Combinaciones de colores: - Fondo blanco o crema y diseño con ocre o rojo. o - Fondo crema o naranja y diseños en rojo. 5.- Escenas dinámicas: Aparecen personajes y complejas escenas llenas movimiento que describen de un modo convencional: - Con la posición de las extremidades de los personajes se refleja quietud, caminata, carrera o baile - Con la posición Inclinada del torso hacia adelante se transmite velocidad - Con la posición de la cabeza, se transmite actitud de reverencia o dignidad. 6.- Reflejaban el rango e importancia del personaje en la escena a través del tamaño y proporción de los personajes . Los señores eran siempre representados más grandes que los hombres comunes. 7.- Casi siempre describen mitos o representaciones de la de la vida ultraterrenal. 8.- Reproducción de las divinidades, en especial la principal, AI APAEC, el dios felinoide decapitador, que es representado con el cuerpo de animales como el cangrejo, la araña o una águila, o se le ve sobre una mazorca de maíz o sobre una montaña. El mar, la luna y el arco iris fueron otras deidades importantes para los Mochicas. Metalurgia MOCHE Los Mochicas fueron expertos fundidores de metales. Conocieron sus propiedades físicoquímicas; desarrrollaron técnicas de manufactura y sobre todo aprendieron sobre la extracción de los minerales y los tratamientos metalúrgicos. Dominaban el oro, la plata, el cobre, el plomo, el mercurio y procesos de aleaciones como el bronce el cobre dorado, oro y plata dorada, que son el resultado de la aleación del cobre, oro y plata en especiales proporciones, llamado tumbaga, y en combinación con elementos reactivos, con el objetivo de una depositación electroquímica, usando para ello minerales corrosivos como: sal común, nitrato de potasio, alumbre de potasa, sulfatos dobles de aluminio y potasa, sulfato férrico y cloruro de sodio, antioxidantes, carbón vegetal y greda. Desarrollaron, así mismo, tecnologías de fundición, refinación, soldaduras al fuego y al frío, repujado, vaciado a través de moldes, laminados y filigrana, etc. Confeccionaban una variedad de objetos de uso real, sacro y militar; también adornos para la élite y domésticos como collares, narigueras, orejeras, brazaletes, pinzas, sortijas, coronas, pectorales, platos, copas, cuencos; instrumentos agrícolas, quirúrgicos, cuchillos, máscaras funerarias, protectores y perfectos instrumentos musicales como sonajas, pitos, quenas, tambores, etc. CULTURAS DE TRUJILLO ANTECEDENTES PREHISPÁNICOS PERIODO LÍTICO (12 000 - 5 000 A.C) Los antecedentes más antiguos de esta parte de la costa norte datan de 10 000 a.C. y refieren a la ocupación de hombres semi-nómades quienes utilizaban la piedra como instrumento de caza, pesca y recolección de frutos. De allí que se denomine a este periodo como LITICO. Este periodo coincide con el final del Pleistoceno (época glacial) y el inicio del Holoceno (retroceso de los glaciales). El clima habría sido húmedo con abundante vegetación debido a las intensas lluvias. No se han hallado evidencias en la costa de más de 12 000 años de antigüedad, esto han explicado los estudiosos se debe a que hace 13 000 años el nivel del mar estuvo 50 metros más abajo que el actual, alcanzando un nivel fijo recién hace 7 000 ó 6 000 años. Esto indica que la costa fue más ancha y que en el supuesto de haber acogido grupos humanos anteriores a esa fecha, éstos estarían sumergidos en el mar. La tradición Paijanense constituye lo más resaltante del periodo lítico en la costa, cubriendo el área entre Piura e Ica. Estos hombres eran cazadores y recolectores, utilizando para ello puntas pedunculares triangulares de bordes rectos o ligeramente cóncavos. Tenían pedúnculos en la base para amarrarlos a una madera y usarlos como arpón. Los sitios representativos son: La Cumbre y Quirihuac en el valle de Moche; Pampa de los Fósiles (Paiján); Cuculicote (Ascope). El tamaño de los grupos no sobrepasó a las 50 personas por banda. Su alimentación era variada, encontrándose en Pampa de los Fósiles, el consumo de peces grandes. En Cuculicote, Cesar Gálvez halló evidencias de caracoles terrestres, cangrejos de río, vizcacha, iguana, aves y en menor cantidad, peces. PERIODO ARCAICO (6 000 – 1800 A.C.) Se relaciona con el surgimiento de la tribu, que comprende un conjunto de bandas ligadas por líneas de parentesco y congregadas en un territorio. Este periodo corresponde a todo un proceso, mediante el cual se logró la domesticación de animales y plantas. La agricultura permitió entonces el sedentarismo y la aparición de asentamientos arquitectónicos. Ninguna planta cultivada, es sin embargo, originaria de la costa, pues no hay aquí antecedentes silvestres. Estas fueron traídas ya domesticadas desde la sierra o la selva. Aparece la textilería y las primeras manifestaciones religiosas. Los sitios más importantes fueron: Huaca Prieta (valle Chicama) Alto Salaverry (valle de Moche) y Cerro Negro o Prieto (valle Virú). HORIZONTE TEMPRANO (1700 A.C - 100 A.C.) Se caracteriza por ser el periodo de las culturas que conocieron la cerámica. Fue en Guañape, valle de Virú, donde se descubrió la cerámica más antigua de la costa (1700 A.C.). En 1967, Lanning notó que los mates pirograbados de Huaca Prieta, tenían un parecido en lo referente a los rostros humanos con la alfareria de Valdivia en Ecuador, con una antigüedad de 2 300 A.C. Él cree que no es coincidencia, sino que el artesano que hizo los diseños del mate conoció previamente los de Valdivia. En este periodo la religión reguló la sociedad, siendo la construcción de templos con patrón similar una característica de la territorialidad. Las culturas más resaltantes de la costa norte fueron : LA CULTURA CUPISNIQUE (1 500 – 500 a.C.) Abarcaron el área entre Santa y Lambayeque. La cerámica es de color negro, marrón oscuro o rojo, debido a que se coció en hornos cerrados. Su decoración es incisa o en relieve. El sitio principal en el valle de Moche fue el complejo Caballo Muerto, ubicado en el distrito de Laredo. Reúne ocho edificios, de los cuales siete tienen la forma de U. Dentro de este complejo destaca Huaca de los Reyes, estudiada por Luis Watanabe (1972 – 1979) su extensión es de 270 m. por 230 m. y 18 metros de alto. Las paredes presenta frisos con cabezas humanas estilizadas y seres de pie. Su principal característica es la presencia de rasgos felínicos. LA CULTURA SALINAR (500 a.C. – 100 d.C. ) Fue identificada en 1941 por Rafael Larco Hoyle en Pampas de Jagüey, valle Chicama, su cerámica es de color natural de barro cocido, es decir, rojizo. El sitio principal en el valle de Moche es Cerro Arena que ocupa una superficie de 2 km2. CULTURA VIRÚ O GALLINAZO ( 200 a.C. – 200 d.C.) Se extendió entre los valles de la Leche y Santa. Su centro principal estuvo en el valle Virú, con diferentes lugares representativos como: el Castillo de Tomaval, San Juan y Huancayo. Su cerámica es de color rojo, decorada con incisiones y pintura blanca. El uso de la técnica negativa que consistió en la aplicación de un pigmento negro orgánico es un rasgo típico. INTERMEDIO TEMPRANO ( 100 A.C. – 750 d.C.) Durante este periodo la agricultura se convierte en el eje principal de la sociedad. Por vez primera aparecen patrones funerarios complejos vinculados a personajes de alto rango, que son enterrados con muchas ofrendas en lugares especialmente acondicionados, tal es el caso del Señor de Sipán. Aparece el estado y surge la ciudad, lo cual se manifiesta en la construcción de palacios y residencias de uso personal, la imposición de tributos y el establecimiento de capitales regionales. La guerra se convierte en el medio para consolidar el poder y expandir territorios, para capturar prisioneros y aprovechar su fuerza de trabajo. En otros casos estos son sacrificados a los dioses del vencedor. La cultura más representativa de este periodo es la cultura Moche o Mochica. CULTURA MOCHE O MOCHICA La cultura Moche se desarrolló entre los siglos I al VIII d.C. Su territorio se extendió cerca de setecientos kilómetros, desde Piura por el norte, hasta Huarmey por el sur. Se ha considerado por mucho tiempo, al valle de moche como centro principal de esta cultura. in embargo, a opinión de diferentes arqueólogos como Luis Jaime Castillo, los Moche no tuvieron una capital única. En cada valle habrían edificado un centro o capital regional. En Piura, Loma Negra; en Lambayeque, Sipán y Pampa Grande, en Jequetepeque, Dos cabezas y San José de Moro; en Chicama, Huaca Cao y Huaca Partida; en Moche, Las Huacas del Sol y La Luna y en Nepeña, Pañamarca. Hacia fines del siglo VI, luego de un fuerte fenómeno del Niño, la sociedad moche entrón en decadencia. En el valle de moche la ciudad capital fue trasladada a Galindo y en Lambayeque la población se asentó en Pampa Grande. La base de su economía fue la agricultura, para lo cual se construyeron diferentes canales de irrigación. Otras actividades económicas son representadas en la cerámica, como la caza del venado y la pesca con los “caballitos de totora”. En los templos aparece representado como dios principal AI-APAEC, que se caracteriza por sus rasgos felínicos. En la cerámica este dios tiene el cuerpo de animales como el cangrejo, la araña o una águila, también se le ve sobre una mazorca de maíz o sobre una montaña. Se le conoce también como el Decapitador, asociado a la representación donde se le ve sosteniendo en una mano el cuchillo o tumi y en la otra mano la cabeza de una persona El mar, la luna y el arco iris fueron otras deidades importantes. Los trabajos en metal superan la técnica Chimú. Trabajaron el oro, la plata y el cobre. Conocieron la técnica de la “tumbaga”, aleación de cobre y oro. El símbolo de la orfebrería Moche los constituyen los objetos hallados en la tumba del Señor de Sipán. La cerámica Moche, es de todas las culturas peruanas la más realista y expresiva. Los colores clásicos fueron el rojo y el crema. Las actividades representadas son de carácter ceremonial, y tenían como función servir de ofrendas en los templos y plataformas funerarias. Rafael Larco Hoyle (1948) clasificó la cerámica Moche en cinco fases estilisticas. EL REINO CHIMÚ Al igual que los Incas, el origen de los Chimú es una leyenda que fue recogida en una Crónica Anónima (1604 - 1610), según la cual un personaje mítico venido en una balsa a través del mar, llamado Taycanamo fue su fundador. Esta cultura, convertida luego en un poderoso Estado se inicia aproximadamente en el año 850 d.C. hasta 1470 fecha en que los incas los conquistan y anexan al Imperio del Tahuantinsuyo. Durante cerca de 600 años los Chimú con un ejército bien organizado fueron expandiendo su territorio. Hacia 1370 conquistaron a la Cultura Lambayeque o Sicán, lo cual contribuyó enormemente al desarrollo de la orfebrería en Chan Chan. Minchancaman, fue el gran conquistador, durante su gobierno los Chimú dominaron toda la costa norte del Perú. Desde Tumbes hasta Lima (Río Chillón), en una extensión de más de 1000 km. Sin embargo Minchancaman tuvo el destino fatal de ver la caída de su extenso reino. Un ejército de más de 30 mil soldados comandados por Túpac Inca Yupanqui, hijo de Pachacutec, logró su rendición. De acuerdo a las evidencias históricas fue una conquista pacífica. Esto permitió que la ciudad de Chan Chan no fuera saqueada. El gobernante fue llevado al Cuzco junto con cientos de artesanos: ceramistas, orfebres y tejedores. En Chan Chan el heredero de Minchancaman, su hijo Chumuncaur, ascendió al trono, pero bajo el dominio del poder Inca. Los representantes cusqueños situaron su centro de operaciones en Chiquitoy Viejo, Valle Chicama, lo que significó la decadencia y abandono de Chan Chan. Finalmente durante el gobierno de Caja Cim Cim, llegaron los conquistadores españoles al Valle de Moche, iniciándose el saqueo y destrucción de templos y ciudadelas. ECONOMIA : Los Chimú tuvieron a la agricultura como la base de su economía, construyeron para ello canales de riego y aprovecharon las filtraciones de agua del sub-suelo. Cultivaron productos como: pallar, maíz, frejol, calabaza, zapallo, camote, yuca, ají, caygua y maní. Frutas: ciruela, lúcuma, guanábana, pacae, palta y chirimoya; también plantas para construcción como: totora, carrizo y enea. El algodón fue el cultivo no alimenticio más importante. Se aprovechó como fertilizante el guano de las islas. Las pesca , la caza y la ganadería fueron otras actividades importantes. No utilizaron la moneda, siendo intercambio comercial lo que permitió obtener productos a cambio de otros. La artesanía fue de gran importancia. En Chan Chan funcionaron talleres donde se manufacturaban tejidos, no sólo para el consumo local sino también para el intercambio. En el trabajo de metales fueron expertos, utilizando preferentemente el oro, la plata, el cobre y el bronce. IDIOMA : De acuerdo a las referencias de los cronistas españoles, los Chimú no tuvieron una sola lengua, sino más bien lenguas regionales que fueron las siguientes: -Lengua Sec, conocida también como tallana, se habló en Tumbes y Piura. -Lengua Muchic o Yunga, se hablaba desde Motupe a Chicama. En el siglo XVII, el padre Fernando de la Carrera, señalaba su uso en 26 pueblos de la costa y sierra norte, estimando en 40 000 el número de sus hablantes. -Lengua Olmos, asociada a la zona de Olmos. -Lengua Quingnam, para los valles de Moche, Virú y Chao. -Lengua Pescadora, en Pacasmayo y Guadalupe. RELIGIÓN : El estado Chimú y la ciudad de Chan Chan tuvieron a la religión como sustento de su poder. Las construcciones monumentales tuvieron casi siempre una función ceremonial. El culto principal estuvo dedicado a la Luna, que la llamaban Si. La consideraban más poderosa que el Sol porque se podía ver de día y también de noche. Cuando la Luna no aparecía era porque estaba en el otro mundo castigando a los ladrones. Celebraban los eclipses de Sol como prueba que la Luna lo conquistó. Los eclipses de Luna en cambio ocasionaban tristeza. También se consideraba a la Luna como protectora de la pesca. Sian, “Casa de la Luna”, en lengua yunga, era el templo donde se hacían las ceremonias. También las estrellas fueron objeto de culto. Según los cronistas (Calancha 1638) los antigüos pobladores creían que sus antepasados fueron cuatro estrellas. Estas serían aquellas que forman las constelaciones del Can Mayor y el Pez Austral. Las estrellas más grandes y brillantes habrían dado origen a los nobles y principales, mientras que las más pequeñas y pálidas a los humildes y plebeyos. Otras estrellas llamadas Pata (Constelación de Orión) simbolizaban a tres seres, la estrella central a un ladrón y las otras dos a sus dos captores. Estos habían sido enviados por la Luna para atrapar al ladrón y entregarlo a los gallinazos. Otros dioses fueron Ni, el mar; dioses de piedra llamados Alaecpong. Asimismo, tuvieron un culto especial a las momias de los ancestros principales.